Legislatura XXVII - Año II - Período Extraordinario - Fecha 19180620 - Número de Diario 21

(L27A2P1eN021F19180620.xml)Núm. Diario:21

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 20 DE JUNIO DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERIODO EXTRAORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO III.- NUMERO 21

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS EFECTUADA EL DÍA 19 DE JUNIO DE 1918

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Es presentada, dispensada de trámites, discutida y aprobada, una proposición de varios ciudadanos diputados para que se constituya la Asamblea en sesión permanente hasta terminar la discusión del proyecto de Ley Electoral.

3.- Sesión Permanente. Es dispensada de trámites y aprobada una adición al artículo 126 del proyecto de ley a debate presentada por las diputaciones de Tabasco y Yucatán. Pasan a las Comisiones dictaminadoras todas las adiciones presentadas por varios ciudadanos diputados.

4.- Se da cuenta con los asuntos en castera.

5.- La Comisión presenta modificados los artículos 5o, 8o, 9o, 15, 27, 32, 48, 67, 74, 106, fracción VII y 107 de acuerdo con las adiciones propuestas por varios ciudadanos diputados y son reservados para su votación. Es discutida y aprobada la fracción VII del artículo 43. Se suspende la sesión.

6.- Reanudada esta, es presentado discutido y desechado un dictamen de las Comisiones dictaminadoras que no toma en consideración las adiciones presentadas por varios ciudadanos diputados a los artículos 43 fracción VII, 104 fracción II y 3o. transitorio. - Es puesto a discusión un dictamen de las Comisiones sobre la adición del artículo 43 con la fracción VIII presentada por varios ciudadanos diputados, siendo desechado. -Las Comisiones presentan modificadas las fracciones VII del artículo 43 y VIII del 104; se procede a la votación de la primera y por resultar empatada se repite, siendo aprobado. A votación la VIII del 104, se rechaza. -Son aprobados los artículos 5o., 8o, 9o, 15, 27, 32, 48, 67, 74, 106, fracción VII; y 107 que estaban reservados para su votación.

7.- La Presidencia designa dos Comisiones, una para llevar la Minuta de Ley al Senado y otra para solicitar de esa Cámara permiso para que esta suspenda sus sesiones por más de tres días. - Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. IBARRA JOSÉ DE JESÚS

- El C. Secretario Aranda, Leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados, el día diez y ocho de junio de mil novecientos diez y ocho. - Período extraordinario.

"Presidencia del C. Manuel García Vigil.

"En la ciudad de México, a las diez y veinticinco de la mañana del martes diez y ocho de junio de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veinticinco ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Aranda, se abrió la sesión.

"El C. Prosecretario Limón dio lectura al acta de la sesión celebrada el día diez y siete de este mes, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.

"Se comisionó a los CC. Echevarría y Domínguez Eladio para visitar al C. Peñafeil, que se encuentra enfermo.

"El C. Ramírez Pedro renunció a hablar en contra de la fracción (a) del artículo 3o. transitorio del proyecto de Ley Electoral, la que se reservó para su votación.

"El C. Cravioto hizo lo propio con relación a la fracción (g) del mismo artículo; el C. Manrique, inscripto en contra, no usó de la palabra por no haber estado presente, y también se reservó dicha fracción.

"A debate la (h) del mismo artículo, la impugnó el C. Cravioto; el C. Martínez de Escobar Rafael hizo una aclaración a nombre de las comisiones; el C. Padilla sugirió que éstas delibera un momento para ponerse de acuerdo sobre el punto que se discutía, y acto seguido, la Asamblea permitió que se retirara dicha fracción para que se modificase.

"La fracción (m) asimismo del artículo 3o. transitorio se reservó sin debate.

"A discusión el artículo 6o. transitorio, habló en contra el C. Velásquez, quien interpeló a las Comisiones. contestándole el C. Martínez de Escobar; éste hizo aclaraciones en pro e interpeló al C. Neri, el que pasó a la tribuna para contestar, habiendo sido rectificados sus conceptos por el C. Velásquez, quien agregó nuevas razones en contra y respondió a una pregunta del C. Sánchez Tenorio; rectificó un hecho el C. Neri, otro el C. Velásquez, y luego usó de la palabra en contra el C. Siurob, el que interpeló a los CC. Velásquez y Neri.

"El C. Martínez de Escobar , por las Comisiones solicitó y obtuvo permiso de la Asamblea para retirar definitivamente el artículo 6o. transitorio.

"Recogida la votación nominal sobre las fracciones (a), (g) y (m) del artículo 3o. transitorio, se obtuvo el resultado de ciento veinticuatro votos de la afirmativa contra cinco de la negativa de los CC. Avilés, Cepeda Medrano, Cristiani, Rojas

Dugelay y Velásquez, por lo que se declararon aprobadas.

"El C. Paredes Colín, al votar por la afirmativa, excepto la fracción (m).

"Presidencia del C. Froylán C. Manjarrez.

"Las Comisiones presentaron modificada la fracción IV del artículo 43 que se puso a debate."

"En contra habló el C. González Galindo, quien fue interrumpido por una moción de orden del C. Peralta.

"El C. Martínez de Escobar Rafael, adujo razones en pro, así como el C. Alvarez del Castillo; el C. Peralta renunció a hablar en contra; el C. González Galindo pidió a la Mesa que indicara a dicho C. Peralta retirara una frase que le había dirigido, lo que motivó una aclaración de éste y la manifestación de por qué no retiraba esa frase.

"Considerada suficientemente discutida la referida fracción IV del artículo 43 se procedió a su votación nominal resultando aprobada por ciento veinte votos de la afirmativa contra catorce de la negativa de los CC. Avilés, Basáñez, Cámara, Cepeda Medrano, Córdoba Daniel S., Córdova Gabriel J., Díaz González, Garza González, González Galindo, González Jesús M., Hernández Jeronimo, Mariel, Segovia, Valdés y Zavala Dionisio.

"A las doce y diez se suspendió la sesión.

"Presidencia del C. Manuel García Vigil.

"Reanudada a las cuatro y treinta y siete de la tarde, con la asistencia de ciento veinticuatro ciudadanos diputados, según consta en la lista que pasó el C. Secretario Aranda, el mismo dio cuenta con la fracción (h) del artículo 3o. transitorio que presentan modificada las Comisiones.

"Puesta a debate, a solicitud del C. Mariel, la fundó el C. Rueda Magro, quien contestó interpelaciones de los CC. Cabrera, Cámara y Saucedo Salvador, con lo que se estimó suficientemente discutida y se reservó.

"A discusión la fracción (k) bis del mismo artículo 3o. transitorio, ningún ciudadano usó de la palabra, y se procedió a votarla al mismo tiempo que la anterior, resultando aprobadas por ciento treinta y dos votos de la afirmativa contra trece de la negativa de los CC. Avilés, Barragán Martín, Basáñez, Cepeda Medrano, Cristiani, Cruz José. C., Espinosa, García Elíseo, Hermosillo, Mariel, Pardo, Rojas Dugelay y Velásquez.

"La Secretaría declaró que concluido la discusión del dictamen de las Comisiones y que se iba a dar lectura a varias adiciones presentadas por las mismas y por varios ciudadanos diputados.

"Dicha lectura fue interrumpida por el C. Cravioto, para solicitar se cumpliera con el artículo 123 reglamentario; el C. Rueda Magro hizo una moción de orden y la Presidencia dispuso que primero se discutieran las adiciones y modificaciones presentadas por las Comisiones.

"En tal virtud, se puso a discusión el artículo 88 reformado.

"Lo apoyó el C. Alvarez del Castillo y acto seguido, se reservó.

"A consideración de la Cámara las fracciones II, III y V del artículo 104, el C. Rueda Magro las fundó a nombre de las Comisiones y aceptó una reforma sugerida por el C. Aveleyra, que consiste en suprimir de la fracción III la palabra "armados."

"Reservadas dichas fracciones se dio lectura al artículo 105 modificado, que sin debate, se votó juntamente con el citado artículo 88 y fracciones II III y V del 104. Por ciento treinta y cuatro votos de la afirmativa contra dos de la negativa de los CC. Avilés y Cepeda Medrano, fueron aprobados y se hizo la declaración respectiva.

"Terminadas las adiciones y modificaciones que presentaron los miembros que subscriben el dictamen, se dio cuenta con las adiciones siguientes:

"Artículo 6o transitorio firmado por los CC. García Virgil, Siurob, Aveleyra, Sánchez Tenorio, de la Torre Rómulo, Ibarra, Ramírez Pedro, Aguirre Colorado, Figueroa, Alonzo Romero, y Martínez de Escobar Rafael.

"El C. Siurob habló en pro; C. Bravo Izquierdo pretendió hacer una interpelación a aquél, a lo que se opuso la Presidencia con fundamento en el artículo 123 reglamentario.

"Dispensada de trámites la adición de que se trata, como lo solicitan sus firmantes, se puso a debate.

"Al C. Bravo Izquierdo se le concedió la palabra en contra; su discurso no lo estimó en ese sentido la Presidencia y en tal virtud impugnó en seguida el punto, el C. Cepeda Medrano quien contestó una pregunta del C. de la Barrera; en pro habló el C. Sánchez Tenorio y en contra el C. Manrique.

"Presidencia del C. José de Jesús Ibarra.

"De nuevo usó de la palabra en pro el C. Siurob, quien al terminar su discurso contestó una interpelación del C. Díaz González; el C. León, que solicitó la palabra en contra, después de una aclaración apoyó la adición de que se trata; el C. Siurob contestó una pregunta del C. Martínez de Escobar Federico; el C. Velásquez hizo una aclaración, y acto seguido, así que hizo otra el C. Siurob, relativa a que los firmantes de la adición aceptaban una proposición que en su discurso insinuó el C. León, se consideró el punto suficientemente discutido y se procedió a su votación nominal, resultando aprobado por ciento treinta votos de la afirmativa, contra seis de la negativa, de los CC. Arellano, Cepeda Medrano, Manrique, Molina, Rebolledo y Suárez.

"El C. García Vigil pronunció un discurso para referirse a alusiones personales.

"Presidencia del C. Froylán C. Manjarrez.

"A solicitud del C. Figueroa se dio cuenta con una proposición subscripta por él y varios ciudadanos diputados más, a fin de que se constituyera la Asamblea en sesión permanente hasta concluir el debate de las adiciones al proyecto de Ley que se discute.

"El señor C. Sánchez Tenorio propuso se tomara en consideración este documento en la sesión siguiente; el C. Aguirre colorado hizo una moción de orden y luego el C. Figueroa, por la razón que expuso, retiró la proposición para presentarla en la sesión próxima.

"A las ocho y veinte se levantó la sesión y se citó para el día siguiente, a las diez de la mañana."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Aprobada el acta.

2

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"II. Asamblea:

"Los subscriptos, diputado en ejercicio al Congreso General, someten a Vuestra Soberanía, pidiendo dispensa de trámites, el acuerdo que sigue:

"Acuerdo único. Constitúyase esta Asamblea en sesión permanente, hasta concluir la discusión de la Ley Electoral a debate.,"

"Salón de sesiones del Congreso de la Unión.- México, junio 18 de 1918.- E. Sánchez Tenorio.- Rafael Martínez de Escobar.- José Luis Figueroa.- Salvador Saucedo.- B. Vadillo.- R. Avelayra.- R. Basáñez.- A. Cienfuegos y Camus.- A. P. Castañeda.- A Esquivel.- E. Suárez.- J. R. Padilla.- U. López Celis.- J. Siurob."

Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvase ponerse de pie. Sí se dispensan los trámites. Está a discusión.

El C. Cravioto: Pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cravioto.

El C. Cravioto: Señores diputados: Sí esta proposición hubiera sido presentada esta tarde, yo hubiera dado mi voto aprobatorio; pero ahora, en la mañana, es prácticamente inútil que nos constituyamos en sesión permanente; hay una cantidad grandísima de iniciativas y reformas a la Ley Electoral, que tienen forzosamente que pasar al estudio y dictamen de las Comisiones, de tal manera que, aun cuando nosotros estemos constituidos en sesión permanente, la comisión necesita de una o dos horas, a fin de dictaminar correctamente sobre esta proposición. Esto quiere decir que tendremos forzosamente que suspender la sesión durante este lapso de tiempo. Como ésta es una sesión de la mañana, nosotros necesitamos comer, creo yo, por lo tanto, que es inútil este acuerdo por ahora; en la tarde sí es indispensable que nosotros tengamos sesión hasta que se acaba de discutir la Ley Electoral; pero ahora, en la mañana, ¿qué conseguiríamos con acordar esta sesión permanente? Nada prácticamente y sí, en cambio, tener algunas molestias que son completamente inútiles. Yo aplaudo y participo del espíritu de los firmantes de la proposición; pero en vista de estas razones, creo que debemos aplazar este asunto para esta tarde.

El C. Figueroa: Pido la palabra para fundar la proposición.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Figueroa para fundar la proposición.

El C. Figueroa: Señores diputados: Los firmantes de esta proposición estaríamos muy bien dispuestos a retirarla, con el permiso de esta Asamblea, para ser presentada esta tarde, pero en estos momentos acabo de hablar con un miembro de las Comisiones que tienen el encargo de tratar el asunto de la Ley Electoral, y este señor me informa que casi todas las modificaciones a la misma ley han sido tomadas en cuenta por dichas Comisiones; por tal motivo; hay menos tiempo que perder en cuanto a trámites y, además, las modificaciones a la Ley Electoral no son de tanta importancia que ocupen mucho tiempo en su discusión. Por otra parte , a mí me parece que puede la Asamblea tomar este acuerdo y que solamente se nos dé, a la hora conveniente, el tiempo necesario para ir a comer, que lo único en que principalmente se ha fijado el señor Cravioto; así no tendremos que desvelarnos esta noche; podremos salir temprano, dándosenos el tiempo necesario para ir a tomar un lunch o para ir a comer, y podemos volver pronto y terminar la discusión. Yo estoy casi seguro de que terminaremos esta discusión antes de que llegue la noche y así no nos veremos expuestos a ir tarde a nuestras casas..... (Risas y voces: ¡Es peligroso!) Ciertamente, puede ser peligroso, aun cuando todos los ciudadanos diputados, en su mayoría, tienen el suficiente valor civil y hasta personal, pero no debemos exponernos a las vicisitudes de un camino peligroso por las callejuelas torturosas de esta capital. Así es que no creo en la inconveniencia que nos manifiesta el señor Cravioto, acerca de tomar este acuerdo esta mañana, podemos hacerlo; si no, de otra manera, al terminar la hora reglamentaria de la sesión matutina, que es a las doce, tendremos que perder tres o cuatro horas para volver a la hora reglamentaria, perdemos todo este tiempo y luego en la tarde vamos a no poder salir a la hora reglamentaria, sino tenemos que salir más tarde; en cambio, de la otra manera, ahorramos el tiempo, hay que hacer las cosas luego, hay que ser prácticos, ¿Para qué estamos esperando para más tarde? No hay que dejar para mañana lo que se puede hacer ahora mismo.

El C. Secretario Aranda: Se consulta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. (Voces: ¡Si, si! ¡No, no! Murmullos.) Sí se aprueba.

3

SESIÓN PERMANENTE

El C. Presidente: Habiendo sido aprobada la proposición, se declara la Cámara en sesión permanente hasta que se termine la discusión de la Ley Electoral .

El C. Secretario Aranda: Continúa la discusión de la Ley Electoral.

"H. Asamblea:

"Los subscriptos, miembros de la diputación del Estado de Tabasco y Yucatán, tomando en consideración que muchas autoridades civiles y militares impiden la propaganda de los candidatos, prohibiendo la reunión de Asambleas o manifestaciones públicas a favor de las candidaturas que no provengan de la consigna gubernativa, con el fin de evitar estas intromisiones inconvenientes, que tienden a defraudar la libre emisión del voto, se permiten presentar a vuestra deliberación las siguientes adiciones, que corresponden al artículo 123 de la Ley Electoral para la renovación de los Poderes Federales:

"Artículo 123. Será castigada con un año de prisión y multa de cien a quinientos pesos, además de la destitución del cargo y suspensión del voto

activo y pasivo durante cinco años, toda autoridad civil o militar que de cualquiera manera impida la reunión de la Asamblea, de una manifestación pública o de cualquier otro acto de propaganda electoral."

"Atentamente suplicamos la dispensa de trámites, para que desde luego sea discutida la adición propuesta.

"México, a 18 de junio de 1918,- N. Cámara.- F.M. de Escobar.- E. C. Sánchez Tenorio. - Alonzo Romero.- Eladio Domínguez. - E. Neri. - Antonio Ancona Albertos." Se consulta a la Asamblea si dispensa los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie, advirtiendo que se necesitan las dos terceras partes. Sí se dispensan los trámites y está a discusión. Se invita a una de las firmantes para que se sirva fundarla.

El C. Martínez de Escobar Federico: Pido la palabra para fundarla.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Martínez de Escobar Federico.

El C. Martínez de Escobar Federico: Quizá un convencimiento íntimo, un ejemplo clásico que tenemos los tabasqueños de lo que pasa en Tabasco, nos ha hecho traer esta iniciativa a la Cámara. En mi concepto ese mismo fenómeno que se verifica en Tabasco, se verifica en la mayor parte de los Estados de la República Mexicana, pues veo yo que como una ley fatal la mayor parte de los mandatarios de los Estados se entregan de una manera bochornosa y escandalosa en manos de la reacción digo de la reacción y no de la conservación, por medio de esa ley biológica, por medio del determinismo, sino de una manera consciente, con premeditación, alevosía y ventaja. dado el mando de que disponen la mayor parte de los mandatarios de los Estados que, repito, se han entregado de una manera bochornosa y escandalosa en manos de la Reacción. Quizá estoy muy impresionado de lo que acontece en Tabasco: allá en Tabasco, por ejemplo, tenemos quizá el único ejemplo en la República Mexicana, tenemos dos gobernadores, uno que le llamo Gobernador de facto, que es el reaccionario orgánico Luis Felipe Domínguez y el Gobernador legal puesto por éste mismo. Estos dos están dispuestos a imponer a los próximos diputados que vengan aquí al Congreso de la Unión, por todos los medios que en su imaginación puedan ustedes concebir. Indudablemente yo soy uno de los que menos creo, señores, en el poder mágico de las leyes; que ciertas cuestiones que están implícitas en nosotros no los podrán modificar determinadas determinaciones que se tomen como es ésta. Yo soy uno de los primeros que creen que el hecho de castigar, de que se diga allí que se va a aplicar una multa de mil o dos mil pesos o de un año de prisión a las altas autoridades que cometan delitoso tales fraudes, será letra muerta; pero, señores, algo hemos de hacer, indudablemente, vuelvo a repetir, que es por el caso especial por un sentimentalismo, por un egoísmo local he firmado esa iniciativa propuesta por el C. Cámara respecto a los castigos, respecto a las multas que se deben de imponer a las autoridades civiles y militares que cometan toda clase de fraudes para imponer a los Gobernadores. Tabasco, repito, es el caso clásico; parece que de una manera consciente se sostiene el statu-quo en mi tierra, que es netamente bochornoso lo que pasa, pues hasta el jefe del Sureste, general Salvador Alvarado, que fue comisionado para aplacar la rebelión por aquellos lugares y que está íntimamente ligada con la cuestión política de Tabasco y con todos los levantados en armas, pues hay complicidad, si se quiere tácita, de parte de los dos Gobernadores que hay en Tabasco; conste que hay dos Gobernadores, uno de facto y otro legal y esos dos están tácticamente en complicidad con los rebeldes en Tabasco y de una manera absoluta en complicidad la mayor parte de los colaboradores de ese Gobierno. No me lleva a mí el egoísmo, la mentira en decir esto, es verdad, y doy facultad a cualquiera que esté enterado de la situación de mi tierra para que me desmienta de que lo que digo no es verdad. En Tabasco la mayor parte de los colaboradores de Luis Felipe Domínguez, Gobernador de facto de Tabasco, y del Gobernador legal de mi tierra, son todos individuos que ayudaron a Huerta, que ayudaron a Bandala, que ayudaron a Yarza; esa es la situación por la que atraviesa el Estado de Tabasco. En esa convicción está el revolucionario general Alvarado, pero causas que desconozco en estos momentos, han hecho que no cambie la situación actual del Estado de Tabasco, pues creo que un culto, como es el general Alvarado, debió haber comprendido que la situación enteramente desastrosa, terrible, de combinaciones que hay entre el Gobierno y los rebeldes está íntimamente ligada y debió haber antes atacado la causa y después el efecto. Ahora esa situación enteramente malévola, enteramente mala, terrible, en que se encuentra el Estado de Tabasco y que los dos Gobernadores opondrán a todos los hombres que nos queramos lanzar a la lucha, entre ellos me encuentro yo y aunque yo no vengo a atacar únicamente por el hecho de que yo trate de lanzar mi candidatura, pues el hecho de lanzarla lo conceptúo dentro de los más legítimos derechos que me corresponden, pues soy uno de los hijos genuinos, sin mácula alguna, de la Revolución y tengo perfectísimo derecho en lanzar mi candidatura, y no me mueve nada más al apoyar esa iniciativa del señor Cámara esa ambición perfectamente legítima que tengo para lanzar mi candidatura, si no que me mueve la creencia íntima, el sentido íntimo de que poco más o menos así como se encuentra el Estado de Tabasco, creo que se encuentran la mayor parte de los Estados de la República Mexicana; pero con toda franqueza creo que el Estado que se encuentra en peores condiciones es Tabasco; me da vergüenza decirlo, me da pena, porque creo que el Estado de Tabasco es uno de los Estados más revolucionarios que hay y que el statu-quo que existe es accidental, es de una manera exótica que existe, pues en Tabasco es muy difícil que las dictaduras prevalezcan; pero quizá, señores, es un error gravísimo de política que se cometió hace poco tiempo en mi tierra, ha hecho que un Estado en donde todas las condiciones, todas las causas para que en el Estado de Tabasco no exista ese statu-quo que prevalece, fue el que nos llevó al actual estado de cosas, pues probablemente ustedes saben que ha poco estuvo un gran revolucionario en el Estado de Tabasco, el general Francisco J. Múgica y un

error craso de política hizo que los tabasqueños elevásemos allí a ese vergonzante reaccionario Luis Felipe Domínguez.

Yo deseo, señores diputados, que teniendo en cuenta que aunque mi Estado sea el que se encuentra en peores condiciones, creo que la mayor parte de los de vosotros se encuentran poco más o menos en ella y espero que votaréis a favor de la iniciativa de los tabasqueños y de los yucatecos para que se impongan los castigos de multas, de prisiones a las autoridades civiles y militares que traten de imponer por cualquier medio, de cohechar por cualquier medio a las autoridades inferiores para que impongan candidatos reaccionarios.

El C. Secretario Aranda: Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. (Voces: ¡Que se lea otra vez!) (Leyó la proposición.)

El C. Presidente: El C. Cravioto tiene el uso de la palabra con objeto de que se dispensen los trámites a varias adiciones presentadas.

El C. Cravioto: Señores diputados: Con objeto de ahorrar tiempo, propongo a vuestra Soberanía que se suspenda la discusión desde luego y se pasen las proposiciones y adiciones que haya, inmediatamente a la Comisión con objeto de que dictamine. La lectura de estas adiciones no tiene interés para la Mesa de la Asamblea, puesto que en realidad ninguno atienda esa lectura y no conseguimos con eso más que perder el tiempo. Al entrar en la discusión es cuando se necesita del interés de la Cámara y cuando los autores de las proposiciones las vendrían a sostener. Por lo tanto, yo propongo a Vuestra Soberanía, en ahorro de tiempo, y de trabajo inútil, que pasen desde luego las proposiciones que haya al seno de las Comisiones para que éstas dictaminen inmediatamente.

El C. Cámara: Pido la palabra.

El C. Secretario Aranda: Está a discusión la proposición del C. Cravioto.

El C. Cámara: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la usted la palabra.

El C. Cámara: Estoy de acuerdo en parte con lo expuesto por el C. Cravioto, pero no lo estoy en cuanto respecto a la proposición que se acaba de leer y que ya está a discusión en virtud de haber la Asamblea dispensado los trámites. Por consiguiente, todas las demás proposiciones, si acaso lo considera la Asamblea necesario, conveniente, se pueden pasar a Comisión para que inmediatamente las dictamine la Comisión; pero esta que ya está a discusión, no debe pasar a comisión; debe ponerse a discusión y votarse.

El C. Presidente: La Mesa atiende a las razones expuestas por el ciudadano Cámara, pero a fin de obviar tiempo, la Mesa se permite proponer a la Asamblea que inmediatamente se ponga a votación lo propuesto por el C. diputado Cravioto, sin que esto quiera decir que desatiende las razones atinadas del C. Cámara. inmediatamente que esto sea aprobado, pasan once proposiciones que hay, al seno de las Comisiones, para que dictaminen; entretanto se discute y se vota la proposición a debate. En consecuencia , se pone a votación la proposición del C. Cravioto. (Voces: ¡Bien!)

El C. Secretario Aranda: La proposición del C. Cravioto consiste en que, con exepción de la adición que está ya puesta a debate, pasen todas las demás al seno de las Comisiones para que dictaminen en seguida. Entretanto se sigue discutiendo la proposición a debate y se pondrá a votación después. De manera que los ciudadanos diputados que estén por la afirmativa de la proposición del C. Cravioto, se servirán....

El C. Rocha Federico, interrumpiendo: Para una moción de orden, señor Presidente.

El C. Presidente: Para una moción de orden tiene usted la palabra.

El C. Rocha: No puedo estar conforme con la proposición del C. Cravioto, y pido que se cumpla con lo que dispone el artículo 123 del Reglamento.

El C. Secretario Aranda: Se consulta a la Asamblea si se aprueba la proposición del C. Cravioto. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

¿No hay quien haga uso de la palabra respecto a la proposición de que se dio cuenta a la Asamblea? Se reserva para su votación. Se procede a la votación nominal. (Voces: ¡De qué!) Se suplica a los ciudadanos secretarios se sirvan prestar su ayuda.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Se procede a la votación nominal. Por la negativa.

El C. Prosecretario Limón: Por la afirmativa.

(Se recogió la votación.)

Aprobado el artículo 123 por 125 votos de la afirmativa, contra 7 de la negativa de los CC. Cabrera Federico, Cepeda Medrano, García Elíseo, Molina Pedro, Porchas Ángel N., Rocha José F., y Rojas Dugelay.

4

Presidencia del C.

GARCÍA VIGIL MANUEL

El C. Secretario Aranda: Se va a dar lectura a los asuntos en cartera.

"Ciudadanos diputados: "En los actuales momentos en que se discute la Ley Electoral que reglamentará el uso del voto en nuestras luchas democráticas que se verificarán periódicamente con motivo de la elección de funcionarios públicos en el País, creemos de importancia transcendental, llamar la atención de la Cámara de Diputados acerca de un punto capital. No se ha tratado en la nueva Ley por descuido, quizá por ignorancia o por algunas otras razones que sería difícil conjeturar, señalar con precisión, ni siquiera someramente, como debe actuar la mujer en la lucha del sufragio.

"No pretendemos dar margen a la discusión ni siquiera indirectamente de si la mujer tiene o no derecho al ejercicio del voto; la constitución de 1917, es bastante explícita y categórica y considera a la mujer en su calidad de ciudadana. lo que implica la posesión de un derecho, cuyo uso no es exclusivo de nadie, según el moderno régimen institucional democrático que hoy priva entre nosotros.

"Ante la faz de la Nación que juzga vuestros

actos y del mundo civilizado que sigue paso a paso vuestra actuación en el Parlamento Nacional, debéis probar con hechos concretos y elocuentes que sois revolucionarios de buena cepa, partidarios ardientes de la reforma social, y para esto, el mejor medio es realizar actos de justicia al amparo de un profundo conocimiento de las imperiosas exigencias del medio y de la civilización.

"Léanse y medítense los artículos 34 y 39 de la constitución y sobre todo, dedúzcanse las consideraciones a que da lugar el siguiente postulado:

"Todo Poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de esté." Para llegar a la conclusión definitiva de que la mujer es parte integrante del pueblo y por lo tanto de ella depende también en parte aquello que se instituye para su beneficio.

"No hay argumentos de orden constitucional, político, intelectual y moral que traer al debate parlamentario y cuya fuerza de persuasión los indujera a eliminar a la mujer de la presente ley, o hacer punto omiso de la manera como debe actuar; muy por el contrario abundan ideas y argumentaciones que deberán llevarlos al franco y sincero convencimiento de que es su deber, sin cortapisas ni vacilaciones dar cabida en la ley reglamentaria que se discute, a la mujer, como elemento activo sin cuyo recurso todo acto democrático, no lleva el sello de constitucionalidad que le da fuerza incontrastable.

"¿En que razones fundaran los ciudadanos diputados, ¡éste olvido que señalamos?

"Pudiera señalarse en primer término, la ignorancia de la mujer; pero desde luego podría justificarse con la estadística que del ochenta por ciento de analfabetos que existen en el país, el cincuenta por ciento, corresponde al sexo fuerte, lo que da a la mujer una superioridad en asunto tan delicado, y que no debe pasar por alto el legislador honrado y concienzudo.

"Pudiera decirse que la mujer es inútil en tesis general; pero los hechos, que convencen más que las palabras prueban lo contrario.

"La mujer ha invadido ya todas las oficinas públicas desempeñando toda suerte de trabajos con eficacia e inteligencia; se ha lanzado al ejercicio de las profesiones científicas rivalizando ventajosamente con el hombre, en terreno tan escabroso como delicado. Y ya en el comercio, en el Magisterio, en los trabajos manuales y aún en todos los aspectos de vida cultural, ha demostrado poseer facultades extraordinarias y competencia excepcional.

"En el orden moral nada puede alegarse. Basta decir que la mujer posee más virtudes que el hombre lo cual la mantiene a gran distancia siempre de la zona tenebrosa del vicio y del crimen.

"Por tanto, si no hacéis justicia a la mujer consignando de manera clara cual debe ser su participación en los comicios en la hora solemne del sufragio, habréis cometido una falta de lesa civilización que os hará acreedores al eterno anatema de la historia.

"Ciudadanos diputados, sujetamos a la consideración de ustedes la reglamentación del derecho de la mujer en materia de sufragio, consignando en la ley que se discute actualmente, lo relativo a tan importante asunto.

"México, junio 17 de 1918.- H. Galindo. - Ana María Flores. - Aurelia García Ruiz.- Ignacia Valdéz. - María Suárez.- Catalina Arteaga. - María Gómez."- Resérvese para la Comisión de Peticiones de la Cámara de Diputados, en su período ordinario.

"C. Presidente:

"Me permito pedir a la H. Cámara, que, con dispensa de trámites, se sirva discutir la siguiente adición al artículo 37 de la Ley Electoral:

"Las mexicanas mayores de diez y ocho años, si son casadas, y de veintiuno si no lo son, gozarán el derecho de votar, en la misma forma que los varones."

"Me es grato protestar a usted mi distinguida consideración y respeto.

"Constitución y Reformas.- Cámara de Diputados, 16 de junio de 1918.- Abraham Cruz." Resérvese para el período ordinario de la Cámara de Diputados.

El C. Manrique: Reclamo el trámite, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique para reclamar el trámite.

El C. Manrique: Estoy de acuerdo con la idea que anima seguramente al C. García Vigil al querer que no se pierda el tiempo en una discusión que no nos conduciría en estos momentos a un resultado práctico, pero el C. García Vigil, animado por una buena intención y previendo que la aprobación de iniciativas como la que se presenta, entrañan reformas a la Constitución y no podemos hacerlas en estos momentos, indica que se pase al próximo período de sesiones; pero es reglamentario y no podemos desconocer el derecho del compañero don Abraham Cruz, de que se escuche inmediatamente al orador. Si el compañero Cruz no desea defender su proposición, entonces se preguntará si se admite o no a discusión y tendremos derecho de rechazarla por el momento. Pido, pues, a la Presidencia que, respetuosa del derecho del compañero Abraham Cruz , le pregunte si desea defender su proposición y consulte a la Asamblea si se admite o no a discusión.

El C. Presidente: La Presidencia estima que el trámite que acaba de dar es el legal, pero el C. Cruz, autor de la proposición, tiene el derecho de impugnar el trámite; de modo que si el C. Cruz quiere hacer uso de la palabra para defender su proposición, puede hacerlo reclamando el trámite.

El C. Cruz Abraham: Desisto por ahora de la proposición que he presentado, por obviar tiempo.

5

El C. Secretario Aranda: Las comisiones han entregado ya algunas de las adiciones que se han presentado a la Cámara.

"Artículo 5o. El consejo de Listas Electorales se compondrá de nueve miembros propietarios con sus respectivos suplentes, que se renovarán en su totalidad cada dos años. El consejo se formará por sorteos verificados entre los candidatos propuestos por los Ayuntamientos de cada Entidad Federativa,

en proporción de un candidato propietario y otro suplente por cada municipalidad. Las propuestas se mandarán oportunamente al de la capital respectiva y cuando se trate de Entidades que tengan nueve municipios o menos, cada Ayuntamiento propondrá por partes iguales tantos candidatos propietarios y suplentes, cuantos sean necesarios para que el sorteo se verifique con un número mayor de nueve. El Ayuntamiento de la capital fijará dicho número.

"El consejo residirá en la capital del Distrito Federal o del estado o territorio a que corresponda; deberá quedar instalado dos meses después de que lo estén los Ayuntamientos correspondientes; y para ser miembro de él se requiere: ser ciudadano mexicano en el ejercicio de sus derechos; no desempeñar ningún cargo o comisión oficial; saber leer y escribir y ser vecino de la capital en donde deba instalarse el consejo."

El C. Rueda Magro: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: La única modificación consiste en haber agregado las palabras "Saber leer y escribir." Esta adición la presentó el C. diputado Hernández Garibay.

