Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171215 - Número de Diario 84

(L27A2P1oN084F19171215.xml)Núm. Diario:84

ENCABEZADO

MÉXICO, SÁBADO 15 DE DICIEMBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERIODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 84

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS CELEBRADA EL DÍA 14 DE DICIEMBRE DE 1917

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Es aprobado en lo general el dictamen de la Comisión Especial para el estudio y la presentación de leyes reglamentarias sobre la Ley del Trabajo. Es discutido en lo particular el Capítulo I.

3.- Se da cuenta con una proposición para que haya sesiones las mañanas de los martes, jueves y sábados, que es dispensada de trámites y aprobada. Se suspende la sesión.

4.- Reanudada ésta, se da cuenta con los asuntos en cartera. Proyecto de ley subscripto por la diputación de Yucatán para que, las tierras de propiedad particular que permanezcan sin cultivo, tengan tres tantos más del impuesto ordinario; a las Comisiones Agraria y de Hacienda en turno. Proyecto de Ley presentado por varios ciudadanos diputados sobre Deuda Agraria Federal; primera lectura e imprimase; se le dispensa la segunda lectura y a discusión el primer día hábil. Dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda que concede pensión a la señora Concepción Bagundo viuda de Blengio. Primera lectura del dictamen de las Comisiones del Estado, Interior, y 1a. de Guerra autorizando al Gobierno del Estado de Sonora para la creación de fuerzas de seguridad pública en aquel Estado. Primera lectura del dictamen de las Comisiones de Marina y Presupuestos para el establecimiento de una Escuela Náutica en el puerto de Mazatlán.

5.- Discusión del dictamen de las Comisiones unidas, 1a. de Puntos Constitucionales y de Estado, Interior, acerca de la iniciativa que faculta al ciudadano Presidente de la República para expedir una Ley de Amnistía relativa a los levantados en armas contra el Gobierno Constitucional. Es aprobado. 6.- Discusión del dictamen de la Comisión de Presupuestos sobre el Ramo primero del proyecto de Ley de Presupuestos para el año de 1918. Es aprobado en lo general. A discusión en lo particular, son apartadas las partidas señaladas con los números 1, 3, 4, 6, 8, 14, 15, 16, 18, 19, 20, 21, 28, 37, 59, 64, 65, 66, 72, 78, y 80. Se presenta una moción suspensiva que es rechazada por la Asamblea. Son aprobadas la partidas restantes que no fueron objetadas.

7.- Discusión de la partida número 1. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. SAENZ AARON

(Asistencia de 130 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 10.23 a.m.: Se abre la sesión.

El C. Prosecretario Limón: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados el día trece de diciembre de mil novecientos diez y siete.

"Presidencia del C. Aarón Sáenz.

"En la ciudad de México, a las cuatro y veinte de la tarde del jueves trece de diciembre de mil novecientos diez y siete, con asistencia de ciento treinta y un ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el ciudadano Prosecretario Limón, se abrió la sesión.

"El mismo ciudadano Prosecretario comenzó a leer el acta de la sesión celebrada el día doce de los corriente, y fué interrumpido por el C. Aguirre Colorado, para manifestar que el día anterior se había suspendido una sesión permanente, la que debía continuarse y leer al final de ella el acta.

"La Presidencia dió lectura a la parte del "Diario de los Debates," que comprende el momento en que se cerró dicha sesión. El C. García de Alba apoyó la idea del C. Aguirre Colorado. La Secretaría informó sobre el particular, y dicho C. García de Alba usó otra vez de la palabra para una aclaración, a la que siguió otra de la Presidencia. El C. Rivera Cabrera se adhirió a la idea de que se continuase la sesión permanente, y el ciudadano Presidente expresó que dicha sesión se había declarado cerrada una vez que la Comisión que fué en busca del ciudadano Subsecretario de Guerra para que informara con motivo de la discusión del proyecto de Ley de Suspensión de Garantías Individuales, dió a conocer el resultado de sus gestiones.

"Sometido el punto a consideración de la Asamblea, ésta resolvió que no se estimara esta sesión

como la continuación de la permanente del día anterior, y, en tal virtud, el ciudadano Prosecretario Limón continuó la lectura del acta, la que se aprobó en votación económica.

"El ciudadano Secretario Alonzo Romero pasó a dar cuenta con los documentos siguientes:

"Dos oficios de la Secretaría de Estado, Negocios Interiores, en los que acusa recibo del decreto del Congreso de la Unión por el que se concede licencia al C. Constantino de Tárnava para desempeñar el cargo de Cónsul de Bélgica en Monterrey, y de la transcripción del mensaje que a esta H. Cámara envió la señora Francisca M. viuda de Arenas.- A sus expedientes.

"Oficio del Congreso del Estado de Campeche, en el que participa que, por convocatoria del Ejecutivo del mismo, abrió un período de sesiones extraordinarias.- De enterado.

"Oficio de la H. Cámara de Senadores con el que devuelve, por haber declarado sin lugar a votarlo, el proyecto de ley por el que se concede una pensión a las señoritas Josefa y Rosa Alcocer.- Recibo y a la 2a. Comisión de Hacienda.

"Telegrama procedente de Culiacán, Sinaloa, por medio del cual el Congreso de ese Estado solicita se le aclare el verdadero espíritu del inciso II del artículo 115 de la Constitución.- A la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"Proposición subscripta por el C. Ramírez G. Benito y hecha suya por varios ciudadanos diputados, a fin de que se apruebe la cantidad de ochenta mil pesos, que quedarán incluídos en el presupuesto de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, para la construcción del muelle fiscal y cobertizo del puerto de Túxpam, Veracruz.- A la Comisión de Presupuestos.

"Proyecto de ley firmado por los CC. García Vigil, Peralta, Saucedo Salvador, Urueta, Martínez de Escobar Rafael, Ramírez Garrido, Aveleyra, Manjarrez, Sánchez Tenorio y Neri, que tiene por objeto derogar el decreto del Congreso de la Unión, que concedió facultades extraordinarias al Ejecutivo en el ramo de Hacienda.- A las Comisiones unidas de Hacienda y Puntos Constitucionales en turno.

"Proposición de los CC. Magallón, Villarreal Filiberto, Leyzaola y Rivas para que se adicione el Presupuesto de Egresos de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas para el próximo año fiscal, en la cantidad de ciento catorce mil pesos, destinados exclusivamente a la terminación de las obras del edificio de las oficinas públicas federales del puerto de Mazatlán.- A la Comisión de Presupuestos.

"Dictamen de la Comisión de Hacienda, que consulta un proyecto de ley por el que se concede a la señora Josefina Pérez viuda de Minet, una pensión de setenta y cinco pesos mensuales.- Primera lectura.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, que contiene en su parte final un proyecto de ley que concede licencia al ciudadano mexicano Carlos Agüeros para servir en la Cruz Roja Americana como contador de dicha institución, y para portar el uniforme que usan los miembros de ella.- Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Justicia, que termina con un acuerdo económico, que expresa no ha lugar a tomar en consideración el proyecto de ley del Ejecutivo de la Unión, para que se dé competencia a los Tribunales del Distrito Federal, a fin de que conozcan y sentencien de los delitos del orden común cometidos en el Estado de Morelos.- Segunda lectura y a discusión el primer día hábil. "Seguidamente se aprobaron sin debate, los dictámenes de la Comisión de Peticiones, que terminan con los puntos resolutivos que se mencionan a continuación:

"Pase a la Comisión de Guerra en turno la solicitud del C. Heriberto Amador, referente a que se decrete una pensión para los hijos del teniente coronel Jesús E. Amador, muerto en campaña."

"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda, la solicitud del señor José María Chávez, que trata de que se le conceda una pensión por haber quedado inutilizado en campaña."

"Túrnese a la Comisión de Guerra que corresponda, el escrito de la señora Trinidad Múgica viuda de Zaragoza, en el que pide pensión por haber muerto su hijo, Daniel Zaragoza, maquinista de los Ferrocarriles Constitucionalistas, en la voladura de un tren."

"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda, la solicitud de pensión de la señora Margarita Rodríguez de Guido, madre del extinto teniente coronel José Guido."

"Pase a la Comisión de Guerra en turno, la solicitud del señor Ramón Peñaflor, relativa a que se le pensione por los servicios que prestó a la causa constitucionalista su hijo, el teniente coronel David Peñaflor."

"La Presidencia puso en conocimiento de la Asamblea que los CC. Villarreal Filiberto y Pruneda, habían solicitado la palabra para hechos. Que la misma había pretendido disuadirlos de su propósito, con objeto de entrar a la discusión de los asuntos en cartera, pero que en vista de no haberlo logrado, conforme al Reglamento, no podía negarles el uso de la palabra.

"Con ese motivo, el C. García de Alba hizo una moción de orden, y aclaración el C. Pruneda, después de las cuales, sucesivamente ocuparon la tribuna los mencionados CC. Villarreal y Pruneda, el primero para referirse a un párrafo que trata de él y que publicó el periódico "El Nacional," en uno de sus últimos números, y el segundo para citar hechos relativos a las recientes elecciones municipales en el Distrito de Otumba, del Estado de México.

"Acto continuo, el C. Saucedo Salvador informó del resultado de la Comisión que se acercó al ciudadano Subsecretario de Guerra, con objeto de llamarlo para que informara a esta Representación Nacional, sobre el estado de pacificación del país, con motivo de la discusión del proyecto de Ley de Suspensión de Garantías Individuales, y luego usó de la palabra el ciudadano Subsecretario del Interior, para informar que el Ejecutivo había resuelto retirar la iniciativa respectiva que envió al Senado con fecha veintiuno de junio pasado.

"El C. Secretario Portes Gil ocupó la tribuna para informar acerca del procedimiento que la Mesa había seguido en este asunto, así como de la labor de las Comisiones dictaminadoras en el mismo.

"Los CC. Saucedo Salvador y Medina Hilario rectificaron hechos conexos al debate, el segundo como Presidente de la 1a. Comisión de Justicia, del que contestaron interpelaciones los CC. Blancarte y Rueda Magro.

"La Presidencia hizo una relación del curso que había seguido el debate de dicho proyecto de Ley de Suspensión de Garantías Individuales y agregó que, no obstante que el Ejecutivo lo retiraba según había informado el ciudadano Subsecretario del Interior, la Mesa no encontraba artículo del Reglamento en que apoyarse para no continuar la discusión del asunto y que por tanto, ponía a debate el artículo 1o.

"Al C. Hay le fue concedida la palabra para una aclaración, pero al comenzar a hablar surgieron mociones de orden de los CC. Díaz González, García de Alba, Figueroa y Pruneda, así como aclaraciones de la Mesa, la que llamó al orden a las galerías para que guardaran compostura. Continúo en el uso de la palabra el C. Hay y se refirió al proyecto de Ley de Restitución de Ejidos a los pueblos que él representa, y el que pidió se discutiese lo más pronto posible. Una aclaración del C. Figueroa interrumpió el discurso del C. Hay, después del cual la Mesa ratificó su trámite que consistía en poner a discusión el artículo 1o. del proyecto de Ley de Suspensión de Garantías Individuales, el que en seguida, y a solicitud del C. Méndez, miembro de las Comisiones, fue retirado previo consentimiento de la Cámara.

"Y una vez que los CC. Padilla y Manrique informaron, respectivamente, del resultado de las Comisiones que llevaron al Senado los proyectos de Ley de Ingresos y de Secretarías de Estado, el C. Secretario Portes Gil leyó la orden del día para la sesión siguiente, y se levantó ésta a las seis y cuarenta y cinco de la noche."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie.

El C. Saucedo Salvador, interrumpiendo: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Saucedo Salvador: Para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Saucedo Salvador: Falta allí la información de Manrique. Manrique informó de una comisión sobre la entrega de la Ley de Secretarías de Estado, al Senado, y no se hace constar.

- El mismo C. Secretario Limón: Con la aclaración correspondiente, se pregunta si se aprueba el acta. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. No se aprueba el acta. (Voces: ¡Sí, sí! ¡Cómo no!) Aprobada el acta.

El C. Secretario Portes Gil: Habiéndose dispensado la lectura respectiva a la iniciativa de Ley del Trabajo, se pone a discusión en lo general. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. No habiendo ningún orador inscripto en contra, se va a proceder a la votación nominal de la Ley del Trabajo.

El C. Cravioto: Pido la palabra. La Comisión tiene obligación de informar, puesto que no hay ningún orador inscripto.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión para fundar en lo general el proyecto de Ley del Trabajo. (Voces: ¡No hay ninguno de la Comisión.) Se invita al C. Martínez de Escobar para que se sirva fundar en lo general el dictamen de la Ley del Trabajo, conforme lo pide el C. Cravioto.

El C. Martínez de Escobar: Señores diputados:... (Una voz: ¡Cortito!) Seré sumamente breve, lo más breve que sea posible, puesto que el que habla tiene la perfecta convicción de que en esta Asamblea existe patente la ingente necesidad de expedir cuanto antes una Ley del Trabajo, una de las leyes indudablemente sintetizan el pensamiento revolucionario constitucionalista. Entrar a consideraciones amplias y a vastas explicaciones, sería hacer perder el tiempo a la Asamblea, que tanto lo necesita para entrar a la discusión del mismo proyecto de ley en lo particular, y entonces, cuando se discuta cada una de las disposiciones contenidas en el proyecto, artículos del mismo proyecto de ley, entonces los miembros de la Comisión iremos explicando las razones que hemos tenido para haber ido intercalando allí cada una de esas disposiciones. ¿Quién no sabe la necesidad urgente que existe de establecer un equilibrio estable, una armónica relación entre el capital y el trabajo? ¿Quién no sabe cómo así, cómo sin menoscabado del patrimonio del capitalista, es necesario hacer que los trabajadores sean dueños absolutos y verdaderos del producto de su trabajo, trabajo que hasta la fecha todos vosotros sabéis cómo ha sido completamente estéril para el trabajador y sumamente benéfico y fecundo para el capitalista que ha aprovechado los frutos de ese mismo trabajador? Cada una de las disposiciones contenidas en el proyecto de ley, no tienden a otra cosa sino a hacer una repartición equitativa entre los diversos elementos que integran la producción de la riqueza: el capital y el trabajo. ¿Quién no sabe que el verdadero problema obrero, el verdadero problema del trabajo está en la diferencia que existe entre el precio de producción de un artículo y el precio de venta del mismo artículo? La diferencia que existe entre uno y otro es el problema obrero, y es el problema que nosotros hemos tratado de condensar, hemos querido exponer en esta ley, es decir, puesto determinado capital en una empresa, tiene el capitalista íntegro el reintegro del capital expendido, el pago de la renta de la tierra, el pago de un interés sumamente crecido de ese capital que haya impuesto en la empresa relativa y luego existe un gran sobrante y ese gran sobrante hasta la fecha ha sido distribuído nada más entre las empresas capitalistas y nada a los trabajadores. Pues bien, cada una de estas disposiciones, cada uno de estos artículos tienden a que el precio sobrante que hasta la fecha ha pertenecido a los capitalistas, se reparta equitativamente entre los trabajadores. En todas y cada una de las disposiciones este es el pensamiento dominante y creo que es por demás que entre en consideraciones a este respecto, puesto que esta Asamblea es revolucionaria y en el alma de todos tiene que estar grabada la necesidad ingente de que tiene que aprobarse este proyecto en lo general. Además, en las

consideraciones relativas, están expuestos los fundamentos y motivos de la Comisión para haber expedido esta ley. Creo yo, pues, que ustedes no necesitarán de más explicaciones, sino entrar a la votación en lo general del proyecto de ley, y luego, señores diputados, entrar a la discusión en lo particular. Únicamente sí, repito aquí, que esta Ley del Trabajo ha salido de "los que nada han hecho," de las izquierdas.

El C. Medina Hilario: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Medina Hilario: ¿Tiene la bondad de decirme el señor Martínez de Escobar si el Código del Trabajo, que está a discusión, no se ocupa de los accidentes del trabajo?

El C. Martínez de Escobar: Pues no, señor. Aquí, en esta ley, es verdad, casi no tratamos de ese punto, sino que, sencillamente, al venir las modificaciones que haga la Asamblea, serán intercaladas, iremos intercalando las adiciones que se hagan.

El C. Medina Hilario: Gracias.

El C. Secretario Portes Gil: No habiendo ningún orador inscripto, se pregunta , en votación económica, si se considera suficientemente discutido el dictamen. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie.

El C. García de Alba, interrumpiendo: Para una moción.

- El mismo C. Secretario: Suficientemente discutido.

El C. García de Alba: ¡Para una moción de orden!

El C. Presidente: Para una moción de orden, tiene usted la palabra.

El C. García de Alba: No es esa la pregunta que debe hacerse, señor Presidente, de acuerdo con el artículo 119. El artículo 118 dice:

"Cuando nadie pida la palabra en contra de algún dictamen, uno de los individuos de la Comisión informará sobre los motivos que ésta tuvo para dictaminar en el sentido que lo haya hecho."

Y el artículo 119 dice: "Si aun verificada la anterior exposición, ninguno pidiese la palabra en contra, se preguntará a la Cámara si el asunto es de gravedad; si no lo fuere, se votará en aquella misma sesión; en caso contrario, se repetirá su lectura dos días después, y no habiendo quien lo impugne, se procederá a la votación."

- El mismo C. Secretario: La Secretaría admira en lo que vale, ese carácter tan requisitoso del C. García de Alba, que no hace otra cosa sino hacer perder el tiempo a la Asamblea. El hecho de que se haya hecho esa pregunta, que probablemente no está de acuerdo con el Reglamento, pero que tampoco sobra, no quiere decir que se llame la atención a la Mesa de una manera tan poco correcta y tan poco atenta como lo ha hecho el C. García de Alba..... (murmullos y voces: ¡Uuuuh! de la derecha), que no hace otra cosa sino perder el tiempo. Se procede a la votación nominal.

El C. García de Alba: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. García de Alba: Para una aclaración.

(Voces: ¡Que hable, que hable!)

El C. Presidente: La Asamblea ha declarado ya suficientemente discutido el proyecto de Ley del Trabajo, en lo general, y se va a proceder a la votación. (Voces: ¡No se puede, no se puede! Murmullos.)

El C. García de Alba: Reclamo el trámite.

El C. Presidente: Para reclamar el trámite, tiene la palabra el C. García de Alba. No el trámite, sino la declaratoria de la Asamblea. (Voces: ¡No, el trámite! ¡No, el trámite!)

El C. García de Alba: Señores diputados: Hace muchos días que estamos viendo que la Mesa pisotea de la manera más descarada el Reglamento que nosotros tenemos la obligación de respetar tanto como la Constitución.

El C. Saucedo Salvador: Más comedimiento.

El C. García de Alba: Ese es el comedimiento que se gastó conmigo, señor Saucedo, es el comedimiento que tuvo conmigo la Secretaría, al decir que yo no tenía razón, cuando lo que pido es que la Asamblea llene los requisitos reglamentarios, como debe llenarlos. Si nosotros, que estamos legislando, no sabemos cumplir con una ley reglamentaria, no podemos exigir que cumplan los demás para quien legislamos. El artículo es terminante, y esta ley que discutimos es de gravedad. Yo no quiero, entorpecer, de ninguna manera, las labores de la Asamblea, pero sí quiero que nos percatemos de que el artículo es terminante, y en este sentido, no podemos, de ninguna manera, votar la ley en lo general, si no hay una persona que la ataque, y en el caso de que no la haya, se le dará segunda lectura dentro de dos días, y no habiendo quien la impugne, se procederá a la votación. Por otra parte, la Presidencia no tiene razón de poner a votación los artículos del Reglamento, los artículos del Reglamento no son para votarse, son artículos que nos obligan a su cumplimiento.

El C. Presidente: La Mesa protesta con toda energía contra las ligeras aseveraciones del diputado García de Alba, de que está pisoteando al Reglamento. La Mesa no tiene ningún espíritu de obstrucción; por el contrario, muchos de los ciudadanos diputados, y el mismo diputado García de Alba, constantemente están haciendo mociones de orden, que no tienden sino a entorpecer las labores de esta Asamblea. La Mesa podrá haberse equivocado, pero nunca con la dolosa intención que el diputado García de Alba le viene a atribuir, por lo cual protesta con toda energía, porque no está dispuesta a que un ciudadano diputado, de la naturaleza del ciudadano García de Alba, venga a hacerle estas imputaciones. Si la Mesa se equivoca, es de buena fe, y ya ha dado constantes pruebas de ello, puesto que ha modificado contantemente sus trámites, cuando ha estado en un error.

El C. Secretario Portes Gil: Se precede a la votación nominal. (Voces: ¡No, no que se cumpla con el Reglamento!)

En votación económica se pregunta si se considera de obvia resolución. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se considera.

El C. Cravioto: La Asamblea no sabe qué cosa dice el Reglamento, y va a votar precisamente en contra de los deseos que tenemos todos.

- El mismo C. Secretario: Los ciudadanos diputados tienen obligación de saber el Reglamento, y

yo creo que es calumniosa la imputación del señor Cravioto. A petición del señor Cravioto se va a dar lectura al artículo 119, que dice: "Si aún verificada la anterior exposición ninguno pidiese la palabra en contra, se preguntará a la Cámara si el asunto es de gravedad; si no lo fuese, se votará en aquella misma sesión; en caso contrario, se repetirá su lectura dos días después, y no habiendo quien lo impugne, se procederá a la votación."

Se pregunta a la Asamblea si considera el asunto de gravedad. (Voces: ¡No!) Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. No se considera de gravedad. Se procede a la votación nominal. (Murmullos y voces: ¡Ahora sí ¡Ahora sí)

(Se recogió la votación)

El C. Secretario Alonzo Romero: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? (Algunos ciudadanos diputados dan su nombre.)

El C. Prosecretario Limón: Se procede a la votación de la Mesa. Votaron por la afirmativa 147 ciudadanos diputados, contra 3 de la negativa, de los CC. Alejandre J. Pascual, Arellano Rafael F. y Curiel Rafael.

El C. Secretario Alonzo Romero: Aprobado en lo general por 147 votos, contra 3 de la negativa.

Se va a proceder a la discusión en lo particular del capítulo primero, y se suplica a los ciudadanos diputados, que en el curso de la lectura, todos aquellos que deseen objetar algún inciso, que tengan la bondad de separarlo oportunamente.

"LEY DEL TRABAJO

"CAPÍTULO I

"Del contrato del trabajo y de la capacidad de los contratantes

"Artículo 1o. Será objeto de la presente ley, todo trabajo prestado a la agricultura, la industria, el comercio, la minería, empresas de transporte, obras de puertos, caminos, canales, construcción de edificios, obras públicas de la Federación, del Distrito Federal, Municipios, Territorios Federales y de los de estas Entidades Federativas, y, en general toda aplicación de la actividad humana en la producción y circulación de la riqueza, en las operaciones que las preparan y que tienen conexión con ellas."

El C. Lailson Banuet: Pido que se aclare esto de "presentado," señor.

El C. Presidente: Cuando esté a discusión.

El C. Lailson Banuet: Yo protesto contra la actitud tan imperiosa con que me contesta el señor Presidente.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se suplica a los señores diputados no interrumpan la lectura.

El C. Cravioto: Pido la palabra. Pido que se aparte el artículo 1o. para hacer una aclaración.

El C. Presidente: La Mesa va a suplicar a los ciudadanos diputados que cuando concluya la lectura del primer capítulo, se sirvan separar los artículos que deseen.

El C. Secretario Alonzo Romero: "Artículo 2o. Para los efectos de esta ley se consideran como patronos los propietarios de las negociaciones, fábricas, minas, giros mercantiles u otras en cuyo beneficio se ejecuta el trabajo; y, trabajadores, los que prestaren el servicio.

"Artículo 3o. El contrato de trabajo deberá constar precisamente por escrito, quedando un ejemplar en cada una de las partes, y comprenderá:

"I. Los nombres y apellidos de los contratantes;

"II. El servicio o servicios que deban prestarse, determinándolos con la mayor precisión posible;

"III. La duración del contrato o la expresión de ser por tiempo indefinido, con la fecha en que habrá de comenzar a surtir sus efectos, o si es por obra determinada o a precio alzado;

"IV. El tiempo que diariamente debe durar el trabajo dentro de la jornada máxima;

"V. El sueldo, salario o jornal que habrá de percibir el trabajador, expresando si debe determinarse por unidad de tiempo, por unidad de obra o de alguna otra manera; y

"VI. La designación del lugar en que el servicio ha de presentarse en caso de que por su naturaleza no deba ejecutarse forzosamente en lugar fijo. A falta de esta designación, el trabajador no podrá ser obligado a prestar el trabajo convenido en lugar que diste más de cuatro kilómetros de su residencia.

