Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19180930 - Número de Diario 36

(L28A1P1oN036F19180930.xml)Núm. Diario:36

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 30 DE SEPTIEMBRE DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I.- PERÍODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO I. - NUMERO 36

SESIÓN ORDINARIA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 30 DE SEPTIEMBRE DE 1918

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior. Rinden la protesta de ley los CC. Rodolfo Cancela Nogueira, Carlos E. Tamez, Porfirio Pastor, Fortunato Méndez y José Tapia.

2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera.

3.- Varios ciudadanos diputados presentan una proposición para que se consulte a la Asamblea si, a partir de esta fecha, debe cumplirse estrictamente con el texto del artículo 102 reglamentario; dispensados los trámites, se pone a discusión y es rechazado.

4.- Segunda lectura del Proyecto de Ley sobre fraccionamiento de la propiedad agraria del Distrito y Territorios Federales, presentado por el C. diputado Machorro Narváez el día 27 del presenta mes; su autor funda el proyecto y admitido a discusión, pasa a las Comisiones Agraria y de Hacienda, e imprímase.

5.- Se pone a discusión el dictamen de la Comisión de Marina que consulta queda sin efecto el Proyecto de Ley aprobado por la XXVII Legislatura, relativo a la apertura de una escuela náutica en Mazatlán, sin perjuicio de que cuando las condiciones del Erario lo permitan, vuelva a tomarse en consideración. La Comisión pide y obtiene permiso para reiterarlo.

6.- Iniciativa de Ley del Ejecutivo de la Unión proponiendo se amplíen las partidas 3140, 3143 y 3146 del Presupuesto de Egresos vigente, en $25,000.00, $50,000.00 y $25,000.00, respectivamente, Recibo y a la Comisión de Hacienda en turno.

7.- Se procede a la elección de los miembros que deben integrar la Mesa Directiva para el próximo mes; resultado; declaratoria. Se levanta la sesión pública para pasar a la secreta ordinaria.

DEBATE

Presidencia del

C. MONTES FEDERICO

(Asistencia de 130 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a la 4.36 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. Secretario Soto Rosendo A., leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veintisiete de septiembre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Federico Montes.

"En la ciudad de México, a las cuatro y treinta de la tarde del viernes veintisiete de septiembre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veintiséis ciudadanos diputados, según consta en la lista que pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El C. Prosecretario Aguilar leyó el acta de la celebrada el día veinticinco de los corrientes, que se aprobó sin debate, en votación económica.

"Los CC. Uzeta, Urdanivia y Secretario Soto introdujeron al salón a los CC. Arturo Méndez, Antonio M. García, Rafael L. de los Ríos y J. Isaac Arriaga, quienes rindieron la protesta de ley como diputados al Congreso de la Unión por los Distritos Electorales 1o. de San Luis Potosí, 10 del mismo Estado, 3o. del Distrito Federal y 11 de Michoacán, respectivamente.

"La Secretaría pasó a dar cuenta con los siguientes documentos:

"Oficio en que la Legislatura del Estado de San Luis Potosí, participa que abrió el primer período de sesiones ordinarias, correspondiente al segundo año de su ejercicio legal y nombró su Mesa Directiva.- De enterado.

"Circular del Congreso del Estado de Tlaxcala en que comunica que cerró el período prorrogado de sesiones extraordinario que abrió por decreto de 29 de mayo próximo anterior e inauguró el período de sesiones ordinarias que terminará el 31 de diciembre del presente año. - El mismo trámite.

"Circular de la Legislatura del Estado de Colima en que participa que se constituyó legalmente y abrió el primer período ordinario de sesiones correspondiente al primer año de su ejercicio, así como que nombró su Mesa Directiva. - El mismo trámite.

"Mensaje en que el C. H. Rodríguez Real comunica que se hizo cargo, interinamente, del Gobierno de Zacatecas y nombró Secretario General del mismo al C. licenciado José Félix Enciso. - El mismo trámite.

"Circular del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Coahuila, en que se avisa que el C. Félix Flores se hizo cargo de la Presidencia del mismo. - Igual trámite.

"Escrito en que la Comisión de Presupuestos de esta H. Cámara informa que para revisar los Ramos del Presupuesto de Egresos que se han turnado, esperaba recibir la Iniciativa de Ley de

ingresos. - De enterado y agréguese a su expediente.

"Solicitud del C. Gaitán, a fin de que se le conceda licencia de quince días, con goce de dietas.

"Previa dispensa de trámites fue aprobada.

"Exposición de motivos e Iniciativa de Ley de Ingresos para el año fiscal de 1919, que envía el Ejecutivo de la Unión. - A la Comisión de Presupuestos y Cuenta, e imprímase.

"Proyecto de Ley del C. Machorro y Narváez, sobre el fraccionamiento de la propiedad agraria del Distrito y Territorios Federales. - Primera lectura.

"Acto continuo se dio cuenta con el dictamen de la Comisión de Marina que propone no tenga efecto el Proyecto de ley aprobado por la XXVII Legislatura, relativo a la creación de una escuela náutica en Mazatlán, sin perjuicio de que cuando las condiciones del Erario lo permitan, vuelva a tomarse en consideración, cuyo dictamen recibió el trámite de "Segunda lectura y a discusión en la sesión próxima."

"Sin debate se aprobaron los dictámenes de la Comisión de Peticiones que consultan estos puntos resolutivos.

"Pase a las Comisiones de Hacienda y Crédito Público que corresponda, el memorial del C. Tomás Cerón Camargo, en que se hacen diversas observaciones sobre el problema monetario.

"Dígase a la señora María Castrejón de Gutiérrez, con motivo de la pensión que solicitó, que remita los documentos que acrediten los servicios que prestó a la Patria el C. Miguel Castrejón, así como el parentesco que la liga con éste.

"Pase a la Comisión de Hacienda en turno la solicitud de los CC. Clemente L. Chávez y Marciano C. Jiménez, relativa a la exención de derechos e impuestos por veinte años para el establecimiento de una fábrica de sosa cáustica comercial en Zacoalco, Jalisco.

"Pase a la Comisión de Puntos Constitucionales que corresponda, el oficio en que el ciudadano Gobernador de Tlaxcala pide autorización para formar un cuerpo rural de 500 plazas.

"El dictamen de la propia Comisión de Peticiones que propone se remita al Juez de Primera Instancia de Maravatío el padrón de la Sección 2a. del Municipio de Irumbo, del 5o. Distrito Electoral del Estado de Michoacán, fue impugnado por el C. Parra, quien sugirió se remitiese la copia del padrón y no el original; el C. Ángeles, miembro de la Comisión dictaminadora apoyó el dictamen; el C. Alvarez del Castillo usó de la palabra para una moción de orden y para aclaraciones; insistió el C. Parra y la Comisión retiró su dictamen con anuencia de la Asamblea.

"El C. Díaz González reclamó el quorum, por lo que se paso lista; y habiendo resultado presentes ciento cuarenta y tres ciudadanos diputados, la Secretaría continuó dando cuenta.

"Igualmente fueron aprobados sin debate los dos dictámenes de la referida Comisión de Peticiones que proponen se archive el expediente formado con motivo de la solicitud del C. coronel Josefino Feria y socios, para que se convocara a elecciones de diputados a la XXVIII Legislatura en el Distrito de Juxtlahuaca del Estado de Oaxaca; y pase a las Comisiones unidas de Hacienda y Puntos Constitucionales, para que lo agreguen al expediente respectivo, el escrito del señor Antonio Z. Armas, relativo a la iniciativa del C. diputado Rocha que trata de que pasen a poder de la Nación los bienes de los falsos revolucionarios.

