Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171216 - Número de Diario 85

(L27A2P1oN085F19171216.xml)Núm. Diario:85

ENCABEZADO

MÉXICO, DOMINGO 16 DE DICIEMBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERIODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II.- NUMERO 85

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS CELEBRADA EL DÍA 15 DE DICIEMBRE DE 1917

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera.

3.- Es aprobado en lo general el dictamen de la Comisión Especial de Reglamentación del artículo 27 constitucional, que consulta un proyecto de ley acerca de la dotación o restitución de tierras a los pueblos, rancherías, congregaciones y comunidades. Discusión en lo particular del capítulo I. Se suspende la sesión.

4.- Reanudada ésta, se da cuenta con los asuntos en cartera.

5.- Continua la discusión del proyecto de Ley de Presupuestos. Son discutidas las partidas separadas en la sesión anterior, siendo reservadas para su votación. Son aprobadas las señaladas con los números 1, 3, 4, 6, 8, 14, 15 y 16. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. SAENZ AARON

(Asistencia de 125 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 10.23 a. m.: Se abre la sesión.

El C. Prosecretario Limón: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados el día catorce de diciembre de mil novecientos diez y siete.

"Presidencia del C. Aarón Sáenz.

"En la ciudad de México, a las diez y veinticinco de la mañana del viernes catorce de diciembre de mil novecientos diez y siete, con asistencia de ciento treinta ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Peralta, se abrió la sesión.

"El ciudadano Prosecretario Limón dio lectura al acta de la sesión celebrada el día trece de los corrientes, la que se aprobó con una rectificación del C. Saucedo Salvador.

"Se puso a discusión, en lo general, el dictamen de la 1a. Comisión Especial para el estudio y presentación de leyes reglamentarias, que consulta una iniciativa de la Ley del Trabajo.

"El C. Martínez de Escobar, miembro de la Comisión ponente, fundó el dictamen y contestó una interpelación del C. Medina Hilario; y como no hubiese oradores inscriptos en contra y tratara la Secretaría de preguntar si se consideraba agotado el debate, el C. García de Alba hizo una moción de orden, en la que citó los artículos 118 y 119 reglamentarios. La Secretaría hizo una aclaración, y con motivo de que la misma pretendió consultar a la Asamblea si había lugar a votar en lo general el dictamen, reclamó el trámite dicho C. García de Alba, cuyos conceptos dieron lugar a aclaraciones de la Presidencia.

"A solicitud del C. Cravioto se dio lectura al artículo 119 del Reglamento, y de acuerdo con él, se preguntó a la Cámara si el asunto era de gravedad, y como resolviera negativamente, de acuerdo con el mismo precepto, se procedió a la votación nominal respectiva, la que determinó, por ciento cuarenta y siete votos de la afirmativa, contra tres de la negativa de los CC. Alejandre Arellano y Curiel, que había lugar a votar en lo general dicha iniciativa de ley.

"La lectura del capítulo I fue interrumpida por los CC. Lailson Banuet y Cravioto, el primero para solicitar una aclaración, y el segundo para apartar uno de los artículos. La Presidencia pidió a los ciudadanos diputados que esperaran se terminara dicha lectura para solicitar aclaraciones, así como para apartar artículos.

"A discusión en lo particular el referido capítulo I, el C. Rueda Magro, miembro de las Comisiones dictaminadoras, señaló algunos errores de imprenta que se adviertan en el artículo 1o.

"Con excepción de los artículos 7o. y 8o., todos los demás fueron apartados por los ciudadanos diputados, a fin de objetarlos, y, en tal virtud, se pasó desde luego a la discusión de los artículos objetados.

"A consideración el artículo 1o., habló en contra y sugirió una reforma el C. Aveleyra, quien fue interrumpido por una moción de orden del C. Rueda Magro.

"Presidencia del C. José Rivera.

"Dicho C. Rueda Magro manifestó que la comisión

no aceptaba tal reforma, y en seguida insinuó otra el C. Portes Gil, con la que tampoco estuvo conforme la Comisión, según lo manifestó el miembro de ella, C. Sánchez Pontón.

"También el C. Velázquez propuso una modificación y acto continuo hizo una moción de orden el C. Aveleyra, a quien siguió en el uso de la palabra, en contra, el C. Zavala Dionisio.

"De acuerdo con el artículo 121 reglamentario, la Mesa trataba de preguntar si se consideraba agotado el debate, y el C. Sánchez Pontón pasó a la tribuna para exponer que la Comisión aceptaba las modificaciones de los CC. Velázquez y Portes Gil, y con tal motivo solicitó y obtuvo permiso de la Asamblea para retirar el artículo 1o. y presentarlo reformado en su oportunidad.

"Se declaró que estaba a discusión el artículo 2o., y a ello se opuso el C. Medina Hilario, quien expresó la conveniencia de que antes debía terminarse el debate del artículo 1o., puesto que las modificaciones que a él se hicieron podían afectar a todos los demás.

"Presidencia del C. Aarón Sáenz.

"La Mesa, atenta a esa observación, mientras se presentaba de nuevo el artículo 1o., quiso llevar a cabo la votación de los artículos 7o. y 8o., no objetados, con lo que manifestó su inconformidad el C. Sepúlveda, después d que el C. Rueda Magro contestó a una moción del C. Córdoba Daniel, para que se le aclarara un punto relativo al artículo 7o. La Mesa ratificó su determinación; el C. Sepúlveda insistió en impugnarla y luego hizo una aclaración el C. Rueda Magro.

"El C. Peña separó el artículo 7o., y el C. Manrique lo hizo con el 8o., después de haber pedido que el mismo no se votara desde luego, sino que se reservara.

"En tal virtud, se declaró que no había nada a votación.

"La Secretaría dio cuenta con una proposición subscrita por varios ciudadanos diputados, que en su parte resolutiva dice:

"Verifíquese sesión matutina de Cámara de Diputados, los martes, jueves y sábados, principiando a las diez a. m. y terminando a las doce m."

"El C. Narro, uno de los firmantes, apoyó la proposición; el C. Cámara, en moción de orden, que la Presidencia no estimó como tal, se refirió a un hecho relativo al C. García de Alba, y acto continuo, después de una moción de orden de este ciudadano, la Asamblea dispensó los trámites a esta proposición y fue aprobada, sin debate, en votación económica, después de aclaraciones de los CC. Hay y Portes Gil.

"El ciudadano Prosecretario Limón dio a conocer la Orden del Día para continuar esta sesión en la tarde.

"La Cámara acordó pasar a sesión secreta para tratar del asunto relativo a los sueldos de los empleados de la Contaduría Mayor de Hacienda, cuyo dictamen lo habían terminado ya las Comisiones respectivas, según manifestó la Presidencia.

"A las doce y cinco se levantó la sesión y se reanudó a las cuatro y veinte de la tarde, con asistencia de ciento treinta y un ciudadanos diputados, según consta en la lista que pasó el ciudadano Prosecretario Limón.

"El ciudadano Prosecretario Sánchez Tenorio pasó a dar cuenta con los documentos siguientes:

"Tres oficios de la H. Cámara de Senadores, en los que acusa recibo de los proyectos de Ley de Organización del Ministerio Público del Distrito y Territorios Federales, de jubilación en favor del C. Andrés Oscoy y de autorización para que el gobierno de Hidalgo organice fuerzas de seguridad pública en el Estado. - A sus expedientes.

"Ocurso firmado por el C. Ernesto Rosas, diputado suplente al Congreso de la Unión, por el 1er. distrito electoral del Estado de Oaxaca, en que manifiesta que no puede obedecer el llamado de esta Asamblea para entrar en funciones, en virtud de que desempeña actualmente el cargo de Regidor del H. Ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca. - De enterado.

"Proyecto de ley subscripto por la mayoría de la diputación de Yucatán, que se refiere a establecer un impuesto equivalente a tres tantos más del ordinario para las tierras de propiedad particular que permanezcan sin cultivo, cuyo impuesto se destinará al pago de los bonos de la Deuda Agraria.- A las Comisiones Agraria y de Hacienda en turno.

"Proyecto de ley subscripto por los miembros de la Comisión Especial de Reglamentación del artículo 27 constitucional, que tiene por objeto crear la Deuda Agraria Federal. - Primera lectura, e imprimase.

"A solicitud del C. Ibarra, y después de una aclaración de la Presidencia, la Asamblea acordó dispensar la segunda lectura a este proyecto de ley y que se pusiera a discusión el primer día hábil.

"Dictamen de la segunda Comisión de Hacienda que consulta un proyecto de ley en que se concede a la señora Carmen Bagundo viuda de Blengio, una pensión de cien pesos mensuales. - Primera lectura.

"Dictamen de las Comisiones unidas de Estado, Departamento Interior, y primera de Guerra, que termina con un proyecto de ley por medio del cual se autoriza al ciudadano Gobernador interino del Estado de Sonora, para que pueda organizar fuerzas de seguridad pública en dicho Estado, hasta por dos mil hombres. - Primera lectura.

"Dictamen de las Comisiones unidas de Marina y Presupuestos, que contienen en su parte final un proyecto de ley que se refiere al establecimiento en el puerto de Mazatlán de una Escuela Náutica. - Primera lectura.

"Puesto a discusión el dictamen de las Comisiones unidas primera de Puntos Constitucionales, y de Estado, Departamento Interior, acerca de la iniciativa que faculta al ciudadano Presidente de la República para expedir una Ley de Amnistía relativa a los levantados en armas contra el Gobierno Constitucional, el C. Martínez de Escobar, miembro de dichas Comisiones, los fundó y contestó una interpelación al C. González Jesús M., con lo que se consideró suficientemente discutido, habiendo sido repetida la votación económica correspondiente, por haberla reclamado el C. Siurob.

"Por ciento cincuenta y un votos de la afirmativa contra tres de la negativa de los CC. Saucedo Salvador, Vega Sánchez y Zapata, se aprobó dicho dictamen que termina en la forma siguiente:

"Articulo único. Se faculta al ciudadano Presidente

de la República para expedir una Ley de Amnistía que se refiera exclusivamente a los levantados en armas contra el Gobierno Constitucional."

"Pasó a la Comisión de Estilo en turno.

"El C. Martínez de Escobar, como miembro de la primera Comisión de Puntos Constitucionales, proporcionó un informe que solicitó el C. Manrique relativo al dictamen que trata de la iniciativa para que se declare benemérito al C. Belisario Domínguez, y la Presidencia agregó una aclaración a este respecto.

"Acto continuo se puso a debate el dictamen de la Comisión de Presupuestos referente a los ramos primero y segundo del proyecto de Presupuestos de Egresos para el año económico de 1918.

"A consideración de la Asamblea el ramo primero, el C. Cravioto, citando la fracción IV del artículo 74 constitucional, interpeló a la Comisión; la Mesa hizo una aclaración y el C. Medina Hilario explicó la interpretación del precepto aludido por el C. Cravioto. El C. López Lira solicitó se fundara el dictamen, solicitud que repitió en vista de que al hacerlo la primera vez no estaba presente ningún miembro de la Comisión. Con tal motivo el ". Padilla pasó a la tribuna para hacer una relación de la labor desarrollada en el estudio del Presupuesto de Egresos. Y así que dicho C. López Lira rectificó un hecho e insistió en que se expresaran los fundamentos del dictamen, usó de la palabra el C. Reynoso, miembro de la Comisión, a fin de dar a conocer el procedimiento que la misma había seguido al formular su dictamen. El mencionado ciudadano López Lira hizo una aclaración, y en seguida se estimó agotado el debate.

"Por ciento cincuenta y cinco votos de la afirmativa contra ocho de la negativa de los CC. Arellano, de la Barrera, Carrillo Eduardo, González Galindo, Manjarrez, Manzanilla Tejero, Mendez y Ramírez Pedro, se declaró con lugar a votar en lo general el ramo primero, el que acto seguido se puso a discusión en lo particular.

"La Comisión solicitó retirar las partidas 18, 19, 20 y 21, solicitud que fundó el C. Reynoso a petición del C. Cepeda Medrano. A moción del C. Mata Filomeno se apartaron las partidas 15 y 16; el C. Ancona Albertos hizo una moción de orden y la Asamblea, en votación económica, consintió en que se retiraran dichas partidas, con lo que manifestó su inconformidad el C. Cepeda Medrano, por lo que el C. Ancona Albertos hizo otra moción de orden, a la que siguió una aclaración de la Presidencia y otras de los CC. Ancona Albertos y Mata Filomeno.

"Seguidamente se dio cuenta con una moción suspensiva del C. Manrique, quien pasó a fundarla; en contra de ella habló el C. Hay y luego la Cámara, en votación económica, acordó no tomarla en consideración.

"La Mesa dio a conocer las partidas que se habían apartado; el ciudadano Secretario Portes Gil y la Presidencia hicieron aclaraciones y una moción de orden el C. Hay. Acto continuo, otra vez la Secretaría citó las partidas objetadas, que fueron las siguientes: 1, 3, 4, 6, 8, 14, 15, 16, 18, 19, 20, 21, 28, 37, 59, 64, 65, 66, 72, 78 y 80.

"En votación nominal se aprobaron todas las demás partidas del ramo primero por ciento cincuenta y siete votos de la afirmativa contra seis de la negativa de los CC. de la Barrera, Cruz José C., González Galindo, González Justo, Manzanilla Tejero y Sepúlveda.

"A discusión la primera partida de las objetadas, la número 1, el C. Cepeda Medrano usó de la palabra en contra y fue interrumpido por mociones de orden de los CC. Zubaran, de la Barrera y Portes Gil, por aclaraciones de la Presidencia, la que exhortó a los concurrentes a las galerías para que guardaran compostura, lo que dio lugar a que el C. Ancona Albertos expresara que debía dejarse al público la libertad de hacer manifestaciones.

"Terminó el C. Cepeda Medrano y le siguió en el uso de la palabra, en pro, el C. Hay, de quien contestó una interpelación dicho C. Cepeda Medrano. Los conceptos que éste virtiera anteriormente, merecieron rectificaciones del C. Ancona Albertos, y en seguida habló en contra el C. García Vigil.

"Como hubiera fenecido el término para la duración de las sesiones, se preguntó a la Asamblea si se continuaba la presente, y resuelto esto negativamente, se cerró la sesión a las ocho y diez y ocho de la noche, así que se dio a conocer la orden del día."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta a la Asamblea si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada el acta.

El C. Secretario Porte Gil: "Secretaría de Estado, Negocios Interiores.- Sección primera.- Número 3757.

"Cumpliendo con la formalidad que tuve el honor de anunciar a esa respetable Cámara en su sesión de ayer, paso a exponer las razones de diversa índole que movieron al ciudadano Presidente de la República, de acuerdo con el Consejo de Ministros, a retirar la ley contra incendiarios, plagiarios y salteadores de caminos, promovida en defensa de la sociedad y para castigo de los enemigos de ella y que fue enviada al H. Congreso de la Unión para los efectos constitucionales, el 21 de junio del año en curso.

"Previos los requisitos establecidos en el artículo 29 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el Ejecutivo, en la citada fecha de 21 de junio, envió por conducto del subscripto a la H. Cámara de Senadores la aludida ley, destinada a combatir los amenazadores fermentos de criminalidad común que daña el organismo colectivo, en sus propias raíces, después de guerra civil tan honda como la que fue preciso llevar a término para restituir a la República al orden legal, trastornada por los reos del cuartelazo de 1913. Con algunas modificaciones, el Senado la aprobó, y para los efectos correspondientes, pasó el día 11 de agosto a la H. Cámara de Diputados. El 9 de octubre se puso a discusión el dictamen correspondiente aprobándose en lo general, y el 19 de noviembre la mayoría de los miembros de la comisión lo produjo de nuevo y hubo también un voto particular. El 6 del mes en curso la discusión se reanudó y ha

proseguido en la forma que el "Diario de los Debates" ha ido registrando.

"Ahora bien: medidas la naturaleza perentoria que es evidente en las disposiciones de suspensión de garantías, reclamen, por mandato patriótico, por elemental sistema legislativo y por estricto acatamiento a la urgencia del recurso a que se trata de acudir, una resolución expedita, que, sin perjuicio del estudio esmerado de la grave materia consultada, la decida en cualquier sentido afirmativo, condicional o francamente negativo, pero siempre con la rapidez que exige la prontitud y unidad de acción del Poder Público en los problemas apremiantes. El criterio y la conducta de la entidad moral del Gobierno, indivisible en cualquiera crisis nacional, no pueden quedar indefinidamente inciertos ni dispersos, sin que se falte a la salud social, que demanda fórmulas terminantes e inapelables, procedimientos expeditos, medios coercitivos enérgicos para satisfacerse, según las circunstancias, en las vías del Código Supremo. En el caso que motiva la presente explicación, se descubre un ejemplo inexplicable de la verdad de las afirmaciones precedentes, pues aun suponiendo, por un forzado cálculo, que en este mismo mes de diciembre entrase en vigor la suspensión de garantías, su aplicación distaría mucho de llenar sus fines, porque señalándose en el dictamen el mes de abril entrante como límite de sí vigencia, se han perdido ya numerosas condiciones de oportunidad y de circunstancia, indispensables para esperar racionalmente los beneficios que, en un año de imperio de la ley de referencia, podían lograrse.

"En la marcha moral de la vida de los pueblos, no afectando la delincuencia común el bienestar colectivo con ataques directos, el castigo de los delincuentes se ajusta a las reglas tutelares del procedimiento, y las penas se amoldan al carácter ordinario de los delitos; pero sucede que, en el desenvolvimiento de las naciones se presentan peligrosas crisis de desarrollo, en las cuales la sociedad está en peligro de sufrir grandes trastornos y en ocasiones abocadas a perecer, y la delincuencia vulgar asume una importancia mortal que es preciso combatir en formas enérgicas y sumarlas y con castigos excepcionales. Entonces, según mandato del artículo 29 de la Carta Magna, "solamente el Presidente de la República Mexicana, de acuerdo con el Consejo de Ministros y con aprobación del Congreso de la Unión, y en los recesos de éste, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo el país o en lugar determinado, las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente rápida y fácilmente a la situación...."

"Indudablemente, las leyes fundamentales de cualquier Estado, al adoptar un sistema especial de Gobierno, suponen, como razón de existir de los distintos ramos del Poder, la satisfacción por ellos, de las necesidades populares; y es bien sabido que, las sociedades, al organizarse políticamente y delegar su potestad en el Gobierno, imponen a éste, de modo implícito, la obligación consiguiente a su institución.

"Ni el artículo 29 constitucional, que previene el recurso para hacer frente a la situación en los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública o cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, ni el artículo 49 de la propia Ley Suprema, que enumera los órganos capitales en que se divide el Poder de la Federación, presumen la desorganización del mismo, sino al contrario, su armónica estructura y el deber de concurrir a la marcha general. En el asunto que nos ocupa, el Ejecutivo ha desempeñado su papel de la manera que juzgo más leal, más adecuada y más eficiente; faltaba sólo que el Poder Legislativo agotase su función, para que el Judicial actuara cuando fuese el momento. Desgraciadamente la disposición manifiesta de una posición de los miembros de la XXVII Legislatura, ha frustrado por completo la previsión constitucional y los propósitos, concordes con ella, del Ejecutivo. L. simple lectura del "Diario de los Debates," muestra que la actitud explícita de algunos ciudadanos diputados, por el celo así entendido de su cargo, ha diferido de la mente de las constituciones de 1857 y 1917. Estas dos Leyes Fundamentales han resuelto de idéntica manera y en armonía con la naturaleza de las cosas, tales crisis; su previsión responde sabiamente a las necesidades reales de la vida del pueblo mexicano, originadas por su idiosincrasia peculiar y por el estado social en que se encuentra. La exaltación de algunos representantes orillados a la indiscreción, se ha traducido a últimas fechas en la Cámara de Diputados, en el tenor desacertado de que la ley cuya aprobación se consultó, vaya a ser aplicada a los mismos representantes y a servir de instrumento para imponer en la próxima renovación de la Legislatura Federal a personas incondicionales al Poder Ejecutivo, declarados en divorcio. El Ejecutivo, por su parte, consagrado totalmente a la reconstrucción del país, y sin otro pensamiento, por lo que toca a los demás Poderes, que el de cultivar la armonía legal para ir con ellos por un mismo cauce de prudencia y de alteza de miras, confía en la colaboración constante de los órganos constitucionales en que el Poder Público se halla dividido para su ejercicio.

"Mas esta confianza no debe llegar al extremo de sustentar una iniciativa que hiera los escrúpulos de algunos bien definidos componentes del Congreso de la Unión, temerosos por la integridad de su fuero y vigilantes de la pureza del sufragio.

"El acuerdo de desistir de la suspensión de garantías, ley que es sui géneris, por las condiciones especialmente prevenidas que la apartan del molde ordinario, se aquilatará con sólo medir los motivos que asistieron al Primer Magistrado de la Unión, para usar el arbitrio exclusivo que le concede el citado artículo 29, precepto que, en los casos de invasión, perturbación grave de la paz, peligro o conflicto sociales de magnitud, señala los remedios adecuados para conjurar el mal.

"Durante el lapso corrido desde la fecha en que el Ejecutivo envió al H. Senado la Ley de Suspensión de Garantías, la convicción del ciudadano Presidente se ha visto diariamente justificada por los atentados vulgares en la ciudad y en los campos y por los actos de pretensión política con que en el país y fuera de él enconan las heridas de la patria los elementos clericales y reaccionarios, inconscientemente secundados por individuos poco expertos que, militando bajo las banderas de la

revolución, coadyuvan, con deplorable ceguera, a retardar la pacificación del territorio nacional. Otros sujetos, con menor inconsciencia, y por ello más responsables que los anteriores, convirtiéndose en víctimas de la veleidad y de la ambición, se dedican a mantener la desconfianza y el disturbio, prestándose inevitablemente para semejante labor el movimiento electoral que hasta hoy, por la falta de ecuanimidad de algunos, se ha vuelto semillero frecuente de rencores y desahogos en los vencidos, que no se conforman con los resultados de la pugna electoral, decidida por el pueblo. Subsisten, además, las consideraciones primitivas que sirvieron de base a la iniciativa de suspensión de garantías. Y entre esos fundamentos originales, se robustece cada día el de la imposibilidad de proceder, amoldándose a las reglas habituales de los Códigos, en un momento histórico en que el bandolerismo se exacerba. La experiencia de los últimos meses, ha patentizado la urgencia de proteger a la sociedad contra la delincuencia ordinaria, que tomó caracteres de epidemia, fomentada por el soplo de los elementos sediciosos. El Ejecutivo ha procurado reprimir los gérmenes disolventes, mientras la iniciativa de suspensión de garantías sufría retardos sucesivos, y, puede decir, que ha venido logrando, aunque sin la rapidez y facilidad que acuerda el Código Supremo, salvar, en lo que cabe, los intereses generales y personales que le están encomendados. para el futuro espera, mediante el mismo supremo esfuerzo, seguir asegurando la vida del pueblo mexicano en todos los órdenes, sí bien reconoce que los riesgos y desastres de los asociados se habrían reducido fácilmente y con prontitud, si se hubiera contado con una Ley de Suspensión de Garantías expedida oportunamente.

"El Primer Magistrado, luchando arduamente dentro de los cañones del Derecho Constitucional, ha venido atendiendo las dolencias que aquejan a la familia mexicana, y lo ha realizado sin más restricciones que las impuestas por el apego a las leyes de que jamás se ha apartado. Las desventajas que implica la falta de una Ley de Suspensión de Garantías, dado el rumbo que ha tomado la discusión relativa y considerando que está por fenecer el plazo que se consulta por la Comisión dictaminadora para la vigencia de la ley, han llegado a compensarse con la conveniencia política de retirarla, según antes he puntualizado, y por ello el Ejecutivo, firmemente resuelto a evitar cualquier margen de agitación y de desorden, no ha vacilado en prescindir de la aprobación de la suspensión de garantías de que se trata.

"Visto el apartamiento que se ha revelado en la H. Cámara de Diputados, de la colaboración formal con el Poder Ejecutivo, en el asunto referido, insistir en la aprobación equivaldría a volver más profunda la división que se ha iniciado entre órganos del Poder, el cual tropezaría cada vez con más serios escollos para cubrir sus compromisos con el pueblo.

"El ciudadano presidente, en atención a los hechos y razonamientos que preceden, desiste de la aprobación de la suspensión de garantías, y al hacerlo, se propone continuar impartiéndolas a la sociedad y practicando su resolución de suprimir cualquiera causa o pretexto que, siquiera con apariencia levísima de razón se pudiese aducir para dificultar la pacificación completa del país y procederá en tales términos, que ni los bandoleros, ni los que atenten perturbar el orden público encubiertos con velos de paz, cuenten jamás con motivos para su disolvente actitud, bajo el concepto de que el mismo Primer Magistrado usará de sus facultades legales, para evitar los efectos funestos de las especies que se inventen y propalen con tendencia de violar las leyes y de prolongar las adversidades de la Nación.

"Tales son, en suma, el criterio del ciudadano Presidente de la República y las intenciones que lo animan, que por su acuerdo, he tenido la honra de exponer a esa R. Cámara, fundando el desistimiento de la aprobación de la Ley de Suspensión de Garantías, enviada el 21 de junio último.

"Lo que me es satisfactorio comunicar a ustedes para los efectos consiguientes, reiterándoles las seguridades de mi consideración y aprecio muy distinguidos.

"Constitución y Reformas. - México, 14 de diciembre de 1917.- El Subsecretario de Estado, Encargado del despacho del Interior. - Aguirre Berlanga. - A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente." - A las comisiones unidas de Justicia y 2a. de Puntos Constitucionales, que tienen antecedentes.

El C. Saucedo Salvador, interrumpiendo: ¡Silencio sepulcral!

(Una voz de las izquierdas: ¡Está muy bonito!)

El C. Alonzo Romero: ¡A la casa Wagner, para su instrumentación!

- El mismo C. Secretario: "Comisión 2a. de Corrección de Estilo.

