Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171002 - Número de Diario 23

(L27A2P1oN023F19171002.xml)Núm. Diario:23

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 2 DE OCTUBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERÍODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 23

SESIÓN DEL CONGRESO GENERAL CELEBRADA EL DÍA 1º. DE OCTUBRE DE 1917

SUMARIO

1.- Se abre sesión. Es leída y aprobada en votación económica la renuncia presentada por el C. Aguilar Aguila como juez 5º. de instrucción.

2.- Como la Presidencia anunciara que se procedería a la elección del ciudadano que hubiera de substituir al funcionario renunciante, es reclamada y discutida esta decisión que no subsiste.

3.- Es leída y aprobada el acta de la presente sesión. Se levanta ésta.

DEBATE

Presidencia del C. SÁNCHEZ PONTÓN LUIS

(Asistencia del 161 CC. diputados y 44 CC. senadores.)

El C. Presidente, a las 4.30 p.m.: Se abre la sesión del Congreso General.

El C. Secretario Magallón: "H. Congreso de la Unión:

"Ramón Aguilar, ante la Representación Nacional, respetuosamente comparezco y digo: que por bondadosa designación del C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, fui nombrado Juez quinto de Instrucción de esta capital, cargo que en la actualidad desempeño; pero por haberse quebrantado profundamente mi salud, me es imposible seguir al frente del puesto con que fui favorecido.

"Por esa razón, ocurro ante esa H. Corporación para que, en uso de la facultad que le concede el artículo 73, fracción XXVI, de la Constitución General de la República, se sirva admitirme la renuncia que hago del empleo a que me refiero.

"Protesto a esa H. Asamblea mis respetos.

"México, 14 de septiembre de 1917. - R. Aguilar Aguila."

Está a discusión del C. Aguilar Aguila. ¿No hay quien desee hacer uso de la palabra? No habiendo inscripto ningún orador para tomar la palabra es este escrito, en votación económica se pregunta si se acepta la renuncia. Los que estén por la afirmativa se servirá poner de pie. Sí se acepta la renuncia.

- El mismo C. Secretario: La Presidencia me ordena dar lectura a la fracción XXVI del artículo 73 de la Constitución General de la República, que dice así: "El Congreso tiene facultad: XXVI. Para aceptar las renuncias de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de los magistrados y jueces del Distrito Federal y Territorios y nombrar los substitutos de dichos funcionarios en sus faltas temporales o absolutas."

En virtud de esta facultad, la Presidencia dispone que se suspenda por quince minutos la sesión, a fin de que se pongan de acuerdo para proponer candidato a este puesto.

El C. Presidente: Se suspende la sesión por quince minutos.

El C. Zubaran: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Reclama su señoría el trámite?

El C. Zubaran: Sí señor.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. senador Zubaran.

El C. senador Zubaran: Al convocarse para conocer de la renuncia del Juez quinto de Instrucción, no se hizo la indicación de que debería elegirse el substituto: noto que la Mesa da el trámite de suspender la sesión por quince minutos para hacer la postulación, y entiendo yo que el Senado está enteramente sin previsión en ese caso para poder hacer una elección debida; en consecuencia, yo creo que esto no es correcto.

El C. Presidente: La Presidencia no tiene especial empeño en que se haga la elección del juez substituto inmediatamente: pero ha propuesto este trámite, porque, en su concepto, sería inconveniente dejar muchos por días acéfalo ese Juzgado o en funciones al Secretario del mismo; por lo tanto, ha propuesto esto al H. Congreso para que dilucide en esta misma sesión si se hace esta elección el substituto o se aplaza para otra sesión del Congreso General.

El C. Rueda Magro: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rueda Magro.

El C. Rueda Magro: CC. diputados y CC. senadores: No creo debamos constituirnos en Colegio Electoral para elegir al substituto del Juez que acaba de renunciar, desde el momento en que no tenemos una ley orgánica que nos sirva de base para saber qué requisitos debe reunir el electo; esto sirvió para que en el mes de junio pasado, en vista de que no se había aprobado en la Cámara Popular y mucho menos en la de Senadores, la ley orgánica respectiva, no se hiciera el nombramiento de la planta de funcionarios del poder judicial del Distrito Federal y Territorios; lo mismo hizo la Suprema Corte de Justicia de la Nación respecto de los jueces de distrito y magistrados de Circuito; no obstante que constitucionalmente tiene facultades para las designaciones respectivas, no ha hecho estas designaciones porque no sabe a qué cartabón debe sujetarse respecto a los requisitos para los candidatos. En consecuencia, pido que continúe el Juzgado con el Secretario o quien deba suplir al Juez renunciante, entretanto el Senado aprueba o modifica la que crea conveniente de la Ley Orgánica del Distrito Federal y Territorios que en este momento está a su consideración.

El C. senador Sánchez Juan: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. senador Sánchez.

El C. Sánchez Juan: CC. representantes del Congreso de la XXVII Legislatura: Apoyo a mi compañero el señor licenciado senador Zubaran para que se aplace la resolución de este asunto, es decir, del nombramiento de Juez de Instrucción que deba substituir al C. Aguila, que ha presentado su renuncia. Y apoyo a mi compañero, porque hay también otro asunto de la misma índole y de mayor y de trascendental importancia; se trata del señor licenciado Raymundo Nicolín y Echánove, que dejó de existir desde al día 26 de mayo del corriente año; era Magistrado de la 2a. Sala del Tribunal Superior del Distrito Federal; desde el 26 de mayo, señores compañeros, la 2a. Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal está acéfala, no se han dictado ningunos trámites, no de simple trámite, como son los decretos, no ha habido juicio ni sentencias pronunciadas en esa sala que tenía a su cargo desde esa fecha un número exorbitante de causas y expedientes; ascendía el número en esos momentos en que dejó de existir el Magistrado, y por lo que se descompletó la Sala, a dos mil expedientes viejos; pero que los particulares interesados tiene el derecho de agitar sobre la resolución en esos expedientes. Dos mil expedientes, señores compañeros, existen en la 2a. Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, expedientes viejos, es verdad, pero que las partes interesadas - pues esa 2a. Sala tramita asuntos civiles -, tiene derecho de agitar la resolución de esos expedientes, así se hayan iniciado en la época porfiriana, en la huertista o convencionista, los particulares tienen el derecho de agitar que se resuelva sobre sus peticiones hechas anteriormente. Además de eso, señores, durante el Gobierno Constitucionalista se ha iniciado ya quinientos expedientes y sobre esos expedientes nada se ha resuelto, es decir, la Sala está incompleta, los señores magistrados, que son dos, no pueden hacer más que integrar el tribunal Pleno; pero en su Sala no pueden resolver nada de esos asuntos. Señores diputados y senadores que forman este Congreso: es preciso que también se tome una resolución sobre asunto de tan trascendental importancia; ni los empleados, ni los magistrados de esa 2a. Sala del Tribunal Superior han dictado nada, están ociosos en esa 2a. Sala, ¿por que? Porque falta un nombramiento de un tercer Magistrado que integre la Sala. Eso, pues, vengo a pedir en nombre de la justicia federal, que se nombre también el Magistrado que integre la 2a. Sala del Tribunal Superior de Justicia, y para eso necesitamos algo de tiempo, mucho tiempo, para que escojamos a un Magistrado íntegro, revolucionario, patriota y que camine con la justicia revolucionaria, que es la que debe implantarse en estos momentos. (Aplausos.)

El C. Rueda Magro: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rueda Magro.

El C. Rueda Magro: Insisto nuevamente en que se suspenda de una manera definitiva esta sesión, si es que debe tener por objeto la elección del Juez renunciante y del Magistrado de la 2a Sala a que se acaba de referir el senador Sánchez, y hago un llamamiento al patriotismo de dicho señor, que pertenece a una de las Comisiones dictaminadoras de Justicia del Senado, para que se tome en cuenta las dificultades por las que atraviesa en la 2a. Sala por carecer de un miembro de ella y no pueden resolver, para que lo más pronto que les sea posible - ya que hace un mes que la Ley Orgánica está en el Senado - , presenten el dictamen correspondiente, a efecto de que se modifique o se apruebe la ley, y con una base sólida y firme podamos hacer la elección de magistrados y jueces. Hay una notable diferencia entre el proyecto de ley Orgánica que mandó el Ejecutivo y el que ha sido aprobado por Vuestra Soberanía; el Ejecutivo pidió treinta y cinco años de edad para poder ser Magistrado, y nosotros hemos dictaminado que pueden ser jóvenes, los individuos que apenas acaban de salir de las aulas, porque tiene más vigor y más energías, y solamente se les exige que tengan dos o tres años - No recuerdo - de ejercicio o práctica profesional. En consecuencia, podríamos llegar a nombrar en estos momentos a un individuo que no reuniera los requisitos que después indicara la Ley Orgánica que saliera aprobada por ambas Cámaras colegisladoras, y en vista de la dificultad que se presenta para nombrar ese Juez, yo suplico a las Comisiones dictaminadoras del Senado que, por patriotismo, rindan su dictamen cuando antes, para que se llene esa necesidad nacional de justicia, y para que haya una norma a la cual nos podamos ajustar para hacer las elecciones definitivas del Poder Judicial revolucionario. (Aplausos.)

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra.

El C. Presidente: He solicitado la palabra antes el C. diputado Blancarte.

El C. Rivera Cabrera: Tenga la bondad de inscribirme después del licenciado Blancarte.

El C. Presidente: ¿En pro o en contra?

El C. Rivera Cabrera: En pro.

El C. Blancarte: CC. miembros del Congreso General: En toda sociedad hay funciones que son de tal manera indispensables para la vida de la misma sociedad, como son necesarias también las

funciones en el organismo para la vida del individuo. En las sociedades modernas la aplicación inmediata y pronta de la justicia es ya una función indispensable para la vida de los pueblos. Aquí, pues, está ahora tratándose de un asunto relativo a una de esas funciones importantes, como es la de proveer al Distrito Federal y de proveer también al Municipio de la ciudad de México, de los jueces que necesitan para poder resolver sus controversias.

Se citó para resolver acerca de la renuncia de un juez y, señores, ¿qué puede creerse que tiene este Congreso General facultades para poder conocer de la renuncia de un juez y no la tiene para nombrar al que debe substituirlo en esas funciones? Hay dos procedimientos que se han apuntado para poder hacer que se llenen esos vacíos que se notan, de que esas funciones que le correspondían antes a la Secretaría de Justicia pasaran al Gobierno del Distrito entretanto no se expedía por el Congreso la Ley Orgánica del Poder Judicial y desde esa fecha correspondiera también lo relativo al nombramiento de Jueces y Magistrados, jueces de primera instancia y magistrados al Congreso, pero mientras no se tenga expedida esa ley, esa facultad le corresponderá al Gobierno del Distrito mediante un decreto dado por la Primera Jefatura que se considera en vigor mientras no se expida la ley de conformidad con el artículo transitorio. (Voces: ¡No, no!) He oído voces que me dicen que no y yo no he dicho que hay dos teorías y yo suplicaría a los que me dicen que no, me digan si no hay esas dos teorías. Hay dos inclinaciones; al congreso le corresponde cuál de las dos es la que se considera buena de acuerdo con la Constitución, para que no se retarde más el llenar esos huecos que se tiene en la Administración de justicia. Yo no he dicho que sea bueno uno u otro, lo que he dicho es que está en la obligación del Congreso resolver que sea el Gobierno del Distrito o el Congreso el que nombre esas autoridades. El Supremo Tribunal de Justicia, puede decirse que no puede funcionar una veces nada más la sala que corresponde al magistrado que falta; pero cuando hay que conocer asuntos de la 1a. Sala, no puede funcionar porque se necesita que el quórum sea de quince y como el número total de magistrados es de veinte, faltando uno queda diecinueve. Cuando se conozcan asuntos de la competencia de la 1a. Sala sólo podrá haber concurso de catorce, y, por lo tanto, no hay quórum. Esto, aparte de lo que corresponde exclusivamente a la sala que está paralizada por todo ese tiempo; así es que creo que conviene que se resuelva de una vez a quién le compete la facultad de nombrar jueces y magistrados; si nosotros tenemos la facultad de admitir renuncias, debemos tener la facultad de nombrarlos. Que sean provisionales mientras se hace la publicación de la ley correspondiente, pero que no se deje sin funcionar ese organismo que, como decía, es de importancia para que se pueda administrar pronta y debida justicia como la misma Constitución lo indica, y, vuelvo a repetir, yo no defiendo que sea uno u otro, sí defiendo que no puede estar a medias esa facultad en el Congreso; si la hay para aceptar la renuncia, debe haberla también para nombrar al que supla. Respecto de los magistrados, si hay magistrado supernumerario, esta magistrado supernumerario podrá ser también llamado por el Tribunal para que supla la falta mientras se nombra al propietario. Esta fue también una de las cosas que se habían hecho en el Tribunal y que el Congreso desechó, yo creo que debe admitirse; si no se admite hacer el nombramiento definitivo, que el Tribunal llame a uno de los supernumerarios, porque el mismo valor tiene el nombramiento del supernumerario que el del propietario que está en funciones; luego, al ir a suplir la falta de uno de los magistrados, no hace sino cumplir también con su obligación como lo están haciendo los propietarios, y no se diga que va a suplir una falta definitiva, porque la suplencia puede ser no definitiva, sino una suplencia mientras se nombra definitivamente al magistrado. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rivera Cabrera.

