Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19181107 - Número de Diario 67

(L28A1P1oN067F19181107.xml)Núm. Diario:67

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 7 DE NOVIEMBRE DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO 1.- PERIODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO 1. - NÚMERO 67

SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DIA 7

DE NOVIEMBRE DE 1918

SUMARIO

1.- Se ábre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Continúa la discusión del dictamen referente al 17 Distrito Electoral del Estado de Guanajuato, siendo aprobado nominalmente. Varios ciudadanos diputados toman la palabra para hechos. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C.

CÉSPEDES ELISEO L.

(Asistencia de 127 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)

El C. Presidente, a las 10.50 a.m.: Se abre la sesión.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Acta de la sesión del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados, celebrada el día cinco de noviembre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Eliseo L. Céspedes.

"En la ciudad de México, a las diez y cuarenta y cinco de la mañana del martes cinco de noviembre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veintisiete ciudadanos diputados y presuntos, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El mismo ciudadano Secretario leyó el acta de la sesión celebrada el día dos del actual, que, puesta a discusión, fue impugnada por el C. Siurob, quien solicitó la lectura del artículo 159 reglamentario y concluyó pidiendo se aplazara la aprobación de esta acta en tanto que la Asamblea resolvía si reconsideraba o no la credencial del C. Rivera Cabrera, rechazada en la sesión a que la misma acta se refiere. En pro usó de la palabra el C. Martinez del Río y en seguida hicieron aclaraciones los CC. Siurob y Castellanos Díaz, habiendo contestado aquél una interpelación de éste. La Secretaria, con motivo de los conceptos del C. Siurob, dio a conocer los casos en que los presuntos diputados han emitido su voto al resolverse sobre sus credenciales. El C. Vásquez Genaro V. usó de la palabra para una aclaración que motivó otra de la Secretaría. Acerca de los informes que ésta proporcionó hizo apreciaciones el C. Siurob, e inmediatamente se estimó el acta suficientemente discutida. La misma se aprobó en votación nominal, que se recogió a solicitud del C. Siurob debidamente apoyado, por ciento diez y nueve votos de la afirmativa contra treinta y dos de la negativa.

"La Secretaría dio cuenta con los dos escritos siguientes:

"De los CC. Roel y Soto Peimbert en que exponen que siendo ellos los dos únicos miembros hábiles del 3er. grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales en vista de que se encuentra ausente el Presidente del mismo C. Aceves y no habiendo podido llegar a un acuerdo respecto del estudio sobre las elecciones en el 14 Distrito Electoral de Michoacán, devuelven el expediente respectivo para que pase a otro grupo. Se turna el expediente al 1er. grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales.

"De los CC. Castillo Torre y Galindo Carlos, en que manifiestan que en el 5o. grupo de la 1a. Comisión Revisora de que forman parte, no existe la fuerza representada por la mayoría de sus miembros y en tal virtud piden que pasen a otro grupo los asuntos que tienen encomendados. Se turnan los expedientes relativos a los Distritos 1o. de Oaxaca, 1o. de Querétaro y 2o de Sinaloa, al grupo 3o. de la 1a. Comisión Revisora.

"Al trámite anterior se opuso el C. Blancarte, quien sugirió se nombrara substituto del C. Céspedes para presidir ese grupo en tanto este ciudadano ocupaba la Presidencia de la Cámara. El C. Castillo Torre adujo razones en pro del mismo trámite, que en seguida fue refutado por los CC. Blancarte y Avellaneda. Sostúvolo la Presidencia y acto continuo lo aprobó la Asamblea.

"Se pasó a la discusión del dictamen que presenta el 1er. grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, referente a las elecciones en el 17 Distrito Electoral de Guanajuato, y que propone para diputados propietario y suplente, respectivamente, a los CC. Ernesto Alcocer y Pantaleón Delgado.

"Habló en contra el C. Leal. El orador proporcionó varios documentos que fueron leídos, haciendo aclaraciones acerca de uno de ellos el C. Pérez Vela; el mismo C. Leal solicitó la lectura del artículo

55 constitucional y fue interrumpido por una aclaración del C. Alcocer.

"Después de que la Secretaría pasó lista por haber reclamado el quórum el C. Arrioja Isunza y de que hizo una aclaración el C. Blancarte, relativa a un concepto del C. Leal, usó de la palabra en pro del dictamen el C. Martínez del Río. Al discurso de éste siguió otro en contra del C. Méndez Benjamín. quien por conducto de la Secretaría hizo del conocimiento de la Asamblea el contenido de varios telegramas. Al orador lo interrumpió el C. Trigo para reclamar el quórum. La Secretaría pasó lista y por ella se vino en conocimiento de que solamente estaban en el salón ciento veintidós ciudadanos diputados y presuntos.

"La Presidencia anunció qué asuntos se tratarían en la sesión de Cámara en la tarde para la que citó a las cuatro, y siendo la una y cuarenta y siete cerró la sesión."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada el acta.

- El mismo C. Prosecretario: Continúa la discusión del dictamen referente al 17 Distrito Electoral del Estado de Guanajuato.

El C. Presidente: Continúa en el uso de la palabra el C. Méndez Benjamín.

El C. Méndez: Señores representantes: Ya sea por una maniobra política o por un espíritu muy acendrado de legalidad, el hecho de que el C. Trigo haya reclamado el quórum en la sesión de Colegio Electoral, pasada, de todas maneras coma ya la Asamblea se encontraba bastante cansada por la discusión prolongada de este asunto, así como por la lectura de los documentos que tanto el que habla como el orador que me precedió en el uso de la palabra hicimos en esta tribuna, de todas maneras celebro infinito que la discusión de este importante asunto, que es de trascendencia para toda la República, especialmente para el desventurado Estado de Guanajuato, se haya interrumpido para continuarse en esta sesión dentro de un ambiente que pudiera decirse de más atención, y de más quietud. Así, pues, una vez que manifesté a ustedes o que comprobé todas las imposiciones que trató de hacer el ciudadano Gobernador de Guanajuato en las pasadas elecciones, para traer aquí diputados exclusivamente de su molde, a excepción del Reverendo Fray Ramón...

El C. Martínez del Río, interrumpiendo: ¡Representante del Vaticano!

El C. Méndez, continuando: ... ya que probé eso, voy a hacer una relación breve de la situación política del Estado de Guanajuato.

Como ustedes saben, el escandaloso asunto de la Legislatura local, en que por decreto de esa misma la Comisión Permanente califica las elecciones a Diputado sin el derecho, no digamos de defensa, pero ni siquiera de presencia para los presuntos diputados, se cometieron multitud de violaciones, al grado de que solamente un candidato independiente logró introducirse en aquella Asamblea. Por ejemplo, en la capital del Estado de Guanajuato el triunfo correspondió al C. Catarino Partida y entró a la Asamblea el doctor Luis P. Bustamante, huertista connotado; en Silao triunfó el doctor Arturo Aranda como candidato popular, y el hermano del ciudadano Gobernador, don Alfonso Alcocer, que presentó su candidatura 18 horas antes de la elección, fue el que entró a la Legislatura local; en León, donde nadie es alcocerista, triunfó el C. Manuel Vásquez y, en cambio, entró a la Legislatura local un ciudadano de apellido López; en Celaya el candidato popular lo fue el C. Arturo Sierra y triunfó por una aplastante mayoría de 3,500 votos, y entró a la Legislatura local el C. José Cruz Torres, que quedó en quinto lugar por una votación de 89 cifras; en Salvatierra triunfó el C. Emilio Guzmán y en cambio se le dio el triunfo a José del Río, Recaudador de Rentas, quien tiene además el negocito de los albures en ese Distrito. En Dolores Hidalgo triunfó José J. Pérez, y en cambio entró el miembro de la Comisión Permanente, menor de edad Jesús Delgado; en Acámbaro triunfó el C. José Aguilar y entró el miembro de la Comisión Permanente, Alfonso Ayala; en resumen, ningún candidato independiente, a excepción de Arnulfo Miranda, que salió electo por San Felipe, logró entrar a aquella Legislatura y después que ya había protestado este ciudadano, luego que ya había entrado en funciones, se le arrojó de esa Legislatura porque manifestó sus tendencias netamente independientes, que eran adversas al Gobierno local del Estado. Ya vemos cómo "El Universal," del martes 22 de abril relata lo siguiente:

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Es el señor don Arnulfo N. Miranda quien nos relata su odisea peregrina.

"Y nos dice que se presentó candidato propietario por el 13 Distrito de Guanajuato; fue candidato independiente y logró completo triunfo. Por ello, pudo salir avante en la revisión de credenciales, anticonstitucionalmente hecha por la Legislatura saliente.

"Se le declaró diputado. En septiembre último otorgó solemnemente la protesta. Y durante algún tiempo desempeñó las correspondientes labores, hostilizado por la mayoría de aquel Congreso, compuesta por individuos íntimamente ligados con el Gobernador Alcocer. Esa hostilidad llegó a punto tal, que el diputado Miranda, que militaba entre los escasos " independientes," fue señalado como un serio peligro, y hasta de él se dije que era un centinela avanzado del enemigo.

"Había que echarlo fuera. Y para ello, la Legislatura votó el decreto número 4, concediendo término de quince días para que presentaran reclamaciones todos los candidatos derrotados.

"Santiago Guzmán, contrincante de Miranda, íntimo del Secretario Particular, del señor Ernesto Alcocer, acudió a seguida: presentó su reclamación, aceptósele y fue designada una comisión para que nuevamente revisara el expediente electoral.

"Miranda y sus amigos trataron de oponerse; pero fue inútil. La comisión rápidamente cumplió el encargo y declaró que Guzmán era el verdadero diputado."

El C. Méndez Benjamín continuando: Allí se cometió un chanchullo que en ninguna Legislatura

se había visto: echar fuera a un diputado, después de haber protestado. Entonces, ¿cuál es la legalidad de los actos de esa Legislatura: los primordiales que declararon a un presunto diputado legítimamente ungido por el voto popular, o la nueva revisión que se hizo de la credencial para meter allí a un adicto del Gobernador? Esta máquina administrativa fue preparada exclusivamente para favorecer, para perpetuar en el Gobierno de Guanajuato una dinastía que los periódicos de la capital, de todos los colores y credos políticos, con toda atingencia han llamado los modernos Médicis.(Aplausos.). En Guanajuato, señores, el Gobernador se llama Agustín Alcocer, como ya lo sabéis; el Secretario General del Gobierno, se llama Fernando Alcocer; el Secretario Particular, Ernesto Alcocer; y el Jefe de las Armas, Arturo Alcocer. Así, pues, encontrándose ese Estado bajo un régimen arbitrario que ha atropellado todos los derechos de los ciudadanos y ha cometido los desaciertos que en ninguna parte de la República se han cometido, ¿cómo es posible que el C. Ernesto Alcocer sea popular en el Distrito por donde se postuló, únicamente porque alega el estribillo de que a la Legislatura pasada trajo una credencial? Y bien, aun suponiendo que este ciudadano hubiera sido injustamente arrojado de la XXVII Legislatura, debo decir que en aquella época los Alcocer no gobernaban en Guanajuato y entonces Ernesto Alcocer pudo engañar vilmente a aquellos ciudadanos que lo ungieron con su voto para venir a esta Cámara; pero ahora sucede lo contrario: el Gobierno de Guanajuato se encuentra en un desprestigio absoluto; allí sólo gobierna la familia Alcocer.

Señores, ya es tiempo de que esta Legislatura nos diga definitivamente y haga saber a la Nación entera, si siente algún respeto por los principios revolucionarios que sirvieron de lábaro a la Revolución de 1910, que ha sido continuada por el C. Venustiano Carranza; ya es tiempo de que nos digan si el principio de Sufragio Efectivo merece algún respeto de la actual Legislatura. Señores diputados, el más alto tribunal de la República, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se ocupa en estos momentos de investigar todos los atropellos y todas las violaciones, tanto del Gobernador del Estado de Guanajuato a la Constitución General, como de la Legislatura local, en el asunto de las elecciones. El pueblo de Guanajuato no tiene absolutamente ningún medio de defensa más que este ciudadano, que forma parte de esa familia que la diputación independiente que figura en esta Cámara, por eso nosotros venimos a oponernos a la insaciable, se le revista del fuero de diputado, que será, en síntesis, una sanción de esta Legislatura para todos los atropellos, para todos los abusos de ese Gobierno que, como jauría hambrienta, ha caído sobre ese desventurado Estado. (Aplausos de las galerías.) Yo pido a ustedes que, por respeto a la ley, por respeto a la justicia, por respeto al principio revolucionario de la efectividad del sufragio, y por piedad para ese miserable Estado de Guanajuato, déis un voto reprobatorio a la credencial de ese ciudadano. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Alcocer. (Siseos.)

El C. Alcocer: Señores diputados: En todo el transcurso de la discusión de mi credencial, han visto que han venido a vaciarse a esta tribuna, no ataques contra mi credencial, sino ataques despechados contra el Gobernador de Guanajuato; no ha habido ataques contra mi credencial, los únicos que expuso el señor licenciado Leal, el compañero Martínez del Río los dejó perfectamente desechos..... (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí!) No paso a refutar lo que dijo aquí, con su lógica zapatistas, el señor Méndez, porque son cosas que no debió haberlas tocado y nunca me podrá probar absolutamente; siguió el señor Méndez leyendo una serie de documentos en que se decía que se había ejercido una gran presión sobre los candidatos independientes de Guanajuato, y cansó a la Asamblea con esa serie de documentos. Y vamos a examinar la presión que se ejerció en Guanajuato con los candidatos independientes: el señor licenciado Mariano Leal, madracista recalcitrante, enemigo acérrimo del Gobernador de Guanajuato, por la derrota que le infligió legalmente el año pasado en los comicios, sacó cuatro mil ochocientos y tantos votos, contra setecientos que sacó su contrincante; ¡gran imposición!

El C. Leal Mariano, interrumpiendo: Para una rectificación. Fueron trescientos.

El C. Alcocer, continuando: Bueno, menos. El señor Méndez, diputado por Dolores Hidalgo, debe su triunfo a la inteligencia de un compañero mío, Aguilar Maya, pues él no es capaz de hacer una propaganda, sacó mil y tantos votos, contra setecientos y tantos que sacó su contrincante. El señor Roaro, por Celaya, sacó tres mil y tantos votos, contra novecientos, que sacó el llamado candidato oficial del Gobierno de Guanajuato, y así sucesivamente. El señor Pérez Vela no ha dicho aquí que hubiera imposición en su Distrito, pero sacó un número de votos abrumador sobre el que le seguía, y así sucesivamente. El señor Martínez del Río sacó un número abrumador sobre el que se decía que era candidato oficial del Gobernador de Guanajuato; pero ahora viene la otra parte, siento que no esté aquí el señor doctor Medina, pero está aquí el señor Carlos García, el señor García, candidato a diputado por el 2o. Distrito de Guanajuato, triunfó solamente por doscientos votos; allí no hubo imposición, ¿se queja usted de imposición, señor Carlos García?

El C. Presidente: tiene la palabra el C. García Carlos.

El C. García Carlos: No, señor.

