Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170530 - Número de Diario 44

(L27A1P1eN044F19170530.xml)Núm. Diario:44

ENCABEZADO

MÉXICO, MIÉRCOLES 30 DE MAYO DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERIODO EXTRAORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO I.- NUMERO 44

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

CELEBRADA EL DÍA 30 DE MAYO DE 1917

SUMARIO

1. Se pasa lista. Se abre la sesión. Se lee y aprueba el acta de la sesión anterior. Se da cuenta con un oficio de la Legislatura de Guanajuato, al que recae el trámite "de enterado." Reclamado este trámite , es cambiado por el de "al archivo." - 2. Es aprobado el dictamen relativo a la reglamentación del artículo 123 constitucional, en lo relativo a la invitación al Ejecutivo para que envíe dicha reglamentación. - 3. Es aprobado un proyecto de ley subscripto por la diputación del Estado de Puebla, para que se convoque a elecciones de diputados por el 14 distrito electoral de aquel Estado - 4. Se nombra una comisión que visite al C. Siurob. Se sigue dando cuenta con los asuntos en cartera. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. ROMÁN ALBERTO.

El C. secretario Padrés, a las 5.05 p. m. pasa lista: Hay asistencia de 150 señores diputados; hay quórum.

Se había citado para sesión de Colegio Electoral; pero en vista de que las comisiones no han presentado sus dictámenes todavía, se va a pasar a Cámara de Diputados.

El C. presidente: (Agita la campanilla). Se abre la sesión de la Cámara de Diputados.

El C. secretario Padrés da lectura al acta de la sesión anterior. Está a discusión el acta. - ¿No hay quién haga uso de la palabra? (Voces: ¡No, no!) En votación económica se pregunta si se aprueba; los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

- El mismo C. secretario da cuenta con un oficio del Congreso Constituyente del Estado de Guanajuato, participando haber quedado constituído y que abrió un período de sesiones extraordinarias.

El trámite es: "De enterado."

El C. Fernández Martínez Luis: Pido la palabra, señor presidente, para reclamar el trámite.

El C. presidente: Tiene la palabra su señoría.

El C. Fernández Martínez Luis: Señores diputados; reclamo el trámite en nombre de la revolución, en nombre del decoro y en nombre del honor. Nosotros, los que hemos sido constituidos por mandato del pueblo; nosotros, los que estamos aquí representando al pueblo mexicano, no debemos de ninguna manera tener ni siquiera correspondencia con Cámaras que, como la de Guanajuato, son apócrifas e ilegales. La Cámara de Guanajuato es nacida de un chanchullo. Es nacida de un chanchullo, porque el pueblo guanajuatense no pudo, ni por un solo instante, pensar en dar su voto en favor de los elementos que la forman. Y, señores, si nosotros sancionamos con el trámite "de enterado" el que se acuse recibo a la comunicación del Congreso guanajuatense, no hacemos otra cosa que sancionar nosotros mismos el chanchullo efectuado en el Estado de Guanajuato. Y así, a pesar de que el pueblo guanajuatense está indignado, a pesar de que el pueblo guanajuatense en su totalidad está hirviendo en ira santa, nosotros no tenemos el recurso siquiera de pedir en nombre de ese pueblo y secundando a ese pueblo viril y patriota, la nulidad de esas elecciones. Además, señores diputados, no tenemos ni tendremos siquiera el derecho supremo, en caso de no conseguir la nulidad de elecciones, de recurrir al principal derecho, al más sagrado derecho, que es la rebelión. Dije, señores, que la diputación, los individuos que forman la Cámara de Guanajuato, son casi en su totalidad elementos nocivos

al constitucionalismo, como voy a tener la honra de probarlo. El presidente de las juntas preparatorias, más bien dicho, el presidente de la primera comisión revisora de credenciales del llamado congreso local de Guanajuato, es un individuo que se pinta en esta hoja que ruego a la secretaría dé lectura en las partes que ella conoce.

El C. secretario Mata: La secretaría oficialmente no conoce nada.

El C. Fernández Martínez: Le ruego me dispense, me quise referir al señor López Lira en lo particular.

El C. prosecretario Morales Hesse: Discurso pronunciado por el señor doctor Luis P. Bustamante, en la velada del Teatro Juárez.

"Señor gobernador:

Señores:

"Quisiera que mi voz, superior en potencia a la del griego Esteutor, pudiera ser oída desde el Bravo hasta el Suchiate, desde el Golfo hasta el Pacífico!

"Si así fuera; si en lugar de escucharme un millar de conterráneos míos que, como yo, se sienten orgullosos de haber nacido en este Estado, cuna de la independencia, mis palabras pudieran llegar a todos los que cobija con sus alas el águila del nopal, ¡Con cuánto placer aprovecharía estos momentos de religioso recogimiento, de colectivo y santo entusiasmo, para empeñarme con todas las fuerzas de mi espíritu sano, en arrancar a la inconciencia nacional de las nefandas garras de la ambición egoísta y bastarda! ¡Con cuánta fruición pediría a los manes de Hidalgo y de Allende, de Aldama y de Abasolo, una chispa del divino fuego que los animó cuando se lanzaron a su empresa gigantesca, génesis de nuestra patria y de esa chispa haría un fanal bastante poderoso para llevar luz, mucha luz a las conciencias obscuras por la ignorancia o nubladas por mercantiles y criminales sugestiones!

