Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171018 - Número de Diario 36

(L27A2P1oN036F19171018.xml)Núm. Diario:36

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 18 DE OCTUBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERIODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 36

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS CELEBRADA EL DÍA 17 DE OCTUBRE DE 1917

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta anterior. El C. diputado Lizalde da cuenta de su comisión y el C. Hay hace algunas consideraciones sobre el asunto. 2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera. Lectura de un proyecto de ley sobre Empréstito Interior, presentado por varios CC. diputados; pasa a la Comisión. Primera lectura del dictamen de la Comisión de Estado, Interior, para convocar a elecciones extraordinarias de diputados al Congreso de la Unión, por el 8o. Distrito Federal. Primera lectura del dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, relativo a la pensión de la señora Enríquez viuda de Herrera. Segunda lectura de los dictámenes de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, sobre el permiso solicitado por los CC. Carlos Félix Díaz, Salinas, Carranza, etc. Se sigue dando cuenta con los asuntos en cartera. 3.- Rectifican hechos varios CC. diputados. 4.- Continúa la discusión del proyecto de Ley de Suspensión de Garantías Individuales. Se suspende la discusión y se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. LÓPEZ LIRA JESÚS

(Asistencia de 128 CC. diputados.)

El C. Presidente, a las 4.20 p. m.: Se abre la sesión.

El C. Secretario Aranda: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados, el día diez y seis de octubre de mil novecientos diez y siete.

"Presidencia del C. López Lira Jesús.

"En la ciudad de México, a las cuatro y diez y ocho de la tarde, del martes diez y seis de octubre de mil novecientos diez y siete, con asistencia de ciento treinta y un CC. diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Aranda, se abrió la sesión.

"El mismo C. Secretario leyó el acta de la sesión celebrada el día quince de los corrientes, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.

"Presidencia del C. Sánchez Pontón Luis.

"A petición del C. Esquivel, el C. Secretario Portes Gil leyó el párrafo del periódico "El Universal," de esta fecha, en que se dice que el Gobernador provisional del Estado de Coahuila, aprehendió, sin causa justificada, al Presidente Municipal de Allende.

"El mismo C. Secretario, continuó dando cuenta con los siguientes documentos:

"Solicitud del C. diputado Flores Garza Valentín, a fin de que se le conceda licencia por dos meses, con goce de dietas, para dedicarse al restablecimiento de su salud.

"Dispensados los trámites, sin discusión, se aprobó en votación económica.

"Proposición subscripta por los CC. Figueroa, Manjarrez y Vadillo, para que se nombre una Comisión especial que se encargue de presentar el proyecto de reglamentación del artículo 123 constitucional.

"La presidencia informó que la primera de las tres Comisiones especiales nombradas para reglamentar varios artículos constitucionales, era la encargada de presentar el proyecto de ley relativo al artículo 123, y que, por lo tanto, no había lugar a esta proposición. El C. Figueroa hizo una aclaración, y en seguida, el C. Rueda Magro, miembro de dicha 1a. Comisión especial, afirmó lo dicho por la Presidencia. El C. Figueroa pidió permiso para retirar la proposición, y solicitó se excitara a dicha Comisión, para que a la mayor brevedad presentara la reglamentación de que se trata, lo que ofreció cumplimentar la Mesa. El C. González Jesús M., miembro de la 2a. Comisión de Trabajo y Previsión, hizo aclaraciones, que dieron lugar a que la Presidencia se refiriera a las gestiones de esta H. Cámara durante el período extraordinario para que el Ejecutivo remitiera el proyecto de ley de que se trata, lo que no llegó a lograrse, agregando que, como el actual período ordinario de sesiones, la misma H. Cámara tiene facultades para iniciar leyes, la Comisión respectiva presentará brevemente la reglamentación del repetido artículo 123 constitucional. La Mesa excitó a la Comisión para ese efecto, y acto continuo, la Asamblea concedió

permiso para que se retirará la proposición de los CC. Figueroa, Manjarrez y Vadillo.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, que concluye con un proyecto de ley que aumenta a setenta y cinco pesos mensuales, la pensión de que viene disfrutando la señora Josefina Salazar y Matamoros.- Primera lectura.

"Dictamen de las Comisiones unidas, 1a. y 2a. de Hacienda, que en su parte resolutiva contiene un proyecto de ley en que se autoriza al Ejecutivo para modificar los aranceles de importación y exportación durante el presente año fiscal.- Primera lectura.

"El C. Zubaran, por las razones que expuso, solicitó la dispensa de trámites para este dictamen, en contra de la cual habló el C. Portes Gil, y en pro dicho C. Zubaran. La Asamblea, en votación económica, no dispensó aquéllos, por lo que subsistió el trámite de primera lectura.

"Dictamen de las Comisiones unidas, 2a. Agraria y Especial de Reglamentación del artículo 27 constitucional, que termina con un proyecto de ley declarando de utilidad pública el cultivo de las tierras de labor, de las que la Nación podrá disponer temporalmente, en todo tiempo, para fines agrícolas, siempre que sus legítimos propietarios o poseedores no las cultiven.

"Este dictamen lo hacen suyo los CC. Vadillo, Cienfuegos y Camus, Cabrera Rivas e Ibarra, miembros de las Comisiones 1a. Agraria y Especial de Reglamentación del artículo 27 constitucional, como resolución de ellas a la iniciativa que sobre declaración de facultades del cultivo de tierras laborales, presentaron los CC. Siurob, Múgica y Figueroa. - Primera Lectura, e imprímase.

"A petición del C. Manjarrez y después de una aclaración de la presidencia, la Asamblea dispensó la segunda lectura de este proyecto de ley, por lo que se discutirá el primer día hábil.

"La Secretaría declaró que continuaba en lo general la discusión del dictamen sobre el proyecto de Ley de Suspensión de Garantías, y en seguida dio lectura a una proposición del C. Zapata, que dice:

"Respetuosamente propongo que la discusión del proyecto de Ley sobre Suspensión de Garantías, se continúe en sesión secreta. Pido dispensa de todo trámite."

"El C. Rocha, usando de la palabra para una moción de orden, se opuso a dicha proposición , en vista de que en la sesión anterior, ya se había resuelto que este asunto se tratara en sesión pública; la Presidencia hizo una aclaración; el C. Zapata apoyó su proposición, que fue impugnada por el C. Rivera Cabrera, y la Asamblea, en seguida, la desechó en votación económica, por lo que nuevamente se declaró que continuaba la discusión del dictamen relativo al proyecto de Ley de Suspensión de Garantías.

"Antes de iniciarse dicha discusión, rectificó hechos el C. Robledo, quien fue interrumpido por una aclaración del C. Siurob; éste reclamó el orden con motivo de que se concedió la palabra para rectificar los hechos al C. Montes, quien con ese fin usó de la palabra, después de que la Presidencia hizo una aclaración; también rectificó hechos el C. Peralta, quien proporcionó un documento que leyó el C. Secretario Aranda, y fue interrumpido por una aclaración del C. Aguirre Escobar.

"Presidencia del C. López Lira Jesús.

"El C. Siurob, habló asimismo, para rectificación de hechos.

"Presidencia del C. Sánchez Pontón Luis.

"Y después de que el C. Robledo dirigió una interpelación al C. Siurob, quien contestó, se continuó el debate del dictamen, que consulta el proyecto de Ley de Suspensión de Garantías, concediéndose la palabra en contra al C. Manrique. A éste se le prorrogó el término de media hora que fija el Reglamento, y durante su discurso interpeló al C. de la Torre Rómulo, quien contestó. Acto continuo, usó de la palabra en pro, el C. González Galindo.

"La Presidencia manifestó que se suspendía la discusión, dando lectura en seguida, el C. Secretario Portes Gil, a una proposición subscripta por los CC. Pereyra Carbonell, Medina Hilario, Medina Juan y Díaz González, para que se nombrara una Comisión que, a nombre de esta H. Cámara, diera la bienvenida a los marinos argentinos, que debían llegar el día de hoy a esta ciudad.

"El C. Cienfuegos y Camus hizo una moción de orden para oponerse a la suspensión del debate; la Presidencia expuso las razones por las que tomó esta determinación, y el C. Urueta, con fundamento en el artículo 107 del Reglamento, se opuso a tal determinación de la Mesa; ésta insistió en su procedimiento, apoyándose en la segunda parte del mismo artículo citado por el C. Urueta, y puso a discusión la proposición para el nombramiento de la Comisión que debía dar la bienvenida a los marinos argentinos.

"Y como la Secretaría tratara de preguntar si a dicha proposición se le dispensaban los trámites, el C. Cabrera hizo una moción de orden a fin de que la pregunta fuera de si se le daba preferencia; así lo hizo la Secretaría, y la Asamblea, resolvió negativamente, por lo que continuó la discusión del dictamen referente al proyecto de Ley de Suspensión de Garantías, pasando a la tribuna, para hablar en contra el C. Cienfuegos y Camus, quien durante su discurso, dirigió una interpelación al C. Aguirre Colorado, que fue contestada.

"A solicitud del C. Díaz González, otra vez se puso a consideración de la Asamblea la proposición que trata del nombramiento de la Comisión para recibir a los marinos argentinos, la cual, en su parte resolutiva, dice:

"Nómbrese una Comisión, por conducto de la Mesa, a fin de que, en nombre de la Cámara de Diputados reciba y dé la bienvenida a los marinos argentinos que llegan hoy a esta ciudad."

"Con dispensa de trámites y sin discusión, fue aprobada, nombrándose para cumplimentarla a los CC. Neri, Blancarte, Domínguez, Pereyra Carbonell, Díaz González y Secretario Alonzo Romero.

"El C. Secretario Aranda leyó la orden del día para la sesión siguiente, y se levantó ésta a las ocho y veintitrés de la noche."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

El C. Lizalde: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Lizalde: Para dar cuenta de una comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

- EL C. Pruneda: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Pruneda.

- EL C. Pruneda: He pedido la palabra antes.

El C. Presidente: El señor diputado Lizalde va a informar sobre una comisión que le confirió la Cámara. En su oportunidad, entrando al debate de la Ley de Suspensión de Garantías, concederá la Presidencia la palabra a Su Señoría para rectificación de hechos. Tiene la palabra el C. diputado Lizalde.

El C. Lizalde: Señores diputados: La Comisión designada para hacer una visita de condolencia al C. diputado Rafael Márquez con motivo de la muerte de su esposa, cumplió su cometido. El señor Márquez nos recomendó que hiciéramos presente a esta H. Asamblea su profundo agradecimiento por la atención de que fue objeto.

El C. Hay: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Hay: Con el objeto de hablar respecto a la Comisión que han desempeñado los señores que fueron a ver al señor diputado Márquez.

El C. Presidente: Tiene la palabra Su Señoría.

El C. Hay: Cuando se trató de nombrar una Comisión, señores diputados, para dar el pésame al compañero Márquez por el fallecimiento de su esposa, en vista de que ya había algunos antecedentes a este respecto, fui yo uno de los que aprobaron el nombramiento de esa Comisión, porque era un acto de compañerismo; pero yo deseo que se establezca que en lo futuro Comisiones de esta índole no sean nombradas. La Cámara de Diputados , oficialmente, no puede ni debe mandar una Comisión para dar el pésame a un diputado sobre alguna pérdida de algún pariente de ese diputado, porque ¿hasta dónde vamos a poner nosotros la línea, o en dónde va a empezar la obligación de la Cámara de Diputados para dar los pésames cuando se trata de los hermanos, de los padres, de las esposas? Entonces estaríamos ligando los asuntos particulares de los diputados con los asuntos exclusivamente oficiales de la Cámara de Diputados. Yo creo sí es muy justo que se den toda clase de condolencias cuando un diputado haya fallecido, cuando un constituyente haya fallecido; pero cuando algún familiar de algún diputado fallezca, yo creo que ya no es labor oficial la que debe desempeñar la Cámara. En un momento, los diputados fuera de sesión pueden reunirse, pueden nombrar comisionados, pueden hacer presente el pésame al diputado que ha sufrido la pérdida y así es como cumpliremos como compañeros, pero creo yo que las funciones especiales como diputados no se compaginan muy bien con mandar oficialmente una Comisión de la Cámara de Diputados para dar pésames. En otras palabras, el continuar haciendo esto sería vulgarizar la importancia de las Comisiones; sería vulgarizar la labor de la Cámara de Diputados que debe ser naturalmente mucho más seria, y para que sea seria tiene que ser estrictamente oficial y no puede tener la Cámara de Diputados un funcionamiento estrictamente oficial si a cada rato, por el hecho de que muere la esposa de un diputado, muy querida para él indudablemente, o el padre, o el hermano, o algún ser querido de ese diputado, estamos nombrando Comisiones, Comisiones, señores diputados, que pierden el tiempo, porque esos ciudadanos diputados pueden desempeñar, pueden emplear ese tiempo con mayor beneficio para la Patria estudiando algunos asuntos, que dando el pésame por la muerte de un familiar de algún diputado. Como en estos momentos no hay ningún asunto de esta índole en cartera, según entiendo, ningún señor diputado puede sentirse lastimado, porque no querría yo que esto se tomara como un ataque personal con algún diputado, pido yo que se apruebe que no se nombren en esta clase de Comisiones para dar el pésame por el fallecimiento de familiares de los señores diputados. (Siseos.)

El C. Secretario Alonzo Romero: "Procuraduría General de la Nación.

- México.- Ministerio Público.- Sección 1a.- Número 6346.

"Tengo la honra de manifestar a ustedes, que con su atenta nota número 463 girada por la Mesa de correspondencia del 4 del actual, se recibió en esta Procuraduría el memorial que dirigieron varios ciudadanos de esa H. Asamblea, relativo al asesinato del señor Luis G. Portillo, habiendo acordado el subscripto, que el citado memorial se remita al C. Procurador de Justicia del Distrito Federal, por tratarse de un caso de su competencia y a fin de que se haga eficaz y cumplida justicia.

"Me es grato reiterar a ustedes mi muy atenta consideración.

"Constitución y Reformas.- México, a 13 de octubre de 1917.- El Procurador General de la República.- P. A. de la Garza.- A los CC. diputados Secretarios de la Cámara de Diputados del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos. - Presente."- A sus antecedentes.

"Telegrama de Pachuca, Hidalgo, el 17 de octubre de 1917.

"Presidente de la Cámara de Diputados.

"Noticia publicada por el periódico "Redención" y algún otro relativa a faltas cometidas por el diputado Vega Sánchez, son inexactas. Y es de justicia hacer constar que dicho señor hoy y siempre se ha conducido con verdadera corrección y caballerosidad. Ruego a usted hacer éste del conocimiento de esa H. Representación.

"El Cónsul de Francia.- F. Imbert."- De enterado agradeciendo su atención.

"H. Cámara de Diputados:

"El subscripto, diputado al Congreso de la Unión, manifiesta que ha recibido los documentos que adjunta, los cuales son todos relativos a las diligencias, discusión y votación que tuvieron lugar en la Legislatura del Estado de Campeche, y por virtud de las cuales se declaró que la elección de Gobernador recaída en favor de don Joaquín Mucel, no era nula y que, por consiguiente, era Gobernador del Estado de Campeche el C. Joaquín Mucel.

"Como estos documentos pueden tener relación directa con la investigación que se ha llevado a cabo y con la discusión del asunto relativo a la responsabilidad de don Joaquín Mucel por delitos oficiales, a esa H. Asamblea me permito suplicar se sirva mandar agregar dichos documentos al expediente, para los efectos a que haya lugar.

"Protesto a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- México, octubre 15 de 1917.- Luis Cabrera.

"A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente."- A la Sección Instructora que conoce el asunto.

"CC. diputados del H. Congreso de la Unión

"Los que subscribimos, en atención a la ardua tarea que despliega el Gobierno Nacional para resolver su problema económico, y movidos por el gran deseo de ver la pronta resurrección del país, tenemos la honra de someter a vuestra consideración, invocando, en primer término, patriótico que a todos y a cada uno de nosotros anima, para que, con el mismo entusiasmo, con la misma entereza con que abrazasteis la causa reivindicadora hasta alcanzar la victoria de las armas constitucionalistas, contribuyáis ahora para la obtención del triunfo económico.

"Causas de diversa índole, se han atravesado a la cimentación de nuestras finanzas, muy seriamente amenazadas por gravísimos problemas exteriores e interiores, y, ante este peligro real, que debe ser apartado de nuestro futuro, cabe a nosotros, CC. diputados, en cumplimiento de nuestros deberes como ciudadanos, de nuestros compromisos como representantes del pueblo, y de nuestra dignidad como patriotas, que todos, rompiendo viejos moldes y prácticas parlamentarias, por la salvación común, aprobéis el proyecto de exposición de motivos a la Nación y la ley relativa, que os presenta la diputación zacatecana. ¡Todo por la Patria!

"Proyecto de exposición de motivos a la Nación, que deberá preceder a la ley sobre el empréstito interior, para el establecimiento del "Banco Único de Emisión."

"La XXVII Legislatura, con la conciencia de que emanó del pueblo soberano, y que él debe y tiene derecho a conocer la actuación de sus representantes; penetrada de que ese mismo pueblo ha dado y dará a la Patria, cuanto posee y vale para su agradecimiento; no vacila, en el presente caso, en dirigirse a la Nación, haciéndola sabedora de las medidas que ha estimado necesario dictar, para solventar nuestras actuales dificultades económicas, a cuyo efecto, inspirada en la justicia, esta H. Cámara se ha visto obligada a decretar un empréstito interior, y espera que todos los ciudadanos mexicanos, al cooperar a él, lo hagan con pleno conocimiento, con toda voluntad, penetrados de que, al subscribirlo, no; se salva a la Patria.

"Como era de esperarse, el elemento reaccionario, que no desperdicia ocasión ni momento alguno para torcer hechos, mistificar resoluciones y obstruccionar todo lo que tienda al mejoramiento de la sociedad, para después volver a las mismas armas, fabricadas con la mentira y templadas en la hipocresía, contra los que se opongan a sus intereses ulteriores, ha empezado a sembrar alarma y duda entre los débiles, y disgusto entre los egoístas; por lo que, este Congreso, estima de su deber poner alerta al pueblo en contra de sus enemigos, ya que, en conciencia, sabe que el tiempo justificará los actos de sus actuales representantes.

"Con fundamento en los artículos 31, fracción IV, y 73, fracción VII constitucionales y estando todo mexicano - por nacimiento o naturalización -, en la imprescindible obligación de ayudar al Tesoro Nacional, en la medida de sus recursos, a solventar los gastos que la Nación demande; la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, ha acordado decretar la siguiente ley sobre el empréstito interior:

"Artículo 1º. Se crea un impuesto destinado al establecimiento del Banco Único de Emisión, que tendrá por objeto regularizar la situación económica. (Artículo 73, fracción X constitucional.)

"Artículo 2º. Se considerarán como accionistas del Banco Único de Emisión, y sus acciones tendrán el carácter de preferentes, todos los contribuyentes en virtud y fines de esta ley.

"Artículo 3º. Todos los mexicanos tienen la obligación de contribuir a la subscripción del empréstito interior, en la medida proporcional y equitativa de sus recursos.

"Artículo 4º. Se hace extensiva esta contribución, a los establecimientos comerciales, industriales, mineros, agrícolas y de cualquiera otra naturaleza, de propiedad mexicana, inclusive los espectáculos públicos.

"Artículo 5º. Las negociaciones que pertenezcan a nacionales y extranjeros, quedan afectadas por esta ley, en la parte capital representado por los primeros.

"Artículo 6º. Para fijar el tipo de contribución a las negociaciones y compañías a que se refieren los artículos 4º y 5º que anteceden se tendrá en cuenta el monto líquido de sus ganancias, al hacer el balance respectivo.

"Artículo 7º. Para la equitativa repartición del impuesto, a que se contrae esta ley, se hará efectivo en la forma siguiente:

"A. Para los sueldos, jornales o emolumentos de uno a tres pesos cincuenta centavos diarios, el cinco por ciento.

