Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19181029 - Número de Diario 59

(L28A1P1oN059F19181029.xml)Núm. Diario:59

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 29 DE OCTUBRE DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO 1.- PERIODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO 1.- NÚMERO 59

SESIÓN DEL COLEGIO ELECTORAL DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 29 DE OCTUBRE DE 1918

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Se lee y aprueba el acta de la anterior.

2.- Es rechazado el segundo punto de resolución del dictamen que se refiere a las elecciones verificadas en el 9o. Distrito Electoral del Distrito Federal; vuelve a la Comisión para que lo reforme en el sentido de la discusión. El C. Eliseo L. Céspedes, pide permiso para inhibirse de dictaminar de nuevo en dichas elecciones y no se le concede. Varios ciudadanos diputados hacen uso de la palabra para hechos y alusiones personales.

3.- Discusión del dictamen por el 16 Distrito Electoral del Estado de Oaxaca. Se levanta la sesión por falta de quórum.

DEBATE

Presidencia del C. ALVAREZ DEL CASTILLO JUAN MANUEL

(Asistencia de 127 ciudadanos diputados y presuntos.)

El C. Presidente, a las 10.51 a. m.: Se abre la sesión.

-El C. Secretario Soto, leyendo:

"Acta de la sesión del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados, celebrada el día veintiseis de octubre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Juan Manuel Alvarez del Castillo.

"En la ciudad de México, a las diez y cincuenta de la mañana del sábado veintiseis de octubre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veintiseis ciudadanos diputados y presuntos, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El mismo ciudadano Secretario leyó el acta de la sesión celebrada el día veinticuatro del presente mes, la que fue aprobada sin debate, en votación económica.

"Dióse cuenta con una solicitud del C. Rivera Cabrera, a fin de que se pusiera desde luego a consideración de la Asamblea el dictamen relativo a las elecciones en el 16 Distrito Electoral Oaxaca, por el que trae credencial el peticionario.

"La fundó el C. Rivera Cabrera, y la Presidencia, por conducto de la Secretaría, informó que había en cartera cuatro expedientes y que, en atención al orden en que habían sido entregados a la Masa, correspondía el último lugar, en la discusión, al del C. Rivera Cabrera.

"Tomando en cuenta que en la sesión anterior se comenzó la lectura del dictamen relativo al 9o. Distrito Electoral del Distrito Federal, la Presidencia resolvió preguntar a la Asamblea si después de considerado este dictamen, se daba cuenta con el que corresponde al C. Rivera Cabrera, resolviendo aquélla afirmativamente.

"Terminada la lectura del citado dictamen, que trata de las elecciones en el 9o. Distrito Electoral del Distrito Federal, y que propone para diputados propietario y suplente, respectivamente, a los CC. Rafael Alducin e Ignacio de la Hidalga, el C. Fernández Martínez interpeló a la Comisión dictaminadora, contestando por ella el C. Galindo Carlos; habló en pro el C. Espinosa Luis, quien solicitó la lectura de documentos y fue interrumpido por aclaraciones del C. Fernández Martínez y por una moción de orden del C. Díaz González. Usó de la palabra en contra el C. Saldaña José P., quien asimismo fue interrumpido por el C. Céspedes, para pedir al C. Fernández Martínez que repitiera la interpelación que antes hizo a la Comisión, con objeto de ampliar la respuesta del C. Galindo; por aclaraciones de los CC. Rivera Cabrera y Céspedes y por una moción de orden del C. González Marciano, que dió lugar a aclaraciones del ciudadano Presidente. La secretaría leyó el art. 195 del Reglamento, con motivo de que el público hacía manifestaciones, y concluyó su discurso el C. Saldaña. A nombre de la Comisión, el C. Céspedes fundó el dictamen, que luego fue impugnado por el C. Rivera Cabrera. Hizo aclaraciones el C. Galindo Carlos, y acto continuo habló en contra el C. Fernández Martínez, que interpeló a los CC. Céspedes y Espinosa Luis.

"Considerado el dictamen suficientemente discutido, se aprobó en votación económica su primera proposición, que declara válidas las elecciones, y recogida votación nominal para la segunda que, como se ha dicho, otorga el triunfo a los CC. Alducin y de la Hidalga, se obtuvieron 95 votos de la negativa, contra 24 de la afirmativa, resultado

que comprobó la falta de quórum. Dicha votación nominal fue solicitada por el C. Fernández Martínez, debidamente apoyado, el que propuso, antes de que se llevara a cabo, que se votaran separadamente la elección del propietario de la del suplente, lo que no fue tomado en consideración.

"A la una y diez se cerró la sesión y se citó para las cuatro de la tarde, a sesión de Cámara de Diputados."

Está a discusión el acta, ¿No hay quien haga uso de la palabra? No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

-El mismo C. Secretario: Se va a proceder a la votación nominal del segundo punto del dictamen relativo al 9o. Distrito Electoral del Distrito Federal. Dice así:

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado Distrito Electoral, los CC. Rafael Alducin e Ignacio de la Hidalga." (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí! Campanillas.)

El C. Secretario Soto: Por la afirmativa.

El C. Secretario Pesqueira: Por la negativa.

(Da principio la votación. Aplausos en curules y galerías.)

El C. Presidente, interrumpiendo: (Campanilla.) La Presidencia se permite suplicar a los señores diputados que tengan la bondad de cooperar, con su actitud de orden, a efecto de poder exhortar a las galerías a que cumplan con la prescripción reglamentaria. (Aplausos. Voces: ¡Muy bien! Murmullos.)

(Continúa la votación.)

El C. Secretario Pesqueira, durante la votación: La Secretaría manifiesta a la honorable Asamblea que, en virtud de haberse tomado la votación por la afirmativa, por una confusión de los que auxilian a la Secretaría, se va a tomar nuevamente la votación. (Se procedió a recogerla. Aplausos, siseos y gritos en las galerías.)

El C. Presidente, durante la votación: La Presidencia se permite exhortar a las galerías para que no se produzcan en una forma desordenada e incorrecta, que desdice mucho de su cultura: en buena ahora que aplaudan, pues ello es enteramente permitido en todos lo parlamentos: pero que, por ningún concepto, hagan manifestaciones que desdoran la dignidad de esta Asamblea.

El C. Secretario Soto: Votaron por la afirmativa los CC. Aceves, Aguirre Vito, Alvarez del Castillo, Casas Alatriste, Castillo Garrido, Céspedes, Díaz Infante, Esparza, Fernández Miguel B., Ferrel, Fierro, Galindo, García José Guadalupe, Gutiérrez Atanasio, Gutiérrez Orantes, Hernández Jerónimo, Hernández Loyola, Macías Rubalcaba, Malpica, Martínez Saldaña, Mena, Olivé, Palacios Moreno, Peña, Pérez Carbajal, Rebolledo, Ríos de los, Rivera Castillo, Ruiz H., Solórzano, Soto Peimbert, Soto Rosendo A., Tapia, Trejo, Vásquez Jenaro, Velásquez Juan, Verástegui Franco, Villaseñor Mejía, Zayas y Zincúnegui Tercero.

Total, 40 votos (Aplausos.)

El C. Secretario Pesqueira: Votaron por la negativa los CC. Aguilar Antonio, Aguilar Pablo, Aguirre León, Alejandre, Altamirano, Arlanzón, Arriaga, Arrioja Isunza, Avellaneda, Baledón Gil, Barragán, Bolio Bouquet, Bravo Carlos, Bravo Izquierdo, Breceda, Camarena, Castilleja, Castillo Nájera, Castro Alfonso, Castro Roberto, Colina, Cornejo, Cuéllar, Chávez, Díaz González, Fernández Martínez, Flores, Fuentes Barragán, García Adolfo G., García Antonio M., García Carlos, García de Alba, García Emiliano C., García Pablo, Garza, Gil, González Jesús N., González Marciano, Guerrero Antonio, Gutiérrez de Velasco, Huerta, Lanz Galera, Lara, Leal, López Emiliano Z., López Ponciano, Macías Juan E., Mancisidor, Márquez Galindo, Méndez Benjamín, Méndez Fortunato, Mendoza Félix A., Moctezuma, Montes, Morales Francisco César, Morales Hesse, Ocampo, O'Fárrill, Ortiz José de la Luz, Padrés, Paz, Pérez Vela, Pesqueira, Ramos Matías, Reyes Rafael, Rivera Cabrera, Roaro, Rodríguez Herminio S., Rosas, Saldaña, Sánchez José M., Soto José M., Suárez, Tamés, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torres José T., Treviño, Uzeta Valadez Ramírez, Valladares, Valásquez López, Villaseñor Salvador, Villela y Zavala. Total, 86 votos.

El C. Secretario Soto: Por haber sido desechado el punto segundo, vuelve el dictamen a la Comisión, para que lo reforme en el sentido de la discusión. "Honorable Asamblea:

"Por virtud del fallo que el H. Jurado de la Cámara acaba de emitir sobre el dictamen del 9o. Distrito Electoral del Distrito Federal, éste tiene que volver al seno de la Comisión para que dictamine en el sentido de la Votación.

"El que subscribe, Presidente de dicha Comisión, está firmemente convencido que el criterio legal que funda tal dictamen, no ha sido afectado en lo más mínimo por la discusión y que sólo se ha rechazado el dictamen por consideraciones de índole política.

"En tal virtud, no existiendo para el subscripto, motivos que lo hagan torcer su criterio, se permite suplicar a la honorable Asamblea, tenga a bien inhibirlo de conocer en el citado expediente y en los que quedan por dictaminar el 5o. grupo.

"México, octubre 29 de 1918.- E. L. Céspedes." (Voces: ¡Huy!)

El C. Céspedes: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Céspedes.

El C. Céspedes: Señores Compañeros:... (Campanillas.)

El C. Secretario Pesqueira: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, manifiesta que si no hay ningún diputado que se inscriba en contra, después de haber hablado el C. Céspedes se procederá a la votación de este asunto inmediatamente.

El C. Céspedes: Señores Jurados: Mientras me llegaba a esta tribuna, oí decir por ahí que teníamos la obligación de acatar el fallo de la Asamblea... (Voces: ¡Claro!) y a pesar de nuestro criterio legal, presentar nuevamente un dictamen

fundado en consideraciones de índole política. Yo me permito manifestar a ustedes que, en un principio, cuando se me hizo favor de designárseme como Presidente del 5o. Grupo Revisor de Credenciales...

El C. Díaz González, interrumpiendo: ¡Desgraciadamente!

-El C. Céspedes, continuando:... hice yo una declaración a la prensa en el sentido de que el primer criterio que normaría mis actos al hacer la revisión de estas credenciales sería el legal, y a pregunta especial de un reportero de que si aplicaría el criterio político, contesté: "Aplicaré el criterio político, pero fundado en razones de alta política, no en consideraciones de partidismo personal."

Sin embargo, la Asamblea desde un principio sentó como jurisprudencia en sus fallos el aceptar los dictámenes de todas las credenciales el criterio exclusivamente legal y en virtud de ese criterio predominante en la Asamblea se encuentran dentro del seno de ella individuos quizá no desprovistos, mejor dicho, no desprovistos de lacras políticas más censurables que las que hoy por hoy le habéis atribuido al C. Alducin.

Como yo no quiero ser inconsecuente con mi criterio, ya que la Asamblea lo es para sí, yo me permito pedirles a ustedes que me hagan favor de eludirme de no ser irrespetuoso conmigo mismo. Vosotros acabáis de torcer vuestro criterio en el sentido que os ha agradado... (Voces: ¡No! ¡No!)... yo no puedo acatar el fallo de la Asamblea para producir un dictamen en el sentido que indica, porque yo personalmente no puedo formular un dictamen en contra de lo que la Ley Electoral y la Constitución manda... (Siseos.) Soy respetuoso de la ley... (Murmullos.) y si esta colectividad me impone esa obligación, tenga en cuenta que con ello viola también un artículo constitucional... (Voces: ¡No! ¡No!) Sí, señores. A mí no se me puede obligar a que emita un fallo en sentido contrario a lo que la ley manda y no quiere ser violador de ella. (Aplausos.) Vosotros sois testigos de que en el debate del sábado no se tocó en lo más mínimo la parte legal del dictamen.

El C. Fernández Martínez: ¡Yo sí la toqué!

El C. Céspedes: Y que solamente lo quiso tocar señor Fernández Martínez con muy mal éxito, porque todas sus acusaciones fueron echadas por tierra. La Ley Electoral y la Constitución hablan muy claro a este respecto y en esas prescripciones legales la Comisión se ha apoyado con toda justificación y con toda conciencia. No puedo yo ser traidor a mis principios ni tampoco irrespetuoso de mi persona. La Asamblea con su carácter político ha estado justificada en la cuestión de su fallo, porque es netamente político su carácter; pero, repito, no puedo, a pesar de que la misma Asamblea me lo mande, hacer un dictamen en distinta forma, porque mi firma no va a alcanzar un dictamen contrario a la ley. Por esa consideración, ruego a ustedes me inhiban del conocimiento de este asunto y de los otros, porque con este caso se prostituye el criterio de esta Asamblea. (Voces: ¡Huy! y aplausos.)

El C. Valadez Ramírez: Pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Valadez Ramírez.

El C. Valadez Ramírez: Honorable Asamblea: Me parece sumamente extraño que el inteligente compañero, señor licenciado Céspedes... (Voces: ¡No es licenciado!) que el estimable compañero Céspedes haya venido a tratar aquí este asunto con un criterio tan estrecho, puesto que los precedentes que se han sentado en esta Cámara son perfectamente claros. Hace poco tiempo el señor licenciado Carlos García emitió un dictamen desfavorable a uno de los miembros de esta Asamblea; la Cámara votó en contra de ese dictamen y el señor licenciado don Carlos García retiró su dictamen y lo devolvió, haciendo notar que los motivos de carácter legal que lo habían inducido a emitirlo en esa forma subsistían, pero que, en atención al mandato de la Asamblea, lo reformaba y lo presentaba en el sentido de la discusión. (Aplausos.) Así es que me parece extraño, repito, que el señor Céspedes, que fue diputado a la XXVII Legislatura y que conoce perfectamente cuál es el régimen que debe seguir la Asamblea en todos esos casos, venga con argumentaciones que no son dignas de tomarse en consideración. Por esta razón, señores, yo suplique déis un voto repobatorio a esta moción, para que el dictamen vuelva a la Comisión presidida por el señor Céspedes y vuelva a presentarse en el sentido de la discusión. (Aplausos.)

El C. García de Alba: Pido la palabra en contra.

El C. Secretario Pesqueira: En votación económica se pregunta a la Asamblea si concede permiso al C. diputado Céspedes para que se inhiba del conocimiento de este asunto y de los subsecuentes. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

El C. Montes Federico: ¡Moción de orden! Me permito hacer ver a la Presidencia que no se debe votar este asunto sin antes pedir dispensa de trámites.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta que en un caso semejante, si mal no recuerdo en el del señor licenciado García, inmediatamente se preguntó a la Asamblea si concedía ese permiso. Precisamente con ese objeto se comunicó a la Asamblea que se iba a conceder la palabra al C. Céspedes para fundar su proposición y después a un orador en contra, a efecto de consultar en seguida si se permitía que se inhibiera el solicitante de seguir conociendo del presente dictamen. Este es un caso enteramente sui géneris. Si la Asamblea desea que nos sujetemos al cartabón reglamentario, en ese caso indudablemente que la presidencia, lejos de haberle dado entrada a este asunto, habría acatado la disposición de esta Cámara en el sentido de que la credencial del C. Rivera Cabrera se pusiera luego a discusión. De allí que la Secretaría haya hecho esa observación a nombra de la Presidencia; pero en vista de que el C. Montes ha reclamado el trámite, se va a preguntar a la propia Asamblea lo conducente, para que se vea que la Presidencia en manera alguna tiene interés de que este asunto se vote en un sentido o en otro.

El C. Secretario Pesqueira: En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites a esta proposición. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión.

El C. García de Alba: Pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra el C. García de Alba.

El C. García de Alba: Señores diputados: Empezaré, para precisar el punto, por hacer una pregunta al compañero Céspedes. Señor compañero Céspedes: ¿tiene usted interés personal en el asunto que se acaba de discutir, o sea en la credencial del señor Alducin? (Voces: ¡Sí, sí!)

El C. Céspedes: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Céspedes.

El C. Céspedes: Varias voces, a quienes no les he dado mi representación, constestan que sí, pero yo digo desde mi curul, con el derecho que me asiste, que no; que no existe de mi parte más interés que ser respetuoso conmigo mismo y con el criterio de la misma Asamblea.

El C. García de Alba, continuando: Perfectamente. Las Comisiones nombradas por la Cámara o per el Colegio Electoral tienen la obligación de estudiar y poner en estado de resolución los asuntos que a ellas se les encomienden. No tienen las Comisiones otro motivo por qué inhibirse, o alguno de sus miembros si no es lo que explica terminantemente el artículo 83 del Reglamento, que a la letra dice:

"Cuando uno o más individuos de una Comisión tuvieren interés personal en algún asunto que se remita al examen de ésta, se abstendrán de votar y firmar el dictamen, y lo avisarán por escrito al Presidente de la Cámara, a fin de que sean substituidos para el solo efecto del despacho de aquel asunto."

El compañero Céspedes acaba de confesar, paladinamente, como teníamos que esperarle todos los que conocemos su honradez, que no tiene ningún interés personal en este asunto; luego yo no veo el motivo de por qué no acata la voluntad de la Asamblea, que tiene facultades para calificar las elecciones, y así lo dice el artículo constitucional respectivo. (Voces: ¡Huy!) El artículo 60 de la Constitución dice:

"Cada Cámara calificará las elecciones de sus miembros y resolverá las dudas que hubiese sobre ellas.

"Su resolución será definitiva e inatacable."

Luego al compañero Céspedes no le queda más recurso que salvar, si quiere, su criterio personal y decir: "Yo no estoy de acuerdo, pero en vista de que la mayoría de la Asamblea determina que se rechace el dictamen y que se rechace como diputado al señor Alducin, no queda más recurso que sea diputado el que le sigue en votos..."

El C. Olivé, interrumpiendo: ¡Quién sabe!

El C. García de Alba, continuando: Estas son las razones que tengo para pedir que se rechace la proposición del compañero Céspedes. (Aplausos.)

El C. Martínez del Río: Pido la palabra.)

El C. Presidente: Tiene la palabra.

