Legislatura XXVIII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19190909 - Número de Diario 9

(L28A2P1oN009F19190909.xml)Núm. Diario:9

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 9 DE SEPTIEMBRE DE 1919

DÍARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Año II. - PERÍODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO III. - NÚMERO 9

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 9 DE SEPTIEMBRE DE 1919

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior. Se da cuenta con los asuntos en cartera.

2. - Oficio de la Cámara de Senadores con el que devuelve, de conformidad con el inciso (d) del artículo 72 constitucional, el expediente con el proyecto de ley desechado por esa Cámara, que concede autorización al ciudadano gobernador de Tlaxcala para formar un cuerpo de seguridad pública hasta por 500 plazas; recibo y a la 2a. Comisión de Puntos Constitucionales.

3. - Memorial signado por numerosos profesores, apoyando el proyecto de ley presentado por el C. diputado Morales Francisco César, relativo a que la educación pública del Distrito Federal sea administrada por el Ejecutivo; agréguese a su expediente.

4. - Segunda lectura al Proyecto de Reforma al Artículo 67 Constitucional, presentado por el C. diputado Siurob; admitido a discusión, pasa a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

5. - Es aprobado un dictamen de la 2a. Comisión de Gobernación, por el que se prorroga la licencia al C. diputado Torres José T., continuando en funciones su suplente.

6. - Es aprobado un proyecto de ley presentado por la Comisión de Administración, por el que se amplían las partidas 26, 27, 40 y 42 del ramo primero del presupuesto de egresos vigente; pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales.

7. - hacen uso de la palabra, para hechos, los CC. diputados Zavala, Siurob, Altamirano y García Ruiz.

8. - Continúa la discusión del dictamen de las comisiones unidas 1a. y 2a. Agrarias, relativo a las observaciones hechas por el Ejecutivo de la Unión al proyecto de ley sobre el cultivo de las tierras ociosas. - Se reserva para su votación el artículo 60.

9. - Artículo 8o. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. ANGELES JENARO

(Asistencia de 131 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 5.20 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. secretario Castillo, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día ocho de septiembre de mil novecientos diecinueve.

"Presidencia del C. Arturo Méndez.

"En la ciudad de México, a las cuatro y treinta de la tarde del lunes ocho de septiembre de mil novecientos diecinueve, con asistencia de ciento treinta y cinco ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. secretario Saldaña, se abrió la sesión.

"El C. secretario Aguilar leyó el acta de la sesión celebrada el día seis del presente mes, la cual fue aprobada sin debate en votación económica.

"La Presidencia, por conducto de la Secretaría, hizo del conocimiento de la Asamblea, que después de la sesión del sábado último se había recibido invitación para la ceremonia luctuosa que cada año tiene verificativo en Chapultepec el ocho de septiembre en honor de los niños héroes, y que para asistir a ella nombró una comisión, e invitó al ciudadano diputado que la presidió para que informara. El C. Espinosa Luis usó de la palabra para protestar, porque estimó que no se había nombrado con toda oportunidad esa comisión.

"La Secretaría pasó a dar cuenta con los documentos en cartera:

"Circular del ciudadano gobernador del Estado de Michoacán, en que comunica que el día 1o. mes próximo pasado volvió a hacerse cargo del despacho de la Secretaría General de ese gobierno, el licenciado David Carrillo. - De enterado.

"Oficio del ciudadano gobernador del Estado de Guerrero, con el que envía dos ejemplares del decreto por el cual se erige una nueva cuadrilla en el distrito de Alvarez, municipio de Chilapa, con el nombre de Xilozuchicán. - Recibo, y al Archivo.

"Solicitud del C. diputado Antonio Guerrero, relativa a que se le conceda licencia por quince días, con goce de dietas. - Previa dispensa de trámites, se aprobó sin discusión.

"Solicitud del C. diputado Manuel Chávez M., para que se le otorgue una licencia hasta por veinte días, con goce de dietas. En la misma forma que la anterior, se aprobó.

"Se recogió la votación nominal que en la sesión del cinco de este mes quedó pendiente por falta de quórum, acerca de la fracción XI del artículo 191, capítulo XVI reformado, del Proyecto de Ley del Trabajo, y resultó aprobada por ciento veintiséis votos de la afirmativa contra ocho de la negativa, de los CC. Díaz Infante, García José Guadalupe,

Gutiérrez Antonio, Lazcano Carrasco, Ramos, Roel, Silva Jesús y Tamez.

"A discusión el artículo 224 del mismo capítulo, las comisiones, con anuencia de la Asamblea, lo retiraron, en virtud de que el precepto que contiene está consignado en uno de los artículos ya aprobados.

"El resto del capítulo, por no haber sido objetado, se votó en un solo acto y se aprobó por ciento veintiocho votos de la afirmativa contra dos de la negativa, de los CC. Díaz Infante y Soto Peimbert.

"El C. Zavala Dionisio usó de la palabra para hechos relacionados con las elecciones de poderes en el Estado de San Luis Potosí. El orador fue interrumpido por el C. Ruiz Martínez para hacer una moción de orden, a la que siguió una aclaración de la Presidencia, y proporcionó un escrito, a fin de que fuera leído por la Secretaría.

"Con permiso de la Cámara, habló también para hechos, el C. Altamirano. Se refirió a las elecciones de gobernador verificadas últimamente en el Estado de Guanajuato. El C. Rodríguez Alfredo hizo una aclaración con motivo de los conceptos del C. Altamirano, y éste contestó una interpelación del C. Morales Hesse.

"Con anuencia de la Cámara, usó de la palabra sobre el mismo asunto, el C. García Ruiz, quien fue interrumpido por una moción de orden del C. Angeles Carlos.

"El C. Silva Federico, presidente de la comisión nombrada para depositar en este día una ofrenda floral en el monumento erigido a los niños héroes en Chapultepec, informó acerca del resultado de dicha comisión.

"Después de una moción de orden del C. Espinosa Luis, el C. Verástegui Franco, previo consentimiento de la Asamblea, hizo uso de la palabra con objeto de rectificar los hechos asentados por el C. Zavala Dionisio.

"La Secretaría y el C. Espinosa Luis hicieron aclaraciones con motivo de la moción de orden que éste había hecho momentos antes.

"El C. Roaro, después de que la Cámara dio su aquiescencia para ello, se ocupó de las elecciones de gobernador en Guanajuato. El orador contestó una interpelación del C. Rodríguez Alfredo, y éste hizo aclaraciones.

"La Asamblea, previa consulta de la Secretaría, acordó que no se continuara concediendo la palabra para hechos y que se pasara a la sesión secreta reglamentaria.

"A las seis y treinta y ocho se le levantó la sesión."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

El C. secretario Aguilar: Se va a dar cuenta con los documentos en cartera:

"La Secretaría de gobernación comunica, por medio de su oficio número 3,760, fechado el día 5 de los corrientes, que ha quedado enterada de la elección de presidente, vicepresidentes, secretarios y prosecretarios hecha por esta Cámara." - A su expediente.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.

- México. - Sección Primera. - Número 241.

"Ciudadanos secretarios de la honorable Cámara de Diputados. - Presente.

"De conformidad con el inciso (d) del artículo 72 de la Constitución General de la República, en 113 fojas útiles tenemos la honra de devolver a esa honorable Cámara el expediente con el proyecto de ley desechado por esta de Senadores, sobre la autorización al ciudadano gobernador del Estado de Tlaxcala para la formación de fuerzas de seguridad pública hasta por 500 plazas.

"Con este motivo reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - México, septiembre 8 de 1919. - A. S. Rodríguez. - Enrique Contreras." - Recibo, y a la 2a. Comisión de Puntos Constitucionales.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Numerosos profesores y profesoras de Instrucción Primaria del Distrito Federal, envían un memorial apoyando el proyecto de ley C. diputado Francisco César Morales, relativo a que la educación pública en el Distrito Federal sea admitida por el Ejecutivo de la Unión." - Agréguese a su expediente.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Segunda lectura del Proyecto de Reforma al Artículo 67 Constitucional, presentada por el C. diputado J. Siurob, a cuyo proyecto se dio primera lectura el 6 de septiembre de 1919."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se admite a discusión. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. No hay mayoría de pie. (Voces: ¡Sí hay!) Se admite a discusión. Pasa a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Comisión 2a. de Gobernación.

"Señor:

"Fue turnado a la 2a. Comisión de Gobernación que subscribe, un mensaje que desde Roma dirige a la Representación Nacional el C. diputado propietario José Torres, solicitando se le prorrogue indefinidamente la licencia de que disfruta, por tener necesidad de permanecer en Europa.

Los subscriptos, miembros que integran la expresada Comisión, consideran que el motivo expuesto por el C. diputado Torres para fundar su petición, es de atenderse y, por consiguiente, se

permiten someter a la deliberación y aprobación de esta honorable Asamblea, el siguiente acuerdo económico:

"Concédase licencia indefinida al C. diputado José Torres, para que permanezca separado de sus funciones representativas, continuando su suplente en ejercicio."

"Sala de comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 8 de septiembre de 1919. - R. Castro. - M. Lomelí. - Antonio Quiroga."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se consulta a la Asamblea si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Comisión de Administración.

"La Comisión de Administración que subscribe, tiene el honor de sujetar a la deliberación y aprobación de esta honorable Asamblea, pidiendo sea considerado el asunto como de urgente resolución, el siguiente proyecto de ley:

"Artículo único. Se amplían las partidas 26, 27, 40 y 42 del Ramo I del Presupuesto de Egresos del Erario federal para el presente año, en la siguiente forma:

"Partida 26. Para raya de linotipistas, prensistas,

cajistas, encuadernadores y toda clase de personal

secundario o supernumerario $ 32,000.00

"Partida 27. Para papel, tinta, gasolina, fuerza

eléctrica y para toda clase de gastos de la

imprenta " 20,000.00

"Partida 40. Para alumbrado, teléfonos, reposiciones

y gastos imprevistos " 10,000.00

"Partida 42. Para gastos extraordinarios de la

Cámara " 30,000.00

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 8 de septiembre de 1919. - G. Gámez. - C. Esparza. - Alfonso Breceda."

