Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170514 - Número de Diario 31

(L27A1P1eN031F19170514.xml)Núm. Diario:31

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 14 DE MAYO DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERIODO EXTRAORDINARIO. XXVII LEGISLATURA. TOMO I.- NÚMERO 31.

Sesión del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados, efectuada el día 14 de mayo de 1917

SUMARIO

1. Se pasa lista. Se abre la sesión. Se lee y aprueba el acta de la anterior. Varios ciudadanos diputados rectifican hechos.- 2. Es rechazado el dictamen de la segunda sección por el 1er distrito electoral del Estado de Michoacán.- 3. Es aprobado el de la quinta sección por el 5o. distrito electoral de Veracruz.- 4. Es aprobado el dictamen de la segunda sección por el 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo en lo que se refiere al diputado propietario. Se levanta la sección.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. ROMÁN ALBERTO.

El C. Secretario Mata, a las 4.50 p. m. pasó lista: Hay una asistencia de 158 ciudadanos diputados. Hay quórum.

El C. Presidente: Se abre la sesión del Colegio Electoral.

El C. Secretario del Castillo leyó el acta de la sesión anterior: Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Alvarez del Castillo para la rectificación de un hecho.

El C. Alvarez del Castillo: Señores diputados: He solicitado el uso de la palabra, para hacer en honor de esta Asamblea una rectificación que considero necesarísima a fin de desvanecer la mala impresión que produjeron las palabras del señor licenciado Cravioto, el día de la discusión de la credencial del señor don Gonzalo de la Parra; y digo que considero necesarísima esta rectificación, porque a mí me consta y conmigo a otros señores diputados, que en varios círculos sociales y políticos, algunos politicastros de oficio han recogido las palabras del señor licenciado Cravioto como arma de combate para censurar y mofarse "A priori" de las resoluciones de esta Asamblea y para entronizar la especie de que la Cámara de Diputados ha procedido con sobrada ligereza al rechazar credenciales con visos de legalidad. Yo creo, señores diputados, que en ocasiones como ésta que se refieren a la reputación de los señores representantes del pueblo, todos nosotros tenemos el deber de descartar transitoriamente, siquiera sea por unos cuantos momentos, las frívolas pasiones políticas para unirnos en un solo deseo, en un solo impulso, en una sola aspiración: La salvación de la dignidad de la Representación Nacional, la defensa a toda costa del buen nombre del primer poder de la República. Yo siempre he considerado al señor licenciado Cravioto como un ciudadano de buena fe y en consecuencia, estoy cierto que reconsiderará sus juicios; pero creo que no es justo que porque el señor Cravioto haya cometido un error, por ese solo hecho esta Asamblea sea la víctima de la comisión de ese error. Señores diputados, con profunda sabiduría política y consagrando el principio universal de justicia revolucionaria, esta Asamblea en varias ocasiones y a propósito de la discusión de credenciales, ha pospuesto el criterio legal al criterio político; ello no podía ser de otra manera. En una agrupación de hombres libres como ésta, que llevando la dolorosa experiencia del triste resultado de aquellos procedimientos transigentes y conciliadores del Gobierno maderista con los enemigos de la causa popular, experiencia, señores diputados, que ha hecho que se arraigue en nuestro espíritu el deseo vivísimo, el propósito inquebrantable de trabajar, porque en materia política y hasta donde sea posible el radicalismo bien entendido sea aceptado como uno de los factores muy principales en las actuales instituciones de la República. El señor licenciado Cravioto no comulga con estos principios, antes, por el contrario, el día a que he hecho referencia, desde este lugar, "Ex - cátedra", ha dirigido una filípica tremenda, un reproche durísimo, a los que hemos votado en contra de las credenciales aparentemente legales. Para el señor licenciado Cravioto no importa que con esta subordinación legal, es decir, acatando la ley, el texto legal de una manera ciega, religiosa e incondicional, peligren los intereses revolucionarios que hoy por hoy son los intereses de la patria. Señor licenciado Cravioto, con el respeto que me inspira Su Señoría me.... (Voces: ¡No se oye!) que tenga la bondad de poner los medios para oír. Decía, me voy a permitir desvanecer a usted un escrúpulo constitucional, arrancarle de los ojos esa venda que tiene. Usted, señor Cravioto, que es un ciudadano estudioso y cultísimo, conocerá la obra de un eximio exconstituyente del 57, de un ciudadano que por sus altas virtudes cívicas, por su patriotismo, conocimientos en la ciencia jurídica y por su acendrado amor a México, mereciera ser el objeto y la admiración de sus contemporáneos; me refiero al señor licenciado del Castillo Velasco, autor de una obra que se titula así: "Derecho Constitucional Mexicano." Este noble jurisconsulto comentado el artículo constitucional, artículo que entonces era el número 60 de la Constitución de 57 y que ahora aparece en la flamante Constitución con la misma numeración,

y que, dicho sea de paso, no ha sido reformado esencialmente y el cual se refiere al derecho que tienen las Cámaras para constituirse en Colegio Electoral y calificar las credenciales de sus miembros y resolver dudas que a este respecto surjan, dice lo siguiente:

"Por una consideración, análoga dispone el artículo 60 de la Constitución que "El Congreso califica las elecciones de sus miembros y resuelve las dudas que ocurran sobre ellas."

"Confiar la calificación a otro cuerpo o poder, sería crear cierta supremacía sobre el Legislativo, que hasta cierto punto avasallara su independencia. Si el Congreso computa los votos emitidos para las elecciones de Presidente de la República y magistrados de la Suprema Corte de Justicia, es porque no califica las elecciones, sino que computa solamente los votos y declara la elección o la decide sí no hay la mayoría exigida para declararla. Por otra parte, en nada se compromete la independencia de los Poderes Judicial y Ejecutivo con la intervención del Legislativo en sus elecciones, como se comprometería si estuviera en las atribuciones de otro poder admitir o desechar o determinados diputados."

Y después de otras consideraciones añade:

"Puede suceder, además, que haya consideraciones graves que determinen la voluntad del Congreso a aprobar o desaprobar una elección, y ciertamente en casos tales el Congreso no comete una violación de las leyes aunque aparentemente exista, porque el artículo constitucional lo faculta para calificar, y no sería calificación la que practicara si no pudiera atender a las graves consideraciones que pueden determinarlo a obrar. Así es que merecerá la censura pública, que es la pena más seria para un Poder, sólo en el caso de que proceda con ligereza y sin fundamentos sólidos para resolver."

Ya vé el señor licenciado Cravioto cómo los que de tal manera hemos votado negativamente a esas credenciales aparentemente legales, no hemos salvado las fronteras constitucionales. Ya vé el señor licenciado Cravioto cómo los que de tal manera hemos votado, no lo hemos hecho a tontas y a locas, ni tampoco hemos votado por mezquinos intereses de sectarismo como dijera el señor licenciado Cravioto, porque aquí le consta al señor Cravioto que muchos diputados hemos votado en la forma expresada y no pertenecemos al Partido Liberal Constitucionalista, y si a este respecto nos hemos adherido con nuestro voto a dicha agrupación política, se debe a que en este asunto los miembros del Partido Liberal Constitucionalista han estado en lo justo. Señor licenciado Cravioto, si desde este lugar se han hecho formidables cargos a algunos presuntos diputados como enemigos de la Revolución, como actuarios en contra de los principios universales de libertad y justicia y estos señores presuntos diputados, no han desvanecido esos cargos ni tampoco nos han convencidos de la sinceridad de sus filiación política, creo, señor licenciado Cravioto, que la opinión pública no juzgará de ligereza esta manera de votar en contra de las credenciales de tales presuntos diputados. Me complace que el señor Cravioto acabo de escuchar en estos momentos cómo en el mismo espíritu sano y justísimo, en el mismo espíritu eminentemente liberal de los constituyentes del 57, ya se albergaba la idea de que en muchas circunstancias es preciso, es imprescindible postergar la razón legal a consideraciones de orden político y de orden social. Señor licenciado Cravioto, cuando al margen de la Constitución que ahora nos rige se hagan algunas reformas que yo considero de condición "Sine qua non" para afianzar el futuro bienestar del pueblo mexicano, cuando esa legislación que ya se inicia y que arranca de los anhelos populares sea terminada y venga a vigorizar y a agigantar nuestro organismo político, cuando se opere el advenimiento del régimen parlamentario que trae forzosamente aparejada la agrupación en el seno de las Cámaras colegisladoras de los factores representativos de todos los colores y de todas las tendencias, entonces vuestros argumentos tendrán una gran razón de ser, serán verdaderamente aplastantes, incontrastablemente lógicos; pero mientras esto no suceda, señor Cravioto, y sí existen en el seno del Constitucionalismo individuos que revistiéndose hipócritamente con la toga blanca de redentores y reproduciendo de una manera cómica el gesto rebelde de Maximiliano Robespierre y que, en sus actos diarios se dediquen a mutilar los principios radicales de la Revolución y a hacer obra conservadora verdaderamente, y a desprestigiar y salpicar de lodo el prestigio y la fama gloriosa de algunos distinguidos luchadores de nuestra causa, mientras, señor Cravioto, en el seno del Constitucionalismo haya esos malos elementos y por todas partes véamos que no tenemos hombres convencidos y que se han llegado a colar gracias a la bondad del Primer Jefe, en los principales puestos gubernamentales de la República; mientras, señor Cravioto, ante nuestros ojos se levanten augustas, solemnes, épicas las figuras gloriosamente ensangrentadas de los mártires constitucionalistas y continúe en su labor de zapa esa sociedad en acción de despechados políticos establecida más allá del Bravo por Manuel Calero y el tristemente célebre arzobispo Mora y del Río; mientras esto suceda, señor Cravioto, yo le garantizo que vuestros quijotescos escrúpulos legalistas se ahogarán en el seno de esta Representación Nacional. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cravioto.

El C. Cravioto: Señores diputados: Soy el primero en deplorar mi presencia en esta tribuna. A ustedes les consta que yo nunca he querido discutir en esta Asamblea la cuestión de los criterios sentada aquí en mala hora por el señor ingeniero Eduardo Hay; y no quiero hablar por respeto a la Representación Nacional, por respeto altísimo al decoro del Parlamento, no porque no haya tenido muchas razones para combatir ese criterio nefasto. Si yo no lo hice a su hora fue precisamente porque, celoso de la reputación de esta Asamblea, no quise darle al asunto que ya estaba perfectamente arraigado en la mayoría de vosotros, el carácter de escándalo que estaba tomando y que ahora es el motivo para que protesten grandemente algunos de los pueblos de la República en contra de nosotros. Si yo tomé parte en la forma que lo hice en la discusión de la credencial del señor de la Parra, fue como lo expliqué al comienzo de aquel debate ruidoso, simplemente por contestar a un reto que me hizo el C. Urueta, reto que en todos los terrenos acepto, venga de quien venga. Ahora celebro que el señor Alvarez del Castillo haya encauzado este debate dándole un tono civilizado y decente; en ese mismo tono le voy a contestar; pero digo que deploro que se trate esta cuestión aquí porque no es más que subrayar un error en que hemos estado incurriendo, que nos está reprochando, no ya la opinión de los reaccionarios, sino la opinión nacional. Nosotros señores diputados, cuando se trató el asunto de las facultades extraordinarias otorgadas a la Primera Jefatura, nos sentimos sobrecogidos de cierto sentimiento legítimo de desconfianza acerca del pleno reinado de la Constitución. Todos, absolutamente todos, hasta los que con más entusiasmo nos proponemos ayudar a la cimentación del Gobierno, de pronto, frente a la realidad amarga y cruel, sentimos

el choque de nuestro ideal, frente a frente de la tristeza y de la necesidad públicas. Algunos de los principales oradores exteriorizaron elocuentemente que esto podría hacer desconfiar ante la Nación si estamos o no estamos en período constitucional y si tenemos al frente de la Nación al Primer Jefe o al Presidente de la República. Pues bien, señores diputados, este sentimiento que yo juzgo legítimo es precisamente el que hay respecto de nosotros en la actuación política del Parlamento para juzgar las credenciales. Todavía el ciudadano Carranza, honradísimo, sincero, consecuente y respetuoso de la ley ha venido ante nosotros en solicitud de facultades extraordinarias. Estas facultades extraordinarias no significan otra cosa sino la transgresión de la ley por causa de una fuerza mayor; pero la transgresión autorizada, la transgresión si se quiere legítima, mientras que lo que estamos haciendo, no estando apoyados en ninguna ley, ha sido la transgresión desbordante del Parlamento y arbitraria unas veces nuestra fuerza. Es lo que yo he venido aquí a asentar. Nosotros no tenemos derecho de arrojar del Parlamento a un individuo que ha venido con una credencial legítima; es el caso del señor de la Parra. Yo lo digo muy alto, yo no vine a defender al señor Gonzalo de la Parra, yo vine a defender la ley......

El C. González Alberto M.: Pido la palabra para leer un documento de suma importancia para la Cámara.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. González Alberto M.: Procuro yo no venir a esta tribuna generalmente cuando no hay razón de venir a ella. En tanto que "El Universal" se ha ocupado de la calificación de las elecciones por parte de esta Cámara, no he juzgado prudente ocuparme en rechazar estas manifestaciones que son verdaderamente injustificadas.