"B. Para los sueldos, jornales o emolumentos mayores de tres pesos cincuenta centavos diarios, el diez por ciento.

"C. Para los sueldos o emolumentos que disfruten los funcionarios y empleados públicos de la Federación y de los Estados, mayores de diez pesos y que no excedan de veinte pesos diarios, el quince por ciento. Para los que pasen de veinte pesos diarios, el veinte por ciento.

"D. Para la aplicación de esta ley en los ferrocarriles, todos los empleados se considerarán dependientes del Gobierno Federal.

"E. Se fija como contribución, para los efectos de los artículos 4º, 5º y 6º, los tipos señalados en los incisos A y B del presente artículo.

"Artículo 8º. Quedan exceptuados de la contribución para el empréstito, los miembros del Ejército, Guardia Nacional y Policía Urbana, ya sean de la Federación o de los Estados Unidos, cuyo haber diario no sea mayor de un peso cincuenta centavos.

"Artículo 9º. Se expedirán recibos provisionales, con el nombre completo del contribuyente, y sellados por las oficinas previamente designadas por la Secretaría de Hacienda, a los causantes de este impuesto, por sus enteros parciales, hasta el fenecimiento del término de esta ley, en que empezará la expedición de certificados que los acredite como accionistas, para lo cual las mismas oficinas que recauden estos fondos, harán el canje de certificados por los recibos provisionales.

"Artículo 10º. Esta ley entrará en vigor el día 1º del mes próximo a su publicación, y su duración será de seis meses improrrogables.

"TRANSITORIO

"La Secretaría de Hacienda y Crédito Público se encargará de reglamentar la recaudación de los fondos destinados a este empréstito, en la inteligencia de que los empleados designados con tal objeto, no percibirán honorarios por esta labor, y los gastos de concentración y situación de fondos, se harán por cuenta del Erario Nacional, para que la contribución llegue íntegra para el fin a que se destina.

"Constitución y Reformas.- México, octubre 16 de 1917.- J. R. Lizalde.- Luna Enríquez.- J. Aguirre Escobar.- Jairo R. Dyer.- A. Cienfuegos y Camus.- Rafael Márquez.- J. Siurob.- J. B. Treviño.- F. C. Manjarrez."- A las Comisiones unidas de Hacienda.

"Gobierno Provisional Constitucionalista.- Tabasco.- Estados Unidos Mexicanos.

"El Gobierno del Estado de Tabasco y el H. Ayuntamiento de la Municipalidad del centro del mismo, a la H. Cámara de Diputados de la Nación.

"Señor:

"Vuestra amplia ilustración en la geografía patria, sabe: que el suelo del Estado de Tabasco, es uno de los más feraces del mundo; que cuenta con una extensa red fluvial que constituye el sistema circulatorio de sus productos; que consiguientemente, la principal fuente de su propiedad, por no decir la única, es la Agricultura; que la producción agrícola del Estado, está en proporción con la facilidad de las vías de comunicación de que dispone; que tal proporción aumenta en la misma medida en que sus productos puedan ser exportados, ya para otras partes de la República, ya para el extranjero; que el cultivo de la musácea, conocida con el nombre de plátano Roatán, constituye una explotación agrícola importantísima para el Estado, porque ha provocado la inmigración de grandes capitales extranjeros, mejorando grandemente a los trabajadores de campo con un considerable aumento de salario, e impulsado el fomento de la pequeña propiedad, multiplicando así, el coeficiente de la producción agrícola en grado sorprendente, como es bien sabido en toda la República; que mientras hubo relativamente pocas dificultades para la salida de los productos de la agricultura por el puerto de Frontera, aquella prosperó notablemente; y que por tener plena conciencia de que el citado puerto es la llave natural del engrandecimiento de Tabasco, y de que sin allanar el obstáculo de la barra de la Frontera, que por la constante variación de la profundidad y dirección de su canal, fue siempre un formidable escollo a la salida de los productos del Estado, el eximio patriota tabasqueño licenciado José María Pino Suárez, trabajó afanosamente porque se hicieran las obras necesarias para destruir aquel enorme obstáculo; y finalmente, que bajo la égida del I. Presidente de la República, don Francisco I. Madero, en 1912, se emprendieron las obras del puerto, conforme planes de fácil y poco costosa ejecución, según el sentir caracterizado conterráneo nuestro, ingeniero Jerónimo López de Llergo.

"Aquella obra emprendida con ardoroso entusiasmo y encomendada a la Compañía North American Dredging Co., se realizó en parte, abriéndose un nuevo canal y comenzándose sus escolleras.

"La corruptela que en el cumplimiento de los contratos de las construcciones y obras públicas se ha seguido, de hacer anticipos cuantiosos a los empresarios, sin relación con la importancia de los trabajos ejecutados, hizo que en este caso, como en la mayoría de las veces, la Compañía empresaria considerase mejor a sus intereses abandonar los trabajos, dejando perder unos cuantos útiles sin importancia; sin que haya forma posible de compelerla al cumplimiento.

"Así, abandonadas aquellas obras, día a día, señor, la profundidad en el canal nuevo y en el de la barra antigua, ha venido disminuyendo constantemente, al grado de hacer casi imposible la salida al mar.

"La navegación, cada vez más difícil, hace que nuestros productos agrícolas y de toda la naturaleza, no tengan salida; y como nuestro mercado interior es muy limitado, todos nuestros ramos agrícolas, corren fatalmente a la ruina, llenando de miseria al pueblo, que está sin trabajo y con jornales sostenidos artificialmente.

"Tan angustiosa situación, se mejoraría notablemente si concluídas las obras del puerto de Frontera , los buques de mar pudiesen entrar hasta el puerto mismo, evitando así los costosos trabajos de alijo y desalijo; pérdida de tiempo en esas operaciones; peligros de permanecer al ancla en mar libre; gastos considerables por la mayor permanencia; dificultades de las operaciones de estibamiento de su carga y perjuicios en ésta; cosas todas que hoy existen en grado extremo, hasta el de hacer que se hayan retirado de nuestro mercado las Compañías extranjeras; y de que parece que definitivamente se ha decretado nuestra muerte económica.

"El puerto de Frontera es, señor, no nos cansaremos de repetirlo, la llave de nuestra vida económica; sin él, inútilmente nos debateríamos en agotante lucha por nuestra prosperidad, porque todos nuestros desvelos y esfuerzos se estrellarán en la inmensa muralla de arena que forman las barras del canal y de la desembocadura del río Grijalva en Frontera.

"Es por esta razón, más que poderosa para nosotros,

que venimos a distraer por un momento vuestra atención con el relato de esta nuestra máxima necesidad, a fin de implorar si fuere necesario, vuestra indulgencia, para que, fijándonos en nuestra deplorable situación, nos concedáis un pequeño esfuerzo, decretando la pronta y efectiva conclusión de aquellas obras; en cuya tarea los habitantes del Estado de Tabasco, no rehusarán su sacrificio, coadyuvando a su ejecución.

"Poco es, señor, lo que hay que hacer; pero eso, sólo se conseguirá, si vuestra soberana voz pronunciara esta sola palabra: "HÁGASE."

"Esta petición que hacemos, traduciendo el sentir del pueblo tabasqueño, se funda en que vuestro patriotismo, a la altura de vuestra ilustración, compenetrado de las necesidades públicas, cristaliza en la ejecución de todo lo que signifique progreso y mejoramiento del pueblo.

"¡Feliz Tabasco, señor, si, como compensación de los inmensos sacrificios hechos en los intereses y vidas de sus hijos por sostener la causa noble y alta Revolución Constitucionalista, consigue por todo premio, una sola cosa: la conclusión de las obras del puerto de Frontera!

"Y conociendo vuestro patriotismo e ilustración, confiado espera el pueblo tabasqueño que pronunciaréis aquella palabra que hará renacer nuestra vida económica; que cuando contemos con esta trascendentalísima obra, la de nuestro engrandecimiento y prosperidad, agrícola, industrial y mercantil, ya corre de nuestra exclusiva cuenta; y por ello el pueblo de Tabasco, agradecido y sincero, os consagrará un reconocimiento eterno.

"A nuestra honorable Diputación ante vos, con toda sinceridad y buena fe, pedimos que no deje por un momento de extremar su muy valioso apoyo en la consecución de lo que justamente solicitamos en pro de los grandes intereses del Estado de Tabasco; pues con ello, harán patente que su misión de velar por el mejoramiento del pueblo que los eligió, es digna y patrióticamente cumplida.

"Protestamos, señor, nuestra más alta y distinguida consideración y respeto.

"Constitución y Reformas..- Villahermosa, Tabasco, a 20 de septiembre de 1917.

- El Gobernador Provisional del Estado, licenciado Joaquín Ruiz.- el Secretario General, doctor Juan Solórzano Morfín.- Presidente del H. Ayuntamiento, S. Alfaro.- Concejales: S. Guillén, Amado Jiménez, Antonio Cabrera, M. Burelo, Gonzalo Fócil, José M. Acosta, E. Heredia. Una firma ilegible.- Secretario del H. Ayuntamiento, A. Fernández M."- A la Comisión de Peticiones.

"San Luis Potosí, octubre 5 de 1917.- CC. Diputados. Cámara de Diputados.

"Los que subscribimos, haciéndonos eco numerosa afición potosina, suplicamos a ustedes apoyen iniciativa presentada H. Cámara celebración corridas de toros esa capital.- Carlos López.- Gilberto Sáenz.- Pedro Aguiero.- Francisco Cuéllar."- Agréguese a su expediente.

"Tehuantepec, Oax., octubre 8 de 1917.

"Presidente de la H. Cámara de Diputados de la Nación.

"Ayuntamiento Niltepec, Distrito Juchitán, Estado de Oaxaca, hónrome presidir, respetuosamente quéjase ante esa Representación Nacional por actos familia Rosendo Pineda conocido científico intentan despojarlo terrenos adquirió triunfo Revolución Constitucionalista los que le fueron arrebatados durante dictadura porfiriana. Pueblo Niltepec espera ayuda de Representación pueblo para garantizar sus derechos de Municipio Libre.- Respetuosamente - El Presidente Municipal.- Z. Agripino M."- Agréguese su expediente.

"Presidencia Municipal de la Capital.- Durango.

"Sesión extraordinaria celebrada el jueves 4 de octubre de 1917.- Presidencia del C. Olivas.- Abierta la sesión alas 6.35 p. m., se le dio lectura al acta de sesión anterior, la que fue aprobada sin discusión.- Acto continuo el C. Presidente manifestó: que había convocado a los CC. regidores a sesión extraordinaria a fin de tratar el asunto de la devolución de los bienes intervenidos a los enemigos del actual régimen, y habiendo llegado a su conocimiento la existencia de órdenes relativas a la devolución de bienes pertenecientes a grandes enemigos de la Revolución en el Estado, de las cuales ya han sido cumplidas, contándose entre dichos bienes las casa que actualmente ocupan las oficinas del Municipio, la cual ha pertenecido a don Francisco Gómez Palacio, quien, según es público y notorio, fue el Presidente y principal organizador y sostenedor de la trágica "Defensa Social," y en vista de ello el propio C. Presidente Municipal propuso que el Ayuntamiento tomara una actitud tendiente a evitar dicha devolución, fundando y motivando su decisión: En vista de lo expuesto por el C. Presidente Municipal, los CC. regidores por unanimidad de votos dictaron el siguiente acuerdo:

"Considerando que la devolución de los bienes intervenidos a connotados enemigos de la Revolución en el Estado acarrea grandes perjuicios al régimen emanado de la Revolución Constitucionalista y pone a dichos enemigos en condiciones ventajosas e iguales a las que tenían cuando hostilizaron a la Revolución hasta en el propio terreno de las armas;

"Considerando que el Estado de Durango ofrece el ejemplo típico de lo que es el latifundismo y la opresión de acaparadores y capitalistas; que por esa misma razón fue este Estado uno de los primeros donde sonaron los tiros revolucionarios contra los opresores, y que, por lo tanto, no es justo ni legal, ni procedente que se vuelvan a poner en las manos de los grandes enemigos de la Revolución las armas con que tan asiduamente combatieron al Constitucionalismo;

"Considerando que la Constitución promulgada en Querétaro en su artículo 15 transitorio prevé el castigo de los autores, cómplices y encubridores del cuartelazo contra el gobierno constituído del señor Madero, y que al igual de la ciudad de México, se estableció aquí un grupo o asociación de individuos con el fin de sostener el espurio régimen de Huerta, y utilizaron sus bienes para mantener la institución de la "Defensa Social" que combatió encarnizadamente a los revolucionarios, motivo por el cual, jurídica y políticamente hay que considerar

a los organizadores y sostenedores de dicha "Defensa Social" como comprendidos en el artículo 15 citado, y sus bienes sujetos a la responsabilidad civil a que el mismo artículo se refiere;

"Considerando que mientras se expide la ley de responsabilidad civil, toda devolución de los bienes a enemigos del actual régimen tiende a hacer ilusorios los efectos de la misma ley, motivo por el cual cree este Ayuntamiento que debe diferirse la entrega o devolución de dichos bienes hasta en tanto no venga la ley a definir responsabilidades, pidiendo mientras tanto la Nación, por medio de sus representantes legítimos establecer un embargo precautorio sobre dichos bienes que como medida prejudicial o preventiva ponga a salvo los intereses y la tranquilidad del régimen emanado de la Revolución mientras se expide la ley relativa;

"Considerando que conforme al espíritu del artículo 15 transitorio de la Constitución y conforme también a toda la idea de justicia, es evidente que toca a la Nación hacer efectiva la responsabilidad civil a todos los que con hechos y validos de las riquezas que ilegalmente habían acaparado, combatieron sangrientamente contra la Revolución debiéndose aplicar sus bienes al alivio y ayuda principalmente de todos los desamparados y huérfanos por causa de la cruenta guerra civil que ha asolado al país;

"Considerando que es un deber de todas las autoridades nacidas del Régimen Constitucionalista velar porque las promesas y principios revolucionarios lleguen a tener su debida realización en la práctica y pidiendo, sobre todo, que a los encarnizados enemigos de la Revolución se les entreguen los elementos de que precisamente se valieron para oprimir al pueblo y combatir contra él;

"Por todo lo anteriormente expuesto, el Ayuntamiento del Municipio de la capital del Estado de Durango, eleva respetuosa protesta contra la devolución de los bienes intervenidos a los connotados enemigos del actual régimen, y muy atentamente invita a los Poderes del Estado, a los Municipios del mismo, a la Diputación de Durango, al Congreso de la Unión, y en fin a todas las autoridades de la República para que se dignen secundar esta protesta librándose al efecto los oficios correspondientes con copias certificadas de esta acta y disponiendo también se le dé publicidad en la prensa local y en la de la Metrópoli.

"Con lo que terminó la sesión levantándose a las siete y cincuenta p. m., habiendo asistido todos los CC. munícipes Avilés, Cuéllar, Fernández, González, Montelongo, Ortiz y Ortega, firmando la presente con el C. Presidente y Secretario.

"Agustín Olivas.- Martín Avilés.- Luis Cuéllar.- F. Cruz Fernández.- Alberto González.- Antonio Montelongo.- Jesús Ortiz y Rafael Ortega.- José María B. Rosales, Secretario. (Rúbricas.)

"Es copia sacada fiel y legalmente de su original que certifico.- José María B. Rosales.

"Los subscriptos diputados por el Estado de Durango, hacemos nuestra la anterior protesta.- México, 17 de octubre de 1917.- Jesús de la Torre. - Francisco Arreola R.- Jesús J. Villarreal.- Antonio Gutiérrez.- Carlos S. Benítez.- Alberto Ruiz."- Remítase original al Ejecutivo.

El C. Rivera Cabrera: Como se ve Su Señoría, en ese escrito se proponen dos cosas: primera, una protesta que hacen los miembros del Ayuntamiento de Durango con motivo de la devolución de los bienes intervenidos, y segunda, una invitación que se hace a esta H. Cámara para secundar dicha protesta.

Consiguientemente, y dada la importancia del asunto, porque hay que convenir en que es importante y especialmente en estos momentos en que parece que el enemigo arrecia en contra de nosotros, la Presidencia debe dictar su acuerdo con relación a las dos proposiciones que se contienen en el escrito; primero, con relación a la invitación para secundar la protesta, y segundo, con relación a la protesta misma. Por lo tanto, yo ruego a la Presidencia se sirva revocar su acuerdo, decretando otro según lo tengo expresado.

El C. Presidente: La protesta la hizo suya la diputación de aquel Estado; como este asunto no es de la competencia de la Cámara, la Presidencia dictó el acuerdo de que se remitiera original al Ejecutivo, que es quien directamente controla las oficinas de bienes intervenidos, de tal manera que la Mesa sostiene su trámite.

El C. Rivera Cabrera: Ciertamente, esta H. Cámara no podía resolver acerca del fondo del asunto a que se contrae ese escrito, es decir, acerca de si sería o no posible impedir la devolución de dichos bienes; pero yo entiendo que el acuerdo de Su Señoría debe decir algo sobre este particular y, sobre todo, entiendo todavía más, que debe pasar el asunto a una Comisión, para que ésta sea la que emita su opinión en este sentido. Por consiguiente, insisto nuevamente sobre mi petición y ruego muy atentamente al señor Presidente se sirva someterla a la consideración de la Cámara.

El C. Manjarrez: Pido la palabra para una interpelación. Ruego a la Presidencia se sirva decirme si esa proposición o protesta del Ayuntamiento de Durango está apoyada por mayoría de diputación, pues si esto es así, conforme al Reglamento debe pasar a la Comisión.

El C. Presidente: Contestando a la interpelación, manifiesto al ciudadano Manjarrez que ha sido apoyada por la mayoría de la diputación de Durango ; pero como no contiene ninguna proposición ni iniciativa de ley, no considera la Presidencia conveniente turnarla a Comisión. De todas maneras, ese es el trámite de la Mesa y, conforme al Reglamento, la Presidencia va a someterlo a la consideración de la Asamblea.

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra para una aclaración, que entiendo que es pertinente se haga, a fin de que la Cámara tenga en cuenta esta aclaración al emitir su voto.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Rivera Cabrera: En el fondo, este escrito, aunque no contiene ninguna proposición escrita que pida poder ser considerada por esta Cámara, implícitamente deja entenderse que se pide una reglamentación o una ley secundaria, que venga a poner en práctica el precepto constitucional que se encuentra en los artículos relativos de la Constitución de Querétaro. Esto puede servir como oriente para que este Congreso pueda ocuparse de este asunto y, con tal motivo, la Cámara pueda emitir su voto en el sentido de que sea turnada a Comisión.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se pregunta

a la Asamblea si no hay quien haga uso de la palabra. Se pone a votación el trámite de la Mesa, que es el siguiente: "Remítase original al Ejecutivo." En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado. (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí!)

- El mismo C. Secretario: En vista de que ha sido reclamada la votación, se procede nuevamente a ella. En votación económica se pregunta si se aprueba el trámite de la Mesa. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se nombra a los ciudadanos diputados Rivera Cabrera y Joaquín Martínez para que cuenten a los que están parados, y a los ciudadanos García de Alba y Rocha José Federico, para contar a los que están sentados. El resultado de la votación es el siguiente: 90 de pie y 37 sentados. En consecuencia, el trámite de la Mesa está en pie. Pasa al Ejecutivo.

"Comisión de Estado, Departamento del Interior.

"Señor:

"El C. general Enrique C. Osornio, diputado suplente por el 8º distrito electoral del Distrito Federal, dirige a esta H. Cámara, con fecha 11 del que cursa, un oficio manifestando que no le es posible concurrir a las sesiones de esta Cámara, para cubrir la vacante del C. Jesús Acuña, diputado propietario por el mismo distrito, por estar comisionado por el C. Presidente de la República en la Secretaría de Guerra como jefe del Departamento Sanitario.