El C. Secretario Aranda: Está a discusión el artículo 5o. ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"Artículo 8o. Los consejos de Distrito Electoral estarán formados por el Presidente Municipal de la cabecera del Distrito Electoral y por dos de los competidores que hubiere tenido en las elecciones; a falta de éstos, se recurrirá a los ex-presidentes municipales, menos antiguos y por cuatro ciudadanos designados por insaculación, dentro de los ocho días siguientes a la toma de posesión de los Ayuntamientos. Al efecto, el Presidente Municipal y sus dos competidores o ex-presidentes Municipales, en sesión pública del Ayuntamiento, mezclarán en una ánfora los números que correspondan en la lista electoral a los ciudadanos de la cabecera del Distrito Electoral que sepan leer y escribir, que no tengan empleo o comisión de la municipalidad o de los Ejecutivos Federales o local correspondiente; se extraen primero cuatro números para los propietarios y después otros seis para los suplentes. Se levantará el acta respectiva y se comunicará al Consejo de Lista Electoral y a los electos su designación; pudiendo concurrir al acto los representantes de los partidos políticos o de los candidatos independientes registrados, para lo que se les citará oportunamente."

El C. Rueda Magro: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: La única modificación consiste en haber hecho presente que no sólo se comunique el nombramiento a los que hayan sido electos, sino que se comunique su elección al Consejo de Lista Electoral, que es superior al Consejo de Distrito.

El C. Secretario Aranda: ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación. "Artículo 9o. Los consejos Municipales se formarán bajo la Presidencia del síndico del Ayuntamiento o de quien haga sus veces, con dos de los competidores que hubiere tenido en las elecciones; a falta de éstos, con los que hubieren sido síndicos en los años inmediatos anteriores, y con cuatro ciudadanos de la municipalidad, designados en forma análoga a la establecida en el artículo anterior, insaculándose, además, seis ciudadanos para suplentes y levantándose el acta correspondiente, con la intervención de los representantes de los partidos o candidatos independientes registrados que concurrieron al acto, y dándose aviso al Consejo de Lista Electoral y de Distrito."

Está a discusión el artículo 9o.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: Es una modificación igual a la del artículo anterior, que previene que los consejos Municipales una vez instalados, den aviso de su instalación al Consejo de Lista y al Consejo de Distrito.

El C. Secretario Aranda: ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación .

"Artículo 15. cada Ayuntamiento procederá, en vista de la publicación que ordena el artículo anterior, en el mes de noviembre siguiente, a dividir su municipalidad en secciones numeradas progresivamente, las que, según las necesidades de la población, deberán comprender de quinientos a dos mil habitantes. Las fracciones de más de doscientos cincuenta habitantes se computarán como una sección y las que no excedan de esa cantidad se agregarán a una de las secciones inmediatas, excepto cuando esas fracciones menores de 250 habitantes constituyan un pueblo o ranchería que diste más de cinco kilómetros de la sección inmediata, pues en ese caso constituirá por sí sola una sección. Los Presidentes Municipales harán conocer al público la división hecha conforme a este precepto, por avisos que fijarán en los lugares acostumbrados."

El C. Rueda Magro: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: La modificación fue propuesta por el C. diputado Sánchez Pontón, y consiste en exceptuar de agregarse a otra sección a aquellas Municipalidades o pueblos que, aun cuando consten de menos de doscientos cincuenta habitantes, disten más de cinco kilómetros de la sección inmediata.

El C. Secretario Aranda: ¿No hay quien desee hacer uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"Artículo 27. El primer domingo de junio, el Ayuntamiento en cada Municipalidad, mandará publicar la lista electoral de su jurisdicción, expresando el número de las casillas y la ubicación de cada una.

"En los Municipios que comprendan varios distritos electorales, la lista electoral se clasificará por distritos y secciones, expresando en ella claramente los nombres de los ciudadanos que integren el Consejo de Lista Electoral y cada uno de los de Distrito, así como también el lugar en que éstos ejerzan sus funciones.

"El Presidente Municipal de la capital del Estado, Distrito Federal o Territorio y los de la cabecera del distrito electoral, publicará avisos de

quedar abiertos los registros de candidatos para diputados, senadores y Presidente de la República, los primeros, y sólo de diputados los segundos, por un plazo de quince días, recordándose en el aviso a los ciudadanos la obligación que tienen de tomar parte activa en las elecciones y las penas en que incurran los remisos, así como la obligación que impone a los votantes el artículo 20 de la ley.

"Los Presidentes Municipales, dentro de las veinticuatro horas siguientes al registro, transcribirán por la vía más rápida, a todos los Municipios a que corresponda, los nombres y colores registrados."

El C. Rueda Magro: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: Los señores Cravioto, García Vigil y Saucedo, presentaron una adición, consistente en establecer que el registro de las personas, de los candidatos independientes a Presidente de la República, senador y diputado, se reglamentara, para evitar que cuando se hiciese un registro de un color en un lugar, otra persona lo hiciese en otro y vinieran, naturalmente, confusiones. Para eso presentaron una adición al artículo 106, en la forma siguiente: "Que deberá hacerse en la cabecera del Distrito electoral, si se trata de diputados o en la capital del Estado si de senadores o de Presidente de la República." En esa virtud, aceptada la modificación, hubo de modificarse el artículo 27, que trata de cómo debe hacerse el registro. Esa es la modificación que está a vuestra consideración, estableciendo que el registro de los diputados se haga sólo en la cabecera del distrito, y el registro de senadores y Presidente de la República se haga sólo en la capital del Estado, y que estas autoridades trasmitan a las veinticuatro horas siguientes y por la vía más rápida, el color y los nombres inscriptos, a todos los Municipios del lugar.

El C. Secretario Aranda: ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"Artículo 32. Dentro de los tres días siguientes al tercer domingo de junio, la Presidencia Municipal mandará hacer las boletas para la votación; éstas serán en número igual al de los electores cuyo derecho esté reconocido, y de un cincuenta por ciento más, por las que se inutilicen. Estas se ajustarán al modelo "B," para lo cual cada candidatura será registrada con un color o combinación de colores, que no podrá corresponder a dos o más."

El C. Rueda Magro: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: La modificación que propuso el señor diputado Cayetano Andrade, viene a establecer que, en lugar de un solo color, se pueda hacer combinación de colores, como lo proponía el señor diputado Velásquez en la discusión de la ley.

El C. Secretario Aranda: ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"Artículo 48. Las casillas electorales no podrán instalarse en casas habitadas por funcionarios o empleados del Gobierno, ni en haciendas o fincas de campo que disten menos de cinco Kilómetros de alguna cabecera del Municipio, pues entonces en la cabecera deberá instalarse la casilla, y reunirán, además, los requisitos siguientes:

"I. El local será suficientemente amplio para poder colocar en él todo lo necesario para el fácil cumplimiento de las operaciones electorales; "II. En cada casilla electoral se colocará una mesa, asiento para un elector y los útiles de escritorio necesarios, suficientemente apartada del personal de la casilla y lo más a cubierto que se pueda de las miradas del público, a fin de que el voto que se emita permanezca secreto. La administración pública podrá construir uno o más gabinetes o compartimientos aislados y cerrados, sin comunicación entre sí ni con el exterior, más que por la puerta de entrada, con el mismo objeto de emitir el voto en secreto. En caso de que las haciendas o fincas de campo distaren más de cinco kilómetros de la cabecera de Municipio o de la sección inmediata, la casilla electoral no podrá instalarse en la casa o dependencia de la finca, sino en cualquier otro sitio público, siendo obligatorio, sin embargo, para el propietario de aquélla, proporcionar a la Mesa de la casilla los elementos y útiles a que se refiere la fracción II de este artículo."

Está a discusión.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: El artículo 48 prevenía que no se instalaran las casillas en las habitaciones particulares de funcionarios o empleados de Gobierno, ni en las haciendas o fincas de campo que disten menos de cinco kilómetros de alguna cabecera de Municipio; pero si había una distancia mayor de cinco kilómetros, parece que allí sí se podía establecer la casilla en la casa de la hacienda; por eso se establece que cuando haya fincas que disten más de cinco kilómetros, se prohiba también establecer la casilla en la casa de la hacienda, que se haga la instalación en otro lugar; pero se impone la obligación al dueño de la finca de facilitar todo lo necesario para que se proceda a la instalación.

El C. Secretario Aranda: ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"Artículo 67. En seguida se levantará el acta de la votación, en las que se harán constar de una manera sucinta todos los incidentes que hubieren ocurrido durante la votación y computación de votos; el número total de votantes, el de los que no votaron, el de las boletas nulificadas parcialmente y las nulificadas en su totalidad; estas últimas se inutilizarán con rayas diagonales, y se deberá hacer constar el número de votos obtenidos por cada candidato. El acta será firmada por los miembros de la Mesa y los representantes de partidos o candidatos. En el acta no se asentarán, por ningún motivo, discursos, polémicas o argumentaciones de cualquier género, aun cuando se relacionen con las protestas formuladas durante la elección.

"El acta se levantará por duplicado: un ejemplar formará parte del expediente y el otro quedará en poder de un secretario. Si algún miembro de la Mesa y los representantes de partidos o candidatos se negare a firmar el acta, bastará que los demás sí la firmen para que surta sus efectos, haciéndose constar en ella los nombres de los que se rehusaron. El o los remisos, serán consignados a la autoridad judicial, para que se les imponga la pena de suspensión de sus derecho políticos por un año,

si se trata de los candidatos registrados, sus representantes y los de partidos políticos, y de suspensión por tres años y multa de veinte a cien pesos, tratándose de los miembros de las casillas electorales."

Está a discusión.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: Este artículo se aprobó fijándose en una pena idéntica para los representantes, de partidos que se negasen a firmar el acta y para los miembros de las casillas electorales, la Mesa directiva de la casilla electoral, que hiciesen cosa semejante. Como comprendimos que era inicuo equiparar la pena de ambos porque la falta no era la misma, se aceptó la modificación propuesta por el C. diputado Figueroa, en el sentido de imponer a los representantes de los partidos , si se niegan a firmar el acta, sólo la suspensión por un año, mientras que si se trata del presidente y demás miembros de las casillas, se les impone la pena de suspensión por tres años y multa de veinte a cien pesos.

El C. Velásquez: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Velásquez: ¿Se serviría decirme el señor Rueda Magro si no es posible prever el caso de que un representante de un partido se rehusare a firmar y que saliera electo diputado? No es remoto. ¿Se serviría usted decirme, señor Rueda Magro, si sería conveniente privar de sus derechos a ese ciudadano que no ha tenido más grave falta, en el concepto de la Comisión, que no haber querido firmar, que nada significa en este caso para la legalidad del acta? ¿Se le privaría de sus derechos para venir a ser diputado? Qué, ¿no sería conveniente que se les impusiera una multa, una multa por falta de respeto al acto, y no privarlos de sus derechos, señor Rueda Magro? Si no han cometido ningún delito. Yo suplico a ustedes que vuelvan por el camino de la razón y de la justicia. La privación de sus derechos es una pena y no ha cometido ningún delito, cuando más habrá cometido una falta al acto: que se le multe, pero que no se le prive de sus derechos, porque supongo el caso de que ese ciudadano fuera electo diputado, ¿cree usted que sería justo privarlo del derecho de sentarse aquí, si fuera un hombre de méritos, por sólo no haber querido firmar? Nada tiene que ver su firma, si la estampa el acta es fehaciente; si no la estampa, es también fehaciente; habrá cometido una falta de respeto: que se imponga una multa, grave si quiere usted, multa de cien pesos, pero que no se le prive de sus derechos porque no ha cometido un delito. Volamos por la senda de la razón y de la justicia; la Ley no es congruente con ninguna ley; no obedece a ningún principio. Yo vuelvo a suplicar que se fijen en eso, que se ponga multa, pero no una pena.

El C. Manrique: ¡Muy bien!

El C. Rueda Magro: La Comisión no tiene inconveniente en substituir la suspensión por una multa, si así lo acuerda la Asamblea, pero la vez pasada la Asamblea acordó que fuese pena más grave.

El C. Secretario Aranda: Se consulta a la Asamblea si permite a la Comisión hacer la modificación que indica el C. diputado Velásquez Aurelio. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Se concede. Con la modificación hecha, se reserva para su votación.

"Artículo 74. Cuando a la hora señalada no se presentare el instalador, podrá hacer la instalación el suplente. Cuando después de media hora ninguno de los dos se presentare, se ocurrirá al Presidente del Ayuntamiento a que pertenezca la sección respectiva, si la casilla debiera instalarse en la cabecera Municipal para que nombre a otra persona que haga la instalación en forma legal, y cuando la casilla deba instalarse fuera de dicha cabecera se ocurrirá al Agente Municipal del lugar, para que excite al instalador nombrado a fin de que cumpla con su cometido.

"Si después de una hora nadie se presentare para hacer la instalación, ésta podrá ser hecha por los presentes, y si faltaren las boletas, serán hechas en papel simple, autorizadas por el Presidente y Secretarios de la Mesa, y serán válidas aunque no estén en la forma determinada por el artículo y modelo respectivos; haciéndose constar en el acta la causa para evitar impugnaciones e imponer la pena a las culpables. Si el votante no supiera leer ni escribir, se acompañará de un testigo para que éste haga la operación material del voto.."

El C. Rueda Magro: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: La única modificación consiste en prever el caso de que no se instale la casilla electoral en una municipalidad, sino en un lugar donde haya una autoridad municipal inferior. En este evento, cuando la casilla se instale fuera de dicha cabecera, se ocurrirá al Presidente Municipal del lugar, no para que nombre un nuevo instalador, sino simplemente para que excite al instalador nombrado a fin de que cumpla con su cometido.

El C. Secretario Aranda: ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"Artículo 106....

"VII. Que registre sus candidaturas durante los plazos fijados por la ley; sin perjuicio de modificarlos si lo considera conveniente, dentro de los mismos plazos. El registro se hará en la cabecera del Distrito Electoral, si se trata de Diputados o en la Capital del Estado si de Senadores o Presidentes de la República."

¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"Artículo 107. Los candidatos no dependientes de partidos políticos tendrá los mismos derechos conferidos a los candidatos de éstos, siempre que estén apoyados por cincuenta ciudadanos del Distrito, que hayan firmado su adhesión voluntaria en acta formal; que tengan un programa político al que deben dar publicidad y se sujeten a los requisitos prevenidos en las fracciones VII y VIII del artículo anterior.

"Para que un candidato independiente a Senador o Presidente de la República sea registrado, bastará que llene las condiciones anteriores; pero sólo se exigirá que esté apoyado por cincuenta

ciudadanos de cualquier Distrito Electoral del Estado."

Está a discusión.

Presidencia del C. IBARRA JOSÉ DE JESÚS

El C. Baluarte: Pido la palabra. Para pedir una explicación: ¿Lo último que se dice en el artículo quiere decir que basta que se apoye y que conste de una manera auténtica?

El C. Rueda Magro: Pido la palabra

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: en este artículo no se trata ya la circunstancia a que alude el compañero Blancarte, porque en el artículo anterior, ya aprobado, se dice que deberá hacerse que se levante una acta formal de la adición. Lo único que se modifica aquí es que cuando se trata de Presidente de la República o de un candidato a Senador que sea independiente, basta que esté apoyado sólo por cincuenta ciudadanos, bien del Estado o del Distrito Electoral; pero por lo que respecta al acta, el acta debe ser conforme la aprobó la Asamblea.

El C. Blancarte: Porque ese apoyo pudiera ser simplemente manifestado de una manera auténtica ante una autoridad o ante la misma Junta, ya sea de Distrito o Electoral ¿O es indispensable el acta notarial de que se habla antes?

El C. Rueda Magro: Ya se aprobó que debe hacerse la adición en acta formal.

El C. Fernández Martínez: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Fernández Martínez: Para suplicar atentamente al señor Rueda Magro tenga la bondad de decirme qué entiende él por acta formal.

El C. Rueda Magro: El artículo que mandó el Senado a la discusión de esta Asamblea, prevenía que se debiese hacer una acta notarial y nosotros suprimimos la obligación de concurrir ante un notario y prevenimos sencillamente que se levante un acta por los individuos que van a apoyar al candidato y que la firmen. Estas son las únicas formalidades que necesitamos para que el acta llene el requisito.

El C. González Galindo: Para una interpelación. Dice esa modificación que bastarán cincuenta ciudadanos que firmen esa acta, cincuenta ciudadanos residentes en el Distrito Electoral; pero los senadores no son candidatos por un solo Distrito, sino por todo el Estado, de manera que entiendo que eso de Distrito está por demás, debiendo decir únicamente: los residentes en el Estado.

El C. Rueda Magro: La adición creo que está bien, porque se exige que sean cincuenta de cualquier distrito; un senador es candidato por todo un Estado, pero basta que esté apoyado por cincuenta ciudadanos de un distrito para que no se le niegue el derecho de ser inscripto.

El C. Secretario Aranda: ¿No hay otro ciudadano diputado que desee hacer uso de la palabra? Se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Artículo 43. Fracción VII. Quedan incapacitados para ser electos diputados y senadores al congreso de la Unión, los miembros de aquellas Legislaturas locales que conforme a la ley están facultados para calificar las elecciones de Ayuntamientos."

Está a discusión.

El C. Manrique: Pido la palabra en contra.

El C. Fernández Martínez: Pido la palabra en pro.

El C. Secretario Aranda: Las personas que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. (Voces: ¡Que se lea!) (Volvió a leerse.)

- El mismo C. Secretario: Se han inscripto en pro los CC. Basañez y Fernández Martínez, y en contra los CC. Manrique y Lailson Banuet.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Manrique.

El C. Manrique: Si acaso, señores diputados, merecieron mis palabras de anoche tacharse de inoportunas y exageradas tratándose de un peligro: el de la entrada a la Cámara de elementos pertenecientes a espurios regímenes, no sucede lo mismo si las aplicamos a este caso concreto. No se trata ya de eliminar a enemigos caracterizados del régimen actual, sino de eliminar a posibles contrarios nuestros en cada una de nuestras circunscripciones o distritos electorales. Y si el aprobar la disposición que anoche aprobasteis, que anoche aprobamos, debo decir, puesto que somos solidarios de todas las determinaciones aquí tomadas; si la determinación anoche tomada puede justificarse teniendo en cuenta principios de conveniencia política del momento, no sucede lo mismo con esta proposición de buen numero de diputados, que no es, a la postre, otra cosa que la traslación a este recinto en que debe pensarse en la política nacional, en grandes intereses, en grandes problemas, la traslación, digo, de la mezquina, de la ruin política de campanario. Este es, señores diputados, el espíritu que informa la proposición a debate. Se trata sencillamente de eliminar, cobarde y artificialmente de la lucha política, a nuestros posibles contrarios.

¿Quien ignora posibilidad de que en la próxima lucha electoral entren a la liza diputados a los Congresos Locales? Indudablemente, individuos que han desempeñado un papel más o menos brillante u obscuro en la política local, son los que se creen autorizados para venir a la Representación Nacional; éstos constituyen un peligro para cada uno de nosotros y es necesario eliminarlos; pero conviene no confundir nuestro papel de legisladores, augusto y sereno, con el de individuos que sólo vienen a legislar para sus personales y mezquinos intereses. Por lo que a mí toca, sé muy bien que en las próximas elecciones tendré por contrincante a algún diputado al Congreso Local de mi Estado; y esto, sin embargo, no es óbice para que dé mi voto reprobatorio a la proposición. Si de lo que se trata es sólo de eliminar a nuestros contrarios, entonces, además de la proposición aprobada anoche, en cuyo favor sí militan poderosos argumentos que yo soy el primero en reconocer, aprobemos esta proposición animada por un espíritu mezquino y presentemos otras para que a la postre venga a resultar como síntesis de nuestra labor este principio: sólo tienen derecho de venir a la XXVIII Legislatura, quienes hubiesen pertenecido a la XXVII

Legislatura del Congreso de la Unión. (Aplausos.) Y no es para esto para lo que nos han enviado nuestros comitentes a la Representación Nacional. Si es ley fatal e ineludible condición sine qua non para el progreso de las sociedades, la renovación constante de sus elementos, ¿por qué estamos oponiendo valladares, impidiendo que nuevos elementos, acaso más competentes que nosotros, nos substituyan? El poner desde aquí cortapisas y valladares a nuestros posibles contrincantes en la lucha, es dar muestra de cobardía, es consideramos de antemano derrotados ante la opinión pública de nuestros Estados y ante la opinión de nuestros distritos.

Permitamos a todos nuestros posibles contrarios que con nosotros contiendan; si nuestra potencialidad moral es superior a la suya, nosotros los venceremos a pesar de que la ley les permita el acceso a esta Cámara. Y que no se nos venga a argumentar....; en primer lugar, señores diputados, me adelanto al argumento y os aconsejo que no hagáis caso de quienes vengan a esta tribuna a hablar en nombre de la moral, y no porque yo carezca de criterio moral, porque me proclame amoral, nada más lejos de esto; sino porque, señores diputados, acostumbramos llamar inmoral a aquello que se opone a nuestros personales intereses. Así veréis a algunos señores diputados del pro venir a decir que es inmoral que los diputados a las Legislaturas Locales se postulen diputados al Congreso de la Unión. No, señores diputados; no es inmoral sino contrario a nuestros intereses, así es como debéis traducir el término. Y que no se nos diga tampoco que hay diputados a los Congresos Locales que disfrutan de una perniciosa influencia al lado de los Ejecutivos locales y que pueden usar esta influencia en beneficio de su candidatura, imponiéndose así. Al lado de esos perversos, que yo soy el primero en condenar, es necesario que debe haber muchas aspiraciones legítimas. ¿Quién de nosotros tendría el derecho de condenar las aspiraciones legítimas de un hombre que comienza a servir a su Estado primero en el Congreso Local y después tiene la aspiración legítima e indiscutible de tender el vuelo hacia más horizontes y venir aquí a la Representación Nacional a defender los intereses de su Estado? Ninguno de nosotros tendría el derecho de impedir el goce de este legítimo deseo, el triunfo de esta legítima aspiración.

Es necesario, pues, que rechacemos proposiciones animadas por el espíritu de ésta que discutimos, y que en lugar de encerrarnos dentro de un círculo estrecho, que acabaría por asfixiarnos, demos a la Nación un claro y un alto ejemplo de desinterés; porque por encima de todos nosotros, que somos pasajeros, por encima de nosotros que representamos muy poco y hasta por encima de los intereses de partido, que resultan mezquinos, están los intereses nacionales que, por encima de todo, resultan grandiosos y para nosotros respetables.

Rechacemos, dando así un claro ejemplo de fortaleza moral, las perfiles sugestiones de quienes no persiguen, a la postre, otro fin que el de despejar el horizonte político en las próximas elecciones. Rechacemos enérgicamente esta proposición, animada por un espíritu de mezquindad. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Fernández Martínez.

El C. Fernández Martínez: Señores diputados: No dejo de aplaudir el espíritu liberal del señor Manrique: pero este señor no abarca con toda perfección los males que los diputados locales están haciendo en este momento en casi toda la República. Hay diputados locales que, basados en determinadas leyes forjadas ellos mismos, no han hecho otra cosa sino preparar el terreno para poder ser diputados siempre, ya sea a una Legislatura o a otra; por ejemplo, en el Estado por el que soy representante, la Legislatura local, en vista de facultades que le concede la Constitución de aquel Estado, ha nulificado infinidad de elecciones perfectamente legales de Ayuntamientos, poniendo a individuos que le serán serviles, poniendo a individuos que escucharán todas cuantas órdenes se les den y que su incondicionalidad será la mejor garantía de triunfo en todas cuantas campañas políticas pretender tomar parte. En el Estado de Guanajuato se han nulificado varias elecciones de hombres perfectamente honrados, perfectamente liberales y que no tiene más defecto que no estar de acuerdo con la política estúpida del Gobierno de Guanajuato. Entre estos elementos se cuentan los del Ayuntamiento de Celaya, integrado por individuos que estaban oponiéndose a que el juego se implantara en aquella población, y por ese sólo hecho la Legislatura Local no los admitió en el seno del Ayuntamiento, dando un decreto para que se nulificara las elecciones de tales o cuales personas, poniendo en su lugar a individuos que les serán serviles siempre. Lo mismo pasó con algunas personas del Ayuntamiento de San Francisco del Rincón, y otro tanto ha pasado con personas de Ayuntamiento de Cortazar y otro tanto pasa con personas del Ayuntamiento de San Felipe. Además, señores diputados, en Cortazar fue el instrumento de que se nulificaran las elecciones, de hoy diputado Juan Barrón: ¿con qué objeto, señores? Con el siguiente: He aquí un periódico (mostró un periódico a la Asamblea), en que se postula senador por el Estado de Guanajuato. En tal virtud, y para evitar la inmoralidad a que me refiero, de que estos individuos, valiéndose de sus instrumentos serviles, de los instrumentos incondicionales que tienen en los Ayuntamientos de los Estados, violen la libertad electoral del pueblo y violen el voto público, yo os suplico atentamente que votéis la adición que propone la Comisión, en la seguridad de que con ello evitaréis chanchullos, de que con ello evitaréis que los mercaderes de la política vengan a esta Cámara únicamente validos de la influencia que ejercen sobre los individuos que ellos mismos han puesto en los Ayuntamientos.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Lailson Banuet.

El C. Lailson Banuet: Señores diputados: He estado pacientemente viendo el sinnúmero de proposiciones que han desfilado, pero en vista de que siguen desfilando y de que probablemente continuarán, es justo que proteste y que esta protesta sea para esta y las que vengan, porque sencillamente el señor Fernández Martínez le niega el derecho a un individuo del Estado de Guanajuato de preparar el terreno, y no se lo niega él mismo preparándoselo......

El C. Fernández Martínez, interrumpiendo: ¿En qué forma?

El C. Lailson Banuet, continuando: En la forma de evitar un derecho a los ciudadanos.....

El C. Fernández Martínez, interrumpiendo: ¡Para evitar un chanchullo, señor mío!

El C. Lailson Banuet, continuando: ..... derecho que conculca usted, señor Fernández Martínez, a pesar de haber firmado la Constitución de Querétaro, y así vamos estrechando el círculo, como ha dicho atinadamente el señor Manrique, y creo que es la idea dominante de nosotros: que nadie debe venir aquí, como no seamos nosotros..... (Voces: ¡No, no!)

Yo tengo enemigo en mi distrito, que es diputado a la Legislatura Local, y por ese sólo hecho, ¿he de hacer una ley para Lauro Hernández? Se necesita un amor acendrado a la curul o al sueldo y muy poca dignidad, para cerrar las puertas, para no dejar otra entrada que aquella por donde nosotros podamos caber. En consecuencia, yo exhorto a las conciencias honradas, sin distinción de sitios, ni partidos, para que rechaces esta proposición y las análogas, que nos avergonzarán donde quiera que estemos, pues llegaremos a la conclusión de que los que la hemos votado nos abochornaremos de nuestra obra, porque sencillamente somos muy raquíticos, no nos tenemos en nada, o, en efecto, nada valemos y por eso queremos expedir el camino para ir a luchar, ¿contra quién? Contra nadie, puesto que sólo los capacitados somos nosotros, según nosotros mismos. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Basáñez:

El C. Basáñez: Antes que nada, voy a suplicar a esta H. Asamblea se fije en la proposición, o mejor dicho, en el dictamen que está presentado a la honorable consideración de ustedes. Dice así:

"Artículo 43.

"Fracción VII. Quedan incapacitados para ser electos diputados y senadores al Congreso de la Unión, los miembros de aquellas Legislaturas locales que, conforme a la ley, están facultados para calificar las elecciones de Ayuntamientos."

En la Constitución hay un precepto que clara y terminantemente señala que los Municipios son libres y que ellos mismos deberán calificar sus elecciones, y esta proposición es para aquellos Estados donde arbitrariamente las Legislaturas Locales resuelven de la bondad de las elecciones. Quiere decir esta proposición que no tiene efecto en aquellos Estados donde las Legislaturas Locales no dictaminan sobre si son buenas o malas las elecciones municipales; en ella defendemos únicamente el principio moral. No me guía el mezquino interés de desembarazarme de un adversario, porque, afortunadamente, en mi Estado se han portado tan mal los diputados al Congreso local, que el pueblo los tiene señalados con el dedo; lo que vengo a apoyar es algo que evita que esas mismas Legislaturas, para encontrarse capacitados sus miembros, a fin de poder venir al Congreso de la Unión, y digan:

"Tú, Ayuntamiento, eres libre y debes dictaminar de tus elecciones."

Podría citar muchos casos de arbitrariedades de las Legislaturas Locales. En el puerto de Veracruz, después de poner a un Ayuntamiento "H" bien o mal puesto, resulta que en ese Ayuntamiento, por ejemplo, llega a tener el Presidente Municipal una minoría, porque los que lo formaban eran personas honradas y veían el gran deseo de ese Presidente de hacer arbitrariedades, y la Legislatura Local, por sostener la mayoría, señores, ha llegado a suspender a un edil de ese Ayuntamiento, porque votó en determinado sentido. Tratábase de una renuncia que había presentado un profesor y entonces, determinado edil, un señor Aguilar, votó en contra de la solicitud que presentaba ese señor profesor y el Ayuntamiento, señores, lo suspendió por infracción al artículo 5o. constitucional, a pesar de las indicaciones que esta Legislatura le hiciese para que votara en determinado sentido." ¡Hasta allá llegó la Legislatura! Esto no es más que un principio moral venimos a sostener; queremos que esas Legislaturas no sigan calificando las elecciones.

Yo, por lo tanto, pido a esta Honorable Asamblea un voto aprobatorio a este dictamen, puesto que es moral; no le quitamos el derecho a nadie de venir; con que den una ley en el sentido indicado, o, mejor dicho: "Los Ayuntamientos dictaminarán de sus elecciones, que no sea ellos los que arbitrariamente lo hagan, entonces esos señores diputados tienen las puertas abiertas de la Cámara y tienen el campo amplio para ir a combatir contra todos los que lancen su candidatura. Termino yo suplicando a esta H. Asamblea que ponga su atención, su verdadera atención en la proposición, en el fondo moral que trae, para que veáis que es razonada.

El C. García Jonás: Pido la palabra para una interpelación.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. García Jonás: Suplico a la Mesa de sirva informar si la proposición de que se trate es algún dictamen de las Comisiones o una proposición aislada, pues ignoramos esto, en vista de que se está leyendo una serie de dictámenes y proposiciones.

El C. Rueda Magro: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Rueda Magro: En el seno de las Comisiones se han presentado varias proposiciones de diputados, pidiendo la exclusión de determinadas personas, una de esas proposiciones es la relativa a los diputados locales firmada por varios representantes, entre quienes se encuentran los CC. Padilla, Andrade, Sánchez Tenorio y otros muchos. Las Comisiones sólo hemos pedido dispensa de trámites para tales proposiciones, a fin de que la Asamblea decida lo que mejor tenga por conveniente. Nosotros no hemos adoptado esas restricciones.

El C. García Jonas: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. García Jonás: En vista del informe dado por un miembro de las Comisiones y puesto que antes no se había hecho la aclaración correspondiente, creo se trata de sorprendernos. Llamo, por lo tanto, la atención de los ciudadanos diputados

sobre este asunto para que estén alerta y voten en conciencia sobre asunto tan trascendental.

El C. Velásquez: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Velásquez: En estos momentos que nos habla usted, señor Basáñez, de inmoralidad, me permito preguntarle si los diputados a las Legislaturas Locales son ciudadanos en el pleno goce de sus derechos civiles y políticos o no disfrutan de ese goce; y qué diferencia halla usted entre los derechos políticos que se requiera para ir a una legislatura Local, y los que se necesitan para venir al Congreso de la Unión. ¿Allá es moral una cosa y aquí inmoral?

El C. Basáñez: He llamado procedimiento inmoral el de aquellos diputados de las Locales que han dictado leyes inconstitucionales como la que se refiere a dictaminar de la bondad de las elecciones municipales, teniendo la carta Magna un principio que señala la libertad municipal. Al apoyar yo esta proposición, lo he hecho porque veo que en el fondo de ella no se les coartan sus derechos a esos señores, desde el momento en que ellos mismos puedan dar una ley general, una ley para el Estado o Entidad donde legislan, diciendo: "Los Ayuntamientos legislarán sus propias elecciones," y este artículo será letra muerta en la Ley Electoral.

El C. Velásquez: ¿Entiende usted que los presidentes de los Ayuntamientos van a legislar sobre cuestiones electorales?

El C. Basáñez: Se trata de la calificación de la elección, señor Velásquez....

El C. Velásquez, interrumpiendo: Tampoco califican.

- El C. Basáñez, continuando.... y en ese caso se puede dar una ley para el dictamen de las credenciales o de la bondad de las elecciones municipales; pueden reunirse los Presidentes de las Mesas y así expedir la credencial, legislar de la bondad de las elecciones municipales, y no ser precisamente la Legislatura la que tenga que dictaminar acerca de las credenciales de todos los Ayuntamientos. Lo hemos visto prácticamente, no es cuestión de que nos forjemos ilusiones la práctica nos ha enseñado que en muchos Estados de la República donde se encuentra dada una ley por ese estilo, ha resultado que a los verdaderos Ayuntamientos, a los Ayuntamientos electos verdaderamente por el pueblo, los han quitado y han puesto a quienes se les ha pegado la gana, con el premeditado convenio de que los saquen electos diputados al Congreso de la Unión. Esto no es más que un principio moral, como decía antes, pues desde el momento en que las Legislaturas Locales no tengan que dictaminar acerca de la bondad de las elecciones municipales, queda como letra muerta este artículo de la ley Electoral, que se refiere nada más a los diputados de aquellas legislaturas locales que dictaminen sobre elecciones municipales.

El C. Velásquez: Usted votó en favor de esos Consejos, porque en su concepto son convenientes para conservar la libertad del sufragio, ¿votó usted eso? si ha aceptado todas las consecuencias derivadas de los vicios de los Ayuntamientos, mientras no estén integrados debidamente. ¡Ya se hizo presente que se iban a poner los Consejos en manos de Ayuntamientos que no responden a las finalidades del artículo 115 constitucional!

El C. Basáñez: Acepto los hechos.

El C. Velásquez: Está bueno; eso me basta.