"El documento deberá firmarse ante dos testigos, por los contratantes, y si alguno o algunos de éstos no supieren hacerlo, lo hará por él o ellos, un testigo más a su ruego.

"Artículo 4o. La falta de contrato escrito, no priva al trabajador del derecho de cobrar los salarios vencidos, correspondientes al tiempo en que el servicio se hubiere prestado, de conformidad con las disposiciones de esta ley relativas al salario, ni tampoco al exigir la responsabilidad al patrón por los accidentes que hubiere sufrido en el desempeño del trabajo o con motivo del mismo.

"La falta de contrato escrito priva al patrón de toda acción contra el trabajador, y lo sujeta, además, a pagar una multa de diez a cien pesos por cada caso, que hará efectiva la autoridad judicial o municipal que descubra el hecho.

"Todas las dudas que ocurran sobre la interpretación del contrato de trabajo, se resolverán en favor de los trabajadores.

"Artículo 5o. El contrato de trabajo podrá celebrarse por tiempo fijo o por obra determinada. Quedan prohibidos los contratos a perpetuidad, y en los que no se señalare término, si no fuere para obra determinada, la duración será de un año. Si concluido el término fijado en el contrato, se siguiere prestando el servicio, se entenderá que aquél ha quedado prorrogado por tiempo indefinido, terminando en este último caso, por aviso que cualquiera de las partes dé a la otra, con un mes de anticipación.

"Artículo 6o. El trabajador no está obligado a prestar más servicios que los expresados en el contrato, y en la forma y términos allí pactados. Si en el contrato no se determinare el servicio que debe prestarse, el trabajador estará obligado a desempeñar el que le designare el patrón, siempre que sea compatible con sus fuerzas, aptitud, estado y condición, y que sea del mismo género de los que forman el objeto de la explotación, comercio o industria ejercidos por aquél.

"Artículo 7o. No habrá necesidad de que el contrato

conste por escrito en los casos de servicio doméstico y cuando se trate de aquellos que no deben durar más de seis días; pero en caso de accidentes servirá de base para fijar el monto de la indemnización, el salario mínimo que corresponda a trabajos del mismo género y especie, en el lugar en que se prestó el servicio.

"En el caso de que en el contrato no se fije el precio para la retribución del servicio, se pagará el salario mínimo en los términos anteriormente expresados.

"Artículo 8o. Si el obrero se obligare a dar obra hecha poniendo los materiales, el contrato se regirá por esta ley en lo relativo a la mano de obra y por las disposiciones del Código Mercantil por lo que respecta a la venta de los materiales, a cuyo efecto en el contrato respectivo se fijaran por separado el precio de aquéllos y el monto del salario.

"Artículo 9o. No podrá contratarse en ningún caso el trabajo de los menores de doce años.

"Artículo 10o. Los jóvenes mayores de doce años y menores de diez y seis y las mujeres, no podrán obligarse a trabajar más de seis horas diarias con excepción de las labores domésticas, cuidado de animales y demás trabajos que no demanden la aplicación constante de la fuerza física. Tampoco se les podrá contratar para obras nocturnas, insalubres o peligrosas, ni para trabajo en establecimientos comerciales para después de las diez de la noche.

"Artículo 11o. Durante los tres meses anteriores al parto, las mujeres no desempeñarán trabajos físicos que exijan un esfuerzo considerable, o que perjudiquen de algún modo la salud de la madre o del hijo. En el mes siguiente al parto, la mujer no prestará ningún servicio, debiendo percibir salario íntegro y conservar su empleo y los derechos que hubiere adquirido por el contrato y no volverá al trabajo sin previo examen facultivo.

"Artículo 12o. El contrato sobre trabajo celebrado entre un obrero mexicano y un empresario extranjero, deberá ser legalizado por la autoridad municipal del lugar, y visado por el Cónsul de la nación a donde el trabajador deba prestar sus servicios; y además de las cláusulas ordinarias, se especificará claramente que los gastos de repatriación son a cargo del empresario.

"Artículo 13o. Los servicios de los menores se contratarán con la persona que ejerza la patria potestad o fuere su representante legítimo.

"A falta de unos y otros firmará el contrato el Presidente Municipal del lugar quien queda facultado para redactarlo en las condiciones más favorables para el menor. Hecho esto, pondrá el caso en conocimiento del representante del Ministerio Público para que se provea en la forma legal a la tutela del menor.

"Artículo 14. Los contratos de trabajo estarán exceptuados del pago del impuesto al Timbre."

El C. Portes Gil: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Hay: Pido la palabra.

El C. Rueda Magro: La Comisión pide la palabra, señor Presidente.

El C. Hay: Pido la palabra para apartar unos artículos.

El C. Rueda Magro: Para hacer una aclaración.

El C. Presidente: Para una aclaración, tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro, de la Comisión: Al leerse el artículo 1o., capítulo I de la Ley del Trabajo, se encuentran algunos errores de imprenta. Voy a leer el artículo 1o. tal como está en el dictamen para que los señores diputados tomen nota.

"Artículo 1o. Será objeto de la presente ley, todo trabajo prestado a la agricultura, la industria, el comercio, la minería, empresas de transporte, obras de los puertos, caminos, canales, construcción de edificios, obras públicas de la Federación, del Distrito Federal, Territorios Federales y de los Municipios de estas Entidades Federativas, y, en general, todo aplicación de la actividad humana en la producción y circulación de la riqueza, en las operaciones que las preparan y que tienen conexión con ellas."

Parece que en el dictamen impreso decía, desde luego, en lugar de "prestado," "presentado", y luego decía "obras públicas de la Federación, Distrito Federal, Municipios, Territorios Federales, etc.

La palabra "Municipio" se refiere sólo a los Municipios del Distrito Federal y territorios Federales, porque la Ley del Trabajo que nosotros dictaminamos no es de aplicación general en toda la República, sino sólo en el Distrito Federal y Territorios.

El C. Presidente: Han sido separados por distintos ciudadanos los artículos 1o., 2o., 3o., 9o. y 13.

El C. Hay: Pido la palabra para hacer una interpelación a la Comisión sobre lo que acaba de decir.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Hay: Para suplicar a la Comisión se sirva decirnos si no cree más conveniente que en lugar de decir: "prestados en la agricultura," se diga: "prestados a la agricultura."

El C. Presidente: La Mesa suplica al C. Hay que después de haberse separado los artículos que tienen objeciones, haga las interpelaciones que juzgue convenientes.

El C. Zavala: Yo deseo apartar los artículos 1o., 2o., 4o., 5o., 6o., 9o., y 11

El C. Secretario Alonzo Romero: Se va a proceder a la votación de los artículos no objetados, 7o., 8o., 10 y 14. Vuelvo a repetir 7o., 8o., 10 y 14.

El C. Aveleyra: El 10 sí me hace usted el favor de apartarlo.

El C. Presidente: No lo había apartado usted.

El C. Aveleyra: Pero ahora lo aparto.

- El mismo C. Secretario: La Mesa modifica su trámite. Los artículos 7o., 8o. y 14 serán separados para su votación, se reservarán, y los objetados se van a poner a discusión. Está, por consiguiente, a discusión el artículo 1o.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Aveleyra.

El C. Aveleyra: Señores diputados: Una vez que la Comisión dió a conocer su dictamen impreso a la Asamblea, el bloque socialista nombró una Comisión con objeto de que presentara las reformas que creyera pertinentes y las modificaciones que se hicieran necesarias a este proyecto de ley. Al efecto, ciudadanos diputados, se han hecho esas modificaciones y reformas y se ha entregado una copia de ellas a la Comisión con objeto de ver si las

toma en consideración o que exponga los motivos que la obliguen a no tomarlos en cuenta.

En esas modificaciones nosotros incluímos a casi todos los artículos del primer capítulo de este proyecto de ley, excepto los 7o., 8o. y 14. Yo suplicaría atentamente a la Asamblea que me permitiera dar lectura a las modificaciones que nosotros proponemos a efecto de después fundar esas modificaciones comparándolas con el actual texto del proyecto.

El C. Rueda Magro: Moción de orden. La Comisión Especial encargada del Estudio Y Reglamentación de la Ley del Trabajo, facilitó a los diferentes bloques de la Cámara desde antes de que se imprimiera el dictamen, parte del mismo, a efecto de que se sirvieran hacer modificaciones. Las modificaciones que el bloque socialista introdujo a la ley o pretende que se introduzcan, se le facilitaron a la Comisión hasta el día de ayer a hoy hiciera esas modificaciones. Yo deseo que el C. Aveleyra ataque artículo por artículo y la Comisión no tiene inconveniente en, si se convence, en hacer las modificaciones correspondientes, porque si no, conforme al artículo reglamentario, serán presentadas esas modificaciones hasta después de que se apruebe la ley. No tenemos inconveniente en oír las modificaciones o los ataques a cada uno de los artículos al discutirlos; si las podemos hacer, las aceptaremos inmediatamente; no tenemos ningún deseo de hacer triunfar la ley en la forma en que está.

El C. Aveleyra: Acepto las indicaciones del compañero Rueda Magro y me concreto a leer el artículo 1o. en la forma en que nosotros lo proponemos. Dice así y yo suplico atentamente a los señores diputados se sirvan leer el texto actual del proyecto a efecto de que puedan establecer la diferencia.

"Artículo 1o. Será objeto de la presente ley, todo trabajo prestado en la agricultura, la industrias, el comercio, la banca, la minería, obras de los puertos, caminos, canales, construcciones de edificios, obras y servicios públicos de la Federación, del Distrito Federal, Municipios, Territorios Federales y de los de esta Entidad Federativa, y, en general, en toda aplicación de la actividad humana en la producción y circulación de la riqueza, en las operaciones que la propaguen y que tienen conexión con ella."

La modificación, como ustedes ven, señores diputados, consiste en la inclusión en este artículo de las personas que presten sus servicios en empleos públicos de la Federación. Nosotros consideramos que todo empleado de la Administración tiene tanto derecho a que se vea garantizado su trabajo, como cualquier individuo que preste sus servicios en todos los ramos de la actividad humana. Nosotros hemos visto cómo en diversas ocasiones, y no necesito recordar un caso que se presentó al principio de las sesiones de esta Legislatura, hemos visto, digo, cómo en frecuentes ocasiones se ha pasado sobre los derechos de los trabajadores, es decir, de los empleados públicos que son trabajadores como todo individuo que presta servicios a cualquier patrón, y no han podido ver garantizados esos derechos que les concede la Constitución expresamente en el artículo 123, en la parte primera, que dice: "El Congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados deberán expedir leyes sobre el trabajo, fundadas en las necesidades de cada región, sin contravenir a las bases siguientes, las cuales regirán el trabajo de los obreros, jornaleros, empleados, etc."

Se me podría objetar que en la designación de empleados únicamente se quiere incluir a los empleados de los particulares, pero eso no tendría ninguna fuerza, esa objeción no merecería la consideración de nosotros, puesto que aquí no se especifica que sean empleados de particulares, sino empleados en general, y los empleados de la Administración tienen tanto derecho a ver garantizado su trabajo como los empleados particulares. Esta modificación, como ustedes comprenden, ser relaciona directamente con los artículos 2o., 3o., etc., de la misma ley, aparte de otros que nosotros incluimos y que tienen que verse modificados esos artículos por la consecuencia de la modificación que sea hecha en el artículo 1o. Yo no creo que la Asamblea encuentre descabellada nuestra proposición, sino que, al contrario, verá que hay justificación sobrada para que se acepte la reforma que nosotros presentamos; pero si la Comisión se niega a aceptar esa sugestión, nosotros quisiéramos que se sirviera exponer las razones que para ello tuviera, a efecto de desvanecer los escrúpulos que surgieran en la mente de los mismos comisionados y convencerlos de la necesidad que hay de incluir a los empleados públicos en la designación del artículo 1o. Más tarde, señores diputados, nosotros nos ocuparemos de las modificaciones de los artículos posteriores; por lo pronto y debido a la indicación del compañero Rueda Magro, me limito únicamente a la que nosotros proponemos al artículo 1o.

El C. Rueda Magro: Pido la palabra. La Comisión se ve imposibilitada, no puede aceptar la modificación que presenta el compañero Aveleyra y todo el "Bloque Socialista", porque es anticonstitucional considerar a los empleados públicos en los términos de la Ley del Trabajo. Desde luego, existe el artículo 89, fracción II, que dice que el Ejecutivo tiene facultades amplias de nombrar y remover libremente a todos los empleados, y vemos que en el artículo 123 se establece que los patronos no tienen libertad de despedir a sus trabajadores, sino conforme a las formalidades que establece la ley.

Eso por una parte; cuando el artículo 123 dice:

"empleados," se refiere a los empleados particulares y no a los empleados del Gobierno. Por eso la Comisión se ve imposibilitada de aceptar la sugestión hecha por los compañeros del "Bloque Socialista".

El C. Ramírez Garrido: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Ramírez Garrido: Con objeto de rebatir; estamos en discusión.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Portes Gil.

El C. Portes Gil: Señores diputados: Yo me voy a permitir hacer a la Comisión algunas indicaciones, a fin de que, si lo cree oportuno, se sirva tomarlas en consideración. En la clasificación que hace la Comisión de los diversos trabajadores y que se incluyen en esta ley, considero yo oportuno que se mencione especialmente el trabajo doméstico, que si es cierto que está comprendido en la última disposición general, yo creo que este servicio

especial es tan importante en la República, que bien merece una mención especial, al igual que la minería, empresas de transporte y otras más. Por eso yo invito a la Comisión a que, de una manera especial incluya el trabajo domestico en esta clasificación. Otra observación que me voy a permitir hacer a la Comisión es la siguiente: yo estoy de acuerdo con la Comisión en que los empleados públicos no estén comprendidos en esta ley, ni los antecedentes de las leyes de otros países, ni las discusiones del Congreso Constituyente, ni, finalmente, el mismo artículo constitucional hace incluir allí a los empleados públicos; pero precisamente para que no se le vaya a dar una interpretación muy común y que está en boga, no solamente en esta Asamblea, sino en otras muchas clases intelectuales del país, quiero que se diga especialmente que no quedarán comprendidos allí estos empleados, estos se regirán por reglamentos especiales que expedirá el Ejecutivo a este efecto Yo he formulado una adición, mejor dicho, una modificación a este artículo, que desde luego puede tomarse en consideración, si lo cree conveniente la Comisión. La modificación dice:

"No quedan comprendidos en esta disposición los servicios que se presten en el Ejercito, la Guardia Nacional y todos los demás que constituyen una función pública, los cuales se regirán por las leyes o disposiciones que los reglamenten."

Estas son las indicaciones que hago yo a la Comisión a fin de que, si lo cree conveniente, se sirva tomarlas en consideración.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Sánchez Pontón: La Comisión cree que así como no es posible incluir en este artículo 1o. lo relativo a prestación de servicios en los empleos públicos del Gobierno general, tampoco es posible excluirlos de una manera terminante, no porque precisamente se deben comprender en los términos generales de este artículo, sino que no es posible que en él se enumeren los servicios que están comprendidos y también los no comprendidos. Claro está que, si la ley no los ha expresado de una manera terminante, no están comprendidos en el artículo. Por otra parte, como el criterio de esta Ley del Trabajo es normar las relaciones entre el empresario y el obrero o trabajador, natural es que no puede comprender este criterio los servicios prestados al Gobierno, porque esto solamente en los casos que están expresamente determinados en este artículo, es decir, cuando obra como empresario en obras públicas, canales, caminos, etc., el Gobierno asume el carácter de un verdadero empresario; en las demás clases de servicios, no es empresario el Gobierno, porque no trata de aplicar la actividad humana a la transformación y circulación de la riqueza; por tanto, los servicios públicos quedan enteramente separados de esta ley, y claro es que, en otra ley, se normarán las relaciones entre los empleados y el Gobierno y también se procurará darles todos los derechos que los empleados puedan tener con relación al Gobierno que los emplea. Por lo tanto, la Comisión cree que no es de aceptarse la proposición del ciudadano diputado Portes Gil.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cespedes.

El C. Céspedes: Renuncio al uso de la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Velásquez Aurelio.

El C. Velásquez: H. Asamblea: A fin de fijar los conceptos de esta ley, hay que tener en cuenta que en este capítulo I se va a resolver el problema de los siglos, va a resolverse, en la producción de los bienes que sirven para las necesidades de la vida, qué papel debe asumir el trabajador y qué papel debe asumir el empresario, el industrial. Por eso, la Comisión no comprendió los servicios públicos, porque habría sido desacertado; va a resolverse el otro problema que ha sido motivo de tantas luchas, de una lucha milenaria, va a resolverse por qué el hombre ha sido tratado peor que la bestia, por qué Amilcar dejaba pastar con libertad a sus bestias y le tapaba la boca al esclavo para no recibir el polvo impalpable de harina que podía caerle a los labios; esa es la cuestión que se va a resolver, y nosotros, profesando los preceptos más indispensables, los más fecundos, los que emergen de la naturaleza misma del trabajo y de la empresa, vamos a resolver, vamos a determinar en este artículo 10. cómo debe reglamentarse ese trabajo, como debe entenderse este trabajo, y yo, al ver que se dice en el artículo 10. "Prestación de servicios", entiendo que se renuncia al concepto que ahora exige el progreso humano; la vida económico - social exige otro concepto, ese es el antiguo, ese no lo acepta un abogado arcaico, ese es otra cosa. El trabajo debe desde hoy, señores, para siempre en esta representación, ser el factor eminente de la producción de la riqueza, no prestación de servicios.

Me acerqué a la H. Comisión, y tengo el gusto de significarles a ustedes que aceptó esta idea, que no se ponga prestación de servicios y se ponga el trabajo como factor esencial de la producción, y en lugar de decir este artículo 1o.: "será objeto de la presente ley todo trabajo prestado en la agricultura," que diga: "Será objeto de la presente ley todo trabajo que sea factor en la agricultura, en la industria, etc.," porque esto será congruente con lo dispuesto en la fracción VI del artículo 123, que en la parte final dice: "En toda empresa agrícola, comercial, fabril o minera, los trabajadores tendrán derecho a una participación en la utilidades, que será regulada como indica la fracción IX."

Nadie participa en las utilidades sin haber sido factor en la producción y cuando se dice que se prestan los servicios, como dicen todos los Códigos, arrendamiento de servicios, como dice el más adelantado código francés y todos, están de acuerdo, siguiendo esa idea, en que se arrienda el servicio humano. No. señores, es necesario dejar lo arcaico, es factor esencial de la producción de la riqueza para su distribución y circulación el trabajo humano. Cuando abracemos esta idea, cuando esta simiente vaya al corazón de estas multitudes, habremos hecho la labor más grande, habremos modificado el estado económico del pueblo; no es prestación de servicios, es el trabajo factor de producción en la industria, etc., para la circulación y producción de la riqueza. Esto es de aceptarse como base fundamental, es la piedra de toque, esa sería toda la

obra revolucionaria, que el pueblo sepa, que el trabajador sepa que no va a prestar servicios, que no va arrendarse, es socio porque es factor de la producción y eso es congruente con la fracción relativa del artículo 123. Si no se pone así, habremos dejado en la ley un concepto arcaico que dará por resultado que el patrono siempre tendrá derecho de señalar al trabajador lo que quiera y desde ahora es necesario aclarar que el trabajador es socio, porque es factor en la producción, y vendrá después paulatinamente a adquirir todos esos derechos; pero si desde ahora en el artículo 1o. Se imprime el sello fecundo, salvador, revolucionario, de hacer al trabajador socio del industrial, habremos dado el paso más trascendental en la vida económica del pueblo mexicano. Pido, por consiguiente, que la Comisión se sirva redactar en esos términos el artículo, para que después de allí emerjan las consecuencias naturales que deben seguirsese en este artículo 1o. (Aplausos)

El C. Aveleyra: Pido la palabra, señor Presidente, para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aveleyra: Señores diputados: He pedido la palabra para una moción de orden con objeto de suplicar a la Asamblea se sirva acordar lo siguiente: yo sé perfectamente que el Reglamento no nos determina que discutamos el artículo 1o. de determinado capítulo, sino que discutamos los proyectos de ley por capítulos; pero en vista de que está invertido el orden lógico en esta ley, y, además, de que las modificaciones que se proponen en los primeros artículos pueden influir en la redacción de los subsecuentes, yo pido respetuosamente a la Asamblea se sirva acordar que discutamos primero el artículo que está designado con el 1o., y así sucesivamente, con objeto de ordenar la discusión y de que podamos de una manera más fácil orientar este debate.

El C. Presidente: La discusión está versando sobre el artículo 1o. y es cuestión de que los oradores se concreten únicamente al punto a debate.

En este concepto tiene la palabra el C. Zavala Dionisio.

El C. Zavala: Señores diputados: Nosotros, queriendo abreviar un poco la discusión de este proyecto de ley, habíamos pensado no atacar el proyecto de ley más que en lo que verdaderamente y de una manera directa pudiera atacar a los trabajadores; pero viendo que de lleno ha surgido la discusión, no tenemos más remedio que entrar de lleno a ella. Yo suplico a los señores diputados que vengan a hablar en pro o en contra, que nos concretemos única y exclusivamente al artículo a debate sin hacer ninguna exposición que no venga al caso, a menos que no se trate de este mismo artículo. En primer lugar no estamos de acuerdo, yo en lo particular no estoy de acuerdo en las modificaciones que dice el licenciado Velásquez, por esta razón: si nosotros incluímos aquí a los empleados de gobierno con la modificación que hace el C. Velásquez, sencillamente no pueden caber dentro de esta ley los empleados de gobierno, porque la modificación dice que sean factores de la producción, y como los empleados no son factores de la producción, y como los empleados no son factores de ninguna producción, sencillamente quedan fuera de esta ley. Además, que ¿por qué aquí nosotros hemos presentado esta modificación? Por esta razón: la Banca sí produce dinero a los patrones, y los empleados deben percibir por parte de las utilidades de la Banca, y esa modificación la hemos hecho en esta misma ley. Además, si los empleados de gobierno no pueden recibir nada, ¿para qué sirve la revolución, señores diputados? ¿Qué utilidades va a aportarles la revolución a estos empleados? ¿Qué utilidades van a percibir estos señores empleados? Nada, se concretarán a ganar el sueldo o el salario igual de cincuenta años atrás. Además, esta ley está ya en vigor en Yucatán y ¿quiere decir, entonces, que Yucatán es más adelantado que toda la República? ¿Por qué en Yucatán se ha podido implantar? ¿Acaso ha sido por medio de la fuerza bruta? No, por medio de la razón; ¿y ahora resulta que los empleados de gobierno no pueden caber dentro de la ley? Yo, señores diputados, para no hacer más extensas esta discusión, y porque precisa acabar con la discusión de los doscientos artículos de que consta esta ley, que nos va buscar un dolor de cabeza si no nos constituímos, como lo hizo el Constituyente, en sesión permanente, porque debemos de trabajar todo lo más posible si es que queremos desquitar los mil pesos de que hablan algunos señores diputados, debemos hacer todo esto y pedir que se apruebe la modificación a que ha dado lectura el diputado Aveleyra.

El C. Aveleyra: Pido la palabra para una .

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aveleyra: Me voy a ver precisado a hacer aclaraciones en vista de uno de los argumentos que se han esgrimido en contra de la porposición que hemos hecho, de incluir a los empleados públicos en esta designación, y es que no son factores de la producción. El artículo 123 dice: "...jornaleros, empleados, doméstico y artesanos, y de una manera general todo contrato de trabajo...."

