Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19181118 - Número de Diario 76

(L28A1P1oN076F19181118.xml)Núm. Diario:76

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 18 DE NOVIEMBRE DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I. - PERIODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO I. - NUMERO 76

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 18

DE NOVIEMBRE DE 1918

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior. Prestan la protesta de ley los CC. Gabriel Torres Garza y Genaro Angeles.

2. - Se da cuenta con los asuntos en cartera. El Poder Ejecutivo devuelve, con observaciones, los proyectos de ley aprobados por esta Cámara, convocando a elecciones extraordinarias de diputados al Congreso de la Unión, a los siguientes Distritos Electorales: Distrito Sur de la Baja California, 7º de Chihuahua y 8º de Michoacán; pasan a la 2a. Comisión de Gobernación. Son aprobadas varias proposiciones relacionadas con el fallecimiento del C. diputado Aceves. Se concede licencia a los CC. Meade Fierro, Ferrel, Tamez, Balderas Márquez, Rojas Rafael R. y Schulz y Alvarez. Segunda lectura del dictamen de la Comición de Administración, que propone se derogue el decreto de 31 de diciembre de 1917, por el que se amplió en $ 190,000.00 la partida número 42 del presupuesto de Egresos vigente. Es aprobado un dictamen de la 2a. Comisión de Justicia, relacionado con el memorial que eleva a esta H. Cámara el C. J. Villa y García.

3. - Es discutido y aprobado en lo general el dictamen de la Comición de Presupuestos, relativo a la Ley de Ingresos para el año fiscal de 1919. Se levanta la sesión para entrar a secreta.

DEBATE

Presidencia del

C. CÉSPEDES ELISEO L.

(Asistencia de 128 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.37 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión el día diez y seis de noviembre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Eliseo L. Céspedes.

"En la ciudad de México, a las seis de la tarde del sábado diez y seis de noviembre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veintiséis Ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. secretario soto, se abrió la sesión.

"El C. Prosecretario Aguilar leyó el acta de la sesión celebrada el día quince de los corrientes, la cual sin discusión fue aprobada en votación económica.

"Los CC. Fernández Ledesma, Berumen y Secretario Pesqueira introdujeron al salón al C. Juan Díaz Infante, quien rindió la protesta de ley como diputado propietario al congreso de la Unión por el 1er Distrito Electoral del Estado de Aguas Calientes.

"El C. Peña Estanislao usó de la palabra para hechos con motivo de las crónicas que de las sesiones de esta H. Cámara hace la prensa de la capital e inmediatamente la Secretaría dio cuenta con los documentos siguientes:

"Oficio de la Secretaría de relaciones exteriores, en que el C. Subsecretario E. Garza Pérez manifiesta haberse hecho cargo del Despacho. - De enterado.

"Oficio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en que manifiesta haber quedado enterada de que esta cámara negó la exención que solicitó el C. Alberto E. Figueroa por la introducción de maquinaria. - A su expediente.

"Telegrama procedente de Jalapa en que el C. Trejo Amado J. solicita se le prorrogue por diez días la licencia que ha venido disfrutando. - A la Comisión de Gobernación en turno.

"Solicitud del C. González Galindo, para que se le conceda licencia por el tiempo que permanezca enfermo.- El mismo trámite.

"Mensaje procedente de Colima en que el C. Saucedo Salvador pide se le prorrogue por diez días la licencia de que ha venido haciendo uso.

"Con dispensa de trámites y sin discusión se aprobó la prórroga de esta licencia.

"Dictamen de la Comisión 2a. de Puntos Constitucionales y la. Agraria, en la que se propone se comunique a la Comisión Local Agraria del Estado de México, que esta Cámara no puede resolver la consulta que hizo ala comisión permanente por no estar en sus facultades. - Sin discusión se aprobó.

"Dictamen de la 2a. Comisión de peticiones, que propone pase a la Comisión de Guerra en turno la solicitud de pensión de la señorita Cecilia Caso y Salgado. - Sin debate se aprobó.

"Dictamen de la misma Comisión que propone se conteste al señor Heraclio M. Aguilar que puede

dirigirse al Departamento de salubridad y presentar su iniciativa.

"Así que la Secretaría anunció que estaba a discusión este dictamen habló el C. Quiroga, a quien siguió en el uso de la palabra en apoyo del el C. Andrade, quien interpeló al C. Quiroga. El C. Avellaneda hizo apreciaciones acerca de la proposición motivo del dictamen, y contestó a una pregunta del C. Angeles. Los conceptos del C. Avellaneda dieron lugar a rectificaciones del C. Quiroga, quien agregó nuevas razones en contra del dictamen. Hizo aclaraciones el C. Galindo y el C. Pesqueira, a nombre de la comisión sostuvo la parte resolutiva del dictamen . Los CC. Quiroga y Villasenór Mejía hicieron aclaraciones. La Secretaría leyó el artículo 86 del Reglamento a solicitud del C. Chávez Manuel M; el que interpeló al C. Quiroga. El C. Pesqueira solicitó permiso para retirar el dictamen, pero la Asamblea no lo concedió.

"En votaciones economicas sucesivas, se resolvió agotado el debate y se aprobó el dictamen.

"Continuóse dando cuenta con los documentos en cartera:

"Dictamen de la 2a. Comision de Peticiones, que propone pase a la 3a. Comisión de Guerra el memorial del C. Rodolfo Barrera, relativo a la pensión que solicita.

"Sin que ningún ciudadano hiciera uso de la palabra, la Asamblea le otorgó su aprobación.

"Dictamen de la 2a. Comisión de Hacienda, que consulta se diga a los señores Loeb Hermanos sucesores que se dirijan al Ejecutivo de la Unión para resolver la petición que tienen formulada.

"Despúes de que el C. Basáñez atacó este dictamen, la Comisión por conducto del C. Galindo obtuvo permiso de la Cámara para retirarlo con objeto de presentarlo modificado en su oportunidad.

"Dictamen de la 2a. Comisión de hacienda que consulta se diga al C. Andrés Magallón que no ha lugar a modificar, como lo solicita, la tarifa de importación y exportación sobre calzado y pieles curtidas y crudas.

"Sin debate se aprobó.

"A instancia del C. Siurob, el ciudadano presidente excitó a la Gran Comisión para que a la mayor brevedad proponga a las personas que deban integrar debidamente la 2a. Comisión de Guerra.

"A las siete y cinco de la noche se cerró la sesión y se citó para el próximo lunes diez y ocho a las cuatro de la tarde, a sesión de Cámara de diputados.

Está a discución el acta. ¿No hay quien desee hacer uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Se aprueba el acta.

El C. Presidente: Encontrándose a las puertas del salón los CC. diputados Gabriel Torrez Garza y Genaro Angeles, se comisiona a los CC. Horacio Uzeta, Limón Uriarte y Secretario Pesquiera, para que se sirvan introducirlos a rendir la protesta de ley.

(Penetran los ciudadanos diputados acompañados de la Comisión.)

El C. Prosecretario Aguilar: Los ciudadanos asistentes a las galerías deben ponerse de pie.

(Rinden la protesta de ley los CC. Gabriel Torrez Garza y Genaro Angeles.)

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

Poder Ejecutivo Federal. - Estados Unidos Mexicanos. - México, - Secretaría de Gobernación. - Sección Primera. - Número 5,406.

"A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente.

"Habiéndose recibido en esta Secretaría el oficio de ustedes 17, de fecha 6 de los corrientes, enviando el decreto de 5 del mes en curso, expedido por esa H. Cámara y por el cual se convoca a elecciones extraordinarias de diputados propietarios y suplente al Congreso de la Unión, al pueblo del Distrito Sur de la Baja California, por acuerdo del ciudadano Presidente Constitucional de los Estado Unidos Mexicano, y haciendo uso al efecto de la facultad que el Poder Ejecutivo concede el inciso (b) del artículo 72 de la Constitucion General de la República, tengo la honra de devolver a ustedes el decreto referido con la observación siguiente:

"Los artículos 67 y 89 fracción XI establecen el sistema de convocatoria para sesiones extraordinarias, que solamente pueden hacerse por el Presidente de la República, salvo casos excepcionales entre los cuales no está el de calificar las elecciones extraordinarias de miembros del Poder Legislativo, y debiendo fijarse en la convocatoria el objeto de ellas, de tal suerte que durante el período extraordinario de sesiones, no podrá la Cámara que la celebre, ocuparse de asunto distinto de aquel para que fue citado.

"Ahora bien, el inciso (f) del artículo único del decreto mencionado, que textualmente dice: "La Cámara de Diputados calificará la elección de que se trata, en el próximo período de sesiones ordinarias o en el período extraordinario si para ello se convoca," pudiera dar lugar a falsas interpretaciones con motivo de los términos en que está concebida su redacción ya que el decir que la Cámara calificará esas elecciones en periodo ordinario o extraordinario, si para ello se convocare, no parece significar de un modo claro y preciso, y que no dé lugar a distintas versiones del mismo concepto, si acaso para que esa Honorable Cámara haga tal calificación en período extraordinario bastaría, según dicho inciso (f), que se reuniera aquélla en sesiones extraordinarias cualquiera que fuere el objeto de ellas, o si solamente se ocuparía en período extraordinario de calificar las elecciones, si esta calificación estuviera comprendida entre los fines de la convocatoria.

"En tal virtud, el Ejecutivo de la Unión considera pertinente que esta Cámara se digne aclarar el concepto indicado para evitar cualquiera mala inteligencia.

"Ruego a ustedes que se sirvan dar cuenta a la Honorable Cámara de Diputados con lo anterior, y a la vez les protesto mi más atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - México, 9 de noviembre de 1918. - El Secretario, Aguirre Berlanga." - Recibo, y a la 2a. Comisión de Gobernación.

En igual forma, el Ejecutivo de la Unión devuelve objetada la convocatoria de elecciones extraordinarias de diputados, en el 7º Distrito Electoral del Estado de Chihuahua. - Recibo, y a la 2a. Comisión de Gobernación.

En los mismos términos el Ejecutivo de la Unión hace objeciones a la convocatoria de elecciones extraordinarias de diputados, en el 8º Distrito Electoral del Estado de Michoacán. - Recibo, y a la 2a. Comisión de Gobernación.

Las Legislaturas de los Estados de Durango y Sinaloa y el gobierno del Estado de México, envían comunicaciones de condolencia por el fallecimiento del C. diputado Aniceto Ortega. - A su expediente.

La Legislatura de Durango y los Gobiernos de México y Michoacán, envían comunicaciones de condolencia por el fallecimiento del C. diputado Juan Manuel Giffard. - A su expediente.

Las Legislaturas de los Estados de Durango, Michoacán y Sonora; los gobiernos de los Estados de Michoacán y México, y el Tribunal Supremo de Justicia del Estado de San Luis Potosí, envían comunicaciones de condolencia por el fallecimiento del C. diputado Roberto Camacho. - A su expediente.

Las Legislaturas de los Estados de Durango, México y Michoacán y los gobiernos de los mismos estados, envían comunicaciones de condolencia por el fallecimiento del C. diputado Rodolfo Cancela Nogueira. - A su expediente.

"Honorable Asamblea:

"Con motivo de la defunción del C. diputado Alejandro R. Aceves acaecida el día de ayer, y siguiendo los precedentes establecidos en semejantes casos, nos permitimos someter a la concideración de esta Honorable Asamblea, con dispensa de trámites, las siguientes proposiciones:

"Primera. Enlútese por tres días la tribuna de esta Honorable Cámara.

"Segunda. Minístrese a los deudos del extinto C. diputado Alejandro R. Aceves la cantidad de $2,000.00 para gastos de funerales, con cargo a la partida número 2 del Presupuesto.

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 18 de noviembre de 1918. - E. L. Céspedes. - J. I. Pesqueira. - J. G. Ruvalcaba."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie, en el concepto de que se necesitan las dos terceras partes de los miembros presentes.(Voces: ¡Hay más! Murmullos.) Se dispensan los tramites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación econonómica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado.

"Honorable Asamblea:

"Hallándome enfermo de gripa, según se hace constar en el certificado médico que acompaño, me veo en el caso de solicitar, con dispensa de trámites, una licencia con goce de dietas, hasta por quince días, a fin de atender a mi quebrantada salud.

"En vista de la justicia que asiste a mi solicitud, ruego atentamente a vuestra soberanía me hagáis el honor de aprobarla.

"México, noviembre 17 de 1918. - E. Meade Fierro.

"Ruego a la Secretaría que se sirva darle lectura al certificado médico que se acompaña."

El certificado médico dice:

"El que subscribe médico cirujano certifica:

"Que el C. Ernesto Meade Fierro está actualmente enfermo de gripa y que necesitará unos diez o quince días para su completo restablecimiento. A pedimento del interesado y para los usos que a su derecho convengan le extiendo el presente en México, a los diez y ocho días del mes de noviembre de mil novecientos diez y ocho." - Una firma ilegible.

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se dispensan los trámites. Está a discución. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se concede la licencia.

"Honorable Cámara:

"Por encargo del diputado licenciado José Ferrel, que se encuentra en cama atacado de influenza, solicito para él, con dispensa de trámites, seis días de licencia.

"Noviembre 18 de 1918. - Manuel Andrade."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se dispensan los trámites. Está a discución. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se concede la licencia.

"Honorable Asamblea:

"En atención a las especiales circustancias dolorosas por que atraviesa el C. diputado don Carlos E. Tamez,que acaba de perder a su único hijo y en la actualidad tiene enferma de gravedad a su señora esposa, solicitamos a su nombre , con dispensa de todo trámite, prórroga de su licencia con goce de dietas por el término de quince días.

"Siendo de justicia estricta lo que solicitamos, esperamos sea acordado de conformidad.

"Salón de Sesiones del congreso de la Unión. - A los diez y ocho Días del mes de noviembre de mil novecientos diez y ocho. - José P. Saldaña. - Federico Silva. - G. Morales Sánchez. - E. Soto P."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se dispensan los trámites. Está a discución. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se concede la prórroga. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se concede la prórroga.

"Telegrama de Morelia, 16 de noviembre de 1918.

"Señor Presidente de la cámara de Diputados.

"Cámara de Diputados.

