Legislatura XXIX - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19210520 - Número de Diario 48

(L29A1P1eN048F19210520.xml)Núm. Diario:48

ENCABEZADO

MÉXICO, VIERNES 20 DE MAYO DE 1921

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I. - PERIODO EXTRAORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO II. - NÚMERO 48

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DIA

DE MAYO DE 1921

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Cartera. Se concede licencia a los CC. diputados Uriel Navarro, Manuel E. Miravete y Estanislao Olguín.

3.- Se recoge la votación pendiente acerca del artículo 1o. transitorio, del proyecto de ley sobre el fraccionamiento de latifundios; es rechazado. Usan de la palabra para hechos varios ciudadanos diputados.

4.- Continua la discusión del artículo 3º. del mismo proyecto de ley. Se levanta la sesión

DEBATE

Presidente del C. ZUBARAN JUAN

(Asistencia de 127 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 5.55 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. secretario Saucedo, leyendo:

Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día diez y nueve de mayo de mil novecientos veintiuno. - Período extraordinario.

"Presidencia del C. Pedro A. Chapa.

"En la ciudad de México, a las seis de la tarde del jueves diez y nueve de mayo de mil novecientos veintiuno, se abrió la sesión con asistencia de ciento veintisiete ciudadanos diputados.

"Se aprobó el acta de la sesión celebrada el día anterior y se dio cuenta con los siguientes documentos:

"Comunicaciones de condolencia por el fallecimiento del diputado Atanasio Gutiérrez, que envían la Legislatura de Sinaloa y los Gobiernos de Hidalgo, Querétaro y Sonora.- A su expediente.

"Memorial de numerosos vecinos del pueblo de la Candelaria, Municipio de Tepeaca, Estado de Puebla, en que dan un voto de gracias a esta Cámara por haber aprobado el proyecto de ley de ejidos y piden se hagan gestiones para que también lo apruebe el Senado.- Recibo con agradecimiento, y transcríbase al Senado.

"Solicitud del C. Juan Zárate, a fin de que se le conceda licencia por veinte días, con goce de dietas, a partir del día veintiuno del actual.

"Con dispensa de trámites y sin debate se aprobó.

"El C. Manjarrez contestó alusiones personales y en seguida continúo la discusión del artículo 1o. transitorio del proyecto sobre fraccionamiento de latifundios.

"El C. Rafael Martínez de Escobar, estimando que debía darse por concluído el debate, desistió de continuar el discurso en contra que inició en la sesión anterior. El C. Soto y Gama opinó que debía ampliarse la discusión y con este motivo hizo aclaraciones el referido ciudadano Martínez de Escobar.

"El C. Juan B. Salazar, a quien cedió su turno en la lista de oradores el C. Pedro de Alba, habló en pro.

"Después de que la Presidencia no accedió a una petición del C. Luis Espinosa para ocupar el turno del C. César A. Lara como orador en contra, hizo uso de la palabra en este sentido el C. Luis Castro y López.

"En apoyo del precepto a debate se produjo, por haberle cedido su turno el C. Guillermo Rodríguez, el C. Manrique.

"En contra y en pro, respectivamente, pronunciaron discursos los CC. Moisés Huerta y Pedro de Alba.

"Presidencia del C. Juan Zubaran.

"A nombre de las comisiones habló en pro el C. Díaz Soto y Gama. El orador fue interrumpido por una moción de orden del C. Manrique e interpeló al C. Ramos Pedrueza, quien paso a la tribuna para contestar, siendo interrumpido, a su vez, por mociones de orden de los CC. Prieto Laurens y González y González

"El C. Rafael Martínez de Escobar, inscripto en contra, dirigió una pregunta al C. Ramos Pedrueza, quien contestó; rectificó varios conceptos de este ciudadano y solicitó la lectura de un escrito, que la Secretaría dio a conocer. El C. Soto y Gama hizo una moción de orden por considerar que el C. Martínez de Escobar se salía del punto a debate. Se leyó el artículo 104 del Reglamento a solicitud de los CC. Gandarilla e Israel del Castillo y luego el repetido ciudadano Martínez de Escobar puso fin a su peroración.

Suficientemente discutido el artículo 1o. transitorio y declarado con lugar a votar, se

obtuvieron ochenta votos de la negativa contra cuarenta y dos de la afirmativa.

En consecuencia, no había quorum.

"A las nueve y cuarenta y cinco de la noche se levantó la sesión."

Está a discusión el acta.

El C. Quiroga Juan: Pido la palabra en contra del acta.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Quiroga.

El C. Quiroga: Señores representantes: En la lectura del acta que se ha presentado ahora a vuestra consideración, se da cuenta con un documento en el cual se ha presentado acusación ante esta Representación Nacional de algunas personas entre las que figuraban algunos miembros del Gobierno del Distrito y el ciudadano Filemón Fierro. Este ciudadano hoy, al leer la prensa, encontró su nombre en esa lista y considerando que es una vil calumnia la que le hacen los firmantes de ese documento, ha ido a rogarme que hiciera del conocimiento de esta Representación Nacional que él tiene todos los documentos necesarios para demostrar que desde el día 5 del presente mes se encontraba en cama, y habiéndolo dado de alta el doctor, el lunes hizo un viaje a Veracruz y llegó anoche. Así es que estando en mi poder los documentos de este ciudadano, yo rogaría a la Secretaría se sirviera darles lectura. (Voces: ¡No! ¡No!) Señores, parece que estamos viendo con muy poca seriedad todos los acontecimientos que se están presentando en esta Representación Nacional.

El C. Gandarilla: Moción de orden, señor presidente.

El C. Quiroga: Yo ruego a su señoría que se sirva dar lectura a esos documentos. (Voces: ¡No! ¡No!)

El C. presidente: Tiene la palabra para una moción de orden el ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: En el acta, señor presidente y honorable Asamblea, solamente dice: se pidió la lectura de un documento, no dice en el acta si fue don fulano o don mengano; en consecuencia, las rectificaciones que está haciendo el señor no son al acta que está a discusión.

El C. Quiroga: Precisamente como es un documento calumnioso considero que es necesario se le dé lectura a ese documento y ruego a la Secretaría se sirva hacerlo.

El C. Moreno Jesús Z.: Moción de orden.

El C. secretario Saucedo: Por acuerdo de la Presidencia, se consulta a la Asamblea si permite que se dé lectura al documento. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. No se le da lectura.

El C. Céspedes: Moción de orden.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Céspedes para una moción de orden.

El C. Céspedes: Acaba de violar su señoría, por conducto del señor secretario, de la manera más flagrante el Reglamento de la Cámara pidiendo a la Asamblea que vote sobre un artículo que es claro y terminante y que debe obedecer la Cámara. Ella no puede reformar en ninguna de sus partes el Reglamento porque es una ley, y las leyes les hacen las dos Cámaras; en consecuencia, quiero patentizar a su señoría que ha violado el Reglamento, para que no lo vuelva a hacer. (Risas.)

El C. presidente: La Presidencia se permite manifestar a su señoría que la voluntad de la Asamblea está por encima del Reglamento. (Murmullos.)

El C. secretario Saucedo: Como el ciudadano Quiroga no impugnó propiamente el acta, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada el acta.

- El mismo C. secretario: Se va a dar cuenta con los documentos en cartera: Telegrama procedente de "Puebla, Puebla, 20 de mayo de 1921.

"A la Secretaría Cámara de Diputados.

"Por urgente necesidad me encuentro en ésta. Ratifico voto en pro artículo 1o. transitorio. Protéstole respetos.- Manuel Montes."- A su expediente.

Telegrama procedente de "Guadalajara, Jalisco, el 18 de mayo de 1921.

"Presidente de la Cámara de Diputados, Juan Zubaran.

"La digna actitud de los diputados que virilmente han dicho la verdad en su notable manifiesto al señor presidente de la República nos ha conmovido profundamente, pues en ese memorable documento se dice exactamente lo que la opinión pública piensa y cree. Felicitamos a ese grupo, aplaudimos su patriótica actitud y esperamos que desengañado el señor general Obregón proceda enérgicamente contra sus enemigos, los agitadores que propagan el odio y la anarquía. Patriotas siempre, esperamos con ansia el cambio de política que será la salvación de este pobre México, víctima de tantos malos hijos que medran con su ruina. Sindicato de Agricultores de Jalisco.- A. G. Arce, director.- De enterado con agradecimiento.

(Siseos y aplausos.)

El C. Bojórquez: pido la palabra para suplicar atentamente que sea consignada también la nota del ciudadano presidente de la República, que aparece en la prensa de hoy.

El C. presidente: ¿Qué pide su señoría?

El C. Bojórquez: Pido que se lea la nota de la Presidencia.

El C. presidente: Es nota de la Secretaría Particular de la Presidencia, no de la Presidencia.

El C. secretario Saucedo: A pedimento del ciudadano diputado Bojórquez y aunque esta comunicación no está dirigida a la Cámara, se va a dar lectura a una nota de la Secretaría Particular de la Presidencia de la República, que dice así:

"Entre los telegramas que se han recibido en la Presidencia de la República con motivo del manifiesto de los diputados al primer magistrado de la Unión, sobre los acontecimientos registrados en la Cámara el viernes 13 del actual, se tiene uno que a la letra dice:

"Guadalajara, Jalisco, 18 de mayo de 1921.

"Presidente República. Hoy decimos presidente Congreso Cámara de Diputados lo siguiente:

"La digna actitud de los diputados que virilmente han dicho la verdad en su notable manifiesto al señor presidente de la República nos han conmovido profundamente, pues en ese memorable documento se dice exactamente lo que la opinión pública piensa y cree. Felicitamos a ese grupo, aplaudimos su patriótica actitud y esperamos que desengañado el señor general Obregón proceda enérgicamente contra sus enemigos, los agitadores que propagan el odio y la anarquía. Patriotas siempre, esperamos con ansia el cambio de política que será la salvación de este pobre México, víctima de tantos malos hijos que medran con su ruina. Sindicato de Agricultores de Jalisco.- A. G. Arce, director."- De enterado con agradecimiento.

"Nota de la Secretaría Particular: El Sindicato de Agricultores que subscribe el anterior mensaje es el mismo que se reorganizó para oponerse a las leyes de reparto de tierras.

México, a 19 de mayo de 1921.- Torreblanca." (Aplausos.)

H. Asamblea:

"En virtud que tener que salir de esta capital por causa de enfermedad de una persona de mi familia, atentamente suplico a esta H. Asamblea se sirva concederme una licencia por veinte días, mandándose llamar a mi suplente.

"Pido dispensa de todo trámite.

"Protesto a ustedes las seguridades de mi consideración muy distinguida. - México, 20 de mayo de 1921.- Uriel Navarro."

En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites. En igual forma de votación se pregunta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida. Llámese al suplente.

Honorable Cámara de Diputados:

"Manuel E. Miravete, diputado propietario por el 18 distrito electoral del Estado de Veracruz, ante vuestra soberanía ocurro solicitando me sea concedida con dispensa de los trámites reglamentarios, una licencia hasta por veinte días con goce de dietas, para transladarme a la ciudad de San Andrés Tuxtla, en donde asuntos urgentes de familia reclaman mi presencia.

"Protesto a vuestra soberanía mis respetos.

"México, D. F., el 19 de mayo de 1921.- Manuel E. Miravete."

Se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. En igual forma de votación se pregunta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Concedida.

Telegrama procedente de "Calnali, Hidalgo, 19 de mayo de 1921.

"Presidente del Congreso de la Unión.

"Suplico H. Asamblea se sirva, con dispensa trámites, prorrogarme licencia indefinida por continuar quebrantada mi salud. Afectuosamente salúdolo.- El diputado, E. Olguín."

Se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites. En igual forma de votación se consulta si se concede la licencia por tiempo indefinido, en la inteligencia de que el suplente ya está en funciones. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

- El mismo C. secretario: Se procede a la votación del artículo 1o. transitorio.

- El C. secretario Valadez Ramírez Por la afirmativa.

El C. secretario Saucedo: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

El C. secretario Valadez Ramírez: Votaron por la afirmativa 46 ciudadanos diputados.

El C. secretario Saucedo: Votaron por la negativa 98 ciudadanos diputados. (Aplausos.) En consecuencia, ha sido rechazado el artículo 1o. transitorio. (Aplausos.)

El C. secretario Valadez Ramírez: A solicitud del ciudadano Quiroga se va a dar lectura a los siguientes documentos:

"Ciudadano gobernador del Distrito Federal.- Presente. "Filemón Fierro, oficial primero de la Sección de Justicia del gobierno al digno cargo de usted, con el debido respeto expongo: que encontrándome postrado en cama por seria enfermedad, y necesitando según consta en el certificado médico que acompaño, de algunos días para curarme, a usted, ciudadano gobernador, respetuosamente pido se sirva tener a bien concederme licencia por ocho días, con goce de sueldo, para no asistir al desempeño de mis labores del cargo mencionado.

Anticipo a usted mi agradecimientos protestándole mi atenta y respetuosa consideración.

"México, 10 de mayo de 1921.- Filemón Fierro." - Acuerdo: Se concede la licencia en los términos de la solicitud." En seguida un oficio firmado por el oficial mayor en que se comunica al ciudadano Fierro que se le concede la licencia que solicita. Dice así: "Poder Ejecutivo Federal.- Estados Unidos Mexicanos.- México.- Gobierno del Distrito.- Oficina de Personal, mesa de tramitación.- Oficio número 3056.