En votación económica se consulta a la Asamblea si se considera de urgente resolución este asunto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Sí se considera de urgente resolución. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se va a proceder a recoger la votación nominal para el proyecto de ley a que se acaba de dar lectura.

Por la afirmativa.

El C. secretario García Ruiz: Por la negativa.

(Se procedió a recoger la votación.)

- El mismo C. secretario: Votaron por la negativa 6 ciudadanos diputados.

El C. secretario Aguilar: Votaron por la afirmativa 145 ciudadanos diputados. En consecuencia, ha sido aprobado el proyecto de ley. Pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales.

El C. Zavala: Pido la palabra, señor presidente. Estoy inscripto para hablar.

El C. Angeles Carlos: Pido la palabra. ¡Pido la palabra!

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Soto Peimbert, para hacer una interpelación.

El C. Soto Peimbert: Señores compañeros: El hecho de que el año pasado, cuando se trató de remover al personal de la Contaduría Mayor de Hacienda, yo me esforzara por delinear procedimientos que tendieran a una completa eficiencia de esta dependencia del Poder Legislativo.....

El C. Amezola, interrumpiendo: ¿Deficiencia?

El C. Soto Peimbert, continuando: Eficiencia, compañero; ..... me mueve hoy a interpelar a la Comisión de Administración para que se sirva informar a esta honorable Asamblea sobre las causas que han determinado el que la Tesorería del Congreso, desde el último día de diciembre del año próximo pasado hasta la fecha, no haya rendido las cuentas de rigor. Yo estimo que para poder exigir un completo, un absoluto cumplimiento de la ley a las dependencias de los demás poderes, estamos estrictamente obligados a comenzar por llevar rigurosamente las propias. Yo sé que se protestó en una ocasión en que la Contraloría pretendió hacer un arqueo en las arcas del Congreso, y que para proceder a él y a la revisión de las cuentas de la Tesorería de esta Cámara, hubo de sellarse la caja del Congreso. Así pues, siendo de interés general y contribuyendo para nuestros propósitos el que la Comisión nos diga con absoluta precisión y claridad las causas que han determinado el hecho de que las cuentas de la Tesorería del Congreso no hayan sido rendidas hasta la fecha, a partir del 31 de diciembre último, hago esta interpelación de una manera sumamente cordial, como debe ser entre compañeros; pero a la vez rogándole con toda la fuerza de que soy capaz, que nos exprese esas causas....

El C. León Oscar H., Interrumpiendo: ¡Moción de orden! El asunto de que se está tratando corresponde a sesión secreta .

El C. Soto Peimbert, continuando: Me permito manifestar al ciudadano que me ha interrumpido, que solicité el uso de la palabra para hacer mi interpelación durante la sesión secreta, al ciudadano presidente de la Cámara, doctor Arturo Méndez, y que no me fue concedido sino hasta este momento. En tal virtud, aun cuando soy del mismo modo de pensar que el compañero León, me veo en el caso de usar de la palabra para hacer la interpelación en sesión pública, ya que durante la sesión secreta no se me permitió hablar. Creo dejar satisfechos así los justos deseos del compañero; pero por la índole del asunto, me veo en el caso de no renunciar a mis propósitos.

Ruego del modo más atento al señor diputado Gámez se sirva contestar a mi interpelación.

El C. León Oscar H.: ¡Moción de orden! Creo que la Presidencia debe suspender por un momento la sesión pública, para que se trate este asunto en sesión secreta. (Siseos.)

El C. secretario Aguilar: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, manifiesta al C. León que se trata de una interpelación relativa a un asunto, en globo; se trata de la revisión de las

cuentas de la Tesorería, y no se llegará verdaderamente a ningún asunto concreto que amerite la exigencia absoluta de la sesión secreta. A más de eso, el informe del ciudadano presidente de la Comisión de Administración, se concretará a manifestar por qué no se han rendido esas cuentas; mas no llegará a los detalles de las mismas cuentas. En ese concepto, es como la Presidencia le ha concedido el uso de la palabra al C. Soto Peimbert.

El C. presidente: Continúa en el uso de la palabra el C. Soto Peimbert.

El C. Esparza: Pido la palabra para contestar la interpelación del C. Soto Peimbert.

El C. Soto Peimbert, continuando: Señor compañero Gámez: Le ruego a usted, del modo más atento, se sirva decirme si está dispuesto a contestar mi interpelación.

El C. Gámez: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Gámez: Es un asunto que debe tratarse en sesión secreta.

El C. Soto Peimbert: En ese caso, señores compañeros, yo me permito suplicar del modo más atento a Vuestras Señorías, que se sirvan tener presente la observación que he hecho al C. compañero Gámez, para que en la sesión secreta más próxima tratemos este asunto, que es de interés general para nosotros, ya que debemos sentar un precedente para la exigencia extrema que debemos tener sobre el manejo de fondos para todos aquellos que los tienen en su poder. (Voces: ¡Como Cabrera!)

El C. Angeles Carlos L.: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Angeles Carlos L.: "El Demócrata" de hoy da una noticia relacionada con el diputado Zavala Dionisio; como contiene algunos hechos que son de alguna gravedad, tanto por la forma como se ha expresado el jefe del Estado Mayor Presidencial, como por hecho mismo de haber venido por el compañero Zavala, pido que se deje en libertad a este ciudadano diputado para que informe a esta Asamblea a fin de que, en vista de lo que haya pasado, se presenten las mociones pertinentes.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Zavala Dionisio.

El C. Zavala Dionisio: Ciudadanos representantes: ¡Nada importa que las declaraciones que en estos momentos voy a hacer, sean mi sentencia de muerte! (Toses. Risas, Aplausos.) Así como en alguna forma yo en lo particular pude enfrentarme en la capital del Estado de Nuevo León en contra del "huertismo", hoy también creo cumplir con mi deber enfrentándome a la tiranía de Juan Barragán, si es que así se le puede llamar. (Aplausos.)

Vosotros todos, o varios de los señores diputados tuvieron conocimiento de que ayer, cuando concluyó la sesión, el general Juan Barragán estuvo a las puertas de la Cámara, para hacerme una honrosa invitación. Con anterioridad recibí un papel anónimo, donde se me decía que el padre del general Juan Barragán iba a llamar a su hijo para que me diera de golpes. Alguien me insinuó la idea de que abandonara este recinto; pero aunque insignificante, tengo un poco de valor civil, y por ello decidí esperar al general Juan Barragán, supuesto que ya sabía que tenía que venir. A la salida, o sea en el pórtico de la Cámara, el diputado Avilés me indicó que estaba el general Juan Barragán; de momento no lo ví; pero cuando me dirigí a un potente automóvil que estaba en la puerta y al frente unos señores oficiales, ví que, efectivamente, era el mencionado general. Me llamó y en seguida fui hacia él y me invitó a tomar el automóvil, y con mucho gusto lo hice; (Risas.) pero, ciudadanos diputados, lo que más me sorprendió no fue la invitación del general Juan Barragán, sino fue la presencia del señor Severino Martínez dentro del automóvil, quien de una manera misteriosa, así, se ocultaba en uno de los extremos del automóvil; cuando lo ví, lo saludé; me cedieron el asiento del centro y ordenó el general Juan Barragán que se pusiera en movimiento el automóvil.

Como los hechos de las declaraciones del señor Juan Barragán son enteramente falsos y eso desdice mucho de la categoría del señor general Juan Barragán como jefe del Estado Mayor del ciudadano presidente de la República, voy a rectificar, o no a rectificar, sino a narrar cómo fueron los hechos: me invitó, como he dicho a ustedes, a que tomase asiento en el automóvil, y en seguida, quizás asustándome, o algo así, o intimidándome, decía que no volviese yo a tratar los asuntos de San Luis Potosí en la Cámara de Diputados, y que estaba dispuesto a darme de golpes. Yo le contesté que estaba dispuesto a recibir... (Risas.) Yo le contesté que estaba dispuesto a recibir cualquiera consecuencia que resultara por la defensa de los asuntos del Estado de San Luis Potosí y entonces dijo que "adónde nos iríamos a pasear"; y yo le contesté que "adonde quisiera" y ordenó que fuésemos a Chapultepec. (Murmullos y voces: ¡Ah!) En el trayecto que hicimos de la Cámara a la casa que él habita, o no sé si serán sus oficinas, en la Avenida Reforma, no se llegó a exaltar el general Juan Barragán como dice, ni llegó tampoco el diputado Zavala a humillarse ante el general Juan Barragán ni ante el señor Severino Martínez. No, señores; es falso. Me decía el señor general Juan Barragán que "no había razón para que yo lo atacara dentro de la Cámara"; estábamos en ese altercado, cuando el señor ingeniero Severino Martínez terció en el asunto y dijo que "por qué había llevado yo este asunto del Estado de San Luis Potosí hasta allá"; se le hacía muy lejos lo que yo estaba tratando, es decir, lo que yo había hablado y les dije: "ustedes son los causantes de estos acontecimientos". Me decía el señor Severino Martínez: "¿Qué, usted no sabe que esto es de consecuencias para la nación y para nosotros?" Y yo les dije: "Quién es el culpable, si no ustedes?" Entonces nos acercábamos a la casa del general Juan Barragán, cuando tal vez conmovido o no sé cómo, el general Juan Barragán me decía que "me iba a perdonar y que iba a mandar a uno de sus secuaces para que me pegara." Estoy dispuesto, señor general Juan Barragán". (Voces: ¡Muy bravo! ¡Muy valiente! siseos.)