"Por encontrarme enfermo gripa, como comprobaré caso necesario, no he podido salir esa. Tan pronto como enfermedad permítamelo me presentaré esa. Comunícolo atentamente efectos a que haya lugar. - J.Gaitán." - De enterado.

(El mismo ciudadano Prosecretario dio lectura al dictamen de la Comisión de Administración, que consulta un proyecto de ley para que se derogue el decreto de 31 de diciembre de 1917, por el cual se amplió en $190,000.00 la partida número 42 del Presupuesto de Egresos vigente.) - Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

"Comisión 1a. de Gobernación.

"Señor:

"A la 1a. Comisión de Gobernación que subscribe, se turnó la solicitud de licencia presentada a la honorable cámara por el C. diputado Benjamín Balderas Márquez, en la cual manifiesta tener que arreglar asuntos de familia en la ciudad de Tehuacán, y necesitar para ello de un permiso de quince días, con goce de dietas.

"Los miembros de la referida Comisión, no tenemos inconveniente en que se acceda a la petición del C. diputado Balderas Márquez y, en tal virtud, nos permitimos someter a la deliberación y aprobación de la honorable Asamblea el siguiente acuerdo económico:

"Se concede licencia por quince días, con goce de dietas, al C. diputado Benjamín Balderas Márquez, para que arregle asuntos familiares."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., a 15 de noviembre de 1918. - J. M. A. del Castillo. - Marciano González."

Está a discución. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

"2a. Comisión de Gobernación.

"Honorable Cámara:

"El C. diputado Rafael R. Rojas, en telegrama que dirige a esta honorable Asamblea, con fecha 15 del actual, manifiesta serle de mucha urgencia una prórroga por quince días más la licencia de que disfruta, por encontrarse convaleciente de la "influenza española."

"Los subscriptos, miembros de la 2a. Comisión de Gobernación, a la que tocó en turno conocer del mencionado asunto, opinan que a pesar de que el C. diputado Rojas no acredita con pruebas fehacientes su dicho, que es muy honorable, debe concedérsele la prórroga que solicita, dado que está comprendido dentro de los artículos 50 y 51 del Reglamento del Congreso y, en tal virtud, se permiten proponer para su aprobación el siguiente acuerdo económico:

"Se concede prórroga por quince días, con goce de dietas, al C. diputado Rafael R. Rojas, para que atienda al restablecimiento de su salud."

"Sala de comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 18 de noviembre de 1918. - R. Castro. - M. Lomelí."

Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sirvanse ponerse de pie. Aprobado.

"2a. Comisión de Gobernación.

"Honorable Cámara:

"Al estudio de la 1a. Comisión de Gobernación que subscribe, se turnó, por acuerdo de esta honorable Asamblea, la solicitud de licencia subscripta por el C. diputado Miguel Schulz y Alvarez, en la que manifiesta que, a pesar de encontrarse indispuesto, ha estado concurriendo a las sesiones, pero que habiéndose recrudecido sus males, le es urgente, por prescripción médica, dedicarse a su curación, para lo cual necesita de un permiso por todo el tiempo que sea indespensable para atender el restablecimiento de su salud.

"Los subscriptos consideran que los motivos expuestos por el mencionado C. diputado Schulz y Alvarez no pueden ser más justificados, y que, por lo mismo, no hay razón para negarle la licencia solicitada.

"En tal virtud, se honran en someter a la deliberación y aprobación de esta honorable asamblea el siguiente acuerdo económico:

"Concédase licencia, con goce de dietas, por diez días, prorrogables en su caso, al C. diputado Miguel Schulz y Alvarez, para que atienda al restablecimiento de su salud."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., 18 de

noviembre de 1918. - J. M. A. del Castillo. - Marciano González."

Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

"Comisión 2a. de Justicia.

"Señor:

A la 2a Comisión de justicia fue turnado el expediente formado con el memorial que eleva a esta honorable Cámara el C. J. Villa y García, vecino de Santa Rosalía, Baja California, y en el que pide se proceda a la mayor brevedad al nombramiento del personal judicial del Distrito Sur de la Baja California, porque el actual carece de competencia y de los conocimientos necesarios.

"Como no ha sido aún aprobada por el Senado la Ley Orgánica del Fuero Común, esta Comisión estima que debe reservarse este expediente para cuando sea expedida dicha ley y, por tanto, somete a la aprobación de la honorable Asamblea el siguiente acuerdo económico:

Resérvese este expediente para cuando sea expedida la Ley Orgánica del Poder Judicial del Fuero Común."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 16 de noviembre de 1918. - Carlos García. - J.Martínez del Río."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que descen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

(La Secretaría dio lectura al dictamen de la Comisión Presupuestos, relativo al proyecto de Ley de Ingresos para el el año fiscal de 1919.)

Está a discusión en lo general.

El C. Basáñez: Pido la palabra en contra.

El C. Prosecretario Aguilar: Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El C. Presidente: Se ha inscripto para hablar en contra del dictamen el C. Basáñez Rubén. Tiene la palabra en contra.

El C. Basáñez: Ciudadanos representantes: Yo no sé qué sea más patriótico, sin atacar la Ley de Presupuestos para que la discusión se alargue unos días y luego el Senado no pueda discutirla, o dejar pasar todos los asuntos que en ella se tratan.

Antes que nada quiero hacer una interpelación a la Comisión, y es la siguiente: por el dictamen presentado, que es igual que la iniciativa del Ejecutivo, veo que el total de los presupuestos es de . . .$149.384,000.00, y yo desearía saber si las comisiones creen que con esto será suficiente para cubrir los egresos del Erario Nacional, o qué forma es la que van a dar los egresos para poderlos cubrir.

El C. Rodríguez Alfredo, Presidente de la Comisión de Presupuestos y Cuenta: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rodríguez: La Comisión no tiene datos exactos para poder contestar de manera categórica al C. Basáñez su interpelación; pero creo, por que se le hicieron, hizo uso de la palabra diciendo: que es axioma de Economía Política, que el Ejecutivo de la de la Unión tuvo en cuenta, antes de formular su Presupuestos de Ingresos, los egresos que tiene que erogar en el ejercicio fiscal próximo. Por eso creo que con las modificaciones que al Presupuesto de Egresos ha hecho el Ejecutivo, bastará la cantidad de ciento cuarenta y nueve millones de pesos para cubrirlo.

El C. Basáñez: Hasta estos momentos las iniciativas presentadas por el Ejecutivo, que son las relativas a los ramos del Poder Legislativo, del Ejecutivo y Judicial, Gobernación, Relaciones Exteriores y Hacienda, importan aproximadamente unos veintinueve millones de pesos, faltándonos los ramos más importantes, entre ellos el principal, que es el de la Secretaría de Guerra y el cual tengo entendido que asciende casi a la misma cantidad que importan los egresos que se consultan. Creo todos los cálculos que se han hecho respecto de estos presupuestos no están basados en ningún dato estadístico y sí solamente en suposiciones; tenemos, por ejemplo, el impuesto de sesenta por ciento federal adicional, que cubren los Estados y Municipios y el cual fúe calculado en treinta y un millones de pesos; tenemos que siendo éste, el sesenta por siento, un impuesto total de lo que cobran los Estados y los Municipios, no creo, bajo ningún concepto, que estos impuestos asciendan sólo a esa cantidad, por que no se podrían sostener ni los Estados ni los Municipios de toda la República con un cuarenta por ciento más de los treinta y un millones, quiere decir, aproximadamente con unos cuarenta y cinco o cincuenta millones. Tenemos Estados como el de Yucatán, Veracruz, quizá todos los de la República, que deben gastar cuando menos dos o tres millones de pesos.

Hay otros ingresos aquí como los de Arsenal Nacional de Veracruz y Varadero de Guaymas que están calculados en diez mil pesos; hay ingresos por concepto de importación que están calculados en veinticinco millones, cuando sabemos que una o dos aduanas de la República los producen únicamente. Leí hace unos días en el periódico el dato de que la Aduana de Veracruz había producido en la primera decena de este mes cuatrocientos mil pesos, y siguiendo ese cálculo, si en una decena de cuatrocientos mil pesos, en un mes daría un millón doscientos mil pesos. Calculado como está que los derechos de importación son veinticinco millones, tienen ustedes que entre la aduana de Veracruz, que no es en este una de las de mayor importancia, pues se encuentran las de Tampico, Laredo y Progreso que administran tanto o más que la de Veracruz, con sólo esas aduanas tendríamos para cubrir lo que aquí se asienta. Eso por un lado. Por otra parte, el objeto de atacar el proyecto en lo general, es por que hay varias leyes expedidas con facultades extraordinarias, las cuales yo no quiero reconocer y no quiero por que voy a tener oportunidad de presentarles a ustedes el

decreto expedido por la Cámara pasada en la forma que se dieron esas facultades, para que se vea que dichas facultades solamente fueron para cobrar y pagar mientras se expedían los presupuestos; y aun que éstos no se han expedido, el Ejecutivo nunca tuvo facultades para legislar ni aun en materia hacendaria. El decreto número uno de la Legislatura pasada fue amplísimo al parecer conforme a la letra del decreto que dice: "Artículo 1º Se conceden al Presidente de la República facultades extraordinarias en el Ramo de Hacienda, mientras el Congreso de la unión expide las leyes que deban normar en lo sucesivo el funcionamiento de la Hacienda Pública Federal."

Esto, al paracer, es completamente amplio y faculta al Ejecutivo para legislar, no sólo para cobrar sus presupuestos y pagar sus salidas, pagar sus egresos, sino que tal parece que lo faculta para legislar. Aquí tengo el "Diario de los Debates" y vamos a ver la discusión de la citada ley, de la que podemos deducir cuál fue el verdadero sentir de la Cámara al dar las facultades. Cuando se discutió esta ley, se llamó a este recinto al ciudadano Subsecretario de Hacienda para que la defendiese; y con motivo de una de las varias interpelaciones que se le hicieron, hizo uso de la palabra diciendo:

"Los presupuestos definitivos para el próximo año fiscal están siendo estudiados con todo cuidado y serán enviados dentro de breves días a la Cámara. La iniciativa dice: "...mientras el Congreso de la Unión expide las leyes que deben normar en lo sucesivo el funcionamiento de la Hacienda Pública Federal" Naturalmente si la Cámara aprueba el presupuesto provisional para mayo y junio en esa semana dejan de funcionar las facultades extraordinarias."

En otro artículo, el mismo ciudadano Subsecretario de Hacienda dijo: "Señores diputados: El largo discurso del señor licenciado Urueta ha sido par decir al final que está conforme en que se concedan las facultades extraordinarias pero limitadas, mientras la Cámara estudia las presupuestos. Pues eso es precisamente lo que pide el Ejecutivo, no pide mas. El proyecto presentado dice esto: que mientras la Cámara estudia las dispociciones respectivas para que rijan en el ramo de Hacienda. El señor licenciado Urueta dice eso precisamente, está conforme, siempre que se limiten a eso: luego estamos de acuerdo."

Como ustedes verán, la mente de la Cámara pasada al dar estas facultades fue únicamente la de darlas al Ejecutivo para que cobrase y pagase. Leyendo más el "Diario de Debates" se deduce exactamente mi tesis, pero para corrobar lo asentado voy a dar lectura a decretos posteriores del mismo Ejecutivo, al número dos, para que vean ustedes que el sentir de el era el mismo sentir de la Cámara, y es la tesis que siento en estos momentos. Dice así:

"Artículo único: Se autoriza al Poder Ejecutivo de la Unión, para continuar recaudando los Ingresos del Erario Federal, conforme a los decretos, circulares y demás disposiciones dictadas por el ciudadano Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo, mientras no los derogue o modifique el Congreso de la Unión."

Quiere decir que el Ejecitivo, decía yo, nada más debería cobrar y hacer los pagos que se necesitasen; las derogaciones y modificaciones las haría el Congreso de la Unión. Para más afirmación de mi tesis presentada, viene después pidiendo autorizaciones para contratar empréstitos y posteriormente, no considerándose el Ejecutivo en esa fecha autorizado para dar leyes, modificando algunas de ellas o creando nuevas, del mismo Ejecutivo pide, con fecha 31 de agosto, facultades extraordinarias para legislar en aduanas; así es que el mismo Ejecutivo estaba conforme en que él no tenía facultades para hacer leyes y en virtud de eso el Ejecutivo, como tenía por las circunstancias especiales de la guerra mundial de subir y aumentar los impuestos de aduanas tanto de importación como a la exportación y dado que si consultaba cada una de esas leyes al Congreso de la Unión, resultarían muy tardías y extemporáneas casi siempre, fue por lo que el Ejecutivo pidió al Congreso se le facultase para legislar en aranceles. El decreto se expidió el 31 de agosto... ¡ah! ...el decreto pide facultades hasta el 31 de agosto y se expidió en octubre 31 de 1917. Dice así:

"Artículo 1º Se autoriza al Ejecutivo de la Unión para que modifique los Aranceles de importación y exportación, desde la fecha de la promulgación de esta ley, hasta el 31 de agosto de 1918, en el concepto de que las modificaciones que haga serán de aplicación general y nunca en forma de concesiones particulares.

"Artículo 2º El Ejecutivo dará cuenta al Congreso de la Unión del uso que hiciere de esta autorización."

Así es que está de más seguir diciéndoles a ustedes que todo lo que ha legislado el Ejecutivo a sido improcedente; que esas leyes son nulas de principio, a excepción hecha de las en que, efectivamente, tiene facultades, como es en el ramo de Aduanas. Es por esto y porque sería muy tardío estar discutiendo artículo por artículo de aquellos que traen precisamente leyes expedidas por el Ejecutivo, por los que he atacado el proyecto en lo general y porque creo, asímismo, que tanto el Ejecutivo como las Comisiones, han sido muy conservadoras al calcular los productos que han de dar dichas leyes, productos que yo creo que, honradamente administrados, tendrían superávit a las necesidades nuestras.

