Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19181122 - Número de Diario 80

(L28A1P1oN080F19181122.xml)Núm. Diario:80

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, VIERNES 22 DE NOVIEMBRE DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I. - PERÍODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 80

SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 22 DE NOVIEMBRE DE 1918

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2. - Es discutido y aprobado el dictamen relacionado con las elecciones verificadas en el 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. CÉSPEDES ELISEO L.

(Asistencia de 127 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)

El C. Presidente, a las 11.00 a. m.: Se abre la sesión.

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"Acta de la sesión de Colegio Electoral de la Cámara de Diputados celebrada el día veintiuno de noviembre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Eliseo L. Céspedes.

"En la ciudad de México, a las once y quince minutos de la mañana del jueves veintiuno de noviembre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento cuarenta y dos ciudadanos diputados, según consta en la lista que pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El mismo ciudadano Secretario leyó el acta de la sesión celebrada del día anterior, y al ser puesta a discusión. El C. Vásquez pidió que se hiciera constar que antes de que fuera votado económicamente el dictamen del 16 Distrito Electoral del Estado de Oaxaca, él había pedido votación nominal, debidamente apoyado, y el C. Ángeles Carlos pidió que la Secretaría certificara un hecho, relacionado con la votación del dictamen de la 1a. Comisión de Gobernación, relativo a la licencia que solicitó el C. diputado Reyes para desempeñar un puesto en la Escuela Médico Militar

"Acto continuo hablaron en contra del acta los CC. Ángeles y Vásquez, y este último solicitó se diera lectura a la versión taquigráfica de la sesión de Colegio Electoral efectuada ayer, haciendo mociones de orden los CC. Fernández Martínez y Pérez Vela, después de las cuales la Presidencia hizo aclaraciones.

"La Secretaría dio lectura a la versión taquigráfica de la parte relativa de la sesión de Colegio Electoral celebrada ayer, y a petición de varios ciudadanos diputados se recogió votación nominal, resultando aprobada el acta, por 80 votos de la afirmativa, contra 63 de la negativa.

"El C. Vásquez presentó una proposición para que se considerara la votación del dictamen del 16 Distrito Electoral de Oaxaca.

"Una vez que la Presidencia hizo aclaraciones, la Asamblea, económicamente, acordó no tomar en consideración la proposición presentada.

"Se dio cuenta con el dictamen reformado del 3er. Grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, que declara diputados propietario y suplente, respectivamente por el 6o. Distrito Electoral del Estado de Jalisco, a los CC. J. Guadalupe de Anda y Manuel Montero, manifestando la Presidencia que, de acuerdo con el precedente establecido por esta Cámara, se procedería desde luego a la votación de este dictamen.

"El C. Quiroga impugnó el trámite de la Mesa y fue interrumpido por una moción de orden del C. García Ruiz, quien en seguida habló en pro del trámite a discusión, interpelando al C. Saldaña José P.

"Después de que el C. Vázquez habló en contra y los CC. Quiroga, Saldaña y García Ruiz hicieron aclaraciones, en votación económica se aprobó el trámite referido.

"Puesto a votación el dictamen, el C. Morales pidió que ésta fuera nominal, siendo debidamente apoyado.

"Se aprobó por 98 votos de la afirmativa, contra 37 de la negativa, por lo cual la Secretaría hizo la declaratoria de estilo, pasando en seguida el C. Quiroga a rectificar hechos.

"La Secretaría dio cuenta con el dictamen reformado que rinde el 5o. Grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, que termina con las siguientes resoluciones:

"Primera. Son válidas las elecciones que para diputados al Congreso de la Unión, tuvieron verificativo el 28 de julio último en el 9o. Distrito Electoral del Estado de Hidalgo.

"Segunda. Son diputados propietarios y suplente, respectivamente, por el mencionado Distrito, los CC. Ignacio Ruiz Martínez y Félix Franco."

"En votación económica se aprobó la primera proposición, y a solicitud del C. Luis Espinosa, apoyado conforme al Reglamento, se recogió votación nominal respecto a la segunda, resultando aprobada por 92 votos de la afirmativa, contra 34 de la negativa.

"La Secretaría hizo la declaratoria de rigor.

"A la una y quince minutos de la tarde se cerró la sesión, citándose para las cuatro a sesión de Cámara de Diputados."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Tehuantepec, Oax., noviembre 14 de 1918.

"Ciudadano Presidente de la Cámara de Diputados. - México, D.F.

"Inspirados por un deber de suprema justicia, nos permitimos dirigir a usted la presente, para enviarle nuestros sinceros agradecimientos por la defensa que en la Cámara Nacional hizo de los sagrados derechos y voluntad de este pueblo tehuantepecano, así como para felicitarlo por el triunfo alcanzado.

"Nosotros los tehuantepecanos honrados, no podemos menos de estar satisfechos de ese triunfo, puesto que ha sido desechado del seno de la Cámara el hombre que, contra nuestra voluntad, pretendía representarnos en ella.

"La prensa metropolitana ha venido publicando los acalorados debates efectuados durante la discusión de la credencial del señor Rivera Cabrera, y en ella hemos visto la sana y desinteresada labor desarrollada por usted, en unión del distinguido grupo de ciudadanos diputados que impugnaron la credencial de referencia, cuya labor ha quedado grabada indeleblemente en la conciencia de los hijos de Tehuantepec. Manuel Guzmán. - Alberto Toledo. - Cipriano Escobar C. - M. Ríos. - Luis Gómez. - F. Marín. - Filemón Escobar. - S. Guerrero F." - Dos firmas ilegibles. - Dése cuenta y archívese.

- El C. Secretario Lorandi, leyendo:

"1a. Comisión Revisora de Credenciales. - Sección 4a.

"Honorable asamblea:

"Examinado con todo detenimiento por la 4a. Sub - comisión de Poderes que subscribe, el expediente relativo a las elecciones de diputados, que se efectuaron en el 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla, consignamos los siguientes hechos para fundar nuestro dictamen:

"El mencionado Distrito comprendió las Municipalidades de Juárez, Jicotepec, Huauchinango y Pahuatlán.

"Figuraron como candidatos: a diputados propietario, los CC. Joaquín Oropesa, Leobardo Lechuga, Sabino Rodríguez y Alfredo Aldana; como candidatos a diputado suplente, los CC. Froilán Canales, Alvaro Lechuga Cabrera, Antonio Lazcano y Luis Cabrera. La Junta Computadora se instaló y funcionó con entero apego a la Ley Electoral vigente. En el acta de cómputo general formulada por la misma Junta, consta que obtuvieron los candidatos a diputado propietario, CC. Joaquín Oropesa, 954 (novecientos cincuenta y cuatro) votos; Leobardo Lechuga, 805 (ochocientos cinco); Sabino Rodríguez, 789 (setecientos ochenta y nueve), y Alfredo Aldana, 257 (doscientos cincuenta y siete); los candidatos a diputado suplente, CC. Froilán Canales, 969 (novecientos sesenta y nueve) votos; Alvaro Lechuga Cabrera, 804 (ochocientos cuatro); Antonio Lazcano, 793 (setecientos noventa y tres), y Luis Cabrera, 256 (doscientos cincuenta y seis.)

"Vienen agregadas al expediente general diversas protestas de los candidatos Rodríguez, Lechuga y Oropesa, en que se hacen varias inculpaciones y piden la nulidad de los votos emitidos, en tales o cuales casillas, por infracciones a la Ley Electoral. Pasamos a hacer un extracto de tales inculpaciones y protestas para normar nuestro juicio.

"El candidato C. Sabino Rodríguez, en sus protestas y memorial dirigido a esta honorable Asamblea, pide la nulidad de los votos emitidos en el Municipio o Partido de Jicotepec, en favor de la fórmula Oropesa - Canales, fundándose en que hubo presión oficial a su favor, puesto que los CC. Eliseo D. Cabrera y Ángel L. de la Vega, miembros del Consejo Municipal, fueron también miembros del "Club Electoral Benito Juárez," que postuló a los ciudadanos citados; pide también la nulidad de los votos emitidos a favor de la candidatura Lechuga - Lechuga Cabrera, por haber sido registrada extemporáneamente; además, que no se computen los votos emitidos en diversas casillas electorales del Distrito, que se mencionan en el acta de cómputo general por varias irregularidades; y, finalmente, que se computen los votos de cinco casillas electorales de Pahuatlán, que no tuvo en cuenta la Junta Computadora, por haber sido presentados los expedientes respectivos por el candidato Lechuga y no por los Presidentes de las mismas casillas, como lo ordena la Ley Electoral.

"Respecto al primer punto mencionado en el extracto que antecede, opinamos que no tiene razón en su petición el C. Sabino Rodríguez, puesto que siendo el papel principal de los Consejos Municipales formar las listas electorales, y habiéndose regido las elecciones próximas pasadas por el padrón antiguo que sirvió para las elecciones del Congreso Constituyente, se limitó esta vez su acción sobremanera y casi no influyó directamente en los trabajos preparatorios electorales; por otra parte, no consideramos como verdaderas autoridades a los miembros de un Consejo Municipal, no siendo, por lo tanto, aplicables las partes conducentes de los artículos 104 y 105 de la Ley Electoral, que el peticionario invoca en su apoyo. En cuanto al segundo punto, debemos hacer constar, que aun cuando efectivamente, la candidatura Lechuga - Lechuga Cabrera, se registró extemporáneamente, la autoridad municipal de la cabecera del Distrito la inscribió, y de hecho jugó en la lucha electoral, por lo cual consideramos que deben computarse los votos emitidos en favor de tal candidatura y pasar por alto esa irregularidad. De las diversas casillas, en que

pide Rodríguez no se computen los votos emitidos en ellas, por varias irregularidades que se consignan en el acta de escrutinio de la Junta Computadora, examinados minuciosamente los expedientes respectivos, solamente encontrados justificado que se nulifiquen los votos correspondientes a la casilla número 1 de Jicotepec, por faltar el acta de instalación y firmas en el acta final de escrutinio; y los de la casilla número 8, del mismo Municipio; por no estar correcta la lista electoral y por estar las boletas intactas, sin huella de haber sido dobladas, lo que da idea de que se violó el secreto del voto. Por lo que atañe a que se computen los votos emitidos en las cinco casillas de Pahuatlán, cuyos expedientes no fueron revisados por la Junta Computadora en virtud de no haber sido entregados por los Presidentes de dichas casillas, sino por el candidato Lechuga, y además, por haberse hecho la entrega después de haber concluído su trabajo la misma Junta Computadora, según ella lo expresa, debemos informar que de la documentación existente, se desprende que la citada Junta Computadora no había terminado su labor cuando se le presentaron esos expedientes, por lo que debía haberlos revisado y hecho el cómputo de votos respectivo; y sí constituye, en nuestro concepto, una gran irregularidad, el que uno de los candidatos interesados en la lucha electoral, presentara los expedientes. Practicada por nosotros la revisión de dichos expedientes, se encontró que la votación es casi unánime a favor de la fórmula Lechuga - Lechuga Cabrera, que las boletas no tienen huella de haber sido dobladas, lo que demuestra que, indudablemente, se violó el secreto del voto; y, además que dos actas que vienen agregadas, subscriptas por los Presidentes de dos de dichas casillas electorales, en que explican por qué no presentaron ellos los expedientes, son enteramente iguales, sin diferir en una sola sílaba, advirtiéndose que fueron hechas en máquina y usando papel carbón.

"Los ocursos presentados por el candidato Leobardo J. Lechuga, se concretan a pedir que se tenga en cuenta el registro de su candidatura, a pesar de haberse hecho extemporáneamente, en virtud de no haber conocido la Ley Electoral, sino hasta el 22 de julio, y que se computen los votos emitidos en las cinco casillas de Pahuatlán, cuyos expedientes presentó él a la Junta Computadora, en virtud de haberle sido presentados antes de que terminara su labor y de que los ciudadanos Presidentes de dichas casillas no los pudieron presentar oportunamente, por enfermedad, como lo comprueba con certificados médicos que exhibe. Ya indicamos antes las causas por las que opinamos que debe admitirse el registro de la candidatura del C. Lechuga y para que se computen los votos que se emitieron en las cinco casillas de Pahuatlán mencionadas, haciendo ver también los vicios de que adolece la elección efectuada en ellas.

"El candidato Joaquín Oropesa, a su vez, expone en varios ocursos que presentó, que la candidatura Lechuga - Lechuga Cabrera, fue registrada extemporáneamente, que indebida y dolosamente, usó del mismo distintivo rojo que él había registrado con anterioridad y que no deben ser computados los votos emitidos en las cinco casillas de Pahuatlán, cuyas expedientes presentó Lechuga a la Junta Computadora después de haber terminado sus labores; que el "Partido Liberal" de Puebla, que postuló al C. Sabino Rodríguez, no llenó los requisitos que la ley señala, y que el candidato Alfredo Aldana no tiene los veinticinco años que la ley designa para poder ser postulado. Ya emitimos nuestra opinión respecto al registro de la candidatura Lechuga, estando en el mismo caso la del C. Sabino Rodríguez; también expusimos por qué deben computarse los votos emitidos en las cinco casillas de Pahuatlán, tantas veces mencionadas, y las serias irregularidades de que adolece esa votación; y en cuanto a la falta de edad legal del C. Aldana, como no lo comprueba el denunciante, no debe tomarse en consideración. Toda la documentación presentada por el C. Oropesa relativa al registro de su candidatura, está en debida forma.

"Concretando todo lo expuesto, queda en pie únicamente que deben deducirse a las cuatro candidaturas que contendieron en el 18 Distrito Electoral de Puebla, los votos emitidos en la 1a. y 8a. secciones electorales, por las razones aducidas. Descontados dichos votos, obtuvieron en realidad los candidatos a diputado propietario, CC. Joaquín Oropesa, 723 (setecientos veintitrés) votos; Leobardo Lechuga, 782 (Setecientos ochenta y dos); Sabino Rodríguez, 785 (setecientos ochenta y cinco), y Alfredo Aldana 246 (doscientos cuarenta y seis); los candidatos a diputado suplente, CC. Froilán Canales, 738, (setecientos treinta y ocho); Alvaro Lechuga Cabrera, 781, (setecientos ochenta y uno); Antonio Lazcano, 789 (setecientos ochenta y nueve), y Luis Cabrera, 245 (doscientos cuarenta y cinco); lo que comprueba que la candidatura Rodríguez - Lazcano obtuvo el triunfo.

"Fundados en lo que antecede, respetables miembros de esta Asamblea, nos permitimos someter a vuestra recta consideración, la siguiente conclusión a nuestro dictamen.

"Única. Son legales y válidas las elecciones para diputados al XXVIII Congreso de la Unión, efectuadas en el 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla.

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, al XXVIII Congreso de la Unión, los CC. Sabino Rodríguez y Antonio Lazcano."

"Protestamos a ustedes nuestra muy atenta consideración.

"Constitución y Reformas. - México, 2 de septiembre de 1918. - Ramón Blancarte. - Luis Felipe Contreras. - Francisco Aguirre León."

A discusión este dictamen. Los que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. (Murmullos. Voces: ¡A votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Oropesa.

El C. Oropesa: Respetable asamblea: En mi ya larga vida he ocupado la tribuna forense muchísimas veces y algunas la tribuna política de partidos; la tribuna parlamentaria es la primera vez que vengo a pisarla y llego a ella con el temor consiguiente a una lucha desconocida para mí. Por fortuna, al abordar esta tribuna vengo a una discusión propiamente jurídica: es la de un expediente

electoral, el del 18 Distrito del Estado de Puebla, de donde soy originario, que tiene que examinarse por Vuestra Soberanía a la luz de la Ley Electoral de 1o. de julio del corriente año. Casi, en consecuencia, es debate jurídico para mí, de los que me son conocidos, aun cuando no haya podido todavía dominarlos enteramente. Voy a rogar a la Asamblea, a algunos miembros de ella, mejor dicho, que se sirvan tener la bondad de desprenderse de algunos prejuicios, para que en este asunto que va a discutirse, se dignen resolver en estricta justicia, abandonando cualquier prejuicio que haya llegado a impresionar su ánimo; voy a rogar igualmente a la Comisión dictaminadora que se sirva tener la bondad de empuñar un lápiz y tomar una hoja de papel para hacer apuntes de mis argumentaciones en contra de su dictamen y servirse venir a esta tribuna a contestarlas a la luz de la Ley Electoral, una por una y fundadamente. Espero, tanto de la Asamblea como de la honorable Comisión dictaminadora, que se servirán atender a mi súplica, y entro al análisis del dictamen, para demostraros, como creo poder hacerlo, la injusticia con que en ese dictamen se ha servido tratarme la 4a. Comisión de Poderes. Esta honorable Comisión comienza asentando hechos enteramente falsos, que no ha debido, por ningún concepto, asentar, puesto que tenía un montón de documentos al frente, que debió haber tenido en cuenta para decir lo que en su preámbulo dice. Expresa lo siguiente

"El mencionado Distrito comprendió las Municipalidades de Juárez, Xicotepec, Huauchinango y Pahuatlán."

El 18 Distrito del Estado de Puebla comprende las Municipalidades de Juárez, Xicotepec, Huauchinango y Pahuatlán. Ese Distrito, señores, está formado del Municipio de Xicotepec, cabecera de la población de Villa Juárez; no hay tal Municipio de Villa Juárez. Huauchinango corresponde al Distrito 16, no corresponde al 18; no ha debido, en consecuencia, meterse aquí para nada a Pahuatlán. Pahuatlán sí es un Municipio libre, comprendido dentro del 18 Distrito, y olvida la honorable Comisión dictaminadora que se encuentran comprendidos en ese Distrito dos Municipios que se llaman Pantepec y Tlacuilotepec. Ha tenido boletas, ha tenido documentos, ha habido toda la documentación de casillas referente a esos Municipios en este expediente y, sin embargo, al hablar la Comisión dictaminadora de la forma del Distrito, olvida por completo a esos Municipios sobrantes. Continúa diciendo la Comisión dictaminadora que figuramos en la lucha como candidatos el señor Leobardo Lechuga, don Sabino Rodríguez, don Alfredo Aldana y yo, con los respectivos suplentes. Esto, señores, es enteramente falso, porque si bien es cierto que en el expediente viene votación para todas estas personas, hay la circunstancia de que al C. Leobardo L. Lechuga no pudo haberse tenido como candidato de ninguna manera, por no haber registrado su candidatura en los términos de la Ley Electoral. Más tarde, al seguir examinando este dictamen, haré hincapié respecto de esto, para que la Asamblea se sirva descartar la mencionada autocandidatura. Voy a hacer un paréntesis, señores.

Alguna persona, en una de las veces en que el señor diputado Vadillo en esta tribuna sostenía una idea, me preguntaba por qué sería que al señor diputado Vadillo la Asamblea le prestaba toda atención y se le escuchaba con recogimiento.....

El C. Arlanzón, interrumpiendo: Porque habla bien.

El C. Oropesa, continuando: Expresé yo entonces lo siguiente y creo no haberme equivocado: es que en todos los casos, en todas las cosas de la vida, hay determinada correspondencia, hay alguna reciprocidad. Uno de los diputados que con más atención, con un silencio religioso escucha a todas las personas que vienen a esta tribuna a defender sus ideas, es el señor diputado Vadillo. (Toses. Murmullos.) Natural es que él encuentre debida correspondencia en la Asamblea. Pues bien, señores, vosotros me habéis visto que, si no con la misma atención religiosa del señor diputado Vadillo, sí no soy el que anda en los pasillos en cuchicheos con los compañeros, abandonando la curul en pláticas, interrumpiendo el orden, si no que presto también atención a las personas que vienen a la tribuna; pido igual correspondencia a vosotros.

Dice el dictamen de la 4a. Comisión de Poderes que:

"La Junta Computadora se instaló y funcionó con entero apego a la Ley Electoral vigente."

Esto es enteramente cierto, señores; tan se apegó la Junta Computadora a la Ley Electoral en todas sus funciones, que el señor profesor Sabino Rodríguez, durante los cinco días que la Junta dilató en sus trabajos, estuvo codo con codo sentado en la Mesa, junto al Presidente de la Junta Computadora, con su lápiz en la mano, tomando razón de los trabajos de la Junta, y no tuvo observación ninguna que hacer respecto de los trabajos de ella. Esto es enteramente cierto: la Junta Computadora cumplió con sus deberes dentro de los términos de la ley, y encontrando que era yo el favorecido con el mayor número de votos, pues que me otorgaron los ciudadanos del 18. Distrito 954, en tanto que al señor Rodríguez solamente dieron 789 y al señor Aldana 257, me otorgó la credencial. Esto no fue óbice para que el señor Rodríguez formulara protestas respecto de todas y cada una de las casillas que componen el 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla. Pero hay señores, en esas protestas, algunas tan nimias, tan ridículas, tan tontas, como algunas que recuerdo, en las cuales el señor Rodríguez expresaba que en tal acta faltaba la firma del representante del licenciado Oropesa, que en tal otra acta faltaba la firma del representante del "Partido Liberal Nacionalista." Esto, como ustedes perfectamente saben, comprender y han visto en las discusiones anteriores, absolutamente es motivo de nulidad de votos. La Comisión examinó las protestas del señor Rodríguez, comenzando por la que se refiere a que hubo un partido político en la cabecera del Distrito, o sea en Villa Juárez, llamado "Club Electoral Benito Juárez," en el cual entraron como miembros el Presidente Municipal, su Secretario, algunos Regidores, el Juez Menor y su Secretario, y dice el señor Rodríguez en el memorial de su protesta que estaban comprometidos de antemano esos señores a votar en favor de la candidatura Oropesa - Canales, puesto que el "Club Electoral Benito Juárez" resolvió apoyar esa candidatura. La Comisión, con muy

buen sentido, obrando como en otros casos había obrado, expresa a ese respecto lo siguiente:

"Respecto al primer punto - dice el dictamen -, mencionado en el extracto que antecede, opinamos que no tiene razón en su petición el C. Sabino Rodríguez, puesto que siendo el papel principal de los Consejos Municipales formar las listas electorales, y habiéndose regido las elecciones próximas pasadas por el padrón antiguo que sirvió para las elecciones del Congreso Constituyente, se limitó esta vez su acción sobremanera y casi no influyó directamente en los trabajos preparatorios electorales; por otra parte, no consideramos como verdaderas autoridades a los miembros de un Consejo Municipal, no siendo, por lo tanto, aplicables las partes conducentes de los artículos 104 y 105 de la Ley Electoral....."

Todavía hay más a este respecto sobre la doctrina asentada por la Comisión dictaminadora, y es la doctrina que ha seguido en otros dictámenes esa propia Comisión, y de la cual me voy a permitir citar dos o tres fragmentos en este legajo de periódicos que sólo contienen dictámenes de la 4a. Comisión de Poderes, en los cuales ha opinado de manera distinta en diversos puntos de como opina en el asunto de la elección del 18 Distrito Electoral de Puebla. En el dictamen referente al 1er. Distrito de Michoacán, dice la Comisión:

"....No es motivo de nulidad el que los funcionarios o empleados públicos formen parte de un partido, y no está demostrado que en la casilla haya existido alguno de los funcionarios o empleados....."

Dicho dictamen se encuentra publicado en el número 9 del "Diario de los Debates," página 4.

Hay un caso reciente, señores, y es el del 1er. Distrito Electoral del Estado de Puebla. Quedó plenamente demostrado en la discusión verificada en esta Asamblea, que la fórmula que encabezaba el profesor Rafael Jiménez tuvo 53 representantes en las casillas diversas del Distrito Electoral, que eran empleados municipales la mayor parte de ellos (voces: ¡Pruebas! Murmullos), y entonces se dijo por los oradores que sostuvieron esa fórmula - y quedó sancionado por la Asamblea -, que los funcionarios de cualquiera categoría municipales o no municipales, por el hecho de ser funcionarios públicos, no perdían sus derechos de ciudadano, podían seguirlos ejercitando, que esto podía ser un inconveniente, que esto podía ser incorrección, pero que eso de ninguna manera ameritaba nulificación de votos, ni en una casilla ni en toda la elección. El dictamen relativo a esa elección se encuentra publicado en el número 55 del "Diario de los debates" y en la página 8 se puede leer lo siguiente: "Habla el diputado Avilés y dice: "Voy a pedir atentamente a la Secretaría, que dé lectura a unos certificados del Juzgado de Distrito, donde se comprueba que todos los empleados del Ayuntamiento hicieron la propaganda a favor de la fórmula opositora a la del señor del Castillo...."

Se le piden por algunas voces pruebas, y entonces se da lectura a esos documentos del Juzgado de Distrito por los cuales se viene a comprobar que muchos, 53 empleados, la mayor parte de ellos municipales, fueron representantes de la fórmula Jiménez, no obstante lo cual, y siendo este el único motivo por el cual se descontaban votos a esa fórmula para dar el triunfo a la candidatura Porfirio del Castillo, no obstante eso, repito se desechó el dictamen, se votó el voto particular y se dio el triunfo al profesor Jiménez. Ese es el caso más reciente respecto de la intervención de empleados públicos de cualquiera categoría en las elecciones, lo cual no invalida éstas, lo cual no motiva descuentos de votos, lo cual no se encuentra comprendido dentro de los términos del artículo 104 de la Ley Electoral. Conforme a ese artículo 104 de la Ley Electoral en sus diversas fracciones, es menester, señores, que se llegue a comprobar que alguna autoridad ha ejercido presión en alguna casilla y comprobado que alguna autoridad ejerció presión, entonces podrán descontarse fundadamente los votos de esa casilla; pero de otra manera el solo hecho de que un empleado forme parte de un partido político y apoye una candidatura y haga propaganda en favor de ésta, no es ni puede ser en manera alguna motivo para el descuento de votos y, en consecuencia, la 4a. Comisión de Poderes, al desechar esa protesta del C. Rodríguez, que se refiere a los funcionarios del club electoral "Benito Juárez," puesto que no estuvo comprobado que ellos fueran a hacer presión, ha estado en su más perfecto y legítimo derecho, ha obrado con el criterio legalista que en la mayor parte de los dictámenes la ha caracterizado, y respecto de ese punto no podrá decirse nada del mencionado dictamen.

Continúa la 4a. Comisión de Poderes examinando las protestas del señor Rodríguez y expresa lo siguiente:

"De las diversas casillas, en que pide Rodríguez no se computen los votos emitidos en ellas, por varias irregularidades que se consignan en el acta de escrutinio de la Junta Computadora, examinados minuciosamente los expedientes respectivos, solamente encontramos justificado que se nulifiquen los votos correspondientes a la casilla número 1 de Jicotepec, por faltar el acta de instalación y firmas en el acta final de escrutinio; y los de la casilla número 8, del mismo Municipio, por no estar correcta la lista electoral y por estar las boletas intactas, sin huellas de haber sido dobladas, lo que da idea de que se violó el secreto del voto."

