Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171211 - Número de Diario 80

(L27A2P1oN080F19171211.xml)Núm. Diario:80

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 11 DE DICIEMBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERIODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II.- NUMERO 80

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS CELEBRADA EL 10 DE DICIEMBRE DE 1917

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Continuando la discusión del proyecto de Ley de Tierras Ociosas. Discusiones del artículo 17; es retirado. Son aprobados los artículos 18, 19 y 10. y 20. transitorios. Es presentada, discutida, reformada y aprobada, una adición propuesta por los CC. López y Román. Se suspende la sesión.

3.- Reanudada ésta, se da cuenta con los asuntos en cartera.

4.- Es aprobado el dictamen de la Comisión de Hacienda, concediendo pensión al C. Andrés Oscoy.

5.- Varios ciudadanos diputados asientan y rectifican hechos.

DEBATE

Presidencia del C. SAENZ AARON

(Asistencia de 125 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 10.17 a. m.: Se abre la sesión.

El C. Prosecretario Limón: "Acto de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados, el día de ocho de diciembre de mil novecientos diez y siete.

"Presidencia del C. Aarón Sáenz.

"En la ciudad de México, a las cinco y cuarenta de la tarde del sábado ocho de diciembre de mil novecientos diez y siete, con asistencia del mismo número de ciudadanos diputados que estuvieron presentes en la sesión inmediata anterior de Congreso General, se abrió ésta de Cámara de Diputados.

"El ciudadano Prosecretario Limón leyó el acta de la sesión celebrada el día del presente mes, la que, sin discusión, fue aprobada.

"El ciudadano Secretario Aranda dio cuenta con los documentos siguientes:

"Tres oficios de la H. Cámara de Senadores, en los que acusa recibo del proyecto de Ley Orgánica de Secretarías de Estado, de la iniciativa de Ley que concede una pensión a la señora Emiliana R. viuda de Valderráin, y del proyecto de Ley de Pensiones.- A sus expedientes.

"Oficio de la misma H. Cámara, con el que remite el proyecto de Ley que autoriza al Gobierno del Estado de Puebla para organizar fuerzas de seguridad pública en el mismo. A las Comisiones unidas, 2a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Guerra.

"Oficio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, al que acompaña con las exposiciones de motivos respectiva, los ramos décimo, undécimo y duodécimo, del proyecto de Presupuesto de Egresos para el próximo año fiscal, los que corresponden respectivamente, al Departamento Judicial, al Departamento Universitario y de Bellas Artes y al Departamento de Salubridad Pública,- Recibo, a la Comisión de Presupuesto, e imprímase.

"Cinco oficios de la Secretaría de Estado, Negocios Interiores, en los que manifiesta: que recibió la declaración hecha esta Cámara erigida en Gran Jurado en el asunto García Vigil; que ha quedado enterada de la elección de la Mesa Directiva de esta misma Cámara que funcionará en el presente mes; que, asimismo, se ha impuesto de la nota relativa a las arbitrariedades que se dicen cometidas por la autoridad política de Tacuba, y que recibió la transcripción del ocurso presentado a esta Cámara por el "Gran Partido Independiente Obrero," así como la del memorial que el Grupo Independiente del 9o. distrito electoral del Distrito Federal dirigido al ciudadano diputado Mauricio Gómez.- A sus expedientes.

"En vista de que el C. Sepúlveda manifestó que no había quórum, la Secretaría pasó nueva lista, y por ella se vino en conocimiento de que estaban presentes ciento cuarenta y dos ciudadanos diputados, por lo que se continuó dando cuenta con los documentos que había en cartera.

"Iniciativa de ley, con la exposición de motivos correspondiente, que envía el Ejecutivo de la Unión relativa al establecimiento del Banco Unico de Emisión, bajo el nombre de "Banco de la República Mexicana."- A las Comisiones unidas, de Crédito Público y de Hacienda en turno, e imprímase.

"La Secretaría comenzaba la lectura del dictamen de la Comisión de Presupuestos, referente a los ramos primero y segundo del proyecto de Presupuestos enviados por el Ejecutivo, para el próximo año

fiscal, cuando el C. Rivera José, miembro de dicha Comisión, pidió se dispensaran las lecturas reglamentarias a este dictamen, que el mismo se imprimiese y se pusiera a discusión el primer día hábil, a lo que accedió la Asamblea.

"Escrito firmado por el C. Crescencio A. Miranda, profesor normalista, y hecho suyo por los CC. Cienfuegos y Camus, Portes Gil y Padrés, al que acompaña la transcripción de una circular que le giró la Dirección General de Educación Pública, acerca de la cual hace el ocursante algunas consideraciones.

"Cuando la Secretaría daba lectura a estos documentos, el C. Rocha la interrumpió para expresar que era visible la falta de quórum; la Presidencia dijo que se llamaría a los ciudadanos diputados que se encontraban en los pasillos, y acto seguido el ciudadano Secretario Aranda pasó nueva lista, de la que resultaron presentes cientos diez y ocho ciudadanos diputados. El mismo ciudadano Secretario leyó la orden del día para la sesión del lunes próximo, y el ciudadano Presidente, a las seis y cincuenta y cinco de la noche, cerró la sesión por faltas de quórum."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada el acta.

El C. Secretario Portes Gil: Continúa la discusión del artículo 17 de la Ley de Tierras Ociosas, que dice:.....

El C. Márquez Josafat, interrumpiendo: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Josafat Márquez, para una moción de orden.

El C. Márquez Josafat: Estoy inscripto después de varios señores diputados, para rectificar hechos relacionados con la sesión del ultimo viernes.... (voces: a la tarde!) y yo suplico a Su Señoría el señor Presidente, que tenga la bondad de concederme la palabra.

El C. Presidente: Hay un acuerdo de la Asamblea de que las mañanas se dediquen exclusivamente a la discusión de asuntos agrarios, y por eso la Mesa no le había concedido a usted la palabra para rectificar hechos; pero lo hará esta tarde.

El C. Márquez Josafat: Entonces suplico que se me tenga en cuenta para esta tarde.

- El mismo C. Secretario: Está a discusión el artículo 17, que dice:

"Las cosechas y los frutos de las tierras arrendadas por los Ayuntamientos conforme a la presente ley, no podrán ser objeto de requisiciones militares de ningún género, sin previo consentimiento de los Ayuntamientos, los cuales se encargarán de hacer efectivo el importe correspondiente."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El C. López Lira: Moción de orden. Ya estamos inscriptos los que vamos a hablar sobre este artículo.

El C. Presidente, dirigiéndose al C. López Lira: Si Su Señoría hubiera esperado a que la Mesa hubiera llamado a los oradores, no hubiera habido necesidad de su moción de orden. Tiene la palabra el C. Cruz. (Voces: No está.) No encontrándose el C. Cruz, tiene la palabra el C. Cepeda Medrano. (Voces: Tampoco está.) No estando tampoco presente el ciudadano diputado Cepeda Medrano, tiene la palabra, en contra, el ciudadano diputado Bravo Izquierdo.

El C. Bravo Izquierdo: Habiendo quedado conforme con las exposiciones que dio la Comisión en la sesión pasada, renuncio al uso de la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el ciudadano López Lira.

El C. López Lira: Ciudadanos diputados: Como recordaréis, en la sesión anterior me permití interpelar a la Comisión sobre los fundamentos constitucionales que tiene el artículo 17 a discusión. El señor diputado Neri, miembro de las Comisiones, contestó a mi interpelación apoyándose en el artículo 27 constitucional y diciendo que la Ley de Tierras Ociosas tenía como fundamento principal una causa de utilidad pública. Posteriormente el señor licenciado Velásquez, con mayor atingencia seguramente, vino a precisar los conceptos que a su entender se oponían con el artículo 26 constitucional. En efecto, señores diputados, el artículo 17 a discusión, dice: "Las cosechas y los frutos de las tierras arrendadas por los Ayuntamientos conforme a la presente ley, no podrán ser objeto de requisiciones militares de ningún género........." Hasta aquí no se contiene sino una redundancia de la garantía que establece el artículo 26 constitucional. En puridad, esta declaración sale sobrando si se atiende a que los preceptos constitucionales son de observancia general y a que dentro de ellos deben estar nombradas todas las interpretaciones y la significación de las leyes. Es, pues, una redundancia que resultaría inútil, leído el artículo hasta allí; pero la proposición condicional que le sigue, viene a vulnerar el citado artículo 26 constitucional. Dice, pues, el artículo 17: "Las cosechas y los frutos de las tierras arrendadas por los Ayuntamientos conforme a la presente ley, no podrán ser objeto de requisiciones militares de ningún género, sin previo consentimiento de los Ayuntamientos..."

Si simplemente buscamos otra forma para la expresión de esta idea, podría quedar establecida de esta manera: sólo con consentimientos de los Ayuntamientos podrán las cosechas y los frutos de las tierras arrendadas por ellos, ser objeto de requisiciones militares. Y entonces, señores diputados, veis claramente cómo es anticonstitucional el artículo 17 que se discute. En estas condiciones, señores diputados, espero que la Comisión tenga toda la buena voluntad que ha manifestado la Asamblea que aceptar los artículo en vista de la premura del tiempo y los modifique sin necesidad de una discusión más larga. Yo entiendo, y creo no haberme equivocado, cuál es la mente de la Comisión; la Comisión pretende una barrera a todos los abusos que se están llevando a cabo en la República, pero si esta es su mente, si esto es lo que se propone con el artículo 17, que lo exprese de una manera terminante haciendo referencia a las penas que el Código respectivo señala o aumentándolas si así lo considera conveniente y oportuno, que diga la Comisión: "En el caso de que fueran objeto de requisición estos frutos y

estas cosechas, los autores de esta violación constitucional tendrán penas severísimas conforme a tales y cuales disposiciones legales." Esta es la manera práctica de hacer efectivo el artículo 17. El señor Arellano en la sesión anterior manifestaba también lo que todos sabemos sobre este particular; el señor compañero Dyer hizo algunas consideraciones relativas a que los Ayuntamientos no tenían ni fuerza moral ni fuerza material suficiente para hacerse respetar, ni por los militares de la Federación ni mucho menos, naturalmente, por los que están alzados en armas. En estas condiciones, señores diputados, yo excito a la Comisión, yo invoco el patriotismo de ella para que nos evite una discusión inútil y cansada; nos faltan algo menos de 20 días para terminar nuestras labores, esta ley deberá ir al Senado para ser estudiada allí y dadas las dificultades con que se ha tropezado para que la Alta Cámara resuelva sobre las iniciativas que van de ésta, podemos afirmar que casi no hay ninguna esperanza de que sea sancionada esta ley y puesta en vigor, y si este que es uno de los esfuerzos más sinceros que ha hecho la Representación Nacional en pleno, porque en la discusión de esta ley no ha habido divergencias políticas de gran trascendencia, porque tanto los de la derecha como los de la izquierda han estado absolutamente animados del sentir de la Comisión, si este esfuerzo no se sanciona, iremos seguramente al fracaso porque no se habrá llenado el objeto, ni se habrá pretendido siquiera conseguir el ideal que perseguía esta Ley de Tierras Ociosas. Espero, pues, señores diputados, que la Comisión abandone la testarudez que la ha sintetizado en la discusión del tanto por ciento que deben pedir los Ayuntamientos. Espero, por lo tanto, que no por mis palabras, sino por la verdad que ellas encierran, la H. Comisión accederá a lo que rendidamente le pido. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Neri.

El C. Neri: Señores diputados: La mente de las Comisiones es la de encontrar una protección para los labradores y ponerlos en todo caso a salvo de requisiciones militares; pero como puede darse el caso extremo en que las cosechas sean requeridas para las fuerzas del Gobierno, queremos que los Ayuntamientos presten su apoyo a los labradores, a fin de que las cosechas que tomen dichas fuerzas, sean pagadas. Tal vez sea bastante el artículo 16 que dice "Los Ayuntamientos darán a las siembras hechas en las tierras ociosas toda la protección de las leyes, y cuidarán de ellas como cosa propia."

Y como necesitamos que esta protección sea efectiva, por eso es que, además del artículo que se acaba de leer pusimos el 17. Este artículo quizá no tenga la claridad debida y la Comisión lo ha redactado como sigue, para quitarle la parte esa condicional, sobre la que tienen algunos escrúpulos varios oradores. Puede quedar así: "Las cosechas y los frutos de las tierras arrendadas por los Ayuntamientos conforme a la presente ley, no podrán ser objeto de requisiciones militares de ningún género. En caso de requisiciones los Ayuntamientos se encargarán de hacer efectivo el importe correspondiente. Si los oradores del contra están de acuerdo con esta redacción, las Comisiones lo retirarán para reformarlo.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. diputado Velásquez.

El C. Velásquez: H. Asamblea: Yo he impugnado el artículo 17, porque sin acudir a las naciones más elementales de la lógica se ve y sólo atendiendo al sentido común, se desprende de su tenor que los Ayuntamientos pueden dar su consentimiento previamente para que las fuerzas militares puedan ocupar las cosechas o hacer requisiciones en esas cosechas; esto no necesito encarecerlo al buen criterio de ustedes, es indudable que ese artículo contiene violación del artículo 26 de la Constitución y del artículo 4o. de la misma. La explicación que se ha servido dar la H. Comisión no satisface, porque en el presente caso si queda sin previo consentimiento de los Ayuntamiento de los Ayuntamientos es inútil; se dice que los Ayuntamientos recabarán el importe de esas requisiciones; tampoco, porque da por sentado el hecho de que se verificó la requisición y esto no es posible estando vigente el artículo 26 constitucional, mientras no se expida una Ley Marcial que determine cómo deben hacerse esas requisiciones.

El Ayuntamiento no puede andar gestionado ante los Tribunales ese pago, ni es procedente, porque la responsabilidad civil de los delitos del orden común se sigue ante las autoridades del orden común, es inútil de pronto; el pobre labrador ha sufrido la requisición y esto no debemos consentirlo, si esta ley tiene como finalidad principal favorecer a los labradores; las requisiciones sin una Ley Marcial, y si se admite ese atentado y sólo se deja a los Ayuntamientos la facultad de ir a cobrarlas y entablar la responsabilidad civil, es inútil. Los señores abogados sabemos las dificultades que hay para que se haga valer una responsabilidad civil; es necesario que se pruebe el delito de pillaje y se resuelva en sentencia ejecutoria después de uno o dos años, que es responsable el individuo que ha ido a hacer esas requisiciones. Es ilusorio el derecho de los labradores; el Ayuntamiento no tendrá fondos para nombrar abogados y hacer valer esas acciones. De una vez por todas, es preciso saber que los frutos de los labradores no serán objeto de ninguna requisición y es inútil decirlo, porque el artículo 26 y el 4o. constitucionales establecen esto de una manera terminante. Suplico a las Comisiones modifiquen ese artículo, que envuelve una facultad a los Ayuntamientos para consentir en las requisiciones. Pido que se suprima o que, si se quiere dejar, que se diga terminantemente que en ningún caso, absolutamente en ninguno, serán motivo de requisiciones los frutos obtenidos por los labradores. Esto es lo correcto, lo constitucional, lo patriótico y lo de sentido común. (Aplausos.)

El C. Neri: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Neri: Me permito solicitar se consulte a la Asamblea si consiente que se retire el artículo.

El C. Secretario Portes Gil: En votación económica se pregunta a la Asamblea si concede el permiso solicitado. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se concede.

- El mismo C. Secretario: La Comisión presenta el artículo en la forma siguiente:

"Cuando se proporcionen los elementos de trabajo, pagará el labrador, como máximo, un diez por ciento de la cosecha, y un cinco por ciento, también como máximo, cuando se proporcione únicamente la tierra. Si ésta hubiera sido ya barbechada por el propietario, se abonará un dos por ciento de la cosecha, el cual pagará el Ayuntamiento de la parte que le corresponde.

"Respecto de las tierras a que se refiere la última parte del artículo 9o. de esta ley, los que las cultiven no pagarán nada durante el tiempo que las tengan en posesión precaria."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, se servirán pasar a registrarse.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Arellano.

El C. Arellano: Señores diputados: La parte final de este artículo, que dice:".....se abonará a la persona que haya barbechado, un dos por ciento de la cosecha," prueba de una manera manifiesta la falta de conocimiento en asuntos agrícolas, de la Comisión. Con un dos por ciento para el que ha barbechado, que es el quehacer de las labores, es decir, de los cultivos que se hace con el arado, es el más costoso y el más difícil de hacerse, el dos por ciento no bastaría ni para hacer la pizca; ya una vez cultivado y dado el maíz, no sería suficiente el dos por ciento para ir a recolectarlo nada más Se dan cuatro beneficios con el arado el barbecho, que es el más importante, la siembra, el repaso y la "asegunda," cuatro beneficios con el arado para que esto fuera equitativo, habría necesidad de darle, cuando menos, un veinticinco o un treinta por ciento al que ha barbechado, y que hiciese la cuarta parte de los gastos de la recolección; si esto es el beneficio que es el más caro y el más difícil de hacerse, si es más de la cuarta parte de los gastos que hay que hacer en el cultivo con el arado, nada más justo que se le dé también la cuarta parte al que ayude con la cuarta parte a los gastos de la recolección, y si se hace de otra manera, será enteramente injusto. Respecto del cinco por ciento, yo no sé, no he meditado, no se qué decir.....

El C. Mariel, interrumpiendo: No alcanza ni para pagar a los inspectores.

El C. Arellano, continuando: ..... No alcanza ni para pagar a los inspectores, y el dos por ciento no sería suficiente para pagar a quien fuese en representación del Municipio a recoger la cosecha, ¡este es un solemne disparate! Respecto del tanto por ciento que se ha de dar al Municipio, realmente no ha reflexionado hasta qué punto debe ser justo; indudablemente que los Municipios no tendrán ahora más rentas, en caso de que la ley tenga objeto, que lo que le den los que hayan tomado tierras para su cultivo; indudablemente que, aun cuando el propietario pague la contribución de la tierra que otro ocupe, no la pagará a esos Municipios, así es que los Municipios no tendrán otros recursos que el tanto por ciento que les den los agricultores que hayan hecho uso de las tierras ociosas; pero yo no lo he meditado, no tengo los datos suficientes para poder dar una opinión precisa acerca de cuál sea el tanto por ciento justo; pero respecto al dos por ciento que quiere darse al que ha barbechado las tierras, esto es un solemne disparate. Desearía que la Comisión pusiese, cuando menos, un veinticinco por ciento para el que haya barbechado. porque esto es lo justo; esto es lo que la experiencia ha demostrado que es la justicia. Si se la cuarta parte del trabajo que necesita desarrollarse para que una labor llegue a dar frutos, nada más justo que se dé también la cuarta parte al que ha contribuído con la cuarta parte del trabajo. Pido que la Comisión, en atención a estas razones, aumente ese tanto por ciento.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: La cedo al compañero González.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Jesús M. González.

El C. González Jesús M.: Señores diputados: Voy a referirme al dos por ciento que propone la Comisión sea entregado a los propietarios de las tierras, cuando éstos las hubiesen barbechado. No debe el compañero que me ha precedido en el uso de la palabra, considerar injusto que solamente el dos por ciento sea entregado a los propietarios que barbechen la tierra y no la cultiven, pues aquí se prevé el caso de que habrá individuos que, por obstruccionar al Gobierno, y con objeto de que no sean declaradas ociosas las tierras que no cultiven, hayan únicamente a barbecharlas y no a cultivarlas. Estos individuos, naturalmente, merecen un castigo, merecen una pena; no debía siquiera entregárseles ese dos por ciento, porque está bien claro que no se comete ninguna injusticia con esto. ¿Qué objeto tiene que algunos individuos barbechen sus tierras, cuando no tengan la intención de cultivarlas? Sencillamente no permitir que otros las cultiven; no permitir que el Gobierno, la Nación, o el pueblo, para hablar en términos más claros, vayan a satisfacer sus necesidades; ese va a ser el objeto de esos individuos.

Entonces, si aun cuando la Comisión nos propusiera estos dos por ciento, que primero me parece que había sido el cinco por ciento, si no fuera ni un sólo centavo, no cometería ninguna injusticia esa Comisión, no cometeríamos nosotros ninguna injusticia como cuerpo colectivo.

Yo creo que es por demás extendernos en esto; medite un poco el compañero que acaba de hablar y verá como esos individuos que vayan a barbechar la tierra con la intención únicamente de dejarla barbechada, no tendría otro objeto que el de burlarse de usted y de todos nosotros, que somos los que estamos expidiendo esta ley favorable para el pueblo. Lo que pide la Comisión, en mi concepto, y si vamos a perder el tiempo haciendo discusiones largas sobre esto, ¿quién será aquél? que puede decir no debe ser el dos por ciento, sino el dos y medio, el tres y medio, el veinte o el ciento por ciento? Esto sería imposible y hasta ridículo. (Voces: ¡Muy bien!)

El C. Secretario Portes Gil: No habiendo ningún otro orador inscripto, se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se considera suficientemente discutido este artículo. Los que estén

por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. Se procede a la votación nominal.

El artículo dice: "Cuando se proporcione elementos de trabajo, pagará el labrador, como máximo, un diez por ciento de la cosecha, y un cinco por ciento también como máximo, cuando se proporcione únicamente la tierra. Si ésta hubiere sido ya barbechada por el propietario, se abonará a éste un dos por ciento de la cosecha; el cual pagará el Ayuntamiento de la parte que le corresponde.

"Respecto de las tierras a que se refiere la última parte del artículo 9o. de esta ley, los que las cultiven no pagarán nada durante el tiempo que las tengan en posesión precaria."

Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Prosecretario Muñoz: Por la negativa.

(Se empezó a tomar la votación.)

El C. Secretario Portes Gil, interrumpiendo la votación: Se suplica a los señores diputados se sirvan hacer seña, cuando menos con el dedo, porque no es posible que la Secretaría les adivine su pensamiento.

(Se acabó de tomar la votación.)

- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar?

El C. Prosecretario Muñoz: ¿Falta algún ciudadano por votar? Se procede a la votación de la Mesa.(Se recogió la votación de la Mesa.)

El C. Secretario Portes Gil: Votaron afirmativamente los CC. Aguilar José D., Aguirre Colorado, Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Alejandre, Alonzo Romero Ancona Albertos, Araujo, Arlanzón, Arreola R., Aveleyra, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Basáñez, Cámara, Cancino Gómez, Cano, Carrillo Eduardo S., Castañeda, Castro, Cepeda Medrano, Cisneros, Córdova Daniel S., Córdova Gabriel J., Dávalos Ornelas, Dávila, Dyer, Fentanes, Fernández Martínez Figeroa, García de Alba, García Eliseo, García Pablo, Garza Ernesto, Garza González, Gaxiola, González Ibarra, González Justo, González Lauro, Guajardo, Gutiérrez Antonio, Gutiérrez Orantes, Hernández Jerónimo, Hernández Maldonado, Herrera, Higareda, Lailson Banuet, Lanz Galera, Lechuga Mariano, Lechuga Val, Limón, Lizalde, López Ignacio, López Lira, Malpica, Manrique, Manzanilla Tejero, Mariel, Márquez Josafat, Márquez Rafael, Martín del Campo, Martínez de Escobar, Medina Francisco, Medina Hilario, Medina Juan, Méndez, Mendoza, Meneses, Mercado, Molina, Montiel, Muñoz, Narro, Navarrete, Neri, Ordorica, Ortíz, Padrés, Paredes Colín, Pedroza, Peña, Peñafiel, Peralta Pineda, Portes Gil, Ramírez Garrido, Ramírez G. Benito, Ramírez Genaro, Ramírez Pedro, Rebolledo, Reynoso, Rivera José, Rocha, Román, Rueda Magro, Ruíz Alberto, Ruíz Estrada, Ruíz Juan A., Sáenz, Sánchez Pontón, Saucedo J. Concepción, Silva Herrera, Silva Jesús, Solórzano, Soto, Téllez Escudero, Torres Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Torres José D., Valle, Velásquez, Ventura, Villareal Filiberto C., Villareal Jesús J. y. Zavala Dionisio. Total, 114 votos.

El C. Aguirre Colorado: Pido la palabra. Mi voto no aparece en la afirmativa y yo voté por la afirmativa.

- El mismo C. Secretario: Ya se rectifica su voto, ciudadano general. Son ciento quince votos de la afirmativa.

El C. Prosecretario Muñoz: Votaron negativamente los CC. Anaya, Arellano, Avendaño, Bello, Blancarte, Carrascosa, Céspedes, Cristiani, Curiel, Leyzaola, Porchas, Ramírez Llaca, Robles Domínguez, Rojas Dugelay, Rojas Rafael, Segovia y Uruñuela.

Total, 16.

El C. Cisneros: Para una aclaración. Voté por la afirmativa y no consta mi nombre.

El C. Secretario Portes Gil: Se toma en consideración el voto del C. Cisneros. Queda Aprobado el Artículo 10 por 116 votos de la afirmativa, contra 16 de la negativa.

Está a discusión el artículo 18 de la ley, que dice: "En cada Municipio, se llevará un registro cuidadoso del movimiento de cultivo en la circunscripción correspondiente y su relación con esta ley."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

Está a discusión el artículo 19, que dice: "Sobre las bases generales contenidas en los artículos de la presente ley, y sin apartarse de ellas, las Legislaturas locales podrán dictar las disposiciones reglamentarias que las circunstancias del lugar exijan, para ponerla en práctica en los Estados, y el Congreso de la Unión dictará las que fueren necesarias por lo que se refiere al Distrito Federal y Territorios."

No habiendo ningún orador inscripto, se reserva el artículo 19 para su votación. Transitorios:

"Artículo 1o. La presente ley entrará en vigor desde la fecha de su promulgación."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"Artículo 2o. Los Gobernadores del Distrito Federal y Territorios y los de los Estados, en sus respectivas jurisdicciones, tendrán la facultad transitoria de resolver las dudas y conflictos que se presenten para la aplicación de la presente ley, caso de que ésta tuviere que aplicarse antes de que se dicten los reglamentos respectivos."

Está a discusión.

El C. Velásquez: Pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Velásquez.