El C. Rodríguez Alfredo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Rodríguez Alfredo: Señores diputados: El diputado Basáñez, quien fue el primero en hacer uso de la palabra en contra del dictamen a discusión en lo general, fue el Presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta en la Legislatura pasada; y entonces, con menos ahínco defendió los dictámenes sobre Presupuestos, que el que ahora emplea para atacar el proyecto que se está sometiendo a la consideración de ustedes. El C. Basáñez viene hoy a esta tribuna quizá poseyendo datos que en aquella época no tenía, entre otras de las muchas cosas que aquí ha expresado, que son improcedentes todas las disposiciones que en materia de Hacienda ha dictado el Ejecutivo; y para demostrar esa tesis, a mi juicio muy errónea, indica que, conforme al decreto que la honorable XXVII Legislatura lanzó concediéndole

facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda al Poder Ejecutivo de la Unión, estas facultades, según la opinión muy personal del ciudadano Subsecretario del ramo y que expresó en esta tribuna, habían terminado, si es que en la primera semana el Congreso aprobaba el presupuesto provisional. Creo que los decretos no se interpretan, si no se acatan. Dice el decreto de referencia que se conceden al Ejecutivo de la Unión facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda, hasta en tanto el Congreso de la Unión no dicte las dispociciones necesarias para el funcionamiento de Hacienda. Esas disposiciones no están dictadas; por circustancias muy especiales, el Ejecutivo continúa en el uso de esas facultades. Si es que se acepta la tesis de que, aprobando el Congreso de la Unión los Presupuestos de Ingresos y Egresos cesan de hecho las facultades que el Congreso había otorgado al Ejecutivo, debemos, señores, principiar por aprobar estos presupuestos, porque debemos tener muy en cuenta para la discusión que viene, este sólo hecho: si en el ejercicio fiscal de 1918, con un Presupuesto de Ingresos y de Egresos casi igual al que ahora el Ejecutivo nos propone, este mismo Ejecutivo, haciendo uso de esas facultades, de las que se halla investido, tiene, ha tenido y seguirá teniendo tantas dificultades para sufragar los gastos públicos, ¿qué sucederá, señores, en el ejercicio fiscal de 1919, cuando no tenga el Ejecutivo más que los ingresos que el Congreso dicte y los egresos que el Congreso autorice? En uso de esas facultades, de las cuales ha dado cuenta también el Ejecutivo, ha recaudado algunas sumas que han venido ha cubrir algunas nececidades; además, señores, a mi juicio, puesto que se carece de los datos necesarios para hacer un estudio razonado y fundado, sobre todo, de los Presupuestos, puesto que la estadística en la República está muy atrasada, por virtud de la Revolución, debemos, repito, hacer lo que hizo la Comisión: aceptar la iniciativa del Ejecutivo y hacer aquí las modificaciones que sensatamente deban hacerse. El señor Basáñez, al referirse al Presupuesto de Guerra dice que será por una cantidad mayor que la que figura ahora en el Presupuesto vigente. No lo sabemos todavía, señor Basáñez, no ha venido el Presupuesto de Guerra, y es lógico suponer que el Ejecutivo no estaría tan desequilibrado de pedir a la Representación Nacional la autorización para un Presupuesto de Ingresos por una cantidad menor que la que él necesitara para sus gastos. Repito lo que dije contestando la interpelación del señor Basáñez: el Estado norma su Presupuesto de Ingresos por los egresos que tiene que satisfacer. Si el Ejecutivo de la Unión nos demuestra por medio del Presupuesto de Egresos que necesite intervenir "X" cantidad de millones de pesos para las necesidades públicas, debe de la manera más atinada hacer que los impuestos llenen esa cantidad. El Ejecutivo ha ofrecido que el Presupuesto de Egresos será por la cantidad de ciento cuarenta y nueve millones de pesos, así es que el asunto a discusión son ciento cuarenta y nueve millones de pesos de ingresos. Ahora la aplicación, la particularización de esos ciento cuarenta nueve millones, es lo que vamos a discutir. Creo yo, señores, que no debemos perder el timpo en discutir el proyecto en lo general, debe aprobarse o rechazarse, y si es que se aprueba, proceder a la discusión en lo particular, en que ya en capítulo por capítulo y en punto por punto, se aducirán las razones y se tomarán las determinaciones que más convenientes sean.

Habló el señor Basáñez del 60 por 100 federal; dice que el Ejecutivo calcula treinta y un millones de pesos por concepto de impuestos, en razón del 60 por 100 federal, así es que no es creíble que ese 60 por 100 más el 40 por 100 faltante, sea lo que necesitan todos los Estados de la Federación para su vida. El Ejecutivo calcula treinta y un millones de pesos como producto del impuesto del 60 por 100 federal, teniendo en cuenta que no todo, que no la totalidad de ese 60 por 100 es lo que percibe el ejecutivo. Hay datos para saber que muchos de los Gobiernos de los Estados no acusan a la Federación el monto total de sus ingresos. Se sabe también de muchos Gobiernos de los Estados que entran en componendas con el contribuyente, por razón de sus necesidades, de su existencia y, naturalmente que esas combinaciones traen consigo la disminución del 60 por 100; el 60 por 100 federal produciría muchísimo más señores diputados, pero como el Ejecutivo no tiene derecho para calcular adibitum, sino que tiene que hacer un cálculo lo más exacto que pueda, para que después no laste un faltante en su presupuesto, así es que de manera prudente el Ejecutivo calcula sólo treinta y un millones de pesos y, repito, pueden y deben recaudarse más; pero, en primer lugar, es muy difícil por el sistema que se sigue y, en segundo, las ocultaciones son muy numerosas. El señor Basáñez, atacando el dictamen en lo general, hablaba de los impuestos de importación; dice que las aduanas del país, entre las que citó las de Veracruz, Tampico y Progreso, según leyó en la prensa, recaudó una de ellas en una decena cuatrocientos mil pesos; ese no es dato que debe servirnos de base, porque no hay nada más cierto que las recaudaciones por concepto de impuestos de importación, han disminuído mucho. En años pasados, mejor dicho, antes de la guerra mundial, en el puerto de veracruz raro era el día que no se encontraban surtos seis , ocho y más barcos, y ahora, señores, rara es la semana en que se encuentra un barco. Por lo que se refiere a la Aduana de Progreso, a la que también dio el C. Basáñez a mi juicio, demasiada importancia, voy a permitirme, con permito de la Presidencia, interpelar al señor Castillo Torre, para que me diga si, en su concepto, la Aduana de Progreso ha venido a menos o no y en qué proporción cree que hayan disminuído las entradas de la Aduana de Progreso.

El C. Castillo Torre: Pido la palabra para contestar la interpelación.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Castillo Torres: Contestando la interpelación del ciudadano que ocupa la tribuna, manifiesto que efectivamente, la Aduana de Progreso sí ha visto reducido el monto de sus ingresos con motivo de los lamentables sucesos de la guerra universal.

El C. Rodríguez, continuando: La Aduana de Tampico es verdad que produce relativamente considerables ingresos, y eso es debido a los derechos de exportación del petróleo, pues que, repito, los derechos de importación en toda la República, como

para todos es conocido, han disminuído de manera considerable.

El C. Basáñez, interrumpiendo: Para una interpelación. ¿Qué derechos paga de exportación el petróleo? (Campanilla.) Pido la palabra. ¿Qué derechos paga de exportación el petróleo?

El C. Rodríguez: No recuerdo la cuota fijada como derecho de exportación al petróleo, pues que ya que el caso lo requiere, debo informar a la honorable Asamblea que la Comisión de Presupuesto y cuenta, teniendo en consideración lo extenso del Presupuesto que nos ocupa y con objeto de hacer una labor más eficiente, dividió los capítulos que informan el Presupuesto de Ingresos entre el número de los miembros de esa Comisión y al que habla no le correspondió en suerte, porque fueron sorteados los capítulos, el que corresponde al petróleo, señor Basáñez.

El C. Basáñez: ¿Me permite una aclaración, con permiso de la Presidencia?

El C. Rodríguez: Sí, señor:

El C. Basáñez: El petróleo no paga impuesto de exportación directamente, paga un tanto por ciento como todos los minerales, en estampillas, y está calculado particularmente en timbres federales.

El C. Rodríguez: A pesar de lo que dice el señor Basáñez, la Aduana de Tampico se sostiene con el petróleo, la Aduana de Veracruz, puerto del que es nativo el señor Basáñez, y por el que tanto aboga, debe saber usted, mejor que nadie, que los ingresos a la Aduana de Veracruz han disminuído,quizá más considerablemente que en ninguna otra parte.

Habló el señor Basáñez del Arsenal Nacional y del Varadero de Guaymas. El Arsenal Nacional también se ha sentido muy afectado en sus ingresos con motivo de que las embarcaciones no vienen de ninguna parte a nuestros puertos, y como su único giro es la reparación y arreglo de estas embarcaciones, no viniendo ellas no hay esos arreglos y luego no hay esos ingresos. Por estos capítulos que trató el señor Basáñez y por otros que pueden verse en el presupuesto y más porque palpamos y hemos palpado la realidad de los hechos, sabemos que las recaudaciones por concepto de impuestos han sido muy reducidas; quizá ahora con el arreglo al que han llegado las potencias beligerantes en algo se mejorarán las condiciones del país; pero nosotros no debemos pensar en lo que se hará mañana si no en lo que se ha hecho antes y en lo que se esta haciendo ahora, y creo yo señores diputados, como antes decía que debemos dar un voto aprobatorio o reprobatorio al Presupuesto en lo general para ahorrarnos las discusiones y la pérdida de tiempo, y si este presupuesto es aprobado en lo general, pasar desde luego a la discución en lo particular. (Aplausos.)

El C. Basáñez: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Basáñez.

El C. Basáñez: Asienta el C. diputado Rodríguez en su peroración, que al emitir su opinión el Subsecretario de Hacienda en esta Cámara, fue particular. No es esa mi opinión, sino que se le llamó y fue un enviado del Ejecutivo, el que traía la voz del Ejecutivo para comunicársela a esta Cámara. Por otro lado, asienta el C. Rodríguez que los impuestos han venido abajo por la escasez del tráfico con las naciones beligerantes. Efectivamente, pero con todo y eso creo que son mayores esos impuestos. Ya cuando se trate en lo particular atacaré algunas partidas, como el sesenta por ciento federal. Respecto al Arsenal Nacional, debo decir al señor Rodríguez que está algo equivocado al atribuir la falta de ingresos o que suban o disminuyan por la guerra europea. El Arsenal Nacional, o sea el dique, no puede con vapores de mayor peso que mil quinientas toneladas y todos los vapores europeos, alemanes, españoles, etc., que vienen, nunca se reparan allí, porque pesan mucho y no los soporta el Arsenal o el dique, mejor dicho. Así es que siempre se han compuesto allí únicamente los buques nacionales, los buques pequeños, y también este asunto ya lo trataré en lo particular, si es que esta Asamblea lo aprueba el lo general. Decía también que toda seguridad los ingresos se van formando según el monto de los egresos (voces: ¡Tiene que ser!), y dice desde su pupitre: tiene que ser; no así lo expresa la Carta Magna, la Carta Magna dice que se estudiarán los ingresos para saber de qué se puede disponer y entonces hacer los egresos. "Es lógico," alguien por allí dice: hay varias tesis sobre este asunto: unos asientan que los ingresos deben discutirse primero para saber de qué se puede disponer, y hay otros autores en economía que asientan que primero se deben estudiar los egresos, para poder poner las contribuciones para cubrir esos egresos. Así es que ya verá en señor que dijo que es lógico, como el señor Rodríguez, que hay varias tesis en este asunto. En cuanto a que los egresos están en relación con los ingresos, tiempo vendrá para poder ver y entonces poder recordárselo al C. Rodríguez.

El C. Rodríguez: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rodríguez.

El C. Rodríguez: Yo no aseveré, señor Basáñez, que la opinión del señor Nieto fuera particular, conozco poco el español, dije personal, pero no particular, desde el momento en que es un funcionario y se encontraba en la Cámara en funciones de su encargo, su opinión es netamente oficial. Ahora, por lo que respecta a la distinción que el señor Basáñez pretende hacer, de que en el dique de Veracruz no entran los barcos extranjeros por su excesivo peso o calado, debo decir al señor Basáñez que no olvide que el comercio de cabotaje está íntimamente relacionado y ligado con el comercio exterior, que si las mercancías no vienen de Europa o de los países Extranjeros, el comercio se disminuye en una gran proporción; y aunque usted diga que no, con el dedo señor Basáñez, las mercancías que van a Veracruz procedentes de Europa, la transportan los barcos que hacen el comercio de cabotaje.

Ahora, por lo que se refiere a la teoría muy de usted, de que primero deben discutirse los Presupuestos de Egresos que los Ingresos, debo repetir a usted lo que ya dije, que es un axioma rudimentario de economía política que el Estado procede al contrario de como lo hacen los individuos; el individuo adecúa , acondiciona su Presupuesto de Egresos al de Ingresos, pero el Estado, desde el momento en que tiene mucho de qué disponer y en momentos determinadas facultades de que hacer uso para allegarse esos recursos, adecúa sus ingresos a los

egresos que tiene forzosamiento que allegarse para su vida, porque primero es ser y luego la manera de ser. (Aplausos. Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Basáñez: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Andrade Priego.

El C. Andrade Priego: Honorable Asamblea: Esta es la hora que ignoro qué es lo que a pedido o impugnado el señor Basáñez. Ruego a usted atentamente, se sirva puntualizar en qué punto del dictamen está usted inconforme.

El C. Basáñez: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Basáñez.

El C. Basáñez: Indiscutiblemente que en lo general contra el dictamen, no sólo contra cada uno de los puntos; no estoy conforme en lo general con la forma de ingresos como se cobra en la República. No fue precisamente contra eso contra lo que hablé, sino contra el dictamen, la forma, mejor dicho, como están consebidas las cantidades en que están calculados todos los ingresos, porque he creído que ha sido muy conservadora la Comisión al hacer esos cálculos en esa forma. Además, hablé en contra, por que he creído que las facultades aprueban ya todas las leyes expedidas por el Ejecutivo con sus facultades extraordinarias que en el Ramo de Hacienda, creyendo yo que el Ejecutivo nunca ha tenido facultades y, en ese concepto, desarrollé mi tesis.