El C. Alcocer: Gracias. El señor Hernández Loyola, candidato también por Guanajuato, triunfó por 200 votos, y tampoco se queja de imposición contra él, y sobre mí ha venido a caer toda la lluvia, toda la lluvia, hasta creo que se me acusa de crímenes, de inmoral, de todo, únicamente triunfé por doscientos y tantos votos, señores, ¿en dónde está la terrible imposición de que hacen alarde los enemigos del Gobierno del Estado de Guanajuato? Absolutamente no hubo imposición; los documentos a que se refieren aquí, en que está basada toda la imposición, son dos del C. Sepúlveda, que trajo aquí el señor mayor Sepúlveda, uno en que dice que yo llevaba fuerza armada y el otro en que dice que a las doce de la noche

había entrado una fuerza armada a la ciudad de Pozos. La fuerza armada qué entró a las doce de la noche, entró por orden directa del Jefe del Sector Norte del Estado, que lo es el coronel Gallegos, a cuya disposición se habían puesto esas fuerzas, pues deben saberlo todos los generales y todos los militares que están presentes, que en los momentos en que una fuerza llega a un Distrito que no es el suyo, inmediatamente debe ponerse a las órdenes de ese jefe, sea cualquiera que fuere. Esa noche, al llegar mis representantes a la población de Pozos, como se asienta en el acta que figura en mi expediente, el señor suplente del candidato Sepúlveda - porque hablando con honradez, el señor Sepúlveda tuvo caballerosidad al contrincar conmigo y con quien estuve junto exponiendo razones ante el pueblo, siendo él aclamado por el de Pozos, al mismo tiempo que yo lo era por el de San Luis de la Paz -; mientras que el suplente, repito, trataba todo lo que ha hecho contra mí, pues esa noche al llegar mis contrincantes a Pozos, Distrito en donde todo se había puesto en contra mía, y en que se había formado una pandilla de hombres que merecían estar, no en una población minera, sino en un presidio y que responden a los ya famosos nombres de "El Tunales," "El Chambales," "El Ronsol," "Churumbelo," etc., encabezados por el suplente del señor Sepúlveda, me hostilizaron y buscaron cuanto pretexto tuvieron para que, al llegar a Pozos, se me echaran encima y provocaran un conflicto. No me detuve en la población de Pozos durante mi propaganda y dejé al suplente del señor Sepúlveda que hiciera lo que gustara, principiando él por cambiar al Presidente Municipal. Voy a suplicar a la Secretaría dé lectura a un periódico de ellos mismos, en que se dice que el suplente del señor Sepúlveda, después de una animada manifestación, hizo que se quitara al Presidente Municipal Pozos para poner en su lugar al que convenía a los intereses del señor Sepúlveda. Suplico a la Secretaría dé lectura a este periódico.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"La Voz del Obrero."- Director y Editor Responsable, Juan Pérez.- Número 5.- México, D. F.- Domingo 21 de julio de 1918.

"El pueblo de Pozos, Guanajuato, ha dado una prueba de alto civismo y de haberse identificado con los ideales salvadores de la Revolución. Por una verdadera casualidad resultó electo Presidente Municipal de este Distrito, el sacristán mayor de la parroquia, don Tomás de la Vega. Como era natural, sus procedimientos olían a confesionario y era de esperarse, como las intrigas al estilo clerical, las intransigencias y atropellos marcados con el sello del absolutismo estaban a la orden del día. Como una muestra del carácter de esa malhadada administración, citaremos el caso de haber permitido una procesión religiosa, con la pompa de tales casos, por las calles céntricas de la ciudad, con música, velas, estandartes, etc.

"Tal estado de cosas no podía continuar más tiempo en el pueblo eminentemente liberal; comprendiendo que las violaciones a la Constitución no pueden pasar desapercibidas para los que con su voto contribuyeron para darle vida, en un supremo esfuerzo democrático se levantó airado, y en ordenada manifestación se presentó en la Presidencia Municipal a exigirle su renuncia al cacique clerical, que soñaba con los tiempos dictatoriales y se creía señor de horca y cuchilla. Los CC. Moisés Trejo y Francisco Cárdenas y otros en brillante peroración, hablaron en nombre del pueblo y pidieron en términos enérgicos, pero respetuosos, que se atendiera la voluntad del pueblo soberano, a lo que de su agrado accedió el sacristán, ofreciendo presentar desde luego su renuncia. Acto continuo, el numeroso pueblo allí congregado se dirigió a las respectivas casas de los ciudadanos Munícipes, para convocar a una sesión extraordinaria, la que tuvo lugar inmediatamente, aceptándose la renuncia del señor de la Vega. El pueblo unánimemente aclamó al C. Manuel Arias, quien salió electo Presidente Municipal, tomando desde luego posesión, en medio de una delirante ovación. De esta manera el pueblo supo imponerse ante el despotismo de un retrógrado......"

El C. Alcocer, continuando: Ya ven ustedes cómo el suplente del señor Sepúlveda, después de ordenada, pero enérgica manifestación, quitó a aquel hombre que era honrado, puesto que todo Pozos lo conoce como tal y, sobre todo, era un Presidente Municipal electo legalmente y no podía, bajo ningún concepto, exigirle la renuncia de esa manera, esa era una asonada; había tribunales para que se dirigieran a ellos para poder quitarlo, acusarlo, pero nunca quitarlo de esa manera. Eso, como vulgarmente se dice, lo hicieron para cubrir las apariencias; pero; en efecto, fue única y exclusivamente para contar incondicionalmente con el Presidente Municipal de Pozos. Al llegarse las elecciones en Pozos mandé mis representantes, y la turba encabezada por Moisés Trejo desde luego los atacó, los redujo a una habitación únicamente y allí hasta bombas de dinamita les arrojaron. (Voces: !Ah!) Se dio cuenta de este atentado el señor coronel Gallegos y el señor coronel Gallegos reunió a sus fuerzas, a las órdenes del mayor Núñez, que se encontraban entonces en San Luis de la Paz. Se Verificaron las elecciones y entonces el señor Sepúlveda estuvo presenciando todos los actos de la Junta Computadora; yo no me encontraba allí, estaba un representante mío. El señor Sepúlveda personalmente hizo todos los cómputos y se dio cuenta de las elecciones, y cuando a las tres de la mañana, porque fueron continuas, a las tres de la mañana, vio que había perdido, con coraje arrojó el papel, tomó su sombrero y salió sin hacer absolutamente ninguna protesta ante la Junta Computadora, como debió hacerla. Después, al pasar tanto tiempo sin la discusión de mi credencial, al venir a darnos el bello golpe teatral, como se lo dio el C. Siurob, y al que malamente quiso imitar el señor Leal, porque no tiene el mismo talento para atacar que el doctor Siurob, el uno por ser de mala fe, puesto que fue mala fe del doctor Siurob venirme a atacar de esa manera, pero tomó el señor Leal la escuela y lo hizo perfectamente mal, puesto que no logró obtener lo que obtuvo el señor doctor Siurob. Una vez que terminó la Junta Computadora, el acta arrojó en favor del señor Sepúlveda mil ochocientos y tantos votos, mil ochocientos cincuenta y cuatro votos, en favor mío dos mil sesenta y cinco; de estos dos mil sesenta y cinco votos corresponden al Distrito de San Luis de la Paz dos mil únicamente para mí. Aquí tenemos el censo de 1910, que fue el que rigió las elecciones, y si

tenemos en cuenta que San Luis de la Paz es una población agrícola que a sufrido poco, por la habilidad de sus hombres que se han sabido defender siempre y nunca ha habido un ataque contra San Luis de la Paz, porque han sabido rechazarlos y no ha habido ninguno, ni un ataque, jamás, contra San Luis de la Paz. En 1910 el Distrito de San Luis de la Paz arrojaba lo que va a leer el señor Secretario.

El C. Prosecretario Aguilar Pablo: "San Luis de la Paz, hombres; 14, 405.

El C. Alcocer: 14, 405, de esos votaron 2,300. No es una votación exagerada 2,300 para 14, 405. El Distrito de Pozos, antes se llamaba Porfirio Díaz.

- El mismo C. Prosecretario: "Ciudad Porfirio Díaz, 4,642 hombres."

El C. Alcocer: 4, 642 hombres en 1910, centro minero de mucha importancia, 10 negociaciones, mayores de las que trabajan ahora, estaban en productos y había cuatro mil y tantos hombres, ahora ha disminuído notablemente y el señor Sepúlveda allí ha sacado 1,500 votos y 50 votos yo; es decir, señores votó una tercera parte: ¿en dónde, señores diputados, se presume que hubo mas chanchullo, si en San Luis donde votó la séptima parte de los hombres o en Pozos donde votó casi una tercera parte? Esto es lógico, esto es racional esto es efectivo. Creo que con esto queda perfectamente demostrado que no hubo presión en la elección. En cuanto a lo que nos trajo aquí el señor zapatista, el señor Méndez, (Voces: no es zapatista.) sí es zapatista; el señor Méndez, que nos dijo que mi candidatura no estaba registrada, el día siguiente de la primera discusión de mi credencial, cuando el señor general García pidió permiso para retirar el dictamen, pues no fue rechazado por la Asamblea, como consta en el "Diario de los Debates," sino que pidió permiso para retirar el dictamen, y me dijo que pusiera un telegrama a San Luis de la Paz preguntándoles en qué fecha se había registrado mi candidatura, yo le supliqué que lo pusiera él, y él me contestó: "póngalo usted, es igual," ¿no es verdad señor licenciado García?

El C. García Carlos: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: tiene usted la palabra.

El C. García Carlos: es verdad.

El C. Alcocer: Este telegrama existe allí redactado poco más o menos en los mismos términos en que está redactado el telegrama del señor Sepúlveda. El hombre que lo puso era sumamente apreciado en San Luis de la Paz y creo que ni el señor Sepúlveda ni ninguno de ellos se atreverán a mancillar su honor de Presidente Municipal, puesto que ninguna protesta existe de haberse inmiscuído en las cuestiones electorales. ¡Desgraciadamente ese hombre murió! Hay un dato más y siento no poder interrogar al señor Sepúlveda; pero él dentro de su conciencia estará conforme: el Presidente Municipal de Pozos, perfectamente parcial quizá el más adicto a los intereses del suplente del señor Sepúlveda, dirigió un oficio diciendo que no repartiría mis boletas en las elecciones, puesto que mi candidatura no estaba registrada en Pozos; debiendo yo advertir que el Distrito Electoral de San Luis de la Paz se compone de dos distritos: el de San Luis de la Paz y el de Pozos. Como contestación a ese oficio se manifestó que la candidatura del licenciado Alcocer había sido registrada con tal fecha por tales y cuales clubes y que no debía registrarse en la cabecera del Distrito de Pozos, por estar ya registrada en la cabecera del Distrito Electoral. Ese documento debe obrar tanto en los archivos de San Luis de la Paz como en los de Pozos. Queda por lo tanto demostrado que no necesité gendarmes para ir a registrar mi credencial, puesto que ya estaba registrada con anterioridad ala candidatura del señor Sepúlveda.

Respecto a lo que dice el señor Leal cuando tocó el punto de los secretarios particulares de los Gobernadores de los Estados, aun cuando está plenamente probado que yo renuncié por decoro la Secretaría Particular del Gobierno de Guanajuato, no porque la ley me lo imponía, voy a decirle que no tenía necesidad de eso y que los documentos que el mismo señor Leal arguye de falsos no los son; y si se cree que lo sean, nada más fácil que agregarlos a la acusación presentada contra el Gobernador de Guanajuato. Dice él que uno de los documentos no tiene número y yo le manifiesto que se despachan tantos oficios por el mismo Gobierno, que es muy explicable la omisión del número en uno de ellos; que no se copió, y sólo se puede decir esto cuando se está animado de la más mala fe, porque en esas oficinas no se copia ningún documento a la prensa, sino que se dejan los duplicados en papel carbón. Además, existe la copia en el expediente y la puede ver el señor Leal. En cuanto a la cuestión de secretarías particulares de Gobernadores de los Estados, yo quisiera que el muy inteligente abogado Leal dijera la definición de jurisdicción.

El C. Leal: No estoy en examen.

El C. Alcocer: ¡Muchas gracias! Pues el diccionario de Legislación de Escrichc dice sobre jurisdicción: "El poder o autoridad que tienen algunos para gobernar o poner en ejecución las leyes." Cuando se ha visto, señores, y este es el punto que debe tocarse sobre este asunto, cuando el artículo constitucional dice que los Gobernadores, los secretarios de los Gobernadores, sus secretarios, los jueces de Distrito, dentro de su jurisdicción... ¿pero cuándo se ha visto que un secretario particular ejerza jurisdicción? Luego no están comprendidos perfectamente y esto lo debió haber visto el señor licenciado Leal al examinar el dictamen, ya que ha venido aquí mandado por el señor Oficial Mayor de la Secretaria de Hacienda, el señor Madrazo, a atacar el dictamen, pues ya dentro de un momento, dando las doce, habrá una prueba patente de ello, veréis cómo llega un contingente de empleados de la Secretaría de Hacienda que a cada palabra que se dice del señor Madrazo aplauden, porque están allí para eso; debió haber estudiado el señor licenciado Leal ese punto y se habría convencido de lo que dice la muy autorizada opinión del señor licenciado Machorro Narváez, como pasó al discutirse la Ley Electoral, como hizo la Honorable Asamblea legislativa pasada que dijo que los secretarios particulares no están comprendidos en el artículo 54 de la Constitución General de la República.

Ahora la Asamblea se ha dado cuenta perfecta de que todo lo que se ha venido a decir ha sido única y exclusivamente contra el gobierno de mi hermano, el señor licenciado Agustín Alcocer. Tiempo vendrá, existe una acusación contra él, existe una comisión punitiva, así se le ha llamado en el Estado de Guanajuato que protesta contra ella; una comisión investigadora de la Suprema Corte, ¿por qué no esperan estos señores a que la Suprema Corte resuelva? ¿Por qué no esperan la acusación de esta Cámara para venir a vomitar tantas cosas? Absolutamente no quiero defender al gobierno de Guanajuato sino hasta llegada la ocasión, si es que estoy aquí, pues tendré como todo guanajuatense, la obligación de defenderlo, o estará algún diputado por Guanajuato y si no, algún hombre honrado que levante su voz sobre esta tribuna (Siseos y aplausos.)

El C. Presidente: tiene la palabra en contra el C. Gutiérrez de Velasco.

El C. Gutiérrez de Velasco: Honorable Asamblea: verdaderamente siento abordar esta tribuna para venir a tratar asuntos personales, porque por convicción nunca me gusta atacar a ninguna persona; pero aquí no se trata ya de una persona, se trata de una familia reinante en el Estado de Guanajuato, que cual pulpo gigantesco ha caído sobre este desgraciado Estado y ahora quiere lanzar uno de sus tentáculos sobre la Cámara de Diputados, después de haber lanzado otro de esos mismos tentáculos sobre la Cámara local, en donde ésta de diputado un hermano del Gobernador, habiendo entrado allí de la manera más inicua, como puede entrar un individuo, pues no hizo nada y ni siquiera dio un solo paso para obtener su credencial, sino que el día anterior a las elecciones fue cuando comenzó a hacer su propaganda, propaganda que hizo con la fuerza y de esa manera entró a la Legislatura local. Cuando el célebre Presidente Monroe lanzó su doctrina aquella de "América para los americanos," hizo verdadera sensación en todo el mundo; pero en Guanajuato se ha corregido, más bien dicho, se ha aumentado esa doctrina y tenemos otra mejor: " América para los americanos y Guanajuato para Alcocer y sus hermanos." (Aplausos de las galerías.) Dice el señor licenciado Alcocer que no hubo imposición para su credencial; es verdaderamente extraño que no haya habido imposición para su credencial cuando, no imposición, pero sí terrible presión la hubo en todo el Estado de Guanajuato. La primera presión que hubo fue la cita por el Gobernador de Guanajuato a la capital del Estado, de todos los Presidentes Municipales, diciéndoles estas o parecidas palabras: No podrá salir absolutamente ningún individuo del Partido Radical ni del "P. L. C.," porque tengo orden del señor Secretario de Gobernación, y aunque sea colgando a estos candidatos, hay necesidad de que no salgan, y no atestiguo con muertos, el señor Pérez Vela, que debe estar presente, recibió también esta consigna siendo Presidente Municipal de Celaya. Con permiso de la Presidencia. Señores Pérez Vela, ¿es cierto o no?

El C. Pérez Vela: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Pérez Vela: Honorable Asamblea: A fin de contestar con todo detenimiento esta pregunta, debo ser un poco extenso, si la Asamblea permite desde luego diga mis ideas sobre el particular; y si no, lo haré después de que concluya el señor Gutiérrez de Velasco.....(Voces: ¡En seguida!) Bien, señores diputados: el 21 de junio del corriente año se recibió un telegrama en la Presidencia Municipal de Celaya, en que se conminaba a que me trasladara inmediatamente a la capital del Estado. Salí luego a la capital del mismo y al llegar allá tuve que hacer lo que generalmente hacen todos los individuos cuando van a tratar asuntos oficiales: pasé a la Secretaría Particular, en la que usted, señor licenciado don Ernesto Alcocer, ejercía todavía sus funciones de Secretario. (Aplausos en las galerías.)

El C. Alcocer: ¡Una interpelación!