"Asunto.- Que se le concede licencia con goce de sueldo.

"El ciudadano gobernador ha tenido a bien conceder a usted ocho días de licencia, con goce de sueldo, para estar separado del empleo de oficial primero de la Sección de Justicia del Departamento de Gobernación de este Gobierno, en vista de encontrarse enfermo, como lo ha comprobado debidamente.

"Reitero a usted mi atenta consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, a 12 de mayo de 1921.- El secretario general.- El oficial mayor, Vicente Lombardo Toledano.- Al C. Filemón Fierro, La Fragua 1. D.- Presente."

El C. Quiroga Juan: Señores representantes: El interés que el que habla ha tenido para que se dé lectura a los certificados del ciudadano Filemón Fierro que ha estado enfermo en estos últimos días, es por ese documento que se ha presentado, por una consignación que ha hecho malévolamente un firmante que probablemente es una firma anónima, y precisamente he tenido el interés de que se le dé lectura a estos documentos porque en esta misma forma, señores, hay un gran número de documentos, de esos documentos que dicen que sirve para probar ese memorial que se ha presentado al ciudadano presidente de la República; de ese memorial que ha sido apoyado por 123 firmas de ciudadanos diputados, entre las cuales muchos ciudadanos diputados de esta Representación han firmado, pero lo que han firmado es esto: una presión para los obreros que hicieron irrupción en la Representación Nacional. (Voces: ¡Huy! ¡Huy!) Y para el caso, señores representantes.... (Voces: ¡Huy! ¡Huy! ¡Huy!) No me amedrentan los gritos, compañeros diputados.... (Voces: ¡Huy! ¡Huy!) En consecuencia, ciudadanos diputados, para el caso voy a permitirme interpelar a ciudadanos diputados independientes de esta Representación Nacional, para que se vea que nunca tuvieron la intención de firmar ese documento, ese memorial que se le ha presentado al ciudadano presidente de la República pidiendo la consignación de los hechos, del ciudadano ministro de Hacienda y del ciudadano ministro de Gobernación.... (Campanilla.)

El C. presidente: La Presidencia se permite llamar la atención del orador sobre que pidió la palabra para leer documentos y está haciendo el análisis de este memorándum que se le presentó al señor presidente. (Voces: ¡Claro! ¡Qué hable!) Si gusta hacer el examen del memorial, puede pedir la palabra para ese objeto.

El C. Quiroga: Señores representantes: Al ciudadano presidente de la Representación Nacional le he pedido la palabra para hechos hace tres días y me dijo que no se me podía conceder hasta que terminara la discusión del artículo 1o. y éste es el momento en que tengo que hacer alusión a los hechos que quiero aclarar.

Ciudadanos representantes: Dije antes que me iba a permitir interpelar a ciudadanos diputados muy honorables, independientes de esta Representación, y ruego para el caso, si se encuentra el ciudadano Vicencio.... (Voces: ¡Ya se fue!) Bien, señores, yo ruego al señor diputado Sánchez se sirva decirme con qué intención plantó su firma en ese memorial que tanto escándalo ha dado, si fue con la intención de hacer una acusación calumniosa originada por las pasiones políticas de algunos ciudadanos diputados que están viendo en estos momentos comercialmente la vida política como diputados. (Siseos.)

El C. Sánchez: Con permiso de la Presidencia voy a contestar la interpelación que se me hace por el diputado Quiroga. Subscribí el memorial que se elevó a la Presidencia de la República en virtud de la irrupción salvaje que hicieron aquí gentes que serían o no serían operarios, no lo sé En cuanto a la acusación del señor ministro o ministros, yo no tengo datos para asegurar que hayan ejecutado los actos que en el memorial se dice, pero puse mi firma en señal de protesta a sabiendas.

El C. Gandarilla: A sabiendas, óigalo bien, compañero.

El C. Quiroga: Ciudadanos representantes: El ciudadano diputado Rodríguez ha dicho que.... (Voces: ¡Sánchez!) ha firmado ese memorial a sabiendas, pero parece que se desdecía de haber puesto su firma.... (Voces: ¡Ah!) Sin embargo, señores, voy a hablarles de una persona que muy seguido toma la palabra en esta Representación Nacional y que ha venido a decir a esta tribuna que él, habiendo sido firmante de la moción, de la adhesión al ciudadano ministro de Industria y comercio cuando se trataba de la libertad del trabajo, dijo que esa forma en que habían procedido algunos ciudadanos representantes no debía haber sido. Apelo a la honorabilidad del señor Martínez de Escobar para que me conteste.

El C. Martínez de Escobar Rafael: No he entendido, compañero.

El C. Quiroga: Ciudadano Martínez de Escobar: En esta Representación hemos escuchado en otra ocasión que siendo usted uno de los firmantes de aquellas firmas.... (Risas. Voces: ¡Ah! ¡Ah!) que hicieron con intención de apoyar al ciudadano ministro de Industria y Comercio, había dicho usted que no debían haberse hecho esas firmas....

El C. Martínez de Escobar Rafael: Compañero, de veras no he comprendido.

El C. Quiroga: Ciudadano Martínez de Escobar: Usted ha dicho en esta tribuna que ese voto de confianza que dieron al ciudadano ministro de Industria en otros tiempos algunos ciudadanos diputados, apoyando aquellas declaraciones que hizo, de que debían.... (Voces: ¡Huy! ¡Huy!)

- E. C. Martínez de Escobar Rafael, interrumpiendo: Bueno, mire, yo, con la absoluta sinceridad con que siempre procedo, manifiesto esto: Yo creo que Zubaran, como ministro, hizo perfectamente bien - dentro del criterio de ministro - en sostener ese artículo 4o. constitucional. Ahora yo, personalmente, no soy partidario de la libertad del trabajo en esa forma.

El C. Quiroga, continuando: Muchas gracias, compañero Martínez de Escobar, pero decía yo, compañero Martínez de Escobar.... (Voces: ¡A la Ley! ¡A la Ley!) decía yo, compañero Martínez de Escobar, que usted firmó ese voto de confianza, ¿no es cierto?

El C. Martínez de Escobar Rafael: Sí, señor.

El C. Quiroga, continuando: Pues precisamente, señores, un gran número de miembros del Partido Liberal Constitucionalista en esta forma últimamente han estado haciendo una labor de presión, una labor perjudicial a la nación, una labor de desorden... (Voces: ¡No es cierto!) Y yo vengo a protestar, ciudadanos presidentes.... (Voces: ¡No somos presidentes!) desde esta tribuna por los acontecimientos habidos últimamente.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Sánchez.

El C. Sánchez: Como soy un hombre de

cincuenta y tantos años, soy consciente y he firmado el memorial con toda conciencia, con conocimiento de lo que hice. (Voces: ¡Bravo! Aplausos.) Debo advertir que creo en la honorabilidad de las personas que redactaron el memorial y que las considero honorables y por lo mismo deben tener documentos para probar lo que afirman. (Aplausos.)

- El C. secretario Valadez Ramírez: Continúa la discusión del artículo 3o. de la ley sobre fraccionamiento de latifundios. Dice así:

"Artículo 3o. Se considera como latifundio toda finca rústica que por su extensión, calificada con relación a los factores que se detallan en el artículo siguiente, sea perjudicial a los intereses sociales, bien porque engendre el monopolio de la producción agrícola en la región donde se encuentre ubicada, ya porque contribuya a provocar crisis la carestía o escasez en los artículos alimenticios, o porque dé lugar a un rendimiento notablemente menor, en proporción, que el de las fincas vecinas, u obstruya, por cualquiera otra causa, el desarrollo agrícola del país o el derecho consagrado por el artículo 1o. de esta ley."

Están inscritos en contra del artículo 3o. los ciudadanos Espinosa Luis, Del Castillo Israel, Zapata, Huerta y Von Borstel.

Como se encuentran ni el ciudadano Espinosa Luis ni el ciudadano Del Castillo Israel, ni el ciudadano Zapata, correspondería el uso de la palabra al ciudadano Huerta Moisés, pero ha cedido el uso de la palabra al ciudadano Von Borstel.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Von Borstel.

El C. Von Borstel: Honorable Asamblea: Antes de atacar el artículo 3o. voy a hacer una pequeña aclaración por las palabras vertidas por el respetable compañero señor Quiroga. Yo no pertenezco a ninguno de los bloques de la Cámara: ni al P. L. C. ni al Socialista, pero soy de los firmantes del memorial que se envió al señor presidente de la República, y como el compañero Quiroga manifestó que algunos elementos independientes le había dicho que ellos habían firmado en barbecho, yo vengo a hacer la aclaración, por lo que a mí personalmente toca, que he firmado conscientemente ese memorial (Aplausos.) después de que se le dio lectura por tres veces; lo he firmado por dignidad, por decoro, como representante de un pueblo que siempre ha cuidado de su decoro. (Aplausos.) Hay cosas en la conciencia pública que no necesitan comprobarse plenamente; hay cosas que se sienten, que en la conciencia nacional se encuentran y bajo esa forma me he hecho solidario de todos los puntos del memorial, sin importarme poco ni mucho las consecuencias que en general o en particular pueda acarrear. (Aplausos nutridos.)

Habiéndose definido claramente que esta ley será de aplicación únicamente en el Distrito Federal y Territorios, he creído de mi deber venir a esta tribuna a atacar el artículo 3o., pues yo creo que siendo esta ley únicamente para el Distrito Federal y Territorios, puede definirse de una manera menos vaga y mucho más precisa lo que es un latifundio, máxime cuando el artículo 27, en su base (a), bases que nosotros debemos seguir, porque si estamos reglamentando el artículo 27, es bajo ciertas bases que las tenemos perfectamente bien marcadas. En su fracción (a), dice que la Representación Nacional fijará la extensión máxima de que puede ser poseedor un individuo o sociedad legalmente constituída en el Distrito Federal o Territorios, y en los Estados, por las Legislaturas, se entiende. Si la ley hubiera sido para toda la República, yo creo que nos hubiéramos visto obligados a aceptar el artículo 3o. tal y como lo había propuesto la Comisión, tal vez con ligeras reformas; pero siendo que ahora se ha definido claramente que sólo será de aplicación en los Territorios y Distrito Federal, creo que la Comisión no tendrá ningún inconveniente en reformarlo en una forma clara y precisa. Mi pretensión al pedir esto, es que la Comisión Agraria tenga bases perfectamente claras para hacer las expropiaciones a que dará efecto la presente ley. Yo no quiero que ninguno de los artículos de la ley se presten a capciosas interpretaciones que puedan favorecer a unos y perjudicar a los otros. Yo estoy en perfecto acuerdo en que se deje el artículo 7o. y 8o. que vienen a favorecer a muchas fincas que probablemente constituyen centros de trabajo y riqueza nacional, esos artículos se encuentran enteramente claros, con ligeras reformas; yo creo que los debemos de aprobar, pero no así este artículo 3o. que no define en lo absoluto de una manera clara y terminante lo que significa un latifundio. Lo que expreso, señores, es completamente acertado y favorable a los pequeños agricultores, no a los grandes latifundistas. No, los grandes latifundistas, conforme al artículo 3o., lograrán que sus propiedades sean inatacables y en cambio en contra de los pequeños agricultores se va a desarrollar un escandaloso coyotaje de parte de esos miembros de las comisiones agrarias que son las encargadas de definir lo que es un latifundio. La inmoralidad siempre reinante en la mayoría de los empleados públicos vienen a justificar plenamente mis temores. Se nos ha dicho que los miembros de esas comisiones, o de esa Comisión, van a ser casi santos bajados del cielo; pero eso es muy difícil de hacerlo, es muy difícil de encontrar uno solo que lo crea de buena fe; yo por mí sé decirles que no lo creo. En todo caso, compañeros, suponiendo que esas comisiones fueran completamente morales, de hombres perfectos, inatacables en todo sentido, mejor que mejor, entonces podríamos decir como decía el indito: "Más marrado más seguro." Entre más clara la ley y más terminante, mejor que mejor.

Presidencia del C. AVILÉS URIEL

El C. Siurob, interrumpiendo: ¡Ya lo está!

El C. Von Borstetld, continuando: No, compañero, yo le voy a demostrar que no. Es inconcuso que según el artículo 3o., compañero Siurob, las comisiones agrarias, o la Comisión Nacional Agraria, son las que tienen que definir lo que es un latifundio, y la vaguedad de este artículo se

presta para que se esgrima como un arma terrible en perjuicio precisamente de los que queremos beneficiar: los pequeños agricultores. Ya hemos dicho que según lo que llevamos aprobado hasta hoy, una propiedad de cincuenta y dos hectáreas puede ser expropiable, y cualquiera que conozca la situación de la agricultura en la Baja California no va a decir que quien posee cincuenta y dos hectáreas de terreno en la Baja California es latifundista; ese es el error. Los latifundistas, compañero, conforme a ese artículo 3o., tiene la puerta abierta para que no se les toque en absoluto sus latifundios; ellos tienen dinero, ellos tienen influencias, ellos tienen todo para cohechar a los miembros de esas comisiones que, ya digo, para mí tengo que deben de ser inmorales como la generalidad, como muchas de las comisiones que se encuentran formadas por latifundistas.... (Voces: ¡Nombres!) Pudiera darlos, compañero; pues bien, compañeros, desgraciadamente yo lo digo por mi distrito. En mi distrito, en la Comisión Local Agraria se han colado algunos de los que tienen más terrenos, de los que han sido propiamente latifundistas y reaccionarios en grado sumo.

