Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170510 - Número de Diario 28

(L27A1P1eN028F19170510.xml)Núm. Diario:28

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 10 DE MAYO DE 1917.

DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.

PERIODO EXTRAORDINARIO. XXVII LEGISLATURA. TOMO I.- NUMERO 28.

Sesión del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados celebrada el día 10 mayo de 1917.

SUMARIO

1. Pasada lista, se reanuda la sesión de ayer. Se abre la discusión sobre el dictamen del 5o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí, siendo rechazado.- 2. Son aprobados los dictámenes de la primera sección por el 7o. distrito de Puebla y de la tercera por el 10 de Guanajuato.- 3. Se aprueba el dictamen de la cuarta sección referente al 12 distrito de Oaxaca, levantándose la sesión para constituirse en Cámara de Diputados.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. ROMAN ALBERTO

- El C. Secretario del Castillo, a las 4.45 p. m. pasó lista. Hay una asistencia de 159 ciudadanos diputados. Hay quórum.

El C. Presidente: Se reanuda la sesión del Colegio Electoral.

El C. Secretario López Lira: Como el cumplimiento del artículo 64 constitucional ha sido un poco difícil, porque algunos diputados se han acercado a la Mesa para disculparse en diversos casos de faltas de asistencia, se ha dispuesto que en lo sucesivo se publique una lista que se fijará en la puerta de la Oficialía Mayor de la Cámara, con los nombres de los diputados que hayan faltado a la sesión anterior, para que aquellos que quieran hacer valer algún motivo justo ante la Presidencia, lo indiquen en el mismo día, a fin de pasar desde luego a la Tesorería la lista correspondiente de los faltistas.

El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra para una interpelación a la Mesa.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cepeda Medrano: ¿Por qué razón no figura en la lista de los diputados el nombre del C. Gonzalo de la Parra, cuya credencial está ya presentada?

El C. Secretario del Castillo: Todos los días se pasa lista, incluyéndose el nombre de dicho ciudadano.

El C. Secretario López Lira: La parte resolutiva del dictamen de la segunda sección de la primera Comisión revisora, referente a las elecciones del 5o. distrito de San Luis Potosí, dice así:

"1a.- Se declara nula la elección de los CC. Dionisio Zavala e Isidro Z. Alvarado.

"2a.- Es diputado propietario por el 5o. distrito electoral de San Luis Potosí, el C. Ramón Mendizábal, y suplente por el mismo, el C. Alfonso Cárdenas."

Se abre la discusión.

El C. Manrique Aurelio: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique Aurelio: Recordarán los señores diputados que este dictamen se leyó ayer cuando todos estábamos preocupados por el incidente ocurrido al señor diputado Acuña, pudiendo afirmar que, en general el dictamen no se escuchó con atención; de manera que sería conveniente, para que todos nos diésemos cuenta del asunto que está a discusión, que se dé nueva lectura al dictamen. Lo pido muy respetuosamente.

El mismo C. Secretario leyó el dictamen que ya está inserto en el número anterior.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Manrique.

El C. Manrique Aurelio: Señores diputados: Cuando se presenta a nuestra consideración un dictamen, después de la experiencia y del conocimiento de los hombres que ya hemos ido adquiriendo en el curso de esta discusión de credenciales, comenzamos por preguntar, quién firma el dictamen; en ese caso, el dictamen está firmado por el señor Ernesto Aguirre Colorado; su autor. ¡Alerta!, decimos; una saludable desconfianza existe ya en nuestro ánimo a propósito de los dictámenes firmados por el señor Aguirre Colorado. Es frecuente que el concepto de honradez sea algo muy extraño, y llámase honrado al hombre que no es capaz de disponer del dinero ajeno; pero yo creo que dicho concepto es más amplio y más basto, y que el hombre honrado es el que rinde culto a la justicia y a la verdad en todas sus manifestaciones, de manera que el hombre honrado respeta lo mismo la hacienda que la reputación de los demás, y no somos honrados cuando privamos a un hombre de sus derechos cuando está en nuestras manos hacerlo. De manera que cuando somos juez y parte en cualquiera resolución que se nos encomienda, en cualquier asunto que se someta a nuestro estudio, lo que la honradez ordena es que nos abstengamos de juzgar aquel asunto en que intervenga una poderosa pasión personal. Decía de la Comisión presidida por el señor Aguirre Colorado, tengo derecho de afirmar que no ha seguido siempre el camino de la honradez. Ejemplo, y ejemplo notable, el caso Palavicini. Yo dí mi voto reprobatorio al dictamen y no por simpatía al señor Palavicini, sino porque yo no podía aceptar un dictamen que no era honrado. Al día siguiente de haberse discutido en este tribunal dicha credencial, senté en esta tribuna el criterio, que por fortuna suya muchas Comisiones han seguido, de que cuando un adversario en política obtiene el triunfo en las elecciones, sea un deber confesarlo, a reserva de demostrar que se trata de un enemigo político, y teniendo en cuenta las poderosas pasiones de momento, y la lógica de las pasiones políticas, eliminemos al enemigo, habiendo confesado

previamente con toda lealtad que fué suyo el triunfo en la lucha electoral. En el caso del señor Palavicini, la Comisión, por boca del señor Aguirre Colorado, dijo que se habían nulificado tantos votos, porque las boletas estaban firmadas por Juan Pérez. Si a esto se hubiese limitado el dicho de la Comisión, habría sembrado en nuestro ánimo la duda y habríamos creído lo que hubiéramos querido creer, pero la Comisión no se limitó a esto, sino que, ya recordarán el gráfico ademán de Aguirre Colorado: "La Comisión no puede creer que Juan Pérez haya votado unas veinte o treinta veces," es decir, que la Comisión, mejor dicho, que Aguirre Colorado, afirmaba que una misma persona había votado cierto número de veces. Claro está que aquellos votos eran perfectamente nulos; pero entonces, de entre las curules, se levantó una voz para preguntar: "Señor Aguirre Colorado, ¿esas boletas están firmadas por una sola persona como votante o a ruego del votante respectivo?" y él, que había firmado lo contrario, contestó que estaban firmadas a ruego de los votantes. todos vosotros sois testigos, y tal proceder no es honrado. Al presentarse posteriormente este dictamen, tenemos ya razón para estar alerta. Ha habido cierto empeño en el señor Aguirre Colorado por favorecer a su personal amigo el señor Mendizábal. ¿Qué importaba que para favorecerle se falsearan los hechos? Fueron tres los candidatos que se presentaron a la lucha electoral en el 5o. distrito electoral de San Luis Potosí, o sea en el partido de Catorce, cuya cabecera es Matehuala; esos tres candidatos fueron el señor Dionisio Zavala, el mayor del Ejército Constitucionalista Francisco Nava, y el periodista Ramón Mendizábal. Y los votos obtenidos por ellos fueron precisamente en este orden: Por el señor Zavala hubo un total de 2,191 votos; por el señor Nava, aproximadamente la mitad de los anteriores, o sea 1,234, y por el señor Mendizábal, la mitad de los Nava y la cuarta parte de los Zavala, es decir 518. La propia Junta Computadora de la elección que efectuó una minuciosa revisión, debe confesar que el trabajo efectuado por la Junta Computadora de Matehuala, es tal vez uno de los más perfectos. Hizo una minuciosa revisión de todos los expedientes electorales para restar de una vez para todas, todos aquellos votos que consideró pertinente declarar nulos y así, restó al señor Zavala 892 votos que consideró viciados por diversas causas al señor Nava 492 y 154 al señor Mendizábal; restados estos votos, quedaron al señor Zavala 1,292 votos, 742 al señor Nava y una cantidad mucho menor al señor Mendizábal, y está claro, todas aquellas irregularidades, todos aquellos vicios debidos, ya a la ignorancia de los habitantes o a otras diversas causas, natural es aceptar que pertenecían en proporción y número de votos a cada uno de los candidatos, de manera que estos votos les tenían necesariamente siempre que quedar en el mismo orden: Zavala, Nava y Mendizábal. Pero luego de la derrota quedan los derrotados que no siempre esgrimen armas muy recomendables; en este caso una de las principales consiste en presentar al señor Zavala haciendo en su propaganda irrealizables y bellas promesas. Yo no sé si el hecho es cierto o no, pero ignoro también en qué proporción pueden servir estos datos para juntarlos todos; además, se echó mano de una arma verdaderamente ruin. Las colectividades, como los hombres tienen pasiones, a veces nobles y a veces bastardas, y a las colectividades, como a los hombres, se les puede adular con fruto y se puede adular a una colectividad, exaltando sus virtudes y condenando a sus enemigos. Este hecho es innegable; en muchas de las giras de propaganda que aquí se han hecho, los contendientes quieren hacer valer su triunfo diciendo: Yo soy miembro del Partido Liberal Constitucionalista. (Aplausos.) Esta es una torpe y ruin adulación a los intereses del partido. Como ven, todas sus armas, todos sus argumentos de combate se reducen a condenar y atacar al señor Palavicini y al señor J. Natividad Macías, ya caídos afortunadamente. (Voces: ¡No!) Y así, en el caso del señor Zavala, toda la argumentación se reduce a presentarle haciendo público lo de aquellos señores, con objeto de levantar contra él la indignación y el odio de todos los enemigos de Palavicini y Macías. Esta arma, que consiste en poner en juego las bajas pasiones de una colectividad, es verdaderamente ruin, y a quienes echan mano de tales armas debemos verlos con desconfianza. Hay algún argumento que pudiera ser de peso y es el que se refiere a que primitivamente la división territorial presentada como existente arrojaba la cifra de veinte casillas, y a la postre resultaron treinta y cuatro, según los datos de la Junta Computadora. Ya el compañero Zavala dirá a ustedes que tal diferencia resulta sencillamente de una diferencia cronológica: En la época de la formación de los padrones y división territorial, era una la población de Matehuala; posteriormente, ya en los días de las elecciones, habiendo entrado nuevamente en actividad aquel distrito minero, aumentó su población, siendo natural que aumentase también en número de las casillas. Este hecho queda perfectamente explicado. Hay algún argumento que se pretende hacer creer contra el compañero Zavala y es la prisión muy lamentable y muy justamente condenada del periodista Ramón Mendizábal; pero ese encarcelamiento no se debió al señor Zavala, sino al tercer candidato, al mayor del Ejército Constitucionalista Francisco J. Nava, candidato oficial del Gobernador del Estado de San Luis Potosí, general Federico Chapoy. (Voces: ¡Pruebas!) Ya las mostraré en ocasión muy próxima. El Gobernador del Estado de San Luis Potosí se empeñó en sacar avante a determinados candidatos, propósito que logró en algunos lugares, pero que fue contrariado en otros, entre ellos en el distrito de Catorce. Ya mostraré también todas las maquinaciones de que el Gobierno de San Luis echó mano para lograr su propósito, pero en el caso concreto unos cuantos hechos bastan para poner de manifiesto esta verdad. Aquí se ha condenado la labor de un Gobernador del Estado de Guerrero, por su empeñó muy palpable de sacar avante a determinados candidatos; pues el general Federico Chapoy, Gobernador de San Luis Potosí, no le va en zaga a Mariscal. Dejó que el señor Francisco Nava, candidato del Gobernador del Estado, Chapoy, por una verdadera intriga encarcelara al periodista Mendizábal, que era uno de sus contrincantes y el señor Mendizábal estuvo encarcelado durante algunos días para salir en libertad cinco días antes de las elecciones; el hecho es verdaderamente repugnante, pero de ninguna manera se puede tachar al señor Zavala el haber influenciado para este encarcelamiento, con objeto de restarle votos al señor Mendizábal y quitarle la supremacía que ahora la Comisión le da sobre sus contrincantes; de todas maneras, no se puede imputar el hecho al señor Zavala, que a pesar de todo fué quien obtuvo el mayor número de votos en la contienda electoral, y se ve la maquinación que se puso en juego para favorecer a Mendizábal y otras maquinaciones menos poderosas se pusieron en juego para reducir a la impotencia la candidatura del compañero Zavala. Al instalarse la Junta Computadora, (ya el compañero Zavala

se encargará de leer la parte relativa del acta de la cual trae copia certificada), se presentó, según se verá, como representante del Gobierno del Estado de San Luis Potosí, el profesor Agustín Lapert, de pésimos antecedentes políticos y el Presidente de la Junta Computadora, consciente de sus derechos, le preguntó al señor Lapert: ¿Qué hace usted aquí, señor Lapert? y el señor Lapert se vió obligado a confesar que era representante del Gobernador del Estado, Federico Chapoy. Tal afirmación se hizo constar en el acta que obra en poder de la Comisión.

