Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171006 - Número de Diario 27

(L27A2P1oN027F19171006.xml)Núm. Diario:27

ENCABEZADO

MÉXICO, SÁBADO 6 DE OCTUBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADO UNIDOS MEXICANOS

PERÍODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II. - NÚMERO 27

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS CELEBRADA EL DÍA 5 DE OCTUBRE DE 1917

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior. Se da cuenta con los asuntos en cartera.

2. - Rectifican hechos varios CC. diputados.

3. - Continúa la discusión sobre la parte del artículo 1o. del dictamen relativo a organización de las Secretarias de Estado que se refiere al Departamento Universitario. Es aprobado nominalmente.

4. - Es presentado y discutido un dictamen de la Gran Comisión proponiendo las personas que deben integrar las Comisiones Especiales de Hacienda. Es aprobado con excepción de lo que se refiere al C. Cabrera. Al ponerse a votación si debe subsistir el nombramiento de este miembro de dichas Comisiones resulta no haber quórum se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. LÓPEZ LIRA JESÚS

(Asistencia de 144 CC. diputados.)

El C. Presidente, a las 4.16 p. m.: Se abre la sesión de la Cámara de Diputados.

El C. Secretario Aranda: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados, el día 4 de octubre de 1917:

"Presidencia del C. Sánchez Pontón Luis.

"En la ciudad de México, a las cuatro y diez y siete de la tarde del jueves 4 de octubre de 1917, con asistencia de 145 CC. diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Aranda, se abrió la sesión.

"El mismo C. Secretario leyó el acta de la sesión celebrada el día 3 de los corrientes, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.

"El C. Secretario Alonso Romero, dio cuenta con los documentos que a continuación se mencionan:

"Oficio de la Secretaría de Estado, Negocios Interiores, en que acusa recibo del ocurso del C. J. M. Gómez, solicitando ingresar en el Ejército o en alguna dependencia de la Secretaría de Guerra. - A su expediente.

"Circular del congreso del Estado de Michoacán, por medio de la cual participa la elección de Presidente y Vicepresidente para el presente mes, - De enterado.

"Telegrama del C. Gobernador Provisional del Estado de Tlaxcala, en que comunica que nombró Secretario General de ese Gobierno, al C. ingeniero Luis Laval, quien tomó posesión de sus encargo, previa la protesta de ley. - De enterado.

"Proyecto de ley subscripto por el C. diputado José Federico Rocha, con el objeto de allegar fondos, por medio de la decomización de las bienes ilegítimos, para la creación del Banco Único de Emisión. - Primera lectura.

"Proyecto de ley subscripto por el C. Manuel Lailson Banuet, a fin de que se conceda a la señora Carlota Bravo, viuda del general constitucionalista Cándido Navarro, una pensión de cinco pesos diarios. - Primera lectura.

"Dictamen de la 2a. Comisión de Hacienda, que termina con un proyecto de ley, que concede una pensión de diez pesos diarios, íntegros, a la señora Pilar G. viuda de Rendón. - Primera lectura.

"Proyecto de ley subscripto por el C. Manuel Lailson Banuet, a fin de que se conceda a la señora Carlota Bravo, viuda del general constitucionalista Cándido Navarro, una pensión de cinco pesos diarios. - Primera lectura.

"Dictamen de la 2a. Comisión de Hacienda, que termina con un proyecto de ley, que concede una de diez pesos diarios, íntegros, a la señora Pilar G. viuda de Rendón. - Primera lectura.

"Dictamen de las comisiones unidas, 2a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Guerra, que concluye con un proyecto de ley, por medio del cual se autoriza al C. Gobernador Constitucional del Estado de Hidalgo, para que forme las fuerzas de seguridad pública de ese Estado. - Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

"Dictamen de la 2a. Comisión de Hacienda, que contiene un proyecto de ley, concediendo a la señora María Luisa Sánchez viuda de Cabrera, una pensión de cinco pesos diarios. - Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, que en su parte final contiene un proyecto de ley que concede una pensión vitalicia de diez pesos diarios a la señorita Guadalupe Hidalgo y Costilla. - Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, que concluye con el siguiente proyecto de ley:

"Primero: Se concede una pensión de cinco pesos,

íntegros, diarios, a la señorita Hermila Domínguez, pensión que disfrutará mientras conserve su actual estado civil, y que le será cubierta por la Tesorería General de la Nación.

"Segundo: Se concede una pensión de cinco pesos, íntegros, al joven Ricardo Domínguez, por todo el tiempo en que curse sus estudios, pensión que le será cubierta por la Tesorería General de la Nación, debiendo comprobar anualmente, ante el Tesorero General de la Nación el curso de sus estudios con el certificado respectivo."

"Puesto a discusión en lo general, sin que nadie hiciera uso de la palabra, fue aprobado por unanimidad de 144 votos.

"A debate en lo particular, y una vez leído el artículo 1o., sin discusión, se aprobó por unanimidad de 134 votos. El artículo 2o. también fue aprobado, sin que nadie hiciera uso de la palabra, por unanimidad de 128 votos.

"Se declaró que quedaba aprobado dicho proyecto de ley, y que pasaba a la 2a. Comisión de Corrección de Estilo.

"A continuación contestó alusiones personales e hizo rectificaciones, el C. Manrique, a quien la Asamblea permitió seguir en el uso de la palabra, una vez transcurrido el tiempo máximo que fija el reglamento a los oradores; el C. Siurob contestó una interpelación de dicho C. Manrique quien, a su vez, fue interrumpido por una moción de orden de aquél, seguida de aclaraciones de la Presidencia.

"Después de que terminó el C. Manrique, el C. Secretario Aranda leyó un memorial subscripto por varios alumnos universitarios y hecho suyo por varios CC. diputados, en que se solicita la autonomía de la Universidad, y al que se dio el trámite de: A las Comisiones dictaminadoras de la Ley Orgánica de Secretaría de Estado, que tienen antecedentes.

"Acto seguido se declaró que proseguía la discusión del dictamen que consulta el proyecto de ley referente a la organización de las Secretarías de Estado, en lo que toca al Departamento Universitario y de Bellas Artes, punto que está contenido en el artículo 1o. de dicho dictamen, concediéndose la palabra en contra al C. Siurob, quien fue interrumpido por la Secretaría para llamar al orden a las galerías, y para preguntar a la Asamblea si continuaba el orador en el uso de la palabra, no obstante haber transcurrido el tiempo reglamentario, a lo que aquella resolvió afirmativamente. Una vez que concluyó el C. Siurob, hablo en pro el C. Martínez de Escobar.

"Presidencia del C. López Lira Jesús.

"El C. Cravioto pronunció un discurso en contra del punto a debate.

"Presidencia del C. Sánchez Pontón Luis.

"La Mesa consultó a la Asamblea si continuaba la sesión, a pesar de haber fenecido el tiempo que para su duración fija el reglamento, resolviendo aquélla en sentido afirmativo.

"Los CC. Cabrera y Urieta, pronunciaron discursos en pro y en contra, respectivamente, siéndole prorrogado al primero, en votación económica, el tiempo que a los oradores fija el reglamento. El mismo C. Cabrera pasó luego a la tribuna para contestar alusiones personales, después de lo cual, el C. Presidente levantó la sesión a las nueve y treinta y cinco de la noche."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

El C. Secretario Portes Gil: "Secretaría de Estado. - Estados Unidos Mexicanos. - México. - Negocios Interiores. - Sección Primera. - Mesa 2a. Número 2358.

"Con el atento oficio de ustedes número 51, fechado el día 28 de septiembre último, se recibió en esta Secretaría, original, la solicitud prestada ante esa H. Cámara, por el señor Alberto Blackaller.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi consideración distinguida.

"Constitución y Reformas. - México, octubre 4 de 1917. - El Subsecretario de Estado, Encargado del Despacho del Interior. - Aguirre Berlanga.

"A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente." - A su Expediente.

"Secretaría de Estado. - Estados Unidos Mexicanos. - México. - Negocios Interiores. - Sección 1a. - Número 2339.

"Se recibió en esta Secretaría el atento oficio de esa H. Cámara, número 282, del 5 de los corrientes, girado por la Mesa de correspondencia, en el que se sirven transcribir la solicitud de H. Congreso de Michoacán, pidiendo se le ceda el templo de San José en la ciudad de Morelia, en Virtud de que el local que en la actualidad ocupa, no llena los requisitos para el objeto.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi consideración distinguida.

"Constitución y Reformas. - México, septiembre 28 de 1917. - El Subsecretario de Estado, Encargado del Despacho del Interior. - Aguirre Berlanga.

"A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente." - A su expediente.

"Secretaría de Estado. - Estados Unidos Mexicanos. - México. - Negocios Interiores. - Sección 1a. - Número 2319.

"Por el atento oficio de ustedes, número 443, fechado el 1o. de los corrientes, se impuso esta Secretaría de que en la sesión efectuada el día anterior, esa H. Cámara designó, para integrar la Mesa que deberá funcionar durante el presente mes, como Presidente, al C. Luis Sánchez Pontón, y como Vicepresidentes, los CC. Jesús López Lira y Ernesto Aguirre Colorado.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi consideración distinguida.

"Constitución y Reformas. - México, octubre 3 de 1917. - El Subsecretario de Estado, Encargado del Despacho del Interior. - Aguirre Berlanga.

"A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente." - A su expediente.

"República Mexicana. - Poder Legislativo del Estado de México. - Número 330.

"Esta H. Cámara, en sesión publica ordinaria de 27 de septiembre próximo pasado, acordó adherirse a la idea del memorial elevado por la H. Legislatura Constitucional de Zacatecas, en que se pide atentamente se den los trámites necesarios, a fin de que se dicte a la mayor brevedad posible, la ley a que se refiere la base (e) del párrafo VI del inciso VII del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Mexicanos, que facultan a los Estados para crear su deuda agraria.

"Lo que tenemos el honor de manifestar a ustedes para su conocimiento, protestándoles las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - Toluca, octubre 2 de 1917. - I. Becerril, D. S. - Salgado D. S.

"A los CC. diputados Secretarios del H. Congreso Nacional. - México, D. F." - Recibo y agréguese a su expediente.

"Congreso del Estado Libre y Soberano de Puebla. - Secretaría. - Número 186.

"Tenemos la honra de participar a usted que hoy, previas las formalidades correspondientes, clausuró la XXIII Legislatura Constitucional del Estado, su segundo período de sesiones ordinarias.

"Renovamos a usted, con este motivo, las seguridades de nuestro aprecio y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - Puebla de Zaragoza, 30 de septiembre de 1917. - R. Sarmiento, D. S. - Leopoldo García, D. S. - A los CC. Secretarios de la Cámara de Diputados del congreso de la Unión. - México, D. F." - De enterado.

"Liga de Inquilinos del Distrito Federal. - México, D. F.

"México, octubre 3 de 1917. - Señores Secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - Presente.

"Los que subscribimos, Secretarios, General y del Interior, de la "Liga de Inquilinos del Distrito Federal," en representación de la misma, ante ustedes muy atentamente, nos dirigimos para que, por su conducto, se sirvan dar lectura ante esa H. Cámara al presidente memorial y al folleto que a éste adjuntamos.

"CC. diputados: El país se encuentra desde hace siete años envuelto en una terrible lucha, la cual le ha costado a sus hijos arroyos de lágrimas y ríos de sangre; han quedado por la misma causa, miles de viudas, miles de niños huérfanos y hermanas desamparadas, asimismo, muchos miles de hombres inválidos, que hoy pululan por todo el país. Con este motivo, el hambre, la miseria y la desnudez se han enseñoreado de las clases laborantes.

"Ahora bien, ¿Por qué el pueblo ha soportado y sigue soportando todas esas calamidades y todos esos sacrificios? por los anhelos y el afán que tiene de conseguir de una manera real y efectiva, a costa de esos sacrificios y hasta de su misma vida, el mejoramiento colectivo en todas las faces de la vida social.