El proyecto de ley es el que estamos discutiendo, es la ley que se designa, "y en general toda aplicación de la actividad humana en la circulación y producción de la riqueza;" pero como esto no tiene fuerza legal, debemos concretarnos a lo que sí la tiene, que es el precepto constitucional. Este no dice que toda actividad humana en la producción de la riqueza, sino de una manera general un contrato de trabajo y la prestación de los servicios de un empleado a la Administración, constituye por ese solo hecho un contrato de trabajo. Yo creo que esto viene a alejar las dudas que pudiera haber respecto a este punto. Otra aclaración que quiero hacer, es la siguiente: el señor Rueda Magro dice que una de las facultades del Ejecutivo es nombrar y remover libremente a sus empleados, pero la fracción XXVII del artículo 123 dice: "El patrono que despida a un obrero sin causa justificada o por haber ingresado a una asociación..." Desde luego establece el hecho de que sea sin causa justificada y claro está que si el Gobierno, si el Ejecutivo remueve a sus empleados y tiene el derecho de remover a sus empleados libremente, debe ser siempre en el caso de que sea justificada esa remoción; de otro modo, señores diputados, no garantizaríamos, como debemos, el trabajo de los empleados de la Administración.

El C. Secretario Portes Gil: No habiendo hablado

ningún orador en pro y habiéndolo hecho en contra tres o dos veces el C. Aveleyra, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido el asunto.

El C. Medina Hilario: Pido la palabra, señor Presidente. Había solicitado la palabra en contra del artículo.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta a Su Señoría, que como el Reglamento establece en el artículo 121, que cuando haya tres oradores inscriptos en contra, únicamente se pregunte a la Asamblea si está suficientemente discutido, así se va a hacer; pero si la Asamblea acuerda que no está suficientemente discutido, la Mesa concederá la palabra a Su Señoría.

El C. Sánchez Pontón: La Comisión pide la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Sánchez Pontón: La Comisión redactora de este proyecto de Ley del Trabajo cree que algunas de las indicaciones hechas por los ciudadanos diputados son de aceptarse y de ellas es la hecha por el C. Velásquez que, no obstante que es exactamente el mismo criterio que la Comisión ha tenido al redactar esta ley acerca de la cual es la noción que tiene acerca del trabajo como factor eminente de la producción, desea la Comisión aceptar esa indicación en el sentido de hacer patente en este artículo 1o. en una forma tal que no deje lugar a duda acerca de que el criterio de esta Cámara, al aceptar esta ley es darle al trabajo la dignificación que debe tener como uno de los más interesantes factores de la riqueza, pero con la condición de no ponerla en la forma que el C. Velásquez la ha propuesto, porque si nosotros aceptáramos esa redacción, daría lugar a pensar lo contrario. En efecto, el C. Velásquez propone se diga: "Será objeto de la presente ley todo trabajo que sea factor en la agricultura, etc.," entonces sí aparecerá, dada esta redacción, que hay algún trabajo que no es factor de la agricultura, comercio, etc., y la Comisión piensa que quedaría perfectamente cristalizada esta idea poniendo el criterio del señor Velásquez en esta forma: toda la primera parte del artículo exactamente igual hasta llegar a la parte que dice: "y en general toda aplicación de la actividad humana como factor de la producción y circulación de la riqueza en las operaciones que las preparan y que tienen conexión con ellas."

En esa forma sí indicamos que el trabajo en todo caso es un factor, no solamente de la producción, sino de la circulación de la riqueza y todas las operaciones que la preparen o tienen conexión con ella. También la Comisión acepta la sugestión hecha por el C. Portes Gil en el sentido de que se añada a la enumeración hecha en este artículo, lo relativo al trabajo doméstico. Evidentemente, cómo los señores diputados lo habrán podido ver, también está ley comprende en sus preceptos al trabajo doméstico haciendo ligeras vertientes sobre los preceptos que rige al trabajo general por la naturaleza misma de esta prestación de servicios; pero para que quede exactamente de acuerdo con el artículo 123 constitucional, que comprende expresamente el trabajo doméstico y evitar la duda que pudiera surgir al no verlo comprendido en la enumeración que hace este primer artículo de ley, la Comisión también admite esta sugestión para expresar claramente que en este artículo queda también comprendido el trabajo doméstico. En ese sentido pido respetuosamente a la Asamblea se sirva conceder permiso para retirar el artículo 1o. y hacerle las modificaciones expresadas.

El C. Secretario Portes Gil: En votación económica se consulta si se concede el permiso que solicita la comisión. Si se concede el permiso.

- El mismo C. Secretario: Está a discusión el artículo 2o., que dice:

"Para los efectos de esta ley se consideran como patrones los propietarios de las negociaciones, fábricas, minas, giros mercantiles u otras en cuyo beneficio se ejecute el trabajo.....

El C. Aveleyra, interrumpiendo: Señor Presidente, para una moción de orden. Señores diputados: Yo insisto en mi proposición; ustedes, como han visto, las modificaciones que nosotros presentamos, de aceptarse, influirán de una manera radical en la redacción de los artículos subsecuentes. Yo pido respetuosamente a la Asamblea que, aun cuando El Reglamento no lo prevenga así, votemos primero ese artículo; si se acepta como está, entonces podremos seguir discutiendo los demás; si se aceptan las modificaciones que nosotros presentamos, por ese solo hecho automáticamente tendrá que modificarse la redacción de otros artículos que se relacionan con ése. Yo creo que es pertinente esta observación mía y no considero que la Asamblea se oponga a ella.

El C. Medina Hilario: Para una aclaración, señor Presidente. Además, me parece que muchos compañeros tienen observaciones que hacer al artículo 1o. Sería más propio de una vez acabar la discusión del artículo para que la Comisión recoja todos los datos que resulten de la discusión y ya pueda presentar ese artículo tal como está en el espíritu de la Asamblea.

- El mismo C. Secretario: La Mesa, en virtud de que la Comisión pidió que se retirara el dictamen y la Asamblea concedió ese permiso, no puede dictar otro trámite en este asunto y se incita a los ciudadanos diputados a que se acerquen a la Comisión a hacerle las observaciones que sean oportunas y, en ese caso, cuando se ponga ese artículo a discusión, se puedan hacer igualmente.

El C. Medina: Para una aclaración, señor Presidente. En este caso estamos imposibilitados de continuar la discusión, porque el artículo 1o. Rige todos los demás de este capítulo, y ¿cómo vamos a entrar a la discusión del artículo 2o., no conociendo los conceptos definitivos del artículo 1o.? Yo ruego a la Presidencia tenga la bondad de poner a la consideración de la Asamblea que reconsidere su acuerdo y que siga la discusión sobre el artículo 1o. o nosotros esperamos hasta que se presente modificado por la Comisión.

- El mismo C. Secretario: La Mesa, tomando en consideración las oportunas declaración del C. Medina, va a proceder a la votación de los artículos no objetados, mientras tanto la Comisión reforma su dictamen sobre el artículo 1o. o nosotros esperamos hasta que se presente modificado la comisión

- El mismo C. Secretario: La mesa, tomando en consideración las oportunas declaraciones del C. Medina, va a proceder a la votación de los artículos no objetados, mientras tanto la comisión reforma su dictamen sobre el artículo 1º.

El C. Córdoba: Pido la palabra con objeto de hacer una interpelación a la Mesa.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Córdoba: Yo suplico a la Comisión tenga la bondad de decirme qué entiende por "salario

mínimo en los términos anteriormente expresados," según dice aquí en la segunda parte del artículo 7o.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro: Suplico al señor Córdoba formule nuevamente su interpelación, porque no tuve oportunidad de oírle.

El C. Córdoba: El artículo 7o., en su segunda parte, dice:..... (Voces: ¡No está a discusión!) No está a discusión, pero solicito una aclaración, porque tengo duda a este respecto. Dice: "En el caso de que el contrato fije el precio para la retribución del servicio, se pagará el salario mínimo en los términos anteriormente expresados."

¿Qué es lo que se entiende por salario mínimo?

El C. Rueda Magro: No está a discusión el artículo 7o., que dice del salario mínimo. El capítulo que habla del salario mínimo es el 4o.

El C. Sepúlveda: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Sepúlveda: Yo suplico a la Presidencia que no ponga a votación los artículos no objetados, porque no podemos saber si de las objeciones de los otros artículos pueda venir alguna discusión sobre esto. Por lo tanto, suplico se reserven para votar todo el capítulo y no artículo por artículo.

El C. Presidente: La Mesa se permite manifestar al compañero Sepúlveda que no siendo objetados algunos artículos de cualquier capítulo, no le queda otro recurso a la Mesa que ponerlos a votación, a menos que algún ciudadano diputado los separe.

Por otra parte, lo que pide el C. Sepulveda es impracticable, quiere que se vote por capítulos una ley cuando los artículos han sido objetados. Siendo objetados algunos artículos, deben ser votados separadamente.

El C. Sepúlveda: Como se está objetando artículo por artículo, vuelvo a insistir en esto: que muy bien pueden ser modificados algunos de los artículos que se van a votar.

El C. Presidente: El C. Sepúlveda puede separar todos los artículos que guste. Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rueda Magro, de la Comisión: Yo creo que absolutamente es impracticable lo que el C. Sepúlveda pide; aun suponiendo que estos artículos se modificaran y ocasionasen modificaciones a otros, oportunamente se hará esa modificación, porque resulta que siendo tres artículos no se votan en conjunto; después habrá una votación por cada artículo del capítulo.

El C. Sepúlveda: Para una aclaración.

El C. Peña: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Peña.

El C. Peña: Para separar precisamente el artículo 7o., porque allí contiene términos como estos "servicios domésticos" y ha sido aceptada la modificación a indicación del C. Velásquez; por esta razón pido la separación del artículo 7o.

El C. Secretario Portes Gil: La Mesa vuelve a suplicar a los ciudadanos diputados se sirvan hacerle la gracia de separar oportunamente los artículos que han de objetar, porque, de lo contrario, a cada momento se verá precisada a estar cambiando sus trámites, toda vez que no sabe a qué atenerse. No queda para votarse más que el artículo 8o., que es el único que no ha sido objetado, puesto que ya todos los demás, con diferencia de media hora en cada separación, se han separado todos ellos.

El C. Manrique: Moción de orden. Yo creo, señor Presidente, que todo puede conciliarse aplazando la votación del artículo 8o., en la hipótesis muy plausible, como anuncia el compañero Sepúlveda, de que pudiera hacerse más tarde una objeción, si esta objeción la acepta desde luego la Comisión y presenta el artículo modificado; entonces no nos veremos expuestos a votar dos veces un mismo artículo. De manera que lo único que solicito es que se aplace para la próxima sesión la votación del artículo 8o.

El C. Presidente: La Mesa no tiene ningún inconveniente en acceder a lo solicitado por el C. Manrique, pero mientras algún ciudadano diputado no pida que se separe el artículo no objetado, la Mesa no puede retardar la votación.

El C. Manrique: Yo pido la separación del artículo 8o.

El C. Córdoba: Pido la palabra. Yo suplicaría a la Mesa también consultara a la Asamblea que se separara el artículo 7o.

El C. Presidente: Está separado ya.

- El mismo C. Secretario: A petición del C. Secretario: A petición del C. Manrique, se aparta también el artículo 8o.; en consecuencia, no hay nada a votación.

El C. Manrique: Haciendo constar, compañero Portes Gil, que no he hecho ningún reproche a la Mesa.

- El mismo C. Secretario: "H. Asamblea:

"En vista de que aún hay expedientes de resolución, algunos proyectos de ley de importancia trascendental, la del Trabajo, Agraria, etc., tenemos el honor de proponer a esta H. Asamblea que, considerando este asunto de obvia resolución, se sirva aprobar el siguiente, acuerdo:

"Verifíquese sesión matutina de Cámara de Diputados los martes, jueves y sábados, principiando a las 10 a. m. y terminando a las 12 p.m."

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados.- México, diciembre 14 de 1917. - R. Narro.- Dionisio Zavala.- J. C. Saucedo.- Manuel Carrillo Iturriaga.- G. Hernández.- G. J. Córdoba.- C. Plank.- A. C. Herrera.- M. Barragán.- Antonio Gutiérrez."

El C. Narro: Suplico atentamente a la Presidencia se sirva poner la proporción a votación.

El C. Cepeda Medrano: Que la apoye.

El C. Narro: Señores diputados: Creo que en el ánimo de todos está que debemos hacer un esfuerzo excepcional para concluir en todo lo que sea posible con las leyes pendientes. Así, pues, suplico a mis compañeros se sirvan dar un voto aprobatorio a la proposición que hemos presentado. (Aplausos. Voces: ¡Sí, sí! ¡A trabajar!)

El C. Cámara: Moción de orden, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cámara.

El C. Cámara: Debe denunciar a la Asamblea al C. García de Alba, que anda haciendo propaganda para que se dispensen los trámites a esta moción. (Voces: ¡Tiene razón!)

El C. Presidente: La Mesa manifiesta al diputado Cámara que no es moción de orden lo que ha hecho.

- El mismo C. Secretario: En votación económica.....

El C. González Jesús M., interrumpiendo: Pido votación nominal.... (Voces: ¡No! ¡No!)

- El mismo C. Secretario, continuando: En votación económica se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se toma en consideración. (Aplausos.) Está a discusión.

El C. García de Alba: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. García de Alba, para una moción de orden.

El C. García de Alba: Debe preguntarse primero si se dispensan los trámites o no; si no, tiene que pasar a Comisión.

- El mismo C. Secretario: En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión.

El C. Hay: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay para una moción de orden.

El C. Hay: Yo estoy inscripto en primer lugar para hablar en pro; pero como creo que no habrá ningún diputado que tenga tan poca vergüenza para venir a hablar en contra de una proposición como ésta.... (aplausos), me reservo a que hablen en contra, si es que alguno se atreve, para ir a hablar en pro.

El C. Portes Gil: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Portes Gil.

El C. Portes Gil: Yo protesto contra esa expresión del C. Hay, que dice que no habrá ningún diputado que tenga tan poca vergüenza para hablar en contra; esa no es falta de vergüenza, C. Hay; la circunstancia de que muchos de nosotros vayamos a votar en contra, no quiere decir que no tengamos vergüenza, no; vamos a hacerlo exclusivamente fundados en que el trabajo excesivo en las Asambleas legislativas, en lugar de producir buenos resultados, produce resultados contraproducentes, ya lo hemos visto. (Aplausos de las derechas.)

El C. Prosecretario Limón: Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. No habiendo oradores inscriptos ni en pro ni en contra, se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada. (Aplausos.)

- El mismo C. Prosecretario: "Orden del día 14 de diciembre, a las 4 p. m.: Discusión del proyecto de ley por el que se autoriza al Ejecutivo para conceder amnistía a levantados en armas. Discusión del dictamen sobre Presupuesto de Egresos de los Ramos 1o. y 2o."

El C. Presidente: Se suplica a los ciudadanos diputados permanezcan en el salón. Las Comisiones unidas, Inspectora, de Hacienda y de Puntos Constitucionales, han manifestado a la Mesa que tienen listo su dictamen para que se discuta en sesión secreta.

El C. Prosecretario Limón: La Mesa consulta a la Asamblea si se procede a pasar a sesión secreta. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Aprobado.

El C. Presidente, a las 12.15 p. m.: Se levanta la sesión pública para pasar a secreta.

(Asistencia de 131 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.20 p. m.: Se reanuda la sesión.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: La Cámara de Senadores envía tres oficios acusando recibo de los siguientes proyectos de ley:

De organización del Ministerio Público del Distrito y Territorios Federales, de jubilación en favor del C. Andrés Oscoy y de autorización para que el Gobierno de Hidalgo organice fuerzas de seguridad pública en el Estado.- A sus expedientes.

"El Superior Gobierno del Estado me comunicó oficialmente el telegrama de fecha 6 de los corrientes que le dirigió la Secretaría de esa H. Cámara de Diputados, citándome para concurrir a la respetable Asamblea, como diputado suplente del ciudadano licenciado Flavio Pérez Gasga, a quien se le concedió licencia ilimitada. Como actualmente desempeño el cargo electoral de Regidor del H. Ayuntamiento de esta ciudad, y teniendo que terminar con el presente año, las delicadas labores de las diferentes comisiones que se me confiaron, me veo obligado a continuar en el desempeño de este cargo electoral, y a recurrir a la franquicia que me otorga el artículo 125 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

"Suplico a ustedes, ciudadanos diputados Secretarios, que por su digno conducto se sirvan dar cuenta a la H. Cámara Nacional, protestándoles las seguridades de mi atenta consideración y respeto.

"Constitución y Reformas. Oaxaca de Juárez, diciembre 11 de 1917.- Ernesto Rosas.- A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso General.- México."- De enterado.

"H. Congreso de la Unión:

"Los subscriptos, diputados al Congreso de la Unión por el Estado de Yucatán, teniendo en consideración que a pesar de la Ley de Tierras Ociosas, por consideraciones de orden social y económico quedarán grandes extensiones de terreno sin cultivar y siendo así que el espíritu fundamental del artículo 27 constitucional es que todas las tierras de la Nación concurran a la producción de la riqueza pública y que es a todas luces indispensable la allegación de fondos para cubrir la Deuda Agraria de la República, nos permitimos someter a Vuestra Soberanía el siguiente proyecto de ley:

"Artículo 1o. Las tierras de propiedad particular que permanezca sin cultivo, tendrán un impuesto equivalente a tres tantos más del impuesto ordinario.

"Artículo 2o. Los tres tantos excedentes del

impuesto ordinario de destinarán al pago de los bonos de la Deuda Agraria.

"Artículo 3o. Esta ley comenzará a surtir sus efectos desde la fecha de su promulgación.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión - México, 13 de diciembre de 1917.- E. C. Sánchez Tenorio.- J. D. Ramírez Garrido.- Miguel Alonzo Romero.- Antonio Ancona Albertos.- Una firma ilegible." - A las Comisiones Agraria y de Hacienda en turno.

"H Asamblea:

"En relación con el dictamen presentado por la Comisión Especial de Reglamentación del artículo 27 de la Carta Magna, proponiendo a la aprobación de la Soberanía Nacional un proyecto de ley para dotación y restitución de ejidos a los pueblos, de conformidad con el decreto de 6 de enero de 1915; y en relación también, con las leyes que deberá expedir este Congreso en el actual período de sesiones, relativas al fraccionamiento de los latifundios y a la creación de la pequeña propiedad en el Distrito Federal y en los Territorios; la misma Comisión Especial que subscribe, viene a proponer a esta H. Cámara un proyecto de ley creando la Deuda Agraria Federal a que darán lugar las expropiaciones que, mediante indemnización, deban hacerse, tanto para la dotación o reconstrucción de ejidos en toda la República, como para fraccionamientos de la gran propiedad en el Distrito y en los Territorios Federales.

"El proyecto de ley que se consulta a la H. Cámara, autoriza al Ejecutivo de la Unión para emitir bonos agrarios hasta por quinientos millones de pesos, desde luego, sobre bases que tienden a unificar, hasta donde es posible, las operaciones de la Federación y de los Estados, en cuanto a las emisiones de bonos agrarios en todo el país, para mutua protección de aquéllos en el sostenimiento de su crédito y de su aceptación consiguiente por el público, y en bien de la seguridad y firmeza de la política agraria tanto del Gobierno Federal como del de los Estados.

"En virtud de la consideración anterior, los bonos agrarios representativos de la Deuda Agraria Federal, tienen, respecto de los bonos agrarios de la Deuda de los Estados, las mismas condiciones en cuanto a denominación de las series, número de éstas, réditos, periodicidad del servicio de amortización y del pago correspondiente, por parte de los beneficios, para el fondo de redención de la deuda e intereses, etc.

"En cuanto al plazo en que el Gobierno Federal deba amortizar su Deuda Agraria, la ley lo fija en cincuenta años, en tanto que, por lo que hace a la Deuda Agraria de los Estados, éstos tienen constitucionalmente facultades para fijar aquél, dentro de la salvedad de que no será menor de veinte años.

"La razón principal para señalarse un plazo de cincuenta años para la amortización de la Deuda Agraria Federal, es la de que los beneficiarios en dotaciones o restituciones de ejidos, serán únicamente los núcleos de población inferiores, generalmente los de raza indígena, y será preciso que a estos poblados se dé también un razonable término para que puedan solventar sus censos dentro del plano en que el Gobierno debe pagar al propietario expropiado, y en el supuesto de que las clases inferiores de la población rural mexicana por los sistemas de cultivos y por la misma idiosincrasia ante la lucha por la vida, con dificultad suma pueden constituir un fondo cualquiera mediante los solos elementos de la tierra, tal como lo demuestra nuestra historia de la propiedad territorial en donde la incorporación irrefrenable de la pequeña propiedad en los latifundios prueba ampliamente la incapacidad de nuestros campesinos para resistir económicamente al medio social y subsistir con los rendimientos naturales del cultivo propio.

"Sin embargo de lo anterior, la ley que se propone no incapacita a los Ayuntamientos o a los fraccionistas, cada uno en su caso, para cancelar sus deudas de dotaciones o de fraccionamientos, en tiempo más breve, puesto que la ley señala distintos medios de amortización de bonos, que darán por resultado el que ésta sea más rápida.

"Por las anteriores razones, la Comisión subscripta propone atentamente a la H. Asamblea la aprobación del siguiente

"PROYECTO DE LEY SOBRE DEUDA AGRARIA FEDERAL

"Artículo 1o. Se autoriza al Ejecutivo Federal para emitir bonos agrarios hasta por la cantidad de quinientos millones de pesos, conforme a las siguientes bases:

"I. Los bonos se destinarán:

"(a) Al pago de los terrenos que fuere necesario expropiar en toda la República para dotar de ejidos a los pueblos que carezcan de ellos, o restituirlos con pago de indemnizaciones, según el decreto de 6 de enero de 1915.

"(b) Al pago de terrenos que fuere necesario expropiar o fraccionar en el Distrito Federal y en los territorios de Quintana Roo y de la Baja California, a fin de constituir la pequeña propiedad y de acuerdo con la fracción VII del artículo 27 constitucional.

"II. Los bonos emitidos se harán en denominaciones de cien, quinientos, mil, cinco mil y diez mil pesos.

"III. El nombre que recibirán estos bonos será el de "Bonos Agrarios de la Deuda Federal."

"IV. El plazo para la Amortización será de cincuenta años.

"V. El interés que devengarán los bonos mencionados, será de cuatro por ciento, incluyendo en dicha tasa la parte correspondiente a la amortización.

"VI. El servicio de intereses y amortización se hará por semestres, debiendo llevar, por lo tanto, los bonos, cien cupones desprendibles o perforables, para los pagos semestrales.

"Artículo 2o. El fondo de interés y amortización de los bonos agrarios se constituirá:

"I. Por medio de las sumas asignadas en el Presupuesto Federal de Egresos, para el efecto.

"II. Por medio de las cantidades que los Ayuntamientos de los pueblos pagaren anualmente por cuenta de su Deuda Agraria incurrida por las dotaciones o restituciones obtenidas.

"Artículo 3o. Podrán igualmente amortizarse los bonos agrarios:

"(a) Admitiéndolos en los pagos que los fraccionistas deban hacer por cuenta de las parcelas obtenidas en el Distrito Federal o Territorios.

"(b) Admitiendo los bonos agrarios en pago de los censos que los usuarios de los ejidos deban pagar anualmente a los Ayuntamientos por el usufructo de la tierra.

"(c) Admitiéndolos en pago de una pequeña proporción en la cuota federal que deba pagarse sobre los impuestos a la propiedad raíz.

"Artículo 4o. La emisión de los bonos agrarios solamente se hará en forma de pago a los propietarios de terrenos expropiados para ejidos o para fraccionamientos de la gran propiedad.

"Artículo 5o. En los casos de dotaciones o restituciones de ejidos, una vez decretada en definitiva por el Ejecutivo de la Unión, la dotación o restitución solicitada, y fijado por la Comisión Nacional Agraria el monto de la indemnización que proceda, la Tesorería General de la Nación entregará al propietario expropiado los bonos agrarios correspondientes.

"En los casos de expropiaciones para fraccionamiento de los latifundios en los Territorios y en el Distrito Federal, la Tesorería General de la Nación entregará los bonos agrarios al propietario afectado, cuando la autoridad que diga la ley, fije el monto de las indemnizaciones, conforme a lo prescripto por la Constitución General, en el artículo 27.

"Artículo 6o. Los bonos agrarios tendrán la garantía del Gobierno Federal, el cual hará el servicio de réditos y amortización.

"Artículo 7o. El Gobierno Federal llevará cuenta, por materias agrarias:

"(a) De los bonos emitidos para dotación y restitución de ejidos y de los pagos de los Municipios correspondientes a la amortización de los bonos.

"(b) De los bonos emitidos para fraccionamientos en el Distrito Federal y en los Territorios, con su servicio de intereses y amortización.

