Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170710 - Número de Diario 79

(L27A1P1eN079F19170710.xml)Núm. Diario:79

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 10 DE JULIO DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERÍODO EXTRAORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 79

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 10 DE JULIO DE 1917

SUMARIO

1. Se abre la sesión. Se lee y aprueba el acta de la anterior. Informa el C. Rivera Cabrera de su comisión. Se da cuenta con los asuntos en cartera. Informa de su comisión el C. Siurob.- 2. Rectifican hechos algunos CC. diputados.- 3. Continúa la discusión de la fracción XIII del artículo 1º. del dictamen de la Comisión de Presupuestos sobre la Ley de Ingresos. Son aprobados los incisos A, D, F, G, K, y L de dicha fracción. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. NARRO REYNALDO

(Asistencia de 176 CC. diputados.)

El C. Presidente, a las 9.20 a. m.: Se abre la sesión de la Cámara de diputados.

El C. Manrique comenzó a leer el acta. (Voces: ¡Es nula la lectura del acta!)

El C. Manrique: No os enfadéis señores.

- El C. Prosecretario Ancona Albertos leyó el acta. Está a discusión el acta.

El C. Hernández Garibay: Pido la palabra. Para que rectifiquen el apellido, en lugar de Adáms, que sea Adams.

- El mismo C. Prosecretario: Está a discusión el acta. ¿No hay quién pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Aprobada.

El C. Rivera Cabrera: Señor Presidente, pido la palabra para informar.

El C. Medina Hilario: ¿Informar de qué?

El C. Rivera Cabrera: Tengo una Comisión. (Voces: ¡Tribuna, tribuna!)

Señores diputados: La Comisión que la respetable Mesa de esta Cámara se sirvió designar para preguntar al Ejecutivo las condiciones políticas en que se encuentra el distrito de Justlahuaca, que solicita elección para diputados para dicho distrito, cumplió con su cometido y se acercó al Presidente de la República, quien la recibió en el Alcázar de Chapultepec. (Voces ¿Donde? ¡Ah, ah!) (Aplausos.) Enterado que fue de nuestro cometido, se sirvió contestarnos que oportunamente informará a esta Cámara acerca de las condiciones políticas en que se encuentra el distrito de Juatlahuaca. (Voces: ¡Ah, ah!) (Aplausos).

- El mismo C. Prosecretario: "El Senado, en sesión de ayer, aprobó un dictamen que presentó la Comisión de Justicia, el que contiene las siguientes proposiciones:

"1a. No es de tomarse en consideración, en vista de la resolución tomada por el Congreso General con fecha 28 de junio próximo pasado, el proyecto de ley enviado a esta Cámara por la de diputados y que se refiere a poner nuevamente en vigor la Ley Orgánica de los tribunales del Distrito Federal y Territorios Federales expedida el 9 de septiembre de 1903 con sus adiciones y reformas, así como las modificaciones que el propio proyecto contiene.

"2a. Devuélvanse a la Cámara de su origen."

"Y en cumplimiento de lo anterior, tenemos la honra de devolver a ustedes el expediente respectivo con el proyecto de referencia, protestándoles nuestra atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- México, a 6 de julio de 1917.- J. Ramos Barrera, S. S.- H. Pérez Abreu, S. S.- (Rúbricas.)

"A los CC. Secretarios de la Cámara de diputados.- Presentes.

"Estados Unidos Mexicanos. Presidencia de la República.

"Con motivo de las necesidades de la campaña, el Gobierno Constitucionalista se vió obligado a tomar posesión, primero, de diversos tramos de las líneas ferroviarias que cruzan el país y después de sistemas enteros, muy particularmente del sistema de los Ferrocarriles Nacionales de México. Para administrar toda esta vasta organización, el Gobierno Constitucionalista creó un departamento autónomo, denominado Dirección de los Ferrocarriles Constitucionalistas. La ejecución de semejantes actos no fue arbitraria, sino que se fundó en disposiciones de la ley de ferrocarriles.

"Semejante estado de cosas y la destrucción consiguiente a la guerra, vinieron a crear una situación especial para las sociedades anónimas propietarias de los Ferrocarriles de México, y muy particularmente para la Compañía de los Ferrocarriles Nacionales de México, de la cual la Nación es accionista preponderante. Esta Compañía quedó subsistiendo para conservar la personalidad legal, para administrar algunas propiedades extrañas al servicio de tráfico; pero quedó suspendido el servicio de tráfico y alterado el sistema de explotación. Así las cosas, al reorganizarse el país constitucionalmente, el Gobierno nacional tiene que enfrentarse con la resolución del grave problema de la rehabilitación de las compañías ferroviarias, para que puedan desempeñar el servicio de tráfico de la manera constante y sistemática que satisfaga las necesidades de la Nación, que no puede vivir sin un conveniente servicio de transportes ferroviarios.

"Particularmente interesa al Gobierno General la condición de la Compañía de los Ferrocarriles Nacionales de México, tanto por constituir este sistema el más extenso y necesario para la vida nacional, como porque el país tiene empeñada la garantía nacional en el servicio de su deuda y es poseedor de la mayoría de las acciones, por virtud de las cuales controla el sistema.

"Tres son los problemas que se relacionan con los Ferrocarriles Nacionales. Es el primero la reconstrucción de las líneas, que comprende la reparación del material fijo, la construcción de las obras de arte destruídas y la reposición del equipo. Debe también considerarse el pago de la indemnización que, conforme a la ley de ferrocarriles; el gobierno debe cubrir a la Compañía; en otros términos, el primer problema consiste en la liquidación de la Compañía con el Gobierno. Es el segundo, la reorganización financiera de la empresa que comprende los arreglos indispensables con los fideicomisarios que representan a los obligacionistas, la consolidación de la deuda flotante y el arreglo correspondiente a ciertos bonos dados en prenda en garantía de intereses vencidos. Es el tercero, la reorganización administrativa y técnica de los servicios de la empresa, a fin de que sea posible que el sistema vuelva a ser explotado por la Compañía propietaria sobre las nuevas bases que exige la transformación social que ha sufrido la Nación.

"De todos estos problemas, el más apremiante es el de la reposición de las líneas, que las necesidades públicas están demandando imperiosamente. Al mismo tiempo la resolución de este problema es indispensable para los demás puedan ser estudiados y resueltos con éxito.

"El Ejecutivo de la Unión necesita pues, estar preparado para hacer frente a todos los compromisos relacionados con este problema preliminar, y en tal concepto, necesita la autorización del Poder Legislativo, para poder hacerse de la cantidad indispensable. El "Modus operandi" de la inversión de las sumas necesarias, el estudio de la naturaleza refaccionaria que se dé a la colocación de las cantidades requeridas y los demás detalles y condiciones del gasto del dinero, son cuestiones secundarias que no podrán ser resueltas sino cuando el Gobierno pueda disponer de las sumas a que me he venido refiriendo.

