Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19181019 - Número de Diario 52

(L28A1P1oN052F19181019.xml)Núm. Diario:52

ENCABEZADO

MÉXICO, SÁBADO 19 DE OCTUBRE DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Año I. - PERIODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 52

SESIÓN ORDINARIA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS EFECTUADA EL DÍA 19 DE OCTUBRE DE 1918

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la sesión anterior. Toman la palabra para hechos los CC. Camarena y Rodríguez Matías.

2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera, concediéndose licencia al C. Breña Luis.

3.- Es presentado por el C. Salvador Saucedo un Proyecto de Ley relativo a la creación de un nuevo impuesto en el Puerto de Manzanillo, destinado a los gastos que demande la introducción del agua potable a esa ciudad. A la Comisión de Hacienda en turno. Es aprobada una moción suscrita por varios ciudadanos diputados en que piden se de el trámite de "Al Archivo", al oficio en que la Legislatura de Durango comunica la apertura del nuevo período de sesiones.

4.- El C. Siurob informa a la Asamblea del resultado que obtuvo la Comisión que se nombró para entrevistar al ciudadano jefe del departamento de Salubridad Pública. Se discute la proposición que hacen varios ciudadanos diputados, en que piden se amplíe la partida 12310 del Presupuesto de Egresos vigente en la cantidad de $200,000.00 destinada a combatir la epidemia de la gripa; levantándose la sesión por falta de quórum.

DEBATE

Presidencia del C. ALVAREZ DEL CASTILLO JUAN MANUEL

(Asistencia de 133 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.37 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Acta de la sesión de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, celebrada el día diez y ocho de octubre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Juan Manuel Alvarez del Castillo.

"En la ciudad de México, a las cuatro y treinta y siete de la tarde del viernes diez y ocho de octubre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veintisiete ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El C. Secretario Lorandi leyó el acta de la sesión celebrada el día diez y siete del presente mes, la que se aprobó sin debate.

"Se dio cuenta con los documentos siguientes:

"Oficio de la Secretaría de Gobernación en que transcribe el que le dirigió el C. Antonio Rivera G., comunicándole que el ciudadano Presidente de la República lo indultó de la pena de doce años que le impuso el Cuartel General del Cuerpo de Ejército de Oriente. - A sus antecedentes.

"La lectura del documento anterior fue interrumpida por el C. Avellaneda para pedir se diera cuenta con una proposición que había presentado en la sesión anterior, lo que motivó una aclaración de la Presidencia.

"Oficio del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en que manifiesta haberse enterado de que el Congreso de la Unión aceptó la renuncia del Magistrado sexto de ese tribunal, C. Licenciado Tomás Barragán. - A su expediente.

"Dictamen de la 2a. Comisión de Puntos Constitucionales que consultan un proyecto de Ley por medio del cual se autoriza al ciudadano Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala para que organice un cuerpo rural, con carácter de fuerza de seguridad pública en el Estado, hasta de quinientas plazas. - Primera lectura.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales que concluye con un proyecto de Ley que tiene por objeto conceder permiso al señor Félix F. Palavicini para que, sin perjuicio de sus derechos de ciudadano mexicano, acepte, y use la condecoración de "Comendador de la Corona de Italia" que le concedió el rey de Italia. - Primera lectura.

"Proposición del C. Avellaneda de que se dió cuenta en la sesión anterior, relativa a que se consignen a la autoridad competente los hechos acaecidos el quince de los corrientes y se exijan responsabilidades.

"El C. Avellaneda fundó su proposición, que luego fue impugnada por el C. Gómez Noriega; éste dirigió una interpelación a dicho C. Avellaneda y fue interrumpido por una moción de orden del C. Gómez Gildardo, que dió lugar a que el orador proporcionara un documento que leyó la Secretaría. En pro habló el C. Quiroga, quien, en vista de que la Presidencia concedió la palabra en contra al C. Alfredo Rodríguez, opinó que

debía preguntarse si se tomaba en consideración la proposición, toda vez que habían hablado un orador en contra y otro en pro. La Presidencia fue de parecer que en la sesión anterior, momentos antes de saberse que no había quórum, se dispensaron los trámites a la proposición y que, por consiguiente, estaba a debate, siendo procedente conceder la palabra en contra al C. Rodríguez. Hicieron mociones de orden los CC. Montes y Quiroga; éste aceptó la opinión de la Mesa, pero no obstante, el ciudadano Presidente quiso que la Asamblea resolviera el punto, y la votación económica a este respecto fue en apoyo de que la proposición debía estimarse ya a debate.

"En consecuencia, usó de la palabra en contra el C. Rodríguez Alfredo e interpeló a los CC. Avellaneda, Siurob y Saucedo.

"Con permiso de la Cámara el C. Avellaneda retiró y presentó modificada su proposición, que dió lugar al debate siguiente:

"Hicieron uso de la palabra los CC. Gaitán, Villaseñor Mejía, Martínez del Río y Lorandi. El C. Gaitán en pro se apoyó en el artículo 915 del Código de Procedimientos Penales; el C. Villaseñor Mejía para excusarse de impugnar la proposición, puesto que se había inscripto antes de que fuese reformada, y para hacer aclaraciones; el C. Martínez del Río en contra, y el C. Lorandi en pro.

"Estimada la proposición suficientemente discutida se deshecho en votación nominal, solicitada por varios ciudadanos diputados, por setenta y seis votos de la negativa contra cincuenta y ocho de la afirmativa.

"Dióse cuenta con un Proyecto de Ley del C. José P. Saldaña, que trata de que quede sin efecto el artículo 119 de la Ley para Elecciones de Poderes Federales que está en vigor.

"Pasó a fundarlo el C. Saldaña, quien fue interrumpido por una aclaración del C. de los Ríos, y quedó de primera lectura.

"La secretaría puso a consideración de la Asamblea una proposición de los CC. Siurob, Quiroga, Malpica, Méndez Benjamín, Saucedo, Medina Francisco, Fernández Martínez, Orozco Muñoz y Herrera, que en su parte conducente dice:

"Nómbrese una comisión que investigue los medios de profilaxis y los procedimientos empleados para limitar y combatir la pandemia designada con el nombre de grippe española.

"El C. Siurob fundó la proposición. Su discurso fue interrumpido por el C. Rocha para reclamar el quórum, lo que dió lugar a que la Secretaría pasara nueva lista, de la que resultaron presentes ciento treinta y un ciudadanos diputados.

"Dispensados los trámites a la proposición, se puso a debate.

"EL C. Zerecero rectificó un hecho asentado por el C. Siurob, y el C. Saldaña José P. habló en pro. No habiendo más oradores inscriptos se consideró el punto suficientemente discutido y se aprobó la proposición en votación económica, designándose para cumplimentarla a los CC. Siurob, Uzeta, Méndez Arturo, Medina Francisco y Orozco Muñoz. La Asamblea aprobó esta Comisión.

"El C. Malpica renunció al uso de la palabra para rectificar hechos y acto continuo rindió la protesta de ley como diputado suplente al Congreso de la unión, por el 2o. Distrito Electoral de Chiapas el C. Jenaro Ruiz de Chávez, quien fue introducido al salón por los CC. Espinoza Luis, Saldaña José P. y Secretario Soto.

"La Secretaría informó que no tenía en su poder ningún expediente relativo a sesión de Colegio Electoral, y que, por esa circunstancia, no se citaba para el día siguiente, en la mañana, a sesión de esa naturaleza. La cita fue a las cuatro de la tarde, para celebrar sesión de Cámara.

"A las siete y treinta y siete de la noche se cerró la sesión."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa , sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

Presidencia del C. UZETA HORACIO

- EL C. Presidente: Tiene la palabra para hechos el C. Camarena.

- EL C. Camarena: Señores diputados: Antes de comentar algunos de los hechos acaecidos dentro de la Representación Nacional, quiero hacer ante ustedes la formal promesa de que será la única ocasión que me ocupe de tratar ciertas cuestiones personales y eso porque estoy también seguro de que es necesario completamente, de todo punto necesario, dejar aclaradas esas cuestiones; y por otra parte me permito protestar de la manera más caballerosa, que conservaré toda mi serenidad, desde el principio hasta el fin de esta pequeña peroración.

Los periódicos de ayer nos hacen un cargo que considero un poco grave, pero perfectamente fundado: Dicen que la Cámara de Diputados dentro de poco tiempo se verá obligada a entrar en un período de receso, porque no hay asuntos de qué tratar; y esto cuando tenemos al frente el importantísimo problema de las tierras y de la agricultura; cuando tenemos que resolver el asunto de la reglamentación del artículo 4o. Constitucional, puesto que ya el charlatanismo profesional se está convirtiendo en una verdadera amenaza para la sociedad. De este modo podría enumerar muchos de los problemas que ustedes perfectamente conocen; decía yo, cuando comienza a correr un rumor de esa naturaleza, es lamentable para nosotros y debemos evitarlo a todo trance. ¿Pero de dónde viene este rumor.; Cuál es su origen? Creo que tienen la culpa, en primer lugar, algunos oradores, que sólo están espiando el momento psicológico para obtener un aplauso de las galerías o de las mismas curules; creo también que tienen la culpa algunos otros oradores a quienes podía calificar de logorreicos o verborreicos, y entre ellos el que ocupa el primerísimo lugar, es el C. general Siurob.

