Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171019 - Número de Diario 37

(L27A2P1oN037F19171019.xml)Núm. Diario:37

ENCABEZADO

MÉXICO, VIERNES 19 DE OCTUBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERÍODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II. - NÚMERO 37

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

CELEBRADA EL DÍA 18 DE OCTUBRE DE 1917

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2. - Se da cuenta con los asuntos en cartera. Primera lectura del dictamen de las Comisiones unidas de Guerra, relativo a pensiones de militares muertos en servicio; se dispensa la segunda lectura. Segunda lectura del dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, relativo a la pensión a la señora Josefina Salazar y Matamoros. Segunda lectura del dictamen de las Comisiones unidas 1a. y 2a. de Hacienda, sobre autorización al Poder Ejecutivo para modificar los aranceles. Se sigue dando cuenta con los asuntos en cartera. El C. Fernández Martínez da cuenta de una comisión que se le confirió.

3. - Continúa el debate sobre el proyecto de Ley se Suspensión de Garantías Individuales. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. SÁNCHEZ PONTON LUIS

(Asistencia de 145 CC. diputados.)

El C. Presidente, a las 4.20 p.m.: Se abre la sesión.

El C. Secretario Aranda: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados, el día diez y siete de octubre de mil novecientos diez y siete.

"Presidencia del C. López Lira Jesús.

"En la ciudad de México, a las cuatro y veinte de la tarde del miércoles diez y siete de octubre de mil novecientos diez y siete, con asistencia de ciento veintiocho CC. diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Aranda, se abrió la sesión.

"El mismo C. Secretario, leyó el acta de la sesión celebrada el día diez y seis del presente mes, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.

"Con motivo de que se concedió la palabra al C. Lizalde para que informara acerca del resultado de la comisión que se le confirió en unión de otros CC. diputados, para hacer una visita de condolencia al C. diputado Márquez Rafael, con motivo de la muerte de un miembro de su familia, el C. Pruneda hizo una moción de orden y una aclaración la Presidencia, después de las cuales el C. Lizalde rindió su informe. Y después que el C. Hay expresó la conveniencia de que las Comisiones para visitas de pésame a los CC. diputados, no se nombraran oficialmente, como se había venido acostumbrando, el C. Secretario Alonzo Romero pasó a dar cuenta con los siguientes documentos:

"Oficio de la Procuraduría General de la República, manifestando que ya remite al Procurador de Justicia del Distrito Federal, por ser de su competencia, el memorial que a esta H. Cámara dirigieron varios ciudadanos, relativo al asesinato del C. Luis G. Portillo. - A sus antecedentes.

"Telegrama procedente de Pachuca, en que el Cónsul de Francia en esa ciudad, manifiesta que son inexactas las noticias que ha publicado la prensa referentes a faltas cometidas por el C. diputado Vega Sánchez. - De enterado, agradeciendo su atención.

"Ocurso del C. diputado Luis Cabrera, al que acompaña documentos que se refieren a la elección del Gobernador del Estado de Campeche, C. general Joaquín Mucel, y los cuales documentos pide el ocursante se agregue al expediente formado con motivo de la acusación contra aquel funcionario por delitos oficiales, para los fines a que haya lugar. - A la Sección Instructora que conoce del asunto.

"Proyecto de ley subscripto por los CC. Lizalde, Luna Enríquez, Aguirre Escobar, Cienfuegos y Camus Dyer, Márquez Rafael, Siurob, Treviño y Manjarrez, que trata de crear un empréstito interior, destinado al establecimiento del Banco Único de Emisión. - A las Comisiones unidas de Hacienda.

"Memorial firmado por el C. Gobernador del Gobierno del mismo Estado, y por el Presidente, ocho concejales y Secretario del H. Ayuntamiento de Villa Hermosa, en que solicita se decrete la conclusión de las obras del puerto de Frontera, estimado como la llave económica de aquel Estado. - A la Comisión de Peticiones.

"Telegrama fechado en San Luis Potosí y subscripto

por los CC. Carlos López, Gilberto Sáenz, Pedro Aguero y Francisco Cuéllar, pidiendo apoyo para la iniciativa que trata de derogar el decreto que prohibe las corridas de toros en el Distrito Federal y Territorios. - Agréguese a su expediente.

"Mensaje procedente de Tehuantepec, Oaxaca, en que el Presidente Municipal del pueblo de Niltepec, de aquel Estado, se queja de que la familia de Rosendo Pineda pretende despojar a dicho pueblo de terrenos que le pertenecen. - Agréguese a su expediente.

"Copia del acta de la sesión celebrada por el Ayuntamiento de la ciudad de Durango, el 4 de los corrientes, en la que se acordó protestar contra la devolución de los bienes intervenidos a los connotados enemigos del actual régimen, e invitar a los poderes y municipios del mismo Estado, así como al Congreso de la Unión y a todas las autoridades de la República, para secundar esa protesta. Este documento lo hacen suyo los CC. diputados, Torre Jesús de la, Arreola, Villarreal Jesús J., Gutiérrez Antonio, Benítez y Ruiz Alberto. - Remítase original al Ejecutivo.

"El C. Rivera Cabrera reclamó el trámite, lo que motivó aclaraciones de la Presidencia; el C. Manjarrez preguntó a la Mesa si este documento lo firmaba mayoría de diputación, y agregó que, en este caso, debía pasar a Comisión; la Presidencia respondió que sí estaba firmado por mayoría de diputación, pero que no contenía ninguna solicitud, por lo que la Mesa Había resuelto mandarlo original al Ejecutivo; el C. Rivera Cabrera insistió en reclamar el trámite que, sometido en seguida al voto de la Asamblea, declaró la Secretaría que quedaba aprobado; el C. Figueroa reclamó la votación, la que se repitió por tal motivo, produciendo 99 votos de la afirmativa contra 37 de la negativa, según recuento llevado a cabo por los CC. Rivera Cabrera, Martínez Joaquín, García de Alba y Rocha. Por lo tanto, subsistió el trámite de la Mesa.

"Dictamen de la Comisión de Estado, Departamento Interior, que concluye con un proyecto de ley para convocar a elecciones extraordinarias para diputados al Congreso de la Unión, por el 8º distrito electoral del Distrito Federal. - Primera lectura.

"El C. Manrique, interpeló a la Mesa, sobre si el C. Jesús Acuña, diputado propietario por el distrito en que se trata de convocar a elecciones, no había de concurrir más a las sesiones de esta H. Cámara. La Presidencia manifestó que el C. Acuña, después de un mes de licencia, no había vuelto al desempeño de su encargo, por lo que, conforme a la ley, se llamó al suplente; que éste ha contestado que no puede atender el llamado que se le ha hecho, por estar desempeñando una comisión del Ejecutivo, razón, por la que se convoca a nuevas elecciones. El C. Zapata hizo una moción de orden; el C. Manrique, usando de la palabra, también para una moción de orden, pidió la dispensa de trámites a este proyecto de ley para discutirlo desde luego; la Presidencia aclaró que esta era una petición y no una moción de orden, y para fundar dicha dispensa de trámites, concedió, la palabra al C. Manrique, quien renunció al uso de ella. Consultada la Asamblea sobre el particular, resolvió negativamente por lo que quedó este proyecto de ley de primera lectura.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda que en su parte resolutiva contiene un proyecto de ley que concede una pensión de cinco pesos diarios, a la señora Arcadia Enríquez viuda de Herrera. - Primera lectura.

"A petición del C. Treviño, se dio lectura a un mensaje del C. Luis M. Hernández, Gobernador provisional del Estado de Tlaxcala en que protesta por los ataques que dice han dirigido al Ejército algunos miembros de esta H. Cámara.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, que somete a consideración de la Asamblea un proyecto de ley para que se autorice a los CC. coronel Alberto Salinas y capitanes Rafael Carranza, Benjamín J. Venegas y Guillermo Villasana, para usar la condecoración que les confirió el gobierno de la república de El Salvador. - Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, que termina con un proyecto de ley en que se concede permiso al C. Carlos Félix Díaz para usar la condecoración que le confirió el gobierno de la república de Bolivia. - Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

"Memorial signado por el C. Tomás Cerón Camargo, en que hace diversas observaciones sobre el problema monetario. - A la Comisión de Peticiones.

"La Secretaría manifestó que este documento se había leído a petición de los CC. Esquivel y Román.

"Ocurso del C. general Prisciliano Ruiz, y hecho suyo por los CC. Esquivel, Magallón y Alonzo Romero, con objeto de que pase a Comisión, en el que se pide que las personas que formen la Comisión Nacional Agraria, no desempeñen, ese excepción del Presidente de dicha Comisión. - A la Comisión de Peticiones.

"Acto continuo pasó a la tribuna para rectificar hechos el C. Basáñez, y en seguida, con el mismo objeto, usó de la palabra el C. Aguirre Escobar, quien dirigió una interpelación al C. Chapa hizo una moción de orden, otra el C. Hay, y como el C. Basáñez pretendiera hacer una pregunta al C. Aguirre Escobar, tuvo lugar un incidente, en el que la Presidencia suplicó al C. Basáñez desistiera de su propósito, y en el que éste reiteró varias veces su solicitud para que se le permitiera hacer dicha pregunta, lo que al fin fue permitido por la Presidencia, contestando el C. Aguirre Escobar.

"Reanudada la discusión sobre el dictamen que consulta el proyecto de ley relativo a la suspensión de garantías individuales, pasaron sucesivamente a la tribuna para rectificar hechos conexos al debate, los CC. Cabrera, Pruneda, Cienfuegos y Camus, Peña y Cravioto. A continuación pronunció un discurso en pro del dictamen, el C. Cabrera, a quien le fue prorrogado el término que fija el Reglamento a los oradores.

"Presidencia del C. Sánchez Pontón Luis.

"Como se concediera la palabra al C. Siurob para contestar alusiones personales, el C. Robledo,

usando de la palabra para una moción de orden, pidió se preguntara si estaba el punto suficientemente discutido; el C. Secretario Aranda leyó los artículos 111, 112 y 101 del reglamento, apoyándose la Presidencia en los dos primeros para no preguntar aún si el asunto estaba suficientemente discutido, y en el último para conceder la palabra al C. Siurob, a fin de contestar alusiones personales; el C. García Vigil hizo una moción de orden, y el C. Secretario Aranda, a solicitud del C. García de Alba, dio lectura al artículo 107 reglamentario, a la que siguieron aclaraciones de la Presidencia y del referido C. García de Alba; el C. Neri pidió la lectura del artículo 101 del Reglamento, la que no se llevó ha cabo por haberse ya hecho antes.

"Después de todo lo anterior, el C. Siurob usó de la palabra para contestar alusiones personales.

"Una vez que la Asamblea resolvió prosiguiera la sesión, no obstante haber fenecido el término reglamentario, habló en contra del dictamen el C. Sánchez José M.

"Presidencia del C. López Lira Jesús.

"Los CC. Carrascosa, Medina Hilario, Chapa, Hay y Rivera Cabrera, hicieron mociones de orden; la Presidencia manifestó que sólo había en el salón 105 CC. diputados, que no constituían quórum, por lo que, a las ocho y diez de la noche, se suspendió la sesión."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

El C. Secretario Alonzo Romero: "Gobierno del Estado Libre y Soberano de Veracruz - Llave. - Secretaría General. - Departamento de Gobernación. Circular número 17.

"Tengo la honra de comunicar a ustedes, para su conocimiento, que con fecha de hoy he nombrado Subsecretario de este Gobierno, al C. licenciado Carlos I. Meléndez - cuya firma va al margen -, quien desde luego y previas las formalidades de ley, tomó posesión de su cargo.

"Protesto a ustedes las regularidades de mi atenta consideración.

"Constitución y Reformas. - H. Córdoba, 6 de octubre de 1917.

"El Gobernador del Estado. - C. Aguilar. - El Subsecretario de Gobierno. - C. I. Meléndez.

"A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - México, D. F." - De enterado.

"Juzgado 5º de Instrucción. - México. - Número 1922.

"Al C. Presidente de la H. Cámara de Diputados. - Presente.

"Tengo la honra de comunicar a usted que hoy a las cinco de la tarde, el C. licenciado Ramón Aguilar Aguila, se ha separado del cargo de Juez 5º de Instrucción, en virtud de habérsele aceptado la renuncia que presento ante el H. Congreso de la Unión, recibiendo yo el Juzgado, con mi carácter de Secretario del mismo.

"Ahora bien, como de conformidad con el artículo 187 de la Ley de Organización Judicial vigente, las faltas absolutas de los jueces, como la presente, deben cubrirse por nombramiento o por elección, me veo en el caso de hacerlo saber a usted, a fin de que se sirva proceder como corresponda, conforme a la ley, para evitar los perjuicios inherentes a la interrupción de las actuaciones, y a la vez, dejar a salvo mi responsabilidad en los casos de suma urgencia y que no admitan demora.

"Protesto a usted mi atenta consideración.

"Constitución y Reformas. - México, 4 de octubre de 1917. - El Secretario del Juzgado 5º de Instrucción. - L. Moreno."

Con motivo de este oficio, relativo a la renuncia presentada por el C. Ramón Aguilar Aguila, el Presidente de la Cámara de Diputados contestó como sigue:

"Con el objeto de proceder a la elección de Magistrado 8º propietario del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, y de Juez 5º de Instrucción, cargos vacantes por la muerte del C. licenciado Raymundo Nicolín y Echánove y por la renuncia presentada por el C. licenciado Ramón Aguilar Aguila, he de merecer a usted se sirva citar a los CC. miembros del H. Senado para la sesión de Congreso General, que se celebrará el próximo miércoles 17 de los corrientes, a las 4 p. m.

"Renuevo a usted las seguridades de mi consideración muy distinguida.

"Constitución y Reformas. - México, octubre 13 de 1917. - El Presidente de la Cámara. - L. Sánchez Pontón.

"Al C. Presidente de la H. Cámara de Senadores. - Presente."

Y el Senado contestó en la siguiente forma:

"Secretaría de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos. - Oficialía Mayor. - Ramo Secreto. - Número 143.

"Tengo la honra de manifestar a usted que en sesión celebrada ayer, dÍ cuenta a esta Cámara con su atento oficio de fecha 13 de los corrientes, y se acordó contestar a usted que, en vista de no estar aún expedida la Ley Orgánica de Tribunales del Distrito Federal y Territorios, que previene el artículo 6º transitorio de la Constitución, este Senado se considera sin facultades para concurrir a sesión del Congreso General a efecto de nombrar los funcionarios que en su mismo oficio indica.

"Al participarlo a usted, me es honroso protestarle las seguridades de mi muy atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - México, a 17 de octubre de 1917. - Pastor Bautista, S. V. P.

"Al C. Presidente de la H. Cámara de Diputados. - Presente." - Se turna este expediente a las Comisiones unidas de Puntos Constitucionales.

"Comisiones unidas de Guerra.

"Señor:

"Las Comisiones 1a., 2a y 3a. de Guerra que subscriben, teniendo en cuenta la exorbitante cantidad de expedientes turnados a las mismas y formados

con motivo de solicitudes de pensión hechas por deudos de individuos muertos en campaña contra los gobiernos ilegítimos, expedientes que en la actualidad y en el corto espacio de tiempo que lleva de instalada esta H. Cámara, ascienden a la suma de quinientos; teniendo igualmente en cuenta, que la Ley de 29 de mayo de 1896 que se encuentra en vigor, es inaplicable en estos casos, así como también el que todos los solicitantes esperan del Congreso la expedición de los decretos por medio de los cuales entren al goce de una asignación que les permita atender a sus necesidades, hemos creído pertinente reformar la ley a que se ha hecho referencia, con objeto de facilitar la tramitación de los mencionados expedientes y así poder aliviar la precaria situación de los deudos de todos aquellos que coadyuvaron al derrocamiento de los gobiernos espurios y al triunfo de la Revolución.

"Por lo expuesto, nos permitimos someter a la deliberación y aprobación de esta H. Asamblea, pidiendo la dispensa de todo trámite, el siguiente

"PROYECTO DE LEY

"Artículo 1º. Las familias de los generales, jefes, oficiales y tropa del Ejército y sus asimilados, que hayan sucumbido en acción de guerra o a consecuencia de males contraídos en la misma guerra contra los gobiernos ilegítimos, y las de los que hayan sucumbido y sucumbieren en defensa de la Constitución Política de la República y de las autoridades legítimas emanadas de ella, percibirán una pensión diaria de la mitad del haber correspondiente al último empleo que aquellos hubieran desempeñado.

"Artículo 2º. Tienen derecho a pensión:

I. La esposa legítima, con hijos menores, huérfanos del causante;

II. Los hijos legítimos; los varones hasta los dieciocho años, o antes si obtienen empleo público, y las mujeres hasta que tomen estado;

III. La esposa legítima viuda;

IV. La madre viuda;

V. El padre y la madre sexagenarios;

VI. El padre menor de sesenta años, cuando esté en condiciones de indigencia comprobada;

VII. Los hermanos, en los mismos términos de la fracción II.

VIII. El padre, cuando sea el pariente único y se encuentre en estado social que no corresponda a la jerarquía militar del causante.

"Artículo 3º. Para los efectos del artículo anterior, la pensión se otorgará a quien represente mayor derecho en el orden fraccional del mismo artículo 2º., y en caso de notoria necesidad por parte de quien o de quienes representen derecho menor, la pensión se repartirá proporcionalmente.

"Artículo 4º. En caso de que falleciere algún individuo pensionado, o que, conforme a la presente ley, perdiere su derecho, la pensión o parte de pensión que le correspondía se otorgará o se repartirá proporcionalmente a quienes corresponda conforme a la misma ley.

"Artículo 5º. Toda persona que se encuentre comprendida en la presente ley con derecho al goce de una pensión, elevará su instancia al H. Congreso de la Unión, acompañando, de entre los siguientes documentos, los relativos al caso:

I. Copia del despacho del último empleo que obtuvo el causante o documento autorizado que lo acredite, certificado por la Secretaría de Guerra o por el jefe a cuyas órdenes haya militado, siempre que éste haya tenido el carácter de Comandante Militar, Jefe de División o Jefe de Operaciones, previa sanción de la Secretaría de Guerra;

II. Copia del acta de matrimonio;

III. Copia del acta de nacimiento de los hijos;

IV. Copia del acta de nacimiento del padre y de la madre sexagenarios, o comprobante legal de dicha edad;

V. Certificado del jefe militar bajo cuyas órdenes hubiere muerto el causante, conforme a la fracción I de este artículo;

VI. Certificado del médico que asistió al causante, visado por el jefe militar respectivo, en caso de que la muerte haya sobrevenido a consecuencia de heridas o enfermedades ocasionadas por la guerra;

VII. Acta de la defunción de la madre, cuando el solicitante represente a los hijos huérfanos;

VIII. Certificado de la supervivencia de los hijos, expedido por el Registro Civil;

IX. Declaración de no haber contraído segundas nupcias la viuda o madre en su caso;

X. Declaración de ser el primero a quien por el grado de parentesco consanguíneo le corresponda la pensión y ser el único que la ha solicitado.