El C. Rivera Cabrera: Señores diputados: El trámite de la Mesa fue el que sigue: "Se suspende por 15 minutos la sesión para que en seguida el Congreso se ocupe de nombrar al substituto del Juez renunciante." Yo creo que este trámite en ese particular no debe subsistir, primero, porque el Congreso no fue convocado para este objeto, sino únicamente para conocer de la renuncia presentada por el juez, y segundo, porque no se debe festinar el nombramiento del nuevo juez, lo que sería tanto como equipararlo a una puñalada de pícaro o a una sorpresa que se pretendiera dar a este H. Congreso. Por otro lado, sí creo que el Congreso está facultado para nombrar al nuevo juez, puesto que no vamos a dejar la Administración de Justicia en el aire, es decir, una función tan importante de la cosa pública; la justicia en estos momentos en tan interesante como el vivir mismo; tenemos una completa, una absoluta necesidad de la Administración de Justicia y no por una pequeña dificultad de la ley, no por una pequeña quebradura de la ley vamos a dejar de llenar este hueco tan importante de la Administración Pública. El Congreso, por consiguiente, sí tiene la facultad de nombrar jueces, puede hacer esos nombramientos aun pasando por las pequeñas omisiones que se presenten; tiene la facultad de hacer esos nombramientos, puesto que, como ya dije, es una necesidad ingente la que existe en el ramo de la Administración de Justicia. No estoy conforme con lo dicho por el señor Rueda Magro, que por virtud de que no existe la ley Organización de Tribunales no se puede proceder al nombramiento de los jueces; nada más falso, hay que recordar precisamente en esta ocasión cómo se ha procedido en los procesos incoados en contra de los altos funcionarios de la Federación, es decir, en contra de algunos diputados, en contra del señor Robles Domínguez, y en contra de algún otro que no recuerdo en el momento. ¿Acaso por la falta de la ley Orgánica del respectivo precepto fundamental se han suspendido esos procesos?

¿Qué acaso no se han incoado esos procesos contra los acusados? Sí se ha hecho, señores. Pues procedimiento en el mismo orden, podemos actuar con respecto al nombramiento de jueces que hay necesidad de hacer.

El C. Rueda Magro: Pido la palabra, señor Presidente: Que se lea el artículo 6º. transitorio de la constitución.

El C. Secretario Magallón: "Artículo 6º. El Congreso de la Unión tendrá un período extraordinario de sesiones que comenzará el 15 de abril de 1917, para erigirse en Colegio Electoral, hacer el cómputo de votos y calificar las elecciones de Presidente de la República, haciendo la declaración respectiva; y ademas, para expedir la Ley Orgánica de los Tribunales de Circuito y de Distrito y la Ley Orgánica de los Tribunales del Distrito Federal y Territorios, a fin de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación haga inmediatamente los nombramientos de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito, y el mismo Congreso de la Unión las elecciones de Magistrados, Jueces de Primera Instancia del Distrito Federal y Territorios; expedirá también todas las leyes que consultare el Poder Ejecutivo de la Nación. Los magistrados de Circuito y los jueces de Distrito, y los magistrados y jueces del Distrito Federal y Territorios, deberán tomar posesión de su cargo antes del 1º. de julio de 1917, cesando entonces los que hubieren sido nombrados por el actual Encargado del Poder Ejecutivo de la Nación."

El C. Presidente: Tiene el uso de la palabra el C. senador Reynoso.

El C. senador Reynoso: Señores representantes: La primera vez que se convocó al Senado por conducto de la Presidencia, lo hizo el señor licenciado Urueta, Presidente de esta Cámara, por el mes próximo pasado. Se dio la lectura en el Senado a esa invitación, a la citatoria y la citatoria dice, clara y terminantemente, que se cita a Congreso General, para conocer de la renuncia del Juez quinto de Instrucción, licenciado Aguilar Aguila. En estas condiciones, señores representantes, no hemos sido citados única y exclusivamente para conocer de la renuncia; por lo tanto, estimo yo que no estamos preparados para elegir juez, principalmente los senadores que no tenemos ningún, trabajo preparatorio hecho para elegir el candidato. Es verdad que el número de senadores es muy pequeño en relación con el de diputados y cualquier voto que emitiéramos los senadores, pues se perdería en los doscientos diputados que votan en esta Cámara; pero de todas maneras, si hay que atenerse a la orden del día y a la citatoria para el Congreso General, que es la invitación que se mandó al Senado, señores representantes, nosotros no estamos convocados para elegir juez.

El C. Presidente: La Presidencia hace notar, en apoyo del trámite que ha dado, que, si es cierto que el citatorio hecho a la Cámara colegisladora fue solamente con relación a la renuncia presentada por el ciudadano Juez quinto de Instrucción, pareciole una consecuencia natural de la admisión de la renuncia - en caso de que ésta se acordara por el H. Congreso - , la substitución del mismo funcionario. Por otra parte, dada la facultad que tiene el Congreso para proceder a la elección y a la substitución, lo mismo que a la aceptación de las renuncias de los magistrados del ramo judicial, claro que es que, en estas mismas sesiones del Congreso General pueden presentarse mociones, proposiciones, que tiendan a estos fines, y aunque no estén previamente citadas las Cámaras a ese objeto. Ese ha sido el criterio que tuvo la Mesa al dar su trámite; sin embargo de eso, va a ponerlo a votación de la H. Asamblea.

El C. Secretario Magallón: En votación económica se consulta si se aprueba el trámite de la Mesa. (Voces: ¿Qué dice?) Que se procede a la elección de nuevo Juez. Los que estén por la afirmativa se sirvan poner de pie. Desechado el trámite. Acta de la sesión......

El C. Manrique, interrumpiendo: Para una moción de orden. Deseo que la Mesa se sirva ordenar que se lea el artículo 70 constitucional, e inmediatamente después se servirá concederme la palabra para una interpelación.

El C. Secretario Magallón: "Artículo 70. Toda resolución del Congreso tendrá el carácter de ley o decreto. Las leyes o decreto se comunicarán al Ejecutivo, firmados por los Presidentes de ambas Cámaras y por un Secretario de cada una de ellas, y se promulgarán en esta forma: "El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, decreta; (texto de la ley o decreto.)"

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique para una interpelación.

El C. Manrique: De acuerdo con el artículo 70 constitucional, a que acaba de dar lectura la Secretaría. (Voces: ¡No se oye, tribuna.) (Pasa a la tribuna.) De acuerdo con el artículo 70 constitucional, a que acaba de dar lectura la Secretaría, es claro que la resolución tomada hoy por este Congreso debe de expresarse en forma de decreto; en consecuencia, debe ponerse a votación nominal un decreto que diga: "El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos decreta: Se acepta la renuncia del C. Ramón Aguilar Aguila, etc....."(Voces; ¡Y publíquese por bando!)

- El mismo C. Secretario: La Presidencia invita al C. diputado Manrique para que haga su proposición por escrito, a fin de poderla discutir. (Voces: ¡No debe discutirse, es indiscutible!)

El C. Presidente: La Presidencia hace notar que el C. Manrique pidió la palabra, primero, para moción de orden, consistente en solicitar la lectura de un artículo, y después tomó la palabra para un hecho, que envuelve una proposición; por eso es que se le ha indicado que la presente por escrito, con objeto de discutirla. Solamente en apoyo del trámite anterior, hago ver que el Congreso funciona en este caso como Legislatura del Distrito Federal, y que, los trámites relacionados con estos nombramientos, no son una cuestión que amerite un decreto; de todos modos, en mi concepto es conveniente que la proposición sea discutida.

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Yo he aprendido de los abogados que, donde la ley no distingue, no debemos distinguir, y el artículo 70 constitucional no establece distinciones entre el Congreso cuando funciona como Congreso de la Unión y cuando actúa exclusivamente como Legislatura local; en consecuencia, me permito pedir que se cumpla con un precepto legal. Si estoy en lo justo, la Mesa debe servirse acceder a lo que solicito, sin necesidad de presentar moción por escrito.

- El mismo C. Secretario: La Mesa manifiesta a la Asamblea que acepta la sugestión de ella para saber si la decisión que se acaba de tomar, debe considerarse dentro de la obligación de la expedición de un decreto; es decir, consulta a la Asamblea si debe formularse un decreto por el Congreso General en el asunto que se ha puesto a debate.

El C. Ancona Albertos: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ancona Albertos, para una moción de orden.

El C. Ancona Albertos: Yo cero que el procedimiento que se debe seguir en este caso, es el siguiente: La renuncia se debe votar nominalmente, porque, en realidad, es una resolución del Congreso, y después la Oficialía Mayor debe formular el decreto y la Comisión de Estilo presentar la minuta, la cual se vota económicamente. (Voces: ¡No, no!) Así se ha hecho en todos los casos. En el caso del presidente de la República no se votó expresamente el decreto, se votó que el C. Venustiano Carranza es Presidente de la República y luego la Oficialía Mayor formuló el decreto y aquí se votó económicamente la minuta presentada por la Comisión de Estilo.

El C. Cravioto: Pido la palabra para reclamar el trámite de la Mesa.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cravioto para reclamar el trámite de la Mesa. -El C. Cravioto: Señores diputados: Vengo a reclamar el trámite de la Mesa, porque me parece que no es de lo más acertado. El señor diputado Manrique pidió la palabra para pedir que, en apego al artículo relativo constitucional, se diera a la resolución que acabamos de tomar, el carácter de un decreto; él no pidió más, pidió exclusivamente que se leyera este artículo constitucional y que se le diera cumplimiento. No ha habido quien pida la palabra para sostener al diputado Manrique, ni ha habido quien pida la palabra para atacarlo; por lo tanto, en vista de que se trata de un artículo constitucional respetable, que debemos hacer respetar lo que debía hacer Su Señoría el Presidente del Congreso General, que es el portavoz más alto de los representantes aquí reunidos, era dar su opinión por medio de un trámite, diciendo si, en concepto de Su Señoría, debía cumplirse o no con lo pedido por el C. diputado Manrique, y ya sobre esto, que sí es materia de discusión, habría debate, si lo hay, pero la moción del diputado Manrique no se presta a discusión de ninguna clase. El ha reclamado el orden, y qué orden, señores, el orden constitucional; él ha pedido que se cumpla con un artículo constitucional. Eso no ha estado a discusión, ni puede estarlo; lo que sí puede estarlo, es la interpretación constitucional en el sentido que le ha dado el C. Manrique. Pido, por tanto, a Su Señoría, que reforme su trámite en la forma indicada.

- El mismo C. Secretario: La Mesa manifiesta a la Asamblea que su trámite es consultar la opinión de la misma, en el sentido de si considera materia de decreto la aceptación de la renuncia que acaba de votar el Congreso General. Está a discusión el trámite de la Mesa.

El C. Cabrera: pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cabrera.

El C. Cabrera: Señores diputados: En momentos de erradero, el espada que no está en funciones, casi siempre se alegra del erradero. Debemos tomar experiencia de lo que va a pasar cada vez que el Congreso General tenga que reunirse para aceptar las licencias y renuncias, así como nombrar substitutos, no solamente de los jueces de Primera Instancia y magistrados, sino, conforme al proyecto de ley que aprobásteis, cada vez que se trate de renuncias o licencias de todos los jueces Menores del Distrito Federal y de la Baja California. La tempestad que provocó en un vaso de agua el diputado Manrique es muy fácil de aplacarse con sólo que la Mesa se sirva dictar un trámite concreto, cualquiera que él sea, porque la Asamblea no puede discutir ninguna proposición de un diputado que no venga por escrito , ni tampoco puede discutir ningún trámite de la Mesa que no sea definitivo en un sentido, para consultar a la Asamblea si lo aprueba o si no lo aprueba. La Mesa no puede decir a la Asamblea: "Consulto si ustedes opinan esto o esto," porque la Asamblea no podría opinar ni por A, ni por B, ni por C, sino por otros procedimientos distintos de los que la Mesa consulta; la Mesa debe decir: "Procédase a tomar lo votación nominal," y entonces se reclamará el trámite, o puede decir: "Léase el acta y comuníquese el acuerdo," y entonces se pondrá a votación si alguien reclama este trámite. Por lo que hace al punto suscitado por el C. diputado Manrique, en mi opinión es perfectamente sencillo. E Congreso, reunido, es decir, las dos Cámaras, nunca hacen funciones propiamente legislativas; cuando hacen funciones legislativas, aprueba primero una ley una de las Cámaras, en seguida la aprueba otra de las Cámaras, y cuando está aprobada por ambas Cámaras se expide, y entonces es función legislativa; pero cuando se toman los acuerdos económicos de cada Cámara o cuando el Congreso se reúne como en el presente caso en Colegio Electoral para tomar un acuerdo que no tiene absolutamente por qué ser, ni de naturaleza de ley, ni de decreto, entonces no ha lugar absolutamente a dar forma de expedición de ley, no porque esto no sea un acto del Congreso, sino porque no es un acto del Congreso en función legislativa, es un acto del Congreso en función electoral. El artículo 73 de la Constitución, en sus fracciones XXV Y XXVI, determina que el Congreso "puede constituirse en Colegio Electoral y nombrar a los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los magistrados y jueces del Distrito Federal y Territorios." Y la fracción XXVI determina que tiene también facultades " para aceptar las renuncias de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de los magistrados y jueces del Distrito federal y Territorios y nombrar los substitutos de dichos funcionarios en sus faltas temporales o absolutas." Por consiguiente, si se trata de una función legislativa, tendría que tomarse una votación nominal para darle la forma de ley; pero a diario estamos tomando resoluciones en esta Cámara, como las toma la otra Cámara, respecto de asuntos que no requieren por fuerza la forma legal. Yo ignoro si los señores miembros del Congreso darán la forma de ley a los nombramientos de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Si este es un

precedente que se sentó en este caso, será cuestión de discutir el precedente, si estuvo o no ajustado a la ley: pero en el presente caso sólo hemos resuelto la aceptación de una renuncia, igualmente que podríamos aceptar la del contador Mayor de Hacienda, por ejemplo, si tuviera a bien presentarla. (Aplausos.) En consecuencia, yo suplico a la Mesa - como lo hizo el C. Cravioto-, que sin preocuparse de si acierta o no, dicte un trámite positivo de cualquiera naturaleza que sea, a fin de que ese sea el que oriente la discusión.

