Legislatura XXIX - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19210418 - Número de Diario 29

(L29A1P1eN029F19210418.xml)Núm. Diario:29

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 18 DE ABRIL DE 1921

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I.- PERÍODO EXTRAORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 18 DE ABRIL DE 1921

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2. - Asuntos en cartera. La Cámara de Senadores devuelve para sus efectos constitucionales el proyecto de ley relativo a las reformas de los artículos 67, 69, 79 y 89 de la Constitución, por haber sido modificado. Se turna a las comisiones unidas 1a. y 2a. de Gobernación, la minuta con el Proyecto de Ley Orgánica de las Secretarías de Estado, enviado por la Cámara de Senadores.

3. - Se sigue dando cuenta con los asuntos en cartera, concediéndose licencia a los CC. diputados Carrillo Puerto Benjamín, Gutiérrez Atanasio, Villalobos, Olguín y Basaldúa.

4. - Se le dispensa la lectura y se pone a discusión en lo general, el dictamen de las comisiones unidas 1a. y 2a. Agrarias, acerca del proyecto de ley para el fraccionamiento de latifundios, enviado por el Ejecutivo de la Unión. Se aprueba una moción de varios ciudadanos diputados a fin de que sea llamado a informar el ciudadano ministro de Agricultura y Fomento, respecto del dictamen a discusión. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. SIUROB JOSÉ

(Asistencia de 135 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 5.45 p.m.: Se abre la sesión.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día trece de abril de mil novecientos veintiuno. - Período extraordinario.

"Presidencia del C. José Siurob.

"En la ciudad de México, a las cinco y cuarenta y cinco de la tarde del miércoles trece de abril de mil novecientos veintiuno, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta ciudadanos diputados.

"Se aprobaron el acta de la sesión celebrada el día once del presente mes, y, previa dispensa de trámites y sin debate, las siguientes solicitudes de licencia:

"De los CC. Alberto Guerrero y Manuel Padilla, con goce de dietas, por treinta días al primero y por cuarenta y cinco al último; del C. Rafael V. Balderrama, por tiempo ilimitado y que continúe en ejercicio el suplente, y hasta por cuarenta días, con goce de dietas, del C. Aureliano J. Mijares.

"Se dio cuenta también con un escrito en que el C. Francisco Acosta y Plata manifiesta que no le es posible atender el llamado de esta Cámara para entrar en ejercicio como diputado suplente por el 6o. distrito electoral de Chihuahua, en virtud de que se encuentra ocupando una curul en la Legislatura de aquel Estado.

"La Mesa había dado al documento anterior el trámite " de enterado"; pero a moción del C. Zincúnegui Tercero y después de aclaraciones de la Presidencia, se substituyó por el de "a la primera Comisión de Puntos Constitucionales."

"El C. Leopoldo Guadarrama informó del resultado de la Comisión que hizo una visita, por motivos de enfermedad, al C. diputado Atanasio Gutiérrez.

"No habiendo más asuntos en cartera, la Presidencia suplicó a las comisiones respectivas se sirvieran presentar a la mayor brevedad los dictámenes sobre los proyectos que tienen en estudio.

"La Mesa, obsequiando una petición del C. Mijares, informó acerca de las razones por las que no se ha dado cuenta con el dictamen sobre la creación de la Secretaría del Trabajo; a este respecto hicieron aclaraciones el C. Guillermo Rodríguez y el C. prosecretario Castrejón.

"La Presidencia anunció que el próximo lunes diez y ocho se iniciará la discusión del proyecto de Ley sobre Fraccionamiento de Latifundios.

"A las seis y cinco de la tarde se levantó la sesión y se citó para el referido día diez y ocho de los corrientes, a las cinco de la tarde."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien la impugne? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

"Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.

- Sección Primera. - Número 415.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente.

"Para los efectos constitucionales y en 42 fojas útiles, tenemos el honor de devolver a ustedes el expediente y la minuta del proyecto de ley aprobada por el Senado, relativo a las reformas de los artículos 67, 69,79 y 89 de la Constitución, por haber sido modificado el artículo 79, fracción IV, en el sentido de que para que la Comisión Permanente pueda convocar al Congreso a sesiones extraordinarias, se requiere el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, y no el de la mayoría, como aprobó esa H. Cámara de Diputados.

"Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración. - México, a 12 de abril de 1921. - L. J. Zalce, S. S. - Juan Barrón Vázquez, S. S."- Recibo, y a la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales.

"Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.

- México. - Estados Unidos Mexicanos.

"Minuta. Proyecto de ley.

"Artículo único. Se reforman las fracciones IV del artículo 79 y XI del artículo 89, el inciso (j) del 72, el segundo párrafo del 84 y los artículos 67 y 69 de la Constitución Política de la República en los siguientes términos:

"Artículo 79. Fracción IV. Acordar por sí o a propuesta del Ejecutivo, la convocatoria del Congreso o de una sola Cámara a sesiones extraordinarias, siendo necesario en ambos casos el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes. La convocatoria señalará el objeto u objetos de las sesiones extraordinarias.

"Artículo 89. Fracción XI. Convocar al Congreso a sesiones extraordinarias cuando lo acuerde la Comisión Permanente.

"Artículo 72. Inciso (j). El Ejecutivo de la Unión no puede hacer observaciones a las resoluciones del Congreso o de alguna de las Cámaras cuando ejerzan funciones de cuerpo electoral o de Jurado, lo mismo que cuando la Cámara de Diputados declare que debe acusarse a uno de los altos funcionarios de la Federación por delitos oficiales.

"Tampoco podrá hacerlas al decreto de convocatoria a sesiones extraordinarias que expida la Comisión Permanente.

"Artículo 84. Segundo párrafo. Si el Congreso no estuviere en sesiones, la Comisión Permanente nombrará desde luego un presidente provisional y para que éste, a su vez, expida la convocatoria a elecciones presidenciales, en los mismos términos del artículo anterior.

"Artículo 67. El Congreso, o una sola de las Cámaras, cuando se trate de asunto exclusivo de ella, se reunirán en sesiones extraordinarias cada vez que los convoque para ese objeto la Comisión Permanente; pero en ambos casos sólo se ocuparán del asunto o asuntos que la propia Comisión sometiese a su conocimiento, los cuales se expresarán en la convocatoria respectiva.

"Artículo 69. A la apertura de sesiones ordinarias del Congreso asistirá el presidente de la República y presentará un informe por escrito, en el que manifieste el estado general que guarde la administración pública del país. En la apertura de las sesiones extraordinarias del Congreso de la Unión o de una sola de las Cámaras, el presidente de la Comisión Permanente informará acerca de los motivos o razones que originaron la convocatoria.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión. - México, a 11 de abril de 1921. - Adalberto Ríos, S. P. - L. J. Zalce, S. S. - E. del Valle, S. S."

"Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.

- México. - Sección Primera. - Número 417.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente.

"Tenemos el honor de enviar a ustedes, para los efectos constitucionales, en 237 fojas útiles, el expediente con la minuta del proyecto de Ley Orgánica de las Secretarías de Estado.

"Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración. - México, a 12 de abril de 1921. - S. S., Eleazar del Valle. - L. J. Zalce, S. S."- Recibo, a las comisiones unidas 1a. y 2a. de Gobernación, e imprímase.

"Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.

- México. - Estados Unidos Mexicanos.

"Minuta.

"Proyecto de Ley Orgánica de Secretarías de Estado y Departamentos Administrativos.

"Artículo primero. Para el despacho de los negocios del orden administrativo de la Federación, habrá ocho Secretarías de Estado y cinco Departamentos.

"Las Secretarías serán:

"Gobernación.

"Relaciones Exteriores.

"Hacienda y Crédito Público.

"Guerra.

"Agricultura y Fomento.

"Comunicaciones y Obras Públicas.

"Industria y Comercio.

"Trabajo.

"Los Departamentos serán:

"Universidad y Bellas Artes.

"Marina.

"Salubridad Pública.

"Contraloría.

"Establecimientos Fabriles Militares.

"Artículo segundo. Corresponde a la Secretaría de Gobernación:

"Nombramientos y renuncias de los secretarios del Despacho y de los gobernadores del Distrito y Territorios Federales;

"Relaciones de la Federación con los Estados que la forman;

"Legalización de firmas de funcionarios federales y gobernadores;

"Elecciones generales;

"Medidas administrativas para el cumplimiento de la Constitución;

"Reformas constitucionales;

"Garantías individuales;

"Derechos del ciudadano;

"Promulgación y publicación de decretos, leyes orgánicas y códigos federales;

"Colonias penales para reos federales;

"Beneficencia pública y privada;

"Relaciones con los Montes de Piedad;

"Emigración, con excepción del servicio de cabotaje en barcos nacionales;

"Límites de los Estados, en lo relativo a las cuestiones políticas;

"Diario Oficial de la Federación e Imprenta del Gobierno;

"Códigos para el Distrito Federal y Territorios, y leyes federales;

"Expropiación por causa de utilidad pública;

"Reos federales, indultos, conmutación y reducción de penas por delitos del orden federal;

"Estadística del ramo;

"Archivo General de la Nación.

"Artículo tercero. Corresponde a la Secretaría de Relaciones Exteriores:

"Relaciones con las naciones extranjeras;

"Tratados internacionales y su publicación;

"Conservación de dichos tratados;

"Autógrafos de todos los documentos diplomáticos y de las cartas geográficas en donde estén fijados los límites de la República;

"Límites de la República, en lo relativo a cuestiones diplomáticas;

"Legaciones y consulados;

"Naturalización, estadística de extranjeros y derechos de extranjería;

"Aplicación del artículo 33 constitucional;

"Extradiciones;

"Legalización de firmas en documentos que han de producir sus efectos en el exterior y en documentos del exterior que han de causar sus efectos en la República;

"Inmigración;

"Propaganda comercial y exposiciones internacionales y todo lo que se refiera a relaciones con el exterior;

"Gran sello de la nación.

"Artículo cuarto. Corresponde a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público:

"Presupuestos;

"Impuestos federales;

"Aranceles de aduanas marítimas y fronterizas;

"Administración de todas las rentas federales;

"Casas de moneda y ensaye;

"Empréstitos;

"Bienes nacionales y nacionalizados;

"Bancos y demás instituciones de crédito;

"Policía fiscal;

"Estadística fiscal;

"Responsabilidades en favor y en contra de la nación;

"Aprovisionamientos generales;

"Adquisición de equipo, medicinas, ropa, uniformes, calzado, útiles, etc., para el Ejército y Marina nacionales.

"Artículo quinto. Corresponde a la Secretaría de Guerra:

"Ejército activo;

"Guardia nacional al servicio de la Federación;

"Servicio médico militar;

"Administración de justicia militar;

"Armada nacional, en cuanto a administración de justicia militar y al cumplimiento de órdenes para operaciones militares;

"Indultos por delitos militares;

"Escuelas militares;

"Aviación militar;

"Fortalezas, fortificaciones, prisiones militares, cuarteles;

Colonias militares;

"Almacenes de medicinas, útiles, enseres, instrumentos, etc., de la Proveeduría General de Hospitales Militares, de puestos de socorros y de servicios sanitarios militares en campaña.

"Artículo sexto. Corresponde a la Secretaría de Agricultura y Fomento:

"Agricultura ganadería, avicultura, sercicultura, piscicultura y apicultura;

"Bosques y productos vegetales de los terrenos de la nación;

"Fomento, conservación y explotación de la riqueza forestal en el territorio nacional;

"Tierras de pueblos, dotación y restitución de tierras a los pueblos, y fraccionamiento de latifundios;

"Terrenos baldíos;

"Terrenos nacionales;

"Gran registro de la propiedad;

"Colonización;

"Aguas de propiedad federal;

"Concesiones para su aprovechamiento y policía y vigilancia de las mismas;

"Obras de irrigación, desecación y mejoramiento de terrenos;

"Inspección de las obras para fuerza motriz durante su construcción;

"Observatorios astronómicos y meteorológicos;

"Estudios y exploraciones geográficos;

"Límites de la República y de los Estados, exclusivamente en lo relativo a la parte geográfica, geodésica o astronómica;

"Trabajos geodésicos y formación de la carta de la República;

"Estudios y exploraciones de la flora y fauna de la República;

"Dirección de estudios biológicos;

"Viajes y exploraciones científicos;

"Dirección etnográfica;

"Estudios de las razas aborígenes;

"Exploración y conservación de monumentos arqueológicos;

"Establecimientos para propaganda y mejoramiento de la agricultura

e industrias agrícolas;

"Enseñanza agrícola;

"Estaciones experimentales;

"Plagas de los campos y policía sanitaria rural;

"Congresos agrícolas;

"Propaganda y exposiciones agrícolas, ganaderas, florestales y forestales;

"Museo de Historia Natural;

"Caza;

"Pesca;

"Dirección de Estadística General.

"Artículo séptimo. Corresponde a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas:

"Caminos carreteros, nacionales e inspección de los privados;

"Ferrocarriles;

"Correos interiores;

"Unión Postal Universal;

"Giros postales en el interior de la República;

"Giros postales internacionales;

"Telégrafos y teléfonos federales;

"Concesión para establecer líneas telegráficas y telefónicas de los ferrocarriles;

"Radiotelegrafía y radiotelefonía;

"Concesión para establecer estaciones inalámbricas y vigilancia de ellas;

"Correspondencia con naciones extranjeras para intercambio de mensajes y señales de las estaciones inalámbricas;

"Cables;

"Contratos con compañías telegráficas y telefónicas y cablegráficas internacionales;

"Giros telegráficos;

"Construcción y reparación de puertos y faros;

"Subvención a vapores y ferrocarriles para verificar transportes de correspondencia;

"Transportes aéreos;

"Construcción y reconstrucción de edificios públicos;

"Intendencia y obras de conservación en los palacios nacional y de Chapultepec;

"Obras de utilidad pública costeadas por la Federación;

"Obras que se ejecuten en terrenos nacionales, bien sean costeadas por la Federación o por concesión otorgada a particulares;

"Jurisdicción sobre el sistema hidrográfico del Valle de México;

"Estadística del ramo;

"Artículo octavo. Corresponde a la Secretaría de Industria y Comercio:

"Industrias en general;

"Exploraciones y estudios geológicos;

"Concesiones para la explotación de productos inertes o de origen mineral (guano, kaolín, nitrato, gases industriales, etc.);

"Minería, concesiones, exploraciones, explotaciones e inspección;

"Petróleo y combustibles minerales (concesiones, exploraciones, explotaciones e inspección oficial);

"Seguros;

"Cámaras y asociaciones industriales;

"Comercio;

"Sociedades mercantiles;

"Cámaras y asociaciones comerciales;

"Lonjas y corredores;

"Propaganda comercial e industrial y exposiciones comerciales, nacionales e internacionales;

"Estadística industrial y comercial;

"Privilegios exclusivos de carácter industrial;

"Patentes y marcas;

"Pesas y medidas;

"Instituto geológico;

"Estadística del ramo;

"Artículo noveno. Corresponde a la Secretaría del Trabajo:

"Seguros del Trabajo;

"Tribunales de Conciliación y Arbitraje;

"Huelgas y paros;

"Cámaras, asociaciones y sindicatos obreros;

"Cajas de Ahorro;

"Sociedades, especialmente cooperativas y de consumo;

"Bolsas del trabajo;

"Asociaciones profesionales;

"Contratos de trabajo, de aprendizaje y de enseñanza técnica;

"Legislación obrera;

"Estadística del ramo.

"Artículo décimo. Corresponde al Departamento Universitario y de Bellas Artes:

"La Universidad Nacional de México, con todas sus dependencias actuales, más la Escuela Nacional Preparatoria;

"La Dirección de Educación Primaria y Normal;

"Todas las escuelas oficiales primarias o secundarias del Distrito Federal y Territorios, inclusive las que dependan de los Ayuntamientos;

"Las escuelas superiores de Comercio y Administración y las escuelas nacionales industriales;

"El departamento de Biblioteca y Archivo;

"El departamento de Bellas Artes;

"Las demás escuelas o institutos docentes que en lo sucesivo se funden con recursos federales;

"La Academia Nacional de Bellas Artes;

El museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología;

El Conservatorio Nacional de Música;

Las Academias e Institutos de Bellas Artes, que con recursos de la Federación o cantidades aportadas por ésta, se organicen en los Estados;

"Los conservatorios de música que se creen en los Estados con fondos o subsidios federales;

"Los museos de arte o historia que se establezcan ya sea en el Distrito Federal o en los Estados, con fondos o subsidios federales;

"La Inspección general de monumentos artísticos o históricos;

"El fomento del teatro nacional;

"En general, el fomento de la educación artística del pueblo, por medio de conferencias, conciertos, representaciones teatrales, musicales o de cualquier otro género;

"La propiedad literaria, dramática y artística;

"La exposición de obras de arte y la propaganda cultural por medio del cinematógrafo y todos los demás medios similares y las representaciones y concursos teatrales, artísticos o culturales, en cualquier parte del país;

"Pensionados en el extranjero.

"Artículo undécimo. Corresponde al Departamento de Marina:

"Marina de guerra;

"Escuelas Navales;

"Escuelas Náuticas;

"Arsenales, diques y varaderos;

"Marina mercante y vías navegables;

"Costas, cuidado y conservación de puertos y faros;

"Zona marítima y fluvial;

"Servicios meteorológicos y astronómicos en las costas y puertos;

"Inspección y vigilancia de los barcos de pesca;

"Jurisdicción sobre las islas despobladas.

"Artículo duodécimo. Corresponde al Departamento de Salubridad Pública:

"Legislación Sanitaria de la República;

"Policía Sanitaria de los puertos, costas y fronteras;

"Preparación y aplicación de vacunas y sueros preventivos y curativos;

"Inspección sobre substancias alimenticias;

"Vigilancia sobre ventas y uso de substancias venenosas;

"Drogas y demás artículos puestos en circulación;

"Medidas contra enfermedades contagiosas,

"Medidas contra el alcoholismo;

"Congresos sanitarios.

"Artículo décimotercero. Corresponde al Departamento general de Contraloría:

"Llevar las cuentas generales de la nación y acordar sus métodos de contabilidad y procedimientos;

"Inspección y glosa;

"Investigaciones;

"Auditores regionales;

"Informes;

"Deuda pública y circulación de moneda;

"Infracciones y penas;

"Todo lo demás que en detalle especifica la Ley Orgánica del Departamento de Contraloría.

"Artículo décimocuarto. Corresponde al Departamento de Establecimientos Fafriles Militares:

"Fábrica Nacional de Cartuchos;

"Fundición Nacional de Artillería;

"Laboratorio de municiones y artificios;

"Fábricas nacionales de pólvora;

"Maestranza Nacional;

"Almacenes generales de Armas y Municiones;

"Fábrica Nacional de Armas.

"Artículo décimoquinto. Cada una de las Secretarías tratará directamente con el Congreso de la Unión y Suprema Corte de Justicia, los asuntos de su competencia.

"Artículo décimosexto. En casos dudosos o extraordinarios, el presidente de la República resolverá a cuál Secretaría corresponde conocerlos.

"Artículo décimoséptimo. Cada Secretaría o Departamento Administrativo remitirá con toda oportunidad a la Hacienda su respectivo proyecto de presupuestos, para que puedan someterse a su tiempo a la aprobación de la Cámara de Diputados.

"Transitorio. Esta ley comenzará a regir el día de su promulgación.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.- México, a 11 de abril de 1921. - Adalberto Ríos, S. P. - E. del Valle, S. S. - L. J. Zalce, S. S."-

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"El Gobierno del Distrito Sur de la Baja California envía una comunicación de condolencia por el fallecimiento del C. diputado Felipe Bueno."- A su expediente.

"El C. Félix F. Palavicini, presidente del Comité Permanente del Congreso Mexicano del Niño, envía un ejemplar del Proyecto de Tribunales para menores delincuentes formulado por el C. licenciado Antonio Ramos Pedrueza, y pide que se tenga presente dicho proyecto al discutirse la Ley Orgánica de los Tribunales Federales."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Muy atenta y respetuosamente, y con dispensa de todo trámite, me permito solicitar una licencia hasta por veinte días, con goce de dietas, a fin de atender asuntos urgentes de familia. - México, a 18 de abril de 1921. - B. Carrillo P."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites.

El C. Alessio Robles Vito: Reclamo la votación.