"Nosotros, los miembros de esta Liga, basados en los artículos 27 y 123 de la Constitución de 1917, y considerando que es un deber de todo ciudadano colaborar en todo aquello que esté a su alcance por el bien de las colectividades, y considerando que uno de los más grandes males que el pueblo del Distrito Federal soporta, es el de sus malas y caras habitaciones, es de urgente necesidad que desde luego se reglamente y se proceda de la manera más enérgica a que los dueños de casas de vecindad respeten las disposiciones que las autoridades dicten sobre el particular, puesto que dichos señores siembre han burlado y seguirán burlando los decretos, tanto de las autoridades revolucionarias, como los tantos de las constituídas, sin importarles nada la desnudez y el hambre que se cierne sobre las clases media y pobre. Nosotros decimos, cumpliendo con un deber, nos hemos agrupado para que por medio de la unión y de la iniciativa individual, podamos ayudar a los poderes públicos a que se hagan efectivas las reformas que a ustedes exponemos.

"El inquilinato del país y más el de este Distrito, desde la época colonial, ha soportado y sigue soportando un modo de vivir, no ya de seres humanos, sino peor que de animales, pues algunos caballos tienen amplia y aseada caballeriza, y los que viven en el campo, disfrutan de sol, aire, luz y agua, mientras que nuestras llamadas habitaciones, son cuevas en las cuales sólo pueden habitar sabandijas, lechuzas y tecolotes, puesto que estas pocilgas no tiene ni luz, ni aire, ni sol y ni siquiera el agua suficiente para el uso de las necesidades más urgentes de las pobres familias, siendo todos estos elementos naturales, a los cuales todo ser viviente tiene derecho tan indispensable para la higiene y como consecuencia para la conservación de la especie.

"La ciudad de París ha sido considerada como la ciudad de lujo y de la aristocracia, y sin embargo, en ella no se pagan las exorbitantes rentas que se pagan en este Distrito.

"Como muchos de estos cuartuchos no tienen tarimas y el terreno es tan húmedo, resulta que son creaderos de ratas, piojos, pulgas y chinches; está probado de las enfermedades contagiosas, de donde resulta la inmensa mortandad de las clases pobres, y otra de las causas de esa mortandad se debe a la aglomeración de personas que por necesidad duermen en un pequeño cuarto.

"Todas estas razones nos han obligado a dirigirnos a los miembros de esa H. Cámara de Diputados, por ser los representantes genuinos del pueblo, que ha depositado en ellos su confianza para llevar a cabo las reformas que la Revolución trae escritas en su bandera.

"PROYECTO DE LEY

"Primera. Esta Agrupación, en vez de su primera cláusula, que se refiere al decreto de 14 de diciembre de 1916, respecto al pago de rentas de casas, hace suya, se adhiere y apoya en todas sus partes, la iniciativa presentada ante esa H. Cámara por el C. diputado F. Villarreal.

"Segunda. Oblíguese a los propietarios de casas

de alquiler a que tan luego que una habitación se desocupe, sea anunciada con caracteres visibles, en los zaguanes, para que nuevos inquilinos puedan rentarlas. Que la violación a esta disposición sea castigada con multa de primera clase y, en caso de reincidencia, con arresto de treinta días.

"Tercera. Que toda casa de vecindad tenga suficientes excusados, según lo disponga el Consejo Superior de Salubridad, esto es: higiénicos, aseados y acondicionados para que no se presten a dar espectáculos inmorales.

"Cuarta. Que las casa de vecindad tengan un sitio adecuado para el depósito de basura y desperdicios de las habitaciones; dicha basura serán entregadas al carro de la limpia por cuenta de los propietarios.

"Quinta. Que los dueños de casas de vecindad peguen salarios equitativos a sus porteros, para que éstos se dediquen al aseo de patios, pasillos, escaleras, zaguanes y excusados y que cuiden de la seguridad de las vecindades, tanto de día como de noche, para que los zaguanes permanezcan siempre abiertos y los inquilinos entren y salgan a la hora que lo necesiten, sin tener que pagar propinas, que constituyen otra renta mensual.

"Sexta. Que los patios, pasillos y escaleras tengan alumbrado.

"Séptima. Que las casas de vecindad tengan agua suficiente, lavaderos, tendederos y un cuarto de baño de regadera para uso de los inquilinos.

"Octava. Que mientras el país no logre su completa pacificación, mientras las industrias, la agricultura y el comercio no paguen salarios equitativos, se suspendan los juicios de lanzamiento.

"Novena. Que todo contrato de arrendamiento que contenga renuncia de artículos de la ley, no se tramite en los juzgados.

"Décima. Que no haya depósito por los contratos de arrendamiento ni anticipos de rentas, mayores de un mes.

"Undécima. Que quede abolido el sistema de exigir fianzas para los contratos de arrendamiento en rentas de cincuenta pesos para abajo.

"Duodécima. Que los contratos de arrendamiento se hagan por duplicado y que los gastos de los mismos los hagan ambos contratantes.

"Decimatercera. Que los propietarios de casas de vecindad, no tengan derecho a ocupar ni alquilar patios, pasillos ni zaguanes y los que en la actualidad los tengan alquilados, el importe íntegro de dicho arrendamientos, pase a poder de la autoridad a que corresponda, para establecer un asilo dedicado a la educación de niños huérfanos que pululan por la ciudad; asimismo, serán dedicadas al mismo fin, las multas a que se refiere la cláusula segunda.

"Por todo lo expuesto, esperamos que esa H. Cámara, dándole forma de ley, desde luego, a nuestra iniciativa, hagan que las reformas expuestas en el presente memorial, sean llevadas a la práctica por cada uno de los departamentos a que correspondan como son: Consejo Superior de Salubridad, Secretaría de Obras Públicas, Ayuntamiento, Gobierno del Distrito Federal y a quienes más corresponda.

"Constitución y Reforma. - C. Magaña. - Andrés Belmonte."

"Hago mío el presente escrito, para los efectos reglamentarios. - Aurelio Manrique, jr." - A las comisiones respectivas, para que lo agreguen a su expediente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Fernández Martínez para rectificación de hechos.

El C. Fernández Martínez: Señores diputados: En la sesión de ayer tarde el ciudadano diputado Manrique asentó aquí que el artículo 3o. constitucional no era todo lo liberal que debía ser. Creo un deber, señores diputados, combatir, o más bien dicho, no combatir, sino rectificar este hecho, pues juzgo que es poco oportuno y poco patriótico que quede asentado en el Diario de los Debates, en la forma en que lo ha hecho el diputado Manrique. Este argumento esgrimido jesuíticamente ayer por el señor Manrique, fue esgrimido también en el Congreso Constituyente por los Palavicinni, por los Macías y por los Luis Manuel Rojas. Este mismo argumento es el que esgrimen desde las fronteras del Norte, los que ahora no pueden pisar el territorio nacional, porque habiendo sido enemigo de la actual Revolución, estaría en peligro sus vidas, por los innumerables crímenes que cometieron aquí y pretendiendo desprestigiar a la Revolución, lo hacen desde allá por medio de sus periódicos y de sus pasquines y procuran hacerlo desde aquí, tal vez sugestionando a individuos sugestionables, y tal vez valiéndose de instrumentos que han traído aquí para este efecto. Digo, señores diputados, que el artículo 3o. constitucional es perfectamente liberal, y me fundo en los siguientes hechos: en el artículo 3o. constitucional se da toda la amplia libertad de enseñanza, pero siempre que ésta sea laica en lo absoluto; este "pero, " podrán decir el señor Manrique y todos los que argumentan en contra de este artículo, que es una restricción y que es, acaso, una restricción necesaria para la Revolución. Yo digo que es una restricción legal, y es una restricción legal por lo siguiente: el derecho de un hombre termina donde principia el derecho de otro hombre.

Si bien es cierto que todos tenemos libertad para enseñar, también es cierto que todos tenemos derecho de conservar la conciencia limpia, la conciencia libre, y sin la restricción del artículo 3o. constitucional, la conciencia de la infancia, la conciencia de los seres que serán mañana los ciudadanos de la patria, estará llena de sombras y estará perfectamente encadenada por las manos clericales. Creo, por tal motivo, señores diputados, que si el clericalismo es una amenaza para la niñez, que si el clericalismo, arrebatando la conciencia de la infancia, deforma a ésta y la convierte en instrumentos servil de sus intrigas y de sus maquinaciones para el porvenir, necesario es que arranquemos de las manos de ese clericalismo la conciencia infantil, y al arrancarla no hacemos otra cosa que conceder una libertad más, una libertad que no han concedido ninguno de los pueblos de la tierra: la libertad de conciencia de la infancia. Por lo expuesto, señores diputados, y a fin de que no quede asentado en el Diario de los debates

que el artículo 3o. constitucional no es liberal, estoy en mi deber de venir a hacer la rectificación consiguiente, para que mañana o pasado no se diga que hubo un diputado en el Congreso de la Unión que asentó la falta de libertad del citado artículo y que toda la Asamblea calló, como sancionado las palabras hipotecarias del citado diputado. (Aplausos.)

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con que objeto?

El C. Manrique: Para dar lectura a un documento relativo a las alusiones del compañero.

El C. Ibarra: Yo había pedido la palabra.

El C. Presidente: Me permito manifestar la lectura de un documento. Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: Mis palabras, de que soy responsable, constan en el Diario de los Debates: "Debo decir, para terminar, que rectificando el concepto de que las Comunicaciones hubiesen procedido con un espíritu de ruindad y de condenable mezquindad al otorgar al Instituto Universitario una autonomía que no merece el nombre de tal, debo explicar que las Comisiones creyeron interpretar cuál era el estado de ánimo en esta Asamblea y cuál era, diremos, el pulso político de la Nación. Las Comisiones pueden haberse equivocado, ojalá se hayan equivocado. ¿Cree el compañero Siurob, para explicar mejor mi pensamiento, que el artículo 3o., en materia de enseñanza, que el artículo 3o. constitucional sea todo lo liberal que debiera ser, todo lo liberal que teóricamente debiera ser? No aguardo la contestación, porque seguramente sería negativa.

"El C. Fernández Martínez, interrumpiendo; ¡Sí lo es!

"El C. Manrique, continuando: ¡No!, no es todo lo liberal que debiera ser teóricamente....

"El C. Fernández Martínez, interrumpiendo: Así lo veían los reaccionarios.

"El C. Manrique, continuando: Lo que sucede es que creyeron necesario los constituyentes - como antes había creído necesario los constituyentes de 57 -, creyeron necesario combatir a un enemigo político, oponiendo determinadas restricciones a las actividades de este enemigo; esta fue la consideración principal que hizo que las Comisiones no solicitasen para la Universidad toda aquella autonomía, todo aquel grado de autonomía que ellas hubiesen deseado, porque ya preveía que habrían de surgir oradores capaces de convencer a la Asamblea de que una Universidad autónoma, tanto cuanto las Comisiones hubiesen querido, constituiría un verdadero peligro para la tranquilidad política de la Nación."

Sí, de acuerdo con esta prevención de la Comisión, y allí está el licenciado Cabrera explicando lo que en su sentir constituye un peligro político para el actual Gobierno, allí están mis palabras de acuerdo perfectamente con lo que ha asentado el compañero Martínez. Busque la contradicción y hállela si le place.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Ibarra para rectificación de hechos.

El C. Ibarra: Señores diputados: Una de las clases sociales que ha merecido no solamente la baba de la reacción, de los reaccionarios connotados, sino hasta el atrevimiento insultante de muchos individuos que no significan nada revolucionariamente; una de las clases sociales más vilipendiadas, más despreciadas, es la clase trabajadora, es la clase que todo lo produce, es la clase y nervio de la sociedad, generalmente conocida por clase obrera. Desgraciadamente, señores diputados, yo no pude estar presente cuando alguien se atrevió ayer a hacer imputaciones verdaderamente maliciosas, cargadas de mala fe contra la clase obrera que prestó un contingente verdaderamente importante a la Revolución Constitucionalista. Posteriormente, gracias a la benevolencia de algunos compañeros que supieron todo lo que aquí se habló, todo lo que aquí se dijo con ligereza y quizá con algo más de ligereza, me impusieron hoy mismo de la necesidad que había de que yo rectificara algunos hechos que me apresuro a rectificar, porque no es ni con mucho autorizada la persona que ha hecho ciertos cargos para que yo me vea obligado a callar ante unas afirmaciones que carecen de veracidad y que carecen de honradez. El Diario de los Debates, señores diputados, me acabo de revelar hasta dónde el afán de medrar en política, hasta dónde el deseo de captarse simpatía entre algunos grupos políticos de la Cámara y entre futuros grupos políticos reaccionarios del país... (Siseos de las galerías y Campanilla.) ...ha llevado a un individuo a hacer afirmaciones falaces....