El C. Martínez del Río: Señores Jurados: Si los dictámenes que hayan de emitir las Comisiones nombradas para ese efecto han de ser debidamente fundados y de acuerdo con las convicciones del orden jurídico y del orden legal que los miembros que integren esas Comisiones lleguen a formarse después de un estudio detenido y concienzudo del expediente sometido a su criterio, y si hemos de suponer en el señor Céspedes un estudio previo antes de haber emitido el dictamen que emitió en la credencial del señor Alducin; si hemos de suponer, como es debido, que al hacer ese estudio aquilitó todas las razones en pro y en contra y después de haber hecho ese estudio creyó que el dictamen debió haberse emitido en la forma que lo hizo, querer ahora, aun por mandato de esta Asamblea y de un cuerpo colegiado por importante que se le suponga... (Voces: ¡Que es!) volver ese dictamen para que el mismo señor Céspedes modifique sus convicciones modifique sus razonamientos, es perfectamente injusto, perfectamente indebido y hasta perfectamente imposible, lógicamente estudiadas las cosas. (Voces: ¡No, no!) ¿Cómo va esta Asamblea, señores, a llevar al Sr. diputado Céspedes al convencimiento de que no ha tenido razón, cuando él, profesionalmente como miembro de una Comisión, es el encargado de dictaminar y su juicio pericial como Comisión en este asunto ha sido que el dictamen esta bien puesto en la forma en que lo ha presentado a esta Asamblea? El Señor diputado Céspedes ha estudiado detenidamente este expediente y ha dicho que su juicio es éste; en consecuencia, está en su perfecto derecho, en su dignidad profesional y en su dignidad de representante del pueblo para sostener con todo vigor este dictamen presentado aquí a la Asamblea. No se le puede absolutamente obligar a que lo modifique.

El C. Flores Manuel H.: Para una interpelación al orador, si me lo permite.

El C. Martínez del Río: Sí, señor.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manuel H. Flores para hacer una interpelación.

El C. Flores Manuel H.: En el mismo caso que el señor diputado Céspedes pueden encontrarse los demás miembros de la Comisión, y yo pregunto a Su Señoría se sirva informarme qué sucedería si las mismas razones que aduce en favor de la solicitud del señor licenciado Céspedes, adujeran también los demás miembros de la comisión.

El C. Martínez del Río: Entonces, señor compañero, pasaría esto: que la Comisión también se inhibiría de conocer.

El C. Flores Manuel H.: ¿A dónde iríamos a dar con ese procedimiento?

El C. Martínez del Río, continuando: Es perfectamente inmoral obligar al señor diputado Céspedes a que emita un dictamen enteramente opuesto a sus convicciones del orden jurídico; es perfectamente atentatorio hasta el criterio independiente y recto que debe tener un representante del pueblo y especialmente el Presidente de una Comisión dictaminadora. No puede absolutamente la Asamblea llevar a la convicción del señor diputado Céspedes una verdad, cuando en la convicción de él está que esa verdad no existe en la forma en que la asamblea la quiere establecer. En consecuencia, el señor diputado Céspedes tiene perfecto derecho para solicitar lo que ha solicitado, y esta Asamblea quizá pueda decir, necesariamente tendrá que concederle esa licencia, o bien poner al señor diputado Céspedes en la obligación... (Voces: ¡No, no!) Sí, señores, de emitir un dictamen que pudiera ser contrario a las convicciones del mismo señor diputado (Voces:

¡Que emita voto particular! Emitir voto particular equivale tanto como a permitir al señor Céspedes que se inhiba del conocimiento del asunto.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Méndez Benjamín.

El C. Méndez: Señores representantes: Aquí no se trata de que el criterio legal del C. Céspedes sea vulnerado en sus principios con el mandato de esta Asamblea; aquí se trata de imponer a esta Asamblea un capricho del C. Céspedes. (Aplausos.) Este señor, llevando su capricho hasta el extremo, no solamente quiere inhibirse de conocer en el expediente que esta honorable Asamblea, con toda justificación, acaba de rechazar, sino que quiere inhibirse de todos los demás dictámenes pendientes de estudiar en el seno de la Comisión. De esta manera el C. Céspedes de una muestra patente de su parcialidad y no quiere por ningún motivo acatar los mandatos de esta Cámara, llevando como yo digo, hasta el límite de la exageración su capricho de inhibirse. Se ha creído el C. Céspedes zaherido en sus convicciones y en su manera íntima de pensar.

El mismo acaba de declarar aquí hace un momento que las declaraciones que hizo a la prensa fueron en el sentido de que se apegaría al criterio legal y que en cuestiones de alta política, de interés, tendría en cuenta el criterio político en asuntos personales. Y pues si ha hecho aquí esta paladina y descarada manifestación... (Aplausos en las galerías debe imponer a este ciudadano, a toda costa, su voluntad y no permitir bajo ningún concepto que sea burlada. (Aplausos en las galerías.)

El C. Céspedes: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Céspedes.

El C. Céspedes: Señores compañeros: Yo he pedido a ustedes respeto para mis convicciones personales, para mi concepto legal que tengo del asunto... (Voces: ¡Pruebas!) El C. Méndez acaba de decir que con descaro hice yo la declaración, la confesión de mi declaración en los primeros días de trabajo de está Cámara. No es descaro, es honradez confesar que yo tenía en mi mente aplicar el criterio político en tratándose de cuestiones de alta política de interés general, y no de interés personal, y la Asamblea, repito, me quitó ese criterio, me lo arrebató, porque me dice:

"Unicamente el criterio legal debes tú aplicar en las credenciales", y así he venido fallando hasta ahora.- Si así no hubiera sido, yo le hubiera aplicado el cuchillo político al C. Méndez por haber sido felicista.

-El. C. Méndez, interrumpiendo: ¡Falta usted a la verdad!

-El C. Céspedes, continuando:... por haber servido al zapatismo como empleado en los ferrocarriles.

El C. Méndez, interrumpiendo: ¡Falta usted a la verdad!

-El C. Céspedes, continuando:... Tengo documentos en cartera y, sin embargo, no apliqué respecto a su persona el criterio político, sino criterio legal exclusivamente. Además, señores compañeros, me queréis imponer algo que está en contra de vuestros intereses- me refiero a los de la minoría de la izquierda-. Ustedes dicen que aquí se ha tomado en cuenta el criterio legal del asunto, que lo han juzgado ustedes mal aplicado, es decir, que no deben modificarse las casillas a que yo me refiero en el dictamen. Y, bien, señores, si se acepta el criterio legal, el triunfo no le corresponde al de vuestro interés, el señor Ríos Landeros, sino que le corresponde al señor Bourge, porque en las casillas que yo nulifiqué resulta perjudicado el señor Ríos Landeros... (Aplausos en las galerías.) y yo no quiero firmar con mi puño algo que, en mi concepto, es injustificado, algo que no debe ser. Ellos con su aplastante mayoría echan abajo la parte legal del dictamen, porque así lo han dicho, así lo ha dicho el señor Fernández Martínez; y si no se deja en pie la parte legal, resultará que el triunfo corresponde al señor Bourge Díaz y no al C. Ríos Landeros, por quien pugnan algunos diputados, Repito, compañeros, que solicito de ustedes respeto para mis convicciones personales y para el concepto legal que tenga del asunto; no puedo obedecer a la Asamblea, la que no tiene sanción legal que aplicarme si no firmo el nuevo dictamen. (Aplausos y siseos.) ¿Qué podría hacer la Asamblea en mi contra? Si se me exige no me inhiba del conocimiento del asunto lo que haré será formular un voto particular en el mismo sentido que está redactado el dictamen y nadie me arrancará de allí.

Por estas consideraciones, pido el respeto que he indicado y accedan de conformidad a mi solicitud, porque no puedo ser juguete de lo que la mayoría quiera, nada más por asuntos de índole netamente política o por odios personales. Yo seguiré sujetándome al criterio legal y si no se me respeta, pido que se me exima de conocer de todos los demás expedientes.

El C. Montes: Pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Montes: No es la idea personal, señores, de combatir una credencial que está ya perfecta y legalmente desechada, la que me trae a dirigir a ustedes la palabra. Hago esta aclaración y desde aquí protesto solemnemente por los conceptos vertidos en el periódico del señor Alducin, de que un grupo de generales ha intrigado en esta Asamblea para que se deseche su credencial. Falta a la verdad y al honor que debía tener el señor Alducin... (Voces: ¡Si no lo tiene!) y al respeto que debe tener a sus lectores, cuando asienta una falsedad de esta naturaleza. A la Asamblea y a cada uno de los diputados les consta que no hay uno solo de los generales que se honran en ocupar una curul en esta Cámara, que haya hecho trabajos en el sentido de que se deseche la credencial del C. Alducin; Ha sido sencillamente el criterio perfectamente legal, y yo no sé- esto lo ignoro por lo que respecta a todos los demás diputados-, si ha sido el criterio político el que los ha inducido a votar en contra, pero sí desde aquí protesto contra las versiones y las falsedades asentadas por el señor Alducin, de que ha sido un grupo de generales el que ha intrígado para que se vote en contra de su credencial.

Se han esgrimido aquí conceptos, tanto por el señor céspedes como por su defensor, el C. Martínez del río... (Voces: ¡Mora y del Río!) que

hacen presumir que estos señores están en franca rebeldía contra la Cámara. No de otra manera dice el C. Martínez del Río que la Cámara no puede obligar al C. Céspedes a que falle o que dictamine en el sentido que esta misma Cámara ha acordado; no de otra manera dice el C. Martínez del Río que esta Cámara no puede obligar al C. Céspedes a que sea traidor consigo mismo; es decir, dice el C. Martínez del Río que la Cámara sí es traidora con su propio criterio. Falta sencillamente a la verdad el C. Martínez del Río, y por lo que respecta al C. Céspedes, yo le manifiesto que no está en lo justo cuando él dice que tiene la obligación la Asamblea de eximirlo de conocer en un asunto que se le ha confiado. No tiene sanción realmente la Cámara para obligar al C. Céspedes a que dictamine en un asunto que se le tiene encomendado, pero sí tiene obligación como diputado y por los deberes que ha contraído con sus electores, de venir a cumplir con las decisiones de esta Asamblea y con los mandatos de la Constitución. La Cámara no ha violado la suprema ley; la Cámara, erigida en Colegio Electoral, ha dado su voto en contra del dictamen que ha considerado ilegal y por ese motivo la felicito. No sé si ha considerado que este asunto es político o no, lo ignoro; pero de todas maneras usted, C. Céspedes, no tiene derecho a decir que la Cámara está obligada a inhibirlo del conocimiento de un asunto en el que debe dictaminar.

Son ya varios los casos que se han presentado en que, miembros de las Comisiones han pretendido que se les exima de seguir tratando una cuestión, porque la mayoría de los diputados no ha aprobado sus decisiones; el licenciado García ha sido uno de los que, después de ser reprobados sus dictámenes, se ha sujetado a la resolución de la Cámara, en lo que ha hecho perfectamente bien; el C. Blancarte, lastimado por algunos conceptos vertidos aquí en su contra, ha intentado también presentar su dimisión del cargo que en una Comisión dictaminadora de credenciales se le tiene encomendado y, sin embargo, se ha abstenido de asumir una actitud de rebeldía y ha acatado los acuerdos de la Representación Nacional; de igual modo han obrado todas las demás Comisiones: cuando sus dictámenes has sido rechazados, los han reformado en el sentido de la discusión y los han presentado aun en forma contraria a sus opiniones y convicciones, porque por encima del criterio personal de cada miembro de las Comisiones, está el criterio de toda la Asamblea, que debe respetarse... (Aplausos.) y debe tenerse absoluto respeto para con los mandatos de esta mayoría, que no de otra manera daremos un ejemplo de que sabemos ser respetuosos consigo mismo y con las obligaciones que tenemos. Es así como algunos individuos, que no debían estar en esta Asamblea, está los ha investido con el cargo de diputados. no señalaré personalmente: pero, sin embargo, esta Asamblea y, en consecuencia, cada uno de sus miembros, yo inclusive, tenemos la obligación de respetarlos como diputados, puesto que así se les ha investido. Es así como el C. Céspedes tiene la obligación de producir un dictamen, aun en contra de sus propias convicciones, si él quiere, pero acatando la voluntad de esta mayoría. Y no hay sanción legal que lo obligue: la única sanción, C. Céspedes, es renunciar al cargo de diputado, que el pueblo os ha conferido. (Aplausos en las galerías.)

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Luis Espinosa.

El C. Espinosa Luis: Señores diputados: (Voces: ¡Tribuna, tribuna!) Voy a ser muy breve. Los que nos nombraron sus representantes a esta Representación Nacional no nos pusieron como condición la de que viniésemos a aceptar aquí el dictado absurdo de la mayoría... (Siseos.) En contra de nuestras propias convecciones; no nos dijeron que estábamos obligados a someternos a las decisiones verdaderamente injustas de una dictadura. En el caso concreto, no es estar fuera de las obligaciones que se tienen como representante del pueblo, el pedir que un ciudadano, como el C. Céspedes, a quien se le quiere exigir que venga a rendir un dictamen en contra de su criterio legal y en contra de sus convicciones, se abstenga de conocer en este asunto. Si el C. Céspedes fuese únicamente el que compusiera una Comisión dictaminadora, en buena hora que se le obligara a respetar la decisión absurda o justa de una mayoría parlamentaria. .. (Siseos.) Pero desde el momento en que no es él solo quien compone esta Comisión, sino que son tres las personas que la integran, ¿por que vamos a querer estar por encima de lo que más respeto nos merece: la conciencia individual? (Aplausos.) Dejemos al C. Céspedes incólumes sus derechos; que él no firme el dictamen que pugna con su manera de ser, es decir el que la mayoría le exige; y, en cambio, que para cumplir el mandato de esta Asamblea lo firmen los otros dos miembros de la Comisión, pues que ese dictamen, por el solo hecho de estar firmado por ellos, que constituyen mayoría, es legal. En todo caso, respetamos las convicciones de un hombre honrado. ¿Por qué vamos a obligar al C. Céspedes a que estampe a fuerza su firma en un dictamen que no está de acuerdo con sus ideas? Esto es sencillamente absurdo y coarta todas las libertades que aquí hemos venido a defender. Así pues, no habiendo un artículo en el Reglamento ni en la Constitución, que impida al C. Céspedes inhibirse del asunto en cuestión, yo, en su caso, no pediría la sanción de esta Cámara, sino que me la tomaría. (Aplausos y siseos.)

El C. Presidente: Para una aclaración, tiene la palabra el C. González Marciano.

El C. González Marciano: (Aplausos al subir a la tribuna.) Señores: Es verdaderamente sensible que la Asamblea, en su perfecto derecho, imponga al C. Céspedes, mal que le cuadre al compañero Espinosa, su decisión. El C. Céspedes es, como muchos otros, miembro de una Comisión; las Comisiones son el instrumento que abrevia a la Representación Nacional la forma para computar votos, para seleccionarlos y para dar el triunfo a quien ellos crean que le corresponde. Es de lamentarse que ahora resulte con tapujos de esa naturaleza el C. Espinosa, cuando sabe que nosotros, muchos de los honrados, hemos tenido que aceptar por la fuerza de la mayoría, representantes que no tienen sino sesenta y cuatro votos. (Aplausos.) No abra las manos algún compañero, como diciendo que eso nada significa; es preciso que analicemos las

cuestiones, es preciso que lancemos una mirada retrospectiva a todo lo que hemos hecho aquí y que signifique verdaderamente un equívoco, un error, una falta de respeto a sí, a la justicia, y entonces, señores, confesemos que el señor Céspedes tiene por fuerza, aun cuando no le agrade, que atenerse a las resoluciones de la mayoría de la Cámara. ¿Es cuerdo, señores, que en un país como el nuestro, despúes de una efervescencia, de una agitación política, de un movimiento revolucionario como éste, en donde todos y cada uno hemos querido representar a la mayoría del pueblo, se acepta aquí al general Villela, representando sesenta y nueve votos de un pueblo del Estado de Michoacán? (Aplausos.) Y aquí, en la Representación Nacional, estábamos sentados muchos que no podíamos aceptar este acto como justo y, sin embargo, tuvimos que someternos, porque es en estos casos la ley suprema, ineludible, la base precisamente de la democracia, y tuvimos nosotros que aceptar que el señor Villela se sentase aquí, no obstante que tenía una minoría de votos.. .(Voces: ¡Quinientos!) Aun suponiendo que tuviese los quinientos, ¿qué significan quinientos votos para sesenta mil habitantes que tiene la obligación de representar? (Aplausos en las galerías.) ¿No era más cuerdo, señores, no era más honrado que se hubiera convocado nuevamente a elecciones? ¿Es así como se respeta la opinión popular? ¿Es así como se toma en cuenta el voto de los ciudadanos? ¿No es esto verdaderamente una burla? ¿No es un escarnio que un Distrito Electoral del Estado de Michoacán está representado por un individuo que trae quinientos votos? Y más todavía hay que agregar, esos quinientos votos fueron obtenidos, fueron condimentados en la casa de un individuo y en un pueblo donde la autoridad no había convocado a elecciones... (aplausos) y, sin embargo, no se levantó un voz de nuestra parte para protestar, porque sabíamos que sobre nuestro criterio personal, sobre nuestra opinión particular, está la opinión de la mayoría. Está muy bien que el compañero Cespedes tenga esos escrúpulos, que no quiera ir contra sus convicciones, pero la convicción de él tiene que posponerla en este caso, porque se ha discutido lo bastante y ha aducido cuantas razones ha creído pertinentes para sostener su dictamen, pero la mayoría, que también ha tomado participio en estas discusiones, ha venido a convencerse- al menos así lo demuestra con sus votos-, que no tenía razón el C. Alducin.

Yo lamento haber tomado participación en esta discusión, porque todos saben que el señor Alducin ha creído que su fracaso se debe a las gestiones de los generales que estamos en la Cámara, y todos saben perfectamente bien que en este caso el señor Alducin ha sufrido de verdadera miopía. Ya tendrá tiempo, ya tendrá oportunidad de saber por qué ha fracasado; pero conste, señores, como lo dije en algunas declaraciones, que el fracaso de él no se debe a gestiones nuestras, si nosotros hubiéramos querido atacarlo hubiéramos aprovechado la oportunidad y podíamos haberlo atacado; pero quisimos mostrarnos respetuosos de su credo político, de la legalidad bajo la cual viniese su credencial, y no tomamos participación absolutamente ninguna. Así es que, lejos de la personalidad del señor Alducin, sin tocarla para nada en este asunto, yo creo que el señor Céspedes no tiene razón; pero que si cada uno de los miembros de las Comisiones fuese a devolver los expedientes que les hubiesen entregado para su estudio sólo porque la opinión de la Representación Nacional es contraria, quedaríamos sin Comisiones y cada uno de nosotros haría lo que se le antojara.

Es democrático someterse a la opinión de las mayorías, aunque esté en contra, como en este caso, de la del señor Céspedes; así, pues, el señor Céspedes no puede hacer otra cosa que someterse a la mayoría y reformar su dictamen, porque así lo ordena la mayoría. (Aplausos.)

El C. Céspedes: Pido la palabra para un interpelación.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Céspedes: Señor general Marciano González: Usted, que a los cuatro vientos proclama el ideal que de revolucionario lleva encendido en su pecho; usted, que a los cuatro vientos proclama haber pugnado en luchas revolucionarias con las armas por todas las libertades que componen la personalidad humana, la personalidad digna de respeto, dígame si en ese haz de libertad por que usted ha luchado no se encuentra la libertad de pensamiento, la libertad de escribir (siseos), y dígame si en la Constitución no hemos rendido pleito homenaje a esa libertad y a esa libertad es a la que exijo respeto, la libertad de mi conciencia, la libertad de mi criterio. Dígame usted, C. Marciano González, si usted, como revolucionario, no respeta esa libertad.