"Minuta.

"Proyecto de ley.

"El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos decreta:

"Artículo único. Se faculta al Presidente de la República para expedir una Ley de Amnistía relativa exclusivamente a los levantados en armas contra el Gobierno Constitucional."

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 14 de diciembre de 1917.-E. Céspedes. - Antonio Ancona Albertos.- Manrique."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se aprueba la minuta. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada. Pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales.

- El mismo C. Secretario: "Comisión Especial de Reglamentación del artículo 27 constitucional. - H. Asamblea: Firmado por los ciudadanos diputados Vadillo, Neri, Aveleyra.....

El C. Saucedo Salvador, interrumpiendo: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Saucedo Salvador: Para suplicar a esta H. Asamblea que, en obvio de tiempo, dispense la segunda lectura al presente dictamen, para que se ponga a debate desde luego.

- El mismo C. Secretario: A moción del ciudadano diputado Saucedo Salvador, se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se dispensa la segunda lectura a este dictamen, a fin de ponerlo a debate desde luego. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se dispensa. Está a discusión en lo general. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra servirán pasar a registrarse.(Voces: ¡A votarlo en lo general!)

- El mismo C. Secretario: En virtud de no haber ningún ciudadano diputado inscripto, se pregunta a la Asamblea si considera el asunto de gravedad.

El C. García de Alba: ¡Moción de orden! Artículo 118 del Reglamento. Que se exija a la Comisión que informe.

- El mismo C. Secretario: Los diputados tienen derecho de pedir a la Comisión que informe, pero la Mesa no puede exigirlo.

El C. García de Alba: ¡Debe cumplirse con el Reglamento!

- El mismo C. Secretario: Pues pida usted que informe algún miembro de la Comisión y no dé este trabajo a la Mesa.

El C. García de Alba: Yo no soy quien impongo ese trabajo, sino el Reglamento.

- El mismo C. Secretario: Se distingue usted por sus mociones de orden.

El C. Martínez de Escobar: ¡Si es lo único que sabe hacer!

El C. Vadillo: Pido la palabra, como miembro de la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Vadillo: Señores diputados: Accediendo con todo gusto a la indicación de algún ciudadano diputado, la Comisión va a hacer una breve y sencilla exposición acerca de los motivos de orden legal y de orden práctico que tuvo para dictaminar en la forma en que aparece escrito el dictamen que ha rendido a Vuestra Soberanía. La más popular de las leyes revolucionarias, la que fue más rápidamente conocida en todo el país, ha sido la ley llamada Agraria, expedida en Veracruz el 6 de enero del año de 1915, por el entonces Primer Jefe del Ejercito Constitucionalista. Esta ley, promulgada solemnemente por los Comandantes Militares en toda la República, establecía lo siguiente: primero la nulificación de todas aquellas enajenaciones, expropiaciones y ventas en general, de terrenos comunales pertenecientes a los pueblos de todo el país, estableciendo en segundo lugar la facultad que tenían los gobernadores y Comandantes Militares para restituir las tierras usurpadas a los pueblos, con carácter de restituciones provisionales, o bien, de dotar a los pueblos que no tuviesen títulos suficientes para probar su derecho a las tierras, dotarlos también con el caracter de provisional. No voy a ser extenso en cuanto a explicar el decreto de seis de enero, porque, repito, es absolutamente conocido en toda la República. El 19 de septiembre de 1916, la Primera Jefatura, entonces todavía, hizo algunas reformas al decreto de 6 de enero, reformas que están contenidas en el decreto del 19 de septiembre, y que son las principales las siguientes: Artículo 7o. reformando el artículo 7o. de la ley primitiva:

"Artículo 7o. La autoridad respectiva, en vista de las solicitudes presentadas, oirá el parecer de la Comisión Local Agraria sobre la justicia de las reivindicaciones y sobre la conveniencia, necesidad y extensión de las concesiones de tierras para dotar de ejidos y resolverá si procede o no la restitución o concesión que se solicita. En caso afirmativo, pasará el expediente al Comité Particular. Ejecutivo que corresponda, a fin de que, identificando los terrenos, deslindándoles y midiéndolos, proceda a hacer entrega provisional de ellos a los interesados."

Como se ve, el decreto de seis de enero facultaba a los Gobernadores para hacer la entrega provisional a los pueblos. La reforma dice de esta manera:

"Artículo 7o. La autoridad respectiva, en vista de la solicitud presentada, oirá el parecer de la Comisión Local Agraria sobre la justicia de las reivindicaciones, y sobre la conveniencia, necesidad y extensión de las concesiones de tierras para dotar de ejidos; y resolverá si procede o no la restitución o concesión que se solicita."

Es decir, en esta forma se retiraba a los Gobernadores y Comandantes Militares el derecho de hacer la entrega provisional a los pueblos, y únicamente se les facultaba para hacer la resoluciones teóricas de si había derecho o si había lugar a la dotación o restitución. El Artículo 8o. de la ley primitiva decía de esta manera:

"Artículo 8o. Las resoluciones de los Gobernadores o jefes militares tendrán el carácter de provisionales, pero serán ejecutadas en seguida por el Comité Particular Ejecutivo, y el expediente, con todos sus documentos y demás datos que se estimaren necesarios, se remitirá después a la Comisión Local Agraria, la que a su vez, lo elevará con el informe a la Comisión Nacional Agraria."

El Artículo reformado de 19 de septiembre dice de esta manera:

"Artículo 8o. La resolución de los Gobernadores o jefes militares, ya sea favorable o adversa a la solicitud presentada, tendrá el carácter de provisional, y deberá ser revisada por el Encargado del Poder Ejecutivo de la Nación; a cuyo efecto, el expediente pasará a la Comisión Local Agraria y ésta, a su vez, lo remitirá íntegro, con todos sus documentos y demás datos que estime necesario, a la Comisión Nacional, dejándose copia completa de él."

Como aparece, los Comités Particulares Ejecutivos ya no tienen el deber de hacer la entrega provisional, sino que teóricamente resuelven las Comisiones Locales si procede o no procede la dotación o restitución y el expediente pasa a la Comisión Nacional Agraria para su revisión. Las razones que tuvo el Ejecutivo de la Unión para hacer estas reformas, las expuso en su informe legal el ciudadano Presidente de la República en la sesión del día 15 de abril de 1917. Dice de esta manera: "Los primeros trabajos de la Comisión Nacional Agraria, tuvieron que encaminarse a su organización tanto en su parte administrativa interior como en las Comisiones Locales Agrarias, las cuales existen ya funcionando en 26 Estados de la República. Fue indispensable expedir las disposiciones convenientes para normar y unificar el criterio de estas Comisiones en los importantes asuntos de tierras que tienen que tramitar, y el resultado de esta labor puede estimarse tomando en consideración que del 8 de marzo del año próximo pasado a igual fecha

del año actual, el número de comunicaciones sobre diversos asuntos, recibidas por la Comisión Nacional Agraria, alcanza a la cifra de 4,421 y que las comisiones Locales han remitido para que sean resueltas por la Comisión Nacional, cuatro expedientes diversos sobre restitución o dotación de ejidos a pueblos de diferentes Estados de la República. La falta de práctica en la tramitación de estos asuntos ha hecho que gran parte de los expedientes enviados por las Comisiones Locales sean devueltos por la Comisión Nacional agraria para que se perfeccionen. La Primera Jefatura ha resuelto en definitiva, mediante el estudio previo de los expedientes respectivos, la restitución o dotación para nueve pueblos, pero se encuentran ya terminados en su tramitación y estudio muchos otros expedientes, que se pondrán a la consideración y resolución del Ejecutivo muy en breve. Hasta la fecha el número de pueblos que se han acogido a la ley, es de 876, de los cuales 520 han solicitado restitución; 109 dotación y 357 han presentado solicitudes no definidas. Como se notó que las posesiones provisionales de terrenos a los pueblos se estaban dando en la mayor parte de los casos sin ningún estudio y sin ningún fundamento, y que al ser revisadas o modificadas, traían como consecuencia el descontento de los habitantes, se expidió el decreto de 19 de septiembre de 1916 reformando los artículos 7o. 8o. y 9o. del decreto de 6 de enero de 1915, en el sentido de que desapareciera la facultad concedida a los encargados de los Gobiernos de los estados, de que dieran posesiones provisionales sin previa aprobación del encargado del Poder Ejecutivo, y también se prohibió de un modo terminante, que fueran revocadas las posesiones ya dadas por cualquiera autoridad, y solamente la Primera Jefatura, previo estudio de la Comisión Nacional Agraria, podía ordenar que las cosas volvieran a su estado anterior."

La Constitución de 1917 expedida con posterioridad al decreto de 19 de septiembre, no autoriza las reformas hechas con esa fecha sino que se concreta a los siguientes términos: "En consecuencia, todas las tierras, bosques y aguas de que hayan sido privadas las corporaciones referidas, serán restituídas a éstas con arreglo a dicho decreto de 6 de enero de 1915, que continuará en vigor como ley constitucional." Por donde aparece, señores diputados, que la letra y el espíritu de la Constitución de 1917 excluyen absolutamente el decreto de 19 de septiembre que quita a los Gobernadores de los Estados facultades para entregar provisionalmente las tierras cuando las Comisiones locales resuelvan afirmativamente estos casos de dotación. Seguramente que el punto legal más importante del dictamen que hoy rinde la Comisión gira alrededor de esta interpretación constitucional a la Ley Agraria del 6 de enero, porque en este dictamen se establece que los Gobernadores, previo dictamen de las Comisiones Locales Agrarias, tendrán facultades amplias para conceder dotaciones o restituciones con el carácter de provisionales, a reserva de una ratificación del Ejecutivo de la Unión. Pero es importante para conocimiento pleno de este asunto, que la Asamblea se persuada de los resultados que produjo en la práctica el decreto del 19 de septiembre. Las Comisiones Locales obrando en una materia nueva, sin una jurisprudencia anterior aceptada plenamente en la República y no teniendo una reglamentación de sus trabajos que diera a su acción, en conjunto, firmeza y seguridad para los procedimientos, las Comisiones Locales, repito, han mantenido estacionario este esfuerzo de la Revolución por dotar o restituir tierras a los pueblos. De los informes que mensualmente rinde la Comisión Nacional Agraria y que aparecen en el Boletín de la Secretaría de Fomento, resulta que existen ahora en poder de las Comisiones Locales Agrarias más de mil setecientos expedientes de los cuales ni siquiera la cuarta parte ha venido a la Comisión Nacional Agraria para su revisión, en virtud de que los Gobernadores de los Estados, en virtud de que las Legislaturas, en virtud de que las Comisiones Locales, no saben absolutamente nada a que atenerse acerca de materia tan grave.

Naturalmente es de sentido común, práctico, que ningún gobernador, que ninguna Comisión Local Agraria y que ningún delegado de la Comisión Nacional Agraria podrá atreverse a dictaminar una restitución o una dotación de tierras, ni podrá enfrentarse con el caciquismo del capitalismo rural, sin tener antes una ley firme y segura en que puedan apoyarse. A esto debe atribuirse ese estancamiento de la Política agraria que se registra en estos momentos en toda la República. Más aún: para que se vea la gravedad de este suceso, pudiéramos poner ejemplos prácticos de que aun en los casos de dotaciones efectivas decretada formalmente por el Ejecutivo de la Unión, no han tenido estas resoluciones del Ejecutivo Federal una solución práctica, sino que los pueblos se han visto privados de obtener las tierras, aunque hubiese sido ya decretada la dotación definitiva. Tengo aquí un ejemplo con lo ocurrido en el estado de Colima, es un telegrama que remite un indígena representante del pueblo de Cuauhtemotzin, dice así:

"Telegrama de Colima, el 30 de octubre de 1917. - Diputado B. Vadillo. - Diputado B. Vadillo. - Cámara de Diputados.

"Hoy fue detenido en la cárcel presidente Municipal Cuahutémoc orden Juzgado de lo Criminal a petición de Salvador M. Ochoa, por haber usado de las aguas concedidas al pueblo por gobierno preconstitucional. Señor Gobernador general Ríos, por mi conducto lo hace saber a usted. Vecinos indignados por tal procedimiento. Salúdolo. Comisión Agraria no ha cumplido disposición señor Presidente entregarnos los ejidos. El encargado de la administración de ejidos del pueblo. - Macedonio Andrade."

Otro ejemplo es del Estado de Michoacán y está comprendido en una comunicación del señor general Múgica, dirigida al que habla, que dice: "Morelia, noviembre 29 de 1917. - Señor general Francisco J. Múgica.- México.- Estimado amigo y correligionario:

"Recibí tú atenta carta que no contesto inmediatamente porque me urge hablarle del señor don Santos Martínez, representante de Tiripetío.

"Como tú comprenderás, este pueblo en uno de los que han sufrido más, porque la hacienda de Coapa le ha quitado todo elemento de vida, pero en virtud de la Ley de 6 de enero de 1915, solicitaron los indígenas de aquel pueblo la restitución de

tierras que les fueron usurpadas, y esta comisión Local Agraria resolvió favorablemente desde febrero de este año, remitiéndose el expediente a México, de donde no ha vuelto, lo cual ha causado a los representados del señor Martínez muchas privaciones y molestias, pues para poder obtener algunas fracciones de terreno de un manera provisional, fue necesaria una serie de gestiones ante el Gobierno del Estado, en el que, como tú comprenderán, se pusieron en juego influencias e intrigas para impedir dicho acto de justicia, obteniéndolo por fin después de haber recurrido a todos los medios.

"En el caso de los de Tiripetío, están los de Erongarícuaro, Opopeo, Tiríndaro y otros pueblos que no han tenido la suerte de los de Tiripetío, pues no obstante todo el esfuerzo que yo he hecho para conseguirles tierras, he fracasado; aunque te confesaré que el triunfo de Tiripetío fue a medias, pues les hace falta lo más esencial, que es el agua para regar sus terrenos.

"Todo esto me obliga a molestarte para que te sirvas pasar a hablar con el señor Presidente de la República en este respecto, a fin de que se remedie el mal que sufren nuestros indios; pero muy especialmente para que se resuelva cuanto antes el asunto de los de Tiripetío porque son los que están más pobres. - Félix C. Ramírez." (Rúbrica.)

El hecho que denuncia es respecto de un pueblo de Michoacán enclavado en la hacienda de Coapa, pueblo que se llama Tiripitío, al cual también no se le ha dotado de las tierras, a pesar de todas las gestiones que se han hecho en las Comisiones Locales de aquellos rumbos. Muchos ciudadanos diputados saben perfectamente, porque así lo han comunicado a la Comisión, cómo las Comisiones Locales Agrarias no han podido proceder en este asunto tan importante, debido a que falta una reglamentación. Pues bien, señores diputados, el dictamen que hoy sometemos a la H. Asamblea, tiene por fin presentar esa reglamentación del decreto del seis de enero, a fin de que la política agraria demanda de la Revolución, tenga un fundamento y un precedente de firmeza legal para todos sus procedimientos. Ahora toca a la Soberanía Nacional examinar este dictamen, y la Comisión, para concluir, se concreta a hacer solamente una salvedad muy importante en cuanto al método de crítica que en general se ha seguido en esta Asamblea respecto de esta clase de leyes. Con frecuencia hemos observado, señores diputados, cómo para juzgar las leyes que se ponen a nuestra consideración, se acepta un sistema de crítica absolutamente irregular e impropio. Algunos ciudadanos diputados tienen la idea de que una ley puede ser juzgada por el método analítico puro, desmenuzándola en sus partes, sin considerar cada una de estas en relación a su todo. Este método de crítica en literatura, está desechado y relegado el más profundo ridículo desde hace más de cincuenta años. Me parece que últimamente fue don Antonio de Valbuena el que puso en solfa este sistema de crítica, llenando de ripios toda la literatura contemporánea; pero una persona entendida en estos asuntos, o con la práctica que hay adquirido en las discusiones de estas leyes, comprenderá que una ley es un todo orgánico en que unas partes se apoyan en otras, en que la estructura de toda la ley está sometida a la amplitud que tienen en su sentido o en su concepto, cada uno de los artículos. Así como una persona culta a la vista de Venus de Milo, aunque no tenga su brazo, adivina su posición, así es preciso que al juzgar un artículo cualquiera, se le considere en relación con toda la ley, en relación con el espíritu de ella, y desde luego en relación con el decreto que está siendo reglamentado. La Comisión nunca puede salirse del decreto del seis de enero, y todo artículo para ser objetado legalmente, debe serlo en nombre de este decreto que es el básico para la reglamentación. Yo siento profundo pesar al notar que algún ciudadano diputado mal informado de la ley en lo general, estudiando solamente el concepto aislado, saca la lente de su espíritu exigente en aquella materia, clava la nariz sobre el artículo aislado y luego viene a hacer una observación que no hace otra cosa que detener la discusión. Yo creo que en el presente momento es patriótico considerar que una ley, aunque sea mediana, satisface más la exigencia nacional que una ley en la cual durásemos meses para atacarla más perfectamente formada que, sin embargo, no fuera a satisfacer necesidades de momento. El espíritu de los legisladores modernos es éste: legislar pronto haciendo frente a una necesidad que nace pronto, porque en el estado social presente, las circunstancias sociales cambian tan rápidamente, que el legislador debe estar atento a una necesidad que debe resolver satisfactoriamente con prontitud, con la convicción de que si una ley resulta mediana, hay siempre oportunidad para derogarla, para perfeccionarla. Las leyes no salen como las monedas del troquel, nuevas, limpias, perfectas, valiosas; las leyes siempre se han perfeccionado, la crítica social siempre es una operación de erosión que les quita aquellas angulosidades que deben quitárseles para quedar estas leyes más o menos adaptables a su funcionamiento. Dentro de tales ideas, señores diputados, teniendo al frente únicamente unos cuantos días para dar esta ley que es verdaderamente necesaria para cumplir las obligaciones del Gobierno revolucionario, para que cada diputado pueda creer que ha cumplido realmente con su deber para con sus comitantes, es una insinuación que tiene más bien una sensatez que un temor, la que hacemos los miembros de la Comisión, a efecto de procurar cuanto antes dar esta ley aunque tengamos la convicción de que esta es una ley perfectísima.

El C. Prosecretario Limón: En votación económica se pregunta si se considera de gravedad el asunto. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie.

El C. Aveleyra: Una moción de orden. (Voces: ¡Pero cómo de gravedad!)

- El mismo C. Prosecretario: No se considera de gravedad. Se procede a la votación nominal en lo general.

(Se toma la votación.)

El C. Secretario Alonzo Romero: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar?

(Algunos ciudadanos diputados dan sus nombres.)

Se procede a la votación de la Mesa. Ha sido aprobada la ley en lo general, por 150 votos, contra ninguno de la negativa.

- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a la discusión en lo particular del capítulo 1o., que dice:

"Dotaciones y restituciones

"Artículo 1o. Tienen derecho a obtener tierras por dotación o restitución en toda la República, para disfrutarlas en comunidad, mientras no se legisle sobre el fraccionamiento:

"I. Los pueblos;

"II. Las rancherías;

"III. Las congregaciones;

"IV. Las comunidades.

"Artículo 2o. Los pueblos, rancherías, congregaciones y comunidades que soliciten tierras por dotación, probarán ante quien corresponda la necesidad o conveniencia de tal dotación, y los mismos poblados, cuando soliciten tierras por restitución, deberán probar su derecho a ella, del modo que se expresará y ante quien se determine en la presente ley.

"Artículo 3o. Los pueblos probarán su carácter de tales con el acta de erección respectiva, y de no tenerla, bastará para que sea considerado como pueblo, para los efectos de esta ley, el censo de una población mínima de quinientos habitantes, de arraigo definido.

"Artículo 4o. Las rancherías, congregaciones y comunidades prueban la personalidad política correspondiente a su respectiva designación con la información relativa que dé el Ayuntamiento a que pertenezcan.

"Artículo 5o. La necesidad que tiene un pueblo, una ranchería, una congregación o una comunidad de obtener tierras por dotación, se dará por suficientemente probada ante la Comisión Local Agraria respectiva con algunos de los siguientes elementos:

"I. Con un censo de la población en que aparezca suficientemente comprobada una mayoría de habitantes, jefes de familia, agricultores, no propietarios por lo menos de siete hectáreas de tierra laborable cada uno; o que aparezca comprobada una mayoría de jornaleros.

"II. La necesidad de tierras para los pueblos, rancherías, congregaciones y comunidades, se comprueba suficientemente por un plano topográfico debidamente autorizado y certificado, en el cual aparezca la población de que se trata enclavada en un latifundio o rodeada por latifundios que linden inmediatamente con el fundo legal del poblado."

(Interrumpiendo la lectura): Se suplica a los ciudadanos diputados que presten atención a la lectura, porque si no, sale sobrando. (Voces: ¡Bien! Aplausos y murmullos. Continúa leyendo:)

"III. La necesidad de tierras para los pueblos, las rancherías, congregaciones y comunidades, se prueba también por la circunstancia, debidamente constatada, de que la mayor parte de la población se ve compelida al trabajo agrícola por cese definitivo de alguna industria, cambio de una ruta comercial, etc., que anteriormente sostenían el núcleo principal de la población de que se trata.

"IV. También queda suficientemente probada la necesidad de un pueblo, ranchería, congregación o comunidad para obtener tierras por dotación, comprobando el poblado de que se trate que disfrutó de tierras comunales hasta antes del 25 de junio de 1856, pero que perdió aquéllas por usurpaciones, invasiones o defectuosas enajenaciones y carezca el mismo poblado de comprobantes suficientes para solicitar su restitución.

"Artículo 6o. La conveniencia de que un pueblo, ranchería, congregación o comunidad obtenga tierras por dotación se comprobará ante la Comisión Local Agraria respectiva:

"I. Por la circunstancia, debidamente fundada, de que el núcleo de población de que se trate, es de formación posterior al año de 1856 y que la dotación de tierras comunales contribuiría al arraigo y consolidación económica del poblado.

"II. Por la presunción, debidamente fundada, de que un núcleo de población subordinado en actualidad a alguna industria agrícola, fabril, minera, etc., podría, mediante una dotación de tierras, recobrar su autonomía económica y constituirse en agregado político independiente del capitalismo.

"Artículo 7o. A toda petición de tierras por dotación o restitución, deberá acompañarse una exposición suscita que comprenda los puntos siguientes: categoría política del poblado; municipalidad a que corresponde, historia breve y comprobada de los antecedentes de la propiedad rústica general del lugar; descripción topográfica de las tierras circunvecinas; clase de cultivos que ordinariamente se hacen; nota de la producción espontánea más característica de la región; latifundios que rodean al poblado o están próximos a él; extensión aproximada de ellos; nombre del poseedor de los latifundios dichos y nota de si posee otras tierras en otros lugares; modelos o notas de las fórmulas usuales de contratos de media, aparecía, etc.; salario medio que se paga a los hombres, las mujeres y los niños; precio corriente de los principales artículos de consumo diario, y de los principales objetos necesarios para la vida; distancia a los pueblos inmediatos y vías de comunicación; si hay o no escuelas públicas o particulares.

"Artículo 8o. Los fallos de las autoridades agrarias, relativos a dotaciones o restituciones de tierras, afectan también a las aguas, bosques, montes, pastos, y a riquezas del subsuelo no descubiertas antes del litigio de restitución o la solicitud de dotación, como a bienes anexos a la tierra de que se trate, y sobre las cuales no haya leyes anteriores.

"Artículo 9o. La restitución de tierras a los pueblos, rancherías, congregaciones, comunidades, procede:

"I. Cuando el demandante pruebe:

"(a) que tales tierras pertenecieron al pueblo, rancherías, congregaciones o comunidad de que se trate;

"(b) que las disfrutaron en comunidad antes del 25 de junio de 1856;

"(c) que fueron enajenadas por los Jefes Políticos o por los Gobernadores de los Estados o por cualquiera otra autoridad local;

"(d) que tal enajenación se contravino la Ley de 25 de junio de 1856 y las demás leyes y disposiciones relativas.

"II. Cuando el demandante pruebe:

"(a) que las tierras cuya restitución solicita, estaban poseídas por el pueblo, ranchería, congregación

o comunidad de que se trate, antes del 1o. de diciembre de 1876;

"(b) que tales tierras eran de ejidos, tierras de repartimiento o de cualquiera otra clase, pertenecientes al pueblo;

"(e) que tales tierras fueron ocupadas como consecuencia de concesiones, composiciones o ventas hechas por las Secretarías de Fomento, Hacienda, o

cualquiera otra autoridad federal;

"(d) que tal ocupación fue ilegal.

"III. Cuando el demandante pruebe:

"(a) que las tierras cuya restitución solicita, estaban poseídas por el pueblo, congregación o comunidad de que se trate, antes del 1o. de diciembre de 1876;

"(b) que tales tierras eran de ejidos o tierras de repartimiento o de cualquiera otra clase pertenecientes al poblado de que se trate;

"(c) que tales tierras fueron invadidas y ocupadas ilegalmente por consecuencia de diligencias de apeo o deslinde hechas por compañías, Jueces u otras autoridades de los Estados o de la Federación.

"IV. Cuando el demandante pruebe:

"(a) que las tierras cuya restitución solicita el pueblo, ranchería, condueñazgo, congregación, tribu o núcleo de población de cualquiera otro

nombre, estuvieron poseídas por el poblado reclamante antes del 25 de junio de 1856;

"(b) que tales tierras fueron invadidas total o parcialmente, a resultas de cualquier diligencia de composición, sentencia, transacción, enajenación o remate.

Artículo 10. No puede solicitarse la restitución de tierras que fueron de propiedad de los pueblos, rancherías, congregaciones o comunidades, antes del 25 de junio de 1856, en los casos siguientes:

"I. Cuanto el poseedor actual pruebe que las tierras de que se trata, fueron tituladas en los repartimientos hechos de acuerdo con la Ley de 25 de junio de 1856 y estén de acuerdo con tal repartimiento la mayoría de los poseedores actuales.