El C. prosecretario Castrejón: Habiendo reclamado el ciudadano Alessio Robles la votación, se consulta nuevamente si se dispensan los trámites, en el concepto de que se necesitan los votos de las dos terceras partes de los diputados presentes. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Concedida.

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

"Ciudadanos secretarios de la Cámara de Diputados. - Presente.

"Atanasio Gutiérrez, diputado en ejercicio, ante ustedes y a efecto de que se sirvan hacerlo del conocimiento de esa H. Asamblea, acudo en solicitud de una licencia hasta por veinte días, con goce de dietas, en virtud de hacerse precisa una operación quirúrgica, pues me encuentro sufriendo una delicada enfermedad de carácter abdominal. Suplico a esta solicitud se le dispensen los trámites y protesto a esa H. Asamblea mis respetos y Compañerismo.

"México, ciudad, abril 13 de 1921. - A. Gutiérrez."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Sí se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede la prórroga de licencia. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Concedida.

Presidencia del C. VASCONCELOS EDUARDO

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"Por tener necesidad urgente de salir de esta metrópoli al arreglo de algunos asuntos que reclaman mi atención, ruego muy atentamente a vuestra soberanía tenga a bien concederme una licencia, con goce de dietas, hasta por el término de un mes.

"Pido dispensa de trámites.

"Protesto a ustedes mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas. - México, D.F., 18.IV.921. - G. Villalobos."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se concede la licencia.

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

"Estanislao Olguín, diputado propietario al Congreso de la Unión, manifiesta a esa H. Asamblea: que estando por fenecer la licencia que le fue concedida por esa H. Corporación, y encontrándose todavía en mal estado de salud, vuelve a suplicarle tenga a bien concederle otra licencia de un mes ( sirviéndose llamar a su suplente, señor doctor Jorge A. Olguín, que tiene su residencia en esa ciudad en la 2a. de la Florida número 40, para que pase a cubrir su falta temporal), con dispensa de trámites.

"Protesto mis respetos. - Sufragio Efectivo. No Reelección. - Calnali, abril 8 de 1921. - E. V. Olguín."

En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Concedida la licencia y se llamará al suplente.

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"Teniendo graves asuntos de familia que atender en la ciudad de Querétaro, suplico V. S. se sirvan concederme una licencia hasta por un mes, con goce de dietas. Pido dispensa de trámites. - México, D. F., abril 18 de 1921. - Filemón Basaldúa."

En votación económica se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites a esta solicitud de licencia, en la inteligencia de que se necesitan las dos terceras partes de los ciudadanos diputados presentes. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse en pie. Concedida.

El C. secretario Valadez Ramírez: Habiendo sido impreso y distribuído el dictamen de las comisiones unidas 1a. y 2a. agrarias, que consulta un proyecto de ley sobre fraccionamiento de latifundios, en votación económica se consulta a la Asamblea si se dispensa su lectura para ponerlo desde luego a discusión. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse en pie. Se dispensa su lectura. Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de palabra, sírvanse pasar a inscribirse.

El C. Gandarilla: Pido la palabra

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: Como la ley que se va a discutir...(Voces: ¡Tribuna! ¡Tribuna!) Es muy breve lo que voy a decir; únicamente voy a hacer una petición.

Como la ley que se va a discutir es de suma trascendencia para el país; como todos los diputados suponemos que los honorables miembros que firman el dictamen de esta iniciativa de ley están perfectamente empapados de las necesidades del mismo país; como sé también que estos señores miembros de las comisiones han de haber hecho indudablemente estudias muy concienzudos, me permito respetuosamente, por conducto de la Presidencia, hacer dos peticiones: la primera consiste en que los honorables miembros de las comisiones nos hagan favor de informarnos sobre las razones que tuvieron para fundamentar su dictamen, pero especialmente, y si así lo estiman conveniente, sobre los siguientes puntos: las razones que tienen para disponer que esta ley sea de observancia en todo el país contra preceptos constitucionales expresos; segundo, que nos hagan favor de indicarnos lo que ellos entienden por problema agrario y por problema agrícola; tercero, si han tenido en cuenta las circunstancias especiales en que se encuentra la irrigación en el país. y último, si han tenido en cuenta, si es razonable, si es lógico, si es constitucional establecer terribles penas para aquellos individuos que se atrevan a juzgar mal o bien y que en la práctica puedan externar su opinión sobre esta ley. Además quiero hacer una petición al señor presidente en el sentido de que nos haga favor de que sea llamado el secretario de Agricultura y Fomento para que venga a ilustrar las discusiones sobre este particular.

El C. presidente: A petición del ciudadano Gandarilla y con fundamento en el artículo 106 del Reglamento, se invita a los señores miembros de la Comisión dictaminadora para que funden su dictamen en el sentido en que acaba de indicar el ciudadano Gandarilla.

El C. Siurob: Pido la palabra como miembro de la Comisión.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Siurob.

El C. Siurob, de la Comisión Honorable Asamblea: Las Comisiones Agrarias unidas, de las cuales soy uno de los miembros, se honran en este momento al venir a fundar el dictamen que ha sido presentado a vuestra consideración. antes de entrar a fundar propiamente el dictamen, urge hacer ciertas consideraciones generales, que pondrán a conocimiento de la Asamblea cuál ha sido el orden de ideas que ha conducido a la Comisión a producir el dictamen de que ustedes ya tienen conocimiento. Desde luego, siendo éste un tema que se relaciona directamente con la propiedad, nosotros no podemos dejar pasar desapercibido el momento para fundar consideraciones generales sobre la misma propiedad y sacar de estas mismas consideraciones generales, las consecuencias y las consideraciones que nos han traído a establecer el proyecto de la ley modificando el del Ejecutivo en la forma en que ya ustedes tienen conocimiento. Desde luego, todos vosotros sabéis que la propiedad

individualista, uno de los vastos errores en que ha incurrido la humanidad en el curso de su evolución, ha sido la causa de la mayor parte de las calamidades y de los crímenes y de las miserias que han afligido a la humanidad en el curso de su larga historia, y que estas calamidades y que estos males han tenido, en gran parte, como consecuencia, esta organización de la propiedad individualista, que si en buena parte del servido de estado de paso hacia nueva organización del modo como debieran los humanos estar en contacto con la tierra para extraer de ella los frutos necesarios para su subsistencia, sin embargo, nosotros debemos tener en cuenta esta circunstancia que es preciosa, puesto que de hecho viene a constituir una idea de las más profundas raigambres de la ley de hoy tenemos el honor de presentar a vuestra consideración. El abuso de unos cuantos, poseyendo sin justicia lo que es de todos, ha hecho que la humanidad, durante un largo período de su vida, hasta estos momentos, haya contemplado con horror este enorme e inmenso despojo que ha tenido, según las leyes del determinismo económico, que es la última palabra de las ciencias sociológicas sobre la propiedad, ha tenido gravísimas y profundas consecuencias en la organización y en la vida de los humanos, hasta el grado de que puede decir que siempre que la propiedad ha estado acaparada por unos cuantos, grandes convulsiones sociales se han presentado en todos los pueblos de la tierra desde la más remota antigüedad. Todo aquel que ha leído la historia recuerda que en la época de los griegos fueron necesarísimas las leyes de Solón para remediar los primeros acaparamientos de tierras consumados en muchos casos por medio de la usura; todos recuerdan perfectamente - cosa que yo refiero sin pretender pasar por erudito-, todos recuerdan perfectamente el sacrificio, el símbolo de sacrificio que representaron para la historia romana los gracos; y en época más reciente todos los recuerdan que la Revolución francesa tuvo uno como de los principales postulados reducir el acaparamiento de la tierra entregando las tierras de la nobleza a los hombres de la gleba; pero dentro de nuestro propio país hay todavía razones más poderosas, orígenes más claros de esta ley, a través de nuestra historia. Todos saben perfectamente que desde el Padre Hidalgo, desde el caudillo de Morelos, hasta el jefe de la última revolución, todos se han dirigido siempre a las masas, presentándoles el espejismo, presentándoles la esperanza de volver a recuperar las tierras en nombre de la gleba, en nombre de la mayoría, y que con esta esperanza y con este espejismo, han conducido a las generaciones al sacrificio y a la muerte. Todos vosotros sabéis también que ha llegado el tiempo en que ya los pueblos están abriendo los ojos, que ya no es posible contentarlos con lo que antes se les contentaba en el deseo, en el anhelo de sus legítimas aspiraciones. Todos vosotros sabéis que antes los dos únicos paliativos que se empleaban eran la resignación y la esperanza; pero que hoy los pueblos, mientras no se emplee la fuerza, la resignación la consideran como una virtud de esclavos, y la esperanza no existe, puesto que existe la posibilidad de llegar a sus anhelos dentro de un plazo breve y perentorio, por medio del esfuerzo, por medio de la voluntad y de la unión. Si la Comisión, si la mayor parte de los miembros de ella, hubieran obedecido única y exclusivamente al concepto que tienen de la justicia en cuestiones de propiedad, indudablemente que al recibir el proyecto del señor presidente de la República lo hubiéramos tachado de una sola plumada y hubiéramos presentado a la consideración de vuestras señorías, no una ley que reglamentara lo que Proudhome llamó un robo y que, sin embargo, toda la actual generación considera como la base de la civilización moderna, sino que hubiéramos presentádola sobre otra de radicalismo: la abolición absoluta de la propiedad; pero, desgraciadamente, si estas ideas tienden abrirse paso en todos los pueblos de la tierra y si estamos destinados a ir viendo desaparecer paulatinamente en pueblo por pueblo las ideas de la propiedad territorial individualista, en unos por crisis terribles y sangrientas, en otros por crisis paulatinas y lentas, que en realidad van a curar, al fin y al cabo, a la humanidad de esta fiebre de poseer, de esta fiebre o especie de locura de abuso en la posesión. Esta locura y este abuso en la posesión, que en realidad hasta hoy no ha hecho a la humanidad ni más justa ni más dichosa; pues bien, nosotros hemos tenido razones especiales para no presentar a vuestra consideración un proyecto semejante como éste: que la evolución de los pueblos no da saltos, que las revoluciones pueden remover los obstáculos, pero que ninguna revolución, por poderosa que sea, es capaz de hacer dar un salto en la evolución a un pueblo que se encuentre en determinado camino......

El C. Borrego, interrumpiendo: ¿ Y la Revolución francesa?

El C. Siurob: La Revolución francesa pudo precipitar la evolución propiamente, y el compañero Borrego lo sabrá, pero no le hizo dar un salto al pueblo francés en su evolución; la evolución la hizo desde antes; ya desde antes, y lo sabe el compañero Borrego, no se respetaban los decretos reales; ya desde antes se había manifestado una reacción contra los preceptos de justicia que entonces se empleaban; ya dentro del mismo ambiente se encontraban los gérmenes de la evolución; la evolución ya estaba preparada y nada más era necesario quitar el obstáculo para que con la Revolución diera el paso inmediato. Y en efecto, ya ve el compañero Borrego que dentro de la revolución francesa se encontraba postulados formidables intercalados, como el comunismo, y la Revolución francesa no pudo llegar inmediatamente al comunismo, a pesar de que era el deseo más ardiente de los líderes exaltados, porque no estaban preparados para eso. Esta razón por que, a pesar de nuestro deseo, a pesar de nuestra íntima convicción, a pesar de la forma en que nosotros conocemos el problema que se debate en estos momentos en el mundo, decimos que el pueblo mexicano no puede dar un salto; pero yo añado todavía otras razones muy poderosas: Un solo pueblo en la tierra se ha atrevido a declarar la abolición de la propiedad individualista; pero ese pueblo se encuentra limitado: en el Norte, por los hielos boreales; encuentra limitado en el Oriente, por países todavía muy poco civilizados y muy poco fuertes, por consiguiente, del Asia; y en el Sur y en el Oeste, bien sea por los mares, o bien sea por naciones

pequeñas que no tienen la suficiente fuerza para oponerse a los designios de lo que se a dado en llamar la locura moscovita y que, en realidad, todo el mundo va sabiendo que no significa sino el advenimiento de una nueva etapa.

Pues bien; México no se encuentra en las condiciones de Rusia; México tiene en su frontera Norte al país en que se ha entronizado de una manera más poderosa el capitalismo; México sabe que está más acerca de los países de Europa, que son otros tantos baluartes del capitalismo, y que, por consiguiente cualquiera declaratoria suya en este sentido le acarrearía gravisímas dificultades en su vida interior y quizá aun su desaparición como nación independiente; pero no sólo esto, sino que el estado actual de la evolución de nuestro país no es de tal naturaleza que permita, sin salto, el paso del sistema feudal en que nosotros vivimos, al sistema de la abolición absoluta de la propiedad que nosotros deseamos. En efecto, actualmente vivimos bajo un sistema absolutamente feudal desde el punto de vista de la posesión de la propiedad. Veis a los grandes terratenientes poseyendo, a despecho de las leyes más elementales de la actual justicia en el mundo, enormes cantidades de tierra que no cultivan, que no pueden cultivar, y un pueblo, el más rico quizá de este continente, que es un pueblo miserable que no puede siquiera tener lo que su tierra produce, alimentarse con todos sus frutos, que es suficientemente feraz y pródiga para que eso sucediera. Entre el sistema feudal y la abolición de la propiedad necesitamos pasar forzosamente por el sistema de la pequeña propiedad, por ese sistema de la pequeña propiedad, por ese sistema de la pequeña propiedad que a fuerza de dividirla tanto llegue a producir dentro del espíritu precisamente el fenómeno contrario: la necesidad de que exista el contrario, la abstracción toda de la propiedad, para que dentro de esa abstracción venga simple usufructo por todos los humanos, y ya que todos los humanos tenemos derecho el agua y a la luz, así debemos tenerlo a la tierra también. Pero ya he expresado las consideraciones generales que han obligado a la Comisión a tener esa transacción con el medio y con las circunstancias, porque de hecho la ley no significa más que esto, de hecho, ustedes lo saben bien: una ley no se puede hacer sino hasta que está preparada en las conciencias, hasta que encuentra su raigambre en la opinión pública, hasta entonces esa ley no se hace. ¿Y quién no sabe que en nuestro medio, que en nuestras costumbres y en nuestro sistema, no sólo ahora, sino en los últimos tiempos de la época porfiriana ya se comenzaba a sentir la necesidad de la repartición de la tierra en el país? Todos ustedes saben que ha sido necesaria la confusión revolucionaria para detener en su camino este incipiente fraccionamiento de la tierra. Por otra parte, existe una necesidad política: nosotros sabéis que en virtud de las leyes del determinismo económico, nuestro sistema actual de propiedad tiene consecuencias tan hondas através del mundo, que han influído sobre las religiones, sobre las costumbres. más que sobre lo que nosotros llamamos justicia y que no es sino una de las formas de la justicia. Nosotros sabemos que el sistema de propiedad ha influído sobre las religiones; si examináis la moral, encontráeis la sanción del derecho de propiedad; vosotros sabéis que las religiones han contribuído desde los tiempos más remotos a instalar las consecuencias de todas las revoluciones que verían desde el despojo, desde las miserias de la falta de producción, hasta las peores calamidades, como la guerra que, por desgracia, seguirá existiendo en el mundo mientras exista el sistema de propiedad individualista. Terminando, pues, estas consideraciones generales, voy a hablar ya más concretamente sobre los puntos que contienen la ley y, especialmente, sobre los que sugirió el estimable compañero Gandarilla.

Esta ley no es una reglamentación del artículo 27. El artículo 27 comprende todas las modalidades de la propiedad, y no sólo todas las modalidades actuales de la propiedad, sino todas las modalidades que el Poder Legislativo estime conveniente dar a esa propiedad en virtud de las necesidades de la nación. Nosotros no vamos a legislar sino sobre dos modalidades de la propiedad: la propiedad del latifundista y la propiedad del pequeño terrateniente, lo que nosotros queremos llamar el Home - Stead Mexicano. La propiedad latifundista se caracteriza por estas circunstancias: que es intocable, excepto en el caso en que la necesidad pública obligue al fraccionamiento de esa propiedad; es una propiedad condicional, el latifundista la ha estado poseyendo desde el momento en que se expidió la Constitución, con la condición de que esa posesión terminará en el momento en que sea posible hacer valedera la necesidad y el derecho de la colectividad para la posesión de esa misma tierra. El Home Stead vosotros lo sabéis y está dicho en la ley, es una propiedad indestructible, inalienable y que no está sujeta a las condiciones ordinarias legales que establecen nuestros códigos para toda clase de propiedad, puesto que no está sujeta al embargo y a otras formas de coacción que establecen nuestras leyes; así pues, no vamos a hablar sobre las tierras comunales, que son una de las primeras modalidades de la propiedad establecidas dentro de la propiedad constitucional. No señores; vamos a reducirnos exclusivamente a estas dos formas de la propiedad perfectamente incompatibles dentro de las ideas actuales y dentro de nuestro sistema de desarrollo. No voy a insistir más sobre la necesidad de esta ley, baste decir que si la nación no se ha consolidado en lo absoluto dentro de su régimen interior igualando hasta cierto punto las diferencias brutales que existen de razas y de clases sociales dentro de nuestro sistema, ello se debe de una manera capital y principalísima al abuso de la propiedad, al sistema feudal. Voy a referirme, pues, a esta ley que no es sino la reglamentación del párrafo tercero del artículo 27 de nuestra Carta Magna. Suplico al compañero Gandarilla que tenga la bondad de repetirme cuáles son los puntos que desea que se traten principalmente.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: Las razones que tuviera la Comisión para disponer que esta ley fuese de observancia general en todo el país, mientras las legislaturas de los Estados no legislen sobre el particular.

El C. Siurob: Otra, compañero; todas de una vez.

El C. Gandarilla: Los conceptos o los conocimientos que la Comisión tenga sobre estas

transcendentales cuestiones: primera, problema agrario; segunda, problema agrícola; relaciones de uno con el otro; tercera si la Comisión tuvo o no en cuenta el estado de irrigación del país, los elementos económicos con que se cuenta para mejorar este estado de irrigación y para llevar a cabo las obras correspondientes; cuarta, que la Comisión nos haga favor de ilustrarnos sobre si cree que es razonable, si es lógico, y, sobre todo, que no es anticonstitucional el establecer penalidades para aquellos que juzguen mal acerca de está ley.

El C. Siurob: Muy bien; voy a contestar hasta la cuarta. (Risas.)

Comienzo, señores, por manifestar a nuestras señorías, que la ley que nos fue enviada por el general Obregón ha sido modificada, como vosotros habéis visto en la exposición de motivos, en varios puntos. Desde luego, en la parte que se refiere a definición de latifundios, nosotros hemos tenido que hacer una definición de latifundio, porque el general Obregón hablaba en su libro, de que están eran una parte de las tierras que deberían fraccionarse, y, sin embargo, no decía que cosa era latifundio y nosotros, al encontrarnos en la dificultad de definir la palabra "latifundio" expresamente para este país....

El C. presidente: Se ruega a los ciudadanos diputados se sirvan presentar atención al orador.

El C. Siurob: hemos creído absolutamente indispensable hacer sólo una definición, sino una enumeración, además, a la que tenga que sujetarse la definición de que una tierra es latifundio, porque una simple definición no puede abarcar todas las fases del problema, ya que un latifundio no solamente es latifundio por su extensión, sino que es latifundio porque no se cultiva correctamente; es latifundio porque constituye un monopolio de la propiedad dentro de su medio; es latifundio porque produce el encarecimiento o el monopolio de los artículos de primera necesidad; es latifundio porque es una de las bases en que se funda el bajo salario de los trabajadores....

El C. presidente: Se suplica no interrumpan los ciudadanos diputados al orador.

