Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170421 - Número de Diario 13

(L27A1P1eN013F19170421.xml)Núm. Diario:13

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, SÁBADO 21 DE ABRIL DE 1917.

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADO UNIDOS MEXICANOS.

PERÍODO EXTRAORDINARIO. XXVII LEGISLATURA. Tomo I. - Número 13

Sesión del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados verificada el día 21 de Abril de 1917

SUMARIO

1. - Se pasa lista. Se abre la sesión. Se lee y aprueba el acta de la anterior. Se aplaza la discusión relativa al dictamen de la segunda sección, que declara nulas las elecciones verificadas en el 3er. distrito electoral del Estado de Tamaulipas. 2. - Ocupara la presidencia el C. Eduardo Hay. Es rechazado el dictamen de la primera sección, relativo al 9o. distrito electoral del Estado de Oaxaca. 3. - Es aprobado nominalmente, previa discusión. el dictamen de la sección quinta, que se refiere al 11 distrito electoral del Estado de Puebla. 4. - El C. Manjarrez ocupa la tribuna para contestar alusiones personales. rectifican los hechos los CC. Sánchez Pontón y Martínez. Se levanta la sesión, para dar lugar a una secreta, que es pedida por el C. Padilla.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. ROMAN ALBERTO.

El C. secretario Mata: Hay una asistencia de 145 CC. diputados; hay quórum.

El C. presidente: Se abre la sesión del colegio electoral.

El C. prosecretario Magallón: El acta de la sesión anterior, dice así: (leyó) ¿Se aprueba? Aprobada. Se va dar cuenta con los dictámenes que hay pendientes en cartera.

El dictamen relativo al 3er distrito electoral del Estado de Tamaulipas, dice así:

"Honorable asamblea: "Los subscritos, miembros de la segunda sección de la primera comisión revisora de credenciales, después de haber estudiado detenidamente el expediente relativo a la elección verificada en el 3er. distrito electoral del Estado de Tamaulipas, se permite informar lo siguiente:

"En la sección 1a. de Jaumave, se encuentran 59 boletas subscritas por un señor E. Muñóz, de los 110 votos emitidos todos en favor de la fórmula Raúl Gárate y Telésforo Villasaña; en la sección 3a. de la propia población aparecen de los 121 votos emitidos a favor de Gárate y Villasana, 102 subscritos por los señores Dionisio Bautista y un señor Bermúdez; en la sección 1a. de la ciudad de Ocampo del propio distrito electoral aparecen de los 125 votos emitidos a favor de la mencionada fórmula, 82 subscritos por los señores Juan Hernández, Atenedoro García, Juan Luna y Víctor Trujillo; en la sección 3a. de la mencionada ciudad de Ocampo aparecen de los 61 votos emitidos en favor de Gárate y Villasana, 46 subscritos por un señor A. Obregón; en la sección 4a. de la propia población aparecen subscritos por Emilio Figueroa 119, de los 137 emitidos en favor de la referida fórmula; en la sección 5a. de la misma ciudad aparecen firmados por Juan Hernández y Margarito Gallegos 39 votos, de los 53 que se escrutaron a favor de dichos señores; en la sección 10 del propio distrito aparecen 59 votos firmados por Cayetano Lara, de los 60 que fueron sufragados a favor de Gárate y Villasana; en la sección 11 de la misma ciudad, aparecen 91 votos subscritos por A. Molina, de los 137 que se emitieron a favor de la tantas veces mencionada fórmula Gárate y Villasana.

"En virtud de lo expuesto, resultan emitidos 1.037 votos a favor de Gárate y Villasana, de los que la comisión estima nulos y que no deben computarse 587, por suponer fundadamente que dichos votos están viciados de fraude y el resto aparecen casi subscrito por una misma persona, extrañando a la comisión la unanimidad de votos a la fórmula Gárate - Villasana. En esa inteligencia la comisión aplicaba al dictamen relativo el artículo 59 de la Ley electoral, declarando nula la elección, toda vez que faltaba a ella la pluralidad de los votos emitidos; pero en virtud del precedente sentado por la honorable asamblea de declarar válida la elección de un presunto diputado con soló 172 votos, no obstante haberse nulificado 1775, propone a la deliberación de la misma asamblea, las siguientes proposiciones

: "1a. - Es válida la elección verificada en el 3er. distrito electoral del Estado de Tamaulipas.

"2a. - Son diputados propietarios y suplente, respectivamente,, por el mismo distrito, los ciudadanos Raúl Gárate y Telésforo Villasana.

"Sala de comisiones del Congreso de la Unión. México, 21 de abril de 1917. - Ernesto Aguirre. - Flavio Pérez Garza. - J. D. Ramírez Garrido. - (Rúbricas.)"

Está discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra?

El C. Chapa: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: tiene usted la palabra.

El C. Chapa: Antes de que se ponga a discusión. La comisión dictaminó en contra porque había sostenido un criterio legal erróneo. El Señor general Aguirre Colorado que fue quien conoció de ese dictamen, después se convenió de su error; y en vista de que la misma asamblea ha votado ya y ya ha sentado precedente respecto de lo que quiere decir mayoría y pluralidad, el señor Aguirre Colorado me dijo ayer que deseaba retirar el dictamen para presentarlo favorable. Si está Cámara lo permite así lo hará y luego se pondrá a discusión. Yo interpelo al señor Aguirre Colorado, miembro de la comisión, diga si desea o no retirarlo, y si es así yo suplico a la secretaría pida el permiso a la Cámara para retirarlo y presentarlo después favorable.

El C. Aguirre Colorado: Estoy de acuerdo con lo que dice el señor Chapa.

El C. secretario Mata: Se consulta a la Cámara si se permite sea retirado el dictamen para presentarlo en sentido favorable.

El C. Céspedes: Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Céspedes: Yo estimo conveniente que no debe retirarse ese dictamen antes que se discuta. Ese dictamen ya es de segunda lectura y fue apartado por mi, porque su señoría acordó que los dictámenes objetados fueran separados para no perder el tiempo que se les quitaba a los no objetados. Me permití apartarlo. Está de segunda lectura y es fuerza que se discuta, no que se retire. Después la asamblea dirá.

El C. presidente: La comisión ha solicitado que se retire; la mesa no puede más que pedir la opinión de la asamblea, la que decidirá.

El C. prosecretario Magallón: Se consulta a la asamblea si se retira el dictamen. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se retira el dictamen.

PRESIDENCIA DEL C. HAY EDUARDO.

- El mismo C. prosecretario: El dictamen referente al 9o. Distrito Electoral de Oaxaca, dice:

"Primera comisión revisora de credenciales. - Sección primera.

"Honorable asamblea:" En vista de las numerosas protestas existentes en el expediente que se relaciona con las elecciones efectuadas en el 9o. distrito electoral del estado de Oaxaca, la primera sección de la primera comisión revisora de credenciales, se vió en el caso de hacer un minucioso estudio de las boletas y de los demás documentos de las casillas electorales. El acta de la junta computadora admite que, en efecto, como dice el C. ingeniero Francisco Posada fueron abiertos algunos expedientes antes de que la junta se constituyera, y al revisarlos pudimos observar que las boletas correspondientes a esos expedientes están escritas con una sola letra, corresponden a la candidatura del señor Benjamín L. Guevara, y la mayoría de ellas no tienen firma. Del minucioso estudio hecho resultan las siguientes irregularidades:

"Fueron abiertos los expedientes relativos a la 6a. sección de Cuyamelco, 2a. de Teusila, 1a. y 2a. de Jocotipac, 1a., 2a., 3a., 4a. y 5a., de Chiquihuitlán, única de Jaltepeltongo, única de Reyes Papalo y 1a., 2a., y 3a. de Mazatlán. En la 1a. casilla de Mazatlán hay 200 votos nulos para el candidato Isaac Cancino. En la 4a. sección de Cuyumecalco hay 75 votos para el mismo candidato, firmados todos por Pedro Cobo. En Tlalixtac sólo aparece el padrón y citas para votar; computándose como votos para L. de Guevara y Altamirano; son 115 votos. En San Juan Ixtaltepec, Hay 44 votos nulos para la forma Guevara - Altamirano, pues todas las boletas son iguales y están firmadas por dos personas. En San Pedro Jaltepeltongo, existen 94 boletas sin firma para la fórmula Guevara - Altamirano. De la sección de San Lorenzo Papalo, se computaron 75 votos nulos para la misma fórmula, firmados por Cosme Pérez. En Nacaltepec, hay 108 votos perfectamente iguales, para la misma fórmula. El expediente de la 1a. sección de Chiquihuitlac fue abierto antes que por la junta computadora y en él aparecen 103 boletas para la fórmula Guevara - Altamirano, subscritas por dos personas. En Santa María Jolotepec, se computaron 9 boletas escritas con la misma letra al señor Guevara. En Santa María Papalo, 119 sin firma igualmente para la misma fórmula. El expediente de la sección 3a. de Chiquihuitlán, fue abierto antes por la junta computadora y contiene 85 votos nulos para Guevara y 15 para Cancino. En otra sección de Santa María Papalo hay 121 votos para la fórmula Guevara - Altamirano. El expediente de la 3a. sección de Chiquihuitlán, también fue abierto y contiene 150 votos con una sola firma para la fórmula Guevara - Altamirano. En la sección 2a. de Cuyamealco, hay 94 votos con una sola firma para el candidato Cancino. En la sección de Jiotepec hay 94 votos en la misma forma para la fórmula Guevara - Altamirano. En Concepción Papalo, 63 nulos para Guevara. En la sección 3a. de Mazatlán, cuyo expediente fue abierto, hay 115 votos nulos para el señor Cancino. En la sección 4a. de Chiquihuitlán, expediente también abierto, hay boletas sin firma para la fórmula Guevara - Alatmirano. 59 boletas aparecen en el expediente de la sección 5a. de Chiquihuitlán, que asimismo fue abierto antes que por la junta computadora, las unas sin firma y las otras signadas por Valeriano Avendaño y Guadalupe morales, correspondiendo todas a la fórmula Guevara - Altamirano. Fue también abierto en el expediente de la 6a. sección de Cuyumecalco que contiene 28 votos nulos para la misma fórmula. De Tonaltepec sólo recibieron 60 boletas escritas con la misma letra en favor de la fórmula Guevara - Altamirano. En la única sección de Dominguillo, expediente abierto previamente, hay 85 boletas escritas con la misma letra, sufragadas fraudulentamente para la misma fórmula. Los expedientes de la 2a. de Chiquihuitlán y la 2a. de Reyes Papalo, así como los de la 1a. de Jocotipac y la 4a. de Chiquihuitlán fueron abiertos antes que por la junta computadora y contienen entre los cuatro 260 votos, visiblemente nulos, para la fórmula Guevara - Altamirano.

"En resumen, según el acta de la junta computadora, la fórmula L. de Guevara - Altamirano obtuvo 2,506 votos de los que hay que restar 1,713, visiblemente nulos: la fórmula Cancino - Odriosola, según la junta computadora, obtuvo 1,180 votos de los que hay que descontar 499, y la fórmula Posada - Vázquez Patiño obtuvo 812 votos válidos, quedando triunfante, por lo consiguiente, el último, pues los señores Guevara y Cancino sólo tienen, respectivamente, 793 y 681 sufragios de aparente legalidad.

"Por las consideraciones y hechos expresados, sometemos a la deliberación de esta honorable asamblea, los siguientes puntos de resolución:

1o. - Son válidas las elecciones verificadas en el 9o. distrito electoral del Estado de Oaxaca.

"2. - Es diputado propietario por el mismo distrito, el C. ingeniero Francisco Posada y suplente el C. Vicente Vázquez Patiño.

"Sala de comisiones de la Cámara de Diputados. - México, 18 de abril de 1917. - Juan Zubaran. - Antonio Ancona Albertos. - Jonás García. - (Rubricas.)"

El C. Hernández Maldonado: Pido la palabra en contra

El C. presidente: Tiene usted la palabra

El C. Hernández Maldonado: Honorable asamblea; cuando he oído los puntos resolutivos de la comisión, he sentido indecisión porque con respecto a la personalidad del señor ingeniero Posada he tenido conocimiento de que no tiene un nombre muy limpio. El ingeniero Posada, según conocimiento que tengo, es sobrino del gobernador de Oaxaca, Bolaños Cacho. Sé, además, que al mismo tiempo fue de los que colaboraron en la administración de Huerta, en Cuicatlán, durante los años de 1913 a 1914. No tengo más documento con que comprobar esto que un telegrama de un profesor de Culcatlán. Manuel Rivera, quien no se ha dedicado absolutamente nunca a seguir las contiendas políticas, sino

únicamente a su labor profesional. el envía el telegrama, que dice así:

"Mayor Ernesto Sánchez. - Oficina general de telégrafos nacionales. - Testifico ingeniero Francisco Posadas prestó servicios 1914 dictadura Huerta, distrito de Cuicatlán, Oaxaca. - Manuel Rivera."

El mismo profesor Manuel Rivera puso en mi conocimiento que el había sido preso por orden o insinuaciones del ingeniero Posada, habiendo sido conducido a Oaxaca en calidad de prisionero. Hay un mayor del ejército, de nombre Ernesto Sánchez, el único que en Oaxaca, cuando las necesidades lo exigieron, estuvo del lado de la legalidad; y este señor Ernesto Sánchez cuando se levantó en armas en contra de aquel gobierno, tuvo que abandonar a su familia, la que fue encarcelada por insinuaciones u orden del mismo Posada. Siento que no pueda interpelarlo porque se encuentra en las galerías y no tiene derecho a hablar en esta ocasión; pero de todo modos, es uno de los hombres que ha prestado servicios a la revolución, lo que demuestra con el grado de mayor que posee. Además, los miembros de la diputación de Oaxaca podrán decir algo sobre el particular, y los invito a que lo hagan con el fin de que mi criterio se aclare un poco e igualmente el criterio de la asamblea.

Hace pocos días escuché de los labios del señor Sánchez Azcona esta frase que creo perfectamente aplicable en esta ocasión: "En el sangrado recinto de la patria no deben tener asiento los traidores."

- El mismo C. prosecretario: ¿No hay quien haga uso de la palabra?

El C. Ruiz Juan A.: En pro del dictamen

. (Voces: ¡Tribuna, tribuna!)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Ruiz.

El C. Ruiz Juan A.: Señores diputados: aunque no pertenezco a la diputación del Estado de Oaxaca, a quien ha interpelado el orador que acaba de tomar la palabra, soy hijo de aquel Estado y tengo conocimiento del señor ingeniero Posada. Al señor Posada me llama ahora la atención los cargos que se le hacen, puesto que siempre ha sido adicto a la causa; el señor Posada ha prestado buenos servicios, según documentos que él mismo tiene y que podría dárseles lectura en esta asamblea. Además el comprobante que se ha prestado creo que no tiene ningún valor, pues es de una persona no autorizada para hacerlo, es decir, no es documento oficial que nos pueda comprobar lo que se afirma en ese mensaje. Lo único que puedo decir es que el señor Posada es una persona adicta a la causa, que no ha tenido ningún mal antecedente. Era lo único que quería decir a esta honorable asamblea para que pueda basarse. Acaban de traerme estos documentos de los servicios que ha prestado el señor Posada, los cuales suplico a la secretaría dé lectura.

- El C. prosecretario Magallón, leyó el documento.

El C. Ruiz Juan A.: Como habrá podido ver esta honorable asamblea, desde años atrás ha prestado servicios el señor Posada en distintas partes de la República, por ello se puede ver que ha sido adicto a la causa y que lo que se dice de él no es exacto.

El C. Magallón: Pido la palabra para una interpelación.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Magallón: El orador que acaba de hacer uso de la palabra no ha destruido el cargo que el señor Hernández Maldonado hizo al señor Posada de haber prestado sus servicios al huertismo como juez en el Estado de Oaxaca. Yo desearía que ilustrara el criterio de la asamblea sobre este particular.

El C Ruiz Juan A.: Creo que debía presentar algún documento el diputado que ataca, comprobando que el ingeniero Posada prestó los servicios que se indican.

El C. Villarreal: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Villarreal: Desearíamos conocer la labor revolucionaria del señor Posada desde 1913, porque los documentos que se han leído no nos han convencido de que no ha sido huertista.

El C. Ruiz Juan A.: No existe ningún documento con que se compruebe que el ingeniero Posada prestó servicios a Huerta

. - El C. Villareal: No se han destruído los cargos que se le hicieron.