"Artículo 6º. Acreditado el derecho de pensión, conforme a los artículos anteriores y por las constancias que en ellos se exige, el Ejecutivo expedirá una patente a cada uno de los beneficiados expresando en ella:

I. Su nombre, edad y parentesco que haya tenido con el causante;

II. La pensión o parte de pensión que le corresponda conforme al artículo respectivo;

III. La fecha desde la cual debe entrar al goce de la asignación, y que será en todos los casos, desde el día en que se hizo la solicitud.

"Artículo 7º. Todo el que reciba una pensión, está obligado a justificar su supervivencia, entregando personalmente en la Tesorería General de la Nación, en los primeros quince días de los meses de enero y julio, un certificado expedido por el Juez del Registro Civil de la ciudad o pueblo en que resida el interesado, siempre que se trate del Distrito Federal. Cuando se trate de los Estados y Territorios, cumplirá con esta prevención ante los Jefes de Hacienda, Administradores de rentas respectivas, y a falta de éstos, ante los Administradores del Timbre o de Correos. En caso de que no haya Juez del Registro Civil en el lugar de su residencia, el certificado lo dará la primera autoridad política, siendo también obligación de todas las mujeres, comprobar, además, que permanecen sin contraer matrimonio, en la misma forma que se previene en este artículo.

"Artículo 8º. Todo interesado que reciba su patente, la registrará en la Contaduría Mayor de Hacienda, en la Tesorería General de la Federación y en la Secretaría de Guerra. La falta de registro

en cualquiera de estas oficinas impedirá el pago de la asignación que tuviere la patente.

"Artículo 9º. Ninguno de estos registros ocasionará erogación alguna a los interesados, para cuyo efecto las leyes respectivas de ingresos federales no les serán aplicadas.

"Artículo 10. Ninguna persona podrá percibir más de una pensión. En caso de tener derecho a dos o más, gozará de la mayor solamente.

"Artículo 11. Se pierde el derecho a la pensión por ausentarse del territorio nacional.

"Artículo 12. Los pensionados que perdieren su derecho a pensión por cualquiera prescripta en esta ley, no podrán recobrarla, aunque desaparezca dicha causa.

"Artículo 13. La falsedad en las declaraciones a que se refieren las fracciones IX y X del artículo 5º, será castigada con la pena que establece el artículo 741 del Código Penal, y traerá, como consecuencia, también, la pérdida de la pensión.

"Artículo 14. La infracción del artículo 5º tendrá igualmente, como pena, la pérdida de la pensión.

"Artículo 15. Las pensiones vitalicias, temporales, jubilaciones, recompensas y retiros que hayan sido decretados por los Congresos anteriores o por los Gobiernos que precedieren al Constitucionalista, siempre que no hayan sido por servicios en guerra extranjera, quedarán sujetos a revisión en cada caso, la cual será hecha por el H. Congreso de la Unión.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 15 de octubre de 1917. - J. B. Treviño. - José Siurob. - Federico Montes. - M. García Vigil. - Ernesto Aguirre Colorado. - Valentín Flores Garza. - Salvador González Torres. - Marciano González. - Miguel A. Peralta."

- Primera lectura e imprímase.

El C. Presidente: Para apoyar la solicitud de dispensa de trámites, tiene la palabra el C. diputado Treviño.

El C. Treviño: Señores diputados: Las Comisiones unidas de Guerra se vieron en la precisa necesidad de formular un proyecto de ley sobre pensiones, dada la urgencia que hay de resolver en un gran número de expedientes relativos a solicitudes de pensiones. Las Comisiones, habiendo examinado la última ley vigente sobre la materia, que es la de mayo de 1896, pudieron advertir desde luego que esa es una ley inaplicable, y en tal virtud determinaron, de común acuerdo, proceder a formar un proyecto de ley de pensiones que modifique la citada ley de 1896. Este proyecto a que ahora se ha dado lectura por la Secretaría de la Cámara, es al que me refiero. En la parte expositiva de este proyecto se pide dispensa de todo trámite, dado que es un asunto de urgente necesidad resolver, pues puede decirse que es clamor público que los deudos de los muertos en campaña reclaman la precisa y pronta necesidad de la solución de sus diversos expedientes. Yo me permito pedir a la H. Asamblea que se sirva tomar en cuenta esto y se sirva, por lo tanto, acceder a la petición que hacen las tres Comisiones de Guerra, acceder a la petición que hacen las Comisiones de Guerra relativa a que se les dispensen los trámites a este proyecto de ley.

El C. Hay: Pido la palabra en pro del trámite.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay.

El C. Hay: Aun cuando estoy de acuerdo con que esta ley es de relativa urgencia, indudablemente que no tiene tanta urgencia como la Ley de Suspensión de Garantías. El dispensarle los trámites a esta ley, quiere decir el interrumpir la discusión de la ley a que acabo de hacer referencia, porque de otra manera no se concibe que se puedan dispensar todos los trámites sin que se pase a la discusión inmediatamente. La dispensa de todo trámite, ciudadano compañero, (dirigiéndose al C. Treviño) quiere decir que inmediatamente se puede pasar a discutir, y esa discusión cabría decir que se intercalaría en la discusión de la Ley de Suspensión de Garantías y de otra ley que también tenemos pendiente, que es la de organización de las Secretarías. Por lo tanto, yo pido que se acepte el trámite dado por la Mesa, que es: "Primera lectura e imprímase," pidiendo que se suspenda la segunda lectura, para que en primera oportunidad podamos discutirla; pero es muy conveniente que tengamos esta ley impresa para estudiarla detenidamente, y así, en la discusión, gastar el mínimum de tiempo posible y poder, con más cordura, aprobar o desaprobar los artículos componentes de dicha ley.

El C. Aguirre Colorado: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Treviño: Pido la palabra, señor presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra para una aclaración el C. Aguirre Colorado.

El C. Aguirre Colorado: Las Comisiones unidas de Guerra se han permitido pedir la dispensa de todo trámite en este proyecto de ley, como dijo el general Treviño, por la necesidad imperiosa que reclaman tantas peticiones que tenemos en cartera por dictaminar. El C. Hay nos dice que sería tanto como interrumpir la discusión de la Ley de Suspensión de Garantías al aprobarse la dispensa de todo trámite. Nosotros, naturalmente, no queremos - los miembros de las Comisiones de Guerra -, que se interrumpa la discusión de la Ley de Suspensión de Garantías, ni puede suspenderse, toda vez que estamos en esa discusión; pero como se ha presentado este proyecto con dispensa de todo trámite, está muy justificado el acuerdo de la Presidencia de que se imprima, nada más, para que al terminar la discusión de la Ley de Suspensión de Garantías, entremos a la discusión de este proyecto.

El C. Treviño: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Treviño: Me permito aumentar a lo expuesto por el C. Aguirre Colorado, que el trámite sea: "Imprimase y póngase a discusión el primer día hábil."

El C. Secretario Alonzo Romero: Se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se dispensa la segunda lectura. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Dispensada. Entonces, el trámite de la Mesa es: Imprimase y a discusión el primer día hábil."

- El C. Prosecretario Sánchez Tenorio dio lectura

al dictamen de la. Comisión de Hacienda relativo a la pensión a la señora Josefina Salazar y Matamoros. - Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

- El mismo C. Prosecretario dio lectura al dictamen de las Comisiones unidas, 1a. y 2a. de Hacienda, sobre autorización al Poder Ejecutivo para modificar los aranceles. - Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

- El mismo C. Prosecretario: La señora Soledad Lomelí viuda de Bravo, pide pensión por la muerte de su esposo el C. Ángel Bravo, Presidente Municipal de Pénjamo, Guanajuato. Certifican la veracidad de los hechos expuestos en este memorial los CC. diputados Siurob, López F., Muñoz, López Lira, Mendoza, Fernández Martínez, Aranda y Torres José D. - A la Comisión de Peticiones.

El C. Andrés Oscoy, que ha servido a la Nación en el ramo de Instrucción Pública, por treinta y siete años, pide se le aumente la jubilación de que disfruta. Hacen suyo este memorial los CC. diputados Vadillo, Ramírez G., Villarreal Filiberto, López Miro, Cienfuegos y Camus, Segovia Manuel H., Cantú y Saucedo J. Concepción. - A la Comisión de Peticiones.

La señora Emiliana R. viuda de Valderrain, eleva un memorial pidiendo le sea aumentada la pensión de que disfruta como viuda del C. Clemente Valderrain. - A la Comisión de Peticiones.

La señora Raquel González viuda de Creollo, eleva un memorial reiterando la solicitud de pensión que presentó a la Secretaría de Guerra y que a su vez fue turnada a esta H. Cámara. - A la Comisión de Peticiones.

La señora María Hernández viuda del cabo Marciano Saavedra, pide pensión o una gratificación para transladarse al Estado de Sonora. - A la Comisión de peticiones.

El C. Franco Verástegui, envía un memorial acompañando los duplicados de los documentos que presentó relativos a la iniciativa sobre rentas de casas, subscripta por el C. diputado Filiberto C. Villareal. - A la Comisión de Peticiones.

La señorita Sofía Franco pide pensión por los servicios prestados a la Patria por su difunto padre, el general Francisco Franco. - A la Comisión de Peticiones.

La señora María J. Ríos viuda de Olvera, reitera en un memorial, la solicitud de pensión que tiene presentada a esta H. Cámara. - A la Comisión de Peticiones.

La señora María Concepción Castillo viuda de Márquez, pide pensión por los servicios prestados a la Causa Constitucionalista, por su esposo el C. Juan Crisóstomo Márquez, y por su hijo, el C. coronel José J. Márquez, ambos muertos en campaña. - A la Comisión de Peticiones.

La señorita Magdalena Reyes, pide pensión por los servicios prestados a la Patria por su difunto padre, el coronel Isidro Reyes. - A la Comisión de Peticiones.

Los CC. licenciados Fernando Herrera y Enrique Caballero, elevan un memorial en que hacen una consulta relacionada con el artículo 123 de la Constitución. - A la Comisión de Peticiones.

La señora Loreto Fernández viuda de González Cuéllar, pide pensión por haber muerto a resultas de la campaña, su esposo, el general Gabriel González Cuéllar. - A la Comisión de Peticiones.

El C. Crescencio Chávez Linares, pide pensión para sus nietos Cristobalina, Pío y Gregorio Chávez, hijos del capitán 1º Gregorio Chávez, muerto en campaña. - A la Comisión de Peticiones.

La señora Graciana del Pozo viuda de Rubio, pide pensión por la muerte en campaña de su hijo, el cabo Cruz Rubio. - A la Comisión de Peticiones.

La Unión de Estibadores y Jornaleros de Veracruz, pide que la Constitución local sea modificada en la parte relativa al trabajo, por estar en desacuerdo con los preceptos de la Carta Magna. - A la Comisión de Peticiones.

La señora Herlinda Lomelí viuda de Ibarra, pide en un memorial, que se derogue el decreto expedido por la Primera Jefatura, sobre moratoria en los pagos. - A la Comisión de Peticiones.

La Señora María Luisa B. viuda de Garmendia, pide pensión por los servicios prestados a la Patria por su finado esposo, el C. Gustavo Garmendia. - A la Comisión de Peticiones.

La señora Soledad Marroquín, viuda de Hidalgo y Costilla, pide pensión como miembro de la familia del ilustre patricio don Miguel Hidalgo y Costilla. - A la Comisión de Peticiones.

Las profesoras de las escuelas nacionales del Distrito Federal, piden que se cumpla con la fracción VII del artículo 123 de la Constitución, igualando sus sueldos con los de los profesores. - A la Comisión de Peticiones.

El C. Pedro Monroy, eleva un memorial en el que hace diversas consideraciones sobre el problema agrario. - A la Comisión de Peticiones.

La señora Virginia Hernández viuda de Martínez Lara, pide pensión por haber muerto en campaña, su esposo, el mayor León Martínez Lara. - A la Comisión de Peticiones.

El C. Alberto Aguilar, pide pensión por la muerte en campaña, de su hijo, el teniente Alberto Aguilar. - A la Comisión de Peticiones.

La señora Francisca García de Casillas, pide pensión por haber muerto en campaña, sus hijos, Nicolás, Jesús y Luis Casillas. - A la Comisión de Peticiones.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Fernández Martínez para informar acerca del desempeño de una comisión.

El C. Fernández Martínez: Señores diputados: Hoy a mediodía, cumpliendo con el mandato de esta H. Asamblea, tuvimos la honra de estar con el C. Presidente de la República para hacerle presente la petición de los obreros de Pozos, que se sirvieron enviar a esta Asamblea, con motivo de la situación en que se encuentran en la actualidad. El C. Presidente de la República se sirvió manifestarnos que con todo gusto ayudaría en cuanto le fuera posible a los citados obreros, agregando, además, que en este momento está en estudio en su Gabinete, la ley que presentará a esta Cámara para pedir que las minas de la República Mexicana sean incautadas en caso de no ser trabajadas cuando deban trabajarse. (Aplausos nutridos.) La Comisión que estuvo con el C. Presidente, manifestó al mismo funcionario que esta Asamblea veía con beneplácito que él se preocupara de tomar las medidas urgentes y necesarias para estos momentos y que en los posterior redundaría en beneficio del pueblo mexicano. Asimismo, el C. Presidente se sirvió manifestarnos que ya se dirigía al Gobernador del Estado de Guanajuato para impedir que la Constitución Política de la República fuese violada en su artículo 123, y para acordar con el citado Gobernador que se facilitara a los mineros de los fundos de aquella Entidad Federativa, toda clase de prerrogativas legales para que pudiesen, en lo de adelante, vivir como fuese dable, dada la situación de la República Mexicana.

El C. Saucedo: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Saucedo: Para reclamar el trámite de la pensión a la viuda de Garmendia.

El C. Presidente: Para reclamar el trámite tiene la palabra Su Señoría.

El C. Saucedo: Señores diputados: He reclamado el trámite que se le dio al memorial que ha enviado a esta Representación Nacional la viuda del teniente coronel Gustavo Garmendia, con el fin de que pase desde luego a la Comisión de Guerra respectiva. Está firmado por una diputación.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: En virtud de haber hecho suyo el memorial a que se dio lectura, el C. diputado Saucedo, que forma mayoría de diputación (risas y voces: ¡Es el único!) se reforma el trámite de la Mesa en el sentido de: Pase a la Comisión de Guerra en turno.

El C. Medina Hilario: ¡También puede formar minoría. (Risas.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Sepúlveda.

El C. Sepúlveda: Señores diputados: Referente a la información que acaba de dar aquí el compañero Fernández Martínez, por el motivo que tuvo para acercarse dicha Comisión ante el Presidente de la República, debo manifestar a la Asamblea que en una información de "El Nacionalista" de antier, se decía allí: "La situación del hambre en Pozos," y abajo decía: "Los delegados, después de haber oído la declaratoria, se dirigieron a un restaurant, donde se les sirvió un suculento banquete." Quiero hacer esta rectificación, señores, para que no quede en la Asamblea que nosotros hayamos festejado esta declaratoria con un banquete, lo cual es inexacto. Quiero hacer la aclaración precisamente para que cada quien quede en su lugar.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Continúa la discusión en lo general sobre la Ley de Suspensión de Garantías.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en pro, el C. diputado González Marciano. No encontrándose en el salón el C. Marciano González, se le inscribe al final de la lista, y tiene la palabra, en pro, el C. Alvaro Pruneda. (Murmullos.)

El C. Pruneda: Señores diputados: He llegado a esta tribuna empapado por la lluvia de siseos de la Asamblea. (Siseos. Risas) El Señor licenciado don Luis Cabrera, ayer en la tarde, al hablar en pro de la suspensión de las garantías individuales, nos hizo una exposición talentosa y perfectamente documentada, porque se basó en hechos. Nos dejó convencidos, a no ser porque la Asamblea dijo o dio su anuencia para que se continuara la discusión, yo no hubiera subido a hablar en pro de la suspensión de garantías después de haber oído la magnífica palabra del licenciado "Blas Urrea."

El señor Cabrera dijo que debíamos aprobar la Ley de Suspensión de Garantías en lo general, aun cuando en lo particular tuviéramos que agregarle o retirar algunas palabras o algunos incisos de esa misma ley. Hago eco a lo que dijo el licenciado Luis Cabrera, digo lo mismo, y lo digo con la seguridad de que la Asamblea está pensando lo mismo que yo en estos momentos, lo mismo que dijo el señor licenciado Cabrera ayer. (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí!) Algunos dicen que no y otros dicen que sí; pero la minoría es que no y la mayoría es que sí. (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí! Siseos.) Ya me estoy acostumbrando, señores diputados, a la guasita de la Asamblea (risas); me estoy acostumbrando y ya no me produce escozor ni me molesta; así es que pueden continuar. (Risas.)

El C. Saucedo: ¡Ya estará, Cabrera!

El C. Pruneda, continuando: La Ley de Suspensión

de Garantías, señores diputados, debemos aceptarla en lo general por muchas razones (Voces: ¡No, no! ¡sí, sí! ¡Murmullos), por muchas razones, señores diputados, y, suplico muy encarecidamente dejéis hablar a este muchacho (risas), que no viene más que con la buena intención y el patriotismo que debe traer todo diputado que ama al país y que tiene en consideración que la única labor buena que se puede hacer en el país en estos momentos, es la labor de la Cámara de Diputados. Por eso suplico a ustedes una poca de atención y que no me molestéis con tantas voces, con tantos siseos y con tanta tontería. (Risas y voces ¡Si dices que no te molestan!) Aprobando la Ley de Suspensión de Garantías en lo general, hacemos una labor de patriotismo, por razones que pasaré a expresar cuando me refiera a la discusión que debemos hacer en lo particular. Tenemos graves peligros en el país, y esos graves peligros tenemos que solucionarlos; la Revolución en estos momentos radica, mejor dicho, está englobada en esta Cámara de Diputados. No dejare yo de llamar revolucionario al señor Peralta ni al señor Cienfuegos porque vayan en contra; todo lo contrario, considero que son muy buenos revolucionarios (una voz: ¡Magníficos!); pero que quizá en estos momentos, o están en un error, o yo estoy en un error. (Risas y voces: ¡Seguro!) Todo depende de que la Asamblea les dé a ellos la anuencia de su voto a favor de lo que han dicho ellos, o a favor de los que vamos en pro.

La aceptación en lo general de la Ley de Suspensión de Garantías individuales no traerá otro fin más que procurar el bienestar de la sociedad en el despoblado, lo mismo que en el poblado. Bien sabido es que la sociedad actualmente sufre los rigores de un trance fatal que viene después de todas las revoluciones y de todos los movimientos que tienden a un mejoramiento social, y es el bandidaje, ese bandidaje, señores, no puede arrancarse de raíz en este país, en este país latino - hay que tenerlo en consideración -, si no es con medidas enérgicas, y sumamente enérgicas prueba evidente la tenemos en esta capital, donde la gran cantidad de ladrones, la gran cantidad de estafadores y los muchos y muchos criminales y bandidos que ha habido, se han salvado en algunas ocasiones por la estulticia de un juez, en otras ocasiones por influencias y en otras ocasiones por dinero.