El C. Siurob: Y el establecer todas las razones en que debe fundarse el criterio científico para establecer qué cosa es el latifundio, éstas no podrían caber dentro de una definición, puesto que ya vosotros sabéis perfectamente, puesto que habéis estudiado lógica, qué cosa es definición. En seguida pasaré a tocar el punto a que se refiere a la administración de las parcelas. En la ley que se nos consulta se establecía un tamaño general para todas las parcelas y sólo se establecían parcelas de labor, y nosotros hemos tenido que ampliar el tamaño de estas parcelas, porque si no, vamos a producir el desplazamiento; el morcellement de la propiedad, es decir, algo que es tan malo como el propio latifundio, quizá sea por el desplazamiento de la propiedad que el propio latifundio, y en esta forma tuvimos que establecer bases razonables y científicas, y nos hemos basado al establecer el tamaño de las parcelas, como lo veréis, exclusivamente en los rendimientos medios de cada clase de tierra en relación con el tamaño de cada una de estas parcelas, y nos fue preciso establecer la parcela de pastos que no se establecía en la ley del general Obregón y una adición más: que el que posea una tierra de labor, posea una parcela de pastos para que puedan sustentarse los animales necesarios para la labranza. Otro punto importante de modificación fue establecer que todos los derechos relacionados con la expropiación debían ser administrativos, puesto que existe un párrafo del artículo 27 constitucional que ya se cita en la ley, que establece que todo lo relativo a la expropiación deberá ser tratado por las autoridades administrativas y no por las autoridades locales, puesto que estas sólo tienen derecho para juzgar de las diferencias que haya entre los valores fiscales y los valores nuevos que haya en el momento de la expropiación. Otro punto importante es el que se refiere a la Comisión Nacional Agraria, puesto que se va a tratar de las tierras del país, es indudable que la Comisión Nacional Agraria queda investida de una personalidad, puesto que va ser árbitro de la propiedad en la República, y en esta forma no sólo debiera ser nombrada por el Ejecutivo, sino que hasta llegamos a querer que el Poder Legislativo tomara parte en este nombramiento o tomara parte haciendo cesar a toda ella con el voto de las terceras partes para tener la absoluta garantía de que es la voluntad nacional y de que son hombres que justifiquen esa confianza nacional los que van a ocupar el supremo tribunal de la República en asuntos agrarios. Otro punto importante es el que se relacionaba con los bonos agrarios. Por una parte oíamos opiniones por algunas autoridades en la materia de parte de la Secretaría de Agricultura, que decían que los bonos agrarios deberían ganar el 8 por ciento, por otra parte la Constitución dice expresamente que deben ganar el 5 por ciento los bonos agrarios; acerca de este punto, la Comisión tuvo en cuenta las circunstancias anormales por que atraviesa en la actualidad el mundo. El mundo, en virtud de estas circunstancias anormales, está excesivamente caro, es decir, gana un gran rédito; pero como son circunstancias anormales, no debemos legislar sobre esa base, sino sobre las bases normales del mundo en que los grandes capitales para empréstitos y para toda clase de acciones de los países, no pueden redituar arriba del 5 por ciento. Si cambian las circunstancias actuales del mundo, es decir, las circunstancias especiales por que atraviesa el mundo financiero mundial, todos nos veríamos obligados a cambiar; pero hoy por hoy no debemos aumentar este rédito que, en último caso va a dar sobre los pobres dueños de parcelas, sin que nosotros podamos olvidar que tanto el Gobierno como los dueños de parcelas, adquieren esas tierras en condiciones precarias. El Gobierno adquiere tierras en condiciones precarias, por necesidad, y emite bonos para garantizar su pago. El parcionista se encuentra en condiciones precarias, porque no existen los sistemas refaccionarios que les proporcionen los medios para que puedan cultivar las tierras y en tal concepto, cualquier cosa de legislación, tanto entre el Gobierno y sus acreedores como entre los parcionistas, y el Gobierno debería simplificarse hasta el extremo de reducirlo al mínimum y por esto establecimos el 4 por ciento, que es un poco inferior al máximum que señala nuestra Constitución Política. Y aquí en este punto debo tratar el que ha suscitado el estimable compañero Gandarilla. Nos habla primero del problema agrario y del

problema agrícola; es propiamente la técnica agrícola; el problema agrícola consiste en simplificar la forma en que se van a poner los medios de producción; consiste en conocer que tal maquinaria pueda hacer mejor el trabajo de obtención, ya propiamente de las semillas, el trabajo de la trilla del corte o de la siega de las sementeras, y consiste en saber científicamente la calidad de una atierra y cómo debe sembrarse tal semilla, y cómo debe sembrarse tal otra y qué procedimientos se tendrán en cuenta en el cultivo de los animales, es decir, en la repoblación de los ganados. Este es el problema propiamente agrícola. Viene después la economía agrícola que consiste en saber qué cosa es la más productiva desde el punto de vista económico agrícola y saber cuáles siembras convienen a una región y cuáles no convienen, porque tienen salida por tal o cual mercado inmediato, porque todos estos problemas entran dentro del problema agrícola y en cambio el problema agrario no es ése; el problema agrario es el que se relaciona directamente con el poseedor, es el que se relaciona directamente con la ley, es el problema netamente social; el uno es un problema científico y artístico desde el punto de vista del arte de cultivar la tierra; el otro es un problema científico que se relaciona con las ciencias sociales, que se relaciona esencialmente con la ley y por lo tanto nosotros no podemos tocar el punto de vista agrícola sino teniéndolo en consideración, como lo hemos tenido ya y lo estoy demostrando en estos momentos al hablar sobre las penas agrarias. Otro punto importante es el que decía el compañero Gandarilla a propósito de irrigación. El general Obregón en su proyecto de la ley establecía sencillamente que sería respetada toda finca a la que con quitarle una fracción se le quitara el concepto de unidad agrícola, y precisamente como este concepto era muy vago, como este concepto se prestaba a interpretaciones torcidas, nosotros dividimos en dos artículos la idea primitiva del general Obregón, porque encontramos dos únicos y rarísimos casos en que el latifundio debe ser respetado. Vais a escuchar la lectura de estos artículos; dice el artículo 7o.

"No podrán ser expropiadas, conforme a esta ley, las fincas rústicas en que haya establecida alguna industria que se arruinaría como consecuencia del fraccionamiento, en la extensión que a juicio de la Comisión Nacional Agraria sea necesaria para no hacer perder a dicha finca su carácter de unidad agrícola industrial."

El caso es, por ejemplo, el de la industria azucarera. En la industria azucarera supongamos, una gran finca que tiene establecido un ingenio que está funcionando en el centro de aquella finca; pues bien, en este caso si se fuera a fraccionar aquella finca, se perdería en parte la industria, porque de esa manera la industria sería subsidiaria de la agricultura y siempre sería una fuente de quebrantamiento para la industria establecida en aquel lugar. El artículo 8o. dice:

"Al efectuarse la expropiación de cualquier latifundio en que existan o se estén realizando obras de irrigación, o se proyecte realizarlas, garantizando su pronta ejecución en forma bastante, a juicio de la Comisión Nacional Agraria, quedarán excluídas de la expropiación, no sólo las obras de irrigación o por efectuarse, sino también las extensiones de tierra que resulten beneficiados con dichas obras."

Ya ve el compañero Gandarilla cómo en virtud de este artículo serán respetadas no sólo las tierras en que existan obras de irrigación, es decir, no sólo las obras de irrigación, sino las extensiones de tierra que estén irrigadas por esas obras. Me dirá el compañero Gandarilla: ¿y por qué ponen ustedes tierras de riego entre las de fraccionamiento, si todas las tierras irrigadas van a ser respetadas? Y yo le contesto: Van a ser respetadas todas aquellas tierras de riego en que haya artificio para irrigación, en que haya verdadera obra de irrigación, en que haya sacrificio de parte del poseedor de la tierra para producir aquella mejoría; pero no van a ser respetadas las que se riegan naturalmente con las aguas de nuestros ríos, las que se riegan naturalmente con las aguas de nuestros manantiales, porque aquellas que no son mejoras que haya hecho el individuo en la tierra, sino es lo que le dio bondadosamente la naturaleza a todos los humanos y que él lo acapara para sí solo.(Aplausos.) Contesto, pues, en esta parte uno de los motivos de interpelación del compañero Gandarilla. En seguida se refiere el ciudadano Gandarilla a las penalidades que la ley establece. Debo advertir a esta Asamblea que para que pueda verificarse una obra muy radical, es preciso una cosa: que aquella obra sea pródiga aun contra la malevolencia si toda una nación decreta que una obra es necesaria, que una obra es de utilidad pública, que una obra es justa, que es una acción determinada y razonable, para que no vaya a sugestionarse a los analfabetos, para que no vaya a hacerse lo que se ha hecho siempre en nuestro país, de levantar a una masa de hombres incultos cuando apenas se ha establecido un régimen honrado, un régimen libre, un régimen libertario, más bien dicho, que es consecuente con el derecho de las mayorías, para que no vaya a esgrimirse a esas mismas mayorías contra sus propios intereses; por eso es que nosotros establecemos un artículo penal suficientemente enérgico para todos los que se encarguen de organizar sistemáticamente una campaña de calumnias y de intrigas en contra de los intereses de los hombres inconscientes. La razón es obvia: ¿hasta cuándo queremos que exista esto? ¿Hasta cuándo vamos a tolerar que, valiéndose de ese lastre que nosotros tenemos en esos analfabetos, haya siempre individuos suficientemente perversos y bribones capaces de ir a valerse de esa enorme potencia, de esa enorme fuerza en contra de los intereses de esos mismos hombres? ¿Vamos a tolerar que siga subsistiendo ese engaño, ese continuo ultraje a la miseria moral de esos hombres que se valen de esa miseria moral para pelear contra esa misma miseria? Por eso nosotros hemos sido severos en este caso; quizá hayamos sido demasiado severos; pero entonces espero que culpéis a nuestro radicalismo y no precisamente al deseo de ultrajar los derechos de los demás, por defender los derechos de la mayoría. Tenemos nosotros forzosamente aún que entrar un poco dentro del derecho de los demás, si esto es necesario y exigido por las circunstancias actuales del país, porque esto redundará en beneficio de la propiedad colectiva. En seguida toca el compañero

Gandarilla otro punto que es el que se refiere a que nosotros hemos hecho la ley de observancia general en toda la República. Yo me permito remitir al compañero Gandarilla al párrafo del artículo 27 constitucional, en que se establece..... ( Murmullos.)

El C. presidente: se ruega a los ciudadanos diputados se sirvan prestar atención al orador.

El C. Siurob: ..... en que se establece que las legislaturas de los Estados tienen el derecho, mejor dicho, tienen la obligación, dentro del año siguiente de promulgada la Constitución de 1917, tienen la obligación, digo, de legislar sobre el fraccionamiento de los latifundios, y como no se ha hecho esta legislación, con excepción del Estado de Zacatecas, y en la actualidad el Estado de San Luis Potosí, que está legislado sobre el asunto, ningún otro Estado se ha ocupado de legislar sobre este interesante asunto, y como fraccionamiento de los latifundios constituye una parte del Pacto federal, nosotros hemos creído que la Federación no puede estar esperando indefinidamente hasta que los gobiernos de los Estados o las legislaturas de los Estados tengan voluntad de legislar sobre el particular. Nosotros hemos creído que el Pacto constitucional está por encima de cualquiera otra consideración, porque ha sido la voluntad suprema de toda la nación, y la voluntad suprema de toda la nación tiene que estar encima de consideraciones raquíticas que vengan a esgrimirse sobre el particular. Por otra parte, somos respetuosos de la soberanía de los Estados, puesto que establecemos que tan pronto como cualquier Estado legisle sobre ese asunto, inmediatamente cesará de tener allí acción o influencia la ley federal sobre el particular (Aplausos.) Sobre todo, compañeros, nosotros hemos sustentado una tesis que es, en todos momentos, discutible; aquí, en este palenque que se llama la tribuna parlamentaria, es donde vamos a saber quién tiene la razón: si las mayorías pidiendo a gritos la tierra, si las mayorías pidiendo la satisfacción de un anhelo ingénito desde la época de la independencia, hasta la fecha, o los flojos y holgazanes que llevados a las curules por el voto popular aquí o en la legislaturas de los Estados, no habían cumplido con estas obligaciones. (Aplausos.) Vosotros sabéis si vais a apuñalear a la revolución en el corazón, negando vuestra aquiescencia a que esta ley tenga acción en toda la República; si vosotros vais a dejar a la voluntad de las legislaturas de los Estados la esperanza de los pueblos hasta que los pueblos consideren que la resignaciones es una virtud de esclavos y la esperanza ya la perdieron porque tienen en sus propias manos la conveniencia y la urgencia de satisfacer esas necesidades por su propia voluntad y con el ejercicio de su propia voluntad. Todavía hay algunas consideraciones respecto de la ley, pero son consideraciones en particular a propósito de cada punto en relación de cada uno de los sistemas que allí se establecen. Las comisiones unidas, a reserva de ir discutiendo punto por punto, estimamos que si esta ley no es lo más radical que se pudiera considerar y que nosotros deseáramos poder establecer, por lo menos es lo más radical, dados los tiempos y las circunstancias; por la menos es la que cumple con los postulados de los últimos movimientos revolucionarios; por lo menos es algo más que la ley de ejido establecida desde la época de los virreyes, que fue el primer árbitro conservador con que se pensó satisfacer las ansias de las mayorías; las dos comisiones unidas no creen haber hecho ni una obra magna ni mucho menos una cosa que salga de un deber; pero sí creen haber cumplido con su deber estudiando el punto, adaptándolo a las necesidades, estudiándolo científicamente, como se probará en el curso de la discusión, en que tendremos que venir a contrarrestar a los oradores que vengan a hablar en contra de esta ley; pero desde luego , las comisiones unidas dictaminadoras estiman que contra esta ley en lo general es imposible que hable nadie, a menos que no sea algún representante que, no teniendo conciencia de lo que significa el pueblo de su distrito, que no teniendo absolutamente base para juzgar de las necesidades inmensas que existen en el país para llegar cuanto antes a la satisfacción de una necesidad pública, (Aplausos.) pretenda venir a esta tribuna a discutir con anticipación la ley en lo particular. La ley en lo particular estamos dispuestos a discutirla; pero en lo general, ¡ ya lo creo que estamos dispuestos a discutirla también! Pero estamos seguros y dispuestos a derrotar a cualquiera que venga a atacar esa ley en lo general, porque tenemos la conciencia perfectamente segura de que esta ley significa el máximum que nos es posible hacer en bien del pueblo mexicano, dado el tiempo en que vivimos y las circunstancias en que estamos colocados. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Espinosa. (Murmullos. Campanilla.)

El C. Espinosa Luis: Para una moción de orden. Está presentada por el que habla y por otros compañeros, una proposición pidiendo que se invite al ciudadano secretario de Agricultura para que asista a esta sesión. Suplico a su señoría se sirva ordenar se le dé lectura.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"H. Asamblea:

"Pedimos con dispensa de trámites se llame al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento para que informe sobre los puntos de vista del Ejecutivo en el proyecto de la ley que se debate.

"Cámara de Diputados. México, abril 18 de abril de 1921. -E. Gandarilla. - Jesús Z. Moreno. - Luis Espinosa. - R. Casas Alatriste."

En votación económica se consulta si se dispensan los trámites.

El C. Espinosa Luis: No se necesita dispensa de trámites.

El C. prosecretario Castrejón: ¡Pero si usted mismo lo pide! Se dispensan los trámites. Está a discusión. ( Murmullos. Campanilla.)

El C. Siurob: Pido la palabra. Para suplicar a la secretaría se digne leerla otra vez. ( Voces: ¡Sí! ¡Sí!)

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"H. Asamblea:

"Pedimos, con dispensa de trámites, se llame al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento para que informe sobre los puntos de vista del Ejecutivo en el proyecto de ley que se debate."

El C. Altamirano: En contra.

El C. Soto y Gama: En contra.

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra.

El C. Aguirre Colorado Fernando: ¡Moción de orden!

El C. Espinosa Luis: ¿Qué artículo del Reglamento se está violando?

El C. Aguirre Colorado Fernando: Pido que se lean los artículos 124 y 125 y que la Presidencia conteste si se cumplió con lo que allí se ordena.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Artículo 124. Cuando los secretarios del Despacho fueren llamados por la Cámara o enviados por el Ejecutivo para asistir a alguna discusión, podrán pedir el expediente, para instruirse, sin que por esto deje de verificarse la discusión en el día señalado.

"Artículo 125. Para los efectos del artículo anterior, se pasará oportunamente por las secretarías de ambas Cámaras a las del Ejecutivo, noticia de los asuntos que vayan a ser discutidos y de los días para ello señalados."

El C. Altamirano: Pido la palabra, señor presidente.

El C. Aguirre Colorado Fernando: Pido la palabra. Para preguntar si se cumplió con lo prevenido en el artículo 125.

El C. prosecretario Castrejón: La Secretaría informa al ciudadano Aguirre Colorado, que la Oficialía Mayor envío el aviso correspondiente a la Secretaría de Gobernación, que es el conducto para que sea del conocimiento de la Secretaría de Fomento.

El C. Aguirre Colorado Fernando: En ese caso lo que cabe es mandar llamar al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento.

El C. presidente: ¿Usted desea hacer uso de la palabra para fundar su moción?

El C. Soto y Gama: ¡Moción de orden!

El C. presidente: han pedido la palabra en contra de los señores Soto y Gama y Altamirano.

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para fundarla.

El C. presidente: La tiene usted.

El C. Espinosa Luis: Ciudadanos representantes: Parece mentira que el llamado grupo agrarista de la Cámara que, en mi concepto, no es más que un pequeño grupo de camouflage, tenga interés especial en obstruccionar la petición nuestra relativa a que el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento se presente a esta Asamblea. Y digo, ciudadanos representantes, que no se justifica la actitud de este pequeño grupo, porque es necesario que esta Asamblea sepa honrada y claramente qué es lo que persiguen las comisiones dictaminadoras al dar forma y vida a una institución que no sólo está por encima de un departamento autorizado por la Constitución de la República, que no sólo está por encima de cualquiera Secretaría de Estado, sino está todavía por encima del Ejecutivo el poder más absolutista dentro de nuestro régimen presidencial, y es necesario, cuidadanos representantes, que la voz del Ejecutivo, representaba por el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, venga a decirnos lo que opina y lo que piensa sobre esta parte del dictamen.

Son inexplicables las intemperancia de este pequeño grupo de llamados agraristas- llamados agraristas a quienes les arrancaré la careta.- Estos, si quieren ser consecuentes con sus antiguas tendencias y con más altos ideales no deberían obstruccionarnos. Soto y Gama en plena revolución zapatista decía y proclamaba, respaldado por las armas surianas, que era la Secretaría de Agricultura y Colonización el órgano que debería tener todas las facultades para legislar en materia agraria, y Soto y Gama ahora que ya no está en los campos zapatistas, sino que se encuentra muellemente sentado en su curul ha cambiado radicalmente de criterio. Ni Siurob ni Soto y Gama ni ningún otro miembro de la Comisión está autorizado para decirnos el criterio del Ejecutivo sobre la creación de este establecimiento omnímodo y completamente autónomo; no pueden responder a mi pregunta. A falta de otra razón, que pudiera tener muchas, yo me apoyo en ésta y suplico a vuestra señorías que viendo el interés general de la República depositado en nuestras manos, y no el interés de unos cuantos llamados agraristas, aprobéis la proposición presentada por nosotros. ( Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Soto y Gama: Yo he pedido la palabra como miembro de la Comisión con voz informativa.

El C. Manrique: ¡Moción de orden!

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manríque: Como en estos momentos lo que está en discusión no es el dictamen de las comisiones sino una moción presentada por un grupo de diputados, no puede tener voz informativa la Comisión; no cabe sino escuchar al prepotente y a quienes objeten su proposición.

El C. presidente: La Presidencia se permite hacer observar que lo accesorio debe seguir inmediatamente a lo principal, y si lo principal es la discusión de la ley de latifundios y lo accesorio la moción, tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama para informar.

El C. Manrique: ¡Moción de orden! Yo someto el criterio de la Presidencia a la libre interpretación de la Asamblea. Si lo accesorio sigue o no a lo principal, no es el momento de decidirlo, no estamos en una cátedra de metafísica, ciudadano presidente, (Aplausos.) es el momento de definir una dificultad concreta, de interpretación de un reglamento; toca a la Cámara el decidir si la interpretación del ciudadano presidente es oportuna. La Comisión no ha dictaminado sobre la proposición del ciudadano Espinosa para que se llame a un ministro en obediencia, en acatamiento a un artículo constitucional; no puede, pues, no cabe, pues, racionalmente informe alguno; no está a discusión en este momento el dictamen de la Comisión, ya que la discusión de esta proposición de Espinosa es claramente una interrupción a la discusión de la ley en lo general; lo único que cabe es discutir la moción misma. Enhorabuena que Altamirano objete la proposición; enhorabuena que el mismo ciudadano Soto y Gama objete la proposición; pero la Comisión en estos momentos se eclipsa y desvanece. Yo someto la resolución del ciudadano presidente, de acuerdo con el artículo 19 reglamentario, a la decisión de la Asamblea. (Aplausos.)

