Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171003 - Número de Diario 24

(L27A2P1oN024F19171003.xml)Núm. Diario:24

ENCABEZADO

MÉXICO, MIÉRCOLES 3 DE OCTUBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERÍODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II. - NÚMERO 24

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

CELEBRADA EL DÍA 2 DE OCTUBRE DE 1917

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2. - Se da cuenta con los asuntos en cartera, concediéndose licencia al C. diputado Justo González.

3. - Es discutido y aprobado en lo general el dictamen de las Comisiones unidas de Estado, Departamento Interior, 2a. de Puntos Constitucionales y 1a. de Instrucción Pública, sobre el proyecto de Ley Orgánica de las Secretarías de Estado.

4. - Puesto a discusión en lo particular, las Comisiones piden permiso para retirar el artículo 1º y presentarlo modificado en el sentido de la discusión. Se concede. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. SÁNCHEZ PONTÓN LUIS

(Asistencia de 136 CC. diputados.)

El C. Presidente, a las 4.18 p. m.: Se abre la sesión.

El C. Secretario Aranda: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados, el día primero de octubre de mil novecientos diez y siete.

"Presidencia del C. Sánchez Pontón Luis.

"En la ciudad de México, a las cinco y veintiséis de la tarde del lunes primero de octubre de mil novecientos diez y siete, con asistencia del mismo número de CC. diputados que estuvieron presentes en la sesión inmediata anterior de Congreso General, se abrió esta Cámara de Diputados.

"EL C. Secretario Magallón dio cuenta con los documentos que a continuación se mencionan:

"Telegrama subscripto por el C. general Nicolás Flores, Gobernador Constitucional del Estado de Hidalgo, en que participa que la Legislatura del mismo, le concedió ocho días de licencia y que nombró para substituirlo, al C. ingeniero Gustavo Durán. - De enterado.

"Mensaje procedente de Pachuca, Hidalgo, subscripto por el C. Gustavo Durán, comunicando que tomó posesión del Poder Ejecutivo de aquel Estado, por haberlo designado la Legislatura del mismo, mientras dura la licencia concedida al Gobernador Constitucional. - De enterado.

"Oficio del Congreso del Estado de San Luis Potosí, por medio del cual participa que la XXV Legislatura de ese Estado inició su primer período de sesiones ordinarias. - De enterado.

"Circular de la Tesorería General de la Nación, en que comunica que tomó posesión del puesto de Subtesorero General de la Nación, el C. Alberto de la Canal, designado para ese cargo por el C. Presidente de la República. - De enterado.

"Telegrama procedente de Zacatlán, Puebla, subscripto por el C. diputado Lauro González, en que solicita licencia por el tiempo que permanezca enfermo. - A la Comisión del Interior.

"Mensaje fechado en la ciudad de Jalapa, Veracruz, subscripto por el C. diputado Benito Fentanes, en que pide se le conceda prórroga de siete días, con goce de dietas, a la licencia de que venía disfrutando. - A la Comisión del Interior.

"Solicitud del C. diputado Eduardo Cisneros, a fin de que, con dispensa de trámites y goce de dietas, se le conceda licencia por un mes para dedicarse al arreglo de asuntos relacionados con su distrito electoral, así como para atender necesidades de familia.

"Dispensados los trámites y sin discusión, fue aprobada en votación económica.

"Escrito del C. diputado Rafael Curiel, en que solicita, con dispensa de trámites y goce de dietas, licencia por veinte días, para atender asuntos de familia.

"Una vez dispensados los trámites, sin que nadie hiciera uso de la palabra, se concedió la licencia en votación económica.

"Moción subscripta por los CC. Olivé y Peña, en que se pide la suspensión del debate relativo al dictamen que consulta un proyecto de ley, referente a la organización de las Secretarías de Estado.

"El C. Olivé solicitó permiso de la Asamblea, para retirar esta moción suspensiva, el que fue concedido en votación económica.

"El mismo C. Secretario Magallón, comenzaba a leer el dictamen de las Comisiones de Estado, Departamento

del Interior, 2a. de Puntos Constitucionales y 1a. de Instrucción Pública, que consulta un proyecto de ley referente a la organización de las Secretarías de Estado, cuando fue interrumpido por la Presidencia para manifestar que se concedía la palabra para rectificación de hechos al C. Manrique, quien la había solicitado para ese objeto con anterioridad.

"El C. Manrique, pasó a la tribuna, y durante su discurso, la Presidencia recomendó a los CC. diputados, no interrumpieran al orador, y a éste se concretara a rectificar hechos.

"También para rectificación de hechos, se concedió la palabra, al C. Cepeda Medrano, quien fue interrumpido en dos ocasiones, por el C. Padrés para mociones de orden, y por la Presidencia para indicarle se concretara a rectificar hechos, aclarando el C. Cepeda Medrano, que había solicitado la palabra para contestar alusiones personales. Antes de que el orador terminara, la Presidencia recomendó a los CC. diputados no lo interrumpieran, y exhortó a los concurrentes a las galerías para que no hiciesen manifestaciones.

"Asimismo, para rectificar hechos, se permitió hablar al C. Siurob; éste fue interrumpido dos veces por la Presidencia, con objeto de exhortar nuevamente a las galerías a que guardaran compostura, y otra para indicarle se concretara a rectificar hechos. El C. Siurob, después de terminar su discurso, rectificó una frase que había vertido, refiriéndose a las Comisiones que dictaminaron el proyecto de ley, referente a la organización de las Secretarías de Estado, y el C. Alvarez del Castillo, miembro de dichas Comisiones, expresó que en su oportunidad, éstas contestarían al C. Siurob.

"A las siete de la noche, se cerró esta sesión, después de que el C. Portes Gil leyó la orden del día para la siguiente."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

El C. Secretario Alonzo Romero: "Estado Libre y Soberano de Colima. - Poder Legislativo. - Circular número 197.

"CC. diputados Secretarios del H Congreso de la Unión. - México, D. F.

"La Legislatura del Estado, en sesión ordinaria de ayer, tuvo a bien acordar que se estableciera con las de los demás Estados, el intercambio de leyes que se fueren expidiendo.

"En cumplimiento de dicho acuerdo, tenemos la honra de participarlo a ustedes para conocimiento de esa H. Cámara y efectos indicados; manifestándoles que ésta, en reciprocidad, ya remitirá las leyes que vaya aprobando.

"Reiteramos a ustedes nuestra atenta consideración y respetos.

"Constitución y Reformas. - Colima, Col., septiembre 26 de 1917. - Vicente Ramírez, Diputado Secretario. - Leonardo Yáñez Centeno, Diputado Secretario." - De enterado y ya se le envía el Diario de los Debates.

"Tlaxcala, Tlax., 1º de octubre de 1917.

"Presidente de la Cámara de Diputados.

"Hónrome comunicar a usted que a las once de la mañana de hoy, me hice cargo del Gobierno de este Estado, por entrega que de él me hizo el C. general y doctor Daniel Ríos Zertuche.

"Muy respetuosamente. - El general Luis M. Hernández." - De enterado.

"Estado Libre y Soberano de Colima. - Poder Legislativo. - 184. - CC. Secretarios de la Cámara de Diputados al H. Congreso Nacional. - México, D. F.

"Por circular número 9, de fecha 20 de agosto último, recibida el 26 del mismo, la H. Legislatura del Estado de Zacatecas se dirigió a esta H. Cámara pidiendo apoyo para que la misma se dirigiera a ese H. Congreso, secundando la solicitud de aquélla, relativa a que se den los trámites necesarios y se expida a la mayor brevedad posible, la ley a que se refiere la base (e) del párrafo VI del inciso VII del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que facultará a los Estados para crear su deuda agraria.

"La H. Cámara, en sesión ordinaria de ayer, aprobó un dictamen rendido por la diputación permanente, acerca de lo solicitado, el cual concluye con los siguientes acuerdos:

"1º. Dígase a la H. Legislatura de Zacatecas que esta H. Cámara apoya la solicitud hecha ante el H. Congreso de la Unión."

"2. Diríjase atento oficio a la H. Cámara de Diputados del Congreso Nacional apoyando en todas sus partes la solicitud a que se refiere el acuerdo que precede."

"Y en cumplimiento de los acuerdos transcriptos, tenemos la honra de comunicarlo a ustedes para conocimiento de esa respetable Asamblea y satisfacción de la de Zacatecas.

"Protestamos a ustedes nuestra atenta consideración y respeto.

"Constitución y Reformas. - Colima, septiembre 23 de 1917. - Vicente Ramírez, Dip. Srio. - Leonardo Yáñez Centeno, Dip. Srio." - Recibo y agréguese a su expediente.

"H. Asamblea:

"Por tener urgencia de salir al arreglo de asuntos relacionados con mis compañeros, los obreros del segundo distrito electoral del Estado de Jalisco, solicito de esta H. Asamblea que, con dispensa de todo trámite, me conceda una licencia hasta por diez días con goce de dietas, para transladarme a ese lugar.

"Constitución y Reformas. - México, 2 de octubre de 1917. - Justo González. - A los CC. Secretarios de la Cámara de Diputados."

Se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pié. Sí se dispensan los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

"36. Morelia, Michoacán, el 1º de octubre de 1917. - Recibido en México, D. F.

"Señor Secretario del H. Congreso de la Unión.

"Federación estudiantes michoacanos respetuosamente pide esa H. Cámara apruebe autonomía Universidad ya que ideal revolucionario consiste independer educación de vaivenes políticos.

"El Presidente del Congreso de Estudiantes. - J. Sánchez Pineda." - Dígase a los peticionarios que esta H. Cámara prestará la debida atención a su telegrama.

XXVII LEGISLATURA

SEGUNDO AÑO

PERIODO ORDINARIO

ESTADO que manifiesta el número de expedientes tramitados por las comisiones respectivas de la Cámara de Diputados en los días del 1º al 30 de septiembre de 1917.