Ya veis como, señores, que si el señor Silvestre Mariscal quería nombrar un representante ante esta Cámara, el señor Chapoy no le va en zaga; también nombró su representante ante la Junta Computadora, no sé con arreglo a qué ley electoral, pero es un hecho: Chapoy estuvo representado en la Junta Computadora de Matehuala por el profesor Lapert, y como a pesar de todas las maquinaciones, a pesar de la exquisita revisión hecha por la Junta Computadora que nulificó todos los votos que quiso, como siempre resultase el candidato no oficial, el señor Zavala, entonces echó mano de otro infame artificio: Se envió por el Gobernador Chapoy al licenciado Hilario Hermosillo, que era Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. ¡Vergüenza y grande que los magistrados sean venales, que se dobleguen a las indicaciones del Jefe del Estado, cuando el Poder Judicial debiera ser independiente de la administración pública, debiera ser independiente de la voluntad del Gobierno! Y el licenciado Hilario Hermosillo, manchando su juventud, sus antecedentes y toda su vida de quien antes había bebido en las aulas de la Escuela Normal de San Luis Potosí y después en el Instituto Científico Literario, doblegóse a las exigencias del Gobernador y fué a Matehuala a pretender nulificar la elección del señor Zavala, presentando formal acusación en su contra, dizque por el delito de excitación a la rebeldía. ¿ Y sabéis cuál ha sido el premio? Allí le tenéis ocupando una curul en esta Cámara de Diputados, como resultado de una elección ficticia en el 9o. distrito de San Luis Potosí. ¡Ah, señor licenciado Hermosillo, que mal comenzáis vuestra carrera política! ¡Con qué ruindad han errado el camino quienes hacen de los medios fines y quienes imaginan que el hecho sólo de llamarse diputado es un timbre de gloria cuando en muchos casos es en realidad un timbre de vergüenza! Ya contestará a su tiempo el señor Hermosillo y hoy debo decirle solamente que como resultado de esta elección fingida, uno de los distritos de la Huasteca tiene por representante aquí a un individuo a quien nadie conoce allá y quien no puede tener interés y cariño por el distrito electoral que representa. Exige nuestra Constitución que para ser diputado por determinado distrito se debe ser originario o vecino del Estado, no dice del distrito mismo, y sin embargo, ¿se oculta acaso a nuestra consideración que en determinados Estados de enorme superficie, que encierran dentro de sus límites todos los climas y todas las razas como en el Estado de San Luis Potosí, no debiera más bien exigirse que los candidatos fueran originarios del distrito mismo? ¿Qué saben los habitantes de los distritos Norte de San Luis Potosí, distritos esencialmente mineros, del clima, de las razas, de las aspiraciones de los habitantes de la Huasteca Potosina ni los de la Huasteca Potosina de los efectos y aspiraciones de las Huastecas Hidalguense y Veracruzana, los eternos postergados que tienen aquí un representante que no sabe de sus intereses, de sus necesidades ni de sus afectos, y esto como resultado de una elección fingida, como premio a un Magistrado venal? (Aplausos.) Y esto como resultado de una elección fingida, como premio a la venalidad de un Magistrado, cuya elección si se hubiese efectuado legalmente sería nula, porque Hermosillo no se separó del puesto de Magistrado, como lo exige la Constitución, noventa días antes de la elección, pero ni siquiera diez días antes, porque el señor Hermosillo,- y aquí está el señor Juan Francisco Barragán a cuyo testimonio me remitiría y podría contestarme si le interpelara, porque por las manos del señor Barragán, que era Administrador de Rentas del Estado, ha pasado hasta la última decena de sueldos del señor licenciado Hermosillo. Como quiera que sea y como resultado de todas esas intrigas se acusa de nulidad la credencial del compañero Zavala, y sin embargo, el compañero Zavala obtuvo la credencial que le da derecho a ocupar una curul en esta Representación. Sé yo que se van a esgrimir en su contra algunos argumentos. Algunos compañeros muy estimables me hablaban de su actuación en el Congreso Constituyente. Yo quiero suponer que sea cierto lo que se me dice del compañero Zavala, que figuró en el Constituyente en el grupo de los moderados y qué ¿esto es un crimen? y qué, ¿sólo tienen derecho a ocupar un curul en la Representación Nacional los diputados radicales o jacobinos del Congreso Constituyente? Yo creo que no, tal criterio sería verdaderamente estrecho. Dentro de la eterna relatividad de todas las ideas y las cosas humanas, el radicalismo o liberalismo no existen en un sentido absoluto, sino en relación con el moderado y conservador; de manera que si en el Constituyente hubo jacobinos, esto no fue sino porque allí hubo moderados; y si el señor Zavala fué moderado en el "Congreso Constituyente de Querétaro, creo que eso no es un crimen. Precisamente de la combinación del conflicto entre estas dos fuerzas conservadoras las unas, radicales y progresistas las otras, resultó la "Constitución de 1917. ¿O acaso sin el conflicto, sin la oposición de los moderados, entre los cuales quiero suponer al señor Zavala, no se habrían dormido sobre sus laureles los constituyentes radicales y no habrían implantado precisamente a pesar de esa oposición todas aquellas reformas y todas aquellas disposiciones de que hoy se enorgullecen? ¿Por qué, pues, esa estrechez de criterio? Lo que debemos preguntar no es si fueron moderados o radicales, jacobinos extremistas o renovadores, lo que debemos preguntar es si fueron honrados o sinceros, porque si no lo fueron, así hayan sido jacobinos o moderados, debemos eliminarlos, no por su actuación política, sino por su falta de honradez, que debe ser la piedra de toque para los hombres que vengan a esta Representación Nacional.

El C. Secretario López Lira: Habiendo transcurrido el tiempo que fija el reglamento, se pregunta si se concede permiso al orador para que continúe hablando. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. Concedido.

El C. Manrique: Sólo voy a decir, para terminar, que si de lo que se trata es de eliminar al señor Zavala porque representa a un distrito obrero, porque es un verdadero obrero, creo que entre nosotros hay muchos intelectuales y muchos pseudo intelectuales, que hay ciertos momentos en nuestra vida en que sentimos el deseo de dar la razón al revolucionario francés que decía: "La República no necesita de sabios." Es necesario que estén con nosotros representantes de todas las clases sociales para que esta Asamblea merezca realmente el nombre de Asamblea General. De manera que expuestas brevemente las razones que creo existen para dar un voto reprobatorio al dictamen de la Comisión; primero,

falta de honradez de la Comisión; segundo, procedimiento ilógico de quienes restando todos los votos cuya nulidad tenga como resultado la ignorancia y falta de conocimiento de los votantes, lo ilógico es que no vengan a quedar siempre en el mismo número de orden los que obtuvieron los demás contrarios, sino que aquí se inviertan en favor de un amigo. Hecho este llamamiento a vuestra honradez y sentido común, no me resta, señores, a reserva de insistir más tarde en tal o cual pequeña duda, sino pediros que deis vuestro voto reprobatorio a la parte resolutiva del dictamen de la Comisión.

El C. Aguirre Colorado: La Comisión pide la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aguirre Colorado: Señores diputados: Voy a fundar el dictamen que ha tenido a bien la Comisión poner a vuestra consideración; en primer lugar, y después que termine de fundar el dictamen contestaré a lo que ha llamado falta de honradez la nueva concubina de Palavicini y socios. (Aplausos.) Dice el dictamen de la Comisión. (Leyó.) Aquí están las pruebas. El señor representante de 300 habitantes de un distrito de San Luis Potosí, que me precedió en el uso de la palabra, dijo que había sido reducido a prisión el señor Mendizábal y que había sido puesto en libertad cinco días antes de la elección y falta a la verdad; cinco días antes de la elección fué reducido a prisión, aquí está una carta que dice: "Fidel Hoyuela. Presidente del club "Madero." "En contestación a su mensaje de hoy, advierto a usted que el Gobierno no tiene candidatos oficiales ni tampoco interés porque se vote por tal o cual persona. Me extraña su pregunta que tal vez me hace porque usted no se ha compenetrado de los ideales de la Revolución. El Gobernador y Comandante Militar del Estado, Federico Chapoy." Esta es una contestación al candidato oficial Nava que le hacía una interrogación al Club; dice así: "Fidel Hoyuela. "Su atento mensaje de hoy. Ya me dirijo a licenciado Treviño y Presidente Municipal para que me informen acerca de los motivos que hubo para ordenar la aprehensión del señor don Ramón Mendizábal. El Gobernador y Comandante Militar del Estado, General Federico Chapoy." Hay una carta del Presidente Municipal de Matehuala que dice: "Matehuala, 20 de marzo de 1917.- Señor Ramón Mendizábal. Ciudad.

"Estimado señor Mendizábal:

"Su muy atenta de esta fecha, que acabo de recibir, me da la satisfacción, una vez más, de conocer las ventajosas opiniones que sobre mi personalidad se ha formado usted, y el buen concepto que me informa tienen de mí, la sociedad y pueblo de Matehuala, por lo que me es altamente satisfactorio expresarle mis agradecimientos.

"Con toda franqueza y lealtad daría a usted el informe que me pide con respecto a la campaña electoral que establecieron el señor mayor Francisco Nava y usted, aspirantes a diputados, sino fuera porque ignoro la verdad de las cosas y no tengo datos verídicos sobre las dificultades que entre ustedes se hayan suscitado. Usted sabe el cúmulo de trabajos y atenciones que requiere el cumplimiento de mi deber como Presidente Municipal, y esta es la causa que me impidió cerciorarme de una manera exacta sobre los acontecimientos que tanto deseaba conocer; y sólo llegó a mi conocimiento su confirmación en la Penitenciaría, por un mensaje que me dirigió el C. Gobernador del Estado, en que me pedía informes sobre la causa que la determinó; mensaje que contesté luego, recabando datos de personas de mi entera confianza que me los ministraron ampliamente, informándome también de su excarcelamiento y absoluta libertad." Por una parte fue la intriga del candidato Nava, quien metió a la cárcel al señor Mendizábal: "Con respecto a la conducta que observó el señor Dionisio Zavala, no tengo inconveniente en manifestarle que tres días antes de verificarse las elecciones llegó a ésta, y comenzó a sugestionar a las masas en sus pláticas.

"Más tarde se presentó ante la Presidencia de mi cargo, manifestándome su deseo de verificar un mitin en pro de su candidatura, y el cual no podía llevar a efecto debido a que el mayor Nava tenía controlado el teatro; y demandaba mi intervención como autoridad para que se le facilitara. Como era natural me negué desde luego, y le hice ver que el "Ocampo" era de una empresa particular y no tenía que inmiscuirme en sus asuntos. Quizá en vista de mi justa negativa haya predispuesto su ánimo contra mí, como lo expresará más adelante. Ya en vista de mi resolución me manifestó que le era indispensable dar cuenta al pueblo de sus trabajos como diputado al Congreso Constituyente, y en tal virtud verificaría su mitin en el lugar más conveniente; pero como en el mitin de la noche anterior, organizado por Nava en poco estuvo que el orden público se trastornase, pedí al señor Zavala me garantizase que el orden público no se alteraría tampoco esta vez; primero me afirmó lo que yo deseaba pero después de haber pensado un momento, cambió de opinión, diciéndome no podía responder en absoluto de esto porque era a todo un pueblo a quien iba a dirigir la palabra. Con este motivo determiné tomar mis precauciones después de haberle concedido la autorización solicitada y expresarle mi propósito de dar garantías a él y a la sociedad. "Todo esto hacía yo porque noté que el señor Zavala tenía un prejuicio erróneo de mí, y tal vez creyó que no estaba en mi puesto como primera autoridad y obedecía consignas.

"Ya para retirarse de mi presencia le advertí que le daba la autorización para verificar el mitin, siempre que en ninguna forma expresase en su discurso, ni a usted, ni al señor Nava ni a ninguna otra persona que considerase su contrario en su política, y que esto mismo le suplicaba lo hiciera del conocimiento de las demás personas que fueran a tomar la palabra esa noche.

"Para dar garantías me era indispensable ordenar que la policía y un retén de soldados se acuartelasen en la propia Presidencia y que ningún elemento armado estuviera en la calle a la hora de verificarse el mitin, lo cual hice, viendo pocos momentos después llegar un piquete de soldados armados que pasaron por la plaza principal, deteniéndose frente a la Presidencia.

"Por conducto de mi secretario, José Y. Cervantes, mandé decir a Zavala que tenía preparado un resguardo para darle garantías.

"Cuál no sería mi sorpresa al saber después del mitin que el señor Zavala no sólo había mencionado el nombre de usted y el del señor Nava, contrariando mis observaciones, sino que hizo mención del resguardo, diciendo a voz en cuello que veía con disgusto que la plaza estaba llena de bayonetas, pero que nada de eso le hacía, pues sabía perfectamente que era obra de sus enemigos, a quienes ya traía en cartera; se refirió también al señor Nava, asegurando que éste había controlado el teatro.

"También expresó al pueblo que él, únicamente y dos diputados más en la Cámara del Congreso Constituyente habían hecho la ley obrera, costándole un verdadero triunfo que la sancionasen: Que no tuviesen miedo a la presión oficial, pues ya se habían acabado aquellos tiempos; no sé si lo diría por la infundada versión que hay, de que el señor Nava es candidato oficial por la multitud de bayonetas que su imaginación calenturienta había visto; como quiera

que sea, en mi concepto no debía haberse expresado así, porque es tanto como predisponer al pueblo contra el actual Gobierno.

"En seguida habló el señor Alfonso Gaitán, y con la liviandad que le es peculiar exhortó al pueblo para que los 700 y tantos votos que habían sufragado en su favor en las últimas elecciones para Presidente Municipal, los depositaran nuevamente en favor de su presentado, señor Zavala, ya que también él, Gaitán, estaba próximo a recibir la Presidencia Municipal, por habérselo así prometido al Primer Jefe, a la presentación de un escrito en que acusaba a la junta revisora de San Luis Potosí, según un gesto que le sorprendió al entregarle el escrito aludido.

"Todo esto, señor Mendizábal, lo aseguro por habérmelo así informado personas de mi confianza.

"Para terminar, réstame tan sólo facultarlo para que haga el uso que mejor le convenga de esta carta, y repetirme su afectísimo atento y S. S.- J. I. Durán." (Rúbrica.) (Voces: ¡A votar, a votar!)

Eso por una parte y relativamente al dictamen, uno por uno están los expedientes y el acta que acreditan una a una las irregularidades cometidas en las elecciones. Por otra parte, se comunicó oficialmente tres días antes de la elección el número de casillas que se instalarían en el 5o. distrito electoral de San Luis Potosí, haciéndose figurar el número de 20, apareciendo después al computarse la votación, 34 casillas. Además, la Comisión ha dicho que se perdieron 2,000 boletas, como efectivamente desaparecieron de un trayecto a otro, y aparecieron muchos votos a favor del señor Zavala, no obstante que el padrón no contenía más que un reducido número de votantes. La Comisión ha procedido y procederá siempre con estricta honradez; y por lo que a mí respecta, las palabras lanzadas por el "nuevo varón" carecen de fundamento: No conoce mi personalidad para que pueda asegurar que me falta honradez, yo que siempre la he tenido como base para todas mis acciones. Señor Manrique, óigalo bien, cuando dictaminé en contra de Palavicini, lo hice porque tuve la completa convicción de la presión oficial para sacar avante a ese mil veces malvado y funesto para la patria; a ese lo querían sacar avante con la consigna oficial; conozco a mi Estado, conozco como anda la reacción por allá. Señor Manrique, entiéndalo bien, yo he tenido las armas en la mano con honradez y vergüenza, defendiendo un derecho y no ha ido de rodillas al templo a rogarle a San Francisco de Asís, como dijo el señor Urueta.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hermosillo.