Nunca podrá el bandidaje acabarse esta capital, ni en las capitales de los Estados, ni en los pueblos, ni en los despoblados, si no se recurre a medidas sumamente enérgicas. Para esto señores diputados, voy a hacer una rápida historia de algunos sucesos acaecidos hace uno o dos años: Debéis recordar, señores diputados, que cuando llegó aquí el señor general Alvaro Obregón, estaban en suspenso las garantías individuales, como también cuando llegamos a la ciudad de México el general don Pablo González y sus acompañantes, se dictaron medidas enérgicas, a tal grado, como la suspensión de garantías individuales. Lo mismo en la época del general Obregón, como en la época del señor general Pablo González, a la llegada a la ciudad de México, estos dos señores generales encontraron una gran cantidad de ladrones, de asesinos y de estafadores. Estos dos señores generales hicieron uso de medidas enérgicas y antes de 15 ó 20 días, había desaparecido la idea del robo. (Voces: ¡La idea no, los ladrones!) la idea del pillaje... (Voces: ¡La idea no!) Había desaparecido la idea del pillaje, señores, por temor a la muerte.

Ahora tenemos, señores, por ejemplo, actualmente el señor Inspector General de Policía ha aprehendido a individuos que desde los quince años han tenido entradas a la cárcel, por robo, y así sucesivamente durante toda su vida han estado ingresando a la cárcel, unas veces por robo, otras veces por asesinato, otras veces por estafa. Recordarán ustedes que hace poco tiempo un señor, no sé si español, robó unos automóviles y fue aprehendido.

Este señor tiene una cantidad de robos últimamente, que sería largo enumerar, según dice el señor Inspector General de Policía. Este individuo llegó, al ser aprehendido, a la Inspección General de Policía, con brillantes en las manos, con un abrigo de Astrakán, elegantemente vestido y se le encontraron en la bolsa un destornillador y unas palanquitas para abrir puertas... (Voces: ¡Serían ganzúas!) Cuando el Inspector General de Policía le preguntó para qué quería esos fierros, este individuo contestó: "Señor, para partir el azúcar." "¿Y este otro?" "Señor, estoy clavando una alfombrita en mi casa." Hombres cínicos de la talla de este individuo hay muchos en la actualidad en México. Este hombre acaba de salir, estuvo unos cuantos días preso, después de tener más de veinte ingresos a la cárcel por robo y estafa, acaba de salir con caución de doscientos pesos, y para estos hombres es para los que se necesita la suspensión de garantías individuales. Tenemos otro detalle aún más significativo en el señor Antonio Herrejón López, que fue nombrado por la Secretaría de Hacienda, por don Rafael Nieto, Director de la Oficina Impresora de Estampillas; y aquí cabe una poca de historia: Fue felicista junto con Pedro Galicia Rodríguez; fue más tarde huertista y con el hermano de García Granados llegó a la plaza de Nuevo Laredo con una comisión de Huerta para entregarle esa plaza al padre de Pascual Orozco, y, sin embargo de eso, fue nombrado por don Rafael Nieto jefe de la Oficina Impresora de Estampillas. y más todavía: Este señor acaba de complicarse en el robo de estampillas y está libre con caución de mil pesos; para esos individuos se necesita la Ley de Suspensión de Garantías. Naturalmente, esa Ley de Suspensión de Garantías, mejor dicho, la suspensión de garantías que nos presenta en estos momentos la Comisión, no los abarcaría a ellos, sino únicamente a aquellos que roban y cometen faltas en despoblado, pero depende de la Asamblea, del patriotismo de los señores diputados, que se amplíe esa Ley y que esa Ley alcance, no solamente a los bandidos en despoblado, sino a los bandidos en poblado.

Ahora, señores diputados, creo que es deficiente en lo absoluto esa Ley de Suspensión de Garantías, y que debemos adicionarle muchos incisos. Estamos viendo, mejor dicho, hemos visto hace poco tiempo a un individuo con una pelerina de militar, con sombrero texano, que asesina a un obrero; hemos visto, una y mil veces, y se sabe en todas las comisarías y en la Inspección General

de Policía, que han llegado individuos con tres estrellas en el ojal, a querer sacar a una prostituta, queriendo amedrentar al señor inspector General de Policía con las estrellas; hemos visto a individuos que sin méritos, sin merecimientos ningunos, sin nada que los autorice para ponerse el traje militar, se lo han puesto y han querido ir a hablar en pro de un ratero que acaba de ser aprehendido, como un señor corrector de "El Pueblo" que fue aprehendido. No sé si ustedes recordarán que hace poco tiempo se dijo por la prensa que un señor había sido amagado de muerte si no entregaba seis mil pesos, y aquí esta el asunto grave, señores; que ya los rateros, que esos individuos que cometen otras graves faltas no son los rateros vulgares de antes, sino personas que piensan y que por consiguiente, son más culpables que aquellos infelices que en tiempos pasados hacían sus fechorías; este señor era, debe haber sido un corrector de "El Pueblo," según tengo noticias, y la Inspección General de Policía mandó a unos individuos que lo aprehendieran y hoy está nuevamente en su puesto con caución de doscientos pesos. Para esos individuos, que se ponen el traje militar, y para esos que cometen estafas a la alta escuela, también debe aplicarse la Ley de Suspensión de Garantías.

Señores diputados: Todavía más, puede agregársele a la Suspensión de Garantías, y ésta es para el enemigo común, que es el reaccionarismo en todas sus manifestaciones, ya sea el clero, ya sean los porfiristas, ya sean los huertistas, ya sea cualquier individuo que pertenezca a cualquier "ista" pasado, que haga propaganda en contra de las instituciones legalmente constituidas. Sabemos perfectamente que cuando llegó aquí el señor general González, a México, la Ley de Suspensión de Garantías se llevó a efecto con la dureza implacable, con la dureza implacable que muy pocas veces se ha utilizado y que muy pocas veces ha surtido sus buenos efectos como en aquella ocasión.

El asunto aquel de García Granados puede dar cuenta exacta a todos los señores diputados de que la Ley de Suspensión de Garantías produce sus efectos cuando se sabe manejar. Cuando fue aprehendido García Granados, había seiscientos o setecientos reaccionarios en El Paso, Texas, ya con sus pasaportes para transladarse a la capital de la República, porque los enemigos de don Pablo González, que siempre lo han llamado tibio, que lo han llamado poco revolucionario, poco enérgico...

El C. Rocha, interrumpiendo: No.

El C. Pruneda, continuando: Han hecho correr esa creencia, han hecho llegar esa creencia hasta allende el Bravo. Mejor dicho, hicieron correr esa creencia hasta allende el Bravo, y los reaccionarios, al ver que había llegado don Pablo a México, creían que iba a aceptar a todos con los brazos abiertos, sin imaginarse, sin saber, sin conocer la personalidad revolucionaria de ese señor general que, como prueba evidente de sus altas miras revolucionarias, de su dignidad como patriota, tomó a uno de los criminales más grandes que tuvo el cientificismo y lo pasó por las armas, ordenó que se le pasara por las armas, y aquellos seiscientos y pico de reaccionarios que estaban a las puertas de la República Mexicana, para venir a laborar en contra de la misma Revolución, esos individuos se quedaron allá estupefactos y dijeron: "Este es el general González que no nos han pintado." El señor general González, en aquella ocasión demostró que era un hombre que sabe castigar a los canallas; pero para poder saber castigar a la canalla se necesitan medios, y esos medios no los da la voluntad del individuo, sino las leyes que emanen, en un período preconstitucional, del primer jefe de un ejército, como fue el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, o en una época constitucional, de las Cámaras colegislativas. Ahora tenemos, señores diputados, asuntos que ya se han dicho aquí, pero que no está por demás repetir. Los automóviles que cruzan a diario, y que yo los he visto y que he oído algunas cosas, esos automóviles que cruzan a diario la ciudad por las noches, repartiendo proclamas y gritando vivas a X o vivas a Z, están llevados, están dirigidos por individuos federales, por individuos villistas, por individuos zapatistas, porque el enemigo - y hay que decirlo, señores, porque es la verdad -, el enemigo está coaligado, no es verdad que uno esté por allá y otro por acá y el de más allá, no, señores; están coaligados, y están coaligados porque han visto que la Revolución efectivamente ha triunfado y ellos todos son reaccionarios, y como reaccionarios, aunque sean felicistas, aunque sean huertistas, aunque sean zapatistas o villistas, tendrán que unirse para ver si pueden derrocar a la Revolución; a esos individuos debemos castigarlos, y si no se les castiga, estaremos a peor altura que en la época del señor Madero, cuando se decía, cuando llegaba un Gobernador del Distrito, un Inspector General de Policía y le decía al señor Madero: "Señor: El complot va a estallar el día 9 de febrero," y el señor Madero decía: "Ustedes ven moros con tranchetes. Es más la alarma." Y no era cierto, señores; es que don Francisco Madero tenía una debilidad de carácter muy propia de un apóstol, y nosotros, señores, ya que hemos experimentado en cabeza ajena, no vayamos a ser nuevamente apóstoles no vayamos a hacer un apóstol del señor Carranza. (Risas.) Nosotros estamos obligados a ayudarle en cuanto podamos; no debemos ser débiles para castigar; esos individuos merecen el castigo y el castigo enérgico, el castigo de la suspensión de sus garantías individuales, porque son individuos que no se fijan por el bienestar de la Patria, porque son individuos a quienes les importa un bledo la tranquilidad pública, porque les importa un pito que la República vaya al caos..... (Risas.)

Todavía más, señores: Hace poco tiempo llegó aquí Landa y Escandón..... (Voces: ¡No, no! ¡Pablo Escandón!) Digo, don Pablo Escandón, fue equivocación; llegó don Pablo Escandón. ¿Saben ustedes, señores diputados, cuántos automóviles con reaccionarios esperaron hasta la una y media de la mañana, o hasta las dos de la mañana al C. Gobernador del Distrito, para pedirle que dejara libre al señor Pablo Escandón? Voces: ¡Cinco mil! ¡mil!)

El C. Rocha: Veintitrés.

El C. Pruneda: ¡Veintidós automóviles! (Risas.) Señores diputados: Lo que yo digo a ustedes se los digo bajo mi palabra de honor; si alguno

tiene desconfianza, que me venga a decir que miento; creo que no habrá uno solo que lo pueda decir.

En esos automóviles iban muchos reaccionarios; entre los más connotados reaccionarios, iban Trejo y Lerdo de Tejada.....(Voces: ¡No es reaccionario) Hay que advertir una cosa, señores, han quedado en México, del "Partido Científico" - y usaré aquí de una frase vulgar -, los achichincles, y eso es Lerdo de Tejada del "Partido Científico" (voces: ¡No es!), lo mismo que Reyes Retana; y entre esos reaccionarios y algunos señores diplomáticos iban Reyes Retana y Trejo y Lerdo de Tejada.....

El C. Gaxiola: ¡Trejo no es reaccionario!

El C. Pruneda: Trejo y Lerdo de Tejada es reaccionario.

El C. Gaxiola: ¡No es!

El C. Pruneda, continuando: Reyes Retana, señores diputados, es aquel hermano, es el hermano de aquel señor que falsificaba billetes y que fue fusilado aquí en México por Villa; ese señor Reyes Retana es el hermano del Agente Financiero de la Secretaría de Hacienda, o mejor dicho de don Rafael Nieto, en Nueva York. Este señor Reyes Retana es el favorito de la Secretaría de Hacienda, y puedo demostrar a ustedes que es el favorito, porque tengo un papelito que no sé si lo habrá traído uno de los mozos de la Cámara, a quien mandé a recogerlo, pero mañana lo presentaré, señores, si ustedes gustan; un papelito de don Rafael Nieto donde, pasando por encima de los jefes de un Departamento, da orden a un Subtesorero para que se le canjee determinada cantidades dinero a este señor Reyes Retana. Aquí está el papelito. Este señor reaccionario es Samuel Reyes Retana. No recordaba el nombre; este señor recibió el papelito en época pasada, dice así:

"Correspondencia particular del Subsecretario de Hacienda.

"México, diciembre 29 de 1916.

"Rafael Nieto saluda atentamente al señor don Abel Barragán y se permite recomendarle al señor don Samuel Reyes Retana, quien desea le sea resellada hoy mismo, la suma de sesenta mil pesos.

"Anticipa a usted las gracias por la atención que preste al señor Reyes Retana y se repite afectísimo amigo, atto. y S. S."

"Pericial: Reciba esta suma. - A. B."

El C. Manrique: ¿Cómo lo hubisteis?

El C. Pruneda: Voy a contestar a usted, señor. Dice usted que cómo lo hube; si preguntara usted a Palavicini cómo hubo las cartas de los científicos, tendría usted razón para esta pregunta; pero no hacerla al hijo de Alvaro Pruneda, que fue jefe del Departamento de Canje de la Tesorería General de la Nación, hace más o menos un año. Abel Barragán mandó a la pericial este papelito, diciendo: "Recíbase esta suma. - Abel Barragán." Estos señores son los reaccionarios, son los que van a pedir por un Pablo Escandón o por un X o por un Z, que llega aquí a hacer mala labor en contra del Gobierno. Para esos señores sí es para los que se necesita la suspensión de garantías; para esos es , para esos individuos que están laborando dentro del Gobierno, que han ido a sondear y no precisamente a sorprender, porque el señor Nieto no es un chiquito para dejarse sorprender, que se han ido a colar con artimañas, con barberías, con bajezas, con ruindades, a un Secretario. Esos son los enemigos a quienes debemos de perseguir nosotros.

Más aún, señores, siguen los enemigos de la Revolución dentro de la Revolución y hay que castigarlos. Alfredo N. Acosta, - creo que lo conoce el señor ex - director de "El Pueblo," nuestro compañero y diputado -, este señor acaba de ser nombrado director de "El Pueblo" y este señor fue jefe político de Porfirio Díaz en Tlanepantla; individuo que no sintió ni pudo sentir la Revolución porque nada, ni un átomo de labor en pro de la Revolución se le vio después de que dejó el puesto de jefe político y es de calcular que un individuo de esos no es revolucionario, sencillamente, y, en cambio, en pago a esa enorme labor de revolucionario de ese señor, se le dio el nombramiento de Director del periódico oficial del Gobierno de la República. Pero hay que tener en consideración una cosa, señores diputados; no es el Presidente de la República, no vaya a creerse, - y eso lo digo a las galerías -, no vaya a creerse que es el Presidente de la República; no, señores; es Rafael Nieto, para quien yo, si pudiera, le aplicaría la Ley de Suspensión de Garantías... (Risas y aplausos.) He tenido estas noticias, señores diputados. (Aplausos.) He tenido estas noticias, señores diputados: El C. Presidente de la República, don Venustiano Carranza, teniendo en consideración que la Secretaría de Hacienda necesita de una ardua labor para hacer triunfar sus ideas respecto a la monetización respecto a la ley oro de nuestra moneda, a su campaña monetaria, le ha dado... (dirigiéndose al C. Cabrera que pasa frente a la tribuna: ¡Buenas tardes!) (risas)... le ha dado a la Secretaría de Hacienda, casi de hecho, dirección en el periódico oficial, en "El Pueblo." La elección del señor Alfredo N. Acosta no depende, como decía el señor Siurob, del señor Secretario Aguirre Berlanga; no, señores, depende de Rafael Nieto, él fue el que lo puso allí como ha puesto a infinidad de reaccionarios en la Secretaria de Hacienda, que, llegado el caso, yo enumeraré los nombres y que dará un porcentaje de sesenta. Hay un sesenta por ciento de reaccionarios en la Secretaria de Hacienda y algunos extranjeros. Para esos señores reaccionarios que tienen en sus manos el dinero, que pueden ejercer presión en el ánimo de los individuos o de las masas porque tienen amistad con el señor Subsecretario de Hacienda, porque les dispensa el saludo afectuoso, esos señores influyen mucho, y al hacer su propaganda, están amparados por la recomendación que de ellos hace la aceptación que hizo el señor Nieto, de su personalidad y de sus trabajos en la Secretaria de Hacienda; esos son los individuos de la Revolución a quienes hay que aplicar la Ley de Suspensión de Garantías. Señores diputados, me voy a referir a hechos. (Murmullos.) No voy a leer nada, señor Peralta... (Voces: Un cuento, un cuento!) Al final.

Cuando el señor Alvaro Pruneda, padre, estaba en la Secretaria de Hacienda, llegaron comunicaciones y propios a ver al señor Carranza y a decirle: "Señor Carranza, el señor Nieto tiene a Fulano y a Zutano y a Mengano y así sucesivamente a muchas

personas que han sido reaccionarias, que han sido felicistas y reaccionarias en toda la extención de la palabra, que han sido villistas, huertistas, porfiristas y todos los istas posibles." No cuento una mentira, puesto que estoy hablando del C. Presidente de la República y creo que sólo nombrar a él, me obliga a no contar una mentira. El ciudadano Presidente de la República, si mal no estoy informado, ordenó a la Secretaria de Hacienda, no al señor Cabrera, no, al Subsecretario Nieto, ordenó que salieran todos los reaccionarios de allí y todos los sinvergüenzas del tipo de Alpuche que falsificó el resello del papel moneda en Veracruz; pero esos señores no salieron de la Secretaria de Hacienda, no han salido, como no ha salido un Gutt, individuo bajo y lleno de ruindad y hasta de antecedentes pésimos; no han salido ninguno de esos reaccionarios de la Secretaria de Hacienda. Esos son los individuos, esos son los individuos que están corroyendo, que están destrozando los cimientos de la Revolución; esos son los individuos que necesitan la Ley de Suspensión de Garantías.

Ahora, señores diputados, los que... yo no lo digo por amigos míos, valerosos y que han demostrado su amor a la Revolución y su valor para ir a combatir en la Revolución, lo digo por los que no han combatido en la Revolución, no me refiero al coronel Peralta, ni al teniente coronel Cienfuegos, ni algunos señores militares que hay aquí en la Cámara que pueden votar en contra; me refiero, por ejemplo... (voces: ¡A Manrique!) al compañero Manrique, a quien le ha espantado mucho la suspensión de garantías: Tiene miedo de firmar la suspensión de garantías; pero hay que comprender una cosa, señores: El que nació para maceta, no puede salir del corredor, (risas,) y no podría el señor Manrique ser revolucionario de armas tomar, como no lo podrían ser algunos de nuestros compañeros, con todo respeto lo digo... (risas,) y a esos señores son a los que les da miedo firmar la Ley de Suspensión de Garantías, porque saben que en un fracaso, en un fracaso que bien puede venir o bien puede no venir, pero en un fracaso que pudiera llegar... pues, tendrían firmada su sentencia de muerte y es muy feo morir por firmar una Ley de Suspensión de Garantías Individuales. (Risas.) ¿Verdad, señor Manrique?

