Legislatura XXIX - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19210601 - Número de Diario 55

(L29A1P1eN055F19210601.xml)Núm. Diario:55

ENCABEZADO

MÉXICO, MIÉRCOLES 1o DE JUNIO DE 1921

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I.- PERIODO EXTRAORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 55

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA

1o DE JUNIO DE 1921

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Cartera. Se turna a la 1a. Comisión de Gobernación, una proposición suscripta por varios ciudadanos representantes, tendente a que se convoque a elecciones extraordinarias para diputados en los distritos que carecen de ellos. Usan de la palabra para hechos los CC. diputados Altamirano Manlio Fabio y Díaz Soto y Gama.

3.- Se concede permiso a las comisiones Agrarias para retirar el artículo 4o. del Proyecto de Ley para el Fraccionamiento de Latifundios. Se presenta reformado y se aprueba dicho artículo. A discusión el artículo 5o.; se reserva para su votación. Se pone a debate el artículo 6o. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. LARA G. RAFAEL

(Asistencia de 126 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 6.02 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día treinta y uno de mayo de mil novecientos veintiuno.- Período extraordinario.

"Presidencia del C. Uriel Avilés.

"En la ciudad de México, a las seis y cinco de la tarde del martes treinta y uno de mayo de mil novecientos veintiuno, se abrió la sesión con asistencia de ciento cincuenta y un ciudadanos diputados.

"Se aprobó sin debate el acta de la sesión celebrada el día anterior.

"El C. Manuel Ortiz pidió se le informara si el C. José María Sánchez, quien se encontraba presente, estaba disfrutando ya de la licencia que últimamente le fue concedida. El C. José María Sánchez y la Secretaría hicieron aclaraciones y con motivo de que ésta interrogó a aquél sobre el particular, hicieron mociones de orden varios ciudadanos diputados.

"Se procedió a la elección de presidente y vicepresidente para el próximo mes de junio.

"Obtuvieron votos, para presidente, el C. Rafael Lara G., ciento ocho; el C. Pedro de Alba, setenta y dos, y el C. Teodomiro T. Gutiérrez, uno; y para vicepresidentes, el C. Carlos Riva Palacio, ciento catorce; el C. Federico Martínez de Escobar, ciento quince; el C. Agustín B. Vidales, sesenta y cinco el C. Emilio Gandarilla, sesenta y seis; el C. Socorro García, dos, y un voto cada uno de los CC. Leopoldo B. Camarena y Pedro de Alba.

"En vista del resultado anterior, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declaró que, para el próximo mes de junio, es presidente de esta Cámara el C. Rafael Lara G. y vicepresidentes los CC. Carlos Riva Palacio y Federico Martínez de Escobar.

"A las siete de la noche se levantó la sesión, y se citó para las cinco de la tarde del día siguiente."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien desee hacer uso de la palabra? En votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

Telegrama procedente de "Mérida, Yuc., 31 de mayo de 1921.

"Secretarios H. Cámara Diputados.

"Atentamente suplico hagan saber H. Asamblea que mañana embárcome rumbo esa, lamentando cordialmente no haberlo podido hacer antes por falta comunicación marítima.- Respetuosamente.- B. Carrillo P."- De enterado.

"Numerosos vecinos de Cocula, Jalisco, envían un escrito de protesta en contra de las disposiciones agrarias en vigor y piden se retire de la discusión la Ley de Fraccionamiento de Latifundios."- Recibo y a su expediente.

"Los subscriptos, diputados en ejercicio, considerando que es necesario que esté debida y totalmente integrada esta Representación Nacional, nos permitimos, con dispensa de trámite, someter a la

consideración de la Asamblea el siguiente punto resolutivo:

"Convóquese a elecciones para diputados al Congreso de la Unión, a aquellos distritos electorales que no tengan representantes en esta H. Cámara de Diputados.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 30 de mayo de 1921.- Liborio Espinosa y E.- E. Aguirre C.- J. Prieto Laurens.- A. Díaz Soto y Gama."

Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites a esta proposición, con objeto de que pase desde luego a Comisión. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Pasa a la 2a. Comisión de Gobernación.

- El mismo C. prosecretario: Continúa a discusión el artículo 4o. de la Ley de Fraccionamiento de Latifundios. Tiene la palabra en contra el C. Francisco Abarra.

El C. Altamirano Manlio Fabio: Yo pido la palabra, antes, para aclaraciones. (Voces: ¡Tiene derecho!)

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Altamirano: Comienzo por deplorar verdaderamente que no se encuentre dentro de este recinto mi compañero, el diputado Antonio Díaz Soto y Gama. No sé si su ausencia será causada por un motivo intempestivo, o si ella fue con toda intención. Cuando yo leí allá en mis mocedades, en la Escuela Preparatoria de Jalapa, el acto en que Antonio Díaz Soto y Gama, despojándose de toda clase de prejuicios adelantándose casi un siglo a las ideas actuales, tomaba la bandera tricolor, y la estrujaba fuertemente para querer significar con ello algo que quizá mañana tenga que predominar totalmente en los espíritus; cuando yo escuchaba los discursos de Soto y Gama llenos de entusiasmo, que yo creí verdadero entusiasmo revolucionario, todavía creía yo en Soto y Gama; pero después del discurso de ante ayer en que Soto y Gama abdicó de todo su pasado, en que Soto y Gama, que yo creía inconmovible ante las amenazas o ante las acechanzas y ante los peligros de esta nueva etapa revolucionaria, cuando vi a Soto y Gama temblar en esta tribuna ante todo eso, sencillamente creo que Soto y Gama ha dejado de ser el revolucionario de ayer para convertirse en el conservador de hoy. (Aplausos.) Soto y Gama en todos sus discursos, que afortunadamente constan en el DIARIO DE LOS DEBATES, nos decía en pasadas ocasiones para darnos valor a los que aún somos jóvenes dentro de este camino abrupto de peligros y de asechanzas, decía:

"El Partido Liberal Constitucionalista va a echar abajo a los ministros socialistas que la prensa reaccionaria llama bolcheviques; y nosotros los socialistas, que no somos bolcheviques, que somos únicamente socialistas plenos y que tenemos la más intensa, la más honda simpatía por el bolcheviquismo, los que aquí en México tenemos el orgullo de llamarnos socialistas plenos, nosotros sostendremos a muerte, a todo trance, con toda la energía de nuestro pecho y con todo el entusiasmo de nuestro corazón, a tres ministros: A Plutarco Elías Calles, a Adolfo de la Huerta y a Antonio I. Villarreal."

Y después, señores, para confirmar aquellas palabras en que Soto y Gama demuestra toda su simpatía por el movimiento actual social en Rusia que ha logrado conmover a todo el mundo, nos dice, hablando de la labor del presidente de la República:

"...Es una labor de equilibrio necesaria mientras haya estado burgués, labor que sólo cesará -esto lo saben bien el compañero Altamirano y los compañeros socialistas- cuando el estado esté substituido por el otro Estado, el basado en la dictadura de una sola clase, el proletariado."

Pues bien, señores, después de escuchar estas palabras de Soto y Gama, repetidas una y mil veces desde esta tribuna, nos causa....

El C. Castillo Israel del, interrumpiendo: ¡Pavor!

- El C. Altamirano, continuando:....Verdadero pavor (Risas.) pensar en las palabras de Soto y Gama vertidas desde esta misma tribuna en una de las sesiones pasadas. Dice Soto y Gama -oídlo bien, compañero Rodrigo Gómez-: "Las sociedades no aceptarán la substitución de la burguesía actual por el proletariado en la administración de los intereses industriales, mientras no se convenzan de que moral, intelectual y técnicamente es superior el proletariado a la burguesía...."

Sólo cuando se es verdaderamente conservador, compañero Rodrigo Gómez, íntimo del señor Soto y Gama, de quien parece ha tomado, aunque débilmente, la defensa, sólo cuando se es verdaderamente conservador, cuando no siente uno la Revolución o cuando tiene uno ya intereses que defender, cuando tiene compromisos en contra de los intereses generales del proletariado, sólo entonces se habla como ha hablado aquí el compañero Díaz Soto y Gama. (Voces: ¡No! ¡No!) ¿Cuándo, señores, cuándo la burguesía va a confesar que puede ser substituida por el proletariado? ¿Cuándo? ¡Nunca, nunca lo confesará ni lo ha confesado jamás! De manera, señores, que el momento que esperaría Soto y Gama para substituir la dictadura de la burguesía por la dictadura del proletariado, nunca podrá llegar, en concepto de él. Dentro de nuestro actual sistema, señor Rodrigo Gómez, es imposible que el proletariado llegue a poder substituir a la burguesía por esta sencilla razón: La instrucción entre nosotros no es (ojalá lo fuera) como es en la actualidad en Rusia. ¡No, imposible! Aquí la instrucción es privilegio de unos cuantos afortunados, aquí se gastan ciento cuarenta y seis millones de pesos en un ejército y se gastan unos cuantos en la instrucción pública, compañero Rodrigo Gómez. De manera, señores, que con este sistema actual, que con este modo de proceder en la política gubernamental es imposible que yendo por los mismos senderos lleguemos a conseguir que el proletariado pueda substituir a la burguesía y mucho menos, es imposible por todos los siglos, que la burguesía llegare a confesar que el proletariado, su eterno enemigo, pueda estar capacitado para substituirlo en el gobierno. De manera, señores, que sigo, insisto diciendo que el compañero Díaz Soto y Gama ha hablado aquí como hablan en la actualidad todos los enemigos en todas las naciones del proletariado universal. Soto y Gama dice estas palabras que quizá nunca se las lleguen a perdonar los trabajadores de

