Legislatura XXVII - Año II - Período Extraordinario - Fecha 19180404 - Número de Diario 4

(L27A2P1eN004F19180404.xml)Núm. Diario:4

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 4 DE ABRIL DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERÍODO EXTRAORDINARIO. XXVII LEGISLATURA TOMO III. - NÚMERO 4

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 3 DE ABRIL DE 1918

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. - Es leída y aprobada el acta de la sesión anterior. Se da cuenta con los asuntos de cartera, concediéndose licencia a los CC. Alejandre, Plank, Portes Gil y Zubaran.

2. - Oficio de la Comisión Permanente de los Estados Unidos Mexicanos, con el que remite el expediente de la Iniciativa de Ley Electoral presentada por el C. diputado Arturo Ruiz Estrada; recibo y resérvese para turnarlo a las Comisiones Unidas, 1a. de Puntos Constitucionales y de Gobernación, tan pronto como se reciba el Proyecto de Ley Electoral que actualmente se estudia en el Senado. Este trámite de la Mesa origina discusión, al fin de la cual es aprobado en votación nominal.

3. - El C. Siurob hace uso de la palabra para referirse a hechos.

- Se levanta la sesión

DEBATE

Presidencia del C. MARTÍNEZ DE ESCOBAR RAFAEL

(Asistencia de 145 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.23 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. Secretario Aranda; leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados el día dos de abril de mil novecientos diez y ocho. - Período Extraordinario.

"Presidencia del C. Rafael Martínez de Escobar.

"En la ciudad de México, a las cuatro y veintitrés de la tarde del martes dos de abril de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento cincuenta y un ciudadanos diputados, según consta en la lista que pasó el C. Secretario Aranda, se abrió la sesión.

"El mismo C. Secretario leyó el acta de la sesión celebrada el día primero de los corrientes, la que se aprobó sin debate en votación económica.

"El C. Secretario Alonzo Romero pasó a dar cuenta con los documentos siguientes:

"Oficio de la Cámara de Senadores, participando la elección de Presidente y Vicepresidentes para este mes. - De enterado.

"Telegrama de Túxpam, Veracruz, en que el C. diputado Alberto Herrera participa que no ha podido salir para esta capital por falta de vapor. - De enterado.

"Mensaje de Oaxaca, por medio de el cual el C. diputado Arlanzón avisa que ya sale para esta ciudad, con objeto de asistir a las sesiones del período extraordinario. - De enterado.

"Telegrama depositado en Guadalajara, del C. diputado Manzano, comunicando que el fallecimiento de su esposa y la gravedad de su hija le impidieron asistir a la apertura de las sesiones extraordinarias, pero que procurará concurrir a ellas lo más pronto posible. - De enterado.

"Escrito del C. Felipe Espinosa, diputado suplente por el 8º. distrito del Estado de Guanajuato, en que avisa su cambio de residencia de León a Celaya, con motivo de que tiene conocimiento de que el C. Hilario Medina, diputado propietario, tiene licencia. - De enterado y comuníquesele que el C. diputado propietario está en ejercicio.

"Ocurso del C. Manuel Cepeda Medrano, en que dice que consiguió permiso para separarse del cargo de Sub director de la Beneficencia Pública, a fin de volver a sus funciones de diputado durante el período extraordinario. - De enterado y comuníquese a la Tesorería del Congreso.

"Solicitud del C. García de Alba referente a que, con dispensa de trámites, se le conceda licencia por veinte días, con goce de dietas, para atender asuntos urgentes de familia.

"Concedida la dispensa de trámites, a invitación de la Mesa el interesado fundó su solicitud y ésta se aprobó en seguida en votación económica.

"Solicitud del C. Gómez Mauricio, a fin de que se le permita desempeñar una comisión del Ejecutivo y se llame a su suplente.

"Como lo pide el C. Gómez, se dispensaron los trámites a su solicitud, y puesta a discusión, sin ella, se aprobó en votación económica.

"La Secretaría también dio cuenta con otras tres solicitudes de licencia, con goce de dietas, a los CC. Barragán Juan Francisco, Aguirre Escobar y Rivera Cabrera, las dos primeras gestionadas telegráficamente desde San Luis Potosí y Torreón, por una semana, diez y veinte días,

respectivamente, las cuales, en la misma forma que las anteriores, se aprobaron.

"Acto continuo rindió la protesta de ley como diputado suplente al Congreso de la Unión, por el 9º. distrito electoral del Distrito Federal, al C. Rafael Alducin, quien fue introducido al salón por el CC. Mariel, Padrés y Prosecretario Sánchez Tenorio.

"A las cuatro y cuarenta y cinco se cerró la sesión y se citó para el día siguiente, a las cuatro de la tarde."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

- El C. Secretario Alonso Romero, leyendo:

"Secretaría de Estado y del Despacho de Gobernación. - Estados Unidos Mexicanos. - México. - Sección primera. - Número 1804.

"Cábeme la satisfacción de comunicar a ustedes, a fin de que sirvan hacerlo del conocimiento de esa H. Cámara, y para los demás efectos legales correspondientes, que con fecha de ayer envió esta Secretaría al Senado, la Iniciativa de Ley Orgánica Electoral, a que deberá sujetarse la renovación de los Poderes Federales.

"Sírvanse ustedes aceptar las seguridades de mi atenta y muy distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - México, abril 2 de 1918. - El Secretario, Aguirre Berlanga.

"A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente." - De enterado.

"Telegrama de Tlaxcala, 2 de abril de 1918.

"Presidente Cámara de Diputados.

"Los subscriptos presuntos diputados Congreso Local postulados Partido Liberal Constitucionalista, hónranse invitar a usted atentamente se sirva presenciar las labores que dicho Congreso inaugurará día 8 del presente o nombrar Comisión que lo represente en este acto. - Respetuosamente. - Diputados: licenciado Moisés Huerta. - Felipe Xicoténcatl Díaz. - Juan Luna. - Pablo Xelhuautzi. - E. M. Gracia. - Y. Mendoza. - Antonio Junco. - Francisco V. Méndez. - Y. Luciano Rodríguez." - Recibo.

"Telegrama de Jacala, Hidalgo, vía Pachuca, el 31 de marzo de 1918. - Licenciado Eduardo Neri, presidente de la comisión Permanente del Congreso de la Unión. - Cámara de Diputados.

"Hasta hoy pagádoseme dietas y bonos. Próximo cuatro estaré en esa.

"Respetuosamente, Eduardo Cisneros. - (Nota: De ayer depositado hoy.") - De enterado.

"Telegrama de Guadalajara, Jalisco, el 20 de marzo de 1918. - Comisión Permanente. - Cámara de Diputados.

"He de estimar hacer conocimiento Asamblea que con dispensa de trámites, concédaseme dos meses licencia atender quebrantada salud y pequeños asuntos particulares, llamándose suplente.

"Atentamente. - J. Pascual Alejandre. - (Nota: Con timbre de ley.")

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Dispensados. Está a discusión la solicitud. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Sí se concede.

El C. Ruiz Juan A.: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Ruiz Juan A.: Para suplicar a la Mesa tenga la bondad de indicar a la Asamblea que todas estas solicitudes fueron dirigidas a la Comisión Permanente y que por acuerdo de la misma pasaron a la Cámara de Diputados, de lo que no se a hecho mención.

- El mismo C. Secretario: La Mesa no tiene ningún inconveniente en satisfacer el deseo del diputado que acaba de hablar: los telegramas de que se trata han pasado de la Comisión Permanente a la Cámara de Diputados, y, así lo hace constar la Secretaría.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Telegrama de Villa Hidalgo, el 29 de marzo de 1918. - Vía Maravatío, Michoacán. - H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión."

"Acompañando al ciudadano Gobernador en su gira por los distritos, tuvo aquél conocimiento de que esta plaza se encontraba amagada por fuerte partida de bandoleros, capitaneada por Altamirano, viniendo desde luego en auxilio de la plaza, permaneceré a su lado hasta que desaparezca el peligro. Por tanto, ruego a ustedes disculparme si no estoy en esa a la apertura de las sesiones extraordinarias, así como hacerlo del conocimiento de los demás ciudadanos diputados.

"Salúdolos afectuosamente. - Diputado por Sinaloa. - Coronel F. C. Villareal." - De enterado.

"Telegrama de Magdalena, Sonora, el 26 de marzo de 1918. - Ciudadano Presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión."

"Me he enterado de la convocatoria que hace el ciudadano Presidente de la República, para un período extraordinario de sesiones que empezará el 1º. de abril próximo; me encuentro actualmente desempeñando comisión del Ejecutivo de la Unión, de acuerdo con la solicitud que hice a esa H. Cámara el 11 de diciembre del año próximo pasado y que me fue resuelta favorablemente, creo, por tal motivo, seguir al frente de esta comisión o esa H. Cámara resolverá si se presenta mi suplente.

"Salúdolo respetuosamente. - El diputado por el 2º. distrito electoral del Estado, C. Plank."

Por ser de obvia resolución este asunto, se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Sí se dispensan.