El C. López Lira: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. López Lira: Ciudadanos diputados: protesto solemnemente ante Vuestra Soberanía que la aprobacíon de la adición propuesta por varios compañeros, no trae al que hablan ninguna ventaja de carácter egoísta; protesto igualmente que una vez aprobada por Vuestra Soberanía, la disposición que elimina de las futuras Cámaras a aquellos que colaboraron con la usurpación, quedaron comprendidos la gran mayoría de los honorables diputados que integran la Legislatura del Estado de Guanajuato. Así, pues, señores diputados, ni por lo que a mi personalidad se refiere, ni por lo que se refiere a mi Estado natal, tiene una inmediata resonancia y trascendencia la aprobación de la proposición que está a debate: pero no he podido guardar silencio en vista del mérito que ella contiene, a mi juicio, es regular el número de Constituciones locales que da a las Legislaturas la facultad de calificar las elecciones de los miembros de los Ayuntamientos. Yo planteo ante Vuestra Soberanía este problema: si la Constitución no hubiera sido tan explícita declarando la libertad Municipal y hubiera dado facultades a la Cámara de Diputados para calificar las elecciones municipales, evidentemente que las elecciones en la ciudad de México habrían dado lugar a debates más intensos, quizá a injusticias mayores si hubiera tenido que conocer esta Cámara de su resultado. En todas las Entidades Federativas en que las legislaturas tienen facultad para resolver sobre las elecciones municipales, se ha violado absolutamente el voto público; son los diputados a las Legislaturas locales quienes han resuelto sobre la facultad inicial de los Ayuntamientos; ellos han impuesto a individuos que evidentemente les son propicios en los momentos de las elecciones y si Vuestra Soberanía ha aprobado un artículo en que también a los Presidentes Municipales y a los Ayuntamientos cuando tienen una circunscripción perfectamente limitada ¿cómo es posible que al tribunal de última instancia Vuestra Soberanía lo deje ileso? Esto sería un medio de poder salvar el principio del Municipio Libre. Tengo a al mano, señores representantes, la Constitución del Estado de Guanajuato; afortunadamente, con toda oportunidad presentamos a la consideración de esta Honorable Cámara la acusación respectiva por las violaciones que contiene a la Constitución General, y estamos esperando, lo mismo que el pueblo de Guanajuato, el fallo de este asunto; pero esto no quiere decir que peligros análogos no se hayan presentado en los otros Estados de la unión.

En obsequio de la verdad y tratándose de la Constitución de Guanajuato, esto no tiene importancia: tiene ignominias más grandes. Y ya que estoy en la tribuna, me permitiré leer a Vuestra Soberanía las facultades del Gobernador del Estado, según el artículo 56 de la Constitución local, que dice en su fracción XXVII, lo siguiente:

"Suspender, en casos graves, a los Magistrados y los Jueces."

Ustedes comprenden que si con mi desgraciado Estado natal el Gobernador tiene facultades para echar abajo al poder Judicial, ¿cómo no va a poder la Legislatura nulificar la célula de la vida nacional, o sean los Ayuntamientos? Tiene inconsecuencias tan grandes que no puedo pasar por alto. La Diputación Permanente en el artículo 53, fracción II, está facultada para: " Recibir los expedientes relativos a las elecciones de Gobernador y de Diputados a la Legislatura, reservando a ésta los expedientes de las primeras y resolviendo acerca de las segundas."

Es decir, en Guanajuato, la Diputación Permanente del Congreso Local califica las elecciones del subsecuente Congreso. Dejo a la consideración de vuestro espíritu revolucionario y de vuestra alta significación el peligro en que estamos; realmente no obtenemos gran ventaja con que Vuestra Soberanía apruebe esta moción, en el Estado de Guanajuato que es el que directamente me interesa. Pero si esto es un ejemplo palpable, y podría traer documentos a la consideración de la Asamblea, de que no había uno sólo de los Municipios de Guanajuato en que no ha sido impuesto el Ayuntamiento, teniendo derecho para suponer que cosa análoga ha ocurrido en resto del país. ¿cómo es posible que pasemos por alto esta consideración? Una de las cosas que más interesa a la Asamblea, que es revolucionaria y una de las cosas que anima el espíritu constitucional al invalidar a los Secretarios y Subsecretarios de Estado, y lo que animó a las Comisiones al hacer extensiva esta eliminación a aquellos individuos, es la circunstancia de que no deben ser electos los que dispongan de fuerza moral o material para violar el voto; y evidentemente que los Congresos locales no sólo pueden hacerlo, sino que de hecho lo han hecho, de hecho se han ramificado hacia el Municipio Libre y entonces está perdida la Revolución, porque si antes era el Ejecutivo, el que imponía a un jefe Político arbitrariamente, es ahora el Legislativo el que impone a una asamblea que decida de los intereses, de los sagrados intereses de la vida nacional

. En lo que de una manera general no estoy de acuerdo con la proposición que se discute y esto me obligo a no inscribirme ni en pro ni en contra, es en lo general de su contenido. Evidentemente que si a los Secretarios y Subsecretarios de Estado se les dan facilidades para que sean electos diputados o senadores, siempre que se separen de sus puestos algún tiempo de la elección, considero injusto que de plano se deseche a los diputados a la Legislaturas Locales, cuando se les pueda dar oportunidad siempre que dejen el ejercicio de sus encargados determinado tiempo antes de la elección... (Voces: ¡No, no!) Por licencia, señores representantes, pueden separarse de sus cargos. Por lo demás, yo estoy absolutamente de acuerdo con la índole de esta proposición moralizadora. Ella hará reconsiderar muchos acuerdos de las Constituciones Locales y dejarán entonces sí libre la constitución del Municipio. Si el Municipio en su constitución no es absolutamente libre, si va a estar sujeto a las pasiones de los que predominan en los Congresos Locales, a través de muchos años no habremos obtenido todavía la pureza de los Ayuntamientos, base de todas las elecciones. Así pues, señores, basándome en la mente del artículo constitucional que invalida a los que tienen fuerza para hacerse elegir; fundándome en las consideraciones que han tenido las Comisiones para eximir de estos puesto a los miembros de los Ayuntamientos, a los Presidentes Municipales, yo pido que se estudie este asunto y que se dé un voto que venga, más que a favorecer a unos cuantos, a sacar de las garras de las pasiones políticas a la constitución libre de los Ayuntamientos, porque sin ellos no podremos en muchísimos tiempo organizar debidamente el funcionamiento de las Cámaras y la vida nacional.

Presidencia del C. MANJARREZ FROILAN

- EL C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cepeda Medrano... (Voces: ¡Uy, uy, uy!)

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: Tenia sobrada razón el C. diputado Jonás García al hacer una interpelación a la Mesa. Esta proposición es anónima; esta proposición no estaba firmada por nadie; en estos momentos en que reclamé quién se hacía solidario de ella, la acaba de firmar el C. Basáñez y me dicen que junto con él algunos otros. Estas proposiciones presentadas así de sorpresa, estas iniciativas, estas adiciones presentadas sin saber quién se hace solidario de ellas, realmente nos causan grandes sorpresas por habérseles dado entrada y haberse puesto a discusión, pidiendo dispensa de trámites e inscribiéndose diputados en pro y en contra. No quería hablar de que estuviese firmada... (Voces: ¡Sí estaba firmada!) ¡No, señores!...

El C. de la Barrera: ¡Moción de orden!

El C . Presidente: Tiene usted la palabra para moción de orden.

El C. de la Barrera: Entiendo que el C. Cepeda Medrano ha asentado en la tribuna una falsedad a todas luces, por lo que suplico a Su Señoria, para que el debate pueda seguir en el orden que le corresponde, mande a la Secretaría que certifique por cuántas firmas está subscrita la adición de que se tratas.

El C. Presidente: Se va a proceder a lo que indica el C. de la Barrera, no habiéndose hecho antes, porque la Presidencia estima que, aun cuando los diputados que ocupan la tribuna asienten falsedades, no es procedente interrumpirlos por la Presidencia, coartándoles su libertad; en su oportunidad iba a hacerse eso. Ahora, en vista de la moción de orden del C. de la Barrera, va a efectuarlo la Secretaría.

El C. de la Barrera: ¿Por quién está firmada?

- EL C. Secretario Aranda: J. R. Padilla, Cayetano Andrade, Enrique C. Sánchez Tenorio, Rafael Martinez, Sánchez Pontón, Rubén Basáñez, Enrique Meza, R. Blancarte, A. J. Higareda, Cosme Dávila, J. Siurob, J. A. Ruiz, Salvador Saucedo, F. Mercado, Uriel Avilés, S. Torres Berdón, A. Arellano, Aguirre Efrén, Santiago Meneses, A. Hernández Maldonado, Pedro Molina, M. Carrillo

Iturriaga, A. M. Porchas, M. Barragán, A. Navarrete, F. de P. Mendoza, A. L. Couto, J. R. Dyer, José Pereyra Carbonell, A. Ruiz, Vega Sánchez, C. S. Benítez, F. C. Manjarrez, Pedro Ramírez, E. Aguirre, F. Arreola R., Eladio Domínguez y dos o tres firmas que no he podido leer.

El C. Cepeda Medrano: ¿Habéis oído los nombres de los firmantes? Pues no es exacto, señores... (Voces: ¡Ah, ah!) Lo voy a demostrar.

El C. Valdés: Pido la palabra para hacer una rectificación.

El C. Cepeda Medrano: Después pasará usted aquí a la tribuna.

El C. Presidente: No puede interrumpirse al orador más que para mociones de orden. Tiene la palabra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Está presentada aquí una adición hecha con máquina, anulada, y luego anuladas todas las firmas; en seguida al calce, después al terminar presentaron aquí, fuera de todos los firmantes, fuera de todos los nombres, aparte de donde están las firmas, una adición con lápiz que no conocen los señores diputados y que, si la conoce, no la firmaron así. Por esa razón digo que esta iniciativa es anónima, que no está calzada con ninguna firma, que no estaba calzada con ninguna firma; yo apelo a la honorabilidad del señor Manrique para que me diga si es o no exacto lo que digo, de que esta proposición a que nos estamos refiriendo y discutiendo, no estaba firmada con las firmas que están aquí; usted que vino a verla, señor Manrique.....

El C. Basáñez, interrumpiendo: Pido la palabra para una aclaración.....

El C. Figueroa: ¡Moción de orden, señor Presidente!

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Figueroa.

El C. Figueroa: En mi concepto, el señor Cepeda Medrano está asentando un hecho falso, pues hago notar la circunstancia de que, debido a un acuerdo de esta Asamblea, todas las adiciones y modificaciones a la Ley Electoral, pasaron a las comisiones para que dictaminaran. En virtud de eso, creo que el señor Cepeda Medrano no puedo ver la iniciativa y sólo se ha dado cuenta del dictamen de las Comisiones, sobre el que está bordando sus aseveraciones falsas, pues me consta que la proposición fue firmada. (Voces: ¡No es cierto!)

El C. Basáñez: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Cepeda Medrano: ¡Ya no permito a nadie que me interrumpa! Se ha sorprendido a la Asamblea y vengo a sostenerlo ampliamente. La proposición primordial fue anulada, quedó sin efecto y después se formuló otra al calce sobre este papel que tengo en mis manos, donde fueron escritas la proposiciones, se ven las rayas transversales que nulificaron la primera. La Secretaría, obrando inconscientemente o de mala fe, dice que las firmas que calzan la proposición primitiva autorizan la segunda, y no es verdad, pues que ésta fue escrita con lápiz y no contiene ningunas firmas. La iniciativa puesta al debate y escrita, según digo, con lápiz, es la que incapacita para ser electos diputados y senadores al Congreso de la Unión, a los miembros de las Legislaturas locales que, conforme a la ley, están facultadas para calificar las elecciones de Ayuntamientos. (Aplausos.)

Presidencia del C. IBARRA JOSÉ DE JESÚS

El C. Pruneda: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para moción de orden.

El C. Pruneda: El C. Cepeda Medrano está asentando una falsedad, declarando que la Secretaría ha obrado dolosamente para demostrar..... (Voces: ¡Esta no es moción de orden!) Sí lo es, porque debe conservar orden en el procedimiento y en la discusión, para evitar que Cepeda Medrano siga injuriando a la Secretaría que es muy honorable por cierto. Con que se pregunte a los señores diputados firmantes de esa proposición si están de acuerdo con la segunda, basta. (Voces: ¡No, no!)

El C. Basáñez: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Cámara: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Cámara: Esta iniciativa no está a discusión todavía, puesto que la Asamblea no le ha dispensado los trámites. Por consiguiente, debía pasar a Comisión, de acuerdo con el artículo 123 del Reglamento.

El C. Presidente: La Presidencia se permite manifestar el C. Cámara que esta iniciativa pasó, como el resto, alas Comisiones, una vez que la Asamblea dispensó los trámites. Para aclarar y para ilustrar el criterio del C. Cámara y de algunos otros compañeros sobre que no se ha alterado el orden y que la Mesa no ha obrado en este caso, ni con la más vaga sombra de mala fe, me permito manifestar lo siguiente: Los miembros de las Comisiones, debido al exceso de trabajo, se lo dividieron entre sí, y algunos de ellos tomaron conocimiento de esta iniciativa, entretanto otros trabajaban sobre las demás iniciativas. El C. Rueda Megro, al ser interpelado sobre el particular, informó a la Asamblea que las Comisiones se habían abstenido de dictaminar en este asunto, dejando que la Asamblea lo resolviera; esa es la verdad de lo que ha sucedido; pero el C. Rueda Magro se había separado en esos momentos de los miembros que integran las Comisiones y, en esta virtud, no se habían enterado del resultado que había habido entre ellos. La Presidencia cree justo hacer esta aclaración y espera que el C. Rueda Magro no la desmienta. En fin, la Mesa afirma que las Comisiones no firmaron el dictamen, porque es la verdad, y si en algo e mentido yo, ruego a las Comisiones se sirvan informar.

El C. de la Barrera: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. de la Barrera: En vista de que la iniciativa que se ha puesto al conocimiento de la Asamblea, efectivamente no se encuentra firmada al calce como debe ser, suplico a la Presidencia se sirva mandarla retirar para que se llenen los requisitos, a reserva de contestar de una manera

categórica las palabras calumniosas del C. Cepeda Medrano; porque en todo caso, habrá habido de parte de la Secretaría ignorancia, pero nunca mala fe.

El C. Cepeda Medrano: Esta iniciativa no puede ser retirada ya, porque he apelado, precisamente para que no se retirara, al recurso que tenemos los diputados, haciendo que se firmaran la proposición, en la que puso su firma el señor Basáñez; pero después de que habló y yo vine a esta tribuna. En consecuencia, debemos discutirla, debiendo antes aclarar que esta iniciativa no es la misma que fue firmada; la presentada para la discusión era anónima porque no alcanzaba ninguna firma, según lo ha demostrado ya. Indebidamente la Secretaría dio lectura a las firmas, sabiendo que la proposición que subscribían estaba nulificada. Además, la Comisión no han dictaminado, porque en tal caso debieron haber puesto sus firmas y no hay ninguna. El diputado Rueda Magro lo hizo público y ningún miembro de las Comisiones dijo que faltaba a la verdad; en consecuencia, tengo absoluta razón para confirmar las frases del C. Jonás García, pidiendo que no nos dejemos sorprender ahora que se trata de enseñar a la Asamblea, abusando de su buena fe.

El C. Alonzo Romero: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Alonzo Romero: El C. Cepeda Medrano de una manera general ha atacado a la Secretaría; yo considero que esa es una manera cobarde de hacerlo; debe concretarse al Secretario que dio lectura al documento. Estoy en mi perfecto derecho para exigir esa reparación, porque nunca hago yo chicanas de ese género. Por lo tanto, las increpaciones del C. Cepeda Medrano son cobardes y mezquinas.

El C. Cravioto: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cravioto: Continuamos Su Señoría, el señor Presidente, está concediendo la palabra a individuos de la Cámara que lo piden indebidamente; las mociones de orden no se deben pedir más que cuando se viola el Reglamento

. - El mismo Reglamento prescribe la oportunidad de pedir la palabra para aclaraciones, para hechos, o para combatir al orador. Yo pido a Su Señoría que en ahorro de trabajo y de cansancio para la Cámara, se sujete al Reglamento.

El C. Cepeda Medrano: Renuncio al uso de la palabra.

El C. Presidente: La Presidencia contesta al C. Cravioto, que como las mociones de orden son breves, no puede la Mesa saber si se van a concretar a hacer la moción de orden con apego al Reglamento; en consecuencia, la Mesa no puede legalmente estar llamando constantemente al orden a los ciudadanos que piden la palabra para mociones de orden.

El C. Basáñez: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Cámara: Moción de orden.

El C. Cepeda Medrano: En vista de que yo no tengo derecho para hablar, renuncio al uso de la palabra.

El C. Presidente: Su Señoría, el C. Cepeda Medrano, tiene derecho para hablar; si él no tiene la calma suficiente para sufrir las interrupciones o mociones de orden, no es culpa de la Mesa; pero ya la Mesa le ha dicho que continúa en el uso de la palabra, por dos veces, y si desea seguir adelante, tiene derecho.... (Voces: ¡Ya renunció!) (El C. Cepeda Medrano sube a la tribuna.)

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: Podría ser que muchos de nosotros que nos encontramos en casos análogos a algunas de las personas que firmaron la primera proposición que no se llevó a efecto y que no se ha presentado, tuviésemos el deseo de eliminar a muchos contrincantes. En el primer Distrito Electoral del Estado de Coahuila figura como candidato para la próxima Legislatura un gran liberal, don Ernesto Meade y Fierro, en contra mía; inmediatamente que supe que lanzaba su candidatura no hice ningún trabajo ya; por el contrario, estoy dispuesto a prestarle todo mi apoyo para que venga a la Cámara, porque lo considero digno, es un liberal a toda prueba y, por consiguiente, conceptúo que ese hombre hará una labor eminentemente patriótica en la próxima Legislatura del Congreso de la Unión. Así como este caso del señor; Ernesto Meade y Fierro, diputado al Congreso Local de Coahuila, que tiene derechos, que tiene justas aspiraciones y deseos grandes de venir a la nueva Legislatura del Congreso de la Unión así estarán muchos diputados que son ciudadanos capacitados en el ejercicio de sus derechos y que jamás podrá ninguna ley arrebatarles ese derecho ni esas prerrogativas. Que ya no nos sorprende la iniciativa que se presentó ayer y que fue aprobada por unanimidad aquí, en que se elimina a todo el mundo y que al final dice: "Todos los colaboradores del Gobierno de la usurpación y anteriores serán eliminados de esta Cámara" y todavía no estamos satisfechos con haber eliminado prácticamente el noventa por ciento de nuestros enemigos políticos y que se nos haya dejado el campo libre para lanzar nuestras candidaturas sin tener un contrincante poderoso; ahora vemos un fantasma poderoso en los diputados de los Congresos Locales de cada uno de los Estados, que no podrán ejercer presión, como se ha asentado aquí, porque sabemos perfectamente que el individuo que tiene esa función está desempeñándola y en ese caso no podrá ejercer presión. En la mayor parte de los Estados se dividieron los distritos en secciones electorales, en que cada una de esas secciones mandó un diputado y si ese diputado no ejerce influencia en ese distrito ¿por qué le tenemos miedo, por qué tememos que lance su candidatura y queremos ampararnos en la ley para quitarle ese derecho? ¿Qué diríamos nosotros sí mañana en la Legislatura Local de cada uno de nuestros Estados apareciera este artículo: ninguno de los diputados al Congreso General de la Unión puede lanzar su candidatura para diputado al Congreso Local del Estado? (Voces: ¡Ya existe, ya existe!) Es anticonstitucional si existe en algún lugar y sabe el señor Martínez de Escobar que no tiene ningún valor legal y que, en consecuencia, podemos lanzar nuestras candidaturas y triunfar allí dentro de esos Estados, sin ningún inconveniente, sin ningún obstáculo, sin ninguna traba, porque antes que la ley local de los Estados, está la Constitución General de la República. Ahora nosotros debemos de ver

que todos los ciudadanos tienen absoluto derecho están en su perfectísimo derecho al lanzar su candidatura y estando capacitados dentro de la misma ley establecida, ¿qué razón hay para venir a eliminarnos ahora porque les tenemos miedo, porque tienen más prestigio que nosotros, porque pueden trabajar con más provecho? Ya lo hemos dicho demasiado: bien venido sea el que mande el pueblo soberano, pero no estemos haciendo una farsa en este parlamento y diciendo: sufragio efectivo, la no reelección; pero para los contrarios; para nosotros únicamente se han echo las curules del Congreso de la Unión y únicamente nosotros podemos venir aquí.

No, señores diputados sería muy mezquino todo esto, no estaría de acuerdo con los principios liberales de la Revolución, ni con los principios bien intencionados que alientan muchísimos jóvenes bien intencionados, tanto en las derechas como de las izquierdas. Pero sí con mucha pena veo que estamos eliminados a todos estos individuos, a los enemigos legales y francos sólo debemos tenderles la mano y prestarles facilidades y no ponerles obstáculos y crearles tantas y tantas dificultades. Aquí viene el señor Fernández Martínez y nos dice: "En mi distrito hay un diputado local que trata de arrebatarme la curul;" pues bien hecho, si tiene derecho para ello, y ojalá que, en muchísimos Estados, lanzaran su candidatura los diputados al Congreso Local, ojalá que en muchísimos Estados la lanzaran, para que se renovara completamente esta Cámara y para que reinara un ambiente más liberal, un ambiente más patriótico y para que reinara más justicia y más justicia y más equidad; ojalá, yo lo ambiciono con todo mi corazón aunque yo sea uno de los derrotados, porque si nosotros tenemos constantemente contrincantes a uno de esos diputados y somos los primeros en venir a ponerles obstáculos, ¿por qué los demás diputados no obran en la misma forma? ¿Qué, acaso estamos ya en los tiempos de Profirió Díaz, que vamos a ser diputados a perpetuidad? No, no nos equivoquemos, ¿no estamos satisfechos con haber ido muchos al Constituyente y haber venido después al Congreso General? Y todavía pretendemos y estamos sancionando la reelección, y después de esa segunda reelección seguiremos sosteniendo que únicamente nosotros debemos venir a la Cámara.

No, yo no creo que vengan a sostener esta iniciativa, esta adición que se ha presentado, con hechos justos, legales y honrados, no; de ninguna manera podremos presentar a la consideración de ustedes más que el egoísmo personal, digámoslo mil y mil veces, tenemos miedo de que triunfe, dentro de un distrito electoral, un individuo que tiene más prestigio que nosotros. Hay más señores diputados, y deben ustedes sorprenderse: tengo conocimiento que aquí, en una iniciativa de las que se presentaron, se dice que ningún pariente de los Gobernadores, ni de los Ministros, ni de los diputados locales, deben de venir al Congreso de la Unión; ¿entonces, qué queremos que se haga? ¿qué vamos a hacer con todo esto? Digámoslo de una vez, hablemos claro y honradamente; digamos: abajo los principios y arriba los hombres; pero los hombres que figuren en el parlamento deben de ser los que se encuentran actualmente funcionando en la XXVII Legislatura. Vemos la crítica acerba y muy dura que va a hacernos cada uno de los Estados, y todo porque no les permitimos ningún derecho a sus ciudadanos, y si nosotros no les permitimos que ejerzan sus derechos, arrebatándoles esa facultad, violamos la misma Constitución. En la conciencia de todos nosotros está que esto es ilegal, que es injusto y que es anticonstitucional. (Siseos.)

- El C. Basáñez Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Basáñez.

El C. Basáñez: Se trata únicamente de esto, señores diputados: Uno de los miembros de la Comisión fue el que dictó la adición presentada; he estado yo entre esa Comisión y todos, al retirarse, han delegado sus facultades representativas. en los que iban quedando; pero, precisamente cuando el señor Alvarez del Castillo dictó esa adición, que, en mi concepto era el dictamen, estaban el señor Martínez de Escobar y Alvarez del Castillo. Yo rechazo, desde luego, los cargos hechos por el señor Cepeda Medrano, quien creo que tiene una enfermedad mental.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Pido la palabra, como miembro de la Comisión.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Señores diputados: Voy a tener el agrado de una explicación sobre el asunto al debate. (Voces: ¡Tribuna, tribuna!) No voy a hacer un discurso, compañeros, sólo unas cuantas palabras. En general, las Comisiones hemos tenido el siguiente criterio: de que pugnan, si no con el texto expreso de la Constitución, sí con el espíritu que anima a la misma, toda esta serie de restricciones que se han venido haciendo. Ese es el criterio general que reina en las Comisiones, y estoy seguro que ninguno de los miembros, compañeros míos de ellas, podrá decir lo contrario; pero teniendo en consideración que esta Asamblea ha demostrado ya en varias ocasiones ciertos deseos, en general, de hacer determinadas restricciones a ciertos funcionarios públicos, porque ellos ejercen, por razón de su puesto, en donde tienen jurisdicción, determinada influencia o presión para vulnerar en esta forma la libertad electoral, las Comisiones hemos tenido determinada debilidad y hemos aceptado, en algunos casos, estas restricciones. En virtud de esto, las Comisiones nos reunimos esta mañana, cambiamos impresiones, ratificamos cada una de ellas con nuestra manera de pensar a este respecto; pero como existe una mole verdadera de iniciativas a este respecto, de restricciones a determinados funcionarios públicos, que no les impide ese derecho la Constitución, llegamos a la siguiente conclusión: que las iniciativas que tuvieran por objeto restringir ya a los diputados a las Legislaturas locales, ya a los Administradores de Rentas o a los Jueces del Registro Civil, y no recuerdo a qué otras autoridades que se desea inhabilitar para los puestos de elección popular, sobre todo el próximo período legislativo, no dictamináramos en verdad, sino que nuestra idea fue la siguiente: que se dispensaran los trámites a esta proposición, ya que no es necesario dictaminar, puesto que la Asamblea ya sabe a qué

atenerse y ya tiene un criterio sobre aquellos funcionarios públicos a quienes se les debe restringir ese derecho, que se dispensaron los trámites a esas tres o cuatro iniciativas de unos señores diputados y que la Asamblea cambiara ideas e impresiones y que resolvieran lo que, en su concepto, fuera pertinente: esta es la verdad de los hechos, cuando el señor Basáñez se acercó a las comisiones que teníamos en estudio estas cuestiones, es verdad que, en virtud de este criterio, que ya se ha hecho sentir en esta Asamblea, y particularmente dijimos que podría aprobarse esta proposición, en el sentido de que las Legislaturas de los Estados, que son las que conocen y dicen la última palabra sobre elecciones municipales, que los miembros que integran esas Legislaturas quedaran inhabilitados; pero esto fue muy particular de los miembros de la Comisión sin rendir un dictamen en el fondo; por ejemplo, mi opinión personal es de que no, porque realmente pugna con el espíritu constitucional, no es justo; si la Legislatura de Veracruz ha inhabilitado a los diputados al Congreso de la Unión que sean de Veracruz o tengan la vecindad en Veracruz, para lanzar su candidatura a la Legislatura Local, pues realmente tiene razón el C. Cepeda Medrano, en concepto mío, y en concepto, yo creo, de cualquier abogado y, sobre todo, de los constituyentes, que recordamos muy bien cuál fue el espíritu que animó a aquella Legislatura en este sentido. Yo opino que, realmente es anticonstitucional el que un diputado al Congreso de la Unión no pueda lanzar su candidatura al Congreso Local, y no obsta esa Constitución, que está subordinada a la Constitución General de la República, para que pueda un diputado lanzar su candidatura; a pesar de que la Constitución de Veracruz diga lo contrario, quizá pudiera presentarse el mismo caso aquí, quizá nosotros pudiéramos interpelar a los diputados a las Legislaturas Locales, y quizá algunos de ellos pudieran demostrarnos, trayendo su credencial, de una manera palpable y convincente, que sí tienen derecho a venir a esta Asamblea, porque sobre la ley orgánica está la Constitución; pero en vista de que ya hemos aceptado un conjunto de proposiciones, un conjunto de artículos que pugnan también con el principio constitucional, las Comisiones lo que desean es que la Asamblea forme juicio a este respecto y, por lo tanto, no han rendido, en verdad un dictamen. Yo sé que el licenciado Alvarez del Castillo dictó y le dio forma al pensamiento del compañero Basáñez, pero sin que la Comisión hiciera suyo aquél, es decir, que no hizo un dictamen; en los casos a que se refiere la restricción, en concepto mío, como miembro de la Comisión, es que no debe de estar a discusión, no es esa parte que se acaba de leer, sino la anterior, y una vez que se discuta eso, puede, si la Asamblea cree que deben hacerse esas restricciones, limitarlas nada más para aquellos diputados que conocen las de las de las elecciones de los Municipios; por lo tanto, si ya la Asamblea se formó un juicio sincero y honrado de lo que las Comisiones dicen por mis palabras, ésta es la verdad, el chanchullo no es ni del señor Basáñez, ha sido esto un error, porque viene redactando el pensamiento del señor Basáñez, creo, que de puño y letra del señor Alvarez del Castillo; de manera que discutamos el principio general, de la primera proposición.

El C. Manrique: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para un interpelación a la Comisión

. - El C. Manrique: Señores diputados: Conviene a nuestro decoro que se aclare, no el incidente vulgar de si falta o sobra una firma, que en esto no tenemos derecho para argüir que haya habido mala fe; conveniente aclarar una vez para todos cuál es la misión de las Comisiones en esta Asamblea. El principio de la división del trabajo es el que nos hace repartir las diversas iniciativas, el estudio de los diversos problemas que aquí se presentan, dándolos a aquellos a quienes creemos más aptos; de manera que las Comisiones no tienen solo el derecho, sino una enorme responsabilidad. Si hemos nombrado Comisiones de Puntos constitucionales, por ejemplo, es porque esto supone, tácitamente, que hemos designado para el estudio y resolución de los problemas constitucionales a los abogados más aptos de la Asamblea o a los diputados mejor entendidos en achaques constitucionales; de manera que creo y es necesario que el señor Martínez de Escobar se sincere y nos aclare este punto: que la misión de las Comisiones no es la de preguntar cuál es el sentir dominante en una Asamblea para seguir servilmente. La misión de las Comisiones es mucho más alta, las Comisiones deben orientar nuestra opinión. Cada uno de nosotros, señores diputados, si no ha hecho estudios especiales en derecho constitucional, debe humildemente confesarse profano en derecho constitucional y encomienda a un compañero aquien supone más apto, la resolución del problema. Yo no me explico estos desaciertos. Si la Comisión cree que la iniciativa que se presenta es anticonstitucional, no debió por ningún concepto, aun cuando se hubiese expuesto al ridículo, a la befa de toda la Asamblea, haber aceptado esa iniciativa; si el compañero Martínez de Escobar creo que es anticonstitucional, y nos lo ha confesado honradamente, debió haberlo así expresado con su puño y letra. Este era su deber de hombre honrado y entonces las Comisiones y los diputados, prescindiendo de nuestra natural pasión, de nuestra simpatía, habríamos hecho caso de la opinión de los más aptos y honrados y habríamos rechazado la proposición que se debate, porque ya opinaban seis abogados miembros de dos Comisiones que la iniciativa era anticonstitucional y aquí, señores diputados, no venimos a aprobar todo lo que encontramos agradable y conveniente, si no lo que además de agradable y conveniente se ajusta al espíritu y la letra de la Constitución.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Martínez de Escobar Rafael.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Señores diputados, el señor licenciado Manrique, el señor doctor Manrique se equivoca flagrantemente, se ha producido con verdadero desacierto. Primero debo manifestar a la Asamblea que jamás ha brotado de mis labios la palabra "anticonstitucional" en el punto a debate; dije que pugnaba en el sentir de algunos miembros de la Comisión, con el

espíritu y tendencias liberales que existen en los preceptos de la misma Constitución; pero de que una cuestión, señor Manrique, sépalo usted, porque no lo sabe, sea anticonstitucional, a que pugne con las tendencias de la misma Constitución, hay una enorme diferencia, será inconstitucional, pero no anticonstitucional, porque anticonstitucional, como ustedes deben saberlo perfectamente, es que choque abiertamente con el precepto, con las tendencias legales de esa Constitución. De manera que no he dicho un desacierto de tal tamaño. Segundo, señores; si las Comisiones no rindieron un dictamen en la forma en que desea el señor Manrique, a quien injustamente ha calificado de Comisión servil, cuando el señor Manrique sabe cuál ha sido el gesto de los miembros de esa Comisión a través de todas las discusiones en esta Asamblea; el señor Manrique debió haber suspendido esa palabra, porque nos conoce personalmente a los hombres que formamos la Comisión que jamás ante nada ni ante nadie hemos sido serviles, ¡nunca! Si no hicimos un dictamen en la forma que lo quiere el señor Manrique ha sido por esto: ya hemos visto el tiempo que falta para expedir la Ley Electoral; el Senado de la República estuvo dos meses con ese proyecto de Ley Electoral, pasó este proyecto a las Comisiones de Gobernación y puntos Constitucionales y durante tres días, en el término pequeño de tres días, hemos dictaminado este proyecto de ley que tardó el Senado en dictaminar más de un mes. Fijáos bien, pues, cómo hemos trabajado con verdadera tenacidad, nos estábamos hasta las doce de la noche trabajando, no íbamos ni a comer para poder presentar el dictamen oportunamente. No fue posible que las Comisiones hicieran un estudio minucioso de cada una de las fracciones y de cada uno de los artículos, pues hubiéramos tenido que objetar muchos de ellos; pero nada más tratábamos de presentar la cuestión de listas electorales, de Consejos Electorales y del voto secreto, porque no había tiempo para más. Como ustedes saben ayer, por ejemplo, se presentó un artículo transitorio en el que se prescriben que no vengan al Poder Legislativo los elementos enemigos del Gobierno Constitucionalista, los autores del cuartelazo, los qué en él colaboraron, ya como cómplices o hasta como simples simpatizadores; indudablemente que si esa proposición era si no anticonstitucional, sí inconstitucional ¿por qué no pasó a Comisión sino que se le dispensaron los trámites y se puso luego a discusión? Ese fue el acuerdo que ayer tomó la Asamblea, que las diversas adiciones que se presentaran pasaran de una vez a discusión y no fue necesario que la Comisión presentara dictamen, y ya vimos como ese proyecto de artículo se aprobó sin haber pasado a Comisión. Se puso a discusión y no obstante que es inconstitucional, fue aprobado; ¿por qué? porque existen razones políticas, sociales y de momento, por esa razón no rendimos dictamen, no porque seamos flojos ni perezosos, señor Manrique. Si hemos inhabilitado a los oficiales Mayores, a los Presidentes Municipales, no obstante que no están catalogados en las fracciones relativas de la Constitución que impiden la elección de determinados funcionarios Públicos, y ya es una cosa conocida del criterio de la Asamblea que los funcionarios públicos ejercen presión, ya es cuestión no de filosofía de derecho constitucional si se inhabilita a un Oficial Mayor porque se cree que ejercerá presión no obstante que no está catalogado en el artículo constitucional, pues ya la Asamblea debe saberlo. Un administrador de Rentas podrá ejercer presión diciendo a los causantes: si no votan por determinado candidato, procuraré que el impuesto que pagas por tus casas se eleve a tanto. Esto es ya una cuestión perfectamente conocida de la Asamblea, para que pasara a Comisiones un asunto perfectamente discutido en esta Cámara; por lo tanto, las Comisiones no han rendido dictamen y lo que hacen es presentar a la Asamblea el artículo para no perder tiempo. El mismo artículo ya es conocido, ya se han expresado ideas a este respecto; por lo tanto, el señor Manrique que no es que los que integramos las Comisiones, no sepamos lo que traemos entre manos; si no somos viejos jurisconsultos, sí nos hemos quemado las pestañas, yo en la Escuela de Jurisprudencia y los señores Rueda Magro y Alvarez del Castillo, uno de Oaxaca y otro en jalisco y nos hemos preocupado por estudiar y siquiera sabemos lo que podemos saber dada nuestra juventud, porque hemos estudiado y así lo hemos demostrado también. Por lo tanto, yo pido a la Asamblea se forme un concepto del artículo y vote en la forma que le plazca. (Aplausos.)