En esto es, respetables miembros de esta Asamblea, en lo único en que el dictamen se basa para quitarme la credencial que me otorgaron en el 18 Distrito del Estado de Puebla y darla al señor Rodríguez. Vamos a examinar estos dos puntos con todo el detenimiento que vuestra bondadosa atención me lo permita: Se dice que el descuento referente a la primera casilla de Villa Juárez se debe a la falta de nombramiento del instalador y del acta respectiva y en la final falta la firma de un escrutador. En esa casilla número 1 de Villa Juárez, señores, fue a donde yo tuve que ir a votar; esa casilla la vigilamos personalmente el señor Lechuga y yo. A él y a mí nos consta que el acta de instalación se hizo y se firmó: si esa acta no llegó con estos documentos a la Comisión, ignoro yo el motivo por el cual sería. Tengo hasta una fotografía, señores, de la mencionada casilla, en donde estamos el señor Lechuga y yo, que podéis ver. Cuando se cerró la casilla se cerró a las cuatro y tres cuartos de la tarde, porque ya no había ningún individuo del padrón que

faltara por votar; llegué yo media hora después y fui informado de que la casilla se había levantado. Por eso fue que ya no pude firmar el acta y probablemente también mi representante llegó tarde y no la firmó. El motivo de que haya faltado el acta de instalación de esa casilla es uno de los motivos que ha reputado en otros dictámenes, de enteramente nimios, la 4a. Comisión de Poderes, y que no la han facultado en otros dictámenes para descuento alguno de votos. ¿Sabéis cuáles dos firmas faltan en esta acta final de escrutinio a que se refiere la Comisión de su dictamen? Pues una de ellas, según apunté a lápiz, que tengo aquí en el expediente que sirvió de borrador para hacer el dictamen - ignoro a qué miembro de la Comisión corresponde -, dice que una de las firmas era de uno de los escrutadores y la otra, del representante del "Partido Liberal Nacionalista. Señores, no puede haber motivo más nimio para un descuento de votos como este que hace la Comisión Computadora, a la candidatura Oropesa - Canales, que el que haya faltado el acta de instalación a la cual se refiere el acta de escrutinio y que esa acta final de escrutinio no haya tenido la firma del representante de uno de los candidatos. Hay varios dictámenes en la 4a. Comisión de Poderes desechando esto como una de las tantas nimiedades que han existido en las diversas elecciones verificadas en la República. Voy a leer algunos fragmentos de esos dictámenes, después de haberme ocupado del segundo motivo de descuento de votos, que es el que se refiere a la casilla número 8. El descuento de votos correspondientes a la casilla número 8 de Jicotepec, es porque la Ley Electoral estaba incorrecta. ¿Y Sabéis, señores, en qué llama lo Comisión incorrecta la lista electoral? En los apuntes que obran aquí a lápiz que sirvieron de borrador para el dictamen y apuntes a los cuales me he referido antes, está expresando ese motivo: dice el miembro de la Comisión que tales apuntes hizo, que está incorrecta la lista electoral referente a la 8a. casilla de Villa Juárez, porque falta adelante del nombre de algunos de los ciudadanos que forman parte del padrón la palabra "voto."

Esa es la incorrección que hace ver la Comisión que hay en la lista electoral, motivo de sobra nimio para pretender descontar votos. Que no estaban dobladas algunas boletas, agrega el apunte a lápiz de ese miembro de la Comisión: "que no estaban dobladas algunas boletas, lo cual da indicio de que se violó el secreto del voto." Es no entender, señores, el espíritu de la Ley a ese respecto, porque la Ley lo que quiere respecto del secreto del voto es que no sepan los circunstantes, los que están alrededor de la casilla, en qué sentido emite su voto el ciudadano al depositar su boleta, y sabido es que muchas casillas electorales no sólo de pueblos humildes de la sierra de Puebla, sino aún de pueblos que cuentan con mayores elementos, no hay ánfora electoral sino que son cajas de cartón a donde se van a depositar las boletas, y donde no es preciso doblar la boleta para conservar el secreto del voto, a donde no se necesita tampoco doblar la boleta, dejando huella material de su dobladura para que aparezca que se cumplió con la ley en el punto referente a guardar el secreto del voto. Esto, como dice muy bien la Comisión técnica del Bloque Liberal Nacionalista a quien se pasó este expediente con el objeto de que dictaminara para que se viera en discusión allí el dictamen que se rindió, que obra aquí y el cual voy a rogar que sea leído, es, como dice muy bien, no entender lo que significa doblar, porque no es necesario que quede huella de la doblada de la boleta para que ésta boleta sea doblada y entregada. Pido a usted, señor Presidente, se sirva autorizar que la Secretaría dé lectura a un documento.

El C. Altamirano: ¿Me permite una interpelación el orador?

El C. Oropesa: Diga usted.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Altamirano para interpelar al orador.

El C. Altamirano: Señor Oropesa: ¿Llama usted nimio, al referirse a esta casilla que está examinando, al detalle de que en la lista electoral o en él padrón no conste la palabra "votó"? Tuviera usted la bondad de decirme, si no está la anotación de la palabra "votó," ¿cómo sabe usted quiénes votaron y quiénes no en esa casilla?

El C. Oropesa: Contesto al diputado interpelante, manifestándole que más bien que yo es la honorable 4a. Comisión Dictaminadora la que en diversos dictámenes llama a esto nimio, ridículo, tonto, que no debe de tomarse en consideración, como voy a demostrárselo con la lectura de algunos dictámenes. Es la misma 4a. Comisión la que así se expresa, más bien que yo.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Ciudadano Presidente del Bloque Nacionalista de la Cámara de Diputados:

"La Comisión nombrada para estudiar el dictamen relativo al expediente del 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla, convino en su primera reunión, en aceptar como ciertos los hechos asentados en el acta final de la Junta Computadora, tanto porque la autorizaron con su firma los candidatos Leobardo Lechuga y Sabino Rodríguez por medio de su representante el licenciado Joaquín Oropeza, cuanto porque las protestas de estos señores, no niegan de ninguna manera los hechos consignados en el acta, sino que simplemente los comentan, según sus distintos intereses.

"Los candidatos Rodríguez y Oropesa, piden la nulidad de los votos emitidos en favor de la candidatura Lechuga, por haber sido registrada doce días después de cerrado el registro, o sean dos días antes de la elección, como consta por el certificado del libro de actas electorales que figura en el expediente. La Comisión Revisora de Credenciales, por su parte, declara en su dictamen que, "efectivamente la candidatura Lechuga, se registró extemporáneamente;" pero que como "de hecho jugó en la lucha electoral, deben computársele los votos obtenidos, pasando por alto la irregularidad."

"Los subscriptos difieren de semejante criterio, porque si bien es cierto que pueden pasarse por alto ciertas deficiencias, como la falta de firmas o documentos complementarios que en nada influyen en el proceso de una elección, no es posible admitirlas cuando por su origen vulneran la función electoral, como sucede con una candidatura que careciendo de los requisitos legales indispensables, entra en la contienda, demostrándoles a

las debidamente legalizadas, la inutilidad de atenerse a la ley. El requisito de registrar una candidatura, es lo que da derecho a las prerrogativas de la Ley, y si estas prerrogativas, se han de ejercer indistintamente por cualquier ciudadano, esté o no registrada su candidatura, resulta que el modo más fácil de acatar la ley, sería el no cumplirla.

"Por lo tanto, consideramos improcedente el que la candidatura Lechuga, sea tomada en consideración, pues carece originariamente de legalidad.

"La mencionada Comisión Revisora anula los votos de la casilla número 1 de Jicotepec, "por faltar el acta de instalación y firmas en el acta final de escrutinio." Las firmas que faltan, según se ve por el acta de la Junta Computadora, son las del escrutador y la del representante del Partido Nacionalista de México. Ninguna de estas faltas, que bien pueden calificarse de leves, está comprendida en el artículo 104 de la Ley Electoral y no afectan, por consiguiente, la validez de la elección.

"Nulifica también la votación de la casilla número 8 del mismo Municipio, "por no estar correcta la lista electoral;" y "porque las boletas no presentan huella de haber sido dobladas." La "incorrección" de una lista electoral, es también un motivo nimio para pretender anular los votos de toda una casilla y no se encuentra comprendido en el citado artículo de la ley. En cuanto al tan alegado motivo del doblamiento de las boletas, se ha propagado entre las Comisiones por el poco conocimiento que se tiene del verdadero significado del verbo doblar, que quiere decir: "aplicar una sobre otra, dos partes de una cosa flexible. Torcer o encorvar una cosa." (Diccionario de la Academia), sin que se entienda, por ningún concepto, que de tales operaciones deba quedar lo que se llama dobladura o doblez. Para guardar el secreto del voto, basta torcer la boleta hasta ocultar sus distintivos en el acto de ser depositada en el ánfora, sin que la Ley exija ni pretenda que esto se compruebe por medio de señal alguna que quede en la boleta. Así, pues, el que las boletas aparezcan sin huella de doblamiento, no es prueba de que se haya violado el secreto del voto, ni, en consecuencia, no existe la causa legal de nulidad.

"Siendo los votos de las dos referidas casillas, los únicos que pretende anular en su dictamen la Comisión Revisora y excluidos los de la candidatura Lechuga que juzgamos ilegales, viene aquedar el cómputo practicado por la Junta Computadora, restablecido en la forma siguiente: Diputado propietario, licenciado Joaquín Oropesa, 954 (novecientos cincuenta y cuatro) votos; Sabino Rodríguez, 789 (setecientos ochenta y nueve) votos. Suplentes: Froilán Canales, 969 (novecientos sesenta y nueve) votos; Antonio Lazcano, 793 (setecientos noventa y tres) votos.

"México, octubre 12 de 1918. - José Ferrel. - F. Martínez del Río."

El C. Oropesa: Tanto por la doctrina que encierra ese punto técnico de los señores licenciados Ferrel y Martínez del Río, cuanto porque de algo puede servir a la justicia que me asiste en estas elecciones, he querido que se dé lectura a este dictamen que no tuvo en el seno del Bloque Liberal Nacionalista ningún objeto, porque allí maniobras de los enemigos políticos míos impidieron que se llegara a examinar mi asunto, aun cuando tres veces fue leído el dictamen y tres veces se nos haya llamado a los oradores del pro y del contra, tres veces se frustró la discusión, viniendo ahora a esta tribuna el que habla y el expediente también, sin haber pasado antes por las manos del bloque.

Voy a citar algunas doctrinas de la 4a. Comisión Revisora de Credenciales afirmadas y sostenidas en otros asuntos referentes a esos motivos de nulidad que en el caso mío se invocan para descontarme votos y dar la credencial al señor profesor Rodríguez; solamente leeré los fragmentos, cuatro o cinco renglones de los dictámenes que todos vosotros podéis tener a la vista, dando a ustedes el número del "Diario de los Debates" y el Distrito Electoral a que se refiere el dictamen. Comenzaré por el dictamen relativo al 14 Distrito Electoral del Estado de Guanajuato. En el "Diario de los Debates," número 2, página 16, dice la 4a. Comisión de Poderes: "Salvo las deficiencias correspondientes a las casillas 8a., 17, 20, 21, 22, 30, 31, 33, 35 y 46, en las cuales se notó la falta de nombramiento de instalador; mas como quiera que no hubo protestas ningunas en contra de esas omisiones ni tampoco son éstas motivo legal de nulidad de los votos emitidos en favor de uno y otro candidatos contendientes, esta Subcomisión creyó pertinente computar esos votos."

Dictamen relativo a las elecciones del 12 Distrito Electoral de Jalisco, en el cual la misma Comisión dice lo siguiente: "Debemos advertir que la Junta Computadora no remitió la documentación relativa a sus labores, por lo que nosotros en obvio de tiempo, hicimos el cómputo general de los votos que en seguida detallamos." Está publicado este dictamen en el número 11 del mismo "Diario de los Debates," página sexta.

En el mismo "Diario de los debates" que acabo de citar, a propósito del dictamen relativo al 3er. Distrito Electoral del Estado de Zacatecas, dice la 4a. Subcomisión, dice el señor Presidente de la 4a. Subcomisión, licenciado Blancarte, en la discusión: "Creo que nadie puede decir que todos los expedientes vienen perfectos; si fuéramos a sujetarnos a la ley estrictamente, entonces, señores, no tendríamos Congreso; pero sí se ha procurado que donde se vea que solamente vienen deficiencias por la ignorancia de los encargados de organizar los trabajos electorales, ya formada la Mesa o los expedientes, se ha procurado, donde es simplemente por ignorancia, pasar por esas deficiencias y solamente referirse a aquéllas donde se ve que hubo realmente violación del voto."

En el mismo dictamen, en la misma discusión, el mismo Presidente de la 4a. Comisión, contestando a algunos de los oradores que objetaban su trabajo, sigue diciendo: "Se instaló la casilla fungiendo el instalador como Presidente, no teniendo voz ni voto para lo que se refiere a la instalación de la Mesa; así es que la interpretación que el doctor Siurob da me parece forzada, y en este caso, como no lo veo yo con la claridad con que él lo ve, la Asamblea será la que tenga que decir la última palabra. Yo interpreté con conciencia así el artículo

y por eso se computaron los votos; así es que no se está en el caso a que se refiere de la fracción VI del artículo 104, porque si se le da esa amplitud, como se pretende, volveríamos a lo que decimos: cuando una casilla se instala con cualquiera de las deficiencias con que vemos que se establecen en toda la República, entonces tendríamos que aplicar la misma sanción que dice el C. Siurob y no habría elecciones. Son, pues, nimiedades que no anulan la elección y por eso se computaron los votos.

El mismo "Diario de los Debates," repito, y la misma discusión, página 21 y

En el dictamen relativo al 5o. Distrito Electoral del Estado de Oaxaca, el Presidente de la Comisión, licenciado Blancarte, se expresó en la discusión en los siguientes términos: "¿Y por qué cuando no está comprobado un cargo se quiere aquí que por impresiones morales, que por impresiones de otro orden la Comisión dictamine? ¿Cómo se quiere que se sostenga un dictamen si las impresiones morales sólo debe tenerlas en consideración la Asamblea? Tenemos que distinguir entre el papel que representa la Comisión y el que representa un jurado como lo es aquí la Asamblea. La Comisión funda su dictamen cuando tras de sí tiene las pruebas para decir: Por esto lo hice, no por impresiones morales. ¿Qué, acaso las impresiones morales pueden bastarle a un individuo para defender su dictamen? ¿debe, como en los jurados populares, tener tras sí la ley y la prueba para decir: por esto lo hice y quien tiene que resolver en definitiva no es allí el jurado, como lo es aquí la Asamblea?" Y agrega todavía de una manera más determinante, el mismo licenciado Blancarte, en esa propia discusión lo siguiente: "No es el de un jurado popular que pueda por impresiones morales hacer un dictamen, es una Comisión técnica y debe fundar su dictamen con pruebas para venir a decir: Por esto lo hice, por mi convicción, porque mi parte interior está convencida de ello."

Sería interminable, señores miembros de esta Asamblea, la lectura de todos los dictámenes que se encierran en estos "Diarios de los Debates," referentes única y exclusivamente a dictámenes de la 4a. Comisión de Poderes, que ha opinando en otros asuntos de manera distinta a como opina en el caso del 18 Distrito Electoral del estado de Puebla, y no queriendo cansar vuestra atención, no queriendo fatigaros, pues no sigo con esta lectura que está resultando a este respecto tan cansada cuanto inútil. Habéis ya resuelto en muchísimos expedientes respecto de todas esas nimiedades, como que llama el licenciado Blancarte en uno de sus dictámenes a estas irregularidades habidas en las elecciones; de suerte que excusadme de leerlas y tened en cuenta que lo hago para no molestaros.

Otra de las protestas del señor Rodríguez que examinó al final del cuadro de esas mismas protestas la honorable Comisión Revisora, es la que se refiere a que una vez que terminó la Junta Computadora sus trabajos, el señor Leobardo L. Lechuga presentó cinco paquetes diciendo que llevaba encargo de los presidentes de las casillas de exhibirlos, porque ellos no podían llevarlos personalmente, en cumplimiento de la ley, por encontrarse enfermos, y pidiendo que la Junta Computadora, abriera los paquetes y computara los votos cuando la misma Junta ya había terminado sus labores, cerrado el escrutinio y hecho su declaración. La Comisión explicó que abrió los paquetes y que se encontró con que la documentación de las cinco casillas era enteramente igual hasta en su puntuación, habiéndose usado para ella, - lo habéis oído al leer el dictamen y voy a repetirlo yo, - hojas al carbón que se hicieron firmar a los presidentes de las mesas para remitir su documentación a la Junta Computadora; el propio dictamen lo dice. En consecuencia, abrió los paquetes que no debía abrir, porque no fueron por los conductos debidos a la Junta Computadora, y desecha toda la votación que era unánime a favor del Candidato que presentaba esos paquetes, Don Leobardo Lechuga. - "Practicada por nosotros la revisión, - dice el dictamen, - de dichos expedientes, se encontró que la votación es casi unánime a favor de la fórmula Lechuga - Lechuga Cabrera, que las boletas no tienen huella de haber sido dobladas, lo que demuestra que, indudablemente, se violó el secreto del voto; y, además, que dos actas que vienen agregadas, subscriptas por los Presidentes de dos de dichas casillas electorales, en que explican por qué no presentaron ellos los expedientes, son enteramente iguales, sin diferir en una sola sílaba, advirtiéndose que fueron hechas en máquina y usando papel carbón."

Sigue analizando la 4a. Comisión, en este dictamen que me ocupo de atacar, las protestas del C. Lechuga. El C. Lechuga también protestó por ese motivo de no haberse recibido los paquetes. Voy a rogar a la Presidencia se sirva autorizar que la Secretaría dé lectura a un documento pequeño, referente a la remisión de estos documentos.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

Al margen: "Estado de Puebla. - 18 Distrito Electoral. - Junta Computadora. - Villa Juárez, Puebla.

"Tengo la honra de remitir a esa Secretaría, 42 (cuarenta y dos) paquetes cerrados conteniendo los documentos relativos a la elección de diputados al Congreso de la Unión; un ejemplar del acta levantada al terminar el escrutinio; un inventario y demás documentos relativos al mismo asunto. Además también se remiten cinco paquetes cerrados que el C. Leobardo Lechuga, candidato a diputado, entregó después de haberse hecho el cómputo de la votación, sin que concurrieran los Presidentes de las mismas casillas a hacer su entrega y después de cerrados los inventarios.

"Suplico a esa honorable Secretaría, se sirva mandar acusar recibo del presente. - Respetuosamente. - Constitución y Reformas. - Villa Juárez, 6 de agosto de 1918. - El Presidente de la Mesa, Pedro Altamirano. - A la Secretaría de la Cámara de Diputados. - México."

El C. Oropesa, continuando: Clara y terminantemente se ve de este oficio del Presidente de la Junta Computadora, que después de haberse hecho el cómputo de la votación habían llegado esos paquetes a sus manos y entregados por quien no tenía facultades de entregarlos. La ley previene terminantemente en su artículo 82, que la entrega de esta documentación debe hacerse por conducto personal de los Presidentes de las casillas; el

conducto de uno de los que se llaman candidatos, no puede ser más sospechoso. Es ésta una de las protestas del C. Lechuga, y al ocuparme del registro de candidaturas de quienes en la lucha política nos empeñamos, voy a hacer presentes a la Asamblea los vicios de nulidad de la autopostulación "Lechuga Lechuga Cabrera," limitándome, por ahora, a leer un fragmento de un dictamen, que es pertinente por lo que se refiere a la entrega de esos documentos a los Presidentes de las casillas. Se trata del dictamen relativo al único Distrito Electoral de Colima, y en este caso quien dictamina es el 2o. Grupo de las Comisiones de Poderes, no es el 4o., a quien se refieren todos los demás dictámenes que antes he citado. Dice la Comisión:

"Cabe desde luego establecer que la obligación impuesta por el artículo 82 de la Ley Electoral a los Presidentes de las casillas electorales, de entregar personalmente los expedientes respectivos, es con el objeto de darles autenticidad a estos expedientes y tiende a evitar la confabulación de algún interesado con cualquier Presidente de casilla, para que eximiendo éste de ir a la Junta y de asumir la responsabilidad de la entrega del expediente, pueda impunemente enviarse a la Computadora un expediente falso, que decida la computación a favor de una persona, que de esta manera puede fraudulentamente adquirir una credencial.

"En consecuencia, los expedientes que en esta, como en otras elecciones, no hayan sido entregados como lo manda el artículo 82 de la ley mencionada, por los Presidentes de las casillas respectivas, carecen de autenticidad y la Comisión no puede, como no pudo la Computadora, saber si son legítimos.

"Según el acta de la propia Junta, se encuentran en este caso los expedientes relativos a las casillas denominadas: Los Ortices, Pueblo Juárez, Quizalapa, Las Trancas, Quesería y Camotlán, en los cuales debe anularse la elección, por carecer de autenticidad los propios expedientes, o mejor dicho, no deben de tomarse en consideración, por falta de existencia legal, pues fueron entregados, como ya se ha dicho, por personas extrañas a la Mesa de la casilla."

El C. Lorandi: ¡Está leyendo todos los "Diarios de los Debates"!

El C. Oropesa, continuando: El C. Lechuga presentó tres certificados de médicos para eximir a los Presidentes de las casillas de presentar estos paquetes electorales, fraguados por él y sus amigos, que la Junta Computadora no quiso abrir, que la Comisión dictaminadora abrió y que tuvo que desechar por el chanchullo encontrado. Esos tres certificados de médicos son falsos, porque no hay médico en la ciudad de Pahuatlán y, en consecuencia, la firma es enteramente falsa, es supuesta esa firma.

Venimos ahora al último capítulo de protestas que analiza la Comisión dictaminadora; son las referentes a mi representante y las que yo presenté. Es una de las cosas más curiosas de este dictamen lo que váis a oír: "Después de haber examinado con toda minuciosidad las protestas de los señores Rodríguez y Lechuga.....", habla la Comisión dictaminadora de protestas del candidato Oropesa y de sus representantes, pero sin hacer mención de las dos principales que yo formulé aquí en México, en vista de que estaban presentando otras protestas mis adversarios; una de ellas obra en el expediente y siento que la Comisión al dictaminar, no diga una palabra de ella; la otra ni en el expediente obra. Una se refiere a la votación de la casilla de Cuauneutla y voy a rogar al señor Presidente permita que la Secretaría lea este documento. No está en el expediente esa protesta; pero, afortunadamente, tengo doble la documentación. Voy a leer otro documento exactamente igual, que está entre los que yo he conservado..... (Voces: ¡Ya tiene el orador cinco horas hablando!)

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Los subscriptos, vecinos del pueblo de Cuauneutla, manifestamos ante quien corresponda que el Presidente Auxiliar de este pueblo, C. Otilio Vargas, ocultó las boletas para la elección de diputados, dejando solamente a la vista del público las correspondientes a los candidatos Leobardo y Alvaro Lechuga y las de los CC. Sabino Rodríguez y Antonio Lazcano, ocultando las de otras candidaturas e impidiendo por este medio, que ejerciéramos nuestros derechos. Ignorando los detalles de la ley, nos limitamos algunos vecinos a rayar diagonalmente las boletas que se nos proporcionaban, para inutilizar nuestro voto, y por la causa antes dicha tampoco protestamos en debida forma ante la Mesa Electoral, pero estamos dispuestos a comprobar nuestro aserto.

"Cuauneutla, a 30 de julio de 1918. - Ciro López. Miguel López. - Lucio Castillo. - Emiliano J. - Julián Yáñez. - Sidonio San pablo. - Rafael Yáñez. - Daniel Rangel. - Ángel Ortega. - Leandro Licona."

El C. Oropesa, continuando: Es esa una de las protestas que absolutamente no tuvo en cuenta la Comisión dictaminadora y fue entregada en propias manos a uno de los miembros de ella. Otra protesta a la cual tampoco se sirvió la Comisión dictaminadora, no sólo dar importancia, sino ni siquiera hacer mención de ella en el dictamen, es la que se refiere a la presión ejercida en el departamento Municipal de Tlacuilotepec por el Agente del Ministerio Público, llamado Atilano Ríos, quien fue representante de la fórmula "Rodríguez - Lazcano" y ejerció presión en seis casillas, obteniendo allí la mayoría la citada fórmula, por la mencionada presión. Respecto de esta protesta, debo deciros que no obra ni siquiera en el expediente; hay una copia al carbón, que yo conservo, y a la cual la Secretaría va a hacer el favor de dar lectura, con permiso de la Presidencia.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Señor Presidente del 4o. Grupo de la 1a. Comisión de poderes de la Cámara de Diputados.

"A la honorable Comisión que usted dignamente preside se ha turnado el expediente electoral del 18 Distrito del Estado de Puebla, en el cual obtuve una credencial legítima. En previsión de que alguno de los vencidos por mí en la lucha venga a objetar la elección y credencial citadas y por ser así de justicia, consigno mi protesta, por haber mediado presión de parte del Agente del Ministerio Público de Tlacuilotepec, en seis casillas del Departamento citado, pues fungió en ellas como representante de la candidatura Rodríguez Lazcano, y dichos votos deberán nulificarse, conforme a las fracciones II y III del artículo 105 de la Ley Electoral. Puedo

Justificar, si se estimare necesario, que el C. Ríos desempeñaba el cargo aludido de Agente del Ministerio Público, y del expediente consta que fue representante de la candidatura que he citado.

"Protesto a usted mis respetos.

"México agosto 23 de 1918. - Joaquín Oropesa."

El C. Oropesa, continuando: Para comprobar este motivo de protesta, solicité de los inmediatos superiores del Agente del Ministerio Público de Tlacuilotepec la constancia de haber sido dicho señor, en los momentos de la elección, Agente del Ministerio Público en el citado Departamento; solicité esta constancia por mensaje, del Agente del Ministerio Público de Huauchinango, que es el inmediato superior, así como del Procurador de Justicia del Estado de Puebla. El Procurados de Justicia del Estado de Puebla se vino a México antes de poder contestar mi mensaje y se dirigió a su segundo, el señor licenciado Ángulo, y aquí están los mensajes - contestación, tanto para mí, del Agente del Ministerio Público de Huauchinango, como la contestación que al Procurador le dirige su subalterno.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

Telegrama procedente de "Huauchinango, Puebla, 21 de septiembre de 1918. - Señor licenciado Joaquín Oropesa. - 3a. Carmen

"Agente subalterno en Tlacuilotepec, Atilano Ríos. - Recibe saludos. - Miguel A. Téllez."

Telegrama procedente de Puebla, Pueb., 21 de septiembre de 1918. - Licenciado Julio Mitchell. - 2a. del Dos de Abril número 28.

"Contesto su telegrama. Agente propietario y suplente Tlacuilotepec, Huauchinango nombrados este año, Atilano Ríos y Francisco Leyva.

"Afectuosamente, Mauro Ángulo."

El C. Oropesa, continuando: Ya véis, señores, con qué parcialidad la H. 4a. Comisión de Poderes se ha servido tratarme: da entrada a protestas, que en otros dictámenes absolutamente ha tenido en cuenta para nada, del señor Rodríguez y no estima dos protestas debidamente formuladas y justificadas por mí y de las cuales en el expediente ni una sola palabra ha querido decir.