El C. Bravo Izquierdo: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Bravo Izquierdo: Señores diputados: el señor Ernesto Sánchez es amigo y compañero mío desde el año de 1913. Este señor hace pocos días, siento que no esta aquí, me enseñó un documento que el presidente municipal de un distrito de Oaxaca le giraba poniéndole en conocimiento que el señor ingeniero Posada dió parte a la autoridad para que lo persiguieran cuando él andaba levantado en armas. Suplico a la asamblea tome nota de esto.

El C. Ruiz Juan A.: Acabo de encontrar este documento que prueba lo que hacía el ingeniero posada en el año que se me indica.

- El mismo C. prosecretario. leyó el documento.

El C. Ruiz Juan A.: Se ve, pués, que empleos desempeñaba el ingeniero Posada en noviembre de 1914.

El C. González Jesús M.: Pido la palabra para hacer aclaraciones.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. González.

El C. González Jesús M.: No tengo el honor de conocer al señor ingeniero Posada; pero una persona que no tiene ninguna representación aquí, pero que le constan algunos hechos que condenan al señor Posada, me ha escrito esto, y que yo naturalmente no lo hago mío, pero si pediré que las personas que lo conocen y que pueden informar más ampliamente lo hagan con todo el valor civil que les caracteriza. El señor Posada, dice este individuo que es un mayor del ejército, estuvo en la ciudadela; que combatió al constitucionalismo con las armas en la mano, que se salió en un automóvil en las piernas del director de ingenieros, que fue zapatista, y que de esto puede informar el señor Aurelio Manrique, y espero que el señor Manrique nos diga si es o no es cierto lo que se dice del señor Posada. Puede muy bien el señor Posada haber prestado buenos servicios en aquella fecha, eso no tiene nada de particular, puesto que aquí adentro de la Cámara hay muchos reaccionarios que después prestaron buenos servicios a la causa para salvarse de las penas que deberían aplicárseles y están entre nosotros.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: No conozco a este señor Posada ni conozco al señor que subscribe este papelito. Ignoro si este señor o el señor Posada de quien se habla aquí, sean personas a quienes yo conozco de vista, como es frecuente conocer a algunas personas cuyo nombre no se conoce; en este caso yo suplico al compañero, tenga la bondad de presentarme o carearme con este señor; pero aseguro a ustedes que me son desconocidos lo mismo este señor mayor que el señor Posada.

El C. Rivera Cabrera: ¿Y los hechos que cita?

El C. Manrique: No me consta nada.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Rivera Cabrera.

El C. Rivera Cabrera: Señores diputados: como quiera que el impugnador del dictamen relativo a las elecciones verificadas en pro del ingeniero Posada interpeló a los miembros de la diputación oaxaqueña para que se produjesen acerca del mismo señor y de sus antecedentes políticos, y como quiera que me constan algunos de estos antecedentes, vengo, cumpliendo con ese deber, a hacerlos del conocimiento de esta respetable asamblea. Quiero, antes que todo que el señor Guevara, que tiene bastante interés en este asunto, puesto que atañe a él directamente, no crea que estoy poseído de algún sentimiento de animadversión en contra suya. Sencillamente me voy a conducir en términos de verdad, diciendo todo lo que me consta personalmente. Inmediatamente después de la caída del usurpador Huerta, llegó a mí la noticia en la sierra de Cuicatlán, donde estaba oculto, porque se perseguía a muerte. Luego que supe la noticia, me traslade a Oaxaca donde encontré al señor ingeniero Posada, quien estaba cesante, porque había desempeñado algunos días o algunos meses antes, el empleo de ingeniero, practicando unos reconocimientos en los campos de Cuicatlán, con objeto de construir una presa. Ese fue el empleo que el ingeniero Posada desempeñó durante la administración de Bolaños Cacho. de donde fue separado, por haber sido derribado este señor por las fuerzas felixistas encabezadas por Guillermo Meixueire. El señor ingeniero Posada, luego que supo que allí me encontraba, se me acerco manifestándome muchos deseos de tomar parte activa en la revolución. Poco tiempo después salimos de Oaxaca y nos dirigimos a ésta, sufriendo. Varias interrupciones en el camino por las dificultades de la comunicación. En el pueblo de Coxcatlán, que estaba dominado por el general revolucionario Cavazos, estuvimos algún tiempo a su lado, trasladándonos después al campo revolucionario de Barbosa, donde estuvimos también algún tiempo. En seguida, y después de la caída del llamado presidente Carbajal, nos venimos a esta ciudad, ingresando yo a la segunda división del ejército de oriente, y Posada a la división del general Pablo González. Estos son los hechos que me constan acerca del mismo señor Posada y ellos echan por tierra el cargo de que se encontró en al ciudadela y de que se escapó en piernas de no sé qué persona, según dice el libelo que circulo en la Cámara, Creo, pues, que no es justo el cargo que se le hace.

El C. Hernández Maldonado: Pido la palabra señor presidente.

El C. presidente: Tiene usted la palabra

. - El C. Hernández Maldonado: Yo quisiera que el orador que está en la tribuna tuviera la bondad de informarme en qué época conoció al señor Posada. El hecho de que se le acusa de haber servido a Huerta, con los documentos que se han presentado, no han sido destruídos. Por una parte, por otra, es muy fácil que él haya estado íntimamente ligado con la administración huertista y que el felicismo la haya destituído, porque ya sabemos que Huerta y Díaz no estuvieron de acuerdo sino en un principio, y después fueron completamente contrarios.

El C. Rivera Cabrera: Ya dije antes, que yo conocí al señor Posada inmediatamente después de la caída de Huerta y esto fue, según recuerdo, en julio de 1914. Por aquella época nos venimos de Oaxaca para México, habiendo permanecido en los campamentos del general Cavazos y Barbosa, antes de llegar a la ciudad de México.

- El mismo C. prosecretario: ¿Nadie desea tomar la palabra? Se pregunta si está suficientemente discutido, el dictamen. Los que crean que está suficientemente discutido, se sirvieran ponerse de pie. Sí está suficientemente discutido. Se suplica a los CC. diputados, que cuando voten económicamente, se sirvan ponerse de una manera efectiva de pie, para que no haya confusiones. La presidencia, por conducto de la secretaría manifiesta que sí se considera suficientemente discutido el dictamen. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Sí se considera suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba. La parte resolutiva del dictamen, dice así:

1o. - Son válidas las elecciones verificadas en el 9o. distrito electoral del Estado de Oaxaca.

2o. - Es diputado propietario por el mismo distrito, el C. ingeniero Francisco Posada, y suplente, el C. Vicente Vázquez Patiño."

En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. No se aprueba. Vuelve a la comisión para que sea reformado de acuerdo con el sentir de la asamblea.

- El mismo C. prosecretario: El dictamen del 11 distrito electoral del Estado de Puebla, dice así:

"Primera comisión revisora de credenciales. - Sección quinta.

"Honorable asamblea: "Examinado el expediente que responde al 11 distrito electoral del Estado de Puebla, en el cual contendieron como propietarios los señores Modesto González Galindo, Godofredo Guzmán Peláez y coronel Luis T. Navarro, y como suplentes los señores Victoriano C. Juárez, Rafael Machorro y Carlos Hermoso, se encontró un escrito por el señor Leopoldo García Veyrán, quien asegura que por no haber tenido los empadronadores a tiempo las boletas para elección, resultó que en el reparto de ellas intervino el candidato Godofredo Guzmán Peláez, y el secretario del juzgado de primera instancia de Tecamachalco, presidente del club que trabajó la candidatura de Guzmán Peláez. Se dice que este último recibió determinado número de boletas haciéndose pasar como representante del presidente municipal de Tecamachalco y que sus partidarios cambiaron votos por vasos de pulque. Hace cargo de que en la junta computadora no estuvieron presentes todos los presidentes de las casillas electorales, y a que Guzmán Peláez fue zapatista.

"Respecto a la elección del señor Modesto González Galindo, dice que es nula porque habiendo sido aceptado como diputado constituyente por el Estado de Tlaxcala, no puede considerársele avecinado en el de Puebla, cuya residencia ha interrumpido. Se queja de que la junta computadora se limitó a tomar los datos que arrojaban los cómputos de las casillas sin hacer el cómputo directo de los votos emitidos, contrariando la disposición del artículo 41 de la Ley electoral.

"Por último, agrega que abierto el expediente de la secciones 3a. y 4a., de Tecamachalco, Alejandro Rodríguez extrajo una protesta.

"Contra la misma elección del señor González Galindo protesta su otro contrincante Godofredo Guzmán Peláez, quien dice que no se permitió a los del club liberal "Amado del Castillo" que lo postuló, para intervenir en las operaciones de la junta computadora, y después asegura que sí se les permitió, pero que fueron expulsados antes que la junta acabara sus trabajos. Expresó que un individuo extraño a la junta es el que estaba formulando las actas. Que González Galindo se presento portando insignias

al lugar que ocupaba la junta computadora y haciendo presión sobre los miembros que la componían, y que éste y el otro candidato García Veyrán eran los que aconsejaban los procedimientos que habían de seguirse; y por último, que un señor Osorio, aconsejado por González Galindo, extrajo documentos. Acompaña como prueba de sus aseveraciones dos certificados: uno del primero y segundo escrutadores de la junta computadora y otro de la junta computadora del 1er. distrito del Estado de Puebla. El señor Guzmán Peláez se refiere, además a lo mismo expuesto por el otro candidato señor Veyrán, respecto a que el señor González Galindo nació en Terrenate, Tlaxcala, y que no tiene el requisito de vecindad en el Estado de Puebla.

"Existe además, en el expediente una protesta firmada por el suplente del señor González Galindo, don Victoriano Juárez, quien dice que no aceptó su candidatura de suplente obtenida con la fórmula "González Galindo y Victoriano C. Juárez." porque la elección fue absolutamente fraudulenta: y existe también un escrito del señor coronel Luis T. Navarro quien manifiesta que como en su concepto, la elección fue correcta, él (Luis T. Navarro) perdió la elección en buena lid.

"Últimamente han llegado a esta comisión dos telegramas, en que se dice que el señor González Galindo está sujeto a juicio por presunción de fraude en las elecciones, y otro en que se expresa que el señor Guzmán Peláez está sujeto a juicio por delito de adulterio.

"Los certificados que acompaño el señor Guzmán Peláez en verdad no justifican los cargos que hace, pues el de los escrutadores en el punto que pudieran tener alguna importancia, sólo dice que por indicaciones del segundo secretario de la mesa, señor apellidado Osorio, se están ocultando los expedientes electorales, sin expresar este certificado quién hizo ese trabajo ni ningún otro detalle sobre el particular, que los escrutadores estaban en aptitud de conocer. En cuanto al certificado que expidió la junta computadora del 1er. distrito electoral del Estado de Puebla, que se ocupó de la elección de senadores, solo dice que a esa junta no llegaron 36 expedientes correspondientes a la elección de senadores, pero no dice que se extrajeron expedientes que correspondieran a la elección de diputados.

"La comisión hizo un estudio minucioso y encontró que, efectivamente, faltan algunos expedientes, pero la comisión no está en el caso de saber si esta falta obedece a que en diversas casillas no hubo elecciones o a cualquier otra causa distinta. Lo cierto es que la comisión encontró y examinó muchos de los expedientes que según el certificado de la junta computadora del 1er. distrito faltaban, principalmente, el de la 1a. casilla de Queolache, que es el que tomó como base principal de sus cargos el candidato Guzmán Peláez asegurando que había sido extraído.

"Los expedientes que según el inventario de la junta computadora, recibió ésta en Tecamachalco son en concepto de la comisión los mismos que han sido remitida a esta Cámara. Respecto a que no se hubieran permitido a los candidatos o a sus representantes presenciar el cómputo que se hizo en Tecamachalco, aparece esto inexacto pues hay constancias de que estuvieron el señor Modesto González Galindo y el señor Leopoldo García Veyrán y el mismo señor Guzmán Peláez quien dice, sin embargo, que después fue expulsado. El señor juez de distrito a quien se turnaron todas las acusaciones y protestas, no ha resuelto nada sobre estos particulares. Con respecto al requisito de vecindad del C. Modesto González Galindo. la comisión no tiene elementos suficientes para juzgar, pues aun cuando es cierto que el señor González Galindo fue diputado al Constituyente por el Estado de Tlaxcala, este señor se defiende asegurando que, efectivamente, es regionario de Terrenate, Tlaxcala, y que por eso pudo concurrir al Constituyente, pero desde hace 16 años reside en el Estado de Puebla. La comisión examinó cada uno de los expedientes, rechazando las elecciones verificadas en diversas casillas por falta de documentación, y desechó buen número de votos por ser enteramente contrarios a la Ley.

"La junta computadora remitió los resultados siguientes: Modesto González Galindo con 1,769 votos; Godofredo Guzmán Peláez 1,230 votos; Luis T. Navarro, 645; suplentes, Victoriano C. Juárez 1,739; Rafael Machorro 1,362 y Carlos Hermoso 75. Esta comisión dedujo al señor González Galindo y a su suplente 915 votos; al señor Guzmán Peláez y su suplente 581 votos, sin embargo de los cuales el triunfo lo obtuvieron los señores González Galindo y Victoriano C. Juárez. En consecuencia, la comisión sujeta a la consideración de la honorable asamblea, las siguientes proposiciones.

"La. -Son válidas las elecciones verificadas en el 11 distrito electoral del Estado de Puebla.

"2a. - Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el distrito mencionado, los CC. Modesto González Galindo y Victoriano C. Juárez.

"Sala de comisiones de la Cámara de Diputados. - México, 19 de abril de 1917. - Filomeno Mata. - Julio Zapata. - Rafael Vega Sánchez. - (Rúbricas.)"

Está a discusión. Las personas que deseen hacer uso de la palabra, pueden pasar a inscribirse.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Maldonado.

El C. Hernández Maldonado: señores diputados: Estamos frente a una discusión semejante a la creada con motivo de la discusión del señor Mario Méndez. Como nosotros recordaréis, ha prestado servicios a la revolución, según se dijo que había vivido 20 ó 25 años en el lugar por donde había salido electo. Es precisamente el caso del señor González Galindo. Sin ser nativo del Estado de Puebla y sin tener la vecindad en el Estado de Puebla; en consecuencia, no puede, pues..... (Murmullos en las galerías.)

El C. presidente: Se recuerda a las galerías el cumplimiento del reglamento; si no guardan orden y compostura los concurrentes, se les mandará desalojar.

(Un gendarme en las galerías: Señor presidente, este individuo a quien debo conducir a la comisaría se resiste a obedecerme.)

El C. presidente: No tiene usted derecho para dirigirme la palabra. El comandante de policía procederá a arrestar a usted y sacar del salón al promotor del desorden.

El C. Hernández Maldonado, continuando: No puede, pues, el señor González Galindo ser electo diputado por el 8o. distrito electoral del Estado de Puebla. Todos recordamos que uno de los jefes de los franceses que intervinieron en nuestra patria, en la época del benemérito Juárez, con respecto a los Tratados de Soledad, en los cuales se comprometió el ejército francés a no avanzar un solo paso dentro del territorio nacional, dijo estas palabras que no podremos olvidar: "Mi firma vale tanto, como el papel en que se halla escrita." El señor González Galindo quiere hacer lo mismo en esta ocasión. Hace apenas dos meses firmó en Querétaro la Constitución, que en su artículo 57, fracción III, dice:

"Para ser diputado se requiere......

"III. - Ser originario del Estado o Territorio en que se haga la elección o vecino de él con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella. Le vecindad no se pierde por

ausencia en el desempeñó de cargos públicos de elección popular."

Ruego al señor González Galindo tenga la bondad de informarme en qué mes entró a la brigada "Leales de Tlaxcala" en el año de 1915.

El C. González Galindo: Con permiso de la presidencia. En abril de 1915.

El C. Hernández Maldonado: Quisiera que también tuviera la bondad de decirme cuántas licencias solicitó mientras estuvo en esa brigada.

El C. González Galindo: Fueron tantas que no podría enumerarlas.

El C. Hernández Maldonado: Licencias que hubieran ameritado su separación de Tlaxcala.

El C. González Galindo: Ahora que ocupe la tribuna las diré.