El C. Presidente: La Presidencia, tomando en consideración la falta de inteligencia que ha reinado y tomando en cuenta también que se ha dado lectura aquí a algo que en resumen no es un dictamen de las Comisiones, suspende la discusión sobre este particular y da el trámite de que vuelva la iniciativa al seno de las Comisiones para que produzcan un dictamen que sea objeto de debate. (Varios ciudadanos diputados piden la palabra.)

El C. Rueda Magro: Pido la palabra para pedir la dispensa de trámites.

El C. Presidente: La Mesa informa al C. Rueda Magro que se dispensaron los trámites a todas estas proposiciones. Esta mañana se ha aprobado.

El C. Siurob: Pido la palabra.

El C. Rueda Magro: Pido la palabra como miembro de la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rueda Magro.

El C. Rueda Magro: Pido la dispensa de trámites, debe de pasar a Comisión porque está firmada por mayoría de diputación.

- El Presidente: La Presidencia no puede acceder a lo que pide el C. Rueda Magro en virtud de que ya pasó antes a Comisión.

El C. Rueda Magro: ¿Por qué ayer el dictamen relativo a los huertistas no pasó a Comisión? Ese fue el trámite, de que le dispensaran, es cuestión nada más de sentido común.

El C. Siurob: Pido la palabra. Reclamo el trámite.

El C. Presidente: La Mesa sostiene su trámite e informa que cuando se trató del asunto a que ha hecho referencia el C. Martínez de Escobar relativo a las responsabilidades contra los elementos de la reacción, se dispensaron todos los trámites.

El C. Martínez de Escobar: Un momento, como miembro de la Comisión.

El C. Presidente: En consecuencia, la Mesa

sostiene su trámite en el sentido de que vuelva a Comisión.

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra. Su Señoría no puede sostener a outrance, porque ese trámite está reclamado. Debe ponerse ese trámite a discusión y por tanto debe concederse la palabra al doctor Siurob, para que él reclame el trámite y hable sobre el particular.

El C. Presidente: La Mesa insiste en que no hay a discusión más que el trámite de la Mesa.... (Voces. Siseos. Desorden.) En consecuencia, no hay más que el trámite de la Mesa. En vista de que ha sido reclamado el trámite de la Mesa, pasa a Comisión y se suspende la sesión y se cita para las cuatro de la tarde. (Voces: ¡Es sesión permanente!)

El C. Padilla: Reclamo el trámite. Es sesión permanente. La Presidencia se ha vuelto una dictadura; en estos momentos estamos en sesión permanente y no puede levantar la sesión.

El C. Presidente: La Mesa manifiesta a Su Señoría que no se ha levantado la sesión, que estamos en sesión permanente; pero se suspende la sesión para que puedan rendir su dictamen las Comisiones. (Voces: No se puede. Sí se puede. Es sesión permanente. Desorden.) (1.25 p. m.)

Presidencia del C. IBARRA JOSÉ DE JESÚS

(Asistencia de 136 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.38 p. m.: Se reanuda la sesión.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Las Comisiones han presentado el siguiente dictamen:

"Señor:

"Las Comisiones de Puntos Constitucionales y de Gobernación han estudiado las proposiciones de los CC. diputados Enrique Sánchez tenorio y socios, pidiendo que se imposibilite a los diputados de las Legislaturas Locales para poder ser electos a la de la Unión, y de los diputados J. Siurob, T. Luna Enríquez y Socios, considerando que se debe presumir que la elección se efectuó por medio del soborno, cohecho o presión cuando resulte electo para diputado o senador un Oficial Mayor, un Administrador de Rentas y demás funcionarios y empleados que enumeran.

"El espíritu que animó a los constituyentes de 17 al establecer las restricciones que considera el artículo 55 de la Constitución, fue el de que no se deba considerar como válida la elección de aquellos funcionarios y empleados que por tener jurisdicción y poder suficiente, pueden conseguir una votación favorable, validos de su puesto y como no consideramos que los diputados a las Legislaturas Locales y los demás funcionarios y empleados de que antes se hizo mérito se encuentren en el caso de influir de una manera directa y segura sobre sus comitentes para hacerse elegir, y además, el hecho de considerar como presunción juris et de jure que hubo presión en el caso de la segunda proposición, tiene el defecto jurídico de obligar al electo a probar un hecho negativo cual es el de que no hubo tal presión, cohecho, etc., en esa virtud, proponemos a vuestra consideración para su aprobación la proposición siguiente:

"Única. Se desechan las adiciones propuestas por varios señores diputados a los artículos 43 fracción VII, 104 fracción II y 3o. transitorio de la Ley Electoral aprobada."

"Salón de Comisiones de la Cámara de Diputados. - México, a 19 de junio de 1918.-R. Martínez de Escobar. - M. Rueda Magro. - Alvarez del Castillo. - F. Medina."

El C. Basáñez: Pido la palabra para una moción de orden, señor Presidente.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Está a discusión.

El C. Vadillo: Pido la palabra en pro.

El C. Sánchez Tenorio: Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a la Mesa con el fin de ser inscriptos de acuerdo con lo que preceptúa el Reglamento.

Presidencia del C.

GARCÍA VIGIL MANUEL

El C. Basáñez: Para una moción de orden. Para el orden de la discusión, que se ponga primero a discusión una proposición y después la otra.

El C. Porchas: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Se han inscripto....

El C. Porchas, interrumpiendo: Para una aclaración, señor Presidente, pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Pero para qué? Permita usted que le dé lectura a esta lista. Se han inscripto en pro del dictamen de la Comisión, los CC. Lailson Banuet, Vadillo y Velásqez Aurelio; y en contra, el C. Siurob José. Está a discusión. Tiene la palabra en contra el C. Siurob.

El C. Siurob: Ciudadanos diputados: Lamento sinceramente que hasta la fecha no se le haya dado a este debate toda la importancia verdadera que en sí tiene, y desde luego para quedar a salvo de ataques enteramente personales que se acostumbran hacer perdiendo de vista el punto principal es el de los principios, diré, primero, que no temo la lucha en mi distrito con ningún candidato, así sea diputado local o así sea el hijo más pequeño del Gobernador del Estado. (Toses.) Segundo, que no he sido de los firmantes de la proposición en contra de la candidatura de los diputados locales.

Sentadas estas premisas de mi discurso, paso a tratar los argumentos principales. Sólo he querido venir a colaborar con los argumentos que me sugiere mi intelecto, sobre un asunto que considero de más importancia de la que le ha dado la Asamblea. En la actualidad, conciudadanos, estamos asistiendo a un momento en que el ansia mayor, tanto del Gobierno del Centro como de los Gobiernos de los Estados, está en mantener a la República en un quietisimo budista, en abogar por

completo todo espíritu de oposición, en ahogar por completo toda censura, así sea la más leve y la más justificada, porque creen falsamente muchos reaccionados llegados al poder en los Gobiernos de los Estados y muchos revolucionarios ya debilitados en sus energías como tales, creen que ésta es la mejor manera de consolidarse y que ésta es la mejor manera, también de poder llevar a la práctica los ideales de la Revolución, sin fijarse que muchas veces los ideales de la Revolución se les ocultan a ellos tras de los intereses creados, se les ocultan tras de la inclinación muy natural que sienten todos por favorecer a sus antiguos amigos y partidarios o simplemente sus conocidos; se les ocultan tras de los obstáculos naturales sobre los cuales quieren no pasar, sino rodear, para de esa manera dejarlos en pie en medio de su camino y que esos obstáculos no sólo sean para ellos en su marcha como gobierno, sino que sean obstáculos en la marcha de los ideales de la Revolución.

Los Gobiernos de los Estados, en una gran mayoría impuestos, ésta es la palabra, los casos son claros para muchos diputados; yo podría citarles a ustedes ejemplos en que, verdaderamente, las imposiciones han sido claras; pero para ahorrar tiempo, bástame sentar una tesis que ya está en la conciencia de muchos diputados: que hay muchos Gobernadores que son impuestos; esos Gobernadores impuestos se han fijado en los diputados locales que salieron, y entre aquellos diputados eligen a los más inconscientes, a los más incapaces, a los más adictos y los unen con sus familiares para llevarlos como candidatos al Congreso de la Unión, porque quieren que dentro de este recinto haya una calma chicha en cuanto se refiera a los asuntos locales del Estado; su ideal es que nadie levante la voz para criticar un sólo acto del Gobierno de allí, porque aunque muy poco le importa que aquí se le critique, sin embargo, no quiere sufrir el menor rasguño en su delicadísima epidermis de nuevo reaccionario que ha entrado a la Administración. Así veréis, basta estudiar un poco las candidaturas que ya corren en varios Estados de la República, las de Guanajuato -en Guanajuato por ejemplo, toda la familia Alcocer, formada por los parientes, sobrinos, tíos, ahijados, etc., del Gobernador del Estado-, se encuentran como candidatos por los diversos Distritos del Estado, y así vemos a un señor Alcocer postulado por Dolores, a otro Alcocer por Silao, a otro por Pénjamo, y a los que no son parientes, son diputados locales, son de esos diputados que ya han dado facultades extraordinarias al Ejecutivo en todos los ramos de la Administración, que han aprobado cláusulas como ésta: que el Gobernador del Estado tiene poder para disolver los Ayuntamientos y tiene poder no sólo para eso, sino para remover a los Presidentes Municipales. Esto pasa en el Estado de Guanajuato. Ya veis, los candidatos al Congreso son diputados locales y parientes de los Gobernadores actuales. Suplicaría al señor Presidente que llamara a la Asamblea al orden. (Campanilla.)

El C. Secretario Alonzo Romero: La mesa llama al orden a los ciudadanos diputados que indica el C. Siurob.

El C. Siurob No indico a ninguno, señor: nada más..... (Rivo y están.) Como veis, ciudadanos diputados, los diputados locales que son candidatos al Congreso de la Unión, marchan de brazo a brazo en la misma postulación, con los parientes, con los amigos y con los incondicionales de los Gobernadores de los Estados.

El C. Manrique, interrumpiendo: Con los achichincles.

El C. Siurob, continuando: Ahora no hay que ver, ciudadanos diputados, sino que en todos los Estados de la República se está haciendo lo mismo, que por eso la imposición es inminente. Y siquiera que fuese la imposición de que nos hablaba el compañero Vadillo, la imposición que hiciera un Gobierno revolucionario, de hombres enteramente revolucionarios, que fuera a sostener aquellos principios; pero se trata de la imposición que hacen hombres que no son revolucionarios, de otros hombres que tampoco los son y que muchas veces no tienen más título para aspirar al puesto, que haber tenido alguna consideración con el Gobernador del Estado cuando andaba haciendo su propaganda, haberle prestado un carricoche o haberle facilitado cincuenta pesos para la parranda de una de tantas noches de la propaganda cívica. (Aplausos.) Esto que digo está verificándose no sólo allá, sino que está verificándose en el Estado de Nuevo León, porque hay diputados de Nuevo León que lo saben, hay candidatos de la Legislatura Local que pretenden venir aquí y que no tienen más título que ser enteramente incondicionales al Gobernador, y haberle dado facultades extraordinarias para hacer lo que se le ha ocurrido. Lo mismo sucede en Coahuila, por ejemplo; lo mismo sucede en Guanajuato, lo mismo sucede en Querétaro, lo mismo sucede en Veracruz..... (Voces: ¡Jalisco!) Lo mismo en Jalisco. (Murmullos.) Igual cosa pasa en el Estado de Tabasco. En el Estado de Tabasco es peor todavía, porque en el Estado de Tabasco no figura más que un diputado local, y todos los demás son parientes, íntimos del Gobernador del Estado. Estos son los candidatos oficiales y que cuentan con todo el apoyo de los Gobernadores de los Estados, con todo el apoyo de las Legislaturas, y no sólo con el apoyo de las Legislaturas y de los Gobernadores, sino que si nosotros sancionamos este procedimiento, van a contar también con el apoyo de los mismos Ayuntamientos, porque esos Ayuntamientos no son Municipios libres, son Municipios subordinados al capricho del Gobernador o al capricho de la Legislatura.

Hay otra circunstancia que agrava mucho el hecho de que los diputados locales se estén postulando al Congreso de la Unión, y es que las actuales Legislaturas de los Estados son Constituyentes; si son Constituyentes, su labor es mucho más trascendente, mucho más alta que la labor de los diputados comunes de una Legislatura Local; una labor constituyente es una labor mucho más delicada, en que debe ponerse mayor atención, que no debe abandonarse. ¿Qué concepto os formaríais, ciudadanos diputados, de aquellos hombres que, habiendo sido nombrados diputados constituyentes, hubieran abandonado allí su papel de diputados constituyentes, tan sólo para ir a ganar más en un puesto público? Sencillamente que aquellos hombres no eran consecuentes ni con sus propias ideas, ni con las de los pueblos que los habían elegido, ni

siquiera con un criterio elemental de honradez. Todos los Congresos actuales de la República son constituyentes, y los diputados locales, al abandonar sus labores trascendentales allí, abandonan algo que es muy grave, que es enteramente indispensable para los Estados; tener una Constitución que esté de acuerdo con las necesidades locales. Ellos, que han estado en contacto con las necesidades; ellos, los que han sido los genuinamente electos por el pueblo para aquella labor, van a abandonar esa labor de una manera vergonzosa, tan sólo para ganar cinco o diez pesos más diariamente.

Se nos dice que queremos restarnos candidatos; eso es mentira; tenemos bastantes contrincantes con los parientes de los Gobernadores, con sus amigos, con los encargados de dispensar o de recaudar la riqueza pública en los distintos Estados de la Federación; tenemos bastante con los individuos ex - convencionistas que no están excluidos, hasta a los zapatistas entran en esta convocatoria; tenemos también bastante con los individuos adictos a las sectas religiosas, a los cuales no les hemos puesto hasta ahora un hasta aquí; tenemos también a los candidatos independientes y a otra multitud de individuos que van a ser contendientes nuestros en las elecciones, y a todos esos los aceptamos por una sola razón; porque ninguno de ellos trae el sello de la imposición. ¿Y qué es lo que se trata en esta ley? De favorecer, por cuantos medios sean necesarios, a los candidatos independientes, a los que provengan de los partidos establecidos. ¿Y qué es lo que se propone con este método? Precisamente descartar enemigos de los candidatos independientes, porque vosotros habéis supuesto la lucha en condiciones en que un diputado local vaya a luchar como candidato en un distrito, en contra de un diputado al Congreso de la Unión, y la lucha en estas condiciones hasta cierto punto está igual, hasta cierto punto es una lucha, pues hay influencias de una y otra parte, más o menos grandes; pero considerad el caso de que un candidato o una Legislatura en que un diputado local va a contender con un candidato independiente.

El candidato a ese distrito que ya es diputado, tiene sobre el independiente una multitud de facilidades más que el otro; desde luego tiene la posibilidad de amenazar a las autoridades locales, con más razón en aquellos Estados en que los Ayuntamientos dependen de las Legislaturas locales y de los Gobernadores de los Estados, con mucha mayor razón; pero de todas maneras, en cualquier Estado ya tienen una enorme potencia de presión sobre las autoridades locales, porque están cerca del Gobernador, porque son sus adictos, porque son hombres que pueden susurrarle al oído que se graven las contribuciones, exagerándolas para tal o cual individuo que no quiera votar en su favor; para que por medio del encargado de la Administración de Rentas se extorsione a fulano o a mengano que se ha retrasado un poco en sus pagos -porque debemos advertir, ciudadanos diputados, que en la actualidad muchos de los grandes propietarios, y los pequeños con más razón, se encuentran retrasados en sus pagos debido a las circunstancias anormales porque atraviesa la República-, y el candidato a diputado que ya es diputado local, es hombre que está muy cerca del Gobernador del Estado, que está muy cerca de las principales autoridades; puede ejercer acción sobre ellas porque amenazan al Gobernador del Estado con su imposición local y en esta forma logra y consigue que el Gobernador del Estado oprima a su vez por medio de los Presidentes Municipales que dependan de él y por medio también de los administradores de Rentas y de otras muchas autoridades que el Gobernador del Estado tiene bajo su dominio. Alguien a dicho que debemos precavernos de los enemigos. Sí, señor, pero también debemos precavernos de los males que tienen por origen la idiosincrasia propia de nosotros mismos; quizá debemos precavernos tanto como de los enemigos, y una de las causas... (murmullos y voces: ¡Más recio!)

El C. Secretario Alonzo Romero: Se llama al orden al C. Suárez y al C. González Justo.

El C. Siurob, continuando: Pero hay todavía otras razones, señores diputados...

El C. Secretario Alonzo Romero, interrumpiendo: Se llama al orden al C. Limón.

El C. Siurob, continuando: En muchas Legislaturas de los Estados se ha hecho esto: incluir en las Constituciones locales que nosotros no podemos ser candidatos a diputados por el simple hecho de estar sirviendo un cargo de la Federación. ¿Qué razón han tenido los diputados para proceder así? Sencillamente, aparte de una razón egoísta que muy bien pudiera existir, pero que no tendría para mí importancia, la razón verdadera es que si hemos aceptado un cargo de elección popular, no podemos renunciarlo, no podemos abandonarlo, conforme a las ideas de la más pura democracia. ¿Cómo va a abandonar un ciudadano su cargo de diputado a una Legislatura local, para venir al Congreso de la Unión, si no tiene causa justa que invocar? ¿O acaso lo es el hecho de que viene a desempeñar otra labor semejante a la que está desempeñando y que considera más importante? No, señores; no es más importante: Su labor en la Cámara local en pro de la reconstrucción nacional es importantísima; allá está haciéndose todavía una Constitución, mientras que aquí ya la hay. Aun me atrevería a decir que es más importante la labor de los Congresos de los Estados, porque es más conveniente que haya Municipios libres en toda la República, que aquí en el Distrito Federal; porque urge más que se legisle sobre tierras en los Estados, para salvar la Revolución y la República, que aquí en el Distrito Federal, puesto que aquí la cuestión de tierras está ya casi resuelta. No podemos decir que ellos se hayan propuesto de antemano ejercer represalias y que nosotros también queramos hacer lo mismo; pero sí podemos decir que la misma razón que ellos han tenido para votar el artículo respectivo en las Constituciones locales, es la misma que nosotros debemos tener para dictarla en la Ley Electoral: Es la razón perfectamente constitucional, y por la cual yo pugno enteramente de acuerdo con la opinión del compañero Martínez de Escobar, esto es, de que la tesis que sostenemos no es ni anticonstitucional, ni inconstitucional. No es anticonstitucional, ya lo dijo antes el C. Martínez Escobar; y no es inconstitucional, porque sencillamente está más de acuerdo con el espíritu de la Constitución, que dejar el artículo en la forma como se encuentra; y digo

que está más de acuerdo con el espíritu de la Constitución, porque dice que los empleos obtenidos por el voto popular no son renunciables. Si establece esto como un principio, de una manera clara y preferente, es claro que nuestra legislación debe tender a que en el mayor número de los casos los individuos que tengan puestos públicos de elección popular, no puedan separarse de ellos, sino que se vean obligados a cumplir con el voto popular. Se me pondrá una objeción que consiste en esto: Supongamos el caso de que aquí a un diputado de las derechas lo llama el Ejecutivo. No es el mismo caso, porque cuando se extrae a un diputado de una de las Cámaras, claro es que se tiene la seguridad de que aquel individuo ha hecho bastantes méritos para merecer ocupar un puesto en que servirá mejor a la Patria. No es el mismo caso cuando un diputado pasa de aquel Congreso a éste, porque la experiencia nos dice que todos los individuos que vienen de esa forma, no es por otra cosa sino por haber sido incondicionales a los Gobiernos locales, no es por otra cosa sino por haber sido malos diputados, porque serán malos diputados los que sean incondicionales de los Gobiernos locales. Parece que va implícito con las obligaciones de un diputado en el derecho de protesta; parece que un diputado que no ha protestado ninguna sola vez, es porque es un incondicional, porque es imposible que no haya ninguna autoridad en cualquier gobierno del mundo que no haya cometido algún acto violatorio o que haya dejado de cumplir con alguna de las obligaciones de su encargo. Por eso es que yo digo que no sólo no es anticonstitucional la tesis que venimos sustentando, sino que es perfectamente constitucional, porque es la tesis que está más de acuerdo con las ideas que existen en nuestra Carta Magna.

Pero todavía existe otra razón, ciudadanos diputados: Acabamos de ver que muchas Constituciones de los Estados son violatorias de la Constitución General, y nosotros tenemos que ser jueces de los diputados que están actualmente en las Legislaturas locales que ha violado esa misma Constitución. Si vamos a ser jueces, suponed que venga alguno de aquellos diputados a integrar esta misma Asamblea; aquel diputado que quizá hizo, o que seguramente hizo la Constitución que pugna con la Constitución de la República, ese diputado vendría a quedar como juez y como parte, porque desde el momento en que pertenecía a esta Asamblea, al formarse el Gran Jurado aquí en la Cámara de Diputados, aquel diputado iría a ser juez e iría a ser parte. Acabamos de ver, ciudadanos diputados, que decía esta mañana el C. Cepeda Medrano que él también había firmado esa iniciativa, pero con la inconsistencia habitual de su criterio....

El C. Cepeda Medrano: ¡No, señor!

El C. Siurob: Usted lo dijo; aseguró que había firmado esa iniciativa. ¡Y luego nos pregunta que si estamos satisfechos por haber expulsado ya a los huertistas! No podemos sentirnos, porque sabemos que tan peligrosos como los huertistas son las imposiciones de los Gobernadores de los Estados; porque aquéllos violaron los ideales del pueblo valiéndose de las armas en la mano y fueron contrarrestados también con las armas en la mano, habiendo mordido el polvo y estando ya vencidos en el campo de batalla y ante la opinión pública; mientras que las imposiciones vendrán cobijadas con un manto de democracia y se querrá hacerlas parecer amparadas por la ley. Yo temo mucho más a un traidor a la vuelta de una esquina, que al hombre que cara a cara contiende conmigo. Por eso debemos temer más las imposiciones cobijadas con el manto de la ley, que a los individuos que ya conocemos y están señalados por la opinión pública, de los cuales nos cuidaremos las espaldas para no sufrir un golpe traidor y alevoso. Considerar que de no aceptarse la proposición, muchos diputados locales, los más malos, los que no han sabido hacer ninguna ley, sino sólo agacharse ante la voluntad de los Gobernadores locales, muchos de los cuales son impuestos; muchos de esos diputados vendrán al próximo Congreso y serán otros tantos elementos contrarios a los ideales de la Revolución, porque si agacharon la cabeza, humillándose ante un cacique, aquí, bajo la enorme presión del Gobierno Central de la República, son capaces, no sólo de agacharse, sino de ir a limpiarle las botas a cualquiera de los mandatarios actuales. (Aplausos.)

La labor nuestra es facilitar las candidaturas independientes; es ir de acuerdo con el espíritu de la Constitución, que nos dice que los cargos de elección popular no son renunciables; es traer a esta Asamblea individuos independientes de las Legislaturas de los Estados, para que remienden todos los entuertos que esos mismos diputados han hecho en sus puestos. La labor nuestra es no estorbar a las Legislaturas locales en su obra de reconstrucción nacional, en que están desempeñando un papel muy importante, desde el momento que no están expedidas las Constituciones locales; la labor nuestra es oponernos a la imposición en cualquier forma que venga dirigida, porque ya sabemos que la imposición es la traición de los ideales, la imposición es el hundimiento de la obra revolucionaria, la imposición es el hundimiento quizá de la Patria, porque si vienen imposiciones, el pueblo no las sufrirá y volverá a luchar con las armas y tras de la lucha armada quizá venga la pérdida de nuestra nacionalidad y de nuestra Patria. (Aplausos.)

El C. García Jonás: Pido la palabra para rectificar un hecho.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para rectificar un hecho.

El C. García Jonás: El C. diputado Siurob ha dicho que el Gobernador del Estado de Nuevo León ha sido, se le han concedido facultades extraordinarias en todos los ramos de la Administración, y yo categóricamente desmiento tal aseveración.

El C. Siurob, interrumpiendo: Yo no he dicho eso.

El C. García Jonás, continuando: Más aún, en el Ramo de Hacienda que podía estar justificado que se hubieran concedido por aquel Congreso al Gobernador del Estado facultades extraordinarias, tampoco se le concedieron. Los diputados al Congreso de Nuevo León son buenos amigos del Gobernador del Estado, pero nunca, señor Siurob, sus incondicionales; no debe usted temer ese incondicionalismo de que malamente le han informado a usted.

El C. Siurob: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una aclaración.

El C. Siurob: Yo no he dicho que el Congreso de Nuevo León le hubiese concedido facultades extraordinarias al Gobernador del Estado; lo único que he dicho y repito, y confirmo, es que muchos diputados de allá me han asegurado que en aquel Gobierno se trata también de imponer candidaturas de amigos y parientes combinados con diputados locales; eso es lo que yo he dicho. En cuanto a la conducta de la actual Legislatura de allá, mi opinión y mi parecer es que, en realidad, en ese punto se ha portado de una manera patriótica y digna. Eso es lo que tengo que aclarar.

El C. García Jonás: Pido la palabra para una pequeña aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una aclaración.

El C. García Jonás: Sencillamente para decir que creo no haberme equivocado al asentar que el C. Siurob dijo aquellas palabras. El "Diario de los Debates" lo podrá denuncia fácilmente.

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Lailson Banuet.

El C. Lailson Banuet: Cedo mi turno al señor Vadillo, puesto que él hará una defensa más brillante. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Vadillo.

El C. Vadillo: Señores diputados: La primitiva proposición relacionada con este asunto, era ceñida a aquellos diputados de las Legislaturas locales en donde las mismas Legislaturas tuvieran facultades, según la Constitución del Estado, para revisar las elecciones de los Ayuntamientos. La disertación del C. Siurob parece comprender a todos los diputados de todas las Entidades Federativas que quieren lanzar su candidatura para ser electos representantes al Congreso General. Es bueno tener esta consideración muy presente, porque voy a concretarme en estos momentos al espíritu de la iniciativa formulada primeramente.

Y para ser claro en la exposición, deseo hacer las siguientes reflexiones: En nuestro país, según la Constitución, todos los Estados deben tener en las Legislaturas locales, por lo menos, quince representantes; ahora bien, son tres categorías las de los Estados, en cuanto al número de representantes que dan al Congreso General, a saber: aquellos Estados que envían aquí más de quince representantes; aquellos Estados que envían quince representantes, y aquellos Estados que envían menos de quince representantes. Veamos hasta qué punto sería peligroso, hasta qué punto sería posible la imposición de un diputado local en las elecciones al Congreso General. Si tomamos el caso de un Estado que manda a esta Representación Nacional más de quince diputados, las discusiones en la Cámara local se originen por la calificación de las elecciones municipales, no estarán subordinadas a la opinión de aquel diputado que represente el distrito electoral para ser diputado al Congreso Nacional, puesto que los intereses del distrito electoral para la local, son menores que los intereses del distrito electoral para la Representación Nacional. No se presenta entonces el caso de que el diputado, candidato a la Representación Nacional, sea el árbitro de los intereses municipales del distrito electoral correspondiente al Congreso local.

Si suponemos que se trata de un Estado en donde cada distrito electoral para aquellas Legislaturas corresponde al distrito electoral de la Representación Nacional, para que hubiera la circunstancia de que ese candidato pudiera imponerse, sería necesario esta condición esencial. C. Siurob: que el candidato por el primer distrito electoral por la Legislatura local, fuera a la vez candidato por ese primer distrito a la Legislatura Nacional; pero mientras no se pruebe esto en todos los casos, resulta que aquel individuo que se postula por el sexto distrito a la Legislatura Nacional y que representa el primer distrito en la Legislatura local, los intereses que tengan fincados - Electoralmente hablando-, en el primer distrito, de nada le sirven para ser candidato en el sexto distrito. Pero todavía es más absurda esta suposición, si nosotros reflexionamos que la mayoría de los Estados de nuestra República tienen menor número de representantes al Congreso Nacional que el número de representantes que forzosamente tienen en su Congreso local. El Estado de Tlaxcala, que no nos envía más que dos representantes..... (Voces: ¡Tres!), la Baja California, que no enviará más que uno..... (Voces: ¡Dos!), el Estado de Aguascalientes que, según creo, no tiene más que uno... (Voces: ¡Dos!), el Estado de Colima que no tiene más que uno y la mayoría de los Estados de la República que no pasan de diez el número de diputados que envían aquí, resulta que no coinciden los intereses electorales del distrito de un diputado a la local con la circunscripción territorial que necesita tener un diputado para venir a esta Representación; y esa interferencia de circunscripciones, da origen a que no sea efectiva de una manera cierta y segura la influencia de un diputado a la local sobre las autoridades municipales.

Pero todavía hay este otro hecho práctico, que hace más absurda todavía, si se quiere, la proposición que va a sostener el respetable compañero Siurob.

Dice, o parece decir, que un diputado a la Legislatura local de seguro intervino en la calificación de las elecciones municipales y que, probablemente, los que ahora representan al pueblo en ese Municipio, serán favorables a ese candidato y habrá una imposición. Ahora bien, supongamos que en ese municipio hubo lucha electoral y que hubo dos o tres candidaturas que se disputaron el triunfo y que aquel diputado, que ahora quiere serlo al Congreso General, apoyó a los que actualmente están en el puesto; pues si hubo lucha electoral, si fue necesaria la intervención del diputado para que el triunfo se haya dado a determinados individuos, esos determinados individuos que estén en el puesto, son impotentes, políticamente hablando, para decidir una elección, porque tendrán de contrario al partido derrotado, más contrario todavía, precisamente cuanto más enérgica haya sido la lucha o cuanto mayor sea el número de los candidatos que fueron burlados por la ayuda de aquel diputado que esté en el puesto. De manera que en el caso más favorable de la proposición del C. Siurob, que aquel diputado haya puesto todas las autoridades, precisamente por eso, porque es necesaria una

imposición de autoridades municipales, ese candidato está en las peores condiciones electorales para salir por medio de una imposición. El punto constitucional lo dejo de buena gana para que sea tratado por las respetables Comisiones; pero, en general, me parece que no es incompatible una función electoral con otra, si no es que hubiese estas condiciones: incompatibilidad en la naturaleza de las funciones; por ejemplo, un diputado electo popularmente no puede ser tampoco un Juez electo del mismo modo, porque la naturaleza de las funciones es enteramente distinta, o bien que hubiere incompatibilidad de tiempo, que el diputado al Congreso local tuviera forzosamente que desempeñar al mismo tiempo el puesto de diputado al Congreso de la Unión. Esto también sería un inconveniente, pero si son sucesivos los desempeños de estas dos funciones, no parece muy clara la incompatibilidad. Por lo demás, el punto vulnerable, el punto sensible de la argumentación del C. Siurob, es éste: Esos individuos que se dejan imponer o esos individuos que echan mano de la imposición en los Estados, probablemente vendrán aquí a ser también unos individuos serviles; acaso desde allá ya estén calzándose en la pantorrilla la bota amarilla del lacayo y vengan aquí a sentarse precisamente en este bosque de las estatuas de azúcar, que sólo sirven para decir que sí a las insinuaciones del Gobierno. Esto no puede preverse, y con el solo dato de que sean diputados de allá, no se puede fallar en contra de ellos. Quién sabe si, por el contrario, estos individuos que ahora están en las Legislaturas locales, salvo excepciones que serían bien señaladas, sean los que estén iniciados en el movimiento revolucionario, porque al fin y al cabo, bien o mal, los elementos de la administración de nuestra República son el resultado de una extracción revolucionaria hecho con el mayor esfuerzo que ha sido posible. Si ha fracasado este esfuerzo, culpa es de quienes prepararon el movimiento electoral en el país; si el país está plagado de reaccionarios, si a pesar de la propaganda vigorosa, si a pesar de la imposición por las armas, todavía tenemos en los Estados reaccionarios enemigos de los principios revolucionarios, tenemos que temer más que vengan reaccionarios por otro camino, que no por la selección, buena o mala, que de ellos se haya hecho en la administración pública. ¿Quién puede asegurar al C. Siurob que de un diputado, el más malo de la República, a uno que no haya sido diputado, pero que tenga ya, que esté sometido al medio ambiente que tiende a bajar de temperatura revolucionaria, que tiende a bajar en el termómetro de las convicciones políticas, no sea peor ese otro que viene, a ese diputado? De manera que no es un razonamiento el del C. Siurob, sino una presunción, que tiene un valor muy relativo y que no puede apreciarse como un argumento de peso en este caso. En términos generales, señores diputados, yo soy partidario de este principio expresado por el poeta: De filo al prócer y plano al sudra, es decir, firmes contra los enemigos; pero contra los que no lo sean francamente, tenemos nosotros la obligación de ser un poco más moderados con ellos. Ahora bien, los de las Legislaturas locales no está probado que sean enemigos francos de la Revolución. Además, y para concluir, en estricta democracia, que es lo que indicaba el C. Siurob, no podemos prohibir que quien tenga una circunscripción política de diputado al Congreso local y quiera ampliar el campo de su actividad dentro de las ideas, le podamos prohibir que venga aquí. Proceder de otra manera sería agregar una página de ridículo al parlamento de la Isla de los Pingüinos, ya que suficientemente está señalada por el gran Anatolio France; sólo en que aquel parlamento los revolucionarios de allá según que el ilustre escritor, tenían grandes facultades para hacer las revoluciones, para conquistar las grandes ideas; pero no sabían conservarlas y llevarlas a la práctica. Nosotros no debemos ser diputados de parlamento de la isla de los Pingüinos: ¿Vengan los nuestros y seamos firmes, enérgicos, violentos contra los propio enemigos, no porque lo son nuestro, sino el pueblo que representamos! (Aplausos!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Basáñez.