"La Presidencia, en vista de que no había más asuntos con que dar cuenta en esta sesión, insinuó se pasara a Colegio Electoral, pero siendo visible la falta de quorum, comisionó a los CC. Alvarez del Castillo, Rocha, Urdanivia y Alfredo Rodríguez para que contaran a los presentes, y el informe de ellos confirmó la falta de aquél.

"Los CC. Silva Herrera y Blancarte hicieron mociones de orden y el ciudadano Presidente los designó, en unión del C. Rocha, para suplicar a los ciudadanos diputados que se encontraban fuera del salón, penetraran a él.

"Se procedió a pasar nueva lista y ésta fue interrumpida por el C. Silva Herrera para informar sobre el resultado de la Comisión que se le confirió y por el C. Eulogio Hernández para hacer una moción de orden a la que siguió una aclaración de la Presidencia. La lista comprobó la presencia de ciento treinta y cuatro ciudadanos diputados, y una vez que así lo declaró la Secretaría, se preguntó a la Asamblea si se pasaba a la sesión de Colegio Electoral y aquélla resolvió afirmativamente.

"A las siete y cinco se levantó la sesión."

Está a discusión el acta. ¿Hay quien desee hacer uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Aprobada.

- El mismo C. Secretario: Encontrándose a las puertas del salón algunos ciudadanos diputados para protestar, la Presidencia comisiona a los CC. González Marciano, Tejeda Llorca y Secretario Lorandi para que se sirvan introducirlos.

(Rindieron la protesta de ley los CC. Rodolfo Cancela Nogueira, Carlos E. Tamez, Porfirio Pastor y Fortunato Méndez, como diputados propietarios por los Distritos Electorales 16 de Veracruz, 3o. de Nuevo León, 5o. de Oaxaca y 15 de Puebla, respectivamente, y José Tapia, suplente por el 8o. de Oaxaca.)

- El mismo C. Secretario: La Presidencia suplica a los ciudadanos diputados se sirvan ocupar sus curules.

El C. Secretario Pesqueira: La Presidencia suplica a los señores diputados se sirvan ocupar sus curules.

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"Secretaría de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos. - Sección primera. - Número 60.

"Se recibió en la Secretaría de esta Cámara, el atento oficio de ustedes fechado el 26 de los corrientes, y el expediente con el Proyecto de Ley relativo a la autorización que se concede al ciudadano mexicano Carlos Agüeros, para que use el uniforme de la Cruz Roja Americana y desempeñar el cargo de Contador de la misma Institución.

"Al acusar ustedes recibo, me es grato renovarles las seguridades de nuestra consideración atenta y distinguida.

"Constitución y Reformas. - México, 27 de septiembre de 1918.- B. Guzmán, S. S. - Francisco Field Jurado, S. S."

"A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente." - A su expediente.

"Secretaría de Estado y del Despacho de Gobernación. - Sección primera.- Número 4,447.

"A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente.

"Deseando el Ejecutivo de la Unión utilizar los servicios del C. licenciado Paulino Machorro Narváez, miembro de esa H. Cámara, en el desempeño de una comisión incompatible con el desempeño de su cargo de diputado, el mismo Primer Magistrado ha de merecer de esa H. Cámara se sirva conceder licencia al expresado señor Machorro Narváez, por el tiempo que dure la comisión de que se trata.

"Lo que me honro en decir a usted, a efecto de que se sirva dar cuenta a esa H. Cámara para su resolución.

"Reitero a ustedes mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - México, septiembre 28 de 1918.

"El Secretario, Aguirre Berlanga." - A la 2a. Comisión de Gobernación.

"Congreso del Estado Libre y Soberano de Puebla. - Secretaría. - Circular número 1,427.

"Tenemos la honra de participar a ustedes para su conocimiento, que hoy abrió el XXIII Congreso Constitucional del Estado, un período de sesiones extraordinarias a que fue convocado por su Comisión Permanente, continuando ésta en el ejercicio de sus funciones.

"Renovamos a ustedes las protestas de nuestra distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - Puebla de Zaragoza, 25 de septiembre de 1918. - J. Palacios, D. S. - J. Barrientos, D. S.

"A los ciudadanos Secretarios de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F." - De enterado.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados.

"Los abajo firmantes, teniendo en consideración la brevedad del período ordinario de labores que nuestra Constitución vigente fija al Congreso de la Unión; teniendo en cuenta también la gran suma de trabajo que la pasada Legislatura dejó pendiente y que ésta tiene que resolver, así como las nuevas iniciativas que seguramente serán presentadas, las cuales serán oportunamente dictaminadas y discutidas, y teniendo en cuenta, finalmente, que hasta ahora se ha perdido lamentablemente el tiempo en discusiones ociosas, impertinentes y hasta indebidas para el buen nombre de la Cámara, a propósito de las credenciales de algunos miembros; que ya en algunos períodos se ha censurado la falta de actividad de la Cámara actual al iniciar sus labores; y que se ha observado hasta ahora - alegándose razones de equidad -, que los oradores ocupan la tribuna todo el tiempo que les parece necesario, sin tener en consideración las urgencias de otros trabajos y aún la fatiga demostrada en múltiples ocasiones por la Asamblea, contribuyendo esto a agravar la situación antes indicada; teniendo en cuanta, decimos, todas las anteriores razones, formulamos la siguiente petición:

"Consúltese a la Asamblea si, a partir de esta fecha, debe cumplirse estrictamente con el texto del artículo 102 del Reglamento relativo a la máxima duración que un orador puede emplear en la tribuna."

"Pidiendo, por ser ocioso, que sean dispensados los trámites.

"Protestamos a ustedes nuestra atenta consideración.

"México, 28 de septiembre de 1918. - A. Rodríguez . - J. M. Giffard. - Amado J. Trejo. - L. G. Carrión - R. Castro. - P. Carriedo Méndez. - E. L. Céspedes."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Sí se dispensan los trámites. Está a discusión (Voces: ¡Que la funden!) Se invita a alguno de los ciudadanos firmantes a que pase a fundar su proposición, si gusta.

El C. Trejo Amado: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Trejo Amado: Señores diputados: Varios miembros de esta Asamblea firmamos una moción tendente a consultar a Vuestra Soberanía acerca de si de hoy para adelante se observará estrictamente el artículo 102 del Reglamento del Congreso. De todos es perfectamente sabido que ha pasado un mes, durante el cual hemos estado en nuestros trabajos y nada hemos hecho, absolutamente nada que valga la pena verdaderamente . Todos sabéis que aquí se han llevado a cabo discusiones verdaderamente ociosas; los oradores, tanto del pro como del contra, de algún dictamen de Colegio Electoral o de alguna moción, han empleado el tiempo muchas veces en sutilezas. Se me dirá que todavía faltan algunas credenciales y que éstas son de las más discutidas, pero nosotros consideramos que por equidad debemos emplear la mayor parte del tiempo en algo que sea más útil que lo que hasta hoy hemos hecho.

Yo tengo entendido, señores, que la moción por sí misma se sostiene y solamente deseamos nosotros, los que la hemos firmado, que tengáis a bien honrarla con vuestro voto.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Quiroga.

