Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170524 - Número de Diario 39

(L27A1P1eN039F19170524.xml)Núm. Diario:39

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 24 DE MAYO DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERIODO EXTRAORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO 1.- NÙMERO 39

SESIÓN DEL COLEGIO ELECTORAL DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 24 DE MAYO DE 1917

SUMARIO

1. Se pasa lista. Se abre la sesión. Se lee y aprueba el acta de la anterior.- 2. Es aprobado el dictamen de la 5a. sección que declara nulas las elecciones verificadas en el 4o. distrito de Chiapas.- 3. Es discutido y aprobado el de la 1a. sección por el 5o. distrito de Chiapas.- 4. Es leído y puesto a discusión el dictamen de la 5a. sección por el 11 distrito electoral del Federal. Habiéndose desintegrado el quórum se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. ROMAN ALBERTO

- El C. Prosecretario Morales Hesse, a las 10.45 a.m. pasó lista. Hay una asistencia de 133 ciudadanos diputados. Hay quórum.

El C. Presidente: Se abre la sesión del Colegio Electoral.

- El mismo C. Prosecretario leyó el acta de la sesión anterior. Está a discusión ¿No hay quien tome la palabra? En votación económica ¿Se aprueba? Aprobada.

- El mismo C. Prosecretario: El dictamen referente al 4o. distrito electoral del Estado de Chiapas dice así:

"Primera Comisión revisora de credenciales. Sección 5a.

"H. Asamblea: En vista del resultado de la votación en el dictamen presentado por los subscriptos con relación a las elecciones del 4o. distrito del Estado de Chiapas, la Comisión tiene que presentar las siguientes proposiciones:

"la. Son nulas las elecciones celebradas en el 4o. distrito del Estado de Chiapas.

"2a. Convóquese a elecciones para diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito en su oportunidad.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. México, a 18 de mayo de 1917.- Julio Zapata.- F. Mata." (Rúbricas.)

Está a votación el dictamen. Los señores diputados que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Es el segundo dictamen hecho de acuerdo con el sentir de la Asamblea. Aprobado.

- El mismo C. Prosecretario : "Primera Comisión revisora de credenciales, Sección la.

"H. Asamblea: La Comisión ha recibido noticias privadas, pero sin comprobación, de que en el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas, no se efectuaron las elecciones, el día señalado por la ley, ni en día alguno. El expediente viene ajustado en todo a la ley y no existen entre sus documentos, protestas de ninguna clase. La votación es casi unánime en favor de los señores Ricardo Carrascosa y Enrique Marcelín; que parecen con 1,531 y 1,425 votos para diputados propietario y suplente, respectivamente. No existiendo más presunción que la anotada y no siendo posible comprobarla, la Comisión somete a la deliberación de esta. H. Asamblea el siguiente punto resolutivo:

"Único. Es diputado propietario por el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas el C. Ricardo Carrascosa, y suplente por el mismo distrito, el C. Enrique Marcelín.

"Sala de Comisiones de la Cámara de diputados.- México, abril 25 de 1917.- Antonio Ancona Albertos.- Jonás García." (Rúbricas.)

Está a discusión el dictamen. ¿No hay quien haga uso de la palabra? - El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Rivera Cabrera: El 5o distrito electoral del Estado de Chiapas, señor Ancona Albertos, ¿qué distritos políticos contiene?

El C. Ancona Albertos: No lo oí.

El C. Rivera Cabrera: EL 5o. distrito electoral

del Estado de Chiapas, pregunto, señor Ancona Albertos, ¿qué distritos políticos o departamentos, que así se llaman allí, lo componen?

El C. Ancona Albertos: Pido la palabra. como miembro de la Comisión.

El C. presidente: tiene usted la palabra.

El C. Ancona Albertos: para responder al señor Rivera Cabrera, necesitaría acudir al expediente; este dictamen hace como un mes que lo hice y lo único que recuerdo es, que la cabecera es Tapachula.

El C. Garza Pérez: Ya es mucho recordar.

El C. Presidente: Se han inscripto para hablar en contra el C. Araujo Emilio y en pro el C. Carrascosa Ricardo. Tiene la palabra el C. Araujo Emilio.

El C. Araujo: Señores diputados: De muy buena gana no hubiera querido objetar ninguna de las credenciales que se han puesto a discusión, y menos de mis paisanos, de uno de los diputados por el Estado de Chiapas; pero obligado yo por las circunstancias y por un espíritu de honradez que siempre me ha animado en todos mis actos y que como joven hasta hoy ninguno puede decir: "Este alguna vez se ha separado de la línea recta". Por eso me veo obligado a venir a objetar con toda energía y con toda decisión la credencial que el señor Ricardo Carrascosa trae. Esa credencial no debe ser aceptada por esta Asamblea por la sencillísima razón de que el distrito electoral de donde él viene como presunto diputado, no hubo elección, y si esa elección se verificó, se verificó muchos días después de la fecha fijada en la convocatoria respectiva, o sea el 11 de marzo próximo pasado. Voy a hacer una pequeña relación de cómo se verificaron los acontecimientos electorales en ese distrito correspondiente al Estado de Chiapas. El día 1o de febrero del año actual se interrumpieron por completo las líneas de comunicación con el Estado de Chiapas, por los atentados habidos en las estaciones del Burro y Camarón. El Ferrocarril Mexicano quedó interrumpido y siendo una de estas lineas las que comunican a Chiapas, ésta quedó completamente incomunicada tanto telegráfica como ferroviariamente. Así estuvimos desde el 1o de febrero hasta el 20 del mismo mes en que corrió el primer tren. En este primer tren algunos de los chiapanecos que debíamos ir a trabajar nuestras candidaturas, es decir, a hacer nuestra campaña electoral, salimos de acá con ese exclusivo objeto, llevando consigo la ley electoral, la convocatoria a elecciones y la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos que acaba de promulgarse. Después de un viaje con muchas dificultades, después de que en cada estación nos íbamos deteniendo porque las líneas estaban completamente destruidas, después, de que en cada población queríamos poner algunos mensajes comunicando las leyes que deberán normar la elección en Chiapas, no nos fue posible, porque ni un solo día, ni un solo momento hubo comunicación con el Estado de Chiapas. Llegamos a la última estación ferrocarrilera el ingeniero Cristóbal Castillo, actual senador, y un servidor de ustedes, y allí supimos que la comunicación con el 5o distrito electoral que comprende los departamentos de Soconusco y Mariscal, de mi Estado natal, estaban completamente incomunicados porque desde el 18 de febrero los villistas habían asaltado el tren de san Pedro, una estación próxima a la ciudad de Tonalá, y estaban completamente incomunicados; no fue posible, pues, comunicar las leyes electorales ni la convocatoria a elecciones. Llegamos a la capital del Estado muy pocos días, dos o tres días antes de que las elecciones se verificaran, y la ley electoral se promulgó inmediatamente en el Periódico Oficial de aquel Estado y se comunicó por telégrafo a los demás distritos electorales, con excepción del 5o. distrito electoral que, como digo a ustedes, estaba completamente incomunicado con el centro de la República y con la capital del Estado. Por consiguiente, es imposible que en ese distrito haya habido elecciones; las elecciones se verificaron con más o menos regularidad en los diversos distritos del Estado de Chiapas, y ya a fines del mes de marzo, cuando los diputados por el Estado de Chiapas salíamos de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez rumbo a México, para venir a desempeñar aquí sus misiones, todavía no había comunicación con la ciudad de Tapachula, que es el centro principal y la cabecera del 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas. Por consiguiente, es público que en el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas no se habían podido verificar las elecciones, porque no se había conocido ni siquiera la convocatoria respectiva a elecciones. Con fecha 15 del mismo mes de marzo, es decir, cuatro días después de verificadas las elecciones federales, el C Carrascosa, que viene ahora como presunto diputado por el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas, hacía esta pregunta por telégrafo al Gobernador del Estado: "Sírvase usted decir cuándo serán las las elecciones para diputados y senadores". ¿Es cierto, señor Carrascosa?

El C. Carrascosa: Diga usted, y después de eso tomaré la palabra.

El C. Araujo, continuando: En su oportunidad probaré que sí es perfectamente cierto. Como digo a ustedes, en ese distrito electoral no pudo haber legalmente elecciones el día 11 de marzo, porque ninguna de las leyes respectivas, ni la convocatoria, ni la Constitución Política se conocían el día 11 de marzo; posteriormente llegó aquí un paquete electoral que traía más de mil quinientas boletas sufragadas a favor del señor Carrascosa, que ni siquiera es nativo del distrito por donde salió electo, porque su origen es la ciudad de Comitán que corresponde al 3er. distrito electoral de mi Estado. Por consiguiente, es sorprendente que una persona que no es nativa, que no es originaria de un distrito haya salido por unanimidad, se puede decir, porque apenas si tuvo dos o tres contrarios con quince o veinte votos en ese distrito de donde es nativo, habiendo allí más de veinte personas muy capaces que pudieran venir a representar acá perfectamente, los intereses del 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas. Como dije al Principio de mi peroración, acompañado del ingeniero Cristóbal Castillo, actual senador, fuí al Estado de Chiapas, siendo nosotros los primeros portadores de la Ley Electoral, de la convocatoria a elecciones y de la Constitución Política, que se promulgaron inmediatamente después de nuestra llegada. Sobre eso

hice una consulta al señor ingeniero Castillo y me contestó lo siguiente: "México, mayo 6 de 1917. "Señor licenciado Emilio Araujo.- Presente. "Estimado amigo:

"Recibí tu atenta carta de fecha 2 del actual, en la que me hablas respecto de las elecciones en el Estado de Chiapas. Efectivamente, cuando llegamos a Jalisco, estación del Panamericano, el día 7 de marzo del corriente año, estaban interrumpidas las vías de comunicación para Tapachula, y también es cierto que nosotros llevamos la Ley Electoral, que era desconocida en aquel Estado, cuyas principales bases se transmitieron por telegrama a los departamentos que estaban comunicados.

"Queda satisfecha tu pregunta y me subscribo como siempre tuyo amigo afectísimo, S. S.- Cristóbal Ll. Castillo." (Rubrica.)

El periódico Oficial del Estado de Chiapas, que se titula "Chiapas Nuevo," al dar el informe de quienes habían resultado diputados por los diversos distritos del Estado de Chiapas, hace la siguiente relación: Por informes que hemos logrado adquirir, sabemos que el resultado de las elecciones generales para la designación del Presidente de la República, senadores y diputados al Congreso de la Unión efectuadas en el Estado, el 11 del que cursa, es el siguiente:

Presidente de la República C. Venustiano Carranza.

Senador primero propietario, ingeniero Cristóbal Ll. Castillo.

Senador primero suplente, licenciado Miguel A. Castillo.

Senador segundo propietario, licenciado Teófilo H. Orantes.

Senador segundo suplente, licenciado Olivio Rojas.

Diputado propietario por el 1er. distrito, licenciado Emilio Araujo.

Diputado suplente, señor Raúl Pola Muñoa.

Diputado propietario por el 2o distrito, licenciado Enrique Suárez .

Diputado suplente, licenciado Miguel Castillo, h.

Diputado propietario por el 3er. distrito, licenciado Isaac Rojas Dugelay.

Diputado suplente, licenciado Herminio Cancino.

Diputado propietario por le 7o distrito, licenciado Raúl Gutiérrez Orantes.

Diputado suplente, señor Rafael Ortega."

Cita aquí los nombres de todos los que venimos como representantes de Chiapas, y al referirse al 5o distrito dice: "Dejamos de consignar los nombres de los diputados por el 4o, 5o, y 6o. distritos electorales, en virtud de que todavía ignoramos quienes sean las personas agraciadas por el voto popular."

Esto es precisamente el 22 de marzo, es decir, once días después de las elecciones.La capital del Estado, que fue la primera en conocer la Ley electoral, la convocatoria a elecciones y la Constitución Política, estaba completamente incomunicada con Tapachula, y según el acta que por casualidad me tocó ver, que subscriben los miembros de la Junta Computadora del 5o. distrito electoral, aparece la declaratoria del diputado por el 5o. distrito, firmada el día 16 de marzo, es decir, el mismo día que, conforme a la ley, debió reunirse la Junta Computadora para hacer el cómputo final de todos los distritos electorales. Como digo, casualmente me tocó a mí revisar el expediente electoral de las elecciones para Presidente de la República, y entonces pude observar que el paquete electoral que vino de la ciudad de Tapachula, desde la envoltura, todo él viene manifestado que ha sido fabricado en un departamento especial y en un momento dado. ¿Es cierto, señor miembro de la Comisión, señor Ancona Albertos, que la mayoría de las actas vienen escritas a máquina y todas las boletas por separado, casi subscriptas por una misma letra?

El C. Ancona Albertos: Como ya he dicho anteriormente, hace más de un mes que dictaminé sobre este expediente; pero sí puedo asegurar, al señor Araujo, que las actas tienen fecha 11 de marzo, que las boletas tienen la misma fecha y que si es cierto lo que el señor Araujo dice, en el expediente no hay ninguna constancia sobre el particular. Respecto a que algunas vengan escritas en máquinas, yo puedo asegurar al señor Araujo lo contrario.