El C. Medina Hilario, interrumpiendo: ¿Quién fue? (Voces: ¿Quién? ¿Quién?)

El C. Ibarra, continuando: Cuando la Revolución Constitucionalista atravesaba por el período más crítico de ella, cuando el general Obregón todavía no iniciaba la ofensiva que había de decidir indudablemente del triunfo o de la derrota de la Revolución Constitucionalista, cuando la Revolución llegaba a México en marzo de 1914...

- EL C. Manrique, interrumpiendo: De 1915.

El C. Ibarra, continuando: de 1914... (Voces: ¡Quién! quién!) de 1915, (risas), con la intención de continuar para batir los baluartes que todavía quedaban, que quedaban fuertes todavía al villismo, una idea verdaderamente salvadora, verdaderamente interesante para el triunfo de la Revolución, para su marcha progresista, o para su marcha progresiva, mejor dicho, entró a los cerebros de algunos trabajadores de México, de la capital, que desde 1913, en la época aciaga del huertismo, había trabajado ardientemente porque la Revolución Constitucionalista triunfara y habían hecho una propaganda activísima a riesgo de la vida, a riesgo de su libertad, a riego de que sus familias sufrieran multitud de perjuicios, habían trabajado por el desarrollo de la idea Revolucionaria y habían hecho propaganda activa por los principios que allá en el Norte sustentara un grupo de videntes, un grupo de hombres resueltos que no quisieron, que no pudieron soportar la infamia acaecida en febrero de 1913. En 1915, señores diputados, un grupo de compañeros, un grupo de trabajadores del Distrito Federal inició en México la idea de que la Casa del Obrero Mundial, de que los trabajadores que en 1913 habían podido o habían tenido los tamaños revolucionarios suficientes para hacer el

1o. de mayo una verdadera manifestación de protesta contra el régimen huertiano, para que aquellos trabajadores que en 1913 llamando, invitando a su seno a los revolucionarios de la talla de Serapio Rendón o de menor talla... (Risas y siseos de las curules y galerías). Había individuos de menor talla que Serapio Rendón, muchos otros que estuvieron en la Casa del Obrero Mundial y entre ellos Isidro Fabela y el mismo licenciado Urieta, a quien reconozco como revolucionario de principios, (Siseos y risa de las galerías y de las curules) quien ha hecho mucho por la Revolución, indudablemente (risas) y algunos otros. Decía yo, aquellos trabajadores que en 1913 habían hecho una labor de preparación revolucionaria, en 1915, cuando el general Obregón vino a México, decidieron tomar una determinación para ingresar al constitucionalismo en virtud de que, tanto el zapatismo como el villismo significaban en aquellos momentos una verdadera reacción, la una clerical y la otra militarista, la una retardataria y la otra absolutamente pretoriana. Los trabajadores de entonces, señores diputados, decidieron, en junta que se efectuó en el templo de Santa Brígida, ingresar a la Revolución; eso se efectuaba, señores diputados el día 10 de febrero de 1915. La rectificación de hechos que voy a hacer empieza desde este punto: desde el momento en que los trabajadores decidieron, - por lo menos el grupo director de los trabajadores -, decidió ingresar a la Revolución Constitucionalista, el señor Aurelio Manrique jr., que ayer se atrevió a hacer una afirmación verdaderamente dolosa acerca de un compromiso que tuvieron los directores de la Casa del Obrero Mundial, para ingresar a la Revolución Constitucionalista, no puede comprobar que los que decidieron el ingreso de la Casa del Obrero Mundial a la Revolución, hubieran sido comprados por el Gobierno del Ejército Constitucionalista o por la Primera Jefatura del Ejercito Constitucionalista.

El señor Manrique, que ha dicho ayer, y consta en el Diario de los Debates, que quienes fungieron como directores en el mitin efectuado en el Teatro Ideal, la noche del 11 de febrero - fecha que olvidaba -, la noche 11 de febrero de 1915, tenían ya una resolución perfectamente tomada para ingresar a la Revolución Constitucionalista, mediante algunos centenares y millares de pesos, que habían recibido en papel de Veracruz. Yo me permito interpelar al señor Aurelio Manrique jr., para que precise, sin la cobardía de quien se siente escudado por el fuero de la Representación Nacional, quiénes de los trabajadores de México..... (Siseos de las galerías).... quiénes de los trabajadores de México, recibieron, es decir quiénes fueron comprados por el Gobierno de la Revolución para decir a la Casa del Obrero Mundial a ingresar a ella. Hasta este momento no ha hecho más que hacer un cargo, completamente carente de fundamento, completamente ligero; pero yo lo reto a que de un momento, completamente ligero; pero yo lo reto a que de un modo seguro, a que de un modo concreto, me diga quiénes de los trabajadores de la Casa del Obrero Mundial fueron comprados por la Revolución para que decidieran que la Casa del Obrero Mundial ingresara la Revolución. Yo tengo la seguridad de que la audacia del señor Aurelio Manrique no llegará a tanto de decir falsamente que X, Y o Z recibieron dinero de la Revolución para hacer que los trabajadores ingresaran a ella. Señores diputados: yo voy a apelar a la conciencia revolucionaria de todos los que están presentes para que, si no tienen fe en lo que yo afirmo, que es lo contrario de lo afirma por el diputado Manrique; que ningún miembro de la Casa del Obrero recibió un solo centavo de la Revolución para que pesara en la balanza de la resolución definitiva de los Sindicatos de Obrero del Distrito Federal, ocurran a dos empleos de la Cámara de Diputados, que están aquí presentes, y los cuales, cuyos nombres recuerda perfectamente el señor Aurelio Manrique jr., que son el señor Rafael Quintero, que hizo abortar un plan siniestro del señor diputado Aurelio Manrique..... (Siseos).... y el señor Barragán Hernández, que es corrector de prueba del Diario de los Debates; allí están ellos, señores diputados, me dirijo especialmente a los señores de la derecha para que vean que el señor Manrique ha mentido, en primer lugar, y después pasaré a otras cosas; en primer lugar, al afirmar que la Casa del Obrero Mundial recibió dinero de la Revolución para que decidiera su ingreso a la Revolución Constitucionalista; allí están ellos, y yo excito a los compañeros, a los señores diputados de la derecha, para que interpreten a estos señores y vean si es verdad o no que han mentido el señor Aurelio Manrique y que yo he procedido aquí con absoluta sinceridad y apegándome a la realidad histórica de aquellos momentos.

El C. Cravioto, interrumpiendo: ¿Y por qué las derechas?

El C. Ibarra, continuando: Voy adelante, señores diputados. El diputado Manrique dice que fueron invitados los estudiantes a discutir con los miembros de la Casa del Obrero Mundial en el Teatro Ideal, la conveniencia de que los trabajadores ingresaran o no la Revolución. Nada más falso, señores diputados; el grupo de los trabajadores que había tomado la determinación de agregarse a las filas del Ejecutivo Constitucionalista no hacía más la noche del 11 de febrero de 1915 que poner en conocimiento de todas las agrupaciones sindicales del Distrito Federal, la resolución que había tomado ese pequeño grupo para que hiciere los trabajadores reunidos lo que creyeran conveniente en aquellos momentos: irse a la Revolución o quedarse en México a merced, seguramente, de todos los verdaderos reaccionarios que vinieron aquí; o que cooperaran a la Revolución o que se mantuvieran neutrales. Eso fue todo lo que se hizo la noche del 11 de febrero de 1915 por el grupo de trabajadores que deseaban ingresar a la Revolución Constitucionalista. En consecuencia, el señor Manrique ha faltado a la verdad en este punto.

Agrega el señor Manrique que en el Teatro Ideal, como él consideraba que se encontraba entre gente, lo dijo en otras palabras; pero como consideraba que se encontraba entre gente culta, razonable, que iba a discutir en una forma a la ligera si convenía que los trabajadores ingresaran o no a la Revolución; dice que escuchó rechiflas y que escuchó que llamó a los estudiantes reaccionarios y burgueses, es decir, que los trabajadores llamaron a los

estudiantes reaccionarios y burgueses. Ahora, señores diputados, voy a decir lo que sucedió en el Teatro Ideal y reto al señor Manrique para que diga ante Rafael Quintero, que no es verdad lo que digo. (Siseos de las galerías.) El señor Manrique - y no me dirijo a las galerías, a quienes en todo eso considero como una entidad neutral en el asunto -, el señor Manrique procedió en esta forma, señores diputados: en el famoso mitin de 1915, después de que los socios, de que los trabajadores de la Casa del Obrero, expusieron a los trabajadores allí congregados, a los compañeros de ideales, a los compañeros en su lucha económica, que había decidido ingresar a la Revolución Constitucionalista, el señor Manrique, representante genuino de la neutralidad mexicana, se presentó en el tablado, y con el derecho que le concedió el hecho de ser miembro de un Sindicato de Estudiantes, que en aquellos días, por razones que después mencionaré, se organizó, el señor Manrique tomó la palabra para combatir la idea de que los trabajadores se unieran al movimiento revolucionario. (Siseos.) El señor Manrique asentó ayer grandes falsedades y vengo a destruirlas (Siseos): no me importa los siseos. (Aplauso en las galerías.) El señor Manrique, señores diputados, el 11 de febrero de 1915 por la noche, en el Teatro Ideal, pintaba a los trabajadores un porvenir de desventuras, de desolación, de ruinas, con todo el peso..... (Aplausos.)

El C. Pruneda: Moción de orden, señor Presidente. Suplico a la Presidencia se sirva hacer que las galerías respeten el reglamento. (Voces: ¡No, no!) El orador está exponiendo sus ideas y es representante de sesenta mil habitantes y las galerías representan uno por uno de los individuos que están sentados. Las galerías no son las que van a faltar al respecto al orador, por eso deseo que se respete al orador. (Siseos en las galerías.)

El C. Ibarra, continuando: El diputado Manrique, poseído de un santo horror a la Revolución.....

El C. Secretario Aranda: La Presidencia exhorta a las galerías para que se sirvan proceder con más corrección.

El C. Ibarra, continuando: .....decía a los trabajadores: "¿Qué váis a hacer al ingresar a la Revolución? Vuestros hogares van a ser destruidos, la matanza, la ruina de todo el país es lo único que persigue la Revolución Constitucionalista. ¿Cómo es posible que los trabajadores vayan a la Revolución cuando saben que van a perecer, que van a destrozar sus hogares, cuando el espectáculo de horror de la revolución no debe ser nunca sancionado por los trabajadores, por los sindicalistas de México?" Eso decía el diputado Manrique y no podrá desmentir nunca esto, ni más, señores diputados - Esto es lo que me indigna en un hombre que viene a hablar de Revolución -, cuando en momentos especiales para la vida nacional se oponía a que los trabajadores de México fueron a la Revolución (Aplausos.) Afortunadamente, señores diputados, después del cuadro macabro que presentó con todo jesuitismo reaccionario el diputado Manrique, después de que él habló se levantó en el tablero la silueta de un compañero que de veras es revolucionario, y que está aquí para justificar lo que yo digo; se levantó Rafael Quintero, inflexible trabajador, miembro de la Casa del Obrero, se levantó en el tablero del Teatro Ideal y ridiculizó la figura del diputado Manrique, hablando del miedo que quería inspirar a los trabajadores la Revolución. Se levantó y dijo: "Muy bien, el señor Manrique habla porque tiene miedo de todas estas cosas," y se extendió por este tenor y puso en el más alto ridículo la figura del representante del reaccionarismo estudiantil en aquellos momentos. (Aplausos.) Pero, lo grave no fue esto, señores diputados, lo grave fue que las palabras del hoy diputado Manrique causaron impresión en todos los presentes en el Teatro Ideal; lo grave fue que el diputado Manrique estuvo a punto de hacer fracasar el contingente de los trabajadores de la Casa del Obrero en la Revolución; lo grave fue que hicieron eco sus palabras en aquellos momentos y que el pequeño grupo de trabajadores que deseaban ingresar a la Revolución, ese pequeño grupo vio la contienda casi perdida, porque el diputado Manrique, con su cuadro de horrores, había hecho, dominado la psicología de las multitudes, había hecho que los trabajadores temieran ingresar a la Revolución; pero Rafael Quintero se levantó ahí y con él alguien, que, desgraciadamente, no está en estos momentos, que es el diputado Salvador Gonzalo García; pero preferentemente Rafael Quintero se levantó, ridiculizando al diputado Manrique y logró, que la opinión de todos los concurrentes al Teatro Ideal se unificaran absolutamente; apelando a su orgullo de clase, apelando a sus principios revolucionarios, apelando a todos los anhelos de mejoramiento económica, logró, decía yo, que todos, unánimemente, los presentes en el Teatro Ideal, aclamaran a la Revolución y salieran pidiendo armas para ingresar a los campos de batalla. Eso logró el compañero Rafael Quintero. ¿Cómo salió el diputado Manrique en aquella ocasión, en aquellos momentos? Salió sin que nadie se enterara de su salida, como sus artes de escurrimiento le permitieron salir en un momento propicio, sin que nadie se enterara de su salida.....