"II. Cuando se pruebe que las tierras de comunidad reclamadas por los pueblos, rancherías, congregaciones o comunidades, no excedan de cincuenta hectáreas y han sido poseídas en nombre propio, a título de dominio, por más de diez años.

"En caso de exceder de tal cantidad, procede la restitución a la comunidad, de la excedencia, indemnizando al poseedor.

"Artículo II. Todo expediente de restitución de tierras en que el pueblo, la congregación, ranchería o comunidad solicitante no prueben plenamente ante las autoridades agrarias, los elementos de hecho o de derecho suficientes para la reivindicación intentada, se estimará, sin embargo, como prueba suficiente de la necesidad y conveniencia de dotar de tierras a la parte recurrente y se tramitará la dotación de aquéllas en la cantidad y situación que se acuerde por la Comisión Nacional Agraria, vistas las constancias de población, situación, condiciones económicas locales que prevalezcan en cada caso, para el poblado solicitante, y que consten en el expediente de restitución o que se obtengan por los informes posteriores de la Comisión Local respectiva."

- El mismo C. Secretario: Los ciudadanos diputados que deseen objetar alguno de estos artículos se servirán indicarlo, para que sean separados.

El C. Narro: Para un interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una interpelación.

El C. Narro: En los incisos segundo y tercero están repetidos los párrafos "a" y "b," textualmente. Pregunto a la Comisión qué objeto tiene esa repetición, o si es un error de imprenta solamente.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión para contestar.

El C. Siurob: Suplico al compañero que me haga favor de leer.

El C. Narro: "Artículo 9o....

"II....

"(a) que las tierras cuya restitución solicita, estaban poseídas por el pueblo, ranchería, congregación o comunidad de que se trate, antes del 1o. de diciembre de 1876;

"(b) que tales tierras eran de ejidos, tierras de repartimiento o de cualquiera otra clase, pertenecientes al pueblo;...

"III....

"(a) que las tierras cuya restitución solicita, estaban poseídas por el pueblo, congregación o comunidad de que se trate, antes del día 1o. de diciembre de 1876;

"(b) que tales tierras eran de ejidos o tierras de repartimiento o de cualquiera otra clase pertenecientes al poblado de que se trate;" Son textualmente iguales. Pregunto a la Comisión qué objeto tiene esa repetición.

El C. Vadillo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Vadillo. (Voces: ¡Tribuna!)

El C. Vadillo: Efectivamente, son iguales las dos fracciones primeras del inciso, pero son absolutamente... (Voces: ¡Tribuna, tribuna! (No se oye!)

El C. Presidente: Suplico a la Comisión pase a la tribuna.

El C. Vadillo, continuando: Dice el inciso II: "(a) Que las tierras cuya restitución solicita, estaban poseídas por el pueblo, ranchería, congregación o comunidad de que se trate antes del 1o. de diciembre de 1876;

"(b) que tales tierras eran de ejidos, tierras de repartimiento o de cualquiera otra clase, pertenecientes al pueblo;..." Las dos primeras partes leídas están repetidas exactamente igual en el inciso

III, pero la diferencia es en la parte tercera del inciso III donde dice: "(c) que tales tierras fueron invadidas y ocupadas ilegalmente por consecuencia de diligencias de apero o deslinde hechas por compañías, Jueces u otras autoridades de los Estados o de la Federación;" De manera que en las mismas circunstancias, pero cuando hayan sido vendidas por una Secretaría o hayan sido objeto de un apeo o deslinde por una cualquiera autoridad; por eso cuando el demandante pruebe las anteriores condiciones iguales, pero

que con esas condiciones iguales se haya dado origen a una venta o a una enajenación ilegal por distintas autoridades, entonces tiene el pueblo derecho a solicitar la restitución.

El C. Narro: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra.

El C. Narro: Creo yo que, siendo dos incisos del mismo artículo, bien pudieran quedar reducidos o citar una sola vez los párrafos "a" y "b" y en seguida las dos condicionales a que se refieren los párrafos "a" y "b," puesto que en ambos el epígrafe es el mismo; dice: "Cuando el demandante pruebe." Luego pueden citarse una sola vez los párrafos "a" y "b" y en seguida las dos condicionales a que se refieren dichos párrafos.

El C. Vadillo: Es una cuestión de forma que parece absolutamente sencilla, pero que es absolutamente importante para la claridad el expediente, y para que se comprenda mejor, voy a poner un ejemplo práctico. Supónganse que el pueblo, el pueblo de San José del Carmen del Estado de Jalisco, poseía antes del 1o. de diciembre de 1876, tierras de comunidad. Esas tierras de comunidad fueron usurpadas, y pueden ser de dos modos usurpadas: o bien porque hubiese una enajenación defectuosa por parte de la Secretaría de Fomento, o bien por una diligencia de apeo o de deslinde de la primera autoridad local. Son dos casos absolutamente distintos y, sin embargo, en los dos casos distintos tiene que probar el pueblo, primero, que las poseía antes del día 1o. de diciembre; segundo, que le fueron usurpadas; tercero, que esa usurpación fue, o por la autoridad federal o por una autoridad local. ¿Que por qué no ponemos en ese inciso nomás estas dos condiciones? Es una cuestión de forma que realmente pudo haberse refundido en una sola expresión, pero para hacer más clara la clasificación de los expedientes, y que las Comisiones Locales puedan en todo caso dictar sus fallos, se ha hecho por separado, pecando por exceso de claridad.

El C. Velázquez: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Velázquez: Honorable asamblea: Es tan importante la ley que se discute, que conviene imperiosamente que sea esta ley dictada con toda precisión. Yo me permito interpelar a la Comisión para esto: En el artículo 1o. se dice:

"Tienen derecho a obtener tierras por dotación o restitución en toda la República, para disfrutarlas en comunidad, mientras no se legisle sobre el fraccionamiento:

"I. Los pueblos;

"II. Las rancherías;

"III. Las congregaciones;

"IV. Las comunidades."

Esta ley reglamenta la de 6 de enero de 1915, que se ha declarado constitucional, y en la Constitución, en el artículo 27, donde se incluye esta ley, hay este concepto sobre el cual yo me permito llamar la atención a la Comisión. Aquí dice lo siguiente:

"Se declaran nulas todas las diligencias, disposiciones, resoluciones y operaciones de deslinde, concesión. composición, sentencia, transacción, enajenación o remate que hayan privado total o privado total o parcialmente de sus tierras, bosques y aguas a los condueñazgos, rancherías, pueblos congregaciones, tribus y demás corporaciones de población que existan todavía, desde la Ley de 25 de junio de 1856; y del mismo modo serán nulas todas las disposiciones, resoluciones y operaciones que tengan lugar en lo sucesivo y que produzcan iguales efectos. En consecuencia, todas las tierras, bosques y aguas de que hayan sido privadas las corporaciones referidas, serán restituidas a éstas con arreglo al decreto de 6 de enero de 1915, que continuará en vigor como ley constitucional. En el caso de que, con arreglo a dicho decreto, no procediere por vía de restitución la adjudicación de tierras que hubiere solicitado alguna de las corporaciones mencionadas, se le dejarán aquéllas en calidad de dotación, sin que en ningún caso deje de asignársele las que necesitare."

Llamo la atención de los señores miembros de la Comisión, aquí no sólo habla la ley, la Constitución, de pueblos, rancherías, congregaciones, comunidades, sino que habla de condueñazgos, rancherías, pueblos, congregaciones, tribus y demás corporaciones de pueblos que existen todavía. Además, la Ley de 25 de enero de 56, la fracción VI dice esto a propósito y congruente con esa idea:

"Los condueñazgos, rancherías, pueblos, congregaciones, tribus y demás corporaciones de población, que de hecho o por derecho guarden el estado comunal, tendrán capacidad para disfrutar en común las tierras, bosques y aguas que les pertenezcan, o que se les haya restituido o restituyeren, conforme a la Ley de 6 de enero de 1915, entretanto la ley determina la manera de hacer el repartimiento únicamente de las tierras."

Esta es mí observación. Aquí la Constitución, tomando esa Ley de 6 de enero como parte de ella, habla de esos condueñazgos, de toda corporación que tenga ese carácter comunal. ¿Por qué la Comisión sólo habla de pueblos, rancherías, congregaciones y comunidades? ¿Por qué se suprime eso? Porque de hecho, señores diputados, hay esas agrupaciones, y si la ley que reglamenta esa Ley de 6 de enero, no comprende todos esos grupos de pueblos, indudablemente no es congruente esa ley, la de 6 de enero que se está reglamentando, y traerá como consecuencia eliminar a grupos de comunidades que tienen derecho conforme al espíritu de la Ley de 6 de enero y la Constitución a que se les dote de tierras. esto es indudable, y como en todos los demás artículos sólo están rancherías, congregaciones y comunidades, yo creo que todos esos artículos no son congruentes con la ley y el espíritu de la Constitución, ni con la ley que estamos reglamentando. Yo suplico a los señores de la Comisión, que han revelado siempre tener los mejores deseos para favorecer a esas congregaciones despojadas injusta y criminalmente por los gobiernos tiránicos de las dictaduras en provecho de los extranjeros y en provecho de los caciques, que ahora los llame la ley, que los llame al goce de las tierras, fin supremo a que debe aspirar todo pueblo que necesita vivir, que necesita prosperar, porque dejar todas esas congregaciones, esas comunidades que tienen el derecho indiscutible sobre la tierra, ¿de dónde procede tal limitación? ¿Qué se le contesta a una agrupación corporada que vaya

a pedir tierras, que no será ya, como voy a demostrarlo, a la Comisión Nacional agraria, porque ésta no se ha cumplido con sus finalidades? Todos los pueblos carecen de sus ejidos y de sus tierras, y no se ha hecho nada. Esa Comisión se reúne cada semana para discutir, para entrar en discusiones bizantinas mucho tiempo, y no resuelve, y no sólo, es necesario que sepa ahora: ha habido allí en esa Comisión personas que han estado medrando, que van a ver a los propietarios que se creen lastimados y han obtenido dinero, y han obtenido grandes cantidades. (Aplausos.) Que esta ley se inspire en este hecho: si hemos de favorecer a ese pueblo mendigo en su mismo territorio, paria en su tierra ubérrima que la naturaleza le ha concedido, yo quiero, por consiguiente, que se fije un concepto aquí en todos los artículos de la ley. Hay más: me refiero al artículo II. Como la Ley de 6 de enero no satisface esa exigencia, mientras se les deje a la Comisión Nacional Agraria y a las Comisiones Locales de los Estados, no satisfarán la exigencia imperiosa de la Revolución, del movimiento redentor del pueblo del pueblo mexicano. Me voy a permitir leer el artículo constitucional para que se vea que la Comisión puede salirse de esa Ley de 6 de enero para satisfacer las exigencias nacionales:

"En consecuencia, todas las tierras, bosques y aguas de que hayan sido privadas las corporaciones referidas, serán destituídas a éstas con arreglo al decreto de 6 de enero de 1915, que continuará en vigor como ley constitucional. En el caso de que, con arreglo a dicho decreto, no procediere por vía de restitución la adjudicación de tierras que hubiere solicitado alguna de las corporaciones mencionadas, se le dejarán aquéllas en calidad de dotación, sin que en ningún caso deje de asignársele las que necesitare."

No nos atenemos sólo a la Ley de 6 de enero; no satisface prácticamente; no, porque la Comisión Nacional Agraria y las de los Estados no satisfacerán: están compuestas de latifundistas, de caciques....(voces: ¡Muy bien! Aplausos), y si dejamos eso a la Comisión Nacional Agraria, nada se hará. Es necesario salirse de esos términos, apoyándose en la Constitución. (Aplausos y voces: ¡Muy bien!) Yo insinuaría a la H. Comisión, empeñada como debe estar todo mexicano consciente y patriota, que escogiste un medio de tal manera, que dentro de seis meses estén dotados todos los pueblos; que se nombren comisiones especiales en cada Estado para que vayan, no a entrar en discusiones bizantinas, como lo hace la Nacional Agraria, sino a repartir, esta es la expresión, a dotar. (Aplausos y voces: ¡Muy bien!) Y eso debe hacerse apoyándonos en la Constitución; prácticamente, no a discutir, a reunirse cada semana a ver cómo medran muchos de ellos; yo no hago cargos a todos, pero puedo decir quiénes han medrado. (Voces: ¡Nombres, nombres!) Ha de ser en cierta condición, se faltaría a cierta discreción que debe haber, yo quiero hacer cargos concretos, se ha medrado en el desempeño de ese empleo. (Voces: ¡Nombres, nombres!) ¿Cómo ha de ser posible que esas Comisiones hagan esas limitaciones? Entonces no salimos del paso, y veremos cómo discurre la Comisión en caso de que se apegue a dicho decreto de 6 de enero. Yo no culpo a todos, mis cargos son a la generalidad. Que se discuta por la Comisión y que se comprendan todas las corporaciones de que habla la ley, se fijen los reglamentos en esa misma ley; no son lo mismo las necesidades de un pueblo grande que de una corporación pequeña, pero siempre que tenga el hombre el derecho que la naturaleza le dio y que le ha arrebatado la ambición insaciable de los que quieren absorber toda la riqueza; para esos parias, hoy que esta Cámara les dé lo que necesitan para la vida. Sólo haremos paz, esa es la manera de obrar. Yo pido, en consecuencia, que la Comisión, penetrada de esa necesidad, se sirva reformar, adicionar, los artículos relativos para que aparezcan, no sólo esas cuatro agrupaciones, sino las que señala nuestra Constitución. Eso es lo constitucional. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Vadillo: Señores diputados: El inciso IV del artículo 9o. dice de este modo:

"Cuando el demandante pruebe que las tierras cuya restitución solicita el pueblo, ranchería, condueñazgos, congregación, tribu o núcleo de población de cualquier otro nombre, estuvieron poseídas por el poblado reclamante antes del 25 de junio de 1856;"

Con leer este inciso, respondo a la objeción del C. Velázquez, y es inútil decir que la Comisión está perfectamente persuadida de las ideas ampliamente expresadas por el C. Velázquez, en cuanto a remitir todo núcleo o población a quien se haya despojado de tierras. Ahora, en cuanto a que a los que no prueben su derecho a la restitución se les dé por dotación, también respondo con la simple lectura del artículo II, que dice:

"Artículo II. Todo expediente de restitución de tierras en que el pueblo, la congregación, ranchería o comunidad solicitante, no prueben plenamente ante las autoridades agrarias los elementos de hecho o de derecho suficientes para la reivindicación intentada, se estimará, sin embargo, como prueba suficiente de la necesidad y conveniencia de dotar las tierras a la parte recurrente, y se tramitará la dotación de aquélla en la cantidad y situación que se acuerde por la Comisión Nacional Agraria, vistas las constancias de población, situación , condiciones económicas locales que prevalezcan en cada caso, para el poblado solicitante, y que conste en el expediente de restitución o que se obtengan por los informes posteriores de la Comisión Local respectiva."

De manera que, conforme al artículo constitucional, todo pueblo que pide restitución de tierras y no pruebe su derecho, sin embargo, dice, se le dará por dotación. Más todavía: en algún artículo que está en el texto de la ley, más adelante, se dice que, si un pueblo no prueba plenamente su derecho aun a la dotación, y se le negare esta dotación, todavía el expediente quedará abierto para que en todo tiempo pueda agregar nuevos elementos de prueba y pueda todavía obtener un fallo resolutivo. En lo que no estoy de acuerdo con el señor Velázquez, y él va a estar de acuerdo conmigo, es que en esta ley metamos los mayorazgos, palabra que él citó aquí; el C. Velázquez es un jurisdista muy erudito, sabe muy bien lo que es un mayorazgo y sabe muy bien cuál es la historia de estas vinculaciones de la propiedad; el C. Velázquez sabe muy bien que los mayorazgos nacieron en España, allá por el reinado de Enrique II, cuando

éste estuvo en lucha con su hermanos don Pedro; quiso atraerse la benevolencia de los grandes de España y les hizo concesiones vinculando propiedades en una familia a perpetuidad. Este es el origen de los mayorazgos, es decir, el origen de los latifundios, y nosotros no podemos crear, después de haber heredado de España esta calamidad social, no podemos revivir los mayorazgos; la ley y la Comisión se oponen de la manera más terminante a darles personalidad legal para reclamo, a las familias hereditarias; si una familia fue despojada, si una familia tenía vinculada en ella una propiedad en la República y fue despojada por cualquier medio, nosotros no autorizamos que reviva ese derecho hereditario de una familia, porque la sociología moderna y la antigua, porque el mismo Pedro el Cruel trató de desvincular estas propiedades, y todos los reyes, incluyendo a Alfonso el Sabio e incluyendo a Fernando el Católico, siempre trataron de desvincular estas propiedades y estos mayorazgos. Recordará el C. Velázquez que de esta vinculación de la propiedad en una familia, nació la hermana gemela, la vinculación en una comunidad religiosa, y que llegó tiempo, en la época de don Alfonso el Sabio, en que la tercera parte de la propiedad española estaba en manos de las asociaciones religiosas, la otra tercera parte en poder del rey y la tercera parte restante en poder de los nobles españoles, de tal manera, que el pueblo de España, en esa época, no tenia absolutamente en qué caerse muerto. Nosotros, por virtud de la civilización española, que fue la que hizo la conquista de México, heredamos estas calamidades de los mayorazgos, que fueron el origen de los actuales latifundios, de las actuales haciendas, y desde luego, del actual acaparamiento de la propiedad rural en el país; de suerte que, cuando el licenciado Velázquez pide a la comisión que estos mayorazgos revivan, que una familia linajuda un día les dé una retocada a sus blasones y vega a recordarnos que ellos tuvieron hace medio siglo una propiedad que era de ellos a título de mayorazgo, la Comisión se opone terminantemente a revivir, a sacar de la tumba estas injusticias sociales. Si el señor Velázquez insiste en esto, la Comisión, con mucha pena, se verá obligada a reconocer en él, o en una ignorancia acerca de lo que es mayorazgo o bien, una mala intención para meter en esta ley el germen de la Reacción, de los antiguos latifundios.

El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra para una interpelación.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cepeda Medrano: Me voy a permitir interpelar a la Comisión. ¿Por qué únicamente se ha dicho que antes de la Ley 25 de junio de 1856 para la restitución de las congregaciones? Tiene pleno conocimiento la Comisión de que la ley nefasta que hizo desaparecer las congregaciones en la República, se dio el año de 1884; desde esa ley proviene el delinde y todas las medidas que declaró el Gobierno dictatorial, para arrancar las tierras de las comunidades. Muchos de esos pueblos poseyeron las congregaciones después del año, de 1856, estando en posesión de ellas unos en 1876 y otros en 1880, en una gran mayoría de la República, y si vamos a decir que tienen derecho a reclamar las tierras las congregaciones, solamente que haya estado en posesión antes de la Ley de junio de 1856, no les vamos a dar facultades amplisímas a todas las congregaciones para que proceda inmediatamente a presentar sus reclamaciones porque, como he dicho antes, la ley desastrosa estuvo dictada en 1884. De 1856 a 1884, hubo una gran división territorial en la República Mexicana, división territorial que, en muchísimos de los casos, no se ajustó a todas las leyes, porque no se tenía pleno conocimiento de ellas, debido al estado de guerra en que no encontrábamos; pero estaban en posesión y pueden demostrarlo con testigos, con hechos y con documentos que tienen en su poder, y si vamos a decir que estas Congregaciones sean restituídas antes del 25 de junio de 1856, no hacemos, verdaderamente, una obra beneficiosa y directa, que venga, de una manera escaz, a favorecer a todos los hombres que están desposeídos de grandes congregaciones. Suplico a la Comisión se sirva decirnos por qué tomó un término tan largo, tan atrasado, no tomando en consideración las razones que he expuesto.

El C. Vadillo: Pido la palabra, para contestar.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Vadillo: En primer lugar, señor Cepeda Medrano, el decreto de 6 de enero cita la ley del año de 1856 y no otra; de manera que la Comisión no hace sino tomar al pie de la letra la prescripción constitucional cuya reglamentación es este dictamen. Ahora, en cuanto a la objeción que hace usted, de que existen muchas comunidades de hecho en la actualidad, a pesar de las leyes del año de 1856, es absolutamente cierto; yo conozco muchas comunidades que existe de hecho, pero estas comunidades también el decreto de 6 de enero las reconoce y la Constitución también dice: "aquellas comunidades que de hecho o de derecho tengan, conforme la ley, acción a pedir tierras;" pero éstas no se les dará por restitución, sino por dotación y con la amplitud misma que la ley lo establece. Por ejemplo, puedo citar a usted la comunidad del pueblo de Mazatlán, del Estado de jalisco; esta comunidad existe de hecho; sus tierras, hasta antes del año de 1906, las cultivaban en comunidad todos los indígenas; en el año de 1906 hubo litigio en que, por remate, un individuo usurpó esas tierras por diligencias judicial, pero esta comunidad sigue subsistiendo; quiere decir, entonces, que tiene derecho a reclamar su restitución de tierras, porque lo dice uno de los incisos: "Cuando hubiesen sido despojados por fallo de autoridad judicial o remate. Ahora, suponga usted que no tuviese derecho por restitución, pero tiene derecho por dotación. Por eso lo dice el artículo 1o.: "Los pueblos, las congregaciones, las comunidades." Entonces, aun cuando la ley de 56 declare inhabilitadas a las comunidades, la Ley de 6 de enero revive las comunidades para el efecto social de reclamar las tierras y con la amplitud que la ley lo señala.

El C. Gutiérrez: Moción de orden. Se está haciendo una discusión enteramente desordenada; yo creo que la Presidencia debe pedir a los ciudadanos diputados que aparten los artículos que quieran impugnar y la Presidencia se servirá ponerlos a discusión por orden.

El C. Siurob: Pido la palabra para una verdadera moción de orden.

El C. Presidente: La Presidencia oportunamente, por acuerdo de la Mesa, manifestó a los ciudadanos diputados que se sirvieran separar los artículos que quisieran apartar; pero hay más: varios ciudadanos diputados han pedido la palabra para una interpelación a la Comisión, a lo que tiene derecho. Así, pues, no es culpa de la Mesa que la discusión se haya desordenado. Se suplica nuevamente a los señores diputados que pasen a separar los artículos que deseen objetar.

El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: No hay nada a discusión. (Voces: ¡Vámonos!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Estoy muy satisfecho de la explicación que me ha dado el ciudadano Presidente de la H. Comisión; era lo que yo quería que se aclarara, que quedará escrito en el "Diario de los Debates," porque vamos a tener muchísimos dificultades cuando regresemos a nuestros Estados... (Campanilla.)

El C. Presidente: La Mesa manifiesta al C. Cepeda Medrano que esa no es una interpelación.

El C. Cepeda Medrano: Perdone la Presidencia que la haga en esta forma, pero no quiero inscribirme en contra para no alargar la discusión, para no obstruccionar esta ley y que se dé cuanto antes. Tenemos ocho o diez artículos y no hay necesidad de inscribirse en contra, con pedir explicaciones bastará, pero queremos consultar. ¿El Presidente de la H. Comisión no cree que tengamos muchos juicios y amparos y dificultades que se presente por parte de nuestros latifundistas que están actualmente en posesión de estas comunidades y que no estableciéndose que las que tuvieron en posesión en el año de 1856, pudieran originar dificultades? Me permito hacer esta interpelación, porque hay muchos juicios encontra de los grandes latifundistas que han querido acaparar esos bienes. Su Señoría sabe que la ley funesta, la ley más reaccionaria que se dio en la República Mexicana en cuestión agraria, fue la de 1884. Sí, antes de esa fecha realmente estaban en posesión de sus comunidades, de sus congregaciones muchísimos individuos, pero después de esa ley han desaparecido por completo por la fuerza bruta de las armas en toda la República, que por orden del dictador fueron a despojar a aquellos hombres y no solamente les arrancaron sus títulos, sino que los obligaron a que firmasen contratos escritos en que renunciaban sus derechos. Como quiero dejar completamente claro cómo vamos a proceder, cómo se va a quedar definida esta situación para beneficios de nuestros conciudadanos, en beneficio de los pueblos que están reclamando constantemente sus derechos, quiero que se sirva explicarlo.

El C. Vadillo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Vadillo: Señor Cepeda Medrano: Se puede presentar únicamente dos casos conforme a su intención. Primero: un pueblo era comunidad antes del año de 1854; tenía sus títulos de propiedad, se los quitaron, los vendieron, los perdieron a lo que usted guste, y siguió siendo comunidad. Pues bien, tiene esa comunidad que hacer o que emprender un litigio de restitución, pero como un litigio de restitución en una controversia de derechos, tiene que probar su derecho a la restitución porque la ley establece dos casos de controversias: o es de derechos y entonces prueba su derecho a la tierra o suponga usted el segundo caso, que aquel pueblo legítimamente no puede probar su derecho; no puede entonces solicitar restitución y entonces la ley le concede que sea de dotación, porque aunque de derecho ya no sea comunidad, y de hecho sigue siendo comunidad y entonces queda siempre dentro del espíritu de la ley, entonces ese pueblo a que usted alude no quedará desamparado, porque si no es restitución, será por dotación.

El C. Cepeda Medrano: Muchas gracias.

El C. Secretario Aranda: Orden del día... (Voces: ¡A votar, a votar!) Habiendo transcurrido la hora reglamentaria, se consulta a la Asamblea si se prolonga la sesión. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Se prolonga la sesión. Se suplica a los señores diputados se sirvan separar los artículos que deseen objetar.

El C. Alonzo Romero: La mesa manifiesta a la Asamblea que han sido separados los artículos 1o., 2o., 3o., 5o., 7o., 9o., 10 y 11 y quedan únicamente algunos artículos sin objeción; pero como al hacerse las objeciones sobre estos artículos pudiera suceder que estas modificaciones recaigan sobre los ya aprobados, la Mesa opina que no se deben votar hasta que no se discutan estos artículos.(Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)

- El mismo C. Secretario: Orden del día 15 de diciembre a las cuatro de la tarde:

"Continua la discusión del Presupuesto de Egresos para el año 1918."