El C. Araujo: ¿Es cierto, señor Ancona, que usted me manifestó posteriormente .... (Campanilla.) ¿Es cierto, señor Ancona, que usted me manifestó que el expediente respectivo tenía, como he asegurado yo, que también revisé ese expediente con motivo de la elección de Presidente de la República, tenía todos los signos de haber sido fabricado?

El C. Ancona Albertos: La verdad es, que siempre las comisiones tienen estos prejuicios: Cuando sólo figura un candidato y la votación es casi unánime, se cree, generalmente, que este expediente fue fabricado, pero puede suceder que un candidato haya tenido una votación realmente unánime. Entre estos dos extremos, la Comisión tiene que fallar en sentido favorable para el que traiga credencial.

El C. Araujo, continuando: En un periódico publicado en la capital con fecha 15 de abril de 1917, hay un telegrama que dice así: "Procedente de la capital del Estado y acompañado por los señores Teófilo H. Orantes, doctor J Ponciano Burguete, Manuel A. y José Morales, y de las familias de los dos primeros, llegó a ésta el C. Gobernador del Estado, coronel don Pablo Villanueva, que viene a la visita departamental, y pasará una corta temporada entre nosotros. Muchos beneficios se esperan de la visita que a esta región hace el coronel Villanueva, que goza de grandes simpatías y que ha sido objeto de manifestaciones de cariñó, de parte de todas las clases sociales." Y en la parte final dice; "Se ha rumorado con mucha insistencia, que pronto saldrá de ésta, rumbo a México, el conocido ex- general Ricardo Carrascosa, que va como diputado al Congreso de la Unión por este distrito electoral, cuando es sabido que por la interrupción del Ferrocarril Panamericano no se verificaron elecciones en ésta,por no conocer, ni la convocatoria de elecciones ni la ley electoral. Parece que sólo se trata de un farsa de elección. Tan luego como se reciban más datos, telegrafiaré ratificando o rectificando la noticia."

Así es, señores diputados, que desgraciadamente nuestro Estado se encuentra completamente incomunicado con el resto de la República. Las líneas telegráficas, frecuentemente y casi de una manera indefinida están interrumpidas con la capital del Estado; ni para noticias oficiales muy urgentes, se

puede obtener comunicación con el Estado de Chiapas; por eso no puedo aducir aquí a ustedes más pruebas fehacientes de que en el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas, no hubo elecciones, y si éstas se verificaron, fueron cinco o seis días después de la fecha de la convocatoria a elecciones. Si las razones que expongo, y además, algunos dichos que posteriormente y después de que hable el señor Carrascosa, voy a traer de algunos de los miembros de la diputación del Estado de Chiapas que, como yo, tienen la convicción firme y segura de que en el 5o. distrito electoral del estado de Chiapas no hubo más que una farsa de elección, si después de todo esto la credencial del señor Carrascosa es aceptada, que se haga constar aquí mi protesta más solemne como representante del 1er. distrito electoral de Chiapas; que no he transigido ni un solo momento, ni puedo transigir a pesar de las reiteradas súplicas que se me han hecho para que yo no objete esta credencial, porque he venido aquí a hacer respetar el voto de sesenta mil paisanos míos. Sentada pues, esta protesta, tomaré en seguida la palabra, cuando el señor Carrascosa haya combatido los cargos que le hago.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en pro, el C. Carrascosa.

El C. Carrascosa: H. Asamblea: Suplico indulgencia de parte de ustedes para mí en cuanto a la palabra, porque no tengo práctica para expresarme. Después de manifestar esto, paso a contestar lo siguiente: No creo que sea yo el que deba venir a distraer la atención de esta H. Asamblea para defender y comprobar una cosa que no debe ni defenderse ni comprobarse. Ni tampoco debo venir aquí a hacer una autobiografía mía; pero ya que se ofrece el caso de que tenga yo que molestar la atención de ustedes y, contando con su benevolencia, voy a manifestar lo siguiente: Antes de contestar al señor diputado Araujo, voy a manifestar que yo no tengo ningún mérito grande, en lo personal ni en lo político; que yo no he hecho nada grande en favor de la Revolución. Yo quise hacerlo, ambicioné hacerlo, pero no puede hacerlo porque no todos, señores, nacemos con facultades para ser grandes. Yo me inicié como revolucionario en 1913. Abracé la causa constitucionalista, no por interés, porque invito a todos, a los pocos que aquí me conocen, a que digan si desde entonces he medrado con la Revolución, o he hecho derramar lágrimas por ella. No, señores, yo la abracé por convencimiento. Aunque no venga al caso, debo manifestar también que allá en mi Estado, allá en mi tierra, donde he laborado poco, pero siempre constante y siempre con fe y siempre con lealtad por la causa de que vengo hablando, ha habido la idea de tener celo de mí por dos motivos: Por la cuestión del generalato y por la cuestión de la gubernatura del Estado de Chiapas. Me voy a referir a estos dos puntos, antes de pasar a contestar al señor diputado Araujo. En 1913, cuando por circunstancias que si ustedes quieren puedo explicar, tuve que ser jefe de expedición, entonces tuve también que adoptar, de acuerdo con mis compañeros, el título de general y, ademas de eso, autorizado por la junta revolucionaria de la Habana. Más tarde, cuando llegué a Chiapas, fuí el primero, aunque llegaba con una comisión militar que me había dado el ilustre militar don Jesús Carranza, porque entonces pertenecía yo a la 2a. División del Centro; cuando llegaba a Chiapas, repito, le dije al Gobernador y Comandante Militar del Estado: "Señor: vengo a esta comisión, deseo cumplirla, pero antes deseo hacer constar a usted que yo no debo ser ya general brigadier; ya la causa triunfó, no merezco este título, no merezco este grado, no he hecho nada que lo amerite; así es que, señor, le entrego los documentos estos y deseo desde hoy en adelante servir en otro sentido." y así fue. Respecto a la gubernatura del Estado, nunca la he pretendido, señores, porque soy el primero en reconocer que yo sería inepto, que hay entre la juventud de Chiapas muchos ciudadanos muy competentes, muy honorables y muy buenos y que serían buenos gobernantes y a quienes yo, en la pequeña escala quien pudiera, ayudaría y ayudaré muy sinceramente. Después de manifestar esto, voy a contestar lo siguiente: Yo me he encontrado en el Soconusco, es cierto que no soy del Soconusco; pero también es cierto que me conocen mucho en el Soconusco, porque yo llevaba en el Soconusco, entre otras muchas cosas, la comisión de la cuestión agraria, y ustedes saben, señores, que los pueblos ahora están esperando que se resuelva esa cuestión agraria; que todos los infelices, que todos los pobres, que todos los desgraciados que siguen sufriendo allá como en toda la República, desean que se les dé un pedazo de tierra para que realmente sean ciudadanos, para que realmente sean libres, y en ese particular yo he trabajado desde hace un año en toda la región del Soconusco; he formado clubs constitucionalistas, clubs liberales; es público y notorio y puede esta H. Asamblea preguntar si los he formado o no, y puede esta H. Asamblea preguntar si al formarlos no he expresado, como realmente lo he expresado al congregar a los ciudadanos, lo siguiente: "Los congrego, señores, para esto y esto otro; suplico a ustedes que borren mi persona completamente, porque yo no vengo a formar estos clubs con miras políticas ni ideas personalistas." Así, pues, me conocen a mí perfectamente bien en todo el Soconusco, me conocen más que nadie, el pueblo, la clase media, los que sufren, los infelices. Ahora bien, el señor diputado Araujo ha manifestado que el día 15 de marzo dirigí yo un telegrama al señor Gobernador del Estado. Yo, señores, dirigí muchos telegramas al señor Gobernador del Estado y muchos telegramasa la Secretaría General de Gobierno, tratando de infinidad de asuntos de interés general. Me dice él que se refería a las elecciones; no recuerdo haber puesto ese telegrama, pero me extraña bastante que el señor Araujo, que no forma, o no formaba parte del Gobierno del Estado, se haya enterado de las comunicaciones oficiales que yo hubiera puesto al señor Gobernador del Estado, lo mismo que a la Secretaría General del Gobierno del Estado; cualquier telegrama, no he puesto ese, pero cualquier telegrama que hubiera puesto, oficial, pertenece a la Secretaría General de Gobierno o al Gobierno del Estado, y no creo yo, porque conozco al señor Gobernador de Chiapas, y sé que es un hombre honorable, una persona verdaderamente liberal, no creo, señores, me resisto a creer, pues, que es a ese

telegrama al que se refiere el señor Araujo, sino a cualquier otro telegrama, porque no creo, no puedo creer, que el señor Gobernador del Estado de Chiapas lo hubiera estado exhibiendo. Cumple a mi deber manifestar esto, como un acto de justicia hacia el mismo Gobernador del Estado de Chiapas. Manifiesta el señor Araujo que él llevaba la Ley Electoral para Chiapas; manifiesta que llegó a la estación Arriaga el día 7 de marzo. Tenemos que convenir entonces en que llegó a Tuxtla Gutiérrez el día 10 de marzo, tres días después.

Muy bien, si él mismo afirma y dice, no me estoy refiriendo a Soconusco, yo me voy a referir a él y a decir cómo llegó la Ley Electoral allá; pero vamos a seguir la hilación. Si, pues, llegó a Tuxtla Gutiérrez el día 10 de marzo con la Ley Electoral, y él mismo afirma que era la primera Ley Electoral que entraba a Chiapas y que se conocía ya, entonces lógicamente tenemos que convenir, señores, en que no puede haber habido elecciones en todo el Estado de Chiapas, es imposible, puesto que él llegaba con la Ley Electoral el 10 de marzo a la capital del Estado, es decir, un día antes de las elecciones federales. Hago esta pequeña observación, nada más como observación, y ahora me voy a referir al Soconusco. El Soconusco, señores, es el único Departamento del Estado, así como el de Tonalá, atravesado en toda su longitud por el Ferrocarril Panamericano. Aquí en México se publicó la Ley Electoral por la prensa desde el mes de febrero, y el único Distrito, el único Departamento de Chiapas, los únicos Departamentos de Chiapas que reciben noticias de México con prontitud, son precisamente los de Tonalá y Soconusco, No necesitaba el Soconusco , señores, esperar a que el señor Araujo llevara la Ley Electoral, porque suponiendo, aun poniéndome en el caso de que fuera necesario ese requisito, entonces de nada hubiera servido, porque toda vez que llegaba a Tuxtla Gutiérrez el 10 de marzo, mal podrían transmitir esa Ley Electoral hasta Soconusco, cuando de la capital del Estado a Soconusco, son cinco o seis días, yendo muy rápidamente. Esta Ley Electoral se conoció en Soconusco desde mucho más antes, se conoció por la prensa, por el Itsmo de Tehuantepec; apelo aquí a los señores diputados del Itsmo de Tehuantepec, que saben perfectamente bien, al señor Rivera Cabrera, que sabe perfectamente que la prensa llega con prontitud al Itsmo y del Itsmo se transmite al Soconusco. Ahora bien, en el Distrito del Soconusco, los clubes electorales o los clubes liberales constitucionalistas estaban preparados para las elecciones y ansiosos de las elecciones, desde mucho antes de éstas, desde mucho antes, y yo afirmo, señores, afirmo como ciudadano, afirmo como revolucionario, que sí se verificaron las elecciones en el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas; pero si esta H. Asamblea, a juicio de ella, porque yo digo lo siguiente: por una parte está lo que ha dicho el señor Araujo, a lo cual me voy a seguir refiriendo, por otra parte está el expediente con todas sus firmas, con todas las firmas de los ciudadanos que firmaron, y eso creo yo que inspira fe, que es un documento que merece fe y que merece crédito; pero si a juicio de esta H. Asamblea no fuere así, yo pediría, después de que termine de hablar, pediría por equidad, por justicia, como ustedes saben hacerlo, se consigne ese hecho a quien corresponda y se averigüe perfectamente bien, si hubo o no elecciones, si fue el pueblo el que eligió o no, si hubo presión o no, porque protesto enérgicamente contra la creencia de que hubo allí, ya no digo una componenda para formar un expediente entero, no, señores, ni siquiera una ligera presión de mi parte, una ligera indicación, un telegrama, señores, en que se dijera que yo iba a venir a ocupar por asalto este puesto en que iba yo a entrar por asalto a esta ilustre Asamblea. No, señores, yo querría entrar y me sentiría muy honrado de venir a la Cámara popular, pero no por asalto, sino cuando esta Asamblea se convenza de una manera cierta de si hubo o no elecciones. Yo pido por justicia, señores, por equidad, que se sirvan tener en cuenta este pedimento mío, que se consigne el hecho, que se averigüe, que se ponga a cada quien en el lugar que le corresponda, y si no hubo delito, se castigue a los culpables. Lo deseo, lo pido; deseo que se haga una aclaración. El honorable señor Araujo ha leído un periódico que se edita en esta capital y en el cual periódico viene un reportazgo fechado en Tapachula. Yo desearía, señores, que el señor diputado Araujo tuviera la bondad de indicarme quién mandó ese reportazgo, qué persona fue la que lo envió. Quiero conocerla, quiero saberlo. Primer punto. Señor diputado Araujo: ¿tuviera usted la bondad de decir quién fue la persona que mandó ese reportazgo?