El C. Quiroga: Señores diputados: Al leer esta proposición no me he podido dar cuenta verdaderamente de qué es lo que quieren los señores que la calzan con su firma. Resulta por demás ocioso hacer esta proposición, porque tenemos el Reglamento a nuestra disposición para que después de que pase media hora que señala como término de una discusión, se pregunte a la Asamblea si es o no de

aprobarse que el orador continúe en el uso de la palabra. Claro es que no puede tasarse de la misma manera una discusión, puesto que no todos los asuntos que se discuten en esta tribuna parlamentaria son de igual importancia. Si en concepto de la honorable Asamblea la proposición es de aceptarse, desde luego que contrariaremos un artículo reglamentario; además, si nosotros aceptamos de plano esta proposición, restaremos importancia a algunos asuntos que se presenten al debate y al aprobar esta proposición, nos encontraremos imposibilitados para poder dispensar a algún orador para hablar extensamente sobre algunos asuntos que se presentaran.

Por tal motivo, yo creo que no debemos aceptar esta proposición, porque primeramente ya está sancionado por el Reglamento de la Cámara que se dé determinado tiempo a los oradores para que hagan uso de la palabra, y después está en las facultades de esta honorable Asamblea, de decir si se le concede el uso de la palabra más tiempo del que señala el Reglamento sobre algunos asuntos de los que ella considere de importancia. En ese concepto, me permito hacer esta observación a la honorable Asamblea para que se sirva recapacitar en este sentido y tenga en cuenta estas dos cosas: primera, que al aceptarla se viola un artículo reglamentario; después, que esta proposición se presta a que quitemos importancia a algunos asuntos a debate que ameriten ser discutidos ampliamente. Yo no encuentro verdaderamente fundadas las razones que se exponen en la proposición ni tampoco las palabras que ha expuesto aquí el señor licenciado Trejo, porque no nos ha dado a notar la importancia que tiene el aprobar esta proposición. Hay más: se dice aquí que algunos asuntos importantes reclaman aprovechar el mayor tiempo posible. Claro está que no se pretende aquí quitar a los asuntos que de discutan en la Cámara toda la importancia que merecen, pero sí hago señalar a ustedes que se puede colocar la discusión de estos puntos dentro de lo que piden ellos y dentro de lo que pide el Reglamento. Si el Reglamento pide que se tenga como tiempo para discutir algún asunto media hora y que después de esa media hora se consulte a la Asamblea si es de aceptarse o no que se conceda al orador hablar por más tiempo, esto no contraría en nada el asunto que pretenden los firmantes de esa proposición, porque si acepta la Asamblea que se le conceda al orador más tiempo para exponer sus argumentos, claro es que concede de hecho importancia al asunto y claro es que en ella va implícita la importancia que tiene de la discusión. Si todas estas razones se toman en consideración para votar en la proposición que ahora se presenta, influirá considerablemente en el ánimo de ustedes el hecho de que no se debe aceptar tal proposición por ser superfluo discutir en este asunto, porque está en nosotros mismos conceder o no el uso de la palabra por más tiempo. Si tenemos eso en nuestras propias manos, ¿para qué proponer algo que resulta ocioso, para qué pretender que se limite estrictamente a un cuarto de hora o a media hora la discusión si hay algunos asuntos que requieren más tiempo o si hay algunos asuntos que por su poca importancia no requieren ese tiempo para que los emplee el orador en esta tribuna? Por tal motivo, creo que es ociosa esa proposición y que debe de plano ser desechada.

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Giffard.

El C. Giffard: Señores diputados: Yo ruego a ustedes que se sirvan prestar un momento de atención a la discusión de esta proposición que hemos presentado, para evitar que en sesiones futuras dé lugar, o bien a discusiones posteriores o bien a reproches por haber aprobado o rechazado esta proposición de un modo rápido y festinado.

El señor doctor Quiroga, al pedir que se deseche esta proposición, no tuvo el cuidado suficiente para leerla detenidamente y darse cuenta de ella; los que la firmamos no pedimos que en general en todos los asuntos a discusión se limite el tiempo de los oradores a media hora, sino solamente en las sesiones de Colegio Electoral. El objeto que perseguimos fue el siguiente...

El C. Quiroga, interrumpiendo: Moción de orden, señor Presidente. Pedí la palabra para una moción de orden, porque considero que es alterar el orden la proposición misma y las palabras que vierte el orador; desde luego, la Presidencia tiene obligación de hacer respetar el Reglamento, y como esta proposición va en contra del Reglamento mismo, yo pido a la Presidencia, respetuosamente, que haga respetar el Reglamento. (Aplausos.)

El C. Presidente: La Presidencia estima que aún cuando el asunto sea contra el Reglamento, no puede retirar la proposición si no es con perfecto acuerdo de la Cámara; en consecuencia, para evitar pérdida de tiempo, la Presidencia cree conveniente que esta proposición la Asamblea la apruebe o la deseche.

El C. Basáñez: Moción de orden, señor Presidente.

El C. Presidente: Como la Presidencia cree que no hay desorden, no puede concederle la palabra.

El C. Basáñez: Lo que se ha puesto a discusión...

El C. Presidente, interrumpiendo: Suplico a Su Señoría se sirva decir qué artículo se está infringiendo en este momento.

El C. Basáñez: El artículo relativo a la discusión de un Proyecto de Ley sometido a la consideración de la Asamblea. Los proyectos de ley no se pueden reformar por un solo acuerdo de la Asamblea. Es éste artículo que se está infringiendo, ciudadano Presidente. (Voces: ¡No! ¿Sí!)

El C. Presidente: Pues esto no es un Proyecto de Ley, sino simplemente una proposición. La Presidencia de por sí no puede desechar esas proposiciones de los miembros de la Cámara, sin previo acuerdo de la misma y, por consecuencia, cree que tiene obligación de ponerlas a discusión.

El C. Basáñez: La proposición tiene que ser objeto de una ley, porque una ley no se modifica por un simple acuerdo, se modifica con otra ley. (Voces: ¡Claro! Murmullos.)

El C. Giffard, continuando: Señores diputados: Efectivamente, al dar lectura la Secretaría a la proposición presentada por nosotros, le llamé la atención a mi compañero de Cámara en el sentido de que no era en una sesión de Cámara donde esta proposición debió haberse discutido. Yo la presenté o, mejor dicho, la presentamos en Colegio

Electoral, puesto que era el objeto que perseguíamos; pero ya que la Presidencia de la Cámara, como justificadamente acaba de decir, quiere resolver de una vez por todas este punto, creo que tiene razón y podemos de una vez resolver si la Asamblea opina por que ya sea votada en sentido favorable o en sentido desfavorable.

Ahora bien; las razones fundamentales expuestas en la lectura de la proposición y que, debido tal vez a cierta falta de atención de parte de la Asamblea en el momento en que se le dio lectura, no fueron debidamente escuchadas, son las siguientes: ha transcurrido un mes, a partir de la instalación del Congreso; una enorme cantidad de asuntos pendientes de la XXVII Legislatura ha sido turnada a las Comisiones respectivas; una gran cantidad de iniciativas están pendientes de dictaminar. El período de sesiones ordinarias que la Constitución fija es demasiado perentorio: nos quedan tres meses escasos de labores, mejor dicho, tres meses exactos. Las Comisiones respectivas, lógicamente no disponen sino de las mañanas para estudiar, para entregarse al estudio y poder dictaminar acertadamente acerca de los asuntos que se les han encomendado; esto no puede hacerlo por tener necesidad de concurrir a las sesiones de Colegio Electoral. Tanto en la prensa como en diversos corrillos comienza a murmurarse de la falta de eficacia de nuestro trabajo, de nuestra pereza, de lo nada absolutamente que ha hecho esta Cámara en el mes que lleva de sesiones, nos hemos pasado mañanas enteras discutiendo torpezas, tonterías que a la opinión pública y a la República en general nada importan y nada interesan; sobre si Fulano hizo o dejó de tornar en épocas anteriores y, en cambio, los asuntos de vital interés para la Nación, están durmiendo; se murmura de nosotros, se nos censura acre y terminantemente, y con cada día que pase daremos mayor pábulo a tales versiones. Lo que se diga de nosotros no serán calumnias, sino inexactitudes; se dirá que estamos robando el sueldo que la Nación nos paga para trabajar por los intereses públicos, por perder el tiempo en discusiones bizantinas. Ha habido orador que ha fatigado la atención, no de la Asamblea, que no lo escuchaba, sino de los taquígrafos de la Cámara y de la prensa en hora y media de lecturas continuas, ociosas enteramente y, sin embargo, por inercia, por falta de acción, por inactividad, aceptamos esa enorme disertación que a nada conduce. Estas son las razones fundamentales que a los firmantes de la proposición nos obligaron a presentarla.