El C. Presidente, a las 12.20: Se suspende la sesión para reanudarla a las cuatro de la tarde.

(Asistencia de 147 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.22 p.m.: Se reanuda la sesión.

El C. Prosecretario Limón: "Telegrama de Bravos, Guerrero, 14 de diciembre de 1917.

"Presidente del Congreso.

"Habiéndome concedido Diputación Permanente licencia por dos meses para estar separado despacho Poder Ejecutivo y pasar a la capital de la República al arreglo de asuntos este Estado, hoy comienzo a hacer uso licencia. Hónrome comunicarlo. - Atentamente. - El Gobernador Constitucional, S. G. Mariscal."- De enterado.

"Telegrama de Bravos, Guerrero, 15 de diciembre de 1917.

"Presidente del Congreso Nacional.

"Habiendo concedido Diputación Permanente a general Mariscal licencia por dos meses para estar separado despacho Poder Ejecutivo este Estado y

pasar al arreglo de asuntos del mismo a la capital de la República, ayer híceme cargo Gobierno interinamente mientras dure licencia. "Hónrome comunicarlo a usted. - Atentamente. J. Adams."- De enterado. La señora Rosa Carranza viuda del C. Adolfo C. Gurrión, diputado a la XXVI Legislatura, que fue sacrificado por la dictadura huertista, eleva una petición para que se le confirme por el H. Congreso, la pensión que el Ejecutivo le ha conferido.

La diputación de Colima, representada por el ciudadano diputado Salvador Saucedo, hace suyo el memorial para el efecto de que pase desde luego a Comisión y exita a ésta para que dictaminen a la mayor brevedad posible, por ser de estricta justicia.- Ala 2a. Comisión de Hacienda.

"Congreso del Estado Libre y Soberano de Zacatecas.- Número 508.

"A la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - México, D.F.

"Considerando I. Que es preciso llevar a la práctica el fraccionamiento de terrenos con objeto de constituir la pequeña propiedad rural, satisfaciendo así a una urgente necesidad pública y al afianzamiento del Gobierno por cuanto el pueblo verá en ello en cumplimiento de la más halagadora y justa de las promesas de la Revolución.

"Considerando II. Que retardar el fraccionamiento es perjudicial no sólo a los agricultores que alientan esperanzas de cambiar su condición de parias por la de hombres libres en el amplio sentido de la palabra, al llegar a ser pequeños propietarios, sino también a la vida económica de la Nación, ahora que la crisis agrícola, consecuencia de la pasada lucha, requiere para su solución amplia y decidida protección a la agricultura.

"Considerando III. Que sin negar la eficacia de algunos otras medidas o disposiciones que el Gobierno pueda dictar para el desarrollo y fomento de la agricultura nacional, es más efectiva la formación inmediata de la pequeña propiedad ya que el hombre desarrolla el máximum de energía cuando tiene la seguridad de disfrutar del total del producto, y

"Considerando IV. Que como consecuencia de lo anteriormente expuesto esta H. Legislatura expidió ya la Ley Agraria que provee el fraccionamiento de tierras en el Estado, y como para su aplicación es preciso que el H. Congreso de la Unión, expida la ley que faculte a los estados para crear su Deuda Agraria, esta Legislatura ha creído pertinente presentar ante esa H. Cámara la siguiente iniciativa de decreto, pidiendo a la vez que se dispense de todo trá mite para que se discuta desde luego:

"Único. Se autoriza al Ejecutivo del Estado de Zacatecas para que emita obligaciones del Tesoro del Estado a corto plazo que se destinará a cubrir el importe de las tierras que sea preciso expropiar para la formación de la pequeña propiedad rural. El precio de estas obligaciones será el nominal, devengarán un interés del cinco por ciento anual y serán amortizadas con bonos de la Deuda Agraria dentro de un año a partir de la fecha en que el Congreso de la Unión expida la ley que autorice a los Estados para crear dicha Deuda Agraria, de conformidad con lo prevenido en el inciso (e) de la fracción VII del artículo 27 de la Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos. La emisión de estas obligaciones se limitará a las cantidades estrictamente indispensables para hacer el pago de las tierras."

"Y por acuerdo de H. Congreso, tenemos el honor de transcribir a esa I. Cámara, la iniciativa que antecede, dándole por anticipado las más debidas gracias por lo que se sirva hacer en pro de ella.

"Reiteramos a ese R. Cuerpo las seguridades de nuestra atención. "Constitución y reformas. - Zacatecas, 10 de diciembre de 1917. - Juan Z. Aguilar, D. P.- Isaac Magallanes, D. S. - Jesús Sánchez , D. S." - Recibo y a la Comisión Especial del artículo 27.

Segunda lectura del dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, que consulta una pensión a la señora Josefina Pérez viuda de Minet. - A discusión el primer día hábil.

"Comisión de peticiones.

"H. Asamblea:

"Por acuerdo de esta H. Cámara , dado en la sesión del día 28 del mes próximo pasado, fue turnado a la subscrita Comisión de Peticiones el ocurso que presenta el C. Marcos López Romero solicitando una pensión por los servicios en el ramo de Aduanas, durante más de cuarenta años.

"En concepto de la propia Comisión, la solicitud del señor López Romero está debidamente requisitada, por lo que se permite proponer a los ciudadanos diputados la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Hacienda que corresponda, el ocurso que envía a esta H. Cámara el C. Marcos López Romero."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 6 de diciembre de 1917.-E. Portes Gil. - Miguel Alonso Romero." Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Aprobado.

El C. Presidente: Continua la discusión de la partida 1a., Ramo Primero, del Presupuesto de Egresos para el año económico de 1918. Tiene la palabra en contra el C. Cepeda Medrano. (Voces: ¡No está!)

El C. Secretario Portes Gil: No habiendo más oradores inscriptos, se pregunta...

El C. Hay: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Hay: Señores diputados: No vengo a

personalizar el asunto, porque no debemos ser personalistas; vengo solamente a dar un dato tan claro, un argumento tan contundente, que tendrá necesariamente que ser irrefutable, hasta por los mayores enemigos de la Cámara de Diputados en lo general o de los diputados en lo particular. Nosotros estamos ganando actualmente seiscientos pesos al mes; cada uno de nosotros representamos a sesenta mil habitantes; de modo es que cada uno de los que nos ha enviado en su representación, está pagando un centavo mensual por tener derecho de contar aquí con un representante que vigile sus intereses. Si la cantidad de un centavo se considera exorbitante, entonces que se disminuya las dietas; pero si se estima que un centavo es una cantidad suficiente pequeña y en nada onerosa para que cada habitante del país pueda estar aquí representado, entonces que sigan los diputados ganando veinte pesos diarios, los que deben ser cubierto en oro, precisamente en moneda metálica. Yo deseo que la prensa tome este dato a fin de que lo publique con toda honradez: que los ciudadanos que votan por los diputados, pagan solamente un centavo cada mes por tener un representante en esta Cámara.(Aplausos.)

El C. Prosecretario Limón: Se pregunta si se considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de píe. Se reserva la partida para su votación.

- El Secretario Portes Gil: Está a discusión la partida número 3, referente a los senadores. No habiendo ningún orador inscripto, se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: Está a discusión la partida número 4, referente al Oficial Mayor de la Cámara de Diputados.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Cepeda Medrano, que es el único que ha objetado la partida. (Voces: ¡No esta el señor Cepeda Medrano!)

El C. Secretario Portes Gil: Se reserva la partida número 4 para su votación.

El C. Secretario Portes Gil: Está a discusión la partida número 6, que dice:

"Un jefe de Sección, $14.00."

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Cepeda Medrano.

El C. Secretario Portes Gil: No encontrándose el orador, se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: Está a discusión la partida número 8, que dice: "un bibliotecario, $9.00."

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Céspedes.

El C. Céspedes: Señores diputados: Yo hice que la partida número 8, fuera separada, porque, en atención a las innúmeradas razones que en esta tribuna se han asentado, de que la situación económica del país es perfectamente difícil, de que a todo trance conviene introducir economías en los ingresos del Erario Federal, y atendiendo a que el bibliotecario en esta Cámara no responde al trabajo, o mejor dicho, el puesto bibliotecario en esta Cámara no demanda un trabajo arduo que haga que merezca de esta Cámara una partida especial que asigne un sueldo y tomando en consideración que en la Cámara de Senadores este puesto de bibliotecario lo desempeña el mismo archivero de aquella Cámara, con la asignación de $9.00 diarios, yo no he reparado en pedir a ustedes que, semejanza de que en la Cámara de Senadores este puesto está desempeñando por una sola persona, el archivero que tiene a su cargo la biblioteca, aquí Vuestra Soberanía reasuma el puesto de bibliotecario de archivero, a efecto de que sea una sola partida de gastos que erogue la Nación, o sea la de $9.00 diarios, y no vayamos a asignar un sueldo de $9.00 diarios al bibliotecario y otro también de $9.00 diarios al archivero. Por todos nosotros, señores, es conocido el casi ningún trabajo del bibliotecario en la Cámara de Diputados, porque todos vosotros estáis convencidos de que las labores que allí se desempeñan, pues no son exageradamente, multiplicadas o intensas, para que hagan demandar de la Nación un sueldo de $9.00 diarios. Este puesto de bibliotecario puede muy bien encomendarse al archivero de la Cámara, a efecto de que haya una sola partida con la suma de $9.00 diarios, economizándose a la Nación otra cantidad igual. por lo mismo, pido a la Comisión que reconsidere esta partida y se haga la modificación que he manifestado.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Padilla: Señores diputados: Creo que salta a vuestra consideración desde luego que el trabajo del archivero en esta Cámara nunca puede ser comparable al que tiene el archivero de la Cámara de Senadores; igualmente, la labor del bibliotecario en la Cámara de Senadores tiene que ser muy reducida, en virtud de que sólo atiende las demandas de cincuenta y tantos senadores, mientras que el bibliotecario de la Cámara de Diputados tiene que estar atendiendo a más de doscientos representantes, que están constantemente haciendo consultas. Por otra parte, no es exacto que el bibliotecario de la Cámara de Diputados no trabaje, pues consta a varios de nosotros que el catálogo estaba completamente abandonado y que ahora se está arreglando con un método muy delicado: además, no se os oculta que para tal empleo necesitamos un individuo que tenga conocimientos de bibliografía, a fin de que pueda desempeñar a conciencia sus labores. Si se arguyera que el empleado actual no tiene esa clase de conocimientos, no es eso motivo para que se retirara la partida.

Salta también a vuestra consideración que si un mismo empleado desempeñara las labores del Archivo y de la Biblioteca, resultaría un pandemonio: o desatendería la Biblioteca, o desatendería el Archivo. En el archivo hay labores atrasadísimas; estuvo en el período preconstitucional enteramente olvidado y ahora apenas principia a reorganizarse; se está trabajando arduamente y se espera llegar a poner las cosas en orden. Así es que la Comisión no ha tenido reparo en sostener esta partida con el sueldo de $9.00 diarios, máxime que no se había aumentado su importe cuando se aumentaron los sueldos de todos los demás empleados. Por lo tanto, la Comisión sostiene su dictamen en esta partida, y lo deja a la aprobación de Vuestra soberanía.

El C. Secretario Portes Gil: Se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se considera suficientemente discutida la partida número 8. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie.

El C. González Galindo, interrumpiendo: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado González Galindo, para una interpelación.

El C. González Galindo: Suplico a la Comisión se sirva decirme cuál es la diferencia que hay entre las actuales partidas del Presupuesto de Egresos que estamos discutiendo, con relación a las del anterior Presupuesto.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión, para contestar.

El C. Padilla: La diferencia que existe entre las partidas del Presupuesto de Egresos que estamos discutiendo, y las del Presupuesto anterior, es solamente de un peso para cada uno de estos empleados.

El C. Secretario Portes Gil: Se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se considera suficientemente discutido.....

El C. Céspedes, interrumpiendo: Pido la palabra para un hecho.

El C. Presidente: Para un hecho, tiene la palabra el C. Céspedes.

El C. Céspedes: A este propósito, ciudadanos diputados, hago constar el hecho siguiente: tengo entendido que este puesto de bibliotecario para la Cámara de Diputados fue creado como una verdadera canongía para favorecer al señor Mateos que, encontrándose en edad avanzada podía desempeñar esta clase de labores; en tal concepto, el puesto este fue creado para favorecer a una persona y, vuelvo a repetir, las labores de la Biblioteca no son para que demanden un gasto de nueve pesos diarios, ciudadanos diputados, y sí para que reasuman en el puesto de archivero de esta Cámara, como están reasumidos en la Cámara de Senadores. Por consiguiente, ciudadanos diputados, creo necesario que ustedes den vuestro voto por la negativa a esta partida; para todos nosotros es necesaria, es ingente la necesidad de llevar economías a los egresos federales.

El C. Cravioto: Pido la palabra en pro.

El C. Cámara: Pido la palabra en pro.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en pro el C. Cravioto.

El C. Cravioto: Señores diputados: en pocas palabras creo fundar suficientemente la conveniencia de que la Cámara sostenga la partida de bibliotecario que consulta la Comisión. Es verdad, como lo acaba de afirmar el señor Céspedes, que el puesto de bibliotecario de la Cámara casi fue creado en tiempo el señor Madero para favorecer de alguna manera al señor Mateos, pero a propósito de esto debo recordar, puesto que yo asistí a la discusión de este asunto, que entonces se trató precisamente de crear Biblioteca de la Cámara de Diputados que, como todos vosotros sabéis, es sumamente deficiente. En ese tiempo estaba reciente en incendio de la antigua Cámara de Diputados, en el que se volvieron cenizas parte del Archivo y la mayor parte de la Biblioteca. Por consiguiente, la Cámara de diputados no tenía libros, y entonces otras personas, y yo entre ellas, sostuvimos que precisamente porque no había biblioteca, había, necesidad de un bibliotecario que la formara: en ese mismo caso actual. Es verdad que en la Biblioteca de la Cámara existen algunas obras serias; pero la mayoría consiste en obras que no prestan grandes servicios y algunas son de verdadero mamarrachos dignas de estar en algún otro sitio de menor importancia....(Voces: No se oye!) Creo yo que se han hecho algunos negocios efectuándose compras enteramente efectuándose compras enteramente criticables, llenándose los anaqueles y los estantes de la Biblioteca con libros inservibles. Tantos las Comisiones como los diputados que hemos tenido necesidad de asistir a la Biblioteca, no hemos encontrado en la mayoría de los casos, con que la Biblioteca no sirve para nada, y hemos tenido que recurrir a otras fuentes de documentación. Esto me ha hecho venir a llamar la atención de la Asamblea sobre la necesidad de que subsista la partida a debate. En efecto, para el porvenir, y este es uno de los deberes de la Comisión de Biblioteca, necesitamos un bibliotecario apto y activo, que no sólo se concrete a catalogar libros, sino que depure la Biblioteca, sometiendo a la consideración de la Cámara qué obras se deban comprar para que puedan llenarse las necesidades que debe satisfacer ese departamento. El bibliotecario debe también hacer bibliografías por ramos, de modo que , en el momento que un diputado haya de hacer una consulta, tenga a su vista no solamente la lista de los libros, el catálogo, sino una documentación seria y clasificada de todos los libros y documentos que existan en los archivos y bibliotecas de la ciudad, a fin de que se pueda hacer un estudio rápido y concienzudo de los asuntos que se traten aquí. Por lo tanto, por esto que someramente expongo, pero que basta para llevar a vuestra conciencia la necesidad de que subsista esta partida, creo yo que se requiere que la Comisión de Biblioteca presente una reglamentación a la mayor brevedad, de cuáles deben ser las funciones efectivas del bibliotecario de la Cámara; éste no puede ser el archivero, porque el archivero es un simple empleado administrativo, un verdadero guardador de documentos, con más o menos orden, en tanto que el bibliotecario, tal como lo requiere la Biblioteca de la Cámara de Diputados, necesita ser un intelectual, que tenga una preparación general para estar en cualquier momento en disposición de satisfacer las necesidades y documentación tanto de las Comisiones, como de los individuos de la Cámara que lo necesiten. Creo que con esto basta, señores diputados, para mantener la conveniencia de aprobar esta partida que propone la Comisión.

El C. Secretario Portes Gil: No habiendo ningún otro orador inscripto.....

El C. González Galindo, interrumpiendo: Pido la palabra en contra.

El C. Cámara: Pido la palabra en pro.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. González Galindo, y se le suplica que, para otra vez, se sirva pasar a la Mesa a inscribirse oportunamente, como lo previene el Reglamento.

El C. González Galindo: Señores diputados: El señor Cravioto ha confesado aquí, glosando la aseveración del señor diputado Céspedes, que esta plaza fue creada exclusivamente para favorecer a una persona; pues yo creo que el Tesoro de la Nación no está en condiciones de crear canongías, si bien pudiera estar en una grande necesidad la persona

favorecida, para que se le haga esta distinción y esto deberá ser calificado como un acto de altruismo muy laudable, en cambio, tenemos que sostener aquí la tesis que ha comenzado a normar esta discusión, esto es, la de que el Tesoro nacional no está en condiciones de favorecer especialmente a ninguna persona, ni de hacer dispendios, ni de derrochar, como se dijo ayer, los dineros de la Nación; por esto es por lo que yo considero antipatriótico que se creen estas canongías, puesto que contra ellas hemos luchado también todos los diputados. En este concepto, pido a los señores diputados que tengan la bondad de desechar esta partida.

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Cámara.

El C. Cámara: En vista de que está en el ánimo de la Asamblea que es indispensable que haya en la Biblioteca una persona que la arregle, ya no insistiré en su aprobación. Todos sabemos que en la Biblioteca de la Cámara había más de dos mil obras no catalogadas, que para nada servían, puesto que no se tenía la lista de ellas; y que últimamente, debido a la inteligente labor del bibliotecario actual, se ha podido lograr la formación del catálogo, que está prestando buenos servicios a los diputados. Dejar la Biblioteca puesta al poco cuidado que pueda prestarle un archivero, realmente es perder mayor cantidad de dinero que la que se pretende ahorrar con la supresión de la partida que se discute. No haré más extensa mi peroración, en vista de que no se han expuesto razones de peso, y aquí corto mi discurso.

El C. Secretario Portes Gil: No habiendo ningún otro orador inscripto, se pregunta si se considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Suficientemente discutido. Se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: Está a discusión la partida 14, relativa al jefe de la Sección de Taquigrafía.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: He separado la partida número 14, que dice: "Un jefe de Sección, $14.00 diarios," porque el primer proyecto se le habían asignado $12.00. No es mi deseo estar en contra de estos empleados, que realmente trabajan bastante; pero sí no estoy de acuerdo en que a última hora la Comisión de Presupuestos haya presentado un dictamen en que ha hecho varias modificaciones en el Ramo Primero, sin saber en qué se haya basado para efectuarlas; solamente en el Ramo Primero se contiene un despilfarro de $20,695.50. Además de todos los sueldos altos que ha señalado el primer proyecto, en el segundo, en las adiciones que ha presentado, sólo en el capítulo primero del Ramo Primero gasta anualmente de exceso, de sobrante, $20,695.50, y creo que no estamos en condiciones para estar haciendo este despilfarro en momentos en que nos encontramos en bancarrota. Mi deseo principal era haber atacado y haber insistido en el sueldo de los señores diputados y de los señores senadores; desgraciadamente, no tuve oportunidad de estar aquí en los momentos en que se me concedió la palabra, por una interrupción que hubo en los trenes del pueblo donde radico, que conducen a la ciudad, y no estuve en el momento oportuno..... (Una voz de las izquierdas: ¡Qué bueno!)

Algún compañero me dice que qué bueno, y yo lo lamento, porque hubiera tenido el deseo de que se hubieran hecho más argumentaciones y de que hubiésemos hecho luz en este asunto, que realmente, no estoy conforme con él. Ayer, los diputados Hay y García Vigil, cuando vinieron a atacar aquí alguna de las partidas, hablaron ampliamente, extensamente; el señor García Vigil se tomó la galantería de darnos una clase mala de Historia Universal, de la que debe haber quedado avergonzado el mismo César Cantú.....

El C. Castañeda Austreberto, interrumpiendo: Pido la palabra para una moción de orden. (Voces: ¡No, no! Siseos.)

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Castañeda Austreberto: El C. Cepeda Medrano pidió la palabra para impugnar la partida número 14, y no para hacer rectificación de hechos: suplico a la Mesa se sirva llamarle la atención.

El C. Presidente: Continúa en el uso de la palabra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano, continuando: ¿Recuerda Su Señoría el señor Castañeda que ayer habló el señor García Vigil una hora y tres cuartos, largo y tendido? ¿Por qué ayer el señor Castañeda no le hizo una advertencia cuándo se llego la hora reglamentaría? ¿Porqué el Sr. Castañeda no lo llamó al orden cuando dieron las ocho de la noche? Entonces nadie protestó, nadie se levantó, nosotros escuchamos pacientemente y ahora que hace unos dos minutos que estoy haciendo uso de la palabra, Su Señoría interrumpe nuevamente. No hay que ser apasionado, hay que dejar que los diputados hablen libremente. El señor García Vigil nos dio ayer una clase de Historia Universal, nos habló de Federico el Grande, de Napoleón, de Carlo Magno, de Egipto y de Rusia y de todas las naciones del mundo, no se concretó al punto a debate. Nos habló de Historia Universal que nos citó aquí con hechos falsos, con fechas erróneas y no protestamos nosotros, sufrimos pacientemente, y ahora, la primera vez que vengo a hablar sobre una partida, el señor diputado Castañeda se siente lastimado y no quiere que se pierda el tiempo...

El C. Castañeda, interrumpiendo: No me lastimo.

El C. Presidente: Se llama la atención al señor Castañeda.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Ayer, cuando el señor diputado Hay vino a impugnar aquí una partida. decía que yo no era sincero en mi actuación, que yo siempre obraba con alevosía, premeditación y ventaja y quería que se me aplicara una pena terrible y probablemente entonces se me aplicaría la pena de muerte; eso quería el señor Hay, pero yo creo que esto no lo podría conseguir; que recibo veinte pesos diarios, me decía el señor diputado Hay. Lo mismo que él y todos los diputados, y esto no es renunciable conforme al artículo constitucional número 27. El señor Hay, como se ha dicho aquí en pasadas sesiones, tiene un cargo en la Dirección General de los Ferrocarriles,

e indudablemente, señores diputados, que percibe sueldo por ese cargo. El señor diputado Hay percibe sueldo de diputado y el sueldo que se le tiene asignado allí en los ferrocarriles, que son constitucionalistas, y que conforme a la Constitución vigente de nuestro país, está prohibido para los diputados desempeñar cargos conexos con el de Diputado, cuando se trata de empleos que dependen directamente del gobierno. (Una voz: ¡No es cierto!) es absolutamente cierto.

El C. Hay, interrumpiendo: ¡No!

El C. Cepeda Medrano, continuando: Yo creo que los diputados, dice el señor Hay, creo que los diputados no son independientes ni suficientemente honrados percibiendo un corto sueldo. Yo me permito advertirle al señor diputado Hay, como él lo sabe perfectamente, que los diputados chilenos no perciben sueldo; que los diputados en Suiza tiene sueldos completamente bajos y que a pesar de esto sí son siempre honrados. ¿Cómo es posible, señores diputados, que los diputados mexicanos, por que iban a tener un corto sueldo, no fuesen horados? Los insulta. El señor diputado Hay sostiene una teoría completamente absurda, y dice que para vivir con dignidad e independencia, necesitamos tener bolsa llena de oro; que de otro modo no puede haber hombres honrados. El insulto es para la colectividad, porque yo creo que la verdadera honradez no estriba en el precio del salario, el jornal, en las dietas de cada uno de los ciudadanos, sino que se encuentra arraigado profundamente en la conciencia de cada individuo. Pobres y miserables hay que ganan una insignificancia y son mucho más honrados que los que ganan millones de pesos. Ahora con más razón tratándose de los señores diputados, que yo me supongo que han sido seleccionados de entre lo mejorcito que han encontrado en cada uno de los pueblos sus conciudadanos. Además, el señor Hay dice: "El C. Cepeda Medrano sabe que el Presidente de la República y sus Secretarios se han aumentado sus sueldos, y no dice nada en contra ni él ni la prensa." El sueldo del señor Presidente de la República y sus Secretarios está señalado en el Ramo Segundo, partida 1,000 y entonces no estaba a discusión; ¿cómo quería el señor diputado Hay que yo hubiese dado un salto mortal de la partida 1 a la partida 1,000 para que inmediatamente la Presidencia me llamase al orden y para que me dijese que me concretara al punto a debate? Nosotros, los de la derecha, no tenemos bastante libertad, se nos hacen mociones de orden, se nos interrumpe de mil modos, se nos sisea, y no podemos hablar con absoluta libertad como habla el señor Vigil, porque se trata del señor general y diputado García Vigil, miembro prominente del "Partido Liberal Constitucionalista," porque él cree que domina en esta Asamblea, y eso es completamente falso; dicen que ellos tienen la mayoría, esto es completamente falso y sabemos todos perfectamente que el "Partido Liberal Reformista" que está enfrente contendiendo contra el "Partido Liberal Constitucionalista," tiene setenta miembros; el "Partido Liberal Constitucionalista" aquí, dentro de la Cámara, apenas tiene sesenta miembros; los sesenta miembros restantes están divididos entre los diputados completamente independientes y entre los radicales que no tiene compromisos y que no están obligados ni ante el "pélese" ni ante el "Reformista." En consecuencia, el "Partido Liberal Constitucionalista" es falso que tenga mayoría en esta Cámara. Si ha dominado en el nombramiento de las Mesas, ha sido por la galantería de los diputados radicales para dar su voto en este caso, pero aisladamente yo los reto a que contendamos aquí el "Reformista" en contra del "Liberal Constitucionalista," y verán de qué lado está la fuerza y la mayoría, la fuerza de número, si de los que tiene apenas sesenta miembros dentro de la Cámara, o de los que tienen setenta... (siseos, murmullos y voces: ¡La fuerza moral! ¡concrétese al punto a debate! ¡La calidad sobre la cantidad!)