Entonces citaba también al general Siurob y me decía que "a ambos, a mí y al general Siurob, tendría que castigarnos." (Risas. Murmullos.)

Llegamos a la casa o frente a la casa del señor general Juan Barragán en Paseo de la Reforma; abrieron el automóvil y bajó el general; en seguida quise bajar yo y me interceptó el paso el señor ingeniero Severino Martínez y él bajó con el general; yo en esos momentos sospeché de algo grave para mí y bajé en seguida; pero ya no me dio tiempo de observar lo que hablaron el señor Severino Martínez y el general Juan Barragán. En esos momentos el señor ingeniero Severino Martínez se acercó a mí y me quiso tomar por el brazo y salimos a una distancia de unos quince metros; ahí me decía el señor ingeniero Severino Martínez, que "el ciudadano general era amigo mío y que él era también amigo mío", en fin, que "los tres éramos amigos... (Risas) y que no debíamos de ninguna manera seguir tratando estos asuntos." Yo no accedí a nada, absolutamente a nada; yo creo cumplir con mi deber al seguir atacando al general Juan Barragán cuando dé lugar a ello en los asuntos de San Luis Potosí, y declaro tampoco fui yo quien me arrodillé ante el señor general Barragán para no seguir tratando estos asuntos. Las amenazas que recibí del señor general Barragán para no seguir tratando los asuntos de San Luis Potosí, no son una mordaza para seguirlos tratando. Que entienda el señor general Juan Barragán que yo apelo a la Constitución, porque la Constitución esa sí me da el derecho para tratar de aquellos asuntos y opinar sobre cualquier asunto; debo de cumplir con esa misma Constitución y seguiré tratando el asunto de San Luis Potosí, cumpliendo con esa misma Constitución. Esa es la verdad de los hechos. (Aplausos.) Esa es la verdad de los hechos y ha declarado así falsamente el C. general Juan Barragán que yo me le haya arrodillado y que le haya pedido perdón y que no haya querido seguir tratando el asunto de San Luis Potosí. Esa es la verdad, señores diputados. (Voces: ¡Que tome nota la prensa!)

Yo le suplicaría a la prensa que tuviera la bondad de tomar nota de todo lo que he dicho. (Aplausos y voces: ¡Bravo!)

El C. Siurob: Pido la palabra. (Voces: ¡Tribuna! ¡Tribuna!)

El C. presidente: Estando inscripto el C. Roaro para hechos, tiene la palabra. Al final será usted anotado, señor Siurob.

El C. Roaro: Yo estoy inscripto después del señor Pérez Vela que había pedido la palabra para hechos. Quiero tomar nota de las palabras del señor Pérez Vela.

El C. presidente: ¿El C. Roaro renuncia entonces al uso de la palabra?

El C. Roaro: No renuncio al uso de la palabra, sino que estoy inscripto después del señor Pérez Vela.

El C. presidente: El C. Pérez Vela tiene el uso de la palabra. (Voces: ¡No está! ¡No ésta! Campanilla.)

El C. Roaro: Está inscripto también antes que yo el señor Villaseñor. (Voces: ¡Moción de orden! Murmullos. Campanilla.) Pido la palabra, señor presidente. Le cedo el turno al señor diputado Siurob y tomaré la palabra después de que venga el señor Pérez Vela.

El C. presidente: Hago advertir al C. diputado Roaro que el C. Siurob está anotado al último de los oradores.

El C. Roaro: Le puedo ceder yo mi turno en este momento y tomar la palabra yo después.

El C. presidente: No se puede alterar el orden de los oradores.

El C. Espinosa: ¡Moción de orden, señor presidente! ¡Moción de orden!

El C. presidente: ¿Para qué?

El C. Espinosa: Para hacer saber a la Asamblea la parcialidad de Su Señoría. He subido a presenciar ahí cómo están los oradores en la lista y he visto que Su Señoría hace ahí componendas, y como esto no es cumplir con el reglamento, sino violarlo, pido a Su Señoría que se sujete al orden en que están inscriptos los oradores. (Desorden. Campanilla. Aplausos.)

El C. Amezola: ¡Para una moción de orden!

El C. presidente: Debo advertir al C. Espinosa que la Mesa no tiene absolutamente ningún interés, el más insignificante interés en el turno en que se conceda la palabra a los oradores. Si se ha alterado el orden, fue por una insinuación del señor Pérez Vela que cedió su turno al señor Roaro. Esto es lo único que hay. (Desorden. Campanilla.)

El C. Espinosa: Voy a aclarar. No tiene derecho el señor Pérez Vela para posponerse en el uso de la palabra cuando están inscriptos en determinado orden los ciudadanos. (Continúa el desorden. Murmullos.) Si el C. Roaro lo hubiera solicitado así, entonces tendría derecho; pero el C. Roaro no ha pedido hablar antes del C. Pérez Vela. Por tanto, Su Señoría ha infringido el reglamento al haber cambiado el orden. (Desorden. Campanilla.)

El C. presidente: En vista de que el C. Pérez Vela no se encuentra en el salón, se pospone para el momento en que se presente.

El C. Lara: ¡Moción de orden! ¡Moción de orden!

El C. Roaro: Cedo mi turno al señor diputado Siurob. (Desorden.)

El C. Lara: ¡Moción de orden! Ha declarado usted que no estando el C. Pérez Vela, se le retira el uso de la palabra por hoy para dársela en cuanto venga. No; el señor Pérez Vela tiene derecho a hablar hasta el último. (Desorden.)

El C. presidente: Sí, señor. (Voces: ¡Ahí está Pérez Vela!)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Pérez Vela.

El C. Pérez Vela: Renuncio al uso de la palabra.

El C. secretario Aguilar: El C. Pérez Vela renuncia al uso de la palabra.

El C. Amezola: Para una moción de orden. (Voces: ¡No hay desorden!)

- El mismo C. secretario: Está inscripto en seguida el C. Villaseñor Salvador.

El C. Villaseñor Salvador: Estaba inscripto yo después del señor Altamirano, que se había inscripto para hacer uso de la palabra para hechos.

El C. presidente: El señor Altamirano ha solicitado permiso de la Presidencia para salir.

El C. García de Alba: Pido la palabra para una moción de orden, señor presidente. (Campanilla.)

El C. presidente: Tiene la palabra para una moción de orden el C. García Alba.

El C. García de Alba: Ya hace varios días que estamos perdiendo el tiempo con oradores que piden la palabra para hechos. Ningún artículo del reglamento autoriza para tomar la palabra para hechos, sino solamente para rectificar hechos conexos con el debate. Yo suplico a la Presidencia que siga la Orden del Día y, en ese caso, que se reserven los señores para cuando les toque su turno, es decir, cuando tengan rectificaciones de hechos conexos con el debate. (Aplausos y voces: ¡Bravo!)

El C. presidente: El C. Roaro tiene el uso de la palabra.

El C. Roaro: Le cedo el turno al señor diputado Siurob. (Murmullos. Campanilla.)

El C. Fernández Martínez: ¡Moción de orden!

El C. presidente: No hay ningún desorden.

El C. Fernández Martínez: En concepto de usted, no; pero en el mío, sí. Señor presidente, pido la palabra para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Fernández Martínez.

El C. Fernández Martínez: Es verdaderamente lamentable que la Presidencia, en este momento en que debía ser ecuánime, cuando el señor diputado Roaro cede la palabra al C. Siurob y que debía acceder a esa sesión, en este momento esté como sin querer hacer nada, como no queriendo que se diga nada en esta Asamblea; si basándose en el reglamento, el señor Roaro cede la palabra al doctor Siurob, ¿por qué la Presidencia no quiere hacerlo? El señor Roaro tiene el derecho de cederle la palabra a quien le dé la gana.

El C. presidente: Si el reglamento lo especifica, señor diputado, ruego a usted se sirva citarme el artículo reglamentario en que se previene que se pueda ceder el uso de la palabra.

El C. Fernández Martínez: Yo ruego a usted, señor presidente, me diga cuál es el artículo reglamentario en que se funda para obrar como ha obrado. (Voces: ¡Que hable Siurob!)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. diputado Siurob. (Aplausos en las galerías.)

El C. Siurob: Honorable Asamblea: (Voces: ¡Duro!) Nunca he sido yo pendenciero, ni espadachín de oficio, ni ninguna cosa por el estilo; fui a la Revolución a luchar por defender la libertad de mi patria y procuré ahí cumplir con mi deber; aquí hay algunos compañeros que pueden dar testimonio de esto; nunca anduve disputando los primeros lugares a la hora del combate, ni ofreciendo mis servicios, porque un subordinado nunca debe ofrecerse; pero tampoco anduve escatimando los lugares de peligro en donde me ponían mis superiores o donde yo mismo me colocaba cuando creía que era de mi obligación. Me llama profundamente la atención que el C. general Juan Barragán haya aludido a mi persona al hablar con el C. Zavala, a quien yo interpelo para que me precise en qué forma aludió, porque no sé precisamente cómo contestar; depende de la manera como haya aludido; yo interpelo al compañero para que cite las palabras textuales del general Juan Barragán.

El C. Zavala: Pido la palabra. (Voces: ¡Presidente! ¡Presidente! ¡No se duerma! ¡Huy! ¡Huy! ¡Se está durmiendo! Risas.) Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. diputado Zavala.

El C. Zavala: Las palabras textuales del C. general Juan Barragán fueron estas: "Ya verás lo que te sucede a tí y a tu amigo Siurob; ya lo mandé llamar, y acabo de mandar el automóvil." (Risas y voces: ¿Te habla de tú?)