Voy, para terminar la defensa de esta credencial... (Murmullos y siseos) Sírvanse ustedes tener la bondad de excusarme lo largo que he sido, pero ya toca a su fin mi insulsa peroración con la cual os he molestado. Voy, para terminar, decía, a referirme a una cosa esencial en esta elección, como en todas las elecciones que se verificaron el 28 de julio último para integrar el Congreso Nacional: la cuestión de registro de candidaturas; y es de capital importancia esto para mí, porque cuando yo me senté en las sesiones de Colegio Electoral allá en alguna de las altas curules, no me preocupa, como el doctor Uzeta, de quién de los campeones de la tribuna iría a atacar mi elección, sino que me hacía la pregunta de a quién podría corresponder el triunfo en las elecciones del 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla, de no ser a la fórmula que yo encabezaba y de la cual es suplente el coronel Canales. Me preguntaba eso porque uno de los requisitos esenciales para que pueda haber candidatura es el registro de ella, es la documentación previa a las elecciones, pues sin ese requisito no se puede ser candidato viable, ni puede estimarse una votación, si no es ajustándose a la ley. El registro de mi candidatura fue solicitado por el Vicepresidente del Partido Liberal Nacionalista de México, licenciado de la Garza, y por el Secretario del Partido, señor Gerónimo Hernández; y acompañaron a esa solicitud de registro de mi candidatura, el acta notarial expedida por el señor Notario Público Ruiz Godoy, respecto de la protocolización del Partido, con todos los requisitos de ley, en su archivo y el acta notarial que fue debidamente legalizada por el Gobernador del Distrito. El registro mío se hizo el día 14 de julio, día en que se cerraba el registro de inscripción de candidaturas en la cabecera del Distrito Electoral, ante el Presidente del Consejo Municipal; y ese mismo día registra su candidatura el profesor don Sabino Rodríguez, a quien da el triunfo la 4a. Comisión de Poderes, acompañando un mensaje del señor Ricardo Márquez Galindo, Presidente del Partido Liberal del Estado en que le decía que registraba la candidatura; mas no justificaron ni el señor Márquez Galindo ni el profesor Rodríguez que hubiera tal partido con arreglo a la ley, y que este Partido Liberal de Puebla hubiera cumplido con todos y cada uno de los requisitos de la Ley Electoral. (Voces: ¡A votar, a votar!) Se me ha dicho que es un Partido viejo, que es un Partido que ha figurado en las elecciones, que es un Partido que ha ganado varias candidaturas; absolutamente no obsta nada de esto para que ese Partido Liberal de Puebla hubiera tenido que ajustarse a los requisitos de ley al inscribir a un candidato. Los requisitos de ley son, como perfectamente bien lo sabéis, que esté formado por cien personas, que tenga Mesa Directiva, que esté protocolizado, que tenga periódico, órgano de publicación, etc. Y nada de esto ha justificado el Partido Liberal de Puebla. Adolece, en consecuencia, de un vicio la candidatura del profesor Sabino Rodríguez, porque no se justificó la existencia de ese partido. (Voces: ¡A votar, a votar!) La Presidencia del Departamento Municipal de Jicotepec...

El C. Lorandi, interrumpiendo: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Lorandi: Habiendo transcurrido la hora reglamentaria, tenga usted la bondad, señor Presidente, de interrogar a la Asamblea acerca de si concede que el orador siga en el uso de la palabra.

El C. Presidente: A la presidencia no se le escapa el precepto reglamentario a que alude Su Señoría el C. Lorandi; pero estima de equidad dejar al licenciado Oropesa que haga uso de la palabra en pro de su persona, ya que no tiene quien lo defienda. (Voces: ¡Que hable, que habla!)

El C. Oropesa, continuando: Doy las gracias por vuestra benévola condescendencia. He tropezado con tantas dificultades en este asunto... (Campanilla.)

El C. Prosecretario Aguilar: En votación económica se pregunta a la Asamblea si concede autorización al C. Oropesa para que continúe en el uso de la palabra. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se concede permiso al orador para que continúe en el uso de la palabra.

El C. Oropesa, continuando: Repito que doy las gracias a ustedes por vuestra benévola condescendencia. He tropezado con tantos inconvenientes para el análisis y discusión de la elección verificada en el 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla y en el cual se me otorga credencial legítima, que sería muy largo, cansadísimo, y a ello no me atrevo, relatar esa serie de peripecias que ha tenido mi expediente, porque ha habido hasta pérdida de documentos en el seno del Bloque Liberal Nacionalista, donde al fin no se llegó a ver mi asunto. Me ofrecieron bondadosos amigos tomar la palabra en defensa de mi credencial, entre ellos el señor licenciado Enrique Parra, el licenciado Alvarez del Castillo, el licenciado Martínez del Río y algunos otros; pero toca la casualidad de que ni el licenciado Parra, ni el licenciado Alvarez del Castillo, ni ninguno han concurrido a la sesión de hoy. No puede uno fácilmente ser médico de su propia enfermedad; no puede uno mismo defenderse como lo podría hacer persona extraña; y este es el último inconveniente con que he tropezado para el análisis de mi elección, encontrándome solo. Vosotros habéis tenido le deferencia de autorizar que siga en el uso de la palabra y voy a procurar ser breve en correspondencia; pero aún tengo que añadir unas palabras más respecto de las cuales solicito vuestra bondadosa atención. Probablemente este será el último documento al cual pido que se dé lectura, porque lo considero enteramente indispensable; y suplico a la Presidencia se sirva autorizar que la Secretaría lo lea. Este documento es copia certificada del registro de candidaturas existentes en el libro de actas del Ayuntamiento de Xicotepec. Tened la bondad de escuchar.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

Al margen un sello que dice: "Presidencia Municipal. - Villa Juárez. - Huahuchinango. - E. de Puebla."

"El C. Eliseo D. Cabrera, Presidente Constitucional del Consejo Municipal del Departamento de Xicotepec, Municipio de Huahuchinango, Estado de Puebla, certifica: que a fojas (17) diecisiete del libro de actos electorales de esta Oficina constan los asientos siguientes: "Año 1918. - Registro de candidaturas por el 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla.

"Número 1. - Julio 14. - Para diputado propietario, licenciado Joaquín Oropesa. - Para diputado suplente, coronel Froilán Canales. - Distintivo rojo.

"Solicitud del "Partido Liberal Nacionalista" de México, en escrito fecha 6 del actual. - Comprobante número 91.

"Número 2. - Julio 14. - Para senador propietario, C. doctor Daniel Guzmán. - Para senador suplente, C. licenciado Joaquín Oropesa. - Solicitud del "Club Electoral Benito Juárez," de esta localidad, en oficio fecha de ayer. - Para diputado propietario, licenciado Joaquín Oropesa. - Para diputado suplente, coronel Froilán Canales. - La misma solicitud del club indicado. - Comprobante número 93. - Aviso al Presidente Municipal de Puebla. - Número 92.

"Distintivo rojo. - Mismo del "Nacionalista" de México.

"Número 3. - Julio 14. - Para diputado propietario, profesor Sabino Rodríguez. - para diputado suplente, C. Antonio Lazcano. - Solicitud del Presidente del "Partido Liberal de Puebla", C. Ricardo M. Galindo, en telegrama de fecha de ayer y oficio igual fecha del C. Sabino Rodríguez. - Comprobante número 94. - Distintivo Rojo Negro.

"Número 4. - Julio 14. - Para diputado propietario, profesor Alfredo Aldana. - Para diputado suplente, C. Luis Cabrera. - Solicitud fecha de ayer subscripta por el señor Alfredo Aldana, como emanado del "Partido Nacionalista" de Puebla. - Distintivo amarillo. - En Villa Juárez, a las seis de la tarde del día 14 de Julio de 1918, queda cerrado el registro de candidatos. - Firmados: El Presidente del Consejo Municipal, Eliseo D. Cabrera. - Angel L. de la Vega. - Secretario. - Rúbricas.

"En seguida: "En Villa Juárez, a las (10) diez de la mañana del día (26) veintiseis de julio de 1918 compareció en esta Presidencia el C. Leobardo L. Lechuga, solicitando sea registrada su candidatura independiente a diputado propietario al Congreso de la Unión por este 18 Distrito Electoral, y la de su suplente, C. Alvaro Lechuga Cabrera, y expone cumplir hasta hoy este requisito a causa de haber conocido la ley respectiva el día 22 del actual, y ofrece presentar mañana el acta en que constan las cincuenta firmas de los ciudadanos que apoyan dichas candidaturas, a la cual se refiere el artículo 107 de la Ley Electoral vigente. En cuya constancia se asienta la presente acta." Firmados: El Presidente del Consejo Municipal, Eliseo D. Cabrera. - Leobardo L. Lechuga. - Angel L. de la Vega, Secretarios." - Rúbricas.

"Y para los usos que correspondan, expido el presente en Villa Juárez, a doce de agosto de mil novecientos diez y ocho. - Presidente del Consejo Municipal, Eliseo D. Cabrera. - Angel L. de la Vega, Secretario."

El C. Oropesa, continuando: Acabáis de oír, señores, la razón que se vio obligada a sentar la autoridad municipal de Jicotepec, a instancias de don Leobardo Lechuga, y cuya razón, puesta el 26 de julio, es decir, dos días después de que se cerró el registro de candidaturas y dos días antes de la elección, cuya razón, repito, en manera alguna puede ser registro de candidatura.

Voy ahora, para terminar.... (Murmullos. Siseos.) Son cuatro o cinco fragmentos de dictámenes de la 4a. Comisión de Poderes, referentes precisamente a este vicio de nulidad de registro de una candidatura.... (voces: ¡Ya, hombre! ¡A Votar, a votar!), y con ello daré fin a mi cansada requisitoria. (Aplausos.)

En el dictamen relativo al 1er. Distrito de Nuevo León, número 2 del "Diario de los Debates," páginas 23 y 24 asienta la Comisión lo siguiente:

"Protesta el C. Ayala Villarreal ante la Junta Computadora, por el hecho de haber sido comprendidas en el cómputo, boletas del "Partido Constitucionalista Neolonés," pues en concepto del protestante, no debió este partido presentar boletas ni tener participación alguna en las elecciones, por no haber cumplido con los requisitos prevenidos en el artículo 106, fracción VI, de la Ley Electoral vigente. La protesta de que se trata también es enteramente infundada, pues aparece del expediente que existe una contraprotesta firmada por el C. R. Garza, en la que manifiesta que sí cumplió el

partido Constitucionalista Neolonés" con el requisito legal mencionado y, al efecto, y como prueba de su aseveración, adjunta los ejemplares correspondientes del periódico "El Combate," órgano del partido mencionado."

En este caso, señores, el requisito que faltaba al partido con arreglo a la ley era el de no haber exhibido su órgano de publicación; lo exhibe la persona que presentó la contraprotesta, y entonces sí dice la Comisión: "No cabe la protesta, está arreglado y requisitó bien el partido su personalidad." (Voces: ¡A votar, a votar!) En el caso del 3er. Distrito de Zacatecas, que fue tan debatido en esta Asamblea, se trataba del doctor Jairo R. Dyer; la 4a. Comisión de Poderes se expresó así, por voz de su Presidente, en la página 19:

"El señor Dyer Jairo tuvo estas irregularidades: primero se registró en Sobrerete, cuando la cabecera, desde el día 9, se había designado en Fresnillo; después, en las gestiones que hizo para que se registrara su candidatura, no lo consiguió y, por lo mismo, la Comisión también consideró que no debería ser válido ese registro."

En el caso del 5o. Distrito Electoral del Estado de Oaxaca, la propia Comisión de Poderes se expresa así. No es la Comisión, señores, la que en su dictamen se expresa en los términos que voy a leer; es el Presidente de la misma, señor licenciado Blancarte, en la discusión, y dice lo siguiente: "¿No se necesita que en la cabecera del Distrito se haga la inscripción como lo dispone la ley.... misma ley señala."

"No se necesita que en la cabecera del Distrito se haga la inscripción como lo dispone la ley, llenando los requisitos del artículo 106?. ¿Al Presidente de cabecera de Distrito le basta que sepa por otros medios que existe un partido o se necesita que se llenen todos los requisitos que la ley señala".?

Ignoro por qué había cortado la lectura de esta opinión del señor licenciado Blancarte y la sigo leyendo:

"Así es, pues, que no podía la Comisión tomar como presión oficial el que se rehusara el Presidente Municipal a inscribir la candidatura, porque claramente se vio que si no la registró, lo hizo por esas causas. Cuando se llenaron los requisitos, un día antes, le inscribió la candidatura."

Alegando el C. Lechuga, como habéis visto en ese pretendido registro de su candidatura, la ignorancia de la ley, dice que la conoció hasta el 22 de julio; a lo cual debo contestar y hacer del conocimiento de esta Asamblea que el C. Lechuga estuvo aquí todo el mes de junio y hasta el 20 de julio salió para Pahuatlán; estuvo alojado en "Casa Blanca" y conoció la ley el mismo día en que se expidió; aquí le hicieron sus boletas y, sobre todo, otra cosa, no ya que ha mentido a ese respecto, sino lo que muy bien dice el Presidente de la 4a. Comisión de Poderes en otro dictamen, que será el último que cite yo, en lo referente al 6o. Distrito de Guerrero, "Diario de los Debates," número 5, página 4, cuando dice: "Las leyes federales de observancia general en toda la República, deben surtir sus efectos desde el momento que se publican y se dan a conocer en el "Diario Oficial" de la Federación," lo que se hizo oportunamente, como a todos consta, con la ley Electoral vigente." (Voces: ¡A votar, a votar! ¡Ya, ya! Aplausos. Campanilla.)

He tenido, señores, hasta la poca fortuna de haberos cansado demasiado..... (aplausos); he tenido la necesidad de haber agotado la discusión de esta credencial, tanto porque fui a la lucha animado de las mejores esperanzas y obtuve un triunfo legítimo en el campo electoral, allá en las casillas de Villa Juárez, Pahuatlán, Tlacuilotepec y Xicotepec, cuanto porque era un deber mío corresponder a mis comitentes con la defensa de la elección que hicieron. Toca a vosotros resolver en definitiva sobre el dictamen que vuestra rectitud se consulta; pero antes que votéis en relación a ese dictamen, servios tener en cuenta las razones que traiga a esta tribuna la Comisión Dictaminadora, contestando a los argumentos de peso, de antecedentes, de ley y de justicia que acabo de citar. Vendrán quizá algunos oradores sosteniendo el dictamen; tened la bondad, también, de pesar, al igual que las mías sus razones para, en justicia, otorgar la credencial que corresponde al 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla a quien en conciencia creais vosotros que ha ganado esa elección.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Silva Pablo.

El C. Silva Pablo: Ya está cansada la Asamblea y el señor licenciado Oropesa casi estuvo a punto de terminar la defensa de su credencial hasta el próximo período; ya no voy a ocupar mucho la atención de ustedes. El señor doctor Quiroga decía ayer que había causas malas en apariencia porque estaban conforme a la justicia y conforme a la Ley.

Aunque el señor licenciado Oropesa, según me dicen, ha manifestado que ya tiene la votación arreglada, creo yo que esto no sea una de esas causas a que se refería el señor Quiroga, porque tengo el convencimiento de que en cada uno de los tres bloques que existen en esta Cámara, existe un número suficiente de ciudadanos honrados, de criterio independiente, que en el momento de la votación formarán una mayoría que aplastará a esta minoría de incondicionales que traen, según esto, ya una consigna a este respecto.

Estamos ya casi para terminar la discusión de credenciales y no se ha presentado a nuestra consideración un caso como el que nos ocupa, en el que todo un Ayuntamiento, toda una administración oficial de la manera más desvergonzada, de la manera más descarada, de una manera grosera se ha atrevido a congregarse para fundar un club, el que únicamente tenía por objeto la postulación y el sostenimiento de la candidatura del señor licenciado Oropesa; es por esto, señores, que en un caso único que se nos ha presentado hasta ahora, debemos aplicar estrictamente el criterio legal. El señor licenciado Oropesa adquirió la credencial como candidato del Partido Liberal Nacionalista de México y se trasladó al pueblo Villa Juárez, cabecera del décimo octavo Distrito Electoral del Estado de Puebla, a hacer su registro y sabiendo la impopularidad de que goza este señor licenciado, sabiendo que es perfectamente desconocido allí, tuvo necesidad de recurrir a medios que le dieron el probable triunfo y estos medios fueron los de congregar al Presidente del Municipio, a su secretario, a cinco regidores, al juez de paz, al juez correccional y a todo el

personal de esos juzgados y a sus parientes que tiene allí, para formar cincuenta ciudadanos que, congregados en ese club, lo postularon y se comprometieron a sostener su candidatura. A este club lo denominó atrevidamente el señor licenciado Oropesa "Club Benito Juárez", digo atrevidamente el señor licenciado Oropesa le dio este nombre, porque en la población de Huahuchinango, en una ocasión en que el 21 de marzo fue viernes santo, las autoridades invitaron al señor licenciado Oropesa para que fuera a la ceremonia cívica que se verificaba en honor del señor Juárez y el señor Oropesa dijo que cómo en viernes santo se iba a hacer una ceremonia en honor del señor Juárez. Esto, señores, revela naturalmente cuál es el criterio del señor Oropesa, cuáles son las tendencias y cuál es el amor a los héroes de la patria. Esto basta para comprobar, con la actitud que ha asumido aquí y hasta con algunas palabras que pronuncio, su credo religioso. El señor Oropesa dice..... (Voces: ¡A votar, a votar!) Voy a terminar, señores.... (aplausos) voy a terminar, señores.... (aplausos) voy a terminar, señores.... (Aplausos. Campanilla.) Voy a terminar, señores, porque creo que ya la Asamblea está cansada. Estas elecciones deben ser nulas enteramente, porque toda una administración en masa postuló, ayudó, propagó e hizo presión, naturalmente por el C. Oropesa; por este motivo es nula toda la elección de este señor licenciado (Aplausos. Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Altamirano Manlio Fabio.

El C. Lorandi: Señor Presidente, inmediatamente después del señor Pablo Silva estoy inscrito yo, así es que en caso de que alguien hable me corresponde a mí ese derecho.

El C. Presidente: Acaba de hablar el C. Silva en pro del dictamen, y la Presidencia cree que le corresponde hablar al señor Altamirano.

El C. Lorandi: ¡Ah, usted dispense.!

El C. Altamirano Manlio Fabio: Señores diputados y presuntos: Voy a ser extremadamente corto (voces: ¡A votar, a votar!), y suplico a los señores compañeros que dicen a votar, que así como tuvieron paciencia para escuchar el discurso de más de dos horas del señor licenciado Oropesa, tengan la paciencia suficiente para oírme siete u ocho minutos.

Creo yo que la Comisión dictaminadora está en un error en el número de votos que atribuye a cada uno de los candidatos. Yo acepto de antemano todas las casillas que nulifica la Comisión en contra del señor Lechuga; no voy a meterme a examinar ninguna de estas casillas, porque no lo necesito. Nulifica la Comisión al señor Lechuga, que viene en segundo lugar en el dictamen, las casillas siguientes: "1a. y 8a. de Jicotepec o Villa Juárez, y 14, 15, 16, 17 y 24 de Pahuatlán."

La suma de votos de todas estas casillas nos da 397 votos; ahora la Comisión Revisora acepta de antemano los 805 votos que trae el señor Lechuga, conforme a la Junta Computadora, pero no le acepta los paquetes electorales que el mismo señor Lechuga entregó a la Junta Computadora; estas casillas son perfectamente nulas y las considera la Comisión Revisora así; por consecuencia, los 805 votos que trae el señor Lechuga, más los 402 de las casillas que no le admite la Comisión, dan 1,207, de los 1,207 restan los 397 que fundadamente le anula la Comisión Revisora, y resultan 810 votos, es decir, 14 votos más que el señor Rodríguez. Yo suplico a la Comisión Revisora que me haga las aclaraciones del caso, porque, conforme a este cómputo, y fundándome únicamente en los datos que me da el mismo dictamen de la Comisión, resultan 14 votos más en favor del señor Lechuga, que viene en segundo lugar y no del señor Rodríguez.

El C. Blancarte: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión para contestar.

El C. Blancarte: Toda la objeción del señor Altamirano se funda en la omisión de una enumeración, en lugar de decir la 14, 15, 16, 17, se omitió. Yo estaba haciendo este dictamen probablemente en condiciones un poco delicadas de salud, se me olvidó enumerar una casilla; así es que la falta de enumerar una casilla es lo que da motivo a la argumentación del señor; así es que no es otra cosa, aquí está perfectamente, son 424 votos los que se anulan al señor Lechuga por las casillas que él mismo llevó y que la Junta Computadora no quiso recibir. Así, pues, es cuestión de error, falta de enumerar una casilla, pero no de rebajar, sino de enumerarla en el dictamen.

El C. Altamirano: Suplico al señor Blancarte, si no tiene inconveniente, se sirva enumerarme las casillas que nulificó al señor Lechuga, para demostrarle que el señor Lechuga tiene mayoría de votos.

El C. Blancarte: Pido la palabra, para contestar.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para contestar.

El C. Blancarte: Para contestar detalladamente al señor Altamirano, voy a decirle cuáles fueron las casillas que se nulificaron y los votos que obtuvo el señor Lechuga: la 1a. casilla de Villa Juárez, que tiene 5 votos; la 14 de Pahuatlán, que tiene 56; la 15 de Pahuatlán, que tiene 96; la 16 de Pahuatlán, que tiene 96; la 17, que tiene 96; la 28, que tiene 60; la 8 de Villa Juárez, que tiene 18, una de 2 votos, me parece que es la 5a. de Tlacuilotepec.

El C. Altamirano: ¿Esas son todas?.

El C. Blancarte: Sí señor.

El C. Altamirano: Sigo en el uso de la palabra, señores diputados. La Comisión nos ha dado la lista detallada de las casillas que nulificó al señor Lechuga y, conforme a ese detalle, resulta que se nulificaron 429 votos, que restados de los 1,207 votos que el señor Lechuga obtuvo en toda la elección, nos quedan 778 votos, es decir, dos votos más sobre el señor Rodríguez. Sigo aquí la discusión, señores, hasta que no me demuestre la Comisión Revisora que hizo efectivamente las cuentas como deben hacerse.

El C. Blancarte: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Blancarte: El señor Altamirano al principio decía que el error estaba en que le rebajábamos más votos al señor Lechuga y ahora, para salir avante, le da una votación de más de lo que tiene en las casillas; sólo tiene 1,149 votos, y la Comisión no puede dar más votos que los que están en los expedientes.

El C. Altamirano: El señor Presidente de la Comisión no está en lo justo, por esto la Comisión acepta de plano los 805 votos que trae el señor Lechuga en la Junta Computadora, y haciendo un total de todos los votos antes de empezar a estudiar los expedientes, toma como buenas todas las casillas que nulifica para estudiarlas después y entonces, conforme a este criterio de la Comisión, deben resultar 1,207 votos y no 1,149, como asienta la Comisión; pero para mayor claridad, porque aquí se trata de error de números, cuyo error debe subsanarse conforme a los datos exactos de las casillas electorales, pido a la Comisión que se sirva mostrarme las listas de escrutinio, a fin de tomar de allí los números que deben servirnos de base para dilucidar este punto, únicamente numérico. Señores diputados: yo creo que estamos haciendo en estos momentos un trabajo que la Comisión dictaminadora tenía obligación de haber hecho y rectificado allá en el secreto de su despacho o en la Sala de Comisión..... (voces: ¡Sí lo hizo!), y no en esta Asamblea. Yo estoy seguro, señores, que hay error de números en este asunto, porque la Comisión me da un conjunto de cuentas aquí que es imposible examinar en este momento, ante esta Honorable Asamblea. En consecuencia, señores diputados, yo pido a ustedes un voto reprobatorio para el dictamen, a fin de que la honorable Comisión se sirva rectificar sus cuentas, las cuales ya debían de estar rectificadas desde luego que presenta su dictamen a esta Honorable Asamblea, y yo he demostrado que no están rectificadas. (Voces: ¡A votar, a votar!.)

El C. Contreras: Para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Contreras, de la Comisión: El señor licenciado Altamirano de muy buena fe ha subido a la tribuna con datos numéricos enteramente falsos. La Comisión le proporcionó una lista detallada con el número de votos obtenidos en cada casilla, y tiene a su disposición esa lista el señor Altamirano para rectificar la suma y convencerse de que no hay error. La Comisión ha hecho el trabajo a que se refiere el Señor Altamirano, de confrontación, con toda escrupulosidad; por lo tanto, no hay ningún error que corregir en el dictamen, que es enteramente justo. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Lorandi.

El C. Lorandi: No voy a defender ya el dictamen, porque esa defensa se encargó de hacerla el señor Oropesa. Por lo que respecta a lo dicho por el señor Altamirano, pues aquí se encontró en tal barullo que no supo cómo salir de él y a la postre atacó a la Comisión, sin ton ni son. (Voces: ¡A votar, a votar!) sin querer cansar a la Asamblea y tomando en consideración que su ánimo está perfectamente bien inclinado en favor del dictamen, renuncio a hacer uso de la palabra, esperando que en esta vez su voto sea en favor de un viejo profesor pensionado por más de treinta años de servicios en el estado de Puebla.

El C. Oropesa: Pido la palabra. (Voces: ¡A votar, a votar! Siseos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Oropesa. (Voces: ¡A votar!)

El C. Oropesa: Respetable Asamblea: Vuelvo a molestar vuestra atención, ya muy cansada, pero esto ha sido necesario porque he sido víctima de un ataque injustificado de parte del doctor Silva.

Quiero que me haga favor la Presidencia de que la Secretaría lea este documento. Tened la bondad, señores, yo os lo suplico, de fijaros en esta plancha de "Quite de la Logia Lealtad," que se me expidió el 22 de noviembre de 1910, justamente hace ocho años, para ir a fundar, en unión de ocho maestros masones más, la logia "El Pensador Mexicano," que tuvo por objeto exclusivo trabajar en favor de la Revolución Maderista. La plancha aquí está, puede ser recorrida y vista por todos ustedes. (Voces: ¡Qué plancha! Risas.) Así se llama, señores.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Nos.

"Nos Ven... Maest... Dignidades y Oficiales de esta Resp... Log...

"Certificamos: que nuestro M... Q... H... Joaquín Oropesa, natural de ........ Estado de ........ de edad de........ años, es miembro activo de esta Resp... Log... y ha concurrido con toda regularidad y exactitud a sus trabajos, desempeñando con eficacia los que se le han encomendado; que al separarse de esta Log... lo hace con el pleno goce de sus derechos mas... sin encausamiento, y sí, con el amor y cariño de todos sus HH... dejando cubierto el tesoro de ella.

"Por tanto suplicamos a todas las LLog... nuestras hermanas, que le admitan a los trabajos de su edad y que le concedan ayuda y protección, ofreciendo las mismas reciprocidades a nuestros HH... que se presenten con igual recomendación.

"A cuyo fin le expedimos el presente certificado de quite con privilegio, firmándolo de nuestro puño y sellándolo con el sello de la Resp... Log... habiéndole hecho firmar el Ne Varietur al margen.