El C. Manrique: ¡No!

El C. Pruneda, continuando: Ahora, señores diputados, no quiero que haya en esta Cámara, - y sinceramente lo digo -, no quiero que haya en esta Cámara un señor que vaya a Nueva York y de allí nos escriba: "Que nos aguantemos aquí en la Cámara y que veamos a ver qué hacemos," (risas y aplausos,) porque también, también hay miedecillo, señores, entre los civilistas; son de mucho valor civil, pero tienen su miedecillo.

Tenemos casos, señores, de mucha trascendencia en la República que deben ser castigados con mano de hierro, con mano inexorable; tenemos hace poco tiempo un hecho característico de lo que es el espíritu, la bajeza de ciertos individuos que están dentro de la Revolución. El señor general Alvarado, persona muy honorable en todos los conceptos y revolucionario de altas cualidades y dotes, ha sido calumniado villana y constantemente en las calles de la Metrópoli, por sueltos que se han pegado en las paredes... (Campanilla.)

El C. Secretario Aranda: Habiendo transcurrido la media hora que marca el tiempo reglamentario, se pregunta a la Asamblea si se concede al orador que siga en el uso de la palabra. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Hay mayoría.

El C. Presidente: Continúa usted en el uso de la palabra.

El C. Pruneda: Pues este señor general Salvador Alvarado ha sido villanamente calumniado, como todos lo hemos visto, por unos papeles pegados en la pared y hay que ver...

El C. Sepúlveda, interrumpiendo: ¡Da las gracias!

El C. Pruneda: No me interrumpa, señor, (risas,) y hay que ver el efecto que procede un papel alarmista en el temperamento del pueblo mexicano; hay que ver qué efecto produce, para darse cuenta del mal, del perjuicio tan grave que se hace a la sociedad haciendo propaganda alarmista, propaganda reaccionaria netamente en esa forma, Después se ha venido a comprobar que todo aquello era una mentira de los partidarios de Mena Brito; después se ha venido a comprobar que Mena Brito le escribió unas cartas a un su amigo o compañero...(Voces: A Manzanilla.) A un secuaz de él (risas,) le dirigió unas cartas diciéndole: A ver si puedes sacarles dinero a los partidarios, porque el fracaso se avecina, porque nos tiene que ganar un señor Castro... (Voces: ¡Pruebas, pruebas!) Yo las he visto señores; yo he visto un papel allí con unos facsímiles...

El C. Mariel, interrumpiendo: ¡Allí lo tienes!

El C. Pruneda, continuando: Resulta fallo aquello y resulta falso también, como sabemos por otro revolucionario no menos honorable, el señor de la Huerta, que comunicó a la Presidencia y a la Secretaría de Gobernación que es mentira que haya habido atentados en Yucatán. Esos individuos que alarman al pueblo mexicano y que lo hacen creer efectivamente en una situación desastrosa, esos individuos necesitan la Ley de Suspensión de Garantías. (Aplausos.) También señores diputados, y para finalizar, la necesitan los nuestros. (Voces: ¿Los diputados?) También.

El C. Martínez de Escobar: Cita quiénes.

El C. Pruneda, continuando: Aquí tienen ustedes, señores, una carta que revela hasta dónde llegan también las faltas de los nuestros:

"Casa de usted, México, septiembre 11 de 1917. - Señor Alvarado Pruneda. - Presente.

"Muy estimado señor Pruneda:

"Me permito felicitarlo por la viril.... etc.

"Y tanto yo como los vecinos del Distrito de Chalco, suplicámosle haga presentes en esa ilustre Asamblea, que todos estamos dispuestos a trabajar la tierra y a labrar con nuestro pequeño esfuerzo la reconstrucción de la Patria"....; - habla de la suspensión de garantías individuales -."....pero para eso pedimos se nos impartan garantías, pues en la actualidad no es tanto el bandidaje el que nos obliga a no trabajar, sino el temor a los abusos y atropellos de que somos víctimas por parte de las fuerzas que operan en ese rumbo, pues todos, sin distinción de clases, no se dedican más

que a lucrar, por cuyo motivo actualmente el rico Distrito de Chalco se encuentra en completa miseria, etc., etc....."

Señores diputados: Sabemos perfectamente que en el Ejército hay malos elementos, no tan terribles, no son criminales lombrosianos, como los pinta el señor Peralta, no; no llegan a tanto... (risas).... lo único que hacen, y eso por indignidad de algunos jefes, es meter sus caballos a pastar en algunos sembradíos y eso es de lo que se queja el pueblo; pero para esos también la suspensión de garantías, debe extenderse hasta ellos la suspensión de garantías.... (Voces: ¿Para los caballos, para los caballos? Risas. Campanilla.) Para los caballos que hablan. (Risas.) Naturalmente, señores diputados, el señor Cabrera nos decía ayer tarde:

"Hay que aprobar en lo general y la Cámara puede hacer sus adiciones, no obstante el artículo 29 de la Constitución...."

El C. Mariel, interrumpiendo: ¡No, hombre!

El C. Pruneda: Ya discutiremos sobre ese asunto, señor abogado. Que podemos adicionar esa ley, y se adicionará y se hará un artículo que también castigue los abusos de los militares, que restrinja esas facultades omnímodas que se han dado algunos militares. Naturalmente, señores diputados, eso va a producir sus efectos, quizá violentos, quizá espanten al señor compañero (dirigiéndose al C. Manrique); puede hacerse un artículo para evitar que los militares no solamente roben a un pobre cuando anden en campaña, porque así lo debemos exigir dentro de un período constitucional, debemos exigir a las autoridades civiles y militares y a los militares personalmente, que cuando tengan esta Ley de Suspensión de Garantías en sus manos, además de no violar el honor, no violen las garantías de los que no están considerados dentro de la ley, porque correrán la misma suerte, y todo depende, señores diputados, de a quien se entregue esta Ley de Suspensión de Garantías para ejecutarla; y depende, señores diputados, de que nosotros hagamos un artículo al final que diga: Fulano y Zutano pueden ejecutarla, no los demás, porque bonita sería una Asamblea revolucionaria dando facultades desde al soldado hasta al divisionario para esta aplicación; sería la peor de las aberraciones. Les daremos la facultad - supongo que así se las daremos -, porque tendrá que triunfar esta ley por patriotismo (voces: ¡No, no!), le daremos la facultad a los jefes de operaciones únicamente entre los militares y a la Secretaria de Guerra y entre los civiles únicamente al Gobernador del Distrito Federal, que es aquí en el Distrito Federal en donde radica la Reacción, en donde está echando raíces el elemento reaccionario, los felicistas, los huertistas, todo el elemento malo que está conspirando en contra de la Revolución. Ayer dije que a los Gobernadores de los Estados; pero me equivoqué, porque hay Gobernadores de los Estados que materialmente....

El C. Padilla, interrumpiendo: López de Lara es criminal.

El C. Pruneda: No, señor, no es criminal López de Lara. Habría Gobernadores de algunos Estados que cometerían algunas faltas....

El C. Padilla, interrumpiendo: López de Lara empezaría con nosotros.

El C. Pruneda, continuando: Repito a usted que López de Lara no es asesino...

El C. Mariel, interrumpiendo: ¿Qué es?

El C. Pruneda: Es un señor revolucionario que tiene sus méritos, y como hombre tiene sus debilidades y algunas faltas, algunas faltas que le debemos perdonar los revolucionarios y que no debemos hacer mofa de un revolucionario como hombre público, ni menos un señor diputado como lo es usted y como lo soy yo.

El C. Manrique: No regañe.

El C. Pruneda: No es regaño. Señores diputados: La Ley de Suspensión de Garantías dada a determinadas personas para ejecutarla, es benéfica al país; naturalmente, que si se dieran amplias facultades, lo mismo a un sargento, que a un capitán, que a un mayor, que a un coronel, que a un general, pues sería el desbarajuste mayor, haríamos la peor de las tonterías. Yo recuerdo que al llegar a Cuernavaca el señor general González suspendió las garantías individuales, y dijo: "Únicamente el Cuartel General y el jefe de sector pueden ordenar el fusilamiento de un individuo que esté dentro de la Ley de Suspensión de Garantías." Y no se asesinó a nadie, y no vinieron aquí quejas de la Secretaría de Guerra y Marina, de asesinatos; no vinieron quejas de que el mayor Fulano había matado a un hombre porque estuviesen suspendidas las garantías individuales, no, señores; el Cuartel General y el jefe de sector eran los únicos que podían obrar en esa forma: El Cuartel General para castigar a los de adentro, y el jefe de sector para castigar a los que venían de allá para acá. Y eso debemos hacer nosotros: Poner en manos de personas honorables en toda la extensión de la palabra, como lo son nuestros jefes de Ejercito de Operaciones, y como lo es la Secretaria de Guerra y Marina y como lo es el Gobernador del Distrito. Ya no me quiero extender a los Gobernadores de los Estados; repito, habría Gobernador de algún Estado que hiciera una diablura y nos pusiera en un brete; hay muchas enemistades en los Estados que desconocemos, porque hace mucho tiempo que los que vienen, por ejemplo, de Sonora o de Chihuahua, y que están aquí, por muchas cartas que hayan recibido no se dan cuenta exacta de las infamias que se hayan hecho, del pleito constante que hay entre un partido y el otro; el triunfante tendría que anonadar y ultrajar al vencido.

Para terminar, señores, voy al cuento que me pedía un compañero; para finalizar voy a relatarles una leyenda....(siseos), que creo es de Apeles Mestres; es muy pequeña: Hace tiempo se vaticinó que la esfinge del desierto hablaría, y se vaticinó que hablaría siempre que llegara alguna persona y le dijera una palabra al oído. La esfinge se estremecería, la esfinge hablaría, parecería que la esfinge tenía corazón al sólo oír aquella palabra. Llegó un artista y le habló al oído y le hablo de arte y le habló de armonía, y la esfinge calló, no se estremeció, continuó impávida; después llegó un guerrero y le habló de guerra, de matanza, de sangre: Tampoco habló la esfinge; más tarde, señores..... (risas), más tarde llegó un sabio, le habló de ciencia, y la esfinge continuó callada, sin pronunciar una sola palabra. Más tarde, pasaron siglos, y la esfinge no había hablado, no

obstante que había llegado un sabio, que había llegado un artista, no obstante que había llegado un guerrero, y le habían hablado todas las palabras que habían encontrado. Llegó una caravana después de pasados siglos y se acercó a la esfinge para reposar un momento. Empezó a nublarse el cielo y vino la tempestad, y vino el simún. La caravana, para salvar de la catástrofe, huyó, pero dejó abandonado a un niño, dejó a un muchacho que, después de que ya había avanzado un kilómetro la caravana, se levantó espantado al rumor de la tempestad del simún y subió hasta los hombros de la esfinge, para ver si por allí podía divisar a la caravana, y al ver que había desaparecido, gritó: "¡Madre, madre mía!" y entonces la esfinge, señores diputados, entonces, se ablandó el corazón de la esfinge, entonces sí pareció que había sangre dentro de la esfinge entonces la esfinge habló. Ahora, señores, yo soy ese muchacho de que hablaba ayer el señor Cienfuegos, yo soy ese muchacho que le va a hablar a la esfinge de la oposición, a esa esfinge semienterrada en la arena de la obsecación voy a gritarle, le voy a decir las palabras de patria, libertad y justicia y salvación de la Revolución, a ver si se estremece, a ver si habla la esfinge, señores diputados. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano García Vigil.

El C. García Vigil: Señores diputados: Muchas sesiones han transcurrido sin que se haya llegado a percibir con claridad el sentimiento de la Asamblea respecto a la ley que se consulta; para nadie, indudablemente, habrá pasado desapercibido que la pretendida ley es de un alcance transcendentalismo y, naturalmente, debe ser dada como lo previene el artículo 29 constitucional, en circunstancias verdaderamente extraordinarias; pero lo que más hay que hacer notar, es que llevamos apenas cinco meses y medio de haber entrado al período constitucional, que con motivo de éste hemos oído un informe del Jefe del Ejecutivo, que naturalmente nos ha pintado una situación, si no bonancible, por lo menos justificada de la entrada al orden constitucional; que cinco meses y medio han transcurrido y que en ese período de tiempo el Poder Ejecutivo ha solicitado al Legislativo las siguientes leyes: Primera, ha pedido facultades extraordinarias en Hacienda. Malo es el título de extraordinarias, debe decirse facultades absolutas en Hacienda, supuesto que el absolutismo es el régimen. El Ejecutivo, sin haberlas pedido, tiene facultades absolutas en Guerra; el Ejecutivo ha consultado una ley en el orden judicial, para conceder amnistía, indultos, etc., es decir, lo que corresponde, por una parte, al Poder Legislativo, y, por otra, al Poder Judicial, y hoy el Ejecutivo nos consulta una ley que ataca en su base a la sociedad, o sean las garantías individuales de los ciudadanos. Esto es lo más trascendental; escrito estaba que habíamos de llegar hasta este punto, y no puedo dejar de considerar aquí que, con motivo de la nueva Constitución, ya vigente, elementos diversos que entraron en su elaboración se han ufanado, unos por una parte y otros por otra; así, por lo que respecta al grupo de los constituyentes, vemos que están ufanos de la parte que pusieron en la elaboración de esta Constitución, por lo que respecta al trabajo, a las leyes del trabajo, es digna del mayor encomio la tendencia de los constituyentes. El Ejecutivo, por su parte, puso su más alto orgullo en la elaboración del capítulo de las garantías individuales, y de una manera clara lo dice el Ejecutivo en su informe, y precisamente yo he sentido un motivo de admiración especialmente para el Ejecutivo que prohijó estas reformas, por lo que respecta a las garantías individuales, puesto que verdaderamente vieren a favorecer en una medida muchísimo más amplia que en la que estaban los ciudadanos de la República bajo la vigencia de la Constitución de 57; y vemos hoy que, después de cinco meses y medio de la nueva Constitución, en primer lugar el artículo 123, motivo de orgullo de los constituyentes radicales, no ha sido posible llevarlo a la práctica; pero aquí siquiera hay esto: No ha sido posible llevarlo a la práctica, la elaboración de la leyes, la reglamentación de este artículo no ha sido posible, por el inmenso trabajo que ha tenido el Congreso; pero que el autor de estas reformas a las garantías individuales, sea hoy el mismo que pide que se suspendan esas garantías individuales, es, francamente, declarar fracasada su obra capital, por lo que respecta a la Constitución. (Voces: ¡No, no! Siseos.) Pero dejemos a un lado esto, que será motivo para ser tratado con más extensión, probablemente en esta misma sesión, por mí.

Como la medida que se pretende es verdaderamente trascendental, trascendencia que se ha patentizado ante los ojos de todos los miembros de la Asamblea, yo no estoy todavía ni ligeramente informado, sino mal informado respecto a las causas que, según el autor del proyecto de ley que se consulta, motive la expedición de la Ley de Suspensión de Garantías. En efecto, ni el ciudadano Subsecretario del Interior, ni el más conspicuo de todos los derechistas, el señor licenciado Cabrera, ha hecho una exposición cuan detallada es necesario, para poder justificar la medida que se pretende. Con motivo de esto, y viniendo yo aquí enteramente desprovisto de prejuicios, únicamente guiado por el principio capital de que las garantías individuales es lo más sagrado para la sociedad, en principio, he venido con la idea de oponerme, y me opongo; pero como los que están obligados a hacer un informe detallado no lo han hecho, yo quiero facilitarles esta labor y, para el efecto, en sesión pasada yo pretendí llevar a la consideración de la Asamblea una moción suspensiva, con objeto de que fueran llamados los Secretarios de Estado, de Guerra, de Hacienda y el de Comunicaciones; como en esos momentos era votada negativamente por la Asamblea la moción que pretendía que fuera llamado a informar el Subsecretario de Guerra, consideré inoportuno presentar esa iniciativa, y, además, hablé con el Subsecretario del Interior y me dijo que no era necesario que estuviera presente ninguno de los otros colaboradores del ciudadano Presidente de la República, sino que él podía informar absolutamente, y no sólo me lo dijo a mí en lo privado, sino en la tribuna ha dicho que estaba dispuesto a contestar toda clase de preguntas a cuantos quisieran, sobre la situación política del país. Con ese motivo

yo he formulado un interrogatorio, que solamente hasta que sea contestado, y no será difícil, puesto que dicha contestación categórica, repito, hasta que sea contestada, podremos iniciar un debate serio y llegar a la conclusión de si es o no es de expedirse la Ley de Suspensión de Garantías. No sé si se encuentre en estos momentos aquí el C. Subsecretario del Interior. (Voces: ¡Aquí está!) Voy a dar lectura al interrogatorio que, a mi juicio, consta de tres capítulos principales: El de la política interior, el de la cuestión hacendaria y lo relativo a la acción militar del Gobierno.

No he considerado propio, adecuado, formular un interrogatorio ni somero sobre la cuestión internacional, porque indudablemente que ni se me darían contestaciones categóricas y no sería para ser tratado, lo que de él se sacara, en una sesión pública. Por lo que respecta a la política interior, he considerado los siguientes puntos:

"INTERROGATORIO AL EJECUTIVO

"Política interior

1a. ¿Cuántos Estados de la República están completamente pacificados?

2a. ¿Cuántos están pacificados en parte y en qué proporción territorial a cada uno de ellos?

3a. ¿Es mayor, o menor, que la mitad de la extensión total de la República, la invadida por los elementos de todas clases de enemigos de la sociedad y del Gobierno?

4a. ¿Cuál era la relación semejante en 1o de mayo, fecha del restablecimiento del orden constitucional en la República?

5a. Si los opositores políticos y los enemigos de la sociedad han extendido su radio de acción desde esa fecha, ¿Cuál es, a juicio del Gobierno, la causa principal de este aumento y cuáles las secundarias, si las hay?

6a. ¿Han aumentado o disminuido, desde esa fecha, los enemigos ya clasificados?

7a. ¿Cuál de los tres siguientes principios rige en primer término el procedimiento de selección por el Gobierno, de los empleados públicos: El principio político revolucionario, el puramente moral o intelectual?

8a. ¿Qué motiva el ingreso a muchos y altos puestos públicos de individuos contraseñados como inmorales, ya en lo político, ya en lo personal, o en ambas cosas?

9a. ¿Qué procedimiento ha seguido y sigue el Gobierno con los enemigos políticos que pretenden amnistiarse?

10a. ¿Qué procedimiento ha seguido y sigue el Gobierno, en lo que respecta a la incautación y manejo de los bienes de los enemigos de la Revolución?

11a. ¿Por qué, después de cinco y medio meses de orden constitucional, no han sido designados por el Ejecutivo los Secretarios de Estado?

12a. Es porque la Revolución carece de hombres idóneos para tan elevados cargos?

13a. El despacho de todos los asuntos de las diversas Secretarías de Estado, por los Subsecretarios y Oficiales Mayores, ¿Es eficiente o deficiente?