la República Mexicana: "Todos los trabajadores de la República Mexicana están incapacitados desde todos los puntos de vista para poder recibir al bolchevismo". Yo no necesito muchos argumentos para demostrarle al ciudadano Soto y Gama el sofisma que encierran estas palabras. Desde luego le diré que cuando los americanos salieron del país expulsados por la revolución, cuando se fueron dejando abandonados todos los ferrocarriles y todos los talleres de estos ferrocarriles, le preguntaría yo al ciudadano Soto y Gama quiénes fueron los que substituyeron a esos competentísimos obreros americanos, ¿No fueron los mexicanos? ¿No hemos podido ver cómo los mexicanos han substituido y muchas veces con exceso de competencia a los trabajadores extranjeros? Otro hecho: Ahora que se declaró la guerra europea, que tuvieron que salir del país infinidad de extranjeros que prestaban sus servicios en las fábricas, talleres, haciendas, etcétera, etcétera, fueron únicamente obreros mexicanos los que substituyeron a esos trabajadores extranjeros. De manera que no se nos venga aquí con el sofisma de que el obrero mexicano no pueda recibir en su seno al bolchevismo porque esté incapacitado desde todos los puntos de vista. Que nos diga el compañero Soto y Gama lo que quiera, que nos dé otra razón, que nos diga que ya tiene miedo; que nos diga que tiembla, pero que no nos venga a decir que el proletariado mexicano es incompetente para hacer labor bolchevista dentro de la República Mexicana. Dice Soto y Gama: "Yo admito el bolchevismo en Rusia, en Inglaterra, en Alemania, en Francia, pero no lo admito en México". ¿Por qué? Da la siguiente razón, haciendo esta diferencia: "El proletariado ruso -dice- estaba preparado para recibir la Revolución bolchevista; el proletariado mexicano no lo está". Probablemente el compañero Soto y Gama no se dedica a leer más que obras de agrarismo y descuida todos los demás puntos de vista de la revolución mundial. Yo quisiera que el compañero Soto y Gama leyera los informes rendidos a los gobiernos burgueses de Europa acerca de la labor cultural que han tenido que desarrollar las instituciones bolcheviquis de Rusia para poder contrarrestar la obra nefasta, la obra negra del zarismo, que no permitió ni siquiera que aprendieran a leer los campesinos de Rusia. Ha sido tan vasta la obra cultural de Rusia, que ello sólo nos bastaría para bendecirla. Pues precisamente con esto compruebo lo contrario de lo que dice Soto y Gama: Que no estaban preparados intelectualmente ni de ninguna manera para recibir la revolución. El proletariado ruso era el más sojuzgado, eran verdaderos esclavos, en toda la desnudez de la palabra, aquellos hombres. Y no se nos diga que estos mujiks de Rusia estaban más adelantados que nuestro proletariado mexicano; indiscutiblemente que el proletariado mexicano es muy superior, (Aplausos.) es superior al proletariado ruso. La revolución rusa me extraña que le asuste el al compañero Soto y Gama, me extraña que nos venga a decir que la admite en todo el mundo menos en México. No, señores, esa no es labor de paladines, de revolucionarios, esa es labor de los hombres que ya sienten miedo y que, como decía yo antes, ya tiemblan. (Voces: ¡Es de traidores!) Yo, señores, he querido traer aquí no mi opinión, que nada significa, sino las opiniones de aquellos hombres que nos han servido para instruirnos a los que nos gusta estudiar las cuestiones sociales actuales. Yo quisiera que el compañero Soto y Gama pusiera cuidado a estas cuestiones para que se diera cuenta de la magnitud de sus declaraciones en esta tribuna, para que se diera cuenta de que no debemos nosotros deturpar, no debemos nosotros blasfemar contra le revolución rusa. No, señores, discutirla, muy bien, discutir los principios que ella reclama, perfectamente, pero nosotros, los que estamos en cierto modo dedicados a orientar la opinión de las mayorías de los trabajadores no debemos volver la vista nunca hacia atrás, debemos ir siempre hacia adelante. Rusia no significa nada, como lo quisiera el compañero Soto y Gama, por sus devastaciones, por sus conmociones; no, Rusia significa una nueva filosofía política; Rusia significa una conmoción tremenda en todos los órdenes de la actual vida burguesa. Rusia significa las ideas más progresistas en el orden administrativo, en el orden organizador de las industrias, en el orden industrial, en el orden agrario, en todos las órdenes; Rusia significa una conmoción profunda y significa ir contra todos los prejuicios establecidos y sostenidos en la actualidad por el capitalismo convertido en gobiernos, ya se llamen repúblicas, ya se llamen imperios o ya se llamen reinados. De manera que nuestra labor debe ser la siguiente, señores diputados: No ponerle una muralla, como quiere hacerlo, o como quiere hacer aparecer el Gobierno, a esas ideas. No, debemos estudiar nuestro medio y ver cuáles conforme a nuestro medio, pueden prosperar en la región mexicana; pero nunca oponerles un valladar, porque entonces se obtiene precisamente el resultado contrario; entonces las ideas tendrán que avasallar todo; entonces las ideas, como un torrente, tendrán que arrollar esa muralla y entonces sí vendrá la fase inicial por la que ya paso Rusia, es decir, el movimiento armado en contra de todos aquellos que se oponen al progreso cultural, al progreso económico y al progreso administrativo de Rusia o de cualquier país. De manera que nuestra labor y la labor de los gobernantes no es poner un valladar que algunos creen infranqueable, sino formar un cauce a esas ideas, aunque con ello vayamos a disgustar a los poderosos del Norte. (Murmullos.) Escuche el compañero Soto y Gama algunas ideas -no mías, indiscutiblemente- de Alfredo L. Palacios. Dice así: "Negar que marchamos a la conquista de un nuevo mundo, es negar la evidencia. La revolución que conmueve todos los espíritus, abate las formas arcaicas, transformando la estructura de las sociedades, Rusia, cuyas enseñanzas será menester aprovechar, precipita la marcha con la dictadura del proletariado. Copiar los métodos y los procedimientos seguidos en aquel incomparable laboratorio social, sin que las condiciones sean las mismas, sería torpeza sin perdón, porque condeciría al fracaso, y así lo entienden los proletarios de Europa. Condiciones económicas, históricas y psicológicas distintas, en los distintos pueblos, tradiciones y costumbres diversas, harán que las transformaciones se efectúen, en cada nación, con programas adaptados a sus peculiaridades.

"Será menester, en muchos países, como lo expresan los autores de una Constitución para la

Inglaterra socialista, crear nuevas instituciones, utilizando, a veces, las existentes para nuevos fines, ampliando algunas de ellas y suprimiendo otras. Así se descubrirán las combinaciones necesarias para la socialización de las industrias y de los servicios públicos, asegurando un control democrático natural, sin interrupciones de la vida económica.

"En una comunidad de organización perfeccionada, dicen los autores citados, la democracia, si ha de ser eficaz, debe ser múltiple, para garantizar la expresión de la voluntad general del pueblo en conjunto, y del hombre, como productor, como consumidor y como ciudadano.

"Trabajemos nosotros, en esta querida tierra nuestra, donde sufrimos y amamos, para el advenimiento de esa democracia económica, poniéndonos del lado de los obreros que marchan impulsados por la justicia social."

Ya ve el compañero Soto y Gama que en las naciones latino americanas, que indiscutiblemente no deben estar en un alto grado más adelantadas que nosotros en este orden de cosas, también en las naciones latino americanas se proclama el advenimiento de las ideas bolcheviquis. Indiscutiblemente que estas ideas tendrán que estar adaptadas al medio social en que vivimos, teniendo en cuenta, como dice el autor, todas las circunstancias que un estadista debe tener en cuenta para poder encauzar las ideas. Es mucho, compañero Soto y Gama, pero de esto, de proclamar las ideas grandiosas de Rusia a venir a decir que debemos nosotros de combatir al bolchevismo, que debemos tenerle miedo al bolchevismo, hay gran diferencia en verdad, compañero Soto y Gama. La rusa es sólo una revolución armada como la tuvimos ya, allí está el error y el sofisma que nos quiere hacer pasar el compañero Soto y Gama que cree que el bolchevismo son incendios, devastaciones asesinatos.... (Voces: ¡No! ¡Sí!) Y eso no es cierto, compañero Soto y Gama. Pues sí, ciudadano Soto y Gama, indiscutiblemente que usted no hubiera venido a hablar de la manera tan terminante como habló en contra del bolchevismo de Rusia... (Voces: ¡No habló en contra!) Que escuche el compañero Soto y Gama en un párrafo lo que es la Rusia actual, para que se dé cuenta de que el bolchevismo no es todo lo malo, que no es cierto como nos lo quieren hacer creer las compañías telegráficas y las compañías periodísticas pagadas por el capitalismo, que no son todos aquellos horrores que tanto le asustan al compañero Soto y Gama. No, la revolución rusa es algo más grande, es algo que quizá no ha podido entrar en el cerebro del compañero Soto y Gama, obsesionado por una sola idea, la discusión de la ley agraria:

"Todo ha cambiado ya en el inmenso país moscovita. El régimen, los procedimientos, la sociedad, el alma misma, con parecer inmutable a las transformaciones de las formas gubernamentales de las naciones.

"La revolución rusa ha sido un sueño. Algo que se presentía, pero no podía creerse. El espectáculo que nos sorprendería si una mañana al levantarnos nos halláramos con todas las cosas cambiadas, como en las comedias de magia.

"No faltan buhos que presagian sobre la nueva Rusia males sin cuento. Son los eternos retardatarios. Los asustadizos con el movimiento de la vida. Los que quisieran que el mundo estuviera quieto y sometido por siempre a unos puntales inviolables e irrompibles. Los hombres de ojos en la nuca....

"No pretendemos afirmar que en Rusia no pase nada, que no haya nuevas convulsiones y nuevos movimientos. Ha de haberlos. El espíritu de los pueblos, cuando se remueve, es como la tierra. Pero sí afirmamos que la Rusia teocrática, retrógrada, absurda, no vuelve. Que el zar se fue para siempre. Que Rusia está libertada en suma.

"Y de ello debemos de congratularnos todos los hombres de corazón levantado, de ideas liberales. Con la transformación de Rusia no solamente desaparece un ignominioso baldón de Europa, sino una amenaza terrible. Si el aliento civilizador que ha inflamado la revolución, en vez de tener influencias latinas -los estudiantes gritaban por las calles res pública, así, en latín, hubiérase alimentado en la pseudo civilización germana, Europa hubiera perecido sin remedio. Los Bárbaros del Norte otra vez hubieran bajado hasta nosotros contra el genio inmortal de la humanidad con todo el ímpetu de tanto millón de hombres como Rusia representa.

"Por fortuna no ha sido así. Los grandes escritores rusos, los pensadores, los directores de multitudes, bebieron en las fuentes claras del manantial eterno, y de ahí surgió la orientación definitiva de cambiar de postura.

"De hoy más no temblaremos ante la Rusia de los millones de soldados. Esa Rusia ya no existe. Sus hombres, hechos hombres de verdad, arrojan el fusil al suelo y se disponen a labrar los campos, fomentar las escuelas, poblar los suelos de ferrocarriles, sentir, en suma, todas las palpitaciones de la vida moderna. Ya no es Rusia un peligro, no. Todo lo contrario. Ella con su ejemplo ayudará a la liberación de los demás pueblos. Saludemos a la nueva Rusia todos los hombres libres, con el corazón en alto."

Esto dice el editor de la revista española que se titula "España" y así podría yo, señores, seguirles leyendo testimonios de grandes hombres, de verdaderos talentos, que han comprendido ya la razón de la gran revolución rusa y que sin vacilar se han dedicado, no ha decir al pueblo que debemos desechar las ideas de Rusia, no que debemos temblar ante esas ideas, sino que se han dedicado a defenderlas, a explicarlas, a hacerlas comprender al pueblo trabajador, precisamente, precisamente para no obtener lo que estos señores malamente quieren prevenir, es decir, un cataclismo social en todas las demás naciones. De modo que la conducta de los que en lugar de explicar las ideas, van en contra de ellas, de los que no quieren estudiar lo que existe efectivamente en ese gran crisol que se llama Rusia, y que las detestan y que tiemblan ante estas ideas en lugar de explicarlas al pueblo, estos sí son precisamente los que provocarán el cataclismo social económico en la región mexicana. Nosotros, que se nos titule como se nos titule, que se nos diga soliviantadores, que se nos diga agitadores, que se nos diga disolventes, somos todo efectivamente, no rechazamos el dictado, somos disolventes, somos agitadores, disolventes del actual estado social del mundo - menos del de Rusia- con el cual no estamos conformes ni puede estar conforme ningún hombre que sea verdaderamente sincero y

verdaderamente revolucionario. Ahora no hay más que dos campos: Los de la Tercera Internacional capitalista, que no tiene asiento en ninguna parte del mundo, sino que está formada tácitamente por medio de los gobiernos burgueses que nos rigen, y la Internacional de los Trabajadores con su asiento en Moscow haciendo frente a todo el capitalismo, a todo el militarismo y a todo el clero en terrible contubernio. (Aplausos. Siseos.)