Yo espero del juicio y de la serenidad de la Asamblea que tomará en consideración las razones expuestas y que meditará detenidamente el asunto para poderles dar un mentís a los rumores, a las versiones, a los ataques que de inactividad y de inconsecuencia contra nuestros deberes nos hacen.

El C. Vadillo: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Vadillo: Deseo insistir en la moción de orden que ha hecho tan oportunamente el C. Quiroga. La moción que indebidamente se ha puesto a debate propone no sólo una violación del Reglamento, sino una violación solemne del Reglamento; por consiguiente, es de aquellas que no debían de pasar siquiera de la Secretaría; la simple lectura de esta moción por parte de la Presidencia debía hacerse suficiente para que no se tomara en cuenta. La manera de reglamentar los debates ya está expresa en la Ley Reglamentaria y ningún acuerdo, por más solemne que sea, de esta Asamblea, puede modificarla. Por consiguiente, procede suspender, por acuerdo de la Presidencia, esta discusión que, desde luego, es inútil; desde luego, es atentatoria del Reglamento.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Avellaneda. (Aplausos, siseos y voces: ¡huy!)

El C. Avellaneda: Señores diputados: Vengo a pedir a ustedes que rechacéis esta proposición, por tres motivos: primero, porque es contraria al Reglamento; segundo, porque es violadora de los derechos de esta Asamblea, y tercero, porque no resuelve la falta que los señores firmantes se propusieron resolver. Contraría el Reglamento, por lo que ya dijeron los señores oradores, precisamente porque viola uno de sus artículos; viola uno de los derechos de esta Asamblea, porque la Asamblea también es a quien compete decir si continuará o no en el uso de la palabra el orador que tenga ya media hora en el uso de ella, y no logra el fin que los señores firmantes se propusieron, porque no pone un hasta aquí a las discusiones. Bien está que se nos venga a decir aquí que no perdamos el tiempo en asuntos baladíes; bien está que se nos venga a decir aquí que no alarguemos nuestras alusiones personales; bien está que se nos haga un llamamiento para que cumplamos estrictamente con nuestro deber, para que no alarguemos nuestras discusiones en asuntos ociosos y demás Perfectamente todo eso; pero esta proposición a todas luces es inconveniente por las razones antes dichas, y porque priva a la Asamblea de uno de sus más grandes derechos: marcar un hasta aquí al orador que haga uso de la palabra más de la media hora si lo cree conveniente; y, por otra parte, vamos a suponer que un orador, después de haber hecho uso de la palabra más de media hora, tiene una tesis demasiado larga que desarrollar y que, con esa proposición se le priva del uso de la palabra cuando precisamente va a llegar al punto más importante, más culminante. Me parece que esa proposición es, pues, injusta, inconveniente y antireglamentaria. (Aplausos y risas.)

El C. Secretario Soto: Están inscriptos en contra, además de los oradores que han hecho uso de la palabra, los CC. Velásquez López, García de Alba y Altamirano Manlio Fabio; pero no habiendo más oradores en pro, se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido este asunto. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba; los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. No se aprueba.

- El mismo C. Secretario: dio segunda lectura al Proyecto de Ley sobre fraccionamiento de la propiedad agraria del Distrito y Territorios Federales, presentado en la sesión del día 27 de septiembre próximo pasado, por el C. diputado Machorro

Narváez.) Conforme con el artículo 60 del Reglamento, fracción III se consulta a la Asamblea si se admite a discusión este Proyecto de Ley.

El C. Machorro Narváez: Pido la palabra para fundar el proyecto de Ley.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Machorro Narváez: Ciudadanos diputados: El proyecto que he tenido la honra de presentar a vuestra consideración y al cual se acaba de dar segunda lectura, versa sobre uno de los múltiples aspectos del artículo 27 constitucional; no tiene la pretensión de ser un Proyecto completo, porque estas cuestiones son verdaderamente complejas y solamente cuando uno ha comenzado a estudiarlas y profundizarlas un poco, se ve y se siente cómo es casi imposible que se llegue, por lo menos de pronto, a hacer una legislación completa sobre la materia. He meditado aquí algunas ideas que desde el triunfo de la Revolución, que desde antes, han ido elaborándose en mi espíritu, merced a ciertos estudios y a observaciones generales de que luego haré mérito. Con el fin de que los señores diputados se formen una idea más amplia todavía del Proyecto que la que haya podido darles la segunda lectura, voy a permitirme hacer una breve exposición.

Comprende este proyecto de ley tres partes principales: una se refiere al fraccionamiento directo de la gran propiedad, es decir, a aquellas medidas que hay que tomar para lo más pronto que sea posible, se llegue a la división efectiva de la gran propiedad y a la adjudicación de los lotes que resulten de esa división, a los particulares. La segunda parte comprende una disposición fundamentalmente radical; no solamente es extraña en nuestra legislación y en nuestro Derecho Civil, sino que trae un principio notoriamente nuevo, fundado en el artículo 27, el cual de por sí es también nuevo y por tal motivo no hay que fundarse ni fijarse en los perjuicios de las concepciones jurídicas tenidas hasta la fecha. Esta medida se refiere principalmente a la división de la hipoteca. Hasta la fecha, las hipotecas son invisibles, es decir, si una finca reporta una hipoteca, por ejemplo de....... $100,000.00, toda la finca y cada uno de sus partes responde de toda la hipoteca, de todo el crédito de $100,000.00. Por tal motivo, una finca hipotecada no puede dividirse, porque no podrá dividirse el crédito y nadie aceptará comprar un pequeño lote de propiedad agraria si sobre él gravita todo el crédito hipotecario de una finca entera. Hay que quitar este gran obstáculo, este dique que el fraccionamiento de la propiedad presenta la voluntad de los acreedores hipotecarios, y solamente se consigue haciendo que de cada lote se pueda obtener una pequeña fracción también del crédito proporcional al valor del lote; mientras esto no se haga, será absolutamente imposible que se dé un solo paso hacia el fraccionamiento de la propiedad, porque el acreedor hipotecario nunca accederá al fraccionamiento de la finca y de su crédito hipotecario. Por tal motivo, hay que imponer forzosamente el fraccionamiento del crédito, pues si no se impone entonces, no se impondrá nunca. Pero podrá decirse que éste se refiere a las fincas hipotecadas y que las no hipotecadas pueden fraccionarse. Perfectamente bien; pero hay que tomar en cuenta que, según los cálculos hechos por los economistas, en México la hipoteca en general asciende a la suma de $500.000,000.00; están hipotecadas, más o menos, las tres cuartas partes de las haciendas. Resulta de ahí que, por este obstáculo de la hipoteca en tres cuartas partes de las fincas, no podrá llevarse a cabo.