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México, 1º de octubre de 1917. - A. Magallón, D. S. - M. G. Aranda, D. S." Insértese en el acta.

"H. Cámara de Diputados:

"Los subscriptos, diputados a la XXVII Legislatura, tienen la honra de exponer:

"Que estando subsistente el decreto expedido con fecha 16 de octubre por el C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, en época preconstitucional y en que prohibe las corridas de toros en la República, proponemos a la H. Asamblea por estar en pleno período constitucional, sea derogado el mencionado decreto a fin de que sea nuevamente permitida la fiesta de toros.

"Por lo expuesto, sometemos a la deliberación de la Ilustre Representación Nacional, el siguiente Proyecto de Decreto:

"Queda derogado el decreto del C. Primer Jefe del Ejercito Constitucionalista, fechado el 16 de octubre y en que prohibe la fiesta de los toros."

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 28 de septiembre de 1917. - Ricardo López F., Mauricio Gómez, Curiel, Barragán, Rafael Márquez, Romero J., A. P. Castañeda.

"Para el solo efecto de que pase a Comisión sin estar de acuerdo con la presente iniciativa. - Salvador Saucedo." - A las Comisiones unidas de Puntos Constitucionales y del Interior.

(Siseos y aplausos. Voces: ¡No! ¡Sí!)

El C. Manrique: Reclamo el trámite. (Sube a la tribuna para leer el memorial.)

El C. Presidente: ¿Insiste Su Señoría?

El C. Manrique: No insisto en vista de que está firmado por mayoría de diputación y en consecuencia debe pasar a Comisión.

El C. Secretario Alonzo Romero: "1a. Comisión de Hacienda.

"Señor:

"A la Comisión que subscribe, pasó el expediente relativo al proyecto de ley de la pensión que esta H. Cámara aprobó para la señorita Guadalupe Hidalgo y Costilla. La Cámara de Senadores devuelve el expediente reformando el proyecto de ley en el sentido de que la pensión aprobada de diez pesos diarios, se entreguen íntegros a la mencionada señorita.

"Por estas consideraciones, y encontrando esta Comisión, acertada la reforma de la Cámara colegisladora, somete a la aprobación de esta H. Asamblea, el siguiente proyecto de ley:

"Único. Se concede una pensión vitalicia de diez pesos diarios, a la señorita Guadalupe Hidalgo y Costilla, que le serán pagados íntegros por la Tesorería General de la Nación.

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, a 29 de septiembre de 1917. - Juan Zubaran. - G. Padrés." - Primera lectura.

"Segunda Comisión de Hacienda:

"Señor:

"Al estudio de esta Comisión, fue turnada la

iniciativa del C. diputado José Dolores Pineda, en al cual solicita de la Representación Nacional se conceda a la señora viuda del C. Ramón Cabrera, sacrificado por los esbirros del 29 batallón, una pensión con la que, de una manera equitativa, se atienda a la subsistencia de la viuda del eximio revolucionario, cumpliendo así un acto de justicia ante la faz de la Nación.

"La Comisión ha tenido en cuenta muy especialmente las circunstancias excepcionales en las que, con todo lujo de crueldad, fue asesinado el C. Ramón Cabrera, por los pretorianos del nefasto 29 batallón.

"De todos los informes que la Comisión ha podido reunir, se desprende que la viuda del C. Ramón Cabrera, al quedar abandonada por el asesinato de su esposo, no podía contar con otros elementos de vida para su subsistencia, más que con lo que la República le proporcionara en memoria de su sacrificado esposo.

"En tal virtud, y teniendo en cuenta que el C. Ramón Cabrera, al ser asesinado por las balas de los federales, se ponía a la altura de los principales caudillos del movimiento revolucionario, como Aquiles Serdán y otros de la misma talla, la Comisión juzga que es un deber ineludible de la República corresponder al cruento sacrificio del C. Cabrera, concediendo a su viuda, la señora María Luisa Sánchez viuda de Cabrera, una pensión de cinco pesos diarios, los cuales le serán pagados por la Tesorería de la Nación, mientras no cambie de estado; en consecuencia, la Comisión, creyendo interpretar los sentimientos de gratitud nacional, se permite someter a la consideración de Vuestra Soberanía el siguiente proyecto de ley:

"Artículo único: Se concede a la señora María Luisa Sánchez viuda de Cabrera, una pensión de cinco pesos diarios, los cuales le serán pagados por la Tesorería de la Nación, mientras no cambie de estado.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 27 de septiembre de 1917. - J. R. Padilla. - J. Silva Herrera. - R. Basáñez." - Primera lectura.

"Comisiones unidas 2a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Guerra.

"Señor:

"A las Comisiones unidas 2a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Guerra, de la H. Cámara de Diputados, fue turnado un memorial en que el C. Gobernador Constitucional del Estado de Hidalgo, participa que es de urgente necesidad de la formación de las fuerzas de Seguridad Pública de ese Estado, y solicita de esta H. Cámara, de acuerdo con el artículo 118 constitucional, su aprobación para dar principio a la formación de dichas fuerzas, cuyo sostenimiento previamente ha autorizado el presupuesto de egresos local.

"Las Comisiones, al considerar este asunto, entienden que, como la solicitud de referencia lo indica, la formación de las fuerzas de Seguridad Pública en los Estados, es de urgente necesidad y de gran utilidad, no sólo porque prestarán a sus respectivas entidades el servicio de policía de seguridad, sino porque de una manera efectiva cooperarán con las fuerzas de la Federación, en cuanto sea necesario, para lograr la completa pacificación de los referidos Estados, y, teniendo, además, en cuenta que esta solicitud de licencia está de acuerdo con nuestra Constitución General, supuesto que en el artículo 118 de la misma, determina expresamente que los Estados no podrán tener fuerzas permanentes sin previo consentimiento del Congreso de la Unión, tiene el honor de someter a la deliberación de esta H. Asamblea el siguiente proyecto de ley:

"Único. Se autoriza al C. gobernador Constitucional del Estado de Hidalgo, para que forme las fuerzas de Seguridad Pública de ese Estado, cuyo sostenimiento será a cargo del presupuesto de egresos de esa misma Entidad Federativa.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 25 de septiembre de 1917. - L. Sánchez Pontón. - Emilio Araujo. - Marciano González. - Federico Montes. - Enrique Suárez. - Salvador González Torres" - Primera lectura.

El mismo C. Secretario dio lectura al dictamen de la 1a. Sección Instructora del Gran Jurado, en el asunto del C. Gobernador del Estado de Campeche. - Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

El mismo C. Secretario dio lectura al dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, relativo a la pensión que disfrutarán los hijos del C. Belisario Domínguez. - Segunda lectura.

El C. Secretario Alonzo Romero: La Presidencia me ordena manifestar a esta H. Asamblea que, en vista de que está impreso el dictamen y ha circulado, se pregunte si se dispensa la segunda lectura de este proyecto. (Voces: ¿Cuál?) De la cuestión de las Secretarias de Estado. Se pone a discusión en lo general; las personas que deseen inscribirse, tendrán la bondad de pasar a hacerlo.

El C. Presidente: Se han inscripto para hablar en contra, el C. Hay y en pro el C. Rueda Magro. Tiene la palabra el C. diputado Hay.

El C. Hay: Señores diputados: El dictamen presenta el proyecto de ley en esta forma: "Artículo 1º. Para el despacho de los negocios del orden administrativo de la Federación, habrá seis Secretarías de Estado y tres Departamentos:

"Las secretarías serán:

"Estado.

"Hacienda y Crédito Público," etc., etc.

Voy a hacer ligera referencia en lo que concierne a la Secretaría de Estado. Creo que no debe haber una Secretaría de Estado en México, en las condiciones principalmente en que en la actualidad nos encontramos. Aunque este asunto podría desarrollarse y formar con él un largo discurso, en realidad no se debe de plantar sino en la siguiente forma: la Secretaría de Estado ha refundido la Secretaría de Relaciones y la Secretaría de Gobernación. Es decir, todo lo que se refiere a relaciones exteriores y todo lo que se refiere al mecanismo del interior de la República. El Secretario

de Estado debe de estar perfectamente al tanto de todos los negocios del interior y conservar, al mismo tiempo, suficientes conocimientos y estar perfectamente al tanto de todo lo que se refiere a nuestras relaciones con el exterior. Por lo tanto, es un individuo que debe tener cierta fuerza moral y política. Tanto en el interior como el exterior, porque no se comprende un Ministro de Relaciones Exteriores que no tenga una reputación ante los diplomáticos en el exterior, porque claro es que, cada país, escoge para Ministro de Relaciones a una persona perfectamente competente. Otro tanto se puede decir en lo que se refiere a la Secretaría de Gobernación, como antiguamente se encontraba, y que se escogía para ese puesto a una persona que tuviera un perfecto conocimiento de las dificultades políticas del país. Si era difícil antiguamente encontrar un buen Ministro de Gobernación y encontrar un buen Ministro de Relaciones, mucho más difícil va a ser, señores compañeros, el encontrar una persona que reúna en sí las condiciones necesarias para ser un buen Secretario de Gobernación y un buen Secretario de Relaciones Exteriores. Ahora bien, claro es que, en México, hay muchos hombres capaces, hay hombres honrados y hay hombres de convicciones revolucionarias; pero yo creo, señores compañeros, que es muy difícil encontrar en un solo individuo las condiciones necesarias para que sea un buen Secretario de Gobernación y un buen Secretario de Relaciones, un hombre absolutamente honrado, un hombre perfectamente competente. Por otro lado, admito la posibilidad de que se encuentre a ese individuo, que pueda ser a la vez Secretario de Gobernación y de Relaciones y que sea un hombre perfectamente competente; pero debemos de tener en consideración la ambición, esa víbora que muerde, por desgracia, al corazón de casi todos los mexicanos y que les hace ambicionar siempre un puesto más elevado que el que la opinión pública, por sus merecimientos, les ha concedido.