"México, nuestra desventurada patria, va atravesando una etapa histórica equivalente a la niñez, y como la niñez, vacila y tropieza por su escaso vigor físico, y como ella es campo feraz para que en su suelo pululen y le hagan daño las mil influencias morbosas que se ceban sobre los organismos débiles, mal preparados aún para la lucha por la existencia.

"Y esa lucha ha debido entablarla contra elementos intrínsecos; contra las influencias retardatarias, hijas de su étnica constitución y contra el apetito voraz de un poderoso vecino, poco escrupuloso en lo que se relaciona con los ajenos derechos.

"En efecto, de nuestra manera de ser como pueblo, esto es, de la composición especial de la sociedad mexicana, conglomerado de naturaleza hetereogénica; de la acción persistente de nuestras características ancestrales no transformadas aún por la educación en fuerzas vivas; del combate incesante entre las tendencias ultraprogresistas de una minoría intelectual de la gran mayoría; de la enorme sugestionabilidad de ésta última, fácilmente explotada por farsantes con ropaje de apóstoles, y por último, de nuestra proximidad al coloso del norte, amontonamiento formado por los adoradores del dóllar, han dependido nuestras vicisitudes colectivas.

"Si durante nuestro penoso calvario se han producido movimientos fecundos como la guerra de Reforma, pletórica de ideales nobilísimos y henchida de risueñas esperanzas; períodos de calma artificial pero efectiva, como la era porfiriana, también han surgido brutales sacudimientos como la revuelta maderista, incubada en el cerebro ansioso del yanqui y realizada por el efecto de una locura colectiva, de un vértigo tan violento como fatal! Y es que las sociedades en su marcha, obedecen necesariamente a su naturaleza y a las peculiaridades que distinguen a sus elementos constitutivos. Por eso, si cuando las mueve el impulso bienhechor de las clases dirigentes, avanzan y se ennoblecen, cuando las agita el turbión de las bajas pasiones con su macabra cohorte de instintos salvajes y de inclinaciones prehistóricas, retrogradan y se envilecen, pierden el derrotero y si una reacción oportuna no lo impide, se extravían en el caos y se aproximan a su aniquilamiento. Y sin embargo, ese flujo y reflujo del pasado, en la playa del presente, estorba, pero no impide el advenimiento de un futuro mejor, porque como lo ha dicho el insigne Sttse, "las acciones que perturban la evolución, son siempre menores que la acción total que causa el desarrollo."

"En tan sólido principio, fundamental en la moderna sociología, se apoya mi optimismo. Por eso creo y espero que, a pesar de nuestra agitación, por fortuna decreciente, no dista mucho de nosotros un porvenir de normalidad y calma.

"Si algunos temen que no sea así, porque ven que los fermentos se multiplican y los daños sociales continúan; si hay pesimistas y desesperados, si hay ilusos y cobardes, es porque su miopía intelectual no les permite ver que en medio del fragor de los combates, de la ruina y la desolación que acompañan a la guerra, en derredor de los moribundos y frente a la hogueras de los incendios, hay "brotes de vida nueva, hay semillas de bienestar futuro y están abriendo ya sus exuberantes cotiledones las plantas que han de dar salud y fuerza a las generaciones que nos sucedan."

"Debemos tener, pues, confianza en el porvenir de la república: Su niñez va pasando con borrascas y sus errores, sus inepcias y sus locuras, sus turbulencias y sus credulidades. Pronto llegará a la juventud, y más firme, más vigorosa y más sana, seguirá

su marcha hacia adelante, aleccionada por las enseñanzas del ayer y a pesar de sus peripecias.

"Pero si eso es innegable, si como sostén y como consuelo la ciencia nos procura esa seguridad y nos anima con esa confianza, no cumpliríamos con el deber imperioso que hacia nuestra patria tenemos, si permaneciéramos mudos espectadores del drama cuyo teatro es la tierra donde vimos las primeras auroras y los primeros ocasos, la que dió vida a nuestros padres, la que produce el pan que nutre a nuestros hijos y guarda las tumbas de los que amamos y nos amaron!

"Ver con indiferencia los episodios de una lucha entablada entre los que se empeñan en el restablecimiento del orden, que es el cimiento del edificio social, contra los que han enarbolado la bandera del exterminio como un "modus vivendi" más cómodo que el trabajo honrado, es más que un delito, es crimen de lesa patria. Porque no basta haber aceptado con apresuramiento como la única solución inmediata y razonable de nuestros conflictos, el gobierno fuerte, digno y patriota que va depurando el territorio mexicano de la abundante cizaña sembrada a manos llenas por el maderismo, es preciso que nuestra cooperación en esa obra de necesidad ingente se traduzca por hechos positivos; que acabe nuestra punible y crónica inercia; que seamos como dice Manón, ciudadanos activos, aptos para luchar tenazmente contra los males que nos afligen y "no seres pasivos, resignados, sin fuerzas para el combate, sumisos, apocados, mudos.

"El gobierno manado del levantamiento de la Ciudadela, fue sólido desde su cuna, porque era la reacción del orden contra el caos, de las aspiraciones generales hacia la independencia efectiva, incompatible con los absurdos y humillantes compromisos contraídos por los pseudo - demócratas con las compañías norteamericanas; porque propendía a la realización del gran anhelo de todos los mexicanos conscientes; el retorno del equilibrio social, profundamente perturbado, roto, casi destruído por el huracán de la barbarie!