El C. Pérez Vela: ¡No, señor! Recuerdo perfectamente que estaban entonces dentro del despacho del Gobernador del Estado, el general Horcasitas y un grupo de militares; pasó bastante rato hasta que hubo quedado enteramente solo el señor Gobernador; me llamó a su presencia y entró después el señor licenciado don Ernesto Alcocer, así como también penetró el señor licenciado don Lucio Berlanga, Oficial Mayor de la Secretaría General del Gobierno; presentes los tres, las palabras del Gobernador fueron más o menos las siguientes: que el Presidente de la República, no el Secretario de Gobernación, a no ser que a otro Presidente Municipal se le haya dicho esto, pero a mí, se me manifestó que el señor Presidente de la República, don Venustiano Carranza, era quien personalmente había dado las órdenes estrictas y terminantes de que cesara ya aquel estado de cosas en Guanajuato, en que cualquier Presidente Municipal hacía lo que quería; que había que colgarlos si no obedecían los mandatos de la superioridad y que a mí por esa única vez se me hacían advertencias en lo personal y de la manera privada que se había usado; pero que de no someterme a las indicaciones del Gobierno del Estado, tendría que soportar las consecuencias, puesto que ya estaban hartos de oposición. Después de eso el señor Gobernador del Estado, en medio de algunas palabras que la decencia de este augusto recinto prohibe volver a manifestar tal como él me las lanzó a mí, me dijo que tendría yo que aceptar y sacar triunfante en el Distrito de Celaya el candidato que él me manifestara. Señores representantes: en aquella ocasión el candidato para Celaya era el señor Miguel F. Barrón. Con toda indignación de que debe sentirse capaz un hombre que se precia de llevar la más elemental, la más insignificante honradez, tuve que contestar al Gobernador del Estado y al Señor Secretario Particular, su hermano, muy especialmente - pues el mismo licenciado Lucio Berlanga ya en esos momentos, y debo decirlo en honor de él, no tomaba parte en las amenazas - que era absolutamente imposible, que me extrañaba que siendo Gobernador del Estado desconociera el medio de la población de Celaya, donde las escuelas que sostiene allí la Beneficencia Pública y no el Gobierno del Estado, eran las que habían hecho cambiar de una manera radical el alma del pueblo de Celaya, que allí reinaba la clase media, que era la que imponía su voluntad y que era absolutamente imposible hacer triunfar un candidato que no debía triunfar, sino el que el pueblo consciente de sus derechos designara. (Aplausos.)

El C. Alcocer: ¿Me permite una interpelación el orador?

El C. Gutiérrez de Velasco: Con todo gusto.

El C. Alcocer: El C. Pérez Vela .....(Campanilla.)

El C. Presidente: Con permiso de la Presidencia, tiene la palabra el C. Alcocer.

El C. Alcocer: el señor Pérez Vela fue a Guanajuato, no a recibir consignas fue a pedir permiso para lanzar su candidatura por el Estado de Guanajuato y lo que ha dicho es falso. (Murmullos.)

El C. Pérez Vela: Suplico al orador me conceda contestar esos cargos. (Voces: ¡No! ¡Si!)

El C. Presidente: Después del debate. Continúa en el uso de la palabra el C. Gutiérrez de Velasco.

El C. Gutiérrez de Velasco, continuando: Pues bien, señores, en León pasó exactamente lo mismo, fue llamado el Presidente Municipal para recibir exactamente la misma consigna a favor del candidato del Gobernador del Estado. Este individuo no quiso aceptar aquella consigna, porque se la hacía demasiado fuerte, y entonces fue obligado a aceptar su dimisión y entró de Presidente Municipal un individuo que era enemigo de los candidatos independientes, un doctor López. Al comandante de la policía, que también era amigo de nosotros, se le quiso obligar a que renunciara, pero con toda entereza dijo que su renuncia únicamente la presentaría a instancias del Ayuntamiento y el Ayuntamiento no quiso reunirse para no obligar a un hombre digno a que renunciara. Esta es la imposición por los Presidentes Municipales y me extraña verdaderamente que habiendo sido llamados todos los Presidentes Municipales para darles esa consigna, el único que no tuviera consignas fuera el correspondiente al señor Alcocer, pero debo advertir a ustedes esta cuestión, el Presidente Municipal de Pozos a que se refiere el señor Alcocer, que quitó el pueblo a fuerza, fue el Presidente Municipal que el Gobernador impuso y el pueblo no lo quería y para quitar a ese Presidente Municipal, al señor Alcocer se le fue a pedir que lo retirara, no lo quitó el pueblo; esa es la imposición respecto de los Presidentes Municipales.

Respecto de que el Señor Alcocer llevaba fuerzas para su propaganda, él mismo no lo ha podido negar, y conforme a la fracción IV, artículo 55, eso sólo hecho es suficiente para que no sea buena su elección, porque su presume una presión, pero no conforme con esas presiones, todavía aquí ha venido a la Cámara a pretender ejercer presión; hay una cosa verdaderamente chusca, curiosa: que mi contrincante, que traía un número de votos verdaderamente ínfimo respecto del mío, aseguraba aquí en los pasillos que él había de entrar, porque se lo había dicho ya el señor Alcocer, y tan seguro estaba de su triunfo, que había tomado casa en México y tenía sus tarjetas a la XXVIII Legislatura. Siguió el señor Alcocer, no precisamente ejerciendo presión, porque aquí en la Cámara ya no somos niños ni nos espantamos, pero sí se susurra por ahí algo que yo quiero verdaderamente que quede desvanecido, en honor de la Cámara, porque ya no solamente entre los diputados, sino entre el pueblo se habla del asunto; se dice que el señor Alcocer ha comprado a algunos diputados, y no lo creo yo..... (Voces: ¡Nombres, nombres!) ¡Un momento! El señor licenciado Parra dicen que ha recibido tres mil pesos. Señor licenciado Parra, ¿me hace usted favor de negar esto? Porque no quiero que en la Cámara se diga tal cosa.

El C. Parra Enrique: lo desmiento en lo absoluto.

El C. Gutiérrez de Velasco: ¡Perfectamente bien; lo celebro! Y no sólo se ha hablado del señor licenciado Parra, sino también de otros diputados..... (Voces ¡Nombres!) Se dice que el señor Villaseñor Mejía, igualmente, recibió dinero y que el señor Martínez del Río recibió dos mil pesos....

El C. Martínez del Río: ¡Por conducto del Vaticano!

El C. Villaseñor Mejía: Pido la palabra para contestar la alusión personal.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Villaseñor Mejía: Hasta ahora, señores, he dado pruebas de no ser tan inmoral como el señor que se encuentra en la tribuna, quien, siendo Tesorero General de la Nación, aceptaba el sueldo de ese empleo y el que le corresponde como diputado. Con respecto al cargo infundado que me hace, que se convenza él de que, si yo estuviera interesado en defender al señor Alcocer, estaría inscripto entre los oradores del pro. Pido a la Presidencia que se lea la lista de los oradores inscriptos, y al C. Gutiérrez de Velasco le ruego que no sea tan ligero para hacer cargos gratuitos que no puede probar.

El C. Gutiérrez de Velasco: Voy a contestar: He dicho que por honor de la Cámara, no creía en esos cargos; pero quería que ustedes los desmintieran. ¡Ha tomado usted el rábano por las hojas! (Aplausos de las galerías) He dicho que formando yo parte de la Cámara, he sido el primero en negar, por que esto no debe hacerse público, ni creo que haya diputados que se vendan.... (Voces ¡Aaah!)

Voy a terminar, señores, y únicamente como incidental trataré el asunto que tocó el señor Martínez del Rió, respecto al odio que se le tenía al Gobernador Alcocer por cada uno de los candidatos o futuros candidatos al Gobierno del Estado, poniendo a la cabeza a los madracistas. Me extraña verdaderamente que, por ser futuros candidatos, odiemos los partidarios de ellos al señor Gobernador Alcocer. Esta es la única explicación que puede darse al asunto, que ya por ahí se susurra de que todos los candidatos odian al señor Alcocer, menos el señor Martínez del Río, que también será futuro candidato del señor Alcocer. (Murmullos.)

El C. Martínez del Río: Apoyado por el Vaticano.

- El. C. Gutiérrez de Velasco: Respecto al asunto tan traído y llevado de que si el señor Alcocer era o no secretario partícular, creo que en la conciencia de todos esta está perfectamente impreso que era secretario particular y, que por consiguiente, no puede ser diputado (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Parra (Aplausos en las derechas.)

El C. Parra: Honorable Asamblea: He tenido noticias de que algunos amigos míos han extrañado que yo aceptara esta defensa, y también he recibido noticia de que ha habido deslenguados que

dijeran lo que vino a citar aquí este señor de Velasco. Para los primeros, yo tengo mi mas profundo agradecimiento, porque veo en ellos, en esa manifestación, una distinción más de las que ya he recibido; pero para los segundos no tengo más que el más profundo desprecio, que merecen todos aquellos que hablan sin poder probar lo que dicen. (Aplausos de las derechas.) Para los primeros, es decir, para aquellos que extrañan por qué acepté esta defensa, para ellos me voy a esforzar en demostrar la legalidad de la credencial, para que así no soló consiga el objeto que aquí me trae, sino que a la vez, consiga satisfacer el deseo que tienen de saber por qué acepté esta defensa. Pero para llegar a este fin, quiero yo apartarme en lo absoluto del camino que ésta tomando esta discusión, porque si por él seguimos, jamás habremos de dar término a este asunto. Hay momentos en esta Asamblea en que ya no sabemos si se está discutiendo la acusación al Gobernador de Guanajuato, si se están haciendo cargos al Presidente de la República, o si se está tratando otro asunto distinto, y esto es separarnos en lo absoluto de la cuestión. Aquí nosotros no tenemos más que saber si la elección a favor del señor Alcocer es buena o no, si la credencial que trae es buena o no lo es y para llegar a esta conclusión, voy a seguir el camino que trazó el primero de los oradores que habló aquí, es decir, el señor Leal, porque presentó unas bases para su discurso, que si las hubiera seguido, quizá hubiera conseguido más de lo que se proponía. El dijo que aquí venía a demostrar que el señor Alcocer era secretario particular dentro de los noventa días, que después demostraría que los secretarios particulares no podían ser electos diputados, luego había de probar que hubo presión y, por último que, el Gobernador de Guanajuato había hecho imposiciones, y de aquí llegar a la conclusión de que se debía rechazar esa credencial. Si hubiera seguido ese camino, se hubiera aproximado a su objeto; pero al leer su discurso nos convencimos de que apenas entró a tratar la cuestión del Gobernador de Guanajuato, se perdió por ese camino y no nos vino a traer aquí ninguna prueba fehaciente ni de la presión, ni del hecho de que haya sido secretario, ni de los razonamientos de que los secretarios estén impedidos para ser electos diputados. Me voy a proponer demostrar a ustedes que los secretarios particulares, constitucionalmente no están impedidos para ser diputados; después voy a procurar demostrar que no hay pruebas fehacientes de que el señor Alcocer haya sido secretario durante los noventa días, y después voy a demostrar que no hubo presión, y que si la presión existió, no es de las que acarrean nulidad para la credencial.

El artículo constitucional, es ya sabido de todos, cuando establece que no pueden ser diputados los Gobernadores y sus secretarios, y el argumento con más apariencia de legalidad que aquí nos hace valer para comprender allí los secretarios particulares, es el que cuando la ley no distingue no debe distinguir el que la interpreta, pero la aplicación de este principio de interpretación es absolutamente inadecuado aquí; no es que la ley no distinga, es que la ley no puede referirse más que a una determinada clase de Secretarios. Y luego vamos a llegar a esta convicción acudiendo al camino más expedito: Si nosotros hubiéramos interpretado la Constitución de 1857 o la de 1824, dificultad tendríamos para llegar al fondo de un artículo cuya discusión no presenciamos y cuyos miembros constituyentes de aquellos Congresos ya no nos pueden ilustrar; pero cuando vamos a interpretar un artículo de un congreso cuyos debates hemos leído, de un Congreso que tiene a algunos de sus miembros aquí en esta Cámara, es muy sencillo llegar a la interpretación exacta, propia e indiscutible de cada precepto constitucional. Si cuando acudimos a todas las comisiones que dictaminaron sobre ese artículo y a los diputados que allí estuvieron, todos nos han sostenido que nadie habló de Secretarios Particulares, ¿hemos nosotros de inventar que quedan comprendidos los Secretarios Particulares en esos impedimentos? Eso no sería proceder con lógica. Y luego si se argumenta por el sentido de que los que votaron en contra del artículo en el Congreso Constituyente, lo hicieron para que se comprendiera a los Oficiales Mayores, y así parece que habíamos de llegar a la conclusión de que los Secretarios Particulares con mayor razón debieran ser excluídos, entonces tenemos que acudir a conocer cuáles son las funciones de los Secretarios Particulares para saber cual fue la mente del Congreso Constituyente respecto a impedimentos; y si el Constituyente no comprendió en su artículo como impedimento el hecho de ser Secretario Particular del Presidente de la República o de los Ministros, ¿hemos nosotros de pensar que quiso referirse a los Secretarios Particulares de los Gobernadores? Esto es absolutamente inconcebible. Si, pues, con las reglas de la lógica interpretamos la ley, es necesario concluir que los Secretarios Particulares no están comprendidos en el precepto constitucional de que estoy tratando. Y, bien, señores diputados, obtenida esta convicción, sigo examinando el expediente y voy a manifestar, una a una, cuáles son las pruebas de que el señor Alcocer haya sido Secretario Particular y cuáles son las de que no lo haya sido. Me encuentro que las pruebas de que este señor haya sido Secretario Particular, consisten: primero, en que escribió una carta en un papel que lleva un membrete de la Secretaría Particular. Yo me pregunto: ¿es esta una prueba de que es Secretario Particular el C. Alcocer? No, cada uno de nosotros que hemos desempeñado puestos conservamos en nuestro poder el papel que entonces usábamos y después podemos emplearlo tranquilamente y sin que por eso a nadie se le ocurra venir a decir que seguimos desempeñado el mismo puesto.

El C. Mendez: ¿Me permite una interpelación el orador?

El C. Parra: Después que termine. Sería tan impropio como decir que por el hecho de aparecer una carta de cualquier ciudadano en papel de la XXVII Legislatura, sigue siendo diputado a la XXVII Legislatura. ¿Por qué motivo hemos de dar fe a un documento de esta clase para que traiga la convicción de que es Secretario Particular? Pero hay más: dicen los oradores del contra que ese documento está corroborado perfectamente por un oficio de la Secretaría de Gobierno del Estado de Guanajuato, que trata del mismo asunto a que se refiere el señor Alcocer. ¿Pero de aquí también hemos de concluir

que estaba en funciones de Secretario Particular? Yo no puedo sacar de aquí un argumento que me lleve completamente a esa conclusión. Y veamos los demás documentos presentados aquí, el que, en efecto, tiene visos de documento que merezca la pena de tomarlo en consideración. El ciudadano Juez de Distrito de Guanajuato, contestando una pregunta que le hizo la pasada Legislatura, dice que es Secretario Particular el señor Alcocer. Este documento expedido por una autoridad podría tener, a mi juicio, algún valor, si no tuviéramos en frente otras pruebas, pero sé decir a ustedes, y aquí lo saben todos los abogados y aun los que no lo son, que nuestros funcionarios públicos hacen fe en aquellos actos para los cuales están instituídas sus funciones, pero no la hacen respecto de aquellos en que nada tienen que ver. El Juez del Distrito de Guanajuato está muy lejos de ser capacitado para decir quién es Secretario Particular y quién no es Secretario Particular; quién es Oficial Mayor y que no es Oficial Mayor; en consecuencia, al expedir un certificado de esta clase se salió por completo de sus funciones y deja de hacer prueba plena este documento. Entonces, ¿a qué tenemos que acudir? Pues al único documento que existe: el expedido por el Gobernador del Estado. Pero entonces dicen: es hermano del señor Alcocer. Pues bien, es hermano y bien podía ser su papá, pero es el único funcionario capacitado para certificar aquel acto. ¿Pues qué, querían los oradores del contra que el Gobernador de Guanajuato hubiera pedido una licencia a la Legislatura local y que se nombrara un Gobernador provisional para otorgar el oficio al señor Alcocer? Esto es ridículo, esto no es comprensible y este documento que sí es público y que hace prueba plena conforme a todas las legislaciones, es el que me lleva a la convicción, mientras no se pruebe oficialmente lo contrario que el señor Alcocer dejó de ser Secretario Particular. Pero más aún , ese documento si está corroborado por otro de la misma clase: aquí hay un telegrama, al cual se le ha dado lectura, en el cual el Jefe de la oficina de Rentas en Guanajuato certifica que el señor Alcocer no cobró sueldo de Secretario desde la misma fecha, y si por una parte el Gobernador del Estado certifica que se le concedió licencia y por otra parte el Jefe de la Oficina de Rentas dice que no cobró sueldo desde esa fecha, ¿a qué más tengo que acudir para certificar que no es Secretario Particular? Y entonces, señores diputados, si tengo la convicción de que los secretarios Particulares no están impedidos constitucionalmente, si no hay pruebas fehacientes de que el señor haya sido Secretario Particular y si, por el contrario, existen pruebas de las que la ley manda, de las que nosotros estamos obligados a atender, que dicen que se separó del puesto, ¿qué queda por examinar? queda solamente la presión. Sobre este punto seré todo lo breve que lo permita la Asamblea. Ya hemos llevado y traído mucho la palabra presión a propósito de la discusión de credenciales y no es la primera ocasión que acontece, sino que en todas las Asambleas se acude como estribillo, a las palabras presión e imposición. ¿Pero hemos llegado a determinar qué cosa es presión? por que presión la ejerce un candidato mediante un brillante discurso en su Distrito, presión la ejerce un profesionista que al hacer su campaña electoral no cobra sus honorarios en ejercicio de sus funciones, presión la ejercemos todos los que vamos a nuestros Distritos a trabajar por nuestras candidaturas, ¿pero esta es la presión a que la ley se refiere cuando quiere tachar de nulidad a una elección? no puede ser, ¿qué es lo que la ley persigue? lo que la ley persigue es lo siguientete: la ley tacha de nulidad a una elección por presión, cuando aquella presión llegue al extremo de que se prive de la libertad a los votantes, porque entonces no hay elecciones y, claro que en ese caso no debe aprobarse la credencial.