- El C. Araujo: Con permiso de la Presidencia. Los telegramas que he leído y que se publican en un periódico, vienen subscriptos por el corresponsal; no sé a punto fijo quién sea el corresponsal en Tapachula de ese periódico: como yo no estoy en ese periódico, no puedo saberlo. (Voces: ¿Qué periódico? ¿Qué periódico? "El Nacional." (Siseos y risas.)

- El C. Carrascosa: Yo, señores, créanme ustedes bajo mi palabra, yo no extrañaría que viniera no digo ya un telegrama, veinte telegramas, cuarenta reportazgos; no me extrañaría, porque ustedes saben que en los Estados tenemos enemigos, contrincantes, envidiosos, muchas veces injustamente, muchas veces sin que uno lo sepa, sin que sepa la causa; de manera que no me extrañaría, señores, que vinieran reportazgos y cartas en contra de mí, tanto más cuanto que vengo a repetirles que yo no tengo ningún mérito ante la República; yo no soy un personaje que vengo aquí alegando méritos. Soy un ciudadano humilde, que ha luchado de buena fe y seguirá luchando de buena fe, porque he visto que la causa, la única causa que he abrazado en mi vida, es una causa honrada, es una causa buena.....

(Voces: ¡A votar, a votar!)

Un momento, señores. (Voces: ¡A votar, a votar!) Bueno, pues si ustedes lo disponen.....(Voces: ¡A votar, a votar!)

- El C. López Miro: Para una interpretación al orador, si me lo permite.

- El C. Carrascosa: Con mucho gusto pueden interpelarme los que gusten.

- El C. López Miro: Dispénseme usted, deseo que me diga si es el mismo señor general que fue Presidente Municipal de Juchitán.

- El C. Carrascosa: Yo soy, señor. - El C. López Miro: Supongo que se habrá manejado en Chiapas con la misma justicia que en Juchitàn.

- El C. Carrascosa: Yo soy, señor. Gracias. - El C. López Miro: Pido la palabra en contra. - El C. Carrascosa: ¿Usted va a pedirla en contra del dictamen?

- El C. López Miro: En contra del dictamen y en contra de usted personalmente, tal vez. (Risas.)

- El C. Carrascosa: ¡Ah, bueno; si, señor, puede usted pedirla!

- El C. González Lauro: Pido la palabra para un hecho, si me la concede el señor orador.

- El C. Carrascosa: Sí, señor. - El C. González Lauro: En el año de 1914, a principios de 1914 que el señor general Alvarado fue nombrado Jefe del Cuerpo de Ejército del Sureste, cuya Jefatura de Ejército comprendía de los Estados de Chiapas, por donde viene el señor Carrascosa, Tabasco, Campeche y Yucatán, hizo el señor general Alvarado un viaje de visita a todos los distritos del Estado de Chiapas, visitó el Departamento de Soconusco y la capital del Estado que es Tuxtla Gutiérrez; queriéndose enterar el general Salvador Alvarado de las personas que hubiera adheridas a la causa revolucionaria, preguntó en ese sentido al señor general Castro, que entonces era Gobernador del Estado de Chiapas y ahora Subsecretario de Guerra, quiénes eran esas personas, qué noticias había tenido sobre el particular, y el general Castro le dijo que solamente del distrito de Comitán había tres personas que hubieran abrazado la causa de la Revolución, entre los que estaba el señor Carrascosa y otro señor Flavio Guillén y otro señor Argüello; que estas tres personas, que eran las únicas que habían abrazado la causa revolucionaria, el señor Flavio Guillén y el otro señor Argüello habían reconocido a la Convención y se dedicaban a conspirar contra el movimiento constitucionalista en la capital de Guatemala, en San José de Guatemala, y la única persona que había pertenecido leal al movimiento revolucionario encabezado por el señor Carranza, era el señor Carrascosa. (Aplausos nutridos.) Este hecho me consta a mí, porque yo acompañe al general Alvarado, hasta la capital, Tuxtla Gutiérrez. (Voces: ¡A votar, a votar!)

- El C. Carrascosa: Únicamente quería decir esto a la H. Asamblea, si me lo permite. Aquí guardo entre mis humildes papeles, uno que se refiere precisamente en parte a la época que estuve sirviendo como Presidente Municipal de Juchitán. El pueblo de Juchitán es un pueblo heroico, levantado, es un pueblo orgulloso, es un pueblo viril. Yo fuí mandado a Juchitán, fuí mandado a Juchitán en época revolucionaria, en época preconstitucional, y ustedes saben, señores, que en esos casos uno no puede desobedecer una orden, no puede decir: "no voy"; tuve que ir. El pueblo de Juchitán se sintió lastimado por mi llegada y tenía razón porque yo no era juchiteco y no me correspondía de ninguna manera ser Presidente Municipal de Juchitán, ni tenía ningún mérito ante el pueblo de Juchitán para irlo a gobernar; pero yo era mandado, señores, era yo mandado. Ahora yo pido, señores, que me digan que yo no merecía ser Presidente Municipal. Yo mismo lo digo, ¿qué no soy juchiteco? Yo mismo lo aseguro. ¿Qué tenía razón el pueblo de Juchitán al pedir que su Presidente Municipal fuera de Juchitán? Yo mismo lo garantizo y lo pido también.

Ahora también aquí, de lo que si tengo la conciecia, de lo que si tengo el corazón, la conciencia cierta, es de lo siguiente. Aquí tienen ustedes una carta del señor don Tomás Mayofred. Interpelo a cualquiera de los honorables diputados de Chiapas, para que me digan si el señor Mayofred es liberal y constitucionalista o no. Es el que escribe actualmente, es nada menos que el director del periódico único constitucionalista que hay en Chiapas, y el señor Mayofred que estuvo después que yo en Juchitán con fecha 11 de febrero de 1916, me dice lo siguiente: y pido que esto quede agregado a la Secretaría: "El pueblo de Juchitán no se alivia del dolor que le produjo su ausencia. Si estuviera aquí el señor Carrascosa dicen, se haría esto, no estaría así lo otro, adelantaría lo de más allá, y yo le consigno estos dichos, porque es justo que usted disfrute de la satisfacción que ha de producirle el conocer que un pueblo tan díscolo como este, no olvida y recuerda con cariño y respeto a su Presidente Carrascosa.

"Como he de permanecer aquí por tiempo indefinido, escríbame a Juchitán, pero prontito.

"Un abrazo muy apretado y cariñoso.- Tomás O. Mayofred." (Rúbrica.)

Pido señor Presidente, que se dé fe.

- El C. Presidente hizo un ademán de asentimiento.

- El C. Carrascosa: Después de haber tomado yo las armas, el único en Chiapas en mayo de 1913, yo me presenté en la capital del Estado de Chiapas, pidiéndole al señor Gobernador, que entonces era Gordillo León, que se levantara en armas, que se desconociera a Huerta, que lo hiciera. Ya el señor Gordillo León, no podía hacerlo porque ya estaba para llegar el general Palafox a recibir el Gobierno, y ya el 30 batallón estaba entrando a Chiapas y entonces Gordillo León me dijo: "Ni puedo levantarme en armas, ni darle elementos a usted; lo único que le pido es que se vaya inmediatamente, porque lo van a fusilar pasado mañana si llega Palafox." Entonces salí de Tuxtla con el coronel Horacio Culebro, un valiente maderista, y entonces llegué con miles de dificultades a Tapachula y allí cayó prisionero mi compañero Culebro; fue traído a esta capital y mandado asesinar aquí en México en el cuartel de Peredo, por orden de Huerta, y yo pasé la frontera de Guatemala. Tal vez haya algunos señores diputados a quienes les conste; a usted le consta, señor. (Dirigiéndose al C. Acuña.)

- El C. Acuña: Es cierto, sí señor.

-El C. Carrascosa, continuando: Por último , señores diputados, después de esto, aquí está una carta del señor Enrique Camacho. Señor diputado Gómez: ¿Conoce usted al señor Enrique Camacho? ¿Pudiera usted decirme en qué concepto lo tiene? - El C. Gómez Mauricio: Me consta que don Enrique Camacho, es un liberal de abolengo y un revolucionario desde 1910; a raíz del cuartelazo se fue a Guatemala, en donde, entiendo, formó parte de una expedición contra Huerta.

- El C. Carrascosa, continuando: Bueno, el señor Camacho me dice lo siguiente: (Leyó) (Voces: ¡A votar, a votar!) (Aplausos.)

- El C. Araujo: Pido la palabra. (Voces: ¡A votar, a votar!) (Siseos.)

- El C. Presidente: Tiene usted la palabra:

- El C. Araujo: Un momento de calma, señores diputados. (Siseos.) No he querido por ningún motivo que se crea que sin justificación de ningún género he venido a atacar la personalidad del señor Carrascosa; intencionalmente y por las súplicas reiteradas que se me habían hecho en repetidas ocasiones, el señor Martínez de Escobar, buen amigo mío, también me había suplicado que no atacara al señor Carrascosa, no había querido atacar por ningún concepto su personalidad política; sólo me referí al criterio legal, es decir, a la cuestión legal, que no había habido elecciones en el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas. No quise interpelar a ninguno de los paisanos, porque los hechos que yo había relatado me constan con una convicción verdaderamente cierta de que son así como los relaté. Ustedes no tienen ningún derecho para creer que yo venga a engañarlos, puesto que principio mi vida pública y he sentado siempre un principio de honradez en todos mis actos; pero, señores, el diputado por el 7o. distrito electoral de mi Estado residió en la ciudad de Tapachula, cabecera del distrito de donde viene el señor Carrascosa, durante toda la época de elecciones; salió de allí durante los primeros días del mes de abril. Señor diputado Ortega, ¿es cierto que en la ciudad de Tapachula, cabecera de ese distrito, no hubo elecciones?

El C. Ortega: Con permiso de la presidencia. Efectivamente, señores, yo estuve en Tapachula, una de las poblaciones del 5o. distrito electoral de Chiapas, y me consta que no hubo elecciones. Ahora, en las demás poblaciones, no lo sé. (Voces: ¡Pruebas, pruebas!)

El C. Araujo, continuando: Señor Ortega, señor licenciado Suárez, diputado por el 2o. distrito, ¿no es cierto que en esta silla, al venirme a decir el señor Carrascosa que yo no lo atacara, confesó paladinamente que las elecciones se habían verificado varios días después de la convocatoria a elecciones? Recurro a la honorabilidad de usted.

El C. Suárez: El señor Carrascosa dijo que el menor día no había habido elecciones, pero rectificó en seguida y dijo que se refería a Tapachula. (Siseos.)

El C. de la Barrera: Para una aclaración, señor Presidente, nada más para eso .

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. de la Barrera: El señor acaba de manifestar que el señor Carrascosa dijo que las elecciones se verificaron después de la convocatoria. Indudablemente que sí.....

El C. Araujo, interrumpiendo: Después del 11 de marzo. ¿Es cierto, señor Ortega, que nos ha confesado el señor Carrascosa paladinamente, que después del día 11 de marzo se habían verificado las elecciones.

El C. Ortega: Efectivamente, sí confesó, pues dijo que tres días después en la población de Tapachula, donde yo residía, no había habido elecciones. ( Voces: ¡ A votar, a votar!)

El C. Araujo, continuando: Ya ven, pues, señores, ha venido a afirmar el señor Carrascosa que la elección ha sido perfectamente legal, porque a Tapachula es la población a donde primero llega la prensa de Chiapas. No quiero por ningún concepto que se crea que yo he venido a asentar aquí una falsedad. Hay dos diputados honorables de mi estado que han confirmado mi dicho. Esta es la opinión de mis paisanos. Cuantos chiapanecos vienen del Estado de Chiapas, nos dicen a nosotros, nos exhortan diciéndonos: Señores, ustedes que son jóvenes, y que deben ser honrados, ¿por qué no objetan la credencial del señor Carrascosa, cuando es bien sabido que no hubo elección allí? Si no lo hacen quedarán en un concepto verdaderamente detestable en la opinión de sus paisanos. Señor Ortega: ¿ No es cierto que cuantos chiapanecos vienen a esta ..... ( Voces:¡ A Votar, a votar!).... Señores: permítanme, porque también es cierto, que he tratado este punto sólo bajo el concepto legal. El señor Carrascosa, era visitador de ayuntamientos en el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas y por eso no me he querido referir a su actuación política, porque en ésta, señores, tengo documentos, antecedentes; allí está el honorable general González Torres, que fue jefe del Estado Mayor de la División 21, al mando del general Castro, que puedo poner como testigo, y él podrá dar algunos datos que existen en el archivo de Oaxaca, cargos muy terribles, en contra del señor Carrascosa; esto lo confirmará el señor general González Torres quien conoce perfectamente el archivo de la División 21, que es la que opera en Chiapas; el señor Lailson Banuet, que fue jefe del Estado Mayor de la 3a. brigada, que ha actuado en Chiapas desde el año de 1914, también podrá dar algunos datos acerca del señor Carrascosa. No quiero tocar su actuación política, porque a mí apenas me consta; pero por sus hechos, por sus antecedentes, ya lo conozco desde hace mucho tiempo; era también, en la época de las elecciones, visitador de Ayuntamientos, y por eso pido que se abra una averiguación porque el visitador de Ayuntamientos, desvirtuando el principio del Municipio libre que se ha implantado en Chiapas, ha puesto un delegado de él en cada región ha nombrado un visitador y aquí está un periódico, que dice lo siguiente: "Antes de que el coronel Villanueva descendiera del carro especial que ocupa en su viaje, lo saludaron e hicieron uso de la palabra, los señores Ricardo Carrascosa, visitador de Municipios; Pedro F. Alvarez, Presidente Municipal; Genaro Cárdenas, regidor segundo, y el subscripto, corresponsal, que lo hizo en representación del club "Ideal." ¿ No es cierto, señor Carrascosa, que era usted visitador de Ayuntamientos?