El C. Siurob, continuando: Declaro ante vosotros, ciudadanos diputados, que no he recibido ningún llamado del C. general Juan Barragán, ni un automóvil tampoco. (Risas.) Lamento sinceramente que el general Juan Barragán (Voces: ¡No lo mande!) se valga de otras personas cuando desea hablar conmigo, porque yo nunca he rehuido en lo absoluto las consecuencias de mis actos; si el C. general Juan Barragán estima que en alguna forma he podido ofenderlo, como hombre estoy aquí para satisfacerlo a la hora que guste y en el terreno que él desee. (Aplausos.) Eso es todo lo que tengo que decir, porque si yo no buscaría un desafío con individuos a quienes considero descalificados en el terreno de honor, un Palavicini, por ejemplo, en cambio a un antiguo compañero de armas o compañero en la lucha revolucionaria, estoy dispuesto a satisfacerlo a la hora que guste y en la forma que él lo estime conveniente. Esto es todo lo que tengo que decir.

Lo que sí lamento, y ahora hablo como diputado, pues antes hablé como hombre, es que se vengan a hacer esta clase de canciones a la puerta de la Cámara de Diputados; desdice mucho de la personalidad del ciudadano jefe del Estado Mayor del señor presidente, venir acompañado de oficiales y en esta forma dirigirse a los ciudadanos diputados, porque no hay necesidad de hacer un escándalo para un lance personal, cualquiera que fuere. Ya lo hemos visto en el caso de los CC. diputados Espinosa y Lorandi; ellos correctamente arreglaron su asunto personal, lo ventilaron y quedaron tan tranquilos, tanto el uno como el otro, de haber cumplido con su deber. (Risas y aplausos.) Yo he censurado, yo he censurado conforme a mi leal saber y entender los actos del C. Juan Barragán como funcionario; si estas censuras y las demás que le seguiré haciendo cuando se trate del asunto de Querétaro, las estima él como ataques personales, como caballero y como antiguo compañero de armas estoy a sus órdenes en el terreno que guste. (Aplausos. Campanilla.)

El C. presidente: Está inscripto desde el día de ayer el C. Altamirano; por lo tanto, tiene la palabra.

El C. Altamirano: Señores diputados: De acuerdo con el sentir de los compañeros que quieren que se entre a discutir la Ley del Trabajo, voy a ser completamente breve; pretendo únicamente rectificar algunos hechos falsos y calumniosos asentados aquí desde ayer por el elocuente señor diputado García Ruiz. No voy a descender al insulto, ni voy a descender a la calumnia, ni voy a usar el estilo que él usó, porque en ese caso sí dejaría yo de ser Altamirano para convertirme en García Ruiz, y como no quiero, señores, por más que en ese cambio, dado el abolengo del señor García Ruiz, el que

saliera perdiendo sería él, no admito ni admitiré yo nunca el cambio.

Me dice el señor García Ruiz que por qué me meto en cosas que no me importan, como son los asuntos de Guanajuato. Yo preguntaría al señor García Ruiz: ¿Por qué el señor García Ruiz se metió en los asuntos de Yucatán cuando los Ferrocarriles, si no le importaban a él? (Voces: ¡Era de la Comisión!) Está bueno, admito que era de la Comisión; pero ¿Por qué el señor García Ruiz quiere quitar aquí el derecho a los ciudadanos diputados, de meterse, no en asuntos de Guanajuato, sino en los asuntos del pueblo en general de la República Mexicana? Desde el momento en que se acepta la credencial de un diputado, no se es representante de determinada fracción del pueblo de la República Mexicana, sino de todo el pueblo de esta misma República; por consecuencia, tengo yo el deber de defender los fueros (Voces: ¡Sí! ¡No!) sí, señores; tengo el derecho de defender los principios de la Constitución de la República en cualquier punto del territorio de ella. (Aplausos.)

Voy a aclarar otro punto: dice el señor García Ruiz que sin que nadie me invitara yo acudí a los asuntos de Guanajuato; en este punto el señor García Ruiz tampoco está bien informado: el señor diputado Gutiérrez de Velasco, a quien interpelo en este momento, le suplico que me diga si no fue él quien en nombre del ingeniero Madrazo me invitó para ir a presenciar el cómputo de las elecciones de gobernador.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Gutiérrez de Velasco.

El C. Gutiérrez de Velasco: Es rigurosamente exacto lo que dice el señor que habla. Yo, personalmente, lo invité por indicación del señor ingeniero Antonio Madrazo para que presenciara el cómputo de votos en las elecciones de Guanajuato.

El C. Altamirano, continuando: Ya ven ustedes, señores, cómo yo fui invitado, lo mismo que fueron invitados algunos otros compañeros de esta Legislatura para ir a ver aquel cómputo. ¿Que yo fui representante del señor Barrón en aquel cómputo? Efectivamente, señores; fue lo siguiente: necesitando yo presenciar el cómputo como representante del señor ingeniero Madrazo, de acuerdo con el señor senador Barrón, éste me extendió la credencial como representante de él, para que yo pudiera ir a ver ese cómputo tendido en cuenta y estado advertido que yo iba como representante del señor ingeniero Madrazo. Únicamente fue una cuestión de fórmula para que yo pudiera entrar al recinto en donde los señores diputados de aquel Estado estaban verificando el cómputo. Dice el señor García Ruiz que a mí se me ha dado dinero por venir a defender este asunto; yo podría decirle al señor García Ruiz en el mismo sentido: ¿cuánto dinero le han pagado a él por defender con voz tan fuerte y de una manera tan elocuente el asunto de Guanajuato? De manera, señores, que esas imputaciones yo las rechazo por calumniosas y el señor García Ruiz estará en el concepto de todos los hombres sensatos, como un calumniador mientras no me logre demostrar aquí o ante una Comisión del Gran Jurado que yo he recibido dinero por ir a defender los asuntos del Estado de Guanajuato.

El señor García Ruiz pretende hacerme un gran cargo diciéndome que vengo a defender aquí asuntos que están en contra de la ley y que son verdaderamente asuntos sucios; pero ¿quién juzga?, ¿el señor García Ruiz? En ese caso yo podría juzgar al señor García Ruiz cuando vino aquí a defender al señor Pescador, y todos nosotros sabemos todo lo que ha pasado en el asunto Pescador. El señor Pescador le ha dicho a la justicia por medio de su representante: "Te callas o hablo" y toda prensa y toda la República sabe lo que encierra esa amenaza: "Te callas o hablo". (Aplausos.)

Somos "futuristas" los que estamos afiliados al partido "obregonista", pero no de ahora, sépalo el señor García Ruiz, porque el señor García Ruiz en mi concepto no conoce actuación de los "obregonistas", somos "futuristas", y ¿por qué, señores diputados? Dice el señor García Ruiz que porque pretendo yo hacer méritos ante el señor general Obregón para mañana o pasado conquistar o pretender un puesto en pago de esos servicios. El señor García Ruiz ignora que yo nunca he sido empleado del gobierno, nunca, ni he pretendido ni pretendo serlo tampoco porque afortunadamente sé ganarme la vida yo solo y tengo medios para vivir sin estar a merced del Presupuesto. Yo podría hacerle el mismo carga al señor García Ruiz, pues si yo soy "futurista" y si pretendiera cargos del general Obregón, él con su labor en el Estado de Guanajuato, ¿no pudiera pretender también substituir a Pescador cuando triunfe, si es que triunfa, el señor general González? (Risas. Aplausos.)

Me habla de honradez el señor García Ruiz, ¿pero, quién es García Ruiz para juzgar de mi honradez? De mi honradez juzgan en mi tierra natal, en los lugares donde yo he trabajado; de mi honradez juzgan mis amigos que me han tratado y que conocen mi carácter, pero no el señor García Ruiz que no me conoce ni sabe de dónde vengo, ni sabe qué represento, ni de dónde he vivido, ni dónde he estudiado, ni nada. En consecuencia, no es el señor García Ruiz con todo y su voz estentórea y con todos sus manoteos en esta tribuna, quien puede juzgar acerca de mi honradez. Ya ven, señores; todo lo que ha dicho el señor García Ruiz no fueron más que palabras vanas; el señor García Ruiz no fue en esta tribuna sino un tambor que hace mucho ruido y que no tiene más que aire por dentro. (Aplausos. Risas.) Ese fue el señor García Ruiz.

Afortunadamente el asunto de Guanajuato ya pasó a la Comisión Instructora del Gran Jurado después de muchos esfuerzos y después de muchos días de dilación, porque naturalmente lo que quieren estos señores es que el señor general Montes tome posesión del gobierno de Guanajuato para que no haya absolutamente ninguna duda de que él es el gobernador electo por el pueblo en el Estado de Guanajuato y no se vaya a creer que fue electo por don Natividad Macías, por don Juan Barragán o que fue impuesto por el señor presidente de la República y por el señor general de la Torre; no, señores, el general Montes tomará posesión porque ha sido electo popularmente en el Estado de Guanajuato y después, como vienen las elecciones en otros Estados, el señor presidente de la República, por conducto de cualquiera de sus subordinados, impondría a determinados individuos

en los Estados de la República. Estos señores gobernadores traerán aquí en el próximo período de sesiones, o en la próxima Legislatura, a diputados incondicionales del señor presidente de la República, y el señor presidente de la República hará en las elecciones presidenciales lo que le de su gana. (Aplausos.)

El C. secretario Castillo: Habiendo solicitado el C. García Ruiz hacer uso de la palabra para rectificación de hechos, en votación económica se consulta a la Asamblea si se concede lo que solicita. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo.

El C. Espinosa: ¡Moción de orden! Se está violando el reglamento.

- El mismo C. secretario: Hay mayoría de pie.