El C. Basáñez: Me extraña sobremanera el dictamen rendido por las Comisiones, porque lo han presentado en globo, o mejor dicho, han presentado un dictamen acerca de dos proposiciones distintas; y me extraña todavía más el que, sin ninguna exposición de motivos, hayan desechado las adiciones presentadas por algunos ciudadanos diputados. Antes de comenzarse la discusión pedía a la Mesa dijese si se iban a discutir unidas o aisladamente las proposiciones, y ahora insisto en mi pregunta.

El C. Presidente: La pregunta del C. Basáñez es hasta cierto punto peregrina; el dictamen de las Comisiones no consta más que de una parte, y así es como está discutiéndose. Si el C. Basáñez considera que debe ser separado y hacer dos o más dictámenes, debe impugnar el dictamen en ese sentido.

El C. Basáñez, continuando: Yo no sólo lo considero, sino que debe ser así, debe ser un dictamen por cada proposición, no es posible que todos estemos de acuerdo con las dos unidas, y en ese caso a la hora de la votación, los que estén de acuerdo con una pueden estar en desacuerdo con la otra. Yo en este momento sólo vengo a hablar en contra del dictamen de las Comisiones, en lo que se refiere a los diputados a los Congresos locales, a las Legislaturas locales y vengo a hablar, señores, como lo expresé esta mañana, no porque yo no los crea a esos señores lo suficiente revolucionarios, no porque yo tema que en mi distrito se impongan o haya un contrincante de los de las Legislaturas locales. Vengo con el deseo de que esta Cámara dé una ley que tienda a moralizar, como esta mañana lo expresaba. En la mayor parte de los Estados de la República las Legislaturas locales, son las que dictaminan de la bondad de las elecciones municipales, y esto ha dado lugar a muchas arbitrariedades; ya esta mañana señalaba yo algunos casos concretos, podría señalar varios. La institución Ayuntamiento conforme a nuestra Carta Magna, es una institución libre y, ella debía dictaminar de sus elecciones, para que así las Legislaturas locales no hiciesen los chanchullos que hacen, previa combinación con estos respetables señores, para que los impongan al Congreso de la Unión. Al venir a la tribuna, no es más que con ese objeto de que pongamos

en nuestra Ley Electoral una restricción que tienda a la moralidad, y si se aprueba, creo que en todas las Legislaturas, mejor dicho, todos los legisladores locales que tengan empeño en venir al Congreso de la Unión, podrán dar una ley dejando verdadera libertad a los Ayuntamientos para que ellos sean los que resuelvan de las elecciones. Pido a la H. Asamblea que, teniendo en consideración las razones expuestas en el sentido para obtener una ley purificadora, se deseche el dictamen de las Comisiones en que se autoriza a los diputados de las Legislaturas locales para poder venir a este Congreso. En cuanto a los hechos asentados por quien me antecedió en el uso de la palabra, no creo que debamos tomarlas en cuenta, pues, repito, lo que debemos hacer es contar con una ley regeneradora.

El C. Siurob: Suplico a la Presidencia ordene a la Secretaría que dé lectura a estos documentos que traigo aquí y que me permita hacer algunas explicaciones.

El C. Presidente: Se hará dicha lectura concediéndosele la palabra.

El C. Siurob: Se trata en estos documentos de un ciudadano que es diputado a un Congreso local y que está ejerciendo presión sobre las autoridades en el sentido de hacer triunfar su candidatura. Como acaban de llegarme y no podía prever que se llegara el caso que se indica, estas cartas tienen la fuerza de una autenticidad completa y por eso las va a leer la Secretaría.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: A petición del C. Siurob, se va a dar lectura a los siguientes documentos:

"El día de mi salida, llegó este señor....."

(Voces: ¿De quién es? ¿Quién la firma?)

Se refiere al señor licenciado Roberto Nieto; la carta está fechada en Cadereyta de Montes el día 14 de junio, y dirigida al señor general brigadier doctor Siurob. Solamente se va a dar lectura a la parte conducente.....

"El día de mi salida, llegó este señor, y según me manifiesta, se disgustó porque los empleados de las oficinas habían dado su firma por usted, amenazándolos con que los destituiría de sus empleos. Al señor don Braulio Fernández le dijo que pondría en práctica cuantos medios tuviere a su alcance para quitarle sus derechos a las minas que tiene en explotación; en fin, no está contento con ninguno de los habitantes de esta municipalidad, porque no le ayudamos. Ha manifestado en diferentes lugares, que como él es el candidato oficial, tiene que salir avante, y para ese objeto el ciudadano Gobernador cuenta con más de mil hombres de tropa, que votarán por él en la Cañada el día de las elecciones.

"El ciudadano Secretario de la Mesa Directiva dio cuenta con nuestros trabajos a la Central, a reserva de remitirle las comunicaciones que se vayan recibiendo de los lugares mencionados."

Firma el señor Aurelio Díaz. El otro documento consiste en una carta dirigida de Cadereyta de Montes, Querétaro, el 14 de junio de 1918, al señor general y doctor José Siurob:

"Como principio, tenemos en esta ciudad al candidato contrario, que con sus diversas artimañas quiere atraerse la simpatía entre los conciudadanos que por ahora no tiene, aun lanzando amenazas y que no hace sino desprestigiarse él y al Gobierno del Estado; estratagemas como las que le dice el licenciado Díaz en su carta, y algunas otras que me es prolijo enumerarle.

"Ha dejándose decir, que siendo el candidato impuesto oficialmente, puede salir en la lucha, con los laureles del triunfo; cosa que en ningún sentido no por motivo alguno, nos arrendra.

"Yo, que soy su pariente y enemigo en esta empresa, he sabido de buena fuente que siendo empleado como lo soy, perteneciendo al Estado, trabajará para que me retire vergonzosamente de mi empleo. Esta amenaza, que puedo temer tal vez por ahora me obligue a dimitir tal empleo; y con esta reseña que le hago, puede figurarse quien es el licenciado Roberto Nieto, el hombre que no pudiendo tener adeptos, procura agraciarlos en ese sentido.

"Así, pues, aunque considero que debo hacer un sacrificio yo, y todos los partidarios, desde luego protesto una vez más mi adhesión hacia usted y puedo decirle que dejaré el empleo si necesario fuere, para sostener su candidatura

. "Como consideramos que esta circunstancia y el proceder del pariente es contra disposiciones de nuestra Carta General y como consideramos que este procedimiento viola perfectamente las disposiciones de nuestra Carta Magna, creemos que esto debe ser un arma que esgrime en contra suya y a la honorabilidad del Gobierno del Estado.

"Avisaré a usted lo que haya de novedad en el asunto, como por medio del Club Central y del periódico. "El Gladiador" del cual soy su corresponsal." Firma un señor Maldonado.

El C. Siurob: Como ustedes ven, ciudadanos diputados, esos son documentos fehacientes en comprobación de la tesis que acabamos de sustentar.

El C. Vadillo: Pido la palabra para interpelar al C. siurob.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Vadillo para una interpelación.

El C. Vadillo: En relación con el debate, C. Siurob, esas cartas serían un elemento de prueba de sus ideas, si el señor Nieto que se menciona allí es candidato a diputado y a la vez es actualmente diputado por el mismo distrito. Le suplico que me diga si así es.

El C. Siurob: Así es, C. Vadillo; el candidato a diputado local que se postula por ese distrito es también ya diputado local por ese propio distrito

. - El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Velázquez.... (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Velázquez: Honorable Asamblea: La proposición presentada por los señores diputados que pretenden que la Cámara autorice un artículo inhabilitado a los diputados a las Legislaturas locales, en el fondo revela el deseo muy noble, muy patriótico, de evitar que se ejerza presión en las elecciones que van a verificarse. No me atrevo a decir que sea el temor que revelan ellos por sus candidaturas; no quiero hacerles esa ofensa, ni tengo derecho; yo quiero llevar la cuestión a su verdadero punto de vista. Ustedes han oído la lectura de esas cartas, y en ellas la persona que escribe dice que se trata de ejercer presión; pero entre ejercer presión e invalidar a

un individuo que la ejerza, hay una distancia inmensa. La cuestión debe estudiarse bajo el punto de vista constitucional de la Ley Electoral y en el terreno práctico. Bajo el punto de vista constitucional, el artículo 125 de la Carta Magna da a entender que puede una persona ser electa para dos cargos de elección popular, ya federales o locales, y que el electo puede elegir el que le convenga; entonces, tenemos que puede descartarse desde luego la idea de que los diputados a la Legislatura de un Estado no pueden ser electos a la vez diputados a este Congreso. Hay más, nuestra Carta Fundamental establece el voto general, no universal, porque es un error,; universal correspondería a todo individuo de una sociedad, y sólo corresponde al ciudadano que tiene diez y ocho años de edad, si es casado, o veintiuno, si no lo es. Y una vez con esa idea general de que el voto corresponde a todos, las excepciones son las siguientes fundamentales: incapaces como el demente, el que está en interdicción; indignos, como el criminal, como aquel sobre quien recae una sentencia, que está perseguido por la justicia, que está formalmente preso o está inodado en los horrendos crímenes que llenaron de sangre a la Nación con el asesinato de los supremos mandatarios y en esa cadena interminable de crímenes cometidos para afianzar al Gobierno usurpador; inmorales, como aquellos de quienes hablábamos, los sostenidos por mujeres públicas; los tahúres de profesión, por razón de que hacen de sus actividades económicas la única ocupación de ir al azar para jugar su suerte; los ebrios consuetudinarios; entonces por razón de criminalidad, por razón de inmoralidad, por razón de desorden y de incapacidad. Veamos si los señores diputados a las Legislaturas de los Estados pueden caber en ese concepto indudable, infranqueable, si no queremos traspasar los límites de la Constitución. ¿ No caben allí? Luego no es constitucional privarlos del derecho sagrado a ser elegibles, de venir a esta Representación Nacional. La razón alegado por los que quieren que se expida este artículo me parece nimia, anticonstitucional e hija de un razonamiento muy ilógico. Se dice que estos diputados quedan inhabilitados en el caso en el que la Constitución del respectivo Estado se halle previsto que sean ellos los que califiquen las elecciones municipales. Primero, el artículo 115 constitucional no admite la existencia de una ley que establezca que depende de las Legislaturas locales la existencia del Municipio autónomo, no libre, porque es un disparate, autónomo, que se dé sus propias leyes , él debe a sí su existencia, y, por consiguiente, toda Constitución local que traiga una disposición semejante, es nula en ese sentido y cualquiera autoridad emanada de esos hechos anticonstitucionales, no tiene la existencia propia ni legal. En consecuencia, no debemos admitir aquí legislativamente ese caso; siempre que se presente se va a hacer nula la existencia de esas autoridades, es ilógico por esto: Supongamos, señores, el caso de que en una Legislatura local compuesta cuando menos de quince diputados, como lo prevé la Constitución, se discutiera en esa Cámara sobre la legalidad de un Ayuntamiento; supongamos que ocho diputados opinan porque se declare nula una elección y válida en favor de otro y siete opinan lo contrario; esos siete han estado en lo justo, los ocho no ¿Es posible, es legal, es racional que aquellos siete que han opinado en favor de la justicia queden privados del derecho de ser diputados al Congreso la Unión? ¿Dónde está el más leve rasgo de justicia, de equidad y de prudencia política en este caso? Lo han olvidado los señores preopinantes; no hay justicia. Además, es ilógico por que entienden que porque esos diputados declararon acerca de una elección de munícipes, esos municípios van a seguir las indicaciones de ellos. Yo pregunto: si ustedes han electo a los Magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y si estos ciudadanos se separan del cartabón de la ley, ¿son ustedes responsables de sus actos, están ustedes en con vivencia con ello si se cometiese algún acto reprobado? Ilógico es admitirlo. Deben ustedes estar satisfechos, porque los Ministros de la Suprema Corte han respondido hasta ahora a la confianza que en ellos se depósito y se han portado dignamente; pero si alguna vez delinquen no son ustedes responsables, porque son las consecuencias del elector respecto del elegido, en un sistema como el nuestro. Entonces, la lógica no autoriza semejante conclusión y la Constitución tampoco. Vamos a la ley. ¿Cuáles son las funciones que desempeñan los Presidentes Municipales, según lo que disponen los artículo transitorios de esta Ley Electoral y los otros que van a estar vigentes en todas las elecciones? ¿Esos artículos transitorios responden a una necesidad apremiante?

Los Presidentes Municipales no hacen más que mandar fijar las listas electorales, y publicar la distribución de las casillas, asociarse con dos de sus competidores y designar a otros ciudadanos para formar el Consejo Municipal, compuesto de siete ciudadanos, entre los que sólo hay un Presidente Municipal. Supongamos de acuerdo a un diputado a la Legislatura Local, entre siete ciudadanos, ¡qué influencia puede ejercer uno solo! Ninguna, porque se resolverá en favor de la mayoría y no habrá peligro, porque son seis contra uno. Además, conforme a esa misma ley, lo repetiremos aquí -esta ley ya lo preveé, ya se va acomodando a las enseñanzas de la ciencia política-, una cosa es formar las listas electorales y otra es designar las casillas, publicar las listas, nombrar a los instaladores, nombrar las Mesas, votar, hacer el cómputo y calificar las elecciones. Dígame ustedes, ¿qué intervención tiene el Presidente Municipal en estos casos? Insignificante. La emisión del voto es absolutamente independiente de ellos, ni deben figurar allí, y aparece en la ley que estén presentes. ¿Cómo pueden violentar a los ciudadanos? ¿De que manera? De ninguna. ¿Para computar? Tampoco. ¿Son los Presidentes Municipales para calificar? Lo mismo, califica aquí el Congreso. ¿Para hacer las listas? Tampoco intervienen, en las elecciones actuales hay padrones, ya están formados. ¿Cuál es, pues, la intervención directa, inmediata, decisiva, de esos Presidentes Municipales, para que se les impute violación al sufragio, para que se les impute que estén de acuerdo con los diputados locales, para que se diga que han de imponer precisamente voluntad? Ninguna, es ilógico. No nos encaminemos por una senda de suposiciones, porque las suposiciones dan malos resultados en la legislación; se legisla sobre

hechos comprobados, manifiestos, recogidos pacientemente, acumulados, generalizados, de tal manera que no se legisla para hechos particulares, sino para hechos generales, para las necesidades generales. Este debe ser el espíritu que informe la legislación. Entonces, con ese procedimiento tan ilógico, con malas interpretaciones a la ley, con la influencia supuesta que se da a los Presidentes Municipales, caemos en muchos errores para tener el gusto de privar del voto a ciertas personas y que si ahora nos dicen que hay unos cuantos diputados que harán presión, ¿vamos a nivelar a todos? ¿No tenemos razón? Porque unos cuantos pueden influir, oprimir a los votantes, ¿vamos a decir que todos? Las leyes no se dan para esos casos particulares, se dan para casos generales; esto es axiomático, es apodíctico en la legislación. Por consiguiente, no es legislativo, no se acude a la ley, no se tiene en cuenta la Constitución y diré, ni la lógica más común; esta es la verdad de las cosas. Reflexionar bien, no veáis con tanto apasionamiento. Ahora, para responder alas exigencias muy justas de los ciudadanos que sostienen esa proposición, yo digo: si en cualquier caso se presume, como dice el autor de esa carta, que va a ver en imposición, aquí tenemos que la Ley Electoral cómo se castiga y esa imposición, haciendo nula la elección; hay un remedio legal, está previsto en la ley. Si hay imposición, si se aprueba que el diputado a una Legislatura Local se ha impuesto a un Presidente Municipal, con lo que ha violado el voto, por este hecho se invalidad la elección; está, pues, previsto el caso. No es justo, por consiguiente, privar a un ciudadano de sus derechos por meras suposiciones y una mala inteligencia. Si se trata de imposición en los casos que suponen los señores, muy bien, que se aplique el castigo correspondiente; ¿cómo? declarando nulas las elecciones y nada más, sin fijarse en las suposiciones, porque el castigo basado en ellas es absurdo ante la equidad y la justicia. Ruego a ustedes, en consecuencia, que reflexionen detenidamente sobre el particular. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Juan Medina.

El C. Medina Juan: Renuncio el uso de la palabra y la cedo al C. Torres Berdón.

El C. Torres Berdón: Señores diputados: Estamos tratando de una adicción a la Ley Electoral y es muy conveniente que veamos los obstáculos o las partes que están a favor de la misma adicción. En todas las cosas de la vida, como en todos los casos, hay siempre un sí y hay siempre un no. Yo entiendo que, quedando el cuerpo de la ley sin esta adición, sería tanto como que, esperándose a un individuo para ir a un acto oficial y esperando su criada manera de quedar bien con él, le pusiera su casaca, le pusiera el adminículo de la corbata y los guantes blancos sobre la silla, cuando él debiera ir a tomar aquel frac y ella se saliera a la calle a buscar lo que debía comer el amo y le dejara debajo de la cama un par de alpargatas para que completara su investidura. Entiendo que nos hemos divagado muchísimo en la cuestión que se ventila, en la cuestión que perfectamente tenemos en trato, y hay que tener en cuenta, y en perfecta legalidad una cosa: no se trata de una sola Legislatura, no se trata de hacer daño a un Estado, no se trata de buscar cuestiones personales, eso es ir lejos de los principios revolucionarios; se trata de hacer patente una cosa que está en presencia de todos los cerebros, si es que no los hemos perdido todavía. La cuestión a debate, señores diputados, es la siguiente: En las Legislaturas locales, los diputados se han impuesto de tal manera, que siendo los que tenían que calificar la cuestión electoral en cuestiones municipales, fueron los primeros en poner presidentes municipales perfectamente contra toda la ley, contra los principios del pueblo, contra los principios verdaderamente constitucionales, para que mañana ellos vengan a sentarse en una silla de tal manera cobarde y miserable que pongan un reto, que pongan una taxativa, que pongan una prohibición a diputados al Congreso de la Unión que, como yo, no peleamos ningún interés, ni deseamos ir a aquellas Legislaturas locales ni volver a esta misma. Pero señores diputados, al vago, al miserable, al pobre, al último, porque es necesario que la pita se reviente por lo más delgado, se le ha quitado el derecho político de votar: ¿por qué señores diputados, no se les va a quitar ese derecho a aquellos hombres que están prostituyendo al pueblo, a aquellos hombres que son los primeros que hacen levantar en armas a aquellos pueblos, precisamente para venir a hacer más daños después que ellos estén aquí? Señores diputados: Pongamos ejemplos: el pueblo mas culto, que no lo creo -por más que sea el mío-, que marcha a la vanguardia de la civilización de la República Mexicana, es el Estado de Veracruz, no lo creo por esto, señores: la escuela veracruzana es la única escuela que ha dado maestros cosmopolitas que ha ido a toda la República; pero dejemos esto. EL maestro, que habla de maestros, debe desde seguir esa misión o perder su misión para entrar en una misión política. Señores diputado, estamos frente a frente de una situación verdaderamente difícil y, ¿vamos a aceptar que diputados locales, no de Veracruz, no tapatíos, no michoacanos, no los de Guanajuato, vamos a aceptar que quisieran venir aquí nuevos diputados miserables y cobardes para petándose con los chanchullos que han hecho por el apoyo que les han dado aquéllos Ayuntamientos locales, para que ellos sigan haciendo de las suyas y nosotros en esta época no tengamos manera ni siquiera de reelegirnos?

No quiero reelección, soy el primero que voto en contra de ella. Pero que digan algunos pueblos y que digan también los diputados que Veracruz es uno de los más cultos, ¡pues que hable Santa Lucrecia, el entroncamiento del Ferrocarril del Istmo y del Ferrocarril veracruzano; que hable Veracruz, el centro, el emporio de la educación veracruzana; que hable Jalapa, Orizaba, San Andrés Tuxtla; que hablen muchos cantones donde no se ha impuesto más que la picardía de aquellos diputados locales que han hecho chanchullos miserables, dejando al pueblo que se siga arrastrando y que siga siendo servil de aquellos hombres que nunca sintieron por la patria ni el último, ni el último de los resquicios en favor siquiera de su propio nombre! Señores diputados, si nosotros no buscáramos los intereses generales de la República, si nosotros no quisiéramos que se independicen o se independan esas clases bajas, esas clases menesterosas, las que valen más que nosotros, si nosotros no

quisiéramos nada, en ese caso, señores diputados, hagamos una cosa: dejemos que mañana en lugar de un García Vigil, cuya conducta está perfectamente depurada, en lugar de un Eduardo Hay, nos venga a presidir a la Cámara de Diputados un don Quijote de la Mancha o quitémosle el casco a la condorosa, a la hermosa, a la divina, a la culta Minerva para que se arroje a los pies, no digo a los pies, a las pantuflas pestilentes de un don Juan Tenorio. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Zavala Leobino.

El C. Zavala Leobino: Lamento verdaderamente haber sido el último de los oradores que han venido a hablar en pro o en contra del dictamen que nos han presentado las Comisiones del asunto a debate, y lo lamento porque después de haber desfilado por esta tribuna oradores de la talla de los que lo han hecho, indudablemente que el papel oratorio que yo venga a representar aquí y, por consiguiente, la convicción que pueda llevar al ánimo de los ciudadanos diputados, debe ser todavía menor que la que pudiera haber llevado si hubiera sido de los primeros que hicieron uso de la palabra. Noto, por otra parte, que la Asamblea está ya cansada y me concretaré a decir breves palabras sobre el asunto, pero sí quiero llamar poderosamente la atención sobre esta Asamblea sobre la siguiente circunstancia: las Comisiones nos han presentado dictamen de dos iniciativas, la segunda de las cuales no ha sido leída y, por consiguiente, no es conocida por esta Asamblea. La primera de ellas impide, o más bien dicho, prohibe que los diputados de las Legislaturas locales puedan venir al Congreso General en las próximas elecciones, y la segunda iniciativa se refiere a los administradores de Rentas, tesoreros municipales y administradores del Timbre; son, por consiguiente, dos asuntos enteramente independientes. Por lo que respecta a los diputados locales, creo que bastante se ha dicho ya sobre el asunto y no quiero insistir sobre él; por lo que respecta a los tesoreros municipales, administradores de Rentas y administradores del Timbre, yo quiero llamar poderosamente la atención de ustedes sobre la circunstancia de que en mi concepto es enteramente nula la presión que estos individuos pudieran ejercer sobre sus electores. Constitucionalmente ninguno de ellos está impedido para ser diputado, la Constitución no lo prohibe en ninguno de sus artículos; si esta Constitución agregara un inciso en que dijera que no serían admitidos al Congreso General todos aquellos sospechosos de haber ejercido presión sobre sus electores, santo y bueno, que se votara en favor el asunto, o, más bien dicho, que se votara en contra del dictamen de las Comisiones; pero sin que haya nada de eso, no creo que podamos nosotros votar en ese sentido; así es que llamo la atención de ustedes sobre estas dos circunstancias. Por otra parte, yo quiero, señores diputados, que nos fijemos en que todos los diputados, casi la mayoría de ellos, que han desfilado por esta tribuna y atacado el dictamen de las Comisiones, es decir, que quieren impedir a los diputados de las Legislaturas locales, administradores de Rentas, administradores del Timbre y tesoreros municipales que vengan a esta Legislatura, muchos de ellos, aunque sin darse cuenta, -quiero que se fije la atención,- aunque sin darse cuenta, tienen algunos interés particular en el asunto. El mismo diputado Siurob, que acaba de precederme en el uso de la palabra, ha comenzado su discurso diciendo: "Yo, en mi distrito, no tengo ningún candidato en contra." (Voces: ¡Dijo no temo!) "No tengo ningún candidato de la Legislatura local que venga en contra mía," y terminó haciendo que leyeran un documento en que un diputado de la Legislatura local pretende hacer presión en su distrito, es decir, que es contrincante del señor Siurob. Yo creo, señores diputados, que han sido un olvido del señor diputado Siurob y no se fijó en la contradicción en que incurrió. (Voces: Dijo "No temo.") Pero quiero llamar la atención sobre esta circunstancia. (Voces: Dijo "¡No temo!") Si esto fue así rectifico lo que he dicho.

Bueno es también, señores diputados, que si esta segunda iniciativa que se presentó referente a los tesoreros municipales, a recaudadores de Rentas y administradores del Timbre, uno de los diputados que firma esa iniciativa, tiene en su distrito contrincantes que desempeñan ese cargo, creo que aquí de lo que se trata en este asunto, como he dicho, así como expresó atinadamente en señor diputado Manrique, es de despojar el campo político, es decir, quedar solo, únicos, independientes en nuestros distritos o en los distritos de los que quieran reelegirse, para preparar su próxima elección y en ese caso, señores diputados, creo que hemos perdido miserablemente el tiempo, creo que no eran necesarias tantas discusiones para que al fin y al cabo fuéramos resultando con esto, y creo que los más decoroso, lo más honrado será dar una ley en que constaran estos dos artículos: "Artículo 1o. No serán elegidos para la XXVIII Legislatura más que aquellos individuos que hayan formado la XXVII.

"Artículo 2o. Serán nulas las elecciones que recaigan en individuos que no hubieren formado parte de la XXVII Legislatura." (Aplausos.) Si diéramos esta ley, señores diputados, nos habríamos ahorrado muchísimo tiempo y muchísimas discusiones y nos ahorraríamos los gastos de propaganda de los candidatos y creo que sería más honrado, más decoroso y perderíamos el tiempo menos lastimosamente. (Aplausos. Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Salvador Saucedo, en contra:

El C. Saucedo Salvador: Señores diputados: Si queréis un Congreso libre, debéis votar en contra del dictamen de las Comisiones, y si queréis un Congreso incondicional, debéis votar en favor del dictamen de las Comisiones. La mayor parte de las Legislaturas de los Estados son incondicionales de los Gobernadores y por lo mismo no hay que esperar que vengan a hacer una labor independiente. Los gobernadores mandarán elementos que vengan a estar incondicionalmente en favor del Gobierno, no van a venir a obrar en favor de los intereses del pueblo. A todos los oradores se les han escapado que las credenciales de los senadores son expedidas por las Cámaras locales. Si se presenta como candidato a senador un diputado local, seguramente que de antemano contará con la

parcialidad de sus compañeros para que venga la elección en su favor. La Secretaría de Gobernación ya ha comenzado a derramar dinero por toda la República, con el fin de lograr traer la mayoría gobiernista.

- El C. Díaz González, interrumpiendo Pruebas.

El C. Saucedo Salvador, continuando: Voy allá. La consigna la han recibido ya todos los Gobernadores de los Estados que son incondicionales de la Secretaría de Gobernación. En mi Estado ya se ha dejado sentir la presión oficial; el único partido organizado en aquella región, es el "Liberal Colimense," y ya el Gobernador del Estado se ha dirigido a todos y cada uno de los miembros del "Partido Liberal Colimense," ejerciendo presión sobre ellos a fin de que se retiren del "Partido Liberal Colimense." Voy a dar aquí a la Secretaría un documento que prueba mi aserto. El "Partido Liberal Colimense" hace poco que lanzó una protesta contra las maniobras gobiernistas para imponer a diputados locales, y precisamente con motivo de esta protesta, el Gobernador del Estado ha dirigido una carta circular a los firmantes de la misma. La Secretaría va a dar lectura a esta carta.

- El C. Secretario Aranda, leyendo:

"Correspondencia partículas del Gobernador del Estado de Colima.

"Junio 11 de 1918.

"Señor............

"Muy señor mío:

"Habiendo visto el nombre de Ud. calzando la protesta que el "Partido Liberal Colimense" dio a luz con fecha 9 del actual, y en la que se advierten frases demigrantes para este Gobierno y que tienen penas señaladas en la Ley, atentamente me permito suplicar a Ud. se sirva decirme si en efecto su nombre aparece en virtud de haber firmado el original de dicha protesta.

"Soy de Ud. afmo. atto. S.

"J. F. Valle." - Rúbrica.

El C. Díaz González: ¿No está firmada?

- El mismo C. Secretario: No, nada más dice: "Rúbrica."

El C. Díaz González: ¡Ah!, entonces está bueno.

El C. Saucedo Salvador, continuando: Este documento, señores diputados, demuestra que ya se ha iniciado la presión en contra de los candidatos independientes que figurarán en las próximas elecciones, con el fin de que salgan triunfantes los gobiernistas.

Ya lo sabéis, señores diputados: Si aspiráis a un Congreso libre, votad contra el dictamen, que si queréis un Congreso incondicional, votad en favor del dictamen de las Comisiones.

El C. Robledo: Para una interpelación al orador, pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Robledo: Quiero que nos diga el orador qué entiende por documento, si una carta sin dirección ni firma, es documento.

El C. Saucedo Salvador: Yo no contesto al señor Robledo, porque es bastante peregrina su pregunta. El señor Robledo no habla aquí en esta Cámara, más que cuando se ataca al Ministro de Gobernación o a alguno de los poderosos; que vaya a la tribuna para defender el dictamen.

El C. Sánchez Tenorio: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Sánchez Tenorio.

El C. Sánchez Tenorio: El C. Saucedo dijo que el señor Ministro de Gobernación había derrochado torrentes de dinero con el fin de sacar avantes las candidaturas gobiernistas, o de aquellos que vengan a desenvolver aquí las aspiraciones del Gobierno. Algunos diputados, sobre todo de las derechas, le exigieron pruebas. Hay un elemento de prueba en Derecho, que se denomina la fama pública, y es público y notorio, y está en la conciencia de toda la Nación, que el hecho asentado por el señor Saucedo es perfectamente cierto. (Voces: ¡Ah, ah, ah!)

El C. Presidente: No habiendo más oradores en pro, tiene la palabra en contra el C. Alvaro Pruneda. (Voces: ¡Uh, uh, uh! ¡A votar, a votar!)

El C. Pruneda: Compañeros diputados: Las Comisiones, mejor dicho, la Comisión que dictaminó en las proposiciones que se hicieron esta mañana respecto a las personas a quienes debe evitárseles, por las circunstancias en que se encuentran, ser diputados a la XXVIII Legislatura, hoy pide que se desechen tales adiciones y pide que se desechen por un prurito determinado. Esta es una de las cosas que se deben tener en consideración más ampliamente, y más ampliamente porque hay razones, razones de gran fuerza y gran peso, que deben tener todos ustedes presentes a la hora de dar su voto. Todos los diputados, todos nosotros hemos dicho hasta el cansancio, que aquí venimos a obrar..... (Voces: ¡Cochino! Risas, aplausos.) La risa, señores, siempre y por lo general, está en la boca de los imbéciles; esto no es una injuria, es una frase nada más, que se la aprovecho a quien le corresponda. Cuando uno dice obrar, puede aprovecharlo el individuo que mejor piense en el sentido recto de la palabra; pero el individuo que consciente o inconscientemente lleva el sarcasmo, a la burla y al atropello una frase perfectamente castiza, yo lo declaro idiota, como lo declarará cualquiera que tenga sentido común. Parece mentira que estemos en una Cámara de Diputados y que haya risas de imbecilidad en ella, donde solamente debía haber respeto. (Aplausos.)

Pretenden las Comisiones que se retiren estas adiciones al artículo 45, etc., y no se han fijado que en la actualidad la mayor parte de los Estados de la República han absorbido, por medio de la fuerza política, todos los intereses, todas las conciencias de los Municipios; no se han fijado en que los Municipios no han sido electos como es debido: libremente, y voy a hablar en lo que respecta al Estado del cual un Distrito represento, porque es lo que mejor conozco. Ya ha habido varios diputados aquí que han hablado y han dicho la verdad, la verdad que muchos cerebros obcecados no quieren comprender todavía. El Gobernador Millán, del Estado de México, hizo su Congreso y su Constitución, lo mismo que hiciera su Congreso cualquier otro gobernante de la época del general Díaz, sin temores de ninguna especie y con la mayor tranquilidad. Naturalmente, de ello provino una Constitución hecha al antojo, al antojo perverso, ¿verdad?, del Gobernador, que imponía su voluntad a la Cámara de Diputados, al Congreso local, y por

eso y de allí vino, y digo esto porque oigo voces que dicen que no, y de allí vino precisamente que el Gobernador del Estado, para controlar perfectamente la fuerza política de la Entidad Federativa que gobierna,quiso que en la Constitución se pusiera que en la Cámara de Diputados había de fallar en la cuestión electoral de los Municipios y de allí provino que en algunos Municipios, por ejemplo, como en el Municipio de Otumba, que un señor Heredia sacó mil trescientos votos y que otro señor su contrincante, que sacó nueve votos, fuera desechado en la Cámara de Diputados el que sacó mil trescientos votos y que fuera puesto el que sacó nueve votos. Un hombre muy odiado, un cacique que había sido zapatista, que había mandado un contingente de tropa a Huerta, para que fuera a atacar y matar a nuestros hermanos, a los que estaban defendiendo la causa que hoy venimos a defender aquí. Naturalmente, el control que adquiere un Gobierno absorbiendo toda la fuerza política de los Municipios, imponiendo al que menor cantidad de votos tuvo y echando fuera a los verdaderos electos por el pueblo, y además controlando absolutamente la Cámara de Diputados, ¿qué va a hacer ese gobernador del Estado más tarde, cuando él necesite de dar la consigna del centro, para que vengan aquí diputados que sean borregos y no hombres libres? Muy sencillo, cada diputado lo tiene impuesto, según su antojo, por los chanchullitos que ya conocemos demasiado que se hacen en los Congresos locales. En los Estados donde se ha impuesto a los Ayuntamientos, cada diputado tiene en su distrito electoral la fuerza política que más a sus intereses conviene, para depositar más tarde su voluntad en aquellos Ayuntamientos y decir: "El Gobernador dice, porque le dicen del centro, tal cosa, que ha de salir Fulano," y allí nadie habla, porque desgraciadamente nuestros indígenas todavía no se enseñan a hablar; viene más tarde la imposición efectiva, vienen las elecciones ¿qué podemos esperar de una elección cuando los Ayuntamientos reciben la consigna de los cocos de los Ayuntamientos, que son los diputados a los Congresos locales, porque son los que los han impuesto, porque son los que los han hecho gente de su pueblo? No podemos esperar la votación libre dentro del Distrito y demuestro que no se puede entrar a la votación libre, porque en el Distrito de Otumba se han recibido órdenes telegráficas del Gobernador del Estado, diciendo.....