El C. presidente: Es inútil absolutamente la moción del ciudadano Manrique, porque no se funda en tales hechos que vengan a establecer la necesidad de que se someta a la decisión de la Cámara el si debe concederse o no la palabra al ciudadano Soto y Gama como miembro de la Comisión, o simplemente como diputado. El ciudadano Soto y Gama, al solicitar el uso de la palabra, manifestó a la Presidencia, que debería informar a la Asamblea sobre las relaciones existentes entre la Comisión de la cual es presidente y el Ejecutivo de la Unión, y, en esta virtud, la Presidencia creyó que debería conceder la palabra al ciudadano Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra en contra y no como miembro de la Comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Díaz Soto y Gama: Los que aquí han hablado de honradez, los que aquí han hablado de hacer luz, le temen a la luz en los momentos precisos en que trata de presentarse esa luz. ¿Quién, como las comisiones unidas, puede saber la opinión del Ejecutivo en este asunto? ¿Quién, como las comisiones unidas, pueden decir si el Ejecutivo tiene o no objeciones que hacer, si el Ejecutivo puede estar en antecedentes de los trabajos hechos por ella cerca de los diversos órganos del Ejecutivo.? Y para demostrar al compañero Espinosa y demás compañeros que irreflexivamente quieren que venga de un modo también intempestivo el ministro de Agricultura y Fomento a informar, me bastará decir esto: Acaban de comunicarnos por teléfono al señor Castrejón y a mí, el señor ministro de Agricultura, que por la enormidad de labores que sobre él pesan, ha tenido apenas tiempo de leer literalmente la ley y que no la ha estudiado... (Siseos.) y nos dice que se comunique a la Cámara que una cosa es leer una ley y otra cosa es estudiarla... (,Siseos.) Primer hecho que tendremos que presentar como miembros de la Comisión. Segundo hecho: esta ley se ha discutido de acuerdo con un representante de la Secretaría de Agricultura y Fomento, como lo confirmará el compañero Siurob. Ese representante lo fue el señor licenciado Molina Enríquez, que a la vez que representa al Ministerio de Agricultura, representa a la Comisión Nacional Agraria. ¿Es o no es cierto, compañero Siurob.?

El C. Siurob: Es cierto.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Es cierto o no, ciudadano Siurob, que tuvimos, no una, sino múltiples conferencias con el señor Molina Enríquez como representante de Fomento y de la Comisión Nacional Agraria?, ¿Es cierto que este señor, con esta doble representación, estuvo de acuerdo con algunos de nuestros preceptos y nos ayudó a alterar otros? ¿Es o no es cierto que el punto toral de la ley se hizo con el concurso de él, concurso por cierto muy valioso.?

El C. Siurob: Es verdad.

El C. Díaz Soto y Gama: Quiere decir, señores, que la Asamblea en este punto no debe perder el tiempo. Tendré que decir otra cosa: la información de un órgano técnico, como es el Ministerio de Agricultura y Fomento, deber recaer sobre puntos de detalle, sobre puntos técnicos; sobre la discusión en lo general sería hacerse excesivo poco favor por parte de nosotros, los que nos decimos representantes del pueblo, nosotros los que nos decimos verdaderos o falsos agraristas, sería hacernos muy poco favor el venir aquí, después de diez años de revolución - que para nosotros deben ser diez años de estudio, - a preguntar cuáles deben ser los lineamientos generales de legislación en materia agraria, sería confesar nuestra incapacidad, sería confesar nuestra incompetencia. ¿Qué el señor Espinosa, que siempre está tronado aquí contra el Ejecutivo, contra el actual - no sé si también contra el del señor Carranza permanentemente, creo que al final sí, ignoro realmente si al principio eso lo podrán aclarar los compañeros que vieron la labor del señor Espinosa como miembro del Partido Nacionalista, - cómo Espinosa, que truena siempre contra el Ejecutivo, viene a querer que nos lleve el Ejecutivo con andaderas, que el Ejecutivo sea nuestro tutor y consejero en una discusión en lo general. ¿El señor Espinosa carece de ideas generales sobre la legislación agraria,? ¿El señor Gandarilla carece de ideas generales sobre la legislación agraria,? ¿La Cámara de Diputados carece de ideas generales,? ¿Quién va a hacer la ley, la Cámara de Diputados o el ministro de Agricultura y Fomento,? ¿Para qué se debe consultar al ministro de Industria y Comercio.? En materias técnicas, absolutamente técnicas, en puntos técnicos, ¿para qué se tiene que pedir la opinión del ministro de Hacienda en una ley hacendaria sobre puntos técnicos, si los ministerios están creados para estudiar técnicamente los asuntos y es la Cámara de Diputados, señor Espinosa y señor Gandarilla, la que está creada para expedir las leyes. Primero vamos a estudiar la síntesis, y es muy triste que no se quiera entender que es la síntesis de un proyecto. El compañero Gandarilla entra en disquisiciones pueriles, en disquisiciones infantiles al discutir en lo general sobre si sabemos lo que es irrigación, y viene a hacernos unas preguntas, que avergonzarían en una escuela secundaria, como esta: ¿que qué diferencia hay entre el problema agrario y el problema agrícola? Cuando se viene con esa ignorancia fundamental sobre las ideas generales de agrarismo, es claro que se necesita el consejo, (Aplausos.) es claro que se necesita el consejo del Ejecutivo, hasta puede decírsele: Señor ministro, venga usted a suplir nuestra ignorancia; puede decírsele: venga a enseñarnos lo que es una ley agraria; señor ministro, somos tan tontos, que no podemos dar ni el primer paso en la discusión de la ley fundamental de la revolución, sin la ayuda intelectual de usted; señor ministro, reconocemos nuestra incompetencia, nuestro analfabetismo, nuestra ignorancia supina (Aplausos.) en materia agraria, y queremos las luces de usted. Por el honor de la Cámara pido que esto no se haga; soy el primero, el mejor de los amigos del señor Villarreal, lo conozco desde hace 16 años y conozco sus aptitudes, sus escrúpulos, y el señor Villarreal ha hecho muy bien en decir que no se presentará aquí en la tribuna sin antes haber estudiado la ley. El señor Villarreal, más lógico que el señor Espinosa y más prudente y lógico que el señor Gandarilla, nos ha llamado a los miembros de la Comisión para cambiar impresiones en lo personal. ¿Sobre qué? Sobre puntos de detalles. ¿Sobre qué? Sobre la discusión en lo particular. Pero el ministro Villarreal no va a cometer el disparate, que sólo puede cometer una persona

enemiga del agrarismo, de venir a atacar esta ley en lo general; venir a atacar esta ley en lo general es lo mismo que atacar el artículo 27, que atacar la revolución, que atacar a las mayorías que tienen hambre y que ya no quieren tener resignación y que su esperanza la tienen en esta Cámara; (Aplausos.) que han nombrado diputados a quienes hacen el honor de creer que están suficientemente empapados de la cuestión de las cuestiones, de la cuestión fundamental, de la cuestión agraria y, ¿cómo vamos a pedir consejos a un ministro sobre los lineamientos generales del agrarismo? Esa es una vergüenza , señores diputados. (Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Alonzo Romero: Pido la palabra para una interpelación a los signatarios de la moción suspensiva.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Alonzo Romero: Me permito interpelar al distinguido compañero Espinosa para que tenga la bondad de decirme si no es lógico que la moción perfectamente bien presentada por el señor Espinosa y compañeros, que si no es mucho mejor que después de votada la ley en lo general, se ponga a discusión esta moción y se llame entonces al ministro para que al discutirse en lo particular, el ciudadano ministro esté aquí para informar, por que yo entiendo que no habrá un solo diputado en esta Cámara, presente o no presente en este momento, que se atreva a votar en contra en la discusión en lo general sobre esta ley. (Aplausos.) Yo le suplicaría al compañero Espinosa, que tiene un sentido enteramente definido, que es un hombre enteramente sensato, que tenga la bondad de no interrumpir el curso de esta discusión que se vote la ley en lo general y que después se llame al señor ministro. (Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Voy a contestar a la pregunta pertinente del compañero Alonzo Romero: Si se entiende, como torcidamente entienden algunos compañeros, que discutir una ley en lo general es rechazarla de plano para que no se discuta y, por tanto, para que no pueda aprobarse desde luego, yo renuncio a toda discusión en lo general; pero si la Asamblea entiende, como lo entiende el que habla, que discusión en lo general es el examen de los puntos fundamentales de la ley, del criterio en general de la ley, entonces sí sigo considerando indispensable la presencia del ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, porque dentro de estos lineamientos generales, dentro de los puntos fundamentales que yo quiero tratar, él es el único capacitado y autorizado para responder a las dudas que yo tengo sobre algunos puntos del dictamen. Aprovecho la oportunidad para manifestar a la Asamblea y al compañero Soto y Gama, que yo no he llamado ni pretendo que se llame a ningún secretario de Estado a esta Cámara, a darnos consejos. ¿Por qué, ciudadano Soto y Gama? Porque para ello ya habéis ido vos a las antesalas ministeriales. No pido que se llame al secretario de Agricultura para que venga a aconsejarnos en ningún sentido, porque respeto bastante el decoro de esta Asamblea y el honor de mis compañeros. No puedo hacerles esa ofensa, concebida por vuestro cerebro degenerado y caduco.

Desde luego, ciudadanos diputados, deploro que los secretarios Villarreal, Calles y De la Huerta tengan en esta Cámara un defensor, que se dice amigo de ellos, y que en lugar de defenderlos no hace otra cosa que ponerlos en ridículo, porque eso significa venir a decir aquí que el secretario de Agricultura apenas si ha tomado en las manos el proyecto cuya discusión ahora iniciamos.

Vuestra señoría sabe muy bien que el secretario de Agricultura y Fomento, tiene obligación de estar al corriente en el estudio de estos asuntos. En este caso, habéis hecho una defensa muy tonta de vuestro amigo. (Siseos.)

El C. Alonzo Romero: Señor presidente: Insisto en que se pregunte a la Asamblea si se toma en cuenta la proposición que de hecho hice, y en esta forma nos evitamos discusiones inútiles.

El C. presidente: Está a discusión la proposición presentada por el ciudadano Espinosa; después de que ésta se discuta, la Secretaría puede preguntar a la Asamblea si se toma en cuenta esta nueva proposición, y si no se toma en cuenta, continuará la discusión de la moción presentada...

El C. Alonzo Romero: Yo suplico a su señoría que se pregunte a la Asamblea.

El C. Manrique: Pido la palabra. En una moción de orden hago notar a la Presidencia que no hay derecho alguno para hacer preguntas a la Asamblea, porque el derecho de un orador al abordar la tribuna, supone la obligación de la Asamblea de escucharlo solamente. Yo tengo la palabra para defender esta proposición a debate.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manrique.

El C. Manrique: Señores diputados: No voy a descender a la enfadosa discusión personal; defiéndanse los atacados y ataquen quienes confunden estas cuestiones de interés general, con mezquinas cuestiones personales. (Aplausos.) Yo vengo a defender la proposición, porque la creo absolutamente pertinente; porque creo que esta Cámara debe aprovechar cada oportunidad que se le presente, así sea pequeña, para hacer sentir su influencia, para marcar un criterio y una orientación al Ejecutivo de la República. El artículo 93 constitucional claramente faculta a la Cámara, claramente instituye que tiene derecho cualquiera de las Cámaras para pedir informes, para solicitar la presencia, con carácter informativo, de cualquiera de los señores secretarios de Estado. Venir aquí a involucrar más o menos hábilmente unas cuestiones con otras, para obtener el triunfo caprichoso, para obtener caprichosamente el triunfo de una tesis, creo que podrá ser más o menos hábil, pero que no es decoroso. Presentar, tergiversando los conceptos, la proposición de los estimables compañeros que desean que se interpele al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, con el deseo torpe y mezquino de la Cámara de mostrarse servilmente obsecuente del Ejecutivo; pretender que la aprobación de esta Cámara a la proposición a debate supone ipso facto que la Cámara no tiene criterio propio y que ha menester de escuchar del Ejecutivo para votar, podrá ser más o menos hábil, pero no es honrado ni apegado a la verdad. (Aplausos.) No, señores diputados, la Cámara llama al secretario de Agricultura y Fomento porque tiene derecho

a escuchar su voz, y es poco discreto afirmar que la misión de los secretarios de Estado es cosa tan secundaria y baladí, que sólo habrá de interpelárseles en asuntos de mero detalle. De manera que cuando se discuta este artículo de las penas, o cuando se discuta algún otro punto secundario de la ley, entonces sí sean bienvenidos los ciudadanos secretarios de Estado. Y yo invierto la cuestión y digo que no, que nuestro criterio debe ser cabalmente diverso, que los secretarios de Estado - desdeñando los detalles técnicos y cuestiones secundarias, que las comisiones deben estar capacitadas para resolver, sin que esto excluya de aclarar determinados puntos concretos, - que los secretarios de Estado deben venir a informar sobre los problemas fundamentales que aquí se agitan; los secretarios de Estado deben venir a demostrar que se interesan por los problemas de interés nacional y que los conocen y deben venir a demostrar aquí que están suficientemente preparados desde el punto de vista técnico. (Aplausos.) Señores diputados: Es necesario que volvamos la vista al pasado para sacar del pasado todo cuanto puede tener de fructuosas enseñanzas; es necesario que aprendamos de pasados regímenes que acertaron indefectiblemente al designar para cada puesto, desde el más insignificante hasta el más alto, buscando hombres debidamente preparados para la vida, buscando hombres debidamente preparados para el desempeño de sus misiones. (Aplausos.) Y ahora debemos demostrar, ciudadanos diputados, si no queremos confesar vergonzosamente el fracaso y la bancarrota del movimiento revolucionario, que tenemos secretarios de Estado debidamente preparados desde el punto de vista técnico.

Pasó ya el momento de exigir de los secretarios de Estado solamente el que dispongan de una suma positiva más o menos grande de poder político; no, el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento a más de tener determinada suma de poder político en sus manos que pueda convertirlo en colaborador eficaz del presidente de la República, debe demostrarnos que es técnico y que está técnicamente preparado para comprender no los problemas de detalle, compañero Soto y Gama, para saber resolver estas pequeñeces de colegial de si el problema agrícola es diferente del problema agrario; no, ciudadano Soto y Gama, debemos demostrar que hay ya elaborada con sangre y lágrimas una filosofía de la revolución, debemos demostrar que la revolución no ha pasado en balde, sino que ha dejado bases generales y tenemos derecho a saber cuál es el criterio del Ejecutivo, pero no es el momento de repetir; ¿quiénes si no los secretarios, estarán capacitados para conocer el pensamiento del Ejecutivo? Yo digo que mejor que cualquier intérprete o cualquier glosador necesitamos aquí la interpretación, el texto auténtico y es incuestionable que por muy valiosas que sean las comisiones, nadie podrá expresar mejor el pensamiento del Ejecutivo que el Ejecutivo mismo. De manera, señores diputados, que lamentando el que tengamos que gastarnos el tiempo en escaramuzas, porque no se quiere por prejuicio convenir en la necesidad o en la pertinencia de una moción, sólo porque ésta venga de compañeros que no nos son gratos, creo que la Cámara no para mostrarse servil, porque una misma Cámara puede obedecer a movimientos diferentes, y el llamar a un ministro, que pudiera ser alguno acto de servilismo, no lo será ciertamente en nosotros, que no llamamos al secretario de Estado para ilustrarnos confesando que sin escuchar antes su opinión no podremos votar esta ley, sino que le llamamos porque reconocemos así tácitamente que la expresión de las ideas del Ejecutivo por labios del propio secretario de Agricultura y Fomento contribuirá positivamente a ilustrar la discusión; llamamos al secretario de Agricultura y Fomento porque debemos demostrar que tenemos derecho y deber de orientar la política general del Ejecutivo y queremos saber si el presidente de la República, Alvaro Obregón, tiene un gabinete formado por hombres capaces y preparados para la lucha por la vida, preparados para la vida política y social de nuestro siglo, y porque es éste el momento y porque no hemos de hacerlo descender a la secundaria condición de responder a preguntas accesorias, por eso queremos que se halle presente en el momento de la discusión seria, en el momento de la discusión de los problemas fundamentales que pueden agitarse en el fondo de esta ley. Esto dicho, señores diputados, y admitiendo que acaso no haya sido desacato el afirmar en defensa del ministro que no conocía éste la ley a debate, debemos demostrar que nuestro criterio es que - desdeñando la lucha política que es absolutamente secundaria - es llegado el momento en que todos los que formamos parte del Gobierno, en que todos los que en él participamos y contribuimos con nuestro esfuerzo sincero y honrado a mejorar la situación del país, reconocemos como secundario el problema político y consideramos como esencial y primordial el problema social. (Aplausos.) Es el momento de demostrar, señores diputados, que hemos pasado ya la época del verbalismo para entrar en la época de la acción; es el momento de demostrar que tenemos un Gabinete de hombres seriamente preparados para resolver estos graves problemas de la vida nacional. (Aplausos.)

El C. Gandarilla: Para una aclaración.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Altamirano, que se inscribió antes.

El C. Altamirano: Antes de comenzar esta discusión por mi parte, quiero que la Secretaría me informe con que fecha se invitó al ministro de Agricultura diciéndole el día en que iba a comenzar la discusión de la Ley Agraria.

El C. prosecretario Castrejón: El día 13 de abril.

El C. Altamirano: Me informa la Secretaría que con fecha 13 de abril. Por consecuencia, señores, me veo yo obligado a no hacer ya uso de los argumentos que tenía para decir que no viniera el ministro de Agricultura. Ahora estoy al contrario. (Aplausos.) Si con fecha trece de abril se le dijo al señor ministro de Agricultura que iba a comenzarse la discusión de la Ley Agraria, el señor ministro de agricultura debe estar ya en posesión de todos los datos los datos relativos a la discusión de esta misma Ley Agraria, pero más aún, señores, he recogido algunos conceptos del compañero Espinosa y vengo a rechazarlos, no para descender a una discusión personal, como él parece que quiere

hacerlo, sino para decirle que habemos en la Comisión todavía muchos cerebros que no serán grandes cerebros, pero tampoco son caducos, que no serán muy honrados en su concepto, pero que tampoco son degenerados, que estamos en la brecha, compañero Espinosa, y que ahora que vamos a dar el primer paso dentro de la revolución, dentro de los verdaderos hechos revolucionarios, le demostraremos a usted que muchos de nuestros cerebros ni son caducos ni son degenerados. (Aplausos.) Tampoco debe salir a relucir aquí la palabra servilismo porque en pasadas luchas hemos demostrado que no sabemos ser serviles y ahora que está en el poder uno de los hombres que nosotros, se puede decir, lo elevamos a él, tampoco seremos serviles de los hombres que gobiernan señor Espinosa. El señor compañero Manrique justificaba los regímenes pasados diciendo que ellos habían elegido hombres suficientemente preparados para cada uno de los puestos en que se les designaba; no, compañero Manrique, ya no es el tiempo de los suficientemente preparados, ya no. Rusia ha proclamado con sus instituciones modernas (Aplausos.) y más avanzadas, que no se necesitan los hombres suficientemente preparados, que no se necesitan los grandes talentos, que no se necesitan los grandes intelectuales, que se necesitan los hombres de gran corazón y de buena fe. (Aplausos.) ¿Por qué, señores? Porque los grandes intelectuales, que son los preparados para esos puestos, porque los grandes talentos que se han vivido en las bibliotecas y en los estudios, esos señores desgraciadamente corrompidos por la iglesia y corrompidos por la burguesía, corrompidos desde la escuela, se han puesto al servicio de los intereses de la clase dominante que es indiscutiblemente enemiga jurada del pueblo trabajador. (Aplausos.) Por eso tanta desconfianza del pueblo trabajador para con los intelectuales, por eso cuando el pueblo le tiene confianza a un hombre intelectual, se necesita que ese hombre se haya mantenido en todos los momentos, en todos los días y en todas las acciones de parte del pueblo trabajador y el pueblo trabajador lo vigila y lo acecha y sigue sus pasos para a la menor desviación quitarle esa confianza. ¿Por qué? Porque trae el estigma desde niño, porque los intelectuales siempre han servido a la burguesía en contra del pueblo trabajador. Ya ve el compañero Manrique que no los grandes preparados deben servir los puestos, sino únicamente los hombres de gran corazón y los hombres de buena fe. (Aplausos.)