El C. Céspedes: Pido la palabra.

El C. Secretario Magallón: La Presidencia....

El C. Céspedes: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: La Mesa va a dar un trámite concreto a este asunto, para que pueda ser motivo de discusión.

El C. Céspedes: Deseo que se dé lectura a un documento.

El C. Presidente: ¿Pertinente el asunto?

El C. Céspedes: Sí, señor, Tengo a la vista un decreto expedido por la Primera Jefatura el día 13 de abril último, que en mi concepto, no está derogado y se refiere al particular que hoy se discute. Suplico a la Secretaría dé lectura a los artículos 1º. y 2º. transitorios del decreto citado.

El C. Secretario Magallón: "Artículo 1º. Mientras se dicta por el Congreso de la Unión la ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el Departamento Judicial quedará encargado de las funciones meramente administrativas que hasta hoy han estado encomendadas a la Secretaría de Justicia, respecto de los tribunales de Circuito y juzgados de Distrito.

"Artículo 2o. Mientras el Congreso de la Unión expide la ley Orgánica de la Administración de Justicia en el Distrito y Territorios Federales, los Gobernadores de aquél y éstos, dentro de sus respectivas jurisdicciones, quedarán encargados de las funciones meramente administrativas que hasta hoy han estado encomendadas a la Secretaría de Justicia; pero los jueces Auxiliares, de Paz Menores y Correccionales, serán nombrados por los Ayuntamientos respectivos, en caso de que no hayan sido o deban ser designados por elección popular, y dichos Ayuntamientos sufragarán los emolumentos de estos funcionarios y los gastos que originen."

La Presidencia manifiesta que ha reformado su trámite en este sentido: "Comuníquese el acuerdo tomado por este Congreso al interesado."

El C. Manrique: Reclamo el trámite.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: Se trata, señores representantes, de un problema cuya resolución acaso sea sencillísima. Yo me alegro se haber suscitado esta dificultad, si se llega a resolver de cualquier modo, porque ello nos enseñará algo útil. La Mesa parece que está evitando muy discretamente, el abordar con toda franqueza la cuestión. El C. Ramón Aguilar Aguila ha dirigido una petición al Congreso de la Unión; a esta petición, de acuerdo con el artículo 8º. constitucional, debe recaer forzosamente un acuerdo, y este acuerdo debe comunicarse por escrito al interesado; de manera que sea que la Mesa nos lo hubiese dicho o hubiese dejado de decírnoslo, este acuerdo debió haberse tomado; en un acuerdo económico el de comunicar al interesado la resolución del Congreso. Lo que debe decirnos la Mesa explícitamente es si esta resolución del Congreso, que hoy tomamos, sea o no motivo de entrar a una votación nominal, es decir: a una votación nominal sobre un decreto.

El C. Secretario Magallón: La Presidencia me ordena manifestar a la Asamblea que el asunto ha sido votado, que nadie reclamó la votación, y que, por lo tanto, subsiste el trámite.

La Mesa consulta, en votación económica, si se aprueba el trámite que dictó y que impugnó el C. diputado Manrique. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado el trámite.

- El mismo C. Secretario: "Acta de la sesión celebrada por el Congreso General, el día 1º. de octubre de 1917:

"Presidencia del C. Sánchez Pontón Luis.

"En la ciudad de México, a las cuatro y treinta de la tarde del lunes 1o. de octubre de 1917, reunidos en el salón de sesiones de la Cámara de Diputados, 44 CC. senadores y 161 CC. diputados, según consta en las listas que previamente pasó la Secretaría, se abrió la sesión.

"El C. Secretario Magallón dio lectura al escrito de renuncia que presenta el C. licenciado Ramón Aguilar Aguila, del cargo de juez quinto de instrucción.

"Puesta a discusión dicha renuncia, sin que nadie hiciera uso de la palabra, se aceptó en votación económica.

"El mismo C. Secretario Magallón dio lectura a la fracción XXIV del artículo 75 de la Constitución, en virtud de la cual el C. Presidente dictó el trámite de que se suspendiera la sesión por quince minutos, para que, puestos de acuerdo los CC. miembros del Congreso, se procediera a la elección del nuevo juez quinto de Instrucción.

"Reclamaron el trámite los CC. senador Zubaran Capmany y diputado Rueda Magro, pidiendo se aplazara la elección de que se trata. El C. senador Sánchez apoyó lo manifestado por el C. senador Zubaran y pidió que de preferencia se tratara el nombramiento de un magistrado para integrar debidamente la segunda Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

"El C. diputado Rueda Magro reiteró sus conceptos anteriores, en el sentido de que, mientras no esté expedida la ley Orgánica del Fuero Común, no debía procederse a las elecciones propuestas.

"El C. diputado Blancarte apoyó la idea de que debe nombrarse el substituto del C. Aguilar Aguila, para no dejar acéfalo ese Juzgado, y pidió que se tomara alguna resolución en lo que respecta a la vacante de un magistrado en el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

"El C. diputado Rivera Cabrera, usó de la palabra en contra el trámite de la Mesa.

"El C. Secretario Magallón, a petición del C. Rueda Magro, leyó el artículo 6º. transitorio de la Constitución, y el C. senador Reynoso habló en contra del trámite de la Mesa. La Presidencia

apoyó el trámite anterior y ordenó que la Secretaría consultara, en votación económica a la Asamblea, la que lo desaprobó.

"El C. diputado Manrique interrumpió la lectura de la presente acta, con una moción de orden, pidiendo la lectura del artículo 70 constitucional, y en seguida propuso que la resolución del Congreso, en el caso de la renuncia ya aceptada, se haga conocer por medio de decreto. La Presidencia hizo explicaciones e invitó al C. Manrique a que presentara su moción por escrito, a lo que éste se negó, por las razones que expuso.

"La Presidencia consultó a la Asamblea, por conducto de la Secretaría, si consideraba la aceptación de la renuncia como materia de decreto, y el C. diputado. Ancona Albertos reclamó el trámite.

"El C. diputado Cravioto pide sea reformado el trámite de la Mesa, y ésta, por conducto de la Secretaría, lo sostienen, poniéndolo a discusión.

"El C. diputado Cabrera hizo consideraciones acerca del punto a discusión, pidiendo que la Mesa concretara su trámite.

"El C. diputado Céspedes, pidió la lectura de los artículos 1o. y 2o. transitorios del decreto expedido por la Primera Jefatura el 13 de abril de 1917, lo que complementó la Secretaría.

"La Presidencia reformó su trámite en el siguiente sentido:

"Comunquese el acuerdo tomado por este Congreso, al interesado."

"El C. diputado Manrique reclamó el trámite. La Mesa lo sostuvo, por conducto de la Secretaría.

"En votación económica, la Asamblea aprobó el trámite de la Mesa.

"Se dio lectura a la presente acta, la que, puesta a discusión, sin ella, se aprobó en votación económica.

"Se levantó la sesión."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada el acta.

El C. Presidente, a las 5.25 p.m.: Se levanta la sesión del Congreso General, para abrir en su oportunidad la sesión de la Cámara de Diputados.

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS CELEBRADA EL DÍA 1º. DE OCTUBRE DE 1917

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Se Lee y aprueba el acta de la anterior. Se da cuenta con los asuntos en cartera concediéndose licencias a los CC. diputados Cisneros y Curiel.

2.- Se pone al debate la moción suspensiva de los CC. Olivé y Peña, sobre la discusión del dictamen referente a organización de las Secretarías de Estado. El C. Olivé pide permiso para retirar dicha moción. Se le concede.

3.- Rectifican hecho los CC. Manrique, Cepeda Medrano y Siurob. Se levanta la sesión.

DEBATE

El C. Presidente, a las 5.26 p.m.: Se abre la sesión de la Cámara de Diputados.

El C. Prosecretario de la Barrera: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados el día 29 de septiembre de 1917.

"Presidencia del C. Urueta Jesús.

"En la ciudad de México, a las cuatro y quince de la tarde del sábado 29 de septiembre de 1917, con asistencia de 127 CC. diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Prosecretario Sánchez Tenorio, se abrió la sesión.

"El C. Secretario Aranda leyó el acta de la sesión celebrada el día 28 de septiembre, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.

"En seguida se procedió a la elección de Presidentes y vicepresidentes para el mes de octubre, y al efecto pasaron los CC. diputados a depositar su voto a la mesa de la Presidencia, después de que la misma concedió diez minutos para la repartición de cédulas, a petición del C. Cepeda Medrano.

"El resultado de la elección fue el siguiente:

"Para Presidente: CC. Luis Sánchez Pontón, ciento ocho votos; Eliseo Céspedes, ochenta votos; Manuel Rueda Magro, un voto; Eugenio Méndez, un voto; Jesús López Lira, dos votos; Jacinto B. Treviño, un voto y Salvador Saucedo, un voto. "Para primer Vicepresidente: CC. Jesús López Lira, ciento diez y seis votos; Ramón Blancarte, setenta y cinco votos; Jesús M. Sánchez, un voto; Luis Sánchez Pontón, un voto.

"Para segundo Vicepresidente: CC. Ernesto Aguirre Colorado, Cineto trece votos; Parra, setenta y siete votos: Pedro Ramírez, un voto; José Rivera, un voto, y Ramón Blancarte, un voto.

"Una vez que la Secretaría dio cuenta con este resultado, el C. Marciano González solicitó un informe respecto al número de votos emitidos y al de CC. diputados presentes, lo que dio lugar a que la Presidencia invitara a dicho ciudadano para que pasara a efectuar el recuento de votos, a lo que no accedió el C. González, por los motivos que expuso; pero como al contestar rehusando esta invitación, la Presidencia considera que había dirigido alguna frase inconveniente al C. Ramírez Pedro, quien lo interrumpió, aquélla lo invitó a retirar esa expresión, accediendo el C. González, por lo que la Presidencia le dio las gracias.

"El C. Prosecretario Muñoz proporciono el informe solicitado anteriormente por el C. González, quien, en vista de ese informe solicitó se rectificara la votación. El C. Hay se refirió a la falta reglamentaria en que incurrieron los CC. diputados que dejaron de emitir su voto, y el C. Secretario Magallón hizo una aclaración respecto a la vigilancia

que habían ejercido en la votación algunos miembros de los distintos bloques de esta Cámara; la Presidencia hizo otra aclaración relativa al voto que pretendió emitir el C. Cantú después de haberse declarado cerrada la votación, y agregó que la Mesa no tenía inconveniente en acceder a la solicitud del C. González Marciano, llevando a cabo la rectificación que descaba. Con ese fin el C. Prosecretario Muñóz procedió a pasar nueva lista, siendo interrumpido por una moción de orden del C. Rueda Magro y por una proposición del C. Mata Filomento, referente a la forma de pasar dicha lista, de la que resultaron presentes ciento noventa y seis CC. diputados.

"Siguieron aclaraciones de los CC. González Marcianoa y Rueda Magro tendentes, las del primero, a demostrar la imposibilidad del resultado de la votación, y lo contrario las del segundo, declarando a continuación el C. Presidente que se iba a efectuar nueva votación. Por tal motivo suspendió la sesión por diez minutos, con objeto de dar lugar a la repartición de cédulas, y exhortó a las galerías para que guardasen orden.

"Reanudada la sesión, la Presidencia indicó la forma en que debían entregarse las cédulas en la nueva votación, y suplicó a los CC. González Marciano y Cepeda Medrano, lo ayudaran en este acto; el C. Montiel solicitó la lectura de los artículos 156 y 157 del reglamento, y la Presidencia, de conformidad con ellos, recomendó a los CC. diputados no abandonaran el salón. Como el C. Mariano González no aceptara la invitación que antes le hiciera el C. Presidente, éste designó al C. Alvarez del Castillo, El C. Hay expresó que el C. González debía ser quien inspeccionara la segunda votación, y esto dio lugar a que la Presidencia hiciera una aclaración, y otra dicho C. González; el C. Cepeda Medrano manifestó que tampoco aceptaba la invitación de la Mesa; el C. Hay reclamó el trámite relativo a que se llevara a cabo una nueva votación, y pidió se llamara al orden a los concurrentes a las galerías, El C. Presidente, por las consideraciones que hizo, apreció extemporánea la moción del C. Hay reclamando el trámite, pero no obstante, manifestó que sujetaría al voto e la Asamblea, la decisión de la Mesa, y en cuanto a la petición para que se llamara al orden a las galerías, el mismo C. Presidente la obsequió, exhortándolas para que guardaran compostura.

"Y después de que el C. Hay hizo aclaraciones con motivo de las respuestas del C. Presidente a sus mociones anteriores, la Asamblea, en votación económica, aprobó el trámite de la Mesa, por lo que declaró que se procedería a nueva votación.