El C. Velásquez: Honorable Asamblea: Impugno este artículo, porque no es práctico; los señores de la Comisión deben entender que los Gobernadores de cada Estado, residen a grandes distancias, y que las cuestiones que van a surgir, entre otras, las más importantes son las de la transferencia, de la diferencia y algunas otras inmediatamente para que procedan los labradores pobres al cultivo de la tierra. Cuando los Gobernadores de cada Estado vayan a resolver esta duda mientras se reglamenta esta ley, ya ha pasado el tiempo, y queda insoluto el derecho discutido. Yo suplico a los señores de la Comisión que se sirvan establecer que las Juntas de Conciliación y Arbitraje sean esas juntas las que deban de resolver o los Jueces de Primera Instancia más inmediatos, porque las Legislaturas

de los Estados van a durar cinco o seis meses en receso, y entonces no habrá quien resuelva, porque los Gobiernos de los Estados no podrán resolver esa duda durante esos cinco o seis meses, porque esto tiene más bien carácter judicial y nunca se ha acostumbrado que ese carácter judicial en circunstancias anormales, se lo abroguen los Gobernadores. Que las Juntas de Conciliación y Arbitraje o los Jueces de Primera Instancia resuelvan inmediatamente en un término, el más perentorio posible y hasta fijando algún procedimiento, que oigan sólo la petición, el informe del Ayuntamiento, y resuelvan sin más trámite. Suplico a la Comisión que, estudiando detenidamente el punto, se sirva reformar en este sentido el artículo, si es que juzga de peso mi explicación, y si no, que se haga su voluntad, pero no es práctico eso.

El C. Ibarra: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Ibarra: Vengo a pedir a la Asamblea tenga a bien aprobar en los términos en que se encuentra; el artículo 2o. transitorio, y vengo a rebatir un poco la argumentación, aunque sea ligeramente, del señor licenciado Velásquez. En cuanto a la expedición, en cuanto a la mayor facilidad que hay, que puede haber, para la aplicación justa de esta ley, seguramente que es más conveniente que resuelvan los Gobernadores de los Estados, provisionalmente, en tanto, como dice el artículo, se dictan los reglamentos respectivos, porque de fiarnos en las Juntas de Conciliación y Arbitraje, debemos tomar en consideración desde luego, y debe tomar en consideración desde luego el señor licenciado Velásquez, que estas Juntas de Conciliación y Arbitraje todavía no funcionan ni podrán funcionar en tanto no se apruebe la reglamentación del artículo 123 constitucional. En algunas partes están funcionando estas Juntas de Conciliación y Arbitraje, pero lo están haciendo en una forma absolutamente defectuosa, ya sea por desconocimiento de los Gobernadores que han nombrado estas juntas, ya sea porque los capitalistas se han movido de un modo activo para controlar esas juntas, no están capacitadas esas Juntas de Conciliación y Arbitraje para hacer justicia en los simples conflictos obreros, y menos estarán capacitados para hacer justicia en conflictos de orden agrario en el momento de la aplicación de esta ley. El funcionamiento regular de las Juntas de Conciliación y Arbitraje tarda todavía, señor licenciado Velásquez. Por otra parte, si los Gobernadores de los Estados están capacitados para resolver estas dudas que surjan en cuanto a la interpretación de esta ley, serán ellos los que deban responder en cualquier caso, de responsabilidades, de fraude a la ley, o de mala aplicación de ella. Las Juntas de Conciliación, pues, señor licenciado, entiendo que aun cuando en el futuro lleguen a estar bien constituídas, por ahora no pueden impartir justicia, ni siquiera obrera, entre el ramo fabril y menos aún dentro de la cuestión agraria. En consecuencia, pido a la Asamblea que se sirva aprobar para la más fácil aplicación de esta ley, para que sea más rápida la interpretación y aplicación de esta ley, se sirva aprobar el artículo 2o. transitorio, que da a los Gobernadores del Distrito Federal y Territorios y al de cada Estado, la facultad transitoria de resolver las dudas y conflictos que se presenten para la aplicación de la presente ley, en tanto se dicta la reglamentación respectiva.

El C. Secretario Portes Gil: No habiendo más oradores inscriptos, se pregunta si está suficientemente discutido el artículo 2o. transitorio. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido.

El C. Manrique: Se va a proceder a la votación del artículo 2o. transitorio, que dice:

"Artículo 2o. Los Gobernadores del Distrito Federal y Territorios y los de los Estados, en sus respectivas jurisdicciones, tendrán la facultad transitoria de resolver las dudas y conflictos que se presenten para la aplicación de la presente ley, caso de que ésta tuviere que aplicarse antes de que se dicten los reglamentos respectivos."

El C. Secretario Portes Gil: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? Se procede a la votación de la Mesa.

El C. Manrique: Votaron por la afirmativa los CC. José D., Aguirre Colorado, Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alejandre, Alonzo Romero, Ancona Albertos, Araujo, Arlanzón, Arreola R., Aveleyra, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Basáñez, Bravo Izquierdo, Cámara, Cancino Gómez, Carrillo Eduardo S., Castañeda, Cervantes, Céspedes, Cisneros, Córdova Daniel S., Córdova Gabriel J., Dávalos Ornelas, Dyer, Echeverría, Esparza Fentanes, García de Alba, García Jonás, García Pablo, Garza Ernesto, Gaxiola, Gómez Mauricio, González Ibarra, González Jesús M., González Lauro, Gutiérrez Orantes, Hernández Jerónimo, Hernández Maldonado, Lailson Banuet, Lanz Galera, Lechuga Mariano, Lechuga Val, Leyzaola, Lizalde, López Ignacio, Malpica, Manrique, Manzano, Mariel, Márquez Josafat, Márquez Rafael, Méndez, Mendoza, Meneses, Mercado, Molina, Montiel, Morales Hesse, Muñoz, Narro, Navarrete, Neri, Ordorica, Ortega José M., Padrés, Pardo Paredes Colín, Pedroza, Peralta, Pineda, Plank, Porchas, Ramírez Garrido, Ramírez G. Benito, Ramírez Pedro, Rebolledo, Rivas, Rivera José, Román Magro, Ruíz Alberto, Ruíz Estrada, Ruíz Juan A., Sáenz, Saucedo J. Concepción, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Jesús, Solórzano, Soto, Torre Jesús de la, Torres Berdón, Torres José D., Valle, Villareal Filiberto C., Villareal Jesús J. y Zubaran.

El C. Secretario Portes Gil: Votaron por la negativa los CC. Alvarez del Castillo, Anaya, Arellano, Avendaño, Bello, Carrascosa, Cepeda Medrano, Cristiani, Curiel, Fernández Martínez, Figueroa, García Eliseo, Garza González, González Justo, Lanz Galera, López Lira, Manzanilla Tejero, Medina Hilario, Medina Juan, Peñafiel, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Robles Domínguez, Rojas Dugelay, Ruíz José P., Silva Herrera, Torre Rómulo de la, Urueta, Uruñuela, Velázquez, Ventura y Zavala.

Total: 101 ciudadanos diputados. Se rectifica el voto del C. Ramírez Genaro, por la negativa.

Aprobado el artículo 2o. transitorio, por 100 votos de la afirmativa, contra 33 de la negativa.

- El mismo C. Secretario: Se procede a la votación nominal de los artículos 18, 19 y 1o. transitorio de la ley, no objetados.

(Se procede a la votación.)

El C. Prosecretario Muñoz: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? Se procede a la votación de la Mesa.

El C. Secretario Portes Gil: Votaron afirmativamente los CC. Aguilar José D., Aguirre Colorado, Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alejandre, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Arlanzón Arreola R., Aveleyra, Barragán Juan Francisco, Barrera de la, Basáñez, Bello, Benítez, Blancarte, Cámara, Cancino Gómez, Cano, Cárdenas, Carrillo Eduardo S., Castañeda, Cepeda Medrano, Cervantes, Céspedes, Cisneros, Curiel, Dávalos Ornelas, Dyer, Echeverría, Fentanes, Fernández Martínez, Figueroa, García de Alba, García Salvador Gonzalo, Garza Ernesto, Garza González, Gaxiola, Gómez Mauricio, González Ibarra, González Jesús M., González Justo, González Lauro, Guajardo, Gutiérrez Antonio, Hay, Hernández Garibay, Hernández Maldonado, Herrera, Jurado, Lanz Galera, Leyzaola, López Ignacio, López Lira, López Miro, Magallón, Malpica, Manjarrez, Manrique, Manzanilla Tejero, Manzano, Mariel, Márquez Josafat, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Mata Filomeno, Medina Francisco, Medina Hilario, Medina Juan, Méndez, Mendoza, Meneses, Meza, Molina, Montiel, Morales Hesse, Muñoz, Navarrete, Neri, Ortega José M., Ortíz, Padilla, Padrés, Pardo, Paredes Colín, Peña, Peñafiel, Peralta, Pereyra Carbonell, Pineda, Plank, Porchas, Portes Gil, Portillo, Pruneda, Ramírez Garrido, Ramírez G. Benito, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Ramírez Pedro, Rebolledo, Reynoso, Rivas, Rivera José, Rocha, Rodríguez Saro, Rueda Magro, Ruíz Alberto, Ruíz Estrada, Ruíz José P., Ruíz Juan A., Sáenz, Sánchez Tenorio, Saucedo J. Concepción, Saucedo Salvador, Segovia, Sepúlveda, Silva Herrera, Silva Jesús, Siurob, Soto, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torre Berdón, Torre José D., Urueta, Uruñuela, Valle, Velásquez, Ventura, Villareal Filiberto C., Villareal Jesús J., Zavala Dionisio y Zubaran.

El C. Prosecretario Muñoz: Votaron negativamente los CC. Anaya, Arellano Avendaño, Carrascosa, Cristiani, Robles Domínguez y Rojas Dugelay.

El C. Secretario Portes Gil: Aprobados los artículos 18, 19 y 1o. transitorios, por 137 votos de la afirmativa, contra 7 de la negativa.

Se ha presentado la siguiente adición a la ley:

"H. Asamblea:

"Con fundamento en el artículo 122 del Reglamento del Congreso de la Unión me permito proponer a la consideración de la H. Asamblea una adición al artículo 5o. de la Ley de la Tierra Ociosas, que consisten en fijar el término dentro del cual las Legislaturas de los Estados deberán señalar para cada región las fechas en que terminen para los propietarios o poseedores de terrenos, los períodos de preparación y de siembras; dicho término, me permito proponerlo como de un mes a contar de la publicación de la ley.

"Como considero de importancia la adición que propongo, ya que de no aceptarse, la ley de que se trata no daría los resultados que se ha propuesto la H. Cámara de Diputados al expedirla, pues bastaría que no se fijara por las Legislaturas locales cuando terminaba para los poseedores de terrenos la obligación de cultivarlos para que ninguno tuviera derecho a solicitar del Ayuntamiento respectivo su usufructo, espero que la H. Asamblea aceptará mi proposición para que en definitiva el artículo 5o. quede en la siguiente forma:

"Artículo 5o. Las Legislaturas de los Estados, tomando en consideración las costumbres del lugar, el clima, la naturaleza del cultivo, etc., dentro de un mes a contar desde la promulgación de esta ley, fijarán para cada región las fechas en que terminen para los propietarios o poseedores de terrenos, los períodos de preparación y de siembra; de modo que los usuarios de las tierras ociosas puedan todavía utilizarlas."

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 3 de diciembre de 1917.- J. López Lira.- Alberto Román."

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado López Lira para fundar su proposición.

El C. López Lira: Señores diputados: La modificación que propongo al artículo 5o. de la Ley de la Tierra Ociosas, es tan pequeña como trascendental. Se reduce, señores diputados, a fijar a las Legislaturas de los Estados término en el cual ellas deben señalar la fecha en que termina para los poseedores de los terrenos la facultad para barbechar y sembrar. La Ley de Tierras Ociosas obedece a una necesidad y no podrá llenar el objeto que se ha propuesto sus iniciadores y la Cámara al aprobarla, si aquella parte que corresponde a las Legislaturas locales queda insoluta. Bastará que el expediente duerma en las Legislaturas de los Estados un tiempo indefinido para que no llene de ninguna manera su misión esta ley. Urge, pues, que las Legislaturas de los Estados estén obligadas dentro de un término, que dadas las condiciones especiales por que atravesamos no puede ser mayor de un mes, que dentro de ese término, digo, las Legislaturas de los Estados señalen para cada región la fecha en que los poseedores de terrenos ya no tienen derecho a sembrarlos, y puedan quedar de esta manera a disposición de los usuarios. Como este asunto lo considero de obvia resolución, como es trascendental, puesto que hará que la ley sea un poco más eficiente, espero de Vuestra Soberanía se sirvan admitirlo a discusión, y espero que la Comisión se servirá estudiarlo y presentar cuanto antes el dictamen respectivo.

El C. Secretario Portes Gil: En votación económica se pregunta si se toma en consideración la adición propuesta. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se admite a discusión.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Neri, de la Comisión: Como la Comisión había cambiado ya impresiones con el C. López Lira y este asunto tendría que pasar a ella para dictaminar, estando penetrada de la importancia de la adición, hace suyas las razones que ha expuesto el señor López Lira y presenta como su dictamen la adición propuesta. (Aplausos.)

El C. Secretario Portes Gil: Habiendo la Comisión hecho suya la proposición de que se trata, se pone a discusión. ( Voces: ¡Que se lea, que se lea!)

"Las Legislaturas de los Estados, tomando en consideración las costumbres del lugar, la naturaleza del cultivo, etc., dentro del plazo de un mes a contar de la promulgación de esta ley fijarán para cada región las fechas en que terminen los propietarios o poseedores de terrenos, los períodos de preparación y de siembra; de modo que los usuarios de las tierras ociosas pueden todavía utilizarlas."

- El V. Velásquez: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Velásquez: Suplico a la Comisión que se sirva tener en cuenta que algunas Legislaturas de los Estados al promulgarse esta ley estarán en receso y que si va a ser práctico ese artículo ha de decirse, que en caso de que las Legislaturas estén en receso, las Comisiones Permanentes o los Gobernadores de los Estados puedan fijar ese plazo dentro del término que está señalado en este artículo adicional porque debe tenerse en cuenta que hay Estados en donde no hay Legislaturas en funciones porque están en receso y a fin de hacer práctico este artículo, pido que la Comisión tenga en cuenta esta observación que hago.

El C. Neri, de la Comisión: Los Gobernadores de los Estados, señor Velásquez, tiene facultades para resolver sobre el problema que ha planteado Su Señoría; en ese concepto las Comisiones no estimaron prudente poner que la Comisión Permanente fijará el término, sino que sea la Legislatura de cada Estado.

El C. Secretario Magallón: Se consulta a la Asamblea si hay algún orador que desee hacer uso de la palabra.

El C. Hernández Garibay: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Hernández Garibay.

El C. Hernández Garibay: Yo suplico a la H. Comisión me haga el favor de decirme si esa orden que da a las Legislaturas de los Estados.... (Voces: ¡Tribuna, tribuna!) no invade la soberanía de los mismos.

El C. Neri: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Neri, de la Comisión: El artículo 5o. está aprobado ya, y se trata solo de una adición que presenta el C. López Lira en compañía del C. Román. La Comisión estima que no se invada la soberanía de los Estados, desde el momento en que no estamos reglamentando este artículo para los Estados, sino que se deja esa facultad a las mismas Legislaturas.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el ciudadano diputado Velásquez.

El C. Velásquez: H. Asamblea: La adición que se presenta tiene caracteres muy prácticos, porque si se va a promulgar la ley y no se fija por las Legislaturas, en caso de que ellas vayan a legislar sobre esa ley, si no se fija por las Legislaturas, digo, el plazo de que habla ese artículo 5o., será muy ilusoria la ley; pero yo hago esta observación: hay Legislaturas de los Estados en receso, y que no volverán, durante este período en que esté vigente esta ley, a reunirse. ¿Quién fija ese plazo? ¿La Comisión permanente o los Gobernadores? Me dice el señor Neri que los gobernadores van a reglamentarla. No hablo yo de reglamentación, hablo yo de la fijación del plazo. Esa fijación debe ser antes que se reglamente, en caso de que las Legislaturas de los Estados acepten esta ley - que es casi seguro que la aceptarán -; pero ese plazo que se quiere para hacer práctica esta ley, debe haber alguna autoridad que lo fije. Las Legislaturas no todas están funcionando, y hay Estados en que no hay Legislaturas. ¿Por qué no se da esa facultad al Gobernador de cada Estado, o a la Comisión permanente? En fin, ¿qué razón hay para no hacer práctica esta ley? Se me contestó que los Gobernadores van a reglamentarla; yo no hablo de la reglamentación, hablo del artículo 5o., de la fijación de ese plazo que con tanto acierto señala el diputado López Lira, y algún otro, el señor diputado Román. Yo pido que para hacer más práctico eso, si las Legislaturas locales no están reunidas en cada Estado, la Comisión permanente o el Gobernador fijen ese plazo; esto es lo práctico si se quiere hacer práctico esta ley y si se quiere ayudar al pobre labrador. Por lo tanto, pido que este término, si se quiere que esta ley sea práctica, porque muchas veces las Legislaturas no están en funciones, porque se va a dar una ley que no es practicable, pido que se faculte a alguna autoridad para que fije ese plazo, ya sean las Comisiones permanentes o los Gobernadores de los Estados. Yo pido a la Comisión, si tiene un firme propósito de ayudar a los labradores pobres, que fije que cuando las Legislaturas locales no estén en funciones, la Comisión permanente o los Gobernadores fijen el término a que se refiere el artículo 5o.

El C. Neri, de la Comisión: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Neri: En obvio de dificultades, pido permiso para retirar el artículo y adicionarlo en los términos en que ha expresado el señor licenciado Velásquez.

El C. Secretario Magallón: Se consulta a la Asamblea si permite retirar el artículo para adicionarlo en el sentido de la discusión. En votación económica de pregunta si se permite retirarlo. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se concede permiso.

- El mismo C. Secretario: La adición ha quedado en la siguiente forma:

"Artículo 5o. Las Legislaturas de los Estados, tomando en consideración las costumbres del lugar, el clima, la naturaleza del cultivo, etc., dentro del plazo de un mes, a contar de la promulgación de esta ley, fijarán para cada región las fechas en que terminen para los propietarios o poseedores de terrenos, los períodos de preparación y de siembra; de modo que los usuarios de las tierras ociosas puedan todavía utilizarlas.

"Si no estuviere en funciones la Legislatura, podrá fijar el término la Comisión permanente, y donde no haya Legislatura, lo harán los Gobernantes provisionales."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el ciudadano diputado Blancarte.

El C. Blancarte: Señores diputados: Si las grandes

necesidades nacionales justifican la expresión de esta ley, porque yo entiendo que cuando hay una necesidad como la que tenemos, de la producción de elementos de primera necesidad, debe atenderse a que se satisfaga, aunque esto venga sobre todas la leyes y sobre todo lo que se llame soberanías locales, yo creo que ya esta proporción hace una invasión a la soberanía de los Estados, de tal manera que no podremos justificarnos nunca. ¿Con qué derecho les vamos a ordenar a las Legislaturas de los Estados que deben dar un reglamento dentro de determinado plazo? Esto no es una ley federal; esta es una orden enteramente, ahora no podemos decir del Congreso de la Unión, pero si de una Cámara para una Legislatura local. Está bien que se diga que las Legislaturas reglamentarán lo relativo a esta ley, pero sin pedir, sin llegar a dar la orden de que debe ser dentro de un mes. Esta facultad es exclusiva de las Legislaturas de los Estados y se invaden no solamente reglamentando nosotros, sino también ordenándoles que reglamenten en determinado sentido y en determinado tiempo. Si ya hemos hecho muchas invasiones a esa soberanía, limitémonos, porque en este caso no se justifica ni por la necesidad nacional, ni por la urgencia del momento, y si seremos los primeros en dar el antecedente de que esta Cámara está invadiendo esa soberanía, lo que puede dar lugar a un amparo si los queremos apremiar a que cumplan; pero si no se llega a este caso, cuando menos damos el ejemplo de que no sabemos hasta dónde llegan nuestras facultades y hasta dónde llegan las de las Legislaturas locales. Por eso pido que se deseche esta adición y que quede nada más lo que se había dicho, que cada Legislatura reglamente lo relativo a la aplicación de esta ley.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Figueroa.

El C. Figueroa: Señores diputados: No es extraño que un jurisconsulto tenga este resquemor acerca de la soberanía de los Estados; pero debe tomarse en consideración que esta ley está fundada en el interés general, en el interés de la población toda de la República y no es posible que ahora vengamos con estas ideas tan raquíticas a querer creer que pretendemos intervenir en la soberanía de los Estados. Se trata solamente de dar un plazo más o menos corto para que las Legislaturas puedan proceder a la reglamentación de esta ley porque, como digo, está fundada en el interés general de la República. Desde un principio, señores, se ha visto combatida esta ley, precisamente porque no estaba de acuerdo con los códigos o con tal o cual teoría de derecho, puesto que esta ley establece, por decirlo asi, nueva jurisprudencia, pero es necesario que nos acostumbremos a ello. ¿Cómo es posible que nosotros estemos expuestos a la voluntad, a la santísima voluntad de las Legislaturas de los Estados, que no siempre trabajan con la eficacia que podría esperarse, si nosotros, a pesar de la buena voluntad que tenemos, no hemos podido hacer muchas cosas? ¿Por qué por otra parte vamos a estar sujetos al patriotismo de las Legislaturas y esperar que las Legislaturas vean el fondo de nuestra idea? El señor Blancarte no ha podido comprender nuestra idea y, sin embargo, dice que las Legislaturas podrán comprender el espíritu de este artículo adicional. Por tanto, ruego a Sus Señorías que aprobéis el artículo a discusión, en vista de las razones que me he permitido exponer.

El C. Hernández Garibay: Dado el caso de que las Legislaturas de los Estados no estén dispuestas a aplicar ese artículo, ¿cuál es la sanción que tienen? ¿qué se les hace?

El C. Neri: Creo, señores diputados, que todo puede resolverse fácilmente por las razones que hemos expuesto.

El C. Manrique: Creo, señores diputados, que todo puede conciliarse fácilmente, conciliando la redacción de esta cláusula con la del artículo 19, ya aprobado. No se nos oculta que el fijar una fecha ateniéndose a las condiciones de la localidad, al clima, costumbres agrícolas, etc., no es otra cosa que reglamentar, y ya el artículo 19, que fija bases generales para reglamentación, nos dice: "Sobre las bases generales contenidas en los artículos de la presente ley y sin apartarse de ellas, las Legislaturas locales podrán dictar las disposiciones reglamentarias que las circunstancias del lugar exijan, para ponerla en práctica en los Estados, y el Congreso de la Unión dictará las que fueren necesarias por lo que se refiere al Distrito Federal y Territorios."

"Las Legislaturas locales podrán fijar," no dice categóricamente fijarán, porque esto sería obligar a las Legislaturas a reglamentar; dice: "podrán fijar." Pónganse de acuerdo ambas disposiciones, y en lugar de ordenar: "fijarán para cada región las fechas en que terminen para los propietarios o poseedores de terrenos, los períodos de preparación y de siembra; de modo que los usuarios de las tierras ociosas puedan todavía utilizarse."

Dígase podrán fijar. Entonces habrá quedado reducida esta cláusula a los términos, a sus verdaderos términos, a los de una sugestión o indicación a las Legislaturas locales, a las cuales nos está vedado el ordenar.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. López Lira.

El C. López Lira: Quiero hacer notar a la Asamblea que el artículo 5o. está aprobado ya, y el artículo 5o. está aprobado en los términos siguientes: "Las Legislaturas de los Estados fijarán los términos a que se refiere la ley." La adición consiste en dar a las Legislaturas de los Estados un plazo dentro del cual deban fijarlo. (Voces: Se pisotea la soberanía de los Estados.) No se pisotea la soberanía de los Estados. Cuando el Congreso de la Unión da una Ley Electoral diciendo a los Gobernadores de los Estados que deben fijar la división territorial, indudablemente que se les da un plazo dentro del cual deben reglamentar esa misma ley. Por otra parte, las objeciones que se hacen a esta adición, en caso de que prosperaran, no harán otra cosa sino nulificar la tendencia de esta ley. Hay muchos Estados en que, por intereses creados, no se llegará a reglamentar esta ley y será imposible que existan estas tierras ociosas y será imposible al usuario disponer de ellas; si de esto se trata, de que sea infructuosa la labor de la Cámara de Diputados, en buena hora, esta ley fracasará absolutamente. Las Legislaturas de los Estados no fijarán cuándo termina la fecha de preparación y de siembra, y entonces los vecinos de

los pueblos no estarán facultados para poder usar de esas tierras, y entonces todo lo que se ha hecho aquí, todo lo que se ha pugnado en favor, no de la Revolución, sino de la subsistencia nacional, saldrá sobrando. Ahora bien, decían algunos señores: "¿qué sanción tiene?" La sanción que debe tener toda violación a una ley federal. Si el Senado de la República aprueba esta ley y las Legislaturas de los Estados tardan dos o tres años en reglamentarla, no habrá llenado absolutamente su objeto; si se trata de llenar su objeto, si está basada en el artículo 27 de la Constitución, si es una ley de circunstancias, si en Europa hay dictadores de alimentos, en vista de la escasez de las subsistencias, y esto tiende única y exclusivamente a provocar la producción de cereales en la República, no veo por qué nos detengamos ante objeciones verdaderamente pequeñas; si ya está aprobada por la Cámara de Diputados la parte esencial del artículo en que imperativamente se dice a las Legislaturas: "fijarás las fechas de preparación y siembra," ¿qué tiene de particular que se les diga: "fijarás dentro de un término más o menos largo?" ¿Por qué la fijación de ese término es lo que viene a vulnerar la Soberanía de los Estados, y no el imperativo de : "fijarás "? El artículo 5o., aprobado ya, como dije a ustedes, dice así: "Las Legislaturas de los Estados, tomando en consideración las costumbres del lugar, el clima, la naturaleza del cultivo, etc., fijarán para cada región......"

Este es el verdadero imperativo, no el plazo dentro del cual debe fijar esos plazos. Entonces, ¿al decir a las Legislaturas de los Estados: "fijarás," no se les manda nada? (Voces: ¡Se les invita!) No, no dice aquí que se les invite, dice que las Legislaturas de los Estados fijarán, y en estas condiciones, en el verbo es donde está la acción precisamente, no en el plazo en el cual debe fijarse. Si las Legislaturas de los Estados rechazan esto, que para algunos es una invasión, no es seguramente por el término de un mes, dos o tres que se fijen, es sencillamente por el verbo fijarán; luego entonces, señores, si el imperativo está ya aprobado por la Cámara de Diputados, ¿qué tiene de particular que se fije un término para las fechas de preparación y de siembra?

Esto no es más que una labor de obstrucción que a última hora se ha tenido empeño en presentar a la ley.