"Artículo 8o. Sobre las bases contenidas en la presente ley, se autoriza al Ejecutivo de la Unión para proceder a la impresión de los bonos agrarios y para reglamentar su emisión; pero en el concepto de que, dichos bonos, empezarán a pagarse por cuenta de expropiaciones, hasta que el Congreso de la Unión haya legislado sobre el fraccionamiento de las grandes propiedades en el Distrito Federal y en los Territorios.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, 14 de diciembre de 1917.- La Comisión dictaminadora, B. Vadillo. - Miguel Alonzo Romero. -A. Cienfuegos y C."- Primera lectura, e imprímase.

El C. Ibarra: Reclamo el trámite.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Ibarra: He pedido la palabra para reclamar el trámite de la Mesa, señores diputados, tomando en consideración el escaso tiempo que le queda a esta Legislatura para dar fin a las labores que ha emprendido. En lugar del trámite que la Mesa ha dado, yo propongo a la Mesa que someta a la consideración de la Asamblea la dispensa de la segunda lectura, para que se imprima inmediatamente y entre a discusión el primer día hábil.

El C. Presidente: La Mesa manifiesta al compañero Ibarra que no puede modificar el trámite, porque este debe ser: de primera lectura e imprímase; y el C. Ibarra puede solicitar que se le dispense la segunda lectura, para que se ponga a discusión el primer día hábil, porque la Mesa no puede dar otro trámite, conforme al Reglamento.

El C. Ibarra: Reconozco que tiene razón la Mesa y que me equivocado; en consecuencia, pido a la Asamblea que le dispense la segunda lectura, para que se imprima y se ponga a discusión en el primer día hábil.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: En votación económica se consulta a la Asamblea si está de acuerdo en que se dispense la segunda lectura de este asunto, para que se imprima y se ponga a discusión el primer día hábil. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se dispensa.

- El mismo C. Prosecretario: "Comisión 2a. de Hacienda.

"Señor:

"A esta Comisión se turnó el expediente en que la diputación del Estado de Campeche solicita una pensión para la señora Carmen Bagundo viuda de Blengio, por haber sido fusilado su esposo, don José María Blengio, en unión de su hijo, José María, de diez y ocho años de edad, por las fuerzas huertistas en el Estado de Campeche, en el año de 1913.

"La situación económica angustiosa en que se encuentra la señora Bagundo viuda de Blengio, el encontrarse enferma, la necesidad que tiene de educar y sostener a tres niños menores, así como la consideración de que esta Comisión pesa de que la Representación Nacional debe otorgar auxilio a los deudos de las personas que han sacrificado su vida por la democracia y las libertades del pueblo mexicano, considera justa y de toda equidad que se conceda una pensión a la señora viuda de Blengio, que pueda ayudarle a su sostenimiento y a la educación y subsistencia de sus tres hijos menores.

"Por estas consideraciones y por las que los peticionarios exponen en el memorial que elevaron a esta H. Asamblea, la Comisión que subscribe somete a vuestra aprobación el siguiente.

"Artículo único. Concédase a la señora Carmen Bagundo viuda de Blengio, una pensión de cien pesos mensuales para su subsistencia y educación y subsistencia de sus hijos, que disfrutará mientras no cambie de estado, y que le serán pagados íntegramente por la Tesorería General de la Nación." "Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. México, a 12 de diciembre de 1917.- J. R. Padilla.- J. Silva Herrera.- Rubén Basáñez."- Primera lectura.

"Comisiones unidas de Estado, Departamento del Interior, y 1a. de Guerra.

"Señor:

"A las Comisiones unidas de Estado, Departamento del Interior, y 1a. de Guerra, fue turnada la petición que con fecha 3 del corriente dirige a esta H. Cámara el ciudadano Gobernador interino del Estado de Sonora, en la que manifiesta la urgente

necesidad de formar en aquella Entidad Federativa y sostenida por el Presupuesto de Egresos del propio Estado, un cuerpo de fuerzas de seguridad pública, que pueda constar hasta de dos mil hombres, con carácter provisional, sujeto a la Ordenanza General del Ejército, y que se destinará a combatir la reciente sublevación de la tribu yaqui, que se ha lanzado otra vez a la lucha, prestando a la vez un valioso contingente policía local.

"En tal virtud, las Comisiones, al estudiar la presente solicitud, estiman que es de toda utilidad la formación de dicho cuerpo de fuerzas de seguridad, y que puede concederse la autorización mencionada, de conformidad con la fracción II del artículo 118 de la Constitución Política, sometiendo a vuestra elevada consideración el siguiente proyecto de ley:

"Artículo 1o. Se autoriza al ciudadano Gobernador interino del Estado de Sonora, para que pueda organizar fuerzas de seguridad pública en el Estado, hasta por dos mil hombres.

"Artículo 2o. Dichas fuerzas dependerán directamente del Gobernador del Estado de Sonora, y su sostenimiento será a cargo del Presupuesto de Egresos de dicha Entidad Federativa; pero quedarán sujetas a las prescripciones de la Ley Orgánica y de la Ordenanza General del Ejército, actualmente en vigor, mientras se reglamenta la Guardia Nacional, según lo exige el texto constitucional."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 13 de diciembre de 1917.- J. B. Treviño.- Francisco Medina.- C. Guajardo.- J. M. A. del Castillo.- Ernesto Aguirre."- Primera lectura.

"Comisiones unidas de Marina y Presupuestos.

"Señor:

"Al estudio de las Comisiones que subscriben, pasó la iniciativa de ley presentada por la mayoría de las diputaciones de la costa del Pacífico, proponiendo la reapertura de la Escuela Náutica del puerto de Mazatlán, con objeto de formar en ella pilotos mexicanos por nacimiento, mediante los estudios adecuados del caso, en un período de tres años.

"Encontrando justificados los fundamentos en que se basan los iniciadores de dichos proyecto de ley, al proponer la reinstalación de aquel importante plantel de enseñanza, que tan benéficos frutos dio al país en las dos ocasiones anteriores que existió, y abundando en el sentir patriótico de los proponentes, los subscriptos, tienen el honor de someter a la consideración y aprobación de esta H. Asamblea, en los propios términos en que fue presentado, salvo dos ligeras modificaciones, el siguiente proyecto de ley:

"Artículo 1o. Se establece en el puerto de Mazatlán una Escuela Náutica, para hacer en ella los estudios necesarios a la carrera de pilotos y maquinistas de la marina nacional mercante, en un período no mayor de tres años, siendo cincuenta el número de alumnos a que se les dará instrucción.

"Artículo 2o. La Escuela dependerá directamente de la Secretaría de Guerra y Marina, la que expedirá el reglamento respectivo en que consten: inscripción de ingreso, plan de estudios y toda clase de requisitos que sirvan para normar su funcionamiento interior.

"Artículo 3o. Quedan derogadas las leyes y disposiciones que de alguna manera se opongan al presente decreto.

"Transitorios:

"Primero. La Escuela Náutica de inaugurará el 5 de febrero de 1918, a cuyo efecto la Secretaría de Guerra y Marina dictará en su oportunidad las providencias del caso.

"Segundo. Queda considerada en la Ley de Presupuestos del año económico de 1918, en su parte relativa, la cantidad de ochenta mil pesos para el pago del personal directivo, el de profesores y alumnos, así como para todos los demás gastos que demande la Escuela; debiendo fijarse en las leyes de presupuestos subsecuentes, la cantidad que corresponda para el mismo objeto."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 13 de diciembre de 1917.- Rubén Basáñez.- J. T. Reynoso.- José Rivera.- A. G. García.- M. M. Prieto.- J. R. Padilla."- Primera lectura.

- El mismo C. Prosecretario: Se pone a discusión la ley relativa a la amnistía, la cual dice como sigue:

"Comisiones unidas 1a. de Puntos Constitucionales y de Estado, Departamento Interior.

"Acerca de la iniciativa que faculta al ciudadano Presidente de la República para expedir una Ley de Amnistía relativa a los levantados en armas contra el Gobierno Constitucional.

"Artículo único: Se faculta al Presidente de la República para expedir una Ley de Amnistía que se refiera exclusivamente a los levantados en armas contra el Gobierno Constitucional."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. La Mesa invita atentamente a la Comisión a fin de que se sirva fundar esta ley.

El C. Martínez de Escobar Rafael, miembro de la Comisión: Si la Asamblea cree que es necesario que la Comisión pase a fundar esta ley, pasará; pero si no, ¿con qué objeto? (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Cravioto: Para cumplir con el Reglamento.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Pues, en acatamiento a la disposición contenida en el artículo 106 del Reglamento, pasaré a fundarla con toda brevedad: el ciudadano Presidente de la República presentó a la Cámara de Senadores, por conducto del Subsecretario del Interior, un proyecto de ley más o menos concebido en los siguientes términos:

"Se faculta al Presidente de la República para que conceda amnistía, cuando lo juzgue conveniente, a los individuos levantados en armas que lo soliciten." Esa fue el proyecto de ley que presentó el Presidente de la República a la Cámara de Senadores. La Comisión dictaminadora en aquella Asamblea, tomando en cuenta los motivos y las razones expuestas por el Ejecutivo al presentar su proyecto de ley, dictaminó de acuerdo con el proyecto original del Ejecutivo; pero hubo un miembro de esa Asamblea que presentó un voto particular, manifestando que no podía admitirse el proyecto de ley que presentara el Ejecutivo, porque de lo que se trataba, no era otra cosa sino de que el Ejecutivo

aceptara la rendición o la capitulación, decía este señor senador, de los elementos levantados en armas que lo solicitaran, y que, por tanto, de acuerdo con la disposición contenida en un artículo constitucional, ya estaba facultado para eso el Ejecutivo. Indudablemente que ni una ni otra de las tesis eran tesis constitucionales y que estuvieran adecuadas a la verdad jurídica, de aquí que se produjo una discusión en el seno de aquella Cámara. Quién sostuvo allá que lo que en verdad daría el Ejecutivo era un indulto, otros que una rendición, otros que una capitulación. En verdad, en la Cámara de Senadores hubo esa serie de conceptos que demostraba lo muy distanciados que estaban de la verdad la mayoría de los senadores. Después de largos debates, llegaron a aprobar el proyecto de ley en los siguientes términos:

"Se faculta al Presidente de la República para que expida una Ley de Amnistía, que se refiera única y exclusivamente a los levantados en armas en contra del Gobierno Constitucionalista."

La Comisión que yo tengo el honor de presidir, después de haber estudiado el asunto, ha llegado a la conclusión de que el proyecto de ley, tal como lo aprobó el Senado después de largos debates, es el que se acerca a la verdad, es decir, que esta Cámara delegue una facultad que le es inherente, que le es propia, como es la de expedir leyes, es decir, no esta Cámara, sino las dos Cámara colegisladoras, el Congreso de la Unión, delegue esa facultad en el Poder Ejecutivo, porque él tiene mayores facilidades y tiene mayores conocimientos de la situación política y militar del país. Eso es lo que la Comisión propone, que se faculte al Ejecutivo para expedir una Ley de Amnistía que no se refiera a los que conspiran como civiles, sino a los levantados en armas o que se levanten y que, arrepentidos, quieran volver al seno de la sociedad, al orden público, para trabajar como ciudadanos conscientes en bien del país. La razón que tuve la Comisión para esto, es la siguiente: que la amnistía, cuya característica de ella es ser general, tiene que referirse a una colectividad, a un conjunto de individuos, a una masa de hombres; pero no podrá, bajo ningún concepto, referirse a determinados individuos en lo particular, es decir, que en cada caso concreto, se faculte al Presidente para que amnistié a esos individuos; esto es enteramente imposible, porque no tiene un carácter particular, concreto, individual, esencial o especial la amnistía, sino que tiene que referirse a colectividades; es una medida colectiva, a una generalidad más o menos grande, pero siempre a una generalidad de individuos; puede ser a todos los levantados en armas contra el Gobierno, puede ser a los levantados en armas contra el Gobierno del Estado de Morelos, contra el Gobierno del Estado de Tabasco, contra el Gobierno del Estado de Chihuahua, o del Estado de Coahuila; pero de todas maneras, a una masa, a una colectividad de personas y no a personas en particular. La amnistía, pues, tiene sus condiciones esenciales de vida, tiene sus requisitos necesarios; es indispensable, para que tenga el carácter de amnistía. De lo contrario, no podríamos decir nosotros que se ha expedido una Ley de Amnistía, aunque facultáramos al Ejecutivo a amnistiar a determinadas personas, como creo yo que no podría decirse que un contrato de depósito es un contrato de compra - venta o de préstamo, o que a una mujer, porque se la vistiera de hombre, ya por eso sólo hecho dejaría de ser mujer. Por estas razones, es que nosotros no dictaminamos en el sentido que lo propuso el Ejecutivo, que creemos que fue un error de redacción, por lo que propuso a la Cámara de Senadores el proyecto de ley en los términos en que lo hizo; pero, de todas maneras, reconocemos la necesidad ingente que tiene el Poder Ejecutivo, que, en virtud de tener conocimientos más directos y más inmediatos de las condiciones políticas y militares del país, sea el que la haga, sea el que la expida. Esa ley se llena en la forma en que nosotros dictaminamos, se faculta al Ejecutivo, aun cuando no está en los mismos términos propuestos por el Ejecutivo; se le faculta al Ejecutivo para lo que desea, para lo que quiere esa ley; pero se hace legalmente, constitucionalmente, delegando nosotros esa facultad de expedir la Ley de Amnistía en el Ejecutivo. El expedirá una Ley de Amnistía para los que estén levantados en armas.

Creo que, con estos antecedentes, la Asamblea se habrá formado un concepto de por qué las Comisiones han dictaminado en ese sentido, que no han obedecido más que a los dictados de la razón, de una conciencia completa de la situación política del país, y han deseado facilitar al Ejecutivo, como era su deber, que tenga a su alcance los medios políticos y militares que necesita para poder conquistar una parte más o menos grande que está substraída al Gobierno, y poderla conquistar dentro de la administración constitucionalista. Creo yo que es suficiente esta pequeña explicación, señores diputados, y no merece, en consecuencia, que sigamos discutiendo. La necesidad ingente que tiene el Ejecutivo, se la da la Cámara de Diputados aprobando este proyecto de ley, que ya no pasará al Senado, porque ya fue discutido allí, sino que pasará al Ejecutivo, para que promulgue y haga cumplir esta ley.

El C. González Jesús M.: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. González Jesús M.: ¿No cree la Comisión que, sin embargo de que nosotros queramos exceptuar a los individuos que hoy permanecen expatriados por cuestiones políticas, encontrarían una forma de burlarse del Gobierno de la Revolución, emanado de la Revolución, pasándose de los Estados Unidos o donde quiera que se encuentren. a este país, con objeto de engrosar las filas reaccionarias ?

Yo creo que la Comisión debería agregar o adicionar a esa ley algo en que hiciera alusión a esos individuos que hoy están expatriados y que, probablemente, en virtud de la aprobación de esta Ley de Amnistía, tengan o encuentres una manera muy fácil, muy efectiva de escapar de las penas que les aguardan, caso de aprobarse un proyecto de ley, del cual tengo el honor de figurar como uno de los autores, para que se hiciera una excepción de esos individuos, o, más bien dicho, que se hiciera una modificación a ese proyecto de ley, en el sentido que lo dejo indicado, con objeto, repito, de que, aquellos individuos a quienes probablemente

la Revolución tendrá que castigar muy pronto, vengan a empuñar las armas y en esa forma vayan a eludir el castigo que se les espera.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Pues, señores, yo creo que, en verdad, son infantiles las argumentaciones de mi querido compañero el señor González, porque existe un artículo constitucional, que todos ustedes conocen, y que faculta a las Cámaras para que expidan una Ley sobre Responsabilidades de todos aquellos individuos que estén comprometidos en el Cuartelazo. La ley ya está en estudio en el Senado, y al mismo tiempo se había presentado aquí; pero, por virtud de haberse presentado en el Senado y estar en estudio, ya no dictaminamos nosotros en ese sentido. De manera que yo creo que los temores del compañero González son, realmente, infundados.

Ahora bien: es imposible que nosotros vayamos a investigar tantos detalles, tantas minuciosidades, que no es posible que investiguemos dentro de la generalidad de ideas que debe comprender, que debe entrañar una ley. Claramente decimos que, para los levantados en armas, expedirá el Ejecutivo una ley, y, teniendo en cuenta los antecedentes que motivan este dictamen de la Comisión, esos temores se disipan fácilmente, por esto, porque el Presidente de la República, cuando tenía el carácter de Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y que condensaba en sí todos los Poderes, facultad que tenía en virtud del Plan de Guadalupe, y que después fue ratificada por el Decreto de 14 o 12 de diciembre de 1914, cada vez que creía conveniente, teniendo en consideración la conveniencia del momento y del caso particular, político o militar de un individuo, es que concedía, pues, eso que llaman rendición, aceptación, de que penetre, de que se extinga la acción penal por virtud de un delito político, o de los delitos conexos con los mismos delitos políticos; pero claramente ésta se refiere nada más a los que están levantados en armas contra el Gobierno y de ninguna manera a los enemigos civiles que conspiren, o que estén conspirando constantemente dentro o fuera de la República; para ellos viene una Ley de Responsabilidades, que dentro de breves días estudiaremos en esta Cámara, y ya esos temores serán mucho menos fundados de lo que son en estos momentos, como dice el compañero González; y yo creo que no es necesario que hagamos ninguna adición.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: No habiendo ningún orador inscripto ni en pro ni en contra, se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido.

El C. Siurob: Pido la palabra en contra. (Voces: ¡Estamos en votación!)

- EL mismo C. Prosecretario: En votación económica se pregunta si se aprueba.

- EL C. Siurob: Reclamo la votación anterior y pido que se repita; yo creo que no ha votado la Asamblea que estaba suficientemente discutido. (Voces: ¡Sí, sí!)

- EL C. Presidente: Fue la consulta que hizo la Mesa de si estaba suficientemente discutido, y a juicio de la Mesa había mayoría en pro.

- EL C. Siurob: Yo suplico que se repita la votación.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: A petición del C. Siurob, se repite la votación. Los que estén por que crean que está suficientemente discutido se servirán poner de pie. Suficientemente discutido.

El C. Siurob: Estoy satisfecho.

- El mismo C. Prosecretario: Se procede a la votación nominal. Por la negativa.

- EL C. Prosecretario Muñoz: Por la afirmativa. (Se recogió la votación.)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Aprobado el proyecto de Ley de Amnistía por 151 votos de la afirmativa, contra 3 de la negativa de los ciudadano diputados Saucedo Salvador, Vega Sánchez y Zapata.

El C. Presidente: Queda aprobado el proyecto de Ley de Amnistía remitido por el Ejecutivo, y pasa a la Comisión de Estilo.

El C. Manrique: Pido la palabra.

- EL C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Manrique: Para hacer una interpelación a la Mesa.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: El día 20 de octubre se presentó un dictamen relativo a la iniciativa de la diputación chiapaneca, por la que se pide que se declarase benemérito de la Patria al C. Belisario Domínguez. Pocos días después fue desechado el dictamen por una gran mayoría y volvió, como era de rigor, a la Comisión para que lo modificara en el sentido de la discusión, y hasta hoy, sin embargo, tengo entendido que la Comisión no ha presentado el nuevo dictamen, cosa fácil, puesto que no tiene otra cosa más que recordar el sentido de la discusión. Yo me permito pedir respetuosamente a la Mesa que excite a la Comisión para cumplir con su cometido.

- EL C. Martínez de Escobar Rafael: Pido la palabra, señor Presidente, como miembro de la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Me permito manifestar al C. Manrique, que la Comisión ya dictaminó desde hace largo tiempo y fue presentado el dictamen. Lo que sucede es que, como se han estado discutiendo muchas cuestiones importantes, no se ha puesto a discusión; pero el que habla dictaminó en tiempo oportuno y no se ha puesto a discusión seguramente por la razón antes dicha.

El C. Presidente: La Mesa se permite manifestar al C. Manrique, después de la declaración de la Comisión, que la Mesa no ha puesto a discusión este asunto porque hay otros asuntos de mayor importancia a los que se ha dado preferencia; pero la Mesa está en la mejor disposición para que este asunto pase a discusión si la Asamblea declara que debe dársele preferencia. (Voces: ¡No, no!)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Está a discusión el proyecto de Presupuesto de Egresos en el Ramo Primero, del Poder Legislativo, que dice como sigue. Se va a dar lectura al Ramo Primero y si algunos de los señores diputados no están conformes con alguna partida, se servirán hacer la separación correspondiente.

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El C. Mata: Suplico a la Mesa se sirva separar...

El C. Presidente: La mesa va primero a poner a votación el proyecto en lo general, antes de proceder a la separación de las partidas que deseen los señores diputados.

El C. Mata: La Secretaría ha preguntado si algún ciudadano deseaba separar alguna partida.

El C. Presidente: La Mesa ha dicho con oportunidad que se va a poner a discusión en lo general y luego se procederá a la separación de las partidas.

El C. Cravioto: Para interpelar a la Comisión, pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cravioto: El artículo 74 constitucional, en su fracción IV, da como facultad exclusiva de la Cámara de Diputados, la formación del presupuesto anual de gastos, pero discutiendo primero las contribuciones que a su juicio deba dedicarse para cubrir aquél. Para entrar constitucionalmente a este debate, debe declarar la Comisión si el Ejecutivo será quien expida la Ley de Ingresos, en virtud de las facultades extraordinarias de que está investido.

El C. Presidente: La mesa va a contestar al diputado Cravioto manifestándole que la Cámara de Diputados previamente aprobó la Ley de Ingresos, la cual, terminada su discusión aquí, paso al Senado para los efectos constitucionales.

El C. Cravioto: Pero la Ley de Ingresos no alcanza para todo el año fiscal; la reforma hoy es de primero de enero a treinta y uno de diciembre, y la Ley de Ingresos termina en junio.

El C. López Lira: Pido la palabra.

El C. Medina Hilario: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Medina.

El C. Medina Hilario: La fracción IV del artículo 74 constitucional está equivocado en está adición. El texto verdadero de esa fracción, dice: (leyó.)

Lo que el espíritu del Constituyente, según la interpretación que el otro día se dio a conocer aquí, significaba que la Cámara de Diputados era la que primero tendría que discutir esto, pero no que se discutieran primero las contribuciones y luego los egresos. Yo hago esta aclaración para obviar la observación que hace Cravioto, además de la observación que ya hizo la Mesa, de que está aprobada la Ley de Contribuciones.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. López Lira.

El C. López Lira: Para suplicar la Comisión se sirva fundar su dictamen. Es de alta trascendencia la discusión de los presupuestos, mucho más en las condiciones en que nos encontramos; debemos presenciar la reorganización del país en todas sus formas. Yo quiero que la Comisión se sirva decirnos cúal es el criterio que la normó a hacer los presupuestos, qué sistema económico ha implantado en ellos y qué especie de escalafón le ha servido para señalar las diferentes remuneraciónes a los servidores de la Nación...

El C. Presidente, interrumpiendo: La Mesa va a permitirse interrumpir al orador, para hacer la siguiente observación: la Comisión se encuentra trabajando en uno de los salones de la Cámara; la Mesa la ha mandado llamar y se suplica a Su Señoría se sirva esperar a que llegue la Comisión para hacerlo la interpelación, hasta que esté presente.

Tiene la palabra el C. López Lira para interpelar a la Comisión.

El C. López Lira: Deseo yo, señor Presidente y señores diputados, y con fundamento en el artículo reglamentario suplico respetuosamente a la Comisión se sirva fundar su dictamen. Yo no estoy, no tengo conocimientos suficientes en materia económica y deseo que su Señoría se sirva ilustrarme sobre el particular. Hacía yo hincapié en que ésta primera Legislatura, después del movimiento revolucionario, debe llevar una norma de conducta absolutamente apegada a los principios emanados de la Revolución que tienden a soliviantar la gran carga que pesa sobre la mayoría de nuestro pueblo. En estas condiciones, deseo que la Comisión se sirva indicarme qué sistema económico se propuso desarrollar en el presupuesto, qué especie de escalafón o de graduación ha tenido en cuentas para las diferentes remuneraciones a los servidores de la Nación.