La tercera serie de medidas consulta la destrucción, por lo menos dentro de los límites prudentes, del poder feudal efectivo que han tenido los hacendados. La propiedad agraria en México ha estado fundada sobre el concepto romano de la propiedad: el propietario puede usar y abusar de sus bienes y es el único exclusivo dueño de todo lo que hay en la finca, la casa, lo que pudiéramos llamar calles, los lugares públicos, es decir, de uso público, todo es propiedad privada, propiedad particularísima del dueño, todo lo que está ahí, no siendo más que unos agregados, una especie de parásitos tanto los peones como el hecho de circular las servidumbres; no hay nada legalmente constituído, nadie tiene derecho a un metro de piso en la hacienda, no hay tampoco derecho a una vía de comunicación, una calle, una vereda, una plaza, todo es de la propiedad privada; el día que el dueño quiere, ese día traza una línea de cultivo y el tráfico va por otro lado. Los habitantes de las propiedades agrícolas no son en realidad tratados por la misma base que los habitantes de los pueblos y de las demás agrupaciones urbanas. Hay que acabar con ese poder político y darle a la propiedad agrícola enteramente el mismo concepto que tiene la propiedad de cualquier otro género en los trabajos, que no les atribuye ningún poder fuera del de hacer uso de sus bienes, explotarlo y utilizarlos.

Expuesto así en general el sistema de la división en partes de este Proyecto, voy a exponer la primera parte de él. El sistema establecido por el artículo 27 de la Constitución, consiste en la expropiación de las fincas y su división para su venta en lotes; al propietario se le indemniza en títulos de la Deuda Pública. La base, pues, de este sistema, para que no sea enteramente dura contra los propietarios, para que no hiera de un modo rudo los intereses particulares sin compensación alguna y que él sea el espíritu legal, es la indemnización; si no hay indemnización tal como la establece el artículo 27, el sistema de expropiación cae por su base, porque se refiere a una completa injusticia; sería un despojo, y eso según el concepto mismo de la Constitución. Pues bien, la indemnización no puede llevarse a cabo, ni ahora ni durante mucho tiempo, porque el Proyecto de Ley sobre indemnizaciones, sobre creación de la Deuda Agraria a los Estados, ha sido devuelto por el Ejecutivo con observaciones; desde luego, constitucionalmente ya no existe ley que cree la Deuda Agraria y es probable que esta Cámara y el Senado acepten las ideas del Ejecutivo, porque si se basan en consideraciones financieras de muy alto concepto, la emisión de bonos agrarios que habría que poner en circulación, montaría a una enorme cantidad de millones de pesos; cuando sabemos que el Banco Único ha encontrado cierta resistencia, que la simple versión de que va a establecerse para un billete de diez pesos o una circulación de ocho o diez millones de pesos, el público no la acepta, y se

resiste el comercio y vemos que se ponen mil dificultades, ¿es creíble que sean aceptados los títulos de deuda por $500.000,000.00, por ejemplo? Es completamente seguro que en México durante mucho tiempo todo papel público estará enteramente desprestigiado. Por tal motivo y por circunstancias posteriores a la votación del artículo 27, el sistema que ese artículo establece no será posible establecerlo. ¿Qué hacemos entonces? ¿Nos cruzamos de brazos ante el enorme problema del fraccionamiento de la propiedad agraria? ¿Dejamos defraudadas las esperanzas de la Revolución y dejamos sin oír los millares y millones de voces de los revolucionarios que murieron por aquella bandera de repartición agraria? No, seguramente que la dificultad del problema no debe arredrarnos; por eso he tenido el atrevimiento de presentar este Proyecto, es verdaderamente un atrevimiento, porque el problema es terriblemente complejo, es muy amplio y muy difícil, pero yo he querido poner un pequeño grano de arena, si se quiere microscópico, para hacer algo mío, algo que fuera un fruto de una labor intelectual mía antigua para contribuir a la solución de este gran problema.

La primera parte del Proyecto que se refiere a las medidas directas para el fraccionamiento, se basan sobre las siguientes nociones: Un buen proyecto de fraccionamientos de la propiedad agraria, debe tener, en mi concepto, debe girar sobre dos bases principales: primera, herir lo menos posible los intereses creados y segunda, ser lo más efectivo que se pueda. Por este motivo el sistema que yo presento a la consideración de la soberanía de esta Asamblea es el siguiente; no se expropia desde luego la propiedad, sino se impone su fraccionamiento que puede hacer el propietario mismo, a fin de que entregue lotes en arrendamiento. El propietario, pues, no se ve despojado, el propietario absoluto de una cosa se convierte simplemente en arrendador de los lotes, él puede saber a quién los arrienda; lo importante es que los presente arrendados en un plazo que prudentemente se le fija. Esta es la base principal. Pasados algunos años, el arrendamiento sobre bases que está calculado que sean lo más módico posible para el arrendatario, éste tiene opción de convertirse en propietario cuando le haya adquirido cariño a la tierra, cuando se haya alimentado con los jugos de ella, cuando el sudor haya hecho fructificar aquella tierra y cuando el lazo entre la tierra y el hombre se haya creado, entonces el arrendatario optará; no es un aventurero que va a hacerse de un lote para venderlo al día siguiente, es un arrendatario que ya ha trabajado y que ya quiere aquel pedazo de tierra y que quiere quedarse con él ya como propietario. Este sistema que parece tan sencillo, se basa en una consideración histórica que yo, en los artículos que publiqué a raíz del triunfo de la Revolución, le llamé "La evolución de la humanidad." En Europa la evolución de la gran propiedad fue la siguiente: por los siglos X y XI, cuando se había hasta cierto punto ya consolidado la invasión de los bárbaros, éstos tenían grandes propiedades, eran los dueños de inmensas propiedades territoriales, pero no podían cultivarlas, ellos se dedicaban principalmente a la guerra, tenían que entregarlas para su cultivo y valerse de los brazos de los habitantes antiguos, de las razas conquistadas de los territorios, principalmente de Francia y Alemania en la parte Sur. Entonces vino el feudalismo que consistió en que había un señor que era dueño de la tierra y la cultivaba no directamente como lo hacen aquí los hacendados por medio de administradores o gerentes suyos, como se hace actualmente en el Norte de Prusia también, sino que la cultivaban mediante arrendatarios que eran los siervos feudales; estos siervos pagaban una renta y prestaban al señor ciertos servicios personales. La parte odiosa del feudalismo consistió no en su organización económica, sino al decir de los historiadores más modernos, consistió principalmente en ese lazo personal de la servidumbre, en el predominio personal, en la humillación de la persona de los siervos respecto del señor, no en el lazo económico del que trabajaba la propiedad que pertenecía a otro. Así pues, si se sigue el sistema del arrendamiento, se habrán obtenido todas las ventajas sin el grave defecto que hubo en el feudalismo, el lazo personal del señor al arrendatario.