"Hoy, el gobierno del señor general Huerta ha obtenido espléndidos triunfos en todas las esferas de su acción; con el interior, ha combatido las hordas canibalescas que asolan el país; ha solicitado y obtenido la cooperación de los más aptos para ejercer las difíciles funciones gubernativas; ha comenzado con éxito la organización de los servicios públicos; ha eliminado la escoria; ha dado impulso a todas las ideas nobles y a todas las obras trascendentales; ha vuelto, en una palabra, por los fueros de la razón impíamente maltratada por el maderismo y de la verdad, envuelta por ellos en asquerosos trapajos. En el exterior, ha conquistado una respetabilidad mundial; ha restablecido el crédito, ha repelido valiente y patrióticamente las depresivas pretensiones del gobierno de la Casa Blanca y por ello ha merecido el aplauso de todos los hombres justos que habitan en el planeta.

"Si, pues, el poder público ha cumplido con sus deberes, nosotros estamos obligados a cumplir con los nuestros, dándole en todas las formas posibles de nuestra actividad el más sólido apoyo: En el punto de vista moral, con nuestra adhesión entusiasta; en el punto de vista intelectual, con nuestra aprobación plena y razonada; en el punto de vista físico, con nuestros recursos materiales y con nuestros brazos dispuestos a bregar "para sostener hasta la muerte nuestra vida autónoma, nuestra paz, nuestra honra, nuestras propiedades, nuestros derechos, nuestras esperanzas; en una palabra, todas nuestras potencias evolutivas."

"El gobierno necesita ayuda, una ayuda franca y completa, sin distingos y sin reticencias, y sin esa ayuda nada podría.

"Por eso decía Voltaire que para conseguir un poco de bienestar, "objeto único de la política" se necesitan "manos que ayuden, entendimientos bastante abiertos para comprender y bastante dóciles para obedecer."

"Si ha sido y es difícil la situación de nuestra patria, empeñada en dominar a sus enemigos interiores y en conservar incólume su dignidad ante el mundo; si su gobierno, bastante patriota para comprender su papel y desempeñarlo airosamente, ha contado con perfecto derecho con la solidaridad nacional para anonadar la lucha del vandalismo, para rechazar la cobarde e injustificada intromisión norteamericana en nuestros asuntos interiores y si preciso fuese, para defender la integridad nacional, (sería absurdo, sería inconcebible que permaneciéramos estáticos ante nuestros peligros, sin agruparnos en torno de nuestros mandatarios), que afortunadamente tienen la talla que es indispensable para ver cara a cara el porvenir, (sin vacilaciones y sin temores).

"En los períodos de prueba para los pueblos, es cuando se aquilata su aptitud para la vida y para el progreso, es decir, la magnitud de su alma nacional, y México, que tiene por nuestra dicha, una historia preñada de grandes hechos y abundantes en grandes hombres, no sólo corresponderá debidamente a su pasado, sino que excederá con mucho a nuestras previsiones fundadas en él; porque es imposible que el tiempo haya transcurrido sin acentuar más y más las cualidades que produjeron esa pléyade innumerable de héroes, defensores de la patria durante la invasión de 1847 y durante la injusta intervención francesa.

"En efecto, ya se esboza brillantemente en toda la república, el noble deseo de ayudar al gobierno en la pacificación, a la vez que de prepararse contra las emergencias del futuro.

"En la metrópoli, dos mil empleados de

los bancos y del comercio, un grupo numeroso de estudiantes, los empleados de la secretaría de Fomento y de los juzgados penales y muchos obreros, solicitaron y obtuvieron instructores militares, igual cosa ha sucedido en Guadalajara, en Toluca, en Monterrey y en algunas ciudades más; entretanto que la confederación fabril ofrece al señor presidente entregar al gobierno "mil pesos" diarios para restablecer el tráfico ferrocarrilero.

"En esta capital existe hace algún tiempo la Liga Patriótica Independiente para la defensa urbana y un batallón de voluntarios que quizá formen mañana en el desfile militar.

"Pero eso es poco todavía. "Más, mucho más necesitamos hacer y más haremos." El gobierno puede contar con que los guanajuatenses, "que hemos sido bastante sensatos para no dejarnos engañar por los agitadores deseosos de resucitar para su propio bien," el pestilente reinado de la ineptitud, "los guanajuatenses, que pronosticamos y vimos la bancarrota de una irrisoria democracia con sus nulidades y sus "mimos; sus locos despilfarros y su escandalosa indisciplina;" los guanajuatenses, que hemos contado siempre con dignos representantes en la defensa de todas las nobles causas, hoy que tenemos al frente del gobierno a "un hombre fuerte, cuyas intenciones honradas se adunan a su estimable y ruda sinceridad, nuestros derechos a la vida independiente y al orden."

"Que el gobierno exija nuestra cooperación y la tendrá."

"De ningún modo podremos honrar mejor la memoria de nuestros libertadores, hoy centésimotercero aniversario de la alborada de nuestra independencia, que protestando cumplir con la más grata e imperiosa de nuestras obligaciones como ciudadanos. Y el mundo civilizado, que está atento a los acontecimientos que se efectúan en nuestro país, verá muy pronto que somos dignos de llamarnos libres, "porque supimos probar en titánica lucha, que tenemos el sentimiento del deber sólidamente incrustado en el fondo de nuestras almas.- Doctor Luis P. Bustamante."