El C. González Marciano: Pido la palabra para contestar. Es indudable que el compañero Céspedes, juzgando el caso aisladamente, individualmente, tiene alguna razón; pero en las luchas democráticas nada significan los individuos y nada significan las ideas de cada uno de ellos, porque tienen que someterse en lo absoluto a la resolución de las mayorías, porque de otra manera nadie dominaría al mundo. De otra manera no habríamos visto tantas injusticias en la historia. cómo desfilan tantos individuos fracasados que han fracasado precisamente porque ha llegado un momento en que tuvieron que entregar, con una sumisión justiciera, el dominio que ayer disfrutaron, a la Representación Nacional, o sea a la fuerza de las mismas mayorías; no habría regresado abatido Lúculo despúes de haber agrandando como agrandó el Imperio Romano; no habría tenido que caer Porfirio Díaz que se había entronizado, que había echado raíces, si no hubiera tenido que someterse a la fuerza de las mayorías, porque a Porfirio Díaz no lo derrotamos con las armas, lo derrotó la opinión Pública. (Aplausos.) Por eso decía hace un momento, que cuando los casos se estudian así y se resuelven aisladamente con el parecer de cada uno de los individuos, esos individuos, pueden, señores, como satisfacción íntima cristalizada, decir: No he abdicado de mis convicciones, he defendido, he luchado, he argumentado y después de luchar, de defender y de argumentar me han convencido de que no tengo razón y yo soy el primero en rendir pleito homenaje a los principios democráticos por los cuales yo también he luchado y aquí estoy reverente para hacer lo que ordenen las mayorías, a esas mayorías yo las respeto; y por la juventud del señor Céspedes, por los anhelos, por las

aspiraciones, por las esperanzas que él tenga, debe en este caso recluirse, si él quiere, silencioso y entristecido, pero decir: "Sobre mi opinión personal que no tiene la fuerza de las convicciones, supuesto que ésta no he podido llevarla a las mayorías, me rindo, me doblego y soy consecuente con ellas." (Aplausos.)

El C. Ruvalcaba: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Méndez Benjamín: Pido la palabra para alusiones personales.

El C. Secretario Pesqueira: Habiendo hablado tres oradores en pro y tres en contra, conforme al Reglamento, se va a proceder a la votación, en la inteligencia de que posteriormente se le concederá la palabra al C. Méndez, para alusiones personales. En votación económica se pregunta si el asunto está suficientemente discutido. Suficientemente discutido. La parte final de la proposición dice así:

"En tal virtud, no existiendo para el subscripto motivos que lo hagan torcer su criterio, se permite suplicar a la honorable Asamblea, tenga a bien inhibirlo de conocer en el citado expediente y en los que quedan por dictaminar en el 5o. grupo."

En votación económica se pregunta si se concede al C. Céspedes el permiso que solicita. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie.

Estando dudosa la votación, se comisiona al C. Fernández Martínez para que se sirva contar a los que están de pie, y al C. García de Alba a los que están sentados.

El C. Fierro: Al contrario, el C. García de Alba está sentado.

-El mismo C. Secretario: Se comisiona al C. Fierro parra que cuente a los que están sentados. (Se hace el recuento.) El resultado de la votación es como sigue: 50 de pie y 79 sentados. En tal concepto, se desecha la solicitud del C. Céspedes. (Desorden. Campanillas.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Méndez Benjamín.

El C. Méndez: Honorable Asamblea: Es muy fácil lanzar en un momento de agitación cualquier cargo en contra de un ciudadano diputado, únicamente como un desahogo personal. Voy a destruir los cargos que me lanzó el C. Céspedes en el calor de su peroración, que consiste en dos: Primero, el de felicista; segundo, el de zapatista.

Ciudadano Morales Hesse, con permiso de la Presidencia: En pleno período huertista, cuando acababa de ocurrir el asesinato del C. Serapio Rendón y otros muchos que caían bajo la mano criminal de Huerta, ¿quién fue el que proporcionó la fuga del país a varios ciudadanos diputados renovadores, entre los cuales se encontraban el C. Juan Sarabia?

El C. Morales Hesse: Con permiso de la Presidencia. Usted, compañero Méndez, me consta que hizo todas las gestiones necesarias con varios de los ferrocarrileros para que dieran todas las facilidades al C. Sarabia para que se fuera al Norte.

El C. Méndez: Ya ve el C. Céspedes que soy un felicista según él. Me lanzó en seguida el cargo de zapatista. Debo decirles a ustedes, y no necesito decirlo puesto que es muy conocido de todos, que mi contrincante fue el director de un libelo que por verdadera ironía se llamó "La República." Este ciudadano, amante de la intriga y de la calumnia, no teniendo armas legales con que refutar mi credencial, acudió a esa calumnia para lanzarme el cargo de zapatista y de enemigo de la Revolución, presentó una acusación de cuatro individuos que se dijeron ferrocarrileros y esa acusación fue turnada a las Comisiones Revisoras y en una información que aparece en el "Diario de los Debates" del día que se discutió mi credencial y que esa Comisión Revisora tomó en consideración puesto que hacía una prueba plena, decía así:

"Solicitud del gremio ferrocarrilero a la Cámara de Diputados Pidiéndole que califique de nula la elección de Benjamín Méndez jr., como diputado propietario por el Distrito de Dolores Hidalgo.

"Los firmantes del memorial, J. S. Ceballos, B. Alegría, S. R. Valencia, Vicente A. Olguín, A. M. Contreras, se dicen miembros del gremio ferrocarrilero, y pretenden fundar su solicitud de nulidad en que el citado señor Méndez fue Jefe de Auditores de Francisco Villa y más tarde Jefe de Trenes de Emiliano Zapata. El Director General de los Ferrocarriles Constitucionalistas de México, el Contador General, el Oficial Mayor, al Agente General de Fletes y Pasajes, y el Gerente General Interino del Ferrocarril Mexicano, desmienten en comunicación oficial dirigida a esta Cámara la protesta subscripta por los seis ciudadanos arriba mencionados y aseguran que éstos no pertenecen al gremio ferroviario."

Aquí podría decirse que los principales jefes de los Ferrocarriles Constitucionalistas por tratar de favorecerme habían expedido ese documento, pero entre los firmantes se encuentran el señor coronel Paulino Fontes, que lamento no esté en estos momentos presente para que certificara con su dicho cuál fue mi actuación en la Revolución. La misma Comisión Revisora estudió ese documento más tarde en otra protesta que envió un procesado zapatista que se encontraba en la Penitenciaría y a quien don Heriberto Barrón fue a ofrecerle su libertad por gestiones con el ciudadano Presidente de la República a fin de sacarle ese documento en mi contra, pero debo advertir a ustedes que ese procesado que se encontraba en la Penitenciaría era un conductor ferrocarrilero del Interoceánico que en el año de 1910 yo destituí por ladrón. La misma Comisión dice:

"Carta del ex general zapatista Manuel Sosa Pavón.

"Esa carta se refiere a hechos políticos, que no vician la legalidad de la elección; que se encuentran desmentidos en la carta subscripta por los altos empleados de los ferrocarriles de que se habla en otra parte de este dictamen y que no tienen nada qué ver con el criterio legal que es el único que debe imperar en un país que ha entrado dentro del régimen constitucional y tratándose, como en el presente caso se trata, de juzgar la buena o mala observancia de una ley."

Es decir, la Comisión estimó que esa carta no hacía prueba plena, fehaciente, y sí el documento que yo traje a la Comisión. Este dictamen está subscripto por los tres miembros de la Comisión.

Ya ve el C. Céspedes que con sus mismas armas destruyo el cargo que me hizo.

Ahora bien; con permiso de la Presidencia voy a hacer otra interpelación al C. Morales Hesse. ¿Recuerda el señor Morales Hesse que cuando la plaza de México estaba ocupada por los zapatistas, se encontraba él en Apizaco con las fuerzas del general Pablo González y el que habla estaba en Tula, Hidalgo, avanzando con la columna del general Millán, que atacó a las fuerzas de México y que venía yo con los ferrocarriles y que de allí le dirigí un telegrama felicitándolo por el triunfo de Cerro Gordo?

El C. Morales Hesse: Es cierto.

El C. Méndez: Ya lo ve el C. Céspedes, lo zapatista y felicista que soy.

El C. Céspedes: ¡Con una felicitación!

-El C. Secretario Pesqueira, leyendo:

"Ciudadanos Secretarios de la Cámara de Diputados:

"No habiéndome sido posible solicitar hoy, con oportunidad, la palabra "hechos", y como hacerlo en la próxima sesión de Colegio Electoral, resultaría extemporáneo, con el objeto de no interrumpir los debates interesantes que se han iniciado y a fin de que este escrito quede estampado en el "Diario de los Debates", ruego a ustedes, ciudadanos Secretarios, con toda atención se sirvan dar cuenta a la H. Asamblea, cuando sea pertinente, del contenido de este mismo escrito.

"Honorable Asamblea:

"Con todo respeto, pero en la forma más enérgica, vengo a protestar ante Vuestra Soberanía, por la actitud asumida por muchos de los miembros de la misma, en la sesión pasada, en contra mía, con motivo de la defensa que pretendí hacer de la credencial del C. profesor Rafael Jiménez, pues dichos miembros con sus manifestaciones y siseos, a mi parecer faltaron no sólo al respeto de esa H. Asamblea, sino también al de ellos mismos, y faltaron, también, a los más rudimentarios principios de la prudencia y de la cortesía, violando a la vez un principio democrático, o sea la libertad de hablar a todo individuo que trae consigo la representación de sesenta mil ciudadanos mexicanos, sea cual fuere su humildad, sea cual fuere su suficiencia y sea cual fuere su abolengo.

"Yo, señores, indiscutiblemente más humilde que todos los hombres que me sisearon, pero igualmente honrado y quizá más sincero que todos ellos, tengo el derecho invulnerable e incontrovertible de expresar mis conceptos, y ellos tienen la obligación ineludible de escucharlos, para, en caso dado, refutarlos con razones, mas no con siseos y mofas, porque haciéndolo de este modo, esos señores diputados, que, sin duda consideran superiores, descienden al terreno de la pequeñez y de la indignidad.

"Esta protesta la hago extensiva contra el señor licenciado J. Manuel Alvarez del Castillo, como Presidente que fue de esa sesión, y al cual abogado se le considera en esta Cámara como un verdadero "legalista" y un hombre "consecuente." En este caso, H. Asamblea, el señor del Castillo dió poco lustre a esos significativos títulos, porque fue conmigo "ilegalista" e "inconsecuente." Su actitud parcial o pasiva, dió lugar a que no cesaran las manifestaciones injustas, prejuiciosas y hostiles de una buena parte de la Asamblea y de todas las galerías, las cuales manifestaciones fueron en contra del que habla. Las de esta últimas, es decir, de las galerías, pueden considerarse perdonables, si se tiene en cuenta que el Presidente de la Mesa no se dignó siquiera agitar la campanilla llamándolas al orden, y más, que sólo se concretaron a imitar a los representantes que sin respeto ni compostura alguna, siseaban y se movían haciendo ruidos semejantes a los que producen los reptiles en las selvas.

"Yo, señores diputados, me explico la actitud de la Asamblea, en la forma siguiente:

"Quieren los señores representantes escuchar solamente discursos sofísticos como los del talentoso diputado Castillo Torre, que siempre impresionan, pero que nunca convencen; doctrinarios como los del estimable profesor Vadillo, cuyas teorías avanzadas, de momento resultan lirismos o sean ideas irrealizables; malintencionados, satíricos y llenos de fuego, como los del doctor y general Siurob, que son siempre una serie de dicterios y cargos injustificados en contra del Bloque Liberal Nacionalista; o legalistas como los del ilustre paladín de la ley, C. Alvarez del Castillo; pero no gustan de escuchar los razonamientos de los hombres sinceros y desapasionados, sólo por el hecho de que exponen sus ideas y conceptos con humildad y en forma más o menos torpe, sin tener en cuenta que para ser un honrado representante del pueblo, no se necesita poseer el dón de la palabra, ni es necesario llevar el renombre de orador conspicuo, sino únicamente es indispensable que esos representantes tomen parte activa en todos los asuntos de interés patrio, aun cuando sus conceptos o ideas los den a conocer a la Asamblea, ya sea por escrito o por medio de su difícil palabra. A esos representantes les basta cumplir debidamente con su deber, para hacerse dignos a la estimación de sus representados y para hacerse merecedores de un galardón que les honre.

"Ahora por lo que toca al señor Presidente Alvarez del Castillo, también me explico su actitud en esta forma:

"Le disgustó que yo hubiese atacado a las Comisiones de Poderes. Esto lo hice conscientemente y ratifico mis cargos, igual que antes, en forma abstracta o general, pues aun cuando entre los hombres que forman dichas Comisiones se encuentran algunos excepcionalmente honrados y, quiero suponer, legalistas sin mácula, que al dictaminar sobre las credenciales que fueron puestas en sus manos, procedieron fuera de todo prejuicio, de toda parcialidad, sin tener en cuenta intereses de partida, en una palabra, con absoluta honradez, no cabe duda que, esas Comisiones, colectivamente hablando, son en forma ostensible, responsables del desprestigio del Bloque Liberal Nacionalista, el cual desprestigio, por medio de la prensa, ha repercutido en todos los rincones de la Patria. Estas Comisiones tienen la mayor parte de culpa del desconcierto general con que se juzga a la mayoría de la Cámara, o sea al Bloque Liberal Nacionalista, y son responsables, relativamente, de la separación de muchos miembros de esa agrupación

que cuando permanecieron dentro de ella supieron honrarla con su palabra y con sus actos.

"Yo, Señores., pronto demostraré mis aseveraciones, por medio de un pequeño libro o folletín, cuyo prólogo está ya concluido, y en el cual haré consideraciones de orden sociológico, moral y político, acerca de la organización, tendencias y ambiciones de ese Bloque, y explicaré las causas que, a mi entender, han originado su desprestigio, así como también daré mi opinión acerca de cómo puede ese mismo Bloque subsistir y prestigiarse nuevamente para que se convierta en una esperanza de la Patria, e indicaré el camino por el cual quedará condenado a desaparecer, dejando tras de sí únicamente, escrito, en la historia, su nombre, para baldón de la misma Patria.

"Ahora bien, honorable Asamblea; para terminar, sólo me resta, después de mi protesta enérgica que ratifico, pedir a Vuestra Soberanía que hagáis lo posible por que esos componentes del Congreso, que se juzgan superiores, tengan indulgencia, no para mí, sino para todos los compañeros que a ellos les parezcan pequeños, porque todos quizá tengan que abordar esta tribuna, no con pretensiones de oradores, distinguidos, sino únicamente a ponerse del lado de la justicia y a defender los ideales revolucionarios, y esos hombres pequeños, sin duda, traerán en su cerebro ideas sanas, nobles y elevadas, que amalgamándolas con las de esos hombres "superiores", podrán tener más valor, y, por lo mismo, resultarán más benéficas para la Patria.

Que tengan en cuanta esos elementos superiores que los pequeños, no porque su palabra sea humilde para hacerse escuchar, no porque su voz sea demasiado débil para producir un eco, ni porque su nombre sea obscuro para poder brillar entre los de ellos, dejarán de traer alguna luz en su cerebro para transmitirla a los privilegiados, a fin de encontrar más fácilmente la forma de salvar y engrandecer a la Patria, ni dejarán de traer alientos para aumentar los suyos, a fin de conseguir mayores energías para gastarlas en beneficio de esa misma Patria.

"Por último, H. Asamblea, suplico que la anterior exposición no se tome como una renuncia al derecho inviolable que me asiste para ocupar la tribuna cuando me plazca, pues las manifestaciones a que he hecho referencia, no han afectado mi ánimo al grado de declararme desde luego derrotado en el parlamento.

"Constitución y Reformas.- México, a 26 de octubre de 1918.- El diputado por el 10 Distrito Electoral del Estado de México, Mauro Castillo Garrido."

(Voces: ¡Que se imprima, que se imprima!)

-El mismo C. Secretario: Dése cuenta y archívese. (Voces: ¡Que se imprima!)

El C. Presidente: La Presidencia ha escuchado con mucha atención y, si cabe, religiosamente, el escrito protesta del estimable compañero señor diputado Castillo Garrido y se permite hacer ante esta honorable Asamblea la siguiente declaración: Ciertamente que hubo siseos en el curso del brillante alegato del señor Castillo Garrido en defensa del señor ingeniero Jiménez, pero las galerías por esta vez lo único que hicieron fue imitar el ejemplo de los señores diputados que también sisearon, y no solamente los diputados izquierdistas, sí que también los derechistas. En su consecuencia, los siseos fueron generales: pero, a decir verdad, como les consta a todos los señores diputados, esos siseos que fueron hasta cierto punto moderados -pemitiéndoseme la expresión-, y discretos ,le proporcionaron al C. Castillo una bellísima oportunidad para lucir sus cualidades tribunicias. En que habla, con todo respeto se permite dar las gracias al señor diputado Castillo Garrido por el buen concepto que tiene de él respecto a su postulado legalista; el que habla, efectivamente, cree que el día en que el Poder Ejecutivo, con todos sus órganos, los Ministros y los señores Gobernadores como agentes de la verdadera in capite respeten la ley; que el día en que el Poder Legislativo se constituye en un verdadero custodio del cumplimiento legal, y que el Poder Judicial se depure con la eliminación de tantos cínicos comerciantes de la administración de justicia que tiene, ese día, créame el C. Castillo Garrido, que el pueblo tendrá verdadero respeto por el Gobierno de todos sus Poderes y entonces sí que podremos decir halagadoramente que la Revolución no ha sido estéril. Por lo demás, la Presidencia se complace muy cordialmente de que el C. Castillo Garrido no se desmoralice por los siseos que escuchó en días pasados en su debut parlamentario. Este debut suele ser ingrato para todos los grandes oradores: Maximiliano Robespierre, la primera vez que fue a la tribuna parlamentaria, fue verdaderamente siseado por todos sus compañeros, hasta el grado de que al hombre se le ahogó la voz en la garganta y por poco se desmaya; después, el C. Robespierre fue, como lo sabe muy bien el C. Castillo Garrido, una de las glorias parlamentarias de la Francia revolucionaria. El mismo compañero Vallido, la primera vez que abordó esta tribuna, cuando encontraba en el pequeñisimo diputado o exdiputado Manzano un fantasma del capitalismo agrícola en contra de los ideales de reforma agraria , el señor diputado Vadillo, mal comprendido entonces en su doctrina agraria, fue siseado por algunos elementos de la XXVII Legislatura, y sabe muy bien el señor diputado Castillo Garrido que hoy en día, el señor diputado Vadillo es honra del Parlamento mexicano. (Aplausos.) Los que por la benevolencia de esta Asamblea venimos a esta Presidencia y nos encontramos con las deficiencias de un Reglamento, indudablemente que hacemos todo lo que está de nuestra parte por interpretar el espíritu reglamentario que no puede ser otro que normar el uso de la palabra, regular la marcha de los debates, colocar las alusiones personales y las rectificaciones de hecho en su justo límite y declarar agotada una discusión cuando ésta ya ha cumplido su objeto fundamental. Por lo que respecta a los artículos del Reglamento que se relacionan con el orden que deben guardar las galerías y la honorable Asamblea, me permito manifestar al señor Castillo Garrido que esos mandatos reglamentarios que dicen muy poco en favor de las Legislaturas del Gran Dictador, se hicieron con el objeto de no permitir que se sisearan las iniciativas de ley del C. Porfirio Díaz; pero ahora los tiempos han cambiado, el pueblo ha surgido a las luchas democráticas y los señores diputados por el triunfo de la Revolución tienen conciencia de su

representación popular. Por consiguiente, la Presidencia, sin que por esto quiera permitir manifestaciones desordenadas, escandalosas, que se vengan a producir desprestigiando a la honorable Asamblea, no puede, considerar una injusticia el sujetar a este cartabón reglamentario, de una manera rígida, de una manera inquebrantable a los honorables representantes y al pueblo espectador que acude a las galerías al hierro candente de un Reglamento inquisitorialmente porfirista. (Aplausos.)