Durante ocho siglos, más o menos, el régimen de la propiedad fue este: propietario, dueño de una gran extensión de terreno; arrendatarios de las fracciones, que eran los siervos; vino la Revolución Francesa y entonces en la sesión del 4 de agosto de 89, cuando al decir de los historiadores las clases privilegiadas en un rapto de delirio que todavía no se explica bien en la psicología, arrojaron en la hoguera revolucionaria todos sus privilegios, se desprendieron de ellos y borraron sus derechos feudales. Esa noche quedó consumada la evolución de la propiedad. Lo que había comenzado en el siglo X acabó en el siglo XVIII. En los siglos X y XI se hizo el fraccionamiento en lotes, dándolos en arrendamiento; en el siglo XVIII, el 4 de agosto de 89, se cortó el lazo del arrendamiento y el arrendatario se hizo propietario. Fue, pues una evolución consciente. Los evolucionistas, aquellos que tienen miedo a las revoluciones, a los actos violentos, a los actos decisivos, los que dicen que por decretos no pueden resolverse los problemas sociales, indicaron que esto no es tanto un atentado ni una ley violenta, sino que ha sido una evolución, y está comprobado que de ese modo se llegó a Europa al fraccionamiento de la propiedad. Ahora bien, lo que en Europa duró ocho siglos en hacerse, aquí podemos hacerlo en unos cuantos meses, en un año o dos, haciendo el arrendamiento, creando el lazo primero del cultivador propio sobre su terreno y una vez que está fraccionado por medio del arrendamiento, conceder la opción para que el arrendatario quede como dueño del terreno.

Todos los demás detalles del Proyecto no sería posible por ahora explicarlos; pero yo me permito hacer presente a los señores diputados la gravedad grandísima que tiene para nosotros el dedicarnos a estudiar el problema agrario. Es cierto que es muy complejo, pero esto no debe detenernos; por el contrario, debe excitarnos. La actual Cámara o los actuales elementos de la Cámara, si se quiere, han sido tildados por el elemento más radical de la Revolución, de cierto conservatismo. Hay que probar que son, que somos todavía revolucionarios y no podemos probarlo sino con hechos, atendiendo el problema más grave y más hondo de la Revolución, como es el problema agrario. (Aplausos.) Entonces

habremos mostrado que todavía hay revolucionarios, que todavía somos revolucionarios, quién sabe si la Cámara siguiente ya no lo sea; estamos viendo cómo el país casi diariamente nace un periódico reaccionario; vemos cómo las multitudes de Jalisco se agrupan en miles de personas que yo he visto en mi campaña electoral, para pedir las damas más encumbradas, como si fueran personas de la más mediana y mediocre educación, confundidas con todo el mundo, gritando como si fueran muchedumbres de la Edad Media; vemos que el reaccionarismo, amparado de la Revolución, se levanta; quizás ésta sea la última Cámara revolucionaria y si esta Cámara pierde la oportunidad de estudiar el problema agrario, yo sentiría mucho que ya no hubiera quien lo estudiara después. (Aplausos.)

El C. Secretario Soto: Por disposición de la Presidencia se va a dar lectura a las fracciones II y III del artículo 60 que habla de los Proyectos de Ley:

"Artículo 60. Los Proyectos de Ley o proposiciones presentados por uno o más individuos de la Cámara sin formar los que los subscriben mayoría de diputación, se sujetarán a los trámites siguientes:

"II. El día de la segunda lectura, después de esta, podrá hablar una sola vez dos miembros de la Cámara, uno en pro y otro en contra prefiriéndose al autor del proyecto o proposición.

"III. Inmediatamente se preguntará a la Cámara si se admite o no a discusión. En el primer caso el asunto pasará a la Comisión o Comisiones a quienes corresponda, y en el segundo se tendrá por desechado."

No habiendo ningún ciudadano diputado inscripto en contra, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se admite a discusión el Proyecto de Ley. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Se admite a discusión. Pasa a las Comisiones respectivas. (Voces: ¿Cuáles?) El trámite es el siguiente: "A las Comisiones agraria y de Hacienda, e imprímase." (Aplausos.)

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Comisión de Marina.

"Fue turnado a esta Comisión el expediente relativo al establecimiento en el puerto de Mazatlán, de una escuela náutica para hacer en ello los estudios necesarios a la carrera de pilotos y maquinistas de la marina mercante nacional. El decreto de referencia fue devuelto a esta honorable Cámara por el ciudadano Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, por conducto de la Secretaría de Estado y del Despacho de Gobernación, haciendo observaciones en el sentido de que, encontrándose el Erario Nacional en condiciones que no permiten por ahora el establecimiento de un plantel que indudablemente erogará gastos de consideración para obtener el resultado que se persigue, circunstancia que ha impuesto la supresión de todos aquellos servicios que no son estrictamente indispensables para el funcionamiento normal de la Administración, el propio Ejecutivo no cree que la escuela náutica que se pretende establecer en Mazatlán pueda ser de una necesaria e inmediata realización.

"Esta Comisión, pensando debidamente los motivos que el Ejecutivo ha tenido presentes para devolver el Decreto de referencia, se permite someter a la deliberación de esta H. Asamblea el siguiente dictamen:

"Primero: Queda sin efecto el Proyecto de Ley aprobado por la XXVII Legislatura, relativo a la creación de una escuela náutica en el puerto de Mazatlán, sin perjuicio de que cuando las condiciones del Erario lo permitan vuelva a tomarse en consideración.

"Segundo: Comuníquese al Ejecutivo de la Unión, como resultado de las observaciones que hizo en oficio fechado el 1o. de septiembre actual, girado por conducto de la Secretaría de Estado y del Despacho de Gobernación bajo el número 4,226, Sección 1a.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 23 de septiembre de 1918. - F. R. Serrano. - Federico Silva. - Alfonso Castro."

Está a discusión en lo general.

El C. Basáñez: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Casas Alatriste: Pido la palabra en contra.

El C. Basáñez: Para que la Comisión funde su dictamen, y luego en contra.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Casas Alatriste.

El C. Basáñez: Pido la palabra. He pedido a la Comisión que funde su dictamen; invito a la Comisión a que funde su dictamen.

El C. Serrano, Presidente de la Comisión: El dictamen se funda por sí mismo.

El C. Presidente: La Comisión lo hará cuando lo estime conveniente; la Presidencia concederá la palabra en la forma que lo ordena el Reglamento. Tiene la palabra el C. Casas Alatriste.

El C. Casas Alatriste: Señores diputados: Lamento profundamente tener que ascender a esta tribuna para atacar un dictamen que firma el señor general Serrano a quien estimo, a quien respeto y a quien admiro porque es un sinaloense, es un general del Ejército Mexicano y es un revolucionario intachable; pero recuerdo ahora que allá en Sinaloa vi en una ocasión un retrato del señor general Obregón en que estaba escrito de su puño y letra con su diestra, - cuando todavía lo tenía - una sentencia o aforismo que dice: "el deber es infranqueable." Y en este caso, señores diputados, mi deber como representante de Sinaloa y mi convicción personal me imponen la obligación imprescindible de venir atacar este dictamen que en mi concepto es improcedente y es injusto. La diputación de Sinaloa a la XXVII Legislatura, secundada por las diputaciones de todos los Estados de la costa del Pacífico, hicieron la proposición del Proyecto de Ley relativo, que fue aprobado por unanimidad de votos en esta Cámara y por unanimidad también en el Senado. Debo de hacer notar que todos los partidos existentes en esa Legislatura se unieron para esta idea que es a todas luces buena. Las razones que tuvieron los proponentes del dictamen son principalmente las siguientes.