El C. Manrique: ¡Mentira! Salí delante de todo el pueblo.

El C. Presidente: Llamo al orden al C. Manrique. No se le ha concedido la palabra.

El C. Ibarra: Lo que vengo a decir, señores diputados, lo vengo a decir, porque me hago solidario de lo que se dice en los centros obreros de México, de lo que me han contado, porque yo estaba herido en manos de la reacción; lo vengo a decir, porque me lo han contado, yo vengo a ser el portavoz de ellos. Pero el diputado Manrique siguió en su discurso de ayer diciendo falsedad tras falsedad, después de haber intentando impedir que la Casa del Obrero Mundial llevara un contingente de hombres y de moral a la Revolución, e ingresara a la causa constitucionalista, continúa el diputado Manrique diciendo que los argumentos principales que se esgrimieron en aquel mitin fueron que el zapatismo era clerical, que el villismo era militarista y reaccionario y que el constitucionalista les había dado a los trabajadores la iglesia de Santa Brígida para la Casa del Obrero Mundial. ¡Habráse visto manera más cobarde de atacar a la Casa del Obrero Mundial! Poca comprensión tiene

el diputado Manrique de lo que valen algunos cerebros de la Casa del Obrero Mundial para creer que por un accidente de la lucha era por lo que se les había dado un templo para que establecieran su casa de reunión; era capaces de creer que la Revolución Constitucionalista significaba la verdadera revolución social. No, señor diputado Manrique; eso no fue lo que impelió a los trabajadores de la Casa del Obrero Mundial a irse a la Revolución; ha mentido usted y no retiro esa palabra entretanto no se me demuestre lo contrario; ha faltado usted a la verdad al declarar que en la Casa del Obrero no había cerebros suficientemente capaces para examinar en toda su prolijidad los componentes de los distintos bandos que en aquellos momentos peleaban por la preponderancia en el país. La Casa del Obrero, señor Manrique, se fue a la Revolución a pesar de usted, se fue a la Revolución convencida de que en el Constitucionalismo estaban sintetizados los más altos principios de evolución social que el pueblo podía desear: solamente por eso es mentira que se haya ido la Casa del Obrero porque la Revolución hubiera concedido un templo a la Casa del Obrero para sus reuniones; eso es falso, absolutamente falso, y yo protesto con toda la energía de mi alma conera esa afirmación dolosa, ridículamente dolosa del diputado Manrique. (Voces: ¡Ya, ya! ¡A votar!)

Haciendo un trastorno del proceso de los acontecimientos, el diputado Manrique ha dicho que le han venido a dar la razón el manifiesto del general Pablo González y la aprehensión o el encarcelamiento del obrero Ernesto Velasco. Peregrina ocurrencia; señores diputados, yo quiero que me digan los que han estado en la Revolución, los que han ido ahí a batirse y a sufrir si eran momentos iguales cuando en febrero de 1915 vino aquí el general Obregón a los momentos aquellos en que, después de que la Revolución había recuperado definitivamente la ciudad de México, la Casa del Obrero siguió funcionando. No; Ernesto Velasco fue de los miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas, único Sindicato que no se adhirió a la Revolución Constitucionalista; es muy distinto el caso, señor Manrique; Ernesto Velasco no puede sintetizar absolutamente las ideas de la Casa del Obrero Mundial; más todavía, señores, el manifiesto del general Pablo González fue seguramente, no la condenación de una Casa del Obrero que había ido con todo el deseo de prestar su contingente de sangre a la Revolución, el manifiesto del general González fue en todo caso la condenación muy suya, pero no de la Revolución, contra determinado procedimiento que siguió la Casa del Obrero posteriormente ya que la Revolución había triunfado. Allí tiene ustedes, señores diputados, la demostración de la falacia del diputado Manrique al comparar, al pretender echar una mancha en la Casa del Obrero Mundial de 1913, 14 y 15, pretendiendo que un acto de la Casa del Obrero Mundial, a fines o a mediados de 1916, fuese un acto que recayera inflexiblemente sobre la Casa del Obrero Mundial en 1913, 14 y 15. (Campanilla.)

El C. Secretario Aranda: Habiendo transcurrido la media hora reglamentaria, se consulta a la Asamblea si continúa el orador en el uso de la palabra. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. (Voces: ¡Sí, sí!) Continúa el orador en el uso de la palabra.

El C. Ibarra: He destruido perfectamente la relación que ha querido establecer Manrique entre el manifiesto de don Pablo González, la aprehensión del obrero Ernesto Velasco y la antigua casa del Obrero Mundial. En consecuencia, paso al punto que en seguida tocó el ciudadano Manrique que los trabajadores invitaron - puesto que así se expresa en la transcripción taquigráfica de aquel debate -, que la Casa del Obrero invitó a los estudiantes metropolitanos para que organizaran el sindicato en febrero de 1914. Nada más falso que lo aseverado por el señor diputado Manrique. Los estudiantes capitalinos, probablemente por la corriente aquella impetuosa de la Casa del Obrero Mundial, por que allí se trabaja de un modo muy intenso por solucionar el problema económica de suma trascendencia, los estudiantes capitalinos fueron a la Casa del Obrero espontáneamente, por sí solos, y constituyeron un sindicato, que nunca pudo considerarse como un sindicato serio, en la lucha directa contra el capital, porque los estudiantes no tenían nada absolutamente, nada de disgustos con el régimen capitalista, que nunca los ha perjudicado, si acaso, indirectamente a sus familiares; así es que lo dicho por Manrique, de que los estudiantes fueron atendiendo a una invitación de la Casa del Obrero Mundial los invitó, es falso, absolutamente falso. Acto continuo dice el diputado Manrique, en Santa Brígida tomaron parte los estudiantes en una discusión sobre el tópico del día, que era la cuestión de la separación de algunos obreros de ciertas fábricas del Distrito, a fin de cooperar al triunfo económico o a la solución del problema económica de los trabajadores. Dice el diputado Manrique, señores diputados, que él intervino en aquella asamblea, que se efectuaba el día 10 de febrero - fecha que él olvidó -, 10 de febrero de 1915, en el templo de Santa Brígida, para calmar los ánimos excitados por los estudiantes, que habían ido en son de burla a chotear el problema económico de los trabajadores, a bromear con la miseria de los trabajadores, y la seriedad que los trabajadores tenían en aquella sesión. No, señor diputado Manrique, la verdad de las cosas fue muy otra; los señores, y en parte ha dicho usted la verdad, los señores estudiantes que en aquellos momentos se acogían a la Casa del Obrero Mundial, porque a la Casa del Obrero Mundial no todos se acogieron, pero, en fin, la Casa del Obrero Mundial era en aquellos momentos el centro director o el centro que se preocupaba más entusiastamente por la resolución del problema de México fueron ahí, a la Casa Del Obrero Mundial con el fin, como antes dije, de formar un sindicato, y después de la formación del sindicato, tomaron parte en un debate que se presento incidentalmente en la Casa del Obrero sobre este asunto; pero no es verdad lo que ha dicho; los trabajadores no invitaron a los estudiantes para que cooperaran en este estudio; fueron en son de broma; por eso digo que había dicho la verdad en parte el señor Manrique, fueron a chotear, a hacer escarnio de algo que estaba muy fuera de su alcance, muy lejos

de su manera de pensar, como eran las necesidades de los trabajadores, y lo que sucedió fue sencillamente, algo distinto de lo que dice el señor Manrique; los estudiantes llegados en ese tono a la Casa del Obrero, fueron despedidos por el señor Santiago Ruiz, mayor actualmente del Estado Mayor del general Mariel y de oficio mecánico, quien, indignado por el proceder chusco de los señores estudiantes, que encabezaba el señor Manrique, o a quienes asesoraba el señor Manrique sacó la pistola y los amenazó para que abandonaran, intimándolos, aquel recinto que estaban profanando con la chuela y con la burla, con el escarnio, muy lejos de las necesidades que se trataba de resolver ahí; el señor Santiago Ruiz, mayor, como he dicho antes, del Estado Mayor del general Mariel, puede certificar lo que acabo de decir, porque tengo la seguridad de que eso ha hecho; no es verdad que le señor Manrique haya ido allí en una forma pues, yo diría, de fraile agustino, a mediar entre los contendientes, a llevar la palma de la paz, el olivo de la paz, para que cesara aquella contienda y para que todos se estrecharan efusivamente entre lágrimas, sollozos y demostraciones de infinito cariño. Esto es inexacto, señores diputados. Esta mañana he recogido de labios autorizados en la cuestión, la versión exacta de lo que allí sucedió, y que mis informantes están dispuestos a corroborar en cualquier momento, hasta por hojas impresas que se distribuyan entre los señores diputados, o por un testimonio que podrían depositar en la Secretaría de la Cámara. (Aplausos y siseos.) Dice el ciudadano Manrique, que debido a su intervención aquella noche, que debido a sus exhortaciones en el mitin de febrero de 1915, se logró en el templo de Santa Brígida aplacar los ánimos. ¡Exhortaciones del diputado Manrique! No hubiera estado fuera de lugar estas exhortaciones, estaba en una iglesia del culto católico y, además, el actual diputado Manrique era quien hacía las exhortaciones, estaba muy en su papel; pero, desgraciadamente, no pudo estar en su papel, no tuvo oportunidad de hacer sentir sus cualidades apostólicas y evangélicas.

Acaba el diputado Manrique, señores diputados, sosteniendo peregrinamente que él trabajó en la Casa del Obrero Mundial. Yo no sé en qué huelga tómo parte, yo no sé qué petición legítima de los trabajadores habrá apoyado para obtener un mejoramiento material o moral; yo ignoro qué clase de trabajos hizo, salvo ciertos trabajos de traducción o intérprete, que hizo con el señor Brinsmade, que sostenía la teoría del impuesto único y que ha escrito un libro sobre el latifundismo mexicano. El señor Brinsmade estuvo en la Casa del Obrero y estuvo dando una o dos conferencias sobre el impuesto único, y el señor Manrique no trabajó en la Casa del Obrero, esto es inexacto, él nunca estuvo, nunca pudo estar cerca de los trabajadores, que lo hubieran repudiado y lo repudiarán de hoy en adelante. No señores diputados, el señor Manrique estuvo como traductor, y parece que no tuvo ninguna importancia lo dicho por el señor Manrique, pero sí tiene importancia para los trabajadores organizados del Distrito; ellos han venido a mí y me han impedido a desvanecer las falsedades del diputado Manrique.

El no estuvo ahí nunca como miembro de la Casa del Obrero, salvo cuando, guiado por la corriente de la época, ingresó a la Casa del Obrero, formando un sindicato de estudiantes, que ninguna ayuda podía prestar a los trabajadores sindicalizados, que ninguna ayuda podía prestar, por la razón que expuse antes, porque los estudiantes se encuentran alejados de las luchas económicas de los trabajadores, esto es absolutamente racional; pero por lo que toca a la afirmación que hizo de que estuvo trabajando con Brinsmade en la Casa del Obrero Mundial, es absolutamente falso; el diputado Manrique, individuo antirrevolucionario, individuo que intentó que la Casa del Obrero no fuera a la Revolución, no podía estar en la Casa del Obrero como revolucionario haciendo verdadera labor sindicalista, verdadera labor proletaria; el diputado Manrique nunca estuvo, lo declaro, porque es enemigo de la Revolución, nunca estuvo en la Casa del Obrero Mundial. (Aplausos.)