Hace poco tiempo el señor diputado Verástegui, refutando ciertos argumentos del señor doctor Siurob, le aplicó un cuento que resultó regocijado, pero que, a mi modo de ver, también resultó un poco carente de

sindéresis; y yo recordaba en esos momentos una bella anécdota de Cervantes, y puesto que he notado en mi amigo el señor doctor Siurob,

que es muy afecto a la literatura cervantina, no tengo inconveniente en relatarlo. No veo que esté aquí el señor doctor Siurob, (Voces: ¡Allí está atrás!) Voy a tener el gusto de relatarle esta anécdota: Dice Cervantes que había, un poeta en la corte que se llamaba Mauleón, y tenía por costumbre contestar festinadamente a cuanto se le preguntaba, de tal manera, que en cierta ocasión le preguntaron qué quería decir Deum de Deum, y contestó: "Dé donde diere." A mi me parece que el señor doctor Siurob casi siempre en sus argumentaciones procede en la misma forma: "Dé donde diere." Voy a citar algunos casos concretos, porque he dicho desde el principio que procuraría conservar toda mi serenidad desde el principio hasta el fin y que no vengo a hacer ataques personales y solamente quiero que queden las cosas en su lugar. Recuerden ustedes cuando se propuso enviar un voto de censura al Rector de la Universidad Nacional, cómo el C. Siurob inmediatamente aprovechó la oportunidad para atacar sin razón al Rector de la Universidad Nacional. (Siseos.) Es verdad, señores, el doctor Siurob no sabe lo que es la Universidad Nacional ni está al tanto de movimiento de la Universidad, y voy a demostrárselo al señor Siurob. Dijo aquí que el primer Rector de la Universidad Nacional fue el señor don Joaquín Eguía Liz, hombre de vasta cultura y de grandes principios, en todo lo cual todos nosotros estamos perfectamente de acuerdo, y que el segundo Rector de la Universidad Nacional fue don Gabino Barreda. Señores, un hombre que ha pasado por las aulas universitarias, que tiene un título de doctor y que no sabe que don Gabino Barreda murió antes de que el señor doctor Siurob naciera, y yo también; seguramente que el señor don Gabino Barreda fue el fundador de la Escuela Nacional Preparatoria, el introductor en México de los sistemas filosóficos de Augusto Compte y el colaborador más conspicuo del señor Juárez en los asuntos de educación; un hombre, decía, que ignora todas estas cosas, deja entrever o hacer nacer ciertas sospechas respecto de su manera de hablar y de sensatez. Algunas otras veces se va por los cerros de Ubeda y cuando se trata de algún asunto del Distrito Federal que tiene que probarse con argumentos de este medio ambiente, nos trae argumentos de Querétaro, de Guanajuato y de otros Estados de la República. Esto me recuerda también la historia de Miguel Escoto; se dice que Miguel Escoto fue un italiano nacido en Parma y que vivió en los tiempos de Felipe II; que era muy afecto al estudio de las matemáticas y muy particularmente al estudio de la Astrología judiciaria y que, en consecuencia, se le tenía como encantador y como nigromante. Tenía especial placer en invitar a sus amigos a comer y cuando se sentaba a la mesa se daban cuenta de que no había un solo platillo; entonces Miguel Escoto hacía aparecer por suerte de encantamiento algunos platillos y les decía: "Este platillo me lo manda el rey de Portugal;" Luego aparecía otro suculento platillo y les decía a sus amigos: "Este me lo envía el rey de Francia," etc. Naturalmente, los amigos de Escoto salían con el estómago completamente vacío; y esto nos ha sucedido con los argumentos del señor Siurob: Salimos con el cerebro perfectamente vacío, porque sus argumentaciones no nos han llenado en lo absoluto. Pero hay todavía más, el señor doctor Siurob, en uno de sus discursos de anteayer, volvió a atacar a la Universidad Nacional, diciendo que el último caso que por cierto provocó una tempestad dentro de la Cámara, fue una vasta intriga de la reacción y salida de la Universidad Nacional. Yo, con toda mi honradez, vengo a protestar enérgicamente contra este dicho... (Voces: ¡Pruebas!) Voy a darlas. El señor Pallares fue catedrático de la Escuela de Jurisprudencia: Durante algún tiempo dió las clases de primero y segundo curso de Derecho Civil, y tan luego como el señor Pallares comenzó a escribir sus artículos truculentos en contra del Gobierno Constitucional en las columnas del "A. B. C.," el Rector de la Universidad Nacional le dió su cese. Poco tiempo después él formulo una solicitud, diciendo que pretendía seguir dando su curso de Derecho Civil, como curso libre, en la Escuela de Jurisprudencia, y esa solicitud fue apoyada por alumnos de la Escuela de Jurisprudencia, que quieren al licenciado Pallares; por esa circunstancia se le permitió, porque el Rector de la Universidad no podía de ninguna manera prohibir que siguiera dando ese curso libre.

Por otra parte, como quiera que los alumnos de la Escuela de Jurisprudencia, y conste que no me guía el deseo de buscar un aplauso, los alumnos de la Escuela de Jurisprudencia fueron los que encabezaron esa manifestación, yo vengo a decir a ustedes, porque he vivido dentro de la Universidad, he sido un humilde colaborador de ella (Siseos), vengo a decir a ustedes con toda sinceridad que muy al principio, cuando estaba muy recientemente llegado el Gobierno revolucionario, ahora convertido en Gobierno Constitucional, ciertamente había dentro de la Escuela de Jurisprudencia un ambiente hostíl al Gobierno, pero debido a los muchachos revolucionarios, muchos de ellos que llegaron a la Escuela de Jurisprudencia y que habían defendido a la Revolución en los campos de batalla y venían todavía con grados en el Ejército, legalmente conquistados, hicieron la defensa de la Revolución y cambiaron ese ambiente que había en la Escuela de Jurisprudencia y ahora se respira un ambiente franco y de cordialidad para el Gobierno. Pero hay todavía un poco más respecto de las aseveraciones del señor doctor Siurob. Después de que cuarenta o cincuenta diputados de las derechas ayudaron al señor Vadillo a sostener su proposición, el señor doctor Siurob, sin conocer los antecedentes, porque a nosotros particularmente nos dijo que no conocía los antecedentes, vino a hacernos el cargo de que somos reaccionarios, de que somos enemigos del Gobierno, puesto que sostuvimos una enorme intriga contra el Gobierno. Esto, señores, me parece completamente injusto.

De manera que se ve que los argumentos del señor doctor Siurob carecen enteramente de fundamento y lo único que pretende es asestar golpes al "Partido Liberal Nacionalista" y al "Bloque Nacionalista," como el poeta de la anécdota: "Dé donde quiere." En lo que estoy completamente de acuerdo con el señor doctor Siurob es que el último caso que provocó una tempestad aquí dentro de la Cámara - no quiero decir el nombre -, fue una intriga de la reacción, pero no en todos los demás cargos.

Y antes de que se me olvide, también pretendo decir a ustedes que el señor doctor Siurob a toda costa quiere siempre denigrar, aplastar, deprimir al "Partido Liberal Nacionalista", para encumbrar al "Partido Liberal Constitucionalista." Soy un hombre recién llegado a la nave de la política y creo tener derecho a expresar mis ideas con toda serenidad; estoy también perfectamente seguro de que muchos de ustedes que me conocen a fondo y saben que tengo muy buenos amigos en el "Partido Liberal Constitucionalista," como el señor coronel Cienfuegos, el señor Benito Ramírez, el profesor Vadillo y otros muchos, comprenden perfectamente que hablo con entera imparcialidad. Casi siempre se nos dice que nosotros hemos procedido con entera injusticia, y yo vengo a asegurar de una manera definitiva y categórica, que los procedimientos empleados por el "Partido Liberal Nacionalista," aun cuando hayan tenido algunos errores, no pueden compararse, ni con mucho a los procedimientos que siguió el "Partido Liberal Constitucionalista. (Siseos.) Voy a citar algunos casos concretos, para que se vea que tengo razón; y antes de citar esos casos, quiero decir que he tenido frecuentes pláticas con mis amigos del "Partido Liberal Constitucionalista," quienes han pretendido convencerme de que el criterio que se desarrolló en aquella Asamblea fue un criterio político revolucionario, sin que me hayan persuadido nunca que se haya desarrollado tal criterio, por lo que sigo creyendo que sólo se desarrolló un criterio enteramente de partidarismo. Recuérdese el caso del ingeniero Mares, que vino por el Estado de Guanajuato, en contra del ingeniero Robles Domínguez; a pesar de que el ingeniero Mares trajo cerca de siete mil votos y que el ingeniero Robles Domínguez obtuvo una cantidad muy exigua; no obstante que el ingeniero Mares no tenía una sola mácula como revolucionario, fue arrojado de esta Asamblea. ¿No es verdad que salió de aquí este señor Mares en medio del aplauso general, porque no se le encontró una sola mancha? ¿No es verdad también que el señor Cervantes, que venía representando a uno de los Distrito del Norte, revolucionario sin mácula también, fue igualmente expulsado de esta Asamblea? ¿No es lo mismo cierto que mi buen amigo el señor Ibarra Jesús, que estuvo como diputado en la XXVII Legislatura, así como el señor Rafael Aveleyra, también amigo mío, vinieron por el Nayarit con una carta de recomendación, pero sin un sólo voto, y que cuando llegaron los individuos que han traído votos y la credencial, se les dijo: "Amigos, todas las curules del Nayarit están ya ocupadas..." (Voces: ¡No es cierto!)