¿Cómo vamos, entonces, a estar tranquilos, si tenemos en la Secretaría de Estado a un hombre muy competente, con una fuerza extraordinaria, que pueda, en un momento dado enfrentarse al ciudadano Presidente de la República? ¿Cómo vamos, entonces, a admitir a una Secretaría de Estado, al frente de la cual se encuentre un hombre que, si no está dispuesto a enfrentarse, sí puede enfrentarse y puede hacer política nefasta a ese Presidente de la República? Se me dirá que el presidente está en condiciones de escoger personas aptas y leales; pero, desgraciadamente, la historia de México nos enseña otra cosa y, sobre todo, en las Secretarías de Estado, en los ministerios, se ve que ha habido allí una serie de hombres que, o han sido ineptos o traidores, o han tenido tendencias a eliminar al Presidente, o, por lo menos, a ponerle dificultades, para él conservar todos los negocios correspondientes a su Secretaría, de acuerdo con su propia personalidad política....

El C. Manrique, interrumpiendo: Moción de orden. Suplicando respetuosamente al señor Hay me excuse la interrupción, me permito manifestar que,en mi opinión, que creo es la de muchos diputados, el señor Hay está abordando un tema que debe ser asunto de discusión en lo particular. Creo que está indicado que el señor Hay estudiase cuál había sido el sistema del Ejecutivo para el proyecto de las Secretarías y adoptado por las Comisiones, para establecer una división en las Secretarías de Estado, y Departamentos. Creo que el asunto que ocupa al señor Hay es materia de discusión en lo particular, de los artículos 1º y 2º del proyecto.

El C. Hay: Mucho me extraña que el compañero diputado Manrique, sea tan estricto ahora conmigo, cuando ayer fue tan elástico tratándose de él mismo. Ayer vino a pedir la palabra para rectificación de hechos, y todos vosotros sois testigos que, de la rectificación de hechos, hubo un uno por ciento, y de asuntos enteramente ajenos hubo un noventa y nueve por ciento. Son diferentes pesas y diferentes medidas; pero no para dar gusto al señor Manrique, que tiene un criterio tan elástico, y sí para dar gusto a la Asamblea, voy a cortar el punto, aun cuando en mi conciencia, creo que estoy perfectamente en mi papel de tocar, aunque sea someramente, como lo estoy haciendo, los asuntos que yo creo conveniente, en la discusión general de este dictamen. Claro es, ciudadano Manrique, que al discutirse una ley en lo general, tiene uno que ir tocando someramente todos aquellos puntos de esa ley con los cuales pudiéramos estar en desacuerdo y no hacer largas digresiones, como no pienso hacerlas - puede estar seguro Su Señoría -; pero no creo que Su Señoría tenga derecho de hacer a un lado la comparación que pudiera Su Señoría establecer entre usted y yo mismo; no creo que tenga derecho de coartarme el uso de la palabra, desde el momento en que estoy ajustándome perfectamente al reglamento del Congreso, porque tengo derecho de ir tocando los puntos de toda la ley someramente, pues esto es precisamente lo que se viene a hacer al discutirse una ley en lo general, y como yo me pongo a la ley en lo general, tengo que ir tocando aquellos puntos contra los cuales creo que debo hablar. Volviendo al asunto de que estaba hablando, debo decir que si por un lado, puede ser peligroso un individuo con esa potencialidad, con ese poder que tiene, tanto en lo que se refiere a los gobiernos políticos en el interior de la República, como en lo que se refiere a sus relaciones con los gobiernos extranjeros, o se pone un individuo perfectamente hábil, y, por lo tanto, que pudiera ser muy peligroso, o se pone un individuo que no sea peligroso, y no siendo peligroso, no siendo competente, entonces resultaría con que tendríamos una Secretaría de Estado de suma importancia, con un Secretario de Estado poco competente, a la cabeza de la Secretaría de Estado. Por eso pido yo que, la Secretaría de Estado, vuelva a dividirse en la forma en que antiguamente se encontraba: una Secretaría de Gobernación y otra Secretaria de Relaciones Exteriores. Es por esto por lo que me opongo a este punto. En lo que se refiere a la Secretaria de Fomento, se habla aquí de estudios y exploraciones geográficas; se habla también del Departamento Universitario, de Bellas Artes, del Instituto Biológico y del Instituto Geológico, y, además, de la Dirección de Estudios Biológicos. Sobre estos puntos hablaré más en extenso cuando se trate el asunto en lo particular.

El C. Cravioto: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente : Tiene la palabra el C. Cravioto para una moción de orden.

El C. Cravioto: Bien conoce el querido compañero Hay todo el respeto que me merece personalmente, así como el respeto que me merece su labor parlamentaria; no es, por lo tanto, una obstrucción la moción de orden que voy a hacer, reiterando lo expuesto por el C. Manrique, sino es precisamente en beneficio de las mismas argumentaciones del C. Hay.....(Voces: ¡Fuerte! ¡No se oye!), que me parecen atinadas. Está a discusión el proyecto en lo general y, en consecuencia, las argumentaciones de Su Señoría no nos llevan a un resultado práctico, porque no atacan, en lo general, el proyecto; en lo general, lo único que debemos discutir es, a mi juicio, este solo punto: ver si está de acuerdo la distribución hecha por las Comisiones, de los distintos ramos del Estado, con la Constitución. La materia que tocó Su Señoría es muy interesante y atinada, pero creo que esto está más en su lugar cuando se trate de la discusión en lo particular, que ahora. No amerita que se rechace en lo general el dictamen, el que estén agrupadas tales o cuales instituciones en determinada Secretaría de Estado o en determinados ramos administrativos, y, en cambio, sí es pertinente discutir la constitucionalidad de la organización que ha dado la Comisión respecto de los ramos del Estado, para ver si debemos aprobar el dictamen en lo general. El ataque hecho a la Secretaría de Estado, no es oportuno en estos momentos, por más que sí sea interesante; estaría atinada, al discutirse el artículo 1º, la crítica que inició Su Señoría en estos instantes. el Departamento Universitario también es materia de discusión en lo particular. Por lo tanto, pido que el orador se concrete a la discusión en lo general.

El C. Hay, continuando: Si el C. Cravioto se hubiera esperado un par de minutos, habría escuchado que en este asunto, y así creo haberlo dicho, iba sólo a decir que no estaba de acuerdo; pero, por tratarse de una organización de la Secretaría de Fomento y del Departamento Universitario, por eso sólo dije que no estaba de acuerdo con ello. Puedo asegurar al compañero Cravioto que no iba a entrar en una larga discusión, y aun recuerdo haber dicho que la discusión de estos puntos la dejaría para mejor ocasión. En lo que se refiere a la primera parte, si creo lo que he dicho ha sido perfectamente pertinente, porque, precisamente, me pongo, en cuanto a la ley, en cuanto al proyecto en lo general, me opongo a su organización básica, se puede decir, desde el momento en que llama una Secretaría de Estado, en vez de llamar Secretaría de Gobernación y Secretaría de Relaciones, como, en mi opinión, creo que debe ser. En cuanto a que las discusiones de los dictámenes en lo general deben ser solamente desde el punto de vista constitucional, no voy a entrar en discusión sobre esto. (Dirigiéndose al C. Cravioto): Su Señoría no está atinado sobre eso, porque creo que las discusiones en lo general, pueden tomarse, sin tener que ver absolutamente nada con la Constitución; puede presentarse un proyecto y discutirse en lo general, independientemente de si es o no es constitucional, porque puede haber otros puntos, además del constitucionalismo, por los cuales puede ser rechazado el dictamen; pero como esto es la parte principal de la que yo quería hablar, y ya anunciaba esto cuando el señor compañero Cravioto me interrumpió y él ya sabía que yo iba a hablar de este asunto, porque él está al tanto de todas las cosas en esta Cámara, sabía que voy a objetar todo lo que se refiere a eso que he mencionado, al Instituto Biológico, a la Dirección Biológica y al Instituto Geológico. Esto es todo lo que quería yo decir.

El C. Cravioto: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Después de que hable el C. Francisco Medina, concederé a Su Señoría el uso de la palabra. Tiene la palabra el C. Francisco Medina, por habérsela cedido el C. Rueda Magro.