El C. Gandarilla: H. Asamblea: Sólo me voy a permitir hacer una pequeña aclaración, que aunque pequeña, creo que es de trascendencia. Desde luego, el compañero Altamirano, con cuyo sentir estoy perfectamente de acuerdo, ha venido a hablar en pro de la iniciativa no obstante que estaba inscripto en contra; eso les demostrará a ustedes la bondad de la propia iniciativa. Quiero hacer únicamente hincapié en la peroración del ciudadano don Antonio Díaz Soto y Gama, conocido líder agrarista en esta Cámara. El ciudadano don Antonio Díaz Soto y Gama no puede tachar al que habla de reaccionarismo; él mejor que nadie está convencido puesto que pertenezco a su bloque, pertenezco al Partido Nacional Agrarista...

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Me permite una aclaración.?

El C. Gandarilla: Con mucho gusto.

El C. Soto y Gama: Yo no he atacado de reaccionarismo al compañero, sino de infantilismo. (Risas.)

El C. Gandarilla: El señor licenciado don Antonio Díaz Soto y Gama, con esa experiencia que ha adquirido en tantos discursos como ha pronunciado en su carácter del líder, tiene naturalmente ciertas sutilezas al atacar al que habla; eso me tiene sin cuidado; voy al fondo de la cuestión. Dice el señor don Antonio Díaz Soto y Gama que no debemos pedir que venga el ministro de Agricultura y Fomento para que nos informe sobre el particular y asienta una gran falsedad: que no está suficientemente preparado. Voy a decir a la Asamblea por que no podrá venir el ciudadano ministro de Agricultura y Fomento. Algunos compañeros se han dirigido telefónicamente al señor ministro...

. - El C. Soto y Gama: ¿Otra interrupción.?

El C. Gandarilla: Permítame usted que termine y después dirá usted lo que guste.

El C. Soto y Gama: Es rectificación de palabras que no he dicho.

El C. presidente: Se ruega al ciudadano Soto y Gama no interrumpa al orador.

El C. Gandarilla: Decía que algunos compañeros se han dirigido al secretario de Agricultura y Fomento preguntándole si puede venir a la Cámara. El señor ministro ha contestado, señores, que irá con el señor presidente Obregón para cambiar impresiones sobre el particular y que mañana tendrá el honor de venir a informar a esta Asamblea. Ya ve el señor don Antonio Díaz Soto y Gama que no le falta preparación el señor ministro Villarreal, por lo que creo que ya no habrá discusión sobre el particular. Es conveniente que la nación esté al tanto de todas las luces que podamos aportar a este debate; yo no quiero ni me opongo ni hablaré contra la Ley Agraria, señor Antonio Díaz Soto y Gama; yo estaré siempre en pro, quizá con tantos entusiasmos como usted; únicamente quiero que la nación que tiene derecho a saber estas cosas, oiga por labios de personas autorizadas, como es todo un ministro de Agricultura y Fomento, las razones de peso que hay para dar este paso trascendental en pro de las reformas sociales. Yo no quiero que se diga que nosotros aquí, en conciliábulo, acordamos que venga ahora, o que deje de venir. No señores, si tiene obligación de venir, ¡pues que cumpla con su obligación, como ustedes, como yo, como todos debemos cumplirla! (Aplausos.)

El C. Soto y Gama: Pido la palabra para rectificar un hecho.

El C. presidente: Tiene la palabra para rectificar un hecho el ciudadano Soto y Gama.

El C. Soto y Gama: Quiero rectificar este hecho brevemente. Ha dicho el compañero Gandarilla, haciéndose eco de una muy ligera apreciación del compañero Manrique - que en esta vez ha estado verdaderamente desconocido, - (Risas.) ha dicho que yo dije la enormidad de que Villarreal - uno de los más ilustres agraristas de la República, sin que esto sea un elogio vulgar, - no está preparado para discutir la Ley Agraria. Está muy preparado, ¡doscientas veces más preparado que el compañero

Manrique y muchas veces más preparado que el compañero Gandarilla; pero es un hombre que como realmente desempeña su ministerio no para asuntos políticos como muy ligeramente dijo el compañero Manrique - que en esta vez ha estado exageradamente desconocido, absolutamente desconocido, - como es un hombre que se dedica a la administración como es un hombre que diariamente recibe a 40, 50 o 100 personas, entre ellas comisiones de indígenas entre ellas representantes diplomáticos que van a defender a la burguesía, a esos poderosos corruptores de que con tanta elocuencia hablaba el compañero Manlio Fabio Altamirano, como el ministro Villarreal es un verdadero ministro que personalmente resuelve las arduas cuestiones del ministerio, que son las más arduas de todas; como el ministro Villarreal llega a agobiarse con el enorme trabajo, el ministro Villarreal es lógico y justo que se canse, porque es humano, y el ministro Villarreal es escrupuloso, porque la característica de Villarreal es ser escrupulosamente honrado y cuidadoso para una opinión. El ministro Villarreal solicita de esta Asamblea algo muy lógico: que se le permita estudiar a fondo la ley, él la leyó, la comprendió; pero quiere venir aquí no a lanzar objeciones de esas improvisadas como las que eternamente lanza el compañero Espinosa, sino objeciones serias, meditadas, de peso, es decir, quiere venir a ilustrar a la Asamblea, quiere venir a ayudarla y se le quiere obligar a que venga al debate no suficientemente preparado. De tal suerte que a eso se reduce mi rectificación. Villarreal está suficientemente preparado para su cargo, pero Villarreal como ministro tiene enorme trabajo y no ha tenido tiempo para dedicarse al estudio de una ley tan larga como ésta. La Comisión, formada por los compañeros Altamirano, Siurob, Ortega, Soto y yo, ha tenido que dedicar lo mejor de su tiempo durante dos meses al estudio de este asunto y solamente así nos hemos atrevido a presentar un dictamen, ¿cómo se quiere que el ministro Villarreal conozca toda la ley y pueda opinar en firme sobre materia tan ardua.? Sin embargo, sí la Asamblea quiere que el ministro Villarreal venga sin conocer el fondo del asunto, puede hacerlo la Asamblea, para eso sirve la verborrea del compañero Manrique y del compañero Espinosa, para eso sirve el candor del compañero Gandarilla. (Risas y Aplausos.)

El C. Siurob: Pido la palabra para hacer una rectificación.

El C. presidente: Luego que terminen de hablar los oradores que están inscriptos.

El C. Avilés: Señores diputados: Siempre que yo veo presentar estas mociones cuando se trata de discutir una ley trascendental, les doy el nombre de mociones chicaneras, porque solamente los abogados chicaneros cuando ven que están perdiendo un negocio, ocurren a estas o parecidas triquiñuelas. Mi parecer en esta discusión, ciudadanos diputados, es que para nada necesitamos aquí al señor ministro de Agricultura. Tengo entendido que las comisiones han ido a beber en las fuentes (Risas.) del saber, se entiende, señores diputados, (Risas.) tanto de la Secretaría de Agricultura como a las de la Presidencia de la República, y como consecuencia lógica, ¿para qué queremos aquí al señor ministro? ¿para que venga a perder el tiempo nada más? La Constitución nos faculta para resolver esta cuestión, y solamente por un mero incidente se hace constar allí que puede llamarse el ciudadano ministro de X o de Z; solamente a título de información, ¿pero para qué queremos que para discutir el cuerpo de una ley que atañe a los intereses generales, no de la República en general, ciudadanos diputados, sino única y exclusivamente al pueblo, porque la República, como ustedes saben, está dividida en dos o tres clases, y esta ley no atañe sino única y exclusivamente al pueblo, para quien se va a crear? (Voces: ¡Todos!)

Yo sigo sosteniendo esta tesis, ciudadanos diputados, porque también hay que saber definir lo que es el pueblo y lo que es la aristocracia. (Risas.) La aristocracia ha tenido siempre pendientes (Risas. Campanilla.) todas las ignominias sobre el pueblo, sobre el pueblo bajo, el verdadero pueblo. ¿Por qué les admira a los señores diputados que se oponen a que siga la discusión de esta ley, que se vaya a hacer el reparto de tierras? No, ¡si eso lo ha traído desde sus principios la revolución inscripto en sus banderas! A nosotros no nos toca nada más que cumplir con eso y el que no quiera cumplir, pues... ¡que no cumpla! (Risas.) Pero a nosotros, los representantes del pueblo, es a los que más nos atañe cumplir con la disposición, no ya revolucionaria, porque las revoluciones, como ustedes saben, están pasando a la historia y también se están haciendo... pues caducas, ciudadanos diputados. (Risas.)

El C. Casas Alatriste, interrumpiendo: ¡Se están volviendo aristocráticas.!

El C. Avilés, continuando: Pues puede ser que si tenga razón el ciudadano Casas Alatriste: se están volviendo aristocráticas, y si el elemento revolucionario no pone coto a la aristocratización de estos revolucionarios, indiscutiblemente que mañana será la aristocracia - como ya de hecho casi lo es - la que gobierne y venga a echar abajo estas leyes. Como consecuencia, yo creo que debemos ponerle punto final a esta discusión y dejar al señor ministro que, según dijo el ciudadano Soto y Gama, está muy ocupado, se quede allá tranquilo en su gabinete (Risas.) y nosotros sigamos la discusión de esta ley que, hay que confesarlo también, no es lo verdaderamente radical para que resuelva el problema agrario; no es lo demasiado radical esta ley, porque esta ley es una especie de resorte, es una especie de estira y afloja que ya estando en manos de reaccionarios pueden aplicar esta ley a su gusto y sabor, lo mismo que estando en manos de revolucionarios esta ley pudiera ser magnífica. Yo sigo sosteniendo que esta ley es mala, es mala esta ley porque esta ley no resuelve en su verdadero fondo la cuestión agraria, pero hay que conformarnos con el menor de los males. (Risas.) Y por eso es que para que estamos perdiendo el tiempo, hay que discutirla y hay que aprobarla hasta que el pueblo dentro de diez, de veinte años vuelva otra vez a reaccionar, haga otra revolución y entonces inscriba en su bandera esta leyenda: hay que tomar la tierra de donde la haya... (Voces: ¡Cabrera!) Hay que dejar a un lado estas cuestiones de leyes que a la postre resultan absurdas y ridículas, porque una ley de éstas a la postre no se cumple y más cuando yo sigo sosteniendo que es una ley de

resorte, de estira y afloja. Yo creo, señores diputados, que el pueblo solamente podrá resolver el problema agrario en su verdadero fondo cuando haga una nueva revolución, llegue a una hacienda y ésta la reparta a troche y moche (Risas. Aplausos.) y así siga por todos los ámbitos de la República hasta resolver, para mejor dicho el problema agrario; de otro modo los señores reaccionarios no deben de alarmarse por tan poca cosa. (Risas.) porque ustedes saben que la Constitución de 1857 no fue otra cosa sino un verdadero mito, nunca se llegó a aplicar absolutamente para nada en el país la Constitución de 1857. La Constitución de 1917 a la postre está resultando un mito también, porque con todo se gobierna, menos con la Constitución de 1917, máxime cuando se dice que hay que sujetar todas las cuestiones de Estado a la conciencia o a una junta que está sobre la Constitución, etcétera, etcétera. Por eso es que yo no tengo fe en que se cumpla con estas leyes, por eso decía que los señores latifundistas, los señores terratenientes no deben de alarmarse tanto, pues con un poco de tiempo, con una poca de paciencia, ellos serán a la postre los que venzan, si no es que el elemento revolucionario sabe estar a la altura de su deber no presentando leyes de resorte, sino presentando leyes de roble, es decir, leyes que vayan directas hacia la finalidad que persigan, leyes que no tengan por donde... (Una voz: ¡Resbalarse!) Muy bien dicho, compañero: resbalarse: (Risas.) leyes que sean, como decía, de verdadero roble, no estas leyes de estira y afloja que a la postre, con un poco de dinero, con una poca de buena voluntad se echan abajo. (Aplausos.)

El C. Manrique: Para una breve aclaración, señor presidente. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. Siurob: Pido la palabra.

El C. Bordes Mangel: La he pedido antes.

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. presidente: Antes que su señoría, había pedido la palabra el ciudadano Bordes Mangel. Tiene la palabra.

El C. Bordes Mangel: Creo que estamos perdiendo lamentablemente el tiempo en una discusión inútil. El ciudadano secretario de Fomento ha manifestado que está dispuesto a venir si se le exige, y que estaría mejor preparado si se le esperara hasta mañana. Yo creo que no hay inconveniente en esperarlo y cortar esta discusión. (Aplausos.)

El C. Siurob: Pido la palabra. Señores representantes: La Comisión no tiene ningún empeño en que venga o deje de venir el ciudadano Villarreal; la Comisión, en cumplimiento de su deber, ha consultado esta ley con todas las autoridades que pudieran ilustrarla: con el presidente de la República, que es el autor de la ley; con el señor ministro de Fomento, por conducto de su enviado, el señor Molina Enríquez; con comisiones diferentes de jurisconsultos en la parte constitucional. De manera que la Comisión no tiene empeño ninguno en que venga, pero sí suplica dos cosas a la Honorable Asamblea: Primera, que procuren, en cuanto sea posible, ahorrar las alusiones personales y que nos concretemos a defender y atacar los principios; segunda, suplica también, que aun cuando el ciudadano Villareal venga mañana para acabar de aclarar el punto, como hay suficientes oradores en pro y en contra, podemos comenzar la discusión en lo general, aunque no la terminemos hoy, para que se continúe mañana, y mañana se interpele al ministro lo que sea necesario. (Aplausos.)

El C. Manrique: Señores diputados: Si se ha perdido el tiempo, esto ha sido por haberse incurrido, por haberse incidido en el error de traer aquí argumentos personales, argumentos ad hominem. Señores diputados: la proposición presentada no mencionaba absolutamente al ciudadano general don Antonio Villarreal; la proposición habla in abstracto del secretario de Agricultura y Fomento. Señores diputados: Es el momento - para no desviarnos de las cuestiones - de estudiar el problema legal, y el problema legal es este, único escueto: ¿Tiene o no la Cámara de Diputados el derecho de llamar a un secretario cuando lo exija el interés de una ley? (Voces: ¡Sí! ¡Sí!) ¿Tiene o no el secretario de Estado la obligación correlativa de presentarse desde que se inicia la ley, desde que se inicia la discusión de la ley? (Voces: ¡Sí! ¡Nadie discute eso!) ¿Y qué es, señores diputados, la parte más esencial, la más importante en la discusión: la discusión de detalle o esta discusión en lo general, en la que ya hemos dicho que estamos empeñados, en que ya hemos dicho los partidarios de la ley en lo general, que estamos dispuestos a dar la más reñida batalla? Señores, es verdaderamente doloroso que a pesar de este verborismo que nos habla de sangre vertida y de tantas otras cosas, hayan pasado diez o quince años de conmociones revolucionarias y todavía no tengamos en México diputados conscientes de su papel; es cosa muy triste, señores diputados, que no cumplamos con el deber imperativo que nos hace olvidarnos de que una vez trasponiendo el dintel de la Cámara, dejamos de ser amigos del presidente y de los secretarios de Estado; es triste cosa, señores diputados, como signo dolorosamente revelador del estado mental de la Cámara, que hace diez días un diputado se levantase, ruborizándose como una doncella, para protestar porque a un secretario de Estado se le aplicase un calificativo más o menos duro. Es cosa bien triste, ciudadanos diputados, que diez días más tarde haya un diputado que se levante de su asiento a decirnos que el señor secretario está un poco fatigado por lo abrumador de sus labores. Señores diputados, sería el momento oportuno de citar la frase hecha de Gambetta: "se soumettre o se demettre". Si la labor resulta verdaderamente abrumadora, es discreto y oportuno el presentar una renuncia. El problema no es, señores diputados, si el ciudadano general don Antonio I. Villarreal está en estos momentos en un estado de hipertermia, de termia o de abulia; el problema es, señores diputados, si existe o no un artículo 93 que da a la Cámara el derecho de llamar a un secretario de Agricultura y Fomento para interpelarlo y si hay o no una Cámara consciente de sus responsabilidades y de sus deberes y celosa de defender hasta lo último sus prerrogativas, sus escasísimos privilegios. (Aplausos.)

- El C. prosecretario Castrejón; En votación económica se consulta a la Asamblea si está suficientemente discutido el asunto. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta a la Asamblea si se aprueba. Los que estén por la

Afirmativa, se servirán manifestarlo. Aprobado. (Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Señores: He subscripto la proposición que acaba de aprobar cuerdamente la Asamblea, porque para hablar necesitaba que estuviese en este salón el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento. Lo que se hace en estos casos es dar un brevísimo receso mientras viene el ciudadano secretario, es lo acostumbrado en estos casos; por lo tanto, ruego a su señoría que, cumpliendo con los precedentes establecidos, declare que se interrumpe por unos momentos la sesión.

El C. Siurob: Pido la palabra, señor presidente.

El C. Paz: Moción de orden.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Paz para una moción de orden.

El C. Paz: Se me acaba de informar que el señor ministro Villarreal se dispone en estos momentos para venir a esta Asamblea; así que ya no hay lugar a la discusión.

El C. Siurob: Con el objeto de pedir a su señoría que siga la discusión de la ley.

El C. Zincúnegui Tercero: Pido la lectura del artículo 107 del Reglamento.

El C. Borrego: Pido la palabra. Hay un precepto reglamentario que establece que los secretarios de Estado sólo podrán informar antes de empezarse la discusión y que después podrán hacer uso de la palabra, inscribiéndose en el turno que les corresponde. De manera que si se inicia en estos momentos la discusión no podrá informar el ciudadano secretario, como debe de hacerlo.

El C. presidente: En virtud de que ya se encuentra presente el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, de acuerdo con lo que dispone el artículo 126 del Reglamento, me permito interpelarlo sobre si desea hacer uso de la palabra para informar a la Cámara acerca de la ley cuya discusión vamos a principiar.

El C. Espinosa Luís: Pido la palabra para una aclaración, que es pertinente en este momento.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Espinosa Luis: Los que subscribimos la proposición para que fuese llamado el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, fue con el propósito de que muy particularmente nos informase sobre la independencia absoluta de la Comisión Nacional Agraria. Por lo tanto, yo me permitiría suplicar a la Presidencia que aceptase el que yo formule de una manera concreta mi pregunta, para que el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento pueda contestarla ampliamente.

El C. presidente: El ciudadano Espinosa tiene derecho a hacer uso de la palabra en contra, puesto que se halla inscripto en la lista de oradores. Tiene la palabra.

El C. Espinosa Luis: Ciudadano secretario de Agricultura y Fomento: He de agradecer a usted que tenga la bondad de informar a la Asamblea sobre este punto: las comisiones unidas Agrarias, en su dictamen sobre la Ley de División de Latifundios, crea una entidad nueva con el organismo llamado Comisión Nacional Agraria; esta Comisión tiene tales facultades, que subalterna a la Secretaría de Agricultura y Fomento, en unos casos ; en otros, la hace desempeñar papel de auxiliar y en algunos más hasta de amanuense.

Desde luego, señor secretario de Agricultura y Fomento, para que la Cámara pudiera aprobar la creación de este cuerpo en la forma tan absolutista, omnímoda y autónoma como lo propone la Comisión, sería necesario reformar la Constitución y las bases institucionales del país, porque no sólo viene a ser algo muy superior a un departamento constitucional, como la Contraloría, como la Universidad o como el Departamento de Salubridad; sino que es todavía superior a una Secretaría de Estado; viene a ser, por lo tanto, algo igual a un cuarto poder.

Es necesario, antes de entrar a discutir en lo general esta ley, que su señoría tenga a bien exponer sus ideas sobre este punto, no para que las sigamos servilmente, como pudiera suponer el ciudadano diputado Díaz Soto y Gama (Siseos.) - que fue quien se atrevió a hacernos ese cargo hace un momento, - sino para que la Asamblea norme su criterio, y muy especialmente el que habla.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento.