14a. Si los actuales Subsecretarios de Estado carecen ante el Ejecutivo, del prestigio político bastante para ser elevados a la categoría de Secretarios, ¿N considera impolítico, el mismo Ejecutivo, para sí y para la Nación entera, despachar los asuntos de las Secretarías por tan largo tiempo, con un personal de Subsecretarios desprovistos del indispensable prestigio político?

15a. ¿Cuál es el porcentaje diario de atentados que a juicio del Ejecutivo pueden motivar la ley que se pretende?

16a. ¿Cuántos son los individuos clasificados en el proyecto que se discute que a merced de las garantías constitucionales han cometido los delitos que con la pretendida suspensión quiere castigarse, y que han sido hechos prisioneros por el Gobierno?

"Por lo que respecta a Hacienda

1a. ¿A cuánto alcanzan las rentas mensuales del Gobierno por concepto estrictamente interior?

2a. ¿A cuánto las percepciones aduanales?

3a. ¿A cuánto ascienden mensualmente las erogaciones por servicios públicos?

4a. ¿Hay déficit o superábit mensual?

5a. En cualquiera de los dos casos: ¿De cuánto el uno o el otro?

6a. ¿Cuál es el por ciento de utilidad para el Gobierno, por concepto de acuñación de la moneda?

7a. ¿Han mejorado las condiciones económicas del Gobierno y del pueblo, como consecuencia del uso de las facultades extraordinarias en Hacienda, concedidas al Ejecutivo?

8a. En caso afirmativo, ¿En qué proporción, con relación a la fecha en que fueron concedidas esas facultades?

9a. ¿A qué punto llegan en la actualidad las gestiones del Ejecutivo para la contratación del primer empréstito?

"Por lo que respecta a Guerra

1a. ¿Cuál es el efectivo actual del Ejército?

2a. ¿Cuál es su base orgánica presente?

3a. ¿Cómo está distribuido el Ejército: Orgánica, territorial y numéricamente?

4a. ¿Qué procedimientos sigue el Gobierno para conferir a los respectivos jefes el mando de las tropas en las distintas regiones del país?

5a. ¿Qué procedimientos sigue en los ascensos: Regular o irregular?

6a. En el primer caso, ¿Cuál es dicho procedimiento, en lo facultativo o en lo político?

7a. ¿Qué motiva el ingreso al Ejército de muchos elementos que combatieron al Constitucionalismo con anterioridad?

8a. ¿Es debido a que el Ejército se encuentra exhausto de jefes y oficiales de origen constitucionalista puro?

9a. ¿Qué procedimiento sigue el Gobierno al llamar y admitir en el Ejército a los elementos extraños señalados en la pregunta 7a.?

10a. ¿Qué efectivos aproximados de enemigos tiene puestos del Ejército en las distintas regiones en que está distribuido?

11a. ¿Cuál es el promedio de consumo diario de municiones de artillería y fusilería?

12a. ¿Cuál es el producto diario de los establecimientos del Gobierno?

13a. ¿Cuál es el promedio diario de bajas del Ejército, por concepto de guerra?

14a. ¿Cuál el promedio diario de altas en el Ejército?

15a. ¿A cuánto ascienden las cantidades que han desfalcado miembros del Ejército, sean con mando o pagadores, desde el restablecimiento del orden constitucional?"

Respecto a esta última pregunta, debo hacer notar que en el Ejército hay pagadores natos de guerra, y hay pagadores que dependen directamente de la Secretaría de Hacienda; si los considero en la parte de Guerra, es porque la mayor parte son hombres que han sido nombrados y conservan este nombramiento por el jefe respectivo, por lo que los que van de nuevo tienen que someterse por la fuerza de las circunstancias a la autoridad del jefe con mando de tropas.

El C. Presidente: Tiene la palabra para contestar las interpelaciones formuladas, el señor Subsecretario del Interior.

El C. Aguirre Berlanga Manuel, Subsecretario del Interior: Señores diputados: Un precepto constitucional y una disposición reglamentaria que rige los debates del Congreso de la Unión, señalan como deber de los Secretarios de Estado o de los que estén encargados del despacho, de informar a las Cámaras sobre los asuntos del ramo en la materia que se esté discutiendo o que motiven una interpelación; pero es natural y lógico que esas informaciones deben ser pertinentes al asunto de que se trata, y, en consecuencia, lo que no sea pertinente, lo que no tenga relación con el negocio que se discute, indudablemente que es impertinente y que no debe contestarse.

En la larga lista de interpelaciones categóricas, como dice el señor diputado García Vigil, hay quizá el noventa por ciento, por no decir el noventa y nueve por cien, que además de no ser pertinentes, ni tener relación con el asunto de que se trata, ni dar luz sobre la materia, varias de ellas sería una indiscreción referirlas. Al pasar revista de ellas, referiré algunas de las que sería una torpeza contestarlas. La primera pregunta dice: "¿Cuántos Estados de la República están completamente pacificados?" Es muy elástica la pregunta, porque al decir "completamente pacificados," no podemos entender si está pacificado un Estado cuando no exista absolutamente ni un solo hombre, ni un solo bandido que turbe el orden, aunque sea en un camino despoblado donde apenas de cuándo en cuándo pase algún transeúnte. De manera que la contestación a esta pregunta no puede decirse porque no está precisada, porque no puede fijarse de una manera clara y precisa hasta dónde alcanza la pregunta y qué es lo que realmente puede considerarse como en lo absoluto pacificado, pero yo quiero satisfacerla y por esta parte decir algo para que sirva de informe a esta H. Asamblea y casi para repetir lo que todo mundo sabe, porque lo que sobre este particular puede decirse, todo representante de un pueblo debe conocerlo.

El C. Secretario Portes Gil: La Mesa suplica a los CC. diputados se sirvan prestar atención al orador y ocupar sus curules.

El C. Aguirre Berlanga, continuando: El Estado de Morelos no está completamente pacificado, el Estado de Oaxaca no está completamente pacificado; en el Estado de Guerrero hay algunos alzados en armas; en el Estado de Puebla también hay algunos alzados en armas; en el Estado de Chihuahua queda Villa con unos cuantos hombres que recorren aquel Estado; pero militarmente está pacificado; en el Estado de Michoacán también existen algunos levantados en armas y con estos hechos fácilmente puede comprenderse si estos Estados están o no pacificados, porque, como dije al principio, esto de la acepción del Estado pacificado es muy flexible; pero como ustedes pueden juzgar, creo que basta referir los hechos en la forma en que acabo de hacerlo. Hay otros Estados en que hay bandoleros, hay algunos en que los reaccionarios han tomado algún incremento y también es bien conocido, de manera que puedo aseguraros que no hay un solo Estado de la República en que no exista cuando menos una partida de cinco bandoleros que asalten el tren, a los caminantes, o ejecuten actos vandálicos, que son precisamente los que se trata de corregir con manos enérgicas y leyes propias a las circunstancias actuales. Contestada así la 1a. pregunta, huelga la contestación de la 2a., está íntimamente ligada con ella, igualmente la 3a. La 4a. dice: "¿Cuál era la relación semejante en el 1o de mayo, fecha del restablecimiento del orden constitucional en la República? Esta pregunta la contesto de la siguiente manera: Precisar, ya lo dije al principio, es imposible, por eso es impertinente la pregunta; pero tengo absolutos, tengo deseos amplios de ilustraros o cuando menos diré alguna cosa sobre el particular; nadie podrá decir una cosa diferente dado el texto de la pregunta; hoy los reaccionarios se han alentado y existe mayor número de enemigos del Gobierno, que de una manera ostensible lo atacan, y enemigos de las instituciones y enemigos también de la Constitución de Querétaro, que todos los mexicanos, y principalmente todos los constitucionalistas tenemos el deber ineludible de salvarla, de defenderla y de tomar todas las medidas necesarias para conseguir este fin. La 5a. pregunta dice así: "Si los opositores políticos y los enemigos de la sociedad han extendido su radio de acción desde esta fecha, ¿Cuál es, a juicio del Gobierno, la causa principal de este aumento y cuáles las secundarias, si las hay?" La causa principal es que los enemigos de un régimen no se contentan con quedar vencidos; el restablecimiento del orden constitucional trajo como consecuencia el que para castigar a los rebeldes, para castigar a los enemigos del orden se siguen procedimientos largos y requisitos tutelares de leyes antiguas retardatarias, que hacen muy difícil, casi imposible, el mantenimiento del orden constitucional a raíz de una revolución que conmovió tanto al país y que estos mismos reaccionarios han encontrado como medio propicio para aumentar su audacia, para organizarse mejor, con el propósito, naturalmente, de desvirtuar toda la obra revolucionaria y todo el movimiento que a costa de tantos esfuerzos trajo al pueblo mexicano una Constitución que, son dejar de tener defectos, está

más de acuerdo con la aspiraciones sociales de la Nación mexicana. La 6a. está contestada con la anterior. La 7a. es impertinente, no es materia del debate y me abstengo, con toda atención, de contestarla. La 8a. dice así: "¿Qué motivó el ingreso a muchos altos puestos públicos de individuos contraseñados como inmorales, ya en el orden político, ya en el personal o ambas cosas?" Esto seguramente que el Gobierno no tiene conocimiento de que esos hombres sean malos, porque si lo tuviera, no los habría admitido; de manera que el deber de todos los ciudadanos es decir: Fulano de Tal es malo, dirigirse a las autoridades y al ver este caso, las autoridades procederán en la forma conveniente. La pregunta número 10, francamente es muy importante y en verdad que la contestación de ella servirá de mucho y está en favor de la suspensión de garantías contra los enemigos del Gobierno, que se discute en estos momentos. Esa pregunta dice así: "¿Qué procedimiento ha seguido y sigue el Gobierno en lo que respecta a la incautación y manejo de los bienes de los enemigos de la Revolución?" Precisamente porque estamos dentro del período constitucional, el Gobierno no puede incautar bienes de los enemigos. Entre los puntos de la suspensión de garantías debe constar éste, para que el Gobierno tenga las armas legales suficientes con el fin de debilitar a los enemigos incautándoles los bienes. (Voces: ¡Muy bien!) La pregunta número 11 no tiene absolutamente ninguna relación con el asunto que se discute y, en consecuencia, me abstengo de contestarla. La 12, tampoco puede contestarse, porque está en íntima relación con la anterior. La 13, por la misma razón, sobre todo, es cuestión de apreciación y puede hacerlo el público. La 14 adolece del mismo defecto y por lo mismo es imposible, es indebido contestarla. La 15 dice de esta manera....

El C. García Vigil, leyendo: "¿Cuál es el porcentaje diario de atentados que, a juicio del Ejecutivo puede motivar la ley que se pretende?"

El C. Aguirre Berlanga, continuando: Es un acto éste, es una labor verdaderamente de estadística que ningún hombre del mundo, aunque lo consideréis como el más inteligente, el de memoria más prodigiosa, puede contestar; se pide un imposible, porque bien sabido es cómo se llevan las estadísticas en las oficinas de policía, en los juzgados y todo eso es materia de una labor tan larga y laboriosa, una labor tan intensa, que en un momento dado nadie puede contestarla. Por la imposibilidad física de contestarse, no me es posible hacerlo.

Esta pregunta dice: "¿Cuántos son los individuos clasificados en el proyecto que se discute que a merced de las garantías constitucionales han cometido los delitos, que con la pretendida suspensión de ellas quiere castigarse y que han sido hechos prisioneros por el Gobierno?" También es cuestión de estadística; para contestar un asunto de esta naturaleza tendríamos que consultar a todos los Gobiernos de los Estados, quienes a su vez tendrían que hacerlo a los Presidentes Municipales y a todas las autoridades políticas que por razón de sus funciones tienen el deber de saberlo. De manera que hay también una imposibilidad física de contestar. Es imposible decir el número; pero sí hay algunos que merecen un castigo de esta índole. Por lo demás, las leyes, propiamente esta ley, no podría aplicarse a los que estuviesen prisioneros, a los que se hubiese aprehendido asaltando un tren, cometiendo un atentado de otra naturaleza, un robo con violencia, etc., porque esta ley tiene que regir para el futuro; de manera que nada tiene que ver en su aplicación anterior. Podría decirse: Esto servirá de base para ver cuántos son los que habrá de castigarse con esta ley; pero para esto, para que os forméis alguna idea del asunto, ya en otra sesión os dije que son frecuentes las voladuras de trenes; la prensa ha informado de todas ellas o de casi todas ellas, que en las rancherías y en los pueblos también frecuentemente se cometen atentados de la naturaleza que consulta esta ley para que sean castigados con severidad y su número es considerable; muchos de los que los cometen son ya conocidos también del público por la prensa y, como dije al principio, números concretos es imposible decirlos, si no es que se necesitarían quizá meses para saberlo.

Siguen luego los asuntos de Hacienda. (Voces: ¡No se oye!) Nada tiene que ver el asunto de la suspensión de garantías con que ingresen cuarenta, cincuenta o sesenta millones de pesos al año y se gasten setenta u ochenta, porque eso sí, que ingresen diez millones más o diez millones menos, no remedia el mal que se trata de evitar, desde el momento en que son bandoleros, incendiarios y plagiarios los delincuentes que se pretende castigar con esta ley. La 4a. dice: "¿Hay déficit o superábit mensual?" Señores, voy a satisfacer la curiosidad de ustedes o del señor diputado García Vigil, porque es muy sencillo, aun cuando no es, como dije antes, pertinente: Hay déficit. Todas las demás preguntas, por la misma razón que antes mencioné, no deben contestarse porque no están relacionadas con la materia a debate.

Pasaremos a Guerra: (Voces: ¡No se oye!) "¿Cuál es el efectivo actual del Ejército?" Con ligeras diferencias que no son apreciables, es el mismo que se dijo ante esta H. Cámara por medio del documento oficial por el C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, cuando lo rindió. "¿Cuál es la base orgánica presente?" La misma que existía antes con las tendencias constantes de mantener la disciplina, de moralizar y de ir haciendo todas las labores del ramo encaminadas a que el Ejército Constitucionalista sea todo lo eficiente posible. La 3a. pregunta dice así: "¿Cómo está distribuido el Ejército orgánica, territorial y numéricamente?" No puede ni debe contestarse esta pregunta en público. 4a.: No es asunto que esté relacionado con la materia de debate. 5a: Lo mismo; dice: "¿Qué procedimientos se siguen en los ascensos?" No tiene nada que ver con la suspensión de garantías.

Las preguntas 5a., 6a., 7a., 8a., 9a. y 10a., son incontestables por el mismo motivo que he indicado a ustedes repetidas veces, de no tener relación ninguna apreciable, con el asunto a discusión. (Voces: ¡No se oye!) 11a.: "¿Cuál es el promedio de consumo diario de municiones de artillería y de fusilería?" Tampoco es materia del asunto, ni sería prudente decirlo en sesión pública. "¿Cuál es el producto diario de los establecimientos del Gobierno?"

Además de que no se dice de qué establecimiento, debe entenderse, por tratarse de asuntos de guerra, que también sería una imprudencia inmensa indicar aquí en público, donde probablemente habrá muchos reaccionarios que vayan a decir al enemigo qué es lo que producimos, qué es lo que tenemos en materia de armas y en materia de municiones, en toda clase de parque y en toda clase de municiones de guerra, y quizá también lo diría al extranjero y sería una imprudencia el contestarla de esa manera. La 13a. adolece del mismo defecto de las anteriores. La 14a. tampoco tiene relación con el asunto que se discute. (Voces: ¡No se oye!) Y la 15a. también, señores diputados adolece del defecto de las anteriores; por ser impertinente el asunto de que se trata, no es posible contestarla, no es debido, y atentamente digo a ustedes que esta es la razón por la cual no la contesto. Quedan satisfechos los deseos del señor diputado García Vigil, por lo que respecta a las interpelaciones.

El C. Presidente: Continúa en el uso de la palabra el C. García Vigil.

El C. García Vigil: Señores diputados: A pesar de las últimas frases del Subsecretario del Interior, que dice que quedaron satisfechos mis deseos, comienzo por manifestar que no lo han sido ni en lo mínimo. Lo que aparece de las contestaciones dadas por el señor Subsecretario del Interior, es que resalta en él, de una manera notable, la discreción. Esta discreción, esta prudencia es, según su dicho, lo principal que ha influido para que no conteste como es de desearse, como yo lo necesitaba, el interrogatorio que he formulado.

Resulta de las contestaciones dadas, que el C. Subsecretario del Interior únicamente se ha referido, sin contestarla categóricamente, a la pregunta 5a. por lo que respecta a la política interior, o sea si los enemigos del Gobierno y de la sociedad han extendido su radio de acción en lo que respecta a la causa principal. Parece increíble que esto es en lo que no haya sido bastante discreto, precisamente en lo que más lo necesitaba, el C. Subsecretario del Interior, puesto que él se refirió a que la causa predominante es la política, y, según la ley que se consulta, esa ley debe aplicarse a plagiarios, incendiarios, asaltantes, pero no a políticos. Respecto a la pregunta 8a., que dice: "¿Qué motivó el ingreso a muchos altos puestos públicos de individuos contraseñados como inmorales, ya en lo político, ya en lo personal, o en ambas cosas?" El C. Subsecretario del Interior manifiesta absoluta ignorancia, dijo que no lo sabía. ¡Pero quién no sabe que existen muchos elementos que han servido a los gobiernos, no de últimos tiempos de la Revolución, no, sino a gobiernos anteriores! Si me refiriera singularmente a uno como el más caracterizado de todos ellos, lo haría con respecto al licenciado Macías que, como todos saben, es un hombre ya más que maduro que ha servido inveteradamente a Gobiernos dictatoriales. Eso por lo que respecta a la inmoralidad política que menciona la pregunta, por lo que respecta a inmoralidad personal, es patente también para todos que los hermanos Manero han sido encausados por estafa y que disfrutan de un empleo bastante prominente conferido por el Gobierno. No quiero citar más casos, porque esto sería demasiado prolijo; pero sí señalo éstos para que se vea que la pregunta no ha sido impertinente y falta de razón.

Por lo que respecta a los Estados pacificados, indudablemente el Subsecretario del Interior debió haber tenido en cuenta que yo no le hacía la pregunta sobre en qué Estados no se da nunca un solo caso de asalto, robo o crímenes de distintas clases, etc.; no, si no lo que, en concepto del Gobierno oficialmente considera como pacificado, porque esto es indispensable para la ley que se consulta. En la ley debió haber venido una exposición de motivos bastante para ilustrar al Congreso, que dijera: La extensión de la República está invadida, ya en la región del Istmo, ya en los Estados del centro de la República, en las huastecas, en el Norte del país, en una porción de una quinta parte, de un tercio, de dos quintas partes, de la mitad, etc., Esto fue lo que nos debió haber dicho el Subsecretario del Interior, para poder apreciar los motivos que tiene el Ejecutivo para pedir que se suspendan las garantías constitucionales en toda la extensión de la República; pero el Subsecretario del Interior no nos ha dicho nada absolutamente sobre esto; únicamente se ha referido y no ha dicho, ¡Oh sorpresa!, que el Estado de Morelos no está completamente pacificado (risas), que en el Estado de Guerrero hay unos cuantos alzados, que en el Estado de Oaxaca hay otros tantos alzados; por la ruta que siguió, yo consideré que era probable que llegara a los Estados colindantes con Oaxaca, por ejemplo, Veracruz, que ha entrado al orden constitucional; Chiapas, Tabasco, etc.