"Por las razones antes expuestas, el Ejecutivo de la Unión acude al Congreso General, iniciando la expedición del siguiente decreto:

"Artículo único. Se autoriza al Ejecutivo de la Unión para que comprometa el crédito del Estado hasta por la cantidad de $50.000.000,00 que se destinarán a reparación de vías, reposición de equipo y reorganización de los servicios de la Compañía de los Ferrocarriles Nacionales de México, en el concepto de que el propio Ejecutivo someterá previamente al Congreso General las bases de los arreglos que hiciere y la inversión del empréstito que vaya a obtenerse. "México, 9 de julio de 1917.- V. Carranza."- Rúbrica.

- EL mismo C. Prosecretario dió cuenta con los siguientes asuntos en cartera:

Oficio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, transcribiendo una solicitud de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, relativa a la adición de una partida de setenta mil pesos al presupuesto de la dirección de Obras Públicas, dependiente de la última Secretaría mencionada.- A la Comisión de Presupuestos. Circular del Gobierno del Estado de Querétaro, participando que habiendo sido electo popularmente el C. Ernesto Perusquía para desempeñar el cargo de Gobernador Constitucional de ese Estado, con fecha de 30 de junio último le hizo entrega del Poder Ejecutivo del mismo, previa la protesta de ley respectiva, el C. general brigadier Emilio Salinas.- De enterado.

Circular del Gobierno del Estado de Querétaro, en que el C. Ernesto Perusquía comunica que, con fecha 30 del mes próximo pasado, se hizo cargo del Gobierno de dicha Entidad, siéndole entregado éste por el C. general Brigadier Emilio Salinas, previa protesta de ley otorgada ante el H. Congreso local.- De enterado.

Circular del Congreso del Estado de Sinaloa, por la cual se avisa que el día 25 del mes retropróximo quedó instalada la XXVII Legislatura del Congreso Constitucional de aquel Estado, el que a la vez tendrá el carácter de Constituyente.- De enterado.

Mensaje del Congreso del Estado de Zacatecas, en que se participa que por haber obtenido mayoría en las elecciones que para Poderes locales se efectuaron el día 10 de junio último, fue declarado Gobernador de dicho Estado para el período constitucional de 1916 a 1920, el C. general de brigada Enrique Estrada, con fecha 6 del mes actual, así como la declaración correspondiente a los Magistrados del Supremo Tribunal de Justicia, por igual causa.- De enterado.

Circular del Congreso del Estado de Campeche, en que se manifiesta que con fecha 11 del mes próximo pasado, quedó instalada la XXIV Legislatura Constitucional de aquella Entidad, y la que, según el decreto respectivo, tiene además el carácter de Constituyente.- De enterado.

Comunicaciones de pésame por el fallecimiento del C. diputado Miguel Barragán, remitidas por el H. Congreso del Estado de Nuevo León y por los CC. Gobernadores de los Estados de Querétaro y Zacatecas.- A su expediente.

"C. Presidente de la Cámara de Diputados.- México.

"Francisco J. Múgica, diputado al Congreso General por el 16 distrito electoral de Michoacán, ante usted respetuosamente comparezco y expongo:

"La campaña política de mi Estado, en la cual estoy empeñado como candidato a la Suprema Magistratura, ha estado extremadamente reñida. De una parte el ingeniero don Pascual Ortiz Rubio con el capital de los acaudalados y el apoyo del clero, poniendo en juego toda clase de recursos más o menos vituperables, y por la otra, yo, al frente del pobre pueblo que hoy como ayer, está siendo juguete de la reacción a pesar de sus pasados sacrificios. La prensa mercenaria, los oradores y los propagandistas del adversario, a cambio de su oro, me han ultrajado y calumniado llamándome reaccionario y ladrón y han ultrajado y calumniado al Gobierno del Centro, insinuando que soy candidato impuesto. Las autoridades municipales de todo el Estado me han hostilizado y hasta las escoltas y oficiales que acompañaron a mi adversario, dispararon varias veces contra mis partidarios, y ahora que se ha evidenciado mi triunfo en las ánforas, las juntas computadoras, integradas en su inmensa mayoría por elementos netamente orticistas, pretenden calificar las votaciones, desechar las que me son propicias y otorgar las credenciales a los diputados del bando enemigo.

"En condiciones tales, no puedo separarme de esta capital sin dejar gravemente comprometida la causa de los humildes, que son los que me han dado su voto y que desde ahora comienzan a ser vejados, espoliados y escarnecidos por nuestros enemigos, por todo lo cual, a usted suplico sea servido de dar cuenta a esa H. Asamblea con la presente solicitud que hago de que se me amplíe la licencia que tuvo a bien concederme para continuar separado de mis funciones de representante, hasta el día 15 del presente mes, fecha en la que espero poder dejar arreglados los asuntos a que me he permitido aludir.

"Protesto mis respetos.

"Morelia, julio 6 de 1917.- Diputado por el 16 distrito electoral del Estado de Michoacán.- Francisco J. Múgica." (Rúbrica.) A la Comisión de Estado, Departamento Interior.

"H. Asamblea: El subscrito, diputado por el 1er. distrito electoral del Estado de Campeche, solicita de Vuestra Soberanía, licencia con goce de dietas por veinte días, para atender a mi salud bastante quebrantada.

"Pido dispensa de trámites para que pase a discusión mi solicitud.

"México, 10 de junio de 1917.- Juan Zubaran.- Rúbrica.

"A los CC. Secretarios de la Cámara de Diputados.- Presentes."

Se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites a esta solicitud. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se recuerda a la Asamblea que se necesitan las dos terceras partes para dispensarse los trámites. Sí se dispensan los trámites. (Voces: ¡No, no!) Está a discusión.

El C. Hernández Garibay: Que apoye la solicitud.- El C. Soto Rosendo: Pido la palabra. Para preguntar si se acompaña algún certificado médico.

- El mismo C. Prosecretario: La Secretaría manifiesta que no se acompaña ningún certificado médico.

El C. Zubaran: Ciudadanos diputados: Me he permitido presentar a Vuestra Soberanía una solicitud de licencia para atender a mi salud bastante quebrantada desde hace tiempo; no he traído certificado médico por no ser necesario, a la vista está que estoy enfermo. Por lo expuesto, solicito atentamente de Vuestra Soberanía, se me conceda esta licencia.

El C. Prosecretario Ancona Albertos: ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se concede la licencia. Los que están por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se concede la licencia.