El C. Pesqueira José: Pido la palabra

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Pesqueira: Señores representantes: Vengo a protestar únicamente por el tono tan satírico con que el ciudadano Presidente de la Cámara ha contestado al escrito del C. Castillo Garrido, y para lo cual no tiene ningún derecho. Hago notar de paso también, ciudadanos representantes, que el ciudadano Presidente, señor Alvarez del Castillo, por más de una ocasión ha usado este tono satírico, por lo cual protesto y seguiré protestando en toda ocasión. (Aplausos. Risas.)

El C. Valadez Ramírez: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Valadez Ramírez: Para protestar enérgicamente contra el señor Secretario Pesqueira por el tono burlesco con que leyó el escrito del compañero Castillo Garrido. (Risas. Aplausos.)

El C. Presidente: La Presidencia no se dió por aludida con las palabras del C. Pesqueira, que califica únicamente de pose.

-El C. Prosecretario Bolio, leyendo:

"1a. Comisión Escrutadora.- 5o. Grupo.

"Honorable Asamblea:

"Estudiado con verdadera acuciosidad el expediente electoral correspondiente al 16 distrito del estado de Oaxaca y valorizadas las diversas protestas y reclamaciones que en él constan, resulta buena la elección verificada en favor de los CC. licenciados Crisóforo Rivera Cabrera, para diputado propietario, y teniente coronel Ismael Rueda, para diputado suplente.

"Aparecen en el expediente diversas protestas que, examinadas por la Comisión con estricto apego a la ley, no tiene la fuerza jurídica necesaria para probar los hechos a que se refieren. Estas protestas fueron presentadas ya por el C. Crisóforo Rivera Cabrera, ya por el C. Porfirio Ruiz, o bien por el C. Manuel Gil Barradas, candidatos que justaron en la liza electoral, viniendo en todas ellas, sólo el dicho del peticionario.

"Subscripta por 263 ciudadanos, corre agregada a este expediente otra protesta sobre las elecciones verificadas en el pueblo de Tlacolulita, Distrito de San Carlos Yautepec, en el cual el protestante pide que sea declarada nula la votación de ese lugar, fundándose en que las boletas carecían del sello del Ayuntamiento y en que el citado pueblo de Tlacolulita se hallaba fuera del dominio de las fuerzas leales del Gobierno Constitucional de la República el día de las elecciones. Procedemos a examinar las dos partes que contienen la mencionada protesta.

"Las boletas de la Casilla de Tlacolulita deben considerarse buenas y, de consiguiente, computables.

El artículo 34 de la Ley Electoral (Relacionado con la fracción (h) del artículo 3o. transitorio), impone al Presidente Municipal del lugar el deber de sellar las boletas de elección de cada candidato, y el último párrafo de la fracción (h) del mencionado artículo 3o. transitorio, preceptúa que los Presidentes de las casillas no deben admitir boletas de elección que no estén selladas por los Ayuntamientos.

"En el caso de que nos ocupamos, es decir, en el de Tlacolulita, tanto el Presidente Municipal como el Presidente de la única casilla instalada en aquel pueblo, infringiendo la ley; el primero por haber dejado de sellar las boletas y el segundo por haberlas aceptado en su casilla el día de la elección. Por consiguiente, toca ahora dilucidar si las dichas infracciones legales cometidas por los expresados funcionarios son de las determinadas por la Ley Electoral como causa de nulidad de las elecciones.

"Por lo que hace a la infracción cometida por el Presidente Municipal, no sellando las boletas, el propio artículo 34, segundo párrafo, señala la pena de 30 a 300 pesos de multa, pena pecuniaria que sólo puede imponer la autoridad judicial. Por lo tanto, es forzoso concluir que el único efecto de la infracción de que se hace mérito consiste en multa aplicable al funcionario y. infractor y que no puede traducirse, como pretende el protestante, en la nulidad de las elecciones, porque en esta caso recaería también la pena en el candidato que ninguna culpa tuvo en la omisión punible.

"En cuanto a la infracción cometida por el Presidente de la casilla electoral, quien recibió las boletas que no tenían el sello del Ayuntamiento, no está penada ni por la propia Ley Electoral, ni por el Código Penal del Distrito Federal a que aquélla se remite en sus faltas de sanción, ni siendo tampoco motivo de la nulidad de las elecciones, pues no está comprendido en ninguno de los preceptos de la Ley Electoral vigente.

"Si, como queda demostrado, tales infracciones no fueron ejecutadas por el candidato, no es razonable no justo que afecten los intereses políticos de éste. Con lo expuesto queda demostrado que la primera parte de la protesta, o sea la que se contrae a pedir que sea declarada nula la votación de Tlacolulita por no tener las boletas el sello del Ayuntamiento no está apoyada en la ley. Estudiaremos ahora la segunda parte de la misma protesta, en la que también se pide la nulidad de la votación, invocando como fundamento el hallarse Tlacolulita en poder de los rebeldes el día de las elecciones.

"No está demostrado que Tlacolulita se hallaba en poder de los rebeldes el día veintiocho de julio.

"El protestante rindió, para justificar que el pueblo de Tlacolulita no se hallaba dentro del orden constitucional el 28 de julio, las siguientes pruebas.

"Telegrama de fecha 11 de septiembre, dirigido por el Presidente Municipal de Tehuantepec, al C. Eliseo L. Céspedes, Presidente del 5o. Grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales.

"En tal telegrama, el Presidente Municipal de Tehuantepec manifiesta al C. Céspedes que, según informes de la autoridad militar, el pueblo de

Tlacolulita está substraído de la acción gubernativa. Debe observarse, en primer lugar, que el Presidente Municipal no expresa qué autoridad militar le ministró los informes a que alude en el texto del telegrama; por lo tanto, no es posible obtener el convencimiento de que estuviera capacitada dicha a autoridad militar para certificar hechos de la naturaleza del que se trata, omisión grave, porque lo primero es conocer la capacidad del certificante para poder deducir de allí si está en condiciones humanas y legales de certificar los hechos asentados. La autoridad municipal de Tehuantepec, sólo transcribe, pues, una afirmación anónima. De consiguiente, el telegrama mencionado no merece fe y ni siquiera debe dársele el valor de un testimonio singular.

"II. Certificado del Presidente Municipal de Tehuantepec.

"En dicho certificado del Presidente Municipal de Tehuantepec. Se limita a decir que el ciudadano mayor jefe de la guarnición de la plaza le enseño un oficio del Presidente Municipal de Huamelula, en que este funcionario daba aviso de que un grupo de rebeldes venidos de Tlacolulita, invadieron Huamelula, depusieron a las autoridades municipales y las obligaron a obedecer las órdenes del Cuartel Insurgentes establecido en Tlacolulita. El certificado de marras tiene la fecha de 11 de marzo de 1918.

"Aceptando como verídica la versión que el día 6 de marzo de 1918, rebeldes procedentes de Tlacolulita invadieron el pueblo de Huamelula, destituyendo a las autoridades municipales, tal dicho sólo probaría que el pueblo de Huamelula fue invadido por rebeldes de Tlacolulita el día 6 de marzo de 1918. Pero en modo alguno prueba que el día de las últimas elecciones para diputados -28 de julio del año en curso-, el pueblo de Tlacolulita estuviese dominado por los rebeldes, que es precisamente lo que el protestante pretende demostrar.

"Como se ha visto, ni el telegrama, ni el certificado del Presidente Municipal de Tehuantepec, acreditan que Tlacolulita se hallaba el día de las elecciones en poder de las fuerzas convulsivas y enemigas del gobierno.

"Contra lo que pretende el protestante, certifican el coronel Calixto N. Ramírez Garrido, Jefe de la Tercera Zona de la Religión del Istmo, y el general de División Salvador Alvarado Comandante. en Jefe de la División del Sureste Ramírez Garrido afirma que Tlacolulita no se encuentra en poder del enemigo.- Examinemos el valor probatorio de esta certificación.

"El certificante, coronel Ramírez Garrido, es el Jefe de la 3a. Zona Militar de la Región del Istmo, en el que entre otros pueblos, se encuentran comprendidos Tehuantepec, Salina Cruz, Chacalapa, Tlacolulita, etc. Por consiguiente, Ramírez Garrido, en virtud de su empleo militar, sí está capacitado para dar fe de los hechos ocurridos dentro de la jurisdicción de su zona. Y cuando asegura en su certificado que el pueblo de Tlacolulita está dentro del radio de acción de las fuerzas leales, es lógico y racional darle crédito.

"El general Salvador Alvarado afirma también, aunque de modo indirecto, que Tlacolulita se encuentra dominada por las fuerzas gobiernistas. En efecto, en su telegrama de 3 de octubre, dirigido al Ministro de la Guerra, dice: no me ha sido posible averiguar desde qué fecha controlan nuestra fuerzas, Tlacolulita.

"Haciendo un resumen de todo lo que antes hemos relacionado, se deduce:

"Primero. Que el protestante no logró probar que Tlacolulita estuviese en poder de los rebeldes el 28 de julio.

"Segundo. Tlacolulita se halla dominada por las fuerzas del Gobierno desde una fecha que no ha sido posible averiguar al general en jefe del Sureste, lo cual hace pensar que tal fecha es muy lejana y anterior a las elecciones.

"Queda todavía por examinar un documento interesante; el telegrama subscripto por el Gobernador provisional del Estado de Oaxaca y jefe interino de la División 21, general Juan Jiménez Méndez. El Primer Magistrado oaxaqueño afirma rotundamente que Tlacolulita no estaba ocupada por las fuerzas del Gobierno el día de las elecciones. Aquí está el intríngulis de la cuestión: ¿Debe creerse al Gobernador de Oaxaca, cuyo atestado se encuentra en contradicción con el del coronel Ramírez Garrido, jefe director de la 3a. Zona militar, donde se alza el pueblo d Tlacolulita? ¿Debe creerse lo que dice el general Jiménez Méndez y no lo que asegura el general el jefe de la División del Sureste? Tratándose, como se trata, de un asunto militar, creemos que las autoridades militares en funciones en el territorio donde se encuentra ubicado el pueblo de Tlacolulita, son las que merecen mayor crédito, pues el Gobierno de Oaxaca no puede tener mejores informes que los que proporcionan los jefes que operan en el indicado territorio.

"Por lo expuesto, habiendo obtenido el C. Crisóforo Rivera Cabrera para diputado propietario por el 16 Distrito Electoral del Estado de Oaxaca, mayoría de sufragios sobre sus contendientes, y habiendo obtenido también mayoría de votos para diputado suplente por el mismo Distrito el C. Ismael Rueda, proponemos a la consideración de la honorable Asamblea los siguientes puntos de acuerdo:

"Primero. Son válidas las elecciones verificadas en el 16 Distrito Electoral de Oaxaca el 28 de julio último, para diputados al Congreso General.

"Segundo. Son diputados, propietario y suplente, por el mismo Distrito, los CC. Crisóforo Rivera Cabrera e Ismael Rueda.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 11 de octubre de 1918.- José Castillo Torre.- C. Galindo."

Está a discusión.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Soto Peimbert. (Siseos.)

El C. Soto Peimbert: Honorable Asamblea: En el dictamen de la Comisión se asienta el hecho de que debe aceptarse como buena la votación de Tlacolulita; este el punto que toca dilucidar a la Asamblea, porque juzgo yo que, aun cuando, como hacer notar la Comisión, no puede demostrarse si Tlacolulita estaba en poder de las autoridades o estaba substraída a ellas, en cambio en el

expediente, entre las pruebas documentales que trae, se encuentra que las boletas de ese lugar no tienen firma ni sello. De manera que el punto a discusión es éste: ¿boletas que aparecen en un expediente sin firma y sin sello, son buenas o son malas? Ese es el dilema. Con el objeto de no bordar en falso, yo ruego muy atentamente a la Comisión se sirva traer a esta barra las boletas de votación de Tlacolulita.

El C. Rivera Cabrera: Una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rivera Cabrera.

El C. Rivera Cabrera: Para ahorrarnos tiempo, acepto el cargo del señor, de que las boletas están sin sello, por consiguiente, puede argumentar sobre esa base.

El C. Soto Peimbert: Yo estimo la sinceridad de las palabras del señor Rivera Cabrera, pero creo que quedará mejor convencida la Asamblea mirando con sus propios ojos que las boletas efectivamente no tienen ni el sello ni la firma, que por el simple dicho del señor Rivera Cabrera y mío y, en tal virtud, insisto en mi petición, de que la Comisión se sirva proporcionarme esas boletas.

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra para una moción de orden. La Asamblea no puede tener mayor interés que yo, por cuanto toca a esas boletas; si yo acepto el cargo y si el señor y yo estamos en contraposición, rogaría a la honorable Asamblea se sirviera acordar si vienen o no esas boletas.

El C. Soto Peimbert: Yo me permito indicar a la Asamblea que, por esta vez, no creo que el señor Rivera Cabrera esté en lo justo. No es una moción de orden la que él ha hecho, no está alterado el orden; tengo derecho para pedir que se me ministren los documentos que creo pertinentes para atacar el dictamen, y no estoy dispuesto a renunciar a ese derecho. En tanto llegan las boletas, yo voy a permitirme algunos conceptos que trae esta hojita. Dice que: "no os dejéis arrastrar por las insanas palabras de los CC. Céspedes, Soto Peimbert y Olivé, hijas del odio que me profesan y de vituperables sentimientos."

Yo me permito indicar muy atentamente a ustedes que no abrigo ningún sentimiento de odio para el C. Rivera Cabrera, ciertamente no somos amigos personales, pero tampoco somos enemigos. Disiento en mi parecer de algunos de los puntos del dictamen, eso es todo. ahora la recomendación que él os hace de que no es dejéis llevar por las palabras insanas mías, yo la hago también mía. Si acaso pronuncio ante ustedes palabras que envuelvan sentimientos insanos, yo os ruego que las rechacéis; en este punto estamos perfectamente de acuerdo. En cuento que yo obro con sentimientos vituperables, vosotros mismos juzgaréis, y yo trato únicamente de que deslindemos este punto: ¿boletas que no tienen sello ni firma, son buenas o son malas? Si el sentimiento que me anima es vituperable, se así lo juzgáis, no me opongo a ello; pero quiero que los cargos que se nos hagan tengan justificación. Yo, por otra parte, me explico perfectamente que el C. Rivera Cabrera haga esta aseveración, dado que , quizá, resulte perjudicado por el voto de la Asamblea al acordar el punto que someto a la consideración de ustedes; pero en manera alguna lo disculpo de que proceda así, lo explico, no lo disculpo...

(Transcurren unos momentos en espera de las boletas.)

El C. Aviléz: ¡A votar! (Risas.)

El C. Soto Peimbert: No soy culpable, C. Avilés, de la tardanza que motiva mi espera.

El C. Galindo Carlos, de la Comisión: Pido la palabra.

El C. Presidente: tiene usted la palabra.

El C. Galindo: El C. Castillo torre, miembro de la Comisión que subscribe este dictamen, no se encuentra en este momento, y me informa el empleado que trabajo con ese grupo, que él tiene el paquete a que se refiere el señor Soto Peimbert; pero debo manifestar que son ciento noventa boletas, que efectivamente, están en las condiciones que dice allí el dictamen, sin sello ni firma del Presidente Municipal. Una vez que el señor Soto Peimbert termine de referirse a este asunto, pasaré a dar algunas explicaciones.

El C. Presidente: La Presidencia se permite informar a la Comisión, que el ciudadano Oficial Mayor acaba de informarle que ya está en su poder el paquete; en consecuencia, se va a dar cuenta con ese paquete.

El C. Soto Peimbert: Señores diputados: Como la justicia con que se proceda en esta credencial está vinculada muy íntimamente con el fallo que vosotros déis sobre este punto, yo me permito rogaros muy atentamente me prestéis vuestra atención unos cuantos minutos, pues no quiero cansar vuestra atención y me propongo ser extraordinariamente breve.

Ustedes tienen aquí las boletas, no tienen sello ni firma, no tienen huellas de haber sido dobladas, me voy a permitir entresacar del paquete indiferentemente algunas boletas para que miréis en el estado en que están y juzguéis con perfecto conocimiento de causa. (Muestra algunas boletas. Voces: ¡Tienen dobleces! tienen dobleces!) Creo innecesario cansar la atención de ustedes. . . . (Murmullos. Voces en las galerías. Campanilla.)

El C. presidente: Viendo que algunos ciudadanos que concurren a las galerías confunden la libertad con el libertinaje, la Presidencia se va a permitir ordenar que abandone el salón un individuo de quien acaba de ver una manifestación impropia de esta. Representación Nacional.

El C. Soto Peimbert: Ahora bien, señores, yo no pretendo que vuestro fallo venga en el mismo sentido que mi manera especial de juzgar del caso, pero sí me creo en la obligación de hacer algunas consideraciones acerca de este hecho, trayendo a colación los antecedentes que hay sobre el caso y poniendo a vuestra consideración las explicaciones pertinentes.