"En el Or... de México, a los 22 d... del mes de noviembre de 1910. (E...V...)

"El Ven... Maest... (Firma ilegible.) - El Prim... Vig... (Firma ilegible.) - El Seg... Vig... G. de B. Vélez. - El Tes... Ireneo Rojas. - el Orand... (Firma ilegible.). - El Sec... (Firma ilegible.)"

El C. Oropesa, continuando: Aquí tenéis al mocho a que se ha referido el señor doctor Silva; él jamás podrá presentar aquí un documento de esta naturaleza, señores. Si le descubrimos, si le abrimos la camisa al señor doctor y la camiseta, posible es que nos encontremos escapularios y rosarios. Por otra parte, yo no podría dar mayor importancia a lo que dijo el doctor Silva, porque es bien conocido para nosotros el doctor Silva. Voces: ¡Pruebas, pruebas!) Tuvo aquí el doctor Silva la audacia de calumniar al general Medina, y en el mismo "Diario de los Debates," número 39, página 24, el mismo doctor Silva dice: "Mis respetos al general Medina, mi gratitud por haberme salvado la vida, pero mi reproche....." etc. Ese ese, ya le conocéis. Por otra parte, no se me habían pedido antecedentes a mí de creencias ni de política, ya la plancha está justificando que no soy el mocho (risas), que ha querido pintar el señor doctor Silva. Ahora, señores, la Secretaría......

El C. Silva Pablo, interrumpiendo: Para una interpelación.

El C. Oropesa: No lo permito. La Secretaría

tendrá la bondad de leer el encabezado de este periódico y quién es su director y la fecha del mismo.

El C. Prosecretario Aguilar Pablo. "Número 6.-H. Veracruz, enero 16 de 1915,- El Constitucionalista. - Periódico Oficial de la Federación. - Director: licenciado Joaquín Oropesa."

Número 1 del mismo periódico. "Director: licenciado Joaquín Oropesa."

El C. Oropesa, continuando: Que el 14 de diciembre de 1914, señores, cuando era órgano de la Revolución el periódico oficial, fui de los primeros que siguieron al Primer Jefe a Veracruz, tuve esa satisfacción y allí en Veracruz, además de ese cargo, desempeñé otros, desempeñé la Jefatura de la Secretaría de Justicia a la separación del licenciado Escudero y Verdugo. No creía necesarios estos antecedentes, pero se me ha obligado a hablar de mi persona, lo cual no me gusta, porque prefiero seguir el refrán antiguo de que mis hechos digan quien soy y no mis palabras... (Voces: ¡A votar, a votar!) Creo pertinente, señores, ya que se mueven asuntos personales, decir algunas palabras más apropósito de esta elección... (Voces: ¡A votar, a votar! Siseos.) Es bien corto. Hace veinte meses trajo al Senado el licenciado Felipe T. Contreras, de Puebla, una credencial, fue objetada ésta por miles de personas del Estado en un memorial, iba hasta en un libro encuadernado y traía doce mil firmas; yo puse un memorial pequeño, lo traigo aquí, señores, ¿para que leerlo? estáis cansados. Firmé: Joaquín Oropesa, la credencial aquí fue rechazada, forma parte de la Comisión 4a. de Poderes el señor licenciado Luis Felipe Contreras, hijo de aquel abogado, no hago cargos sin justicia, ignoro, señores, pero vosotros podréis aquilatar si esta es la correspondencia del abogado poblano a mi objeción a su credencial en aquella fecha. Lo único que sí sé que puedo aseguraros y no se me podrá desmentir, es que el señor licenciado Blancarte, Presidente de esa Comisión, dijo en el seno de una reunión: "Lo único que nos ha dicho el señor licenciado Luis Felipe Contreras ha sido lo siguiente: creo que el licenciado Oropesa no es de los nuestros" sin que haya precisado el señor Blancarte qué cosa entendió él por esta insinuación, ni tampoco mucho menos cuál haya sido el espíritu de esa insinuación, pero en el ánimo del señor Contreras...

El C. Aguirre León, interrumpiendo: Pido la palabra como miembro de la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Aguirre León, de la Comisión: Hago presente a toda la Asamblea que el dictamen primitivo que se emitió sobre las elecciones efectuadas en el 18 Distrito Electoral de Puebla, el que habla lo formuló a favor de la fórmula Rodríguez - Lazcano. Posteriormente ese dictamen se retiró a moción de no sé que personas y volvió al seno la Comisión, se volvió a emitir otro segundo dictamen en el mismo sentido que el primero, formulado por el señor licenciado Blancarte. Por tal motivo, el licenciado Luis Felipe Contreras nada ha tenido que ver con este expediente sino simplemente sancionar con su firma lo hecho por nosotros después de haber revisado los dictámenes. Por tal motivo considero infundadas e injustificadas las aseveraciones que acaba de emitir el señor licenciado Oropesa, en contra. (Aplausos.)

El C. Oropesa, continuando: Esas aseveraciones no veo yo en que puedan estar injustificadas cuando he dicho: "no sé, señores, no hago un cargo sin justificar lo que digo," esto es, que el señor licenciado Blancarte en una reunión dijo: "El señor licenciado Luis Felipe Contreras nos ha dicho como única cosa: creo que el señor licenciado Oropesa no es de los nuestros" esto es lo que he dicho. Por otra parte, el señor Contreras....

El C. Blancarte, interrumpiendo: Para una interpelación al orador. ¿Cuándo y a quién le he dicho esas palabras.?

El C. Oropesa, continuando: En la sesión del 12 de septiembre en el seno del Bloque Liberal Nacionalista, en ese lugar que ocupa usted, señor licenciado, y cuando yo hacía relación de las mil peripecias que había yo tenido en mi elección en aquel lugar, el doce de septiembre.

El C. Blancarte: Pido la palabra. Yo suplicaría al señor licenciado Oropesa que narrara todos los hechos y no los tome truncos, porque eso yo no lo considero bien intencionado. Recuerde el señor Oropesa que cuando hizo ataques a la personalidad del señor Luis Felipe Contreras, le manifesté que el señor Luis Felipe Contreras fue el último con nosotros en estudiar el expediente para ver si estaba de acuerdo con el criterio que nos habíamos formado. Hizo el estudio y entonces dije al señor Contreras, "lamento que legalmente no podamos ayudar a Oropesa, porque creo que de las personas que se discuten en este dictamen parece ser el mejor elemento" y entonces me dijo el señor Contreras con palabras que no puedo precisar pero son más o menos éstas: "no creo que ha de ser tan de los nuestros." De suerte que esto en palabras aisladas sí puede significar algo, pero debo hacer presente que yo lamentaba que no pudiera ser el dictamen en favor del señor Oropesa, y afirmando que no había ninguna parcialidad.

El C. Oropesa, continuando: Pero recordará también el señor Blancarte que al igual de mi caso, en el caso del C. Zavala y en el caso de otros ciudadanos que traían credencial y a quien la 4a. Comisión de Poderes se las quitaba, al igual que en mi caso decía en el seno del Bloque, me parece mejor elemento aquél a quien le quitamos la credencial, es más inteligente, es más simpático, decía, (Voces: ¡Huy!) pero la justicia, la ley le obligaba a emitir así el dictamen. (Voces: ¡A votar, a votar, a votar!) Para terminar, señores. Cuando el señor doctor Siurob hizo inculpaciones al señor Palacios Moreno, decía el doctor Siurob: "recuso al señor Palacios Moreno en mi causa porque voy a atacar su credencial" y tuvo el rasgo el señor Palacios Moreno, que ha sido tan vilipendiado aquí, de decir: "me excuso, señores" y el señor Contreras no debió esperar que yo atacara a su padre en el Senado como candidato, sabía que lo había yo atacado y tenía la obligación de excusarse. Estimad vosotros estos hechos como a bien tengáis, ya es inútil seguir, está cansada la Asamblea y solamente al bajar de la tribuna espero confiadamente en vuestra recta justificación.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Molina. (Siseos. Voces: ¡No, no!.)

El C. Molina Constantino: Renuncio al uso de la palabra. (Aplausos.)

El C. Prosecretario Aguilar: No habiendo más oradores inscriptos ni en pro ni en contra, se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se considera suficientemente discutido.

El C. Méndez Benjamín: Pido votación nominal para el segundo punto.

El C. Oropesa: Pido votación nominal.

- El mismo C. Prosecretario: Se va a dividir el dictamen poniéndose a votación económica la aprobación de la primera parte que dice: "Son válidas las elecciones para diputados al Congreso de la Unión verificadas el 28 de julio próximo pasado en el 18 Distrito Electoral del Estado de Puebla."

En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se aprueba el primer punto.

En votación nominal se consulta la aprobación del segundo punto, que dice: "Son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado Distrito Electoral, los CC. Sabino Rodríguez y Antonio Lazcano.

El C. Secretario Lorandi: Se procede a la votación nominal.

El C. Secretario Pesqueira: Por la afirmativa.

El C. Secretario Lorandi: Por la negativa.

(Se tomó la votación.)

El C. Secretario Pesqueira: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar?.

El C. Secretario Lorandi: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? Se procede a la votación de la Mesa.

(Se recogió la votación.)

El C. Secretario Lorandi: Votaron negativamente los siguientes CC.: Aguilar Antonio, Aguirre Vito, Altamirano, Arriaga, Casas Alatriste, Castilleja, Castillo Nájera, Díaz Infante, Espinoza y Elenes, Fuentes Barragán, García Ruiz Ramón, Garza Candelario, González Galindo, Guerrero, Gutiérrez Atanasio, Gutiérrez de Velasco, Lanz Galera, Leal Mariano, López Ponciano, Macías Juan E., Medina, Mena, Méndez Benjamín, Ocampo, O'Fárrill, Olivé, Oropesa, Peña, Pérez Carbajal, Pérez Vela, Quiroga, Ruiz Martínez, Rivera Castillo, Roaro, Rojas Rafael, Ruiz H. José María, Ríos Landeros, Vadillo, Valladares, Velásquez Juan, Velásquez López, Villalobos, Villela y Zavala Leobino.

Total, 44 ciudadanos diputados y presuntos.

El C. Secretario Pesqueira: Votaron afirmativamente los CC. Anda J. Guadalupe, Aguilar Pablo, Aguirre León, Alarcón, Alencaster Roldán, Angeles Carlos L., Araujo Emilio, Araujo Francisco, Arlanzón, Avilés, Angeles Genaro, Barragán, Basáñez, Blancarte, Bouquet, Bravo Izquierdo, Bravo Lucas, Breña, Cabrera, Camarena, Cancino, Castillo David, Castillo Garrido, Castro Alfonso, Céspedes, Contreras Luis Felipe, Cornejo Francisco, Chablé, Chávez M., Esparza, Espinosa Bávara, Espinosa Luis, Fernández Martínez, Fernández Miguel B., Fierro Manuel Ignacio, Flores Manuel H., Franco, Galindo Carlos, García José Guadalupe, Gómez Gildardo, Gómez Noriega, González Jesús N., González Marciano, Gutiérrez Orantes, Huerta, Iturralde, Jiménez, Lara, León, Lomelí, López Emiliano Z., Lorandi, Maceda, Macías Ruvalcaba José, Madrid, Malpica, Mancisidor, Márquez Galindo, Martínez Ignacio, Moctezuma, Molina, Navarro, Pastrana Jaimes, Padrés, Paz, Pesqueira, Ramos, Rodríguez de la Fuente, Rodríguez Matías, Romero Cepeda, Rosas, Ruiz de Chávez, Ruvalcaba J. Guadalupe, Saldaña, Sánchez Salazar, Silva Federico, Silva Pablo, Soto José M., Soto Peimbert, Soto Rosendo A., Suárez, Tello, Tejeda Llorca, Toro, Torre Rómulo de la., Treviño, Trigo, Torres Garza, Uzeta, Valadez Ramírez, Vásquez Genaro V., Verástegui Franco, Verástegui José, Villaseñor Salvador y Zincúnegui Tercero.

Total, 96 votos.

El C. Secretario Lorandi: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que: son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el 18o. Distrito Electoral del Estado de Puebla, los CC. Sabino Rodríguez y Antonio Lazcano.

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"Tehuantepec, noviembre 14 de 1918. - Ciudadano Presidente de la honorable Cámara de Diputados. - México. - Muy respetable señor:

"Con fecha 11 del actual y con motivo de las noticias que la prensa capitalina trajo a ésta, sobre la resolución dada por la Honorable Cámara Nacional a la credencial que se llevó de ésta el señor C. Rivera Cabrera, el subscripto, Presidente del "Club Antirreeleccionista Francisco I. Madero," con todos los ciudadanos que calzan la presente, nos permitimos dirigir a usted el siguiente telegrama:

"Enterados del edificante acto de justicia llevado a cabo por Honorable Cámara Nacional, en sesión del día 2 del actual, rechazando la falsa credencial de Rivera Cabrera, nos apresuramos a enviar a Honorable Asamblea nuestra sincera y respetuosa felicitación, pues voluntad del pueblo ha sido respetada y ley cumplida."

"Al confirmar el telegrama de referencia, nos permitimos manifestar a usted y a esa Honorable Asamblea que la noticia de la desaprobación de la credencial de Rivera Cabrera ha sido recibida con placer por el pueblo tehuantepecano, que ha visto en esta vez un acto de suprema justicia y cumplimiento a la ley.

"Aún están frescas en la memoria de los tehuantepecanos los indecorosos procedimientos que empleó Rivera Cabrera en la Computación de votos en esta ciudad, procedimientos que llenaron de indignación el alma de los hombres honrados.

"La fraudulenta elección del pueblo de Tlacolulita y que con un rasgo de patriotismo y honradez denunció el suplente, señor teniente coronel Ismael Rueda, no fue la única que Rivera Cabrera cometió, pues si bien es cierto que en el malogrado expediente de computación no aparecen todos los actos reprobables que se cometieron, fue porque la Junta Computadora tuvo buen cuidado de no aceptar las protestas que podían perjudicarla, y cuyos actos sería largo enumerar y, por lo mismo, sin objeto ya.

"Desde cuando el señor Rivera Cabrera llegó a ésta propagando su candidatura, el ánimo popular se manifestó abiertamente hostil a su postulación en vista de los resultados inapreciables que el

pueblo ha visto en él desde que se adueñó de esa canongía, y sí aceptó gustoso la postulación del señor ingeniero Porfirio Ruíz que, a decir con la sinceridad y honradez, encarna las aspiraciones de los istmeños, por su idiosincrasia, afecto razonable al terruño y elevadas miras morales que se requieren en la grandiosa evolución que se sufre actualmente el país.

"Esperamos que nuestras declaraciones, que protestamos son sinceras, y ser las mismas que comentan los pueblos del 16 Distrito Electoral, sean tomadas como la genuina exclamación de todo, y así como hemos elevado nuestra felicitación a esa honorable Asamblea por el resultado, determine y apruebe la credencial del señor ingeniero Porfirio Ruíz, en quien confiamos nuestra delicada representación. - M. García. - Juan Arias y 127 firmas más."

El C. Quiroga, durante la lectura: Esa no es vox populi. Esa no es la voz del Pueblo.

El C. Presidente, a la 1.56 p.m.: Se levanta la sesión de Colegio Electoral y se cita a sesión de Cámara de Diputados para hoy a las cuatro de la tarde.

SESIÓN ORDINARIA.. DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS.

EFECTUADA EL DÍA 22 DE NOVIEMBRE DE 1918.

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior. Hace uso de la palabra para hechos, el C. Arriaga Isaac.

2. - Se da cuenta con los asuntos en cartera, concediéndose licencia a los CC. Rebolledo e Ignacio E. Martínez. Segunda lectura del proyecto de ley relativo a la obligación de establecer un día de descanso semanariamente para los obreros y trabajadores; admitido a discusión, pasa a la Comisión de Trabajo y Previsión Social. Segunda lectura del proyecto de ley presentado por el C. O .M. Trigo, sobre los requisitos que se deben exigir a los miembros del Ejército; admitido a discusión, pasa a la Comisión de Guerra en turno. Dictamen de las Comisiones unidas 1a. de Gobernación y 2a. de Puntos Constitucionales, proponiendo que sólo se celebren dos fiestas nacionales en el año; segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

3. - Con motivo de una aclaración hecha por el C. Pastrana Jaimes, se da lectura a un voto de confianza que otorgan 86 ciudadanos diputados al ciudadano Presidente. Presta la protesta de ley el C. Sabino Rodríguez.

4. - Continúa la discusión del inciso (b) de la fracción XIII de la ley de Ingresos. Se levanta la sesión por falta de quórum.

DEBATE

Presidencia del C. CÉSPEDES ELISEO L.

(Asistencia de 128 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.55 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veintiuno de noviembre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Eliseo L. Céspedes.

"En la ciudad de México, a las cuatro y cincuenta minutos de la tarde del jueves veintiuno de noviembre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veintinueve ciudadanos diputados, según consta en la lista que pasó previamente el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El C. Prosecretario Aguilar leyó el acta de la sesión celebrada el día anterior, la que fue aprobada sin dar lugar a discusión, en votación económica.

"Rindieron la protesta de ley, como diputados propietarios por el 9o. Distrito Electoral del Estado de Hidalgo, y 6o. Distrito de Jalisco, respectivamente, los CC. Ignacio Ruiz Martínez y J. Guadalupe de Anda, acompañandolos en el acto los CC. Valadez Ramírez, García Ruiz y Secretario Soto.

"Los CC. Arriaga y Peña usaron de la palabra para hechos, y la Presidencia hizo aclaraciones, pasándose en seguida a dar cuenta con los asuntos en cartera:

"Oficio en que la Secretaría de Gobernación acusa de la solicitud de pensión de la señora Dominga Osnaya. - A su expediente.

"Dos oficios de la misma Secretaría, acusando recibo de los decretos expedidos por esta misma Cámara, uno que amplía las perdidas 76 y 78 del Presupuesto de Egresos, y otro para que se admitan libres de derechos aduanales, medicinas por valor de $60,000.00, destinadas a combatir la gripa. - A sus expedientes.

"La Suprema Corte de Justicia de la Nación comunica que con fecha 20 de los corrientes clausuró su tercer período de sesiones. - De enterado.

"La legislatura del Estado de Coahuila comunica que inauguró el segundo período de sus sesiones ordinarias. - De enterado.

"Telegrama procedente de San Angel, D.F., en que el C. diputado Palacios Moreno solicita licencia por seis días, con goce de dietas y dispensa de trámites.

"En votación aconómica se concedió la licencia, después de haberle sido dispensados los trámites.

"En seguida se puso a votación el dictamen de la 1a. Comisión de Gobernación, que niega la licencia que solicitó el C. diputado Reyes Francisco para continuar desempeñando el puesto de profesor de la Escuela Médico Militar, y que no fue resuelto en la sesión anterior por haberse desintegrado el quórum.

"En votación nominal se rechazó por 80 votos de la negativa, contra 52 de la afirmativa, volviendo, por lo tanto, a la Comisión para que lo reformara en el sentido del debate.

"Inmediatamente se puso a discusión la minuta de la 1a. Comisión de Corrección de Estilo, relativa a la iniciativa de ley por la que se concede al Gobierno del Estado de Puebla la conodonación de derechos aduanales hasta por la cantidad de 3,500.00 dólares de medicinas para combatir la epidemia de gripa.

"Puesto a discusión, los CC. Basañez y Ruvalcaba J. Guadalupe, hablaron en contra, motivando que el C. Altamirano, a nombre de la Comisión,

pidiera permiso para retirar el dictamen, el cual le fue concedido por la Asamblea, en votación económica.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Gobernación, que concede prórroga por diez días a la licencia de que disfruta el C. Trejo Amado J.

"Aprobóse en votación económica y sin discusión.

"Dictamen de la 2a. Comisión de Gobernación, que pide le sea concedida al C. González Galindo una licencia por el tiempo indispensable para el restablecimiento de su salud, con goce de dietas.

"Sin que ningún ciudadano hiciera uso de la palabra, se aprobó económicamente.

"Dictamen de la 1a. Comisión Revisora, que propone se remita al Juez 1o. de Distrito de Tampico, la copia certificada que solicita, relativa a las constancias sobre la elección y protesta del C. Ricardo López y Parra, diputado a la 2a. XXVI Legislatura.

"Sin debate, y en votación aconómica, fue aprobado.

"Varios ciudadanos diputados presentan una proposición para que sea nombrado un miembro que falta para integrar el 3er. Grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales.

"Dispensados los trámites, se aprobó en votación económica sin discusión, concediendo la Presidencia cinco minutos, a fin de que los ciudadanos diputados se pusieran de acuerdo sobre el particular, pasados los cuales, se procedió a recoger la votación por escrutinio secreto y la cual dio este resultado: C. Valadez Ramírez, 82 votos; C. Tejeda Llorca, 54 votos; C García Ruiz, 3 votos, y C. González Jesús N., 2 votos.

"La Presidencia declaró que era miembro del 3er. Grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, el C. Valadez Ramírez.

"El C. Vásquez reclamó la votación y la Presidencia hizo aclaraciones, y a petición del C. Arriaga, se pasó lista, para comprobar el resultado del cómputo, apareciendo que había una asistencia de 138 ciudadanos diputados.

"Iniciativa subscripta por los CC. diputados Siurob, Basañez, García Carlos, Méndez, Torre Rómulo de la, Villaseñor Salvador y Rodríguez de la Fuente, que termina con el siguiente punto:

"Los diputados y senadores en ejercicio sólo podrán aceptar cargo o comisiones de la Federación o de los Estados, en el ramo de Instrucción Pública o en el de Beneficencia, y siempre que no perciban remuneración."

"Habiéndole dado la Mesa el trámite de: "Primera lectura, e imprímase," el C. Siurob lo reclamó, la Mesa lo sostuvo y el C. González Marciano habló en pro, interpelando al C. Siurob, quien hizo aclaraciones. En votación económica se aprobó el referido trámite.

"El C. Pérez Vela presentó un proyecto de ley tendiente a que se modifiquen los artículos 249, 250 y 251 de la ley de 1o. de junio de 1906, recayéndole el trámite de: "Primera lectura, e imprímase."

"Se puso a discusión en lo particular el inciso (b) de la fracción XIII del artículo 1o. del Proyecto de Ley de Ingresos para el año de 1919.

"Usó de la palabra en contra el C. Saldaña José P., haciendo interpelaciones a los CC. Rodríguez Alfredo y Pérez Vela, y el C. Valadez Ramírez hizo aclaraciones.

"Para apoyar el dictamen habló el C. Rodríguez Alfredo, interrogando al C. Pérez Vela, siendo a su vez interpelado por el C. Velásquez López, y en seguida el C. Villaseñor Mejía produjo un discurso en pro, dando lugar a que lo interrogara el C. Méndez Benjamín.

"Presidencia del C. J. Guadalupe Ruvalcaba.

"El C. Padrés propuso que se reservara esta fracción para el final de la discusión de la Iniciativa de Ingresos, lo que motivó una moción de orden del C. Casas Alatriste y que el C. Rodríguez Alfredo hiciera aclaraciones.

"Abordó la tribuna para hablar en contra el C. Basañez, quien formuló varias preguntas a la Comisión, a nombre de la cual contestó el C. Rodríguez Alfredo.

"El mismo C. Rodríguez Alfredo pronunció un discurso en apoyo del dictamen, surgieron interpelaciones entre el orador y los CC. Basañez, Siurob, Reyes, Saldaña José P. y Padrés.

"Consultada la Asamblea sobre si se prorrogaba la sesión, en virtud de haber transcurrido el término reglamentario, aquélla contestó negativamente, por lo cual, siendo las ocho y quince minutos de la noche, se levantó la sesión, citándose para el día siguiente, a las diez de la mañana, a sesión de Colegio Electoral."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

El C. Arriaga Isaac: Pido la palabra para hechos.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Arriaga: Ciudadanos representantes: Es ya alarmante el avance de la influenza en todos los Estados de la República; por mi parte, he recibido noticias de mi Estado natal acerca de que poblaciones de más de mil habitantes han quedado completamente arrasadas. Bajo esta impresión me he acercado al Jefe del Departamento Sanitario para tomar informes y solicitar de él, con mi carácter de representantes de uno de los Distritos de Michoacán, el envío de algunas secciones médicas dotadas de medicinas, y el expresado Jefe me dijo que podía disponer de médicos, pero que carecía en lo absoluto de medicinas, porque el Ejecutivo hasta hoy no le había dado un sólo centavo de lo que acordó la Cámara.

Más todavía, contaba el C. doctor Rodríguez, según me lo dijo, con alguna cantidad de medicinas, que bondadosamente se había ofrecido a proporcionar la Junta Privada de Salubridad de México; pero esta Junta, para la cual acordamos también exención de impuestos sobre medicinas que tenía que traer, tropezó con enormes dificultades, pues es el caso que mientras en toda la República por millares se están muriendo sus habitantes a consecuencia de la gripa y por falta de medicinas, allá en Laredo estaban detenidas esas medicinas, que no podían cruzar la frontera, porque todavía el

Administrador de aquella aduana no había recibido instrucciones de ningún género: fue preciso que se aproximara el Jefe de esa agrupación a la Secretaría de Hacienda y le ofreciera pagar aquí los derechos, con tal de que vinieran las medicinas; sin embargo de lo cual se ha seguido tropezando con más dificultades.

Sé que esta Cámara no tiene medio alguno para obligar al Ejecutivo a cumplir con la Constitución, pero sé también que cuando se agotan todos los recursos, debemos siquiera protestar enérgicamente por estas violaciones constantes a la ley. El artículo 73 de nuestra Carta Magna en el inciso II de su fracción XVI dice, refiriéndose a las facultades de que disfruta el Consejo de Salubridad:

"En caso de epidemias de carácter grave o peligro de invasión de enfermedades exóticas en el país, el Departamento de Salubridad tendrá obligación de dictar inmediatamente las medidas preventivas indispensables, a reserva de ser después sancionadas por el Presidente de la República."

Pues se dio el caso, señores diputados, de que el Jefe del Consejo de Salubridad, sabiendo que Laredo empezaba a ser invadido por la "influenza española," diera orden de que se suspendiese el tráfico con aquel puerto fronterizo, y el Jefe del Ejecutivo ordenó que no se tomara en consideración esta medida. Así vemos que el propio Ejecutivo, contrariando las medidas del propio Consejo de Salubridad, es en el fondo el culpable de que haya tomado esas proporciones tan alarmantes la "influenza" en nuestro país.

Vengo, pues señores, a depositar mi protesta ante vosotros, por esta actitud del Ejecutivo ante los mandatos de esta Asamblea y ojalá, ya sé que mi protesta se perderá, no pasará del "Diario de los Debates;" pero siquiera ahí quedará consignada para que se sepa que en esta XXVIII Legislatura si hubo muchos hombres que cerraron los ojos ante los desaciertos del Ejecutivo, en cambio, hubo algunos, aunque pocos, que sólo buscaban el bien del pueblo. (Murmullos. Voces: ¡Aah! Risas.) ¡Ríanse; a los asnos ese es el derecho que les queda!.