La calidad es superior a la cantidad. Nosotros tenemos también, enfrente al diputado García Vigil, al General y Diputado Jacinto B. Teviño, y que si méritos grandes tiene el señor García Vigil, no menos grandes los tiene el General Jacinto B.

Treviño. (Aplausos en curules y galerías.)

El señor diputado Hay nos decía que qué periódico ha reproducido exactamente los discursos en esta Cámara; que qué periódico ha hecho figurar su retrato y que qué periódico ha dicho que el diputado Hay...

El C. Hay, interrumpiendo: ¡No dije eso!

El C. Cepeda Medrano, continuando: ...que qué periódico ha reproducido exactamente los discursos que en esta Cámara ha pronunciado el señor Hay, Señores Hay: es imposible que la prensa vaya a tomar taquigráficamente todos los discursos y que vaya a llenar treinta y dos páginas diarias en reproducir los discursos de la Cámara que muchísimos veces no tiene valor ni significación de ninguna naturaleza...

El C. Hay, interrumpiendo: No dije tal cosa.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Pero muchas veces hemos venido a perder el tiempo miserablemente y es imposible, señor Hay, que aparezca todo exactamente en al prensa; la prensa se concreta a hacer la reseñas y cumple así con su deber. Además, tenemos nosotros el "Diario de los Debates" y el "Partido Liberal Constitucionalista," que tiene también en su poder todas las Comisiones, ha dispuesto del "Diario de los Debates" y ha sacado muchos ejemplares sin autorización de nosotros y sin autorización de nadie absolutamente, y lo ha hecho circular en muchos Distritos de la República: los hemos visto a estos señores sacar centenares de este periódico cuando se han pronunciado discursos incendiarios, para que vayan a poder de quien saben ustedes a dónde han sido mandados.

Dice el señor diputado Hay que desde ayer desaprobaron los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista" el aumentarse las dietas, los famosos treinta y tres treinta y tres....

El C. Zubaran, interrumpiendo: Pido la palabra para una moción de orden. (Voces: ¡No le hagan caso! ¡Déjenlo que hable!)

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Zubaran: No está a discusión el discurso del señor Hay, y aunque la Cámara quiera que no se le haga caso al señor Cepeda Medrano, el hecho es que estamos perdiendo el tiempo lastimosamente; que después pida la palabra para rectificar hechos, pero que ahora se concreta a lo que está a debate,

a la partida 14, pues de otra manera no vamos a cavar con el afán del señor Cepeda Medrano de decir estos discursos malo y muy largos. (Aplausos.) De manera que yo suplico a la Presidencia que haga que el orador se concrete al debate y después pida la palabra para rectificar hechos para injuriar al señor García Vigil; pero que se concreta ahora al debate. Por patriotismo, señor Cepeda Medrano.

El C. Presidente: Efectivamente, el señor Cepeda Medrano no se ha concretado al punto a debate, pero precisamente para evitar las falsas imputaciones que hace a la Mesa, ha preferido dejarlo en absoluta libertad para que hable lo que guste. (Aplausos.)

El C. Zubaran: Pido la palabra para otra moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Zubaran: No está facultada la Mesa para eso. Yo suplico que se concrete el orador al punto a debate, y después que pida la palabra, porque está en su derecho, para rectificaciones y para refutar los discursos de los señores generales Hay y García Vigil. Pero ahora, por favor, señor, (dirigiéndose al C. Cepeda Medrano), no nos endilgue usted un discurso malo y largo. (Risas.)

El C. Peña: ¡Por patriotismo, hombre, no haga perder el tiempo! (Murmullos.)

El C. Presidente: La Mesa transfiere al ciudadano Cepeda Medrano, la moción de orden de un miembro de la Asamblea, para que sirva concretarse al punto a debate.

El C. Cepeda Medrano: No puedo acceder a la solicitud del señor Zubaran. Lo siento mucho, pero ayer debió haber hecho esa moción de orden, cuando el señor García Vigil nos estaba dando una clase de Historio Universal muy mala, que nada tenía que ver con el punto de debate que estábamos tratando, de las dietas de los diputados; lo que nos dijo aquí de Federico el Grande, que Napoleón, que Carlomagno, que Egipto, que Francia, que Rusia, que los Estados Unidos.... (Aplausos.) El señor diputado García Vigil, tomé el tiempo, habló una hora cuarenta minutos y no hubo un solo diputado que se levantara a protestar, ni la Mesa siquiera, que lo llamara al orden, y cuando se llegaron las ocho de la noche, todavía siguió hablando el señor García Vigil y nadie absolutamente lo llamaba al orden, ¿y cómo ha de ser posible.....

El C. Presidente, interrumpiendo: Como es la segunda vez que el C. Cepeda Medrano repite en su discurso que la Mesa no ha cumplido con su deber, se va a permitir hacerle esta aclaración: en días anteriores el C. Cepeda Medrano se encontraba haciendo uso de la palabra; transcurrió la hora reglamentaria y siguió en el uso de la palabra hasta las ocho y veinte, sin que la Mesa lo hubiera llamado al orden, y la Mesa ha seguido el siguiente procedimiento: que mientras algún miembro de la Asamblea no interrumpa al orador, aun cuando transcurra el tiempo reglamentario, ha preferido dejarlo para que no se le tache de parcial. (Aplausos.)

El C. Cepeda Medrano, continuando: Yo nunca, señores diputados, porque muy pocas veces me han permitido que mis discursos sean de más de media hora; de manera que no hay razón para decir que han pasado de media hora. Dice el señor García Vigil y el señor Hay: "Somos amigos del ejecutivo y le hemos prestado nuestra ayuda en el ramo de Hacienda votando por concederle las facultades extraordinarias." Señor diputado Hay: ¿las derechas votaron en contra de las facultades extraordinarias? No, las derechas votaron también en favor de esas facultades, luego la gloria también pertenece a las derechas...

. - El C. Hay, interrumpiendo: No pretendo quitárselas.

El C. Cepeda Medrano, continuando: El señor diputado Ancona Albertos, cuando vino ayer a tratar sobre un asunto del que no está bien enterado, me decía, y ya lo esperaba yo, señores diputados, y sabía que mis palabras iban a desatar una tormenta de injurias en mi contra y yo pacientemente las estuve soportando y creo que en mis palabras de hoy no encontrarán ninguna sola frase injuriosa, y si alguna palabra encuentran que les parezca injuriosa, de antemano, con toda sinceridad, la retiro; no trato de ofender la honra de ningún diputado en la Cámara, Yo he soportado muchos insultos, no sólo velados, sino francos, y los he aguantado pacientemente, porque aquí vengo siempre a sostener mis opiniones y vendré a combatir únicamente con las armas que me presta el cargo que actualmente desempeño. El señor Ancona Albertos, como dije a ustedes, ayer pidió la palabra y dijo que venía a referir que le habían dicho que se decía que yo allá en Coahuila había recibido quinientos pesos del señor Jesús Acuña para comprarme unos pantalones. (Risas.) Como ustedes ven, está retratada la candidez o la mala fe del señor Ancona Albertos, porque no puede concebirse que se den quinientos pesos a una persona para que vaya a comprarse pantalones.... (Risas y voces: ¡Infalsificable!) ¿De qué precio serían esos pantalones? (Risas.) No puede concebirse semejante atrocidad.

Ahora, hay otra cosa: me decía el señor diputado Ancona Albertos que yo tenía una concesión de guayule. Es falso, y lo reto a que me señale cuándo y en qué fecha he solicitado esa concesión de guayule, para traspasársela inmediatamente, a nombre mío o a nombre de cualquiera persona de quien tenga yo representación. Además de los famosos quinientos pesos, que dice el señor Ancona Albertos, voy a referirle, para que sepa el diputado que le dio esa noticia, que está en un error: en mil novecientos catorce, en junio, me llamó el señor Carranza a la ciudad de Saltillo, y entonces era Secretario General del Gobierno el Señor Acuña. Llego yo allí, y después de darme órdenes y comisiones, me entregó mil pesos para el desempeño de esas comisiones, en Coahuila, como Inspector General de Hacienda.

Esos mil pesos, señores diputados, eran en billetes del Gobierno Constitucionalista, de los emitidos allá en Monclova; esos mil pesos solamente valdrían cincuenta pesos oro nacional en aquel tiempo, y se me entregaban esos mil pesos, señores, para que fuese a desempeñar las comisiones, como puedo demostrarlo ante el señor Acuña, y nunca desmintió él ese hecho, porque estaba completamente demostrado que se me había facilitado. lo mismo que se les han facilitado a muchísimos individuos que han estado al servicio del Gobierno en el desempeño de diversas comisiones. entonces

¿qué tiene de raro, si no sólo esos quinientos pesos se me han dado para el desempeño de comisiones? He estado, he desempeñado muchísimos comisiones en la República Mexicana, en distintos Estados y se me han dado cantidades para que vaya al desempeño de esas comisiones cuando estaba al servicio de la Revolución y prestaba mi contingente, -insignificante, si ustedes quieren pero prestábamos nuestra ayuda y apoyo en bien de la Revolución-. No hay razón ninguna para que se nos eche en cara eso tergiversando los hechos y presentándolos aumentados en distintas maneras y yo protesto enérgicamente contra todo eso, porque no recibí quinientos pesos para pantalones, yo recibí quinientos pesos para gastos y lo puedo demostrar aquí con algunas personas que lo digan, en las circunstancias en que me encontraba en aquel tiempo que yo estaba prestando mis servicios en el Ejército Constitucionalista a las órdenes del señor general Castro. Entonces, cuando pasé a Saltillo, iba en condiciones realmente deplorables, no me averguenza confesarlo, porque andábamos en la sierra, en las montañas, porque no teníamos más para ponernos, no teníamos frac ni portábamos chistera, y, efectivamente, cuando fui a la capital de la República, naturalmente que era propio presentarme decentemente y entonces compré, no sólo pantalones, sino un traje decente para poder presentarme en Saltillo. Esta es la verdad de las cosas; no me averguenza que haya pasado en esa época.

El diputado García Vigil dice que yo defiendo siempre al Jefe del Ejecutivo, y que lo considero como eje de la actual Administración. Es natural, señor García Vigil, que algunos diputados de la derecha vengan a defender al Jefe del Ejecutivo, cuando constantemente sin tener caso, viene ustedes a insultarlo de la manera más lastimosa; cuando constantemente vienen a hablar del señor Carranza, del Jefe del Ejecutivo, de la actual Administración, y de sus Ministros, atacándolos, es natural que algún diputado que tenga efectos y que tenga simpatías y que apreciemos esta Administración, no tenga empacho en venir a decir que somos leales amigos, sinceros y honrados de la Administración y que vengamos a defenderla con todo valor civil, ¿por qué nosotros hemos de avergonzarnos de ellos? No, señores, nosotros consideramos una gloria esto, ya vendrá la Historia a juzgarnos a cada uno en nuestra labor y vendrá a repetirse el caso que se repitió con Juárez, el caso que se repitió con Madero. ¿Qué dicen ustedes de los diputados aquellos que eran enemigos de Juárez y que le hicieron una oposición tenaz y que le hicieron una guerra formidable? ¿Qué dice ahora la Historia de los que fueron trastornadores, enemigos del orden? ¿Qué dicen ustedes de los diputados que había en esta Asamblea, en XXVI Legislatura, que estuvieron constantemente contra el señor Madero que era el Jefe del Ejecutivo, que era el Presidente de la República, cuando había algunos pocos que lo defendieron? Indudablemente, la Historia lo dice juzgando en estos momentos, que no los conceptúa como buenos revolucionarios, sino como miembros de la Revolución de aquella época. Pues ya los juzgará la Historia en este mismo sentido y ya veremos cuáles han sido adictos a la causa Constitucionalista, y cuáles enemigos de la Revolución; ya veremos cuáles hemos estado a la altura de nuestro puesto y de nuestro deber, y ya veremos cuáles se han extraviado del camino que debieron seguir. Aquí al Presidente de la República se le hace responsable de todo, de una borrachera de un gendarme, (risas) de un choque de automóviles en la calle, de las heladas que acabaron con todas las cosechas.... (siseos), de todo, absolutamente de todo.

Es la verdad: por cualquier cosa, por cualquier incidente, por cualquier caso, por cualquier motivo se vienen a lanzar injurias y se viene a insultar al Jefe del Ejecutivo, al señor Carranza. Y luego se asustan y se sorprenden y temen que alguno de nosotros vengamos a defenderlo con toda entereza y valor civil. Lo haremos constantemente, eternamente, y si es necesario entablar lucha ardua y terrible, pues contenderemos con ustedes. Estamos dispuestos a ello; los de la derecha han dejado su actitud, aquella actitud pacífica que habías encontrado en ellos, para constituirse en partidarios, en defensores de la legalidad, en defensores de los principios revolucionarios y del mismo Poder Ejecutivo y contender con ustedes en caso de que estén viniendo a esta tribuna a lanzar insultos, a lanzar injurias, a lanzar calumnias que manchan y denigran a los hombres que las lanzan. Nosotros, señores diputados, hemos querido venir a estar ajustándonos a la ley; hemos querido estar contendiendo con ustedes. Ya se nos asusta que tendremos un complot, que tendremos un cuartelazo, no tengáis temor, señores diputados, a eso hemos venido qué, a contender con ustedes, y ese cuartelazo y ese complot que tiene que venir, que cuanto antes venga, lo esperamos con todo entusiasmo para saber en qué actitud quedamos, para que se deslinden los campos de una vez, pero no estéis asustando al pueblo, a la sociedad, no estéis alarmándola, no estéis alarmando a la República entera con que mañana habrá un cuartelazo, que mañana habrá un complot que echará abajo a la actual Administración; que venga de una vez para saber cómo vamos a quedar... (Voces: ¡Miente, miente! Desorden, confusión.) El señor diputado García Vigil dice que soy liberto. ¿Liberto de quién, señores García Vigil? Cuando todos nosotros, con nuestros esfuerzos y nuestros hemos caído en poder del enemigo algunas veces, siempre hemos luchado dentro del campo político o en el campo armado, no llegando a generales, ni poniéndonos charreteras, sino siendo civiles y cogiendo el rifle como civiles

. - El C. Hay, interrumpiendo: Es exacto.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Eso es exacto, y yo tengo testigos aquí que pueden demostrarlo, que en momentos difíciles también hemos cogido el rifle para defendernos; y ¿por qué señores diputados, vamos a decir que nada más los civiles somos civiles para acabar con el Ejército? Lo que querremos es que el Ejército se moralice, que se dignifique más y más para que no tengamos un Ejército servil y traidor como en la época de Huerta y de Porfirio Díaz. Dice el señor García Vigil que no es el "Partido Liberal Constitucionalista" el que odia al señor Carranza, sino que es Carranza el que odia al "Partido Liberal Constitucionalista." Pues esto es nada más una suposición

de ustedes, y ya hemos visto, y podemos recurrir a cada una de las hojas del "Diario de los Debates" y encontraremos allí quién ha lanzado más insultos al señor Carranza: los del "Partido Liberal Constitucionalista"; o ¿acaso el señor Carranza ha lanzado un solo insulto al "Partido Liberal Constitucionalista"? (Una voz: ¡Por boca de la prensa!) A imitación del tiempo de Díaz, dice el señor García Vigil, que existe ahora un círculo de amigos. ¿Dónde está establecido ese círculo de amigos? Se nos señala a nosotros de que estamos recibiendo consignas, de que vamos con el Ejecutivo a hacerle indicaciones y que constantemente le llevamos chismes. Esas son las palabras que ha expresado el señor García Vigil. Señores, yo puedo asegurarles -y al señor García Vigil-, que hace siete meses no veo al señor Presidente de la República, y cuando lo vi la última vez, en el mes de mayo, fue en presencia del general Jacinto Treviño, y fui a arreglar un asunto de mi Distrito. Únicamente para eso le hablamos cinco minutos. De allá para acá, no he visitado al Presidente de la República, ni en la residencia presidencial, ni en su residencia particular. Y entonces, ¿por qué se nos dice que somos ministeriales? ¿Por qué se nos dice que somos presidenciales, que somos vendidos, que somos serviles, cuantas cosas quieren ustedes decirnos? Señores diputados: Yo creo que en esta Ley de Presupuestos que vamos a dictar, deberíamos tener un poco más de cuidado, deberíamos ver que estas partidas no podemos estarlas alterando, que la República no está en condiciones para estar soportando gastos tan crecidos; que tenemos un presupuesto que va a ascender de doscientos millones de pesos anuales, y para sacarlos del pueblo mexicano necesitamos hacer muchísimos esfuerzos y sacrificar machismo a ese pueblo. Por esa circunstancia me proponía en la primera vez, y quise hacerlo, hacerme oír hoy en la tarde, únicamente que llegué un poco después de la hora reglamentaria, para que no se nos fijaran los veinte diarios. Yo considero que si nosotros nos hemos aumentado a veinte pesos diarios, ¿cómo vamos a pedir ahora que el Senado, que el Presidente de la República, que los Ministros, que los empleados, no se aumenten un poco más el sueldo, cuando nosotros proporcionalmente nos lo hemos aumentado? ¿Cómo vamos a convenir cuando era nuestra intención, nuestro deseo grande y sincero de que nos rebajaran las dietas a nosotros y también al Presidente de la República y a los Ministros y a todos los hombres que se han aumentado el sueldo y que comenzáramos por nosotros mismos, por el Senado, que diésemos el ejemplo para que no se nos dijera por el Ejecutivo, los Secretarios y el pueblo entero, entonces nada más ustedes quieren aumentarse las dietas y rebajarlas a los demás empleados? Por esa circunstancia, ¿cómo vamos a pedir ahora que se rebajen los sueldos a cada uno de los empleados? Realmente yo desde mi curul, cuando me tocó hacer uso de la palabra para impugnar esta partida del Presupuesto, me resistía a venir, porque ya vosotros, por unanimidad, habríais aprobado el aumento de los veinte pesos a los diputados, y ahora ¿cómo pedimos que se rebajen los sueldos? De consiguiente. ¿qué va a hacer el Gobierno actual, la actual Administración, para poder sacar doscientos millones de pesos anuales, si cada una de estas partidas hemos visto, y aquí está la iniciativa de los miembros de la Comisión, cada una de esas partidas las hemos aumentado, porque decimos que no pueden vivir con ese sueldo, porque los empleados deben vivir decorosamente, porque los servidores del Gobierno necesitan tener un sueldo elevado para que la virtud se aquilate por medio del oro? No, señores diputados, yo considero que también los militares, los profesores, y los empleados del Gobierno tienen derecho para que se les aumenten las dietas, ellos también tienen gastos, ellos también tienen exigencias, y sienten el rigor de esas escasez de la vida y nada más para nosotros nos estamos aumentado las dietas. ¿Qué acaso no son ellos grandes luchadores y grandes trabajadores? ¿Qué acaso no han contribuído ellos también para la reivindicación de nuestros derechos? ¿Qué hay más grande que el esfuerzo del maestro? A él deberíamos tender nuestras manos, ayudarlo, y también a los hombres que han ido a los campos de batalla; el soldado que con el rifle en la mano va a combatir contra el enemigo, es merecedor de que se le aumente el sueldo; al maestro que con la enseñanza de sus doctrinas eleva al pueblo y lo educa y le enseña el camino del bien, indudablemente que también es necesario mejorarlo, que también es necesario aumentarle el sueldo. El hombre que trabaja dentro de una oficina pública y sin ningún porvenir, sin porvenir de ninguna naturaleza, y que está consumiendo su inteligencia y su esfuerzo en bien del Gobierno y en bien del pueblo, es indudable que también necesita aumento, que también necesita mejoramiento. ¿pero por qué no lo hacemos entonces extensivo? ¿Por qué? Porque las circunstancias aflictivas en que se encuentra la República no lo permiten, porque el Erario está agotado, porque no hay fuentes de riquezas como en tiempos de paz, porque no tenemos los recursos sobrados para poder aumentar a cada uno de esos empleados. Pues bien, seamos cautos, no despilfarremos el dinero de la Nación. Veamos cada una de estas partidas y veamos que están aumentadas, que todo esto va a pesar sobre el pueblo, sobre los impuestos, que indudablemente cada día, cada vez, en cada momento, tendremos que estar haciendo nuevos gastos y señalando nuevos y nuevos impuestos, y el pueblo ya está fastidiado con los impuestos, No matemos la gallina de los huevos de oro. Respetemos al pueblo, que ya está fastidiado, que ya está cansado de soportar tanta gabela y tanto impuesto. (Murmullos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Reynoso, miembro de la Comisión: Señores diputados: Yo lamento que el Señor Cepeda Medrano venga a esta tribuna, pida la palabra para impugnar una partida y de todo hable, menos de aquello para lo que ha pedido la palabra. No se ha referido absolutamente para nada a la partida número 14, que disque iba a impugnar. Yo ruego al señor Cepeda Medrano que tome esta súplica como compañero, sinceramente se lo suplico, que no se extienda tanto en sus discursos cuando venga a atacar una partida. La Comisión está dispuesta a oír todas las observaciones que se le hagan, no está casada con sus ideas, y desde ayer manifestó a la H. Asamblea que estaba dispuesta a oír todo lo que

se le dijera, y el señor Cepeda Medrano nos ha dicho un discurso de más de una hora, sin decir una palabra de la partida número 14. La partida número 14 se refiere a un Jefe de Sección de la Taquigrafía Parlamentaria, y la Comisión ha tenido en cuenta, para aumentar a $14.00 el sueldo de este empleado, el trabajo enorme que han tenido y tiene los taquígrafos, así como todos los Jefes de Sección de la Cámara. Yo he visto, con motivo de pertenecer a la Comisión de Presupuestos, que los Jefes de Sección trabajan todo el día y a veces hasta horas extraordinarias en la noche. No sólo en la Comisión de Presupuestos, sino cualquier diputado que tenga una Comisión, se habrá dado cuenta del trabajo de la Secretaría y que es muy justo poner $14.00 a los Jefes de Sección, dos pesos más de lo que tienen los Jefes de Sección en las Secretarías de Estado, porque el trabajo aquí es completamente distinto y mucho mayor que en las Secretarías de Estado. Alguien apartó ya para su votación la partida número 6, que dice: "Un Jefe de Sección de la Secretaría, $14.00," no fue impugnada; de manera que no sé por qué ahora la partida 14, que se refiere también a un Jefe de Sección de la Taquigrafía Parlamentaria, viene a atacarla el señor Cepeda Medrano. Como es un asunto tan sencillo, que no requiere tanta pérdida de tiempo, como lo ha venido a hacer el señor Cepeda Medrano, yo me concreto a manifestar a la Asamblea que las partidas que se refieren a Jefes de Sección, que éstos tienen mucho trabajo y que, en concepto de la Comisión, es justo que se les deje el sueldo de $14.00.

El C. González Galindo: Para una interpelación.

El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Mi opinión es que no se aumenten los sueldos de los empleados, en vista de las condiciones en que nos encontramos; no podemos salvar la situación económica, y estamos aumentando a cada uno de los empleados los sueldos. Yo quisiera que nombraran una comisión para que vieran si es imposible que podamos hacer esos gastos. Solamente en el Primera Ramo se gastan veinte mil pesos anuales, y en el segundo más de cincuenta mil pesos. Si todo eso podemos normar, economizar, mejor será emplearlo en la educación, y no tendremos tantos gastos que hacer.

El C. Reynoso: La Comisión repite lo que ya dijo hace un momento: que está dispuesta a oír las observaciones que se le hagan. Manifiesta la Comisión el criterio que ha tenido para aumentar a estos empleados, por el trabajo que han tenido y tienen, no obstante que viene un receso. Los Jefes de Sección, así como los demás empleados de la Cámara, van a tener mucho trabajo y van a tener un poco más, porque los trabajos del Senado se van a hacer aquí, en la Cámara. (Voces: ¡Sí! ¡No!) Yo tengo un oficio de los senadores, en que manifiestan eso. Por eso lo digo; estaré en un error, pero ya repito, ese ha sido el criterio de la Comisión: aumentar los sueldos, como ha aumentado el Ejecutivo los sueldos a quienes ha creído justo aumentarles. La Comisión únicamente a estos empleados les ha aumentado dos pesos, en virtud del trabajo que han tenido y que seguirán teniendo, pero ya repito que la Comisión no está casada con sus ideas y que está dispuesta a oír todas las observaciones que se le hagan.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. González Galindo.

El C. González Galindo: Hace un momento pregunté a la Comisión se sirviera decirme cuál era la diferencia que existía entre cada una de las partidas con relación al presupuesto anterior, y se me contestó que era de un peso. No ha pasado gran tiempo, cuando ya nos estamos convenciendo de que son dos, y acaso más. No es esto, por supuesto, para oponerme a que se apruebe esta partida, porque algunos compañeros me han mostrado los recibos de la hora en que entrega el trabajo el jefe de esa Sección, y es absolutamente exagerado, y es exacto: es mucho el tiempo de trabajo. Por eso considero justificado ese aumento. Yo vuelvo a repetir que la Comisión debería poner en nuestras manos, en las manos de los diputados, una lista de las partidas del presupuesto anterior, para ver cuál es la verdadera diferencia entre unas y otras.

El C. Reynoso: Los proyectos de presupuesto anteriores, ya no están en poder de la Comisión, se repartieron debidamente a cada uno de los diputados, y seguramente que lo habrán perdido o lo habrán dejado olvidado en su casa; pero la Comisión no está obligada, naturalmente, a repartir estos presupuestos, que dice el Sr. González Galindo, porque son presupuestos de los que ya se suspendió la discusión; de manera que no puedo contestar la pregunta del señor González Galindo en esa forma.

