Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171104 - Número de Diario 51

(L27A2P1oN051F19171104.xml)Núm. Diario:51

ENCABEZADO

MÉXICO, DOMINGO 4 DE NOVIEMBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERÍODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 51

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

CELEBRADA EL 3 DE NOVIEMBRE DE 1917

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera, aprobándose varios dictámenes de la Comisión de Peticiones. Segunda lectura de los dictámenes de la 2a. y 1a. Comisiones de Hacienda, pensionando a la señora Alatriste viuda de Serdán y al señor Doroteo Rodríguez, respectivamente. A discusión el primer día hábil. Primera lectura del proyecto de ley de la Comisión especial de reglamentación del artículo 27 Constitucional, sobre autorización a los Estados para crear su deuda agraria. Se le dispensa la segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

3.- Es aprobado nominalmente el proyecto de ley de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, concediendo licencia al C. Constantino de Tárnava, para desempeñar el cargo de Cónsul de Bélgica en el Estado de Nuevo León.

4.- Se pone a discusión el inciso I del artículo 8º. del proyecto de Ley Orgánica de las Secretarías de Estado. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. DEL CASTILLO PORFIRIO

( Asistencia de 134 CC. diputados ).

El C. Presidente, a las 4.17 p. m.: Se abre la sesión.

El C. Secretario Aranda: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados, el día dos de noviembre de mil novecientos diez y siete.

" Presidencia del C. Porfirio del Castillo.

"En la ciudad de México, a las diez y veinte de la mañana, del viernes dos de noviembre de mil novecientos diez y siete, con asistencia de ciento veinticuatro CC. diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Aranda, se abrió la sesión.

" El C. Prosecretario Limón, dio cuenta con el acta de la sesión celebrada el día primero del presente mes, la cual se aprobó sin discusión, en votación económica.

"El C. Secretario Alonzo Romero, leyó una solicitud del C. diputado Silvestre Aguilar, para que se le conceda licencia hasta por veinte días, con goce de dietas.

"Preguntada la Asamblea, si en votación económica, dispensaba los trámites a esta solicitud, el C. Díaz González, debidamente apoyado, pidió votación nominal para resolver el punto, la que, llevada a cabo, determinó la dispensa de trámites, por ciento diez y ocho votos de la afirmativa, contra diez de la negativa.

"A debate la solicitud, nadie hizo uso de la palabra y se aprobó en votación económica, después de que el C. Secretario Alonzo Romero, a moción del C. Navarro, proporcionó un informe sobre el número de CC. diputados en ejercicio los que disfrutan de licencia.

"En vista de que en la sesión celebrada el día veintiséis del mes próximo pasado, por falta de quórum, se declaró sin efecto la votación relativa al artículo 5º. bis, del título preliminar del dictamen que consulta el proyecto de Ley de Organización del Ministerio Público Federal y reglamentación de sus funciones, se procedió nuevamente a recoger dicha votación, la que produjo, ciento diez y nueve votos de la afirmativa, contra seis de la negativa de los CC. Carrascosa, Carrillo Eduardo S., Cristiani. González Justo, Lailson Banuet y Pardo.

"La Secretaría declaró que quedaba aprobado dicho artículo 5º. bis, que está concebido en estos términos:

"Los representantes del Ministerio Público, podrán ordenar la aprehensión de una persona, cuando, tratándose de delitos que se persiguen de oficio, no haya en el lugar autoridad judicial que pueda decretar dicha aprehensión; pero en este caso, pondrán al detenido, inmediatamente, a disposición de la autoridad judicial competente, formulando en su contra la acusación que corresponda."

"En seguida, se leyó el título primero del mismo dictamen, y con objeto de discutirlo separadamente, fueron apartados: a petición de los CC. Portes Gil y Olivé, respectivamente, los artículos 10 y 12 de capítulo primero, y a solicitud del C. Méndez,

la fracción XIII del artículo 16, se comprende en el capítulo segundo.

"El C. Secretario Alonzo Romero, comenzaba la lectura del título segundo, cuando fué interrumpido por el C. Narro, para pedir que antes de pasar a considerar dicho título segundo, se procediera a la votación del primero, excluyendo las partes separadas. La Mesa accedió, y, acto continuo, se realizó la votación nominal respectivamente; pero como su resultado indicó la falta de quórum, pues se obtuvieron ciento catorce votos de la afirmativa, contra uno de la negativa, se declaró sin efecto la votación.

"El C. Secretario Aranda, dio a conocer la orden del día para la sesión siguente, levantándose la presente, a las once y cuarenta de la mañana."

Esta a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa de servirán poner de pie. Aprobada.

El C. Secretario Portes Gil: "Secretaría de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos.- Sección primera.- Número 141.

"Para conocimiento de esa H. Cámara, de que son dignos Secretarios, tenemos la honra de participar a ustedes, que esta de Senadores, eligió para funcionar durante las sesiones del presente mes, la Mesa Directiva siguiente:

"Presidente, C. Juan N. Frías; y Vicepresidentes, CC. Arturo Méndez y Bernardino Germán.

"Protestamos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- México, 1o. de noviembre de 1917.- Luis J. Zalce, S. S.- L. Pescador, S. S. "A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente."- De enterado.

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán a poner de pie. Aprobada.

"República Mexicana.- Secretaría del Congreso del Estado de Durango.- Circular número 1.

"El XXVI Congreso constitucional del Estado de Durango, abre hoy, previas las formalidades de estilo, su primer período extraordinario de sesiones, con el carácter de constituyente.

"En la misma fecha y con las debidas formalidades, otorgó ante el mismo alto Cuerpo legislativo, la protesta de ley, el C. general Domingo Arrieta, electo Gobernador constitucional del Estado.

"Lo que tenemos el honor de comunicar a ustedes para conocimiento, protestándoles las seguridades de nuestra atenta consideración.

"Constitución y Reformas.- Durango. agosto 1o. de 1917.- Martínez Escárzaga, D. S.- Celestino Simental, D. S.

"A los CC. diputados Secretarios del H. Congreso de la Unión.- México, D. F." - De enterado.

"XXVII LEGISLATURA

SEGUNDO AÑO

PERIODO ORDINARIO

ESTADO que manifiesta el número de expedientes tramitados por las Comisiones respectivas de la Cámara de Diputados, en los días del 1º. al 31 de octubre de 1917.

COMISIONES Existencia Pasados Total Despa Pendientes

anterior aComisión chados

Estado,

Departamento

Interior......................... 10 9 19 10 9

Primera de Hacienda 10 7 17 4 13

Segunda de Hacienda 7 9 16 2 14

Presupuestos............. 0 4 4 1 3

Primera y Segunda

De Justicia,

unidas............. 3 0 3 1 2

unidas de Justicia

y Segunda de Puntos

Constitucionales.......... 1 0 1 0 1

Primera de Justicia. 0 1 1 0 1

Segunda de Justicia. 2 0 2 1 1

Segunda de Justicia y

Primera de Puntos

Constitucionales,

unidas...................... 0 1 1 1 0

Primera de puntos

Constitucionales........... 6 5 11 6 5

Segunda de Puntos

Constitucionales........... 3 6 9 3 6

Primera Especial para

estudio y presentación

de leyes reglamentarias. 0 2 2 0 2

Primera Agraria y de

Reglamento del artículo

27 Constitucional,

unidas......................... 1 0 1 0 1

Segunda Agraria y de

Reglamentación del

artículo 27 constitucional,

unidas......................... 1 0 1 0 1

Especial de Reglamentación

del artículo 27

Constitucional............... 0 5 5 0 5

Comercio e Industria. 0 1 1 0 1

Unidas de Trabajo y

Previsión Social 0 1 1 1 0

Peticiones.................. 52 39 91 51 40

Primera de Guerra...... 113 56 169 0 169

Segunda de Guerra..... 115 57 172 0 172

Tercera de Guerra....... 116 57 173 0 173

RAMO SECRETO

Administración........... 1 1 2 2 0

Gran Jurado............... 5 2 7 0 7

TOTALES..... 446 263 709 83 626

México, a 1º. de noviembre de 1917.- M. G. Aranda D. S.- E. Portes Gil, D. S."

- El mismo C. Secretario da cuenta con un proyecto de ley de la 2a. Comisión de Hacienda, que consulta una pensión de cinco pesos diarios a la señora Carmen Alatriste viuda de Serdán.- Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

- El mismo C. Secretario da cuenta con un proyecto de ley que consulta una pensión de sesenta pesos mensuales, al C. Doroteo Rodríguez, celador de la Aduana Marítima de Mazatlán.- Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

"Comisión de Peticiones.

"Señor:

"En ocurso fechado el 11 del actual, el C. profesor Andrés Oscoy, que ha servido a la Nación en el ramo de Instrucción Pública durante treinta y siete años, pide se le aumente la jubilación de que actualmente disfruta. Hacen suyo este memorial los CC. diputados Vadillo, Ramírez G., Villarreal Filiberto, López Miro, Cienfuegos y Camus, Segovia Manuel H., Cantú y Saucedo Concepción.

"La comisión dictaminadora, ha estudiado el ocurso y anexo que envía el C. Oscoy, y encontrándolos en debida forma, no tiene inconveniente en consultar a esta H. Asamblea la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Hacienda en turno, el memorial que envía a esta H. Cámara el C. Andrés Oscoy.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, 24 de octubre de 1917.- E. Portes Gil.- C. Rivera Cabrera.- Porfirio del Castillo."

Está en discusión el dictamen. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

- El mismo C. Secretario: "Comisión de Peticiones.

"Señor:

"La señora Francisca M. viuda de Hernández, eleva un memorial en el que solicita le sean devueltos unos documentos que acompañó a una solicitud de pensión que presentó con motivo de la muerte de su esposo, el coronel de caballería Tomás Fernández, en el año de 1912.

"La Comisión ha tenido a la vista los documentos enviados por la señora viuda de Hernández y no encuentra inconveniente para acceder a lo que esta pide; por lo cual suplica a esta H. Cámara tenga a bien aprobar el acuerdo económico que sigue:

"Devuélvanse a la señora Francisca M. viuda de Hernández los documetos que acompañó a la solicitud de pensión que dirigió a esta H. Cámara, en el año de 1912.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, 31 de octubre de 1917.- E. Portes Gil.- C. Rivera Cabrera.- Porfirio del Castillo."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

- El mismo C Secretario: "Comisión de Peticiones.

"Señor:

"A la Comisión de Peticiones se turnó, por acuerdo dado por esta H. Cámara en la sesión del día 18 del actual, el memorial que eleva el C. Pedro Monroy haciendo diversas consideraciones sobre el problema agrario.

"Los subscriptos estiman que el memorial a que se ha hecho referencia está dentro de los términos de la ley, y en tal virtud, tiene la honra de someter a la deliberación y aprobación de vuestra soberanía el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión Agraria en turno, el memorial que eleva a esta H. Cámara el C. Pedro Monroy.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión. - México, 31 de octubre de 1917.- E. Portes Gil.- C. Rivera Cabrera.- Porfirio del Castillo."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

- EL mismo C. Secretario: "Comisión de Peticiones.

"Señor:

"Las señoritas Guadalupe Muñóz, Rebeca Pulido, Justina González y doscientos diecinueve firmantes más, profesoras de las escuelas nacionales del Distrito Federal, piden que esta H. Cámara interponga su influencia a fin de que se cumpla con la fracción VII del artículo 123 de la Carta Magna, igualando sus sueldos a los de los profesores.

"La Comisión de Peticiones después del clásico examen estima que el citado memorial reúne los requisitos señalados por la ley y que debe pasar desde luego al estudio de la Comisión respectiva, proponiéndolo así a vuestra soberanía en el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Instrucción Pública en turno, el memorial que eleva a esta H. Cámara los profesores de las escuelas nacionales del Distrito Federal.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 31 de octubre de 1917 - A. Portes Gil.- C. Rivera Cabrera.- Porfirio del Castillo."

Está a discusión el dictamen. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se consulta si es aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Reprobado el dictamen.

El C. García Eliseo: Reclamo la votación. Creo que sí fué aprobado.

El C. Secretario Portes Gil: Se repite la votación. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

-El mismo C. Secretario: "Comisión de Peticiones.

"Señor:

"La Comisión de Peticiones recibió para dictaminar el ocurso que presenta a esta H. Cámara la señora Soledad Marroquín viuda de Hidalgo y Costilla, pidiendo se decrete a su favor una pensión como miembro de la familia del ilustre patricio don Miguel Hidalgo y Costilla.

"La propia Comisión ha examinado el ocurso que da origen a este dictamen, y lo encuentra en la forma señalada por la ley, por lo que no tiene inconveniente en sujetar a la deliberación de esta H. Asamblea el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Hacienda en turno, el ocurso que eleva a esta H. Cámara la señora Soledad Marroquín viuda de Hidalgo y Costilla."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, 31 de octubre de 1917.- E. Portes Gil.- C. Rivera Cabrera.- Porfirio del Castillo."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

- El mismo C. Secretario: "Comisión de Peticiones.

"Señor:

"La señora Herlinda Lomelí viuda de Ibarra, envía de la ciudad de Guadalajara, un memorial en el que pide que esta H. Cámara, derogue el decreto expedido por la Primera Jefatura del Ejército Constitucional sobre moratoria en los pagos.

"El memorial a que se refiere el presente dictamen, está ajustado a las prescripciones de la ley, por lo cual esta Comisión tiene la honra de proponer a los CC. diputados, la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Túrnese a la Comisión de Hacienda que corresponda, la petición de la señora Herlinda Lomelí viuda de Ibarra.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, 31 de octubre de 1917.- E. Ortega.- C. Rivera Cabrera.- Porfirio del Castillo."

Está a discusión el dictamen. ¿No hay quien haga uso de la apalabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

Presidencia del

C. RUEDA MAGRO MANUEL

- El mismo C. Secretario: "Comisión Especial de Reglamentación del artículo 27 constitucional.

H. Asamblea:

Ha sido pasada a nuestro conocimiento la iniciativa de varios diputados por el Estado de Zacatecas, para que se autorice a los Estados a emitir sus bonos agrarios.

La Comisión ha encontrado de toda urgencia y de toda necesidad, el proceder al estudio de una ley que provea la manera de cubrir el valor de las expropiaciones que tengan que hacerse en cada Estado para la resolución del problema agrario; pero al pasar el estudio concreto de la iniciativa presentada, la Comisión encontró razones de peso para cambiar radicalmente el sistema propuesto por los iniciadores, de tal modo que, atendiéndose en lo substancial de la iniciativa, sin embargo, las bases y los procedimientos conforme a los cuales debieran emitirse los bonos agrarios, serían totalmente distintos de los propuestos.

Esta Comisión ha tomado en cuenta que, al mismo tiempo que es la encargada de dictaminar sobre la iniciativa que se le ha sometido, es la Comisión Especial de Reglamentación del artículo 27 constitucional, por lo cual ha creído que está dentro de sus facultades, no solamente para hacer una crítica de la iniciativa presentada, que podría llegar solamente a un dictamen reprobatorio, sino que cree de su deber tomar la parte esencial de la iniciativa y propone con toda libertad las bases y procedimientos que, en su concepto, deben adoptarse para la emisión de los bonos agrarios.

La Comisión ha tenido en cuenta que no solamente las expropiaciones para fraccionamientos de tierras darán motivo a indemnizaciones que deban cubrirse con bonos agrarios, sino que la reconstrucción de ejidos, que en muchos lugares de la República tendrá que hacerse como dotación propiamente dicha, y no como restitución, tendrá que dar igualmente lugar a expropiaciones de tierras.

La Comisión, por lo tanto, creyó conveniente reunir estas dos necesidades, que son de la misma naturaleza y que, por otra parte, no habría razón para que fuesen objeto de dos diversas clases de bonos.

El éxito financiero de la circular de los bonos agrarios, es uno de los puntos principales de estudio que la Comisión tuvo en consideración.

La Comisión ha comprendido que la pluralidad de emisiones agrarias, sobre todo si éstas debieran ser hechas por cada uno de los Estados de la República, por distintas sumas, conforme a distintas autorizaciones y tal vez diferente tipo de interés y distintas bases de amortización, traería como consecuencia un caos en la circulación de los bonos.

Por lo tanto, la Comisión ha creído que, como base indispensable para el éxito de la deuda agraria, es necesario evitar la pluralidad de emisiones, y ha considerado conveniente que se haga una sola emisión, bajo el controlamiento del Gobierno Federal.

Así, pues, se ha considerado conveniente que la emisión general sea uniforme, tanto en cuanto a la autoridad que la expide, como en cuanto a la forma, denominaciones, dimensiones, procedimiento de amortización, etc., etc.

La idea de que el Gobierno Federal sea el que expida todos los bonos agrarios bajo una sola forma, tipográfica como financiera, además de facilitar considerablemente la circulación de los bonos, será una garantía más en cuanto a su valor, supuesto que las deudas contraídas por los Estados, de hecho se fundirán y homogenizarán, de tal manera, que la garantía del Gobierno Federal y de todos los Gobiernos de los Estados en conjunto, constituirá la base........

El C. Alonzo Romero, interrumpiendo: Pido la palabra. En vista de que en otra ocasión se ha dado lectura a esta iniciativa, o, mejor dicho, a este dictamen, yo pido a Su Señoría se sirva poner a la consideración de la Asamblea que se dispense la segunda lectura y que se imprima, para que se discuta el primer día hábil. La primera y segunda lecturas.

El C. Secretario Portes Gil: Se pregunta a la Asamblea si se dispensan la primera y segunda lecturas. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. ( Voces: ¡No, no! ) No se dispensan ni la primera ni la segunda lecturas.