Se pregunta, en votación económica, si se concede permiso al C. Plank para que continúe desempeñando la comisión que lo confirió al Ejecutivo. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se concede el permiso. Llámese al suplente.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Telegrama de Ures, Sonora, el 28 de marzo de 1918. - Presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión."

"Enterado su telegrama ocho actual, recibido hoy, para ir esa capital, deseo saber si no concurrirá propietario Bay. Suplico avisar.

"Diputado Angel N. Porchas. - (Nota: Recibido en Laredo por correo, el 1º. de abril. - Dígasele que estando él en ejercicio, debe asistir al presente período extraordinario.

"Telegrama. Mérida, 2 de abril de 1918.

"Secretarios Cámara de Diputados.

"Hónrome comunicar H. Cámara estar esperando vapor para ir esa. - José Cleofas Echeverría." - De enterado.

"El subscripto, diputado en ejercicio al Congreso de la Unión por el 4º. distrito electoral del Estado de Tamaulipas, atentamente se permite solicitar de esa H. Asamblea una licencia de quince días, con goce de dietas, por encontrarse imposibilitado por causa de enfermedad para asistir a las sesiones.

"México, 1º. de abril de 1918. - E. Portes Gil."

Por ser de obvia resolución, se pregunta a la asamblea si se dispensan los Trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Si se dispensan los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Sí se concede la licencia.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"El que suscribe, diputado por el 1er. distrito electoral del Estado de Campeche, solicita de Vuestra Soberanía, con dispensa de trámites le sea concedida una licencia, con goce de dietas, por veinte días, para poder ausentarse para el Estado de Campeche a asuntos de familia.

"México, abril 3 de 1918. - Juan Zubaran."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Sí se dispensan los trámites. Está a discusión. La Mesa invita muy atentamente al C. Zubaran para que funde la solicitud que hace.

El C. Zubaran: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Zubaran.

El C. Zubaran: Señores diputados: ..... (Voces: ¡Tribuna, tribuna!)..... Señores diputados: A la atenta invitación de mi estimado compañero, el Secretario que actúa, vengo a fundar mi petición, a la que se acaba de dar lectura. Asuntos de familia me hacen que tenga necesidad de salir de la Capital para dirigirme a mi Estado. De la licencia haré uso tan pronto como haya vapor que me conduzca a Yucatán, con el fin de trasladarme después a Campeche. Suplico a Vuestra Soberanía se digne concederme el permiso que pido.

- El mismo C. Secretario: ¿No hay quien haga uso de la palabra en contra? En votación económica se pregunta a la Asamblea si concede el permiso. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Sí se concede.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Congreso de los Estados Unidos Mexicanos. - Comisión Permanente. - Mesa de Correspondencia. - Número 1077."

"Esta H. Comisión Permanente, en su sesión ordinaria de esta fecha, aprobó el acuerdo económico que textualmente dice:

"En virtud de la convocatoria a sesiones extraordinarias, pase a la Cámara de su origen la iniciativa de Ley Electoral presentada por el C. Arturo Ruiz Estrada."

"Y en cumplimiento del preinserto acuerdo, tenemos el honor de remitir a ustedes el expediente relativo.

Protestamos a ustedes nuestra atenta consideración y particular aprecio.

"Constitución y Reformas. - México, 3 de abril de 1918. - M. Rueda Magro, D. S. - Quirino Ordaz, S.S.

"A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara del Congreso de la Unión. - Presente." - Recibo y resérvese para turnarlo a las Comisiones unidas 1a. de Puntos Constitucionales y de Gobernación, tan pronto como se reciba el proyecto de Ley Electoral que actualmente se estudia en el Senado.

El C. Aveleyra: Reclamo el trámite.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aveleyra: Quiero que Su Señoría explique por qué se reserva turnar el asunto hasta que la Cámara reciba el proyecto del Ejecutivo. Creo que la iniciativa del compañero Ruiz Estrada debe dársele un trámite absolutamente sin conexión con el que se dictó respecto de la iniciativa del Ejecutivo.

El C. Presidente: Para satisfacer a Su Señoría, la Presidencia, manifiesta que, en virtud de que el Ejecutivo ha enviado a la Cámara de Senadores el Proyecto de Ley Electoral, y existiendo un artículo de la Constitución, que clara y terminantemente dice que una vez presentado en una Cámara un Proyecto de Ley, debe discutirse perfectamente en ella y después en la Cámara Colegisladora, por estas razones la Mesa a dictado su trámite. Nada práctico se haría si un Proyecto de Ley se discutiera en la Cámara de Diputados y otro relativo al mismo asunto, en la Cámara de Senadores. (Aplausos.)

El C. Velásquez: Pido la palabra para impugnar el trámite de la Mesa.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Velásquez.

El C. Velásquez: Señores diputados: Yo creo que estamos en un error al decir que al mandar la Comisión Permanente ese dictamen debe mandarlo al Congreso reunido en sesión extraordinaria; es verdad que el Señor Ministro de Gobernación no se preocupó siquiera por saber si había aquí alguna iniciativa de ley sobre elecciones, siendo de su deber estar pendiente, porque lo de elecciones corresponde a él. Olvidó que el 22 de diciembre se presentó una iniciativa y se dio el trámite: "A las Comisiones respectivas;" olvidó eso el señor Ministro; pero como nosotros estamos por velar o en el deber de velar por el cumplimiento de la ley, de la ley constitucional, y venir a tratar de la ley más importante que salvará la democracia, es necesario, está en nuestro papel; no debe la Comisión Permanente mandar a la Cámara de Diputados reunida en sesión extraordinaria ese dictamen, y aquí está el precepto constitucional; el artículo 79 dice lo siguiente, fracción III, al hablar de la Comisión Permanente:

"Dictaminar sobre todos los asuntos que queden sin resolución en los expedientes, a fin de que el inmediato período de sesiones sigan tramitándose."

No hemos llegado al período inmediato de sesiones; esta es reunión del Congreso para tratar de este punto solamente: de la Ley Electoral: el período de sesiones ordinario no ha llegado, los expedientes que tengan pendientes la comisión permanente, los presentará al congreso reunido en sesiones ordinarias, no en el período extraordinario, ¡No! Por consiguiente, mal hizo el Ministro de gobernación en mandar ese dictamen o ese Proyecto de Ley al Senado; aquí debe discutirse, porque para eso se convocó al Congreso... (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.) Bien, si él olvidó, si él descuidó la más elemental de sus obligaciones, no sabiendo el Ministro de Gobernación si se había presentado esa iniciativa, quiere decir que no cumplió con su deber, y nosotros debemos cumplir y por consiguiente aquí debe venir esa iniciativa, aquí debe discutirse, o ¿hemos venido no más a pasar el tiempo cuando únicamente para ese punto se convocó, para esa acción legislativa, y no se cumple? Se burla la misma convocatoria, se nos burla a nosotros y se burla al pueblo que está pendiente de la ley más importante, por ahora más importante para salvar la democracia. Aquí debe discutirse el proyecto de Ley y no darse el trámite de que se reserve. La iniciativa se presentará por la Comisión Permanente en el período de sesiones ordinarias, pero no ahora. Ya que el ejecutivo no ha mandado a esta Cámara el Proyecto de Ley, debemos nosotros presentar otro y discutirlo, si no hacemos eso ¿A qué hemos venido? ¿Para qué se nos ha convocado? ¡Se esta burlando a la misma convocatoria y las finalidades de nuestra reunión! ¡Eso es perder el tiempo y no hacer nada! ¡Venir a ocuparnos en estar concediendo licencias, no es lo que nos toca! (Aplausos.)

El C. Cravioto: Pido la palabra en pro.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cravioto: Señores diputados: Vengo a la tribuna verdaderamente extrañado de las falsas ideas que, contra su costumbre y contra su serenidad de pensamiento, acaba de emitir el C. Velásquez. La tesis sostenida por él en contra de el trámite de la Mesa, es perfectamente absurda y entraña un desconocimiento del funcionamiento legislativo dentro de la Constitución. En efecto, aquí, como acabamos de oír con verdadera extrañeza, el licenciado Velásquez ha confundido de una manera lamentable el Congreso de la Unión con la Cámara de Diputados. ¿Qué nos ha venido a proponer el señor Velásquez? Después de una crítica ligera sobre la conducta del Ministerio de Gobernación, ha dicho que el Ejecutivo tenía obligación de enviar el Proyecto de Ley Electoral a la Cámara de Diputados, puesto que había sido convocado el Congreso exclusivamente para discutirlo; y como no lo había hecho así, había faltado a su deber, estando nosotros perdiendo el tiempo.

Yo no sé a qué se deba esta argumentación del C. Velásquez, tan culto y tan ilustrado en esta materia tan sencilla. El mismo argumento, esgrimido con las mismas palabras, tendría el Senado para decir que el Ejecutivo no cumplía con su deber al mandar el Proyecto, primero a la Cámara de Diputados. Nosotros no somos el Congreso; el Congreso, - y esto es verdaderamente nimio -, es la reunión de las dos Cámaras Colegisladoras. Conforme a la Constitución, la iniciativa de cualquiera ley puede comenzar indistintamente, sea en la Cámara de Diputados, sea en la Cámara de Senadores; no hay absolutamente con esto una preferencia, este es sencillamente el funcionamiento legislativo dentro de la Constitución. Cae, por lo mismo, por su base, el argumento de Su Señoría y los peregrinos aplausos que ha escuchado de algunos señores representantes, tampoco me explico por qué.