El C. Hernández Maldonado: Existe en mi poder un certificado de la Secretaría de Guerra, que dice los siguiente:

"En contestación a la solicitud de usted fecha de el 10 del corriente, tengo la honra de comunicarle que en la lista de revista de la brigada "Leales de Talxcala," correspondiente al mes de septiembre y octubre del año próximo pasado, aparece que en el 2o. regimiento de caballería de la expresada brigada, el C. mayor Modesto González Galindo, en el mes de septiembre pasó revista como jefe de las armas de Tlaxcala y en el mes de octubre con licencia de orden superior. Con lo anterior quedan obsequiados los deseos que manifiesta en su solicitud. Reitero a usted mi atenta consideración. - Constitución y Reformas, México, 12 de abril de 1917. - P. O. D. G. S. - El coronel jefe del departamento, Bruno García Lozano (Rúbrica.)"

Si el señor González Galindo estaba desempeñando el puesto de jefe de armas en Tlaxcala, su residencia oficial era Tlaxcala. En septiembre u octubre, solicitó licencia para hacer propaganda electoral en el 2o.: distrito de Tlaxcala, debido a lo cual, y no me meto a discutir el modo de que se sirvió para salir triunfante, ocupó una curul como representante del 2o. distrito electoral de Tlaxcala, en el Congreso Constituyente. Estando el señor González Galindo allí, no perdió el requisito de nacimiento ni el de vecindad en Estado de Tlaxcala. La vecindad del señor Galindo (que desde que acabó su labor en el Constituyente no ha regresado al Estado de Tlaxcala) la vecindad del señor Galindo, repito, caso de que hubiera ido a permanecer definitivamente en Puebla, se contaría desde el 5 de febrero del presente año, que hasta el día de la elección no sumaba mes y medio y esto no es lo que dice la ley que se necesita para poder ser electo diputado cuando no se es originario del lugar. Hay una acusación también a la cual ha hecho referencia la honorable comisión en su dictamen, en la cual consta que el señor González Galindo, acusado por dos de los escrutadores de la mesa o de la junta computadora, cometió fraudes en aquel lugar. Como esto ya está juzgado por la honorable comisión, no tendré yo nada que ver en ese asunto, pero sí tengo que presentar un documento que traigo aquí del mismo suplente del señor González Galindo, del señor coronel Victoriano Juárez. El señor González Galindo unió su nombre al del señor Juárez para poder triunfar en Tecamachalco donde jamás ha puesto la cara, y donde nadie lo conoce, y como el señor Victoriano Juárez es de aquel lugar, es claro que muchos señores que simpatizan con aquel revolucionario, hayan dado al mismo sus votos por el señor Galindo. No tengo yo que discutir nada de la personalidad política de ambos. Tengo de un certificado que debe constar en el expediente de aquellas elecciones. El C. Enrique Contreras dice:

"El C. Enrique Contreras, secretario del juzgado de distrito en el estado de Puebla, certifica: que en la causa que se instruye en averiguación de la infracción a la ley electoral en el distrito de Tecamachalco; entre otras, obra la constancia siguiente:

"Los subscritos, primero y segundo escrutador de la junta computadora del 11 distrito electoral del Estado de Puebla, distrito de Tecamachalco, certificamos: que por indicaciones del segundo secretario de la mesa, señor que se apellida Osorio, se estaban ocultando los expedientes electorales relativos a diputados y senadores, y certificamos también que el señor Modesto González Galindo, que se ha ostentado como candidato para diputado al Congreso Constitucional, se presento a la mesa portando insignias y ha estado sugestionado al presidente para que no admita a los representantes acreditados de los partidos opuestos a la candidatura de los señores Leopoldo García Veirán y Modesto González Galindo, que de hecho se han constituido en árbitros de la mesa, presentando siempre protestas con el propósito de desvirtuar la elección. Los señores García Verán y Modesto González Galindo son quienes ejercen la presión de que venimos hablando, al grado de que un individuo enteramente extraño a la mesa es quien está formando las actas de elección que nos negamos a firmar nosotros, los subscritos, toda vez que vemos apasionamiento que niega a todos los candidatos la participación que deben tomar, como sucedió con el candidato señor Godofredo Guzmán Peláez o quien no quiso admitírsele un escrito de protesta que ante nosotros presentó, admitiéndose, en cambio, las protestas que formularon los señores González Galindo y García Veyrán, no obstante que en forma correcta se presentó el señor Guzmán Peláez, con dos testigos, pidiendo se agregara su escrito de protesta, de lo cual nada se escribió, pues que el señor Modesto González Galindo, que se dice mayor del ejército y que goza de incondicional protección del eximio C. Venustiano Carranza, con quien se ha retratado por confianza que le tiene. A solicitud del señor profesor Godofredo Guzmán Peláez, expedimos el presente en Tecamachalco, a 17 de marzo de 1917. - A. Ramírez. - Enrique Díaz. - (Rúbricas.). - Hacemos constar, además, que el mayor Modesto González Galindo nos indicó que si no firmábamos iríamos a la prisión y por lo mismo nos ha hecho firmar a la fuerza. - Tecamachalco, 17 de marzo de 1917. - Enrique Díaz. - A. Ramírez. - (Rúbricas.)"

"Concuerda con su original a que me remito. - Puebla de Zaragoza, 28 de marzo de 1917. - Enrique Contreras. - (Rúbricas.)"

Voy a presentar a la honorable presidencia los documentos para que se informe de ellos si lo cree conveniente. Señores diputados, en este caso aparece que el suplente se nos revela un poco más viril y más honrado que el señor González Galindo. Hace pocos días, tratándose de una credencial que no porque sea la mía tenga que decir que es de las más correctas, nos hablaba de violaciones a la ley, sabiendo íntimamente que su credencial venía completamente desapegada a la ley, pisoteando completamente esa ley. Si no basta la fracción III del artículo 55 de la Constitución vigente, que sirva para que norméis vuestro criterio la protesta del suplente del propio señor González Galindo. Os pido, señores, en nombre de la ley, en nombre de la Constitución y en nombre del pueblo de Tecamachalco, al que no tengo el honor de representar, pero que dada mi honradez, puedo representarlo lo mismo que a otros pueblos que se encuentren en las mismas circunstancias, os pido que déis vuestro voto contrario al dictamen.

El C. prosecretario Magallón: ¿Algún ciudadano diputado quiere usar la palabra en pro del dictamen?

El C. González Galindo: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. González Galindo.

El C. González Galindo: Honorable asamblea: se ha dicho en esta tribuna que acabo de firmar la Constitución de 1917 y que a esa firma le doy el valor en que estima la suya el invasor francés en los Tratados de Soledad. Muchos señores diputados me conocen y saben si seria capaz de proceder de esta suerte. Cuando he aceptado mi candidatura para representar al distrito de Tecamachalco, ha sido después de examinar si podía aceptarla, conforme a la Constitución; y una vez que la he aceptado, ha sido porque estoy íntima y prácticamente convencido de que yo reúno los requisitos constitucionales. Lo que ha venido a decir el señor Hernández Maldonado, es únicamente lo que él cree, sin estar, por supuesto, documentado; sí, señores, no está documentado porque esos dos documentos que presenta, como lo demostraré a su tiempo, no tienen valor, o al menos el valor que él pretende darles. Desde luego, señores diputados, a todos vosotros os consta que cuando se discutió la credencial del señor Hernández Maldonado, vine yo mismo a atacarlo aquí porque había puesto preso al candidato contrincante, y eso de poner preso a un contrincante es inmoral, eso es impolítico y es atentatorio; y en despecho y en desahogo de que yo lo he atacado, viene ahora a desahogar una especie de venganza. Nada le hace, señores diputados, estoy tan entero, estoy tan conforme, estoy tan confiado de que yo lleno los requisitos que les voy a demostrar, pero antes, señores diputados, permitidme que en virtud de que hay dos señores que me van atacar y yo solamente tendré derecho para hacer uso de la palabra dos voces, me refiera al ataque que me va hacer el señor general González, y al señor Sánchez Pontón le reserve para después. (Risas y aplausos.) Porque, señores diputados, conozco a mis contrincantes y a mis enemigos que para todos traigo, si, señores tengo que decirlo, y los señores constituyentes me son testigos de que en Querétaro, cuando se discutió el artículo 115 que se refiere a los requisitos para poder ser gobernador, el que habla tuvo el gusto de referirse a la actuación política en el gobierno del Estado de Puebla, del señor licenciado Don Felipe T. Contreras, suegro del señor don Marciano González y a la misma actuación del señor González, y para que no se diga que hablo de memoria...

El C. Hernández Maldonado: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Hernández Maldonado: No está a discusión la credencial del señor Marciano González. (Siseos.)

El C. González Galindo: Aquí está un extracto del discurso, si así se me permite llamarle, que pronuncié en Querétaro. Voy a darle lectura, si se me permite.

"Debemos ser localistas, - dice - pues así que como mexicanos, no admitiremos que ningún extranjero pueda ser Presidente de la República, tampoco debemos permitir que llegue a ser gobernador, como quien dice Presidente de un Estado, el ciudadano que no sea hijo de ese mismo estado. Este nacionalismo molestaría a muchos, pero se impone, pues sucede que si un gobernador no es hijo del Estado que va a gobernar, no conoce el medio ni los elementos que con él deben colaborar. La revolución ha fracasado por esto en el Estado de Puebla, y digo esto con carácter solemne; el árbitro de los destinos de aquel Estado es el licenciado Felipe Contreras, que ha sido porfirista, maderista, huertista, zapatista, convencionista y ahora carrancista; este es un caso típico de lo que sucede cuando no se trata de hijos del Estado. El licenciado Contreras tiene manejado al secretario de gobierno, don Marciano González, que tampoco es del Estado, y así se engaña al general Castro, que es íntegro revolucionario."

Y esto fue lo que le dolió al señor González, que ya Contreras no puede ser gobernado del Estado. Como consecuencia de esto, señores diputados, me endilgó el periódico "El Liberal," de Puebla, un artículo un tanto denigrante, pero antes de ello fue el director que entonces era de ese periódico a entrevistar al señor Marciano González y le pidió su opinión, según dice aquí:

"Los conceptos del licenciado González Berlánga, pesan de ser muy ligeros.

"Con motivo de la nota que la prensa de México dió acerca de la última sesión en el Constituyente, y en la cual un diputado por Tlaxcala se expresó haciendo alución a la persona del general Marciano González, nos acercamos a dicho funcionario, pidiéndole nos hiciera algunas declaraciones.

"Al conocer nuestro deseo el general, se sonrió y nos dijo que conceptuaba de ligeros los cargos formados por el licenciado González Berlanga y que él no tenía nada que argüir a dichos conceptos, toda vez que su gestión como revolucionario es bien conocida; que como secretario general de gobierno ha estado siempre ajustado a la más estricta equidad y que ni como revolucionario ni como político podría jamás dominar en él los afectos ni las amistades, y siempre cuando se trate de sus actos públicos estará sujeto a su conciencia de hombre honrado y revolucionario. Dimos por terminada nuestra entrevista despidiéndonos del señor general González."

Debo advertir a ustedes que esta fue una burla sangrienta que el señor González le hizo al señor Aguirre Berlanga uniendo su apellido al mío; pero fue irónico, y después el mismo periódico, autorizado por supuesto por el señor Marciano González, publicó este largo artículo, pero no le voy a dar lectura a todo. Pertenece a la junta revolucionaria del Estado de Puebla. En 1913 había un grupo de individuos en Puebla que no tuvieron ninguna actuación revolucionaria y que al triunfo de la revolución, como lo han hecho muchos, los de allí fueron a agregarse, a asimilarse, no a ser revolucionarios, sino a ver qué mendrugo de pan explotaban a la revolución. Así fue que esos individuos que entonces se introdujeron en ese periódico, dijeron que esa junta revolucionaria estaba integrada por ametralladoras. Debo decir que se llamaba ametralladoras a la señorita Carmen Serdán y a la señora viuda de Serdán. Pues, señores, en aquel año no había en Puebla hombres de esos que ahora se dicen revolucionarios; no había quienes se enfrentaran a la situación de entonces; no había un revolucionario, y yo anduve buscando elementos para que engrosaran las filas de la revolución, sin haber logrado encontrar uno, pues por lo contrario, se excusaban de hablar conmigo porque sabían que mi nombre se hallaba inscrito en las listas de la policía para que se me aprehendiese y pusiesen a buen recaudo. Ellos no querían juntarse conmigo, pero al triunfo de la revolución todos fueron revolucionarios y ahora ocupan puestos prominentes en el gobierno de Puebla; allí están don Juan Ramírez Ramos, don Ernesto Mora, Miguel Vargas Maldonado, y si recorro la lista del personal que integra la administración del Estado, encontraremos que todos son reaccionarios, pero eso no está de debate. El señor general Marciano González, sabiendo que yo he atacado a su señor suegro y a él mismo. viene a tomar otra revancha y no puede ser honrado y así lo sostengo, que después de estos antecedentes, cuando le he atacado con vigor, venga a

desquitarse aquí. Eso se hace en la calle y no aquí en una tribuna honorable. Se dijo en el periódico que había dicho esto por desahogo contra el gobierno de Puebla , porque nada me había dado. Al gobierno no le he pedido nada porque antes que Cesáreo Castro, antes que Cervantes entraran al gobierno, ya yo no estaba en Puebla y nunca ni siquiera un saludo le dí, y no por desdeñarme de dárselos, sino porque son personajes grandes y yo soy humilde; nunca encontré francas las puertas para saludar a los gobernadores. Si no pude saludarles, mal pude pedirles algo, y menos cuando estaba mejor en el Estado de Tlaxcala. pues bien, ese es el motivo por el que el general González me va a atacar, tomando como pretexto que no reúno el requisito de vecindad, como lo dice el señor Hernández Maldonado y como lo dirá también el señor Sánchez Potón. Repito, para Sánchez Potón, me reservo. Quiero, señores diputados, suplicar muy atentamente me prestéis vuestra atención, porque para fijar debidamente el requisito de vecindad, necesito explicar lo siguiente: me ha preguntado el señor licenciado Sánchez Potón que le explique cuál fue la idea que inspiro a los constituyentes el artículo 55, y la misma pregunta se hizo, si mal no recuerdo, por el señor doctor Román hace unos cuantos días aquí en esta asamblea. Tengo que hacer algo de historia, señores diputados. El artículo 55 fue precisamente inspirado por el servidor de ustedes, y yo y un diputado por el Estado de Puebla firmamos la iniciativa, y el señor Martínez de Escobar me parece que explico hace pocos días que el motivo que había inspirado el artículo a los constituyentes fue el de tener pleno conocimiento del Estado que va a representar, para así poder defender sus derechos y sus intereses. El señor Martínez de Escobar, en aquella tribuna del constituyente, atacó el proyecto; yo pedía, no seis meses, sino como mínimo tres años de residencia en el Estado que se va a representar para poder ser electo diputado. El proyecto fue rudamente combatido y se votó por seis meses, pero el ideal y motivo que tuvimos para iniciarlo no fue precisamente el pleno conocimiento de las necesidades del Estado, sino el afecto y amor al Estado; porque ustedes, como yo, sabemos perfectamente que hay muchas personas que conocen sin duda perfectamente las necesidades de un Estado y, sin embargo, no se interesan por resolverlas, no se interesan por aliviarlas; del mismo modo que aunque nacidos en el Estado salen desde pequeños, y nunca, - años y años pasan - van al Estado, y eso no les da conocimiento pleno a aquellos ciudadanos de las necesidades del Estado, y mal podrían resolverlas; en consecuencia, no es el pleno conocimiento lo que se necesita, sino el afecto, el amor el Estado, porque sólo sintiendo amor, sintiendo afecto por la tierra, es por lo que se puede sacrificar uno por ella; en este concepto fue votado el artículo 55. Además, señores diputados, invito a ustedes cordialmente a que registren su Constitución y lean el artículo 55, porque hay que precisar bien el espíritu. El señor Hernández Maldonado siempre que predicaba el evangelio en las iglesias protestantes decía: "La letra mata y el espíritu vivifica." Pues bien, vamos a ver el espíritu de esa ley. El Artículo 55 en la fracción III, y suplico fijen su atención, dice:

"Para ser diputado se requiere...

"III. - Ser originario del Estado o Territorio en que se haga la elección o vecino de él con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella. la vecindad no se pierde por ausencia en el desempeño de cargos público de elección popular."

Ahora, suplico a ustedes, señores diputados, que abran su Constitución en el artículo 115 y lean el mismo requisito para los gobernadores, que dice:

"Solo podrá ser gobernador constitucional de un Estado, un ciudadano mexicano por nacimiento y nativo de él, o con vecindad no menor de cinco años, inmediatamente anteriores al día de la elección."