El C. Espinosa: He pedido la palabra para una moción de orden. Señor presidente: deseo saber si ya no hay oradores inscriptos antes del ciudadano que va a hacer uso de la palabra.

El C. presidente: Han renunciado los demás oradores al uso de la palabra.

El C. García Ruiz: Señores representantes: Voy a hablar el menor tiempo posible para no cansar la atención de ustedes con estos cuentos que en realidad la Cámara no debe conocer y que si yo hice mención ayer fue porque el C. Manlio Fabio Altamirano me obligó a ello, puesto que todos conocemos, señores, que en ninguna época la Cámara de Diputados tiene que conocer de las elecciones en los Estados de la República. Yo recuerdo aquel dicho vulgar de "quien dice la verdad no peca, pero incomoda". (Siseos.) Así vemos, señores representantes, al C. Altamirano saliéndose por la tangente y viniendo a decir que yo lo ataco de falta de honradez en lo personal, pero el C. Altamirano, como en todos los actos de su vida, ha dado otros traspiés. Cuando yo me refería en esta tribuna al C. Altamirano, era al político, era a la actuación política de usted, pero no a la actuación personal que nada me importa....

El C. Altamirano, interrumpiendo: Ni la política la conoce, señor García Ruiz.

Presidencia del C. MÉNDEZ ARTURO

El C. García Ruiz, continuando: Y viene preguntando, con esa carencia absoluta de sentido común, que por qué me mezclé yo en los asuntos del Ferrocarril de Yucatán, y algún compañero le respondió muy cuerdamente; pero es que Altamirano cuando viene a atacar, se olvida absolutamente de los antecedentes y nada más viene a vaciar aquí el ánfora de sus pasiones, de sus mentiras, de sus procedimientos que, aunque lo niegue él, no está haciendo otra cosa, (Siseos.) más que tratar de vindicarse, tratando de tener algún merecimiento para que mañana se lo premien, (Siseos. Voces: ¡Las galerías! Campanilla.) y asienta calumniosamente el C. Altamirano, que tal vez el general Montes me esté dando dinero para venir a defenderlo en esta Asamblea; y usted, principalmente, señor Altamirano, no me puede tachar a mí de ninguna falta de honradez, porque yo he estado con la verdad donde quiera que ella ha estado y no importa estar en un bloque o en otro; estoy con aquel en que está la verdad, y en cambio, usted, aquí están todos los ciudadanos representantes que lo saben, que en aquella época de las credenciales algo se dijo de un dinero para que defendiera usted una credencial.

El C Altamirano, interrumpiendo: ¿Me permite una aclaración, señor compañero?

El C. García Ruiz: No, señor.

El C. Altamirano: ¿Me permite una aclaración, señor presidente? (Una voz: ¡Al orador!) ¡Es un calumniador, qué va a ser orador ni qué nada!

El C. García Ruiz: El calumniador es usted, en todo caso. (Siseos. Voces ¡Huy! ¡Huy!)

El C. Toro: ¡Moción de orden, señor presidente! Moción de orden. Por honor de la Representación Nacional, pido que tanto uno como el otro, retiren las palabras que se han dirigido.

El C. García Ruiz: No tengo inconveniente en retirarlas; por mi parte, quedan retiradas.

El C. Altamirano: Pido la palabra, señor presidente. Señores diputados: Desde ayer, en mi primer discurso, he procurado ser sereno, y ayer no le hice ni un solo ataque personal a ninguno de los señores diputados, ni al señor García Ruiz. El fue quien comenzó atacándome de una manera agria y usando un lenguaje verdaderamente indecoroso para esta Asamblea; fue él; yo, naturalmente, tengo que defenderme, porque tengo la costumbre de no dejarme de nadie; en consecuencia, por decoro de esta Asamblea y no particularmente por lo que se refiere al señor García Ruiz, retiro esas palabras. (Aplausos.)

El C. García Ruiz, continuando: Voy a terminar, señores representantes, (Voces: ¡Vaya, hombre, vaya!) emplazando a ustedes para que reserven el juicio que las elecciones de Guanajuato tendrán finalmente, cuando la Comisión del Gran Jurado rinda su informe, y entonces nosotros podremos, como dije ayer, venir aquí a atacar honradamente, sin pasión, sin embustes y sin calumnias, como lo hace el C. Altamirano. (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Siseos. Campanilla.)

El C. secretario Aguilar: Habiéndose suspendido, después de haberse leído el dictamen relativo, la discusión del Proyecto de Ley sobre el Cultivo de Tierras ociosas, se reanuda esta discusión.

Está a debate al artículo 6o.; es el primero de los observados, y dice así:

"Artículo 6o. Para el Distrito Federal se fija el día 30 de abril como fin de la época de preparación para el cultivo de maíz por parte del propietario o poseedor, y el 20 de mayo como fin de la época de siembra para el mismo; y el 20 de octubre y 15 de noviembre, respectivamente, para la preparación y siembra de trigo.

"Para el territorio de Quintana Roo, se tendrá el 5 mayo como fin de la época de preparación para el propietario o poseedor, y el 30 del mismo mes como fin de la siembra de maíz breve; y el 16 de julio como fin de la época de preparación

para el propietario o poseedor y el 31 del mismo como del período de siembra del maíz común y corriente.

"Para la Baja California, en atención a la eventualidad de las lluvias, se faculta a los honorables ayuntamientos de aquella entidad federativa para que, de acuerdo con los agricultores, se fijen las fechas de preparación de las tierras para el cultivo y la siembra.

"A solicitud de los propietarios de tierras de cultivo, los plazos indicados podrán ampliarse en cada caso y por una sola vez, por los ayuntamientos respectivos, bajo su más estricta responsabilidad, cuando las condiciones climatológicas así lo exijan, publicando con resolución la razón que la haya motivado."

Está a discusión. los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. ¿No hay quien haga uso de la palabra? No habiendo sido objetado el artículo 6o., se reserva para su votación.

- El mismo C. secretario: Está a discusión el artículo 8o., segundo de los observados. Dice así:

"Artículo 8o. El Ayuntamiento que corresponda concederá la tierra al solicitante para los efectos de esta ley, dentro de los tres días siguientes a la solicitud, y sin más trámite que el de cerciorarse que se encuentra la tierra sin preparar o sin sembrar. A la diligencia de inspección ocular podrá concurrir el propietario y firmar el acta que al efecto se levante, sin que por la falta de asistencia de él o de su representante, deje de concederse la tierra, si esto procede.

"Al efecto, se publicará a más tardar el día siguiente de la fecha de la solicitud, un aviso de ésta en el sitio más visible del palacio municipal.

"La negación de la tierra al solicitante por causa injustificada, le concede a éste el derecho para promover ante el juez del lugar en juicio verbal sumario, la demanda respectiva, que deberá terminar con sentencia dictada antes del día de la cosecha, bastando para ellos las simples presunciones.

"Si el fallo es favorable al solicitante, deberá ser condenado el responsable del disenso de la tierra, a una indemnización equivalente a la mitad del producto de la cosecha.

"El permiso obtenido será personal e intransferible."

Está a discusión. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. Se han inscripto en contra del artículo 8o., los ciudadanos Martínez del Río y Pastrana Jaimes.

El C. Espinosa Luis : Pido la palabra para hacer una aclaración.

El C. presidente: ¿Sobre qué asunto?

El C. Espinosa Luis: Sobre el asunto a debate deseo hacer una aclaración.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Martínez del Río.

El C. Espinosa Luis: Que en el voto particular a que se acaba de dar lectura..... (Campanilla.)

El C. presidente, interrumpiendo: Si lo permite el orador, tiene la palabra el C. Espinosa.

El C. Espinosa Luis: Quiero hacer una aclaración pertinente. En el voto particular a que se acaba de dar lectura, figura indebidamente y por un error del mecanógrafo, el artículo 5o., que debería suprimirse por completo y que es enteramente contrario al espíritu del artículo 6o., que figura en el sexto lugar. Hago esta aclaración para los señores que vayan a tratar este asunto. El artículo 5o. no debe existir en el voto particular.

El C. Martínez del Río: Señores diputados: El artículo 8o. de la Ley sobre Tierras Ociosas debe merecer de parte de los señores representantes una especial atención, porque presenta la ocasión de ir dando algunas interpretaciones de verdadera trascendencia al artículo 27 constitucional. Por este motivo he querido venir a la tribuna, especialmente porque, como decía, empezaremos a sentar la jurisprudencia de interpretación respecto del artículo 27 constitucional y a afirmar algunas orientaciones de la Cámara de Diputados acerca de este particular. El artículo 8o. de la ley, aparte de su pésima redacción gramatical, envuelve, a mi entender, la consagración legal, la consagración genuina del despojo. (Siseos.) Dice el artículo, señores diputados, y casi podría asegurar que la mayoría de los miembros de esta Cámara no lo han leído ni se han fijado en su trascendencia, dice:

"El Ayuntamiento que corresponda concederá la tierra al solicitante para los efectos de esta ley, dentro de los tres días siguientes a la solicitud y sin más trámite que el de cerciorarse que se encuentra la tierra sin preparar o sin sembrar. A la diligencia de inspección ocular podrá concurrir el propietario y firmar el acta que, al afecto, se levante, sin que por la falta de asistencia de él o de su representante, deje de concederse la tierra, si esto procede.

"Al efecto, se publicará a más tardar el día siguiente de la fecha de la solicitud, un aviso de ésta...." - Aquí "ésta", y lo digo de una manera incidental el cargo que hacía relativo a que no está ni siquiera gramaticalmente escrito; el pronombre "ésta" no sabemos con quién concierta. - "....Al efecto, se publicará a más tardar el día siguiente de la fecha de la solicitud un aviso de ésta...." ¿De cuál, de quién es ésta? (Voces: ¡Qué bárbaro!)