Alrededor de esta cuestión vienen las insinuaciones de los "entre - filets" de cierta prensa, pues se ha querido suscitar cierta prevención política verdaderamente infundada. En efecto, se dice por algunos señores diputados que el Ejecutivo ha querido ejercer presión moral sobre nosotros, mandándonos el Proyecto de Ley a través del Senado, adonde seguramente será aprobado rápidamente para que de esta manera nosotros nos conformemos en todo con las ideas del Proyecto de la Ley tal como a sido presentada por el Ministerio de Gobernación. Este argumento ha hecho cierta impresión en el candor de algunos señores Representante, que olvidan que la Cámara en cualquier momento y en cualquiera situación tiene absoluta libertad para modificar un Proyecto de Ley en la forma que acuerde como mejor convivencia para los interese nacionales, de tal manera que si algunos señores diputados no están conformes con ese Proyecto de Ley que está ya en el Senado, tiempo y oportunidad tendrán para discutirlo, para reformarlo o para rechazarlo, lo mismo que si hubiera presentado aquí primero, que si se nos presenta después de haber sido aprobado por el Senado. Creo, por lo tanto, que ese argumento no tiene ninguna seriedad.

Entro ahora a emitir mi razonamiento en pro del trámite de la Mesa y a la vez me voy a permitir seguir al señor Presidente una pequeña modificación. Yo sí creo, como el señor Velásquez, dentro del espíritu de la Constitución, que tanto en este período de sesiones extraordinarias como en los

períodos ordinarios, tienen facultad de iniciativa amplia y completa todos los Representantes del pueblo y los demás funcionarios que señala la Constitución, de tal manera que en cualquier momento cualquiera de nosotros puede presentar una Iniciativa pertinente, siempre que se sujete al espíritu de la convocatoria, es decir, los diputados pueden traer ahora o mañana proyectos de ley electoral, usando de su facultad constitucional perfectamente legítima y establecida en el artículo relativo; pero es de muy buen sentido y de orden parlamentario no embarullar indefinidamente los trabajos de la Cámara, entremezclando proyectos y proyectos que tiendan a un mismo fin y a resolver una misma cuestión. A propósito de la importante cuestión agraria, que a preocupado de muchos años atrás a muchos Representantes del pueblo, se ha presentado buen golpe de iniciativas y se ha cambiado cantidad infinita de ideas, de modo que para resolver esta cuestión, hay una cartera, desde el tiempo del señor Madero, alderredor de veinte o treinta proyectos de ley. Esto quiere decir sencillamente que las Comisiones, al dictaminar sobre el Proyecto de Ley, deben tener en cuenta las ideas expresadas en los demás proyectos para juntarlos, en lo pertinente, en un solo dictamen y de esta manera facilitar el tino en la resolución de los asuntos y el trabajo de la Asamblea. El Senado, conforme a la fracción (i) del artículo 72 de la Constitución, debe tener la preferencia en la discusión de este asunto, puesto que el Ejecutivo de la Unión tuvo a bien enviar su Iniciativa de Ley a este Alto Cuerpo antes que a la Cámara de Diputados. Hay algunos señores diputados que están casi de acuerdo con alguna de las reformas propuestas por el ciudadano Ruíz Estrada; todos, además, nos sentimos en el deber estricto y en la obligación tanto de resolver este asunto con el mayor tino posible, como de resolverlo también dentro de la mayor brevedad. En este estado de cosas, quiero decir que cuando venga aquí el Proyecto de Ley del Senado, que será el Proyecto de Ley del Ejecutivo con más o menos reformas, se suscitará indudablemente dentro de la Cámara de Diputados una discusión acerca de la conveniencia de establecer además tales o cuales reformas, según la mente de la iniciativa del ciudadano Ruíz Estrada.

Creo yo, por lo tanto, que se podría solucionar este asunto de manera muy sencilla: o bien de una manera privada, o bien de una manera semioficial. De una manera privada, es de obvia resolución, es muy sencillo: que el mismo C. Ruiz Estrada les reparta su iniciativa de ley a los ciudadanos que integran las Comisiones dictaminadoras del Senado. Aparte, con su carácter no sólo de iniciador, sino del miembro del Congreso, él tiene facultades, dentro del Reglamento, para asistir a las reuniones de las Comisiones dictaminadoras y hasta para tener voz dentro de ellas; esto podría aventajar mucho el trabajo en este sentido. Ahora, si se quiere darle más seriedad al Proyecto pues bien podría pasar desde luego a las Comisiones dictaminadoras, que es en lo que yo no estoy de acuerdo completamente con trámite que ha dado Su Señoría, Martínez de Escobar, Presidente de la Mesa. Yo pregunto: ¿qué objeto tiene reservar el paso del Proyecto de Ley del C. Ruiz Estrada a Comisiones dictaminadoras, hasta que venga el proyecto del senado? Yo creo que no choca con ningún artículo reglamentario, ni con el buen sentido, ni con el ahorro del tiempo, que pasara desde luego este Proyecto a las Comisiones, a fin de que lo fueran estudiando, tanto más cuanto que entiendo que desde su forma primordial estuvo firmado no sólo por diputados numerosos, sino por diputaciones completas, por lo que pasó desde luego a Comisiones y después a la Comisión Permanente. Yo digo que si va el proyecto desde luego a las Comisiones dictaminadoras, se tendría la ventaja de ahorrar tiempo; lo único que sí sería un disparate, sería precipitar la discusión de este dictamen, como también sería un disparate que las Comisiones dictaminaran no teniendo en cuenta las ideas del Senado.

Por eso, señores diputados, yo me permito apoyar el trámite de la Mesa, con esa pequeña reforma. Además, creo también conveniente indicar la necesidad que hay de cerrar con este trámite las sesiones de la Cámara de Diputados, en tanto que no tenemos materia de trabajo; nosotros no podemos hacer más que estar dictaminando sobre telegramas de Diputados que se acuerdan de asuntos de familia cuando empezamos a trabajar, o de otros que no pueden venir aquí; estos asuntos se pueden despachar, o bien cada tres días, en caso de que no avisemos al Senado que suspendemos las sesiones, o hasta que nos volvamos a reunir para trabajar en serio el Proyecto de Ley que pase a Vuestra Soberanía, enviado por el Senado. Pido, por tanto, a la Cámara, que se sirva aprobar el trámite de la Mesa, con la pequeña reforma que me he permitido someter a vuestra consideración.

El C. Aveleyra: Pido la palabra para una interpretación, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aveleyra: Voy a suplicar a la Mesa se sirva decir a la Cámara si es cierto que el Proyecto de Ley del C. Ruíz Estrada, fue presentado el 24 de diciembre del año próximo pasado. Yo suplico a la Mesa me conteste eso, porque, sin estar conforme con las ligerísimas apreciaciones que sobre el licenciado Velásquez hace el pseudolicenciado Cravioto, tampoco creo que la argumentación del señor Velásquez sea la más a propósito en este caso, sino precisamente el argumento que el señor Presidente puso en conocimiento de la Asamblea, contestando a la primera interpelación que yo hice, o mejor dicho, a la primera objeción a su trámite; porque si resulta de los datos que nos proporcione la Secretaría que, en efecto, el Proyecto fue presentado en diciembre del año pasado a la Cámara de Diputados, y no a la Comisión Permanente, resulta que ese Proyecto de Ley, basándonos en el mismo precepto en que el señor Presidente se ha basado, es el que debemos discutir de preferencia, porque el del Ejecutivo vino posteriormente a ser presentado al Congreso General. En ese caso no tendremos que meternos, ni debemos de discutir lo que debió haber hecho el Ejecutivo, ni lo que hizo el Ejecutivo o el Senado y sí tendremos la convicción de que el Senado tendrá que dar el trámite al Proyecto de Ley del Ejecutivo de: "Pase a la Cámara que está en antecedentes, de este asunto."

El C. Presidente: La Presidencia, contestando a la interpelación del señor Aveleyra, le manifiesta que no fue el 24 de diciembre, como Su Señoría dice, sino antes, es decir, el 21 de diciembre; pero como quiera que este Proyecto pasó a las Comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales, de la Comisión Permanente, y, en concepto de la Mesa - a lo menos, así lo creo -, si se hubiera presentado ayer a esta Cámara el mencionado Proyecto, sería anterior al que envió el Ejecutivo al Senado; pero como quiera que hasta hoy la Comisión Permanente lo turnó a la Cámara, cree la Mesa que es anterior el que está ya en posesión de la Cámara de Senadores.

El C. Aveleyra: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Aveleyra, para una aclaración.