El C. Soto y Gama: Para hechos. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Soto y Gama: Honorable Asamblea: Voy a ser breve, porque no quiero absolutamente apartarme de la cuestión fundamental, de la revolución, del problema que nos ha traído aquí, que no es el problema ruso sino el problema mexicano. (Aplausos.) Por lo mismo, y a reserva de tener el gusto de contestar parte a parte, capítulo a capítulo, fragmento a fragmento, idea a idea, al compañero Manlio Fabio Altamirano, cuando tengamos que tratar sucesivamente con motivo de la Ley del Trabajo los diversos aspectos de la cuestión obrera, a reserva de hacer eso, quiero hacer brevísimas, rápidas y sintéticas apreciaciones. La primera, lo que ha asombrado tanto al país, lo que ha asombrado tanto a la prensa, es algo que yo he venido repitiendo en esta tribuna, no diré que sesión por sesión pero sí ocasión por ocasión. Cuantas veces se ha hablado aquí o he hablado yo del bolchevismo he dicho esto y allí está el DIARIO DE LOS DEBATES. Yo admiro, he admirado y sigo admirando el bolchevismo ruso, pero no quiero, no puedo, no tolero admitir el bolchevismo ruso para México. Allí está el DIARIO DE LOS DEBATES, eso no es una novedad. (Aplausos.) Con esta idea vine del Sur, con esta idea he hablado a la Asamblea y esta idea es la que siempre he sostenido momento a momento y minuto a minuto. No se trata, pues, de ningún cambio de frente. Desde la Casa del Obrero Mundial -puede el compañero Manlio Fabio Altamirano preguntar a todos los compañeros de entonces- yo les sostuve, con Eliseo Reclus, el gran anarquista, que no bastaba gritar desaforadamente: "¡Revolución! ¡Revolución!" para que la revolución social viniese; que esa revolución había que hacerla antes en los espíritus, en los corazones; que esa revolución no se improvisaba con gritos ni teorías; que según Eliseo Reclus, que según Kropotkine, que según Marx y todos los pensadores, no hay que confundir un cuartelazo militar de los obreros, con la revolución social que transforma las instituciones. (Aplausos ruidosos.) Es absurdo creer que algo económico, algo que se basa en leyes fijas, algo que se basa en determinismo, algo que se rige por etapas, pueda transformarse por un solo golpe de fuerza bruta. Decir eso es ignorar en lo absoluto el "abecé" de la historia del proletariado. Le voy a poner un solo caso al compañero Manlio Fabio y al compañero Manjarrez, los más renuentes a admitir en este caso la verdad histórica. La Comuna de París. ¿Me dan ustedes movimiento más espléndido, movimiento más significativo, y al mismo tiempo mayor fracaso? ¿Por qué? ¡Por falta de preparación! Y no me vengan a decir ustedes que los comunistas de París estaban menos preparados que los comunistas mexicanos. Yo sostengo que los comunistas de París estaban infinitamente mejor preparados que nuestros incipientes comunistas y, sin embargo, los comunistas de París en 1871 fracasaron estrepitosamente por falta de preparación. Y yo aquí desde esta tribuna contestaré, con Carlos Marx y con Eliseo Reclus en la mano y con los apóstoles, con los maestros del socialismo a la vista, contestaré a los compañeros sus arrebatos juveniles. Por juveniles los respeto y por juveniles me simpatizan, pero no me puedo inclinar ante éstos, porque tengo edad madura, porque tengo mis ideas maduras y no vengo a improvisar ni a recitar por la tarde lo que se leyó a la ligera por la mañana. (Aplausos.) Toda mi labor de seis años, mi labor intelectual en el Sur, fue de digestión, de asimilación de ideas. Yo, como el compañero Manlio Fabio, como el compañero Manjarrez, tuve ideas indigestas, una formidable indigestión de libros socialistas, de libros leídos de carrera y esa indigestión me la curé en el Sur meditando y asimilando las ideas ajenas para convertirlas en ideas propias. Yo deseo para los compañeros la misma evolución, el mismo progreso mental. El compañero dice que yo me asusto de la revolución rusa; no, compañero, la admiro tanto como usted, quizá más que usted, porque no la admiro en caliente, no la admiro con el corazón vibrante, la admiro a la vez con el corazón y con la cabeza, y para muestra, un botón: Dije en mi discurso la vez pasada del 30 de mayo:

"Yo he tenido ocasión de hablar con un distinguido viajero socialista, y cambiar impresiones con Kropotkine, quiero decir, él cambió impresiones con Lenine y Trotzki, y que venía de Rusia con estas impresiones. Estas fueron, más o menos, sus palabras: El bolchevismo ha triunfado directamente en todos los terrenos; en el terreno de la nueva política, en el terreno de las organizaciones industriales, en el terreno de la organización industrial sovietista. La organización industrial sovietista no será perfectamente un triunfo; pero, sin embargo, no ha tenido grandes diferencias en relación a la organización capitalista. La organización sovietista no es más que el cooperatismo amplísimo; el cooperatismo impuesto por la fuerza, pero no es otra cosa que el cooperatismo. De Lenine hablé como del gran Lenine, de la revolución rusa como de un éxito, sin más escollo que la cuestión de los campesinos, que el atraso de los campesinos. Crea el compañero que no me gana a mí en cuanto a entusiasmos de la revolución rusa, pero como he entendido a Lenine y a Carlos Marx, como Lenine y Carlos Marx hablan de etapas y adaptación al medio, no confundo mi admiración por las ideas rusas con la aplicación de las ideas rusas al pueblo mexicano. Quiero entrar a un punto de enorme trascendencia: ¿Qué ha sido la revolución mexicana, nuestra enorme revolución, nuestra hermosa revolución de diez años? ¿Ha sido la revolución social? No, no y no. La revolución de diez años, que ha entrado después de diez años de luchas enormes a su etapa de consumación, ha sido una revolución, quiéranlo o no los compañeros socialistas o bolcheviques de esta Cámara, ha sido una revolución eminentemente agraria, esencialmente agraria. (Murmullos.) Yo reduzco la fórmula de esa revolución a lo siguiente: revolución

agraria y evolución obrera. ¿Por qué la evolución obrera no se puede convertir todavía en revolución? Por lo que dice Carlos Marx, compañero, porque Carlos Marx dice que para que el régimen capitalista deje de existir y sea substituido por el nuevo régimen, es preciso que el régimen capitalista haya dado de sí todo lo que tenía que dar. Yo no he visto en ninguna parte elogio más concluyente del régimen capitalista en su época y en este momento, que en el manifiesto famoso de Carlos Marx y Engels, que conocen perfectamente todos los socialistas presentes Carlos Marx y Engels -¡Admírense ustedes!- se inclinan ante el esfuerzo, ante el progreso hecho por la iniciativa individual, por el egoísmo, por el interés privado, por el interés capitalista durante la etapa capitalista, y dicen: "Por determinismo económico, por funcionamiento de las leyes económicas, cuando el capitalismo esté gastado, el capitalismo habrá engendrado dentro de su seno la fuerza que debe destruirlo." Y le pondré este solo caso: La ley de concentración de los capitales, ley, por supuesto, puesta en duda, como usted sabe muy bien, por los revisionistas del marxismo, es una ley perfectamente dudosa, pero la pongo como ejemplo. Esa ley fue destruida por Bernstein. Usted sabe, compañero, que hubo un inciso en el marxismo: Hubo el neo - marxismo, que negó la ley de concentración, ley dudosa.

Pues bien, Carlos Marx dice que la ley de concentración consiste en que cuando se hayan concentrado los capitales en pocas manos, será fácil entonces a esas pocas manos convertirlas en una sola mano: El Estado. Pero no sólo dice esto, también dice que, por ejemplo, el hecho de las grandes industrias, de los grandes talleres, en donde muchos hombres por primera vez en la historia, con motivo de la introducción del maquinismo, viven en contacto diario y se dan cuenta de la similitud, de la afinidad de intereses, ese grupo de obreros que antes estaba aislado en talleres, separados, entre en el concepto de la unidad de clase, de la unidad de gremios y puede formar ya el sindicato, el cuerpo con las mismas tendencias de lucha. Esa manera de proceder del capitalismo que dentro de su seno engendra las fuerzas que han de destruirlo demuestra, según Marx, que se necesita agotar la era capitalista para que venga la era siguiente. Hoy veía en un editorial muy discreto de "El Heraldo de México" una aplicación de esta teoría, que como saben todos los compañeros es una de las bases del marxismo; veía yo esto: "No podrá pasarse de ninguna manera del individualismo al cooperativismo mientras el individualismo no haya dado de sí todos sus frutos". Eso sí es marxismo puro; es así que en nuestros días tenemos una industria misérrima, ni hay base de explotación para el futuro colectivismo, luego en nuestro país no ha terminado todavía la clase capitalista. En nuestro país la clase media no ha dado de sí, necesitamos una invasión de capitales extranjeros, necesitamos llegar a la concentración del capital para que esto traiga el advenimiento del socialismo, por lo menos así dice Marx. Podríamos entrar en una serie de desarrollos sobre este hecho. Quiero decir: El marxismo es el determinismo histórico, de manera que sobre esto tendremos que discutir mucho. Mi tesis es ésta: Una revolución económica, una revolución social no se hace con un simple movimiento militar, se hace cambiando las instituciones, y las instituciones sociales, sobre todo en materia económica, no se cambian al capricho. Si el compañero Altamirano en los principios de la época de la esclavitud hubiera sido un luchador que hubiera querido destruir la esclavitud, se hubiera estrellado, no destruye la esclavitud; y si el compañero Altamirano y los más entusiastas compañeros de esta Cámara se hubieran propuesto destruir el feudalismo en el siglo X, se estrellan ante la realidad. El feudalismo sólo pudo destruirse en la época en que quedó destruido, cuando se había completamente agotado su savia, cuando se había corrompido y dejado de corresponder a las necesidades sociales para que fue creado. Exactamente sucede con el salariado: El salariado dejará de existir cuando pueda ser substituido ventajosamente con otro régimen económico. Quiero, para terminar, insistir en la necesidad de no agitar torpemente. Inconvenientes de esa agitación son retardar y obstruccionar la obra de la revolución, de esta revolución que es la que nos interesa. Para que se vea que yo no he dicho ninguna enormidad, voy a leer rápidamente algunos trozos -¡Admírense ustedes!- de un editorial publicado en el periódico "La Lucha", órgano del proletariado, periódico socialista, órgano casi de la Confederación Regional Obrera, escrito este editorial el mismo día treinta de mayo; a la vez que yo pronunciaba mi discurso aparecía este editorial. Van ustedes a ver lo que dice ese artículo a ver si hay alguna discrepancia de esencia entre lo que yo dije y lo que dice el articulista: "Luchadores conscientes: Sería un error imperdonable que por orientar debidamente al proletariado se hiciera una guerra de exterminio que no traería por consecuencia más que una nueva corriente de odios que al fin se traducirían en desolación y miseria". Exactamente lo que yo dije. "El obrero debe empezar a conocer la administración de las industrias para que cuando llegue el momento de manejar sus propios intereses, sepa cuál debe ser su papel como factor de progreso". Aquí entra la labor de verdadera agitación, la labor honrada de agitación, la labor de preparación sabia y buena.

"Es preciso que nuestros compañeros sepan que no debemos destruir las riquezas que hoy están en manos de unos cuantos hombres, sino socializarlas." Porque hasta aquí se han infiltrado con una vaguedad desesperante.

"Dad orientación precisa a esas masas ignaras que, como nave sin dirección, vagan por el mar proceloso de la vida en busca de algo que necesitan pero no saben cómo alcanzarlo. La confusión de conceptos no le permite defenderse de nuestro enemigo común ni siquiera con relativas probabilidades de éxito. Sea preciso, pues, infiltrar en su espíritu con precisión las doctrinas; ponerlas al alcance de su inteligencia; proscribir las frases de relumbrón." Esto es interesantísimo: "Proscribir las frases de relumbrón."

"Debemos infundirle al proletariado que el incendio, el robo y el asesinato, son los recursos del sistema capitalista, puesto que está fundado a base de inmoralidad. La revolución social tendrá

que imponer los principios de confraternidad e igualdad de derechos y deberes, y sólo aquello que se oponga a estos postulados, habrá que destruirlo sin contemplaciones; de otra manera no haremos otra cosas que una estúpida imitación de las guerras cuyos frutos sólo benefician a la clase capitalista." - Aquí viene lo más interesante: "El momento llega".- Y no es cierto, todavía no ha llegado.

"Mientras menos preparados estamos para esperarlo, esas masas incultas por nuestra culpa, en lugar de hacer un movimiento de reivindicación social, serán un factor que contribuya al suicidio de la única revolución en la cual debemos cifrar nuestras esperanzas". Fijaos en la confusión:

"Sería criminal lanzar a las masas ignaras a la destrucción sin demostrarles que la reconstrucción es un deber ineludible". Como yo no quiero el suicidio de la revolución social, por eso quiero que esa revolución sea preparada por medio de una evolución racional. (Aplausos.)

El C. Altamirano: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Siurob: Moción de orden. Pide la palabra la Comisión.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Siurob: Mi moción de orden consiste, señor presidente, en que estando todavía a discusión el artículo 4o. y no habiéndose concluido la discusión de este artículo y habiendo pedido permiso la Comisión a la Asamblea para retirarlo y volverlo a presentar ya reformado en el sentido del criterio de la Asamblea manifestado por conducto de sus oradores y no pudiendo interrumpirse una discusión por ningún motivo y, por consiguiente, debiendo hacer uso de la palabra para aclaraciones y hechos al terminarse el debate, pido a su señoría que vuelva a traer el artículo 4o. a debate y se pida permiso a la Asamblea, en nombre de la Comisión, para retirar el dictamen y que se presente el nuevo artículo ya reformado, porque de otra manera estamos perdiendo el tiempo.

El C. presidente: La Presidencia no tiene inconveniente en acceder a lo que la Comisión pide, pero como es costumbre de la Cámara de Diputados el conceder la palabra para hechos después de la lectura de los documentos en cartera, la Presidencia no ha tenido ningún inconveniente en conceder la palabra para hechos en esta vez; no obstante, si hay algún inconveniente, la Asamblea decidirá.