( Continuó leyendo ).

".....del crédito de estos bonos, los cual no se lograría si cada uno de los Estados independientes expidiera determinada cantidad de bonos.

La Comisión no ha cerrado los ojos ante la necesidad de vigilar en cierta forma la emisión y aplicación de los bonos agrarios en cada caso concreto, para evitar que su emisión se haga honrada y cuidadosamente, evitando prodigalidades indebidas.

A primera vista esto parecería una intromisión del Gobierno Federal en la soberanía de los Estados; pero si se tiene en cuenta que son veintiocho Entidades Federativas las que tienen que hacer emisiones de bonos, parece sensato y racional que haya una autoridad que, en cierto modo, vigile la manera de emitir y aplicar esos bonos con economía y justicia.

Los bonos agrarios, si han de llegar a ser un valor circular y seriamente cotizables, es necesario que tarde o temprano salgan al extranjero, de donde indudablemente tenemos que esperar gran parte del capital que deba ayudarnos en nuestra reconstrucción agraria.

En ese sentido, el espíritu de la fracción VIII del artículo 117 de la Constitución, aconseja que la emisión de esos bonos se haga bajo la garantía del Gobierno Federal, único capacitado para emitir valores cotizables o pagaderos fuera del territorio nacional, ya que éstos se encuentran en manos de particulares o en manos de sociedades extranjeras, pues de todas maneras estos bonos deben ser representados por títulos al portador.

El proyecto de la Comisión se ha aceptado, por consiguiente, el siguiente plan:

La Federación será quien imprima y conserve, a disposición de todas las Entidades Federativas, inclusive el Distrito Federal y los Territorios, la cantidad suficiente de bonos agrarios para cubrir el importe de las expropiaciones. Los bonos agrarios se destinarán tanto al pago de las expropiaciones para fraccionamientos, como al pago de las expropiaciones para dotación de ejidos.

La emisión de los bonos se hará entregando la Federación a cada uno de los Estados la cantidad de bonos necesaria para hacer los pagos que en concreto deban efectuarse, cuando haya quedado determinada y valorizada una expropiación para fraccionamiento o por dotación de ejidos.

Los valores o denominaciones que en opinión de la Comisión deberán tener los bonos agrarios, no es necesario que sean muy numerosos, bastará imprimir bonos agrarios con denominaciones de $100, $500, $1,000, $5,000 y $10,000 que al principio de la emisión podrán reducirse a tres series; una de $100, otra de $1,000 y otra de $10,000.

Al tratarse de la amortización de los bonos, la Comisión ha creído necesario pensar en procedimientos de amortización que en cierto modo interesen a los tenedores de tierras fraccionadas o a los vecinos de municipios dotados de ejidos, y por eso ha pensado que además de destinar a amortización las sumas que pudieran asignarse en el Presupuesto General de Egresos y el importe de los abonos hechos por los Ayuntamientos y por los Estados por cuenta de la deuda agraria misma, sería conveniente y es lógico admitir que los accionistas mismos puedan hacer uso de los bonos de agrarios para cubrir sus obligaciones con los Gobiernos de los Estados, de tal manera que al mismo tiempo que los fraccionistas salden sus obligaciones con los Gobiernos locales, de hecho éstos estén amortizando su adeudo al recibir los bonos en pago.

Otra de las razones que se tuvieron para iniciarse por la emisión de bonos por la Federación, es que es ésta una de las maneras más eficaces de desvincular completamente la propiedad de la tierra nuevamente adquirida por los fraccionistas, de los derechos a la indemnización vincular en el primitivo propietario.

PROYECTO DE LEY:

Artículo 1º. Se autoriza al Ejecutivo Federal para emitir bonos agrarios hasta por la cantidad del mil millones de pesos, conforme a las siguientes bases:

(a.) Los bonos se destinarán exclusivamente al pago de los terrenos que fueren necesario expropiar para dotar de ejidos a los pueblos que carezcan de ellos o que fueren necesarios fraccionar, a fin de constituir la pequeña propiedad agraria.

(b.) Los bonos emitidos se harán en denominaciones de cien, quinientos, mil, cinco mil y diez mil pesos.

(c.) El nombre que recibirán estos bonos será el de "Bonos Agrarios."

(d.) El plazo para amortización será de cincuenta años.

(e.) El interés que devengarán los bonos mencionados será de cuatro por ciento, incluyendo en dicha tasa la parte correspondiente a la amortización.

(f.) El servicio de intereses y amortización se hará por semestre, debiendo llevar, por lo tanto, los bonos cien cupones desprendibles o perforables para los pagos semestrales.

Artículo 2o. El fondo de interés y amortización de los bonos agrarios se constituirá:

I. Por medio de las sumas asignadas en el Presupuesto Federal de Egresos para ese efecto;

II. Por medio de las cantidades que los Ayuntamientos a que correspondan los pueblos dotados o los Estados que hicieren los fraccionamientos, pagaren por cuenta de la Deuda Agraria incurrida por uno u otro, ya sea en la dotación de ejidos, ya en la expropiación de tierras para fraccionamientos.

Artículo 3º. Podrán igualmente amortizarse los bonos agrarios:

(a.) Admitiéndolos en los pagos que los fraccionistas deban hacer por cuenta de sus obligaciones con los Gobiernos de los Estados, Distrito o Territorios;

(b.) Admitiendo los Bonos Agrarios en pago de los censos que los usuarios de los ejidos deban pagar a los Ayuntamientos por el usufructo de la tierra;

(c.) Admitiéndolos en pago de una pequeña proporción de la cuota federal que deba pagarse sobre los impuestos a la propiedad raíz.

Artículo 4º. La emisión de los bonos agrarios, solamente se hará en forma de pagos a los propietarios de terrenos expropiados.

Artículo 5º. Una vez aprobada definitivamente por la Comisión Nacional Agraria la dotación de ejidos para un pueblo o una vez resuelto el fraccionamiento de una propiedad por la Comisión Local Agraria o por la autoridad agraria a quien la ley confiera esta facultad, y cuando esté resulta y determinada la cantidad que deba pagarse por las tierras expropiadas, el Gobierno Federal entregará al Gobierno del Estado los bonos respectivos para hacer el pago resellándolos por medio de un sello visible e indeleble con el nombre del Estado donde tenga lugar la expropiación que motive el pago.

El C. Secretario Aranda, continúa: " Respecto de las expropiaciones que deban efectuarse en el Distrito Federal o en los Territorios, el pago se hará por conducto del Gobierno de cada una de estas Entidades resellándose los bonos con el nombre de la Entidad que haga la expropiación.

Artículo 6º. Los Bonos Agrarios tendrán la garantía del Gobierno Federal y la del Estado respectivo para cuyas necesidades se emitan, pero el servicio de réditos y amortización, se hará directamente por el Gobierno Federal.

El Gobierno Federal, por medio de la Comisión Nacional Agraria podrá objetar o hacer las observaciones que estime de justicia, respecto del valor que se haya dado a las propiedades expropiadas.

Artículo 7º. La deuda agraria de cada uno de los Estados, se considerará como una deuda de las Entidades locales con la Federación, por lo que hace a las relaciones entre la Federación y los Estados. El Gobierno llevará a cada uno de los Estados una cuenta por materias agrarias, en la cual cargará los bonos emitidos y las cantidades que pague por servicio de los bonos y abonará los bonos y cupones amortizados y las sumas que reciba de los Estados por cuenta de sus deudas agrarias.

Artículo 8º. Sobre las bases contenidas en la presente ley, se autoriza al Ejecutivo de la Unión para proceder a la impresión de los bonos agrarios y para reglamentar su emisión pero en el concepto de que dichos bonos no podrán comenzar a pagar por cuenta de expropiaciones, sino cuando cada una de las Entidades Federativas que tengan que efectuar expropiaciones, hayan expedido las leyes relativas a la dotación de ejidos y fraccionamientos de propiedades sobre las bases contenidas en el artículo 27 de la Constitución de la República.

Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, a 30 de octubre de 1917.- B. Vadillo.- Luis Cabrera.- A. Cienfuegos y C."- Primera lectura e imprímase.

El C. Cienfuegos: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Figueroa: Yo suplico a la H. Asamblea tenga en cuenta que las leyes agrarias son de suma importancia para el país; la Revolución no ha resuelto los problemas agrarios y es necesario que esta ley se discuta con oportunidad, pues no nos faltan ya más que dos meses para terminar el período de sesiones y a la postre no habremos hecho nada práctico por las clases que verdaderamente hicieron la Revolución.

Por ese motivo suplico a la Asamblea que, cumpliendo con un deber sagrado que tiene para con las clases productoras, dispense la segunda lectura a ese proyecto de ley a efecto de que se discuta lo más pronto posible.

El C. Secretario Aranda: Se pregunta a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado. Se dispensa la primera lectura y se discutirá el primer día hábil. ( Voces: ¡Imprímase, imprímase! ) Se va a imprimir.

- El mismo C. Secretario: "Comisión 1a. de Puntos Constitucionales.

"Señor:

"El C. Constantino de Tárnava ha ocurrido ante esta Cámara solicitando licencia para poder desempeñar el cargo de Cónsul de Bélgica, en la ciudad de Monterrey, son jurisdicción en el Estado de Nuevo León, por nombramiento que le hizo Su Majestad Alberto I rey de aquella nación.

"Teniendo en consideración que la nacionalidad de mexicano se pierda por servir oficialmente al gobierno de otro país sin previa licencia del Congreso Federal, con fundamento en el artículo 37, fracción II, de la Constitución vigente que nos rige, proponemos a vuestra consideración para que sea aprobado el siguiente proyecto de ley:

"Unico. Se concede licencia al C. mexicano Constantino de Tárnava para que pueda desempeñar el cargo de Cónsul de Bélgica en la ciudad de Monterrey con jurisdicción en el Estado de Nuevo León."

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados.

- México, a 24 de octubre de 1917.- Manuel Rueda Magro.- Rafael Martínez de Escobar.- Antonio Ancona Albertos."

Está a discusión. Las personas que deseen hacer uso de la palabra pueden pasar a inscribirse. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación nominal se va a preguntar si se aprueba.

El C. Secretario Alonzo Romero: Por la afirmativa.

El C. Secretario Portes Gil: Por la negativa.

( Se procedió a recoger la votación ).

Presidencia del

C. DEL CASTILLO PORFIRIO

El C. Secretario Portes Gil: Votaron por la negativa 8 CC. diputados: Figueroa, Mariel, Méndez, Padilla, Paredes Colín, Peralta, Prieto, Ruiz Estrada y Sepúlveda.

El C. Secretario Alonzo Romero: Votaron por la afirmativa los CC. Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Alonzo Romero, Araujo, Arreola, Avilés, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Basáñez, Bello, Betancourt, Blancarte, Bravo Izquierdo, Breceda, Cámara, Cano, Cárdenas, Carrillo Eduardo S., Castañeda, del Castillo, Cepeda Medrano, Céspedes, Córdova Gabriel J., Cravioto, Cristiani, Cruz, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Domínguez, Dyer, Echeverría, Esparza, Fernández Martínez, Gaitán, García Eliseo, García Jonás, García Pablo, García Vigil, Garza Ernesto, Garza Pérez, Gómez S. Emiliano, González Ibarra, González Justo, Guajardo, Gutiérrez Antonio, Hernández Jerónimo, Herrera, Higareda, Jurado, Lailson Banuet, Lanz Galera, Limón, Lizalde, López Couto, López F. Ricardo, López Ignacio, López Celis, Malpica, Manjarrez, Manzanilla Tejero, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Medina Juan, Mendoza, Méndez, Mercado, Montes, Morales Hesse, Narro, Navarrete, Neri, Porchas, Padrés, Paredes Colín, Parra, Peralta, Pereyra Carbonell, Plank, Prieto, Ramírez G. Benito, Ramírez Genaro, Rebolledo, Reynoso, Rivas, Rivera Cabrera, Rivera José, Robles Domínguez, Rocha, Rodríguez Saro, Rojas Dugelay, Rueda Magro, Ruiz Alberto, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Saucedo J. Concepción, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera, Silva Jesús, Siurob, Solórzano, Soto, Torre Jesús de la, Torre José D., Treviño, Uruñuela, Valle, Velásquez, Ventura, Villarreal Filiberto C., Villaseñor, Zapata y Zavala.

El C. Paredes Colín: Mi nombre figura en las dos listas, siendo que solamente voté por la afirmativa; pido que se haga la rectificación procedente.

El C. Méndez Eugenio: Yo voté por la negativa y no por la afirmativa como aparece en la lista.

El C. Sepúlveda: Igualmente, yo voté por la negativa.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se hacen las rectificaciones correspondientes. ¿Ningún otro diputado desea reclamar su voto? Votaron por la afirmativa 117 CC. diputados y 9 por la negativa. En consecuencia, ha sido aprobado el proyecto de ley por 117 votos de la afirmativa, contra 9 de la negativa. Pasa al Senado para los efectos constitucionales.

- El mismo C. Secretario: Está a discusión el inciso I del artículo 8º. de la Ley Orgánica de Secretarías de Estado que se refiere, entre otras, a la Escuela N. Preparatoria e Internado Nacional. Los diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar para ser inscritos.

El C. García Jonás: Antes de entrar al debate, deseo solicitar la lectura de un documento que tiene relación estrecha con el asunto, si Su Señoría no tiene inconveniente.

El C. Secretario Aranda: A solicitud de C. Jonás García, se va a dar lectura a este documento. Dice así:

"Secretaria de Estado y del Despacho de Institución Pública y Bellas Artes. - República Mexicana.- Dirección General de Educación Pública, Primaria, Normal y Preparatoria.

"CC. diputados:

"El Subscripto, Director General de Educación Pública del Distrito Federal, tiene a honra el dirigirse a ustedes para contestar las acusaciones que en su contra y en la de la Dirección de la Escuela Nacional Preparatoria, hacen algunos alumnos de dicho plantel en el memorial que presentaron a esa H. Cámara del día 28 del corriente.

"En primer lugar, asientan los referidos alumnos que, "desde algún tiempo a esta parte, se ha venido notando cierta indisposición de parte de la sociedad mexicana, para con los alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria, originada por un decaimiento moral que éstos han experimentado y que, con verdadera tristeza, tienen que expresar que coincide exactamente con la fecha en que la Escuela Nacional Preparatoria, pasó a ser dependencia de la Dirección General de Educación Primaria." Debo informar a esa H. Cámara, que ese decaimiento moral es crónico en dicha escuela, pues todo el que lo haya investigado el asunto, aunque sea someramente, sabe que los alumnos de ese plantel acostumbran usar toda clase de fraudes para ser aprobados en sus cursos, sin hacer los estudios respectivos, fraudes como el que un alumno se presente a examen con el nombre de otro a quien desea favorecer; el que se haya llegado hasta hacer verdaderos inventos para llevar escritas las contestaciones a los cuestionarios de examen, el que se haya establecido como una práctica el estar apuntando al grupo que se presenta a examen oral, y el armar grandes escandalos públicos, aun en presencia de los altos funcionarios, como pasó en una fiesta de la Preparatoria que presidió el señor Palavicini, Encargado del Despacho de Instrucción Pública. el día 26 de junio de 1916, y en Agricultura el día 2 de septiembre del mismo año, a que asistió el C. Primer Jefe y sus Ministros, fiesta organizada por la Universidad Nacional. Ha habido tres huelgas en la Preparatoria durante los años de 1916 a 1917: la primera fué porque no se quiso conceder la llamada semana mayor; la segunda, porque se estableció el sistema de exámenes o reconocimientos mensuales, y la tercera, porque no se concedió vacaciones durante los días de la semana anterior al 16 de septiembre, con el fin de que todos los alumnos se presentar para tomar parte en las festividades patrias. ¡Juzgue esa H. Cámara el nivel moral de alumnos que se declaran en huelga por tales causas! Si se ha acentuado algo este desaliento, se debe a que el Gobierno Revolucionario ha tratado de corregir estas deficiencias, castigando enérgicamente a los que se hubieren hallado culpables de fraudes o de promover escándalos. Además, como una gran mayoría de estos alumnos pertenecen a familias que

son enemigas de la Revolución, los jóvenes mismos no aceptan la administración revolucionaria, y esto ha traído casi una fricción constante entre dichos educandos, azuzados por ciertos profesores reaccionarios, tanto, de la misma escuela, como de la Universidad, y aun por muchos padres de familia. La Dirección General no ha hecho otra cosa que empeñarse por establecer la moral que debe existir en planteles de esa naturaleza y el tratar de reformar las costumbres de estos jóvenes, teniendo que lamentar el que haya casos sumamente difíciles de corrección.

"Se quejan también los estudiantes de que la Dirección ha establecido "procedimientos indebidamente llamados educativos." Debo advertir a esa H. Cámara, que desde el año de 1907 se estableció como principio fundamental en el plan de estudios de dicha escuela, el que debe tener un carácter educativo, usándose la instrucción como un simple medio. Este plan de estudios puede consultarse en la biblioteca de esa H. Cámara. La Dirección General, no ha hecho sino hacer efectivo el precepto, ratificado en el plan de estudios revolucionarios, establecido en dicha escuela cuando el señor Félix F. Palavicini era ministro de Instrucción Pública. La interpretación que se ha dado a tal carácter, está en perfecta armonía con la ciencia pedagógica, según la entienden la naciones más civilizadas del mundo.