He retado al señor Manrique, señores diputados, para que desmienta lo que he afirmado y lo que pueden testificar ante cada uno de los señores diputados, los empleados de esta Cámara, señores Rafael Quintero y José Barragán Hernández, y como ellos el señor diputado que no se encuentra presente, diputado por el distrito de Orizaba, don Salvador Gonzalo García.....

El C. Aveleyra: Yo también.

- EL C. Ibarra: ...Desgraciadamente salió esta mañana con una Comisión, y Aveleyra es testigo también del asunto; pero desgraciadamente el compañero Salvador Gonzalo García salió, porque me hubiese apoyado en estos momentos para desvanecer esas calumniosas imputaciones de venta de principios, de fragilidad política, de enemistad hacia la Revolución que hizo a los trabajadores de la Casa del Obrero Mundial. Así es que yo repito, reto y retaré al señor diputado Manrique para que si tiene valor civil, (Siseos) si no se considera demasiado cobarde (Siseos) para ir ante Rafael Quintero a decirle, a interrogarlo sobre la verdad de lo que acabo de decir aquí, yo reto al diputado Manrique para que sostenga todavía (Siseos) las aventuradas afirmaciones que ha hecho desde esta tribuna. (Aplausos.)

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Portes Gil para hechos.

El C. Manrique: Antes pedí la palabra para contestar alusiones personales.

El C. Urieta: Moción de orden, pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Urieta para una moción de orden.

El C. Urieta: Suplico a la Presidencia que invite a los oradores que pidan la palabra para rectificación de hechos, a que se concreten a rectificar hechos conexos al debate y no completamente ajenos a él; se está tratando la cuestión de las Secretarías de Estado, el asunto relativo a la autonomía o dependencia de la Universidad; todos los hechos que tengan conexión con este debate pueden ser motivo de rectificación, pero otros completamente ajenos al debate entiendo que no, porque si no yo solicitaría la palabra de Su Señoría para hablar un poco sobre el régimen santanista de

que se trató un poco ayer en la sesión. (Aplausos.)

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta al C. Urieta y también para conocimiento de la Asamblea , que el que ocupa en estos momentos la Presidencia abunda en sus ideas, pero que antes del debate sobre la Ley Organiza de las Secretarías de Estado, varios ciudadanos han pedido la palabra para rectificaciones de hechos y creyó que estos hechos tenían conexión directa con el asunto que se discutió ayer y que fue motivo principal del debate, pero no he podido adivinar lo que iban los señores diputados a defender a la tribuna; en obvio de tiempo suplico a los diputados que han pedido la palabra para rectificaciones de hechos, se sirvan concretarse a las rectificaciones de hechos y además, una súplica atentamente mía, que procuren ser breves en sus alocuciones.

El C. Manrique: Moción de orden. Creo que preferentemente debe concedérseme la palabra para contestar en un solo minuto las alusiones personales y cargos que me han hecho el compañero y diputado Jesús Ibarra.

El C. Presidente: Para rectificación de hechos se abrió una lista de inscripción; la teoría muy personal de Su Señoría, de que debe tener preferencia, no la encuentro de conformidad con el artículo del reglamento que autoriza a los diputados a contestar alusiones personales, les deja ese derecho expedito aun para la sesión siguiente; pero de cualquiera manera, como el señor Portes Gil se ha inscripto antes, la Presidencia ha tenido que concederle la palabra para rectificación de hechos.

El C. Manrique: Pido la palabra. Suplico se de lectura al artículo 101 que me da derecho para hablar aun sin estar inscripto previamente.

El C. Secretario Aranda: "Artículo 101. Los individuos de la Cámara, aun cuando no estén inscriptos en la lista de los oradores, podrán pedir la palabra para rectificación de hechos o contestar alusiones personales."

El C. Presidente: No apoya a Su Señoría ese artículo; los individuos de la Cámara, cuando no estén inscriptos en la lista de oradores en un debate organizado, pueden hablar para rectificación de hechos o para contestar alusiones personales; pero cuando todos se han inscripto para rectificación de hechos, tienen que seguir el turno equitativo que señale la Presidencia. (Aplausos.) Tiene la palabra el C. Portes Gil.

El C. Portes Gil: Señores diputados: Soy el primero en aplaudir la exposición que hizo el C. diputado Urieta en el sentido de que las personas, mejor dicho, los diputados que hagan uso de la palabra para rectificación de hechos, deban hacerlo precisamente de hechos relativos al debate. Yo voy a rectificar algunos hechos, algunas infames calumnias que se han vaciado aquí en este recinto en contra de una institución docente por el C. Cabrera, y voy también a contestar una ligera agresión, torpe, así como relámpago, como dijo el licenciado Cabrera, hechos también por el diputado Martínez Escobar. Los hechos que atribuye el C. Cabrera a esa institución docente, la Escuela Libre de Derecho, de la cual fui alumno, son los siguientes: dijó el señor diputado Cabrera que el origen de la huelga que emprendieron algunos de la Escuela Nacional de Jurisprudencia en el año de 1912 fue debido a la rigidez con el que él quiso implantar en aquel establecimiento tanto las disposiciones legales vigentes, como las prácticas a que se había de sujetar los alumnos para continuar sus estudios. Dijo también que los alumnos, acostumbrados a la tolerancia de los directores anteriores, resintieron aquella manera de ser de él que iba decidido a impartir una verdadera enseñanza, como la merecía la Escuela. No es cierto, señor diputado Cabrera, que este haya sido el origen de la huelga; fue el siguiente: usted trató de obligar a los alumnos de la Escuela de Jurisprudencia a que presentaran reconocimientos dentro de los tres días siguientes al en que se fijó en la tabla respectiva el aviso correspondiente. ¿Cómo se iba a exigir a aquellos alumnos, sin preparación, que presentaran sus reconocimientos, si aquellos reconocimientos habían sido abolidos por una disposición de la Secretaría de Instrucción Pública, en aquel entonces a cargo del licenciado don José María Pino Suárez? ¿Cómo se iba a exigir aquella práctica que por una disposición expresa de la superioridad había sido abolida? Los alumnos de la Escuela de Jurisprudencia naturalmente protestaron contra aquella exigencia, pidieron algunos días más para preparar sus cátedras y ante la exigencia del ciudadano Director en aquel entonces y hoy diputado Cabrera, los alumnos tuvieron que ocurrir ante la superioridad y la Secretaría de Instrucción Pública, inflexible en sus actos, no oyó las justas reclamaciones de los alumnos y entonces se vio precisada a sostener a Cabrera en su resolución. Este fue el origen de la huelga, después vinieron otros incidentes a robustecer aquel movimiento estudiantil, vino ese carácter agresivo, ese carácter tiránico del señor Cabrera a impulsar a los alumnos a desafiarlo. ¿Cómo no se había de disgustar aquella juventud si cuando con toda corrección y con toda justicia iban a solicitar que fuese apegado al reglamento, cómo no se iban a disgustar aquellos alumnos si ante las exigencias justas de ellos el señor Cabrera respondía que aquellos lo consideraba sin significación y que la única significación que le daba la huelga era que aquella le serviría de escalón para su carrera política?

El C. Manrique: ¡Es cierto.!

El C. Mariel: ¡No es cierto!

El C. Portales Gil: Algunos días después, el licenciado Cabrera desmintió esa frase, dijo que él no había pronunciado aquellas palabras y en honor de la verdad ,señores, de esto, que hace ocho años, vengo siguiendo la vida del señor Cabrera y esta es la única vez que lo he visto espantarse de sus actos y que he visto que este hombre no tenía el valor suficiente para decir: yo he pronunciado esas palabras. (Aplausos en las galerías) Otros muchos incidentes originaron aquella huelga: llamaron ladrones a los alumnos de Jurisprudencia porque se perdían algunas obras de la Biblioteca; aquí, señores, de la Cámara de Diputados también se han perdido algunas obras ¿y por eso vamos a llamar ladrones a los diputados que por cualquier circunstancia pierdan una obra

o la dejen en su casa? No, indudablemente que no.

Entonces alguno de los profesores universitarios espetó una teoría que era consecuente con ese carácter de la juventud proletaria, de la juventud pobre que no tiene con qué instruirse, y que en muchos casos se ve obligada a robarse un libro para poder leer; esto, naturalmente, indignó a los estudiantes de jurisprudencia, y entonces surgió la huelga, pero surgió la huelga de la mayoría de los estudiantes, de todos los que querían libertad, de todos los que ya no quería esa esclavitud completamente tonta y estúpida. Dice el señor Cabrera que algunos profesores de la Escuela Libre de Derecho fueron los instigadores de aquella huelga. Falsa también es esta aserción; los alumnos que salimos de la Escuela Nacional de Jurisprudencia - y yo ciertamente fui de los últimos, porque apenas tenía unos cuatro días de llegado a la capital -, los alumnos que salimos de ahí, teníamos que recurrir a alguien para que se nos impartieran conocimientos, teníamos que recurrir a profesores competentes, a los sabios de aquella época; probablemente, señores, algunos de los profesores que escogimos eran políticos militantes; pero estos políticos también estaban en la Escuela Nacional de Jurisprudencia; muchos de estos políticos también estaban en la Escuela Nacional de Altos Estudios, y digo: ¿fue un defecto, una debilidad nuestra, acudir a Emilio Rabasa, para que nos diera la cátedra de Derecho Constitucional? ¿Fue un defecto nuestro? (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí! Aplausos.) Aquél, señores diputados, no podía ser un defecto, porque aquí en la República, el Señor licenciado don Emilio Rabasa, aun cuando sea un reaccionario, aun cuando sea un político funesto para el país, es un hombre que, en materia de Derecho Constitucional vale mucho, es un verdadero sabio. (Ruidosos aplausos de las galerías.)

Las escuelas universitarias no tienen nunca el carácter educativo, mejor dicho, el carácter educativo que tienen se subordina siempre a los fines instructivos; de allí que los alumnos que van a las escuelas universitarias van allá con todo el desarrollo de sus sentimientos para aprender, para sentir cualquiera impresión que les venga del mundo exterior. ¿Qué importaba que en la Escuela Libre de Derecho hubiera grandes profesores que no fueran amigos de la Revolución, pero que no eran enemigos de ella? Allí, señores, buscamos un profesor competente, el hombre que nos impartiera la enseñanza, ya que en la escuela oficial se había negado a darnos lo que nosotros solicitábamos. Es cierto que algunos profesores de la Escuela tomaron parte activa en la política; pero esa política la tramaban fuera de la Escuela, mentira que en la Escuela Libre de Derecho se haya fraguado algún complot reaccionario, mentira que en las Cátedras de aquella Escuela se haya, absolutamente nunca, ni por sus maestros, por sus alumnos, tratado las más baladíes cuestiones políticas. Después, señores, la Escuela Libre de Derecho ha seguido su curso normal, bajo estudios eternamente adecuados a la ciencia y eternamente adecuados a los fines de sus estatutos, toda vez que uno de los primeros dice lo siguiente: "La Escuela Libre de Derecho tiene por objeto la enseñanza de las ciencias jurídicas, es independiente del poder público y ajena a todo fin político o credo religioso," y estos estatutos se han seguido observando en aquella Escuela. Decía hace un momento que nosotros habíamos acudido a hombres que tuvieran los suficientes conocimientos para impartirnos la enseñanza, pero hay que ver, señores, que muchos de esos hombres, como Vera Estañol y Rodolfo Reyes, impartían su enseñanza en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, y nosotros no hicimos más que aceptar aquellos hombres que habían sido aceptados por aquel movimiento revolucionario. (Siseos.) Esto debe ser un siseo indudablemente a los hombres que los aceptaron, pero no a mí, yo únicamente reconozco el hecho; la Revolución tendió la mano a aquellos hombres, y aquellos hombres le pagaron mal a la Revolución. Dice el ciudadano diputado Cabrera que la Escuela Libre de Derecho fue el centro más instigador de la reacción, que había de costar la vida al Presidente y al Vicepresidente de la República. Esto, señores, es una falaz calumnia, es una de las intrigas más negras que ha urdido ese hombre, es uno de esos pensamientos que salen de ese cerebro entenebrecido; es mentira, señores, esto. (Aplausos estruendosos de las galerías.) El señor Cabrera, desde hace siete años, tenía en el corazón clavado el alfiler que aquella juventud le infiltró, tenía en su cerebro esa protesta muda, que no había habido momento oportuno para explayar; y en este momento que la Escuela Libre de Derecho cumple uno de sus más altos destinos, viene este nombre ante la Representación Nacional a arrojar lodo y baldón sobre esa institución docente. (Aplausos estruendosos de las galerías.) Las causas, señores - y hay que decirlo muy alto -, las causas del cuartelazo fueron muy distintas; mentira que en la Escuela Libre de Derecho se haya tratado nunca una intriga de tal especie; las causas del cuartelazo fueron otras, y yo lo voy a decir, aunque algunos de ustedes me siseen. La Revolución Ciudad Juárez se entregó al enemigo; después, cuando empezó su programa de desbarajuste, cuando el Gobierno del señor Madero empezó su programa de desprestigio (siseos), burlando los principios populares (aplausos estruendosos de las galerías. Campanilla), imponiendo en la Vicepresidencia de la República (siseos), a un hombre muy respetable..... (Voces: ¡Fuera, fuera, abajo! Campanilla.)