"Por tener urgencia de salir de esta Capital al arreglo de algunos asuntos de interés familiar, me permito solicitar ante Vuestra Soberanía una licencia hasta por quince días con goce de dietas, para el objeto indicado.

"Protesto a usted las seguridades de mi atenta consideración.

"Constitución y Reformas.- México, 10 de julio de 1917.- Enrique Meza. (Rúbrica.)

"A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presentes."

El C. Meza: Pido la palabra para suplicar respetuosamente a la Asamblea se sirva conceder la dispensa de trámites a la solicitud.

- El mismo C. Prosecretario: Se pregunta a la Asamblea, de acuerdo con la petición del C. Meza, si se dispensan los trámites a esta solicitud. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se dispensan los trámites. Está a discusión. ¿No hay quién pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba la licencia. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

El C. Secretario López Lira: 1a. Comisión de Trabajo y Previsión Social.

"Señor":

"Por acuerdo de la H. Asamblea, se pasó a esta 1a. Comisión de Trabajo y Previsión Social, el ocurso que elevó la Delegación del Ramo Textil de Puebla y Tlaxcala, en que solicitan ayuda de esta H. Cámara para que sea reconocido el Centro de Unión de Resistencia de Puebla; que esa convención sea uniforme y no regional; y que se evite la supresión del Departamento del Trabajo de la misma ciudad de Puebla.

"La petición de que se trata, no puede satisfacerse por esta H. Cámara, en virtud de estar fuera de sus atribuciones tomar ingerencia directa en asuntos de esta índole, debiendo garantizar los derechos de los obreros el artículo 123 constitucional y las leyes que lo reglamenten.

"Por lo expuesto, sometemos a la deliberación de esta H. Asamblea el siguiente acuerdo:

"Dígase a la Delegación del Ramo Textil de los Estados de Puebla y Tlaxcala, que corresponde a los gobiernos locales, la resolución de las cuestiones que plantean en su memorial de 21 de mayo próximo pasado.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.

"México, 7 de julio de 1917.- Agustín G. Arrazola.- Justo González.- E. Neri." (Rúbricas.)

Está a discusión. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Aprobado.

"1a. Comisión Agraria.

"Señor:

"Los que subscribimos, miembros de la 1a. Comisión Agraria, hemos estudiado el ocurso que el C. José Tamayo y Peralta, vecino de la ciudad de Puebla, ha enviado a la H. Cámara de Diputados haciendo algunas observaciones y sugestiones acerca de la formación de ejidos para los pueblos; y, como resultado de ese estudio, tenemos el honor de proponer a la consideración de esta respetable Asamblea, el siguiente acuerdo:

"Dígase al C. José Tamayo y Peralta en respuesta a su ocurso, que se tendrán presentes las observaciones y sugestiones que hace para cuando el Congreso esté facultado para iniciar o discutir las leyes agrarias.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.

"México, 9 de julio de 1917.- M. G. Aranda.- B. Vadillo.- Mariano Rivas." (Rúbricas.)

Está a discusión. ¿No hay quién haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.

El C. Siurob: Tengo el honor de dar cuenta a esta H. Asamblea que, en cumplimiento de la comisión que nos fue encomendada,... (Voces: ¡Tribuna, tribuna!) (En la tribuna.) Tengo el honor de dar cuenta a esta H. Asamblea que, en cumplimiento con la comisión que nos fue encomendada, pasamos al Senado y entregamos en propia mano del C. Presidente, la ley votada por esta Cámara, contestando el C. Presidente que ya se tomaba encuenta y que sería discutida conforme a la ley.

El C. Chapa, interrumpiendo: ¿Cuál ley?

El C. Siurob: La ley relativa a hacer válidos los actos de los jueces que fue enviada a esta Cámara por el Ejecutivo y que aprobada por nosotros ya fue entregada para su discusión legal a la Cámara de Senadores.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Velásquez.

El C. Velásquez: Señores diputados: Se ha hecho del dominio público lo que ha pasado ayer en esta Cámara en el punto relativo a aumentar las dietas de los diputados, yo había pedido desde el principio la palabra en la discusión del pro del dictamen, pero debido a que habían hablado algunos oradores, se declaró suficientemente discutido el punto y no tuve el honor de dirigiros la palabra.

El C. Manrique: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: Como fue tratado en sesión secreta, suplico a la Presidencia se sirva indicarme si es pertinente que en estos momentos el señor Velásquez se refiere a este asunto.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta que como ya se hizo público por la prensa, no cree que deba tratarse en sesión secreta.

El C. Zubaran: Que haga uso de la palabra el orador en sesión pública, supuesto que ya la prensa ha informado al público; el periódico canallesco del ladrón de Félix Fulgencio Palavicini, es el que más cargos hace a la disposición que tomó ayer la soberanía de la Asamblea. En consecuencia, se debe hacer público, lo que se debe lamentar es que no haya más gente en las galerías.

El C. Velásquez: Señores diputados: Lo que se dice en público, toca muy profundamente y hiere los intereses y el honor de la Asamblea. (Voces: Según quien lo diga.) Pues por más que no se quiera, en el público circulan esas especies y la prensa se ocupa de nosotros diciendo que es anticonstitucional ese acuerdo; yo me voy a permitir demostrar ante ustedes, y pensaba hacerlo ayer, que no es anticonstitucional. (Aplausos.) El decreto expedido por el Primer Jefe, al tratar de las dietas de que habían de disfrutar los diputados a esta Legislatura, dice lo siguiente: "Artículo 4º. El Presidente de la República, los diputados y senadores, recibirán como compensación de sus servicios, entre tanto se fija por el Congreso la retribución correspondiente, las sumas señaladas en el presupuesto de 1912 a 1913."

Esta fue una disposición transitoria que ponía en vigencia el presupuesto de 1912 - 13 para fijar las dietas transitoriamente, mientras que el Congreso expedía la ley. Estamos en el caso de ir a expedir esa ley. Por consiguiente, no tiene aplicación el artículo 127 de la Constitución, porque si ya hubiéramos expedido una ley fijando las dietas y después viniéramos a expedir otra ley para aumentar estas dietas, se estaría en el caso del artículo constitucional; no es verdadero el criterio de la prensa en este caso, señores, de manera que la Cámara está en su perfecto derecho para fijar hoy, por una ley, por el presupuesto, las dietas que deban percibir los diputados. Ayer tuve la pena de oír que se esgrimían argumentos subjetivos, de orden subjetivo, para probar unos, como el señor Manrique, que le bastaban ocho pesos y centavos diarios y otros que necesitaban los diez y seis pesos y más. No, señores, yo les recuerdo a ustedes los principios fundamentales que deben regir la ley, los presupuestos de egresos. Estos argumentos subjetivos de que, porque uno tenga mayores necesidades que el otro, de que haya que partir de necesidades individuales para llegar a establecer una ley, es una aberración. Los principios que deben regir para fijar los sueldos de los empleados, no los olvidéis, señores diputados, deben ser la categoría del empleado, el trabajo emprendido; si porque se va a expedir la ley y las circunstancias actuales de la época, o bien porque un alto funcionario deba ganar veinte pesos, un alto funcionario de la Federación y un Juez de Distrito por ejemplo, veinticinco o treinta pesos, los magistrados cuarenta y uno, los representantes del Poder Legislativo, los altos funcionarios del Poder Legislativo, diez y seis, los magistrados de la Suprema Corte cuarenta y uno, el Presidente de la República, una gran cantidad, dada su categoría.