El C. Secretario Portes Gil: No habiendo ningún otro orador inscripto, se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. Se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: La Comisión consulta a la Asamblea así le concede permiso para retirar las partidas números 15, 16, 18, 19, 20 y 21, en la inteligencia de que se presentarán luego modificadas. Los ciudadanos diputados que otorguen su venia, se servirán poner de pie. Se concede el permiso. - El mismo C. Secretario: Está a discusión la fracción 28, que dice: "Un intendente de la Cámara, $7.00 diarios."

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Rivera Cabrera. (Voces: ¡No está, no está!)

- El mismo C. Secretario: No estando el orador inscripto, se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: Esta a discusión la partida número 37 del proyecto, relativa a gastos ordinarios y extraordinarios, que dice: "Para la Biblioteca, $3,000.00."

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: He pedido la palabra en contra de esta partida, porque se ponen $3,00.00 anuales para la Biblioteca. Voy a hacer una interpelación a la Comisión, para que se sirva decirme, por qué la primera vez puso $1,500.00 y ahora pone $3,000.00, cuando los gastos de la Biblioteca nada tienen que ver con la escasez de víveres ni

con la alza de los alimentos, cuando antes solamente tenía $1,500.00. (Aplausos de las galerías.) - El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Reynoso: La Comisión ha tenido en cuenta que actualmente, en la Biblioteca faltan muchas obras modernas, sobre todo de sociología; casi no hay un solo libro sobre cuestiones constitucionales, libros anticuados solamente son los que hay, no hay libros de economía política y algunas obras necesarias que son muy costosas. El compañero Manrique me decía ayer que por qué no aumentábamos esa partida, porque se le hacía muy poco tres mil pesos. yo le manifesté que con tres mil pesos podría hacerse una buena compra de libros y que no habría para qué gravar más a la Tesorería con gastos para la Biblioteca. En concepto de la Comisión, tres mil pesos son muy suficientes para abastecer de libros modernos, que son indispensables para la Biblioteca.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: Estoy en contra de esta partida, a pesar de lo que ha explicado la Comisión, porque no puedo yo admitir que estemos gastando cantidades y más cantidades en cada una de las partidas, en las condiciones aflictivas en que nos encontramos. Yo les repetiré aquí, hasta la saciedad, y no me casaré de venir a impugnar cada una de estas partidas, porque comprendo y sé perfectamente que le estamos creando muchísimos dificultades a la actual Administración y que se va a encontrar imposibilitada para poder cumplir con estos gastos. ¿Qué vamos a hacer si señalamos elevados gastos, gastos crecidos, si tenemos un presupuesto de más de doscientos millones de pesos? ¿De dónde se sacan, señores diputados, cuando sabemos que tenemos deudas inmensas, que los réditos están corriendo y que tienen que pagarse religiosamente; que hace siente años que no se pagan esos réditos y que están creciendo constantemente la deuda exterior e interior del país? Indudablemente que, si es posible dejar de comprar libros para la Biblioteca, no los compremos. Comprémoslos cada uno de los diputados cuando los necesitemos, para evitar ese gasto a la Nación, soportar ese gasto más en sus egresos. Yo creo que, si nosotros vamos a querer arreglar las cosas de la actual Administración a épocas en que estuviera con las arcas llenas de dinero, pues estamos cometiendo un desastre, porque no sé hasta dónde iremos a parar. No saben, materialmente los señores diputados no han comprendido cómo ha marchado la Administración Pública en este momento; de dónde han salido esos millones de pesos para poder pagar al Poder Legislativo, para poder pagar al Poder Ejecutivo, y para poder hacer todos los gastos; pero se ha tenido que disponer de algunos millones de pesos sagrados, de compañías y particulares, que estaban en posesión del Gobierno, para poder salvar la situación actual, y ha sido necesario, señores diputados, disponer de esas cantidades, en tanto se nivelan los presupuestos de la Nación. En esta forma no los vamos a nivelar; la industria, el Comercio, la agricultura, todo ha decaído, absolutamente todo.

Si nos señalan fuertes de riqueza de donde poder sacar los doscientos millones de pesos, pero con números, con iniciativas prácticas que garanticen que podemos sacar esos impuestos sin extorsionar y sin matar a la industria y al comerció, entonces nosotros, señores, seremos los primeros que vengamos a votar en favor de todas las partidas, y hagamos derroche de dinero; pero cuando no podemos nosotros decir de dónde van a salir estos gastos, estamos como aquel niño que se encuentra viviendo de lo que da su papá y que lo gasta, lo dilapida, lo pierde sin saber de dónde viene y ¡qué le importa a aquel hombre si no sabe la procedencia, si no conoce las entradas, si no sabe lo que su padre gana, si no sabe lo que cuesta aquel dinero y cuánto le podría dar su padre! En las mismas condiciones, señores diputados, nos encontramos nosotros; la Nación mexicana tiene muchas deudas y tiene que pagarlas religiosamente, y tiene que cubrirlas quieran o no quieran. ¿Por qué? Porque lo exige su dignidad, porque lo exige su decoro, su crédito nacional y solamente en esa forma podrá tener nuevo crédito, y sólo así podrá estrechar su amistad con los demás países del mundo, y eso lo tenemos que cumplir, pues son deudas sagradas, son deudas legales. En consecuencia, señores diputados, no es solamente el gasto de doscientos millones el que tenemos que hacer, hay más todavía, hay la deuda que tenemos que pagar a todas las naciones que debemos, un mil y pico de millones de pesos. ¿Y de dónde los vamos a sacar? Si bien es cierto que esas deudas no las hemos contraído en esta Administración, pero las han contraído gobiernos que nosotros conceptuamos como legítimos, y que deben respetarse. Tomando en consideración estas razones y no previsto estos gastos, no se le debe dar nada a la Biblioteca, la Biblioteca no necesita de más libros porque muy pocos diputados van a la Biblioteca. La mayor parte de nosotros no somos estudiosos, no gastamos horas enteras en ir a la Biblioteca, apenas pedimos uno que otro volumen cuando nos encontramos en la sesión, para hacer una consulta, para ver allí algún artículo, o para consultar a alguno de los puntos que vamos a tratar de resolver. Nosotros, señores diputados, no empleamos nunca el tiempo de que disfrutamos en ir a la Biblioteca. ¿Entonces para qué hacer gastos de libros, si no somos estudiosos? No, señores diputados, no aprobemos esta partida, desechémosla por completo, porque las obras que tenemos allí son muy suficientes para ilustrarnos, ojalá que la ilustración que se encierra en esos libros y las enseñanzas que allí se encuentran pudiéramos llevarlas al cerebro de cada uno de nosotros y ya tendríamos bastante para poder quedar satisfechos.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique en pro.

El C. Manrique: Yo me explico, señores diputados, y hallo sincera su actitud del señor Cepeda Medrano, porque no tengo derecho para dudar de su sinceridad, me explico, digo, su actitud para solicitar una rebaja a las dietas de los diputados, pero es absolutamente absurdo, casi diría - si no fuese dura la expresión-, imbécil la actitud de quienes quieran que se prive a la Biblioteca del Congreso de la Unión, a la Biblioteca de la Cámara de Diputados, de $3,000.00, cantidad

verdaderamente mezquina. Más bien deberíamos avergonzarnos de tener esa cantidad tan pequeña en nuestro presupuesto, destinada a la Biblioteca del Congreso de la Unión. ¡Tres mil pesos! En 1912 la partida correspondiente a la Biblioteca era de seis mil pesos, y ahora que los libros han quintuplicado su valor, casi duplicado muchos de ellos, los que nos vienen sobre todo del extranjero, ahora se quiere reducir todavía la pequeñísima cantidad de tres mil pesos. Comparemos nuestra Biblioteca de la Cámara de Diputados con la famosa "Livrery of Congress," la Biblioteca del Congreso de Washington; comparemos la Biblioteca de la Cámara de Diputados con la Biblioteca del Congreso americano y advertiréis que media entre ambas un abismo. Ya lo creo que no podemos en los actuales momentos querer, es decir, pretender tener una Biblioteca que se parezca siquiera un tanto a la Biblioteca norteamericana. Es cierto, pero señores diputados, bien está que rebajemos nuestras dietas, pero a una cosa no tenemos derecho, y es a tocar la pequeñísima partida destinada a comprar libros para la Biblioteca. Yo creo, señores diputados, que si la Biblioteca estuviese mejor provista de lo que está, tratados de Economía Política, de Sociología, etc., y si fuese más visitada por algunos compañeros diputados, como por ejemplo el compañero Cepeda Medrano a quien nunca he visto por allí (risas), yo creo que no se habrían oído tantos dislates desde esta tribuna, no habríamos vertido muchos diputados -inclusive Cepeda Medrano y yo-, tantos disparates tratando, pro ejemplo, de Economía Política y de otros asuntos. Si la Biblioteca estuviese un poco mejor surtida de estar obras, entonces vendríamos a decir, vendríamos a hablar aquí tal vez con menos apasionamiento, pero con un poco más de razón y con un conocimiento más íntimo de las cuestiones. La partida de $3,000.00 no la aumentamos porque no podemos hacerlo, pero de ninguna manera la rebajemos. Tres mil pesos anuales para la Biblioteca de la Cámara de Diputados, es muy poco. Bien se conoce que el compañero Cepeda Medrano, pues no ha comprado, no frecuenta las librerías, no se entera de que han subido de precio los libros... (voces: ¡Lee a "Bertoldo"! Risas.) y hasta probablemente por no haber tenido nunca en sus manos una obra de Economía Política, no se explica un hecho sencillo que es por lo demás un hecho de observación. Ha asentado aquí una teoría peregrina diciendo que es cierto que han subido los precios, que ha encarecido la vida, que ha encarecido el maíz, que ha encarecido la ropa, pero los libros ¿acaso han encarecido? ¿Qué tiene que ver el encarecimiento del maíz con los libros? Esto es verdaderamente peregrino y bien sabemos que por un fenómeno de incidencia, las variaciones en los precios de los artículos de primera necesidad, influyen también sobre los artículos de lujo y la verdad es que los libros son artículos de primera necesidad, compañero Cepeda Medrano. Pero sea de ello lo que fuere, es un hecho de observación que los libros han encarecido extraordinariamente, que con tres mil pesos anuales apenas se puede poner al corriente esta Biblioteca, digo al corriente de las modernas ideas en materia científica, dándole libros de que desgraciadamente carece.

El compañero Cepeda Medrano observaba con justicia que la Biblioteca no es todo lo frecuentada que fuera de desearse. Yo atribuyo este hecho, entre otras circunstancias, precisamente a lo mal surtida que está. En más de una ocasión he visto yo llegar a la Biblioteca a algún compañero, solicitar una obra de Economía Política, de Derecho Penal, de Derecho Internacional, y al constetarle cortésmente el bibliotecario que no tenía la obra deseada, el diputado se despida para no volver más a la Biblioteca. Es claro, ¿a qué vamos a perder el tiempo si no hemos de encontrar en ella las obras modernas de que estamos tan necesitados? Pedir, pues, que se rebaje, que se suprima, porque a esto llegó el compañero Medrano en medio de su apasionamiento, que se supriman los tres mil pesos que están destinados a la Biblioteca de la Cámara de Diputados, es verdaderamente absurdo, y es más absurdo todavía que el pueblo que ocupa las galerías, pueblo que debemos suponer ilustrado y consciente, haya contestado con un aplauso entusiasta a las palabras del compañero Cepeda Medrano. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: Los argumentos del señor Manrique son... pues fáciles de destruirse. (Risas.) No llegaré yo a lanzarle el calificativo de imbécil, porque me merece un poco de más respeto, señor diputado Manrique...

El C. Manrique, interrumpiendo: No usted, sino la teoría.

El C. Cepeda Medrano, continuando: ...y los imbéciles no están aquí representado al pueblo, señor diputado Manrique. Yo lamento que en el cerebro del señor Manrique haya actos tan extravagantes, y bien lo conocemos aquí todos. El señor diputado Manrique es un hombre que ataca y halaga; es un hombre que viene a defender y viene a atacar al mismo tiempo; es un hombre que con su educación jesuítica que tiene, no se absolutamente qué actitud debe de tomar... (Voces: ¡Zás, zás!) ¿Por qué se nos lanza ese insulto duro que no merecemos, señor Manrique, de imbécil? ¿Qué acaso yo no podría decirle, estudiando cada uno de sus discursos, que usted no es más que un jesuita? ¿Qué acaso yo no podría decirle, señor Manrique, en contestación al insulto que usted me ha lanzado, señalarle yo algunos errores? No en esa forma se combate, señor Manrique. Enseñad a las galerías cómo combaten los hombres honrados, pero no decirles que con ataques personales y con insultos grandes. Ya estamos cansados de soportar semejantes bajezas; pero no nos detendremos en esto, señor Manrique. Decía yo, señores diputados, que el pueblo merece todo respeto, que aquí debemos enseñarle cómo es un parlamento; que aquí debemos decirle cómo venimos a defender una idea y cómo venimos a sostener una doctrina, y cómo venimos a plantear una tesis; pero decirle que para apostrofar a nuestros enemigos políticos, que para aniquilar al que nos viene a impugnar, para hacer desaparecer de la esfera política a un hombre que nos da asco y nos causa repulsión, le vamos a decir que es criminal, imbécil y malévolo, y miles y miles de insultos, no, en esa forma no se combate. Enseñad a las galerías vos que sois catedrático,

que estudiáis en Universidades, que sois un universitario, cómo deben ser las galerías, cómo son las Universidades en Francia, en España, en Estados Unidos y allí se avergonzarían de oíros hablar a vos, señor diputado Manrique. (Aplausos de las galerías.)

Decía yo, señores diputados, que yo vengo a sostener que esta partida desaparezca del presupuesto que se nos ha presentado, sencillamente por esto: el señor Manrique dice que en los Estados Unidos, se le olvidó decir que en parís, donde no conoce usted, en Estados Unidos que no conoce usted y que nosotros sí conocemos. Usted ha leído el curso inglés aquí en México, inglés que no ha ido a practicar a Estados Unidos y lo habla mal, usted sabe francés mal y alemán más mal todavía, señor Manrique. Nosotros sabemos un poco de inglés que hemos estudiado en Estados Unidos. Conocemos algunas Bibliotecas en Estados Unidos, hemos cogido algunos libros y los hemos estudiado, señor Manrique, antes de venir a esta Asamblea. En consecuencia, no puede lanzarme este insulto de que porque nosotros nunca abrimos un tratado de Economía Política, un tratado de Derecho o una obra de consulta, no hemos estudiado. No, señor Manrique, estudiamos y constantemente estudiamos y cuando no encontramos los libros aquí en la Biblioteca, entonces nosotros los compramos de nuestro propio peculio; id a ver a mi escritorio veréis allí más de media docena de libros que he comprado en estos días de mi bolsillo.

Entonces, señor diputado Manrique, se nosotros vamos a tener una biblioteca tan inmensa, tan numerosa, tan llena de volúmenes como la tienen los Estados Unidos, como la tienen en Francia, dadnos el dinero que tienen Francia y Estados Unidos, y entonces compraremos los libros que tienen en Francia y en Estados Unidos; pero eso no se puede hacer; estamos en la miseria y queremos tener palacios, estamos en la miseria y queremos tener comodidades amplias, todas las comodidades. No, el hombre cuando está en la miseria se acomoda a sus necesidades; el hombre cuando no tiene un centavo, vive en las condiciones miserables a que lo ha obligado su miseria; pero querer que los hombres miserables vayan a vivir como potentados, querré que los hombres pobres vayan a estar en palacios, vayan a tener lujos y automóviles y vayan a tener libros, no, eso es para los demás, señor Diputado Manrique.

Convenid, señor Manrique y señores diputados, en que nuestra situación económica es aflictiva, es desastrosa; que estamos en bancarrota, aunque tengamos el sentimiento de decirlo; que nuestra obligación, que es sagrada, es ayudar al Gobierno por todos los medios posibles para que no haga más gastos, para que no ponga más impuestos al pueblo, para que el pueblo sepa que los impuestos no precisamente viene de la Administración, sino que vienen de los grandes gastos que nosotros con nuestra soberanía le señalamos en este Presupuesto de Egresos, con estas dietas que nos aumentamos, con estos sueldos que se señalan. Debemos reducir estos gastos, señores diputados, y entonces habremos correspondido a la confianza que debe tener, que ha depositado en nosotros el pueblo, ¿pero cómo vamos a gastar nosotros tres mil pesos anuales, señor Manrique, cuando en la Biblioteca que tenemos aquí si se raquítica, tenemos la Biblioteca Nacional a donde vamos a consultar en momentos difíciles alguna obra, la Biblioteca Nacional que tiene más de quinientos volúmenes? (Risas y voces: ¡Uuuh!) He dicho, señores diputados, la Biblioteca Nacional que tiene más de quinientos mil volúmenes... (siseos) que tiene más de quinientos mil volúmenes, es suficiente para ilustrar a toda esta Cámara. ¿Para qué quieren hacer nuevos gastos, cómo quieren que el Gobierno, que el Estado, que el pueblo los esté aguantando constantemente? (Siseos.) Sisead, señores diputados, aun cuando patéis y protestéis, yo estoy dispuestos aquí a defender los intereses de la Nación, yo estoy dispuesto aquí a defender partida por partida de este presupuesto de gastos, porque no es justo, señores diputados, que vengamos a hacer gastos y más gastos constantemente cuando estamos en la más espantosa miseria y en la más triste bancarrota. Si en Estados Unidos, en Francia, pueden tener Bibliotecas elegantísimas, en México, en los actuales momentos nosotros debemos de conformarnos con los libros que tenemos en nuestra Biblioteca y no gravar y hacerle más gastos a la Nación. Si así vamos a proceder en cada una de las partidas que se nos presenten, ya se vería la Nación completamente afligida y nosotros no seríamos capaces para, como ya dije antes, y lo repito ahora, señalarle ninguna fuente de riqueza, señalarle esos impuestos sin que vayan a caerle al pueblo; presentadnos estos medios y entonces votaremos en favor, pero de otra manera desechad esas partidas porque son exageradas, porque en estos momentos no conviene que se señale en el Presupuesto de Egresos esa partida. Por todas estas razones, vendré a oponerme siempre a cada una de estas partidas.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rivera José: Señores diputados: Yo creo que el tiempo que estamos perdiendo en discutir una partida de tres mil pesos, importa más a la Nación

. La Comisión, al aceptar esta modesta partida de $3,000.00, tuvo en cuenta otras partidas que existen, y que solicita el Poder Ejecutivo, sobre las cuales voy a hablar y para las cuales emplazo al señor Cepeda Medrano, a ver qué nos dice. (Voces: ¡Zácale!) Se solicitan cincuenta mil pesos para el sostenimiento de cinco landós, cinco cupés, un breck, y nueve caballos, cincuenta mil pesos al año. (Siseos.) La comisión hizo un cálculo de que si se compraran nuevos estos landós y estos caballos, constarían menos. Hay otra partida de $150,000.00 para el sostenimiento de las residencias presidenciales...

El C. Saucedo, interrumpiendo: ¡Para banquetes!

El C. Rivera, continuando: Hay otra partida de $42,000.00 para el alumbrado de las residencias presidenciales. (Siseos.) En caso dado, se podrían quitar estos focos y alumbrarnos con petróleo; pero no vengamos con economías para libros de traerán muchas luces a nuestras conciencias y a nuestros cerebros. (Aplausos.) Pero hay algo más, señor Cepeda Medrano, y se lo digo sinceramente; hay una partida de la Secretaría de Guerra de tres millones

de pesos para los convencionistas que están en complots aquí en la ciudad de México. ¿Para qué vamos entonces a estar perdiendo el tiempo en discutir una partida de tres mil pesos? Yo invito a la Asamblea a que apruebe esta partida en obvio de tiempo y cuando lleguemos a estas partidas, sea cuando el señor Cepeda Medrano nos venga a ilustrar.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Manrique.

El C. Manrique: Comienzo, señores diputados, pro rectificar un concepto del compañero Cepeda Medrano: No llamé al compañero Cepeda Medrano imbécil, sino dije que casi me veía tentado a tachar de imbécil la teoría por él asentada. (Voces: ¡Lo mismo es!) No me explico, señores diputados, sino sólo por una apasiguamiento que tiene mucho de morboso, que el compañero Cepeda Medrano haya venido a gastar aquí y a hacer aquí un verdadero derroche de energía digna de mejor causa, para atacar lanza en ristre la mezquina partida $3,000.00 para libros para los diputados. Ya os dije, señor Cepeda Medrano, que aplaudo vuestra actitud al querer que las dietas de los diputados se rebajasen; pero pedir que a la Biblioteca se le quiten $3,000.00 anuales para comprar libros, esto sí me parece absurdo y estulto, y esto sí estoy dispuesto a repetirlo. Probablemente la palabra "imbécil" que emplee y que es perfectamente castiza, puede parecer a la exquisita corrección de gentleman del compañero Cepeda Medrano... (aplausos), acaso puede parecerle un poco shocking, un poco de mal tono, pero estoy dispuesto a repetirla, compañero Cepeda Medrano. Yo no sé si esta palabra sea muy del gusto de los jóvenes jesuitas, pero mucho me temo que no; al contrario, una expresión franca y sincera de los que siente, un poco ruda tal vez, un poco rústica, pero que corresponde a la indignación que experimenté al ver que una persona que representa aquí un Distrito de uno de los Estados más cultos de la República, como es el Estado de Coahuila, venga a atacar una partida de $3,000.00 para libros, $3,000.00, señores diputados, que si suponemos, porque este es el desiderátum, que han de invertirse en buenos libros, la verdad es que si la ilustración, los conocimientos que estos libros van a darnos, pudieran cuantificarse y traducirse en dinero, producirían muchos centenares de miles de pesos. Que el C. Cepeda Medrano tiene algunos libros en su gaveta, me alegro mucho de ello; pero ahora me explico menos que nunca su actitud. El hombre que tiene libros en su gaveta, un hombre que resta algo de lo poco que gana como diputado para comprar libros con qué nutrirse, no me explico que les tenga tan poco cariño y que venga a oponerse a que la Cámara de Diputados no cuente con una mezquina partida de tres mil pesos. Señores diputados: yo me explico, rectificando un poco mi concepto, he dicho que me extrañaba que un público de la capital que debe ser culto, aplaudiera las palabras del C. Cepeda Medrano y tampoco estos dispuesto a retirar estas palabras; experimenté extrañeza y lo dije, porque siempre acostumbro decir lo que siento, costumbre mala no muy propia del político, pero eso me importa poco; sin embargo, se explica, porque el compañero Cepeda Medrano nos vino a hablar del inmenso sacrificio de la Nación, de la necesidad de hacer economías, etc. Estas palabras, compañero Cepeda Medrano, sólo carecieron de algo que yo considero como una décima musa, o una cuarta gracia: del don de la oportunidad; esto habría estado bien cuando se hubiera tratado de atacar la vanidad de emplear $150,000.00 para gastos de la residencias presidenciales, como la partida de $50,000.00, -digo que entonces habría estado bien el C. Cepeda Medrano-, para el servicio de coches, caballos y sostenimiento y reparación de cinco landós, cupés, etc. Este sistema de vanidades, propio de las monarquías, es lo que reprochamos, por esto reproché yo también, en medio de los siseos de las de las galerías, de la censura desdeñosa de los jóvenes periodistas y de los siseos vuestros, que para tener derecho de cobrar gastos de representación mantuviesen en el Reglamento un artículo anacrónico, resto de las viejas leyes suntuarias que nos obliga a vestir de etiqueta en las ceremonias de clausura y apertura de la Cámara. Esto yo lo he reprochado, con reprocho también y ya que viene a cuento lo diremos -ya la prensa comenzó a hablar de ello-, que el Ejecutivo de la Unión prepara un suntuoso banquete de no menos de doscientos cincuenta cubiertos para el Poder Legislativo; yo creo que esto significa un enorme gasto verdaderamente superfluo para el estado actual de la Nación; esto es reprochable. Y conste que no reprocho el que el Ejecutivo busque una ocasión para cambiar con nosotros impresiones, para que cada uno de nosotros, humildes representantes del pueblo, estrechemos su diestra; no, no es esto; si de esto se trata, entonces bien se puede convocar, bien se puede llamar a los representantes a una humilde recepción; allí departiremos amable y francamente con el Representante del Ejecutivo y se habrá llenado este disiderátum; pero, señores diputados, si la sinceridad, si la fraternidad sólo ha de desarrollarse incitada por el tufillo de apetitosos manjares o por el aroma delicado de los vinos, entonces yo maldigo de esta fraternidad, señores, fraternidad que tiene mucho de artificial. Esto es lo que debemos reprochar, pero $3,000.00 que están destinados a la compra de libros que suponemos que han de ser aprovechados por el Congreso de la Unión, esto no es reprochable; esta partida, ya que las circunstancias actuales nos impiden aumentarla, debemos aprobarla por unanimidad o por lo menos por absoluta mayoría, contra el voto del C. Cepeda Medrano. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Secretario Portes Gil: No habiendo ningún otro orador inscripto, se pregunta si se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. Se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: La Comisión presenta reformadas las partidas 15 y 16 que había retirado, en la forma siguiente:

"6 taquígrafos primeros, $10.00.

"6 taquígrafos segundos, ,, 9.00."

El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra.

- El C. Presidente; ¿En qué sentido pide la palabra?

El C. Cepeda Medrano: En contra de las dos partidas. (Siseos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: Se nos ha presentado un proyecto de Presupuesto de

Egresos desde el 17 de noviembre, hará menos de un mes, aproximadamente; se nos presentó otro con fecha 7 de diciembre, con adiciones al mismo Presupuesto, adiciones que reformaban casi totalmente el Presupuesto que se nos había presentado, pero no disminuyendo ningún gasto, por el contrario, venía aumentándolo.