El C. Soto y Gama, interrumpiendo: Por interés público hay que dar los nombres.

El C. Von Borstel: Pues entre ellos recuerdo a don Tomás Valarezo, persona que tiene; pudiera nombrar también a otros que son de la misma familia y que también son reaccionarios, compañero. Así es que yo no creo que esas comisiones estén bien capacitadas para definir claramente lo que es latifundio. No, muchos de ellos se encuentran en esos puestos para defenderse precisamente de la expropiación justa que tiene que caer sobre ellos; de modo que yo pido que se defina claramente lo que es latifundio, porque entonces sí no habrá manera de que se eluda esa ley; de lo contrario, los perjudicados serán los mismos a quienes queremos beneficiar, es decir, los pequeños agricultores que apenas ganan lo suficiente para vivir y para educar a sus hijos, y que no tienen el dinero suficiente y para cohechar a los miembros de estas comisiones y para litigar interminablemente. Ya he dicho que el artículo 3o. es perfectamente elástico. Voy a leer una parte de él para que la Asamblea se entere y vea que tengo razón: "Se considera como latifundio toda finca rústica que su extensión, calificada con relación a los factores que se detallan en el artículo siguiente...."

Factores que se prestan para estirarse y encogerse según el criterio de las comisiones agrarias, "....sea perjudicial a los intereses sociales bien porque engendre el monopolio de la producción agrícola en la región donde se encuentre ubicada, ya porque contribuya a provocar crisis de carestía o escasez en los artículos alimenticios, o porque dé lugar a un rendimiento notablemente menor, en proporción, que el de las fincas vecinas,...." Una cosa completamente vaga, una cosa que queda al arbitrio de aquellas personas que yo creo que no van a tener toda la moralidad que fuera de desearse. "....u obstruya por cualquiera otra causa,...." es decir, por la causa que se le dé en gana a los señores latifundistas que forman las comisiones agrarias; "o por cualquiera otra causa", es decir, por querer perjudicar a sus enemigos cuando lo crean necesario; porque con ese artículo, como es natural, sobra manera de perjudicar a sus enemigos y de beneficiar a sus amigos, inclusive ellos mismos. A mi entender, en el artículo 3o. cabe perfectamente el cumplir con las bases (a) y (b), las cuales terminantemente señalan el camino que se debe seguir para reglamentar el artículo 27. El artículo 27 dice así: "Durante el próximo período constitucional, el Congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados, en sus respectivas jurisdicciones, expedirán leyes para llevar a cabo el fraccionamiento de las grandes propiedades, conforme a las bases siguientes:" conforme a las bases siguientes, señores, bases que no nos encontramos nosotros con derecho a violar; que nosotros tenemos que seguir, porque si nosotros queremos reglamentar el artículo 27, porque es bueno, tenemos ciertos límites, está perfectamente definida la manera en que tenemos que reglamentarlo y así ni la Comisión ni la Asamblea se encuentran facultadas para violar esas bases. "a) En cada Estado y Territorio se fijará la extensión máxima de tierra de que puede ser dueño un solo individuo o sociedad legalmente constituída;" Esto viene a aclarar perfectamente bien que los constituyentes sabían o fue la intención de ellos no que el Congreso legislara para toda la República, sino que sabiendo que el Congreso no podía legislar más que para el Distrito Federal y Territorios, se creía perfectamente viable poder fijar la máxima extensión que constituye el latifundio. Ahora dice: "El excedente de la extensión fijada deberá ser fraccionado por el propietario en el plazo que señalen las leyes locales, y las fracciones serán puestas a la venta en las condiciones que aprueben los Gobiernos, de acuerdo con las mismas leyes;" Yo creo que cosa más clara y más contraria al artículo 3o. tal y como lo ha puesto la Comisión no puede haber. La Comisión se ha apartado malamente de las bases que se le fijan terminantemente para la reglamentación del artículo 27, y a la Asamblea corresponde corregir el error de la Comisión si ella no quiere corregirlo. Así pues, yo suplico atentamente a los compañeros de Comisión, que ya que la Asamblea ha acordado que esta ley sólo rija en el Distrito Federal y Territorios, no tengan inconveniente en reformar el artículo en una forma precisa y clara, compañero Siurob, en una forma que no dé lugar a esas inmoralidades que muy pronto se verían. Que no se diga que se han llevado fines torcidos al redactar este artículo, que se ha querido por medio de las comisiones agrarias ejercer presión sobre determinado número de propietarios.

No, esto debe de aclararse definitivamente. ¿Qué objeción van a poner ustedes para no definir claramente lo que es un latifundio en el Distrito Federal y en los Territorios? Si ustedes, si los de las comisiones no están enterados del estado de las tierras, de la falta o abundancia de lluvias, de la manera de riego, etcétera, etcétera, y demás factores necesarios, yo creo que nosotros los representantes de esas entidades con todo gusto suministraremos a ustedes todos los datos que sean necesarios; pero con tal de favorecer precisamente a quienes ustedes dicen que tratan de llevar a su mejoramiento, pero a quienes ustedes van a llevar el coco de esas

comisiones, de esas comisiones que ya repugnan desde ahorita a nuestros comitentes. Por eso hablo yo aquí desde esta tribuna en la forma que lo hago, porque tengo la sanción de mis comitentes, porque ellos mismos quisieran quitarse esos parásitos que no han hecho otra cosa sino estar mamando de las ubres del presupuesto nacional. Voy a decir un pensamiento sincero a este respecto: Yo creo que si en el Presupuesto general de la nación desapareciéramos un treinta y cinco por ciento de los servidores de ella, un poco mejor andaría la cosa pública, y eso es lo que les pasa allá a mis conterráneos, compañero Siurob, que miran que esas comisiones no trabajan, que miran que los encargados de esas comisiones lo hacen con fines únicamente personalistas, y por eso yo creo que la Gran Comisión que se trata de formar ya no es necesaria, puesto que esta ley será únicamente aplicable en el Distrito Federal y Territorios. Sería un gasto por demás; con la actual Comisión Agraria creo que es suficiente. Usted sabe, compañero Siurob, que, conforme al artículo 3o., tal y como lo he dicho, los latifundistas podrían cometer miles de chicanas que únicamente van a dar por resultado el quedarse con sus latifundios tal y como los tienen a la fecha. En cambio, los pequeños agricultores van a verse agobiados por todos esos zánganos que quieren aumentarse de una manera u otra los emolumentos que reciben, y es natural que, conforme a elásticos artículos, tal y como los había redactado la Comisión, o quien sea, para toda la República, hubiera podido interpretarse en una forma que se hubiera hecho con fines políticos, yo no lo creo así. Ahora no habría la disculpa que tendría esa Comisión antes cuanto decía que era muy difícil fijar en toda la República la extensión máxima que puede poseer un individuo. Nosotros debemos reglamentar el artículo 27 porque es una necesidad nacional el reparto de tierras, pero debemos hacerlo lo menos mal que sea posible, no dejar huecos por aquí o por allá para que se eluda verdaderamente el reparto de tierras y sólo llevemos una nueva calamidad sobre las muchas que se ciernen sobre nuestros representados. Yo creo que la Comisión, pensándolo serenamente, no va a tener ningún inconveniente en retirar este artículo, porque de lo contrario pudiéramos creer, es decir, no lo deberíamos de creer, pero pudieran pensar los malpensados que se trataba de no quitar las comisiones agrarias para llevar parientes, amigos o agentes políticos para determinados fines, y yo creo que no es así. Compañero, siendo representante de un Territorio, he votado con vosotros en contra del artículo 1o. porque no he querido que se mancillara esta soberanía de los Estados que ha costado tanta sangre a la República. Nada menos la última revolución fue hecha precisamente a nombre de la soberanía de Sonora. No porque esta ley haya pasado a los Territorios y Distrito Federal, a ejecutarse en ellos, vayáis a ser despegados de la misma y a no fijaros en sus artículos. Yo os encarezco que el mismo empeño que hubiérais tenido si esta ley hubiera sido de aplicación en toda la República, lo tengáis en defensa de los pequeños propietarios del Distrito Federal y de los Territorios. He venido a expresaros mis ideas a este respecto porque estoy obligado a ello, ya que por algo soy representante del Distrito Sur de la Baja California. A vosotros os toca definir si la Comisión ha estado acertada o si son de tomarse en consideración las razones que os he expresado y que tal vez venga a ampliar a esta tribuna en caso necesario.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Manrique.

El C. Manrique: Ciudadanos diputados: Por una ley natural de las humanas pasiones, la excitación que en pasados días nos ha dominado llegó a su acme, llegó a su punto máximo, llegó a su culmen, y ahora, por una reacción natural inevitable, nos hallamos en un ambiente de placidez, de tranquilidad, propio más que para una discusión apasionada, para una discusión plácida y tranquila

. El compañero von Borstel ha iniciado el debate; digo iniciado, porque si es verdad que en pasadas sesiones discutimos ya este artículo 3o., casi lo teníamos olvidado. El ciudadano doctor Pedro de Alba disertó abundantemente sobre la pertinencia de aprobar el artículo 3o. de la propia ley. Al terminar su discurso el compañero Pedro de Alba, hubo quien objetase malignamente, diciendo que en todo se había ocupado, menos en estudiar el artículo 3o. La verdad es que viniendo el discurso de Pedro de Alba como discurso en pro, siguiendo este discurso a uno del contra y habiendo sido este discurso del contra tan débil y tan escaso en argumentos, el compañero Pedro de Alba no estaba lógicamente obligado a detenerse a refutar objeciones que no se habían hecho; pero de su argumento podemos entresacar, sin embargo, como concretamente relativo al debate, esto: subrayó vigorosamente que el no haber definido numéricamente lo que por latifundio debiera entenderse, constituía uno de los más claros y patentes aciertos de la Comisión y aun habló con expresión vital y atingente de lo que llamaba el dinamismo del artículo, lo que constituía su constante y propio "devenir", su propia adaptabilidad a condiciones nuevas, a condiciones propiamente cambiantes. El pensamiento del doctor De Alba, que es el pensamiento de la Comisión, podríamos parafrasearlo diciendo: si legislásemos hoy fijando numéricamente la extensión máxima que debiera ser poseída o que pudiera ser poseída por un solo propietario, a la vuelta de uno, de dos, de cinco o diez años, según la actividad con que se llevase adelante la política agraria del Gobierno, nos encontraríamos ante condiciones muy diferentes, acaso demasiado distintas de aquellas para las cuales había sido expedida esta ley; he ahí la necesidad imperiosa e ingente de perpetuas reformas a la definición numérica del latifundio. Dejar, por lo contrario, la definición de lo que por latifundio debe entenderse a cargo de una Comisión técnica, a cargo de un cuerpo consultivo formado por especialistas en la materia, es seguramente lo más acertado. ¿Por qué? Claro que no podría yo ya argumentar como lo habría hecho antes de discutirse el artículo 1o. transitorio, que la noción de latifundio varía en la extensión del territorio nacional; que el latifundio de Chihuahua no era el latifundio de Jalisco o Guanajuato; claro que ya no puedo argumentar así. Es cierto que ya la esfera dentro de la cual nos hallamos es más restringida; ya no debemos examinar condiciones radicalmente distintas, circunstancias

totalmente opuestas; debe limitarse nuestra observación al Distrito Federal, al Territorio de la Baja California, en sus distintos Norte y Sur, y al Territorio de Quintana Roo; sin embargo, exceptuando esta involuntaria restricción, siempre queda en pie que constituiría un error el fijar numéricamente la definición de latifundio. Efectivamente, es cierto que aunque no fuese sino por el origen, es decir, por el factor etimológico, quiero decir por el origen mismo de la palabra latifundio; es claro que históricamente, genéricamente se entiende por latifundio una gran extensión de terreno; el adjetivo latino latus, lata, latum, lo ancho, lo lato, como decimos en castellano, en el más lato sentido de la palabra, expresa ya la idea de extensión; y la raíz que expresa fundo o fondo en el sentido de propiedad privada. Latifundio es, pues, originariamente una gran propiedad privada: esto es indiscutible.

Ya históricamente se ha recordado por otros oradores a Plinio el Menor, con la frase ya clásica y consagrada de: Latifundia perdidere Italiam. Esto ha determinado que el concepto de latifundio haya, en cierto modo, estereotipádose en algunas conciencias, y ya no hay quien conciba el latifundio sino como extensión enorme de terreno, como una vasta extensión de terreno. Esto es un grave error; debemos arrancarnos, desvincularnos del factor geográfico, del factor topográfico, del factor geométrico, mejor aún, para referirnos al factor económico. Debemos estudiar el latifundio desde el punto de vista de la producción y desde el punto de vista de la distribución de la riqueza; desde el punto de vista, en suma, de la economía política nacional, y así considerado, es claro que un latifundio no será ya solamente una gran extensión de terreno, sino una extensión de terreno tal, que por estar concentrada, por estar acaparada como riqueza en manos de un privilegio, constituye dentro del ambiente, dentro de las circunstancias del medio y del momento, una amenaza para el bienestar de la colectividad. Aceptando este concepto genérico, entonces la noción de latifundio se extendería a muchos otros terrenos, que si sólo nos fijásemos en el concepto de la extensión o en el concepto geométrico, serían los únicos calificados como tales. En consecuencia, un terreno muy rico, enormemente productivo, privilegiadamente situado cerca de centros poblados, cerca de vías de comunicación, cerca del ferrocarril, por ejemplo, de vía ferrocarrilera, cerca de las fronteras, cerca de los puertos, etcétera, etcétera, tendría derecho a ser lógicamente, lógicamente tendría derecho a ser llamado latifundio dentro de este concepto económico, que no geométrico, de latifundio.