Si a mí se me viniera a probar aquí que la escolta del señor Alcocer, o que los soldados que había en aquella Municipalidad, estuvieron el día de la elección haciendo presión sobre los ciudadanos para obtener determinado número de votos, entonces yo diría que aquella elección era perfectamente nula; pero que por el hecho de que en un distrito formado por veinte mil habitantes haya habido ocho soldados, creer que haya habido presión allí, se necesita ser muy candoroso. Francamente no comprendo quién pueda estimar la presión en ese sentido.

¿Dónde están aquí en el expediente las pruebas de que el señor Alcocer haya recorrido, como algún orador lo asienta, todo aquel distrito, con fuerza armada? ¿un Distrito de grande extensión recorrido con una pequeña escolta, como seguramente lo hicieron muchos diputados por las inseguridades actuales, puede decirse por esto que hubo presión? Pero todavía más: el punto donde se dice que existió presión, porque allí había militares, es el de Pozos y, naturalmente, al escuchar la voz de los oradores del contra, que hacen consistir en esto la formidable presión, era de esperarse que el señor Alcocer hubiera obtenido una gran mayoría de votos; pero examinando los expedientes de Pozos, resulta que allí triunfó el otro candidato, señor Sepúlveda; de manera que donde se ejerció la presión en favor del señor Alcocer, triunfó su contrincante. En vista de los expuesto, ¿cómo va a nulificarse la elección en favor del señor Alcocer? Esto sería precisamente ir en sentido contrario de lo que marca la ley. Ahora bien, la imposición, que es el último punto de que se ha hecho alusión, ya se ha tratado en esta tribuna por un orador tan atingente, como el señor Vadillo, a propósito de no sé qué elecciones de puebla, en que se alegaba que los empleados habían sido electores o presidentes de Mesa; y vino a decir que los empleados no pierden sus derechos y que pueden ejercitarlos; pero que para que haya imposición, es necesario que toda la máquina administrativa intervenga directamente en las elecciones, y esta es la verdad. ¿Ustedes conciben en qué forma pudo la máquina administrativa de Guanajuato haber intervenido en Pozos? Seguramente no sería en la forma de mandar cuatro o cinco soldados que aparecieron un día y desaparecieron al siguiente: esto no es imposición. Si, pues, no encuentro ni puedo encontrar presión, si no encuentro imposición, si constitucionalmente es legal la elección, y si no hay pruebas del cargo hecho al C. Ernesto Alcocer, de ser secretario particular del Gobernador de Guanajuato durante los noventa días anteriores a las elecciones, no puedo opinar en sentido contrario a la aprobación de su credencial. Estas son las razones que he tenido para defenderla, porque la encuentro enteramente

justificada. Ya va hacer dos años que el señor Alcocer vino a esta Asamblea con una credencial del mismo Distrito y...(Toses en las galerías Voces: ¿Señor Presidente, quíteles usted la tos!). en aquella ocasión el partido dominante no aceptó la credencial del señor Alcocer y recuerdo y habrán de recordar los compañeros de la XXVII Legislatura, que al salir del salón el señor Alcocer, manifestó desde entonces que volvería a trabajar en el mismo Distrito para traer de nuevo una credencial, y aquello que pareció una figura literaria se ha realizado ahora, porque volvió a trabajar por el mismo Distrito y trae de nuevo esa credencial. Aquel Congreso arrojó de aquí al señor Alcocer, aquel Congreso declaró que los méritos revolucionarios del señor Sepúlveda sí existían y no los del señor Alcocer; este Congreso ha dado pruebas de guiarse exclusivamente por el criterio legal, y si es así y así ha de ser, tenemos necesidad de admitir como válida la credencial del señor Alcocer. (Aplausos de las derechas).

El C. Presidente: Tiene la palabra para aclaraciones el C. Pérez Vela.

El C. Pérez Vela: Honorable Asamblea: Me permito hacer una pequeña digresión para contestar al ciudadano diputado que dice que he venido a decir una sarta de sandeces. Que venga a contestármelas en este mismo sitio. (Aplausos.) Creo, ciudadanos diputados, y considerándome representante legítimo del 11 Distrito Electoral del Estado de Guanajuato, que todos los demás colegas deben concederme el derecho que tengo de hacerme oír desde una tribuna, para hacer las aclaraciones siguientes: me referiré en primer lugar, a lo que se ha dicho aquí, que estamos - y entre esos me comprendo yo - , íntimamente ligados con la sucesión en el Gobierno del Estado de Guanajuato; que cada uno de los que hemos venido a esta tribuna a impugnar la credencial del C. Alcocer, es porque ya tenemos un prejuicio, una obsesión para favorecer a determinada personalidad; pues bien, ciudadanos diputados, yo declaro con la más estricta honradez, que por mi parte no tengo absolutamente ningún prejuicio y que muy aparte dejo las elecciones que se verificarán todavía dentro de un año. Debo hacer constar a ustedes que, al resultar electo para desempeñar el cargo de Munícipes en Celaya, ni siquiera me encontraba en Guanajuato, sino que la mayor parte de mi tiempo la pasaba en territorio michoacano, allí he podido darme cuenta de un Gobernador que realmente sí se preocupa, el señor ingeniero Pascual Ortiz Rubio, por destruir algo siquiera de los males que se ciernen sobre este Estado; pero en Guanajuato es todo lo contrario de lo que pasa allá. Allí el señor Ernesto Alcocer es el factótum del Gobierno y es la figura prominente; por eso, cual ha señalado aquí uno de los oradores que me ha precedido en el uso de la palabra, sobre el territorio de Guanajuato tenemos un pulpo que tiene extendidos sus tentáculos sobre todos los Distritos de aquel Estado. Uno de esos tentáculos se pretende hacerlo llegar hasta la Representación Nacional, por eso se nos ha mandado aquí la figura de más relieve..... (Siseos.) Bien, señores, esos siseos de las galerías, donde se encuentra una gran parte de buenos elementos, vienen de los oficiales de Estado Mayor que han venido aquí con el Gobernador de Guanajuato a vigilar el funcionamiento de esta Representación Nacional.

Hecha esta pequeña digresión, paso primeramente a manifestar que, el ser llamado yo, como Presidente Municipal de Celaya, a la ciudad de Guanajuato, fue también en el mismo tren el ciudadano Presidente Municipal de San Luis de la Paz, y en una comida, en la que estuvo presente el actual senador por Guanajuato, don Juan Barrón , allí, en un cambio de impresiones que tuve con el Presidente Municipal de San Luis de la Paz, y que si es honrado creo que debe declarar ante quien corresponda o a quien tenga interés sobre el particular, que a él también se le llamó para hacerle las mismas indicaciones, para cometerse con él igual presión que la que se había cometido conmigo y que igualmente se ejerció con los Presidentes Municipales de los diferentes Distritos del Estado de Guanajuato. Sentado perfectamente que el señor licenciado Ernesto Alcocer realmente no creo, por ningún motivo, que traiga una credencial limpia; si yo creyera que definitivamente era un legítimo representante de la voluntad de ese Distrito, yo lo declaro sin ningún empacho, , sería el primero en darle mi voto; pero teniendo por mi propia experiencia muestras patentes y constantes de la presión que se ejerció contra todos los que en Guanajuato se atrevieron a desoír las disposiciones de Ejecutivo del Estado, es por esto que estoy perfectamente convencido, y admito todavía, sin conceder, que el cargo de Secretario Particular del Gobernador del Estado de Guanajuato no invalide en lo absoluto al señor licenciado Alcocer; pero la presión constante, brutal, tenaz y de una manera insistente, sí debe haber existido en el Distrito y.....

El C. Presidente, interrumpiendo: La Presidencia ruega al orador se concrete a la aclaración de los hechos para que pidió la palabra.

El C. Pérez Vela, continuando: Pues bien, señores representantes, ya que la respetable Presidencia de la Asamblea no me permite tener conceptos que juzga ella en contra del dictamen, manifiesto a ustedes respecto a mis palabras al contestar la interpelación del señor ingeniero Gutiérrez de Velasco relativa a las que el Ejecutivo de Guanajuato puso en boca del señor Presidente de la República, que muy lejos estoy yo y estamos la mayoría del pueblo celayense de haber creído que este alto mandatario hubiese dicho estas cosas. De igual manera cuando fui como miembro de una comisión del Ayuntamiento de Celaya a ver al Gobernador del Estado para tratar de obtener siquiera una poca de independencia en nuestro comportamiento como munícipes de la ciudad de Celaya, - Y de esto son testigos todos los munícipes que me acompañaron -, el Ejecutivo, con un cinismo que califico del más descarado, nos dijo que el Presidente de la República le había dicho que permitiera el juego en el Estado de Guanajuato; que había que hacerse de dinero y que para ello había que emplear todos los medios posibles. Pues bien, el Gobierno de Guanajuato, y de esto hay infinidad de testigos, inauguró su gestión permitiendo toda clase de centros de juego en las distintas principales poblaciones del mismo. Nosotros, al tener el

Ayuntamiento de Celaya una actitud enérgica y protestar ante el ciudadano Presidente de la República por tolerarse esa plaga en Celaya, el ciudadano Presidente de la República nos ha contestado un telegrama que con orgullo se conserva en los archivos de la Presidencia de Celaya, que es el mentís más completo a lo que asentó el Gobernador del Estado. Para terminar solamente, señores representantes, me permito dirigir una exhortación a los compañeros del Nacionalista. (Voces: ¡No, no!) a cuyo efecto me permito interpelar al señor Presidente y al Secretario de la agrupación para que se sirva contestarme si es que hay compromiso estricto de votar esta credencial en sentido afirmativo..(Voces de las galerías: ¡Sí, sí!) y si es que subsiste la pena de expulsión para los que voten en contra, ¿El C. diputado Martín Barragán tendría la bondad de contestar a mi interpelación?

El C. Barragán Martín: ¿Me permite la Presidencia contestar?

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Barragán Martín: No estamos en - además soy Secretario de la agrupación, pero no estoy autorizado para hacer declaraciones. (Aplausos)

El C. Pérez Vela, continuando: Entonces interpelo al guanajuatense honrado, revolucionario y digno, general Silva, para que se sirva contestar la misma interpelación que hice al C. diputado Barragán .

El C. Silva: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: tiene usted la palabra.

El C. Silva: Señor Pérez Vela: Debo de aclarar en primer término que mis padres son guanajuatenses, pero yo soy zacatecano; en segundo; como Presidente del Bloque Nacionalista, me permito informarle a usted esto: yo no era Presidente del bloque cuando se discutió la credencial del C. Alcocer y fui uno de los oradores del contra en el seno del bloque cuando se discutió de una manera acaloradísima y créame que honradamente confieso que a pesar de ser uno de los oradores del contra, no encontré argumentos suficientes para poder probar la presión oficial a que aluden todos los oradores del contra. (Murmullos.) Como orador del contra fui derrotado en toda la línea, y como miembro sumiso del bloque Nacionalista, votaré con el bloque, votaré en favor del ciudadano Alcocer porque no se ha probado la presión oficial.

El C. Pérez Vela: me permito dar las gracias al general Silva por la contestación que ha hecho, que más que todo servirá históricamente mucho.

El C. Presidente: Tiene la palabra para hechos el ciudadano Vadillo. (Aplausos en las galerías y de las izquierdas.)

El C. Vadillo: Ciudadanos diputados y presuntos diputados: Si la discusión de las credenciales no estuviese ya bastante desprestigiada, moral, literaria y políticamente hablando, vendría a esta tribuna a defender el dictamen de la Comisión, porque a mi me inspira una profunda simpatía este joven político, tierno Pro - cónsul del Califato Guanajuatense, que ha traido aquí con indiscutible valor civil, (una voz: con cinismo) en fin, con indiscutible valor, una credencial.

El gran dramaturgo Schiller nos presenta en una de sus obras a aquel célebre personaje originario de la Franconia, - creo que esto es el drama titulado "Los ladrones" - que decía que él se sentía con tanto valor que era capaz de cruzar él solo y descalzo el mismo infierno; y este ciudadano Alcocer ha sido visto por mí hoy cruzar este pequeño infierno de pasiones políticas con indiscutible valor: solo y descalzo. Solo, porque no ha habido una voz autorizada que los defienda; me refiero a la voz de la Comisión, que es la autorizada para este caso, y descalzo, porque se ha descalzado al señor Alcocer del último rasgo que le queda a un hombre: la dignidad personal. (Aplausos en las galerías.) Las Comisiones dictaminadoras, a pesar que casi todas ellas han tenido entre sus manos el expediente relacionado con esta elección, no se han dignado venir aquí a defender enérgicamente, como lo reclama este debate, el dictamen que casi todas ellas han formulado de conformidad; han dejado, pues, solo al C. Alcocer y este es uno de los motivos que justifican mi alta simpatía por este caballero.

La Administración del Estado de Guanajuato ha sido traída aquí como un argumento para inferir la maldad, la impureza que se relaciona con esta elección. El ciudadano Parra, ilustre jurisconsulto, ha pretendido separar los dos conceptos que acá se han involucrado en esta discusión. Deseo hacer desde luego un elogio sincero acerca de los esfuerzos del ciudadano Parra para separar por una razón de método estos dos conceptos, pero en el caso presente el ciudadano Parra no ha tenido la razón, porque el ciudadano Parra poniéndose en un ambiente de teoría legalista absoluta, tal como se puso la Cámara pasada al discutir la ley, en cuanto a ese punto de los secretarios particulares de los gobernadores ha pretendido inferir una conclusión que en la práctica es ilógica. Efectivamente, en términos generales y absolutos un secretario particular de un gobernador no está constitucionalmente incapacitado para ser un candidato, pero es evidente también que en una Administración tan corrompida como la de Guanajuato el Secretario Particular del Gobernador está por ese solo hecho, de la maldad que pesa sobre ese Estado y de que es un testimonio la opinión pública de todo el país, está incapacitado para ser un candidato en las elecciones.