El C. secretario de Agricultura y Fomento: Ciudadanos diputados: Como a esta Asamblea le consta, la iniciativa de ley que se está discutiendo fue presentada por el señor presidente de la República. Esta mañana estuve a hablar con él para llegar a un acuerdo definitivo sobre lo que él deseara contestar a la Cámara de Diputados, en caso de que el Ejecutivo fuese interpelado. Debido a urgencias oficiales nos fue imposible dedicar a este asunto todo el tiempo que requiere, y aplazamos la discusión para la primera oportunidad. Esta noche tenía en mi programa volver a hablar con el señor presidente de la República, para obtener un acuerdo definitivo y para una preparación debida, a fin de venir a esta Asamblea a seguir las instrucciones y el acuerdo a que se hubiera llegado. Naturalmente, era de esperarse que el asunto se discutiera primero en lo general y, en ese caso, algo podría contestar a las interpelaciones, porque entiendo que el Ejecutivo está de acuerdo con la ley en lo general; pero la interpelación del señor diputado Espinosa se refiere a un punto en lo particular, y me permitirá la Asamblea que tenga yo la oportunidad de consultar con el señor presidente de la República sobre este punto porque, como ya dije antes, urgencias del servicio nos han impedido discutirlo como lo hubiéramos deseado, hoy en la mañana.

El C. Manrique: Pido la palabra, señor presidente Creo que el ciudadano secretario tiene la razón en negarse a contestar por el momento, concretamente, a preguntas de detalle; creo que hemos iniciado, debe iniciarse con la exposición verbal del ciudadano secretario del Despacho, la discusión de la ley en lo general. Tengo la satisfacción de repetir en presencia del ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, mi concepto de que un secretario de Estado se halla obligado a intervenir en la discusión de las leyes en lo general. En poco estimaríamos su misión si la reservásemos para resolver dificultades de detalle. Es indiscutible que se necesita menor preparación para resolver cuestiones concretas de detalle que para explicar la filosofía de una ley o las ideas generales dominantes en ella. Creo que tiene razón al señalar

como interpelación sobre un punto de detalle, la señalada por el ciudadano Espinosa, por mucha que sea la importancia de la creación de este organismo a que se refiere el compañero; pero la Cámara lo que desea saber, lo que necesita y debe saber es el criterio general del Ejecutivo, que es, naturalmente, el criterio del secretario de Agricultura y Fomento, sobre las finalidades de la ley. ¿Qué es lo que esta ley se propone? Lo sabemos: una distribución mejor de la propiedad rural en la República. ¿Cuál es la finalidad, cuáles son los límites de esta finalidad, es decir: debe la propiedad desmenuzarse, debe crearse la pequeña propiedad? Segundo: caminos para llegar esta finalidad. ¿Se quiere llegar a la creación de la propiedad menor acto continuo,? ¿Se quiere crearla gradual y lentamente,? ¿Se quiere crear solamente una mediana propiedad como transición entre la menor y la mayor.? Estos son los puntos generales sobre los cuales tendríamos derecho a interpelar al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento. Yo creo que la Cámara se satisfará con una breve y concisa exposición del ciudadano secretario de Agricultura y Fomento sobre el criterio del Ejecutivo sobre estos puntos: finalidades de la ley y manera de alcanzarlas. En este sentido concreto mi interpelación al ciudadano secretario de Estado; pídole atentamente que se sirva explicarnos...

El C. Soto y Gama: ¡Moción de orden.!

El C. Manrique: ... su criterio sobre el particular; creo que esto es lo pertinente y que repriman sus impaciencias los impacientes y aguarden discretamente a que termine de hablar quien habla. (Murmullos. Risas.)

El C. Soto y Gama: Pido la palabra para una moción de orden. Es muy lógico que haya tenido yo impaciencia, como miembro de la Comisión, al ver al señor Manrique, generalmente ecuánime, generalmente sensato y hoy no, (Voces: ¡No se oye!) es lógico, digo, porque él, que no es un novicio en detalles parlamentarios, que es ducho en ellos, que es veterano en ellos, se permite hacer a un ministro preguntas sobre el por que de cada uno de los porques, de cada una de las pequeñeces de una ley que él no ha hecho ¿Por qué el señor Manrique no tiene la amabilidad de dirigirse a las Comisiones, que son las que han hecho esa iniciativa?, ¿Por qué esa pregunta con rodeos, con tablas secas, compañero Manrique?, ¿Por qué esa falta de confianza en las comisiones? ¿Qué necesidad tiene el compañero Manrique de que se le informe sobre esas generalidades, sobre el abecé del agrarismo, sobre cuál es la finalidad de la ley, si él mismo se contestó: una mejor distribución de tierras? ¿Quiere tener el gusto de que lo repita el ministro?, ¿Que hasta dónde llegará esa distribución; que si el proyecto crea la pequeña propiedad y la media? ¡Esto lo sabemos más que el ciudadano ministro! ¿Quiere el ciudadano Manrique que se le de una lección sobre cosas elementales.? No me explico su pregunta, si no es que quiere poner al señor ministro en el caso de que le repita lo que todos los compañeros saben, esto es, que la Revolución ésta se ha hecho para destruir latifundios, crear la pequeña propiedad, que la ley tiene este objeto, y que las comisiones han cumplido bien o mal con su deber. Si quiere que el señor ministro repita lo que se dice todos los días en todos los periódicos, en todos los folletos, en todas las proclamas y manifiestos revolucionarios, pues que lo diga; si quiere saber puntos de detalle, que se dirija a nosotros.

El C. Manrique: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Desearía contestar una interpelación con otra. ¿Esto que se permite un ciudadano diputado, es mucho permitirse? ¿Es demasiado permitirse un ciudadano diputado interpelar a un secretario de Estado? (Voces: ¡No! ¡No!) Otro vez palabras, he de repetirlo, dolorosamente reveladoras de un estado mental que aun persiste a través de quince años de movimientos revolucionarios que apenas nos han conmovido, que apenas nos han lesionado a flor de piel... (Voces: ¡No! ¡No!) No es el momento propicio para señalar a algunos diputados la manera de hacer tal o cual interpelación; no es el momento de hacer profesión de dómine. ¿Estamos o no en la discusión en lo general? ¡Sí! La Cámara ha decidido llamar al secretario de Agricultura y Fomento para que intervenga en la discusión en lo general; entonces sólo cabe cumplir ese acuerdo, aunque parezca superfluo a quienes están empapados en la ley - el señor Díaz Soto y Gama lo está, no sólo de las ideas generales, sino hasta de los detalles, - pero el hecho de que parezca superfluo a unos pocos compañeros que se vieron obligados a especializarse en este asunto, porque la Cámara depositó en ellos su confianza, esto no releva al ciudadano secretario de Estado del compromiso de explicarnos su criterio general sobre este asunto. Que el ciudadano Manrique en lo personal sepa bien o medianamente que el objeto de la ley, que la finalidad de la ley sea la de crear la propiedad menor, no es consideración suficiente para que esto releve al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento de explicarnos el criterio del Ejecutivo. Todavía más: El Ejecutivo envió una iniciativa; las comisiones no han copiado la iniciativa del Ejecutivo y han hecho muy bien; han demostrado con esto que tenían ideas y convicciones propias. Ahora, presentado ya el proyecto - este proyecto tiene ya algunos días de impreso y aparece firmado con fecha 8 de abril - en estos momentos el Ejecutivo debe tener un criterio sobre la labor de la Cámara, sobre la labor de la Cámara representada por sus comisiones, órganos técnicos de ella. Es éste el momento, señores diputados, de cambiar fructuosamente ideas, de que sepamos si el Ejecutivo está conforme con esta labor, no precisamente para que por este solo hecho nosotros rechacemos el trabajo de las comisiones - torpe sería esta finalidad si nosotros la persiguiésemos - ¡no!, pero si el Ejecutivo debe tener una convicción, el Ejecutivo debe saber defender sus ideas; nos envió un proyecto; las comisiones lo han adoptado de una manera general; pero han tenido a bien modificarlo y han hecho bien. Ahora es el momento de que nos diga el Ejecutivo si insiste en su primitivos puntos de vista, si cree que el criterio general imperante en la iniciativa, en el proyecto por él enviado ha permanecido intacto; si cree que las comisiones han sabido interpretarlo fielmente y una lo han mejorado o si, por el contrario, lo han mutilado o han tornádolo menos radical. Es este el momento de contestar a

todas estas preguntas, y aunque por la que se ha expresado aquí - cosa que en lo personal podría agradecer, - para mí resultasen superfluas, no es lo mismo; yo no soy la Cámara; yo, en estos momentos, me levanto no como Manrique, es decir como X, sino como un diputado representante de un distrito electoral de la República, que tiene derecho a interpelar, no al ciudadano general don Antonio I. Villarreal a quien en estos momentos no veo aquí, sino al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, personalidad legal. Parecerá esto metafisismo al ciudadano Díaz Soto y Gama; pero yo creo, señores diputados, que si no prescindimos de consideraciones personales de afecto y amistad, entonces nos exponemos ora a extraviar el debate, ora a hundirnos en discusiones inútiles. Mi objeto, al interpelar al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, no es, como pareció indicarse, el ponerlo en un brete, porque lo tengo en alta estima para suponerlo incapaz de resolver estas cuestiones por abstrusas que se supongan. La Cámara ha acordado hace media hora llamar al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento. ¿Le ha llamado en este momento para que conteste a una interpelación en detalle? No. Acaso no haya lográdolo, pero he querido explicar cuáles podrían ser los puntos concretos a que en la discusión en lo general podría referirse en su informe el secretario de Agricultura y Fomento y cómo, a pesar de la opinión personalísima de un diputado, miembro o no de las comisiones, creo estar en lo justo al interpelar la opinión de la Cámara, diciendo que el ministro referido debe explicar el criterio en lo general del Ejecutivo. Insisto en mi primitiva interpelación. El artículo 126, citado por el compañero Borrego, claramente expresa que al iniciarse una discusión en lo general, los secretarios del Despacho deben intervenir en la discusión una vez que la Cámara lo desee, y que más tarde sólo podrán tomar la palabra por turno. Insisto, pues, en mi interpelación, pidiendo al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento nos explique de una manera general su criterio sobre el dictamen a discusión.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento.

El C. secretario de Agricultura y Fomento: Señores diputados: Al primer llamado de la Cámara con gusto acudí y he venido a ponerme a su disposición para contestar las interpelaciones que se me quieran hacer. Tiene razón el señor diputado Manrique al asegurar que es obligatorio para los secretarios de Estado mostrarse atentos a las órdenes de la Cámara y respetuosos de sus mandatos; también tiene razón al afirmar que los secretarios de Estado deben estar preparados para discutir en este recinto las iniciativas de ley referentes a sus departamentos. Si yo hubiera deseado mejor que estas interpelaciones se retardaran un poco, fueran menos angustiosas, se debía al anhelo de venir mejor documentado, principalmente en lo que se refiere a las opiniones y al criterio del señor presidente de la República; pero para contestar una interpelación en lo general, no es necesario tal conferencia y puedo decir categóricamente a esta Asamblea que el Ejecutivo es partidario de que todos los habitantes de la República estén en condiciones de poseer, los que quieran dedicarse a la agricultura, el pedazo de tierra necesario para su manutención y la de su familia. Esa es la base fundamental de la ley: acabar con los parias de la República y hacer de cada campesino un propietario de su parcela y un propietario de su felicidad. El afán más grande de este Gobierno no es llegar a una mejor distribución del territorio, acabar con las miserias de las glebas campesinas y preparar al país para un futuro de grandeza y prosperidad basadas no en el bienestar de los latifundistas, sino en el bienestar de las masas. Por eso su afán en preparar al señor presidente de la República, aun antes de tomar posesión de su alto puesto, las principales iniciativas de ley que tendieran a ese objeto, como es indudablemente la ley que está ahora ante la discusión de esta Cámara. En lo general no son de grande trascendencia las reformas que las comisiones dictaminadoras han hecho a la ley, a la iniciativa de ley; tanto el dictamen de las comisiones como la primitiva ley del Ejecutivo, tienden al mismo objeto y casi señalan las mismas modalidades para llegar a ese fin. En lo particular sí pueden haberse hecho algunas reformas, como la que señalaba el diputado Espinosa, que con franqueza manifiesto a ustedes que no conozco en definitiva el criterio del Ejecutivo y creo que no tomarán a mal esta falta de preparación, porque a lo más que se me podría obligar en este momento es a estar preparado para contestar las interpelaciones que se me hagan en lo general. Para mañana estaré preparado para las interpelaciones que se hagan en lo particular y con todo gusto y verdadera satisfacción vendré ante esta Asamblea a cumplir con sus mandatos. ¿Cómo no habría de preocuparse el Gobierno por la reforma agraria cuando esta reforma es la vida de nuestra patria, es la salvación de nuestra autonomía y es la salvación de nuestras miserias? La reforma agraria es la única que podrá hacer la paz en el país; eso lo comprende perfectamente el Gobierno nacional. Desde hace once años hemos visto incendio tras incendio; hemos visto una revolución tras otra revolución, y en toda esta catástrofe tremenda siempre han sido los campesinos los que han empuñado el fusil, prueba inequívoca de que durante estos últimos años los campesinos han estado absolutamente descontentos, porque no hay hombre que por un simple capricho o por una banalidad abandone las tranquilidades de la vida para arrojarse a las aventuras de la contienda fratricida. Es el campesino el que ha hecho no sólo las revoluciones de estos últimos once años. sino todas las revoluciones de México desde el grito de la independencia. No el cura Hidalgo y sus caudillos reclutaron sus huestes en las ciudades; las huestes las iban reclutando a medida que avanzaban de hacienda en hacienda y de villa en villa. Lo mismo ha acontecido en estas últimas revoluciones por un motivo fundamental: porque de todas las clases del país, la más expoliada, la más abatida, la más misérrima, ha sido la campesina. Se desterró la esclavitud de las ciudades, pero no se desterró de las haciendas. Simulábamos los que vivíamos vida democrática en las ciudades, y en las haciendas se vivía vida de esclavitud y de ergástula. Por eso es sabia la política de cualquier gobierno en México y es

conveniente hasta para sus propios intereses, si se quiere admitir que no vean antes por los intereses nacionales, que procuren contestar hasta la satisfacción a los campesinos; contentos los campesinos, como lo están actualmente, la paz está asegurada, aunque no lo quieran todos los generales de la República. (Aplausos.) Las regiones agraristas del país, Morelos Guerrero, la región de Cedillo y de Carrera Torres, Michoacán, etcétera, etcétera, siempre estuvieron en pie de guerra con Porfirio Díaz, con Madero, con Huerta, con Carranza, porque nadie creyó indispensable atender a las necesidades de los campesinos, porque todos creyeron que era fácil engañarlos, y halagar al país con reformas políticas y dejar a la gleba de los campos que siguiera en la miseria y en la ergástula. Este Gobierno, por ley de vida, viene a reparar la falta, si ustedes lo admiten también por alta generosidad y por sinceridad en sus principios, porque lo que más le preocupa es la resolución del problema agrario. Ha comprendido este Gobierno que el ejido no basta para satisfacer los anhelos de los campesinos, ni era hacerles justicia completa a ellos y que es necesario darle a cada campesino la oportunidad de ser libre, la oportunidad de ser dueño del pedazo de tierra que cultive. Ese es el corazón de esta ley, esa es el alma de esta ley y el Ejecutivo espera que los señores diputados, como ya lo demostraron anteriormente al discutir la ley de Ejidos, estén también con el Ejecutivo y lleguen a aprobar esta ley, con el aplauso de la nación. (Aplausos nutridos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Espinosa:

El C. Espinosa Luis: Señores compañeros: Zaratustra, a los treinta años, se fue a la montaña y, allá, en la soledad fecunda, llegó a concebir que el hombre tenía derecho a un mejoramiento ascensional y pensó en el superhombre. Cansado de sentir él solo su alto pensamiento, queriendo que la humanidad participara de sus ideas generadoras, experimentó la misma tristeza que sentiría el sol si no hubiera sobre la tierra seres humanos a quienes alumbrar, y bajó a los valles dispuesto a predicar su doctrina redentora.

Una tarde, al entrar a la ciudad más próxima, encontró a la muchedumbre que se divertía con una cuadrilla de funámbulos. Allí, a media plaza, sobre la cuerda tendida, caminaba un payaso cojitranco; repentinamente el jefe de la cuadrilla, hábil y experto, se colocó también sobre la cuerda, y con voz imperativa y sonora gritaba al infeliz que llevaba por delante: ¡aprisa, miserable, corre o te alcanzo! y sin detenerse fuese tras del cojitranco; a quien alcanzó a la mitad de la cuerda; y como el jefe de aquella cuadrilla de funámbulos era tan experto, dió un salto por encima del pobre cojitranco. Este, que no esperaba semejante rasgo de audacia de su jefe, perdió el equilibrio y cayó desde lo alto, muriendo instantáneamente. La muchedumbre, indiferente a la desgracia de aquel infeliz que bailaba en la cuerda, se retiró de la plaza sin sentir la más ligera conmiseración para el que había encontrado la muerte buscando en aquella forma el pan y la vida; sólo quedó con el cojitranco muerto el idealista Zaratustra. Vino la noche y Zaratustra, compasivo y bueno, cogió en sus brazos el cadáver y llevólo penosamente hasta las estribaciones de la sierra y colocóle con amor sobre los brazos de un árbol corpulento, donde lo dejó para defenderlo hasta donde pudo de la miseria de los hombres, ya que no podía defenderlo de la avaricia de las aves de rapiña. Zaratustra, aquel día, en vez de encontrar un hombre, sólo encontró un cadáver.

Y los que conocemos al ciudadano Díaz Soto y Gama, habíamos pensado que hace diez años se había remontado a las montañas del Sur y había concebido el alto pensamiento de que era necesario redimir al proletariado por medio de la repartición de tierras, y que después de esos diez años de elucubraciones magnánimas Díaz Soto y Gama había vuelto a las ciudades, cual otro Zaratustra, a traernos el oro de su palabra convincente, a traernos el fruto de sus convicciones revolucionarias, en el cuerpo verdaderamente progresista de una ley agraria que satisficiera los anhelos nacionales.

Pero no, ciudadanos representantes, el ciudadano Díaz Soto y Gama en lugar de presentarnos una ley salvadora, fruto de sus altos pensamientos, producto de sus arraigadas y profundas convicciones, nos presenta un proyecto abominable. Y nosotros, en lugar de encontrar en este proyecto la vida de la patria, sólo hemos encontrado el cadáver de la revolución envuelto en el manto, en el sudario que el pueblo triste y miserable ha tejido con los hilos gloriosos de sus lágrimas y de su sangre. (Aplausos. Siseos.)

No personalizo, ciudadanos representantes, (Murmullos y voces: ¡No, qué va! Risas.)

Yo aseguro que si he hecho apreciaciones de la personalidad del ciudadano diputado Francisco Díaz Soto y Gama... (Voces: ¡Antonio!) Antonio Díaz Soto y Gama, es porque me duele ver que el viejo revolucionario, el luchador más genuino por el proletariado de los campos, el esforzado paladín que en el Sur supo sostenerse firmemente con sus principios en medio de las penalidades de la lucha, venga ahora con una ley reaccionaria que no responde en nada a las exigencias de las ideas modernas. ¡Qué distinto, ciudadanos representantes, hablaba Antonio Díaz Soto y Gama por boca de su jefe glorioso en los campos zapatistas del Sur de la República, de como habla Díaz Soto y Gama dentro de este Parlamento.!

Si me lo permitís, voy a dar lectura a un manifiesto lanzado a la nación por el Ejército Suriano, nada más en su parte principal. Dice así el documento:

"Nada más grande, ni más trascendental para la Revolución, que la cuestión agraria, base y finalidad suprema del movimiento libertador que, iniciado en 1910, ha sido ya dos veces traicionado: la primera, por el maderismo, que fue fácil en olvidar sus promesas; y la segunda, por la funesta facción de Venustiano Carranza, que después de repetidos alardes de radicalismo, de pureza y de intransigencia, ha degenerado en una forma absurda de la reacción, en un pacto oprobioso e increíble con los grandes poseedores de tierras.

"Combatir a esos poderosos terratenientes, verdaderos señores feudales que en nuestro país han sobrevivido, a despecho de la civilización y a

retaguardia del progreso; emancipar al campesino, elevándolo de la humillante situación de esclavo de la hacienda, a la alta categoría de hombre libre, ennoblecido por el trabajo remunerador y empujado hacia adelante por el mayor bienestar adquirido para sí y para los suyos; redimir a la olvidada raza indígena, creándole aspiraciones, o haciéndole sentir que es dueña de la tierra que pisa y provocando en su alma la sed del ideal y el afán del mejoramiento: crear, en una palabra, una nación de hombres dignos, de ciudadanos encariñados con el trabajo, amantes del terruño, deseosos de ilustrarse y de abrir a sus hijos amplios horizontes de progreso; tales son las finalidades que persigue esta gran Revolución, santificada por el sacrificio de tantos mártires y amada con ferviente entusiasmo por todos los que piensan y saben sentir.