Me voy a permitir dar lectura a los párrafos principales de la moción, para que esta Cámara con conocimiento de causa, pueda dictar su fallo en el asunto. Dice:

"El Proyecto de Ley que sometemos ahora a vuestra ilustrada consideración, proponiendo la reinstalación de la Escuela Náutica del puerto de Mazatlán, responde a una necesidad así nacional como constitucional. Nacional, porque el estado que guarda hoy día nuestra marina mercante, ha fijado por manera inequívoca la urgente necesidad que existe de formar pilotos y maquinistas mexicanos por nacimiento, pues la demanda de aquéllos es cada vez mayor y nuestro personal mexicano cada día más escaso. Constitucional, porque el artículo 32 de nuestra Carta Magna, terminantemente previene que para pertenecer a la Marina Nacional de Guerra, se requiere ser mexicano por nacimiento, y que esa misma calidad será indispensable en capitanes, pilotos, patrones y primeros maquinistas de los buques mercantes mexicanos, debiendo tenerla, además, los que compongan las dos terceras partes de la tripulación. Siendo, pues, una verdad que no admite duda, la escasez de elementos técnicos que tripulen los barcos de nuestra marina, es llegado el momento de proceder a la reapertura de dicha escuela, ya que el personal náutico no se puede improvisar y que es necesario proveer a las exigencias que en este respecto comenzarán a hacerse sentir en un futuro próximo..."

Después relata un incidente habido en Manzanillo cuando los americanos se aproximaron en son de guerra a ese puerto en el que se vio que dos capitanes de barco extranjeros que eran nacionalizados mexicanos, no cumplieron con su deber. Dice:

"El presupuesto anual de gastos (dotando a la escuela de todos los elementos modernos de la ciencia, para formar pilotos en un período de tres años, y con capacidad para cincuenta alumnos, de los cuales dos tendrán el grado de sargentos primeros, dos el de sargentos segundos, cuatro de cabos, seis como alumnos de primera y treinta y seis como simples alumnos), montará solamente a $77,659.00, según cálculo hecho en julio del corriente año. Esta cantidad resulta insignificante ante la importancia que reviste para la vida de nuestra Marina Nacional, el fin a que está destinada, máxime si se toma en cuenta que el costo anual del Departamento de Artillería, calculado en enero último, ascendía a $127,200.00 y el de la Academia de Estado Mayor montaba a $207,636.00, también calculado en enero del mismo año que finaliza, época en que la vida era mucho más barata que en nuestros días."

Pues bien, señores diputados; aprobado el Proyecto de Ley que ordenaba la reinstalación de la Escuela Náutica en Mazatlán, el Ejecutivo lo devolvió, haciendo solamente una observación, consistente en que no debía depender la Escuela Náutica de la Secretaría de Guerra y Marina, como se decía en el Proyecto de Ley, sino de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, puesto que en ese plantel se iba a formar tripulaciones de marina mercante; y se hacía notar también que las circunstancias del Erario Nacional que han impuesto la necesidad de un régimen de economías, suprimiéndose todos los servicios que no son estrictamente necesarios para el funcionamiento de la Administración Pública, no permiten por ahora el establecimiento de un plantel en el que indudablemente se erogarán gastos de consideración. Y bien, señores, si no es de urgente necesidad para el país, poner en producción activa todas sus fuentes de riqueza, entonces no se me diga que son de más urgente necesidad las partidas que en los Proyectos de Presupuesto se nos han enviado; no se me diga que no es más urgente atender al incremento de nuestra incipiente Marina Nacional que producirá mayores ventajas al transportar los productos de nuestra República de un extremo a otro, que gastar $150,000.00 que se proponen en el Proyecto de Presupuesto de Egresos para gastos secretos de la Secretaría de Gobernación y de la de Relaciones, así como para gastos imprevistos de estas mismas Secretarías, que podrán ser muy útiles, pero que por su misma condición el pueblo de la República no puede darse cuenta de su utilidad y de su inversión. (Aplausos.) Tampoco se me diga que es más urgente gastar $160,000.00 que se proponen para viáticos de agentes diplomáticos en el extranjero y de cónsules, cuando bien sabido es que en nuestro país hasta ahora no existe la carrera diplomática y que los individuos que gastan esos dineros no son sino políticos a quienes se trata de alejar de la cosa pública o favoritos a quienes se desea que vayan a hacer un viaje de recreo por Europa. (Aplausos.) Ni se me diga que es menos necesario dotar de buenos marinos a nuestros buques, cuando se pide, con una ingenuidad que me ha dejado verdaderamente pasmado, por la Suprema Corte de Justicia, un aumento de $134,000.00 en su presupuesto, asegurando ingenuamente, ya digo, que no les parece que sea un aumento de gran consideración, cuando es nada menos que el 10 por ciento de su dotación del año pasado. Señores: el Estado de Sinaloa, quizá por su lejanía, quizá por la dificultad de medios de comunicación es poco conocido y menos estimado en el centro de la República. (Voces: ¡Sí es cierto!) El Estado de Sinaloa, señores, dio una prueba evidente de su valer y de su patriotismo cuando en la época prerevolucionaria se levantó en uso pleno de sus derechos democráticos y, como un solo hombre, el pueblo aquel fue a hacer su propaganda en favor del ciudadano licenciado José Ferrel contra el favorito de la dictadura porfiriana, Diego Redo; y esa campaña democrática que creó hondas raíces, fue la simiente que debía producir la Revolución de 1910 y sus continuaciones de 1913 y 1915. Y tiene una particularidad ese pueblo, señores diputados; ese pueblo, que fue el primero en empuñar las armas para la reconquista de sus derechos, ha sido también el primero que ha quedado en completa paz, en una absoluta paz. Allí, señores, todas las actividades están en movimiento, allí se produce, allí se trabaja y puedo asegurar que, comparada su densidad con la de los demás Estados de la República, es de los que más producen al Erario Federal sin originarle cargas, pues solamente una escasa guarnición, que no llega a mil hombres, está en ese Estado. Y ahora que se desea por la diputación de Sinaloa, que el año pasado lo propuso, el establecimiento de un plantel donde puedan encontrar una

carrera brillante y útil algunos de los hijos de aquel Estado; cuando se propuso el establecimiento de una escuela que ha de dotar de buenos marinos y fomentará el comercio en todo el Pacífico, entonces se nos contesta que no hay $77,000.00 para el Estado de Sinaloa, que mensualmente hace entrar a las arcas del Erario Federal una cantidad muchísimo mayor, y yo, como representante de ese Estado, vengo terminantemente a oponerme al dictamen que se discute, porque, dado lo que he expuesto, es perfectamente injusto.

Pero si mis argumentos sobre la justicia que existe para formar esa escuela no os han convencido; si creéis que no deben invertirse en esta obra útil los dineros de la Nación, entonces, señores diputados, también debéis rechazar este dictamen.

El dictamen también expresa en su primer punto, que queda sin efecto el Proyecto de Ley aprobado por la XXVII Legislatura; y si hoy las circunstancias del Erario no permiten el establecimiento de esa escuela, no quiere decir que las circunstancias del mismo Erario dentro de un mes, dos meses, un año o diez años, tampoco lo permitan; y entonces se quiere, con este dictamen, que vuelva otra vez el asunto a conocimiento de la Cámara de Diputados; que pase de nuevo a la de Senadores; que sea, quizá, objetado con cualquier pretexto por el Ejecutivo y que, en resumen, el proyecto del establecimiento de la escuela náutica quede siempre en proyecto. Si, repito, se considera que las condiciones del Erario no permiten el establecimiento de la escuela, que se ponga un artículo transitorio en la ley diciendo que comenzará a regir cuando mejoren las condiciones del Erario: esto ahorrará trabajo, y cuando cambien las circunstancias de ese famoso Erario, que se me figura como un embudo, que para unos es ancho y para otro es demasiado delgado, entonces se podrán evitar trámites inútiles que hoy ya se han corrido.