El C. Altamirano: Cinco minutos, compañeros.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Altamirano.

El C. Altamirano: Cinco minutos, compañero Siurob. ¡Ahora nos viene hablar el compañero Soto y Gama de demagogia y de palabras de relumbrón! La Asamblea entera puede juzgar al compañero Soto y Gama que es el que más hace alarde acá de palabras de relumbrón y de verdadera demagogia. (Murmullos.) ¡Ahora que le venimos a refutar, que le venimos a echar en cara su debilidad en esta tribuna para sostener las ideas que ha proclamado siempre, ahora nos habla a nosotros de demagogia y de palabras de relumbrón! ¡Claro, yo no sé cuántos años tenga el compañero Soto y Gama, (Voces: ¡Cuarenta!) pero creo que a su edad, después de haber luchado diez años en la política y cinco o seis en las montañas del Sur, indiscutiblemente se siente uno cansado; es algo de la propia naturaleza: Es el fatalismo de los organismos vivientes. No me extraña que el compañero Soto y Gama nos venga a decir aquí, a pesar de lo que manifiesta, a pesar de que afirma que sostuvo lo contrario de lo qué yo digo, que detesta los desmanes bolchevistas y que hay que prevenirnos contra los desmanes bolchevistas.

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¿Cuándo?

El C. Altamirano, continuando: En el DIARIO DE LOS DEBATES, compañero. Nos habló aquí de disolución social y nos dijo que había que matar el cáncer del bolchevismo. De manera, señores, que cuando se pronuncian esas palabras es imposible después venir a demostrar lo contrario de lo que aquí se afirmó. Finalmente, son frases tomadas del DIARIO DE LOS DEBATES, de allí las copié, no puedo haberlas inventado. Dice el compañero Soto y Gama: "El proletariado de México no está preparado."

Pues bien, yo le voy a decir a Soto y Gama, sino lo sabe, que aun la misma Universidad Nacional, óigalo el compañero Soto y Gama, ha comprendido la bondad de las ideas de Rusia y la misma Universidad Nacional, según los pasos que yo he podido apreciar, tiende a implantar dentro de nuestro proletariado los adelantos de la educación de Rusia implantados allí por Lunacharsky. Yo quisiera que el compañero Soto y Gama fuera a las sesiones obreras, que no hablara nada más desde esta tribuna y se dedicara de día y de noche a leer y estudiar la Ley Agraria; que fuera a Tampico, a Orizaba, a Aguascalientes, a Coahuila, para que viera que el proletariado mexicano no está tan atrasado como usted dice.

La era capitalista, señores diputados, a que se refiere el compañero Soto y Gama, ha dado de sí todo lo que tiene que dar, y ¿Sabe el compañero Soto y Gama cuáles han sido los hechos que han determinado el fracaso del sistema capitalista? La guerra europea, coronada por esa farsa que se titula la Sociedad de las Naciones. Estos hechos son los que han venido a demostrar palpablemente ante los ojos del proletariado universal el fracaso del sistema capitalista, que el capitalismo ha dado de sí y que se prepara para entrar, no dentro de muchos años como quisiera el compañero Soto y Gama, sino dentro de pocos años, no en México, sino en todo el mundo, el reinado del proletariado. (Aplausos. Siseos.)

El C. Siurob: Moción de orden

El C. Gandarilla: Yo suplico a su señoría que en vista de que se está pasando el tiempo y que ya llevamos un mes por lo menos de que está discutiendo la Ley Agraria, que se pregunte a la Asamblea si permite retirar el artículo.

El C. Cienfuegos y Camus: Para hacer una aclaración respecto de mi término.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cienfuegos y Camus: Como desde el día 30 quedé inscrito para hacer algunas rectificaciones de hechos, pero que tienen conexión directa con el

artículo 4o. que se discute, yo estimo prudente la observación del compañero Siurob y me reservo para su oportunidad, si es que este artículo 4o. vuelve a ponerse al debate.

El C. Siurob: Ya se retiró; se va a presentar el nuevo.

El C. prosecretario Castrejón: La Comisión ha presentado un proyecto para nuevo artículo, pero como para que se le dé lectura y se discuta es preciso que la Asamblea, antes, conceda permiso a la Comisión para que se retire el artículo que ha estado a discusión, se consulta a la Asamblea, en votación económica, si permite a la Comisión retirar el artículo para reformarlo. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. (Voces: ¡Todos! ¡Todos!) Se concede permiso. El nuevo artículo que ha presentado la Comisión es el siguiente:

"H. Asamblea:

"Las comisiones unidas 1a. y 2a. Agrarias, se permiten presentar a vuestra consideración, ya formado en el sentido de la discusión, el artículo 4o. de la Ley Agraria que se discute:

"Artículo 4o. La Comisión Nacional Agraria, con el carácter de cuerpo consultivo que le da la Ley de 6 de enero de 1915, y previa la solicitud respectiva de tierras, será la autoridad facultada para hacer, en cada caso, la declaración de que una finca rústica es latifundio. Esa declaración se hará de acuerdo con el criterio establecido en el artículo anterior y teniendo en cuenta los siguientes factores, a fin de fundar técnicamente su resolución:

"I. La calidad de las tierras y sus condiciones de irrigación;

"II. La altura sobre el nivel del mar, de la finca de que se trate, con todos los detalles de clima que se deriven de dicha altitud;

"III. El régimen meteorológico de la región;

"IV. La ubicación de la finca con relación a los centros de población y a los medios de comunicación con dichos centros;

"V. La abundancia o escasez de brazos y el tipo medio de jornal en la comarca;

"VI. La falta de cultivo en todo o en parte y los procedimientos, primitivos o modernos, empleados para éste, y

"VII. La extensión de la finca, en relación con las demás del Estado o de la región.

"La declaración que en cada caso haga la Comisión Nacional Agraria, será revisada por el Ejecutivo de la Unión, por el conducto constitucional de la Secretaría de Agricultura y Fomento."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F, a 31 de mayo de 1921.- A. Díaz Soto y Gama.- J. Siurob." Está a discusión el artículo presentado por la Comisión.

El C. Manjarrez: Reclamo el trámite, señor presidente. Todo dictamen debe sujetarse a las lecturas que marca el Reglamento. Este artículo reformado es un nuevo dictamen. (Voces: ¡No!) La razón que existe para que se sujeten a diversas lecturas los artículos es la de que puedan los ciudadanos diputados estudiarlos a conciencia; ¿Cómo nosotros vamos a entrar a la discusión de un artículo que no hemos conocido más que por la lectura que acaba de darle la Secretaría? Yo creo que lo más juicioso, lo más cuerdo y lo más prudente sería que procediéramos a la discusión del artículo 5o., que ya es ampliamente conocido y que ya hemos tenido la oportunidad de estudiar y que mañana o pasado, cuando ya se le hayan dado las lecturas respectivas, sea cuando se ponga a discusión este artículo 4o.

El C. Siurob: Pide la palabra la Comisión.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Nunca se ha acostumbrado, como lo viene a preconizar aquí el ciudadano Manjarrez, el hecho de que cuando una Comisión presenta un dictamen modificado se le den todas las lecturas y pase de nuevo a no sé qué Comisión quiere que pase y se le den todos los trámites. Cuando una Comisión presenta reformado un artículo, no hay más que ponerlo inmediatamente a discusión, y más cuando como en este caso la Comisión ha tenido el honor de informar a la Asamblea en qué sentido ha modificado el artículo, que no está más que con el criterio que ha predominado en la Asamblea por la voz de los oradores que han venido a esta tribuna, y resulta que no hay nada absolutamente de lo que pide el C. Manjarrez; está, por el contrario, fuera de Reglamento, y, por lo tanto, yo pido a estos señores, a los señores del bolchevismo exaltado, que no son capaces de venir a hacer aquí otra cosas que venir a obstruccionar la Ley Agraria, por lo menos que cesen de hacer esta obstrucción y que si tratan de poner en implantación sus ideas exaltadas para venir con ese motivo a obstruccionar la Ley Agraria, se vayan a poner su cuartel general a la Castañeda, (Risas. Aplausos.) allí estarán perfectamente. (Aplausos.) Por lo tanto, señores diputados, yo pido a la honorable Asamblea que este artículo entre desde luego a discusión para que no se siga obstruccionando la Ley Agraria.

El C. Manjarrez: Para una aclaración.

El C. prosecretario Castejón: Está a discusión el artículo 4o., que presenta reformado la Comisión.

El C. Manjarrez: Señor presidente, he reclamado un trámite; creo que se debe consultar a la Asamblea. Por otra parte, cuando yo vaya, como he ido, a defender mis ideas, mis teorías, mis convicciones sobre la socialización de la tierra, entonces caerán bien esos ditirambos inoportunos del compañero Siurob. El compañero Siurob debe fijarse en que yo he reclamado un trámite reglamentario; el compañero Siurob debe fijarse en que ahorita lo que se trata de discutir no es el fondo de una ley, sino el fondo de un trámite, y esta reclamación que hago yo está fundada en el Reglamento. Es un nuevo dictamen que presentan las comisiones sobre el artículo 4o., que se retiró. Ese dictamen, para que pueda ser discutido aquí en la Asamblea, o se le dispensan los trámites, no tiene que someterse a las lecturas de reglamento.

El C. presidente: La Presidencia informa al ciudadano Manjarrez que, en su concepto, lo que procede es que si no está bastante compenetrado del texto del artículo, presente una moción suspensiva para que se suspenda la discusión del mismo artículo.

El C. secretario Valadez Ramírez: Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. (Voces: ¡A votar! ¡Que se lea por segunda vez!)

El C. prosecretario Castrejón: A petición de varios ciudadanos diputados, se va a dar nueva lectura al artículo reformado por las comisiones. Dice así:

"Artículo 4o. La Comisión Nacional Agraria, con el carácter de Cuerpo Consultivo que le da la Ley el 6 de enero de 1915, y previa la solicitud respectiva de tierras, será la autoridad facultada para hacer, en cada caso, la declaración de que una finca rústica es latifundio. Esa declaración se hará de acuerdo con el criterio establecido en el artículo anterior y teniendo en cuenta los siguientes factores, a fin de fundar técnicamente su resolución:

"I. La calidad de las tierras y sus condiciones de irrigación;

"II. La altura sobre el nivel del mar de la finca de que se trate, con todos los detalles de clima que se deriven de dicha altitud;

"III. El régimen meteorológico de la región;

"IV. La ubicación de la finca con relación a los centros de población y a los medios de comunicación con dichos centros;

"V. La abundancia o escasez de brazos y el tipo medio de jornal en la comarca;

"VI. La falta de cultivo en todo o en parte y los procedimientos, primitivos o modernos, empleados para éste, y

"VII. La extensión de la finca, en relación con las demás del Estado o de la región.

"La declaración que en cada caso haga la Comisión Nacional Agraria, será revisada por el Ejecutivo de la Unión, por el conducto constitucional de la Secretaría de Agricultura y Fomento."

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Sánchez Pontón.

El C. Sánchez Pontón: Compañeros:... (Voces: ¡Tribuna!) No trato de hacer ninguna exposición larga y, por lo tanto, no hay necesidad de ocupar la tribuna. Sí quiero hacer una aclaración con objeto de que las comisiones me digan si estoy equivocado. Recuerdo que en la discusión del artículo 2o. de esta ley se rechazó la fracción (c) por hablar de procedimientos primitivos o anticuados, y la parte final, la fracción VI de este artículo, se refiere a lo mismo.

El C. Siurob: Pide la palabra la Comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Es muy juiciosa la aclaración del ciudadano Sánchez Pontón, y la Comisión sólo se permite advertirle la diferencia que hay entre una y otra cosa: En el primer caso, ese sólo factor bastaba para declarar latifundio una finca, y en el segundo caso, es uno de tantos factores que se tendrán en cuenta para tal fin. (Voces: ¡A votar!)

El C. Sánchez Pontón: Conforme al artículo 122 del Reglamento y según lo dije ayer al atacar este artículo, me reservo el derecho, al final de esta ley, de presentar una ampliación al propio artículo, que consiste en fijar el máximum del latifundio, según manda la Constitución.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Cienfuegos y Camus. (Voces: ¡No hay contra! ¡A votar!)

El C. Soto Francisco: Lo que procede es conceder la palabra a un orador del contra, y si no lo hay, que se pregunte a la Asamblea si ha lugar a votar.