El C. Medina Francisco: Señores diputados: Las Comisiones a las que tengo la honra de pertenecer, han presentado el proyecto que han leído ustedes. No tienen la pretensión de decir que su trabajo sea inmejorable; pero sí aseguro a ustedes que han puesto de su parte toda su buena voluntad y todos sus esfuerzos, por llevar a feliz término su tarea. Seguramente que en su dictamen no contentan a todos los señores representantes, y por eso es por lo que quieren achacarles a las Comisiones de ser reaccionarias, lo que, a mi juicio, no debe ser. El proyecto de ley que tenemos la honra de presentar a ustedes, obedece a la necesidad que el Ejecutivo tiene de dividir su trabajo, y está basado en un principio de derecho administrativo: el de la división del trabajo. Es necesario que el Ejecutivo tenga Secretarios para que su labor esté más dividida y, por lo mismo, más fácilmente se lleve a feliz término; es, pues, una necesidad. Por otra parte, la Constitución en el artículo 90 establece que las Secretarías de Estado deben ser determinadas por el Congreso y que éste mismo dirá los asuntos que competan a cada una; de tal manera que la ley que nos ocupa es enteramente constitucional. Creo que tratándose de discutir la ley en lo general, se debe decir si obedece a una necesidad, si es constitucional. El señor Hay, que vino a atacar algunos puntos del dictamen, puede esperarse para cuando se discuta el dictamen en lo particular, pues si el señor Hay no está de acuerdo con el capítulo I de la ley , puede mandarlo separar para atacar a la Secretaría de Estado; igualmente, si no está de acuerdo en que la institución de investigación científica pertenezca a la Universidad, al llegar al punto puede apartar el artículo para discutirlo en lo particular. En estos momentos debemos ocuparnos exclusivamente de si el conjunto de la ley es necesario; en tal sentido, creo que ha lugar a votar en lo general el proyecto y que no tendréis que objetar nada a la Comisión en lo que respecta a la generalidad de la ley. Al llegar la oportunidad, cada diputado puede discutir en lo particular los artículos que quiera, y entonces oiremos las razones del pro y del contra. Asimismo, la cuestión de la Universidad puede ser separada para discutirse en lo particular y se resuelva si debe subsistir como autónoma o como un Departamento de Estado. Los fundamentos de la Comisión para no dejar como Departamento administrativo

el del Poder Judicial, los dirán algunos abogados de la Comisión, quienes explicarán los motivos que tuvimos para quitarlo, así como para no hacer una Secretaría del Departamento de Industrias Fabriles; pero también ésta es cuestión de la discusión en lo particular. Así es que, en lo general, el proyecto de ley obedece a una necesidad, es una ley imperiosa que tenemos que promulgar y, por tanto, suplico que se recoja la votación a fin de resolver que ha lugar a votar en lo general el proyecto de ley de que se trata.

El C. Secretario Alonzo Romero: No habiendo más oradores inscriptos, ni en pro ni en contra, se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí está suficientemente discutido. Se procede a la votación nominal. En votación nominal se pregunta si ha lugar a votarlo en lo general. Se procede a la votación.

(Se recogió la votación.)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Aprobado por unanimidad de 138 votos en lo general el proyecto de Ley Orgánica de las Secretarías de Estado.

El C. Secretario Alonzo Romero: Está a discusión en lo particular el artículo 1º del proyecto de ley, que dice:

"Articulo 1º. Para el despacho de los negocios del orden administrativo de la Federación, habrá seis Secretarías de Estado y tres Departamentos:

"Las Secretarías serán:

"Estado.

"Hacienda y Crédito público.

"Guerra y Marina.

"Agricultura y Fomento.

"Comunicaciones.

"Industria, Comercio y Trabajo.

"Los Departamentos serán:

"Universitario y de Bellas Artes.

"Salubridad Pública.

"Aprovisionamientos Generales."

Está a discusión. Los que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Samuel H. Mariel, en contra.

El C. Mariel: Señores diputados: He pedido la palabra en contra del artículo 1º de este proyecto de ley, porque me parece que las Comisiones no han interpretado el sentimiento nacional. La institución de la Vicepresidencia de la República ha sido aceptada por pueblos perfectamente encarrilados en el camino de la democracia; la Vicepresidencia no puede criticarse dentro de la lógica y la razón pura, y, sin embargo, entre nosotros, por la idiosincrasia de nuestro pueblo, la hemos suprimido. De todos vosotros son conocidas las discusiones que a este respecto se han originado; se dijo, y con mucha razón, que la Vicepresidencia de la República era la manzana de la discordia: alrededor del Vicepresidente de la República concurrían los políticos despechados, los revolucionarios que no habían logrado satisfacer sus ambiciones personales; y tal es que ahora las Comisiones, en la clasificación de las Secretarías de Estado, nos vienen a dar la Secretaría de Estado, que comprende nada menos que los asuntos del país en el interior y en el exterior. El papel de este Secretario de Estado, indudablemente que será más favorable que el del Vicepresidente de la República para lograr la realización de sus fines aviesos; en el interior, él es el que debe dirigir las relaciones de la Federación para con los Estados; en el exterior, él procurará prestigiarse lo más que sea posible, y así procurar que su personalidad adquiera relieve, tanto en el interior, como en el exterior del país. Esto es por lo que se refiere a la cuestión política. Por lo que se refiere a la cuestión económica - razón que pudieran alegar las Comisiones -, la Nación ahorraría muy poco: el sueldo de un Secretario de Estado. Los ministros, según lo aconseja la razón, no vienen a ser sino consejeros del Ejecutivo, por la dificultad en que éste se encuentra de abarcar la administración toda del país. Natural es, en tal virtud, que deben crearse dos Ministerios de los cuales, uno de los Secretarios, el que está a la cabeza de uno de esos Ministerios, sea el consejero del Ejecutivo para los asuntos de carácter interno, es decir, de las relaciones de la Federación para con los Estados; estas son cuestiones de trascendental importancia, dada la forma de Gobierno que tenemos. Existiendo el país como una unidad en el concierto internacional, indudablemente hay la forzosa necesidad de que el Ejecutivo en esta rama de la administración tenga también un consejero, y el campo de actividad es arduo y es extenso para que deba encomendarse a otro consejero, que será indudablemente el Ministro de Relaciones Exteriores. La división de este Ministerio en Ministerio de Gobernación o de asuntos de carácter interno, y en Ministerio de Relaciones Exteriores, trae por consecuencia la división del trabajo y trae como consecuencia la perfección y el ahorro de tiempo en las actividades. Estamos, además, en una República en que los puestos no se dan por motivos de sangre ni por cuestiones de nobleza, sino que cada cual debe desquitar el sueldo que recibe, y en la creación del Ministerio de Estado vamos a observar este fenómeno, que ya hemos visto que se lleva a la práctica: el Ministerio de Estado no va a ser más que una figura decorativa; los que verdaderamente van a trabajar son el Ministro de Gobernación y el Ministro de Relaciones Exteriores. Ya lo hemos visto, así está funcionando en la actualidad la administración y no tenemos nada que decir. Por estas razones, señores diputados, pido que reprobéis el artículo 1º en lo que se refiere al Ministerio de Estado, votando la división de este Ministerio en dos ramos: Ministerio de Gobernación y Ministerio de Relaciones Exteriores.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en pro, el C. Velásquez.

El C. Velásquez: Señores diputados: Solicité hablar en pro del dictamen por lo que se refiere al artículo 1º y en la parte relativa al Departamento Universitario de Bellas Artes. Yo entiendo que, tratándose del cuerpo intelectual más elevado del país, la cuestión es de demasiada trascendencia; y si vosotros queréis cumplir con vuestro deber sagrado, patriótico, intelectual ahora, debéis prestar toda vuestra atención e ilustrar con vuestro criterio

este asunto. Me permito hacer esta observación: mucho se ha discutido, son muchos los intereses en contra, muchas las opiniones que también se contradicen. Yo considero que hay que dividir la cuestión y estudiarla bajo estos puntos de vista: primero, la institución universitaria bajo el punto de vista social, para fijar allí los conceptos; segundo, ver la Universidad bajo el punto de vista constitucional, que es el pertinente ahora, porque tratamos de saber en qué lugar, en qué Secretaría o en qué Departamento se coloca; tercero, la cuestión política de que han tratado algunos diputados, y cuarto, la cuestión verdaderamente legislativa, es decir, qué debe hacer el Congreso....

El C. García Eliseo: Moción de orden. Creo que sería más fructífera nuestra labor si nos concretáramos a tratar el asunto que se acaba de dejar en el tapete de la discusión por el compañero Mariel, puesto que si es la Secretaría de Estado la que ha tenido oposición hasta ahora, es bueno dejar definido este punto antes de seguir adelante.

El C. Presidente: La Presidencia se permite manifestar a Su Señoría, el C. diputado Eliseo García que, aun cuando quisiera encauzar la discusión en ese sentido, no le es posible indicarle al orador que concrete a tal o cual punto, porque está a debate el artículo de que está tratando.

El C. Velásquez, continuando: Como el artículo 1º comprende varios puntos.....

El C. Manrique, interrumpiendo: Para una moción de orden, con permiso del señor Velásquez.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique para una moción de orden.

El C. Manrique: Es verdad que el artículo 1º está a discusión y el artículo 1º comprende tanto las Secretarías de Estado de que ha tratado el compañero Mariel, como la Universidad de que está tratando el compañero Velásquez; pero por un principio de orden yo creo que la Mesa podría indicarnos que la discusión debería ser en el orden mismo en que se enuncia en el proyecto del Ejecutivo. En este sentido, yo suplico a la Mesa que se agote la discusión por lo que toca a la interesante cuestión de si debe o no existir un Departamento de Estado, una Secretaría de Estado, y después seguiremos tratando de las demás Secretarías y Departamentos.

El C. Presidente: La Presidencia cree oportuno que se establezca desde luego un precedente, ya que todos los artículos de este dictamen están divididos en diferentes incisos, de los cuales algunos podrán ser aprobados sin discusión y otros pueden ser objetados; por lo tanto, podría seguirse el procedimiento de separar aquellos que deban ser objetados por los que así quisieren hacerlo, para reservar los demás de que sean votados en una sola votación. En ese concepto, y si la Asamblea da su aprobación, desde luego invitaría a los oradores a que se sujetaran únicamente al inciso del artículo que quieran separar y que se pusieran a discusión en ese orden, de manera que en este momento nos podríamos concretar a discutir únicamente lo referente a la Secretaría de Estado. (Voces: ¡Sí, sí!)

El C. Velásquez: Si resuelven ustedes eso, yo en ese caso no objetó el inciso que objetó el señor Mariel.

El C. Olivé: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Secretario Aranda: Se suplica a los diputados separen los artículos que quieran objetar.

El C. Olivé: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Olivé: Voy a hacer una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Olivé: Voy a hablar en contra del artículo 1º, en lo general; así es que si se va a discutir en lo particular, suplicaría que primero se pusiera a discusión el artículo en lo general.

El C. Presidente: Está aprobado ya en lo general. Se va a proceder a la lectura del artículo 117 del reglamento.