Tengo conocimiento de que los presupuestos se hacen en cada Departamento de Estado y éstos son enviados a la Secretaría de Hacienda que procura, pero seguramente sin lograrlo, la unificación del sistema o las remuneraciones, a los impuestos de los presupuestos, y en seguida pasan a la Comisión, para que los estudie. Yo deseo que la Comisión me diga francamente en qué base, en qué está fincado este trabajo o si han sido exclusivamente aceptados a ojo de buen cubero los presupuestos que enviaron los diferentes Departamentos del Ejecutivo, porque en los actuales momentos en que las finanzas nacionales no están en las condiciones que todos deseáramos, es absolutamente indispensable que la Cámara de Diputados trate estos asuntos con toda la seriedad que entraña el porvenir de la Nación y toda la responsabilidad que tiene la misma Cámara de Diputados.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión para informar.

El C. Padilla, miembro de la Comisión: Señores diputados: La Comisión no puede hacer presente a la H. Asamblea un sistema especial con que haya procedido al dictaminar sobre los presuntos, con ese espíritu de disección a que nos quiere sujetar el compañero López Lira, porque es natural que después de que el Ejecutivo mande su proyecto, en virtud de un precepto constitucional, la Comisión tiene que limitarse a oír las razones en que se basa el Ejecutivo para pedir tales o cuales partidas de tal o cual cuantía. Naturalmente, los miembros de la Comisión no podemos vivir íntimamente la vida de todos los Departamentos del Ejecutivo para cerciorarnos de la verdad de los hechos que nos manifiestan, pero sí hemos sujetado, puede decirse, a un severo interrogatorio a cada uno de los Encargados de los Ministros, los cuales nos han manifestado cuál es la labor que desarrolla cada Departamento, cada Sección, a veces cada empleado, y en esa virtud hemos sujetado nuestro criterio para establecer ha debida graduación en los sueldos. Por lo que respecta al ramo Legislativo, que debe discutirse hoy, debemos decir que hemos oído atentamente a la Comisión de Administración, a las diversas Comisiones de la Cámara que tienen que ver con los diversos servicios, y aun a los empleados de la misma; en ese concepto, nos hemos dado cuenta exactamente de la labor que cada empleado desarrolla, y así hemos dictaminado. Creemos que en los brevísimos días que ha tenido la Comisión para dictaminar, no se nos pueda pedir más, humanamente. Yo no veo, realmente, en ese empeño de increpar a la Comisión, como lo ha hecho el C. López Lira, más que un afán de notoriedad de este señor diputado, porque yo lo invito atentamente a que vaya a la Comisión para que vea que los buenos deseos de que estamos animados y cómo estamos trabajando de día y de noche para cumplir con nuestro deber; sin embargo, si el señor López Lira cree que nuestro sistema es deficiente, yo le suplico atentamente que nos dé su sistema, y si es de aceptarse con mucho gustó lo aceptaremos, señor López Lira.

El C. López Lira: Pido la palabra para la rectificación de un hecho, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. López Lira: El señor diputado Padilla olvida que yo expresé... (Voces: ¡Tribuna!) Es muy breve lo que voy a decir. (¡Sube a la tribuna.) Señores diputados: el señor diputado Padilla olvida que yo expresé desde mi curul que precisamente los pocos conocimientos que tenía en materia hacendaria eran los que me obligan a solicitar de la Comisión un amplísimo informe sobre los fundamentos del dictamen. La Comisión está obligada, conforme al precepto reglamentario, a informar, a petición de un diputado, a la Asamblea sobre los fundamentos que tenga su dictamen. No es, pues, a un humilde diputado que jamás ha buscado notoriedad de ningún género a quien yo solicitaba que la Comisión informara, sino a Vuestra Soberanía. ¿Qué yo no tengo sistema? No, señores diputados, no tengo sistema ni andaba buscando que se me colocara en la Comisión de Presupuestos; si la Comisión de Presupuestos en estos momentos se presenta en absoluta bancarrota, yo no tengo la culpa, pero yo tengo el inexorable e imprescindible deber de solicitar las luces que necesita para poder emitir mi voto. ¿A qué viene, señores diputados, que el señor Padilla haga de esto una cuestión personal? Si la Comisión no es capaz, que lo diga, pues, pero eso absolutamente no tiene que ver nada ni con mi personalidad ni con la suya. Yo exijo una vez más de la Comisión, lo que he solicitado antes, porque tengo derecho a ello, porque yo no puedo en estas columnas de números saber hasta dónde la justificación, o, en otros términos, la equidad en la distribución de los sueldos, y como yo tengo el empeño de dar mi voto conscientemente, como considero de alta trascendencia en estos momentos para la República la discusión de los presupuestos, es por lo que yo he solicitado estos informes de la Comisión que, dicho sea de paso, ni siquiera nos ha dicho el monto probable de los ingresos con los que cree que pueda contar la República para llenar el presupuesto que nos propone. Yo he hecho una interpelación dentro de

los términos absolutamente decorosos y convenientes. Yo no he pedido ni he llevado al seno de la Comisión ninguna idea que pudiera desvirtuar en lo más mínimo el funcionamiento de esa Comisión, al contrario, me parece que le hago un altísimo honor al solicitar, los fundamentos científicos y racionales de sus dictamen, Insisto, pues, en ello, señores diputados, precisamente por la insuficiencia y la dificultad en que me encuentro para aprobar los presupuestos en la forma en que se nos presentan, ¿Cómo es posible que la Cámara de Diputados se dé cuenta de un presupuesto englobado sin escuchar a la Comisión misma? Entonces ¿qué objeto tiene la discusión en la Cámara de Diputados, si la Comisión que debe sostener el dictamen no se pone dentro de los términos razonables y decorosos a que yo la he llamado dentro del debate y del derecho que me confiere mi calidad de diputado?

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Reynoso, miembro de la Comisión.

El C. Reynoso, de la Comisión: Señores diputados: Me he enterado al llegar al salón - porque estaba trabajando con la Comisión de Presupuestos -, que el C. López Lira ha hecho una interpretación a la Comisión sobre el método que había seguido para el estudio de los presupuestos. Yo debo contestarle al compañero López Lira que el método que ha seguido la Comisión de Presupuestos es el mismo que se sigue en todas las demás Comisiones, discutiendo ampliamente partida por partida de los presupuestos, comparándolos con los presupuestos de 1912 a 1913 que han servido de base y comparándolo con los proyectos de presupuestos enviados por el Ejecutivo y de allí hemos partido para dictaminar nosotros. No encuentro otra forma, otro modo que el que hemos seguido, y suplico a ustedes, compañeros, que tengan en cuenta que los presupuestos ni siquiera los hemos recibido todos, hemos estado trabajando hasta en las noches, porque nos han llegado hace dos días, de manera que poco tiempo hemos tenido de estudiarlos, pero hemos hecho lo posible para que en el término que falta de trabajar en esta Cámara podamos hacer algo. Quizá nuestro dictamen tendrá errores por la violencia con que lo hemos hecho, pero hemos estudiado partida por partida comparándolas con las demás presupuestos, y este es el mejor método que, en mi concepto, debemos seguir y que seguiremos en los sucesivo. ¿Está satisfecho el compañero López Lira?

El C. López Lira: Yo estoy satisfecho con lo que la Comisión se ha servido expresarme. Si la Comisión se ha servido expresarme. Si la Comisión considera que se le facilita la labor discutiendo partida por partida, sobre el particular no tengo ningún interés, no tengo más que el deseo de ilustrarme suficientemente y emitir mi voto con toda conciencia. Yo agradezco al C. Reynoso la explicación que se ha servido hacerme.

El C. Reynoso: Me voy a permitir ahora sugerir a ustedes la idea de que en la discusión de los presupuestos lea la Secretaría el dictamen de la Comisión, y algún ciudadano diputado que quiera impugnar alguna partida se sirva apartarla; es el único camino que podemos seguir para no perder el tiempo; de otra manera no acabaremos nunca.

El C. Secretario Portes Gil: Se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el dictamen en lo general, en el Ramo Primero. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. Se va a proceder a la votación nominal.

El C. Prosecretario de la Barrera: Por la afirmativa.

El C. Prosecretario Muñoz: Por la negativa.

(Se recogió la votación.)

- El mismo C. Prosecretario: Aprobado en lo general el Ramo Primero por mayoría de ciento cincuenta y cinco votos de la afirmativa, contra ocho de la. negativa, de los CC. Arellano, Barrera de la, Carrillo Eduardo S., González Galindo, Manjarrez, Manzanilla Tejero, Méndez y Ramírez Pedro.

Está a discusión en lo particular. Los señores diputados que deseen algunas partidas se servirán expresarlo a la Mesa para que sean retiradas e inscriptos ellos para el debates.

El C. Presidente: A la Mesa sólo se ha pedido que se retiren las partidas 15, 16, 18, 19, 20 y 21.

El C. Prosecretario Muñoz: La Comisión pide la autorización de la Asamblea para retirar las partidas 18, 19, 20 y 21. Se consulta a la Asamblea si concede esa autorización. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie.

El C. Cepeda Medrano: ¿Por qué se retiran?

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Reynoso: Las partidas 18, 19, 20 y 21 se refieren a la Sección de los Debates." La Comisión pide permiso para retirarlas, a fin de modificarlas, agregando un Oficial Primero, que es indispensable, y cambiando el nombre del compilador y corrector, por el Jefe de la Sección, aumentándole un peso. (Voces: ¡No, no!) Debo manifestar a la Asamblea que ya se aprobó que el sueldo del compilador sea doce pesos y ya está ganando esta suma. Por lo tanto, tan sólo solicito permiso para retirar las partidas y presentarlas de acuerdo con lo que ya está aprobando.

El C. Mata Filomeno: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Mata Filomeno.

El C. Mata Filomeno: Suplico a la Comisión que igualmente separe las partidas relativas a la Sección de Taquigrafía Parlamentariamente, números 15 y 16. Las razones que tengo son que necesitamos, en vez de tres taquígrafos primeros, seis, y en vez de nueve taquígrafos segundos, seis, para que una subdivisión de trabajo de un taquígrafo primero y un segundo. Durante las sesiones, los taquígrafos, como habrán podido observar los señores diputados, trabajan en grupos de cuatro cada uno y sería muy largo explicar el funcionamiento de este trabajo y creo que, en obvio de tiempo, con explicárselo a la Comisión será suficiente, Si la Comisión no tiene inconveniente, le ruego se sirva también apartar esta partida.

El C. Reynoso: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Reynoso: La Comisión no tiene inconveniente en apartar lo que propone el C. Mata y consulta a la Asamblea si lo aprueba.

El C. Prosecretario Muñoz: Se consulta a la Asamblea, en votación económica, si concede permiso

a la Comisión para retirar las partidas 15, 16, 18, 19, 20 y 21, para presentarlas modificadas. Los que estén por la Afirmativa....

El C. Ancona Albertos, interrumpiendo: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ancona Albertos para una moción de orden.

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Se consulta a la Asamblea, en votación económica, si concede permiso a la Comisión para retirar estas partidas. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se concede el permiso a la Comisión. (Voces: ¡No, no!)

El C. Presidente: Se nombra a los ciudadanos diputados Cepeda Medrano y Peralta, para que cuentes a los ciudadanos diputados que están de pie....

El C. Ancona Albertos, interrumpiendo: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ancona Albertos para una moción de orden.

El C. Ancona Albertos: Siempre, cualquier miembro de la Cámara ha tenido el derecho perfectamente claro de apartar una partida cualquiera del presupuesto para discutirla por separado; la Comisión no tiene que pedir permiso para retirar esas partidas, puesto que cualquier diputado puede pedir que se separen para que se discutan aisladamente. En ese sentido, la Presidencia no tiene que consultar, ni tampoco la Comisión, sí se acepta que se retiren o no; el deseo de la Cámara es que se discutan ciertas partidas aisladamente.

El C. Presidente: La Mesa se permite manifestar al C. Ancona Albertos, que habiendo solicitado la Comisión permiso para retirar determinadas partidas, tiene que poner a la consideración de la Asamblea si se concede o no el permiso. Antes que la Comisión pidiera que se retiraran esas partidas, ya el C. Mata los había hecho para que se discutieran aisladamente.

El C. Mata Filomeno: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: La Mesa reconoce que la moción del C. Ancona Albertos es pertinente cuando se pongan a discusión las partidas objetadas; el C. Mata podrá impugnarlas y la Comisión pedirá permiso para retirarlas.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una aclaración.

El C. Mata Filomeno: Yo me he dirigido a la Comisión pidiéndole que así como ha retirado las partidas 18, 19, 20 y 21, separe igualmente las 15 y 16; yo todavía no he objetado ninguna partida.

El C. Ancona Albertos: Para mayor claridad en el debate, yo desearía que la secretaría leyera esas partidas, porque es imposible conservar en la memoria los números a que se refieren.

El C. Prosecretario Muñoz : Como le pide el diputado Ancona Albertos, se va a dar lectura a esas partidas:

El C. Presidente: La Mesa modifica su trámite en el sentido de que se proceda a la votación de las partidas no objetadas; pero antes se va a dar lectura a una moción suspensiva presentada por el C. Manrique.

El C. Prosecretario Muñoz: "Señor:

"El subscripto diputado somete a vuestra consideración, la siguiente proposición:

"Única. Aplácese la discusión del Ramo Primero de la Ley de Egresos para 1918 hasta terminar la de los demás ramos del propio presupuesto."

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados.- México, 14 de diciembre de 1917.- Aurelio Manrique, jr."

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique que para fundar su moción.

El C. Manrique: Señores diputados: No es mi ánimo el poner dificultades a las labores de esta Asamblea, todo lo contrario; antes que como una moción suspensiva, creo que debe considerarse esto como una proposición que propone simplemente que se invierta el orden de la discusión de los diversos ramos; en lugar de iniciar la discusión por el Ramo Primero, como parecería lo más lógico y natural, si tuviésemos todavía delante el tiempo suficiente, propongo sencillamente que comencemos por el Ramo Segundo, para seguir con el Tercero, Cuarto, etc, dejando para el final la discusión del Ramo Primero..

... - El C. García de Alba, interrumpiendo: ¿Con qué objeto?

El C. Manrique, continuando: Con un objeto muy sencillo; sabéis muy bien que el Ramo Primero será objeto de discusiones, será, sobre todo, objeto de discusión la primera partida del ramo, que lo es también del presupuesto, que es la relativa a las dietas de los diputados..... (voces: ¡No! ¡No habrá discusión!) Habrá diputados que soliciten el aumento de las dietas.....(voces: ¡No! ¡No!), tanto mejor; hay diputado - esto sí puedo afirmarlo categóricamente -, hay diputado que solicitará, que ya solicitó, que se apartase esta partida, con el objeto de solicitar la rebaja de las dietas..... (murmullos, voces: ¡No! ¡No! ¡Tampoco!

Campanilla), y como creo señores diputados, y en eso estaréis todos de acuerdo conmigo -, que la discusión sobre las dietas sería absolutamente ociosa, si no supiésemos antes en qué estado iban a quedar todos los empleados públicos y en qué estado iban a quedar las tropas; creo, señores diputados, que no podrían ni solicitarse un aumento, ni una disminución. Un criterio de absoluta equidad, exige de nosotros que, si alguien abriga el pensamiento de que están aumentadas las dietas de los diputados..... (voces: ¡No! ¡no!), no sea sino con la condición expresa de aumentar en la misma proporción los sueldos de todos los empleados públicos, de todos los profesores de educación y los haberes de la tropa; cosa idéntica puede decirse por lo que se refiere a la disminución de las dietas: si hay algún diputado que solicite la disminución de las dietas, sólo puede concederse a esta petición suya dejando dietas, es decir, rebajándolas en la misma proporción en que hayan de rebajarse los sueldos de los empleados públicos y los haberes de la tropa.....

El C. Saucedo Salvador, interrumpiendo: No más la prensa ha hablado de aumento.

El C. Manrique, continuando: Dice el compañero Saucedo que sólo la prensa ha hablado de aumento de dietas. No, compañero Saucedo, cuando el río suena, agua lleva. Si los señores diputados que abrigaban el propósito de solicitar el aumento de dietas, han desistido en su deseo, sea en buena hora; pero conste, siquiera sea por apego a la verdad histórica, que se pensó muy seriamente en solicitar ese aumento (Voces : ¡Pero no la Cámara! ¡No todos! ¡Claro está! El compañero Medina, celoso del prestigio de la Cámara, se me ha acercado pidiéndome haga la aclaración de que no ha sido la Cámara de Diputados como tal, la que ha presentado la proposición; pero, prácticamente, ha sido lo mismo, porque una mayoría de diputados se ha ocupado de este asunto y ha manifestado estar dispuesta a votar favorablemente. (Voces: ¡No! ¡Sí! ¡Nombres! ¡Pruebas! Gritos y desorden.)

El C. Secretario Portes Gil: Se suplica a los ciudadanos diputados guarden silencio.

El C. Manrique, continuando: Sea lo que fuere, señores diputados como ya esta discusión sobre hechos va resultando ociosa, sólo insisto en que, para no dejarnos engañar por el miraje de nuestro personal interés, toda discusión sobre el Ramo Primero del Presupuesto, que es el que más de cerca nos toca, debe posponerse a los demás ramos.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Hay.

El C. Hay: He pedido la palabra para impugnar la moción suspensiva, por estas razones: No voy a entrar en consideraciones sobre si ha habido diputados que quieran aumentarse las dietas y otros que quieran que se disminuyan; pero es lógico suponer que, desde el momento en que esta Ley de Egresos es larga, y puesto que los diputados que trabajan en el estudio de la misma ley, van realizando sus labores según el orden en que se les han sido presentadas la partes del presupuesto, los diferentes miembros de esta Cámara que se han ocupado del asunto, estudiaron primero la primera parte, después la segunda, y así sucesivamente; y no habiéndose terminado el estudio de la misma ley, resultará que, si damos preferencia a la segunda, a la tercera o a cualquiera otra parte del presupuesto, posponiendo el primer capítulo, muy fácilmente entraríamos a la discusión de uno que aún no hubiera sido estudiado por la Comisión. En consecuencia, no conviene aceptar la proposición del C. Manrique, desde el momento en que empezaríamos a discutir aquí algo que no hubiéramos discutido o estudiado fuera de la Cámara de Diputados.

Por otra lado, aun suponiendo que se aprobase el presupuesto, tal como lo pide la Comisión, que está de acuerdo con la solicitud del Ejecutivo, y que después, en vista de las votaciones de esta Cámara, el presupuesto variase en una forma tal que se juzgara conveniente disminuir las dietas de los diputados, no sería demasiado tarde, porque sabemos que el Reglamento permite hacer modificaciones a la ley antes de que se termine en su totalidad. Por estas razones, yo me opongo a esta moción suspensiva, porque creo que esto traería una pérdida de tiempo, desde el momento en que nosotros entraríamos a discutir algo que no hubiéramos estudiado fuera de la Cámara, y tendríamos que venir a estudiarlo aquí, lo que ocasionaría una gran pérdida de tiempo.

El C. Prosecretario Muñoz: Habiendo hablado un orador en pro y otro en contra, de acuerdo con el Reglamento se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se toma en consideración la moción suspensiva. Los que están por la afirmativa se servirán poner de pie. No se toma en consideración.

El C. Presidente: Han sido separadas para su discusión en lo particular las partidas números 1, 3, 4, 6, 8, 14, 15, 16, 18, 19, 20, 21, 28, 37, 59, 64, 65, 66, 72, 78 y 80.

El C. Prosecretario Muñoz: Se procede a la votación nominal de las partidas no objetadas. Por la afirmativa.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Por la negativa.

El C. Zumbaran, interrumpiendo: ¿Qué es lo que se va a votar?

El C. Prosecretario Muñoz: Las partidas no objetadas. (Voces: ¿Cuáles son?)

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Son todas, menos las que acaba de leer la Mesa.

El C. González Jesús M.: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. González Jesús M.: Con el de que se lean las partidas que van a votarse; con seguridad que lo menos de las dos terceras partes de los ciudadanos diputados, no sabemos cuáles son esas partidas, pues la Presidencia les dio lectura de una manera rápida y, por otra parte, no se puede escuchar desde algunas curules.

El C. Secretario Portes Gil: Ya indicó la Mesa que se van a votar las partidas no objetadas y se indicó cuáles son las objetadas; como cada uno de los señores diputados tiene en su manos un proyecto de ley, la Mesa quiere pérdida de tiempo y, naturalmente, se supone que, al venir aquí a discutir un asunto, ya de antemano se ha estudiado el proyecto respectivo, y por esta razón la Mesa no ordenó la lectura de estas partidas.

El C. Hay: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay para una moción de orden.

El C. Hay: Desde el momento en que hay menor número de perdidas no objetadas que de objetadas, para calmar las dudas de algunos diputados, puede la Secretaría muy bien leer las objetadas, advirtiendo que las no objetadas son las que se van a votar.

El C. Presidente: Ya se dio Lectura, pero, no obstante, se va a repetir la lectura.

El C. González Jesús M.: Que se lean despacio.

El C. Hay: ¡Qué se lean despacio y claramente!

El C. Presidente: Las partidas separadas son las siguientes: 1a., 3a., 4a., 6a., 8a., 14, 15, 16, 18, 19, 20, 21, 28, 37, 59, 64, 65, 66, 72, 78, y 80. Se va a proceder a la votación de las demás, por no haber sido objetadas.

El C. Prosecretario Muñóz: Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Prosecretario Sánchez Tenorio: Por la negativa.

(Se recogió votación.)

El C. Prosecretario Muñoz: Aprobadas las partidas no objetadas por mayoría de 157 votos de la afirmativa contra 6 de la negativa de los CC. de la Barrera, Cruz José C., González Galindo, González Justo, Manzanilla Tejero y Sepúlveda Roberto.

- El mismo C. Prosecretario: Está a discusión la partida número 1.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: Fué de conocimiento general, allá por el año de 1912, cuando se encontraba en la Legislatura y al frente del Poder Ejecutivo el señor Madero, el magno escándalo que provocó el aumento de dietas disfrazándose bajo el título de gastos de representación de los diputados...

El C. Martínez de Escobar Rafael, interrumpiendo: ¿Quién lo solicitó y quién lo sostuvo?

El C. Cepeda Medrano, continuando: En esa época la prensa, obrando honradamente, como lo ha hecho en esta vez...(murmullos y siseos) protestó enérgicamente... (risas) protestó enérgicamente contra el pretendido aumento de los señores diputados porque podían disponer de la fuerza, porque podían disponer de la facultad que les otorgaban las leyes. Después de muchísimas discusiones, después de largos debates y después de haber puesto toda su influencia el señor Madero para que no se aumentasen las dietas los señores diputados, fué inútil, fué en vano y tuvo el pueblo que soportar un nuevo gravamen, tuvo el pueblo que pagar un nuevo impuesto para poder pagar la Representación Nacional. Muy cara, señores diputados, ha constado a México en todas las épocas la Representación Nacional; ¿queremos todavía que cueste más cara? Hace poco tiempo que aquí, del seno de esta agrupación se anduvo levantando una lista por uno de los estimables compañeros para saber cuáles eran los que estaban de acuerdo con que se aumentaran las dietas, no solamente a los veinte pesos diarios, sino que se estableciesen mil pesos mensuales para cada uno de los señores diputados y para cada uno de los señores senadores; como era natural, la prensa inmediatamente tomó cartas en el asunto y lo comunicó por medio de sus hojas a toda la República; de todas partes nos llegaron protestas, en lo particular cada uno de los viriles representantes de nuestros pueblos, cada uno de nuestros conciudadanos nos mandaron cartas, diciéndonos que protestamos enérgicamente contra el pretendido aumento y que no lo tolerásemos bajo ninguna forma, ni mucho menos en las actuales condiciones. En los difíciles momentos en que nos encontramos, en la época tan crítica porque atravesamos, sería injusto y no podría soportar el pueblo que nosotros, viendo a la patria sangrándose día a día, y que la situación económica está en bancarrota, viniésemos a aumentarnos las dietas a la cantidad que se fija en este nuevo proyecto de ley.