"Se quejan, igualmente, estos jóvenes, de que la Dirección General de mi cargo, ha hecho que el personal docente sufra transformaciones radicales, pues afirman que "han sido removidos de sus puestos cerca del noventa y cinco por ciento de los antiguos profesores." En esto sí acepta completamente toda la responsabilidad el Director General que tiene la honra de dirigirse a esa H. Cámara, pues como revolucionario que sido siempre y que es, ha procurado que entren a formar parte del personal de esa escuela, los revolucionarios que mejores títulos hayan exhibido. Esa H. Cámara dirá si no era de esperarse que, después de una revolución tan radical como la Constitucionalista, se hubiese cambiado a la mayor parte de los profesores que habían servido a las antiguas administraciones, comprendiendo la dictadura y la usurpación; profesores que no se limitaron muchas veces a su labor de enseñanza, sino que tomaron parte activa en las contiendas políticas. Sin embargo, en obsequio de la verdad, debo informar a esa H. Cámara que el acuerdo para separar a la mayor parte de ese noventa y cinco por ciento de profesores, a que se refieren los estudiantes, fué dado por el señor Félix F. Palavicini, encargado entonces de la Secretaría de Instrucción Pública, y por el licenciado Alfonso Cravioto, Subsecretario interino de la misma. Estos ceses fueron firmados por el actual Director General, por orden expresa del Encargado del Despacho y del Subsecretario interino, quienes dieron los acuerdos respectivos. Además, esto se verificó muy pocos días después de haber tomado posesión de su cargo el subscripto Director, cuando aún no tenía tiempo de saber quiénes eran los que componían el antiguo personal de la Escuela Preparatoria. Como empleado subalterno, no tuvo otra cosa que obedecer la orden superior y firmar estos ceses; pero, repito, que me hago absolutamente solidario de esto actos y que el descontento de los jóvenes preparatorianos sólo da a conocer de una manera muy clara, que se trata de una lucha abierta entre los reaccionarios y antiguos servidores de la dictadura, y los representantes de la actual Revolución. En esta parte, acepto todas las responsabilidades que me correspondan como revolucionario franco y sincero, que con honradez busca en el programa revolucionario la generación del País. Afirman los quejosos que la Dirección no ha aceptado el sistema de oposición para cubrir las cátedras y que los nuevos profesores "son acéfalos en las asignaturas que les han sido encomendadas." Es probable que muchos de los nuevos profesores no sean tan eruditos como sus predecesores; pero cuando aquellos comenzaron su labor, no estaban en mejores condiciones que éstos. Por otra parte, si se busca la pericia o la competencia, sería imposible que figuraran en dicho personal elementos nuevos y elementos revolucionarios, pues es bien sabido que los intelectuales, en su mayoría, pertenecieron al antiguo régimen. El Gobierno Revolucionario y la Dirección General de mi cargo, sujetándose al programa de aquél, ha creído que deben preferirse personas de cultura general, aunque novicias en las cátedras, a los antiguos catedráticos, quizá muy prácticos y versados en la materia, pero que no comulgan con las ideas del nuevo régimen. Sin embargo, la Dirección General ha buscado candidatos debidamente preparados y competentes, y no ha puesto como condición que sean sus amigos, pues todo el mundo sabe que el único requisito que se exige, es que sean personas cultas, revolucionarios de ideas y principios, y si fuere posible, que hubiesen manifestado sus convicciones hasta llegar a defenderlas en el campo de batalla o prestando servicios activos a la Revolución. Actualmente hay ciento diez profesores en la Escuela Preparatoria, de los cuales diez son abogados, catorce médicos, veintidós ingenieros, veinticinco profesores con estudios preparatorios y profesionales, que han especializado la materia que enseñan, siete profesores que han hecho estudios superiores en universidades extranjeras, diez y ocho profesores de diversas especialidades y catorce profesores normales. Como se ve, la inmensa mayoría de este personal, o sean noventa y seis de los ciento diez, son personas de cultura igual a los que había anteriormente en la Escuela Preparatoria, o como si dijésemos, son profesores universitarios. Los registros tanto de la escuela, como de la Dirección General, están a las órdenes de esa H. Cámara, por si gustaren mandar comprobar estos informes. En lo que se refiere a que los profesores actuales, en el ejercicio de sus funciones, "discrepan totalmente con los planes filosóficos de instrucción, es una afirmación temeraria de adolescentes, que carecen de instrucción suficiente para saber los que son planes filosóficos de educación, o lo que es siquiera Filosofía. Dudo que sus consejeros estén preparados que ellos para discutir estos asuntos, o si lo estuvieren, ya saben que la prensa o la tribuna está a sus órdenes para que ante algún público ilustrado estudien y discutan estos asuntos, de modo que se esclarezca debidamente.

"Por lo que se refiere a la aseveración de que los profesores "obligan a los alumnos a aprender las clases de memoria en los textos," es enteramente gratuita. El Director de la Escuela Preparatoria los mismo que el que tiene el honor de dirigir esta contestación, han tenido varias juntas con el profesor para tratar cuestiones de métodos y nunca se ha recomendado que se usen los textos de esta manera. Además, no hace mucho que se dio una serie de diez conferencias sobre métodos de enseñanza en la Escuela Preparatoria, conferencia a las que asistieron casi todos los profesores y probablemente algunos de los consejeros de los alumnos quejosos. Nadie podrá afirmar que en estos conferencias se recomendó que se aprendieran las clases de memoria en los textos. Por otra parte, está actualmente en prensa un libro que contiene todas estas conferencias y que muy pronto estarán al alcance del público, a fin de que se compruebe lo que estamos aseverando. No dudamos que haya algún profesor que use métodos como los que denuncian los alumnos; pero, o son de los antiguos profesores universitarios sumamente conservadores, o lo hacen intencionalmente para desprestigiar las disposiciones dadas por esta Dirección General. En todo caso, no tienen el asentimiento ni del Director del plantel, ni del Director General y jamás se ha presentado queja alguna contra ellos ante ninguna autoridad escolar.

"El Gobierno, a propuesta del subscripto Director General, acaba de nombrar al profesor universitario doctor Manuel Barranco, como Inspector de Preparatorias, con el fin de ayudar al personal docente en el mejor desempeño de su cometido y de que se informe periódicamente a la Superioridad sobre las deficiencias que se notaren en la enseñanza.

"En cuanto al tratamiento duro y áspero de que se quejan los alumnos, esta Dirección General jamás ha recibido ninguna queja formal contra el Director de la Escuela ni contra el Secretario. El que se haya procurado que ningún alumno reciba certificado de estudios sin que haya trabajado horas y lealmente durante todo el año, el que se haya establecido reglas fijas para el estudio y para los reconocimientos obligándose a que los alumnos se dediquen al estudio y al trabajo constantemente, sólo puede ser llamada exigencia por alumnos indisciplinados que no pretenden sacar provecho de la Escuela, sino obtener indebidamente un pase para continuar sus estudios en alguna escuela profesional. La Dirección General de mi cargo, con la autorización debida ha dictado medidas enérgicas para que los estudiantes asistan diariamente a sus clases, fijando un máximo de diez por ciento de faltas de asistencia para que un alumno pierda derecho a examen, y se ha rehusado a aceptar el ochenta por ciento que piden algunos de dichos alumnos. ¿Es ésta la tiranía de que se nos hace responsables?

"Debo hacer constar que en el Internado Nacional en donde hay actualmente 196 estudiantes preparatorianos, se ha observado un orden notable en todos los trabajos de la Escuela sin que ésta haya sido perturbada ni una sola vez desde que dicho plantel está bajo la dependencia de la Dirección General de mi cargo. Se sigue el mismo programa que en la Preparatoria; pero el profesorado no es universitario sino compuesto de personas que sin tener las pretensiones de aquéllos, se dedican a hacer que sus alumnos trabajen y aprovechen debidamente su tiempo. Esa H. Cámara puede abrir una investigación sobre este asunto para que vea con hechos irrefutables lo que significa el que las Escuelas Preparatorias estén desligadas de la Universidad.

"Tendré verdadero gusto, señores diputados, en ampliar estas explicaciones si fuere necesario; pero creo que lo dicho basta para demostrar que las quejas presentadas por los estudiantes preparatorianos, carecen absolutamente de fundamentos.

"Al dar a ustedes las más cumplidas gracias por su atención al escuchar estas explicaciones, me es muy grato presentarles las seguridades de mi distinguida consideración.

"México, octubre 1º. de 1917.- Andrés Osuna.- A la H. Cámara de Diputados.- Ciudad."

"Hacemos nuestro el presente memorial.- Isaac Cancino Gómez.- Jonás García. - José Rivera.- Eduardo Cisneros.- Marcelo Castillo.- E. Céspedes.- Manuel Dávalos Ornelas.- G. López Miro.- A. Cienfuegos y Camus. - B. Vadillo.- Morales Hesse - Benito Ramírez G."

- El mismo C. Secretario: Está a discusión el artículo 8º. de la ley, que dice así: "Corresponde al Departamento Universitario y de Bellas Artes: Escuela Nacional Preparatoria e Internado Nacional."

El C. Presidente: ( leyó la lista de los oradores inscriptos ): Tiene la palabra el C. Rivera José.

El C. Rivera José: Señores diputados: Comienzo por felicitar a la XXVII Legislatura del Congreso de la Unión por haberle tocado en suerte la resolución de un problema que, visto a la ligera, visto superficialmente, parece no significar nada, pero que estudiado con detenimiento, con método, con toda serenidad, reviste capital importancia por estar íntimamente ligado con el gran enigma que cifra el porvenir de nuestra Patria. En efecto, señores diputados, ¿qué importa que la Escuela Nacional Preparatoria del Gobierno del Distrito Federal o de la Secretaría de Gobernación? ¿Qué ventaja reporta a la citada Escuela el depender de la Secretaría de Fomento o de la Universidad Nacional? Reducido así el problema a su mínima expresión, bien pudiéramos dedicar este tiempo a tantos y tantos asuntos que hay en cartera; pero el problema es de muchísima más importancia; todo el tiempo que a su resolución dediquemos, será poco, y sea cual fuese el resultado, podemos estar orgullosos de haber comenzado, porque éste es apenas el comienzo de la obra de reconstrucción nacional. La hora tenía que llegar tarde o temprano, pero al fin ha llegado; ya es tiempo de que la piqueta demoledora de la crítica parlamentaria eche por tierra viejos prejuicios, añejas ideas que en materia de educación ha tenido no sólo el pueblo mexicano, sino todos, absolutamente todos, los pueblos de la raza latina. Los mismos errores educacionales de la Francia, son los de Italia; los mismos y gravísimos defectos de la enseñanza en

España son los nuestros, y desgraciada, pero lógicamente, los fracasos corresponden tanto en cantidad como en calidad por partes iguales a todos los pueblos de nuestra raza. ¡Ojalá que toque a México en suerte marcar los senderos que conozcan a todos los pueblos latinos hacia la felicidad! Por eso os invito, señores diputados, a que emprendamos una verdadera cruzada educacional con todo entusiasmo, con toda energía, con todo patriotismo. La primera de nuestras instituciones escolares a la que tocó en suerte llegar al tapete de la discusión, en la Escuela Nacional Preparatoria. El pretexto no puede ser aparentemente ni más fútil, ni más insignificante; parte de los miembros de las Comisiones dictaminadoras opinan que esta Escuela debe formar parte de la Universidad, mientras los otros miembros de las Comisiones deseamos, queremos y pedimos, que esta benemérita Escuela siga unida a las escuelas primarias, dependiendo de la Dirección General de Educación Primaria, como la de un año a esta parte. ( Siseos y aplausos ). El camino lógico para este debate es, en mi humilde concepto, ver lo que ha sido, lo que es y lo que debe ser la Escuela Nacional Preparatoria.

Señores diputados: humeantes aún las ruinas del llamado Imperio de Maximiliano, cuando el partido conservador en sus convulsiones histéricas luchaba contra las instituciones republicanas, el gobierno liberal pensó cuerdamente que la lucha de ideas debía de suplir a la lucha armada, que poco a poco iba extinguiéndose; y a renglón comisionó al ilustre Barreda para que reorganizase el antiguo Colegio de San Ildefonso sobre planes que fuesen de entero acuerdo con el credo liberal. El ilustre Barreda, ferviente devoto de la filosofía de Augusto Compte, pensó que había llegado el momento de que germinasen en nuestro país las teorías positivas y reorganizó al antiguo Colegio de San Ildefonso bajo un plan que iba de entero de acuerdo con la filosofía comptiana. Políticamente el resurgimiento de la Preparatoria venía a ser un triunfo. Ved, señores, que en aquella época de profundo fanatismo, arrancar a la juventud del catecismo del abate Fleury y entregarla en manos del filósofo francés, era no sólo para preocupar al arzobispo de México, sino para hacer temblar al mismo pontífice de Roma con toda su corte de cardenales y monaguillos. La Escuela Nacional Preparatoria venía a constituir entonces no sólo el trofeo más glorioso del partido liberal, sino el arma más poderosa en la lucha contra el partido retrógrado. La organización de la Preparatoria políticamente constituía un triunfo; pedagógicamente venía a ser un error, error muy de la época porque estos acontecimientos se desarrollaron hace unos cincuenta años. En dos partes, pero de capitalísima importancia, consistía el error: la primera consistía en declarar que la Escuela Nacional Preparatoria tiene por objeto únicamente preparada a los alumnos para el estudio de una carrera profesional; la segunda parte, y quizá la más importante, estuvo en haber adoptado un plan de estudios que va en completa oposición con el desarrollo psicológico de las facultades del alumno. Al declarar que la Escuela Nacional Preparatoria tiene por objeto únicamente preparar al alumno para el estudio de una carrera profesional, con estridente portazo se cerraron las aulas preparatorianas para el pueblo en general, porque no todos pueden ni todos deben estudiar una carrera profesional y una escuela que debiera ser eminentemente demócrata, de una plumada se convirtió en una institución exclusiva y, quién lo dijera, señores diputados, a la larga llegó a ser el semillero del cientificismo.

Cuando la pedagogía moderna proclama que la ciencia del espíritu, es decir, la psicología es la que debe ser la base de todo el sistema de educación, encontramos que en nuestra Preparatoria la mayoría de los planes de estudios que ha habido de acuerdo con la clasificación comptiana, han comenzado por el estudio de las matemáticas, ciencia eminentemente abstracta, y han terminado por el estudio de la botánica y de la zoología, ciencias eminentemente concretas.

Es un principio admitido en la pedagogía que en la enseñanza se debe seguir el mismo camino que ha seguido la humanidad para el descubrimiento de las ciencias, es decir, no hay que darle al alumno los conocimientos ya formados, sino que hay que conducirlo de tal modo que él debe ser el descubridor de los principios científicos. Indudablemente, señores diputados, que cuando el hombre pisó el mundo no fueron las fórmulas abstractas de las Matemáticas lo que encontró luego; no, él encontró algo concreto y ese algo fue nada menos que la naturaleza; de ahí partió precisamente para la adquisición de sus conocimientos. En la escuela de que nos ocupamos, desgraciadamente se ha ido siempre en contra de esta evolución lógica de la ciencia, evolución justificada por la experiencia de veinte siglos y los resultados no han podido ser más desastrosos: allí está esa multitud de jóvenes que han pasado por la Preparatoria, que son hoy de los destripados que vegetan en la sociedad, pagando quizá culpas extrañas; allí está la voz elocuente de la estadística que nos arroja un ochenta por ciento de alumnos reprobados anualmente; allí está ese ejército de estudiantes que al abandonar la escuela no sirve, como luego se dice, ni para Dios ni para el diablo, porque ni se les ha preparado convenientemente para el estudio de una carrera profesional, ni se les ha preparado para luchar con éxito en la vida. Ante todo, señores diputados, ésta debe ser la misión de toda escuela: forjar caracteres, formar voluntades, formar seres equilibrados, formar hombres buenos antes de sabios, pero no depravados; porque, ¿de qué sirve a la Patria, pregunto yo, tener hombres como los Macedo, los Lozano, los García Naranjo y otros que se forjan de acuerdo con los primitivos planes de estudios de la Preparatoria? ¡Ah!, señores; en tratándose de materia tan importante como la educación popular, nada debemos callar, dejémonos de vanidades y en expiación, si se quiere, de errores pasados, proclamemos el fracaso. Fracaso y nada más que fracaso ha sido la Preparatoria. Ved, señores diputados, que principiar en 1907, es decir, en pleno apogeo de la escuela, 276 alumnos sus estudios y terminarlos únicamente 16 y pensar que este ha sido el resultado durante varios cursos, esto ya es, no digo para preocuparnos, sino para declararnos en absoluta bancarrota. De no volver sobre nuestros pasos, iremos, como hasta aquí, por el camino seguro del fracaso.

Me parece que el señor licenciado Cabrera decía alguna vez: "A mí no se me quiere creer sino hasta un año después." Yo no fijo plazo para que se me crea, puede ser un año o pueden ser muchos, pero tengo la fe, tengo la conciencia de que tarde o temprano se me dará la razón, Esta Asamblea que con justicia se precia de ser eminentemente revolucionaria, debe defender a todo trance aquello de la Revolución ha hecho y que tienda a la reorganización de las instituciones sociales. Seamos, pues, consecuentes con la Revolución: seamos, pues, consecuentes con nosotros mismos cuando hace poco hemos aprobado lo hecho por el Jefe del Ejército Constitucionalista, aprobado tácitamente las leyes y decretos expedidos en la época preconstitucional; no hagamos lo que el ingeniero Palavicini que hace apenas dos años con su firma retiró a la Preparatoria de la Universidad Nacional, y hoy finge estar de acuerdo con los estudiantes; no hagamos lo que el C. Palavicini que hoy, en "El Universal," invita, se puede decir así, a los estudiantes a que concurra a estas sesiones fustigándolos para que vengan aquí a hacer una labor contraria a la que se propone el C. Presidente de la República al proponer que la Escuela Preparatoria continúe en la Dirección General de Educación Pública.