El C. Padilla: Está usted hablando como reaccionario.

- EL C. Portes Gil: Después, cuando en el despacho de algunos políticos (Voces, Campanilla), muy afines al Gobierno.....(Murmullos.)

El C. Presidente: La Presidencia exhorta a los señores diputados para que guarden compostura. Se recuerda a las galerías el artículo reglamentario que les prohibe hacer manifestaciones durante el debate.

El C. Portes Gil, continuando: Después, cuando el pueblo se fue dando cuenta de que aquí en la capital de la República, se hacían los negocios más escandalosos, empezó el descontento; desgraciadamente aquel descontento vino a tener..... (Voces:

¿Cuáles negocios.?) Los negocios que hacía don Gustavo Madero. (Voces: ¡Es falso! ¡Mentira! Desorden, campanilla.) Bien sabía yo..... (Siseos y voces Campanilla.)

El C. Blancarte: Moción de orden, señor Presidente. El artículo reglamentario de la ley da al orador la facultad de expresar sus ideas; si las ideas que emiten son en contra de la Revolución, en contra de las instituciones sociales, servirá esto para conocer a los que son amigos o enemigos, pero creo que no debemos coartar la libertad de palabras, porque eso mismo está en contra de nuestras ideas. (Aplausos.)

El C. Ureta: Moción de orden, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra, para una moción de orden, el C. Urieta.

El C. Urieta: La libertad de expresión es amplia; pero tiene, naturalmente, los límites reglamentarios. Hay una orden del día que se expresa claramente a al terminar las sesiones, van a ser las seis de la tarde y estamos discutiendo asuntos completamente ajenos a la orden del día. La orden del día expresa claramente cuál es el asunto a que debemos concretarnos. Dije antes que la rectificación de hechos debe ser conexa al punto a debate, y solamente así puede haber una orden, solamente así puede haber un método, solamente así puede atenderse; pero si cada quien habla de lo que le viene en gana, si un orador quiere hacer una disertación sobre el reinado de Luis XIV y otro sobre los hipotéticos negocios de los señores Madero, no acabamos nunca, no hacemos más que excitar pasiones que envenenan los espíritus; estamos discutiendo el punto relativo a la Universidad, hemos perdido dos horas, señor Presidente, no es justo, no es justo esto. (Aplausos.)

El C. Portes Gil, continuando: Voy a concluir, señores diputados (Voces: Siga), únicamente para manifestar a ustedes que después de que la Escuela Libre se fundó, siguió trabajando siempre con todo tesón, con toda energía, con toda honradez, sin mezclarse, ni sus alumnos ni sus profesores, para nada en política. (Voces: ¡No, no para mucho!) Debo decir que el mayor contingente de alumnos de la capital salió de la Escuela Libre de Derecho, porque el Ministerio García Naranjo fue el principal enemigo de aquella escuela, y debo decir que sus alumnos fueron los únicos que en la época de Huerta no fueron a la Condesa a marchar al redoble del tambor federal. También la Escuela Preparatoria hizo una huelga en aquel entonces, y muchos de los profesores universitarios que hoy vemos dando cátedra en las escuelas, estuvieron con García Naranjo en el palacio de Instrucción Público llamando latrofacciosos y bandidos a los revolucionarios, y ahora todavía están esos profesores en las escuelas oficiales. Los profesores de la Escuela Libre nunca tuvieron una frase de despecho para la Revolución; si acaso no fueron amigos de ella, tampoco fueron enemigos, porque nunca la combatieron, ni en el terreno de la idea ni en el campo de la acción. (Siseos.) Sé muy bien que sisean porque tratan ustedes de referirse a Rodolfo Reyes, Vera Estañol y de la Barra; debo hacer una aclaración, señores diputados : de la Barra y Vera Estañol fueron profesores de la Escuela antes de que estallara el cuartelazo, y Rodolfo Reyes jamás fue profesor de aquella Escuela y sí lo fue de la Nacional de Jurisprudencia.

Por lo que respecta a los hechos que imputa el C. Martínez Escobar, de que Rabasa y Rodolfo Reyes fueron en gran parte los instigadores de la huelga, también debo decir al estimable compañero que no está en lo justo.

El C. Martínez de Escobar, interrumpiendo: Sí estoy.

El C. Portes Gil, continuando: Ya indiqué cuando traté de rectificar los hechos del C. Cabrera, cuáles fueron los motivos de la Escuela: nosotros no fuimos por ellos y los llevamos a la Escuela, nosotros no fuimos instigados por nadie, pedimos profesores, fuimos descollaran políticos de mala ley; pero tan pronto como se mezclaron en la política militante dejaron la Escuela Libre de Derecho. Próximamente tendremos la oportunidad los alumnos de aquella Escuela de publicar un memorial en que justifiquemos la actitud de esa Institución, en que probemos con documentos fehacientes, a que no doy lectura en estos momentos, porque la Asamblea está cansada de esto. Nosotros próximamente publicaremos ese memorial, para hacer ver a los señores diputados que las imputaciones del señor Cabrera y del señor Martínez Escobar son una vil calumnia de las más bajas. (Aplausos de la galerías.)

El C. Presidente: Hay inscriptos para rectificación de hechos, el C. Manrique y el C. Cabrera. (Voces: ¡No, no, no acabamos! Siseos.) Como el señor diputado Urieta ha hecho una moción de orden, pidiendo que se siguiera la orden del día, la Presidencia somete a la consideración de la Asamblea si desde luego se abre el debate o concede la palabra a los señores Manrique y Cabrera, que la han pedido.

El C. Manrique: Moción de orden, señor Presidente. Comprendo perfectamente cuál es le estado de ánimo de la Asamblea, hasta mañana haré uso del derecho que el reglamento me concede para tocar muy brevemente, porque muy brevemente debo tocarlo, el asunto de las alusiones que me ha hecho el señor Ibarra; pero conste que lo hago renunciando a un derecho que me concede el reglamento y que no debe dejarse al arbitrio de una votación.

El C. Urieta: Esa no es moción de orden.

El C. Presidente: Continua el debate sobre la ley Orgánica de las Secretarías de Estado. Tiene la palabra, en pro, el C. diputado García Elíseo.

Presidencia del C. SÁNCHEZ PONTÓN LUIS

El C. García Elíseo: Señores diputados: El asunto de la autonomía de la Universidad Nacional es seguramente, un asunto de tanta trascendencia como no se había presentado a vuestra alta consideración otro semejante; por fortuna, el patriotismo

de esta Cámara ha estado de acuerdo en que esta autonomía es una necesidad, y ha procurado en todas sus ideas y en todas sus manifestaciones indicarlo así. Al inscribirme yo en pro al dictamen que daba la Comisión nombrada por esta Cámara y que hizo el estudio de la autonomía de la Universidad, lo hice con el exclusivo objetivo de oponerme a la resolución que la Cámara de Senadores había dado a este mismo asunto al tratarlo en su seno, es decir, que fuera una dependencia de una de las Secretarías de Estado que existen del Ejecutivo. Naturalmente que esto tenía que ser necesidad mía, puesto que al tratar de quitar la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, fue precisamente con el objeto de que la instrucción pública no estuviera expuesta a los azares de la política y tantas otras calamidades que la azotan cuando está bajo el dominio de una Secretaría de Estado. En consecuencia, por fortuna, he visto que aquí todos los que han hablado en este asunto están perfectamente de acuerdo en sostener la autonomía de la Universidad, aunque sea siquiera en la forma de un Departamento, no es precisamente que yo trate de defender hasta el último punto la determinación de la Comisión que estudió este asunto; es natural que si la Universidad se le da más de lo que la Comisión misma pide, no vamos a hacer la inconsecuencia de evitarlo, al contrario, veremos con mucho gusto que uno de los anhelos más grandes de la República, de los estudiantes, del pueblo pensante, se vea realizado en estos momentos, que no en vano fue proclamado para las libertades del pueblo. En consecuencia, habiendo hablado ahora solamente individuos en pro de la autonomía de la Universidad Nacional y ni uno siquiera en contra, creo que es necesario, ya que son más de seis oradores los que han hecho uso de la palabra, que nos concretemos ya simple y sencillamente a hacer la votación de este asunto. El patriotismo de la Cámara es una garantía de que saldrá avante en cualquiera forma la Universidad; en los momentos en que el compañero Portes Gil ha lanzado especies que a todos nos han conmovido, no ha habido derechas ni izquierdas y las protestas han salido de todas partes, porque cuando se trata de una idea perfectamente revolucionaria, todos estamos acordes en sostenerla, no importa el bando a que pertenezcamos. La autonomía de la Universidad es una para México y no importa el punto que sea siendo revolucionario, ellos la sostendrán, si es posible, con su propia vida, exponiendo sus convicciones y exponiendo todo el ardor de su alma.

Por consecuencia, habiendo el señor Cabrera y el señor Urueta presentado una distinta faz del asunto, habiendo deslindado que lo único que se procura es que no sea un Departamento, sino que se le dé todavía mayor libertad, que se le concedan recursos propios para que pueda administrarse por sí misma, yo creo que esto vendrá a coronar nuestras aspiraciones. Por consecuencia, como mi objeto, - lo dije al principió -, era sostener la tesis de que no debería formar parte de ninguna Secretaría, sino formar un Departamento por separado, creo que no habiendo uno en contra de esta idea, no es necesario más que yo llame la atención a ustedes en este asunto perfectamente ya aclarado por todos los oradores. (Aplausos.)

El C. Urueta: Pido la palabra para una interpelación al orador que acaba de descender de la tribuna. Pidió la palabra en pro del dictamen y la verdad es que todos nosotros deseamos saber si habló en pro o en contra del dictamen. (Risas.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Elíseo García.

El C. García Elíseo: Es seguro que diputado Urueta estaba durmiendo. Dos veces indiqué que me había inscripto en pro del dictamen de la Comisión, porque esto significaba que ha estado en contra de las ideas de los señores del Senado. Está fue la idea que sostuve: que no había habido ninguno en favor del Senado y por lo tanto no era necesario insistir más.

El C. Urueta: Doy las gracias al orador por sus luminosas explicaciones. (Risas y aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Narro Reynaldo.

El C. Narro: Señores diputados: El asunto a debate está circunscrito a estos dos términos: la Universidad debe ser transformada o, más bien, formada por un Departamento Universitario, o debe ser enteramente libre. Ya hasta el Senado mismo volvió sobre sus pasos y creo que en este momento se discute la libertad de la Universidad; así es que el asunto está circunscrito a esos dos términos. ¿Debe la Universidad ser libre? Sí, señores; tal es la humilde opinión. La Universidad, dependiendo hoy del Ejecutivo, dependerá mañana de otro Ejecutivo, y así sucesivamente; y si hoy el Ejecutivo está dentro de los ideales de la Revolución, mañana o pasado quizá no estará dentro de los ideales de la Revolución.