El C. Secretario Aranda: "Artículo 117. Si algún artículo constare de varias proposiciones, se pondría a discusión separadamente una después de otra, señalándolas previamente su autor o la Comisión que las presente."

Se consulta a la Asamblea si se discute inciso por inciso del artículo 1º. (Voces: ¡Sí!) Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Aprobado. Está a discusión el inciso relativo a Secretarías de Estado. Los diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El C. Presidente: El C. Olivé, que se había inscripto en este artículo, ¿no va a objetar la fracción que está a discusión?

El C. Olivé: No.

El C. Secretario Aranda: No habiendo ningún orador inscripto.....

El C. Presidente, interrumpiendo: Tiene la palabra el C. Subsecretario de Estado, Departamento Interior, en pro.

El C. Aguirre Berlanga Manuel, Subsecretario del Interior: Señores diputados: Las razones que se han aducido en contra del establecimiento de la Secretaría de Estado podemos reducirlas a dos: la primera, referente al gran poder que se cree tiene la Secretaría de Estado al organizarse en la forma en que se propone y la segunda, que casi es un corolario de la primera, el peligro en que está la República y la Nación con un hombre, con un Secretario de Estado que asuma tanto poder. Desde luego no existe ese inmenso poder de que se ha dicho hace un momento, toda vez que lo que ahora se consulta para la Secretaría de Estado no es igual a lo que antes eran la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Gobernación. Antes, la Secretaría de Gobernación tenía entre sus dependencias la Beneficiencia Pública, el Gobierno del Distrito, la Dirección de Obras Públicas, el Consejo Superior de Salubridad y otras materias que ahora no tiene; de manera que, los negocios correspondientes a la Secretaría de Gobernación, que hoy se agrega a la de Relaciones para formar la Secretaría de Estado, apenas si son aquellos que por su propia naturaleza deben tratarse por el Ministerio que está encargado de cultivar las relaciones, tanto en el interior como en el exterior. El señor diputado Mariel nos trajo a colación la Vicepresidencia de la República como para equipararla a la Secretaría de Estado; no existe la semejanza entre la antigua Vicepresidencia de la República y la Secretaría de Estado porque, según nuestra Constitución Política vigente, ya no es el Vicepresidente de la República que no existe, la persona que debe substituir al

Presidente en sus faltas temporales o definitivas; tampoco lo es ninguno de los Secretarios del Despacho, sino que debe ser designada esa persona por el Congreso de la Unión. De manera que aquel peligro imaginario de que el Secretario o el Vicepresidente de la República avocados a substituir al Presidente en sus faltas temporales o definitivas, pudiesen hacer tal política que preparase y facilitase en su favor una sucesión presidencial, no existe. No es el poder formidable que se nos ha mencionado aquí el que tiene el Secretario de Estado; ejemplos elocuentes los tenemos en naciones tan poderosas, tan vastas, de una administración tan amplia, como los Estados Unidos donde existe la institución de la Secretaría de Estado y allí se maneja y se trata los negocios con actividad y diligencia y sin los peligros de que se ha hecho mérito. Se me dirá que en los Estados Unidos no hay la idiosincrasia del pueblo mexicano; pero, en cambio, podremos decir que el peligro imaginable no existe, desde el momento en que los temores están fuera de lugar, desde el momento en que el Congreso es la única autoridad facultada para designar a la persona que deba substituir al Presidente de la República. Por otra parte, las instituciones en sí mismas no son un peligro para la estabilidad y para la tranquilidad de un pueblo. En el caso a discusión, la Secretaría de Estado no haría política; si el Secretario que se designase hiciese esa política, entonces está en las facultades del Presidente de la República, - facultad exclusiva -, la de remover al Secretario que hiciera una política distinta de la por él aconsejada o que amenazase la tranquilidad pública; de manera que ese peligro, también en el supuesto de que existiese, queda subsanado, queda remediado con esa facultad que el Ejecutivo de la Unión tiene para nombrar y remover a sus Secretarios del Despacho. Por último, señores diputados, si analizamos con algún detenimiento la pretendida potencia, casi inconmensurable del Secretario de Estado que se le ha atribuido teóricamente, veremos que hay otros Secretarios de Estado que prácticamente sí tienen un poder y si nosotros nos detuviésemos ante ese peligro, optaríamos por quitar a ese Secretario de Estado. ¿Quién podría, señores diputados, en caso de pretender dar un golpe para apoderarse de la Presidencia de la República con facilidades y con probabilidades de éxito, muy superiores, inmensamente superiores a las de un Secretario de Estado? Pues indudablemente que sería quien tiene bajo sus órdenes la fuerza pública, y ese sería el Secretario de Guerra. Pero aun allí donde hay ese peligro, - que yo también lo considero imaginable -, debe de existir esa Secretaría donde verdaderamente se contaría con los elementos suficientes para dar un golpe que tuviese como principal objeto el derrocamiento del Presidente de la República. Si nos detuviésemos en estos pequeños escollos, en esos temores, habríamos de suprimir la Secretaría de Guerra. En la República Mexicana la historia nos enseña que una gran parte, si no la mayoría de los cambios políticos, se han debido a asonadas, cuartelazos, etcétera, que naturalmente los han hecho quienes han tenido la fuerza para efectuarlos; ahí es donde podría haber un peligro y de ninguna manera en la Secretaría de Estado; de modo que, si comparamos la fuerza de la Secretaría de Guerra con la Secretaría de Estado, hay una diferencia notable cuya balanza se inclina en favor de la Secretaría de Guerra, considerándola como más fuerte, más poderosa para evitar el peligro que se imaginan los señores diputados que ha objetado la institución de la Secretaría de Estado. Esta sola consideración demostrará que es puramente imaginario el temor de que la Secretaría de Estado pueda ser un peligro para las instituciones; el Secretario de Estado, sin fuerza, absolutamente podría jamás efectuar ningún movimiento de la magnitud ni del peligro que se ha apuntado en esta tribuna. En esta virtud yo estimo que no existen los peligros de que se ha hecho mérito y que la Secretaría de Estado puede funcionar perfectamente sin ninguna de las amenazas que se indican, dentro de nuestro régimen constitucional. Por otra parte, razones de orden, razones de método y razones de las materias, encomendadas al Ministerio de Estado que se consulta, justifican también su existencia y, por tanto, creo que debe aprobarse la iniciativa en el sentido en que se ha presentado por las Comisiones por lo que respecta a la Secretaría de Estado, punto a discusión en estos momentos.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Cabrera Luis.

El C. Cabrera: Señores diputados: En cualquiera otra ocasión debería comenzar este discurso acumulando excusas, para que no fuera a creer el señor Subsecretario de Gobernación o del Interior, como ahora le llamamos, que tradujera en una especie de miedo a que no fuese a creer el Presidente de la República que comienzo hoy a hacerle una oposición; afortunadamente soy, como se dice de este lado (señalando a la izquierda), indiscutiblemente ministerial...(risas) porque creo que la salvación de esta revolución estriba en el apoyo que tan decidida y francamente han prestado al Gobierno en todos los casos, los de este lado (señalando a la izquierda,) y que dicen prestarle a su modo los de este otro lado. (Señalando a la derecha. Risas.)

Aparentemente la discusión sobre la existencia de las Secretarías de Estado es una materia de orden político; en realidad, señores diputados, hay que saber cuál es el origen de la idea de la creación de la Secretaría de Estado en nuestro Gobierno, que las razones que se tuvieron para crear la Secretaría de Estado han sido destruidas por la experiencia, y en la actualidad estamos convencidos, - y en este caso no puedo decir que el Presidente de la República esté convencido, porque no he cambiado ideas con él a este respecto y puedo creer mejor que el Presidente de la República opina como opina el señor Subsecretario del Interior -. En cuanto a mí, sé decir lo siguiente: El origen de la Secretaría de Estado fue este: no teniendo en los momentos actuales de la guerra europea casi más relaciones que con las naciones que quedaban neutrales y especialmente con los Estados Unidos, la competencia o el trabajo de la Secretaría de Relaciones Exteriores en materia de consulados y de legaciones quedaba considerablemente reducida. Al mismo tiempo, habiéndose pensado, habiéndose resuelto