El C. Aveleyra: Señores diputados: Yo no estoy conforme con lo expuesto por el ciudadano Presidente. El Proyecto de Ley fue presentado a la Cámara en diciembre del año pasado, y los que se nos presenta ahora, es un dictamen y un proyecto de Ley que ya ha sido antes presentado en la Cámara, y el Ejecutivo no presenta dictamen, sino un nuevo Proyecto de Ley, y, por lo tanto, pido a la Mesa que reforme su trámite.

El C. Presidente: La Mesa no tiene ningún interés en sostener su trámite, por eso lo ha puesto a discusión, creo que es el justo y, por lo tanto sigue a discusión el trámite. Han hablado los CC. Velásquez y Aveleyra, en contra, y el señor Cravioto en pro, y, por lo tanto tiene la palabra el señor Vadillo en pro, y, en seguida, se someterá a votación de la Asamblea.

El C. Fernández Martínez: Una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Fernández Martínez: El señor Aveleyra no ha hablado en contra del trámite, sino simplemente ha hecho interpelaciones a la Presidencia.

El C. Presidente: Contestando al señor Fernández Martínez le manifiesto que, aunque el señor Aveleyra dijo que para interpelaciones, sin embargo, pronunció un discurso en contra del trámite de la Mesa; por lo tanto sí ha hablado en contra.

El C. Ruíz Juan A.: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Ruíz Juan A.: El compañero Aveleyra ha pedido la palabra para una interpelación, y si no ha hecho una interpelación, en ese caso la culpa la tiene la Mesa; pero él ha tenido la palabra para una interpelación y, por lo tanto, debe de tener la palabra un orador que este en contra del trámite que ha dado la Mesa.

El C. Presidente: No obstante que la Presidencia tiene la convicción de que el C. Aveleyra habló en contra, pues únicamente vino a afirmar que el día 24 de diciembre se había presentado el Proyecto de Ley, sin hacer ninguna interpelación; por lo tanto, creo que habló en contra; sin embargo por un espíritu de liberalidad se concede la palabra a Su Señoría, para que hable en contra del trámite de la Mesa, si cree que no habló en ese sentido.....

El C. González Jesús M., interrumpiendo: El Presidente dijo que contestaba una interpelación.

El C. Presidente: Se llama al orden al C. Jesús M. González.

El C. Ruíz Juan A.: La Mesa a dado el trámite de que se reservara para cuando se recibiera en ésta Cámara el Proyecto del Ejecutivo de la Ley electoral para Poderes Federales. El artículo 72, en su inciso (i) de la Constitución, dice:

"Las iniciativas de leyes o decretos se discutirán preferentemente en la Cámara en que se presenten, a menos que transcurra un mes desde que se pasen a la Comisión dictaminadora, sin que ésta rinda dictamen, pues en tal caso el mismo Proyecto de Ley o Decreto puede presentarse y discutirse en la otra Cámara."

El Proyecto del diputado Ruíz Estrada, que fue presentado el 21 o 24 de diciembre, no ha cumplido todavía el mes que se le designa, porque aunque a transcurrido el tiempo que tiene la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados, no se siguió discutiendo este proyecto, es decir, en la Comisión a que pasó no siguió discutiéndose.....

El C. Cravioto, interrumpiendo: ¡Friolera!

El C. Ruíz Juan A., continuando: En vista de que ahora hemos sido convocados para tratar este asunto, yo creo que debe pasar desde luego a las Comisiones respectivas para que dictaminen sobre esta ley que ya ha sido presentada en la Cámara de Diputados. Por lo tanto, pido a esta H. Asamblea que rechace el trámite que ha dado la Mesa y se apruebe que pase desde luego a las Comisiones respectivas para que se estudie el Proyecto de Ley presentado el 21 o 24 de diciembre a esta H. Asamblea por el diputado Ruíz Estrada. (Voces: ¡No, no! ¡Si, si!)

El C. Presidente: Tiene la Palabra en pro el C. Vadillo.

El C. Vadillo: Señores diputados: A mi juicio, en esta cuestión no hay ni siquiera el vaso de agua necesario para iniciar una pequeña tempestad. El C. Velásquez, que parece haber dado a la discusión un principio de orden legal, con bastante pena mía debe ser rectificado en cuanto a la interpretación que da fundamentalmente al artículo constitucional que él invoca. Es preferente en la interpretación a este asunto la autorización absolutamente incontrovertible que tiene el Ejecutivo de la Unión para las leyes con el derecho de prioridad de darlas a cada una de las Cámaras. Si pues, el Ejecutivo de la Unión, por razones de orden político y desde luego con apoyo legal, remitió esta Iniciativa de Ley Electoral al Senado antes que a la Cámara de Diputados, el Ejecutivo de la Unión está en su papel absolutamente correcto, constitucionalmente hablando, para haber enviado este Proyecto de Ley allá. No queda violada con ello la intención de la convocatoria para este periodo de sesiones extraordinarias, porque apesar de que allá se discutirá con prioridad este Proyecto de Ley, es de exigencia Constitucional que esas misma Ley sea discutida aquí y, por consiguiente, también nosotros tendremos que intervenir en la discusión de esta ley y también quedará cumplido entonces al fin de la convocatoria. La cuestión, por consiguiente, no es de orden legal, ni reglamentariamente hablando, ni constitucionalmente hablando, sino simplemente

es de orden práctico. Probablemente el Ejecutivo de la Unión tuvo en cuenta razones de orden político para enviar de preferencia está Iniciativa de Ley al Senado antes que enviarla a la Cámara de Diputados; quizá va por ser más reducido el número de individuos que intervengan en esta discusión, porque el ambiente político sea más favorable a aquel proyecto o por cualquier otra razón honestamente política para preferir a aquella Cámara, el Ejecutivo ha tenido su derecho incontrovertible e intocable de preferir al Senado respecto de la Cámara baja, para que se discuta esta ley. No quiero yo analizar la circunstancia, para todos manifiesta, de que haya salido una hostilidad en uno de los más connotados miembros de la derecha acerca de esta actitud del Ministro de Gobernación, porque no entra en mi actuación, ni en mi intención, ni es mi deseo hacer hincapié en esta pequeña circunstancia; sí me asombra un poco y no sé por qué me siento inclinado a relacionar esta exigencia del C. Velásquez para atacar el trámite de la Mesa, e implícitamente la actitud del Ministro de Gobernación, con los asuntos interiores del Estado de Guerrero y respecto al C. Mariscal, en relación con el C. Velásquez. (Aplausos y voces: ¡Ya apareció el peine!) Pero, repito, este es asunto de otro capítulo. Creo yo que correctamente, constitucionalmente, serenamente debemos apoyar, debemos apoyar el trámite de la Mesa, e implícitamente la política del Ejecutivo al enviar este Proyecto de Ley a la Cámara Alta. (Aplausos.)

El C. Sánchez Tenorio: Pido la votación nominal, señor Presidente. Solicito la cooperación de siete ciudadanos diputados.

El C. Secretario Alonzo Romero: Habiendo hablado dos oradores en pro y dos en contra, en votación económica.....(Voces: ¡Nominal!) en votación nominal se pregunta a la Asamblea si se aprueba el trámite de la Mesa. (Voces: ¿Qué dice?)

- El mismo C. Secretario: El trámite de la Mesa dice que se reserva este Proyecto de Ley para cuando el Senado remita el que el Ejecutivo le ha enviado.

El C. Secretario Magallón: Por la afirmativa.

El C. Secretario Alonzo Romero: Por la negativa.

(Se recogió la votación.)

- El mismo C. Secretario: Votaron por la negativa los CC. diputados Aguirre Colorado, Alonzo Romero, Aranda, Aveleyra, Cámara, Castañeda, Córdoba Daniel S., Curiel, Chapa, Fernández Martínez, Gaxiola, González Galindo, González Jesús M., González Justo, González Lauro, Jurado, Lanz Galera, López Ignacio, Magallón, Malpica, Mata Filomeno, Mendoza, Molina, Montiel, Navarrete, Padrés, Pardo, Pereyra Carbonell, Pineda, Portillo, Ramírez Pedro, Rivera Cabrera, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Sánchez José M., Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Siurob, Téllez Federico, Torre Rómulo de la y Velásquez.

Total, 42 votos.

El C. Martínez de Escobar Federico: Me extraña no haber oído mi voto.

- El mismo C. Secretario: con el voto del C. Martínez de Escobar Federico, son 43 votos por la negativa.