El C. Hermosillo: Señores diputados: Cuánto lamento que la primera ocasión que vengo aquí a hablar en esta respetable Asamblea, sea únicamente para asuntos personales. Allí, una esfinge, desde mi curul había estado contemplando la actuación de cada uno de ustedes y dándome cuenta con demasiada tristeza de cómo se agitan aquí, más que todo, las pasiones personales. ¡Ah! ¡si hace algunos meses hubiera yo aceptado la proposición de un general, de hacer la propaganda en San Luis Potosí con un buen sueldo, con una imprenta y con todos los gastos necesarios, cuánto no temería ahora los ataques injustos del señor Manrique! Pero no ha sido así, he querido llevar una vida independiente y esto trae muchas contrariedades. Yo, señor Manrique, reto a usted para que me pruebe lo que ha dicho y si no lo prueba usted como hasta ahora lo he tenido como un individuo oposicionista al Gobierno, de hoy en adelante lo tendré a usted como un hombre que no es honrado, porque usted dice que yo fui mandado por el general Chapoy a Matehuala para que triunfara determinada candidatura y en eso miente usted, no podrá usted probarme que fuí a Matehuala a hacer que triunfara determinada candidatura, yo no tuve intervención absolutamente ninguna en las elecciones; fuí a un asunto meramente particular y no supe cómo serían esas elecciones; tuve conocimiento sólo de que había triunfado el señor Zavala y así se lo he dicho a él en lo particular....

El C. Manrique: Para una interpelación, si la Presidencia lo permite.

El C. Presidente: Si el orador lo permite, tiene usted la palabra.

(El orador asiente.)

El C. Manrique: ¿Es o no es cierto, señor licenciado Hermosillo, que presentó usted o intentó presentar una acusación criminal en contra del señor entonces presunto diputado Zavala?

El C. Hermosillo: No es cierto.

El C. Manrique: Se probará.

El C. Hermosillo: He dicho desde ahora que si usted no me prueba lo que ha dicho, lo tendré como un hombre que no es honrado. Yo cuando digo una palabra, señores diputados, es porque tengo la convicción firme de lo que he dicho. Ya sabía yo que usted me tendría que atacar; así me lo dijeron desde Matehuala: Allá tendrá usted un diputado que lo atacará: El señor Manrique y en la prensa lo atacará el señor Palavicini, y, en efecto, ya he visto algunas cartas publicadas en "El Universal" y nunca creí tener yo en la Cámara de Diputados un enemigo mío en política; somos amigos personales, pero en política somos enemigos.

Ya sabía que se me atacaría, lo que lamento es que aquí en el templo augusto de la ley, de la justicia y del derecho, trasciendan hasta los odios, hasta las rencillas de los partidos de allá de los Estados y de las provincias. Estoy dispuesto, señor Manrique, a demostrar a usted que ha mentido en todos y cada uno de los puntos que ha aseverado respecto de mí; y estoy dispuesto a probarlo como usted lo crea más prudente. Si usted no lo prueba, lo tendré como un hombre que no es honrado.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ibarra Jesús.

El C. Ibarra: Señores diputados: Resulta para mí en apariencia un poco embarazoso, puesto que se conoce cuál es mi aflicción política, tener que combatir una credencial que trae un señor que es obrero, en contra de un candidato que viene en representación de los obreros como propietario a este Congreso y otro candidato suplente de la segunda fórmula, la presentada como buena en el dictamen de la Comisión, que también es obrero como el señor Zavala. Repito, es un poco embarazoso el asunto, pero, sin embargo, voy a intentar hacer alguna luz para cooperar a que las cosas se pongan en el sitio que les corresponden, aun cuando el compañero Zavala haya de tacharme de ser inconsecuente con mis principios socialistas. El compañero Manrique ha venido a sostener algo que es absolutamente falso; empezaré por el segundo punto. Ha declarado el compañero Manrique que, según la Junta Computadora y según el propio dictamen, el que sucede en votos al señor Zavala es el señor Nava. Tengo datos en estos momentos y aquí está el dictamen, para destruir esa argumentación con que el compañero Manrique ha intentado sorprender a la H. Asamblea. Es absolutamente inexacto lo asentado por el diputado Manrique al decir que el segundo lugar en votos lo tiene el señor mayor Nava. El dictamen dice en su parte expositiva, que el resultado de la votación es de 343 votos correctos en favor del señor Zavala, 478 en favor del señor Mendizábal y 212 en favor del señor Nava; por lo tanto, el compañero Manrique

no sabe lo que ha dicho, por falta de datos seguros, no creo que por mala fé.

El C. Manrique, interrumpiendo: No me refería al dictamen, compañero Ibarra, sino al acta de la junta computadora.

El C. Ibarra, continuando: Entonces la Asamblea y yo oímos mal al compañero, porque eso dijo. (Voces: ¡No, no!) Sí, señores; ahora vamos adelante. (Voces: ¡A votar, a votar!) Señores: Yo voy a hacer una requisitoria en contra del señor Zavala, que se dice obrero, y por más que tenga en estos momentos callos que mostrar en las manos, no tiene derecho para venir a representar a los trabajadores aquí, ni a venir a engañar a los trabajadores, diciendo que su actuación ha sido viril en el Congreso Constituyente. Por lo tanto, yo lo puedo calificar de impostor y conmigo está todo el grupo Constituyente a quien consta la actuación del señor Zavala en la Cámara. (Voces: ¡No, no!)

Hace algunos días, compañeros, asenté yo que no siempre que se dirigía un hombre a las colectividades obreras a fin de conseguir un cargo de elección popular, iba animado de un efectivo deseo de trabajar por ellas, y que tan luego como se veía encumbrado, se olvidaba de los compromisos contraídos, se reía de sus electores y si acaso, hasta un nuevo período electoral, se acordaría, en parte, de que pertenecía a las agrupaciones obreras. El caso del compañero Zavala es prueba evidente de la verdad de mi aseveración. Si nos limitamos en estos momentos únicamente a la cuestión legal, ya se ha hecho una aclaración suficiente por parte de la Comisión en este asunto de por qué la mayor parte de los votos del señor Zavala son nulos y en segundo lugar, que el candidato Mendizábal triunfo, según una minuciosa investigación de todos los expedientes electorales. Yo, señores, creo que tengo el derecho de pedir a la Asamblea que se me crea en un asunto de esta naturaleza, porque yo considero que nunca como en este caso tengo la obligación de defender mis convicciones y no debo desaprovechar la oportunidad. Aquí se intenta representar a un grupo, a una colectividad de mineros y campesinos del distrito de Catorce del Estado de San Luis Potosí; por esa razón quiero que no se vea en estos momentos pasión en lo que aquí vengo a afirmar, porque es para mí una íntima satisfacción que venga un representante obrero a sumarse al reducido núcleo de diputados obreros que hay en esta Cámara. La Comisión tiene datos y yo también los tengo, de que el candidato Mendizábal fue aprehendido, no como ha dicho el compañero Manrique, para ser puesto en libertad cinco días antes de las elecciones, sino que lo fue en peores condiciones que las en que se encontró este señor, porque aquél fue puesto en libertad hasta las tres de la tarde del día 11 de marzo, es decir, después de que se había consumado la elección. ¿Cómo es posible, señores diputados, que el compañero Manrique que ha sentido la opresión y todo el peso de las autoridades que trata de imponer candidatos, que ha sentido sobre sí la injusticia de un encarcelamiento, venga ahora a atacar a un candidato que estuvo en peores condiciones que él? No me lo explico más que de una manera: El está guiado en estos momentos por intereses puramente localistas, por politiquerías caseras única y exclusivamente, señores diputados, intenta sacar avante al señor Zavala, que puede ser muy estimable, pero a quien no le asiste la justicia. Pido que se considere muy serenamente este asunto y que no se vote con festinación. El compañero Manrique ha venido a sostener al señor Dionisio Zavala dando una prueba de amistad que le aplaudo, nada más; no ha venido a bregar por los intereses de la justicia y de la verdad, por los intereses de los trabajadores de aquella región, no, señores; ha venido únicamente a sostener sobre todos los criterios, el criterio amistoso. Perfectamente, aplaudido, lo repito, esa actitud nobilísima del señor Manrique, pero ha asentado dos falsedades en esta tribuna, la primera por lo que toca al orden en votos, la segunda, por la apreciación del compañero Mendizábal. Esto está plenamente demostrado y es verdad que fue aprehendido varios días antes de la elección y puesto en libertad cinco días antes, pero eso fue la primera vez y la segunda aprehensión fue la víspera de las elecciones y se le tuvo preso hasta una vez que pasaron dichas elecciones. Y bien, si después de esta presión oficial tan burda, a pesar de ella el señor Mendizábal obtuvo una inmensa cantidad de votos, que le resultaron al hacerse aquí el computo, eso probará a la Asamblea la popularidad que tiene el señor Mendizábal en Catorce.

Esto proporcionará conocimiento, acaso psicológico de las multitudes y de los obreros, para darse cuenta del miedo, no es otra la palabra, que infunde a los trabajadores ver enfrente de ellos, como en otras épocas, al poder dictatorial de la autoridad. Si se toma en consideración esto, ¿no vamos a llegar a la conclusión de que en efecto el candidato triunfante, legalmente triunfante y que debe representar a los trabajadores de allí, es el señor Mendizábal? Además, si todavía esto no bastare, el señor Mendizábal obtuvo 478 votos absolutamente limpios en contra de 343 que obtuvo el señor Zavala, con toda clase de garantías en su propaganda electoral. ¿Qué quiere decir esto, señores? Quiere decir, indudablemente, que la justicia de los trabajadores, que todas aquellas colectividades que designaron tener aquí un representante que velara por sus intereses, están más bien de parte de la candidatura Mendizábal; esta es la verdad de las cosas. Ahora, señores, voy a tocar otro punto. El señor Manrique vino a decir a la Asamblea que en otras ocasiones la Comisión ha obrado con parcialidad y con falta de honradez. Muy bien; esta es una triquiñuela política sencillamente. Es claro, ¿qué, se va a afirmar, poniendo por caso que hubiera algunos visos de veracidad, lo que dice el señor Manrique, que siempre, que en todas ocasiones, esas Comisiones están dispuestas a obrar atrabiliariamente, a violar la Constitución? Es un cargo que la Comisión tiene el deber de rechazar y que yo rechazo porque considero que no hay entre nosotros nadie capaz de obrar con mala fé. Yo considero que habrá capaces de equivocarse por desconocimiento, por falta de datos, pero nunca porque sean embusteros, y porque estén a ciencia y paciencia de sus convicciones violando la ley. Eso es nada mas una argucia del señor Manrique para impresionar a la Asamblea en favor del señor Zavala. Ahora, vamos a un asunto muy importante. El señor Zavala estuvo en el Congreso Constituyente; ¡perfectamente bien! Ha venido el compañero Manrique a hacer una defensa de los constituyentes y de los hombres que forman parte del grupo pernicioso en toda nuestra historia, de los moderados; ¡muy bien! Yo quiero conceder que estén bien los moderados dentro de cualquier Congreso, sí, señores; pero que un moderado tenga la audacia de llamarse un representante de colectividades obreras que aspiren a su mejoramiento, eso es los que yo desde lo íntimo de mi conciencia rechazo; de eso protesto con todas las energías de mi corazón, porque un individuo que intente representar a trabajadores no debe ser ni reaccionario ni moderado, puede ser que llegue en determinados momentos a ponerse en el punto más avanzado de las discusiones parlamentarias y quizá más todavía, de los que pueden llamarse enteramente liberales; eso debe ser un representante obrero en la Cámara. Pero el señor Zavala ha ido al distrito de Catorce del Estado de San Luis Potosí,

a decir a los trabajadores que él, en compañía de Palavicini y Macías, hizo las leyes obreras y agrarias, lo que es enteramente falso, porque he consultado la opinión de los radicales del Congreso Constituyente y me han asegurado que la actitud del señor Zavala fué moderada y pasiva. Quiero que cuando el señor Zavala se dirija a los trabajadores para indicarles cuál fué su actuación en el Congreso Constituyente, les presente una copia del acta en que se haga constar la vez en que abordó la tribuna en Querétaro para defender los intereses de los trabajadores y de los campesinos y una copia de lo que él haya dicho, una constancia de cómo ha votado en el artículo 3o., en el 123 y en el 7o. constitucionales. Diga el señor Zavala, si tiene el valor de decirlo, si ha votado, si ha estado siempre de parte del radicalismo, que es lo que interesa a los trabajadores, o si en cambio ha votado en contra de sus intereses. El fué a hacer esta labor a Catorce, fué a engañar a los trabajadores y yo en nombre de ellos y sabiendo plenamente que él ha violado la ley, que no tiene todos los votos que ha venido a presentar con su credencial, emitidos en una forma conveniente, en una forma legal, quiero saber si él intenta todavía llamarse un representante de los trabajadores, a pesar de la flagrante, de la inicua burla que ha ido a hacerles, a fin de conseguir únicamente su elección al Congreso. (Voces: ¡A votar!) Un momento, señores diputados. El señor Zavala, ya lo he demostrado, no tiene el derecho de apoyarse en los obreros para venir a representarlos, porque su labor en el Congreso Constituyente fué absolutamente anti - obrera, pero en el caso del señor Zavala, se repite lo que se ha repetido durante muchos años: Él es un obrero que ha salido del seno de las agrupaciones obreras, por su suerte y por su inteligencia manual, por sus aptitudes, y que una vez que se ha encumbrado ha dicho: Yo valgo más que ellos; yo no tengo puntos de contacto ya con ellos, yo me desligo de ese rebaño de inconscientes para mirar por mí solamente. Este es el caso, muy repetido, señores diputados, en todo el mundo, no nada más en México y el caso del señor Zavala no es otro que el que acabo de referir. El señor Zavala se ha salido de sus deberes y ahora no tiene ningún punto de contacto con los trabajadores que intenta venir a representar. En nombre de los trabajadores, en nombre de todo ese grupo de soñadores que todavía creemos que es posible llegar a la realización del ideal social y económico que la Revolución ha escrito en sus banderas, el señor Zavala no puede, por ninguna causa, venir a llamarse representante de los trabajadores y como todos los apóstatas de las agrupaciones obreras, no debe, por ninguna causa, seguir explotando su carácter de obrero. El ya no es un obrero, él ha sacado avante su candidatura por malas artes que la Comisión se ha encargado de descubrir, de manera que no obstante esto, aun intenta obtener esa credencial que no le pertenece ni como representante del pueblo, ni como revolucionario, ni como obrero.

(Siseos.)

El C. Zavala Dionisio: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Zavala Dionisio: Señores diputados: Habéis oido la narración de mi compañero, que en verdad lo es, lo reconozco como obrero y por eso le llamo mi compañero. Pero es muy difícil probar todo eso que acaba de decir, como también todo lo que ha dicho, no la Comisión, sino el señor Aguirre Colorado, único autor del dictamen.