Hago énfasis en la palabra "inmediatamente" que no tiene la fracción III del artículo 55; seguramente que en este detalle no se habían fijado: los seis meses anteriores a la elección son para los diputados, y los cinco años inmediatamente anteriores a la elección son para los gobernadores; de modo es que, no hablando el artículo 55 de seis meses anteriores inmediatos a la elección, no es requisito que sean precisamente antes, sino sólo anteriores. Esto les parecerá un juego de palabras, pero si lo fuera, se habría retirado el adverbio "inmediatamente" del artículo 115, y se habría puesto en la fracción III, del artículo 55. Pues bien, señores diputados, ese es el espíritu de la ley; y no lo detallo más para no ser tan largo. (Voces: ¡A votar, a votar!) estoy hablando.

El C. presidente: Tengan la bondad de esperar a que termine el orador.

El C. González Galindo: Si nos hemos de atener al espíritu de la ley, si nosotros hemos de atenernos a la ley que dice residencia efectiva de seis meses anteriores a la elección, quiero admitir que sean inmediatamente, lo admito seis meses inmediatamente antes de la elección de residencia efectiva. Acaba de leer el señor Hernández Maldonado un documento de la secretaría de Guerra en que se dice que pasé revista, ¿en que mes, señor Maldonado? En septiembre ¿verdad? Pues bien, todos los señores militares que están aquí saben bien que no siempre que se pertenece a una brigada se vive a donde esta la brigada o destacamento. Muchos jefes y oficiales y aun soldados perteneciendo a la brigada donde quiera que se encuentre no vive allí, viven en otra parte. Aquí en México, estoy seguro de ello, viven muchos jefes y oficiales cuya brigada está, no digo en el Distrito Federal, sino en el Estado de México y a veces en un Estado muy lejano; esto yo podría preguntárselo a muchos señores militares que están aquí, para ver si es cierto o no es cierto. Pues bien, siendo yo miembro de la brigada mixta "Leales de Tlaxcala," que como le consta al señor Hernández Maldonado, ingresé en abril de 1915, estuve actuando en aquella brigada con todo entusiasmo, y no solamente como miembro de la brigada, sino como miembro del gobierno civil del Estado. Tengo aquí los nombramientos de haber sido allí miembro del estado mayor del señor general Máximo Rojas, secretario particular suyo, secretario particular del gobierno del Estado, y segundo vocal propietario del consejo de guerra permanente del Estado; después director del periódico "El Republicano" que sostenía el gobierno del Estado. Pues bien como desempeñaba todos esos cargos no faltaron malquerientes que inspirados en envidias comenzaron a sugerirle al señor general rojas que debía retirarme de la brigada, puesto que como secretario particular suyo, podía yo inspirar cierta política contraria a los intereses del Estado. Comenzaron a hacerme política, y entonces, cuando se pasó la Comandancia Militar de Santa Ana a Apizaco, en vez de llevarme el general Rojas, como siempre, a su lado, trabajaron para que me dejara en Santa Ana con el carácter de jefe de las armas. Estuve desempeñando ese cargo sin decir nada, por más que ya advertía que era política la que se me hacía. Estando actuando como jefe de las armas en Santa Ana, vino aquel asunto de los billetes de Veracruz por los cuales el comercio cerró todas sus puertas para que la gente se quedara con ellos, y entonces yo, como jefe de las armas tomé medidas enérgicas para obligar al comercio

a que recibiera todos aquellos billetes que el pueblo dejara en sus tiendas. El comercio elevó un memorial en mi contra acusándome de estas y otras cosas. El general Rojas Pretendió retirarme y darme de baja en aquel empleo, por lo que viendo que el mismo general me hostilizaba, en una conversación privada le dije: señor general, veo que se hace esto en mi contra y no quiero ser aquí el motivo de discordia, por lo que le suplico a usted me permita separarme de la brigada. No me lo consintió, pero me dió permiso para que viviera en Puebla, donde siempre he tenido mi casa. Ofreció gestionar mi baja y mientras la conseguía, me dijo que podía estar en Puebla, pero que apareciera mi nombre como jefe de las armas en Tlaxcala; dos o tres veces me reiteró que sólo mi nombre estaría allí y que sólo cuando ocurriesen asuntos delicados, que el capitán H. jefe del destacamento, no podría resolver, se me llamaría. Con esa distinción que me hizo el general Rojas, pasé a Puebla en el mes de julio de 1916, y existe el contrato, que no tengo aquí, pues está en Puebla, el que no he podido conseguir que se me envíe; mas a falta de él, tengo que mostrar el recibo que suplico a la secretaria se sirva dar lectura.

El C. secretario Mata: El recibo dice:

"Casa número 8, calle de 1a Ignacio Rayón. "Recibí del señor Modesto González Galindo la suma de $68.00 por cuatro meses de arrendamiento de julio a octubre que ocupa en dicha casa, vencido en esta fecha.

"Puebla, a 1o. de noviembre de 1916. - José Remedios Cosatl. (Rúbrica.)"

El C. González Galindo: Sucedió que como no estaban bien dispuestos los propietarios de casa a recibir los billetes infalsificables, se negaban a recibir la renta que les adeudaba; pero viendo yo que después podría exigírseme en oro nacional, obligue al propietario a que me las recibiese, pagando en conjunto cuatro meses, siendo así como me extendió recibo el dueño. Además, está aquí otro certificado, porque debo advertir a ustedes que de octubre para acá, no he podido darle su renta al dueño de la casa, porque aparte de ser oro nacional, estoy en condiciones tales de pobreza que no he podido pagarle un solo centavo como ya lo he dicho; aquí está el certificado en calidad de recibo para demostrar que yo he estado allí viviendo.

El C. secretario Mata: El certificado, dice así:

"Certifico en toda forma que el señor Modesto González Galindo ha ocupado un departamento de mi propiedad para habitación desde el mes de julio hasta la fecha, según contrato, sita dicha casa en la calle 1a. Ignacio Rayón de esta ciudad. Y a pedimento del interesado expido el presente. - Puebla, abril de 1917. - José Remedios Cozatl. (Rúbrica.)"

El C. Martínez Joaquín: para una moción de orden, señor presidente

El C. presidente: Tiene la palabra para moción de orden.

El C. Martínez Joaquín: Suplico a su señoría le pregunte al señor Urueta de qué se ha tratado esta tarde aquí

El C. presidente: No corresponde a la presidencia examinar a los CC. diputados

El C. Martínez Joaquín: El C. Urueta ha estado durmiéndose toda la tarde.

El C. presidente: Si a usted le interesa mucho puede preguntárselo.

El C. Limón: Pido la palabra para una moción de orden, señor presidente.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Limón: Para suplicar a su señoría se sirva a ordenar a los secretarios pasen a ocupar los asientos que les corresponden.

El C. González Galindo, continuando: Se ha hecho mención de un documento subscrito por el suplente mío y se dice en él que yo le ofrecí su candidatura. Esto es falso. Yo no ví a este señor, sino hasta los días que se estableció la junta computadora en Tecamachalco; que el señor Victoriano Juárez ha protestado en mi contra, no lo pongo en duda. Como habrán escuchado, este señor tiene un grado de coronel. Está acostumbrado este señor a que por su grado de coronel se le atienda sin ampararse en ninguna ley de fundamento legal. El señor Victoriano Juárez fue postulado, no por mi, ni yo la agregué, ni asocie al mío su nombre; los partidos que me postularon lo designaron también a él. Después me explicaron que por ser de allí, podía hacer con éxito la propaganda. No hice objeción. Fuí solo a Tecamachalco, no ví al señor Victoriano C. Juárez, pero sí supe que se volteó en contra de la fórmula y se postuló candidato propietario haciendo su propaganda en el distrito. ¡Tal! será la popularidad de este señor, que obtuvo apenas 63 votos para diputado propietario!

El C. secretario López Lira: por acuerdo de la presidencia se pregunta si se concede permiso al orador para que continúe en el uso de la palabra, pues ya ha pasado media hora. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Concedido el permiso.

El C. González Galindo: Doy las Gracias a la asamblea por la benevolencia que tiene para mi. Es largo lo que tengo que deciros, sin embargo, procuraré ser breve para no cansaros. El señor Victoriano C. Juárez, a quien el señor Hernández Maldonado le atribuye una honorabilidad sin tacha, en mi concepto y en el de la honorable asamblea, va a ser juzgado como se lo merece, para que se vea qué valor puede darse a una protesta firmada por él. Suplico a la secretaría se sirva dar lectura a este documento.

- El mismo C. secretario: El periódico "El Liberal" de puebla de fecha 17 de marzo de 1917, dice:

"En el distrito de Tecamachalco burló la ley electoral un candidato a diputado. - El coronel Victoriano Juárez hace al diario "El Liberal" importantes declaraciones.

"Ayer tarde estuvo en nuestras oficinas el señor coronel Victoriano Juárez, candidato a diputado por el distrito de Tecamachalco, de donde es nativo, a manifestarnos que el señor profesor Godofredo Guzmán Peláez. Como candidato a diputado por el mismo distrito al Congreso de la Unión había cometido varias irregularidades en las pasadas elecciones del domingo.

"Nos dijo el mencionado coronel que el señor Guzmán demuestra ser un hombre sin escrúpulos, usurpando las funciones del presidente municipal, vino a esta ciudad a recoger de la sección de gobernación las boletas para las elecciones.

"Cuando regresó a Tecamachalco procedió de acuerdo con el secretario del juzgado de primera instancia de esa población a repartir las boletas entre todos los vecinos de la localidad.

"Esto lo hicieron el señor Guzmán y su cómplice el sábado al medio día, siendo que con algunos días antes habíanse repartido convenientemente en todo el Estado las boletas para el solemne acto del día 11 del presente.

"Pocos momentos después, al terminar el reparto, entregaron el resto de las boletas al presidente municipal, siendo ya demasiado tarde.

"Según nosotros, este hecho constituye por sí solo una falta que debe castigarse como infracción a las disposiciones de la superioridad, que en todo deben acatarse.

"Felizmente el gobierno del Estado mandará practicar una minuciosa investigación para sacar en claro lo que hay en esto de verdad para así exigir responsabilidades a quien resulte culpable.

"Tendremos al tanto a nuestros lectores sobre este asunto de vitalísima importancia, por tratarse

nada menos que de un candidato a diputado a las Cámaras."

El C. González Galindo, continuando: Después de esto, el señor Victoriano Juárez ha protestado por chanchullos, mejor dicho, por fraudes e irregularidades que se estaban cometido. El candidato que me disputó la credencial se asocio a él en vista de que yo triunfé; antes, como estaba en la creencia de que triunfaría Guzmán Peláez, estaba en contra suya y luego que vió el equívoco se asoció con él y dirigió una protesta en mi contra. Antes de eso, no conocía a nadie.

El C. prosecretario Magallón: El periódico "La Revolución," correspondiente al domingo 25 de abril de 1915, dice así:

"Destituído por indigno.

"Irapuato, 24 de abril. - General Francisco Coss. - Puebla - Coronel Victoriano C. Juárez, perteneciente a la brigada Sánchez Herrera, del general Jesús Novoa, fue destituído por indigno de pertenecer al ejército constitucionalista. Lo comunico a usted rogándole tenerlo presente y comunicarlo a sus fuerzas. - Afectuosamente. - General en jefe, Alvaro Obregón."

El C. González Galindo: Un coronel, señores, depuesto por indigno de pertenecer al ejército, pido honradamente que me digáis si merecen crédito sus palabras. (Voces: ¡No, no!) Después de haber estado protestando contra el candidato derrotado, volvió sus armas en mi contra y quiere darse cierta apariencia de moralidad. ¿Es esto moral, señores diputados? Yo deseaba, señores diputados, que a cada quien se le diera su lugar por su actuación política y moral. Yo nunca he renegado de los criterios que se aplican en esta asamblea, por el contrario, yo sostengo los tres y pido que de los tres se me señale uno. El criterio legal está a mi favor, porque yo me reservo aquí otros documentos a los que daré lectura cuando me ataque el señor Sánchez Pontón. Sólo quiero hacer notar a ustedes, señores diputados, que no quiero hablar sobre mi propia persona, no quiero hablar de mis antecedentes políticos, porque a mí se me hace repugnante; pero si llegará el momento en que yo demostraré cuál ha sido mi actuación política. ¿Puede decir lo mismo el señor Sánchez Pontón y el señor Marciano González? Que lo vengan a decir aquí. (Aplausos.)

El C. presidente: tiene la palabra en contra el C. Marciano González. (Siseos.)

El C. González Marciano: Señores diputados: no me proponía entrar en las consideraciones a que aludió el señor González Galindo, ni a hacer tampoco mención de la ligereza de criterio y de la mala fe con que procedió en el Congreso Constituyente; sin embargo, pagar es corresponder. Quiero, antes de entrar en materia, ilustrar el criterio de esta asamblea, el criterio íntimo, la conciencia de los hombres, de los representantes que deben fallar sobre cuestiones trascendentales para el país, para que deben hacerse una selección minuciosa de los individuos que aquí queden, decir ciertos datos. No puedo comparar, señores, mi actuación revolucionaria con la del señor González Galindo y no la comparo por este hecho: Todos los que vienen del norte empujados por la revolución, me conocen perfectamente. Muy antes de esta revolución, algunos tenían datos respecto de mi humilde personalidad y sabían que todo cuanto soy lo debo, lo confieso sinceramente y ruego que se me crea, a mi honradez, a mi manera íntima de ser; no tengo nada de que reprocharme y no llevo conmigo una cauda de crímenes ni voy recibiendo riquezas. Cuando se haga el saneamiento militar que las necesidades del país exigen, y que esta conmoción política reclama, entonces, créanmelo, no tendré pena ninguna de que se me acerquen o a escupir mi cara o a estrechar mi mano, porque todavía ignoro si soy honrado o perverso. No puedo compararme con muchos, y repito que cuanto soy lo debo a mi mismo. Si mañana o pasado la inquina, la mala voluntad de los poderosos me quita algo de lo que llevo dentro de mí, de lo que acaricio con fruición, de lo que es el futuro de mi actividad y de mi esfuerzo, entonces me entregaré a esa profunda tristeza que decepciona a los hombres y quebranta los corazones. Hoy, todavía tengo fe en que mañana o pasado, cuando se haga el balance general, muchos revolucionarios volverán la espalda al capitolio, y muchos constituyentes y muchos diputados tendrán que salir por ahí, porque no merecen estar aquí.

Figúrense ustedes señores, si iba yo admitir esa comparación, ese parangón, ese paralelo que provocó el cabo de policía Modesto González Galindo conmigo. (Risas.) ¿Pero cómo voy a permitir, señores, que este individuo que formó en grupo esotérico, de los individuos que en Puebla quisieron apoderarse del gobierno y que la revolución los fue a quitar? Hay algo, señores, que el hombre lleva consigo, que tiene obligación de cuidar con celo íntimo, con fe inconmensurable, porque es lo que le hace vivir consigo; amando a Dios y bendiciendo al mundo. Había en Puebla, cuando entraron las fuerzas Constitucionalistas, un grupo de personas que por la ignorancia que nosotros teníamos del medio y de aquel ambiente, manejaban las cosas a su antojo, a su capricho. Allí, como en muchos otros centros revolucionarios, vivían a expensas de los ignorantes, y un grupo de personas cuando llegó el señor general Coss, quisieron manejarlos como dije antes, y el general Coss, pésele a quien le pesare, es un revolucionario honrado y hombre de convicciones. (Siseos de la izquierda.) Me llamo a ese puesto colaborando con él, y más tarde tuve que irme a la campaña. Desde los principios del gobierno de él, vieron determinados elementos de allí que no podían manejar al señor general Coss, y que el estorbo para ello era yo. corrió el tiempo, se precipitaron los acontecimientos, y al nombrar el primer jefe al señor general Castro gobernador de aquella entidad, me llamó como secretario de gobierno y puedo afirmar a ustedes, dentro de la posibilidad, dentro del medio, dentro de las circunstancias propicias, puedo afirmar a ustedes que el general Castro gobernó allí con más o menos tino y con honradez. El señor González Galindo en el Constituyente afirmó que en Puebla había fracasado la revolución. Yo confieso que esta es una falsa afirmación, y que los hechos y la obra que el general Castro ha desarrollado allá, lo demostrarán. Rescon extremo celo, con profundo empeñó con respecto de la otra consideración de un carácter íntimo, no quiero tocarla; como llevo dicho en un principio, traigo conmigo algo de lo que cuido amor inconmensurable; es mi honradez y mi prestigio de revolucionario. Nadie podrá decirme que llevo conmigo algo que no haya podido ganar honradamente; eso poco que tengo es la satisfacción más grande, más infinita, el sabor de todos los deleites que quisiera pudieran compartir todos aquellos que se sienten honrados. No es el caso de corresponder ataques con ataques, como dice el señor González Galindo; no es el caso tampoco establecer un parangón entre mi humilde personalidad y la de él; pero sí lo es sacar a mientes de ustedes que en el caso del señor Hay, no obstante que estábamos perfectamente percatados de que no podría él salir de aquí, quisimos los del pequeño grupo independiente sentar un precedente para el futuro, porque creímos en nuestro fuero íntimo que el general Hay estaba comprendido dentro de la prohibición de la Carta Magna firmada en Querétaro y por eso rebatimos al señor Hay, sin que abrigáramos la creencia de que iba a salir de esta Cámara. ¿Que le extraña al señor González

Galindo que hoy que se trata de él venga a tratar precisamente el mismo punto y a hacer hincapié sobre aquello de que el adolece, el requisito de vecindad? señor González Galindo, esa ligereza de usted, esa vanidad que hace que sus palabras se agolpen en su boca, debería dejarlas para mejores causas y para atacar hombres que efectivamente necesitan que, coaligados los elementos revolucionarios, vayan a atacarlos. Usted no ha esgrimido iguales armas cuando aquí se ha tratado de enemigos de la revolución; usted ha andado a escondidillas como perro faldero lamiendo por un lado y por otro. Ha ido usted a aliarse al Partido Liberal constitucionalista con tal de que le ayudasen; después ha andado con otro grupo y con todos. Si usted tiene méritos bastantes, si está dentro de la ley, ¿por qué pedir favor? No vaya usted a mendigar que te avienten del festín esas migajas que sólo reciben los perros hambrientos.....