El C. Secretario Magallón: Votaron por la afirmativa los CC. diputados Aguilar José D., Aguilar Silvestre, Aguirre Efrén, Aillaud, Alvarez del Castillo, Anaya, Ancona Albertos, Andrade, Araujo, Arellano, Arreola, Avilés, Alducin, Barragán Martín, Basañez, Bello, Betancourt, Bravo Izquierdo, Breceda, Cancino Gómez, Cano, Cárdenas, Carrascosa, Carrillo Eduardo S., Carrillo Iturriaga, Castillo del, Cepeda Medrano, Cervantes, Céspedes, Cienfuegos y Camus, Córdova Gabriel J., Cravioto, Crisiani, Cruz Abraham, Cruz José C., Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Dyer, Escudero, Esparza, Fentanes, Figueroa, Gaitán, Gárate, García Adolfo G., García de Alba, García Eliseo, García Jonás, García Pablo, Garza González, Garza Pérez, Gómez S. Emiliano, González Ibarra, González Torres, Guajardo, Gutiérrez Orantes, Hermosillo, Hernández, Jerónimo, Higareda, Lailson Banuet, Lechuga Mariano, Leyzaola, Lizalde, López Celis, López F. Ricardo, Manjarrez, Manrique, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar Rafael, Martínez Joaquín, Medina Francisco, Medina Juan, Meza, Morales Hesse, Narro, Neri, Ordorica, Ortega, Ortíz, Padilla, Paredes Colín, Pedroza, Peña, Peñafiel, Pesqueira, Prieto, Ramírez G. Benito, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Rebolledo, Ríos Landeros, Rocha, Rodríguez Saro, Rojas Dugelay, Rojas Rafael R., Román, Rosas, Ruíz Alberto, Sánchez Pontón, Saucedo J. Concepción, Segovia, Silva Jesús, Solórzano, Suárez, Téllez Escudero, Torres Jesús de la, Vadillo, Valle, Ventura, Villareal Filiberto C., Villareal Jesús J., Villaseñor, Zavala Dionisio y Zavala Leobino.

Total, 117 votos.

El C. Secretario Alonzo Romero: Ha sido aprobado el trámite de la Mesa por 117 votos de la afirmativa contra 43 de la negativa.

El C. Siurob: Pido la palabra para hechos, señor Presidente.

El C. Presidente: Como quiera que para la Presidencia la libertad de pensamiento le merece una alta estimación y; por lo tanto, cree que se debe conceder la palabra al señor diputado Siurob, pero como quiera, también, que el Reglamento en su artículo relativo sólo se refiere a rectificaciones de hechos conexos con algún debate, somete a la aprobación de la Asamblea si se le concede el derecho al señor Siurob, (Voces: ¡Sí, sí, que hable!)

El C. Siurob: Si no, pido la palabra para fundar mi petición.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Para que un ciudadano tenga el derecho de ser escuchado con respeto en esta tribuna y venir a tratar aquí de los asuntos nacionales, es preciso que su voz esté autorizada por la honradez de su conducta y por la honorabilidad intachable de su vida. De nada sirve, en mi concepto, venir a hablar aquí de altos y sublimes ideales, de enérgicas medidas para moralizar la administración y de la serenidad que debe reinar en los procedimientos políticos, si quien lo hace sólo viene aquí a la manera de un hábil colorista a pintar la grandeza de virtudes que ha sido el primero en burlar; a ensalzar la pureza

de lealtades que ha manchado con su propia traición; o la suprema intangibilidad de un derecho, que él ha sido el primero en conculcar con su mano alevosa o brutal. Por lo tanto, señores diputados, antes de poder emitir mi opinión en cualquiera de los asuntos que van a someterse a vuestra consideración durante el periodo de sesiones extraordinarias, me es preciso destruir la calumnia, ese último recurso de los espíritus cobardes, esa tabla de salvación de los envidiosos y de los despechados, que ha sido esgrimida en contra y del compañero Rómulo de la Torre, abultada esa calumnia por los traficantes de la Revolución en sus hojas de escándalo, comentada con todos los matices de los más groseros y torpes insultos, sazonada con el gracejo vil de toda esa pléyade de bufones para quienes la humillación es un derecho, la injusticia una satisfacción, la adulación un deber sagrado y por eso han formado siempre un coro de adoradores alrededor del trono de todas las dictaduras. (Aplausos nutridos y voces: ¡Muy bien!)

Preciso es, ciudadanos diputados, que se lean antes los documentos que justifican en lo absoluto mi conducta y suplico al señor Presidente se digne ordenar al Ciudadano Secretario que dé lectura a los documentos que he tenido el honor de entregar en este momento.

El C. Secretario Alonzo Romero: Al margen dos timbres de cincuenta centavos debidamente cancelados con un sello que dice: "Juzgado de primera instancia del Distrito Jálpam, Querétaro. - Marzo 5 de 1918.

Al centro: "El C. Licenciado Manuel Tejeda Velasco, Juez de la Primera Instancia de este municipio, certifica:

"Que en el archivo de este Juzgado se encuentra una acta cuyo literal tenor es como sigue:

"En la ciudad de Jálpam, a los cinco días del mes de marzo de mil novecientos diez y ocho, reunidos los que suscriben en el Salón del Juzgado de 1a. Instancia de este Municipio y en presencia del C. Juez licenciado Manuel Tejeda Velasco y Secretario del mismo, C. Paz Estrada, comparecieron y acordaron: que habiendo aparecido en el periódico "El Universal" de fecha 27 del pasado febrero y en la primera plana del mismo una noticia en que se asegura que los CC. diputados Rómulo de la Torre y general José Siurob se han levantado en armas de acuerdo con los indios de la sierra de Jálpam, y teniendo en cuenta la absoluta falsedad de esta noticia, pues a todos nos consta que dichos Señores desde su llegada a este Municipio sólo se han ocupado de vivir pacífica y tranquilamente alojados en la casa del ciudadano Presidente Municipal ocupándose el C. de la Torre en la preparación de trabajos agrícolas y en la implantación de la apicultura en el Distrito y el C. general Siurob en recetar a numerosos enfermos y en la caza y fotografía de diversos lugares de la población, sin que hasta la fecha ninguno nos conste que hayan hecho propaganda política de ninguna especie y sí manifestado su complacencia por el estado de orden, de tranquilidad y de paz que prevalece en la región y guardando las mejores relaciones con las autoridades civiles y militares, considerando además, que la noticia referida afecta al principio del buen nombre de todos los defensores que voluntariamente han prometido ayuda y apoyo al Gobierno legítimo y siembra además la desconfianza y el temor en los ciudadanos pacíficos ignorantes de la verdad de los sucesos, perturbando a las mismas autoridades en su labor de reconstrucción, por todos los motivos antes dichos hacemos constar en este instrumento en la forma más legal a que hubiere lugar:

"1º. - Primero: Que ni el señor general Siurob ni el señor Rómulo de la Torre y sus acompañantes Felipe Larrainzar, teniente, y Victoriano Loyola, cabo, se han levantado en armas ni han pretendido siquiera hacerlo, no ocupándose de ningún asunto político de cualquiera especie.

2º. - Segundo: Que la tranquilidad y el orden han permanecido absolutamente inalterables hasta la fecha.

3º. - Tercero: Que las ocupaciones de los expresados han sido las que ya quedan referidas; y por último, que estamos dispuestos a ratificar la declaración formal y expresa que espontáneamente rinden ante las autoridades que fuere necesario. Hacen constar asimismo su decidida y enérgica protesta contra las calumnias vertidas en el periódico "El Universal" que se edita en la ciudad de México, por la labor de escándalo, de falsedad y mentira de que ha hecho gala en esta ocasión y terminamos protestando decir verdad en todas las declaraciones anteriores, así como nuestra lealtad y adhesión al Gobierno legal dimanado de la Revolución, así como a las autoridades electas por el pueblo y encargadas conforme a la ley, sus destinos: A continuación manifiesto el general Siurob que pide al Juzgado se digne certificar cuál ha sido su conducta moral y política durante su permanencia en ésta, lo mismo que la de sus compañeros, pues está muy altamente interesado por el prestigio del Congreso de que forma parte, del Ejército Constitucionalista al que todavía pertenece y por su propio prestigio como liberal de rectos principios y demócrata de convicciones. El C. Juez, atenta la petición anterior, certifica: que la conducta observada por el C. general Siurob, lo mismo que la de sus acompañantes durante su permanencia en esta culta ciudad, ha sido verdaderamente tranquila y pacífica, y con especialidad la del primero, pues éste ha sabido captarse la simpatía no solo de las personas pudientes sino de la clase proletaria en tanto que ha ejercido con ellas verdaderas curaciones sin más estipendio que su buena voluntad y hacer todo el bien a la humanidad doliente. Que asimismo certifica: que los referidos señores no se han ocupado, ni se ocupan hasta la fecha, de hacer ninguna propaganda política. Antes de terminar esta acta, los CC. diputados Rómulo de la Torre, general José Siurob y sus acompañantes, hacen protesta formal y solemne de reservarse sus derechos así civiles como criminales, para ejercerlos en el tiempo y forma que les fuere conveniente. Con lo que se dio por terminada la presente que, leída y ratificada por los comparentes y siendo las doce y media del día, firmaron de conformidad en unión del C. Juez y Secretario que da fe. - General brigadier y doctor José Siurob, diputado al Congreso General. - Rómulo de la Torre.- Reynaldo Montes. - El administrador de Rentas, Zacarías Carrillo. - Teniente

Felipe Larriainzar. - C. Pedraza. - E. P. M., José Altamirano. - Cabo Victoriano Loyola. - El C. de Rentas, O. Trejo. - El Jefe de las Armas, capitán 2º. Zeferino Balderas. - El Secretario del Ayuntamiento, E. Bustamante. - El jefe de vecinos armados en el Distrito, Lucio Olvera. - El Regidor 1º., Alejo Altamirano. - El Regidor suplente, J. Guadalupe Montero. - Simón Trejo. - Graciano Vega. - Luis Trejo. - Fausto Chávez. - Crescencio Martínez. - Bernabé Trejo. - Regidor suplente, Víctor Pedraza Serrano. - El Tesorero Municipal, Mario Chávez. - J. Guadalupe Rodríguez. - Alejo Trejo. - Félix Trejo. - Miguel Pedraza. - Francisco B. Noyola.- Agustín B. Balderas. - Regidor 1º. Rosendo Montes. - Ricardo B. Noyola. - José Montoya. - Conrado Aguilar. - Francisco Balderas Gamez. - Rafael Resendiz. - Diódoro G. Rivera. - M. Tejeda Velasco. - Paz Estrada, secretario. - Rubricados. El documento inserto tiene los timbres de ley debidamente cancelados, cuya copia se sacó de su original para los usos que convengan al señor general José Siurob, en Jálpam, a los cinco días del mes de marzo de mil novecientos diez y ocho. - Doy fe, M. Tejeda Velasco. - Paz Estrada, Secretario."