El C. presidente: El ciudadano Sánchez Pontón estaba inscripto en contra; pero como no hizo propiamente más que una aclaración, se va a proceder de acuerdo con lo que propone su señoría.

El C. secretario Valadez Ramírez: No habiendo sido objetado propiamente el artículo 4o., reformado, en votación económica se consulta si ha lugar a votar. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Ha lugar a votar. Se procede a recoger la votación nominal. (Voces: ¡Qué se lea nuevamente!) A solicitud de algunos ciudadanos diputados se va a dar nuevamente lectura al artículo que se va a votar:

"Artículo 4o. La Comisión Nacional Agraria, con el carácter de Cuerpo Consultivo que le da la Ley de 6 de enero de 1915, y previa la solicitud respectiva de tierras será la autoridad facultada para hacer, en cada caso, la declaración de que una finca rústica es latifundio. Esa declaración se hará de acuerdo con el criterio establecido en el artículo anterior y teniendo en cuenta los siguientes factores, a fin de fundar técnicamente su resolución:

"I. La calidad de las tierras y sus condiciones de irrigación;

"II. La altura sobre el nivel del mar de la finca de que se trate, con todos los detalles de clima que se deriven de dicha altitud;

"III. El régimen meteorológico de la región;

"IV. La ubicación de la finca con relación a los centros de población y a los medios de comunicación con dichos centros;

"V. La abundancia o escasez de brazos y el tipo medio de jornal en la comarca;

"VI. La falta de cultivo en todo o en parte y los procedimientos, primitivos o modernos empleados para éste, y

"VII. La extensión de la finca, en relación con las demás del Estado o de la región.

La declaración que en cada caso haga la Comisión Nacional Agraria, será revisada por el Ejecutivo de la Unión, por el conducto constitucional de la Secretaría de Agricultura y Fomento."

Por la afirmativa.

El C. prosecretario Castrejón: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

- El mismo C. prosecretario: Votaron por la negativa 2 ciudadanos diputados.

El C. secretario Valadez Ramírez: Votaron por la afirmativa 142 ciudadanos diputados. En consecuencia, ha sido aprobado el artículo 4o. reformado de la Ley de Fraccionamiento de Latifundios.

(Votaron por la afirmativa los siguientes ciudadanos diputados: Acevedo, Aguilera, Aguirre Colorado Ernesto, Aguirre Colorado Fernando, Aillaud, Aja, Alba, Alessio Robles, Altamirano, Alvarez del Castillo, Alvarez Vicente, Angeles, Arroyo Ch., Ayala, Azuara, Barbosa, Barragán Enrique M., Barragán Martín, Barrera, Basaldúa, Berumen, Borrego, Borstel, Bravo Betancourt, Calderón, Casteñeda Nigra, Castañón, Castillo Enrique del, Castillo Garrido Castillo Porfirio del, Castrejón, Castro y López, Cerda, Cervantes, Céspedes Cienfuegos y Camus, Contreras Adolfo, Contreras Lucas, Correa, Cuéllar, Cuervo Cuevas, Chico, Damían, Díaz Soto y Gama, Domínguez, Dorantes, Esparza Martínez,

Espinosa y Elenes, Fernández Martínez, Flores, Franco, Gálvez, Gámiz, Gandarilla, García Rojas, Gómez Carlos, Gómez Rodrigo, González Jesús B., González Marco Aurelio, González Martín V., González Onésimo, González Rafael M. González y González, Guadarrama, Guillen, Gutiérrez Castro, Gutiérrez Macedonio B., Gutiérrez Teodomiro T., Guzmán, Guzmán Peláez, Hernández Alvarez, Hernández Coronado, Hernández Macario M., Hidalgo Catalán, Huerta, Ibarra, Lara G. Rafael, Laris Rubio, Lechuga, Leyva, Lira Lomelí, Llaca, Macías Rubalcaba, Maldonado, Manero, Manjarrez, Maqueo Castellanos, Martínez Rendón, Mastache, Méndez, José, Méndez Manuel F., Morales, Moreno, Munguía Clemente, Navarro, Olguín, Ollivier, Ortiz, Palacio, Paredes, Paz, Peña Francisco de la, Peña Ildelfonso, Pérez Gasga, Quiroga, Ramírez Francisco Modesto, Ramírez G. Benito, Ramírez Luque, Ramos Esquer, Reyes Francisco, Reyes Ignacio C., Reyes Tereso, Reynoso Díaz, Rico G., Riva Palacio, Rivera Vicente, Rodríguez López, Romero José H., Romero Ricardo, Salazar, Salgado, Sánchez Gilberto, Sánchez Pablo H., Sánchez Pontón, Sepúlveda, Serrano, Silva, Siurob, Soto Francisco, Tello Romero, Trejo Erasmo, Trejo Francisco, Valadez Ramírez, Vásquez, Vega, Vergara, Vidales, Zincúnegui Tercero y Zubaran Capmany.

Votaron por la negativa los siguientes ciudadanos diputados: Alonzo Romero y Castillo Israel del.)

El C. prosecretario Castrejón: A discusión el artículo 5o., que dice:

"Artículo 5o., Cuando las solicitudes de tierras se refieren a un predio que notoriamente ni pueda considerarse como latifundio, a juicio de la Comisión Local Agraria respectiva, así se comunicará al interesado, quien tendrá derecho a recurrir en revisión ante la Comisión Nacional Agraria."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!) No habiendo quien haga uso de la palabra..... (Voces: ¡Un momento!)

El C. secretario Valadez Ramírez: Se invita a los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, a que pasen a inscribirse a la Presidencia.

El C. Huerta: Pido la palabra para interpelar a la Comisión. No me opongo, en el fondo, a la redacción de este artículo; únicamente quisiera que la Comisión aceptara de que en vez de que se dijese: "Al interesado", dijese: "A los interesados"; porque entiendo que no bastará una sola solicitud para que se proceda a la expropiación, sino que es necesario asentar en el artículo siguiente que, por lo menos, diez o veinte solicitudes precederán a la expropiación. De manera que para armonizar el artículo 5o., con el 6o., creo que el artículo deberá decir así:

"Cuando las solicitudes de tierras se refieran a un predio que notoriamente no pueda considerarse como latifundio, a juicio de la Comisión Local Agraria respectiva, así se comunicará al interesado o a los interesados."

Diciendo "interesados", ya se acepta la base que no sea uno sólo, sino varios.

El C. Siurob: Pide la palabra la Comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: La Comisión no tendría ningún inconveniente en hacer la modificación que propone el compañero; pero como las solicitudes son individuales, las contestaciones tienen que ser también individuales; de manera que en realidad hay que contestar a cada interesado y no a los interesados en común.

El C. Sánchez Pontón: ¿No cree usted, compañero Siurob, que será mejor que decir "a juicio de la Comisión Local Agraria respectiva", "conforme al artículo anterior"?

El C. Siurob: Con permiso de la Presidencia. Si es exactamente lo mismo, no creo que tenga inconveniente su señoría en aceptar el artículo como está.

El C. Sánchez Pontón: Está bien: Pero hago la misma objeción del licenciado Huerta, pidiendo que se ponga: "A los interesados". Entiendo que la contestación será individual, pero no porque haya un solo solicitante se vaya a fraccionar la finca.

El C. secretario Valadez Ramírez: De acuerdo con las comisiones dictaminadoras, se agregan las palabras: "O interesados", a fin de satisfacer a los ciudadanos diputados que han hecho esta objeción. No habiendo sido objetados propiamente el artículo 5o., y con la reforma indicada ya, se va a preguntar en votación económica, si ha lugar a votar. El artículo 5o., dice así:

"Cuando las solicitudes de tierras se refieren a un predio que notoriamente no pueda considerarse como latifundio, a juicio de la Comisión Local Agraria respectiva, así se comunicará al interesado o a los interesados, quienes tendrán derecho a recurrir en revisión ante la Comisión Nacional Agraria.

En votación económica se consulta si ha lugar a votar. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Ha lugar a votar. Se procede a recoger la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Zubaran: Pido la palabra, un momento. Que se separe este artículo para votarlo conjuntamente con los que no tengan discusión.

El C. secretario Valadez Ramírez: No habiendo sido objetado el artículo 5o., se reserva para su votación. Por acuerdo de la Presidencia, tiene la palabra el ciudadano Cienfuegos y Camus para rectificación de hechos.

El C. Cienfuegos y Camus: Comienzo, ciudadanos representantes, por pediros excusa, de la misma manera que lo hago a la prensa y a las galerías. No soy orador, y no soy orador porque pienso como el culto publicista Manuel Bueno: Todavía hay en nuestra fauna política ciertos especímenes que se hacen la ilusión de gobernar con sus discursos. Yo no soy orador; de allí que en alguna que otra ocasión que intentase hablar desde esta alta tribuna, se me hubiese atendido poco o se me hubiese obstruccionado como hace un momento por algún compañero socialista. Oportunamente pedí permiso a la Presidencia de esta Cámara para hacer algunas rectificaciones pertinentes al artículo 4o., rectificaciones que me fueron sugeridas por el discurso del ciudadano Soto y Gama que habló después de que vine a esta tribuna

el 30 de los corrientes. Dada esta disculpa pidiéndonos que me dispenséis que no esté lo suficientemente preparado para distraer vuestra atención con las palabras más o menos bellas, aun cuando un poco superficiales, os ruego una poca de atención, que seré breve y trataré de precisar muy pronto los conceptos a que antes me he referido.

El ciudadano Soto y Gama, haciendo una especie de rectificación de mis ideas precisamente en pro de la socialización de la Tierra en México, decía que uno de los obstáculos mayores que encontraríamos en el caso de nuestra sociedad, era la psicología de las clases rurales. No sé hasta qué punto he de detenerme a respetar el concepto del ciudadano Soto y Gama aun cuando no sea sino por lo bienintencionado, ya que carece, en mi concepto, de fuerza bastante para mantenerse en ese sitio. A mí me parece, al menos, y aun cuando el reportero de "El Universal" diga de cuando en cuando que hablo de primera persona, es Cienfuegos quien habla y es Cienfuegos quien piensa; decía yo que la socialización enfrente a la psicología de las clases rurales o de las clases agrícolas, tendría igual resistencia que el problema de la desamortización de los bienes eclesiásticos en la época de la Reforma. A nadie se escapa que la Reforma fue hecha en condiciones absolutamente diversas al momento actual que vivimos y que, sin embargo, a pesar de todas las resistencias que pudiesen haberse esperado, la Reforma tuvo el éxito que todos conocemos. No creo en la importancia, pues, de este argumento que nos ha puesto antes de ayer el compañero Soto y Gama. Pretendió involucrar un tanto mi intención, diciendo que yo era uno de tantos estimables propagandistas de las ideas bolcheviques -o al menos así puede desprenderse de sus frases-, en virtud de mi juventud y en virtud de la juventud de algunos otros compañeros como Manlio, Salazar, etcétera, etcétera.