También creo que, con motivo de un hecho singular en la política actual, o sea el llamamiento hecho por el Ejecutivo a un divisionario de mucho prestigio en el Ejército, Gobernador electo del Estado de Jalisco, del general Diéguez, para dirigir una campaña, se referiría forzosamente al hecho que ha motivado esto, por la cuantía de los elementos que están en pugna con el Gobierno, supuesto que esto presupone la necesidad de una jefatura que pueda tener bajo sí jefaturas parciales, como las que los generales que han sido puestos a los órdenes del general Diéguez; pero no, el Subsecretario del Interior no se ha referido para nada al carácter y extensión que tiene la oposición, ya de simples malhechores, o ya de políticos, en las huastecas, extendiéndose principalmente en el Estado de San Luis Potosí.

Por otra parte, no dejo de hacer notar a la Asamblea, la singular contradicción en que aparece lo asentado por el Subsecretario del Interior y lo asentado ayer por el señor licenciado Cabrera. El señor Subsecretario del Interior dice que el villismo, prácticamente, ya no es nada. El licenciado Cabrera, que es el más caracterizado de los defensores del Gobierno, dice que sí existe el villismo, y a este propósito debo recordar también la notable contradicción que existe entre lo dicho por el Subsecretario del Interior y lo dicho por el ciudadano Cabrera ayer, por lo que respecta a la cuestión económica, como causa determinante de la situación en que se encuentra el país. El ciudadano Subsecretario del Interior pasó sobre la cuestión de Hacienda, diciendo que no tenía absolutamente

nada que ver con el debate, y, naturalmente, con la situación que origina la pretendida Ley de Suspensión de Garantías. El licenciado Cabrera asienta en su peroración de ayer que la causa determinante, la principal, es la cuestión económica, y, todavía más, llega hasta decir una cosa enteramente falsa, como es la de que, con dinero, en política hay éxito y sin dinero no hay éxito, y ya en su oportunidad haré patente ese grave error del señor licenciado Cabrera.

Por lo que respecta a Guerra, el C. Subsecretario del Interior también ha manifestado que no viene al debate la cuestión del efectivo del Ejército, su organización, su distribución en las distintas regiones del país en que está operando, el consumo de sus municiones, el abastecimiento de éstas, sus altas y sus bajas, y, en fin, todos los factores que determinan en una institución armada, su éxito o su fracaso. Es verdaderamente sorprendente que el Subsecretario del Interior considere que no tiene que ver absolutamente nada el Ejército en esta ley que se discute; ¡Como si el Ejército no tuviera como una de tantas funciones, la de salvaguardar los intereses de la sociedad, la de ser el agente del Gobierno para reprimir desordenes o perseguir a los malhechores que se colocan fuera del alcance de la policía civil; en fin, para garantizar plenamente el funcionamiento social y político de la República! Resulta, entonces, que el Ejército no tendrá más misión que la de combatir en guerra extranjera. Evidentemente no es así. Para llegar a conclusiones respecto a la situación del país, es decir, para poder evaluar los factores que entran y que forzosamente deben entrar en nuestra determinación para negar o conceder la Ley de Suspensión de Garantías, es indispensable que sepamos cuál es la actuación del Ejército, no sólo en lo moral, sino también en lo orgánico; necesitamos saber cómo está distribuido el Ejército y todos los militares; la Secretaría de Guerra debe saber en qué cantidad, aproximadamente, le son opuestos sus enemigos en las distintas regiones en que opera, pues no sería digno de un ejército el estar operando a ciegas respecto a su contrario. Evidentemente que no puede traer datos exactos, ¿Pero no todo general en jefe está obligado a conocer el efectivo aproximado de su contendiente?

En resumen, el Subsecretario del Interior no ha informado como debía, a la Asamblea; el Subsecretario del Interior ha sufrido un error grave creyendo que aquí los Secretarios de Estado, constitucionalmente, tienen derecho a rebatir. No, los Secretarios de Estado únicamente están obligados a informar, y por estar obligados y por ser derecho inalienable de la Cámara, conforme al artículo 93 constitucional, el llamar a los que la Cámara considere que deben estar presentes para cuando se discute una ley, es por lo que he pedido al Subsecretario del Interior se sirviera informar, únicamente por eso. Las preguntas han sido categóricas, quizá mis conclusiones, después de que las preguntas hubiesen sido contestadas, serían erróneas o ciertas, eso lo veríamos después; pero el derecho es el mío de solicitar un informe. Desgraciadamente, el Subsecretario del Interior no ha suministrado el informe indispensable. Estoy compelido a decir que, a pesar de lo sostenido ante mí por el Subsecretario del Interior, en conversación privada, respecto a que podía informar de todo, es seguro que el Subsecretario de la Guerra sí podría decir cuántos son los hombres que tiene actualmente, cuáles son las fuerzas que tiene distribuidas actualmente, y que el Subsecretario del Interior considera que es motivo de indiscreción esto. No hay tal; todos los países del mundo, precisamente en situaciones difíciles, es cuando hacen el mayor número de declaraciones, y esto lo hacen por obra de sus publicistas, por obra de sus estadistas, por obra de los hombres que se esfuerzan por el mejoramiento de sus conciudadanos, con objeto de que éstos vean cuál es la realidad de la situación y contribuyan al mejoramiento de ella. Así, vemos nosotros que precisamente en los días, en los años inmediatamente anteriores a la declaración de guerra francoprusiana, elementos militares del ejército francés escribieron un gran número de libros, haciéndole patente a Napoleón III que el ejército francés se encontraba en un estado de inferioridad notable con respecto al ejército prusiano. También tengo que recordar que lo que motivó la revolución francesa, fue la cuestión económica, y que los más connotados de los hombres de aquella época, precursores de los hombres del 14 de Julio, fueron los que dijeron en todas partes que la Hacienda francesa estaba en bancarrota, que la sociedad francesa estaba en condiciones de penuria.

En la actualidad, con motivo de la guerra europea, a la que nosotros asistimos, los más notables tratadistas militares, los estadistas, los políticos y los diplomáticos, han escrito libros principalmente en Alemania, en Francia e Inglaterra, haciendo prevenciones a sus respectivos condicionales, porque vislumbraban perfectamente el advenimiento de la guerra a que hoy estamos asistiendo nosotros como simples espectadores; por consiguiente, no es indiscreción, no puede ser indiscreción, porque cuando la indiscreción viene aparejada con la sugestión, con la sugestión del remedio, cuando se señala y se señala puntualizando perfectamente los remedios que hay que aplicar, entonces la obra no es de indiscreción, sino de patriotismo y por encima de cualquiera otra obra, lo que nosotros necesitamos aquí es la obra eminentemente patriótica; (aplausos,) pero si el Ejecutivo, por conducto del Subsecretario del Interior, no nos ha informado como se necesitaba, si la ley adolece del grave defecto de no venir precedida por una exposición de motivos y ni siquiera puntualiza conforme al artículo 29 la causa determinante, - a juicio del Ejecutivo -, de la expedición de esta ley, yo, haciendo un esfuerzo, voy a analizar la situación comenzando por negar, en principio, lo que se pretende: Que se expida una Ley de Suspensión de Garantías con fundamento en el artículo 29 constitucional. Para el efecto, voy a dar lectura al artículo 29 constitucional. Dice así:

"Artículo 29. En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública o cualesquiera otros que pongan a la sociedad en grande peligro o conflicto, solamente el Presidente de la República, de acuerdo con el Consejo de Ministros y con aprobación del Congreso de la Unión, y en los recesos de

éste, de la Diputación Permanente, puede suspender las garantías otorgadas en esta Constitución, con excepción de las que aseguran la vida del hombre; pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión pueda contraerse a determinado individuo.

"Si la suspensión tuviere lugar hallándose el Congreso reunido, éste concederá las autorizaciones que estime necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación. Si la suspensión se verificare en tiempo de receso, la Diputación Permanente convocará sin demora al Congreso para que las acuerde."

Esta es la parte esencial del artículo, es lo fundamental. Hagamos un análisis: Desde luego el Ejecutivo nos ha negado sus luces, porque no dice si la Patria está invadida. Respecto a esto, voy a negar categóricamente al licenciado Cabrera el derecho que pretende tener al decir que viene a traducir la Constitución , como lo dijo ayer; a lo más, la Constitución puede ser interpretada, mas no traducida; y cuando la Constitución es categórica en sus términos, entonces no necesita interpretación. Así, pues, el licenciado Cabrera dijo ayer, como lo hace siempre: "¿Está en peligro la Patria?" Esperaba que se le dijera que sí, que esto es tremendo, que estamos mirando que llueven granadas acá, etc.; ha dicho, pues, que la Patria está en peligro. No es tal, lo que el artículo 29 constitucional dice, es: "en caso de invasión" y no estamos en el caso de una invasión. Dice, en segundo término: "perturbación grave de la paz pública;" no estamos en el caso de perturbación grave de la paz pública. (Murmullos, siseos.) No estamos en ese caso.

Veamos serenamente, con la mayor buena fe, la situación del país y nos convenceremos de que no estamos en ese caso. ¿Cuál es la paz pública que está perturbada? Voy a analizar: la ley se refiere a malhechores, a plagiarios, incendiarios y salteadores de caminos; estos casos están perfectamente prescritos en el Código común y no quieren una ley especial. La interpretación precisa que debe darse al artículo 29 constitucional, en esta parte segunda de la consideración, es que se trate de una perturbación grave de la paz pública, quiere decir, inminente, cuyo alivio debe ser en plazo perentorio, pues de lo contrario el desquiciamiento social es natural y rápido. Este es el caso de perturbación grave de la paz pública... (Murmullos.) No está perturbada gravemente. (Voces ¡Todavía quiere más!) Yo lo voy a decir acá. De tiempo como de una semana o poco más, desde que se ha agitado esto de la suspensión de garantías, es precisamente de elementos que no debieron hacerlo de quienes ha empezado a surgir eso de la pretendida perturbación grave de la paz pública... (Voces: ¡Muy bien!) ¡No está perturbada gravemente la paz pública! Precisamente antier me decía un licenciado que no tiene absolutamente ningún quehacer político, me decía, delante de otro licenciado que alguna vez estuvo con nosotros en las luchas por la libertad: "General, - me dijo -, ¿Qué es lo que pasa? Yo estoy sorprendido; precisamente los que están diciendo ahora que la situación es muy grave son ustedes los del Gobierno, pero yo no lo veo así." Y efectivamente, señores, yo tengo que manifestar aquí que aquí hay un compañero que a mí me dijo hace pocos días, - precisamente ya se discutía esta Ley de Suspensión de Garantías -: "¿Qué te parece? Esto está que truena; dentro de quince días quién sabe qué sea de nosotros. Yo ya pedí a un compañero con mando de fuerzas que me preste seis hombres para resguardar mi casa (siseos,) porque quién sabe qué pueda acontecer dentro de pocos días." (Siseos, voces: ¡Nombre, nombre!) Tomad esa declaración, señores diputados, con la sinceridad con que la hago. Un compañero mío me lo ha asentado; yo le negué que estuviéramos en ese caso grave. Le dije yo que estábamos dispuestos a afrontar cualesquiera contingencias; pero que no existía ese estado de cosas.

Juntamente con eso, quizá juntamente, porque es de actualidad, ha venido a las puertas de la Cámara una manifestación pública que tiene perfectamente el sello del carrancismo; esa manifestación pública es la de los que aparecieron como obreros, independientes para venir a protestar a las puertas de la Cámara contra el Poder Legislativo. El sello característico de su origen está en lo siguiente: ¿cuál ha sido el ataque del hombre más profundamente despechado por no haber podido ingresar a este Congreso? (Voces: "El Indio Verde.") ¡No, el exdirector de "El Universal!" ¿Cuál ha sido constantemente ese ataque? Decir que nosotros nos aumentamos las dietas; decir que perdemos el tiempo; decir que nosotros no hacemos otra cosa más que crítica. (Voces: ¡Es cierto!) ¡Sí!, ¿pero quién lo dice? Ese profundamente despechado lo dice porque él no pudo penetrar a este Congreso, porque la clarividencia revolucionaria lo expulsó de aquí después de haber profanado él esta tribuna. ¿Y qué es lo que se ha dicho en toda la prensa que, con muy raras excepciones, en todo el país está supeditada enteramente al Gobierno?, ¿qué es lo que se ha dicho? ¿y cuáles eran los lemas inscriptos en los carteles de los manifestantes? Eran: "¡Abajo los senadores y diputados!" "¡Mientras nosotros teníamos puestas nuestras miras en vosotros, vosotros las teníais en la Tesorería de la Nación!" "¿Qué habéis hecho de los proyectos que el Ejecutivo os ha enviado para su estudio, con objeto de mejorar la situación de nosotros los obreros?" Y así por el estilo. Ved, pues, claramente que lo que se vino a decir en carteles es lo mismo exactamente, en esencia, lo que se ha dicho por toda la prensa opositora del Congreso. ¿Se quiso interpretar esto como una grave perturbación de la paz pública; se quiso forzar a la Representación Nacional a una complacencia, concediendo la suspensión de las garantías individuales? Yo, con la más fuerte convicción, declaro que sí, que eso fue lo que se pretendió. (Voces: ¡Sí, señor!)

El C. Sánchez Tenorio, interrumpiendo: Eso lo ve cualquiera que tiene sentido, común.

El C. García Vigil, continúa: ¡Pero no hay tal perturbación de la paz pública! Han transcurrido días y más días desde aquel, desde que agentes especialmente enviados para ello han propalado en todos los ámbitos del país y principalmente en la capital de la República, donde reside el Congreso, que la situación es terriblemente mala, que esto

está a punto de caer; se necesitan medidas más enérgicas: la suspensión de garantías individuales con objeto de salvar al país. Ya se ve que esto no ha sido otra cosa que un movimiento político malamente dirigido, con el fin de forzar a la Representación Nacional para que, ya que abdicó en leyes que se dieron con anterioridad, en parte, de su poder, vaya abdicando más y más cada día, porque para el C. Presidente de la República no es bastante todavía lo que le concede la Constitución vigente; porque el C. Presidente de la República, Venustiano Carranza, por idiosincrasia, por costumbre, quizá por buena fe, porque él se considere verdaderamente en una situación gravísima, es que él no puede gobernar constitucionalmente; necesita facultades absolutas en todo; el C. Presidente de la República necesita que el período constitucional sea una prolongación del período preconstitucional, con todos los atributos que tuvo como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. (Voces: ¡Muy bien!)

Dice en tercer término el artículo 29 constitucional: "... o de cualquiera otra perturbación grave que ponga a la sociedad en grande peligro o conflicto." ¿Cuál es esa otra perturbación grave que ponga a la sociedad en grande peligro o conflicto? ¿Cuál es? No, nosotros debemos hacer un análisis perfectamente detallado inspirados siempre en el interés popular y así debemos concluir que la sociedad no se encuentre en grande peligro o conflicto. ¡No! Los casos que se presentan de asaltos a los trenes, esos no afectan absolutamente a toda la sociedad, (siseos, voces: ¡Cómo no!) no afectan a toda la sociedad; en la República están localizados, son en regiones y esto debe ser combatido por los medios que están a la mano, por medios legales; pero pretender dar una Ley de Suspensión de Garantías extensiva a toda la República, no digo a toda la República, a un lugar cualquiera, cuando no está perdida la Patria, cuando no hay grave perturbación de la paz pública, cuando la sociedad no está en grande peligro o conflicto, es pretender lo inconstitucional, lo que no se puede conceder. Ahora veamos nosotros la situación exacta del país. Para esto hay que rememorar lo que dijo ayer el señor licenciado Cabrera: "Fue un absurdo entrar al período constitucional cuando no estábamos capacitados para ello?" El dice que no, que el enfermo tenía que levantarse para extenderle la mano no sé a quién, para cumplir quién sabe qué clase de compromiso; pero si no fue un absurdo, yo si he sostenido desde largo tiempo que la entrada al orden constitucional debía haberse hecho como se hace en todas las obras que son hechas para perdurar las obras que los estadistas estiman como lo más alto, lo más valioso de ellos, hacerlas perdurables; y la entrada al orden constitucional debió haberse hecho metódicamente, paulatinamente, sin dar salto alguno como se pretendió.

Pero no; errores y más errores son los que han caracterizado la política de nuestro Gobierno desde hace más de dos años: error capital fue haber entrado al orden constitucional antes de que el país estuviese suficientemente pacificado; error capital fue el haber hecho elecciones de Presidente de la República cuando no se estaba en ese período constitucional y haber declarado la vigencia de la Constitución con posterioridad a la fecha en que fue declarado Presidente de la República el electo. Aquí se ve palpablemente que nuestro Gobierno, desgraciadamente, ha cometido muchísimos desaciertos capitales, desaciertos que nos han conducido a esta situación; así es como la política del Gobierno puede calificarse, y sin lugar a duda así tendrá que ser calificada en la historia, como la política de los tanteos. La política seguida por el Gobierno no ha hecho más que tanteos acá, tanteos allá, tanteos en la cuestión hacendaria, tanteos en la cuestión militar, tanteos en la cuestión política; ya concede amnistía a unos rebeldes, principalmente a los oaxaqueños y los agasaja para que después defeccionen; ya éstos entretienen al Gobierno, prometiéndole rendirse.

Esta situación se prolonga indefinidamente y el Gobierno permite que lleguen, que se mezclen entre nosotros, en la capital de la República, esos agentes que no pretenden más que informarse y, sobre todo, ganar tiempo. ¡Y el Gobierno nuestro sigue haciendo tanteos en política! En la cuestión hacendaria no puede haber hecho peores tanteos el Gobierno: el tanteo del papel de Veracruz, el de Monclova, el del infalsificable; y aquí, sirviéndome del símil que hicieran ayer el licenciado Cabrera y el doctor Siurob, yo considero que la inyección que le puso de estricnina a la cuestión monetaria la Secretaría de Hacienda, fue el asunto de la Comisión monetaria para garantizar el papel moneda infalsificable. El descrédito de la Comisión Monetaria fue lo que trajo completamente por tierra una depreciación absoluta al papel infalsificable. Veamos, pues, que también en la cuestión hacendaria el Gobierno no ha hecho más que tanteos; pero no nos llame eso la atención; llámenos la atención que el antiguo crítico del licenciado Limantour, el financiero de la dictadura porfiriana, que ése nos haya venido a confesar aquí, como lo ha hecho muchas veces, que no tenemos nosotros hombres capaces, economistas para poder resolver nuestros problemas, y, más todavía, que él, el licenciado Cabrera, no haya hecho otra cosa en la Secretaría de Guerra, (voces: ¡De Hacienda!) en la Secretaría de Hacienda, que expedir los billetes que salían de las máquinas impresoras. Véase, pues, a qué ha sido simplificada la labor de la Secretaría de Hacienda, de la Secretaría de Hacienda durante el período que estuvo directamente a cargo del crítico, del hacendista Limantour. (Campanilla.)