La Comisión, pues, ha acertado, en mi concepto, al definir el latifundio, de acuerdo con los factores enumerados posteriormente en el artículo 4o. de la ley. Estos factores son..... Puedo anticipar desde ahora que me opondré en detalle solamente a algunos de los factores enumerados, por lo menos a la enunciación o a la redacción; pero en tesis general estoy de acuerdo con la enumeración de factores, claramente expresada en el artículo 4o. Me permitirá la Asamblea, naturalmente, que lea el artículo 4o., porque he insistido ya en que es erróneo estudiar los artículos aisladamente considerados, desvinculados del cuerpo de la ley; debemos constantemente, si queremos acertar, referirlos a todos aquellos artículos con los cuales están ideológicamente en contacto. El artículo 4o. nos dice que la declaración de latifundio se hará en vista de los siguientes factores:

"I. La calidad de las tierras y sus condiciones de irrigación.

"II. La altura sobre el nivel del mar de la finca de que se trate, con todos los detalles de clima que se deriven de dicha altitud."

Este es uno de los factores que me parece mal enunciado; pero esto es cuestión de detalle.

"III. El régimen meteorológico de la región;

"IV. La ubicación de la finca con relación a los centros de población y a los medios de comunicación con dichos centros;

"V. La abundancia o escasez de brazos y el tipo medio de jornal en la comarca;

"VI. La falta de cultivo en todo o en parte y los procedimientos, primitivos o modernos, empleados para éste, y

"VII. La extensión de la finca, en relación con las demás del Estado o de la región." Ya veis, pues, señores diputados, cómo el factor extensión, el factor geométrico resulta, a la postre, secundario; la extensión sólo se tiene en cuenta en realidad en igualdad de condiciones: de dos terrenos igualmente productivos que se suponen equidistantes de una vía ferrocarrilera, que se suponen equidistantes de un puerto o de un centro de población cualquiera, la ciudad de México, por ejemplo; de estos dos terrenos para los cuales suponemos que los jornales son idénticos, terrenos, en suma, que consideramos colocados en igualdad de condiciones, si observásemos que uno de ellos era más extenso que el otro, sólo entonces tendremos derecho de hacer intervenir el factor geométrico de la extensión. Para una misma región, para idénticas condiciones, el factor extensión será el decisivo. De un fraccionamiento de dos mil hectáreas situado en idénticas condiciones a otro de tres o cuatro mil hectáreas, es indudable que preferiremos al más extenso, al de tres o cuatro mil hectáreas de terreno para el fraccionamiento. Relegaremos al último término, dejaremos al último término la finca menos extensa. He aquí cómo, razonando, el factor geométrico, el factor extensión es, en realidad, secundario; no así el factor económico, la serie de factores que determinan que puede decirse que tal o cual terreno, que tal o cual fundo constituyen un monopolio, un acaparamiento, un obstáculo para el libre desarrollo de la riqueza colectiva. Esto es lo que debemos tener en consideración y, señores diputados, suponed por un momento que la Comisión fijase no arbitrariamente, sino en vista de estudios que quiero suponer detenidos y serios, como extensión máxima en estos momentos, la de 500 hectáreas para el Distrito Federal. Todo terreno que excediese de 500 hectáreas debería ser fraccionado inmediatamente, a medida que se presentasen solicitantes; una vez que hubiesen desaparecido las extensiones superiores a 500 hectáreas, es evidente que nuestro concepto de latifundio no sería ya el mismo que uno o dos años antes; aun habría latifundios, sino que ahora la noción de latifundio que antes sólo era lógicamente atribuible o adjudicable a unas cuantas

vastísimas posesiones, hoy se habría extendido, aplicándose a un número mayor de propiedades menores o menos extensas que las anteriores. Es necesario, entonces, una nueva reacomodación de la ley, o de una nueva readaptación de la ley, de una nueva reforma de la ley. Para evitar una necesidad de reformar constantemente la ley, para no errar fijando arbitrariamente bases que sólo una comisión técnica está capacitada para señalar en cada caso concreto, el caso (a) que difiera del caso (c) o del caso (n), para evitar este escollo, la Comisión ha querido no fijar un límite numérico en la extensión de un latifundio. El ciudadano Von Borstel, creyendo que su argumento es decisivo, invoca un precepto constitucional: en cada Entidad federativa se fijará un máximo. La Comisión ha fijado un máximo, compañero Von Borstel, sino que el máximo lo fija indirectamente; esto es todo; pero ideológicamente, para el espíritu, para la intención de nuestra ley fundamental, el resultado es exactamente el mismo. No es el cuerpo de la ley el que fija arbitrariamente el límite numérico; pero es el instrumento designado claramente por la Comisión de la Cámara, la Comisión Nacional Agraria, la que, en cada caso, en vista de la denuncia, del plano de la región y de todas las circunstancias del medio y del momento, deberá hacer la declaración de latifundio, esto es todo. No se viola la ley porque no se haga, como su señoría quiere, la definición precisa y clara de un límite numérico en el mismo cuerpo de la ley; no se ha hecho otra cosa sino una especie de traslación; la fijación se hace indirectamente, pero la ley fundamental se obedece

El C. Von Borstel, interrumpiendo: Voy a leer las fracciones (a) y (b) del inciso VII del artículo 27 constitucional, para que se vea que marcan otra cosa.

El C. Manrique: Las recuerdo.

- El C. Von Borstel, leyendo:

"a) En cada Estado y territorio se fijará la extensión máxima de tierra de que puede ser dueño un solo individuo o sociedad legalmente constituída;

"b) El excedente de la extensión fijada deberá ser fraccionado por el propietario en el plazo que señalen las leyes locales, y las fracciones serán puestas a la venta en las condiciones que aprueben los gobiernos, de acuerdo con las mismas leyes;"

¿Cuál sería el excedente del latifundio conforme al artículo 3o. de la ley que se discute? ¿Cómo se podría definir el excedente? Creo que conforme a dicho artículo 3o. será expropiable toda la finca.

El C. Manrique, continuando: La interpelación del compañero Von Borstel, dígolo absolutamente sin presunción, no me desconcierta; era claramente previsible. Es claro que la base (b), es decir, la base segunda está ligada o encadenada a la primera; fijada ya la extensión máxima, se supone un objeto: que el excedente pase a manos de otros propietarios. En consecuencia, el no haber yo mencionado la base (b), sino la base (a), nada significa; estoy absolutamente de acuerdo con la manera de pensar del compañero Von Borstel. Sigo creyendo que la Comisión de la Cámara no viola expresamente, como quiere suponer el ciudadano Von Borstel, ni la base (a), ni la base (b) de este párrafo del artículo 27 constitucional. Es evidente que la declaración de latifundio de que una propiedad privada, un finca rústica constituye latifundio, tiene un objeto: el fraccionamiento; en consecuencia, compañero, sea que la declaración se haga desde el cuerpo mismo de la ley con un límite numéricamente arbitrario, o sea que la haga por delegación de esta Cámara, puede decirse una comisión creada exprofeso, digo que esta Comisión haga tal designación funcionando como Comisión técnica y especialista en cada caso concreto, en cada caso particular que se le presente, siempre será respetado el espíritu y la intención de la ley. Es claro que una vez declarado que la propiedad de un Escandón o de un Martínez constituyen un latifundio, esto se hace con una intención, con una finalidad: la de proporcionar a los jefes de familia una parcela, una fracción de 50 hectáreas, por ejemplo, suficientes para constituir el fundo de familia, la propiedad patrimonial en cada caso. Familiarmente, ciudadanos diputados, comenzando yo por declarar lisa y llanamente que creo en la absoluta sinceridad y buena fe del compañero Von Borstel, creo que salvo casos especiales, salvo casos excepcionales, esta debe ser nuestra regla de conducta. ¿A qué venir a suponer, por ejemplo, que la Comisión de la Cámara tiene una dañada intención de presentar su proyecto? ¿a qué venir a suponer, si esto no habría de dar mayor fuerza a mis argumentos, que el compañero Von Borstel viene aquí movido por mezquinos intereses?

El C. Von Borstel, interrumpiendo: Vale más ser pesimista y no optimista.

El C. Manrique: Vale más ser pesimista y no optimista; pues entonces, haría yo bien en creer que el compañero Von Borstel viene aquí movido por mezquinos intereses.

El C. Von Borstel: Dejo a juicio de la Asamblea que decida.

El C. Manrique, continuando: No, compañero, esto no es serio. Vale más ser pesimista.... Pues yo prefiero ser optimista, por honor a usted y por honor al género humano, y sigo creyendo que no lo mueven mezquinos intereses al venir aquí. Bien, ya estábamos abandonando ese tono de placidez de que hablábamos al principio. El compañero Von Borstel señala, es éste uno de sus argumentos que quiere presentar como más serio; señala como una verdadera necesidad la de que se fije un límite numérico para evitar, dice él, que la Comisión Nacional Agraria se convierta en un centro de especulación. El habla familiarmente de un estira y encoge y de otras cosas; pero su tendencia es ésta: señalar el peligro de constituir a un grupo de hombres en árbitros de la aplicación de una ley. Este es el pensamiento fundamental del compañero Von Borstel: si no se fija un límite numérico, si no se deja la resolución de cada caso concreto, la declaración de que una propiedad privada es latifundio, a una Comisión Nacional Agraria, por bien integrada que la supongamos, siempre habremos dejado una puerta para el cohecho, para el soborno, para la corrupción y el lucro; este es el pensamiento y la objeción aparente más seria del compañero Von Borstel. Compañero, lo que prueba demasiado, nada prueba; es tan amplio su argumento que puede aplicarse a toda ley por muy detallada y mínima que

puede su señoría imaginarla. Me bastará recordar aquella anécdota tan conocida de una ordenanza municipal en una vieja ciudad del viejo mundo, pidiendo que por la noche, los habitantes, - tratábase de una ciudad de hombres ariscos, rebeldes, profundamente individualistas - , ordenamiento que exigía que todos los ciudadanos saliesen por la noche a la calle llevando una linterna. ¿Sabéis lo que sucedió? que todos los habitantes, como si se hubiesen puesto de acuerdo, salieron efectivamente con una linterna, pero con una linterna que no daba luz. Al día siguiente, nuevo ordenamiento: de hoy más, saldrán los habitantes de la ciudad por la noche llevando una linterna con una lamparilla. Segunda violación a la ley: salieron con una linterna que llevaba una lamparilla sin aceite. Nuevo ordenamiento: la lamparilla llevará aceite. Ordenamiento final: la lamparilla deberá ir encendida. No dice la anécdota si hallaron los ingeniosos habitantes de aquella ciudad, que pudiera ser cualquiera de las nuestras, un nuevo medio para violar la ley, para violar el ordenamiento, para oponerse a los deseos de la autoridad. La filosofía o como se dice, la moraleja de esta anécdota es ésta: siempre habrá malignos suficientemente ingeniosos para violar la ley; siempre habrá malignos suficientemente ingeniosos para hallar resquicios por donde escapar para lograr la violación de un precepto de la ley. No crea, pues, compañero Von Borstel, que todo habría resuéltose fijando un límite numérico; tengo derecho a afirmar que si la Comisión estuviese integrada por pícaros, por hombres venales, a pesar del claro y expreso ordenamiento, de la clara fijación de un límite numérico, y dado que es a la postre la Comisión Nacional Agraria, o una comisión técnica cualquiera, ustedes designen, porque siempre habrá un instrumento que lleve a la práctica esto, un instrumento del Poder Ejecutivo; la Comisión Nacional Agraria o cualquiera otra comisión, llamadla como queráis, siempre habrá un instrumento, un grupo de hombres encargados de ejecutar la ley, es a la postre al encargada de resolver sobre la aplicación de la ley en cada caso concreto; siempre, como sabe el compañero Von Borstel, se sigue determinada secuela: hay denunciantes; tal propiedad es un latifundio; se forma un voluminoso expediente, se celebra una sesión, se levantan actas, y a la postre es la Comisión Nacional Agraria la que decide dentro de un plazo más o menos largo si la ley es aplicable en el caso que se le presenta. Siempre habrá, pues, compañero, una puerta para el fraude, para el cohecho, para la corrupción, para la violación de la ley. No está ahí el remedio; nuestro problema, compañero, como problema universal, más que problema de leyes es problema de instituciones legales; más que problemas de leyes es problema de instituciones, y más que problema de reformas de las leyes, es problema de reforma de las costumbres. Esto lo sabéis muy bien. Problema de educación; por eso es tan largo y tan doloroso reformar a un pueblo; pero esto dicho sea en abono - yo que he hablado de culpas de esta Asamblea, lo digo en abono de ella - , por eso es que Congresos van y Congresos vienen, y las esperanzas que la nación finca en nosotros, se ven sistemáticamente, fatalmente defraudadas. (Aplausos.) En consecuencia, compañeros, yo hago en estos momentos un llamamiento a vuestra serenidad y el ambiente y el momento me son propicios para ser escuchado. Quiero, en concreto, suguerimos serenamente, que no os dejéis arrastrar por la pasión que ayer nos dominara; que no imaginéis - me refiero naturalmente a la mayoría - , que el haber votado en contra el artículo 1o. transitorio os obliga, ipso facto, por amor propio, por vanidad colectiva, a seguir derrotando esta vez ya sistemáticamente los artículos del proyecto de ley a discusión.