El C. Andrade Priego, continuando: En primer lugar, la XXVII Legislatura expidió el 15 de mayo de 1917 este decreto:

"Se autoriza al Poder Ejecutivo de la Unión para continuar recaudando los ingresos del Erario Federal, conforme a los decretos, circulares y demás disposiciones dictadas por el ciudadano Primer Jefe del Ejercito Constitucionalista, Encargado del poder Ejecutivo, mientras no los derogue o modifique el Congreso de la Unión."

La mayor parte de los impuestos federales se han venido recaudando con las mismas leyes que expidió el ciudadano Primer Jefe en funciones de Encargado del Poder Ejecutivo, y toda esta actuación está sancionada por este decreto. Posteriormente el Ejecutivo de la Unión fue facultado por otros decretos que no tengo a la vista, para modificar las tarifas aduanales hasta el 31 de agosto que acaba de fenecer. También se le dieron facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda.

El C. Basáñez: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Basáñez para una aclaración.

El C. Basáñez: Precisamente antes de expedir esas dos leyes, o sea an las que se faculta al Ejecutivo para recaudar conforme a esos decretos preconstitucionales y antes de darles facultades extraordinarias en Aduanas, se había dado la Ley de facultades extraordinarias en Hacienda, pero él mismo interpretando el sentir de aquella Cámara, que le había dado aquellas facultades, él mismo creyó no tenerlas para legislar y en virtud de eso, pidió que se le facultase para seguir recaudando conforme asus decretos preconstitucionales y después, creyendo él - porque ese es el verdadero sentir de la Asamblea que le dio las facultades extraordinarias, como dije - ,que no tenía las facultades para legislar, entonces pidió las facultades para legislar en Aduanas, en Aranceles, Importación y Exportación y se le concedierón hasta el 31 de agosto próximo pasado. Así es que yo cuando hablé en contra del dictamen en general, fue para no hacerlo en lo particular por cada decreto que ha expedido, diciendo que es conforme a las facultades extraordinarias en Aduanas, porque, conforme a esas facultades, ha expedido decretos del siguente tenor: reglamentando las agencias aduanales, reglamentando el artículo 27 constitucional, reglamentando la Ley de Pagos y reglamentando un montón de asuntos en este sentido... (siseos), y he creído que para todo eso no atenido facultades, pues, como he asentado yo, solamente las tenía para Aranceles y Aduanas.

El C. Pastrana Jaimes: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Pastrana Jaimes.

El C. Pastrana Jaimes: Noto que los señores oradores están discutiendo partidas en lo particular; el dictamen está a discusión en lo general y se están refiriendo a tres casos escenciales que figuran en el proyecto; yo suplico que seamos más lógicos; si el dictamen está a discusión en lo general, nos debemos concretar a discutirlo en lo general y no en lo particular, que vendrá después.

El C. Andrade Priego, continuando: No estamos discutiendo partidas en lo particular, en el curso de la discusión necesariamente se tiene que puntualizar una y otra cosa. Para concluir el punto principal que usted externa en su interpelación, debo decir que ya el Ejecutivo rindió a la Cámara su informe circunstanciado del uso que ha echo de las facultades extraordinarias en el Ramo de Hacienda, expresando que ya no las desean en lo sucesivo y sólo pidiéndolas para legislar materia de Aduanas. Esta es la hora que la Comisión no ha dictaminado en ese asunto; de modo, pues, que con las leyes existentes y con las que posteriormente ha expedido el Ejecutivo en uso de la facultades extraordinarias y con el cálculo de recaudación hecho en el año fiscal inmediato anterior, la Secretaría de Hacienda expresó los cálculos de recaudación para el año fiscal de 1919, mismo cálculo que tomó como cirto la Comisión dictaminadora. En realidad, no estoy conforme con lo expuesto por el señor Basáñez, que dice que primero se deben decretar los impuestos y después discutirse el Presupuesto de Egresos; ya están decretadas todas las leyes fiscales que producen los impuestos en todo el país, están enumeradas en el proyecto y en el dictamen; de manera que allí tenemos todas las leyes fiscales de impuestos, todas ellas están expedidas; de manera que nosotros no debemos aquí discutir nada, debemos discutir si aceptamos, es decir, debemos decir si aceptamos como buenas tosas las leyes fiscales que hay expedidas, para con ese fundamento, pasar después a discutir los Presupuestos de Egresos.

El C. Basáñez: ¿Me permite usted una aclaración? Con permiso de la Presidencia.

El C. Andrade Priego: Sí, señor.

El C. Basáñez: Yo creo que el orador se ha apartado un poco del verdadero espíritu, no es la Comisión de Presupuestos la que debe discutir las leyes,

la Comisión de Presupuestos no es más que la compiladora de todas las leyes y es la calculadora de los ingresos de la Nación.

El C. Andrade Priego: La Comisión ha tomado como ciertos los cálculos que nadie mejor que el Ministerio de Hacienda conoce en cuanto al monto de recaudaciones. Tanto el Ministerio de Hacienda como la comisión, no hacen más que relatar la serie de leyes fiscales que producen los impuestos; por eso dice: "los ingresos de la Federación los constituye el producto de la ley del Timbre, los impuestos sobre el petróleo," etc., etc; de modo que no puede hacer otra cosa la Comisión más que repetir lo mismo que dice el Ministerio de Hacienda. El Ministerio de Hacienda ha dicho que los ingresos son producto de estas leyes fiscales; nosotros debemos decir si creamos otro impuesto o no lo creamos, si aceptamos como buenas las leyes fiscales que producen los impuestos o no las aceptamos. En cuanto al cálculo de recaudación para 1919, no ha podido tener la Comisión otros datos que los que la Secretaría de Hacienda le ha ministrado la Secretaría de Hacienda ha tomado como cálculo la recaudación de 1917; en consecuencia, yo no veo punto a discusión, estamos discutiendo en lo general la ley y yo creo que la Comisión, una vez que cree que no se deben crear nuevos impuestos, acepta como buena proposición del Ejecutivo.

El C. Siurob: Pido la palabra en contra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Siurob.

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Las razones que yo tengo para oponerme en lo general a que comiencen a discutirse los presupuestos son de tal manera obvias, son de tal manera claras e importantes al mismo tiempo, que estimo que todos los ciudadanos diputados en el fondo van a darme en lo absoluto la razón. No voy a referirme artículo por artículo, no voy a referirme al estudio que han hecho las Comisiones, el estudio que han hecho las Comisiones yo no creo que sea un estudio como debe ser en los presupuestos de un Gobierno Constitucional y voy a demostrarlo con un simple hecho: el estudio de esta Ley de Presupuestos significa el estudio de una multitud de leyes dictadas por el Ejecutivo en virtud de las facultades extraordinarias y de las cuales no creo que todas sean absolutamente impecables. Y no sólo no creo que todas sean absolutamente impecables, si no que creo que hay muchas antieconómicas y una que otra antirrevolucionaria. Tendré oportunidad también de demostrar posteriormente, cuando entremos a la discución en lo particular, que algunos de estos decretos son contrarios al espíritu de la revolución y cito a la pasada un ejemplo, muy sencillo: la contribución sobre créditos hipotecarios, por ejemplo, grava los créditos de todos valores, siendo así que los créditos por ejemplo de cuatro o cinco mil pesos abajo, deben conciderarse en realidad como pequeña propiedad, deben considerarse como el producto de un trabajo acumulado y generalmente acumulado por un proletario, por un pequeño comerciante, con el fruto de un préstamo que hace un pequeño agricultor para activar la producción de su finca o para obtener el producto necesario para sus siembras o para su cosecha. En esta forma la contribución onerosa sobre créditos hipotecarios es antirrevolucionaria en esa parte. ¿Cuántas viudas hay, por ejemplo, que del rédito de un pequeño capitalito están sosteniendo y sostienen a sus pequeños hijos? ¿Cuántas ancianas han sido favorecidas por un pequeño legatorio de cuatro o cinco mil pesos y con ese pequeño rédito se están sosteniendo en el resto de sus días? La Comisión, para ser lógica con sus principios, debería haber respetado esta clase de créditos, no debería haberlos gravado. Allí ven ustedes el ejemplo de una ley decretada por el Ejecutivo con la mejor buena fe, estoy seguro, y que sin embargo pugna con los ideales de la Revolución. Yo no puedo creer que este decreto expidio por el Ejecutivo en uso de las facultades extraordinarias y que pugna con las ideas de la Revolución, no puedo creer que la Comisión haya encontrado que este decreto y todas estas leyes estén absolutamente impecables; ¿que tenía obligación de modificarlas si no las encontraba impecables? Es un hecho, absolutamente, desde el momento en que la Comisión tenía la obligación de presentarnos aquí algo perfectamente adecuado al pueblo mexicano, algo de acuerdo con sus tendencias y algo de acuerdo en lo absoluto con las ideas del medio ambiente; es así que no lo ha hecho, luego la Comisión ha pasado sobre ligero, de correndilla, por decirlo asi, sobre estas leyes expedidas durante el período preconstitucional. Este hecho, pues, está perfecta y absolutamente demostrado. Pero hay más todavía. Aquí, por ejemplo, voy a permitirme hacer una interpelación a cualquiera de los miembros de la Comisión: ¿En la cantidad de ciento cuarenta y nueve millones de pesos que arroja el total del cálculo aproximado de ingresos, se ha sumado la cantidad que produce el decreto adicional en papel infalsificable?

El C. Garza Candelario: Pido la palabra como miembro de la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Garza Candelario.

El C. Garza Candelario: El equívoco que se nota allí, señor doctor Siurob, es de imprenta , es un equívoco, es una errata de imprenta por que los treinta y nueve millones de pesos que se forman por concepto de los impuestos de importación y exportaciaón no deben figurar, supuesto que el Ejecutivo no va a hacer absolutamente nada de esos treinta y nueve millones de papel infalsificable, es una errata; quitando esos treinta y nueve millones, quedan veintidós, más los otros, quedan ciento treinta y nueve millones.

El C. Siurob, continuando: Muy bien, muchas gracias. Es una errata de imprenta, pero de cualquiera manera que sea, para cualquiera de nosotros, al examinar esta hoja y al ver que allí se encuentra comprendidos los treinta y nueve millones, estos se añaden o se restan a los ciento cuarenta y nueve millones, pero ya con la explicación de la Comisión, cambian un poco las cosas desde este punto de vista; pero no son esas objeciones a las que yo voy a referirme, no es al estudio detallado, que eso ya lo aremos a su debido tiempo e iremos objetando punto por punto; voy a referirme a objeciones en lo general, que sí deben tenerse en cuenta y son las siguientes: antes de discutirse cualquier asunto hacendario,esta Asamblea debe

fijarse primero en un asunto que debe discutirse con toda atención: ¿Debe continuar el Ejecutivo con facultades extraordinarias o no debe continuar? Si debe continuar el Ejecutivo con facultades extraordinarias, entonces de nada sirve la discusión de presupuestos, porque sencillamente el Ejecutivo, pudiendo modificar todas las cantidades, tanto en ingresos como en egresos, sencillamente esta Asamblea pierde el tiempo...

El C. Pastrana Jaimes, interrumpiendo: Para una interpelación.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Pastrana Jaimes.

El C. Pastrana Jaimes: La XXVII Legislatura en agosto dio facultades al Ejecutivo en materia de Hacienda y en diciembre dio una Ley de Egresos, ¿por qué si tenía facultades extraordinarias en aquella época, discutió la XXVII Legislatura y expidieron ustedes la Ley de Egresos?

El C. Siurob: Fue un error, (voces: ¡Aah!) un error que confieso, que soy el primero en confesarlo, fue un error porque por la letra de la Constitución, que señala eso como una de las obligaciones de esta Asamblea, nosotros nos enfrascamos precisamente en la discusión de presupuestos, creyendo precisamente que al Ejecutivo, una vez dictada aquella Ley de Presupuestos, le iban a cesar las facultades extraordinarias en todos aquellos ramos, pero no fue así, sino que vimos que después de haber dictado la ley del Presupuesto de Ingresos y Egresos, el Ejecutivo siguió con facultades extraordinarias, absolutamente sin hacer caso del decreto primitivo a que se refiere el C. Basáñez.

El C. Rodríguez Alfredo: ¿Me permite una interpelación, con permiso de la Presidencia?

El C. Siurob: Con todo gusto.

El C. Rodríguez Alfredo: ¿Tiene usted la bondad de decirme, señor Siurob, si está seguro de que el Presupuesto de ingresos que aprobó la XXVII Legislatura se encuentra en vigor?

El C. Siurob: No estoy seguro.

El C. Rodríguez: Pues no está en vigor porque no fue aprobado por el Senado, así es que el Ejecutivo no tiene como norma de su conducta en este ramo más que el Presupuesto de Ingresos a que se ha ceñido.