La ley electoral en su artículo 65, que es perfectamente constitucional, no dice que la Cámara debe calificar la legalidad de la elección, sino que debe calificar la legitimidad. Cualquiera de ustedes puede hojear un diccionario de la Academia Española, y el señor Cravioto debe saberlo, como literato que es, que no es lo mismo la palabra legitimidad de un nombramiento que la palabra legalidad. La palabra legitimidad comprende todo lo que tiene por su naturaleza y por las instituciones fundamentales que examinarse para que una cosa sea legítima: De tal manera que no se dice "defensa legal", sino "defensa legítima", porque toca al derecho natural de un hombre. Jamás se dice "hijo legal", sino "Hijo legítimo", porque es el hijo de un hombre y de una mujer naturalmente; y todo lo que comprende la palabra legítimo, se refiere precisamente a la naturaleza y a las instituciones fundamentales de ese nombramiento. Son dos los elementos que tiene que considerar la Cámara: la elección misma a virtud de un estudio precisado; el artículo 65 a que me he referido dice así: "El día 8 de abril, a las 10 de la mañana, se celebrará la segunda junta preparatoria, en la que las Comisiones escrutadoras presentarán sus dictámenes, consultando en proporciones concretas la validez o nulidad de cada elección de propietario o de suplente. En esa junta y en las demás que a juicio de la Cámara fueren necesarias, se calificará, a pluralidad absoluta de votos, la legitimidad del nombramiento de cada uno de los miembros, y se resolverán irrevocablemente, las dudas que hubiere en esta materia." La legitimidad tiene que abrazar forzosamente, la naturaleza moral, política y social del individuo; no puede calificarse la legitimidad de un nombramiento si no se tiene en cuenta precisamente su parte moral, su parte política y su parte legal.

No es, pues, el llamado criterio político sino esencialmente el criterio legal el que ha calificado puramente y con arreglo al artículo 65, y dentro de la Constitución. Esto es lo que yo quería rectificar. (Aplausos.)

El C. Cravioto, continuando: Deploro los aplausos que ha recibido esta declaración del señor licenciado González, porque no tienen razón de ser, yo sería el primero en tributárselos si estuviera en lo justo; nuestro deber es que esta Representación Nacional ponga su prestigio muy alto. El señor González ha venido aquí a establecer una verdadera chicana, una cosa verdaderamente curiosa, un juego de palabras.

Es bien sabido, señores diputados que todos los ciudadanos pueden hacer absolutamente todo menos lo que está prohibido en las leyes; todos los funcionarios no pueden hacer sino lo que está marcado como sus atribuciones en las mismas leyes y este es precisamente el principio que hemos estado violando. Yo pregunto a usted, señor González, y no para que me consteste luego con un discurso, sino para que me conteste después ¿Dejar arbitrariamente a las pasiones de una Asamblea el juzgar sin cartabón una credencial, es legítimo? ¿Sí o no? Yo creo que es ilegítimo ¿Qué cosa es legitimidad y legalidad? La legalidad de una credencial nosotros no podemos juzgarla sino de conformidad con la Constitución y la ley electoral. Todo lo demás es arbitrario y repito que yo he sido el primero en considerar que en estos momentos por esencia revolucionarios, es inconveniente la presencia entre nosotros de ciertos individuos que podrían estorbar nuestras labores; pero sin embargo, reconozco que no hemos tenido una arma legal en contra de ellos. Por eso yo proponía esta resolución: Reconocerlos como diputados y consignarlos después al Gran Jurado y expulsarlos legalmente. Fuera de esto, lo demás es arbitrariedad puramente y desprestigio para la Cámara; es sentar, es consolidar el precedente que nos dieron las Cámaras porfiristas, al expulsar al señor González de Zacatecas, que fue en 1910 el único diputado electo y que, sin embargo, por ese criterio político, fue expulsado de la Asamblea. Hay otra cosa que para mí es todavía más seria que el prestigio de la Cámara, por más que yo creo que éste debe ser sólido y grande, y es, señores diputados, la obra para el porvenir que estamos malogrando con estos procedimientos; por un sentimiento egoísta, por allanar el camino, por darnos más facilidades en la obra de reconstrucción, estamos, en cambio, sacrificando el porvenir a las necesidades del presente; y esto es profundamente anti - político. Digo esto, porque uno de los ideales más grandes de la Revolución ha sido sin duda el establecimiento de la democracia; y pregunto, ¿Qué vamos a decirle al pueblo cuando vea que muchos de sus mejores hijos, de sus más grandes luchadores de los que han bregado porque sea efectivo el sufragio y un hecho el respeto cumplido de la voluntad popular, a quienes nos envíen equivocadamente o no, por considerarlos dentro de la ley y de la Constitución, y a quienes además les tienen la suficiente confianza para mandarlos a esta Representación Nacional, qué vamos a responder cuándo los expulsemos de aquí? Esto, señores diputados, es conculcar abiertamente uno de los números del programa revolucionario y sembrar la desconfianza en el pueblo; esto no es más que sentar el precedente de antes que se hacían las elecciones en la Secretaría Particular, en el Ministerio de Gobernación y en las antesalas presidenciales y ahora se hacen en la Representación Nacional. Esto no es más que cambiar de actores, pero la tiranía es la misma. Deploro como dije, señores diputados, venir a ratificar mi criterio en esta ocasión,

pues ustedes saben que todo cuanto he dicho ha sido de buena fe y todos debemos considerar que este problema está en la ley electoral. Dejemos, pues, a los futuros legisladores que busquen la manera de expulsar a los individuos enemigos de la Revolución, pero no sigamos estableciendo esta conducta que es menos discutible y que puede sembrar la desconfianza en toda la República y nos demos lugar a que se diga que nosotros creemos que la Revolución sólo se hizo para los revolucionarios y no en bien de todos los buenos mexicanos.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay para una rectificación de hechos.

El C. Hay: Me permito hacer una interpelación al señor Cravioto: Señor diputado Cravioto, en opinión de usted los diputados aquí presentes, es decir, 180 de los 185 que votaron en la credencial del señor de la Parra, ¿Estos 180 diputados hemos violado la ley?

El C. Cravioto: Sí, señor.

El C. Hay: ¿Y por qué razón no tiene usted la entereza suficiente para acusarnos ante el Gran Jurado?

El C. Cravioto: Porque no podría acusar a toda la Cámara.

El C. Hay: ¿Y por qué no? No hay ninguna diferencia en acusar a un individuo que a toda la Cámara.

El C. Cravioto: Una sola palabra nada más, ¿En concepto de usted, la Comisión que dictaminó en la credencial del señor de la Parra tenía prevención para juzgarlo, sí o no?

El C. Hay: En concepto mío la Comisión dio un dictamen favorable a de la Parra, que yo juzgo indebido, que yo juzgo inconveniente e ilegal, porque en concepto mío de la Parra no obtuvo la credencial legalmente. Pero hay otras razones más por las cuales dí mi voto en contra.

El C. Cravioto: Mi creencia fue que no hubo más que un debate político. La Comisión, como toda la Cámara, tenía prevención en contra del señor de la Parra y la misma Comisión reconoció la legalidad de la elección, puesto que su dictamen fue favorable; no hubo ningún argumento que se opusiera a la legalidad de esta credencial, sino puros argumentos políticos. Por eso con todo sentimiento y deplorándolo, declaré, porque es mi convicción íntima como deducción de los debates, que la Cámara violó la ley en este caso.

El C. Hay: El señor Cravioto dijo que en mala hora, que en nefasta hora había venido yo a establecer el nefasto criterio político. Más o menos esas fueron sus palabras. No quiero apropiarme el honor de haber establecido un criterio que ya existía en la Cámara desde que empezó a funcionar y que ha existido en todos los parlamentos del mundo; lo único que yo hice fue venir a poner los puntos sobre las ies, para facilitar la discusión de credenciales y a distinguir los diferentes criterios que ya estaban rigiendo en esta Asamblea. En esa época dije que ante todo estaba el criterio legal, que es con el que debemos juzgar, pero que no debemos hacer a un lado el criterio político ni el moral. Después de las muchas discusiones que hemos tenido aquí, voy ahora más lejos de lo que entonces fuí, y creo que es absolutamente tan importante el criterio político y el criterio moral, como lo es el criterio legal. Voy a decir a usted la razón señor licenciado. El señor de la Parra,- para tener un ejemplo concreto, puede limitarse a tratar de la credencial a que usted hizo referencia- el señor de la Parra hizo su propaganda política y ¿Cómo logró los votos que obtuvo? ¿Se presentó a sus conciudadanos tal cual es? ¿Mostró a sus conciudadanos los artículos que él había escrito en contra de la Revolución? ¿Hizo mención acaso de su parte moral, de su individualidad moral, y les mostró el famosos asunto de las tortas? No, ¿Verdad? Pues si no lo hizo así este señor, entonces todos los votos que obtuvo fueron por medio del engañó, y esta Cámara de Diputados tiene la suprema obligación de defender al pueblo contra todos los engaños que se pretendan imponerle. El caso de la Parra es un caso clásico, como Su Señoría acaba de llamarle; es un caso en que un individuo va y se presenta con determinada actitud, como un hombre blanco, como un hombre que puede llenar las aspiraciones de un pueblo para llevarlas al seno de la Cámara de Diputados en su representación y cuando ese individuo viene aquí, le despojamos de esa falsa investidura blanca con que se había presentado al pueblo que votó por él y si vemos que ese individuo no es perfectamente moral como deseamos que sean todos los diputados que vengan a esta Representación, si no es así, si es todo lo contrario, tenemos la obligación de ir en defensa del pueblo por el cual luchamos, señor Cravioto, por el cual hemos sufrido más o menos sacrificios, que en estos momentos nos tiene confianza porque la merecemos. En defensa de ese pueblo hemos dado nuestro voto negativo a de la Parra y de tal manera no hemos violado la ley, no hemos hecho más que levantar la ley en defensa de ese pueblo que sigue nuestra bandera y así no hemos empuñado el cuchillo de los tres filos como malamente han dado en llamársele a estos tres criterios, sino que la verdadera ley, la verdadera justicia fue la que decapitó aquí la credencial del señor de la Parra. Usted defendió a de la Parra el otro día...

El C. Cravioto, interrumpiendo: Yo no defendí a de la Parra, sino a la ley.

El C. Hay, continuando: Usted defendió a ese hombre, y si no lo hizo usted hablándonos aquí de él, lo defendió de una manera más positiva, dándole su voto.....

El C. Cravioto, interrumpiendo: Lo dí en favor de la ley.

El C. Hay, continuando: Lo dio usted en favor de la credencial del señor de la Parra, puesto que estaba a discusión la credencial de este señor y no de la ley.

Voy a hacer a usted una pequeña pregunta que le ruego me conteste en una forma absolutamente concreta. Vamos a suponer que Félix Díaz en algún pueblo de cualquier parte de la República, hace propaganda para salir electo diputado, ya sea personalmente o por medio de propagandistas, y que quizá el pueblo engañado vote a su favor y viene a la Cámara una credencial limpia, ¿sería usted capaz, señor Cravioto, de aprobar esa credencial de Félix Díaz?

El C. Cravioto: Si la credencial de Félix Díaz viniese protegida por la ley, daría mi voto aprobatorio a esa credencial e inmediatamente lo acusaría al Gran Jurado para que saliera luego y lo fusilaran en el acto.

El C. Hay: ¡Pobre pueblo que tiene en la Representación Nacional hombres capaces de votar por individuos como Félix Díaz, Huerta, Blanquet y sus congéneres! ¡Pobre pueblo que tiene como representante a un hombre que no ha sentido la sangre derramada, las lágrimas de las viudas y no sabe sus sufrimientos o los quiere ignorar y pisotear ante la mentida palabra de la ley, mentida por usted y sus secuaces, porque esa ley en muchas ocasiones no tiene su amplia y perfecta acepción! ¿Qué derecho tiene usted para insistir en que venga a la Representación Nacional un hombre que es enemigo de la Nación? ¿Acaso nosotros no hemos ido a destruir vidas, a matar hombres, cuando han sido enemigos de la Revolución? ¿Acaso hemos ido con la ley en la mano?

¿Acaso nosotros hemos ido con la Constitución

de 57? No, señores diputados, hemos ido con nuestra conciencia de hombres honrados y amparados perfectamente con la conciencia del cumplimiento de nuestro deber. Eso es lo que hemos hecho, señor Cravioto. (Aplausos.)

El otro día dije yo que ante todo estaba el criterio legal; ahora voy más lejos, puesto que honradamente quiero manifestar todo lo que siento. Ahora, creo yo y así lo digo en vista de las discusiones que han tenido lugar aquí, creo yo que el criterio político es necesarísimo, indispensable y también el moral, porque frecuentemente, señores diputados he tenido que negar mi voto en favor de los enemigos de la Revolución, que en estos momentos es sinónimo de ser enemigo de la Nación y de la Patria. ¿Quién sería capaz de dar su voto en favor de un hombre que tiene el cinismo y la poca vergüenza de abofetear a una mujer? Yo no creo que un hombre así sea capaz de venir a representar a ningún ciudadano honrado. Precisamente porque nosotros queremos moralizar nuestro Congreso, no aceptado en nuestro seno a individuos que no saben respetar al sexo débil, que no tienen las debidas consideraciones a esas madres que nos dan los soldados de la Patria. Es por eso, señores diputados, por lo que yo vengo a defender el criterio moral, porque es una necesidad de la cual no podemos prescindir, porque de hacerlo así, nosotros nos haríamos solidarios de los crímenes de lesa humanidad que cometen esos individuos que, como de la Parra, abofetean a una mujer que no tiene culpa, que no hay razón para que sea abofeteada. Yo parto de este principio: el señor de la Parra no respondió el cargo tremendo y concreto que le hizo el señor Aguirre Escobar. El señor de la Parra no desvirtuó ese cargo; luego el señor de la Parra dejó en pie el terrible cargo que nos dio perfecto derecho para juzgar de su persona. Para desvanecer un cargo como el que estaba aquí en pie, no bastaba decir que no recordaba ese incidente, esa es una defensa demasiado débil para un cargo tan serio que se le hace a un hombre que quiere hacerse respetar, y sobre todo, que viene con pretensiones de representar a la Nación. Esa es la razón por la cual di mi voto en contra del señor de la Parra, y, además, por la circunstancia principalísima de que estoy convencido de que de la Parra obtuvo votos del pueblo que lo eligió, única y exclusivamente por medio del engañó sistemático que hizo a los ciudadanos de ese pueblo; porque, repito, que si ese pueblo hubiera sabido estas cosas no hubiera votado por él; y nosotros que podemos escarbar puntos de la vida de los ciudadanos, podemos analizar mejor su carácter político y la amplitud de su acción dentro de la esfera de lucha en pro de la Patria; nosotros que venimos aquí con mejor conocimiento de causa, tenemos la obligación suprema de defender al pueblo que por su ignorancia o falta de datos dé su voto a un individuo que no lo merezca, ni como revolucionario, ni como patriota, ni como hombre moral. Francamente me avergonzaría ante mis votantes si no viniera a defender los intereses del pueblo y no marcara bien la diferencia entre un hombre que ha obtenido sus votos mediante engaños y quien los ha ganado legítimamente. Lo que pasa es que yo he venido con virilidad en una nefasta hora a establecer un nefasto criterio; nefasto, sí, para los enemigos de la Patria; pero saludable para la Revolución. !Bendita la hora en que se estableció ese criterio, puesto que con él se contribuirá en mucho al triunfo final de la Revolución, pésele a quien le pese; pésele a los hombres que están del otro lado de la frontera, haciendo obra de traición, intrigando por mandar al seno de esta Cámara, representantes de la reacción!