Hemos visto, cuando se discutió en esta Cámara el proyecto de Ley de Ingresos presentado por la H. Comisión, que yo fuí uno de los que con más tenacidad me opuse a que se aplicasen impuestos que no debían establecerse, porque quería yo y algunos otros diputados, favorecer al pueblo en todo lo posible y no extorcionarlo más y más todavía. Si nos aumentamos nuestras dietas a veinte pesos diarios, si vamos a cobrar cada uno de los diputados uno de los famosos aztecas cada día, aztecas que se dice han sido acuñados exclusivamente para la Representación Nacional, no habremos cumplido con nuestro deber, habremos engañado miserablemente al pueblo, porque en vez de venir a discutir leyes en su favor, nos hemos aprovechado de las facultades de que estamos investidos para atender sólo a nuestros propios intereses. Y no es justo que ya estando próximo el receso, que ya estando próximos los días en que debemos retirarnos a descansar, después de tantas fatigas, tantas penas y vicisitudes en este Parlamento; después de haber hecho una obra inmensa y patriótica, después de haber expedido tantas leyes y de haber realizado la obra que el pueblo esperaba de nosotros, nos retiremos a nuestros hogares a disfrutar holgadamente de un sueldo, de unas dietas que no deben ser tan elevadas. Comprendo que entre nosotros hay muchísimos representantes amantes del lujo y de la ostentación, pero no es debido... (Voces: ¡Pruebas, nombres!)

Me dicen muchos diputados que no hay que tomar en consideración mis palabras; pero yo no hago caso y cierro los oídos. Comprendo bien que seremos muy pocos, muy contados los que vengamos a decir que no nos apliquemos dietas tan elevadas, los que vengamos a decir que se considere un nuevo gravamen sobre el pueblo, que vamos a sacrificar más a todos nuestros conciudadanos con los impuestos que día a día tenemos que recoger y que no es justo que nosotros demos este ejemplo. ¡Qué patriótico y qué digno sería que nosotros nos pusiésemos un sueldo limitado para demostrar a la Nación que no hemos venido aquí a lucrar, que no hemos venido aquí a pasar días de holganza y de satisfacción, que hemos venido aquí a trabajar patrióticamente y que recordamos cómo hemos sido

en nuestros pueblos; yo, franca y honradamente, lo confieso, seré uno de los más humildes, pero no he ganado, no he disfrutado de las cantidades de que han ustedes disfrutado en algunas épocas y sí puedo avenirme a un modesto modo de vivir; no necesito palacios, no necesito automóviles, ni necesito chistera para poder representar a mis conciudadanos; yo no necesito los favores que a muchos de vosotros os han hecho en los Ministerios; yo no necesito que se me den concesiones...

El C. Aguirre Colorado, interrumpiendo: Para una interpelación al orador.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Paciencia, señor Aguirre Colorado, paciencia, paciencia.... (Murmullos y risas.) Ya sé, señores diputados, la interpelación que desea hacerme el señor diputado Aguirre Colorado; hace poco tiempo él me lanzó una calumnia desde esta tribuna, diciéndome que yo contaba con más de sesenta concesiones y con muchísimos favores del Ejecutivo. Es falso, señor diputado Aguirre Colorado, lo que usted asentó en la vez pasada; yo no cuento con ningún favor del Ejecutivo ni tengo una sola concesión, yo no he solicitado ningún permiso de explotación en ningún Ministerio, yo no recibo ningunos favores del Ejecutivo... (Voces: ¡Pruebas, pruebas!)

Están en la conciencia de todos vosotros; en lo particular, ved cómo vivo yo humildemente y esta será la demostración palpable de que no he solicitado de rodillas nada que pueda avergonzarme; no, señores diputados, los que han solicitado favores, los que han conseguido muchísimas concesiones, los que han tenido permiso de explotaciones, son muchísimos de vosotros que venís aquí a alardear de liberalismo e independencia y luego vais a los Ministerios... (Voces: ¡Nombres, nombres!) Están inscriptos en los Ministerios, en los Ministerios de Fomento y de Hacienda; allí podéis recogerlos! Esperadme un momento, tened un poco de calma. Yo considero que esto es penoso; pero más penoso es para el pueblo que tiene que pagar todas las dietas: ¡dos millones y medio de pesos anuales para la Representación Nacional, para muchos de nosotros que no cumplimos honradamente con nuestro deber! (Toses en las curules y aplausos en las galerías.)

Recuerdo que una vez leía algo acerca de Suiza y supe entonces que cuando los diputados en aquella república modelo salían electos, muchas veces no tenían ni los recursos suficientes para transladarse a la capital de su país; y al encontrárseles en los campos haciendo su travesía a pie por algunos magnates que iban en lujosos automóviles, éstos preguntaban quiénes eran aquellos hombres, quedándose asombrados cuando de les decía que eran los representantes del pueblo de la República democrática de Suiza... (Voces: ¡Aaah!) Y aquí entre nosotros, cuando nos encontramos investidos de un alto cargo, como es el de diputado o senador, no venimos únicamente por desempeñar honrada y patrióticamente este cargo, hay que decirlo, hay que confesarlo francamente: venimos por saber qué más podemos conseguir, porque nuestra influencia, nuestra alta investidura y nuestro cargo elevado nos dan acceso a los Ministerios, porque nos permiten que patrocinemos a muchos individuos y que solicitemos muchísimas concesiones; para eso muchos diputados luchan, para eso muchos diputados trabajan; no puede explicarse en otra forma el que dejen muchísimos de ellos más holgada posición y mejor modo de vivir que con los diez y seis o veinte pesos diarios. Pero vamos al punto, señores diputados: ¿consideráis honrado, patriótico y justo que en estos momentos tan difíciles por que atraviesa la República vengamos nosotros a ponernos un sueldo de veinte pesos diarios? Decidlo honradamente; indudablemente que no, señores diputados;... (aplausos de las galerías) vosotros sabéis, señores diputados, que si teníamos asignados $8.25 que establecía el presupuesto al venir aquí, admitimos, a pesar de todo, que se aplicasen $16.50; después se tomó un acuerdo en sesión secreta, en sesión secreta, oídlo perfectamente bien, para que no se hiciera conocer al pueblo mexicano, para aplicarnos $20.00 diarios y ahora hace pocos días un diputado pedía que se aplicasen mil pesos mensuales a los diputados y si se ha arrepentido de esa proposición, ha sido únicamente por el trabajo patriótico de la prensa, que puso el asunto en conocimiento de la República. (Siseos de las curules. Aplausos de las galerías.) Todos los partidos de todos los colores políticos protestaron enérgicamente contra el pretendido aumento de dietas de los diputados....

Presidencia del C. RIVERA JOSÉ

El C. de la Barrera, interrumpiendo: ¿Me permite el orador una interpelación?

El C. Cepeda Medrano: ¡Paciencia, paciencia, compañero! Si en tiempo del señor Madero se pagaba a los diputados como dietas la suma de ocho pesos veinticinco centavos diarios, creo que nosotros podíamos vivir holgadamente, con muchas comodidades, aplicándonos la cantidad de diez y seis pesos cincuenta centavos diarios, no sin dejar todavía de considerarla demasiado excesiva, si se toma en cuenta la situación angustiosa de la República. ¡Pero menos malo que ponernos veinte pesos diarios o treinta y tres pesos treinta y tres centavos, como se ha pretendido... (Voces: ¿Y por qué estás cobrando los veinte pesos diarios? Indudablemente que no espero encontrar eco en la opinión de esta H. Asamblea, seguramente que..

. - El C. Zubaran, interrumpiendo: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Zubaran: Mi moción de orden consiste en suplicar a la Mesa informe a la Asamblea si está a discusión el punto de que está ocupado el C. Cepeda Medrano, relativo al aumento de dietas a la suma de treinta y tres pesos treinta y tres centavos. Creo que estamos perdiendo el tiempo y pido que se exija al orador que se concrete a lo que está a discusión.

El C. Presidente: La Mesa no puede adivinar sobre las opiniones que van a emitir los oradores; así, pues, consiste en ellos el que se concrete a la discusión de la partida primera, que es la que se está discutiendo.

El C. Zubaran: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Zubaran para una moción de orden.

El C. Zubaran: Yo suplico a la Mesa que se llame al orden al orador, supuesto que estamos perdiendo el tiempo; debemos entrar al debate de lo que está a discusión y no hacer una historia en venir aquí a darse bombo de treinta y tres pesos treinta y tres centavos, que no ha pensado en ello nadie de la Asamblea, absolutamente nadie.

El C. de la Barrera: Para otra moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. de la Barrera para una moción de orden.

El C. de la Barrera: Señor Presidente: acaba usted de decir que la Mesa no puede saber en qué términos van a hablar los oradores, pero la Mesa tiene la estricta obligación de llamar al orador al orden cuando éste no se concrete al punto a debate . - El C. Presidente: La Mesa suplica al ciudadano diputado Cepeda Medrano que no se concrete al punto de discusión en obvio de tiempo.

El C. Cepeda Medrano, Continuando: Yo lamento, señores diputados, que en esta vez venga a hacerme más odioso que nunca ante ustedes, y es natural, yo pretendo que se disminuyan las dietas y no váis a estar, naturalmente, muy conformes, señores diputados, en que sea uno de los individuos que venga a deciros que nos apliquemos en bien de la patria, en bien de las necesidades actuales, en bien de las circunstancias por que atravesamos, una cantidad menor de la que disfrutamos. No es exacto lo que dice el señor Zubaran de que yo me entré saliendo del punto a debate; tenemos amplísimo derecho para tratar esto extensamente, ampliamente, para que llegue, si es posible, a la conciencia de cada uno de los representantes del pueblo que lo patriótico, que lo honrado, que lo justo y que lo digno en estos momentos sería disminuirnos las dietas a la menor cantidad que fuese posible... (Voces: ¡A cinco pesos diarios! ¡A dos pesos diarios!) para demostrarle al pueblo que no hemos venido aquí para lucrar,... (Aplausos de las galerías), que no hemos venido aquí para sangrarlo más, ni hemos venido para...

El C. Ancona Albertos, interrumpiendo: ¡Una interpelación al orador!

El C. Cepeda Medrano, continuando: No puedo consentirla. El señor Ancona Albertos, en este momento, trata de interrumpirme, porque él está interesado en que las dietas se aumenten a mil pesos mensuales; él fué quien anduvo recogiendo los nombres de los diputados interesados en ese aumento, para formar una lista; sé perfectamente bien que él fué el autor de esa iniciativa y quien anduvo solicitando el consentimiento de cada diputado para incluirlos en esa lista....

El C. Ancona Albertos, interrumpiendo: ¡Mentira! ¡Es falso!

El C. Cepeda Medrano, continuando: Eso lo saben todos los diputados honrados que no quieran olvidarlo; eso lo sabe la prensa, y ahora lo sabrá todo el pueblo. Yo no sé por qué habrán desistido esos diputados de su propósito de aumento de dietas; para ellos era halagador, era encantador disfrutar de mil pesos mensuales, y más, cuando muchos de nosotros, en nuestros humildes pueblos, en nuestro terruño, no habíamos ganado ni cinco pesos diarios. (Voces: ¡No hemos sido gañanes! Aplausos de las galerías.)

Presidencia del C. SÁENZ AARÓN

El C. Portes Gil: ¡Moción de orden! Suplico a la Mesa prevenga a los asistentes a galerías guarden la compostura debida, pues parece que el orador se está alentando con los aplausos del pueblo de la capital, que es el más reaccionario de la República. (Aplausos en las izquierdas. Siseos de las galerías.)

El C. Cepeda Medrano, continuando: Si el reaccionarismo del pueblo de la capital..... (campanilla.)

El C. Presidente, interrumpiendo: La Mesa se había abstenido de hacer la amonestación correspondiente a las galerías, porque quería dar una prueba de liberalismo, para que las galerías aplaudieran a uno de la derecha..... (murmullos), ya que, en repetidas ocasiones, se ha hecho el cargo a la Mesa de que permite las "claques." Por tal motivo, y a moción del C. Portes Gil, la Mesa excita a los asistentes a las galerías para que se abstengan de hacer manifestaciones.....(voces: ¡No, no!); el Reglamento las prohibe terminantemente, y la Mesa se verá precisada a proceder conforme lo previene el mismo Reglamento, si no se acata la determinación de la Mesa.

El C. Ancona Albertos: ¡Moción de orden! Suplico a la Presidencia que, siguiendo el precedente de todas las Mesas anteriores de la Cámara, deje a las galerías con entera libertad. (Aplausos de las galerías.) Yo, en tiempo de Huerta, he aceptado mansamente, como dije el otro día, los siseos de las galerías reaccionarias, de las galerías que ahora aplauden a las derechas.

El C. Presidente: Continúa en el uso de la palabra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Ya lo dije, y ahora repito, que, si el reaccionarismo del pueblo de la capital, de los ciudadanos que se encuentran en las galerías, consiste en vigilar que no se defrauden los intereses de la Nación, podéis ser reaccionarios. (Dirigiéndose a las galerías. Aplauso de las mismas.) ¡Llevad vuestra conciencia de que habéis cumplido, antes que los diputados, con vuestro deber! (Aplausos de las galerías.) Ya considero y ya me imagino la avalancha de insultos con que muchos diputados saben combatir; yo espero esas injurias pacientemente desde mi curul; no me arredran, porque no temo a la calumnia; pero tened entendido que siempre vendré a hablar cuando se trate de derrochar los fondos de la Nación, porque antes que todo, debemos velar, debemos vigilar por el bien del pueblo, evitando que pese sobre él la carga de muchas ambiciones; no podemos hacer obra revolucionaria estando extorsionando día a día a todos los industriales, a todos los comerciantes, a todos los fabricantes, a todos los hombres de negocios, para que nosotros vengamos a vivir holgadamente en la capital de la República. (Aplausos en las galerías. Campanilla.)

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión. (Voces: ¡Que hable Hay!) Tiene la palabra el C. Hay.

El C. Hay: ¡Cuán fácil es, señores diputados, el venir a decir aquí frases patrioteras; cuán fácil es el provocar al pueblo o a una parte de él para un aplauso de entusiasmo, cuando no tiene tiempo de analizar una situación, ni de analizar tampoco las palabras dichas por un individuo, y cuán fácil es considerar sincera a una persona que no lo es! (Aplausos en las izquierdas.) Yo digo esto por la siguiente razón: yo deseo que el señor Cepeda Medrano me diga -para modificar mi criterio o para mantenerme en el-, cuánto ha estado recibiendo mensualmente desde que es diputado.

El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene la palabra para contestar, el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Recordará Su Señoría.....

El C. Hay, interrumpiendo: Concretamente: ¿cuánto? (Voces de las izquierdas: ¿Cuánto? ¿cuánto?)

El C. Cepeda Medrano: Señor diputado Hay: (Voces de las izquierdas: ¿Cuánto?) Recordará el señor diputado Hay que fuí el primero que me opuse, la primera vez..... (voces de las izquierdas: ¿Cuánto?), que nuestra Constitución, en uno de sus artículos establece que las dietas no son renunciables; en consecuencia..... (Voces de las izquierdas: ¡Aaaah!; gritos, desorden.) Señores diputados: si yo he recibido la misma cantidad que han recibido ustedes, es porque la ley nos obliga a ello; pero yo estoy dispuesto a que se rebajen las dietas todo lo que sea posible, para no extorsionar más al pueblo mexicano.

El C. Hay: Yo suplicaría a los señores compañeros que me permitan escuchar la contestación que el C. Cepeda Medrano ha dado a mi interpelación, y ruego al señor Cepeda Medrano se tome la molestia de repetirla, porque no puede oírla.

El C. Cepeda Medrano: Es en balde, señor Hay.

El C. Hay: El hecho concreto que me interesa, es que usted confiese que ha estado recibiendo veinte pesos diarios.

El C. Cepeda Medrano: He recibido la misma cantidad que usted.

El C. Hay: Yo no vengo a hacerme el virtuoso diciendo que no he recibido los seiscientos pesos mensuales, porque si lo dijera, demostraría tan poca sinceridad, como Su Señoría (dirigiéndose al C. Cepeda Medrano), y, precisamente, porque he estado recibiendo seiscientos pesos al mes, he procurado trabajar a conciencia, y por eso no vengo......

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: Permítame que le diga.....

El C. Hay, continuando: Ruego a Su Señoría me deje hablar; yo tuve la decencia y la corrección de escucharlo cuando estuvo usted en la tribuna. (Aplausos.) Pecaría de muy poco sincero si viniera a hacer un duplicado del discurso del C. Cepeda Medrano, recibiendo, como recibo, seiscientos pesos mensuales. He trabajado empeñosamente y he estado haciendo lo posible por concluir mis labores, lo mejor que me ha sido dable y con la exactitud debida, con toda la virilidad de que soy capaz y en cuanto corresponde a mis pequeños conocimientos y mi pequeña capacidad. Pero, puesto que vamos a hablar con sinceridad, digo que hace usted muy mal, señor Cepeda Medrano, en venir a provocar aplausos populacheros..... (siseos de las galerías), y a decir que debemos conformarnos con la mitad de lo que ahora percibimos como dietas, cuando usted está recibiendo la totalidad de ellas.

Todavía más: yo declaro que no puedo vivir con esa mitad y creo que la mayor parte de nosotros estamos dispuestos a declarar lo mismo; lo digo honradamente, si queremos mantener la posición social que corresponde. Pero si usted puede vivir con la mitad de las dietas, ha estado haciendo muy mal en recibir el importe íntegro, porque a pesar de que ha podido sacrificar una parte de esas dietas, ha estado tomando todo su valor de las arcas del Erario, con sacrificio del pueblo. (Aplausos.) El señor Cepeda Medrano ha asentado una falsedad, también de relumbrón, para provocar un aplauso populachero; él ha dicho que el señor Madero estuvo influenciando a las Cámaras para evitar el aumento de las dietas; allí están los "Diarios de los Debates."

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¡No es cierto!

El C. Hay, continuando: ¿Ya puedo seguir? Si acaso digo alguna cosa indebida, tiempo tendrá Su Señoría para hablar aquí, y le ruego que tenga para conmigo la misma paciencia que yo tuve para usted.

Yo entiendo y creo que los compañeros han entendido también que el señor Cepeda Medrano ha dicho, y creo que ha de constar en el "Diario de los Debates," ha dicho que el ciudadano Presidente Madero estaba influenciando a la Cámara para evitar el aumento de dietas y esto es falso, por que yo puedo atestiguar a usted que yo estuve hablando con el ciudadano Presidente Madero sobre el asunto y él me dijo que él consideraba que era justo el aumento de dietas a los diputados porque de otra manera no podría conservar su independencia política, pero que juzgaba que era anticonstitucional, que era anticonstitucional el aumento de dietas de los diputados y que era preciso buscar otra manera de lograr este aumento; esto me lo dijo a mí el Presidente Madero y yo creo que aquí habrá algunos ciudadanos diputados que puedan atestiguar, no precisamente que me lo dijo a mí el señor Madero, pero sí que pueden atestiguar que esta fue la impresión del señor Madero, porque indudablemente que estas cosas se conocen en una Cámara y pongo por testigos al C. Mauricio Gómez y al C. Neri, que ésta era la atmósfera que reinaba aquí, que era la impresión de que el señor Madero creía conveniente que se aumentaran las dietas para conservar la independencia política de los ciudadanos diputados. De tal manera, señor Cepeda Medrano, que aquí habéis sentado una falsedad que he destruido hablando con honradez. El señor Cepeda Medrano ha dicho, como uno de los principales argumentos, que el pueblo ha dicho que estas monedas llamadas aztecas han sido troqueladas especialmente para pagar a los ciudadanos diputados. Yo no sé que clase de criterio tienen las personas

con quien habla el C. Cepeda Medrano, porque sólo así se comprende que todo un Gobierno serio, como es este, troquele unas monedas especiales para pagar a unos cuantos diputados, eso es ridículo, argumentos como ese no deben traerse a una Asamblea como esta, a una tribuna tan seria como es esta. Pero el hecho de que el pueblo juzgue, como es justo y es natural, el uno como el nuestro que es guasón, que haya dicho ya sea bromeado, ya sea haciendo un juego de palabras lo de los aztecas a los diputados, es natural y no tiene nada de malo absolutamente. Yo creo, y lo digo con toda sinceridad, como acostumbro decirlo todo, que el C. Cepeda Medrano es absolutamente honrado. (Voces: ¡Quién sabe!) Ese es mi criterio personal, el que es absolutamente honrado y creo que es incapaz de haber medrado en algún Gobierno o haber robado un solo centavo ni haber distraído en ninguna forma ninguna cantidad de dinero; puede usted pregonar eso, ¿Pero acaso en lo futuro podemos estar seguros de que los señores diputados puedan mantenerse honradamente con ocho pesos cincuenta centavos, como Su Señoría quiere que ganemos ahora?

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¡Sí lo creo!

El C. Hay: Pues cree usted un sueño...

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¡Usted insulta a los diputados!

El C. Hay, continuando: ...y lo voy a decir a usted, Yo sí creo que aquí en México haya hombres capaces de sacrificarse como los hay en Suiza y en todo el mundo, que puedan ser capaces de venir aquí a trabajar sin ganar, ya no digo los veinte, ni los diez y seis ni los ocho pesos, pero sin ganar un solo centavo, pero siempre que haya una condición de paralelismo, una condición de que también los demás empleados del Gobierno, los servidores de la Nación, se propongan trabajar lícita, activa y honradamente como los diputados, sin ganar un solo centavo tampoco. (Aplausos.) ¿Cómo es posible, ciudadanos diputados, que el señor Cepeda Medrano venga a increpar a los diputados cuando se conforman con no pretender ganar un solo centavo más, y no ha dicho una palabra del Poder Ejecutivo que ha pedido un aumento de sueldos? (Aplausos nutridos y voces: ¡Muy bien!) ¿Cómo es posible que el C. Cepeda Medrano elogie a la prensa que ha estado atacando a los diputados por el pretendido, por el supuesto aumento de sueldos, cuando la prensa, ningún periódico ha dicho una sola palabra por el pretendido, más que pretendido, por la real pretensión y efectiva pretensión del Poder Ejecutivo, de aumentarse los sueldos? ¿Por qué razón esa disparidad de criterio? ¿Por qué razón esa diferencia para juzgar a unos y a otros? ¿Por qué razón, por qué ese odio? Porque se ve con un lente político una cosa, un lente de aumento, y las otras se ven con un microscopio; porque para unas se toman los anteojos derechos, y para las otras se toman invertidos; por que aquí hay poca justicia en todo, a pesar de que la prensa, a pesar de que yo sé que mañana se me echará encima la prensa y tendré yo esa gran satisfacción. (Voces: ¡Bravo! Aplausos.) Ya que se habla de la prensa, voy a decirlo muy alto, sabiendo que voy a recibir una serie de ataques más o menos directos o indirectos, en un largo plazo de tiempo, pero no me importa si yo siento la convicción del cumplimiento de mi deber. (Voces: ¡Muy bien!) Yo quiero saber cuál es el periódico, cuál es el que ha reproducido fielmente todo lo que aquí se ha dicho en la Cámara de Diputados. (Voces: ¡Ninguno! ¡Ninguno!) Yo quiero saber cuál es el periódico que no ha estado procurando producir una impresión distinta al pueblo, a toda la Nación, de lo que aquí se dice en la Cámara de Diputados. (Voces: ¡Todos, todos,!) Yo recuerdo muy bien que en una ocasión que yo pretendía que se hiciera una rectificación en "El Universal" por que se había asentado allí una cosa totalmente diferente de lo que yo dije aquí, yo recuerdo que cuando me acerqué al reportero, él me dijo: "No puedo hacer nada porque es un diario político y como diario político tiene que asentar las cosas a través del cristal con que mira la cuestión política;" y bien, ¿cuál es la obligación de la prensa? la obligación de la prensa es ilustrar al pueblo. ¿Y qué acaso nosotros hemos derribado a un Gobierno prostituído para traer un Gobierno que está rodeado, que está ofuscado por medio de una prensa que no es veraz? ¿Qué acaso nosotros, podemos los revolucionarios sentir gran satisfacción cuando después de haber cambiado a un Gobierno, que uno de sus principales defectos era el tener una prensa cochina, indecente, como era la de entonces, para tener ahora una prensa que es totalmente servil y que cambia, modifica las ideas que aquí vertimos? ¿Por qué razón no se ha usado una misma medida para medir a los de las derechas y a los de las izquierdas? ¿Por qué razón, -ya que se usa de cierta elasticidad en las noticias-, por qué razón no se conforman solamente con omitir los nombres de los que han hablado aquí, sino que trastornan, modifican y hacen decir lo contrario de lo que se ha dicho aquí? ¿Por qué, señores diputados, ese criterio, por qué no sigue un criterio honrado? Esta es una de las graves causas de nuestros males y aquí en este asunto lo habéis estado viendo. Desde cuánto tiempo hace que la prensa toda está diciendo cosas terribles contra los diputados porque han decidido aumentarse las dietas, y sepa el C. Cepeda Medrano que el "Bloque Liberal Constitucionalista "Ha decidido por unanimidad no aumentarse ni un centavo de esas Dietas.