El C. Figueroa, interrumpiendo: ¡Eso debieron haber hecho al principio!

El C. López Lira, continuando: Sí, estas objeciones debieron haberse hecho cuando se discutió el artículo 5o., pero, de cualquiera manera, señores diputados, vosotros vais a votar sobre esta adición y, por lo que personalmente toca a mí, yo no tengo ningún empeño en el asunto; pero si no aceptáis esta modificación y después de esta discusión que se ha provocado, las Legislaturas de los Estados, menos, señores diputados, fijarán ese término y entonces sí habremos perdido lastimosamente el tiempo en toda esta preparación, discusión y formación de la Ley de Tierras Ociosas. Votad, señores diputados, con vuestras conciencias revolucionarias, votad, sí, por la afirmativa o por la negativa, teniendo en cuenta que en el segundo caso nulificáis en absoluto la Ley de Tierras Ociosas y que entonces esta necesidad de la subsistencia, esta necesidad vital e imprescindible que nos ha animado para dar una ley absolutamente rígida y autoritaria, no se ha satisfecho; entonces, señores diputados, el porvenir de la Nación estará roto; México, sin un cultivo intensivo, sin facilidades para traer víveres del extranjero, aquellos que necesita para vivir, difícilmente podrá consolidar sus instituciones. Votad con patriotismo por lo que a bien haya decidido vuestra conciencia. (Aplausos.)

El C. Secretario Magallón: No habiendo más oradores en contra, se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido, Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Está suficientemente discutido. Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Aveleyra: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún ciudadano por votar? Se procede a la votación de la Mesa.

Votaron por la afirmativa los CC. Aguilar José D., Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Alejandre, Alonzo Romero, Arreola R., Aveleyra, Barragán Martín, Betancourt, Bravo Izquierdo, Cámara, Cancino Gómez, Carrillo Eduardo S., Castañeda, Castro, Cervantes, Cisneros, Córdoba Daniel S., Dávalos Ornelas, Dyer, Fentanes, Fernández Martínez, Garza Ernesto, Gaxiola, González Ibarra, González Jesús M., González Justo, González Lauro, Guajardo, Gutiérrez Antonio, Hernández Maldonado, Ibarra, Jurado, Lechuga Mariano, Lechuga Val, López Ignacio, López Lira, Magallón, Malpica, Manjarrez, Manrique, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Medina Juan, Mendoza, Meneses, Mercado, Molina, Montiel, Morales Hesse, Muñoz, Navarrete, Neri, Otero, Padilla, Padrés, Pardo, Peña, Peñafiel, Peralta, Pineda, Plank, Porchas, Portes Gil, Prieto, Ramírez Genaro, Rebolledo, Rivas, Rivera Cabrera, Rodríguez Saro, Román, Rueda Magro, Ruiz Alberto, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Sáenz, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera, Solórzano, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Torres José D., Urueta, Valle, Velásquez, Ventura, Villarreal Jesús J. y Zubaran.

El C. Aveleyra: Votaron por la negativa los CC. Aguirre Colorado, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Anaya, Arellano, Arlanzón, Avendaño, Barragán Juan Francisco, Bello, Blancarte, Cano, Carrascosa, Céspedes, Córdova Gabriel J., Curiel, Dávila, Esparza, García de Alba, García Eliseo, García Vigil, Garza González, Hermosillo, Hernández Garibay, Herrera, Lanz Galera, Manzanilla, Tejero, Márquez Josafat, Medina Hilario, Méndez, Meza, Ortega José M., Ortiz, Paredes Colín, Pedroza, Pesqueira, Ramírez Llaca, Reynoso, Rivera José, Robles Domínguez, Rocha, Rojas Dugelay, Segovia, Silva Jesús, Soto, Uruñuela, Villaseñor y Zubaran.

Total: 47. Queda aprobado el artículo 5o. por 93 votos de la afirmativa contra 47 de la negativa. (Aplausos.)

El C. Secretario Portes Gil: Se han presentado

dos adiciones más a esta ley, cuya discusión continuará en la sesión del próximo miércoles.

El C. Prosecretario Magallón: Orden del día 10 de diciembre a las 4 p. m.: "Discusión del proyecto de ley por el que se concede pensión al C. Andrés Oscoy.

"Discusión del proyecto de ley de la deuda agraria.

"Discusión del proyecto de Ley de Suspensión de Garantías.

"Sesión secreta."

El C. Presidente: Teniendo conocimiento la Mesa de que se encuentra enfermo el C. Martínez Joaquín, se comisiona a los ciudadanos diputados Martínez de Escobar, Sánchez Tenorio y Secretario Limón, para que le hagan una visita en nombre de la Cámara de Diputados. A las 12.23 p. m.: Se levanta la sesión para reanudarla a las cuatro de la tarde.

(Asistencia de 128 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.18 p.m.: Se reanuda la sesión.

El C. Prosecretario Muñoz: "Secretaría de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos.- Sección 2a.- Número 65.

"En siete fojas útiles se recibió de esa H. Cámara de Diputados, el expediente con el proyecto de ley que concede una pensión de cinco pesos diarios a la señora María Beltrán viuda de Garmendia.

"Protestamos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- México, a 8 de diciembre de 1917.- L. Pescador, S. S.- J. Silva, S. S.

"A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados. "Presente."- A su expediente.

"Secretaría del Congreso del Estado.- Jalisco.

"La XXV Legislatura de este Estado clausuró hoy su primer período ordinario de sesiones que abrió de conformidad con el artículo 3o. transitorio de la Constitución Política local; dejando nombrada la diputación permanente que funcionará durante el receso.

"Tenemos la honra de comunicarlo a ustedes para su inteligencia. "Constitución y Reformas.- Guadalajara, 30 de noviembre de 1917.- J.V. Mejía, D. S.- J. W. Torres, D. S.

"A los ciudadanos Secretarios de la Cámara de Diputados del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos.- México."- De enterado.

"Secretaría de Estado.- Negocios Interiores.- Sección Primera.- Número 3665.

"Acuso a ustedes recibo de su atento oficio girado por la Mesa de Correspondencia bajo el número 672 con fecha primero del actual, en el que se sirven transcribir un memorial de algunos vecinos del Municipio de Tacuba.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi consideración distinguida.

"Constitución y Reformas.- México, diciembre 7 de 1917.- Por orden del Subsecretario de Estado Encargado del Despacho del Interior.- El Oficial Mayor.- P. Machorro Narváez.

"A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente."- A su expediente.

"Gobierno Constitucionalista de Tabasco.- Secretaría General.- Departamento segundo.- Ramo de Elecciones.- Número 848.

"Al ciudadano Presidente de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F.

"Para los efectos correspondientes de la Ley Electoral vigente, tengo el honor de remitir a usted, un paquete que me fue enviado por el ciudadano Presidente Municipal de Cunduacán, con oficio número 449, de 28 de noviembre último y que se dice contiene los documentos relativos a las elecciones extraordinarias de diputados al Congreso de la Unión, por el tercer distrito electoral de esta Entidad Federativa; elecciones que se hicieron de conformidad con la convocatoria de esa H. Cámara, comunicada a este Gobierno con fecha 15 de octubre del presente año.

"He de merecer a usted se digne ordenar se me acuse el recibo correspondiente.

"Protéstole las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- Villa Hermosa, Tabasco, a 3 de diciembre de 1917.- El Gobernador provisional, licenciado Joaquín Ruiz.- El Secretario General, doctor Juan Solórzano Morfín."- Recibo y a la Comisión revisora a que corresponde.

"Crescencio A. Miranda, profesor normalista de Instrucción Primaria, con domicilio en la 4a. calle de José María Pino Suárez número 36, ante esta Representación Nacional, con el más alto respeto, expongo:

"Que con fecha 22 del actual recibí del ciudadano Inspector de la 3a. Zona escolar Urbana, la circular número 6, en que se me transcribe una disposición u orden de la Dirección General de Educación Pública, que he estimado sumamente violatoria a nuestros mandatos constitucionales, y a la cual dí la contestación que juzgué de mi deber y de la que adjunto al presente una copia, para conocimiento de esta H. Cámara y los fines a que haya lugar.

"Protesto a ese H. Cuerpo mis respetos y consideraciones.

"México, 6 de diciembre de 1917.- C. A. Miranda."

"Hacemos nuestra la anterior petición.- Cámara de Diputados, a 6 de diciembre de 1917.- A. Cienfuegos y Camus.- G. Padrés.- E. Portes Gil."

"Ciudadano Director General de Educación Pública.

"Profesor Crescencio A. Miranda, ciudadano en pleno ejercicio de sus derechos, paso a contestar la circular número 6 de fecha 22 del corriente mes,

en la que se me transcribe la disposición u orden de esa Dirección General y que a la letra dice:

"Teniendo en cuenta que los profesores de las escuelas tienen que ejercer el derecho que la ley concede a todo ciudadano para votar y ser votado en las elecciones que se llevan a cabo para ocupar cargos políticos, y no siendo posible coartarles este derecho, esta Dirección General ha estimado conveniente indicarles, por conducto de usted, se sirvan abstenerse de tomar parte activa en las luchas políticas, debiendo concretarse meramente a la acción de votar, en vista de que tanto ellos como las escuelas, quedarían expuestos a los vaivenes de la misma, pues aun cuando triunfara su candidato y se pretendiera mejorar a algún profesor por el solo hecho de haber ayudado a su triunfo, deben tener presente que esta misma Dirección General sólo toma en consideración, cuando se le propone a algún candidato para ascenso, su preparación técnica y los buenos servicios que hubiere prestado a las escuelas...." Al ciudadano Director de la Escuela Elemental número 192.- Presente."

"La disposición transcripta constituye una irrespetuosa, flagrante e inicua serie de violaciones a los preceptos constitucionales que nos rigen, propia sólo de los confabulados para derrocar al Gobierno legítimo del gran demócrata don Francisco I. Madero, de los que sostuvieron la situación más ignominiosa que registra nuestra historia nacional, y que fue encabezada por Victoriano Huerta, engendro de la maldad y el crimen, quien se burló de modo sangriento e infame de la voluntad popular, de los derechos de los ciudadanos, escarneciendo nuestra Carta Fundamental de 57.

"En efecto, ¿cómo podría compadecerse la citada circular en donde se ordena la abstención de intervenir en las luchas políticas, "debiendo concretarse - los profesores -, meramente a la acción de votar," con nuestra Constitución de 1917, que dice terminantemente que: "A los ciudadanos de la República no podrá coartárseles el derecho de asociarse, para tomar parte en los asuntos políticos del país? (artículo 9o.) ¿Cómo podría arrebatarse el derecho a los ciudadanos para sostener un programa político o una candidatura, cuando es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos? (artículo 7o.) ¿Quién podría tener la osadía de quitarnos el derecho de sostener ampliamente nuestras convicciones políticas, estando en vigor la Constitución , y cuando por este hecho, la manifestación de las ideas no puede ser objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa? (artículo 6o.) ¿Cómo pretender, inquisitorialmente, rompiendo con nuestras leyes, nulificar el mandato constitucional, que dice: "Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus posesiones o derechos? (artículo 14.) ¿Por qué intenta esa Dirección General que violemos el ordenamiento constitucional, que dice que las funciones electorales son obligatorias y gratuitas? (artículo 5o.) ¿Por qué se pretende obligar al ciudadano maestro a que rompa con la Constitución, abjurando de las prerrogativas consignadas en el artículo 35, fracción III, de "asociarse para tratar los asuntos políticos del país"? ¿Qué esa Dirección General ignora que el artículo 36, fracción V, señala como una de las obligaciones del ciudadano la de "desempeñar las funciones electorales?"

"Mas la citada disposición es altamente denigrante y atentatoria, es..... el mayor ultraje que pueda hacerse a la Constitución, a los ciudadanos maestros, al querer que éstos mismos, por sus propios actos, se hagan acreedores a un castigo, a una pena, que señale el artículo 38 y que a la letra dice: "Los derechos o prerrogativas del ciudadano se suspenden: I. Por falta de cumplimiento, sin causa justificada de cualquiera de las obligaciones que impone el artículo 36." Pero hay algo más asombroso, hay algo cuyos tintes no puedo calificar, porque llega al sumum de la maldad, al pretender llevar al ciudadano maestro, por sus mismos hechos, a perder su calidad de ciudadano mexicano, pues, según el texto del artículo 37, fracción III, "La calidad de ciudadano mexicano se pierde: "por comprometerse en cualquier forma a no observar la presente Constitución o las leyes que de ella emanan," y esto de obligar al ciudadano maestro a perder sus prerrogativas y su calidad de ciudadano mexicano, es profundamente inmoral, es insensato, merece la reprobación de toda conciencia honrada y el castigo duro e inflexible de la ley.

"Qué, acaso, el signatario de dicha disposición no conoce el artículo 133, que dice que la Constitución es la ley suprema de la República?

"Pero, en estos tiempos, después de nuestras luchas por la libertad, hay algo enormemente inquisitorial, algo que merece un castigo ejemplar y severo, es el llegar hasta hacérsenos la burla sangrienta, al decírsenos que nos abstengamos de intervenir activamente en las luchas políticas, ya que no es posible coartarnos el derecho de votar y ser votados, etc.... es decir, que de encontrar esa posibilidad se llegaría a la infamia, a la ignominia, de nulificar nuestra ciudadanía, y las prerrogativas que consagra para nosotros el artículo 35 en sus fracciones I y II, y en verdad que esto ya constituye el colmo del ultraje a nuestra Constitución y a nuestra dignidad de ciudadanos y de maestros.

"Mas se pretende justificar dicha disposición diciendo que se desea salvar a la escuela y al magisterio de los vaivenes de la política, pues que la "Dirección General sólo toma en consideración, cuando se le propone algún candidato para su ascenso, su preparación técnica y los buenos servicios que hubiere prestado a las escuelas." Y esto en verdad que no es una razón, sino un vil pretexto para coartarnos nuestros derechos, para arrastrarnos al mismo tiempo a violar la Constitución.

"Desde luego hay que tener en cuenta que siendo libre el Municipio y teniendo a su cargo las escuelas primarias, seguramente que será el autorizado para conceder los ascensos; por otra parte, debiera saber la Dirección General, que existe un escalafón expedido durante el período preconstitucional que, mientras no se dé otro que lo derogue o modifique, está en vigor, y por lo mismo que es, o al menos, debe ser la norma para el ascenso del profesorado.

"Además, esa Dirección General sabe bien que existe una Ley de Organización del Distrito y Territorios Federales, que consagra un artículo, el 33, que es la salvaguardia de los maestros, y, en consecuencia, de la escuela, y en el que se ordena que para la separación de los profesores debe intervenir una Junta de Honor, formada por profesores

titulados, que ellos mismos elijan, y por otras personas que designe el Ayuntamiento, y que, en todo caso, de ser separados injustamente de sus puestos, tendrían aún los derechos que, también, consagran las leyes.

"Por tanto, son nulos y no tienen valor alguno los argumentos de esa Dirección General, por el hecho de que al estar ya en funciones el Ayuntamiento Constitucional, éste tendrá que intervenir en los asuntos de las escuelas primarias y del profesorado, sujetándose a los preceptos legales que están en vigor.

"He demostrado la violación a los mandatos constitucionales; que es una infamia pretender arrebatar a los profesores sus prerrogativas o derechos y su calidad de ciudadanos y de ciudadanos mexicanos; que es ignominioso arrastrarlos a violar nuestra Constitución; que los argumentos expuestos por esa Dirección General, no tienen ningún valor legal, moral ni lógico, ni siquiera existe en ellos sentido común, teniendo en cuenta los elementales principios de la igualdad social, legal, etcétera, y que la disposición aludida sólo pudo brotar de un espíritu dictador, violador de nuestras instituciones democráticas, semejanza fiel del conculcador de nuestra Constitución de 57, de la soberanía popular, del que, para ignominia de nuestra historia, llevó el nombre de Victoriano Huerta.

"Por todo lo expuesto y por la dignidad y respeto a nuestra Suprema Ley de 1917 y para honra del Gobierno emanado de la Revolución Constitucionalista, que se levantó precisamente para hacer imperar la Constitución, y aunque para ello haya tenido que derramar torrentes de sangre y sacrificado miles de vidas en aras de la justicia y de la libertad, pido:

"Que desde luego se declare insubsistente la disposición a que me he referido, por ser violatoria a los derechos de los ciudadanos profesores.

"México, 29 de noviembre de 1917.- C. A. Miranda.- 4a. calle de José María Pino Suárez, número 36.- México, D. F."

"H. Cámara de diputados.- Presente.

"Como una aclaración del documento que me permití enviar a ese H. Cuerpo, el día de ayer, manifiesto: que la disposición u orden de la circular a que me refiero, fue subscripta por el profesor Galación Gómez, quien fue Inspector General de las Escuelas Primarias del Distrito Federal, durante la dictadura de Victoriano Huerta, según consta en el periódico "Redención," de fecha 7 de noviembre último y en la página 4, en el artículo titulado "Historia de un huertista."

"Reitero a esa muy H. Cámara mis respetos y mi más alta consideración.

"México, 7 de diciembre de 1917.- C. A. Miranda."- Transcríbase al Ejecutivo.

El C. general Francisco J. Múgica remite una iniciativa en el sentido de que no se sancionen las partidas que en el Presupuesto de Egresos se dedican a la Dirección General de Aduanas, substituyendo ésta con un Departamento de Aduanas.- A la Comisión de Presupuestos.

"H. Cámara de Diputados:

"En junio de 1913 el entonces Gobernador de Campeche, don Manuel Castilla Brito, se levantó en armas con todos los elementos militares que no tenía a su disposición en la capital del Estado. No queremos tocar el aspecto político de ese levantamiento, que ha sido ya definitivamente juzgado, y nos atenemos sólo a los actos y resultados de él. Castilla Brito partiendo de la capital, atravesó en una especie de fuga inexplicable casi todo el Estado, hasta llegar a las fronteras de Guatemala, abandonando allí sus fuerzas sin pretender la menor resistencia contra sus escasos perseguidores y llevándose los fondos que había tomado de los Bancos de la cuidad de Campeche. Aquellos hombres que habían seguido a Castilla Brito juzgándolo capaz de cumplir con su deber de combatir el funesto régimen de la usurpación, se encontraron abandonados, sin recursos pecuniarios, sin dirección política ni militar, en un aislamiento completo de todo centro de vida y aprovisionamiento, en los campos desiertos y mortíferos de aquel Estado, y procuraron distribuirse en fracciones a las cuales fuera más fácil operar por distintos rumbos. Entre los compañeros de Castilla Brito, figuraba, de los primeros, el señor don José M. Blengio, leal servidor de la administración maderista, persona que había prestado servicios en cargos militares y administrativos, con intachable disciplina y que no sólo aportó el contingente personal suyo, sino que se llevó consigo a sus hijos, uno como de 22 años, habido antes de su matrimonio y otro como de 20, hijo ya de su honorable esposa la señora Carmen Bagungo de Blengio. Después de innumerables peripecias y penalidades en esos campos perseguidos por las fuerzas federales destacadas contra ellos, al practicar una exploración para tratar de encontrar recursos de alguna de las poblaciones del Partido de Bolonchentuil, el señor Blengio y sus dos hijos fueron capturados por las fuerzas huertistas y en vano las principales familias de la capital agotaron recursos y súplicas para salvar a aquellas gentes tan abnegadas, pues el general federal Manuel Rivera, a quien Huerta había enviado con el carácter de Gobernador Militar de Campeche, ordenó el fusilamiento no sólo del señor Blengio sino de sus dos hijos, quienes murieron como verdaderos valientes y patriotas tratando de aminorar la inmensa pena que su padre sentía al verlos perecer por las mismas manos crueles sin poder evitar el holocausto. Blengio al morir al servicio de la Causa Constitucionalista, dejaba en la orfandad varios hijos más, entre los que hay aún tres pequeños, cuyo desamparo es verdaderamente doloroso. La señora Bagungo de Blengio se encuentra enferma, las condiciones de vida de aquel Estado son muy difíciles y sus hijos sufren los rigores de la orfandad y la miseria. Por justicia, por equidad y legalmente, esta digna señora y sus tiernos hijos con acreedores a una pensión, siguiendo el mismo justiciero criterio que ha seguido esta H. Cámara para otorgar pensiones a las familias de los que han sucumbido en cumplimiento de su deber y en defensa de las institucionales fundamentales del país y de los intereses y derechos del pueblo; y por lo tanto, en vista de las razones expuestas, los subscriptos diputados por los dos distritos electorales del Estado

de Campeche, nos permitimos proponer a la aprobación de Vuestra Honorabilidad, el siguiente proyecto de ley:

"Unico. Concédase a la señora Carmen Bagungo viuda de Blengio una pensión de cien pesos mensuales para su subsistencia y educación de sus hijos mientras no cambie de estado y que le serán íntegramente pagados por la Tesorería General de la Nación."

"México, 8 de diciembre de 1917.- Juan Zubaran.- Julio Zapata.- A los señores Secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente."- A la Comisión de Hacienda.

El C. Zubaran: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Zubaran: Con el objeto de fundar y pedir la dispensa de trámites del proyecto a que se acaba de dar lectura.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Zubaran.

El C. Zubaran: Señores diputados: La diputación del Estado de Campeche presenta a la consideración de Vuestra Soberanía una petición para dar una pensión a la señora viuda de don José María Blengio, de cien pesos mensuales. El señor don José María Blengio, militó desde mil novecientos diez en la revolución maderista; triunfante ésta, desempeño algunos puestos en el Estado de Campeche y en mil novecientos trece, cuando el entonces Gobernador de Campeche don Manuel Castilla Brito se levantó en armas, fue uno de los primeros ciudadanos que lo siguió en compañía de dos de sus hijos, uno de 19 ó 20 años y otro de 22.

El señor Castilla Brito abandonó el Estado de Campeche, internándose por sus bosques, hasta la frontera de Guatemala, donde abandonó a todas las personas que lo siguieron; estas personas, con el objeto de cumplir con su deber de llevar la Revolución a toda la península de Yucatán, se formaron en agrupaciones con algunos soldados e invadieron el Estado de Yucatán y el Estado de Campeche, principalmente el del Campeche. En el Distrito de Bolonchenticul, por el pueblo de Iturbide, fueron aprehendidos don José María Blengio y sus dos hijos, y después de un consejo sumarísimo, fueron fusilados los tres juntos; esto fue en agosto de 1913. El señor Blengio dejó otros hijos: dos señoritas, que son casadas ya, y tres niños que, juntos con la madre, viven en la más espantosa orfandad, en la miseria. La diputación de Campeche cree cumplir con su deber al poner a vuestra consideración esto: pedir una pensión de cien pesos mensuales, que no es gravosa para el Erario y que viene a aliviar mucho la miseria en que viven la señora viuda de don José María Blengio y sus tres hijos pequeños. Por estas consideraciones, atentamente suplico a la Asamblea se sirva dispensar los trámites, a fin de que la Mesa fije un día para la aprobación de este dictamen que presenta la diputación de Campeche.

El C. Prosecretario Muñoz: En vista de lo pedido por el C. Zubaran, se pregunta a la Asamblea si concede dispensa de trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. No se dispensan los trámites. Pasa a la Comisión de Hacienda.

- El mismo C. Prosecretario: "H. Cámara de diputados:

"La diputación del Estado de Campeche acaba de presentar a la consideración de Vuestra Honorabilidad, un proyecto de ley para conceder una pensión a la señora Carmen Bagungo de Blengio, viuda de don José M. Blengio, asesinado por los esbirros huertistas en la población de Iturbide, de aquel Estado. En las mismas razones y con los mismos fundamentos aducidos en aquella solicitud, apoyamos ésta, encaminada a solicitar, igualmente, pensión para la señora doña Josefina Pérez de Minet, viuda del señor don Fernando Minet, también asesinado por los sicarios del huertismo en la Villa de Champotón, perteneciente al Estado referido.

"El señor Minet fue también de los que de buena fe coadyuvaron al levantamiento de Castilla Brito; de los que no quisieron rendirse nunca, a pesar de la difícil situación de abandono en que se encontraba con sus compañeros y de los que, con una abnegación heroica, recorrieron como cuatrocientos kilómetros, desde la frontera de Guatemala, hasta las márgenes del río Champotón, para venir a combatir con las fuerzas de la usurpación. Después de un combate por la finca llamada San Dimas, cegado por los disparos de una ametralladora, que él en persona manejaba, el señor Minet fue hecho prisionero, brutalmente tratado y fusilado días después en la Villa de Champotón.

"El señor Minet dejó tres hijos, de los que el mayor apenas cuenta con nueve años y el menor tiene el doble y horrible desgracia de su orfandad y de encontrarse privado de la vista. Si hay, pues, alguna pensión justa, por los méritos y abnegación y sacrificios del padre y por la dolorosísima situación de la familia, es ésta que hoy solicitamos de Vuestra Honorabilidad, proponiéndole, por todo lo expuesto, el siguiente proyecto de ley:

"Unico. Concédase a la señora Josefina Pérez viuda de Minet, una pensión de setenta y cinco pesos mensuales, para su subsistencia y educación de sus hijos, que disfrutará mientras no cambie de estado, y que le será íntegramente pagados por la Tesorería General de la Nación."

"México, 8 de diciembre de 1917.- Juan Zubaran.- Julio Zapata.

"A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente."- A la Comisión de Hacienda en turno.

"3a. Comisión de Guerra y 2a. de Hacienda, unidas.

"Señor:

"Las Comisiones unidas que subscriben, han estudiado detenidamente todas las constancias y testimonios de la señora Julia A. viuda de Zamora, enviadas a esta H. Cámara, juntamente con el memorial en el que solicita le sea ratificada por el Congreso de la Unión, la pensión de seis pesos diarios que le ha sido concedida por el ciudadano Presidente de la República, en atención a los méritos y señalados servicios presentados a la Patria, por su difunto esposo, el ciudadano teniente coronel de caballería, Luis G. Zamora.

"En el expediente se encuentran todos los documentos que, con arreglo a la ley, justifican la personalidad

de la señora Julia A. viuda de Zamora, así como su derecho a la pensión cuya ratificación solicita. Además, por los documentos y constancias testimoniales que han estudiado las Comisiones, se ve de una manera palmaria que el ciudadano teniente coronel Luis G. Zamora, fue un leal servidor de la República y un soldado de méritos indiscutibles y que se cubrió de glorias en repetidas ocasiones en diversos hechos de armas librados por las fuerzas de la República en contra de los enemigos de la Independencia Nacional.