El C. Carrascosa: Siga usted hablando, señor, y después hablaré yo.

El C. Araujo, continuando: No quiero, señores, tocar su actuación política, esto no me consta; pero allí está el distinguido general González Torres, allí está el estimable señor López Miro, diputado por Juchitán; allí está el mayor señor Lailson Banuet, jefe del Estado Mayor de la 3a. brigada y compañero de Aurelio Peña, y otros muchos, a quienes les consta. Yo sólo me refiero a la cuestión legal. (Voces: ¡A votar, a votar!) Y si a pesar de lo que he dicho, se acepta la credencial del señor Carrascosa, vuelvo a decir, señores, que conste mi protesta enérgica y que más tarde probaré que no hubo elecciones y que he protestado aquí en tiempo oportuno contra la elección del señor Carrascosa.

El C. Carrascosa: No debemos estar con apasionamientos en esta Cámara. (Campanilla.)

El C. Higareda: Me permito preguntar al señor diputado que tiene uso de la palabra, si tiene algunos documentos que justifiquen de verdad que no hubo elecciones en aquel distrito electoral, porque lo demás es simple, no nos satisface, no nos convence.

El C. Araujo, continuando: Al empezar a hablar he dicho que, desgraciadamente, las comunicaciones con Chiapas hace más de tres meses que están incomunicadas, que no hay telégrafo y que aquéllas son completamente malas. Por eso no presento más pruebas que éstas. (Siseos y voces: ¡ A votar, a votar!) Señor González Torres: ¿ Tuviera usted la bondad de decirme si lo que he asentado es cierto?

El C. González Torres: Con permiso de la Presidencia. Yo le voy a contestar a usted lo que me consta a mi. (Voces: ¡ No se oye, no se oye!) Voy a contestar la interpelación del señor Araujo en la parte que yo conozco, porque debo advertir a ustedes que yo estuve sirviendo con el señor general Castro como jefe de Estado Mayor de la División, y únicamente estaba yo enterado de todos los asuntos militares; así es que políticamente no podría yo informar respecto al señor Carrascosa sobre lo que aseguró el señor Araujo. En la cuestión militar sí puedo asegurar a ustedes una cosa: que los informes que el señor ha asegurado le dio el general Castro al señor general Alvarado, con toda seguridad que le dijo que esas tres personas habían sido afectas a la causa del Constitucionalismo, las otras dos se declararon convencionistas y el señor Carrascosa permaneció fiel al Constitucionalismo; pero sin un solo hombre. ( Aplausos y voces: ¡A votar a votar! ) En cambio, señores, políticamente, y esto de una manera completamente fuera de la esfera del gobierno, porque yo no tuve estos datos por el general Castro ni por ningún empleado del gobierno, sino que particularmente me llegaban, sí sabía yo que valiéndose, atribuyéndose el señor Carrascosa al grado de general, andaba politiqueando en el Estado, atribuyéndose el grado de general, y llegó la política a tal grado, que por orden del general Castro, siendo yo jefe de Estado Mayor, le mandé un oficio al señor Carrascosa exigiéndole que rectificara públicamente que no era general.

El C. Araujo, continuando: Ya ven ustedes, señores, que el mismo general Castro, que, según el compañero, había afirmado que era Carrascosa el único leal revolucionario, por boca del señor González Torres habéis oído que él mismo le mandó decir que rectificara que no era general. ( Siseos.)

El C. Aguirre Colorado: Para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

(Voces: ¡Tribuna, tribuna!)

El C. Aguirre Colorado: Señores diputados: En el Estado de Chiapas ......(Voces : ¡ Tribuna, tribuna!)....Como quiera, señores diputados, que yo fuí uno de los revolucionarios que operaron en el Estado de Tabasco e invadimos alguna vez el Estado de Chiapas, sólo conozco dos distritos opuestos por donde viene el señor Carrascosa, que son el departamento de Mexcalapa y el departamento de Pichucalco, donde había un grupo de revolucionarios que no pudieron tomar incremento por estar encerrados allí; los capitaneó últimamente el coronel Carlos Vidal. Sin embargo, señores, a pesar de la honradez acrisolada como revolucionario puro del general José Agustín Castro, cuando llegó a la capital del Estado de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, fue a sorprenderlo una cáfila de reaccionarios y en Soconusco el C. Carrascosa y otros levantaron el estandarte revolucionario, sin que hubiera tomado incremento ese movimiento por la hostilidad del Gobierno de Guatemala; los reaccionarios sorprendieron al general Castro, hasta el grado de que fue preso el mismo coronel Vidal, fueron presos los verdaderos revolucionarios; así es que no puede justificarse una actitud política y militar en contra del señor Carrascosa, porque las noticias desfavorables que probablemente haya tenido el general Castro respecto del señor Carrascosa, son provenientes de elementos reaccionarios.

El C. González Torres: Pido la palabra.

El C. Ramírez Garrido: Para una interpelación al general Aguirre Colorado.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ramírez Garrido.

El C. Ramírez Garrido: Que se sirva decir en qué fecha se levantó en armas el hoy señor general Vidal.

El C. Aguirre Colorado: El 16 de julio.

El C. Ramírez Garrido: ¿Después de la salida del general Huerta?

El C. Aguirre Colorado: Si, señor.

El C. Ramírez Garrido: En el programa revolucionario que lanzó el señor general Vidal es terrateniente y decía: "Serán respetadas las haciendas y a ninguno de los peones se dará su libertad." Por eso fue que el general Castro lo considera reaccionario.

El C. Aguirre Colorado: Pido la palabra. El señor general Vidal, y cónstales a todos, el día 2 de julio de 1913, cuando el malogrado general Pedro C. Colorado pasaba con la columna de su mando, a la cual pertenecía yo, se hizo en su casa el programa de la Revolución Constitucionalista, y siempre nos ayudó en todo y por todo el hoy general Vidal; estuvo dentro de los límites de la Revolución y expuesto siempre a las balas, no como el señor Ramírez Garrido, quien no estuvo en la revolución.

El C. Ramírez Garrido: Pido la Palabra..... - El C. Ancona Albertos: La Comisión pide la palabra.

(Varios CC. diputados piden la palabra.)

El C. González Torres: Protesto enérgicamente respecto a la aseveración del general Aguirre Colorado respecto a que el general Castro lo envolvieron los reaccionarios de Chiapas. (Voces: Sí, sí!)

El C. Aguirre Colorado, interrumpiendo: El señor general González Torres solamente podrá contestar. (Varios CC. diputados piden la palabra para mociones de orden.)

El C. Neri: Moción de orden, señor presidente. ¡ Que se cumpla el reglamento!

El C. González Torres, interrumpiendo: Yo tengo la palabra; yo tengo por qué asegurar, precisamente en el Estado de Chiapas sucede esto..... (Voces: ¡Tribuna, tribuna!) (Pasa a la tribuna.) Señores diputados: Como una obligación para mí,

vengo a protestar en contra de esa aseveración. El señor general Castro es un hombre, y con toda honradez lo digo, porque lo conozco desde 1910, desde entonces lo conocí yo en la Laguna, que se levantó el 20 de noviembre en Gómez Palacio con cuarenta hombres. Desde entonces ha militado bajo las filas de la Revolución; Sí es un hombre exageradamente radical. Es cierto que cuando llegó a Chiapas se le amontonaron los reaccionarios, porque es el sistema que siguen, con objeto de ofuscarlo, con objeto de pervertirlo y así le ofrecieron bailes y miles de fiestas y hubo muchas protestas en favor de él; pero todo aquello era completamente falso, porque la gente consciente, y lo voy a decir muy claro, la gente consciente la gente razonada, la gente de mediana posición en Chiapas, toda es reaccionaria. Allí no hay revolucionarios, y el pobre pueblo es un montón de individuos inconscientes, al grado de que el general Castro tenía que obligarlos a que no le besaran la mano, porque al saludarlo siempre lo hacían así y querían arrodillarse. En esas condiciones hemos encontrado nosotros al Estado de Chiapas. El pueblo es inconsciente, y era con quien más trato tenía en general Castro, como consta a todos los habitantes del Estado, porque con los individuos conscientes, con los porfiristas que allí hay, con los elementos de capital, jamás tuvo roce social, jamás asistió a un sólo baile que le ofrecieran porque inmediatamente vio la hipocresia, por que se formaban grupitos en los salones, precisamente hablando y criticando al Constitucionalismo; de manera que no es exacto, señor Aguirre Colorado, lo que usted dice. (Voces :A votar, a votar!)

El C. Aguirre Colorado: Para rectificación de hechos.

El C. Presidente tiene la palabra la Comisión. (Voces: ¡Qué hable Aguirre Colorado, tiene derecho!)

El C Aguirre Colorado: Pido la palabra para rectificación de hechos y para aclaraciones.

El C Presidente: Tiene la palabra el C. Aguirre Colorado.

El C. Aguirre Colorado: Al decirle al señor Ramírez Garrido que él no estuvo en la revolución, no he querido atacar su personalidad, porque es revolucionario como el que más; desde 1910 estuvo con las armas en la mano; pero en 1913 no estuvo con las armas en la mano; después cuando la traición de Villa, estuvo en el campo de batalla con nosotros. Ahora, señores, respecto ala cuestión de la honorabilidad de las personas chiapanecas que ha dicho el señor general González Torres, conozco perfectamente bien el Estado y sé que muy contadas personas fueron revolucionarias allí, y entre ellas un señor Gutiérrez, que murió, vino desde Tuxtla Gutiérrez, era nieto o biznieto del famoso Gutiérrez por quien lleva el nombre Tuxtla Gutiérrez; este señor vino a incorporarse hasta Tabasco, atravesando peligros, porque no podía tomar incremento la Revolución en Chiapas. Respecto a la labor del señor general González Torres, voy a hacer unas revelaciones sensacionales, si se quiere, porque también desde el otro día cuando se discutió la credencial del señor Zavala, se me atacó de cierta manera como falto de honradez.. Yo voy a decir verdades. En agosto de 1914 se presentó el hoy general González Torres a ver al señor general Pedro C. Colorado, que estaba en Veracruz; estábamos de paso para Tampico, y entonces él iba con una licencia que le había dado el Gobierno de Carvajal, porque había estado desempeñando durante la época de Huerta un puesto en un departamento de la Secretaría de Guerra y Marina; y como el general Pedro C. Colorado no le ofreciera más que el grado de capitán 1o. no quiso aceptarlo y fue a sorprender también al general Castro.

El C. González Torres: Una aclaración. La cosa es muy sencilla: Deben existir los archivos en donde conste que yo desempeñé algún cargo en la época de Carvajal. Voy a hacer constar por qué me fui a presentar con el señor general Pedro C. Colorado. Respecto a mi filiación revolucionaria..... (Voces: ¡No, no!) Sí, señores, para justificarme.

El C. Avilés, interrumpiendo: Moción de orden señor Presidente. Ya se descendió a los personalismos. Vamos a entrar al debate.... (Siseos.)