En aserto o en confirmación de mis palabras, suplico a la Secretaría dé lectura al proyecto relativo expedido en Veracruz y en el cual se acuerda que la Preparatoria no forme parte de la Universidad, sino que pase a formar parte de la Dirección General de Educación Pública.

El C. Mariel: ¡Muy bien, Riverita!

El C. Secretario Aranda: "Reorganización de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes.

"Por acuerdo del C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo de la Unión, y considerando: que algunas de las instituciones que había dependido hasta ahora de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, por la índole nueva de la reciente o organización que se le ha dado, está más bien dentro de la esfera de acción de otras Secretarías; y que, por el contrario, el Archivo General de la Nación existía dependiente de la Secretaría de Relaciones sin ninguna razón seria y con perjuicios grave de no conceder a esa institución, fundamental para la historia de nuestro país, toda la importancia y cuidado que requiere.

"Teniendo, además, en cuenta que la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes desaparecerá en un futuro próximo, y con objeto de dar unidad de criterio y de acción a los diferentes ramos dependientes de ella, preparándolos a la nueva existencia administrativa que tendrán en breve; con esta fecha:

" En museo de Historia Natural y el Instituto Médico Nacional, pasan a ser dependencias de la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria.

"El Instituto Bacteriológico Nacional dependerá de la Secretaría de Gobernación adscripto al Consejo Superior de Salubridad.

"El Archivo General de la Nación dependerá de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, adscripto a la Dirección General de las Bellas Artes.

"Se suprimen todas la secciones de esta Secretaría, a excepción de la Administrativa, organizándose la nueva distribución de personal e instituciones, como sigue:

"Secretaría.

"Subsecretaría.

"Secretaría particular.

"Departamento Administrativo que tendrá a su cargo: la Sección Constructora y Reparadora de Escuelas, el Almacén de útiles de Instrucción Pública y la Proveeduría general de útiles de escritorio para las oficinas del Gobierno.

"Universidad Nacional.

"Dirección General de Educación Primaria, Normal y Preparatoria, que tendrá bajo su dependencia a las siguientes instituciones:

"Jardines de niños.

"Escuelas primarias elementales.

"Escuelas primarias superiores.

"Escuelas nocturnas.

"Escuelas primarias de los Territorios de Tepic, Baja California y Quintana Roo.

"Escuelas de experimentación pedagógica.

"Escuela Nacional Preparatoria.

"Internado Nacional."

El C. Rivera José, continúa: Como veis, la Escuela Nacional Preparatoria, por acuerdo del C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, pasó a depender de la Dirección General de Educación Pública. Así, pues, no hagamos, repito, lo que el C. Palavicini; no hagamos lo que él, que después de haber firmado este decreto, finge hoy estar de parte de los estudiantes. Si él no estaba de acuerdo, ¿por qué no renunció el Ministerio a su cargo; por qué sacrificó sus ideas por unas cuantas monedas; por qué hoy se nos presenta como el fatídico ministerio Saligny, cuando aseguraba que su firma valía tanto como el papel en que la había escrito? Quizá nos diga, como dicen todos ellos: "Fué obra del C. Carranza." Pero dejemos el cargo, si cargo es, al C. Carranza; a él, que consciente de su obra, sostiene ahora en su proyecto de ley lo mismo que firmó hace dos años en el decreto cuya lectura acabáis de escuchar. Los mismos cargos que hago al C. Palavicini, hago al C. Cravioto que finge ahora estar de parte de los estudiantes y que entonces tomaba parte de activísima en el Ministerio de Instrucción Pública.

Juzguemos, pues, la obra preconstitucional del Gobierno, juzguemos, pues, esta obra del C. Carranza; de él que, con todo valor civil, no rehuye responsabilidades.

El Gobierno Revolucionario dijo cuerdamente que la educación popular debe comprender desde el kindergarden hasta la Escuela Preparatoria o secundaria. Lo indicado es que haya unidad de criterio, tanto en la parte técnica como en la parte administrativa; reorganicemos pues, la Dirección de Educación Pública y encomendemos a ella todo el referente a la educación popular. Respecto a la enseñanza profesional y a sus especialidades, lo indicado es que vayan a la Universidad, institución que, por todos los conceptos, deben ser independientes. Esto también lo dijo en el Boletín de la extinta Secretaría de Instrucción Pública, no el C. Palavicini, sino el C. Carranza. El resultado de este deslinde,- y a propósito de todo debo de referir

a ustedes a más bien dicho, a los señores que crean que en este debate hay algo de personalismo, que don Andrés Osuna se encontraba entonces, cuando se hizo esta ley, en los Estados Unidos y que don José Macías se encontraba muy cerca del entonces Primer Jefe del Ejército Constitucionalista; que casi casi una palabra de Macías hubiese bastado para que las cosas quedasen como hoy quieren algunos señores estudiantes, pero entonces don Natividad Macías no era Rector de la Universidad, los estudiantes estaban muy alejados del Constitucionalismo y no podía gritar: "¡Muera Macías! -,los resultados del deslinde que en materia de educación ha hecho el Gobierno preconstitucional aún no se han visto, pero el pueblo mexicano esperó con paciencia años y años de fracaso; hoy hay quienes no quieren esperar siquiera sea un poco para ver el resultado de este deslinde.

Estad seguros, señores diputados , que en ningún ramo de la administración pública cuesta tanto trabajo hacer una innovación como en el ramo de la enseñanza. Básteme citar a ustedes el hecho de que cuando en las escuelas primarias se estableció la enseñanza de la gimnasia, muchos padres de familia protestaron porque sus hijos acababan los zapatos con los ejercicios. En la Escuela Preparatoria, al otro día de que el gobierno trataba de llevar a cabo los proyectos que había laborado en Veracruz, los padres de familia y los antiguos maestros se confabularon y sirviéndose de los preparatorianos como instrumento, comenzaron a hacer una política sorda de oposición al Gobierno. Como ejemplos puedo citar a ustedes muchos, pero básteme dos huelgas: la primera originada porque el Gobierno Revolucionario se opuso terminantemente a conocer los llamados días santos, a conocer esa semana fatídica que en nuestro medio no es más que un símbolo tradicional de fanatismo; y los estudiantes no estuvieron conformes y en medio de un escándalo que más que de estudiantes parecía de salvajes, abandonaron las aulas preparatorianas. ( Siseos en la galería ). Para honra del C. Carranza diré que él se opuso enérgicamente a conceder esos días, mientras que el señor Palavicini se inclinaba a que se concediesen. Pero todavía allí está la última huelga del mes de septiembre...

El C. García Eliseo, interrumpiendo: ¡Pruebas!

El C. Rivera José: No las hay.

El C. García Eliseo: Entonces no es verdad.

El C. Rivera José: La huelga verificada el mes pasado fué originada por lo siguiente: el Gobierno pensó que los alumnos tomasen parte en las fiestas patrias y pensó también que los alumnos gozasen de vacaciones que en esos días se les conceden; pero deseando contar con ellos los ensayos y pensando que la ley no fija fecha para que esas vacaciones comiencen, acordó que principiasen en el 17 de Septiembre, es decir, un día después de las fiestas patrias. Los estudiantes no estuvieron conformes y entre gritos, mueras y sombrerazos abandonaron las aulas; dejo a vosotros los comentarios. La Escuela Nacional Preparatoria ha estado haciendo en esta época la misma labor de obstrucción que hizo de Escuelas Nacional de Leyes en la época del Presidente Madero, ( siseos de las galerías ) y hoy, como entonces, no falta quien los fustigue.

Señores diputados, ya veréis que pronto surgirá la Escuela Preparatoria Libre y ya veréis allí a Madero de catedrático y a Pedro Ojeda impartiendo la clase de ejercicios militares. ( Risas y aplausos ).

Yo no sé hasta qué punto podamos dar ingerencia a los estudiantes en cuestiones de organización escolar, porque mañana, ¿a quién exigimos responsabilidades? ¿a ellos o a las autoridades escolares?

A esta H. Cámara han enviado los alumnos preparatorianos un memorial en el que, con todo aire dogmático, exponen sus opiniones acerca del estado actual de la Preparatoria, pero no os dicen, porque quizá ni lo adivinan, que el enemigo de la Preparatoria está precisamente con ellos. En efecto, señores diputados, el Gobierno por circunstancias especiales no ha podido echar limpia, como se dice en términos escolares, en el profesorado, y la mayor parte de éste está formado por elementos de los regímenes pasados. En prueba de mi aserto, ya que el compañero García Eliseo quiere datos, voy a permitirme leer esta clasificación del profesorado de la Escuela Nacional Preparatoria, atendiendo a su preparación profesional:

Se encuentran catorce médicos, diez abogados, veintidós ingenieros, veinticinco profesores, con estudios preparatorios y profesionales; siete con estudios en universidades extranjeras y profesores normalistas catorce.

Ya veis, señores, que la mayoría son profesionistas; estos maestros ven que sus puestos peligran ante su ineptitud y no cesan de oponer un tenaz resistencia a las más insignificantes disposiciones de la Dirección General de Educación Primaria; ven que están próximos a dejar los puestos y por eso luchan con toda tenacidad por irse allá a la universidad donde está la flor y nata de los reaccionarios intelectuales. En contraposición con lo que acabo de asentar, debo citar a ustedes el Internado Nacional, que es también una Escuela Preparatoria. Recién entrado el gobierno preconstitucional a la capital de la República, abrió las puertas de esta Escuela, nombró un profesorado lo más homogéneo posible, modificó del primero al último detalle, y esa Escuela Preparatoria camina, pudiéramos decir, admirablemente; todavía más y para honra de la Revolución, quizá como plantel educativo pudiera hacerle competencia a algunos planteles extranjeros de la misma índole. No dejaré de referir a ustedes, señores diputados, que el C. Carranza ve con mucho cariño al Internado Nacional; que cuando sus labores se lo permiten, abandona su papel de estadista, transformándose en un humilde maestro de escuela y va a inspeccionar la marcha de este plantel. Alejar a la Preparatoria de la Escuela Primaria, es acercarnos más y más al pasado, y si justo es que los pueblos conserven sus leyendas y tradiciones, no es, no puede serlo, porque sería ir al suicidio el que de sus errores hagan una reliquia.

Algunas personas censuran exageradamente el que tomemos ciertas cosas del extranjero. Yo no sé por qué esos señores hacen uso del teléfono y del ferrocarril, inventos exclusivamente extranjeros; yo no sé por qué esos nacionalistas "pure sang" no inventan otros medios de comunicación netamente nacionales. No, señores, creo yo que no hay que ser, que no hay que fijarnos en nimiedades, dejémonos

de detalles y hagamos experiencia en cabeza ajena. (Campanilla.)

El C. Secretario Aranda, interrumpiendo: Habiendo transcurrido la media hora reglamentaria, se pregunta a la Asamblea si continúa el orador. (Voces: ¡Sí, sí!) Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Continúa el orador.

El C. Rivera, continuando: Si en los Estados Unidos, si en Inglaterra, si en Francia, si en Alemania la escuela secundaria es el coronamiento de la escuela primaria; si ella viene a complementar los conocimientos que la escuela primaria imparte al alumno, ¿por qué vamos a colocar a ésta en un sitio y vamos a relegar a la otra en otro sito? ¿Por qué no unidas en fraternal consorcio, por qué no unidas íntimamente? Respetemos, pues, señores diputados, la obra de la Revolución; dejemos a la Escuela Preparatoria dependiendo de la Dirección General de Educación Pública, como de un año a esta parte allí ha estado y esperamos frutos en abundancia.

En obvio de tiempo quiero rebatir algunas argumentaciones que he escuchado por allí. Algunas personas dicen. ¿Qué importa que la Escuela Preparatoria vaya a la Universidad Nacional si eso es cuestión de organización? Señores, si aceptamos este criterio, bien pudiera ponerse a esta Escuela en la Secretaría de Comercio o en la de Fomento, donde los ilustrados criterios de los señores Pani y Rouaix atenderían a reorganizarla; pero por reorganización no ha quedado la Preparatoria. Sobre la palabrería se imponen los hechos, se han cambiado multitud de planes de estudio es esta Escuela, se han aumentado los años de estudio, se han disminuido, se ha adoptado el sistema de semestres, se han cambiado libros de texto, se han cambiado profesores y se han gastado fabulosas sumas de dinero con un resultado siempre nulo. No, el fracaso de la Preparatoria no es cuestión de organización únicamente, el fracaso de la Preparatoria tiene causas más hondas, se debe a motivos más poderosos, se debe a un gran abismo que siempre ha existido entre la Escuela Primaria y la Escuela Preparatoria, a una transición muy brusca para los alumnos al pasar de la Escuela Primaria a la Escuela Preparatoria; por lo tanto, necesitamos graduarles ese paso; pero esa graduación no se conseguirá, no se logrará si no hay unidad de criterio, si no depende de una misma dirección, es decir, de la Dirección General de Educación Pública.

Nuestro grande y muy buen amigo, el señor licenciado Urueta decía, me hablaba con verdadero entusiasmo, con verdadera veneración de la Escuela Nacional Preparatoria como institución liberal; ni ápice tuvimos de discrepancia; pero sí puedo asegurar a ustedes, señores diputados, que el señor licenciado Urueta, cansado ya más por las decepciones que por los años, no puede, no debe tener las energías ni la fuerza vital de mi alma, energía y fuerza, que son la vida; mal puede venerar a esta Escuela a la que admiro como emblema del Partido Liberal y precisamente porque la quiero, porque la venero como el señor Urueta, deseo para ella que resplandezca en toda su amplitud, que se ponga al alcance del pueblo, que corresponda a ella el triunfo de la Patria Mexicana; precisamente por que la venero como el Señor Urueta, no quiero que vaya allá al claustro universitario; donde no puede entrar el pueblo, porque en el frontispicio está inscripta esta sentencia: "Aquí no entra quien no venga a estudiar una profesión." (Aplausos.)

Los señores universitarios dicen: "Tenemos a la Escuela Preparatoria porque a la deficiencia de los alumnos que de allá nos vienen se debe el fracaso de la Universidad, señores porque también es un fracaso, se debe a otras causas: se debe a la mala fe de muchos, al poco escrúpulo de muchos ineptos que hay allí y que no obstante su ineptitud continuaran tan tranquilos en sus puestos y tan serenos, como una mañana del mes de abril, se debe a la oposición de algunos profesionistas que ponen una gran cantidad de obstáculos a la juventud estudiosa.

Si no fuera por algunas escuelas Universitarias, como la escuela de Medicina, la Escuela de Jurisprudencia, la Escuela de Minería, que a fuerza de los años caminan, pudiéramos decir, automáticamente, la Universidad, señores sería un desierto, una sementera desierta en la que pasease su figura trágica el actual Rector de ella; pero debido a estas instituciones beneméritas, nuestra Universidad alienta aún vida y esperanza, y aguarda pacientemente mejores días y a otros hombres.

Termino, señores diputados, esperando que daréis vuestro voto reprobatorio a la parte relativa del dictamen. No olvidéis que la palabrería que os traiga la parte contraria , está echada por tierra con años y años de fracasos; dejémonos de vanidades, sacudamos el yugo mas oprobioso, que es el yugo del pasado; no hagamos caso de simple retórica, de filosofía barata, y pensemos, antes que todo y sobre todo, en el pueblo. Yo me retiro de esta tribuna recordando a Victor Hugo cuando decía: "Mientras no se ha hecho lo posible, no se ha cumplido con el deber." (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Cravioto para rectificar hechos. (Voces: ¡Después, después!)

El C. Cravioto: Señores diputados: No vengo a usar la conocida martingala parlamentaria de pedir la palabra para rectificar hechos y, en realidad, usurpar un lugar que no me corresponda en la inscripción del debate; yo estoy inscripto en la lista de oradores del pro, y por desgracia, mi lugar está demasiado lejano; pero como el señor Rivera acaba de hacer alusión a un decreto del ciudadano Primer Jefe, expedido en Veracruz, en que se fija la situación de la Escuela Preparatoria, y como en ese decreto yo tuve una parte muy directa, creo que es de importancia, para ilustrar a la Asamblea, rectificar este hecho. Tanto al señor ingeniero Palavicini como a mí, nos ha hecho la imputación gratuita e infundada el estimable compañero Rivera, de ser inconsecuentes con nuestras ideas, puesto que, estando al frente de la Secretaría de Instrucción Pública, nosotros expusimos ante el señor Carranza, y fue aprobada, la distribución de los ramos de la Secretaría, conforme a las distintas dependencias a que se refirió el señor Rivera. Yo voy a dar el motivo, que con absoluta seguridad desconoce el señor Rivera, pues de otro modo no nos hubiera hecho esta imputación calumniosa.

Todos vosotros sabéis que el núcleo de la política de enseñanza superior desarrollada por el señor

Palavicini y del que me yo hice solidario, consistió en hacer desaparecer la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes por ser una institución que estaba en completa pugna con nuestro sistema federal, y que la segunda parte importante de esta política, en lo que se refiere a la enseñanza superior, era procurar la mayor libertad posible de la Universidad Nacional.