En el receso del período pasado tuve oportunidad de hacer un viaje de estudio por algunos lugares de la República, y pude darme cuenta de la situación desgraciada y mísera absolutamente acreedora a la conmiseración de todo hombre sensato, referente al pueblo inferior del Estado de Guanajuato; el hambre pública ha obligado a gran parte de los ciudadanos de aquel Estado a emigrar, y en tanto que esto ocurre con el pueblo trabajador inferior, con el pueblo de los campos, con el pueblo de las ciudades, es un contraste que llama profundamente la atención que en el Estado de Guanajuato haya, como se ha probado acá, toda una familia, desgraciadamente numerosísima, explotando las áreas del Erario del Estado de Guanajuato. (Aplausos.) ¡Qué espectáculo.....! No os impacientéis, C. Martínez del Río, hasta terminar yo mi peroración. ¡Qué espectáculo tan extraordinario, tan inicuo, tan históricamente interesante, que mientras el pueblo de Guanajuato vive en la miseria más grande, más grande que la de ningún Estado del país, haya 83 ciudadanos.

consanguíneamante unificados todos ellos, medrando en la Administración de ese miserable Estado, como en un gran pesebre en donde a dos mandíbulas están las existencias del Presupuesto ¿Qué dirá aquel infeliz pueblo que a pesar de su infelicidad no ha perdido todavía el criterio moral, porque es lo último que pierden los pueblos infelices? ¿Qué dirá el proletariado minero de aquel Estado, qué dirá el proletariado rural de aquellos campos incultivados, de aquellos campos absorbidos por el terratenientismo de la república que allí está exacerbado, más y más? ¿Qué dirá ese pueblo? No sé por qué recuerdo en estos momentos, acaso tan fuera de lugar, al dulce y gentil poeta sevillano Becquer: el pueblo que ha escuchado la eterna canción de la libertad, de la justicia, que ha escuchado durante siete años las prédicas insistentes de los que ahora son revolucionarios, cantando el triunfo definitivo de la democracia, el triunfo de la justicia, el triunfo de la libertad y, sin embargo, yace aún a orilla del río revuelto a cuyas márgenes de oro han ido otros a revolcar el guiñapo de los principios. El tendrá que decir: "si yo también creo en la democracia, creo en la justicia, y la prueba es que tengo la ropa tendida en la playa a secar." (Aplausos.) Por eso el pueblo ha tenido efectivamente su ropa en las riberas, ya que está hambriento, ya que está miserable, ya que está desnudo, ya que está reclamando en última instancia siquiera un poco de justicia, un poco de libertad, un poco de derecho para asignar a sus representantes. Yo, ciudadanos diputados, como todos los que están aquí y son honrados, me sublevo profundamente contra la idea de que haya una Administración Pública toda ella formada por una numerosa parentela y que hayan sido ellos los que han puesto en la República el primer ejemplo de que esta Revolución no ha sido efectivamente otra cosa que un río revuelto y que ellos han ido a revolcar la bandera en las arenas de oro de las riberas.

El C. Parra decía también aquí que no ha sido probada con documentos fehacientes la presión material ejercida por la Administración de Guanajuato en favor del C. Alcocer; quizá sea cierto esto: la presión oficial nunca se prueba si no es por el éxito de esa presión. Una presión oficial que es contrarrestada vigorosamente por el pueblo, no es una presión; una presión que no puede contrarrestar el pueblo, sí es una presión. Y vamos precisamente a probar en esta Asamblea y en esta mañana si hubo o no hubo presión oficial, es decir, si triunfa o no triunfa esa presión oficial (aplausos), porque la presión oficial, señores diputados, no va a triunfar allá, va a triunfar acá. A mí me basta este solo hecho para comprobar que ella existió en principio; que ella existió de hecho y que ella se está debatiendo en estos momentos atacada por los hombres honorables que hay en esta Asamblea. Me imagino de buena gana al C. Ernesto Alcocer, este gallardo pimpollo de la familia afortunada del estado de Guanajuato. (Risas. Aplausos. Voces en las galerías: ¡Huy!) Me lo imagino ir por los campos soleados del Distrito de San Luis de la Paz, entre los trigales maduros que cosechan, que cultivan los hombres desarrapados de aquellos campos; me imagino ir a este tierno garzón al frente de las tropas que corresponden nada menos que a su hermano, el jefe de las tropas rurales del Estado, llevando a los flancos a dos meretrices para satisfacción y para garantía de la pureza democrática. (Risas. Aplausos en las galerías.) ¡Ah, señores diputados, la perversidad moral cuando ella es alta, tiene muchas veces, si no el elogio, si no la satisfacción de los hombres honrados, por lo menos la admiración estética del hombre! Para mí, ciudadanos diputados, la perversión de una mujer es muchas veces excusable si ella se llama Thais, o si ella se llama Aspasia, pero no si se llama Maritornes. Ahora bien, este hecho de que un político, de que un joven político hermano del primer Magistrado de un Estado cruce los campos pidiendo los votos del pueblo y vaya dando los espectáculos de la corrupción personal, eso es profundamente reprensible, eso es profundamente asqueroso, porque me recuerda nada menos que aquellas infelices mujerzuelas que en los muelles de Alejandría yacían toda una noche con un extranjero, a cambio de que al día siguiente se les diera un dátil de Smirna. He ahí un político que ha yacido toda una noche, muchas noches, con las prostitutas de la imposición oficial, a cambio de que al día siguiente la Junta Computadora le entregara una credencial (aplausos en las galerías), que no vale, ciudadanos diputados, a fe mía, ni un mísero dátil de Smirna. Ahora, de lo que se trata en esta Asamblea, ciudadanos diputados, no es, propiamente hablando, de probar hechos, sino de excitar voluntades. Una vez que tenemos ya el antecedente probado, implícitamente confesado por la mayoría o por sus líderes principales, de que el bloque que acá domina en esta clase de discusiones ha acordado apoyar al C. Alcocer, es una compresa de romanos, es una a empresa superior a mis fuerzas el venir a convencer a nadie, porque nadie quiere dejarse convencer. (Aplausos en las galerías.) Así, por tanto, no trato de hablar ya a la inteligencia, no trato de hablar ya al entendimiento, que ha cerrado sus puertas definitivamente dejando en la calle, a la intemperie, a la razón, a la justicia y a la democracia. (Aplausos nutridos en las galerías.) Ahora se trata únicamente, señores diputados, señores representantes, de hacer una excitativa, pero una excitativa digna, una excitativa serena al último refugio a donde haya ido a esconderse en la conciencia de todos esta necesidad: la necesidad de sentar aquí un precedente de moralidad política. (Aplausos en las galerías.) La moralidad política, en este caso, consiste no en desechar al C. Alcocer que, como he dicho al principio, tiene todas mis simpatías, no en desechar esta credencial que tiene todas las trazas de un problema político de disquisiciones entre unos grupos y otros; se trata, señores diputados, de que la Cámara de Diputados hoy sea solidaria de la opinión pública manifestada en toda la República, ya que ella reprueba y rechaza el conjunto de hechos que están ocurriendo en el desventurado Estado de Guanajuato....(aplausos en las galerías), y hechos de los cuales es un elemento principal, un elemento visible, el triunfo aparente del C. Ernesto Alcocer. Para la Cámara de Diputados, puesto que no se trata aquí de discernir justicia, de discernir triunfos legales, de darle el triunfo al que ganó, sino al que ganó las simpatías de la mayoría, el verdadero problema en estos momentos consiste en esto: en que la Cámara de Diputados no se manche con la

mancha enorme, con la mancha imborrable, con la mancha sí probada, de aquella Administración perversa.

Esta es la razón por la cual en esta tribuna ha desfilado todo un número de oradores en contra y que no han podido menos, por una razón ideológica, de hacer abstracción de esa administración corrompida. Es por esta razón, ciudadanos diputados, por la cual yo he venido aquí, sin pretender discutir la credencial en sí misma, porque sería esto verdaderamente infantil, venir a recordarle a la asamblea su deber, como entidad moral que ésta viendo toda la República, de que reaccione por un momento y que sin que esto signifique una derrota - que no sería tal -, hiciera un ejemplar hoy definitivamente, de una vez, a la faz de toda la República y del mundo que ve a la Cámara de Diputados de la República, a fin de que no sancione estas inmoralidades de las cuales es un coeficiente visible la credencial del C. Alcocer.

Dada la conducta que se sigue en nuestro país por los políticos noveles que ahora ocupan los principales puestos administrativos, bastan estos solos dos elementos debidamente manejados y debidamente interpretados para que la Cámara se formase un concepto acerca de este asunto en lo particular. El C. Alcocer es el hermano y fue el Secretario Particular de hecho, o de derecho, pero de todas maneras efectivo, del C. Gobernador del Estado de Guanajuato, el día de las elecciones y ese sólo hecho bien interpretado, sin apasionamiento, sin preocupaciones de ningún género, nos da seguramente una convicción mayor que la de los documentos, mayor que la de los testigos, mayor que la de los hechos, de que en su favor se hizo toda la presión de que fue capaz en primer lugar el Gobernador, y en segundo lugar el jefe de las tropas que también es hermano del C. Alcocer. Decíamos acá hace poco, que la intromisión oficial de los Gobernadores, de los Presidentes Municipales, en fin, de todas las autoridades, el pecado capital de su concupiscencia es el entrometerse en asuntos electorales, Jamás, jamás un Gobernador o una autoridad que puede hacerlo, sobre todo si puede hacerlo impunemente, deja de intervenir a favor de un candidato oficial. Luego cuando esta autoridad es, además, el hermano, cuando es, además, el omnipotente, - porque el C. Gobernador del Estado de Guanajuato es el omnipotente allá, desde el momento en que su Legislatura es su Legislatura, desde el momento en que sus tropas son sus tropas, desde el momento en que la mayor parte de los Presidentes Municipales son sus Presidentes Municipales, ya que la elección de éstos la corrigió, la aclaró, la purificó en el crisol de su honradez aquella espuria Legislatura, con mucha más razón la elección del C. Alcocer ha sido evidentemente tachada de imposición oficial de las más enérgicas y de los que han obtenido mayor éxito, porque, ya digo, el éxito de aquella imposición es el éxito que pretende obtener en esta Cámara la credencial del C. Alcocer. Existe para los ciudadanos diputados una razón más para ser en este asunto sumamente cautos y es ésta: ha llegado a la opinión pública formada acá, formada en el pueblo, la idea evidentemente falsa de que ha habido intento de cohecho a favor de algunos ciudadanos diputados. Ruego al C. Villaseñor Mejía no se alarme por esto...(Risas y aplausos en las galerías. Campanilla.) ...por que hace un momento a tiempo de que el C. diputado de Velasco trataba este espinoso punto, el C. Villaseñor Mejía saltó de su curul... (Risas en las galerías)... como si le hubiese picado un áspid que tuviera oculto en su conciencia. No, C. Villaseñor Mejía, yo soy el primero en creer que aquí habrá muchos bribones, como evidentemente los hay, pero nadie (Voces: ¡Nombres nombres!) va a vender,...(Voces: ¡Nombres, nombres! Aplausos en las galerías.) pero nadie va a vender ni por mil pesos, ni por tres mil pesos, ni por doscientos pesos, cifras que han corrido de boca en boca, su voto en este caso. Yo no puedo creer eso jamás, así me degüellen aquí. (Risas y voces: ¡Nombres! Campanilla!) Hay muchos perversos políticos, pero al simonismo político todavía no se ha llegado en la República; el simonismo político ese llega después, aunque el principio es este. (Risas.) El simonismo político no puede todavía tener aquí ningún afiliado, porque en lo general no es más que aun vanidad de grupos lo que se debate en esta Asamblea. Desgraciadamente los principios brillan por su ausencia, porque yo no sé, ciudadanos diputados, qué principios, qué conjunto de doctrinas, qué sistemas políticos pueden caber en este cerebro tan pequeño del C. Alcocer. (Risas y aplausos.) No, acá es cuestión de vanidad: El "Bloque Liberal Nacionalista" ha dicho: "He aquí una oportunidad para darles en la cabeza a todos aquellos que creen ser los enemigos de este bloque," y eso es todo. Ahora bien, ciudadanos diputados, ¿esta pequeñez, este resultado tan exiguo puede contrarrestar el desprestigio que ese mismo grupo trae sobre sí con apoyar de manera tan vigorosa, al grado de que el C. Villaseñor Mejía, se pone encarnado en su semblante a la sola consideración de que pudiera ser desalojado de estos escaños el C. Alcocer? (Risas y murmullos.) ¿Qué prestigio, o diré, qué desprestigio tan grande no va a caer sobre ese grupo que se apasiona de tal manera del C. Alcocer? (Murmullos.)

El C. Villaseñor Mejía, interrumpiendo: ¡De la Ley nada más!

El C. Vadillo, continuando: Yo pregunto... De la Ley hablaré más tarde. Yo pregunto: si estuviesen aquí en los escaños los 83 ciudadanos Alcocer (Risas) que a dos mandíbulas medran en el pesebre del Erario de Guanajuato... (Aplausos y voces en las galerías. ¡Bravo! Campanilla.)

El C. Presidente: Se ruega a la policía se sirva observar a los concurrentes a las galerías con objeto de que haga salir a los que estén cometiendo inconsecuencias.

El C. Vadillo: Ruego a los ciudadanos diputados se sirvan observar acá abajo a aquellos de los compañeros que tratan también de introducir el desorden en esta discusión, porque el desorden abajo ha venido a ser también un argumento de que se ha valido en determinadas ocasiones la mayoría parlamentaria. (Aplausos en las galerías.) Decía, ciudadanos diputados, que es bueno hablar de la ley. ¿De cuál ley? La Ley Electoral hace tiempo que la he visto yo desnuda y abofeteada en la mitad de este recinto por la mayoría parlamentaria. ¿De qué ley? No nos queda otro que la ley moral, la ley moral política que es la que más raigambre tiene en la conciencia de los hombres honrados; la ley cuando es invocada ella sola, aun cuando sea con ese misticismo,

con ese amor místico con que el C. Parra la ha traído aquí, parece una divinidad harto débil, parece salida de un sepulcro, parece pálida, parece impotente, parece un predestinado a ser muerto acá; la Ley Electoral hace tiempo que se debate acá en agonía dolorosa por las violaciones que ella misma a sufrido constantemente; la Ley Electoral pudo haberse invocado en las primeras discusiones de estas credenciales, y entonces debieron todos, pero absolutamente todos, ir a poner al pie del pedestal de la ley la ofrenda suprema de la abjuración de todas sus pasiones pequeñas, de todas sus preocupaciones, de todos sus deseos personales, de todos sus caprichos de grupos, de todas estas tendencias de politiquería de género chico que acá han sido supremo argumento en las discusiones de credenciales. Ahora no es tiempo de invocar la ley; la ley, como concepto moral que norma a las sociedades, tiene lo que debería tener naturalmente: la suprema dignidad de alejarse para siempre de donde, en un lugar tan solemne como éste, ha sido rechazada, ha sido ella burlada, ha sido ella tenida en cuenta menos, mucho menos que aquellas mujerzuelas que se dice que han acompañado al C. Alcocer en su jira democrática. (Aplausos en las galerías.) No queda más que una ley: la del honor, y a esa invoco, y lo hago, señores diputados, señores de la mayoría, haciendo abstracción yo en primer lugar, de todo género de apasionamientos. (Murmullos y voces: ¡Sí...!) El C. Herminio Rodríguez es un apreciable diputado que siempre me ha dado oportunidad aquí para comprobar una tesis de Bergson, este filósofo de moda. Decía este filósofo, o llega a decir que la risa en las personas incultas, acude a los labios más pronto que la reflexión acude al cerebro. (Risas.) El C. Rodríguez es el primero que ríe y es el último que viene aquí. Aplausos de las galerías.)

El C. Rodríguez Herminio: Pido la palabra, señor Presidente, con permiso del orador. (Voces: ¡No, no!)

El C. Villaseñor Mejía: ¡Moción de orden!....

El C. Rodríguez Herminio: ¡Para una alusión personal!

El C. Presidente: Las alusiones personales las contestará usted al final del debate.

El C. Villaseñor Mejía: Pido la palabra una moción de orden!

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Villaseñor Mejía: Para rogar a la Presidencia me diga en qué forma pidió la palabra el señor Vadillo, porque he notado que ha estado hablando en contra, y se ha falseado el Reglamento que rige los actos de esta Cámara, puesto que antes que él, habían hablado tres oradores en contra de un pilón, el señor Pérez Vela.(Voces: ¡No! ¡Huy! Gritos en las galerías. Campanilla.)

El C. Rodríguez Herminio: Pido la palabra señor Presidente.

El C. Presidente: continúa en el uso de la palabra el C. Vadillo.

El C. Rodríguez Herminio: Para contestar una alusión personal, señor Presidente, que en este momento me ha hecho el orador.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta al C. diputado Rodríguez que al orador no se le puede interrumpir sino con mociones de orden o cuando se pronuncien injurias a algún representante. Para alusiones personales, se le concederá a usted la palabra al final del debate.

El C. Rodríguez Herminio: Recurro a solicitar el permiso del orador, señor Presidente.

El C. Presidente: Lo inscribo para el final del debate, para cuando termine el señor Vadillo. (Aplausos en las galerías. Campanilla.)