Hay que fijarse en esto, la categoría del empleo como primer punto para fijar la retribución; segundo,

el trabajo emprendido. Yo me voy a permitir, señores, hacer esta observación. Es verdad que las Cámaras anteriores no habían cumplido con su deber, no habían venido a legislar: habían venido a aprobar; pero nosotros, si tenemos conciencia de nuestros deberes como honrados y como patriotas, debemos venir aquí a expedir leyes; vamos a trabajar con exageración en la expedición de los códigos, porque la obligación del Poder Legislativo, como es la obligación del Poder Judicial pronunciar sentencias. Antes, yo no sé por qué la Corte no le mandaba sus sentencias a Porfirio Díaz, como le mandaba el Congreso las leyes para que las facultara. Es la mayor de las aberraciones de un Poder Legislativo, nosotros tenemos que ir por lo fueros sagrados del Poder Legislativo y expedir los códigos, porque los que han estado vigentes, y están basados en esas faltas, son anacrónicos, no responden a las exigencias actuales, a las necesidades, a las aspiraciones del pueblo en quien ha prendido la chispa divina del progreso y del mejoramiento de su situación. Debemos expedir códigos, si no vamos a expedir esos códigos, si venimos a sentarnos como los legisladores pasados, con cincuenta centavos que se nos den para que nos desayunemos será bastante; pero si hemos de venir a cumplir con nuestro deber, que se nos coloque en la categoría de altos funcionarios de la Federación y se nos dé el sueldo correspondiente. Nosotros tenemos un temor aquí, y muy justo, respecto a los señores diputados que han votado en contra. Se trata de fijarnos nosotros mismos ese sueldo y he aquí lo que ha llamado la atención y con razón. ¿Pero qué otro sistema tenemos? ¿Quién nos ha de fijar sueldo? Nosotros, dado nuestro sistema de legislar; pero es necesario que pesemos esas consideraciones, la categoría del sueldo, el trabajo que vamos a desempeñar. O sólo que nosotros no vengamos a desempeñarlo, sólo que vengamos nomás a aprobar, a sentarnos dirigiendo injurias. No, señores; yo espero de vuestro patriotismo, de vuestros sentimientos y de vuestra razón y amor a la justicia, que no será así. Cuando yo oigo aquí dirigir injurias, difamaciones, yo pregunto: mañana que ustedes legislen sobre la injuria y la difamación ¿no se morderán los labios al venir a imponer una pena al que ha injuriado o difamado? Pregunto: si son honrados, ¿Qué van hacer? No se qué van a hacer, cómo van a responder a la opinión pública.

Vamos a otra cosa: Las circunstancias. Cuando aquellos señores que venían aquí a sentarse nada más a aprobar y a autorizar al Ejecutivo para que expidiera las leyes, vivían con ocho pesos y centavos; las cosas valían la tercera o cuarta parte; otra cosa muy atendible, señores diputados, voy a recordarles un hecho que no deben pasar desapercibido y que tiene que entrar en consideración como atendible: todo individuo, desde el jornalero hasta el banquero, tienen derecho a formar una economía, un pequeño ahorro; ¿Qué, el empleado del pueblo o el alto funcionario por el solo hecho de ser funcionario público está exento de esta aspiración humana de ser libre y llegar a alcanzar la dignidad de individuo que se baste para cubrir sus necesidades? ¿No tendrá derecho a economizar algo? ¿Por qué razón los exceptuamos de esa ley? Alguno decía ayer: "Me bastan ocho pesos" y ¿Estos le bastan para formar un ahorro? Voy a recordarles un caso: en los Estados Unidos un Presidente de la República, al siguiente día de haber dejado sus funciones, como no había economizado nada, le embargaron su biblioteca; inmediatamente se reunió el Congreso y le señaló un millón de pesos para vivir dignamente. Cuando nosotros, después de este período, después de esta época, vayamos a la pobreza, vayamos tal vez a mendigar los que tengan el orgullo de haber sido legisladores en esta época de reconstrucción social, no es posible que formemos un ahorro insignificante ganando ocho y diez y seis pesos. ¿Qué, los diputados no tienen derecho a aspirar a la economía, a formarse su porvenir aunque sea modesto? Es necesario tener en cuenta todas estas circunstancias para que al votar la Ley de Ingresos señalemos una retribución proporcional a las altas funciones, al trabajo y a la carestía de la vida, para la dignidad del diputado; es un derecho que todos tienen de formar un pequeño ahorro. Yo me permito manifestar a ustedes que no laboro en mi provecho, porque dados los ataques y la saña con que me ven determinados individuos porque he venido a la Cámara, voy a separarme en breve, de manera que no laboro por mí mismo. Yo no quiero pelear ni crear oídos, aquí donde naufragan todos los afectos, todos los intereses y las responsabilidades, para lanzar insultos, no quiero estar aquí, yo lo siento, porque todos mis años de estudio los he dedicado en hacer algo en bien del pueblo, no he venido sino a traer mi insignificante contingente; nomás voy a proponer en el período que sigue una ley electoral que pondrá término a las usurpaciones del poder, a los chanchullos electorales y que es, en mi opinión y en opinión de Pi y Margall (aplausos) el desiderátum de la democracia. A eso vengo, nomás a proponerla, después la ley de previsión que no toco de una manera imperfecta, utópica verdaderamente, la Constitución, y entonces tendré la satisfacción de separarme. No quiero oídos; no he venido a responder injurias con injurias; estoy muy lejos de eso; no he venido a eso. No, el pueblo no me paga para eso, porque es un contrasentido, señores. Bien, voy a significarles a ustedes una idea que me ocurre para que satisfagamos eso que se nos aumenten a los diputados. Saben ustedes que uno de los principios en que debe descansar la tributación es éste: en que sea económica la exacción de un impuesto. Saben ustedes que la ley del Timbre va a producir cuando menos setenta y cinco millones de pesos y ¿Saben ustedes cuánto se gasta en inspectores generales, en empleados del Timbre, en bancarrotas, en arrendamientos? Se gastan trescientos mil pesos mensuales, en un año serán varios millones, con eso, con lo que se ahorre, se pagará la Cámara de Diputados. Que se impriman los timbres de tal manera que sea imposible la falsificación; que se vendan como se vende cualquiera otra mercancía; con un diez o un quince por ciento estará satisfecho el impuesto del Timbre y dejará de haber esos ejércitos de empleados con sueldos, los administradores principales y los inspectores de ochocientos y mil pesos