El principal argumento que nos presentó el orador que sostenía o sostuvo la creación del Departamento Universitario, señor licenciado Cabrera, fue el siguiente: Dice que podía ser la Universidad, pudiéramos decir, la tabla de salvación que pudiera servir a la reacción. La tabla de salvación,... sí, señores diputados, la que necesita la tabla de salvación, es precisamente la Revolución, no la reacción,... (Voces: ¡Muy bien!) la Revolución es la que necesita tabla de salvación. (Una voz: ¡Se está hundiendo!) Pues si teme el licenciado Cabrera que la reacción se apodere de la Universidad, ciertamente puede apoderarse la reacción de la Universidad,; pero también nosotros podemos apoderarnos de la Universidad. (Murmullos.) Digo, yo no, personalmente yo no, tal vez no llegue yo allá (murmullos) pero en cambio hay muchos revolucionarios intelectuales que sí pueden abordar a la Universidad y esos serán un baluarte constante que tenga allí la reacción, porque es seguro que lleguen, es seguro que esos elementos intelectuales que forman, - y triste es decirlo -, la mayoría de ellos, está entre el elemento reaccionario, evidentemente han de tratar de llegar a la Universidad Nacional, pero también nosotros podemos llegar a la Universidad Nacional u otros; allí está el licenciado Urueta, allí está el licenciado Cabrera y muchos elementos intelectuales que pueden llegar a la Universidad Nacional, no nada más la reacción. Ciertamente, señores diputados, que el peligro es de tomarse en consideración: la reacción. Si lo estamos viendo, estamos viendo la reacción en todas partes, en el

aire que respiramos, en todo lo que nos rodea, se mete por las cerraduras de las puertas, chispea en nuestras copas, mina los cimientos de la Revolución con la fuerza de la polilla y con la tenacidad del topo; eso sí es cierto, pero vamos a afrontar el peligro puede ser afrontado valientemente por nosotros.

Otro de los argumentos del apreciable intelectual, compañero Cabrera, es el siguiente: "La Universidad no puede ser libre, la Universidad no puede ser autónoma, porque el Ejecutivo o el Gobierno tendrá que darle elementos para su subsistencia." Es cierto, señores diputados, pero si en la futura organización de la Universidad debe entrar, - sea la Universidad libre o sea un Departamento de Estado -, que el director de ella fuese electo por los mismos universitarios y que el cuerpo docente de profesores fuese integrado por oposición: en ese caso la Universidad es libre en realidad. Así es que si es libre de hecho, hagámosla de una vez libre de nombre, que al cabo de todas maneras el dinero tiene que venir forzosamente del Gobierno; no hay otra fuente de donde tomarlo. Pero como ayer en unas cuantas palabras nos hablaba acerca de la organización de la Universidad en Argentina, creo que es enteramente igual que el Gobierno, en lugar de pagar a los profesores cada mes en la Tesorería General de la Nación, dé a la Universidad todo dinero que necesite para su vida durante un año y que al fin de él, dé cuenta al Ejecutivo, a las Cámaras, del dinero gastado, de la manera como ha sido invertido. De todas maneras, creo que podemos decir que no es un brinco el que vamos a dar del Departamento Universitario a la Universidad libre, digo, un brinco tan considerable que no lo pudiéramos salvar. La Universidad en su organización debe ser libre, tanto en su régimen interior como en lo intrínseco; así pues, ya es libre de hecho, que no se le quiere dar el nombre, eso no indica nada,. Hagámosla, por lo tanto, libre de una vez, de hecho y de palabra.

¿Que las universidades americanas y las extranjeras dependen siempre del que las paga? Ciertamente, existe una dependencia muy relativa, pero así tiene que ser forzosamente; y nosotros, en vista de nuestra situación económica, de nuestras costumbres, nuestra idiosincrasia y de no ayudar absolutamente nunca a ninguna obra benéfica, de una manera real y efectiva, en verdad durante largo tiempo tenemos que depender del Gobierno, pero esa dependencia bajo esa forma siempre ya es un paso muy grande hacia la verdadera libertad de la Universidad. Por lo tanto, en resumen señores, yo creo que la libertad de la Universidad Nacional debe de votarse y este es el criterio general de la Asamblea. Creo que las dificultades que hay que salvar no son mayores; lo mismo es que se le diera un presupuesto cada mes, como que le den a la Universidad un presupuesto cada año; así ella tendrá la oportunidad de elegir su cuerpo docente, de elegir su cuerpo directivo y marchará seguramente de una manera ciertamente más libre, aun cuando el dinero venga de allá, aun cuando haya cierta influencia moral; no le hace, siempre marchará de una manera mas libre hacia los fines que persigue.

Creo, señores, que el problema, en realidad, no tiene grandes dificultades, está resuelto para todos nosotros: La autonomía relativa, dependiendo del Gobierno, evidentemente bajo el aspecto económico: pero dependiendo en la forma que, en unas cuantas palabras, en unas cuantas frases, que apenas ha esbozado, nos ha manifestado el señor licenciado Urueta que está la Universidad Argentina. Bajo este punto de vista creo, señores, que con los discursos brillantes que la Asamblea ha oído ayer, ya ha formado su criterio a este respecto; así es que poco nos queda a nosotros que decir, si no es allegar un voto más a la idea de la libertad de la Universidad. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Viesca Lobatón.

El C. Viesca Lobatón: Señores diputados: Profunda impresión ha dejado en mi espíritu la luminosa discusión de ayer; ha venido burilando con diamantina aguja huellas profundas que, verdaderamente, no se podrán olvidar.

La opinión franca, la opinión patriótica, la opinión individual, han surgido y se han remontado como un águila hasta las cúspides de la montaña, para abrir los párpados, tender la mirada hacia el porvenir, y con las corvas garras estrujar el áspid de la parcialidad. Todos estamos absolutamente contestes en que al legislar lo hacemos, no para la hora presente, sino para la hora futura. El reloj de la clepsidra deja tranquilamente pasar las horas y en el destino de los pueblos el hombre tiene vida más corta que la sociedad misma. Tenemos la convicción, queremos llevarnos de este sagrado recinto a algo del espíritu de aquel patriota del 57, don Valentín Gómez Farías, que, moribundo y ante la Representación Nacional, dejó estampada su firma con estas frases: "Este es el legado que dejo para mis hijos." La Universidad autónoma es evidentemente la forma que reclama el progreso, la cultura y la evolución del pueblo..... (Voces: ¡No se oye!), es el único medio lógico y seguro de dejar al hombre en completa libertad para que pueda arrancarle a la naturaleza sus secretos; es la manera exclusiva para dejar a la inteligencia humana en busca de las leyes de la casualidad; es el medio único para procurar obtener los descubrimientos científicos y es la manera segura para investigar en las ruinas del pasado la historia de las sociedades. La lógica positiva reclama que a la Universidad la dejemos sola, y permitidme en estos momentos una ficción poética para hacer más palpable mi idea: Imagináos por un momento que a la ciencia de las ciencias se le diera personalidad moral; que fuese recorriendo el mundo con sus atributos esenciales: la educación, la definición y el nombre; imaginaós que a la vuelta de una esquina se la privara de la inducción, que a la vera de un camino se la privara de la deducción; que se encontraran el nombre, la clasificación y la definición en las mallas de un estorbo, ¿qué pasaría? Evidentemente que la humanidad se encontraría detenida en su camino hacia el progreso. Evidentemente, señores, que la Universidad autónoma es la ley del progreso, pero en los actuales momentos, en las actuales circunstancias, creo indispensable que

quede como Departamento Universitario. (Voces: ¡Bueno! Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. diputado Urueta (Aplausos.)

El C. Urueta: Señor Presidente: Efectivamente había yo pedido la palabra en contra; pero como el señor diputado Viesca Lobatón no ha hablado en pro, no tengo para qué hablar en contra. Me espero, en consecuencia, a que haya un orador que apoye el dictamen de las Comisiones, para poder hacer uso de la palabra en contra. (Aplausos.)

El C. Presidente: Me permito manifestar a Su Señoría que el diputado Viesca Lobatón se inscribió en pro, y en concepto de la Presidencia, también habló en pro.

El C. Urueta: Entonces pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra en contra.

El C. Urueta: Señores diputados: Ha llegado el debate en punto tan importante a un extremo tal, que voy a concretarme a citar, ¡ojalá que pudiera hacerlo de memoria!, un pequeño pasaje clásico: Una tarde, yendo de camino en busca de aventuras, topáronse don Quijote y Sancho Panza con un hombre que llevaba unas espadas; les dijo que iba a un asunto muy grave y que no podría referirlo sino con calma, una vez llegados a la venta. Ya en la venta, les contó lo que paso a referir. Decía el verso: "No en balde rebuznaron el uno y el otro alcalde." (Risas.) Efectivamente, a un alcalde se le había perdido un burro en la montaña, y habiéndole contado este percance a un su compañero, éste le dijo: "Pues hombre, es muy fácil, ¿tú sabes rebuznar?" "¿Yo? Perfectamente." (Risas.) "Bueno, pues yo también soy un gran rebuznador. (Risas.) En consecuencia, no podemos menos que encontrar el burro. (Risas.) Tú te vas por un lado de la montaña, yo tomo por el otro y comenzamos a rebuznar y forzosamente damos con tu burro." (Risas.) Lo hicieron cual lo dijeron; una vez separados, el primer alcalde lanzóse a rebuznar; contestóse le el otro, y el primero dice: "Este es mi burro." (Risas.) El segundo, naturalmente, dijo: "Este es el burro de mi compadre." Pero rebuznaban tan bien, que llegaron a encontrarse los dos en un punto. "Compadre, es usted prodigioso." "Más prodigioso es usted, amigo mío." "No, usted es capaz de darle dos rebuznos de ventaja al mejor y más perito rebuznador del mundo. (Risas.) Pues en esta forma no podremos encontrar al asno." "¿Pues qué hacemos?" "Nada, rebuznaremos dos veces en lugar de una." Y así lo hicieron. Por fin, al cabo de muchos rebuznos, se toparon con el asno. ¡El asno estaba muerto! Señores diputados: Aquí ha habido el uno y el otro alcalde (Risas y aplausos), pero ha habido también otra cosa: el burro muerto: el Rector de la Universidad. (Risas y aplausos nutridísimos.)

El C. García Elíseo: Para una interpelación:

El C. Secretario Portes Gil leyó la lista de los oradores que han tomado parte en el debate. Se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido este asunto. (Voces: ¡Sí, no!) los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie.

El C. Manrique, interrumpiendo: Reclamo el orden. (Voces: Estamos en votación.)

El C. Paredes Colín: No, si todavía no estamos en votación.

El C. Cabrera: Suplico que se dé lectura a la lista de los oradores que faltan de hablar.

El C. Presidente: Se va a hacer.

- El mismo C. Secretario: Faltan de hablar los CC. Velásquez y Cabrera, en pro: Sánchez Pontón, Pereyda Carbonell y Siurob, en contra. Se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Se comisiona a los diputados Rocha y Colín para que cuenten a los representantes que estén de pie, y a los CC. Ríos y Ortega para que cuenten a los que están sentados.

El C. Padilla: ¡Hay muchos senadores sentados!

El C. Secretario Alonzo Romero: El resultado de la votación es este: Hay ochenta y dos diputados de pie setenta sentados; por consiguiente, está suficientemente discutido. (Aplausos.) Se procede a la votación nominal. (Voces: ¡Que se lea!) Se procede a la votación del inciso que se refiere al Departamento Universitario y de Bellas Artes. Por la afirmativa.

El C. Mata Filomeno: Por la negativa.

El C. González Galindo: ¡Moción de orden! Que se dé lectura a la parte relativa del dictamen.

- El mismo C. Secretario: La Secretaría manifiesta al C. diputado González Galindo que esa parte a la que se ha dado lectura, es el Departamento Universitario y de Bellas Artes; es todo lo que se va a votar.

El C. Hay: Moción de orden.

El C. Cabrera: La Mesa sabe que habemos diputados a quienes no nos importan las manifestaciones de las galerías, de aprobación o reprobación: pero durante las votaciones es absolutamente conveniente hacer cumplir las disposiciones reglamentarias que prohiben toda manifestación.

El C. Hay: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: La Presidencia va a hacer notar a los concurrentes a las galerías que una disposición reglamentaria prohibe terminantemente hacer manifestaciones durante la votación, ya sean aprobatorias o reprobatorias; igualmente a los señores diputados se los prohibe. Por tanto, exhorto, de la manera más enérgica y al mismo tiempo más atenta, para que no se dé un solo caso de reprobación o aprobación a los votos de los diputados, y espero de la cultura de los que se hallan en las galerías que atenderán a este llamado de la Presidencia.