en la Constitución de 1917 en una cierta antonomía para la materia de Salubridad y para la de Gobierno del Distrito , y habiendo tenido necesidad de reducirse las facultades de la materia de Justicia, supuesto que el Poder Judicial iba a asumir toda su soberanía, quedaban aparentemente reducidas las labores de la Secretaría de Gobernación a muy poco; se creyó entonces que por la reducción que sufría la Secretaría de Gobernación quitándole Beneficencia Pública, Gobierno del Distrito, Salubridad, etc., iba a hacerse de esta Secretaría algo tan pequeño, que en realidad ya no tenía importancia la Secretaría de Gobernación. Se consideró que podría agregarse ésta a la de Relaciones Exteriores y se buscó un nombre que fuese bastante neutro para no ser ni interior ni exterior y se tomó un nombre copiado o traducido del inglés y fue el nombre de Secretaría de Estado. Por consiguiente, la razón para crear la Secretaría de Estado fue que se creyó que no había suficiente negocios del exterior y, sobre todo, suficientes negocios del interior para que ameritaran la creación de una Secretaría. La experiencia inmediatamente demostró que era necesaria la presencia de dos Subsecretarios en las Secretarías. Si no hubiese otro argumento que poner el restablecimiento de las dos Secretarías, del Exterior y del Interior, el mejor argumento que podría yo presentaros es este: existen dos Subsecretarios, lo cual quiere decir que mientras no esté nombrado el Secretario de Estado, el Presidente de la República ha considerado indispensable que esa Secretaría tenga dos Subsecretarios para acordar independientemente lo relativo a una Subsecretaría y a la otra. Ninguna de las demás Secretarías de Estado tiene dos Subsecretarios, lo cual quiere decir que en esto sí se ha visto la necesidad de la división del trabajo y de la especialización de funciones. Si, pues, se ha visto la necesidad de la existencia de dos Subsecretarios, quiere decir que cuando llegue a nombrarse Secretario, esta persona - no hablemos de la influencia política o del peso político que tenga en la administración, porque cuando menos durante la administración de don Venustiano Carranza yo puedo asegurar a ustedes que no habrá más Presidente de la República con poder político que él, y que los Secretarios de Estado serán Secretarios -, por consiguiente, la cuestión de poder político en manos del Secretario de Estado no es una cosa que nos preocupe, es la cuestión de acumulación de trabajo en manos de un solo Secretario, y la acumulación del trabajo es de tal naturaleza, que es absolutamente disímbola y necesaria para el conocimiento de las relaciones exteriores, es decir, el conocimiento necesario para la administración de las relaciones exteriores, es distinto del que se necesita para las relaciones interiores. Deseo, pues, llamar la atención de los señores diputados, ante todo, sobre que el trabajo abunda de tal manera, que es necesario dividirlo. Filosóficamente todo órgano debe estar especialmente adaptado a la función que va a desempeñar. Es regla de economía en el Gobierno, más bien dicho, de eficiencia en el Gobierno, dividir el trabajo y especializar la función. Si, pues, las Secretarías de Relaciones Exteriores y Gobernación tienen demasiado trabajo para un solo Secretario y, además, funciones totalmente distintas, tenemos que hacer dos Secretarías. Las funciones son esencialmente distintas, radical y esencialmente distintas, al grado de que puede decirse que un buen Secretario del Interior, necesariamente tiene que se un mal Secretario del Exterior, y viceversa, un buen Secretario de Relaciones, cuya especialidad debe ser el conocimiento, sobre todo, de otros pueblos, de otras costumbres y de otras condiciones, necesariamente tiene que ser un mal Secretario del Interior, que por su carácter tiene que concentrar su atención en la resolución de problemas absolutamente nacionales. Yo opino que desde el punto de vista de la eficiencia es necesario que estén separados el Secretario del Interior y el Secretario del Exterior; más aún, que es indispensable que haya dos puntos de vista totalmente opuestos: el uno que vea con el ojo internacionalista y el otro con el ojo nacionalista. Yo recuerdo que cuando se nombró a don Enrique Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, fui uno de los pocos, y casi podría tener el orgullo de decir el único, que se atrevió a escribir en público, para su publicación en los periódicos, que el Secretario de Relaciones Exteriores debía ser de todos los Secretarios de Estado, el que tuviese la mayor suma de sangre indígena en las venas, porque era necesario e indispensable que tuviese conocimiento de nuestras necesidades y de nuestra manera de ser más íntima, más sincera y más connaturalizada con su propio modo de ser. Pues esto que decía y que yo pensaba en aquella época, es lo que me hizo pensar en la actualidad que es indispensable también que separemos ambas Secretarías, es necesario que el Presidente de la República tenga dos ojos con que ver las cuestiones políticas del país: el ojo con que ha de ver las cuestiones internacionales, y que ha de ser ojo suave y que sepa guiñar, y el ojo con que ha de ver las cuestiones interiores, y que ha de ser el ojo penetrante, hábil y profundo, y, por consiguiente, es indispensable que especialicemos al hombre, que busquemos para cada puesto un hombre. Si no encontrara yo otro argumento que presentar a los señores diputados, diría yo, - sin que por supuesto en todo esto estén obligados a creerme -, que mi opinión es que la falta de Secretario de Estado en los momentos actuales en nuestro Gobierno, siendo tan absolutamente e importante este puesto público, consiste en que no ha sido posible encontrar un hombre que fuera capaz de ver exactamente las dos cuestiones y, por consiguiente, el Presidente de la República ha creído necesario seguir manejando personalmente estos dos Departamentos; pero no nos atengamos a estas razones de carácter concreto, porque al fin y al cabo estamos legislando para el porvenir; legislemos, por lo tanto, para el porvenir y tengamos en cuenta que es indispensable ponernos en una situación en que, restablecida la paz en todo el mundo, las relaciones exteriores de México van a ser de tal trascendencia, de tal importancia y tan necesariamente delicadas, que es preciso que estén encomendadas a hombres que, cuando menos, puedan dedicarles por completo su atención. Y en los momentos actuales, y ahora, y mañana y siempre, todas las cuestiones políticas interiores de nuestro país de tal trascendencia, que es indispensable que un solo hombre especialice sus energías y se dedique exclusivamente a ellas.

Al hablar contra la iniciativa del Ejecutivo y contra la opinión de las Comisiones y contra la opinión del Senado, lo hago convencido de que la experiencia, en este caso, nos ha enseñado, desde que se organizó la Secretaría de Estado hasta ahora, algo que no habíamos visto cuando se Organizó la Secretaría de Estado. No se trata de contradecir determinado punto de vista del Ejecutivo ni del Senado, se trata de ver qué cosa hemos aprendido por la experiencia desde que tenemos Secretaría de Estado, y la experiencia nos dice que es indispensable volver a la división del negociado de asuntos extranjeros, y del negociado de asuntos interiores; pero si no hubiera también esta otra razón, les bastará a los señores diputados leer el artículo 2º de la ley a debate, que ilustra considerablemente la cantidad, el cumulo de asuntos, todos ellos de gran trascendencia, en una época en que hemos considerado necesario apartar la agricultura y el fomento, de la industria, del trabajo y el comercio, porque consideramos que ya no era posible que, dentro de las condiciones de la Secretaría de Fomento, cupiera todo esto, dado el desarrollo que estas materias iban a tener, es ir contra esa misma tendencia que nos hizo separar la Secretaría de Fomento, de la Secretaría de Industria, y reunir, por otra parte, en la Secretaría de Estado, las dos Secretarías. El artículo 2º determina de la competencia de la Secretaría de Estado, funciones que yo he procurado, con una raya apartar las que propiamente son de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y hacia abajo las que son de la Secretaría de Relaciones Interiores poniendo abajo de la palabra "Migración," la división de lo que corresponde a otra Secretaría. Dice el artículo 2º: "Corresponde a la Secretaría de Estado:

"Relaciones con las naciones extranjeras.

"Tratados internacionales y su publicación.

"Conservación de dichos tratados.

"Autógrafos de todos los documentos diplomáticos y de las cartas geográficas en donde estén fijados los límites de la República.

"Legaciones y Consulados."

Así, como si fuera cualquiera cosa: Legaciones y Consulados. Sabed, señores diputados, que no más la materia de consulados es tan complexa y tan difícil de manejar, que constantemente ha habido personas, y entre ellas me he contado yo, que hemos estado abogando porque en la materia de consulados se haga algo especial, algo de una organización especial, que merecen una atención que casi embarga todos los trabajos de una Secretaría, porque es una función de desarrollo comercial importantísima Legaciones y Consulados. En la actualidad es cierto que tenemos muy pocas Legaciones en servicio activo, porque la situación internacional del mundo entero no nos permite más y porque la situación económica nuestra nos impone economías; pero, una vez reanudadas las relaciones generales con todos los países, la Secretaría de Relaciones Exteriores tendrá mucho trabajo solamente con la materia de relaciones; y ahora que tenemos establecida una Secretaría de Industria y Comercio, la materia de consulados será mucho más importante de lo que ha sido hasta la fecha.

"Naturalización, estadística de extranjeros y derechos de extranjería.

"Aplicación del artículo 33 constitucional."

Esto ahora es más importante que antes.

"Extradiciones.

"Legalización de firmas en documentos que han de producir sus efectos en el exterior y en documentos del exterior que han de causar efectos en la República.

"Migración."

Antiguamente todo lo relativo a emigración e inmigración estaba confiado a la Secretaría de Gobernación, y la experiencia nos ha mostrado que la materia de emigración e inmigración debe estar al cuidado de la Secretaría ocupada de los Negocios Exteriores. Si, pues, ponemos la materia de emigración a cargo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, forma una cantidad de trabajo y de negocios que por sí sola es suficiente para ocupar la atención de un hombre. Siguen todas las demás atribuciones que corresponden propiamente a Negocios Interiores, y que su sola enunciación basta para ver que no es tan poco como se había creído en un principio.

"Relaciones con el Congreso de la Unión y con la Suprema Corte de Justicia de la misma.

"Relaciones de la Federación con los demás Estados que la forman.

"Elecciones generales."

Antiguamente esto de elecciones generales se despachaba en una Mesa de la Secretaría Particular, ya sea del Presidente de la República, o ya sea del Secretario de Gobernación; pero desde hace algún tiempo la materia de elecciones generales es algo que, al mismo tiempo que significa verdadera participación del pueblo en la materia electoral, significa considerable suma de trabajo en la Secretaría del Interior. La materia de elecciones generales, antes estaba allí, en un rincón de la ley de Secretarías, en las atribuciones de la Secretaría de Gobernación; pero en la actualidad constituye una de las ramas más importantes, porque toda la materia de preparación para elecciones generales, desde convocatoria, iniciativa, etc., es de suma trascendencia, de mucha importancia y que absorbe gran cantidad de tiempo. Lo mismo digo de la materia de relaciones con el Congreso de la Unión. Antiguamente, allá por campanada, no diremos de vacante, sino de mera cortesía, veíamos al Secretario de Gobernación en el Senado o en la Cámara de Diputados, y en la actualidad sabe muy bien el señor Subsecretario del Interior, que tiempo le falta para darse abasto para atender a los trabajos que se están haciendo en el Senado y que se hacen en la Cámara de Diputados. La sola preparación del Subsecretario del Interior para estar atendiendo a la discusión de leyes en el período de sesiones, es tan absorbente, que casi podría yo asegurar que el señor licenciado Aguirre Berlanga no tiene tiempo más que para atender todos los asuntos que están actualmente en tramitación en ambas Cámaras. Antiguamente, yo no me acuerdo haber visto más de una o dos veces en el año, y eso acompañando al Presidente de la República, al Secretario de Gobernación, y creo que nunca vino don Manuel Romero Rubio a la Cámara, y creo que en muy raras ocasiones vino don Ramón Corral y,

sobre todo, jamás vino llamado a informar ni jamás tomó participación en los debates, ni jamás habló desde esta tribuna. En la actualidad, las funciones del Secretario de Gobernación, en relación con las Cámaras, son trascendentalísimas e importantes, porque tiene que discutir con ellas de tú a tú, las iniciativas, y a veces, hasta los diputados puramente ministeriales se le paran enfrente (Risas.) Por consiguiente, esta materia adquiere trascendencia muy grande.