y más mensualmente; las quiebras, los peculados, todo cesará; esas multas, esa manera de inspeccionar bárbara y salvaje. Yo les voy a recordar a ustedes un caso; en 1894 era yo juez en un distrito del Estado de Guerrero, llegó un oaxaqueño amigo de don Porfirio y se alojó allí en mi casa y me dijo: "Me ha llamado y quiere ayudarme de alguna manera." Fue de inspector del Timbre y en un mes que estuvo allí impuso un sinnúmero de multas, no levantó una sola acta y se trajo cinco mil pesos contantes y sonantes. Eso era con lo que lo ayudaba el jefe. Todo esto se evitará y sobre todo se evitarán esos gastos de empleados tan costosos. Los tres millones y más de pesos, serán para cubrir los presupuestos de la Cámara, pero no olvidéis, señores, que en esos principios debemos fundarnos, atendida la categoría del empleo. El diputado ha tenido ocho pesos, después diez y seis y ahora se nos inculpa porque queremos tener veinte pesos, porque es anticonstitucional, porque es contra la ley y esto no es verdad. No se ha expedido ninguna ley que vayamos ahora a violar, aumentando nuestros sueldos; no es cierto. Hay un decreto provisional que pone en vigor el presupuesto de 1912-1913, provisionalmente, entretanto expedimos esa ley; ahora se va a expedir esa ley y si después de esa ley expidiéramos otra aumentándonos el sueldo, tendría caso el artículo 127 constitucional. Esta es mi opinión. Que lo sepa el público, que recoja la prensa esa manera de ver las cosas. ¿Qué otros sistemas, si somos un Poder Legislativo? Si los señores que no dieron su voto creen que tienen razón porque no tienen en su conciencia los principios económicos, por ese temor precisamente, yo creo que ellos tienen, como todo ser racional, hasta los animales, porque hay animales que también acopian, tenemos obligación, dadas nuestras funciones y el compromiso sagrado y patriótico, de venir a legislar y no venir a sentarnos nada más aquí. (Aplausos.)

El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra para rectificar hechos, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: Vengo solamente a rectificar un hecho, unas palabras vertidas aquí por el señor diputado Zubaran. Decía que el ladrón de Fulgencio Félix Palavicini es el autor de este artículo; es falso, es absolutamente falso, no es el ladrón de Fulgencio Félix Palavicini, y si este es el ladrón, debe consignársele ante las autoridades, se le debe acusar y no valerse del fuero para venir a insultar a los hombres; cuando los encuentren manchados no tienen que hacer sino consignarlos a las autoridades. No es el ladrón de Fulgencio Félix Palavicini el autor de este artículo; yo proporcioné estos datos como representante del pueblo y porque me asiste un deber sagrado para proporcionarlos. Tengo suficiente entereza para no retractarme de mis palabras y para venir con toda energía a decir que nunca desconoceré mis actos ni mis palabras. Ayer, cuando salimos de aquí, encontrándose el señor Basáñez en la puerta de la Cámara, me dirigí a un reportero de "El Universal" y le dije: "Tenga usted la bondad de expresar mis ideas en una forma clara, diciendo que no estoy conforme con el aumento de dietas y que cuando se discutan los presupuestos, mis amigos y yo vendremos a combatirlos con toda energía." En esta vez me abstengo de contestar al señor licenciado Velásquez, pero sí voy a contestar al señor Zubaran que de una manera ligera ataca a un hombre que no ha cometido ninguna falta y únicamente ha hecho una atención a un representante del pueblo al referirse a mis palabras. No sé por qué ahora se ha recogido el nombre del señor Palavicini tratándolo de ladrón únicamente porque ha expresado algunos conceptos de un representante diciendo que no estamos conformes con el aumento de dietas, porque vemos que en este momento es un crimen que vengamos a sangrar a la patria arrancándole toda la vida que tiene para que podamos vivir con comodidades, como si no fuéramos capaces de vivir con decoro y de hacer un sacrificio en el caso de que así lo exigiera la salud de la patria. (Campanilla.) Yo lamento mucho que el señor Presidente a cada momento nos desoriente y no nos permita que hablemos con toda libertad.

El C. Presidente: La Presidencia atentamente suplica al orador se concrete a rectificar hechos.

El C. González Jesús M.: Moción de orden, señor Presidente.

El C. Cepeda Medrano: Yo suplico al señor Presidente que, cuando esté hablando un orador, no permita mociones de orden, como la que hace el señor González. Señores diputados: Yo he dicho textualmente esto al reportero, y lo ratificaré en cualquier momento. Dice así: "Como se trató de una sesión secreta, el cronista sólo pudo obtener escasos informes acerca del curso del debate. Se le dijo que sí es verdad que algunos miembros de las izquierdas impugnaron la proposición, fue de ese lado de donde se levantaron más oradores en pro. También se distinguieron en su actitud los diputados socialistas, pues supimos que sólo el señor Vadillo se había opuesto al aumento, sosteniéndolo sin embargo, el diputado González, que también dice ser socialista.

"El diputado Cepeda Medrano, del Bloque Reformista, habló de que era una total falta de decoro el aumentarse por sí mismos el sueldo, y que, además, este hecho resultaba antipatriótico, dadas las aflictivas circunstancias en que se halla el erario nacional. Este diputado no omitió referirse a la situación de los empleados de Gobierno, que sólo disfrutan un setenta y cinco por ciento en metálico sobre sus sueldos, lo que hacía inconsecuente la proposición a debate."

En consecuencia, señores, queda demostrado que no es el ladrón de Félix Fulgencio Palavicini, sino el diputado Cepeda Medrano, quien ha proporcionado estos datos a "El Universal."

El C. Aguirre Colorado: Para una interpelación al señor Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Diga usted.

El C. Aguirre Colorado: Interpelo a usted para que me diga qué objeto tienen en el Recinto Nacional las sesiones secretas, porque si van a referirse después de una sesión secreta, todo lo que aquí se haga, entonces no tiene objeto.... (Murmullos.)