El C. Siurob: Falta por ver si se ha ceñido o no... (risas,) es un dato muy fácil de afirmar, pero muy difícil de comprobar; yo estoy seguro de que el C. Rodríguez no podrá demostrarlo aquí en esta tribuna, pero no es ese el caso, el caso aquí es que el Ejecutivo dispone de facultades extraordinarias para modificar tanto el Presupuesto de Ingresos como el de Egresos y en estas condiciones, ¿qué objeto tiene que vengamos a discutir presupuestos? ¿Es posible limitarle las facultades extraordinarias al Ejecutivo en el Ramo de Hacienda? Los ciudadanos de las derechas dirán que es imposible, porque dadas las circunstancias extraordinarias por que atraviesa el país, es necesario que el Ejecutivo tenga también facultades extraordinarias en todos estos ramos; los ciudadanos de las derechas dirán que no se le puede exigir responsabilidades al Ejecutivo sobre la situación general del país, si no se le faculta en el Ramo de Hacienda, puesto que la Hacienda es el nervio de una administración, puesto que la Hacienda forma la clave de la guerra y de la paz, forma la clave de las reformas y de los progresos, sirve para establecer de una manera definitiva y consolidar o derribar la marcha de una administración; en cambio nosotros los de las izquierdas objetaremos que las condiciones, que la situación del país cada día va tornándose más normal, que ha disminuido considerablemente el número de enemigos armados, que en virtud de la cesacia de la guerra europea, aun esas mismas circunstancias extraordinarias por que atraviesa el país, van a tener un lenitivo, que la conveniencia de la Nación, y que la alta moralidad política que debe existir dentro de una república hacen que ya sea tiempo de que el Ejecutivo, puesto que estamos en un período constitucional, encuentre leyes que le ciñan sus facultades, que le hagan entrar dentro de la órbita justa, honesta y caballerosa que deben seguir las administraciones republicanas, que deben estar a la luz del día y bajo la amplia inspección de todos los ciudadanos, sin salirse de los límites que le ha marcado el Poder que contrapesa al Ejecutivo, el Poder Legislativo, por medio de los decretos que dicte; objetaríamos, además, que en virtud de la poca confianza que nos merecen algunas de las personas destinadas a hacer uso de esos fondos, nosotros estamos interesados, más que ninguno, por el interés propio de la Nación, en que se señalen los límites precisos a las facultades del Ejecutivo en el Ramo de Hacienda y si todavía creemos que deben existir las facultades extraordinarias en el Ramo de Hacienda, éstas sean nada más para determinado ramo y no absolutamente para todos los ramos que comprende la Administración; pero hay otra razón ciudadanos diputados, más poderosa: sentado que el Ejecutivo tiene facultades extraordinarias, sentado que es posible que todavía las conserva, ¿qué objeto tiene que perdamos el tiempo en la discusión bizantina, en el cincelamiento minucioso del Presupuesto, acerca del cual no podemos decir una palabra, no digo la última, pero ni siquiera una aproximada a la realidad de las cosas? Yo quisiera que los miembros de la Comisión me explicaran en qué datos se ha basado la Secretaría de Hacienda, que ellos tienen obligación de decirlo aquí, para exponer esas cantidades aproximadas que rinden los distintos impuestos; yo estoy seguro que si interpelo a cada miembro de la Comisión, no puedan dar explicaciones precisas sobre cada uno de estos puntos y vamos al caso preciso; C. Rodríguez, yo interpelo a usted para que me diga en qué datos se ha basado la Secretaría de hacienda para decir que sólo puede producir treinta y un millones de pesos el impuesto del sesenta por ciento federal.

El C. Rodríguez Alfredo: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Alfredo Rodríguez.

El C. Rodríguez Alfredo: En los datos que los señores Gobernadores ministraron a la Presidencia de la República y en cuyos datos vienen consignados los Presupuestos de Ingresos de los distintos Estados de la República y de los municipios de dichos Estados.

El C. Siurob, continuando: Los datos que han dado los Gobernadores y los municipios de los distintos Estados, pugnan con el dato dado el año

pasado por el ciudadano Subsecretario de Hacienda que dijo que este impuesto producía cincuenta millones de pesos, ¿quién dice la verdad, el Ministro del Ramo que sabe lo que entra a las arcas, o los gobernadores de los Estados que no tienen que ver con esta contribución federal de manera directa? Los municipios son independientes de las tesorerías de los Gobiernos de los Estados; deben de ser independientes, porque el municipio libre así lo instituye y en estas condiciones...

El C. Rodríguez Alfredo: Pido la palabra.

El C. Siurob, continuando: Ya no la concedo, C. Rodríguez, hasta que no termine yo.

El C. Rodríguez Alfredo: Para contestar a usted la aclaración que ha hecho de que los municipios son independientes; pues ha de saber Su Señoría, como Gobernador que fue de Guanajuato, que los Gobernadores teníamos, porque yo fui Gobernador también, la facultad que ahora compete exclusivamente a las Legislaturas de autorizar y revisar los planes de los municipios como árbitros de los Estados.

El C. Siurob: Lo que dice el C. Rodríguez es la verdad, pero no es un asunto sencillo darse cuenta de las cantidades que percibe el Gobierno Federal, por los intereses que se hacen en los mismos municipios; de manera que sigue en pie, pues, la objeción hecha de ese dato, pero, como digo, ese dato pugna en lo absoluto con el dato proporcionado por el ciudadano Ministro de Hacienda en esta tribuna y que consta en el "Diario de los Debates"; el ciudadano Ministro de Hacienda dijo que podría producir esta contribución cincuenta millones; el C. Rodríguez, fundado en los datos de los Gobiernos, dice que no produce más que treinta y un millones. Honradamente, ciudadanos diputados, de lo que se trata aquí es de lo siguiente: de disminuir este presupuesto, estos datos aproximados en grado sumo para, como vulgarmente se dice, hacer obra de malabarista con esta honorable Cámara, en el sentido de que vea que apenas con esta clase de impuestos se alcanza a completar la suma de ciento cuarenta y nueve millones precisamente con el objeto de que esta honorable Cámara no rebaje ninguno de estos impuestos; se teme que nosotros vengamos a oponer nuestro voto, como indudablemente tendremos que oponerlo a ese sesenta por ciento federal, que es la muerte del municipio libre, que ha acabado con la fortuna de tanto ciudadano, que es la causa del empobrecimiento de la propiedad rural, por que hay muchísimos ciudadanos que no pagan contribuciones por que el sesenta por ciento federal es imposible de pagar para ellos; y por esto se nos han dado estos datos aproximados, datos aproximados casi todos, falsos, porque todos estos datos son mucho más pequeños que la realidad, porque todos estos datos no están de acuerdo con los hechos positivos y se nos han traído estos datos para contestarnos a cada una de nuestras objeciones en el sentido de que se rebajen los impuestos; ustedes ven que con los presupuestos actuales existentes apenas alcanzan a sostenerse los presupuestos. Así, pues, no tiene objeto la discusión de estos presupuestos, porque el Ejecutivo Federal dispone de facultades extraordinarias; si puede modificarlos, si no tiene ningunos resultados prácticos, nada más no hace seguir perdiendo el tiempo, seguir haciendo labor muerta, seguir acumulando obra muerta, sin decretar ningún asunto para bien de la Nación. Si por otra parte nos esperan leyes mucho más interesantes de las cuales pasará el momento, porque indudablemente que cada ley tiene su momento, el momento en que las dictan las necesidades públicas, indudablemente que después de un movimiento revolucionario como el que acaba de pasar, hay ciertas leyes que necesitan entrar en el terreno de la discusión inmediata, porque entonces encontrarán el momento propicio, el ambiente favorable, porque entonces encontrarán la sangre todavía no oreada en los campos de batalla y la fuerza con que los muertos ordenan que se respeten sus sacrificios y que se respeten sus heroismos, por eso es más necesaria la discusión de las leyes esencialmente revolucionarias, de las leyes imperiosas para el pueblo mexicano, de las cuales depende su bienestar, de las cuales depende la conservación de nuestro Gobierno y de nuestras instituciones, ¿hasta cuándo vamos a estar, a permitir que estén esperando los muertos el fruto de sus sacrificios, el fruto de la sangre que han derramado, el fruto de la pérdida de sus hermanos, el fruto de todos los sinsabores y de las fatigas de una larga campaña?, ¿vamos a entretenernos en la discusión bizantina de algo inútil que se nos arroja para que entretengamos nuestros ocios, para que perdamos de vista el verdadero ideal, para que perdamos el verdadero objeto para que hemos venido a esta Cámara, es la legislación de fondo, la legislación esencialmente revolucionaria que va a reivindicar los derechos de las mayorías y los derechos de los pueblos? ¿Hasta cuándo van a estar dormidos allí en poder de las Comisiones o de la Secretaría las leyes agrarias, las leyes obreras, las leyes de accidentes de trabajo y todas esas leyes revolucionarias de las cuales ya el pueblo nos está pidiendo estrecha cuenta? Pero no, era preciso que nos arrojaran esto como un hueso que roer para que, apartándonos del asunto verdaderamente revolucionario, encontremos nuestra atención en este esqueleto de presupuestos, en esta miseria desde el punto de vista algebraico, desde el punto de vista aritmético, es este probísimo cálculo hecho así de carrera, hecho únicamente por la complacencia de las Comisiones para la Secretaría de Hacienda, por la buena voluntad de poder decirle cuanto antes al Gobierno: en cuanto de nosotros ha dependido, existe un presupuesto. Ya hemos cumplido llevando a la Cámara un presupuesto que va a servir de juguete, que va a servir única y exclusivamente para que el Ejecutivo siga, como siempre, haciendo buen o mal uso de las facultades que todavía no lo sabemos, quizá no seamos nosotros los destinados a juzgar sobre el buen o mal uso de esas facultades, pero en lo que sí tenemos nosotros derecho para intervenir, es en la expedición de las nuevas leyes revolucionarias. Muy pronto el pueblo nos va a pedir estrecha cuenta, alguna de esas leyes ya están en cartera, yo os invito para que aplacemos esta discusión de los presupuestos para cuando esté mejor documentada la honorable Cámara, para cuando se conozca siquiera cuál va a ser el momento de los ingresos, porque aun cuando lo estatuye la Constitución, que primero se discutirá

el Presupuesto de Ingresos y después se discutirá el Presupuesto de Egresos, siempre debemos tener cuando menos una ligera noción de cuál debe ser aproximadamente la cantidad a que montarán los egresos, para en vista de esa cantidad normar nuestra conducta en la discusión de este Presupuesto. Lo absolutamente revolucionario, lo liberal, lo justo, lo honrado, lo caballeroso de nosotros es proporcionar cuanto antes al pueblo todo lo que le haga falta; el pueblo mexicano, formado en su mayor parte por proletarios, por hombres que apenas ganan el pan necesario para la vida, necesita ante todo y sobre todo tierras que cultivar con las cuales pueda alimentar debidamente a su familia y llevar a sus hijos a la escuela; el pueblo todo de la República necesita que no se lo arroje por el salario de su trabajo un triste mendrugo y que si sus hijos sufren accidentes de trabajo, aquellos accidentes sean debidamente compensados por el industrial; el pueblo de la República necesita que se le instruya en la escuela en todos los ámbitos de la República, para que el pan intelectual, que es el único que hace grandes a los pueblos, venga a levantar al pueblo mexicano del marasmo en que por desgracia ha estado sumergido durante tantos lustros. Nosotros debemos ocuparnos en eso si queremos cumplir con nuestros más sagrados ideales, no nos envió el pueblo aquí para que vengamos a discutir un proyecto de Presupuestos de Ingresos o de Egresos que para nada va a servir, si no para dictemos las leyes que han de formar la base de la reconstrucción nacional, que han de ser la base de la nueva orientación del pueblo mexicano en el amplio sendero que abrió la Revolución, para que por él marche y vaya al porvenir. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Rodríguez de la Fuente.

El C. Rodríguez de la Fuente: Señores diputados: Por los pasillos de esta Cámara vemos con frecuencia a un ex - diputado y a un diputado derrotado en la contienda electoral, a un ex - estudiante de medicina que se acerca con el objeto de pasar lista de presente, con el objeto de que se le tome su voto, con el objeto de aconsejar a los señores diputados: es nuestro buen amigo el señor don Aurelio Manrique. Hoy por la mañana, haciendo el papel de san Camilo, vino y le dijo al compañero Basáñez: Hay que atacar la Ley de ingresos, la Ley de Ingresos hay que atacarla, y estuvieron conversando y mi oído, que es algo indiscreto, oyó que el señor Manrique le decía: "hay que atacar ciertos capítulos de la Ley de Ingresos," y aquí tienen ustedes cómo el compañero Basáñez vino a esta tribuna efectivamente a atacar la Ley de Ingresos. (Aplausos.) En buena hora, señores diputados, que nosotros oigamos a nuestros amigos, que escuchemos sus consejos, que vengamos a sostener aquí alguna tesis, pero esa tesis de que nos habla el compañero Basáñez, ni fue expuesta con claridad, ni fue sostenida, ni fue efectivamente comprobada. ¿Cuál tesis vino a desarrollar aquí el compañero Basáñez en contra de la Ley de Ingresos? Absolutamente ninguna. El compañero Basáñez viene a esta tribuna únicamente recordando aquellos días en que fue Presidente de la Comisión de Presupuestos, recordando también que en aquella ocasión había estudiado por allí algunos autores de economía política y se indigestó indudablemente el señor compañero Basáñez, porque ha sostenido aquí en esta tribuna que primero debemos discutir los Presupuestos y luego la Ley de Ingresos. No, C. Basáñez, primero hay que discutir la Ley de Ingresos y después vamos a discutir los Presupuestos de Egresos.

Yo quiero ir, si es que la inteligencia me lo permite, estudiando con toda precisión los cargos que el señor Basáñez hace a la honorable Comisión de Presupuestos y Cuenta y posteriormente he de estudiar los cargos que el C. doctor Siurob hace a la misma honorable Comisión. En verdad de las cosas, el C. Basáñez no habló en general de la Ley de Ingresos, vino a esta tribuna sencillamente a señalar algunos artículos que él pretende objetar en las sesiones próximas, y no dijo nada en lo general de la Ley de Ingresos. Debemos estudiar nosotros, señores diputados, y cuanto antes, la ley de Ingresos, porque diariamente se está diciendo en todas partes y a cada momento que la Cámara de Diputados, y aun por el mismo C. Siurob, que no estamos haciendo nada, que no estamos trabajando. Se ha interpelado en distintas ocasiones a la Comisión de Presupuestos sobre qué ha hecho y ahora que la Comisión de Presupuestos presenta la Ley de Ingresos, se le dice que no hay que estudiar la Ley de Ingresos, que hay que estudiar ahora las Leyes revolucionarias, la Ley del proletario, sobre tierras ociosas, etc. No, señores diputados, ahora vamos a trabajar y a empezar por la Ley de Ingresos. (Aplausos.) ¿Qué manifiesta la Constitución en alguno de sus artículos? Que la Cámara, en su primer período de sesiones, tiene que estudiar la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos.

El C. Siurob: Pido la palabra para una interpelación.