El C. González Torres: No, señor tengo el derecho de defenderme, tengo el derecho de justificarme. (Voces: ¡Qué hable qué hable!) Cursaba yo en el Colegio Militar en 1909, séptimo año de la carrera de ingeniero, y desde entonces empezaron a oírse los rumores revolucionarios y ya el disgusto era marcado para el régimen porfiriano. Yo apelaría al testimonio de todos mis compañeros del Colegio Militar, para que dijeran si no desde allí manifesté yo siempre tendencias revolucionarias y para que dijeran si no era yo perfectamente antimilitarista. Yo fui al Colegio Militar por pobreza, porque yo hubiera sido médico, porque esas eran mis inclinaciones, y debido a la falta de dinero y deseando estudiar, tuve que ir al Colegio Militar, que me salía muy económico. Desde 1909 recordarán ustedes que se empezó a tratar de asuntos revolucionarios y se constituyó el Partido Antirreeleccionista. Yo apelo a Ramírez Garrido para que se diga si no es cierto que él ha tenido datos, porque entonces no nos conocíamos, pero él ha tenido datos de que desde entonces yo me escapaba del Colegio Militar, vestido de paisano, por el tubo del excusado, para venir a las juntas de ese partido. Siendo sargento 2o. en el Colegio, se desarrollaron los acontecimientos de la campaña antireeleccionista eb 1910 y yo dentro del Colegio era conocido como antirreleccionista, como maderista, más bien dicho. Se fraguó el complot del 20 de noviembre de ese año aquí en México, donde estaba el señor Robles Domínguez y el señor Cosío Robelo, y yo estaba en ese complot. Nos escapamos por discreción del señor Cosío Robelo, principalmente; entonces me propusieron que me fuera al Norte para ingresar al Estado Mayor del señor Madero, y una idea de egoísmo, lo confieso, me hizo que no fuera, porque yo reflexioné de esta manera: Fue en noviembre cuando pasaron estos acontecimientos; a fines de noviembre me recibía yo de ingeniero; a principios de diciembre se me entregaba mi título, y fue egoísmo, digo porque dije: Por unos cuantos días voy a perder

mi profesión; después será muy difícil, ya entrando a la Revolución, volver a reanudar mis estudios. Entonces ofrecí solemnemente que tan luego como tuviera el título en mi poder, entonces me entregaría de lleno a la Revolución, como en efecto fue cierto; fue entonces cuando nos conocimos el doctor Siurob y yo y empezamos a tener contacto con los obreros de aquí de la capital, empezamos a hacer una labor efectivamente de conspiradores dentro de la capital, tuvimos relaciones con todos los obreros de las fábricas de San Antonio Abad de "La Carolina," de "La Ladrillera," de todas partes, y arreglamos la manera de organizar este complot de tal modo, que, naturalmente, no nos conocíamos todos los que estábamos trabajando por él; había dos juntas revolucionarias aquí, una junta presidida por Camilo Arriaga; allí figuraba José Vasconcelos; allí figuraba el doctor Lara.....

El C. Siurob: Gutiérrez de Lara.

- El C. González Torres. Felipe Gutiérrez de Lara, y figuraban otros elementos civiles. Bueno; se formó una junta militar formada por el capitán Flores, por el teniente Maciel y por otros elementos que no recuerdo, y yo era el único comisionado para asistir tanto a las juntas civiles como a las militares, para tener al tanto a unos y a otros de las determinaciones que se tomaban; la junta civil trabajaba civilmente, naturalmente, y poniéndose en combinación con el elemento obrero; la junta militar trataba de hacerse adeptos en el Ejército, y de este modo operábamos en los cuarteles sencillamente; yo me comprometí a dar todo el contingente de soldados y dos oficiales del Parque de Ingenieros, que era donde yo estaba practicando. Tuvimos el cuartel de San Cosme comprometido; tuvimos el cuartel de San Lázaro comprometido; tuvimos en La Piedad, las fuerzas que estaban allí, comprometidas, y, además, elementos aislados en los diferentes cuerpos, que nos ofrecían que en el momento del golpe se pasarían con sus fuerzas, secciones o con sus compañías, algunos capitanes.

Habíamos arreglado nosotros de manera que en los cuarteles, confiados en esto, en que sabíamos los militares cuál es el régimen interior de los cuarteles y todos los que saben ya probablemente, porque en los cuarteles está al frente el cuerpo de guardia y atrás la puerta de campo, esa puerta de campo está guardada por la imaginaria y en las noches está cerrada y abandonada, por decirlo así. Confiados en eso, y con los elementos de oficiales y con los de algunos jefes que teníamos comprometidos, íbamos a introducir nosotros elementos obreros por las puertas de campo y los oficiales que estaban comprometidos iban a aprehender a la guardia que era exigua en aquel tiempo, con objeto de darles todos los elementos de armas que había en los batallones que tenían gran existencia entonces, a los obreros que entraban. La cuestión obrera la arreglamos de tal modo, que viéndonos con un grupo reducido de cabecillas... (Voces: ¡A votar, a votar!) No todos los que éramos organizadores veíamos a los mismos cabecillas, sino que uno veía a tres o cuatro de los cabecillas y éstos hablaban con los jefes de grupo de las fábricas y así era como se hacía propaganda. Llegamos a contar con seis mil obreros, habiéndoles pasado revista en la siguiente forma. (Voces: ¡A votar, a votar!) Les pasamos revista en esta forma: Se nombraron comisionados de los nuestros, de los directores, por decirlo así para que fueran determinado día a cada fábrica con objeto de que se pararan en determinado lugar. Los cabecillas de las fábricas les daban consigna a los partidarios nuestros para que hicieran determinada seña al pasar por tal o cual lugar, y de ese modo, unos se quitaban el sombrero, otros se rascaban una oreja, otros se frotaban las manos y el comisionado estaba contando los elementos en cada fábrica y más de seis mil hombres llegábamos a contar entre la clase obrera. Desgraciadamente, la víspera del día que estallara el complot, me presentaron a un individuo que desde el primer momento me repugnó, era un elemento que se decía ferrocarrilero; este individuo me fue presentado en una botica de la calle Ancha, que no recuerdo como se llama, de los señores Jesús y Francisco Mejía, revolucionarios muy buenos; esa botica nos servía de centro de conspiraciones muchas veces; allí me lo presentaron; como todos los que presentábamos a los demás lo hacíamos con la seguridad de que aquel individuo era leal, yo acepté la presentación, pero no quise hablar con él y esto pasó un domingo; el golpe lo íbamos a dar en la madrugada del martes siguiente. Nos fuímos con él al jardín de Santos Degollado a platicar y entonces él me empezó a decir que qué pensaba yo de la Revolución y empezamos a cambiar impresiones, y como él sabía que yo era militar, no le quise manifestar mis impresiones. Entonces me dijo que lo que pasaba era que no le tenía confianza porque no lo conocía, me dijo que él era agente de Rafael Tapia y que traía una carta para un coronel federal que atacó rudamente a Rafael Tapia como bandido. (Voces: ¡A votar, a votar!) Un momento, señores; yo necesito justificarme en mi modo de ser. Me invitó a su casa para enseñarme los comprobantes; yo acepté y me llevé a dos compañeros para que hubiera testigos.

El C. Manrique: Sed breve.

El C. González Torres: ¿Cómo?

El C. Manrique: Más breve. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Ancona Albertos: Moción de orden. Entiendo que, como las palabras del señor González Torres no afectan a la discusión y son únicamente una defensa personal, puede hacerla después de la votación.

El C. González Torres: Bueno, bueno, permítanme nada más terminar a grandes rasgos. El individuo que se decía ferrocarrilero y que me enseñó una multitud de pases para poder transitar por todas las líneas, me dijo: "Soy de la junta revolucionaria de Puebla." Ya estando en su casa en la noche; yo le pregunté: ¿Quién es el presidente? "Cañas," me dijo. Ese nombre lo sabíamos solamente los revolucionarios. ¿Cuál es la contraseña? Nos la dio. Sin embargo, yo dudaba todavía.

El C. González Galindo, interrumpiendo: Una interpelación. ¿Cuál es el nombre de ese individuo?

El C. González Torres: Su nombre es Fabián. Ahora voy a descubrir lo que pasó. Desde entonces yo todavía dudaba, pero el doctor León Gual, hoy candidato al Gobierno de Campeche y magnífico revolucionario, cuando vío que yo dudaba se

levantó indignado y nos leyó la carta de Rafael Tapia y lloró. Cuando se vio que yo dudaba se levantó indignado contra mí y me hechó una filípica diciéndome "Que dejara yo de ser el ejército federal para no confiar en aquella sinceridad." Aquel hombre realmente de todo se confiaba, entonces, aún con repulsión, le dije: "Bueno, esta noche vamos a terminar todos nuestros planes. Mañana, en el jardín de San Fernando, nos vemos a las siete, porque nosotros queremos comunicación con Puebla, le dé instrucciones a Cañas y se verifique el golpe a las dos de la mañana como nosotros pensábamos." Bien, esa noche me fui a Tacubaya a terminar el plan de ataque y al día siguiente a la s seis de la mañana estaba yo en San Fernando y le dí toda clase de documentos a Rafael Tapia. ¿Saben ustedes lo que hizo este bandido? Sencillamente con todas esas pruebas y muchas cosas más de mi puño y letra, se largó a Veracruz, no se fue a Puebla, y fue a ver a Maas, que era el comandante militar de Veracruz, y le enseñó todas aquellas pruebas. Entonces Maas dio parte a la Secretaría de Guerra de lo que pasaba, y la Secretaría de Guerra comenzó a hacer las aprehensiones y a tomar cartas en el asunto, no fue la Inspección General de Policía, sino la Secretaría de Guerra. Y lo que pasó fue esto: Éste no acusó el complot aquí en México porque ya había ido, ya habían olido lo que estaba pasando, y había ido a la Inspección General de Policía a dar parte, y no le hicieron caso, diciéndole que había muy buena vigilancia. Entonces dieron las órdenes de aprehensión. Naturalmente fracasó el golpe que debió haber sido la madrugada del martes, y entonces nos aprehendieron a ciento y pico, entre otros como a ochenta obreros que ya habían entrado al cuartel de artillería de Tacubaya, porque nosotros la concentración la arreglamos según el camino que tenía que recorrer cada columna para llegar al punto de ataque y donde empezaban a reconcentrarse los obreros era en Tacubaya a las seis de la tarde. Aprehendieron a ochenta y tantos obreros y a los principales de nosotros... (Voces: ¡A votar, a votar!) A mí me metieron a la Penitenciaría... (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Padilla, interrumpiendo: A estos pasos no vamos a terminar con la discusión de credenciales que es más necesaria. Yo suplicaría al señor general González Torres que escribiera su biografía y la hiciera circular en toda la Cámara.

El C. González Torres, continuando: Yo no me pude ir en 1913 inmediatamente a la Revolución, porque yo lo vine sabiendo hasta un mes después. En mi tierra estaba trabajando como ingeniero y un mes después supe lo del cuartelazo y me fuí a Morelia con objeto de orientarme. Después me vine a México y solicité la ayuda del señor Iglesias Calderón para que me diera fondos para irme al norte. Me tuvo mucho tiempo dando vueltas y luego me dio algo y tuve que volverme a medio camino, porque no pude pasar y entonces busqué salida por otro lado. De manera que no pudo suceder lo que dice el señor general Aguirre Colorado. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Secretario López Lira: Se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. En votación económica se pregunta si se aprueba la parte resolutiva que dice: "Único. Es diputado propietario por el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas, el C. Ricardo Carrascosa y suplente por el mismo distrito el C. Enrique Marcelín."

Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Aprobada.

La presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: Son diputados propietario y suplente por el 5o. distrito electoral del Estado de Chiapas, los CC. Ricardo Carrascosa y Enrique Marcelín.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ramírez Garrido.

El C. Ramírez Garrido: Señores: Se me ha hecho por el señor Aguirre Colorado, un cargo y debo rectificar. Voy a ser completamente lacónico. En 1907 cuando la matanza de los obreros en Río Blanco, en esa fecha ingresaba yo como redactor en "La voz de la Revolución.", fecha, en que Paulino Martínez era redactor y era encarcelado; desde entonces todos los periódicos revolucionarios de esa fecha, todos tienen artículos míos contra el porfirismo; cuando se reunió aquí el señor Madero con otras personas de las veinte que lo acompañaban, allí, en local reducido que nos daba el ingeniero Robles Domínguez, yo estuve con el señor Madero; cuando los estudiantes protestaron contra el linchamiento de Antonio Rodríguez, yo, siendo estudiante, protesté, yo hablé en nombre de los estudiantes en la redacción del "Mexican Herald," y después, al otro día, cuando los estudiantes fueron presos, esa noche protesté también frente al "Diario del Hogar," y fui reducido a prisión, y fui de los últimos estudiantes que salieron de Belén; allí conocí al compañero Siurob que era estudiante de medicina y a los demás estudiantes que cayeron presos; después salí de Belén, en diciembre y entonces me encontré con el compañero Gual, que estaba formando parte del complot de Tacubaya, e ingresé a la Junta Directiva y cuando se descubrió el complot, fuí de los que pudieron escapar, porque un obrero me dio aviso, de que ya estaban presos en el Hospital Juárez, Siurob y Gual; entonces me fuí a Oaxaca, de allí pasé a Veracruz y después a Tabasco, y me fuí a poner de parte de la Revolución; entonces el general Aguirre Colorado, como algunos otros, estaban con la Revolución y estaba un bandido al frente de ella, Domingo Magaña, que después los revolucionarios de hoy lo pasaron por las armas; entonces el elemento honrado de la Revolución en Tabasco pensó separarse de Magaña, y yo fui jefe de ese grupo, y el señor Aguirre Colorado estuvo en esa época bajo mis órdenes. No fue culpa nuestra si no hubo combates, fue una felicidad; sin embargo, estuve en la toma de Pichucalco y de Huimanguillo. Vine acá y me fuí bajo las órdenes del coronel Camarena a combatir al zapatismo; puedo enseñar las partes en que se hace mención especial de mí; de allí vine a formar parte en el Ministerio de Gobernación, la única vez que he sido empleado de Gobierno, cuando el señor Flores Magón era Ministro de Gobernación. El día que él renunció porque no estaba de acuerdo con el elemento "Porrista," ese día renuncié yo también. Después tuve conocimiento del cuartelazo y en un periódico que circulaba aquí, y del