"La Comisión, teniendo en cuenta lo anterior, y considerando que el 8º distrito electoral del Distrito Federal, debe tener su representante en el XXVII Congreso y, por otra parte, que en asuntos electorales la Cámara puede dictar leyes convocando a elecciones para completar sus miembros, se permite proponer a vuestra consideración el siguiente proyecto de ley:

"Único. Se convoca a elecciones extraordinarias para diputados propietario y suplente al XXVII Congreso de la Unión, por el 8º distrito electoral del Distrito Federal.

"Dichas elecciones se verificarán el domingo 11 de noviembre del corriente año, de acuerdo con la Ley Electoral vigente respectiva."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados Congreso de la Unión.- México, 16 de octubre de 1917.- Francisco Medina.- C. Guajardo.- Flavio Pérez Gasga."- Primera lectura.

El C. Manrique: Pido la palabra para interpelar a la Mesa.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Para que se sirva informarnos la Mesa, por conducto de la Secretaría, si el licenciado Acuña no ha de venir a las sesiones a esta Cámara, porque al convocarse a elecciones de propietario y suplente, se supone vacante no sólo la plaza del suplente, que es el doctor Osornio, que manifiesta no poder venir, sino que el licenciado Acuña tiene licencia indefinida, según tengo entendido. Sírvase aclararlo la Mesa.

El C. Secretario Alonzo Romero: La Mesa informa, por conducto de la Secretaría, lo siguiente: que el C. Acuña, efectivamente, gozó de una licencia por todo el mes de agosto, y no habiendo manifestado a esta Cámara absolutamente ninguna resolución en ningún sentido, conforme al precepto constitucional, se ha convocado al suplente, y el suplente no puede asistir, y, por consiguiente, se someterá a la consideración de la Cámara el punto cuando sea oportuno.

El C. Zapata: Pido la palabra. Entiendo que la interpelación del C. Manrique, lo mismo que las explicaciones de la Mesa, están completamente fuera de lugar; cuando llegue la hora de saber si se discute este proyecto, entonces estaremos en condiciones de tratar sobre este particular.

El C. Manrique: Moción de orden, señor Presidente. En vista de las explicaciones que la Mesa nos ha dado, respecto de la situación legal del C. Acuña.....

El C. Presidente: Eso no es una moción de orden.

El C. Manrique, continuando: Sírvase Su Señoría tener paciencia y escuchará mi moción de orden.

El C. Presidente: Sírvase su Señoría citar el artículo Reglamentario que funde su moción de orden.

El C. Manrique: Sírvase su Señoría decir qué artículo reglamentario me obliga a citar el artículo para una moción de orden.

El C. Hay: Pido la palabra, señor Presidente, para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Hay: Este asunto no está a discusión y, por lo tanto, ningún diputado tiene derecho ni siquiera a mencionarlo, no está a discusión.

El C. Presidente: Tiene razón Su Señoría; por eso he suplicado al C. diputado Manrique que concrete su moción de orden.

El C. Manrique: En vista de las explicaciones que nos ha dado la Mesa, y que definen perfectamente la situación legal del licenciado Acuña - aquí entraba mi moción de orden, señor Presidente -, pido que, conforme al Reglamento, artículo número no sé cuántos (voces: ¡Uuuuh!), que en vista de tratarse de un asunto de urgente y obvia resolución, se dispensen los trámites y se ponga inmediatamente a discusión este dictamen.

- EL C. Presidente: Eso no es una moción de orden, esa es una petición que entraña la reclamación del trámite, que entraña la dispensa de trámites, de modo que si Su Señoría ha pedido la palabra para solicitar la dispensa de trámites tiene su Señoría que fundar la dispensa de trámites que solicita.

El C. Manrique: Sí, señor. Pido la palabra para fundar la dispensa de trámites (Murmullos y voces: ¡No, no!)

El C. Presidente: Si es para fundar la dispensa de trámites, tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: En vista de que parece que estamos en una Asamblea que a ratos, afortunadamente no siempre, parece no ser de hombres libres, me abstengo de usar de la palabra, señor Presidente. (Voces: ¡Que hable Manrique!)

El C. Secretario Alonzo Romero: Se pregunta

a la Asamblea si se dispensa los trámites conforme a la petición del C. Manrique. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. No se dispensan los trámites. Queda de primera lectura.

"Comisión de Hacienda.

"Señor:

"A la Comisión que suscribe, fue turnado nuevamente el proyecto de ley en que se concede una pensión de cinco pesos diarios a la señora Arcadia Enríquez viuda de Herrera.

"La Cámara de Senadores devolvió dicho expediente, haciendo únicamente la observación de que tal pensión debe ser pagada sin descuento alguno encontrando justificada la modificación hecha por la Cámara colegisladora; y estando de acuerdo esta Comisión, nos permitimos proponer a esta H. Asamblea, el siguiente proyecto de ley:

"Único. Se concede a la señora Arcadia Enríquez viuda de Herrera, una pensión de cinco pesos diarios, sin descuento, la cual disfrutará mientras conserve su actual estado civil, y en caso de cambiarlo pasará dicha pensión a los hijos de su matrimonio con el señor J. Concepción Herrera, en el concepto de que estos últimos la disfrutarán mancomunadamente, cesando de tener derecho a la parte correspondiente, los varones al cumplir veintiún años de edad, y las mujeres al contraer matrimonio.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, a 16 de octubre de 1917.- Juan Zubaran.- G. Padrés.- C. Limón."- Primera lectura.

- El mismo C. Secretario: A petición de C. diputado Treviño, se va a dar lectura a este telegrama:

"Tlaxcala, 17 de octubre.- General Jacinto B. Treviño.- Cámara de Diputados.

"Por prensa me he enterado de ataques dirigidos al Ejército ante Representación Nacional. Justamente indignado protesto cargos lanzados en su contra, pues creo que todos aquellos jefes a quienes el mismo Ejército dio nombre y que ocuparon puestos elevados, en la Secretaría de Guerra y Marina, deberían haber hecho, en su oportunidad, debían haber hecho notar, las deficiencias que existían en dicha corporación, que debían haber sido eliminadas en su oportunidad; no habiéndolo hecho cuando hubiera sido necesario, son cargos que deberían hacerse a mismos jefes militares. "El Gobernador del Estado, general L. M. Hernández." (Aplausos y siseos.)

- El C. Secretario Alonzo Romero continúa dando cuenta con dos dictámenes de la Comisión 1a. de Puntos Constitucionales, respecto a la solicitud de los CC. Alberto Salinas y otros y Carlos Félix Díaz, para usar condecoraciones que les han sido conferidas por los Gobiernos de El Salvador y Bolivia, respectivamente.- Segunda lectura y a discusión en el primer día hábil.

"H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"El infrascripto con respeto dice:

"El interés de una nación está sintetizado y concentrado en la Hacienda Pública. La Hacienda Pública pertenece a todos los miembros de un Estado. Ellos son todos los individuos que han nacido en el territorio de un país o se han naturalizado en él.

"Los Estados son soberanos o vasallos. Todas las naciones soberanas han construído armadas, fortalezas, ferrocarriles militares, máquinas mortíferas de guerra de todas clases, y organizado ejércitos, con el objeto de proteger la Hacienda Pública. La Hacienda Pública es la Patria.

"Las cajas fuertes están en los lugares más recónditos y seguros de la nación; los secretos de sus finanzas son inviolables, en términos que los oficiales que revelan alguno de sus detalles son juzgados por el delito de traición a la patria y castigados por él con penas degradantes e infamatorias.

"En México está pasando todo lo contrario. No hace mucho tiempo el público vio entrar a la Secretaría de Hacienda a un enemigo de su Patria: el Chamberlain de la ciudad de Nueva York, dizque a poner en orden las oficinas.

Hace dos meses hicieron su entrada triunfal en las mencionadas oficinas, dos financieros americanos, que dizque vinieron a enseñar a los oficiales de Hacienda Pública el modo como debe ser organizada ésta, con el propósito ostensible de ayudar la país; pero con el encubierto de defraudarlo. Sus nombres son Kermmerer y Chandler. Los enemigos de México, pues, han tomado posesión de la Hacienda Pública, se han apoderado de los secretos del país y han descubierto todos los puntos vulnerables de la Nación. México ha sido tomado sin que uno solo de los valientes soldados de la República haya tenido oportunidad de cruzar sus aceros con los del enemigo.

"Los americanos saben muy bien que si México no ejerce su soberanía sobre su moneda de plata, conquistarlo sería un error incalificable, pues mientras esté dando más de uno por uno en su moneda de plata, no hay necesidad de cobrar tan grande tributo con un ejército de ocupación.

"Los enemigos de México, Kermmerer y Chandler, han aconsejado a sus discípulos de la Secretará de Hacienda la reforma monetaria (según informes recogidos en la prensa de esta capital, los cuales no han sido rectificados ni desmentidos por autoridad alguna), en el sentido siguiente: que se hagan un peso de oro de 8333 diezmiligramos de peso y 900 milésimas de fino, y un peso de plata de 19 gramos de peso y 810 milésimas de fino; o sean, 75 centígramos de oro fino, por 15 gramos 39 centígramos de plata fina. En tal caso, la proporción de acuñación queda así: 15.39 dividido por 75, igual a 20.3333 lo cual quiere decir que cuando 20.3333 libras de plata hayan sido acuñadas en pesos, también lo habrá sido una libra de oro en la misma cantidad de pesos.

"Ahora, el infrascripto argumenta de la manera siguiente: Es admitido en derecho internacional público que México es un país tan soberano como Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Alemania. Es admitido por todos los economistas, sabios e ignorantes, que las proporciones de acuñación en los países mencionados son como sigue: 1 por 16, en

el primero; 1 por 15.1/2, en el segundo; 1 por 14.29, en el tercero, y 1 por 13.95, en el último.

"Ahora no puede ser financiero quien ignora los derechos que corresponden a las naciones o a los individuos.

"Si los financieros americanos saben que México es tan soberano como el país más soberano del mundo, y si sus discípulos de la Secretaría de Hacienda saben esto mismo, deben saber también que un país soberano puede hacer, por lo menos, tanto como el país soberano que más pueda; y si saben esto, ¿cómo es que no sólo dictaminan, sino que sostienen su dictamen, sobre reforma monetaria, en un fundamento tan falso como es la teoría de que México no es soberano para legislar sobre moneda de plata, a la par, por lo menos como Alemania?

"Si por otra parte, Kermmerer y Chandler saben cuáles son los derechos de México como nación soberana, están tratando entonces, de defraudar sus derechos y riquezas nacionales por medio de sus voceros en la Secretaría de Hacienda.

"Pretender que México ponga en su moneda de plata 20.3333 tantos por uno de oro, cuando Alemania sólo pone 13.95 tantos de plata por uno de oro, es desconocer los derechos de México como nación soberana y emprender una tentativa de robo al por mayor.

"Además de la violación de los derechos vitales, primordiales y fundamentales de México, el Peso en proyecto tampoco respeta los principios económicos. El tal Peso, en lugar de ser un medio de producir riqueza, sería destructor de la riqueza pública y privada, y la razón es obvia: si Alemania, al reacuñar los pesos en marcos gana entre 13.95 y 20.3333 libras de plata, 6.3833 libras de plata, o sea con soberanía plena, más o menos 112 pesos en tostones o sean 448.77 marcos, México está suministrando gratis material para las monedas de plata alemanas.

"¿Qué razón puede ser alegada para justificar un negocio en el cual México diera, a la par, 20.3333 caballos por 13.95 caballos de la misma calidad? Entre plata y plata, la una es tan buena como la otra, y, por tanto, no hay equidad, justicia ni sentido común, al pretender que un país dé 20.3333, cuando otro, igualmente soberano, da solamente 13.95 por un tanto de oro.

"Además de estos inconvenientes, el Peso en proyecto no puede ser medida fija de valores sino cuando el precio de la plata sea inferior a $1.15, y no obedece a cálculo racional alguno, desde el punto de vista de la jurisprudencia de la moneda, ni como operación de utilidad pública.

"Marco Ferri, a quien un periódico de la localidad denuncia como "una alta personalidad administrativa," y quien, al infrascripto se le antoja el vocero de Kermmerer y Chandler, defiende la bondad del Peso en proyecto como medida fija de valores aún en presencia de la fluctuación de la plata en el mercado, desde el mínimum hasta $1.15 por onza como máximum. Sostiene la teoría de que el valor intrínseco del peso de plata debe ser igual al valor legislado; pero, sin embargo, dice que en la baja de la plata queda un margen a favor del Peso, al cual (margen) él no quiere llamar señoreaje.

"Es extraño ese criterio, porque nadie puede explicarse por qué si la Nación tiene derecho para percibir el señoreaje resultante de la baja del precio de la plata en relación con el poder legislado del Peso, no lo ha de tener también para obtenerlo, en toda su plenitud, entre el valor de la plata amonedable y el valor facial de la moneda. Ahí se ve claramente que Marco Ferri y los mandantes de Marco Ferri, no tienen idea de lo que es el señoreaje aplicado a la moneda, y de allí el valor que les resulta para pretender que México legisle contra sus propios intereses y contra su propia soberanía. En el Peso en proyecto no hay sino un tanteo a ciegas que revela la ignorancia y la mala fe de los economistas americanos.

"Con todo, aún hay tiempo para evitar la consumación de la ruina, y, por tanto, la confusión y la vergüenza de la Nación. Aun no ha asentido a error semejante el ilustre Congreso de los Estados Unidos Mexicanos.

"La moneda, en general, además de ser la ley impresa en el metal para medir valores, puede ser traducida en una orden de pago. Imprimir en un "tostón" la expresión "50 centavos," significa que el portador tiene derecho a obtener, con esa orden de pago, comodidades por valor de cincuenta centavos, a la par con el trueque entre monedas y comodidades en otros países con monedas del mismo tipo, o aproximado. Dar dos tostones por la impresión "50 centavos," de comodidades, al tipo de Estados Unidos, por ejemplo, no es otra cosa que medir cincuenta centavos de comodidades con dos órdenes de pago de cincuenta centavos cada una.

"En conclusión: No hay sino tres soluciones aceptables en la reforma monetaria que se contempla para México: 1a., Conservar el Peso de oro de 75 centígramos finos y convertir el "tostón" de "50 centavos" en un Peso; 2a. Aumentar a 1 gramo 4337 diezmiligramos de oro fino (cantidad de oro contenida en cuatro marcos) el Peso de oro, y convertir dos "tostones" de "50 centavos" en un Peso (dos tostones tienen, exactamente, la misma cantidad de plata fina que cuatro marcos); y 3a. Eliminar el Peso de oro, y monetizar el "tostón" ejerciendo en él la fuerza de la ley de que es portador y que dice "50 centavos," a la par, con medio dólar y dos marcos.

"Otra solución cualquiera derrocha la riqueza nacional, hace perder a México su soberanía y constituye a los legisladores en el hazme reír de economistas que no entienden la ciencia económica ni la jurisprudencia de la moneda.

"El infrascripto pide al ilustrísimo Congreso Mexicano, indulgencia para sus observaciones contenidas en este memorial, pero afirma que está dispuesto a demostrarlas y sostenerlas bajo cualquier pena, y tiene el honor de firmar con toda consideración de los honorables senadores y diputados.

"México, 15 de octubre de 1917.- Tomás Cerón Camargo."- A la Comisión de Peticiones.

El C. general brigadier Prisciliano Ruiz, presenta un memorial que hacen suyo los CC. diputados Aureliano Esquivel, Miguel Alonzo Romero, y Andrés Magallón, en el que pide que las personas que formen la Comisión Nacional Agraria, sean independientes

de cualquier otro cargo o empleo de la Federación, con la sola excepción del Presidente de dicha Comisión.- A la Comisión de Peticiones.

El C. Presidente: Tiene la palabra para rectificar un hecho el C. diputado Basáñez.

El C. Basáñez: Un ejemplar viviente del amarillismo, vino hace dos días con el objeto de rectificar hechos y hacerme más cargos al rectificar estos hechos. El diputado Aguirre Escobar, que es del que se trata, se refirió al general Aguilar, porque yo había puesto, como testimonio de mis palabras, algo que en el Congreso Constituyente había expresado el diputado entonces, y hoy Gobernador del Estado de Veracruz. Mucho me extraña, a pesar de lo que dijo, que por lo que él llama patriotismo no había hecho la rectificación en tiempo oportuno y hasta hoy haya venido a esta tribuna, pasados diez meses.

Para aseverar esos hechos, no sólo puse como testigo al general Aguilar, sino algo también de lo que dice el libro del general Obregón. Pasando por alto esto, que me he visto obligado a expresar por dos circunstancias, la primera por ser mi amigo general Aguilar, y la segunda por haber sido yo la causa de que se hubiesen hecho estos cargos, voy a pasar a referirme a los cargos que me hace el diputado Aguirre Escobar. Se refería el diputado Aguirre Escobar a que siendo él Presidente de la Gran comisión de la Cámara, me acerqué yo varias veces a él con el objeto de que fuese yo nombrado miembro de esa Comisión.

Esta es una falsedad de la que ya la Cámara está perfectamente bien enterada, pues bien sabido es por ella que la Comisión de Presupuestos no es propuesta por la Gran Comisión, sino que fue por elección de esta Cámara; así es que ésta es una de las aseveraciones falsas asentadas aquí por el coronel Aguirre Escobar.

Si yo quisiera hacer más cargos, para lo cual no tengo ese deseo, podría yo, con los mismos comprobantes que el coronel Aguirre Escobar presentó para demostrar su fidelidad, hacer una demostración de que estas hojas de servicios, estas cartas se obtienen de amigos que tienen a uno estimación, aunque eso no sea un hecho. El mismo certificado dice en su parte final:

"Debido a la interrupción del tráfico, no le fue dable incorporarse a las fuerzas de mi mando. Durante todo ese tiempo el coronel Aguirre Escobar permaneció fiel a la Causa Constitucionalista y en constante comunicación telegráfica conmigo."

Se refería el que escribió este certificado, o sea el general Luis Gutiérrez, a que el coronel Aguirre Escobar había quedado en México cuando México estaba ocupado por la Convención. Dice que estaba en constante comunicación con él, al mismo tiempo que estaba en constante comunicación con don Venustiano, con toda seguridad, y yo entiendo que en esa época no había comunicaciones, porque don Venustiano no se podía entender con la capital de México. Paso a otra cosa para concluir. El diputado Aguirre Escobar dijo que se estaba documentando para hacer una acusación; espero pacientemente, mejor dicho, no paciente sino impacientemente esa acusación verdaderamente documentada como él lo ha ofrecido y le pongo un término de ocho días para que la presente, en el concepto de que de hoy para entonces, si no la presenta, merecerá de mí el calificativo de mendaz.

El C. Aguirre Escobar: Pido la palabra, señor Presidente, para dar satisfacción a los deseos del señor Basáñez. ¿Me permite la palabra? Seré breve.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aguirre Escobar: Señores diputados: Vengo a esta tribuna con el solo objeto de dar satisfacción y gusto a uno de los diputados que tal vez honran más a este Congreso. (Voces: ¡No se oye!) Vengo a esta tribuna con el objeto de dar gusto, menos pudiera ser, a uno de los diputados que tal vez honran más a este Congreso. El diputado Basáñez ha venido a decir aquí que no ha habido línea telegráfica, que no ha habido certificado, que no ha habido esto otro ni lo de más allá; tiene razón el señor Basáñez, no necesito certificados de nadie, soy como soy y así quiero que me conozca la Asamblea sin necesidad del certificado de nadie. En cuanto a la acusación, yo le suplicaría humildemente, si no tiene inconveniente, si no quiere ponerme tan corto ese plazo conminatorio que tanto susto me ha causado, yo le ruego al señor Basáñez que tenga la bondad, si no por mí que soy un pobre infeliz, por la Asamblea, por mis amigos, por esos hombres que están asustados de ver la triste suerte que se me espera. (Risas.) ¿Quiere Su Señoría el diputado Basáñez, alargarme ese plazo?

El C. Basáñez: ¿Me permite la palabra el señor Presidente? Para decir que él ponga el plazo.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Basáñez: Puede usted poner el plazo.