Como es natural, muchísimos de nosotros no estamos dispuestos a que se estén gastando esas cantidades de un manera tan poco estudiada, digo así, para no lastimar a los miembros de la Comisión; pero la verdad es, señores, que si no puedo llegar a vuestro convencimiento y a vuestra sabiduría y talento, no he llegado, no he podido llegar a la idea de que el Gobierno se encuentra en situación económica completamente aflictiva, de que el Gobierno no está en posibilidad de hacer estos gastos, y entonces no habrá razón para discutir, señores diputados; pero como creo que estamos hablando con personas sin compromisos políticos cuando se trata de los fondos de la Nación, sin esas firmas que se recogen por allí por algunos de los grupos, para que puedan venir a hacerse solidarios en el momento dado y votar en determinado asunto, porque si podemos decir muchos de nosotros, cuando vayamos a nuestras regiones, que no venimos a legislar y discutir libremente en esta Asamblea, sino que estuvimos maniatados, obligados, que nuestra conciencia estuvo dominada por el director político de determinado grupo, que nos llevaba a los salones y nos decía: en esta forma deberemos votar, y todos, mansamente, como ha dicho aquí el señor Ancona Albertos, si votáramos en esa forma, así como lo quiere el líder de cada partido, como lo quieren los jefes de los bloques; pero no, señores diputados, aquí venimos a representar al pueblo, y antes de los compromisos del partido a que pertenecimos, tenemos que obrar como ciudadanos libres y conscientes, este es el compromiso más grande, el compromiso que hemos contraído con la Nación. Hagamos a un lado en estos momentos toda pasión política que haya en nuestros pechos. Hagamos a un lado todos los compromisos de partido y veamos que la Nación necesita que la salvemos. ¿Cómo salvaremos a la Nación, si el nervio principal, que es la Hacienda Pública, lo estamos agotando, cortándolo en raíz, si lo estamos arrebatando de su centro y no dejamos acción para que obre la actual Administración? Le señalamos muchísimos gastos, y cuando se nos presenta una iniciativa diciéndonos que el Ejecutivo no puede pagar esa cantidad, sino la mitad o el setenta y cinco por ciento, levantamos el grito al cielo, protestamos de mil modos y decimos: "No, el Ejecutivo no debe meterse en estas cuestiones, el Ejecutivo debe pagar." ¿De dónde va a conseguir el dinero? "Que lo consiga de donde pueda, que lo saque de donde quiera, pero debe pagar." ¿Y cómo va a pagar, señores diputados, el Gobierno, si no tiene elementos, no tiene fondos, no tiene dinero? Tenemos esta cuestión muy difícil y trascendental para nosotros, veámosla en su fondo y no estamos dictando leyes y aprobando partidas que vengan sangrando al Erario Nacional. La partida que teníamos presentada aquí era en esta forma, señores diputados. decía: "3 taquígrafos primeros, a $9.00. 9 taquígrafos segundos, a $8.00." Después, en 7 de diciembre, se presentó modificada y decía: "3 taquígrafos primeros, a $10.00. 9 taquígrafos segundos, a $9.00."

Ahora se nos viene con otra cosa completamente fuera de orden; ahora se nos dice: "6 taquígrafos, a $10.00 diarios." Considerad, señores diputados, que no solamente vamos a aprobar una proposición que hemos presentado, sino que vamos a aprobar otra edición del doble de la cantidad que vamos a gastar diariamente.

El C. Magallón, interrumpiendo: Fíjese usted en el trabajo que han hecho.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Yo considero, señores diputados, que si los taquígrafos trabajan, pues para eso se les paga, señores diputados, y en muy pocas oficinas, porque yo se perfectamente bien que se les pagan buenos sueldos, que son muy buenos los sueldo que están percibiendo aquí en la Cámara de Diputados. ¿Por qué somos tan espléndidos? Ya viene un período de receso, y no quiero lastimar el afecto que para mí merecen los señores taquígrafos, pero sí debo demostrar que estamos siendo espléndidos, cuando el dinero no nos cuesta nada; si tuviéramos una oficina de nuestro propio peculio y estuviésemos dirigiéndola, no seríamos tan espléndidos para llamar taquígrafos que fueran a ganar diez o quince pesos diarios; buscaríamos taquígrafos que nos ganaran cinco pesos diarios, que sobran en todas las ciudades, pero aquí, como se trata del dinero de la Nación, se gasta inútilmente, es el que más se dilapida; estos fondos, que son de la Nación, que están pesando sobre los impuestos, que están pesando sobre el Comercio y sobre la industria y sobre la Nación en general. Ahora, señores diputados, si esta Comisión nos pide permiso para retirar el dictamen y luego nos lo presenta modificado, pero totalmente aumentado, ¿qué quiere decir?, que tienen la intención de estar poniendo partida tras partida, y aumentando en cada una de ellas los gastos y en cada una de ellas los sueldos. ¿Con qué pagamos, señores diputados? Es lo que pregunto y no me cansaré de hacerlo; quisiera que me presentaran con números el Presupuesto de Ingresos, pero con números que hablan más elocuentemente que la palabra y me dijeran: "Tantos millones de pesos se van a gastar; en consecuencia, están nivelados el Presupuesto de Egresos y el de Ingresos;" pero si estamos sabiendo perfectamente bien que, debido a la rebelión que existe en la República Mexicana, no ha podido controlar el Gobierno actual todo el país, y que muchísimos impuestos no pueden recaudarse, debido al estado en que se encuentran todos los Estados, ¿Cómo ha de ser posible, señores diputados, que vengamos a señalar todavía partida tras partida? Ahora se nos dice que el Presidente de la República pide gastos para coches, y el señor Manrique nos dice que para un banquete que nos va a dar; yo no tengo más conocimiento sobre este particular, que hasta estos momentos; que para muchísimas otras cosas pide gastos el ciudadano Presidente de la República, pero también la Cámara de Diputados, después de hacer todos estos gastos, tiene la partida número 41 y, entendedlo perfectamente, la partida 41 dice:

"Para gastos extraordinarios de la Cámara,.... $30,000.00," advirtiendo a ustedes que ya se han hecho todos los gastos señalados en el presupuesto y que vamos a entrar en receso, y ya no tendremos tantos gastos; sin embargo, aquí tenemos todas esas partidas aumentadas terriblemente. ¿A dónde vamos a parar, señores diputados? ¿Qué queremos hacer con la Nación? ¿Cómo queremos que se gasten los dineros constantemente? Yo insistiré en esto, pero si veo que, debido a la intención que tenéis, de votar en favor de este proyecto que se nos presenta, que no atendéis ninguna razón, pues, señores diputados, a pesar mío, en contra de mis buenos deseos, en contra de la intención que tengo de salvar en algo los fondos de la Nación, dejaré mi actitud, no vendré aquí a hacer más explicaciones, nada absolutamente.....

El C. Saucedo Salvador, interrumpiendo: Es un chanchullo, para cuando llegue lo del Ejecutivo.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Pero comprended una vez más, que la Nación no puede estar haciendo estos gastos, que el Presupuesto de Egresos nunca, en la vida política de México, nunca lo habíamos tenido tan abultado, tan enorme, debido a la situación en que se encuentra el país. Comprended, señores diputados, que no pueden quitarse los gastos de guerra, comprended que se van a gastar ciento veinticinco millones de pesos anuales, que son absolutamente indispensables para la pacificación del país, y allí sí estaremos conformes en que se apruebe ese gasto, con tal de que venga la pacificación, porque antes que todo, es la paz y la tranquilidad de la República; pero aprobar gastos en cantidades de esta naturaleza para traer taquígrafos para que les ayuden a estos señores, que han trabajado en los momentos más difíciles y ahora, en los momentos del receso, vamos a traer tres taquígrafos más. ¡Qué importa que se gasten los dineros, si la Nación tiene mucho de donde sacar! (Siseos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Reynoso.

El C. Reynoso: Señores diputados: Yo me he hecho el ánimo de no contestar nada absolutamente de lo que venga a exponer el señor Cepeda Medrano; yo estoy dispuesto, señores diputados, a ser interpelado por cualquiera de mis compañeros y contestarles debidamente; el señor Cepeda Medrano no puedo hacerlo, porque veo que es sistemática la oposición a la mayor parte de las partidas del Presupuesto.

- El C. Cepeda Medrano ha venido a atacar las partidas correspondientes a los taquígrafos, y no tiene en cuenta el trabajo enorme que tienen estos empleados, él es el primero en darles trabajo con sus discursos, que aparte de ser tan largos, los dice tan violentamente que difícilmente pueden trabajar.

Tengo unos recibos de la Sección del "Diario de los Debates" en que dan cuenta de los documentos que entregan los taquígrafos y hay algunos que fueron entregados a las cuatro y media de la mañana, otros a las once de la noche, otros a la una y media de la mañana. ¿Hasta esa hora están trabajando los taquígrafos! Yo quiero hacer aclaraciones: La Comisión no pide aumento de tres taquígrafos como dice el C. Cepeda Medrano, la Comisión propone únicamente que, en lugar de ser tres taquígrafos de primera y nueve de segunda, que queden seis taquígrafos de primera y seis de segunda para la buena organización del trabajo de la Sección.

Esto es lo único que pide la Comisión. La Comisión ha tenido en cuenta, también, que vosotros, señores, habéis aprobado los sueldos que consultamos en este dictamen en sesión secreta de hace unos días; aprobasteis entonces vosotros estos mismos sueldos y la Comisión ha tenido en cuenta esto para asignarles los mismos sueldos que ya están aprobados; de manera que no ha hecho otra cosa la Comisión.

El C. Secretario Portes Gil: En votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido el dictamen. Los que estén por la Afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. Se reservan para su votación las fracciones 15 y 16.

- El mismo C. Secretario: La Comisión presenta modificadas las fracciones 18 y

18 bis en esta forma, así como las 19, 20 y 21:

"18. Un compilador y corrector, a $12.00.

"18 bis. Un oficial primero, a $10.00.

"19. Un oficial segundo, a $8.50.

"20. Dos oficiales terceros, a $7.00.

"21. Dos mecanógrafos, a $4.50."

Están a discusión las fracciones 18, 18 bis, 19, 20 y 21. ¿No hay quien pida la palabra? Se reservan para su votación esas fracciones.

- El mismo C. Secretario: A discusión la fracción 59 que dice:

"Para impresión del "Diario de los Debates," $15,000.00." Está a discusión.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cepeda Medrano. (Voces: ¡Uy uy, uy! Siseos.)

El C. Martínez de Escobar: ¡Vamonos, que no haya sesión!

El C. Cepeda Medrano: Va a retirarla la Comisión, señores.

El C. Padilla: Señores diputados: La Comisión, por mi conducto, suplica a Vuestra Soberanía nos permita retirar esta partida que iba a atacar el C. Cepeda Medrano, toda vez que nuestra intención es que se refunda en la partida correspondiente a la impresión del "Diario de los Debates" de la Cámara de Diputados. De consiguiente, esta partida 59 queda suprimida.

El C. Secretario Portes Gil: Se pregunta a la Asamblea si concede el permiso solicitado por la Comisión. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se concede el permiso.

- El mismo C. Secretario: Está a discusión la fracción 64 que dice: "Un contador mayor, $26.00."

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cepeda Medrano. (Risas y siseos.)

El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: Viendo la marcada hostilidad de parte de la Asamblea y viendo que porque se trata de un diputado que tiene pocas simpatías entre vosotros, yo no lo siento, me alegro de ello, estamos sistemáticamente oponiéndonos a ello, franca, sincera y honradamente, que no por abdicar del derecho que tengo para venir a hacer uso de la palabra cuantas veces sea

necesario, no solamente por eso sino por respeto a vosotros mismos, por respeto a mí mismo, no haré más uso de la palabra. Permitidme un momento nada más que aclare un punto a la partida 64 por la que he pedido la palabra. Para las demás no volveré a molestarlos más. (Aplausos.) Perfectamente; si no hay quien venga a defender los intereses de la Nación, sacrificad y matad esa misma Nación, aplaudid entusiastamente. La fracción 64 asigna al Contador Mayor de Hacienda $26.00 diarios. Los que hemos sido oficinistas, señores diputados, sabemos perfectamente bien que en el ramo de Hacienda, el más rutinario que existe en la República Mexicana, se trabaja demasiado poco, yo os invito a cualquiera de vosotros a que paséis a la Contaduría Mayor de Hacienda y veréis de vagos a todos los empleados y cuando no están de vagos, están formando claque en las galerías de esta Cámara, pues a los empleados de la Contaduría Mayor de Hacienda se les ha dado esta consigna. (Voces: ¡Pruebas!) ¡Cómo va a ser posible, señores diputados, que nosotros, sabiendo que allí no se hace una labor intelectual, una labor pesada y difícil, sino que solamente se va a comparar, a glosar, que solamente se va a revisar lo que se ha hecho, si solamente se va a ver las cuentas, si solamente se va a examinarlas y compaginarlas con las otras, ¿cómo va a ser posible eso, señores? Este es el trabajo de la Contaduría Mayor, el trabajo de glosa únicamente. ¿Cómo es posible, señores diputados, que al jefe de esa Sección vayamos a pagarle $26.00 diarios, porque estamos aquí en jauja, porque estamos aquí en abundancia? ¿Qué tenemos el derecho de derrochar a manos llenas el dinero? No, señores diputados, comprended perfectamente bien que este señor tendrá lo suficiente con $20.00 diarios. Sabéis perfectamente que fue diputado a la XXVI Legislatura y que ganó $8.25, después $16.50 y vivía perfectamente; después fue diputado en Querétaro y ganaba $15.00 diarios...

El C. Hay, interrumpiendo: Moción de orden, señor Presidente. Para suplicar, y no por entorpecer en el uso de la palabra al ciudadano diputado Medrano, para suplicarle que al tratar de los Presupuestos no haga uso en sus argumentos en contra de las personas que ocupan los puestos correspondientes; nosotros debemos de legislar independientemente de las personas. Las personas pueden modificarse, pero el Presupuesto puede subsistir. (Aplausos.)

El C. Cepeda Medrano, continuando: Yo haré uso de la palabra con absoluta libertad y no es el señor Hay quien tiene que coartarme ese derecho, no es el señor Hay quien con mociones de orden venga a impedir que toque personalidades

. - El C. Hay, interrumpiendo: No lo impido, lo suplico.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Cuántas veces vosotros habéis venido a atacar al señor Pescador y a otras muchas personas, y nunca habéis llamado al orden al orador. ¿Por qué? Porque tenemos absoluto derecho para ello. (Voces: Porque son bribones!) Entonces, señores diputados, tengo absoluto derecho para hablar con entera libertad, no hay razón para mociones de orden. La moción de orden, este es el sistema que tienen ustedes establecido, esa Comisión de mociones de orden, de siseos y hasta de pataleos para interrumpir al orador. (Siseos y murmullos.) Señores diputados: Me refería al señor Ezquerro, en la Legislatura pasada ganaba ocho veinticinco, después diez y seis cincuenta, en el Congreso Constituyente ganaba quince pesos diarios, y hoy por la simpatía de muchísimos de vosotros, se encuentra en la Contaduría Mayor de Hacienda el señor Ezquerro y le hemos dado el sueldo de $26.00 diarios. Yo creo que tomando en consideración la situación aflictiva de la Nación, debemos rebajar ese sueldo. Ya considero y sé perfectamente bien que no vais a hacer nada en este asunto, lo sé, porque tengo la convicción de ello; vosotros, señores diputados, tomáis un acuerdo en vuestros bloques y no habrá poder humano que os pueda hacer cambiar de opinión, porque es la disciplina dictatorial, esa disciplina dictatorial que tanto odiáis, en vuestras conciencias está haciendo que caminéis como los borregos de Panurgo.

El C. Neri, interrumpiendo: ¿Cuáles eran?

El C. Cepeda Medrano, continuando: Señores diputados: Yo os suplico que toméis en consideración que la partida número 64 es elevada y que rebajemos, de $26.00 diarios que percibe este señor, a la cantidad de $15.00 o $20.00 diarios; pongámosle $20.00 diarios, señores, estaremos conformes, se igualará a la categoría económica de cualquiera de los señores diputados que se encuentran en esta Asamblea; no tendrá los mismos gastos que tienen los señores diputados de comprar libros, de gastar en automóviles, en compras de chisteras, porque allí no habrá todos esos requisitos, ni los exigirá el Reglamento; en consecuencia, tendrá menos gastos que nosotros; pero como comprendo y considero, señores diputados, que no iréis a tomar en consideración mi iniciativa, os dejo en libertad, ya no vendré a molestares nada absolutamente, aunque reciba yo desde mi curul todos los insultos, aunque haya recibido en mi curul todas las calumnias y todo lo que vosotros queráis, estaré dispuesto a soportarlo pacientemente y espero que se vote esta ley, advirtiendo que yo, en muchísimo de los casos, me concretaré a dar mi voto en contra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ramírez Garrido.

El C. Ramírez Garrido: Señores diputados: Un escritor sudamericano ha asentado esta frase que el señor Cepeda Medrano viene a corroborar aquí:

"Es más difícil libertar el alma de un esclavo, que encadenar un alma libre." Decíame el doctor Alonzo Romero, viendo la insistencia con que viene a atacar aquí el presupuesto que tiene para sostenerse el Poder Legislativo, decíame, viendo esto, esta insistencia oposicionista, me decía el compañero Alonzo Romero, respecto al señor Cepeda Medrano, que si le quitásemos la camisa, con seguridad veríamos sobre sus espaldas los verdugones que le causara el rebenque de sus antiguos amos.

Señores diputados: Yo no quería hablar, pero ya me cansé, ya me fastidié de esta insistencia tenaz, brutal e imbécil del señor Cepeda Medrano. (Siseos.) ¡Venirse a oponer, él, que hablaba de instrucción; él, que nos habla de abrir muchas escuelas, venirse a oponer a una partida de $3,000.00 para la

Biblioteca de la Representación Nacional! Señor Cepeda Medrano: El Gobierno de Yucatán ha gastado en doscientas bibliotecas más de doscientos mil pesos, y el Gobierno de Yucatán, donde hay honradez y moralidad, está haciendo obra revolucionaria y está en pie sin temer al problema económico. Cuando aquí en la República se haga honrada labor administrativa, cuando se exija a todos los empleados esa honradez, que es uno de los principios por que hemos ido a la Revolución, entonces habrá desaparecido el problema económico. Vino también el C. Cepeda Medrano a asentar errores históricos y a decirnos que mañana se nos designará como traidores, porque aquí nos hemos opuesto a algunas cosas del Ejecutivo, y vino a decirnos esto, señores, que yo conceptúo una estupidez histórica: que todos los que se opusieron a Benito Juárez los considera la Historia como traidores y, señores, uno de los cerebros más grandes, un gran enciclopedista reconocido por el gran Castelar, Ignacio Ramírez, fue el oposicionista de Juárez y el que lo acusó ante el Congreso y, señor Cepeda Medrano, solamente la Reacción puede llamar a Ignacio Ramírez traidor. Pero ya se ve, señores, para quien se opone a la compra de libros, claro es que la historia es algo a donde no ha entrado él. Yo le aconsejé que para otro día fuese a estudiar las causas de la Revolución Francesa y las causas de la Revolución Mexicana. Yo estoy seguro, casi seguro, que entre los libros que tiene en la gaveta el C. Cepeda Medrano, se encuentran las obras de Carolina Invernizzio y tal vez la obra de "Bertoldino y Cacaseno." (Risas.) Señores: es natural que el señor Cepeda Medrano esta oposición tenaz para todo lo que sea instrucción, pues hemos visto que aquí viene nada más a oponerse a lo que tiene derecho esta Asamblea, a acordar los sueldos de los diputados, de los empleados de ella, y hemos visto esta salida de pie de banco de él, que cuando está para terminarse la primera partida, la del Poder Legislativo, se retira de la discusión, porque después, señores, oídlo bien, pueblo mexicano, entramos a la discusión del Poder Ejecutivo. (Aplausos.) Tenga usted decoro si representa usted dignamente a aquellos hombres que lo han mandado aquí, señor; yo lo invito a que siga usted discutiendo las partidas, una por una, del Poder Legislativo y lo aplazo para que con la misma valentía, con la misma terquedad, venga usted aquí, allá donde se roba más, donde se derrocha más el dinero de la Nación, a rebatir cada una de las partidas del Ejecutivo. (Aplausos.) Yo invito a usted, lo deseo, aunque me cansa usted, yo deseo que siga usted discutiendo, no la que tiene usted apartada, aparte usted las que faltan, ya faltan muy pocas; yo lo invito a que siga discutiendo y lo aplazo a ver si no viene usted a defender al Ejecutivo, a ver si tiene usted el valor de oponerse a las partidas que benefician al Ejecutivo. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra, en pro, el C. García Vigil.

El C. García Vigil: Señores diputados: Brevemente me voy a referir a las palabras dichas por el C. Cepeda Medrano, que tiene una inculpación para los empleados de la Contaduría Mayor de Hacienda, y lo voy a hacer, porque soy miembro de la Comisión Inspectora que tiene por objeto vigilar el funcionamiento de esa oficina. El señor Cepeda Medrano dice que todas las tardes están acá; sepa la Asamblea entera y en particular las galerías, el público de la capital de asiste a las sesiones, que los empleados de la Contaduría Mayor de Hacienda tienen horas corridas de trabajo y entran a las ocho de la mañana y salen a las dos de la tarde, y no hay precepto ninguno que le prohiba venir a las sesiones de la tarde. De manera que el hecho de que estén de vagos, haciéndolo basar en que concurren a las sesiones de la Cámara como claque, es absolutamente falso; es sólo fruto de la pasión política del señor Cepeda Medrano.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión (Voces: ¡Ya, ya; a votar!)

El C. Padilla: Aunque pretendáis que la Comisión permanezca muda ante los ataques del señor Cepeda Medrano y por más que nos hubiéramos ya propuesto cruzarnos de brazos ante tanta inquina sistemática, debo, sin embargo, deciros unas cuantas palabras: sepa el señor Cepeda Medrano que se establece el sueldo de $26.00 diarios para el Contador Mayor y todos los directores del ramo en concordancia general con el Administrador del Timbre, Director de Aduanas, Tesorero General de la Federación, etc., etc., y estos sueldos que le parecen elevados al señor Cepeda Medrano, no lo son si tiene en cuenta que es el fiscal de toda la Hacienda Pública y de todos aquellos que manejan fondos, hasta de la misma Secretaría de Hacienda. ¿Cómo podría tener libertad de criterio? ¿Cómo podría ser un hombre independiente ganado cinco pesos, como los a ganado siempre el señor Cepeda Medrano? ¡Sería imposible! Cuando el señor Cepeda Medrano sea Contador Mayor de Hacienda - que quién sabe cuándo será-, entonces que cobre cinco pesos, pero un hombre digno e independiente no puede vivir con una cantidad tan miserable. Todos sabemos perfectamente que el cohecho, las atracciones, los halagos, están constantemente sobre los altos funcionarios. Así es que es de absoluto decoro que se le continúe dando este sueldo de $26.00 diarios al Contador Mayor, para el cual no hemos pedido un solo centavo de aumento sistemáticos de las derechas... (Voces: ¡No, nada más del C. Cepeda Medrano!) Rectifico, solamente el C. Cepeda Medrano ha levantado esa bandera, seguramente porque quiere después cincuenta pesos diarios.

El C. Secretario Alonzo Romero: En votación económica se pregunta si está suficientemente discutida la partida 64. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Está suficientemente discutida. Se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: La Comisión, al retirar la parte que se refiere a la partida 59 que dice: "Para impresión del "Diario de los Debates," $15,000.00;" esos $15,000.00 los ha distribuído en la forma siguiente: en las partidas números 25 y 26. La partida número 25 dice: "Para raya de linotipistas, prensistas, cajistas, encuadernadores y demás personal secundario, $62,000.00."

La 26 dice: "Para papel, tinta, gasolina, fuerza eléctrica y para toda clase de gastos de imprenta, $27,500.00

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra?

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión para una aclaración.

El C. Reynoso: En el proyecto del Ejecutivo se consulta una partida de $15,000.00 para gastos de impresión del "Diario de Debates" del Senado en virtud de que el Senado no cuenta con maquinaria de imprenta; se ha llegado a un acuerdo a fin de que la imprenta de la Cámara de Diputados haga la impresión del "Diario de los Debates" del Senado, de manera que esos $15,000.00 que se pedían para la impresión del "Diario de los Debates" del Senado, papel y demás gastos, se agregan a la imprenta de la Cámara de Diputados y eso es lo único que se ha hecho. La Comisión refundió los $15,000.00 del Senado en lo que corresponde a la Cámara de Diputados.

El C. Secretario Alonzo Romero: Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Está suficientemente discutido. Se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: La Comisión pide permiso para retirar las partidas 66 72. En votación económica se pregunta a la Asamblea si se concede el permiso a la Comisión para que retire dichas partidas.

El C. Blancarte: Pido la palabra. Para preguntar a la Comisión que diga el objeto que lleva al retirarlas.

El C. Reynoso: Con objeto de dejar la partida 66 tal como la consulta el Ejecutivo: $12.00, y la partida 72 en lugar de $2.50, $30.00 a los ayudantes de la Contaduría Mayor de Hacienda; es decir, rebajamos dos pesos a los jefes de sección y aumentamos cincuenta centavos a los ayudantes. Así quedarán las modificaciones en caso en que se acepten.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se pregunta nuevamente a la Asamblea, en votación económica, si se concede permiso a la Comisión para que retire las partidas ya señaladas. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Si se concede permiso. Las presenta ahora modificadas en la siguiente forma:

"66. Diez jefes de sección, $12.00.

"72. Nueve ayudantes a $3.00."

Están a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra?

El C. Peña Aurelio: Pido la palabra para una aclaración. Para suplicar a la Comisión se sirva hacerme el favor de decirme si aumenta $0.50 ó $1.50 a la partida número 72.

El C. Reynoso: El dictamen de la Comisión consultó el sueldo de $2.50 a los ayudantes de la Contaduría; se aumenta cincuenta centavos.