cual era yo su director "El Defensor del Pueblo" yo denuncié ese cuartelazo y el señor Madero, en recompensa de haber dado ese aviso me metió a la cárcel. El señor licenciado Robles Domínguez fue mi fiador y el señor Iglesias Calderón fue mi defensor. Salí de la cárcel y un mes después de haber dado todos los pormenores relativos al cuartelazo, estallaba ese cuartelazo; me fui a Tabasco entonces para tomar parte en la Revolución. En Tabasco fui encarcelado por el Gobernador Yarza, me regresaron de Tabasco y estuve preso en la Comandancia Militar de Veracruz. Allí se portó caballerosamente conmigo el entonces general José Refugio Velasco y tuve la suerte de que un primo mío que conocen todos los señores diputados y que es representante de México ante el Gobierno argentino, Manuel García Jurado, me sacara de la prisión; vine bajo mi palabra de honor de permanecer en México y aquí permanecí sin tener ninguna componenda con el huertista, sin desempeñar ningún puesto, y después, cuando estuvo triunfante la Revolución, creí vergonzoso ir a ofrecerle mis servicios, cosa que hizo el general Vidal. Entonces ingresé a la Revolución porque un hermano del señor Aguirre Colorado vino de Veracruz enviado por el señor general, la figura blanca de la Revolución de Tabasco, ese mártir al que todavía no se ha hecho justicia, el señor general Pedro C. Colorado, mandó al señor doctor Aguirre Colorado, hoy senador por Tabasco, a buscar los elementos que consideraba de interés para la Revolución de Tabasco, al señor general Aguirre Colorado y a mi humilde persona. Fui a poner las órdenes del señor Colorado y ya estaba triunfante la Revolución. Yo no soy un farsante, yo digo la verdad. (Aplausos.) Tuve el honor en esa época de ser comisionado cuando entraba aquí don Venustiano Carranza, para venir, a hablar con el Primer Jefe de la Revolución en compañía del señor Martínez de Escobar, del señor general González Torres, a quien el señor general Colorado le había reconocido el grado de Coronel, - - pues ya en épocas del maderismo tenía despacho de teniente coronel con el señor Madero -, y con el señor doctor Aguirre Colorado, tuvimos esa entrevista hablando de los asuntos de Tabasco y después fui a rendir parte de mi comisión.

En Tabasco se suprimió la Jefatura del Centro y se me nombró, a petición del general Luis Felipe Domínguez, Jefe Político del Centro nada más que con el nombre de Inspector General de Policía y Presidente del Comité de Salud Pública.

Yo tengo los despachos de Luis Felipe Domínguez y por decoro, porque desde entonces lo consideré un perfecto reaccionario, no acepté ese puesto y entré a desempeñarlo después cuando uno de los revolucionarios de Chontalpan, el general Green, me ratificó los nombramientos. Después fui llamando al lado del general Alvarado y he colaborado a su lado; siendo Comandante Militar del Estado de Yucatán el señor Aguirre Colorado, yo en una entrevista que me pidió uno de los representantes de "El Fígaro" de la Habana declaré ser antimilitarista; mi primera gestión cuando llegué aquí fue renunciar mi grado, y hoy casualmente me llegó de la Secretaría de Guerra un oficio en que se me da mi baja absoluta. Yo no entré a la Revolución para conquistar un grado, sino para cumplir con mi deber; como socialista debo ser antimilitarista, no puede aceptar el militarismo profesional. Esta ha sido mi gestión política. Últimamente estuve en el Estado de Oaxaca y me tocó tomar el mando de la brigada que tenía el señor González Torres; estuve en algunos combates, tomé algunas plazas de importancia, todo esto me importa muy poco, porque, como digo, soy antimilitarista; así es que los grados me vienen holgadamente. Esta ha sido mi filiación revolucionaria. Hoy que estoy en la Asamblea, ésta puede justificar mejor que nadie mi actuación, para que se vea si permanezco con la misma honradez que he empezado, hasta el final de ella. (Aplausos.)

El C. Aguirre Colorado: Para una rectificación.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Lailson Banuet.

El C. Lailson Banuet: Señores diputados: Como fui citado durante el discurso del señor licenciado Araujo, creo indispensable hacer rectificaciones.... (Siseos) que corresponden a mi honradez. Señores, el señor don Ricardo Carrascosa no tiene méritos revolucionarios, pero sí antecedentes de haber sido antihuertista; esa es la declaración que quiero hacer principalmente; estoy dispuesto a ratificar lo dicho en todas sus partes por el señor González Torres respecto al Estado de Chiapas, y cuando sea más oportuno exhibiré al flamante general don Pablo Villanueva.

El C. Siurob: Pido la palabra para una hecho. - El C. Aguirre Colorado: Señores diputados: Al hablar del señor Ramírez Garrido no lo he atacado absolutamente; dije que en 1913 no estuvo con las armas en la mano, ya él ha explicado claramente por qué; pero sí en mi rectificación dije que ha sido un gran revolucionario y eso nadie se lo quita. Hago esa rectificación para que no se tome lo dicho por mí como un ataque al señor Ramírez Garrido, que, vuelvo a repetir, es un gran revolucionario. (Aplausos.)

El C. Siurob: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Creo que es de mi deber como compañero, y faltaría a un deber de compañerismo si no asentara que tanto el señor general Salvador González Torres como el compañero Ramírez Garrido, durante la época difícil en que comenzaba la Revolución en la época de don Porfirio Díaz, asistieron como lo han asentado, a las juntas revolucionarias que entonces tuvimos; se expusieron al peligro que en aquellos tiempos era inminente, y del cual pudimos salvarnos algunos de manera enteramente casual. Hago constar que estuvieron juntos conmigo en el complot de Tacubaya y que también en compañía del doctor Gual asistieron a las juntas militares que en compañía del sinnúmero de obreros que teníamos en el Distrito Federal, que eran más de cuatro mil, paulatinamente celebramos para acordar la manera de oponernos al Gobierno porfiriano. Después, en la época de Madero, me consta que ellos también se opusieron a la intromisión del general Reyes en la política revolucionaria y que lo combatimos de una manera enérgica, activa y sin cuartel, que fueron los medios posibles en aquella época, y que su filiación como revolucionario es absolutamente perfecta. Debe tenerlos

esta Asamblea como verdaderos y conspicuos revolucionarios, antimilitaristas y verdaderos amigos de los ideales.

El C. Aguirre Colorado: Para una interpelación....(Voces: ¡No, no!)

El C. Secretario López Lira: "1a. Comisión Revisora de Credenciales. - Sección 5a.

"H. Asamblea:

"Esta Comisión ha examinado el voluminoso expediente relativo a las elecciones verificadas en el 11 distrito electoral del Distrito Federal, sobre el cual formula el presente dictamen.

"Muchas fueron las personas que obtuvieron votos en estas elecciones, siendo las principales por la cantidad de sufragios obtenidos las siguientes: Señor general Rafael Vargas, dos mil seiscientos noventa y dos; señor coronel Luis T. Navarro, cuatrocientos cuarenta y seis; señor mayor Adolfo Cienfuegos y Camus, trescientos noventa y ocho, y el señor Isidro Lara, trescientos sesenta y cinco. Este es el resumen remitido por la Junta Computadora; pero del cómputo hecho por esta sección antes de la clasificación de votos, resultó lo siguiente: general Vargas, dos mil ochocientos cuarenta y nueve; coronel Navarro, trescientos sesenta y ocho, y mayor Cienfuegos y Camus, trescientos cincuenta y cuatro, y el señor Lara, trescientos cuarenta y cuatro. Sobre estos resultados de votación, protesta el señor Cienfuegos y Camus, pues dice, que se dejaron de tomar en consideración ciento sesenta y cinco boletas que no fueron aceptadas en la primera casilla de San Angel, instalada en el portal del Palacio Municipal a pretexto de que ya estaba cerrada la votación. Estas boletas fueron recibidas por algunas personas comisionadas al efecto, quienes las enviaron a la Junta Computadora, la que tampoco las tomó en consideración. Las boletas han sido examinadas, y la Comisión encuentra que todos los ciudadanos que sufragan en ellas están empadronados, aun cuando la tercera parte, más o menos, pertenecen a individuos que no saben escribir y aparecen subscritas por otras personas a su ruego y encargo, sin que esa circunstancia se haya podido hacer constar en las actas. Si fueren de tomarse en cuenta estas boletas, el mayor Cienfuegos y Camus ocuparía el segundo lugar.

"También protesta el mismo candidato, porque en otras casillas no pudieron votar sus partidarios por falta de boletas y entre esas casillas la instalada en el pueblo de Topilejo.

"Sobre esta última casilla existe un escrito firmado por los CC. Francisco Barrera, Antonio Molina, Juan Leyva y Teodoro Muñoz, quienes hicieron presente a la Mesa que estaban dispuestos a votar por la fórmula del Partido Liberal Constitucionalista, lo que no hicieron por falta de boletas, y manifestaron también que debía computarse al C. Cienfuegos y Camus cien votos, pues cuando menos ese número de ciudadanos se habían retirado sin votar por falta de boletas. Estos hechos los certifica en términos generales el Presidente de la Mesa.

"Por su parte, el señor coronel Navarro dice que no deben computarse al candidato Cienfuegos y Camus ni uno ni otros votos, pues en caso contrario y para obrar con justicia debía abonarse a él Más de mil votos de ciudadanos que se habían comprometido a votar por su fórmula y que después no lo hicieron, debido a la presión ejercida por las autoridades.

"Muchísimos son los escritos y protestas, que obran en el expediente, denunciando que las elecciones en el 11 distrito electoral, se hicieron a favor de Vargas bajo la presión de las autoridades. Otros escritos y protestas no llegaron a conocimiento de la Comisión, porque fueron enviadas al señor Juez segundo de Distrito, sin embargo, tiene noticias de ellas la Comisión por un extracto de las constancias del juicio que le ha sido presentado. Pero antes de entrar en análisis sobre si hubo o no hubo presión en las elecciones y el alcance de estos actos, precisa hacer presentes otras particularidades y son: 1a. que se ha hecho presente que el candidato Vargas no es originario del Distrito Federal, ni ha tenido la residencia de seis meses anteriores a la elección que exigen las leyes. En comprobación a esto, varias personas han dado su testimonio a los comisionados y se ha exhibido un número del periódico "El Demócrata," en el que haciéndose una especie de biografía del general Vargas, se dice que después de la campaña del Pacifico, salió para el extranjero al desempeñó de una delicada comisión, y vuelto a la Patria le sorprendió la actitud de un numeroso grupo de revolucionarios que le postulaba para diputado propietario por el 11 distrito electoral. El candidato Navarro precisando aún más la vuelta a la Patria del C. Vargas, dice que éste desembarcó en el puerto de Manzanillo el día 9 de febrero del corriente año de 1917. La Comisión quiso comprobar debidamente estos hechos, y, al efecto, se dirigió a la Secretaría de Guerra y Marina en solicitud de datos, los cuales no le han sido suministrados.

"El C. Cienfuegos y Camus dice, que el candidato coronel Luis T. Navarro, carece también de los requisitos necesarios para ser diputado por el 11 distrito electoral del Distrito Federal, porque es originario del Estado de Coahuila y fue diputado al Congreso Constituyente por el Estado de Puebla, lo que significa que está avecindado en este último Estado, toda vez que entre los requisitos exigidos por la ley para ser diputado al Constituyente, se comprendió el de ser originario o vecino del Estado por alguno de cuyos distritos había resultado electo. El C. Navarro presenta a la Comisión para comprobar que tiene el requisito de vecindad, lo siguiente: I. Certificado del empadronador de la sección en que habita, en el cual se hace constar que el domicilio del señor Navarro desde hace Más de un año ha sido la casa número 33 de la segunda calle de Alzate. - II. Certificado del jefe de la División "Supremos Poderes," haciendo constar que la matriz del sexto batallón, del cual era jefe nato el señor coronel Navarro, ha residido en el Distrito Federal, y que el candidato Navarro se ausentó solamente quince días que se le concedieron de permiso para hacer su propaganda política en el Estado de Puebla y tres meses que estuvo en el Congreso Constituyente. - III. Varios recibos de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, en que constan pagado por el C. Navarro el servicio

de alumbrado de la calle de Alzate número 33 desde abril de 1916 a abril de 1917, sin que se hubiere interrumpido el servicio en todo un año. - IV. Recibo de la Compañía de Teléfonos Ericsson por servicios prestados al señor Navarro, también desde abril de 1916.

"Aun cuando el señor general Vargas ha expresado que esta Comisión tendría que resolver en sentido desfavorable a él, acatando órdenes o recomendaciones de sus enemigos políticos, la Comisión protesta que jamás se ha dejado guiar por otro criterio que no fuera el de la ley, y que si ha cometido algunos errores, errores, de apreciación; pero no debilidad en el cumplimiento de su deber. Si esto ha hecho en otras ocasiones, con mayor razón y gran facilidad lo hace hoy, por la circunstancia de que los tres principales candidatos, señores Vargas, Navarro y Cienfuegos, le son igualmente recomendables por sus labores revolucionarias y simpatía personal.