El C. Aguirre Escobar: Gracias, señor. (Risas y aplausos.) Compañero Basáñez, mire usted, le llamo compañero, no debiera. Pues bien, el asunto por el cual tendrá usted que ser juzgado en esta Representación Nacional es un asunto grave, de bastante gravedad; usted no le ha dado todavía la importancia que tiene, puesto que los dineros que usted pudo haber conseguido con sus habilidades, yo creo que una parte de ellos van dilapidados ya o gastados o invertidos, para el caso es igual. Yo me propongo y desde hace dos días estoy trabajando ya para conseguir esos documentos, sólo que naturalmente las personas con quienes usted trató, son de las que se llaman por mal hombre "coyotes;" hay uno de ellos que después de comida la mazorca en el matizal y viéndose perseguidos, han traspasado la frontera y hay que buscar el certificado, hay que ir a buscarlo allá donde hicieron la distracción aquella, y donde fueron a soltar el dinero que les pudo producir la combinación que con usted hicieron; hay que ir a buscar el recibo a Nueva York; pero no tenga cuidado Su Señoría, no se preocupe por esto, que soy un ciudadano de la República y he probado que sé cumplir con mi deber, y aquí en esta tribuna vendré a cumplir mis deberes con el pueblo acusando a usted del delito de cohecho. (Aplausos.)

El C. Chapa: Moción de orden, señor Presidente. Es muy triste que la Representación Nacional pierda su tiempo en asuntos meramente personales, que podrían arreglarlos fuera de ella. (Aplausos.)

En vista de que tenemos asuntos de trascendental importancia, pido a Su Señoría que los ponga inmediatamente a discusión. (Aplausos.)

El C. Hay: Para otra moción de orden, señor Presidente: Desde el momento en que se trata de cuestión que tiene referencia con acusaciones o con cargos a un diputado, creo pertinente que este asunto sea reservado para una sesión secreta, porque creo que la Cámara no tiene derecho de juzgar este asunto de esta índole, en sesión pública.

El C. Basáñez: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Como la moción de orden del C. diputado Hay está apegada al Reglamento, yo suplico al diputado Basáñez reserve sus interpelaciones para una sesión secreta.

El C. Basáñez: Pido la palabra para contestar al ingeniero Hay y al mismo tiempo hacerle una interpelación al diputado que acaba de hablar en la tribuna.

El C. Presidente: No hay nada a discusión.

El C. Basáñez: No hay artículo en el reglamento que me lo prohiba; yo le agradeceré que me permita hablar cinco palabras.

El C. Presidente: Invoco al patriotismo del señor Basáñez para que se sirva reservar su interpelación para mejor ocasión.

El C. Basáñez: Mi patriotismo va en parangón con mi honradez y yo necesito contestar tanto a lo que dijo el ingeniero Hay, como hacerle una interpelación al diputado Aguirre Escobar.

El C. Presidente: En concreto, ¿Su Señoría pide la palabra para una alusión personal?

El C. Basáñez: Para una interpelación y para decir dos palabras acerca de lo que dijo el ingeniero Hay.

El C. Presidente: Para una interpelación al C. Aguirre Escobar, si él lo consiente, tiene usted la palabra.

El C. Basáñez: Como eso se trató aquí en sesión pública, esta es una de las cosas que tenía que decir, debe seguir tratándose en sesión pública y la pregunta que iba hacer al diputado Aguirre Escobar era el plazo que necesitaba. (Voces: ¡Huy!) Que me diga cuál es.

El C. Aguirre Escobar: No puedo citar plazo para hechos que no dependen de mi personal realización.

El C. Basáñez: tiene usted un mes de plazo.

- El C. Presidente. Continúa la discusión de la Ley de Suspensión de Garantías y están inscriptos para rectificar hechos de los CC. Cabrera, Pruneda, Peña, Cravioto... Tiene la palabra para rectificar hechos conexos con la Ley de Suspensión de Garantías, el C. Cabrera.

El C. Cabrera: Señores diputados: Los hechos que voy a rectificar no son de carácter personal, son conexos al debate y quise esperar la publicación del Diario de Debates porque ya nos está resultando choteo aquello de que los diputados dicen algo en la tribuna y luego lo niegan en las columnas de los periódicos y luego resulta que se contradice con lo que dice el Diario de los Debates.

El diputado Siurob, que tiene una lengua demasiado suelta, pero la memoria demasiado flaca, (risas) dijo en la sesión del lunes pasado lo que el Diario de los Debates dice a continuación:

Allí tienen ustedes, señores diputados, en la Secretaría de Hacienda, a un individuo de nombre Basave del Castillo. Este individuo ha servido a todos los gobiernos, a Díaz, a Huerta, a todos los gobiernos usurpadores o libertarios, o cualquiera que haya sido su filiación. Es un individuo que ha quebrado tres veces, esencialmente reaccionario y que se encuentra al frente de la Compañía de Préstamos y Bienes Raíces, no sé cómo se llama, una compañía que manejaba veinticinco millones de pesos, pero que, en la actualidad, está quebrada y, naturalmente, un hombre que ha quebrado tres veces, tiene que quebrar la cuarta."

Deseo hacer diez rectificaciones a este párrafo (risas), diez, y las hago porque soy miembro de la Junta Directiva de la Caja de Préstamos para Obras de Irrigación y Fomento de la Agricultura. y como tal, tengo conocimiento de los hechos relacionados con la Caja de Préstamos. En primer lugar, deseo aclarar que el señor Basave no se llama Basave del Castillo; en segundo, deseo rectificar que no ha servido, antes del Gobierno revolucionario, a ningún gobierno; en tercero, que no sirvió a Díaz; cuarto, que no sirvió a Huerta; quinto, que no ha servido a ninguno de los gobiernos usurpadores; sexto, que no ha quebrado ni tres, ni dos, ni una sola vez; séptimo, que no es revolucionario, sino que es uno de los más connotados revolucionarios de que puede vanagloriarse la Revolución. (Voces: ¡Pruebas!) Octavo, que no se encuentra al frente de la Compañía de Préstamos y Bienes Raíces, sino que es gerente de la Compañía de Fomento a la Agricultura y Obras de irrigación. Noveno, que la compañía no manejaba veinticinco millones de pesos y décimo, que la compañía no está quebrada. (Risas.) En efecto , señores diputados, la compañía de Préstamos para Obras de Irrigación y Fomento de la Agricultura, institución que fue fundada por elementos absolutamente científicos en la época del señor Limantour, contrajo el Gobierno por ella una deuda no de veinticinco millones de pesos, sino de cincuenta millones de pesos, los cuales, todos absolutamente, los invirtió en préstamos a la agricultura. Todos estos préstamos fueron hechos con la denominación de "a pagar en moneda de curso nacional," y siendo la Compañía de Préstamos, por consiguiente, un acreedor hipotecario con el dinero del Gobierno y de los Bancos, que había prestado cincuenta millones de pesos, habiéndose venido, naturalmente, la crisis monetaria, esta Compañía se encontró en graves dificultades, tan graves, que se necesitó del talento y de la estricta honradez y del espíritu práctico, pero al mismo tiempo esencialmente revolucionario de don Carlos Basave, para que esta compañía no fuera al desastre que debía haber sido, como una de tantas lacras que nos legó la Secretaría de Hacienda en tiempo del señor don José Ives Limantour y la Secretaría de Fomento en tiempo del señor don Rafael Hernández. Considero necesaria esta rectificación, porque es injusto que uno de los esfuerzos más honrados, más sinceros, más radicales y más revolucionarios, venga a ser destruido exclusivamente por un diputado que tiene la costumbre de hablar sin fijarse absolutamente en lo que dice, por un diputado que yo no le he visto ni una sola vez traer

un documento en prueba de sus asertos, sino que cada vez que habla aquí dice: "¿verdad, compañero López, verdad, compañero Aranda?," y esto es lo único que hace. (Risas y aplausos.) Yo deseo hacer esta rectificación en términos respetuosos para el señor Siurob, pero no puedo menos de acordarme de aquel coronel - y por cierto no del Ejército Constitucionalista -, que tenía un asistente llamado Nicasio, delante del cual contaba siempre todas sus proezas.

(Voces: Jurado.) No era Jurado, pero quería que jurara siempre, y, por consiguiente, cada vez que contaba sus proezas, cómo había matado a uno, cómo había matado a dos o a tres, volvía la cara y decía: "¿Verdad, Nicasio?" Y Nicasio contestaba: "Sí, mi coronel." (Aplausos y risas. Campanilla.) Hasta que, por fin, un día el coronel contó como proeza, que él solo había puesto en fuga a cuatrocientos de a caballo, y, naturalmente, volvió la cara y preguntó a Nicasio: "¿Verdad, Nicasio?" Y Nicasio contestó: "Pido mi baja, mi coronel." (Aplausos y risas.) Así, pues, como un ejemplo de lo que dice generalmente el señor Siurob, he querido tomar algo que está escrito y en el cual ha afirmado diez cosas que absolutamente no sabe, pero precisamente he querido rectificar estos hechos, porque deseo prevenir a la Asamblea contra la lengua viperina del diputado Siurob, que, generalmente, tiene muy poco cuidado de lo que habla y, sobre todo, muy poco cuidado de asentar y basar sus afirmaciones en hechos.

En el presente caso, el diputado Siurob no conoce al señor Basave, más que porque el diputado Siurob, en nombre de sus votantes de Acámbaro, que son fraccionistas algunos de ellos de la Hacienda de San Cristóbal, quería, naturalmente, que los fraccionistas de la Hacienda de San Cristóbal pagaran menos de lo que la Caja les pedía, y por un lado el señor Siurob acusa al señor Basave diciendo que esta compañía está en quiebra, y por otro lado, como diputado por Acámbaro, quería representar a los fraccionistas de San Cristóbal para pedirle a la Caja que cobrara menos a los accionistas. Puede ser que haya tenido razón al solicitar tal o cual cosa, pero no es serio que, porque en tal o cual asunto personal o de otra índole no encontremos en un individuo la ductilidad que deseáramos encontrar, abusemos y abordemos la tribuna para venir a descargar aquí los odios y las rencillas que producen el no haber visto satisfechos nuestros deseos. (Aplausos.) En ese mismo sentido deseo rectificar las siguientes palabras del diputado Siurob. Dice el Diario de los Debates, y va de cuento, el señor Siurob nos dijo una vez desde esta tribuna que el único periódico verídico y revolucionario, verídico y revolucionario, era el "Excélsior," y hoy en la mañana me desayuné con la sabrosa noticia de que el "Excélsior" le llama mentiroso al diputado Siurob.

"Excélsior" publicó lo que dice el diputado Siurob y dice el Diario de los Debates - yo, por consiguiente, no rectificaré ningún hecho hasta que no vea el Diario de los Debates, para saber lo que se diga exactamente -, dice el diputado Siurob tratándose de los financieros americanos que nos ayudaron en nuestras labores, que "después se ha dado cuenta de que son excesivamente perniciosos, porque se llevan todo el reflejo de nuestra actual situación hacendaria, y van a las Universidades de Estados Unidos a dar a conocer nuestra situación de bancarrota....."

Puedo asegurar a los señores diputados que los señores Kemmerer y Chandler, profesores de la Universidad de Princenton y de Columbia, y que ya concluyeron su labor y regresaron a sus cátedras, han tratado los asuntos que de nuestra Secretaría tuvieron conocimiento, con la absoluta discreción de un caballero, no obstante que ninguno de los datos que tuvieron a mano para formular sus dictámenes es de los que deben permanecer ocultos, sino que son de los ya conocidos por el público y conocidos en todas las Secretarías de Estado y en todo el Gobierno; son, más aún, de los que deben ser conocidos en el informe general de la Cámara y de los que deber ser conocidos en el informe de la Primera Jefatura. Así, pues, estos señores que nos han ayudado y muy bien ayudado en la Comisión de Reorganización, concluyeron una labor que hicieron sobre los datos que todo el mundo debe conocer, han vuelto a su trabajo, y aseguro que es absolutamente falso que hayan ido a hacer a las Universidades extranjeras ninguna propaganda de ningún género, ni ningún uso absolutamente de los trabajos que se hicieron por el Gobierno Mexicano, porque fueron pagados por el Gobierno Mexicano para que trabajaran a ese efecto. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra, para rectificación de hechos, el diputado Pruneda.

El C. Pruneda: Señores diputados: Vengo a rectificar hechos y esta será la única vez que tenga yo que tratar de rectificaciones de hechos, referentes a una persona; pero debo advertirles que se trata de uno de nuestros mejores patriotas, uno de los hombres más abnegados en la Revolución y uno de los hombres que han sufrido más y más se han expuesto en la Revolución para conseguir los fines que a ello nos han impulsado.

Nuestro compañero el señor Cienfuegos y Camus dijo ayer en una interpelación que hacía al señor Aguirre Colorado, que el general González había hecho gestiones, que le informara, mejor dicho, de las gestiones que el general Pablo González había hecho para que un señor Zurita y un señor Pizá Martínez, generales convencionistas o amnistiados, ingresaran a las fuerzas del mismo general Pablo González. El señor general Aguirre Colorado no contestó la interpelación debidamente, puesto que únicamente se concretó a dar datos respecto al señor Pizá Martínez y no dijo cuáles habían sido los procedimientos del general González para atraerse aquellos elementos malos.

Mi rectificación es esta, señores, el señor general González no conoce al señor Zurita, como no lo conocemos ninguno de los que hemos trabajado a su lado en la Revolución. Nunca el señor Zurita ha estado a las órdenes del general Pablo González. Está rectificado ese punto.

El señor Pizá Martínez fue amnistiado por el general Flores Alatorre, y como el general Flores Alatorre ha sido zapatista, pidió que se le facilitara a este individuo que se había rendido, porque lo había mandado fusilar Zapata - nada más por eso -, para que le diera datos respecto de las guaridas

de los zapatistas. Este señor - lo digo enfáticamente, porque tengo datos suficientes para hacerlo -, nunca ha tenido mando de fuerzas en Topilejo, nunca ha sido general del Cuerpo de Operaciones del Sur. Este señor únicamente ha recibido algunas comisiones extramilitares. Además, en caso de que hubiera alguna culpabilidad en don Pablo González, muy digno, a quien muy pocos pueden hacerle cargos concretos, no sería él culpable, precisamente el culpable de todo esto, señores diputados, sería la Secretaría de Guerra y Marina, o, mejor dicho, las Secretarías de Guerra y Marina que ha tenido la Revolución, o, para mejor decir, los Secretarios de Guerra y Marina que ha tenido la Revolución, que no han dictado leyes, o, mejor dicho, que no han decretado procedimientos para extirpar de raíz los malos elementos colados en el Ejército Constitucionalista; no es culpa de los jefes subalternos de la Secretaría de Guerra, sino que lo es de los Secretarios de Guerra y Marina que ha tenido la Revolución. Después de hacer esa aclaración, me voy a permitir retar al compañero Cienfuegos para que haga cargos concretos respecto de aquella labor que dice ha desarrollado el general González, admitiendo elementos nocivos en su Cuerpo de Ejército; quiero que me diga cuántos generales, cuántos jefes reaccionarios tiene a su mando y cuándo los ha pedido; quiero también que me diga, pero haciendo cargos concretos, si tiene duda del patriotismo y de la lealtad del general Pablo González..... (Voces: ¡Nada de eso ha dicho!) El no lo habrá dicho, pero lo digo yo. Hay que ver las cosas tranquilamente. Lanzar un cargo a un jefe, a uno de los primeros jefes de la Revolución, como don Pablo González, lanzarle el cargo de tener a Zurita a sus órdenes y que él lo ha pedido, y de que también tiene bajo su mando al señor Pizá Martínez, que es tan bandido como se ha dicho aquí, es una injusticia. Por eso pido que el señor Cienfuegos y Camus diga si, efectivamente, tiene desconfianza del general Pablo González y que haga los cargos debidos.

Paso ahora a la siguiente rectificación, referente a la Ley de Suspensión de Garantías individuales. La Cámara ha oído los discursos más llenos de fogosidad de los diputados que están en contra de la suspensión de garantías, quienes han sido los que más mejor se han batido; pero no obstante esto, voy a hacer la rectificación que indico, por creerla muy necesaria. La Cámara debe tener en consideración que al dictarse esa ley no se va a dar poder para que la apliquen, ni a un sargento, ni a un soldado, ni a un general cualquiera que sea; se le dará únicamente (y así espero que lo acepte la Asamblea), a los Gobernadores de los Estados, a los Gobernadores de los Distritos (siseos), a los jefes de Ejército de Operaciones y a la Secretaría de Guerra y Marina. Hecha esa rectificación, señores, vuelvo a suplicar al compañero Cienfuegos que haga cargos concretos respecto a lo que acaba de decir, a lo que dijo ayer.

El C. Cienfuegos y Camus: Pido la palabra para una aclaración, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cienfuegos y Camus para una aclaración.

El C. Cienfuegos y Camus: Señores diputados: Desde ayer os prometí desde esta tribuna que no había de venir al día siguiente a hacer rectificaciones de hechos, porque cuando se me sale decir alguna cosa, tengo la pena de soportar las consecuencias de lo que yo pienso y digo; así es que no vengo a rectificar hechos, porque eso sería tanto como decir que lo que ayer dije es inexacto. Yo no tengo nunca la intención - tal es el respeto que me merece esta Asamblea -, para que yo venga a ofenderla con cargos falsos que agravian a miembros muy conspicuos de la Revolución, ni siquiera a los más enemigos. No sé dónde este muchacho compañero nuestro, (risas).....

El C. Montes, interrumpiendo: ¡Hombre, parece que estamos en la escuela!

El C. Cienfuegos y Camus, continuando: ....haya leído que yo haya injuriado de tal manera al general González, no sé dónde; pero sí señalé algún error del general González, ni siquiera atribuyéndoselo al él personalmente y sí creyendo que algunas influencias lo habían hecho obrar en tratándose de ese error; de eso no tengo la culpa y también no la tiene el señor general González. Dice que la Secretaría o los Secretarios de Guerra han tenido la culpa de todo lo que pasa en el Ejército. Yo quisiera que tuviera el valor bastante para decir quién es, en efecto, el responsable de que no se hayan dictado leyes especiales para impedir la intromisión al Ejército Constitucionalista de elementos que valen mucho por su desprestigio.

La Secretaría de Guerra en cierta ocasión quiso impedir que en el Cuerpo de Ejército de Oriente estuviese un señor mayor del Estado Mayor de don Pablo González, que no por don Pablo, repito, sino por el jefe de su Estado Mayor, estaba allí, y que había sido nada menos que uno de los más consentidos de la guardia presidencial del gobierno de Victoriano Huerta. Ese señor se llama Valente Rivera y en la Secretaría de Guerra debe existir la copia de un oficio que se dirigiera al jefe de Estado Mayor del general González o al mismo general González para que inmediatamente extirpara del Cuerpo de Ejército de Oriente a semejantes elementos; pero con esto no tuve la intención, no la tengo ahora, de arrojar sobre el general González ningún cargo; la mala intención la tiene en todo caso el señor Pruneda, que piensa antes que yo en tener tal o cual propósito. Yo no hice otra cosa que señalar los errores y aconsejar que se haga un esfuerzo colectivo para remediarlos; y cuando arroje algo que manche la reputación de un hombre, lo haré autorizado por la razón.

El C. Presidente: Tiene la palabra para rectificar hechos el C. Aurelio Peña.