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"Telegrama procedente de Mérida, 14 de noviembre de 1918.

"Honorable Cámara de Diputados. - México, D.F.

"Tengo el honor de participarle que, por licencia de un mes, concedida al Gobernador Constitucional de este Estado, C. Carlos Castro Morales, hoy me hago cargo Gobierno del mismo.

"Salúdolo afectuosamente. - El Gobernador interino del Estado, Felipe Carrillo. - De enterado.

"Telegrama procedente de Córdoba, Veracruz, 21 de noviembre de 1918.

"Secretario Cámara de Diputados:

"Tengo a honra comunicar a usted que en virtud licencia que hasta por un año concedióme Honorable Legislatura local para separarme del cargo de Gobernador Constitucional del Estado, hoy hice entrega del poder al C. doctor D. Victoria, quien fue nombrado por propia honorable Cámara para substituirme durante citada licencia.

"Salúdolo afectuosamente. - El Gobernador Constitucional del Estado, C. Aguilar." - De enterado.

"Telegrama procedente de Córdoba, Veracruz, 21 de noviembre de 1918.

"Secretario Cámara de Diputados:

"Hónrome comunicar a usted que hoy, previas formalidades de ley, tomé posesión del cargo de Gobernador interino del Estado, en virtud licencia que hasta por un año concedióle Legislatura local al ciudadano Gobernador Constitucional, general Cándido Aguilar. - Atentamente, el Gobernador interino del Estado, D. Victoria." - De enterado.

"Les ruego a ustedes se sirvan darle cuenta a esa honorable Asamblea de que me encuentro enfermo de "influenza," y le transmitan mi súplica de que tenga a bien, previa dispensa de trámites, concederme licencia con goce de dietas, hasta que me restablezca.

"Protesto a ustedes las seguridades de mi atenta consideración y sincero agradecimiento.

"Constitución y Reformas. - México, noviembre 22 de 1918. - Efren Rebolledo.

"A los señores Secretarios de la honorable Cámara de Diputados. - Presente."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Concedida.

El mismo ciudadano Secretario dio segunda lectura al proyecto de ley relativo a un día de descanso a la semana, presentado por el C. diputado Salvador Villaseñor. (Se le dio primera lectura el 14 de noviembre de 1918.)

Con objeto de que pase desde luego a Comisión, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se admite a discusión este proyecto de ley; ya se le dio primera lectura y ésta es la segunda, de modo que para que pase a Comisión se necesita consultar a la Asamblea si se admite a discusión. Los ciudadanos diputados que estén por la afirmativa de que este proyecto de ley pase a Comisión, sírvanse ponerse de pie. Se admite a discusión. Pasa a la 1a. Comisión de Trabajo y Previsión Social.

El mismo ciudadano Secretario dio lectura al proyecto de ley relativo a los requisitos que se deben exigir a los ciudadanos que deseen pertenecer al Ejercito Nacional, presentado por el C.

diputado Octavio M. Trigo. (Se le dio primera lectura el 20 de noviembre de 1918.)

Segunda lectura. En votación económica se pregunta si se admite a discusión, a efecto de que pase a Comisión. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se admite a discusión y pasa a la Comisión de Guerra, en turno.

"Honorable Asamblea:

"Ignacio E. Martínez, diputado en ejercicio al Congreso de la Unión por el Estado de Zacatecas, respetuosamente expone:

"Que teniendo actualmente enfermos de cuidado a algunos miembros de su familia, se ve en la necesidad de dejar de asistir por algunos días a las sesiones de la honorable Cámara, por lo que solicita que, con dispensa de trámites y goce de dietas, le sea concedida una licencia de quince días; en la inteligencia de que si antes de este tiempo puede presentarse de nuevo al desempeño de sus funciones, así lo hará.

"Protesto lo necesario.

"México, 22 de noviembre de 1918. - Ignacio E. Martínez."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites; los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Dispensados los trámites. Está a discusión la solicitud. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Concedida la licencia.

(El mismo ciudadano Secretario dio lectura al dictamen de las Comisiones unidas 1a. de Gobernación y 2a. de Puntos Constitucionales, que propone sólo haya dos días de fiesta nacional en el año: el 1o. de mayo, que se denominará "Fiesta del Trabajo," y el 16 de septiembre, que se llamará "Fiesta de la Libertad." A este dictamen se le dio primera lectura el día 20 de noviembre de 1918.) Segunda lectura y a discusión el primer día hábil.

El C. Pastrana Jaimes: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Pastrana Jaimes: En la prensa de hoy vi que hay en la Secretaría una petición.... (Voces: ¡Tribuna!) No se necesita, es nada más una interpelación a la Secretaría..... (Voces: ¡Tribuna! Sube a la tribuna.) Señores diputados, no había necesidad de que pasara a la tribuna para hacer una interpelación a la Secretaría; pero, obedeciendo vuestro mandato, vengo a ella.

Vi en la prensa de hoy en la mañana que varios diputados habían presentado un escrito pidiendo la renuncia del ciudadano Presidente de la Cámara y me extraña que la Secretaría no haya dado cuenta con ese escrito, cuando ya la prensa tiene una copia de él y lo ha publicado. Deseo que se de cuenta con ese documento y con todos los demás relacionados con el mismo asunto y es necesario que la Cámara conozca esos asuntos antes que la prensa.

El C. Secretario Soto: La Secretaría tiene el honor de informar en lo particular al C. Pastrana Jaimes y en lo general a la Asamblea, que hasta este momento no ha recibido la Secretaría ningún escrito que pida la renuncia del ciudadano Presidente de la Cámara. En cambio, obra seguramente en poder de la Secretaría un escrito firmado por numerosos diputados, y si la Secretaría no lo ha puesto a la consideración de la honorable Asamblea, ha sido únicamente por atender a una súplica del ciudadano Presidente de la Cámara, en el sentido de que no se presentara aún; pero, atendiendo a la indicación del C. Pastrana Jaimes, la Secretaría va a dar lectura a ese escrito.

"Los subscriptos, otorgamos un voto de confianza al ciudadano Presidente de está Cámara, C. Eliseo L. Céspedes.

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 20 de noviembre de 1918."

Este documento.....

El C. Castilleja, interrumpiendo: Hay una protesta.

- El mismo C. Secretario: Me permito informar al ciudadano que dice que hay una protesta, que la Secretaría no tiene ninguna protesta. Este documento viene calzado por 86 firmas: J. Rodríguez de la Fuente, - J. V. Mejía. - E. Soto P. - J. R. Berumen. - R. Martínez del Río. - I. Olivé. - José Federico Rocha. - David Castillo. - R. Castro. - M. I. Fierro. - Pablo García. - Leopoldo E. Camarena. - V. Lorandi. - José María Ruvalcaba. - F. C. Morales. - José Macías Ruvalcaba. - Pablo Aguilar. - Porfirio Pastor.- C . Cornejo. - Vito Aguirre. - Emilio Araujo. - A. Valadez Ramírez. - C. Molina. - F. Madrid. - R. Casas Alatriste. - H. S. Rodríguez. - F. Valladares. - Rafael Jiménez. - Enrique Parra. - R. Márquez Galindo. - M. Bouquet. - Emiliano Z. López. - Antonio Villalobos. - J. I. Solórzano. - J. Alencáster. - F. Castellanos D. - Horacio Uzeta. - D. Pastrana J. - M. F. Altamirano. - G. Torres Garza. - Luis Espinosa. - Juan Velásquez. - José I. Mena. - Alfonso Castro. - O. M. Trigo. - Cesar A. Lara. - Francisco Araujo. - Pedro Z. Maceda. - J. P. Saldaña. - N. Sánchez Salazar. - Franco Verástegui. - E. Alcocer. - Isauro Castillo Garrido. - Miguel B. Hernández. - R. A. Soto. - Arturo Méndez. - Narciso Paz. - José de la Luz Ortiz. - Feliciano Gil. - F. Cabrera. - Felipe de la Barrera. - R. Zerecero. - I. Moctezuma. - R. García Ruiz. - M. D. Urdanivia. - Guillermo E. Cordero. - J. Ruiz de Chávez. - A. Amezola. - Camilo Hernández Loyola. - Humberto Villela. - Estanislao Peña. - Federico Silva. - J. P. Alejandre. - Manuel Lomelí. - J. Guadalupe García. - M. Limón Uriarte. - H. Cancino, y nueve firmas ilegibles.

Son 86 firmas de ciudadanos diputados. Como dije anteriormente, la Secretaría no ha recibido otro documento, sino éste a que ha dado lectura. "Dése cuenta y archivese," Es el trámite que se da a este documento. (Campanilla.)

El C. Presidente: encontrándose a las puertas del salón el C. diputado Sabino Rodríguez, se

comisiona para que lo introduzcan al salón a rendir la protesta de ley, a los CC. Cabrera Federico, Pastrana Jaimes y Secretario Lorandi.

(Rinde la protesta el C. diputado Sabino Rodríguez.)

El C. Secretario Lorandi: Continúa a discusión el inciso (b) de la fracción XIII del artículo 1o. de la ley de Ingresos.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en pro, el C. Andrade Priego.

El C. Andrade Priego: Respetable Asamblea:

Nada más simpático que la actitud del señor Méndez, del doctor Siurob, del señor Basáñez y de los demás señores diputados que han venido aquí a impugnar el dictamen, porque creo que su propósito ha sido laudable, toda vez que tiende a librar al pueblo del mayor número de impuestos, y nada más antipático seguramente que venir a sostener la existencia de los actuales impuestos; pero las necesidades del país así lo imponen y es por esto que vengo abogar por la aprobación del dictamen.

Los impuestos creados antes del período preconstitucional, los creados durante el mismo período y los decretados después por el Ejecutivo en uso de las facultades extraordinarias que en el Ramo de Hacienda le confirió la XXVII Legislatura, todos ellos no bastan todavía a satisfacer los egresos que el Poder Público Federal tiene. Pruebas, se me diría; ellas son estas: En el mes de febrero del presente año se creó la existencia del Departamento de Contraloría y entonces el Erario General tenía un déficit mensual de cinco millones de pesos, es decir, sesenta millones de pesos anuales que necesitaba para complementar su presupuesto de egresos; hechas las reducciones, economías y supresiones necesarias por el Ejecutivo, a la presente fecha tiene el Erario Federal un déficit de ochocientos mil pesos mensuales, con la probabilidad de que dentro de cinco o seis meses, un año, supongamos, estarán equilibrados los presupuestos federales. De modo, pues, que precisamente no es todavía la fecha de suprimir los impuestos que al presente recauda el Erario.

El C. diputado Vadillo decía, invocando una doctrina de la filosofía del Derecho, que las leyes deben responder inmediatamente a las necesidades del pueblo; yo creo por eso que, respondiendo a las inmediatas necesidades del momento, no es posible derogar por el momento absolutamente ninguno de los impuestos que actualmente ha decretado el Gobierno General. El déficit de cinco millones que desde el mes de febrero del presente año ha venido teniendo cada mes el Erario del Gobierno y los ochocientos mil pesos mensuales que a la presente fecha tiene todavía, subsisten, no obstante que el Gobierno General, como todos lo sabemos, tomó prestados a los bancos de la Nación algo así como cincuenta millones de pesos. De modo, pues, que ¿como sería posible suprimir esos impuestos? El sesenta por ciento federal es realmente un impuesto alto, pero por el momento el pueblo mexicano debe resignarse a pagarlo, ya que está próximo el día en este país en que todo entre por una era de prosperidad y bienestar y entonces el Gobierno, mejor dicho, nosotros mismos decretaremos la supresión de varios impuestos o cuando menos decretaremos su reducción.

Algún diputado, el señor Pérez Vela y algún otro, invocaba como causa para la reducción del sesenta por ciento federal sobre todos los impuestos de los Estados y sobre todos los impuestos municipales, la circunstancia de que los Presidentes Municipales, Receptores de Rentas, Recaudadores y empleados encargados de hacer las recaudaciones, entraban en componendas con los causantes, con lo cual resultaba eludido el impuesto y perjudicado evidentemente el Erario Federal. Es rigurosamente exacto lo que en este particular se ha asentado, pero la Secretaría de Hacienda libró hace pocos meses una circular a todas las oficinas recaudadoras de la República, hacienda en ella la debida interpretación del artículo 250 de la Ley del Timbre, que expresa terminantemente que respecto de todo impuesto o toda cantidad que ingrese al tesoro de los Estados o al tesoro de los Ayuntamientos, aunque no sea precisamente en la forma de impuestos, como en la forma de donaciones, se debe tomar de la cantidad misma, procediendo por el sistema interior de que hablaba el C. Basáñez, el 37.5 como factor, para que de todo ingreso corresponda al Gobierno Federal la suma equivalente al sesenta por ciento. Y si hay todavía medios posibles para eludir el pago del impuesto o el ingreso al tesoro federal de la parte que le corresponde por concepto del sesenta por ciento, esos procedimientos también se pondrían en práctica si el impuesto se redujera al cuarenta, al veinte o al diez. De modo, pues, que ante las cifras de los ochocientos mil pesos mensuales con que hasta la presente fecha está todavía desequilibrada la cifra ingresos de la de egresos, no es posible absolutamente suprimir ninguno de los impuestos. Lo creo, como los demás, que el sesenta por ciento federal es uno de los impuestos que más rechaza el pueblo mexicano, pero también creo que para el ejercicio fiscal próximo ya será posible, cuando los ingresos y los egresos se hayan balanceado, rebajar ese impuesto al treinta o al veinte; y a nadie se oculta que el Gobierno ha tenido que hacer maravillas para atender a los gastos normales que tiene sobre sí: ya el señor ex - tesorero Gutiérrez de Velasco nos hablaba del milagro de los cinco mil panes que tenía que hacer para llenar las necesidades todas del servicio público.

Lamento que me haya tocado la antipática tarea de venir a defender la existencia de impuestos, respecto de los cuales el pueblo clama y protesta; pero ante la necesidad imperiosa de llenar los gastos del Gobierno, no hay por el momento otro camino, y debemos, como patriotas los mexicanos, resignarnos todos a pagar esos impuestos (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Pérez Vela.

- EL C. Roaro: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto.?

El C. Roaro: Para suplicar al señor Pérez Vela me cediera su turno.

El C. Pérez Vela: H. Asamblea: No he encontrado en lo que ha manifestado aquí en este

mismo lugar el señor Andrade Priego como argumento de más peso, sino el que dice él que todavía no es la hora de rebajar ese impuesto. El decreto de fecha 9 de junio de 1917 en su cabeza dice:

"Considerando. Que las necesidades actuales de la Hacienda Pública Federal exigen un aumento a determinados impuestos, que contribuya a la nivelación de los presupuestos para el año fiscal próximo, he tenido a bien decretar lo siguiente:"

Yo creo, ciudadanos diputados, que éste es el momento precisamente más oportuno, dado que en estos momentos tenemos ante nuestro estudio y ante nuestra consideración la Ley de Ingresos y después tendremos el Presupuesto de Egresos también; de manera que una vez que ya se tenga el conocimiento pleno de las cantidades que con cálculos perfectamente bien hechos y lo más aproximado que sea posible, va a recibir el Gobierno Federal, entonces nosotros también ¿por qué no procurar la disminución mayor posible de los gastos de la Administración Pública, sobre todo de la Secretaría de Guerra?. El C. general Rodríguez ayer aquí empezó a arrancar esa venda que cubre la llaga más asquerosa que tiene el organismo nacional, refiriéndose a que algunos de los Gobernadores de los Estados habían sido enteramente irrespetuosos con la Comisión y que le habían negado toda clase de datos, que otros habían facilitado esos datos con todo dolo y asentado falsedades en ellos hasta con diferencias de millones de pesos.

Como decía yo en uno de los considerandos del proyecto de ley que presenté ante vuestra consideración y que más o menos dice así:

"Toda ley, por el hecho de ser tal, crea al punto de promulgarse cierto número de infractores, siendo éstos en tanto mayor número, cuanto más onerosa es la Ley,"

El señor licenciado Andrade Priego dice que esas infracciones seguirían siendo las mismas cuando el impuesto fuera disminuído; pues yo le digo que creo que no, al contrario, porque ya el impuesto, siendo menor, los comerciantes, los agricultores y todos los que deben satisfacerlo irían a hacerlo con más gusto. Pero ahora con el sesenta por ciento el fenómeno que se verifica, y creo que la mayoría de los diputados estará conmigo en estas apreciaciones, es más o menos el siguiente: los Municipios tienen estancado enteramente su progreso; casi no pueden allegarse ni los fondos necesarios para atender a sus necesidades más elementales; y a los Gobiernos de los Estados les pasa otro tanto por la pesadísima carga del sesenta por ciento federal. Tienen ustedes, por ejemplo, que en la ciudad de Celaya el presupuesto actual es casi semejante al del año de 1908, pues debido al citado sesenta por ciento, todavía es casi imposible cubrirlo, porque el número de clausuras de los establecimientos de los comerciantes que yo llamaré de clase media, es enteramente abrumador; y lo que pasa en la Tesorería Municipal pasa también en las oficinas rentísticas del estado. ¿Qué sucede con esos comerciantes? necesariamente tiene que irse a las calles a las plazas, como se ve en la capital de la República y hasta en el más pequeño de los pueblos; todo ese comercio medio al que me refería antes, que se encontraba establecido en pequeñas tiendas o tendajones ha tenido forzosamente que tirarse al suelo en las plazas y en las calles para pagar un único impuesto; luego fácilmente podrá observarse que una cantidad considerable de comerciantes ha dejado de pagar ese sesenta por ciento porque ya era enteramente imposible cubrirlo y por esta causa, contrariándose las aspiraciones de todo individuo que tienden hacia el progreso han tenido que retrogradar volviendo a comenzar quizá por donde empezaron cuando se iniciaron en el comercio.

El comercio fuerte, ese que puede decirse que casi no ha sufrido por la Revolución, sino que, al contrario, ha visto la manera, en un tiempo sumamente corto, de poder aumentar sus caudales, ese comercio, como todos vosotros sabéis, en su mayoría está constituido por extranjeros. Los extranjeros del momento actual de la Revolución, como ellos al conocer las respectivas historias de sus países, (me refiero especialmente al comercio francés), ya sabía la suerte que había corrido los "asignados" en Francia, ellos estuvieron por lo tanto perfectamente prevenidos y la Revolución no ha servido como he dicho antes, sino para aumentar todavía más sus capitales. Hay otra colonia muy importante también y que burla enteramente los impuestos, casi no los paga, me refiero a la colonia que todos vosotros conocéis con el nombre de árabes, que tienen verdaderamente una asociación magnífica.... (Voces: ¡Una maffia!) casi podría llamársele maffia y como muchos de los ciudadanos diputados tendrán conocimiento, lo mismo pasan un carro cargado de mercancía por una aduana fronteriza, que constantemente burlan pagar todos los impuestos. ¿Por qué, pues, señores ese sesenta por ciento abrumador ha de pesar solamente sobre los comerciantes que estoicamente están cumpliendo con su deber? ¿Por qué la Secretaría de Hacienda no se fija en todos estos males que desde esta tribuna tenemos nosotros la obligación de señalar? ¿Por qué no se fija principalmente el Gobierno de la República en que haya también más escrupulosidad y cuidado en la investigación de ver que se empleen de un modo enteramente honrado y justo los dineros de la nación? ¿Por qué exigir cantidades abrumadoras al pueblo y decir, como aquí dijo el C. Andrade Priego, que se esperen para dentro de un año? dentro de un año volverá a repetirse desde está tribuna lo mismo; que se esperen para el siguiente.

Ahora, refiriéndome, señores, a la otra rama de los contribuyentes, a los hacendados, este elemento generalmente poderoso - y me refiero a los que no han sufrido, a las regiones en las que no se ha sufrido mucho con la Revolución,- con cualquier partidilla de bandoleros que ande por allí, que en la generalidad de las ocasiones son ellos mismos los que les están dando elementos tanto de boca como municiones, la toman de pretexto para no ayudar al Gobierno con las contribuciones. Estos individuos, generalmente capitalistas y poderosos, son los que más han corrompido a los funcionarios encargados de recoger los impuestos para el Gobierno Federal; son los que se acercan a el influyente Secretario particular del gobernador del Estado, que la mayor parte de las ocasiones no tiene empacho en solicitar el pago de sus honorarios,

sirviéndose del telégrafo y de los teléfonos, para arreglar una condonación de contribuciones. Y de este modo ¿qué provecho ha obtenido la Federación? Ninguno, porque una vez concedida la condonación de las contribuciones, ni el Gobierno Federal, ni el de los Estados obtienen beneficio alguno. ¿Entonces quiénes son los aprovechados? Esos funcionarios inmorales que se venden por cualquier precio y que han fructificado mucho después del movimiento armado.

Otra de las partes donde pueden tenerse muchas economías, es en el Ejército; claro está que en el momento de la lucha no se iba a exigir a cada ciudadano que llevara las mejores recomendaciones de honradez; lo que se quería entonces eran elementos para dominar pronto al enemigo, sin importar que fueran honrados o no; pero ahora que tenemos la pretensión de que día a día se vaya consolidando el Gobierno, debe empezar con toda energía la Secretaría de Guerra a hacer una depuración del personal que tiene a sus órdenes. Una vez obtenido esto, debe procederse igualmente en todas las demás Secretarías y entonces se verá que sí es enteramente factible la reducción de este impuesto que, como decía al contestar una interpelación del C. general Rodríguez, está extrangulando a los pequeños capitalistas, porque el comercio en grande siempre tendrá la manera de cargar las contribuciones sobre sus clientes, dándosele quizá hasta un pretexto para elevar los efectos. ¿Y el comercio pequeño qué hace? Ese ya se ve en todas las poblaciones de la República tirado en la mitad del arroyo.

Ahora, otro de los considerandos del proyecto que presentaba a vuestra consideración dice:

"Como otro de los fundamentos que inspiraron al legislador la mencionada ley o sea el decreto, en la forma en que lo hizo fue que el comercio exterior había decrecido notablemente, debido a la contienda universal, como este motivo, poderoso por cierto, ha terminado ya, deja por este hecho de subsistir el ordenamiento citado." Ahora que la contienda universal ya ha terminado, no veo por qué pueda subsistir también eso. Recordad si no por que en uno de los considerados de la Ley de Ingresos que tenemos a discusión se nos dice precisamente que como no se tienen o están muy reducidas las fuentes de ingresos de las aduanas, hay que cargar todo el peso de la carga del Estado sobre las contribuciones interiores. Ahora, señores, y lo estamos viendo aquí día a día, ya es un hecho la paz europea, y tiene, necesaria y forzosamente que resurgir nuevamente el comercio universal; hay que tener muy fundadas esperanzas de que al comenzar el próximo año ya este movimiento comercial esté en pleno. ¿Por qué, pues, no tiene confianza la Representación Nacional en que esa será una nueva fuente de entradas, como lo es la del petróleo que, lejos de disminuir, va en aumento? ¿Por qué no gravar lo que verdaderamente es pernicioso para el pueblo como son los alcoholes, como son los tabacos, que aquí mismo se ha demostrado que están protegidos para que no puedan salir al extranjero? ¿Por qué no poner nuestra atención y dedicar nuestro estudio a todo, sino nada más a lo que parece más fácil y sencillo, con lo que no se está haciendo otra cosa sino fomentar que los Gobernadores de los Estados, me refiero a los poco escrupulosos, implanten impuestos como el que acaban de ver muchos ciudadanos diputados en Pénjamo, Estado de Guanajuato, en que el Presidente Municipal solamente cobró 60 cargas de trigo, ¡una alcabala brutal! por derechos de un carro de trigo? Eso le consta a la mayoría de la diputación de Guanajuato y a los miembros de la de Michoacán, que fueron a solicitar nuestras firmas. En todos estos males que yo señalo es en lo que debe fijarse de una manera....

El C. Villaseñor Salvador: ¿Me permite usted una aclaración.?

El C. Pérez Vela: Sí, señor.

El C. Villaseñor Salvador: Con permiso de la Presidencia. En lo que hace usted referencia a la contribución que cobró el Presidente Municipal de Pénjamo, me permitió manifestarle que el anterior Presidente Municipal, que terminó ya su período hace como dos o tres meses, fue el que arbitrariamente cobró por una especie, garbanzo o alguna otra semilla, y la única semilla que estaba gravada era el trigo.

El C. Pérez Vela, continuando: Pues yo creo que la Constitución de la República no autoriza para gravar absolutamente ninguna semilla, y si el Gobierno de Guanajuato quiere dar una muestra de honradez, debía de procesar a ese Presidente Municipal.

Por todo lo que he manifestado a la honorable Asamblea, suplico, no solamente suplico, sino quiero que cada uno de los ciudadanos representantes, con la mano verdaderamente puesta sobre el corazón, recordando las necesidades de cada una de sus respectivas regiones, por ningún motivo de un voto aprobatorio al inciso (b), sino que, al contrario, lo rechace; de esta manera prestarán el grandísimo servicio de que entre a discusión el proyecto que he presentado a vuestra consideración, sin pretender que sea el único, no, ya la honorable Comisión podrá hacerle las reformas convenientes; pero sí que, ante todo, se consiga lo que es una aspiración nacional: la disminución de este onerosísimo impuesto, que tiene maniatado todo el progreso de la República. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Avilés.

El C. Avilés: Señores diputados: Yo no veo por que los señores oradores del contra vienen a hablar contra el impuesto del sesenta por ciento de contribución. Estamos frente a un problema que es verdaderamente arduo; si nosotros no aprobamos este sesenta por ciento, yo no sé entonces con que quieren los señores del contra que el Gobierno Federal pueda sostener los enormes gastos que tiene sobre sí.

Nos hablaba aquí uno de los oradores de los gastos enormes que se hacen en el Ejército; perfectamente bien, yo quiero que se reduzcan esos gastos, pero veo, y con bastante pena, que todavía al Ejercito no se le ha llegado a pagar lo que en verdad debe de pagársele para que hiciera una verdadera campaña de pacificación. (Siseos.) Al soldado, señores diputados, apenas se la paga la miseria de un peso, y digan ustedes honradamente, señores diputados, ustedes que ganan un argentífero azteca..... (aplausos, voces: ¡Aurífero! Risas),

ustedes que ganan un aurífero..... (voces: Muy bien! Aplausos!), si aun ese azteca alcanza para cubrir nuestras necesidades. (Voces: ¡No alcanza!) Y, sin embargo, ¿cómo vamos a exigir que el soldado sea honrado, cómo vamos a exigir que haga una campaña de honradez cuando apenas se le paga un miserable peso, que en estos momentos significa, si acaso, un cuartillo de maíz? ¿Cómo vamos, señores diputados, a exigir honradez en un jefe del Ejército, cuando apenas a un coronel se le pagan siete pesos? Vosotros podéis decir lo que queráis sobre este particular, pero mientras no se pague bien el Ejército, ese Ejército no será moral. Estamos viendo, señores diputados, cómo no alcanza lo que el Presupuesto asigna al jefe para que éste pueda vivir en campaña; vosotros mismos, o nosotros mismos, señores diputados, cuántas veces nos quejamos de que los veinte pesos no son suficientes para sostener nuestras necesidades. (Murmullos y silbidos en las galerías.) Silbad si queréis, porque el silbido se hizo para las víboras. (Aplausos.) Silbad si queréis, pero entended que esto que yo estoy diciendo aquí, está en la conciencia de todos vosotros y yo aquí repetiría en este caso las palabras del Rabí de Galilea: "¡El que se encuentre libre de pecado, arroje la primera piedra" (Aplausos.) Decía uno de los oradores que el comercio en pequeño estoicamente está sufriendo las consecuencias de los altos impuestos, y ¡qué equivocado está el señor diputado que de este modo viene y nos habla! Si hay algún tirano más grande es el comerciante en pequeño. Si hay alguno que haya explotado más al pueblo, es el comerciante en pequeño. (Siseos de las galerías.)