El C. Secretario Portes Gil: Habiendo transcurrido la media hora que marca el Reglamento, se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si concede permiso al orador para que continúe en el uso de la palabra. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Continúa en el uso de la palabra.

El C. Manjarrez: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manjarrez para una moción de orden.

El C. Manjarrez: En vista de la trascendencia de este punto, yo pido que de una vez por todas, consulte la Presidencia si se concede amplia libertad a los oradores para no estarnos mirando en el caso de estarlos interrumpiendo cada media hora.

El C. Presidente: Manifiesto a Su Señoría el C. Manjarrez, que su moción de orden implica una modificación al Reglamento, que es una ley.

El C. García Vigil, continuando: Señores diputados: Vemos, pues, que la política de nuestro Gobierno se ha caracterizado por tanteos y tanteos en todos los órdenes de su actividad, y vemos cómo el señor licenciado Cabrera - con mucha mayor audacia de la que yo le suponía -, vino a decirnos que nuestros actuales gobernantes no están bastante aleccionados, no están bastante prácticos. ¿Esto quiere decir que el Congreso, que el Poder Legislativo, solidario del Ejecutivo, de lo administrativo, sigamos completamente dejando a todos los ineptos para que sigan ensayando sus facultades a ver hasta cuándo comienzan a aprehender? (Aplausos.)

Por esta confesión del licenciado Cabrera vamos a llegar al punto culminante, a la causa que determina este estado angustioso en que se encuentra el país, y, desgraciadamente, de este pésimo y repugnante espectáculo que se da aquí entre dos Poderes, haciéndose críticas al Poder Ejecutivo. Yo lo lamento, pero nunca he de dejar de hacerlo cuando crea que sirvo fielmente a mi Patria. Es verdaderamente repugnante este espectáculo; pero, ¿por qué? Por el vicioso sistema presidencial que nos rige: esta es la causa de todo ello; si en vez del sistema presidencial, llevado al grado ponderativo de que nos habló una vez el licenciado Medina, y que establece la Constitución vigente, en que se llega hasta diluir con la mayor habilidad el veto, se cambiará por régimen parlamentario, entonces nosotros no tendríamos nunca dos, tres y más sesiones en que estuviéramos haciendo críticas, ni al Ejecutivo en persona, ni a sus colaboradores inmediatos. (Aplausos.) Entonces nosotros tendríamos el medio legal por el cual, sin perder la solidaridad que debemos prestar al Poder Ejecutivo, haríamos naturalmente las mociones necesarias a impedir que manos, que inteligencias ineptas, manejaran los asuntos más trascendentales del país; desgraciadamente no estamos bajo el régimen parlamentario; pero, afortunadamente, lo vislumbro: en un porvenir cercano entraremos a ese régimen que acabará definitivamente con los ataques al Ejecutivo y con los golpes de Estado sobre el Poder Legislativo, como hemos tenido en nuestra Patria desde que nacimos a la vida libre. No, por medio del eslabón llamado Gabinete y mejor Gobierno, por medio de ese eslabón podremos resolver nuestros problemas con muchas menores dificultades que como lo hacemos ahora y no daremos nunca este espectáculo que es, repito, bastante repugnante para mí. No es llegado el momento de extenderme en una disertación sobre esto; llegará indudablemente, confío en que hemos de discutir aquí este punto y confío también en que la Constitución será reformada en el sentido que yo acabo de indicar. Pero veamos palpablemente las consecuencias de esta situación, de este sistema. Aquí el licenciado Cabrera viene y nos dice que hablar como habla el doctor Siurob atacando a los Secretarios, a los Subsecretarios de Estado, es enteramente infantil e inoportuno, porque el C. Jefe del Ejecutivo, Presidente de la República, en el único que verdaderamente acuerda; los Secretarios no son más que los Secretarios. El lo ha dicho y así es, efectivamente; la política del señor Carranza, tanto por lo que respecta a él personalmente, cuanto por lo que respecta al sistema que nos rige, no puede ser de otro modo. Yo no voy a cometer el grave error de estar atacando ni de atacar vez alguna a los colaboradores del C. Presidente de la República y menos a los Subsecretarios de Estado, dado que ni siquiera está dada la ley sobre responsabilidades consiguientes para poder exigirles alguna. No; voy a ser consecuente con la lógica, y cuando tenga que hacer ataques al Poder Ejecutivo los he de concretar siempre, constantemente, con honradez, como debe hacerse una política sana al Jefe del Ejecutivo, porque es en todas las circunstancias y siempre el responsable único ante el Congreso. Pero veamos cómo podemos llamar a esta situación; discusiones prolongadas se suscitan aquí y se hacen ataques a los Subsecretarios de Estado. Esta política, a mi modo de ver, no es franca ni es suficientemente honrada; debemos dejar a los Subsecretarios de Estado, que yo creo que bastante penoso es para ellos estar recibiendo tantas diatribas, tantos ataques, y dejarlos que colaboren en la medida de sus fuerzas y quizá, y más: sin el quizá, hay que encomiarles su disciplina, puesto que no discrepan absolutamente nada de la labor del Presidente de la República; pero no por eso vamos a negar nosotros que si el Poder Legislativo debe ser solidario del Poder Ejecutivo y más en una cuestión de tanta trascendencia como esta, ¿cómo vamos nosotros a conceder facultades de esta naturaleza, es decir, a conceder una Ley de Suspensión de Garantías individuales en toda la extensión de la República, sin tener la parte que corresponde al Congreso, la parte de poder, porque ésta es una responsabilidad ante la historia, esto puede dar el resultado que se pretende, pero puede no darlo? Y si el Poder Legislativo es solidario del Ejecutivo, en esta medida debe también tener la parte que le corresponde en la administración de ella, en el poder mismo, es decir, el Ejecutivo debe tener en cuenta constantemente al Poder inmediatamente solidario, que es el Poder Legislativo, en toda su política. Desgraciadamente lo que sucede aquí, hay que decirlo con franqueza, es que el Poder Ejecutivo, para su política, no tiene absolutamente nada en cuenta al Poder Legislativo, sino que únicamente se sujeta a lo que la Constitución previene para la expedición de leyes. Es, pues, indispensable, que nosotros veamos la situación bajo su verdadero punto de vista. He demostrado que la Patria, que la República, no está invadida, que no hay una grave perturbación de la paz pública (murmullos); la grave perturbación de la paz pública, señores, que tanto os obstináis negar, sería manifiesta por la agitación de todas las personas, por la cesación inmediata en las diversiones, por la poca concurrencia a éstas, por la desaparición de los ciudadanos a las altas horas de la noche y por otra serie de circunstancias. (Murmullos.) Esos serían síntomas de que la paz pública estaría gravemente perturbada..... (Voces: ¡Claro!)

El C. Martínez de Escobar: ¡Es de sentido común!

El C. García Vigil: Pero vamos a ver, ¿cuál

es el grave conflicto o peligro para la sociedad? Hasta hoy nadie lo ha puntualizado; el mismo Ejecutivo, ante la Comisión que fue a tratar con él respecto a la situación del país, dijo que el problema militar por lo que respecta a los enemigos debía considerarse como nulo; que únicamente había atentados en ciertas regiones del país; de manera que ese grave conflicto, ese gran peligro para la sociedad, por lo que respecta a la aparición violenta de unas fuerzas enemigas que pudieran dar al traste con el Gobierno, que pudieran entrar a las poblaciones principales, que pudieran saquearlas, no existe. Villa, gracias al general Francisco Murguía, ha sido reducido a su mínima expresión, esto es cierto. Zapata, si no ha decaído, por lo menos no ha acrecentado sus fuerzas. El mayor número - por no decir que todas, pero puedo decir que todas -, las capitales de los Estados de la República están en poder del Gobierno; son los centros poblados de mayor importancia, y podemos decir que no solamente las capitales, sino los pueblos y las poblaciones de inmediata importancia secundaria no están en poder de los facciosos. Por consiguiente, los centros poblados de mayor importancia donde la colectividad social es más numerosa, no están en grande conflicto ni en inminente peligro. No es causa, pues, ésta, para pretender la Ley de Suspensión de Garantías.

Vamos a ver ahora realmente la situación. Evidentemente que el Gobierno dispone de dos fuerzas principales para conservar el orden, para garantizar a la sociedad y para garantizarse él mismo; las dos fuerzas principales son: la administración civil con su policía y el Ejército. Aquí nosotros necesitamos ver si ambos agentes de seguridad responden a los fines por los cuales están sostenidos. Por lo que respecta a la administración civil, hay que hacer notar que precisamente en la mayor parte de los Estados de la República existe una agitación y no precisamente entre nuestros enemigos, sino que en muchos Estados hay una agitación política con motivo de pretendidos fraudes electorales, en aquellos en que se han hecho o se dice que se han hecho elecciones. No consideremos nosotros a nuestros enemigos en el mismo terreno en que consideramos a los que hasta hace poco, si no empuñaron las armas, por lo menos tuvieron fe en nuestra causa y nos ayudaron moralmente, porque sólo así triunfamos. Tengamos en consideración a éstos, a éstos en primer término, que son los que en gran número están desilusionados, primero, porque las promesas capitales de la Revolución, los principios de la no reelección, los del no - favoritismo, los del no - nepotismo y otros que fueron gérmenes de rebeldía contra Porfirio Díaz y Victoriano Huerta, están actualmente en las mismas circunstancias en que nosotros nos encontramos cuando los combatimos. Eso por lo que respecta a la cuestión política de los Estados; por lo que respecta a la gente que se llama autoridad civil en las poblaciones, debemos tener en consideración esto: aquí, en la capital de la República, donde forzosamente existe el mejor servicio de policía, tanto pública, cuanto secreta, es donde se cometen atentados en las calles de las colonias; pero atentados de tal naturaleza, que a la simple vista resalta que si no se corrigen es por las deficiencias que existen en la policía, porque aquí, en la colonia Roma y en la Juárez se cometen raterías como las de vaciar un gallinero, robar la ropa que está en los tendederos, sorprender al dueño de la casa diciéndole que se le necesita en otra parte, con objeto de que salga de allí y entonces poder aprovecharse la servidumbre. La impericia de la policía consiste en que no se da con los culpables; no hace ni cuatro semanas en que hemos asistido a lo siguiente: primero, un periódico de la mañana asentó que la policía había descubierto un gran complot en la capital de la República; que muchas manzanas en los principales cuarteles tenían casas donde se habían almacenado armas y elementos de toda clase de guerra, y que iba a darse un fuerte golpe al Gobierno; otros dijeron que no, pero luego se sostuvo que existía un gran complot contra el Presidente de la República y esto lo dijeron los órganos más caracterizados. A la vez, se dijo, precisamente en los días de las fiestas patrias, que ya se tenía todo el hilo del asunto y que los culpables iban a ser aprehendidos en tiempo muy corto. No ha vuelto a decir nada la prensa sobre ese grave complot, o no ha existido tal complot y ha sido una mentira burda o la policía ha sido perfectamente incapaz para aprehender a los conspiradores; pero el hecho que no está sujeto a la opinión de nadie, sino que es claro, es el de que se hayan pegado proclamas de Félix Díaz en una de las principales calles de la ciudad de México. También la prensa nos dijo que la policía, el Gobierno del Distrito tenía todo el hilo del asunto, que conocía a los culpables hasta a los que habían pegado los carteles, en qué casas se reunían, cómo distribuían las proclamas felicistas y que iban a ser aprehendidos inmediatamente. ¿Alguno de vosotros sabe que se haya aprehendido a alguno de tantos conspiradores? (Voces: ¡No!) No. ¿Esto va a ser motivo de una Ley de Suspensión de Garantías cuando falta lo principal, o sea el individuo a quien se ha de aplicar esta suspensión de garantías? (Murmullos.) ¿Cómo pretende el Ejecutivo que se dé una ley si no dice: "Por efecto de la vigencia de la Constitución, para la observancia del artículo 16, es por lo que se están cometiendo tantos atentados, y aquí tenéis la prueba: este es el número de culpables que tenemos recluidos en las prisiones; todos estos están caracterizados con los delitos que se previenen en la ley que se pretende que sea expedida." A ver: ¿Han sido aprehendidos los asaltantes de los trenes? ¿Qué cabecillas de los que han volado los trenes de acá a Veracruz ha sido aprehendido? ¿Cómo justifica el Gobierno la eficacia de sus agentes de seguridad, de sus autoridades civiles y de su Ejército? No la justifica. Por consiguiente, lo primero es que estos agentes no son lo suficientemente aptos para los fines que se persiguen; si tuviéramos en las prisiones gran número de ellos, delincuentes; si se nos dijera, - que fue por lo que yo hice una pregunta relativa al C. Subsecretario del Interior -, si se nos dijera, repito: "Este es el número de atentados diarios de esta naturaleza, este es el número de individuos que son aprehendidos y a los cuales no se puede aplicar un severo castigo por la vigencia de la Constitución, por lo que se refiere a las garantías individuales," entonces sí, yo sería el primero en votar y decir: sí señores;

para acabar con esta plaga, para purificar el ambiente, señores diputados, es indispensable dar una ley tan rigurosa como la que se pretende o más; pero cuando el Ejecutivo nos demuestra ineptitud para perseguir a los enemigos, ¿qué resulta? Que la ley de suspensión de Garantías, caso de aplicarse, no se va a aplicar a los que vuelan los trenes, porque esos no son capturados; no se va a aplicar a los conspiradores porque tampoco son capturados. ¿A quiénes, pues se va a aplicar esta ley tan pesada? ¿A quiénes? ¿Sabéis a quiénes? A aquellos de que habla el artículo 3º. que dice:

"Artículo 3º. Los vecinos de las haciendas, ranchos y demás pueblos, tienen obligación de prestar auxilio a la fuerza pública que se encargue de la persecución de los malhechores responsables de alguno de los delitos comprendidos en el artículo 1o de esta ley, y en caso de que se negaren a hacerlo, siendo expresamente requeridos para ello, serán castigados con prisión, que no bajará de uno, ni excederá de cinco años."

A éstos sería a los únicos a quienes aplicaría esta ley, porque serían los únicos que podría capturar el Gobierno. (Aplausos.) ¿Y sabéis lo que quiere decir eso? Que los hombres pacíficos, los hombres que se encontraran en su trabajo, serían requeridos por los jefes de las fuerzas que pasaran en persecución de los malhechores y les dirían: "ustedes se vienen con nosotros; ustedes tomen esas armas; ustedes deben auxiliarnos, porque así lo manda la ley; ustedes nos dan lo que tienen, porque lo necesitamos para el sostenimiento de nuestras tropas." (Aplausos.)

Y los individuos que estuvieron en estas circunstancias, precisamente los que hacen resistencia al Gobierno, los que contribuyen con sus labores para la consolidación del Gobierno, serían los perjudicados, los que habrían de ser enrolados en las filas de las huestes trashumantes; y, naturalmente, lo único que haríamos sería legalizar la odiosa leva, odiada por tan largo tiempo como la hemos odiado. (Aplausos.) Véis, pues, que la Ley de Suspensión de Garantías no es, bajo ningún punto de vista, no digo eficaz, pero ni siquiera se encuentra el precepto constitucional que la autorice; las circunstancias no existen, lo que existe de grave es una grave desintegración en los elementos revolucionarios, una grave manifestación de incapacidad de parte de un gran número de nuestras autoridades y también una incapacidad para reprimir muchos abusos que se cometen en nombre de la misma autoridad. Con esto, niego en principio el que haya de darse una Ley de Suspensión de Garantías, puesto que no existen las circunstancias previstas por el artículo constitucional respectivo. La situación, lo que nos indica claramente, es que nosotros debemos renovar en su mayor número posible tanto a los procedimientos, cuanto a los agentes nombrados por el Ejecutivo, en primer término, y por los jefes, por los Gobernadores de los Estados en segundo, y tanto por lo que respecta a la cuestión militar como la cuestión política, con objeto de que la situación sea mejorada, que los agentes sean tan hábiles como es indispensable, y que los agentes sean nombrados como consecuencia de una selección, en la cual no entren bajo ningún punto de vista, ni el favoritismo ni el nepotismo, sino que, al contrario, se eche mano de los elementos genuinamente revolucionarios, que son los que están más capacitados y, sobre todo, aquellos a quienes compete toda responsabilidad y derecho, para que de éstos se diga más tarde si efectivamente cumplieron sus promesas y fueron fieles a ellas, o si no, si las defraudaron. Y no es la política de la prédica la que debe hacerse, no; la política que debe seguirse es la política del ejemplo.