En todas estas cosas puede ser que yo esté mal informado; pero en lo que aseguro que estoy plenamente informado, es de lo que sucedió en mi Distrito Electoral, en el 2o. Distrito Electoral del Estado de Hidalgo. Allá, en las elecciones antepasadas, hubo tres candidatos... (siseos): El señor don Erasmo Trejo, el señor don Matías Rodríguez que actualmente es diputado, y el señor don Nicasio Jurado. El señor don Erasmo Trejo, que es un revolucionario inmaculado, que ha venido luchando desde mucho antes de 1910, que no tiene ninguna mácula en su historia revolucionaria, obtuvo tres mil setecientos votos en esa lucha; el señor coronel don Matías Rodríguez, que está aquí presente, obtuvo tres mil seis votos, y el señor don Nicasio Jurado, que no traía más que quinientos votos, fue el que entró a la Cámara. Yo quisiera, si este caso no constituye una verdad, que el señor Siurob o algunos de los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista" me digan si estoy en lo cierto o no. (Voces: ¡No, no! Siseos.) En lo que decía yo que estoy completamente de acuerdo con el señor doctor Siurob... (murmullos y voces: ¡A votar, a votar!), y con esto voy a terminar, es en que fue el último caso una vasta intriga reaccionaria; pero debo decir a ustedes que fue uno de los últimos argumentos empleados por la reacción en contra del Gobierno. Yo creo que la reacción está completamente dominada. (Voces: ¡No, no! Siseo.) Sí, señores, está completamente dominada. Si ustedes se ponen a recorrer las distintas fases de la reacción del Gobierno. Verán que ya tienen agotados todos los argumentos, de tal modo, que todo lo que dicen los periódicos de que la reacción gastó el postrer argumento, creo que es verdad. La reacción ha gastado su último argumento: Yo le agradecería mucho al señor Doctor Siurob que me contestara nada más un sólo caso, para quitarme este escrúpulo de conciencia, el de mi Distrito Electoral, que me demuestre si la Legislatura pasada obró con imparcialidad y no con un criterio personalista, como yo lo creo sinceramente. (Siseos.)

El C. Rodríguez Matías: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rodríguez Matías.

El C. Rodríguez Matías: Ciudadanos diputados: Como el señor Camarena, en el curso de su peroración acaba de hacer alusión a mi, con respecto a las elecciones verificadas para la XXVII Legislatura, debo hacer constar que, yo poco acostumbrado a sombrerear a nadie, no me presenté aquí para luchar contra el señor Erasmo Trejo, aunque en los comicios tuve la satisfacción de obtener más de trescientos votos arriba de la cantidad que él traía; pero las intrigas del Gobernador del Estado de Hidalgo hicieron que quedara con noventa y cuatro votos abajo del señor Trejo. Vinimos a esta Legislatura y no sé por qué artimañas de los miembros del "Partido Liberal Constitucionalista," que tanto alardean de revolucionarios y que no hicieron más que pisotear la voluntad de los pueblos en la Legislatura pasada, dieron el triunfo al señor Nicasio Jurado, que traía una friolera de votos. No hubiera querido hacer esta aclaración; pero es necesario que se sepa la forma en que se obró para dictaminar en la XXVII Legislatura. También hago constar que no soy miembro del "Partido Liberal Nacionalista; "estuve allí unos días y debo decir la verdad; por miedo de que desecharan mi credencial y mi Distrito Electoral se quedara sin representante. Ahora se dice que todos los que nos hemos separado del partido somos unos trásfugas; pero creo que mienten los miembros de ese partido, porque son los trásfugas los que se han quedado dentro del bloque.

Presidencia del C. ALVAREZ DEL CASTILLO JUAN MANUEL

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"Telegrama de Zacatecas, Zac., 18 de octubre de 1918. - Presidente Cámara de Diputados.

"En virtud de licencia concedida al C. General Enrique Estrada para estar separado del cargo de Gobernador Constitucional de esta Entidad, la honorable Legislatura local se ha servido designarme para el desempeño de dicho cargo, con carácter de interino, del cual he tomado posesión con esta fecha. Comunícolo para su conocimiento, protestándole mi distinguida consideración. - El Gobernador Constitucional interino, J.Trujillo."

"Correspondencia del Director General de Educación Pública del Distrito Federal. - México, 17 de octubre de 1918. - Señor licenciado don Juan Manuel Alvarez del Castillo, Presidente de la Cámara de Diputados. - Presente. - Muy señor mío:

"Con motivo del proyecto de ley enviado por el ciudadano Presidente de la República a las Cámaras, referente a la reducción de días festivos, acordó el Consejo Técnico de Educación Pública, en su sesión última, dirigir atenta nota a esa honorable Corporación, como tengo el gusto de hacerlo, para significar la simpatía con que el proyecto de referencia ha sido recibido y, al mismo tiempo, para hacer presente la complacencia con que vería este Consejo que el proyecto aludido recibiera desde luego la atención de esa respetable Cámara.

"Al hacer del conocimiento de usted el acuerdo anterior, me es grato repetirme como su atento y S. S. - Elíseo García." - Recibo, y a su expediente.

"H. Asamblea:

"El subscripto, diputado por el 1er. Distrito Electoral del Estado de Michoacán, atentamente solicito se me conceda, con dispensa de trámites y goce de dietas, una licencia hasta por doce días, con el objeto de trasladarme a la ciudad de Morelia, para arreglo de asuntos de interés particular.

"A la vez, aprovecharé mi estancia en la mencionada ciudad para tratar asuntos agrarios relacionados con algunos pueblos de mi Distrito Electoral.

"No dudando que se me concederá la licencia que solicito, me es grato, una vez más, protestar a esa honorable Asamblea mi más atenta consideración. - México, 19 de octubre de 1918. - L. Breña."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Dispensados. Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Concedida.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"El puerto de Manzanillo es un verdadero foco de infección, donde fácilmente se desarrollan las epidemias y han tomado asiento las enfermedades endémicas.

"La causa determinante de estos graves males no es otra que la completa carencia de higiene y la falta absoluta de salubridad que existe en el puerto de Manzanillo, por la escasez del agua potable tan indispensable para todas las necesidades y usos domésticos y la cual sólo se obtiene con grandes dificultades y a precios exorbitantes, que no todos los habitantes pueden pagar.

"Los Ayuntamientos de Manzanillo, por más que han estado animados de la mejor voluntad para introducir el agua al puerto, único remedio a la angustiosa situación de la población porteña que cada día ve más amenazada su existencia por las calamidades que le afligen en la forma de enfermedades que algunas veces resultan incurables, ha tenido que renunciar a emprender la obra salvadora que librará a los manzanillenses de todas sus desgracias, debido a que las arcas municipales apenas logran reunir lo indispensable para atender a los gastos y exigencias más apremiantes.

"Y como quiera que el costo de la obra alcanza la suma de sesenta mil pesos, cantidad que difícilmente podrá reunir la Corporación Municipal, no he encontrado otra solución por el momento, dada la escasez de caudales, que la creación de un pequeño impuesto que producirá lo bastante para realizar los trabajos, sin que el Gobierno Federal tenga que hacer desembolso alguno ni los causantes resulten muy perjudicados en sus intereses, puesto que el problema que se resuelve es de gran trascendencia y amerita por ende algún sacrificio, ya que se trata nada menos que de la salvación de un pueblo y del porvenir de uno de nuestros principales puertos del Pacífico.

"Atento a las razones apuntadas, el subscripto, deseando aliviar las penalidades que lamentan los habitantes de Manzanillo y a la vez lograr el progreso y mejoramiento del referido puerto, el subscripto, haciéndose eco del sentir de sus electores e interpretando las aspiraciones de los manzanillenses ha resuelto llevar a cabo la introducción del agua al puerto de Manzanillo, de acuerdo con las autoridades municipales del lugar, y al efecto, a fin de arbitrarse los fondos suficientes para acometer la empresa, no ha vacilado en someter a vuestra aprobación el siguiente Proyecto de Ley:

"Primero: Todo bulto que se embarque o desembarque en el puerto de Manzanillo, durante el año fiscal de 1919, cualquiera que sea su valor y peso, además de los derechos aduanales estará sujeto al pago de un impuesto especial de tres centavos si procede o se destina a puerto nacional, y de cinco centavos, si es de procedencia o va de tránsito al extranjero.

"Segundo: Este impuesto será recaudado por la

Aduana respectiva y entregado mensualmente al Ayuntamiento del puerto de Manzanillo, que lo destinará exclusivamente a los gastos que demande la introducción del agua potable."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados. - México, octubre 15 de 1918.

"El diputado por el Estado de Colima, Salvador Saucedo." - A la Comisión de Hacienda en turno.

- El mismo C. Secretario, Leyendo:

"H. Asamblea:

"Los subscriptos, diputados al Congreso de la Unión, por el Estado de Durango, a ustedes respetuosamente exponemos que, por considerarlo de alta trascendencia para nuestro Estado, de ustedes atentamente solicitamos que, con dispensa de todo trámite, se sirvan tener a bien acordar la reconsideración del acuerdo dictado por la Mesa al oficio que la Legislatura local de dicho Estado comunica la apertura del nuevo período de sesiones, en el sentido de que se dé el trámite de "Al archivo."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 19 de octubre de 1918. - Antonio Gutiérrez. - Jesús de la Torre. - M. Castillo Nájera. - Manuel I. Fierro. - L. Espinosa y E. - Nos adherimos a la anterior solicitud: Rafael L. De los Ríos. - Miguel E. Schuiz y Alvarez. - Andrés Ortiz. - F. Cornejo V. - M. Sánchez M. - E. Soto P. - A. R. Aceves. - Macías Ruvalcaba .- D. Bravo Izquierdo. - Efrén Rebolledo. - J. Alencáster. - Leopoldo E. Camarena. - J. M. Ruiz. - Porfirio Pastor. - Dos firmas ilegibles."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites a esta proposición.