El C. Cepeda Medrano: interrumpiendo: ¿Cuándo?

El C. Hay, continuando: Ayer, señores diputados, porque hasta ayer se comenzó a discutir en el bloque este proyecto de presupuesto, y esa fué la razón, desde el momento en que no lo habíamos discutido antes, por la que yo me opuse a la moción suspensiva del C. Manrique, a quien expuse en lo privado estas razones para demostrarle que si hubiéramos aprobado la inversión de la discusión, hubiera tenido el grave inconveniente de discutirse aquí las cosas que no habíamos discutido fuera de la Cámara, en lo cual estamos dentro perfecto derecho y todavía más, estamos en nuestra absoluta obligación de hacerlo. Ahora bien: el hecho de que haya habido un diputado, dos, tres, que quieran mil, cinco mil, ¿qué tiene que ver eso? ¿Por qué razón la prensa se ensaña contra la Cámara de diputados? ¿Por qué razón la prensa ha estado

azuzando a la Cámara de Diputados para hacerla enemiga del Poder Ejecutivo? ¿Por qué razón ha estado haciendo aparecer ante toda la Nación a la Cámara de Diputados, como enemiga del Ejecutivo? Que hay algunos aquí, no lo niego; habrá uno, dos, cinco, diez, enemigos personales del Ejecutivo; que haya aquí algunos enemigos acérrimos del actual Gobierno emanado de la Revolución, eso es indudable; que algunos hayan mostrado la frente y otros estén jesuíticamente trabajando por debajo de manos, muy cierto, lo creo, señor Cepeda Medrano; pero la Cámara de Diputados en masa la mayoría absoluta, las izquierdas, han estado haciendo todo lo posible por sostener al Gobierno y por llevarlo dentro de las vías.... (Aplausos ruidosos y voces: ¡Bravo, bravo!) Y si no, dígaseme; ¿Qué acaso no se le dieron facultades extraordinarias en Guerra, al Ejecutivo? ¿Qué acaso no se le dieron facultades? (Dirigiéndose al C. Cepeda Medrano.) Aunque yo voltee Su Señoría, no quiere decir que me refiera a Su Señoría ¿Verdad? Claro es que, como soy tuerto de este lado, tengo que voltear mucho la cara, como se dice vulgarmente, parpadear, para dominar toda la Cámara; pero no quiere decir que esté haciendo alusiones personales a usted. Mis interpelaciones las haré franca y abiertamente cuando el caso llegue. (Aplausos.) ¿Acaso no concedimos las facultades extraordinarias en Guerra? ¿Acaso no concedimos las facultades extraordinarias en Hacienda? Y así por el estilo, ¿acaso no hemos aceptado muchas leyes propuestas por el Ejecutivo, con un verdadero interés de ayudar al Gobierno actual? Puede ser que haya algunos que digan que no tuvimos ese interés de ayudar, y entonces es muy variable el criterio con que se juzga. Cuando votamos una ley para apoyar al Gobierno, dicen: "No están obrando sinceramente. Alguna cosa tienen por debajo de mano." Y cuando votamos en contra de una ley propuesta por el Ejecutivo: "Allí, ved a los enemigos del Ejecutivo." Y yo no vengo a decir que soy amigo del C. Carranza por servilismo, porque bien claro está en la mente de todos los ciudadanos de la Nación que soy incapaz de ser servil de un Presidente de la República. (Aplausos.) Pero yo sí soy amigo del Gobierno, yo estoy dispuesto a sostener este Gobierno, y conmigo otros muchos, porque comprendemos que este Gobierno es emanado de nuestra propia Revolución, y que la caída de ese Gobierno es nuestra propia caída, y el levantamiento y la exaltación del poder reaccionario, de la antigua reacción clerical que quizás tiene ya aquí muchos, algunos representantes, y es indudable.... (Aplausos nutridos. Una voz: ¡Cepeda Medrano!) Por esta razón yo, con necedad, con tenacidad canso a todos con mi pobre palabra, y he estado siempre aquí pidiendo concordia, por esa razón he estado evitando que haya disgustos, que haya pérdida de tiempo, y de eso sois todos testigos, (dirigiéndose al C. Cepeda Medrano), hasta vos. (Dirigiéndose al C. Manrique), Perdóneme el que lo parodie. (Risas y aplausos.) Porque yo he querido que nuestra labor sea efectiva, que nuestra labor fuese de una manera real y positiva para nuestro Gobierno, para reforzarlo y que tenga unas tendencias de pureza ese Gobierno. Cuando yo salí de la Secretaría de Fomento, en donde me pedían pagar un mejor sueldo, donde tenía más honores y satisfacciones personales, en donde podía estar más en contacto con fiestas y con los altos políticos, entonces yo le dije al señor Rouaix y al mismo señor Carranza: "Yo quiero ir a la Cámara de Diputados, por yo creo que allí podré hacer labor más efectiva, porque voy intencionado de muy sanos ideales." Por eso dejé ese puesto, por eso he venido aquí, por eso me habéis visto aquí estar apoyando todo lo bueno y estar en contra de lo malo, y pongo por testigos de esto a todos los compañeros y hasta he mediado, señor Cepeda Medrano, cuando se le quiso atacar a usted. De manera que ven ustedes la labor que yo he hecho, que siempre he estado apaciguando los ánimos de unos y de otros, procurando hacer labor de concordia entre nosotros, y hay aquí dos o tres diputados que tienen pruebas muy recientes de una pasión muy seria en que hice también labor de concordia. No puedo extenderme, pero todo esto viene a lo siguiente.... - No es que se me haya olvidado lo que iba a decir, pero he considerado impolítico el decirlo-. Pero todo esto viene a lo siguiente, en que nosotros no venimos a hacer aquí discursos populacheros y a exaltar las masas, ni a exaltar a esos ciudadanos que están arriba, que por muy respetables que sean, no representan a la Nación y precisamente porque no representan a la Nación, a mí siempre me habéis visto pidiendo que se haga cumplir el Reglamento que se dice porfirista, pero que está perfectamente sentado, porque un grupo pequeño de ciudadanos viene a influenciar a la verdadera Representación Nacional, y creo que no es honrado ni justo el que nosotros, por obtener un aplauso populachero, por obtener la reelección de diputado, quizá aquí en el Distrito Federal, que vengamos con esa poca honradez a conseguir la curul por medio de esos métodos que yo juzgo absolutamente reprobados y reprobables. Por eso yo, aun que he salido diputado por el Distrito Federal, aun cuando yo procurara venir aquí porque creo que puedo hacer aquí una labor que me satisface, en bien de mi país, por eso mismo yo no ando buscando esos aplausos populacheros, porque juzgaría indigno de mí mismo el conseguir una curul por esos métodos tan rebajados y tan repugnantes. (Voces: ¡Bien! Murmullos.) Ahora bien: volviendo al asunto a discusión.....

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Hay, continuando: ...vemos aquí, a propósito de la prensa, a propósito del aumento de dietas, vemos una cosa muy particular y muy singular, y pido a todos vosotros, y pido también a la prensa que honradamente lo diga, que "El Universal"... (voces: ¡No! Murmullos), que "El Universal," que ha estado diciendo tanto en contra de los diputados que pretenden un momento, o que se decía que pretendía un aumento del sueldo, está precisamente bajo la férula de Palavicini, quien fué el que más exaltadamente, con más ahinco, en el Congreso de 1912 - 1914, incitó a la Cámara para que se aumentara los sueldos, de ocho veinticinco, a diez y seis cincuenta. (Aplausos ruidosos.) Entonces, en esa época, porque le dolía la bolsa; ahora, no le duele la bolsa. Ahora tiene muchas riquezas, está muy rico, tiene mucho papel, tiene casa, tiene todo.... (Murmullos.) Yo no quiero investigar la conducta de ese ciudadano, porque creo que ésta bien conocida por

toda la República.... (voces: ¡Da asco! ¡Da asco!); pero lo que sí es cierto, es una cosa: que él ha modificado su criterio de cuando estaba dentro de la Cámara de Diputados, a cuando está fuera de la Cámara de Diputados...

. - El C. Zubaran. interrumpiendo: ¡Cuando no tenía zapatos!

El C. Hay, continuando: Yo me acuerdo que él en esa época declaró que no tenía un centavo con que dar de comer a su numerosa familia; no sé yo si esa numerosa familia seguirá siendo numerosa... (risas); no sé yo si estará rico o si estará pobre; no me importa eso. Yo lo único que hago es juzgar la actitud de ese individuo, que cuando estaba aquí como diputado manifestó ardiente, enérgicamente determinadas creencias y determinados ideales, y cuando está fuera de la Cámara de Diputados, predica por medio de su periódico ideales y tendencias completamente contrarias...

El C. Zubaran, interrumpiendo: ¡Era pobre de solemnidad en 1912!

El C. Hay, continuando: Ahora bien, ¿nosotros qué es lo que estamos haciendo? Nosotros estamos haciendo solamente el pedir y exigir de la Nación que nos pague lo suficiente para poder vivir independientemente, sin necesidad de rebajarnos, como el C. Cepeda Medrano ha indicado, de rebajarnos ante las Secretarías, sin necesidad de llevar una vida indecorosa, y yo pregunto a toda la Nación: ¿qué acaso quiere que sus Representantes vivan una vida indecorosa? ¿Qué acaso quiere que la Representación Nacional sea una Representación Nacional de guarache? No, señores, no será necesario que sea de sorbete, pero sí es preciso que tenga la decencia que se merece la misma Representación Nacional, por eso mismo damos gastos muy crecidos al Presidente de la República, porque el Presidente de la República es otro Representante de la Nación, y ese Representante de la Nación tiene que representarla tan dignamente como ella se lo merece. ¡Y qué importa que haga el pueblo un pequeño sacrificio para que el Presidente de la República represente dignamente a la Nación y para que la Nación esté representada dignamente en esta Cámara de Diputados! Ademas, la pequeña diferencia sería repartida entre todos los ciudadanos de la República, pero haciendo a un lado eso, yo sólo vengo a sostener, primero, que no nos aumentemos el sueldo, que no lo aumentemos tampoco para el próximo Congreso, por una razón muy sencilla, porque ignoramos cuál será la situación del país cuando ese Congreso empiece a funcionar, pero también pido que no se disminuyan los sueldos, porque estoy seguro que habría muchos señores diputados que se verían obligados a no venir para dedicarse a trabajar en otras cosas, porque sería imposible sostener a su familia decorosamente ganando los ocho cincuenta que Su Señoría quiere ganar... y no quiere. Quiere ganar y no quiere, porque se ha aguantado las ganas de ganar ocho cincuenta desde el momento que el resto de once cincuenta los ha estado sacando diariamente, con toda religiosidad, de la Tesorería de aquí de la Cámara. (Aplausos.) Yo no me aguanto las ganas, yo voy con toda franqueza a recibir eso, porque creo honradamente que lo he ganado, porque yo no tengo ningún remordimiento de conciencia, porque creo que he desquitado mi sueldo honradamente, porque si no he hecho mucho, he tenido intenciones de hacer mucho, y así estará la mayor parte de los diputados, pero ¿por qué razón esos discursos patrioteros, ese espíritu de provocar a las masas para oír algunos aplausos, que son muy agradables ahora en este momento, que sonarán muy agradables esos aplausos en vuestros oídos, pero quizás antes de diez minutos, después de haberlos oído, estarán rezonando de una manera muy desagradable en vuestra conciencia? (Voces: ¡No tiene conciencia!) Es mejor tener la satisfacción de la propia conciencia y no tener los oídos halagados. Este es el motivo porque yo siempre me opongo a los discursos populacheros aquí. La serie de cargos que el C. Cepeda Medrano ha venido a lanzar, ¿en contra de quién los ha lanzado? Contra el aire, porque ya vísteis que yo he declarado de la manera más enfática, de una manera que no se puede poner en tela de juicio, que por unanimidad el "Bloque Liberal Constitucional" aprobó que no se aumentasen las dietas. Yo estoy seguro, aunque no lo he consultado, pero yo creo que todos los izquierdistas están dispuestos a que no se aumente un solo centavo... (voces: ¡Sí!), y entonces, ¿por qué se ha puesto el señor Cepeda Medrano, como don Quijote, con lanza en ristre contra algunos molinos de viento? (Risas.) ¿Por qué razón ha venido a luchar, a insultar y a lastimar innecesariamente, cuando él muchas veces quiere predicar concordia? Venga a hacer Su Señoría lo que yo hice ayer aquí, venga a predicar con el ejemplo, a estar calmando sin lastimar y verá Su Señoría que nunca le lastimarán. ¿Pero por qué razón no digo yo una sola palabra de las derechas? Porque no conozco a fondo su modo de pensar sobre esto. Si acaso viniera algún elemento representativo de la derecha -porque yo no sé si usted lo será-, algún elemento representativo de la derecha, tres, cuatro o cinco oradores, a decir: "Las derechas pretenden esto," entonces yo diría: "El criterio de la derecha es éste;" pero usted se ha atrevido a formarse un juicio con premeditación, con alevosía y con ventaja. (Aplausos.) Con premeditación, porque ya lo tenía usted pensado, porque decía: "Voy a dar aquí un golpe político y voy a obtener algunos aplausos populacheros." Con alevosía y ventaja, porque viene a la tribuna sin provocación de ninguna clase, sin dar tiempo a que los otros pudieran exponer su criterio; viene a lanzar, ha venido a lanzar a los cuatro vientos, asegurar que ese era nuestro criterio. Y eso es una falsedad, y no solamente ha cometido una falsedad, sino que ha habido dolo, puesto que usted ha venido a sentar falsedades, y muy grandes, respecto al ciudadano Presidente Madero, y todavía con más dolo, porque usted ha hecho creer a todos los diputados que no recibía su sueldo completo, por cualesquiera que hayan sido los motivos, que no me importan, porque digo a usted desde luego que ha hecho muy bien en recibirlo. Aquí ha venido usted a hacer creer a los diputados que estaba recibiendo seis dietas completas. De tal manera, ha habido dolo y ha habido mala intención para producir un golpe político, para provocar nuevamente la escisión entre las derechas y las izquierdas, que muchos de nosotros nos hemos esforzado, hemos procurado que

no exista. Yo creo conveniente que se paguen los veinte pesos que actualmente ganamos, y podamos hacer algo útil a la Nación. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ancona Albertos.

El C. Ancona Albertos: El señor Cepeda Medrano..... (voces: ¡Déjenlo ya, hombre!), me hizo pedir la palabra para una aclaración. El señor Cepeda Medrano me hizo la imputación de que yo había iniciado el aumento de dietas a treinta y tres, treinta y tres.....

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¡Cierto!

El C. Ancona Albertos, continuando: No es cierto, señor Cepeda Medrano, no puede ser cierto, de nada le vale a usted haber sido diputado dos veces, porque no conoce usted las prácticas parlamentarias; eso le toca a la Comisión de Presupuestos, a mí no podía tocarme, y ya que usted es afecto a hacer esta clase de imputaciones, que son cobardes, yo, sí como usted fuera, le diría que en los pasillos unos coahuilenses me dijeron que usted pedía ocho cincuenta nada más, porque tiene usted una amplia concesión en Coahuila, para cortar guayule.

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¡Es falso!

El C. Ancona Albertos, continuando: Yo no lo creo, y el señor Esquivel Aureliano me dijo que no era cierto, porque usted, cuando sirve a un Gobierno, se conforma con recibir quinientos pesos de cuando en cuando, como sucedió una vez con Jesús Acuña, que se los dio a usted para comprar unos pantalones de que tenía necesidad. (Aplausos y risas. Campanilla.)

El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. García Vigil.

El C. García Vigil: Señores diputados: Cuando yo tengo una convicción profunda, arraigada, no dejo de hacerla del conocimiento de todos, sin arredrarme críticas insidiosas, campañas interesadas, ataques, amenazas y todo lo demás. Yo tengo la convicción profunda, arraigada, de que las dietas actuales de que disfrutemos nosotros y los senadores, son verdaderamente insuficientes para cubrir las necesidades indispensables para categoría oficial que tenemos los diputados y los senadores. Un deber de disciplina me obliga con el "Partido Liberal Constitucional," al cual con verdadero orgullo para mí, pertenezco: este deber de disciplina me constriño a aceptar el acuerdo tomado en el block, pero no por eso vengo yo acá a negar que alguna vez, o siempre, he pensado, como lo pensé votar, el proyecto de iniciativa de treinta y tres, treinta y tres diarios. Señores diputados: el señor Cepeda Medrano y algunos otros señores diputados de la derecha, desde un regular número de sesiones a la fecha, han estado hablando acá, como de costumbre, y en verdad yo quiero poner los puntos sobre las íes sobre una situación que parece que nunca se llega a definir, porque no lo dicen unos ni lo dicen otros.....

El C. Martínez de Escobar, interrumpiendo: ¡Muy bien!

El C. González Galindo: ¡Porque no tienen valor!

El C. García Vigil, continuando: El C. Cepeda Medrano, en una sesión muy reciente, estuvo hablando acá, lo mismo que otros señores diputados, de que a ver si en los tiempos de la dictadura habríamos hablado nosotros como lo hacemos hoy. El señor Cepeda Medrano, conforme a su idiosincrasia, que para todos nosotros es patente, que parece la de un liberto y no la de un libertador.... (risas.)

El C. Magallón, interrumpiendo: ¡Bien dicho! (Voces: ¡Bien dicho!)

El C. García Vigil, continuando: ..... siente una profunda admiración por el C. Venustiano Carranza, y al igual que los antiguos servidores de la dictadura porfirista, habla tan encomiásticamente, que verdaderamente envilece este recinto, que hoy está dignificado, precisamente por la libertad de opinión que se manifiesta. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos de las izquierdas.) El señor Cepeda Medrano ha tratado de arrancar a las izquierdas alguna confesión respecto a su actitud hacia el Ejecutivo, que él siempre identifica con el C. Venustiano Carranza, como si el ejercicio del Poder Ejecutivo en la República Mexicana fuera "ad eternum" ejercicio por el C. Venustiano Carranza, y "ad eternum" también. de modo que, para el C. Cepeda Medrano, siempre es el C. Venustiano Carranza el eje sobre el cual gira toda la actividad política de la República.

El señor Cepeda Medrano nos ha dicho, lo mismo que otros señores diputados en quienes más me sorprende, esto: "que haber si así hablábamos, que si podíamos hablar si estuviéramos bajo la dictadura de Porfirio Díaz y de Victoriano Huerta." Eso se puede contestar de distintas maneras y yo voy a hacerlo: seguramente, si nosotros hubiéramos estado ejercitando el cargo de diputados en la época de la dictadura porfiriana o de Victoriano Huerta, habríamos sido tan serviles como lo fueron todos los que se presentaron a los manejos de aquellas dictaduras. Nosotros, pensando como pensamos, hubiéramos vivido en aquella época -que efectivamente hemos vivido-, tenga la seguridad el señor Cepeda Medrano, no hubiéramos estado aquí dos sesiones, por mí digo que ninguna, desde luego hubiera ido a tomar las armas, como lo hice, para derribar a esas dictaduras. Pero ¿cómo es que el señor Cepeda Medrano tiene estas palabras, que son ofensivas para muchos de nosotros, si no es que para todos? Pues qué, ¿la dictadura porfiriana perseguía precisamente a aquellos de los suyos? No. ¿La dictadura huertiana perseguía también a los suyos? No, perseguía a los elementos que le eran adversos, a los herederos de la política legítima y legal del Presidente Constitucional Francisco I. Madero. ¿Pero cómo podía llegar entonces la ingratitud a los confines de la vileza, para que el mismo Poder Ejecutivo, al cual nosotros hemos dado este Poder, es decir, la personalidad del Poder Ejecutivo, al cual nosotros le hemos dado este Poder, nosotros -óigalo bien el señor Cepeda Medrano-, cómo podría atentar contra nosotros, cuando nosotros es a quienes nos debe Poder? (Voces: ¡No es cierto! ¡Al pueblo, al pueblo!) Sí, señores, cuando yo vengo a hablar aquí, hablo porque tengo a mi favor estas dos fuerzas: la fuerza política de mis convicciones como revolucionario, por las

cuales he luchado siempre, y la fuerza moral de que mientras el C. Venustiano Carranza se encontraba refugiado en Veracruz, rodeado de una cuadrilla de bribones, yo estaba disparando cañonazos en el campo de batalla, para el sostenimiento de él. (Aplausos.)

Por consiguiente, el C. Venustiano Carranza y quien quiera que como él se encuentre, al respetar mi fuero, al respetar mi libertad de opinión acá, no hace más que cumplir aquello que se ha prometido y lo cual yo personalmente he conquistado para mí y para otros muchos, entre los cuales se pueden contar muchos de los que aquí nos atacan a nosotros. (Aplausos de las izquierdas y voces: ¡Cepeda Medrano¡) Si yo fuera un agraciado con esta situación, si yo hubiera estado constantemente en las antesalas de los Ministerios pidiendo empleos, si yo hubiera estado afirmando recibos, si yo hubiera estado llevando chismes (risas), si yo hubiera estado haciendo patente mi incapacidad y mi ineptitud para luchar de acuerdo con los principios, si yo no hubiera ido a luchar personalmente por esos mismos principios, entonces sí sentiría algún rubor al levantar mi voz, como la he levantado siempre en defensa de los principios, y siempre con esa enorme fuerza moral que tengo, por haber hecho lo que han hecho nuestros detractores. (Murmullos.) Así, pues, sepa el señor Cepeda Medrano que a mí no me hace absolutamente ninguna gracia el Poder Ejecutivo, representado por el C. Venustiano Carranza. (Risas y aplausos.)

Tampoco gusto de hacer un balance de los merecimientos propios, pero sí, cuando con tanta audacia -como la audacia que tiene el C. Cepeda Medrano-, viene a echarnos en cara a todos los de las izquierdas, que debemos esta libertad a una concesión del C. Venustiano Carranza, tengo que protestar forzosamente aquí, porque, téngase entendido, que yo he luchado por él; que el C. Cepeda Medrano olvida constantemente al pueblo, y que todo, como dije antes, lo hace girar en torno al eje que se llama Venustiano Carranza, sin importarle absolutamente nada lo demás que corresponde a la Nación.... (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)

El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¡Es falso!