El C. Amezola, interrumpiendo: ¡Esta" es pronombre!

El C. Martínez Saldaña: ¡La solicitud, C. Martínez del Río!

El C. Martínez del Río, continuando: En el sitio más visible del palacio municipal.

"La negación de la tierra al solicitante por causa injustificada, le concede a éste el derecho para promover ante el juez del lugar en juicio verbal sumario, la demanda respectiva, que deberá terminar con sentencia dictada antes del día de la cosecha, bastando para ella las simples presunciones...."

¿Qué objeto tiene, señores diputados, que el dueño o propietario de la tierra ociosa asista a la diligencia a que se refiere el artículo, si en esa diligencia no puede absolutamente el propietario de la tierra ociosa hacer observaciones de ninguna especie? Única y exclusivamente se previene en el artículo la asistencia del propietario de la tierra ociosa; pero no esto lo atentatorio. Lo atentatorio consiste principalmente en que basta, según lo previene

el artículo, la denuncia o la solicitud presentada por cualquier persona indicado que aquella tierra se encuentra sin cultivo para que sin más trámite, la Presidencia municipal ordene que aquellas tierras pasen al solicitante. ¿Qué, no puede tener el propietario de esas tierras las causas comunes del derecho, de fuerza mayor de escasez de medios económicos, de imposibilidad técnica.... (Voces: ¿Entonces para qué quiere las tierras? ¡Para eso es la ley!) Las leyes cuando tienen preceptos generales, estos preceptos generales están sujetos a excepciones, y este artículo que nos somete, que nos presenta el dictamen, no tiene excepciones sobre ese particular. Basta que la tierra se encuentre en determinadas condiciones para que todo solicitante tenga el derecho de recurrir y pedir mediante la solicitud por escrito o por carta, para que esa tierra pase a su poder y sea cultivada por él. ¿Qué, repito, no habrá excepciones en que el dueño de aquella tierra por motivos verdaderamente imperiosos no haya podido realizar el cultivo de esas tierras? El absolutismo del artículo es precisamente lo que me ha hecho darle el calificativo de atentatorio. Pero no es sólo eso, no es propietario de la tierra.....

El C. Martínez Saldaña, miembro de la Comisión, interrumpiendo: ¿Me permite una aclaración el orador?

El C. Martínez del Río: Sí señor.

El C. Martínez Saldaña: Como miembro de la Comisión pido la palabra para una aclaración al orador, señor presidente.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Martínez Saldaña.

El C. Martínez Saldaña: Cuando el propietario, C. Martínez del Río, tenga algún impedimento para cultivar esa tierra, entonces esa tierra está ociosa y entonces entra en vigor la ley. (Aplausos.)

El C. Martínez del Río, continuando: El impedimento que pueda tener el propietario para cultivar aquella tierra, no es un motivo en el orden jurídico para que esa tierra pase al primer solicitante, ni lo es en ninguna parte, porque esto sería romper genuinamente con la tradición jurídica establecida respecto al derecho que tienen los propietarios para disponer de la tierra en la forma en que mejor les convenga; pero, además, ¿qué indemnización, con qué se indemniza al propietario de una tierra ociosa del derecho de la cual se encuentra privado por virtud de la solicitud de cualquier persona para hacer uso de esa tierra? ¿Con qué elementos se indemniza? ¿No esto es un despojo? Esta es, ciertamente, señores diputados, una limitación que se impone a la propiedad; pero esa propiedad limitada, de acuerdo con el sentir del artículo 27 constitucional se aparta en este caso del mismo artículo 27 constitucional y se aparta por este motivo: porque el artículo 27 constitucional habla de la indemnización y previene que las modalidades que se establezcan en la propiedad deben ser mediante indemnizaciones. ¿Cuál es la indemnización que en este caso se establece a favor del propietario de una tierra que se declara ociosa mediante un simple trámite?

Por virtud de estas consideraciones, señores diputados, pido a la honorable Asamblea que dé a este artículo un voto negativo, a fin de que vuelva a la Comisión para que lo presente reformado en los términos de la discusión.

El C. Mena: ¿Me permite una interpelación el orador? Pido la palabra para una interpelación.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Mena.

El C. Mena: ¿Cree el C. Martínez del Río que el propietario de una tierra que no quiera o no pueda cultivarla, tiene derecho de hacer perder a la sociedad la riqueza que produciría aquella tierra cultivada por otro individuo? ¿Cree que llega hasta allá el derecho de propiedad?

El C. Martínez del Río: El derecho de propiedad - el señor compañero no entiende -, tradicionalmente ha sido siempre este: jus fruendi, utendi et abutendi. El señor no lo entiende. (Voces: ¡Huy! Siseos.)

El C. Villalobos: Pide la palabra la Comisión.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Villalobos, miembro de la Comisión: Cuando supe que el C. Martínez del Río iba a tomar la palabra para impugnar esta ley, me sentí verdaderamente presa de pánico y supuse que bajo el peso de sus razonamientos agobiantes esta ley se desmenuzaría en polvo impalpable. (Toses.) Desgraciadamente el prestigio de orador que bien conquistado se tiene el C. Martínez del Río, ha quedado muy mal parado. (Voces: ¡De orador sagrado!)

Pasando al fondo del asunto y pidiendo perdón a la honorable Asamblea, porque haya hecho hincapié en una cosa tan insignificante, haré mención de la primera de las razones que el diputado Martínez del Río ha esgrimido en contra del artículo a discusión. Dice que "qué objeto tiene la presencia del propietario, del terrateniente en la diligencia que efectúan los comisionados del Ayuntamiento con objeto de conceder o negar la tierra al solicitante." Es cosa obvia; puede tratarse muy bien de una solicitud capciosa, de una solicitud infundada y entonces suponiendo, como debe suponerse, bienintencionado y honrado al comisionado del Ayuntamiento, las observaciones que allí en el terreno le haga el propietario sobre si está o no abandonada la tierra, servirán para que, informando al Ayuntamiento, éste niegue o conceda la tierra; en consecuencia, es absolutamente conveniente que el propietario de la tierra que se pretende y que se dice ociosa concurra a esa diligencia. Esta es una de las innovaciones que la Comisión introdujo en este artículo y que no contenía el proyecto que se envió por el Congreso de la Unión al Ejecutivo. En el artículo antiguo se establecía que únicamente con el hecho de solicitar la persona capacitada la tierra que estimaba ociosa y con el informe del comisionado del Ayuntamiento, ésta se concedía al solicitante, sin permitirle al propietario que tuviera la ingerencia elemental de cerciorarse de si en efecto era o no ociosa la tierra; en consecuencia, la Comisión insiste en que es pertinente que se conceda este derecho al propietario y en eso está en principio de acuerdo con el Ejecutivo que formuló las objeciones que dan motivo a esta discusión.

Dice el C. Martínez del Río que "puede muy bien ser inculpable el abandono de la tierra, que el propietario pueda carecer de dinero y estar imposibilitado materialmente para labrarla y que entonces sería un verdadero abuso el que se le quitara, el que se expropiara - según término

Textual del señor Martínez del Río -, para cederla a alguien que la pudiera cultivar." Esto, señores diputados, como se alcanza fácilmente a todos ustedes, no es sino hacer una objeción no a este artículo en particular, sino a la ley. Si se aprobó por el Congreso de la Unión la expedición de una Ley sobre Tierras Ociosas y se reconoció la necesidad de que las tierras abandonadas cultivables y no cultivadas se labraran por aquellos que tuvieran los medios y los deseos de cultivarlas; si se aceptó en principio y se expidió la ley con ese objeto, esta objeción se endereza, como dije antes, no contra el artículo 6o. sino contra toda la ley y cae por su peso porque la ley está ya aceptada; entonces, señores diputados, creo que el señor Martínez del Río también se ha equivocado.

Respecto a las objeciones gramaticales del señor Martínez del Río, que por la sola enunciación de ellas parecían ser formidables y parecían envolver un verdadero ataque a la Comisión tachándola de ignorar en absoluto el castellano, ya ha visto la Asamblea en qué consiste, ya ha visto la Asamblea en qué consiste, ya ha visto la Asamblea quién es quien ignora la gramática, quién es quien no lee bien, si es la Comisión que no sabe escribir, o el C. Martínez del Río que no sabe leer.

En consecuencia, señores diputados, por lo anteriormente expuesto creo que estará en la convicción de ustedes que debemos aprobar este artículo desechando por otra parte las objeciones que hace el C. Martínez del Río al mismo, de ser atentatorio, de interpretar erróneamente el artículo 27 constitucional, porque el mismo artículo 27 constitucional faculta al Congreso de la Unión para expedir leyes que tengan por objeto el fomento de la agricultura y esto indudablemente, esta ley y con especialidad este artículo contribuyen al fomento de la agricultura, echando por tierra si se quiere - en esto no estoy de acuerdo -, pero suponiendo que se echara por tierra la clásica enumeración de las características del derecho de propiedad, que en un tono escolástico y en un lenguaje que no está al alcance de todos los ciudadanos diputados, acaba de enumerar el C. Martínez del Río que el propietario tiene como características del derecho de propiedad, o como consecuencias del derecho de propiedad sobre la cosa, el derecho de disfrutar de la cosa, de usar de la cosa y hasta de hacerla improductiva como algunos tratadistas afirman, también es cierto, y entre ellos por ejemplo, Laurent y Baudry de la Cantinerie, establecen que "el Estado tiene derecho por medio de las leyes o por medio de los bandos de policía o por disposiciones administrativas, de restringir, de limitar el derecho de propiedad en bien del interés público", y en ninguna ocasión como en esta está perfectamente de relieve el interés público que hay de cultivar todas las tierras laborables del país. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Pastrana Jaimes.