El C. Zubaran: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Zubaran: Señores diputados: Quiero hacer una aclaración como miembro de la Comisión que dictaminó en el expediente del 3er. distrito electoral del Estado de Zacatecas. La Comisión, como en todos los casos, aplicó el criterio legal dando el triunfo al que tenía la mayoría de votos: Al mismo tiempo la comisión indicó en su dictamen, que el señor de la Parra había servido a Huerta y a Villa y que no era digno de estar en la Representación Nacional y que a la Asamblea le tocaba aplicar el criterio político y el moral. Sentí mucho no haber estado en la discusión, pues desde el momento en que se hubiese leído el dictamen hubiese yo dicho los que estoy diciendo en estos momentos y hubiese aplicado el criterio moral, porque considero al señor de la Parra como un hombre inmoral. Ya los señores Hay y Aguirre Escobar dijeron lo de las bofetadas que le dio a la señora su esposa. Yo hubiera preguntado al señor de la Parra cómo obtuvo la imprenta que tiene de "El Nacional", en qué forma legal y honesta, la tiene y al aplicar el criterio político me hubiera referido antes a las injurias que ha hecho al Ejército Constitucionalista y a todos los señores militares que se sientan en estos escaños y a los que están fuera como el General Hill y a uno de los caudillos de la Revolución: Al señor Obregón. En concreto y a pesar de ser miembro de la Comisión, yo hubiera aplicado los criterios moral y político en los momentos de la votación, votando porque de la Parra se fuese de esta Asamblea, donde no es digno de permanecer.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Muñoz Enrique.

El C. Muñoz: Señores diputados: Acabáis de oír una declaración bochornosa de boca del señor Cravioto y mañana lo veremos en "El Universal" con un retrato de cuerpo entero alabando sus grandes procedimientos políticos en el seno de esta Cámara. Yo me siento indignado y vengo a protestar. Ha dicho el señor Cravioto hace un momento, que el decoro de la Cámara estaba muy por lo bajo debido a la labor de la mayoría de los diputados. Protesto enérgicamente contra eso; por el contrario, menos por el decoro de la Cámara hace él que lo que hacemos todos nosotros. Hace unos cuantos días vertió unas palabra que han dado margen a que la prensa maldita que tenemos, hayan recibido esas palabras para darles mayor amplitud y voltearlas y revoltearlas hasta llegar a endilgarnos a diario algunas frases y procedimientos que vienen a sentar muy mal precedente y a atacar muy duramente la dignidad de la Cámara; me refiero al caso del señor Acuña Desde esta tribuna el señor Cravioto, después de que toda la Cámara protestó por el atentado, asentó que nada era cierto y dijo a un diputado que no era más que una patraña, y ahora manifiesta que si Félix Díaz trajera una credencial él le daría su voto aprobatorio. Por esto sí debemos protestar; eso sí es dejar el decoro dela Cámara muy por lo bajo, a mi entender. No quise dejar pasar desapercibido este hecho: No somos nosotros quienes sentamos mal precedente, sino quienes prefieren la publicidad de sus palabras y el bombo, al prestigio de la Revolución.

El C. Soto Rosendo A.: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Soto: Señores diputados: Sí se puede robustecer la idea que ha presentado el señor Hay, respecto a la presunción fortísima que debe existir en nosotros, de que el señor de la Parra

no obtuvo legalmente la votación de los ciudadanos de un distrito electoral de Zacatecas. Yo voté en contra de la Parra no solamente porque tenía la convicción de que es un hombre inconveniente aquí en el seno de la Cámara, sino por esta razón: Yo también pasé por Zacatecas cuando allá en la capital del Estado se hacía la propaganda profusamente en favor de ese señor de la Parra. En cada esquina, señores diputados, había cuatro o cinco manifiestos de este señor, con su retrato en todos tamaños, y no había un sólo manifiesto que no estuviese roto o que no estuviera escrito con carbón, con lápiz o con lo que podían, haciéndole cargo a este individuo, llamándole porrista, felicista, en fin, insultos personales para él. Entonces, pues, si allí en la población de Zacatecas de donde es nativo de la Parra, si allí entre los ciudadanos aquellos a los cuales apelaba, recordando "Aquellos años de la niñez en que pasó recogiendo florecillas por la falda de los cerros" como decía en sus cursis manifiestos, si allí mismo donde lo conocían perfectamente no había un solo manifiesto que no estuviera escrito, lanzándole cargos, ¿Qué sería, señores, en aquellos pueblos ingenuos y confiados donde no conocían a este individuo? Indudablemente que sí él obtuvo votos en aquellos distritos alejados de la capital de Zacatecas, fue precisamente sorprendiendo la ingenuidad y la buena fe de aquellos pueblos, de los pobres campesinos de aquellos pueblos de Zacatecas, para quienes escribió el señor de la Parra sus manifiestos, que no lo hubiera hecho pero un estudiante de primeras letras. Apelaba a sus conciudadanos recordándoles las bellezas de Zacatecas, como él decía, más buenas que el pan, diciéndoles que a pesar del ajetreo de la vida citadina no las había olvidado ni por un momento y siempre las había amado, aunque ellas indudablemente lo habían olvidado para siempre. Estos eran los méritos que aducía el señor de la Parra para inducir a sus conciudadanos a que votaran por él; absolutamente ninguna promesa revolucionaria; se limitaba a decir en ese manifiesto que haría labor de patria aquí como en Zacatecas. En aquellos días, y de esto son testigos los diputados zacatecanos, había dificultades y frecuentes interrupciones en el tráfico de los ferrocarriles; y ahí está el señor de la Parra prometiendo que inmediatamente que viniese a esta Cámara mandaría ferrocarriles a Zacatecas. Como los trabajos de las minas estaban paralizados, ahí tienen a de la Parra, aprovechando esa circunstancia, prometiendo que en caso de venir a esta Asamblea, tomaría las medidas encaminadas a la inmediata reanudación de los trabajos de minería; pero absolutamente ninguna promesa revolucionaria, ni una sola palabra que indicase que este hombre estuviese identificado con los principios revolucionarios y de acuerdo con la resolución de los problemas trascendentales que el Constitucionalismo ha estampado entre los pliegues de su bandera. ¿Cómo, pues, el señor de la Parra obtuvo un triunfo en aquellos pueblos escuetos y humildes del Estado de Zacatecas? Por medio de la sorpresa, por medio del abuso flagrante que hizo de la ingenuidad, de la credulidad de aquellos ciudadanos. Por eso, señores diputados, tengo la convicción de que no he violado la ley y de que tampoco la ha violado ninguno de los ciudadanos diputados que votaron en contra de la Parra. Este individuo es un hombre inconveniente y es un hombre que no ha obtenido la libre voluntad, la libre votación, la consciente, de los ciudadanos de Zacatecas.

El C. Secretario López Lira: El dictamen que se refiere al 1er. distrito electoral del Estado de Michoacán, dice como sigue:

"Primera Comisión. Sección segunda.

"H. Asamblea:

"La segunda sección de la primera Comisión revisora de credenciales, ha tenido a la vista el expediente relativo a la elección verificada en el 1er. distrito electoral del Estado de Michoacán; y habiéndolo examinado detenidamente como lo requería el caso, por las protestas que en él se encuentran, y por el proceso seguido por el Juzgado del Distrito de aquella Entidad federativa, encontró, que habiendo fallado el Juez de Distrito en sentido afirmativo a la violación de la ley electoral; en lo que respeta a Villa Madero, a Acuitzio y Tenencias de Atécuaro, y Etácuaro, la Comisión juzgó que los votos sufragados en esas casillas electorales carecen de todo punto de base legal y en consecuencia, restándole tanto a uno como a otro, de los candidatos que figuraron en la lucha electoral, resulta que en Villa Madero obtuvo el señor ingeniero Profirió García de León 201 votos que estimamos nulos, en Acuitzio 37, que por la misma razón se estiman de perfecta nulidad, y en Tenencias de Atécuaro, y Etácuaro 345 que adolecen de las mismas irregularidades; sumadas las cantidades anteriores, resultan nulificados por el fallo del Juez de Distrito 583 votos al señor ingeniero García de León, que la Comisión procedió a restárselos. Por otra parte, como en las secciones ya indicadas aparecen 23 votos en suma, al candidato Avellaneda, también la Comisión estima que deben serle restados, resultando en este caso que le quedan perfectamente legales al señor García de León, como propietario, la cantidad de 828 votos, una vez restados los 583 de los 1411 que aparecen en las listas de escrutinio de la Junta Computadora; y al señor Avellaneda, 1154 restándole los 23 considerados nulos, de 1177 que aparecen en las listas de escrutinio. En cuanto al diputado suplente, no hay objeción alguna que hacerle, porque no obstante de restársele los votos comprendidos en las secciones de referencia, le dan el triunfo sobre todos los demás candidatos. En consecuencia, la Comisión somete a la deliberación de la H. Asamblea, las siguientes proposiciones:

"1a.- Es válida la elección verificada en el 1er. distrito electoral del Estado de Michoacán.

"2a.- Son diputados propietario y suplente, respectivamente, los ciudadanos Juan de Dios Avellaneda y José P. Ruiz.

"Sala de Comisiones del Congreso de la Unión. México, 8 de mayo de 1917. - Ernesto Aguirre.- J. D. Ramírez Garrido.- Flavio Pérez Gasga. (Rúbricas.)

Está a discusión.

Las personas que deseen hacer uso de la palabra se servirán inscribirse.

El C. Presidente: Se ha inscrito para hablar en contra del dictamen, el C. Uriel Avilés.

El C. Ramírez Garrido: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Ramírez Garrido: Como miembro de la Comisión, me permito informar a la Asamblea que, siguiendo la costumbre que sentó esta Cámara, cada miembro de la segunda sección tomamos determinado número de expedientes y dictaminamos sobre ellos. Este dictamen lo formuló el señor Aguirre Colorado y aunque también lo hemos firmado nosotros, no lo conocemos, y como el señor Aguirre Colorado no está en estos momentos aquí, yo suplicaría a la Asamblea se sirviera aplazar la discusión para cuando él llegara, pues los demás miembros de la Comisión, repito, no lo conocemos.

El C. Secretario: Se pregunta a la Asamblea si se concede permiso a la Comisión para que suspenda la discusión. Los que concedan el permiso se servirán ponerse de pie.

Sí se concede el permiso.

(Voces: ¡Allí está el general Aguirre Colorado!)

- El mismo C. Secretario: La Presidencia manifiesta que como la Asamblea había concedido permiso para aplazar la discusión de este dictamen, en vista de las razones expuestas por el C. Ramírez Garrido y estando ya presente el Presidente de la Comisión, está a discusión el dictamen.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Avilés.

El C. Avilés: Señores diputados: La otra vez desde esta tribuna, cuando se discutía la credencial del señor Josafat Márquez, el ciudadano Aguirre Colorado lanzaba estas palabras: "¡Hasta cuándo se dejará de pisotear el voto popular!" Y yo con mi ingenuidad acostumbrada, creí que el ciudadano Aguirre Colorado había vuelto sobre sus pasos. Pero, ¡Que decepción he sentido ahora, señores diputados, cuando veo que haciendo a un lado todos los votos conscientes dados por los ciudadanos michoacanos, nos presenta un dictamen, es decir, pisoteando de una manera flagrante, el voto popular! Y lo voy a demostrar. Voy primero a tratar la cuestión legal de esta credencial. Dice el señor Aguirre Colorado, puesto que los demás señores de la Comisión acaban de decir que ellos nada más son firmones de esto y no han tomado parte, dice, que fundó su dictamen para quitarle una cantidad de 583 votos al ingeniero García de León, por el acuerdo de un Juez de Distrito de Morelia. Si el señor Aguirre Colorado conociera qué clase de sinvergüenza es este Juez de Distrito de Michoacán, no hubiera tomado sus sentencias como base para formular su dictamen. Dicho juez sirvió al Gobierno de don Aristeo Mercado en los tiempos del porfirismo y ahora ocupa un puesto importante por obra y gracia de la Revolución, a pesar de que es un borracho consuetudinario. En cuanto a Avellaneda, quien según el señor general Aguirre Colorado, salió triunfante y campante.... (Voces: ¡No se oye!) ¡Ya se oirá! Pues bien, ese señor Avellaneda llegó a Michoacán no sé cuándo y muy pocos lo han de saber, procedente de no sé dónde, sabiéndose únicamente que no es michoacano, sino que es ciudadano americano. Se dice también que allá en la época del señor Madero, debido a aquel medio imbécil que se apoderó de todos los cobardes, se fue al otro lado del Bravo y entonces fue cuando se naturalizó ciudadano americano. Después, estando él en Tampico, al entrar al puerto las fuerzas maderistas, se fue a refugiar al consulado; si fue por miedo y no por otra causa. Bueno; decía que llegó este individuo a Michoacán y fundó un periódico que tituló "Ocampo" y voy a demostrar aquí, al señor Aguirre Colorado, los conceptos que este señor Avellaneda tiene para el ingeniero García de León, con esta carta que el mismo Avellaneda insertó en su periódico y desde allí comenzará a ver que tengo razón en lo que voy a decir. Si me hace favor la Secretará de dar lectura a este párrafo.