El C. Rodríguez de la Fuente, continuando: Las interpelaciones las admitiré al compañero después de que termine yo de exponer lo que quiero a la honorable Asamblea. En consecuencia, no estamos defraudando los intereses del pueblo, porque cuando fuimos a nuestra campaña política, fuimos a decirle al pueblo precisamente que vendríamos a cumplir estrictamente con nuestro deber. Al menos en mi caso, no ofrecí otra cosa al pueblo, porque ya el pueblo está cansado de que se le ofrezcan las mil y una noches. Yo únicamente ofrecí al pueblo venir a cumplir con mi deber, y ahora que se trata de la Ley de Ingresos y que está estudiándose en este período en que nos corresponde hacerlo, vengo, señores diputados, a hablar en general sobre la Ley de Ingresos, puesto que necesitamos expedirla cuanto antes en primer término, y claro es que, al discutir los capítulos, artículo por artículo, vendrán los señores compañeros a separar los que mejor les convengan, aquellos del sesenta por ciento federal y otros sobre la cuestión de los impuestos, sobre los contratos petroleros que tanto interesan al señor Basáñez, y algunos otros que han separado por allí. Muy bien, señores, pero en estos momentos no perdamos el tiempo, vamos a apoyar el dictamen de la Comisión, aprobándolo en lo general, y en la sesión de mañana indudablemente que podemos pasar a la discusión en lo particular de cada uno de los artículos. Yo entiendo, señores diputados que el señor compañero Basáñez

no ha leído ha ninguno de los tratadistas de finanzas, ni siquiera a un viejo maestro de la escuela de Jurisprudencia, al maestro Labastida, que es tan preciso y tan concreto en estos asuntos; allí expresa con toda claridad por qué debemos estudiar antes la Ley de Ingresos y por qué con posterioridad debemos estudiar los Presupuestos de Egresos; pero ya que el compañero Basáñez no quiere que así sea vamos a darle gusto al compañero Basáñez, primero estudiamos la Ley de Ingresos que mandó el Ejecutivo para cubrir todos los gastos que corresponden y después de que la hayamos estudiado, vamos indudablemente a estudiar los Presupuestos de Egresos, y allí sabemos precisar con toda claridad cuál es el sueldo que le corresponde también a los diputados. El compañero Basáñez ha venido a sostener una tesis verdaderamente absurda en esta tribuna, diciendo que él no reconoce las Leyes expedidas por las facultades extraordinarias del Presidente de la República y, asómbrense ustedes, señores diputados, de que el señor Basáñez firmó el dictamen rendido por la Comisión de Presupuestos y Cuenta de la XXVII Legislatura, donde le concedía facultades extraordinarias al Ejecutivo de la Nación; el C. Basáñez que dijo en aquella ocasión que por patriotismo, que por circunstancias difíciles por que atravesaba la Patria, era indispensable darle facultades al Ejecutivo, y él que firmó, si no en primer lugar, sí en segundo o tercero el dictamen, hoy viene a decir que todas esas contribuciones impuestas por el Ejecutivo con fundamento en las facultades extraordinarias que la XXVII Legislatura le otorgó, no les reconoce absolutamente ninguna legalidad; este es un patriotismo que solamente en la cabeza del compañero Basáñez puede existir. ¿Sobre qué bases pudo haber dictaminado la Comisión de Presupuestos y Cuenta, señores diputados? Indudablemente que al no haber una estadística en este momento, porque la Revolución de ocho años a acabado también con ciertos documentos que debían existir en los archivos públicos no tuvo en cuenta para dictaminar, claro está, sino la leyes, las disposiciones expedidas por el Ejecutivo con sus facultades extraordinarias y las leyes y disposiciones expedidas también en el período preconstitucional. ¿A qué otra fuente podría recurrir la Comisión de Presupuestos para ver cuáles son las entradas del Gobierno de la República? Indudablemente, señores, que solamente allí tenía que encontrar esos datos. En su consecuencia, yo entiendo que la Comisión de Presupuestos y Cuenta, señores diputados, ha estado en lo justo al venir a producir este dictamen sobre la Ley de Ingresos; en general, estoy de acuerdo con ese dictamen; claro está que en la discusión en lo particular muchos de los señores diputados tienen forzosamente que hacer algunas observaciones.

La Comisión tuvo en su poder la iniciativa del Ejecutivo por más de quince días, hasta que al fin rindio su dictamen y ahora que se presenta, señores diputados, volvemos con la cuestión que el C. doctor Siurob sostenía en esta tribuna, de que vayamos a discutir ciertas leyes; yo creo, señores diputados, y ya dejo a un lado al compañero Basáñez para tomar por mi cuenta al señor doctor Siurob (risas), que la Comisión ha estado en lo justo, y digo esto porque el C. doctor Siurob, en su exposición, tampoco ha venido a hablar en contra del dictamen en lo general; el C. doctor Siurob, señores diputados ha venido a sostener aquí que debemos primero discutir las facultades extraordinarias del Ejecutivo, porque de la contrario, ¿qué objeto tiene que se estudien los Presupuestos de Egresos y la Ley de Ingresos? Yo voy a contestar muy sencillamente al compañero doctor Siurob: Si hoy dejamos la Ley de Ingresos a un lado y mañana los Presupuestos de Egresos y nos ponemos a estudiar las facultades extraordinarias y los señores de la minoría, con razonamientos profundos, con su elocuente y autorizadísima voz impresionan a los señores de la mayoría y se dice que si se le conceden al Ejecutivo facultades extraordinarias, entonces sí queda en un predicamento la XXVIII Legislatura de la Nación, porque no estudia los Presupuestos de Egresos y no le concede facultades al Ejecutivo. No señores diputados, vamos a estudiar primero la Ley de Ingresos; si posteriormente viene el otro dictamen de la Comisión respectiva diciendo que no se le concedan facultades extraordinarias al Ejecutivo y no se le concedan, muy bien, ya estudiamos nuestra Ley de Ingresos; pero por lo pronto hay que empezar por donde debemos hacerlo.

El C. doctor Siurob ha venido a decir que atacará la Ley de Ingresos, porque hay aquí algunos artículos en que se sostienen ciertas leyes dictadas en el período preconstitucional, y ahora en el período constitucional con facultades extraordinarias, porque aquéllas son antirrevolucionarias y antieconómicas. Muy bien, cuando la discusión del dictamen venga en lo particular, el doctor Siurob tiene mucho derecho para atacarlo en ese sentido; pero por ahora, señores compañeros, yo creo que debemos atenernos al estudio en general de esta Ley de Ingresos y aprobarla indefectiblemente, porque de lo contrario sí vamos a continuar perdiendo el tiempo. ¿Qué otro argumento expuso en esta tribuna el C. doctor Siurob? Pues, señores que el pueblo nos ha electo diputados (risas), o elegido diputados, para que vengamos aquí a expedir cuanto antes la Ley sobre el Trabajo, ley revolucionaria. Pues muy bien, señores diputados, cuando las respectivas Comisiones nos traigan al debate esos asuntos, indudablemente que tendremos que afrontar la situación, porque a eso hemos venido aquí. Bien, pero ahora, señores diputados, yo solicito de vuestra Soberanía que os sirváis dar un voto aprobatorio en lo general al proyecto de Ley de Ingresos, con el objeto de entrar desde luego a la discusión de cada uno de los artículos; de lo contrario, seguimos perdiendo lastimosamente el tiempo; de lo contrario, señores diputados, no cumplimos siquiera con uno de los mandatos de la Constitución Política, que nos señala que en este período de cuatro meses tenemos la obligación de estudiar la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, (Aplausos.)

El C. Basáñez: Pido la palabra para hechos. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Prosecretario Aguilar: Habiendo hablado ya los oradores que previene el Reglamento...

El C. Basáñez, interrumpiendo: Pido la palabra para hechos. (Vamos: ¡No! ¡Después!) Pido la palabra en contra.

- El mismo C. Prosecretario, continuando: ....en

votación nominal se consulta a la Asamblea si ha lugar a votar en lo general.

El C. Basáñez: Pido la palabra en contra. (Murmullos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Basáñez.

El C. Basáñez: Al iniciar mi peroración anterior, me hice una pregunta, la cual fue desde esta tribuna, y fue: ¿Qué sería más patriótico, si entrar a la discusión de los Presupuestos y que se retardase esa discusión y no pudiese llegarse a hacer ley, o pasarla tal cual está y cohibir entonces al Ejecutivo de las facultades extraordinarias? Pregunta que todavía no he resuelto; pero para quitarme la responsabilidad que cada uno de vosotros, se echa encima al aprobar esto, fue por lo que lo hice.....(Voces: ¡No se oye!)

Hablaba el señor de la Fuente, de que había un tipo que venía por los corrillos y me había venido a indicar que debía de hacer tal o cual cosa. Está en un error craso quien tal asienta, y lo que hizo fue llevarse nada más los argumentos que casi a diario traemos todos los que defendemos tal o cual tesis: al decir que fulano se vende o ya que viene a hablar por boca de mengano, esas son cosas que a nada vienen. Tenga entendido el señor diputado de la Fuente, que hablábamos el señor Manrique y yo precisamente acerca de los Presupuestos y la opinión de él era contraria a la mía y discutimos el asunto. Asienta otra cosa que no quiero pasar inadvertida y fue que yo mismo firmé la Ley de Presupuestos, fíjense ustedes, que dio facultades extraordinarias al Ejecutivo. El "Diario de los Debates" hablará y dirá lo que fue, pero entiendo yo que quiso decir que yo firmé la ley en que se le dieron las facultades extraordinarias al Ejecutivo. No señor, no la firmé, la vine a defender a esta tribuna y la vine a defender precisamente porque la creía indispensable, era la transición del momento preconstitucional al constitucional, donde no había proyectos aprobados por esta Cámara, y como el Ejecutivo únicamente las pedía para poner en vigor los Presupuestos conforme a los decretos que había expedido en la época preconstitucional, por eso la defendí y también interpretando el sentir general, interpretando ese sentir general, que era el de darle esas facultades nada más para que pusiera en vigor los Ingresos y los Egresos, cobrando y pagando, no para dar leyes. Mi tesis fue precisamente diciendo que mi opinión era la de que el Ejecutivo no tenía facultades para hacer leyes, y como en este Presupuesto que nos consulta hay una gran mayoría de leyes expedidas conforme a esas facultades, es por lo que quise atacar el Presupuesto en lo general para no hacerlo en lo particular en cada caso y dilatar este Presupuesto un mes o mes y medio, y entonces que no fuese aprobado por ninguna de las Cámaras.

- El mismo C. Prosecretario: No habiendo más oradores inscriptos.....

El C. Rodríguez Alfredo, interrumpiendo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rodríguez: Señores diputados: Únicamente he pedido la palabra para contestar al señor doctor Siurob un cargo que hace a la Comisión y a la honorable Asamblea, diciendo que el Ejecutivo remite a esta honorable Cámara la iniciativa de ley, el presupuesto de Ingresos, arrojándosela como un hueso para que nos entretengamos con ella.

Debe recordar el señor doctor Siurob que entre las obligaciones que la Constitución nos marca, está perfectamente clara la de que debemos proceder a la discusión y revisión de los Presupuestos, tanto de Ingresos como de Egresos. Nos habló el doctor Siurob de la necesidad que el pueblo de la República tiene de que se le den las leyes para su felicidad; eso lo sabemos todos.

Ese cargo que puede hacerse, o que quiso hacer a las Comisiones encargadas del estudio de esas leyes, también es injustificado: el período de sesiones que principió el 1º de septiembre de este año, es muy corto, señores diputados, para dar tiempo a que las Comisiones procedan al estudio y traigan a la discusión en esta honorable Asamblea esas leyes, que ya muchas de ellas están iniciadas; faltan cuarenta y tantos días para que termine el período de sesiones, y es lógico que, si mañana mismo se trajera a la discusión alguna de las leyes a que se ha referido el señor doctor Siurob, no alcanzarían los cuarenta y tantos días que faltan de sesiones para que, de una manera consciente, se llegase a aprobar una de esas leyes. El estudio de esas leyes implica mucho tiempo, del cual no disponemos; y por lo que respecta a la falta de tiempo, el señor doctor Siurob dice que debemos mejor posponer la discusión del Presupuesto de Ingresos y pasar a otra cosa, sin comprender el señor doctor Siurob, quien tanto ataca y ha atacado las facultades extraordinarias que en el ramo de Hacienda tiene el Ejecutivo, que si no se procede a la aprobación por esta Cámara de los Presupuestos de Ingresos y Egresos, forzosa y lógicamente el Ejecutivo tiene que seguir haciendo uso de esas facultades. Así es, señores diputados, que creo que queda contestado lo que el señor doctor Siurob dijo, tanto para la Comisión de Presupuestos y Cuenta, como para la Asamblea.

El C. Siurob: Pido la palabra para una rectificación. (Voces: ¡A votar, a votar!) Para una rectificación pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Es un hecho que ya se ha hecho enteramente vulgar, que se ponen multitud de pretextos para no discutir las leyes revolucionarias, diciendo unas veces que no hay tiempo, otras veces que será demasiado dilatada su discusión, otras veces que se debe discutir antes esto o aquello, pero, en resumen de cuentas, no es más que el miedo, el temor de abordar los más arduos problemas y de llegar a resolverlos de una manera definitiva. ¿Qué cosa es más interesante para la Nación, la discusión de un presupuesto que por fuerza, tiene que ser más o menos arbitrario, o la expedición de una ley que va a quedar como monumento en la Representación Nacional y que va a servir de norma, no sólo alas actuales, sino quizá a las generaciones venideras? Ya veis que se nos están trayendo aquí argumentaciones falsas sobre este tema, que es un tema demasiado trillado. Al compañero Rodríguez lo único que le ha sucedido es que aquí en este momento tiene obscurecida la mente acerca de los primitivos ideales que hemos venido sosteniendo y pospone una circunstancia accidental a una circunstancia

de fondo, a un hecho de verdadera y de capital importancia. Nos dice el compañero Rodríguez que apenas si alcanzaría a discutirse una ley en todo lo que falta para que termine este período; pues si no alcanza a discutir una ley, menos acabaríamos la discusión de los Presupuestos, que es una ley muchísimo más larga que cualquiera de las que están a debate. (Una voz: ¡No, están a debate!) Sí, señor, ya están estudiándose por las Comisiones y ya han sido presentadas, si mal no entiendo, dos de estas leyes revolucionarias. Estas leyes tienen mucho menor número de artículos que el Presupuesto de Egresos; por consiguiente, si no hay tiempo para discutir cualquiera de esas leyes, menos hay tiempo para discutir los Presupuestos, y si no hay tiempo para discutir los dos Presupuestos, no tiene objeto, ¿qué objeto tiene que discutamos a medias? ¿No es más interesante discutir dos o tres leyes completas, que discutir una gran ley a medias? Ya ve, pues, el compañero Rodríguez, cómo su argumentación en este punto cae absolutamente por tierra.