Cuando la Comisión de la cual formo parte hubo de juzgar de las elecciones en el 6o. Distrito Electoral del Estado de Chihuahua, la Comisión y los candidatos interesados en el asunto convinieron en que todas aquellas boletas que no tuvieran sello ni firma, quiero decir con ello autorización legal ninguna, debieran nulificarse. Posteriormente, cuando se nombro una Comisión de tres abogados, integrada por los CC. Parra, Fierro y Rodríguez de la Fuente, llegaron a la misma conclusión, es decir, que las boletas que no tuvieran sello ni firma deberían

nulificarse. Este es un precedente sancionado por el voto de la Asamblea, dado que habiéndose comprobado el hecho de que las boletas tenían sello, entonces se convino en computar los votos sólo por ese hecho. Por lo demás, cabe aquí decir que cuando en una boleta aparece la firma del votante, esa boleta se nulifica y, sin embargo, yo creo que en ninguna otra queda tan patente la expresión de la voluntad del votante como en aquella boleta en que al emitir el voto ha estampado también su firma y, sin embargo, el rigor de la ley es tal, que expresamente declara que la boleta debe nulificarse. También asienta la Ley electoral que cuando las boletas no llegan a tiempo a las casillas electorales, la votación puede hacerse en simples papeles autorizados por la firma del Presidente y del Secretario de la Mesa de la casilla respectiva; se ve entonces que la ley en todos los casos que considera, establece como requisito para la emisión del voto que la boleta en que se haga, vaya legalizada en cada caso con la firma o con el sello de la Presidencia Municipal del lugar, o bien con las firmas del Presidente y Secretario de la casilla. Este parangón que establezco entre las boletas firmadas que se nulifican y las boletas que no tienen legalización ninguna, me induce a pensar que la mente de la ley fue la que se tuviera un recuento exacto de las boletas emitidas. Ahora bien, otro de los artículo de la Ley Electoral establece el derecho que tienen los candidatos contrarios para que se les extienda una constancia certificada del número de boletas que se sellaron en la Presidencia Municipal, ¿Qué persigue la ley dando ese derecho a los candidatos contrarios? Sencillamente el que de aparecer un número de boletas distinto del que fue sellado, se pueda abrir una averiguación o establecer presunciones legales para ver ese mayor número de dónde vino. En consecuencia, cuando no se llenan estos requisitos legales, cabe presumir perfectamente que esas boletas deben de nulificarse. Existen los siguientes antecedentes en el caso. Primero: sólo en la votación de Tlacolulita se observa la irregularidad que acabáis de comprobar. En todo el resto del Distrito Electoral las boletas aparecen selladas. ¿Cómo se explica esta circunstancia? No me meteré yo a averiguarlo. Me basta señalar el hecho para que vosotros lo peséis al formular vuestro voto.

Por otra parte, si se tomara, si se diera lectura a la parte relativa del acta de la Junta Computadora, se vería que los paquetes electorales no fueron entregados a la Junta Computadora por los Presidentes de las casillas, sino que fue un individuo el que los llevó todos. El estado en que hayan llegado esos paquetes electorales lo ignoro, porque no he visto la parte conducente, y yo me permito muy atentamente rogar a la Comisión me informe si los paquetes llegaron cerrados o abiertos; si se notaba en ellos -en caso de haber llegado cerrados -, que los paquetes que los sellaban tuvieran todavía fresca la pegadura, y si siendo cinco los paquetes se notaba que fueran escritos por una misma mano o por personas distintas.

El C. Galindo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Galindo: Los documentos que recibió aquí la Comisión todos venían sellados. La Comisión ignora si a la Junta Computadora llegaron en el mismo estado, aun cuando en el acta respectiva se dice que se recibieron todos los paquetes de acuerdo con la ley; pero allí mismo en esa acta se hace constar la forma en que fueron entregados, y si el C. Soto Peimbert desea, se le dará lectura.

El C. Soto Peimbert: Si me hace favor, desearía escuchar esa lectura. He solicitado de la Presidencia y ella ha consentido, que se dé lectura al acta de la Junta Computadora en lo que respecta a Tlacolulita nada más.

- El C. Prosecretario Bolio, leyendo:

"Municipio de Tlacolulita: Unica Sección: expediente cerrado, contiene los documentos exigidos por los artículo 63 y 71, con la excepción impuesta por la fracción (m) del artículo 3o. transitorio, siendo las boletas sin sello y sin firmas del Presidente Municipal."

El C. Soto Peimbert: Celebro infinito el haber pedido la lectura de este documento, porque ello destruye una de las primeras aseveraciones de que tuve noticia; efectivamente, los paquetes llegaron en regla; como yo no tengo interés en perjudicar a nadie, sino en que se aclare la verdad, celebro también el haber salido de esta primera idea que abrigo y de que los documentos en cartera me prueben lo contrario. Como no está en mi ánimo el fatigar la atención de ustedes en disquisiciones inútiles y me parece que es suficiente la exposición de los hechos y la presentación de las pruebas, queda a vuestro criterio el dilucidar el caso, aprobándolo o reprobándolo; sí quiero, antes de descender de esta tribuna, hacer hincapié de nueva cuenta en el hecho aseverado por el C. Rivera Cabrera: yo no abrigo ningún sentimiento de odio para él y me alegraré infinito de que alguno de los oradores del pro me convenza o convenza a la Asamblea - que yo sé respetar los fallos de la Asamblea -, que estoy equivocado, pues en tal caso, tendré que agradecer a ellos que hayan rectificado un error que de apreciación mía.

El C. Presidente: tiene la palabra, el pro, el C. Galindo.

El C. Galindo Carlos: Señores diputados: La Comisión ha producido un dictamen demasiado minucioso y, precisamente refiriéndose al caso particular de Tlacolulita, que fue en lo único en que encontró que las objeciones procedían, la Comisión celosa, como siempre, de producir los dictámenes con la mayor claridad posible, pidió informes a la Secretaría de Guerra y Marina, con objeto de saber si efectivamente Tlacolulita estaba o no substraída a la acción del Gobierno; la Secretaría de Guerra y Marina no tuvo a bien contestar la nota que la Comisión le girara. Posteriormente se dirigió nota al ciudadano Presidente de la República quien, como se sabe, es el director de la campaña actualmente. El ciudadano Presidente de la República transcribió un telegrama del ciudadano Gobernador del Estado de Oaxaca, donde únicamente se dice que la plaza no estaba ocupada por fuerzas federales. La Comisión, igualmente, dirigió nota a la Secretaría de Gobernación a efecto de que, si en esa Secretaria se tenían algunos informes, se le ministraran. Le fueron ministrados en idénticas circunstancias. Posteriormente se le presentaron a la Comisión algunas notas: una del jefe de la zona de aquel rumbo, coronel Garrido, donde, aunque no con toda claridad, se dice que sí está controlada

Tlacolulita, que las fuerzas federales llegan con frecuencia a ese rumbo; que no ha estado en poder de los rebeldes. Ante la imposibilidad de tener todos los datos precisos, sin embargo del empeño de la Comisión para obtenerlos, y encontrando que en la Ley Electoral, efectivamente, no existe un artículo refririéndose al caso concreto de que las boletas estén o no selladas o firmadas por el Presidente Municipal, deben computarse, sino que únicamente vienen la penas para aquellos funcionarios o empleados que no cumplan con dicha ley, la Comisión, ante esa duda, ha tenido que venir a producir el dictamen escuchado. De manera que no tiene que hacer mayores consideraciones, supuesto que al solo caso de Tlacolulita se ha referido el C. Soto Peimbert. La Comisión cumple con su deber dando estos informes, y la honorable Asamblea será quien venga a resolver el punto. (Aplausos en las galerías.)

El C. Rocha José Federico: Para una interpelación a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una interpelación.

El C. Rocha: ¿Tiene usted la bondad de decirme, señor Galindo, qué motivos tiene la Comisión para considerar buenos los 185 votos que por Tlacolulita se agregan al C. Rivera Cabrera y qué documento hay que justifiquen el proceder de la Comisión?

El C. Galindo: Como dije hace un momento, la Ley Electoral no se refiere al caso concreto que aquí se nos ha presentado; se refiere únicamente a las irregularidades que por otro concepto se observaren. La Comisión, ante la imposibilidad de obtener datos precisos sobre si las boletas fueron o no entregadas a la Presidencia Municipal y si aquel Presidente Municipal no cumplió con lo que le ordena la ley y fue una distracción del empleado; o las boletas se trataron de presentar sin la justificación necesaria, como válida. Ademas, la documentación que está aquí en el paquete relativo, es completa, sin embargo de que se nota que el mismo 28 de julio fue instalado el Consejo Municipal dispuesto por la ley. El padrón igualmente existe, y tiene registrados 193 individuos, advirtiendo que los 193 individuos aparecen votando.

El C. Rivera Cabrera: Sólo para hechos, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Rocha.

El C. Rocha: Honorable Asamblea: El C. Rivera Cabrera ha traído un documento que lo acredita como presunto diputado por el 16 Distrito de Oaxaca; la Comisión, después de estudiar el expediente, formuló conclusiones favorables a los intereses políticos del C. Rivera Cabrera, y corresponde a los del contra venir a probar que esa credencial no es buena. Yo vengo a hablar en contra de ella, porque tengo la convicción íntima de que dista mucho de ser la traducción de la voluntad popular y si me explico que la haya podido traer el C. Rivera Cabrera, es porque él tiene, y yo le reconozco, grandes habilidades para presentar con apariencias de legalidad cualquier chanchullo, por grosero que sea; pero la ha traído y, como digo, o nosotros nos corresponde probar que es ilegítima, que la obtuvo fraguando farsas electorales, que le dieron una pretendida mayoría de votos que le han reprochado mucho y que estoy seguro que el principal reproche que ha tenido y que no se aparte de él, es el de su propia conciencia. (Voces: ¡Más recio! ¡Pruebas!) Yo reconozco la dureza de mis apreciaciones, reconozco la crueldad de mis conceptos, pero no puede ser de otra suerte, porque ellos son la expresión de la verdad de los hechos, la expresión de la verdad a la cual se llega después de un razonamiento frío, y una vez que se han estudiado todos y cada uno de los documentos que integran el expediente electoral, y a través del cual se ve desde luego, con claridad meridiana, que el fenómeno espontáneo que conocemos por popularidad, no es el que más goza en Tehuantepec el señor Rivera Cabrera. Y aquí cabe hablar de un detalle importante que tuvo lugar durante la jira electoral del señor Rivera Cabrera: tuvo el cuidado de anunciar su arribo a la población de Salina Cruz, y allí todos los elementos que gustan de tomar participación en las luchas electorales se congregaron; hubo efervescencia. La noticia de la llegada del señor Rivera Cabrera, efectivamente, dio lugar a que hubiera movimiento en la población, y en todas las calles se reunieron varios ciudadanos; cuando llegó el señor Rivera Cabrera, no podía ser para él más halagador el espectáculo, pues había verdadera afluencia de gente en todas las arterias de Salina Cruz. Pero así como fue grande su entusiasmo, yo me imagino que su decepción fue igualmente grande cuando se convenció de que se reunieron, no precisamente para vitorearlo y para hacer propaganda en su favor, sino precisamente para gritar en presencia de él vivas a su contrincante.

El C. Arlanzón, interrumpiendo: ¿Vivas a quién? (Murmullos.) ¿Quién era?

El C. Rocha, continuando: Pero hay más. Cuando los hijos de Tehuantepec dieron su voto por el contrincante del C. Rivera Cabrera, abrigaron en lo íntimo de su corazón una halagadora esperanza para todos los pueblos que gimen aún bajo el peso de todas las desdichas que se ciernen sobre muchos lugares del país. Y ahora, después de tres meses, todavía llegan aquí, agrupándose en torno de la personalidad de Rivera Cabrera, como densas nubes que presagian una tempestad, las maldiciones de aquellos pueblos, que protestan contra Rivera Cabrera, que tanto empeño ha puesto en ver brutalmente escarnecida la voluntad popular.

Pero entrando a la cuestión legal y ya que el único punto de discusión rodea a las elecciones que dicen se verificaron en Tlacolulita, yo voy a pedir que se dé lectura a unos documentos para que, por medio de ellos, pueda ver la Asamblea que no ha tenido razón la Comisión. A mí me extraña sobremanera cómo la Comisión pudo dictar un fallo favorable al C. Rivera Cabrera, torciendo verdaderamente los conceptos de los documentos que hay para rebatirlo; la Comisión se ha confiado enteramente al informe del señor coronel jefe ce la 3a. Zona, que responde al apellido de Ramírez Garrido; este señor no afirma que Tlacolulita haya estado controlado el día de la elecciones; hay, en cambio, un informe que debe hacer fe, al que debe tenerle toda confianza la Asamblea, porque procede del Gobernador y Comandante militar de aquel Estado, y éste sí dice franca y resueltamente que

no estaba controlado Tlacolulita. El mismo C. Ramírez Garrido no dice terminantemente que sí haya estado, él dice que por informes que le rinden de determinado lugar, sabe que sí estaba en poder de las autoridades; para que la Asamblea se dé mejor cuenta, yo voy a pedir a la Secretaría se sirva dar lectura a este documento.

El C. Secretario Soto: Un sello que dice:

"Ejército Nacional.- 91 Batallón de Infantería.- Estados Unidos Mexicanos.- Comandancia.- Número 730.

"Por el presente hago constar que, según informe que me rinde el jefe de la guarnición de Tequisistlán, el pueblo de Tlacolulita, Estado de Oaxaca, aunque no tiene guarnición, tampoco se encuentra en poder del enemigo, pues continuamente llegan nuestras exploraciones hasta dicho punto, por lo que puede decirse que está controlado por las fuerzas leales.

"Y para los usos que convengan, extiendo el presente.

"Constitución y Reformas.- San Gerónimo Ixtepec, Oax., agosto 14 de 1918.- El coronel jefe de la 3a. Zona, C. Ramírez Garrido."

"A quien corresponda."

El C. Rocha: Los puntos verdaderamente importantes que están al lado de la elección que se dice hubo en Tlacolulita, son los siguientes: si Tlacolulita estaba o no controlado por el Gobierno y, por tanto, si pudo haber elecciones, y el otro, que las boletas no vienen ni selladas ni firmadas por el Presidente Municipal; respecto a esto último, no cabe hacer ninguna consideración, supuesto que aquí están las boletas que carecen de este requisito que de manera terminante establece la ley; en cuanto a que Tlacolulita haya estado o no en poder de las fuerzas, pues los mismos documentos a que hace referencia la Comisión vienen a decir que la Comisión no ha tenido razón al proceder en la forma en que lo ha hecho. Contra este documento presenta uno el C. Rivera Cabrera, que no sé cómo se llamará este documento, pero que procede del Juzgado de Distrito de la ciudad de México, y aquí se concreta a transcribir un telegrama del general Salvador Alvarado, que dice: "No sé, no he podido averiguar, desde cuándo Tlacolulita está en poder de nuestras fuerzas." ¿Y quién nos asegura a nosotros que Tlacolulita haya sido recuperado con posterioridad a las elecciones? Hay, además, un telegrama que transcriben a la Comisión respectiva el señor Presidente de la República y el señor Secretario de Gobernación. Este telegrama, como dije a ustedes antes, procede del Gobernador y Comandante Militar de aquel Estado, y éste sí dice enfáticamente: "No estaba Tlacolulita controlado el día de las elecciones."

El C. Rivera Cabrera, interrumpiendo: No sea usted falso, no dice así. "No estaba ocupado." (Campanilla.)

El C. Presidente: Por respeto a la Asamblea se suplica al C. Rivera Cabrera, tenga la bondad de retirar la palabra que dirigió al C. Rocha.

El C. Rivera Cabrera: No oí la indicación de la Presidencia.

El C. Presidente: Muy atentamente la Presidencia suplica al C. Rivera Cabrera que, por respeto a esta honorable Asamblea, tenga la bondad de retirar la palabra que acaba de dirigir al C. Rocha.

El C. Rivera Cabrera: Con todo gusto.

El C. Rocha: Muchas gracias. Y, efectivamente, tiene razón el C. Rivera Cabrera; yo fui demasiado ligero al pronunciar una palabra por otra, pero es el mismo resultado. Yo creo que estos documentos prueban plenamente que Tlacolulita no estaba controlado el día de la elecciones. Agregada a esta circunstancia, hay la de las boletas que no vienen selladas por el Ayuntamiento ni firmadas por el Presidente Municipal, como lo establece la ley. Estas circunstancias unidas hacen presumir que no hubo elecciones, sino que las hizo el interesado, el C. Rivera Cabrera. Además, como ya lo dijo el C. Soto Peimbert, la Asamblea ya sabe en qué condiciones llegaron los paquetes electorales a la Junta Computadora.

Deseo, pues, suplicar a la Asamblea, que tome en consideración lo que he podido exponer, antes de dar su voto, y pienso que, dadas las circunstancias en que se verificaron las elecciones, que dicen que se verificaron las elecciones, no puede tomarse en cuenta esta elección. No deben sumarse a los votos obtenidos por el C. Rivera Cabrera los 185 de Tlacolulita, y como no sumándose tendría minoría al candidato que le sucede, yo pido a la Asamblea que dé su voto reprobatorio y que declare que es diputado propietario el que sigue en votos al C. Rivera Cabrera. (Aplausos. Siseos en las galerías. Voces: ¡A votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro, el C. Bolio. (Aplausos.)

El C. Bolio: Ciudadanos diputados y presuntos diputados: Abriendo un paréntesis a mi actuación monótona y mecánica de la Prosecretaría de esta honorable Cámara, vengo en esta ocasión a abordar la tribuna para hablar en pro del dictamen emitido por la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, 5o. grupo, y que concede el triunfo en las elecciones verificadas el 28 de julio del presente año a favor del C. Crisóforo Rivera Cabrera y de su suplente respectivo. Me anima a venir hablar en pro de dicho dictamen, en primer lugar, la razón y la justicia que le asisten al C. Crisóforo Rivera Cabrera, y en segundo lugar, las vivas simpatías que por él experimento, simpatías que siempre he externado y he hecho extensivas a todos los elementos de la minoría , que día a día y hora por hora, han venido a esta tribuna a traer la buena nueva para la cristalización de los principios revolucionarios. (Aplausos. Siseos.) Sí, señores. Y vengo a esta tribuna, no como quizás pudiera presumirse el diputado Castillo Garrido, a abrir los labios en flor de épica poesía, o a venir aquí como Chilón Chilónides, trayendo a cuestas un canasto de falsedades, ni vengo aquí también a hacer el papel de la mezzo- soprano, creada en la "Locópolis" de Zoiza O'Reyly, que a la postre resulta un enorme pájaro fantástico con pelos... (Aplausos.)

Vengo a hablar en pro del dictamen cuyos impugnadores sólo han girado o mariposeado en torno de la única casilla instalada en el pueblito de Tlacolulita, del Estado de Oaxaca. Los impugnadores asientan que en dicha casilla se cometieron infracciones por el Presidente Municipal de dicho pueblo y por el Presidente de casilla respectiva. Las infracciones que aquí se imputan consisten simple y

únicamente en que el Presidente Municipal no selló las boletas, como lo exige el artículo 34 de la Ley Electoral, y tampoco el Presidente de la casilla cumplió con lo prevenido en el artículo 3o. transitorio de la misma ley, que le exige la obligación de recibir las boletas precisamente selladas y legalizadas por la Presidencia Municipal. (Murmullos.) En el caso de que se trata, tanto el Presidente Municipal del pueblo de Tlacolulita, como el Presidente de la casilla electoral de dicho pueblo, han cometido dichas infracciones, pero la ley, en su artículo referido, sólo impone al Presidente Municipal la pena de treinta a trescientos pesos de multa, pero nunca, por ningún concepto, atribuye como de nulidad las infracciones conocidas. En cuanto a la infracción cometida por el Presidente de la casilla electoral, ni la propia ley, en su artículo transitorio, ni el Código Penal de la Federación, ni ninguna otra ley, prescribe pena para eso, ni mucho menos para nulidad de elección.