El C. presidente: Se llama la atención de usted para que haga más mesurada su peroración evitando el uso de palabras ofensivas. Ruego a su señoría retire las palabras injuriosas.

El C. González Marciano: Están retiradas.

El C. Cámara: pido la palabra para una interpelación.

El C. presidente: No tiene usted derecho de interrumpir al orador.

El C. Cámara: Es una interpelación que se relaciona íntimamente con lo que se está tratando.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cámara: Quiero que me diga el señor Marciano González si fue hecho prisionero en Villa Ahumada por el señor general Elizondo.

El C. González Marciano: Señores, nunca he estado en Villa Ahumada. Revolucionario desde 1910, y durante la decena trágica fuí secretario particular del entonces gobernador del Distrito, Federico González Garza, y a muchas personas les consta que hasta la decena trágica fuí secretario de él; tuve que irme el 21 del mismo febrero hacia la frontera y al llegar a mi pueblo, en Cerralvo, todos mis enemigos se amontonaban para pedir, entiéndalo usted perfectamente, que me sacaran de allí, porque yo era acérrimo maderista, por que en 1912, después de la convención de agosto, en dónde no estuvo usted y si estuve yo, me fuí a hacer precisamente la gira de propaganda por don Francisco I. Madero, y desde entonces los elementos ricos de aquella comarca se fijaron en mí como un hombre sin antecedentes de riqueza, pero suficientemente entero para decir a todo él mundo la verdad, y para los combates; por lo que, repito, veían en mí a un enemigo y tomaron empeñó en que me aprehendieran, y antes de que algún revolucionario procediera contra mí me fuí con las fuerzas del general J. Agustín Castro y allí me dijeron: ¿Quiere usted irse con nosotros? y yo les contéste..: Me permiten ustedes primero que vaya a arreglar un desafío, porque había un individuo de los ricos de allí que había pagado porque me llevaran cincuenta leguas a pie y me fusilaran. Entonces lo que hice después de despedirme del general Castro, fue ir a buscar a ese individuo y le dije: "Saque usted su pistola, muerda este pañuelo y así se matan los hombres;" y me fuí a la revolución, y apenas tenía quince días de conocer al general Elizondo cuando me dió cuarenta mil pesos para que fuera a comprar parque y mi llegada a San Ignacio con diez mil tiros fue celebrada con entusiasmo por todos los jefes que allí operaban.

El C. Cámara: ¿Es cierto que a usted lo tomaron prisionero cuando estaba reclutando gente para Huerta?

El C. González Marciano: Juro por mi honor, que es para mí lo más sagrado, que lo que he dicho es la verdad, y esto lo pueden afirmar cuantas personas estaban en Matamoros.

El C. Gárate: Soy testigo.

El C. González Marciano: Querría que usted hubiese confirmado tal noticia y no obrase con demasiada ligereza, porque esas versiones, como las monedas falsa, van rodando, sembrando la desconfianza de ánimo en ánimo.

El C. Cámara: por eso interpelé a usted

El C. González Marciano: El señor González Galindo aludió a mí y por eso lamento no haber podido evitar de mencionar ciertos datos para que se vea que no está dentro de la ley. Habiendo ido al Congreso Constituyente de Querétaro, en representación de un distrito electoral del Estado de Tlaxcala, donde vivió durante algún tiempo, pues pertenecía a las fuerzas del general Máximo Rojas, no me explico cómo viene ahora como diputado por un distrito del Estado de puebla, en cuyo distrito no ha permanecido seis meses, requisito indispensable que fija la ley como tiempo de vecindad para que algún ciudadano pueda ser electo diputado. Dice el propio señor que el requisito de vecindad no se pierde por el desempeñó de un puesto de elección popular. El señor González Galindo estuvo en el Congreso Constituyente, según dije, representado un distrito de Tlaxcala; era vecino en aquel entonces de Tlaxcala, ¿Como es que ahora se nos presenta como vecino del distrito de Tecamachalco en Puebla? Si hemos de ser consecuentes con nosotros mismos, si tenemos el afán de conservar dentro de esta Cámara únicamente a los verdaderos representantes del pueblo, fijémonos de hoy para siempre, llamando la atención sobre los precedentes ya sentados, de que todos los representantes del pueblo en este Congreso deban reunir los requisitos que la misma ley marca. Todas las revoluciones posteriores a la Constitución de 1857 tuvieron su origen precisamente en las violaciones de aquel pacto sagrado que aseguraba los derechos fundamentales del hombre; la violación de la Constitución de 1917, cuando nosotros lo permitamos, traerá un nuevo derramamiento de sangre, y la Constitución de 1916 - 1917 establece de una manera clara, concisa e irrevocable, los requisitos para poder venir a esta representación nacional. El señor González Galindo no tiene los seis meses de residencia que fija la ley electoral para poder representar al Estado de Puebla. Ha vivido en Tlaxcala con carácter de militar; representando un distrito de allí ha ido al Constituyente, y no creo que se necesite mucho para demostrar a ustedes que no reúne el requisito. Nos presenta el señor González Galindo un recibo de la casa que ocupa en Puebla, pero yo me digo, ¿qué, estado el señor González Galindo en Querétaro, vivía en la casa que ocupa en Puebla? vivía su familia, y no será el único en este caso que sostenga a sus padres o que tenga a algún miembro de su familia en Puebla; pero eso no quiere decir que el reúne el requisito de vecindad, pues no ha vivido allí desde hace dos años. El señor Maldonado ha citado fechas y tiene una, la de abril de 1915, en que pidió licencia a la Secretaria de Guerra por estar precisamente desempeñando un cargo al lado del general Máximo Rojas, y en esa fecha pidió permiso para separarse de él; quiere decir que a su lado estuvo y que dependía de la comandancia Militar del Estado. Contando desde 1915, y descontando los meses que estuvo en el Congreso Constituyente, por haber desempeñado un puesto de elección popular, no reúne el requisito de vecindad, no ha tenido seis meses que la ley marca. El señor general Hay, con toda entereza defendió el punto de haber estado pocos días desempeñando la secretaría de Fomento. Yo quiero, señores, que exijamos al señor González Galindo defina su situación Si nos convence que no está comprendido dentro de

la ley, entonces que continúe en este recinto, pero de otra manera no puede ser. Ruego a ustedes, señores, que por un momento fijen su atención en la conducta que yo he seguido en esta Cámara: He sido independiente porque mi criterio así me lo ha inspirado. Deseo continuar siéndolo y no me importa tener que ir en ciertos casos contra la mayoría, si esta mayoría está contra la razón, o ir con ellos si aman la virtud más grande de los pueblos que es la justicia. (Aplausos.)

El C. secretario Padrés: ¿Hay alguna persona que desee hablar en pro?

El C. González Galindo: Desearía saber si algún orador del contra desea hablar.

El C. presidente: No pueden hablar seguidamente dos en contra.

El C. González Galindo: Declino el turno.

El C. Sánchez Pontón: No tengo inconveniente alguno, por parte mía; pero creo que la razón que tuvo en cuenta el reglamento para turnar a los oradores es fundamental; de otra manera no seguirían un orden racional los debates.

El C. González Galindo: Deseo hablar otra vez y considero que no debo ser yo el último que hable en pro si otros hablarán después en contra.

El C. Martínez de Escobar: pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Martínez de Escobar: Señores diputados: vengo a hablar en pro del dictamen por que tengo entendido que el señor González Galindo sí reúne los dos requisitos a que se refiere el artículo 55 de la Constitución. Decía aquí el señor general Marciano González que cómo podía ser posible que representando el señor González Galindo un distrito de Tlaxcala, en el Constituyente, ahora representara un distrito del Estado de Puebla. Si no es ahí, suplico al señor González Galindo que con toda honorabilidad nos los diga, manifestando de dónde es originario.

El C. González Galindo: Soy nativo del Estado de Tlaxcala, y con ese carácter fuí al Congreso Constituyente, no con el de vecindad.

El C. Martínez de Escobar: Teniendo en consideración lo manifestado por el señor González Galindo, que supongo es la verdad, es perfectamente explicable que, siendo originario de Tlaxcala, fuera representando uno de sus distritos al Congreso Constituyente, a pesar de vivir en el Estado de Puebla. Además, el mismo señor ha estado residiendo en Puebla durante algún tiempo, lo que se por habérseme mostrado algunas cartas y diversos documentos, donde se comprueba que ha estado residiendo en el Estado de Puebla, a pesar de pertenecer a la brigada "Máximo Rojas" pues como muy bien decía aquel señor, muchos oficiales y jefes dependientes de determinado batallón o regimiento, tienen su residencia en determinado Estado y viven en otro. Esa es la circunstancia especial que concurre en el caso del señor González Galindo. Así me lo han asegurado muchas personas y lo creo en primer lugar, porque el lo ha venido a decir aquí de una manera especial y lo juzgo honrado; segundo, por el testimonio de muchas personas que lo conocen y que me lo han manifestado, así como esa serie de documentos, porque allí tiene su casa y allí ha vivido; de manera que el vendrá a decir si es verdad o no. Yo sí quiero advertir a la asamblea que realmente aquí parece que es una cuestión un poco personal, porque es muy difícil que los hombres hagamos abstracción en todas las circunstancias de la vida de esos pequeños enojos, de esas pequeñas rivalidades, de esas hostilidades que existen entre unos y otros, y mucho me temo que aquí sea está la causa, y voy a decir por qué: Allá en el Constituyente recuerdo que se trató de una credencial de C. general Máximo Rojas como propietario, y tengo entendido que el señor coronel Anastasio Maldonado como suplente. Pues bien, el señor González Galindo tenía algunas dificultades con el señor Máximo Rojas, era el contendiente del general Máximo Rojas en Tlaxcala, y el señor González Galindo fue a demostrarnos que no podía ser diputado constituyente el señor Máximo Rojas por la sencilla razón de que era comandante militar del Estado de Tlaxcala, y, por lo tanto, había habido presión sobre los electores; lo demostró a la asamblea con documentos que hicieron prueba plena, y entonces el general Máximo Rojas no pudo formar parte del Congreso Constituyente y entró allí el señor González Galindo; después hemos visto que desde entonces hay cierto enojo entre ellos; después se discutió la credencial del señor Hernández Maldonado y vemos al señor González Galindo atacando al señor Hernández Maldonado, y ahora vemos al señor Hernández Maldonado atacando al señor González Galindo. Por la lectura de unos periódicos aquí también aparece que existen algunas hostilidades o rivalidades entre el señor Marciano González y el señor González Galindo por esos artículos que nos leyeron; de manera que yo pido a la asamblea, después de que escuchemos y nos convenzamos de que durante los seis meses ha vivido el señor González Galindo en Puebla, demos un voto afirmativo en pro del dictamen, sin preocuparnos de las rencillas que haya en estos momentos entre el señor González Galindo y el señor Hernández Maldonado y entre el señor González Galindo y el señor Marciano González, y entre el señor González y el señor licenciado Sánchez Pontón. (Aplausos)

El C. presidente: tiene la palabra el C. Sánchez Pontón.

El C. Sánchez Pontón: Honorable asamblea: Acabamos de escuchar en estos momentos débiles frases del señor licenciado Martínez de Escobar, muy en contra de todo lo que él acostumbra y de lo que nosotros estamos acostumbrados a oírle; y es únicamente por falta de convicción, por falta de datos y conocimiento pleno de lo que ha venido a defender. Pero no lo culpo en cuanto que ha querido darle oportunidad al señor González Galindo para que hablara posteriormente a mí y darme también oportunidad para hacer las aclaraciones procedentes. Sin embargo, en lo que no está en lo justo el señor Martínez de Escobar, es en decir que existen entre nosotros, el señor Galindo y yo, algunas rencillas como las que ha marcado entre los oradores que le han atacado; y para que se borre la impresión que ha querido producir, sin conocimientos y sin datos, el señor Martínez de Escobar, apelo a la horadez del señor González Galindo para que diga qué relaciones ha habido hasta la fecha entre él y yo.

El C. González Galindo: Contestando la interpelación del señor Sánchez Pontón, digo que nuestras relaciones han sido las que puede haber entre un viejo empleado huertista, como es él, y un revolucionario, como lo he sido yo siempre.

El C. Sánchez Pontón: Eso puede demostrar a la asamblea la falta absoluta de honorabilidad con que se produce el señor González Galindo, a cuyo conocimiento y sentimientos de persona decente he apelado, puesto que nuestra relaciones son una cuestión de hecho, contestando en la forma en que lo hizo, sin tener en cuenta la generosidad de que voy a hacer uso en este caso, que será un verdadero derroche en favor de él. Únicamente señores, quiero llamar vuestra atención sobre la cuestión legal. A pesar de lo que ha dicho el señor González Galindo reconozco que no tiene ninguna mancha en su carrera política; nada tengo que decir respecto a su actuación revolucionaria; no creo que sea indigno de representar un distrito electoral en esta asamblea, pues él es un revolucionario de