"El hacendado se había constituído en el acaparador de todos los recursos naturales: (tierras, aguas, canteras, bosques, plantíos, producciones de toda especie); era el señor de horca y cuchillo, que disponía a su capricho de la existencia de sus vasallos, el magnate todopoderoso que manejaba jueces y gobernadores, el sibarita sin escrúpulos, que derrochaba en lupanares, francachelas y orgías, el producto del trabajo de sus jornaleros; era el parásito que nada producía; era un rodaje inútil y estorboso en la máquina social, un cáncer roedor en el organismo del pueblo, una úlcera que agotaba lentamente la vitalidad nacional.

"De allí que la Revolución no transija con el latifundista. Acepta de buen grado al industrial, al comerciante, al minero, al hombre de negocios, a todos los elementos activos y emprendedores que abren nuevas vías a la industria y proporcionan trabajo a grandes grupos de obreros, que algún día, con su propio esfuerzo, han de crear a su vez la humanidad del futuro.

"Pero el hacendado, el monopolizador de las tierras, el usurpador de las riquezas naturales, el creador de la miseria nacional, el infame negrero que trata a los hombres como bestias de trabajo; al hacendado, ser improductivo y ocioso, no lo tolera la Revolución. Contra él es la lucha , contra él va dirigida la intransigencia: para destruirlo y aniquilarlo se ha hecho la Revolución.

"El programa de ésta es, por lo mismo, bien sencillo: guerra a muerte al hacendado; amplias garantías para todas las demás clases de la sociedad."

Esto decía "La Voz de la Revolución" en el Sur en aquel entonces, y Antonio Díaz Soto y Gama viene como si quisiese ser un mercenario de las tierras nacionales, como si quisiese convertir al Estado en el principal latifundista, en el principal dueño de las tierras que pertenecen al pueblo, a pediros que aprobéis una ley en la que el Estado puede vender al pueblo las tierras que son del pueblo mismo.

No solamente hiere la susceptibilidad del revolucionario este aspecto de la ley; no, ciudadanos representantes, esta ley en la que pusieron a concurso su cerebro Siurob, Díaz Soto y Gama y otros estimables compañeros, por más que haya sido su buena fe y por más indulgentes que queramos ser con ellos, hay que convenir que no estuvieron a la altura de su deber y que no debe aprobarse.

No sólo pretenden lesionar profundamente los principios, no solamente se resuelven en contra de sus propias convicciones y se manifiestan como enemigos jurados del pueblo, sino que disparatan lamentablemente en todo el cuerpo de la ley, como tendré el honor de demostrarlo a vuestra soberanía cuando entre al análisis de los puntos generales y fundamentales del proyecto de ley.

Antes, aprovechando este momento en que tenéis la benevolencia de prestarme toda vuestra atención, quiero rectificar un concepto falso del ciudadano Díaz Soto y Gama.

Hace un momento, cuando en el calor de la lucha, al discutir una proposición nos atacamos duramente, el ciudadano Díaz Soto y Gama, sin saber yo fundado en que, se permitió decir, malévolamente, que el que habla es enemigo del Ejecutivo de la República: ¡nada más falso! Y tengo necesidad de aclarar públicamente esta imputación para que vuestra soberanía no tome con predisposiciones mi presencia en esta tribuna atacando rudamente este dictamen. Yo quiero que sepa la Cámara toda que no soy ni puedo ser en estos momentos un oposicionista sistemático; pero que sí con la energía y dignidad que me han caracterizado siempre, vendré a atacar todos aquellos proyectos de ley o iniciativas que salgan del encuevadero de reaccionarios que consiente el Ejecutivo en sus dependencias, o del Ejecutivo mismo o de cualquier otro elemento que no esté de acuerdo con las tendencias que yo siempre he defendido; y que aplaudiré con entusiasmo todo acto noble y útil del Ejecutivo.

No seré, pues un oposicionista sistemático y yo creo que esta es la mejor manera de ser correligionario: siendo útil y no incondicional a los hombres públicos. Bien sabido es que en México el representante, el diputado que no se plega servilmente al capricho de algún funcionario, aunque tenga la más sana y la más alta intención de ayudarle y hasta que sienta admiración personal por él, es visto con desconfianza, y a veces hasta con odio. Creo que ya es tiempo de que estos prejuicios desaparezcan para siempre y de que se juzgue y se estime a los hombres por su valor efectivo, por su valor intrínseco y no por un valor estimativo a base de incondicionalismo o servilismo.

Hecha esta aclaración, ciudadanos representantes, paso a hacer un análisis sintético, oídlo bien, compañero Díaz Soto y Gama, del cuerpo de la ley y espero llevar a vuestro convencimiento que es necesario retirarla.

No me opongo ni me opondré nunca al reparto de tierras; aquí me veréis como el defensor más entusiasta de este principio. Me opongo sí a este disparate estupendo que se le quiere dar el nombre de proyecto de ley, porque como demostraré hasta la saciedad es una verdadera herejía legislativa.

Yo me opongo no para que votéis en contra de él con el objeto de que sea retirado para siempre, o de que sea rechazado de manera absoluta; no, estimables compañeros, yo quiero que esta ley sea retirada por la Comisión o que si ella, por excesivo amor propio, no quiere retirarla, la retiréis

vosotros votando en contra. Es claro que la ley en su conjunto, no es toda mala, tiene bastantes cosas buenas.

La discusión global tiene este objeto: atacar la orientación general de la ley, los principios fundamentales, para que las comisiones, convencidas, la retiren después de haber oído a todos los oradores del pro y del contra y le hagan de una buena vez todas las reformas propuestas por los impugnadores para que después la discusión en lo particular sea más fácil, ya que en lugar de discutir 100 artículos, separadamente, uno por uno, se discutirían 30 ó 40 a lo más. Hecha esta explicación, entro de lleno a hacer el análisis crítico de estos artículos que he separado para discutirlos en lo general. El artículo 1o. dice:

"La nación reconoce el derecho natural, inalienable o imprescriptible que tiene todo hombre para poseer y cultivar para sí una superficie de terreno cuyo rendimiento, dada una aplicación media de trabajo, sea bastante para satisfacer sus propias necesidades, las de su familia y para permitirle la formación de un pequeño ahorro, con el que pueda hacer frente a las eventualidades del porvenir."

La Comisión no concibe que un hombre virtuoso, un hombre apegado al trabajo, un hombre que después de treinta años de labor constante, trabajando en el campo de sol a sol, pueda tener, no un ahorro pequeño, sino una escasa fortuna con que vivir con cierta comodidad él y todos los suyos.

A fuerza, conforme al texto y espíritu de este artículo, ha de ser únicamente un pequeño ahorro el que deba tener el propietario de la tierra; ¿por qué no mejor dice la Comisión: un ahorro suficiente con el que pueda hacer frente a las eventualidades del porvenir? Pero no es esto solo malo, sino que la Comisión en todo el cuerpo de la ley llega a estas lamentables confusiones: los agricultores, no sólo los latifundistas - como lo demostraré en seguida - no tienen derecho a poseer dinero en ninguna proporción; están obligados, como por una maldición ineludible, a ser todos ellos paupérrimos; y, en cambio, deja con todas prerrogativas al industrial, al comerciante, al minero y al intelectual para que exploten sus profesiones y para que muchas veces con un esfuerzo insignificante amasen verdaderas fortunas, en muchas ocasiones no de manera honrada.

Este fondo de arbitrariedad hace desde luego antipático e injusto el dictamen de la Comisión.

El artículo 2o., que es un monumento, no diré de estulticia, porque no quiero ofender a la Comisión, pero sí de ignorancia mayúscula piramidal, encierra estas cosas, que os suplico oigáis con atención. Dice así:

"Para realizar el derecho a que se refiere el artículo anterior, se considera de utilidad pública, conforme al texto expreso del artículo 27 constitucional, la expropiación de los siguientes terrenos, en la extensión que sea necesaria y en los términos de esta ley:

"a) Los latifundios."

Esto es claro, ¿quién va a discutirlo? En buena hora que se dividan todos los latifundios que haya: este es el principal deber de todo representante que en realidad se preocupe por los intereses de los suyos. Pero no sucede lo mismo, desgraciadamente, por lo que hace a las fracciones (b) y (c), que dicen así:

"b) Las tierras mantenidas en erial durante los últimos cinco años, y

"c) Las cultivadas mediante procedimientos primitivos o anticuados, a juicio de la Comisión Nacional Agraria."

¿Qué os parece esto? ¿habéis visto disparate mayor? Desde luego, defiendo intereses locales, sin que esto quiera decir que no tenga la penetración bastante para comprender que también es deber mío salir a la defensa de los intereses nacionales; pero antes que todo defiendo los intereses de mi Estado y me considero, no diré el más capacitado, porque sería un alarde que no quedaría bien en mi, pero sí el más autorizado para venir a hablar de estas cosas, porque yo soy nativo de un Estado eminentemente agrícola, de un Estado donde no hay más que agricultura. En el Estado de Chiapas no existen industrias; no existe minería, no existe ninguna otra fuente de producción. Ahí todos vivimos de la madre tierra; vivimos orgullosos y altivos porque la tierra nos da con muy poco esfuerzo cuanto necesitamos para ser independientes y felices dentro del concierto social.

Desde luego, ciudadanos representantes, podemos hacer la crítica del inciso (c) diciendo lo siguiente: si vamos nosotros, como quiere la Comisión, a aceptar que los terrenos abandonados de cinco años a la fecha, se consideren como latifundios, llegamos a la conclusión de que la Comisión no está dentro del carril que le impone la reglamentación del artículo 27 en lo que hace a la división de la tierra, porque la estimable Comisión confunde lamentablemente las características de un latifundio con las condiciones de la tierra. El hecho de que una tierra esté abandonada o de que un agricultor trabaje con instrumentos anticuados, no autoriza a la Comisión para que considere estas tierras como latifundios, ni mucho menos para que las expropie de manera tan bárbara. El trabajo de las Comisiones y el objeto de la ley debe ser el de determinar la manera de dividir la tierra, de fraccionar los verdaderos latifundios; pero la Comisión llega a este barbarismo - permítaseme el término, que supongo es correcto -: las tierras nacionales, es decir, las tierras que pertenecen al Estado, también serán divididas y vendidas. ¿Qué tienen que ver las tierras nacionales, ciudadanos representantes, con una ley de repartición de latifundios? ¿No os parece esto muy extraño...?

El C. Siurub, interrumpiendo: ¡No, hombre.!

El C. Espinosa, continuando: Es claro, compañero; eso pertenece a terrenos baldíos. ¿Cómo vais a confundir lo uno con lo otro? ¿Qué tienen que ver los terrenos nacionales, que son del Estado, con los latifundios que son grandes extensiones de tierra de particulares? Pero desde luego, ciudadanos representantes, el error de la Comisión es manifiesto. Todos vosotros sabéis lo que es un latifundio: viene de las raíces latinas "latus" y "fundus", que quieren decir extensión y finca, extensión de tierras agrícolas... (Voces: ¡No! ¡No! ¡Qué barbaridad!)

Compañero Díaz Soto y Gama, usted dirá: ¡qué barbaridad! pero si usted sabe siquiera

elementalmente raíces latinas, no debe decir eso; sobre todo, no vengo a exhibirme como un charlatán, a pesar de que un compañero tuvo la gentileza de calificarme así en cierta ocasión; y la Asamblea recordará que a pesar de ese cargo, ganamos el asunto al sabio compañero que me lo había hecho. Es natural que cuando vengo a la tribuna a decir - no por pedantería - una frase como ésta, es porque sé demasiado bien lo que ella significa. Así pues, quieran o no quieran los cultísimos compañeros Díaz Soto y Gama y Siurob, la palabra "latifundio" viene de las raíces que antes he manifestado... (Voces: ¡No!)

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Pobre latín!

El C. Espinosa, continuando: No tengo empeño en convencer la testarudez del compañero Díaz Soto y Gama. El compañero Manrique podría ser autoridad en este punto. Hago a un lado este incidente y prosigo en mi impugnación. En el Estado de Chiapas, no sólo los latifundios, sino todas las propiedades agrícolas, están completamente abandonadas, no desde hace cinco años, como lo quiere la Comisión, sino desde hace seis, en que comenzó la contrarrevolución; desde entonces nadie ha trabajado en los campos; los peones de campo, inclusive los dueños de haciendas, se reconcentraron en las ciudades y en los pequeños poblados, por la necesidad de procurarse garantías; y de trabajadores del campo se han convertido en pequeños industriales; desde entonces, a través del tiempo, han visto derruirse sus casas y arruinarse sus pequeñas propiedades agrarias. Esto le ha sucedido a muchos, porque, lo digo con orgullo: en mi Estado sólo el que no quiere no es dueño de un pedazo de tierra. Las pequeñas rancherías florecientes, sembradas de toda clase de cereales y que estaban pobladas de ganado en mayor o menor número, se encuentran hoy en estado verdaderamente miserable. ¿Y qué, señores, podrá ser justo, que después de tanta ruina aprobemos este inciso bárbaro que autoriza a la Comisión Nacional Agraria a expropiar estas tierras que no abandonaron sus dueños porque quisieron, sino porque la revolución los obligó a que las abandonaran? Estoy seguro de que no aprobaréis semejante monstruosidad.

Ese necesario, señores compañeros,.... (Voces: ¡Esa es discusión en lo particular!) que no se sepa lo que es una discusión en lo general; voy a impugnar como quince o veinte artículos...(Voces: ¡No! ¡No!) ¿Por qué no? para que la Comisión después de haber oído a tres o seis oradores del pro y del contra, ya con un criterio definido, modifique esos treinta o cuarenta artículos de una buena vez, quedando para después los detalles. (Risas.) La fracción C dice:

"Las cultivadas mediante procedimientos primitivos o anticuados, a juicio de la Comisión Nacional Agraria."

En mi Estado, donde los dueños de haciendas, y con mayor razón los de pequeños ranchos, no tienen otros elementos de labranza que machetes, hachas, coas, arados de los más corrientes, egipcios, conforme a este inciso, habría derecho a expropiar todas las tierras; pero repito, señores, ¿qué tienen que ver las condiciones del modo de trabajar una tierra con los latifundios? Absolutamente nada. La Comisión va a decir: ¡Ah, pero es que estas expropiaciones quedan a juicio de la soberana y omnipotente Comisión Nacional Agraria; esto es lo que va a venir a decir la Comisión como si lo estuviera oyendo.

- El artículo 3o. dice:

"Se considera como latifundio toda finca rústica que por su extensión, calificada con relación a los factores que se detallan en el artículo siguiente, sea perjudicial a los intereses sociales, bien porque engendre el monopolio de la producción agrícola en la región donde se encuentre ubicada, ya porque contribuya a provocar crisis de carestía o escasez en los artículos alimenticios, o porque dé lugar a un rendimiento notablemente menor, en proporción, que el de las fincas vecinas, u obstruya, por cualquiera otra causa, el desarrollo agrícola del país o el derecho consagrado por el artículo 1o. de esta ley."

Definir, ciudadanos representantes en esta forma lo que es latifundio, es no definir nada; es no decir nada; esto es algo así como una charada, como un verso decadentista en el que el autor deja al lector con facultad bastante para que vista aquel esqueleto poético a su manera, según su temperamento artístico; pero no, señores, no venimos aquí a hacer labor decadente, no venimos a hacer aquí labor de interpretación; venimos a dar leyes claras, como manda la misma Constitución que deben ser las leyes todas, para que no se presten a interpretaciones, para que no tengan doble sentido; y la Comisión nos trae una nebulosa en lugar de un artículo claro y preciso.

Es seguro, señores, que el requisito indispensable para definir lo que es latifundio, debe ser el de la capacidad territorial de lo que constituye ese latifundio; y, en cambio, la Comisión nos habla no sólo en este artículo, sino también en otros, de que debe considerarse como latifundio a la tierra que esté dentro de determinadas condiciones, las que muy ligeramente señala, y cuya apreciación quedará en todo caso a juicio de la soberana Comisión Nacional Agraria.

Esto es, ciudadanos representantes, verdaderamente atentatorio; ¿Cómo vamos nosotros a consentir que se apruebe una ley que no dice lo que es latifundio? Por este hecho fundamental, por no poderse precisar lo que es latifundio, la Comisión está completamente incapacitada, como lo estaría esta Asamblea, si quisiese legislar en esta materia para toda la República. ¿Cómo va la Comisión a poder definir desde aquí, desde la Mesa Central, lo que es latifundio en los Estados? porque ninguno de nosotros va a pensar que lo que en Chihuahua puede considerarse como latifundio, pueda serlo también en el Estado de Chiapas, siendo como son Estados completamente distintos; el primero es muy estéril y el segundo muy fértil. Las Legislaturas locales, compenetradas de las riquezas de sus respectivos Estados y de las necesidades de sus conciudadanos, sí están en condiciones de poder legislar sobre esta materia y de definir, dentro de su jurisdicción, lo que debe considerarse como latifundio.

De estos razonamientos, ciudadanos representantes, se llega a la conclusión de que en manera alguna esta Asamblea debe aceptar que esta ley tenga efecto en toda la República; esto sería un error

gravísimo cuyas consecuencias resentirían nuestros Estados y nosotros seríamos los responsables si por desgracia se llegara a aprobar este inconcebible mamarracho. (Risas. Siseos.)

Pero no solamente, señores, debemos rechazar este artículo por lo que hace a su falta de precisión sobre lo que constituye o debe constituir un latifundio; debemos rechazarlo también porque está en abierta oposición con el artículo 11 transitorio de la Constitución General de la República. La Constitución General de la República en el artículo que acabo de citar dice de manera terminante que las partes relativas del artículo 27 constitucional regirán en todos los Estados del país sobre materia agraria mientras los gobiernos locales no expidan las leyes relativas. Habría, por lo tanto, señores, que derogar previamente ese artículo constitucional; habría que reformar la Constitución en este caso para que pudiera aprobarse esta ley atentatoria que propone a vuestra soberanía la Comisión.

Me extraña que el compañero Siurob y los demás compañeros que siempre se han mostrado respetuosos de la ley suprema, nos vengan ahora con una iniciativa de ley que no solamente está en abierta pugna con el precepto constitucional, sino que nos llevaría a cometer una falta gravísima, violando a sabiendas y de manera consciente un precepto constitucional.

Después viene el artículo 4o.: "La Comisión Nacional Agraria, en nombre del Ejecutivo de la Unión," etcétera, etcétera, etcétera.

Y esto es muy divertido, ciudadanos representantes; se antoja algo así como una ensalada rusa en la que hay toda clase de legumbres y un poco de aceite. En un capítulo estas sapientísimas comisiones unidas nos hablan de que la Comisión Nacional Agraria procederá a nombre del Ejecutivo. Oídlo bien, a nombre del Ejecutivo. ¡Qué significa esa hueca palabra, ciudadanos representantes? Hablando honrada y claramente, ¿qué es eso, de actuar a nombre del Ejecutivo de la República? ¿No es ponerse nada más una careta para hacer toda clase de trabajos sobre esta materia sin que en nada tenga que ver el Ejecutivo; pero que, en cambio, todas las aberraciones que se cometan serán a nombre del Ejecutivo? Esta ensalada más adelante dice: La Cámara de Diputados será la que nombre a los miembros componentes de esta famosísima Comisión Nacional Agraria.

El C. Siurob, interrumpiendo: No dice eso.

El C. Espinosa Luis, continuando: Sí, señor, y voy a citarle a su señoría el artículo.

"El nombramiento de los miembros de la Comisión Nacional Agraria deberá ser sometido a la ratificación de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, la cual podrá también decretar su cese por el voto de las dos terceras partes de los miembros de dicha Cámara."

Pues que, ¿no es eso lo que la Cámara tiene que aprobar? ni siquiera dice quién le presentará la planilla para formar esa Comisión Nacional Agraria no se sabe si será el señor Soto y Gama o las comisiones dictaminadoras o el Ejecutivo; pero esto, para donde yo quiero llegar, no tiene importancia. Si la Comisión va a actuar bajo el amparo del nombre del Ejecutivo; ¿qué tiene que ver entonces la Cámara de Diputados con el nombramiento de esos apreciables miembros de la Comisión Nacional Agraria? que, ¿no es esto una ensalada.?