"Por los documentos que se han tenido a la vista, queda comprobado que el C. Luis G. Zamora, prestó sus servicios a la República durante cuarenta y seis años consecutivos, habiendo empezado su gloriosa carrera militar, desde el año de 1860, en calidad de subteniente del arma de artillería, habiendo obtenido sus empleos por riguroso escalafón y en virtud de méritos adquiridos en campaña, hasta llegar al grado de teniente coronel de caballería permanente. Entre otras muchas acciones de guerra en que combatió por la Independencia Nacional, se encuentra el de haber tenido el honor de concurrir a la batalla librada contra el ejército francés en Puebla de Zaragoza, el 5 de mayo de 1862, y de haberse encontrado en el asedio que sufrió la misma ciudad de Zaragoza por el ejército francés, desde el 15 de marzo de 1863 hasta el 17 de mayo del mismo año, fecha en que fue tomada la plaza, en donde fue hecho prisionero y deportado a Francia. Una vez repatriado, volvió a prestar sus servicios a la República, concurriendo al sitio de la ciudad de Puebla, desde el 18 de mayo de 1867 hasta el 2 de abril del mismo, fecha en que fue tomada por asalto; se halló en la función de armas de San Lorenzo, el 9 de abril del mismo año, así como en el sitio de la capital de la República que siguió inmediatamente, desde el 13 de abril de 1867 hasta el 2 de junio del mismo, que se tomó esta plaza por capitulación.

"Los diversos testimonios que obran en el expediente, comprueban su honradez y limpieza de su conducta como militar y sus profundas convicciones en favor de la institución republicana y democrática.

"Una vez concedido que le fue el retiro, en el año de 1894, a causa de las enfermedades adquiridas en la larga vida de campaña, después de cuarenta y seis años de servicios, no volvió a tomar las armas, haciendo notar el hecho de que, al consumarse el cuartelazo de la Ciudadela por el usurpador Huerta, alguien le ofreció el mando de un cuerpo, ofreciéndole el ascenso inmediatamente, siempre que prestara sus servicios al llamado Gobierno de la usurpación, habiendo contestado dignamente: "en caso de que estuviera posibilitado pata tomar las armas, lo haría para fusilar al traidor Victoriano Huerta."

"Obran en las constancias también, la del fallecimiento del ciudadano teniente coronel Luis G. Zamora, acaecido el 27 de marzo del próximo año. El entonces Ministro de la Guerra, ciudadano general Alvaro Obregón, ordenó se le hicieran honores de general, en homenaje a los grandes servicios prestados por este jefe del Ejército.

"Todos estos hechos, estimados debidamente por el ciudadano Presidente de la República, Venustiano Carranza, fueron motivo para que este Primer Magistrado concediera a la viuda del teniente coronel de que se trata, una pensión provisional de seis pesos diarios y que está recibiendo en la actualidad.

"Por todas estas consideraciones, las Comisiones tienen el honor de someter a la aprobación de Vuestra Soberanía, el siguiente proyecto de ley:

"Unico. Se concede a la señora Julia A. viuda de Zamora, una pensión de seis pesos diarios, oro nacional, que le serán pagados íntegros por la Tesorería de la Nación, mientras no cambie de estado."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 5 de diciembre de 1917.-J. R. Padilla.- M. A. Peralta.- J. Siurob.- J. Silva Herrera.- R. Basáñez."

El C. García Vigil: Reclamo el trámite.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. García Vigil: Señores diputados: Acaba de darse lectura a un pretendido dictamen de las Comisiones unidas, 2a. de Hacienda y 3a. de Guerra, y contra él vengo a protestar, puesto que soy el Presidente de la 3a. Comisión de Guerra y no he dictaminado, ni he acordado con dicha Comisión de Hacienda sobre el particular; por consiguiente, se ha usurpado el nombre de la 3a. Comisión de Guerra. No podía haberse hecho este dictamen sin conocimiento del Presidente de una de las Comisiones; yo comuniqué en lo particular a los miembros de la Comisión de Hacienda, los diputados Padilla y Reynoso, que si querían, podrían citarnos, con objeto de que dictamináramos, bajo el concepto de que yo expondría mi voto particular; pero los CC. Padilla y Reynoso no tuvieron en cuenta esta atención mía, no haciendo de ella absolutamente ningún caso, y ellos han dictaminado. Por lo tanto, pido a la Cámara que rechace el trámite porque yo, como Presidente de la 3a. Comisión de Guerra, protesto enérgicamente contra la usurpación que se hizo. Pido, pues, a la Cámara, que rechace el trámite, con objeto de que el dictamen vuelva a las Comisiones.

El C. Padilla: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Padilla.

El C. Padilla: Señores diputados: Contra lo aseverado aquí por el ciudadano diputado García Vigil, debo manifestar a la H. Asamblea que el asunto a discusión fue estudiado por los tres miembros de la 2a. Comisión de Hacienda y por dos de la 3a. Comisión de Guerra; que los cinco miembros estuvieron conformes con el dictamen de referencia, que se le habló al diputado García Vigil y él se opuso, pretextando que estaba en estudio la Ley sobre Pensiones; nosotros, haciendo hincapié en que esta ley aún no está en vigor, dictaminamos en la forma en que lo hemos hecho y dijimos al señor García Vigil que, en todo caso, él podía dar su voto particular; así es que la mayoría de la 3a. Comisión de Guerra y unánimemente la Comisión de Hacienda, han presentado este dictamen, no encontrando por qué el señor García Vigil, únicamente porque es el Presidente de la 3a. Comisión de Guerra, quiera ser el omnisciente aquí en este dictamen. Contra lo aseverado, pues, por el ciudadano diputado García Vigil, protestamos nosotros, porque hay cinco miembros entre los seis que constituyen ambas Comisiones,

que dictaminan en favor de esta pensión. Por lo tanto, únicamente el voto del C. García Vigil está en contra y puede expresarlo así con un voto particular.

Tanto por ser este asunto de absoluta equidad, como por tratarse de un combatiente de la gloriosa batalla del 62, pedimos que se apruebe tal como está, toda vez que, a mayor abundamiento, la pensión ya ha sido concedida por el Ejecutivo en virtud de las facultades extraordinarias de que está investido y actualmente está otorgándosele a la viuda. Por lo tanto, no hay tal usurpación de funciones y el C. García Vigil puede dar su opinión en la forma que lo crea conveniente, y tan no está en lo justo el C. García Vigil puede dar su opinión en la forma que lo crea conveniente, y tan no está en lo justo el C. García Vigil, tan está mal informado en este asunto, que ha hablado aquí del C. Reynoso, que es un miembro de la Comisión de Presupuestos que absolutamente nada tiene que ver en la Comisión de Hacienda. Yo soy el Presidente de la 2a. Comisión de Hacienda y la integran conmigo los CC. Silva Herrera y Basáñez, y no tiene aquí absolutamente nada que ver el C. Reynoso. Esto prueba que el C. García Vigil ha estudiado a la ligera el asunto y únicamente por contrariar a la Asamblea, por sistema de oposición, viene aquí a hablar en contra.

El C. García Vigil: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. García Vigil: Con objeto de rebatir lo dicho por el C. Padilla y referirme en lo particular a las funciones de la 3a. Comisión de Guerra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. García Vigil: H. Asamblea: Aquí es un caso particular el que se presenta. Yo manifesté al C. Padilla -quien en lo particular me pidió que, estando ya hecho el dictamen favorable, firmara -, que no lo hacía porque no acostumbro obrar en esa forma; le expuse mis razones que son capitales y espero que la Asamblea las tomará en consideración oportunamente, que son el hecho de que, también como miembro de la 3a. Comisión de Guerra y unido con la 1a. y 2a., proyecté una ley que está ya aprobada por esta Cámara y dentro de la cual deben entrar todas las solicitudes para pensiones, porque de lo contrario resultaría que ésta no tendría aplicación, sino cuando se tratara de aquellos infelices que no cuentan con el apoyo de diputados en esta Cámara, y todos los demás, ya tengan ese grado o el otro, recibirían sus pensiones con exceso, no encajándolas dentro de los preceptos de la citada ley. Si tal cosa se efectuase, cometeríamos injusticias, puesto que no seríamos equitativos. Estas son las razones que, como ya dije, expuse al C. Padilla, quien me indicó que ya estaba hecho el dictamen. Todos saben que yo nunca procedo en esta forma; no habría tenido inconveniente en reunirme con los miembros de las Comisiones para dictaminar, formando mi voto particular; sin embargo, el señor Padilla, como Presidente de la 2a. Comisión de Hacienda, no convocó a la 3a. Comisión de Guerra a fin de emitir dictamen, sino que en lo particular fue pidiendo su apoyo a cada miembro de la 3a. Comisión de Guerra.

El diputado Peralta acaba de manifestarme que él tenía entendido que ya yo, como Presidente, tenía conocimiento del asunto; le he indicado que no había tal cosa y he visto que el propio señor Peralta firmó en el supuesto de que yo estaba de acuerdo con el referido dictamen. Es patente, pues, que la 2a. Comisión de Hacienda, encabezada por el C. Padilla, no sometió al conocimiento de la 3a. Comisión de Guerra el asunto de que se trata. Si me referí al diputado Reynoso, confieso que sufrí un error, el suponer que fuese miembro de la 2a. Comisión de Hacienda; pero eso no destruye la parte esencial del caso. Rectifico, pues, este error que, a pesar de haber existido, no destruye la parte esencial.

Por esto y teniendo en cuenta que no ha sido la 3a. Comisión de Guerra la que ha dictaminado en el asunto, sino que tengo conocimiento que el señor Peralta, Secretario de la Comisión, y el señor Siurob, han sido sorprendidos diciéndoseles que ya se había dictaminado, que ese dictamen se rechazó y que se mandó que volviera a las Comisiones, para que lo presenten las Comisiones a quienes ha sido consignado.

No quiero, señor diputado, dejar la tribuna sin suplicar a los señores diputados Siurob y Peralta, que forman parte integrante de la 3a. Comisión de Guerra, que tengan la bondad de exponer aquí lo que sepan sobre el particular, con objeto de dejar deslindadas perfectamente las responsabilidades.

El C. Presidente: La Mesa sostiene su trámite de que el dictamen quede de primera lectura.

El C. Siurob: Pido la palabra para hacer una aclaración.

El C. Presidente: Tiene la palabra, para una aclaración, el C. Siurob.

El C. Siurob: Señores diputados: Los hechos relatados por el ciudadano diputado García Vigil son enteramente exactos; yo creí que al llevárseme el dictamen - y así me lo manifestaron los miembros de la 2a. Comisión de Hacienda -, ya estaba de acuerdo la Comisión de Guerra y por eso no tuve ningún inconveniente en firmar, porque, en efecto, este asunto es obvio; se trata de uno de los supervivientes de la gloriosa campaña liberal del 67 y en aquella época obtuvo una graduación en el Ejército; posteriormente se comprobó que éste era el verdadero patriota, por las palabras que contestó a la insinuación que le hiciera Huerta para que entrara a su servicio, y por esta circunstancia y por el hecho de que manifestó la Comisión de Hacienda que los demás miembros de la de Guerra estaban de acuerdo, por eso fue por lo que yo firmé. Si yo hubiera pensado que no estaba de acuerdo el Presidente de la Comisión de Guerra, hubiera procurado primero ponerme de acuerdo con él, pero una vez que así se me manifestó, no tuve ningún inconveniente en firmar. Por lo demás, creo que el caso es obvio y que no tendrá inconveniente el compañero García Vigil, únicamente por obviar tiempo, ya siendo patente el reproche que ha hecho a la Comisión de Hacienda, yo creo que no tenemos ningún inconveniente en firmar el dictamen tal como está hecho.

El C. Cámara: Pido la palabra para hacer una interpelación al ciudadano Siurob.

El C. Presidente: La Mesa sostiene su trámite de que queda el dictamen de primera lectura. (Dirigiéndose al C. Cámara.) No hay nada a discusión, si no es que se reclame el trámite de la Mesa.

El C. Cámara: Pido la palabra nada más para

una interpelación a la Comisión. (Voces: ¡No, no,!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cámara.

El C. Cámara: Suplico al C. Siurob se sirva decirme si el dictamen que firmó está de acuerdo con su opinión.

El C. Siurob: Sí está de acuerdo, compañero.

El C. Cámara: ¿Entonces a qué viene que usted quiera estar completamente sometido al criterio del C. García Vigil para poder firmar este dictamen?

El C. Siurob: No expuse ese motivo. Todos los hombres estamos expuestos a error e indudablemente que pueden tener más acierto tres individuos que uno solo. Lo que me extraña es que usted considere que yo tenga mi modo de pensar supeditado a alguien.

El C. Cámara: Así parece ahora por su manera de expresarse.

El C. García Vigil: Pido la palabra.

El C. Presidente: Habiendo hablado dos veces en contra el C. García Vigil, la Mesa no puede concederle la palabra.

El C. García Vigil: Unicamente deseo manifestar que hay la evidencia de que la Comisión tercera de Guerra no ha dictaminado; si lo hubiera hecho, constaría mi voto particular. No dejo de hacer notar que lo que se pretende es que se admita este dictamen sin que pase previamente el asunto a Comisión. De hecho es inconstitucional, porque la tercera Comisión de Guerra no ha dictaminado.

El C. Manrique: ¡Moción de orden! Solicito la lectura del artículo 92 reglamentario que aclara el funcionamiento de las Comisiones.

El C. Prosecretario Muñoz: "Artículo 92. Para el despacho de los negocios de su incumbencia, las Comisiones se reunirán, mediante cita de sus respectivos presidentes, y podrán funcionar con la mayoría de los individuos que las formen."

La Mesa sostiene su trámite. Se pregunta a la Asamblea si lo aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. (Voces: ¡Se está pidiendo la palabra en contra!)

El C. Presidente: ¡Ya se está en votación!

El C. Rocha: Yo estoy en contra del trámite.

El C. Presidente: Ya se agotó el debate; ahora se está recogiendo la votación.

El C. Prosecretario Muñoz: Los ciudadanos diputados que apoyen el trámite de la Mesa de que el dictamen quede de primera lectura, sírvanse poner de pie. No se aprueba el trámite. Vuelve a las Comisiones tercera de Guerra y segunda de Hacienda unidas.

- El mismo C. Prosecretario: "Comisión 1a. de Puntos Constitucionales.

"Señor:

"El C. Ernesto Garza Pérez, Subsecretario de Estado, Encargado del Despacho del Exterior, transcribe a esta H. Cámara un memorial del C. Carlos Agüeros, quien solicita se le dé licencia para usar el uniforme de la Cruz Roja Americana y continuar desempeñando el cargo de contador de esa humanitaria institución, a efecto de no incurrir en la pena a que se contrae el inciso II del artículo 37 de la Constitución General de la República.

"Aun cuando el señor Agüeros debió haber solicitado previamente la licencia respectiva para desempeñar el empleo y usar uniforme dichos, la primera Comisión de Puntos Constitucionales cree que no debe negarse a dicho señor el permiso que solicita; por lo tanto, sometamos a Vuestra Soberanía para su aprobación, el siguiente proyecto de ley:

"Unico. Se concede licencia al ciudadano mexicano Carlos Agüeros, para servir en la Cruz Roja Americana como contador de dicha institución y para portar el uniforme que usan los miembros de dicha institución.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"México, 7 de diciembre de 1917.- M. Rueda Magro.- Rafael Martínez de Escobar." - Primera lectura.

- El mismo C. Prosecretario: "Comisión 1a. de Hacienda.

"Señor:

"A la Comisión que subscribe fue turnado el expediente en que el señor Andrés Oscoy solicita de la Representación Nacional, que le sea aumentada la jubilación de que disfruta actualmente por haber prestado sus servicios a la Nación en el ramo de Instrucción Pública, por espacio de 37 años.

"La jubilación que actualmente disfruta el peticionario es de cien pesos mensuales, con lo que considera que en estos momentos no son suficientes para su subsistencia.

"Esta Comisión, pensando por una parte, la precaria situación del actual estado económico del Erario Nacional, pero también considerando que a los que dedican su vida a la educación de nuestra juventud debe premiarse sus servicios cuando se encuentren imposibilitados para continuar esta lucha tan trascendental como es la educación de nuestro pueblo, se permite someter el aumento de la pensión que solicita el C. Oscoy, hasta un límite de cuatro pesos diarios que le deberán ser pagados íntegramente por el Tesoro de la Nación; por estas consideraciones, la Comisión somete a vuestra consideración, el siguiente proyecto de ley:

"Unico. Auméntese la jubilación que actualmente disfruta de cien pesos, al C. Andrés Oscoy a la cantidad de cuatro pesos diarios, que le serán íntegramente pagados por la Tesorería General de la Nación."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados.- México, a 23 de noviembre de 1917.- Juan Zubaran.- G. Padrés.- C. Limón."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación nominal se pregunta si se aprueba el dictamen de la Comisión. Se procede a la votación nominal.

El C. Siurob: Pido que se vuelva a leer.

- El mismo C. Prosecretario: ¿Desea el C. Siurob que se lea únicamente la parte resolutiva?

El C. Siurob: Sí.

- El mismo C. Prosecretario: La parte resolutiva dice:

"Unico. Auméntese la jubilación que actualmente disfruta de cien pesos, al C. Andrés Oscoy a la cantidad de cuatro pesos diarios, que le deberán ser íntegramente pagados por la Tesorería General de la Nación."

Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

(Se recogió la votación.)

El C. Prosecretario Muñoz: Aprobado el proyecto de ley por 137 votos de la afirmativa, contra 10 de la negativa de los ciudadanos siguientes: Avendaño, Betancourt, Curiel, García de Alba, García Vigil, Ibarra, Lailson Banuet, Medina Hilario, Otero y Sepúlveda.

Pasa al Senado para los efectos constitucionales.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Silva Jesús para rectificación de hechos.

El C. Díaz González: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Díaz González, para una moción de orden.

El C. Díaz González: Suplico a la Presidencia se sirva decirme cuál es la Orden del día.

El C. Presidente: La Orden del Día fue puesta en conocimiento de los señores diputados en la sesión de la mañana.

El C. Díaz González: Yo no vine en la mañana. (Voces: ¡Multa! Siseos.)

El C. Presidente: Los ciudadanos diputados tienen derecho para hacer uso de la palabra para rectificación de hechos, aunque no estén inscriptos en la Orden del Día.

El C. Díaz González: Yo suplico a la Presidencia que se sirva apelar a los sentimientos de patriotismo de los ciudadanos diputados para que se ponga a discusión la Ley de Suspensión de Garantías, que es muy necesaria.(Voces: ¡No, no!)

El C. Presidente: La Mesa no puede apelar a los sentimientos a que alude el compañero Díaz González. Mientras los ciudadanos diputados que están inscriptos, y que son ocho, no renuncien al uso de la palabra, la Mesa no puede quitarles ese derecho que tiene cualquier ciudadano diputado para rectificar hechos.

El C. Silva Jesús: Señores diputados: En la sesión del 7 de los corrientes decía yo que, vencida la Reacción en 1856, y proclamados los principios liberales, quedaron frente a frente dos partidos políticos: el "liberal" y el "conservador." Entonces se convocó para un Congreso Constituyente, a fin de que diera en esa época la Carta Fundamental que había de regirnos. Antes de que esa Carta fuera dada en la sesión de 20 de febrero de ese año, el diputado reaccionario Marcelino Castañeda presentó un proyecto de ley en que pedía que no se derogara la Constitución de 1824, porque traería graves peligros para la República. Más tarde, siguiendo el camino de la obstrucción reaccionaria, al discutirse el dictamen presentado que consultaba la Ley Juárez, sobre privilegios, también se opuso a ella, alegando el mismo motivo. Por fin, fue tanta la obstrucción del partido reaccionario, que Comonfort, ese valeroso soldado, a pesar de los triunfos militares obtenidos contra la Reacción de Puebla venciendo a Haro y Tamariz y al cura de Zacapoaxtla, tuvo que caer dando su Golpe de Estado.

Pues bien, señores, yo encuentro analogía entre aquella época y la actual; al establecer un paralelo puedo afirmar que ahora como en aquella época, el "Partido Liberal" ha vencido a la Reacción y al militarismo; que, como aquella época, se ha convocado a un Congreso Constituyente; que apenas dada la Carta Magna de 1917 en el periodo preconstitucional, el C. García Vigil ha venido a desconocerla, como consta a todos ustedes, y ha atacado el Plan de Guadalupe, y no sólo: el C. Robles Domínguez ha seguido el mismo camino. Fue denunciado ese hecho, estando pendiente de que el Gran Jurado de esta Asamblea resuelva sobre el particular. El ciudadano diputado Peralta decía en la sesión del 7 de los corrientes, en tono sentencioso y un tanto inconveniente, haciendo alarde vanamente de un valor para los actuales tiempos que corre, decía que el actual Gobierno había tomado su camino, que estaba resuelto a gobernar con la Reacción y que eliminaba a los revolucionarios....

El C. Peralta, interrumpiendo: Esto no es cierto.

El C. Silva, continuando: Y yo pregunto, ¿La reacción está, señores diputados, en las derechas que sostienen al Gobierno liberal emanado de la Revolución, o está en las izquierdas, donde se hace obstrucción desde el nacimiento de la XXVII Legislatura?

- El C. Saucedo. interrumpiendo. ¡Obra patriótica!

El C. Silva, continuando: No nos equivoquemos. ¿Qué diferencia ha, señores, entre la Reacción encabezada por Marcelino Castañeda y la Reacción encabezada y sostenida por los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista"? ¿Qué diferencia hay entre la Reacción que echó abajo al Gobierno de Comonfort, la Reacción que echó abajo al Gobierno no liberal de Francisco I. Madero, con la Reacción que se esconde en las filas del "Partido Liberal Constitucionalista"? (Murmullos.) Por lo demás, un ciudadano, el menos adecuado, el menos capacitado para venir con lamentaciones dolorosas, es el C. Martínez de Escobar, quien aprovechándose de un cuartelazo de que hablaré después, aprovechándose de una maniobra política, se nos presenta aquí en esta tribuna en una sesión primaveral del abril...(voces: ¡Ah!) nada menos que con dos credenciales de diputado, una por el 1er. distrito electoral de Tabasco que le correspondía a Palavicini (siseos), y la otra por el 2o. distrito electoral del Distrito Federal (voces: Que te correspondía) a él como candidato. (voces: ¡Ah, ah!) Pues bien, a virtud de la mencionada maniobra política, los ciudadanos del "Partido Liberal Constitucionalista" invadieron, por decirlo así, esta Asamblea, y de ella se han posesionado desde entonces. (Aplausos en las galerías.)

El C. Saucedo, interrumpiendo: ¿No dicen que ya murió el "Pélece"?

El C. Silva, continuando: Pero los tiempos han cambiado; sin embargo, el C. Martínez de Escobar en aquellos días, con un ardor juvenil y entusiasta, dijo desde esta tribuna que se trajera desde las

mazmorras de su prisión a su contendiente, porque quería contender con él y este contendiente vino, y no contendió. (Risas y aplausos de las galerías.) Pues bien, en la sesión del viernes 7, tarde otoñal, el C. Martínez de Escobar se nos presentó aquí un poco compungido.(Aplausos de las galerías.)

El C. Díaz González, interrumpiendo: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Para una moción de orden, tiene usted la palabra.

El C. Díaz González: Suplico a la Presidencia muy atentamente se sirva mandar desalojar a las galerías si no cumplen con el Reglamento. (Voces: ¡Uuh!)

El C. Secretario Portes Gil: La Mesa excita a las galerías a que se sirvan guardar la compostura debida y no hacer manifestaciones de ninguna especie.

El C. Silva, continuando: Y se nos presentó muy desilusionado y nos dimos cuenta de esa desilusión por el fracaso de la segunda maniobra política en la aprehensión de un presidente de mesa de casilla electoral.

Pero no es ese el negocio; ahondemos un poco más la cuestión. (Voces: ¡Uuh!) Hagamos una síntesis, un análisis, hagamos un balance, - aunque sea a la ligera -, ya que estamos a fin de año de la labor política desarrollada por el "Partido Liberal Constitucionalista" durante el tiempo que domina en esta Asamblea. (Aplausos.) Debo afirmar que con la sola excepción del C. licenciado Urueta, que demostró atingencia en la Presidencia mereciendo el aplauso de la Asamblea toda, los demás ciudadanos diputados que han desfilado por la directiva han obedecido a un solo plan que es éste: han tirado una línea divisoria y se han dicho: "Para las izquierdas, todo; para las derechas, nada." (Murmullos.) Aparte de que se pueda hacer la historia de las cantidades que corrieron, de oro que corrió para la campaña electoral en las últimas elecciones, no quiero hablar por ahora. Recordaré que cuando se discutió la credencial del C. Mario Méndez, el C. Cravioto, encargado para la defensa de ella, fue comisionado y salió de esta Asamblea al desempeño de una comisión. La Mesa, aprovechándose de su ausencia, puso al debate la credencial y cuando el C. Cravioto volvió ya estaba aprobada...(Voces: ¡Fue la de Ugarte!) Bueno, la de Ugarte. Recuerdo que los miembros del partido de la derecha protestamos por la prensa contra algunas irregularidades cometidas por los Secretarios de la Mesa; desde el tiempo preconstitucional dichos señores Secretarios no renunciaron como era del caso, supuesto que un buen número de diputados les habían retirado su confianza; recuerdo que debido a ese apoyo decidido de los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista", el C. Robles Domínguez no ha sido juzgado ni sometido al procedimiento en el banquillo del Gran Jurado, así como algunos otros ciudadanos diputados de quienes no quiero acordarme.

Se ha acusado, se ha tachado a los de la derecha, a los diputados de la derecha, de su incondicionalismo. Yo puedo afirmar a ustedes que hasta hoy no se ha dado un caso que no se pueda concretar, un cargo que nos abochornara. Entiendo que el día que nos demos cuenta de que el Gobierno no sigue conforme a las instituciones democráticas, nosotros protestaremos también como ustedes lo han hecho. (Voces: ¡Ya es tiempo!) A este respecto me ocurre hacer una observación que será o no pertinente, pero que yo así la creo: lamento que el C. general Pablo González, que porta la banda de divisionario, sea consecuente y se preste para haber llevado aun chiquillo a la pila bautismal. Señores...(Voces: ¿De quién?) Señores, entiendo que un general de la categoría del C. González, a raíz del triunfo de las armas liberales contra el retroceso, no está en su puesto y yo sí llamo la atención sobre ese particular.