- El C. Secretario del Castillo, leyó el párrafo referido:

El C. Avilés, continuando: Pues a lo que este señor Avellaneda llama ahí que se le voltearon y quién sabe qué cosas más, ahí en su carta le reconoce honradez al señor García de León, es decir, en su carta dice que es una persona honorable, etc., etc. Bueno. El chanchullo que este señor Avellaneda llama, fue éste: Que el día de la elección aparecieron unos papelitos en 32 de cuádruplo fijados en las esquinas, diciendo: "Vote usted por la fórmula García de León, etc., etc...." Como el ingeniero García de León es demasiado conocido en Morelia y el señor Avellaneda ni era conocido, ni partidarios tenía, resultó, como era natural, que todo el mundo votó a favor del señor ingeniero García de León. A eso es a lo que Avellaneda llama un convenio celebrado en presencia de un juez y de un notario, como si tales cosas se hicieran delante de esos funcionarios. El ingeniero García de León ninguna propaganda hizo a favor de su candidatura. Con esto creo, dejar demostrada la inculpabilidad de este señor y la venalidad del juez aquel de la capital de mi Estado que, repito, es un borracho y un sinvergüenza, como lo probaré a su tiempo. No cabe, pues, duda que el señor García de León triunfó legalmente, no obstante que ni siquiera lanzó su candidatura, sino que hasta el mismo día de las elecciones algunos amigos suyos publicaron unas hojitas proponiéndolo como diputado a este Congreso por uno de los distritos electorales de Morelia. En cuanto al señor Avellaneda unos cinco o seis días después de las elecciones se fue a los pueblos de Acuitzio y Cruz de Caminos y por allá, haciendo uso de su "Grande lengua" embaucó a los tontos, siendo oportuno recordar aquí mi criterio aquel de que he hecho mérito en otras ocasiones, y logró astutamente obtener de aquellos pobres rústicos unas constancias de que había habido fraudes, los que llevó después al Juez venal de Morelia y ahí viene el juez, después de una papalina que se puso con Avellaneda, fallando a favor de él y de ahí viene que se le resten al señor García de León quinientos y tantos votos para poder ganarle Avellaneda por lo que protesto enérgicamente de que ese hombre venga a representar aquí a nuestro Estado. Y lo voy a probar: Señor general Siurob, si es usted tan amable y tan bondadoso, yo le suplico se sirva decir si es cierto que Avellaneda estaba sirviendo en Celaya como Presidente Municipal, puesto que usted se vio obligado a quitarle por errores o sinvergüenzadas que cometió allí él.

El C. Siurob: ¿Me permite la Presidencia contestar la interpelación del orador?

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Es la verdad que a Avellaneda le retiré del puesto de Presidente Municipal por algunas deficiencias en su administración. Entre estas deficiencias debo hacer mención el hecho de haber permitido que se establecieran casas de juego, estando terminantemente prohibidas en el Estado.

El C. Avilés: Por lo cual cobró tres mil pesos.

El C. Siurob: Yo no sé si cobraría o no, pues apenas lo supe lo mandé retirar.

El C. Avilés: Muchas gracias, señor Siurob. Ahora voy a entrar a la cuestión política, en la cual ha sido un traficante este individuo. Señor Guajardo: Con permiso de la Presidencia, quiero que me diga si es cierto que cuando usted estuvo de Secretario General de Gobierno en Michoacán, llegaron unas hojas firmadas por este Avellaneda, cuando formaba parte del Estado Mayor de Roque González Garza, el llamado Presidente de la Convención, donde se atacaba duramente, al Ejército Constitucionalista y al señor Carranza, tratándolo de sinvergüenza y todo lo que en aquella época se decía a los jefes del constitucionalismo.

El C. Guajardo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Guajardo: Si es cierto que cuando yo era Secretario General de Gobierno en Morelia, llegaron a la Secretaría unas hojitas con una carta abierta al señor Carranza, firmada por Juan de Dios Avellaneda, en las que, con motivo de la entrada de la famosa expedición punitiva

a territorio mexicano, hablaba mal del Ejército Constitucionalista. No sé si estaba el señor Avellaneda en el Estado Mayor del señor Roque González Garza, pero sí me consta que el mismo individuo fue a trabajar cerca de los generales Elizondo y Amaro para que se rindieran González Garza y a Zapata. En la conferencia que celebró Avellaneda estuve yo presente, habiendo escuchado la respuesta que se le dio, o sea que irían en el acto a batir a los zapatistas que se hallaban en el Oro, lo que efectuaron haciéndoles trescientos prisioneros. Tal fue el resultado de las gestiones de Avellaneda cerca de dichos generales Elizondo y Amaro.

El C. Avilés, continuando: Creo que en el corto espacio de tiempo en que os he dirigido la palabra he logrado llevaros el convencimiento de lo reprobable que ha sido la conducta política del señor Avellaneda, que en mala hora ha pretendido venir aquí a representar al 1er. distrito electoral de Michoacán, usurpando derechos legítimos del señor ingeniero García de León. Así es que no me resta más que suplicar a Vuestra Soberanía votéis negativamente el dictamen que se discute y que fue formulado por el señor general Aguirre Colorado. (Aplausos.) (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Navarrete Antonio.

El C. Navarrete: Señores diputados: El señor Avilés ha pedido la palabra en contra del dictamen, pero los cargos que ha hecho no son consistentes. En uno de ellos se concretó a decir que el juez H. era un borracho. (Siseos) lo que no afecta en nada al señor Avellaneda. Dijo también que era ciudadano americano; pero no lo probó. Hay un cargo concreto, sí, el del señor Siurob y hay uno más tremendo sobre Avellaneda: El que externó el señor Guajardo. En este sentido, la Asamblea ya tiene unificado su criterio para dar su voto; pero yo tengo que decir aquí que el señor Avilés ha pedido la palabra porque esta interesado en que sea Gobernador de Michoacán el señor Ortiz Rubio y como el señor García de León es el que dirige allá la propaganda, por eso ha pedido la palabra el señor Avilés. (Siseos.) Un momento. El señor Avilés no dijo que en Morelia, cuando era Gobernador el general Sánchez, se había formado cierta camarilla: Es cierto que esa camarilla se formó entonces en torno del general Sánchez, habiendo formado parte de ella el ingeniero García de León, y cuando la columna del general Murguía avanzaba sobre Morelia y se establecía en Querétaro para recibir allí la impedimenta y el parque que le llevaba el teniente coronel Gloria, entonces el ingeniero García de León, que estaba a la disposición de Sánchez, cuando ya este había definido su actitud política por haber recibido de Villa un millón de cartuchos, fue entonces García de León el primero que estuvo construyendo las fortificaciones en torno de la ciudad de Morelia para resistir a las columnas del señor general Murguía. El ingeniero García de León fue, pues, un villista y por lo tanto pido que votemos por la nulidad de las elecciones. (Voces: ¡No no!) Es cuanto tengo que decir.

El C. Múgica: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Múgica: Yo no vengo a defender aquí el dictamen de la Comisión ni a impugnarlo por una razón: por decoro, señores. Tanto el señor Avellaneda como el ingeniero García de León son enemigos políticos míos en el actual momento de la lucha electoral, en el Estado de Michoacán. Por eso no quiero absolutamente calificar el dictamen ni las elecciones: Pero sí quiero aprovechar esta oportunidad para venir a hacer rectificaciones de importancia que normarán el criterio de esta Asamblea en todo aquello que se refiera a la Representación Nacional, con relación a la política local de las diferentes entidades políticas de la República.

El señor ingeniero Pascual Ortiz Rubio, mi contrario en política y mis enemigos en política, sus partidarios, de los cuales hay aquí algunos en esta Asamblea, han hecho una política activa en esta Cámara tendente a hacer creer a la Representación Nacional, que el Estado de Michoacán trata de imponerme como candidato oficial, que soy el candidato oficial del Centro, que soy el candidato oficial del Gobierno del Estado y que cuento con la presión moral del Presidente Municipal para resultar electo. Por esta razón y aprovechando este incidente, he venido a destruir estos cargos y para hacer referencia a los asunto locales de mi Estado natal. Nada más falso ni nada más erróneo que tales cargos, pues es bien conocido de todos ustedes mi carácter enteramente libre de todo compromiso ni aun con aquellas personas que han sido mis jefes, ni aun con la misma personalidad del señor Presidente de la República, pues mi actuación en el Congreso Constituyente de Querétaro y en el Gobierno de Tabasco, así como mi actuación en las diversas comisiones de importancia que he tenido con mi carácter de general revolucionario, pueden hablar muy alto en contra de esas ideas falsas y malignas que quieren hacer circular mis enemigos políticos, de que yo tengo compromisos con el Gobierno del centro y de que cuento con su apoyo moral e incondicional para resultar electo. El general Rentería que ha declarado franca y lealmente que tiene para mi particular estimación y personal afecto, creo, señores, que tampoco ha incurrido en error ni es un motivo presencial para hacerle reo de parcialidad en el caso de las elecciones del Estado, porque el general Rentería no tiene más ligas conmigo que una amistad nacida, no ayer en los campos de la lucha política, no, señores, la amistad que a él me liga es enteramente añeja, de nuestro tiempos mejores, de nuestra juventud y el general Rentería ha obrado con absoluta imparcialidad en este caso como puedo comprobarlo con los mismos representantes que hay aquí de Michoacán y que no militan en mis banderas y con el siguiente caso que voy a narrar: Hace poco el siguiente caso que voy a narrar: Hace poco tiempo me dirigía a la capital de mi Estado, tenía una pequeña escolta que traje de Chiapas, del istmo de Tehuantepec, donde operaba en el mes de octubre anterior, compuesta de ochenta hombres. Esa escolta, cuando estuve en el Congreso Constituyente, permaneció en Celaya. Mis oficiales tuvieron autorización por mi conducto para aumentar esa fuerza, la que poco después sumaba el número de trescientos individuos y que hoy asciende a trescientos treinta y ocho. Actualmente se encuentra en Guanajuato guarneciendo Pénjamo. Palo Verde y Villaseñor. Al llegar a Morelia iba con unos cuantos oficiales que me acompañaban, porque si es verdad que no tengo mando de mi fuerza, también es cierto que no he hecho entrega formal de ella, supuesto que sólo disfruto de una licencia concedida por la Secretaría de Guerra mientras dura mi campaña electoral. Aquí quiero hacer una pequeña aclaración para que no se vea en esto una anomalía. ¿Cómo entonces hice mi campaña política para diputado y cómo después de haber resultado electo para este cargo no he dejado absolutamente el mando de mi fuerza? La razón es que desde el Congreso Constituyente manifesté a algunos de mis compañeros de labores que no tenía intención de ser diputado de oficio, que no quería venir sucesivamente a dos o tres congresos, porque me choca la reelección hasta en estos asuntos de la Representación Nacional: Pero en el distrito de la Piedad un grupo de

mis partidarios me dio la elección de una manera casual y tan casual, que mi credencial sólo trajo ante esta respetable Asamblea una suma de doscientos y tantos votos, una suma verdaderamente insignificante; yo creí que por esto se hubiese declarado la nulidad de las elecciones en aquel distrito. Esta casualidad, señores, es la que me ha permitido tener la satisfacción de venir a esta XXVII Legislatura Constitucional. Pues bien, los orticistas, enemigos políticos míos, son los que han lanzado todos estos cargos que habéis oído de mi parte. El señor Porfirio García de León que es interesado en este caso, tiene un hermano en el Ayuntamiento de Morelia y los fallos de ese Juez de Distrito, venal u honrado, que yo no discuto pero que son fallos de una autoridad judicial, se refieren a actos cometidos por el Ayuntamiento, a irregularidades cometidas por esa corporación de la capital del Estado en favor del señor Porfirio García de León. Ahora, señores diputados yo quiero preguntar: ¿Quién es quien hace chanchullos electorales? ¿Quién es quien ejerce influencia en la política del Estado en favor de determinado candidato? El Ayuntamiento de Morelia en favor del partido orticista. Esto es, señores diputados, lo que quería hacer notar a ustedes. No he constestado a ningún cargo de los orticistas en este sentido, porque considero de mi deber hacerlo cuando tenga yo hechos con qué responder y pruebas contundentes que traer a la Representación Nacional cuando se trate este asunto. Ahora, aun cuando no sea oportuno, yo hago estas consideraciones para que se vea cómo sí hay Ayuntamiento en el Estado de Michoacán que sostenga candidaturas políticas y este Ayuntamiento lo hace en favor del partido político enemigo mío, para que se vea cómo sí hay presión oficial a fin de que resulten electos algunos candidatos a esa Entidad federativa y viene precisamente de los enemigos políticos míos. Ahora, señores, normad vuestro criterio para lo futuro.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Avilés.

El C. Avilés: Lamento, y en verdad lamento, señor general Múgica, que los asuntos del Estado los haya traído a esta tribuna usted; yo voy a probar que el Gobernador del Estado de Michoacán, el general Rentería, sí está dispuesto a sostener a usted. Yo no quería que aquí se tratase esto porque son asuntos que exclusivamente corresponden allá, al Estado. Usted dice que los orticistas lo hemos atacado.