El C. Cepeda Medrano: Voy a contestar al C. diputado Aguirre Colorado. No ha habido ninguna sesión secreta aquí en que se nos haya obligado o

se nos haya dicho que guardemos absoluto silencio; de manera que las sesiones secretas, después de salir de este recinto, tenemos autorización para hacerlas públicas. (Murmullos, siseos y voces: ¡Fuera, fuera!) Señores diputados, no son ustedes los que pueden arrojarme a mí; ustedes no pueden echarme fuera, señores diputados. Voy a contestar al señor Aguirre Colorado, no es exacto lo que usted dice: Las sesiones secretas, cuando se ordena por la Presidencia que se guarde absoluto sigilo, entonces nosotros debemos cerrar los labios y no proferir ni una sola palabra; pero cuando no se nos pide eso, estamos nosotros en absoluta libertad para hacerlas públicas después de salir de este recinto, y se sorprende el señor Aguirre Colorado de que la prensa o que la Nación entera se ha dado cuenta, por medio de la prensa, cosa que, en nuestro deber, está hacerlo público.. Yo hubiera tenido mayor gusto en que esta sesión hubiera sido pública. No era lo mismo hacerlo en sesión secreta, que hacerlo en sesión pública. Yo hubiera tenido el gusto de que la sesión hubiera sido pública y no sesión secreta. Ya está viendo el señor Aguirre Colorado que nosotros no estamos cumpliendo patrióticamente con nuestro deber, que en lugar de ver por las necesidades del pueblo, por los infelices, nos aumentamos el sueldo y nos olvidamos que se mueren de hambre. (Murmullos, voces y siseos.)

El C. Padilla: Suplico a la Presidencia se sirva mandar dar lectura al artículo 36 del reglamento.

El C. Prosecretario Ancona Albertos: "Cuando en una sesión secreta se trate de un asunto que exija estricta reserva, el Presidente de la Cámara consultará a ésta si debe guardarse sigilo; y siendo afirmativa la respuesta, los presentes estarán obligados a guardarlo."

El C. Secretario López Lira: Está a discusión la fracción XIII del artículo 1º.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Alejandre.

El C. Alejandre: Señores diputados: He pedido la palabra con el objeto de hacer solamente una pequeña adición al inciso C del artículo a discusión. La adición que yo propongo, señores, es la siguiente: "Los Ayuntamientos municipales podrán obtener hasta diez pertenencias para explotarlas en sus respectivos municipios, quedando exentos de esos derechos." Yo entiendo, señores, que no necesito presentar a la consideración de ustedes ningún argumento; ésto desde luego se ve que es muy importante y que puede beneficiar a muchos mineros donde actualmente no se trabaja, porque las compañías mineras tienen acaparados todos los fundos mineros que pertenecen a los municipios; se ha visto con mucha frecuencia que todos los pueblos mineros que no tienen más vida que la minería, cuando las compañías, por algunas circunstancias, tienen necesidad de suspender sus trabajos, por algún juego de bolsa o por otras circunstancias, esas poblaciones siempre quedan en la miseria; en esta forma, señores, podrá beneficiarse tanto a las clases obreras como a los comerciantes que viven de eso y que radican en esos municipios. Se ha objetado que, probablemente, los municipios no podrán hacer esto con mucha honradez; pero para esto podré presentar algunos otros argumentos que, en la práctica, podemos ver que si algunos pueden hacer de esto un beneficio propio, en realidad pueden favorecer a todos los vecinos.

Otra cosa que propongo a este mismo inciso, es esto, que también espero lo tomaréis en consideración, porque es de alguna importancia: (Leyó.) Sabemos, señores, que casi todo el país lo tienen acaparado determinadas compañías, y que hay compañías que tienen hasta tres mil pertenencias, como la Cananea Copper Company, y que solamente trabajan arriba de ciento cincuenta, o cuando menos más doscientas pertenencias; desde luego, tienen dos mil ochocientas pertenencias que no las trabajan nunca y solamente las acaparan; en Chihuahua existe la Compañía de Tecolotes y la Moctezuma; estas compañías tienen acaparadas mil y tantas pertenencias y solamente trabajan muy pocas. La compañía minera de Peñoles, en Coahuila, y otras compañías, lo mismo en Pachuca que en El Oro y en otras partes, saben ustedes que pasa lo mismo. En esta forma, señores, damos la oportunidad para que todas las compañías trabajen solamente los fundos de cien pertenencias. Mayor de estas cantidades, que es lo que más o menos puede trabajar toda compañía, yo creo que es innecesario, ya que no podrían trabajarlas, y en esa forma se darán facilidades para que otros las puedan trabajar, ya que ellos, por jugadas de bolsa o por circunstancias especiales, no las trabajan. Yo pongo en consideración de ustedes que se hagan estas pequeñas adiciones, que son muy importantes y que reportarán muchos beneficios al país, tanto para el erario como en general para todas las clases mineras.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el diputado Esparza. (Voces: ¡No está, no está!) No estando en el salón el C. Esparza, tiene la palabra el diputado Aguirre Escobar.

El C. Aguirre Escobar: Señores diputados: Por una verdadera casualidad tocóme en suerte venir a reforzar hoy, después de dos años y meses, una opinión mía expresada a la Secretaría de Hacienda, que sirvió de base a este impuesto progresivo sobre la propiedad minera. Efectivamente, la base de una a diez pertenecientes que figura en el inciso A del decreto de 1o de mayo de 1916, fue la misma que yo establecí en un dictamen particular dirigido a la Secretaría de Hacienda sobre lo que podía llamarse pequeña propiedad minera, sobre una unidad minera, que sin ser muy insignificante, y que por no pudiera tener una explotación razonable y que tampoco fuera una gran propiedad para que pudiera llamarse una compañía acaparadora o de una gran explotación.

El impuesto de dos pesos por pertenencia y por tercio que en aquella época se estableció para el pago del impuesto, lo considero enteramente razonable, toda vez que es el mínimum que se paga por la explotación de la propiedad minera como impuesto del Timbre. Una porción menor de diez pertenencias, no es una porción práctica en minas, señores. Algunos miembros