El C. Fernández Martínez: Pues bien, señores diputados, el autor del discurso cuyos párrafos se ha servido leer la secretaría, es el individuo a que me referí, el presidente de la primera comisión revisora de credenciales, y no ha seguido otro criterio que un criterio, como verdaderamente y con todo acierto dicen los vecinos de Guanajuato, un criterio de cordialidad. El señor doctor Luis P. Bustamante al presentarse todos los presuntos diputados a la Cámara Legislativa, les manifestó lo siguiente: "Aquí, señores, compañeros y amigos, no haremos otra cosa que laborar con entera cordialidad. Nosotros no usaremos la famosa chaveta con que allá en México están insultando a la justicia, nosotros no haremos uso del famoso cuchillo de tres filos que no hace más que herir la dignidad de la nación." Eso ha dicho el señor doctor Luis P. Bustamante al presentarse a la Cámara de Diputados. Ahora bien, las demás personas que lo forman son casi en su totalidad elementos que, como el doctor Luis P. Bustamante, no harán otra cosa que hacer que en el Estado de Guanajuato impere nuevamente, como en estos momentos está imperando, la reacción más absurda, el dominio más terrible de todo aquello que mata las energías, de todo aquello que mata la vitalidad de un pueblo que tiende a las libertades. Por tal motivo, señores diputados, yo, en nombre del pueblo guanajuatense, en nombre de los sesenta mil habitantes que represento, pido a ustedes que honradamente no aprobemos el trámite de la mesa, sino que se le dé este trámite: "Al archivo," porque no es decoroso que un congreso emanado de la legalidad, emanado del voto público, entre en correspondencia, por decirlo así, o sancione la instalación de un congreso apócrifo, de un congreso criminal y de un congreso que, en estos momentos, tiene a los habitantes del pueblo guanajuatense hirviendo en ira santa. (Aplausos.)

El C. López Lira: Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. López Lira: Ciudadanos diputados: Dentro del formulismo parlamentario, la mesa ha dictado un trámite que yo reconozco que es pertinente; pero como ha dicho muy bien mi compañero el diputado por Guanajuato, sería indebido y sería inmoral que esta Cámara de representantes del pueblo aprobara ese trámite, porque sería dar el visto bueno de esta honorable y altísima representación nacional para todos los desastres, para todos los decretos coercitivos, para todas las infamias que van a surgir de la legislatura local de Guanajuato. Máxime, señores diputados, cuando todos estos individuos que forman el núcleo director de esa Cámara, no han llegado allí por la libre y espontánea voluntad del pueblo; han llegado allí por el sinnúmero de chanchullos que ya he anunciado en esta tribuna cuando he tenido el alto honor de dirigiros la palabra y vosotros me habéis dispensado la inmerecida distinción de escucharme con toda atención; son resultados precisamente de esos manejos que bien conocen ustedes y de ese cambio en la política local. Ayer, señores diputados, se leyó aquí un escrito de protesta de los obreros guanajuatenses, que yo hice mío, en el que se hacía constar cómo se había verificado una manifestación de protesta en contra del criterio y en contra del proceder de la Cámara local. Ya habéis oído unos párrafos del discurso que pronunció el llamado presidente de la llamada comisión revisora de credenciales el día 15 de septiembre

de 1913, ante el general Rómulo Cuéllar, gobernador huertista de aquella entidad. Uno de los secretarios que firman la comunicación, cuyo trámite me he permitido objetar, es el señor Ricardo Alamán. Digo esto, porque el señor Padrés no pudo leer bien, por dificultad muy natural, esa firma. El solo apellido, señores diputados, dará a ustedes una idea perfecta de la filiación del señor Alamán, es un descendiente de aquel que insultó al señor Hidalgo, al día siguiente de la toma de Granaditas, protegió personalmente a él y a su familia; me refiero a don Lucas Alamán. Detrás de todos estos individuos está el diputado por Irapuato a quien la revolución puso fuera del Estado por enemigo de la misma. Si Huerta y Félix Díaz hubieran pretendido escoger los elementos, no hubieran tenido otros elementos tan a su gusto como los individuos que existen ahora en la Cámara local, por eso un grupo de revolucionarios honrados va a dirigirse a la Cámara de Senadores pidiendo la nulidad de elecciones, no sólo por el criterio político, sino por el criterio legal. En las elecciones para gobernador, para poder triunfar ellos han dejado abiertos por más de diez días los expedientes de Pénjamo y de Irapuato para contrarrestar los votos que obtuvo el señor Madrazo. Y no hablo aquí, por supuesto, como partidario del señor Madrazo; yo, desde esta tribuna, dije el otro día que el señor ingeniero Madrazo podría servir mejor los intereses de la revolución en aquel estado y por eso toda la diputación por Guanajuato lo sostenemos, de manera que el triunfo del señor Madrazo fue un hecho. Sin embargo, toda la prensa y muy especialmente "El Universal" y "El Pueblo," estuvieron pregonando constantemente el triunfo del candidato reaccionario, con objeto de poder hacer el chanchullo y que la opinión pública no tuviera conocimiento de la verdad. Hace una semana que estuve en la capital del Estado de Guanajuato, y entonces pude ver que el resultado en la junta computadora era a favor del señor Madrazo y que la opinión pública era igualmente a favor del señor Madrazo, y ahora resulta que el triunfo fue para el candidato contrario. Estos individuos habían preparado bien el terreno para cambiar la opinión pública. Si pues, es un insulto para la revolución y precisamente los individuos que más la han combatido están allí presentes, pues precisamente el señor Alamán fue jefe político de Acámbaro durante la época huertista. Hay allí dos o tres individuos más cuyos nombres no recuerdo en estos momentos, que han sido todos ellos servidores de la reacción. El diputado por Salamanca, el distrito que yo represento aquí, mi distrito natal, era un buen revolucionario. Allí, gracias a los esfuerzos que hicimos, logramos triunfar; sin embargo, como la fórmula era inminentemente revolucionaria, los reaccionarios, y yo les reconozco que en esto hicieron muy bien, puesto que justifica la actitud y el criterio político que hemos tenido en esta Cámara, han echado abajo esa credencial para aprobar la elección de un individuo que estuvo siempre sirviendo al huertismo como juez del estado civil en la ciudad de Salamanca. Las condiciones, pues, en el Estado de Guanajuato, son verdaderamente difíciles; la opinión popular está altamente excitada; las condiciones de vida son precarias, sobre todo en la capital del Estado, por la no explotación de las minas. Todo esto contribuye a una efervescencia política en vista de que ha sido violado el voto público en el Estado de Guanajuato. Si, pues, como he dicho antes, se va a pedir la nulidad de las elecciones al Senado, si todos estos individuos pueden muy bien encauzarse por enemigos connotados de la revolución, como decía algún compañero de diputación en una junta que tuvimos: "Si no se necesita presentar pruebas, puesto que son reaccionarios axiomáticos, sus nombres son perfectamente conocidos en todo el territorio del Estado, como de los mayores enemigos de la revolución," si, pues, existen todas estas circunstancias, si, pues, el Senado puede declarar la nulidad, la ilegalidad, la ilegitimidad en la formación de esa legislatura, yo pido que la Cámara popular, no dé el trámite "de enterado," sino que mande al archivo esta comunicación, o que se reserve la mesa a esperar la resolución del Senado, pues de lo contrario, como ya he dicho, sería un reconocimiento que no merecen los reaccionarios que se hacen llamar pomposamente: "Congreso del Estado de Guanajuato." (Aplausos.)