Esto es lo que informa el decreto expedido por el C. Carranza en Veracruz. El señor Palavicini, con su aprobación del señor Carranza, trataba de que la Universidad Nacional, en un futuro más o menos próximo, fuera autónoma hasta donde lo permitieran los circunstancias; se trataba de resolver la parte económica en aquel entonces, dándole simplemente a la Universidad Nacional una subvención que bastara para sostener sus necesidades materiales, y que, en cambio, sosteniendo que la enseñanza profesional gratuita no es realmente una obligación del Estado, puesto que constituye un privilegio, y está fuera de la obligación del Estado para difundir la Educación popular; se pensó que los estudiantes que desearan hacer carreras profesionales, pagasen su enseñanza, como se acostumbra en otros países. Había, por lo tanto, el grave obstáculo de la falta de costumbre para pagar esta clase de estudios, de la falta de recursos de la Universidad Nacional, y se temió que, adoptando este sistema radical, la Universidad de hecho quedaría suprimida por falta de alumnos; entonces pensamos nosotros reducir al mínimo las instituciones que deben depender de la Universidad Nacional, y por esa razón se segregó la Preparatoria, para ponerla en la Dirección de Educación Pública. Creo que esta sola explicación basta para que el señor Rivera comprenda que no hay contradicción entre nuestra situación de ahora y nuestra situación de entonces, puesto que ahora no se trata de hacer independiente a la Universidad, tesis que también hemos venido sosteniendo; se trata simplemente de organizar un departamento administrativo, en que el Estado va a seguir pagando.

La Escuela Preparatoria, como lo demostraré más tarde, cuando entre en el debate de lleno, es una de las escuelas más caras del mundo; era verdaderamente imposible que, sin la ayuda del Gobierno Federal, esta institución benemérita, a pesar de los ataques que se le hacen, pudiera subsistir por la paga de los alumnos. Creo que con esto basta y de los demás detalles me ocuparé cuando venga a hablar en pro.

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Higareda.

El C. Higareda: permitidme, señores diputados, una digresión sucinta que me sirva de promedio a la vez que de base al hablar en pro del inciso que está a debate. La educación, que ha hecho de los países que forman la Escandinavia quizá los más felices y prósperos del Universo, y de Alemania y el Japón, imperios fuertes, en México sólo ha sido una especie de manto desgarrado, del que muchos pedagógicos han pretendido arrancar cada cual su franja; todo esto por falta de una organización educativa o unidad armónica que obedezca a métodos firmes, completos y sabiamente integrados, falta que se deja sentir de manera principal hoy día en que abundan los pedagógicos cursis, pero no los educadores, que siguen siendo raros. (Aplausos.) Y ustedes comprenderán, ciudadanos representantes, la diferencia que existe entre la pedagogía y la educación; la primera es, según Compayre, por decirlo así la teoría de la educación, mientras que la secundaria es la práctica del la Pedagogía. De acuerdo con estas ideas, basadas en la ciencia experimental, claro es que en México lo que se necesita es una entidad educativa organizada y un cuerpo docente de maestros dignos, hábiles y prácticos en la enseñanza de la niñez y de la juventud.....

El C. Saucedo Salvador, interrumpiendo: ¡Como Higareda!

El C. Padilla: ¡Tráelos de Escandinavia!

El C. Higareda, continuando: En la Historia Natural, publicada bajo la dirección del sabio doctor don Juan Villanueva y Piera, se lee, poco más o menos, esto: para el escandinavo el primer título social es el maestro y la casa más respetada la escuela y el museo; para el escandinavo, que siente un infinito amor a las luces, el secreto de todos sus progresos consiste principalmente en el respeto que tiene al maestro y en el respeto que tiene a la escuela. Aquí en México, ¿Cuál respeto le tenemos a la escuela? Hacemos del maestro un individuo de segunda clase, un individuo que no lo respetamos para nada. ¿Cómo queremos formar una organización educativa?

El C. Fernández Martínez, interrumpiendo: Que lo diga Alcocer.

El C. Higareda, continuando: Los vicios en esos lugares han sido duramente perseguidos hasta extinguirlos casi por completo; la embriaguez es desconocida y allí el matrimonio es una cosa tan sagrada, que la mujer es objeto de las más deliciosas atenciones.(Risas.)

Pensemos seriamente en una educación así, adaptable naturalmente al medio social en que vivimos no pretendiendo por ahora desgarrar más la que tenemos con esa especie de estira y afloja de don Fulano y don Mengano. (Voces: ¡Nombres, nombres!) Lo que se pretende hoy, es quitar a la Universidad su Escuela Nacional Preparatoria que, como su nombre lo indica, está preparando para una profesión. Alegan los ciudadanos que firman el voto particular, lo que se desea es que se haga una escuela secundaria, que sea una escuela secundaria que prepare para la vida práctica; pero señores, es que los que firman el voto particular se fijan en las escuelas que existen en los Estados Unidos. Esas son muy distintas a las nuestras. En Estados Unidos existen las escuelas secundarias preparatorias, dije antes, de carácter universitario, donde se estudia una carrera ligera, en esas escuelas se estudia para electricista, para mecánico, para ingeniero agrónomo y arquitectos prácticos, pero en México no existen aún esas escuelas, en México hay que fundarlas para hacer naturalmente más adaptable al alumno a la vida práctica. No, señores, en ningún país del mundo los estudios de índole universitaria están desligados de la Universidad. Formemos, si se quiere, esa Escuela, pero no pretendamos quitar a la Universidad lo que lógicamente le pertenece: la Escuela Nacional Preparatoria

y sus institutos, que son de la ciencia los laboratorios experimentales.

Hay un error en creer, Señores diputados, en que la Escuela Nacional Preparatoria únicamente prepara para una profesión; no, señores, el principal objeto que se propuso el sabio filósofo don Gabino Barreda fue también el que se prepararan los alumnos para la vida práctica. ¿Qué culpa tiene la Escuela Nacional Preparatoria de que se le hayan quitado algunas materias como la taquigrafía, la teneduría de libros y un año de alemán? Por lo que acabo de decir, se ve claramente que las tendencias posteriores han tendido a hacerla de carácter exclusivamente universitario; si se desea hacer escuela secundaria, si se pretende hacerla dependencia del Gobierno del Distrito, indudablemente que tendremos que adaptarle un método de estudios puramente secundarios y de esta manera le quitaremos, por innecesarias, muchas otras materias que preparan a los alumnos para una carrera profesional. Se dice, además, en el voto precitado, que lo que se quiere es que la Escuela Nacional Preparatoria no siga siendo la preparatoria de inteligencias como las de García Naranjo, Moheno y otros; respecto de esta apreciación, yo les manifiesto a esos señores que firman este voto particular, que de allí, de esa escuela también han salido gran número de hombres amantes de la libertad y del progreso de su Patria, no siendo culpa de un establecimiento educativo la idiosincrasia y las tendencias individuales.

Las palabras del doctor Le Bon, que citan los señores Esquivel y Rivera, no deben estimarse propias "de este caso, toda vez que a través de esas frases lo que se transparenta es un deseo especulativo cubierto con el pavón y brillo de un deso universitario. Nosotros no queremos hacerlo por ahora todo Universidades, lo que pedimos únicamente es que no se le quite a la Universidad sus institutos y esa Escuela que justamente le pertenece. (Voces: ¡Pruebas, pruebas!)

Pido, por lo expuesto, señores diputados, que apoyéis esta parte del dictamen, como es justo. (¡Voces: ¡No, no: sí, sí!) Sí, señores, (siseos y voces: ¡No, no; sí, sí!) (campanilla) se le quiere quitar a la Universidad su Escuela Preparatoria únicamente con el exclusivo objeto de hacerla depender del Gobierno del Distrito. (Murmullos.) El fracaso, señor diputado Rivera, consiste precisamente en que no existe ese cuerpo organizado, no en que la Preparatoria esté aquí o allá; consiste precisamente en que no hay ese cuerpo docente de maestros hábiles, no crea usted que consiste en otra cosa; pero quitarle a la Universidad la Escuela Nacional Preparatoria, es insensato, (risas, murmullos y siseos) no puede ser; si son estudios de índole universitaria. (Murmullos; campanilla.) Preciso es, señores diputados, que veamos todas estas cosas con mucha seriedad. Los siseos yo creo que no significan más que la inconsciencia de los que no saben. (Aplausos de las galerías. Siseos y risas.) Preciso es, señores diputados, que amemos de veras a la Patria procurando arrojar ya, pero sobre una tierra firme, esos basamentos que formen un bello y sólido edificio que se alce al porvenir, sagrado para el odio e inaccesible para el desengaño, como dijera Rodó. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Cienfuegos.

El C. Cienfuegos y Camus: Palabras, palabras y palabras. Aún no asoma la razón. He sentido la frase de mi colega que me antecedió en la palabra por lo duro en su increpación y por lo insubstancial en su razonamiento. Dice Gustavo Le Bon, para que más cuadre al compañero Higareda y de Gustavo Le Bon que representa el más intenso razonamiento acerca de la educación, que critica la educación, que me critica la educación francesa, que de seguro se impregna en nuestro medio con más intensidad que cualquiera otra corriente, que antes de buscar el remedio de nuestros defectos en esta materia, pretendemos rebuscar y revolucionar no los sistemas, no los métodos, sino los programas de estudio; el remedio debe encontrarse, como él mismo aconseja y como todos vosotros lo entendéis, en la innovación del método y esto es lo que no cuadra a los universitarios. La Escuela Preparatoria no puede formar parte o no debe formar parte tal como está organizada, de la Universidad, señores diputados, por varias razones; razones de orden social. En primer término debemos buscar que la Escuela Nacional Preparatoria, la que sigue inmediatamente a los estudios primarios, corresponda debidamente a los que ministra la escuela, la escuela elemental, y no se encuentra este punto de contacto que buscamos los que nos dedicamos a la educación, ni encontramos en la Escuela Nacional Preparatoria ese fin para el que, según dicen los universitarios, ha sido creada, para el de formar profesionistas o el de preparar a los que van a ingresar a las escuelas profesionales. (Siseos.) En verdad, señores, la Escuela Nacional Preparatoria, como opina en lo particular Cravioto - hasta ahora no he tenido el gusto de oírlo en esta tribuna -, está puede estar dentro de la Universidad, pero no puede estarlo, y eso es lo que nosotros deseamos, fuera de la Universidad, porque preparando para las profesiones, preparando para iniciar las carreras ya de jurisprudencia, de medicina, etc., debe estar incluida dentro de un plan que satisfaga las intenciones de aquellos institutos.

Pero, señores, la Escuela Nacional Preparatoria ha sido una institución popular, por más que en su origen - y esta no es una censura que hago al eminente Barreda -, fuera un tanto deleznable; él creyó que llenando el requisito de preparar exclusivamente para ser abogados, para hacer estudiantes que ingresaran a tal o cual carrera profesional, satisfacía de manera plena todos los deseos de la sociedad, y todos vemos cómo el nivel social, cómo nuestro pueblo está deseoso de un mejoramiento que pueda elaborarse en una escuela, que pueda obtenerse en una escuela y que cuando los pobres, cuando el proletario se sienta con valor para lanzar a su hijo por el sendero de la educación superior, no se encuentre sino con la amenaza de que este su hijo pueda venir mañana fracasado de esta escuela, más inútil, más incapacitado que antes para la vida. Necesitamos una escuela - y la Escuela Preparatoria debe serlo -, que enaltezca al individuo, ya moralmente, ya civilmente, de nuestra sociedad. La clase media es la que ha pasado por

esa escuela en verdad, de allí ha surgido, de allí ha nacido, pero fatalmente han sido tan reducida, es tan reducida, que todavía no puede ponerse como el tipo de nuestra clase social general. Encontramos en todas partes, acaso en este centro, en la capital de la República, encontramos a los hombres que más se diferencian del pueblo natural de nuestro país; de manera que no ha llenado satisfactoriamente esta necesidad social: hacer hombres para la vida, hombres que salgan de las aulas para activar todas las formas de la actividad humana, para trabajar, para laborar dentro de todos los ideales y del mejoramiento de la sociedad. Las razones de orden sociológico que estoy exponiendo pueden hacer surgir desde luego una separación entre la actual Escuela Preparatoria en dos formas: una que satisfaga el ideal para que fue creada, y otra que satisfaga el ideal constante, el ideal eterno de la sociedad; pero desde luego hemos de preferir, antes que a los profesionistas que salen de la escuela y que probablemente ya bastan en el país, hemos de procurar que nuestros esfuerzos se dirijan a ir levantando, lo más generalmente posible, el nivel de nuestro pueblo, el nivel de nuestras diversas clases sociales. Por otra parte, ya se ha dicho aquí que la única aristocracia que debe admitirse es la aristocracia de la sabiduría, de la ciencia. Pues bien, que se aristocratice el conocimiento en la Universidad; pero dejémosle al pueblo una escuela llena de sus ideales democráticos. Que vayan a la Escuela Nacional Preparatoria hombres que no salgan mañana con el galardón de un título, porque ese título en nuestro medio satisface determinadas condiciones que no favorecen en mucho seguramente al pueblo en lo general; que vayan allí hombres que se preparen para los diversos ejercicios de la vida así encontraremos la facilidad de estimular nuestras industrias y el progreso seguirá dentro de esta tendencia, dentro de esta práctica, en la Escuela.

Por otra parte, señores, las escuelas que tiene el contagio o el acercamiento de la Universidad, como lo han dicho los defensores de la libertad de la educación, o digo, de la Universidad, aquí van depositándose, como se dijéramos, en una especie de almacén, los sabios, los que cultivan la ciencia en alguna o en varias de sus ramas; aquí especulan paulatinamente, descubriendo y poniéndose en contacto con el conocimiento humano hasta el último momento de su desarrollo, pero ¿qué beneficio le viene al pueblo de esos pensamientos? ¿beneficio inmediato? ¿En qué forma estimulan esos pensadores, metidos, encerrados en su torre de cristal, donde nadie puede perturbarlos en su marcha progresiva por el camino de la investigación? Absolutamente ninguna utilidad. El pueblo necesita, no de hombres sabios, necesita, más que de hombres sabios, de apóstoles que le enseñen la actividad y el trabajo.

La educación Pública ha hecho, en cierto modo, que la educación cívica de nuestra colectividad, de nuestra sociedad, sea deficiente, y así es como tenemos en las escuelas universitarias estudiantes que de todo pueden darnos cuenta, que de todo pueden saber, que de todo pueden apreciar acaso, menos, muchos menos de lo que significan sus derechos y lo que significan también sus obligaciones para con la sociedad en que están viviendo. Ya vemos frecuentemente cómo los estudiantes sirven de corifeos (siseos de las galerías), para las ideas perversas. Cómo los estudiantes.... (siseos.) No me importan los siseos. Cuando se dice la verdad no se teme a las víboras que gritan así. (Aplausos.) Los estudiantes en nuestro medio social - y yo he sido estudiante, mal que les pese a los que me sisean -, han servido durante muchos años, no de otra cosa, sino de corifeos de esas ideas disolventes en las cuales se sustentas los principios de la reacción. (Siseos de las galerías.) ¿Por qué? No por ellos mismos, pues ellos son los menos capacitados para comprender su labor, ellos son los más inconscientes y por inconsciente no se peca, no saben lo que hacen; pero es verdad que cuando se trató de implantar en la Escuela de Jurisprudencia, por ejemplo, un plan de trabajo y actividad, entonces los León de la Barra, los Macedo y otros que estaban allí como catedráticos de esas instituciones, empezaron a mover sus intrigas bien acostumbradas para los que estaban bien preparados, que habían acostumbrado durante tanto años y lograron que la masa, que el total de los estudiantes de la Escuela de Jurisprudencia no fuera otra cosa que los que gritaran por las calles mueras a Madero y mueras seguramente a las libertades públicas y entonces esos fueron a formar una Escuela de Derecho, que llamaron Escuela Libre, sostenida precisamente por los individuos que estaban frente a frente de las instituciones democráticas que por entonces surgían. Vino esa Escuela Libre, ¿y qué pasó? ¿Qué hicieron esos señores? no hicieron absolutamente nada que valiera la pena, pues en realidad no había esa libertad que implica la institución; era una guarida de políticos llenos de toda la mezquinidad, llenos de toda la pasión de que eran capaces, que estaban moviendo por todas partes todos los medios, todos los recursos para echar por tierra el régimen del apóstol Madero, y decir el régimen del apóstol Madero, es decir de todos los regímenes que vienen a ser el resultado de un movimiento social que modifica mediante la Revolución las instituciones mismas del Gobierno, y que moraliza estas mismas instituciones. De allí venimos nosotros, de allí surgimos en un movimiento que ahora queremos emancipar al Estado que surge de él, de todos los peligros. No fue posible darle la libertad que pedía la Universidad; no es posible darla, en nuestro medio es imposible.

Mejorémonos un poco y entonces sí concedamos la libertad para todas las cosas; pero cuando tengamos pensadores que no están imbuidos del pensamiento liberal, de las ideas liberales, no es posible que les entreguemos el porvenir, cuando estamos seguros de que ese porvenir va a caer por tierra.