En tal virtud, en vista de este argumento y en vista de que los impugnadores no han traído aquí argumentos que pudieran ser Aquiles para comprobar la nulidad de dicha elección, pido a esta honorable Asamblea que vote en favor del dictamen emitido por la Comisión respectiva, que honrada y legalmente ha dado el triunfo al C. Rivera Cabrera. En caso de ser reprobatorio por la mayoría, ésta será la ocasión propicia que yo confiese ingenua y sinceramente que estaré, estoy y estaré siempre al lado de la minoría, formada por hombres de convicciones firmes, cuyos nombres pasarán a la posteridad, (Aplausos en las galerías.) entre un vuelo de loas y el compás de dianas. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Céspedes. (Aplausos en las derechas. Voces en las galerías: ¡Huy! Siseos. Campanilla.)

El C. Céspedes: Señores jurados: De la forma como me produzca en esta tribuna con ocasión del dictamen que está a vuestra consideración, juzgaréis de las hablillas o de los juicios estampados en una hoja volante que ya conocéis.

El sufragio por su origen y por su fin es de carácter netamente colectivo, y en interés de la sociedad, claro está no se ejercita sino como función pública con arreglo al orden social y al orden político. Y aquí la necesidad que hay de que las leyes de la materia determinen con claridad y no opongan obstáculo ninguno al principio generatriz de este derecho soberano y a la soberanía fundamental que el pueblo tiene, que al pueblo debe reconocérsele con ocasión de esta función cívica. Así pues, toda limitación que al derecho de sufragio se haga en cualquiera colectividad, en cualquiera rincón del país, es injusta, como sería injusta toda limitación opuesta al contrato libre de trabajo o a la libertad para contratar simplemente. En el Distrito de Oaxaca que discutimos en esta ocasión, señores compañeros, se cometió la burla más sangrienta en contra del derecho soberano del pueblo, el derecho de sufragio, (Siseos.) y voy a demostrar a ustedes, paso por paso, mi afirmación. Hasta ahora los ciudadanos oradores del contra han pasado sobre ascuas por determinadas pruebas que es necesario aducir aquí con objeto de que el convencimiento en las conciencias sea firme respecto al hecho que yo vengo a acusar. Recordaréis, señores compañeros, que de este dictamen, que de esta credencial que ya se había dictaminado, la Cámara resolvió que el que habla se inhibiera de conocer en ella; resolución, en mi concepto, injusta, porque ya había dictamen sobre el particular, ya el dictamen estaba firmado. Sin embargo, la Asamblea, soberana en sus mandatos, resolvió que yo me inhibiera de conocer y jamás volví a tocar el dictamen en cuestión; pero ya lo había dictaminado, ya lo había conocido, y, por consiguiente, me encuentro en aptitud bastante para informar, para atacar hasta el punto más escondido de este expediente. La votación de Tlacolulita es perfectamente nula; no debe computarse la votación de Tlacolulita. (Murmullos.) Pido a la Secretaría tenga la bondad, si para ello no tiene inconveniente, de darle lectura a esta acta que viene agregada al expediente de Tlacolulita.

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"En el pueblo de Tlacolulita a los veintiocho días del mes de julio de mil novecientos diez y ocho, siendo las nueve de la mañana, se abrió la sesión de este H. Ayuntamiento, bajo la Presidencia del C. Mateo Bruno, Presidente Municipal de este pueblo y siendo el objeto de esta sesión constituir el Consejo Municipal determinara para la fracción (b) del artículo 3o. transitorio de la Ley para elección de Poderes Federales, se procedió a la elección de los tres ciudadanos: 1o., Sóstenes Martínez; 2o., Benigno Vega; 3o., Gregorio Zárate que, como miembros propietarios, deben integrar dicho Consejo Municipal, apegándose a las prescripciones relativas expresadas en la propia fracción (b) del artículo 3o. transitorio de la citada Ley para elección de Diputados y Senadores. Habiéndose puesto en la respectiva ánfora y en cédula los nombres de los ciudadanos de la Municipalidad que saben leer y escribir, con excepción de los empleados y Comisionados de la Municipalidad, del Ejecutivo Federal y del Ejecutivo local. Extraídas las tres primeras cédulas, éstas correspondieron por su orden a los ciudadanos que siguen: José Reyes, Juan Estrada, Cristóbal Sosa, Policarpio Guadalupe, Juan Reyes e Ismael Pacheco. Porque el Consejo Municipal de este pueblo quedó formado como sigue: CC. Sóstenes Martínez, Benigno Vega, Gregorio Zárate y Juan Zenón.- Secretario.- Rúbricas.- Concluído el acto anterior, se levantó la presente acta, acordándose, además, se comunique a los electos designación, haciéndose constar que para la celebración del acta, se citó oportunamente a los representantes de los partidos políticos y candidatos independientes registrados.

"Constitución y Reformas.- Tlacolulita, julio 28 de 1918.- E. P. M., Mateo Bruno.- Juan Zenón, Secretario."

El C. Céspedes: Por el texto de esta acta levantada el 28 de julio, día de la elección, como acaba de leer el señor Secretario de la Cámara, se viene en conocimiento de que el día preciso de la elección a las nueve de la mañana, se hacía la instalación del Consejo Municipal. El Consejo Municipal, ciudadanos compañeros, por la ley está llamado a desempeñar funciones previas, preparatorias de toda elección y si por esta acta se viene en conocimiento de que ese Consejo Municipal se instalaba el 28 de julio, día de la elección, a las nueve de la mañana, ya podréis juzgar vosotros que

este Consejo Municipal sólo fue una farsa perfectamente preparada con objeto de darle visos de buena a esa elección de Tlacolulita. Se dice al fina del acta, que se citó oportunamente a los representantes de los partidos políticos y candidatos independientes registrados; el acta, por lo que se ve, no tiene ni siquiera una letra que indique el nombre de alguno de los representantes. Por lo demás, esto lo hubiera dado tampoco validez legal a esta función, a este acto, desempeñado ahí, diz que en la Presidencia Municipal. Demostrado esto, pueden ustedes comprender que en Tlacolulita no hubo acto ninguno preparatorio de una buena elección, que no hubo un empadronamiento, un reparto de credenciales a electores, etc., etc., todos los trabajos preliminares para toda buena elección, y que lo que se hizo ese día de la elección, fue llenar todos los trámites que la ley exige, a efecto de hacerla aparentar como buena y legal. El padrón de esa casilla, ciudadanos compañeros, como ustedes podrán ver muy bien, no tiene tampoco el sello del Ayuntamiento, pero ni siquiera la firma del empadronador, porque el que lo firma es el ciudadano instalador: (Siseos.) aquí está, el ciudadano instalador de la Mesa, que en nada tenía que ver con la función de listar ciudadanos, sino con la función de instalar, como su nombre lo dice, instalar la Mesa en donde se iba a sufragar. Por lo que toca a las boletas, ya el C. Soto Peimbert, con bastante tino y claridad, (Voces en las galerías: ¡Aah!) ha demostrado a ustedes que ellas no ofrecen el sello ni la firma del Presidente Municipal, ni una u otra cosa; que todas aparecen también cruzadas con el mismo lápiz, en la misma forma, etc. Esto es por lo que toca a los vicios de ilegalidad que ofrece en su documentación la casilla de Tlacolulita. Pero, por otra parte, y para confirmar mi tesis respecto a que allí sangrientamente se burló el derecho de sufragio, (Murmullos.) sangrientamente se abofeteó al pueblo de aquel Distrito, voy a examinar la documentación que ofrece la parte principal del expediente, con objeto de justificar a la H. Asamblea que ese pueblo no estuvo, no está controlado por las fuerzas del Gobierno y que, por consiguiente, no pude tampoco efectuarse ninguna elección legal.

El C. Altamirano, interrumpiendo: Señor Presidente, reclamo el quorum (Voces: ¡Sí hay! Murmullos.)

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta al C. Altamirano que, habiéndose dado cuenta de que podría no haber quorum, ordenó que se tocara el timbre, porque observó que habían salido a los pasillos algunos ciudadanos diputados. Si después de algún rato se observa la misma falta, inmediatamente se procederá a pasar lista.

El C. Céspedes, continuando: Ruego al ciudadano Secretario se digne dar lectura a estos documentos.

El C. Secretario Soto: leyendo:

Al margen un timbre de cincuenta centavos debidamente cancelado.

Al centro: "El C. mayor Antonio Ruiz, jefe de Armas, en esta ciudad, hace constar.

"Que en el archivo de esta oficina a mi cargo existe un documento que literalmente dice: "Hago referencia ciudadano jefe por los revolucionarios entrando a esta población ayer a las cinco de la tarde, la residencia, vinieron de Tlacolulita, Distrito de San Carlos Yautepec, estuvieron toda la noche, me pidieron víveres de comestibles par la manutención de su fuerza el siguiente día, a las once de la mañana, procedió como corresponde, cambió de autoridad, fundándose en las pasadas elecciones, que fue el primer domingo de diciembre de 1917, en cuyo procedimiento el pueblo no quiso infringir del decreto número 300, de fecha 10 de noviembre del año pasado, expedido por el Superior Gobierno del Estado, pero éste no dio por entendido; antes al contrario, se opuso abiertamente contra la población y contra las autoridades de este pueblo, entregando el cargo al C. Jacinto Cartas, como Presidente Municipal, con entera Corporación, lo destituyó el cargo de mi empleo, impidiendo los pasos que ya no reconocemos al Distrito de Tehuantepec, obligándonos a la fuerza que reconozcamos como Distrito el pueblo de Tlacolulita; que como no tenemos ninguna clase de elementos para nuestra defensa, con este motivo valiéndose del impulso de estos revolucionarios, por no tener nada a este pueblo, sin embargo, la autoridad y los habitantes de esta población pedimos amparo ante usted para que se sirva librar sus órdenes de mandar una escolta especial para guarnecer de esta población, cuya resolución espero para conocimiento de esta autoridad.- Constitución y Reformas.- Huamelula, marzo 6 de 1918.- Por el Presidente Municipal.- Juan E. Avendaño.- Secretario.- Al margen un sello que dice: Municipalidad de Huamelula.- Distrito de Tehuantepec.- Al ciudadano jefe de la guarnición de Tehuantepec."

"Es copia de su original que certifica, haciendo constar que en la misma situación se encuentra el pueblo de Tlacolulita en la actualidad, es decir, que se encuentra en la zona rebelde.

"Constitución y Reformas.- Tehuantepec, agosto 10 de 1918.- El mayor de la guarnición, Antonio Ruiz."

El C. García de Alba: Señor Presidente, para moción de orden. No hay quorum. Suplico atentamente se pase lista.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Ayuntamiento Constitucional de Tehuantepec.- Estados Unidos Mexicanos.- Número 898.

"Tengo el honor de contestar el atento, telegrama de usted, fechado el 28 de agosto anterior y recibido hoy, manifestándole que para poder rendir a esa honorable Comisión el informe que me pide, me dirigí al jefe de la guarnición de esta plaza solicitando datos de dicho cuartel, y el referido jefe militar me dice, en contestación, lo siguiente: "Contesto la atenta nota de usted, número 897, de hoy, manifestándole que el pueblo de Tlacolulita está comprendido en la zona rebelde, pues las fuerzas del Gobierno sólo llegan hasta Tequisistlán, ignorándose si haya autoridades en dicho pueblo. En Tequisistlán hay una guarnición federal, pero en dicho pueblo constantemente están molestando los rebeldes, atacando algunas veces a la guarnición de Jalapa. Por informes que ha dado el Presidente de Huamelula, se sabe que en Tlacolulita está el cuartel general de los rebeldes que encabeza Jarquín, desde hace mucho tiempo."- Lo que me permito transcribir a usted para conocimiento de esa Comisión, agregando de mi parte, que desde que ocupo

La Presidencia Municipal de esta ciudad, hace diez y seis meses, no he tenido ninguna correspondencia de aquel pueblo, por estar substraído a la acción del Gobierno, pues las cordilleras solamente llegan hasta Tequistlán y con muchas dificultades para la inseguridad que hay en los caminos, por lo que no es posible informarle si ha habido o no Ayuntamiento, no así el pueblo de Tequistlán, que está más cerca de esta cabecera, sobre el camino que conduce a Tlacolulita, el que, según el oficio inserto, está controlado por las fuerzas del Gobierno.

"Protesto a usted mis respetos y consideración.

"Constitución y Reformas.- Tehuantepec, Oax., septiembre 11 de 1918.- El Presidente Municipal, Gabino Cadena.

"Al C. diputado E. L. Céspedes, Presidente del 5o. Grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales.- Cámara de Diputados.- México, D. F."

El C. Presidente: La Presidencia esperaba que vinieran algunos ciudadanos diputados; pero, en vista de su moción, se va a proceder a pasar lista. (Murmullos, Campanilla.) Si la Presidencia, en este caso, ha esperado que vinieran algunos ciudadanos diputados que estaban en los pasillos, es con este objeto: que los asuntos ya no queden truncos, porque es verdaderamente bochornoso lo que está pasando, que siempre se suspenda una discusión o una votación por la desintegración del quorum.

- El mismo C. Secretario: (Pasó lista.) Hay una asistencia de 121 ciudadanos diputados; no hay quorum. (Voces: ¡Multa, multa!)

El C. Presidente, a las 2.05 p.m.: Se levanta la sesión y se cita para sesión de Cámara de Diputados a las cinco y media de la tarde.

SESIÓN ORDINARIA

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 29

DE OCTUBRE DE 1918

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera, concediéndose licencia al C. Cabrera Federico.

3.- Iniciativa del C. diputado Luis G. Carrión, a fin de que se desapruebe el impuesto de importación decretado sobre el tabaco en rama, creado en la época preconstitucional; a la Comisión de Hacienda en turno e imprímase.

4.- Primera lectura al dictamen de la 2a. Comisión de Gobernación, proponiendo se convoque a elecciones extraordinarias para diputados propietario y suplente, al Congreso de la Unión, por el 7o. Distrito Electoral del Estado de Chihuahua; imprímase. Dictamen de la misma Comisión, haciendo igual proposición para el Distrito Sur del Territorio de la Baja California; Primera lectura e imprímase.

5.- Son aprobados varios dictámenes de las Comisiones 1a. y 2a. de Peticiones.

6.- La Diputación de Michoacán presenta una iniciativa para que se convoque a elecciones extraordinarias de diputados propietario y suplente, al Congreso de la Unión, por el 8o. Distrito Electoral de ese Estado; a la Comisión de Gobernación en turno.

7.- Se procede a la elección de miembros de la Gran Comisión por el Estado de Chihuahua; resultado. Por no haber obtenido mayoría de votos ninguno de los candidatos, se repite la votación; resultado; declaratoria. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. ALVAREZ DEL CASTILLO

JUAN MANUEL

(Asistencia de 127 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 5.50 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veintiocho de octubre de mil novecientos diez y ocho. "Presidencia del C. Eliseo L. Céspedes.

"En la ciudad de México, a las cuatro y cuarenta y cinco de la tarde del lunes veintiocho de octubre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento treinta y siete ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El mismo ciudadano Secretario leyó el acta de la sesión celebrada el día veintiséis del presente mes, la que fue aprobada sin discusión en votación económica.

"El C. Tejeda Llorca informó acerca del resultado de la Comisión que asistió a los funerales del C. diputado Giffard, y el C. Sánchez José M., rectificó hechos.

"La Secretaría dio cuenta con los documentos en cartera:

"Oficio de la H. Cámara de Senadores, en que hace presente su condolencia con motivo del fallecimiento de los CC. diputados Ortega Aniceto y Giffard.- A su expediente.

"Proposición de los CC. Castillo Torre y Villaseñor Salvador, a fin de que se reconsidere el acuerdo de esta H. Cámara, relativo a que se llamara al ciudadano Secretario de Gobernación para que informara sobre las tendencias del Gobierno en materia agraria.

"Reanudada la discusión suspendida en sesión anterior sobre este asunto, hablaron en contra los CC. Avellaneda, Siurob y Altamirano, y en pro los CC. Torres José T., y González Marciano; los CC. Pérez Vela y O'Fárril contestaron interpelaciones del C. Siurob, quien puso fin a este debate, usando de la palabra para alusiones personales.

"A solicitud del CC. Silva Herrera, debidamente apoyado, se recogió votación nominal para resolver acerca de esta proposición, que resultó desechada por ochenta y cinco votos de la negativa contra cincuenta y dos de la afirmativa.

"El C. Villaseñor Mejía se refirió a un hecho relacionado con la forma que empleó la Secretaría al declarar desechada la proposición de referencia, y con tal motivo hizo una aclaración al C. Secretario Soto, continuándose la lectura de los documentos en cartera.

"Proyecto de ley de herencias subscripto por la mayoría de la diputación yucateca y por los CC. García Ruiz, Zincúnegui Tercero, Méndez Benjamín, Velásquez López, García Carlos y Soto Rosendo A.

"La Mesa había acordado pasar este asunto a la Comisión de Hacienda en turno y mandarlo imprimir; pero, a instancia del C. Martínez del Río, modificó su trámite así: "A las Comisiones unidas de Hacienda y Justicia en turno, e imprímase."

"Proyecto de ley firmado por el C. diputado Trigo, que trata de reformas al artículo 13 de la Constitución General.- Segunda lectura. Admitido a discusión, pasa a las Comisiones de Trabajo y Puntos Constitucionales en turno.

"Proposición de los CC. Basáñez y Castillo Torre para que se pida al Ejecutivo nombre una comisión de técnicas que dictamine acerca del estado actual del Palacio Legislativo en construcción y exprese si conviene o no derribar la fabricación comenzada.- Segunda lectura. Como la Asamblea acordó no admitirla a discusión, se declaró desechada.

"Dictamen de las Comisiones 1a. y 2a. Agrarias, que hace un estudio del proyecto de ley sobre cultivo de tierras ociosas, expedido por la XXVII Legislatura de la Unión, y de las observaciones que al mismo hizo el Ejecutivo Federal.- Primera lectura e imprímase con sus antecedentes.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, que consulta una iniciativa de ley para que se amplíen las partidas números 3,140 y 3,143,146 del Presupuesto de Egresos del corriente año fiscal, en las cantidades que en la misma iniciativa se indican.- Segunda lectura y a discusión en la sesión próxima.

"Dictamen de las Comisiones unidas 1a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Gobernación, que propone se archive, por extemporánea, la iniciativa de Ley Electoral del C. Carlos González Tijerina.

"Puesto a discusión, sin ella fue aprobado.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Peticiones, que concluye con este acuerdo económico:

"Como lo solicita el ciudadano Presidente Municipal de Pachuca, Hidalgo, remítansele los padrones de las secciones del 7o. Distrito Electoral del Estado de México.