El C. Secretario Alonzo Romero: Por la afirmativa.

El C. Mata Filomeno: Por la negativa.

El C. Hay: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay para una moción de orden.

El C. Hay: Al hablar la Secretaría acerca del punto que se va a votar, únicamente dijo: "Universitario de Bellas Artes." Eso no tiene sentido común; pido que se lea la parte primera del artículo para compaginarla con estas tres, cuatro o cinco palabras, y entonces sí ya constituye esto algo que votar, no vamos a votar: "Universitario y de Bellas Artes," vamos a votar: que habrá tres Departamentos,

uno de los cuales será el Departamento Universitario, que por sí solo no tiene razón de existir.

El C. Secretario Alonzo Romero: La Secretaría va a dar lectura al artículo en la forma que lo pide el C. diputado Hay: "Artículo 1o. Para el despacho de los negocios del orden Administrativo de la Federación, habrá siete Secretarías de Estado y tres Departamentos:"

El punto que está a votación es: "Departamento Universitario y de Bellas Artes." (Dirigiéndose al C. Hay): Está servido Su Señoría.

(Se empezó a tomar la votación nominal. Manifestaciones y murmullos de parte de las galerías. Campanilla.)

El C. Presidente: Se llama la atención de las galerías, recordando la exhortación que se les hizo desde un principio.

(Continúa la votación.)

El C. Secretario Alonzo Romero: ¿Falta algún C. diputado por votar?

El C. Mata Filomeno: ¿Falta algún C. diputado por votar?

El C. Secretario Alonzo Romero: Se procede a la votación de la Mesa.

(Aplausos nutridos de las galerías al tomarse la votación de la Mesa. Campanilla. Murmullos prolongados.)

El C. Mata Filomeno: Votaron por la negativa los CC. Aguirre Colorado, Aguirre Crisoforo, Alonzo Romero, Aranda, Araujo, Arlanzón, Arreola, Aveleyra, Bravo Izquierdo, Breceda, Cámara, Cano, Carrillo Iturriaga, Castañeda, Castillo, Cienfuegos y Camus, Córdoba Gabriel J., Cravioto, Cruz, Chapa, Domínguez, Dyer, Escudero, Esquivel, García Adolfo G., García Vigil, Garza Ernesto, Garza Pérez, Gay Baños, González Galindo, González Jesús M., Guajardo, Gutiérrez Orantes, Hernández Garibay, Higadera, Ibarra, Laislon Banuet, López F. Ricardo, López Lira, Manrique, Martínez Joaquín, Mata Filomeno, Mata Luis I., Medina Juan, Mendoza, Muñoz, Narro, Neri, Olivé, Padilla, Padrés, Paredes Colín, Peralta, Pereyra Carbonell, Pérez Gasga, Pineda, Plank, Portes Gil, Pruneda, Ramírez G. Benito, Ramírez Llaca, Ramírez Pedro, Ríos Landeros, Rivas, Robles Domínguez, Rocha, Román, Ruiz Alberto, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Sánchez José M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Siurob, Torre Rómulo de la, Urueta, Valle, Villarreal, Filiberto C., Zapata y Zubaran. Total ochenta y dos votos.

El C. Secretario Alonzo Romero: Votaron por la afirmativa.....

El C. Martínez de Escobar, interrumpiendo: Yo voté por la negativa y no aparezco en la lista correspondiente que se acaba de leer.

El C. Secretario Alonzo Romero: (Dirigiéndose al C. Presidente.) Reclama el orden el C. diputado Martínez de Escobar.

El C. Martínez de Escobar: ¡Yo voté por la negativa!

El C. Garza Pérez: Sí, voto por la negativa.

El C. Martínez de Escobar: Sí, señor, cómo no voy a votar por la negativa!

El C. Mata: Se agrega a los de la negativa el voto del C. Martínez de Escobar. (Votar: ¿Y son cuántos?) Suman ochenta y tres.

El C. Pruneda, interrumpiendo: ¡Revolucionarios!

El C. Secretario Alonzo Romero: Votaron por la afirmativa los siguientes CC. diputados; Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alejandre, Alvarez del Castillo, Andrade, Arellano, Avendaño, Avilés, Bandera y Mata, Barragán Martín, Bello, Betancourt, Blancarte, Cabrera, Cancino Gómez, Cantú, Cárdenas, Carrascosa, Carrillo Eduardo S., Cepeda Medrano, Céspedes, Cisneros, Cristiani, Dávila, Díaz González, Gaitán, Gámez Gustavo, Gárate, García Elíseo, García Jonás, García Pablo, Gaxiola, Gómez Mauricio, Gómez S. Emiliano, González Ibarra, González Marciano, González Torres, Gutiérrez Antonio, Hay, Hernández Jerónimo, Izquierdo, Lechuga Val, Leyzaola, Lizalde, López, Miro, Luna Enríquez, Malpica, Manzanilla Tejero, Manzano, Mariel, Márquez, Josafat, Márquez Rafael, Martínez Rafael, Medina Francisco, Medina Hilario, Méndez, Moctezuma, Montes, Montiel, Navarrete, Ortega, Ortiz, Otero, Pardo, Parra, Pérez Gasga, Pesqueira, Portillo, Prieto, Ramírez Genaro, Rebolledo, Reynoso, Rivera, Robledo, Rojas Dugelay, Rojas Rafael, Rosas, Rueda Magro, Ruiz Estrada, Silva Jesús, Solórzano, Soto, Suárez, Téllez Escudero, Torre Jesús de la, Treviño, Uruñuela, Vadillo, Velásquez, Ventura, Viesca Lobatón, Villarreal Jesús J. y Zavala. Total: noventa y dos votos. (Fuertes siseos de las galerías.)

En consecuencia, queda aprobado el dictamen de la Comisión por 92 votos de la afirmativa contra 82 de la negativa. (Silbidos y gritos prolongados de las galerías. Campanilla.)

El C. Presidente: La Presidencia se permite indicar a las galerías que si continúan haciendo esas demostraciones, se mandará aprehender y consignar a las que las hagan.

- El mismo C. Secretario: Un sello que dice: "Congreso de los Estados Unidos Mexicanos; Cámara de Diputados.

"Gran Comisión.

"Los subscriptos, miembros de la Gran Comisión, proponemos para integrar las Comisiones especiales de Hacienda, a las siguientes personas:

"Primera:

"Presidente: Manuel García Vigil,

"Samuel H. Mariel,

"Luis Cabrera,

"José Siurob.

"Segunda:

"Presidente: Alfredo Robles Domínguez,

"Juan Aguirre Escobar,

"José D. Torres,

"José Morales Hesse.

"Sala de Sesiones del Congreso de la Unión. - México, 5 de octubre de 1917. - J. Aguirre Escobar. - Rafael Martínez de Escobar. - A. Esquivel. - Miguel Alonzo Romero. - A. Hernández Maldonado. - Juan A. Ruiz. - Manrique. - Méndez. - Salvador Saucedo. - Gerónimo Hernández. - J. R. Padilla. - E. Aguirre. - G. Padrés. - M. Rueda Magro. - Juan Zubaran. - E. Portes Gil." - Una firma ilegible.

Está a discusión. Si algún diputado desea hablar, se servirá pasar a inscribirse.

El C. Cabrera: Pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra en contra.

El C. Cabrera: He pedido la palabra en contra... (Voces: ¡No se oye!)

El C. Manrique: Moción de orden! Señor Presidente: creo que después de la fatiga que indudablemente ha producido en nosotros esta excitación, esta profunda atención en que nos hemos hallado, en vano que tratemos de escuchar a un orador.

El C. Presidente: Manifiesto a su Señoría que la Mesa ha decidido suspender la discusión sobre el dictamen de Secretarías de Estado, pero creo que de urgencia que se resuelva el nombramiento de las Comisiones que se encargarán del estudio de la cuestión monetaria.

El C. Cabrera: He pedido la palabra, señores diputados, para suplicar a la Gran Comisión se sirva eximirme de las Comisiones especiales, por tener una Comisión especial que por sí sola ya nos daríamos de santos conque pudiéramos concluirla en todo el período de sesiones. La Comisión especial de la reglamentación del artículo 27 es por sí sola tan importante, que nos consideraríamos satisfechos si pudiésemos presentar proposiciones respecto de esa labor; en consecuencia, creo que me será absolutamente posible prestar mis servicios en esta Comisión, como lo desearía. Existe, además, otra razón de más importancia para suplicar a la Gran Comisión me exima de esta labor, y es la siguiente: en la Secretaría de Hacienda se está siguiendo el trabajo por las Comisiones llamadas de Reorganización Administrativa y Financiera, las cuales Comisiones están divididas en cinco subcomisiones; y yo soy miembro de una de esas subcomisiones, precisamente de la que se ocupa de la materia de moneda. Por lo tanto, considero que habrá incompatibilidad entre mi labor en el seno de la Comisión de Reorganización Administrativa y Financiera y a mi labor en el seno de las Comisiones que precisamente estarían llamadas a dictaminar sobre iniciativas que pudiera presentara la Secretaría de Hacienda, venidas de la Comisión de Reorganización Administrativa y Financiera. En vista de estas razones, no dudo que la Gran Comisión se servirá retirar mi nombramiento de esta Comisión, por exceso de quehacer y por incompatibilidad en cuanto a su desempeño.

El C. Padilla: Pido la palabra como miembro de la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Padilla como miembro de la Comisión

. - El C. Padilla: Señores diputados: Yo insisto en que se nombre en esta Comisión extraordinaria al señor diputado Cabrera, en virtud de lo bien empapado que está él en todos los asuntos de la Secretaría de Hacienda. ¡Quién mejor que él! y precisamente porque los miembros de la Comisión hemos encontrado dificultades para que la Secretaría de Hacienda se explaye con nosotros, porque naturalmente esta Secretaría en asunto tan importante debería desde luego haberse prestado a cambiar ideas con los miembros de la Comisión para ponerse de acuerdo, o por lo menos para orientarnos en asunto tan importante, y como el señor Cabrera está perfectamente documentado, porque es el que verdaderamente dirige la Secretaría de Hacienda, nosotros quisimos nombrarlo en la Comisión para lo que hemos nombrado, porque hemos creído que el señor Cabrera tiene más obligación de prestar su contingente en la Representación que en la Secretaría de Hacienda, porque ya no es Ministro, o al menos ya no debe serlo.

- El Secretario Alonzo Romero: Se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Está suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba el dictamen.

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra para solicitar que se separe el nombre del diputado Cabrera para que se vote por separado.

- El mismo C. Secretario: La Presidencia me ordena decir que tomando en consideración la proposición del diputado Cabrera, se pregunta a la Asamblea si separado el nombre del señor Cabrera se aprueba el dictamen.

El C. Ruiz Juan A.: Como miembro de la Comisión manifiesto que ésta no retira el nombramiento del señor Cabrera y, por lo tanto, debe ponerse junto a votación.

- El mismo C. Secretario: Queda separado el nombre del señor Cabrera y se pregunta a la Asamblea en votación económica si aprueba el resto del dictamen. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

Está a votación el C. Cabrera, como miembro de la Comisión. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. (Voces: ¿Qué se aprueba?) Los que estén porque permanezca el C. Cabrera en la Comisión, que se sirvan poner de pie. Reprobado. (Voces: ¡no! ¡Sí!)

El C. Padilla: Reclamo la votación. (Voces: No, no!)

- El mismo C. Secretario: En vista de haber sido reclamada la votación, se va a repetir. (Voces: ¡No, no!)

El C. Pruneda: Pido la palabra. No ha sido reclamada.

- El mismo C. Secretario: Se repite la votación. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie, y se comisiona al C. Mariel y al C. Padrés para que cuenten a los que estén parados, y al C. García Pablo y al licenciado Parra Enrique para que cuenten a los que están sentados. El resultado de la votación es el siguiente: 59 de pie y 53 sentados; por consiguiente, no hay quórum.

El C. Presidente, a las 7.07 P. M.: se levanta la sesión y se cita para mañana a las cuatro de la tarde. La orden del día es la continuación de la discusión de la ley de Secretarías de Estado.

El Jefe de la Sección de Taquigrafía.

JOAQUÍN Z. VALADEZ