El C. Peña: Señores diputados: Con motivo de la Ley de Suspensión de Garantías, no han sido escasos los ataques al Ejército Constitucionalista, encontrándose entre las personas que los hicieran, Su Señoría el diputado Manrique. Ayer nos citó un caso que publicó el periódico que se redacta en Oaxaca, "El Estandarte," relacionado con Tamayo; de seguro que el señor Manrique desconoce los antecedentes de este señor y por eso no sabe que se trata de un enemigo de nosotros. El señor Tamayo fue procesado el año pasado por haber sido jefe político en el Estado de Chiapas en tiempo de Palafox y también por haber sido jefe político en el Estado de Oaxaca, en el distrito de Ixtlán. El mismo señor

Tamayo en el artículo a que se refirió el señor Manrique, habla de que el jefe del destacamento es enemigo, suyo, enemigo personal y de ninguna manera es el individuo que fue a atacarlo y que él dice que era un bandido. Dice así:

"Antes de partir de Ocotlán, Tamayo sospechó que podía ser molestado y para evitarlo pidió la licencia de que se habla. Ese documento no lo mostró al jefe del destacamento, porque comprendió que al ser detenido en camino solitario podía correr peligro, puesto que se encontraba con la fuerza de un enemigo suyo."

Este señor Tamayo, aprovechándose de cierta amistad que tiene con algunos elementos militares, ha hecho uso de armas reglamentarias en el Ejército; iba armado y también llevaba dos hombres armados. El jefe del destacamento, cumpliendo con su obligación, tuvo necesidad de seguirlo y al impedirle el paso para quitarle las armas, este individuo se llamó asaltado; pero sepa el señor Manrique, como la Asamblea, que se trata de un enemigo del Constitucionalismo que nunca podía dar datos favorables para nosotros.

El C. Presidente: Para rectificación de hechos tiene la palabra el C. diputado Cravioto.

El C. Cravioto: Señores diputados: Yo considero verdaderamente antipatriótico quitar el tiempo a la Asamblea con asuntos personales, sobre todo cuando se está tratando de una ley de la urgencia y de la gravedad de la Ley de Suspensión de Garantías; pero como ayer durante una ausencia momentánea mía, al estar hablando el señor Cienfuegos y Camus me hizo una alusión que puede tener conexiones directas con la discusión, vengo sencillamente a expresar ante ustedes que protesto contra el cargo falso que me ha hecho el coronel Cienfuegos de que yo sea uno de los factores de la división revolucionaria. Con esta protesta, que yo espero ampliar más tarde, me basta por ahora para contestar la alusión del señor Cienfuegos y Camus, a quien yo emplazo y desafío para que de una manera categórica venga a esta tribuna a demostrar su aseveración, que desde luego, rechazo como falsa, y hago esta franca declaración, no por tratarse de la humilde personalidad mía, sino porque esto dará lugar tal vez a un largo debate y para que sepa el país quiénes son los responsables de la situación política actual de la República. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro del dictamen el C. diputado Cabrera.

El C. Cabrera: (Aplausos al subir a la tribuna): La repetición de ideas ya expuestas es lo más cansado que puede haber en un debate después de la rectificación de hechos y alusiones personales. En el presente caso no voy a decir nada nuevo en este debate, porque todo lo que se ha dicho es lo mismo que voy a repetir, solamente que procurando poner un poco de orden en el desbarajuste de ideas que se ha presentado a la consideración de la Asamblea por todos los diputados que me han precedido en el uso de la palabra. Todos los oradores que han hablado, sea que se hayan inscripto a la derecha o a la izquierda, en el pro o en el contra, todos absolutamente han expuesto razones que han traído al ánimo de los diputados el convencimiento de que nos encontramos frente a una situación que exige remedios, siendo uno de los que se presentan, la suspensión de garantías; y como esta suspensión de garantías está discutiéndose en lo general, puedo asegurar que para el efecto que los discursos anteriores han hecho en el ánimo de los diputados, todos los oradores han hablado en pro del dictamen. Todos absolutamente han visto la necesidad de un remedio y de un remedio, no el normal, el de la continuación de las cosas como están, sino de un remedio que haga comenzar una nueva era de gobierno o haga comenzar un nuevo manejo de las cuestiones públicas; pero como quiera que en muchas ocasiones la inconformidad de un diputado con el dictamen en lo particular, lo haga hablar en contra del dictamen en lo general, ha sucedido aquí que se han expuesto ideas que, aceptando en principio la necesidad de la suspensión de garantías, sin embargo rechazan la forma de la suspensión de garantías que se consulta. Yo voy a hablar en pro de la suspensión de garantías en lo general, pero hablaré en contra respecto de la suspensión de garantías tal como ha sido propuesta por la Comisión, más bien dicho, tal como ha sido propuesta por el Ejecutivo; porque yo también, como los oradores del contra, creo que la situación exige ese y otros remedios que es necesario poner, pero que no caben dentro de los límites de la Ley de Suspensión de Garantías. Yo no creo que haya oportunidad mejor para esta Asamblea y para el Congreso de la Unión en general, que la presente a fin de hacer una especie de balance político o, hablando en términos médicos, una especie de diagnóstico de la situación.

La convalecencia presenta complicaciones, se cita a una junta de médicos y vienen a desfilar por esa tribuna unos que lo son y otros que no lo son. (Risas.) Desfilan por la cabecera del enfermo desde las gentes de sentido común, rancheros, aun cuando no conocedores de la medicina, sino atenidos exclusivamente al dicho popular de que: "de médico, poeta y loco tenemos un poco," y dan su opinión; vienen las comadres con sus remedios especiales; (risas) pero ni las gentes de sentido común ni las comadres herbolarias son tan peligrosas a la cabecera de un enfermo, como los merolicos que se suponen con conocimientos médicos y que vienen a imponer su autoridad y vienen, sobre todo, a discutir si lo hizo mal el compañero Fulano o si lo hizo mal el compañero Zutano y si el defecto consiste en que este compañero se equivocó en el diagnóstico o aquél otro no se equivocó. Ese es el efecto que a mí me hace Siurob. (Risas y aplausos.) En medicina, mis respetos; es de la Facultad de México y la Facultad de México da buenos médicos; pero en política es un merolico (Risas.) En política yo no sé de qué facultad es, pero sí sé que todo se le va en decir que los compañeros de profesión lo hacen muy mal y que sólo él es el que conoce. (Voces: ¡Pruebas!) Ha habido ideas sensatas o que han hecho fuerza y que es necesario pasar en revista muy brevemente.

Rivera Cabrera dice: "Todos los gobiernos que acuden a la suspensión de garantías, caen." Y con

esto nos quiere decir que siempre que hay junta de médicos a la cabecera del enfermo, éste se muere. (Risas.) La verdad es que la mayor parte de los enfermos para quienes hay junta de médicos, se mueren; pero la verdad es que tenemos ejemplos de que las suspensiones de garantías, al principio de regímenes, casi siempre han salvado la situación: Juárez y Díaz. Ejemplos de suspensiones de garantías en los últimos momentos del pataleo de gobiernos ya condenados en la opinión pública: Díaz, Huerta. (Voces: ¡Madero!) ¿Madero? (Voces: ¡No se dio la ley!) La suspensión de garantías es el remedio que prescribe la Constitución, y naturalmente el deber de esta Cámara es saber que como remedio heroico sólo debemos emplearlo cuando lo necesitamos; pero que si lo empleamos, debemos emplearlo valientemente; que no debemos emplearlo a medias, sino con talento y con valor. Por consiguiente, las palabras del diputado Rivera Cabrera quedan contestadas y borradas en este sentido: si no sabemos emplear la Ley de Suspensión de Garantías será inútil.

Peralta, Cienfuegos, Manrique, etc., han intentado encontrar las verdaderas causas del malestar y las han buscado en los defectos de organización interior de nuestro Gobierno; por eso hemos escuchado lo que se ha dicho acerca del Ejército o acerca del Poder Ejecutivo. En honor de la verdad, no sé por qué tanta alharaca con respecto a lo que han dicho los diputados Peralta y Cienfuegos; tal vez no veo la razón porque no soy militar, pero la verdad es que el inconveniente único que le encuentro a la alocución de Peralta, no es que no fuera cierto mucho de lo que dijera, sino el hecho - que por cierto ya dio a conocer "El Universal"-, de que él era Secretario de la Comandancia Militar a las órdenes del general Hill....

El C. Peralta: ¡Es falso!

Presidencia del C. SÁNCHEZ PONTÓN LUIS

El C. Presidente: Se llama al orden al C. Peralta.

El C. Cabrera: Si no era Secretario, entonces ya nada tengo que decir sobre esto. Lo cierto es que cuando Gonzalo de la Parra publicó "Las Prerrogativas de las Águilas," en cuya introducción se explicaba que no se refería a todos los militares, pues que había honrosas excepciones; y cuando "El Universal" reprodujo el artículo de la Parra, fue el general Hill quien mandó aprehender a Palavicini y a Gonzalo de la Parra y ordenó la clausura de la imprenta de los periódicos de ambos. Ahora he releído al artículo de la Parra, y la verdad es que no dice nada, ni la mitad de lo dicho por Peralta, Cienfuegos, Manrique, etc., pero ya llegaremos a esta materia del Ejército y veremos que, aunque hay un mal, no es tan grande como se supone, ni son estos medios de suspensión de garantías los que podemos aplicar para la reorganización del Ejército. Por lo demás, me parece perfectamente bien que se haya traído a debate esta cuestión, para que de la discusión surja lo que pueda quedar de verdad en los hechos.

El diputado Siurob echa toda la culpa a los colegas; para él la causa de todas nuestras desgracias consiste en el Gabinete, menos Pani... ¿Y quién otro? (Voces: ¡Rouaix!) Y Rouaix. (Voces: ¡Los más malos!) También tiene razón el diputado Siurob, también puede haber causas derivadas de error que nos hagan dar traspiés; pero la verdadera gravedad de la situación que se ha tratado de pintar aquí, no viene ni del Ejército, ni del Gabinete, ni de ninguna otra de las causas que yo llamo de orden interior, con las cuales tenemos que enfrentarnos; la situación es absolutamente otra, y no es cierto que nos encontremos dentro del Poder Ejecutivo con la heterogeneidad con que se encontraba por ejemplo Madero. En el Poder Ejecutivo, bajo Madero, el defecto consistió en que había Secretarios connotadamente científicos al lado de Secretarios connotadamente mochos y al lado de Secretarios connotadamente revolucionarios, y el hombre que era Jefe del Gobierno no tenía - lo diremos con franqueza - la energía suficiente para concentrar todas estas diversas opiniones y dictar él la resolución que como Jefe de Estado tenía que dictar; sino que, naturalmente, se hizo un gran número de cosas directamente por la acción de los Secretarios. En la actualidad - yo no sé si esto lo toméis como una adulación o como un ataque al Presidente de la República -, en la actualidad no hay más voluntad en el Poder Ejecutivo que la de don Venustiano Carranza, sean quienes fueren los Secretarios. Ya lo he dicho en otra ocasión: mientras don Venustiano Carranza sea Presidente de la República, los Secretarios no serán más que los Secretarios. (Voces: ¡Claro!) Por consiguiente, no es un problema de heterogeneidad lo que nos preocupa; hay que rascar un poco más y hay que ver cuál es el problema que tenemos enfrente, porque no basta decir a sotto vocce y con temor: "la situación anda muy mal;" ni basta decir: "estos conspiradores de la ciudad;" ni basta decir: "estos asaltantes de trenes;" es necesario ligar. Todos éstos - que me entienda mi colega el diputado Siurob -, no son más que síntomas para hacer el verdadero diagnóstico de la enfermedad. En primer lugar, señores diputados, la Ley de Suspensión de Garantías se justifica, yo diría - traduciendo la Constitución -, únicamente en tres casos: cuando esté en peligro la Patria, cuando están en peligro las instituciones o cuando esté en peligro la sociedad. ¿Qué cosa es lo que está en estos momentos en peligro? ¿Está en peligro la Patria? Sí está en peligro la Patria y por causas de orden internacional de que hablaré después. ¿Está en peligro la Revolución, que es la institución alrededor de la cual todos estamos agrupados, tanto los de la derecha como los de la izquierda? Sí está en peligro la Revolución. ¿Está en peligro el Gobierno? Sí está en peligro el Gobierno, pero no es nuestro deber defender al Gobierno por el sólo hecho de que sea Gobierno, cuando menos, no entendemos todos así nuestro deber; sino que es nuestro deber defender al Gobierno, porque el Gobierno actual es la última esperanza de la Revolución de siete años. Si este Gobierno fracasa y vuelve a ser arrebatado el Poder

por la Reacción, las esperanzas de redención del pueblo mexicano están concluidas. (Aplausos.)

Es a vosotros, señores miembros del Partido Liberal Constitucionalista, a quienes principalmente me dirijo: vosotros tenéis aquí al más terco de vuestros enemigos para todo lo que no afecta a la causa, que es vuestra y que es nuestra; pero vosotros tenéis aquí al más fiel y más terco de vuestros aliados para todas las cosas en que estén interesados los principios por los cuales hemos luchado vosotros y nosotros. (Voces: ¡No, todos!) Cuando al discutirse mi credencial se dijo desde esta tribuna que el diputado Cabrera sería un perpetuo elemento de discordia, afirmé que llegarían momentos en que mis discursos y mis palabras no serían un toque de dispersión, sino un llamado a la unión a todos los revolucionarios que se sientan en estos escaños. (Aplausos.) Ese llamado es el que vengo a hacer ahora; no estamos en desacuerdo en ninguno de los grandes principios que nos unen; en este debate ni siquiera estamos en desacuerdo respecto a la defensa del Gobierno, porque nosotros los ministeriales, y vosotros los independientes, como os llamáis, estamos de acuerdo en que es necesario defender la forma de Gobierno en que nos encontramos, porque si este Gobierno cae, la Revolución sufrirá. Por consiguiente, no hay en estos momentos absolutamente ninguna razón de disidencia ni de desunión entre nosotros y por consiguiente, si hablo es solamente con el propósito de convenceros de que los medios que debemos poner, deben ser perfectamente estudiados, con un espíritu de unión y de cooperación que nos vuelva a hacer fuertes delante del enemigo, al cual vamos a tener que combatir. Tenemos para comenzar la revista, una situación económica delicada, y pongo por delante la situación económica, porque bien sabido es que, en política, en habiendo dinero hay éxito, y en no habiendo dinero, no hay éxito. ¿Quiénes son los responsables de esta situación económica? No tendría ningún inconveniente en decirlo; pero cuando se trata de curar una enfermedad, poco se pregunta acerca de cuáles fueron los orígenes de ella; una vez que ha sido comprobada, en más urgente poner el remedio, que echarnos a la cara responsabilidades en esta materia. La causa del malestar económico en que nos encontramos parte de todos, más bien, es una consecuencia necesaria de siete años de guerra que ha sido preciso gastar para llegar a las condiciones en que nos encontramos; los responsables de la situación económica de México somos todos, absolutamente todos los que consideramos que era necesario destruir para poder reconstruir un nuevo edificio; no es tiempo de culparnos de si estábamos o no estábamos suficientemente preparados para hacer frente a la labor de reconstrucción, y no sólo no es tiempo de culparnos, sino que yo aseguro, con la fe que me da, no solamente el cariño hacia mi patria, sino también el conocimiento de los hechos, que México tiene perfecta facilidad de reponerse económicamente, siempre que sepa hacerlo y que sea bien y honradamente ayudado por todos sus hijos.

Hemos destruído la propiedad, es cierto, la hemos destruido todos; pero es necesario reconstruirla; hemos paralizado la marcha económica del país, es cierto, pero no hay más manera de volver a establecer el crédito y la circulación monetaria en estos momentos, que declarándonos vencidos, llamar nuevamente a las instituciones bancarias, a quienes arrebatamos el poder financiero y decirles: "no servimos para el caso, vuelvan a expedir sus billetes; estamos vencidos." ¡Eso no lo haremos nunca! (Aplausos.) Tenemos un servicio ferrocarrilero deficiente por muchas razones, por muchas absolutamente; pero quien quiera que fuera, no lo tendría tampoco enteramente perfecto; hemos destruido una gran cantidad de propiedad ferrocarrilera, porque era necesario destruirla para la guerra; por consiguiente, no debemos admirarnos, debemos buscar los medios de reconstruir lo que hemos destruido. La falta de comunicación férrea es tremenda, es difícil, es escasa y también se presta a toda clase de ataques, a toda clase de críticas y a toda clase de abusos; pero es necesario reconstruir, volver a poner en movimiento el sistema, para que pueda volver a circular en el país, porque mientras no volvamos a tener comunicaciones ferrocarrileras adecuadas, será muy difícil que nos restañemos económicamente. Por último, el cielo, que se había mostrado clemente con nosotros hasta el año pasado, este año se ha propuesto ponernos a prueba; hemos perdido las cosechas, no tenemos cosechas de maíz para comer en este año, ni siquiera en un veinticinco por ciento de lo que habíamos tenido en años anteriores; pero el remedio no es ponernos tampoco a robar las que quedan en pie y, por consiguiente, es indispensable ver qué hacemos para comer. Lo primero que nos ha ocurrido es procurar importar el maíz, que en otras ocasiones también habíamos importado de otros países; pero en estos momentos nos encontramos en condiciones internacionales de tal naturaleza, que nos es imposible hacer una franca y abierta importación de maíz a nuestra Patria con el fin de nivelar el precio del cereal. Aquí despunta el elemento internacional actual como responsable de todas nuestras desdichas; sí, señores, después de siete años de guerra, nos encontramos con una situación interior económica difícil y con algo más: con una situación internacional verdaderamente difícil y una de cuyas primeras medidas por parte de los Estados Unidos, que se encuentran en guerra, ha sido prohibir la salida de artículos de primera necesidad, como lo están haciendo todos los países que tienen un poco de sentido común en estos momentos, por su propia defensa y como tienen que hacerlo todos los que tienen que defenderse. Por consiguiente, estamos en una situación que es difícil verdaderamente por lo que a esto se refiere; pero ni una sola línea de esfuerzo se ha ahorrado, no ahora, antes que se dictara en los Estados Unidos la ley llamada el Food Bill, que prohibe la exportación de artículos de primera necesidad, ya el Presidente de la República estaba tratando el modo de evitar que esa ley trajera sobre nuestro país las calamidades que necesariamente debía traer; antes que el Senado americano aprobara la ley de Food Bill, ya don Venustiano Carranza estaba tratando, tanto en Washington como en México, la manera de evitar las consecuencias de esa ley.

Tenemos restricciones todos en general en el comercio con los Estados Unidos y a eso se ha debido el desequilibrio de la balanza de nuestro comercio exterior con ellos, y estas restricciones explicables para los Estados Unidos, traen una situación para nosotros que es difícil de combatir, Nosotros continuamos exportando todo lo que podemos a los Estados Unidos, pero no podemos importar de los Estados Unidos más que lo que gradualmente puede pasar por las puertas estrechas de las comisiones autorizantes y, por consiguiente, es natural que resulte siempre una balanza, que erróneamente llamamos favorable a nuestro comercio, pero que naturalmente es desfavorable, supuesto que no podemos importar un equivalente de Estados Unidos, ni los Estados Unidos nos podrían permitir importar todo el oro para compensar la diferencia de nuestra balanza, porque ellos también tienen que defender sus reservas en oro, porque es necesario darnos cuenta de que no todo son las pequeñas responsabilidades que hemos escuchado aquí, sobre las cabezas de los gobernadores, llámese Cámara de Diputados cuando le achaque responsabilidades los obreros; llámese Ejecutivo cuando le achaquen responsabilidades los diputados, o llámese Ejército cuando le achaquen responsabilidades los que lo consideran responsable de una situación internacional difícil, y tiende a agravarla el esfuerzo persistente y constante de ambos contendientes en el mundo por arrastrarnos a la lucha.