Decía el C. Cienfuegos y Camus, con la mesura que le es característica, decía en sesión pasada que la política desarrollada por el C. Palavicini tendía a sembrar la división entre los revolucionario. Yo debo contestarle que esa división proviene de la diferencia de criterios. Yo tengo la convicción, la confianza, la enseñanza de la historia, de que el Ejército debe circunscribirse a sus funciones naturales propias; el Ejército debe estar subordinado al Poder Público, a la Ordenanza, y substraído a la política, que el militarismo siempre ha sido un peligro para nuestra instituciones, el militarismo siempre ha pretendido derrocar a los Gobiernos, cuando menos en nuestra Historia viejísima, y como el C. Palavicini sostiene semejantes ideas, de ahí al antagonismo, de ahí esa diferencia que en concepto del C. Cienfuegos y Camus divide a la gran familia mexicana. Seamos leales en la lucha y así evitaremos mayores trastornos al país.

Ciudadanos diputados del "Partido Liberal Constitucionalista:" tengamos conmiseración de este país clásico de los cuartelazos, tengamos presentes las enseñanzas de la historia; si queremos mantener las instituciones democráticas, no confiemos ni creamos en Cincinatos de la época; Porfirio Díaz fue clasificado con esa denominación y nos dio mal pago; laboremos por el bien de la República elevando a la primera magistratura a hombres de virtudes cívicas, pero que carezcan de charreteras. (Aplausos, toses y siseos.)

El C. Medina Hilario: Moción de orden, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Medina para una moción de orden.

El C. Medina Hilario: Vengo a excitar atentamente a los compañeros inscriptos en lista para rectificaciones de hechos, a fin de que, apelando a su patriotismo, renuncien al uso de la palabra y pueda la Cámara entregarse a labores más serias y más productivas. (Voces: ¡Bravo! Aplausos.) Yo sé muy bien que en el ánimo de algunos señores diputados es impenetrable sencillamente la idea de aceptar la Ley de Suspensión de Garantías, pero esto no obstante, señores diputados, debemos entrar lealmente en la contienda, y si la mayoría es ostentosa, rechazarla de una vez, pero hacedlo pronto, porque tenemos mucho trabajo en cartera, veinte días de sesiones por delante, y la verdad es que haciendo un balance de todo el período legislativo que está por terminar, se ve que hemos hecho muy poca labor, (voces: ¡No! ¡Eso no!) podíamos haber hecho más, indudablemente -, y en los últimos momentos todavía estamos perdiendo el

tiempo en esta rectificaciones de hecho. (Murmullos.)

Respetuosamente, cordialmente, hablo al patriotismo de los señores que están inscriptos para rectificación de hechos, para que renuncien al uso de la palabra y comencemos de una vez el debate de la Ley de Suspensión de Garantías. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Navarrete.

El C. Navarrete: Cedo mi turno al C. diputado Padrés.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Padrés.

El C. García de Alba: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. García de Alba: De acuerdo con el artículo 23 del Reglamento, fracción IV que dice:

"Determinar qué asuntos deben ponerse a discusión, prefiriendo los de utilidad general; a no ser que por moción que hiciere algún individuo de la Cámara, acuerde ésta dar la preferencia a otro negocio," yo reclamo el trámite de la Presidencia; si la Presidencia no quiere cumplir con esa fracción y cumplir la ley mandando poner a discusión los asuntos importantes, pido que, en todo caso, se consulte a la Asamblea. Por otra parte, el artículo 32 dice:

"Artículo 32. En las sesiones se dará cuenta con los negocios en el orden siguiente;

"I. Acta de la sesión anterior, para su aprobación. Si ocurriese discusión sobre alguno de los puntos del acta, deberá informar la Secretaría y podrán hacer uso de la palabra dos individuos en pro y dos en contra; después de lo cual se consultará la aprobación de la Cámara.

"Comunicaciones de la otra Cámara, del Ejecutivo de la Unión, de las Legislaturas y de los Gobernadores de los Estados.

"III. Iniciativas del Ejecutivo, de las Legislaturas y de los individuos de la Cámara.

"IV. Dictámenes de primera lectura.

"V. Dictámenes de segunda lectura.

"VI. MEMORIALES DE LOS PARTICULARES.

"VII. Dictámenes señalados para discutirse.

"VIII. Minutas de ley."

No dice que para rectificaciones de hechos; en tal virtud, yo pido a la Presidencia que ponga en práctica la fracción IV o consulte el voto de la Cámara.

El C. Presidente: La Mesa cree que está suficientemente en el ánimo de los ciudadanos diputados que no ha sido un solo momento su intención prolongar el debate acerca de las rectificaciones de hechos, y que la Mesa se ha limitado únicamente a reconocer el derecho que tienen los ciudadanos diputados en hacer uso de la palabra para rectificación de hechos, el cual no se les puede limitar. Mientras la Asamblea no ponga un determinación a este asunto, la Mesa no puede hacer absolutamente nada en contra del derecho que tienen los ciudadanos diputados, quienes son los únicos que pueden hacer la renuncia del uso de la palabra.

El C. García de Alba: Reclamo el trámite de la Mesa.

El C. Presidente: Me permito aclarar que no hay ningún trámite de la Mesa.

El C. García de Alba: El Trámite de la Mesa es que siga la rectificación de hechos. Yo reclamo ese trámite. (Voces: ¡No, no!) Yo reclamo ese trámite de la Mesa.

El C. Padrés: ¡Debía usted haberlo reclamado antes y no cuando yo estoy en la tribuna! (Risas y desorden.)

El C. García de Alba: Yo solicito dos diputados que me apoyen, y reclamo el trámite de la Mesa. (Murmullos y desorden.)

El C. Padrés: Moción de orden. Suplico a usted muy atentamente se sirva llamar la atención al señor García de Alba, para que no esté interrumpiendo el trámite que ha dado de Mesa. Voy a ser sumamente breve. (Desorden y murmullos.)

El C. García Alba: Reclamo el trámite de la Mesa. (Murmullos.)

El C. Padrés: Tengo derecho para hablar, como lo ha tenido el C. Silva y otros también (Voces: ¡Claro! Desorden, campanilla.)

El C. García de Alba: Reclamo el trámite....

El C. Padrés, interrumpiendo: El trámite de la Mesa ha sido que tengo la palabra. (Continúa el desorden.)

El C. García de Alba: Es el trámite que yo reclamo. Me apoyan dos diputados.....

El C. Presidente, interrumpiendo: La Mesa manifiesta nuevamente al ciudadano diputado García de Alba, que no hay ningún trámite. Ese trámite debió haberlo reclamado cuando se concedió la palabra al diputado que acaba de hacer uso de ella.....

El C. García de Alba, interrumpiendo: Toda vía es trámite. (Siseos)

El C. Díaz González: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Díaz González: Creo que nada se pierde con la Presidencia pregunte a la Asamblea si los oradores que están inscriptos para rectificar hechos, siguen hablando o no. (Voces: ¡No, no!) Desorden y campanilla.)

El C. Presidente: Cuando hizo Su Señoría la moción de orden anterior, la Mesa no puede obligarlos. La Mesa no puede hacerlo, la Asamblea sí.

El C. Díaz González: Por eso le suplico a usted que haga la pregunta.....

El C. Neri: Aquí no podía hacerse más que aceptar una invitación como la que ha hecho el señor licenciado Medina. Los oradores tienen perfecto derecho para rectificar hechos o contestar alusiones personales, conforme al 101 del Reglamento, que pido se lea después, y si algún diputado no quiere renunciar a ese derecho, ninguno de los diputados está facultado para estarlo interrumpiendo.

El C. Secretario Portes Gil: "Artículo 101. Los individuos de la Cámara, aun cuando no estén inscriptos en la lista de los oradores, podrán pedir

la palabra para rectificar hechos o contestar alusiones personales."

El C. Presidente: Continúa en el uso de la palabra el C. Padrés.

El C. Padrés: He tomado esta tribuna únicamente para rectificar los hechos, las palabras dichas el día 7 en la noche, cuando el C. Rocha tomaba esta tribuna para atacar a los verdaderos revolucionarios. Señor Rocha: jamás en mi alma asciende nadie, ni un cínico como es usted, que viene a atacar a los verdaderos revolucionarios!

El C. Rocha: Para una moción de orden.

El C. Padrés: Deje que acabe. Voy a probar a usted que es un huertista.

El C. Presidente: Se suplica al diputado Padrés que retire la palabra "cínico" que ha proferido en contra del diputado Rocha. (Voces: ¡Sí, sí! Por respeto a la Asamblea.)

El C. Padrés: Por respeto a la Asamblea, señores, retiro la palabra cínico, que he dirigido al señor Rocha; pero debo hacer constar que bajo esta palabra hay otras muchas que podría agregar, que están aquí dentro y que estoy dispuesto a sostener en todas partes. (Aplausos de la izquierdas.) No hay peor ofensa, señor diputado Rocha, para una Asamblea revolucionaria, que un hombre que no tiene la honradez suficiente para decir palabras claras a verdaderos hombres honrados y revolucionarios, venga aquí a hacer lujo de honradez, siendo que prestó servicios a Victoriano Huerta. Me permito honradamente interpelar al señor diputado Rocha para que se sirva decirme hasta cuándo sirvió al Gobierno de Victoriano Huerta, porque tengo quien me conteste después.

El C. Rocha: Pido la palabra. Oportunamente pasaré a la tribuna a contestar al señor Padrés.

El C. Padrés : Se abstiene usted de contestar.

Interpelo al señor general Plank, con permiso de la Mesa, para que me conteste si es verdad que tiene un certificado en que consta que el C. Rocha prestó servicios al Gobierno de Huerta hasta el mes de julio de 1914.(Siseos y voces: ¡Uuuh!)

El C. Presidente: Tiene la palabra para contestar el C. Plank.

El C. Plank: Efectivamente, hace meses que llegó a mi poder un documento, en el cual aparecía que el C Rocha estuvo sirviendo al Gobierno de Huerta hasta el cual aparecía que el C. Rocha estuvo sirviendo al Gobierno de Huerta hasta julio de 1914, es decir, un mes antes de la entrada a esta capital de las fuerzas constitucionalistas. En la Dirección de Correos obra el documento respectivo, y pasé un memorándum al diputado Hay, que no se encuentra en estos momentos.

El C. Padrés: Así señor Rocha, creo que la Asamblea dará crédito a mis palabras y a las palabras del C. Plank, y la copia existe certificada en la Dirección de Correos; es así como yo me pongo nervioso por las puras verdades; por lo demás, usted puede juzgar en su conciencia si es honrado o no.

El C. Rocha: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rivera Cabrera.

El C. Rocha: Pido la palabra para contestar alusiones personales.

El C. presidente: Al terminarse la lista de los oradores inscriptos, se le concederá a usted la palabra. (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí!) Tiene la palabra el C. Rivera Cabrera. (Voces: ¡No está!) No estando presente el diputado Rivera Cabrera, tiene la palabra el C. Ramírez Garrido. (Aplausos.)

El C. Ramírez Garrido: Señores diputados: Es triste, es vergonzoso para el Ejecutivo de la Nación valerse de defensores que vienen aquí, como dijo el C. Rocha, con el polvo, con el polvo ignominioso del huertismo, a esta Asamblea. (Voces: ¡Muy bien!) ¡Son los hombres que aquí vienen a representar al Ejecutivo, y están en su papel, porque si allá afuera, alrededor de él se agrupan los que estuvieron alrededor de Huerta, aquí dentro de la Cámara los que han logrado colarse, deben también tomar esa representación. (Murmullos.)

Señores diputados: No soy enemigo del Ejecutivo, y no los soy, porque antes que mis palabras, antes que mis hechos, vengo de conquistar más de mitad de Tabasco para el Ejecutivo, más de la mitad de Tabasco que estaba substraída a las fuerzas del Gobierno, y que dejando yo mi curul, dejando la holganza de la capital, fuí allá a revolcarme entre el lodo, a combatir, y, señores, en estos momentos, como se puede ver en las columnas de "El Demócrata," está la confesión del jefe de las fuerzas de allá, que todo Tabasco está limpio de rebeldes. Quien va hacer eso, señores, que son hechos y no palabras, claro está que va a servir al Ejecutivo, y no a don Venustiano Carranza, entiéndase bien. Yo, y conmigo los de la izquierda y solamente uno de la derecha, fuímos los que aquí en esta tribuna sostuvimos las facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda para el Ejecutivo. ¿Porque qué? Porque creímos que debiamos dar esas facultades al Ejecutivo para que pudiera salvar la situación crítica porque atraviesa el país en la cuestión económica. Cuando debido a los hombres que el Ejecutivo sostiene en Tabasco; cuando debido a la política ignominiosa de atropellos y latrocinios que Luis Felipe Domínguez está llevando a cabo en Tabasco, viene la reacción y se ha comprobado, y, sin embargo, ese hombre sigue ostentando su águila de general; se ha comprobado que Luis Felipe Domínguez suministra armas y parque a Villar y a los que allá estaban con Félix Díaz, cogiendo para su propaganda todo el Estado de Tabasco, y cuando se nombró al general Alvarado para que fuera a hacer esa campaña, yo fuí allá y cumplí con mi deber Señores: Hago esta aclaración, que aparte de la modestia, me veo precisado, porque aquí se ha venido a asentar que los de la izquierda son los enemigos irreconciliables del Ejecutivo, y eso es una mentira. Nosotros, y creo que así piensa toda la izquierda, creemos una necesidad nacional, por el momento, sostener al Ejecutivo, y estamos dentro de la ley y dentro del decoro dispuestos a sostenerlo con nuestra palabra y con nuestro brazo; pero no estamos dispuestos por ningún motivo a faltar al decoro personal de los que aquí nos han mandado para que cuando se cometan atropellos pasemos nosotros en silencio ante esos atropellos sin levantar aquí nuestra protesta.

El señor Rocha decía: - voy a hacer algunas rectificaciones - que al señor Hay se debía el invento de ese cuchillo de tres filos que tanto quehacer ha dado. Ya el señor Rocha que, como buen huertista,

viene ahora que el Gobierno parece tomar cierto carácter dictatoria, a defenderlo quizá pensando en que el alma de Huerta puede volver a palpitar en el solio presidencial; el señor Rocha, señores, vino a sostener, quizá por última vez, esta tesis que yo voy a poner en claro: no se debe al señor Hay esta invención, se debe, señores, a uno de la derecha. En la época del señor Madero, el señor Luis Cabrera fue el que aquí sostuvo en esta tribuna, más que ningún otro, y hay muchos diputados aquí del "Bloque Renovador," que debía sostenerse, sobre la ley, el criterio Político; después, don Venustiano Carranza - a ése que en la adulación descarada de la prensa servil se está endiosando y quizá se está precipitando como se precipitó a Madero, hacia el abismo -, después don Venustiano Carranza fue el que sentó el principio del criterio político. Todos los señores constituyentes aquí presentes, deben recordar muy bien que don Venustiano Carranza en la convocatoria para el Constituyente, puso en una de las cláusulas que no podían tener ese representación los que hubieran servido con las armas o en algún puesto, al gobierno de Huerta, al gobierno de la usurpación. Ese es el criterio político que aquí ha venido después a sostener la izquierda, ese es el criterio político que ha olvidado la derecha y que la izquierda sostiene, porque ese es el criterio de la Revolución. (Aplausos en la izquierdas y en las galerías.) Así es, señor Rocha - y con usted los de la derecha -, ya olviden al señor Hay; el señor Hay, como buen revolucionario, no ha hecha más que repetir lo que en 1912 sostenía Luis Cabrera y lo que en 1916 sostenía Venustiano Carranza.

Decía el señor Cepeda Medrano que veníamos a atacar al Ejecutivo, y que atacando el Ejecutivo, naturalmente éramos enemigos de la Revolución, éramos traidores a la Revolución. El señor Cepeda Medrano confunde lastimosamente a don Venustiano Carranza con la Revolución. (Murmullos y aplausos.) Una cosa es la Revolución y otra es el muy respetable don Venustiano Carranza o a cualquier otro; hemos ido a la lucha, señores de la derecha, para derrocar un régimen que era ignominioso como fue el de Porfirio Díaz y poner otro régimen más de acuerdo con las aspiraciones del pueblo mexicano, y más de acuerdo con los principios de humanidad y de justicia.(Voces: ¡Muy bien!) No hemos ido a la Revolución para sentar un hombre en la Presidencia y que ese hombre venga después a conculcar la ley, a pisotear el voto popular, y venga después por medio de un hombre, a quien a mí me merecía todo respeto, el señor Ministro de la Guerra, venga después a faltar a los dictados de un Juez, de los Jueces que acaban de ser nombrados por esta Representación, y venga así a conculcar la ley, uno de los principios que sustentó la Revolución. (Aplausos en las izquierdas y galerías.) No, señor Medrano Cepeda (risas), las revoluciones las hacen los pueblos. Es el pueblo mexicano el que hizo la revolución contra Porfirio Díaz; es el pueblo mexicano el que hizo la revolución contra Huerta, y, oído bien, señores de la derecha, será el pueblo mexicano el que haga la revolución contra Venustiano Carranza, si Venustiano Carranza suelta la bandera de la Revolución! (Voces: ¡Bravo! Aplausos estruendosos en las izquierdas y galerías. Campanilla.)

El C. Secretario Portes Gil: la Mesa vuelve a excitar a los asistentes a las galerías para que se sirvan abstenerse de hacer toda clase de manifestaciones.

El C. García Eliseo, interrumpiendo: !Si son del "pélece,"!

El C. Martínez Garrido, continuando: No son de "pélece," señor; son del pueblo mexicano, y si yo salgo de aquí y me paro en el Zócalo y repito estas palabras, el pueblo, el pueblo desarrapado de México que se reúne allí, no me aplaudirá por elocuente, sino porque estoy diciendo verdades. (Aplausos, campanilla.)

Hay que ir, señor Cepeda Medrano, a leer un poco de historia. El señor Madero, esa alma bondadosa, esa alma buena, esa alma santa, era una alma perfectamente pacifista y perfectamente enemiga de la revolución. Quien está hablando a usted fue de los veinte, que quizá no llegaban a veinte, que fundaron aquí en esa época gloriosa de estudiantes, que fundaron aquí el "Centro anti - reeleccionista. Fue de los que trató muy de cerca al señor Madero y platicó con él, y supo que el señor Madero era antirrevolucionario, y hay que ir al libro de Roque estrada, "La Revolución y Francisco I. Madero," para que vea usted cómo el señor Madero era un perfecto pacifista; tuvo que ser revolucionario arrastrado por las circunstancias. No fue el señor Madero el que hizo la Revolución: fueron las circunstancias y fue el pueblo el que lo llevó a la Revolución (murmullos), la gran Revolución, la magna revolución, la revolución clásica, la revolución francesa, hay que ojear la obra de Teoqueville, hay que leer las páginas del antiguo régimen de la revolución y veréis que no se debió a ese cuerpo que surgió en el momento, de hombres para formarlo, sino que se debió a las necesidades políticas y sociales, y, sobre todo, a las necesidades económicas.

Así fue la Revolución Mexicana; así fue también como surgió la Revolución Mexicana. Venustiano Carranza no hizo la Revolución: la Revolución fue la que hizo a Venustiano Carranza, y la Revolución tiene perfecto derecho de exigir a Venustiano Carranza que aquella bandera que victoriosamente levantara en Coahuila, aquella bandera que desplegada de las ríspidas cumbres de Chihuahua fue a extenderse hasta las llanuras exuberantes de Tabasco, hablándonos de libertad y de justicia, se mantenga hoy con la misma firmeza, con la misma constancia, con el mismo entusiasmo, muy erguida en el Palacio Nacional, porque si esa bandera cae de las manos de Venustiano Carranza, no faltarán hombres, no faltará quien la levante y la tremole muy alto! (Aplausos nutridos.)

En Tabasco, señores, mentira que la Revolución la haya estado haciendo Félix Díaz, mentira que la Revolución la estén haciendo esos mercachifles en los que el pueblo mexicano no puede, no ha tenido, no puede tener confianza; la Revolución la están haciendo los representantes del Gobierno: es Luis

Felipe Domínguez en Tabasco, como es Mariscal en Guerrero, como es imposición de Campeche, como es la imposición en San Luis Potosí, como son tantas imposiciones que se están llevando a cabo las que están haciendo a la Revolución.....

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¡Es falso!

El C. Ramírez Garrido, continuando: Id a Coahuila, señor Cepeda Medrano, allí habrá revolución porque se han pisoteado los más caros derechos del pueblo mexicano, porque la sangre....

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¡Es falso!

El C. Ramírez Garrido, continuando: Eso dice usted, señor Cepeda Medrano, pero yo sé que es verdad.

El C. Cepeda Medrano: ¡Es falso!

El C. Ramírez Garrido, continuando: Yo aplazo a usted porque somos muy jóvenes y todavía tenemos que vivir algunos años; habrá revolución en ese Estado como habrá de Norte a Sur si Venustiano Carranza sigue pisoteando el voto popular. (Aplausos de la izquierda y galerías.) Y si por decir estas verdades y si por venir aquí a protestar cuando el Ejecutivo se sale de su esfera de acción, se nos llama traidores a la Revolución, bendito sea yo que puedo legar a mis hijos ese dictado de traidor a la Revolución por sostener en esa curul los ideales de la Revolución. (Aplausos.) Si cuando el Ejecutivo, en sus momentos de angustia, viene a nosotros y nosotros somos los que vamos a sostenerlo, no podemos ser enemigos del Ejecutivo ni traidores a la Revolución, pero cuando el Ejecutivo va contra esos ideales santos y nobles que ha proclamado la Revolución que le han servido de razón básica, entonces nosotros seremos traidores a la Revolución si no viniésemos a esta tribuna a protestar por esos atropellos.

Ya sé yo que mañana, si aquí ha sido la censura de la derecha, mañana serán todos los dicterios contra mí de esa prensa asalariada; no me llama la atención, muchas cosas ha dejado en pie la Revolución y una de ellas, la prensa, que para vergüenza y oprobio nuestro tenemos y se sostiene con las arcas del Gobierno; de allí han salido todas las rotativas y de allí sale el papel y el dinero para sostener a todos esos empleados que fueron los mismos, que fueron allá con Reyes Spíndola a hacerse periodistas; hay un periódico que los representa a maravilla, y si en la época de Porfirio Díaz, "El Imparcial" trató de acaparar las conciencias y maniatar a la opinión pública, en la época de don Venustiano Carranza "El Universal" trata de desempeñar aquel papel; pero, señores, allá la fuerza de "El Imparcial" residía en un cerebro y en "El Universal," señores, oídlo bien, la fuerza, la potencia de él, reside en un clítoris. Yo leí en 1910 la obra de Manuel Ugarte y de él aprendí estas palabras: que cuando la casa se quema, que cuando todo se viene abajo - y hablaba él de los ideales latinoamericanos -, hay que decir palabras que vayan a fustigar el rostro de los enemigos. Yo acepto todos los dicterios de la prensa, está en su legítimo derecho, yo acepto todas las censuras de las derechas, pero también reclamo para las izquierdas, para los radicales, para los revolucionarios, el derecho de hablar y decir dicterios, porque estos dicterios sirven, tonifican y acaso vivifican.

Señores, voy a terminar haciendo esta profesión de fe que la dije ya alguna vez aquí y que hoy repito: yo, con mi palabra y con mi brazo, estoy dispuesto a combatirlo con toda honradez y con toda energía, cuando se salga de lo que yo creo que es el programa de la Revolución.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Márquez Josafat.

El C. Márquez Josafat: Señores diputados: Después de la borrascosa, después de la tormentosa sesión del último viernes, en que so pretexto de lanzar una protesta contra infracciones cometidas durante las últimas elecciones verificadas en esta ciudad, campearon conceptos más o menos extraviados y abundaron aseveraciones, muchas falsas, quisiera no distraer vuestra atención, ya que deberíamos emplear nuestro tiempo en obra más digna, en obra de reconstrucción, en obra de unificación y no en obra de división; pero es el caso, extraño verdaderamente, que personas que se dicen amigos, que se dicen revolucionarios, desconozcan méritos de revolucionarios que sí lo son, y de mucha talla, y vengan aquí a lanzar ataques velados y ataques injustificados. (Voces: ¡No son velados!) Se ha dicho por el Señor Cienfuegos y Camus, entre otras cosas, esto:

"Vemos al general Aguilar poseedor de cuantiosas sumas de dinero.... Vemos que este hombre, que se lanzara a la lucha tan miserable como nosotros fuimos y como vinimos de ella, y sin embargo, vemos como compra haciendas con el oro de la Patria."

Yo quiero creer que el señor Cienfuegos, a quien respeto y estimo sinceramente, haya sido mal informado, porque estoy en posibilidad de asegurar al señor Cienfuegos y a toda la Asamblea que el señor general Aguilar, los modestos intereses que poseía antes de entrar a la Revolución los ha perdido. (Murmullos.)

Dice también el señor Cienfuegos que: "....así como el genera Aguilar llevaba en sus alforjas de viaje pseudo revolucionario, que atravesara en otros tiempos una región levantada una falsa bandera revolucionaria, ahora lo vemos fortificado tras de las bolsas repletas de dinero, que nunca le perteneció y que cogió por la fuerza de las armas, ahora y en virtud de esa ley sagrada.... " El señor diputado Cienfuegos asevera que el señor general Aguilar es un pseudo revolucionario, y, señores diputados, yo no sé qué concepto es el que tiene el señor diputado Cienfuegos del revolucionarismo, cuando hemos visto que el señor general Aguilar desde el año de 1910 se lanzó a la Revolución, cuando hemos visto que engrosaron sus filas, cuando hemos visto que durante su gestión en el Gobierno del Estado de Veracruz ha hecho labor netamente revolucionaria impartiendo protección a toda clase menesterosa. Ahora lo veis precisamente durante su período corto de gestión en el Gobierno del Estado, dotando de ejidos a los Municipios de Banderilla y a

otros más; lo vemos convocando a un Congreso de Agricultura, lo vemos dictando leyes para los trabajadores, lo vemos también presentando un proyecto de Constitución netamente revolucionaria; y si esto, como digo antes, no es demostrar una labor revolucionaria, si esto no es demostrar un perfecto revolucionarismo, no sé lo que sea.

Por lo mismo, señores diputados, y ya que varios miembros de la diputación veracruzana se han eximido a venir aquí a levantar su voz de protesta contra un revolucionario de altas miras, contra un revolucionario honrado como lo es el señor general Aguilar, ya que esos diputados que se han preciado de amigos del señor general Aguilar no lo han hecho, es necesario venga yo a levantar mi voz de protesta, aun a pesar de que la opinión de muchos compañeros caiga sobre mí. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Céspedes.