El C. Ramírez Garrido, interrumpiendo: Tanto el C. Múgica como el C. Avilés se están saliendo del punto a discusión.

El C. Avilés, continuando: Me extraño, señor coronel, que cuando el general Múgica estaba en esta tribuna no haya hecho usted esa observación. Desgraciadamente se ha sentado ya el precedente de que se puede interrumpir al orador a la hora que a cualquiera se la antoja, cuando a cualquiera se le pega la gana, procedimiento que no tiene nada de caballeroso.... (Una voz. ¡Déjese hablar al gran orador! ¡No se cometa el desacato de interumpirle.) Hago de sus palabras el caso que se merecen y continúo con mi discurso. Señor general Múgica, voy a probar que usted influyó en el ánimo del C. Primer Jefe, cuando tenía ese carácter y también hoy que es el Presidente de la República, para que el general Rentería Luviano fuera como Gobernador a Michoacán; lo voy a probar con un periódico de los mismos que sostienen sus partidarios en aquel Estado, no sin antes repetir que no quería que se hubieran tratado aquí tales cuestiones.....

El C. Múgica, interrumpiendo: Es mejor que se sepan.

El C. Avilés: Dice así: "¿Cambio de frente?" (Leyó el artículo.) señor general Múgica, ¿se hace usted solidario de estas declaraciones de sus partidarios?

El C. Múgica: Seguro que sí.

El C. Avilés: Entonces quiere decir que usted gestionó que el general Rentería Luviano, fuera a ocupar la Primera Magistratura del Estado de Michoacán. Es esto una verdad innegable. Ahora vamos más adelante. Cuando usted llegó a Michoacán, dice usted aquí que nosotros, porque tengo a mucha honra ser partidario del ingeniero Ortiz Rubio.....

El C. Villarreal, interrumpiendo: ¿Me permite el orador que le haga una interpelación?

El C. Avilés, continuando: No permito que se me haga ninguna interpelación. Ese es el jueguito: vamos a hacerle una interpelación al orador para que pierda el hilo de su discurso. (Risas.) Volveré al hilo de mi discurso; aunque el señor Villarreal me haya interrumpido para hacerme una interpelación, cosa que no admito ni admitiré de nadie absolutamente.

El C. López: Pido la palabra, señor Presidente, para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. López: Está a discusión la credencial del señor Avellaneda y no tiene que ver nada en esto los asuntos del Estado de Michoacán. Estamos perdiendo lastimosamente el tiempo.

El C. Avilés, continuando: Ha dicho el señor Urueta que el pensamiento no tiene más límites que el mismo pensamiento: ¿qué al señor Urueta sí se le permite hablar porque es el príncipe de la palabra y a uno no? (Risas.)

El C. Padilla: Atentamente suplico a Su Señoría, señor Presidente, llame la atención al orador de que estamos en Colegio Electoral.

El C. Avilés, continuando: Por ahora he probado, y creo que con un hecho irrefutable que el general J. Múgica si está apoyado por el gobierno de Michoacán, y voy todavía más adelante....

El C. López: señor Presidente: Está a debate en estos momentos la credencial del señor Avellaneda y no tiene que ver nada los asuntos de Michoacán. Suplico que se lea el artículo reglamentario respectivo. (Voces: ¿Que hable, que hable!)

El C. Avilés: Lástima que sea usted abogado, señor de los lentes y no sepa usted conducirse. ¡Bien dicen que hay muchos títulos sin abogados y muchos abogados sin título! Si yo he traído aquí al debate la cuestión de Michoacán, es porque el general Múgica lo ha suscitado. Yo he comenzado diciendo que lamentaba entrar en este terreno porque venía únicamente a defender la credencial del ingeniero García de León que creo es buena y ha sido ganada leal y honradamente; eso de que tenga parientes en la Presidencia Municipal no significa nada. Y es verdad ¿Cuántos de ustedes tienen parientes presidentes y no presidentes? (Risas.) Voy más allá con las pruebas. Decía que iba más adelante en lo que se refiere al Gobernador de Michoacán. Señor Ramírez Garrido, así como usted decía que tal Gobernador era esto y que tal Gobernador era lo otro, yo voy a decir que el actual Gobernador de Michoacán fue un villista. Permítaseme que la Secretaría lea estos documentos.

El C. Secretario López Lira (leyó el documento facilitado) (Voces: ¿Qué fecha?) 29 de marzo de 1915.

El C. Avilés: Ya ven ustedes, pues que he probado que el general Múgica tiene interés en que el general Rentería Luviano esté de Gobernador en Michoacán porque le ayudará en su campaña política en las próximas elecciones.

El C. Múgica: Eso no lo ha probado usted.

El C. Avilés: Los originales de estos mensajes constan en el archivo particular del general Cecilio García. Allí hay un documento que dice: (leyó) ¿Qué quiere decir con esto el general

Rentería Luviano? Que estaba de acuerdo con Villa. Ahora dice aquí: (Leyó) Ese es el Gobernador de Michoacán. Aquí todos han venido a decir que el Gobernador asado y yo había permanecido callado en lo que se refiere al Gobernador de Michoacán; pero ahora que el general Múgica ha tocado la cuestión, lo hago y no al vapor como lo han hecho algunos señores diputados, sino con documentos que ya se han leído. Ahora voy a probar también que el Secretario Particular del Gobernador Rentería es también villista.

El C. Hay: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Hay: Indebidamente se permitió al general Múgica hablar sobre los asuntos referentes a Michoacán y en espíritu de justicia ya se ha permitido al orador que toque el mismo punto; pero ya empieza a hablar del Secretario Particular y así creo que nunca vamos a acabar.

El C. Avilés: Usted sigue aplicando los tres filos de su cuchillo y lo sigue aplicando en todas las formas. (Risas.)

El C. Hay: Lo que estoy aplicando es el Reglamento; si ese Reglamento la parece un cuchillo filosos, lo siento mucho.

El C. Avilés: Esa es la salida que dan todos los sabios. (Risas.) (Voces: ¡A votar, a votar!) Un momento, señores. Y conste que al general Múgica yo no le guardo rencores ni nunca se los he guardado.

El C. Múgica: No tiene usted por qué guardármelos.

El C. Avilés: He visto en el terreno revolucionario que es usted, señor Múgica, un verdadero revolucionario: Que diferenciamos en cuestiones politicas, eso es punto y aparte; que en cuestiones políticas seamos enemigos, conforme, señor general Múgica. Allá en la prensa de nuestro Estado, en la que sostenemos, cada uno tendrá amplio campo para seguir tratando de los asuntos locales que, según el señor general Hay, no deben tratarse aquí, y creo que en esto tiene razón. Ahora volviendo a la cuestión.... (Murmullos y siseos.) Mientras más ruido hagan, menos me dejan terminar y más tardaré en acabar. ¡Sean ustedes consecuentes! ¡Bueno!.... Volviendo a la cuestión de Avellaneda, han ustedes oído al general Múgica que él también está de acuerdo en que aquel no es el hombre llamado para representar a uno de los distritos electorales de Michoacán. Otro orador dijo que yo no hice cargos concretos; él pidió la palabra para hablar en pro del dictamen y me estuvo dando muchos puntos para que yo pudiera volver a atacar a Avellaneda ¡Es curioso! En cuanto al cargo que se me hace de que soy partidario del ingeniero Ortiz Rubio y que por eso defiendo al ingeniero García de León, quien también lo es de que, ¡Tiene su chiste eso! Lo defiendo porque de su lado están la ley y la justicia y porque resulta infantil que ya porque se es partidario de tal o cual persona, no se puede venir a la Representación Nacional a bregar por los fueros de la verdad y la justicia. Tiene su chiste eso. Yo diría del Señor Navarrete que no podía estar aquí en la Representación Nacional, porque es partidario del general Múgica y diría de otros muchos que ocupan sus curules y que están allí perfectamente.

El C. López: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Avilés: Yo sigo sosteniendo que usted señor de los lentes, es el más tonto de la Cámara. Creo que yo puedo hablar y voy a terminar únicamente pidiendo justicia para el ingeniero García de León: Es lo único que yo pido: Justicia y nada más que justicia. Eso de que yo sea partidario o enemigo de tal o cual persona, no es un delito, y eso, el mismo general Múgica, que es tan caballeroso y honrado, estoy seguro de que no lo desconocerá. ¿Es que porque uno se afilia a tal o cual partido, ya debe desechársele de este o de otro partido? (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Aguirre Colorado.

El C. Aguirre Colorado: La Comisión ha escuchado el curso de los debates y no conociendo ni al juez que ha fallado sobre el asunto, no conociendo tampoco a los candidatos, simplementete ha tenido un espíritu de justicia al dictaminar. No sé los antecedentes políticos ni la conducta de los empleados de Gobierno ni de los candidatos; en consecuencia, la Comisión falló, porque hay una acusación ante un Juez de Distrito, quien falló de la siguiente manera:

"Morelia, 5 de abril de 1917. "Vista la presente averiguación iniciada por consignación que la Junta Computadora de votos de 1er. distrito electoral del Estado, hizo ante ese Juzgado con fechas 24 y 27 del mes próximo anterior, y resultando: Que por mandamientos de fechas 26 y 28 de ígual mes, se mandó abrir el proceso respectivo y acumularse a este el segundo de los ocursos citados: que practicada la instrucción relativa, en cuanto fue posible por ser perentorio e improrrogable el término de aquella, se examinó a los testigos señores Joaquín y Victoriano Mendoza, a los inculpados, señores Enrique Ochoa Cortés y Rafael Ramírez, y el mismo acusador, señor Juan de Dios Avellaneda; se dio por terminada la averiguación, se le corrió traslado al C. Agente del Ministerio Público y éste, lo evacuó en las conclusiones que en escrito de esta fecha, corre agregado a los autos.- Considerando: Que las violaciones constitucionales, que el señor mayor Juan de Dios Avellaneda dice fueron cometidas y de las cuales se queja, en los ocursos citados, consisten en el hecho de que los señores munícipes Enrique Ochoa Cortéz y Rafael Ramírez, con consentimiento o autorización del H. Ayuntamiento de esta ciudad, ejercieron presión sobre los ciudadanos Presidentes Municipales de las poblaciones de Acuitzio y villa Madero a fin de hacer triunfar las candidaturas presentadas en la lista electoral, por el partido democrático "Benito Juárez" a que pertenecen y que están comprendidas en los artículos 27, 30 y 33 fracción I de la ley electoral vigente.- considerando: Que no está comprobado el cuerpo del delito de que se acusa a los señores profesor Enrique Ochoa Cortés y Rafael Ramírez; toda vez que de las declaraciones rendidas no aparecen comprobadas las violaciones constitucionales materia de este juicio, según los previenen los artículos 1, 16, 17, 86 y 107 del Código Federal de Procedimientos Penales, en relación con los 27, 30 y 33 fracción I de la ley electoral vigente.- Por lo expuesto, con fundamento en las disposiciones legales invocadas y de acuerdo con lo pedido por el ciudadano agente del Ministerio Público, es de fallarse y se falla esta causa con las siguientes proposiciones:

1o.- Se declara no estar comprobadas las violaciones constitucionales de que se queja el señor mayor Juan de Dios Avellaneda en sus ocursos de fechas 24 y 25 del mes de marzo próximo pasado que obran en autos.

2o.- Comuníquese esta resolución a las Secretarías de las Cámaras de Diputados y Senadores.

3o.- Notifíquese.

Así definitivamente juzgando, lo sentenció y firmó el ciudadano licenciado Ricardo Zavala, Juez de Distrito en el Estado. Doy fe.- Ricardo Zavala.- José Guzmán V., Secretario."- (Rubricados.)

"Copia que certifico, tomada fielmente de su original que obra en la causa instruída contra los que resulten responsables por infracciones a la ley electoral vigente, en las elecciones verificadas en Acuitzio y Villa Madero de este Distrito, con fecha 11 de marzo anterior; y se compulsa

en cumplimiento de lo mandado, para remitirse a la Secretaría de la Cámara de Diputados. Cotejada. Doy fe.- Morelia, 11 de abril de 1917.- José Guzmán V., Secretario." (Rúbrica.)

Un sello que dice: "Juzgado de Distrito.- Michoacán de Ocampo.

"Con anterioridad a la fecha en que falló el Juez de Distrito, hay una credencial que extendió la Junta Computadora y que dice: "Los infrascritos, Presidente y secretarios de la Junta Computadora correspondiente al 1er. distrito electoral del Estado de Michoacán de Ocampo, certificamos que el ciudadano ingeniero Porfirio García de León ha sido electo diputado propietario al Congreso de la Unión, por el expresado distrito electoral. Constitución y Reformas.- Morelia, marzo 21 de 1917.- F. Ballesteros.- Ángel Campero Calderón.- Arcoz.- F. Cacino.- Melesio Padilla."- (Rúbricas.)

Igual es este otro fallo del Juez de Distrito relativo a la Villa de Acuitzio y Villa Madero. Hay también otras acusaciones ante el Juez de Distrito por algunas otras municipalidades del referido Distrito de Michoacán; sin embargo, el fallo del Juez de Distrito ha sido favorable:

"Que no hay delito que perseguir", "Que no ha habido violación." Repito, que la Comisión no conoce la personalidad ni los antecedentes políticos de ninguno de los ciudadanos que habitan en la República Mexicana, a excepción de algunos connotados reaccionarios y que ha fallado dentro de la base legal en favor del señor Avellaneda, pero no porque tenga intención de darle el triunfo a tal o cual candidato.

El C. Navarrete: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Navarrete: He pedido la palabra nada más para hacer una rectificación. Hice este cargo al señor ingeniero Porfirio García de León: Que él había construido las fortificaciones o los muros aspillerados en el casco de la población de Morelia, cuando a esa ciudad se aproximaba la columna del general Murguía el día 16 de diciembre de 1914. Apelo al señor coronel Martín Barragán que está aquí presente y que justamente conmigo acompañó a dicho general en su marcha por aquellas regiones. ¿Es cierto, señor Barragán, que cuando llegamos a Morelia el día 16 de diciembre de 1914, supimos que las fortificaciones citadas habían sido construidas por el señor ingeniero Porfirio García de León?