El C. Vadillo. continuando: temo que estas interrupciones, que son de todo punto contrarias al artículo 103 del Reglamento, vayan alejando del ánimo de la Asamblea la impresión que yo trato de cultivar en la conciencia colectiva de esta misma Asamblea; únicamente por eso las lamento, no porque me disguste escuchar al C. Villaseñor Mejía, este ilustre Chantecler de la derecha. (Aplausos, Risas. Campanilla.) Pero, en fin, señores diputados, insistiendo en las últimas palabras que decía, aun cuando sea tardíamente he pedido la palabra para rectificar hechos, señor Villaseñor Mejía, y para invocar el rasgo de honor colectivo que, evidentemente, tiene que haber en esta Asamblea, y a efecto de invocar de él, en esta ocasión que se presenta, porque ya es de las últimas, un movimiento de reacción favorable al espíritu honrado en materia política. Decía que no tenemos nosotros intención, que yo personalmente no tengo inclinación de ninguna naturaleza personal en este debate, en primer lugar, porque yo no he sido tentado ni soy tentable para discurrir acerca de credenciales, por otros motivos que no sean por los de la ley escrita, que ya no es tiempo de invocar, o los de la ley universal de la justicia, que sí es tiempo del invocar hasta el último minuto, que es lo he venido a hacer. La Administración Pública de Guanajuato nos ha arrojado, como arroja un naufragio una tabla a la orilla, aquel naufragio de la Revolución en Guanajuato, ha arrojado a estas playas la credencial del C. Ernesto Alcocer; la mayoría la recoge del fango, la limpia con su buena voluntad; las Comisiones se abstienen de tocarla y, cubiéndose las narices con un pañuelo, se van de este recinto, porque no las veo en ninguna parte, en tanto que la buena voluntad de muchos ciudadanos pretende limpiar esa credencial presentándola ante la Nación como pura y dar esa elección incorrecta, esa elección criminal, esa elección fraudulenta, darla como buena a la República; y se trata de saber si la Asamblea Nacional, si toda ella va a permitir ese acto. No aludo yo a las pruebas, porque esas ya están examinadas, no aludo el argumento político de grupos, porque ese ya está concluído; aludo únicamente al valor civil;- en este momento sí se habla de valor civil de aquellos diputados que lo tengan -, para enfrentarse contra el acuerdo de cónclave pequeño realizado a puerta cerrada aquí y puedan decir: He votado con mi conciencia, pero sé que mañana me arrojarán de la mayoría." Si hay un diputado que tenga ese valor, que lo haga, y será la Patria, seguramente, la que se lo tendrá en cuenta; si no lo hay, si aquellos confabulados, si en la tabla redonda ya se echaron suertes y pusieron por tapete verde la túnica desgarrada de la ley, entonces señores de la mayoría, que se haga vuestra voluntad. (Aplausos ruidosos en las galerías.)

- EL C. Martínez del Río: Para hechos.

El C. Presidente: Tiene la palabra para hechos

el C. Martínez del Río. (Voces: ¡Dominus Vobiscum! Gritos y siseos en las galerías. Campanilla.)

El C. Martínez del Río: Señores diputados: Como ustedes acaban de oír, no aduce el señor Vadillo consideraciones algunas de carácter legal en lo que se refiere a la credencial del señor licenciado Alcocer. Única y exclusivamente ha venido a esta tribuna para invocar un sentimiento de honradez política, a fin de que, impresionada la mayoría de esta Cámara por la palabra fácil del señor Vadillo, pletórica en citas de enciclopedia.... (siseos en las galerías), en algunos pasajes de Schiller y en algunas rimas de Bécquer.... (siseos), pueda esta mayoría, reflexionando íntimamente en la conciencia de cada uno de sus miembros, cambiar la resolución a la que ha llegado, después de un maduro examen de la credencial de señor licenciado Alcocer..... (murmullos), y después de haber sido discutida en el seno del "Bloque Liberal Nacionalista," como no ha sido ninguna de las credenciales que allí se han discutido. (Gritos y siseos en las galerías. Campanilla.) A fin de excitar ese sentimiento moral de la mayoría, el señor Vadillo ha traído a colación la concurrencia de algunas mujeres de vida galante al verificar el señor Alcocer el recorrido necesario para su campaña política, y al hablar en esta forma, el señor Vadillo parece haberse referido, quizás, o al menos puede haberse tenido presente en su memoria, acontecimientos que todavía no se olvidan y que causaron profunda sensación en la capital de la República y en toda la República, tratándose de uno de los miembros más prestigiados de la minoría, acontecimientos que tuvieron lugar en la Academia Metropolitana en el año próximo pasado. (Voces en las galerías: ¡Huy! Siseos. Campanilla.) No sé, señores, si el señor Vadillo haya podido tener en la memoria esos acontecimientos al hablar sobre presunciones, sobre dichos relativos a la compañía del señor licenciado Alcocer al verificar su campaña política electoral. El señor Vadillo ha atacado indirectamente al "Bloque Liberal Nacionalista," diciendo que a puerta cerrada ha tomado acuerdos definidos respecto a la credencial del señor licenciado Alcocer y exhibiendo una ironía oropelesca, ha querido arrojar sobre esa mayoría una mancha en lo que se refiere al procedimiento adoptado por ella para discutir las credenciales y tomar los acuerdos que más le convengan. El señor Vadillo, que tan amplio conocedor se manifiesta de asuntos parlamentarios políticos, olvida que todos los bloques políticos, en todos los parlamentos del mundo, proceden en la forma en que ha estado procediendo el "Bloque Liberal Nacionalista" de México. (Voces en las galerías: ¡Huy! Campanilla.) Si el señor Vadillo lo desea, puedo proporcionarle la reglamentación del bloque socialista alemán, del bloque socialista inglés, del bloque socialista belga y de algunos otros bloque parlamentarios..... (siseos); los bloques parlamentarios discuten previamente en su seno y allí se llega a un acuerdo en todos los asuntos que deben de llevar a la Representación Nacional. Es, por consiguiente, perfectamente política la actitud del bloque al proceder en esta forma. Por otra parte, señores, la credencial del señor licenciado Alcocer no ha sufrido bajo su carácter legal ni un sólo ataque serio, justificado..... (voces en las galerías: ¡Huy!) Campanilla), y razonado de parte del señor Vadillo.

El ha invocado el sentimiento moral y nos ha citado al Schiller; el señor Vadillo siempre ríe y habló, citó algunos pasajes psicológicos respecto de la risa; pero el señor Vadillo se olvidó de otra frase de Schiller perfectamente aplicable a él, y que Schiller decía refiriéndose a Felipe II; en el señor Vadillo la sonrisa y el puñal han sido hermanos. (Aplausos. Siseos.) Y es esta la forma en que ha venido aquí; los ataques del señor Vadillo no son nunca directos, los ataques del señor Vadillo no son nunca fundados, los ataques del señor Vadillo son sofísticos. Que se me diga uno solo de los argumentos legales aducidos en contra de la credencial del señor licenciado Alcocer. El señor Vadillo, con mejor palabra, con gravedad de viejo orador parlamentario, ha incurrido exactamente en los mismos defectos en que incurrieron los predecesores en el uso de la palabra, que han venido a atacar la credencial del señor licenciado Alcocer; única y exclusivamente han venido aquí en una y en otra forma a atacar la Administración del Gobernador de Guanajuato. Esto, señores, no puede en manera alguna hacer variar la resolución que, como antes dije, tomó el bloque "Liberal Nacionalista," de apoyar previa una discusión (siseos, voces: ¡Huy! campanilla), que no me cansaré de repetirlo, ha sido la más ardua, la más dilatada y la más concienzudamente hecha en el seno del bloque "Liberal Nacionalista" (voces: ¡Huy!), respecto a la credencial del señor licenciado Ernesto Alcocer. Los argumentos de orden moral y los argumentos de moralidad política aducidos aquí por el señor Vadillo, debería de tenerlos en consideración para aplicarlos, no ciertamente a esta mayoría parlamentaria, sino a la minoría parlamentaria, que se ha valido algunas veces, que ha intentado valerse - como en el caso de la credencial del señor Rivera Cabrera -, de provocar verdaderos tumultos, a fin de salvar esa credencial perfectamente ilegítima. (Voces: ¡No, no! Siseos en las galerías.) Este cargo, señores, se vuelve en todo su peso contra la actitud de la minoría parlamentaria en casos definidos y perfectamente concretos. Y conste, señores, que no aprovecho esta ocasión para atacar a esa minoría parlamentaria que merece para mí todo el respeto y toda la consideración cuando esa minoría aduzca argumentos y aduzca consideraciones del orden moral o del orden legal que sean verdaderamente justificados y de peso, a fin de que sean tomados en consideración por la mayoría parlamentaria. Voces: ¡Huy! Siseos. Aplausos en las derechas. Campanilla.)

El C. Secretario Soto: Habiendo hablado tres oradores en pro y tres en contra, y varios ciudadanos.....

El C. Rodríguez, interrumpiendo: ¡Moción de orden! (Campanilla.)

- El C. mismo C. Secretario, continuando:.....para rectificación de hechos, en votación económica se pregunta a la Asamblea si considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta al C. Rodríguez Herminio que se inscribió para alusiones personales, que como ellas no tienen relación

con el debate que ya se agotó, hará uso de la palabra en cuanto este asunto se vote. - El mismo C. Secretario: Los puntos resolutivos dicen así....

El C. Mendez Benjamín, interrumpiendo: Pido votación nominal.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Primero. Es legal la elección efectuada en el 17 Distrito Electoral del Estado de Guanajuato.

"Segundo. Es diputado propietario por el mencionado Distrito, el C. licenciado Ernesto Alcocer.

"Tercero. Es diputado suplente por el mismo Distrito, el licenciado Pantaleón Delgado."

(Siseos. Voces: ¡Huy! Silbidos en las galerías. Campanilla.)

El C. Méndez Benjamin: Pido votación nominal.

El C. Leal: Pido votación nominal.

El C. Méndez: Pido votación nominal para la segunda parte del dictamen y votación económica para la primera parte.

- El mismo C. Secretario: Se procederá a la votación nominal. En votación económica se pregunta si se aprueba el primer punto: "Es legal la elección efectuada en el 17 Distrito Electoral del Estado de Guanajuato."

Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado. Se va a votar lo siguiente:

"Segundo. Es diputado propietario por el mencionado Distrito, el C. licenciado Ernesto Alcocer.

"Tercero. Es diputado suplente por el mismo Distrito, el licenciado Pantaleón Delgado."

(Voces en las galerías: ¡Huy! Siseos. Campanilla.)

El C. Zayas: Moción de orden, señor Presidente.

El C. Fierro Manuel I.: ¡ Paraceque las galerías son las que califican; qué les importa!

- El mismo C. Secretario: Por la afirmativa.

El C. Secretario Pesqueira: Por la negativa. (Al votar el C. Rocha, las galerías aplauden.)

- El mismo C. Secretario: Se suplica a los asistentes a las galerías que no tomen parte con ninguna manifestación en las votaciones. (Continuó recogiéndose la votación.)

El C. Secretario Soto: ¿Falta algún ciudadano diputado o presunto por votar? Se procede a la votación de la Mesa.

El C. Secretario Pesqueira: Votaron negativamente los CC. Aguilar Antonio, Aguirre León, Alarcón, Arriaga, Baledón Gil, Bolio, Bravo Carlos, Bravo Izquierdo, Chávez M., Espinosa Bávara, Fernández Martínez, Franco, González Galindo, González Jesús M., González Marciano, Guerra, Guerrero, Gutiérrez de Velasco, Lanz Galera, Leal, León, López Ponciano, Macías Juan E., Martínez Ignacio E., Méndez Benjamín, Morales Hesse, Padrés, Patiño, Pérez Vela, Pesqueira, Reyes Rafael, Rivera Castillo, Rocha, Sánchez José M., Toro, Torre Rómulo de la, Vadillo, Vásquez, Velásquez López y Zerecero.

Total, 40 votos.

El C. Zerecero: Reclamo mi voto.

- El mismo C. Secretario: La Secretaría omitió leer el nombre del C. Zerecero, que ya estaba anotado. ¿Hay algún otro ciudadano diputado que reclame su voto por la negativa?

El C. Secretario Soto: Votaron por la afirmativa los CC. siguientes: Aceves, Aguirre Vito, Alcocer, Alejandre, Alencáster Roldán, Altamirano, Angeles, Araujo Emilio, Araujo Francisco, Balderas Márquez, Barragán, Basáñez, Blancarte, Bouquet, Bravo Lucas, Cabrera, Camarena, Cancino, Carreón, Casas Alatriste, Castellanos Díaz, Castillo David, Castillo Garrido, Castro Alfonso, Céspedes, Contreras, Cornejo, Cuéllar, Espinosa y Elenes, Fernández Ledesma, Fernández Miguel B., Fierro, García Antonio M., García Ruiz, Garza, Hernández Jerónimo, Hernández Loyola, Herrera, Iturralde T., Jiménez, Lara, Lomelí, López Emiliano Z., Macías Rubalcaba, Malpica, Márquez Galindo, Martínez del Río, Mena, Méndez Arturo, Méndez Fortunato, Mendoza, Moctezuma, Molina, Morales Sánchez, Navarro, O'Fárrill, Ordorica, Oropeza, Ortiz José de la Luz, Parra, Pastor, Paz, Peña, Pérez Carbajal, Ramos, Ríos, Rodríguez de la Fuente, Rodríguez Herminio S., Rojas Rafael, Rosas, Ruiz de Chávez, Ruiz H., Saldaña, Schulz y Alvarez, Silva Federico, Silva Herrera, Soto Rosendo A., Tapia, Torre Jesús de la, Torres José T., Treviño, Urdanivia, Uzeta, Valadez Ramírez, Velázquez Juan, Verástegui Franco, Verástegui José, Villaseñor Salvador, Villaseñor Mejía y Zayas.

Total, 48 ciudadanos diputados y presuntos. (Voces: ¡No, hombre, cómo! ¡Son 78!)

El C. Presidente: Se suplica al ciudadano Secretario se sirva contar bien. Son 87 ciudadanos diputados.

El C. Secretario Soto: El C. Alejandre reclama su voto, Araujo Francisco, Ruiz de Chávez, Paz Narciso. ¿No hay otro ciudadano diputado que reclame su voto? Votaron por la afirmativa 90 ciudadanos diputados y presuntos. En consecuencia, ha sido aprobado el dictamen de la Comisión. (Siseos y voces en las galerías: ¡Huy! Campanilla.)

- El mismo C. Secretario: La Presidencia por conducto de la Secretaría hace la siguiente declaración: Son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el 17 Distrito Electoral del Estado de Guanajuato, los CC. licenciados Ernesto Alcocer y Pantaleón Delgado.

El C. Aceves: Para hechos, señor Presidente.

El C. Rodríguez Herminio: Tengo antes la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rodríguez Herminio.

El C. Rodríguez: Honorable Asamblea: Lamento verdaderamente que el señor Vadillo se haya ausentado del salón, pues vería con gusto que él oyese la explicación de la alusión personal que tuvo el honor de hacerme. Esto, la ausencia del señor Vadillo del salón, me corrobora la idea que tenía de él de que es un verdadero jesuita que tira la primera piedra y esconde la mano, lanza el insulto y se ausenta del salón. No crea, señores, que vengo a hablar en esta forma por estar ausente el señor Vadillo, pues estoy dispuesto a hacer honor a mi palabra de caballero en cualquier lugar. (Voces: ¡Huy! Siseos. Campanilla.) El señor Vadillo me ha hecho dos imputaciones en la alusión personal que me dirigió; primero, que me reía durante su discurso o en una de las partes de su discurso, y segunda, que raras veces o que en ninguna vez había venido yo a esta tribuna. Quiero demostrar al señor Vadillo que hay ocasiones que el orador se pone en tal ridículo, que la risa se impone cuando no puede imponerse el coraje, porque airarse contra conceptos tan denigrantes para su misma persona como fueron los que vertió el

señor Vadillo y que promovieron en mí la hilaridad (Siseos de las galerías.) es sencillamente, señores, hacer un honor al orador que vierte estos argumentos. (Murmullos.) El señor Vadillo decía al final de su discurso: "no vengo a atacar la credencial del señor Alcocer por una pasión de partido," y esto, señores, sencillamente me hacía reír porque, como dejo dicho, no me podría airar porque sería hacerle honor a este concepto torcido y falso del señor Vadillo. (Voces en las galerías: ¡Huy! Aplausos en las derechas. Campanilla.) En segundo lugar, si raras veces he venido a esta tribuna, si una sola ocasión he venido, es sencillamente porque tengo para mí que la discusión de credenciales, que es lo que ha ocupado más tiempo de esta Legislatura, es sencillamente discusión de personalidades y me agrada más contender en los asuntos que estrañen principios y no personalidad; pero voy a demostrar al señor Vadillo que se anticipa a prejuzgarme, que en los momentos en que se debaten aquí en esta Cámara, en que se ventilen asuntos de verdadera trascendencia, en que se juegue la suerte de nuestro pueblo, que ha ido a la Revolución para conquistar libertad y derechos ultrajados, yo sabré venir a esta tribuna a oponerme a los que, como él, son jesuítas, porque no están aquí para oír la defensa de aquellos a quienes insultan, y me opondré también a los que, como ellos, son elementos huertistas que vienen aquí a hacer obra de disidencia. (Siseos en las galerías. Aplausos en las derechas.)