El C. Céspedes: Ciudadanos diputados: Cuando en la sesión del próximo pasado viernes he visto desfilar por esta tribuna oradores que, con acometividad resuelta, han juzgado la actual situación en forma que a ellos parece pertinente; cuando en sus discursos he visto toda la llama de revolucionarismo, la llama de valentía con que combaten en esta Asamblea, me he sentido verdaderamente ilusionado, me he sentido verdaderamente invitado a aplaudirlos; pero cuando he ido a la raigambre de estos discursos, cuando he ido a examinar el fondo de todas estas frases que farfulladamente han venido a lanzar sobre determinados hombres, no puedo menos que venir a esta tribuna a levantar mi voz, si es que debemos venir aquí a hacer obra de verdad, obra de justicia. Para los amigos yo exijo justicia, sí, señores, y para la Nación entera, dentro de esta Cámara, exijo que aquí se diga la verdad, pero la verdad desprovista de todo oropel de partido, de todo interés bastardo, y si es cierto que labores muy intensas, problemas muy trascendentales tenemos que resolver en esta Cámara, es también cierto, señores diputados, que tras la propaganda que ha ido a los distintos Distritos de muchos diputados pertenecientes al "Partido Liberal Constitucionalista," mandando el "Diario de los Debates" a cientos, de esta Cámara, en donde consta todos sus discursos en contra de atropellos que ellos califican de antirrevolucionarios, de reaccionarios, etc., es fuerza, señores, que un elemento que no se sienta aquí ni ahí, porque creo que las convicciones, que los principios no están en determinada curul, he creído conveniente que un elemento como yo, señores, honrado (risas y toses), y que calla cuando debe callar, debe venir a levantar su voz, para que resplandezca a los cuatro vientos del país la verdad de las cosas, la justicia, en todos los discursos que aquí se han dicho.

Yo no sé hasta dónde pueda ser autoridad para juzgar de revolucionarismo al ciudadano general Aguilar, el señor Cienfuegos y Camus. El señor general Aguilar, para todos los revolucionarios, señores diputados, debe merecer el respeto y la consideración de un hombre que, desde su juventud, ha puesto al servicio de los intereses del país, todos sus anhelos, todos sus impulsos de hombre libre, todos sus impulsos de revolucionario. El general Aguilar - y voy a citar algunos hechos, porque conozco algo de su vida revolucionaria -, en esta tribuna se ha asentado por el C. Cienfuegos y Camus el epíteto denigrante y cruel de que el general Aguilar es un pseudo revolucionario, es decir, que usurpa este nombre de revolucionario, y yo voy a demostrarle al señor Cienfuegos que es muy pequeña autoridad para juzgar en ese caso. (Voces: ¡Ya lo creo, es apenas teniente coronel., Es muy pequeña autoridad y está equivocado sobremanera, es solamente el despecho, el odio y el interés de partido lo que le ha guiado al decir estas frases, las frases a que me refiero. (Aplausos.) El señor general Aguilar, desde 1910, al frente de un puñado de valientes veracruzanos, mal armados y peor municionados, estuvo al servicio de la revolución maderista; combatió al lado de ellos para derribar el régimen de usurpación y de dictaduras. Constituido el Gobierno de la revolución maderista, el señor Aguilar siguió combatiendo en pro de los intereses de ese naciente régimen, yendo a la campaña de Morelos, combatiendo contra el eterno rebelde Zapata.. Poco tiempo después y por virtud de las intrigas de la Reacción, que no ceja en sus trabajos, poco tiempo después, y cuando el mil veces criminal cuartelazo de febrero, el ciudadano general Aguilar, al frente de aguerridas tropas, estuvo también a las órdenes del chacal Huerta, y al igual que todos los demás revolucionarios que en aquel tiempo recibieron el nombre de irregulares maderistas, fueron lanzados a las bocas de fuego del felicismo, para ser destruidos; el general Aguilar, en aquel entonces, previsor, viendo la tremenda traición que jugaba en la sombra el criminal Huerta, se negó a obedecer aquellas órdenes, y a este efecto fue a ponérselo en conocimiento al ciudadano Presidente de la República, don Francisco I. Madero, y el ciudadano Presidente de la República, de alma buena, antirrevolucionario, sí, señores, antirrevolucionario en el sentido de la palabra, de ir a llevar hombres armados a los campos, antirrevolucionario en el sentido de derramar sangre, para conquistar principios, el ciudadano Presidente de la República no creyó en esto que le decía el ciudadano general Aguilar, y ya vimos el resultado: el chacal Huerta traicionó de la manera más ruin, de la manera más condenable, a aquel Presidente, a don Francisco I. Madero. El general Aguilar hasta esos últimos momentos difíciles, estuvo a punto de ser aprehendido también, a igual que los demás, para ser fusilado; el ciudadano general Aguilar milagrosamente escapó y se fue inmediatamente a los campos de la Revolución; entre otras de las fuerzas que el ciudadano general Aguilar tenía a sus órdenes, menciono el 38 Regimiento de Irregulares que en aquel tiempo, señores, así se llamaron para no herir la susceptibilidad del Ejército Federal; ese 38 Regimiento de Irregulares hacía de guarnición en varias plazas del Estado de Coahuila, y estas fuerzas, bajo el mando directo del general Aguilar, pero inmediatamente a las órdenes del ciudadano general, entonces mayor Millán, estas fuerzas, antes de que la Revolución lanzara a los cuatro vientos su semilla fecundante por medio del Plan de Guadalupe, antes de que el C. Venustiano

Carranza abiertamente desconociera al dictador Huerta, estas fuerzas, ciudadanos diputados, del general Aguilar, cuatro días antes vagaban por las serranías de Coahuila, Ya en actitud de rebelión. El ciudadano general Aguilar desde los primeros días de esta revolución santa, estuvo al servicio de ella.

Vino después un hecho, ciudadanos diputados, que en ninguna conciencia, por obtusa que yo me la figure, puede aparecer como un pseudo revolucionario: vino el momento supremo de la Revolución, el momento obscuro de ella, el momento en que estuvo a punto de naufragar para ponernos en la Presidencia de la República, la bota de un dictador, la época, señores en que la Convención, movida por toda la tremenda traición de una cáfila de elementos reaccionarios, que encontraron su fiel instrumento en Francisco Villa, cuando esa convención quiso imponer sus mandatos y sus disposiciones y cuando toda una legión de individuos revolucionarios, conscientes o no, de aquel movimiento, lo apoyaron , entonces el general Aguilar, siempre previsor, siempre revolucionario, siempre leal, estuvo al servicio de la santa causa, y allá fue el ciudadano Primer Jefe a Veracruz y allá encontró brazos abiertos, que lo recibieron con la misma lealtad, con el mismo anhelo y cariño que en otro tiempo le impartieron en el norte; allá encontró un pequeño grupo de hombres patriotas. Vengo a hacer esta aclaración, porque tocóme en suerte estar en aquel entonces en Veracruz, cuando el ciudadano Primer Jefe fue a aquel Estado, empujado por la enorme traición que ya se movía en aquella tristemente célebre Convención de Aguascalientes. El ciudadano general Aguilar en aquel entonces.....

El C. Portes Gil, interrumpiendo: Moción de orden, C. Presidente.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

-E. C. Portes Gil: En la Avenida Francisco I. Madero, y entiendo que el número 53, se hacen biografías a precios muy baratos; yo creo que la Asamblea no es el lugar, ni está dispuesta a escuchar biografías tan largas como la que está haciendo el orador. Los hechos referidos por el C. Cienfuegos y Camus no constan de tantas manifestaciones como lo está haciendo el orador.

El C. Presidente: La Mesa contesta al C. Portes Gil lo que ya he dicho muchas veces. Continúa en el uso de la palabra el C. Céspedes.

El C. Céspedes, continuando: No me extraña la actitud del Señor Portes Gil, pues es otro de los que forman lastre al "Partido Liberal Constitucionalista" y que ponen trabas a los elementos honrados que vienen aquí a decir verdad. (Aplausos.)

Yo llamo la atención a la Mesa de esta Cámara para que cuando se haga una moción de orden sea por violación del Reglamento que nos rige y no por impulsos de elementos del "Partido Liberal Constitucionalista" que quieren poder trabas a hombres que vienen aquí a decir la verdad. (Aplausos y voces: ¡Bravo, bravo!)

El C. Presidente: La Mesa se permite manifestar al C. Céspedes que no está en la obligación de conocer cuáles son las mociones de orden que van a hacer los ciudadanos diputados y que ha tenido como única conducta conceder la palabra a todos los que la soliciten, así sean de las derechas como de las izquierdas.

El C. Céspedes, continuando: Decía yo, señores diputados, que en aquel entonces, cuando la Revolución, por muchos juzgada maltrecha, cuando la revolución se vío a punto de fracasar en todas las conquistas que había hecho, cuando la revolución se vió acogotada por elementos reaccionarios asidos a un vil instrumento de Francisco Villa, entonces, señores diputados, el C. general Aguilar, leal y firme como siempre, con un grupo de elementos decididos, de elementos jóvenes, de elementos revolucionarios, se puso sostenidos en el Plan de Guadalupe, de los principios que hoy, para beneficio de toda la República, tiene implantados el actual régimen de don Venustiano Carranza.

El C. González Jesús M., interrumpiendo: ¿Y qué fuerzas lo salvaron? Las del norte.

El C. Céspedes, continuando: Y allí ví, C. diputado González, al general Obregón en comisión de la Convención de Aguascalientes yendo a pedir la renuncia del ciudadano Primer jefe, allí ví al general Obregón, porque me tocó con las fuerzas mías darle guardia al C. Venustiano Carranza, y con ese objeto, en virtud de eso tuve oportunidad de presenciar una a una todas las conferencias que aquella Comisión desarrolló con don Venustiano Carranza para hacerlo convenir en que dimitieran el mando supremo del Ejército.

El C. González Jesús M., Interrumpiendo: No es traidor el general Obregón.

El C. Céspedes, continuando: No digo yo que el C. general Obregón sea un traidor, como su Señoría se lo supone, pero es un error que el mismo general Obregón reconoció en su libro que ha escrito de tantos Kilómetros en campaña; y allí, C. diputado González, ví cómo el C. general Aguilar, siempre resuelto, siempre firme en sus principios invocaba al patriotismo, el revolucionarismo de esos miembros de la comisión para que, acatando la firma que habían puesto en el Plan de Guadalupe, no sirvieran de falaz instrumento de una tremenda reacción que se había movido en Aguascalientes. Ya ve el C. González, cuando Obregón quedó solemnemente comprometido ante el pueblo y fue una tarde memorable, comprometido ante el pueblo y fue una tarde memorable, a propósito de una manifestación obrera en Córdoba, después de varios días de conferencias, cuando en la plaza principal de aquella ciudad varios obreros se dirigieron al general Obregón diciéndole que exigían de él como jefe del Ejército, como jefe que había llevado a los campos de batalla, a la muerte o a la victoria, a muchos miles de ciudadanos, exigían la manifestación franca y última de su actitud, que saliera de aquel mutismo, allá ví cuando el C. general Obregón , accediendo a la solicitud de los obreros, desde un balcón del "Casino Cordobés," dijo en su peroración estas o parecidas palabras: "Quiero que la maldición de mi patria caiga sobre mis hijos huérfanos, si yo traiciono al jefe de la Revolución." Desde entonces, señor González, fue cuando el señor general Obregón quedó solemnemente comprometido nuevamente ante la Revolución Constitucionalista, acaudillada por el C. Venustiano Carranza. En

aquellos momentos supremos, en aquellos momentos de obscuridad, en aquellos momentos en que todo el mundo recibía órdenes de aquella Soberana Convención, en aquellos momentos en que no se sabía ni a quien atender, ni a quien obedecer, el general Aguilar siempre estuvo firme en su puesto como lo ha estado. De tal modo, ciudadanos diputados, que por virtud de su obra militar, por virtud de sus principios revolucionarios sostenidos en el campo de la lucha, el general Aguilar no merece el epíteto de pseudo revolucionario que le ha dirigido el C. Cienfuegos y Camus. En su obra de Gobierno ciudadanos diputados, el C. general Aguilar probablemente ha ido en revolucionarismo más allá de lo que ha ido esta Asamblea...

El C. Siurob, interrumpiendo: ¿Me permite el orador que lo interpele?

El C. Céspedes, continuando: No admito interpelaciones.

El C. Siurob: Muy bien, compañero.

El C. Céspedes continuando: El C. general Aguilar, en su obra de Gobierno en Veracruz, ha llegado en sus medidas de administración a lo más alto del revolucionarismo y a la más alta labor de hombre.

El C. Siurob, interrumpiendo: Moción de orden.

El C. Presidente: tiene usted la palabra.

El C. Siurob: La moción de orden es está: Parece que lo que se trata de rectificar el orador, al hacer uso de la palabra, son las aseveraciones del C. diputado Cienfuegos. Como las aseveraciones del C. Cienfuegos fueron las siguientes: que el C. general Aguilar había medrado a costa de la revolución, porque algún periódico había publicado la noticia de que había comprado dos o tres haciendas por valor de cientos de miles de pesos, como esta fue la aseveración del C. Cienfuegos, suplico al señor Presidente se digne obligar al orador a que rectifique el hecho concreto, porque es muy penoso para todos los revolucionarios estar oyendo estas biografías completas de los hombres de la revolución, cosa que no se hacía en la época de las dictaduras.

El C. presidente: Continúa en el uso de la palabra el C. Céspedes.

El C. Céspedes, continuando: No tema el C. Siurob que al entrar a la cita de medias administrativas en Gobiernos de Estado, vaya yo a tocar la administración que él tuvo en el Estado de Guanajuato. (Aplausos de las derechas.) Decía yo, ciudadanos diputados, que el actual Gobernador del Estado de Veracruz, en sus medidas de Gobierno ha sido más revolucionario que lo hemos sido en esta Asamblea en muchas ocasiones.

El C. Manrique, interrumpiendo: ¡Pruebas!

El C. Céspedes, continuando: Allá van las pruebas. Conocido por todos ustedes es que en 1906, cuando el magonismo lanzó a los cuatro Vientos de la República la semilla de la revolución con el programa que en síntesis prometía restitución de tierras, cuando el magonismo, por medio de proclamas, exaltaba a los espíritus dignos, a los espíritus rebeldes a que pusieran un hasta aquí a todas las maniobras maquiavélicas de un podrido partido del Gobierno de Díaz, cuando el magonismo mezquinamente encontró eco en nuestro pueblo para llevarlo a la conquista de los actuales principios, entonces ciudadanos diputados, un rincón del Estado de Veracruz, respondió con éxito a aquel llamado y fue el Cantón de.....

El C. González Jesús, interrumpiendo: ¡Minatitlán!

El C. Céspedes, continuando: Acayucan, está usted equivocado, señor González; el Cantón de Acayucan fue uno de los muchos lugares de la República que en aras de las ambiciones de poderes, en aras de individuos que medraban en aquel entonces al lado de la dictadura, fue despojado de todas sus tierras, fue despojado de todos sus ejidos, fue despojado de todos sus fondos comunales, y el cantón de Acayucan, no teniendo a la vista más programa revolucionario que aquel que le lanzó el Magonismo, respondió levantándose en armas desconociendo al gobierno de entonces, y de entonces a acá, ciudadanos diputados, la actitud rebelde de aquel pueblo ha sido siempre digna, no ha desmerecido un ápice, el principal motivo ya lo ha explicado, la restitución de tierras, el despojo que miserablemente se les había hecho de sus propiedades. El ciudadano general Aguilar, en su labor administrativa, una de las primeras medidas que ha tenido a la vista es la restitución de tierras, la dotación de ejidos, y ya hemos visto como acaba de restituir tierras en el Cantón de Acayucan, medida suprema para llevar a cabo la pacificación al Estado de Veracruz, como dotó de ejidos a otros pueblos como Banderilla, como resolvió con amplitud liberal todos los problemas que se relacionan con este principio verdaderamente revolucionario. En otros órdenes de administración ya lo vemos como está atendiendo la agricultura, en forma mucho más amplia y liberal que como lo estamos atendiendo nosotros.

El C. Padrés, interrumpiendo: ¡No como en sonora!

El C. Céspedes, continuando: Todo esto, ciudadanos diputados, debe pesarse desapasionadamente en el platillo de la balanza justiciera, todo esto debe llevarse a la mente de los que quieran de veras juzgar desapasionadamente la conducta, la labor de un hombre que ha estado siempre al servicio de la revolución, del partido, porque yo recuerdo, ciudadanos diputados, cuando a propósito de la desocupación del puerto de Veracruz que el general Aguilar giró esta nota al comandante americano: "Tengo órdenes del ciudadano Primer Jefe del Ejército Constitucionalista para recibir mañana a primera hora, a las doce medio día, la plaza de Veracruz. Lo participo a usted para su conocimiento." Contestación del comandante americano: "Tengo instrucciones de mi gobierno de retardar algunos días más la entrega de la plaza." Nueva contestación del general Aguilar: he recibido instrucciones, conforme a mi oficio anterior, de que esa plaza la iré a recibir mañana mismo a la hora indicada. Lo participo a usted para su gobierno." Todas estas medidas, todos estos actos de un hombre que verdaderamente deben pesar en la conciencia revolucionaria, merece el estímulo, el respeto , merece la consideración de esta Asamblea que es revolucionaria, merece el respeto de la Revolución, porque ha recibido un beneficio leal y firme, la ayuda franca de todo su brazo, de todos sus anhelos, de todos sus impulsos de hombre revolucionario. Por lo tanto,

ciudadanos revolucionarios, yo como uno de los amigos del ciudadano general Aguilar, como uno de los elementos que desde hace tiempo lo he conocido (Siseos), porque desde el Norte hasta el Centro de la república he venido bajo las inmediatas órdenes de él, porque él era jefe de la División de Oriente, por esa consideración he querido venir a levantar mi voz de protesta, porque, ya repito, cientos y cientos de "Diarios de los Debates" que se han esparcido por los distritos de los ciudadanos diputados del "Liberal Constitucionalista," todos esos puntos de propaganda a que apela el " Partido Liberal Constitucionalista," merecen la consideración que deben darle los elementos verdaderamente ecuánimes, verdaderamente revolucionarios después de que también tengan que leer el "Diario de los Debates" de esta sesión y de la sesión anterior también.

El C. Cienfuegos y Camus, en mi concepto, no es autoridad para poder adjudicar epítetos de esa naturaleza al ciudadano general Aguilar; si el C. Cienfuegos y Camus quiere contestar una interpelación que le voy a hacer, yo se lo agradecería, y conste que no es mi interés, es el interés de algunos miembros de esta Asamblea que tiene en su mente los siguientes datos: yo he visto aquí al C. Cienfuegos y Camus en unas poses revolucionarias muy insinuantes, yo he visto aquí al C. Cienfuegos y Camus en actitudes de rebeldías plausibles, yo he visto aquí al C. Cienfuegos y Camus en manifestaciones altamente....pues altamente revolucionarias a juzgar a simple vista, pero es el caso que han llegado hasta mí estos informes: el C. Cienfuegos y Camus, se me ha informado, prestó su apoyo decidido a la Revolución, yendo a ingresar a ella hasta el final de la administración de Huerta, hasta cuando el general Obregón avanzaba por Guadalajara ya en actitud de triunfo resuelto. (Siseos y murmullos.) Yo no he podido aceptar a priori estos informes porque, ya digo, no compagino las actitudes de este señor diputado con los informes que se me dan. Más: se me ha dicho que el ciudadano diputado Cienfuegos, en compañía de otros señores, fue en comisión de designación huertiana, pero que al llegar al Estado de Guerrero, no conviniendo a sus intereses seguir hasta lo último en el cumplimiento de esa comisión, disimuló su actitud, disimuló sus trabajos, haciendo no sé qué propaganda por Guerrero o por otra Entidad que no recuerdo. (Siseos.) Esto, ciudadanos diputados, yo quisiera que lo aclarara el C. Cienfuegos, porque sólo así puede dejar satisfechos, puede dejar en pie, puede dejar convencida a esta Asamblea de sus actitudes tan llamativas, de sus discursos tan incendiarios, de sus poses tan insinuantes como revolucionario, como elemento de actividad y principios de que tanto alarde nos ha hecho aquí. Yo ruego al señor Cienfuegos y Camus que haga luz sobre particular a efecto de que, en mi concepto, y aun que no le interese, pero en concepto de la Asamblea, que merece todo respeto, aclare todo este punto de duda.

El C. Cienfuegos y Camus: Pido la palabra.

El C. Presidente: tiene la palabra el C. Villareal.

El Ci enfuegos y Camus: Entonces pido la palabra para contestar en su oportunidad la interpelación del C. Céspedes.

El C. Villareal Filiberto C.: (Voces: ¡Uh, uh, uh!) Yo cedo mi turno al compañero Cienfuegos y me reservo para el último. (Voces: Uh, uh, uh!)

El C. Cienfuegos y Camus: En efecto, ciudadanos diputados, resulto muy pequeño para juzgar a un caudillo, o caudillejo, como mejor me cuadre, según acaba de expresarlo la omnímoda, la ominsciente autoridad de Su Señoría el C. Céspedes.(Aplausos y risas.) Resulto muy pequeño, pero en eso tiene razón el señor Céspedes; los hombres que jamás se han sentido animados de los ideales por la libertad, juzgan siempre pequeños a los que hacen con gala de ser hombres libres y de los que saben aconsejar la libertad a los pueblos.

- El señor viene a hacer achaques aquí de partidarismo acerca de un grupo político, y se vale de esas niñérias que tienen tan arraigadas en su conciencia las derechas, para pretender mancillar la conducta de revolucionarios que, en efecto, tan pequeño resulta el señor Céspedes como muchos de las derechas para juzgarme a mí y a muchos de las izquierdas. (Bravos, aplausos y siseos.)

Voy a contestar la interpelación de Su Señoría. Señor licenciado Velásquez: ¿me permite usted que le haga una pregunta?

El C. Velásquez: Sí, señor.

El C. Cienfuegos y Camus: El señor licenciado Velásquez ha estado durante mucho tiempo, es hijo del Estado de Guerrero, me vió cuando pequeño y debo haberme desaparecido del Estado de Guerrero en 1910, si no me equivoco. ¿Tiene usted la bondad, señor licenciado Velázquez, de decirme a qué comisión fuí al Estado de Guerrero después de que iniciara mis estudios en esta capital?

El C. Velásquez: No sé, señor; yo supe que estaba usted aquí en México estudiando, pero no supe más. (Voces: ¡Muy bien!)

Presidencia del C. RIVERA JOSÉ

El C. Cienfuegos y Camus, continuando: Eso por una parte. Debo decirle al señor Céspedes, que califico dentro de la más completa serenidad, que sus palabras no han tenido para mí sino la misericordia del hombre recto para con.....(Voces: ¡Ah, oh! Ah, oh! Risas), para con el que pretende arrojar una mancha o una duda, pues el señor no tiene pruebas bastantes para arrojármela.

En 1910, no sé si hay aquí compañeros que me conocieron, no fuí a la Revolución armada. (Voces: Ah, vaya!) Pero trabajé de la manera más activa en los momentos más difíciles de esta revolución en esta ciudad. No merece el señor Méndez, a quien no he conocido sino hasta aquí. en el seno de esta Representación, no tiene derecho, digo, para que yo le haga mi biografía, no es el objeto para el cual he solicitado la palabra. Si quiere y tiene empeño en dudar de mí y en arrojarme más cargos, lo reto - al señor Méndez me dirijo -, para que venga con valentía, aunque con la tartamudez que nos da siempre nuestra propia ignorancia y nuestra cobardía, a decirlo desde esta tribuna. (Aplausos.)

En 1910, digo, no fuí a la Revolución armada.

Huelga demostrar que soy revolucionario, no necesito demostrarlo, en las galerías como en esta Asamblea. Hay muchos hombres que pueden atestiguar que sí lo fuí y que jamas he hecho en mi beneficio alarde de mi obra de tal. En 1913 me he levantado en armas en el Estado de Jalisco, en donde recibí fatalmente el fracaso, primero, en virtud de que el Estado permanecía, acaso, anonadado en virtud de la tiranía huertiana, y después de estos acontecimientos y después de conocer que no prosperaría en aquel Estado. Tuve que encaminarme hacia el Estado de Sinaloa, en donde me incorporé a las fuerzas del general Obregón, como consta a los señores diputados Ramírez, Aaron Sáenz y a otros muchos diputados que me conocen de antaño, y desde entonces vine prestando mis servicios leal y patrióticamente, y con la idea, ya con el pensamiento, ya con las armas, como deben hacerlo los hombres que se sienten animados de sus ideales. (Voces: ¡Que lean el libro de Obregón!) He venido a esta tribuna solamente a darle gusto a Su Señoría el diputado Céspedes, pero he de afirmar, de hoy para siempre, que el que más lo pretende, un señor coronel que tampoco se de dónde vino, como un señor - por si acaso se le ocurriere al señor Eliseo García, a quien nunca conocí en la revolución -, y a muchos otros a quienes hoy los encuentro alardeando muchas veces de partidarismo y de vergonzante servilismo al Ejecutivo, que necesita de las luces de la posición, como vosotros decís, esos no podrán, no tendrán derecho ninguno de decirme que presté el más insignificante servicio, ni a la dictadura de Díaz ni a la dictadura de Huerta, ni a ninguna dictadura por venir. (Una voz ¡A Obregón, señor diputado cuyo nombre no conozco y que me importa poco (risas), debo decirle a usted que le serví antes que como el jefe que se doblega miserablemente a las órdenes de su superior, por el sólo hecho de ser superior , le serví como amigo y como patriota, pero nunca como un miserable que lleva entorchados en los hombros y en las mangas y que probablemente los conquistó consiguiendo mujer al jefe. (Aplausos de las galerías, murmullos, campanilla.)

El C. Díaz González: ¡Miente usted, canalla! (Voces, desorden, campanilla.)

El C. Prosecretario Muñoz: Por disposición de la Presidencia se procede a dar lectura al artículo 195 del Reglamento:

"Artículo 195. Los concurrentes a las galerías se presentarán sin armas; guardarán respeto, silencio y compostura, y no tomarán parte en los debates con ninguna clase de demostración."

(Voces: ¡No, no! siseos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rocha. La Mesa suplica atentamente al C. Díaz González retire la palabra "miente."