Ahora, en cuanto al hecho de las facultades extraordinarias, yo, si argumento en esa forma es únicamente porque sé perfectamente la poca facilidad de convencerse que existe en la mayoría de esta honorable Asamblea, y sí sé que existe poca facilidad, voluntaria, no racional, para convencerse sobre un asunto tan arduo y de tan grave importancia, si es que existe ya la predisposición que hay sobre el particular, ¿qué mucho, pues, que yo opine que deben discutirse primero las leyes revolucionarias y hasta después es un asunto de mero accidente para nosotros ? En el próximo período podría discutirse esta ley; pero no quiero cansar a esta honorable Asamblea; solamente he querido exponer la poca justicia que asiste a mi estimable compañero el general Rodríguez, al referirse a que no tenemos tiempo para discutir las leyes que más nos interesan.

El C. Rodríguez Alfredo: Pido la palabra, señor Presidente (Voces: ¡Ya no! ¡A votar, a votar!) Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rodríguez Alfredo, de la Comisión: Para a mi vez contestar al señor doctor Siurob, que a pesar de su argumentación, no destruyó la mía.

El señor doctor Siurob debe tener presente que la discusión de una ley, cualquiera que sea, de aquellas a las que se ha referido, por el simple hecho de ser una nueva ley, presupone demasiado estudio.

El C. Siurob, interrumpiendo: Eso es previo.

El C. Rodríguez Alfredo, continuando: Las Comisiones emitirán un dictamen, pero este dictamen no va a pasar ni a salir de aquí ya en forma de ley, nada más porque la dieron las Comisiones; tiene forzosamente que sujetarse al estudio y discusión de la Cámara. El señor doctor Siurob honradamente no puede creer, ni menos convencernos, de que en dos meses y medio, en un mes y medio que falta, habría tiempo ni siquiera de discutir el primer artículo de la Ley Agraria.

El C. Siurob, interrumpiendo: ¡Menos, compañero!

El C. Rodríguez Alfredo, continuando: Esto, señor doctor Siurob, ya podemos decir que está ya encarrilado, la Comisión no ha hecho modificaciones, por no creerlas convenientes; la Comisión como dije desde antes, hizo suya la iniciativa del Ejecutivo, por determinada circunstancias, que son conocidas de la Asamblea. Si se trata, mejor dicho, si se trata de modificar todo el procedimiento de impuesto en la República Mexicana, no bastaría un año, señor doctor Siurob; si se trata, como en alguna vez se inició aquí la idea por algún señor representante de la XXVII Legislatura, de llegar al ideal al impuesto único, repito, quizá todo el período de una Legislatura no alcanzaría. Se trata únicamente aquí, por lo que se refiere a la Ley de Presupuesto de Ingresos, de ver si es que la honorable Asamblea está de acuerdo con la Comisión en que deben de aplicarse tales y cuales impuestos en tal o cual forma, que están pormenorizados en los capítulos y artículos que tiene la ley, que la mayor parte de ellos son ya tan conocidos por todos los aquí presentes, que no implicarían discusión alguna. Así es que verá el señor doctor Siurob que, en el término de que disponemos, puede darse salida a esos dos trabajos. Yo repito, si usted, que tanto ha tronado contra las facultades extraordinarias que en el ramo de Hacienda tiene el Ejecutivo de la Unión, no da usted, señor doctor Siurob, el mejor medio para que no siga haciendo uso de esas facultades, al no aprobar el Congreso de la Unión los Presupuestos de Egresos y de Ingresos, forzosamente el Ejecutivo tiene que seguir haciendo uso de esas facultades. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Vadillo.

El C. Vadillo: Honorable Asamblea: Me ha inducido a venir a la tribuna para tomar participación en el debate que va a terminar en estos momentos, una idea del apreciable C. doctor Siurob, relacionada con la importancia que, según él, tiene la discusión de esta Ley de Ingresos, así como también he tenido en cuenta para decidirme a tomar participación en este debate al que tan poca importancia se le concede por algunos elementos de esta Asamblea, el hecho de haber escuchado algunas ideas verdaderamente estupendas en los labios de las Comisiones.

Según el señor doctor Siurob, la discusión de la Ley de Ingresos no tiene en estos momentos gran importancia, sea por sí misma, sea por las circunstancias del tiempo en que llega, sea por las circunstancias de aprobación más o menos siega que ya se vislumbra para una ley de la importancia de ésta. El señor doctor Siurob - y lo digo con toda atención - , me merece que falta a la sindéresis política más elemental y más necesaria. Siempre, desde que la vida política de los pueblos se ha iniciado con el hecho visible de tener una representación que forme el Gobierno, siempre el principal papel de los pueblos así representados ha sido la defensa económica de ellos. Desde los tiempos antiguos a la arbitrariedad del rey, al estilo del siglo XIV, a la arbitrariedad de la nobleza, al privilegio clerical, a las facilidades que tuvieron las cartas en los tiempos predemocráticos, siempre ha sido la más grande aspiración de los pueblos al defender por medio de sus representantes de guerra de las clases privilegiadas, de los reyes arbitrarios, de los gobiernos dispendiosos, las rentas públicas que

son, propiamente hablando, el sudor del proletario, la economía del pequeño industrial, la manifestación del trabajo restada por las necesidades públicas. Y precisamente ha sido para los representantes populares ya en los tiempos modernos y esencialmente para la Cámara de diputados, ha sido para ella esencialmente la labor, y por eso es facultativo de ella, o privativo de ella, la discusión del Presupuesto de Egresos, por ejemplo, y saber precisamente en qué gastan los dineros del pueblo. Constitucionalmente, política y socialmente, la importancia que tiene un diputado representando acá a un Distrito Electoral, es precisamente para tener la vista muy atenta, muy fija y muy cuidadosa en esto: en qué se gastan los dineros del pueblo.

El C. Siurob, interrumpiendo: Pido la palabra para hacer una aclaración, si el C. Vadillo me lo permite.

El C. Vadillo: Sí, señor.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.

El C. Siurob: Únicamente, C. Vadillo, he querido decir no que no tenía importancia la discusión del Presupuesto de Ingresos y Egresos; Su Señoría vio en la Legislatura pasada el empeño, la tenacidad que puse yo precisamente en la discusión de los mismos Presupuestos. Yo he dicho que carecía de importancia en relación con las leyes que tenemos que estudiar, con las leyes revolucionarias, con las leyes en que yo y todos los demás revolucionarios hemos cifrado la nueva marcha de la Nación por una verdadera era de reconstrucción y de orden; los ideales que más hemos acariciado, las tendencias socialistas que desde un principio se admitieron como pertenecientes a la revolución Constitucionalista y, en fin, todo lo que constituye el pan del pueblo, tanto desde el punto de vista material como desde el punto de vista intelectual y las leyes que van a proporcionarle ese pan, desde el punto de vista intelectual y desde el punto de vista material, a esas leyes las consideró de tanta importancia, que al lado de ellas palidece la importancia de los Presupuestos, pero en ninguna forma he querido decir que los Presupuestos de un país no tengan importancia; la prueba de que les he concedido importancia es que el año pasado he adaptado cláusulas modificando los Presupuestos y he discutido casi uno a uno los casos en que se trató de objetar los Presupuestos.

El C. Vadillo, continuando: Acepto de buen grado, señores diputados, la aclaración que hace el C. Siurob a sus ideas, pero siguiendo la hilación de mi exposición, manifiesto que aun desde el punto de vista esencialmente revolucionario, la discusión del Presupuesto, la Ley de Ingresos, tiene suma importancia y para aquellos elementos que deseen la reforma social efectiva, uno de los capítulos principales evidentemente en la forma de tributación del pueblo mexicano para constituir su estado social, sin que este degenere en anárquico, si no que se sostenga, pero que se sostenga conforme a los medios más modernos, a los medios más razonables, desde luego a los medios más equitativos para la subsistencia general de los pueblos. Precisamente, señores diputados, si he de venir a hacer alguna observación en lo general a esta Ley de Ingresos, es con relación a este concepto que ha aclarado en parte el C. Siurob.

Si nosotros observamos cuidadosamente la Ley de Ingresos que tenemos a debate, observamos en ella lo siguiente: Durante el Gobierno preconstitucional el hoy Presidente de la República se vio obligado a dar una serie de derechos de naturaleza hacendaría con dos fines: primero, para mantener como un lazo de la administración que todavía no se formaba, esta dependencia económica del pueblo mexicano, que reconocía al ciudadano Primer Jefe como el jefe efectivo de un movimiento legal, o legalista; en segundo lugar para satisfacer las necesidades apremiantes a la Administración Pública que empezaba a organizarse y desde luego, los gastos sumamente onerosos del Ejercicio Constitucionalista se pagaban con los emolumentos que se tenían del pueblo mexicano. Esta legislación hacendaría que es en general desde que este movimiento empezó y el ciudadano Primer Jefe tuvo una representación suficiente para hacerse obedecer y hacerse pagar por los ciudadanos de la República que le reconocieron, es sumamente numerosa; esta legislación llena los capítulos enteros y desde luego es también sumamente onerosa, por que los gastos que entonces tuvieron que hacerse sobrepasaban - guardadas las debidas semejanzas - , sobrepasaban a los gastos de una administración normal, de una administración normalizada de una administración tal como está en la actualidad. Después, ya establecido el régimen legal, fenecido el Gobierno preconstitucional, el ciudadano Presidente de la República siguió haciendo uso, por natural inercia de las cosas, de las facultades extraordinarias en el Ramo de Hacienda, y tenemos nosotros en esta Ley de Ingresos 29 fechas del año 1917 que se relacionan a otros tantos decretos, a otros tantos reglamentos, a otras tantas tarifas, relacionados con el movimiento hacendario de entonces. Estas leyes, estos decretos, estas tarifas, estos reglamentos, no tuvieron la aprobación previa del pueblo representado en esta Asamblea, y sencillamente porque el tiempo no dio lugar a ello, la Legislatura pasada sancionó con su aprobación toda esta legislación revolucionaria preconstitucional y constitucional, usando facultades extraordinarias de hecho. De manera que la legalidad de estas disposiciones hacendarías no es discutible, es absolutamente hecho consumado que se hizo mediante una fuerza legal que posteriormente le dio al pueblo mexicano representado por la XXVII Legislatura.

El caso, la verdadera discusión, empieza en este momento; si estas leyes hacendarías que entonces fueron necesarias, que entonces estaban de acuerdo con las circunstancias, con a necesidad de obtener de la tributación pública cantidades determinadas para atender a los servicios públicos, en uso de las facultades que nadie le podía quitar al ciudadano Primer Jefe del Ejercicio Constitucionalista y después Presidente de la República, la cuestión ahora está en saber si estas medidas de orden hacendario y solamente desde el punto de vista hacendario, están o no están adaptadas o adaptables al año para que van a haser vigentes, es decir, para el año de 1919, desde el punto de vista pura y exclusivamente hacendario, porque es evidente y a nadie puede ocultársele esto: que las condiciones económicas de nuestro país van paulatinamente modificándose, que la

paralización de la industria con motivo de la guerra intestina de que acabamos de salir, tiende a terminar, y que la industria tiende a florecer otra vez como en el estado normal; es evidente que las comunicaciones que de día en día se van normalizando, darán origen, van dando origen a un movimiento comercial mayor, que precisamente por ser mayor establece la obligación en el Poder Público de que la tributación por motivos comerciales sea menor para que sea equitativa y para que no gravite absolutamente en el comercio hasta el grado de ponerlo en peligro; es evidente que la minería, que produce también el Erario Publico rendimientos de mucha importancia, tiende a florecer y, evidentemente, siguiendo las leyes naturales de mejoría en el país, el año próximo habrá de mejorarse más; entonces los impuestos que fueron necesarios, que entonces pudieron pasar por equitativos, en el año próximo probablemente no lo serán tal, sino que gravitarán pesadamente sobre estas industrias, tendiendo a paralizarlas, a perjudicarlas, a causar un grave trastorno en el aumento de la riqueza pública. Por lo que hace al comercio exterior, ciudadanos representantes, para nadie es una profecía obscura ni nadie necesita tener facultades extraordinarias de adivinación, para sospechar que el final de la guerra europea tal como se le concibe en estos momentos, como una paz internacional, tiende a restablecer los servicios de comercio internacional también, y los rendimientos que por este capítulo obtendrá el Erario Público deben restarse forzosamente, para que sea equitativo el Poder Público con el pueblo mexicano; deben restarse en los demás capítulos de tributación que señala la Ley de Ingresos. Por consiguiente, cuando las Comisiones dictaminadoras vienen a exponer acá como una ratificación de las leyes fiscales anteriores, de las leyes de ingresos anteriores, no tienen en cuenta este estado de mejoría general; no le hacen honor al Gobierno que día a día se esfuerza por restablecer la vida nacional en su normalidad primitiva, no le hacen honor a la opinión general que señala que de día en día las fuentes de ingresos para el Poder Público serán mayores, y si no serán mayores en número, por lo menos serán más abundantes en cuanto a cantidad, en cuanto a origen, y esto naturalmente obliga a las Comisiones para que su prestigio de personas atinadas, patriotas, inteligentes, quede establecido en esta Asamblea a poner una cortapisa, una salvedad a todas esas leyes que se dieron en condiciones enteramente diferentes, en condiciones de necesidad diferentes para el gobierno, en condiciones de producción diferentes, en condiciones de voluntad diferentes por parte del pueblo mexicano, y entonces la ratificación así, en bruto, así, en términos absolutos y generales, de las leyes fiscales que entonces fueron necesarias, no es correcta, no es lógica no es conveniente. El espíritu moderno en cuanto a legislación, impone a las Cámaras legisladoras el deber de ser oportunas antes que nada. Los movimientos sociales en la actualidad son tan rápidos, se sobreponen constantemente unos sobre los otros con tanta violencia, que el legislador inteligente debe estar atento y atender prontamente a la necesidad que viene, para satisfacerla mediante una ley, si es que esa ley satisface esa necesidad. Las Legislaturas modernas deben de ser prontas y oportunas, si no, de nada sirven las leyes al venir a satisfacer una necesidad cuando ya pasó; eso es absurdo. Ahora bien, venir a satisfacer una necesidad nueva o un estado social nuevo con unas leyes anticuadas como las fiscales que se hacen viejas pronto, sobre todo unas leyes fiscales que fueron dadas en una época de absoluta anormalidad en el pueblo mexicano, es absurdo en lo general y es absurdo en lo particular. Por eso me opongo yo en lo general a esta ley y vendré a atacar en lo particular algunas de las leyes en que especialmente se ven estos conceptos. El legislador debe estar atento a la necesidad que se presente mediante la ley, con el objeto de que si mañana esa misma ley no se adapta a la necesidad para el cual fue dada, esa ley se derogue inmediatamente, se modifique, se reforme, se deseche; pero venir con leyes fiscales que son de dos, de tres años, de muchos años a esta parte, para constantemente ratificarlas, y que sean una constante carga, exponerlas otra vez al pueblo mexicano, revelan en nuestros legisladores una incapacidad para satisfacer las necesidades del pueblo, constantemente manifestadas.