"Expuesto lo anterior, la Comisión entra al estudio de la cuestión principal en esta elección, que es la participación de las autoridades.

"Se ha mencionado más arriba el hecho de que algunas personas no pudieron votar en favor de la fórmula contraria a la del señor Vargas, porque no hubo boletas para ello, y se ha mencionado también el hecho de que en la primera casilla de San Angel no se recibieron 165 boletas para el candidato Cienfuegos.

"El ciudadano Eleuterio Reyes declara que el Presidente Municipal de Coyoacán ejerció presión en las elecciones, y refirió el hecho de que en la casilla electoral instalada en San Antonio Coapa, se presentó personalmente el Presidente Municipal a ejercer presión en favor del ciudadano Rafael Vargas, que se mandó a los ciudadanos que no saben leer ni escribir que acudieran a un carnicero, quien sin pedirles su aprobación llenaba boletas en favor de la fórmula "Vargas - Mata, lo que dice, puede comprobarse con la forma en que se encuentran dichas boletas. La Comisión las examinó y encontró muchas de ellas, firmadas a ruego y escritas por la misma mano.

"Dos de los miembros de la Junta Computadora que se reunieron en Coyoacán el señor Ernesto de la Peña y el señor Andrés Ahedo, sostienen que por el aspecto de las boletas en favor del general Vargas , se descubre a primera vista la presión ejercida por los Presidentes Municipales de Tlálpam, Coyoacán y San Angel, asegurando que hay firmas y nombres suplantados, para sacar triunfante la candidatura del señor Vargas. Estos mismos señores afirman que veinte días antes de las elecciones, el señor general Vargas les era completamente desconocido, lo mismo para ellos que para la inmensa mayoría de los habitantes de ese distrito electoral, que saben que el general Vargas no ha vivido ni un día en el distrito; que es exacto y les consta que el señor Vargas, la primera vez que se presentó en el 11o. distrito electoral lo hizo en unión de las autoridades, llevando música, cajas de cerveza y arrojó varias monedas al pueblo, tratando, bajo esta forma, de comprar o adquirir votos. Que igualmente, ofreció a los obreros de las fábricas, que haría que los propietarios de ellas les duplicaran el sueldo, y que están absolutamente seguros de que ha habido gran presión de las autoridades para sacar avante la candidatura del señor general Vargas. Estos detalles podemos considerarlos como sospechosos. En seguida mencionamos los que ya se pueden considerar con el carácter de delictuosos y comprobados.

"Entre las constancias que se han enviado del Juzgado 2o. de Distrito, existe la declaración de algunos ciudadanos; la más completa, la del señor Luis Novoa, en que afirma que el sábado, víspera de las elecciones estando en la Presidencia Municipal, vio llegar en automóvil al señor general acompañado de uno o dos miembros del Ayuntamiento de San Angel, y de unos militares; que uno de estos militares entró a la Presidencia, sacó un gran rollo de papeles, que después fueron pegados, y que se refieren a la postulación del ciudadano Vargas como diputado; que vio a dos individuos, acompañados de un soldado armado, pegando esos papeles en las esquinas; que fue invitado por un miembro del Ayuntamiento para asistir a un mitin en favor del candidato Vargas, y que presenció también esa misma tarde, la llegada de unos trenes especiales, con hombres y mujeres del pueblo, gritando vivas al general Vargas, a quien, sin embargo, declararon no conocer; que el día de las elecciones, vio algunos soldados de la brigada López de Lara, emitiendo su voto y supo por ellos que los habían mandado a votar en favor de dicho general Vargas.

"Los ciudadanos F. Palafox, Julio C. Fajardo y Germán Sánchez, afirman que en la Municipalidad de San Angel, en la 4a. casilla, fue sorprendido el Secretario de la Mesa llenando boletas en blanco a favor del ciudadano Vargas.

"En la casilla instalada en Topilejo, se dio el caso de que el Presidente Municipal levantara por sí mismo las actas que creyó convenientes; que injuriara a varios ciudadanos, y por lo que es más grave, que antes de instalar la Mesa Electoral, el mismo Presidente Municipal intimidó a los miembros de la Mesa y amenazó con castigarlos si no influían con los vecinos del pueblo, para sacar electos como diputados, propietario, al ciudadano Rafael Vargas, y para suplente, al ciudadano Mata, dándoles al efecto la fórmula escrita en máquina. Estas acusaciones están certificadas por todos los miembros de la Mesa de la casilla electoral de Topilejo.

"El ciudadano Juez 2o. de Distrito remitió a esta Comisión, copia de la sentencia que dictó con fecha 29 de marzo del corriente año en las diligencias seguidas de oficio, por violaciones cometidas a la Ley Electoral, con motivo de las elecciones del 11 distrito electoral. En esta sentencia se dice: "Que examinados los ciudadanos Daniel Rodríguez, Bernardo Gutiérrez, Elías Rodríguez, Antonio Aguilar, Guadalupe Alvarez, Ciriaco Ramírez, Silvestre Galicia, Andrés Anaya, Pablo Jiménez, Andrés Alquicira, Severo Murcia, Gregorio Osnaya, Guadalupe Galicia, Luis Novoa Peredo y los miembros de la Junta Computadora, todos están unánimes y contestes declarando de conformidad en el sentido de que el Presidente Municipal de Tlálpam, señor Uribe, les ordenó fueran a hacer propaganda en favor del señor general Rafael Vargas como diputado propietario por ese

distrito, amenazándolos de ser separados de sus trabajos en las obras públicas, si no lo hacían así; que los testigos Daniel Rodríguez y Elías Rodríguez, declararon que el mismo Presidente Municipal usaba todos los elementos de que disponía para hacer la propaganda en favor del señor general Rafael Vargas; que él mismo presidió reuniones en la fábrica, aconsejando a los obreros que votaran en favor de "Vargas - Mata" y amenazando a los ciudadanos que no votaran en favor de Vargas; que fueron encarcelados varios de los partidarios del coronel Luis T. Navarro; que con esa amenaza consiguió que muchos ciudadanos se abstuvieran de votar y otros lo hicieran en favor de Vargas, no obstante haber manifestado voluntad de hacerlo en favor de Navarro. Concluye esa sentencia declarando que la Ley Electoral ha sido violada en el 11 distrito electoral, en sus artículos 26 y 30, lo que comunica a la Cámara para los efectos del artículo 45 de la misma ley.

"Por último, a esta Comisión se han presentado dos ocursos: Uno firmado en San Angel por los señores A. J. Tirado, Luis Novoa, E. Palacios, E. Díaz Peñúñuri, Vicente Apameo, Juan Gallegos, Carlos P. Lira, Juan Fernández, Candelario Torres, R. Calderón y Manuel Soria, en el cual dichos ciudadanos manifiestan que, como vecinos de San Angel, les consta: 1o. Vargas es desconocido en esta Municipalidad. 2o. La propaganda del mismo señor fue hecha por medio de los elementos oficiales de esa localidad, fijándose carteles y distribuyéndose propaganda de mano por conducto de la policía y los presos. 3o. En los actos de propaganda figuraron los regidores del Ayuntamiento. 4o. La presión moral que tales hechos originaron en los ciudadanos, hizo que éstos, en su mayor parte, no acudieran a los comicios a sufragar, viéndose el acto cívico muy poco concurrido. 5o. La Municipalidad de San Angel, dado el corto número de habitantes con que actualmente cuenta, no puede arrojar sino un máximum de cuatrocientos votos.

"El otro escrito u ocurso, está firmado en Tlálpam por los ciudadanos Luis Sánchez, Epitacio Hernández, Bernardo Gutiérrez, Urbano Castro, Jesús Limón, Agustín Rivero, Francisco Morales, Prisciliano Coronel, Casimiro Torres, Bonifacio Hernández, Félix Hinojosa, Pablo Suárez, Juan Velázquez, Higinio Lara, Vidal Torres, Rosalío Miranda, Julio Ezquivel, Hermenegildo Juárez, Cenobio Rojas, Mauro Molina, Sabino Velázquez, Ciriaco Ramírez, Eulogio Ávila, Valentín Morales y Francisco Castro y dicen que son vecinos de Tlálpam, y que para que se tome en cuenta su dicho al dictaminarse la credencial del señor Rafael Vargas, hacen presente: Que no se limitó la orden para que abandonáramos el trabajo a ocurrir a manifestaciones políticas en la jurisdicción de Tlálpam, sino que se nos llevó usando de la amenaza de dejarnos sin sueldos, a lanzar "vivas" al desconocido para nosotros, Vargas, tanto a Churubusco, como a Coyoacán, San Angel y Tizapán, y más tarde también se nos hizo figurar contra nuestra voluntad en manifestaciones que fueron a Xochimilco, organizadas con empleados, para echar vivas al profesor Alfonso Herrera, amigo también de Uribe.

"Que en tales manifestaciones no faltó quienes nos preguntaran si siquiera conocíamos a los candidatos, contestando ingenuamente que no, no obstante lo cual recibimos unas pedradas y más tarde, persecuciones del Presidente Uribe, por haber ido a decir la verdad ante el señor Juez que nos citó; llegándose hasta a encarcelar al sobrestante mayor, Antonio Aguilar, quien hace mes y medio que se encuentra en la Penitenciaría a disposición del Distrito, por intrigas del mismo Uribe, no pudiendo obligarlo a encubrirle el robo de unos tubos de hierro, lo consignó por amagos a su persona."

"Los datos de que se ha hecho mención, el aspecto de los votos y otros detalles de poca importancia en sí, pero que forman grupo y ayudan a formarse un criterio exacto hasta donde es posible, han llevado a la Comisión la certidumbre moral y el convencimiento pleno de que las elecciones verificadas en el 11 distrito electoral, lo han sido, bajo la protección, manejo y presión de las autoridades, y todo ello o favor de la candidatura del señor Rafael Vargas, ¿cuántos votos de los obtenidos por el señor Vargas, son espontáneos y cuántos son el resultado de la presión y de las amenazas ejercidas por las autoridades? La Comisión no puede saberlo; pero encontrando comprobado plenamente, que esa presión y esas amenazas se efectuaron en la parte de las poblaciones del distrito electoral y que estas poblaciones fueron recorridas por empleados a quienes se obligó a hacer propaganda en favor del señor general Vargas; la Comisión no puede menos que declarar nula toda la elección en favor del ciudadano Rafael Vargas y de su suplente.

"En esa virtud, la Comisión debería proponer como diputado propietario y suplente, respectivamente, a las personas que siguen en el número de votos a los señores Vargas - Mata, toda vez que la Cámara ha sentado el precedente de que, aún cuando esté afectada la pluralidad de votos emitidos, la elección se conceptúa buena en favor de quien tuviera mayor número de votos buenos, pero la Comisión no lo hace así por las razones siguientes: "Cuando la Cámara y aún cuando las mismas Comisiones han declarado que una elección es buena, aun cuando la mayoría de los votos emitidos se haya nulificado, lo ha hecho siempre tomando en cuenta que la nulificación de votos ha sido ocasionada, principalmente por la ignorancia de los votantes al no llevar en el sufragio cada uno de los preceptos de la ley electoral; pero cuando la elección se efectúa en el Distrito Federal, y la nulificación de votos no es ocasionada por defectos de documentación, o por que los votos carezcan de algunos de los requisitos establecidos por la ley, sino a consecuencia de los malos manejos, de actos delictuosos de las propias autoridades encargadas de garantizar la libertad electoral, la Comisión aplica estrictamente el precepto del artículo 59 de la ley y debe declarar que absolutamente toda la elección es nula por encontrarse afectada la pluralidad de los votos emitidos.

"La segunda razón que tiene en cuenta la Comisión, es de orden moral, y se basa en la imposibilidad de saber qué número de votos hubieran obtenido cada candidato, si las autoridades no intervienen de modo tan directo e inapropiado en la elección.

"Por otra parte, nulificando la elección del 11 distrito electoral se daría una completa lección democrática tanto de las autoridades como al pueblo. Las primeras sabrán que es inútil y perjudicial aún para sus amigos, la participación indebida en la lucha electoral, y el segundo habrá adquirido la confianza de que tanto ha menester;

"Por lo expuesto, la Comisión sujeta a la deliberación de la H. Asamblea, las siguientes proposiciones:

"1a. Es nula la elección verificada en el 11 distrito electoral del Distrito Federal, en favor de los ciudadanos general Rafael Vargas y Luis I. Mata, como diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito.

"2a. Por estar afectada la pluralidad de los votos emitidos, se declara nula toda la elección en el 11 distrito electoral del Distrito Federal.

"3a. A su debido tiempo, convóquese a elecciones para diputados propietario y suplente por el mencionado distrito electoral.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados a 23 de mayo de 1917. - Filomeno Mata. - Julio Zapata." (Rúbricas.)

Está a discusión el dictamen. Las personas que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El C. Presidente: Se han inscrito para hablar en contra del dictamen los CC. Manrique Aurelio, Alvarez del Castillo y Vargas Rafael, y en pro el C. Peralta Miguel. (Voces: ¡No hay quórum!)