El C. Secretario Alonzo Romero: En votación económica se pregunta si están suficientemente discutidas. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutidas.

- El mismo C. Secretario: Está a discusión la partida 65 que se refiere a "Un Oficial Mayor, $18.00."

El C. Presidente: Fue separada esta partida por el C. Cepeda Medrano. Tiene la palabra.

El C. Cepeda Medrano: No precisamente por los conceptos que ha vertido el C. Ramírez Garrido, que son absolutamente falsos; por ejemplo, en la partida número 14 trataba de desistir de ello, porque era imposible disentir; en las partidas números 15 y 16 ya les decía a los compañeros diputados amigos míos que ya no deseaba hacer uso de la palabra y solamente para no prescindir de ese derecho acepté en vista de que, a mi pesar, como dice el C. Garrido, mi oposición es sistemática y yo sólo voy a cansar con mis discursos malos, como decía el señor Zubaran. De manera es que me obtengo de hacer uso de la palabra, renuncio a ese derecho. (Aplausos.)

El C. Secretario Alonzo Romero: En votación económica se pregunta si está suficientemente discutida esta partida, que se refiere al Oficial Mayor con el sueldo de $18.00. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. Se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: Está a discusión la partida número 78 que dice: "Para translación del Archivo, renta del local, reparaciones y gastos, $12,300.00."

El C. Presidente: Esta partida también estaba apartada por el C. Cepeda Medrano.

- El mismo C. Secretario: En votación económica se pregunta a la Asamblea... - El C. Céspedes: Pido la palabra con objeto de invitar a la Comisión a que funde esta partida.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Reynoso: La Comisión consultó la cantidad de $12,300.00 para la translación del Archivo, renta del local, reparación y gastos, en virtud de los documentos que la propia Contaduría Mayor ha enviado a esta Cámara, y esta Asamblea se ha dado cuenta, en sesiones secretas, de los gastos de la Contaduría Mayor y se han aprobado; así es que la Comisión no ha hecho más que aprobar lo que la Asamblea ya había aprobado. Respecto a la translación del Archivo, debo decir que el Archivo estaba en diferentes partes, porque es una cantidad enorme de volúmenes, han tenido que transladarse a la calle del Correo Mayor, me parece, una cantidad enorme de volúmenes, y todavía faltan muchos por trasladar. Además, la renta del local es de quinientos pesos, la reparación y gastos, etc., son también de importancia. Los muebles de las oficinas de la Contaduría Mayor están en poder de la Secretaría de Hacienda y se devolvieron en pésimas condiciones. Se tienen que arreglar algunos muebles y comprar otros; por eso es que la Comisión no tuvo inconveniente en aceptar lo que consultó el ejecutivo para esa partida.

El C. Secretario Alonzo Romero: En votación económica se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutida.

- El mismo C. Secretario: La partida 80, que se refiere a "Un tesorero, $14.00," había sido separada por el C. Rivera Cabrera; pero en virtud de haber manifestado a la Mesa que ya no está en disposición de objetaría, se pregunta a la Asamblea si algún otro ciudadano diputado desea objetarla.

El C. Céspedes: Pido la palabra, señor Presidente. La Secretaría nos ha dicho que tiene el Tesorero $14.00 diarios.

El C. Secretario Alonzo Romero: Me permito manifestar al compañero Céspedes que fue un error de la Secretaría, porque en la otra partida dice $16.00; está modificada. ¿Ningún otro ciudadano diputado desea objetarla? En votación económica se pregunta se está suficientemente discutida. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutida. Se reserva para su votación.

- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a la votación nominal de las partidas siguientes: 1, 3, 4, 6, 8, 14, 15, 16, 18, 18 bis, 19, 20 ,21, 28, 37, 59, 64, 65, 66, 72, 78 y 80.

El C. García de Alba: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. García de Alba: Para preguntar cómo se van a votar esas partidas, si conjuntamente, cuando podemos tener distinto criterio sobre cada una de esas partidas.

El C. Presidente: La Mesa se permite manifestar a Su Señoría que la inmensa mayoría de esas partidas fueron separadas solamente por el C. Cepeda Medrano, y que el ciudadano Oficial Mayor ha informado a la Mesa que hay el antecedente, en tratándose de la votación de presupuestos, de que se pueden reservar para su votación las partidas objetadas y votarlas conjuntamente. Por ese motivo la Mesa, para no tener que hacer varias votaciones, ha puesto a votación conjuntamente las partidas objetadas.

El C. Márquez Josafat: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Márquez Josafat: Pudiera resultar que, no estando conforme con una partida, lo estuviera con la otra; yo suplico a la Presidencia haga el favor de que, cuando menos, la votación se haga por secciones.

- El Presidente: La Mesa informa a los ciudadanos diputados que, para mejor efecto, se sirvan separar las partidas que deseen que no se voten conjuntamente.

El C. de la Barrera: Pido que se separe la partida número 1 y la partida número 3.

El C. Figueroa: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Figueroa: Me permito interpelar a la Comisión, ya que se trata de votar, se separó las partidas que corresponden a la servidumbre.

El C. Presidente: La Mesa se permite informar que ya fueron aprobadas en sesión de ayer, por no haber sido objetadas las partidas respectivas.

El C. Céspedes: Suplico se sirvan separar para su votación, la partida número 8, que se refiere al bibliotecario.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se hace constar a la Asamblea que, en virtud de haberse retirado la partida que se refiere al "Diario de los Debates," del Senado, y refundido en las partidas 25 y 26, queda nula la partida 59.

El C. Otero: Pido que se separen para su votación las partidas 64, 65 y 66.

El C. Arrellano: Favor de separar toda la sección 5a. para su votación, de la partida 64 a la 72.

El C. Presidente: La Mesa no puede separarlas en la forma en lo que solicita el C. Arellano, porque en esa sección hay partidas ya aprobadas. De manera es que le ruego que se sirva decir cuáles son las que quiere separar.

El C. Arellano: Todas las que puedan separarse. (Risas.)

El C. Ancona Albertos: Moción de orden. Señor, yo creo que esta votación de presupuestos va a llevar mucho tiempo a la Cámara. Para evitar pérdida de tiempo en cuestión de votación, yo voy a proponer a la Asamblea y a la Mesa, que sigan este procedimiento: en general, un diputado puede separar una partida para su votación, porque piensa votar en contra; pero quizás la mayoría de la Asamblea no quiere votar en ese sentido; si a la Asamblea se pregunta si permite que se separe para su votación, esto quiere decir, indudablemente, que la mayoría, quiere votar en contra, si permite que se separe; pero si no permite que se separe, entonces quiere decir que la mayoría no está en contra de la partida. Yo creo que se ahorra bastante tiempo si se somete a la decisión de la Asamblea esta proposición.

El C. Secretario Alonzo Romero: La Mesa manifiesta al ciudadano diputado Olivé, que no se puede separar la partida que señala, porque desde ayer está votada.

- El mismo C. Secretario: En votación económica se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración la proposición que hizo el ciudadano diputado Ancona Albertos. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie......

El C. Céspedes, interrumpiendo: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Céspedes, para una moción de orden

. - El C. Céspedes: Suplico a la Mesa exhorte al ciudadano diputado Ancona Albertos a que presente su proposición por escrito. (Voces: ¡Estamos en votación.)

El C. Presidente: La Mesa se permite manifestar al ciudadano diputado Céspedes, que la Asamblea acaba de tomar en consideración esa moción.

El C. Céspedes: No se ha hecho la declaratoria todavía, señor Presidente.

El C. Ancona Albertos: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ancona Albertos.

El C. Ancona Albertos: Se trata de una moción de orden, y las mociones de orden jamás se han presentado por escrito.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se toma en consideración la proposición del ciudadano diputado Ancona Albertos, y así se procederá. (Aplausos.)

El C. Presidente: La Mesa se permite hacer la siguiente aclaración a la Asamblea; bajo ningún concepto quiere que cualquier ciudadano diputado vaya a poner en tela de juicio su proceder respecto a las votaciones de estas partidas. La proposición que la Mesa había hecho de que las partidas objetadas, después de discutidas, se votaran conjuntamente, obedece exclusivamente a que el Oficial Mayor le manifestó que había ya un procedente parlamentario en este sentido; pero como quiera que la Mesa no desea que esto vaya a ser motivo de que se le tache de parcialidad y de ligereza en

sus procedimientos, está en la mejor disposición de someter a la Asamblea el procedimiento que deba seguirse para esta votación; pero se permite manifestar que sería absolutamente impracticable recoger votación nominal respecto de cada una de las partidas y pide que los diputados se sirvan tomar esto en consideración y que ilustren a la Mesa sobre la forma de subsanar este verdadero conflicto de tiempo, más que de otra cosa.

El C. Manrique: ¡Moción de orden! Parece muy plausible el proceder de la Mesa, al tratar de ahorrar tiempo. Efectivamente, cada votación nominal requiere varios minutos, y la votación nominal de veinte o treinta artículos, sería motivo para perder lastimosamente el tiempo. Me permito recordar, ya que la Presidencia desea escuchar nuestras sugestiones, que en la época en que el licenciado Jesús Acuña presidió la Mesa Directiva de esta Cámara, se siguió el procedimiento que voy a indicar, en la votación de alguno de los capítulos de una ley orgánica de la Administración de Justicia: se votaban varios artículos a la vez, y como quiera que algún diputado podía estar de acuerdo con algunos y en desacuerdo con otros, cada diputado, en el momento de la votación, daba su nombre en voz alta diciendo si estaba en desacuerdo con alguno de los artículos; decía, por ejemplo, artículo 4o., para expresar que votaba negativamente respecto de ese artículo, y afirmativamente en cuanto a los demás.

El C. Presidente: La Mesa contesta a la moción de orden del C. Manrique, manifestando que, efectivamente, en el actual período de sesiones ya hay un precedente sentado por esta H. Cámara, que consiste en que, cuando se votan varios artículos que han sido objetados, cada diputados, al tiempo de la votación, puede manifestar cuáles artículos vota por la afirmativa y cuáles por la negativa. Si la Asamblea está de acuerdo con esto, desearía que me diese su consentimiento para solucionar esta cuestión.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración la proposición del C. Manrique.

El C. Siurob: Hay una proposición anterior del C. Ancona Albertos.

El C. Ancona Albertos: Ya la retiré.

El C. Presidente: Según se acaba de expresar, ya fue retirada esa proposición.

- El mismo C. Secretario: Se repite de nuevo a la Asamblea que si se toma en consideración la forma en que el ciudadano diputado Manrique acaba de proponer para tomar las votaciones. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se toma en consideración.

El C. Presidente: La Mesa ruega, en consecuencia, a cada uno de los ciudadanos que al emitir su voto se sirvan manifestar cuáles son aquellas partidas que votan por la negativa.

- El mismo C. Secretario: La Secretaría manifiesta a la Asamblea que se va a proceder a la votación de las partidas leídas por la Secretaría (Voces: ¡Que se vuelva a leer!) Si algún ciudadano diputado desea que se repita la lectura, esta Secretaría no tendrá inconveniente en hacerlo. (Voces: ¡No estaría de más!) Se va a proceder a la votación nominal.

El C. Presidente: La Mesa acaba de recibir la siguiente aclaración: que cuando fue Presidente de esta Cámara el señor licenciado Acuña, se hicieron votaciones semejantes a la que ha indicado el ciudadano diputado Manrique; pero que, según este procedimiento, se pasaba lista de los ciudadanos diputados presentes y esa lista servía para las votaciones de todas las partidas, y luego cada ciudadano diputado, después de pasada lista, decía que se le anotara en la negativa o en la afirmativa por determinada partida; es un procedimiento económico aprobado por la Cámara.

El C. Manjarrez: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manjarrez, para una moción de orden

. - El C. Manjarrez: La proposición hecha por el ciudadano diputado Ancona Albertos, que fue hecha aprobada por la Cámara, es la más aceptable. No tiene derecho el ciudadano diputado Ancona Albertos a retirar una proposición ya aprobada por la Asamblea. Yo recuerdo que en el Constituyente se llevaron a cabo estos dos sistemas de votación: el sistema que ahora nos propone el ciudadano diputado Ancona Albertos y el sistema que propone el ciudadano diputado Manrique; el sistema del diputado Manrique, esto es, que los diputados vayan diciendo por qué capítulo o por qué proposición votan que sí o que no, da a lugar a muchas votaciones, da a lugar a muchas confusiones y no puede unificarse el criterio; en cambio si los diputados van pidiendo que se separen determinadas partidas siempre que consienta la Asamblea, ya se va tomando, por decirlo así el pulso de la opinión de la Asamblea si desea o no votar. Esto no quiere decir que los diputados no puedan, en el momento de la votación, dar su voto negativo por determinada partida, pero si no para retirar una partida se necesita previamente el consentimiento de la Asamblea.

El C. Presidente: La Mesa manifiesta que el procedimiento propuesto por el C. Ancona Albertos, que él mismo ha retirado, no le parece el más conveniente, pues en esa forma cada diputado si quiere dar su voto en contra o en favor de una partida, no lo podría hacer, porque por mayoría, en votación económica, no se concedió que se separara esa partida para su votación. En cambio, en la forma manifestada de pasar lista y después cada uno de los diputados que desee votar negativamente una partida, lo diga en voz alta a la secretaría, es enteramente practica y segura la votación.

El C. Manriquez Josafat: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Márquez Josafat: Me permito insistir en que es más conveniente, por ser más clara, la votación por secciones; no hay más que seis, y cada una, cuando más, tiene diez partidas.

El C. Presidente: La Mesa no puede acceder a esa proposición, porque ya hay partidas aprobadas.

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: El Procedimiento que propongo que, por lo demás, ya sabéis que no es mío, sino que ya se ha establecido anteriormente, es verdaderamente sencillo; basta que refresquéis un poco vuestros recuerdos. A primera vista parece que ese procedimiento daría lugar a numerosas confusiones; pero en realidad, nada hay más sencillo; se

comienza por pasar lista, anotando a todos los diputados presentes, en seguida se pregunta quiénes son los que desean votar negativamente, por ejemplo, la partida número 1, relativa a las dietas. Probablemente los que reprueban esa partida, que serán una minoría, se pondrán en pie, tal vez serán diez o veinte, y sus nombres se pueden tomar fácilmente. A continuación, al llegar a la partida referente al bibliotecario, se preguntará quiénes son los diputados que voten negativamente; creo que entonces se pondrá en pie sólo el señor Cepeda Medrano, si en ese momento se encuentra en el salón; en caso contrario, la votación se recogerá por unanimidad, y así sucesivamente. De manera que en realidad el procedimiento es muy sencillo.

El C. Céspedes: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Céspedes: El procedimiento propuesto por el C. Manrique implica una reforma al Reglamento....(Voces: Y qué!) ¿Cómo y qué? el Reglamento es hechura del Congreso de la Unión y no deber ser quebrantado nada más porque sí. El Reglamento prescribe la forma como debe practicarse la votación nominal y disponer que esa votación sea la que recoja. En esa virtud me opongo al sistema de votación que ahora se propone.

El C. Presidente: El procedimiento que se va a seguir es perfectamente legal; se pasa lista y después se va preguntando partida por partida quiénes votan por la negativa; se anota en la lista separada cada una de las partidas, pero como la negativa generalmente es la minoría, indudablemente que hemos abreviado mucho tiempo. El procedimiento es perfectamente reglamentario, porque quedan señaladas la afirmativa y la negativa de cada una de las partidas. Ruego a su Señoría el diputado Céspedes, se sirva manifestar si está de conformidad con este procedimiento.

El C. Céspedes: Yo me permito manifestar que no estoy conforme, pero que vamos a votar para no perder más tiempo.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se procede a pasar lista. (Pasó lista.)

Presidencia del C. RIVERA JOSÉ

- El mismo C. secretario: Hay una asistencia de 157 ciudadanos diputados. a fin de evitar errores, se suplica a los ciudadanos diputados ocupen sus curules y que tengan la bondad de prestar atención. Partidas 1 y 3. Las personas que estén por la negativa se servirán poner de pie. (Voces: ¡Que se lean!)

El C. Manrique: Son las dietas relativas a los diputados y a los senadores, respectivamente. Los que estén por la negativa sírvanse poner de pie. (Se recogió la votación.)

El C. Secretario Alonzo Romero: ha sido aprobada la primera partida y la tercera por 149 votos de la afirmativa, contra 8 de la negativa, de los señores diputados Arellano, Barrera de la ,Cruz, Lailson Banuet, Manjarrez, Márquez Josafat, Rocha y Suárez.

- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a la votación de la partida número

El C. Manrique: Dice así la partida: "Un oficial Mayor, $20.00 diarios."

- El mismo C. Secretario: Los que estén por la negativa se servirán poner de pie.

(Se recogió la votación.)

- El mismo C. Secretario: Ha sido aprobada la partida número 4 por 133 votos de la afirmativa, contra 24 de la negativa, de los diputados:

Arlanzón, Barragán Martín, Barrera de la, Bello, Blancarte, Céspedes, Cisneros, Dávila, García Jonás, González Ibarra, Hernández Maldonado, Herrera, Mariel, Ortiz, Pardo, Ríos Santos, Saucedo J. Concepción, Segovia, Sepúlveda, Silva Jesús, Torre Jesús de la , Ventura y Zavala.

Habienndo rectificado su voto por la afirmativa, quedan 23 por la negativa.

El C. Manrique: Debo aclarar que el C. Ramírez Genaro no había votado.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se va a proceder a la votación de la partida número 6.

El C. Manrique: Dice Así: Un jefe de sección, 14.00 diarios."

El C. Secretario Alonzo Romero: Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie.

(Se recogió la votación.)

- El mismo C. secretario: Ha sido aprobada la partida número 6. por 138 votos de la afirmativa contra 19 de la negativa, que son los diputados siguientes: Arlanzón, Barragán Martín, Barrera de la, Carrillo Eduardo S., Céspedes, Cisneros, Dávila, García Jonás, García Vigil, Gay Baños, Herrera, Manzanilla tejero, Mariel, Martínez de escobar Federico, Portillo, Rocha, Saucedo J. Concepción, Segovia y Sepúlveda.

- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a la votación de la partida número

El C. Manrique: La partida dice así: "Un bibliotecario, $9.00 diarios."

- El mismo C. Secretario: Los que estén por la negativa, sirvanse poner de pie

. (se recogió la votación.)

- El mismo C. Secretario: Se suplica a los ciudadanos diputados no desalojen el salón. Se va a dar lectura a la lista de los diputados que votaron por la negativa, para que se hagan las rectificaciones correspondientes.

El C. Manrique: Votaron por la negativa los ciudadanos diputados Alejandre, Anaya, Andrade, Araujo, Arlanzón, Barragán Juan Francisco, Barragán martín, Barrera de la, Bello, Blancarte, Cano, Carrillo Eduardo S., Carrillo Iturriaga, Céspedes, Cisneros, Cristiani, Davalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Gaitán, Gárate Raúl, García de Alba, García Jonás, García Vigil, Gay Baños, Gómez Mauricio, González Galindo, González Ibarra, González Lauro,G Guerrero, Antonio Gutiérrez Orantes, Hermosillo, Hernández Jerónimo, Herrera, Higareda, Manzanilla, Tejero, Mariel, Márquez Josafat, Medina Francisco, Mendoza, Mercado, Molina, Martínez de Escobar Federico, Navarrete, Ordorica, Ortiz, Otero, Pardo, Pineda, Porchas, Portillo, Prieto, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Rebolledo, Rivas, Rocha, Ríos Santos, Saucedo J.

Concepción, Segovia, Sepúlveda, Silva Jesús, Soto, Torre Jesús de la , Treviño, Valle, Ventura, Zapata y Zavala Dionisio.

El C. Secretario Alonzo Romero: La Mesa suplica a los diputados que atiendan a la lectura de la lista para evitar que se pierda lastimosamente el tiempo. (Toses, risas.) Ha sido aprobada la partida número 8, por 87 votos de la afirmativa, contra 70 de la negativa.

El C. Céspedes: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Céspedes.

El C. Céspedes: Yo me permito reclamar esa votación, por virtud de lo siguiente: La Secretaría desde un principio dijo que teníamos en el salón ciento cincuenta y tantos ciudadanos diputados; como las votaciones han sido sucesivas y no todos los ciudadanos han permanecido dentro del salón para votar en los casos que se han ofrecido, estas votaciones no pueden tomarse en consideración desde el punto de vista de que en todas ellas existan ciento cincuenta y tantos diputados. Ahora que estamos de pie, era notable la mayoría de los que estábamos parados; los que estaban sentados eran la minoría. (Voces: ¡Es cierto!)

El C. Presidente: La Mesa confía naturalmente en que los señores diputados, respetando el reglamento, por el que tantas veces se muestran celosos, no saldrán a la hora de las votaciones: así, pues si alguno se sale del salón la responsabilidad será de él, pero nunca de la Mesa.

El C. Secretario Alonzo Romero: Yo hago esta observación: La Secretaría no está obligada a pasar lista cada vez que se tome una votación; por honor de los señores diputados, deben permanecer en el salón. (Aplausos.) - El C. Céspedes: He reclamado la votación, señor Presidente. Yo propongo que ahora los que voten por la afirmativa se pongan de pie para que sean contados por la Secretaría.

El C. Presidente: La Mesa hace notar a su Señoría el ciudadano diputado Céspedes, que si a cada rato vamos a estar cambiando trámites nunca terminaremos; tenga en cuenta Su Señoría que son doce mil partidas las del Presupuesto y a si las votaciones se hicieran en forma distinta , quizá en un año no se votaría un presupuesto.

El C. Blancarte: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Blancarte para una moción de orden.

El C. Blancarte: Desde el momento en que un miembro de la Cámara ha reclamado la votación, creo que hay obligación de la Mesa de repetir esa votación; además, es un buen método el que propone el C. Céspedes de que se pongan en pie los ciudadanos diputados que voten por la afirmativa y se cuenten.

El C. Presidente: La Mesa, con todo gusto accede a las indicaciones de los CC. Céspedes y Blancarte.

El C. Ibarra: pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ibarra para una aclaración.

El C. Ibarra: Estimo, señores diputados, que los que no tienen empeño en votar por la negativa algunas de las partidas, salen del salón puesto que su voto es afirmativo; si tuvieran empeño en votar por la negativa, permanecerían aquí. (Voces: ¡No,no!)

El C. Secretario Alonzo Romero: Los que estén por la afirmativa que se sirvan poner de pie, para confrontar con la negativa que se ha tomado. (Se recoge la votación.)

El C. Céspedes: Una moción de orden. La Mesa, conforme a los acuerdos de la Asamblea, debe ponerse de pie al votar, puesto que el Reglamento en estos casos de votación no establece ninguna excepción para nadie. (Concluye la votación.)

- El mismo C. secretario: Votaron por la afirmativa 76 ciudadanos 75 suprimiendo a Rosas Miguel.

El C. Manriquez: El C. Ramírez no está anotado por la afirmativa y se le anota; el C. Rómulo de la Torre no estaba anotado y se le anota. 76 menos 1, más 2, total 77.

El C. Secretario Alonzo Romero: Ha sido aprobada la partida número 8 por 77 votos de la afirmativa, contra 70 de la negativa.(Aplausos.)

- El mismo C. secretario: Se va a proceder a la votación de las partidas 15 y 16... (Voces: ¡Orden del día, orden del día) Ya la Comisión ha hecho las explicaciones...

El C. García de Alba: Señor Presidente, que se consulte a la Asamblea si se prorroga la sesión. (Voces: ¡Sí, si! No,no!)

El C. Secretario Alonzo Romero: En votación económica se pregunta a la Asamblea si se prorroga la sesión, con el único objeto de votar las partidas 15 y 16. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí se prorroga. La Secretaría supone que no tendrá necesidad de dar una nueva explicación acerca del por qué se van a votar las partidas 15 y 16 al mismo tiempo, puesto que la Comisión ya ha hecho explicaciones a este respecto de una manera amplísima.

El C. Manrique: La partida dice así: "15. Seis taquígrafos primeros, $10.00." 16. Seis taquígrafos segundos, $9.00."

El C. Secretario Alonzo Romero: Se hace una aclaración a la Asamblea. También se va a votar la partida catorce que está íntimamente relacionada con las otras dos y que dice; Un jefe de la sección de Taquigrafía Parlamentaria, $14.00 diarios." Los que estén por la negativa se servirán poner de pie. ( Voces: ¿Qué partidas?) Las partidas 14, 15 y 16. (Murmullos.) (Se recogió la votación.)

El C. Prosecretario de la Barrera: Votaron por la negativa los ciudadanos diputados Arlanzón, Barragán Martín, Cano, Céspedes, Cisneros, Dávila, García Vigil, Gay Baños, Herrera, Manzanilla Tejero, Mariel, Otero, Portillo, Saucedo J. Concepción y Sepúlveda.

Aprobadas las partidas puestas a votación, 14, 15, y 16, por 132 votos de la afirmativa, contra 15 de la negativa a los cuales ya se ha dado lectura. - El C. Secretario Alonzo Romero: A petición del C. Treviño, se va a dar lectura a este telegrama:

"Telegrama de Saltillo, Coah, 15 de diciembre de 1917.

"General Jacinto B. Treviño. - Cámara de Diputados.

"Me permito poner en superior conocimiento de usted que hoy a las once de la mañana y con formalidades de ley, como lo previene la convocatoria respectiva, entregué Gobierno preconstitucional este Estado, a señor licenciado G. Espinosa M., Gobernador Constitucional electo por el pueblo. - Afectuosamente. -General Gobernador, A. Breceda."

(Siseos de las izquierdas y voces: ¡Uuuh! Aplausos de las derechas.)

El C. Secretario Aranda: Orden del día diez y siete de diciembre, a las 10 a.m.: "Continúa la discusión del proyecto de Ley del Trabajo."

El C. Presidente, a las 8.12 p.m.: Se levanta la sesión.