Estamos en equilibrio inestable y tenemos que resistir constantemente las insinuaciones sinceras de opinión en un sentido y las insinuaciones sinceras de opinión de otro sentido, y tenemos que resistir con fuerza las insinuaciones perversas y malévolas que nos vienen de un lado y las insinuaciones perversas y malévolas que nos vienen del otro lado. Nuestra situación internacional es delicada, porque absolutamente nadie puede prever lo que pasará mañana o pasado, ni ningún estadista del mundo puede preveer cuál será el resultado de la guerra que ahora existe en el mundo. Esta situación internacional complica nuestra situación económica también por falta de comunicaciones marítimas que para nosotros han quedado reducidas a su más mínima expresión, al grado de que con excepción de dos barcos españoles al mes, podemos decir que no tenemos absolutamente más medios de comunicación con el mundo exterior, que los barcos que los Estados Unidos pueden por el momento permitir que hagan los viajes á México y que no podemos saber si más tarde o más temprano, estos medios de comunicación quedarán suprimidos, limitándosenos a no tener más comunicación con el mundo exterior que la línea de Laredo, la de Ciudad Juárez, para la Mesa Central, y la del Sud - Pacífico, para los Estados del Pacífico. Esto complica considerablemente nuestra situación económica.

Vamos ahora a la situación política. El Presidente de la República, no diré con discreción - como diría la Comisión -, sino con la prudencia que le caracteriza, no ha dicho más que lo que como Presidente de la República podía decir al Poder Legislativo; toca al Poder Legislativo estudiar por sí mismo, porque también tiene sus fuentes de información, cuáles son las verdaderas causas y cuál es la verdadera situación. El Presidente de la República ha dicho en días pasados que lo que necesitamos es dar cierta garantía al trabajo y a la propiedad; que esto es urgente y que por eso consultó una Ley de Suspensión de Garantías para los bandoleros, plagiarios y asaltantes de caminos. Toca a nosotros leer entre líneas y completar el pensamiento. Por un momento yo estuve casi de acuerdo con que estos asuntos se trataran en sesión secreta; pero después de todo, no hay mal que por bien no venga y creo que en los momentos actuales no nos arrepentiremos de tratar nuestras cuestiones en público; y si las sabemos tratar, será el mejor aviso que el enemigo pueda recibir de que estamos dispuestos a la lucha; hacemos bien en tratar nuestras cuestiones políticas a puerta abierta. (Aplausos.)

Sigo arrogándome el carácter de colega del doctor Siurob y me permito otra comparación: los síntomas de la enfermedad ya no se acostumbra curarlos, los síntomas de la enfermedad hay que estudiarlos para hacer el diagnóstico y aplicar el remedio a las verdaderas causas. La terminología no será muy científica; pero ese es el hecho. El asalto a un tren, el asalto en un camino, el robo a una propiedad, el plagio de un hombre o de una mujer, etc., no son más que los síntomas, y los ejecutantes de estos, no son más que los ejecutores de estos hechos. Si estos síntomas fuesen aislados, si estos síntomas tuviesen un carácter esporádico, entonces estaría bien que atendiésemos a curarlos como si por ejemplo una pústula o un flemón fuera el único síntoma que tuviéramos a nuestra vista; pero si por muchas partes del país ocurre lo mismo y en muchos lugares pasa igual cosa, es obligación del político ver si estos síntomas son de naturaleza aislada independiente o si hay una causa común que los liga; y si hay una causa común que los liga, entonces debemos ver cuál es esa causa. En la actualidad yo creo que no cometo ninguna imprudencia ni ninguna indiscreción, ni parlamentaria ni nacional, declarando que hay entre todos los actos de vandalismo de que somos testigos, una relación tal, que nos indican que los enemigos que tenemos al frente no es aquél o aquél o aquél asaltante, sino alguien o algunos que les prestan económicamente, políticamente y socialmente su apoyo y, por consiguiente, el remedio debe ir a las causas de la enfermedad, sin que por otra parte podamos también paliar los síntomas, aplicando un remedio a ellos.

Está bien, demos una Ley de Suspensión de Garantías para estos síntomas; pero acordémonos de que es más urgente, más indispensable y más justa una Ley de Suspensión de Garantías para los verdaderos responsables de esta situación. (Aplausos.)

El C. Secretario Aranda: Habiendo transcurrido la media hora reglamentaria, se pregunta a la Asamblea si concede permiso al orador para que continúe hablando. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. Sí se le permite seguir hablando.

El C. Cabrera: Una situación política es consecuencia de las actividades de determinado elemento social; si no hay un elemento social interesado, podemos decir que no hay problema político.

Para resolver si hay problema político en México, es indispensable ante todo saber quiénes son los verdaderos enemigos que tiene enfrente el Gobierno; quiénes son los verdaderos enemigos que tiene enfrente la Revolución; quiénes son los verdaderos enemigos que tiene enfrente la Patria. En un esfuerzo de muy buena voluntad y de gran patriotismo hecho por todos los diputados que han hablado aquí, cada quien ha procurado buscar a los enemigos; pero nada más que todos los habéis mencionado en desorden, por lo que a mí no me toca más que clasificarlos: hay enemigos que están fuera de nosotros y hay enemigos que están dentro de nosotros. Hay enemigos que, desde luego, indiscutiblemente, no son revolucionarios ni pretenden serlo; y puede haber enemigos que, diciéndose revolucionarios, están dentro de nosotros. Los enemigos que están dentro de nosotros exigen una labor de depuración y de reorganización, mientras que los enemigos que están fuera de nosotros exigen una labor de lucha, de ataque, con propósito de vencerlos y con propósito de matarlos. Los salteadores de caminos, los asaltantes de trenes, los plagiarios, no son más que el arma con que se nos ataca; las cabezas, los que dirigen, los que alientan, los que mantienen las esperanzas, los que o quitan el pan para obligar al hombre a salir al camino real, o dan el dinero para que compre el rifle, a esos son a los que es necesario castigar. En la actualidad no podemos, de ninguna manera, decir que estos hombres sean los únicos responsables de la situación por que atraviesa el país.

Más aún, yo quiero siquiera por una sola vez levantar mi voz en son de protesta, como la levantó aquí otro orador, el coronel Peralta, para decir que las únicas leyes de suspensiones de garantías que hemos conocido hasta ahora, son suspensiones de las garantías de la vida para el pueblo bajo; que nunca hemos conocido otras leyes de suspensión de garantías que las que atacan al último escalón de los ejecutores del mal y que cuando se tratara de dar una verdadera Ley de Suspensión de Garantías para los verdaderos autores de los crímenes políticos o sociales que nos afecten, entonces veríais qué fuertes, qué poderosos, qué hábiles y qué inteligentes son todos esos autores; y, sin embargo, es necesario que por primera vez en la historia de México dejemos el cartabón de las leyes de suspensión de garantías que se nos han propuesto hasta ahora en todas las épocas de todos los Gobiernos y por primera vez pongamos un ejemplo de suspensiones de garantías que afecten y vayan directamente contra los responsables de los hechos que tratamos de remediar. (Aplausos.)

Por eso he dicho que en lo general, todos estamos conformes; en lo particular no estamos conformes, y, sobre todo, no estamos conformes porque no es justo que la única sangre que siga derramándose y el único castigo que siga aplicándose sea únicamente a los más ciegos de todos los factores que pueda tener un movimiento armado... (Aplausos.)Llamo enemigos exteriores de la Revolución a los que no están con nosotros en la obra de reconstrucción, ya sea que estén en la ciudad o en su casa, con tal que vean hacia el Gobierno y hacia nuestras instituciones; de fuera llamo exteriores a aquellos que todavía siguen abjurando, más bien dicho, que no han querido jurar la Constitución de 17 y que todavía levantan la bandera de la Constitución de 1857 como lo único sagrado que han podido recoger en sus manos y que, sin embargo, es lo único que nos presentan y lo único que presentan a los ignorantes para que se acojan a su sombra. Cuando digo enemigos exteriores, no quiero decir los que están fuera de México o fuera de la ciudad; quiero decir los que están fuera de la tendencia revolucionaria que nos une.

¿Existe el Ejército Federal? (Voces: ¡Sí!) Ya creemos que lo hemos destruido; ¡años y lustros han de pasar y todavía el compañerismo en el Colegio Militar o la jefatura de un hombre como Blanquet, ha de seguir siendo el lazo de unión entre hombres que perpetuamente han de tratar de luchar por la destrucción de nuestras instituciones!

¿Qué otra cosa representa Félix Díaz; qué representa Blanquet o Mondragón que se dicen ya unidos al primero? Representan la Reacción proveniente de ese cuerpo militar privilegiadísimo que se llamó Ejército Federal y que cree que con los restos de educación militar que recibió y que con los restos de disciplina que pagó esta Patria, puede todavía seguir organizando rápidamente sus mesnadas para venir a luchar contra nosotros; creen todavía que la sombra de un apellido, viniendo de ultratumba, puede ser suficiente motivo; creen todavía que son más capaces de organizar un cuerpo de ejército que nosotros. Por consiguiente, mientras sigan creyendo en sus capacidades, pensarán también constantemente en la posibilidad de derrocarnos. Los hombres que vivieron en el Colegio Militar y que reconocieron que su deber de militares estaba al servicio de la libertad y de la Patria, todos están con nosotros y tienen mi elogio y más mérito precisamente porque han sabido hacer el sacrificio de desligarse de sus compromisos, de sus afectos y amistades, para salvar a su país; pero los hombres que por encima de los intereses de la Patria consideran que está el compadrazgo militar y el espíritu de clase del Ejército Federal, esos son los enemigos y son los principales jefes; pero no llegan ni a la vía errada a poner la bomba de dinamita, sino que se mantienen prudentemente en la sierra, en el cuartel general o andan en forma de fantasmas viajando desde Guatemala hasta la Huasteca; y esos son los principales responsables de todo lo que se ejecuta a mano armada en nuestro país, y a esos es necesario tomarlos en cuenta y si no los tenemos a nuestro alcance, nunca hay que perder de vista que son los verdaderos autores de muchos de los hechos que podríamos considerar como meros actos vandálicos, pero que en realidad no son más que los síntomas de un esfuerzo que se está ejecutando desde el otro lado, de cada una de las dos fronteras que nos limitan.

¿Existe el villismo? Ya no, dirían muchos. Mientras haya un hombre vivo o en opinión de muchos vivo y otro hombre que sople a nuestro oído o al oído de los ignorantes las palabras: "Villa no ha muerto y vendrá, y si no es Villa, Villa ha dejado a sus lugartenientes para que continúen su obra."

El villismo, si no existe en el campo de la lucha, existe latente en los corazones de los ambiciosos, porque el villismo seguirá siendo perpetuamente el

ejemplo de cómo un hombre desprovisto absolutamente de todo lo que puede hacer noble al espíritu humano, desprovisto absolutamente de todo lo que puede hacer al corazón humano, pudo, sin embargo, en un momento dado, pretender ser el dictador de México, nombrador de presidentes y de convenciones; (siseos) aquel hombre que llegó a tener en sus manos uno de los más grandes poderes militares que se han podido tener en este país, será perpetuamente un peligro por haber sido el ejemplo de que no es necesaria ni cultura, ni patriotismo, ni sentimientos, ni inteligencia, ni nada absolutamente para poder ser un grande hombre en esta pobre Patria. Existe el villismo y el villismo hay que destruirlo, implacable e inexorablemente por medio de las armas, por medio de la educación y por medio de la experiencia; pero el villismo no es el principal problema.

¿Existe el zapatismo? Sí y quizá diría yo que el zapatismo, interpretado debidamente, no es ni siquiera ya un enemigo de este Gobierno. Zapata, Zapata y los que como él hayan pretendido conducir al sacrificio y a la muerte a sus compañeros, sí existen. La lucha contra el zapatismo ha sido dura, porque desgraciadamente la tendencia noble y la tendencia justa que había en todas las masas indígenas del Marquesado del Valle, sigue existiendo y tendrá que seguir existiendo; pero desgraciadamente, en vez de encontrar como su representante a un redentor, porque todas las grandes causas necesitan para su redención un redentor, es decir, un hombre de un alma muy grande que sepa morir por la causa que representa; encontraron como su representante a un hombre que cree que una causa tan grande como ésta podía solucionarse exclusivamente por medio del odio, del incendio y del derramamiento de sangre. No, señores; la razón de ser del zapatismo fue la misma del Constitucionalismo; pero mientras nosotros tuvimos la fortuna de encontrar a un hombre que supiera ponerse a la altura de la causa que nos impulsaba, todos los habitantes del Sur no pudieron encontrar a este hombre y tuvieron que ligarse a Zapata; es muy difícil, es absolutamente imposible que estas ligas queden destruidas y, por consiguiente, era necesario tratar el problema en condiciones enteramente distintas. Es necesario perseguir inexorablemente las manifestaciones del zapatismo, tales como su jefe Zapata las concibe, pero es al mismo tiempo absolutamente indispensable que veamos que el remedio que se esperaba para esta región, la más difícil en sus problemas agrario y económico de todo el país, lo tenga.

El zapatismo, cosa original, cosa curiosa, existe exactamente en el terreno que fue cedido por Carlos V al Marqués del Valle; es el sur de México: Morelos, parte de Guerrero, Sur de Puebla, Oaxaca, se extendió hasta Chiapas, es exactamente el feudo del Marqués del Valle, que fue durante cientos de años educado, reproducido, creado, es decir, que fue gobernador, educando, reproduciendo y creando a toda su población indígena en la más absoluta esclavitud. Las condiciones del Sur de México son actualmente distintas de las condiciones del Norte, y la prueba más tangible que podemos tener de ello es que pudimos dominar enteramente una situación al Norte del Valle de México y nos cuesta mucho trabajo y todavía no hemos podido dominar la situación económica, agraria, y llamémosle militar, si es que existe situación militar, al Sur del Valle de México. Allí es donde hablaremos, no de suspensión de garantías, sino de otras medidas que es necesario aplicar y que, por consiguiente, no tenemos que discutir ahora que se discute la suspensión de garantías, pero que es indispensable que sepamos que después de la suspensión de garantías, al día siguiente de la suspensión de garantías es necesario hablar de las tierras ociosas y es necesario hablar de los ejidos.

El zapatismo tendrá que ser dominado política y económicamente (voces: ¡Muy bien!); es muy difícil dominarlo militarmente. (Aplausos.) Sí os aseguro, diputado Peralta, sí os aseguro, diputado Cienfuegos, si os aseguro, diputado Zapata, que no será con Juan Banderas con quien dominemos al zapatismo; que no será absolutamente con los mismos medios con que Robles o Huerta pensaron dominar al zapatismo con lo que nosotros lo dominaremos; pero que al mismo tiempo será indispensable hacer sentir la existencia de la fuerza y del propósito firme de dominar una situación, no para luchar, ni siquiera para luchar, sino simplemente para traer a la razón y al convencimiento a los que no pueden venir a la razón y al convencimiento. El zapatismo se convencerá cuando vea que puede realmente.....

El C. Manjarrez, interrumpiendo: Cuando le den tierras.

El C. Cabrera, continuando: También es la mía. El zapatismo se convencerá cuando vea que hay verdaderas energías, que hay organización y honradez en el manejo militar de la máquina que pongamos enfrente de él para reprimirlo y cuando vea que no estamos precisamente tratando de aplastarlo o de asesinarlo, sino que simplemente le presentamos la demostración de nuestra fuerza, con el fin de que pueda entrar por el camino del trabajo. (Aplausos.)

Esos no son los enemigos, los enemigos son los que siguen: la plutocracia agraria, ya que casi no queda plutocracia científica, porque todos los capitales se han asegurado bajo la bandera de las barras y de las estrellas o cualquiera otra bandera extranjera; la plutocracia agraria que no ha podido disponer de sus tierras para venderlas al extranjero o cobijarlas con otro pabellón, esa sigue luchando persistentemente y eso es la que tiene que ser acometida, dominada o vencida, no por el Poder Ejecutivo, sino por el Poder Legislativo. A la hora de las responsabilidades no veamos, diputado Siurob - le cuelgo el milagro porque es de él -, no veamos hacia el Palacio Nacional, a la hora de las responsabilidades no miremos hacia el Ejecutivo mirando hacia arriba, cuando tantas veces hemos querido ver al Ejecutivo mirando hacia abajo; a la hora de las responsabilidades aceptemos las que tocan al Poder Legislativo y dejemos al Poder Ejecutivo las que le correspondan. La lucha contra el latifundismo no tiene que hacerse sino aquí, esa no puede hacerse por el Ejecutivo hasta que nosotros le hayamos dado las bases para que la haga, esa tiene que hacerla cada uno de los Ejecutivos de los Estados y cada uno de los Ayuntamientos de la República, cuando nosotros les hayamos

dado las bases para que la hagan. Así es que la lucha contra la plutocracia agraria tenemos que hacerla nosotros, y si el enemigo no resulta vencido, la responsabilidad es nuestra, nosotros debemos aceptarla y nosotros debemos continuar la obra lo más pronto que podamos, porque nuestra vida es corta.

Existe como enemigo también, digámoslo francamente, sin temores y sin pudores, la plutocracia extranjera, el dinero extranjero, no en la función directa de actividades, no tanto en función directa de actividades, como en funciones de conspiración al otro lado. Dinero que casi siempre era mexicano se ha nacionalizado extranjero; dinero que por muchos años ganó los veinte y los treinta por cientos de dividendos cada año; dinero que se llamaba nacional, dinero que se llamaba mexicano, ya sea con el nombre de Banco Nacional, ya sea con el nombre de Compañía Mexicana de tal o cual cosa, y que ahora resulta no es nacional, y ahora resulta que es dinero extranjero invertido en México, que espera, naturalmente, no sólo la protección, que ya va viendo un poco lejana, del Gobierno de la Casa Blanca, sino la protección de su propia fuerza puesta al servicio de la corrupción y del desorden. Yo no quiero que se crea que este discurso lo he hecho para atacar a tal o cual compañía extranjera; pero es necesario poner como ejemplo, un ejemplo que truene, que repercuta, y ese ejemplo lo tenemos en dos compañías petroleras que no solamente publican libros en los Estados Unidos destinados a luchar contra nosotros, que no solamente pagan a Francisco Bulnes o a Manuel Calero para que escriban contra nosotros, sino que dan dinero en su mano, directamente, a los rebeldes de la Huasteca para que sigan matando constitucionalistas. (Voces: ¡Es cierto! Aplausos.) ¿Qué excusa puede tener?

Yo sé, señores diputados, que estas compañías admiten el cargo; sí, dan dinero, armas, parque, lanchas, inalámbrica, correos, comunicaciones a Peláez y Compañía. (Voces: ¡Es cierto!)

¡Y dicen que lo hacen, porque si no les quemarán los pozos; pero la verdad es que estas dos compañías, una inglesa y otra americana, y para no confundirlas las mencionaré con sus nombres: la Compañía de "El Águila" y la "Huasteca Petroleum Company." Estas dos compañías están constituidas y manejadas por ingleses y americanos, cuyo valor civil frente al "chantage," es absolutamente reconocido. Un anglosajón no se deja estafar por medio de un "chantaje;" un anglosajón tiene siempre el valor de afrontar las consecuencias de un "blackmail," y es muy raro que un anglosajón ceda en estas materias; pero se dice: "Si como persona yo puedo resistir a un "chantage" y afrontar las consecuencias del "chantaje," como gerente o responsable de intereses ajenos yo no puedo poner en peligro el pozo tal o el pozo cual, y, por consiguiente, desde tres años el estado de rebeldía que persiste en las Huastecas y en las regiones petroleras se debe casi exclusivamente al aliento que han sentido los rebeldes de aquellas regiones al sentirse constante y regularmente nutridos con toda clase de elementos de boca y de guerra por conducto de nuestros enemigos.

Por consiguiente, cuando penséis en los asaltantes de los trenes de San Luis Potosí a Tampico, o de Veracruz o de cualquiera otra de las regiones conectadas o próximas a la Huasteca, pensad que hay una responsabilidad muy seria, no sólo de parte del jefe de esa fuerza, ya sea felicista o ya sea cualquiera otra cosa, sino que directamente hay una responsabilidad de elementos de capitalistas extranjeros que están efectiva y directamente dando dinero para que se continúe la guerra. (Voces: ¡Es cierto!) Si esta responsabilidad es de tal naturaleza que pueda llamarse culpable o no, en política no se discute, en política no se discute si uno ha estado en lo justo o en lo injusto, en política lo que es malo hay que suprimirlo, hay que evitarlo; por consiguiente, aun cuando tuvieran toda la razón, toda la justicia, toda la santidad las compañías que dan dinero a los rebeldes, dizque por librarse de los ataques a sus propiedades, eso es necesario evitarlo por todos los medios. (Aplausos.) Y si es necesario suspender algunas de las garantías que expresa nuestra Carta Magna, aun cuando no sea la de la muerte, porque esas compañías no mueren, aun cuando no sea la garantía de la vida, porque esas compañías no pierden la vida, sino que se reproducen constantemente, es necesario ver cuál de las garantías que esta Constitución otorga, es un dique para que evitemos que se sigan alimentando los rebeldes por medio de una compañía honrada y rica. (Voces: ¡Honrada y no!)