El C. secretario Padrés: La mesa sostiene su trámite; por consiguiente, se pregunta si se aprueba. (Voces: ¡No, no!) Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. No se aprueba el tramite de la mesa.

El C. Medina Hilario: ¿Que otro trámite da la mesa?

El C. secretario Padrés: No habiendo sido aprobado el trámite de la mesa, el oficio pasa al archivo.

- El mismo C. secretario: "Señor: "Al estudio de esta la. comisión de trabajo y previsión social pasó para su dictamen la iniciativa que los CC. diputados Vadillo, Alonzo Romero, Ramírez Garrido y otros más presentaron a efecto de que se invite al Ejecutivo a fin de que presente a la mayor brevedad posible y dentro de este período extraordinario de sesiones, el proyecto de ley que reglamente el artículo 123 de la Constitución.

"Las dificultades que con frecuencia surgen entre industriales, patronos y obreros, no sólo en el Distrito Federal, sino también

en muchos Estados de la república, y las cuales pueden evitarse o por lo menos hacerse menos numerosas con la expedición de las leyes reglamentarias del artículo 123 constitucional, hacer indispensable la expedición de esas leyes reglamentarias, y cuyos proyectos sólo puede mandar el Ejecutivo en atención al artículo 6o constitucional; pero como el Ejecutivo únicamente está facultado para formular el proyecto de la ley reglamentaria que debe regir en el Distrito Federal y Territorios, obrando esta comisión de acuerdo con los proponentes, aunque de un modo restringido, somete a esta honorable asamblea la aprobación de la siguiente proposición:

"Única. - Invítese al Ejecutivo de la Unión para que a la mayor brevedad posible envíe a esta Cámara el proyecto de ley orgánica del artículo 123 constitucional, que deba regir en el Distrito Federal y Territorios."

"Sala de comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 30 de mayo de 1917.-F. G. Arrazola . - J. C. Saucedo. - E. Neri," rúbricas. - Pasa a la 1a. Comisión de Trabajo y Previsión Social.

El C. Neri: Ese es el mismo dictamen.

El C. secretario: Es de primera lectura.

El C. Aveleyra: Ya la Cámara dispensó los trámites a esta proposición; únicamente pasa a la comisión para que formule el dictamen; por tanto, creo que es de ponerse a discusión inmediatamente.

- El mismo C. secretario: En virtud de lo que dice el C. Aveleyra, se pone a discusión. (Voces: ¿Qué dijo el diputado Aveleyra?)

El C. presidente: El C. Aveleyra ha hecho notar a la mesa que se dispensaron los trámites a esta proposición, para que pasara inmediatamente a comisión con objeto de que fuera discutido a la mayor brevedad posible, y como la mesa no tiene empeño en retardar esta discusión, por eso pone el dictamen de la comisión desde luego a discusión.

El C. secretario: ¿No hay quien pida la palabra?

El C. Medina Hilario: ¿Qué dice el dictamen en la parte resolutiva?

El C. secretario Padrés: La resolución de la proposición dice así: (Leyó.) ¿No hay quien haga uso de la palabra?

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. J. Pascual Alejandre. (Siseos.)