El C. Barragán: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Barragán: Me consta que yendo con las fuerzas del general Murguía a atacar la plaza de Morelia, allí se nos informó que unas trincheras, por cierto muy deficientes, habían sido construidas por el señor ingeniero García de León; sin hacerme solidario de esa versión.

El C. Navarrete: Esas defensas se hicieron con objeto de aniquilar a las fuerzas constitucionalistas; en tal virtud, pido que se anulen las elecciones en el 1er. distrito electoral de Morelia, por haber sido el ingeniero García de León en aquel entonces un reconocido villista.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. doctor Andrade.

El C. Andrade: Señores diputados: He pedido la palabra simplemente para la rectificación de un hecho que atañe directamente al debate en cuestión y para que así mismo norméis vuestro criterio a la hora de la votación. No estoy de acuerdo con lo que pide el compañero Navarrete de que se nulifiquen las elecciones en el 1er. distrito de Michoacán, supuesto que estas elecciones fueron hachas en toda forma sin que hubiera habido presión de ninguna clase, sino que se sujetaron en ellas a manifestar exactamente la voluntad popular, supuesto que la fórmula del ingeniero García de León llevaba como suplente al señor Avellaneda y los habitantes del 1er. distrito electoral de Michoacán, teniendo dos fórmulas contrarias, hicieron que triunfara una que fue mezcla de las dos. ¿Por qué? Por una parte fue la fórmula del ingeniero García de León, como propietario y el señor Avellaneda como suplente, y por la otra, el señor Avellaneda como propietario y el doctor Ruíz como suplente, y resultó triunfante la fórmula del ingeniero García de León, como propietario. y como suplente el doctor Ruíz; de manera que hubo un cambio en el cual se ve que el pueblo pudo escoger libremente. Por lo mismo vemos que estas elecciones fueron hechos en toda forma y no hay motivo por qué nulificarlas. Por lo que dice el señor Navarrete, respecto a que García de León haya construído las trincheras, todos vosotros sabéis perfectamente que a raía de la Convención, en las regiones apartadas y que estuvieron enteramente incomunicadas, hubo una gran desorientación Mucho tiempo antes de que se acercaran las fuerzas del general Murguía se tuvieron noticias de que marchaba una columna sobre Morelia y en esa virtud, no sabiendo qué fuerzas se acercaban, fue por lo que se construyeron esas trincheras, que fueron primeramente provisionales. Y por eso el ingeniero García de León me consta a mí que siempre ha sido carrancista, nunca fue villista; por este cargo inconsistente creo que no se deben nulificar las elecciones. Aquí la Asamblea ha acortado ya, que en vista de la poca ilustración de nuestro pueblo, no es conveniente nulificar los votos de una elección simplemente porque no se llenen todos los requisitos que marca la ley, luego, ateniéndonos a la parte legal y si el señor ingeniero García de León, fue quien obtuvo la mayoría de los sufragios emitidos, a él es a quien se debe dar el triunfo. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Secretario Matas: Se pregunta a la Asamblea, si se considera suficientemente discutido el dictamen.

El C. Múgica: Ruego a Su Señoría, para no demorar los trabajos, de la H. Asamblea, que cuando se vaya a levantar la sesión, se me permita rectificar algunos hechos que no servirán para la votación, puesto que ya habrá pasado, sino para ilustrar el criterio de los ciudadanos diputados. Es claro que permanecerán los que quieren y nada más.

El C. Secretario: Nuevamente se pregunta a la Asamblea, si considera suficientemente discutido el dictamen. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se considera suficientemente discutido.

Se va proceder a la votación. La parte resolutiva dice así:

"la.- Es válida la elección verificada en el 1er. distrito electoral del Estado de Michoacán.

2a.- Son diputados propietario y suplente, respectivamente los CC. Juan de Dios Avellaneda y José P. Ruíz".

El C. Avilés: Pido que el dictamen se divida en dos partes.

- El mismo C. Secretario: La primera proposición dice así: "Es válida la elección verificada en el 1er. distrito electoral del Estado de Michoacán." En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie.

Se aprueba.

La segunda dice así: "Son diputados propietario y suplente respectivamente; los CC. Juan de Dios Avellaneda y José P. Ruíz En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie..

No se aprueba.

Vuelve el dictamen a la Comisión para que lo reforme en el sentido de la discusión.

El C. Secretario López Lira: Un dictamen de

la quinta sección, relativo al 5o distrito electoral del Estado de Veracruz, dice así:

"Primera Comisión revisora de credenciales.

"Sección quinta.

"Examinado el expediente relativo a las elecciones verificadas en el 5o. distrito electoral del Estado de Veracruz, y teniendo esta Comisión los documentos de la Junta Computadora y revisadas con todo cuidado las boletas de las casillas electorales que corresponden a dicho distrito, se deduce que la elección se verificó conforme a las disposiciones legales, favoreciendo en abrumadora mayoría las candidaturas de los ciudadanos licenciado Jenaro Ramírez y Efrén Méndez, como diputados propietario y suplente por el expresado distrito electoral, esta Comisión, se permite someter a la aprobación de la H. Asamblea la siguente,

"Proposición única: "Son diputados propietario y suplente respectivamente por el 5o. distrito electoral del Estado de Veracruz, los ciudadanos licenciado Jenaro Ramírez y Efrén Méndez."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados, a la 14 de mayo de 1917.- Julio Zapata.- Filomeno Mata.- Rafael Vega Sánchez."- (Rúbricas.)

Está a discusión.- ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie.

Aprobado.

La Presidencia por conducto de la Secretaría declara: Son diputados propietario y suplente respectivamente, por el 5o. distrito electoral de Veracruz, los CC. Jenaro Ramírez y Efrén Méndez.

- El mismo C. Secretario: El dictamen correspondiente al 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo y que produjo la Sección segunda. dice así:

"H. Asamblea:

"Los subscritos que forman la segunda sección de la primera Comisión revisora de credenciales, reunida el día de la fecha en l salón que ocupa la de esta cámara, procedieron a hacer el estudio detenido del expediente de elección de diputados en el 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo, teniendo a la vista dicho expediente y demás documentos, así como el paquete separado que fueron remitidos a la secretaría de esta Cámara, por el Presidente de la junta computadora respectiva, siendo el resultado de ese estudio el siguiente:

"Según las constancias de las actas levantadas por la Junta computadora que se reunió en tula de allende el 15 del pasado mes de marzo, los expedientes de las secciones 2a., 3a., 4a., 6a., 8a., 9a. y 10., llegaron a poder de dicha junta abiertos, y los del resto de las secciones hasta la 15, llegaron correctamente, así como los paquetes de las demás secciones de las municipalidades que forman el distrito electoral, con excepción del que corresponde a la 6a. sección de Tepejí del Río que también llegó abierta. Además se hacen constar en las actas de referencia, irregularidades consistentes en faltar en algunos expedientes el nombramiento de instaladores y ciertas deficiencias en los padrones y actas de la elección. En las propias actas levantadas por la junta Computadora se hace referencia a una protesta formulada por el señor Alfonso Raúl Andrade sobre irregularidades en el expediente de la primera casilla de Tepejí del Río. las que por haber sido estimadas delictuosas por la expresada junta, se consignaron a la autoridad judicial respectiva, y a otra que presento el candidato Edmundo del corral sobre írregularidades en todo el distrito electoral, las que por no considerar delictuosas, la misma junta acordó se elevaran las protestas a esta H. Cámara. Figuran en el expediente además de las protestas indicadas, otra subscrita por el señor Rutilo Arámburo, como representante legítimo del señor licenciado Santiago Rodríguez López en que denuncia irregularidades como las que ya se dejan apuntadas y además indica que se computaron en favor del señor Crisoforo Aguirre, votos que no deben aplicársele, La Comisión estima que las irregularidades denunciados no afectan la validez de la elección y se deben principalmente a las circunstancias especiales en que han tenido que verificarse dichas elecciones y a la natural dificultad aun en poblaciones de cierto nivel de cultura cívica para cumplir de una manera perfecta con todas las prevenciones de la ley electoral, por lo que no se toman en consideración, y apreciando que en el caso de que se trata sí se han verificado elecciones en el 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo. sólo ha fijado su atención circunstancia de que una gran cantidad de votos emitidos en favor de diversos candidatos que tomaron parte en la lucha, adolecen del defecto consistente en no haber firmado a nombre del votante el testigo que exige el artículo 26 de la ley electoral. En esa virtud y siendo el total de votos obtenidos por la fórmula Crisoforo Aguirre- Antonio Jaso 2,757 y 2,189 respectivamente para diputados propietario y suplente, de 2,240, el C. Alvaro López 1365, el C. Edmundo del corral 1,299, el C. Santiago R. López de los cuales votos deben descontarse los emitidos sin el requisito del testigo que exige el artículo 26 de la ley electoral y que fueron 1,268 para la fórmula Aguirre- Jaso, 1,345 para el candidato Alvaro López, 636 para Edmundo del Corral y 586 para el candidato Rodríguez López, resulta en definitiva que corresponden al C. Crisoforo Aguirre como diputado propietario, por el 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo 1,389 votos; al C. Alvaro López 895; al C. Edmundo del Corral 729 y al C. Rodríguez López 713. Por último la comisión estima justo, descontar al candidato Crisóforo Aguirre 128 votos que aparecen emitidos en la 7a. casilla del pueblo de Tezontepec, en vista de que dicha casilla no fue instalada legalmente quedando a favor del expresado candidato 1,261 votos que constituyen mayoría relativa en su favor. En cuanto al suplente del C. Aguirre, descontando de los 2,489 votos emitidos en su favor 1,368 que en concepto de la comisión no son válidos según se expresó antes, resultan en su favor 1,121 que también constituyen mayoría relativa.

"Por todo lo expuesto, la comisión se permite someter a la Asamblea las siguientes proposiciones:

"1a.- Es diputado propietario por el 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo, el C. Crisóforo Aguirre."

2a.- Es diputado suplente por el mismo distrito electoral el C. Antonio Jaso." "Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- "México, abril 9 de 1917.- Ernesto Aguirre.- Flavio Pérez Gasga.- J. D. Ramírez Garrido."- (Rúbricas.)

Está a discusión el dictamen. Las personas que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El C. Presidente: Se han inscrito para hablar en contra el C. Aveleyra y en pro el C. José Rivera. Tiene la palabra el C. Aveleyra.

El C. Aaveleyra: Señores diputados: Debo comenzar por llamar la atención de ustedes, de que es muy fácil subscribir un telegrama como el que obra en poder de la Comisión. Ese telegrama no demuestra nada de lo que en él se dice; en cambio, yo voy a demostrar con documentos que los cargos que se le hacen al Señor Aguirre son perfectamente justificados. Quiero comenzar por

la parte política aún cuando tenga que tocar la parte legal, pues por el criterio que predomina en esta Asamblea se ha visto que los cargos que más son de tomarse en consideración, con mucha razón y justicia, son los cargos políticos. El señor Aguirre fue representante de la facción zapato -villista en el Estado de Hidalgo. Aquí está un ejemplar de "El Monitor" del tiempo de la Convención que dice esto: (Leyó)- Luego sigue relatando hechos sin importancia y sigue: (Leyó)- Sigue adelante. Aquí hay un documento que dice:

"CC. presuntos diputados del Congreso de la Unión.- Presente.

"El que subscribe, ciudadano en pleno uso de sus derechos, se presentó como candidato del Partido Liberal Constitucionalista, para diputado propietario por el 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo.

"Hechos.- Una vez registrada mi credencial como tal, me dediqué a hacer propaganda personal entre mis conciudadanos; covenciéndome de que por su número y manifestaciones contaria con una mayoría de votos emitida legalmente y conforme a sus ideales constitucionalistas; pero el C. Crisóforo Aguirre, conocido cacique de aquel distrito, ha contrariado la voluntad de la mayoría de mis conciudadanos en la votación a su favor; empleando para ello una infinidad de ardidos, los cuales son claras infracciones a la ley electoral, ya obstruyendo el voto de mis partidarios o bien suplantando un sinnúmero de éstos en su favor, en tres de los municipios de este distrito y contrariando los ideales de aquellos ciudadanos, por ser el presunto candidato triunfante de marcada filiación zapato - villista."

Y luego dice: "La filiación zapato - villista del C. Crisórofo Aguirre, que contraría profundamente el ideal constitucionalista de los ciudadanos habitantes del distrito electoral del Estado de Hidalgo, está demostrando por las protestas adjuntas."

En uno de estos documentos se lee lo siguiente: "1a- En enero de 1915 comenzó a conocerse su labor de obstrucción al Constitucionalismo, en el momento más supremo, celebrando pública y festinadamente la unión de las facciones zapato - villistas, organizando mítines en los que invariablemente tomaba la palabra su orador oficial Carlos Hernández, quien lo mismo ensalzó al traidor Pascual Orozco en su tiempo de error que a los prohombres gloriosos del Constitucionalismo."