El C. de la Torre Jesús: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. de la Torre Jesús: Como es toda la diputación de Durango la que firmó la solicitud en la que se pide dispensa de trámites, creo que es por demás preguntar a la honorable Asamblea si se dispensan.

El C. Presidente: Entonces se suplica a alguno de los firmantes que pase a fundarla.

El C. Fierro Manuel I.: Pido la palabra para fundarla.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Fierro Manuel I.: Señores diputados: Parece hecho exprofesamente lo que meramente fue una concidencia lamentable: Quiero referirme al hecho de que cuando ayer en la sesión de la tarde se dió lectura al oficio que manda la Legislatura de Durango comunicando su instalación, fue una coincidencia que no nos encontrásemos presentes aquí en ese momento ninguno de los diputados por dicho Estado; pero como quiera que en el caso actual se trata de un hecho de inmensa trascendencia para el Estado de Durango, no hemos permitido solicitar de vosotros que concedáis la reconsideración del trámite recaído a ese oficio, por las razones que someramente paso a exponer.

La diputación de Durango viene a protestar ante vosotros contra la espuria formación de la actual Legislatura; espuria formación por los hechos, legales y de hecho, que paso a exponer. Ya oímos, ciudadanos diputados, el sordo clamor de aquellos sufridos pueblos al conocer la integración de la Legislatura; ya oímos el inmenso clamor de aquellos ciudadanos que se lamentan de una tan sangrienta befa, de una burla tan vil del voto popular. La actual Legislatura del Estado de Durango ha sido formada con arreglo a una ley o a una Constitución que es anticonstitucional, porque en muchos de sus puntos, pero muy especialmente en lo que nos ocupa, hiere de plano a la Constitución Federal. Debo advertiros, señores diputados y compañeros, que no se trata de un caso único y aislado, por el contrario, hay la desgracia de que existe ya un precedente sobre un asunto análogo a éste; parece que los constituyentes locales de Guanajuato y de mi Estado natal se pusieron de acuerdo para legislar sobre ciertos puntos anticonstitucionales, de una manera análoga e idéntica. El artículo 72 de la Constitución local, en su parte relativa, dice lo siguiente, este artículo se refiere a la elección de gobernador, pero el artículo correspondiente a la elección de diputados hace mención a este artículo, diciendo que la de diputados se sujetará al artículo 72. Únicamente voy a dar lectura a tres renglones, que son los que dan el fundamento legal a nuestra protesta. Dice así:

"...En caso de que no hubiere mayoría absoluta de votos, la Legislatura eligirá uno de entre tres de los ciudadanos que hubieren obtenido la más alta mayoría relativa de sufragios..."

Seguramente que no os causará admiración ni encontraréis tampoco la causa de nuestra protesta con la simple lectura de este texto legal, pero examinemos lo que es la ley, en primer término, y, en segundo lugar, lo que son los hechos en el caso concreto.

Evidentemente, señores, que si la Legislatura, con una amplia independencia de criterio, con un apego exacto y firme a la ley, se sujetase a esta disposición legal, no habría un ataque tan formal y serio como el que nosotros ahora apuntamos. Pero resulta esto: Con un tino admirable, la Legislatura local no ha declarado mayoría absoluta de votos en favor de ninguno de los que se eligieron, y con un tino todavía más sagaz aún, ha hecho recaer la elección en favor de quienes obtuvieron el ínfimo número de votos; por ejemplo, en un Distrito Electoral hubo un candidato con 500 votos; otro, con 300, y otro con 28 votos: La Legislatura local no eligió al que obtuvo 500 votos, sino al que alcanzó 28. En otro Distrito Electoral sucedió algo análogo e idéntica acusación podemos hacer respecto a los demás Distritos Electorales, esto es, en ningún caso encontró la Legislatura local mayoría de votos y siempre tuvo la perspicacia de elegir, no por ley, sino por conveniencia política, propia del Cuerpo saliente, a quienes tenían menor número de votos. ¿Comprendéis, ciudadanos diputados, en dónde está la flagrante violación a la Constitución General de la República? Está en el artículo 115, que preceptúa que los Gobiernos de los Estados se sujetarán a la forma republicana, representativa, popular. ¿Cabe en vuestro ánimo, ciudadanos diputados, que en el caso que apuntamos, sea un Gobierno republicano, representativo, popular, cuando lo que se hace en nuestro Estado es segar de tajo el voto popular y que las elecciones de diputados se hagan por sí y ante sí por la propia Legislatura? No, señores; esto no

es sino artimaña, un laberinto buscado por los mismos diputados que legislaron en el Constituyente local, para de esta manera perpetuarse ellos mismos en el Poder o, en último análisis, perpetuar a individuos que fuesen los proseguidores, los sostenedores de la política anterior. Resulta de esto que el voto popular es nulo, que no existe, que es una sangrienta burla la que hace la Legislatura local, puesto que ella es la que elige a los diputados; ella, con apoyo en esta misma ley, dice quién tiene mayoría de votos, mejor dicho, declara que no hay mayoría de votos absoluta; luego forma una terna a su propia conveniencia y en último término elige de los tres al que más le conviene. El pueblo no puede protestar, evidentemente, porque está apoyada en un artículo constitucional. Afortunadamente para el pueblo duranguense, dentro del seno de esta Representación Nacional cábele la satisfacción de haber mandado aquí a representantes dignos, que en cualquier instante, contra todas las tormentas, contra todas las injurias, levantarán enérgicamente la voz contra las violaciones a la ley, contra los atentados contra el voto popular y en todo momento, en las circunstancias más críticas, y sin tener miramiento alguno por los males venideros, sostendrán con mano enérgica el estandarte, el pendón de la defensa del voto popular.

Sería muy largo para mí el exponeros, y para vosotros hastioso el escuchar todos los puntos en que nuestra constitución local está flagrantemente frente a la Constitución Federal; por eso es, y este caso así lo exige, que me concreto exclusivamente al punto en cuestión, esto es, que la Legislatura local actual obedece a una espuria formación y que de una manera amplia, violenta y audaz ha violado el voto popular; que están en la Legislatura en su mayoría de casos, salvo excepciones honrosas, diputados que son los más convenientes para quienes los eligieron. Dentro de este expediente hay algunos documentos que pueden comprobar lo que actualmente digo, pero no lo haré y para que no se crea que es una opinión muy mía particular, voy a permitirme, si la Presidencia me autoriza, interpelar a un compañero de diputación; es una interpelación breve. Dígame el compañero Jesús de la Torre si es cierto que en su Distrito Electoral la Legislatura local designó como diputado al que tuvo menor número de votos.

El C. de la Torre Jesús: Sí es cierto. El señor Carlos Cárdenas, que actualmente figura como Presidente de la Legislatura local de Durango, solamente tuvo 28 votos en el Municipio de Mapimí, habiendo tenido algunos de sus contrarios más de 500 votos.

El C. Fierro, continuando: Sírvase el compañero y diputado, señor Antonio Gutiérrez, contestarme la pregunta misma que hice al señor de la Torre.

El C. Gutiérrez Antonio: Como hijo del Estado de Durango y como representante del 3er. Distrito Electoral del mismo, consideraría indigno si no protestara en este momento por el atropello al voto público que se hizo en ese Distrito. Se eligió al tercer candidato en el orden de votación, quien es un individuo estulto y sólo sirve de instrumento a los que salieron y están detrás del biombo.

El C. Fierro Manuel I., continuando: Para no cansar vuestra atención, no continúo las interpelaciones; pero os garantizo que la diputación íntegra del Estado de Durango y el pueblo todo de ese Estado contestaría en idéntica forma y con indignación a esta interpelación. Dicho se está que la pasada Legislatura ha procurado tener en su mayoría - pues que es lo que ella procura -, elementos perfectamente inconscientes, individuos abúlicos, individuos que no son capaces de levantar su voz de protesta en ningún caso y que se concretan a manear únicamente la cabeza hacia abajo o hacia uno u otro lado. Por lo tanto, la diputación durangueña os pide muy encarecidamente que toméis en cuenta esta proposición, de que se reconsidere el trámite recaído al oficio de la Legislatura local, en que se participa su instalación, al cual recayó el trámite "De enterado". Esto, compañeros diputados, es de interés no sólo local para mi Estado, sino de interés general para la República y de prestigio para la Representación Nacional. Más tarde los admirados, los escandalosos, lanzan una interrogación fatídica, preguntando por qué en nuestro país se perpetúan los malestares sociales y por qué se perpetúan las revoluciones; es muy sencillo, porque existe la tendencia a cambiar sólo los nombres patronímicos y a perpetuar los procedimientos. Por tanto, os suplico, mejor dicho, os pido que estéis de acuerdo en la reconsideración, y de una vez también os pido que aprobéis el trámite de: "Al archivo". Es una desgracia que para muchos casos como el actual, la educación, la corrección oficial, no consientan la implantación de este nuevo trámite: Al cesto de los papeles. (Aplausos.)

El C. Secretario Soto: A efecto de que se discuta desde luego esta proposición se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se toma en consideración. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. (Voces: ¡Que se lea!) Se va a leer.