El C. Alejandre: Es casi una costumbre establecida, señores, cuando esta tribuna la aborda alguno de aquellos señores diputados que no va de acuerdo en lo general con las ideas que dominen en la asamblea, que por lo regular nunca se le dispensen ningunas atenciones ni se le tengan las consideraciones que, en lo general, deberían dispensarse a todos los señores diputados. Yo, señores, en esto naturalmente no estoy de acuerdo. Ustedes, por su parte, si no están de acuerdo conmigo, una vez que vengan aquí ustedes, yo seré el primero, desde mi asiento, en tributarles un aplauso. Yo entiendo, yo creo que todos y cada uno de los diputados tiene derecho de emitir su juicio: Una opinión muy buena, muy luminosa o muy opaca; todos tenemos derecho de emitir nuestro juicio. Pues si no se nos dispensa ese derecho, indudablemente que algunos solamente estamos haciendo un papelito muy triste y hasta ridículo. Por lo mismo, respetuosamente pido a ustedes que me escuchen algunos datos que son de mi propio criterio y que quiero dar a conocer. Si no están conformes, es indudablemente porque en una asamblea como esta no todos los criterios caminan de acuerdo ni todos están enteramente unísonos para aprobar cualquier proyecto que se presente. Yo, señores, he creído y vuelvo a repetir, que este es un asunto de mucha importancia; es indudable que debemos verlo con mucho cuidado y con mucho reposo. En la experiencia y en la práctica hemos visto, señores, que aunque yo soy el primero en defender al señor general Siurob en su paso por el gobierno del Estado de Guanajuato, también soy el primero en comprender que ese festín con que quiso él defender a los obreros, esa manera violenta con que quiso ayudarles en todas sus dificultades y en todos sus asuntos, ha sido una de las causas principales por las que aquel Estado sufrió una gran consecuencia muy lamentable en su administración, la que fue desastrosa probablemente. El señor general Siurob tuvo muy buenas intenciones; pero no siempre cuando se tienen buenas intenciones se logra obtener lo que se necesita. Todos sabemos que cuando se quiere favorecer al obrero, no hay que ir al follaje, sino que hay que ir al tronco; hay que ir a ver las cosas desde el punto de donde nacen; si esto no lo hacemos así inmediatamente, en vez de ayudar a los obreros, muchas veces los perjudicamos. Me voy a referir a algunos casos que son conexos con este y pido a ustedes me escuchen. Vuelvo a decir que no tengo ninguna intención de obstruccionar. Yo he trabajado largo tiempo en los ferrocarriles representando distintos puestos; de manera que puedo decir que he sido primero obrero y más tarde oficial, y por eso he expresado que estoy en condiciones de apreciar imparcialmente los conflictos entre el trabajo y el capital. Yo no tengo interés ni de defender a alguno ni de acusar a otro, únicamente quiero citar algunos casos que están en conexión con este y por esto creo que no debemos excitar al Ejecutivo para que de una manera violenta y precipitada nos presente un proyecto de ley reglamentaria como nosotros quisiéramos hacerlo. El caso actual, señores diputados, en todas las legislaciones del mundo, indudablemente que nunca se legisla con la simple buena intención de favorecer al obrero en perjuicio del industrial. Si al industrial no se le proporcionan todas las garantías necesarias, el industrial, señores,

nunca puede aceptar todas las indicaciones que el Poder Legislativo le presente, supuesto que estas indicaciones no reportan todos los beneficios que él quisiera en beneficio de sus intereses. Nosotros no debemos lastimar los intereses del industrial, porque atacándolo directa o indirectamente, no podrá atender debidamente las exigencias del obrero y éste será el que venga a sufrir las consecuencias de estas disposiciones. Si nosotros le pedimos al Ejecutivo una ley reglamentaria tal como debe ser, debe venir con un amplio criterio, ya bien estudiada, porque de otra manera no reportaría todos los beneficios que quisiéramos. Si le decimos al industrial: "Tú

tienes que darle al obrero ésto," naturalmente que debemos también darle al industrial amplias garantías para que pueda satisfacer esas necesidades, pues sucede con frecuencia que el industrial no dice: "Yo tengo un carro de algodón en Torreón desde hace tanto tiempo y no puedo conseguir que el ferrocarril me lo mueva; tengo, dice, mercancías almacenadas durante muchos años y el ferrocarril no me da garantías por la inseguridad que hay en los caminos y el peligro de que asalten el tren es inminente." Necesitamos, pues, darle amplias garantías. ¿Y cuál es el papel de los legisladores? ¿Acaso los legisladores no tienen que ver por los intereses de todos? ¿Acaso no tienen que defender al obrero, como también al industrial? ¿No son todos los intereses nacionales? Este es uno de los puntos, señores, por los que yo quisiera que este caso no se festine, sino que se medite bien, que se medite con calma sobre los resultados. Se entiende que, si efectivamente se van a obtener resultados prácticos, indudablemente, señores, yo soy el primero en comprender que debe dárseles, que debe impartírseles toda ayuda; pero si no podemos darla actualmente debido a las circunstancias anormales del país, si no podemos hacer todo lo que deseáramos en pro del obrero, porque no tiene amplias garantías el industrial. En este caso atacamos a uno o a otro y no sabemos el resultado de esta ley que, probablemente bien intencionada, no va a reportar todos los beneficios que nosotros deseáramos. Juntamente con esto, señores, es natural que se encuentre la cuestión de las comunicaciones y, debido a sus deficiencias, falta la competencia; y cuando no hay competencia en ningún mercado, no puede venir el abaratamiento de las mercancías, que es precisamente la razón lógica de la ley de la oferta y la demanda. ¿Qué sacamos nosotros con decir al obrero que vamos a pagarle hoy a tanto la hora, a fin de que cuente con lo indispensable para sus gastos en las actuales circunstancias en las que apenas si mal vive, si mañana o pasado se presenta otro proyecto en que se exija que se paguen al obrero dos, tres o cuatro tantos más de lo que antes ganaba? ¿Se le favorecerá en realidad? Si antes ganando un peso tenía lo suficiente para sus gastos y ese sueldo era suficiente para proporcionarle el pan a sus hijos, más tarde no lo conseguiría, porque las mercancías en el país han alcanzado y siguen alcanzando precios fabulosos. Señores: Este es el punto capital por el cual deberíamos principiar dirigiéndonos al Ejecutivo; pero si no tiene facilidades para las comunicaciones, si no está en condiciones para que se abaraten las mercancías, entonces en este caso no favorecemos al obrero, puesto que, repito, el país no se encuentra en condiciones de poder proporcionar al industrial todo lo que necesita: Una red ferrocarrilera....