Presidencia del

C. RIVA PALACIO CARLOS

Si no fuera así como pensará, excúseme desde luego el compañero Soto y Gama, porque no tengo la intención, como nunca la he tenido, de retorcer las argumentaciones enemigas para vencer; pero si hemos de entrar de lleno, aumentando un poco la argumentación del mismo compañero Soto y Gama en sus rectificaciones de hoy y en sus rectificaciones de antes de ayer frente a las rectificaciones de hoy del compañero Altamirano, (Murmullos.) he de decirles, rogando nuevamente a la Asamblea que se sirva escucharme, porque yo no sé gritar que en México, señor Soto y Gama y señores diputados malamente podríamos pugnar por establecer un sistema bolchevique, no solamente por la razones de impreparación a que aludía el compañero Soto y Gama, no, sino por cuestiones absolutamente históricas. Mientras que siglos y siglos vivió Rusia bajo el régimen más duro, bajo el régimen más tiránico que puede haber presenciado la humanidad, México, desde hace diez años, para no remontarnos a las épocas anteriores de revolución, ha conmovido su sistema social, aun cuando el principio de la revolución de diez años, a cuyo fin estamos asistiendo, hubiese sido meramente político; pero dentro de la revolución política que hemos presenciado en el país, ha habido orientaciones de carácter social en una forma absolutamente inevitable; dentro de la revolución política surgió la nueva concepción agrarista; dentro de la concepción política surgen ya nuevas formas de organización social, que a pesar de todos los pensamientos encontrados a este criterio no podrá detener ni siquiera el determinismo materialista del compañero Soto y Gama ni de ningún otro representante. Yo si sé, señores diputados, que el bolchevismo en Rusia es uno de los males más graves que asoman a la faz de todos los pueblos, a la faz de toda concepción humana. La enfermedad de la sociedad en cuyo seno vivimos, se exhibe precisamente mediante los procedimientos bolcheviques, que son saludables porque enseñan todo lo malo de las administraciones y de las instituciones inveteradas que hoy fatalmente, irremisiblemente han caído por tierra. A nadie puede escaparse que estamos en presencia de la tierra en cinta, se podría decir así; la tierra está en cinta de acontecimientos que han de asombrar momento a momento nuestra atención, que desde la última hora de los dioses quedó así para dar a luz nuevos orientaciones definitivas y nuevos valores ideales. En México, pues, y esta es la razón fundamental, no podía haber un desquiciamiento semejante al que ha existido en Rusia, que a pesar de todos sus enemigos es justificado; al pueblo que ha vivido tantos siglos bajo la más ignominiosa de las dictaduras, había de tener explosiones, aunque tenga que decirse la palabra "bárbaras" para derribar ese sistema que anulaba toda mentalidad y todo propósito de evolución en su seno. Pero si hacía mención a estas cuestiones que están dentro del dominio y de la comprensión de los ciudadanos socialistas agrupados en esta Cámara, era precisamente reprochando yo la conducta de algunos líderes que no han hecho labor de difusión de los sistemas que sostiene, es decir, reprochando un tanto, además, la falta de comprensión de los propios líderes de estos mismos sistemas en el seno de las multitudes que pretenden agitar y dirigir. He sido uno de los que piensan como socialista, pero como socialista doctrinario y como socialista honrado, quien ha aplaudido muchos gestos de renovación, muchos esfuerzos de renovación en el seno de nuestra patria; pero soy también el primero, socialista en principio, que censura toda intención, todo propósito de sojuzgar a las multitudes ignorantes para echarlas encima de las instituciones y desbaratarlas en un momento dado, como ha querido hacerse de pocos días a la fecha. Yo he excitado antes de ayer a los socialistas directores, a los jefes de grupo, para que en lugar de azuzar a las multitudes, sean ellos los maestros inmediatos de las multitudes, para hacer ese sistema comprensivo, no el sistema por el que se confiesa partidario el compañero Soto y Gama. Ya Marx, señores diputados, está absolutamente fuera de todo propósito de renovación justa; ya Marx ha pasado de moda entre los socialistas sanos (Murmullos y voces: ¡No, hombre, qué va!) Ya hay hombres de orientaciones nuevas hacia el socialismo racionalista...

El C. Siurob: ¡Si Marx es el maestro de Lenine!

El C. Díaz Soto y Gama: ¡Es el vidente del socialismo! Es el maestro de todos ellos.

El C. Cienfuegos y Camus: Créame el compañero Soto y Gama que a pesar de la diferencia de años que vivimos, a pesar de que tengo unos menos que el compañero Soto y Gama, también he vivido desde los primeros años de mi juventud con la más honda de las preocupaciones al ver como consecuencia de una y otra revolución en mi país, que los hombres representativos de esas revoluciones al convertirse en jefes de Estado al convertirse en gobernantes han echado a la canasta de los papeles viejos todo programa revolucionario y todo propósito ideal en cuanto a los antecedentes de esa propia revolución. (Aplausos.) Y cuando pensara yo precisamente del último desaparecido de la jefatura del país que había venido como Primer Jefe del ejército revolucionario en México, de una de las más tormentosas revoluciones que hemos vivido, cuando lo vi ya convertido en jefe de Estado, en jefe de la nación, legalmente constituido, convertirse en uno de los sojuzgadores más terribles de las ideas revolucionarias, asombrando por estos acontecimientos que no son sólo el hecho de Venustiano Carranza, sino que podíamos hacer una especie de censo de todos los presidentes habidos y venidos y producidos al calor de las revoluciones, y veríamos que se han convertido todos, desde los primeros albores revolucionarios de nuestro país, en los sojuzgadores de toda idea libertaria en nuestro pueblo. Ahora quiero decir al compañero Soto y Gama, sólo para precisarle un poco el concepto de la doctrina marxista aceptada en la actualidad, que si es cierto que Marx es el maestro de Lenín y de Trotzky, es cierto también que Marx nunca aconsejó la revolución en la forma que ha sido realizada en Rusia; aconsejó que se evolucionara, como ha evolucionado el criterio del ciudadano Soto y Gama desde estos momentos. He meditado un poco sobre todos estos maestros, los he leído y he hecho mi opinión personal; no soy marxista, ni soy leninista, ni estoy precisamente con aquel sistema, porque en lo particular lo he dicho a los socialista de esta Cámara, ellos tienden solamente a una forma de organización práctica, objetiva y nunca a la sustentación de valores nuevos, de valores ideales de que tanto hemos menester. Recuerde el compañero Soto y Gama lo que pasara con el sistema positivista. Al triunfo de la revolución liberal en México, uno de los más ardorosos colaboradores del Gobierno que emanara de las doctrinas liberales, fue el memorable Barreda; ¿Pero cuáles fueron, si no hemos de ser crueles en el juicio, los resultados prácticos de la labor educacional de don Gabino Barreda frente a los nuevos problemas políticos y sociales que su suscitaron en el seno de la sociedad liberal? ¿Acaso el positivismo creó valores que substituyeron a los antiguos valores religiosos puestos en práctica como la base de la sociedad actual? No, no y no. Pero sí, señor Franco, estos son ahora los propósitos de la juventud revolucionaria como Salazar, como González y como todos los jóvenes revolucionarios legisladores que haya en esta Cámara; como lo aconsejaba el benemérito hijo del Uruguay, el famoso literato y pensador José Enrique Rodó, es en las metas de la juventud donde han de hervir los nuevos ideales que han de servir de antorcha a las generaciones futuras; y nosotros, los jóvenes de esta Cámara, tenemos verdadera orientación, somos viejos a pesar de nuestra juventud y pensamos y que queremos pensar macizamente sobre los problemas sociales de nuestra patria. Hice la promesa de hablar poco y me limito a las palabras dichas. He de repetir simplemente, para afianzar mi concepto acerca de la socialización de la tierra, para que la Asamblea piense que siendo joven tengo ya un sistema absolutamente seguro para hacer la resolución de este problema dentro de los postulados cuya opinión general ha escuchado esta Asamblea, antes, que no es un sueño, a pesar de lo dicho por el compañero Soto y Gama, el mío no es un sueño irrealizable, a pesar de lo que piensa el propio ciudadano Obregón, como a mí mismo me lo dijera; no es un sueño mi pensamiento, es algo que mañana o pasado he de saber concretar ante la faz de mi patria.

El C. Díaz Soto y Gama: ¡Eso es, mañana o pasado (Murmullos.)

El C. Serrano Gustavo P: Compañero Cienfuegos y Camus: ¿Me permite usted una interpelación?

El C. Cienfuegos y Camus: Las que usted guste.

El C. Serrano Gustavo P.: Con permiso de la Presidencia. Con toda atención me permito suplicar al compañero Cienfuegos y Camus que nos haga favor de esbozarnos lo que él cree pertinente, en estos momentos y si no, tan pronto como le sea posible. ¿En qué consiste su proyecto de socialización de la tierra? No le extrañe mi interpelación, por que si entre los mismos grupos socialistas no van de acuerdo en muchas ideas fundamentales, digo, no es de extrañarse que yo, que no pertenezco al grupo socialista y como yo muchos otros, quisiera saber, quisiéramos que se concretara en qué forma podría encajarse la socialización de la tierra dentro del proyecto de fraccionamiento de latifundios que estamos discutiendo.

El C. Cienfuegos y Camus: Pido la palabra para contestar. El compañero Serrano no se dio cuenta probablemente de mis palabras de antes de ayer. Yo francamente he de decir a la Asamblea que cuando se discutiera en lo general la ley que está a debate, no pude estar aquí; pero mi más ardiente deseo, como lo saben muchos de mis compañeros de intimidad, fue el de combatir por todos los medios y a costa de presentar un proyecto de ley que informara mi criterio para esta Asamblea, el proyecto de ley que presentó la Comisión Agraria; pero, repito, no estuve, aquí, y el compañero Serrano, tan culto como es, tan inteligente como es, no puede ignorar, si acaso es bien intencionada su interpelación, que dentro de esta ley que estamos debatiendo ya no cabe ningún esfuerzo para hacer la socialización de la tierra; no creo que quepa, salvo el caso de que tengamos que destruir el fondo mismo de esta ley que ya ha sido aprobada al discutirse en lo general. Nada tendría de particular, señor Serrano, y no creáis que con me habéis asustado; puedo proponer ese proyecto, puedo hablar sobre las ideas generales que informarían ese proyecto; pero creo que ahora es inútil y creo que sí mañana o pasado, como decía yo al ciudadano Soto y Gama, no por el hecho de que hoy mismo no pudiese implantarse, como él lo entiende, sino por el hecho de que

MÉXICO, MIÉRCOLES 1o. DE JUNIO DE 1921

ya se ha aprobado un proyecto en lo general y que tenemos que atenernos a la discusión y a la aprobación en lo particular del mismo.

El C. Serrano Gustavo P.: Quedo plenamente satisfecho con la explicación que me ha dado el ciudadano Cienfuegos, y precisamente porque no había entendido cómo pudiera caber ese proyecto de socialización de la tierra dentro de la ley que estamos discutiendo, por eso fue por lo que le supliqué que nos hiciera favor de hacer esta aclaración. Una vez hecha, no hay nada que agregar y le doy las gracias.

El C. secretario Valadez Ramírez: A discusión del artículo 6o. que dice:

"Artículo 6o. Las expropiaciones a que se refiere esta ley, sólo podrán hacerse a medida que vayan siendo presentadas las solicitudes de parcelas respecto de cada finca en particular."

Se han inscripto en contra los ciudadanos Sánchez Pontón, Moreno Jesús Z. y Huerta Moisés.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Sánchez Pontón.

El C. Gandarilla: Muy respetuosamente pido a la Presidencia que consulte a la Comisión si quiere contestar una interpelación que viene a ser exposición de motivos de este artículo.

El C. presidente: Una vez que hable el ciudadano Sánchez Pontón.

El C. Gandarilla: El artículo reglamentario respectivo dice que primero hablará la Comisión, cuando lo pida algún diputado, para informar. Artículo 106.

El C. presidente: La Presidencia ruega al ciudadano Gandarilla espere a que haga uso de la palabra el ciudadano Sánchez Pontón.

El C. Sánchez Pontón: Señores diputados: Asimismo, como en el artículo anterior fijamos nuestra atención en cambiar unas cuantas palabras, otro tanto deseamos hacer en el presente artículo, siempre que así opine la honorable Asamblea. Agradecería yo a la Comisión, al doctor Siurob, que tuviera la bondad de decirnos si está de acuerdo con nuestro pensar. Dice el artículo a discusión:

"Artículo 6o. Las expropiaciones a que se refiere esta ley, sólo podrán hacerse a medida que vayan siendo presentadas las solicitudes de parcelas respecto de cada finca en particular."

¿No cree conveniente la Comisión que se marque cuántos vecinos deben ser los que soliciten la tierra? Porque me parecería excesivo que por un sólo solicitante se fraccionara una finca; que se marcaran, por ejemplo, cinco reunidos que fueran los solicitantes para la expropiación de una finca y así vendría a fomentarse el crédito agrícola, porque se apoyarían mutuamente los agricultores y a la vez creo que sería benéfico en todos sentidos. Yo propondría que se agregara en el artículo aquí donde dice "solicitudes de parcelas", esto: que serán por lo menos cinco peticionarios respecto de cada finca en lo particular.

El C. Siurob: Pide la palabra la Comisión. Señores diputados: La Comisión no tiene ni ha tenido nunca inconveniente en aceptar cualquiera proposición que sea verdaderamente justa y razonable. De manera que esta modificación que propone el compañero Sánchez Pontón sí la acepta la Comisión.

En concepto de la Comisión, se puede marcar hasta diez el número de solicitantes.