buena fe e inteligente: Así lo he conceptuado siempre. Pero como no es único el requisito que la ley exige el de ser revolucionario convencido, un revolucionario sin mancha, de limpios antecedentes, para poder entrar a esta Cámara como representante de un distrito electoral, sino que la ley, de una manera patente y clara marca los requisitos que se deben reunir para ser electo por un distrito, y es únicamente a lo que nosotros tenemos que hacer caso. La única credencial que he objetado fue la del señor Manjarrez, y como lo hice presente en esta tribuna, toqué secundariamente los antecedentes políticos de él, porque me pareció que en ese caso era bastante importante como la ha conceptuado la mayor parte de la asamblea, cuando después se tuvo ocasión de presentar un dato más de los que habían dado mis palabras. Nunca al atacar en esta tribuna alguna credencial o algún otro asunto de importancia, he tenido en cuenta únicamente el criterio político o el criterio moral, sino que en primer lugar he tenido en cuenta la ley, porque aquí venimos a cumplir con la ley. En el pórtico está la ley, seremos de un partido o de un grupo o de otro, de una tendencia o de otra, pero debemos tener como lazo común, como el único lazo que debe unir a radicales y a conservadores, el mismo cumplimiento exacto de la ley. Se nos esta atacando señores, diariamente. Ahora mismo la prensa reproduce sus ataques contra un partido de la Cámara; ahora mismo parecen desencadenarse todas las iras y todos los odios de los enemigos de un grupo y toman como pretexto los incidentes suscitados en la credencial del señor Cepeda Medrano para recorrer los velos de algo que creo que es un misterio, un enigma; señores, no han hecho más que ponerse en ridículo, porque han acontecido otros casos de mayor importancia política en esta asamblea y, sin embargo, han pasado desapercibidos para quienes han querido que pasen desapercibidos; pero yo especialmente a los señores cronistas mucho ojo en los debates que en este momento se verifican, porque a un lado de la credencial del señor González Galindo estamos mirando algo que no se ha querido decir, y es que cuando llegue el momento en que un argumento legal se esgrime es esta tribuna, no son los del Partido Liberal Constitucionalista, sino otras personas las que no hacen caso absoluto de él para apoyar contra todo criterio, contra todas las pruebas a los elementos que creen de su partido. Estamos mirando en estos momentos de una manera patente, por la confesión misma del interesado, que no tiene los requisitos legales, salvo para aquellos que no hayan puesto atención, y para concentrar de una manera más precisa esta cuestión legal es por lo que he querido ocupar la tribuna, puesto que el argumento lo ha dicho el señor Marciano González y la misma comisión lo dice en su dictamen, dando, sin embargo, una resolución no congruente con la parte expositiva. El señor González Galindo ha confesado aquí lo siguiente: que en el Congreso Constituyente de 1916 - 1917 representó un distrito del Estado de Tlaxcala, siendo el requisito que entonces tuvo para estar dentro de la ley el de ser nativo del Estado de Tlaxcala; y que ahora tiene el requisito de vecindad en el Estado de Puebla. He ahí un señor que cuenta con dos posibilidades de ser electo por dos Estados diferentes, lo que me recuerda aquella situación especial en que un candidato a la legislatura del Estado de Puebla se hallaba en el año de 1912, al postularse por tres Estados distintos, quién explicaba en un periódico que en el Estado de Puebla era ciudadano por nacimiento, en Tlaxcala por decreto de la legislatura, y en Guerrero por un honor que le hizo el ayuntamiento declarándolo ciudadano del Estado. El C. González Galindo dice, y su dicho es una confesión que releva de toda prueba corroborada además por el certificado que leyó el ciudadano Hernández Maldonado, que en octubre del año próximo pasado todavía pasó revista como jefe de armas en Tlaxcala. ¿Puede tener valor ese subterfugio que se ha querido usar con tan mala suerte, de que se puede ser jefe de las armas en un Estado y residir en otro distinto; que se puede ser secretario particular del gobernador, del comandante militar, vocal del consejo de guerra y director de un periódico, y con toda esa abrumadora carga de honores que tenía en Tlaxcala el señor González Galindo, vivía en Puebla? Y la ironía mas grande: La prueba de un recibo de casa. Es una prueba que para cualquier abogado y aun para cualquier que no lo sea, debe resultar abrumadora y concluyente. Pero supongamos que hubiera estado en la posibilidad de servir todos esos puestos, percibiendo sus sueldos en Tlaxcala y viviendo en Puebla, como nos han dicho el mismo señor. Pues bien, contando, yo quiero que saque el señor González Galindo los seis meses de residencia en Puebla; teniendo en consideración el tiempo que estuvo en el Congreso Constituyente son cuatro meses; y, ahora bien, la interpretación legal de los demás constituyentes, que es lo más importante, que nosotros podemos tener en este momento a debate, ya no es la personalidad ahora es la interpretación que dos señores miembros del Constituyente nos están dando de esa ley. Nos dice el señor González Galindo que no hay que estar a la letra que mata, que hay que estar al espíritu que vivifica: que el espíritu de ese requisito constitucional es únicamente conocer la situación del Estado y tenerle amor y afecto, y, señores, en contra de todo eso que nos ha dicho, aquí están sus palabras que él mismo ha leído y que pronunció en el Congreso Constituyente. Yo ya lo sabía porque había leído la crónica, porque el señor Martínez de Escobar también lo trató un día en que se trato de la interpretación de ese artículo y yo entonces apunté las palabras que dijo porque me interesaban mucho; dijo que el señor González Galindo propuso en el Congreso Constituyente que se requería ser nativo del estado donde se hiciera la elección, además de ser vecino. De manera que no creía que un diputado fuera de otro estado y era necesario ser nativo del mismo distrito que lo elegía. Ya ven ustedes qué distancia tan enorme de lo que afirma ahora Galindo y de lo que aprobó y firmó en la Constitución. Después, cuando se rechazó aquella proposición de González Galindo, nos ilustraba el señor Martínez de Escobar diciéndonos que no se quiso únicamente poner la palabra vencida porque esta palabra, siendo dentro de la jurisprudencia una materia técnica, daba lugar a determinadas interpretaciones y a determinadas teorías que son encontradas y con dar cabida a interpretaciones torcidas y con objeto de quitar a los abogados de en medio ¿cuál era la teoría de la vecindad? nos dice que evitaron esa dificultad diciendo: "con residencia efectiva de seis meses antes de la elección."

¿Qué quiere decir residencia efectiva? ¿Puede haber algo de concepto metafísico, algo de teoría e interpretación jurídica sobre palabras que sólo se refieren a una cuestión de hecho? Residencia ya no es el concepto jurídico de vecindad, ya implica el hecho material de residir en una parte, de vivir en ella, de hacer allí todas sus ocupaciones, todo los actos de la vida cotidiana en un lugar; y todavía para reforzar más aquel empeñó que tuvieron los constituyentes con objeto de evitar dificultades sobre esta materia, dijeron "efectiva." Ahora nos viene el señor González Galindo a decirnos que distingamos entre este y el artículo 105 referente a los requisitos para ser gobernador, pues que dice:

"Inmediatamente antes de la elección." De manera que esos seis meses pueden contarse veinte antes para tener el requisito de residencia en el lugar, pudiendo ausentarse y volver después de ese período. Si esto es así, ¿por qué votó usted en contra del señor Cervantes?

El C. González Galindo: Porque el señor Cervantes efectivamente nunca estuvo allí, según él mismo lo afirmó.

El C. Sánchez Pontón: Suplico a usted, señor González Galindo, se sirva decir si es verdad que dijo en esta tribuna que en julio del año próximo pasado se fue a residir a Puebla.

El C. González Galindo: Sí es verdad.

El C. Sánchez Pontón: De julio a noviembre no hay el periodo de seis meses que se requiere para el requisito de vecindad. De manera que no puede servir a usted la excepción que hace la Constitución, de que no se pierde la vecindad por el desempeño de un puesto público por elección popular, sencillamente porque no se puede perder lo que no se tiene, ya que queda demostrado que el señor González Galindo no tenía el requisito de vecindad, pudiéndosele, en consecuencia, contar el tiempo que estuvo en el Congreso Constituyente. Esto es palpable, es necesario cerrar los ojos y no querer ver claro para decir que el señor González Galindo cuente con el requisito de vecindad. La interpretación legal es perfectamente clara; apelo el Diario de los Debates de las sesiones del Constituyentes, apelo a la honorabilidad de todos los miembros de esta Cámara para que digan si es verdad que el espíritu de este artículo es exigir la residencia efectiva y anterior en un distrito electoral durante seis meses. Es verdad que uno puede conocer a un Estado, aunque no sea nativo ni vecino de él; es verdad que un hombre empapado en los actuales acontecimientos puede hacerse cargo en un día de la situación de un distrito; pero no es eso lo que ha querido la ley. Yo quiero que se respete la Constitución como lo han pedido especialmente los señores miembros del Constituyente; yo apelo a ellos; yo apelo a las declaraciones categóricas que se han dicho aquí para que teniendo en cuenta, no al señor González Galindo miembro del Congreso Constituyente, revolucionario honrado, sino teniendo únicamente en cuenta la ley, nos diga si es verdad que el espíritu fue que hubiera residido los seis meses antes de la elección, porque en los actuales momentos cambian mucho las cosas de un distrito a otro. En unos cuantos años hemos visto cambiar la faz de algunos Estados y es natural que cuando se viene a un Congreso revolucionario, a dar cabida a las necesidades que han surgido en los últimos años, es necesario que últimamente se haya estado también o se tenga el requisito de ser nativo del Estado y ninguno de los dos tiene el señor González Galindo. Ahora bien, para prevenirme de esos cargos formidables que me va a hacer el señor González Galindo, que con tanto énfasis asienta, al contestar mi interrogatorio de que no podamos ser amigos porque yo toda mi vida he sido empleado huertista, es decir, Huerta ha estado gobernado toda su vida, es decir, toda mi vida desde que nací he sido empleado, cosa que no lo fui sino un corto tiempo; y para que no anden más esos periódicos que el señor Manjarrez ha traído como único desahogo a los ataques que yo le hice, por honor de la representación nacional, y sin querer que absolutamente mi personalidad entre en el juego de esta discusión, diré a ustedes, señores, que en la época del señor Madero, después de hacer la campaña presidencial y para gobernador del Estado en la que estuvo también el señor Galindo ayudándonos, después de haber obtenido el puesto de director del periódico oficial durante la época del gobernador constitucional, don Nicolás Meléndez, ciertamente, al efectuarse el cuartelazo de la ciudadela, proseguir yo dirigiendo el periódico oficial; pero esto no solamente lo puede atestiguar un solo individuo, está y no lo puedo justificar en un momento dado que se me requiera con toda la ciudad de Puebla que tiene cien mil habitantes, para que diga si aun dentro de esas funciones que yo tenía por motivos especiales, no fui revolucionario, y no hice una acción tan íntimamente ligada con las juntas revolucionarias, que no eran por cierto las que dice el señor González Galindo, sino otras más interesantes, y que si es verdad que de la misma redacción del periódico oficial pasé a las avanzadas de Veracruz para hacer una campaña enteramente enérgica en contra del ardid de Huerta para unir a los grupos revolucionarios cuando la invasión de los americanos en Veracruz. (Una voz: ¿En qué forma?) No quería ocupar la atención de la asamblea, pero ya que un diputado me interpela, le diré: Yo era estudiante y formaba parte de aquel grupo de estudiantes de Puebla que con orgullo y justicia, lo repito en estos momentos fue uno de los primeros que se enfrentaron a la tiranía de Porfirio Díaz, y que hizo la campaña contra el militarismo en Puebla; una de las primeras colectividades formadas por individuos que todavía no eran ciudadanos, que tuvo el valor civil de presentarse en los momentos en que el martinismo hacia gala de toda su funesta tiranía, e hizo el recibimiento más grandioso al señor Madero. Ese grupo que estaba perfectamente organizado como partido porque entonces se definió precisamente como grupo político, había acordado que los miembros de él, los estudiantes del colegio del Estado de Puebla, no pertenecieran a ningún otro partido, puesto que podía desintegrarse el grupo que habíamos formado. Allí están los documentos y muchos miles de testigos que comprueban que el comité de estudiantes laboró al lado de Aquiles Serdán en la preparación del movimiento del 20 de noviembre de 1910; allí están las listas donde constan los nombres de todos los que ayudamos a Aquiles Serdán, pudiendo los supervivientes de una heroica acción decir cual fue la actuación de los estudiantes. Por eso el grupo "Luz y Progreso" no tuvo entre sus miembros a a ningún estudiante porque nosotros formábamos uno separado. Cuando nuestro segundo triunfo en las elecciones locales del Estado de Puebla, fui agraciado con ese nombramiento; posteriormente en los momentos del cuartelazo, fui perseguido por Pradillo en Puebla quien no solo destituyó, sino que me mandó encarcelar. Después, en Puebla, sucedió algo que no sucedió en toda la República: Se secundo el cuartelazo encarcelando al gobernador constitucional del Estado y poniéndose en la silla el jefe de las armas. Allí se dio también este caso inaudito que no se ha repetido en la República, y es que al siguiente día de aquel gobierno efímero de Luis Pradillo, cuando nosotros todavía laborando de una manera efectiva al lado del señor Carranza, todavía llevando los telegramas, todas las noticias que podían recibirse de aquí de la metrópoli y pasándolas en el periódico oficial y en todos los boletines que hacíamos, llegamos a engañarlo, diciéndole que en México había triunfado el Gobierno legal, y que Huerta y todos los suyos habían caído en poder del Gobierno legal y que serían ejecutados; y Pradillo, de una manera pusilánime creyó que se llegaba su hora. Muy pronto fue a suplicar al gobernador constitucional que con de que el perdonara le entregaría inmediatamente el gobierno; y así fue respuesto el gobernador constitucional, señor Meléndez, sólo por unos días; pero nosotros tuvimos todavía

tiempo de organizarnos y hacer labor efectiva, creyendo que se podría aquí en México lograr el triunfo contra el cuartelazo. Después, cuando se confirmaron todas las noticias, cuando vino el asesinato, allí está todo Puebla que diga la labor que nosotros hicimos, cómo de una manera clara y abierta, se levantó nuestra voz contra el atentado, y escribíamos en todas partes donde podíamos escribir para protestar; pero posteriormente, cuando no teníamos noticias absolutas del norte, cuando todavía no nos llegaban las noticias del movimiento de Guadalupe, en Puebla los estudiantes tuvimos un acuerdo, que está escrito acerca de nuestra actuación, y entonces los estudiantes acordados que para que mejor pudiéramos seguir desempeñando nuestra labor, que algunos que teníamos puestos en el gobierno, continuáramos conservándolos y conservo documentos también y muchos testimonios acerca de nuestra labor de la revolución, y de nuestra propaganda franca y abierta, y eso dio por resultado que cuando la campaña de Huerta, cuando se estableció la leva para llevar a todos los hombres revolucionarios al seno del ejército federal engañándolos por la cuestión de Veracruz, nosotros estallamos de una manera terrible, franca y abierta contra aquella manifestación pseudo patriótica y nos pusimos en contacto con algunos cabecillas del Estado, con muchos que operaban en aquella zona, haciéndoles ver cual era la verdadera política, la verdadera intención que tenía el gobierno de Huerta al propalar aquellas falsas noticias, puesto que en Puebla llegó a decirse que varios acorazados japoneses habían anclado en Monclova (risas) para ayudar al gobierno de Huerta contra la invasión americana. Aquellos canarios eran contestados de una manera ruda y enérgica por nosotros y yo, señores, en la misma imprenta del gobierno, en la misma imprenta en que el Diario Oficial acababa de ser dejado por mi, porque me había dado el cese, produje una serie de proclamas y de papeles en los cuales desmentíamos abiertamente aquellas versiones, cuyos documentos hicimos llegar a muchos grupos rebeldes del Estado, cuyas contestaciones obran en nuestro poder, donde se ve que, gracias a nuestras gestiones, no se dejaron engañar y siguieron trabajando contra Huerta. A mi no me importa el concepto en que me tengan algunos; incidentalmente se ha tocado el asunto y me he creído obligado a dar estas explicaciones. Si he cometido una falta yo mismo la reconozco y que la reconozcan los demás; esto es bastante. Termino haciendo ver a ustedes que el señor González Galindo, no obstante que dice que no pude ser amigo suyo, porque yo era huertista, me acompañó a hacer mi propaganda electoral, cuando me postulaba candidato a la legislatura local de Puebla, en el año de 1912. Señor González Galindo, ¿en qué mes me acompañó usted en el distrito de Huejotzingo a hacer mi propaganda electoral?

El C. González Galindo: El señor Sánchez Prontón me invitó a hacer un día de campo al municipio de San Martín Texmelucan, y en el camino me dijo que se trataba de hacer su propaganda. Voy a decir cuándo fue: en 1913, siendo ya gobernador Joaquín Maas. Tan amigo era de ese gobierno.

El C. Sánchez Pontón: Es usted un falso.

El C. presidente: Se le llama a usted al orden.

El C. Sánchez pontón: No puedo menos; puedo comprobar la falsedad con que se produce González Galindo, quien es muy poco hombre y muy poco caballero. Cuando todavía era Gobernador de Puebla don Joaquín Carrasco, entonces hice mi propaganda en el distrito de Huejotzingo, y precisamente mientras se hacían las elecciones ocurrió el cuartelazo de Puebla, y posteriormente, habiendo salido yo efecto, se me nulificaron las elecciones por haber triunfado el movimiento del cuartelazo. Entonces el señor González Galindo me ofreció su ayuda, pidiéndome dinero para que le remunerara su trabajo. ¿De esto no se acuerda usted, señor González Galindo? Pues bien, con todo eso, vuelvo a decir que yo lo conceptúo como un revolucionario de buena fe, que ha prestado servicios a la causa en los diferentes puestos a que lo han llevado; pero que su labor radical en el Congreso Constituyente, y sus principios radicales, como ustedes lo han podido ver en la exposición que nos han hecho, no es absolutamente consecuente con su opinión actual de venir a defender que está dentro de la ley, porque tiene amor al Estado de Puebla. Yo pregunto: ¿Por qué no se acordó de ese amor cuando las elecciones del Constituyente? ¿Por qué entonces no fue usted al distrito de Tecamachalco a hacer su propaganda y representarlo en esa asamblea legislativa? ¿Por qué ahora se acuerda usted? porque ahora tiene usted amigos suyos militares en Tecamachalco que le impusieron los votos que tiene, y cuando usted hizo su propaganda, llevó un retrato en que aparecía usted con el Primer Jefe, diciéndoles usted que era tan intimo amigo de él que podía acusarlos como zapatistas a los que no votaran por usted, puesto que allí había tres o cuatro candidatos que se disputaban el triunfo, allí está el testimonio del señor Victoriano Juárez que ha rechazado una credencial; y pido a la honorable comisión que diga si es verdad que esa protesta en contra del señor González Galindo en el expediente, la protesta a que se dio lectura aquí del señor Victoriano Juárez.