Señor Aguirre Colorado, no palidezca usted.

- El C. Aguirre Colorado, interrumpiendo. ¡No palidezco, no soy cobarde; nunca he sido villista ni huertista!

El C. Zavala, continuando: Ya véis la exaltación del señor Aguirre Colorado, ¡pues muy pronto se va a calmar! El mismo va a confesar sus errores por su propia boca. Primero me concretaré a contestar a mi compañero Ibarra y después al señor general Aguirre Colorado que fue quien directamente mandó encargar mi expediente para cumplir con un compromiso contraído con su amigo Mendizábal.

El C. Aguirre Colorado, interrumpiendo: No es cierto.

El C. Zavala, continuando: Aquí lo voy a probar. Señor compañero Ibarra, diputado obrero, tengo mucho honra en decir a usted y seguirle diciendo que pertenezco a la clase de abajo, lo que usted ignora, en cambio hay otros muchos que no lo ignoran y saben perfectamente bien todos mis esfuerzos en pro de la clase trabajadora, tanto en San Luis Potosí, como en Coahuila, Nuevo León y en varios centros obreros de la República. El compañero Saucedo, cuando estuvo en una confederación de gremios unidos en Aguascalientes, confesó mi credo y me demostró su adhesión como obrero, no como político, porque detesto la política. Los obreros de mi pueblo saben bien que he venido aquí contra mi voluntad, como lo voy a probar; y eso lo sabe el mayor Nava que está en las galerías y también el señor Mendizábal que debe estar aquí presente. Si el tuviera el valor civil suficiente y fuera político honrado, lo confesaría y nunca hubiera andado diciendo estas politiquerías que verdaderamente han acabado con su prestigio, aquel prestigio que decía tenía en mi pueblo, no un verdadero prestigio pues nunca lo ha tenido.

El C. Aguirre Colorado, interrumpiendo: Pruebas.

- El C Zavala, continuando. Todo lo voy a probar; hasta a usted mismo se lo voy a probar. (Risas.)

El compañero Ibarra dice que no represento a los obreros. Compañero, ¿tuviera usted la bondad de venir a ver estas consecuencias, para que vea desde cuando ando luchando por la emancipación de los obreros, desde cuando, en los momentos mismos en que no se podía hablar recio, no ahora que estamos hablando y que podemos hablar? Yo puedo enseñarle, mire usted todos estos papeles; aquí tiene usted. ¿Que qué he hecho yo? Consta aquí esto a la diputación de Coahuila que lo sabe perfectamente bien. Las compañías de carbón, que ustedes saben que están intervenidas por el Gobierno, fué la región que, antes que todas, alcanzó que a los trabajadores se les pagara en talón oro. Aquí hay pruebas, yo las dejo a ustedes para que revisen todos estos archivos y después ustedes mismos confesarán categóricamente, si yo efectivamente puedo representar a los trabajadores y si he hecho algo por ellos. Yo dejo todo este archivo en poder de ustedes. (Aplausos.) Ahora vamos al dictamen que dice el señor Aguirre Colorado que ha rendido la Comisión. No señores, la Comisión no lo ha rendido, el señor Aguirre Colorado se ha llamado la Comisión, pero los que forman parte de la omisión ni siquiera supieron como estaba mi expediente, quien lo supo fué el señor Aguirre Colorado y a él me voy a dirigir expresamente. Aunque es chusco, señor Aguirre Colorado ¿no por casualidad, el día que usted dictaminó en pro o en contra, porque había dos dictámenes, uno en pro y otro en contra, (Aplausos), por casualidad no llegó usted a ver la prensa donde lo atacaba la señorita Hermila Galindo y la cólera que esto le causó lo hizo decidirse a presentar el dictamen en mi contra? (Siseos.) Siendo yo demasiado, señores diputados, que mis contrincantes, que son dos, no traigan credenciales para que se vinieran a defender aquí, como en otros casos ha sucedido, porque tengo la seguridad que ni Mendizábal, ni Nava me contestarían a lo que les diría yo, porque si son caballeros lo confesarían.

¿Cuál criterio me aplicó usted, señor Aguirre Colorado?

El C. Aguirre Colorado: El criterio legal.

El C. Zavala, continuando: Allá vamos, al criterio legal. El señor Aguirre Colorado, señores, desde el día 9 que estuve aquí, como consta a muchos de los señores diputados, porque a ellos les debo mi permanencia aquí en México, yo quería retirarme porque el señor Aguirre Colorado, como buen general que es, me puso un sitio y quiso que evacuara la plaza por hambre y dejara el campo libre al señor Mendizábal. (Aplausos y risas.) Y, señores diputados, día a día decía el señor Aguirre Colorado: "Señor general, hágame usted el favor, si así se puede llamar, de dictaminar sobre mi credencial, sea que me largue a la calle o cualquiera otra cosa, pero hágame favor de dictaminar luego". El contestaba siempre: "El dictamen está ya en la Secretaría." Yo, como no sé mentir, lo creía. Pasaron días y me apersoné con el señor Secretario del Castillo, preguntándole si ya estaba el dictamen referente a mi credencial en poder de la Secretaría, habiendo él contestado negativamente. ¿Es cierto o no, señor Secretario del Castillo?

El C. Secretario del Castillo: Sí es cierto.

El C. Zavala: Pasaron más días y volví a preguntar al señor general Aguirre Colorado sobre la misma cosa, diciéndome entonces que el dictamen ya lo había entregado en la Oficialía Mayor. Hablé con el Oficial Mayor y me informó que no se le había entregado el dictamen referente a mi persona. Dejé pasar otros días, y entre tanto, yo con un compañero de Querétaro que estábamos en difíciles condiciones económicas, nos encaminamos a buscar trabajo, porque el sitio del General Aguirre Colorado era terminantemente, tremendo, a todo trance quería que evacuáramos la plaza. Pues bien, al fin me apersoné con el señor general Hay y le dije que no podía permanecer aquí más tiempo, porque materialmente no podía estar y él me contestó que le recordara el asunto en la tarde para tratarlo con el señor Aguirre Colorado; pero la Cámara tenía en esa vez asuntos muy interesantes de qué ocuparse y yo no me atreví, no me sentí capaz de recordárselo, porque ví que había otros asuntos más interesantes que el mío. Tres o cuatro días después, fuí con el señor Aguirre Colorado y me dice: "El dictamen ya está hecho, está en la Secretaría," vine a la Secretaría y nada, fuí entonces a ver al Oficial Mayor, e igualmente, nada, vuelvo y le digo al señor Aguirre Colorado que por ninguna parte he podido encontrar el dictamen y entonces me dice, lo tiene el señor Presidente; fuí a ver al señor Presidente y me dice que no ha recibido nada. ¡El sitio tremendo! Entonces el señor Presidente va y le dice al señor Aguirre Colorado, "¿a quién le ha entregado usted ese dictamen?" y le contesta: "En la Secretaría". El Presidente le dice: "No hay nada en la Secretaría y ruego a usted que busque ese dictamen para saber dónde se encuentra." Todo eso, señores, revela sencillamente la mala intención que tenía el señor Aguirre Colorado con mi credencial, y de hecho con mis representados. Ahora, por lo demás, había dos dictámenes. ¿No es verdad, señor Aguirre Colorado?, confiese usted categóricamente si había dos dictámenes hechos.

El C. Aguirre Colorado: No es cierto.

El C. Zavala: Sí es cierto.

- El Sr. Aguirre Colorado: No es cierto, falta usted a la verdad.

El C. Zavala: No falto, señor Aguirre Colorado. Pues bien, dice el señor Aguirre Colorado que no los había y yo confieso, honradamente que sí había los dos dictámenes, uno en pro y otro en contra y al fin se presentó el que estaba en contra. Pues bien, señores diputados, ya el señor licenciado Hermosillo se encargó de decirnos cuál era el sentir de Mendizábal, con todo de que el señor licenciado Hermosillo y yo estamos muy distanciados de la política, no necesito insistir sobre el asunto pero sí en un caso muy interesante: Señor licenciado Hermosillo, categóricamente; lo creo a usted un hombre honrado, ¿es cierto que el señor Mendizábal en todo el tiempo de Huerta estuvo en los telégrafos de San Luis Potosí?

El C. Hermosillo: Es cierto.

El C. Zavala: Muy bien, este no es un argumento para mí, este es un efecto político que cualquiera lo puede coger como un argumento político poderoso; yo no señores, yo me concreto al criterio legal que es el que dice el señor general Aguirre Colorado que me ha aplicado. Es cierto que se encarceló al señor Mendizábal, pero vamos a ver en que forma lo encarcelaron. Aquí está la copia que dice: "En la campaña electoral de Matehuala, sucedió el incidente de haber demandado por difamación a Ramón Mendizábal, porque en público dijo que mi actuación revolucionaria se había concretado a merodear por los alrededores de aquella ciudad; precisamente por la frase "merodear" fué en la que hice consistir mi demanda; una vez que el juez dió entrada a ésta y habiéndole exigido a Mendizábal una fianza para no detenerlo, yo mismo fuí a indicarle al juez que lo dejara en libertad para que terminara su propaganda." El día en que el señor Mendizábal estuvo preso, mi candidatura todavía no se lanzaba; si él es honrado, puede decirlo. Siento que no pueda hablar, para que ustedes quedaran convencidos. Cuando yo llegué a Matehuala, él me encontró en la Presidencia Municipal, y en la noche estuvimos en un mitin arreglado por el señor Mendizábal; estuvimos también juntos en su casa, después de haber surgido algunas dificultades entre ambos, y allí tuvo lugar el abrazo de Judas, habiéndome dicho: "Somos contrincantes, pero no enemigos." Mi candidatura triunfó sólo en cinco días, debido únicamente a la simpatía que me tienen mis comitentes, porque en los momentos de prueba estuve con ellos. Dice el señor Mendizábal que estuvo preso cuando se verificaron las elecciones, en lo que miente, y cuyo argumento presenta como muy poderoso en mi contra el señor Aguirre Colorado, a fin de hacer triunfar la credencial del señor Mendizábal. Aunque sea algo chusco, debo decir que yo hice mi propaganda en un jumento en cinco días. Y van ustedes a saber por qué siente simpatía mi pueblo por mí. Van ustedes a saber si acaso pueden tener más confianza en Mendizábal o en mí. Cuando pasaban las fuerzas constitucionalistas, que venían arrojando a las federales, entonces todos sabemos perfectamente bien que Eulalio Gutiérrez fué Gobernador de San Luis Potosí. Yo tampoco quiero esgrimir como un argumento poderoso el haber ido a combatir a la reacción, pero quien sabe si analizando mi vida revolucionaria pudiera ser más revolucionario que cualquiera que los que están aquí y que se dicen revolucionarios; pero, señores, no es ese mi argumento poderoso. (Siseos.) Sí, señores, es la verdad, es otra cosa lo que yo quiero tocar. Pues bien, al pararse las minas en aquella región, no hubo trabajo, y los enemigos de la Revolución se opusieron terminantemente a que trabajaran las minas, para que se dejara sentir el consiguiente malestar y entonces, señores, nos fuimos allá, - como yo creo que el señor Aguirre Escobar tendrá conocimiento de ello, - hicimos gestiones y con dificultades y como ustedes quieran, hicimos poner en movimiento las minas, después de haberse opuesto los dueños. Esas gestiones que se hicieron, no fueron precisamente por mí, sino por un grupo de compañeros que estaban conmigo. En fin, no hay para qué narrar

todo aquello, pero a eso se debe la simpatía que me tienen los compañeros de ese distrito. Pues bien, entremos al criterio legal, que es el que me ha aplicado el señor Aguirre Colorado, usted en su dictamen.... ¡Ah, ya no está en su curul el señor Aguirre Colorado, ya se fué.... (Aplausos.) Pues bien, el señor Aguirre Colorado ha dicho que las casillas números 12, 16, 18, 20, 24, 26, 29, 31, 33, y 34 son malas y yo protesto contra ese atentado que se hace por el señor Aguirre Colorado, pretendiendo engañar a la Representación Nacional y hago una protesta terminante y lo más enérgica posible, en contra de la actitud del señor Aguirre Colorado; él dice también que las casillas restantes son buenas; pues no es cierto, está equivocado y voy a probarlo con el acta de la Junta Computadora de aquel distrito. El señor Aguirre Colorado me hace buena la casilla número 2; confieso honradamente, señores, que es una casilla mala, porque le faltan requisitos de ley y en el dictamen dice que es buena. Igual cosa digo respecto de la número 4 y el señor Aguirre Colorado dice que es buena.

El C. Aguirre Colorado: ¡Aquí está!

El C. Zavala: Sólo suplico al señor Aguirre Colorado que tome el acta de la Junta Computadora y que me conteste categóricamente. Este es el último momento que distraigo la atención de la Asamblea, y con la contestación que me dé, la Asamblea verá a quién le corresponde la credencial. ¿Por qué nulifica usted, señor general Aguirre Colorado? Usted me hace buena la casilla número 2, la 4, la 6, la 7 y la 10. Confiese usted honradamente que no estudió mi expediente y que dictaminó nada más a la simple vista. Usted dice que la casilla número 3 es buena y que también lo son las números 15 y 17. Voy a tener la oportunidad de leer estos papeles para que se den cuenta de la actitud del señor Aguirre colorado con respecto a mi credencial. "Sección 17.- El expediente en un paquete conteniendo el de las tres elecciones, el de diputados consta de un padrón, nombramiento del instalador, acta general de las tres elecciones, careciendo de firmas de un secretario y un escrutador; una constancia de la Mesa para el presidente de dicha sección, faltando lista escrutinio y acta de instalación. Con excepción de 7 boletas, todas las restantes vienen firmadas por los ciudadanos presidente y secretario de la Mesa a ruego de los votantes. Las 7 boletas de que se hace referencia son a favor de los ciudadanos Ramón Mendizábal y Alfonso Cárdenas, para diputados propietario y suplente, respectivamente. No constan en el padrón los ciudadanos F. Estrada, Hilario Quiroz y Esiquio Estrada. Como el acta no especifica votación, el cómputo de esta sección está conforme con las boletas entregadas."

El C. Aguirre Colorado: ¡Sí es buena!