Además, el segundo punto del dictamen es completamente improcedente; dice así: "Comuníquese al Ejecutivo de la Nación, como resultado de las observaciones que hizo en su oficio fechado el 1o. de septiembre actual." Tratándose de un Proyecto de Ley aprobado tanto por la Cámara de Diputados como por el Senado, lo que procede no es comunicarlo al Ejecutivo, sino pasar el resultado de este asunto al Senado, para su consideración. Creo que con lo expuesto, he llevado a vuestro convencimiento la necesidad de que votéis en contra del dictamen; pero yo estimo que, dada la personalidad del C. general Serrano, dada la buena voluntad que le reconozco para su Estado natal, se apresurará a retirarlo y rendirlo en el sentido que acabo de expresar. (Aplausos.)

El C. Presidente: No habiendo oradores inscriptos en pro, tiene la palabra en contra el C. Basáñez.

El C. Basáñez: Pido antes que se lea el artículo 106 del Reglamento y que se cumpla con él.

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"Artículo 106. Siempre que al principio de la discusión lo pida algún individuo de la Cámara, la Comisión dictaminadora deberá explicar los fundamentos de su dictamen y aún leer constancias del expediente si fuere necesario; acto continuo seguirá el debate."

El C. Serrano Francisco R.: Pido la palabra como miembro de la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Serrano Francisco R.: La Comisión tuvo en cuenta, señores diputados, todas las circunstancias que el Ejecutivo hizo presentes para no poder de momento establecer esta escuela en Mazatlán. Debo antes hacer notar que la misma Comisión dictaminadora dice que presenta este dictamen sin perjuicio de que, cuando las condiciones del Erario lo permitan, vuelva a tomarse en consideración la iniciativa.

El Ejecutivo habla del establecimiento de una escuela náutica en Campeche, que ya figura en el Presupuesto y que, a pesar de eso, no se ha podido establecer. Para nosotros sería penoso estar expidiendo leyes que la Tesorería General vendría a echar por tierra o vendría a retardar su cumplimiento, por el solo hecho de que no hay fondos en las arcas nacionales. La Comisión, por eso, ha querido dejar a salvo el derecho de que se vuelva a tomar en consideración la iniciativa, y no sólo eso, sino que debo manifestarle a la diputación sinaloense, muy interesada justamente en el establecimiento de esta escuela en Mazatlán, que nosotros, la misma Comisión de Marina, estamos enteramente dispuestos a traer a la discusión nuevamente el proyecto; pero por ahora y a pesar de lo que nos decía el C. Casas Alatriste, tomamos en cuenta que hay muchos gastos superfluos y no creemos procedente estar expidiendo leyes que no sean de realización o que no sean fáciles de llevarse a la práctica por el sencillo hecho de que no tenemos dinero.

Por otra parte, la Comisión tuvo también en cuenta, y por eso dice que no es de una necesaria e inmediata realización este proyecto, que existen realmente servicios públicos de más interés, que no están llevándose a cabo por falta de fondos. El establecimiento de una escuela náutica en Mazatlán significaría o requeriría que tuviéramos buques, no tenemos dinero para establecer la escuela y no tenemos buques; ¿para qué empeñarnos en establecerla? Sin embargo, he notado el sentir de la Asamblea y, con mucho gusto, si mis compañeros de Comisión lo aceptan, yo estoy dispuesto a retirar el dictamen. (Aplausos. Las personas a quienes se dirige, asienten.) Entonces pido permiso a la Presidencia para retirar el dictamen.

El C. Secretario Soto: La Presidencia pregunta a la Asamblea si permite a la Comisión retirar su dictamen. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Queda retirado.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Poder Ejecutivo Federal. - México. - Secretaría de Gobernación. - Sección primera. - Número 4,467.

"A los ciudadanos Secretarios de la honorable Cámara de Diputados. - Presente.

"Habiéndose agotado la partida número 3,140 del Presupuesto de Egresos vigente, correspondiente a gastos extraordinarios, y existiendo solamente por lo que respecta a las partidas números 3,143 y 3,146, relativas a gastos secretos y gastos del

"Diario Oficial", Imprenta del Gobierno y publicaciones de leyes federales, todas de esta Secretaría, un saldo de $9,000.00 y $8,000.00 respectivamente, se ha sentido la necesidad imperiosa de ampliarlas.

"Tanto lo reducido de la partida número 3,142, desde su origen, como las circunstancias excepcionales por que atraviesa el país, no sólo en su situación interior, sino también en sus relaciones comerciales exteriores, reclaman mayores erogaciones que las que se destinaban en épocas ordinarias para gastos secretos, sobre todo, si se tiene en cuenta que en la actualidad el importe de pasajes, estancias, emolumentos y demás inversiones que aquellos servicios implican, son, en muchos casos, hasta cuatro o más veces superiores al precio normal.

"Iguales consideraciones pueden hacerse en lo tocante a la partida número 3,146, que corresponde a gastos del "Diario Oficial", Imprenta del Gobierno y publicaciones de leyes federales, toda vez que los precios de papel, tinta y demás útiles indispensables para dichos servicios, son tres o cuatro veces superiores a los antiguos y los salarios de los operativos también son mayores de los que se pagaban en épocas normales.

"En cuanto a la partida número 3,140, correspondiente a gastos extraordinarios, le son aplicables los mismos razonamientos hechos para justificar la ampliación de las dos anteriores.

"En tal virtud, el ciudadano Presidente de la República tiene a bien someter a la consideración de esa honorable Cámara de Diputados la siguiente Iniciativa de Ley:

"Único. Se amplían las partidas números 3,140, 3,143 y 3,146 del Presupuesto de Egresos del corriente año fiscal, como sigue:

"Partida 3,140, en $25,500.00.

"Partida 3,143, en $50,000.00.

"Partida 3,146, en $25,000.00.

"Reitero a ustedes mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - México, septiembre 28 de 1918. - El Secretario, Aguirre Berlanga." - Recibo, y a la Comisión de Hacienda en turno.

- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a la elección de la Mesa para el próximo mes y la Presidencia concede cinco minutos a los ciudadanos diputados para que se pongan de acuerdo. (Voces: ¡Ya estamos!)

Se procede a la votación. Los ciudadanos diputados se servirán pasar a depositar sus boletas en el orden de lista.

(Se recogió la votación por orden de lista.)

Se cierra la votación.

(Los CC. Secretarios Meade Fierro y Pesqueira, procedieron al escrutinio.)

- El mismo C. Secretario: Presidente: C. Ramón Blancarte, 43 votos; C. Francisco R. Serrano, 19 votos; Juan Manuel Alvarez del Castillo, 101 votos. Primer Vicepresidente: C. Jesús Rodríguez de la Fuente, 38 votos; C. Basilio Vadillo, 21 votos; C. Eliseo L. Céspedes, 104 votos.

Segundo Vicepresidente: Santiago Roel, 38 votos; C. José Morales Hesse, 20 votos; C. Horacio Uzeta, 101 votos; C. Ramón Blancarte, 1. voto; C. José Siurob 1 voto; C. M. de Velasco, 1 voto; C. Jesús Rodríguez de la Fuente, 1 voto.

- El mismo C. Secretario: La Presidencia declara que son Presidente y Vicepresidentes, respectivamente, para el próximo mes, los CC. Alvarez del Castillo Juan Manuel, Eliseo Céspedes y Horacio Uzeta, que obtuvieron mayoría de votos.

El C. Presidente, a las 7 p. m.: No habiendo otro asunto que tratar en Cámara de Diputados, se levanta la sesión y se pasa a sesión secreta ordinaria.