"En lugar del C. Cepeda Medrano, quien no aceptó auxiliar a la Mesa en ese acto, se designó al C. Silva Herrera; el C. Ancona Albertos expresó que, a fin de evitar una tercera votación, el C. González Marciano, quien había reclamado el resultado de la primera, debía vigilar la que trataba de repetirse, a lo que la Mesa contesto que ya este ciudadano había dado a conocer su decisión de no aceptar la invitación que para el efecto se le había hecho; el C. Prosecretario Muñoz, a petición del C. Basáñez, leyó el artículo 148 del reglamento, conforme al cual manifestó la Presidencia se haría la elección. Realizada ésta, de una manera minuciosa, produjo el resultado siguiente:

"Para Presidente, CC. Luis Sánchez Pontón, ciento diez y seis votos; Eliseo Céspedes, setenta y nueve votos; Eugenio Méndez, un voto; Manuel Rueda Magro, un voto; Filiberto Villarreal, un voto; Ramón Blancarte, un voto, y jacinto B. Treviño, un voto.

"Para primer Vicepresidente, CC. Jesús López Lira, ciento veinticuatro votos, y Pedro Ramírez, un voto,

"Para segundo Vicepresidente, CC. Ernesto Aguirre Colorado, ciento diez y nueve votos; Enrique Parra, setenta y ocho votos; Froylán C. Manjarrez, un voto y José Rivera, un voto.

"La Presidencia declaró que era Presidente de esta H. Cámara, para el mes de octubre, el C. Luis Sánchez Pontón; primer Vicepresidente, el C. Jesús López Lira, y segundo Vicepresidente, el C. Ernesto Aguirre Colorado.

"El C. Alvarez del Castillo pasó a la tribuna para pedir a la Asamblea se tributara un aplauso al C. Jesús Urueta, por su gestión ecuánime y justiciera en la Presidencia de esta H. Cámara, durante el mes de septiembre. La Asamblea obsequió la invitación del C. Alvarez del Castillo y el C. Presidente dio las gracias por esta manifestación e hizo explicaciones sobre su labor.

"El C. Manjarrez informó acerca del resultado de la Comisión que en unión de otros CC. diputados se le encomendó, a fin de poner en conocimiento del C. Presidente de la República el caso relativo a la paralización de las fábricas del Estado de puebla, así como para suplicarle tomara las medidas más medidas más radicales que el caso ameritara.

"El C. Prosecretario Muñoz dio cuenta con un oficio de la H. Cámara de Senadores, en que avisa que ya se cita a los CC. senadores para que concurran a la sesión del Congreso General que se verificará el lunes primero de octubre, para resolver la renuncia presentada por el C. licenciado Ramón Aguilar Aguila, del cargo de Juez quinto de Instrucción. - A su expediente.

"En consecuencia, el C. Presidente citó para sesión del Congreso General el día a que se refiere el oficio anterior, y fijó como orden del día para la sesión siguiente de Cámara de Diputados, la continuación del debate de la moción suspensiva subscripta por los CC. diputados Olivé y Peña, con motivo de la discusión del dictamen que consulta el proyecto de ley referente a la organización de las Secretarías de Estado.

"A las siete y veinte de la noche, se cerró la sesión."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada el acta.

El C. Secretario Magallón: "Pachuca, Hgo., 29 septiembre 1917. - Presidente Cámara Diputados.

"La H. Legislatura se ha servido concederme ocho días de licencia para estar separado del despacho del Poder Ejecutivo y tuvo a bien designar para substituirme al C. ingeniero Gustavo Durán.

- Hónrome en comunicarlo a usted. - Atentamente, el Gobernador Constitucional del Estado. - General Nicolás Flores." - De enterado.

"Pachuca, Hidalgo, 29 de septiembre de 1917. - Presidente Cámara Diputados.

"Por licencia de ocho días que la H. Legislatura del Estado ha concedido al C. general Nicolás Flores, Gobernador Constitucional de esta Entidad Federativa para estar seperado de su cargo, hoy he tomado posesión del Poder Ejecutivo por haberme designado el H. Congreso. Me honro en comunicarlo a usted. Atentamente. El Gobernador Constitucional Interino del Estado. - Gustavo Durán." - De enterado.

"Secretaría de H. Congreso del Estado. - Estados Unidos Mexicanos. - San Luis Potosí. - Número 115.

"El 15 del actual, con las formalidades de estilo, inició la XXV Legislatura de este Estado su primer período de sesiones ordinarias, que terminará el 15 de diciembre próximo.

"Lo que nos honramos en comunicar a usted, protestándole las seguridades de nuestra atenta consideración.

"Constitución y Reformas. - San Luis Potosí, a 17 de septiembre de 1917.

"Diputado Secretario, Nicasio Sánchez Salazar. - Diputado Secretario, Agustín Lapayre.

"A los CC. diputados Secretarios del H. Congreso de la Unión. - México, D. F." - De enterado.

"Tesorería General de la Nación. - Sección 3a. - Grupo de Hacienda. - Mesa de Personal - Circular número 23.

"Con fecha 22 del actual y previa la protesta de ley, tomó posesión del puesto de Subtesorero General de la Nación el C. Alberto de la Canal, designado al efecto por acuerdo del C. Presidente de la República.

"Tengo el honor de comunicarlo a usted para su conocimiento, suplicándole se sirva tomar nota de la firma puesta al margen de la presente circular.

"Reitero a usted las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - México, a 24 de septiembre de 1917. - El Tesorero General, Francisco M. González.

"A los CC. diputados secretarios del Ilustre Congreso de la Unión. - Presente. - De enterado.

"23 de Zacatlán, el 29 de septiembre de 1917. "Señor Oficial Mayor de la Cámara de Diputados. - Cámara de diputados.

"Suplícole atentamente indicar señor Presidente Cámara no puede asistir sesiones próximas por enfermedad, deseando concederme licencia necesaria. Saludos afectuosos. - Lauro González. - A la Comisión del Interior.

"73 Jalapa, 29 de septiembre de 1917.

"Señor Presidente de la Cámara de Diputados.

"Ayer iluminóse Escuela Normal, designándome orador para bodas de plata profesional de compañero Delfino Velenzuela, que celébrarse 4 de octubre. Creyéndome obligado a aceptar, suplícole esa H. Cámara concédame prórroga siete días, disfrutando dietas. Atentamente. - Profesor Benito Fentanes. - Nota: Con timbre de ley." - A la Comisión del Interior.

"H. Asamblea:

"Eduardo Cisneros, diputado propietario por el 10 distrito electoral del Estado de Hidalgo, respetuosamente manifiesta que: teniendo que tratar algunos asuntos de interés para su distrito, relativos a la apertura del camino carretero, así como para traer a sus hijos al colegio, solicita que , con dispensa de trámites, se le conceda una licencia de un mes con goce de dietas.

"Protesto a ustedes mi respetuosa consideración.

"México, octubre 1º. de 1917. - Eduardo Cisneros. - A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente."

En votación económica se pregunta a la asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie, en la inteligencia de que se necesitan las dos terceras partes de los votos de los diputados presentes. Dispensados los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada la licencia.

"El subscripto, diputado al Congreso de la Unión por el 10 distrito electoral del Estado de San Luis Potosí, solicita, con dispensa de trámites, le sea concedida una licencia por veinte días, con goce de dietas, para atender urgentes asuntos de familia. "Constitución y Reformas. - México, octubre 1º. de 1917. - Rafael Curiel."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se le dispensan los trámites, en el concepto de que se necesitan las dos terceras partes de los votos e los diputados presentes. Dispensados los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie, Aprobada.

- El mismo C. Secretario: "Los subscriptos, con fundamento en la parte final del artículo 107 del reglamento interior del Congreso General, atentamente solicitamos de esta H. Asamblea, la suspensión de la iniciativa de ley Orgánica de la Secretarías del Despacho de Poder Ejecutivo de la República. "Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados. - México, septiembre 28 de 1917. - I. Olivé. - Aurelio Peña."

El C. Peralta: Suplico que se lea otra vez la moción, porque no comprendo cómo se puede suspender una iniciativa.

El C. Secretario Magallón le dio lectura nuevamente.

El C. Presidente: Habiendo pedido la palabra el C. diputado Olivé para retirar la moción suspensiva que presentó en unión del C. diputado Peña, se le concede la palabra al C. diputado Olivé.

El C. Olivé: Señores diputados: Como el objeto que perseguimos el señor licenciado Aurelio Peña y yo en la sesión del Sábado, al pedir la suspensión de la discusión de la iniciativa de la Ley Orgánica de las Secretarías del Estado, era dar lugar a que se verificara la sesión que tuvo verificativo el sábado en el Salón Verde, ya no tiene objeto entonces que continúe, es decir, continuar sosteniendo esa moción, y, por consecuencia, pido permiso a la H. Asamblea para que nos conceda, al señor licenciado Peña, firmante de ella, y a mí, permiso para retirar dicha moción suspensiva. -El mismo C. Secretario: En votación económica se consulta a la Asamblea si concede permiso a los signatarios de la proposición, para retirarla. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se concede permiso.

- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a dar lectura nuevamente al dictamen sobre la iniciativa que se refiere a la organización de las Secretarías de Estado. "Señor: Los subscriptos, miembros de la Comisiones de Estado, Departamento del interior. 2a. de Puntos Constitucional y 1a. de Instrucción Pública, hemos tenido a la vista el voluminoso expediente que remitió a Vuestra Soberanía la Cámara colegisladora, en el que se contiene el proyecto de Ley Orgánica de Secretarías de Estado..... (Campanilla.)

El C. Presidente: Habiendo solicitado la palabra con anterioridad, para hacer rectificaciones de hechos, el señor diputado Manrique, antes de que continúe la lectura de este asunto, tiene la palabra el C. diputado Manrique.

El C. Manrique: (Aplausos de las galerías al subir a la tribuna. Campanilla.) Señores diputados: Vengo a rectificar afirmaciones ligeras y apasionadas del compañero diputado José Siurob, lanzadas en la sesión antepasada; esta rectificación no la hice ayer, porque ustedes recordarán cuál fue el curso de la sesión..... (Murmullos y voces: Ayer fue domingo.) Al decir ayer, quise, naturalmente decir la pasada sesión. Como ustedes recordarán, el compañero Siurob comenzó su discurso con estas palabras al tratarse el pasado viernes de la moción suspensiva presentada. por los compañeros Isaac Olivé y Aurelio Peña: "Nos hallamos, señores diputados - decía el compañero Siurob - , en presencia de una vasta intriga reaccionaria," y este es el concepto fundamental que debo tratar de rectificar.

Decididamente, señores diputados, hay que vivir para aprender. Allá por los años de 1857, lo que distinguía al espíritu liberal de la época, del espíritu reaccionario, era principalmente una idea religiosa; algo más tarde, acercándonos a 1867, mejor dicho de 62 a 67, era la característica del reaccionario, además del espíritu religioso, además del credo religioso, la idea intervencionista. Algunos años más tarde, todavía en 1910, lo que distinguía al liberal de reaccionario, era el principio de: "Sufragio efectivo y no reelección," Posteriormente, se comprende que este movimiento corresponde, antes que a necesidades políticas, a la resolución de necesidades sociales de nuestro país, y entonces es, entre otras cosas, la de distribuir la idea a los pueblos la que caracteriza a los liberales, mientras que la idea opuesta es la que, por el contrario, caracteriza a los llamados reaccionarios. Pero avanzamos un poco, y en 1917 lo que caracteriza a los revolucionarios es, si hemos de creer al diputado Siurob, el deseo de mutilar bárbaramente la Universidad Nacional, arrebatándole Institutos que de derecho le corresponde..... (Voces: ¡No, no!) y los reaccionarios, en cambio, están caracterizados por el deseo de defender a toda costa los derechos de la Universidad. A eso llama el diputado Siurob reaccionerismo, a esos llama el diputado Siurob reaccionarios. (Una voz: ¡No entendiste, hombre!) Este criterio, verdaderamente estrecho e indigno de representantes de la Nación, consiste en afirmar que quien no está identificado con mi manera de pensar, ese es un reaccionario; al reaccionario lo defino por oposición a mi credo, y oposición no en esencia, no en substancia, sino en el más ínfimo detalle; quien se aparte, aunque sea un micro o siquiera sea la longitud de onda de un rayo solar. de mi pensamiento, ese es un reaccionario. Hay que aplicar la hiperbólica frase evangélica: "El que no está conmigo, contra mí está." este es el pensamiento capital de quienes así razonan.

¿Y sabéis cuál es el punto de partida - aparte de las pasiones que más tarde analizaré -, de esta peregrina y singularísima manera de pensar? Es que, además de la Universidad misma, además de quienes tenemos el orgullo de llamarnos universitarios, desean la autonomía e integral de la Universidad Nacional, Félix Fulgencio Palavicini y José Natividad Macías; de manera que aquellos cuyo pensamiento coincida, siquiera sea en mínima parte, con el de Félix Fulgencio Palavicini y José Natividad Macías , son también reaccionarios. Siguiendo este criterio, para no tener nada de común con el pensamiento de Félix Fulgencio Palavicini y José Natividad Macías, yo os propongo, señores diputados, y me prometo también el dejar de creer de hoy en adelante que dos y dos son cuatro, y que el todo es igual a la suma de sus partes, porque probablemente esos personajes también lo piensen así, y yo no quiero que mi pensamiento tenga nada de común con el de esos personajes. (Aplausos de las galerías.) Yo he oído razonar de esta peregrina manera a algún ciudadano diputado: "Es necesario que, cuando se someta a nuestra aprobación la reanudación de las corridas de toros en nuestro país, es necesario, digo, aunque yo en otra ocasión votaría en contra de las corridas de toros, que hoy vote en pro de las corridas de toros......

El C. Gómez Mauricio, interrumpiendo: ¡Muy bien! (Risas y aplausos!)