El C. Zavala: Pues si usted me hace buena ésta, tendrá que hacérmelas buenas todas. (Aplausos.) Casilla número 7, la que el señor Aguirre Colorado hace buena: "Sección 7a.- Expediente de un solo paquete cerrado conteniendo el de la elección de diputados, senadores, Presidente de la República. El de diputados contiene: Padrón, nombramiento, del instalador, acta de instalación e inventario, acta de elección general, careciendo de lista de escrutinio. Son de anotarse en el padrón los ciudadanos siguientes: J. R. Castillo, Juan Corpus, Teodosio Martínez, Wenceslao Hernández, Isabel González, Isidro Mendoza, Jesús Pérez, Domingo Oliva, Julián González, Estanislao Blanco, Pedro A. Tello, Fausto Coronado, Jesús Granados, Zeferino Sifuentes, Sebastián Bárcenas, Sotero López, Domingo y Ricardo Martínez, Vicente Macías, J. G. Valadez, Tiburcio Morales, Tomás Herrera, Juan Hernández, Mariano González, Fausto Coronado, Manuel A. Soto, Manuel J. Nava, Agustín Cruz, Antonio Martínez, Fernando Medina, José Ojeda y Librado Martínez. 13 boletas aparecen, llenada la candidatura con letra parecida a la del segundo secretario Ezequiel Esparza, pero en firma completamente distinta a esa letra, y cuatro llenada la candidatura por el señor Ruperto Guerrero primer secretario, y en las mismas condiciones, siendo 14 de la candidatura de Dionisio Zavala y 3 de la de Ramón Mendizábal. Las boletas correspondientes a los números 27 y 45 aparecen llenas con la misma letra y repetido el nombre del firmante. Boletas viciadas: Incluídas aquellas cuyos nombres no constan en el padrón; para diputados propietarios: 52 de Dionisio Zavala, 7 de Francisco J. Nava y 2 de Ramón Mendizábal. Diputados suplentes: 51 de Isidoro Z. Alvarado, 1 de Francisco J. Nava, 6 de Cristóbal López Ocaña, 1 de Juan Ángel Morales, 1 de Alfonso Cárdenas y 1 de Dionisio Zavala. Conforme el acta respectiva sobró un voto a favor de Zavala - Alvarado." Si ésta también la hace buena, repito, que forzosamente me bonificará todas las demás. Desde luego el cómputo general fué así: Yo obtuve 2,191 votos; el mayor Nava, 1,234 votos; y el señor Mendizábal 518 votos. De éstos, como especifica el acta, se hizo la debida calificación, porque hasta esa osadía tuvo la Junta Computadora, de calificar los sufragios. Allí se decía: "Es viciada la boleta que no tiene el testigo correspondiente, que le falta la firma del testigo, que no tiene numeración progresiva, que le falta la anotación de si el votante sabe o no escribir y todos los demás requisitos de ley." ¿Cuáles votos hace malos al señor Aguirre Colorado? Aquí está el acta para que se juzgue de la actitud de éste señor. ¿Cómo ha de ser, pues, justo que yo, habiendo obtenido 2,191 votos, pierda una elección, ganándola quien sólo alcanzó 362 votos? Protesto enérgicamente y siento en verdad que no pueda conducir al señor general Aguirre Colorado a un jurado para que responda de tantos chanchullos. Pido que se rechace el dictamen, y si el señor Aguirre Colorado es justo, espero que antes de que se rechace ese dictamen él lo retire y lo modifique porque es justo y honrado.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Aguirre Colorado. (Siseos.)

El C. Aguirre Colorado: No vengo a atacar al ciudadano Zavala, pues no lo conozco, ni tengo absolutamente rencilla alguna contra él y que me han informado que es una persona honrada; no vengo a echarle una ráfaga de insultos, porque no sé si puede ser acreedor a ellos. La Comisión, siempre ha tenido el criterio legal. En lo que respecta a la que tengo la honra de presidir, sólo bajo el punto legal y sin tocar asuntos políticos, sino como un vago incidente los registra en sus dictámenes. Se ha concretado siempre la Comisión que tengo la honra de presidir, al punto exclusivamente legal. Hay muchas palabras vertidas aquí por el candidato Zavala con las cuales se podría argumentar para destruir todo lo que él ha dicho. En primer lugar afirmó que la Comisión tenía dos dictámenes, carece de toda falsedad (risas) rectifico, carece de toda veracidad (risas) que no es cierto que la Comisión haya hecho dos dictámenes. La Comisión que tengo el honor de presidir, sujetándose siempre a un punto legal, al estudiar el expediente relativo a las elecciones del 3er. distrito electoral del Estado de Tamaulipas, cuya elección reconocimos en favor del señor Gárate, había dictaminado en contra, porque la votación venía viciada y cae conforme al artículo 59 de la ley electoral dentro de esas prescripciones; sin embargo, habiendo sentado precedente esta H. Asamblea de darle el triunfo a la minoría,

porque también tiene derecho en el Parlamento a ser representada, la Comisión pidió permiso para retirar el dictamen y presentarlo conforme al sentir de la Asamblea, ejemplo de que no tiene la Comisión inquina contra los presuntos diputados, y que sólo tiene un espíritu de rectitud y de honradez.

El C. González Torres: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Sólo para mociones de orden.

El C. González Torres: Es oportuna.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. González Torres: El señor Zavala una vez se acerco a mí, tal vez no lo recuerde, con el objeto de pedirme que yo hablara con el señor Aguirre Colorado, preguntándole qué sucedía con el dictamen referente a su credencial, en vista de que se encontraba en circunstancias pecuniarias verdaderamente aflictivas. Entonces me acerqué al señor Aguirre Colorado y le pregunté qué había pasado con el dictamen del señor Zavala, habiendo respondido textualmente: "Ya está hecho el dictamen." Le dije que por qué no lo presentaba para que así pronto supiera a qué atenerse el señor Zavala, quien estaba escasísimo de recursos. a lo que Ernesto Aguirre Colorado me dijo: "Tengo dos dictámenes y no sé por cuál decidirme." Después, como tres veces volví a ver a Ernesto, suplicándole lo mismo y hasta le llegué a decir que se decidiera por cualquiera, que lo urgente era que se resolviera el asunto.

El C. Aguirre Colorado: Protesto enérgicamente contra lo aseverado por el señor González Torres, porque no le he dicho absolutamente nada; lo único que le dije fué que el expediente venía enredado y que tenía que estudiarlo muy detenidamente. (Siseos.) ¡No tengo dos palabras!

El C. González Torres: ¡Ni yo tampoco; jamás he sido mentiroso! (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Aguirre Colorado: Lo que diga la H. Asamblea estoy en la mejor disposición de acatar; pero aquí tienen ustedes una prueba palpable: El acta de la Junta Computadora; miren ustedes toda la falsedad de la elección. (Siseos.) Si no se tiene confianza en la Comisión, modificaré el dictamen en el sentido que la asamblea lo ordene, porque siempre la Comisión de que yo formo parte se ha inspirado en un espíritu de honradez. En este caso únicamente ha habido ardides para sacar avante a determinada personalidad, y la Comisión no tiene un criterio político, ha tenido siempre el legal, pésele a quien le pese. (Siseos.)

El C. Secretario López Lira: No habiendo oradores en pro ni en contra, se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie.

El C. Pérez Gasga: Como miembro de la Comisión pido la palabra.

(Voces: ¡Ya está votado, ya está votado!)

El C. Secretario Padrés: Deseo hacer presente que el señor Pérez Gasga pidió la palabra con mucha anticipación y que el señor Presidente no se la concedió porque no se había fijado que la pedía.

El C. Presidente: Por eso digo que pasen a inscribirse para cuando quieran hablar.

El C. Hay: Yo creo que es de justicia que oigamos a la Comisión; por compañerismo y por justicia debemos dar todas las facilidades a una Comisión para que nos demuestre que ha obrado bien ya que se le ha atacado... (Voces: ¡Ya está votando, ya está votando!) Yo todavía no tengo mi criterio formado en esta credencial y por eso pido que la Comisión sea oída para votar en justicia.

El C. Cravioto: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cravioto: Yo creo que una vez que la Asamblea, que es soberana, ha expuesto ya su criterio, diciendo que está suficientemente discutido. (Voces: ¡No, no; sí, sí!) Yo estimo que es justo lo que acaba de decir el compañero Hay, pero no quiere decir que nosotros le quitemos a la Comisión su derecho de defenderse una vez que termine la votación, entonces su Señoría puede hacerlo.

El C. Neri: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Neri: El señor Cravioto desconoce las prácticas parlamentarias, y la Secretaría no ha hecho la declaración de que estaba suficientemente discutido.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Pérez Gasga miembro de la Comisión: Señores diputados: No voy a cansar la atención de ustedes, únicamente voy a rectificar un hecho. El señor Zavala no le ha hecho cargos a la Comisión, únicamente se ha referido al señor Aguirre Colorado; decía, señores, que quiero hacer la rectificación de un hecho o una aclaración, como ustedes quieren estimarlo. Se ha dicho aquí por algunos señores diputados que había dos dictámenes en el asunto del señor Zavala. Yo no puedo saber lo que personalmente haya hablado el señor Aguirre Colorado con cualquier diputado, pero sí puedo asegurar a ustedes que yo, como miembro de la Comisión, y creo que también los demás miembros de ella, no hemos visto más que un solo dictamen y no hemos firmado más que uno y no dos.

El C. González Torres: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. González Torres: Pongo por testigo de mi aseveración al señor Zavala. Además, al leerse el dictamen, dije a los señores Escudero y Pesqueira lo relativo al caso de los dictámenes hechos por el señor Aguirre Colorado respecto de la credencial del señor Zavala, y les conté el caso, indicándoles que Aguirre Colorado se había resuelto a presentar el dictamen desfavorable a Zavala.

El C. Pérez Gasga: La Asamblea dará a las palabras de cada uno de ustedes el valor que estime conveniente; pero yo, como miembro de la Comisión, tengo derecho a hacer la aclaración que indiqué, puesto que el dictamen no está firmado sólo por el señor Aguirre Colorado, sino por todos los miembros de la Comisión de que yo formo parte. En consecuencia, como no he firmado dos dictámenes, así lo quiero manifestar, porque creo que es justicia.

El C. Aguirre Colorado: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aguirre Colorado: Ruego a la H. Asamblea crea que no es verdad lo que ha afirmado el señor González Torres; aseguro bajo mi palabra de honor que él miente. Que se me consigne al Gran Jurado y se me destituya del cargo de representante del pueblo, si yo hubiere dicho tal cosa al señor González Torres, porque no debe tener esta Cámara hombres indignos en su seno; y si no se comprobare la acusación, que la calumnia se castigue como es debido. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. Secretario López Lira: Se pregunta si se considera suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Se considera suficientemente discutido.

El C. Cepeda Medrano: Pedimos votación nominal.

El C. Zavala: Pido que se divida el dictamen.

El C. Secretario: La Presidencia informa que si se rechaza el dictamen, la Comisión lo modificará en el sentido de la discusión. Por otra parte, el dictamen no trae declaración de nulidad de las elecciones. Dice así en su parte resolutiva:

"1a.- Se declara nula la elección de los ciudadanos Dionisio Zavala e Isidro Z. Alvarado.

2a.- Es diputado propietario por el 5o. distrito electoral de San Luis Potosí, el C. Ramón Mendizábal y suplente por el mismo el C. Alfonso Cárdenas."

En votación económica se pregunta si se aprueba. No se aprueba. Vuelve a la Comisión para que lo reforme en el sentido de la discusión. (Aplausos.)

- El mismo C. Secretario: El dictamen de la primera sección referente al 7o. distrito electoral del Estado de Puebla, dice:

"H. Asamblea:

"Habiendo desechado el Colegio Electoral el dictamen relativo al 7o. distrito electoral del Estado de Puebla, y habiéndose manifestado claramente durante la discusión que el voto de la Asamblea estaba en favor del C. Antonio de la Barrera, por considerarse que debían computarse los votos que vinieran en el expediente presidencial y los demás que la Comisión le nulificó creyendo ajustarse a la ley, la primera sección de la primera Comisión revisora de credenciales, somete a la deliberación de esta H. asamblea el siguiente punto de resolución:

"Único: Es diputado propietario por el 7o. distrito electoral del Estado de Puebla el C. Antonio de la Barrera y suplente por el mismo distrito el C. Agustín Verdín, jr.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. México, mayo 7 de 1917.

Jonás García.- Antonio Ancona Albertos." (Rúbricas.)

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobado. La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara:

Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 7o. distrito electoral del Estado de Puebla, los ciudadanos Antonio de la Barrera y Agustín Verdín.

- El mismo C. Secretario: El dictamen de la 3a. sección que se refiere al 10 distrito electoral del Estado de Guanajuato, dice así:

"H. Asamblea:

"La tercera sección de la primera Comisión revisora de credenciales acatando respetuosamente la decisión de la H. Asamblea, tiene la pena de reformar el dictamen correspondiente al 10 distrito electoral del Estado de Guanajuato, contrariando su profunda convicción de que legalmente corresponde el triunfo al C. Luis C. Cabrera, y no al C. Francisco de P. Mendoza, como evidentemente lo demostró ante la H. Asamblea, con razonamientos apoyados en preceptos vivos de la ley relativa, y con documentos de fehaciencia legal que obran en el expediente respectivo. Tiene la pena, repite, de presentar nuevamente a la consideración de la H. Asamblea, los siguientes puntos resolutivos, no sin dejar latente su más enérgica protesta por la flagrante violación a la ley que se ha cometido, dando el triunfo al C. Mendoza, a quien la misma ley lo señala como derrotado.

"1o.- Es diputado propietario, porque así lo resolvió la H. Asamblea, por el 10 distrito electoral del Estado de Guanajuato, el C. Francisco de P. Mendoza.

"2o.- Es diputado suplente por el mismo distrito, el C. Luis Gil.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. México, 9 de mayo de 1917."

"Miguel Alonzo Romero.- Francisco Arreola R." (Rúbricas.)

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica, ¿se aprueba? aprobado.

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: Son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el 10 distrito electoral del Estado de Guanajuato, los ciudadanos Francisco de P. Mendoza y Luis Gil.

El C. Secretario López Lira: El dictamen referente al 12 distrito electoral del Estado de Oaxaca dice así:

"Dictamen que rinde la cuarta sección de la primera Comisión revisora de esta H. Cámara, con referencia al 12 distrito electoral del Estado de Oaxaca.