El C. Díaz González: Por honor de la Asamblea, la retiro; pero en cualquier terreno la sostengo.

El C. Rocha: Es verdaderamente penoso, señores diputados, llegar hasta este punto respetable lugar para ocuparnos en él de asuntos meramente personales, que nada interesan a la Asamblea, y con lo cual consumamos un fraude verdaderamente grande para el pueblo, que nos ha mandado aquí, en que nos ha confiado sus destinos para que vengamos a dictar leyes salvadoras, en las que se vea, siquiera sea ligeramente, el cumplimiento de algunas de las promesas que hizo la revolución. Y estas palabras espero que me sirvan de apoyo ante ustedes para pedir que me dispensen, porque yo también vengo a perder el tiempo y a hacer que lo perdáis vosotros; pero ante un ataque como el que me ha hecho el señor Padrés, no puedo permanecer callado, ya que tan directamente interesa a mi persona. Es falso de toda Falsedad, que yo sea huertista, ningún cargo, ninguna maldición puede calarme más que la que me ha lanzado el señor Padrés......

El C. Padrés, interrumpiendo: ¡Es cierto! Tenga usted más conciencia de lo que está usted diciendo. (Campanilla.)

Presidencia del C. SAENZ AARON

El C. Presidente: Se suplica al diputado Padrés no interrumpa al orador.

El C. Rocha, continuando: Señor Padrés: al ataque brutal de sus palabras duras y fuera de toda educación, yo le estoy hablando con cordura, tenga la bondad de escucharme, y después de las pruebas que dé, tendrá usted derecho, ya no aquí en la Asamblea, si no en otro lugar, podré satisfacer a Su señoría. (Aplausos.)

Yo no voy a asentar aquí, ciudadanos diputados, que hace diez años que soy revolucionario; pero si aseguro a ustedes que en mis veintiocho años tengo yo de qué enorgullecerme, soy revolucionario mal que pese a muchos. Allá por 1910, es decir, hace siete años, apenas pisaba yo la edad ciudadana, entonces precisamente fuí partidario de la revolución que encabezó el señor Madero; salí de México y me fuí a San Luis Potosí; estando allí me sorprendió el "Cuartelazo," y no por reaccionario, sino por partidario de la Revolución, tuve que ir a la Penitenciaría de San Luis Potosí. Hicieron prisionero al Gobernador de aquel Estado, y juntamente con él, tuvo que ir a las mazmorras de la putación potosina. Señor Hermosillo: ¿tiene usted Penitenciaría. Es Posible que disponga aquí de algún testimonio, algunos de los señores de la di la bondad.....

El C. Hermosillo: Es cierto lo que dice el señor diputado. Estuvo preso a raíz del "cuartelazo" con el doctor Cepeda y otras personas partidarias del doctor Cepeda.

El C. Rocha, continuando: Gracias, señor Hermosillo. De allí salí, como suele decirse, por debajo de la mesa, y vine a México. Aquí permanecí cuatro meses sin acercarme a ninguna parte y solamente trabajando con la idea, con una pequeña imprenta de que disponíamos aquí, y este testimonio, señor Padrés, lo recoge usted con uno de sus amigos, sus más íntimos en ideas y convicciones, el señor licenciado Roque Estrada.

El C. Padrés, interrumpiendo: Allá en correos recogeré el otro. (Risas.)

El C. Rocha, continuando: Es muy cierto, digo a ustedes, que yo no presumo de revolucionario de luengos años, no, señores, es cierto lo que dice

el señor Padrés, que corría el mes de junio de 1914 y yo estaba en México como modestísimo empleado de la Administración de Correos, es muy cierto.

El C. Padrés interrumpiendo: Entonces, ¿cómo dice que no? (Risas.)

El C. Rocha, continuando: yo no he dicho que no. ¿por que? Por motivos de economía por una parte; por otra, a mí me vigilaban muy cerca y claro que no me vigilaban por huertistas, sino precisamente por maderista y yo le traeré en su oportunidad al señor Padrés...yo no me esperaba este ataque, si no le hubiera traído muchos comprobantes. Entre mis errores de revolucionario novel cometí otro fue el de allegar elementos de guerra a las chusmas de Zapata en aquel entonces y podré presentar también en esta Cámara, no al señor Padrés, porque no me interesa tanto que él se convenza, como me interesa que se convenza la Representación Nacional, podré presentar muchos documentos que habrán de quitarle ese escozor al señor Padrés; pero a principios de junio de 1914, haciendo un esfuerzo verdaderamente, porque yo no podía salir de aquí por la falta de recursos y por la continua vigilancia que había sobre mi persona, me fuí hacia la capital del Estado de Tamaulipas: allá yo no fuí a laborar con platonismo al lado de la revolución, yo no acepté un cargo que ya en el Gobierno revolucionario me ofrecían como alto empleado del ramo de correos, me ofrecían una Inspección de Zona y no la acepté en cambio sí acepté el fusil que me ofreció el general Caballero y desde entonces vine trabajando con el arma en la mano y vine conquistando mis ascensos por riguroso escalafón. Yo no le debo servicios a nadie, yo no le debo favoritismos a nadie, todos mis ascensos han sido por riguroso escalafón, si quiere verlos el señor Padrés, está en la Secretaría de Guerra mi hoja de servicios a su disposición....

El C. Padrés, interrumpiendo: No me intereso mucho porque usted, por conveniencia, así que habíamos entrado aquí ingresó... (Murmullos. Campanilla.)

El C. Presidente: La mesa suplica nuevamente al C. Padrés que no interrumpa al orador.

El C. Padrés: Que me dispense la Mesa, pero digo la verdad. (Murmullos y risas.)

El C. Rocha, continuando: Ha faltado a la verdad el señor Padrés al decir que yo ingresé al Ejército cuando ellos entraron aquí, es falso de toda falsedad, porque precisamente cuando iniciamos el avance de Saltillo a México...

El C. Padrés, interrumpiendo: Pido la palabra para una aclaración referente a lo que está diciendo el C. Rocha.

El C. Presidente: Tiene la palabra.

El C. Padrés: El 8 de julio pidió usted licencia (dirigiéndose al C. Rocha) para separarse del servicio por dos meses y el día 15 de agosto de 1914 entramos aquí,... ¡Un mes antes! (Murmullos y risas.)

El C. Rocha, continuando: No sé en qué ha consistido la aclaración del señor Padrés, supuesto que estamos de acuerdo; yo he dicho que me fuí de aquí a principios de julio de 1914 y que fuí a incorporarme a las fuerzas de Caballero a Tamaulipas, que avancé con las fueras sobre México y desde entonces yo no he cambiado mi linea de conducta mi linea de conducta está determinada por una linea perfectamente recta que no tiene ni una sola quebradura, no tiene ni una sola desorientación que sufrieron muchos a raíz de la Convención de Aguascalientes; yo no he torcido ni por un solo momento mis propósitos y ha sido muy cruel, muy duro, muy injusto el señor Padrés al venir a echar sobre mis hombros una maldición que por ningún motivo acepto y que ya tendré oportunidad de probar a la Asamblea la injusticia de esa maldición. Yo no sé por qué tanto escozor le ha causado mi conducta, cuando en el seno del Partido a que él pertenece hay tantos otros con quienes yo no me comparo, ¡qué me voy a comparar!....

El C. Padrés interrumpiendo: ¿Pero yo no me revuelvo con ellos? (Risas.)

El C. Rocha, continuando: Todas esas figuras que están en el "Partido Liberal Constitucionalista," son muchas personalidades a quienes admiro y respeto y a quienes tengo en el más alto concepto de revolucionarios; y comenzaré al citar nombres, por quien acaba de ser electo en Huatabampo; Ramírez Garrido. García Vigil, Sáenz y otros muchos. Para ellos mis respetos y principalmente para el Cincinato contemporáneo a que he aludido; pero para individuos como Sánchez Pontón, Manjarrez y Martínez de Escobar, para ellos mi desprecio, ¡nunca me revolveré con ellos!...

El C. Martínez de Escobar, interrumpiendo: ¡Ni yo soy tan indigno para revolverme con usted, caballero!

El C. Rocha, continuando: El señor Padrés dice que no se revuelve con ellos, pero la verdad es que con su voto ha contribuido a un acto que no me cansaré de lamentar...

El C. Padrés, interrumpiendo: ¡Mi voto es consciente; no vengo aconsejado de nadie!

El C. Rocha, continuando: No me explico entonces, señores diputados, que siendo tan quisquilloso el señor Padrés haya contribuido con su voto consciente a traer a la Presidencia de la Mesa Directiva a un individuo como Sánchez Pontón, que sirvió a Huerta y lo ensalzó...

El C. Padrés, interrumpiendo: ¡No me consta y lo que me consta no puedo darlo por hecho!

El C. Rocha, continuando: Se ha probado que Manjarrez sirvió al zapatismo,...

El C. Manjarrez, interrumpiendo: ¡Y a mucha honra lo tengo cuando luchábamos contra Huerta!

- El C. Rocha, continuando:...nos lo probaron aquí a todos y, sin embargo, el señor Padrés dio su voto para que fuera aceptada la credencial del señor Manjarrez...(murmullos) y no es verdad que Manjarrez haya luchado con los zapatistas solamente cuando luchábamos todos contra Huerta, no señor; luchó todavía cuando nosotros expedicionábamos alrededor de Puebla, y Manjarrez personalmente y siendo capitán del ejercitó zapatista, luchó contra nuestras fuerzas en las inmediaciones de Tepexpan; tengo los partes y en su oportunidad los presentaré...(Voces: ¡Esta es una cadena interminable!) Ya veis, señores diputados, que el "Partido Liberal Constitucionalista," digo, los

elementos quisquillosos de él, que se vanaglorían de radicales, son inconsecuentes con ellos mismos hasta en el mismo del partido.

El señor ingeniero Hay, a quien yo le atribuía el invento del cuchillo de tres filos, pero estoy conforme con la lección que me ha dado el señor Ramírez Garrido y acepto como autor al otro, quién sabe quién es... Cabrera; pero no puedo yo creer de que Hay sea un buen elemento, porque su espada de general nada nos dejó ver en esta última etapa; mientras Obregón perdía un brazo en Celaya, mientras Jesús Carranza era asesinado en Oaxaca, Poncho Vázquez y Maclovio Herrera en el Norte y Abraham Cepeda en el Sur, mientras tantos otros hijos dignos de la patria mexicana regaban su sangre por reconquistar las libertades, Eduardo Hay fue a llorar sus desventuras a las Repúblicas sudamericanas. ¿Cómo va a ser buen ciudadano uno de esos?...

El C. Saucedo Salvador, interrumpiendo: Perdió un ojo en 1910 ¿Le parece poco?

El C. Zubaran: Tiene diez balazos en el cuerpo, Hay es uno de los mejores elementos revolucionarios.

El C. González Jesús M, interrumpiendo: De esta Cámara.

El C, Padrés, interrumpiendo: ¡Vete con Huerta otra vez es que Hay tiene muchas balas en el cuerpo y yo no puedo menos que admirar su buena suerte; yo tengo tres...(Voces: ¡Yo también tengo cuatro! ¡Yo tengo tres!) Bueno, entonces estamos caballo a caballo.

Señores diputados: estamos perdiendo lamentablemente el tiempo: yo he querido venir a hacer esta rectificación porque a nadie más que a mí interesa lo que ha venido a asentar el señor Padrés, que es falso...

El C. Padrés, interrumpiendo: ¡Si usted ha dicho que es cierto! (Risas.)

El C. Rocha, continuando: el señor Padrés me acusa de huertista. Hay mucha diferencia entre que yo haya estado aquí hasta el 8 de julio, a que yo sea huertista. Si con este criterio vamos a juzgar, probablemente no queda el cinco por ciento que no lo hayan sido....

El C. Padrés, interrumpiendo: ¿Qué dinero ganaste? (Voces: ¡Rocha, ya es bastante; bájate!)

El C. Rocha, continuando: Favor de no interrumpirme; yo estaré en la tribuna todo el tiempo que me lo permita el reglamento. En cuanto al otro cargo de que tengo casas y las rifo, aquí ante la Representación Nacional voy a desafiar el señor Padrés para que ante una autoridad competente exhibimos nuestros intereses y veamos si los míos son ilegítimos y los de él son legales....

El C. Padrés, interrumpiendo: Estoy dispuesto a la hora que usted guste, ahorita mismo!

El C. Rocha: No hay para qué precipitarse demasiado; tiempo nos queda, pero yo no puedo aceptar ese cargo.....

El C. Padrés: ¡Pásame algo de lo que tiene!

El C. Rocha: Cambiaremos cuando menos de anillos, señor Padrés.

El C. Presidente: La Mesa suplica al orador que no esté dirigiéndose la palabra a los ciudadanos diputados en particular.

El C. Hermosillo, interrumpiendo: ¿Y por qué el otro contesta? (refiriéndose al C. Padrés.)

El C. Presidente: Ya se le ha llamado la atención al diputado Padrés igualmente .

El C. Rocha, continuando: Pues bien, señores, mañana mismo yo me prometo demostrar a ustedes que el señor Padrés no ha venido a presentar ante vosotros una fiel fotografía de mi humildisima personalidad; ha presentado una caricatura de tal manera monstruosa, que estoy seguro que ni mis mismos familiares la conocerían; yo si soy huertista, ni tengo bienes de fortuna, modestamente voy y vengo a pie a mi casa, vivo en uno de los barrios más humildes de la capital, mi casa es de los más modesto que podéis imaginarios, yo no tengo criados, no tengo nada, no tengo nada más que las comodidades que me dan los seiscientos pesos mensuales que gano; así es que respecto a esa casa que yo quise rifar, precisamente para cuidar mi honra adquirí algún dinero para cubrir una deuda de cierta importancia que tengo; ya veréis que no es de esa casa mía, más que la quinta parte, quinta parte que vale tan poco dinero que cualquiera puede adquirirla.

Pido perdón por haber contribuído yo también a que perdamos el tiempo y yo os suplico que concedáis vuestra dispensa para que nos quitemos ya de estar con rectificaciones de hechos y vayamos a hacer algo más práctico por el bien del pueblo. (Aplausos en las derechas y siseos en las izquierdas.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Blancarte.

El C. Blancarte: Señores diputados: Entiendo que era mi propósito precisamente el no distraer la atención de la Asamblea en asuntos que en lugar de servir siquiera a una persona están perjudicándonos a todos, no digamos servir a la Asamblea, ni a la Nación, que es a la que hemos venido a servir a este lugar; pero una vez que hemos entrado en este campo, yo entiendo que debemos también hacer algunas aclaraciones sobre algunos puntos. Me extraña enteramente que después de haber hablado cinco o seis oradores de la izquierda tratando los asuntos de las elecciones municipales en la capital, se hayan venido a desahogar atacando a los de la derecha. Yo pregunto ¿qué tienen que ver las derechas con los asuntos de las elecciones municipales? No puedo darme otra explicación, si no es lo que sucede siempre en la humanidad con las pasiones que no van dirigidas por el entendimiento. Cuando un hombre tiene algún fuerte disgusto o sufre alguna decepción, si llega a su casa, hace víctimas a sus familiares de aquello de que no han tenido la culpa; si se tuvo un fracaso en las elecciones últimas de Ayuntamiento, ¿qué culpa tenemos los de la derecha? Pero sí necesito hacer una aclaración en este sentido, porque quiero saber realmente cuál es la actitud del Gobierno y cuál es el procedimiento que vamos a seguir si en efecto se ha apartado de los principios fundamentales que guiaron a la Revolución, o en verdad ha cumplido el Gobierno con el gran principio del sufragio efectivo. He procurado con ahínco buscar los datos de las elecciones municipales que acaban de pasar y he encontrado algunos que es conveniente que la Asamblea conozca, que son los siguientes: el número de casillas en que se divide

el Municipio de México para las elecciones, es de doscientas treinta y cuatro; de éstas, sólo fueron instaladas ciento setenta y tres, quedando sesenta y una, que no se instalaron por falta de personal. ¿Que viene a demostrar este hecho? Que no hubo la actividad política que se necesita en las selecciones para que los partidos se apoderaran de las casillas y que hubo realmente sufragio en las elecciones; esto también viene a demostrar que no hubo propiamente una imposición en el sentido de acaparar esas casillas para que pudiera hacerse allí lo conveniente; si quedaron casillas, quiere decir que no hubo ningún partido suficientemente popular o suficientemente extenso para que se apoderara de ellas. Se ocuparon únicamente ciento setenta y tres casillas, siendo de éstas tomadas cincuenta y seis por el Partido Liberal Constitucionalista y las otras ciento diez y siete, por diversas agrupaciones políticas. ¿Qué fue lo que resultó de esto? Que no hubo la necesaria actividad de los grupos contendientes para ocupar esas otras casillas; porque, como digo, no tuvieron la extensión necesaria para ello. Se han formulado cargos de que cometieron chanchullos en las casillas, consistentes en poner papeles impresos sobre las boletas que habían repartido los empadronadores, y esto puede también comprobar que los partidos políticos, el liberal y los que postulaban al señor Villareal, fueron de los primeros en pedir que se diera una orden o que se aprobara cuando menos por el Gobierno del Distrito que no fueran manuscritos todos los nombres, sino que se adhirieran a esas boletas, de antemano preparadas, las planillas impresas con las candidaturas de cada uno de los partidos, y engomadas que se adhieran a las boletas de antemano expedidas; esto fue lo que motivó un incidente en algunas de las casillas, en donde la Mesa entregó esa planilla para que se adhiriera y era una planilla que no era del Partido Liberal Constitucionalista, como también podía haber entregado otra planilla de otro partido de las que tenían en cada una de las casillas; así, pues, se realizó esa votación no sé con qué irregularidades; pero lo cierto es que tengo datos, que creo no los negarán, que en las cincuenta y seis casillas que ganaron los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista," tampoco allí triunfaron en todas esas casillas, triunfaron en algunas, lo que prueba, pues, que si en las casillas que ganaron los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista" no obtuvieron el triunfo fue por parte de ellos. Esto, como digo, a mí sólo me interesa para saber hasta dónde alcanza la violación del sufragio efectivo de que tanto se ha alardeado en esta tribuna.

Una vez recogidas con algunas irregularidades, porque también las hubo por una y otra parte, unas de las ánforas fueron a, dar a una Comisaría; otras ánforas fueron también llevadas por un miembro del "Partido Liberal Constitucionalista," que tampoco era el procedimiento; ¿Esto fue un fraude o fue una ignorancia? En el supuesto de que hubiera sido fraude, todavía éste no afectó sino una parte insignificante de los votos que se dejaron en esas urnas. Digo, pues, que una vez recogida toda esa votación en el Palacio Municipal, entonces se procedió a la reunión de todos los presidentes de Mesas que iban a formar lo que llamaremos Colegio Electoral; en esa reunión no concurrieron sino cincuenta y seis miembros del "Partido Liberal Constitucionalista," que eran las Mesas que habían instalado y sólo ciento cuatro de las ciento diez y siete que se habían instalado por otros grupos; de aquí podemos sacar esta otra deducción: todos los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista," que estaban activos por trabajar, por observar cuál había sido el resultado de la elección, mientras que los demás no tenían tanto interés supuesto que no concurrieron con la misma puntualidad y eficacia que los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista." Allí hubo varios incidentes, uno de ellos es éste: que en realidad el Presidente Municipal arrojó a alguno de los miembros de ese partido, que concurrieron con objeto de observar el examen de los papeles y todos los demás actos relativos que tienen que ejecutarse. ¿Qué fue lo que motivó este hecho? De antemano de habían acercado pidiendo tener representantes; se les había dicho que "qué más representantes que los Presidentes de casillas de cada grupo;" pero no obstante eso, siempre se accedió a que fueran representantes de los partidos, y al efecto se nombraron, entendiendo yo que fueron y el señor Santillana y el señor Pedroza: El primero, en representación de los partidarios del diputado Villareal, y el segundo representando al "Partido Liberal Constitucionalista." Estas personas vieron que no era necesaria su presencia y se retiraron, motivándose algunos incidentes que fueron los que vinieron a hacer que hubiera fricción entre el Presidente Municipal y algunos miembros del "Partido Liberal Constitucionalista." Vino otra cuestión y fue ésta: Se trataba de ver cuál era el quórum que debiera haber para hacer el computó de los votos; los miembros del Partido Liberal Constitucionalista" interpretaban que la mitad del número total de casillas debería formar quórum, mientras que los otros entendían que debería formarlo la mitad más uno del número de casillas instaladas. ¿Que objeto tenía esta discusión? como eran cincuenta y seis miembros del "Partido Liberal Constitucionalista" y solamente se habían instalado ciento setenta y tres casillas, para que hubiera quórum, se necesitaban, en el primer caso, ciento diez y ocho; mientras que en el segundo, bastaban ochenta y siete. Si se necesitaban ciento diez y ocho y los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista" no concurrían, entonces las elecciones no hubieran podido terminarse, porque no había mayoría entre los restantes para poder formar ese quórum.

La interpretación clara de la ley se pone a la vista, desde el momento en que no se instalaron todas las casillas, pues es evidente que, en tal caso, el quórum se forma de la mitad más uno del número de casillas instaladas; por lo tanto, el quórum es de ochenta y siete: esto me parece justo y legal, porque si se quiere dar otra interpretación, concluiríamos porque no se podría instalar el Ayuntamiento cuando no hubiera elementos suficientes para llenar todas las casillas, como en el presente caso. Esta interpelación, además de ser antijurídica, es ilógica.

Hay otros incidentes de que se ha acusado aquí también, la aprehensión del licenciado Armando Ostos y la intervención también de las autoridades

municipales y de las autoridades militares, es decir, del Subsecretario de Guerra. Hechas las investigaciones sobre estos incidentes, pude aclarar lo siguiente: El señor licenciado Ostos, que fue instalador de una casilla, era de los que se indicaban para que fuera Presidente de la Mesa del Colegio Electoral; se le acusó por alguna infracción que se había cometido en la casilla y esto fue lo que motivó que se expidiera por el juez de Distrito una orden de aprehensión; la infracción de que se le acusaba no está penada por pena corporal, sino por pena pecuniaria. o en su defecto, por pena corporal; así pues, en realidad no se ameritaba por esa acusación que se había hecho, la pena que se le iba a imponer. Anduvieron también los miembros del " Partido Liberal Constitucionalista" gestionando el que se expidiera esa orden, y ellos, según me informo, la llevaron a dos militares, que yo no sé cómo un juez de Distrito debe expedir una orden directamente a militares, cuando se trata de la aprehensión de un civil; así, pues, había esta irregularidad, esa orden se mandó a militares, a dos oficiales, que no fue por conducto de la Secretaría de Guerra, ni siquiera de la Mayoría de Ordenes de la Plaza; los militares, que sí eran de la mayoría de Ordenes, pero no era el Mayor de Ordenes, fueron, por instigaciones que se les hicieran , a recoger la firma del Mayor de Ordenes, y entonces, ya con eso, se fueron a esperar, porque no encontraron el día anterior, al licenciado Ostos, fueron a encontrarlo el jueves que se instalaba la junta y allí se le aprehendió y él llegó a convencerlos de que lo llevaran a la Presidencia Municipal, para tratar asuntos de su credencial, que llevaba como Presidente de Mesa; ahí el Presidente Municipal, ya dentro de la Presidencia, no antes, no fuera de su oficina, sino ahí mismo, el Presidente hizo gestiones para que lo dejaran tomar parte en las cuestiones electorales que ahí se estaban haciendo, quedando siempre a disposición del juez de Distrito. Conociendo el Subsecretario de Guerra este incidente, naturalmente le extraño que los militares anduvieran tomando parte en un asunto que no es de su competencia; esto es lo que parece que observó el señor Ministro de la Guerra y es por lo que se le ha atacado. Si en realidad el Subsecretario de Guerra dice que los militares no deben andar tomando parte en las cuestiones que no les corresponden, yo creo que esto no es sino hacerlos cumplir con su deber; cuando se libra una orden de aprehensión que no sea para un militar y que se necesite el auxilio de la fuerza militar, el camino está perfectamente indicado: el Inspector General puede pedir, si no basta la fuerza de la policía, el auxilio de la fuerza pública. Si se me quiere decir que no podía obtenerse ese auxilio, pues digo que es más grave andar haciendo que se cometan esas infracciones, que si se hubiera esperado a que pasara esta excitación para castigar la infracción del señor licenciado Ostos. Más todavía: los mismos militares han confesado que la orden se les dio directamente por miembros del "Partido Liberal," cuyos nombres se darán a conocer oportunamente, y que se les dijo que lo aprehendieran y lo llevaran al Palacio Nacional, para que allí estuviera incomunicado; también manifestaron que la orden que se dio para la aprehensión del señor Ostos carecía de los requisitos que debe tener toda orden de un juez de Distrito, en la que debe decirse que se aprehenda a un individuo, por qué motivo y a disposición de qué autoridad queda y en dónde. El juez de Distrito simplemente dio la orden así: "Aprehéndase a fulano de tal," sin decir dónde quedaría, ni a disposición de quién. Cuando se pidió el informe por el juez que amparó al señor Ostos, entonces se encontró esta contradicción: el juez de Distrito en la orden de aprehensión, decía: "Aprehéndase al señor Ostos, por estar comprobado que cometió un delito." y en el informe se dice: "Que se ordenó la aprehensión, porque había sospechas de que hubiera sido el señor Ostos quien infringió algunas disposiciones de la Ley Electoral."

Estas contradicciones me hacen sospechar que no hay limpieza propiamente dicha, ni de una parte, ni de la otra; si no la hubo de parte del señor Ostos, tampoco existió en las gestiones que se hicieron para inutilizar a quien, el jueves último, iba a ser Presidente de Colegio Electoral; y el mismo jueves se hizo la aprehensión, no consignándose al señor Ostos a la Penitenciaría, sino con orden de detenerlo en el Palacio Nacional. Estas irregularidades me han dado la convicción de que no hubo las infracciones que se denuncian, ni a la invasión del militar en las elecciones. Aún más a la hora que se hicieron los trabajos de preparación para la entrega que haría el Presidente Municipal al presidenta de la Mesa del acta que se formó, hubo esta irregularidad: se tomó la votación para saber qué Mesa resultaría electa, y entonces hubo una discusión sobre si había 56 votos o 57 en favor del "Partido Liberal Constitucionalista;" se hicieron las aclaraciones y resultaron 105 votos a favor del señor licenciado Armando Ostos para Presidente y 56 o 57 en favor del señor de la Hidalga; se hizo una lista de escrutinio y naturalmente se levantó una especie de acta, y al hacer la entrega al Presidente Municipal, resultó que faltaban algunos documentos y de ahí tomaron causa o pretexto los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista" para decir que eran chanchullos y separarse. La pérdida de esos documentos en nada favorecían al elemento contrario a ellos, pero no puede creerse que los hubieran hecho perdedizos el elemento a quienes favorecían, sino el elemento al que le perjudicaban; así es que de aquí infiero esto: en las casillas que tomaron los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista," no triunfo la candidatura de Zetina; luego, pues, la voluntad del pueblo no creo que haya sido defraudada, y además, el Padrón que rigió para estás elecciones fue el mismo que rigió cuando triunfaron en las elecciones para diputados. Ahora cabe aquí hacer esta reflexión: los votantes de entonces ya no tuvieron la confianza para dar su voto en el mismo sentido, se les disminuyeron o realmente hubo algún fraude en las elecciones...