Pero todavía viene algo más: la Comisión le da una coba muy suave al secretario de Agricultura y Fomento, concediéndole facultad para formar los títulos de parcelas, porque él es el presidente de esa soberana Convención Nacional Agraria. ¿Qué le parece a la Asamblea esta composición? El señor secretario de Agricultura en su calidad de presidente de la Nacional Agraria tiene facultades para firmar los títulos de posesión de estas parcelas. Maravilloso. ¿Verdad? Y más adelante también subalterna la Secretaría de Agricultura y Fomento con la Comisión Nacional Agraria. Dice el artículo 24:

"La Secretaría de Agricultura y Fomento, queda encargada de completar los datos presentados por los interesados o de hacer su recopilación completa y de verificar los estudios necesarios para facilitar la resolución de la Comisión Nacional Agraria. Queda igualmente encargada de formar planos de fraccionamiento basados en las condiciones de las tierras, en las prevenciones de esta ley y en los acuerdos de la Comisión Nacional Agraria."

Le quita trabajo a los miembros de la Comisión Nacional Agraria; quiere que cuando esté fatigada o no pueda, vaya a auxiliar la Secretaría de Fomento, y el artículo siguiente, el 25, dice:

"Cuando la Comisión Nacional Agraria lo estime necesario por las circunstancias especiales de los terrenos, acudirá a la Secretaría de Agricultura y Fomento, para que ésta emprenda el estudio técnico necesario, para determinar las zonas, respecto del fraccionamiento de algún predio, que deban reservarse para bosques, pastos o usos industriales de carácter especial."

En este artículo hace de la Secretaría de Fomento algo como su agrimensora oficial y la utiliza para que vaya a fijar puntos, a medir terrenos, etcétera, etcétera; en una palabra, será una especie de amanuense de esta Comisión Nacional Agraria.

Y así, por el estilo, podría yo seguir criticando este artículo, ciudadanos representantes. No es esto ridículo? ¿Qué es lo que quieren los dictaminadores? ¿Qué la Comisión dependa del Ejecutivo, de la Cámara de Diputados, de la Secretaría de Agricultura o que no dependa de nadie? En síntesis, los dictaminadores quieren que esta Comisión sea absolutamente omnipotente como vais a verlo por las facultades que le da en el texto del dictamen; tiene estas facultades, mejor dicho, las tendría en caso de que cometiéramos la torpeza de aprobar este proyecto de ley como lo propone la Comisión.

"Primera. Para dictaminar cuando los procedimientos para labrar la tierra, son primitivos o anticuados.

"Para declarar cuando una finca es latifundio.

"Para revisar el dictamen de las comisiones locales agrarias cuando declaren que una finca no es latifundio.

"Para decretar cuando una finca no debe ser considerada latifundio.

"Para excluir de la expropiación a las fincas en las cuales se proyecte realizar obras de irrigación.

"Para resolver sobre todas las solicitudes.

"Para resolver en definitiva, acerca de una expropiación.

"Para revisar los acuerdos de las comisiones locales sobre la enajenación de las parcelas.

"Para comprobar, ante ella, la fuerza mayor que impidió pagar los arrendamientos.

"Para declarar caducos los derechos de los adjudicatarios.

"Para declarar cuando proceda la expropiación.

"Para mandar a la Secretaría de Fomento a que haga recopilaciones, planos, estudios y proporcione datos.

"Para redactar instrucciones y mandar publicar la ley.

"Para dar posesiones.

"Para recibir solicitudes de adjudicación de parcelas.

"Para autorizar las posesiones.

"Para ampliar los plazos del fraccionamiento."

"Para reglamentar esta ley.

¡Ya que más puede pedirse, ciudadanos representantes; esto no es un departamento, no es una secretaría, es un poder completo, y esto es lo que quiere en su artículo 4o. la Comisión!

El C. Siurob: ¡Ah!

El C. Espinosa Luis: Es muy fácil croar ¿Ah!, como sapo, compañero Siurob, desde la curul, aquí es donde quiero ver a su señoría.

Dice el artículo 8o.:

"Al efectuarse la expropiación de cualquier latifundio en que exista o se estén realizando obras de irrigación, o se proyecte realizarlas, garantizando su pronta ejecución en forma bastante, a juicio de la Comisión Nacional Agraria," etcétera, etcétera.

¿Qué es esto, ciudadanos representantes? La Comisión queda facultada para suspender la ejecución de la expropiación en aquellos terrenos en donde se piense hacer obras de irrigación.

Yo convengo que se suspenda la expropiación en aquellos terrenos donde se estén haciendo materialmente esos trabajos de irrigación; pero donde se piense hacerlos, es el colmo, ciudadanos representantes; esto sería tanto como dejar la puerta franca a toda clase de chanchullos y componendas entre la Comisión Nacional Agraria y los grandes terratenientes, y nosotros en manera alguna .. (Aplausos.) y nosotros en manera alguna deberemos permitirlo.....

- Una voz de las galerías: ¡Viva Soto y Gama! ¡Viva el mártir de la Revolución, Emiliano Zapata. (El ciudadano presidente ordena que hagan salir al individuo que pronunció estas palabras.)

El C. Espinosa Luis: Yo suplico a la Presidencia que tenga la bondad de revocar su orden; creo que ese señor no sabe lo que dice.

- El mismo individuo: Yo soy pueblo, y que me lleven a donde quieran, yo soy agrarista, ¡viva Emiliano Zapata! ¡Viva el hombre que murió por el pueblo!

El C. Espinosa Luis: El artículo 11, ciudadanos representantes, es el artículo famoso que da facultades a vuestra soberanía para aprobar el nombramiento de los miembros que compondrán esta Comisión Nacional Agraria. Ya os demostré que esto es absurdo, desde el momento en que esta Comisión Nacional Agraria debe depender directamente de la Secretaría de Agricultura y Fomento, como depende la actual Comisión Nacional Agraria. Si el Ejecutivo, si a nombre del Ejecutivo va a actuar esta Comisión, es al Ejecutivo al que incumbe hacer el nombramiento de estos ciudadanos; es al Ejecutivo al que corresponde también dar los reglamentos de trabajo, porque estos trabajos se desarrollarán bajo la responsabilidad única y exclusiva del Ejecutivo de la República.

Aceptar este artículo, ciudadanos representantes, sería tanto como consentir en que el Poder Legislativo invadiera facultades exclusivas del Ejecutivo de la República; estoy seguro, ciudadanos representantes, de que sobran las argumentaciones para llevar al convencimiento de vosotros que este artículo es un disparate y que lo rechazaréis.

El artículo 12 también es curiosísimo. Dice:

"Artículo 12. Con fundamento en lo dispuesto por los párrafos 2o., 3o. y 8o. del artículo 27 constitucional, se declaran de utilidad pública las expropiaciones decretadas por la presente ley."

Yo os pregunto, ciudadanos representantes, que os fijéis en esto: ¿qué expropiación decreta esta ley? Esta ley lo único que hace es fijar, malamente, torpemente, las condiciones bajo las cuales puede ser expropiadas una propiedad; pero en manera alguna decreta expropiaciones. Eso es facultad exclusiva, en todo caso, de la Comisión Nacional Agraria cuando esté en funciones; esto será defecto de redacción, sí queréis, pero de todos modos este artículo entraña un positivo disparate.

El artículo 15 ..... no sé si está presente el compañero Carrillo, a quien quería dirigirme muy especialmente. No lo veo en el salón. El compañero Carrillo, que es un entusiasta predicador del amor libre, doctrina con la que no sólo simpatizo, sino que la practico, (Risas. Aplausos.) pero sí quiero hacer esta aclaración: que no tengo parientes femeninos, como hermanas, por ejemplo.

El C. Martínez de Escobar: ¿Y si las tuvieras.?

El C. Espinosa Luis: Ya sería distinto. El compañero Carrillo, que tan partidario se muestra de esta simpatiquísima idea, y que de seguro debe haber cooperado con Soto y Gama a la confección de este absurdo, nos trae esta injusticia en contra de los reproductores de la especie humana. Artículo 15:

"En igualdad de circunstancias, deberán ser preferidos los vecinos del lugar a los extraños, y los casados a los solteros."

¿No es ésta la consagración de los prejuicios sociales sobre el matrimonio? ¿No es esto darle una prerrogativa más a los que se casan ante el juez del Registro del Estado Civil, en contra de los que se unen libremente y por amor? Por eso lamento que no esté presente el ciudadano Carrillo; pero ya que no está presente y no es posible conocer su opinión, yo propongo a vuestra soberanía que se prefiera a los vecinos con hijos, de los que no los tengan..

El C. De la Torre: ¡Moción de orden! Pido la palabra.

El C. Espinosa Luis: No admito interrupciones de nadie.

El C. De la Torre: ¡Moción de orden!

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. De la Torre: Para excitar a la Presidencia que encauce el debate, pues el orador está

desarrollando una tesis que carece de síntesis; lo fundamental es que debiera tratar este asunto en lo general y no artículo por artículo, porque no está haciendo más que una discusión total en lo particular.

El C. Espinosa Luis: Parece mentira, ciudadanos representantes, que algunos compañeros se opongan, no porque no sepan lo que es discutir un proyecto de ley en lo general, como lo ha hecho el compañero satélite de Díaz Soto y Gama, sino porque tiene empeño de que no se ataque esta ley.....

El C. Díaz Soto y Gama: Es por el placer de oírlo a usted.

El C. Espinosa Luis: No, si no es por autorización de usted, compañero, es que tengo derecho a ello. Desde luego, pues, señores, consagrar este artículo sería una injusticia; ¿por qué vamos a preferir a los hombres casados a los que no lo son? Vamos prefiriendo a todos aquellos hombres que hayan cumplido el deber de dar hijos a la patria. Es justo, señores que todos aquellos que han contribuído con su sangre a repoblar el país, después de una matanza tan cruenta y tan grande, tengan derecho a estas prerrogativas en el reparto de tierras. Pido cuando se discuta este artículo en lo particular, se rechace y se modifique en el sentido de que se prefiera a los vecinos que tengan hijos, a los que no los tengan.

El artículo 16 está en pugna abierta con los artículo 3323 y 3324 del Código Civil, que consagran la libertad absoluta de la persona para dejar sus bienes a quien quiera; el testador puede hacer de sus intereses lo que mejor le plazca, y conforme a este artículo, tendrá una taxativa; este artículo dice:

"Artículo 16. Para toda clase de efectos jurídicos, se considera que las parcelas forman propiedades indivisibles y, por lo mismo, en los casos de sucesión hereditaria, deberán adjudicarse a un solo heredero, que todos los coherederos designarán de común acuerdo. Si no hacen esta designación en el plazo de cuatro meses, a partir de la radicación del juicio, el juez de los autos la sacará a subasta pública."

Conforme a este artículo, el padre de una familia no puede dejarle a determinado hijo su parcela ni puede dejársela a todos en común. Conforme a este disparate jurídico tienen que ser los hijos los que entre sí acuerden quién debe quedarse con la parcela. ¿No sería esto tanto como llevar la discordia al seno de la familia? ¡No sería crear un elemento para que se provoquen dificultades entre las familias ahora unidas y pacíficas?

Desde luego, he probado que está en contraposición con los artículos citados del Código Civil y que sería también un semillero de discordias en el seno de las familias. Es natural, señores, por respeto a las leyes, que mientras éstas no sean derogadas, debe reformarse este artículo en el sentido de que los que leguen sus parcelas tengan derechos y libertades absolutos.

El artículo 20 entraña una contradicción. En su parte primera dice:

"Artículo 20. Las parcelas que se adjudiquen a los solicitantes, no podrán ser objeto de los contratos de compraventa, hipoteca, usufructo o cualquiera otro que limite el derecho de propiedad, ni tampoco podrán ser embargadas. Subsistirán las servidumbres ya establecidas, pero modificadas en los términos de la ley respectiva."

Pero en la segunda parte dice:

"El fraccionista podrá enajenar su parcela por causa justificada, a juicio de la Comisión Local Agraria respectiva, y este acuerdo será revisable por la Comisión Nacional Agraria.

"Las cosechas podrán quedar afectadas al pago de las deudas que contraiga el propietario; pero mientras no haya satisfecho totalmente el precio de su parcela, las cosechas podrán servir de garantía únicamente a los préstamos que celebre el fraccionista con las instituciones de crédito agrario."

Este es un disparate que no lo hubiera cometido un estudiante de leyes de primer año; es una contradicción manifiesta, categórica.

En el artículo 31, los dictaminadores, no conformes con que la Comisión Nacional Agraria constituya un poder propio y esté por encima de los otros, quiere que los ayuntamientos se conviertan en empleados de aquélla; les da la obligación de colgar cuadros y de pegar carteles; hasta allá llega el afán de dar poder y facultades a esta Comisión. ¿Con qué derecho va la Comisión Nacional a servirse de los ayuntamientos, dentro del funcionamiento municipal? Nosotros venimos luchando desde hace tiempo por que los municipios sean verdaderamente autónomos, pero no hemos podido conseguirlo. En buena hora que el Ejecutivo pague empleados especiales en los pueblos donde no haya comisiones, para que se encarguen de desempeñar tareas tan ligeras y tan insignificantes.

Esto también es muy curioso: en contra de todos los preceptos del Código Penal, que clasifica los delitos e impone penas, la Comisión nos viene con que:

Los propietarios que traten de entorpecer el cumplimiento de la presente ley por medio de sutilezas legales, argucias de mala ley o recursos notoriamente improcedentes, pagarán una multa equivalente al diez por ciento del valor catastral de la propiedad de que se trate."

¿Qué vivimos aquí en plena Rusia de los zares o en plena Guatemala de Estrada Cabrera? ¡Apenas es concebible, señores, que compañeros que se llaman revolucionarios, pretendan atentar sobre lo que tiene el hombre de más sagrado: la libertad de externar su pensamiento. Hay que juzgar a los funcionarios y hay que emitir opiniones francamente. Si hay algo, en muchos casos, digno de censura, son los malos actos de los componentes del poder, ya sean del poder humilde de los pueblos, o del poder omnímodo de la Federación.

En lugar de restringir ese derecho, debemos garantizar al hombre a efecto de que pueda manifestar su pensamiento libremente y criticar todo aquello malo que salga del Ejecutivo, que salga del seno de esta Representación Nacional o de cualquiera otra rama del poder.

Lo culminante, lo prodigioso, pero que en definitiva viene a convertirse en el parto de los montes de este proyecto de ley, es el artículo 18 rubricado pomposamente con el título de disposiciones complementarias. Aquí fue donde culminó la sabiduría de las dos comisiones dictaminadoras; aquí fue donde llegó a su máximum, al grado de que yo creo

que a esta hora el ciudadano Soto y Gama ha perdido la última porción de seso. Es doloroso, ciudadanos representantes, que hombres que han luchado por conquistar estos principios revolucionarios, cuando vienen aquí a esta Ciudad de los Palacios olviden sus viejas ideas de lucha, olviden sus arraigadas convicciones y vengan a pensar de un modo tan distinto. ¿Cómo es que Siurob, revolucionario de buena cepa; Díaz Soto y Gama, agrarista insospechable, quieran consagrar en este cuerpo de ley que el terreno nacional sea vendido por el mismo Estado, que el Estado se convierta en latifundista mercenario.?

Apenas puede concebirse, ciudadanos representantes, ese atrevimiento. Desde luego este artículo no tiene que ver nada ni con el espíritu ni con la forma de ley. ¿Qué tienen que ver los terrenos nacionales con la división de latifundios? Absolutamente nada, ciudadanos representantes. Ya os dije que esta misma Cámara ha dado una ley sobre terrenos baldíos y es terreno baldío todo terreno nacional.

En cambio, la Comisión ligeramente trae aquí este artículo , que dice textualmente:

"Los terrenos nacionales desde la fecha de la promulgación de esta ley, serán fraccionados y enajenados de acuerdo con las prescripciones que la misma establece. El precio de venta de dichos terrenos se fijará tomando como base los valores fiscales de las propiedades vecinas, con los descuentos que a juicio de la Secretaría de Agricultura y Fomento deban hacerse, teniendo en cuenta la lejanía de las vías de comunicación, la escasez de brazos y las dificultades que tengan que vencerse para poner en estado de producción dichos terrenos."

Ya no quiero seguir, ciudadanos representantes, porque siento indignación leyendo esto. ¿Cómo va la Comisión a tomar como base para vender estas tierras, en el supuesto de que aceptásemos que fueran vendidas, el precio de las propiedades colindantes y productivas? ¿Qué no sabe el ciudadano Soto y Gama y los demás miembros de la Comisión, que los terrenos nacionales son grandes extensiones de terrenos vírgenes donde debe irlos a domar la mano del hombre a costa de cruentos sacrificios, que al principio son improductivos.?

Estos terrenos deben darse a todo individuo, y yo invito a todos mis compañeros y a todos los que gusten ir a mi Estado, donde hay terrenos nacionales y pueden trabajarlos sin que les cueste nada. (Voces: ¡Muchas gracias!) No necesita Uriel Avilés hacer una nueva revolución, en mi tierra hay tierra de sobra para todo hombre honrado, para todo hombre de trabajo; las montañas están vírgenes y asombran por su grandiosidad; lo que se necesita es un poco de esfuerzo, mayor número de población para hacer producir aquellas tierras privilegiadas.

No salgo de mi asombro, señores, al leer este disparate; ¿a qué incluir aquí en el texto de la ley un artículo que trata de terrenos nacionales que no tienen que ver nada absolutamente con el reparto y división de los latifundios? Francamente que no me lo explico; ya el cerebro luminoso del presidente de la Comisión vendrá a decirlo; pero yo desde luego protesto, porque se quieren vulnerar de una manera tan burda los principios revolucionarios; la tierra del Estado debe darse gratuitamente porque es del pueblo; ¿con qué derecho el Estado se convierte en rentista y dueño de estas tierras para venderlas a los miserables, a los desheredados de la fortuna? Estos tiene derecho a tomarlas, a trabajarlas por su propia cuenta; lo que puede hacer el Estado, es dividir esas tierras, es dar elementos materiales para que estos hombres puedan domar esas tierras fértiles y sacarles pronto opimos frutos; pero querer negociar con las tierras nacionales, es un atentado, es el atentado más grande contra los principios revolucionarios.

El artículo 3o. transitorio degrada a la Secretaría de Fomento a la categoría de simple ayudante; la rebaja hasta lo mínimo, hasta la categoría de simple ayudante.

El artículo 4o. transitorio también es estupendo, porque no tiene cabida en el cuerpo de esta ley; dice así:

"Las disposiciones de la presente ley en ningún caso serán aplicables a la restitución y dotación de ejidos, la que se rige exclusivamente por la ley de 6 de enero de 1915..."

¿Qué tienen que ver aquí los ejidos, ciudadanos representantes? Este artículo es una perogrullada. En materia de ejidos ya sabemos todos que es la ley de 6 de enero de 1915 la que resuelve estos casos. ¿A qué traernos aquí este artículo tan fuera de lugar? Tal parece que esta obra fuera exclusiva de Soto y Gama y no de compañeros que tienen el cerebro tan equilibrado como Siurob y otros.

Termino, ciudadanos representantes, exhortados a que rechacéis ese dictamen, no porque no debamos aceptar las divisiones de los latifundios ni porque no queramos el reparto de esas tierras; no, señores; vamos a rechazarlo porque a pesar de la característica primitiva de Díaz Soto y Gama - ahora ya ha ido cambiando, - que venía a esta tribuna y decía: ¡oh, los reaccionarios! ¡oh, los latifundistas! ¡oh, los capitalistas! ¡oh todos los enemigos del pueblo! y quería comérselos crudos, el ciudadano Soto y Gama viene aquí con un proyecto de ley que satisfacería de una manera amplia y absoluta el criterio de reaccionarios, de los latifundistas y de los capitalistas.

Yo os invito seria y formalmente para que como Zaratustra, recojamos este principio revolucionario, hecho cadáver, traído por Soto y Gama envuelto en el sudario que el pueblo ha tejido con sus lágrimas y con su sangre y lo llevemos a la altura de nuestro corazón, porque solamente así habremos cumplido nuestros compromisos para con la patria y para con nuestros comitentes.(Aplausos.)

El C. secretario Castrejón: Habiendo transcurrido la hora reglamentaria, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, consulta a la Asamblea si continúa la discusión. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. No hay mayoría de pie.

El C. presidente, a las 9.38 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las cinco de la tarde.