Al margen un timbre de cincuenta centavos cancelado con un sello que dice: "Presidencia Municipal Constitucionalista. - Jálpam, Querétaro, marzo 5 de 1918.

Al centro: "El C. José Altamirano. Presidente Municipal de la Municipalidad de Jálpam y Secretario que suscriben, certifican: que las firmas de los CC. general brigadier J. Siurob, diputado Rómulo de la Torre, Reynaldo Montes, Zacarías Carrillo, Felipe Larrainzar, C. Pedraza, cabo Victoriano Loyola, Otilio Trejo, capitán segundo Zeferino Balderas, Lucio Olvera, Alejo Altamirano, J. Guadalupe Montero, Simón Trejo, Graciano Vega, Luis Trejo, Fausto Chávez, Crescencio Martínez, Bernabé Trejo, Víctor Pedraza Serrano, Mario Chávez, J. Guadalupe Rodríguez, Alejo Trejo, Félix Trejo, Miguel Pedraza, Francisco B. Noyola, Agustín B. Balderas, Rosendo Montes, Ricardo B. Noyola, José Montoya, Conrado Aguilar, Francisco Balderas Gámez, Rafael Reséndiz, Diódoro C. Rivera, M. Tejeda Velasco, Juez de primera Instancia y Paz Estrada, Secretario, Son de puño y letra de los interesados y las mismas que usan en todos sus negocios.

"Y a pedimento del C. general brigadier J. Siurob, se expide la presente legalización, en Jálpam, a los cinco días del mes de marzo de mil novecientos diez y ocho. - El Presidente Municipal, José Altamirano. - E. Bustamante, Secretario."

Al margen un timbre de cincuenta centavos, cancelado, con un sello que dice: "Gobierno del Estado Libre y Soberano de Querétaro-Arteaga," y otro que dice "Secretaria General de Gobierno," marzo 20 de 1918. - Querétaro.

Al centro: "El C. Ernesto Perusquía, Gobernador Constitucional del Estado de Querétaro-Arteaga, certifica: que las firmas que anteceden son de los CC. Manuel Tejeda Velasco, Juez de Primera Instancia de la Municipalidad de Jálpam, y de Paz Estrada, su Secretario, así como las de José Altamirano y E. Bustamante, Presidente Municipal y Secretario, respectivamente, de ese mismo lugar.

"Querétaro, a veinte de marzo de mil novecientos diez y ocho. -E. Perusquía. - Por el Secretario General, el Oficial Mayor, Luis G. Balvanera."

Un sello que dice: "Heliodoro F. de Jáuregui.

"El que suscribe, propietario y administrador de la hacienda de San Pablo, ubicada en el Distrito de Tolimán, Estado de Querétaro, hace constar que el día 19 de febrero del corriente año, que estuvo alojado en la hacienda el C. doctor José Siurob y sus acompañantes, no pronunció el mencionado Siurob ningún discurso político, ni mucho menor subversivo, ni tampoco palabras injuriosas contra ninguna autoridad, y sólo estuvimos reunidos diez o doce personas que comimos juntos, siendo dichas personas la mayoría empleados del Gobierno que estaban allí practicando una visita por cuenta de la administración del Timbre de Querétaro, y el Administrador de Rentas de Tolimán, como acompañante, pero sin que se convocara previamente a ninguna persona, ni se hiciera propaganda política de ninguna especie.

"Lo cual hago constar por ser de absoluta justicia.

"Hacienda de San Pablo, marzo 11 de 1918. - H. F. de Jáuregui."

Un timbre de cincuenta centavos, debidamente cancelado.

"El ciudadano Presidente Municipal que suscribe, hace saber y certifica: que la firma que antecede, del C. Heliodoro F. de Jáuregui, es auténtica. - Cadereyta de Montes, marzo 12 de 1918. - S. Montes."

Un sello que dice: "Presidencia Municipal Constitucionalista. - Cadereyta de Montes, Qro."

Un sello que dice: "Correspondencia particular del Coronel Rafael López de Mendoza. - Jefe de la Guarnición de Querétaro."

"Querétaro, Qro., a 16 de marzo de 1918.

"Señor General y Diputado José Siurob. - Presente.

"Señor de todo mi respeto:

"Haciendo honor a la justicia que indudablemente le asiste al desear que oficialmente, y aun para la opinión pública conozca la verdadera causa que dio origen a la versión de que usted se había levantado en armas en esta Entidad, y obsequiando sus deseos de llevar consigo una constancia escrita de los hechos que hayan motivado tal versión, paso a darle la siguiente información:

"El día 25 del próximo pasado febrero recibí en la residencia del señor Don Ernesto Perusquía, Gobernador de este Estado, parte telefónico del oficial jefe del destacamento de Cadereyta, que se había usted presentado en aquel pueblo en compañía de otro diputado y dos personas más, inquiriendo con él el número de hombres con que contaba, así

como el armamento y municiones con que estaban dotados, y que al parecer tomaba usted apuntes sobre puntos estratégicos y defensas militares en aquel lugar. Posteriormente el ciudadano Secretario General de Gobierno, también por la vía telefónica, me informó que había usted pronunciado un discurso subversivo en la hacienda de San Pablo, y que ya en otros poblados había usted hecho lo propio.

"Con tales datos y en cumplimiento estricto de mi deber, hice del conocimiento de la superioridad lo que dejo asentado, permitiéndome acompañarle copia de tal informe, así como los subsecuentes dados a la superioridad y recibidos en ésta, con este motivo.

"Como podrá ver, por la copia del mensaje número 2, dirijo a la Secretaria de Guerra y Marina, no sólo se demuestra la inexactitud de que yo haya dicho que usted se levantó en armas, sino que categóricamente desmentí tal versión.

"A excepción de todo lo expuesto, los demás lugares tocados en su jira deportiva, no han rendido ningún informe que pueda hacer sospechar de su conducta, sino, por el contrario, han demostrado la atención de usted al dar cuenta a los diversos jefes de armas de su llegada a esos puntos y fines que perseguía.

"Igualmente hago constar que la noche de ayer, al ordenar al jefe de destacamento que guarnece Cadereyta, repitiese el parte que me rindió con fecha 25 de febrero último, me manifestó y sostuvo no haber sido él quien rindió el parte; pero deseando, como es mi deber, conocer quién es el autor en el caso de que efectivamente no haya sido, el que hoy se encuentra en dicho lugar, he dictado las medidas del caso para investigar su nombre, en virtud de que el ciudadano Gobernador del Estado, Don Ernesto Perusquía, recibió antes que yo el citado informe, y hame ratificado hoy mismo que lo recibió del jefe del destacamento de que se ha hecho mención.

"Por lo demás, estoy en condiciones de asegurar que toda la región recorrida por usted se conserva en la más absoluta calma y a protestado su adhesión al Gobierno constituído.

"Creyendo con esto dejar satisfechos los deseos de usted, aprovecho la oportunidad para subscribirme de usted adicto subordinado y afmo. atto. S.S. - R. L. de Mendoza." - Rúbrica.

"Cadereyta de Montes, Querétaro, marzo 12 de 1918.

"Señor general y doctor don José Siurob. - Presente.

"Muy Señor nuestro:

"Dadas las versiones que la prensa Metropolitana a propalado en contra de su digna personalidad, nosotros que de paso por la hacienda de San Pablo, del Municipio de Tolimán, de este Estado, acompañando al ciudadano Inspector de la Renta del Timbre, nos encontramos con usted por mera casualidad, hacemos constar que son enteramente falsas las versiones subversivas que se le imputan con motivo de la convivialidad que en dicho lugar tuvimos; no habiendo pronunciado usted ningún discurso ni cosa alguna en contra del gobierno constituído.

"Y para los usos que a usted convengan, subscribimos la presente, siendo de usted como siempre sus afmos; y atentos SS. SS. - Administrador del Timbre, L. G. Ocampo. - empleado de correos, M. O. Espíndola."

"Gobierno del Estado Libre y Soberano de Querétaro Arteaga. - Estados Unidos Mexicanos."