de este Congreso han propuesto a la Comisión que de una a cinco pertenencias se establezca un impuesto de un peso por pertenencia y por tercio. Yo me dirijo a los mineros que pueda haber en esta Asamblea para que me digan si efectivamente la unidad de cinco pertenencias no es una unidad verdaderamente utópica, toda vez que no hay un minero en la práctica se ponga a hacer una explotación de cinco pertenencias, porque no le bastarían, no le servirían para nada; en cambio, una unidad de diez pertenencias sí es razonable, es un término justo para un minero; podría, por ejemplo, desarrollar un negocio cualquiera, siempre que tome por base una medida de dos o tres pertenencias, una medida de dos por tres para lo que se llama una unidad de dos pertenencias o, lo que es lo mismo, una unidad de tres pertenencias o una unidad de seis. Siempre se acostumbra practicar sobre el corrido de las vetas la mayor cantidad posible cuando se ha echado bastante, cuando la profundidad de las vetas no obedece mucho a la perpendicular; siempre se procura en lugar de cien metros, poner doscientos cuando es muy echada la veta y, por regla general, siempre se procura ampliar la pertenencia sobre el corrido de la misma; así es que los mineros pobres siempre procuran darle el mayor corrido posible. Por tal razón, yo considero justo el impuesto de dos pesos por pertenencia por tercio como un impuesto de minas. Respecto del inciso B, que dice que de once a cincuenta pertenencias se cobrará a razón de doce pesos anuales, también lo considero justo; no es un término excesivo, no es una contribución que venga a causar perjuicios a la propiedad; dentro de este término está comprendida la propiedad minera que yo tengo y, sin embargo, lo acepto como bueno, porque es justo; el Gobierno de la Nación necesita vivir y nosotros estamos obligados a contribuir con nuestro óbolo para el sostenimiento de los gastos públicos. Considero de toda equidad el impuesto de doce pesos anuales, o sea cuatro pesos por pertenencia o por tercio. Respecto del inciso C. de cincuenta y una a cien pertenencias, igualmente es un impuesto justo; no es un impuesto exagerado el de dos pesos por tercio. En cuanto al inciso D, de ciento una pertenencias en adelante a razón de veinticuatro pesos anuales, o sean ocho pesos por cada tercio, tampoco es injusto; está en el término razonable, solamente que como las compañías acaparadoras o las grandes compañías mineras que realmente son las monopolizadoras de las pertenencias de nuestro país, o, como decía alguien ayer, latifundistas de la propiedad minera, deben quedar comprendidos de doscientas pertenencias en adelante, y en ese solo sentido desearía que la Comisión hiciera la reforma en el sentido de que en el inciso D se diga que de cien a doscientas pertenencias, el impuesto sea de ocho pesos por tercio y de doscientas pertenencias en adelante sean diez pesos por tercio, o lo que es lo mismo, treinta pesos anuales, y que este impuesto sea no solamente para metales de oro y plata, sino también para minas de cobre, de plomo y de zinc, puesto que de doscientas pertenencias en adelante son las propiedades que comunmente tienen las compañías acaparadoras del país en materia de minas. Esto en lo que se refiere al inciso C de la fracción XIII del Proyecto de Ingresos. Yo rogaría que la Comisión me dijera si estaría dispuesta a hacer la reforma en el sentido que indico.

El C. Basáñez, de la Comisión: Yo, como Presidente, no tengo inconveniente en hacerlo. No sé el resto de la Comisión si esté de acuerdo.

El C. Padilla, de la Comisión: La Comisión pide la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Padilla: Está presentada una proposición por el C. Siurob y otros CC. diputados, y esa proposición ya la ha aceptado la Comisión, sobre las reformas a ese inciso. Así es que, salvo lo que diga la H. Asamblea, la Comisión está dispuesta a substituir esa fracción en el sentido de la proposición presentada por el C. Siurob.

El C. Aguirre Escobar: Existe, también, una clasificación en el proyecto que sostiene la Comisión, que se refiere a que las contribuciones que acabo de citar son para minerales de oro y plata. Ahora bien, las minas que deben pagar este impuesto no son solamente las de oro y plata, también las minas de cobre, las minas de plomo y las minas de zinc deben pagar el impuesto a que esa fracción se refiere, y solamente las minas de fierro y otra clase de metales que no sean los cinco primeros en la clasificación, deben estar comprendidos en la clasificación que se hace en la fracción A. Por tal razón yo desearía que la Comisión me dijera si está dispuesta a reformar su dictamen en el sentido que ya he indicado. Esto es de justicia. Yo desearía que la Comisión me dijera si está dispuesta a hacer la reforma en ese sentido.

El C. Padilla, de la Comisión: La Comisión, señores diputados, ha aceptado dos clasificaciones en las minas de explotación de minerales de oro y plata y minerales que no son oro y plata, teniendo en cuenta que en términos generales, los rendimientos son notoriamente más lucrativos los de los minerales de oro y plata que los demás minerales; en tal concepto, se han formado solamente esos dos grandes grupos. Las razones son obvias; en los minerales de oro y plata, que son realmente los que están clasificados como preciosos, deben, naturalmente, ponerse cuotas más altas; los demás, sus rendimientos son notoriamente más pequeños y sus beneficios son tan costosos casi como los de oro y plata; en ese concepto, la Comisión no ha hecho más divisiones que las que ya aceptaron las mismas que ya ha propuesto el Ejecutivo; por lo tanto, yo atentamente pido a la Asamblea, a nombre de la Comisión, que se nos permita retirar el dictamen del inciso C, para presentarlo en el sentido de la proposición hecha por los señores Siurob y demás signatarios.

El C. Prosecretario Ancona Albertos: Se pregunta a la Asamblea si se permite a la Comisión retirar el inciso C de la fracción XIII, que dice:

"Impuestos sobre pertenencias mineras, conforme al reglamento de 29 de junio de 1912, decreto de 10 de mayo de 1916 y disposiciones posteriores.

El C. Zavala: Pido la palabra. Está objetado también el inciso E.

- El mismo C. Prosecretario: Es el inciso C de la fracción XIII que dice:

(Leyó.) Se pregunta a la Asamblea si permite a la Comisión retirar este inciso. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se concede el permiso.

La Presidencia pregunta a la Asamblea si se ponen desde luego a votación los siguientes incisos no objetados:

"A. Impuesto general del Timbre los actos, documentos y contratos que se causan en estampillas comunes, conforme a la Ley de 1º. de junio de 1906, reformada por la de 23 de mayo de 1907, su reglamento del 30 de octubre del mismo año de 1906, decreto de 28 de octubre de 1909 y disposiciones relativas."

"D. Impuesto sobre el oro, la plata y demás metales destinados a la exportación, de acuerdo con la ley de 25 de marzo de 1905, reglamento de 30 de marzo del mismo año, decretos de 1o. de mayo y 8 de diciembre de 1916 y circular número 144 de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de 8 de diciembre del mismo año, y demás disposiciones posteriores."

"F. Impuestos a los tabacos labrados, conforme al decreto de mayo 18 de 1917, reglamento de 10 de diciembre de 1892 y disposiciones posteriores."

"G. Impuesto especial del Timbre sobre ventas de primera mano de licores, aguardientes, tequilas, mezcal y demás bebidas alcohólicas de producción nacional obtenidas por destilación, vinos y cervezas de producción nacional e impuestos sobre productos similares procedentes del extranjero, con arreglo al decreto de abril 14 de 1917 y reglamento de 28 de junio de 1912."