El C. Rivera Cabrera, interrumpiendo: ¿Tan pequeños nos consideráis?

El C. Manrique, continuando: Quiero, pues, porque sé, compañero Rivera Cabrera, lo que son las pasiones colectivas y sé que desaparece en las colectividades, desaparece a veces si la pasión las mueve, la personalidad honrada y justa de cada uno de los componentes para hundirse todos, para mezclarse todos en el torbellino inflamante de las pasiones; por eso, serenamente y dirigiéndome a cada uno de vosotros en lo individual, os exhorto a reflexionar serenamente sobre las consecuencias que tendría la reprobación de este artículo que me parece y sigo creyendo que constituye uno de los aciertos de la Comisión. No os supongo espíritus estrechos de esos que necesitan definiciones numéricas y precisas para satisfacer. El acierto principal de este artículo es eso que se señala como reproche al hablar de su vaguedad. Señores diputados, la ley, las fórmulas son una cosa y la vida es otra; la vida es tan amplia, tan compleja, tan variable que no cabe dentro de fórmulas estrechas. Las clasificaciones son solamente esfuerzos, fórmulas del pensador para explicarse los hechos; pero las clasificaciones no son la vida misma. Querer, pues, explicar la vida por las fórmulas; creer, invirtiendo las cosas y tomando el signo por la cosa significada, que se ha entendido la vida cuando solamente tenemos en la mano una hueca y vana clasificación, una fórmula o una cifra, es un grave error filosófico. Creed, pues, y convenid conmigo en que la Comisión ha acertado al dar a este artículo esa adaptabilidad de que hablaba el compañero Pedro de Alba; esto que se señala como reproche, repito, es cabalmente el mérito principal del artículo 3o. Os exhorto serenamente a que lo aprobemos. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Espinosa Luis.

El C. Espinosa Luis: Señores compañeros: Está en estos momentos la Secretaría de la Cámara sacando la copia de un proyecto de artículo que deseo someter a la consideración de vuestras señorías, y en ese artículo se fija, de manera precisa, la cantidad de hectáreas que constituyen un latifundio en el Distrito Federal y Territorios. Desde luego la Constitución exige que se señale la cantidad de tierra que debe quedarle al dueño de un latifundio, y como habéis visto, en el artículo 3o. de las comisiones se habla de todo, menos de lo que le debe quedar al terrateniente al ser despojado del resto que le corresponde. Naturalmente, si nosotros aprobamos el artículo que se está discutiendo, cometeríamos un error gravísimo. Este artículo está redactado en la forma que se encuentra, porque las comisiones pensaron, en sus sueños de politiquería de grupo, que vosotros habríais de tener la

debilidad de aceptar esta ley con efectos en toda la República. Pero desde el momento en que la entereza (Siseos.) y en que el patriotismo de todos vosotros ha echado por tierra esta ambición desmedida, ha cambiado por completo la forma de la reglamentación del artículo 27 por lo que hace al reparto de tierras. En buena hora, señores representantes, que si se hubiese aprobado que esta ley fuese de efectos en toda la República, quedara el artículo 3o. redactado en esta forma vaga y nebulosa, porque entonces la Comisión Nacional Agraria sería la encargada de interpretar en cada caso qué cosa debería entenderse por latifundio en Chihuahua, en Zacatecas, en Nuevo León, en Jalisco, etcétera, etcétera. Pero no, señores compañeros; el problema ha cambiado por completo de naturaleza; ya no estamos en estos momentos en condiciones de dejarle estas atribuciones absolutas a esa Comisión Nacional Agraria. Yo exhorto de buena fe a los representantes del Distrito Federal y de los Territorios para que, compenetrados de su alto deber, pugnen, como lo hemos hecho nosotros, por que desaparezca este artículo 3o., que ya no está en consonancia con la naturaleza de la ley, y también para que de una buena vez se defina lo que deba entenderse por latifundio en esos lugares. En un error muy grande, señores, dar una ley sobre reglamentación del reparto de tierras y no fijar lo que constituye un latifundio. Precisamente ésta es una de las grandes ventajas que ha ganado la Representación Nacional al rechazar el artículo 1o. transitorio. Ahora sí, compañeros, ya no estamos, como antes, en el caso de no poder fijar lo que era un latifundio; convendréis conmigo, señores, en que era imposible, materialmente imposible, fijar lo que era un latifundio, siendo este proyecto o esta ley de efectos en toda la República; pero, en cambio, ahora se ha simplificado el problema; ya estamos en condiciones de poder decir lo que es un latifundio en el Distrito Federal y en los Territorios federales; se ha simplificado, pues, nuestro trabajo. Es cuestión de un poco de interés en este problema, señores compañeros. Yo quiero que veamos los intereses del Distrito Federal y los de los Territorios como si fuesen los propios de los distritos que representamos; hagamos a un lado nuestros egoísmos y nuestras indiferencias por estos problemas que sí son de una vital importancia; no abandonemos a los compañeros representantes de esos lugares a sus propios esfuerzos; ayudémosles con entusiasmo, como el que pusimos para que fuera rechazado el abominable artículo 1o. transitorio. En su oportunidad tendré el gusto de presentar a vuestra consideración ese proyecto de ley que no es mío, sino que es el mismo de la Ley de División de Tierras del Estado de Zacatecas; es un artículo completo al que no puede ponérsele defecto alguno. Así pues, termino exhortándolos a que en manera alguna aprobéis este proyecto de artículo que nada dice; habla de todo, menos de lo que es un latifundio y mucho menos de la cantidad de tierra que, de acuerdo con la Constitución, debe quedar al dueño de un latifundio. Por las anteriores razones, me permito pediros que rechacéis de plano este artículo 3o., para dejar la puerta franca a un artículo que responda a las necesidades de una buena legislación agraria.

El C. Siurob: Pide la palabra la Comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Después de que vuestro voto ha aprobado que este proyecto de ley no tenga aplicación sino en el Distrito Federal y Territorios, mayor razón existe todavía para aprobar el artículo 3o. tal como está concebido; pero desde luego voy a permitirme manifestar a vuestras señorías, que este artículo no puede estudiarse sino relacionándolo con los artículos en que se fija el máximum de tierra que puede poseer cada individuo. Antes de pasar adelante debo manifestaros, para que no quitéis vuestra atención de esta ley, que no es verdad lo que se ha dicho, de que la ley será inútil en el Distrito Federal y Territorios; os voy a decir la importancia que tiene todavía la discusión de esta ley: por una parte el objeto de esta ley para el Distrito Federal será esencialmente convertir en home stead todas las propiedades rústicas que existen alrededor del Distrito Federal. ¿Y sabéis qué importancia tiene esto? En primer lugar, dar ocupación a una multitud de individuos que existen en el Distrito Federal y que no tienen en qué ocuparse, que no tienen trabajo; en segundo lugar, aumentar los jornales de estos mismos trabajadores, porque habrá mayor demanda de brazos y, por consiguiente, se encarecerán los jornales. En tercer lugar, tiene importancia, por que aumentará la producción alrededor de la capital y, por consiguiente, se abaratarán los artículos de primera necesidad, sobre todo aquellos artículos de primera necesidad que no pueden traerse de fuera, como son legumbres y como son algunos otros de los comestibles que no pueden traerse de fuera porque llegarían en estado de descomposición.

En los Territorios esta ley tiene una grande importancia, porque obliga al Gobierno a abordar directa y francamente el problema de arrebatar a las compañías extranjeras enormes extensiones de territorio que por concesiones otorgadas durante las épocas de los Gobiernos anteriores, poseen; pues con una conducta verdaderamente antipatriótica, esos Gobiernos entregaron en poder de compañías extranjeras y de trusts, grandes cantidades de terrenos nacionales. Tiene importancia esta ley desde el punto de vista de los Territorios, porque asimila las grandes extensiones de tierra que allí posee la nación, las asimila con los latifundios y obliga al Gobierno federal a hacer el fraccionamiento de esos terrenos, favoreciendo la formación de nuevos pueblos en aquellas vastas extensiones áridas, inhabitadas y que están situadas precisamente en las fronteras de nuestro país y, por consiguiente, deben ser núcleos de población esencialmente mexicana, de población esencialmente nuestra, para que pueda servir de barrera en caso de agresión de un país vecino. Sentadas estas bases, que dan importancia muy grande a la ley, aun cuando ésta no rija, según el acuerdo de vuestras señorías, más que para el Distrito Federal y los Territorios, desde luego resulta que la definición de latifundio en lo que concierne al Distrito Federal y Territorios no puede ser más justa; nosotros tenemos que considerar - y me dirijo especialmente al compañero Espinosa - , en lo que se refiere al Distrito Federal - también me refiero al compañero Von Borstel - , como latifundio, toda aquella extensión de

terreno que pase de la que hemos marcado para el home stead......

El C. González y González, interrumpiendo: ¿Cuál es esa extensión?

El C. Siurob, continuando: Aquí está:

Mínimo Máximo

En tierras de riego, de. 10 a 20 hectáreas

En tierras de temporal, 1a. clase, de. 20 " 40 "

En tierras de temporal, 2a. clase, de. 30 " 60 "

En tierras de temporal, 3a. clase, de. 40 " 80 "

El año antepasado, en la XXVII Legislatura, tuve el honor de presentar a la consideración de esta Asamblea, un proyecto de ley en que se fijaba la extensión máxima de tierra en el Distrito Federal y Territorios, y esta extensión máxima se fijó en aquella vez, óiganlo los compañeros Espinosa y Von Borstel, de acuerdo con la cantidad que fijó la Secretaría de Fomento; se fijaron trescientas hectáreas para el Distrito Federal, y entiendo que cinco mil hectáreas para los Territorios. Pues bien; reflexionando, tenemos que confesar forzosamente que en el Distrito Federal los límites del latifundio tienen que variar ampliamente y que, por consiguiente, si nosotros marcáramos al latifundio en el Distrito Federal otro límite que no sea el home stead, tendríamos a cada rato que modificar esta ley, lo cual sería una gran rémora para nosotros, obstruyéndonos nuestros trabajos como Congreso General. Los únicos latifundios del Distrito Federal son tres; estos latifundios, una vez fraccionados, dan lugar a que puedan fraccionarse como latifundios otras propiedades que tienen una extensión mucho menor, y en esa proporción, como decía perfectamente el ciudadano Manrique, los límites del latifundio para el Distrito Federal varían entre extremos tan amplios, que cualquier límite que marcáramos no sería otra cosa que un obstáculo al cumplimiento de la propia ley. Es conveniente para todas las grandes capitales, y así se observa en Francia y en otros países cultos del mundo, que alderredor de las grandes capitales existe siempre muy dividida la propiedad. ¿Por qué? Por la necesidad misma, por leyes económicas se van fraccionando todas las extensiones de tierra que se encuentran al derredor de las grandes capitales, tanto porque es especulativo el fraccionamiento de las tierras en las inmediaciones de los grandes centros poblados, cuanto porque se cultiva mejor, precisamente por estar cerca de los lugares donde se consiguen máquinas, donde se consigue dinero para las refacciones, y por todas estas razones vemos que al derredor de todas las grandes capitales del mundo, se forman siempre zonas de un fraccionamiento muy marcado, muy menudo y muy pequeño.

Ya he señalado la circunstancia de que con estos fraccionamientos se abaratan mucho los artículos de primera necesidad alrededor de las grandes poblaciones. Entre otras cosas, me permito señalar, por ejemplo, desde el punto de vista agrícola, aquí, en el Distrito Federal, que con la existencia aquí de la única Escuela de Agricultura que existe en estos momentos en el país, se convertirían...... (Voces: ¡Son dos! ¡En Juárez hay una!) En Ciudad Juárez, bueno; pues rectifico el dato, son dos, una aquí y otra en Ciudad Juárez; pero de todas maneras los fraccionamientos hechos en el Distrito Federal servirán de ejemplo a los fraccionamientos que se hagan en el resto de la República, porque se efectuarán en las mejores condiciones en que se puedan efectuar los fraccionamientos, es decir, habiendo cerca lugares donde se pueda conseguir dinero para las refacciones, donde se puedan conseguir toda clase de artículos e implementos de agricultura a precios más bajos que en el resto de la República, y habiendo también cerca toda aquella maquinaria que se necesita para la perforación de pozos que produzcan el agua necesaria para la irrigación de estos terrenos, siendo esto un hecho tan cierto, que casi en todas las tierras del Distrito Federal se han perforado pozos y se ha observado que a profundidades diferentes, que varían entre 60, 100 y 150 metros, se encuentran capas de agua en el Valle de México, que proporcionan lo suficiente para la irrigación de todas estas tierras.

El C. González y González, interrumpiendo: Más bajo.