El C. Díaz González, interrumpiendo: ¡Pruebas!

El C. Pruneda: Yo no miento, compañero.

El C. Díaz González: Por las dudas....

El C. Pruneda, continuando: Por las dudas digo aquí que bajo mi palabra de honor no miento.

Diríjase usted al Presidente Municipal de Otumba, Vicente López, a quien se le telegrafió: "Ponga de Secretario del Ayuntamiento a don fulano de tal," que iba a controlar las elecciones y puso de Secretario a un individuo y va con toda la impunidad que le da el Gobierno para hacer todo lo que quiere. Las elecciones al fin no van a ser elecciones democráticas, al fin van a ser una especie de burla, una especie denuesto, una especie bofetón al pueblo mexicano principalmente a aquellos que están ya debajo de tierra por venir a darnos los puestos a nosotros y a otros, y a otros que siguen estando más arriba, hasta al Presidente de la República; a esos que se está vejando y a esos queremos continuar vejando; a esos infelices son a los que se está burlando y se les está engañando, a ellos que fueron a dar su sangre por la libertad del voto. Y a esos de hecho, dejando que las Comisiones retiren esas adiciones a los artículos 45 etc., no haremos más que quitarles el sueño tranquilo de la muerte, los haremos acaso levantarse de sus tumbas para venir a protestar aquí y protestarán muy enérgicamente porque es una gran verdad que los muertos mandan y los arrojarán a la frente el estigma, quizá no de traidores, pero punto menos sí. Nosotros quizá todavía no podemos esperar de nosotros mismos algo más que dar para gloria de esos infelices héroes, pero siquiera, ya que no podemos darles algo, ya que no somos capaces de llevar la flor de nuestro amor a las tumbas de esos infelices, porque andan demasiado regadas en nuestra República, siquiera démosle a las pobres viudas la satisfacción de que nosotros vamos a implantar aquí por medio de una Ley Electoral honrada y y justa, la libertad para sus hijos, la libertad política, el derecho del voto y no vamos a poner una cortapisa a ese voto para que vengan más tarde los impostores de siempre, los Gobernadores de los Estados a lanzar sus candidatos y sacarlos a la fuerza para que cuando el Presidente de la República diga: "el cielo es verde," aunque sea todo lo contrario y que sean todos borregos y ninguno libre y honrado. Por eso pido a ustedes que, antes que todo, tengamos en consideración que así como en el Estado de México, en otros Estados van a imponerse los candidatos para el Congreso.

El C. Díaz González, interrumpiendo: ¡Mentira!

El C. Pruneda, continuando: Usted no será, tiene usted la manía de interrumpir.

Vamos a dar un espectáculo al pueblo más ilustrado de la República, al pueblo capitalino, de que aquí no hemos podido hacer nada y que le vamos a mandar doscientos cincuenta señores que quizá de esos doscientos cincuenta no haya quince que vayan a tener valor civil de enfrentarse con una Ley de Egresos e Ingresos o porque no saben nada, porque nos van a mandar individuos que no saben contestar a todo más que sí, un monosílabo y no aprenderán más que sí. Yo por eso, conociendo perfectamente que en el Congreso local de México se cambió en los absoluto el voto del pueblo, por eso pido a ustedes que tomen en consideración estas adiciones para que no puedan venir los diputados a los Congresos locales, porque esos tienen bien preparados a los Ayuntamientos para venir a representar su Distrito a este del centro. Tengo que hacer esta declaración para terminar, porque puedo recibir ahora algún ataque: yo no voy a lanzar ninguna candidatura, así es que no puedo tener ni interés ni rencores de ninguna especie, al contrario, estoy ayudando a un señor, a una persona bastante correcta que creo que vendrá aquí a la Cámara; no voy a lanzar mi candidatura, porque así lo ofrecí a él y a muchas personas, y no la lanzo porque no espero verme en el caso de que me echen a la calle por haber sido izquierdista, cuando esté llena esta Cámara de esos señores para quienes estoy pidiendo

que no vengan aquí, porque esos no podrán decir más que sí. (Aplausos.) Presidencia del C. IBARRA JOSÉ DE JESÚS El C. Rocha Federico: Pido la palabra para rectificar un hecho.

El C. Díaz González: Yo la pedí primero. (Voces: ¡Que hable Díaz González!)

El C. Ancona Albe: Para una moción de orden. Entiendo que el señor Díaz González pidió la palabra antes que el C. Rocha. (Voces: ¡Sí, Sí!)

El C. Presidente: A la Mesa le consta este hecho, por eso no se le ha concedido la palabra al C. Díaz González.

El C. Aguirre Colorado: Pido la palabra. Me consta que primero ha pedido la palabra el C. Díaz González, que el señor Rocha. (Voces: ¡Que hable Díaz González!)

El C. Díaz González: Cedo la palabra al C. Rocha. (Voces: ¡No, no!)

El C. Presidente: Habiendo cedido la palabra el C. Díaz González al C. Rocha, tiene la palabra el C. Rocha.

El C. Rocha: Animado por espíritu de estricta justicia, señores diputados, vengo aquí a asentar con toda sinceridad que el señor diputado Alvaro Pruneda ha venido a esta tribuna a llevar a la consideración de ustedes argumentos que están basados en falsedades tan grandes, que voy a tener el honor de demostrarlo a ustedes. Ustedes recordarán que alguna vez yo tuve que venir a esta tribuna a cumplir con el penoso deber de atacar por alguna circunstancia al señor general Millán, Gobernador del Estado de México. Nos dice el señor Alvaro Pruneda que la Legislatura local del Estado de México es hechura del señor general Millán y nada más falso que eso. Si el testimonio mío, mi palabra, que tengo la seguridad de que es absolutamente honrada, no merece que ustedes la tomen en todo su valor, hay aquí otro testimonio, no menos honrado que el mío, que puede venir a completar lo que yo acabo de decir. Este testimonio de que hablo es del señor ingeniero Morales Hesse. Ningún otro cuerpo puede estar en más completo desacuerdo con el Gobernador del Estado que la Legislatura local del Estado de México y la Legislatura local con los Ayuntamientos, y esto desde que se instalaron unos y otros han estado en completa pugna; de manera que en el Estado de México no puede haber los chanchullos de que habla el señor Alvaro Pruneda. Solo por justicia, sólo porque es necesario que en esta Cámara se viertan ideas que sean la verdad y no se esgriman argumentos falsos, que no nos vengan a traer continuamente cosas que no han sucedido y que no sucederán, por eso es que vengo a rectificar todo lo que ha expresado aquí el C. Pruneda.

Dice el señor Pruneda que de aquí irán las consignas al Gobernador, que éste las dará a los Municipios y que los Municipios impondrán a los candidatos. Esto es absolutamente falso y para comprobarlo, solamente una prueba tengo que dar a ustedes: yo no vengo a decir que no trabajaré en las próximas elecciones, yo sí trabajaré; he de informar a ustedes que, muy a mi pesar, tengo que luchar contra el parecer del señor general Millán, a pesar de que mi filiación ha sido netamente gobiernista desde que se abrió este Congreso; esto viene a echar por tierra los argumentos del señor Alvaro Pruneda y sólo he querido llevar a la consideración de ustedes que las argumentaciones del señor diputado a que me refiero son absolutamente falsas. (Voces: ¡A votar, a votar! ¡Que hable Díaz González!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Díaz González. (Aplausos.)

El C. Díaz González: Señores diputados: Al pedir la palabra para rectificar un hecho antes que el señor Rocha, lo hice precisamente para hacer del conocimiento de esta Asamblea los mismos hechos que el C. Rocha hizo del conocimiento de ella. es inexacto que el ciudadano Gobernador del Estado de México cuente con la mayoría de la Asamblea local del mismo, pues si ustedes no tienen mala memoria, por la prensa habrán podido enterarse de que han estado casi siempre en pugna el Congreso local y el Ejecutivo del mismo. es por esto que yo vengo a protestar de la manera más rotunda contra las falsas aseveraciones que el compañero Pruneda ha venido a verter en esta tribuna, pues si en algún Estado ha habido libertad para que los Ayuntamientos se elijan, ha sido en el Estado de México.

Yo puedo traer a ustedes pruebas contundentes de que en mi distrito hay Ayuntamientos completamente en pugna con el Congreso local y con el mismo Ejecutivo; de suerte, señores, que me extraña que el señor Pruneda venga aquí con el Ejecutivo le mandó un Secretario al Ayuntamiento, al Presidente municipal de quien sabe quien sabe qué pueblo, siendo que es completamente inexacto que el ciudadano Gobernador se haya metido en algo en las elecciones locales.

El C. Padilla, interrumpiendo: ¿Y las corridas de toros?

El C. Díaz González: En las corridas de toros está patente que ni el ciudadano Gobernador, ni la Legislatura, cuentan con los Ayuntamientos. De suerte que creo haber echado por tierra las falsedades asentadas por el C. Pruneda .

El C. Presidente: Tiene la palabra, en pro, el C. Manrique Aurelio. (Voces: ¡A Votar, a votar!)

El C. Manrique : Creo que el tema está agotado y que la única solución posible es que de una vez por todas votemos afirmativamente el dictamen de las comisiones, desechando la proposición del C. Basáñez.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. González Jesús M.

El C. Manrique: Renunciaba al uso de la palabra por no causar al la Asamblea, pero si hay oradores en contra, sostengo el derecho que me otorga el Reglamento para hablar en pro.

El C. González Jesús M.: Moción de orden.(Voces: ¡Moción de orden! ¡Moción de orden!)

El C. Manrique: Moción de orden. Cuando renuncia un diputado al uso de la palabra en pro, debe subsistirlo otro del pro, y como yo he renunciado al pro con el solo deseo, que creo me agradecerán, de no cansar a la Asamblea, pero si contrariando este deseo el compañero González insiste en que

la discusión se prolongue, entonces yo deseo hacer valer mis derechos .

El C. Presidente: Advierto al señor Manrique que la Mesa tenía el deber de conceder la palabra inmediatamente a su Señoría en pro, y como usted ha renunciado ese derecho y siguiendo su turno a un orador en contra, se le ha concedido la palabra al C. Jesús M. González. (Voces: ¡A votar, a votar!) Más todavía , habiendo un orador inscripto en contra y no habiendo después del C. Manrique, que ha renunciado el uso de la palabra, ningún otro orador en pro, tiene derecho el C. González de venir a hablar. (Voces: ¡No, no! Desorden.)

El C. Manrique: Deseo que se sirva la Mesa contestar dos interpelaciones: primera: ¿en qué sentido habló el último orador? Segunda: ¿cuántos oradores han hablado en contra y cuántos en pro?

El C. Presidente: El último orador, es verdad que habló en contra.

El C. Manrique: ¿Cuántos oradores han hablado en contra?

El C. Presidente: Han hablado en contra los CC. Siurob José, Basáñez, Torres Berdón, Saucedo Salvador y Pruneda. En pro han hablado tres ciudadanos diputados.....

El C. Manrique: Entonces deseo que se someta a la consideración de la Asamblea el trámite de la Mesa. - El C. Padilla: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Padilla.

El C. Padilla: No pueden hablar dos oradores en pro sucesivamente, y Su Señoría, no habiendo más oradores inscriptos en el mismo sentido, debería someter a la consideración de la Asamblea si estaba el asunto suficientemente discutido. Siempre Su Señoría ha de proceder dictatorialmente. (Voces: ¡A votar, a votar! Desorden. Campanilla.)

El C. Ancona Albertos: Moción de orden. Para una moción de orden, que creo que resuelve el punto. El señor Manrique ha renunciando a la palabra en pro y como no había otro diputado para hablar en ese sentido, Su Señoría, con justa razón, le dio la palabra a un orador del contra; pero como el señor Manrique la volvió a pedir en pro, no hay más que turnar los dos sentidos y darle la palabra al señor Manrique. (Voces: ¡A votar, a votar! Continúa el desorden. Campanilla.)

El C. de la Barrera: Para una proposición que resuelve el punto.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. de la Barrera: Indudablemente que las ideas que nos traerá aquí el compañero González Jesús M. serán muy luminosas, y en otras ocasiones hemos tenido el gran placer de escucharlo, pero en vista de que el tema que está a discusión está perfectamente dilucidado, yo propongo al compañero González que renuncie al uso de la palabra. (Voces: ¡Sí, sí! ¡A votar, a votar! Campanilla.)

El C. Presidente: La Mesa cree que una vez que el C. Manrique renunció al uso de la palabra.....

(Voces: ¡A votar, a votar! Sigue el desorden. Campanilla.)

El C. Padilla: Insisto en mi moción de orden. No tiene derecho para hablar el C. González, en contra, supuesto que no hay orador en pro; por lo tanto, tiene Su Señoría la obligación precisa de preguntar a la Asamblea si está el asunto suficientemente discutido.

El C. González Jesús M.: Para una aclaración. (Voces: ¡No, no! ¡A votar, a votar! La Presidencia me ha concedido el uso de la palabra.....(Voces: ¡A votar, a votar!) Yo suplico a la Asamblea que sea más ecuánime. (Voces: ¡A votar, a votar! ¡Basta ya! Campanilla.)

El C. Padilla: Pero la Asamblea ya no quiere oírlo a usted.

El C. González Jesús M.: Porque la mayoría de la Asamblea son individuos como usted.

El C. Padilla: Pero son soberanos y la Mesa no tiene derecho a contrariarlos (Campanilla.)

El C. González Jesús M: Yo pido a la Asamblea que me conceda o me niegue el uso de la palabra..... (Voces: ¡A votar, a votar! ¡á estamos cansados!) Pues que se consulte a la Asamblea..... (Voces: ¡A votar, a votar! ¡No, no! Desorden.)....que no berreen como becerros, que digan que no.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: La Presidencia pone a discusión el trámite de la Mesa. (Voces: ¡No! A votación, a votación!)

El C. González Jesús M: Lo que la Asamblea pide son golpes teatrales. (Voces: ¡A votar, a votar! Desorden. Campanilla.)

- El mismo C. Prosecretario: En votación económica.....(Campanilla.)

El C. Presidente: La mesa ha insistiendo conceder la palabra al C. González ateniéndose al Reglamento, y al hacerlo cree no violarlo. Sin embargo, en atención a la pertinaz insistencia de la Asamblea, está sujeta a la determinación de ella.

- El mismo C. Prosecretario: En votación económica se pregunta a la Asamblea si aprueba el trámite de la Mesa. (Voces: ¡No, no!) Los que voten por este sentido sírvanse manifestarlo poniéndose de pie. (Voces: ¿Cuál es, cuál es? El trámite de la Mesa es que se concede la palabra al C. González Jesús M. No se aprueba el trámite de la Mesa. (Aplausos.)

- El mismo C. Prosecretario: En vista de las manifestaciones patentes de la Asamblea y no habiendo más oradores inscriptos en contra, se consulta a la misma si se considera el asunto suficientemente discutido. Los que voten por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Sí se considera suficientemente discutido.

El C. Basáñez Rubén: Para una moción de orden. Pido que la Mesa ponga a votación primero una de las proposiciones y después la segunda. (Voces: ¡No, no!)

El C. Presidente: Manifiesto a su Señoría que el dictamen puesto a discusión no consta más que de una proposición; en consecuencia, tiene que proponerse a votación en la forma en que se ha discutido.

- El mismo C. Prosecretario: Aún no se va a proceder a la votación del artículo que ha sido motivo de este debate. El mismo se reserva para su votación. (Voces: ¡Que sea lea, que se lea!)

El C. Cravioto: Pido la palabra para una moción de orden. Con objeto de pedir a la Mesa, en vista de que esta proposición ha dado lugar a discusiones calurosas, se vote desde luego para

ahorra tiempo, a fin de que cuando se trate de votar los artículos con los que estamos de acuerdo, no haya confusión.

Presidencia del C.

GARCÍA VIGIL MANUEL

- El mismo C. Prosecretario: La Presidencia accede a las indicaciones del señor diputado Cravioto y se va a poner a votación el dictamen de la Comisión. (Voces: ¡Que se lea!) El dictamen concluye con el siguiente punto resolutivo:

"Único: Se desechan las adiciones propuestas por varios señores diputados a los artículos 43, fracción VII; 104, fracción II y 3o. transitorio de la Ley Electoral apropiada."

- El mismo C. Prosecretario: La Secretaría, por súplica del C. Luna Enríquez, hace constar a la Asamblea que dicho ciudadano no ha sido co - autor de ninguna de las proposiciones que entraña el mencionado dictamen. Se procede a la votación nominal. Por la negativa.

El C. Prosecretario de la Barrera: Por la afirmativa. (Se empieza a recoger la votación. Manifestaciones de la Asamblea durante la misma.)

El C. Presidente, durante la votación: La presidencia suplica atentamente a la Asamblea no haga manifestaciones, porque si no, no deja oír a los ciudadanos Secretarios.

El C. Ancona Albertos: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ancona Albertos.

El C. Ancona Albertos: La Ley Reglamentaria prohibe hacer manifestaciones durante la votación. (Siseos.) Y esto lo digo, señor Presidente, porque yo que he hecho las manifestaciones soy incapaz de dar mi voto para ser halagado por las mismas; pero hay espíritus débiles que únicamente dan su voto por ser aplaudidos. Voces: (¡Aquí no hay débiles!)

El C. Presidente: La Presidencia se ve en el caso de suplicar a la Asamblea que no haga manifestaciones como las anteriores. (Continúan la votación y los aplausos. Campanilla.)

El C. Presidente: Por segunda vez la Presidencia ruega atentamente a la Asamblea que se sirva no hacer manifestaciones, especialmente a los CC. Saucedo Salvador, Pruneda, Castañeda y otros varios.

(Se terminó de recoger la votación.)

El C. Prosecretario de la Barrera: ¿Falta algún ciudadano por votar?

El C. Aveleyra: Sí.

El C. Peralta: Sí.

El C. Sepúlveda: No.

El C. Prosecretario de la Barrera: Votaron afirmativamente los CC. diputados Aguilar José D., Ancona Albertos, Aveleyra, Avilés, Bandera y Mata, Bello, Cabrera, Cámara, Cantú, Cárdenas, Cepeda Medrano, Córdoba Gabriel J., Cravioto, Cristiani, Cruz José C., Dávila, Díaz González, Figueroa, Gámez Ramón, García Adolfo G., García Jonás, Garza González, Gutiérrez Antonio, Hermosillo, Hernández Jerónimo, Ibarra, Laison Banuet, Lechuga Mariano, León Leyzaola, Lizalde, Luna Enríquez, Malpica, Manjarrez, Manrique, Mariel, Martínez de Escobar Rafael, Mata Luis I., Medina Francisco, Moctezuma, Morales IIesse, Olivé, Padilla, Pardo, Paredes Colín, Peralta, Pérez Brambila, Porchas, Prieto, Ríos Santos, Rivas, Robledo, Rojas Dugelay, Rueda Magro, Segovia, Solorzáno, Soto, Téllez Escudero, Vadillo, Valle, Velásquez y Ventura.

Total: 66 votos.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Votaron negativamente los CC. Aguirre Efrén, Aillaud, Alonzo Romero, Andrade, Araujo, Arreola R., Barragán Martín. Betancourt, Barrera de la Basáñez, Benítez, Cancino Gómez, Cano, Carrasco Carrillo Iturriaga, Castañeda, Castillo del, Céspedes, Cisneros, Cruz Abraham Dávalos Ornelas, Domínguez, Dyer, Espinosa, Esquivel, Fentanes, Fernández Martínez, García Pablo, García Vigil, Garza Ernesto, Garza Pérez, Gómez S. Emiliano, González Galindo, González Jesús M. González Justo, Guajardo, Gutiérrez Orantes, Higareda, Jurado, López Celis, López Couto, López Ignacio, López Lira, Márquez Rafael, Martínez Joaquín, Medina Juan, Mendoza Meneses, Meza, Molina, Montiel, Narro, Navarrete, Ortega, Peña Peña, Pereyra Carbonell, Portillo, Pruneda, Ramírez Genaro, Ríos Landeros, Rocha, Rodríguez Saro, Román, Rosas, Ruiz Alberto, Ruiz Estrada, Ruiz José M., Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera, Silva Jesús, Siurob, Suárez, Torre Romulo de la, Torres Berdón, Valdéz, Vega Sánchez, Villaseñor, Zavala Dionisio y Zavala Leobino.

Se rectifica el voto del C. García Vigil que votó por la afirmativa. Se rectifica igualmente el voto del C. Zavala, ya que el mismo señor votó por la afirmativa.

El C. Prosecretario de la Barrera: El C. Garza González rectifica su voto, que es por la negativa.

- El C. Betancourt por la afirmativa.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Se cancela el voto del C. Betancourt por la negativa.

Total, 81 votos por la negativa. En consecuencia, fundada la Mesa en el resultado de la votación...

El C. Porchas, interrumpiendo: Voto por la afirmativa.

El C. Prosecretario de la Barrera: Está usted anotado por la afirmativa y no así por la negativa.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Se desecha el dictamen de las Comisiones y vuelve a las mismas para que lo modifiquen en el sentido de la discusión.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Señor:

"Consideramos justa la adición propuesta por los CC. diputados Rocha José Federico y López Miro Genaro, pidiendo que se declare la nulidad de la elección que se obtenga en favor de militares que, aunque separados del servicio, conserven en el distrito en que van a trabajar como candidatos, las fuerzas que tres meses antes estaban a su mando; esto no obstante, comprendemos que no debe extremarse tanto la medida, hasta imposibilitarlos sólo por el hecho de que la fuerza que guarnezca

el distrito electoral o en el Estado, se encuentre un pariente suyo, y menos sin determinar hasta que grado y en qué línea.

"Por esas consideraciones, proponemos para su aprobación el siguiente acuerdo:

"Apruébese la siguiente adición a la Ley Electoral:

"Artículo 43... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ..

"VIII. Sobre militares que, aunque separados del servicio. resulten electos en los distritos electorales guarnecidos por las fuerzas que noventa días antes de la elección estaban bajo sus inmediatas órdenes.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. - México, junio 19 de 1918.- Rafael Martínez de Escobar.- J. M. Alvarez del Castillo.- Francisco Medina . - M. Rueda Magro."

Está a discusión el dictamen de las Comisiones. Los ciudadanos diputados que se deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a la Mesa a inscribirse.

El C. Cepeda Medrano: Señor Presidente: Atentamente suplico a usted se sirva ordenar que se repita la lectura, porque no se oyó.

- El mismo C. Prosecretario: La Presidencia suplica atentamente a los señores diputados se sirvan tomar asiento. En virtud de la solicitud formulada por el señor Cepeda Medrano, se da nueva lectura al dictamen de la Comisión. Dice así:

"Señor:

"Consideramos justa la adición propuesta por los CC. diputados Rocha José Federico y López Miro Genaro, pidiendo que se declare la nulidad de la elección que se obtenga en favor de militares que, aunque separados del servicio, conserven en el distrito en que van a trabajar como candidatos, las fuerzas que tres meses antes estaban a su mando; esto no obstante, comprendemos que no debe extremarse tanto a la medida, hasta imposibilitarlos sólo por el hecho de que en la fuerza que guarnezca el distrito electoral o el Estado, se encuentre un pariente suyo, y menos sin determinar hasta qué grado y en que linea.

"Por esas consideraciones, proponemos para su aprobación el siguiente acuerdo:

"Apruébese la siguiente adición a la Ley Electoral:

"Artículo 43 ... ... ... ... .... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

"VIII. Sobre militares que, aunque separados del servicio, resulten electos en los distritos electorales guarnecidos por las fuerzas que noventa días antes de la elección estaban bajo sus inmediatas órdenes."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. - México, junio 19 de 1918. - Rafael Martínez de Escobar.- J. M. Alvarez del Castillo . - Francisco Medina.- M. Rueda Magro."

El C. Cepeda Medrano: Suplico al señor presidente se sirva ordenar se dé lectura a la proposición presentada por el señor Rocha, para podernos formar idea de cómo estuvo redactada.

- El mismo C. Prosecretario: La proposición a que se contrae el dictamen dice como sigue:

"Señor:

"Es punto de capital importancia, que debe ocupar ampliamente nuestra atención que precisemos la acción de los candidatos militares durante la lucha electoral, pues es evidente que si la Ley Electoral no limita de una manera expresa esa acción hasta el grado de dar amplias garantías a todos los demás candidatos, la elección en numerosos distritos será resuelta por la fuerza brutal de las carabinas, que seguramente ejercerán todo su poder apegándose a la consigna recibida.

"Por estas consideraciones, y ampliando las ideas esbozadas en la tribuna por el C. diputado Sánchez Pontón, me permito someter al muy ilustrado parecer de esta H. Asamblea, la siguiente adición al artículo 43 de la ley que se discute, pidiendo dispensa de trámites:

"VIII. Sobre los militares que se postulen por distritos adonde haya fuerzas que estuvieron a sus órdenes o a las cuales pertenecieron tres meses antes del día de la elección, y sobre civiles y militares que se postulen por distritos en que haya fuerzas bajo las órdenes de parientes de ellos."

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados.

- México, 14 de junio de 1918.- José Federico Rocha.- G. López Miro."

El C. Peña: Favor de leer la fecha, señor Secretario.

- El mismo C. Prosecretario: la fecha que trae la proscripción es 14 de junio de 1918. Está a discusión el dictamen de la Comisión. Se recuerda a los señores diputados que quieran hablar en pro de este dictamen, se sirvan recordar la obligación que les impone el Reglamento, de pasar a la Mesa a inscribirse.

El C. Presidente: Hasta este momento se han inscripto en contra únicamente los CC. Manrique, Avilés y de la Barrera. En consecuencia, tiene la palabra en contra el C. Manrique.

El C. de la Barrera: Para una moción de orden, señor Presidente. Entiendo que el turno se ha alterado. Yo fuí el primero en pedir la palabra en contra. No sé por qué Su Señoría ha apuntado primeramente al C. Manrique.

El C. Presidente: Está en un grave error el C. de la Barrera. El primero en inscribirse fue el C. Manrique; inmediatamente después, casi simultáneamente el C. Avilés, y sólo algunos minutos después de esta última inscripción, se acercó el C. de la Barrera al frente de la tribuna presidencial y se inscribió en la lista de los oradores del contra. Por consiguiente, no tiene razón ninguna el C. de la barrera para presumir. Si él hubiera intervenido de alguna manera en la inscripción, podría asegurarlo, pero de lo contrario, no se desprende otra cosa. Por consiguiente, el C. de la Barrera se ha equivocado. Tiene la palabra en contra el C. Manrique.

El C. Manrique: En uso de un derecho reglamentario, comienzo por solicitar que los estimables compañeros de la Comisión, a quienes, entre paréntesis, no he llamado nunca serviles, como dijo el compañero Martínez de Escobar, se sirvan fundar el dictamen que nos presentan.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Manrique: Pido la palabra. Si en estos momentos, como parece suceder, no está presente en el salón el compañero que haya realmente dictaminado, yo no tengo empeño, en que la Comisión funde su dictamen y paso a usar de mi derecho.

El C. Rueda Magro: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: Las Comisiones nunca han dictaminado separadamente, siempre han dictaminado unidos todos y lo han hecho por mayoría; pero como no es una proposición nuestra, sino del señor Rocha José Federico, creo que a él le corresponde fundar esta proposición. (Voces: ¡El dictamen!)

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: Yo no he solicitado que se funde la proposición original, sino el dictamen de la Comisión. De manera que creo no haber pedido nada injusto: pero repito, desisto de mi proposición. he aquí cómo señores diputados, podría escribirse alguna hermosa alegoría, con un poco de ingenio, de cómo las peores causas pueden defenderse con los mejores argumentos, y es claro, como nada en la vida es absoluto, como todo es relativo - que nos recordaba ayer un compañero - , resulta que todas las medallas tienen su reverso y que toda causa mala para unos, buena para otros, pésima para los de más allá, óptima para los de allá, tiene aspectos variables; todo depende, señores diputados, del punto de vista desde el cual nos hayamos colocado.

Así es cómo la proposición que ayer aprobasteis, que ayer aprobamos excluyendo a los enemigos políticos del régimen actual que activamente hubiesen militado en régimen espurios, esta proposición tuvo ardientísimos defensores y no menos convencidos impugnadores, y es claro, había argumentos en pro y en contra de la proposición. Posteriormente, advertid, señores diputados, cómo una vez colocados en la pendiente nos vamos deslizando insensiblemente hasta el abismo del ridículo: vamos procediendo por lentas, por suaves, por insensibles gradaciones y a medida que avanzamos, tenemos cada vez menos razón en nuestra justificación. Ayer y yo he sido el primero en reconocer que había razones muy poderosas en pro de la proposición aprobada excluyendo a los "huertistas," así designados con epíteto colectivo, del derecho de venir a esta Representación Nacional. El señor Díaz González preguntaba al C. Siurob por qué no excluía a los "zapatistas;" el C. Siurob contestó atinadamente, pero a poco otro compañero preguntó por qué no se excluye también a los villistas, a los ex - convencionistas; y el problema que tratándose de los zapatistas era fácilmente soluble, tratándose de los villistas ya se complica un poco; ¿pues que no tenemos entre los villistas una serie de gradaciones de la falta cometida? ¿No hubo entre ellos algunos conscientemente criminales? Urbina, Pancho Villa; ¿No hubo entre ellos algunos convencidos? ¿No recordáis cuál era el argumento capital en favor de la Convención? "Mientras del lado del " Constitucionalismo" se haya un hombre solo, mientras el "Constitucionalismo" o el "Carrancismo," como ellos lo llamaban, encarna el principio de personalismo, quiere llevar a la dictadura a un hombre. Sólo la Convención consagra el principio colectivo; en la Convención están representados todos los hombres armados; es una Convención revolucionaria copiada de la Convención Revolucionaria Francesa. "Y no faltaban argumentos, señores diputados, para defender la texis de la Convención, como no han faltado nunca argumentos para defender las tesis originadas por el Plan de Ayala, como no han faltado bizarros defensores, como Antonio Díaz Soto y Gama, un verdadero tipo exótico extemporáneo en nuestros días, de los que fueran los clásicos revolucionarios franceses. Viene, pues, aprobada la proposición, aprobada la proposición a que me refiero, presentada esta mañana, otra que no podía suscitar nuestro entusiasmo, ora en pro, ora en contra, en el mismo grado que la primera; decidme si no. ¿La discusión de esta mañana fue tan apasionada como la de anoche? Claro que no, porque aquí ya no eran los intereses generales de la Nación, sino eran, lo repito y no me arrepiento de ello, los intereses políticos de campanario. (Voces: ¡Muy bien!) Claro está, la tesis ya veis cuán brillante, cuán hábilmente, quizá con buena fe, la han defendido los oradores del pro: "¡Oh, se trata de respetar el libre sufragio! ¡Se trata de respetar la libertad municipal! Los ayuntamientos - nos decía con una metáfora filosófico - dentística el compañero López Lira - (risas), el Ayuntamiento es la célula, señores diputados, la célula del organismo nacional, y herir a la célula es herir al organismo. ¡No, señores diputados, es necesario que rechacemos a los diputados a los Congresos locales! "Posteriormente otro señor diputado, diciéndose absolutamente desinteresado, vino a la postre a mostrar que perseguía intereses - que yo no me atrevo a calificar de mezquinos, pero intereses humanos al fin - , en contraposición con aquellos otros a que condenaba. Nos mostró documentos o pseudo documentos en apoyo de su tesis. Ahora viene una tercera proposición que todavía nos va a entusiasmar menos - yo os lo aseguro, señores diputados - . Ved si no, como índice que no me dejará mentir, la lista de oradores....(risas)- - de algún modo habríamos de llamarnos - ,tres diputados nos hemos inscripto en contra, no ha habido ningún orador que se atreva a echar sobre sus hombros la pesada carga de defender esta proposición absurda. Interpelada por mí la Comisión, negóse caballerosamente a hacerlo; interpelado el C. Rocha, no se dio siquiera por aludido; esto es buen augurio de que la proposición va a ser, no diré unánime, pero sí casi unánimemente rechazada, y digo que en apoyo de esta proposición pueden decirse muy buenos argumentos y si se encargase de defenderla a algún formidable campeón de la oratoria, ya veríais cómo hacía de un grano de arena una montaña, ya veríais cómo nos hablaba del militarismo asolador; acaso quizá aludiese a las hordas bárbaras que desde las alturas de los Alpes se desplomaban sobre Italia, heredera del ideal latino acaso nos hablaría de las hordas bárbaras que descienden caudalosamente a manera de río incontenible sobre el valle del Marne para lanzarse sobre Lutecia la heroica, sobre Lutecia la noble; pero todo esto, señores diputados, os aseguro que sería absolutamente inoportuno, se trataría en realidad de buenos argumentos traídos de los cabellos en defensa de una mala causa, y lo dicho, a las pruebas me remito; hemos querido despejar

habilidosamente el horizonte político y ved cómo van disminuyendo a medida que nuestras habilidades condensa, se cristaliza, como aquí se dice, en preceptos legales; ved cómo van desapareciendo por una parte los peligros que amenazaban a la Patria; ya los densos nubarrones van desapareciendo y esplende en el confín lejano un sol de libertad. Ya hemos eliminado a los huertistas porque podría haber habido.....bien, ya sé que de muy buena fe muchos señores compañeros, pero también siquiera en mínima parte por eliminar a un enemigo - esto no debo tocarlo - pero si eliminamos a los diputados a los Congresos locales, porque ellos eran nuestros contrincantes, ya la Patria comienza a respirar, ya comienza a aliviarse del enorme peso y nosotros también tenemos algunos enemigos menos; yo, por ejemplo, merced a vuestra magnanimidad, acabo de quitarme de encima al señor doctor don Horacio Useta; bien, el compañero Lailson Banuet, a pesar suyo, ha visto desaparecer la sombra fatídica de don Lauro Hernández; el ciudadano brigadier, el general brigadier y doctor don José Siurob, ha visto desaparecer la silueta no menos fatídica e ignominiosa de don Roberto Nieto. (Risas.) Y así todos y cada uno de nosotros, ya la pesadilla, de indigestión electoral se va convirtiendo en un sueño en que sólo vemos figuras angélicas (risas), flores y riachuelos murmurantes y ¡qué sé yo cuántas cosas! Ahora había todavía otro peligro, habíamos dejado en pie una imprudencia que - nunca nos cansaremos de reprochar - ,un peligro formidable: el de la imposición militar! El de la fuerza bruta sobre la fuerza de nuestra inteligencia! ¡Esto no podríamos tolerarlo! ¿Pues qué no debe esplender luminosa la inteligencia sobre la fuerza bruta para domeñarla de una vez por todas por los siglos de los siglos?