El C. Manrique, dirigiéndose al C. Mauricio Gómez: paciencia, compañero Gómez, que ya llegará el día de aclarar paradas. Digo que hay quien razona de esta originalísima manera: "Es necesario que aprobemos la subsistencia de las corridas de toros, porque reprobarla sería darle gusto a Félix Fulgencio Palavicini." (Voces: ¡Aaaah!)

Señores diputados: Ya el compañero Manuel García Vigil, una de las más esclarecidas inteligencias de este Congreso..... (toses) y uno de los criterios

más independientes de este propio Congreso.....

El C. Padrés, interrumpiendo: ¡No!

- El C. Manrique ¡Sí! Ya el compañero García Vigil..... (Campanilla.)

El C. Presidente: Se suplica a los señores diputados que no hagan de continuo interrupciones al orador.

El C. Manrique, continuando: Digo qué el compañero García Vigil, defendiéndose ha poco tiempo brillantemente de la imputación que se le hacía de aceptar como suya una idea de origen reaccionario, decía con mucha justicia que la verdad no es patrimonio de los reaccionarios, que la verdad no es patrimonio ni de un hombre, ni de un grupo de hombres, ni privilegio exclusivo de nadie, sino que de la verdad puede decirse, como del sol, que luce para todos. De manera que el sostener una verdad a su vez sostenida, - no sé si por desgracia o por fortuna - , por enemigos de la causa revolucionaria, no quiere decir, no puede querer decir que el pensamiento de la Universidad, que el pensamiento de la juventud estudiosa, cuyo porta voz tengo el orgullo de ser en este Congreso, digo, esto no quiere decir que la juventud estudiosa y la Universidad deban avergonzarse de tal modo de pensar. No, señores; es necesario que distingamos las instituciones que hemos de querer que sean permanentes, de los hombres que se hallan a su frente y sólo transitorios y pasajeros; si los hombres y las generaciones desaparecen, ¡por qué hemos de fijarnos en el momento presente y no hemos de tender la vista hacia el más allá? es necesario que establezcamos una elementalísima abstracción entre el hombre y la institución a cuyo frente se encuentra.

Entretanto, no debo negar que hay una buena suma de justicia en el fondo de esta apasionada manera de proceder. Se querría, se quiere con justicia renovar una buena parte del personal directivo de los destinos de la Nación y en este sentido estoy de acuerdo con los contrarios que sostienen la idea opuesta a nuestro dictamen y creo que esta Cámara de Diputados que representa el sentir político de toda la nación mexicana se halla maravillosamente unificada. En este sentido, señores diputados, y señor diputado Siurob que habéis tachado de reaccionarios a la juventud y al profesorado universitarios, os vais a convencer muy pronto de que también la Universidad entera, el profesorado y alumnos con una sola voz, unánimemente, desean que la Universidad Nacional se arrebate para siempre y cuanto antes posible de las manos beocias en cuyo poder se halla, (Aplausos de las galerías.) porque lo que queremos quienes amamos, ni siquiera la Universidad concreta del momento, sino la Universidad de mañana, en cuyo advenimiento próximo deseamos y por el cual laboramos, lo que queremos, digo, es precisamente que en nombre de los ideales de la Universidad se castigue y de arranque la careta a los falsos universitarios y, por eso precisamente, quienes amamos deberás a La Universidad y comprendemos el alto ideal que ella encarna, somos los primeros en decir que se arrebate la Universidad Nacional a José Natividad Macías, allí torpe y tercamente sostenido; (Aplausos, También las galerías aplauden.) Queremos que se arranque la careta, repito, a los falsos universitarios. Olvidé traer en estos momentos el discurso del Rector de la Universidad don José Natividad Macías, leído que no pronunciado... (Voces: ¡Aquí está, aquí está!)

El C. Peña, interrumpiendo: A centenares hay aquí.

El C Manrique, continuando: Me refiero al discurso del Rector de la Universidad pronunciado en la solemnidad del aniversario; este discurso contiene palabras que son la más amplia condenación del Rector mismo. Ya uno de los más célebres comediógrafos alemanes, Lessing, observaba ingeniosamente en una comedia, que es una de sus obras maestras justamente prestigiada en Alemania, una verdadera joyíta literaria "Minna von Barnhelm," observaba que por regla general y sobre todo en cierta edad de la vida, en cierta época de nuestra vida, practicamos precisamente aquellas virtudes de que carecemos, Leed uno de los párrafos más tartufos del discurso de don José Natividad Macías, aquél en que dice que el papel principal, que el papel De la Universidad Nacional es, entre otros, el de formar políticos sinceros y honrados que vengan al Parlamento, no a laborar por su propio interes, sino por interés de la Patria y de la comunidad. ¿Qué son estas palabras, si no un indigno, un cruel sarcasmo en boca de Macías? Puesto qué ¿no hay acaso predicación más elocuente que la del ejemplo? Más sencillo sería que José Natividad Macías dijese: "¡Seguid mi ejemplo, jóvenes alumnos!" quienes creemos que el profesorado es algo más que la dirección administrativa de una escuela y que es algo más que un puesto desde el que se transmite determinada enseñanza científica; quienes creemos que el profesorado, que el magisterio es una verdadera misión de apostolado, no toleraremos que falsos universitarios se encuentren al frente de los destinos de la Universidad Nacional. La trascendencia que esto tiene está en la que tiene siempre el ejemplo de los de arriba, está en que José Natividad Macías, carente de honradez política y carente de otras manifestaciones y aspectos de honradez, su presencia al frente de la Universidad Nacional quiere decir también el entronizamiento de todo un sistema de tartuferías e hipocresías. Macías al frente de la Universidad Nacional quiere decir también Fernando Lizardi al frente de la Escuela de Jurisprudencia, ¡para baldón de esta preclara institución! (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.) Allí tenéis en forma elocuente la opinión de la parte pensante y honrada de la Escuela Nacional parte pensante y honrada de la Escuela Nacional de Jurisprudencia: Fernando Lizardi, - y esto no es patrimonio de la vida privada, esto es algo perfectamente público - Fernando Lizardi al frente de la Escuela de Jurisprudencia, es un corruptor de la juventud. (Aplausos.) Cuando hace pocos días el Procurador General de la República pidió al señor profesor Pablo García que indicara en donde existen o habían existido garitos en la ciudad, el compañero García se acordó de los garitos de Tlápam, Coyoacán y otros puntos.... (Campanilla.)

El C. Presidente: Suplico al orador se concrete a la rectificación de los hechos para que solicitó el uso de la palabra.

El C. Manrique: Ninguna muestra de desaprobación he oído de vosotros, señores diputados, y creo, por tanto que tengo derecho de seguir haciendo uso de la palabra. (Murmullos.) Digo que la Escuela de Jurisprudencia ha sido un garlito de vergüenza de una buena parte de la juventud que en ella se ha educado y para vergüenza se su director... (Voces: ¡Bueno, bueno! De manera que en la Escuela de jurisprudencia, señores, se han organizado paseos a la luz de la luna en compañía del Director del Establecimiento; en la Escuela de Jurisprudencia el Director, con una falta absoluta de decoro, invita a algunos estudiantes a embriagarse en la taberna más próxima. (Aplausos de las galerías.)

Y esto constituye una vergüenza y una ignominia nacional que los verdaderos universitarios no toleramos, no debemos tolerar. Hay también alguna otra manifestación: al frente de la Facultad de Ciencias Químicas tenemos a un hombre que es seguramente en el terreno científico en verdadero sabio, un hombre que os puede llenar un pizarrón de muchos desarrollos de fórmulas analíticas de compuestos orgánicos, un hombre que os habla con la mano en la cintura del "dioxidoamido - arsenobenzol" y de la "trimetiletipropilfenilbutilenadiamina," pero ese hombre que en este aspecto pudiera considerarse como un sabio, no es probablemente un claro ejemplo de fortaleza moral. Así hemos visto, por ejemplo, en la inauguración de la Facultad de Ciencias Químicas, que se han descubierto placas que decían: "Aula José Natividad Macias," "Aula Félix Fulgenico Palavicini," como quien dice: "Aula Pestalozzi," "Aula Froebel," "Aula Juan Amos Commenio." Esto es una indignidad, esto significa el entronizamiento del más bajo espíritu de adulación. Contra esto, contra todo esto protestamos los verdaderos universitarios. En esto sí estamos de acuerdo con los enemigos políticos de don José Natividad Macías. Aquí el señor licenciado Cabrera en una ocasión, cuando se trató del caso Mucel, nos planteaba el problema político con toda franqueza, con una franqueza, es verdad, que se resiente de la falta del suave perfume de la espontaneidad; pero con franqueza de todas maneras, planteaba el problema político, diciendo que de lo que se trataba en la Cámara era de restar elementos al Poder Ejecutivo. Pues franqueza por franqueza: en todos estos problemas se trata de restar malos elementos al Poder Ejecutivo. Naturalmente que la maldad o bondad de estos elementos la calificamos cada uno de nosotros, y podemos acertar, y podemos también equivocarnos. Quiere esto decir que si el señor Cabrera establece - como establecía -, que atacar a un jefe de Departamento o a un Encargado de Secretaría, era atacar al Ejecutivo, ¡claro! se ataca al Ejecutivo; pero no es lo mismo que atacar al Presidente de la República. Establecer esta distinción no es otra cosa que hacer un elementalísmo distingo. Hay, sin embargo, una responsabilidad moral: se puede distinguir entre la responsabilidad del Presidente de la República y la de los Secretarios de Estado o Jefes de Departamento; pero vamos más allá: si efectivamente esto significa en último término un ataque a la personalidad del Presidente de la República, pues bien, señores, abordamos la responsabilidad, este es un ataque al Presidente de la República, porque en el Presidente de la República, el análisis, este poderoso instrumento de que no podemos ni queremos prescindir, nos permite distinguir una organización, una entidad compleja; si el Presidente de la República, si don Venustiano Carranza fuese algo absoluto e indiscutible, entonces sería un sacrilegio atacarlo; pero como don Venustiano Carranza es una complexísima personalidad en la cual hay faces y aspectos plausibles por todos conceptos, y hay también aspectos reprochables, éstos no debemos dejarlos pasar inadvertidos en su intimidad en la personalidad moral del Presidente de la República. Ya el Barón de La Rochefoucauld estableció, desgraciadamente, que en realidad la dualidad que acostumbramos establecer entre los defectos y las cualidades es algo verdadero, que hay una absoluta unidad en todos los aspectos de la escala humana y que vemos pasar una serie de delicadas y suaves transformaciones de un defecto a la cualidad. De manera que Rochefoucauld considera las cualidades como estructuras de defectos, y en nuestros días de ha invertido la cuestión. De manera que la admirable tenacidad del Presidente de la República para salvar a la patria de los peligros interiores y exteriores que la amenazan, pasa también por suaves y delicadas transformaciones, de la necesidad a la terquedad para el logro de un fin reprobable, y este es, entre otros, el de imponer a determinados políticos perversos al frente de los destinos de la Nación. (Voces: ¡Muy bien!) Bien quisiéramos quienes soñamos con una absoluta renovación de las cosas y de la opinión de la República, que viniesen hombres verdaderamente nuevos, no maculados poe la herencia morbosa de las épocas pasadas. Pero, ¡ah, señores diputados!, una cosa es el soñador y otra cosa es el estadista; el estadita, el verdadero hombre de gobierno, ése debe tender al equilibrio y admitir los diversos elementos opuestos y manifestaciones de la opinión pública. He aquí la Explicación: Desgraciadamente de estos procedimientos que reprochamos en el Presidente de la República me ocurre en estos momentos, señores diputados, aprovechar una conocida ilusión de óptica; yo diría como un compañero nuestro: "Tomad un lápiz y un papel y trazar con el lápiz sobre el papel dos rectas perfectamente paralelas, sin quebradura ni corte ninguno; trazad al lado de estas rectas varias curvas, ¡qué sucede? Lo sabéis muy bien: que las curvas que aisladamente consideradas se nos mostraban en toda su repugnante curvatura, al lado de las rectas parecen haberse rectificado, en tanto que las rectas que aisladamente consideradas con incontrovertibles y absolutas, al lado de las curvas parecen encorvarse." Esta es la ilusión de óptica, señores diputados, que resulta desgraciadamente cuando hombres a quienes no vacilamos en reconocer como rectos, como Venustano Carranza, se rodean de políticos encorvados y corrompidos de la talla de don José Natividad Macías. Esto es lo que por el interés político de la Nación, por el interés político de la causa revolucionaria, por el interés mismo de su Gobierno, debe evitar don Venustiano Carranza, si quiere seguir apareciendo a los ojos de la Nación con toda su primitiva y personal rectitud, si se quiere que don Venustiano Carranza no cargue sobre sus

hombros las culpas ajenas. Esta aclaración de hechos, estas rectificaciones, demuestran en la forma más elocuente y clara que nuestro pensamiento coincide en lo esencial con el pensamiento de quienes por una pasión política y sólo por ella, quisieran atacar nuestro, dictamen.

Sólo me resta recomendar que distingamos con un claro espíritu de observación, que distingamos, digo, a quienes vengan a atacar el dictamen de las Comisiones, basados verdaderamente en razones científicas, y en quienes sólo vengan a hacerlo guiados por una pasión personal. Si el doctor Siurob atribuye su salida del Gobierno de Guanajuato - aquí nos lo ha dicho y nos lo dijo también el compañero Martínez de Escobar -, a intrigas de don José Natividad Macías, lo anhelamos todos en buena hora, hacer caer a don José Natividad Macías; pero no perjudiquemos - queriendo apuntar al corazón del licenciado don José Natividad Macías -, a la Universidad Nacional, que es para todos nosotros respetable. (Aplausos de las galerías.)