El C. Siurob: Hay una primera capa, compañero, de agua, conozco el asunto perfectamente; hay una primera capa de agua a 40 metros en el Distrito Federal y otra más profunda a 100 metros, y todos estos fraccionistas podrán tener la facilidad de perforar pozos en sus terrenos y, por consiguiente, sea que brotara el agua mediante pozos artesianos o sea que brotara mediante los llamados pozos chinos, donde se extrae el agua por medio de bombas, de todas maneras hay la posibilidad de irrigar la mayor parte de esas parcelas. (Murmullos.) Suplico al compañero Franco, al compañero Alessio Robles, al compañero Castillo y al compañero Soto, tengan la bondad de escucharme. Ahora, hay otra ventaja para el Distrito Federal y Territorios en el fraccionamiento como lo quiere la Comisión, y es que hay muchas tierras salitrosas en el Distrito Federal, que no pueden ser beneficiadas por el poseedor de grandes extensiones y que sí pueden ser beneficiadas por el pequeño fraccionista, porque éste comienza por construir allí su casa y después va lavando poco a poco las tierras, hasta hacerlas producir. He visitado algunos pueblos en los al derredores del Distrito Federal y puedo citar un pueblo que es característico desde este punto de vista, llamado Pantitlán de Juárez, que se encuentra comprendido exactamente dentro de los límites del Distrito Federal, a lo largo de la calzada que conduce a Texcoco; en ese pueblo, formado por habitantes que del Peñón fueron a colonizar aquella zona, todos son indígenas y son peritos ya admirables en la perforación de pozos artesianos; han perforado muchos pozos y han logrado bonificar aquella tierra, lavándola del salitre, teniendo anualmente muy buenas cosechas y viviendo allí, al grado de que el pueblecito ha ido desarrollándose; ya tiene sus autoridades y es un ejemplo típico de lo que puede hacerse con estos pequeños fraccionamientos. Cualquiera de vosotros que quiera conocer ese experimento, puede ir al pueblo de Pantitlán de Juárez y se encontrará con que lo que yo digo es absolutamente cierto.

El C. Manrique, interrumpiendo: ¿Dónde está?

- El C. Siurob: Ya lo dije: a lo largo de la calzada que conduce a Texcoco, como a la tercera parte del camino de aquí a esa población. Ahora bien; si en estas condiciones quieren estos señores que fijemos un límite al latifundio, resulta un solemne disparate, porque en el Distrito Federal no puede haber más límite del latifundio que el home stead que señalamos. (Aplausos.) Ya he expuesto todas estas razones que son capaces de quebrantar hasta la cabeza más dura porque son perfectamente lógicas y ajustadas al modo que se fracciona la propiedad en rededor de las grandes ciudades; y espero que el ciudadano Espinosa en esta ocasión tendrá en cuenta esto. Realmente para el Distrito Federal no debe ponerse más límite para el latifundio que el que ponemos, que es el home stead. Ahora, en lo referente a los Territorios, siendo la gran mayoría terrenos nacionales y como nosotros obligamos por medio de esta ley al Gobierno, como el primer latifundista, y digo como el primer latifundista, no porque le saque provecho a esos latifundios, porque precisamente pasa todo lo contrario; el Gobierno es quien menos se aprovecha de sus propias propiedades, y si no dígame si no es verdad el compañero von Borstel.

- El C. von Borstel: Pido la palabra para contestar. Compañero Siurob: en la Baja California propiamente no existe el problema agrario; en la Baja California existen... aun cuando se ría usted, señor Soto y Gama; yo conozco un poco mejor que usted las condiciones de la Baja California. En la Baja California existen 4 ó 5 grandes latifundios que pueden ser fraccionados por el Gobierno sin esta ley, compañero Siurob, porque, conforme a esta ley, el Gobierno va a verse obligado a adquirir a dos pesos la hectárea, y no hay quien se la pague a 25 centavos en la Baja California; por tanto, no existe el problema agrario en la Baja California. Las famosas comisiones agrarias, para decir que están devengando sus sueldos, van a tener que crear el problema agrario, hostilizando a los pequeños agricultores que apenas cultivan 60 ó 70 hectáreas para medio mantenerse. Esa es la verdad de las cosas y esto es lo que yo trato de evitar; yo trato de beneficiar verdaderamente a mi Distrito y no de perjudicarlo; conozco sus necesidades, conozco su estado verdaderamente.

- El C. Siurob: Ved aquí cómo argumenta el compañero von Borstel y a ejemplo del compañero von Borstel muchos diputados, muchos diputados de sus respectivos Estados. Todos dicen: en mi Estado no hay problema agrario, se oye aquí a muchos representantes; ya me han dicho al oído esto: en mi Estado no hay problema agrario, ¿Cómo no va a haber problema agrario en la Baja California, si su propia señoría está confesando que no hay más que cuatro latifundios? (Aplausos.)

- El C. von Borstel, interrumpiendo: Señor Siurob, ¿me permite contestarle?

- El C. Siurob: Ya lo interpelé a usted, ahora concédame usted hablar a mí.

- El C. von Borstel: ¿Por qué no me permite usted que le conteste?

- El C. Siurob: Porque no lo interpelo.

- El C. von Borstel: Pero me hace usted una imputación que tengo que contestar, y por caballerosidad debe permitírmelo. (Murmullos. Siseos.)

- El C. Siurob: A mí, como Comisión, me podrá usted interpelar y le contestaré. En estos momentos que estoy hablando le ruego que no me interrumpa. (Voces: ¡Orden! ¡Orden!)

- El C. von Borstel: Pido la palabra para hacer una aclaración. (Siseos. Voces: ¡Cállate!) Para interpelar a la Comisión.

- El C. Siurob: No lo toleraré.

- El C. von Borstel: Si es una interpretación a la Comisión. (Siseos.)

- El C. Siurob: Tampoco: así que termine.

- El C. von Borstel: Entonces ustedes son absolutos y no contestan ni como caballeros ni como Comisión. (Siseos. Desorden. Campanilla.)

- El C. Siurob: Pues bien, compañeros, hay una Constitución de la República que dice que el problema agrario consiste en fraccionar los latifundios en todo el territorio, de una enorme extensión, como es la del Territorio de la Baja California, en donde no hay más que cuatro latifundios que, conforme a la Constitución, deben fraccionarse y, sin embargo, el representante de aquel lugar dice que no hay problema agrario.

- El C. von Borstel, interrumpiendo: El Gobierno puede regalar esas tierras.

- El C. Siurob, continuando: El Gobierno no debe regalar nada por la sencilla razón de que si regala el Gobierno tierras a unos ciudadanos, los otros van a decir: ¿por qué a nosotros no se nos regalan tierras? y tendrían perfecto derecho: sería una injusticia que el Gobierno regalara en determinados lugares tierras a los ciudadanos, y que en otro lugar las negara...

- El C. Gandarilla, interrumpiendo: ¿Y Canutillo?

- El C. Siurob, continuando: Canutillo fue un error del Gobierno provisional... (Voces: ¡Una necesidad!) Bueno, una necesidad o como ustedes quieran llamarlo; eso lo juzgará la historia. Ahora bien; el compañero von Borstel dice que deben regalarse los terrenos, y yo desde este momento combato la idea. Lo que he dicho con referencia al Territorio de la Baja California, es que el Gobierno debe afrontar inmediatamente la recuperación de esos terrenos de una manera decidida y patriótica, de una sola vez, porque ya no es tiempo de dejar esas enormes extensiones de tierra en poder de extranjeros que especularon con los gobiernos pasados. (Aplausos.) Ya ve su señoría cómo en defensa del Territorio de la Baja California soy más papista que el papa, es decir, soy más californiano que el diputado von Borstel...

- El C. von Borstel, interrumpiendo: ¡Una interpelación!

- El C. Siurob: Al terminar. Ahora bien; ¿cómo podrá hacer el Gobierno esto? El Gobierno sabrá. La Representación Nacional dice al Ejecutivo de la Unión: "Tu obligación es fraccionar estos latifundios; los procedimientos que empleéis quedan a tu consideración y nosotros debemos colaborar contigo para conseguir este fin". ¡Causa vergüenza, señores; causa... bueno, se aprende a odiar más al Gobierno del general Díaz, a los gobiernos pasados, cuando se contempla el mapa de la Baja California! Yo lo tengo allí en mi pupitre y voy a pedir a ustedes que me permitan traerlo para mostrarlo a esta Representación Nacional para que vean cómo

está el Territorio de la Baja California: son cuatro vastas posesiones de millones de hectáreas.

- El C. von Borstel, interrumpiendo: Compañero Siurob: ¿Usted no quiere que le aclare ese punto? Permítame una aclaración.

- El C. Siurob: Con gusto permito la palabra al compañero para que esté satisfecho.

- El C. von Borstel: Con permiso de la Presidencia. Usted sabe, compañero Siurob, o debería saberlo, ya que se ha dedicado a la cuestión agraria, que esas grandes extensiones de terreno de que usted habla son completamente estériles, están completamente inexplotadas hasta la fecha, y como le decía antes a su señoría, es fácil que si a usted le vendiera el Gobierno a 25 centavos la hectárea, usted no compraría, porque era un mal negocio. Pues bien; esas hectáreas de terreno que por nacionalismo, es cierto, debemos recuperar, dígame usted si conforme al proyecto, si conforme a la reforma que yo indico, quedarían fuera de la expropiación. Es claro que no, es precisamente lo que yo deseo, que se expropien esos grandes latifundios que están en poder de extranjeros, como muy bien dice usted; pero que queden a salvo de intrigas los pequeños agricultores, a los que no hay que perjudicar.

- El C. Siurob: Ahora yo interpelo al compañero von Borstel, a mi vez, para que me diga cuál cree que sea la extensión máxima del latifundio en la Baja California.

- El C. von Borstel: Compañero Siurob: Si la Comisión se pone en el terreno honrado y quiere de verdad definir lo que es un latifundio en la Baja California, nosotros los representantes de los distritos de ese Territorio, así como el de Quintana Roo y los representantes del Distrito Federal, yo creo que no tendríamos inconveniente en tener una reunión con ustedes los de la Comisión para cambiar impresiones y definir claramente lo que es un latifundio. Yo le podría decir a usted: tantas hectáreas; pero deseo darle una opinión más clara y más precisa.

- El C. Siurob, continuando: De aquí se deduce, ciudadanos diputados, otra ilustre moraleja: que los ciudadanos diputados que vienen a discutir la ley agraria no saben ni siquiera cuál será el límite de un latifundio en su propio distrito. (Aplausos.) Y por consiguiente, que malamente se puede venir a discutir que es malo el límite que nosotros hemos trazado, cuando ellos no pueden señalar uno. (Aplausos.)

El C. Alessio Robles, interrumpiendo: ¿Me permite usted contestar su pregunta?

- El C. Siurob: Sí, señor.

- El C. Alessio Robles: A mí me parece que la Comisión...(Campanilla.)

- El C. presidente: No ha pedido usted la palabra.

- El C. Alessio Robles: Con permiso de la Presidencia. Me parece que la Comisión en lo general debe haber tropezado con graves obstáculos para fijar lo que es latifundio, máxime si se atiende a que pretendía que esta ley fuera de observancia general en todo el país. En otro país que no estuviera constantemente sacudido por pasiones políticas, sería de aceptarse íntegramente la definición de latifundio que da la Comisión; pero aquí, con los diferentes cambios, ya hemos visto que en el período preconstitucional únicamente se incautaron las fincas de los latifundistas, no para fraccionarlas ni para que sus productos fueran a dar a las cajas de la Tesorería, sino para que las explotaran verdaderos paniaguados, como sucedió, por ejemplo, con San Nicolás Peralta y con Xico. Por eso creo que es necesario que fijemos los límites del latifundio; conozco un poco el Distrito Federal y conozco bastante la Baja California; creo que en el Distrito Federal, en terreno plano, el límite que se puede conceder a un solo individuo, a un sola sociedad legítimamente constituída, es de cincuenta hectáreas en terreno plano; en terreno de ladera o montaña, cien hectáreas; y en la Baja California en que casi no llueve, que es enteramente árida, donde es muy difícil hacer obras de irrigación, con excepción de la municipalidad de Mexicali que está perfectamente irrigada y que contiene los riquísimos terrenos del Valle Imperial; digo, en toda la Baja California, con excepción de esa municipalidad debe concederse una extensión muy amplia, en atención a las circunstancias que dejo enumeradas. Creo que el límite máximo debe ser de cinco mil hectáreas, lo mismo que en el Territorio de Quintana Roo. En la municipalidad de Mexicali debe ser un límite máximo de cien hectáreas. Creo haber dejado contestada la interpelación del ciudadano Siurob, de las comisiones, como representante del Distrito Federal.

- El C. Siurob: Muy bien, gracias. Yo celebro que el representante del Distrito Federal me haya contestado un poco más que el compañero representante de la Baja California.

- El C. Von Borstel, interrumpiendo: Está usted equivocado, compañero. (Siseos Voces: ¡oh!)

- El C. Siurob: Ha sido una distracción de usted compañero; no se había fijado antes en este punto; lo disculpo plenamente.

- El C. Von Borstel: Yo le dije que le contestaría a usted.... (Siseos.)