Los estudiantes, señores, como fatalmente, y aquí es obra de individuos, nada me importan, ni el Director de la Educación del Distrito Federal, lejos estoy de pretender juzgarlo, me interesa bien poco; lejos está también el señor licenciado Macías, no sólo no me interesa, sino que me da una poca de repugnancia: pero, digo, lejos están estos individuos al frente de las instituciones; no serán allí eternos, no es ese el punto de vista desde el cual me dirijo a vosotros; ellos son cosa perfectamente bien secundaria; ellos son pasajeros por estas instituciones delicadísimas; hasta ahora ninguno de los dos ha iniciado una labor factible; hasta ahora

no se ve ni en el uno ni en el otro - y ya digo que me interesan poco -, ninguna labor que mejore el estado social en que vivimos; el uno y el otro son trascendentales, pero todavía no entienden esos señores cuál es la trascendencia de ese puesto; la cuestión está en el fondo más arraigada; el Gobierno, en un medio como el nuestro, todavía ha de poner su sello en esa institución, sobre todo, un partido liberal triunfante, que así que se convierte en Gobierno , no debe hacer otra cosa sino implantar sus ideas, aun dentro de las instituciones educativas, porque de otro modo nos iremos bien hacia el futuro que se persigue en esas mismas instituciones. Un gobierno liberal debe hacer liberal todo aquello que le rodea y constituirse, sobre todo, reparo, en nuestro medio donde todavía no cabe la libertad de educación. Por eso, en la escuela primaria, por eso en las escuelas de toda índole prohibimos la prédica de los sacerdotes, la educación sobre religión, ¿por qué, dirán los partidarios irreflexivos, que desconocen nuestro medio social, supuesto que la libertad es ante todo, y que no hay medio al que deba impedirse la libertad? Los Políticos sí lo entienden, los que estudian y saben un poco o mucho de sociología, sí entienden cuál sería el peligro de que en un medio, no de salvajes, porque el nuestro no es de salvaje precisamente, pero en un medio que está un tanto atrasado por las dictaduras pasadas, que perjudicaron su juventud desde la niñez, allí no puede haber la amplitud de libertad que se desea, porque sencillamente nos encaminaríamos francamente hacia el fracaso. Las ideas nuevas son sustentadas por la minoría; así vemos, nos encontramos en la historia del conocimiento como Voltaire, como el mismo Cristo, que constituían una minoría de hombres que habían aceptado y que profesaban de hechos sus ideas, iban, sin embargo, a enfrentarse a una mayoría que sustentaba ideas opuestas, y, sin embargo, ya vemos que Cristo se enfrentó a Roma y a Judea y venció sobre todos los obstáculos. Pudiera ser, señores, que los hombres representativos en nuestro estado, que surge de un movimiento que tanto ha costado de sangre a buestro pueblo, constituya, a pesar de todo, a pesar de la cantidad, la enorme cantidad de nuestro ejército relativamente al ejército que sustentará al Estado, pueda constituir sin embargo, digo, una minoría que sostiene las ideas nuevas enfrente a los hombres que se constituyen en los más avanzados, en los más sabios que han salido de la Universidad y que se oponen y que se opondrán siempre, fatalmente, a todas nuestras ideas. Y pues hemos de enfretarnos ya en una, ya en otra forma a esta manera, a estas ideas que aquellos profesan y que resultan seguramente nocivas a nuestras instituciones; el Estado, el Gobierno debe impregnarlas de sus tendencias nuevas, hasta dejarlas a salvo de todas las intrigas, hasta dejarlas a salvo de todas las maquinaciones de sus perversos enemigos.

Ya veis que desde el punto de vista político conviene al Estado tener cerca de sí, si este Estado, si este Gobierno es un Gobierno como el nuestro, el que viene representando todas las luchas y todos los sacrificios por la libertad, entonces este Gobierno, digo, debe imprimir su sello su libertad en sus instituciones, pero deben estar dependientes a él, porque primero es preciso que les enseñe la libertad. Necesitamos hacer una revolución cívica, en nuestro medio actual nadie se da cuenta de nada. Una minoría que camina al frente de las multitudes, es la única que acaso sabe de todo un poco de todo; pero las multitudes incipientes, las multitudes que han permanecido en el más atrás de los abandonos, éstas no hacen otra cosa que seguir por intuición a sus caudillos, para perseguir algo que se parece a la libertad. Pues hagamos una labor que eduque al pueblo, que arroje por todas partes la simiente de la ciencia, del conocimiento, del conocimiento de la libertad, y entonces habremos cumplido con nuestro deber.

La Escuela Preparatoria debe estar cerca del pueblo, a esa escuela deben ir los hombres del pueblo para que se preparen para la lucha por la vida, Hasta ahora todos los estudiantes que salen de esa escuela y que por cualquiera circunstancia no pueden continuar su educación profesional, son los más incapacitados para la lucha, no sirven ni siquiera para vender periódicos en las calles (siseos y aplausos), reciben una educación tan teórica, que cuando salen de las aulas se encuentra con obstáculos que no pueden vencer, y entonces ni les sirven a su familia, ni les sirven a la sociedad, ni mucho menos a su Patria, porque no saben nada de lo que significa la Patria. Yo no he visto en los últimos momentos de mi Patria, que los estudiantes, que esa turba ansiosa, llena de buenas intenciones, llena de ideales, haya venido en auxilio de los ideales libertarios. Acaso una escuela, una escuela bien olvidada, llevó contingente a la Revolución en los momentos de peligro. Sólo una escuela de la capital, aquella escuela a donde van los miserables, aquella escuela a donde van los que no tienen pan, como si dijéramos los huérfanos, los olvidados de la sociedad, sólo de la Escuela Normal para Maestros surgieron muchos muchachos, muchos jóvenes ansiosos de ir a coger con sus manos la bandera de las libertades y a verter su sangre en el campo de batalla. En las demás escuelas, ¡qué saben de Revolución!, lo dicen ellos mismos: "En estas escuelas no vamos a preparar revoluciones, aquí no entendemos de revoluciones." Muchos de vosotros lo oísteis cuando el sabio don Antonio Caso viniera a predicar al salón verde, muchos estudiantes de aquellos, preparados por el sabio Caso, decían también: en la Escuela de Jurisprudencia en la Escuela Preparatoria, en la Escuela de Medicina no viene a prepararse para revolucionarios, allí vienen a aprender jurisprudencia, allí vienen aprender medicina, allí vienen a aprender las varias facultades para las cuales se preparan. Aquí no entran las ideas libertarias. Esto es verdad. Yo no quise contestar aquellas palabras escandalosamente......

El C. Siurob, interrumpiendo: ¡Faltas de civismo!

El C. Cienfuegos, continuando: ..... lastimantes, asombrosamente ignorantes, también, de lo que significa la juventud que ellos integran. Ellos no saben ni lo que es la juventud; ellos no saben hacia dónde deben ir la juventud; ellos ignoran completamente que los pueblos esperan y siguen esperando todavía de la juventud estudiosa.

Aquí nos vino a decir el señor Higareda, de Rodó. Precisamente Rodó enseña a la juventud a ser libre y a procurarse la libertad; ¡pero la juventud qué sabe de Rodó! ¡qué entiende de libertad! Pues enseñémosle, ella es buena, ella es un campo fecundo sobre el cual podemos arrojar la simiente de la libertad y puede fecundar y puede dar fruto opimo. Vayamos a cultivarla, es preciso cultivarla, porque ella vendrá en mucho la verdadera libertad de nuestro pueblo.

Pero Ahora, señores, es preciso que las instituciones de educación estén dependiendo del Gobierno liberal. Mañana que vengan los conservadores, y si estoy aquí, yo diré lo contrario, porque entonces le quitaría la facultad al Gobierno conservador para que implante su sello, para que imprima su sello, a las instituciones educativas; pero ahora, cuando tenemos un Gobierno liberal que emana de una revolución y que pretende - y que si no lo pretende debe pretenderlo -, modificar todas sus leyes y sus instituciones, entonces, señores, que dependan las escuelas del Gobierno. Ninguno está como él capacitado, y ninguno tiene la obligación como él para fomentarlas y para procurar su desenvolvimiento. Todo lo demás que pueda decirse sobre este particular, sobraría. El debate debe encerrarse en la conveniencia que tiene el gobierno para con las escuelas, y recíprocamente. Que haya una escuela secundaria, o mejor dicho, una verdadera preparatoria para las profesiones; debe haberla; pero o se hacen dos programas dentro de una misma escuela, o tenemos que hacer dos escuelas distintas: una que complete los conocimientos que recibe, que recoge, que adquiere la juventud, la niñez en las aulas de la escuela primaria, y otra que prepare a esta misma juventud, para los que puedan continuar alguna profesión. Espero que el señor Cravioto, que ha pasado muchos meses y muy felices días dentro de la Secretaria de Instrucción Pública, que ya ha fenecido, nos traiga algunas luces, pues tiene el deber, más que nosotros, de haber aprehendido cómo deben hacerse estas cosas. Va indiscutiblemente a hacer a un lado las conveniencias de grupo o las conveniencias políticas con las que él ésta enteramente. (Campanilla.)

El C. Secretario Aranda: Habiendo transcurrido la media hora reglamentaria, se pregunta a la Asamblea si se concede permiso al orador para que continúe en el uso de la palabra. Los que estén a por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se concede.

El C. Cienfuegos y Camus, continuando: Voy a terminar, señores diputados; pero debo hacer constar que todas las ideas que vengo a esgrimir en contra de los incipientes argumentos que yo he tenido el honor de poner en vuestro conocimiento, no serán sino el resultado seguramente de una sana tendencia; unos pensarán que debe ingresar la Escuela Nacional Preparatoria a la Universidad sólo por la vanidad colectiva de los estudiantes, por esos a quienes les interesa bien poco todo, menos aquello que se refleja en ellos como aureola. Nosotros sostenemos que la Escuela Preparatoria, como todas las demás instituciones, deben depender del Gobierno del Distrito o de la Federación en su caso, porque estamos seguros que de no poder ser libres todavía, es preciso que estén bajo la inmediata tutela de los que más pueden favorecerlos. Hay aquí algunos corifeos estudiantiles. A pesar de todo y a pesar del cariño profundo que yo siento por esa juventud (siseos de las galerías), a quien siempre le he dicho la verdad, a pesar de todo, nadie, nadie puede querer mejor que aquel que dice siempre la verdad, aquel que por la virtud del aprecio o del cariño miente, ese no quiere, no es verdad que quiera. Yo he estado por muchos años identificado con esa juventud y encontrará en mí, sin embargo, en esta ocasión y en otras muchas, cuando se trate de corregir esos defectos de que adolece, me encontrará siempre, seguramente, como su enemigo; pero no importa, aquí tienen sus representantes: Aquí está el señor Manrique. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: (Aplausos de las galerías.) Señores compañeros:

El C. Padilla, interrumpiendo: ¿Quiénes, los de abajo o los de arriba?

El C. Manrique, continuando: Los de arriba y los de abajo. Señores compañeros: una clara y evidente muestra de limitación espiritual es la de creer que toda la verdad y toda la razón están simplemente de nuestra parte, lo mismo que la pureza de intención a la nobleza de tendencias. Clara muestra de esto son el compañero Rivera, primero, previniendonos hábil, pero deslealmente en contra de la parte contraria. Todo esto que he dicho, señores, es la más clara expresión de la verdad - dice excathedra -; la parte contraria, señores diputados, sólo ha de traeros aquí una hueca palabrería; ahora el compañero Cienfuegos no toca ya el aspecto intelectual, el aspecto, digo bien, intelectual de la cuestión, el aspecto científico, sino que argumenta análogamente por lo que se refiere, es decir, considera el aspecto moral de la cuestión. Yo os afirmo, os garantizo la pureza de mi intención; en cambio, la parte contraria, señores diputados, obedece a perversas y ruines intenciones. Así afirmaba también excathedra; así hablan quienes a pesar de declararse enemigos de todos los dogmas son, sin embargo, profundamente dogmáticos. No, señores, ni la verdad ni la honradez son patrimonio del compañero Rivera ni del compañero Cienfuegos. (Aplausos de las galerías.) Y yo comienzo por reconocer lealmente a la manera como los caballeros se saludan antes de cruzar sus armas, yo comienzo por reconocer por una parte, competencia intelectual y por otra lealtad y honradez en el compañero Cienfuegos y en el compañero Rivera. Yo no necesito decir en abono de mi causa, que todo lo que afirman los compañeros Rivera y Cienfuegos y posteriormente el doctor Román y el doctor López Lira, ha de ser hueca palabrería y que no ha de tener por móvil una ruin intención. No he dicho aquí, y lo repito, que hay pasiones en juego, pero también podréis decirme, y con razón, que hay pasiones en la parte contraria, las pasiones, señores diputados, escriben la historia de la humanidad; pero es necesario que sobre las pasiones se eleve la clara luz de la razón.

El compañero Rivera, lo mismo que el compañero Cienfuegos, acuden, acaso temiendo que se les derrote en otros órdenes de ideas, a exaltar vuestros

legítimos sentimientos revolucionarios; comenzaron por tratar de demostrarnos que la verdadera piedra de toque para decidir en esta Asamblea de vuestro revolucionarismo ha de ser la resolución que deis a este problema, y os decían: "si vosotros aprobáis el dictamen seréis indudablemente reaccionarios, perfectos reaccionarios; en cambio, si queréis ostentar el noble título de revolucionarios, sí queréis demostrar que amáis a vuestra patria y a vuestra nación, entonces reprobad el dictamen, de lo contrario, la condenación de la Patria y de la historia caería sobre vosotros;" y no, yo creo y lo veréis a la hora de la votación, que muchos revolucionarios cuyos antecedentes ninguno de nosotros había de negar, votarán en favor del dictamen. (Voces: ¡Nombres!) No es ciertamente la piedra de toque para decidir de vuestro revolucionarismo. El Compañero Rivera comenzó por analizar, nos prometió hacer un análisis lógico de la cuestión, estudiando lo que era, lo que había sido y lo que es en la actualidad y lo que debería ser en lo futuro, en su concepto, la Escuela Preparatoria. La verdad es que tal vez por haberse fatigado en la expresión de estas ideas, su análisis resultó incompleto. Insiste el compañero Rivera, y voy a colocarme en el mismo terreno a que él quiere llevarme, en las causas de lo que llama el fracaso de la Preparatoria son de dos índoles. Por una parte dice: hay un factor, y éste es el haberse cometido un error filosófico al querer fundar la pedagogía de la Escuela Preparatoria en las doctrinas positivistas de Augusto Comte: este es, según el compañero Rivera, el primer factor del fracaso de la Preparatoria.

Por supuesto que la llama benemérita escuela Preparatoria después de insistir en que ella consiste un fracaso. Si la escuela Preparatoria sólo ha sido un fracaso, si sólo ha producido como dañados frutos a Lozano, Moheno, Olaguíbel, a Pablo Macedo, ¿por qué llamar benemérita a esa Escuela Preparatoria? ¿Por qué no tener de una vez para todas la firmeza de hacer aceptar la responsabilidad de estas palabras? Si la Escuela Preparatoria sólo a producido fracasos y destripados, hombres nocivos al país, entonces digamos, de una vez para todas: la maldita Escuela Preparatoria. Yo no me explico esta contradicción. ¿Por qué llamarla benemérita? ¿Es qué acaso Lozano, Macedo, Olaguíbel, han sido los frutos únicos de la Preparatoria? ¿Qué no han producido también, al lado de esos hombres nocivos a la patria, a muchos hombres útiles, más o menos modestos, o más o menos eminentes? Seguramente que sí. (Voces: ¡Como vos!) Yo sí estoy de acuerdo, con el compañero Cienfuegos, en que el estudiante que afirmaba que las escuelas no estaban destinadas a preparar a los alumnos para la Revolución; sí se equivocaba; es claro, no está en el programa de la escuela dar una cátedra de revolución; pero sí deben tener las escuelas un papel de educación social; el estudiante debe comprender que por encima de su misión científica, por encima de su misión técnica, tiene una misión social que desempeñar; en esto estoy perfectamente de acuerdo con mis contendientes. Y paso sea dicho, se quiere estudiar la misión social de la preparatoria y se plantea esta pregunta: ¿Ha respondido la Escuela Preparatoria a las esperanzas que la Nación había depositado en ella? Y se fijan, sobre todo quienes así razonan, en la Escuela Nacional Preparatoria del Distrito Federal. Si se trata pura y simplemente de escribir la historia de la escuela de San Indefenso, entonces digan todo lo que sobre este particular, que acaso sea poco lo que quieran decir; pero si se trata de estudiar técnica, científicamente, a la luz sociología, lo que ha sido la escuela preparatoria en nuestro país, entonces cometen un lamentable error los que así razonan, porque la escuela Preparatoria no ha sido sólo la escuela Preparatoria del Distrito Federal, ha sido el Ateneo Fuente de Saltillo, la Escuela Preparatoria de San Juan Bautista o Villa Hermosa y, en suma, de todos los Estados de la República. Porque, lo sabéis muy bien, en esencia, salvo detalles de organización, salvo materias de más o de menos, en el plan de estudios las escuelas preparatorias están fundadas bajo el mismo sistema, concebidas bajo el mismo plan en toda la República.