El C. Alonzo Romero, interrumpiendo: Moción de orden señor presidente. Parece que no está a discusión la ley del trabajo; el señor ha estado haciendo consideraciones sobre esa ley; que se concrete al punto que está a discusión.

- El C. Alejandre. Es necesario, señor Alonzo Romero, que yo haga estas disgresiones; si usted no quiere oírlas, usted puede ausentarse del salón juntamente con estos señores. Yo no quiero ser más extenso; pero sí quiero tocar este punto que es esencialísimo; si al industrial no le proporcionamos todas las facilidades necesarias, si los ferrocarriles no se encuentran actualmente en condiciones de darle al industrial todas las garantías que él necesita, entonces, señores, esta disposición va a atacar directamente a aquellos a quienes queremos favorecer y nosotros no obtendremos de ningún modo el resultado que deseamos. Voy a referirme en pocas palabras a un caso muy peculiar. Actualmente en Coahuila hay abundancia de carbón ¿Y qué sucede con los obreros que no pueden ir a trabajar a aquel lugar, cuando aquí en México no encuentran las facilidades necesarias para vivir? Si pudieran transladarse a allá, indudablemente que encontrarían todo lo que ellos quisieran, porque es muy vasto el terreno. Actualmente en aquella región se encuentra el carbón a $10.00 tonelada y aquí vale sobre $65 y no lo hay; luego las vías de comunicación son las que en este caso vienen a favorecer la situación. Actualmente en el sur de los Estados Unidos no tienen este artículo y en México lo tenemos en abundancia; pero si no hay vías de comunicación, si no hay industrias, es imposible que pueda haber obreros.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Neri.

El C. Neri: Señores diputados; la parte expositiva del dictamen a que se ha dado lectura, expresa de una manera clara que sólo por el hecho de que conforme al artículo 6o transitorio no podemos iniciar aquí más leyes que las orgánicas, simplemente por ese motivo es que la comisión, de acuerdo con los proponentes, está de acuerdo en invitar al Ejecutivo para que cuanto antes mande las leyes reglamentarias que deben

regir en el Distrito Federal y Territorios. El señor Aveleyra no hizo notar que estábamos discutiendo aquí un proyecto que ni siquiera ha venido. La cuestión a debate es la siguiente: Se encuentran, como ustedes saben perfectamente bien, conflictos pendientes entre trabajadores y capitalistas, y se encuentran no sólo aquí en el Distrito Federal, sino en diversos Estados de la república, esos conflictos que pueden solucionarse muy bien con la aplicación del artículo 123 constitucional. La cuestión a debate es, pues, la siguiente: Nosotros no podemos iniciar esa ley, porque tenemos la cortapiza del artículo 6o transitorio; la cuestión, pues, a debate, es la siguiente, ciudadano Alejandre: Que se invite al C. presidente de la república para que envíe a la mayor brevedad posible ese proyecto de ley, a fin de que nosotros lo discutamos ampliamente y allí se pueden satisfacer todas las necesidades de los obreros e industriales. Ese proyecto de ley no vamos a aprobarlo a ciegas, sino que tendremos que discutirlo ampliamente.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro, el C. Aveleyra.

El C. Aveleyra: Señores diputados: La verdad es que yo creí que al pedir la palabra en contra del dictamen el señor Alejandre vendría a argüir razones de peso, razones serias; pero ha sido lo que era natural esperarse, lo que yo desgraciadamente no me esperé. El señor Alejandre, como verdadero reaccionario, ha venido aquí a atacar un proyecto de ley eminentemente revolucionario. Con mucha razón en ocasiones pasadas se ha dicho que cuando se traten en esta tribuna asuntos relacionados con el trabajo, con los obreros y con la cuestión agraria, entonces veremos y se perfilarán perfectamente quiénes son los reaccionarios y quiénes los revolucionarios de verdad. El señor Alejandre se ha retratado aquí como un perfecto reaccionario.-(Una voz: ¡Quiere que nos vayamos!) Ha venido aquí a hacer digresiones. (Voces: digresiones). Bueno, sí; digresiones sin fundamento alguno, y no ha tocado en su fondo el asunto que está a debate: La proposición que ha hecho la Comisión de Trabajo y Previsión Social, originada por la iniciativa presentada por un grupo de ciudadanos diputados, entre los que me encuentro yo, la cual es perfectamente razonable y está perfectamente de acuerdo con la Constitución, desde el momento en que la misma Constitución rige en todas sus partes en estos momentos y supuesto que, dadas las circunstancias tan anormales en que se encuentran los trabajadores, no solamente en esta capital sino en toda la república, se impone, es necesarísima la reglamentación del artículo 123 de la Constitución; no hay, por lo tanto, ningún principio que pueda oponerse a esta reglamentación, porque, como digo, está ya en vigor la Constitución. Nosotros debemos tener en cuenta los últimos conflictos que se han registrado principalmente en la capital de la república, con motivo de las diferencias entre los patrones y los trabajadores, casos en que, como todos los que se han registrado en el transcurso de los años, los que quieren hacer imponer su voluntad, los que quieren explotar a los trabajadores de una manera exorbitante, son siempre los capitalistas. Lo que nosotros pretendemos en este caso, es que cese lo más pronto que sea posible esa actuación entorpecedora de los principios revolucionarios; por eso entiendo que ya no tenemos derecho de tratar estos asuntos en este período extraordinario de sesiones, sí podemos pedir al Ejecutivo ese proyecto de ley para discutirlo y darle forma. Pierda cuidado el señor Alejandre, que no aprobaremos aquí el proyecto de ley tal como lo mande el ejecutivo, que seguramente será como todos los que han hecho Macías, Palavicini y socios, un proyecto perfectamente reaccionario, porque nosotros no lo aprobaremos tal como venga; lo que queremos nosotros es una oportunidad para poder discutir esa ley relativa y responder cuanto antes a las necesidades de los trabajadores. Por eso es que pido de la manera más enérgica, de la manera más insistente, que la Cámara, sin más discusión, apruebe el dictamen de la Comisión. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. secretario Padrés: No habiendo más oradores en pro ni en contra, se pregunta a la asamblea si está suficientemente discutido el dictamen. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. La parte resolutiva del dictamen es la siguiente: (Leyó.) Aprobado.