Presidencia del C. LARA G. RAFAEL

El C. Sánchez Pontón: De diez en adelante. Con tal motivo, ¿cree el doctor Siurob que se debe agregar en la forma propuesta, debiendo ser por lo menos diez los peticionarios respecto de cada finca? Esa era toda mi objeción. Ahora puede el señor Gandarilla hacer la interpelación que pretendía.

El C. Moreno: Pido la palabra en contra. Honorable Asamblea: Hace un momento que el compañero Sánchez Pontón hizo una sugestión a las comisiones con el fin de fijar el número de solicitudes que pueden dar lugar al fraccionamiento de una finca. Las comisiones, por conducto del ciudadano Siurob, aceptaron en esta forma la sugestión del ciudadano Sánchez Pontón, que me parece perfectamente pertinente; pero todavía queda el pensamiento de las comisiones perfectamente restringido. Todos nosotros sabemos que cuando vino el ciudadano presidente de la República a efectuar un cambio de impresiones con los miembros de esta Asamblea acerca de la Ley Agraria, entró en muy largas consideraciones acerca de la conveniencia no solamente de fijar un determinado número de solicitudes para que hubiera lugar al fraccionamiento de un latifundio o de una finca, sino que completó su pensamiento con estas ideas, que parecen perfectamente prácticas y aplicables al caso: que los solicitantes de esas parcelas acreditaran tener hábito de trabajo y capacidad para el cultivo de las mismas. Si no fijamos en este artículo 6o. cuáles deben ser las condiciones para destruir la gran propiedad, a base de que la producción quede perfectamente substituida por la pequeña propiedad representada por hombres de trabajo y capacitados para hacer un buen uso de la tierra, resultará sin duda alguna que bastará solamente el hecho de que exista una finca valiosa, una propiedad cuyos terrenos sean remunerativos en su cultivo, para que vengan a hacer la solicitud de estos terrenos personas que no se proponen cultivarlos, y más aún, que aunque tuvieran esos propósitos, no podrían hacerlo por carecer de las condiciones, de las dotes, de las aptitudes necesarias para ese género de trabajo. En el proyecto que en aquella ocasión presentó el ciudadano presidente de la República, decía en su artículo 10 lo siguiente:

"Los adjudicatarios de parcelas deberán acreditar previamente que tienen el hábito del trabajo y la capacidad necesaria para cultivarlas."

No es una idea del que habla el venir a expresar este pensamiento. En el proyecto del general Obregón, que es, todo el mundo lo reconoce, un agricultor de muy buenos conocimientos experimentales, puso en su proyecto de ley estas condiciones para hacer el fraccionamiento de tierras y darla a los solicitantes. El ciudadano Sánchez Pontón decía a las comisiones, y lo aceptaron de muy buen grado desde luego, que se fijara como mínimum el que diez fueran los solicitantes para que procediera el reparto de la tierra, de la finca que sea declarada latifundio. Varios diputados, entre los cuales se encuentra el

que habla, teniendo en consideración todas estas ideas y teniendo en cuenta estas razones, hicimos una modificación a este artículo, que sometemos muy atentamente a las comisiones unidas que han subscripto el proyecto materia de este debate, y a la Asamblea misma para que al votarse el artículo 6o. propuesto por las comisiones, esta honorable Asamblea declare que no ha lugar a votar ese artículo y sí el que reúne las condiciones de garantía para hacer productiva la tierra. Por lo tanto, suplico a la Presidencia que, por conducto de la Secretaría, dé lectura al artículo propuesto por el que habla en unión de otros señores compañeros. (Murmullos. Campanilla.)

El C. secretario Valadez Ramírez: Se ruega a los ciudadanos diputados se sirvan prestar la atención debida. Se va a dar lectura al artículo 6o. que proponen reformado los ciudadanos Jesús Z. Moreno, Serrano, Huerta e Ignacio C. Reyes:

"H. Asamblea:

"Los subscriptos, diputados en ejercicio, se permiten someter a vuestra ilustre consideración la modificación del artículo 6o. de la Ley Agraria, propuesta por las comisiones, en los siguientes términos.

"Artículo 6o. Las expropiaciones a que se refiere esta ley, sólo podrán hacerse cuando se hayan presentado, por lo menos, veinte solicitudes de parcelas respecto a cada finca en particular, acreditando previamente el hábito del trabajo y la capacidad necesaria de los solicitantes para cultivarlas."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 1o. de junio de 1921.- Jesús Z. Moreno.- Moisés Huerta.- Gustavo P. Serrano.- Francisco C. Reyes."

(Voces: ¡No!)

El C. Moreno: He podido darme cuenta de que uno de los miembros de las comisiones unidas cuya influencia en la elaboración de esta ley ha sido más decisiva, ha dado muestras de inconformidad con la redacción de este artículo. Parece que preferiría que sólo se redujese el número de los solicitantes a diez; pero desde el momento en que un predio, cualquiera que sea se declare latifundio, se supone que comprende una cantidad de tierra tal que puede repartirse equitativamente, no entre diez ni veinte solicitantes, sino entre muchos más. Reunir diez individuos carentes de aptitudes y de conocimientos y hasta del propósito de cultivar las tierras, ¿va a dar lugar, juiciosa y razonablemente, a que una finca sea distribuida? Creo que no es necesario entrar en largas consideraciones acerca de este propósito nuestro y, por lo tanto, en gracia de obtener buen fruto en el menor tiempo posible, voy a abandonar esta tribuna, suplicándo que declaréis que no ha lugar a votar el artículo 6o. como está concebido, para que se discuta y apruebe el que hemos propuesto, que está informado en un criterio de justicia verdaderamente elemental.

El C. Siurob: Pide la palabra la Comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: La Comisión desea explicar a la Asamblea por qué razones ha admitido el número de cinco solicitantes como condición para que pueda hacerse una declaratoria. Vamos suponiendo que no se presentan más que ocho o diez solicitudes; conforme al criterio de estos caballeros firmantes del nuevo artículo, no se fraccionará la finca, y si no se fracciona, quiere decir que se deja sin los derechos que la propia ley establece a un cierto número de ciudadanos mexicanos. De manera es que ya verán los principales firmantes que no tienen absolutamente razón, porque en aquel caso aquel latifundio no se fraccionaría únicamente por una mala condición puesta en la ley. ¿Por qué en tal caso ustedes aceptan que sean cinco los solicitantes? Me dirán: Porque yo me pongo en el caso de que haya dos o tres individuos enemigos personales del latifundista y creo que es una obligación de los legisladores precaverlos contra el caso de una enemistad personal y gratuita, nada más; pero de ninguna manera puedo ponerme en el caso en que se pone el compañero, porque esto equivaldría precisamente a violar el fondo de la ley el derecho que concede la misma ley a todo ciudadano mexicano para poseer una parcela. Ahora, mucho menos puedo ponerme de acuerdo con el concepto de que se exija a cada uno de los parcionistas que presenten comprobantes de conocimiento de que saben cultivar la tierra, porque sencillamente se quitó esto; esta fue una de las cosas que se suprimieron deliberadamente por la Comisión, del proyecto de ley del general Obregón, y ¿sabéis por qué? Porque sencillamente este sería el pretexto para no darles tierras, este sería el pretexto de que se valdrían los latifundistas, de que se valdrían los explotadores para no darles tierras a los solicitantes.

El C. Sánchez Pontón: ¿Me permite una aclaración?

El C. Von Borstel: ¿Me permite una aclaración?

El C. Siurob: Con mucho gusto.

El C. Sánchez Pontón: Con permiso de la Presidencia. En apoyo de la tesis que ha sostenido el doctor Siurob y conforme a lo que yo he expuesto, más bien dicho, a mi petición de que sean cinco los solicitantes, podemos fijarnos en el artículo 21, que dice que aquellos que por falta de cultivo, por falta de apego no lo hagan, se les quitarán las tierras, por lo cual no creo que sea necesario exigir una preparación de agricultura a esos individuos, puesto que, generalmente, todos los que pidan las parcelas serán agricultores con más o menos conocimientos, pero lo serán, o cuando menos aman la tierra; todo aquel que sea agricultor, lo es porque ama la tierra y la irán a trabajar, y si no la trabajan, tenemos el artículo 21 para aplicarlo. Por lo tanto, creo que la Comisión, en este caso, está en el justo medio.

El C. Siurob: Voy a citar casos enteramente concretos. Cuando un pobre mediero se separa de una finca de campo, porque ha tenido dificultades con sus patronos, ocurre sencillamente que aquellos patronos corren la voz a todos los patronos de las cercanías, y aquel infeliz ranchero, que no puede llevar papel de conocimiento, más que de los ricachones del lugar, resulta que en un momento dado no puede presentarse con ningún papel de conocimiento, porque no hay ninguno de estos hombres que quiera dárselo. (Aplausos.)

El C. Gandarilla: ¿Me permite usted una interpelación?

El C. Siurob: Y si esto sucede en lo que se

refiere a papel de conocimiento, a papel de honradez, ¿qué será cuando se refiera a papel de conocimiento de aptitud.....

El C. Gandarilla: ¿Me permite usted una interpelación?

- El C. Siurob:.....cuando ni los mismos hacendados saben cultivar la tierra? (Aplausos.)

El C. Gandarilla: ¿Me permite usted una interpelación?

El C. Siurob: No permito nada.

El C. Gandarilla: Respetuosamente pido a usted que me conceda una interpelación sobre lo que acaba de decir.

El C. Siurob: Así que yo termine.

El C. Gandarilla: Con todo respeto le pido que me conceda la palabra.

El C. Siurob: Ya que usted insiste y para no parecer descortés con usted, le concedo la interpelación.

El C. Gandarilla: Muchas gracias. Honorable Asamblea: Desde el momento en que el compañero Siurob, sin preparación y sin acuerdo previo con los otros miembros de la Comisión, ha venido a defender este artículo de una manera tan débil, deja ver la falta absoluta de argumentación, la falta absoluta para defender este proyecto, este artículo. El presidente de la República, dijo en su iniciativa de ley que estaba citando el compañero Siurob, que solamente sedarían tierras a aquellos que tuvieran la capacidad para cultivarlas. El presidente de la República cuando vino a esta tribuna y habló -me refiero a las palabras del presidente, repetidas después por el ciudadano Soto y Gama -, llevaban la intención de que no se perjudicara la producción de la tierra, de que no viniera un cataclismo, pues, de eso, de falta de producción. El compañero Siurob coge argumentos, se puede decir, como de los cabellos, y nos viene con estas razones risibles: ¿cómo le vamos a exigir al peón que lleve un certificado de saber cultivar la tierra, si todos los hacendados correrán la voz de no hacerlo? ¿De dónde saca el compañero Siurob que se necesiten los certificados de los hacendados? Evidentemente que dos testigos, amigos de los peones, pueden certificar; no es de los hacendados de donde sacarán los documentos. Luego esa argumentación presentada por el compañero Siurob, es absolutamente falsa. Voy adelante: El compañero Siurob me acaba de indicar.....

El C. Siurob, interrumpiendo: Yo le cedí el uso de la palabra, compañero Gandarilla, para que me hiciera una interpelación. (Murmullos. Siseos. Campanilla.)

- El C. Gandarilla, continuando:..... me acaba de indicar que la Comisión Nacional Agraria será la que venga a resolver..... (Murmullos. Campanilla.) El compañero Siurob acaba de decir eso.....(Murmullos.)

El C. presidente: Se suplica al señor Gandarilla concrete su interpelación.

El C. Gandarilla: Señor presidente: Con todo respeto y en vista de las manifestaciones de la Cámara, yo no quisiera decirlo a usted, pero siempre que se hace una interpelación, cuando se creen necesarios los fundamentos es lógico hacerlos; de otra manera resultaría estéril hacer la interpelación. Voy, pues, con permiso de su señoría, porque antes que todo soy respetuoso de sus mandatos.....(Risas.) a continuar adelante. El presidente de la República, en su proyecto decía esto: es necesario que aquellos que pidan la tierra, la pidan para trabajarla y no para hacer politiquerías. Si quitamos esta parte del artículo del presidente de la República, es evidente que vendrá a producirse más bien una obra de destrucción, que no de provecho.

El C. Siurob: Es falso (Murmullos. Campanilla.)