Aquí se han venido a hacer gran número de ataques, muchos de ellos bastante fuertes, contra el Ejército. El Ejército, desgraciadamente, ha sido tocado, no debiéndolo ser; pero es que los compañeros que han hecho esos ataques, han sufrido un error, puesto que han equiparado a muchos individuos desclasificados como revolucionarios, ya en el orden moral, ya en el orden político, como iguales a los que verdaderamente hicimos la Revolución. (Aplausos.) Este es el caso del Ejercito. Cuando no haya personalidades salientes del Ejército que den suntuosas fiestas, en que se gasten miles de pesos; cuando no existan tantos generales, como existen, que se dedican a los negocios; cuando no existan tantos a los cuales les fue conocido su capital antes de entrar a la Revolución y que ahora se dedican perfectamente a especular con dinero, entonces será cuando el Ejército - digno por todos conceptos de ser elogiado, de ser estimulado, de ser preferido para todo, como debe ser la institución sobre la cual pesa la fuerza máxima de poder de la República y a la cual está encomendada la acción principal, ya para el exterior, ya para el interior -, se purifique y entonces no vendrá ninguno de esos ataques. Desde luego, hay que decir que no deben hacerse esos ataques al Ejército como colectivo; el Ejército es, bajo todo punto de vista, digno de encomio; basta ver en la simple tropa cuán abnegadamente ha soportado las luchas prolongadas y sufriendo frecuentemente la privación de sus haberes por espacio de diez, quince y veinte días. (Voces: ¡Un mes!) Veamos también cuánta oficialidad está relegada al Deposito de Jefes y Oficiales, después de haber prestado servicios que, si no habrán de reputarse eminentes, sí por lo menos, en la medida de sus posibilidades fueron bastante valiosos y en muchos casos hasta heroicos. Tengo conciencia exacta de que en el Deposito de Jefes y Oficiales hay una mezcolanza que indigna, encontrándose allí individuos que deberían estar en un patíbulo, unos, y otros en las prisiones. (Aplausos.) A tales individuos se les ha mezclado con muchos de los nuestros, que fielmente sostuvieron al Gobierno Revolucionario en sus principios, particularmente en la época crítica de la facción villista. ¿A qué se debe esto? Se debe a que hoy se disuelve una fuerza que está al mando de tal general; supone el Gobierno que todos los oficiales le han de ser adictos a ese general; los relega, los priva de aquello a que tienen derecho, del ejercicio de su carrera, porque está en la naturaleza humana la tendencia a prosperar constantemente, y cuando esta tendencia desaparece, el individuo en quien desaparece es indigno de seguir viviendo. A estos oficiales y jefes se les priva de la posibilidad de aquello, después de que ellos, como lo sabemos, en todas

partes del mundo están mal retribuidos; y aquí no solamente lo están mal, sino que lo están pésimamente. Sin embargo, la oficialidad ambula por las calles y ya va y le pide al general a cuyas órdenes estuvo, al amigo o a cualquiera otra persona; no trata de ingresar en una fuerza con objeto de poder distinguirse, ¿qué es esto? Es que no quiere mezclarse con otros a quienes repudia, porque no puede aliarse con tantos enemigos que nos combatieron anteriormente. (Voces: ¡muy bien!) Y si esto es en este sentido, si falta esa prohibición indispensable en el Ejército, cuánta más falta hace que se verifique con respecto a muchos generales que se han enriquecido! Muchos de esos generales, y uno cuyo nombre ni siquiera quiero mencionar aquí, paisano mío, que ha prestado servicios siempre al felicismo, con el cual ha tenido constante contacto (voces: ¡Tejada, Tejada!), ¿qué ha hecho? Se ha enriquecido. Esto es lo que resulta como consecuencia de tantas complacencias, y vemos que individuos que no han tenido ni siquiera la carrera militar indispensable, son encumbrados súbitamente, como otro general que en 1914, siendo guardabosque, fue licenciado por las fuerzas del general Miguel Acosta. En diciembre de 1914 fue licenciado con el grado de capitán 2º, y después ya era general brigadier y Jefe de las Armas en Pachuca. (Murmullos.) Casos como estos son los que vienen, forzosamente, a desintegrar la unidad que debe existir en el Ejército, y el Ejército debe ser, por todos conceptos, una institución en la cual jamas se filtren elementos heterogéneos y menos que hayan sido obstáculo alguna vez, porque si no, entonces lo único que se hace es tender a disolver el Ejército, a defraudar los ideales de esa institución, a desarraigar en ella el culto por la lealtad, supuesto que ven que existen favoritismos, supuesto que ven que existen recompensas, que no son por méritos, supuesto que se dan aquí, supuesto que se dan allá. El Ejército en estas condiciones - es natural -, no puede responder a sus fines; esta es la causa por la que el Ejército, en la actualidad, no acaba de capturar a todos los enemigos de la Revolución y los entrega al Gobierno para que sean juzgados, no por la Ley de Suspensión de Garantías, sino por las leyes que afortunadamente nos rigen y que son nuestro orgullo, supuesto que con ellas hemos justificado que hemos llegado al principio, y cuando las deroguemos, cuando prescindamos de ellas, quiere decir que, en vez de continuar la obra progresiva, no solamente hacemos un alto en la Revolución, sino que damos un salto atrás, y esto es lo que se pretende con la Ley de Suspensión de Garantías. (Aplausos.)

Respecto a la cuestión económica, hay que reconocer que si no es la causa principal, sí es una de las principales para que se sienta el desasosiego que se observa en todo el país. Hay que hacer notar que no es precisamente un desasosiego por lo que respecta a la seguridad de las personas, no; es un desasosiego que se siente porque no se sabe cómo se obtendrá el pan del día siguiente. En este estado se encuentra la República; por consiguiente, esta es una cuestión económica, no política; no es cuestión puramente social, tampoco es cuestión militar, es económica. Sobre esto sí hay perfecto desasosiego; hay un gran número de mendigos en todas partes, especialmente en las estaciones; quizá muchos de vosotros habréis visto cómo se acurrucan en las puertas de muchas casas, aquí en las principales calles de la ciudad, muchos niños pordioseros que no hallan donde dormir y se calientan el uno con el otro, porque la miseria a que hemos llegado es verdaderamente desastrosa. Esta es una cuestión económica, ¿y sobre este particular qué es lo que ha hecho nuestro Gobierno? El Gobierno tiene la misión de mejorar la condición de todos los componentes de la sociedad; debe velar por sus intereses, porque puesto que es el que expide la moneda, debe velar también por la mayor cuantía de ésta, y, sobre todo, porque no obtenga una depreciación. ¿Y cuál ha sido, desgraciadamente, la labor hacendaria del Gobierno? Ya lo dije antes, es triste repetirlo; pero hemos ido dando pasos hasta llegar a un nivel en que no es necesario decir si vamos a durar tres o cuatro meses más. Un remedio radical se exige. Pero, naturalmente, las cuestiones económicas son siempre complejas; las causas que las determinan, cuando vienen crisis como ésta son múltiples, y nosotros no podemos de ninguna manera señalar una sola, son muchas ellas; pero de entre las muchas que existen, es indudablemente una de las principales nuestro comercio con el exterior que está rigiendo nuestras relaciones internacionales.

Veamos: México es industrialmente un país tributario; si esto ha sido en los mejores períodos de la paz porfiriana, cuando el comercio con todos los países del mundo se hacía con regularidad, imaginad a qué estado hemos llegado nosotros después de siete años de guerra intestina y después de tres años de existencia de la guerra más onerosa para la humanidad, que han visto los siglos. Nuestro comercio indudablemente ha sufrido en un ochenta o noventa por ciento, desde el momento en que nosotros, siendo industrialmente tributarios, hemos dejado de comerciar en la medida en que comerciábamos con países industriales de tanta importancia como Inglaterra, como Alemania, como Francia, como Bélgica, y solamente comerciamos míseramente con España; imaginad si no somos en absoluto, puede decirse, comercialmente tributarios de los Estados Unidos, que es el único país industrial con el que mantenemos relaciones y con el cual nuestra frontera nos favorece en estos momentos, supuesto que siquiera podemos mandar traer allá, ya con ciertas restricciones, ya con otras, ya después de un período de tiempo largo, algo de lo más indispensable. Y, triste es decirlo, que tengamos que recurrir a los Estados Unidos para la subsistencia por lo que respecta a la materia prima, es decir, al maíz, a este artículo de primera necesidad, que es tan indispensable a todas nuestras clases sociales. Desde este punto de vista, pues, debemos colocarnos para ver realmente nuestra situación económica. Nuestro comercio ha sufrido grandemente por efecto de la guerra europea; nuestra producción ha sufrido más aún por efecto de nuestra lucha intestina. ¿Qué es lo que debemos hacer? Indudablemente que mejorar nuestras relaciones internacionales de modo que podamos obtener lo que nos es indispensable, lo que es de vital importancia para nosotros en estos

momentos. Indudablemente que debemos mejorar las condiciones de producción para no ser tributarios en la medida en que lo somos. Llegado a este punto, tengo que abordar forzosamente el estado de nuestras relaciones internacionales. He dicho ya que los principales países europeos, en el concepto industrial, se encuentran en guerra y no podemos mantener comercio alguno con ellos. Bajo este punto de vista debemos considerarnos como absolutamente tributarios de los Estados Unidos. Los Estados Unidos son indudablemente una República democrática; desde este punto de vista deben ser objeto de nuestras más vivas simpatías, y más aún, desde el punto de vista de la gran ayuda moral que han prestado al pueblo mexicano, a la Revolución, en su dos etapas principales: Cuando fue dirigida por el C. Madero y cuando fue dirigida por el señor Carranza, que ha sido tal, que nosotros debemos estar profundamente agradecidos por su apoyo moral, (Siseos.) Sólo para los que no fueron a la Revolución, sólo para aquello que no presenciaron en las ciudades Americanas limítrofes con las nuestras el entusiasmo con que se recibía a los maderistas, en todas partes, el entusiasmo son que se les agasajaba y no precisamente por las autoridades, sino por la masa general del pueblo americano; solamente esos pueden ahora sisear, solamente esos pueden ahora no tener ese sentimiento nobilísimo que se llama el de la gratitud por afinidad de sentimientos (aplausos); y solamente esos son los que hoy pueden desconocer que el actual Presidente de los Estados Unidos, desde antes de que tomara posesión de su cargo en 1913 y únicamente había sido electo, lanzó un manifiesto en que de la manera más categórica desautorizó el abominable crimen de Victoriano Huerta y de todos sus secuaces. (Aplausos.) Y este manifiesto repitió sus ideas en otro y en otro más y fue lo que indudablemente dio una gran fuerza moral a la Revolución, y por lo que respecta a esto, debemos tener constantemente en cuenta, pues hay que reconocerlo, que el deseo capital del Gobierno del Presidente Wilson, ha sido que no exista en México, que no existiera, como se pretendía, un régimen cimentado sobre la sangre de los primeros mandatarios de la República. Si esto no merece nuestro encomio, se esto no merece nuestro agradecimiento, si no es objeto de nuestra simpatía, quiere decir que han desaparecido de nosotros los sentimientos más nobles y que ha desaparecido el sentimiento de la gratitud.

Nosotros debemos tener esto presente: nuestras relaciones internacionales debemos cultivarlas con Estados Unidos con la buena voluntad, con el juicio, con el tacto, con la sabia cautela que requieren, dado que es un país que si por un lado está regido democráticamente, por el otro es bastante poderoso y se puede decir que es una amenaza siempre constante hacia un pueblo tan débil como el nuestro.

En esta expresión he querido sintetizar la línea de general conducta de nuestra política con los Estados Unidos, al menos por esta época. ¿Cuáles son nuestras relaciones con Europa? ¿Cuáles son las causas que a juicio del señor Cabrera, según dijo ayer, deben obligarnos a una resistencia constante y pertinaz, que nos sentimos atraídos en un sentido por opiniones sinceras y que nos sentimos atraídos en el sentido contrario por sinceras opiniones también? ¿Cuáles son estas causas? ¿es posible, es honrado que un gobierno como el nuestro, erigido sobre los cimientos de una Revolución popular que ha durado siete años, que un Gobierno revolucionario, hecho principalmente por hombres en los cuales ha estado implícita constantemente la idea capital de la renovación, el sentido general de la democracia moderna y, sobre todo, las virtudes, la cualidades, las enseñanzas de los precursores del 93 y de los autores de éste? ¿Es posible que una República latina como México, que un gobierno como el nuestro haya tenido hasta hoy un solo instante para pensar en el brutal, en el abominable atropello cometido contra Bélgica? (Aplausos nutridos y prolongados, voces: vivas y bravos.) ¿Es posible que nosotros renunciemos a los más caros ideales latinos? ¿Es preciso que nosotros nos hallemos constantemente en esta situación que día a día se agrava únicamente porque no hemos tenido el noble impulso de simpatizar con los pueblos de las democracias? Porque al contrario, hemos pretendido hallarnos siempre en una situación que de ninguna manera nos favorece, supuesto que nos coloca en términos medios precisamente en el momento en que ya para los individuos, ya para las colectividades, es indispensable decidirse verdaderamente por uno de los extremos, como corresponde a todos aquellos que tienen una sabia misión que cumplir y que se tratan de perdurar enteramente. (Voces: ¡Bravo, bravo,! ¡Muy bien! Aplausos.) ¿Cómo vamos a justificar nosotros esta conducta? No quiero tratarla tan extensamente por lo que respecta a la cuestión de intereses, cuanto por lo que respecta a la cuestión actual, a la cuestión de introducción, por afinidad de raza, por afinidad de instituciones, por la misión que cada uno de estos pueblos tiene sobre la tierra por sus sistemas, por sus regímenes políticos. Bajo este punto de vista hay que tratarla; nunca se había dicho aquí, -y es triste lo que se dijo en el Congreso del Uruguay -, no, para nosotros después de tres años de guerra, la Bélgica hollada, conculcada, vejada, escarnecida por el gobierno alemán, vive actualmente, y por desgracia se dan órdenes por los comandantes militares, por los gobernadores militares, por los gobernadores militares alemanes, en que se dice que los niños de ambos sexos, de quince años, que se nieguen a trabajar, serán castigados con azotes. (Voces: ¡Bárbaros!) Impasiblemente hemos asistido nosotros a esto. (Murmullos y siseos.) Impasiblemente hemos asistido también a la lucha que ha desarrollado la vieja Francia, Francia tan vieja y no obstante siempre nueva, (aplausos nutridos) y siempre nueva! (Aplausos nutridos y voces: ¡Bravo, bravo! Siseos en las galerías.) Cuando pienso en Francia, cuando pienso que en tres ocasiones memorables Francia ha puesto el valladar más alto a las acechanzas de los bárbaros; cuando pienso en las llanuras cataláunicas, cuando pienso en la batalla de Pottiers, cuando pienso en el Marne, cuando pienso en Verdún, considero que la política universal de Francia aún no está terminada, y considero mejor para ella que para otro esta frase de Gabriel D'Annunzio, el gran poeta ultralatino, que al interpretar un terceto del Dante dice: no hay que desesperarse de la suerte del mundo mientras bajo.

los cielos se conserve Roma." Así lo consideraba el gran D'Annunzio, pero en verdad estas palabras son originadas por Francia y así nosotros debemos decir: no hay que desesperar de la suerte del mundo, del mundo liberal, del mundo republicano, del mundo moderno, mientras bajo los cielos se conserve Francia. (Aplausos prolongados y bravos.)

En estas condiciones, señores, ¿por qué vacilar, por qué mantener una resolución que no nos enaltece absolutamente nada y parte de que no nos enaltece, que no nos perjudica a tal punto que la miseria nos habla a cada instante diciéndonos que va a caer México en estado de postración tal, que si no sabemos aplicar los remedios inmediatos, indudablemente que la raza, que debería haberse vigorizado, va a resultar al cabo de dos o tres generaciones tan enclenque que no merecerá llamarse de libres? ¿Por qué se ha vacilado tanto tiempo? ¿Es que el Gobierno no ha apreciado las manifestaciones de la opinión pública, pero estas manifestaciones no se han podido hacer desgraciadamente, porque no ha existido prensa bastante para poder desarrollar esta labor y desgraciadamente los más bajos instintos de la plebe, - todas las plebes tienen sus bajas y altas virtudes -, lo más bajos instintos son los que se ha estimulado y esos más bajos instintos son los que se manifiestan cuando se admira desgraciadamente por nuestro pueblo, a individuos tan facinerosos como Villa, como Zapata, como Huerta y como los semejantes de estos, sí se siente una admiración profunda por estos hombres que brutalmente atropellan todos los derechos y yo me pregunto: ¿Cómo es que mi Patria de libres, que ha tenido en sus luchas, en su vida tantas contiendas por sus libertades; que en sus libros, en los que van difundidas las ideas más nobles, se estimula a los niños para que procuren por su parte los actos heróicos, los actos de desinterés, los actos de caballerosidad, cómo es posible, repito que nuestro pueblo se encuentre en la actualidad sintiéndose mejor inclinado hacia la potencia que desgraciadamente ha conculcado los derechos y que ha considerado como un puro pedazo de papel aquel en que estampó la firma de su gobernante, y no haya simpatizado con los pueblos como Inglaterra, libérrima, como Francia tan liberal, y como Bélgica, la víctima? ¿Cómo es posible esto? Porque no se ha podido explorar la opinión pública... (siseos y murmullos,) y si en la prensa no existen órganos que hagan cuanto deben con objeto de inducir a nuestro Gobierno a seguir las relaciones que deben seguir las relaciones, aquí en este Congreso debe hacerse y yo con entera sinceridad las preconizo... (Voces: ¡Sí! ¡No!) Nuestra simpatía está forzosamente,- porque se puede decir que estamos nosotros vinculados por ideales con los pueblos democráticos que están luchando agrupados con Francia y con Inglaterra -, nuestras simpatías, repito, deben estar para ellos; nuestras relaciones internacionales, (Aplausos y siseos,) nuestras relaciones internacionales deben mejorarse en tal sentido. Concretando, no hay motivo, constitucionalmente, para dar una ley de Suspensión de Garantías: hay una grave situación económica esta grave situación económica está regida por la postración a que hemos llegado en nuestro comercio exterior; por nuestras condiciones interiores nuestro comercio está regido en gran parte por la guerra europea; estamos necesitados de mejorarnos económicamente, económicamente salvaremos la situación si viene esto juntamente con medidas en el orden militar y en el orden político, con objeto de que no haya tal número de casos en que sea muy a pesar nuestro, necesario hacer crítica. En definitiva, una selección de los hombres del Gobierno por parte del Jefe del Ejecutivo, consecuentemente con las ideas expresadas en el poder que le es solidario: El congreso; una política internacional tendente desde luego a mejorar nuestras relaciones con los países que están agrupados en torno de Inglaterra, Francia, Bélgica, Estados Unidos, (siseos y aplausos,) será lo que determine desde luego el mejoramiento de nuestra situación. (Murmullos y campanilla.) En estas condiciones, si llegamos a alcanzarlas, estoy seguro no se dará el caso desgraciado de tantos fracasos de nuestra diplomacia, por lo que respecta a las adquisición de dinero, y aunque a la vista del pueblo no aparezcan todos estos fracasos, hay que mencionarlos. Los viajes del señor Cabrera, los del señor Rafael Nieto y los de algunos otros prominentes miembros del Gobierno a los Estado Unidos, tenían veladamente la misión de mejorar nuestras condiciones económicas, por medio de la contratación de empréstitos...

El C. Cabrera, interrumpiendo: No es cierto.

El C. García Vigil, continuando: Esta es mi opinión, y sobre estas cosas...

El C. Cabrera, interrumpiendo: Pido la palabra para rectificar un hecho.

El C. García Vigil, continuando: que no sabe naturalmente el pueblo, únicamente puede caer la opinión, la sanción que le da la opinión pública.

El anuncio hecho, repito, respecto al contrato de la acuñación, creo de veinte millones de dólares en la casa Iselin, de Nueva York y que el Ejecutivo no nos haya informado hasta hoy sobre el estado en que se encuentran sus gestiones, no digo a los empréstitos, sino al primero de ellos, es lo que me hace suponer fudamentalmente que nuestras relaciones con Estado Unidos, que naturalmente están vinculados con los demás aliados de ellos, no se encuentran en estado tal, que permitan las introducción a nuestro país de las cantidades que necesitamos en metálico para mejorar nuestra situación económica.

Con todo esto, creo haber probado suficientemente que no es de expedirse la Ley de suspensión de Garantías, sino de tomarse medidas de otro orden, y creo principalmente haber hablado verdaderamente en contra, como lo deseaba el licenciado Cabrera. (Aplausos nutridos y siseos.)

El C. Prosecretario Portes Gil: "Orden del día 19 de octubre: Continúa la discusión sobre el proyecto de ley de Suspensión de Garantías."

El C. Presidente, a las 8.15 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las cuatro.

El Jefe de la Sección de Taquigrafía,

JOAQUÍN Z. VALADEZ.