Aquí ven ustedes una confesión perfectamente amplia de un individuo que militó en las filas de Zapata, ¿Y a quién mejor que a él le pueden constar los servicios que el C. Crisóforo Aguirre prestó a la facción zapato- villista? Tales servicios consistieron en proporcionar a los jefes Almaquio Tovar y otro cuyo nombre no recuerdo en estos momentos, datos precisos sobre la situación de las fuerzas del general Obregón, que estaban tendidas a lo largo del Ferrocarril Mexicano atravesando el distrito de Mixquiahuala, Tula, etc. El señor Aguirre iba de la estación de San José del Ferrocarril Mexicano a Tula como simple particular, tomaba todos los informes que necesitaba y volvía a Mixquiahuala a rendir parte a los jefes de la facción zapatista. No considero necesario insistir sobre este punto, porque creo que es demasiado claro. Hay otra cosa: El señor Crisóforo Aguirre, si bien es cierto que obtuvo algunos votos, eso se debió a la gran influencia que, como ministro de una secta desconocida de la que ni siquiera se sabe su nombre, una secta exótica, tiene entre los habitantes de la comarca. La prueba de que es ministro de ese culto originalísimo es la siguiente: En un número del periódico "El Chinaco", se lee lo siguiente: (Leyó.)

Si bien es cierto que es una secta absolutamente extraña y de la que creo que muy pocos diputados tendrán noticias, pues esta puede ser la primera vez que oigan hablar de ella, también es cierto que ningún ministro de ningún culto religioso puede desempeñar cargos de elección popular, cualquiera que sea el nombre de esas prácticas religiosas, pues el espíritu de la ley es evitar que los ministros de cualquier culto, tengan ascendiente moral para influir en que se obre en determinado sentido. Este caso es claro. El señor Aguirre como ministro de ese culto religioso, tiene perfecto dominio sobre sus feligreses para hacer que obren de tal o cual manera. Refiriéndome a la parte legal, en las protestas que se elevaron a la Comisión, consta, entre otras, una de los vecinos del distrito electoral en que se asienta que muchas de las boletas carecen de los registros establecidos para los ciudadanos que no saben escribir y cuya protesta dice:

"Los que suscribimos, vecinos del municipio de Tezontepec de Aldama, perteneciente al 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo, ante los ciudadanos presuntos diputados al Congreso de la Unión, con todo respeto comparecemos y decimos: Que la H. Junta Computadora de este distrito electoral, constituída para revisar los expedientes de las elecciones verificadas el día 11 del presente mes, ha extendido credencial de diputado propietario a favor del señor Crisóforo Aguirre, vecino del municipio de Mixquiahuala. Protestamos enérgicamente contra esa credencial y pedimos con alma de patriotas, de mexicanos conscientes de su deber, que por dignidad nacional, se declare la nulidad de dicha credencial: 1o.- Por carecer de la legalidad ya que en varios municipios no se cumplió debidamente con la ley, pues no se publicaron los padrones respectivos; no se empadronaron a todos los cuidadanos que tienen derecho a votar; y muchas de las boletas carecen del requisito establecido para los ciudadanos que no saben escribir, quienes deben declarar ante testigos y en alta voz, el nombre de la persona a cuyo favor dan su voto, haciéndose constar este hecho en las actas, lo cual no se hizo en varias casillas de los municipios de Tetepango, Tlaxcoapan y Mixquiahuala y algunos otros."

Aquí consta también una carta de una ciudadano que certifica todo lo que se ha dicho, por más que él dice que se guarde reserva de su nombre por temor de las venganzas que después pudiera ejercer el señor Crisóforo Aguirre. Dice así: "Refiriéndonos a la protesta que algunos vecinos de este Municipio hacen respecto a la elección de don Crisóforo Aguirre para diputado al Congreso de la Unión, debemos manifestar a usted que: aunque dicha protesta en todo lo que se refiere a don Crisóforo es la pura verdad, no nos conviene a nosotros firmarla, porque ya es nuestro enemigo con anterioridad y quizá lleguemos a los tribunales alguna vez y nos echaría en cara que nos valiamos de una vil venganza y tal vez desvirtuaríamos la referida protesta."

En el recorte del periódico "El Monitor" que he leído a ustedes, se da noticia de que el llamado general zapatista Arturo del Castillo, había ido a Mixquiahuala en representación del Gobierno de la Convención para llevar a cabo una comisión; este señor del Castillo, nombró al señor Crisóforo Aguirre su representante como verán ustedes por esta carta: (La leyó.) Esta carta la firmó Arturo del Castillo que está actualmente recluído en la Penitenciaría por haber militado en las filas zapatistas.

No quiero extenderme mucho y creo que con lo que expuesto quedará convencida la Asamblea, de que es absolutamente inmoral que se acepte en el seno de esta Representación a un individuo que ha militado tan activamente en las

filas zapatistas y ha puesto todos sus esfuerzos al servicio de los enemigos del Constitucionalismo en asuntos tal delicados como son las de espionaje; no tuvo el valor de enfrentarse a las armas constitucionalistas, sino que en la sombra estuvo luchando contra el triunfo de la revolución. Pido un voto reprobatorio al dictamen de la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. José Rivera.

El C. Rivera: Con permiso de la Presidencia, voy a permitirme hacer una interpretación al C. Aveleyra: ¿Alguna vez ha estado usted en el Estado de Hidalgo?

El C. Aveleyra: Sí, señor.

El C. Rivera: ¿Mucho tiempo?

El C. Aveleyra: No mucho.

El C. Rivera: Muchas gracias. Señores diputados, por temperamento y por tradición soy tenido de pasar a esta tribuna, santificada por la verdad, en cuestión de credenciales; pero deseando que la verdad resplandezca en este recinto, deseando que esta Soberana Asamblea con su voto santifique una obra grande y meritoria de un anciano como es el señor Crisóforo Aguirre, vengo aquí con mucha satisfacción en pro de su defensa, con el antecedente de que conozco perfectamente, por ser originario del Estado de Hidalgo, la vida política del señor Crisóforo Aguirre; pero antes voy a hacer un breve prólogo. Señores diputados: recuerdo en este momento años mejores de mi vida en que, como simple estudiante, venía a estas galerías donde se encuentra el pueblo; recuerdo cuántas veces me hubiera querido arrojar desde allí para ocupar una curul y votar en determinado sentido; recuerdo cuántas veces aplaudía a hurtadillas del presidente, recuerdo que algunas veces también sisee, pero sobre estos recuerdos parece que siento los deseos de entonces de venir a ocupar una curul ¡y qué lejos estaba de ello! Ahora, ungido por la ley santa de la democracia, me encuentro a vuestro lado y debo confesaros que hay veces que siento tristeza y que quisiera como Manelich, volver a aquellas galerías. Ahora voy a decir precisamente pues a muchos de vosotros os habrá pasado que al llegar jadeantes a pasar lista, algún compañero os detiene en ese pasillo tenebroso que es como la antesala de la Cámara, os da una palmadita al hombro y os dice: "Compañero, venga para acá", se lo llevan a uno con mucho misterio al último rincón de este pasillo y le salen a uno con esto "Compañero, ¡no saben ustedes a quien tienen en la Cámara! ¿No saben quién está ahí? No, señor;- se va uno de espaldas, se va uno para atrás."- "Casi al mismo Zapata. Es necesario echarlo, procure usted tomar la palabra para que se le arroje, porque este individuo es un connotado zapatista. Y se queda uno perplejo.- " ¿Qué no sabe usted,- agregan- que en 1910 gritó vivas a Madero y a Zapata?" Se alega tal cosa cuando en esa época todo el mundo gritaba vivas al Ejército Libertador. Y siguen adelante.- "¿Usted no sabe que el mismo individuo es un gran terrateniente, que no es más que el representante mismo del latifundismo?"- No sé eso, pero dígame usted ¿Qué propiedades tiene? - "Pues, ¡hombre!, que le parece a usted, tiene una casa desde hace veinte años que le costó veinticinco pesos." Y así por el estilo de ese género son las intrigas. En ese pasillo se habla ignominiosamente, manchándose honras y reputaciones labradas a costa de muchos sacrificios y durante muchos años. Un caso semejante me ha pasado ahora que se supo iba a discutirse la credencial del señor Crisóforo Aguirre; se buscaba con linterna a un diputado que quisiera venir a impugnar esa credencial. Y miren ustedes, ningún miembro de la diputación del Estado de Hidalgo quiso aceptar esta deshonrosa comisión, como yo tampoco quise aceptarla. El cargo que se hace al señor Aguirre de que en su casa tuvo lugar un baile en honor de fuerzas enemigas, no tiene ningún valor, porque es bien sabido que en un pueblo negarse a las demandas de las fuerzas que predominan es sencillamente decretar su propia sentencia de muerte. Cuando el baile se verificó, el señor Aguirre no estaba allí, y de haber estado y negándose a otorgar el permiso que se le pedía, la horca hubiera dado cuenta de la vida del señor Aguirre.

Paso a referirme a esta hoja, que por mi palabra de honor, e invito a la diputación de Hidalgo a que me desmienta, si no es más que un pasquín, una hoja de esas, que están chorreando ignominia y que a tantos diputados se les ha lanzado. Se dice que el señor Crisóforo Aguirre, fue representante de Zapata y Villa; yo pregunto. ¿Dónde? ¿En la Convención? Todos los hidalguenses pueden justificar que nunca estuvo en la Convención; yo quiero que se nos enseñe ese poder, esa prueba, no nada más palabrerías, porque para palabrerías podíamos decir que estuvo aquí un ministro de Huerta, pongamos por caso. (Leyó.)

Desde luego, señores, ese testimonio basta con que venga de un zapatista para ser rechazado con energía por la H. Asamblea, pero todavía más, el capitán David Reyes, perteneciente a las fuerzas del general Tovar, y el mismo Tovar muy resentidos están con el señor Crisóforo Aguirre porque el señor Aguirre les proporcionó, como hay documentos aquí, ganado de la propiedad de Almaquio Tovar a las fuerzas Constitucionalistas. Aquí están los documentos, yo vengo hablar con documentos; si el señor Aveleyra desea verlos, aquí están a su disposición y no sólo de Tovar, sino de muchas otras personas, y esos papeles dicen que proporcionó cereales, como maíz, frijol y también forrajes, ganado, etc., a las fuerzas Constitucionalistas y aquí están los comprobantes. El señor Crisóforo Aguirre inclinó a su favor la votación del pueblo de Tetepango, donde ejerció presión moral por la sugestión de su credo religioso, dicen sus enemigos; no es por eso por lo que ejerció presión en esos rumbos, señores diputados, sino porque el señor Aguirre tiene mucho prestigio entre los hatantes del distrito, porque toda su vida la ha consagrado a ayudar a esos pueblos, y constantemente se le ha visto ir y venir e ir allá, a aquellos rumbos gestionando tierras para aquellos pueblos y en efecto, no hace mucho, logró, después de consagrar toda su vida, que se entregarán cinco mil hectáreas de terreno a mil familias. (Aplausos.) Básteme decirles a ustedes cuánto no tendría que luchar en ese sentido; cuando se trataba de las tierras pertenecientes a los Iturbe, familia que en otra época fue muy apoyada por ese cacique de fatal memoria, que se llama Pedro L. Rodríguez. "El señor Aguirre maquinó para que su sobrino Luis Jasso entrara a la Cámara de Diputados en el año de 1912." Al señor Jasso lo apoyó el Partido Progresista de la ciudad de México; pero supongamos que el señor Aguirre lo hubiera apoyado, él no es responsable de que su sobrino viniera aquí a defraudar las esperanzas del pueblo. "El señor Aguirre estuvo en el Congreso Constituyente." En efecto, es verdad; y allí lo vimos laborando siempre en pro de los ideales de la Revolución, defendiendo siempre sus convicciones liberales, siempre del lado de los verdaderos intereses nacionales; allí se dio a conocer como un revolucionario puro y sincero. "Que fue a todos los pueblos etc...." Que le pregunten al pueblo de Tetepango. ¿Por qué no fue? Paso ahora a refutar algunos cargos que el señor Aveleyra ha hecho al señor Crisóforo Aguirre; los cargos

son infundados. No hay tal secta. El señor Aguirre logró que los principios liberales se implantaran en ese pueblo, y ser liberal en un pueblo es muchísimo mérito, porque los liberales son vistos en los pueblos como animales raros y tienen encimo los odios y rencores de todos. Todavía más, el señor Aguirre es un anciano y que los jóvenes de ahora seamos liberales, no tiene mucho mérito, es la época, son las circunstancias en que vivimos; pero que ese anciano sea liberal yo estoy convencido de ello, porque desde mi niñez oí pronunciar con respeto y admiración el nombre del señor Aguirre que es conocido como el "Patriarca" de aquellos pueblos; siempre ha sabido que era liberal y oí a las viejas beatas decir: ¡Ahí va un hereje! cuando veían al señor Aguirre. Esto del credo religioso es un cargo infantil. Allí cuando nace un niño, se levanta un acta, se cumple con los requisitos de ley, y ya. También debo decir a ustedes, debo de darles a ustedes un dato: El señor Alvaro López ha sido tres veces candidato por ese distrito,- se me figura Zúñiga y Miranda, postulándose para Presidente de la República Mexicana- y tres veces ha sido rechazado por ese pueblo. ¿Qué significa eso? Sencillamente que no es el llamado a representar al pueblo, que no es de la confianza de ese pueblo. Tengo aquí, porque con documentos debemos hablar, una constancia perfectamente legalizada que habla muy alto en favor del señor Aguirre. Voy a citar dos o tres párrafos de esa constancia. Es de vecinos del pueblo de Mixquiahuala, ante el Presidente Municipal y dice así:

"Que desde el año de 1906, ha venido de la manera más declarada y terminante trabajando en favor de los derechos que tanto a su pueblo como a varios otros corresponden, y muy especialmente en lo relativo a los negocios de tierras que por diversas causas les han sido arrebatadas.

"Que con motivo de haber sido nombrado por los vecinos de Tepeytic, su apoderado en el propio año de 1906, para reclamar los terrenos que la casa Iturbe les usurpó, dejándolos en la más completa miseria y cometiendo con ellos actos verdaderamente vejatorios; como fue el de incendiar sus casas en que aun llegaron a perecer inocentes criaturas, que no pudieron huir de la persecución de los cicarios que mandaba un juez, Diez de Bonilla, fue perseguido por el Gobierno de don Pedro L. Rodríguez, que tanto protegía a los millonarios señores Iturbe.