"K. Impuesto por autorización y verificación de pesas y medidas, cuando dichas autorización o verificación, sean hechas por empleados federales, conforme al reglamento de la ley de 6 de junio de 1905, expedido el 16 de noviembre del mismo año, y demás disposiciones relativas."

"L. Derechos de marcas y de patentes de invención, conforme a las leyes relativas de 25 de agosto de 1903 y sus reglamentos."

La presidencia consulta a la Asamblea si se ponen desde luego a votación estos incisos que no han sido objetados. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie.

(Se efectúa la votación.)

- El mismo C. Prosecretario: ¿Falta algún C. diputado por votar? Se procede a la votación de la Mesa. (Votó la mesa.)

Votaron por la afirmativa los CC. diputados siguientes: Acuña, Aguilar, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alejandre, Alonzo Romero, Andrade, Arlanzón, Arrazola, Arreola, Avendaño, Avilés, Barragán Juan Francisco, Basáñez, Bello, Benítez, Betancourt, Blancarte, Breceda, Cámara, Cancino Gómez, Cano, Cárdenas, Carrillo Eduardo S., Carrillo Iturriaga, Cienfuegos y Camus, Cisneros, Córdoba, Cravioto, Curiel, Dávalos Ornelas, Díaz González, Domínguez, Dyer, Echeverría, Esparza, Esquivel, Fentanes, Fernández Aurelio M., Fernández Martínez, Gaitán, Gárate, García Adolfo G., García Eliseo, García Jonás, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gay Baños, Gómez S. Emiliano, González Casimiro, González Jesús M., González Justo, González Marciano, Guajardo, Gutiérrez, Hay, Hermosillo, Hernández Ernesto, Hernández Garibay Baños, Hernández Jerónimo, Hernández Luis M., Hernández Maldonado, Herrera, Higareda, Izquierdo, Lailson Banuet, Lanz Galera, Lechuga Val, Leyva, Leyzaola, Lizalde, López Couto, López F. Ricardo, López Ignacio, López Miro, Magallón, Manzano, Márquez, Josafat F., Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Martínez Joaquín, Martínez Rafael, Medina Francisco, Medina Hilario, Medina Juan, Mendoza, Meneses, Narro, Navarrete, Neri, Ordorica, Ortega, Ortíz, Otero, Padilla, Pardo, Paredes, Colín, Pedroza, Peñafiel, Peralta, Pérez Brambila, Pérez Gasca, Pineda, Plank, Portillo, Ramírez G. Benito, Ramírez Llaca, Rebolledo, Reynoso, Ríos Landeros, Rivas, Rivera Cabrera, Robles Domínguez, Rojas Dugelay, Román, Rueda Magro, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Sáenz, Sánchez Daniel, Sánchez Tenorio, Saucedo J. Concepción, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera, Silva Jesús, Siurob, Soto, Téllez Escudero, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torres José D., Treviño, Uruñuela, Ventura, Villarreal Jesús J., Zavala y Zubaran.

Ciento cuarenta y dos diputados por la afirmativa. Por la negativa votaron quince CC. diputados, que son los siguientes: Ancona Albertos, Arellano, Aveleyra, Bravo Izquierdo, Cruz, Chapa, Escudero, García Salvador Gonzalo, Ibarra, López Lira, Manrique, Méndez, Sánchez José M., Urueta y Vadillo. Aprobados los incisos A, D, F, G, K y L, por ciento cuarenta y dos votos contra quince.

El C. Presidente, a las 10.55 a. m.: Se levanta la sesión de la Cámara de Diputados para pasar a la del Congreso General.

SESIÓN DEL CONGRESO GENERAL EFECTUADA EL DÍA 10 DE JULIO DE 1917

SUMARIO

1. Se abre la sesión. Rinde la protesta de ley el C. Magistrado a la Suprema Corte de Justicia, Enrique Moreno. Se lee y aprueba el acta de la presente sesión. Se levanta ésta.

DEBATE

Presidencia del C. NARRO REYNALDO

(Asistencia de 157 CC. diputados y 41 CC. senadores.)

El C. Presidente: Se abre la sesión de Congreso General.

El C. Secretario López Lira: Se suplica a los representantes se sirvan ocupar sus curules. La Presidencia suplica al C. Peralta se sirva atender sus indicaciones.

La Presidencia designa en comisión para que se sirva introducir al salón, a rendir la protesta de ley, al C. Magistrado Enrique Moreno, a los CC. representantes

siguientes: Joaquín Pedrero, Rodolfo Ramírez, Amado Aguirre, Jesús M. González, Hilario Medina y Secretario Magallón.

(Penetra al salón el C. Magistrado Moreno, acompañado por la Comisión.)

- El mismo C. Secretario: Se suplica a las personas que están en las galerías se sirvan ponerse de pie.

(Rinde la protesta de ley el C. Enrique Moreno. Aplausos.)

- El mismo C. Secretario: "Acta de la sesión celebrada por el Congreso General el día 10 de julio de 1917.

"Presidencia del C. Reynaldo Narro.

"En la ciudad de México, a las once y cinco a. m. del martes 10 de julio de 1917, reunidos en el salón de sesiones de la Cámara de Diputados, cuarenta y un CC. senadores y ciento cincuenta y siete CC. diputados, según consta en las listas que previamente pasó la Secretaría, se abrió la sesión.

"La Presidencia nombró en comisión a los CC. senadores Joaquín Pedrero, Rodolfo Ramírez y Amado Aguirre, y diputados Hilario Medina y Jesús M. González, con el Prosecretario Magallón, para que introdujeran al salón al C. licenciado Enrique Moreno, electo Magistrado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Puesto de pie dicho ciudadano, el Presidente del Congreso le preguntó: ¿Protestáis desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que se os ha conferido, guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella dimanen, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Nación?

"El interpelado contestó: "Sí protesto." Y el C. Presidente repuso: "Si no lo hiciéreis así, la Nación os lo demande."

"Se levantó la sesión, leyéndose antes la presente acta."

Está a discusión.

El C. Alonzo Romero: Para una aclaración, señor Presidente.

- EL C. Presidente: Tiene la palabra el C. Alonzo Romero.

El C. Alonzo Romero: Allá en la protesta acaba diciendo que "la patria os lo demande," y la Constitución dice: "la Nación os lo demande."

El C. Secretario López Lira: El acta es la relación fiel de los hechos acaecidos.

El C. Alonzo Romero: Pero eso no quiere decir que esté de acuerdo con la Constitución.

- El mismo C. Secretario: En votación económica se pregunta si se aprueba el acta. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Aprobada.

El C. Presidente: Se levanta la sesión del Congreso General.

El Jefe de la Sección de Taquigrafia, JOAQUÍN Z. VALADEZ.