El C. Presidente: Para hechos tiene la palabra el C. Aceves. (Murmullos.)

El C. Aceves: Señores diputados: La enfermedad del señor licenciado Andrade Pliego lo imposibilitó de estar presente para defender el dictamen del señor Alcocer. Este expediente se turnó al tercer grupo del que tengo el honor de ser miembro, y se produjo el dictamen, no habiendo podido ser firmado por ese grupo por estar ausentes dos miembros del mismo. En consecuencia, la 1a. Comisión de la que es Presidente el señor Andrade Pliego, tuvo a bien hacer suyo el dictamen y firmarlo. Como ustedes recordarán, en el debate nadie aludió al dictamen ni nulidad de determinados documentos, porque los documentos que se presentaron eran perfectamente nulos, de ninguna acción probatoria y sólo servirán para poderse disculpar de haber retirado el dictamen en la vez pasada. Cuando se puso por primera vez a debate el dictamen se retiró para estudiar los documentos que presentaban los señores Siurob y Pérez Vela y no para reformarlo en el sentido de la discusión, como lo decía el señor licenciado Leal....

- El C. Leal, interrumpiendo:¿Me permite una aclaración? Al expresar yo... (Campanilla.) Pido la palabra.

El C. Presidente: Si lo permite el orador, tiene usted la palabra.

El C. Leal: Al expresar yo que este dictamen se había retirado para reformarlo en el sentido de la discusión, me inspiré en una anotación que tenía el primitivo dictamen, anotación subscripta por el señor Genaro Palacios Moreno, en que decía que se había retirado con ese objeto.

El C. Aceves: Sigo en el uso de la palabra. La anotación que inspiró al señor licenciado Leal para decir que se retiraba el dictamen con objeto de reformarlo en el sentido de la discusión, le sirve de base a este señor para decir eso. Ahora bien, respecto al hecho de que uno de los miembros de la Comisión que retira el dictamen dijo que no habiendo estado presente en la discusión, lo retiraba por haches que estaba equivocado, sólo le puedo decir al señor licenciado Leal que ahí está el "Diario de los Debates" para que se ilustre sobre el particular. Los documentos que vinieron nuevamente presentados a la Comisión, fue una carta del señor Pérez Vela, en que se prueba que el señor Alcocer era Secretario Particular del Gobernador de Guanajuato. Ruego a la Presidencia se sirva ordenar que se lea. (Voces: ¡No! ¡no!; ¡Ya! ¡ya!) Tengo derecho, señores; es precisamente el "Diario de los Debates" del Senado, en que el Presidente de la Comisión que tuvo que estudiar la fracción III del artículo que proponía la Cámara de Diputados para que se excluyesen de ser votados a los Secretarios particulares, el que voy a rogar a la Secretaría que lea.

- El C. Secretario Soto, Leyendo:

"Sobre los Gobernadores de los Estados, sus Secretarios de Gobierno o Subsecretarios, oficiales mayores de las Secretarías Generales, Magistrados y Jueces Federales o del Estado, en el Distrito de su respectiva jurisdicción si no se han separado definitivamente noventa días antes de la elección." La diferencia consiste en esto: en que la Cámara de Diputados amplió la restricción del voto, de la elección, porque abarca hasta a los Secretarios Particulares, que no son más que empleados particulares de los Gobernadores; no son propiamente empleados públicos; hizo también una ampliación a los oficiales mayores de las Secretarías Generales y, conforme a la Constitución estos señores tienen el derecho de ser electos, porque la Constitución no les ha restringido enteramente ese derecho; de manera que si nosotros aceptamos la fracción III que nos manda la Cámara de Diputados, vamos a pasar sobre la Constitución, vamos a violar las garantías que estos ciudadanos tienen consignadas en la Carta Fundamental. Esa es la razón de por qué las Comisiones creyeron que debía rechazarse la fracción III y aceptarla tal como la propuso la Cámara de Senadores, tomada textualmente de la Constitución General de la República."

(Voces: ¡No hay quórum! ¡No hay quórum!)

El C. Malpica: Moción de orden. Reclamo el quórum!

El C. Aceves, continuando: Por lo demás, los otros documentos eran perfectamente falsos...

El C. Malpica, interrumpiendo: Reclamo el quórum. (Varios ciudadanos diputados ,simultáneamente, reclaman el quórum.)

- El C. Aceves, continuando:...venían de un jefe de la policía, con el sello del Alcalde de la cárcel; en consecuencia, esta es la razón por la que los oradores del contra no hicieron alusión al dictamen.

- El C. Malpica:¡ Reclamo el quórum!

El C. Valadez ¡Ramírez: Reclamo el quórum!(Campanilla.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Gutiérrez de Velasco.

El C. Gutiérrez de Velasco: Señores: Quería únicamente hacer una interpelación al señor Villaseñor Mejía.

¿Tiene el señor Villaseñor Mejía algún indicio, aunque sea pequeño, de que yo haya cobrado el sueldo de Tesorero de la Nación?

El C. Villaseñor Mejía: Pido la palabra para contestar. (Voces: ¡No hay quórum!)

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Villaseñor Mejía: el único conocimiento que yo tengo respecto del empleo que desempeñaba el señor Gutiérrez de Velasco en lo que tiene relación con sus sueldos respectivos, son unas nóminas que él trajo aquí en su defensa, y las cuales fueron leídas por él mismo.

El C. Gutiérrez de Velasco, interrumpiendo: ¡No!

El C. Villaseñor Mejía. Por la Secretaría, en que se hacía constar que el señor no había cobrado los sueldos correspondientes a determinado mes... (Voces: ¡No hay quórum! Desorden. Campanilla.)

El C. Gutiérrez de Velasco: En vista de la contestación del señor Villaseñor Mejía, suplico a la Asamblea me haga el favor de juzgar, si el señor Villaseñor Mejía no fue ligero, y creo que él lo confesará caballerosamente, en juzgar del asunto.(Voces: ¡Sí, sí! Murmullos. Aplausos.)

El C. Presidente: Para hechos tiene la palabra el C. Villaseñor Mejía. (Voces: ¡No, no hay quórum!)

El C. Villaseñor Mejía: Desde el momento en que yo me inscribí para hechos y en vista de que no está el señor Vadillo, que es a quien irían enderezados mis argumentos, me reservo para contestar cuando él se encuentre en el salón.

El C. Presidente, a la 1.39 p.m.: Se levanta la sesión del Colegio Electoral se cita a sesión de Cámara de Diputados, a las cinco de la tarde.

SESIÓN DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DIA 7

DE NOVIEMBRE DE 1918

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior Se da cuenta con los asuntos en cartera, concediéndose licencia a los CC. diputados Torres José T. y García Antonino M., cuyos suplentes serán llamados.

2.- Segunda lectura el dictamen de las Comisiones 1a. de Gobernación y 2a de Punto Constitucionales, sobre la iniciativa enviada por el Ejecutivo de la Unión para adicionar la Ley Orgánica de Secretarías de Estado, con respecto a la forma en que deben ser substituídos en sus faltas, los Secretarios y Subsecretarios de Estado y los Jefes de Departamento; a discusión en la sesión próxima.

3.- Se aprueba el dictamen de la 1a Comisión de Gobernación, proponiendo se conceda licencia al C. diputado Tamez Carlos E.

4.- Dictamen de la misma Comisión, concediendo igual licencia al C. Bandera y Mata Gabino; en votación económica es rechazado.

5.- Dictámenes aprobados: de la 1a Comisión de hacienda, que declara no ha lugar a eximir de derechos de importación, a la maquinaria que para concentración y beneficio de metales, importó la Compañía Minera de Santa Ana, en el Estado de Sonora, lo que debe comunicarse a la Secretaría de Hacienda. De la misma Comisión, en el que propone se diga al C. Juan W. Cisneros, que no es de la competencia de esta Cámara acordar la pensión que solicita.

6.- La presidencia designa una Comisión para que introduzca a rendir la protesta de ley al C. Ernesto Alcocer, representante del 17 Distrito Electoral del Estado de Guanajuato; el Presidente de la Comisión, C. Vadillo, pide se le exima de desempeñar dicho encargo; atendida su renuncia por la presidencia, ésta designa para substituirlo al C. Gutiérrez de Velasco, quien a su vez pide igual concesión; y a petición de varios CC. diputados, se procede a la votación nominal de este asunto, resultando de ella atendida la petición del renunciante; para substituirlo se designa al C. Padrés, quien acepta, efectuándose el acto de la protesta.

7.- El C. Presidente invita a la Comisión de Presupuestos y Cuenta para que inicie sus trabajos, a fin de que cuanto antes proceda a la discusión de este Ramo.- Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. CÉSPEDES ELISEO L.

(Asistencia de 128 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 5.26 p.m.: se abre la sesión.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día seis de noviembre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Eliseo L. Céspedes.

"En la ciudad de México, a las cuatro y cuarenta y cinco de la tarde del miércoles seis de noviembre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veintiocho ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El mismo ciudadano Secretario leyó el acta de la sesión celebrada el día cinco del presente mes, la que se aprobó sin debate en votación económica.

"La Secretaría dio cuenta con los documentos siguientes:

"Oficios en que las Legislaturas de los Estados de México, Puebla y San Luis Potosí, y del Gobierno del estado de Tamaulipas, hacen presente su condolencia por el fallecimiento del C. diputado Aniceto Ortega.- A su expediente.

"Comunicaciones de las Legislaturas de los Estados de Querétaro y San Luis Potosí, y de los gobiernos de Colima, Veracruz y Zacatecas, en que manifiestan su condolencia por el fallecimiento del C. diputado Rodolfo Cancela Nogueira. - El mismo trámite.

"Comunicaciones de condolencia por el fallecimiento del C. diputado Juan Manuel Giffard, que envían las Legislaturas de los Estados de México, Michoacán, Puebla y San Luis Potosí, y los Gobiernos de los Estados de Jalisco. Nuevo León y Tamaulipas.- El mismo trámite.

"Oficios por medio de los cuales la Legislatura del Estado de Querétaro y los Gobiernos de los Estados de Colima, Veracruz y Zacatecas, hacen presente su condolencia por el fallecimiento del C. diputado Roberto Camacho.- El mismo trámite. "Oficio de la Secretaría de Guerra y Marina al que se acompañan varios documentos relativos a la pensión solicitada por la señorita Sofía Franco, como hija del finado general Francisco Franco.- A la Comisión de Guerra que tiene antecedentes.

"Circular de la Comisión Local Agraria del Estado de Tabasco, en que participa que tomaron posesión de sus respectivos cargos los nuevos componentes de dicha Comisión.- De enterado.

"Proyecto de Ley Reglamentaria de los artículos 109 y 111 de la Constitución, subscripto por el C. diputado Gómez Noriega.- Primera lectura, e imprímase.

"Escrito del C. Domingo Barrios Gómez, en que pide permiso para aceptar la condecoración de cuarta clase de la Orden imperial del Tesoro Sagrado, que se sirvió conferirle el Emperador Yoshihito, del Japón,- A la Comisión de Peticiones en turno.

"El mismo trámite recayó a estos ocursos:

"Del C. Heraclio M. Aguilar, en que sugiere se tomen algunas medidas para combatir la epidemia de gripa.

"De la señorita Cecilia Picazo, en que solicita pensión por los servicios que prestó a la Patria su finado padre, el coronel de caballería, Braulio C. Picazo.

"Del C. Alberto Lenz, en que pide se le venda una parte de los archivos viejos e inútiles de la Cámara para emplearla en una fábrica de papel que posee.

"Del C. J. Villa y García, vecino de Santa Resalía, Baja California, por medio del cual solicita se proceda cuanto antes al nombramiento del personal judicial de aquel Distrito.

"Del club político de obreros "Márquez de León," en que piden se convoque a elecciones de diputados en el Distrito Sur de la Baja California.

"De la señorita Josefa Alcocer, en que solicita, como pensionista del Erario Nacional, se le hagan efectivos sus bonos, en vista de la situación aflictiva por que atraviesa.

Del C. Rodolfo Barrera, en que pide se reconsidere el acuerdo de esta honorable Asamblea, por el que se negó la pensión que tenía solicitada.

"También se pasó a la Comisión de Peticiones en turno un telegrama procedente de Chihuahua, en que el C. general Francisco Murguía solicita la extensión de derechos de importación de algunos muebles.

"Minuta de la 1a. Comisión de Corrección de Estilo, relativa al Proyecto de Ley por el que se convoca a elecciones extraordinarias de diputados en el 8o. Distrito Electoral del Estado de Michoacán.

"Aprobada sin discusión, pasó al Ejecutivo para los efectos constitucionales.

"Minuta de la 2a Comisión de Correcciones de Estilo, que se refiere al Proyecto de Ley por medio del cual se convoca a elecciones extraordinarias de diputados en el 7o Distrito Electoral de Chihuahua.

"Igualmente se aprobó sin debate y pasó al Ejecutivo para los efectos constitucionales.

"Sin que ningún ciudadano hiciera uso de la palabra se aprobaron los tres dictámenes de la 2a. Comisión de Hacienda que, respectivamente, concluyen con estos puntos resolutivos:

"Dígase a la señora Guadalupe C. viuda de García, que no es de la competencia de esta honorable Cámara la jubilación que solicita, y que debe dirigirse al Gobierno del Estado de Nayarit que es el único capacitado para resolver el asunto,"

"Archívese el expediente formado por el memorial que dirigió a esta honorable Cámara el C. Tomás Cerón Camargo, en que hace consideraciones sobre el problema monetario, por carecer en lo absoluto de importancia."

"No ha lugar a conceder la exención de derechos de importación que por medio de su gerente solicita la Consolidated Rolling Mills Foundries Company para traer de los Estados Unidos los implementos necesarios destinados a la construcción de altos hornos para fundir acero."

"A discusión el dictamen de la misma Comisión de hacienda, que opina que no es de concederse, por ahora, a la señora Mercedes Rodríguez de Hoffmann y a la señora Amalia del mismo apellido, esposa e hija, respectivamente, del finado señor Antonio Hoffmann y Urquía, la pensión que solicitan: el C. Avellaneda habló en contra, y en pro lo hizo, a nombre de la Comisión, el C. Galindo Carlos quien contestó tres interpelaciones del primero.

"En votaciones económicas sucesivas se consideró suficientemente discutido y se aprobó. Así mismo, la Asamblea otorgó su aprobación, sin que hubiese dado lugar a debate alguno, a un dictamen de la 2a Comisión de Hacienda y a otro de la 1a de Peticiones, que respectivamente, concluyen así:

"No ha lugar a eximir de derechos de importación las placas de fierro esmaltadas que los señores Tirado y Cordero compraron en los Estados Unidos del Norte, destinadas a la nomenclatura de las calles de la ciudad de Puebla. Comuníquese a la Secretaría de Hacienda."

Resérvese el memorial que envía el Partido Nacional del Comercio, para agregarlo al expediente formado con motivo de la iniciativa del Ejecutivo de la Unión sobre el Ayuntamiento de la ciudad de México.

El ciudadano Presidente excitó a los miembros de la Gran Comisión para que, a la mayor brevedad, se reúnan con objeto de proponer a los ciudadanos diputados que deban llenar las vacantes que existen en las Comisiones permanentes de esta honorable Cámara. El C. Siurob pidió que se recomendara a las mismas presentaran cuanto antes a la consideración de la Asamblea los dictámenes relativos a los asuntos de trascendental importancia que tenían en estudio.