"Honorable Asamblea:

"Los subscriptos, diputados al Congreso de la Unión por el Estado de Durango, a ustedes respetuosamente exponemos que, por considerarlo de alta trascendencia para nuestro Estado, de ustedes atentamente solicitamos que, con dispensa de todo trámite, se sirvan tener a bien acordar la reconsideración del acuerdo dictado por la Mesa al oficio en que la Legislatura local de dicho Estado comunica la apertura del nuevo período de sesiones, en el sentido de que se dé el trámite: "Al Archivo".

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 19 de octubre de 1918. - Antonio Gutiérrez. - Jesús de la Torre. - M. Castillo Nájera. - Manuel I. Fierro. - L. Espinosa y E. - Nos adherimos a la anterior solicitud: Rafael L. De los Ríos. - Miguel E. Schulz y Alvarez. - Andrés Ortiz. - F. Cornejo V. - M. Sánchez M. - E. Soto P. - A. R. Aceves. - Macías Ruvalcaba . - D. Bravo Izquierdo. - Efrén Rebolledo. - J. Alencáster. - Leopoldo E. Camarena. - J. M. Ruiz. - Porfirio Pastor." - Dos firmas ilegibles.

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración. Se toma en consideración. Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Aprobada. (Aplausos.)

- El mismo C. Secretario: Se suplica al C. Siurob, Presidente de la Comisión que se nombró en la sesión anterior, se sirva pasar a informar del resultado de ella.

- EL C. Siurob: Honorable Asamblea: Cumpliendo con la Comisión que la honorable Cámara se dignó conferirnos y procurando cumplirla con toda eficacia, nos trasladamos inmediatamente hoy, primer día hábil, a entrevistarnos con el Jefe del Departamento de Salubridad Pública, y recibidos amablemente por dicho caballero, obtuvimos los siguientes datos: Las medidas que se han tomado hasta estos momentos para combatir la epidemia desde su aparición fueron las siguientes: Inmediatamente que tuvo conocimiento de que la epidemia había aparecido en los Estados Unidos y que su extensión había sido allá de suma rapidez y con algún carácter de gravedad, el Departamento de Salubridad Pública sometió a la consideración del ciudadano Presidente de la República la incomunicación de nuestra República con la vecina, me refiero a la incomunicación desde el punto de vista sanitario; pero el ciudadano Presidente, indudablemente, teniendo en cuenta cuestiones administrativas, no dando quizá a la fiebre toda la importancia que tenía en aquellos momentos, puesto que se desconocía todavía su carácter maligno y, dada la circunstancia de que toda la frontera se aprovisiona de la República vecina, de que no era posible impedir tampoco el traslado de fuerzas y otras causas verdaderamente serias, le hicieron tomar la resolución de que no se llevara a la práctica esta medida, que por el momento parecía en extremo rigorista. Además de estas medidas, viendo que no se podía tomar una medida tan radical, el ciudadano Presidente del Departamento de Salubridad Pública tomó las medidas siguientes: Primero, la desinfección de los trenes que venían del Norte para el centro de la República; la inspección de viajeros con el objeto de que los viajeros infectados no viajarán en los trenes ni salieran fuera de sus domicilios, sino que permanecieran recluidos para evitar cuando menos la propagación en las calles y centros de reunión; la clausura de los centros de reunión en todos los lugares infectados; la formación de comités sanitarios locales, integrados por los médicos, por los Consejos de Salubridad locales y por los vecinos que bondadosamente querían prestarse para tan loable idea; la compra de medicinas, aunque para esto se tropezó con alguna falta de dinero y con la circunstancia de que las droguerías no querían vender en cantidades tan fuertes las medicinas que eran necesarias para proporcionarlas a los enfermos, ni a los precios enteramente módicos para que llegara a ser posible la derrama de estas medicinas en el público en general. En los últimos momentos se han tomado también otras providencias: El envío de verdaderas brigadas sanitarias que han ido a los lugares, con especialidad a los lugares apestados y que han prestado verdaderos y positivos servicios, y la reclusión de los apestados en los hospitales, la mayor parte de los casos formados por los particulares y por las juntas sanitarias; por ejemplo, en Torreón y en algunas otras ciudades de la República. Estas son las medidas que ha tomado el honorable Departamento de Salubridad Pública.

En seguida tomamos informes sobre la intensidad y caracteres de la fiebre; desde este punto de vista puedo asegurar a Vuestras Señorías que los caracteres de la fiebre, la intensidad que reviste y la fuerza de propagación son verdaderamente alarmantes. Existen poblaciones enteras y Estados enteros de la República que ya están completamente atacados. La mortalidad de esta fiebre es verdaderamente alarmante: Hay poblaciones de la República, es decir, para ser más claro: El promedio menor que se ha obtenido es del diez por ciento de mortalidad sobre los apestados. (Murmullos.) Como ustedes comprenden, es un promedio demasiado alto, es un promedio alarmante, es un promedio que debe hacer tomar al Gobierno medidas suficientemente enérgicas, medidas suficientemente graves y no temer lesionar los intereses particulares cuando se trate de los intereses colectivos. Hay algunas poblaciones en que la epidemia ha tenido una mortalidad todavía mucho más grave. En San Pedro de las Colonias, que es una población relativamente de poca importancia, murieron en un solo día mil cuatrocientos enfermos; en Ciudad González, en el Estado de Guanajuato, mueren cien enfermos diariamente; en Ciudad Lerdo la mortalidad es de ciento sesenta diariamente; en el Estado de Puebla, la mortalidad también es excesiva; en Córdoba, Estado de Veracruz, igualmente el promedio de la mortalidad es fuerte y está atacada casi toda la población; se han tenido que clausurar los comercios, las oficinas públicas, el Municipio, los Juzgados, en una palabra, verdaderamente la epidemia reviste caracteres de gran virulencia y reviste caracteres de una mortalidad alarmante. Estos datos creo que serán suficientes para hacer comprender a esta honorable Asamblea con cuánta justificación obró al nombrar una Comisión que inmediatamente se trasladara a tomar datos sobre todos estos puntos y, sobre todo, que la Nación comprenda y vea que sus representantes no son indiferentes en los momentos en que se ve atacada por una verdadera plaga social y que esta plaga reviste verdadera y grandísima importancia.

Ahora vamos a la parte práctica, al resultado verdadero que se obtuvo por medio de la Comisión. Lo primero que desde esta tribuna se necesita hacer notar, es la conveniencia de que ya no se pudo impedir la epidemia pasara los límites de la frontera del Norte, a lo menos hay que impedir que llegue al corazón del país; siquiera que no se le permita llegar a regiones enteras muy extensas, muy pobladas y muy ricas de nuestro territorio, adonde esta epidemia puede todavía comunicarse. Para ello se necesita recurrir a medidas extremas, a medidas rigoristas; se necesita valerse de medios enérgicos que si por un momento aparentemente paralizan en grande escala la vida social, en cambio se tendrá la ventaja de evitar que queden diezmadas las poblaciones de estos Estados de la Federación. Los Estados que no están atacados hasta estos momentos son los Estados de Michoacán, Guerrero, Jalisco, Yucatán, Colima y los Estados del Istmo, que son Chiapas, Oaxaca, Tabasco y el Estado de Yucatán ... (Voces: ¡México!) El Estado de México también está un poco atacado en estos momentos. (Voces: ¡Sinaloa!)

A todos estos Estados puede impedirse que llegue la fiebre, puesto que está perfectamente demostrado desde el punto de vista científico, que la transmisión es enteramente personal, que la transmisión es precisamente por medio de la atmósfera, pero no a largas distancias, puesto que el bacilo de Pheiffer es un germen que muere rápidamente bajo el influjo sólo de los agentes atmosféricos, y que solamente tiene una vida precaria en la atmósfera independientemente del individuo. En estas condiciones lo que se impone ante todo es salvar a toda esta vasta región de la República, ya que no hemos, desgraciadamente, podido salvar a nuestra frontera, porque al salvarla hubiéramos tenido imprescindiblemente que dejarla perecer de hambre. En estas condiciones, lo que se impone ante todo y lo que desde esta tribuna parlamentaria venimos a solicitar los ciudadanos que tuvimos el honor de ser nombrados, es que se tomen medidas enérgicas, puesto que, en todo caso, más vale que se interrumpa durante algún tiempo la comunicación con aquellas apartadas regiones del país, y no que se vaya a tener una mortandad que vaya a diezmar la población de aquellas regiones, que se vayan a ocasionar los consiguientes gastos y trastornos para las familias, ya que , desgraciadamente, el Gobierno no cuenta ni con los medios necesarios para combatir esta epidemia como debería ser combatida si se contara con todos los elementos, ni desgraciadamente la población de nuestra República está en condiciones de adoptar todas las medidas que se le aconsejen sobre tan importante asunto. Esta es, pues, la principal, es una de las ventajas que ha sacado el país con el nombramiento de esta Comisión. Otra de las ventajas, aun cuando aquí en el Distrito Federal la epidemia de gripa es de por sí menos virulenta que en los países cálidos, a causa de que los gérmenes al elevarse hacia la Mesa Central en virtud de lo bajo de la presión en la Mesa Central, en la altiplanicie de la Mesa Central, en virtud también del clima especial mucho más frío de la propia Mesa Central, el germen disminuye en virulencia hasta el grado de que se ha observado que las esporas no se coloran tan intensamente, lo cual es una prueba de la poca vitalidad de este germen en la Mesa Central; pero no obstante ello, es, sin embargo, indispensable que el público todo de la capital comprenda que quizá dentro de muy poco tengan que tomarse medidas serias para impedir la propagación de la fiebre; que estas medidas consistirán en el cierre de los centros de diversión, en el cierre quizá de los propios templos, donde también son lugares de contagio, a donde acostumbran ir desgraciadamente aun las mismas personas atribuladas por la enfermedad de sus deudos, a solicitar y a implorar la benevolencia divina, y precisamente por eso son una causa de contagio, porque allí, en ese lugar, van a reunirse con otros individuos sanos que llevarán el contagio a las casas particulares. Esto, como digo, no debe alarmar al pueblo de la metrópoli; se trata de los propios intereses de todos los ciudadanos. Habrá también que anticipar la época de los exámenes en todas las escuelas, con el objeto de que los niños cuanto antes se eviten asociarse y que por este medio vayan a venir también la propagación de la epidemia a las familias. Como digo, éstas son las medidas enérgicas, medidas rigoristas; pero medidas absoluta y estrictamente necesarias.