"De conformidad con lo dispuesto por esta H. Asamblea, la Comisión que suscribe, procedió a reformar el dictamen que por mayoría fué rechazado, y deseando cumplir estrictamente con la ley hizo un nuevo y minucioso estudio de los expedientes electorales, así como de los votos emitidos en favor de los candidatos por aquel distrito electoral, cuyo cómputo es el siguiente:

P. Ramírez L. Ramírez Nulos

Huajuapan de León. 30 30

Cascalotepec. 100 100

Santa Catalina Chinango. 37

San Marcos Arteaga. 146 146

Nochistlán. 53 53

Misquixtlahuaca. 49 49 46

San Sebastián Progreso. 51 51 34

Acanquizapan. 51 51 42

Guadalupe Cuantepec. 49 49 49

San Juan Totuxtla. 25

San Juan Tolotepec. 36

Sta. Gertrudis Crualtepec. 64 64

Huajolotitlán. 65 65 15

Huajuápan. Sección 2a. 7 7 2

" " 3a. 6 1

" " 8a. 18 18

" " 9a. 24 20

" " 10a. 30 30

" " 11a. 45 45

San Sebastián de la Frontera 38 38 19

Concepción Porfirio Díaz. 27 27

Zahuatlán 80 80

Silacayuapilla. 59 59

Chazumba 40 17

Yodohino. 106 106 106

San Pedro Yodoyuxi. 20 20 20

San Juan Reyes. 90 90 90

Guadalupe Vargas. 59 59 41

Zapotitlán Palmas. 69 69 22

San Juan Cuitito. 39 39

TOTAL. 1,513 1,383 488

R. Saavedra. J. I. Sánchez. Nulos,

San Andrés. 54 54

Santa María Yucuquini. 47 47

San Pedro Atoyac. 37 37

Santa María Yucuñiti 123 123 113

Mariscala. Sección 1a. 47 47

" " 2a. 60 60

" 3a. 53 53

Chiliatlahuaca. 128 128

Tequixtepec. 133 132

San Juan Diquillú. 95 95

Huajuapan. 28 28

Zacatepec. 55 55 38

S. Sebastián del Monte. 50 50

San Martín del Río. 51 51

Papalutla. 44 44

San Andrés Dinicuiti. 47 47

San Andrés Yutatía. 55 55

TOTAL. 1,107 1,106 151

"La Comisión hace notar que al verificar el cómputo anterior, se tuvieron en cuenta los expedientes que llegaron a última hora, los cuales arrojan un total de 1,513 votos a favor del C. Pedro Ramírez para diputado propietario y 1,383 en favor del C. Liborio Ramírez como suplente, que descontando los votos nulos les quedan 1,025 al primero y 895 al segundo; así mismo resulta que el C. Juan Reyes Saavedra obtuvo 1,107 votos y su suplente 1,106, reducidos a 956 y 955, respectivamente, después de restarles los votos nulos.

"Por lo expuesto, esta Comisión se permite someter a la aprobación de esta H. Cámara las siguientes proposiciones:

"1a.- Son válidas las elecciones para diputados propietario y suplente verificados en el 12 distrito electoral del Estado de Oaxaca.

"2a.- Es diputado propietario por el mismo distrito el C. Pedro Ramírez y suplente el C. Liborio Ramírez.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión." - México, abril 27 de 1917.

J. Siurob.- D Sánchez.- J. Morales Hesse."- (Rúbricas.)

¿No hay quien haga uso de la palabra?

El C. Pérez Gasga: Pido la palabra en contra.

El C. Sánchez Pontón: Una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Sánchez Pontón: Tengo entendido que ese dictamen fué ya discutido y devuelto a la Comisión para que lo modificara en el sentido de la discusión. Hay un artículo reglamentario que dice que son irrevocables las decisiones de la Asamblea sobre discusión de credenciales, por lo tanto ya no procede a ponerla a discusión nuevamente sino a votación.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Pérez Gasga.

El C. Pérez Gasga: Señores diputados: Ruego a ustedes se sirvan presentar su atención a las pocas palabras que voy a exponer. Ataco el dictamen de la Comisión que por más que venga en el sentido de la votación, yo voy a demostrar a ustedes que no ha venido en este sentido, porque fué contrario al señor Saavedra bajo el concepto de que tenía el menor número de votos, y si la Asamblea me lo permite, yo voy a demostrar que el señor Saavedra tiene el mayor número de votos, y si la Asamblea la vez pasada pudo creer que la justicia no asistía a Saavedra porque no tenía los votos necesarios, hoy podrá convencerse la Asamblea de si tiene el señor Saavedra la mayoría de votos suficientes.

El C. Secretario Mata: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, pregunta si debe reconsiderarse este asunto.

El C. Rivera Cabrera: No debe hacerse esa pregunta. (Varias voces: Se dijo que estaba a discusión.)

- El mismo C. Secretario: El Trámite de la Mesa es que sea la H. Asamblea la que resuelva si debe reconsiderarse el asunto.

El C. Sánchez Pontón: El artículo 7o. reglamentario es terminante. Dice así:

"Artículo 70.- En esta junta, y en las demás que a juicio de la Cámara fueren necesarias, se calificará, a pluralidad absoluta de votos, la legitimidad del nombramiento de cada uno de sus miembros, y se resolverán irrevocablemente las dudas que ocurriesen sobre esta materia."

En eso se han fundado todos los demás casos parecidos a este para que una vez presentados todos los dictámenes devueltos, ya no se discutan. Es verdaderamente extraño que ese asunto quiera todavía discutirse. Señor Presidente, atentamente ruego a usted haga que se cumpla esta decisión reglamentaria.

- El mismo C. Secretario: La Mesa sostiene su trámite de que sea la Asamblea la que decida si se considera o no el asunto.

El C. Rivera Cabrera: Reclamo el trámite.

El C. Secretario: Está a discusión el trámite: Los diputados que deseen hacer uso de la palabra, se servirán pasar a inscribirse.

El C. Hay: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Hay: Respetuosamente pido a usted se sirva dar un trámite de acuerdo con el reglamento, y si alguien lo reclama, entonces se pondrá a discusión.

El C. Secretario: La Presidencia manifiesta a la H. Asamblea que sus decisiones son irrevocables; por lo tanto, este asunto no está ni puede estar a discusión.

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Efectivamente, son irrevocables las decisiones de la Asamblea, pero la decisión de la Asamblea se ha referido al dictamen anteriormente presentado; y éste, si bien versa sobre el mismo expediente, es un dictamen distinto; la parte resolutiva es distinta a la anterior, lo que depende de que se han tenido en cuenta datos que no se obtuvieron en consideración la vez pasada. Si nuevamente se pusiese a discusión el mismo dictamen, no cabría el debate; pero se trata de un nuevo dictamen formulado en vista de nuevos datos, y de que los factores que determinaron que fuera rechazado el otro dictamen han desaparecido. Creo no cometer una indiscreción al citar el nombre del señor Aureliano Esquivel, que en la vez pasada informó a algunos compañeros, indicando que el señor Saavedra tenía pendiente una acusación de carácter penal por malversación de fondos; sin embargo, posteriormente el propio Esquivel obtuvo un certificado que desvaneció esos datos y toda sospecha sobre el particular; en consecuencia, desvanecidos esos datos, el número de votos es distinto al del anterior, y estoy conforme, en vista de estos nuevos datos, que se ponga de nuevo a discusión. Me permito, con autorización de la Presidencia, preguntarle al señor Esquivel si es cierto esto que digo.

El C. Esquivel: Con permiso de la Presidencia. Debo manifestar que lo expresado por mí, a su vez me lo dijo el señor Osuna, y que no es cierto que yo haya conseguido ese certificado; de manera que no es cierto lo que acaba de decir el señor Manrique.

El C. García Eliseo: Andrés Osuna miente siempre.

El C. Secretario López Lira: No habiendo ningún orador en contra, se pregunta a la Asamblea si se considera el punto suficientemente discutido.

El C. Pérez Gasga: Reclamo el trámite.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Pérez Gasga: Señores diputados: Pedí la palabra para reclamar el trámite por las razones siguientes: El dictamen que hoy se presenta a vuestra consideración es un dictamen diverso al que se presentó en la primera oportunidad, no puede decirse que hoy sea según el

sentir de la Asamblea, porque no se manifestó en que sentido se presentaría el nuevo dictamen y así como hoy declara al señor Ramírez que es diputado, por haber obtenido mayoría de votos, bien pudo haber declarado que eran nulas esas elecciones, y bien pudiera ser la resolución de la Asamblea en otro sentido para el señor Ramírez si me dejan hablar. Además, en pasadas ocasiones esta Asamblea resolvió en contra del dictamen que se le había presentado en circunstancias de otra índole diversa a la legal, entre ellas según tengo entendido, por algunas indicaciones que había hecho el señor diputado Esquivel a varios miembros de esta H. Cámara, en el sentido de que el señor Saavedra tenía pendiente un proceso por sustracción de fondos. Eso no existe; tengo en mi poder documentos que demuestran que le señor Saavedra rindió cuentas, y el mismo señor Esquivel ha declarado que no hay ninguna prueba en contra del señor Saavedra. En esa virtud yo suplico a ustedes se sirvan atender las razones de carácter legal, para que puedan fallar en definitiva. No es posible que porque en vez pasada falló en contra del señor Saavedra, hoy pretendemos sostener esa resolución, que bien pudiera modificar la Asamblea, que si bien tiene resoluciones irrevocables, no es infalible en sus resoluciones y si acaso antes resolvió una cosa, hoy puede resolver otra, sobre todo, entre declarar diputado a uno o a otro, cabe un término medio: Declarar la nulidad de las elecciones. La Comisión pudiera contestar: Sí, es verdad que para satisfacer los deseos de la Asamblea, manifestados vagamente, tuvo que decir que el señor Ramírez tenía votos que no existen. ¿Y será justo que se declare diputado a un individuo diciendo que ha obtenido el triunfo cuando no ha obtenido votos? Si la Asamblea falló, por consideraciones de otro orden, ¿por qué ahora se sostiene en ese falló? No es infalible. Si la imputación contra el señor Saavedra no tiene razón para existir, no debe subsistir. Por eso pido que se modifique el trámite de la Mesa en el sentido de que se ponga a discusión el dictamen. (Voces: ¡Sí, No!)

El C. Secretario Mata: De conformidad con el artículo 20 del reglamento, que dice:

"Artículo 20.- Este voto será consultado cuando algún miembro de la Cámara reclame la resolución del Presidente, previa una discusión del Presidente, previa una discusión en que podrán hablar dos individuos en pro y dos en contra; los cual se podrá hacer siempre que no haya mediado votación en el mismo negocio y se adhieran a la reclamación por lo menos dos de los individuos presentes."

Se consulta a la Asamblea si se aprueba el trámite dado por la Mesa, de que no está a discusión el dictamen. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. (Voces: ¡No hay mayoría; sí hay mayoría!)

El C. Avilés: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Secretario: Habiendo duda con respecto al resultado de la votación...

El C. Sánchez Pontón: No hay duda (Voces: ¡Sí hay!)

El C. Presidente: La Presidencia desea que no se dude respecto del resultado de la votación, y para que no se crea que es parcial, va a ordenar que se repita la votación, nombrándose a los señores Hilario Medina y Peralta para que cuenten a los diputados que se pongan de pie, y a los ciudadanos González Torres y Escudero, para que cuenten a los que estén sentados.

- El mismo C Secretario: Se repite la votación.- Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. (Se hizo el recuento.) El resultado de la votación es el siguiente: Votaron en pro del trámite 89 diputados, y en contra 44. Queda aprobado el trámite de la Mesa, y se procede a la votación. La parte resolutiva dice así:

"1a.- Son válidas las elecciones para diputados propietario y suplente verificadas en el 12 distrito electoral de Oaxaca.

"2a.- Es diputado propietario por el mismo distrito, el C. Pedro Ramírez y suplente el C. Liborio Ramírez."

El C. Pérez Gasga: Pido votación nominal.

El C. Secretario Mata: Se va a proceder a la votación nominal. A petición del C. José M. Sánchez, se va a dar lectura al artículo 60 de la Constitución vigente, que dice:

"Artículo 60.- Cada Cámara calificará las elecciones de sus miembros y resolverá las dudas que hubiese sobre ellas.

"Su resolución será definitiva e inatacable."

Se procede a la votación nominal. Las proposiciones son las siguientes:

El C. Cravioto: Yo suplico a la Secretaría que informe cómo fue la votación del dictamen anterior, ¿votaron que eran válidas las elecciones o no?

- El mismo C. Secretario: La Secretaria informa que cuando se puso a discusión ese dictamen se declaró que eran buenas las elecciones, pero no se aprobó la credencial del candidato.

El C. Cravioto: Entonces sólo debe votarse la segunda parte.

El C. Secretario: La Presidencia entiende que el señor Cravioto tiene razón y se va a poner a votación únicamente la segunda parte. Se procede a la votación. (Se recogió la votación.) El resultado de la votación es el siguiente: Por la afirmativa 90 ciudadanos diputados, por la negativa 69. (Aplausos.)

El C. García Vigil: Hago constar respetuosamente a la Presidencia que la sesión se abrió con ciento treinta y un ciudadanos diputados y que según la votación aparece que votaron 69 por la negativa y 90 por la afirmativa. Yo desearía que la Secretaría rectificara, si en efecto hay 159 ciudadanos diputados.

El C. Secretario: Están los nombres en la lista.

El C. Prosecretario Ancona Albertos: Si el señor García Vigil desconfía de los procedimientos de la Secretaría, que haga personalmente la comparación.

El C. García Vigil: Yo pido que se sirva rectificar, porque los números se prestan a veces errores.

El C. Secretario del Castillo: La Secretaría se permite informar a la Asamblea que se abrió la sesión con 159 diputados.

El C. Secretario Mata: Votaron por la afirmativa los CC. diputados Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alejandri, Ancona Albertos, Andrade, Aranda, Arrazola, Arreola R., Avilés, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Barrera, Bello, Betancourt, Bravo Izquierdo, Cárdenas, Castillo, Cepeda Medrano, Céspedes, Córdoba Daniel S., Córdova Gabriel J., Díaz González, Fernández Martínez, Figueroa, Gámez, García Jonás, Garza González, Garza Pérez, Gómez Mauricio, González Alberto M., González Galindo, González Justo, González Lauro, Guajardo, Guerrero, Gutiérrez, Hay, Hernández Garibay, Higareda, Ibarra, Lanz Galera, Limón, Lizalde, López Couto, López F., López Ignacio, López Lira, Madrazo, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Medina Juan, Méndez, Mendoza, Meza, Montiel, Morales Hesse, Múgica, Navarrete, Padilla, Padrés, Paredes Colín, Pesqueira, Pineda, Plank, Portes Gil, Pérez Brambila, Portillo, Prieto, Ramírez Garrido, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Robledo, Rocha, Rojas, Román, Ruiz Estrada, Sánchez José M., Sánchez

Pontón, Saucedo J. Concepción, Segovia, Siurob, Téllez Escudero, Torres Berdón, Uruñuela, Vadillo, Ventura, Villarreal y Zapata.