Es perfectamente sabido que hay en nuestro País la costumbre, beneficiosa a veces, nociva otras, de imitar en los Estados lo que se hace en el Distrito Federal; sabéis muy bien que, a consecuencia de esto, pero que tiene razones de ser algunas veces, apenas don Gabino Barreda estableció la Escuela Preparatoria fundándola sobre la filosofía de Augusto Comte, cuando se apresuraban a imitar este mismo procedimiento las escuelas preparatorias de los Estados; de manera que, en esencia, la Escuela Preparatoria de San Luis Potosí, el Ateneo Fuente de Saltillo, la Escuela Preparatoria de San Juan Bautista, la Escuela Preparatoria de Monterrey y la del Distrito Federal, son, técnicamente, una misma cosa. De manera que esto quiere decir que debemos estudiar el problema ensanchado nuestras observaciones al resto de la República. ¿Ha sido, admitiendo que la Escuela Preparatoria haya sido un relativo fracaso, el fracaso se ha observado en el Distrito Federal y se a observado en la misma porción en los diversos Estados de la República? Seguramente que no. Lo que quiere decir, aceptando el método de semejanza y de diferencias, que la explicación debemos buscarla en las circunstancias diversas o en la diversidad de circunstancias que se hallan colocadas unas y otras escuelas. Todas estas escuelas tienen algo de común, el plan filosófico que las fundó, es verdad, pero hay una diferencia, diferencia de medio, de circunstancias, y es someter a ese medio, a la influencia del medio social, en que la escuela desarrolla sus labores, a lo que hay que atribuir muy principalmente la causa de sus fracasos y de los buenos resultados. De manera que el que la Escuela Nacional Preparatoria, La Escuela Preparatoria del Distrito Federal haya dado determinados frutos nocivos, no debemos atribuirlo tanto al plan de estudios fundado en las ideas de Augusto Comte, cuanto a la influencia corruptora del Distrito Federal; lo contrario es cometer un lamentable sofisma. El compañero Rivera - y el compañero Cienfuegos incidió desgraciadamente en el mismo error -, nos dice que la Escuela Preparatoria, según el pensamiento de Barreda, tenían por objeto preparar a los alumnos para la escuela profesional, y ahora nos viene el compañero Rivera, lo mismo que algunas otras personas, con el portentoso descubrimiento

de que la Escuela Preparatoria, como toda otra escuela. debe tratar de preparar para la lucha de la vida. Pero ¡ay, compañero Rivera!, nada hay nuevo bajo el sol. No que la idea no sea original, lo que es infame, diré yo, porque es la palabra, es atribuir a Barreda ideas que nunca tuvo; es decir, que Barrera quería que la Escuela Preparatoria hubiese de preparar solamente para la lucha por la vida. Voy a citar las propias palabras de don Gabino Barreda, y no voy a citarlas como argumento de autoridad, porque don Gabino Barrera cometió errores, y porque las palabras de los sabios, por muy sabios que ellos sean, están sujetas a nuestro análisis; pero sí voy a citarlas como documento para probar que se le atribuyen ideas que nunca tuvo.

Todos conocéis, o muchos de vosotros conocéis, seguramente, la famosa carta escrita por don Gabino Barrera a don Mariano Riva Palacio, que era en aquel entonces Gobernador del Estado de México; esta carta fue escrita el 10 de octubre de 1870, y más que una carta, es un verdadero estudio, una interesantísima monografía sobre el papel de la Escuela Nacional Preparatoria, sobre el sistema que adoptaba y sobre las ideas que se proponían realizar. Dice así el ilustre filósofo positivista:

"Si consideramos el caso bastante frecuente, de todas aquellas personas que con cualquier motivo se ven obligadas a interrumpir, o no llegan a comenzar sus estudios profesionales" - parece que estamos oyendo al compañero Rivera -, "desde luego se percibirá la inmensa diferencia que existe entre el porvenir que les promete la actual educación preparatoria, y el que aguardaba a los antiguos alumnos, que sólo habían concluido su curso de filosofía. Mientras estos últimos sólo podían aspirar a entrar de meritorios en una oficina, o entregarse al charlatanismo de tinterillos de los juzgados, o de curanderos en los pueblos, todo el inmenso horizonte de las artes industriales queda abierto para los primeros, porque - dice don Gabino -, todos los hechos científicos en que éstas se fundan, le son ya conocidos." "Cortar la carrera a un alumno" - estás palabras están subrayadas -, "en el antiguo sistema, era, casi con toda seguridad, condenarlo a llevar una vida obscura y miserable; hoy sólo será cambiar el rumbo de su actividad, pero dejándole siempre abundantes medios de asegurarse un bienestar independiente, y de hacer honradamente fortuna."

"Por cualquier lado, pues, que examinemos la cuestión. ora sea bajo el punto de vista social, ora bajo el filosófico y de método, ora bajo la práctica, y aun teniendo en cuenta tan sólo la conveniencia personal de cada uno de los alumnos, conveniencia que, por lo demás, debería siempre ceder ante el interés general, resulta, a mi ver, de la manera más patente, que nada había más necesario ni más urgente en el momento en que se expidió el plan de estudios que ahora rige, como uniformar en lo posible la enseñanza relativa a los estudios preparatorios, y completarla al mismo tiempo con todo aquello de que antes carecía, y que la civilización y el progreso moderno reclaman tan abiertamente."

Ya veis pues, señores diputados, el pensamiento de Don Gabino Barreda no era el preparar exclusivamente para las profesiones sino que, como acaba de descubrir el compañero Rivera, era también el de que esta clase de escuelas, como toda otra, debía de preparar esencialmente para la lucha por la vida y os convenceréis de que realmente había razones para creer que este plan diese sus frutos, si estudiáis el primitivo plan para estudios de don Gabino Barreda. el plan de 1867. ¿Logró, sin embargo, don Gabino Barreda, los proyectos que se habían forjado? ¿Don Gabino Barrera acertó en los diversos caminos que se trazó para llegar a la realización de su obra? En parte, sí, no absolutamente; pero en los momentos de deslindar las responsabilidades históricas de este relativo fracaso de la Preparatoria, - relativo, que no absoluto -, es necesario que hagamos una parte y una parte principalísima, a los continuadores de don Gabino Barrera que desfiguraron su primitivo pensamiento, que interpretándolo torcida y torpemente, sólo trataron más que de realizar un vasto plan de educación social de adquirir una fama artificial de educadores y pedagogos.

Presidencia del C. RUEDA MAGRO MANUEL

El C. Torres Berdón, interrumpiendo: Pido la palabra para una interpelación al orador.

El C. Presidente: Si el orador lo permite.

El C. Manrique: Permito la interpelación.

El C. Torres Berdón: Soy profesor de instrucción pública y únicamente pido estas tres cosas: primero, si conoce qué es instrucción primaria elemental, qué es instrucción primaria superior, y tercero, qué es instrucción preparatoria, y si esto lo comprueba contestándome a mí, que siga su oratoria.

El C. Manrique, continuando: No acepto, señores diputados, y claro que no puedo aceptar, la condición que quiere imponerme el compañero Torres Berdón: contestar a su pregunta para tener derecho seguir adelante. No sé si el compañero Torres Berdón lo que ha querido, como también en otra ocasión lo quiso el compañero Padilla, ha sido tantearme, como se dice en el lenguaje escolar, o echarme un torito; la verdad es que rehuyo la contestación; no estoy examinándome de pedagogía, compañero Torres Berdón. (Aplausos de las galerías.)

El C. Torres Berdón, interrumpiendo: Pido la palabra, con permiso de la Presidencia. Entonces no sabe usted lo que trae en manos.

El C. Manrique, continuando: La verdad es que temo desconcentrarme, señores diputados, si el compañero Torres Berdón sigue con su réplica; por muy dueño de mí mismo que sea, me he trazado un plan que quiero seguir adelante, y las interrupciones del compañero Torres Berdón bien pudiera alejarme del propósito que me he trazado; por lo demás, sin contestar categóricamente a sus preguntas, él se convencerá por el curso de mi peroración si tengo o no tengo los conocimientos que él desea saber si poseo y hasta qué grado los poseo

si en un dos, tres o cuatro por ciento; pero esto, por lo demás, lo juzgará cada uno de vosotros.

Insisto en seguir el curso de peroración: si la Escuela Preparatoria debe preparar esencialmente para la lucha por la vida. Concedo, compañero Rivera; ya recuerdo, decíamos que no había que culpar del relativo fracaso de la Preparatoria a don Gabino Barrera, a los fundadores de la escuela, que había que dar una buena parte de responsabilidad a los continuadores de la obra, más que continuadores casi siempre corruptores. ¿Queréis un nombre? Parece que me pedíais nombres; os diré uno sólo: Ezequiel Adeodato Chávez. Don Ezequiel Adeodato Chávez, lo sabéis muy bien, forjó durante su breve estancia en el Ministerio de Instrucción Pública, paréceme que por lo menos cuatro o cinco planes y aun se proponía un último plan, un nuevo plan, cuando afortunadamente para le educación pública cayó el Gobierno de don Porfirio Díaz y con él don Ezequiel A. Chávez. es una buena muestra, un claro ejemplo de lo que ha sucedido siempre entre nosotros, el constante, el perfecto afán de innovar, de ensayar nuevos procedimientos, nuevos sistemas, de plantear nuevas medidas sin haber tenido tiempo de comprobar la eficacia y atingencia de los anteriores. Este solo deseo para asociar nuestros nombres a un nuevo plan de estudios para que se diga: el paso de este hombre por el Ministerio de Instrucción Pública o la Dirección de Educación Pública no ha sido estéril. Así don Andrés Osuna, para descender a nuestros tiempos, don Andrés Osuna también tiene la satisfacción de haber dado a la Escuela Normal algún plan de estudios. La bondad de este plan de estudios no seré yo quien lo juzgue, preguntad si queréis, lo que de tal plan de estudios opinan don Adolfo Cienfuegos y Camus, ¿queréis mayor gallarda muestra de lo que puede este afán de innovar? Haced la misma pregunta al compañero Cienfuegos a propósito del actual plan de estudios de la Escuela Nacional Preparatoria. De manera que si la Escuela Nacional Preparatoria, dice el compañero Rivera, no ha llenado su misión, ha sido por un factor: el factor filosófico. Se han querido fundar el plan de estudios, quiero decir, se fundó el plan de estudios, en la clasificación de las ciencias que debemos a Augusto Comte. Esta clasificación de las ciencias que es una verdadera maravilla del ingenio humano y que bastaría ella por sí sola para glorificar el nombre de Augusto Comte.

Bueno, y ahora, señores diputados, está de moda una frasecilla, que porque está de moda la respetan muchos que no la entienden, que ya el positivismo pasó de moda y que el positivismo ha desaparecido para siempre, afortunadamente para nosotros; por supuesto que la mayor parte, la casi totalidad de quienes así razonan, - y estos sí son repartidores de filosofía barata -, ignoran lo que es el positivismo, ignoran la esencia de esta escuela filosófica y, sin embargo, no me refiero a ciertos compañeros, compañeros Siurob, a quienes usted cree que me refiero.

El C. Siurob, interrumpiendo: A esos son a los que les viene.

El C. Manrique, continuando: Entre paréntesis, un breve paréntesis, el compañero Siurob llamó aquí con mucho énfasis a un profesor seguramente ameritado, repetidor de filosofía barata; la alusión era bastante clara, bastante transparente; pero ni el nombre brotó de sus labios, sin embargo, sabemos muy bien a quien se refirió.

El C. Torres Berdón: Pido la palabra para una moción de orden. Ha pasado el tiempo reglamentario. (Voces: ¡No! Risas, siseos.) Tengo 20 minutos y estaba hablando desde antes.

El C. Presidente: La Presidencia informa a Su Señoría que lleva con exactitud el tiempo.

El C. Manrique, continuando: Otro breve paréntesis, señores diputados, a propósito de la interrupción de compañero Salvador Torres Berdón. Yo creo, a propósito de lo que hizo hace pocos momentos la Mesa con el compañero Cienfuegos y Camus y poco antes con el compañero Rivera, que no debe interrumpirse a los oradores con la campanilla, porque en muchas ocasiones les corta el hilo de sus discursos; este artículo del Reglamento que dice que los discursos de los oradores de la Cámara deben limitarse a una media hora, creo que más bien debe considerarse como un derecho que tiene cada de vosotros para solicitar que se suspenda la palabra al orador; pero la Mesa no debe hacerlo oficiosamente; el compañero Torres Berdón ha estado, pues, en su derecho al interrumpirme. Me refería al compañero Siurob. Insisto en mi idea de que no debemos preocuparnos tanto de la originalidad de las ideas cuanto de su solidez. La originalidad de las ideas, compañero Siurob, no es siempre ciertamente meritoria. Hay muchos que buscan una fama de originalidad que más le valiera no tenerla; en buena hora que se venga a motejar aquí de faltas de originalidad, es decir, que se moteje de falta de originalidad a hombres estudiosos, repetidores, como se dice el Compañero Siurob, de filosofías europeas, siempre que este cargo lo hagan hombres originales; pero que venga a hacer esta clase de cargos el compañero Siurob, que nos vino a decir aquí aquella originalísima frase, leída probablemente en alguno de los clásicos, de su principal satisfacción consistía en cumplir con su deber, en trabajar por su Patria, ser desdeñado por los libertos y ser enterrado por su subscripción pública. Esto sí que no puede perdonarse. Por lo demás, si el compañero Siurob espera que se le entierre por subscripción pública, yo creo que esta subscripción se costeará abundantemente, compañero Cepeda Medrano; allá están los agradecidos Estados de Guanajuato y de Querétaro y también los estudiantes a quienes acaudilló en un tiempo. La subscripción se cubrirá de sobra. (Aplausos.) Basta de paréntesis. Digo que ahora está de moda el decir por quienes no entienden ni una palabra de lo que el positivismo significa, que está de moda el decir por quienes no entienden ni una palabra de lo que el positivismo significa, que está pasado de moda; pero si a esto les preguntáramos cuáles son las ideas filosóficas que han venido a substituirlo, se verían un poco embarazados para contestarme, y quienes así razonan olvidan una sola cosa: que en la historia de la filosofía todas las diversas escuelas filosóficas que se han disputado una a una el dominio del pensamiento humano, al ser substituidas por las nuevas escuelas siempre se han dejado por lo menos una rica herencia, un rico tesoro a la humanidad; así el positivismo, si ha dejado de tener

ya el predominio del pensamiento humano, ha dejado en cambio muy valiosas adquisiciones sobre todo como procedimiento aplicado a los métodos de investigación en las ciencias naturales y sociales. Pero en vista de que se nos dice que el positivismo ya pasó de moda y se afirma también, y en esto si estoy de acuerdo y es lo que más nos interesa, que se ha cometido un error fundamental al querer fundar el plan de estudios de la Escuela Preparatoria en la filosofía de Augusto Comte, la verdad en que muchos que ahora dicen estas cosas, que son ya del dominio de todos nosotros y que se han debido a la piqueta demoledora de algunos espíritus analíticos, quizá no se hubieran atrevido a decirlo hace unos cincuenta años, allá por el año de 1867, cuando el positivismo ni tenía sino unos cuantos opositores como don Ignacio Mariscal y otros opositores de aquella época. Ahora que el pobre positivismo es un cadáver y caído, pero un caído glorioso, ahora sí es fácil ensañarse contra el positivismo.

El C. Secretario Aranda: Habiendo transcurrido el tiempo reglamentario, se consulta a la Asamblea si se permite al orador que continúe en el uso de la palabra. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Continúa en el uso de la palabra.

El C. Manrique: Gracias, compañeros, y gracias, compañero Torres Berdón. (Risas.) Continúo: digo que efectivamente, y en esto estamos de acuerdo, y la idea no es ni del compañero Rivera ni de los autores del folleto que aquí se ha hecho circular profusamente, la idea tiene ya muchos años de antigüedad cometió un error Augusto Comte al confundir la clasificación lógica y racional de las ciencias con el orden según el cual el espíritu humano adquiere los conocimientos. Muy de acuerdo, compañero Rivera. Los conocimientos debe tratar de impartirlos el educador, precisamente en aquel orden en que la historia de la educación y la historia de la ciencia mejor lo enseñan; una idea adquirirá penosamente por el espíritu humano, si los conocimientos, si la adquisición de los conocimientos abstractos; que se comience en buena hora por inculcarnos los conocimientos concretos para llevarnos más tarde a las más puras abstracciones. Muy bien, pero si esta cosa convenida, compañero Rivera, si esto se ha venido proclamando, que la Escuela Preparatoria aun en la época en que tenía el carácter, según el compañero Rivera, de universitaria, si es esto lo que han venido proclamando todos los que en la Escuela Preparatoria se han dedicado al estudio de todas esas cosas, si esto no se ha descubierto por el profesor don Andrés Osuna, ni por los profesores de educación primaria; que lea el compañero Rivera las actas de las juntas de profesores de la Escuela Preparatoria y los Boletines de Educación Pública de muchos años atrás, y se convencerá de que esas ideas no son nuevas; pero esto quiere decir sencillamente, compañero Rivera, que en tanto que tengamos un plan de estudios que se funde sobre las ideas filosóficas de Augusto Comte, sea que la Escuela Preparatoria de dependa de la Dirección de Educación Primaria del Gobierno del Distrito, sea que dependa de la universidad, la Escuela Preparatoria seguirá siendo un relativo fracaso, y digo relativo, porque ni las peores Escuelas, con los peores sistemas son un fracaso absoluto, porque si los planes y los sistemas son malos, hay algunos que siempre salen adelante, a pesar de los malos sistemas. Insisto, el fracaso, si está ligado, y concedo que esté ligado, a la idea filosófica en que se fundó el plan de estudios, será el mismo mientras este plan de estudios se funde en las ideas de Augusto Comte, sea que dependa del Gobierno del Distrito, sea que dependa del gobierno del Distrito, sea que dependa de la Universidad. El compañero Rivera nos dijo aquí, pero nos lo expresaba, recordarán los compañeros Alvarez del Castillo, Pérez Gasga y Araujo, en una junta privada de la Comisión, el compañero Rivera nos decía que de los diversos planes de estudios que habían regido en la Escuela Nacional Preparatoria, uno de los mejores en su concepto era el llamado plan de García Naranjo, plan de estudios de 1914, y la bondad de este plan de estudios lo hacía consistir el señor Rivera precisamente en haber roto la tradición comteriana. ¡No es verdad, compañero Rivera?

El C. Rivera: Sí, señor.