Nosotros queremos prevenir al público de la metrópoli y aun a nuestro propio Gobierno, porque nadie es capaz de juzgar sobre estos asuntos con toda la atingencia y con toda la serenidad del caso, como los médicos, y no sería difícil que nuestro Gobierno, no perfectamente enterado de todo el rigorismo y de toda la energía que hay que desplegar en casos semejantes, pretendiera que era un rigorismo exagerado, cuando en realidad no es más que la justicia del procedimiento científico, no es más que la plenitud absoluta de la previsión y de la profilaxis.

Otra ventaja que sacará la Nación es la excitativa que yo me permito hacer desde esta tribuna - y de la cual pido a la prensa tome debida nota -, de que todos los médicos de la República deben convertirse en ángeles tutelares de sus pueblos, porque de ellos, indudablemente, depende que los lugares no atacados se vean indemnes de esta fiebre. Si los médicos se unen a las autoridades locales, si impiden que lleguen individuos apestados a la población de que se trate; si los individuos que ya estén apestados allí son inmediatamente recluidos en un lugar determinado y si por subscripción de todos los vecinos se reúne un fondo con qué alimentar y con qué tener debidamente alojados a todos estos individuos, se evitará que la fiebre llegue a lugares adonde no ha llegado todavía.

Relata la ciencia que en la ciudad de París, en la última epidemia de gripa, precisamente dos o tres de las poblaciones inmediatas a la ciudad de París, que sufrió en pleno todo el ataque de la fiebre, y la razón porque se vieron indemnes no fue precisamente por su clima, que era el mismo de París, no fue precisamente por sus condiciones de salubridad; fue porque allí hubo médicos suficientemente enérgicos, suficientemente conspicuos y conocedores de los medios de aislamiento y de los medios de combate contra las epidemias, que se preocuparon por que aquellas poblaciones no sufrieran los ataques de estas calamidades públicas. Así es que yo, desde esta tribuna, me permito excitar a todos los ciudadanos compañeros médicos de la República, para que colaborando y poniéndose en inmediato contacto con las autoridades, aíslen los lugares a donde la fiebre no haya llegado, e impidan la llegada de todo elemento sospechoso, procuren la reclusión de los elementos enfermos que tengan necesidad de estar allí, en lugares a propósito y soliciten del honorable Departamento Sanitario todos los elementos que necesiten para prevenir, para combatir y para contrarrestar los efectos de la epidemia. Igualmente me permito excitar a las autoridades municipales y de los Estados; los gobiernos de los Estados también son los que, en parte tienen la culpa de la extensión de esta epidemia, porque los gobiernos de los Estados debían impedir que entrara a sus Estados ningún tren que no estuviera previamente desinfectado, y si el Consejo Superior de Salubridad de la ciudad de México no puede proporcionar todos los elementos, las juntas de salubridad locales deberían desinfectar estos trenes desde la entrada a sus Estados, para que

de esta manera sus Estados se vieran indemnes del terrible mal. Pero ya que muchos gobiernos de los Estados quizá no lo han hecho por desconocer las circunstancias con que se combaten estas epidemias, yo pido a la prensa que tome debida nota de esta sugestión respetuosa a los gobiernos de los Estados, para que por ese medio se ayude al Gobierno General y se pueda evitar que la epidemia llegue a los lugares que no han sido atacados hasta la fecha.

Se informó también la Comisión acerca de los sueros de que yo me permití tratar la vez pasada en esta misma tribuna. El ciudadano jefe del Departamento de Salubridad, se sirvió informarnos que tenía conocimiento de estos sueros, y que estos sueros serían, en realidad, de utilidad práctica, no porque no lo fueran en sí, sino porque, dadas las circunstancias y los medios de que disponemos, no es posible fabricarlos en el país en cantidad suficiente para contrarrestar debidamente la epidemia. En efecto, estos sueros son sueros autógenos; además, son triviales porque no solamente sirven para combatir un solo germen, sino que sirven para la simbiosis del germen de Pheiffer con los que se asocian con él. Son autógenos; de manera que con el suero de cada enfermo se preparan los sueros para contrarrestar esa infección, y por eso cada bacteriólogo apenas podría prepara diez a veinte diarias. Por consiguiente, si sería de un resultado práctico para casos especiales, para casos en que conviniera salvar la vida de un ciudadano, una vida preciosa para la sociedad, no tendrían aplicación en cuanto al público en general, porque el Gobierno no dispone de los medios suficientes para poder hacer el número de ampolletas necesario.

En cambió, otra ventaja es para toda la Nación, la solicitud que hacemos y que será presentada dentro de un momento, para que se aumente la dotación en efectivo de la partida asignada al Departamento de Salubridad Pública, pues la partida que tiene asignada en el presupuesto no basta en lo absoluto para sus necesidades. Nosotros investigamos acerca de la cantidad que sería necesario proporcionar al Departamento; pesamos bien todas las circunstancias del caso, aun la penuria del Erario, y tenga en cuenta esta honorable Asamblea que en cantidad que nosotros hemos fijado es verdaderamente exigua para el fin de que se trata, puesto que para contrarrestar esa epidemia, esa pandemia en toda la República, sería necesario un gasto de millones. No pedimos tanto; no pedimos sino la cantidad de doscientos mil pesos, para contrarrestar y combatir esa epidemia, con la condición de que estos doscientos mil pesos sean entregados inmediatamente y que no sirvan para ningún otro fin de salubridad pública, sino única y exclusivamente para combatir la epidemia de la llamada "gripa española." Otra ventaja fue la sugestión que nos permitimos hacer al ciudadano Jefe del Departamento de Salubridad, de la conveniencia de explotar por cuenta del mismo Departamento determinados lugares productores de azufre, pues dadas las condiciones de nuestro medio, el azufre sería el único desinfectante más barato, puesto que existe en el país y es una vergüenza, una tristeza, que importemos aún azufre del extranjero cuando tenemos muy cerca minas, en el Popocatépetl y en otros lugares de la República, en cantidad suficiente para las necesidades de la población. El ciudadano Jefe del Departamento de Salubridad nos ofreció tomar en cuenta esta sugestión y creemos que con esto se evitará también un fuerte gasto.

Hoy más que nunca, conciudadanos, el Gobierno Constitucionalista debe demostrar a la República con su actividad, con su celo y con su empeño para combatir esta epidemia, que es el Gobierno emanado directamente del sufragio popular, y no sólo que es el emanado directamente del sufragio popular, sino que está identificado con todas las aspiraciones populares, con los sufrimientos del pueblo, con sus necesidades, con sus miserias y con las calamidades con que, por desgracia, se ve azotado. Por lo tanto, yo excito de la manera más respetuosa al honorable Ejecutivo de la República para que preste toda su atención a tan importante asunto. La multitud de casos de muerte, el hecho de diezmarse la República si se deja a esta epidemia avanzar e invadir varias regiones que no están contaminadas hasta la fecha, demuestra con toda evidencia la justicia con que esta honorable Cámara nombró una Comisión para que se encargue de investigar este asunto, y no sólo, sino que pido a esta honorable Asamblea que nos permita seguir como Comisión encargada de seguir investigando todo lo concerniente a este asunto, pues ofrecemos con la más grande voluntad y con el mayor gusto prestar todo nuestro contingente para vigilar toda esta clase de trabajos y poner todo lo que esté de parte del Cuerpo Legislativo para que se remedien los males existentes.

Termino, conciudadanos, recordando a ustedes la máxima de un gran sabio que decía que: "toda cuestión social y toda cuestión política, es una cuestión de higiene." En nuestro pueblo pasa lo mismo. Hay que procurar la mejor higiene en todas las clases sociales y una parte que va adherida, que está unida a la higiene, aunque no precisamente en su esencia sino por la circunstancia especial, digo, por el fin que se propone, es precisamente la profilaxis. Se necesita, pues, que ese dinero se proporcione a la honorable Junta de Salubridad, pues de esa manera pueden encargarse los medicamentos al extranjero. Hay que advertir que aquí todas las droguerías no han querido vender al Gobierno las medicinas necesarias en grandes cantidades. (Siseos.) No hay que censurarlas de una manera absoluta, porque hay que advertir que la esfera de acción del Gobierno se extiende hasta determinado límite y que los particulares también acudirían allí y no tendrían de dónde surtirse; de manera que si cualquiera pudiera tomar esto como un asunto egoísta y que en el fondo pudiera encerrar algo de egoísmo, también tiene una utilidad para todo el público en general.