El C. García Vigil, continuando: Ahora bien también el C. Cepeda Medrano ha tratado de arrancar una confesión a las izquierdas, y principalmente a nosotros los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista," siempre, como dijo el C. Manrique, intimándonos por aquello de si somos o no somos enemigos del Ejecutivo. Quizá, y hasta sin el quizá, seguramente hay en las izquierdas un mayor número de defensores del Gobierno, no por don Venustiano Carranza, sino para dignidad misma de la Revolución y para ahorrar el bochorno que constantemente se nos quiere producir por los elementos reaccionarios cuando se dice: "¡Allí está, ya lo veis, ya veis a vuestro héroe!" Pues precisamente, por eso repito, hay un mayor número en la izquierdas de elementos que desean sinceramente sostener al Gobierno, por los fines que la Revolución persigue para no hacer fracasar más a este Gobierno, y, naturalmente, estos fines son nobles, son simpáticos, no como el odio que sí tiene el C. Carranza al "Partido Liberal Constitucionalista." No es el "Partido Liberal Constitucionalista" el que odia a don Venustiano Carranza. es don Venustiano Carranza el que odia al "Partido Liberal Constitucionalista;" muestras patentes: el "Partido Liberal Constitucionalista," satisfaciendo, a juicio de muchos, casi de todos, una aspiración. patriótica, convino en violar todo lo pactado y conceder la ininterrupción en el poder del mismo C. Carranza; pero el "Partido Liberal Constitucional," fiel a sí mismo, le dio un programa y quiso perdurar en la vida política de la Nación para satisfacer un anhelo mayor, el anhelo de la constitución de los partidos políticos, para hacer verdaderamente efectiva la democracia en México. ¿Y qué sucedió, desde el momento en que el "Partido Liberal Constitucionalista" expuso Sucesivamente a la postulación del C. Carranza para la Presidencia de la República, su programa de principios, qué pasó? Una hostilidad manifiesta, una hostilidad que ha tenido todos los caracteres de un odio a muerte con objeto de disolverlo, de que no subsista, de que no haya aquí lucha de partidos, sino que haya únicamente un servilismo agudo que haga depender toda la vida política de la Nación del ciudadano Presidente de la República que, desgraciadamente, por la Constitución que nos rige, está por encima de la misma Constitución. Sobre el particular surgen las siguientes consideraciones: Nosotros sabemos que en la época de Porfirio Díaz la democracia quiso constituirse organizando los partidos políticos, y que, al igual que hoy, se trató siempre de disolver esos partidos políticos por no ser convenientes para la dictadura. Los dos funcionamientos se excluyen; por consiguiente, todas las dictaduras tenderán siempre a hacer desaparecer los partidos políticos, pero las democracias lucharán constantemente por revivirlos y hacerlos triunfar, Así, en aquella época nosotros vemos que hombres de talento como los hubo, y que después se plegaron a las exigencias del dictador, trataron de organizarse en un partido político independiente, y la dictadura, ya con amenazas a los más rebeldes, o con dádivas a los blandos, logró hacer fracasar este noble intento, y al fin hacer prevalecer la dictadura sobre la democracia. Nosotros en la actualidad una situación semejante: si no se ha llegado a constituir el "Círculo de Amigos del C. Venustiano Carranza," de hecho existe; (murmullos) todos los sabemos. En aquella época el " círculo de amigos" del general Díaz trató de controlar toda la política del país, no mediante un programa, sino mediante dádivas que se hacían, o mediante medidas de orden administrativo que se seguían en todos los Ministerios con objeto de arrojar de la Administración a todos aquellos elementos que no eran fervientes adictos del régimen. En la actualidad, contra lo que ha aclamado el ciudadano licenciado Hilario Medina, nosotros no hemos visto aparecer todavía en debida forma, constituido, organizando, un partido de principios que pueda ser contrapuesto al "Partido Liberal Constitucionalista." ¿Por qué no se hace esto? Porque desgraciadamente no se tiene el ánimo para constituir este partido, por muy conservador que fuera, o sean desgraciadamente los elementos llamados a componer estos grupos sometidos a la acción individual del mismo ejecutivo. Y así obran indudablemente, puesto que nosotros hemos visto aquí en la Cámara

de Diputados, donde podría realizarse el hecho de la constitución, de la posibilidad de ser constituidos esos partidos, que las derechas han obrado unas veces muy indisciplinadamente, otras veces han obrado tan sumisamente respecto a los deseos del Ejecutivo, que se ha visto que de un día, es decir, de una sesión a otra, han cambiado de opinión, como lo hizo notar el C. Cabrera cuando increpó al que es Subsecretario del Interior, manifestando que sólo porque había venido a decir que el Ejecutivo deseaba que el Instituto Biológico fuera incorporado a Fomento, que así se hiciera. ¿Qué es lo que nos demuestra esto? Que nosotros, el "Partido Liberal Constitucionalista," separados del Gobierno, separados del Poder Ejecutivo, inmediatamente después de la postulación del C. Venustiano Carranza, ha tenido una vida propia, que a pesar de todas las calumnias, la tiene aún, y justamente se enorgullece en venir luchando contra todas las asechanzas que se han levantado contra él, ya pretendiendo tenerlo Reducido, por dinero, ya pretendiendo halaga a muchos de sus miembros con objeto de que desarrollaran determinada de sumisión. ¿Cómo es posible que un elemento de la derecha como el C. Cepeda Medrano, y otro elemento de la derecha, muy distinto del primero el licenciado Hilario Medina,- y hago aquí hincapié en que el C. Medina, sí, por su cultura, por sus intenciones que yo sí lo reconozco buenas-, debía haber contrapuesto ya un partido político al "Partido Liberal Constitucionalista," con objeto de hacer surgir definitivamente el funcionamiento de la verdadera democracia por el funcionamiento de los partidos políticos que se equilibran y que se alternan en el Poder. ¿Cómo es, repito, que en las derechas nose ha llegado a esto? Nos lo explicamos de la siguiente manera: que hasta hoy, los elementos mejor dispuestos de las derechas son una minoría; que hay una mayoría que ya por falta de prestigio o por apatía, o por cualquiera otra circunstancia únicamente está haciendo lo mismo que se hizo en la época de la dictadura porfirista por elementos que si en lo personal merecían respeto, colectivamente como elemento de apoyo para aquella dictadura, eran perfectamente irrespetables, completamente indignos de dirigir la política del país. (Aplausos.) Ahora nosotros hemos llegado a un punto que ha sido tópico para discusiones, campañas satisfacciones de despechos etc.

Ya el C. Hay nos ha hablado aquí de que el mismo Presidente Madero pensó en el aumento de las dietas en aquella época, bajo la forma de gastos de representación a los diputados con el objeto de mantenerlos cuan independientes era necesario de Poder Ejecutivo. Ya nos habló también de que uno de los más duros impugnadores de esta tendencia de varios de nosotros, en la actualidad, abogó fervientemente en aquella época con objeto de obtener ese aumento. Nosotros debemos reconocer honradamente, porque hay que combatirnos honradamente, que la campaña de la prensa sobre esto, si por lo que respecta a uno que otro periódico puede ser sincera, por lo que respecta a los más, es interesada; no persigue un interés material, pero si un interés moral. Nosotros sabemos que ya por una causa, o por otra, el actual director- Gerente de "El Universal" no fué admitido en esta Cámara; también sabemos que el actual director-gerente de "El Nacional" no fué admitido, éste con mucho más títulos de reaccionario que el señor Palavicini, Nosotros sabemos que estos periódicos han llevado a cabo una campaña contra el Ejército tratado de dividir a los políticos mexicanos en militaristas y civilistas, y todos nosotros sabemos que el origen de esta pretendida división no es otra que la pretensión absurda de hacer cabeza visible del militarismo al general Obregón y cabeza visible del civilismo al C. Carranza. Esta ha sido la verdadera tendencia, se esbozó en el Congreso Constituyente.

El C. Martínez de Escobar, Interrumpiendo: ¡Es cierto!

El C. García Vigíl, continuando: No tuvo éxito la tentativa, porque no deslindaron perfectamente los campos, los hombres no se agruparon como lo pretendían ellos, los civilistas, los refugiados de Veracruz, y sólo de tiempo en tiempo, cuando se trata de elecciones en un Ayuntamiento, en el Gobierno de algún Estado y no Conviene a sus intereses el Gobernador de origen militar, o de carácter oficial militar, entonces hacer surgir nuevamente la campaña, entre el militarismo y el civilismo. Todos nosotros sabemos que mientras los partidos políticos no queden constituiídos, y mientras los partidos políticos, cuando lleguen a constituirse, no enuncien en sus respectivos programas los principios que deben regir sobre el Militarismo y el ciclismo, no podremos realmente, sinceramente, sino con dolo, increpar a alguien de militarista o presentarse ardientemente como civilista, quien así lo pretenda; pero día llegará en que se ven realmente quiénes somos los civilistas en el orden político y quiénes los militaristas, aunque no tengamos grado militar.

Nosotros sabemos, por el conocimiento de la historia, que si los hombres que han ejercido el mando militar en todos los pueblos y en todas las épocas han desarrollado una política despótica, también tenemos el conocimiento de que se han excedido más en este despotismo los "civilistas" que han llegado a ocupar el Poder, que los mismos militares. (Murmullos) La historia nos es conocida a todos. Nosotros sabemos cómo se ha desenvuelto la civilización a través de las edades y cómo el legado político de los griegos, el legado social hecho a los pueblos que se constituyeron sobre las márgenes del Mediterráneo, fue siempre haciendo una distinción entre los hombres militares que ejercieron el poder público, y los civiles que ejercieron un poder militar. Si recorremos nosotros con serenidad la historia de los pueblos que han preponderado, y más en la época moderna, tendremos que reconocer que de los monarcas, supuesto que son de reciente constitución en el mundo las repúblicas, -me refiero a la época moderna-, salvo uno que otro de origen netamente militar, todos los demás han sido civiles que han tenido atribuciones militares únicamente por el sistema monárquico que ha regido en aquella nación, pero tenemos que reconocer ciertamente, que el país que llegó a la unidad primer que los demás, que el país que ha preponderado inmediatamente después de la destrucción del Imperio romano de Occidente, es decir, Francia, logró todos sus progresos bajo el reinado de Carlomagno que, si fué militar

por las expediciones llevadas a cabo contra la invasión del territorio galo, todos sabemos que fué un legislador de los más sabios por lo que respecta a su época, y todos sabemos también que estaba rodeado de un número de sabios que ilustran la historia de Francia, a tal punto, que podemos decir que de allí arranca este luminar que nosotros contemplamos todavía como surgiendo del centro de ella, de la antigua Lutecia. Si pasamos sucesivamente de esa época hasta hallar el momento en que la Francia sufrió una subversión completa o sea el período de la Revolución, tendríamos que reconocer que el más ilustre déspota, Napoleón I, fue un hombre que tuvo para sí, en primer término, los atributos genuinos de revolucionario, del revolucionario en el más alto grado, porque el principio más arraigado íntimamente después del principio de la existencia de Dios, o sea el principio del derecho divino de los reyes, fué totalmente arrastrado por el fango por él y por todos sus mariscales que fueron encomendados a distintos tronos, como una manifestación de que el hombre llega, no por derecho dinástico, sino por sus méritos propios; es el fue un principio meramente revolucionario y vemos nosotros que Napoleón I, el hombre déspota, pudo dar leyes que nos rigen todavía, no sólo en Francia, que rigen en los Estados Unidos, país avanzado, que rigen en casi todas las Repúblicas, puede decirse en todas las repúblicas latinoamericanas y que tiene para sí, como título inestimable, para compensar de algún modo aquel despotismo de haber hecho una expedición, como no la ha hecho nunca déspota ninguno, la expedición que llevó a Egipto, en la cual figuraban los más altos sabios de aquella época y todos sabemos que en aquella época los más grandes sabios eran franceses. y qué es, qué ha sido el despotismo de hombres militares como estos, de hombres militares como el mismo Federico II de Prusia comparado con el despotismo de hombres civiles, tartufos como Luis XI. Es así como nosotros no debemos todavía considerar deslindados los campos por lo que respecta a militarismo y civilismo, sido hasta que los partidos políticos enuncien en sus programas sus principios respectivos. Entonces será cuando nosotros veamos realmente cuál es ese partido militarista, y cuál es el partido civilista. Por ahora nosotros tenemos que reconocer que no es precisamente la apariencia la que debe darnos el medio justo por lo que respecta a la tendencia: los hechos son los que debemos tener presentes, y por lo que respecta a los hechos debemos reconocer que el civilismo, ese pretendido civilismo que se ha querido hacer aparecer en la Revolución Constitucionalista, está contraseñado perfectamente como un partido político tendiente a todas la absorciones, tendiente a la consolidación de la dictadura, tendiente a la denegación del sufragio efectivo, tendiente a la violación de la misma ley.

Volviendo al punto del cual partí, tenemos que reconocer, pues, que la prensa ha hecho una campaña de carácter político netamente personal, carente de principios. ¿Cuál es el partido político, cuáles son los principios políticos que sustenta la prensa mexicana en la actualidad. ¿Alguno los conoce? (Voces: ¡Nadie!)

El C. Portes Gil, interrumpiendo: ¡El estómago!

El C. de la Barrera: ¡El estómago!

El C. García Vigíl, continuando: No se ha establecido nunca por ningún órgano de la prensa, más que una pequeña acerba, dura, tenaz, insidiosa, contra la Cámara de Diputados, contra el "Partido Liberal Constitucionalista." ¿Qué mal ha hecho la Cámara de Diputados? No prestarse a la humillación, no prestarse al servilismo que pretendía imponerse. ¿Qué ha hecho el "Partido Liberal Constitucionalista"? No ir a mendigar, no pedir apoyo, valer por si mismo, salir todos sus corifeos, todos sus elementos a recorres las calles, muy a diferencia de como lo han hecho los elementos gobiernistas. El "Partido Liberal Constitucionalista" ha pasado por la gestación dolorosa y ha seguido viviendo no obstante qué día a día se le ha dado muerte por esa prensa que no ha hecho otra cosa que calumniar, que intrigar y que trabajar con una tenacidad sin igual, con objeto de disolver este partido, con objeto de amedrentarlo, con objeto de disgragarlo y con objeto, en definitiva, de consolidar una nueva dictadura. Así pues, ¿qué valor tiene la campaña hecha por la prensa, por lo que respecta al pretendido aumento de dietas de los diputados? ¿Se puede esperar de hombres como los señores que he mencionado, directores de periódicos, buena fe para esta Cámara que está controlada por las izquierdas, siendo que las Izquierdas, el más alto espíritu revolucionario, no quiso admitirlos en su seno por indigno de pertenecer a esta Cámara? No, indudablemente que esa campaña no tiene ningún valor. Yo creo que el "Partido Liberal Constitucionalista," estoy seguro de ello, nunca se ha arredrado por esa campaña y nunca debe arredrarse y nunca debe pedir rectificaciones. Yo soy de los que creen que en política cada quiera emplea las armas que le son dignas como para combatir en cualquier terreno. El "Partido Liberal Constitucionalista" ha luchado y sigue luchado y seguirá luchando con el mismo tesón y con la misma independencia con que ha venido luchando; la prensa pagada seguirá atacándolo y a la postre, porque a las mismas causas corresponden siempre los mismos efectos, el "Partido Liberal Constitucionalista," el partido independiente, habrá de triunfar y el "Partido Liberal Constitucionalista" y la Nación entera verán una vez más un espectativa semejante al 24 de Mayo. No importa, pues, la campaña de la prensa, pero si hay que reconocer, honradamente, que esa campaña es una campaña interesada.

El señor Hay, con anticipación ha hecho notar las diferencias de actitudes por lo que respecta al pretendido aumento de los diputados y al aumento positivo que desea el Ejecutivo para sí. Nosotros hemos visto que acá se ha dicho, tanto por las derechas como por las izquierdas, todo lo que se ha deseado y que, sin embargo de eso, la prensa ha ocultado todo aquello que no conviene a sus fines. Esto se puede reconocer, aunque sólo sea en el recinto de la Cámara de Diputados, aunque no vaya más allá del "Diario de los Debates," pero es necesario reconocerlo. En las últimas sesiones hemos visto cómo , a propósito de las elecciones municipales y de las alusiones a hechos que se hicieron en esta tribuna, todas las crónicas hechas por los diarios las hicieron en tal forma, que a todas luces

manifestaron su partidarismo y pasión en el asunto. Con posterioridad, cuando hice yo rectificaciones a lo dicho por el C. Blancarte, todos los periódicos no hicieron más que decir que yo había su Subido a hacer rectificaciones y no más. Por consiguiente, nosotros no debemos tener en cuenta esa campaña como decisiva, por lo que respecta al aumento de dietas, que así se ha llamado; debemos tener en cuenta únicamente el punto tanto legal cuanto económico. En cuanto al punto legal, difiero en lo absoluto de la opinión de casi todos los señores que han hablado sobre el particular, porque dicen que es un aumento de dietas. Todos sabemos que conforme a la Constitución vigente, este primer Congreso Constitucional sería, es a quien toca fijar las dietas. Nosotros no hemos hecho mensualmente más que votar presupuestos provisionales con objeto de que fueran cubiertos los gastos y los sueldos de cada mes, pero en definitiva, viéndolo bajo el verdadero punto de vista legal, no hemos hecho ni un aumento ni una diminución; por consiguiente, no venimos a hacer otra cosa en la actualidad que fijar las dietas para los diputados. Las dietas para los diputados en verdad, señores, no son bastantes en la cuantía de veinte pesos; las dietas para los diputados deben ser aumentadas de la cantidad de veinte pesos en que rigen actualmente, a algo más. Voy a repetir que, conforme a la disciplina de mi partido, me siento obligado a votar como el mismo partido lo ha acordado; pero, señores diputados, desechando por completo el argumento falaz de que vamos a entrar en receso y que vamos a estar de ociosos, puesto que no sabemos si vamos a estar de ociosos, dado que hay muchas leyes en cartera que son originales del Ejecutivo y que naturalmente éste tendrá interés en que sean discutidas y votada, repito, señores, que desechando este argumento falaz, porque nadie sabe si vamos a tener sesiones extraordinarias o no vamos a tenerlas, debemos considerar las dietas de los diputados desde el punto de vista del Congreso Venidero. Yo quiero ser fiel a la disciplina que me exige mi partido, quiero ser fiel también a mis convicciones; así lo he declarado, yo soy partidario de que los diputados y senadores ganemos más de veinte pesos y principalmente en esta época en que las leyes económicas han sufrido una verdadera crisis y no es mucho el decir que muy difícilmente, y pocos serán los diputados que vivan como deben, con los veinte pesos que actualmente disfrutan. Una ligera vista de ojos a los gastos medios de un hombre es bastante para decirnos que vive precariamente el diputado con seiscientos pesos mensuales; pero si nosotros -yo por mí por disciplina a mi partido voto favorablemente en el sentido de mantener para el período que termina hasta el 31 de agosto los veinte pesos que estamos disfrutando tengamos o no tengamos sesiones extraordinarias. Nosotros, señores diputados, teniendo en cuenta que esta situación económica durará todo el ejercicio fiscal de 1918, debemos votar unas dietas para el próximo Congreso, compatibles con la dignidad y ejercicio del diputado.

Señores: desde la época de Porfirio Díaz arraigó en la conciencia pública que el Poder Legislativo estaba supeditado al Poder Ejecutivo, que la dictadura llegó a efectuar eso, pero tengamos en cuenta que aquella dictadura supo dar individualmente a los diputados y a los senadores que estaban en gracia, en la más alta gracia con ella, empleos que estaban vedados por la misma Constitución, sueldos de tal naturaleza, que verdaderamente los doscientos pesos que se percibían en aquella época eran absolutamente nada, no era más que la representación que se tenía como diputado para ejercer influencia en la Administración; pero sabemos que desde la época del señor Madero, que quiso que el Poder Legislativo no le estuviera supeditado en la medida en que estaba en la época del general Díaz, fueran aumentadas las dietas por medio de una partida de gastos extraordinarios, de gastos de representación. En la actualidad, nosotros debemos procurar más todavía; el espíritu de la Revolución exige que el Poder señalado como el primero, el Poder Legislativo, sea realmente el primero; nosotros debemos ver que el diputado, que el representante popular nunca se ven obligado ni a mendigar del Poder Ejecutivo, que tiene el dinero en la mano, ni tampoco a arrastrar una vida mísera que lo haga indigno de sus representación y, naturalmente, objeto de menoscabo, muchas veces hasta de vilipendio, por parte de quienes no saben apreciar el alto, al muy digno puesto de representante popular. Aquí es donde nosotros vemos perfectamente delineada la tendencia de unos y otros: el elemento conservador, el elemento que quiere el régimen personal, considera que es mucho para un diputado ganar veinte pesos; pero para el elemento independiente, para el hombre que piensa que el funcionamiento de los Poderes libremente, conforme al mecanismo gubernamental establecido por una constitución, es lo que garantiza la estabilidad de todo el Gobierno, para ese elemento, para ese hombre consciente no es así, señores; para ese hombre es indispensable, cada vez más, Garle al representante popular toda la independencia que debe tener, para que, conforme a su investidura, no se encuentre nunca en ninguna de esas desagradantes situaciones, ya de ir a pedir al que tiene el dinero o ya de ser objeto de menoscabo a la vista de la Nación misma. Nosotros pues, debemos votar la parida respectiva a las dietas de los diputados, en el sentido de que se paguen mil pesos mensuales para el próximo Congreso, y nosotros someternos a esto que se exige, ya por unos con una intención, ya por otros, con otra intención; pero es necesario que nosotros demos al Congreso venidero la independencia económica que debe tener, porque los ocho meses que nos faltan, transcurren rápidamente, señores; esta situación económica no solamente va a subsistir, sino que va a agravarse; tengamos presente que la situación económica, regida por la guerra europea, no podrá resolverse sino hasta que termine esta guerra y que la guerra europea probablemente va a durar dos años más (Voces: ¡Más!) Así nosotros, señores siendo fieles a nuestro principios, consecuentes con el deseo popular de aquellos que tienen este deseo de buena fe, pero también viendo por la Representación Nacional, por esa Representación Nacional a la cual, según el deseo de todos los enemigos de las izquierdas, principalmente del "Partido Liberal Constitucionalista," no podremos penetrar ninguno de nosotros, por esto, señores, por

esa Representación Nacional a la que, conforme a los deseos de esos enemigos no volveré a penetrar yo, por esa Representación Nacional que la quiero ver siempre digna, siempre elevada, siempre independiente de los Ministerios donde se da y donde se cohecha, señores , por esa Representación Nacional futura, es indispensable que nosotros fijemos las dietas hasta treinta y tres pesos treinta y tres centavos diarios. (Aplausos.) Se podrá objetar que si, conforme a los presagios, no volverán a penetrar aquí los elementos independientes, sino que aquella Cámara estará supeditada al Poder Ejecutivo; eso no importa, señores, nosotros perseguimos constantemente los fines más nobles, nosotros queremos darle a esta Representación la independencia económica; si ella no se hace digna de esa independencia, no será culpa nuestra, indudablemente; pero tengamos en cuenta que la futura Representación Nacional, conforme a la Constitución, no podrá aumentarse las dietas, podrá aumentarlas únicamente para el período siguiente a aquél en el cual los miembros que hayan votado el aumento no estén ejerciendo sus funciones. Por consiguiente, démosle a la Representación Nacional futura, todos los medios para que muestre esa independencia que nosotros queremos en la Representación Nacional y la Representación Nacional futura verá que nosotros, si hoy por el acuerdo de un partido político duramente atacado ha prescindido de esto que estaba en la mente de muchos, verá que se hizo con la mayor buena fe, que se tuvo un rasgo de desprendimiento y que se tuvo, además, la más alta intención, la más noble intención para independer a la Representación Nacional del Poder Ejecutivo y hacerla digna de las funciones que está llamada a desempeñar. Así, pues, nosotros realizaremos todos los fines conforme a las distintas tendencias, que no se aumenten las dietas, que no se perciban más de veinte pesos, pero que se piense en el futuro, que la situación económica no va a mejorar, que los representantes del pueblo se van a hallar, para el 1º. de septiembre, en peores condiciones que aquellas en que nos encontramos, que los representantes del pueblo en aquellos momentos se van a encontrar en la imposibilidad de dar ellos una ley que los ponga en condiciones económicas bastantes para representar al pueblo y que se vea, más que otra cosa, esa intención que nosotros tenemos, independientemente de los fines personales que puedan atribuírsenos.

Señores diputados: yo quiero que el dictamen sea desechado en esta partida, con objeto de que se vote en el sentido en que lo pido, aumentando a treinta y tres pesos treinta y tres centavos diarios, y que en el mismo dictamen se especifique que esta partida, la número uno, comenzará a regir el 1º. de septiembre de 1918. (Voces: ¡No! ¡Sí!) Con eso, nosotros habremos realizado todos los fines que perseguimos y dejamos al futuro, a la misma Representación Nacional próxima, el juicio definitivo respecto a este asunto (aplausos), tanto y de tal manera tratado por todos los que han intervenido en él, ya sean los elementos mismos del Ejecutivo, por las declaraciones del Subsecretario de Hacienda, ya sea la prensa supeditada al Poder Ejecutivo, ya sean los elementos de las derechas, que tratan de supeditar el Poder Legislativo al Poder Ejecutivo; en fin, ya sea por todos aquellos enemigos de esta tendencia que no ha sido otra que la de independer realmente al Poder Ejecutivo, con objeto de que nunca más surjan estas disputas, que son indignas de la Representación Nacional; por todo esto, yo pido que la partida se deseche, para que se reforme en el sentido en que acabo de indicarlo. (Aplausos.)

El C. Secretario Aranda: Habiendo transcurrido la hora reglamentaria, se pregunta a la Asamblea si se prolonga la sesión. (Voces: ¡No,no!) Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. No se prolonga.

"Orden del día 15 de diciembre, a las diez de la mañana: Discusión de la Ley Reglamentaria del Decreto de 6 de enero de 1915."

El C. Presidente, a las 8.17 p.m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las 10 a.m.