"Con referencia a la pregunta formulada verbalmente por usted, acerca de si el Gobierno del Estado recibió de alguna de las autoridades del mismo, noticia de que el General y doctor José Siurob hubiese pronunciado algún discurso de carácter subversivo u observar conducta sospechosa como desafecto al Gobierno, o acto de alguna otra especie que pudiera considerarlo en aquel sentido, manifiesto a usted, por acuerdo del ciudadano Gobernador del Estado, que el mismo Gobierno, durante la jira que recientemente hizo usted através del Estado, no se comunicó por autoridad alguna, ninguna noticia sobre el particular, haciendo constar además que no hubo alteración en el orden en las Municipalidades respectivas.

"Reitero a usted mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - Querétaro, a 16 de marzo de 1918. - El Secretario General, J. Manuel Valle.

"Al ciudadano general y doctor José Siurob. - Presente."

El C. Siurob, continuando: Faltan sólo dos documentos, ciudadanos diputados; que son altamente interesantes; el documento en que comunica el jefe de las armas de Querétaro, la noticia que le ha sido rendida, a la manera de una versión por uno de sus subordinados, diciéndole que yo recorría aquella región preguntando en un sólo punto el número de fuerzas que había en un destacamento. Al llegar a este punto - que fue Cadereyta -, el jefe de las armas, con deliberado propósito de que no siguiera mi jira adelante, me contó la mentira de que estaban atacando la plaza de Tolimán; yo le dije que qué tanta gente tenía y que qué número de armas y parque, y le ofrecí llevarlo yo mismo al combate en contra del enemigo; pero como era mentira lo que me contaba, me contestó que no, que él esperaba refuerzo, que no había necesidad, y se salió con evasivas. El coronel López de Mendoza comunicó aquella noticia y, en contestación a ella, he aquí el parte que da el ciudadano Subsecretario de la Guerra; allí comunicaban que había sospechas de que yo anduviera preguntando el número de hombres y el parque que tenían algunos destacamentos; yo tenía derecho, como diputado y como viajero por aquellas regiones, porque no sabía con qué clase de seguridades contaba para transitar por allí. Pues bien, al parte en que el Coronel López de Mendoza comunicaba al señor Ministro de la Guerra esa noticia, contestó el señor Ministro de la Guerra con este parte, que es copia del oficial:

"Secretaría de Guerra. - México, febrero 25 de 1918.

"Coronel J. L. Mendoza, Jefe de la Guarnición de Querétaro.

"Enterado que diputado y general José Siurob levantóse en armas. Mándelo batir.

"El general Subsecretario, J. Agustín Castro." (Siseos y murmullos.)

El C. Padilla, interrumpiendo: ¡Pero qué entorchados!

- El C. Siurob; continuando; Contestación del Jefe de las Armas en Querétaro:

"Querétaro, 26 de febrero de 1918.

"General J. A. Castro, Subsecretario de Guerra. - México, D.F.

"Ruégole atentamente ordene a quién descifró mi mensaje anterior, lo rectifique, pues no he dicho que general y diputado José Siurob se haya levantado en armas. Atentamente, el coronel Jefe de la Guarnición, J. L. Mendoza." (Siseos, murmullos.)

Como verán por los documentos leídos y por todo lo que se ha publicado, la noticia de que yo me había levantado en armas fue fraguada exclusivamente en el Ministerio de la Guerra. En efecto, el Jefe de la Guarnición de Querétaro, con toda energía, desmintió la noticia oficialmente; el Gobernador del Estado, categóricamente y con toda honradez, rechazó la calumnia; el único autor del parte que se daba que yo había preguntado el número de hombres, de parque y armas, al ser interrogado por el Jefe de las Armas de Querétaro para que ratificara el parte que había rendido, negó ser el autor de parte, negó la noticia. El discurso subversivo que se me atribuía, no existió, existe el testimonio del dueño de la hacienda, que fue quien nos invitó a su mesa; existe el testimonio del Administrador del Timbre de Cadereyta, y del Administrador de Correos, que son ambas personas honradas y que testificaron lo propio. Hay, además, el antecedente, ciudadanos diputados, de que yo antes de mi viaje estuve a despedirme del ciudadano Presidente de la República y estuve a despedirme del señor Oficial Mayor de la Secretaría de Guerra, y a participarles cuál era el objeto de mi viaje. No sólo, yo aprovecho esta oportunidad para rechazar de plano la calumnia, igualmente vertida por la prensa metropolitana - parte de la prensa metropolitana -, diciendo que había ido yo a sorprender al Ministro de la Guerra y a pedirle cartas de recomendación, pues ni he visto al Ministro de la Guerra, ni he solicitado cartas de recomendación, ni lo creo tan niño de dejarse sorprender por el primero que llega, ni tampoco he intentado sorprender a nadie . Ojalá que esta mi conducta la imitaran mis detractores, que a diario sorprenden al público de la Capital con la urdimbre de enredos y torpes intrigas; pero, para mayor seguridad en el juicio de Vuestras Señorías, se acaba de leer el acta levantada ante un notario, certificada por el Juez, el Gobernador del Estado y el Presidente Municipal, en la que consta mi conducta observada en el lugar en que se dijo que me había levantado en armas, y la de mi estimable compañero, Rómulo de la Torre, que fue absolutamente irreprochable, pues no sólo no fuimos a interrumpir el orden, sino que consta perfectamente que nosotros fuimos, al contrario, a hacer el bien: El señor Rómulo de la Torre, difundiendo sus conocimientos en agricultura y yo ejerciendo la profesión que tengo y, además, dedicándome a tomar una multitud de datos que ya obran en la Secretaría de Fomento y que, indudablemente, van a resultar en bien de aquellos pueblos. Tantos testimonios y pruebas irrefutables demuestran absolutamente que en el inmenso números de personas que me conocen y que afirmaron siempre mi inocencia, no hicieron más que hacerme justicia, sólo en señor Ministro de la Guerra, olímpicamente, olvidando que se trataba que un antiguo soldado de la Causa Constitucionalista, de un hombre ungido por el voto popular, de un ciudadano que tiene derecho, como todos los demás, a la averiguación previa, de un hombre a quien se debe tener confianza, porque tiene antecedentes de que, en toda su vida, ha sido hombre de principios, de un hombre que tiene una familia tan honorable como la del señor Ministro de la Guerra; pero no pensó todo esto el señor Ministro, cerró los ojos a toda razón y recordó que Júpiter tonante no sabe reflexionar, y empuñando el haz de rayos y, frunciendo el ceño, da la orden de batirme. Y ojalá hubiera sido esto sólo, ciudadanos diputados; los necios hubieran atribuído esta medida atrabiliaria a un exceso de celo, los medrosos a una precaución indispensable para la seguridad pública; lo que es absolutamente imperdonable, lo que implica una dolosa ligereza, cuando menos, es que, habiendo sido dada la orden por el ciudadano Secretario de la Guerra desde antes, para que no se diera ninguna noticia de esta índole a la prensa, él haya sido el primero en quebrantar ésta su propia orden, de una manera tan impolítica como impertinente, con inmensa satisfacción del enemigo, que ya soñaba, quizá, en que se cumplieran las resoluciones del señor Ministro de la Guerra, con la gloria de traer aquí las cabezas de dos miembros del "Partido Liberal Constitucionalista." de esa onda pesadilla de los científicos, de ese coco de los incapaces, de los traficantes y de los déspotas. (Aplausos.) Se quedaría desprestigiar a los ciudadanos de un partido, a una parte de la Representación Nacional, constituída por las siempre gloriosas izquierdas; no importaba que la noticia causara alarma injustificada, había que romper la reserva que siempre se guarda en esos casos había que lanzar un sonoro ¡Vae victis!, contra los que tuvimos el crimen de ir de esta capital rumbo al Norte a batir al bandolero Villa; ese crimen no se expiaba sino con dos penas, que pensaba aplicarme el Ministro de la Guerra: la muerte y la deshonra.

La muerte, que los que hemos servido en el glorioso Ejército Constitucionalista la tenemos a menos, pero que me horrorizo de pensar qué hubiera sucedido si se hubiera consumado el incalificable atentado y mi familia no hubiera podido contar con los elementos suficientes para hacer posteriores averiguaciones sobre mi lealtad. ¡Ah, señores diputados!, la mancha del deshonor se hubiera extendido como una librea sobre mi familia y no sólo sobre la mía, sino sobre la del compañero Rómulo de la Torre, que no tenía más delito precisamente que acompañarme. De paso debo decir a Vuestras Señorías que la persecución se extendió no sólo sobre mí, sino sobre muchos de mis amigos; el capitán Fernando Franco, un valiente soldado que salió de su oficina del Telégrafo Federal de Tequixquiápan para acompañar

al General Obregón en su avance al Norte, se encontraba otra vez ocupando la misma oficina, retirado a la vida privada y entregado a sus labores, cuando por ser amigo mío, apesar de ser un antiguo oficial, fue destituído de su puesto y se le prohibió vergonzosamente la entrada a la oficina. El señor Gonzalo González, igualmente empleado mío antiguo, se encontraba como auditor en los ferrocarriles; apenas recibió la noticia el C. Pescador, de quien ya nos hemos ocupado en otra ocasión, inmediatamente destituyó a este empleado tan sólo porque le dijeron que era amigo mío. Santos Martín, que es uno de los miembros de la Junta de Arbitraje de Querétaro, honradísimo, liberal convencido, inmediatamente sufrió el cateo de su casa sin formalidad de ninguna especie, sin ninguna clase de acusación en su contra. No quiero cansar vuestra atención citando el número de amigos míos que han sufrido persecuciones por mí causa, de todos aquéllos que seguirán siendo buenos soldados de la Causa Constitucionalista, pero que se encuentran terriblemente lastimados por la injusticia de sus propios correligionarios.