Votaron por la negativa los CC. diputados Acuña, Aguirre Colorado, Alcocer Rosalío, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Arellano, Arlanzón, Aveleyra, Avendaño, Barragán Martín, Cámara, Cano, Cantú, Castro, Cisneros, Cravioto, Cristiani, Curiel , Chapa, Dávila, Echeverría, Escudero, Esquivel, Flores Garza, Gárate, García Adolfo G., García Eliseo, García Vigil, González Marciano, González Torres, Hermosillo, Hernández Jerónimo, Hernández Luis M., Hernández Maldonado, Izquierdo, Lailsón Banuet, Leyva, Malpica, Manrique, Martínez Rafael, Mata Filomeno, Medina Francisco, Medina Hilario, Meneses, Monte, Muñoz, Pardo, Parra Enrique, Pedroza, Peña, Peralta, Pérez Gasga, Ramírez G., Rebolledo, Ríos Landeros, Rivas, Rivera Cabrera, Rojas Dugelay, Rueda Magro, Ruiz, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Silva Herrera, Soto, Torre Jesús de la, Treviño, Urueta, Vargas y Velázquez.

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara:

Son diputados propietarios y suplente, respectivamente, por el 12 distrito electoral del Estado de Oaxaca, los CC. Pedro Ramírez y Liborio Ramírez.

El C. Hay: Pido la palabra par una aclaración de importancia.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Hay: No es que venga yo a atacar, señores diputados, la votación que han hecho algunos compañeros, pero yo creo que es de importancia la aclaración que voy a hacer, para que no establezcamos un precedente que pudiera ser perjudicial desde todos puntos de vista; el caso es el siguiente: Vino un dictamen diciendo primero que las elecciones en un distrito de Oaxaca eran válidas, y segundo, que el diputado "A" era legalmente electo; la votación de ese dictamen fué favorable a que la elección era buena ya que el ciudadano "A" no era diputado, sino el ciudadano "Z"; vuelve el dictamen modificado de acuerdo con el sentir de la Asamblea y si se hubiese votado en contra de ese dictamen, como se pretendía hacer, ¿cuál hubiera sido el resultado? Como no votamos en contra de la legalidad de las elecciones, las elecciones legalmente subsisten y si hubiéramos dicho que el ciudadano "Z" no era diputado, entonces tendríamos este problema: En un distrito electoral de Oaxaca las elecciones son válidas; el ciudadano "A" no es diputado, según la primera declaración de la H. Asamblea; el ciudadano "Z" tampoco es diputado, de acuerdo con la declaración posterior de la propia Asamblea; resultado que había habido elecciones legales y que no hay diputado. Por eso me he permitido venir a hacer a ustedes presente que en este caso los votos de la negativa han sido dados con alguna ligereza, sin haberse estudiado detenidamente el asunto.

El C. Rivera Cabrera: El señor Hay no tiene derecho para calificar nuestros votos; aquí todo el mundo es muy respetable.

El C. Hay: He dicho que quizá los votos se han emitido con alguna ligereza.

El C. Peralta: ¿Qué está a discusión?

El C. Hay : He pedido la palabra para hacer una aclaración de importancia; mañana podríamos ver que nos hemos equivocado.

El C. Peralta: No necesitamos consejos.

El C. Hay: Si tenemos un amor propio tan desmedido que no nos consideramos capaces de cometer un error, sale sobrando la aclaración; pero si nos creemos falibles y humanos, es mi deber hacerla para evitar el error...

El C. Peralta: Si mi tía tuviera ruedas...

El C. Hay: Sería una carreta; pero yo creo que no sólo es debido señalar los males cuando han acontecido; no vengo a hacer un discurso largo, pero yo creo que es preciso que nos fijemos en casos como éste porque podrá presentarse otro semejante y podremos consciente o inconscientemente dar nuestro voto por la negativa y presentar a toda la Nación algo estupendo, algo extraordinario, una elección legal y sin diputado en ese distrito. (Aplausos.)

El C. Hernández Luis M.: Pido la palabra.

- EL C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Hernández Luis M.: Yo estoy conforme con lo manifestado por el señor Hay. Yo he votado conscientemente la vez anterior sí, y hoy no; desconocía detalles que me han traído los mixtecos, por los cuales ha venido a hablar el señor Ramírez. Yo estuve en la Mixteca, señor Ramírez, cuando se hicieron las elecciones en Huajuapam y en Huajuapam me dijo usted que había triunfado y cuando se acercó usted a mí descendí yo del caballo y me dijo usted: "Soy el diputado" lo hacía usted en un estado que daba vergüenza y lástima; después, señor Ramírez,...

El C. Sánchez Pontón: Moción de orden. No está a discusión ninguna personalidad y por lo tanto sobran esas declaraciones.

El C. Hernández Luis M.: No son declaraciones, lo único que deseo es que el señor Ramírez se regenere un poco.

El C. Hay: Yo no he venido ni por un momento a discutir ni la credencial ni a las personas que votaron en ese sentido, yo únicamente quiero que se respeten las resoluciones de la Asamblea.

El C. Pérez Gasga: Pido la palabra para rectificar un hecho.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Pérez Gasga: Señores diputados: He pedido la palabra para rectificar un hecho, el hecho es el siguiente: Dijo el señor Hay que la vez anterior se había votado que eran válidas las elecciones en el 12 distrito electoral del Estado de Oaxaca; no es exacto eso, la primera proposición fué que era nula la elección del señor Pedro Ramírez y la de su suplente, porque el mayor número de votos que tenía era de 517 nulos y trescientos y tantos válidos, de manera, pues, que no fué eso lo que se votó la vez anterior, que si hubiese sido, no hubiera cometido la Asamblea el error que cometió.

El C. Hay: Dos palabras para una rectificación. Entiendo que la Secretaría declaró que eran válidas las elecciones. (Voces: ¡Sí! ) Si no hubieran sido válidas, no hubiéramos podido aprobar a ningún diputado.

El C. Presidente, a las 7.34 p. m.: Se levanta la sesión del Colegio Electoral para abrir la de la Cámara de Diputados.

Sesión de la Cámara de Diputados celebra el día 10 de mayo de 1917.

SUMARIO

1. Se abre la sesión. Se lee y aprueba el acta de la anterior. Rectifica hechos el C. Cravioto. Se da cuenta con los asuntos en cartera.- 2. Se aprueba la minuta de ley relativa a los veinticinco millones de pesos para los gastos en la Administración y servicios públicos, procedente de la Comisión de Corrección de Estilo.- 3. El C. Gómez Mauricio hace suyo

un memorial de los vecinos de Tacuba y los funda recayendo el trámite de: "Transcríbase al Ejecutivo por no ser asunto de esta Cámara." Se levanta la sesión.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. ROMAN ALBERTO.

El C. Presidente, a las 7.34 p. m.: Se abre la sesión de la Cámara de Diputados.

- EL C. Secretario Mata, leyó el acta de la sesión anterior. Está a discusión.

El C. Dávila: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Dávila: Pedí en la sesión anterior de la Cámara de Diputados, que se leyera el artículo lo relativo a las galerías, pero me opuse a que se desalojaran.

El C. Secretario: ¿No hay algún otro diputado que quiera hacer uso de la palabra con respecto al acta? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

El C. Cravioto: Pido la palabra para rectificar un hecho.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cravioto para la rectificación de un hecho.

- EL C. Cravioto: Señores diputados: Cuando alguien recibe un cargo y no lo contesta sufre por su silencio una derrota moral. Yo permanecí callado pacientemente la noche de ayer, a pesar de los cargos que se me hicieron, algo con mi voluntad y algo en contra de ella, pues a todos consta que el señor Presidente de la Cámara, como el cuento famoso, estuvo para mí peor que la pantera de Java, pues la pantera sí me dejaba y el Presidente no me dejaba hablar. De la granizada de cargos políticos que se me estuvieron prodigando, tocóme en suerte para mis flacos huesos recoger los que en seguida voy a enumerar y que despojados de su retórica peculiarísima y traducidos en romance vulgar, pueden sintetizarse así: Llámame adulador servil el señor Ramírez Garrido; pérfido y calumniador, el divino Jesús, no Cristo, sino Urueta, y representante inconsciente de no sé cuántas malevolencias conscientes , el señor Martínez de Escobar, que si no llega a divino todavía, como el señor Urueta, sí quiere estar siempre, cuando menos en olor de santidad. Yo, señores diputados, comienzo por declarar una verdad que en mi caso es de perogrullo: Soy un hombre honrado, a pesar de las representaciones que se me han querido colgar a cuestas, inclusive la otra del señor Urueta, quien en cierto periódico me ha designado como barrilete político del bufete abracadabrante del señor licenciado "Calabrés", que tiene bastante preocupado al señor Urueta, al extremo de hacerle olvidar la razón. Declaro, señores diputados, que en esta ocasión, como en toda mi vida parlamentaria y política, yo no he representado los intereses bajos y mezquinos de nadie. En esta Cámara sólo represento los intereses de los ciudadanos que me ungieron con su voto y creo interpretar su sentimiento, que es el mío, trayendo a esta Representación mi lealtad inquebrantable para el Primer Jefe, siempre dentro de mi lealtad más inquebrantable por los principios revolucionarios. Ya dije ayer que creo que el señor Ramírez Garrido es uno de los muchos que se equivocan aquí en el difícil uso de la tribuna parlamentaria y es de sentirse que en este augusto lugar haya oradores que no dominen a la palabra, sino palabras que dominen a los oradores y como el señor Ramírez Garrido hizo afirmaciones sin fundamento, en honor del señor Venustiano Carranza quiero hacer una completa rectificación. A ustedes consta, señores diputados, que yo jamás he venido a proferir en este lugar adulaciones de ninguna clase para el señor Carranza, que yo solamente me he concretado a protestar calumnias que le dirija de mala fe algún representante. Al señor Ramírez Garrido probablemente le consta mi vida política; yo, señor Ramírez Garrido, no he buscado en la política sino la satisfacción de mi gran anhelo de contribuir a la realización de los anhelos populares; yo no he buscado en la política ni poder ni dinero, por lo tanto ¿a qué vendría a adular al señor Carranza? Yo que acompañe a Carranza en las horas más amargas, que fuí de los pocos civiles que estuvieron en Puebla, cuando muchos de los que ahora se dicen ultrarrevolucionarios estaban indecisos entre si se iban con Carranza o se iban con la Convención; yo, señores diputados, creo que tengo derecho a que se me crea sincero cuando digo algo en elogio del Primer Jefe de ayer y del Presidente de la República de hoy. Respecto a los cargos que me hizo el señor licenciado Urueta, repito en general lo que dije ayer: Mi actitud caballeresca no se ha entendido, ya que a ella se me ha respondido con una agresión injustificada y violenta y que no quiero que en este momento angustioso, no sólo el partido revolucionario, sino para la nación entera, apartamos la atención nacional de un acto de tanta trascendencia como es el atentado que se dice sufrió el señor Acuña...

- EL C. Acuña, interrumpiendo: ¡Que lo sufrí!

El C. Vargas Manuel: Pido la palabra para una interpelación.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Vargas Manuel: ¿Es cierto, señor Cravioto, que usted anoche al salir de la Cámara en compañía de un joven diputado, iba diciendo que lo que se había tratado era una simple patraña y que no había habido ningún atentado?

El C. Cravioto: No es cierto.

El C. Vargas Manuel: La actitud de usted ayer, protestando contra ese atentado, fué de suprema hipocresía.

- EL C. Cravioto: Miente usted.

- EL C. Vargas: Lamento que se haya ido el C. Gaxiola, que iba en mi compañía y quien también escuchó las palabras de usted.

El C. Cravioto: No es verdad que yo haya dicho que el atentado ha sido una patraña; tengo el suficiente valor civil para haberlo dicho ayer mismo en la sesión, si así lo hubiera pensado; y para contestar toda esa serie de ataques imbéciles que se me dirigen, ya he dicho cosas más pesadas. Lo que dije y diré siempre, es que yo me vine a unir aquí por solidaridad y compañerismo, ante la magnitud de los hechos expuestos por el señor licenciado Acuña, pero que yo mismo estimo seguro que una vez aclarado esto, quedará por tierra burda teoría, de que del Estado Mayor del Primer Jefe saliera tal infamia. Eso los dije ayer y eso lo ratifico hoy. Si creo pertinente, señor Urueta, para conciencia de usted y del Partido Liberal Constitucionalista, hacer una rectificación de lo que han dicho los periódicos que dije el día de ayer. Yo he estado tratando de desarrollar mi concepción, señores, de la política mexicana en todos sus matices, ante mis compañeros del Congreso Constituyente, con objeto de que ellos tomen una orientación de la política que se desarrolla en esta Parlamento. Yo me he referido únicamente a esto y el que se le haya dado publicidad, es una cosa enteramente secundaria y no se crea que es por falta de valor civil; yo lo he demostrado ante mis compañeros del Congreso Constituyente. Cuando yo lo crea oportuno, yo designaré a cualquiera, así sea un hombre, pero hay cosas como ésta, que deben protestarse simplemente por honradez y apelo al

testimonio de todos mis compañeros del Constituyente que me oyeron. Yo no he atacado al Partido Liberal Constitucionalista; ni abierta ni embozadamente. Yo he venido sosteniendo que en el seno de ese partido, como en todas las agrupaciones humanas, hay hombres de mucho valor, hombres mediocres y hombres malvados y ni siquiera he mencionado los nombres de ellos, porque únicamente quiero hacer obra de nacionalismo. Si hay algún compañero del Constituyente que crea que esto no es cierto, que me desmienta.

El C. Aguirre Escobar: No es cierto lo que usted dice.

El C. Cravioto: Favor de hacer la rectificación.

El C. Acuña: A usted le toca probarlo.