"Medidas administrativas para el cumplimiento de la Constitución.

"Reformas constitucionales."

¿Habrá bastante trabajo?

"Garantías individuales.

"Derechos del ciudadano.

"Decretos, leyes orgánicas y códigos federales y su publicación.

"Expropiación por causas de utilidad pública.

"Reos federales, amnistías, indultos, conmutación y reducción de penas por delitos del orden federal.

"Nombramientos y renuncias de los Secretarios del Despacho, de los Directores de los Departamentos y de los Gobernadores del Distrito y Territorios federales."

Esto correspondía antes a la Secretaría del Exterior; pero para una futura organización, está bien que corresponda a la Secretaría del Interior.

Ya trataré un poco más adelante esta cuestión de jefatura de gabinete, que merece punto aparte.

"Beneficencia privada.

"Relaciones con los Montes de Piedad." Ya trataré de que esto debe realmente pasar a la Secretaría de Hacienda porque son propiamente instituciones de crédito.

"Gran Sello de la Nación.

"Archivo General.

"Diario Oficial de la Federación e Imprenta del Gobierno."

Como veis, señores diputados, por la lectura de las dos listas en que he dividido esta lista del artículo 2º, hay bastante quehacer ya administrativamente considerado el punto, para dos Secretarías. Al principio se creyó que la Secretaría del Interior iba a quedar absolutamente ociosa, y que podía agregarse a la Secretaría del Exterior, y la prueba que no ha quedado absolutamente ociosa, y que podía agregarse a la Secretaría del Exterior, y la prueba que no ha quedado absolutamente ociosa,es que el señor licenciado Aguirre Berlanga tiene diez veces más quehacer que el señor licenciado Garza Pérez, y, sin embargo, se pensó y se creyó que era innecesaria y que podía ser una especie de Departamento agregado simplemente, y hemos visto que de hecho la Subsecretaría del Interior está teniendo más trabajo, que la del Exterior en los momentos actuales; así, pues, por razón de trabajo debe haber dos Secretarías; por razón de especialización de funciones debe haber dos Secretarías; por razones políticas, se ha dicho que debiera haber dos Secretarías. Si se quiere decir con esto que el Secretario del Exterior o sea el Secretario de Estado asume demasiado poder, diría yo que esto no tiene ningún peligro en un régimen absolutamente presidencial como es el régimen de México; que, por consiguiente, el Presidente de la República que es con quien acuerdan uno o dos Secretarios o todos los Secretarios, sigue siendo el Jefe del Gobierno y el responsable de los actos; pero se presenta y se ha presentado también , aun cuando sea en forma argumentativa al contrario, la cuestión de la Vicepresidencia. No debe preocuparnos desde el momento que, como dijo el señor Subsecretario Aguirre Berlanga, desde el momento en que esta materia de la Vicepresidencia de hecho ha pasado a conocimiento del Poder Legislativo. Por lo tanto, no hay ya absolutamente lugar a celos, previsión de dificultades o ambiciones creadas en quien quiera que sea de los Secretarios de Estado. Única oportunidad en la que debo de hacer un verdadero elogio de la absorción de esta facultad de parte del Poder Legislativo, es ésta, porque en realidad es algo de lo más natural y de lo más sensato que pudo hacerse, al quitar no tanto el poder de las manos del Secretario, sino la oportunidad de las ambiciones en los Secretarios de un Presidente. De hoy en más debe de considerarse que los Secretarios de Estado pueden escribir en la carátula de sus carteras la palabra del Dante, desde que aceptan el cargo de Secretario pueden asegurar que está escrito en sus carteras el término fatal: "Lasciate ogni speranza voi ch'entrati." Así debe ser. Maquiavelo ya lo decía: "El Secretario que ve más por su prestigio propio que por su prestigio propio que por el prestigio del príncipe, no es un buen Secretario." La primera condición del Secretario de Estado es ver por bien del Jefe del Gobierno, por la consolidación, por el honor, por el prestigio y por la efectividad del Gobierno del Jefe, y la única manera de poderla ver bien, es sabiendo que absolutamente él no tiene esperanza de ningún género de llegar a la Presidencia. Este debe ser el criterio conque todo Secretario de Estado debe tomar posesión de una cartera y esto es de hecho lo que sucederá de hoy en adelante, porque necesariamente el Congreso siempre tiene fijos los ojos en los Secretarios de Estado y los hace siempre responsables de todo lo malo que acontece en el Gobierno, reservando para el Presidente de la República todo lo bueno que se hace. Por consiguiente, si el Congreso tiene que elegir el Presidente substituto, yo apuesto doble contra sencillo que el Presidente de la República en todos los casos en que llegue a ofrecerse, no será nunca un Secretario de Estado, porque el Secretario de Estado desde que toma posesión y empieza a trabajar, está perdido absolutamente para la política: entregado debe estarlo absolutamente para la administración. En este sentido no hay peligro con el Secretario de Estado, aun cuando acumulara en sus manos todas las carteras.

Queda la cuestión de Jefatura del Gabinete: Nosotros, de educación latina pero de vecindad sajona, hemos oscilado siempre entre dos sistemas: el sistema americano de responsabilidad presidencial y el sistema francés o español de responsabilidad ministerial; a eso se deben muchas incongruencias de nuestra legislación, tal como, por ejemplo, la de Jefatura de Gabinete; no hay necesidad de jefaturas de gabinete en un régimen de responsabilidad presidencial; no hay jefes de gabinete en un régimen como el nuestro; es una mera cuestión de honor y de presidencia el que se hace al Secretario de Relaciones Exteriores y la ley de la Vicepresidencia fue la manzana de la

discordia que vino a traer siempre a manos del Ministro o Secretario de Relaciones Exteriores el poder que como Jefe del Gabinete se le atribuía; quitada la cuestión de Vicepresidencia, queda absolutamente sin efecto la cuestión de Jefatura de Gabinete, solamente queda una Secretaría, porque alguna debe ser, que debe conocer de la materia de nombramientos, renuncias, etc. de todos los demás Secretarios. Esta jefatura debe quedar en manos de la Secretaría del Interior, que es la que tiene que conocer más bien de la materia política, quedando en manos de la Secretaría del Interior esta Jefatura, de mando digamos, mientras queda en manos de la Secretaría del Exterior de la jefatura diplomática, de rango, la jefatura protocolaria; dividamos por igual los honores entre una y otra y evitemos esta manzana de la discordia de la jefaturas de gabinete.

En cuanto al nombre que sea puesto a la Secretaría de Estado, aun cuando se prefiera, yo por mí abogaría por cualquier otro nombre, sea el que fuere, con tal de no poner el nombre Secretaría de Estado que a leguas es una traducción del "State Departament" de los Estados Unidos; pero como quiera que sea, también en algunas naciones europeas se llama Negociado de Estado o Secretaría de Estado, en mi concepto el nombre está indicando claramente que se ha querido dar una preeminencia notoria a esta Secretaría; pero como el asunto no vale la pena de ocupar y de embargar la atención de los señores diputados, concreto mi argumentación a manifestar, primero, que el hecho de dividir la Secretaría de Estado en dos, absolutamente no embaraza de ninguna manera al Presidente de la República en los momentos actuales; ni siquiera en el despacho inmediato de los negocios de una y otra Subsecretaría. En la actualidad no habría entorpecimiento de ningún género, porque de hecho han permanecido autónomas una y otra Subsecretarías. Segundo, la experiencia ha mostrado que la Subsecretaría del Interior tiene mucho quehacer, demasiado quehacer. Si yo quisiera hacer uso de un argumento "ad - hominem," interpelaría al señor Subsecretario del Interior para que me dijera, si es cierto, como lo es - como acostumbrábamos antes articular las posiciones - que en efecto el Subsecretario del Interior tiene muchísimo más quehacer del que se había figurado que podría tener cuando se pensó agregar la Secretaría del Interior a la del Exterior.

De hecho - y muy bien sabe - él no se atreverá a contradecirme, o me contradirá por modestia, por la suficiente capacidad del trabajo que sé que tiene; pero no me podrá contradecir cuando menos en este sentido: las solas relaciones con las Cámaras, las solas relaciones con el Poder Legislativo en materia de preparación de leyes, absorbe absolutamente su atención, a tal grado, que apenas le queda tiempo para el despacho ordinario de los negocios. Por consiguiente, si, pues, no significa esto en ningún sentido embarazar al ejecutivo en el despacho de sus negocios, si vamos a contribuir al mejor despacho de uno y otro de los dos departamentos en que ahora está dividida esta Secretaría , si por su naturaleza las funciones de una Secretaría y por la otra son esencialmente distintas, vamos otra vez a dividir la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Secretaría de Negocios Interiores. La experiencia nos lo pide; la naturaleza misma de las cosas nos lo exige, y si estamos legislando - como estamos legislando - para el futuro, debemos ver que aun cuando en la actualidad pudieran estar unidas ambas Secretarías, en el momento en que concluyera la guerra europea era indispensable, inmediatamente, volver a la Secretaría de Relaciones Exteriores su independencia respecto de la de Negocios Interiores. Así, pues, creo contribuir al mejor despacho de los negocios del Poder Ejecutivo que es lo que estamos tratando en este caso, al pedir a la Asamblea que dando su voto reprobatorio a esta parte del dictamen, haga nuevamente la división en una y otra Secretaría; más aún: creo que la Comisión misma me hará el honor, siquiera por esta vez, de retirar espontáneamente su dictamen y estudiar estas consideraciones que brevemente he expuesto; más aún, estoy cierto de que el primero que aplaude mis palabras, porque está convencido de la necesidad de que así se haga, es el señor Subsecretario del Interior. (Aplausos.)