El C. Rivera Cabrera, interrumpiendo: No se entregaron las boletas.

El C. Blancarte, continuando: Esto, pues, señores, servirá para explicar por qué hasta estos momentos lo que se ha dicho en contra del Presidente de la República y en contra de las autoridades a mí no me ha traído la convicción de que en

realidad se haya apartado del Sufragio Efectivo, que es lo que propuso la Revolución; naturalmente nunca podemos dominar nuestras pasiones para que podemos perder, esto es lo que no sabemos los mexicanos, no sabemos perder en las luchas democráticas, y esto amerita el que se venga aquí en realidad a hacer creer que ha habido una gran especie de voltereta de las autoridades a los principios revolucionarios porque lucharon. Creo, pues, que no hay ninguna justicia en los ataques que ha habido para el Primer Jefe de la Revolución, ahora Presidente Municipal... (Murmullos y risas.) Señores: me explico perfectamente que cuando no se pueda contestar en otra forma se haga en esta en que lo han hecho; un error de la lengua al decir Presidente Municipal en lugar de decir Presidente de la República , no creo que sea un argumento que amerite algo en contra de lo que he dicho. Así, pues, seguiré yo creyendo mientras no vea una prueba clara, que lo que sea hecho aquí no han sido más que desahogos, que no ha sido un acto de patriotismo qué debemos ejecutar los que hemos venido a formar parte de esta Asamblea y debemos ya dejar de seguir perdiendo el tiempo en estos incidentes y dedicarnos a los asuntos a que nos han mandado nuestros electores; tenemos que ocuparnos de la institución del banco, de la suspensión de garantías y de todas las demás leyes que conocemos; la Ley del Trabajo, las agrícolas que están pesando sobre nosotros y no podremos ir a decirles a nuestros electores cuando nos tomen cuenta, que atacamos las elecciones de aquí, porque no son de nuestra competencia, debemos decirles: "Cumplimos con nuestro papel de legisladores, aunque sea mal, pero procuramos hacer todo lo que fue posible."

El C. Zubaran: Pido la palabra para una interpelación al orador.

El C. Rivera Cabrera: ¡Yo otra!

El C. Villareal: ¡Yo otra! (Voces: ¡Yo también otra!)

El C. Presidente: Si lo permite el C. Blancarte, tiene la palabra el C. Zubaran.

El C. Blancarte: Sí lo permito.

El C. Zubaran: Habiendo oído lo bien documentado que está Su señoría, agradeceré a usted completase su información, primero, acerca de los cinco mil pesos que por conducto del Gobierno del Distrito se mandaron al senador Reynoso para las últimas elecciones municipales, hecho éste que no es ya un chanchullo, sino la imposición más burda llevada a cabo por el mismo Gobierno del Distrito - Primer punto -. Segundo punto: Si conoce usted la actuación del Juez de Distrito, C. Maldonado, cuando un grupo de representantes del "Partido Liberal Constitucionalista" lo llevó a una casa de la calle del Estanco de Hombres en que se estaba cometiendo la barbarie más grande, recogiéndose las boletas que el pueblo había depositado, para poner boletas falsas de personas que el Gobierno del Distrito, o sea el Partido Cooperatista, o no sé como se llama, había mandado colocar para burlar el voto popular. Tercero: si conoce usted el editorial de "El Demócrata" de hoy, en que aparecen chanchullos encabezados por Palavicini, en el asunto de las elecciones, respecto a que dos individuos del cuerpo de la redacción de cada periódico figurase en las planillas municipales de la imposición del Gobierno del Distrito.

Sobre todo, deseo que usted me haga favor de concretarme sus respuestas, porque viene usted bien documentado. Me abstengo de otras que tengo a este respecto y que formularé en las próxima sesión.

El C. Blancarte: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Blancarte: Es natural que no pueda contestar dato por dato al señor Zubaran, porque no tengo el amplio conocimiento que él puede tener, por haber visto todos los actos de las casillas electorales, supuesto que le interesaba bastante vigilarlas; mientras que yo me limité a votar, y por lo tanto, no estoy en posición de los detalles. Respecto a los cinco mil pesos, debo decir que los cargos debe probarlos quien los hace y que hasta ahora no se ha probado nada sobre el particular. (Siseos, murmullos.)

Señores, vuelvo a repetir, me extraña la manifestación que se ha hecho, porque yo de buena fe estoy diciendo lo que sé del asunto.

En cuanto al dinero que se mandó se me informó porque también procuré hacer investigaciones sobre el particular, y me dijeron con la convicción que yo se lo digo a ustedes, que era falso, las mismas autoridades me dijeron que era falso; me explicaron que había pendiente un proceso por estafa en contra de algunas de las personas que enviaron eso, porque había antecedentes de fraude de un dinero y para salvarse se había hecho uso de esa combinación y me manifestaron que no era exacto.... (Murmullos y siseos.)

El C. Zubaran, interrumpiendo: ¿Era falso el dinero o el hecho? (Risas. Campanilla.)

El C. Blancarte, continuando: El dinero; le consta a toda la Representación Nacional que se lo trajeron al diputado Reynoso, pero desde el momento en que está haciendo payasadas, no contestaré.

El C. Ramírez Garrido: Pido la palabra para una interpelación al licenciado Blancarte, si me lo permite, sin payasadas.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ramírez Garrido para una interpelación.

El C. Ramírez Garrido: Está usted obligado a contestar ....(Voces: ¡No!), moralmente está obligado a contestar, porque ha venido a hacer cargos. ¿Le consta a usted, señor Blancarte, que el señor Presidente Municipal se encerró con todos los presidentes de casillas y puso en la puerta soldados y no dejo ni entrar ni salir a nadie y a puerta cerrada y con guardias en esa puerta se hicieron las elecciones?

El C. Presidente: Tiene la palabra para contestar el C. Blancarte.

El C. Blancarte: Como debo de manifestar y lo dije desde un principio, yo no puedo ir a garantizar la realidad de los hechos que he investigado.... (Voces: ¡Aaah!) Es imposible, señor Presidente; la convicción que le viene a uno, señores, es humana, nadie puede decir esta es la verdad absoluta y esa convicción que puede tener la humanidad, es la que yo he tenido. Ahora, yo pregunto: ¿quién de ustedes puede tener la jactancia de decir que no va un error en ese sentido? Contestaré la interpelación

que se me ha hecho conforme a mi convicción. Habiendo ido varios miembros del "Partido Liberal Constitucionalista" a intervenir en aquellos asuntos, empezó a haber dificultades y se pasó una mañana discutiendo cómo debería interpretarse el artículo relativo a la computación de votos; hubo allí alegatos, y el Presidente Municipal dijo que a fin de que nos siguiera perdiendo el tiempo, se encerraran. Esa fue la explicación que se me dió y yo no puede hacer otra cosa.

El C. Presidente: Habiéndose cedido la palabra por el C. Villareal al C. García Vigil, tiene este ciudadano diputado la palabra. (Aplausos.)

El C. García Vigil: Señores diputados: Muy a pesar mío me veo obligado a ocupar esta tribuna para tratar algo referente a las últimas pretendidas elecciones municipales de la ciudad de México. En su oportunidad, esto es, cuando algunos compañeros míos subieron a esta tribuna con el objeto de protestar contra los chanchullos que se hicieron respecto a las elecciones, me abstuve por muchas consideraciones, siendo la primera que no es de la competencia de esta Cámara tratar este asunto y, por tanto a mi juicio, era perder el tiempo, supuesto que el descaro con que las autoridades han burlado el sufragio, no nos podía hacer esperar ni una sola reparación; pero como en esta cuestión ha venido a la tribuna el señor licenciado Blancarte, con una notable apariencia de buena fe, a informar....

El C. Blancarte, interrumpiendo: ¡No apariencia, es la verdad!

El C. García Vigil, continuando: Digo que como él ha venido a informar con apariencia de buena fe de lo que sabe acerca de las elecciones, yo, por haber intervenido en algunos de los hechos que él refiere, me veo en la obligación de no dejar pasar las aseveraciones del C. Blancarte y hacer las rectificaciones consiguientes. Yo fui nombrado por el " Partido Liberal Constitucionalista " representante del mismo para la instalación de la Junta Computadora, y respecto a esto, el licenciado Blancarte y todos deben reconocer que la ley no prohibe la representación de los partidos: si no la impuso, si no la tuvo en cuenta, no la prohibió. Como es obvio que los interesados deben estar presentes a todo juicio que los interesados deben estar presentes a todo juicio que se efectúe y siendo de hecho, como lo dice el Colegio Electoral de la Junta Computadora, un acto de juicio respecto a la bondad de las credenciales respectivas de los presidentes de casillas, es muy natural que los partidos políticos, los candidatos que han luchado, tengan su representación por si o segundas personas en esos actos de elección. Así, pues no habiéndolo prohibido la ley y siendo obvio el estar representados en un acto en el cual está el interés de uno ventilándose, el " Partido Liberal Constitucionalista " nombró varios representantes; yo llegué al salón del Ayuntamiento, notando que el ciudadano Presidente Municipal no estaba sentado ni presidía junta alguna. Informado sobre el particular, allí en un desorden completo, presidentes de casillas, representantes de las autoridades y representantes de los candidatos independientes, supe que el ciudadano Presidente Municipal había dispuesto lo siguiente: Que para dar cumplimiento al artículo respectivo de la ley Electoral, que dice al jueves siguiente al día de la elección se presentarán ante las autoridades políticas locales para ser inscriptos los presidentes de casillas, había dispuesto, repito, recibir las credenciales legítimas y legales de los presidentes de casillas; digo las credenciales legítimas y legales, porque las actas respectivas de las casillas son las credenciales, es decir, los documentos que acreditan como presidentes de casillas a las personas a quienes se otorgan. Pues bien, el ciudadano Presidente Municipal, substrayéndose por completo a la ley, dispuesto otra cosa: que se le entregaran esas actas, que se le entregaran esas credenciales legítimas y legales a él, pero no precisamente a él, no a él en persona, sino a la autoridad por conducto de unos empleados que él llamaba credenciales y de los cuales yo tuve varios a la vista. Esos documentos decían así: " Habiendo resultado usted presidente de la casilla número tantos, instalada en la casa número tantos, etc. etc. para las elecciones municipales en la ciudad de México, se le extiende la presente credencial, a fin de que pueda usted penetrar al salón respectivo en que se efectuará la junta a las tres de la tarde." Como ustedes ven, señores diputados, el ciudadano Presidente Municipal se apartara completamente de la ley, supuesto que no tenía facultades ningunas para recoger las actas de la instalación de las casillas, o sea las credenciales legítimas y legales de los presidentes de las casillas y canjearlas por unos documentos que él daba; él trataba de recoger las actas, credenciales y luego acreditar por sí, como presidente de casilla, a individuos que en unos casos serían efectivamente presidentes de casillas y en otros no lo serían.

Sobre el particular, yo le hice notar que no era atributo de la Presidencia municipal extender esos documentos que él llamaba credenciales; intervino en el asunto el mismo licenciado Ostos; intervino el estudiante señor Saldaña Galván; intervino un señor doctor cuyo nombre no recuerdo, representantes todos los partidos gobiernistas. El señor licenciado Armando Ostos, discutiendo conmigo sobre el asunto, porque habíamos pensado llegar a un acuerdo para la instalación de la Junta Computadora, llegó al cabo de una discusión no dilatada a convenir conmigo categóricamente, delante de un gran número de personas, que no era atributo de la Presidencia Municipal extender esos documentos que el Presidente Municipal titulaba credenciales a fin de que los presidentes de casillas pudieran penetrar. Como ustedes ven, señores diputados, nosotros teníamos que objetar esto, puesto que el Presidente Municipal podía por cualquiera causa dar ese documento a quien no fuera presidente de casilla y no había necesidad de que diera esos documentos, ya que las actas levantadas en las casillas mismas, con las cuales se presentan los presidentes. El presidente Municipal, no obstante todas mis instancias reiteradas en este sentido, no obstante que yo lo impulsaba para que, con la le y en la mano, me dijera en que artículo de la misma se había basado para expedir esas pretendidas credenciales, rehuía completamente contestarme y me decía que lo había hecho con objeto de que ya a las tres de la tarde volvieran a instalarse, etc.: es decir, futilezas y, naturalmente, alteraciones

a la ley y como consecuencia de estas alteraciones, sospechas de fraude, sospechas que estaban robustecidas por los hechos que todos nosotros conocemos.

Pero de entre los hechos que nosotros conocemos, voy a indicar uno porque en él interviene, y sobre el particular ruego al señor diputado Blancarte que acepte mi palabra de que no digo ni un ápice de mentira. La noche del sábado 1o. del presente estaba yo en un círculo de amigos en una esquina céntrica, cuando llegó un jovencito como de 19 o 20 años; en el grupo estaba el señor León Osorio y había otros varios. Al acercarse este jovencito, le dijo León Osorio:

-" ¿ Que sucede ? ¿ Cómo va esto ? ¿ Ganaremos ? El jovencito le dice:- " Pues nada, tenemos que ganar, ya recibí órdenes del Gobierno del Distrito de que quien quiera que haga propaganda en contra de Zetina, con cualquier pretexto lo lleve yo a la Comisaría. " Esto nos dejó perplejos a varios; León Osorio le dice entonces: -" Bueno, pero a todo el mundo, indistintamente? -" Si, a todos, a todos, tengo la orden."- " ¿ Pero dónde te pueden haber dado esa orden?"-" ¿ Cómo dónde te puede haber dado esa orden?"-"¿ Cómo dónde ? donde te dieron a ti los cien pesos y a Sodi - otro colaborador de ellos - cincuenta." ( Risas.) Esto nos hizo reír a todos los circunstantes, le vimos chuela a León Osorio por aquello de haber recibido cien pesos, él trató de disculparse como pudo y prosiguió: -" Bueno, ¿ Y si te encontraras también al general García Vigil, te lo llevabas? " - " Pues claro que me lo llevaba?" - " Pero es diputado." - " No le hace, no le hace, si a mi me dijeron que a cualquiera que fuera, me lo lleve yo." ( Risas ) Entonces le dice León Osorio: - " ¿ Conoces al general García Vigil ? " - " Es alto, moreno;" allí unos se rieron, otros procuraron quedarse serios con objeto de que no se diera cuenta del error tan grave en que estaba este joven. - " ¿ Pero de veras te lo llevas ?, pero mira que es de armas tomar. " - " Mira, préstame una pistola y yo lo agarro. " Ya León Osorio fingió que se la iba a prestar; pero no se la dio. - " Bueno, ¿ Pero a quien quiera que se la dio.- " Bueno, ¿ Pero a quien quiera que sea te lo llevas ? No, mira, haz una cosa, ve a traer al Gobierno del Distrito unas boletas de la candidatura de Zetina para tapar en donde encontremos las boletas del " Partido Liberal Constitucionalista." Se despidió el joven y volvió a poco rato con un regular paquete de la candidatura gobiernista, nos dio a todos, le dijimos que estaba muy bueno, que íbamos a pagarlas en las candidaturas del " Partido Liberal Constitucionalista." Poco después le dice León Osorio: - " Ahora haz otra cosa: ve al " Partido Liberal Constitucionalista," te finges partidario y les pides tres o cuatro mil boletas para que las rompamos aquí." Fue el joven inmediatamente, pero resulto que el " Partido Liberal Constitucionalista " efectuaba una manifestación a esa hora y estaba ya cerrado y regresó el joven diciendo que no había podido entrar a donceles 69, local, oficina del partido. Entonces le dice León Osorio otra vez: - " Bueno, ¿ pero a quien quiere que se a ? " - " Si, con cualquier pretexto que no hagan propaganda en contra de Zetina y si no, ahorita lo van a ver."

Y de la esquina, que era la correspondiente a la bocacalle, entre Gante y Francisco I. Madero, donde estaba antiguamente la Agencia de Lagarda o que está aún, se pasó a la de enfrente y llamó al gendarme. El gendarme se acercó y León Osorio dijo: - " Mira, allá viene la manifestación del " Partido Liberal Constitucionalista; " a ver si te llevas a alguno.

Como vi que el joven trataba de llevar a efecto su amenaza dije a Osorio que se quitara de farsas, porque yo lo impediría; entonces León Osorio, viendo que iba a exponer a este joven a algo que no hubiera sido de buenos resultados para él, le dijo: - " Oye, mejor no te lleves a nadie; déjalos." Entonces el jovencito dijo al gendarme: " Retírese, el individuo que íbamos a aprender no es ese, lo he confundido."

En esto pasó la manifestación del "Partido Liberal Constitucionalista," me incorporé a ella y otros también hicieron lo mismo, dejando a aquel joven como un aturdido que era; pero al llegar yo el jueves pasado al salón de sesiones del Ayuntamiento, con motivo de mi representación ante la Junta Computadora, vi a ese mismo joven. Procuré investigar y supe que era presidente de casilla. Entonces dije: paso que por tonto él y el Gobierno por emplear este tonto en estos asuntos, se exponga a delaciones como las que hizo ese joven; pero no paso en que mi partido y naturalmente el sufragio por el que hemos luchado, sufra mengua. Entonces le dije hemos luchado sufra mengua. Entonces le dije al joven: - " ¿ Usted me reconoce, verdad? " - " No señor." - " Usted es policía reservado; usted es fulano de tal que estuvo aquella noche con nosotros ." Palideció, me dijo que no y yo insistí en decirle que era policía secreta. - " Regístreme usted ." Usted tiene su placa en la solapa del chaleco." - " ¿ Y si no me la encuentra?..." - " Seré yo un embustero."

Esto lo dije delante del Presidente Municipal y de un gran número de personas. Entonces le metí mano a la solapa del chaleco y le encontré la placa en el lado derecho. Cuando vió que la encontré dijo: - ¿ Y usted quién es para registrarme ? "

Entonces yo le dije que era un cínico. El ciudadano Presidente Municipal, todo turbado por este acontecimiento, trato de decirme que nosotros no teníamos por qué ir a reconocer a nadie; ya usted, señor Blancarte, se explicará el disgusto del Presidente Municipal.... ( Voces: ¡ claro ! Risas.) Después de que nos había permitido esto, resultar que nos había permitido esto, resultar que uno de la policía reservada era Presidente de casilla, más con la evidencia de lo que yo le había manifestado; entonces dos de los seis que fuimos, fueron comisionados para hacer la acusación correspondiente ante el Juez de distrito, y el jovencito se negó a dar su nombre; pero a instancias mías, hechas delante de varios ciudadanos y ante el Presidente Municipal, el Presidente Municipal me dijo: - " Si, le voy a dar a usted el nombre, para que se acaben estas cosas. A ver, ¿ como se llama usted?, déme su nombre." - " Roberto Díaz de León." Este es el nombre de este individuo; dejo a la consideración de usted, señor Blancarte, el hecho probado hasta la evidencia. Más aún, señor Blancarte, aquello que usted refiere con motivo del disgusto por parte del Presidente Municipal, fue de la siguiente manera: El ciudadano Presidente Municipal, no obstante esto de ser de la reservada un Presidente de casilla, convino,

así como el joven estudiante Saldaña Galván, quien se portó verdaderamente con caballerosidad, y también el otro señor doctor, cuyo nombre no recuerdo, quien fue igualmente muy caballeroso con nosotros y representando ellos al partido gobiernista dividido en dos, el "Cooperatista" y el "Nacionalista" convinieron conmigo, representante del "Partido Liberal Constitucionalista, representante del " Partido Liberal Constitucionalista, " en acordar la forma en que se proceda a efectuar la Junta Computadora; el señor Presidente Municipal se prestó a ello de buen grado y convivimos en redactar unas bases; estábamos redactándolas, cuando el señor licenciado Armando Ostos, que no había intervenido en esto, se entrometió, tratando de convencer a sus correligionarios de que no era prudente hacer lo que no era prudente hacer lo que yo decía, porque yo iba a hacer todo lo posible para que, sin mencionar el hecho, no tuviéramos, en cuenta las supuestas pretendidas credenciales otorgadas por el ciudadano Presidente Municipal, que era la base del asunto; ya habíamos convenido ellos y yo, verbalmente, en que se efectuaría la junta previa para que cada Presidente de casilla exhibiera su acta, es decir, su verdadera credencial, desentendiéndonos de las credenciales que había expedido el Presidente Municipal; pero el señor Ostos, repito, se entrometió y trató de disuadir a sus compañeros de llevar a cabo ese acuerdo, y no habiendo podido disuadirlos, hablo con el Presidente Municipal. Entonces éste, no obstante que nos había dejado acordar la forma como debía efectuarse la junta previa, llegó de repente, sacando el papel de la máquina en que se estaban retractándose de todo y diciendo que no, que las credenciales que él y diciendo que no, que las credenciales que él había otorgado, subsistían y que, por tanto, no debía recurrirse a las actas. Como el punto principal era el de las actas. Como el punto principal era el de las credenciales a vista de las actas, yo no quise pasar por eso; seguimos alegando mucho y así pasamos de un salón a otro, pero siempre en buenos términos. Repentinamente vimos que un empleado del Gobierno del Distrito que tenía a su cargo, por orden del Presidente Municipal, recibir las actas, las verdaderas credenciales y canjearlas por los documentos otorgados por él, se encontraba a espaldas del mismo Presidente Municipal, que se reclinaba en una mesa, y ese empleado, juntamente con el estudiante señor Saldaña Galván, estaban introduciendo en una ánfora unos papeles. Esto llamó la atención de algunos miembros del " Partido Liberal Constitucionalista " que estaban allá, pues no encontraban explicación de por qué se estaban introduciendo esos papeles, y dijeron: " Que cosa es esto ? " Entonces sacaron varios papeles, hallándose entre ellos una lista de escrutinio. Esto lo hacia un empleado del Presidente Municipal, con el señor Saldaña Galván. El presidente Municipal dijo: " ¿Pero que tiene de particular esto ? Vean ustedes, si no es nada. "

A primera vista no podía decir que tenía aquello, porque habría que ver si el documento estaba falsificado o no. El hecho es que debe haber sido un buen número de boletas. Entonces, un miembro de nuestro partido, del " Liberal Constitucionalista, " dijo: " Bueno, está bien, no tendrá nada, pero que se tome nota de esto, de que aquí mismo se introducen papeles a las ánforas." Entonces el Presidente Municipal dijo: " Pero para qué se toma nota? No es nada." " Bueno, dijo el señor Reyes, que se tome nota." Esto exasperó al Presidente Municipal y entonces, todo violentado, levantó las manos y dijo: " Ahora que lo pienso, ni se toma nota, ni se toma nada, aquí no viene nadie a tomar nota, y tenemos que irnos, porque es la una de la tarde." Como ustedes comprenden, ¿ qué otra cosa había motivado estos dos disgustos del Presidente Municipal ? La fragancia del hecho violatorio a la ley, supuesto que se introducía un documento en la ánfora, que no debía ser abierta sino en presencia de la Junta Computadora. Esto no puede apreciarse en otras consideraciones, sino en la que tal disgusto del Presidente Municipal era porque se efectuaban hechos que hacían forzosamente sospechar de su imparcialidad del Gobierno en las elecciones municipales. Este fue el motivo por el que se violentó dos veces el ciudadano Presidente Municipal. Respecto a esto, empeño nuevamente mi palabra ante el C. Blancarte, de que es rigurosamente exacto y dejo a su consideración de hombre de buena fe, las conclusiones que hayan de sacarse de ello.

El C. Lailson Banuet: Para una aclaración, señor Presidente. ( Voces: ¿ Son las ocho ! ¡ Vámonos ! )

El C. Manrique: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: Para suplicar respetuosamente a la Presidencia se sirva preguntar a la Asamblea si la sesión se prolonga. ( Voces: ¡ No, no ! )

El C. Secretario Portes Gil: Habiendo terminado la hora reglamentaria, se pregunta a la Asamblea si continúa la sesión. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. No continúa.

" Orden del día 11 de diciembre, a las 4 p.m.: Sesión de Colegio Electoral para conocer de las elecciones de diputados en el 3er. distrito de Tabasco.

" Sesión de Cámara: Discusión del Proyecto de ley de la Deuda Agraria. Discusión del Proyecto de ley de Suspensión de Garantías."

El C. Figueroa: Reclamo la orden del día.

El C. Secretario Portes Gil: Se suplica a los ciudadanos diputados no se asienten del salón en virtud de haber sido reclamada una resolución.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Figueroa ustedes me presten un momento atención.

Yo quiero hacer notar a la Presidencia que tenemos muchas leyes de verdadero Interés Nacional, de verdadero interés general, leyes revolucionarias, como la Ley del Trabajo y otras leyes de ese carácter, y me extraña que se ponga a discusión la Ley de Suspensión la ley de Suspensión de Garantías que no nos interesa ni le interesa tampoco al pueblo. Por tanto, suplico a la Presidencia que cambio orden del día y ponga a discusión otra ley.

El C. Secretario Portes Gil: La mesa sostiene su trámite en el sentido de que se discuta la ley suspensión de Garantías. ( Voces: ¡ Vámonos, vámonos! ¿ No hay quórum!

El C. Blancarte: Solamente para hacer una reflexión.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Blancarte. (Voces: ¡No hay quórum! ¡Vámonos!)

El C. Blancarte: Desde el momento en que se comenzó a discutir la Ley de Suspensión de Garantías no se puede dejar de seguir discutiendo, si no es mediante una moción suspensiva, que ya fue desechada. Así es que no me extraña que el C. Figueroa diga que se deje sin discutir esa ley, en contra de lo que el Reglamento dispone... (Voces: ¡Vámonos, vámonos! ¡No hay quórum! Campanilla.)

El C. Presidente, a las 8.03 p.m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las cuatro de la tarde.