El C. Manrique, continuando: Hacía consistir la bondad, la relativa bondad del plan de García Naranjo, el plan de 1914, en haber roto con la tradición comteriana, y yo preguntaría al señor Rivera y la respuesta huelga, la conocéis muy bien, de pendiendo ya la Escuela Nacional Preparatoria de la Dirección de Educación, Normal y Preparatoria del Gobierno del Distrito, dirección regida por Andrés Osuna, dependiendo ya de esta dirección, ¿ha roto la Escuela Nacional Preparatoria en sus planes de estudios con la tradición comteriana? O por el contrario, comparando su actual plan de estudios con el plan de García Naranjo, progresa en el sendero propio, compañero Rivera, ¿no constituye el actual plan de estudios un retroceso, un salto atrás? Si constituyen las matemáticas en el plan comteriano, han seguido en los primeros años y las ciencias concretas de observación, las ciencias naturales, la botánica y la zoología que en el plan de Estudios de García Naranjo y que esto constituye su diferencia esencial con los planes anteriores, estaban en el cuarto y quinto años y ahora han vuelto, lo sabe bien el señor Rivera, al último año de estudios preparatorios. Ya veis, señores diputados, que en tanto siga en pie determinado sistema, el fracaso seguirá siendo el mismo; ya veis que no depende la ventaja o la mejoría de las instituciones precisamente al pasarla a la Dirección de Educación Primaria del Gobierno del Distrito.

Dice el compañero Cienfuegos, y creo en su sinceridad, estamos perfectamente de acuerdo que hace plena abstracción de las personas, que don Andrés Osuna como don José Natividad Macías le importan muy poca cosa y que ni uno ni otro han satisfecho en su opinión a las exigencias del momento histórico. Bueno, pero esto que piensa el compañero Cienfuegos como lo piensan ciertamente todos, la verdad es que buena parte de la propaganda que aquí se ha hecho en defensa de la idea de que la Escuela Preparatoria pase a depender del Gobierno del Distrito, es sencillamente obra de pasiones personales, de intereses personales. ¿Qué el señor

Osuna, según quiere el compañero Rivera no se hallaba en Veracruz sino en los Estados Unidos en el momento de decretarse el paso de la Preparatoria al Gobierno del Distrito Federal? Perfectamente, no seré yo quien trate de contradecir el punto, echándose a buscar documentos; pero una vez que don Andrés Osuna con un grupo de amigos se encuentran en la Dirección de Educación Primaria, Normal y Preparatoria, señores diputados, entran en juego los intereses creados y ahora se trata, naturalmente, de no abandonar aquello que se tiene en las manos.

Paso a estudiar una parte muy interesante de la alocuciones de los compañeros Rivera y Cienfuegos. Para los compañeros Rivera y Cienfuegos, y en esto hacen estribar la mayor fuerza de sus argumentos, la Escuela Preparatoria deben ser principalmente una escuela popular, para ello la educación preparatoria no debe ser patrimonio de unos cuantos, sino que debe extender su esfera de acción a las clases sociales populares, en la máxima esfera posible o en la mayor intensidad posible, e insisten sobre todo en establecer una analogía entre la Escuela Preparatoria Mexicana y las escuelas secundarias de los Estados Unidos; la Escuela Secundaria Inglesa, el Liceo Francés, la Ober- Realschule Gymnasium alemana, etc. Cometen ambos compañeros, y sobre todo el compañero Rivera, una petición de principio, más bien el compañero Rivera, que consiste en afirmar que la Escuela Nacional Preparatoria está abierta exclusivamente para los hombres que quieren dedicarse al estudio de una profesión, que la Escuela Nacional Preparatoria, había escrito, - en esos momentos llegaba yo al salón después de unos momentos de ausencia y no me acuerdo bien si fueron esas sus palabras textuales, pero la idea es la misma -, que la Escuela Nacional Preparatoria había escrito en su fachada estas palabras, fatídicas: "Se prohibe la entrada a quienes no deseen estudiar una profesión" No, compañero Rivera, ¿saben ustedes, compañeros, de algún plan de estudios de la Preparatoria que prohiba el ingreso a esa preparatoria a los alumnos que no desearen estudiar una profesión? Probablemente no. Leed las exposiciones de motivos, de los planes de estudios de la Escuela Nacional Preparatoria y nos dirán su objeto: el preparar, el dar a los alumnos determinada educación, pero no hablarán de profesiones en modo alguno. Entrando en un terreno familiar, cuántas veces, señores compañeros, aquellos de vosotros que no hayáis estado en una escuela preparatoria, de vuestro Estado o del Distrito Federal, habéis preguntado a amigos que estaban en la Escuela Preparatoria o en el Instituto Científico o que tenían en esos establecimientos a sus hijos, cuántas veces habéis formulado esta pregunta: ¿qué profesión va a estudiar usted, o qué profesión va a estudiar el hijo de usted? Y se os ha contestado, pues por el momento no tenemos pensado, ya habrá tiempo de decidirse. (Voces: ¡A votar, a votar!) No es exacto que la Escuela Nacional Preparatoria haya tenido cerradas sus puertas a quienes no desearen aprender el estudio de una profesión. Sabemos perfectamente, y es absurdo el querer medir los frutos de la Escuela Preparatoria solamente por el número de alumnos que terminan una carrera profesional; es indudable que numerosos alumnos que han interrumpido sus estudios, han emprendido más tarde, es decir, han consagrado más tarde sus actividades a otros ramos de la actividad social No, señores diputados, este es precisamente un argumento que viene en apoyo de nuestra tesis; no es exacto que la Escuela Nacional Preparatoria haya servido pura y simplemente para preparar a los alumnos para las profesiones; la Escuela Nacional Preparatoria una veces más, otras menos, según la mayor o menor atingencia del plan de estudios, según la época, según el medio, ha preparado también más o menos ampliamente a sus alumnos salidos de las aulas de la Escuela Preparatoria han entrado más tarde a las filas del periodismo al comercio o a tal o cual actividad. Lo mismo en nuestra República que en cualquier país del globo, los alumnos que entran al primer año de la escuela preparatoria, o de la academia o del gimnasio, no terminan una profesión, y es sencillamente que no son las profesiones los únicos medios de actividad de la vida moderna.

Antaño, cuando eran tan limitadas las actividades humanas, para no referirme a otros medios, me referiré al mío, que personas de determinada clase, por ejemplo, durante la dominación española, sólo podían optar para sus hijos por este dilema: o consagrarlos a la carrera eclesiástica o consagrarlos al estudio de la abogacía. Yo me explico, señores diputados, que se hubiese establecido este absurdo sistema de medir los frutos de una escuela; pero en estos momentos en que la actividad social es aun entre nosotros tan compleja, tan variada ¿cómo hemos de querer medir en lo absoluto el aprovechamiento de la Escuela Preparatoria porque en el año de 1907 entraron a sus aulas doscientos y pico de alumnos para salir años más tarde sólo diez profesionistas? ¿Pues qué quería el compañero Rivera, que los doscientos sesenta y siete alumnos hubiesen salido a desempeñar las profesiones de abogado, de médico, de dentista, o de ingeniero? Eso sí constituiría, señores, un verdadero peligro social, una verdadera amenaza social, una verdadera amenaza de proletariado profesional, aun mayor y más grave, verdaderamente problemático del que tenemos actualmente, que la Escuela Preparatoria, o que la enseñanza secundaria, deducen los compañeros, se popularice y se ponga al alcance de las masas; perfectamente, estoy muy de acuerdo, pero es que los compañeros se deslumbra por una analogía que no se puede ni de debe tomar al pie de la letra.

La escuela, lo que es la escuela secundaria en otros países, no está representada entre nosotros por la Escuela Nacional Preparatoria; la Escuela Preparatoria entre nosotros corresponde a lo que se llamarían los estudios académicos en las universidades de otros países. El estudio de una profesión debe estar precedida forzosamente por la necesaria preparación académica y como quiera que la sociedad exige para su garantía y por la naturaleza misma de las cosas, que los profesionistas salidos de una universidad tengan determinada edad, para lo cual deben haber ingresado a ella también en determinada fase de su desarrollo intelectual, es necesario que estos alumnos

hayan salido de la escuela primaria de la secundaria después también con determinada edad y en determinada fase de su desarrollo intelectual. Y que los compañeros y lo que representa la escuela secundaria en otros países, el liceo en Francia, el gimnasio en Alemania, corresponde no a nuestra escuela preparatoria o institutos científicos para operara carreras, sino a nuestra escuela primaria superior. Tenemos una instrucción primaria elemental de duración variable de cuatro o cinco años, esta instrucción primaria elemental, que debe extenderse mayor número posible, es inmediatamente seguida por la educación primaria superior, educación que debe ser también popular y debe divulgarse aún más de lo que lo está actualmente, educación primaria superior que entre nosotros está verdaderamente limitada, es verdaderamente mezquina, que por regla general sólo comprende dos años. Sabéis muy bien que la instrucción primaria superior, después de los cuatro o cinco años de instrucción elemental, comprende sólo entre nosotros, lo mismo en el Distrito Federal que en los Estados de la República, solamente dos años. De manera que es claro, ahora sí existe este profundo abismo, este abismo cuasi insondable, de que tanto nos hablan el compañero Rivera y el compañero Cienfuegos; es brusco paso, este salto mortal, esta brusca transición entre la escuela primaria y la escuela preparatoria; es claro, pero para resolver el problema, y ya que a confesión de parte del compañero Cienfuegos es el primero en reconocer que debe existir una institución que prepare previamente el ingreso a las facultades universitarias, ¿qué debemos hacer para colmar este paso, qué debemos hacer para llenar este abismo? ¿Cuál ha de ser el puente que hayamos de levantar de la escuela primaria a la escuela preparatoria? Pues sencillamente intensificar, mejorar en intensidad y en extensión la influencia de la escuela primaria superior; que la escuela primaria superior - y estas ideas no me pertenecen exclusivamente, sino que también las habréis visto en la prensa periódica con las firmas de profesores normalistas -, esto probablemente tenderá a resolver el problema; intensifiquemos la escuela primaria superior haciendo en lugar de dos años, cuatro - digo -, esto sería extender; y además intensifiquemos la instrucción y la educación que ahí se imparten; multipliquemos también el número de escuela superiores y habremos contribuido a resolver el problema.

Y ahora, una última rectificación al compañero Rivera. El compañero Rivera, no nos lo dijo hoy, paro también nos lo ha dicho en conferencias privadas de la Comisión, y también nos lo dice el folletito de marras titulado "La Escuela Preparatoria." Decía que el pensamiento de Gabino Barreda había sido el de establecer una sola Escuela Preparatoria, y en esto se comete también otro error, un error histórico que es verdaderamente imperdonable. Quienes aquí vengan a argumentar, cuantos expongan su personal opinión errarán, en buena hora, así he errado yo y así seguiré errando; pero cuando expresamos hechos, entonces sí estamos obligados a no desfigurarlos, a no falsear los acontecimientos. Ya vimos hace pocos momentos cómo se atribuyó a Gabino Barreda una idea que nunca tuvo, o mejor dicho, una idea que no se entendió. Ahora vamos a ver cuál es el valor de este argumento que corre en letras de molde en el folleto, de que don Gabino Barreda quería que hubiese sólo una Escuela Preparatoria; en cambio, se dice, en los Estados Unidos hay una escuela secundaria, y Gabino Barreda quería que hubieses una sola Escuela Preparatoria. Pero no, señores diputados, don Gabino Barreda cometió errores propios de su época y de lo limitado de su humanidad, pero no cometió este de que hablan los compañeros, o mejor dicho, hay que explicar o justificar su pensamiento. Decía así don Gabino Barreda en la misma carta de que ya leí un fragmento:

"De propósito no he querido hasta ahora tocar un punto que se refiere directamente a esta Escuela, y que, a primera vista, parece no tener relación con el plan general, con las miras eminentemente sociales, que he procurado exponer a usted; pero que, bien examinado, es un complemento indispensable y un medio poderoso de facilitar y asegurar su realización.

"Este punto es el relativo a investigar si debe haber una sola o varias escuelas preparatorias; si esta clase de educación, la cual, como he procurado demostrar a usted, tiene necesidad de ser enteramente homogénea, ha de confiarse a diversos cuerpos de profesores bajo distintos directores, o si por el contrario, no sería más conveniente la ejecución de un solo director, profundamente penetrado en las miras y tendencias de la ley, en unión de un cuerpo de profesores compacto, y que, en virtud de los frecuentes contactos, a que el servicio mismo de la escuelas los sujeta, podría llegar a tener, mediante la influencia de una acertada dirección, la perfecta homogeneidad de ideas, que tan necesaria es para poder sacar todas las ventajas que en este período de la educación de la juventud debe obtenerse.

"Plantear la cuestión en estos términos, que son sin duda los verdaderos y los que más en armonía se encuentran con la ley cuyo análisis acabo de hacer, es resolverlas sin necesidad de discusión. No, no es posible que los grandiosos fines sociales de la ley se realicen entregando su ejecución, en lo relativo a estudios preparatorios, a dos o más corporaciones rivales o disímbolas, que bien pronto acabarían por producir los odios irreconciliables que se daban como primer alimento moral a los antiguos colegiales, desde el día mismo en que se entraban como alumnos de un colegio. Desde ese mismo día, en efecto, todos los alumnos de los otros colegios eran para él tantos enemigos con quienes era preciso mantener so pena de ser reputado como mal colegial, una guerra abierta y encarnizada, con hostilidades de todo género.

"Este germen fecundo de animosidad, esta atmósfera de odio y de división, en medio de la cual se educaban antes los hombres públicos, no podía menos de tener una influencia fatal para la paz y para la estabilidad de la sociedad.

"Nada por lo mismo era más lógico ni más indispensable como la concentración de esta enseñanza en un solo establecimiento. Y, también debo agregar que, nada era más conveniente para los

alumnos, aun bajo el punto de vista de su porvenir individual. Porque las numersísimas relaciones que contraen con todos los jóvenes que entran simultáneamente con ellos en la vida pública y social, ejerciendo todas las profesiones y todos los cargos públicos, no podrán menos que serles de inmenso provecho. A su vez, los hombres públicos que han menester valerse de todas las aptitudes para el buen servicio de la Nación, tendrán en sus recuerdos de colegio una provisión inagotable de todas ellas.

"En cuanto a las dificultades que para el logro de estos fines, cuyas ventajas nadie puede negar, deben encontrarse en el crecido número de alumnos que deberán concurrir a un solo establecimiento, estas dificultades no son sino aparentes. Ellas no han podido existir sino en el primer momento de la instalación de un establecimiento de este género; y, cosa notable, estas dificultades debían principalmente nacer, como en efecto nacieron, del mal mismo que la institución estaba destinada a curar.

"Las rivalidades de los antiguos colegios, enardecidas con la fusión que repentinamente se hizo de todos los alumnos en uno sólo, debió de pronto suscitar dificultades, debidas a la anarquía intestina que semejante estado de cosas acarreó." (Voces: ¡A votar, a votar!) Paciencia, compañeros Zavala.

El folleto a que me he referido, señores diputados, dice estas palabras: "Hay en los Estados Unidos, existe una escuela secundaria por cada dos mil quinientos habitantes, por ejemplo, y en cambio, don Gabino Barreda quería que hubiese una sola Escuela Preparatoria para el Distrito Federal, que tiene seiscientos mil habitantes. Si en primer lugar don Gabino Barreda no fundó la Escuela Preparatoria en 1917, sino en 1867, al triunfo de la Reforma, al triunfo de la guerra de intervención, al triunfo de la República; en segundo lugar, la explicación del pensamiento de don Gabino Barreda de unificar en una sola, de reunir en una sola todas las diversas instituciones secundarias.....

El C. Saucedo Salvador, interrumpiendo: Ya se va la claque. (Campanilla. Siseos.)

El C. Manrique, continuando: Ya se va la claque, dice el compañero Saucedo, ello prueba que yo hablo sin preocuparme un bledo de la claque.

Don Gabino Barreda trataba de reunir en uno solo todos aquellos diversos establecimientos que habían sido rivales, que habían sido germen de profundas, de irreconciliables rebeliones y divisiones en la gran familia mexicana. (Voces: ¡Ya, ya!) Fue un pensamiento eminentemente social y eminentemente político, el que hizo a don Gabino Barreda tratar de reunir, bajo un solo techo, a todos aquellos alumnos que antes se miraban como enemigos irreconciliables. Leed una amena relación de Juan de Dios Peza en "El Libro de Mis Recuerdos." Fue un testigo ocular de aquellos acontecimientos, y nos los pinta con mucha exactitud:

"Al triunfar la República en 1867 - dice -, el ilustre Juárez, oyendo los sabios consejos de su Ministro de Instrucción Pública, don Antonio Martínez de Castro, a quien mucho habían hablado el doctor don Gabino Barreda y el ingeniero don Francisco Díaz Covarrubias, creó, por una ley expedida en 2 de diciembre de 1867, la Escuela Nacional Preparatoria, que se estableció en el antiguo y suntuoso edificio del Colegio de San Ildefonso.

"Allí, al comenzar el año de 1868, reunieron a todos los estudiantes del Colegio de Minería, de la Escuela de Agricultura, de los colegios de San Juan de Letrán y de San Ildefonso, de la Academia de Bellas Artes y a las que cursaban facultad menor en la Escuela de Medicina, resultando más de quinientos internos y algunos millares de externos."

(Campanilla.)

El C. Secretario Aranda, interrumpiendo: Habiendo transcurrido la hora reglamentaria de la sesión, se pregunta a la Asamblea si se prorroga por más tiempo. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. No se prorroga.

- El mismo C. Secretario: "Orden del día 5 de noviembre de 1917: Continúa la discusión de la Ley Orgánica de Secretarías de Estado.- Sesión secreta."

El C. Presidente, a las 8.03 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para el lunes a las cuatro de la tarde.

El Jefe de la Sección de Taquigrafía.

JOAQUIN Z. VALADEZ.