- El mismo C. secretario:

"Honorable asamblea:

"Los subscriptos, miembros de la diputación del Estado de Puebla, pedimos que, con dispensa de todo trámite, se sirva aprobar el siguiente proyecto de ley:

"Artículo único. - Se convoca a elecciones extraordinarias de diputados propietario y suplente al Congreso de la Unión a los ciudadanos del 14 distrito electoral del Estado de Puebla. Dicha elección tendrá verificativo el día 17 de junio próximo, de conformidad con la ley electoral vigente.

"México, 25 de mayo de 1917. - L. Sánchez Pontón. - J. M. Sánchez. - J. Paredes Colín. - Luis M. Hernández. - Pablo García. - Antonio de la Barrera. - José Rivera. - J. D. Pineda. - C. González. - G. Lechuga Val, rúbricas."

El trámite de la mesa es que pase esta proposición a la comisión de Estado, Departamento Interior.

El C. Aguirre Colorado: Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aguirre Colorado: Me parece que en la solicitud firmada por los señores diputados, piden la dispensa de trámites; en consecuencia, creo que el trámite de la mesa debe ser preguntar a la asamblea si se dispensan los trámites.

El C. Hernández Luis M.: Pido la palabra, señor presidente, para fundar la proposición.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Hernández Luis M.: Al solicitar nosotros la dispensa de todo trámite, era con objeto de que desde luego se pasara a discusión, pues hemos considerado que una solicitud, cuando va calzada por las firmas de toda una diputación, pasa desde luego a comisión; pero nosotros pretendíamos que no se diera este trámite, sino que desde luego se pasara a discusión, pues siendo perentorio el plazo que la ley marca, al que nosotros queremos sujetarnos para que se verifiquen las elecciones, suplicamos a esta honorable asamblea que, como en el caso de Yucatán, se apruebe desde luego y se lance la convocatoria, con objeto de que tengan tiempo los candidatos que se presenten a luchar en esa elección; digo para que tengan tiempo de presentar sus candidaturas y trabajar por ellas; así es que yo ruego a la honorable asamblea lo considere de urgente resolución y vote de conformidad con nuestra petición.

El C. secretario Padrés: Tomando en consideración lo expuesto por el ciudadano diputado Hernández, se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. Se dispensan los trámites y está a discusión. ¿No hay quién haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Aprobado.

La mesa modifica el trámite, por ser éste un proyecto de ley. La votación debe ser nominal. El proyecto es el siguiente: (Leyó.) (Se procedió a la votación.)

- El mismo C. secretario: El resultado de la votación es el siguiente: Votaron por la afirmativa 155 señores diputados y por la negativa 1 que fue el C. Rosalío Alcocer. Queda aprobado el proyecto por 155 votos y pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales.

El C. secretario López Lira: Teniendo conocimiento la mesa de que se encuentra enfermo el C. diputado Siurob, ha tenido a bien designar, para que lo visiten en nombre de la Cámara, a los CC. diputados Rivera José y Sánchez Tenorio.

- El mismo C. secretario dió cuenta con los siguientes documentos:

Escrito del C. licenciado José P. Nicoló, solicitando permiso para usar una condecoración y el título que le ha conferido el gobierno de la República Francesa. - A la comisión de Peticiones.

Memorial de varios obreros de ferrocarril que piden ayuda para que los propietarios de casas no aumenten las rentas. A la comisión de Peticiones.

Denuncia del C. mayor del ejército nacional Miguel García, respecto de algunos atentados que, en su opinión, han cometido las autoridades militares de Veracruz. A la comisión de Peticiones.

Memorial de los CC. José Quevedo Rico, Arcadio Quesada y siete firmantes más, recluídos en la Penitenciaría del Distrito Federal, en que piden garantías y denuncian violaciones constitucionales de que se juzgan víctimas. A la comisión de Peticiones.

Solicitud de la señora Guadalupe Nájera viuda de Ortiz, relativa a que se le conceda el pago de pensiones adeudadas y la que se estime justa por los servicios prestados a la patria por su difunto esposo el C. coronel Susano Ortiz. A esta solicitud se acompaña una copia certificada de varios documentos que hacen mención de los servicios militares del C. coronel Ortiz. A la comisión de Peticiones.

El C. presidente a las 6.30 p. m.: Se levanta la sesión pública de la Cámara de Diputados y se pasa a la sesión secreta.

El jefe de la sección de taquigrafía,

JOAQUÍN Z. VALADEZ.