"Asimismo se aprobó sin debate.

"A las siete y diez de cerró la sesión, para pasar a secreta.

Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

El C. Secretario Pesqueira: Se procede a dar cuenta con los asuntos en cartera:

"Secretará de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos.- Sección de Archivo y Biblioteca.- Número 48.

"El Senado, en sesión verificada el 26 del mes en curso, acordó, con dispensa de trámites, enlutar su tribuna por tres días en señal de condolencia por el fallecimiento del diputado constituyente de Querétaro, C. licenciado Fortunato de Lejia.

"Al comunicarlo a usted como resultado de su oficio número 182, de fecha 24 del mes en curso, me es grato reiterarles las seguridades de nuestra consideración muy distinguida.

"Constitución y Reformas.- México, 28 de octubre de 1918.- B. Germán, S. S.- Juan Barrón Vázquez, S. S.

"A los ciudadanos Secretarios de la honorable Cámara de Diputados.- Presente."- De enterado con agradecimiento.

"Secretaría de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos.- Sección de Archivo y Biblioteca.- Número 54.

"El Senado, en sesión verificada ayer, acordó, con dispensa de trámites, enlutar su tribuna por tres días, en señal de duelo por el fallecimiento del C. Ascensión Técpatl, individuo del Congreso Constituyente de Querétaro.

"Lo decimos a ustedes, como resultado de su atenta comunicación, número 190, fechada el 26 del mes en curso, honrándonos en protestarles las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- México, 29 de octubre de 1918.- B. Germán, S. S.- Juan Barrón Vázquez, S. S.

"A los ciudadanos Secretarios de la honorable Cámara de Diputados.- Presente."- De enterado con agradecimiento.

"Poder Ejecutivo Federal.- México.- Departamento de Aprovisionamientos Generales.

"Sección de Personal.- Mesa 1a.- Circular número 2.

"Al ciudadano Presidente de la Cámara de diputados.- Presente.

"El ciudadano Presidente de la República ha tenido a bien expedir con esta fecha, nombramiento de Subdirector de este Departamento, en favor del C. Bernardino Alvarez del Castillo, quien desde luego ha principiado a desempeñar las funciones de su cargo.

"Lo que comunico a usted para su conocimiento y demás fines, suplicándole se sirva tomar nota de la firma del expresado señor Alvarez del Castillo, que consta al margen de la presente.

"Reitero a usted las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- México, D. F., octubre 15 de 1918.- El Director del Departamento, general F. J. Múgica.- Al margen: B. Alvarez del Castillo."- De enterado.

"El "C. doctor Gabriel Garzón Cossa, Presidente de la XXVII honorable Legislatura del Estado de Veracruz - Llave, tiene la pena de participar a usted que ayer a las 10.50 p.m., falleció en esta ciudad el C. don Güido Lorandi, diputado propietario por el 10 Distrito Electoral.

"H. Córdoba, a 27 de octubre de 1918.

"A los ciudadanos Secretarios del honorable Congreso de la Unión.- México, D. F."- De enterado con sentimiento.

"Poder Ejecutivo Federal.- México.- Secretaría de Gobernación,- Sección 1a.- Iniciativa número 28.- A los ciudadanos Secretarios de la Cámara de Diputados. - Presente.

"Al practicarse la glosa de la cuenta del Arsenal Nacional, la Contraloría General de la Nación hizo observar que hasta el 30 de junio de esta año, la partida número 5,737 del Presupuesto de Egresos del Erario Federal, que señala $200,000.00 para raya de operarios eventuales, adquisición de maquinaria, herramientas y materias primas, complemento de gastos de instalación del Arsenal Nacional, gastos de conservación de la Estación de Lanzamiento de Torpedos, se había excedido en lo gastado en $196,426.88.

"El origen del exceso consiste, especialmente, en los pagos hechos por rayas a operarios eventuales, los cuales son en número de seiscientos, quienes ganan fuertes jornales, máxime cuando sus trabajos urgentes se les pagan con tiempo doble o triple, según las horas; por lo cual, en el primer semestre del año en curso, lo gastado por sueldos llegó a la suma de $373,863.44, y solamente se gastaron en materiales y efectos $22,561.44, que hacen $396,426.88, total de la partida 5,737, y el excedente indicado arriba.

"En esta proporción se han gastado cantidades diversas desde el 1o. de julio último a la fecha, en promedio de $50,000.00 mensuales, según comprobantes que obran en la Secretaría de Guerra y Marina; y teniendo en consideración la importancia de los trabajos en el Arsenal Nacional y el tiempo que falta para la terminación del ejercicio fiscal, hecho un estudio concienzudo del asunto, urge la ampliación de la partida número 5,737.

"En tal virtud, el ciudadano Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, tiene a bien someter a la consideración de esa honorable Cámara de Diputados, la siguiente iniciativa de ley:

"Unica. Se amplía la partida número 5,737 del Presupuesto de Egresos del corriente año fiscal, en la cantidad de $508,426.88."

"Reitero a ustedes mi atenta consideración y respeto.

"Constitución y Reformas.- México, octubre 28 de 1918.- El Secretario, Aguirre Berlanga.- Recibo, a la Comisión de Hacienda en turno, e imprímase.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"El subscripto, diputado propietario por el 17 Distrito electoral del Estado de Puebla, atenta y respetuosamente expone que:

"Tiene la imprescindible necesidad de ausentarse de esta ciudad para ir al Distrito de Zacatlán, que es el que representa, a fin de arreglar asuntos particulares que reclaman allí su presencia.

"Por lo expuesto, atentamente suplica a esa honorable Representación Nacional se sirva concederle, con dispensa de todo trámite y goce de dietas, licencia por diez días, en la inteligencia de que comenzará a hacer uso de ella el día de mañana y de que si no tuviese necesidad de hacer uso de todos estos días, se presentará cuando termine los asuntos que menciona.

"Constitución y Reformas.- México, a 29 de octubre de 1918.- Federico Cabrera."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. (Más de las dos terceras partes.) Dispensados los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"El subscripto, diputado por el 18 Distrito Electoral del Estado de Veracruz, ante Vuestra Soberanía se permite exponer para su estudio y consideración, la necesidad de suprimir o reducir por lo menos el impuesto de exportación sobre el tabaco en rama, creado en la época preconstitucional y considerablemente aumentado por decreto del Ejecutivo en uso de las facultades extraordinarias en el Ramo de Hacienda; en razón de considerarlo, a la vez que perjudicial para una de los ramos más importantes de nuestra incipiente agricultura, de resultados casi nulos para el Erario Nacional, como paso a demostrarlo en la siguiente exposición de razones y fundamentos:

"Las disposiciones que se dictan relativas a importaciones y exportaciones deben obedecer siempre a considerandos perfectamente justificados, y sin duda que es uno de los que se tienen en cuenta, procurar y sostener el equilibrio de los precios de los artículos nacionales y extranjeros, a fin de facilitar el intercambio, proporcionando, a la vez, por medio de los derechos aduanales, el mayor ingreso de las arcas del país en que se expide; pero además de las bases generales para toda clase de derecho, existen para cada caso algunas de índole especial que deben estudiarse y tenerse en cuenta para no originar perjuicios de consideración con beneficios supuestos.

"El tabaco mexicano se divide en dos grupos: de exportación y de consumo nacional. Al primero pertenecen las clases altas que se cosechan en San Andrés Tuxtla, Valle Nacional y algunas veces cuando la demanda es grande en Europa, las de Córdoba y otras regiones tabaqueras del país. Al segundo grupo pertenecen las clases inferiores que se cosechan en los lugares mencionados y todas las demás que se producen en otros lugares de la República.

"Ahora bien, si el fin que se persigue con el impuesto, es beneficiar la industria tabaquera del país, debo decir a ustedes que las clases pertenecientes al segundo grupo son más que suficientes para el consumo de la misma, y el precio de ellas se normaliza más por su mayor o menor abundancia, que por

la exportación o no exportación de las del primer grupo, pues en la citada industria no se utilizan sino en escala muy inferior las clases del primer grupo, observándose que cuando por alguna circunstancia, los productores no pueden exportar y verifican sus ventas en el país, éstas se realizan a precios tan bajos, que les originan pérdidas de consideración, porque en nuestras fábricas de puros se emplea de preferencia la capa de Sumatra, a pesar del precio exorbitante que en la actualidad tiene y apenas si se consume la del país, y en las de cigarros se utilizan únicamente las clases más inferiores. De todo esto se deduce que a la industria tabaquera nacional en nada afecta la libre exportación del tabaco en rama.

"Los mercados europeos para el tabaco mexicano lo constituían únicamente Bélgica y Alemania, y desde que subsiste lo guerra europea, éstos se han nulificando, por lo que solamente compañías extranjeras han sacado tabaco de nuestro país con objeto de almacenarlo en los puertos del Viejo Continente, con la esperanza de que termine la contienda mundial y poder darle salida. Esto ha traído consigo que las siembras de tabaco en nuestro país disminuya considerablemente, al grado de que, en San Andrés Tuxtla, por ejemplo, donde se cosechaba anualmente millón y medio de kilos, en el último año, o sea el de 1917, se hayan cosechado a lo sumo ciento cincuenta mil kilos, con gran perjuicio de los cosecheros grandes y pequeños y, como consecuencia de los habitantes de esa zona.

"Por otra parte, las tierras que se dedican al cultivo del tabaco, dada su calidad, se valorizarán en el Estado de Veracruz, fiscalmente, hasta en $400.00 hectáreas, y sus poseedores están obligados a conservar en ellas galeras y otros implementos para el beneficio de dicha planta (no necesarios para otros cultivos) que implican una amortización considerable, por la que únicamente la falta de mercado ha obligado a emplearlas en otros cultivos que, por las razones expresadas, no dan rendimientos efectivos al agricultor. Y si ahora que los esfuerzos del Gobierno debían de tender a proporcionar un nuevo mercado al tabaco mexicano, a fin de no dejar que este rico ramo de nuestra agricultura desaparezca y con el objeto de tener para el porvenir una competencia benéfica, para el producto de que trato, en lugar de poner los medios para llegar a esta finalidad se obstrucciona su salida, salta a la vista los grandes perjuicios que tal proceder ocasiona. Que es un hecho lo que expongo anteriormente, de que no existen en el país ni en el extranjero, mercados para el tabaco del primer grupo, lo demuestran a más de las disminución de las cosechas, el hecho de que muchos cosecheros y acopiadores tengan hasta la fecha almacenadas las cosechas de varios años, con gran perjuicio de sus intereses, tanto por el demérito que el transcurso del tiempo origina en el tabaco, en nuestros climas, cuanto porque se encuentran sin recursos para emprender en otras labores; y la circunstancia de haberse visto obligados a expender a precios ruinosos sus existencias, en virtud de nuestra situación económica, lo que en uno y otro caso trae consigo amortización y disminución de capital, ambas cosas de graves consecuencias en cualquier tiempo, pero más en el actual, dada la crisis por que atraviesa nuestro país.

"Que yo conozca y tenga datos fidedignos, existen en el puerto de Veracruz, en esta capital, en Orizaba, en Córdoba y en San Andrés Tuxtla cosechas enteras almacenadas en la que hay existencias que datan desde el año de 1914; las que ni se han podido exportar, ni nuestros fabricantes de puros y cigarros las han comprado, lo que prueba una vez más que no las necesitan.

"También puede aducirse como razón que el tabaco ya de hecho paga contribuciones crecidas, pues a más de que como antes digo, las tierras en que se cultiva, por su clase están aforadas a un precio elevado, existe por los menos en el Estado de Veracruz una contribución especial de cinco centavos por área sembrada que con el sesenta por ciento federal de un promedio de ocho pesos por hectárea, y en las circunstancias actuales cualquier nuevo impuesto o derecho que gravite sobre él, influye directamente a hacer desaparecer el cultivo de dicha planta en nuestra nación.

"Como antes expongo, el ejecutivo como Primer Jefe de la época preconstitucional decretó el 22 de enero de 1915, un impuesto de exportación para el tabaco de quince centavos por kilo para la capa, de cinco centavos por kilo para la tripa. Decreto que fue modificado en vista de las gestiones que se hicieron en esa época ante el Secretario de Hacienda, licenciado Luis Cabrera, que inteligentemente las supo tener en cuenta, y el 10 de marzo de 1915 en nuevo decreto, fue reducido el impuesto a quince centavos para kilo de capa y un centavo para kilo de tripa, subsistido así hasta el 24 de junio de 1917 en que sin prestar la menor atención a las gestiones que se hicieron para evitarlo, fue decretado un impuesto que por su monto puede calificares de prohibitivo, pues nada menos que le de setenta y cinco centavos por kilo, para toda clase de tabaco.

"Pocos días antes de la fecha del último decreto a que me refiero, a invitación de la Secretaría de Hacienda se reunieron representantes de cosecheros y almacenistas así como de industriales con el objeto de cambiar opiniones sobre si era o no de aumentarse el derecho de exportación del tabaco en rama. Como representante de los cosecheros de tabaco de San Andrés Tuxtla, de algunos almacenistas del puerto de Veracruz, concurrí a la junta a que antes me refiero y en ella tuve oportunidad de robustecer mi opinión, que consiste en creer que el aumento de que me ocupo es altamente perjudicial.

"Entre las diversas razones que los señores industriales en tabaco o mejor dicho los representantes de dos compañías cigarreras (pues fueron los únicos que concurrieron) expusieron en favor del aumento de los derechos, figuraron como principales las siguientes: Primera. Que no tenían suficiente, rama para el consumo. Segunda. Que no compraban las existencias de los almacenistas y cosecheros, en algunos casos, por consistir éstas en tabaco que no consumen y en otros, cuando no existía el motivo anterior, por no tener dinero para comprarlas. Tercera. Que si ellos dejaban de fabricar cigarros, el Fisco dejaría de percibir la renta correspondiente a su elaboración.

"La Secretaría de Hacienda por su parte y por conducto del señor Oficial Mayor de la misma, pues

el ciudadano Secretario no se dignó oír lo que se hablaba sobre el asunto, dijo que era indispensable aumentar los derechos de exportación del tabaco, en vista de que la situación económica del país imponía que se creasen unos y aumentasen otros.

"Como fundamento de la primera razón, presentaron los señores representantes de "El Buen Tono" y de "La Tabacalera," el monto de cantidades que han consumido en épocas normales, y un cálculo hecho por ellos del rendimiento de la última cosecha, queriendo demostrar con esto que lo que necesitaban para no interrumpir su manufactura era mayor que el total de lo cosechado últimamente.

"Frágil es desde su base tal argumentación, pues adolece del defecto, sin que por esto se hiera la susceptibilidad de dichos representantes, de haber formado ellos por sí solos el total de producción y el total de consumo, siendo por lo menos el primero de ellos caprichoso o deficiente. No tomaron en cuenta además para estimar la producción la buena parte que de cosechas anteriores existen almacenadas, por ellos mismos, por los acopiadores de frutos, por otros fabricantes y por cosecheros, ni tampoco recordaron que la elaboración de esta época es menor indudablemente que la de épocas normales, según ellos mismos manifestaron en el curso de la discusión.

Ese argumento podría tomarse como serio si fuera el resultado de investigaciones minuciosas llevadas a cabo por la Secretaría de Hacienda o por otra autoridad o persona imparcial y si descansara en una base formada por números, si no exactos, al menos suficientemente aproximados; pero aun siendo así ¿hasta qué punto se podrían lesionar los intereses de los cosecheros en beneficio de estos industriales? ¿Acaso son ellos los únicos que tienen derecho a beneficiarse por medio del trabajo? ¿acaso no existen también en las empresas agrícolas como en las industriales, infinidad de trabajadores que reportan los perjuicios que se les originan a las primeras? Indudablemente que de subsistir una cuota prohibitiva como la actual, los productores se verán en la precisa necesidad como ya la han hecho, de verificar sus ventas al precio que fijen los citados industriales, lo que además de implicar un monopolio traerá como consecuencia consigo, la disminución y aun el abandono del cultivo del tabaco, con la consiguiente pérdida de los capitales a él destinados, del aumento en el malestar económico de nuestro país, de la falta de trabajo para muchos millares de personas y finalmente la falta real, no ficticia, de la materia prima de las industrias cigarreras.

La segunda razón resulta en su primera parte en pugna con la disposición que ellos defienden, pues si la rama almacenada a que hacen referencia no les es útil y en cambio lo pueden ser a las fabricantes del exterior sería un contrasentido gravar prohibitivamente su salida. En cuanto a su parte segunda o final, en caso de aceptarse, cabe decir que tanto los acopiadores como los cosecheros, se encuentran en las condiciones de los industriales, motivo por el cual no pueden efectuar sus operaciones como antiguamente, a crédito; sin embargo, extrañan la aseveración que comprende: primera, porque los señores industriales reciben constantemente el importe de ese producto laborado, y segundo, porque si de hecho carecen de dinero para comprar, esto significa que no pueden ser compradores, y si ellos no pueden serlo y otros sí, no hay motivo ni de equidad, ni de conveniencia pública para privar a los productores del derecho que les asiste para ocurrir a los segundos. La razón a que me refiero militó por todos conceptos pese a quienes la adujeron en favor de la exportación.

"Por último, y seguramente como argumento efectista, alegaron que, al suspender sus labores por falta de materia prima, el fisco dejaría de percibir la renta correspondiente a la elaboración. Esto es infantil, en primer lugar, dada la circunstancia por ellos expresada, que sólo utilizan rama que tiene dos años de cosechada, es de suponerse que tienen existencia para ese lapso de tiempo y que, en el transcurso del mismo, podrían ir haciendo compras que reemplazasen al que fuesen consumiendo; y en segundo, que no serían ellos los que sólo porque subiese de valor la rama debido a la exportación, suspendiesen sus labores; en efecto, los señores industriales, que no dejan ni pueden dejar de ser comerciantes y, por lo mismo, si la situación anormal por que hemos venido atravesando la han aprovechado brillantemente, pues hemos visto alterar los precios de sus productos cuando la materia prima principal ha estado a ínfimo precio, el alza de ella sólo les proporcionaría una ocasión propicia para aumentar sus utilidades, siendo que bien poco significa en el valor de una cajetilla de cigarros, el aumento de diez a veinte centavos en kilo de tabaco, pues matemáticamente se sabe que un kilo produce cincuenta cajetillas. Ellos podrían, por ejemplo, pagar diez pesos más por los once y medio kilos del precio que han pagado, debido al impuesto, y les bastaría con aumentar dos centavos al valor de la cajetilla para seguir teniendo la misma utilidad, y, como no se trata de un artículo de primera necesidad, ésto sólo perjudicaría al consumidos voluntario. . . "

El C. Presidente, interrumpiendo: La Presidencia exhorta al C. García de Alba para que acatando las disposiciones reglamentarias, sirva ocupar su curul y guardar orden.