- El C. Siurob, continuando: Pero vamos a escuchar, compañero cómo la Comisión tiene razón en todas sus partes por las razones que voy a exponer: cuando yo interpelé sobre ese mismo asunto en la XXVII Legislatura al ciudadano ministro Rouaix, ¿sabéis lo que me contestó? Aquí está porque se incluyó en el proyecto de Ley Agraria que yo presente en aquella época y que fue el que dio origen a la Ley Agraria del Estado de Zacatecas, que si vosotros la examináis es casi igual a este proyecto de ley que yo tuve el honor y la satisfacción de haber discutido junto con algunos de los diputados que la aprobaron allá en aquella Legislatura. Pues bien, entonces el ciudadano Rouaix nos contestó que para el Distrito Federal en terreno plano el máximum era de cien hectáreas y que en terrenos de ladera y de montaña de cuatrocientas hectáreas. Pero esto era en el concepto de que todavía debían existir grandes propiedades en el Distrito Federal; pero lo revolucionario es, lo correcto es que alrededor de una gran ciudad, lo lógico, vamos, lo racional dentro del terreno agrario, dentro del terreno agrícola todavía más, lo racional es que en un lugar donde hay agua en el subsuelo, porque en casi todo el Distrito Federal hay agua en el subsuelo, lo racional es que en el lugar donde hay todos los elementos para el cultivo, se

fraccione la propiedad únicamente como patrimonio de familia. (Aplausos.) Ahora vamos a ver en lo que se refiere a la Baja California. Dice el compañero que hay terrenos áridos, que hay terrenos improductivos, no áridos y estériles; el hecho de aquellos terrenos permanezcan áridos en estos momentos, no quiero decir que sean estériles. (Voces: ¡Claro!) Si no se ha experimentado allí, si no se ha hecho nada, si aquello ha quedado bajo el domino de los latifundios. Esto le consta al ciudadano Von Borstel ¿dónde está? (Voces: ¡Salió!) Paso rápidamente desesperado, porque tuve oportunidad de cogerle en un error pequeño. No debe preocuparse el compañero porque todos conocemos que este compañero es honorable, es un compañero irreprochable, el hecho de que yo le haya dicho que está en un error, esto no quiere decir que sea mal compañero, que sea un mal elemento como representante de la Baja California. Ahora bien, ¿no es verdad, compañero Von Borstel, que los latifundistas de la Baja California al tomar posesión de sus tierras expulsaron de ahí a muchos de los habitantes arrancándolos de sus casas y poniéndoles condiciones duras que los obligaron a huir de aquel lugar?

- El C. Von Borstel: No conoce usted la Baja California, compañero; no es cierto eso.

- El C. presidente: Se llama al orden al ciudadano Von Borstel para que en lo sucesivo pida la palabra.

- El C. Von Borstel: ¿Me concede la Presidencia la palabra?

- El C. presidente: Tiene usted la palabra.

- El C. Von Borstel: No creo que haya pasado eso, por lo menos en lo que se refiere a mi Distrito. El compañero Romero podrá decir si en el Distrito Norte ha pasado igual cosa. En la Baja California nos hacen falta vías de comunicación, principalmente necesitamos que se busque el agua para ver si existe, porque sin ella no puede haber agricultura y hay tan grandes extensiones de terrenos que esos regalos que hizo el general Diaz, lo hizo el general Díaz sin desalojar a los habitantes de ningún pueblo; de manera que no está usted bien enterado.

- El C. Siurob: Lamento sinceramente desmentir al compañero Von Borstel, porque la historia del modo como se posesionaron estos individuos de esas vastas extensiones de tierra que les concedió la dictadura, es una historia negra: muchos individuos de la Baja California me lo han relatado a mí personalmente, que dentro de estos latifundios, es natural suponer, señores, que dentro de millones y millones de hectáreas que había en la Baja California, porque son alrededor de siete millones de hectáreas y voy a citar hasta números, de estos millones de hectáreas lo natural es suponer que había algunos habitantes, que había algunos pequeños propietarios y lo natural es suponer, dado el carácter de los latifundistas, que al posesionarse de aquellas extensiones inexploradas establecieron los límites y los comenzaron a extorsionar de una manera decisiva y así en efecto ha sido. La Secretaría de Fomento conserva relaciones de habitantes del Territorio de la Baja California y aun de pequeños poblados, quejándose de que eran expulsados por los latifundistas que se habían posesionado de aquellas regiones y yo me comprometo a traer aquí...

- El C. Vasconcelos, interrumpiendo: ¿Me permite una aclaración el orador? Con permiso de la Presidencia. Yo creo, señores diputados, que debemos de estudiar con más seriedad el problema de la Baja California. Los datos que se han ministrado hasta este momento no creo que sean exactos por lo que se refiere a la Comisión; hay que tener en consideración que esa vasta extensión de tierra, como bien lo ha dicho el ciudadano Von Borstel y yo se lo podría asegurar a la Comisión, porque las conozco, son extensiones que no pueden haber sido ocupadas nunca desde que la Baja California es la Baja California, porque son absolutamente estériles y porque no se tiene ninguna noticia histórica de que en otra época hayan podido ser cultivables y consiguientemente cultivados. Voy a decir al ciudadano Siurob que el problema de la Baja California debe estudiarse con más atención desde el punto de vista internacional y no nacional. El problema de la Baja California y los ataques tan severos dirigidos al Gobierno del general Díaz por las concesiones de vastos terrenos, de tierras dedicadas exclusivamente a fines de colonización, merecieron esos ataques no por otra razón sino por la de que encierra un serio peligro el tener esas explotaciones extranjeras en un lugar tan codiciado como la Baja California, codiciada desde hace mucho tiempo y por varias potencias extranjeras. En estas condiciones, pues, no hay un verdadero problema de disolución de latifundios, porque de nada absolutamente nos podrá servir la disolución de latifundios en la Baja California. Lo sabe esto el ciudadano Von Borstel y lo sabe el ciudadano Vito Alessio que ha pasado por ahí.

El problema de la Baja California es un problema, es un problema de colonización, es un problema que con más o menos acierto se empezaba ya por el Gobierno pasado. La cuestión está en que en vez de dejar a la iniciativa extranjera, la iniciativa del problema de colonización lo tome a pechos el Gobierno nacional. La colonización debe hacerse en debida forma, de acuerdo con los elementos que la ciencia moderna nos dé para lograr dicha colonización. No creo que haya latifundios en la Baja California... (Siseos.) No creo que haya latifundios, porque el concepto que se tiene de latifundios y que acaba de expresar la Comisión, no es exacto. No puede considerarse que haya latifundios en el desierto del Sahara, no creo que sea útil a la humanidad que el desierto del Sahara se divida en quinientos, mil o un millón de lotes, supuesto que es un terreno absolutamente inexplorado e inexplotable. (Aplausos.) Desgraciadamente, señores diputados, ese es exactamente el caso de la Baja California; cualquiera que haya visto, el ciudadano Von Borstel me dará la razón, a unos cuantos kilómetros del puerto de Santa Rosalía existe una pequeña pertenencia agrícola que, según recuerdo, se llama Santa Agueda; los señores diputados advertirán que el problema en la Baja California es enorme, que se necesitan fuerzas titánicas para hacer agrícola la Baja California; con esta consideración, no sé si por iniciativa de la empresa de El Boleo o por iniciativa particular, se pusieron en condiciones de cultivo los terrenos de esa pequeñísima pertenencia,

que es casi un oasis en la Baja California, Santa Agueda. Allí hubo necesidad de echar tierra de cultivo, es decir, acarrear, traerla de muchas millas de lejos y muchas veces hasta por medio de los buques de la compañía de El Boleo, de Sonora y Sinaloa, tierra para poderla echar sobre el desierto que existía allí. Después de esta empresa, que verdaderamente puede calificarse de titánica; empresa que se ha visto amenazada constantemente por los arroyos que vienen a formar el arroyo principal que desemboca en el puerto de Santa Rosalía y que se llama, si mal no recuerdo, también de Santa Rosalía; la labor, pues, ha sido absolutamente titánica, se ha venido a formar una capa de tierra como de dos decímetros y en estos decímetros no se puede cultivar más que hortalizas, pues no ha sido posible cultivar absolutamente ningún cereal, y esa labor constante, esa labor en que se emplea el esfuerzo personal y el capital de quienes han conquistado la pertenencia agrícola de Santa Agueda, que ahora está considerada como un vergel, como un oasis, sin embargo, se ve constantemente amenazada. No recuerdo si fue en el año de 1909 - este dato será rectificado por el ciudadano von Borstel - , voy a decir esto: Es necesario que se sepa que en la Baja California las lluvias vienen de tiempo en tiempo, muy distanciadas, que no hay verdaderamente régimen de lluvias, ni siquiera se puede calcular cada cuánto tiempo podrá venir un aguacero. Pues vino un chaparrón, y ese chaparrón inundó aquellos terrenos y el agua se llevó toda la tierra que servía para los cultivos. Pues bien; en estas condiciones, en que verdaderamente se necesita hacer artificiosamente que la tierra produzca, con esfuerzos enormes, es natural que en la Baja California no haya sino este problema: el problema de hacerla agrícola, si es necesario hacerla agrícola o destinarla para otros fines, si ello es necesario. Es un error sobre todo tratándose de la Baja California, creer que nuestro país es un país agrícola. (Siseos.) Cualquiera que conozca, por los estudios de quienes se han especializado en la materia, la situación de pobreza de las tierras mexicanas, se convencerá de que a pesar de lo mucho que podemos hacer en materia agrícola, México no es un país agrícola. (Siseos.) Y están en un error. No creo que sea un país agrícola aquél en que puede cultivarse una pequeñísima extensión de tierra con relación a una enorme extensión de tierra que contiene el territorio. Yo puedo llamar país agrícola aquel en que el cincuenta por ciento o más de su extensión es cultivable; pero no puedo llamarle agrícola a México, en que la tercera parte del territorio nacional puede cultivarse.

- El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: Eso dice Bulnes.

- El C. Vasconcelos, continuando: Yo no sé si lo haya dicho Bulnes o no, es una opinión mía. Pues bien; si esto se puede decir en general del país, tratándose de la Baja California se puede decir con mayor seguridad. Todos sabemos las extensiones enormes de terreno absolutamente inexploradas e inexplotables agrícolamente desde los límites del Distrito Norte hasta la región del Cabo, por lo que se refiere a la vertiente del Pacífico; todos sabemos la enorme extensión del Valle de Calmalli y todos sabemos también que si otras tierras se han podido poner en cultivo es porque desde la época, desde la existencia de los primeros pobladores de la Baja California, ya se había demostrado que eran cultivables y estos individuos las abandonaron. Creo que el problema de la Baja California debe estudiarse con más cuidado y que la Comisión debe aportar todas sus luces, que las tiene vastas, y creo que debe admitir en cierto modo las indicaciones del compañero von Borstel, que conoce demasiado las condiciones de la Baja California, para no cometer un absurdo, para no querer dividir y fraccionar un latifundio de arena, un latifundio en que la mano del hombre no se puede dedicar absolutamente a ningún cultivo agrícola, porque esto, sobre ser un absurdo en materia técnica, sería un ridículo por lo que se refiere a nuestra legislación en esas regiones inexplotables.

- El C. Siurob, continuando: Acabáis de escuchar, señores diputados; otra vez la misma terquedad; que en el Territorio de la Baja California no hay problema agrícola, a pesar de que toda está formada por cuatro latifundios; es la misma terquedad repetida, pero voy todavía más adelante: ved cómo se contradicen estos buenos señores... (Murmullos. Campanilla.) Por un lado dice el compañero Vasconcelos... (Campanilla.)

- El C. secretario Valadez Ramírez: Habiendo reclamado el quorum el ciudadano Sánchez Pablo H., se va a proceder a pasar lista.

- El C. Siurob: Suplico al señor presidente que a lo menos me deje concluir mi discurso y en seguida se reclame el quorum, a fin que el que quiera irse, pueda hacerlo.

- El C. Sánchez Pablo H.: Conforme al Reglamento, yo reclamo el quorum.

- El C. presidente: Ciudadano Siurob: El Reglamento autoriza al señor Sánchez, que ha reclamado el quorum, para ello. La Presidencia, conforme a ese Reglamento, no tiene más que sujetarse a él.

- El C. Díaz Soto y Gama: Moción de orden. Ya es tiempo de precisar un punto que yo quiero que sea conocido siquiera por los viejos parlamentarios que hay aquí. Es perfectamente sabido que el quorum se necesita para las votaciones, no para las discusiones. (Siseos.) Voy a referir este caso, perfectamente histórico, del Constituyente de 57. En aquella época pasaba algo peor que en ésta. (Siseos.) Un momento. Los jóvenes constituyentes que vinieron a hacer la Constitución se paseaban tanto o más que los actuales diputados. Es enteramente histórico esto. (Siseos.) Es enteramente histórico esto: Siempre, invariablemente siempre, faltaba el quorum y era preciso, (Siseos.) así me lo contó una persona de aquella época. Era preciso que en cada caso los diputados que estaban dentro del recinto fueran invitados en lo confidencial por el presidente para que fueran a sacar al ilustre don Ignacio Ramírez, al ilustre Ponciano Arriaga, o al ilustre Zendejas, de algún lugar de recreo donde estaban esparciendo el ánimo, para que hubiera votación en cada artículo. (Aplausos.) Y si cuando se está discutiendo una ley que lleva ya dos meses, vamos a estar con una maniobra de mala fe, con una maniobra pérfida, con una maniobra que en absoluto olvida los intereses del país y los deberes de los diputados descompletando el quorum, que no se necesita para la discusión, creo que el

País se va a convencer, como se está convenciendo, de que aquí hay un grupo obstruccionista que criminalmente quiere retardar la expedición de esta ley agraria. (Murmullos. Aplausos. Siseos. Campanilla.) Apunto el hecho desde luego a la nación para que sepa qué clase de hombres hay en este Parlamento.