Presidencia del C. LÓPEZ LIRA JESÚS

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Subsecretario del Interior.

El C. Aguirre Berlanga Manuel, Subsecretario del Interior: Solamente convenciéndose de que no pudiese existir en la República Mexicana una persona suficientemente apta para desempeñar el cargo de Secretario de Estado, podría convenirse en que no pudiese llevar las labores encomendadas a esa Secretaría; para esto basta citar el hecho de que en los Estados Unidos del Norte el Secretario de Estado con tres Subsecretarios maneja los negocios del exterior y del interior; de manera que en los Estados Unidos no solamente hay los dos Subsecretarios que existen en la República Mexicana, sino que hay tres y puede acordar con ellos. Por lo demás, de la misma manera que el Presidente de la República puede acordar con los distintos Secretarios de que se compone su Gabinete, y, sin embargo, el Presidente de la República puede llevar la carga de su elevada investidura, el Secretario de Estado también puede despachar esas distintas y laboriosas funciones por medio de los auxiliares naturales y legales que son los Subsecretarios de Estado. Ciertamente que existe más trabajo del que se creía que habría o que correspondería al despacho de los negocios interiores; pero no creo que sea imposible que el Secretario de Estado asuma y pueda llevar con probabilidades de éxito la Secretaría de Estado. Esta argumentación, aunque muy reducida, sin embargo explica el por qué de la iniciativa del Ejecutivo en el sentido en que ha sido propuesta a la consideración de la Asamblea.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay.

El C. Hay: Señores diputados: Desde luego no tengo empacho en confesar que el C. Cravioto y el C. Manrique tenían en gran parte razón con la observación que hicieron cuando estuve haciendo uso

de la palabra en lo general y que quizá me excedí en algo , porque gran parte de lo que dije yo debía haberlo diferido para ahora. Y por esta razón voy a hablar muy poco sobre este asunto, tanto más, cuanto que creo que la Asamblea, en lo general, está ya prácticamente convencida de que sería un grave peligro para la Nación un Secretario de Estado que encierre a la Secretaria antigua de Gobernación y a la antigua Secretaria de Relaciones Exteriores. El señor Subsecretario de Gobernación nos acaba de decir que en los Estados Unidos un Secretario de Estado tiene tres Subsecretarios a sus ordenes y que de esa manera puede desempeñar la gran labor que tiene entre manos; pero a esto diría yo que aquí en México estamos en una época de reconstrucción y principalmente de reconstrucción política; por lo tanto, las labores del Secretario de Gobernación, del Subsecretario de Gobernación actualmente, son enormemente mayores, más intensas y de mayor importancia que en una época normal. Claro es que en la época normal pudiera ser que sus labores se redujeran de tal manera que no fuera, necesario crear una Secretaría especial; pero además de eso, señores diputados yo veo en esto - y en eso no estoy de acuerdo con el C. Cabrera -, veo un gran peligro en un Secretario de Estado, porque ese en realidad vendría a ser el Presidente chiquito, una especie de "factotum" general y dueño casi de la situación, que estaría en condiciones en un momento dado de dar una zancadilla al C. Presidente y sentarse en la silla, o cuando menos tendría tendencias a debilitarlo, para que el Presidente de la República fuera Presidente de nombre, y, claro es, teniendo en sus manos todo lo que se refiere a las relaciones exteriores, y teniendo en sus manos todo el mecanismo de la política interior, es muy difícil aceptar que ese señor fuera de tal manera honrado, fuera de tal manera quijote, que por ningún motivo pudiera llegar a pretender excederse o extralimitarse en las funciones que la ley le permite. Pero no solamente, como ha dicho el C. Cabrera con mucha razón, por la intensidad del trabajo, además de eso hay que tener en cuenta los conocimientos necesarios para uno y otro puesto. El Secretario de Gobernación necesariamente tiene que ser un perfecto conocedor de la política interior. Generalmente el perfecto conocedor de la política interior no se preocupa mucho de las relaciones exteriores; en cambio; el Secretario del Exterior debe ser un profundo conocedor del derecho internacional; así, debe escogerse un hombre que haya tenido bastantes relaciones y que haya sido, pues, se puede decir, encaminado en los asuntos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y no comprendo yo cómo podrán compaginarse los dos conocimientos, el de la política interior y el de la política exterior de una manera perfecta, como dice el C. Cabrera, que el Presidente pueda estar con la mirada en uno y en otro. Dice el C. Cabrera que en nuestras condiciones, los Secretarios no pueden hacer nada absolutamente en contra del Presidente, porque con una plumada pueden ser quitados del puesto que ocupan y ser substituidos por otros que le merezcan más confianza; muy bien, señores compañeros, ¿pero cuándo el Presidente se percata de que está haciendo una labor nefasta el Secretario de Estado? Eso es lo que pasó precisamente al C. Madero, fué una víctima de esa falta o de exceso de confianza en los Secretarios, y cuando quiso poner un hasta aquí, cuando quiso poner fin a esa clase de intrigas, fué cuando encontró que era demasiado tarde hacerlo. Y volviendo al asunto de conocimientos, es claro, señores diputados, que a pesar de tener muchos conocimientos no va a tener cabeza el individuo que está trabajando en asuntos interiores, con toda la chismografía que caracteriza nuestra política, no va a tener cabeza para tratar un asunto de carácter internacional de gran trascendencia para el país; será una facultad extraordinaria que yo no veo en ninguno de nuestros grandes políticos y, más tarde, señores diputados, sería un problema demasiado serio, que quizá ninguno en México estaría en condiciones de resolver. Si ahora tenemos un Presidente con el cual están de acuerdo las Cámaras y que indudablemente tiene un prestigio enorme ante la Nación, por su actuación durante la Revolución, mañana ¿ qué sucedería cuando viniese un Presidente que haya triunfado solamente por mayor intensidad de propaganda o por mayor habilidad en ella, así pueda ser sin merecimientos anteriores? Si ello sucede, ¿creen ustedes, señores diputados, que un Secretario de Estado pueda formar una administración hábil, prestigiada, que le sea posible manejar los negocios del interior y exterior? Indudablemente que no, tanto porque es una labor enorme la que se exige a un individuo, tanto porque se exige a un solo individuo , además de la honradez que debe corresponder a todos los Secretarios de Estado, se exige una serie de conocimientos que no tienen gran relación entre sí sino al primer golpe de vista; pero que analizándolos son dos cosas enteramente distintas y que, se puede decir, necesitan dos cerebros conformados de manera distinta. Por esto y y por otra razón, como también por el peligro de hacer un Presidente chiquito, un hombre de tal influencia que pueda ir colocando a individuos en diferentes puestos políticos de los Estados, que pueda ir maniobrando de tal manera que vayan saliendo electos determinados Gobernadores y que pueda, además; ir trabajando porque determinados amigos suyos vayan ocupando los puestos en Legaciones y Consulados; para evitar el peligro, repito, de ese Presidente chiquito, y como una verdadera obra revolucionaria, como una verdadera obra de separación, de especialización en las materias, para ser consecuentes con lo que hemos hecho en los diferentes Departamentos para darles las atribuciones correspondientes, por todos estos conceptos, señores diputados, pido a ustedes que den su voto negativo para este asunto, modificándolo en el sentido de que debe haber, como antiguamente, dos Secretarías: La de Gobernación, es decir, la de Negocios Interiores, y la Secretaría de Relaciones Exteriores. (Aplausos.)

El C. Rueda Magro, de las Comisiones: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: Las Comisiones dictaminadoras no hicieron ninguna objeción a la Secretaría de Estado que organiza el Ejecutivo de la Unión en su proyecto enviado al Senado de la República, y que aceptó en sus términos de la misma Cámara

colegisladora, porque creyeron que se había estudiado bien el asunto y que eran suficientes las razones que en la tribuna alegó el señor licenciado Cabrera, y que motivaron la fusión de la Secretaría antigua de Relaciones Exteriores y de la llamada de Gobernación en una sola Secretaría, llamada de Estado. Sin embargo, convencidas de la argumentación que se ha expuesto desde esta tribuna, se permiten solicitar, por mi conducto, que la Asamblea conceda licencia a las Comisiones para retirar este primer artículo, presentándolo modificado en la forma que sigue:

"Artículo 1o. Para el despacho de los negocios del orden administrativo de la Federación, habrá siete Secretarías de Estado y tres Departamentos.

"Las Secretarías serán:

"Del Exterior.

"Del Interior.

"Hacienda y Crédito Público.

"Guerra y Marina.

"Agricultura y Fomento.

"Comunicaciones.

"Industria, Comercio y Trabajo.

"Los Departamentos serán:

"Universitarios y de Bellas Artes.

"Salubridad Pública.

"Aprovisionamientos Generales."

El C. Secretario Portes Gil: Se pregunta a la Asamblea si se concede el permiso solicitado por las Comisiones. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Concedido el permiso.

El C. Presidente, a las 6.40 p. m.: Se levanta la sesión pública para entrar en secreta.

El Jefe de la Sección de Taquigrafía,

JOAQUÍN Z. VALADEZ