El C. presidente de la comisión: Sí, señor; y la comisión ha hecho mención en su dictamen.

El C. Sánchez Pontón: Y ahora resulta que el señor González Galindo, que acostumbra atacar a los que han sido sus amigos, viene aquí exponiendo pruebas contra la honradez del señor coronel Victoriano Juárez, y no tuvo empacho en reunirlo a su candidatura; ¿de que otro modo, señores, puedo haber tenido casi el mismo número de votos el señor González Galindo y el señor Victoriano Juárez, sino es habiéndose reunido en una sola fórmula y en un solo partido? ¡Cómo, entonces, el señor Galindo llama a ese señor que fue dado de baja en el ejército y lo propone como su suplente? Pues únicamente por esta razón: Porque el señor Juárez si disfruta de grandes simpatías en Tecamachalco, porque el señor Juárez si tiene popularidad allí y él lo busco y lo llevó para hacerlo su suplente y que le diera todos los elementos políticos sociales que tiene en el distrito; y que mirando el señor Victoriano Juárez los procedimientos de que se valía el señor González Galindo, tales como la ocultación de expedientes, la instalación de casillas en los mismos establecimientos donde se expende el pulque, comprándose un voto por un vaso de pulque; mirando todo esto el señor Juárez, protestó y dijo:

"Antes de que yo fuera al Congreso Constituyente como suplente del señor González Galindo, voy a protestar contra tanta mala fe y fraudes del propietario." ¿Cómo no ha de tener valor la propuesta que hace un suplente, quien muy bien pudiera, a falta del propietario, venir a esta Cámara? Además, concuerdan y coinciden en sus aseveraciones, las protestas de García y la de Guzmán Peláez; son enteramente contrarios, y, sin embargo, sus declaraciones coinciden, haciendo ver cual fue la campaña del señor González Galindo, y que no reúne los requisitos legales.

El C. secretario López Lira: Habiendo hecho uso el orador de más de media hora, se pregunta a la asamblea si se le permite seguir hablando.

El C. Sánchez Pontón: Ya no es preciso. Voy a terminar, pidiendo que se rechace el dictamen por no tener los requisitos el electo, en primer término, y que, en vista de las irregularidades, se declare nula la elección, si es que el único candidato que ha obtenido legalmente sus votos, el señor García Pelaéz, no puede ser declarado diputado por este distrito . De lo contrario, se nulifique la elección en el propio distrito, y se convoque a nuevas elecciones. Me dirijo a los miembros del grupo constituyente, para que den una muestra de que, no por ser el señor González Galindo su compañero, se desapeguen de la ley que ellos mismos han firmado.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. González Galindo.

El C. González Galindo: Honorable asamblea: Por fin del señor Sánchez Pontón se ha quitado la careta con que ha pretendido atacarme; no podía esperarse otra cosa de quién ha venido aquí alegando méritos revolucionarios, como si no hubiera habido muchos revolucionarios de 1910 que después han reflexionado, pasándose al Huertismo, y siendo después villistas y zapatistas. Si uno de esos viene ahora a decirnos su actuación revolucionaria de 1910, y lo admitimos entre nosotros, ¡Pues estamos lucidos! El señor Sánchez Pontón fue encarcelado en 1910 a causa de sus ideas maderistas; pero eso no justifica que durante el tiempo transcurrido desde entonces a la fecha haya seguido siendo revolucionario. El me pregunta si es cierto que lo acompañare a trabajar por su candidatura; es cierto, como lo acabo de decir; pero esto no pasó en 1910, esto pasaba en 1913, cuando por virtud de haber sido, nulificadas algunas de las elecciones hechas en 1912, que fueron declaradas nulas por la legislatura, se convocó nuevamente a elecciones en 1913; y eso no podía ser ya en 1912, porque en seguida vino el cuartelazo, y fue cuando se convocó, ya bajo el poder de Huerta; entonces él sintiéndose seguramente, porque no podría ser de otro modo, simpatizador de aquel gobierno, quiso colaborar con él y me envió a un día de campo, y fui con él y me explicó entonces que se necesitaba trabajar por el gobierno, y que al efecto quería hacer su propaganda para diputado. Fui con él, y ya por allá se valió del presidente municipal para imponer sus elecciones; y estando con el presidente municipal, nos explico tanto a él como a mi, que ya se conseguía el emprésito de 200 millones que necesitaba el gobierno para comprar armas y sofocar la revolución. Eso no podía haberlo hecho sino en 1913. Pero puesto que ya pasó la credencial del señor Sánchez Pontón, mas tarde comprobaré que fue en 1913. No sé por qué el señor Sánchez Pontón tiene la audacia de proclamarse revolucionario, señores diputados; pues cuando andaba haciendo mi propaganda en Tlaxcala me ha encontrado en la puerta del tren y me ha dicho: "Y ¿usted está tomado en serio eso del Congreso Constituyente? ¿Pues qué, no sabe que esto no es más que una farsa de Carranza para imponer un proyecto?, y los que van allí, al Congreso, van a ir de firmones, y me dijo: "Sólo loco haría yo propaganda para ir al Constituyente," y me decía: Yo me reservo para el Congreso Constitucional. (Murmullos.) ¿Es o no es cierto, señor Sánchez Pontón?

El C. Sánchez Pontón: Lo que yo dije a usted, es esto; si me permite contestar su señoría, el señor presidente.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Sánchez Pontón: Lo que dije, fue esto: Que yo no pensaba ir al Constituyente porque no creía yo que una labor como esa fuera a ser tan festinada en tan poco tiempo, puesto que se iban a tocar puntos sobre derecho constitucional, y me yo que era abogado no me creía competente para poder formar un proyecto o una opinión sobre todos los puntos constitucionales que se iban a debatir allí, y que por lo tanto, tenía que ir desorientando y tenía que aceptar el proyecto tal como se había presentando.

El C. González Galindo: Ha confesado usted la mitad de su culpa, la otra mitad no le conviene (risas); las palabras textuales son esas: "Que sólo loco podría trabajar para ir al Constituyente, porque no era aquello serio. "Ahora bien, se quiere disculpar del cargo que se le hace, de haber sido empleado huertista. ¿Cómo es que siendo revolucionario aceptó el cargo de director del periódico oficial? Viene el cuartelazo, entra el gobierno de Huerta, y entonces, en vez de desconocerlo y retirarse de un empleo de gobierno usurpador, siguió sirviéndolo hasta abril de 1914....

El C. presidente: Se llama la atención del orador, sobre el hecho de que lo que se está discutiendo es su credencial y no la del señor Sánchez Pontón.

El C. González Galindo: Tiene razón su señoría, suplico a la honorable asamblea me dispense estas disgresiones indispensables para fundar su criterio. Deseo, señores diputados desvanecer el cargo que me han lanzado el general Marciano González, diciendo que yo fui cabo de policía, lo que no es verdad. En diciembre de 1914 presté mis servicios al gobierno constitucionalista a las órdenes del general Francisco Coss, de quien fue el señor Marciano González jefe de estado mayor, habiendo ido el propio general González a la convención de Aguascalientes en representación del general Coss. Debo decir que, a pesar de que usted se le retiró su credencial, porque delante de mí y otras personas el general Coss puso a usted un mensaje, diciéndole que dejaba de ser su representante, siguió usted siendo convencionista.

El C. González Marciano: No fui a la convención de Aguascalientes representando al general Coss. Es usted demasiado audaz y está engañando; fui en representación del general Teodoro Elizondo. Y aun en el caso de que así haya sido, no puede usted demostrar que no haya sido yo leal a la revolución. Suplico a las galerías tengan la bondad de escuchar.

El C. Martínez Joaquín: Para una moción de orden. (Voces: ¡A votar: ¡A votar, a votar!)

El C. presidente: Yo pido a los oradores que midan sus palabras, y a las galerías se les advierte, que si acaso intervienen de una manera ruidosa en las discusiones de esta asamblea, se mandará desalojarlas.

El C. Martínez Joaquín: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Martínez Joaquín: Suplico a su señoría, al que estaba hablando, así como al señor Pontón, que nunca se llamen revolucionarios porque nunca lo han sido.

El C. presidente, dirigiéndose al orador: Esa es una moción de desorden, y usted pidió la palabra para una moción de orden. (Aplausos.) Señores diputados: Si se quiere hacer una labor patriótica, es preciso que todos tengan el respeto debido a esta Cámara, Y es preciso que no hagan ustedes mociones de orden falseando la intención del reglamento.

El C. Martínez Joaquín: No son revolucionarios....

El C. González Galindo: Señores diputados: Ya he dicho hace un momento que no deseaba yo ocuparme de demostrar con documentos fehacientes la actuación revolucionaria . Hay muchos señores diputados que me conocen, y el mismo señor Sánchez Pontón ha dicho que por ese lado no puede atacarme, ni puede hacerme un solo cargo. Lo confiesa, hay que tener fe a sus palabras. En cuanto a los requisitos de que se trata, señores diputados, el señor Porfirio del Castillo,

que no está presente, ha dejado aquí un certificado, en el que asegura y afirma que he estado allí viviendo en la ciudad de Puebla desde tiempo indefinido, pero yo compruebo que he estado desde julio. El señor Sánchez Pontón dice que no se deben contar los 2 meses que estuve en Querétaro, y ¿por que no, sino se pierde la vecindad cuando se desempeñen cargos de elección popular?. Muchos de los Diputados que están aquí habrían, tal caso, perdido su vecindad. La Constitución en este punto es determinante. Dice el mismo señor que no he vivido en el Distrito de Tecamachalco, pero eso no importa, puesto que la constitución no exige que se sea vecino del distrito electoral, sino que basta con ser vecino del Estado. He estado viviendo efectivamente en Puebla, aunque nominalmente haya estado como miembro de la brigada "Leales de Tlaxcala." Y como es necesario, según el criterio de la asamblea, comprobar con documentos fehacientes que hagan prueba plena, voy a presentar un certificado que se me ha enviado de la ciudad de Puebla, suplicando al señor presidente que se le dé lectura, así como a la constancia del coronel Del Castillo.

El C. Manjarrez: Pido la palabra para rectificar hechos.

El C. prosecretario Magallón: El certificado, dice:

"Certifico: que el señor Modesto González Galindo ha vivido en la ciudad de Puebla, y me consta, porque siempre ha tenido casa en la calle próxima a la 7a de Abraham González, número 2 en que yo he tenido mi domicilio.

"Constitución y reformas. - México, 20 de abril de 1917. - Porfirio del Castillo. - (Rúbrica.)"

"Pedro A. Sedeño, inspector propietario de la sección número 64 de esta ciudad, certifico: que el C. Modesto González Galindo, habita, desde el mes de julio del año próximo pasado, un departamento de la casa número 8 de la calle 1a. de Rayón antiguamente conocida con el nombre de Naturales, circunscrita en la expresada sección número 64 de esta ciudad.

"Lo que hago constar a petición del expresado C. Modesto González, para los usos que a él convengan.

"Puebla de Zaragoza, 12 de abril de 1917. - El inspector de la sección, P. A. Sedeño. (Rúbrica.)"

"El subscrito presidente municipal certifica: Que la firma que calza el certificado anteriores a la misma que usa el C. Pedro. A Sedeño en todos sus actos oficiales como inspector de la sección número 64 de esta ciudad.

"Lo que hago constar para los usos legales que al interesado convengan.

"Constitución y Reformas. - Puebla de Zaragoza. 17 de abril de 1917. - R. Y. Guzmán. - N. L. Domínguez (Rubricas.)"

El C. González Galindo: Como ustedes ven, es este un certificado del inspector de la sección donde está ubicada la casa que habito; el señor presidente municipal de Puebla ha certificado la firma de dicho inspector; y si, pues, el inspector de la sección es el único que está al corriente de los habitantes de su demarcación, es él quien debe dar el testimonio respectivo. ¿Cuál otra prueba, cuál otro documento se necesita para comprobar que he vivido en la casa que he dicho, si no es un certificado como el que he exhibido, estando certificada la firma del inspector por el presidente municipal? Entonces, señores Diputados, no he menester más documentos, porque este hace prueba plena. Para complementar, sólo diré que muchos miembros de la brigada "Leales de Tlaxcala" vivían en Puebla, si no muchos, si algunos de ellos, pero vivían en Puebla, y los empleados de gobierno vivían en Puebla; y como está a 45 minutos la ciudad de Tlaxcala de Puebla, todos los días se puede ir y venir; eso es lo que hacen algunos empleados. Yo no sólo he venido e ido en ocasiones, sino que he vivido semanas y meses enteros en Puebla. El hecho de que haya ido al Constituyente no me quita el derecho, porque es un cargo de elección popular. El hecho de haber ido por el Estado de Tlaxcala como constituyente, fue con mi carácter de nativo, que también exigía la ley de entonces; y ahora, aunque esto extra al señor Sánchez Pontón, reúno yo el requisito de vecindad en el Estado. No tiene razón su señoría para afirmar que no lo tenía, soló porque nominalmente pertenecía a una brigada, puesto que muchos jefes y oficiales viven en una parte y su brigada está en otra. (Voces: ¿A votar, a votar! Pido la palabra, pido la palabra.)

El C. presidente: Yo me veo obligado a pedir, casi de lástima, compostura a los señores diputados, porque son muy pocos los que saben respetar el reglamento, y es preciso que cambien de proceder, porque de otra manera no podremos hacer nada aquí respetable, pues esto se está volviendo una gallera, no una asamblea respetable. Y en atención a la honorabilidad de la Cámara, atentamente suplico a los señores diputados sean más respetuosos, porque si acaso ustedes creen que no cumplo con mi deber siendo rigorista, no tengo empacho en ceder mi lugar al vicepresidente; pero mientras yo esté aquí haré cumplir el reglamento. (Aplausos.) Conforme al reglamento, se va dar lectura a los nombres de las personas que han hablado en pro o en contra, y la asamblea podría decir se está suficientemente discutido el punto.

El C. secretario Padrés: Han hablado en pro y en contra, los señores: (Leyó.)

Y para rectificar hechos, los señores: (Leyó.)

El C. Manjarrez: Pido la palabra para una mechón de orden. (Siseos y voces: ¿A votar, a votar!)

- El mismo C. secretario: Se procede a la votación.

El C. Sánchez Pontón: Pido votación nominal, apoyando por siete compañeros.

El C. Ancona Albertos: La parte resoluta del dictamen, dice así:

"1a. - Son válidas las elecciones verificadas en el 11 distrito electoral del Estado de Puebla.

"2a. - Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el distrito

mencionado, los CC. Modesto González Galindo y Victoriano C. Juárez." Se procede a la votación.

El C. prosecretario Ancona Albertos: El resultado de la votación es el siguiente:

Por la afirmativa, 114 votos: por la negativa, 44. Votaron por la afirmada, los CC. Acuña, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alcocer Ernesto, Alcocer Rosalío, Alejandrí, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Arrazola, Arreola R., Aveleyra, Avilés, Barrera Felipe de la, Bello, Betancourt, Bravo Izquierdo, Cámara, Cano, Carrillo Iturriaga, Cepeda Medrano, Céspedes, Cisneros, Córdoba, Cravioto, Curiel, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Echeverría, Esquivel, Fernández Martínez, Figueroa, Flores Garza, Gámez, García Jonás, Garza González, Garza Pérez, Gaxiola, Gómez S. Emiliano, González Jesús M., González Justo, Guajardo, Guerrero, Gutiérrez, Hay, Herrera, Higuera, Izquierdo, Lanz Galera, Lizalde López F. Ricardo, López Lira, López Miro, Magallón, Manjarrez, Manzano, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Martínez Rafael, Mata Filomeno, Medina Francisco, Medina Hilario, Medina Juan, Méndez, Moctezuma, Morales Hesse, Muñóz, Navarrete, Ortega, Padilla, Padrés, Peña, Peralta, Pérez, Brambila, Pesqueira, Plank, Portillo, Prieto, Ramírez Garrido, Ramírez G. Benito. Rebolledo, Reynoso, Ríos Landeros, Rivas, Rivera

Mariano, Rivera Cabrera, Robledo, Robles Domínguez, Rodríguez Saro, Rojas, Dugelay, Rojas Rafael R., Rueda Magro, Ruiz Estrada, Ruiz, Sada, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Segovia, Silva Herrera, Siurob, Téllez, Escudero, Torres Berdón, Trejo, Uruñuela, Vadillo, Vargas, Velázquez y Villareal.