- El C. Siurob: Yo suplico al señor presidente de la Cámara que, a lo menos, permita que suene un poco el timbre que convoca a los señores diputados y que después se pase lista, para tener probabilidades de que haya quorum, de tener quorum, y suplico al señor autor de la moción que la retire. (Murmullos. Campanilla.) Suplico al compañero Sánchez que detenga un poco su moción, mientras se convoca, a ver si es posible que regresen algunos señores diputados y se pueda restablecer el quorum. (Voces: ¡Qué siga la discusión!)

- El C. presidente: Para contestar al ciudadano Soto y Gama, yo quiero que el ciudadano Soto y Gama precise cuál es ese grupo que obstrucciona aquí las discusiones de la Cámara. (Voces: ¡No! ¡No! Murmullos.) Yo no veo a los líderes del Partido Agrarista y no veo tampoco a otros elementos del partido reaccionario......

- El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: No tiene derecho de tomar parte en el debate el ciudadano presidente. Me permito llamar al orden a la Presidencia. (Risas. Murmullos.)

- El C. presidente, continuando: Yo quiero que el ciudadano Soto y Gama precise; mientras que no pruebe que la Presidencia está violando el Reglamento, no tiene razón de ser su moción.

- El C. Espinosa Luis: Moción de orden.

- El C. Gandarilla: Moción de orden, señor presidente.

- El C. Díaz Soto y Gama: Si la Presidencia quiere que se le respete, es preciso que se ajuste al Reglamento.

- El C. Espinosa Luis: Moción de orden, señor presidente. Para una moción de orden. Señores compañeros: Vamos trabajando aun cuando no haya quorum; no veo la razón para que quiera algún compañero que se pase lista; pero si estoy conforme con que se trabaje con el número de diputados presentes, no puedo considerar razonable lo que el ciudadano Soto y Gama nos dice, de que hay aquí individuos que se valen de maniobras para descompletar el quorum; no, señores, esto no es honorable, esto no es serio, en estos momentos, en proporción al número de grupos, se ve que son los agraristas los que no están presentes. (Aplausos.) ¿Dónde está Carrillo? ¿Dónde está Octavio Paz? ¿Dónde está Bojórquez? (Voces: ¡En la cantina!) Así son ustedes de poco sinceros ciudadano Soto y Gama.

- El C. Martínez de Escobar; Oye, Espinosa, están en la cantina.

- El C. Siurob: Tengo la palabra para una moción de orden.

- El C. secretario Valadez Ramírez: Por acuerdo de la Presidencia se va a dar lectura a la parte primera del artículo 63 de la Constitución y al artículo 14 reglamentario; dice así el artículo 63 de la Constitución:

"Las Cámaras no pueden abrir sus sesiones ni ejercer su cargo sin la concurrencia, en la de Senadores, de las dos terceras partes, y en la de Diputados, más de la mitad del número total de sus miembros."...

Artículo 14 reglamentario: " Las Cámaras no pueden abrir sus sesiones ni ejercer su encargo sin la concurrencia, en la de Senadores, de las dos terceras partes, y en la de Diputados, de más de la mitad del número total de sus miembros."...

(Voces: ¡Ya lo sabemos!)

- El C. Siurob: Estimados compañeros: Tengo la palabra para moción de orden, y mi moción de orden consiste en suplicar a mis estimables compañeros que se dejen de politiquerías y que ya no me interrumpan.

- El C. Espinosa Luis: ¡Dígaselo a Soto y Gama!

- El C. Siurob: A todos parejos, a todos, a todos se los suplico. Voy a continuar mi discurso.

- El C. Espinosa Luis: ¡Adelante, Siurob!

- El C. Siurob: Continúo, señores... (Murmullos.) Suplico al señor presidente que se sirva imponer el orden, y a los compañeros Moreno y Martínez de Escobar tengan la bondad de escucharme. Suplico a los compañeros que, dejándose de politiquerías, tengan la bondad de escucharme en mis razonamientos. Decía yo que se encuentran en flagrante contradicción el compañero Vasconcelos... (Siseos. Desorden.) Suplico a los compañeros Soto y Gama y demás, al diputado Chapa, tengan la bondad de no interrumpirme. Decía yo que se encuentran flagrante contradicción el compañero von Borstel y el compañero Vasconcelos; voy a decir por qué. Dice el estimable compañero von Borstel: "lo que se necesita en la Baja California es que se hagan perforaciones;" luego dice el compañero Vasconcelos: "es que aquellas tierras son tan estériles, que tienen que traerse de otra parte para que pueda haber tierras cultivables." Y yo le pregunto al compañero von Borstel: ¿las aguas que se obtengan de las perforaciones para qué sirven? Si el compañero dice que no hay tierras y que no se pueden cultivar, y el otro compañero dice que falta agua para esas tierras, entonces están en contradicción completamente flagrante. (Aplausos.)

- El C. von Borstel, interrumpiendo: Pido la palabra para contestar.

- El C. Siurob: No, señor.

- El C. von Borstel: ¡Ah, entonces usted nada más dice! (Risas.)

- El C. Siurob. continuando: Estoy exponiendo las contradicciones de estos estimables compañeros, y llego a esta conclusión: Si lo que se necesita en la Baja California es un estudio científico de la región; si lo que se necesita es que de esos datos obtenidos científicamente por medio del Gobierno, que es el único interesado y puede preocuparse por hacer esta labor, lo que se necesita en la Baja California y en Quintana Roo, porque son regiones, justo es decirlo, casi inexploradas por los mexicanos del centro de la República, ¿no es verdad?, compañero von Borstel?, resulta de ahí que nadie podrá fijar en estos momentos cuál es el límite del latifundio en la Baja California ni en Quintana Roo y que, por consiguiente, sólo una comisión técnica, como la Comisión Nacional Agraria, con los datos que le proporcione la Secretaría de Fomento, podrá marcar el límite de lo que es latifundio tanto en la Baja California como en Quintana Roo. Ya veis,

pues, que los mismos señores, que los mismos señores que han venido a querer atacar este artículo con datos de la Baja California y con datos de Quintana Roo.... (Murmullos.) Suplico al compañero Chapa y al compañero Soto y Gama que me permitan continuar. Ya veis, compañeros, cómo mi razonamiento es absolutamente justo y absolutamente incontrovertible. Mi razonamiento es éste: en la Baja California existen tierras inexploradas, lo que ha confesado el compañero von Borstel; en la Baja California no se sabe todavía cuáles son las tierras cultivables y cuáles son las tierras que no pueden ser cultivables ¿es esto verdad o no es verdad? Sí es verdad. En la Baja California no existen más que enormes latifundios de quinientas mil hectáreas para arriba; pues bien, de allí se deduce científica y lógicamente que solamente una comisión técnica puede marcar el límite del latifundio, y como eso es lo que pide la Comisión, y como es el home stead, al dejar al arbitrio de la Comisión Nacional Agraria cuál será la extensión, quiere decir que la Comisión está absolutamente dentro de la lógica, dentro de los hechos y dentro de la justicia. Creo haber demostrado, hasta donde mis fuerzas me han permitido, a pesar de las opiniones de los contrincantes y que la Comisión ha estado perfectamente en lo justo, en lo cierto, dentro de la ley, al establecer en el artículo 3o. la definición de latifundios.

Ahora voy a entrar a la parte técnica de la definición misma. Nadie ha objetado la parte técnica de la definición misma, la parte técnica consiste en definir el latifundio, no solamente por lo que dice su propia definición de origen latifundio, ya han dicho la definición, esto es, el fundo ancho, el fundo grande, es una tierra grande, una gran extensión; pero nosotros solamente lo consideramos como lo que constituye lo que se denomina latifundio. El latifundio tiene que estudiarse en relación con la cantidad de población. Tenemos que considerar perfectamente qué relación tiene con los problemas de cultivo, qué relación tiene al constituirse en el monopolio de los artículos de primera necesidad en aquella región, y todas esas cosas las expone la Comisión en el artículo 3o.

- El C. Manrique, interrumpiendo: Artículo 4o.

- El C. Siurob: Artículo 3o. El artículo 3o. dice:

"Se considera como latifundio toda finca rústica que por su extensión, calificada con relación a los factores que se detallan en el artículo siguiente, sea perjudicial a los intereses sociales, bien porque engendre el monopolio de la producción agrícola en la región donde se encuentre ubicada, ya porque contribuya a provocar crisis de carestía o escaces en los artículos alimenticios, o porque dé lugar a un rendimiento notablemente menor, en proporción, que el de las fincas vecinas, u obstruya, por cualquiera otra causa, el desarrollo agrícola del país o el derecho consagrado por el artículo 1o. de esta ley."

La definición de latifundio como ve el estimable compañero Von Borstel y como ven los demás impugnadores, se relaciona directamente en primer lugar con la extensión del terreno, en segundo lugar con el número de pobladores, en tercer lugar con los procedimientos de cultivo, en cuarto lugar con el encarecimiento de los artículos de primera necesidad y el monopolio que se haga de ellos en virtud de la producción en una gran extensión, y en quinto lugar, se relaciona con la producción especial del latifundio, que puede ser inferior a la producción de las fincas vecinas, por lo que esto se puede considerar como indicio de que se cultiva mal la propiedad, es decir, lo que determina el factor latifundio es la injusticia para poseer cuando no se hace el debido uso de aquella propiedad. Este es el fundamento revolucionario, este es el fundamento conforme al derecho moderno de lo que significa latifundio y esto es lo que define perfectamente en este artículo la Comisión, las dos comisiones agrarias unidas, cuando vienen a proponerlo a esta honorable Asamblea. Por tanto, y por habernos encontrado precisamente dentro de los principios del derecho moderno, por haber estado de acuerdo con los hechos, es decir, tales como existen tanto en el Distrito Federal como en los territorios de la Baja California y Quintana Roo y por habernos ajustado en todo a los preceptos legales y a la Constitución misma al proponer a la honorable Asamblea el artículo 3o. transitorio, pido a la honorable Asamblea la aprobación de este artículo.

- El C. Von Borstel: ¿Me permite una interpelación?

- El C. Siurob: Ahora sí con todo gusto.

- El C. Von Borstel: ¿Lo permite la Presidencia? ¿Está usted de acuerdo, compañero Siurob, en que los grandes latifundios de la Baja California por obra de nacionalismo y creo que no lo entenderá usted por otra cosa, porque lo considero suficientemente entendido en cuestiones agrarias, que la nación necesita rescatar esos grandes latifundios? ¿No es así? Pues bien, conforme al artículo 3o. ¿no juzga usted bastante difícil que esos grandes latifundios que debemos tratar de rescatar vuelvan inmediatamente al poder de la nación, puesto que no pueden engendrar monopolio, porque no se siembra nada en ellos, puesto que no pueden constituir ningún perjuicio para la sociedad, porque nadie los solicita, en fin, no cree usted que será muy difícil verdaderamente que conforme a este indefinido artículo 3o. esas grandes compañías busquen la manera de que no se toquen sus propiedades, mientras que fijándose un límite a la propiedad, forzosamente si el Gobierno lo hace así logrará que se distribuyan esos grandes latifundios? (Aplausos.)

- El C. Siurob: Desde luego contesto al estimable compañero que como primeramente se ha dicho aquí, no están explorados todos esos terrenos. Las actuales compañías que los poseen no han hecho nada, absolutamente nada para mejorarlos; es imposible que no puedan mejorar aquellas tierras y que no puedan distribuirlas para que se establezcan fuentes de producción, porque eso equivaldría a declarar que hay tierras en el mundo que son desiertas, que no se puede sacar de ellas ningún provecho. Ahora bien, la proximidad con el país vecino, donde se consiguen elementos de agricultura con mayor facilidad que en otros países, todos esos hechos hacen que esos latifundios deban y necesiten fraccionarse. El hecho de que estén en poder de individuos extranjeros, no obstante de que están comprendidos dentro de los cien kilómetros más acá de nuestra frontera, hace que se esté alterando

el Pacto Federal con la posesión de esas tierras y, por consiguiente, esta ley no hace más que violentar la realización de este asunto; las dificultades que el Gobierno vaya a tener con los extranjeros, el Gobierno sabrá resolverlas con energía y con patriotismo, y aquí es tiempo de recordar las palabras de Ballardo de que nada había imposible para un caballero francés, y aquí hay que decir que nada hay imposible para un caballero mexicano, si es que nos sentimos mexicanos y que este es el momento en que el Gobierno compelido, ya obligado por esta ley, se vea compelido a resolver cuanto antes este problema en bien de la Baja California; sean cuales fueren las consecuencias y sean cuales fueren las dificultades, no vamos a estudiarlas aquí porque la nación no debe tener dificultades cuando trata de ejercitar su propia soberanía. (Aplausos.)

- El C. secretario Zincúnegui Tercero, a las 8.30 p.m.: Por acuerdo de la Presidencia se levanta la sesión y se cita para el lunes a las cinco de la tarde.