Pero hay algo más importante en este asunto, señores diputados. ¿A qué causa obedeció esta incalificable conducta oficial para conmigo? ¿Fue una ceguedad de aquellos que pensaron dejarse llevar por pasiones de partido? ¿Fue que se trato de halagar a los que no quieren en México se consolide ningún partido de principios? ¿Fue acaso los alcances intelectuales del mandatario no le permitieron comprender que debería estar a la altura de su alto cargo y no dejarse llevar por el instinto primitivo? No voy a juzgar en este caso la conducta del señor Ministro de la Guerra; vosotros y la opinión pública vais a ser los que vais a juzgar con toda imparcialidad. Me quedaría el recurso de intentar la acción penal; pero no deseo sembrar más rencores y odios de los que ya existen entre nosotros y creedme, señores diputados, sólo por la defensa de esta misma Honorable Asamblea, en primer lugar, en seguida por mi propia defensa, es por lo que he venido a hacer uso aquí de la palabra. Por lo demás, estoy tan decepcionado de la Justicia Federal, que me ahorraré muy bien de ir a sufrir una nueva y sangrienta burla.

Sólo me falta insistir en un punto que se relaciona con las altas y trascendentales funciones de esta Honorable Asamblea. Me he preguntado cuál es la causa de haber sido calumniado, y examinando todos mis actos, sólo encuentro que desde esta misma tribuna lancé una censura contra el señor Ministro de Guerra denunciando su falta de prestigio en el Ejército para el cargo que ocupa, y denunciando, además, su carencia de actitudes demostrada con la desorganización del Ejército, desorganización del Ejército que es patente a toda la Nación, puesto que los soldados hacen más daño a los pacíficos que en tiempo del pleno período preconstitucional. (Voces: ¡Muy bien!) Esta crítica que vosotros y el pueblo en general apreciarán si fue o no justa, es la causa de todo, pero en todo caso fue hecha con franqueza y honradez, sin quitar ninguno de sus méritos al mandatario, sino de acuerdo con la más absoluta corrección en el fondo y en la forma, y, sobre todo, de acuerdo con mis altos deberes como Representante del pueblo.

Una serie de preguntas me he hecho a mí mismo, señores diputados, y debo manifestarlas a mis estimables compañeros: ¿Qué porvenir deben tener las libertades de que deben gozar los ciudadanos diputados en ejercicio de sus funciones, si se sienta como procedente que la crítica a un mandatario va a determinar en lo de adelante una persecución armada? ¿Qué Congreso va a substituir a éste, si no va a ser posible hacer ninguna campaña política a los candidatos independientes que ya comenzamos a ser extorsionados desde ahora? ¿Dónde están los ideales de democracia que caracterizarían a nuestra Revolución, que distinguiría a nuestro país de las oligarquías de Centro y Sud - América, poniéndoles por primera vez en la Historia el ejemplo de los pueblos latínos del continente? Vosotros contestaréis estas preguntas y espero que será en forma de leyes tan duras, tan terminantes, tan implacables, que suspenderán las garantías para todos los que no están cumpliendo con ninguna ley, como no sea la de enriquecerse y que vendrán a poner obstáculos a todo lo que sea Democracia, es decir, la única tabla de salvación que nos queda en el naufragio; la única tabla de salvación de todos los revolucionarlos que vemos el sol de nuestra revolución tramontar tras una montaña de prejuicios, de servilismos y de crímenes que nos legará la educación dictatorial de treinta años, montaña que ahora se presenta fingiéndose el pedestal y asiento de nuestro Gobierno, pero que lleva en sus entrañas la anarquía que substituye a la debacle inevitable si la obra de reconstrucción nacional sigue en manos de los antiguos consejeros de la Dictadura. Habéis juzgado al Ministro y al diputado; ahora vais a juzgar al hombre; para ello os va a bastar un rasgo. Hasta mí han llegado las voces de mis amigos transmitiéndome las opiniones del Ministerio de la Guerra en mi caso; las han resumido en la siguiente apreciación: "Que no extrañaba de ninguna manera lo que yo había hecho, como no extrañaría que hicieran lo mismo García Vigil, Cienfuegos, Peralta y otros más, dada nuestra mala labor en la Cámara."

Esa es una opinión muy respetable del Ministro de la Guerra; sólo siento por él mismo que no se compadece con esta otra opinión emitida por el mismo Ministro y que me fue comunicada con motivo del año nuevo, es decir, cuando ya había pasado toda mi labor parlamentaria; es un telegrama que dice así:

"Telegrama. - Número 121. - México, Secretaría de Guerra, 1º. de enero de 1918.

"General José Siurob. - Cámara de Diputados.

"Uno a mi felicitación de año nuevo mis mejores deseos porque sus elevadas ideas y conceptos continúen con la firmeza que hasta hoy. - General Subsecretario de Guerra, J. A. Castro."

En cuanto a las noticias de la prensa, yo no culpo a la prensa en este caso, en general, puesto que la prensa no hizo más que recibir las noticias oficiales. "El Demócrata." como siempre, el más sensato, como siempre, el más recto. "El Pueblo," cumplió sencillamente con su deber; pero la otra

prensa, la de escándalo, se desató en tremendos insultos en contra de mi persona, me colmó de injurias y debió comprender esa prensa malsana que aun cuando yo hubiera sido criminal, los criminales también merecen respeto, precisamente para que no pierdan la vergüenza, y precisamente para que puedan tener un camino en la regeneración. De los distintos periodistas, Gonzalo de la Torta (risas), estrujó un poco más que de lo de costumbre los bajos fondos de su alma de esclavo (risas), y sacó lo único que podía sacar, señores diputados: un poco más de servilismo, una diatriba y algunas cuantas tonterías. Barrón... (siseos prolongados y voces: ¡Fuchi! ¡Fuchi!) Yo había cometido en contra suya....(siseos). Yo había cometido en contra suya un gravísimo delito, y era éste: haberle dado garantías para que lanzara su candidatura y para que triunfara en uno de los distritos del Estado de Guanajuato, siendo yo Gobernador del mismo. Conservo el telegrama de felicitación en que me felicitaba por la imparcialidad, pues hay que advertir que en el centro se empeñaban en que no saliera este individuo. Yo le impartí justicia y salió. En Querétaro lo rechazaron vergonzosamente y salió llorando de la Asamblea del Congreso Constituyente; pero este no es asunto que dependió de mí, es asunto que dependió de él mismo. Sin embargo, este hombre se acordó de que se trataba de algo de elecciones como antecedentes respecto a mí persona y con ese motivo se acordó de que había sido verdugo; olfateó la sangre, pensó que había allí el posible cadáver de un hombre libre y a la manera de los buitres, graznó, graznó más fuerte, graznó de hambre, graznó al recordar los tiempos pasados que fueron para él más propicios y al recordar que no era hoy tan grande la pitanza.(Aplausos) En cuanto al hombre negro, en cuanto al futuro limpiabotas de Pershing, en cuanto al hombre cuya actuación pasará a la historia eternamente unido al nombre de una partícula femenina,.... (aplausos estruendosos) en cuanto a ese tipo que pintó tan admirablemente Márquez Sterling del criollo pseudo - ilustrado a quien se le puede poner como epitafio en su tumba "que no supo lo que sabía y que hizo más mal del que pudo," en cuanto a ese hombre, hace mucho tiempo que lo he condenado a mi más absoluto desprecio. Solamente tengo un deseo para él y con ese voy a terminar mi discurso: el deseo de que si por desgracia llegan a realizarse sus torpes anhelos y si la fuerza y energía del Presidente de la República no alcanzan a conjurar el peligro de que nuestros vecinos intervengan en nuestros interiores, tengan este hombre un rasgo de valor, el único quizá de su vida, el rasgo de valor que tuvo Judas, señores diputados, entrar dentro de sí mismo y hacerse justicia a sí propio, condenarse y ejecutarse; y en ese caso le pido que se ahorque en uno de tantos balcones de uno de tantos palacios que ha comprado con el dinero del pueblo! (Aplausos estruendosos en cumules y galerías.)

El C. Presidente: Teniendo en consideración que no hay asuntos de importancia que tratar, pero como constitucionalmente no pueden suspenderse las sesiones de la Cámara de Diputados por más de tres días, se cita a sesión de esta Cámara para el lunes a las cuatro de la tarde.

Se levanta la sesión. (6.12 p. m.)