He terminado, pues, conciudadanos, con el asunto relativo a mi Comisión. Ahora sólo me falta tocar incidentalmente - incidentalmente porque no ocuparé demasiado vuestra atención - el asunto del C. Camarena. (Murmullos y siseos.) El C. Camarena me vino a atacar aquí... indudablemente que estuvo haciendo escoleta ocho o diez días... (Risas y aplausos.)... para venir aquí a hacer aseveraciones que pugnan enteramente con la justicia

y se las voy a contestar con puros hechos, con hechos claros, con hechos concretos.

Nos dice que el Partido Liberal Nacionalista no ha hecho ningún mal, que sus ideales son muy altos. No puede coregirse eso, puesto que se ha separado un treinta por ciento de este partido, el treinta por ciento de los ciudadanos que lo formaban, con todo buen juicio, con toda sensatez y con toda rectitud se han separado de la mayoría. Un partido que pierde en un mes y medio el treinta por ciento de su efectivo, ¿es fácil, es posible que este partido sea lo suficientemente prestigiado? ¿Es posible que haya ganado terreno? (Aplausos en las galerías.) ¿Es creíble siquiera que sea fuerte cuando entre sus propios convencidos, el treinta por ciento se separa para ir a engrosar las filas del partido contrario?

El C. Díaz González, interrumpiendo: ¿Cuáles? Nombres.

El C. Siurob: Los independientes.

El C Díaz González: ¿Cuáles independientes?

El C. Siurob: Los que ya existen en la Cámara, compañero.

El C. Díaz González: Aquí no.

El C. Siurob, continuando: Otra prueba en contra de lo dicho por el C. Camarena. ¿En donde están los dictámenes que ha presentado el Partido Liberal Nacionalista? ¡Si no ha presentado ninguno! Y mientras no los presente y mientras no demuestre que es capaz de concebir proyectos en bien del país, mientras no demuestre que los ha traído aquí luminosamente expuestos por sus Comisiones y defendidos por sus mismas Comisiones, no tiene derecho a que se le considere con el prestigio que quiere el C. Camarena. (Aplausos en las galerías.)

En el asunto que se refiere a la Universidad, hay una prueba evidente: El propio Ejecutivo ha dado razón a los que hemos dicho aquí que en la Universidad hay un foco reaccionario, y la prueba es que el ciudadano Presidente de la República ha cerrado la Escuela de Jurisprudencia. (Siseos en las galerías y murmullos.) La ha cerrado, no porque los estudiantes sean en sí reaccionarios; la ha cerrado porque los profesores son los reaccionarios. (Murmullos y aplausos.) y porque ellos fueron los que soplaron al oído de los estudiantes la sugestión de que vinieran al frente de esta honorable Cámara a protestar y a remover al pueblo en general, arrojándolo contra el Gobierno. En seguida dice el C. Camarena que no sé lo que es la Universidad. Bueno... esto lo callo, porque ya le demostraré cuando venga el asunto de la Universidad, que conozco la Universidad mejor que él y que puedo decirle todos los defectos que tiene la Universidad, como los expuse desde la vez pasada, como nadie fue capaz de contradecirlos, como nadie fue capaz de demostrar que yo obraba con justicia. Ya tendré oportunidad de venir a demostrarlo aquí desde esta misma tribuna; pero no quiero perder el tiempo y por eso no lo haga desde hoy...

El C. Camarena, interrumpiendo: ¿Me permite una interpelación el orador? Señor general Siurob...

El C. Siurob, continuando: No sufro interpelaciones, ciudadanos diputados, porque no quiero entretener a la Asamblea. (Aplausos en las galerías.) Yo lamento muy sinceramente que al C. Camarena le hayan causado indignación aquellas mis apreciaciones. Por otra parte, no lo censuro, porque me venga a atacar; le estoy agradecido, porque me ha dado la oportunidad para demostrar una vez más la justicia de todas mis aseveraciones, y porque a todos los que vengan a atacarme en lo sucesivo también tendré la oportunidad de demostrarles la justicia de todas mis aseveraciones. Por lo único que lo siento es por él, porque venía a inaugurase a esta tribuna y no recibió más que siseos, silbas (risas), en fin. Pero, por otra parte, eso también él le aprovecha, porque hará escoleta, continuará haciendo escoleta. (Risas. Aplausos en las galerías.)

El señor Camarena es un acólito del Rector de la Universidad Nacional. Yo le digo que no es un digno acólito, y no es digno acólito, porque yo hasta hoy lo he tenido en muy buena consideración, y no merece el ciudadano Rector de la Universidad Nacional que hombres sinceros, que hombres que piensan honradamente, honestamente, vengan a defenderlo en esta tribuna.

Termino, pues, porque no quiero entretener más la atención de Vuestra Señorías, únicamente toqué este punto, porque ustedes comprenden que para venir a hacer un discurso exclusivamente por mí solo, algunas palabras tenía que decir y conste que las aseveraciones que he sentado, las he venido a demostrar a la propia tribuna.

El C. Presidente: La Presidencia se permite manifestar al señor diputado Siurob, que no queriendo por ningún concepto que de ella se diga que representa a una agrupación política de esta Asamblea, ha querido que el C. Siurob con toda libertad externe opiniones que no vienen al caso, puesto que tuvo el honor de darle la palabra para informar respecto a la comisión que le confiriera la Representación Popular, cerca del Departamento Sanitario. En lo que respecta a la eficacia, a la atingencia y a la actividad que desplegó la Comisión que presidió el honorable diputado Siurob, la Presidencia, en nombre de esta Asamblea, tiene el honor de darle las más cordiales y efusivas gracias. (Aplausos.)

El C. Siurob: Pido la palabra, señor Presidente. Agradezco a Su Señoría que en nombre de la misma honorable Asamblea se haya servido honrarnos de una manera tan distinguida, y me permito suplicarle me dispense de haber quizá abusado del uso de la palabra para tocar un asunto personal, pero precisamente lo hice porque haciéndolo así, a la cola de un asunto serio y de un asunto que quizá hubiera cansado a la Asamblea demasiado por lo técnico y, por otra parte, no queriendo pedir la palabra especialmente para una alusión personal, pues me tomé, si acaso, la libertad de dar una pincelada sobre este asunto. (Risas y aplausos.) Así es que yo suplico a la Presidencia me dispense esto.

- El C. Secretario Pesqueira, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"En vista del incremento que ha tomado la epidemia de gripa en la República, y teniendo en cuenta que para combatirla eficazmente el Departamento de Salubridad no cuenta con suficiente dinero, base para toda campaña sanitaria, nos permitimos proponer a la honorable Asamblea, pidiendo sea

declarado este asunto de urgente resolución, la aprobación del siguiente Proyecto de Ley:

"Única. Se amplía la partida número 12,310 del Presupuesto de Egresos vigente en la cantidad de doscientos mil pesos, que se destinarán inmediatamente para combatir la epidemia de gripa."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados. - México, 19 de octubre de 1918. - Arturo Méndez. - J. Siurob. - Horacio Uzeta. - Francisco Medina."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se considera este asunto de urgente resolución. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se considera de urgente resolución. Está a discusión.

El C. Reyes: Pido la palabra en pro.

- El mismo C. Secretario: Las personas que deseen hacer uso de la palabra pueden pasar a inscribirse.

El C. Presidente: No habiendo ciudadanos diputados inscriptos en contra, tiene la palabra, en pro el C. Reyes.

El C. Reyes: No me voy a ocupar, señores diputados, de lo que se refiere en sí a la epidemia que ha invadido a la República, puesto que habeís escuchado las palabras del señor doctor Siurob, que con todo lujo de detalles nos ha dejado perfectamente documentados sobre un asunto de tanta trascendencia. (Voces: ¡No se oye!)

El consejo Superior de Salubridad, cumpliendo con su cometido, ha tomado toda clase de medidas, según dice, para poder limitar esta epidemia que nos ha invadido por las fronteras de la República, pero, desgraciadamente, las medidas que se han tomado, hemos visto que han fracasado, puesto que apenas hace quince o veinte días que esta epidemia apareció en la frontera de la República, en el Norte, y ahora tenemos que ya ha invadido lugares tan alejados como Córdoba, donde en el momento actual dicha epidemia tiene un carácter verdaderamente grave. También la capital de la República ha sido ya invadida por esta epidemia y yo he podido presenciar ya numerosos casos y algunos de ellos de verdadera gravedad; pero, por fortuna, son éstos pocos. En mi concepto, se ha exagerado un poco respecto de lo que se refiere a la gravedad de esta enfermedad; pero soy de opinión, señores, que en todo lo que se refiera a epidemias, cualquiera exageración es benéfica, puesto que con este recurso, el público se pone en alarma, y toma de por sí todas las medidas necesarias para poderse salvar de la enfermedad.