La opinión de uno de nuestros mejores economistas en México y que está ligado estrechamente con la Administración Pública presente, es que la legislación fiscal en nuestro país es totalmente detestable, que muchas de estas leyes que constituyen capítulos de ingreso para el Gobierno, no son sino contraproducentes para el mismo Gobierno, contraproducentes por dos capítulos: primero, porque le rinden una cantidad tan pequeña, que refundiéndolas en unas cuantas leyes - él me señalaba cinco o seis leyes - , podrían producir para el Erario Público casi tanto como producen todas ellas juntas, pero como están multiplicadas y cada una de ellas da un rendimiento exiguo, no sirven más que para estar mortificando al pueblo mexicano, para que este pueblo mexicano esté renegando constantemente, como lo ha estado, del sistema tributivo que existe en nuestro país, y de lo cual sois testigos todos vosotros; en nuestro país el descontento social no empieza como en otros países de cultura más elevada, por la apreciación puramente política de su sistema, ni de sus hombres, ni de sus leyes, ni de los cambios de Gabinetes, ni de los cambios de Presidentes, ni de nada de esto: el descontento nacional en México, el nuestro, el aborigen, el descontento que empieza por las leyes fiscales. El indígena no le teme a otra cosa que a la oficina de rentas, no personifica en otra cosa la odiosidad anárquica que siente siempre el indio mexicano, sino en el empleado de rentas de cada pueblo. El sistema de tributación por medio del Timbre, el sistema de tributación por medio de contratos, el pago por las antiguas alcabalas que hoy se han transformado sencillamente, tal como lo hemos visto con el decreto en especie acerca del papel (murmullos), que no es más que una especie de alcabala internacional, etc., etc., siempre han constituido en nuestro país el motivo, el capítulo primero de la odiosidad que los Gobiernos tienen en el ánimo del pueblo. Por esta razón, ciudadanos diputados, así, en términos absolutos, esta ley es ilógica, porque es una ley oportuna....

El C. Siurob, interrumpiendo: ¡Claro!

El C. Vadillo, continuando: Esta ley es absurda porque fue dada para unas circunstancias y se

quiere hacer vigente para otras; esta ley retardataria, porque no toma en cuenta los elementos de progreso y condiciones de mejoría de nuestro país y quiere retrotraer la actual situación financiera económica de nuestro país, a la situación que tenía cuando esas leyes fiscales fueron dadas por una necesidad, para satisfacer los gastos grandes que tenía el Ejército Constitucionalista cuando lo comandaba el Primer Jefe.

Ahora bien, ciudadanos diputados, yo me resistía y aun me resisto a tomar participación en la discusión de la Ley de Ingresos porque, como lo decía bien, como lo dejaba entender bien el C. Siurob, esta discusión va a resultar inútil, desgraciadamente va a resultar inútil. El Ejecutivo, aprobemos o no aprobemos esta ley, cosa que no lograremos hacer en el mes que entra, por necesidad se verá precisado para que el Estado subsista, a impetrar nuevas facultades extraordinarias, o la ratificación de las anteriores, y esto continuará así; por eso digo, los hechos, desgraciadamente el tiempo de que dispone la Legislatura en sus discusiones por la circunstancia, desgraciadamente, por la maniobra política - y aquí sí lo señalo para que conste en la historia de esta Legislatura - , la maniobra política de haber durado dos meses y medio discutiendo credenciales, sencillamente para que llegásemos al fin del período legal y tuviéramos enfrente una montaña de trabajo, eso será causa de que todas nuestras discusiones acerca de las leyes de ingresos y egresos resulten absolutamente inútiles. Quien haya ideado esta maniobra política, quien haya hecho de la Cámara Legislativa un juego de que reirá todo el pueblo, si es que el pueblo tiene todavía tiempo para reír.... (risas y aplausos en las galerías), ese que ideó esa maniobra debió haber tenido entonces la sonrisa que tuvo Felipe II cuando decía: "el tiempo y yo valemos dos," porque el tiempo y ese individuo o esos individuos que hayan sugerido a la mayoría el hecho de perder el tiempo en tonterías de credenciales, ha dado origen a que el pueblo mexicano no ejerza por medio se sus representantes el primordial, el verdaderamente grande deber que tiene de vigilar el origen de los ingresos y la distribución de los fondos del pueblo; pero ante la imposibilidad de que las Comisiones, como era su deber, nos presentaran aquí una selección de las leyes que deben aprobarse y aquéllas que deben ser derogadas y que esa Comisión que nos viene a hablar aquí con tal imperio y que viene a hacer ironías de lo que el C. Siurob expone como razones y el C. Basáñez como hechos, esa Comisión debió haber presentado también un estudio de aquellas leyes fiscales que deben suplir a las que razonablemente no pueden continuar, porque no son las circunstancias, a fin de que el Estado subsista, a fin de que la Administración siga adelante, pero que los medios de rendimiento, los medios de tributación sean más adecuados a las necesidades, más oportunas, más modernas siquiera y no ir a sacar de entre el polvo esas leyes que fueron dadas de una manera transitoria, que el Ejecutivo las ha modificado hasta desde ha sido posible, pero que tienen que ser todavía más modificadas porque, como he dicho y como en la ciencia de todos nosotros está, el estado económico de nuestro país tiene que ir mejorando, y si va mejorando, es equitativo el Poder Público vaya mejorando también las condiciones para el pueblo, vaya siendo más equitativo en la distribución, vaya obteniendo el rendimiento que necesita para vivir en una forma más razonable, más derramada, más general, a fin de que no se resienta en unos ni se resienta en los otros.

La voz de la industria, la voz del comercio, la voz de la minería, la voz del trabajo en lo general, habrá llegado forzosamente a vosotros y os habrá convencido de que esta legislación fiscal que existe al presente, no es la adecuada, no es la justa, no es la equitativa, y a esos cargos son a los que tendrá que responder la Comisión dictaminadora cuando vengamos a acatar en lo particular algunas de estas leyes que esta Comisión ha sancionado con falta a la lógica de los tiempos, a la oportunidad y a las necesidades del pueblo mexicano. (Aplausos.)

El C. Prosecretario Aguilar: No habiendo más oradores inscriptos en pro ni en contra, en votación económica se consulta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido en lo general. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido en lo general. En votación nominal se va a consultar si ha lugar a votarlo en lo general.

El C. Siurob: Señor Presidente, pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Siurob: Únicamente para suplicar a Su Señoría de digne dictar un trámite. Como se desprende de las palabras del C. Vadillo y de las ideas vertidas por mí sobre el particular, en esta ley se encuentran veintisiete leyes nuevas, es decir, veintisiete leyes en algunas de las cuales puede haber pasado ya la oportunidad y que están en vigor; aquí tendrán que derogarse algunos artículos, y como en realidad al estudio que vamos hacer de este Presupuesto de Ingresos corresponde el estudio de todas las leyes dictadas y adyacentes a este mismo Presupuesto, suplico respetuosamente a Su Señoría se digne dictar el trámite de que se pidan tantos ejemplares de cada una de estas leyes, como ciudadanos representantes hay en esta honorable Asamblea, o debe haber, para que todos tengan conocimiento de todas estas leyes al hacer la discusión respectiva. (Aplausos.)

El C. Presidente: La Presidencia se permite contestar al C. Siurob que, como el asunto ha sido declarado por esta Asamblea suficientemente discutido, lo que procede, conforme al Reglamento, es votarlo inmediatamente en lo general, es decir, que resuelva la Asamblea si ha lugar a votarlo en lo general. Por lo que se refiere al reparto de las leyes a que hace mención, la Presidencia se permite preguntar a la Comisión se sirva, porque ella debe haber todas estas leyes, se sirva decirnos si existen, para que la Presidencia pueda ponerlas a disposición de la Asamblea.

El C. Siurob: ¡Tienen que existir!

El C. Garza Candelario: Pido la palabra para contestar a la Presidencia.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Garza Candelario: Como miembro de la Comisión, he ido a la Sección de Archivo a buscar

cada una de las leyes indicadas en la iniciativa presentada por el Ejecutivo, y he encontrado algunas; las que yo creía más importantes, las busqué personalmente y las he encontrado. Así es que la Presidencia puede fácilmente ordenar a la Secretaría que de alguna manera las busquen en el archivo; sólo las que son de los años de 1916, 17 y 18, porque son las que hay allí; anteriores, no hay ninguna.

El C. Prosecretario Aguilar: Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Secretario Pesqueira : Por la negativa. (Se tomo la votación.)

- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? (Algunos ciudadanos diputados dan sus nombres.)

El C. Prosecretario Aguilar: ¿Falta algún otro ciudadano diputado por votar? Se procede al la votación de la Mesa.

(Se recogió.)

El C. Secretario Pesqueira: Votaron negativamente los CC. Altamirano, Basáñez, Carrión, Espinosa Bávara, Gutiérrez Atanasio, Méndez Benjamín, Mendoza, Morales Hesse, Siurob, Vadillo y Zincúnegui Tercero.

Total, 11 votos.

El C. Prosecretario Aguilar: Votaron afirmativamente los CC. Aguilar Pablo, Alarcón, Alejandre, Alvarez del Castillo, Andrade, Angeles Carlos L., Araujo Emilio, Araujo Francisco, Arlanzón, Arrioja Isunza, Avilés, Angeles Genaro, Balderas Márquez, Barragán, Barrera, Bravo Izquierdo, Bravo Lucas, Breña, Cabrera, Cancino, Carriedo Méndez, Casas Alatriste, Castellanos Díaz, Castilleja, Castillo David, Castillo Garrido, Castillo Nájera, Castillo Torre, Castro Alfonso, Castro Roberto, Céspedes, Colina, Cordero, Cornejo, Cuéllar, Chávez M., Díaz González, Díaz Infante, Esparza, Espinosa Luis, Espinosa y Elenes, Fernández Ledesma, Fierro, Flores, Franco, Fuentes Barragán, Galindo, García Adolfo G., García Carlos, García Pablo, García Ruiz, Garza, Gómez Gildardo, González Galindo, González Jesús M., Guerra, Guerrero, Gutiérrez de Velasco, Gutiérrez Orantes, Hernández Eulogio, Hernández Jerónimo, Hernández Loyola, Huerta, Iturralde T., Jiménez, Lanz Galera, Leal, León, Limón Uriarte, Lomelí, López Emiliano Z., López Ponciano, Macías Juan E., Macías Ruvalcaba, Madrid, Malpica, Mancisidor, Márquez Galindo, Martínez del Río, Medina, Mena, Méndez Arturo, Meza, Molina, Morales Francisco César, Morales Sánchez, Ocampo, O'Fárrill, Ordorica, Ortiz José de la Luz, Padrés, Pastor, Pastrana, Patiño, Paz, Peña, Pérez Vela, Pesqueira, Ramos, Rebolledo, Reyes Francisco, Reyes Rafael, Rivera Castillo, Roaro, Rodríguez Alfredo, Rodríguez de la Fuente, Rodríguez Matías, Rojas Rafael, Ruiz de Chávez, Ruiz H., Ruvalcaba J. Guadalupe, Saldaña, Sánchez Salazar, Serrano, Silva Federico, Silva Herrera, Solórzano, Soto José M., Soto Peimbert, Suárez, Torres Garza, Tejeda Llorca, Toro, Torre Rómulo de la, Treviño, Trigo, Urdanivia, Uzeta, Valadez Ramírez, Valladares, Vásquez, Velásquez, Velasquez Juan, Velásquez López, Verástegui Franco, Villalobos, Villaseñor Salvador, Villaseñor Mejía, Villela, Zavala y Zayas.

Total, 140 votos.

Queda aprobado el dictamen en lo general.

El C. Secretario Pesqueira: Habiendo transcurrido las cuatro horas reglamentarias, en votación económica se pregunta a la Asamblea si continúa la sesión. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. No se Prorroga la sesión.

El C. Villaseñor Mejía: Reclamo la votación.

El C. Malpica: Yo también reclamo la votación.

- El mismo C. Secretario: La Presidencia manifiesta que habiendo manifestado dos ciudadanos diputados su inconformidad, suponiendo que ha habido un error de la Mesa al apreciar el resultado de la votación y como se ve ahora visiblemente que hay mayoría, continúa la sesión; en la inteligencia de que se aplicará la multa reglamentaria a quienes se ausenten del salón. Se procede a pasar lista.

El C. Castellanos Díaz: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Castellanos Díaz: Para manifestar a Su Señoría que hay asuntos de la Comisión de Administración, de la cual soy Presidente, para ser tratados en sesión secreta.

El C. Prosecretario Aguilar, (Pasó lista): ¿Falta algún ciudadano diputado por pasar lista? (Algunos ciudadanos dan sus nombres.)

El C. Cuéllar: Protesto por el trámite que está dando la Secretaría.

- El mismo C. Prosecretario: Suplico al C. Cuéllar diga a qué personas he anotado que no estén presentes. El C. Villalobos, por quien usted ha reclamado, está en la puerta central.

El C. Cuéllar: Acaba de llegar.

- El mismo C. Prosecretario: En el momento en que llegó se anotó su presencia. Hay una asistencia de 142 ciudadanos diputados; hay quórum.

El C. Presidente, a las 8.20 p. m.: Se levanta la sesión pública para entrar en secreta.