Los asaltantes, los plagiarios, los incendiarios, los dinamiteros, es cierto que causan profundísima alarma a la sociedad y es indispensable evitarlo; pero nunca debemos perder de vista que no son más que las manos ejecutoras de otras voluntades; que la dinamita no la fabrica el plagiario o el dinamitero, que todos los elementos de trabajo que les vienen a los rebeldes, les vienen de otras manos y casi siempre les vienen, regularmente y con el propósito directo de causar los males, y, por consiguiente, es indispensable poner limitación de tal naturaleza al comercio de esta clase, para que podamos evitar las consecuencias.

Más responsables que los dinamiteros, son los que, desde las ciudades, dan los avisos de salidas y entradas; más responsables son todos estos que yo clasifico bajo el nombre de conspiradores, propaladores e informadores, porque éstos son los que si no ayudan directamente - que sí ayudan -, mantienen constantemente en alto el espíritu del rebelde, que en todo momento cree ya que es posible triunfar. Estos son, digamos, casi invisibles; pero, afortunadamente, son invisibles porque son cobardes, y un sólo ejemplar, un sólo ejemplar en una ciudad, da más resultados que cien cadáveres colgados de los postes telegráficos en los campos. (Aplauso nutridos.)

Queda el otro, queda el último enemigo, el más fuerte, el más hábil..... (voces: ¡El clero!), el más inteligente, el más rico y el más astuto. (Voces: ¡El clero!) Ya lo habéis mencionado. Este, cuyas personas todas están a salvo, con excepción del obispo de Veracruz, Monseñor Pagaza, que está en su diócesis; no recuerdo que haya ningún otro obispo de todas las diócesis de la República que esté al frente de sus fieles, al frente de su grey: todos están en el extranjero, a excepción de algunos cuantos que de hecho no están en funciones y que se encuentran retirados; creo que en

México, por ejemplo, el de Cuernavaca o el de Durango. Todos los demás pastores de almas no están al frente de la grey; todos los demás pastores de almas están muy ocupados, tienen mucho trabajo..... (Voces: ¿En dónde?) Pues ahora ya no acostumbran estar en Roma, ahora se acostumbra estar en Estados Unidos, donde hay otro clero católico también fuerte, también rico, también poderoso, y que, sea por convicción o sea por complicidad, ayuda franca y abiertamente al clero mexicano en la labor que éste considera necesario emprender, y esta labor del clero mexicano no es absolutamente la labor de carácter religioso, porque todas las diócesis están encargadas a los gobernadores de la Mitra y todos los pastores de segundo orden y todos los párrocos se encuentran solos sin tener al frente a sus obispos. El clero, aparentemente y para los efectos de su lucha con nosotros, se encuentra desterrado; la traducción de esta palabra del inglés al español, quiere decir: se encuentra a salvo conspirando en el extranjero. Aquí no sentimos el poder y fuerza de la labor desplegada por el clero, por el alto clero mexicano, porque aquí no leemos inglés, y ellos trabajan ahora en inglés, y tienen abogados en inglés y publican folletos en inglés, y esta labor la hacen en inglés, sencillamente porque no necesitan hacerla en español, porque siempre han creído que la fuerza que les ha de devolver el poder y que la fuerza que les ha de devolver los tiempos perdidos por los cuales suspiran, ha de venir del extranjero, porque en el año de 60 también vino del extranjero y porque ahora que Roma está débil y reducida al Vaticano, ahora es preferible acogerse a cualquiera de los primados de la América del Norte, puesto que éstos son más ricos, más poderosos y más influyentes.

Señores diputados, la labor del clero, como toda labor del clero, jamás se conoce hasta que no da sus resultados; pero la labor del clero en los momentos actuales, hecha por los altos pastores en los Estados Unidos, es uno de los más grandes obstáculos que tiene enfrente la Revolución. ¿Con qué medios económicos cuenta? Cuenta todavía con algunos medios económicos muy importantes, que no son precisamente de los que ven, pero de los cuales, en alguna otra ocasión, tendremos que tratar en esta Cámara, cuando se presenten algunas iniciativas de ley directamente encaminadas a resolver esta cuestión.

Por lo pronto, creo deber, pedir mis excusas a la Cámara por tan largo tiempo como he ocupado su atención; creo deber, decirles que por lo que hace a los enemigos exteriores, el trabajo es de lucha y de lucha absolutamente a muerte; que por lo que hace a las deficiencias que en nuestro interior existen, son labor de persistencia y de constancia y de paciencia. Sí, que injusticias en los campos contribuyen a levantar en armas a algunas poblaciones; que es cierto que en algunos lugares, después de la oleoda de hielo que nos mandó el cielo, han caído las hoces, no de los campesinos, sino del capitán, o del coronel o del general, que trata de cosechar lo que dejó el cielo todavía intacto, es cierto, pero no es este el momento de aplicar la Ley de Suspensión de Garantías para ese efecto, olvidando aplicarla para otros efectos; es cuestión de organización, de revisión, de nuevos ensayos, de nuevos trabajos, es labor constante, persistente, de gota de agua, pero de gota de agua tremendamente fuerte, que ha venido efectuándose en el seno de nuestra Revolución desde hace cuatro años.

Nadie puede negar absolutamente, que el nivel militar, el nivel político, el nivel humano, el nivel patriótico del Ejército Constitucionalista en los momentos actuales, está muy por encima del nivel que ese mismo Ejército tenía hace tres años; hace tres años el Ejército Constitucionalista era una mezcla heterogénea de todo lo bueno, de todo lo malo y de todo lo desalmado que habíamos podido recoger para hacer la Revolución. En los actuales momentos, la selección natural y sabia que hacen las ambiciones, nos libró de la mayor parte de lo malo que teníamos, porque, como un imán, Villa fue capaz de recoger casi todo lo que era de sus misma ralea y pudo purificar considerablemente el Ejército Constitucionalista de todo lo malo que en él había. Que nuestra piedad, a veces engaña, se haya ejercido en indignos; que nuestra ignorancia, en otras ocasiones, nos haya conducido a admitir en nuestras filas a hombres que no debían estar o que son indignos de pertenecer a nuestro Ejército; que nuestra apatía, en ocasiones, no nos haya permitido abrir ni siquiera las hojas de servicios de algunos hombres y se hayan admitido, ya porque es simpático o habla bien, y que alguno de los mismos nuestros, en algunas otras ocasiones, olvidando las causas por las que han luchado, creen que deben apresurarse a hacer negocios para ganar mucho dinero, es cierto; pero estos no son los enemigos de fuera, estos son los enemigos de dentro, que hay que echar fuera, para que podamos verlos desde fuera si no quieren ser nuestros, o hay que hacerlos siempre a un lado para que no estorben nuestra labor.

Es cierto que estamos en una época difícil, porque es la época en que tenemos que reorganizar nuestro Ejército; pero la manera de enfrentarnos con este problema, es hacer esa labor de estudio para la organización y para la cuidadosa selección en el mando. En este sentido tienen perfecta razón todos los que pretenden y los que llaman la atención del Poder Ejecutivo, y en especialidad la Secretaría de Guerra, para evitar que se consumen hechos que podrían poner más tarde o temprano en peligro nuestro Gobierno; pero no tienen razón en pedir que no apliquemos la suspensión de la Ley de Garantías a otros a quienes es necesario aplicar. Que en el gabinete hay gente inepta, es cierto, eso ya lo he dicho en otra ocasión y no tengo absolutamente ningún empacho en decirlo.

Si estamos aprendiendo, pero, señores diputados de una vez para todas digamos claramente este concepto que es necesario gravar en la mente: los hombres que han hecho esta Revolución y que tienen la responsabilidad de reconstruir este país, no eran hombres que hubieran ya tenido las dotes de gobernantes; no eran hombres que hubieran leído en muchos libros ni en muchas revistas las ideas que debían aplicar; todos ellos eran hombres que tenían la desventaja de la ignorancia sobre los demás, pero que al fin y al cabo tenían la ventaja

de esa misma ignorancia frente a los otros que se nos presentaban con mejores conocimientos de nuestro pueblo y de nuestra condición, porque en eso sí somos absolutamente superiores a los que nos precedieron, pues con mejores conocimientos, con más honradez, con más patriotismo, podemos ver más claramente y resolver mejor los problemas que con muchos libros y con muchos tratados de ciencia.

El concepto debe ser preciso y quedar claro: en ciencia siempre nos han aventajado y siempre nos aventajarán nuestros enemigos; en conocimiento directo del país y de las necesidades de nuestro pueblo, en cariño, simpatía y amor hacia este mismo pueblo, y en patriotismo para la resolución de las cuestiones, nunca nos podrán aventajar. (Voces: ¡Muy bien!) Yo os pido, señores diputados, ya que la discusión de esta ley es sólo en lo general, que votéis por ella sin miedo, sin desconfianza; que votéis por esta suspensión de garantías que va a ser probablemente más amplia de lo que os figuráis; que debe ser más amplia de lo que se ha presentado, y cuando os pido que votéis por ella en lo general, por la afirmativa, no solamente es porque creo yo que se trata de una nueva situación con la cual vamos a tener que enfrentarnos, sino porque esta suspensión de garantías es natural, es consecuencia natural de un pequeño error político que cometimos hace unos cuantos meses.- y aquí vuelve a hablar el médico.-, no es que el enfermo se haya enfermado y le mandemos ponerse en cama; es que por atender a negocios muy urgentes había tenido que levantarse cuando todavía no estaba dado de alta. (Aplausos y risas.). Si para hacer la Revolución consideramos que era necesario hacerla a punta de espada y absolutamente por la fuerza; si las revoluciones no se hacen más que por la fuerza; si las conquistas verdaderas de las libertades no se hacen más que por la fuerza, si usamos la fuerza y no teníamos absolutamente, no digamos las garantías del artículo tal o cual, pero ninguna de las garantías existentes en la Constitución, porque la vigencia de la Constitución estaba en suspenso; pero en un momento dado, complicaciones de orden político y de orden internacional nos obligaron - y todavía creo que hicimos bien -, nos obligaron a reunirnos en Querétaro, dictar precipitadamente una Constitución, lo mejor que pudimos hacer de Constitución, e inmediatamente restablecer un Gobierno que tuviera el nombre de constitucional, porque era preciso que el enfermo, en un momento de angustia, se levantara de la cama y fuera a atender los asuntos sagrados de la Patria. Si lo que pedimos no es la suspensión de las garantías, lo que pedimos es la corrección del error que hicimos habiendo puesto inmediatamente, si está en todo justificado, la constitución de un régimen, que, sin repulgos ni gasmoñerías, debería llamarse régimen dictatorial que fue el que seguimos, lo que pedimos hacer no es un resurgimiento de este régimen dictatorial, sino el reconocimiento de una necesidad palpitante; si no pedimos absolutamente que se derogue la Constitución, si no pedimos simplemente que se reconozca qué garantías no podemos garantizar, no es que nosotros vayamos a dar nuestra sanción a tales o cuales principios, sino que simplemente nosotros vamos a remediar las necesidades de que por determinado tiempo y en determinado lugar, subsiste todavía un período preconstitucional, porque el período constitucional absolutamente estamos convencidos de que es difícil poder llevarlo a cabo.

Si en realidad no estamos pidiendo pisotear al día siguiente de jurada esta Constitución, lo que estamos haciendo es simplemente mandar nuevamente al enfermo a la cama de donde no debía haberse levantado. Si, pues, esta no es una cosa nueva, no es una cosa extraordinaria, no es ni siquiera el primer uso que hacemos de la facultad que nos da la Constitución, sino simplemente es la obediencia a la ley, a la gran ley a la cual no podemos absolutamente desobedecer, que es la ley de la necesidad política que nos obliga a tomar una medida del tamaño que las circunstancias lo requieran.

En los momentos actuales, señores diputados, los países que están en guerra tienen absolutamente suspendidas sus garantías y los que no están en guerra tienen la barba a remojar y tienen también suspendidas las garantías, y nosotros, que no tenemos más comunicación con el mundo exterior que a través de un país que se encuentra también en guerra y que atravesamos por una convalescencia de siete años de enfermedad, debemos necesariamente no ser ilusos, no ser soñadores, no ser extremistas en nuestras exigencias para la conservación de todas las formas constitucionales, sino reconocer qué cosa es lo que se necesita para la salvación de las instituciones por las cuales hemos luchado. Parece absurdo que si hemos luchado para estas instituciones, estemos pidiendo inmediatamente la suspensión de ellas; pero vuelvo a ser médico: precisamente porque queremos sanar y estar en pie, es necesario meternos a la cama.

Así, pues, no desconfiéis, no vaciléis, no temáis, es necesario tener valor para hacer las cosas, y, en lo general, votar esta Ley de Suspensión de Garantías. Cuando llegue el momento de votarla en lo particular, entonces analicemos uno por uno los artículos que la componen y veremos que también en ellos estaremos de acuerdo; que también en ellos estaremos de acuerdo, porque todos estamos de acuerdo en una sola cosa: en que es necesario vencer al enemigo, en que es necesario en estos momentos estar unidos, en que es necesario luchar contra el enemigo común, no contra el enemigo de éstos, (señalando las derechas) o contra el enemigo de éstos, (señalando las izquierdas) sino contra el enemigo de todos los que estamos aquí reunidos representando a la Nación exclusiva, y directamente para el efecto de salvar los frutos de la Revolución. (Aplausos nutridos y voces: ¡A votar, a votar!) - El C. Siurob: Pido la palabra para contestar alusiones personales. (Voces: ¡No, no, no! ¡A votar!). Pido la palabra para contestar alusiones personales. (Voces: ¡A votar, a votar!) Pido la palabra, señor Presidente. (Voces: ¡A votar, a votar! Desorden. Campanilla.)

El C. Secretario Aranda: Se hace saber a la Asamblea que no han hablado aún los seis oradores en pro a que se refiere el artículo reglamentario. (Voces: ¡A votar, a votar! ¡Que se pregunte ! ¡No, no!)

El C. Presidente: Tiene la palabra para contestar

alusiones personales el diputado Siurob. (Voces: ¡No, no! Campanilla.)

El C. Siurob: Ciudadanos diputados: Por encima... (Siseos.)

El C. Robledo: Para una moción de orden pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra Su Señoría para una moción de orden.

El C. Robledo: Debe preguntarse a la Asamblea si está suficientemente discutido al asunto. (Voces: ¡No, no; sí, sí!) Han hablado tres oradores en pro y tres en contra. El Reglamento dice que pueden hablar hasta seis, pero basta que lo hagan tres... (Murmullos.)

El C. Siurob, interrumpiendo: Pido la palabra para una moción de orden. La moción de orden que hace el C. Robledo, no es moción de orden.

El C. Robledo: En caso de que no quiera la Presidencia consultar si está suficientemente discutido el asunto, me apoyo en el Reglamento para pedirlo, pues hay un artículo reglamentario, que aunque no lo tengo a mano, existe; pero en todo caso, debe continuar el debate y concederse la palabra para contestar alusiones personales al C. Siurob, hasta que termine este debate... (Siseos y desorden.) No hay razón para interrumpir este debate y por una parcialidad de la Mesa se ha concedido la palabra el diputado Siurob para contestar alusiones personales. (Continúa el desorden. Murmullos)

El C. Secretario Aranda: "Artículo 111. Antes de cerrarse en lo general la discusión de los proyectos de ley, podrán hablar seis individuos en pro y otros tantos en contra además de los miembros de la Comisión dictaminadora y de los ministros. En los demás asuntos que sean económicos de la Cámara, bastará que hablen tres en cada sentido a no ser que ésta acuerde ampliar el debate." (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. García Vigil: Moción de orden.

El C. Secretario Aranda: "Artículo 112 Cuando hubieren hablado todos los individuos que puedan hacer uso de la palabra, el Presidente mandará preguntar si el asunto está o no suficientemente discutido. En el primer caso, se procederá inmediatamente a la votación; en el segundo continuará la discusión; pero bastará que hable uno en pro y otro en contra, para que se pueda repetir la pregunta."

El C. Siurob: Ciudadanos diputados... (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Chapa: Para una moción de orden. (Desorden, Confusión.)

El C. Secretario Aranda: "Artículo 101. Los individuos de la Cámara, aun cuando no estén inscriptos en la lista de los oradores, podrán pedir la palabra para rectificar hechos o contestar alusiones personales."

El C. Presidente: En apoyo de estos artículos reglamentarios, la Presidencia no cree que pueda preguntarse a la Asamblea si está suficientemente discutido este asunto, pues todavía existen muchos oradores inscriptos en pro y en apoyo del último artículo leído, se le ha concedido la palabra al C. diputado Siurob para contestar alusiones personales.

El C. García Vigil: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. García Vigil.

El C. García Vigil: Afortunadamente la Asamblea ha oído por boca del ministerial don Luis Cabrera, que todos los que han hablado con anterioridad no lo han hecho precisamente en contra, sino que todos han hablado en pro. El señor licenciado Cabrera y las derechas que él titula ministeriales, si son consecuentes con sus principios por él expresados, convendrán precisamente en que todavía no se ha hablado en contra en lo general, y yo estoy inscripto para hablar en contra, pido que se haga justicia en este punto. (Aplausos.)

El C. García de Alba: Moción de orden. Que se lea el artículo 107 reglamentario.

El C. Secretario Aranda: "Artículo 107. Ninguna discusión se podrá suspender sino por estas causas: primera, por ser la hora que el Reglamento fija para hacerlo, a no ser que se prorrogue por acuerdo de la Cámara; segunda, porque la Cámara acuerde dar preferencia a otro negocio de mayor urgencia o gravedad; tercera, por graves desórdenes en la misma Cámara; cuarta, por falta de quórum; quinta, por proposición suspensiva que presente alguno de los miembros de la Cámara y que ésta apruebe."

El C. Presidente: Manifiesto a Su Señoría, con referencia a la moción de orden, que no tiene aplicación ninguna en este caso.

El C. García de Alba: Dice claramente el Reglamento que no puede suspenderse la discusión si no es por la causa que enumera el artículo. Yo no veo la causa ni el motivo por el cual se ha suspendido la discusión de la Ley de Suspensión de Garantías y se le ha concedido la palabra al diputado Siurob para alusiones personales.

El C. Presidente: Manifiesto a Su Señoría que no se ha suspendido la discusión de la Ley de Suspensión de Garantías y que el señor Siurob tiene derecho a contestar alusiones personales en este momento.

El C. Neri: Pido que se lea el artículo 101 reglamentario. (Voces: ¡Ya se leyó!)

El C. Siurob: Señores diputados: (Siseos.) Tanto me hacen mella estas manifestaciones contrarias cada vez que yo dirijo a ustedes la palabra en esta tribuna, que verdaderamente he ascendido a ella vacilante y temblando de miedo, (Voces: murmullos y siseos) y más todavía porque tengo que venir a combatir aquí al primer espada ministerial, (siseos) porque tengo que combatir desde esta tribuna al pontífice del desquiciamiento, cuando menos en Hacienda, (siseos) o al hombre a quien no le molestan las interrupciones, pero que siempre les hace caso; a quien no le molestan las palabras dichas en las curules, pero que sin embargo, las oye suficientemente y quiere batirse con media humanidad, y, por último, con quien, a pesar de tener la piel endurecida, piel de cocodrilo por ser uno de los viejos maestros en la política, sin embargo al primer rasguño, insignificante, como él le llama, de un humilde merolico, viene hoy a tomar la representación de todos los diputados ministeriales y viene a defender aquí al Gabinete. (Siseos.)