"Que en el año de 1912, siendo Presidente Municipal de su pueblo, fué perseguido y encarcelado por la enérgica oposición que hizo a la candidatura de don Ramón M. Rosales, en virtud de que esta era sostenida por el partido científico del Estado, para manejar a su antojo al Gobierno mismo; prueba de esto, el dinero que personas prominentes del mismo partido proporcionaron a Rosales para sostener su campaña política.

"Que en agosto de 1913, habiendo tomado parte en el primer movimiento armado que en este rumbo hubo a favor del Constitucionalismo, como le consta al señor teniente coronel Matías Rodríguez; fué tenazmente perseguido por un coronel de nacionalidad alemana y entonces del Ejército Federal, que tenía orden de pasarlo por las armas donde lo encontrase: fué con todo empeñó buscando en distintas partes, llegándose en septiembre del mismo año de 1913, hasta hacer un minucioso cateo en la casa 68 de la 2a. del Estanco de Hombres, en México, donde se le suponía estar; siendo por estas fechas puesta su cabeza a precio por los representantes de la casa Iturbe, en razón de la defensa que hacía en favor de los pueblos, hasta que encontró garantías a la llegada de las fuerzas del señor general Obregón.

"Que después al establecerse en México la Convención, fue nuevamente perseguido por fuerzas de ella, al mando del llamado coronel Alfredo B. Castrejón, de la llamada brigada del general Martínez y Martínez, cuyo coronel vino expresamente a este pueblo a aprehenderlo en compañía de otras personas del lugar; habiendo exigido por la fuerza dinero a los que logró capturar, saqueando varias casas, incendiando parte de los archivos públicos y robando los muebles de las oficinas que podían representar algún valor.

"Que más tarde, otro general convencionista, don Andrés Pérez, vino a hacer otro saqueo a este pueblo, buscando con igual empeño al que habla, para aprehenderlo y fusilarlo, tan sólo por el delito de ser adicto a la causa constitucionalista.

"Que el motivo de las persecuciones que ha tenido, ha sido únicamente por tomar la defensa, de los pueblos y por la propaganda en favor de los principios constitucionalistas.

"Que teniendo en cuenta sus ideas, el señor general don Nicolás Flores, al ser Gobernador del Estado, le nombró Presidente del Comité Agrario en este pueblo, y la mayoría del 8o. distrito electoral de su Estado le nombró diputado suplente al Congreso Constituyente."

No me explico como fué representante de Villa y Zapata si aquí hay constancias de que era perseguido. Por el estilo tengo otras constancias que no leo por no cansar a ustedes. Es un archivo viviente, son papeles que ya están envejeciendo como el señor Crisóforo Aguirre. Siempre en pro de la verdad, siempre por la justicia, sacrificaré hasta mi vida, si es necesario; por eso vengo aquí, sintiendo mucho que el señor Aveleyra haya sido sorprendido; le aseguro que si pide informes a los diputado de Hidalgo, todos le dirán que fue sorprendida su buena fe. Lo deploro y espero que volverá sobre sus pasos en vista de los datos que le he dado y de que usted no está compenetrado de la verdadera situación del estado de Hidalgo, Pido justicia y que se consagre la vida de un buen liberal que ya se está extinguiendo. (Aplausos.) (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Velázquez: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Velásquez: Señores diputados: Vengo, en cumplimiento de un deber, como representante del pueblo, a impugnar el dictamen de la Comisión. Vengo a presentar a ustedes mis argumentos con toda sinceridad para que ustedes los mediten y resuelvan el punto en justicia. Se ha tratado del criterio político, legal y moral. Se ha impugnado en público y se ha sostenido victoriosamente en la Cámara que es necesario que los representantes del pueblo, al discutir las credenciales de los diputados, tengan en cuenta ese criterio. En el caso es pertinente volver a referirnos a él. En toda agrupación, cuando ésta es consciente, surge primero esta idea: evolucionar, perfeccionar esa agrupación, y eso equivale a buscar a los miembros mejores para llegar a la perfección. Esto es una ley indiscutible, psicológica y sociológica: el perfeccionamiento. Luego el criterio moral es pertinente y lo es más en las circunstancias especiales de esta Cámara, van a buscarse medios prácticos para la concepción de detalles de la Constitución Política que acaba de expedirse y por consiguiente, este es el momento histórico que reclama que los miembros de esta H. Asamblea estén unificados en una idea principal en los conceptos de detalles indispensables para hacer prácticas las leyes constitucionales por medio de leyes orgánicas. Es pertinente, pues, buscar la unidad de criterios y esta unidad no se consigue con elementos disímbolos y no sólo, sino contrarios a los fines que persigue la Constitución y que debe poner en práctica la Asamblea. Bien, el criterio político es pertinen-

te, está implícito en el criterio legal. Acabáis de ver, cómo en cierta elección una credencial ha sido arrancada por el engaño: los vecinos de determinado distrito han electo a un individuo por engañó, por sorpresa, por hipocresía y viene la Cámara a rectificar este criterio con justicia. Yo recuerdo, y muchos de los que están aquí que son abogados recordarán también, que cuando se ha pedido amparo por violación a las garantías individuales y se ha equivocado el peticionario, la Corte subsana estos defectos; aquí el Congreso debe subsanar estas triquiñuelas de los que van a engañan a los votantes; apenas el pueblo ha entrado a la vida democrática, muy posible es, por consiguiente, que lo engañen. Aquí debe discutirse este punto. Bien, señores diputados, habéis oído la intervención que el señor Aguirre ha tenido, hay declaraciones de dos convencionistas en que aparece que este señor favoreció esta causa y si la ha favorecido y hay un precepto constitucional que dice que los que hayan favorecido esta causa deben ser procesados, no me explico cómo puede sostenerse que debe aprobarse su credencial. Hay dos declaraciones en su contra. Pongo la cuestión bajo este punto de vista. Vengo sólo a presentar los hechos, no vengo a atacar al señor Aguirre, vengo a cumplir con un deber sagrado. O acatamos los dictados de la razón y de la lógica, o nos lanzamos al desacierto. ¿Renunciamos al criterio político que ha venido sirviendo para desechar muchas credenciales? ¿Entonces a qué nos atenemos? Debe subsistir el criterio político o de lo contrario iremos al desastre. Debemos traer aquí hombre de ideas rectas que estén compenetrados de los principios Constitucionalistas; es necesario que aquí sólo haya hombres que amen la Constitución y el progreso....

El C. Rivera, interrumpiendo: Una interpelación al orador.

El C. Velázquez, continuando: ¡No lo permito! Así, todos los días se desechan, bajo el criterio político, credenciales. ¿Qué estamos, pues, haciendo? ¿Qué estamos locos? Un día aplicamos un criterio, otro día, otro; ¿qué es esto? ¡No, señores, no sigamos así! Es necesario oír. Bien, entonces el criterio político debe prevalecer si es cierto eso, para resolver con criterio político el dicho de esas dos personas convencionistas que designan a este señor como servidor de la Convención. Si a pesar de lo que dice ese texto constitucional que se sujetarán a juicios a los que hayan favorecido a la reacción, si es cierto todo eso yo ignoro cómo van a aplicarse aquí los criterios moral y político para justificar esa credencial. Lo ignoro y es necesario que sepamos de una vez por todas, si se da mucha elasticidad a los criterios- y por esa senda se va al desacierto debemos ser extremadamente rigoristas. No, señores, yo espero que en este caso y compenetrando del deber que me impone la designación de mis conciudadanos para venir a esta Asamblea, hagamos plena luz para poder resolver este asunto en estricta justicia. Yo quiero que ahora designemos si debemos aplicar el criterio político o no, si debemos aplicar el legal o el moral o ninguno. Yo no sé cómo vamos a hacer aquí. Yo reclamo de vosotros todo el juicio, el buen criterio y todo el patriotismo y todo el afecto a esta causa que ahora se levanta airosa, que ahora inicia sus labores, ahora que el pueblo está buscando alguien que lo salve, ese pueblo que está sumido en la desgracia y que no ha sabido nunca saborear la felicidad, por que siempre ha sido infeliz, yo quiero que ahora resolváis con criterio justo, sereno, patriótico y constitucional, si los que han sido enemigos de esta causa pueden venir a sentarse aquí. Los enemigos de la causa no forman un partido, son criminales. En buena hora los partidos políticos parlamentarios, porque son distintos criterios para buscar el bien de la patria. No estamos con un cartabón para pensar de la misma manera, los partidos políticos son una cosa y no deben confundirse con los criminales porque así debemos llamar a los que se han opuesto a la marcha regular del progreso y trabajan en contra de los que han encabezado la Revolución Constitucionalista. Creemos que son enemigos, que son criminales, si en vuestro concepto honrado, patriótico y revolucionario está que deben venirse a sentar aquí, con los que van a formar la felicidad del pueblo, perfectamente bien; pero es necesario saberlo de una vez por todas.

El C. Rivera José: Pido la palabra para hacer una interpelación.

El C. Aguirre Crisóforo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aguirre: Señores diputados: Nunca me he visto en una tribuna; si hoy la he abordado es tan soló por la obligación estricta que tengo de rectificar ciertos hechos falsos que se me imputan. Se dice que soy villista y también zapatista. ¿Por qué estuvo Castillo en Mixquiahuala en enero de 1915 y por qué el jefe Castrejón que estuvo en febrero nos robó a todos nosotros? ¿Por qué otro jefe villista el 26 de enero del mismo año fusiló a un sobrino mío en mi pueblo? Paso a otra cosa. Se dice en un papel que con un soldado de Almaquio Tovar se justifica que yo daba elementos a los contrarios. No es cierto. ¿Saben ustedes quién es ese villano? Es quien volaba los trenes de Tula a Pachuca. ¡Nunca he tenido ligas con bandidos! Se dice que el señor Martín Alfaro de Tezontepec afirma también que yo daba elementos a Tovar. ¿Saben ustedes quién es Alfaro? Es un protegido de la casa Iturbe, a la que recogí, a la sombra de las leyes de la Revolución, la hacienda de Ulapa, cuya hacienda repartí a mil individuos de mi tierra. (Aplausos.) Que el día de las elecciones anduve yo por los pueblos sugestionando a los votantes para que sufragaran por mí; no es cierto: ese día estuve en San Miguel de las Piedras y en otro pueblo entregando las tierras que la casa Escandón se había robado; estuve en aquel lugar en compañía del ingeniero Alvaro López que me fue a ver ocho días antes de la elección, llevándome carta firmada por dos honorables personas y que está en el archivo, de aquí amigos míos. (Voces: ¡Los nombres, los nombres!) Los nombres, los voy a decir. Está firmada por don Francisco Bracho, que ayer jugó su candidatura como Gobernador del Estado de Hidalgo y firmada por el general Nicolás Flores, que también jugó su candidatura, son los dos amigos y a los dos les había ofrecido ayudarles en su campaña electoral. Yo he venido aquí, señores, no porque yo haya lanzado mi candidatura, la lanzó el Club Constitucionalista Hidalguense de aquí de México, allí están los archivos como constancia. He venido a esta Cámara por la gratitud de más de veinte mil personas a quienes les he dado un pedazo de tierra, agua para hacerla fertilizar y con los productos de ella mantener a sus familias y las vistan: por eso he venido aquí. Pero si vosotros me negáis vuestro voto saldré de aquí (Voces: ¡No, no!) con la frente muy limpia y la conciencia tranquila para mi pueblo, donde me recibirán con los brazos abiertos y el cariño de siempre. (Aplausos.)

El C. Secretario López Lira: Se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Hay la mayoría. Se declara suficientemente discutido.

El C. García Elíseo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. García: Yo no me opongo a votar a favor del señor Aguirre, pero sí me opongo a

la elección del suplente; yo suplicaría a la Comisión se sirviera dividir el dictamen; el suplente no tiene la edad reglamentaria.

El C. Alonzo Romero: Pero al propietario le sobra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cravioto.

El C. Cravioto: Me permito llamar la atención a la H. Asamblea que este caso es una violación constitucional. El señor Aguirre se ha ganado las simpatías muy justas de la Cámara, porque es un buen revolucionario, pero el suplente no tiene la edad constitucional. El mismo señor Aguirre tiene un certificado del Registro Civil donde consta que el suplente no ha cumplido veinticinco años.

El C. Secretario: Se pone a votación la primera proposición que dice:

"Es diputado propietario por el 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo, el C. Crisóforo Aguirre".

En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

La Presidencia manifiesta a la Asamblea que, en vista de las observaciones hechas par los CC. diputados García y Cravioto, a propósito del requisito constitucional de edad, se pregunta a la H. Cámara si la segunda parte resolutiva que se refiere al diputado suplente se aplaza para resolverse mañana.

El C. Neri: Se ha dictado el dictamen como está. No cabe el aplazamiento que se indica.

El C. Aguirre Colorado: Pide la palabra la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aguirre Colorado: En virtud de las razones expuestas por los diputados García y Cravioto, y no teniendo la Comisión pruebas sobre el particular, agradecería que la parte relativa al suplente, se dejara para resolverse mañana, mientras se recibe el certificado de que se ha hecho mérito.

- El mismo C. Secretario: Se pregunta a la H. Asamblea si concede permiso a la Comisión para retirar la parte del dictamen que falta de aprobarse. Los que estén por la afirmativa sírvase ponerse de pie. Se concede el permiso. La presidencia por conducto de la Secretaría declara: Es diputado propietario por el 8o. distrito electoral del Estado de Hidalgo, el ciudadano Crisóforo Aguirre.

El C. Presidente, a las 7.55 p. m.: Se levanta la sesión pública y se abre la sesión secreta.

El jefe de la Sección de Taquigrafía.

JOAQUÍN Z. VALADEZ.