El C. Pastrana Jaimes: Señores compañeros: Una de las leyes más importantes, una de las leyes más trascendentales que van a expedirse en esta XXVIII Legislatura es indudablemente la Ley de Tierras Ociosas. La objeción que vino a formular el señor Martínez del Río es algo que no debe tenerse en consideración porque aquí no debemos discutir más que las objeciones hechas por el señor presidente de la República, pero ni debemos atacar no discutir lo que ya fue aprobado por ambas cámaras y también por el señor presidente de la República. Vamos a ver únicamente aquello que ha agregado la Comisión en vista de las objeciones formuladas por el Ejecutivo de la Unión, pero no debemos discutir ni debemos estar perdiendo el tiempo en discusiones absolutamente inútiles.

El Ejecutivo de la Unión formuló la objeción de que el artículo 8o. no se concedía, al pedirse en la tierra, el derecho de tener cierta intervención en las diligencias para que el Ayuntamiento pudiera ceder las tierras a los solicitantes. La Comisión tuvo en cuenta las objeciones formuladas por el Ejecutivo y agregó estas palabras al artículo 8o.: "A la diligencia de inspección ocular podrá concurrir el propietario y firmar el acta que al efecto se levante, sin que por la falta de asistencia de él o el de su representante, deje de concederse la tierra, si esto procede." Hasta aquí la comisión cumplió perfectamente bien, obsequiando la indicación del Ejecutivo; pero, en mi concepto, señores, la objeción fundamental que debe formularse en este artículo 8o., es la otra adición que hace la Comisión y en mi concepto la Comisión se ha salido de sus facultades, porque no podía la Comisión más que satisfacer la objeción formulada por el Ejecutivo de la Unión, pero no hacerle ninguna otra enmendatura, porque esto es salirse de sus atribuciones. La Comisión incurrió aquí en este defecto, le agregó al artículo 8o. algo que no debe agregarse; no solamente tiene ese defecto el artículo 8o., sino que el agregado es absolutamente malo porque deja a los ayuntamientos la facultad de poder negar a un solicitante las tierras ociosas, y esto es perfectamente malo porque hace pedazos todo el espíritu de la ley. El solicitante de una tierra ociosa, conforme lo dice el artículo 6o., tiene el derecho de que se le conceda la tierra ociosa; el Ayuntamiento tiene la obligación de ceder esta tierra ociosa al solicitante. Desde el momento en que establece por una parte el derecho y por otra la obligación, no es posible que al Ayuntamiento se le deje con la facultad injusta de poder negar las tierras de una manera arbitraria como lo establece aquí la Comisión al hacer adiciones que ni le pidió el Ejecutivo, ni estaba en sus facultades hacerlo. La objeción del Ejecutivo era darle intervención al propietario de la tierra y la Comisión agregó estas cosas. Dice:

".... La negación de la tierra al solicitante por causa injustificada, le concede a éste el derecho para promover ante el juez del lugar, en juicio verbal sumario, la demanda respectiva, que deberá terminar con sentencia dictada antes del día de la cosecha, bastando para ella las simples presunciones.

"Si el fallo es favorable al solicitante, deberá ser condenado el responsable del disenso de la tierra a una indemnización equivalente a la mitad del producto de la cosecha..."

Este juicio verbal, por añadidura sumario, además de la imperfección jurídica que allí hay, porque todo juicio verbal es sumario, tiene este grave inconveniente: un solicitante recibe la negativa del Ayuntamiento, la tierra, señores diputados,

queda ociosa y luego dice la Comisión: se le impondrá como pena al Ayuntamiento ceder o dar una indemnización igual a la mitad de la cosecha; ¿de cuál cosecha si la tierra queda ociosa? Una cosa calculada, una cosa arbitraria, pero esto equivale a que no se ponga ninguna sanción en la ley. Tiene otro inconveniente, que es el de ir a obligar a un pobre campesino que no tiene recursos, a que se vaya a enfrentar con el Ayuntamiento, a que le vaya a promover un juicio costoso después de que se le ha negado la tierra. Creo que no es práctico, que no va a ser posible llevarlo a la práctica y, por consecuencia, se les queda a los ayuntamientos la facultad para dar y negar arbitrariamente las tierras ociosas y eso es contrario al espíritu de la ley que en su primer artículo y en todos los demás artículos declara de utilidad pública el cultivo de las tierras ociosas. Para que los argumentos, las objeciones que hago a este artículo las tenga en cuenta la honorable Comisión, voy a resumirlas en la siguiente forma: la Comisión está fuera de sus facultades para haber agregado a la ley algo que no le pidió el Ejecutivo, que no le objetó el Ejecutivo de la Unión, porque la ley ya estaba aprobada por las dos cámaras y también por el Ejecutivo de la Unión; la Comisión, conforme a la Constitución, sólo debió haber discutido si la objeción formulada por el Ejecutivo era o no de tenerse en cuenta, pero no agregarle a la ley ninguna tramitación, porque eso es salirse de las facultades que la Constitución le otorga; de manera que este juicio que agrega la Comisión, esta facultad arbitraria que la Comisión le da a los Ayuntamientos para que niegue las tierras ociosas, está absolutamente fuera de sus facultades, fuera de las facultades que tiene la Comisión, cuando el Ejecutivo hace objeciones a una ley ya aprobada por las dos cámaras. Esa es la primera objeción constitucional; la segunda, el juicio que establece la Comisión. Establece una pena, una sanción tan inútil que equivale a que no haya sanción, y ya sabemos perfectamente, señores diputados, que una ley sin sanción no vale nada; una ley sin sanción la desobedece todo individuo, no le hace caso, porque no tiene ninguna fuerza.

Ya se sabe que todos los abogados y tratadistas que una ley sin sanción no es ley, lo dice terminantemente Laurent: "Ley sin sanción no es ley." La sanción que establece la Comisión, de dar la mitad de la cosecha inexistente, puesto que la tierra quedó ociosa, equivale a no dar sanción en la ley; esto es perfectamente malo; pero el argumento principal es que la Comisión no tiene facultades para agregar algo que no esté en las objeciones hechas por el presidente de la República. En vista de estas objeciones, yo respetuosamente me permito llamar la atención a la honorable Cámara para que retire este artículo y lo presente modificado en el sentido de las indicaciones que he formulado y, en último caso, llamo la atención a la honorable Representación Nacional para que se fije en esto y declare que no hay lugar a votar y que vuelva a las comisiones, porque, de lo contrario, con este artículo se conceden facultades arbitrarias a los ayuntamientos; vamos a hacer pedazos la ley más trascendental que podemos dar en bien de la agricultura nacional.

El C. Villalobos: Pido la palabra.

El C. Espinosa Luis: ¡Moción de orden! La tenía pedida. (Voces: ¡La Comisión tiene derecho!)

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Villalobos: Reconozco el fondo de indiscutible buena intención del C. Pastrana Jaimes al objetar este artículo en la forma en que lo ha hecho, mesurada y razonada, partiendo de la tesis que él ha adoptado; pero la Comisión se ve en el caso de no considerar fundados los razonamientos que él ha expuesto, porque refiriéndonos a la objeción que hace el artículo a discusión respecto de la facultad del Ayuntamiento de negar la tierra al solicitante que la pida, es natural, es obvio, es sencillo reflexionar que si el Ayuntamiento tiene derecho para conceder la tierra cuando ésta efectivamente está ociosa, el Ayuntamiento tiene facultad para negarla cuando él se cerciore de que no está ociosa. En consecuencia, si el Ayuntamiento tiene facultad para conceder la tierra, repitiendo el argumento, si ésta es ociosa, puede negarla cuando no sea ociosa; no se atribuye al Ayuntamiento ninguna facultad nueva, no cree la Comisión salirse de las facultades que la Constitución le otorga para este efecto, que el reglamento mismo le concede, sino que no hace sino interpretar de una manera elementalmente lógica, la naturaleza de estas cuestiones y decidir que quien tiene facultad para conceder cuando lo que se le pide es justo, tiene facultad para negar cuando lo que se le pide es improcedente. En consecuencia, la Comisión, respecto de este particular, cree que debe insistir en el artículo en el sentido de que si el Ayuntamiento puede conceder, el Ayuntamiento puede negar.

El C. Pastrana Jaimes: Pido la palabra para una interpelación.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Pastrana Jaimes: Antes de formular la interpelación que voy a hacer, debo advertirle, compañero, que he leído, que he estudiado detenidamente artículo por artículo de la ley que expidió la XXVII Legislatura, de las adiciones que hizo el Senado y de las objeciones que formuló el señor presidente de la República.

En la ley que salió de la XXVII Legislatura, no figura este incidente, no figura este juicio que aquí se establece en la parte final del artículo 8o. El señor presidente de la República, al objetar la ley, tampoco ni siquiera insinúa la idea de que se agregue este juicio; de manera que, conforme a la Constitución, la Comisión no puede agregar nada a una ley que ya está aprobada por las dos cámaras y por el Ejecutivo de la Unión; no podemos discutir más que lo que ha objetado el señor presidente, porque es salirnos de la Constitución, porque éstas ya son adiciones a la ley. Yo me permito interpelar al compañero para que me diga cuál es la facultad o fundamento, en qué artículo constitucional se autoriza a la Comisión para adicionar una ley ya aprobada por las dos cámaras y por el presidente de la República.