No extrañéis, pues, las grandes vacilaciones con que vengo a dirigiros la palabra, y dispensad si

en esta vez lo hago con más torpeza que en las anteriores; pero tenedme una poca de paciencia porque mi derecho es el mismo de cada uno de vosotros, (Voces: ¡Bien!) y si a cada uno de vosotros se le llama "merolico" o de tal o cual manera en esta tribuna, tiene mucho derecho a venir a defenderse. Por consiguiente, concededme un momento vuestra atención y yo os prometo que vais a gozar un poco. (Risas y siseos.) En cambio de esta atención, yo os prometo que pasaréis siquiera, un buen rato, para olvidar esa discusión pesada con esos argumentos tremendos, ya exhibidos por todos los oradores que nos precedieron y a quienes el señor Cabrera calificó de insignificantes, que no llegaban más que a la categoría de "merolicos," a otros, que eran comadres de vecindad, etc. Sólo él, él sí es una autoridad competente, Su Señoría, Su Magestad, el señor licenciado Cabrera. (Risas.)

El C. Martínez de Escobar: ¡Su Alteza Serenísima!

El C. Siurob, continuando: Aquí, CC. diputados, el señor licenciado Cabrera os ha contado cuentos, cuentos muy divertidos, y yo os voy a contar otros no menos divertidos que los del señor licenciado Cabrera. (Risas.) El señor licenciado Cabrera os ha hablado aquí de ciertos "nicasios" que se ha forjado en la memoria, porque él no los ha podido señalar, y yo sí voy a citarle a su "Nicasio" dentro de esta Cámara: el señor compañero Basáñez, que era anteriormente su "Nicasio;" pero hoy se le ha cuadrado y le ha dicho que le pide su baja. (Risas.) El señor licenciado Cabrera nos ha hablado de que hablan pésimamente mal los que él considera como "merolicos;" en todo caso, hablan menos mal, o dicen menos mentiras que los médicos que han pasado de "panzaso." (Risas.) Me refiero a él en el caso político, porque su labor ha sido censurada, excepto en la parte primera de su actuación política, durante la administración del Gobierno del señor Madero, en la cual fue acremente censurado. Por consiguiente, si él no ha hecho más que aprobar todo lo que hemos dicho desde esta tribuna todos los oradores del pro, si él no ha traído aquí ningún argumento nuevo para todos los argumentos que se han esgrimido aquí, no ha hecho más que repetirlos, comentarlos y darles una amplitud ampulosa, con mucha "Sans facon" y, en realidad con las mismas ideas que nosotros habíamos venido a exponer. (Siseos Risas.) De allí se desprende la siguiente moraleja: que tan mal lo hacen los que nos son merolicos, como los abogados que han abandonado la toga para convertirse en tinterillos o en rábulas que están al servicio de quien puede llenar sus ambiciones. (Siseos.) Yo no me refiero en este caso al señor licenciado Cabrera. (Voces: ¡Ah, ah!) Hablo en general de los abogados que se vuelven tinterillos.

Respecto de las rectificaciones que me hizo el señor Cabrera, aquí tienen ustedes: primera, que el señor Basave del Castillo no se llama Basave del Castillo, sino Basave del Castillo Negrete; es que como yo no conozco los títulos nobiliarios de todos estos individuos que se ponen muchos apellidos como yo soy un pobre palurdo, naturalmente que yo no conozco de estas exquisiteces de la heráldica, que si no se le aumenta el tercer o cuarto apellido a un individuo, ya no se le puede caracterizar ante la opinión pública; se necesita mencionarlos con todos los apellidos que designaban los antiguos clásicos.

En seguida dice el señor Cabrera que yo no traigo pruebas para venir a probar que este señor Basave ha servido a los Gobiernos dictatoriales, ni él las trajo tampoco. ¿En dónde están las pruebas que trajo? El no las trajo ni yo tampoco, y tanto derecho hay para creerle a uno como para creerle a otro (siseos, risas), con la agravante todavía de que yo no venía prevenido para atacar al señor Basave, puesto que yo toqué incidentalmente este ejemplo, mientras que el señor licenciado Cabrera sí venía preparado para la defensa y, por consiguiente, debió haber venido bien documentado para aniquilarme, con una olímpica elocuencia. Dice que este individuo no ha quebrado y él mismo me ha dicho hace unos momentos que este señor tenía un capital de seiscientos mil pesos y que actualmente está pobre, que no ha explotado en la Compañía de Préstamos y, por consiguiente, no tiene ni un centavo. ¿Y a un individuo que teniendo seiscientos mil pesos de capital durante corto tiempo no tiene nada, cómo se le llama? A ese se le dice que está quebrado. (Voces: ¡No, no! Siseos Risas.) Aparte de que estoy perfectamente seguro de que este señor sí ha quebrado, si no, allí está una prueba de que si no sabe manejar sus propias finanzas, menos sabrá manejar las ajenas, porque yo creo que es mucha presunción para saber que un individuo sabe hacer una cosa para los demás, que la sepa hacer para sí mismo. Si un ingeniero ha sabido construir para sí mismo una magnífica presa con la cual va a irrigar determinados terrenos, se puede suponer que será capaz de construir aquella misma obra para cualquier otra persona que se la encomiende; pero si el señor Basave no ha sabido conservar su propio capital, y fuerte, que es muy difícil que se destruya tan rápidamente si no ha sabido conservar seiscientos mil pesos, mucho menos sabrá conservar un capital de cincuenta millones, como dice el señor Cabrera, ampliando mi aserción sobre el particular. En seguida se ha referido el señor licenciado Cabrera a rectificar el nombre de la compañía. Por esa rectificación sí paso en lo absoluto; pero porque aquí mismo lo dije yo. En el Diario de los Debates dice: "y que se encuentra al frente de la Compañía de Préstamos y Bienes Raíces, no sé cómo se llama...."

Yo quería referirme a una compañía de préstamos cuyo nombre no cité correctamente; pero que lo mismo da para el caso, puesto que esa compañía sí existe, puesto que este individuo también existe, puesto que está al frente de esa misma oficina. Que me equivoqué, que no son veinticinco, sino cincuenta millones; lamento haberme equivocado, porque en todo caso la quiebra de esa casa no va a ser de veinticinco millones, sino de cincuenta, y todo con perjuicio del pueblo mexicano, de la Nación. (Risas.) Y, por último, que en la actualidad está quebrado; ya la prensa dio la noticia y de la noticia publicada en la prensa, en uno de los periódicos hace muy pocos días, de allí la tomé. Yo ya deduzco que es cierta, porque el hecho de haberla publicado la prensa y no haber contestado y rectificado la Secretaría de Hacienda, como era su obligación

para evitar que en el público circulen estas noticias alarmantes, me demuestra claramente que es cierta, puesto que la Secretaría de Hacienda, que tenía obligación de rectificarla, no la rectificó a su debido tiempo, como era su deber. Ahora, en el asunto de los Señores Kemmerer....y demás, en este punto concedo plena razón al C. Cabrera, nada más que me voy a permitir contarle un cuento, y es el siguiente: Un individuo se quejaba con otro de que su mujer era cortejada y que yendo una vez en la calle, el individuo que la cortejaba se le aproximó y pareció decirle algunas palabras. -¿Y qué hiciste?, le preguntaba el otro.

- Pues como no percibí bien lo que decía, no dije absolutamente nada para corregirlo; pero después volvió a insistir mi señora en que aquel individuo la cortejaba, y entonces yo, para convencerme de si era cierto o no que la cortejaba, invité a aquel individuo a que pasara al interior de mi habitación para presentarle a mi señora y observar si se ponían colorados o descoloridos. No pude observar nada; pero sucedió que cierto día, al llegar a mi casa, me encontré con que aquel individuo se encontraba encerrado dentro del mismo aposento de mi señora y que tenía allí no sé cuántas horas.

(Siseos. Voces: ¡Qué bárbaro!) "Pues bien, ¿Qué haré en este caso?" "¿Cómo qué harás en este caso?,'' le dice su amigo, vaciarle la pistola, dejarlo tendido en esos momentos, en los momentos de salir del aposento. Pero si es que no me constaba nada, si era que yo esperaba que se verificara...." no quiero decir lo que se debería verificar, me lo reservo.

Es el mismo caso del señor Cabrera: su esposa era la Secretaría de Hacienda, y dejó que entraran esos individuos al aposento de su señora la Secretaría de Hacienda; él, que debía velar por su honor, él, que debía ser tan celoso como César de su esposa, y, sin embargo, allí permanecieron esos individuos varias horas y no hay quien sospeche. Tiene razón el señor licenciado Cabrera. (Voces: Otro cuento, otro.) Respecto a la lengua de víbora que me atribuye el señor Cabrera.....(Voces: Viperina), es lo mismo, respecto a la lengua viperina que me atribuye el señor Cabrera, pues puede ser que sí la tenga (risas), sobre todo, todo depende del color con que se mira y todo depende de la clase de audífono con que se oye. El audífono del señor Cravioto, que transmite más o menos los discursos que aquí se dicen, y el audífono ministerial del señor Cabrera, le pareció que la crítica al gabinete que yo hice, sin quitarles los méritos revolucionarios que a cada uno de sus miembros corresponde, le pareció al audífono del señor Cabrera que yo tenía una lengua viperina, porque todo depende del audífono con que él escucha, y ese audífono es esencialmente ministerial, es el audífono de Ignacio de Loyola.

En todo caso, yo prefiero tener la lengua de víbora y no tener la lengua de Ignacio de Loyola, porque la lengua de víbora podrá inyectar veneno en alguna persona, ocasionar su muerte física; pero la lengua de Ignacio de Loyola, esa va derecho a la reputación, a la honra, a lo más sagrado que tienen los hombres en el lado moral, o a lo más sagrado que tienen los pueblos, y en este caso, los pueblos, lo más sagrado que tienen, son sus libertades, su dinero, todo lo que vosotros sabéis que el pueblo debe tener: su propio bienestar; y desde el momento en que el señor licenciado Cabrera no ha sabido darle ese bienestar económico, desde el momento en que el señor licenciado Cabrera en muchos casos ha obrado con "jesuitismo," prefiero tener la lengua de víbora y no la de San Ignacio de Loyola. (Voces: ¡Uuuuh!) Es muy fácil, en nombre del señor licenciado Cabrera, que dispone de toda la prensa, no sólo para comentar sus discursos, sino para mejorarlos, porque para eso se esmeran los señores encargados de la prensa (risas), es muy fácil, pues.....y tienen razón esos señores: allí perciben el alimento diario (risas); tienen razón pues el señor licenciado Cabrera es una cosa muy meritoria para el venir a llamar insignificante, merolico cualquiera, a los que honradamente han tomado alguna vez el rifle, han estado en la cárcel cuando el señor licenciado Cabrera no ha tomado nunca el rifle ni ha estado en la cárcel. La única vez que hizo oposición a los gobiernos dictatoriales fue cuando se encontraba apoyado por el Embajador americano, porque defendía el asunto del Tlahualilo; pero respecto a sus aptitudes como médico, son muy discutibles....(risas), porque cuando se trataba del "infalsificable" en estos casos, ciudadanos diputados, el señor licenciado Cabrera en vez de aplicar una cataplasma, aplicó un sinapismo (risas y voces: ¡Muy bien! ¡Muy bien!), cuando se trataba del telegrama que les puso a sus partidarios, desde Estados Unidos, aconsejándolos no obstruccionar al gobierno de Victoriano Huerta, entonces sí equivocó definitivamente la receta, porque en vez de darles cloroformo, les dio estricnina. (Risas y aplausos.) Yo digo: a cualquiera le parecería que luchar en este terreno con un humilde merolico, sería una cobardía. Yo no digo; el señor licenciado Cabrera está muy en su puesto. Yo nunca me había atrevido a decirle merolico, rábula ni ninguna cosa de esas.... (risas y voces: ¡Pero se lo vas a decir!), ni se la he dicho todavía, nunca se lo dije al señor Cabrera, pero en todo caso, si se lo dijera, no haría ningún chiste; el que hace chiste es él que tiene a su disposición la prensa, que va a decir que todas esas cosas fueron agua de rosas, fueron aguas depurativas que recetó el médico Cabrera para curar a los diputados de la izquierda, por su intransigencia, por su radicalismo, por su exceso de radicalismo.

Termino, señores diputados, porque he prometido a ustedes un momentito (Voces: ¡Ya va media hora!), y yo no quiero abusar demasiado, y ahora hablo en serio.

Yo estoy muy contento y muy satisfecho de todos los odios, de todas las críticas, de todas las demostraciones de odios que puede traerme una crítica honrada que yo he hecho al elemento en el Gabinete, sin restringirle sus méritos, al decir que hay revolucionarios más capaces, que son los que se necesitan para rodear al señor Presidente de la República en los momentos más penosos.

Yo me siento muy satisfecho, porque es necesario decir las verdades, aunque las verdades sean acaso un escándalo, porque he sido el primero en pedir que se vote la Ley de Suspensión de Garantías individuales, y con eso he querido ayudar al Presidente

de una manera igualmente efectiva; que cuando he dicho que, a pesar de ser un gran hombre, no es infalible y que necesita de individuos que tengan prestigio ante la Nación, para que le aconsejen una sana labor política. Yo me siento verdaderamente satisfecho de la labor que he desarrollado con motivo de este asunto, que si pude haber tenido errores en mis apreciaciones de cada uno de los miembros del Gabinete, no soy infalible, y hasta el mismo ciudadano Cabrera me ha dado la razón cuando ha dicho que la apreciación de la deficiencia en el gabinete ha sido perfectamente justa.

El C. Secretario Aranda: Habiendo llegado la hora reglamentaria, se pregunta a la Asamblea si desea que continúe la discusión. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí continúa.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano diputado Sánchez José.

El C. Sánchez José: Señores diputados: He pedido la palabra porque he creído de mi deber traer a la luz de ustedes, poner en la consideración de ustedes, algunos punto que son verdaderamente interesantes. Creo que si se aprobara la Ley se Suspensión de Garantías, pondríamos en manos de los señores militares a todos los pueblos indefensos que sólo reclaman tierra. En el Estado de Puebla tenemos grandes dificultades para resolver el problema agrario; el Gobierno no es bastante fuerte ni es suficiente para poder dar garantías a todos los pueblos que reclaman de una manera directa la protección de la justicia. Se cometen tantas arbitrariedades por parte de los militares, no obstante que la Secretaría de Fomento autorizó ampliamente, por acuerdo del señor Presidente de la República el que a los pueblos se les diera la posesión provisional, para que sembraran sus tierras. Las autoridades militares se oponen a que los pueblos recojan el producto de sus cosechas; las autoridades militares se han puesto del lado de todos los hacendados, quienes se han congregado para solucionar precisamente no sé yo si lo del trabajo de todos los que han sembrado y tienen derecho legítimamente a recoger el producto de sus cosechas; estos señores militares, que no dan garantías absolutamente a los pueblos, se han ligado con diferentes hacendados, los que han pedido dizque la protección para recoger el producto de sus cosechas y a estos hacendados se les ha dado la fuerza que necesita cada una de las haciendas; estas fuerzas son las que impiden que los pueblos recojan el producto de su cosecha.

La Secretaría de Fomento se ha dirigido en varias ocasiones a los jefes militares para que los vigilaran o para que les prestaran garantías; éstos no las han tenido, porque precisamente el responsable de esto es el que comanda las fuerzas, quien está haciendo presión contra los pueblos, persiguiéndolos para que no reciban el producto de sus cosechas; en consecuencia, señores diputados, yo creo que antes de dar una Ley de Suspensión de Garantías, necesitamos que se reglamente primero el Ejército, porque si no es reglamentado primeramente el Ejército, nada más damos la facultad o sancionamos los actos que cometan día a día los militares contra los indefensos que son honrados y que han trabajado la tierra y que tienen derecho de percibir el fruto de su trabajo.

En mi concepto, señores diputados, la Ley de Suspensión de Garantías individuales es solamente para los pobres, no para los ricos, porque allí tenemos el caso que se hizo cuando Joaquín Pita, que había causado tantos daños en el Estado de Puebla y aquí mismo en la capital de la República.

¿Qué se hizo cuando cayó prisionero y que estaba entonces en vigor la ley de 25 de enero de 62? Todos los ricos tienen facilidad para salvarse y sólo esa terrible ley está para los indefensos, para los miserables, para los que no pueden proteger de otra manera sus intereses.

Señores diputados: si aprobamos esa ley, daríamos lugar a que se pensara que sólo habíamos vuelto al orden constitucional para buscar la legalidad de nuestras elecciones y luego que hemos obtenido el triunfo volvemos a entregar en las manos de los soldados las vidas de los ciudadanos honrados.

Vino a esta capital una Comisión representada por cinco distritos del Estado de Puebla, estuvo perdiendo aquí veinte días con el objeto de ver al señor Presidente y exponerle cuáles eran los motivos que tenían...(Voces: ¡No hay quórum!) Esa comisión, vino con el objeto de hablar con el señor Presidente, estuvo aquí perdiendo veinte días y no pudo hablar con el señor Presidente para haberle expuesto cuáles eran las razones, las verdaderas razones por las que el pueblo está descontento. Traía un memorial en el que exponía todas las razones que tenían y todos los atentados que día a día habían estado cometiendo los militares que comandan esa región; como antes dije, estuvo aquí veinte días esa Comisión formada de los cinco distritos y no pudo hablar al señor Presidente. En consecuencia, si suspendemos las garantías individuales a estos pueblos, a estos pueblos que hoy se encuentran en pugna con los militares, (Voces: ¡No hay quórum!) porque no los dejan recoger el producto de sus siembras, estos pueblos, por el malestar y por la falta de garantías, tendrán que ir al monte a defender o a proteger sus vidas con un arma en la mano. Por lo expuesto, señores diputados, pido a todos los diputados justos y honrados que reprueben la Ley de Suspensión de Garantías para garantizar las vidas de los hombres honrados y trabajadores. (Voces: ¡No hay quórum!)

Presidencia del C. LÓPEZ LIRA JESÚS

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro...

El C. Carrascosa, interrumpiendo: Pido la palabra para suplicar atentamente a Su Señoría, ver si es posible que haya una reconsideración respecto de prolongar la sesión. Ya no hay quórum. (Risas.)

El C. Medina Hilario: Pido la palabra. Yo ruego atentamente a la Mesa mande preguntar a la Asamblea si nos declaramos en sesión permanente para estar en esa inteligencia o de lo contrario advierta hasta qué hora vamos a prolongar la sesión. ¿La prolongamos indefinidamente? Yo creo que el señor Presidente debe levantar la sesión, dar la

orden del día de mañana y levantar la sesión para poder trabajar mejor mañana.

El C. Presidente: Se va a hacer un ligero recuento de los diputados, sin pasar lista, para ver el número de los que se encuentran en el salón.

El C. Chapa: Moción de orden. En vista de que ha llegado la hora reglamentaria, que ha pasado la hora reglamentaria, suplico a Su Señoría suspenda la sesión para continuarla mañana.

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra.

El C. Hay: Para una moción de orden: No hay quórum.

El C. Presidente: Es lo que se va a ver.

El C. Rivera Cabrera: Habiendo llegado la hora reglamentaria, no tiene derecho Su Señoría de ordenar pasar la lista, y está en el caso de levantar la sesión.

El C. Presidente: A la hora reglamentaria se preguntó a la Asamblea si estaba de acuerdo en que se continuara la sesión. La Secretaría acaba de informar que sólo hay 105 diputados en el salón y en vista de que no hay quórum, se va a dar lectura a la orden del día de mañana que es: "Continúa la discusión de la Ley de Suspensión de Garantías," y se cita para mañana a las cuatro de la tarde.

A las 8.10 p.m. se levanta la sesión.

El Jefe de la Sección de Taquigrafía, JOAQUÍN Z. VALADEZ.