- EL C. Cravioto: Desde luego, señores, protesto que el señor Aguirre Escobar ha interpretado mal mis palabras; yo no he atacado al Partido Liberal Constitucionalista. En el seno de ese partido hay ciudadanos que me merecen respeto, hay ciudadanos ante los cuales no sólo yo me descubro, sino se descubre la República entera. Casi todos estos ciudadanos están entre los jefes militares; pero sencillamente yo he atacado a cierto grupo civil del partido y nada más; repito que los detalles de este asunto, que son de verdadero escándalo nacional, los tengo perfectamente documentados y me sobra valor civil para venir e exponer los razonamientos y los hechas a esta tribuna; si no lo hago ahora, es por respeto a la situación delicada que atraviesa el país. Respecto a los expuesto aquí sobre el atentado contra el señor Acuña, me comprometo ante la Representación Nacional a que el día que el Juez acabe de fallar este asunto, ese mismo día hablaré claro y preciso. Se llegó anoche hasta decir que cierto grupo en el que forzosa e ineludiblemente se me incluye a todas horas - por más que ningún grupo sino que cada individuo es responsable de sus actos y esto lo declaro muy alto, - fué el que proporcionó la pistola, según el señor Urueta, con que se disparó sobre el señor Acuña. Yo he visto con tristeza que cada vez que un lamentable suceso de esos, cierto o incierto, premeditado o de comedia, ocurre, siempre salen las pasiones a relucir y por eso vemos que es una arma de todos los terrenos, hasta de Centro América, que son los que más la usan, como de algunos esporádicos de Europa, cada vez que tienen necesidad de descargar sur pasiones políticas contra sus enemigos. En tales ocasiones fraguan atentados y valiéndose de la excitación que producen, fusilan, matan, calumnian y encarcelan. Así algunos señores que se han mostrado aquí apasionadamente ciegos, se han aprovechado de este hecho que indudablemente yo he sido el primero en lamentar, para excitar a la Representación Nacional, a las galerías y al pueblo todo, en contra de un grupo de individuos que siempre han escogido ellos para descargar sus golpes. Esto, señores diputados, a mí rebela por la parte que me toca personalmente y por la parte que toca a los agraviados. Por respeto a la verdad, hay que decir las cosas como son. Recientemente, tal vez el licenciado Urueta por la pluma del licenciado Zubaran o tal vez el licenciado Zubaran directamente, recordaba en una hoja suelta publicada a raíz del encarcelamiento del señor Palavicini, un relato sabroso del genial Anatole France: "El Maniquí." El maravilloso escritor francés que un marido cornudo llegó de improviso a la alcoba en que su esposa se entregaba al amante; las ropas de la señora, el estado del amante y los demás detalles que callo por decencia, no hacían dudar del acto que se estaba cometiendo. El marido se fué de espaldas, dio las espaldas, entró a una pieza vecina y allí, viendo un maniquí en que el amante descuidadamente había colgado su sombrero, se le echó encima y descargó sobre el fantoche su desgracia conyugal, sus iras poco viriles. Así, señores diputados, hay aquí algunos compañeros que me hacen pensar en esta anécdota, puesto que en realidad, con cierto despecho amargo, porque han perdido lo que otras veces tuvieron y porque no han conseguido lo que quisieron, no tienen el valor de atacar directamente a quien pudo conservarlos en el poder y entonces recurren contra el maniquí de mimbre, contra ese grupo tan vapuleado a quien un día le hará justicia la historia. Baste por ahora, señores; yo, como digo, no soy un pérfido; yo ratifico en el sentido que he aclarado, las declaraciones que hice ante los constituyentes, yo pido a mis adversarios tregua de paz de aquí a entonces, para dejar que se desarrolle la actuación de la justicia de la opinión pública, para esclarecer el atentado del señor Acuña; yo ofrezco que no hablaré más de esto, que vengan los insultos si no se acepta mi actitud caballeresca y a pesar de esto no hablaré y yo repetiré aquella frase célebre de la hidalguía gala en famosa ocasión: "Tirad vosotros primero, señores ingleses." (Aplausos.)

El C. Presidente: Me permito informar a esta H. Asamblea que ayer, con motivo del asunto que se discutió, vinieron a inscribirse doce ciudadanos diputados, inclusive el señor Cravioto. Como solamente se inscribió una vez, se le concedió el uso de la palabra también por una sola vez. Después no quiso tomarse la molestia de pasar a inscribirse, limitándose a pedir la palabra para rectificaciones de hechos o aclaraciones; siempre desde su curul; esta H. Cámara sabe perfectamente que el reglamento no autoriza que se interrumpan las discusiones, sino únicamente para mociones de orden.

- El C. Secretario López Lira dió cuenta con los siguientes asuntos que existen en cartera:

Oficio del C. Subsecretario de Estado del Interior, Encargado del Despacho, en que comunica que con fecha 4 del presente mes prestaron la protesta de ley los siguientes funcionarios: C. general Jesús A. Castro, Subsecretario de Guerra y Marina; C. general César López de Lara, Gobernador del Distrito Federal; C. licenciado José Natividad Macías, Rector de la Universidad Nacional y Director del Departamento Universitario y de Bellas Artes y C. general doctor José María Rodríguez, Director del Departamento de Salubridad.- De enterado.

Dictamen de la Comisión de Estado, Departamento del Interior, que propone se conceda una licencia de 6 días al C. diputado José I. Solórzano y que se llame a su suplente.- Primera lectura.

Dictamen de la propia comisión proponiendo que se conceda licencia, sin goce de dietas, al C. diputado Antonio Madrazo, para seguir prestando sus servicios al Ejecutivo, y que se llame a su suplente.- Segunda lectura, y a discusión el primer día hábil.

Memorial del Club Liberal Antirreeleccionista "Francisco I. Madero," de Nuevo Laredo, Tamaulipas, en que pide que esta Cámara interponga su influencia para que sean castigados los responsables de un atentado que sufrió el C. general César López de Lara.- Remítase al Ejecutivo, por no ser asunto de esta Cámara.

Memorial del "Partido Liberal Revolucionario de Salvatierra," Guanajuato, en que piden se reconsidere el dictamen relativo a las elecciones de diputados por el 12 distrito electoral de aquel Estado, o que se declaren nulas dichas elecciones.- No ha lugar.

Memorial del C. Alberto Salinas en que solicita licencia para usar unas condecoraciones que

le dió el gobierno de El Salvador.- A la Comisión de Peticiones.

Memorial de la señora María Sandoval viuda de Méndez en que solicita una pensión por los servicios prestados a la patria por el C. general Francisco de P. Méndez.- A la Comisión de Peticiones.

Memorial del C. Sencundino Flores en solicita una pensión por los servicios prestados a la patria.- A la Comisión de peticiones.

Memorial del Sindicato de Empleados del Comercio del Distrito Federal en que piden que esta Cámara haga alguna declaración respecto de su labor en favor de los proletarios.- A la Comisión de Peticiones.

Memorial del C. Luis L. Alvarado en que solicita un empleo en la Contaduría Mayor de Hacienda. A la Comisión Inspectora.

Memorial del C. Miguel Ángel Rojina haciendo la misma solicitud.

A la Comisión Inspectora.

El C. Hay: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

- EL C. Hay: Los asuntos de carácter económico de que se ha dado cuenta, solo pueden ser tratados en sesión secreta.

- El mismo C. Secretario: La Secretaría informa que de estos memoriales de particulares debía haberse dado cuenta con ellos en la sesión de ayer, pero como hace mucho tiempo que están en cartera y ayer no se pudo dar cuenta de los mismos, hoy se presentaron ante Vuestra Soberanía. Sólo faltan unos cuantos y si se permite se dará rápidamente cuenta de ellos.

El C. Hay: No estoy protestando contra el tiempo empleado, sino he hablado para que se cumpla con los artículo reglamentarios que exigen que asuntos de carácter económico, como las peticiones de empleo, sean tratados exclusivamente en sesión secreta. Si hay algún asunto urgente, podemos pasar inmediatamente de la sesión pública a la sesión secreta.

El C. Gómez Mauricio: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Gómez Mauricio: Está muy bien lo que dice el señor Hay respecto a las peticiones de empleo, pero no estoy conforme con los memoriales de particulares, de los cuales debe darse cuenta en sesión pública, puesto que yo tengo un telegrama de mis representados, en que me dicen haber enviado a la Cámara un memorial con el que debe darse cuenta en sesión pública.

El C. Hay: Yo sólo me referí a las peticiones de empleos y de licencias; a lo demás no he hecho referencia.

El C. Gómez: Respetuosamente ruego al señor Presidente, se sirva interpelar a la Secretaría si ha recibido, como me dicen mis electores del pueblo de Tacuba, ese memorial. Yo sé muy bien que esto no es un asunto que incumbe a la Cámara, pero quiero cumplir la obligación que tengo con mis electores de Tacuba.

El C. Secretario López Lira: Sólo se recibió un memorial firmado por un sólo individuo, pero como no tenía los timbres de ley, se ha devuelto.

El C. Gómez: Yo le pongo esos timbres.

- El mismo C. Secretario leyó el proyecto de ley acerca de los veinticinco millones, ya corregido por la Comisión de Estilo.

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Las personas que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado. Pase al Ejecutivo para los efectos constitucionales.

El C. Portes Gil: Ese asunto debe pasar al Senado para su revisión (Voces: ¡No, hombre, no!)

El C. Secretario López Lira: Un ocurso de varios vecinos de Tacuba, quejándose del Presidente Municipal, dice así:

"Los que subscriben, vecinos de la Municipalidad de Tacuba del Distrito Federal, en ejercicio del derecho de ciudadanos, ante la muy alta representación de ustedes acuden con súplicas para que sean muy servidos dar cuenta con sólo los timbres cancelados con la siguiente memoria a la mayor brevedad y con dispensa de trámites en esta fecha gloriosa.

"Los grandes intereses reactores mantienen en Tacuba una tiranía coadyubada por el Gobierno del Distrito, que se niega a escuchar las quejas de los ciudadanos y a remover al Presidente Municipal Huajuca, porque es miembro del Estado Mayor de César López de Lara y como propiamente en Tacuba no hay diputación que represente a los pequeños intereses, existió y ha seguido existiendo la tiránica férula del Prefecto Político con la agravante de que aquel funcionario de la dictadura era decente en algunos casos y medraba con disimulo, en tanto que ahora el Presidente Municipal lo hace con descaro increíble, multando a todo el comercio con exceso y apropiándose las multas que llegan a más de $3,000.00 mensuales; cobrando gabelas en la cárcel a razón de 2.00 diarios para su bolsillo; inventando infracciones a las pulquerías y fondas; permitiendo la venta clandestina de bebidas alcohólicas mediante numerario que no entra a la Tesorería Municipal; manteniendo empleados con el ignominioso cargo de esbirros secretos para conseguir dinero en forma de multas; imponiendo contribuciones a los vehículos que sólo circulan en caminos abandonados que nunca son empedrados siquiera, a un tipo igual que las impuestas en la ciudad de México en donde sí tienen buenos caminos y destruyen el asfalto; imponiendo al público procuradores para todo asunto que quieran tratar, a fin de obtener oro y más oro; cobrando por otorgar licencias para comercio unas sumas enormes y amenazando terriblemente a cualquiera que intente quejarse en su contra y protegiendo todos los abusos de sus aduladores.

"Se han dirigido tres memoriales al Gobierno del Distrito y a otras autoridades sin que se consiga el remedio, por lo cual acuden hoy los subscritos a la más alta Representación Nacional a efecto de que se corrijan tales abusos por el Gobierno del Distrito, se destituya o promueva al señor Huajuca y se convoque a elecciones municipales al pueblo de Tacuba que forma la 2a. municipalidad del Distrito Federal y que sumiso espera hoy el remedio de sus males en la fecha gloriosa que hoy se conmemora, representado en las galerías por los subscriptos.

"A muchos señores diputados nos hemos acercado en son de queja y nos han indicado y uno de ellos ofrecido apoyar este memorial por constarle tales abusos y tener estudiado el trámite y hecha una acusación ante el Juzgado del orden Militar.

"Tacuba, abril 30 de 1917. - Lic. Merced Gómez. - Ruperto Jiménez. - F. Pérez .- A. Gaona. - Cecilio Naranjo. - B. Noriega. - Cuadros. - Julián Juanillo." (Rúbricas.)

El C. Presidente: Como el C. Mauricio Gómez ha hecho suyo este memorial, tiene la palabra apoyarlo.

El C. Gómez Mauricio: Señores diputados: Estoy verdaderamente contento y orgulloso de venir a esta tribuna a defender los intereses de mi distrito electoral. En efecto, me consta lo

que mis comitentes dicen, son incalificables los abusos del Presidente Municipal de Tacuba, miembro del Estado Mayor del general César López de Lara; allí, en ese pobre pueblo, ha caído la calamidad de ese señor que no tiene tasa ni medida, pues lo mismo impone multas, según dicen mis comitentes, para su propio bien, que encarcela a diestra y siniestra. Sé que como no estamos funcionando como Asamblea política, este memorial será lo que sirva como un toque de atención para descubrir abusos y poner una contapisa enérgica y seria cuando esta Cámara esté en su actuación política, en septiembre próximo. Es muy cierto que en la única parte del país aún no se convoca a elecciones municipales es en el Distrito Federal. Tenemos municipios de designación, donde basta que un edil se manifieste inconforme con las determinaciones que le llegan por conducto del Presidente Municipal, y que son órdenes del señor López de Lara, para que sea destituído. Los pueblos no tienen representación; se está en un estado angustioso de presión y de dictadura. Así, pues, ya me he dirigido oficialmente a la Secretaria de Gobernación con objeto de que nos mande consultar aquí la ley que debe determinar que se elijan Ayuntamientos populares y espero que seré atendido por ser una cosa de justicia; sin embargo, desde esta tribuna, que es la más alta de la República Mexicana, excito solemnemente al señor Gobernador del Distrito para que ponga coto a los abusos de esas autoridades menguadas también respetuosamente y de la manera más solemne al señor Ministro de Gobernación, para que estudie la ley que nos dé Ayuntamientos libres en el Distrito Federal.

El C. Secretario López Lira: El trámite de la Mesa es que no siendo asunto de la Cámara, se pase al Ejecutivo.

El C. Presidente, a las 8.20 p. m.: se levanta la sesión y se cita para mañana a las 4 de la tarde.

El jefe de la sección de taquigrafía.

JOAQUIN Z. VALADEZ.