El C. Pruneda, interrumpiendo: ¡Amén! (Risas.)

El C. Manrique, continuando: Sí, mil veces sí.

Cristalicemos entonces en una nueva ley la idea salvadora: eliminemos a los militares que, aunque cumpliendo con un precepto constitucional, se hubiesen separado noventa días antes, hubiesen, sin embargo, dejado, pues, a algún pariente al mando de sus fuerzas! Es escabroso el terreno, es cierto; hay algunos diputados que se alejan de sus fuerzas y que dejan al mando de sus tropas a algún pariente. Señores diputados, ¿qué no recordáis el Apolo que nos habla de aquella ocasión en que en una ciudad griega se ordenó a los habitantes que salieran a la calle durante la noche con una linterna? Aquella gente, un tanto indisciplinada, salió al día siguiente con una linterna, pero una linterna vacía en la que no había bujías - no sé si habían inventado las bujías - . (Risas.) Bien, al día siguiente, el legislador ordenó, perfeccionando el Reglamento, que cada ciudadano saliese con una linterna en la cual hubiese una lamparilla de aceite. Y así se hizo; los habitantes, los ciudadanos, salieron a la calle con una linterna en la cual había una lamparilla de aceite, pero la lamparilla estaba apagada. Creo que allí hubo algunos ingeniosos que dijeran que la lamparilla estaba encendida; aun encontraron medio de violar la ley. Pues lo mismo será, señores diputados, mientras no hayamos alcanzado el desiderátum supremo que es cambiar el corazón humano, que es vencer a la perfidia. Mientras la perfidia exista, las leyes, señores diputados, quedarán escritas sobre el papel. Ya no cometerá la imprudencia el bonachón del coronel o del general de retirarse dejando a un hermano suyo: si el apellido suyo es elocuente, es denunciador; no, dejará a algún buen amigo suyo y, ¿no recordáis la frase de la vieja sabiduría? "A veces hay amigos más conjuntos que el hermano." Dejará a algún amigo qué, sin llevar su apellido, ejercerá sin embargo la misma influencia en favor de su amigo. No, señores diputados, no es así como lograremos alejar el peligro y que nos hablen de militarismo y no nos digan que a los soldados debe arrebatárseles todo derecho de ciudadanía y sé que hay algún ciudadano diputado de claro talento y que me parece que se halla en estos momentos a mis espaldas, como guardándolas acaso amistosamente de algún ataque, y algún ciudadano diputado de claro talento que, enamorado de la carrera militar, imaginándose a veces un nuevo Napoleón el Grande, nos dice que la carrera militar - a mí me lo ha dicho en sabrosa plática confidencial - , que es la carrera militar tan gloriosa, tan ennoblecedora, primero, para no constituir un peligro para las democracias, y segundo, porque ella es suficiente para absorber, por sí sola, todas las potencias del espíritu; el militar debe renunciar por el hecho de serlo, debe prohibirse al militar el ejercicio de derechos políticos y este es un verdadero absurdo: El ciudadano ideal es precisamente el que sabe a la vez del ejercicio de las armas cuando él es necesario y el que sabe del ejercicio de las virtudes cívicas; arrebatemos al militar los derechos cívicos y no le habremos arrebatado el natural impulso que siente el ser humano que vive en sociedad, de interesarse por las cosas de su nación; el militar, aunque le arrebatemos constitucionalmente sus derechos cívicos o siquiera por una ley transitoria como ésta que nos empeñamos en dar, ese militar seguirá interesándose por la cosa pública y sentirá entonces, señores diputados, por el ejercicio de los derechos políticos, un deseo que antes no sentía, sentirá el apetito de la fruta prohibida, de la fruta del cercado ajeno, y el militar impedido legalmente de ejercer los derechos públicos, los ejercerá a la fuerza, lo pondremos en una peligrosa tentación y lo habremos convertido en un enemigo de las libertades. No, el militar debe comprender ante todo que es un ciudadano como los demás; la expresión que se ha ridiculizado injustamente, que emplearon nuestros soldados de 1910 y 1913, llamándose ciudadanos armados, tiene, señores diputados, una profunda filosofía. El soldado es un ciudadano como otro cualquiera, que sólo difiere en que ha tomado las armas por una necesidad de diferenciación de funciones para defender al resto de la sociedad amenazada en sus leyes, amenazada en su existencia, en sus instituciones; pero el soldado es un ciudadano como cualquiera de nosotros, y todo cuanto tienda a limitar sus derechos políticos, es no solamente injusto y absurdo, sino también profundamente peligroso para nuestra sociedad. Si aprobamos esta ley, señores diputados, - que no la aprobaremos - , ya veréis cómo viene alguna otra nueva adición en que se impida por ejemplo a los parientes hasta la cuarta generación (risas), hasta el cuarto grado, de los Gobernadores....

(voces: ¡Ya está!) pero no de militares, sino de los Gobernadores, de los Presidentes Municipales, etc., etc. (¡Ya está!) Pero sucedería una cosa muy curiosa, señores diputados, - y este es el verdadero peligro - : esta ley que estamos dando, como estamos legislando para nuestro propio provecho, no hemos caído en cuenta de que a medida que extendamos el círculo de la limitación, nos vemos en el riesgo inminente de quedar dentro de ese círculo, dentro de esa esfera cuyo radio se extiende peligrosamente. Si extendemos las prohibiciones, ¡quién sabe, señores diputados, si no vayamos a quedar dentro de ellas! ¡ Quién sabe entonces si no perdamos aquello mismo que deséamos conseguir! ¡Quién sabe si no haya en esta Asamblea algunos parientes de Gobernadores! ¡Quién sabe, si impedimos el acceso a los amigos de Gobernadores a los amigos de los jefes Políticos, quién sabe si alguno de nosotros no tenga leal amistad con algún Gobernador o con algún Jefe Político, no los hay ya, con algún Presidente Municipal! De manera que nos exponemos, de seguir aprobando esta verdadera avalancha de absurdas proposiciones, a perder el deseado laurel cuando ya tendíamos anhelantes la mano para alcanzarlo.

No, señores diputados, si hemos sacrificado un principio constitucional a una necesidad política del momento, rechazando a quienes sirvieron a regímenes espurios, bien está; si hemos, aduciendo que defendemos, que hacemos la defensa de las libertades municipales, rechazado a los diputados locales, bien está; detengámonos ya, señores diputados, que de lo contrario será demasiado tarde; cuando despertemos, de seguir en este camino, nos hallaremos en el abismo oprobioso del ridículo; detengámonos ya, digamos al compañero Rocha y a sus apreciables firmantes que con todo el dolor de nuestro corazón no podemos acceder por ahora al logro de su peregrino deseo; el hacerlo así, será dar una muestra de relativa ecuanimidad, de desinterés y, sobre todo, de que aún queda en nosotros un resto, de que aún queda en nosotros un resto, siquiera insignificante, del menos común de los sentidos, del sentido común. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rocha.

El C. Rocha: Solamente para manifestar que yo he presentado esa moción con los mejores deseos de asegurar un tanto más la efectividad del sufragio, resguardándolo hasta donde sea posible. Si la Asamblea considera que es injusta, que es atentatoria esta adición que yo propongo, la Asamblea resolverá; pero no estoy dispuesto a contradecir los argumentos del C. Manrique, por más que no estoy de acuerdo con él.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Avilés.(Voces: ¡A votar!)

El C. Avilés: ¡Aleluya, aleluya! debéis de exclamar ya, señores diputados, porque tenéis ganada la curul; ya se ha desechado a todo el mundo, nadie puede presentarse ya como candidato a diputado; habéis hecho, señores diputados, un pan como unas hostias habiendo aprobado toda esta ley que yo he venido sosteniendo desde un principio que es una ley inconsecuente. Ya tenemos allí la otra proposición de que no se acepten ni parientes ni hermanos ni nada absolutamente, pues ya vosotros queréis perpetuaros aquí, estar más tiempo pegados a estas curules. Señores diputados, ¿que dirá la nación entera de esta labor que se está desarrollando aquí? (Voces: ¿Qué dirán las naciones extranjeras? No, señores, las naciones extranjeras no, ¿qué vamos a hacer con las naciones extranjeras? ¿qué dirán nuestros paisanos los que nos mandaron a estas curules a que viníeramos a forjar leyes que los favorecieran, no a forjar leyes que nos favorecieran a nosotros mismos. Sin embargo, señores diputados, habéis excluído a todos, menos, entendedlo bien, menos al verdadero elemento reaccionario que se bulle aún en el campo de batalla; a ese no lo habéis excluído todavía, señores diputados. Aquí ayer el diputado Siurob vino a hacer la apología del "zapatista" y vino a glorificarlo, aquí vino a decirnos, señores diputados, que el "zapatista" perseguía tierras, que a ese había que perdonarlo. No se quiso admitir una adición a la ley que había aquí, señores diputados, donde se pedía que quedaran excluídos también los elementos ex "convencionistas" y "zapatistas" que habían tomado parte en los acontecimientos de la Convención, y, sin embargo, señores diputados, se ha venido aquí excluyendo desde el pobre recaudador de Rentas, desde todo el mundo se ha venido excluyendo aquí, porque a nosotros se nos antoja excluirlo y esto todo, señores diputados, ha venido siendo anticonstitucional. El militar, señores diputados, según la Constitución dice, debe de separarse tres meses antes del servicio para poder lanzar su candidatura, y este es un término enteramente constitucional. ¿Por qué, señores diputados, vamos a coartarle después de haberse separado los tres meses, el derecho de lanzar su candidatura por algún Distrito Electoral? Yo no creo, señores diputados, que esto sea justo. Ya basta con tanta adición y más adición a la Ley Electoral. Ya en esto, señores diputados, se ha llegado hasta el ridículo, ya no puede ser más, señores diputados; se necesita que volváis sobre vuestros pasos desechando toda esta ley, es decir, estas adiciones, porque la ley, esa ya está votada; todas estas adiciones que en verdad están siendo ridículas y están poniendo en el ridículo más espantoso a la Representación Nacional. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Navarrete Antonio.

El C. Navarrete Antonio: Señores diputados: Es ridículo lo que viene a decir aquí el señor Avilés. (Risas.) El señor Avilés es un falso. Recuerden ustedes que atacó al "Partido Liberal Constitucionalista" porque aplicaba el criterio político. Aquí está esta carta del C. Avilés en la cual se muestra partidario del criterio político. (Voces: ¡Uy! ¡No hay caso! ¡Que se lea! Siseos.)

El C. Manrique: Para una moción de orden, señor Presidente. El orador tiene derecho y cualquiera de los señores diputados, para pedir la lectura de documentos relativos al debate; no está a debate la personalidad del compañero Avilés. De la lectura de esta carta se seguirán rectificaciones del compañero Avilés y seguiremos perdiendo el tiempo. Si el documento trata de demostrarnos la bondad de la proposición a debate, bien, venga la lectura

del documento; de lo contrario, debemos excluírlo.

El C. Presidente: Habiendo solicitado la palabra el C. Navarrete en pro de la proposición, mientras no se pruebe lo contrario, se presume que todas las pruebas que el C. Navarrete aduzca, son conducentes al debate.

- El C. Secretario Alonzo Romero, leyendo:

"México, 28 de mayo de 1917.

"Señor León Rodríguez Colín.

H. Zitácuaro.

"Mi muy estimado amigo:

"Sin ninguna tuya a que tener el gusto de referirme, forma la presente para saludarte y hacer votos porque te encuentres bien.

En seguida paso a manifestarte que he recibido noticias que en esa se trabaja activamente por la Junta Liberal para sacar candidatos al Congreso Local a don Mauro Patiño y doctor Ricardo Ruiz o doctor Serranía, diputados, como este sería otra disparate que cometiera esa junta como en la referente a Onésimo, que entre paréntesis sigue siendo un borracho como antes,....."

El C. Manrique, interrumpiendo: Para una moción de orden, señor Presidente. Me permito interrumpir la lectura de este documento para sentar de una vez para todas jurisprudencia. Es cosa perfectamente explorada, es cosa perfectamente decidida por los tratadistas en la materia, que las cartas privadas son de la propiedad de la persona que las dirige y sin su expreso consentimiento no deben darse a la publicidad; (Voces: ¡Que se lea! si se tratase de una carta dirigida al compañero Navarrete, este tendría derecho de leerla o de hacerla leer, como hace pocos momentos el compañero Siurob, con pleno derecho, hizo que se leyese una carta a él dirigida. La carta del señor Avilé, dirigida a una tercera persona, no tiene el señor Navarrete, sin faltar a los fueros de la caballerosidad, el derecho de hacerla leer en público. (Aplausos.)

- El mismo C. Secretario: La Secretaría, compañero Manrique, no hace mas que cumplir con lo que la Mesa le ordena; se suplica a Su Señoría que no la interrumpa más. (Risas.)

"...es decir de diario. Yo por mi parte me permito sugerirte la siguiente idea, para que si es de tu aceptación la pongas en práctica. Procura reunirte con algunos amigos y tomando el nombre de independiente lancen la candidatura del ingeniero Ortiz Rubio como Gobernador y para diputados al Congreso local yo como propietario y tú como suplente. Quizá al hacerte esta proposición creas que me guía una ambición desmedida, pero estoy lejos de todo eso, lo único que quiero es que haciendo uso del escaso prestigio que mi humilde persona pueda tener por esa, se aproveche en primer lugar para contrarrestar la influencia de la funesta Junta Liberal y en seguida el vehemente deseo que tengo de que nuestro Zitácuaro este bien representado y como creo posible que trabajando con actividad se podrán obtener unos mil o dos mil votos con los cuales contrarrestaríamos los votos que adquieran Ruiz, etc., etc., y como consecuencia tú serías el que irías a representar en el Congreso Local a nuestro querido Zitácuaro, pues yo pediría continuar representando en el Congreso General a Zitácuaro. Estudia bien la proposición y si la encuentras justa y viable ponla en práctica, pues creo que el triunfo no se haría rogar mucho, pues tú sabes como yo, que aplicando el criterio político a los candidatos de la famosa Junta con facilidad se pulverizan.

"Contéstame lo más pronto posible a la Cámara de Diputados. Quiero que de poner en práctica esta idea la hagas circular como sugerida por ti o por alguno de los amigos, pues no sería político que yo apareciera como tal.

"Mis saludos a tu familia, a Pedro y tu recibe la estimación de tu amigo que te aprecia y verte desea.- Uriel Avilés."

El C. Navarrete: De la carta, señores diputados, se desprende que Avilés es un charlatán a quien no se toma en serio.

El C. Avilés, interrumpiendo: ¡Usted miente, usted es un canalla!

El C. Navarrete, continuando: Aquí está este otro documento que comprueba la clase de gente que es Avilés.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"En la ciudad de Morelia, a los dieciocho días del mes de junio de mil novecientos diecisiete presentes en al Secretaría General de Gobierno, ante el C. Secretario del Despacho, ingeniero Ponciano Pulido, los señores Néstor Correa y Ramón Alvarado, declaró el segundo de los citados señores (Néstor Correa), que el señor Uriel Avilés exigía a los Hacendados de Zinapécuaro, maíz para venderlo al pueblo, después de manifestado el maíz que producían dichas Haciendas. Después de manifestado el maíz que producían dichas Haciendas. Después lo vendió a un español llamado Matías Paz, quién lo estuvo extrayendo de la población, estando esto prohibido.

El señor Ramón Macías estaba de acuerdo con el citado señor Avilés, para extraer dicho maíz. El señor Ramón Alvarado, de Jungapeo, Zitácuaro, y radicado en esta capital, declara que el señor Uriel Avilés vendía caballos de los recogidos durante la Revolución, dando papeles de venta falsos, y al efecto, muestra un papel de venta en el que se demuestra que Jesús Ortiz vende a Gumersindo Beltrán un caballo color colorado, frente blanca y patas blancas. Firman como testigos M. Moya, y J. Raimundo Silva, teniendo el visto bueno del Presidente Uriel Avilés y el sello del Ayuntamiento. Manifiesta el señor Alvarado que tanto los nombres Gumesindo Beltrán, Jesús Ortiz y los testigos M. Moya y Raimundo Silva, son supuestos. Esto le consta también al señor Néstor Correa, y que estos caballos por consecutivas ventas falsas, iba transfiriendo la propiedad hasta quedar a favor del señor Alvarado que le consta que obligaba a los matadores de Zinapécuaro a que le vendieran cueros al precio que él quería, los cuales eran transportados a esta ciudad y pasados a mayor precio al general Elizondo, en el tiempo en que dicho general necesitaba dichos cueros para hacer monturas para las tropas.

Que cierta vez el señor Uriel Avilés fue a Villa Hidalgo e impuso multas a varias personas por distintas causas, a unas porque vendían artículos a precios altos, a otras porque no entregaban armas que exigía, a otras porque las declaraba villistas, y a otras porque no querían recibir el papel moneda, y que esas multas no ingresaron a la Tesorería Municipal. Que todo esto le consta la citada señor

Alvarado por haberlo acompañado a esa excursión. Que Otoniel Nateras, sargento segundo de las fuerzas del general Elizondo, puede proporcionar muchos datos respecto a todos los abusos que Avilés cometió en Zinapécuaro.- Declara el señor Alvarado que una vez fueron a Santa Ana Maya, él y el referido Avilés y trajo preso a un señor Pérez, persona solvente de Santa Ana Maya, multándolo de cuatro a quinientos pesos, negándose a recibir papel moneda de Veracruz, debiendo ser plata o papel moneda de Banco. Que una vez un señor N. González que fue a Querétaro con motivo de comerciar, se embriagó y pasó al teléfono del Jefe de Tenencia, manifestando que quería hablar con el general Elizondo, para amnistiarse, pues decía que era general zapatista, dejando su gente en la sierra. Con ese motivo lo tuvieron preso hasta que dieron cuenta al señor Avilés, el cual envió al citado señor Alvarado por el que se decía general zapatista. El Jefe de Tenencia le entregó al reo y un reloj, así como veinte pesos de la propiedad del referido González, lo que entregó a su llegada a Zinapécuaro al citado Avilés. Después trajeron el reo a esta ciudad, el cual le exigía al señor Alvarado el reloj y los veinte pesos, quien le manifestó que todo eso lo había entregado a Aviléz, quien no devolvió nada. Con lo que terminó la presente acta, que firman las personas que en ella intervinieron.- Ramón R. Alvarado.- Néstor Correa Leiva.- P. Pulido

El C. Manrique, interrumpiendo: ¡para una moción de orden! ¡una interpelación al Presidente García Vigil! ¿No se ha enterado todavía Su Señoría del sentido de estos documentos? Quiere o no quiere cumplir con la ley? ¿Tiene o no atribuciones para interrumpir la lectura de los documentos? (aplausos.)

El C. Presidente: El lenguaje en que se dirige Su Señoría a la Presidencia de la Cámara, no es el propio.....

- El C. Manrique, interrumpiendo:¡ ¡Es el propio y lo sostengo!! - El C. Presidente: Llamo la atención al C. Manrique para que modele su lenguaje, él que ha dado muestras siempre de modelación. La Presidencia no tiene más que dar los trámites de rigor. Si el C. Navarrete, que está en el uso de la palabra, por un derecho inalienable, considera que concurre a los fines que persigue, o sea hablar en contra de la proposición, la lectura de esos documentos, la Presidencia no tiene más que sujetarse a los dictados de la ley, la misma ley que invoca el C. Manrique. (aplausos.)

El C. Manrique: Por encima de la ley está la caballerosidad, señor García Vigil.

El C. Presidente: Llamo a usted al orden, C. Manrique, porque por tercera vez ha hecho usted uso de la palabra, no habiendosela concedido la Presidencia, y no solamente esto, sino que ha hecho usted uso de la palabra desde su curul, sentado.

- El C. Secretario Alonzo Romero, leyendo:

"El señor Ramón Alvarado, de Jungapeo, Zitácuaro, y radicado en esta capital, declara que el señor Uriel Avilés vendía caballos de los recogidos durante la Revolución, dando papeles de venta falsos, y al efecto, muestra un papel de venta en el que se demuestra que Jesús Ortiz vende a Gumersindo de Beltrán un caballo color colorado, frente blanca y patas blancas. Firman como testigos M. Moya y J. Raimundo Silva, teniendo el visto bueno del Presidente Uriel Avilés y el sello del Ayuntamiento. Manifiesta el señor Alvarado que tanto los nombres Gumersindo Beltrán, Jesús Ortiz y los testigos M. Moya y Raimundo Silva, son supuestos." (Siseos.)

El C. Navarrete: Ahora, dedúzcanse las consecuencias de estas cartas, de quién es el señor Avilés. Respecto a que éste sea un documento privado, señor Manrique, me atengo a las consecuencias; yo nunca acostumbro violar la correspondencia, y ésta ha llegado a mis manos, porque me ha sido enviada de Zinapécuaro.

El C. Avilés: Para rectificar hechos.

El C. Soto: ¿Y qué pasó con la ley que está discutiendo? (Voces: ¿Es en pro o en contra?)

El C. Navarrete: Quería nada más que se leyeran los documentos, para que se vea quién es el señor Avilés. (Siseos.)

El C. Zavala Leobino: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Zavala Leobino: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Zavala Leobino: Señores diputados: El señor diputado Navarrete ha solicitado la palabra para hablar en pro del dictamen, y como lo que ha venido a hacer aquí es a discutir la personalidad del señor Avilés y a enterarnos de asuntos privados, que absolutamente no importan a la Cámara ni nos hacen aventajar en la discusión, yo pido a la Presidencia la palabra para que se llame al orden al diputado Navarrete, a fin de que en lo sucesivo sea más consecuente, se atenga a lo que pida la palabra, y, sobre todo, que no traiga a la Cámara asuntos privados, que no tenemos necesidad de conocer .......

El C. Presidente, interrumpiendo: La Presidencia......

El C. Zavala, continuando: Continuó en el uso de la palabra con objeto de protestar de una vez por todas contra aquellos señores diputados que, usando de la facultad que les concede el Reglamento para leer aquí documentos que ilustren la discusión, que no tenemos necesidad de conocer..........

El C. Presidente, interrumpiendo: La Presidencia......

El C. Zavala, continuando: Continúo en el uso de la palabra con objeto de protestar de una vez por todas contra aquellos señores diputados que, usando de la facultad que les concede el Reglamento para leer aquí documentos que ilustren la discusión, traigan aquí documentos que muchas veces hasta vergüenza causa oírlos a los miembros honrados de la Representación.

(Aplausos.)

El C. Manrique: ¡Muy bien, sí señor! (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. de la Barrera.

El C. Avilés: Para rectificar hechos pedí la palabra, señor Presidente.

El C. Manrique: Moción de orden. El Reglamento autoriza para rectificar hechos y contestar alusiones personales a los oradores, sin necesidad de haberse inscripto previamente y con la debida oportunidad. Tan pronto como se ataque a alguien personalmente, tiene derecho de defenderse. Si el C. García Vigil, Presidente de la Cámara, en este momento es ecuánime, debe conceder inmediatamente, sin oír antes al señor diputado Antonio de la Barrera, la palabra al C. Uriel Avilés, como antes debió, una vez que se enteró del sentido del documento. (Aplausos.)

N

El C. de la Barrera: Pido la palabra. En virtud de que el C. Uriel Avilés pi dio la palabra para rectificar hechos y esto no obsta para que después hable yo en el asunto que está a debate, le cedo mi turno.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Avilés para rectificar hechos.

El C. Avilés: Señores diputados: Los imbéciles y los canallas como es el miserable de Navarrete.... (Siseos. Murmullos.)

El C. Navarrete, interrumpiendo: Pido la palabra. ¡Retire usted esas palabras!

El C. Vadillo: Pido la palabra. A fin de suplicar al ciudadano Presidente se sirva hacer que el C. Avilés retire esa palabra injuriosa que ha dicho al señor Navarrete, porque si bien la Asamblea tiene generalmente la paciencia de escuchar al C. Avilés, no la tiene para escuchar injurias a nadie.

El C. Manrique: ¿Por qué no había el C. Vadillo reclamado a Navarrete? (Desorden. Campanilla.)

El C. Aguirre Colorado: ¡No tiene la palabra Manrique!

El C. Pruneda: ¡Es una acta!

El C. Avilés: He dicho, señores diputados.....

El C. Presidente, interrumpiendo: La Presidencia se ve en el caso de exhortar al C. Manrique a que guarde la compostura que es proverbial en él, y en cuanto al C. Avilés, también lo excita para que retire las palabras, si está dispuesto a ello, reconociendo que se ha excedido. De lo contrario, se asentarán en el acta; y sí se ve en el caso de suplicarle que si está dispuesto efectivamente a rectificar hechos, se limite a la rectificación, procurando que su lenguaje no provoque turbulencias en el seno de la Asamblea.

El C. Avilés, continuando: He dicho, señores diputados, que no retiraré las palabras que acabo de asentar. Sí, señores diputados, Navarrete es un calumniador de oficio, ¿y por qué no venirlo a decir desde esta tribuna? Ese hombre que no se ha detenido en insultar y teniendo a sus espaldas a otro hombre, en ayudar, en fomentar la revolución en el Estado de Michoacán, no tendría empacho, señores, en venir a traer documentos falsos como los que ha venido a traer aquí. (Una voz: ¡No es cierto eso!) Este hombre, lo vuelvo a repetir, no se ha parado en mientes para estar injuriando de una manera soez, de una manera canallesca, al Gobernador de Michoacán; de estar con su libelo que se llama "Prensa Libre," no solamente insultando al Gobernador de Michoacán, sino al mismo Presidente de la República. Aquí traigo pruebas también de ello. ¿No iba a tener empacho, señores diputados, en venir a traer mi pobre personalidad aquí a colación? Es un calumniador. ¡Que yo haya impuesto multas! ¡Que yo haya dirigido cartas políticas! Que yo haya hecho y haya tornado y haya vuelto! ¿Qué le importa? (Risas. Murmullos.) Eso solamente es de mi propia incumbencia, señores diputados. Allí está Zinapécuaro que ha juzgado mi labor como revolucionario; allí está todo el Estado de Michoacán, que ha juzgado mi labor como revolucionario; allí están muchos hombres de bien que no tendrían inconveniente allá en el Estado de Michoacán, y no solamente en el Estado de Michoacán, en otras partes de la República, en abonar mi conducta como revolucionario y como honrrado, no uno que estuvo de engomador "zapatista," que le estuvo lamiendo las pantuflas a Zapata, manteniéndose allí como engomador.....

El C. Díaz González, interrumpiendo: Para los reaccionarios, los revolucionarios son bandidos.

- El C. Avilés, continuando:.....en la Administración del Timbre, señores diputados, en la Impresora del Timbre, señores. Este es el hombre. En la época del Presidente Madero, fue enemigo de la época del Presidente Madero, fomentando también la revolución en Michoacán, sosteniendo con su periodicucho a un elemento que se había sublevado en Michoacán, a un individuo que se llamó Marcos Méndez; hay pruebas vivientes en todo esto y todavía viene aquí con niñerías, con cartas hechas en la época de la funesta administración de Rentería Luviano, cuando no figuran nada más que firmando esas cartas que puros enemigos jurados, tanto míos como del ingeniero Ortiz Rubio. Este hombre y el que está a sus espaldas.

El C. Ancona Albertos, interrumpiendo: ¿Quién es?

El C. Avilés, continuando: Eso la historia lo sabe. (Risas.) Este individuo, señores diputados, ha sido siempre un canalla. En la época de Huerta, señores diputados, estuvo de acuerdo aquí con un licenciado Betancourt que estuvo al lado del funesto Victoriano Huerta, le estuvo también limpiando el calzado, porque éste es el oficio de preferencia de este hombre. ¿A qué trae aquí la personalidad mía sacándome, allí que yo me robé un caballo, que me robé lo de más allá, cuando él sin ser revolucionario..... y si yo me hubiera robado esto, señores diputados, tenía derecho de habérmelo robado (risas), tenía derecho de haberme robado eso (risas), porque en tal caso hubiera sido un botín quitado al enemigo. Este pobre hombre que en las oficinas de la Impresora del Timbre se extraía los paquetes de papel para luego venderlo, ese es un verdadero robo; yo desafío a cualquiera que haya sido revolucionario, señores diputados, a que se pare y diga: "Yo nunca necesité de un caballo, ni lo tomé donde lo hubo;" yo desafío a cualquiera de esos señores revolucionarios a que me diga que nunca ha tomado un caballo cuando lo necesitó; yo desafío, señores diputados, a cualquier revolucionario, a un revolucionario de verdad, a que me diga que nunca tomó una carga de maíz de donde la haya necesitado. Y estos que no han sido revolucionarios, que no han sido más que chinches pegadas a la Revolución para estar exprimiendo la sangre de ella.....(siseos), estos vienen a acusarme aquí y a traer mi personalidad que para nada se necesitaba que viniera a estas cosas. Yo emplazo a Navarrete, no solamente aquí, sino en cualquier parte, para probarle que soy más honrado, más caballero y más hombre que él.... (Siseos.)

El C. Navarrete: Pido la palabra.

El C. Cámara: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Cámara: El C. Avilés no quiso satisfacer la ofensa que le infirió al C. Navarrete, conforme lo exhortó la Presidencia. Suplico a Su Señoría, el señor Presidente, se sirva proceder de acuerdo con el artículo 105 del Reglamento.

El C. Presidente: Conforme lo pide el C. Cámara, la Presidencia, por los medios legales, ordenará que se consignen las frases injuriosas que ha vertido el C. Avilés en contra del C. Navarrete, para que de ellas de desprendan las responsabilidades que se puedan exigir judicialmente.

El C. Manrique: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Manrique: Como una consecuencia directa del trámite dado en estos momentos por la Presidencia de la Cámara, pido que se haga constar en una acta especial, el o los documentos hechos leer por el C. diputado Antonio Navarrete en esta sesión, para que el C. diputado Avilés tenga a salvo sus derechos para lo que haya lugar.

El C. Ancona Albertos: ¡Otra moción de orden!

- El C. Presidente: La Presidencia no encuentra reglamentario lo que pide el C. Manrique; pero hace observar que basta que se haya dado lectura a los documentos referidos, para que consten en el "Diario de los Debates," y que siendo éste un documento oficial, el C. Avilés puede deducir de él sus derechos. Tiene la palabra en contra el C. Ancona Albertos.

El C. Ancona Albertos: ¡Moción de orden! Hay un precepto reglamentario que dispone que cuando sólo se pida la palabra en contra, basta con que hablen dos oradores. El C. Navarrete, es cierto, pi dio la palabra en pro; pero no habló; de modo es que ya no hay lugar a que hable otro. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Aguirre Colorado: El artículo de que se trata es el 121.

El C. Presidente: La Mesa hace notar que el C. Ancona Albertos no está justificado. El artículo 121 del Reglamento dice: "Cuando sólo se pidiere en contra, hablarán todos los que la tuvieren; pero después de haber hablado tres, se preguntará si el punto está suficientemente discutido." Aquí no es el caso, pues ha habido un diputado que ha pedido la palabra en pro, que es el C. Navarrete. Además, todavía no han hablado tres oradores en contra, que sería cuando se preguntara si el asunto estaba suficientemente discutido; por consiguiente, no tiene fundamento la moción y sigue en el uso de la palabra el C. de la Barrera.

El C. de la Barrera: Señores diputados: Veo que la Asamblea está algo cansada.... (Voces: ¡Mucho y con justicia!) Justa o injustamente, está cansada y, en consecuencia, voy a ser lo más breve posible.

Los oradores que me han precedido en el uso de la palabra...., (Voces: ¿A quiénes se llama oradores?) Si oradores se les puede nombrar, han venido a tratar el punto de discusión en una forma que no deja satisfechas las razones que tenemos para pedir que las adiciones que presentan las Comisiones sean rechazadas. Yo voy a tratar el asunto desde un punto de netamente militar. La fracción IV del artículo 55 de la Constitución previene: "No estar en servicio activo en el Ejército Federal ni tener mando en la policía o gendarmería rural en el Distrito donde se haga la elección, cuando menos noventa días antes de ella." Si un militar que tenga aspiraciones de lanzar su candidatura en algún distrito electoral donde éste esté operando, noventa días antes de las elecciones cumple con este requisito que le marca la Constitución, no veo el motivo, señores diputados, para que ahora por medio de esta adición que yo conceptúo completamente absurda, venga la Comisión a decirnos que no podrá ser diputado aquel militar, cuando éste ha cumplido con los requisitos constitucionales. Quizá no sabe el coronel Rocha que las fuerzas que comandan los coroneles o cualquier otro militar de cualquiera graduación no están al arbitrio de él, sino que dependen del jefe de operaciones o de la Secretaría de Guerra; no veo el motivo por qué al militar que se ha separado con anticipación dando cumplimiento a un precepto constitucional, se le va a exigir que no lance su candidatura donde operen las fuerzas que él tuvo a su mando tres meses antes de las elecciones. Así, pues, yo suplico a ustedes, para no ponernos más en ridículo, que desechemos esta adición.... (Aplausos. Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Secretario Alonzo Romero: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. Se va a proceder a la votación. En una sola votación se va a proceder. Se va a proceder a la votación de todas las fracciones que no han sido objeto de debate. (Voces: ¡Que se lean!.)

"Señor:

"Consideramos justa la adición propuesta por los CC. diputados Rocha José Federico y López Miro. Jenaro, pidiendo que se declare la nulidad de la elección que se obtenga en favor de militares, que, aunque separados del servicio, conserven en el distrito en que van a trabajar como candidatos las fuerzas que tres meses antes estaban a su mando; esto no obstante, comprendemos que no debe extremarse tanto la medida hasta imposibilitarlos sólo por el hecho de que en la fuerza que guarnezcan el distrito electoral o el Estado, se encuentre un pariente suyo y menos sin determinar hasta qué grado y en qué línea.