El señor Siurob nos decía que aquí se trataba de una intriga fraguada en las antesalas de los Ministerios. Yo de mí sé decir que no concibo a un diputado en la antesala de un Ministerio; que el cargo por lo que a mí toca me es absolutamente indiferente. "Antesalas ministeriales" - decía -, yo diría "antesalas rectoriales." Yo, en cambio, señores diputados, he visto a un grupo de compañeros ante un Secretario de Estado preguntándole, con el dictamen de las Comisiones en la mano, "¿Qué es, señor Ministro, lo que usted quiere que se suprima?" (Voces: ¡Nombres, nombres! ¿Quiénes son? Siseos. Campanilla.)

El C. Presidente: Se llama al orden a los señores diputados para que dejen hablar al orador. (Aplausos.)

El C. Manrique, continuando: Hay algunas personas para quienes un Secretario de Estado no es un hombre de carne y hueso como cualquiera de nosotros, sino un ser supraperfecto, suprasensible, y suponen que éste tiene no sé qué de divinidad. He visto también a algún otro compañero, y algunos compañeros son testigos, he visto algún diputado, leader o jefe de grupo, es decir a otro: "A usted le toca tratar el asunto de la Escuela Nacional Preparatoria." "¿A mí?"- decía éste sorprendido, y ya lo veréis deslizar por esta tribuna. "Sí, a usted." - "Bueno, pues a mí." (Voces: ¡Nombres, nombres!) Proceder así, señores diputados, es proceder a la manera de los sofistas que, con la misma facilidad y con la mano en la cintura, pueden sostener ora el pro, ora el contra del asunto, según el interés de su partido, y no con su propia o íntima convicción personal. Hechas estas aclaraciones, señores diputados - y los nombres brotarán por sí solos, sin necesidad de que yo los diga, a medida que este debate se suceda -, decidid franca y sinceramente de qué lado está la intriga, de que lado las pasiones, de qué lado están las ruindades. (Aplausos nutridos de las galerías.)

El C. Presidente: Para contestar alusiones personales tiene la palabra el "C. Cepeda Medrano.

(Siseos.)

El C. Siurob: Yo he pedido la palabra antes.

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: En la sesión celebrada el día 28 del mes en curso se suscitó un incidente desagradable que ocasionó la suspensión de la sesión de la Cámara de diputados. El incidente desagradable provino de que el C. Presidente de esta Cámara, el ciudadano que fungía entonces como Presidente de esta Cámara, se sirvió ordenar a las galerías, dentro del reglamento, que no hiciesen ninguna clase de manifestaciones. Entonces levantó su voz fuerte el señor diputado Meza y dijo que debía dejarse en absoluta libertad a las galerías para aplaudir, ya que se trataba de un asunto que tanto interesaba, porque las galerías estaban llenas de estudiantes, jóvenes que venían aquí a estudiar, a ver el curso de los debates en un asunto de tanta importancia para ellos, como es el de la Universidad, Yo también me permití hacer una moción de orden al C. Presidente, y le dije textualmente lo siguiente: "Moción de orden: No tiene Su Señoría derecho para exigir que las galerías guarden silencio en esta vez."

Y yo tenía completa razón; vengo a sostener que estaba dentro de la ley, dentro de la justicia y que debía sostener esa tesis, como la vengo a sostener en estos momentos. (Siseos.) ¿Con qué derecho se les prohibe en esta vez a las galerías, llenas de estudiantes, llenas de jóvenes que vienen a ver el curso de estos debates, que no siseen, que no hagan manifestación de ninguna naturaleza? (Siseos.) ¿Con qué derecho, si la Cámara de diputados en la sesión del día 10 de septiembre, que celebró aquí con respecto al asunto del señor Mucel, cuando se encontraba este palco lleno de campechanos, y entonces hablaba el C. diputado Cabrera, se le siseaba y se le hostilizaba desde allí y nadie, ninguno absolutamente hizo una moción de orden para que no hiciera esa clase de manifestaciones? Y entonces vino a la tribuna el señor diputado Urueta y entonces y se le aplaudió por los mismos campechanos, que ocupaban en aquella vez la mayor parte de las galerías. Entonces yo me levanté desde mi asiento e hice una moción de orden para que se aplicase el reglamento; se suscitó un incidente también desagradable, y aquí está, en el Diario de los Debates, señor diputado Hay, la historia exacta; aquí está con todo cinismo......(risas), retratada la sesión de esa fecha, y si yo desde mi curul me permití decirlo, contestarle al señor Hay en el momento en que decía que no debía yo verter esas palabras, que no debía decir que aquí se había pisoteado el reglamento, que no debía decir que aquí nunca se había respetado el reglamento, me permití protestarle que nunca, absolutamente nunca, se había respetado el reglamento, lo mismo ante los señores diputados, que ante todas las galerías. (Risas y aplausos.) Se necesita, señores diputados, que nosotros, en lo en lo sucesivo, tengamos una ley interior, pero una ley que respetemos en todos los puntos, un ley que no sea de conveniencia, que no sea de componendas, sino una ley que esté ajustada al texto estricto. En la sesión del día 28, para conocimiento de todo el público, para conocimiento de los señores diputados que lo hayan olvidado, se presentó el siguiente incidente. Textualmente dice así el Diario de los Debates: "El C. Cepeda Medrano: Moción de orden. A ciencia y paciencia de usted, señor Presidente,

se ha estado violando una y diez veces el reglamento. (Voces: ¡Cállate! Campanilla.)"

(Risas.) Se va a desarrollar ante ustedes una parte de la sesión celebrada en ese día, en la misma forma en que se está presenciando esta: "El C. Presidente: Se le hace saber al señor Cepeda Medrano, con respecto a su moción de orden, que la presidencia, habiendo visto precisamente en el discurso que pronunció el señor licenciado Cabrera, que las galerías hacían manifestaciones de esta naturaleza, concediendo con esto entera libertad a las mismas galerías, cree que, en estos momentos en que está pronunciando su discurso el ciudadano Urueta, pueden estar las mismas galerías con entera libertad. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)"

Este era el criterio de la Presidencia en aquella época, cuando hablaba aquí el señor diputado Ureta. Entonces el señor diputado Cepeda Medrano volvió a hacer otra moción de orden. El diputado Ureta, contestó: "Yo suplico a los señores que concurren a las galerías, cesen en sus demostraciones, para dar gusto a mi querido compañero, el diputado Cepeda Medrano. (Voces: ¡No, no!)

"El C. Cepeda Medrano: Pido que se lea el artículo reglamentario. (Voces: ¡Cállate, siéntenlo!) Pido que se lea el artículo reglamentario.

"El C. Presidente: Si Su Señoría insiste en que se lea el artículo reglamentario, relativo al orden que deben guardar las galerías, no habrá inconveniente, en la inteligencia.....

"El C. Cepeda Medrano: ¡Tengo derecho!

"El C. Presidente:..... de que se va a someter la resolución de la Presidencia a la votación de la asamblea. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)"

El C. Padrés: Para una moción de orden, señor Presidente. (Toses y risas.)

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Padrés: Pido la palabra, señor presidente, para una moción de orden, porque el señor Cepeda Medrano ha pedido únicamente la palabra para rectificación de hechos y no para leer un editorial o un dictamen. (Siseos.) yo pido que el señor Cepeda Medrano - muy epiléptico, por cierto -, se concrete al hecho que él ha podido rectificar. (Campanilla, murmullos y siseos.)

El C. Cepeda Medrano, continuando: Señores diputados: Continuamos leyendo lo que se escribió en aquella memorable sesión del día 10 de septiembre. "El C. Secretario Magallón: Se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se aprueba el trámite de la Mesa. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. (Mayoría. Aplausos nutridos de curules y galerías.)"

Se consultó a esta H. Asamblea si se dejaba a las galerías la absoluta libertad para aplaudir; entonces la mayoría de esta Cámara violó el reglamento, señor diputado Hay, y no fué el diputado Cepeda Medrano, fué la mayoría de estos señores diputados, quienes violaron el reglamento y el C. Presidente que no hizo cumplir el reglamento. (Siseos.).

"El C. Cepeda Medrano: Señor Presidente.... (Siseos y voces: ¡Fuera, fuera!.) Señor Presidente: He pedido, en ejercicio de mis derechos, que se lea el artículo reglamentario. Usted está infringiendo el reglamento.

"El C. Presidente: La Presidencia me parece que ha interpretado el artículo que usted desea.

"El C. Cepeda Medrano: No ha interpretado nada, no puede interpretarlo. Yo pido que se lea el artículo reglamentario. (Voces: ¡Cállate, cállate! ¡No. no)

Sin darle lectura, la Presidencia creía haber interpretado el artículo que yo pedía que se leyera.

El C. Padrés: Moción de orden. Pido que la Presidencia, enérgicamente, suplique al señor orador, se concrete a la contestación de alusiones personales. (Siseos y Risas.)

El C. Presidente: La Presidencia suplica al orador se sirva concretarse a la rectificación de hechos; en segundo término, suplica a la Asamblea que deje continuar al orador, y a las galerías, en tercer término, que no hagan manifestaciones.

El C. Cepeda Medrano: Suplico al señor Presidente se sirva decirme para qué pedí la palabra.

El C. Presidente: Para rectificación de hechos.

El C. Cepeda Medrano: Está en un error el señor Presidente; yo me he acercado a usted pidiéndole la palabra para contestar alusiones personales.

El C. Presidente: En todo caso, la Presidencia suplica muy atentamente al señor Cepeda Medrano sea lo más concreto posible en las contestaciones de alusiones personales.

El C. Cepeda Medrano: El señor Secretario Magallón, en esa vez, leyó el artículo relativo a las galerías, el 195, y agregó lo siguiente: "Esa ha sido la interpretación de la Presidencia. La Asamblea con su voto ha resuelto que las galerías quedan en entera libertad para hacer manifestaciones. (Aplausos.)

"El C. Cepeda Medrano: ¡Pero infringiendo el reglamento!

"El C. Blancarte: Moción de orden: La Presidencia ha consultado a la Asamblea si debe cumplirse un artículo del reglamento; supongamos que la Asamblea resuelve que no debe cumplirse con él, no obstante esta resolución, se quebranta el reglamento, porque está en contra de lo que debe observarse por la Asamblea; así es que es por demás que se pregunte si se cumple con un artículo del reglamento, que es el que nos rige y que ha sido aprobado por las dos Cámaras, pues aun en el caso de que la Asamblea resolviera que no debe cumplirse con él, el reglamento queda vigente.

"El C. Presidente: Para dar punto final a este incidente, la Presidencia no tiene ningún inconveniente en acceder a que se cumpla el artículo reglamentario; pero hay que ver que la Presidencia, después de haber dado su trámite, lo puso a votación y fué aprobado dicho trámite. Si la resolución de la presidencia es justa o injusta, el mismo reglamento señala el procedimiento para que cualquiera de los señores diputados pueda proceder en contra de la Mesa, si así lo creyere conveniente; por consiguiente, el C. diputado Urueta, que está en el uso de la palabra, sigue con ella."

Señores diputados: Como yo desde mi curul vertí la palabra de que nunca hemos respetado el reglamento, y el señor diputado Hay me dice que no debemos tener tanto cinismo para confesarlo, yo

no considero cinismo confesar la verdad, la verdad clara, la verdad desnuda, pero al fin verdad, pues viene a demostrarnos que todos estos incidentes se han presentado, señor diputado Hay, única y exclusivamente porque el señor Presidente de los debates no ha sabido encauzar el orden de los debates y ha violado el reglamento, no una vez, sino varias veces, como he podido mostrarlo aquí con el Diario de los Debates. Yo no considero cinismo, sino honradez, haber confesado esa verdad, que al señor diputado Hay le irritó tanto. Yo comprendo que el señor diputado Hay es uno de los que más se han empeñado dentro de esta Cámara porque se cumpla el reglamento; yo aplaudo por esta razón al diputado Hay cuando cumple el reglamento; pero no todos lo cumplen, y ha surgido esto de esta Mesa, precisamente para que demos lugar a estos escándalos. ¿Con qué derecho se les viene a evitar ahora a las galerías que aplaudan o que hagan manifestaciones si está aquí todavía, escrito un acuerdo de esta H Asamblea, que ha dicho que se hace un lado el reglamento y no solamente para una sesión señor diputado Hay, sino aquí está en el Diario de los Debates, que para todas las sesiones quedan en absoluta libertad para aplaudir? ¿Entonces bajo qué bandera nos acogemos? Primero, a las determinaciones de la Asamblea; después, a lo que ordena el reglamento. ¿Debemos tener el reglamento escrito y a ese hemos de respetar? perfectamente bien; estamos de acuerdo; pero que no vengamos aquí a ser juguetes para que una vez la presidencia ordene que se cumpla el reglamento y otras veces ordene que se pase sobre el reglamento, únicamente porque así lo decide y otras veces porque así lo ordena la mayoría de los señores diputados. (Aplausos de las galerías.) Yo considero, señor diputado Hay, que mientras no revoquemos ese acuerdo de la sesión del día 10, que está escrito aquí, no podemos exigir que las galerías guarden orden, guarden compostura; no podemos exigir que se concreten a estar sentados en sus asientos sin que hagan las manifestaciones que su conciencia les dicte. Por ahora, en esta vez, debemos manifestar muy alto, muy claro, que estaremos de parte de la justicia y que seremos los defensores de los estudiantes. (Aplausos de las galerías.)