A las cinco y cuarenta y cinco se cerró la sesión y se citó para el día siguiente a las diez de la mañana a sesión de Colegio electoral.

Está a distinción el acta. ¿ No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

El C. Secretario Pesqueira, leyendo: Estados Unidos Mexicanos.- Gobierno del Estado.

- Durango.- Sección 1a.- Gobernación.- Circular número 24.

Tengo la satisfacción de comunicar a usted que con esta fecha, previas las formalidades legales, y en virtud de haberse concedido licencia al C licenciado Joaquín Moreno, se ha hecho cargo interinamente de la Secretaría del Gobierno, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 83 de la Constitución del Estado, el ciudadano Oficial Mayor de la misma, licenciado Severiano Domínguez, jr., cuya firma aparece al margen y de la cual le estimaré tome debida nota.

Al hacerlo de su conocimiento, me es grato protestarle mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- Durango, a 1o de noviembre de 1918.- El Gobernador Constitucional del Estado, Domingo Arrieta.".- Al margen: S. Domínguez, jr."

"A los ciudadanos diputados Secretarios del honorable congreso de la Unión. - México, D.F." - De enterado.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Ignacio Mendoza, Presidente de la XXV Legislatura del Estado Libre y Soberano de Tlaxcala, participa a usted con sentimiento que ayer, a las 11.30 p.m. falleció en la villa de Tlaxco el C. Luciano Rodríguez, diputado propietario por el 4o Distrito Electoral de esta Entidad.

"Tlaxcala, Tlax., a 31 de octubre de 1918.

"Ciudadano Presidente de la Cámara de la Unión.- México, D. F."- De enterado con sentimiento.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"En vista de la necesidad que tengo de ausentarme de esta capital para atender algunos asuntos en mi ciudad natal, me permito pedir a esta honorable Asamblea una licencia por mes y medio, sin goce de dietas, esperando, igualmente se sirvan a dispensar los trámites a esta petición.

"México, noviembre 7 de 1918.- José T. Torres.

"A la honorable Cámara de Diputados.- México."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Dispensados, Está a discusión ¿No hay quien pida la palabra? En votaciones económicas se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Se concede la licencia, y llámese al suplente.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Ciudadanos Secretarios de la Cámara de Diputados:

"El subscripto, Antonio M. García, diputado a la XXVIII Legislatura por el 10 Distrito Electoral del Estado de San Luis Potosí, ante Vuestra Honorabilidad comparezco y expongo:

"Que teniendo necesidad urgente de pasar a mi Distrito Electoral a fin de terminar la tramitación de ejidos y restitución de tierras de aquellos pueblos y congregaciones que los mismos están en condiciones de adquirir, con arreglo a los preceptos de la Constitución vigente, por el digno conducto de ustedes me permito solicitar a la honorable Cámara de Diputados tenga a bien otorgarme una licencia sin goce de dietas, de dos meses para cumplir con el objeto indicado, y en el concepto de que a la vez solicito se llame a mi suplente, el doctor Gabriel Torres Garza, quien reside en la ciudad de San Luis Potosí, para que ocupe el lugar de la representación que tengo, mientras dure el permiso que espero se me otorgue.

"Suplico se dispensen los trámites a la presente solicitud.

"México, 7 de noviembre de 1918.- Antonino M. García."

En votación económica se pregunta si se dispensan los tramites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión la licencia. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de píe. Se concede la licencia, y llámese al suplente.

El mismo ciudadano Secretario dio segunda lectura al dictamen de las comisiones 1a de Gobernación y 2a de Puntos Constitucionales, sobre la iniciativa enviada por el Ejecutivo de la Unión para adicionar la Ley Orgánica de las Secretarías del Estado, con respecto a la forma en que deben ser substituídos en sus faltas los Secretarios y Subsecretarios de Estado y los Jefes de Departamento. A discusión en la sesión próxima.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Comisión 1a de Gobernación.

"Señor:

"A la 1a. Comisión de Gobernación que subscribe, se turnó la solicitud de licencia por quince días, sin goce de dietas, del C. diputado Carlos E. Tamez, para atender grave enfermedad de uno de sus hijos, que radica en Linares Nuevo León.

"Los miembros de la referida Comisión, consideramos justas las razones que expone el C. diputado Tamez para obtener dicho permiso, y tenemos el honor de someter a la liberación y aprobación de Vuestra Soberanía el siguiente acuerdo económico:

"Se concede licencia por quince días, sin goce de dietas, al C. diputado Carlos E. Tamez, para que atienda al restablecimiento de la salud de uno de sus hijos."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 7 de noviembre de 1918.- J. M. Alvarez del Castillo.- Enrique Parra."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien desee hacer uso de la

palabra sírvanse pasar a inscribirse. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"1a. Comisión de Gobernación.

"Honorable Asamblea:

"A la 1a. Comisión de Gobernación, que subscribe se turnó una solicitud de licencias por quince días con goce de dietas, del C. diputado Gabino Bandera y Mata para ausentarse de esta ciudad al arreglo de asuntos graves de familia.

"Los miembros de la referida Comisión, en vista de las razones expuestas por el C. diputado Bandera y Mata, estiman que es de concederse el permiso solicitado y se permiten someter a la aprobación de la H. Asamblea, el siguiente acuerdo económico:

"Se concede licencia por quince días, con goce de dietas, al C. diputado Gabino Bandera y Mata, para que atienda asuntos graves de familia."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 7 de noviembre de 1918.- J. M. Álvarez del Castillo.- Enrique Parra."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. No habiéndose inscripto ningún orador, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. No se aprueba la licencia.

"2a. Comisión de Hacienda.

"Señor:

"El C. Alberto E. Figueroa, Agente Aduanal establecido en Nogales, Son., solicitó ante esa H. Cámara de Diputados en representación de la Compañía Minera "Santa Ana" del mismo lugar y por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la extensión de derecho de importación de una maquinaria para la minería.

Aduce como razones el expresado C. Figueroa, que la maquinaria en cuestión está destinada a la minería y que por consiguiente se encuentra exenta de impuestos federales, toda vez que el decreto número 21 A de 18 de septiembre de 1917 expedido por el ciudadano Presidente de la República, libra de derechos toda clase de maquinaria, aparatos y partes sueltas propias para la agricultura y la industria, terminando su exposición de motivos solicitando le sea devuelta la cantidad correspondiente que con el carácter de derechos de importación, recibió el Erario Federal.

La Comisión para resolver este asunto, tuvo a la vista el decreto a que se refiere el C. Figueroa, el cual exceptúa de impuestos federales a la maquinaria destinada exclusivamente a la agricultura y no a la minería como erróneamente asegura el recurrente.

Además, el artículo 28 constitucional prohibe terminantemente la extensión de impuestos en la República Mexicana, motivo por el cual le está vedado a la Comisión resolver favorablemente la solicitud del C. Figueroa y en tal virtud se permite someter a la aprobación de esta Respetable Asamblea la siguiente proposición:

"No ha lugar a eximir de derechos de importación la maquinaria que para concentración y beneficio de metales importó la Compañía Minera de "Santa Ana" del Estado de Sonora Comuníquese a los interesados y a la Secretaría de Hacienda."

Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

México, 5 de noviembre de 1918 Marciano González C. Galindo.

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

El mismo C. Secretario, leyendo

2a Comisión de Hacienda.

Señor:

"El C. Juan W. Cisneros con fecha 14 de septiembre del presente año, se elevó un ocurso por el cual solicita pensión por servicios prestados a la administración Pública en el Ramo de Hacienda.

"Refiere el ocursante que desde a mediados del año 1874, comenzó a prestar sus servicios al Gobierno de la Nación con el carácter de celador de Contrarresguardo de la frontera Norte del país, cuyos servicios se prolongaron quince años sobreviniéndole a consecuencia de las fatigas en el desempeño de su puesto, la pérdida completa de la vista encontrándose en la actualidad en la indigencia e imposibilitado para seguir luchando por la vida.

"La Comisión de Hacienda que subscribe, a quien por acuerdo de esta H. Cámara se le encomendó el estudio y resolución del ocurso de que se trata, encuentra que los motivos del exponente son muy justificados y que sí ameritan una recompensa; pero como el Poder Legislativo no tiene atribuciones para resolver, favorablemente la petición del C. Cisneros, opina que el peticionario debe dirigirse al Ejecutivo de la Unión, quien está facultado por el artículo 17 de la Ley de Egresos vigente para conceder pensiones de esta índole.

Por lo anteriormente expuesto, nos permitimos someter a la aprobación de esta Respetable Asamblea el siguiente acuerdo económico:

"Dígase al C. Juan W. Cisneros que no es de la competencia de este H. Cuerpo acordar la pensión que solicita, debiendo dirigirse al Ejecutivo de la Unión quien tiene facultades para ello."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. México, 5 de noviembre de 1918 Marciano González C. Galindo."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

El C. Presidente: Encontrándose a las puertas del salón el C. diputado Ernesto Alcocer, se comisiona

para que lo introduzcan, a fin de que rinda la protesta de ley, a los CC. Vadillo, Rodríguez de la Fuente y Prosecretario Aguilar.(Aplausos de las derechas.)

El C. Vadillo: pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Vadillo: En general, estas Comisiones que designa el Presidente de la Asamblea, tienen el carácter de una interpretación de esa misma Asamblea; si esto es así, no tengo ningún inconveniente en acceder a la soberanía de esta Cámara; pero creo que la Cámara no me hará la humillación de prestar este contingente, que no es necesario, insignificativo en otras circunstancias, para introducir aquí a un individuo de quien tengo la profunda convicción de que no debe de estar aquí.

Suplico a la Asamblea se digne estar de mi parte en este momento y que el Señor Presidente me exima de esta Comisión.(Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí)

El C. Blancarte: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Blancarte.

El C. Blancarte: Si la razón que el C. Vadillo alegara fuera otra, yo sería el primero en dar mi voto para que no cumpliera la Comisión, pero el señor compañero da esta razón: "porque yo creo que no debe estar aquí, y yo entiendo que el criterio propio está subordinado al criterio de la Asamblea, y como quiera que esta Asamblea ya resolvió este asunto, estamos obligados a acatar su resolución, porque respecto de las mayorías, en estos cuerpos deben de significar algo sus resoluciones y aunque él no esté de acuerdo, pero la mayoría de la Asamblea lo acordó, eso no debe ser razón para que él no contribuya con esa parte insignificante para que se cumpla la designación que se ha hecho.

Si tiene otra causa, si realmente motivos de otra naturaleza lo determinan a que así lo haga, seré el primero en estar de acuerdo en que se nombre a otra persona; pero no podemos consentir que el criterio de él no se sujete al de la mayoría de las Asamblea.

El C. Avellaneda: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Avellaneda: En efecto, el señor Vadillo no ha dicho todo lo que probablemente lleva en el fondo y que le dio pena decir; yo, puesto en su lugar y siendo enemigo del señor Alcocer, que en lo particular no lo soy, me sentiría lastimado con el hecho de que Su Señoría me hiciera la humillación - si ustedes quieren -, como pretende hacérsela al señor Vadillo.... (Voces: ¡No, no!) ¡Sí, señores! El señor Vadillo lo ha atacado esta mañana, lo ha rechazado, y natural es que ahora rehuse esta Comisión; si está en un error, no soy yo ni la Cámara quien debe juzgarlo; pero de cualquier manera, no debe ahora humillársele obligándolo a que vaya casi a dar un voto de atención a un individuo que para todos es muy honorable pero que en el ánimo del señor Vadillo se presenta de muy distinta manera.

Por lo tanto, suplicaría, colocándome desde el punto de vista moral, que ya él ha dicho que se sujeta a la decisión de la Cámara, pero teniendo en cuenta el amor propio de cada quien, se nombre a otra persona.

El C. Vadillo: Pido la palabra.

El C. : Presidente tiene usted la palabra

El C. Vadillo: Como quiera que el Reglamento faculta al ciudadano Presidente de esta Asamblea para nombrar estas Comisiones, le ruego muy atentamente me exima de esta obligación; si el ciudadano presidente no me exime, yo me rehuso aceptando las consecuencias que puedan venir.

El C. Presidente: En lugar del C. Vadillo se nombra al C Gutiérrez de Velasco

El C. Gutiérrez de Velasco: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Gutiérrez de Velasco: Me parece demasiado poco serio esta asunto. Estoy exactamente en iguales o peores condiciones que el señor Vadillo, pues si éste atacó en lo general, yo lo hice como hijo del Estado de Guanajuato.

Así es que suplico al señor Presidente se sirva eximirme de esta comisión.

El C. Álvarez del Castillo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Álvarez del Castillo: Señores diputados: Yo entiendo que en este caso ni el señor Vadillo ni el señor Gutiérrez de Velasco están en lo justo. Se trata de que va a protestar un representante del pueblo y, desde ese momento, el señor Presidente de esta honorable Asamblea ha estado muy atinado al nombrar una Comisión integrada por un miembro de las derechas y otro de las izquierdas que, aunque las izquierdas en este caso constituyen numéricamente una minoría ridícula, para nosotros, moral y parlamentariamente, significan tanto o más que nosotros; por consiguiente, yo creo que en este caso el Presidente de la Cámara debe consultar a la Asamblea si está de acuerdo con la designación que ha hecho, a fin de que la Asamblea sea quien les imponga la obligación a los ciudadanos representantes de introducir al C. Alcocer.

El C. Secretario Soto: En votación económica, la Presidencia consulta a la Asamblea si exime de la Comisión que le ha encomendado al C. Gutiérrez de Velasco. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. (Murmullos. Desorden.)

El C. García Carlos: Pido votación nominal.

- El mismo C. Secretario: La Presidencia consulta a la Asamblea si exime al C. Gutiérrez de Velasco de la comisión que le confiado. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. (Sigue el desorden.)

El C. García Carlos: Pido votación nominal.

El C. Vásquez Genaro V.: Pido votación nominal.

El C. Trigo: Están pidiendo votación nominal los señores.

El C. Secretario Pesqueira: Se va a proceder a la votación nominal.

El C. Secretario Soto: En votación nominal se va a preguntar a la Asamblea si exime al C. Gutiérrez de Velasco de la Comisión que la ha confiado la Presidencia. Por la afirmativa.

El C. Secretario Pesqueira: Por la negativa. (Se empieza a recoger la votación.)

El C. Silva Federico: Una moción de orden. El asunto que se trata es de tan poca importancia (Voces: ¡Estamos en votación!), que no merece perderse el tiempo.... (Voces: ¡Estamos en votación!)

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta al C. general Silva que estamos en votación y no puede hacer uso de la palabra.

El C. Silva Federico: por eso hice la moción de orden, para ver si se reconsideraba el acuerdo. (Se continúo recogiendo la votación.)

El C. Secretario Pesqueira, interrumpiendo: la Secretaría manifiesta a los señores diputados que no puede tomarse la votación por el desorden en que está la Asamblea. (Se continúo recogiendo la votación.)

El C. Secretario Soto, interrumpiendo: atentamente se llama la atención al C. Araujo Emilio. (Se continúo recogiendo la votación.)

- El mismo C. Secretario: La Presidencia atentamente llama al orden al C. Olivé. (Se continúo recogiendo la votación.)

El C. Secretario Pesqueira: Votaron por la negativa 54 ciudadanos diputados.

El C. Secretario Soto: Votaron por la afirmativa 77 ciudadanos diputados. En consecuencia, queda eximido de esa obligación el C. Gutiérrez de Velasco. (Aplausos.)

El C. Presidente: En substitución del C. Gutiérrez de Velasco, la Presidencia nombra en comisión al C. Padrés. (Aplausos.) (Rindió la protesta de ley el C. Ernesto Alcocer, como diputado propietario por el 17 Distrito Electoral del Estado de Guanajuato. Aplausos. Siseos.)

El C. Presidente: La Presidencia, muy atentamente se permite invitar a la Comisión de Presupuestos para que se sirva dar cima a su trabajo, con objeto de que este importantísimo ramo se discuta y se apruebe cuanto antes, pues sólo nos queda trabajar mes y medio nada más.

El C. Arlanzón: Que informe el Presidente de la Comisión de Presupuestos.

El C. Presidente: El Presidente de esa Comisión es el C. general Alfredo Rodríguez. (Voces: ¡No está!)

El C. Presidente, a las 6.15 p.m.: Se levanta la sesión de la Cámara de Diputados y se cita para mañana a las cuatro de la tarde. (Voces: ¡Orden de día!) la orden del día es la siguiente: Discusión Ley de Secretarías de Estado.