El C. Villalobos: Pido la palabra. Hablaba yo respecto de la objeción que el compañero Pastrana Jaimes hace de que no podía la Comisión adicionar o reconocer las innovaciones que introdujera en esta ley otorgando derecho a los Ayuntamientos para conceder la tierra; el compañero no

se refiere a eso que debía ser motivo de la interpelación, se refiere a la facultad que la Comisión tenga para introducir, como en efecto introdujo, un procedimiento para dar oportunidad al solicitante de una tierra ociosa a quien se le niegue indirectamente, que se le pague una indemnización. El fundamento que la Comisión tuvo para introducir esa innovación, es una de las objeciones que el Ejecutivo hizo al proyecto de ley. Dice el Ejecutivo:

"I. El procedimiento que fija el artículo 8o. de la ley para la concesión de tierras, abunda en el deseo de que se cumplan los fines que se persiguen por la misma ley, de un modo rápido y eficaz; pero probablemente a causa de este mismo pensamiento se resiente ese procedimiento del grave mal de ser, pudiéramos decir, unilateral, o lo que es lo mismo, llevarse a cabo teniéndose solamente como parte en el procedimiento al solicitante y prescindiendo por completo del propietario del terreno.

"Ahora bien; las razones de justicia elemental que han hecho que en los procedimientos en que se trata de privar a alguna persona de algún derecho, se le oiga, no pueden dejarse de ser exceptuados por la ley que, como la de Tierras Ociosas, trata de satisfacer una necesidad pública y no de privar arbitrariamente a los poseedores de la tendencia y libre disposición de sus predios.

"Convendría, por lo mismo, que en el procedimiento que se fijara para la tramitación de las solicitudes, se oyera al propietario; esto sin perjuicio de que tramite todo con la mayor rapidez posible."

Tachaba, dice textualmente el Ejecutivo, tacha a la ley de establecer el artículo 8o. un procedimiento unilateral que no está adaptado a los procedimientos de justicia, a la tradición que sobre el particular se ha seguido invariablemente en leyes similares, y la Comisión ha creído que, obedeciendo a ese innegable principio de equidad, debe ponerse en situación análoga en los dos platillos de una balanza, que debe poner en el fiel al propietario y al solicitante, y si al propietario se le da derecho de intervenir en la diligencia en que debe resolver el Ayuntamiento si es ociosa o no la tierra, también al solicitante debe dársele oportunidad para defenderse contra una decisión arbitraria del Ayuntamiento que lo prive sin derecho, desviándose y violando la ley, de disfrutar de una cosa que la ley le permite disfrutar. Por esa razón, acatando esos principios de equidad, la Comisión ha introducido este procedimiento y cree que al hacerlo no se ha salido en lo absoluto de las facultades que le están concedidas por la Constitución y por el reglamento y que ha atendido en sus límites las objeciones que el Ejecutivo le ha formulado. Con esto creo dejar contestadas las objeciones del compañero Pastrana Jaimes. (Voces: ¡No! ¡No!)

La honorable Asamblea puede resolver lo que quiera sobre este particular, pero creo que si, como antes dije, se coloca desde la cima de la justicia para ver con alteza de miras y de una manera serena e imparcial a estas dos personas interesadas en el asunto de las tierras ociosas, debe reconocer que es conveniente que este procedimiento subsista en lo que se refiere a la sanción que se impone al responsable de no haber concedido la tierra cuando ésta debió concederse. La Comisión no estima que sea esa sanción nugatoria, porque al establecer que la responsabilidad civil se fijará en el equivalente a la mitad del producto de la cosecha, no ha olvidado que puede muy bien haber quedado ociosa la tierra por efecto de que el Ayuntamiento la haya negado al solicitante y de que el propietario no la haya cultivado; no ha olvidado esa circunstancia, pero ha querido que el perjuicio que el solicitante resienta, se estime en un tanto del promedio, un tanto equivalente a la mitad del promedio del valor de la cosecha en un término fijo, en un tiempo determinado. Esta sería cuestión verdaderamente de hecho, esta sería cuestión que se determinaría por los procedimientos habituales ante el juez del conocimiento y que éste podría, con las facultades que en estos casos tienen los jueces, apreciar y resolver; en consecuencia, la Comisión cree que esta sanción no es nugatoria, sino que siendo quizá crecida, eso atemorice al Ayuntamiento, que pudiera dejarse cohechar, que pudiera dejar deslizarse por procedimientos venales, lo atemorice y lo obligue a cumplir con la ley. Ese es el objeto que se propone la Comisión.

El C. Morales Hesse: Pido la palabra, señor presidente, para una aclaración.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Morales Hesse: Conexo con el debate.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Espinosa.

El C. Espinosa Luis: Señores representantes: Suplico la atención de ustedes, porque voy a tratar de un asunto de verdadera trascendencia, como es el artículo 6o., que se ha dejado pasar sin objeción ninguna. Yo no hice referencia a este artículo cuando se preguntó si se ponía a discusión, porque entendí que se seguiría el mismo orden señalado por el Ejecutivo en las observaciones formuladas por él. El Ejecutivo empieza observando el artículo 8o. y sigue después con el artículo 6o.; fue por esta razón por la que no hice observación ninguna al artículo de referencia.

El C. Gutiérrez Antonio, interrumpiendo: ¡Moción de orden!

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Gutiérrez Antonio.

El C. Gutiérrez Antonio: El compañero Espinosa está empezando a tratar de nuevo el artículo 6o., el cual ya fue separado para votarse; ahora está a discusión el artículo 8o.; suplico que se sirva usted llamarlo al orden.

El C. Espinosa Luis, continuando: El compañero Gutiérrez ha interpretado mal mi idea, porque no ha esperado a que la termine; estaba empezando a exponerla cuando él me ha hecho esta interrupción.

El artículo 6o., como decía a ustedes, fue separado porque no hubo nadie que lo objetase, pero yo no hice la objeción en tiempo oportuno porque entendí que en la discusión se seguiría el mismo orden señalado por el Ejecutivo en sus observaciones. Al efecto, manifiesto a la Asamblea que el Ejecutivo empieza objetando el artículo 8o. y después el 6o.; es por esta razón por la que yo no pedí que se separara el artículo 6o., pero creo que la Asamblea, en atención a la magnitud del desastre que encierra el artículo 6o. presentado por la mayoría de la Comisión, no tendrá inconveniente en

reconsiderar que este artículo separado para votarse, que no quiere decirse que porque está separado vaya a aprobarse por haberse separado. Así pues, yo pido que me permita la Asamblea que exponga las razones a efecto de demostrar que es uno de los absurdos más grandes el aprobar el artículo 6o. Así pues.....

El C. Pastrana Jaimes, interrumpiendo: No está a discusión.

El C. Espinosa Luis, continuando: Es cierto que no está a discusión el artículo 6o., ¿pero qué, porque no está a discusión vamos a dejar pasar desapercibido esto? Yo propongo que se ponga a discusión al último, si a ustedes les parece, pero que de ninguna manera se festine al grado de que no pueda aprobarse después; nada más quiero que la Asamblea demuestre su sentir a este respecto; si acuerda que se trate el artículo 6o. así como el 8o., después de que se hayan tratado los demás. Yo no tengo inconveniente en tratar después el artículo 6o. y pasar a tratar el 8o., que es el que está a debate.

El C. Martínez Saldaña, miembro de la Comisión: La Comisión no rehuye la discusión en cuanto al artículo 6o., lo único que desea la Comisión es que, estando a discusión en estos momentos el artículo 8o., que se llame al orador a impugnar el artículo 8o.

El C. Espinosa Luis: Quiero hacer del conocimiento del compañero Martínez Saldaña, la gravedad del asunto: la Asamblea acordó que se separara el artículo 6o., indicando con esto que no había lugar a discusión, sino únicamente a votación. Yo no hice objeción ninguna, porque creí que se seguiría el orden, como dije antes, de las observaciones hechas por el Ejecutivo, es decir: impugnando el artículo 8o. y después el 6o.; cuando yo me di cuenta, ya la Asamblea había resuelto que se separara el artículo 6o. Yo no tengo interés en que no se discuta este artículo, sino al contrario, el interés mío es que se discuta el artículo 6o. en cualquier momento. Me permito suplicar a la Presidencia que por medio de la Secretaría, consulte a la Asamblea si consiente en que este artículo 6o. sea discutido en tiempo que lo juzgue oportuno, revocando de esta manera el acuerdo de que se reservara para ser votado.

El C. Casas Alatriste: Yo había pedido la palabra para hacer una moción de orden, que es la misma con la cual cerró su exposición el señor Espinosa; si está a discusión el artículo 8o., no podemos discutir el artículo 6o.; en consecuencia, ya que dicho artículo fue separado por falta de impugnadores, que se reconsidere el acuerdo tomado antes y se ponga a discusión, después de que el 8o. se ponga a votación.

El C. presidente: La presidencia, por conducto de la Secretaría, va a consultar a la Asamblea si consiente en que se discuta el artículo 6o., después de votado el 8o.

El C. Espinosa Luis: Hecha esta aclaración por la Presidencia y desvanecidas por completo las preocupaciones que yo sentía porque se dejara pasar el artículo 6o., porque en realidad es un verdadero absurdo, como lo demostraré en su oportunidad, paso a hacer referencia al artículo 8o. Quiero que la Secretaría tenga a bien dar lectura al artículo de referencia.

El C. Aguirre Vito: ¡Para una moción de orden! Es manifiesta la falta de quórum; lo reclamo.

El C. presidente: Habiendo reclamado el quórum el C. Vito Aguirre, se procede a pasar lista.

(Se procedió a pasar lista.)

El C. prosecretario Mena: Hay una asistencia de 112 ciudadanos diputados; no hay quórum.

El C. secretario Castillo: Orden del día; Asuntos de particulares, Ley de Tierras Ociosas, Contrato celebrado entre el Ejecutivo y el representante de la "Agencia Dun", y Ley Orgánica del Artículo 4o. constitucional.

El C. presidente, a las 7.40 p. m.: Se levanta la sesión.