"Por esas consideraciones proponemos para su aprobación el siguiente acuerdo:

"Apruébese la siguiente adición a la Ley Electoral:

"Artículo 43....

"VIII. Sobre militares que, aunque separados del servicio, resulten electos en los Distritos Electorales guarnecidos por las fuerzas que noventa días antes de la elección estaban bajo sus inmediatas órdenes.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados.- México, junio 19 de 1918.- Rafael Martínez de Escobar.- J. Alvarez del Castillo.- Francisco Medina.- M. Rueda Magro."

Se va a proceder a la votación nominal de esta fracción. Por la afirmativa.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Por la negativa.

(Se recogió la votación.)

El C. Secretario Alonzo Romero: Vuelve a la

Comisión.... (Voces: ¡Fue desechada!) La Secretaría modifica su trámite y va a hacer la declaratoria; ha sido una violencia por el deseo de trabajar.

- El mismo C. Secretario: Ha sido desechada la fracción VIII del artículo 43 por 129 votos de la negativa contra 4 de la afirmativa de los CC. diputados Navarrete, Pruneda, Rocha José Federico y Sánchez Pontón. Por consiguiente, pasa a la Comisión.... (Voces: ¡Fue desechada!) Queda desechada.

El C. Secretario Alonzo Romero: Las Comisiones devuelven las siguientes fracciones, modificadas conforme el sentir de la Asamblea.

"Señor:

"Las Comisiones de Puntos Constitucionales y de Gobernación, en vista de la abrumadora mayoría que desechó el dictamen de esta fecha, que desechaba la adición de los señores José Siurob, Enrique C. Sánchez Tenorio y socios, someten a vuestra aprobación las siguientes adiciones:

"Artículo 43... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

"Fracción VII. Sobre los diputados a las Legislaturas locales que, conforme a las Constituciones particulares de los Estados, están facultados para calificar las elecciones de Ayuntamientos."

"Artículo 104 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

"Fracción 1... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

"Fracción VIII .... Se presumirá que hubo presión cuando las elecciones recaigan sobre los administradores o recaudadores de rentas de la Federación, de los Estados o de los Municipios y Directores de Catastros, cuando tengan jurisdicción sobre la mayor parte de los distritos electorales por el que han sido electos."

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 19 de junio de 1918.- Rafael Martínez de Escobar.- M. Rueda Magro."

El C. Rueda Magro: Pido la palabra, como miembro de las Comisiones.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rueda Magro.

El C. Rueda Magro: Se presentaron a las Comisiones, dos adiciones a la ley; una que dice;

"Se presume que hay presión, cohecho o soborno, cuando la elección recaiga en los Oficiales Mayores de la Secretaría de los Gobiernos de los Estados, en los Administradores o Recaudadores de Rentas de la Federación, de los mismos Estados o de los Municipios y Directores del Catastro, cuando tengan jurisdicción en la mayor parte del distrito electoral que han sido electos."

Y otra relativa a los diputados de los Congresos locales. Los miembros de las Comisiones dictaminamos en contra de estas dos adiciones, y el dictamen fue desechado; en esa virtud, las Comisiones, sólo por el sentir de la Asamblea, lo presentan como está; pero como se presentó una sola proposición y ésta fue desechada, ahora se presentan las proposiciones separadamente, para que la Asamblea vote favorablemente por la que estime aceptable, y desfavorablemente por la que rechace.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Está a discusión el dictamen presentado por las Comisiones. No habiendo ningún orador inscripto, se va a proceder a la votación nominal.

El C. Basáñez: Pido que se voten separadamente las proposiciones.

- El mismo C. Prosecretario: Se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se aprueba lo que propone el C. Basáñez. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado. Se va a proceder a votar la fracción VIII del artículo 43, en vista del resultado de la votación anterior. Dicha fracción dice así: (Volvió a leerla.) Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Secretario Alonzo Romero: Por la negativa.

(Se empezó a recoger la votación.)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio, durante el acto: En vista de que muchos diputados no están sentados en sus curules, dificultando así una exacta votación, se suspenderá ésta, si no vuelven a sus lugares, guardando el debido orden.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se suplica a los ciudadanos diputados presten atención, pues de lo contrario incurrirán en equivocaciones, como está sucediendo, pues un mismo representante ha votado por la afirmativa y por la negativa al mismo tiempo.

(Concluyó la votación.)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Votaron por la negativa los 71 CC. diputados siguientes: Aguilar José D; Aguirre Escobar, Ancona Albertos, Avilés, Bandera y Bata, Bello, Betancourt, Blancarte, Cabrera, Cámara, Cano, Cárdenas, Carrascosa, Castro, Cepeda Medrano, Cienfuegos y Camus, Córdoba Daniel S., Cristiani, Cruz, Cruz José C., Dávila, Díaz González, Figueroa, García Adolfo G., García Eliseo, García Vigil, Gutiérrez Antonio, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Ibarra, Lailson Banuet, Lechuga Val, Lechuga Mariano, León, Leyzaola, Lizalde, Luna Enríquez, Manrique, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar Rafael, Mata Luis I., Medina Francisco, Moctezuma, Molina, Morales Hesse, Narro, Olivé, Otero, Padrés, Pardo, Paredes Colín, Pedroza, Peralta, Porchas, Portillo, Prieto, Rebolledo, Ríos Santos, Rivas, Robledo, Rojas Dugelay, Rueda Magro, Solórzano, Soto, Téllez Escudero, Vadillo, Velásquez, Ventura, Zavala Dionisio y Zavala Leobino.

El C. Peralta: Reclamo mi voto; yo voté por la afirmativa.

El C. Padilla: Yo también voté por la afirmativa.

- El mismo C. Prosecretario: Se hace la rectificación correspondiente respecto al voto del C. Peralta; en cuanto al del C. Padilla, indebidamente lo ha reclamado, porque no consta en la lista de la negativa. En consecuencia, fueron 70 votos por la negativa, contra 68 de la afirmativa.

El C. Siurob: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se va a dar lectura a los nombres de los que votaron por la afirmativa, para que puedan rectificar sus votos.

El C. Siurob: Reclamo la votación. Muchos ciudadanos diputados acaban de confesar que no oyeron precisamente qué cosa era lo que se estaba votando; en tal concepto, yo pido que se repita la votación..... (Voces: ¡no, no!)

El C. Secretario Alonzo Romero: La Mesa suplica a los señores diputados tengan la bondad de sentarse, para poner a votación la solicitud del C.

diputado Siurob. (Voces: ¡No, no!) Es una solicitud que hace.... (Voces: ¡No, no! Confusión, desorden.)

- El mismo C. Secretario: Se va a dar lectura a los que votaron por la afirmativa para que, si no están de acuerdo, rectifiquen sus votos.

El C. Siurob: Moción de orden. Pido a la Presidencia ponga a discusión mi solicitud.

El C. Presidente: La Mesa no puede poner a discusión la moción hecha por el C. Siurob; estamos en votación y hay que consumar la votación, conforme al Reglamento.

- El mismo C. Secretario: Si al leerse las dos listas, de la afirmativa y de al negativa, algún ciudadano diputado reclama su voto, se hará la rectificación que se solicite.

El C. Siurob: Pido en tal caso que, como muchos no supieron qué se estaba votando.....

El C. Presidente: Culpa suya es, C. diputado Siurob; aquí vienen ciudadanos de veinticinco años cumplidos..... (Aplausos.)

El C. Siurob: No niego que vengan ciudadanos de veinticinco años cumplidos; pero como hay desorden en la Asamblea, puede haber sucedido que no hubieran oído muchos.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se va a dar lectura a la lista de la afirmativa, pero tengan la bondad de escuchar: Aguilar Silvestre, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Aillaud, Alonzo Romero, Andrade, Aranda, Araujo, Arreola, Barrera de la, Basáñez, Cancino Gómez, Carrillo Itirriaga, Céspedes, Cisneros, Dávalos Ornelas, Espinosa, Esquivel, Fentanes, Fernández Martínez, Gámez Ramón, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gay Baños, Gómez S. Emiliano, González Galindo, González Jesús M., Guajardo, Hernández Maldonado, Higareda, López Celis, López Couto, López Ignacio, López Lira, Mariel, Martínez de Escobar Federico, Mendoza, Meneses, Meza, Mercado, Montiel, Navarrete, Neri, Ortega, Padilla, Peralta, Pereyra Carbonell, Pruneda, Ramírez Genaro, Ramírez Pedro, Rivera Cabrera, Robledo, Rodríguez Saro, Ruiz Alberto, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Sánchez José M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera. Siurob, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Valdés, Valle y Vega Sánchez.

El C. Meza: Reclamo mi voto por la afirmativa.... (Aplausos.)

El C. Soto: El señor Cravioto también reclama su voto.

El C. Torres Berdón: Pido la palabra para una aclaración, reclamo mi voto.

El C. Presidente: Usted no puede hacer aclaraciones en este momento. ¿Desea reclamar su voto?

El C. Torres Berdón: Los señores diputados han votado sin saber lo que estaban votando.... (Campanilla.)

El C. Portillo Marcelo: Reclamo mi voto por la afirmativa. (Aplausos.)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: El C. Portillo Marcelo votó por la afirmativa y se cancela su voto por la negativa.

El C. Aguirre Colorado: Moción de orden.

- El C. Presidente. La Presidencia suplica atentamente a los ciudadanos diputados tengan la bondad de tomar asiento para que se restablezca el orden y podamos proceder con método. (Voces. Desorden.)

El C. Aguirre Colorado: ¡Moción de orden!)

El C. Hernández Garibay: ¡Moción de orden!)

El C. Siurob: ¡Moción de orden! Ya se convencerá el C. Presidente...

El C. Presidente: ¡No he concedido a usted el uso de la palabra!

El C. Secretario Alonzo Romero: Se suplica a los ciudadanos diputados se sirvan ocupar sus curules.

El C. Cravioto: ¿Cuál fue el resultado de la votación? (Voces: ¡Un momento!)

- El mismo C. Secretario: ¿Nadie más rectifica su voto? (Voces: ¡No!)

Con los votos rectificados, han resultado 70 por la afirmativa, contra 69 de la negativa. (Aplausos. Voces: ¡Sí, sí! ¡No, no!) La Secretaría va a dar nueva lectura a las listas. (Desorden.)

El C. Presidente: Ruego a los ciudadanos diputados atiendan la lectura de las listas de votación.

- El mismo C. Secretario: El C. Mariel votó por la negativa, apareciendo su voto también en la lista de la afirmativa; ha habido confusión y están empatados los votos.

El C. Siurob: Pido que se haga la declaración. - El mismo C. Secretario: En vista de haberse empatado la votación, se va a proceder nuevamente a ella (Aplausos. Voces: ¡No! ¡Sí!)

El C. Siurob: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: La Secretaría ha informado a la Presidencia que con la rectificación hecha por el C. Mariel, se empató la votación, por cuyo motivo, y queriendo la Mesa dar muestras de absoluta imparcialidad y que la Asamblea tenga la conciencia de que se ha procedido enteramente conforme a la ley, se va a dar lectura nuevamente a las listas.

- El mismo C. Secretario: Se suplica atención y silencio para que se oiga la lectura.

Aguilar Silvestre, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Aillaud, Alonzo Romero, Andrade, Aranda, Araujo, Arreola, Barrera de la, Basáñez, Cancino Gómez, Carrillo Iturriaga, Céspedes, Cisneros, Dávalos Ornelas, Espinosa, Esquivel, Fentanes, Fernández Martínez, Gámez Ramón, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gay Baños, Gómez S. Emiliano, González Galindo, González Jesús M., Guajardo, Hernández Maldonado, Higareda, López Celis, López Conto, López Ignacio, López Lira, Martínez de Escobar Federico, Mendoza, Meneses, Mercado, Meza, Montiel, Navarrete, Neri, Ortega, Padilla, Peralta, Pereyra Carbonell, Portillo, Pruneda, Ramírez Genaro, Ramírez Pedro, Rivera Cabrera, Rodríguez Saro, Ruiz Alberto, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Sánchez José M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera, Siurob, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Valdés, Valle y Vega Sánchez.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Votaron por la negativa los CC. diputados siguientes: Aguilar José D., Aguirre Escobar, Ancona Albertos, Avilés, Bandera y Mata, Bello, Betancourt, Blaucarte, Cabrera, Cámara, Cano, Cárdenas, Carrascosa, Castro, Cepeda Medrano, Cienfuegos y Camus,

Córdoba Daniel S., Cristiani, Cruz, Cruz José C; Dávila, Díaz González, Figueroa, García Adolfo G., García Eliseo Vigil, Gutiérrez Antonio, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Ibarra, Laison Banuet, Lechuga Val, Lechuga Mariano, León, Leyzaola, Lizalde, Luna Enríquez, Manrique, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar Rafael, Mata Luis I., Medina Francisco, Moctezuma, Molina, Morales Hesse, Narro, Olivé, Otero, Padrés, Pardo, Paredes Colín, Pedroza, Porchas, Prieto, Rebolledo, Ríos Santos, Rivas, Robledo, Rojas Dugelay, Rueda Magro, Solórzano, Soto, Téllez Escudero, Torre Rómulo de la, Vadillo, Velásquez, Ventura, Zavala Dionisio y Zavala Leobino.

Hago la siguiente aclaración. Acabo de contar a los diputados por la negativa y resultan 68.

El C. Robledo: Pido la palabra para rectificar mi voto. Me parece haber oído mi nombre en la lista de la afirmativa, siendo que voté negativamente.

El C. Secretario Alonzo Romero: La Secretaría acaba de dar lectura a la lista de la negativa, en la que consta el nombre del C. Robledo.

El C. Aguirre Colorado: ¡Que se repita la votación!

El C. Secretario: En virtud de haberse empatado nuevamente la votación, supuesto que son 68 votos por la afirmativa y 68 por la negativa, se va a proceder nuevamente a la votación. El artículo que se va a votar dice lo siguiente:.....

El C. Robledo, interrumpiendo: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Robledo: Pido que se lea el artículo 155 del Reglamento.

El C. Presidente: Ya la Mesa ha dado el trámite y se va a proceder a la segunda votación.

- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a la nueva votación, y se va a dar lectura a la fracción para que sepan los señores diputados lo que votan.

"Artículo 43....

"VII. Sobre los diputados a las Legislaturas locales, que conforme a las Constituciones particulares de los Estados, estén facultados para calificar las elecciones de Ayuntamientos."

(Desorden. Murmullos. Campanilla.)

- El mismo C. Secretario: La Presidencia manifiesta a la Asamblea que entre tanto no se restablezca el orden, no podrá procederse nuevamente a la votación; se suplica a los señores diputados Narro, Siurob y Robledo, se sirvan guardar silencio y ocupar sus curules; igual súplica se hace al C. Ruiz Estrada y al señor Garza Pérez que ocupe su curul, pues si los señores diputados no guardan silencio, no se procederá a la votación. Se va a dar lectura a la proposición que va a votarse.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Reza así esta fracción: (Volvió a leer.)

Se procede a la votación nominal. Por la negativa.

- El mismo C. Secretario: Por la afirmativa.

(Se recogió la votación.)

(Voces: ¡Que se declare cerrada la votación!)

El C. Secretario Alonzo Romero: Se declara cerrada la votación.

- El mismo C. Secretario: Votaron por la afirmativa los 72 CC. siguientes: Aguilar Silvestre, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Aillaud, Alonzo Romero, Andrade, Aranda, Arreola, Barragán Martín, Barrera de la, Basañez, Cancino Gómez, Cano, Carrillo Iturriaga, Castillo, Céspedes, Cisneros, Dávalos Ornelas, Espinosa, Esquivel, Fentanes, Fernández Martínez, Gámez Ramón, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gay Baños, Gómez S. Emiliano, González Galindo, González Jesús M., Guajardo, Hernández Maldonado, Higareda, López Celis, López Couto, López Ignacio, López Lira, López Miro, Medina Juan, Mendoza, Meneses, Mercado, Meza, Montiel, Navarrete, Neri, Ortega, Padilla, Peralta, Pereyra Carbonell, Portillo, Pruneda, Ramírez Genaro, Ramírez Pedro, Rivera Cabrera, Rodríguez Saro, Rosas, Ruiz Alberto, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Sánchez José M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera, Siurob, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Valdés, Valle y Vega Sánchez.

El C. González Jesús M.: Reclamo mi voto. Yo vote por la afirmativa.

El C. Alonzo Romero: Sí está, compañero.

El C. González Jesús M.: No le dieron lectura.

El C. Sánchez Tenorio: Votaron por la negativa los siguientes señores diputados: Aguilar José D., Ancona Albertos, Avilés, Bandera y Mata, Bello, Betancourt, Blancarte, Cabrera, Cámara, Cárdenas, Carrascosa, Castro, Cepeda Medrano, Cienfuegos y Camus, Córdova Gabriel J; Cornejo, Cravioto, Cristiani, Cruz, Cruz José C., Dávila, Díaz González, Figueroa, García Eliseo, García Vigil, Gutiérrez Antonio, Hermosillo, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Ibarra, Lailson Banuet, Lechuga Val, Lechuga Mariano, León, Leyzaola, Lizalde, Luna Enríquez, Malpica, Manrique, Martínez de Escobar Rafael, Mata Luis I., Medina Francisco, Moctezuma, Molina, Morales Hesse, Narro, Olivé, Otero, Padrés, Pardo, Pérez Brambila, Porchas, Prieto, Rebolledo, Ríos Santos, Rivas, Robledo, Rocha, Rojas Dugelay, Rueda Magro, Silva Jesús, Solórzano, Soto, Téllez Escudero, Vadillo, Velázquez, Ventura y Zavala Leobino.

Total, 68 votos.

El C. de la Torre Rómulo: Está dos veces mi nombre, yo voté por la afirmativa y allí está en la negativa también.

- El mismo C. Prosecretario: Se cancela por la negativa el voto del C. diputado Rómulo de la Torre; en consecuencia, la negativa arroja una suma de 67 votos.

El C. Prosecretario de la Barrera: Ha sido aprobada la fracción VII del artículo 43 por 72 votos de la afirmativa contra 67 de la negativa.

(Aplausos.)

El C. Secretario Alonzo Romero: Se va a proceder a la votación nominal de la fracción VIII del artículo 104, que dice:

"Artículo 104.....Fracción I.....Fracción VIII.....

"Se presumirá que hubo presión cuando las elecciones recaigan sobre los administradores o recaudadores de Rentas de la Federación, de los Estados o de los Municipios, y Directores de Catastros, cuando tengan jurisdicción sobre la mayor parte de los distritos electorales por el que han sido electos."

Se procede a la votación nominal.

- El mismo C. Secretario: Señores diputados: Por

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Por la afirmativa.

El C. Alonzo Romero: Por la negativa.

(Se recogió votación.)

El C. Alonzo Romero: Rechazada la fracción VIII del artículo 104 por la aplastante mayoría de 124 votos de la negativa contra doce de la afirmativa de los siguientes CC.: Aguirre Colorado, Alonzo Romero, Ancona Albertos, López Miro, López Ignacio, Luna Enríquez, Montiel, Pardo, Rivera C., Sánchez Tenorio, Torres Berdón y Valdés Bruno.

El C. Cisneros: Pido la palabra para la rectificación de mi voto.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cisneros: Yo voté por la afirmativa.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Con exclusión del voto del C. Cisneros, hay un total de 134 votos por la afirmativa y 123 por la negativa.

El C. Secretario Alonzo Romero: No habiéndose objetado las modificaciones y adiciones presentadas por las Comisiones, y a las que se dieron lectura esta mañana, y que fueron reservadas para su votación, se procede a ella en este momento. (Voces: ¡Que se lea!)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Se procede a la votación nominal por la afirmativa. (Voces: ¿Qué cosa es? Empieza a recogerse la votación.)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: ¿Cómo vota Su Señora el C. González Galindo?

El C. González Galindo: Yo sin saber por qué voto, no voto. (Voces: ¡No puede salvar el voto! Campanilla.)

El C. Presidente: La presidencia hace saber a Su Señoría que el Reglamento, de una manera expresa, lo obliga a emitir su voto.

El C. González Galindo: Y el Reglamento igualmente ordena se dé lectura a la parte final para que se vote. (Voces: ¡Esta mañana se dio!)

El C. Presidente: Esta mañana se dio lectura a las adiciones y modificaciones; el C. González Galindo se ha de haber fijado en la lectura.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: ¿Cómo vota el C. González Jesús M.?

El C. González Jesús M.: No sé por qué voy a votar. No doy mi voto. (El C. González trata de salir del salón:)

El C. Padilla: Para una moción de orden. Ruego a Su Señoría que se evite que los diputados abandonen el salón, y que se les obligue a votar. Si el C. González no sabe qué está a votación, es porque no vino o no se dio cuenta.

El C. Sánchez Tenorio: Porque no cumplen con su deber. (Continúa la votación.)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Se han aprobado las adiciones y modificaciones origen de esta votación por 121 votos de la afirmativa contra 8 de la negativa, con excepción del artículo 67, respecto del cual hay 7 votos por la negativa. Los que votaron por la negativa son los siguientes: CC. Avilés, Blancarte, Cepeda Medrano, Fernández Martínez, Robledo, Rocha, Rojas Dugelay, Rosas y Velásquez.

El C. Presidente: Habiéndose agotado totalmente la discusión del Proyecto de Ley Electoral, enviado por el Senado, más sus adiciones, modificaciones, etc., se nombran las Comisiones siguientes: una para llevar la Minuta de Ley ante el Senado, a los CC. Rueda Magro, Medina Francisco, Esquivel, Hernández Garibay, Saucedo Salvador y Prosecretario Sánchez Tenorio, para solicitar de la Cámara colegisladora permiso para suspender ésta sus sesiones por más de tres días, a los CC. León Luis, Soto Rosendo, Sánchez José M., Córdova Gabriel, Gay Baños y Prosecretario de la Barrera. Se va a dar lectura al acta.

- El C. Prosecretario Sánchez Tenorio, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados el día diez y ocho. Periodo extraordinario.

"Presidencia del C. José de Jesús Ibarra.

"En la ciudad de México, a las 10.37 de la mañana del miércoles diez y nueve de junio de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de 127 ciudadanos diputados, según consta en la lista que pasó el C. Prosecretario Limón, se abrió la sesión.

"El C. Secretario Aranda leyó el acta de la sesión celebrada el día diez y ocho de los corrientes, que se aprobó sin debate en votación económica, y luego dio cuenta con una proposición de los CC. Figueroa, Sánchez Tenorio, Vadillo y varios ciudadanos diputados más, a fin de que se constituyera la Asamblea en sesión permanente hasta concluir la discusión de las adiciones al Proyecto de Ley Electoral.

"Dispensada de trámites se puso a debate.

"Habló en contra el C. Cravioto y en pro el C. Figueroa, con lo que se consideró suficientemente discutida y aprobó.

"En consecuencia, a la diez y cuarenta y cinco de la mañana, se constituyó la Cámara en sesión permanente.

"Se dio cuenta con una adición firmada por las diputaciones de Yucatán y Tabasco (artículo 123) que se puso a discusión, así como que se le dispensaron los trámites.

"La apoyó el C. Martínez de Escobar Federico y acto continuo el C. Cravioto hizo una proposición con objeto de que se dispensaran los trámites a las distintas adiciones que iban a presentarse, para que dictaminaran. Esta proposición se aprobó después de que hicieron aclaraciones el C. Cámara y la Presidencia y una moción de orden el C. Rocha.

"Se declaró que continuaba el debate de la adición de las diputaciones de Yucatán y Tabasco, y, como ningún ciudadano usara de la palabra, se procedió a su votación de la afirmativa, contra 7 de la negativa de los CC. García Eliseo, Cabrera, Cepeda Medrano, Porchas, Molina, Rocha y Rojas Dugelay. Se hizo la declaratoria respectiva.

"Presidencia del C. Manuel García Vigil.

"La Secretaría dio cuenta con un memorial firmado por la señorita Hermila Galindo y otras más, en que se propone se consigne en la Ley Electoral, de manera clara, la participación de la mujer en los comicios electorales. Resérvese para la Comisión de Peticiones de la Cámara de Diputados, en su periodo ordinario.

"También se dio cuenta con una proposición del C. diputado Abraham Cruz, relativa a una adición al artículo 37 y que trata igualmente de procurar la participación de la mujer en los comicios.- Resérvese para el periodo ordinario de la Cámara de Diputados.

"El C. Manrique reclamó el trámite, la Presidencia hizo aclaraciones y el C. Cruz retiró su proposición.

"Acto continuo, se pusieron a consideración de la Asamblea los dictámenes de las Comisiones acerca de las adiciones a la Ley Electoral presentadas por varios ciudadanos diputados y que afectan a los artículos 5o; 8o; 9o; 15, 27, 32, 48, 67, 74, 106, fracción VII, y 107 que se fueron reservando para su votación una vez que los fundaba el C. Rueda Magro.

"Presidencia del C. José de Jesús Ibarra.

"Acerca de la adición al artículo 67, el mismo C. Rueda Magro contestó una interpelación del C. Velásquez y aceptó una reforma sugerida por él; asimismo respondió a preguntas de los CC. Blancarte, Fernández Martínez y González Galindo, relacionadas con la adición al artículo 107.

"Se dio lectura igualmente a otra adición que constituye la fracción VII del artículo 43, que fue impugnada por el C. Manrique y apoyada por el C. Fernández Martínez. Hablaron en contra y en pro, respectivamente, los CC. Lailson, Banuet y Basáñez; el C. Rueda Magro contestó una interpelación que hizo a la mesa el C. García Jonáz, quien agregó una aclaración; el C. Basáñez respondió a una pregunta del C. Velásquez y el C. López Lira se refirió a un hecho.

"Presidencia del C. Froylán C. Manjarrez.

"En contra usó de la palabra el C. Cepeda Medrano, quien fue interrumpido por una moción de orden del C. de la Barrera, en vista de la cual, por disposición de la Presidencia, la Secretaría dio lectura a las firmas que calzan la adición de que se trata.

"Presidencia del C. José de Jesús Ibarra.

"Continuó el C. Cepeda Medrano, y de nuevo fue interrumpido por mociones de orden de los CC. Figueroa, Pruneda, Cámara, de la Barrera, Alonzo Romero y Cravioto, con motivo de las cuales hizo aclaraciones el C. Presidente.

"Terminado el discurso del C. Cepeda Medrano, el C. Basáñez hizo una aclaración y el C. Martínez de Escobar, a nombre de las Comisiones, informó; el C. Manrique hizo consideraciones sobre la labor de éstas y luego habló para nuevas aclaraciones el C. Martínez de Escobar.

"La Presidencia, por las razones que expuso, suspendió la discusión sobre el particular y resolvió que la citada adición 43, pasara a las Comisiones para que dictaminaran; el C. Rueda Magro pi dio dispensa de trámites; la Presidencia hizo nuevas aclaraciones y sostuvo la resolución de que pasara el asunto a las Comisiones.

"A la una y veintisiete se suspendió la sesión y se reanudó a las cuatro y treinta y siete, con asistencia de 136 ciudadanos diputados, según lista que pasó el C. Prosecretario de la Barrera.

"La Secretaría dio cuenta con el dictamen de las Comisiones que propone se desechen las adiciones presentadas por varios ciudadanos diputados a la Ley Electoral, (fracción VII del artículo 43, II del 104 y 3o. transitorio.)

"Presidencia del C. Manuel García Vigil.

"Puesto a debate el referido dictamen, habló en contra el C. Siurob, y en seguida rectificó un hecho el C. García Jonás a lo que siguió una aclaración del primero. El C. Lailson Banuet ce dio su turno en pro al C. Vadillo, quien usó de la palabra en ese sentido. En contra lo hizo el C. Basáñez y luego el C. Prosecretario Sánchez Tenorio, a solicitud del C. Siurob, leyó dos documentos; éste contestó una pregunta del C. Vadillo y acto continuo pronunció un discurso en pro el C. Velásquez. El C. Medina Juan ce dio su turno en contra al C. Torres Berdón a quien siguió en el uso de la palabra, en pro, el C. Zavala Leobino.

"Impugnó el dictamen el C. Saucedo Salvador, y a petición suya, la Secretaría leyó una carta; el C. Robledo dirigió una interpelación al orador y así que hizo una aclaración el C. Sánchez Tenorio, habló en contra el C. Pruneda, y para rectificar un hecho el C. Rocha. Con el mismo fin usó de la palabra el C. Díaz González.

"Presidencia del C. J. de Jesús Ibarra.

"El C. Manrique, a quien se concedió la palabra en pro, hizo una aclaración; y como tratara de hablar en contra el C. González Jesús M; tuvo lugar un incidente en que el C. Manrique interpeló a la Presidencia e hicieron mociones de orden los CC. de la Barrera y Padilla. Sometido el trámite de la Mesa, que consistía en conceder la palabra al C. González Jesús M; al voto de la Asamblea, ésta resolvió el punto negativamente.

"Presidencia del C. Manuel García Vigil.

"Acto continuo se consideró el dictamen suficientemente discutido y se procedió a su votación nominal, después de que hicieron proposiciones los CC. Basáñez y Cravioto y la Secretaría aclaró que el C. Luna Enríquez no había subscripto ninguna de las adiciones que motivaron el dictamen, que resultó desechado por 81 votos de la negativa contra 66 de la afirmativa. Se hizo la declaración de que volvía a las Comisiones para su reforma.

"Se puso a discusión otro dictamen de las Comisiones, referente a una adición propuesta por los CC. Rocha y López Miro (fracción VIII del artículo 43).

"En contra se concedió la palabra al C. Manrique; el C. de la Barrera reclamó el orden y la Presidencia hizo la aclaración de que éste se había anotado en contra después que el C. Manrique. Este pi dio que las Comisiones fundasen su dictamen; el C. Rueda Magro hizo aclaraciones a nombre de ellas y el C. Manrique, que desistió de su petición, pasó a la tribuna para impugnar el dictamen. Lo mismo hizo el C. Avilés, así que el C. Rocha expresó cuál había sido su intención al formular la proposición motivo del dictamen. El C. Navarrete, a quien se concedió la palabra en pro, solicitó que la Secretaría leyera una carta y una acta,

cuya lectura fue interrumpida en dos ocasiones por el C. Manrique, para oponerse a ella; con tal motivo, la Presidencia hizo declaraciones y llamó al orden al C. Manrique; terminó de hablar el C. Navarrete, e hicieron mociones de orden los CC. Zavala Leobino y Manrique.

Se concedió la palabra al C. Avilés, para rectificar hechos, y fue interrumpido por una moción de orden del C. Vadillo. De acuerdo con ella, el ciudadano Presidente exhortó al C. Avilés para que retirara dos frases que había dirigido al C. Navarrete, pues de no hacerlo así, se consignaría en esta acta. El C. Avilés se negó a cumplir con la indicación de la Presidencia. Con motivo de este incidente, el C. Cámara pi dio se diera cumplimiento al artículo 105 reglamentario, asintiendo la Presidencia. El C. Manrique solicitó se hiciera constar en acta especial los documentos que se habían leído a moción del C. Navarrete, y con ese motivo hizo aclaraciones el ciudadano Presidente. El C. de la Barrera habló en contra del dictamen, después de haberse opuesto a ello el C. Ancona Albertos y de que la Presidencia leyó el artículo 121 del Reglamento.

"Estimando suficientemente discutido el dictamen de las Comisiones, se procedió a la votación nominal, resultando desechado por 129 votos de la negativa, contra 4 de la afirmativa, de los CC. Navarrete, Pruneda, Rocha y Sánchez Pontón.

"Las Comisiones presentaron reformado su dictamen relativo a las fracciones VII del artículo 43 y II del 104.

"Ningún ciudadano diputado usó de la palabra, y a proposición del C. Basáñez, la Asamblea resolvió: se votaran por separado las dos partes de que consta el dictamen.

"Recogida la votación nominal referente a la fracción VII del artículo 43, la Presidencia dispuso se repitiera, por haberse empatado. De la segunda votación se obtuvo el resultado de 72 votos de la afirmativa y 67 de la negativa, declarándose, en consecuencia, aprobada la fracción.

"La fracción II del artículo 104, a que se refiere la segunda parte del dictamen, fue desechada por 123 votos de la negativa, contra 13 de la afirmativa, de los CC. Aguirre Colorado, Alonzo Romero, Ancona Albertos, Cisneros, López Ignacio, López Miro, Luna Enríquez, Montiel, Pardo, Rivera Cabrera, Sánchez Tenorio, Torres Berdón y Valdés.

"Llevada a cabo la votación nominal de los dictámenes de las Comisiones acerca de las adiciones presentadas por varios ciudadanos diputados, que se reservaron en la mañana y que afectan a los artículos 5o; 8o; 9o; 15, 27, 32, 48, 67, 74, 106, fracción VII y 107, resultaron aprobados por 121 votos de la afirmativa, contra 8 de la negativa, de los C. Avilés, Blancarte, Cepeda Medrano, Fernández Martínez, Robledo, Rocha, Rojas Dugelay y Rosas.

"El C. Velásquez, al votar por la afirmativa, hizo la salvedad del artículo 67.

"El ciudadano Presidente hizo la declaración de que había terminado la discusión del Proyecto de Ley Electoral, y designó para que llevaran la minuta correspondiente al Senado, a los CC. Rueda Magro, Medina Francisco, Esquivel, Hernández Garibay, Saucedo Salvador y Prosecretario Sánchez Tenorio.

"Para solicitar permiso de la misma Cámara colegisladora, a fin de que ésta de Diputados pueda suspender sus sesiones por más de tres días, en tanto se clausura el presente periodo extraordinario, a los CC. León, Soto, Sánchez José M; Córdova Gabriel, Gay Bañosy Prosecretario de la Barrera.

"Se dio lectura a la presente acta."

El C. de la Barrera: Pido la palabra para suplicar a la Secretaría se sirva hacer constar que hablé en contra de la fracción VIII del artículo 55.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: La Secretaría toma nota de las aclaraciones hechas por Su Señoría, el diputado de la Barrera. Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada el acta.

El C. Presidente: La Presidencia citará, en su oportunidad, por medio de la prensa. Se levanta la sesión. (9:57 p.m.)