- El mismo C. Prosecretario, continuando:

"La Secretaría de Hacienda, por su parte, dijo debía aumentarse el impuesto, en vista de la situación económica por que atraviesa el país. Soy el primero en considerar que, dada la crítica situación del Estado Nacional, todos y cada uno de los mexicanos estamos obligados a contribuir para el mejoramiento de esa situación; pero eso no quiere decir que a un solo y determinado grupo de agricultores se le deba acumular un derecho e impuesto, que arruine o impida la propiedad del ramo a que se dedican. Es indudable que, para que una contribución sea equitativa y justa, debe gravitarse sobre utilidades y no sobre capitales, y ellas serán más viables y menos perjudiciales, mientras más repartidas está entre todos los ciudadanos obligados a resentirla.

"En el caso del aumento del impuesto del tabaco, se ha pasado, indudablemente, sobre las condiciones anteriormente expresadas.

"¿No sería mejor que crear y aumentar

derechos, ya que las circunstancias exigen acrecentar los ingresos, estudiar la manera de fijar un impuesto sobre utilidades, rentas, intereses y sueldos de toda clase de funcionarios y empleados, cuyo importe fuese mayor de mil pesos anuales, a fin de que, de ese modo, contribuyamos todos en relación con nuestros elementos, a equilibrar el Erario Nacional?

"Por otra parte, la Secretaría de Agricultura y Fomento, cumpliendo con su cometido, excita constantemente a los agricultores para que aumenten y no descuiden las siembras de sus distintos ramos y adquiere del servicio consular los datos sobre mercado para sus productos, dándoselos a conocer, cosa que está conforme con uno de los principios revolucionarios, que persiguen hacer de nuestro país una nación agrícola, para lo cual se necesita dar toda clase de facilidades a los agricultores y, en cambio, la Secretaría de Hacienda no hace más que tener indicios de que existe un nuevo mercado para tabaco, e inmediatamente tiende a poner sobre él un gravamen prohibitivo, que ni beneficia al Erario y sí perjudica a los productores de la planta de que me ocupo.

"Para terminar, y con el objeto de que la Comisión encargada de dictaminar en esta iniciativa oriente su criterio, debo manifestar: primero, que el erario nacional en nada se ha beneficiado con el aumento al impuesto del tabaco, pues desde que fue decretado dicho aumento, no ha sido exportado un sólo kilo de dicha rama. Segundo, que los únicos beneficiados con el aumentos al impuesto, han sido las dos negociaciones industriales cigarreras llamadas "Tabacalera" y "Buen Tono," pues validos de la penuria de los agricultores y del temor de los almacenistas, de que la rama de que eran poseedores se les perdiese por falta de mercado, han tenido que vender sus existencias a las referidas compañías al precio que éstas han querido; y tercero, que siendo imposible la exportación por motivo del derecho fijado para ella, los agricultores han abandonado esa clase de cultivo, con perjuicio de sus intereses, de los intereses de la comarca donde se llevan a efecto, y como consecuencia, de los intereses generales de la Nación.

"Por todo lo expuesto, desprendido de todo perjuicio, con todo respeto pido a esta honorable Corporación se sirva desaprobar el aumento decretado al impuesto del tabaco, por ser de estricta justicia y de interés general. "Constitución y Reformas.- México, a 24 de octubre de 1918.- L. G. Carrión."

"A fin de que pase esta iniciativa a Comisión, la hace suya la diputación veracruzana.- Amado J. Trejo.- Miguel W. Hernández.- Alfonso Castro.- Francisco Reyes.- José T. Torres.- Una firma ilegible.- David Castillo.- D. Alarcón.- A. G. García.- M. F. Altamirano.- F. Tejada Llorca."- A la Comisión de Hacienda en turno, e imprímase.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"2a. Comisión de Gobernación.

"Honorable Cámara:

"La Comisión que subscribe, teniendo en cuenta las razones aducidas en la sesión del día 17 de los corrientes, por las personas que impugnaron el dictamen presentado con motivo de la solicitud que hizo la Diputación del Estado de Chihuahua, tiene el honor de someter a la deliberación y aprobación de la H. Asamblea, el siguiente

"PROYECTO DE LEY

"Artículo 1o. Se convoca al pueblo del 7o. Distrito Electoral del Estado de Chihuahua a elecciones extraordinarias de diputados propietario y suplente al Congreso de la Unión, cuyo período terminará el 31 de agosto de 1920.

"Artículo 2o. Las elecciones se sujetarán a lo prescripto en la Ley Electoral de 1o. de julio de 1918, observándose lo dispuesto en el artículo 3o. transitorio de la misma Ley e incisos (a), (b), (c), (d), (f), (i), (k), (l), (m), del mismo artículo.

"Artículo 3o. El registro de candidatos quedará abierto desde la promulgación de esta Ley, y se cerrará el día 25 de diciembre de 1918.

"Artículo 4o. la entrega de boletas, prescripta en el inciso (h) del artículo 3o. transitorio de la ley, se hará desde que se conceda el registro hasta el 1o. de enero de 1919.

"Artículo 5o. La Junta Computadora se reunirá a los 15 días siguientes a aquel en que se verifique la elección, que se efectuará el día 12 de enero de 1919.

"Artículo 6o. los Presidentes Municipales cumplirán con lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley Electoral el segundo domingo de diciembre próximo, y con lo preceptuado en el artículo 32, dentro de los tres días siguientes al cuarto domingo del mismo mes de diciembre.

"Articulo 7o. En todo lo demás se observará , en lo conducente, la Ley Electoral del 1o. de julio de 1918.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión."

"México, 28 de octubre de 1918.- R. Castro.- M. Lomelí."- Primera lectura, e imprímase.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"2a. Comisión de Gobernación.

"Honorable Asamblea:

"A la Comisión de Gobernación que subscribe, fue turnada la Iniciativa de Ley del C. diputado J. P. alejandre, apoyada por el CC. diputados Manuel Andrade, L. Bravo, Salvador Saucedo y J. M. Ruiz H., para que se convoque al pueblo del Distrito Sur de la Baja California a elecciones extraordinarias de diputados propietario y suplente al Congreso de la Unión; como en la solicitud en cuestión se expresa no haber sido posible que tuvieran lugar las elecciones en dicho Distrito Sur de la Baja California, por no haber llegado oportunamente la Ley Electoral, creemos fundada la petición de que se trata, pues a la Cámara de Diputados toca, conforme a la fracción IV del artículo 47 de la Constitución General de la República y

al artículo 2o. de la Ley Electoral vigente, expedir la convocatoria respectiva y, en tal virtud, nos permitimos someter a la consideración y aprobación de la H. Asamblea, el siguiente

"PROYECTO DE LEY:

"Articulo 1o. Se convoca al pueblo del Distrito Sur de la Baja California a elecciones extraordinarias de diputados propietario y suplente al Congreso de la Unión, cuyo período terminará el 31 de agosto de 1920.

"Artículo 2o. Las elecciones se sujetarán a lo prescripto en la Ley Electoral de 1o. de julio de 1918, observándose lo dispuesto en el artículo 3o. transitorio de la misma Ley e incisos (a), (b), (c), (d), (f), (i), (k), (l), (m), del mismo artículo.

"Artículo 3o. El registro de candidatos quedará abierto desde la promulgación de esta Ley, y se cerrará el día 25 de diciembre de 1918.

"Artículo 4o. La entrega de boletas prescripta en el inciso (h) del artículo 3o. transitorio de la Ley, se hará desde que se conceda el registro, hasta el 1o. de enero de 1919.

"Artículo 5o. la Junta Computadora se reunirá a los quince días siguientes a aquel en que se verifique la elección, que se efectuará el día 12 de enero de 1919.

"Artículo 6o. Los Presidentes Municipales cumplirán con lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley Electoral, el segundo domingo de diciembre próximo, y con lo preceptuado en el artículo 32, dentro de los tres días siguientes al cuarto domingo del mismo mes de diciembre.

"Artículo 7o. En todo lo demás se observará, en lo conducente, la Ley Electoral de 1o. de julio de 1918.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. "México, 28 de octubre de 1918. - R. Castro. - M. Lomelí." - Primera lectura, e imprímase.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Comisión 1a. de Peticiones.

"Señor:

"El C. Ignacio Morales envía a esta honorable Representación un memorial, con el que acompaña un proyecto sobre fomento y desarrollo de la agricultura nacional.

"Estando en forma dicho memorial y en atención a que el proyecto de referencia podría llevar algunos elementos a los estudios que se han encomendado a esta honorable Asamblea, pues no deben desperdiciarse todas las fuentes de información, la subscripta Comisión se permite someter a la aprobación de Vuestra Soberanía, el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión Agraria que corresponda, el proyecto del C. Ignacio Morales, sobre fomento y desarrollo de la agricultura nacional."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 28 de octubre de 1918. - Carlos L. Ángeles. - O. M. Trigo. - Jenaro Palacios Moreno."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, se servirán pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se aprueba el dictamen. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobado.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Comisión 1a. de Peticiones.

"Honorable Asamblea: Habiendo remitido la señora Dolores Salot viuda de Eguía Lis, en acta notarial, la hoja de servicios de su finado esposo, la cual fue pedida por acuerdo tomado por esta honorable Cámara el día 3 del actual, a fin de dar curso a la solicitud de pensión que tiene presentada, como esposa que fue del C. licenciado Joaquín Eguía Lis, la subscripta Comisión estima que el expediente debe turnarse desde luego a la Comisión que corresponda, y así lo consulta a esta honorable Asamblea, en el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la respectiva Comisión de Hacienda el expediente formado con motivo de la solicitud de pensión de la señora Dolores Salot viuda de Eguía Lis."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 27 de octubre de 1918. - Carlos L. Ángeles. - Jenaro Palacios Moreno. - O. M. Trigo."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, se servirán pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se aprueba el dictamen. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobado.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Comisión 1a. de Peticiones.

"Señor.

"Se ha turnado a la subscripta Comisión, para su estudio y dictamen, el memorial que elevan a esta honorable Cámara varios vecinos de Rincón Antonio, Oaxaca, manifestando que hacen suyo el ocurso de 23 de agosto último, formulado por varias personas de la misma localidad, solicitando que dicha población deje de pertenecer al Ferrocarril Nacional de Tehuantepec.

"No siendo de la competencia de la Representación Nacional el asunto a que se refiere el memorial que constituye este expediente; como en ocasión anterior, en que se sometió a vuestra consideración el memorial que sirve de antecedente al que hoy nos ocupa, nos permitimos someter a la aprobación de Vuestra Soberanía el siguiente acuerdo económico:

"Transcríbase al Ejecutivo de la Unión, para los efectos a que haya lugar, el memorial del C. Jacinto P. Flores y otros varios vecinos de Rincón Antonio, Oaxaca."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 28 de octubre de 1918. - Carlos L. Ángeles. - Jenaro Palacios Moreno. - O. M. Trigo."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, se servirán pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se aprueba el dictamen. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobado.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Comisión 1a. de Peticiones.

"Señor:

"La subscripta Comisión, reconsiderando la solicitud del ciudadano Juez de Primera Instancia de Maravatío, Mich., en atención a las observaciones que hiciera el C. diputado Enrique Parra, representante de dicho Distrito, se permite manifestar lo siguiente:

"Que ha sido costumbre hasta aquí perfectamente aceptada por todas las Legislaturas anteriores, que una vez aprobadas las credenciales no se conserven agregados a los expedientes electorales respectivos los padrones y las boletas que les corresponden, sino que se destruyan, porque se ha estimado que dicha documentación no constituye parte indispensable del expediente una vez aprobado el dictamen de la respectiva Comisión Revisora, y como medida de organización administrativa por no haber local suficiente que contuviera todos los documentos expresados; que ese fue el fundamento que tuvo en cuenta la Comisión para emitir su dictamen fechado el día 23 de septiembre último; pero teniendo en consideración que a los intereses de los representantes de cada Distrito pudiera convenir que quedara copia de dichos padrones, sobre todo cuando los requiere una autoridad judicial y que podría prestarse a persecuciones a los electores, o redundar en perjuicio de los partidarios de un candidato determinado, circunstancia que sólo puede apreciar en concreto en cada caso particular el representante respectivo, la Comisión en casos semejantes se permitirá consultar la opinión del representante interesado para que se remitan originales los padrones, y en su caso quede de ellos copia certificada, en esa virtud y en atención a las razones que en su oportunidad y ante la honorable Asamblea expuso el C. Parra, la subscripta Comisión se permite proponer la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Remítase al ciudadano Juez de Primera Instancia de Maravatío, copia del padrón de la Sección 2a. del Municipio de Irimbo, correspondiente al 5o. Distrito Electoral del Estado de Michoacán."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 26 de octubre de 1918. - Carlos L. Ángeles. - Jenaro Palacios Moreno. - O. M. Trigo."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Comisión 1a. de Peticiones.

"Señor:

"De conformidad con el acuerdo de esta Comisión, aprobado por la honorable Cámara el día 7 del actual, se pidieron a la señorita Felipa Cruz Victoria los documentos que justificaran el entroncamiento de su abuelo con don Guadalupe Victoria, a fin de dar curso a la solicitud de pensión que tiene presentada.

"La señorita Victoria, en su contestación, acompaña un certificado que comprueba que no existen los documentos que se le han pedido; pero deseando los subscriptos que la respectiva Comisión resuelva en justicia lo que corresponde, se permite proponer a esta honorable Asamblea la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Hacienda en turno el expediente formado con motivo de la solicitud de pensión de la señorita Felipa Cruz Victoria."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 28 de octubre de 1918. - Carlos L. Ángeles. - Jenaro Palacios Moreno. - O. M. Trigo."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. Aprobado.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Comisión 2a. de Peticiones.

"Señor:

"En escrito fechado el día 20 del mes en curso, el C. coronel F. Barrera, Jefe de las Armas en la población de San Juan del Río, Querétaro, protesta por la aseveración que hizo en la tribuna de ésta honorable Cámara, de que las fuerzas a su mando habían sido empleadas para sacar avante en las elecciones al C. Julio Herrera, diputado por el 2o. Distrito Electoral del Estado de Querétaro.

"Teniendo en cuenta que ya fue aprobado por esta honorable Cámara el dictamen que rindió la respectiva Comisión Revisora, calificando las elecciones efectuadas en el 2o. Distrito Electoral del Estado de Querétaro, los subscriptos se honran en pedir a esta honorable Asamblea dé su aprobación al siguiente acuerdo económico:

"Dígase al C. coronel F. Barrera, que esta honorable Cámara se ha enterado del contenido de su memorial de fecha 20 de los corrientes."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 28 de octubre de 1918. - Manuel Andrade. - J. Pesqueira. - Rafael de los Ríos."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. Aprobado.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"1a. Comisión de Peticiones.

"Señor:

"Por acuerdo de esta H. Cámara, tomado en su sesión efectuada el día 23 del actual, pasó al estudio de la 2a. Comisión de Peticiones el memorial que envían los CC. Miguel Cárdenas, Luis Septién y Leandro Hinojosa, vecinos de la Municipalidad

de Tacuba, haciendo tres consultas sobre los derechos políticos de los electores en los próximos comicios para elección de Ayuntamientos.

"En concepto de la Comisión dictaminadora, el memorial a que ha hecho referencia se encuentra ajustado a las prescripciones legales, por lo que no encuentra inconveniente en pedir a esta H. Asamblea la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Pase a la respectiva Comisión de Gobernación, el memorial de los CC. Miguel Cárdenas, Luis Septién y Leandro Hinojosa."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 28 de octubre de 1918. - Manuel Andrade. - Rafael L. de los Ríos. - J. Pesqueira."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. Aprobado.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"2a. Comisión de Peticiones.

"Señor:

"A la 2a. Comisión de Peticiones que subscribe fue turnado el memorial de la señora María R. viuda de González Torres, en que pide que el H. Congreso de la Unión decrete a su favor una pensión por la muerte de su esposo, el C. general e ingeniero Salvador González Torres, acaecida el día 5 de abril del presente año, al ser asaltado por los zapatistas el tren en que viajaba.

"Esta Comisión, teniendo en cuenta que, conforme al decreto del Congreso General expedido el día 19 de enero del presente año, el Ejecutivo de la Unión está facultado para resolver las solicitudes de pensión que se presenten por los deudos de militares y civiles muertos durante la Revolución de 1910 a la fecha, se permite sujetar a la consideración de esta H. Asamblea el siguiente acuerdo económico:

"Dígase a la señora María R. viuda de González Torres que se dirija al Ejecutivo de la Unión, quien está autorizado por el decreto de 19 de enero del presente año para conceder pensiones a los deudos de militares muertos durante la Revolución de 1910 a la fecha."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 28 de octubre de 1918. - Manuel Andrade. - Rafael L. de los Ríos. - J. Pesqueira."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"Los subscriptos, miembros de la Diputación de Michoacán, en vista de que en el 8o. Distrito Electoral de dicho Estado, no hubo elecciones el día 28 del próximo pasado mes de julio, por haberse encontrado en esa fecha substraído a la acción de la Justicia Federal, y encontrándose dicho Distrito controlado ya por las fuerzas del Gobierno, según lo comprueba el telegrama adjunto, subscripto por el ciudadano Gobernador Constitucional de aquel Estado, a esta H. Asamblea, con el debido respeto, nos permitimos someter la siguiente y única proposición:

"Convóquese a elecciones extraordinarias para diputados, propietario y suplente, al XXVIII Congreso de la Unión en el 8o. Distrito Electoral de Michoacán, (Tacámbaro.)"

"Salón de Sesiones del Congreso de la Unión, a 29 de octubre de 1918. - Humberto Villela. - L. Zincúnegui Tercero. - Estanislao Peña. - M. Barragán. - P. Carriedo Méndez. - R. Reyes. - Juan de Dios Avellaneda. - Enrique Parra. - J. Silva Herrera."- A la Comisión de Gobernación en turno.

- El mismo C. Prosecretario: Se procede a elegir miembro de la Gran Comisión por el Estado de Chihuahua, en substitución del C. Andrés Ortiz.

El C. Chávez Manuel M.: Señor Presidente, no están todos los diputados por el Estado de Chihuahua.

El C. Presidente: Se requiere únicamente la mayoría de diputación.

El C. Secretario Soto: Los ciudadanos diputados que forman la diputación de Chihuahua se servirán pasar a depositar su voto conforme se les vaya llamando por lista.

(Se recogió la votación y se hizo el escrutinio.)

- El mismo C. Secretario: Se recogieron seis votos: dos para el C. Chávez, uno para el C. Jesús N. González y tres para el C. Aguirre Vito. No habiendo mayoría, se repite la votación.

(Se vuelve a recoger la votación.)

- El mismo C. Secretario: Se recogieron seis votos, cuatro de ellos para el C. Aguirre Vito; en consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que es miembro de la Gran Comisión por el Estado de Chihuahua, el C. Aguirre Vito.

El C. Presidente, a las 6 p. m.: No habiendo otro asunto de qué tratar, se levanta la sesión y se cita para mañana a las 4 de la tarde a sesión de Cámara de Diputados.