El C. Ancona Albertos: Moción de orden, señor Presidente. Haya o no haya quórum ya va a ser la una de la tarde y considero inútil prolongar la sesión; es más ventajoso que nos vayamos y vengamos a las cuatro de la tarde... (Voces: ¡Mañana, mañana!)

El C. Secretario Padrés pasó lista: Hay una asistencia de 143 CC. diputados Hay quórum.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: Señores diputados: Comienzo por hacer una consoladora promesa voy hacer muy breve. (Aplausos y voces: ¡Ah, ah!) Este dictamen relativo a las elecciones en el 11 distrito electoral del Distrito Federal nos deja muy buenas enseñanzas; en primer lugar hay un momento en que nos sentimos inclinados a dar la razón a los que hoy creen que nuestro país no ha cambiado profundamente de modo de ser después de la Revolución que hace siete años lo agita, pero pensándolo mejor, concedemos a quienes así piensan la razón sólo en parte. Efectivamente, nuestro país no ha cambiado de un modo radical ni podía cambiar, y una enseñanza un poco amarga que nos deja la observación del actual movimiento político en la República Mexicana, es este: De todos en conversación, en corrillos, convenimos a cada paso que sucede algo muy amargo, muy doloroso, que los verdaderos revolucionarios en el sentido de que han sufrido de veras por la Revolución, en el sentido de que han expuesto el pecho a las balas enemigas, han sufrido por la Revolución largos padecimientos, largos y dolorosos padecimientos, sin embargo llegados al Gobierno, teniendo en su mano influencia y poder, los emplean en un sentido que fuera más propio de autoridades de una dictadura como la porfirista; esto es verdaderamente desconsolador. Hablamos por ejemplo de lo que pasa en Colima, de donde acaban de llegar noticias documentadas de que revolucionarios constitucionalistas están cometiendo atropellos sin cuento; he sido testigo presencial, y no se crea que quiero aprovechar esta oportunidad para referirme a la cuestión local de San Luis Potosí, a la que sólo aludo ligeramente. He sido testigo en San Luis Potosí de que un revolucionario, el señor general Federico Chapoy, sucesor nada menos que de un héroe del Constitucionalismo, de vida y muerte igualmente gloriosa, el general Maclovio Herrera, haya burlado la voluntad popular, imponiendo, primero, a determinado grupo de candidatos a diputados, y más tarde al general Juan Barragán. Idéntica cosa, el mismo fenómeno encontramos en las elecciones verificadas en el undécimo distrito electoral del Distrito Federal, la más burdamente tramada de las imposiciones forzosas, verdaderamente repugnante. Efectivamente, la detallada relación hecha en el dictamen de los múltiples atropellos cometidos por las autoridades de aquel distrito, son cosa verdaderamente desagradable. Antaño, cuando quería el Centro que determinado diputado saliese por algún distrito, enviaba sencillamente la consigna en carta o telegrama, la elección se fingía o ni siquiera se fingía, sino que se contestaba al Centro, diciendo: "Ha resultado electo el señor Pérez." Ahora, como el país ha despertado a la vida democrática, existe un movimiento de partidos más o menos organizados, es necesario contrarrestar la propaganda de un partido o de un club democrático, con la propaganda de un pseudo - partido que en realidad solo está organizado por las autoridades. Ahora solamente ha variado la manera de hacer triunfar la voluntad oficial. Ahora se recurre a la farsa de pagar a un grupo, de reunir a un grupo de asalariados para que con la espontaneidad que da la paga, vitoreen a un candidato supuestamente popular, y esa farsa es la que nos repugna, y debo decir, entre paréntesis, que no vengo aquí, que no he venido hoy menos que nunca por movimientos puramente personales. Asombrábase no ha muchos días el señor licenciado Enrique Muñoz al verse tan ruda e inesperadamente atacado por mí cuando no había habido entre nosotros relaciones de ninguna especie, sino corteses saludos, si no habíamos cambiado otras palabras que "buenos días," "buenas tardes."

Posteriormente otra persona sobre quien también enderecé más ataques, me reclamaba con estas palabras rebosantes de una odiosa vulgaridad: "Si tiene usted conmigo rencores personales nos arreglaremos de otro modo." Es decir, que hay ciertos caracteres que no conciben que nos movamos por otra cosa que por pasiones personales; si atacamos a alguien, seguramente que es porque es nuestro más encarnizado enemigo, y si lo defendemos, seguramente es porque tenemos con él una vieja y honda amistad. No, señores; yo no aseguro, porque creeríais que exajero, que no me mueve pasión personal alguna; sin embargo puedo aseguraros que en mis ataques o defensas mi pasión personal tiene una parte mínima; pero contra lo que sí tenemos el deber de ir contra los viejos prejuicios, contra

los podridos sistemas. La Revolución que hace algunos años derribó del trono de Turquía al decrépito Abdul Hamid, el partido destinado a sucederle tomó un nombre altamente simbólico, llamóse la Joven Turquía; de la misma manera el partido que ha llegado al poder en México, debería llamarse el México Joven, el México nuevo, el México que quiere vivir una vida nueva, pues sabe que es fuerza renovarse o morir; de manera que después de la narración tan detallada de las farsas y atropellos habidos en el 11 distrito electoral, no podemos, no podremos en modo alguno votar por modo favorable a la candidatura del señor general don Rafael Vargas. Esta es, pues, la primera parte; decididamente son nulos los votos emitidos a favor del señor general Rafael Vargas. Se me dirá, y veo yo venir la objeción: Bien, ¿hasta qué punto podemos averiguar cuál es la proporción de votos viciados, la proporción de votos debidos a la presión oficial y cuál la de votos emitidos espontáneamente? y en verdad que debo contestar negativamente. No lo sabemos, no podemos saberlo, pero basta que la presión oficial y la farsa estén perfectamente demostradas, para que prefiramos equivocarnos, castigando a quien se ha servido, como armas, del fraude y la malicia, antes que darle una curul indebidamente; de manera que sí me parece justo, sí me parece perfectamente indicado, declarar nula la votación en favor del señor general don Rafael Vargas, aparte de la consideración de que no reuniese los requisitos legales de vecindad y de origen; pero una vez eliminado el señor general Vargas, paréceme indicado que se llame a quien le sucede en número de votos, en primer lugar, porque aquí se ha sentado ya jurisprudencia, porque se ha hecho así ya en innumerables ocasiones; y en segundo lugar, porque tengo para mí que el criterio de la Comisión al interpretar el artículo 59 de la Ley Electoral es en este caso equivocado. Creí que acaso la Comisión hubiera tenido muy justo temor de que se creyese en público que había habido en ella el deseo de favorecer a determinado candidato. Acabo de hablar con los compañeros de la Comisión y esa sospecha queda en absoluto desvanecida en mi ánimo. No, quisieron cumplir con su deber y creyeron que interpretaban correctamente el artículo 59 de la Ley Electoral, para declarar nulas las elecciones, y en mi concepto cometieron un error. Efectivamente y sin fijarnos por el momento en el texto de la ley, no podemos afirmar "a priori" que es absurdo que los votos legalmente adquiridos, cualquiera que sea su número, por enorme que se le suponga ¿No es absurdo que se crea que los vicios de esos votos contaminan también de irregularidad y nulifican a aquellos otros por escaso que sea su número, legal, espontánea y libremente emitidos? Yo creo que ese criterio es completamente absurdo. Supongamos un número mínimum de quinientos votos libres y legalmente emitidos, y supongamos un número tan grande como se le quiera de votos fingidos. Esos votos fingidos por un quídam o por un grupo de quídams puestos de acuerdo ¿Esos votos fraudulentos, manchados, pueden contaminar a los votos legalmente adquiridos? Yo creo que no; pero la Comisión se defiende diciendo que el artículo 59 dice: "Cuando la nulidad afecte a la pluralidad de los votos obtenidos o tenga por causa incapacidad del electo, la elección misma, será declarada nula." Pero en primer lugar hemos establecido una diferencia aquí, una diferencia entre mayoría y pluralidad; cierto que los diccionarios consultados no nos dan la definición exacta; de tal manera que se confunden pluralidad y mayoría; pero es indudable que el legislador no consideró indiferente el empleo de estos términos. De todas maneras la acepción que hemos consagrado a estos términos, la acepción concreta que aquí hemos fijado a estos términos, ha sido tener por mayoría la mitad más uno de los votos emitidos y entender por pluridad el exceso o ventaja que tenga determinado candidato sobre los que figuran en la votación. Es claro, y esto no era indispensable que la ley lo dijese, es casi perogrullada, cuando el candidato, al ser afectada la ventaja que tiene sobre el contrario, pierde esta ventaja, es claro que la elección del candidato queda nula; pero esto es lo que en el sentir fijado ya en esta Asamblea, debe entenderse por pluralidad, el exceso o ventaja que tenga una persona en el número de votos, por las que la sigan en votación. De manera que en este sentido de pluralidad, una vez perdiendo el general Vargas su pluralidad , desde el momento en que se nulificaron sus votos, debe llamarse, es legal llamar al que le siga en número de votos. Pero el artículo 59 dice:" Cuando la nulidad afecte la pluralidad de los votos obtenidos o tenga por causa incapacidad del electo, la elección misma se declara nula."

Y aquí es necesario establecer una distinción que no es un juego de palabras, sino algo efectivo y real, la distinción entre lo que significa, entre lo que se entiende por la elección y lo que se entiende por la elecciones; es la diferencia que tienen determinados sustantivos cuando se les emplea en singular o plural; de tal manera que sería impropio confundir el arte con las artes; así sería impropio confundir la elección y las elecciones; una cosa son las elecciones verificadas en determinado distrito y otra cosa es la elección declarada en favor de determinada persona. Lo que aquí debe declararse nulo, insubsistente conforme a la ley del artículo 59, es la elección hecha en favor del general Vargas, pero nunca, de ninguna manera, porque sería absurdo, las elecciones verificadas en el 11 distrito electoral, en las que por lo menos hubo un millar de votos perfectamente legales, y sería absurdo que porque se emplearon medios ilegales por una o varias personas, fuera eso bastante para nulificar la pluralidad legal de varios millares de votos; esto sería absurdo, y por eso pido un voto reprobatorio para ese dictamen en el sentido de que declarándose nula la elección del señor Rafael Vargas, se llame, por ser legal, a quien le siga en número de votos legales.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Mata Señores diputados: La Comisión en este caso, como todos los que ha tenido delante, ha hecho a un lado todo apasionamiento y solamente se ha guiado por un espíritu de justicia y nada más. Solamente la Comisión ha recibido dos dictámenes rechazados: El primero verdaderamente

nos dio pena por que se trata de un revolucionario reconocido en toda la República, puede decirse, era el del señor Tomás Pérez Ponce. El segundo dictamen rechazado fue el del señor Burguete. En lo personal, y lo digo por mi, me alegré de que ese dictamen hubiese sido rechazado, porque si bien es cierto, que la elección era legal, en cambio en nuestra conciencia teníamos la parte política y veíamos que si el señor Burguete triunfaba en esta Asamblea, venia a entrar un huertista, uno que ha atacado a la Revolución cuantas veces ha podido, y entonces nada habría hecho la Revolución dando entrada en su seno a un elemento antagónico. En el caso actual, la Comisión verdaderamente se ha encontrado, se ha hecho varias veces esta pregunta: ¿Hasta que punto pueden modificarse las elecciones en el 11 distrito electoral? Si juzgado el caso del señor general Vargas encontramos que el argumento esgrimido por sus contrincantes, de que no tienen el requisito de vecindad, puede ser destruido, supuesto que él había sido enviado a una comisión del Gobierno, venia después a la consideración de la Comisión el punto legal, en cuanto al ejercicio electoral en el 11 distrito. Por eso es que la Comisión concluye su dictamen en esta forma que me voy a permitir volver a darle lectura para que la Asamblea se penetre más de ello. Dice así:

"Los datos de que se ha hecho mención, al aspecto de los votos y otros detalles de poca importancia entre sí, pero que forman grupo y que ayudan a formarse un criterio exacto hasta donde es posible, han llevado a la Comisión la certidumbre moral y el convencimiento pleno de que las elecciones verificadas en el 11 distrito electoral, lo han sido bajo la protección, manejo y presión de las autoridades, y todo ello a favor de la candidatura del señor Rafael Vargas, ¿cuántos de los votos obtenidos por el señor Vargas son espontáneos, y cuántos son el resultado de la presión y de las amenazas ejercidas por las autoridades? La Comisión no puede saberlo; pero encontrando comprobado plenamente que esa presión y esas amenazas se efectuaron en la parte de las poblaciones del distrito electoral, y que estas poblaciones fueron recorridas por empleados, a quienes se obligó a hacer propaganda en favor del señor general Vargas; la Comisión no puede menos que declarar nula toda la elección en favor del C. Rafael Vargas y de su suplente."

El C. Presidente, interrumpiendo: Habiendo informado la Secretaría que se ha descompletado el quórum, se levanta la sesión a la 1.17 p.m. y se cita para mañana a las cuatro de la tarde, a sesión de la Cámara de Diputados.

El Jefe de la Sección de Taquigrafía,

JOAQUÍN Z. VALADEZ.