- El C. Hay Pido la palabra

El C. Presidente: El C. Siurob ha pedido la palabra con anterioridad para rectificación de hechos.

Tiene la palabra el diputado Siurob. (Murmullos y siseos de las galerías.)

El C. Siurob: Señores diputados: ¿Por qué se me ha siseado en esta Asamblea? ¿Por un principio, o por un hombre? ¿Por un principio, o por un personalismo? Vamos a aclararlo. ¿Por un principio? ¿Cuál ha sido ese principio? ¿El principio de la autonomía de la Universidad Nacional? ¿Cómo sabían los que me siseaban si yo iba a atacarla o a defenderla si no toqué una sola palabra de ese punto? ¿Por una personalidad? ¿A qué personalidad hice referencia? A ninguna absolutamente. ¿Por haber llamado reaccionaria a la juventud estudiantil? Que se vea el Diario de los Debates y que se me diga en qué sentido, en qué momento de mi discurso lancé yo semejante cargo contra mis hermanos de ideales. (Siseos de las galerías.) No ha sido, pues, esta la causa por la que se me ha atacado; la causa por la que se me ha atacado es porque yo combato a los individuos que se empeñan en mantener la instrucción en la república en el grado de decadencia, de humillación y de indignidad en que se encuentra sumida a la fecha, sin que se penetre allí la antorcha revolucionaria alumbrando las conciencias de la juventud estudiosa. Esa es la causa, esa es la razón por la que se me ha siseado, y si me ha siseado por eso yo me siento muy contento y muy satisfecho de haber sido siseado.... (risas).... pues cumplo en ese sentido uno de mis más grandes ideales de revolucionario. Mis ideales como revolucionario son estos: Primero, haber padecido por la libertad; segundo, haber mantenido incólumes y con toda pureza los principios; tercero haber sido desdeñado por los libertos; cuarto, ser enterrado por subscripción pública después de haber cumplido con mi deber. Esos son mis ideales de revolucionario. (Aplausos.)

¡Qué defensores le han resultado a la Universidad Nacional! ¡El que no ha mucho tiempo en esta misma Asamblea, al hablar de la independencia de los estudiantes de comisaría, decía que todos por lo general eran una turba de marihuanos, de ebrios y degenerados. (Siseos.) El C. Manrique lo ha dicho aquí en esta Asamblea. (Voces: ¡Cierto! ¡Qué defensores le han resultado a la Universidad Nacional! Los que cuando la entrada del general Obregón en épocas aciagas para la causa, cuando se trataba de levantar a las clases obreras en contra de la reacción, les predicaron a esas mismas masas obreras que no debían ir a la Revolución por una causa insegura. (Aplausos.)

El C. Padrés: ¡Es muy cierto! ¡Es muy cierto!

El C. Siurob, continuando: Y nosotros, los que hemos seguido el calvario con esa misma juventud, los que desde el principio sufrimos con sus anhelos, sufrimos con sus miserias, sufrimos con sus opresiones, con las opresiones de los déspotas sobre ella; los que desde el principio contribuimos a fundar las asociaciones de las escuelas; los que desde el principio protestamos contra la dictadura; los primeros que le pedimos la renuncia a Porfirio Díaz; los que fuimos al terreno de las armas - allí está el diputado Valle que entonces era estudiante y allí está una multitud de testigos que nos acompañaron en aquella época - nosotros no tenemos derecho a defender a la clase estudiantil!.... (Voces: ¿En Guanajuato? En Guanajuato la clase estudiantil tuvo la protección más amplia y más grande: allí están los diputados por Guanajuato que son testigos. Ahora, señores diputados, esos no tenemos derecho a defender a la clase estudiantil! ¡Esos sólo tenemos derecho a que se nos crucifique en el escarnio y en la burla, pero lo preferimos, porque lo preferimos, por la libertad a los oprobiosos y oropelescos aplausos que se conquistan los que lo mismo vienen a adular a los tiranos que a las muchedumbres. (Aplausos y voces: ¡Muy bien! ¿Qué Universidad Nacional defienden los señores del dictamen? ¿Que Universidad nacional es la que ha venido a defender aquí un repetidor convertido en filósofo? (Aplausos.) Voy a decir a ustedes qué clase de Universidad. Escuchad las razones; escuchad la verdad y que se abra paso de una vez en vuestra conciencia; voy a decirlo claro: ¿Qué Universidad vienen

a defender? Una Universidad que no tiene todavía un principio fijo; una Universidad en la cual no se forma el alma nacional; una Universidad que - ya tocó el punto el señor Manrique y esto lo absuelve de sus anteriores dislates - está dirigida por individuos perfectamente incapaces, perfectamente inconscientes y que no pueden siquiera comprender cuál es el fondo del corazón estudiantil.(Siseos y risas.) Aquí está el programa, ciudadanos, de la Universidad Nacional; el corazón, el centro de la Universidad Nacional es la Escuela de Altos Estudios. Ved ese programa, examinadlo cuidadosamente, y veréis todos sus defectos; Os los voy a señalar en estos momentos con el dedo, porque voy a hablar con razones y verdades. Si examináis todo este programa veréis que aquí está estampado el sello reaccionario en su forma más marcada; en efecto, buscadme en este programa una sola clase de higiene; buscadme en este programa una sola clase de ejercicios físicos... (Risas, murmullos y siseos de las galerías.) Son hechos: buscadme en este programa una sola clase de especialidad de medicina; buscad una sola clase perfectamente práctica como debe ser el espíritu de la Universidad. ¿Cuál es, pues, esa independencia? (Siseos y risas de las galerías.) Las Universidades en todos los países del mundo se componen de tres elementos esenciales: en primer lugar, las humanidades; en segundo lugar, las ciencias generales, y en tercer lugar, las ciencias especialistas. Si examinamos este programa veremos que por el lado de las humanidades, examinando desde ese punto de vista, se enseñan las lenguas y también las literaturas, cuando no debían enseñarse Más que las literaturas exclusivamente... (Siseos de las galerías.) Las lenguas no son temas de una escuela de estudios superiores; las lenguas deben quedar para la preparatoria; en la Preparatoria es en donde debe estudiarse; en la Escuela de estudios Superiores deben estudiarse las literaturas exclusivamente; la filología se encuentra incluida a la lingüística en una sola clase, cuando debían ser absolutamente separadas. Si pasamos en seguida al catálogo de las ciencias físicas, tenemos que no deben estudiarse la física general teórica, la química general teórica, la botánica teórica, lo que debe enseñarse es la práctica de todas estas ciencias. (Siseos y silbidos de las galerías Campanilla.)

El C. Presidente: Se exhorta a las galerías a que se guarden la compostura debida; de lo contrario la Mesa tendrá que tomar algunas medidas para que los oradores puedan hablar con toda libertad. (Aplausos de las curules y siseos de las galerías.)

El C. Siurob, continuando: La parte de las ciencias puras que se deben enseñar en las Universidades, es la parte que corresponde a la investigación, y la parte que corresponde al perfeccionamiento. Allí debe corregirse uno de los defectos capitales de nuestra raza: la falta de espíritu práctico. ¿De qué manera? Enseñando a la juventud la manera de practicar todas esas ciencias, ya que en la Preparatoria y en la mayor parte de nuestras escuelas sólo se enseña de una manera absoluta y enteramente teórica...

El C. Presidente, interrumpiendo: La Presidencia se ve en la necesidad de suplicar al orador que se concrete a la rectificación de hechos para que solicitó la palabra. (Voces: ¡Que hable, que hable!)

El C. Siurob, continuando: Estoy hablando de la rectificación de hechos y voy a demostrarlo. Si trato de este programa es porque el hecho que deseo rectificar era que yo me quería oponer a la forma en que los señores de las Comisiones aprueban la autonomía de la Universidad, es Universidad porque en esa forma ni la Universidad es autónoma, ni la Universidad, ni ellos son libertarios ni verdaderos diputados con venir a hacer semejante proposición. (Siseos y risas de las galerías.) Es el hecho a que iba a concretarme, y como los puntos que estoy tratando sirven de apoyo a mi tema y como los puntos que estoy desarrollando son enteramente conexos con aquel, entiendo que no me salgo en lo absoluto, señor Presidente, de la rectificación de hechos para la cual he pedido la palabra.

En seguida, señores, en las ciencias naturales, como dije, falta una clase de higiene. La importancia de la educación no necesito venir aquí a describirla. ya Hugo lo dijo: "Todo hombre a la edad adulta debe tener una filosofía y una higiene." Ya otros grandes oradores también lo han dicho, que toda cuestión social es una cuestión de higiene. Si, pues, toda cuestión social es una cuestión de higiene... (Toses, risas y siseos de las galerías.) la higiene..

. - El C. Aveleyra: Moción de orden, señor Presidente.

El C. Presidente: La Mesa desde luego hace la siguiente declaración: no cree pertinente ni necesario estar haciendo ninguna exhortación a las galerías; por lo tanto, ya habiéndolo hecho muy respetuosamente, apela a la cordura del público que las forma, para que acaten esta resolución de la Mesa; de lo contrario, a la próxima manifestación que se haga, no se hará una exhortación, sino dará cumplimiento al reglamento de la Cámara. (Aplausos.)

El C. Siurob, continuando: Hablaba yo de la importancia de la higiene como base de toda educación universitaria; vosotros sabéis que es una necesidad nacional la implantación de procedimientos higiénicos que permitan vivir a nuestro pueblo con una vida mejor. Ahora bien, señores, si no se va a enseñar eso es una escuela, a donde deben ir los futuros directores de la conciencia nacional, ó en dónde va a enseñarse? ¿Van a conocer de ella sólo los médicos? ó no tienen obligación de conocerla los altos profesores? Ya lo he dicho: toda cuestión social es una cuestión de higiene. Si queremos remediar los problemas sociales que tenemos en este momento a la vista, debemos conocer perfectamente los procedimientos higiénicos que debemos usar para nuestro pueblo, pero hay más, señores diputados: Ni aun en la parte que correspondía al actual Rector de la Universidad Nacional, en la parte que se refiere a la ciencia jurídica, está completo este programa. Me encuentro desde luego con que entre las clases figura el derecho filosófico. ¡Hasta el nombre es una ridiculez! ¡Derecho filosófico! ¿Hay acaso un derecho que no sea filosófico? Debería llamársele filosofía del derecho.

De manera que, desde ese punto de vista, eso va de paso, es una simple crítica del momento; la cuestión de fondo es esta. ¿Conceptúan ustedes una Universidad en que no se enseña derecho internacional? ¿Conceptúan ustedes que no se enseñe una rama tan importante del derecho, una rama tan esencialmente útil en los momentos actuales, en que nuestras condiciones de relaciones internacionales son precarias, difíciles y exigen amplios conocimientos jurídicos? Los ciudadanos estudiantes de medicina no encontrarán en este programa ninguna especialidad que corresponda a su materia..... (Una voz: ¡No es cierto!) En este programa deberían estar, señores, los estudios de investigación de Bacteriología, estudios de Fisiología, estudios de Patología general. Esto, señores, era lo que debía estar aquí, y veis que falta. Por otra parte, señores, sí se advierte una cosa: el prurito de dar títulos; ese prurito tan latino y que debíamos haber corregido en el programa de nuestros planteles superiores de educación. Aquí se ve una multitud de títulos, un título con tres estudios, otro con cinco y otro con diez, y resulta que de allí va a salir una multitud de profesores, que serán maestros de todo y oficiales de nada. Pero vamos al fondo, señores: necesitamos educar el alma nacional; la Revolución se hizo precisamente para introducir en nuestra enseñanza modificaciones mucho más graves, mucho más profundas que esos humildes y desgraciados rasguños con que apenas se pretende desflorar el problema de la educación nacional; en vez de venir saliendo las Comisiones con un estudio tan raquítico y miserable, debían habernos venido a proponer aquí la fundación de más universidades libres, perfectamente libres, en la República. La Universidad actual, señores, ¿es, acaso, libre? ¿Es, acaso, independiente de la política? Vamos a ver si es cierto esto. No es libre, primero, porque depende directamente del ejecutivo y de los deseos del Ejecutivo son órdenes para la Universidad Nacional; segundo, porque no tiene un verdadero consejo de Educación. En los países de Europa el Consejo de Educación de las Universidades está formado por tres clases de profesores: por los profesores ordinarios, por los profesores extraordinarios y por los profesores que aquí llamamos repetidores y que también pueden llamarse profesores adjuntos: ellos forman el Consejo Universitario y a más, para introducir los principios democráticos, deben entrar en el Consejo Universitario dos alumnos por cada escuela, nombrados por esas mismas escuelas, y que cada año deberán ser renovados por las mismas escuelas. Estos son los principios que deben aprobarse aquí. Vamos a darle a la Universidad la verdadera autonomía, la económica, la autonomía en su profesorado y en su dirección; la autonomía absoluta y completa. ¿De qué manera? Esto era lo que yo iba a proponer, de esto era de lo que yo iba a hablar; no de ese programa miserable de autonomía que nos viene a presentar aquí la Comisión y que pugna en absoluto con los principios revolucionarios y que pugna con el sentir de la H Asamblea, que es libertaria en su mayoría, aunque haya diferencia en pareceres y en opiniones sobre asuntos particulares. Ya es tiempo, pues, de echar los cimientos de esa Universidad. ¿En qué forma? Sea haciendo convocatorias para que las elecciones del Consejo Directivo de la Universidad se hagan por oposición pública, o sea que el seno de esta H. Asamblea, entre el cuerpo de representantes del pueblo, se elija a los hombres más idóneos y más capaces para dirigir esa Universidad. (Siseos de las galerías.) No hago más que proponer; la Asamblea decidirá a su debido tiempo; pero yo vengo a hablar aquí de la verdadera autonomía, no de la autonomía de limosna, no de la autonomía que se le concede por los reaccionarios al principal plantel educativo, a aquél en donde van a formarse los hombres del mañana.