Y hoy estamos viendo, señores diputados, sin ir muy lejos, que uno de los artículos de primera necesidad y que más se necesita en esta época, el carbón, ha alcanzado el precio altísimo de dieciséis y veinte centavos el kilo..... (voces: ¡Es cierto!), y esto lo atribuía el diputado que vino a hablar de esta estoicidad del comerciante en pequeño, a las altas contribuciones establecidas por el Gobierno; pero no hay tal verdad sobre ese particular. El comerciante siempre está hecho para abusar, el comerciante siempre seguirá abusando día por día, ya se le suban o ya se le bajen las contribuciones. Otro de los factores responsables y sobre el que sí debe de gravitar, no precisamente el sesenta por ciento sobre tal o cual especie, es el hacendado, es el terrateniente, porque estos individuos pagan al peón lo mismo que el Gobierno paga al soldado, un miserable peso, y ese peso no alcanza al soldado para que este soldado sea moral. Así el terrateniente, apenas paga al peón un miserable tostón, que no alcanza, señores diputados.. ... (Risas.) Señor diputado: puede usted reírse de esto, porque usted debe ser un terrateniente. (Aplausos y risas.) Y a fe que este miserable tostón no alcanza al trabajador para comprar ni siquiera dos cuartillos de maíz, ni siquiera para cubrir la desnudez ya no de las carnes de él, sino las de su familia. El verdadero responsable también de este estado de cosas y sobre el que debe gravitar todo el peso de la ley, es sobre ese infame terrateniente, o que se hace llamar terrateniente, porque ese ha establecido una tiranía todavía más terrible con el peón, que en la época de la conquista; entonces se le daba de comer al peón para obligarlo a trabajar, entonces se le daba de comer al peón para obligarlo a trabajar entonces se le daba de comer el peón para tenerlo fuerte y robusto, para que le produjera al amo; hoy no, señores, hoy se tiene al peón y apenas se le concede la gracia de que coma una tortilla, no digo un pedazo de pan, sino una tortilla, para que pueda ir a producir al acaparador de tierras, al acaparador de la riqueza nacional. (Murmullos.) Haced claque si queréis sobre esto, señores diputados, pero tened la firme convicción, como yo la tengo, de que en este caso tengo razón. Un Gobierno como el nuestro , para que ocultarlo, señores diputados, que casi o no casi, sino que está en bancarrota, ¿por qué le vamos a negar a este Gobierno que necesita elementos de vida, y mucho, para llegar a una paz que todos ambicionamos, por que vamos a cerrar esas fuentes de ingresos que él nos presenta a nuestra consideración, solamente por un prurito de altruísmo mal entendido? Yo no compadezco al terrateniente, ni tampoco al comerciante, ya sea en grande o en pequeña escala, los dos son unos ogros y los dos han sido los que han traído el desquiciamiento económico en nuestro país. (Murmullos.)

El C. Lorandi, interrumpiendo: El pequeño comerciante es un parásito de la sociedad.

El C. Avilés, continuando: Me dice el diputado Lorandi, y yo lo acepto también, que el comerciante en pequeño es un parásito de las sociedades, ¡pero qué parásito, señores, es un parásito peor que el piojo..... (risas), peor que el piojo, que lleva al que le pica los gérmenes del tifo! (Risas) Y yo recuerdo ahora que ha habido la escasez de moneda fraccionaria, que una vez me presenté a la tienda de uno de esos iberos que, hay que confesar aquí, son los que han traído el ladronismo..... (voces: ¡Latrocinio!), a nuestro país, me presenté allí a la tienda de uno de esos iberos con un hidalgo a comprar dos kilos de azúcar. (Risas.) No os asombréis, señores, porque un diputado va a la tienda de cualquiera a comprar dos kilos de azúcar. ¿qué de particular tiene eso, si vosotros, como yo, venís de la provincia, si vosotros, como yo, habéis calzado también el huarache, el calzón y el sombrero de palma? (Risas y aplausos).

No os asombréis de esto, señores diputados, sino asombráos de que llegué y le dije al ibero que me vendiera dos kilos de azúcar y éste dice: "Si traé usted suelto vale setenta centavos, si traé usted.... (voces: Trae, trae), si ¡trae, trae! usted oro le cuesta un peso." Yo, como necesitaba aquello y alguna otra cosa más que me importaba cuarenta centavos, le dije al íberio: "Vengan los dos kilos de azúcar a peso y esa otra cosa que me importaba cuarenta centavos y allí está paga." (Aplausos.) Pero resultó que el ibero, al tener el hidalgo en sus manos, me dice: "Ahora esa mercancía que usted lleva le cuesta tres pesos" y, señores diputados, era uno de esos comerciantes en pequeño, de esos abnegados. Como era natural, yo de un modo tan infame no me iba a dejar robar, recogí mi hidalgo, me lo metí a la bolsa y tranquilamente salí de la tienda del ibero. ¡Y esa es la abnegación de que nos viene a hablar aquí el señor diputado, de los comerciantes en pequeño! ¡Yo estoy de acuerdo, señores diputados, en que nosotros debemos de votar todo este Presupuesto tal como nos lo presenta el Ejecutivo.... (voces): El Ejecutivo no, la Comisión),

o la Comisión. Yo no sé de donde quieren los señores del contra que el Ejecutivo saque este dinero, ya para pagar al ejército ya para pagar a los empleados, ya para pagar a nosotros mismos.... (Risas.) El 8, el 18 y el 28 de cada mes estamos muy puntuales en la Tesorería de la Cámara para recoger los emolumentos que este presupuesto nos da. Yo veo que aquí se trata por los señores del contra de quitar al Ejecutivo o de reducir el Presupuesto que el Ejecutivo o las Comisiones nos presentan; yo, como los oradores del contra, si también estoy de acuerdo en que esto es

generoso, pero también estoy de acuerdo con uno de los oradores que nos decía que en estos momentos el Ejecutivo necesitaba de elementos de vida; y temo que esos elementos y el día que el Ejecutivo no pague una decena a los señores diputados y no pague otra decena a los señores diputados, entonces estos señores diputados que hoy pretende no dar al Ejecutivo lo que él solicita, serán los primeros en protestar, ¿Con qué se sostiene, señores diputados, al Ejercito, con qué se paga ese Ejército que está tan mal pagado, como en ningún país del mundo, si nosotros vamos a quitar al Ejecutivo lo que nos pide? Yo pregunto a vosotros: ¿alguno de vosotros ha descubierto la piedra filosofal y la lleva allá al Ejecutivo para que le produzca montones de oro, sin molestar a los causantes en ninguna forma? ¿Puede pagarnos a todos los que vivimos del Presupuesto? Desechad entonces este Presupuesto que el mismo Ejecutivo nos presenta, pero mientras no hayáis descubierto la piedra filosofal y no podéis decir al Ejecutivo: "Aquí está el medio para que tengáis fondos de sobra y podáis hacer la paz que a todos nos interesa, para que podáis pagarnos a nosotros que también nos interesa que nos pagues.... (risas, aplausos), para que podáis pagar al Ejército para que mañana no os de un cuartelazo," entonces debéis aprobar este Presupuesto; pero mientras no presentéis al Ejecutivo nada de esto, debéis de aprobar este Presupuesto tal como está, señores diputados, porque yo, haciéndome eco de una frase que uno de los señores diputados del pro pronunciaba en esta tribuna, digo que es altamente patriótico dar al Ejecutivo lo que él solicita. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Roaro.

El C. Siurob: Pido la palabra, señor Presidente, yo me inscribí desde ayer mucho antes de que el C. Roaro; de manera que reclamo el trámite.

El C. Presidente: No está Su Señoría en la lista de oradores.

El C. Siurob: Estoy apuntado desde ayer, señor Presidente, en el contra; de manera que reclamo el trámite, puesto que yo estoy apuntado desde ayer.

El C. Roaro: Ciudadano compañero: Como el asunto mío es una pequeña aclaración, le ruego a usted se sirva no insistir, puesto que le dije a usted que tiene perfectos argumentos, puesto que hemos tenido una explicación hace un momento para que usted detalladamente y en general haga una argumentación concienzuda del caso.

El C. Siurob: Gracias, compañero, haré lo posible.

El C. Roaro: Sin tener un estudio del inciso (b) a discusión, unas palabras vertidas ayer en esta tribuna por uno de los miembros de la Comisión, el señor general Rodríguez, me han obligado a venir a la tribuna para hacer una aclaración que, a mi juicio, es de vital importancia.

No estoy conforme con lo aseverado ayer aquí por el C. Rodríguez, de que el sesenta por ciento federal está equitativamente repartido entre todos los comerciantes y entre todos aquellos individuos que tienen que contribuir con su contribución a la Federación. Este sesenta por ciento perjudica a tres: en primer lugar al pueblo, que es el que paga los vidrios rotos; después al comerciante en pequeño, contra la opinión del C. Avilés y, por último, a los mismos ingresos federales y beneficia únicamente, señores, al comerciante capitalista extranjero y si digo extranjero es porque en su mayoría el comercio rico está en manos del extranjero.

Comenzaré por demostrar a ustedes que el comerciante rico es el beneficiado con el famoso sesenta por ciento abrumador. Desde hace mucho tiempo habréis todos sabido que el comercio rico defrauda toda clase de contribuciones en lo general; con la cuestión de la guerra europea y con la cuestión de la revolución interior del país, el comercio rico se creyó con todo el poder suficiente para hacer ocultación de capital y de ventas y es muy natural que si un comerciante rico vende dos mil pesos diarios al menudeo y no manifiesta más que quinientos o seiscientos pesos, la contribución que tiene que pagar es más o menos inferior a la que debía de pagar en justicia. Ahora bien, como el sesenta por ciento gravita sobre la contribución del Estado Municipal, desde luego no paga el sesenta por ciento íntegro, y desde luego está defraudando de una manera completa a la Federación en su tanto por ciento que le corresponde, sea el sesenta o el que fuere. Ahora bien, los perjudicados: en primer lugar pongamos a la Federación, si la Federación tuviera un impuesto equitativo, un impuesto de un treinta por ciento, supongamos, entonces el comercio rico no tendría ya razón para ocultar sus ventas y no ocultando sus ventas tendría un promedio igual o superior en ingresos la Federación. De tal manera que sale perjudicada la Federación con unas cantidades muchas veces bastante crecidas; además de eso, el comerciante rico defrauda en otra forma los ingresos federales y en general los ingresos por esto: el comerciante rico precisamente por ser hombre influyente no paga impuestos, y se recarga en seis meses o un año, espera el momento oportuno en que el Gobernador del Estado, viendo que le falta dinero para sus gastos indispensables, lanza una ley diciendo que dan tantos días o semanas de plazo para que todos los causantes que tienen adeudos paguen a la Administración de Rentas sus adeudos, descontándoles un cincuenta por ciento del adeudo. Resulta, señores, que entonces sale más beneficiado todavía ese comerciante; ahora, en segundo lugar pondremos como perjudicado al comerciante en pequeño, que para poder vender necesita exhibir sus pocas mercancías con todo el lujo posible y entonces llegan los empleados de la oficina de Rentas, llegan los empleados del Timbre y con ese tono dictatorial y mandatario en lo absoluto, obligan a aquel hombre a que presente manifestaciones por mayor cantidad de su capital y por mayor cantidad de sus ventas.....

El C. Lorandi, interrumpiendo: Eso no pasa nunca.

El C. Roaro, continuando: Si es cierto, compañero, un momento. De tal manera que aquel comerciante, para no cerrar su comercio, se ve en la imprescindible necesidad de acatar las órdenes del principal del timbre y de manifestar lo que se le dio a Su Señoría la gana y entonces paga no sólo con justicia su contribución, sino con exceso ¿qué tiene que hacer aquel comerciante para poder sacar ese sesenta por ciento? vender caro, como decía el C. Avilés y entonces ¿quién es el tercer perjudicado? el pueblo, el pueblo que tiene que comprar menos alimento para comer, el pueblo que tiene que comprar menos ropa para vestirse y si queremos hacer un beneficio al pueblo, señores, tenemos que retirar, por un acto de verdadera justicia, ese abrumador sesenta por ciento, porque de esta manera los ingresos no se perjudicarán, puesto que entonces el individuo aquel que tuviera de sueldo dos pesos al día, minorando de precios las mercancías, tanto por haber terminado la guerra mundial cuanto por haber terminado la revolución, la industria en general tiene que ir floreciendo nuevamente, y viniendo la florescencia vendrá la competencia, y viniendo la competencia habrá mayor florecimiento, y en el momento en que haya eso, el pueblo podrá vivir con los elementos de que hoy disfruta como sueldos y vivirá más sano y vivirá mejor vestido y nosotros habremos hecho al país una de las obras que verdaderamente clama, que grita el pueblo que le quitemos de encima. Ya no es sólo el famoso sesenta por ciento, tenemos contribuciones sobre contribuciones y esta es una de las diez mil plagas de México, el sesenta por ciento... (Voces: ¡Si no fueron más que siete!) Son muchas, porque si se fijan ustedes se paga por teléfono, se paga por botellas, se paga por luz eléctrica, mañana pagaremos por ponernos o quitarnos los pantalones... (Siseos.) y así, señores, es altamente injusto. Yo soy admirador, señores, de una idea que ha surgido: la del impuesto único, pero bien comprendo que no es el momento oportuno de implantarlo en el país. Día llegará y entonces será realidad uno de los más grandes anhelos que algunos de los grandes economistas han estudiado y sobre el cual han escrito, pero nosotros, los representantes del pueblo, los que venimos animados de buenas intenciones, los que así ayudaremos también a la Federación para que sus rentas sean compensadas, los ingresos con los egresos, quitemos, como digo, el famoso sesenta por ciento. (Aplausos en las galerías.)

El C. Rodríguez Alfredo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rodríguez Alfredo.

El C. Rodríguez Alfredo: Señores diputados: El señor diputado Roaro, como lo acabáis de oír, dice que el sesenta por ciento federal no es equitativo y que únicamente perjudica al comercio en pequeño; trató de explicarnos ese raro fenómeno y no lo logró. El que la contribución del sesenta por ciento federal sea excesiva o no lo sea, no trae aparejado el que sea, como él lo titula, falta de equidad; es equitativo, señores, porque se aplica a todos por igual, el mismo monto del sesenta por ciento se cobra al que paga la contribución de un peso, que a quien tiene que pagar una contribución de un millón de pesos. Otro fenómeno muy raro que nos presenta aquí el señor Roaro y que no ha podido explicar tampoco, es el que dice que el comerciante en pequeño tiene que exhibir sus mercancías con lujo, y ese comerciante en pequeño es víctima de los atropellos, del autoritarismo del Principal del Timbre y demás. ¿Y por qué, señor Roaro si el comerciante en pequeño es víctima de los malos tratamientos, no lo es el comerciante capitalista, como usted dice? La Ley del Timbre es igual para todos, lo mismo se le exige al Palacio de Hierro, que al estanquillo más humilde, las mismas manifestaciones del Timbre, los mismos requisitos de la Ley del Timbre; tiene que llenar, repito a usted, los mismos requisitos.

Ahora, si usted para sentar esa tesis toma en consideración el que haya fraudes, usted comprende que la Federación no puede más que hacer lo que humanamente es posible: nombrar el número que ella crea conveniente de inspectores e interventores para vigilar el exacto cumplimiento de las leyes de hacienda y evitar el mayor número posible de fraudes; pero eso, aun concediendo a usted que se hubiese basado en los fraudes que siempre existen, no es una razón para que usted venga a decir en esta tribuna que a los comerciantes en pequeño se les exige lo que a los comerciantes capitalistas se les tolera. ¿Podría usted, señor Roaro, explicarnos ese fenómeno.?

El C. Roaro: Pido la palabra, señor Presidente, para contestar la interpelación del señor Rodríguez.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Roaro.

El C. Roaro: Hace algún tiempo, en mi primera juventud, se puede decir, fui yo empleado de almacenes de ropa de individuos capitalistas y me di completa cuenta, cabal cuenta de que esos individuos, teniendo un capital excesivo, manifestaban un capital ínfimo, muy bajo; que teniendo unas ventas muy altas, manifestaban unas ventas muy bajas y ante esto todos los empleados del Timbre, todos los inspectores del Timbre, porque era el señor don Fulano un hombre rico, quien hacía estas cosas, eran aceptadas, y eso que yo observé en mi provincia, debe comprenderlo y lo comprende la Asamblea, creo yo, que sucede en toda la república: que aquellos individuos que tienen dinero, tienen honores y se les concede la razón en todo. Ahora bien, posteriormente fui comerciante en pequeño y con un capital de dos o tres mil pesos, usted comprende que teniendo a un lado de mi comercio de el comercio de un individuo rico, para poder yo vender algo, para poder ganar algo, necesitaba exhibir mi comercio en la mejor forma posible y entonces llegó el inspector del Timbre, el inspector del Timbre vio que estaba más o menos adornado mi comercio y no creía que tenía dos o tres mil pesos de capital y que vendía 80 o cien pesos, sino que quería que yo tuviera seis mil pesos y quería que yo vendiera doscientos. De tal manera que esa es la explicación que doy al C. general Rodríguez.

- El C. Rodríguez Pido la palabra. Ya lo habéis oído, señores, que todavía no se justifica, ni mucho menos se aclara este fenómeno misterioso

de que nos habla el señor Roaro. El hecho de que el señor Roaro cuando era comerciante en pequeño hubiera carecido de la energía, del valor, de lo que ustedes quieran, para imponérsele al inspector del Timbre, y demostrarle, puesto que siendo la verdad se demuestra siempre la verdad, demostrarle que las ventas eran de noventa pesos, como en efecto lo eran, que el capital era de tres mil pesos y no de seis mil como lo quería él, el hecho, repito, de que el señor Roaro no haya tenido la energía necesaria para oponerse a los atropellos del inspector del Timbre, no comprueba lo que el señor Roaro nos ha dicho aquí de que la aplicación del sesenta por ciento se hace al comerciante en pequeño y no al comerciante capitalista.

Es uno hecho de todos conocido el sinnúmero de fraudes que se cometen en la aplicación de la Ley del Timbre, las manifestaciones son defectuosas y precisamente esta es una razón que hace que el monto de las cantidades que por concepto del sesenta por ciento debía recibir la Federación, se disminuya considerablemente. No es sólo lo que refiere al señor Roaro; yo también voy a citar a ustedes una caso: en la ciudad de Pachuca está radicada una negociación minera muy rica, tiene entre sus numerosas propiedades una hacienda de beneficio, cuya hacienda de beneficio tenía manifestada en una cantidad X; cuando yo fui Gobernador del Estado ordené que se hiciese un avalúo de esa propiedad y el resultado del avalúo, señores diputados, fue que apareciera, sin ser exacto, un valor seis veces superior al que la compañía había manifestado; pero eso tampoco explica el fenómeno del señor Roaro, sino al contrario, comprueba lo que dije desde el primer día, que el sinnúmero de fraudes y componendas en que entra el causante con el encargado de hacer la recaudación, hace que el monto de las cantidades que deben recaudarse por concepto del sesenta por ciento disminuya, y la tesis que han venido a sentar algunos señores del contra de que si el impuesto del sesenta por ciento se disminuye a un cuarenta, o a un tanto por ciento menor, mayores serán los ingresos, ninguno lo ha probado ni es fácil que lo pruebe. Así es que queda en pie lo que dije el otro día: si con el sesenta por ciento federal y con las facultades extraordinarias que en Hacienda tiene el Ejecutivo no ha podido, como de hecho nos lo ha demostrado, salir avante en sus gastos, si ese sesenta por ciento lo reducimos, si esas facultades se le retiran como se desea, ¿cuáles no serán, señores, las dificultades, los escollos enormes que se opongan en la marcha y en la reorganización que el Ejecutivo trata de implantar en la Nación? Debemos ser lógicos, señores, las circunstancias de momento, las imperiosísimas necesidades son las que han hecho que el impuesto esté en vigor, que el Ejecutivo pida la continuación en vigor de ese impuesto. Ya aquí lo habéis oído, el Ejército implica gastos muchísimo más crecidos; en primer lugar existe un ejército en pie de guerra diez veces superior al que en 1910 existía, en consecuencia natural y lógica, los gastos de ese Ejército no solamente son diez veces superiores sino más todavía, porque en aquella época en el Ejército ganaba cincuenta centavos el individuo de tropa y hoy gana un peso. Las condiciones de la vida han sido más y más difíciles y el Ejecutivo, teniendo en cuenta esas dificultades, ha propuesto, mejor, dicho propone un aumento de sueldos para los individuos del Ejército, no sólo para que estos individuos mejoren su condición, sus elementos de vida, sino también con un propósito muy loable, muy elevado: el de implantar la moralidad en el Ejército. Se han oído muchas veces y por millones se cuentan, las quejas de los vecinos por los atropellos y abusos de los miembros del Ejército. No justifico en manera alguna, ni defiendo, ni trato de hacerlo, los atropellos de los militares que no han sabido cumplir con su deber, no, señores; pero refiriéndonos a quienes en mayor número de casos han cometido esos abusos, que es la tropa, la tropa tiene una relativa y cierta justificación, lo exiguo del jornal. Hay regiones en el país, como mucho sabemos, donde el peso que percibe el soldado no le alcanza ni para llenar las imperiosísimas necesidades de su manutención, el soldado por regla general tiene familia y, señores, si el salario que se le paga no le alcanza para llenar esas necesidades ¿con qué, repito, se quiere que cubra las de los miembros de su familia? Por eso es que el soldado además de por ciertos vicios ancestrales que tiene, roba. El Ejecutivo se propone mejorar las condiciones del Ejército aumentando el sueldo. Nosotros mismos, señores diputados, con veinte pesos diarios tenemos muchas dificultades para vivir, pues la gente de tropa con el peso diario no vive, la oficialidad que tiene exigencias muy grandes, como son el vestuario, de condición social, de manera de vivir, ¿va a poder sufragar esos gastos con dos pesos setenta y cinco centavos que percibe un teniente? Esos aumentos, señores, son indispensables, repito, por el loable fin que se persigue de implantar la moralidad del Ejército. Si cuando no existe en vigor ese aumento en el Ejército actual, y si está en vigor el sesenta por ciento federal y las facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda que han permitido al Ejecutivo allegarse fondos para cubrir sus presupuestos, estos presupuestos no están cubiertos, ¿qué será, señores diputados, mañana si es que se disminuye el tanto por ciento que se discute ahora? Pues sencillamente que el Ejecutivo no va a poder cubrir esos gastos, que la tropa va a quedar sin haberes y que van a aumentar día a día y por millares los atropellos de la misma tropa. Nosotros no debemos hacer lirismos, no debemos soñar con Jauja, como ha soñado el señor Roaro. Es verdad, hay que esperar un mejoramiento como consecuencia de la paz que ya se inicia en el mundo. Vendrán días mejores para México, pero como al C. Basáñez le dije anoche, no debemos calcular sobre probabilidades que puedan ser, sino que debemos partir de datos que ya están consignados, porque son productos de un hecho; lo mismo dije, señores: si las condiciones del país mejoran, bien sea que el Ejecutivo reduzca este tanto por ciento si es que lo estima conveniente, o bien sea que persista este tanto por ciento y algunos otros gravámenes que ahora existen, - como son muchos de los capítulos de la Ley del Timbre, - desaparezcan poco a poco, la tendencia del Ejecutivo es de que desaparezcan los gravámenes por concepto de la Ley del Timbre, por ser ellos muy atacables, tan atacables

que fueron en época no muy lejanas la bandera política de una revolución. El general Porfirio Díaz estampó en sus banderas de revolucionario: ¡Abajo la Ley del Timbre! ¿Y qué tuvo que hacer el general Porfirio Díaz cuando la realidad lo convenció brutalmente de la necesidad que tenía de sufragar los gastos? Volvió a poner en vigor la Ley del Timbre. No incurramos en ese defecto, señores, no incurramos en él tan sólo por el afán de lograr un aplauso, por el deseo de que allá en nuestro terruño cuenten las crónicas de que el diputado, preocupándose por el pueblo, - que en su mayoría no es contribuyente, - ha venido aquí a batirse de manera denodada para disminuir un impuesto que, como alguien dijo, ahoga al pueblo mexicano, mata al pequeño comercio, frases y más frases; nadie, repito, ha demostrado aquí que el impuesto mate al pequeño comercio ni que sea, mucho menos, falta de equidad como lo dijo el señor Roaro. Cuando las condiciones del país, repito, mejoren, cuando los ingresos a las arcas del tesoro por los distintos conceptos del presupuesto sean lo bastante cuantiosos para permitir el equilibrio entre los ingresos y los egresos, entonces sí, señores, revistámos de energía y vayamos a decir al Ejecutivo: "Si ya tienes y las condiciones del país han mejorado hasta este grado, ¿por qué, fundado en qué, sigues ahogando al pueblo con estos impuestos? Entonces sí, señores, pero ahora ¿para qué queremos hacer estos ensayos? ¿para que la realidad nos convenza con una negativa rotunda? Porque basta pasearse por la Tesorería General de la Nación, para ver que muchos de los pagos que forzosamente tienen que hacerse diariamente, no se hacen y no ha de ser por falta de voluntad, sino sencillamente por falta de recursos. Creo, señores, que no debemos tampoco permitir el que se explote, el que se grave indebidamente, no, pero si nosotros deseamos, al menos lo digo por vosotros; señores del contra, deseáis que se disminuya este tanto por ciento por conceptuarlo agobiador, dad, señores, otra fuente de ingresos al Erario que compense lo que por este capítulo percibe . Son 31 millones de pesos, es lógico, mejor dicho, es una verdad que el Gobierno, el Erario necesita tantos más cuantos millones de pesos para su existencia y debe percibirlos por tantos más cuando de los capítulos de sus ingresos. Si disminuimos uno de esos capítulos tenemos forzosamente que aumentar otro o que crear uno nuevo, pues de lo contrario producimos un desequilibrio y ese desequilibrio sobre el que ya existe, quién sabe a dónde nos llevará. Señores, dejemos de lirismos, no hagamos compadecimientos que no vienen a cuenta, seamos lógicos y veamos sobre todo que la necesidad nos demuestra que este impuesto del sesenta por ciento es indispensable para la vida del Erario.