Es verdaderamente satisfactorio para esta Asamblea el que haya tomado la resolución de nombrar una Comisión para acercarse al ciudadano Presidente del Consejo Superior de Salubridad, lo cual prueba que los representantes del pueblo no solamente se interesan en los asuntos pura y exclusivamente legislativos, sino que también se interesan por la parte que se refiere a salubridad pública, y esto nos da una clave, nos da una medida del interés que cada uno de nosotros tomamos para salvaguardar los intereses de la sociedad. Al mismo tiempo nos permite esto salir de lo que el programa, de lo que el Reglamento reza sobre este particular, y ya vemos que no solamente debemos concretar nuestra actuación pura y exclusivamente a lo que ese Reglamento se circunscribe, pero la parte más importante por la cual yo me he permitido hacer uso de la palabra, es por lo siguiente: Es para poner en guardia a esta Asamblea de la importancia del ramo de salubridad Pública, que en todos los Presupuestos se ha visto con profunda indiferencia, y es verdaderamente vergonzoso que en México, la partida que se refiere al Consejo Superior de Salubridad, apenas alcance unos dos millones de pesos y, en cambio, el ramo de Guerra, aunque hay una excepción para este período, aquí representa una partida de ciento y tantos millones de pesos; es verdaderamente triste y muy principalmente en lo que se refiere a la actuación de Gobiernos anteriores; países como los Estados Unidos, por ejemplo, y Cuba, tienen de tal manera fijada su atención sobre este importantísimo ramo, que tengo entendido que tan sólo para combatir la fiebre amarilla en la Habana, se presupuestaron algunos millones de pesos; no recuerdo, pero tengo entendido que se han presupuestado, de ocho a diez millones de pesos tan sólo para poder combatir esta peligrosa enfermedad, en tanto que en nuestro Presupuesto se limita a una partida de dos millones y pico de pesos.

Es, por consiguiente, importante, repito, que la Cámara se fije en este detalle, para que cuando se discutan los presupuestos demos a este asunto toda la preferencia, toda la importancia que requiere, puesto que la Nación que atiende perfectamente bien el ramo de salubridad pública, puede decirse que esa nación, ese pueblo, va a la vanguardia de la civilización. Es muy importante también que en la discusión de ese presupuesto nosotros fijemos nuestra atención en las partidas destinadas a los empleados, en las partidas que se refieren a los gastos para la desinfección. Es verdaderamente triste que en México los particulares, en lugar de aceptar con gusto la inspección, ya sea de un médico, y muy especialmente cuando van los inspectores a practicar las desinfecciones, es de tal manera degradante, es tan horroroso el espectáculo que presentan estos pobres empleados, que muchas veces en lo particular prefieren hacer la desinfección por su propia cuenta temerosos de que esos empleados lleven una nueva infección en vez de ir a combatir aquella de que han sido víctimas. Indudablemente que el Consejo Superior de Salubridad - lo refirió el doctor Siurob - ha tomado medidas importantísimas; pero a mí me sorprende que única y exclusivamente se refieran, por ejemplo, a los templos, perfectamente bien; a las diversiones, perfectamente bien; pero digo yo ¿Y el Gobierno del Distrito no tiene también la obligación de cooperar con el Consejo Superior de Salubridad para ver el espectáculo horroroso, denigrante, que nos ofrecen, por ejemplo, las cantinas, y muy especialmente las pulquerías, donde la higiene verdaderamente peca por su ausencia completamente, y a donde se permite que la venta de este asqueroso líquido, perjudicial líquido, sea hasta las altas horas de la noche?...

El C. Siurob, interrumpiendo: ¡Y en los mismos vasos!

El C. Reyes, continuando: Sin tomar, naturalmente, ninguna clase de precauciones. Yo verdaderamente me horroricé en esa tarde que pasaba yo frente a algunas pulquerías en Tacubaya, verdaderamente me he quedado horrorizado, y digo yo:

¿De qué sirven todas estas medidas que el Consejo Superior de Salubridad va a tomar o ha tomado, si el Gobierno del Distrito no se fija en estos detalles, que con mucho es a donde está la clave para poder combatir esta enfermedad y, sobre todo, para que los individuos debilitados por el uso, por el abuso del alcohol no temen en ellos el carácter de gravedad? Si nosotros no hacemos esta indicación, que es de gran importancia, en mi concepto, pecaremos y de nada servirá el interés que la Asamblea ha tomado si cada uno de nosotros no señalamos el peligro a donde está. Por consiguiente, yo me permito proponer que se haga alguna indicación por la Comisión respectiva al Consejo Superior de Salubridad, para que por este conducto se dirija el Gobernador del Distrito y se fije en ese espectáculo horroroso, verdaderamente vergonzoso, en que el Gobierno del Distrito no ha limitado las horas de la venta de líquido, especialmente el pulque. Casualmente es a donde nosotros debemos de fijarnos, en esa clase menesterosa que al recibir el producto de su salario, al día o a la semana, lo va a invertir a las pulquerías, lo va a invertir en las cantinas. Si nosotros queremos hacer obra verdaderamente nacionalista, obra social, hay que fijarse en esos pequeños detalles, porque, de lo contrario, no haremos absolutamente obra de provecho.

Para terminar, señores, vuelvo a suplicar a ustedes que para cuando se trate el asunto importantísimo de la discusión de Presupuestos, no olvidemos este detalle importante: Que fijemos mayores cantidades, que mejoremos los sueldos insignificantes, verdaderamente groseros, que dan lástima, que están asignados a los distintos empleos de Salubridad Pública, a fin de que éstos puedan cumplir debidamente su cometido. Yo digo: Un pobre médico inspector sanitario, que gana cinco, seis, ocho pesos diarios, ¿es posible que en las condiciones actuales pueda desempeñar su cometido como se debe? Indudablemente que no; por muy bien interesado, por cumplido que sea este empleado, es imposible, verdaderamente imposible que pueda cumplir con su cometido, y así en relación los otros empleados. Suplico nuevamente que nos fijemos en este de talle y aprovecho esta oportunidad para llamar sobre ello la atención de la Asamblea.

El C. Gónzalez Gildardo: Pido la palabra en pro.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Gómez: Señores diputados: Vengo a tomar la palabra en pro de la proposición, porque nada más justo ni más necesario por el momento, que atender a esa clase proletaria que sufre y que no tiene los recursos bastantes para satisfacer sus necesidades, procurando la salud y el bien de su familia; pero también quiero, señores, que se haga hincapié precisamente en ciertas deficiencias en favor de la higiene pública, es decir, deficiencias habidas al llevar a la práctica este buen servicio de la higiene pública.

Hace veinte años, señores, que vemos las fachadas y el interior de todas las casas de México tal como se encuentran hoy; todas las casas de vecindad son un foco de infección, y la Dirección del Consejo no ha llegado ni siquiera a exigir a los propietarios el aseo anual que debe haber. Así pues, señores, quiere decir esto: Que en estos momentos no solamente se debe fijar la atención en la manera de facilitar las medicinas y otros recursos indispensables, sino también en llevar a cabo y al terreno de la práctica los preceptos más rudimentarios de la higiene pública, el aseo de las casas, tanto exterior como interiormente; se hace necesario el lavado y el drenaje, debidamente, de las mismas casas y, más que todo, uno de los defectos palmarios que revela un grado de cultura muy baja de nuestro modo de ser, es que los alimentos, señores, en los mercados, se ven en el suelo; no conozco un solo pueblo de la tierra que cometa semejante aberración, ¡como si no hubiera, señores, dirección encargada de vigilar por la salubridad pública! Esa es la causa, señores, de que se desarrolle mayor número de enfermedades, y si se fijara la atención en los principios más rudimentarios de la higiene pública, llegaríamos, señores, a hacer menos gastos y a alcanzar hasta cierto punto, la salud de los habitantes del país; pero aquí, en la capital de la República, como puede verse en la plaza de la Merced y en cualquier otro mercado, los artículos de primera necesidad, los alimentos que toman los pobres están colocados, señores, en la superficie del suelo. Da tristeza verdaderamente esto. Las panaderías y las carnicerías son otro foco de infección; y no quiero seguir hablando más sobre los artículos de primera necesidad, en donde no se cuida ni siquiera la manera en que deben colocarse. Es de rudimentaria higiene alimenticia, que todo aquello que sirve de alimento y no va a sufrir una cocción o algo que la transforme, debe colocarse en vitrinas. Así lo vemos en muchas poblaciones cultas, y aquí, señores, el pan en el suelo, la carne completamente al aire. Necesitamos verdaderamente trabajar en este sentido. No toca prácticamente a la Cámara, pero sí reglamentar, dar luces, señores, al mismo Consejo, ya que no lleva a la práctica ninguno de lo procedimientos indispensables para conseguir la salubridad pública. Así pues, señores, así como pido que se faciliten a este Departamento de Salubridad no solamente los doscientos mil pesos, sino todo aquello que sea necesario para salvar, señores, la salud de los habitantes de México, también pido que se proceda estrictamente para cumplir los preceptos más rudimentarios de la higiene pública. (Aplausos.)

El C. Secretario Pesqueira: En votación económica se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido este asunto. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Secretario Soto: Por la negativa.

(Se tomó la votación.)

El C. Secretario Pesqueira: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? Se procede la votación de la Mesa. Votaron por la afirmativa 114 diputados; por la negativa, 2. En tal concepto, no hay quórum. (Voces: ¡Multa, multa! Siseos.) La Presidencia, por conducto de la Secretaría, informa que el próximo lunes no habrá sesión, en virtud de que se va a proceder a la desinfección del Salón de Sesiones, a iniciativa del Consejo Superior de Salubridad. (Murmullos.)

El C. Presidente: Se levanta la sesión. Teniendo noticia la Presidencia, de que se

encuentran enfermos los CC. generales Marciano González y Francisco Serrano, se comisiona a los CC. diputados Villaseñor Mejía y González, para que tenga la bondad de visitar al C. Marciano González; y se comisiona a los CC. Padrés y de la Torre para que tengan la bondad de visitar al C. Francisco Serrano.

(A las 6.27 p. m.) Se levanta la sesión y se cita para el martes, a las diez de la mañana a sesión de Colegio Electoral