He demostrado, señores diputados, que la actual Universidad no es Universidad, primero, porque no tiene un Consejo Directivo; segundo, porque no tiene un plan general. A propósito del plan general, voy a señalar aquí un plan que se proponen las Universidades de diversos países. En las Universidades francesas el plan es enteramente político: el plan es que los individuos que salgan de allí sean individuos esencialmente parlamentarios, es decir ciudadanos capaces de desarrollar, por medio de la palabra, todos los temas del saber humano. En las Universidades inglesas, el tema es el formar el "self made man," Es decir, el formar a los hombres que se basten a sí mismos, a los ciudadanos perfectamente capaces. En Alemania, el ideal supremo es formar a los individuos que sean capaces de producir más, es decir, el ideal de aquella nación es un ideal esencialmente económico, económico - social o económico - político. Ahora yo pregunto: ¿a qué ideal obedece nuestra Universidad Nacional? ¿No a perfeccionar hasta el extremo el conocimiento humano? No conduce a la investigación, puesto que no hay aquí clases prácticas; no conduce a la fuerza de la raza, porque no hay una sola clase de ejercicios físicos; no conduce tampoco a la higienización de la especie, supuesto que no hay una sola clase de higiene. ¿En qué forma va a realizar su programa esta Universidad, o qué es lo que se propone? ¿Que diríais, señores diputados, qué dirías de un cuerpo docente que no tuviera una mirada fija, un programa? Que era perfectamente inútil, que era más que inútil: que era nocivo, porque iba a conducir a los individuos que estuvieran a su cargo, por senderos torcidos, por senderos enteramente cambiados de los que marca la civilización moderna. ¿cuál es el plan que debe tener la Universidad Mexicana? Esto es lo que toca dilucidar al Consejo Universitario, sea designado por la posposición, o sea nombrado por esta H Asamblea. Yo, por lo pronto, me permito señalarle, como un humilde colaborador en esa magna obra, el siguiente plan: Que asociando los ideales de las Universidades inglesas y alemanas, al mismo tiempo que crearemos al ciudadano esencialmente productor, al ciudadano que va a aumentar los procedimientos de producción en su país, es decir, al mismo tiempo que cumplimos con el ideal económico, que es el ideal supremo de los pueblos en la actualidad, cumplamos también con el ideal libertario, con el inglés, que hace de cada hombre un "self made man," un hombre que se baste a sí mismo, que sepa llenar cumplidamente su deber. Este, Señores, creo que debe ser el ideal de la Universidad mexicana. Nuestra

Universidad tiene una ventaja, aun naciente, sobre las Universidades europeas: que no tiene ideas preconcebidas; que no tiene un programa que tenga sus raigambres en los siglos, sino que son Universidades que pueden aprovecharse de la experiencia que ha hecho a aquellas naciones aptas y, por consiguiente, señalarle los nuevos derroteros para la humanidad nueva que se avecina, cuya aureola social ya presenciamos en este momento, aun en pueblos que están haciendo esfuerzos supremos y desesperados por llegar al colmo de su desarrollo y de su autonomía.

Habeís oído ya el programa que yo venía a someteros, que la Universidad sea Más libre de lo que vosotros habeís pensado; que la Universidad sea más libre de lo que dice la Comisión; que la Universidad sea Más libre de lo que lo ha sido hasta la fecha, y que sea tan libre como lo queremos los revolucionarios verdaderos, los que hemos ido al campo de la lucha persiguiendo ideales y no la limosna que nos tienen que dar los Ministerios para que vayamos a votar en una cosa que sí y en aquella otra, que no. Ahora, señores, que conocéis ya mi programa, ahora que sabéis que no vengo a impugnar un principio salvador, y la juventud estudiosa de México, que no vengo a decirle reaccionaria, que no vengo a privarla de la libertad en sus planteles de enseñanza, que no vengo a destruirle sus anhelos, ahora sisead.... (Siseos).... y recio, fuerte.... (Siseos de las galerías.) ¡Más! Para dar gusto a mis ideales de revolucionario, que consisten precisamente en eso, en ser desdeñado por los libertos. (Aplausos de las curules.) Ya vosotros habeís oído, CC. diputados, algo que yo no me hubiera atrevido a hacer: un estudio circunstanciado de las personalidades. Las ideas de personalismo que muy acertadamente nos ha traído aquí el diputado Manrique.....

El C. Padrés, interrumpiendo: ¡Es traidor.... (Siseos y campanilla.)

El C. Presidente: Se llama al orden al C. Padrés.

- El C. Siurob, continuando:....nos ha exhibido aquí, CC. diputados, de una manera clara, quiénes son los educadores de esa juventud. Ese es otro hecho que yo quería sentar aquí; ya que él se ha ocupado de hacerlo, me ha ahorrado un trabajo penoso, el de desenmascarar a todos esos individuos ante la opinión pública. Si esa juventud libertaria fuera la de 1910, no hubiera podido soportar que hubiera estado a su frente un individuo que ha dado cabriolas en la política, que ha combatido a los libertarios, que sigue combatiendo las ideas revolucionarias abogando por los terratenientes en contra de sus pueblos y que lleva la política al seno de la Universidad Nacional, a cambio de los conocimientos que le faltan. (Voces: ¡Muy bien! ¡Muy bien!) ¿Cuáles son los defectos del carácter nacional que se deben corregir? Están muy claros, señores: primero, la falta de iniciativa, la falta de voluntad. Hemos sido educados como generación enteramente abúlica; ya lo acabáis de oír: en toda una Universidad Nacional a una clase se le llama "Clase Macías;" a otra, se le llama..... ¿Cómo, C. Manrique?

El C. Manrique: Palavicini.

El C. Siurob, continuando: "¡Clase Palavicini!" Dentro de poco, a otra clase se le va a llamar: "Clase Venustiano Carranza" y "Clase Porfirio Díaz.... (Voces: ¡No, no!)..... porque no tiene más remedio. Segundo: la apatía de que adolece nuestra raza, esa apatía que nos hace dejar todo para mañana y que se va a corregir dentro de la Escuela Universitaria haciendo que cada alumno inmediatamente que conciba una idea la ponga en práctica; que tenga todos los elementos necesarios para ello; que no se detenga ante los obstáculos de la marcha y que sepa llegar al éxito y al triunfo. En seguida la mala fe, esa mala fe que flota en el ambiente, esa que engendra a los traidores, los cuales no hemos podido quitarlos y que no hemos hecho nada para remediarlo; pero destruir esa mala fe no se consigue maleando el criterio de los alumnos por medio de una filosofía que nos hace esencialmente teóricos, que nos hace ir de lo universal a lo particular, cuando es un procedimiento que ya está enteramente abandonado en los planteles de educación, a no ser como excepción, porque nos desvía enteramente del verdadero fondo de los conocimientos humanos, que son, de lo particular a lo universal. La filosofía, tal como se enseña actualmente, es una filosofía idealista y no debe ser eso precisamente; debemos enseñar allí la filosofía positiva. Ya lo habían previsto los Gabino Barreda y los Porfirio Parra, porque es un defecto esencialmente latino, del carácter nacional, ser idealista, somos demasiado idealistas. ¿Cómo se nos quita ese idealismo? Enseñándonos la secuela positiva, la secuela absoluta de los principios; enseñándonos que debemos ir de lo particular a lo universal y no forjarnos ilusiones, porque de éstas tenemos hace mucho llena la cabeza y nos soñamos uno de los pueblos inteligentes de la tierra sin haber producido todavía nada, porque, como decía Conchuela, uno de mis compañeros de colegio: "Gaona es la única notabilidad nacional que no nos ha hecho quedar mal en el extranjero." (Risas.) Otro defecto del alma nacional, señores, la indelicadeza - le llamo indelicadeza, por no llamarla de otro modo -, que consiste en que los individuos que sepan ser apegados a sus principios, sino que muchas veces abdican de ellos por circunstancias del momento. Muchas veces hasta por esa pena que se llama el miedo a la opinión de los demás, la indelicadeza, que consiste en que los hombres se cambien de un partido como cambiar de camisa, y como un ejemplo cito al C. Rector de la Universidad Nacional. La falta de educación cívica y la debilidad física son otros de los defectos de nuestra raza; la falta de educación científica, porque cuántas veces he oído, señores diputados - y en mi año también sucedía, en mi año de la Escuela de Medicina -, que cuando se llegaba la época de las elecciones, todos los ciudadanos estudiantes desdeñaban de ir a votar; desdeñaban de ir a cumplir con sus deberes de instrucción cívica, y la debilidad física que hará que los individuos que salgan de esa Universidad Nacional vayan a ser individuos débiles, flacuchos, incapaces de pensar bien, incapaces de soportar los esfuerzos fuertes y enérgicos a que los llama el porvenir de una raza, el porvenir de una nación. No debemos buscar, CC. diputados, la disparidad que ya se empieza a notar en la educación que se da en

la escuela de arriba y la que se da en la escuela de abajo.

En la escuela de abajo, allí está el paladín de la instrucción física en esa escuela, el C. general Garza; y lo digo para honor suyo, de la escuela de abajo van a salir hombres robustos y fuertes, de continuarse la educación en la forma en que se está dando, capaces de dirigirse a sí mismos y además, en el camino de ser "self made man;" que los hombres que se encuentran arriba, y que va a suceder la eterna pugna de siempre: los de abajo libertarios, los de arriba reaccionarios; los de abajo haciendo revoluciones, los de arriba haciendo reacciones y aprovechándose de las revoluciones benditas y reivindicadores en la hora del triunfo.

Eso es lo que sucederá de seguir con nuestro actual sistema de enseñanza, los planes que sigue la Universidad Nacional. Ya trataré el punto, ciudadanos diputados, cuando llegue el momento, es decir, cuando se discuta el plan general de estudios de la Universidad Nacional. Por ahora yo os suplico que meditéis hondamente en los principios que humildemente vengo a traer como una colaboración a nuestra magna labor. Yo os suplico que os fijéis en este punto: que la obra de la Revolución no debe concretarse a dejar la Universidad como se encuentra. Más todavía; no debe existir una sola Universidad, deben crearse nuevas Universidades verdaderamente libres en los centros poblados del país. ¿Por qué no crear, establecer un contacto entre la Federación para crear Universidades perfectamente libres en Sonora, en Torreón, en Oaxaca, en Mérida, en Veracruz, en Guadalajara, en las principales ciudades de la República? No seamos estrechos de criterio; caminemos mucho más adelante de lo que han caminado nuestros antecesores; vayamos a hacer verdadera obra revolucionaria ya que por desgracia en los Estados se está reaccionando en este sentido; ya que por desgracia fué cosa de furor la creación de las escuelas y los nuevos Gobernadores - aunque hayan sido electos por el pueblo - no están cumpliendo con los mandatos de ese pueblo. Si existe un Yucatán, si existe un Sonora en donde la Instrucción Pública ha seguido el verdadero camino revolucionario, en cambio existe un Guanajuato, un Querétaro, otros Estados de la República... (Voces: ¡Tepic!) un territorio de Tepic en donde la instrucción pública está por los suelos, que está muy por abajo que aun en los tiempos de la dictadura. Esos son los hechos; yo vengo aquí a decir las verdades y no dejarlas aquí adentro que me estén remordiendo la conciencia, porque eso es un tormento más grande que si me sisearan todos los estudiantes del mundo.

Ya no quiero cansar más vuestra atención, señores diputados; he expresado ya mi manera de sentir. Conste, pues, que no soy enemigo de la autonomía de la Universidad; que soy su más celoso defensor hasta en sus últimos límites; que yo tiendo la mano a todos aquellos que votando conmigo - y espero que mi partido, el Partido Liberal, en que para mengua ha sido también escarnecido, el Partido Liberal va a votar también por esa autonomía y de una manera mucho más enérgica, mucho más clarividente que la que proponen las ruines Comisiones que nos vienen saliendo con sus procedimientos insensatos para esa juventud estudiosa - mi mano de hermano que ha sabido sufrir con ella, que ha sabido acompañarla en el momento del triunfo y en el momento de la derrota, y que sabe decirle la verdad aunque no tenga de su parte más que la burla y el escarnio. Ya lo he dicho: prefiero la burla y el escarnio por la libertad, por la justicia y por el derecho, a los aplausos que se me pudieran tributar por haber adulado a las multitudes o por haber adulado a los tiranos. (Aplausos.)

El C. Secretario Portes Gil: Orden del día para mañana...

El C. Siurob: Pido la palabra para una rectificación. Retiro una palabra que dije y que puede ofender a las Comisiones, la palabra ruines; única y exclusivamente me refería a que no supieron interpretar el criterio general.

- El C. Alvarez del Castillo. Pido la palabra. A propósito de lo que dice el doctor Siurob, los miembros de la Comisión ya tendremos el honor de contestarle.

El C. Secretario Portes Gil: Orden del día para mañana:

"Discusión del dictamen relativo a Organización de las Secretarías de Estado.

"Discusión del dictamen de las Comisiones unidas 1a. de Puntos Constitucionales y de Estado, Interior, acerca de la Ley de Amnistía.

"Sesión secreta."

El C. Presidente, a las 7.00 p. m.: Se levanta la sesión.

El Jefe de la Sección de Taquigrafía,

JOAQUÍN Z. VALADEZ.