El C. Roaro: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.

El C. Castillo Nájera: Moción de orden, señor Presidente. No hay quórum, reclamo el quórum.

(Voces: ¡Si hay! ¡No hay!)

El C. Prosecretario Aguilar: Habiendo sido reclamado el quórum, se procede a pasar lista. (Se pasó lista.) Hay una asistencia de 138 ciudadanos diputados. Hay quórum. (Siseos. Voces: ¡A votar!.)

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Comenzaré por lamentar muy sinceramente el poco interés que toma esta Cámara en un asunto de verdadera y trascendental importancia, de doble importancia en este momento para la Nación, porque las discusiones de los presupuestos son un elemento de moralización y de orden, son un elemento de prestigio para el pueblo y para el gobierno, son un elemento de progreso para el mismo pueblo, son un elemento incontestable de paz, de economía, de orden y de todas esas cosas grandes y bellas que forman la base sobre las cuales se asientan las grandes construcciones nacionales, sobre las cuales germinan los pueblos de hombres honrados, trabajadores y hombres cultos, al pensar en los cuales se siente orgullo de pertenecer a la humanidad. Desgraciadamente esta honorable Asamblea no ha prestado toda la atención debida a este asunto, lamentablemente no ha tomado todo el interés debido, y muchísimos oradores de los que pudieran traer luz a esta tribuna, sin duda se creen manchados con venir a tocar aquí la Ley de Presupuestos de la República Mexicana; sin duda los cuarenta abogados, los veintitantos ingenieros, todos estos hombres que han ocupado puestos públicos, que han manejado fondos, que han visto el mecanismo de las recaudaciones de los Estados, de las recaudaciones de los Municipios, sin duda piensan que su experiencia no les ha valido de nada y que no pueden traer ninguna luz a esta honorable Representación Nacional al venir a exponer aquí su opinión sobre tan interesante asunto. Yo hago, para comenzar mi discurso, un llamamiento a esta Honorable Asamblea, para que, con toda serenidad, con toda justicia, con todo aplomo, medite las consideraciones que voy hacer sobre el artículo que está a debate, artículo por demás interesante, puesto que forma uno de los nervios del presupuesto, una de las principales fuentes de entrada, pero también una de las principales fuentes de inmoralidad en toda la República.

Antes de entrar al punto de discusión, felicito a la Comisión por la buena fe con que ha defendido lo que cree una buena causa; pero de paso confieso que esta honorable Comisión me hace la impresión de un espejo en donde se retrata el caos hacendario que existe en la República, acompañado por los dos fantasmas con que se ha querido amedrentar a la misma Representación Nacional; estos dos fantasmas son el fantasma del Ejército y el fantasma de los gastos públicos. (Aplausos en las galerías.) Pero como quiera que a mí algunos de los compañeros me ha llamado un Quijote, voy a probar lo que no sé si será la lanza que usaba la creación del Manco de Lepanto, o si será el mosquete de Tartarín de Tarascón, que ya hemos demostrado que en más de una vez ha sabido herir el corazón de los incrédulos, el corazón de los individuos pesimistas, el corazón de los individuos que no creen todavía en la Patria mexicana y que, por lo mismo, no pueden hacer Patria, porque para poder hacer Patria, se necesita creer en ella.

La honorable Comisión nos ha dicho aquí, y tiene razón la honorable Comisión, porque está engañada, porque no es posible que tenga los datos necesarios: los Gobernadores de los Estados le dan unos datos a ella y al Gobierno Federal le da otros. Por otra parte, la honorable Comisión, quizá

también por medio de una inocente argucia cuyo alcance ni siquiera comprende la misma Comisión, ha venido a decir aquí que nosotros no podemos reformar ese tanto por ciento, que nosotros no podemos reformar esas cuotas, que nosotros tenemos que venir a esta tribuna a cruzarnos de brazos, a decirle al pueblo mexicano que continuará en la miseria por varios lustros, a decirle a nuestro Gobierno de una manera absolutamente inútil, que necesita corregir ese desorden, que necesita corregir ese caos, que necesita entrar dentro del sendero del orden, porque no es posible ninguna labor hacendaria sin orden, porque si en alguna parte se necesita orden, es precisamente en las labores hacendarias, porque las labores hacendarias son el orden, siendo el director de las fuentes de riqueza del país. Pero vamos a entrar en materia. Comenzaré por tomar el asunto en lo general, en seguida lo tomaré en lo que se refiere a los Gobiernos de los Estados y después lo tomaré en lo que se refiere a los Municipios. (Voces: ¡A votar! Siseos.)

Tomando el asunto en lo general, debo decir a ustedes que este impuesto es un impuesto global, y digo que es un impuesto global, porque no solamente versa sobre la propiedad rústica y urbana, sino que versa también sobre toda clase de contribuciones directas o indirectas que existen en los Estados o Municipios. En el mundo no existe una contribución semejante a esta global que gravita sobre toda clase de contribuciones de los Estados y de los Municipios; no existe una contribución semejante, porque sencillamente una contribución semejante no es contribución, es sencillamente un impuesto de guerra, un impuesto de guerra que ya no tiene razón de ser, un impuesto de guerra que tuvo razón de ser en los momentos en que se agitaba la República surcada en todas partes por gruesos núcleos de partidas contrarias, de fracciones, unas cobijadas por la bandera de la legalidad, otras cobijadas por la bandera del despotismo; pero no tiene razón de ser, en la actualidad una contribución global semejante es perfectamente antieconómica. Consultad todos los textos de Economía Política, consultad todas las obras hacendarais y veréis que un impuesto global de esta clase no debe existir, primero, porque es una fuente de tremenda inmoralidad; segundo, porque es poco fiscalizable; tercero, porque va a meterse hasta el hogar de los ciudadanos, es decir, hasta la vida privada; cuarto, porque generalmente se observa que es una arma de dos filos, porque hay que convenir, ciudadanos - y este argumento no lo ha expresado la Comisión -. que una de las razones por las que yo estimo los impuestos elevados, es ésta: porque los impuestos elevados hacen sentir a los ciudadanos el peso de la contribución, y los ciudadanos, al sentir el peso de la contribución, piensan en la cosa pública, es decir, piensan en la necesidad de cambiar de hombres, en la necesidad de cambiar de secuela, en la necesidad de cambiar de régimen, porque hasta a eso puede llegar la necesidad, porque la necesidad no tiene límites que no traspase, ni tiene fronteras que no atraviese. Por consiguiente, esta razónle ha faltado por decir a la Comisión, razón por la que debió haber comenzado.

¿Qué, se quiere hacer sentir un impuesto enorme sobre los hombres del pueblo para que ese pueblo empiece a comprender que ya es tiempo de que se fije en la cosa pública y no que se gobierne por quien quiera o como quiera, impuesto o no impuesto, pasando o no pasando sobre las leyes, conculcándolas o no conculcándolas, atropellandolas o no atropellandolas, arrogándose o no arrogándose facultades y haciendo, en una palabra, todo lo que está vedado por la ley y todo lo que está vedado por la justicia y todo lo que está vedado por el sentido común? Este impuesto, ciudadanos diputados, ya debió haber sido rebajado. ¿Pero por qué se mantiene? Se mantiene únicamente por esta razón: Por la necesidad de aumentar, no por la necesidad, por el deseo de aumentar a los soldados cierta cantidad hasta completar los haberes que tenían en 1910. Ahora bien, el aumento no se lleva sobre los soldados, a los soldados no se les aumentará un solo centavo, se lleva sobre las clases y se lleva sobre los jefes, es decir, este impuesto es perfectamente conservador, indica, es una muestra de debilidad del Gobierno, porque indica que el Gobierno necesita pagar más a los soldados para que los soldados apoyen al Gobierno, lo cual indica que no tiene confianza en el Ejército. Y esta desconfianza en el Ejército es infundada, esta desconfianza en el Ejército no es legítima, porque todavía en el seno del Ejército pulula una multitud de hombres que fueron a exponer su pecho a las balas enemigas en los momentos en que no se les daba todavía ninguna recompensa, en los momentos en que no podían esperar nada. (Aplausos en las galerías.) ¡Pero quizá tenga razón el Ejecutivo! Han entrado tantos nuevos jefes al Ejército, han entrado tantos individuos que, como Orozco, llevaron una bandera en contra nuestra y la salvaron después de la derrota, han entrado tantos hombres que no merecen el título de revolucionarios, ni siquiera el de soldados, porque no supieron comprender el interés y la necesidad de su Patria, que quizá esos hombres son a los que teme el Ejecutivo y por eso piensa pagarles mejor. Pero vamos al caso, ciudadanos diputados: Está sentado que este aumento es conservador, porque tiende a atraerse exclusivamente el afecto de una clase, la clase militarista, es la que ha ocasionado la mayor parte de los males que ha tenido siempre la Patria Mexicana. Recordad que desde que se empieza a retribuir en esa forma al Ejército, cuando no es en compensación con las necesidades nacionales, el Ejército entonces es cuando da los cuartelazos, porque todo es que se le de la primera retribución y aquélla no le basta, necesita otra y pide otra. ¿Por qué? Porque al elemento autocrático y al elemento reaccionario se les da el pie y se toman la mano; si son malos, si son como tiende a ser nuestro Ejército, mientras más se admitan elementos que no han sido revolucionarios, resulta que si al Ejército se le aumenta ahora, es decir, a los jefes y oficiales se les aumentan sus haberes, sucederá exactamente lo que con Pascual Orozco: Pascual Orozco, después de que Madero le dio cincuenta mil pesos en premio a la campaña que había hecho, precisamente porque no le dio más, porque no sació más sus ambiciones, fue a ensangrentar la República en los desiertos de Chihuahua. Pero vamos a ver; el Ejército no necesita que se le pague más, digo, a los jefes y oficiales; lo que necesita es que se le pague a tiempo. ¿Y por qué no se le paga a tiempo? Por la inmoralidad

administrativa, sencillamente, porque los pagadores están especulando antes con el dinero que va a servir para el sueldo, porque los jefes están especulando con ese dinero para más tarde entregarlo a las tropas (Voces: ¡Pruebas!), ¿Pruebas? Existen en toda la República, ciudadano diputado, me extraña que usted las pida, pedirlas es imbécil. (Voces: ¡Bravo! Aplausos en las galerías.) ¿Qué cosa mejor debe hacer un Gobierno popular? Vamos a calcular aproximadamente cuánto importa este aumento al Ejército. Por los datos recogidos en la Secretaría de Hacienda, importan ocho millones de pesos. ¿A qué economista se le ocurre que estando en bancarrota, como nos decía hace poco el C. Rodríguez, como nos decía hace poco el C. Priego, que teniendo un déficit de ochocientos mil pesos mensuales el Ejecutivo, a que Ministro de Hacienda, a que Ejecutivo se le ocurre aumentar todavía los gastos? (Risas). Señores, esto, confieso que me ha sorprendido en lo absoluto. Sólo la presión enérgica que está ejerciendo sobre nuestro Gobierno el partido conservador es lo único que lo puede obligar a adoptar esa medida. (Aplausos en las galerías.) Esa medida es antieconómica, esa medida es antipatriótica, esa medida es contraria a los principios de la Revolución. Si todavía no se alivian los hombros de los ciudadanos del peso enorme que tienen encima, ¿vamos a empezar a favorecer a una clase, a una clase que está todavía formada por los antiguos revolucionarios? No traicionaría al Gobierno, y si está formada por los elementos nuevas, por los elementos malsanos que han ingresado al Ejército, debe purificarse, debe sanearse, debe entrar dentro del carril honorabilísimo de una República que ha surgido de un movimiento revolucionario. Para eso se creó, pues, este impuesto: para poder subvenir a ese aumento que se va hacer a los jefes y oficiales; este aumento equivale a ocho millones; en cambio, si se prescinde de ese aumento, se puede rebajar este impuesto al cuarenta por ciento. Una rebaja al cuarenta por ciento implica para el Ejecutivo solamente una pérdida de diez millones; en cambio, el Ejecutivo se prestigiará mejor, porque el Ejecutivo podrá decir a la faz de toda la República: "El Ejecutivo de mi cargo, que apenas lleva dos años de establecido en el país, comienza ya a hacer una rebaja en las contribuciones a todos los ciudadanos de la República". Porque al primero a quien debe favorecer el Ejecutivo es al pueblo, al pueblo que lo elevó al Poder, al pueblo que le dio su voto, al pueblo que lo acompaño cuando era Primer Jefe en el Ejército para que fuera a combatir contra los enemigos de la legalidad y del orden, ese pueblo es el primero que debe ser favorecido para que el Ejecutivo demuestre su sinceridad, para que el Ejecutivo demuestre su rectitud de intenciones, para que el Ejecutivo demuestre que sólo miras liberales, que sólo miras absolutamente de acuerdo con la Revolución, son las que lo guían; que se prescinda de ese aumento a los jefes y oficiales, que se disminuyan esos ocho millones de los treinta y dos o treinta y un millones que produce este impuesto, y que se haga la consiguiente rebaja, que es la de cuarenta por ciento; eso es lo que nosotros pedimos, que se rebaje este impuesto al cuarenta por ciento.

Pero tengo todavía otras muchísimas razones que quizá cansen a la honorable Asamblea, pero si la cansan yo volveré a hacer uso de la palabra mañana, pero estas razones no deben quedarse en el tintero no debe haber una discusión mezquina, una discusión miserable en que la Comisión nos presente como único argumento la pasividad, ese argumento supremo de los que no tienen otro. ¿Que este impuesto es el culpable del encarecimiento de la vida? ¡Quien lo niega! ¡Que este impuesto es la causa de que hayan aumentado los precios de todos los artículos de primera necesidad y que estos artículos ya debían haber bajado, si no al nivel que tenían en el período preconstitucional, cuando menos más llevadero; son cosas que no deben discutirse aquí. Únicamente menciono otro argumento que ha venido a demostrar aquí, de una manera palmaria, el C. Roaro, como uno de los argumentos que deben tenerse en cuenta para la rebaja de este impuesto.

Por otra parte, las condiciones de la República - para destruir ese fantasma del Ejército con que se ha venido a querer asustar a esta honorable Asamblea -, yo me permito llamar la atención de los honorables señores diputados sobre el hecho positivo y cierto de que los ciento cincuenta mil hombres de que se ha venido a hacer gala no existen más que en la imaginación probablemente del ciudadano Ministro de la Guerra, (Aplausos en las galerías.) y ni en la imaginación del ciudadano Ministro de la Guerra, porque el ciudadano Ministro de la Guerra es un hombre muy sensato y se ha dado ya muy bien cuenta de que no existen. (Voces: ¡Ah!) Se extraña la Asamblea de que lo elogie. ¡Cómo no he de elogiar a un antiguo correligionario que obra de buena fe! Así como he censurado a otros, así alabo y defiendo a los que me merecen absoluta y entera confianza; si a algunos no se las merece, que vengan y lo censuren aquí. Digo que estos ciento cincuenta mil hombres no existen realmente; si no existen realmente, que se rebaje del Presupuesto de Guerra lo que se paga por todos estos individuos que no existen, y con sólo lo que se rebaje alcanzará a aumentar lo que quiere aumentar el Ejecutivo a los ciudadanos jefes y oficiales del Ejército. (Aplausos en las galerías.) Si el C. Rodríguez me viene a decir aquí que a una necesidad nacional se debe el aumento a los jefes y oficiales en sus haberes, yo le digo que no es cierto desde estos momentos; pero suponiendo que lo fuera, que se rebajen todos esos hombres que sí están figurando en las papeletas y en las nóminas y que no existen en realidad, y de esa manera se puede hacer ese aumento. Pero todavía hay más, ciudadanos diputados: siquiera que a estos ciento cincuenta mil hombres, o cien mil, como yo creo, se les pagara, pero el hecho es que no se les paga; hay muchos Estados de la República y muchas brigadas en donde los soldados no reciben absolutamente ni un centavo, porque todo se queda entre el pagador, el jefe del Regimiento y el jefe del escuadrón. (Aplausos en las galerías.) De manera es que este es otro caos, esta es otra arma con la cual yo destruyo ese fantasma que nos ha venido a presentar aquí la Comisión: el Ejército.

Y todavía hay otros gastos: los forrajes que proporciona la Secretaría de Guerra, el dinero necesario para forrajes, que no se pagan en ninguna parte, sino que todos los forrajes van a dar

a los bolsillos del coronel del regimiento. (Aplausos en las galerías.) Desde el año pasado cuando se discutieron los presupuestos, yo estuve señalando desde esta tribuna al propio Ministro de la Guerra que vino aquí, y que era el C. general Jesús Agustín Castro, estuve yo señalándole desde mi asiento la conveniencia de que se nombraran Comisiones inspectoras de hombres absolutamente honorables, que fueran con las fuerzas necesarias a hacer visitas, pero no visitas de componenda; el mismo señor Rodríguez nos decía que en los Estados había muchas componendas, pues ya es tiempo de que cesen, C. Rodríguez, ya es tiempo de que estas Comisiones vayan a estudiar cada regimiento, cada brigada, cada cuerpo, y a poner allí el orden debido, a impedir que se siga estafando a la Nación de una manera tan considerable.

Pero todavía fijáos en todo lo que se puede disminuir; voy a seguir con todo lo que se puede disminuir. ¿Cuánto han robado los pagadores del Ejército, unos veces con el pretexto de que se los lleva el enemigo, otras veces con el pretexto de que se perdió el dinero, y en fin, sin otro pretexto realmente que su falta de vergüenza? Pasa de dos millones de pesos la cantidad que ha sido substraída a la Nación por los distintos pagadores y por robos efectuados en distintas oportunidades. De seleccionar el personal de pagadores, de exigirles las fianzas debidas, resultaría para la Nación un aumento cuando menos de uno o dos millones de pesos. Y este aumento de uno o dos millones de pesos será el que nos permitirá descargar de los hombros de los contribuyentes la suma que marca este terrible, este tremendo impuesto.

Pero todavía hay más, ciudadanos diputados: que no nos venga el Ejecutivo a pedir aquí para gastos secretos aumento y aumento de partidas. ¿Qué tanto pueden importar estos gastos secretos? Yo quisiera que algún día en una sesión también secreta se nos dijera cuánto importan estos gastos. O qué, ¿son tan secretos que la Representación Nacional no puede tener conocimiento de ellos? (Risas.) Yo declaro solemnemente que durante mi gestión el año pasado nadie vino a decir aquí ni a dar cuenta de los gastos secretos.

Y todavía hay más: los gastos de prensa, los gastos que hace el Ejecutivo de la Nación para la dictadura de la prensa que ejerce por medio del Ministro Aguirre Berlanga, esa dictadura que consiste en decir a los periódicos absolutamente todo lo que deben decir, fuera de lo cual no deben salirse, del criterio que debe normarlos, ese criterio en virtud del cual hemos absuelto a los cronistas porque no son culpables de lo que dicen, porque no son más que los títeres, porque no son más que los maniquíes del jefe, (Risas y aplausos) del director del periódico; ellos no son culpables, ellos se ganan honradamente el pan; pero aquellos, los que aceptan la consigna sin protestar y nosotros que lo toleramos, nosotros sí somos culpables. Ya digo, no le basta al Gobierno tener la dictadura de toda la prensa; si tiene la dictadura de toda la prensa, siquiera que tenga un poco de talento y que no gaste el dinero en pensionar determinados periódicos. ¿Qué objeto tiene pensionar periódicos si a todos les impone la ley por la fuerza únicamente? De manera es que quite los cientos de miles de pesos para "El Pueblo," que quite los cientos de miles de pesos para otros periódicos y se verán caer esos periódicos como castillos de naipes, porque no se fundan en el prestigio de sus directores, ni en la bondad de sus artículos, ni en ninguna otra cosa que valga la pena, sino en el oro de la República, en el dinero de los contribuyentes, en ese dinero que se le arranca al pueblo de la República por medio de las contribuciones onerosísimas que sólo se imponen a los países cuando están en pleno período de guerra. (Aplausos.)

Pero todavía hay más, ciudadanos diputados, todavía tenemos más gastos indebidos. ¿Qué me decís de los negocios, qué me decís de esas compras de máquinas que va a hacer tal o cual Ministro, o que se hacen por cuenta de tal o cual Ministro en el extranjero y que resultan máquinas de pacota que no viene a dar servicio más que unos cuantos días? ¿Y que me decís de todas esas compras de harina, de cereales y no sé cuántas cosas dizque para beneficiar al pueblo, para darle de comer? Yo digo que el pueblo más que ganas de comer tiene ganas de justicia; yo lo que digo es que el pueblo más que ganas de alimentarse tiene ganas de ver moralidad en los que lo gobiernan. (Aplausos en las galerías.)

En estas condiciones, ciudadanos diputados, algunos hombres van a hacer negocios especulando con el hambre del pueblo, van a comprar el maíz, la harina y los artículos de primera necesidad y quizá hasta las medicinas, a un precio bajo y luego vienen a venderlas al Gobierno en un precio mucho mayor. Y todos estos negocios y toda esta plaga de sanguijuelas y toda esta plaga de explotadores y toda esta muchedumbre de fenicios que están acoplados a la Administración, éstos son los que tienen la culpa de estos elevados impuestos, de que la Revolución no haya cumplido con uno de los capítulos de su propio programa, uno de los capítulos que consiste en exigir únicamente del pueblo aquello que sea absolutamente indispensable y necesario para los gastos de la Administración.

Pero todavía hay más fuentes de robo, ciudadanos diputados, todavía no he terminado. (Risas.) Ayer se hablaba aquí del millón y del otro millón y de los otros dos millones que hay de estafas al Gobierno Federal por los Gobiernos de los Estados. Estas estafas están perfectamente comprobadas. El señor Tesorero de la Nación me puede servir de testigo - el antiguo Tesorero de la Nación -, sobre si no es verdad que en Guanajuato se ha descubierto una estafa al Gobierno Federal por más de un millón de pesos. (Voces: ¡No está!.)

El C. Alcocer, interrumpiendo: ¡Para una aclaración, señor Presidente! Suplico al señor Siurob me permita una aclaración.

El C. Siurob: No permito las aclaraciones. (Voces: ¡Huy! Murmullos.) Yo no digo precisamente que esto tenga el carácter de una estafa culpable para determinado individuo; es toda una Administración, y consuélese el señor Alcocer, que no es solamente Guanajuato (risas), existen en Puebla, existen en Querétaro, existen en otros muchos Estados de la República esas pérdidas para la Nación. No precisamente, quizá haya sido mal empleado el concepto de estafa; pero, desgraciadamente, falta la

entrada de ese dinero a las cajas del Tesoro Público, por mala fe muchas veces de la Administración de Rentas y muchas veces también por mala fe de los propios Gobiernos. ¿Cómo se llama este delito? (Voces: ¡Fraude!) ¿Fraude? Pues rectifico el verdadero nombre, si es fraude le doy el nombre que quieren darle los ciudadanos que aquí hablan en ese sentido. De manera, ciudadanos diputados, que no solamente esto es una causa de robo, sino que en los mismos Municipios - también en los mismos Municipios -, distraen mucho del dinero que debería ir a las areas del Estado, por el sistema de componendas que se ha empleado en todos los actos administrativos. Y vemos las componendas por todas partes y siempre en favor de los adinerados, y siempre en favor de los grandes, y siempre en favor de los que tienen tras de sí muchos miles de pesos, y siempre en favor de los opresores del pueblo. ¿Qué hace el hombre rico a quien le han puesto una gran contribución? Allí está el C. Gregorio Olvera, del Estado de Querétaro, el dueño de casi toda la sierra de Jalpan; ese hombre va a ver al Gobernador del Estado, y como es recibido con el sombrero en la mano y con miles de cumplimientos, cosa que no consiguen ni el infeliz comerciante en pequeño - de quien se decía que se trataba igual -, ni el infeliz pequeño agricultor; el ciudadano terrateniente habla con el ciudadano Gobernador del Estado e inmediatamente le son condonadas las contribuciones por tanto más cuanto y otro piquillo que se va para el Secretario Particular o para alguno que otro de los empleados. (Risas. Aplausos en las galerías.) ¿Y qué sucede con los Municipios? En los Municipios, la cuestión es más ratonera, pero, sin embargo, también es absolutamente cierta. Digo que es más ratonera - debía decir ratera - (risas), es más ratera, porque allí va el pequeño comerciante y se entiende con el Munícipe, y si no puede con el Munícipe, con la suegra del Municipe (risas), o con cualquiera de la familia. (Voces: ¡Huy! Aplausos en las galerías.) Y todas estas pequeñas mordidas al gran queso nacional (risas), sencillamente pasan desapercibidas para el ciudadano Ministro de Hacienda, porque al ciudadano Ministro de Hacienda le es imposible fiscalizar este impuesto, e impuesto que no es fiscalizable es sencillamente anti - económico.

Ya veis, pues, que este impuesto es un impuesto perfectamente anti - económico; ya veis que es una carga onerosísima que llega hasta la vida privada de los ciudadanos; ya veis que es una fuente de inmoralidad para el Municipio, para el Estado, para la Federación y para el Ejercito, y una fuente de inmoralidad tan inmensa, una fuente de inmoralidad tan grande. ¿No vamos a tratar de suprimirla, o cuando menos de amenguarla en la medida de lo posible? Entonces, ¿qué concepto nos hemos formado de la moralidad pública?, ¿Entonces para qué estamos aquí?, ¿Entonces para qué los ciudadanos de aquellos pueblos nos han dado su voto?, ¿Entonces para qué tanto hombre de buena fe está muy tranquilo con la esperanza de que su diputado esté haciendo algo bueno por él?. Yo llamo con todo encarecimiento, con todo afecto, diría más, al corazón de los ciudadanos diputados, y me permito suplicarles que volteen un poco la vista y que vean los cadáveres de tantos ciudadanos que están pereciendo de inanición en las calles y que esa inanición es consecuencia del encarecimiento de los artículos de primera necesidad y ese encarecimiento de los artículos de primera necesidad se debe a estos impuestos onerosísimos que nosotros debemos comenzar a derogar, porque ya estamos dentro del régimen constitucional, porque ya ese Ejército que nos presentan como fantasma puede comenzar a disminuirse, porque ya se acabaron los Inés Chávez García, porque ya Villa está secundado por unos cuantos, porque ya el caudillejo del Sur está relegado a las montañas acompañado de unos cuantos aventureros que todavía sobreviven debido a la ineptitud de los jefes militares, de los jefes que no activan la campaña militar (aplausos); porque ya es tiempo de que el Ejército empiece a ser disminuído. Y de paso me permito llamar la atención de esta honorable Asamblea, o me permitiré a su debido tiempo cuando las Comisiones de Guerra lo soliciten, sobre que se armen las milicias regionales de los Estados de la República, es decir, que todos los Estados, los Gobernadores de los Estados puedan tener sus milicias para que ayuden a la Federación, y de esa manera la Federación tenga que cargar la mano sobre los Estados. Los gobiernos de los Estados, para poder sostener esas milicias, tendrán que hacer equitativos sus impuestos, y cuando sean equitativos sus impuestos, aumentarán después de rechazo, los impuestos de la Federación; pero suponiendo que no aumentaran todo lo que los Estados defraudan al Gobierno de la Federación, una parte de eso siquiera lo gastarían en algo de provecho, en las milicias regionales que tanto provecho han dado y que descargarían en algo al Gobierno de la República.