Por la negativa votaron los CC. Aguirre Berlanga, Araujo, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Basáéz, Blancarte, Campero, Cantú, Chapa, Echeverria, Escudero, Gárate, García Adolfo, García de Alba, García Eliseo, García Pablo, Gómez Noriega, González Lauro, González Marciano, González Torres, Hernández Jerónimo, Hernández Maldonado, Leyva, Limón, Malpica, Manrique, Martínez Joaquín, Meneses, Montes, Neri, Pardo, Parra, Pineda, Rivera José, Rocha, Román, Sánchez, Pontón, Saucedo J. Concepción, Soto, Torijano, Treviño y Villaseñor.

El C. Manjarrez: Pido la palabra para contestar alusiones personales. (Siseos.)

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manjarrez: Ciudadanos diputados: He pedido la palabra para contestar alusiones personales, porque esa es la única manera de contestar a los cargos que me ha hecho el señor Sánchez Pontón, y es la única manera que yo pueda demostrar ante esta honorable asamblea quién es el señor Sánchez Pontón....

El C. presidente: Usted pidió la palabra para alusiones personales; pero si va a hacer la historia del señor Sánchez Pontón, entonces no tiene derecho para hablar.

El C. Manjarrez: Está bien. Los cargos que me hicieron, fueron que yo estuve en la ciudadela combatiendo al lado de Félix Díaz, Señor Sánchez Pontón, es muy sencillo arrojar sobre un hombre una mancha; pero cuando esa mancha no toca regresa a quién la dirige y lo marca con este estigma: ¡Calumniador! aquí está un documento que firman los vecinos que desde el año de 1912 viven en la colonia de El Buen Tono, quienes se sintieron indignados cuando la prensa dio cuenta de estos asuntos. El señor coronel Chapa ha ido allá, porque tiene algunas amistades en esa colonia, y lo interpelo para que diga si es cierto o no que las familias de esa colina se hallan indignadas por dichas aseveraciones. Suplico al señor presidente permita al señor Chapa.

El C. presidente: Se permite hablar al señor Chapa.

El C. Chapa: En efecto, señores diputados, yo estuve en una casa de la colonia de el Buen Tono, y una familia me aseguró que lo aseverado por el señor Sánchez Pontón contra el señor Manjarrez era falso, porque había vivido con ella en esa época.

El C. Manjarrez: Ruego atentamente a la secretaría dé lectura a este documento.

El C. prosecretario Magallón: El documento, dice:

"Los subscriptos, vecinos de la colonia de "El Buen Tono," establecida adelante de la Indianilla y cercana a la ciudadela (vecinos desde el año de 1912, de dicho lugar), habiéndonos enterado por medio de la prensa, de que el doctor Solís atestigua que él curó al C. Froylán C. Manjarrez, quien, según asienta el propio doctor, fue herido en la ciudadela por estar combatiendo al lado de Félix Díaz, y constándonos que lo asentado por el mencionado Solís es falso de toda falsedad, ante la gravedad del caso, certificamos: Que no es exacto que el C. Froylán C. Manjarrez haya estado afiliado a los defensores de la ciudadela, pues todo el tiempo que duraron los combates en esta ciudad permaneció en esta colonia, donde vivía en unión de su hermano, Pelagio C. Manjarrez, que ocupaba la casa número 96 de la 5a. de doctor Lucio.

"Que el día 12 de febrero de 1913, se encontraba el propio C. Manjarrez con algunos vecinos en la banqueta que corresponde al zaguán número 102, cuyo zaguán servía de punto de reunión de varios vecinos, a manera de casino provisional, cuando fue herido en el brazo derecho por una bala que se supone fue disparada precisamente de la ciudadela. Que entonces se procedió a hacer las primeras curaciones en la casa del propio señor Manjarrez, y que habiéndose presentado a dicha casa, no a la ciudadela, una sola vez, el doctor Solís, sin acceder a volver nuevamente a atender al herido el propio doctor, probablemente por temor a ser víctima de los proyectiles, los familiares y amigos del señor Manjarrez lo atendieron hasta conseguir su completo alivio.

"Consta, además, que no fue el C. Manjarrez el único herido, pues hubo otros más, y quedan aún varias huellas en la colonia de los desperfectos que en la misma ocasionaron los combatientes. México, 14 de abril de 1917. - S. Sierra. 5a. del doctor R. Lucio, 105. - Man. Carrillo, 6a doctor Liceaga, 158. - R. Rendón, 5a. doctor Lucio, 86. - José Sotres, 5a. doctor Lucio, 99. - Rodolfo Sobrino, - Luis Ramírez. - Joaquín M Prado. - Ezequiel Rosales. - Gustavo Petersen, 5a. doctor Lucio, 85. - Carlos Genda, 5a. doctor Lucio, 162. - A.M. González. - R.L. González, 5a. doctor Lucio, 102. - (Rúbricas.)"

El C. Manjarrez: Suplico atentamente al señor presidente que si lo cree oportuno, se sirva ordenar que se nombren....

El C. Martínez Joaquín, interrumpiendo: Me permito interpelar al señor Manjarrez....

El C. presidente: No tiene usted derecho de hablar.

El C. Manjarrez: Que se comisione a algunos diputados para que se acerquen a los domicilios de los señores que firman el certificado, para que se convenzan de si son o no auténticas sus firmas. Respecto a la aseveración de que yo haya sido zapatista, sólo debido a que el señor presidente me ha negado el permiso que solicité para ir por unos documentos, no puedo contestar en este momento; pero espero tranquilo ese gran jurado, que estará en pugna con la Constitución, pero que yo anhelo. La Constitución sólo previene que los diputados son responsables por los delitos comunes; sin embargo; quiero que se haga una excepción en mi caso, y que se me consigne al gran jurado por delitos políticos. Ahora, señores, entiendo que esa espada de tres filos de que se han hecho mención en esta honorable asamblea, debe ser manejada por quienes pueden manejarla, por quienes estén revestidos de una coraza en la cual no entre ninguno de esos filos. El señor Sánchez Pontón, que por la parte legal no está en el ejercicio de sus derechos, porque no votó; por la política, aquí está el periódico oficial de Puebla de 6 de Enero de 1914, en que escribió un óbito a la memoria de Joaquín Maas. Comienza con luto, sigue con luto, prosigue con luto y acaba con luto. Dice así:

"Obito.

"El señor general de división don Joaquín Maas, gobernador interino constitucional del Estado, falleció en la capital de la república a las 10.30 a. m del día de ayer.

"El Estado ha perdido un gobernante que a la rectitud unió la energía, y al prestigio de la autoridad, la más amplía benevolencia para sus gobernados.

"Pocos meses estuvo al frente del Ejecutivo del Estado; pero en ellos supo revelar sus altas dotes administrativas y su gran amor por

el Estado, tan grande como el de sus propios hijos.

"Labor intensa fue la suya. En mar borrascoso tocóle conducir la nave y los hechos demuestran que fue piloto experto.

"Su preocupación principal fue la pacificación, a la que consagró su prestigio de soldado y sus esfuerzos de gobernante.

"Después, la instrucción publica que estimaba como el medio pacificador para el futuro. Por ultimo, la Hacienda Pública que supo equilibrar en época tan azarosa como la presente. Y muchos proyectos que eran gérmenes de progreso para el Estado.

"Su muerte ha sido dolorosa. La sociedad y los numerosos afectos que supo despertar, han colocado bajo su recuerdo un piadoso crespón de luto.

"El congreso del Estado y el ayuntamiento de la capital han decreto tres días de duelo oficial en señal de condolencia.

"El gobierno ha tratado de gestionar que el ver cumplidos sus deseos. En vista de lo anterior, ha nombrado comisiones de las principales oficinas públicas, que asistirán hoy a los funerales.

"Dichas comisiones quedaron integradas en la forma siguiente:

"Por la secretaría general, señor don Ernesto Mora.

"Por el tribunal superior de justicia, magistrado don Miguel M. Limón.

"Por el ministerio público, señor procurador general don Alfonso M. Maldonado.

"Por el honorable ayuntamiento, de la capital, señor coronel Manuel M. Márquez.

"Por los jefes políticos de los distritos, señor don Salvador Palencia.

"La mayoría de los diputados que forman la legislatura local, se han trasladado también a México para asistir a los funerales."

"El día 14, a las primeras horas de la noche, falleció en la capital de la República el padre del señor secretario general del Estado, doctor don Enrique González Martínez, que desde cadáver sea traído para rendirle el homenaje que a su cargo corresponde, pero no ha podido hace días se encontraba en México, aportando sus cuidados filiales y sus auxilios médicos a su anciano padre.

"A las numerosas muestras de condolencia que ha recibido el elevado funcionario, unimos la nuestra."

El Señor Sánchez Pontón debió haberse decretado nueve días de luto o nueve meses de luto. He buscado en vano quien constituya parte integrante de su reducción y no encontré más que: Redactor Luis Sánchez Pontón. Pongo este documento en poder de la presidencia....

El C. Martínez Joaquín: Pido la palabra para hablar en contra de los tres señores oradores. (Risas).

El C. presidente: La palabra se la daré a usted únicamente para mociones de orden, para rectificaciones de hechos o para alusiones personales, luego me termine el orador.

El C. Martínez Joaquín: Pido la palabra para rectificación de hechos.

El C. presidente: Para rectificación de hechos tiene usted la palabra.

El C. Martínez Joaquín: Señores diputados: Nos han hablado mucho de que los tres que han subido a esta tribuna son verdaderos revolucionarios, son los revolucionarios más grandes de nuestro país. Tanto nos han hablado el C. Sánchez Pontón, como el que acaba de hablar y como el que habló antes para acreditar su credencial, que resulta que don Francisco I. Madero, y el señor Venustiano Carranza, no son revolucionarios para ellos. (Siseos.) ¿Voy bien o me devuelvo?

El C. Siurob: Pido la palabra para suplicar al señor presidente que imponga el orden a la asamblea y no moleste al compañero Martínez, quien se ve no tiene costumbre de dirigirse al público.

El C. Martínez Joaquín: ¡ No soy compañero de usted, señor Siurob! Es la primera vez que piso la tribuna para decir verdades. Yo soy revolucionario y usted no lo es. ( Risas. )

El C. presidente: Déjese hablar al orador.

El C. Martínez Joaquín: Sólo quiero hacer una súplica al señor Sánchez Pontón y a Manjarrez, que en otra ocasión no vengan a hacerse aparecer como los más grandes revolucionarios de México y los excito a que me digan qué hechos han tenido como revolucionistas durante la campaña, desde que se inició en 1910.

El C. presidente: Suplico a su señoría de concrete a rectificar hechos como lo solicitó.

El C. Martínez Joaquín: Quiero también hacer uso de la palabra para un ataque personal.

El C. presidente: No le puedo conceder la palabra para hacer cargos en estos momentos, sino tan sólo para rectificar hechos.

El C. Martínez Joaquín: ¡Muchas gracias!

El C. Sánchez Pontón: Pido la palabra para rectificar hechos.

El C. Presidente: Siempre que no sea para lanzar nuevos ataques y se limite a lo que solicita.

El C. Sánchez Pontón: Únicamente quiero rectificar el hecho de que Manjarrez, a quien seguramente la parte consciente y honrada que es la totalidad de esta asamblea, no habrá hecho caso, puesto que están perfectamente comprobados sus antecedentes; no ha desmentido la carta del general Justino Cotero que es quien le ha hecho cargos. Respecto del periódico que ha tratado aquí para probar algo que no puede, le diré que durante el tiempo en que falleció el llamado general Maas y en que se escribió en el periódico oficial el artículo a que se ha dado lectura, yo estaba ausente de Puebla haciendo la campaña a que antes me he referido, por enero de 1913. Todos los que han tenido un periódico oficial a su cargo saben cómo se maneja, saben perfectamente que el redactor no tiene más que recoger los originales que se le mandan. Pueden revisarse toda la colección del periódico, durante ese tiempo tenía únicamente documentos oficiales, como almoneda de tesorería, como decretos de la legislatura y como cuestiones de hacienda únicamente. Nunca escribía un párrafo yo, y tengo en mi poder los originales que me mandaba la secretaría general de gobierno que fue donde escribieron ese artículo que entonces estaba acargo de un señor Herrera, me parece. Ellos eran los que ponían y escribían esos artículos, y cuando yo escribía algo lo firmaba, y ese artículo no está firmado. Ya entonces, por aquel entonces, ya estaba el periódico oficial casi en manos del jefe de la sección de fomento, y todos los originales pasaban por él, yo en cambio tengo en mis manos telegramas de decretos y de otros muchos documentos que no publiqué, porque jamás teniendo yo ese cargo pisé yo la oficina de la secretaría general ni del gobernador; sino únicamente se me mandaban los originales de la tesorería y de la oficina de hacienda. Esos originales, como otros muchos, fueron directamente dados por el secretario general de gobierno; por lo demás quiero hacer constar que cuando yo dije que el señor González Galindo había asentado una falsedad, el señor presidente me llamó al orden conforme al reglamento y que ahora que el señor Manjarrez me ha llamado

calumniador, su señoría no ha procedido de igual manera; por lo tanto, yo suplico muy respetuosamente a la presidencia que en apoyo de ese mismo reglamento que ha invocado anteriormente, se sirva pedir al señor Manjarrez que retire ese cargo que, aun cuando fuese cierto, es una injuria.

El C. presidente: Cuando una persona llama a otro calumniador, esto no puede ser considerado como un insulto, sino como un cargo. Si su señoría demuestra de una manera palpable que ese cargo es falso, puede usted hacer las objeciones que usted quiera.

El C. Sánchez Pontón: A la presidencia no le parece un insulto decirle a un individuo calumniador, pero si de llamarle falso a un individuo, que es cuestión enteramente material. Sin embargo, yo estoy conforme con que al señor Manjarrez se le queden en su boca esas palabras, porque sólo en su boca pueden estar; por lo demás, no han desmentido el cargo de que estuvo en la ciudadela, y cuando yo presente el certificado del medico que lo curó, cuando y en dónde, podrá salir por donde salen los indignos. Respecto al cargo del señor Martínez, cuando esté en estado de comprenderme se lo contestaré.

El C. Cravioto: Para una moción de orden:

El C. Manjarrez: Pido la palabra para una brevísima rectificación de hechos.

El C. Cravioto: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. presidente: Esta presidencia, a solicitud de la comisión revisora de credenciales, ha creído conveniente dejarle el tiempo necesario para que pueda dictaminar sobre todas las credenciales pendientes; y en tal virtud estima necesario que tengamos sesión hasta el martes próximo en la tarde. Se cita, por tanto, a los señores diputados para el martes 24, del presente a las cuatro en punto de la tarde.

El C. Cravioto: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cravioto: En vista de que hay numerosas credenciales pendientes de dictaminarse, pido a su señoría que para norma de los trabajos de las comisiones se dé lectura a los artículos 86 y 90 del reglamento interior de la Cámara.

- El C. prosecretario Magallón, los artículos 86 y 90, dicen:

"Para el despacho de los negocios del orden administrativo de la federación, habrá el número de secretarios que establezca el Congreso por una ley, la que haría la distribución de los negocios que han de estar a cargo de cada secretaría.

"Se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la federación en una Corte Suprema de Justicia y en los tribunales de distrito y de circuito."

El C. Betancourt: Nos encontramos aquí varios diputados, cuyas credenciales no se nos han aprobado, y que no hemos rendido en la protesta de ley. Suplicamos que se nos tome esa protesta.

El C. presidente: Puede hacerse esto en la sesión próxima.

El C. Sánchez Pontón: ¡Señor presidente! ¡Señor presidente!..........

El C. Padilla: Pido respetuosamente a su señoría ordene que continuemos en sesión secreta para hacer una moción de orden, de la que no conviene se entere el público.

- El C. presidente, a las 8:05 p. m.: Se suspende la sesión del colegio electoral y se abre la sesión secreta.

El jefe de la sección de taquigrafía,

JOAQUÍN Z. VALADEZ.