Pero hay más todavía, ciudadanos diputados (risas, murmullos): de este impuesto de treinta millones de pesos, según estadística de la propia secretaría de Hacienda, sólo diez millones corresponden a la propiedad rústica, es decir, que el vasto suelo nacional tan extenso, en donde estamos, por decirlo así, distribuídos a razón de unos cuantos habitantes por kilómetro, esta enorme extensión de la República no produce al Erario más que diez millones de pesos, es decir, la tercera parte de los que producen todos los demás ramos, y como todos los demás ramos constituyen el pequeño.... ¡Ah! Se me había pasado advertir que la gran industria y el gran comercio se ha calculado en otros cinco millones; de manera que quitando estos quince millones resulta que la mitad de todos los impuestos recae sobre el pequeño comercio, sobre el pequeño agricultor, sobre la industria.

¡Cuánta razón tenía los ciudadanos diputados que nos han venido a decir aquí que el peso de todos los impuestos recae sobre los pequeños! Yo, desde esta tribuna, me permito llamar la atención por conducto de la honorable prensa..... (risas), a los Gobernadores de los Estados..... (risas y voces: ¿Honorable? ¡Son títeres!), para que cuanto antes establezcan el impuesto progresivo, ese impuesto progresivo que ya está empleándose en Europa en muchas naciones cultas y civilizadas y que permite, hasta cierto punto, hacer más equitativos los impuestos, es decir, que descarga de los impuestos a los pequeños terratenientes, a los pequeños propietarios, a los pequeños comerciantes, y que iguala en proporción los impuestos de los

grandes con los de los pequeños. Si los Gobernadores de los Estados se hubieran preocupado por este asunto y hubieran establecido el impuesto progresivo también en sus respectivas Entidades Federativas, lo que cobraría el Estado por esta contribución bastaría, como lo ha dicho el C. Rodríguez, para sostener todos los gastos del Gobierno, sin necesidad de ningún otro impuesto. En efecto, esta contribución sola bastaría para sostener al Ejecutivo de la República. ¿Pero cómo? Perfectamente establecido por los Estados que hubieran hecho presupuestos enteramente de acuerdo con las necesidades publicas, de acuerdo con los ideales de la Revolución, que todos los individuos que posean algo paguen en proporción de la misma riqueza; pero los Gobernadores de los Estados, desgraciadamente, no se han preocupado hasta estos momentos por hacer una labor hacendaría en este sentido. Yo desde aquí me permito llamar la atención del honorable Congreso y de los Gobiernos de los Estados, para que se fijen sobre este tan interesante asunto.

La falta de nivelación del Presupuesto, por otra parte, ciudadanos diputados, se debe a todas estas circunstancias: primera, al exceso de empleados inútiles; segundo, al cobro deficiente de los impuestos; tercera, a los gastos anormales; cuarta, a los gastos indebidos; y quinta, a los robos. Que se fije la Secretaría de Hacienda en todas estas fuentes de empobrecimiento para el Erario, que reglamente cada una de las circunstancias que determinan estas fuentes de desperdicios en donde se gasta, sin producir ningún fruto, el dinero del pueblo, que había servir para el bien de la Nación, y entonces se llenará este déficit, pudiendo darle algo al pueblo, siquiera como una limosna, algo de lo mucho que le hemos ofrecido y de lo poco, de lo poquísimo que le hemos cumplido. (Aplausos en las galerías. Voces: ¡Pero hay más!) Nos decían:

"El pequeño comercio no ha sufrido nada absolutamente." Hace muy pocos días todos los periódicos hablaban de que en el Estado de Querétaro, en la capital el comercio todo había cerrado sus puertas; cuarenta casas de comercio cerraron sus puertas y sólo la presión oficial ejercida de una manera autoritaria e indebida, contraria al criterio constitucional, fue la que hizo que el comercio volviera a abrir sus puertas, aun a riesgo de perder sus pequeños capitales, para volver a cerrar dentro de muy poco tiempo, de una manera definitiva. Ahí tienen ustedes un ejemplo palpable, y si de otros Estados no nos dicen lo mismo, sí nos lo dicen las cartas privadas que nos llegan, las cartas que todos recibimos, cartas lamentables y angustiosas que se dirigen a nosotros como la última y postrera esperanza, para ver si nosotros podemos aliviar en algo la triste situación de aquellos pobres pueblos. Lo que justifica la enormidad de las contribuciones es la manera de cómo esas contribuciones contribuyen al aumento del bienestar general. Pero yo os pregunto: ¿en qué forma contribuyen las contribuciones que paga hoy el pueblo mexicano a aumentar el bienestar general?, Váis a ver dentro de muy poco un Presupuesto de Egresos que da lástima, que da vergüenza, y que da vergüenza porque no encontraréis la más mínima partida destinada a Instrucción Pública..... (voces: ¡Cierto!). por que no encontraréis para el Ministerio de Fomento, que debería ser uno de los más cultivados en los actuales momentos, sino una suma absolutamente irrisoria, un millón o dos millones de pesos; porque no encontraréis para el Ministerio de Agricultura sino otra partida irrisoria de otros dos millones de pesos, mientras que la partida del Presupuesto de Guerra, tiene ciento cuarenta o ciento cincuenta millones de pesos. ¿A dónde vamos así? En todos los países cultos del mundo se sabe perfectamente que el pulso la medida del progreso de un país está en su Presupuesto, porque si en ese Presupuesto las dos terceras partes de los gastos están destinadas a Fomento, a la Agricultura y a la Instrucción Pública, aquel país está en vías de progreso, aquel país lleva el camino del orden, de la prosperidad, marcha a pasos agigantados hacia la luz, ve el porvenir a cara descubierta, está tranquilo para las generaciones futuras, sabe que sus hijos van a recibir en adelante lo que tienen derecho a recibir: el fruto del trabajo de sus padres. Pero nosotros, ¿qué vamos a legarles con Presupuestos como esos, con Presupuestos que, digo, dan lástima, que, digo, dan tristeza, que deben avergonzarnos, qué vamos a hacer?. Si a lo menos, pues, se justificara que esos enormes impuestos con que al pueblo se grava fueran a servir para el fomento, para el desarrollo de la Agricultura, de la Industria o de la Instrucción Pública, nos habríamos justificado ante la Historia; pero si no va a ser así, todos los honorables diputados se podrán explicar, y el pueblo en general, el empeño con que yo vengo aquí a escatimar, con que yo vengo aquí a defender un centavo, si es posible, de este Presupuesto. ¿Por qué? Porque yo quisiera que viniéramos aquí, como en otros tiempos los senadores romanos, a discutir con un criterio de avaro el dinero del pueblo, a discutir con un criterio miserable, de centavo a centavo, pidiendo explicaciones y cuentas de todo y marchando con absoluta lentitud sobre cada uno de los asuntos que se nos van presentando; porque yo quisiera que, a la manera del Senado romano, aquí dentro riñéramos unos con otros, dentro del terreno de la ley, del orden y de la justicia y allá afuera recibiéramos los hossannas, la respetabilidad y las bendiciones de todo el pueblo.

Todavía tengo que decir algo a Vuestras Señorías: los impuestos nuevos que se crearon fueron precisamente con el objeto de ir rebajando éste, porque así nos lo dijo el ciudadano Ministro de Hacienda en esta misma tribuna al discutir el año pasado estos Presupuestos; para esto se creó el impuesto sobre la luz, el impuesto sobre botellas cerradas el impuesto sobre los teléfonos, el impuesto sobre aguas - un impuesto nuevo, que no había existido -, que nosotros sancionamos con positivo gusto, porque vimos que era un impuesto justo y debido que nos propuso el ciudadano Ministro de Fomento, y aparte el impuesto sobre el petróleo y aun los impuestos sobre licores nacionales y extranjeros. Estos impuesto se crearon para poder reducir el otro, porque estos impuestos tienen una base justa.

Vamos examinándolos uno a uno: el impuesto sobre la luz, porque era un impuesto que no existía, que no puede ser oneroso para los ciudadanos y que,

por consiguiente, puede aplicarse perfectamente. El impuesto sobre botellas cerradas, porque grava el alcohol, el alcohol que quisiéramos ver desaparecer en lo absoluto como una bebida de uso para cualquier ciudadano. Las aguas, porque las aguas, si prestan un provecho, si sirven para hacer producir a la madre tierra el fruto de sus entrañas y si van a producir a los ciudadanos una fuente de ingresos en su propio haber, era muy justo que contribuyeran también para el Erario nacional. El petróleo, porque es una enorme riqueza nuestra a la cual debemos sacarle el fruto debido y con tanta mayor razón cuanto que no se utiliza dentro de nuestro propio suelo desgraciadamente en la proporción en que debería utilizarse. ¿Que no tenemos las máquinas suficientes para moverlas con petróleo; que no tenemos implementos y máquinas agrícolas para este mismo fin, que no las sabemos utilizar todavía?, Todavía no sabemos la enorme fuente de riqueza que tenemos ahí y no la sabemos utilizar de una manera conveniente; pero como la utilizan los extranjeros, también podemos sacarle un provecho para nuestra Patria. Y que no se diga que en el país más rico del mundo existen también los ciudadanos más miserables del mundo. ¿Y el impuesto sobre licores nacionales? Porque este impuesto también era debido en nuestra campaña que debemos emprender, que tenemos como una de las estrellas de los lábaros de nuestra bandera en contra del empobrecimiento de la raza, en contra del envenenamiento a que se entregan los ciudadanos por medio del alcoholismo.

Ya véis, ciudadanos diputados, cómo sí puede rebajarse el impuesto, ya lo he demostrado de una manera plena y palpable. Yo quiero que venga aquí alguno de los ciudadanos del pro a demostrar que he procedido con falsedad en cualquiera de estos datos, que vengan a decirnos aquí que es una medida muy económica el aumentar, el recargar con ocho millones nuestro desfalcado presupuesto; que vengan a decirnos que estos impuestos no van a producir más adelante, porque desde el momento en que toda la República está en paz, si este impuesto ha producido antes treinta y un millones, podemos calcular con toda certeza que en adelante producirá treinta y cinco. Si el impuesto sobre bebidas y todos estos impuestos han producido lo que está ahí apuntado, como ya entramos más en terreno de la paz, como ya estamos más en el terreno del orden, como ya se pueden desenvolver mejor las actividades nacionales, todos éstos darán más; que si ya éstos aumentan en cinco millones el presupuesto en el otro impuesto, tendremos diez millones de pesos, lo que equivale a poder rebajar este impuesto hasta el cuarenta por ciento, es decir, rebajar en veinte el sesenta.

Ya véis, ciudadanos diputados, cómo he tenido el honor de demostrar a Vuestras Señorías la absoluta justicia que tenemos los del contra y la absoluta injusticia con que procede la Comisión sin el estudio debido de los asuntos que le han sido sometidos para venir a exigir todas maneras esta carga onerosísima y pesada sobre todos los habitantes de la República. (Voces: ¡Ya, ya!) Si vamos a querer proporcionar al Ejecutivo todo el dinero que se necesita para que siga el desbarajuste hacendario, entonces, ciudadanos diputados, tendremos que declarar que el Ejecutivo de la República es como el Tonel de las Danaides, no tiene fondo. Yo recurro, pues, a vuestra honorabilidad, al recuerdo de vuestros comitentes, al recuerdo de los humildes, y a los que habéis sido revolucionarios, al recuerdo de que por eso empuñamos las armas y que por eso abandonamos la familia y fuimos a sacrificar los intereses y aún la vida si fuere necesario, para proporcionar al pueblo algún alivio en la mísera situación en que se encuentra. Y en nombre de la Patria pido a Vuestras Señorías se sirvan acordar que la Comisión se digne retirar este inciso para modificarlo de acuerdo con el espíritu de la Asamblea. (Aplausos y voces: ¡Muy bien!)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Pastor. (Voces: ¡Huy! Siseos. Campanilla.)

El C. Pastor: Honorable Asamblea: No vengo a demostrar que no existe la falta de honradez general en la República que ha denunciado el señor diputado Siurob, como tampoco que he tenido a mis órdenes grandes cantidades de gente, ni que he sido Gobernador, no puedo tomar bajo un punto de vista en general, como el señor diputado Siurob, este asunto, sino sólo bajo el punto de vista desde donde he podido observar esto en los humildes empleos que he desempeñado; pero no quiero entrar en materia sin hacer hincapié en que si el objeto principal de este impuesto es el aumento de sueldos al Ejército, está plenamente justificado por las siguientes razones: Allá por el año de 1906 o de 1904, cuando se trató de aumentar los entonces míseros sueldos de que disfrutaban los oficiales del Ejército, el señor Ministro de feliz memoria, don José Yves Limantour, pretendió que él podía tener capitanes de artillería de a veinte reales y entonces el señor general Reyes, que también se las traía en respuesta agridulces, le contestó que él podía proporcionarle ministros de Hacienda de a una peseta. Yo creo que si en aquel entonces eran imposibles los capitanes de artillería de a veinte reales, más lo serán hoy, tanto más que cuando se disfrutaba de aquella paz sepulcral, no se arriesgaba lo más noble que arriesga hoy el Ejército: su existencia. Las condiciones actuales de vida se puede decir que se han quintuplicado en cuanto a costo y creo que los ciudadanos que forman el Ejercito Nacional, que llevan largos años de andar de risco en risco y de desierto en desierto sin disfrutar de ninguna satisfacción,tienen derecho, por lo menos a medio comer, porque es imposible que un oficial del Ejército, ya no digo la tropa que está en el estado más lamentable que se puede dar, pero aun los oficiales, los señores generales, si se les pide que tengan una existencia honrada, si se quiere que cesen todos esos abusos, todo ese tráfico inmoral que se hace con los haberes, es necesario que estén bien pagados. para que por lo menos sus necesidades más inmediatas las puedan satisfacer. (Voces: ¡Huy! Siseos.) Bien se ve que los que me sisean no tienen costumbre de apreciar lo que es la lucha por la vida. Hay que ir a ver el espectáculo tan lamentable que presentan fuera de la capital los miembros del Ejército, sometidos a toda

clase de sanciones por parte del comercio y teniendo casi que mendigar para vivir, Esto no es decoroso ni es justo.

El C. Zincúnegui Tercero: Culpa de los pagadores.

El C. Pastor, continuando: Respecto a las demás causas que invoca el señor diputado Siurob para disminuir este impuesto, siendo de una elaboración tan larga la que requieren los procedimientos para llevarse a cabo, entiendo que no es el momento para que se intente.

Aquí se ha tratado de azorar a la Asamblea con la frase de "sesenta por ciento." Quiero analizar cuál es el importe de este sesenta por ciento, aplicado a uno de los medios de vida más extendidos en la República, que es el de la propiedad rural. Es evidente que todavía no llegamos a tener el pequeño propietario en la verdadera expresión de la palabra; hasta hoy la propiedad está dividida en dos grandes categorías: los grandes latifundistas y los indígenas, que no son pequeños, sino infinitesimales. Se puede decir, que todos ellos los que acaso tienen algún terreno, son parcelas insignificantes que valen a lo más cien pesos. A éstos no se les cobra el sesenta por ciento ni el cuarenta, puesto que en la inmensa mayoría de los Estados están exceptuados de toda clase de impuestos prediales los propietarios cuyas tierras valgan menos de cien pesos. Ahora, los que pagan este impuesto, lo hacen tomando como base la administración para el cobro de él, la manifestación del valor de esa propiedad. Aquí entra en juego la falta de honradez que se ha señalado desde esta tribuna: el que tiene una propiedad por valor digamos de 20,000 pesos, cuando alcanza el sómmum de honradez la manifiesta en 10,000, y esto lo digo porque, en mi carácter de Director del Catastro, pude ver casos tan típicos como este: que en una finca en el Estado de Oaxaca colindando con la capital, propiedad de una familia tal vez que se precia de revolucionaria - los señores del Valle -, manifestaban una hacienda en 25,000 pesos, Habiéndose hecho el avalúo cuatro veces por diferentes ingenieros, resulto aquella finca valiendo no menos de 125,000 con la agravante de que en esos días un interesado le ofreció 200,000 pesos a esa familia por la finca y no la quiso dar. Esto pinta el grado de inmoralidad a que llegan los propietarios en sus manifestaciones.

El C. Siurob: Es cierto.

El C. Pastor: Pues a pesar de eso voy a comprobar que este impuesto del sesenta por cierto no es gravoso para ellos, si lo comparamos con las ganancias que obtienen de esos fincas. Voy a tomar como base una finca que valga 10,000 pesos; esa finca paga por lo general el 7 al millar anual, como impuesto predial; 3 más al millar anual como impuesto municipal, más el sesenta por ciento sobre él; da un total de 160 pesos anuales como contribución que pagan, incluyendo a la predial y a la municipal, ese onerosísimo impuesto del sesenta por ciento. Esa misma finca, suponiendo que por un caso - que no se da nunca -, el propietario la haya manifestado en verdadero valor de 10,000 pesos, estando inmediatamente explotada, le rinde una utilidad que se puede estimar como del veinte por ciento anual. Esto da un total de ganancias de 2,000 pesos, que comparado con la cantidad que paga por contribución, de 160, indica para el propietario una contribución menor todavía del cuatro por ciento, que es un tipo muy moderado para cubrir todas las necesidades nacionales a cambio de las ventajas a que tiene derecho este propietario: a garantías y a hacer una vida civilizada. En cuanto a los pequeños contribuyentes, es decir, a los pequeños propietarios, que están más abajo del nivel de 100 pesos, no pagan ningún impuesto; los que tienen propiedades que fluctúan entre 100 - y esto que tomo como base..... Ya en algunos Estados está establecido el impuesto progresivo, puesto que, según me informa algún diputado del Estado de Puebla, allá, según la importancia del capital, pagan el cinco, el seis o el siete, hasta llegar al doce al millar anual. De todas maneras, aun en el caso de que el impuesto sea uniforme para todos, mientras menos valga la propiedad, menos pagará de impuesto. Lo que se dice que la pequeña propiedad y lo que se dice del impuesto predial, se le puede aplicar en lo general al comercio. Muchas personas que se dedican a este ramo, me han indicado que sufren toda clase de impuestos, pues el que tiene un estanquillo paga por jabón, paga por petróleo y paga por cuantos ramos hay. Esa culpa no es del Ejecutivo, culpa es, por una parte, del causante que no sabe hacer valer sus derechos; por otra, la falta de moralidad de los encargados de fijar esos impuestos. Pero esas dos causas no influyen en el impuesto del sesenta por ciento, puesto que el Ejecutivo no es responsable de esa falta de moralidad de parte de los inspectores, que son los que generalmente hacen esta clase de avalúos. Así es que si tenemos en cuenta que este impuesto repartido en esta forma no es una carga tan pesada como parece, y que por el momento es materialmente imposible reducir los gastos, puesto que a nadie se le escapa el resultado que daría el disminuir el efectivo del Ejército, pues sin meterme yo a averiguar si tiene 150,000 hombres, resulta que si se redujera se haría sobre los presentes y no sobre los supuestos, daría por resultado agravar por completo las condiciones del país, ya que esos individuos que hoy están a sueldo de la Federación como soldados, serían un refuerzo formidable para el Ejército de los sin trabajo de que está llena la República; así es que si se buscan paliativos a esto, no estarán en disminuir, ni mucho menos en rechazar, esta fuente de entrada para el Ejecutivo: el verdadero remedio estará en que si hay una falta absoluta de honradez de parte de los causantes para manifestar el valor de sus tierras, perjudicando con ello a los pocos honrados de la corporación, y si hay también una Ley del Catastro dada desde 1915, cuando esta ley se lleve a cabo y se fije el verdadero valor de la propiedad, entonces y no antes será cuando se puedan disminuir las cuotas, porque sólo así será cuando el Gobierno, estando equilibrado en sus gastos, pueda aliviar un poco la carga que pesa sobre los causantes honrados, porque sobre los de mala fe, absolutamente no se causa, puesto que defraudando el Erario pagan mucho menos de lo que realmente les correspondería.

Por estas causas pido a la Asamblea que apruebe tal como está este inciso, a reserva de que si en lo futuro mejoran las condiciones, como han dicho algunos señores representantes, tiempo habrá para entonces de presentar iniciativas que tiendan a

reducir este impuesto hasta el cuarenta por ciento, hasta el treinta por ciento, hasta el veinte por ciento o hasta hacerlo desaparecer; pero por el momento es absolutamente imprescindible que se pague este impuesto, puesto que aún así hay un gran déficit en el Presupuesto, como nos lo hizo ver el compañero Andrade Priego. (Siseos.)

El C. Soto Peimbert: Pido la palabra como miembro de la Comisión. (Voces: ¡No hay quórum!)

El C. Saldaña José P.: Reclamo el quórum.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Soto Peimbert.

El C. Soto Peimbert: He escuchado con profunda atención el discurso del compañero Siurob y me desentiendo, como miembro de la Comisión, de los distintos errores de la Administración que el compañero Siurob señala. No compete a un miembro de la Comisión el hacer hincapié en ello por mucho que, como miembro de la Cámara, sí creo que una sana Administración y una organización sabia de esa misma Administración deba redundar necesariamente en descargo de las contribuciones; pero hago notar que toda la argumentación en contra del sesenta por ciento, del C. Siurob, no ha girado sino al rededor de estos dos puntos: primero, la supresión o la rebaja del sesenta por ciento son panaceas suficientes para evitar los fraudes y las desviaciones de los caudales públicos que él ha señalado, con lo cual la Comisión no puede estar de acuerdo; segundo, el impuesto sobre la propiedad rústica monta a diez millones y, en concepto del C. Siurob es una cantidad exigua comparada con la que en verdad debiera recaudarse por ese concepto.

Estoy de acuerdo en esto último con el C. Siurob y sólo disiento de él en las causas a que atribuye él esa disminución. Yo conozco perfectamente que sólo un sistema catastral perfectamente organizado y una revaluación de la propiedad hecha por peritos competentes, puede dar una estadística que señale en verdad el valor exacto de la propiedad, para que se pueda sobre ese dato hacer el cálculo del impuesto; pero, como por otra parte, eso no se ha hecho y las necesidades de la Nación son urgentes, a reserva de que esa depuración y esa justipreciación se hagan, debe por ahora votarse el sesenta por ciento que importa un total de treinta y un millones, para satisfacer las necesidades más urgentes que reclama el Ejecutivo.

El cuadro de pacificación que nos pinta el C. Siurob, dista mucho de ser tal como él lo señala y como estaría en nuestro deseo que fuese; todos sabemos que muy a pesar de la "influenza española" que mata a los Chávez García y muy a pesar de las batidas enérgicas contra los demás levantados en armas, la prensa da constantemente la noticia de voladuras de trenes, de asaltos a poblaciones, etc., y, en consecuencia, no es la reducción de los gastos por ese capítulo lo que deba determinar el que los dineros así recaudados se apliquen exactamente. La necesidad imperiosa de recaudar el monto total a que ha quebrado también en pie la necesidad de reorganizar algunos servicios públicos, moralizando el personal y reduciendo al justo monto lo gastado para satisfacerlos. Así pues, la Comisión no tiene que rebatir, como lo ha hecho, sino esos dos puntos y queda en pie lo que el C. general Rodríguez expresó respecto a las causas de conveniencia general para aceptar dicho impuesto.

El C. Siurob: Pido la palabra para una rectificación.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: En un solo punto no ha estado en lo cierto el estimable compañero Soto Peimbert y es en éste: en que yo haya dicho que la rebaja del 20 por ciento sea un elemento de moralidad administrativa. Como ustedes habrán oído, ni siquiera me he referido a este asunto. Que puede ser y es el argumento que él me da, causa de moralidad y administrativa, sí puede serlo, como lo voy a demostrar. Puede serlo por esta razón sencilla: porque viendo el Ejecutivo que no le damos más que lo estrictamente indispensable y queriendo tener algunos sobrantes, el mismo Ejecutivo se encargará de fiscalizar mejor sus impuestos, de vigilar que se paguen puntualmente y que no se los roben y, por consiguiente, encierra esto un elemento de moralidad administrativa. Ya ve, pues, el C. Soto Peimbert que lo que él se suponía que era un argumento en mi contra dicho por mí y que no dije, resulta un argumento verdadero en mi favor. Por lo demás, una argumentación sólida y amplia como la que yo he expuesto, no se combate con cuatro palabras que ha dicho el C. Soto Peimbert, por más inteligente que yo lo suponga y por más lleno de razones que ustedes también quieran suponerlo. (Aplausos en las galerías.)

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra.

El C. Prosecretario Aguilar: Habiendo hablado los oradores que previene el Reglamento, en votación económica se consulta a la Asamblea si se considera el punto suficientemente discutido; los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pié.

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra. ¡Moción de orden!.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Espinosa Luis: En mi concepto esta votación no es legal, por que no hay quórum.... (Voces: Sí hay.)

El C. Villaseñor Mejía: Pido la palabra.

El C. Espinosa Luis: No he acabado. En consecuencia reclamo el quórum y pido que después de haberse pasado lista.....

El C. Siurob: Moción de orden.

El C. Espinosa Luis, continuando: se tengan presentes a los ciudadanos diputados que están acá en estos momentos, porque tengo conocimiento de que mucho de los ciudadanos diputados que faltan se encuentran en un ágape y naturalmente como esto, en mi concepto, representa una inmoralidad, porque se sabe que se están aquí discutiendo nada menos que los presupuestos, pido que se publique en el Diario de los Debates la lista de los ciudadanos diputados que no se encuentran acá en este momento.

El C. Siurob: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Estando ya votación, resulta absolutamente extemporáneo la moción de orden que hace el ciudadano Espinosa, puesto que ya se comprobará por el resultado mismo de la votación si existe o no existe el quórum y para el objeto pido votación nominal (Voces: Ya estamos en votación.)

El C. Prosecretario Aguilar: Como el C. Espinosa Luis reclamó el quórum antes de que se

hubiera hecho alguna declaratoria, lo que precede en este caso es proceder a pasar lista para justificar si existe o no quórum.

El C. Fernández Martínez: Moción de orden.

El C. Presidente: Un momento, va a hablar la Presidencia.

El C. Fernández Martínez: Perfectamente señor Presidente.

El C. Presidente: La Presidencia, antes de proceder a la votación nominal, tiene necesariamente que hacer la declaratoria de que este asunto está suficientemente discutido y no puede hacer esta declaratoria si minutos antes, es decir, en la votación, el ciudadano Espinosa Luis reclama el quórum. La declaratoria de la Presidencia sería ilegal si no se comprobase antes que este quórum existe dentro del salón; por consiguiente, la Mesa sostiene su trámite de que se pase lista.

El C. Prosecretario Aguilar: Se procede a pasar lista. (Pasó lista.) Hay una asistencia de 113 ciudadanos diputados. No hay quórum.

El C. Presidente, a las 8.20 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez a. m. a sesión de Congreso General.