El C. Gandarilla: Me dice el ciudadano Siurob que es falso completamente, y dice que no podemos tampoco admitir que se exijan facultades o conocimientos para explotar la tierra, porque entonces los hacendados se valdrían de esta chicana para no conceder las tierras. Yo digo al ciudadano Siurob: la que debe calificar sobre si se dan tierras o no se dan tierras o sobre la facultad de los campesinos, es la Comisión Nacional Agraria. ¿En qué quedamos, pues? ¿la Comisión Nacional Agraria es una Comisión de sinvergüenzas o de hombres honrados? Yo quedo por esta última parte, porque sea una Comisión de hombres honorables y, en consecuencia, tendrán que cumplir la ley beneficiando al país. Ya ve el señor Siurob, el compañero Siurob, que no nos da argumento sólido ninguno. Mi interpelación es esta: ¿puede darnos otros argumentos? porque así no estamos convencidos. (Aplausos. Risas.)

El C. Siurob: Para que veáis la absoluta inconsistencia de este inquieto joven Gandarilla, (Risas.) él es quien no tiene consistencia en sus argumentos; ¿no sabe el compañero Gandarilla que precisamente los hacendados tratan en estos casos de boycotear por todos los medios posibles a los trabajadores y más a los que traten de hacerse independientes? ¿No sabe el compañero Gandarilla que precisamente los trabajadores, al dirigirse a los latifundistas, éstos por todos los medios posibles tratan de herir hasta en la honra al pobre trabajador de los campos?

El C. Gandarilla: ¿Quiere usted que le conteste?

El C. Siurob: No quiero que me conteste, no estamos entablando aquí diálogos, y, además, están prohibidos por el Reglamento, absolutamente, los diálogos. De manera que usted habla por la teoría y yo hablo con la práctica. Ahora, si los certificados los van a dar los amigos de él y a gusto suyo, no tienen validez ninguna. ¿Quién es capaz en estos momentos en la República de dar un certificado de competencia de agricultura? Son muy pocos, señores, los que pueden dar un certificado de competencia, apenas serán los peritos agricultores, un ranchero viejo que tenga conocimientos profundos de agricultura, el director de alguna escuela de agricultura en la República, y los demás son agricultores líricos, demasiado líricos, faltos de criterio para cultivar sus tierras. (Desorden. Campanilla.) Suplico a los compañeros que están platicando tengan la bondad de no interrumpirme. (Murmullos. Campanilla.) Ahora bien, señores; estas solicitudes de los parcionistas, amparadas por el testimonio de que sí saben cultivar la tierra, un infeliz mediero que, ¿dónde puede haber aprendido, dónde puede haber aprendido a cultivar la tierra...?

El C. Gandarilla: ¡Sembrando!

El C. Siurob: !Sembrando con los procedimientos antiguos, con los procedimientos tontos que

usan todavía los campesinos, sembrando con el arado egipcio...! (Murmullos. Campanilla.) Ya ve usted que tengo muchos más razonamientos para aplastar los pequeñísimos argumentos que ha vertido; son argumentos de titiritaina. Usted no puede decir que hayan tenido maestros nuestros campesinos; los humildes que no han tenido con qué pagar escuelas, que no han estado cerca de los centros de cultura, que no han podido ir a ningún lugar donde puedan aprender agricultura, ¿cómo quiere usted exigirles a todos estos parcionistas de la República un certificado de estar acreditados en ciencias agrícolas? (Voces: ¡No! Murmullos. Campanilla.) Hay algunos pobres ciudadanos indígenas...

El C. Moreno: ¡Pido que la Comisión me informe...! (Campanilla.)

El C. Siurob: Así que termine, ahora no le contesto a usted.

El C. Moreno: La Comisión está obligada a informar... (Campanilla.)

El C. Siurob: Ahora no informo porque no me da la gana. (Siseos. Murmullos. Campanilla.)

El C. Moreno: La Comisión tiene que informar en todas las circunstancias, conforme al Reglamento. (Campanilla.)

El C. presidente: La Presidencia suplica a su señoría se sirva no interrumpir al orador.

El C. Siurob: Continuando mi discurso, señores diputados...

El C. Moreno: Moción de orden, señor presidente. Las comisiones tienen el deber de informar en todas las circunstancias que lo pidan los señores diputados. Yo quiero un informe concreto. (Murmullos. Campanilla.)

El C. Siurob: La Comisión está informando en este momento y no puede informar más de lo que está haciendo, y si quiere que la Comisión informe sobre un punto especial, espere a que termine con los puntos sobre lo que ha sido interpelada por toda la Asamblea. (Aplausos.) Ahora bien, señores diputados; ya he demostrado de una manera absolutamente palpable, que si muchos de nuestros indios campesinos, de nuestros trabajadores, no saben ni siquiera el español, malamente se les va a exigir un certificado, un conocimiento agrícola. (Aplausos.) Yo a mi vez interpelo al ciudadano Gandarilla para que me diga: cuando un indígena -ahora sí lo interpeló-, cuando un indígena que no ha aprendido a cultivar la tierra más que por procedimientos enteramente primitivos, vaya y se presente a solicitar una parcela, que no sepa hablar el español, que va asesorado de otro que sepa español, y que le sirva de intérprete, ¿con qué derecho se le exigiría por el compañero Gandarilla que presentara certificados de que sabe cultivar la tierra?

El C. Gandarilla: Con permiso de la Presidencia. El respetable orador que se encuentra allí en la tribuna me ha hecho una interpelación, que voy a contestarle. Me dice el compañero Siurob que cómo puedo yo exigir un certificado de un individuo que no sabe hablar el español, inglés o francés, sobre que un individuo sepa cultivar la tierra por procedimientos modernos. Yo sé, como todos ustedes saben, que todo en la vida es relativo; efectivamente, que no vamos a poder exigir un certificado, eso sería absurdo y no cabe en ningún cerebro pedir certificados y exigir certificados de hombres técnicos, de hombres sabios en el cultivo de la tierra. Eso sería absurdo, porque no estamos en el medio; pero el compañero Siurob sabe perfectamente bien que dentro de nuestro propio medio al cual debemos ajustarnos siempre, hay individuos que saben sembrar, que han sembrado, aunque sea por medio del arado egipcio, pero hay individuos que sólo saben estar en las pulquerías y nunca han sabido coger un arado y nunca quieren ni tienen amor a la tierra. Es decir, lo que nosotros debemos exigir son conocimientos relativos, que aquellos individuos tengan amor a la tierra, que sepan lo que es sembrar, que sepan lo que tienen entre las manos, porque de otra manera yo pregunto al ciudadano Siurob y haciendo una alusión personal que yo le suplico que me dispense: tiene su pequeña tierra en Tlalnepantla cuarenta hectáreas, señor Siurob; ¿para beneficio del país qué preferiría usted, qué esas cuarenta hectáreas fueran cultivadas, sembradas, por 10 individuos que supieran siquiera lo que es un arado, o que esas cuarenta hectáreas fueran sembradas por diez rateros que nunca le tienen cariño a la tierra? Evidentemente que todo es relativo y hay que hacer hincapié en esto: no queremos certificados, queremos únicamente que se compruebe que aquellos individuos que solicitan las tierras saben sembrar a nuestro modo, no al modo chino, no al modo francés...(Risas.)

El C. Siurob: Sencillamente no ha contestado el ciudadano Gandarilla mi interpelación, porque al caso del indígena a que yo me refería, no le ha dado solución, pues él...

El C. Gandarilla: Sí se la doy; por medio de dos personas.

El C. Siurob: Suplico a usted que no me interrumpa, siquiera por cortesía, siquiera por la que yo he tenido para escucharlo a usted.

El C. Gandarilla: Acepto la indicación...

El C. Siurob: Le suplico que sea correcto...

El C. Gandarilla: Siempre lo soy más que usted...(Murmullos. Campanilla.)

El C. Siurob: Ahora bien, señores diputados; todavía hay otro caso; supongamos el caso de un individuo que no ha sido agricultor y que, sin embargo, quiere cultivar un pedazo de tierra; aquel individuo no puede presentar certificados que digan que pueda cultivar la tierra, porque nunca la ha cultivado. Pues bien, ¿por eso le vamos a negar el derecho que tiene para cultivar la tierra?

Entonces ya no es un certificado de cultivar la tierra, sino también constancias de elementos para cultivarlas. Como veis, se baten en retirada los señores de esta proposición descabellada. El Hábito del trabajo, señores, es una cosa absolutamente relativa; todo el mundo, aun el más flojo, tiene necesidad de trabajar en alguna forma. Alguien ha dicho que es un criterio enteramente original, pero que no por original deja de ser verdadero, y es que la holgazanería ha sido la madre de todos los progresos humanos. (Murmullos. Siseos.) Suplico a los compañero Gandarilla, Trejo, De la Barrera y Paz, presten atención. Alguien ha dicho, decía yo, que el origen de todos los progresos humanos ha sido precisamente la holgazanería, fundándose en esto: en que todo individuo procura trabajar todo lo menos posible para producir lo más posible. Si no hubiera sido por este hecho de trabajar lo menos para

conseguir el máximum, no se hubieran inventado las máquinas, no se hubieran intentado el perfeccionamiento humano que ahorra el trabajo, por decirlo así; de manera que, en realidad, es una forma, una génesis, un origen del verdadero progreso humano. Pues bien; para el hábito del trabajo, tampoco se puede exigir certificados, en primer lugar porque los certificados de nada sirven: o puede darlos cualquiera si se trata nada más de cumplir con una fórmula, ¡y ya basta de leyes que no se cumplen y de fórmulas! O se trata de exigir un certificado serio, y en este caso no cualquiera puede darlo, y los que pueden darlo no lo darán cuando se trate de fraccionar la tierra.....(Murmullos.) Pero ya veis: tan poco interés tienen en su petición los señores firmantes que, excepto el compañero Moreno, todos los demás andan holgando, andan charlando por los pasillos, sin preocuparse ni poco ni mucho de este asunto. (Murmullos. Aplausos. Siseos.)

El C. Huerta: ¡Permítame usted aclarar la intención de los firmantes de este proyecto! (Murmullos. Campanilla.)

El C. Gómez Rodrigo: Pido la palabra para una interpelación. Como quiera que el ciudadano Gandarilla estuvo sosteniendo que se haría indispensable.....

El C. Gandarilla: Yo no he sostenido nada.

El C. Gómez Rodrigo: Sí estuvo usted sosteniendo que sería indispensable un certificado para acreditar que una persona estaba capacitada para cultivar la tierra, y yo quiero manifestar al ciudadano Siurob, si todo ciudadano de la República tiene derecho, sea quien fuere, a cultivar un pedazo de tierra, a poseer un pedazo de tierra, conforme al artículo 1o., si es así, carece de base la objeción del ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: En los términos de la ley.

El C. Siurob: Con gusto contesto la interpelación. En efecto; la Comisión encuentra desde luego -ya lo dije así desde esta tribuna- que el primer obstáculo en la aprobación del artículo 1o.; en el artículo 1o. de esta ley se ha dicho que todo ciudadano mexicano tiene derecho a poseer un pedazo de tierra, y no a todo ciudadano mexicano se le puede exigir que tenga conocimientos agrícolas.....(Murmullos. Desorden. Campanilla.) Ya veis a estos compañeros debatiéndose en sus curules. Ahora está ahí ese pequeño grupo. (Murmullos. Campanilla.)

El C. prosecretario Castrejón: La Presidencia, por conducto de la Secretaría ruega atentamente a los señores diputados pongan atención al orador.

El C. Siurob: En efecto; estos estimables compañeros no discuten precisamente con ese criterio sereno, razonado; los veis debatirse en sus curules como unos azogados; ¡es claro! No tienen razón, se remueven ansiosos porque están viendo en esta Asamblea que sus argumentos son combatidos victoriosamente por la Comisión. Ya los veis: ahí está el ciudadano diputado.....

El C. Huerta: ¿Me permite usted una interpelación?

El C. Siurob: Ya tendrá usted oportunidad de argumentar.

El C. Huerta: ¡Pero falsea usted los conceptos! Por esto quiero aclararlos de una vez.

El C. Siurob: Tenga usted calma y paciencia. Estos señores diputados no tienen calma, están nerviosos como los latifundistas. (Risas.) Apenas escucha un latifundista.....(Siseos.) ¿Veis cómo se retuerce un latifundista en su asiento lleno de disgusto, de coraje, de ansiedad y de violencia cuando un pobre trabajador va a reclamar alguna cosa justa? Pues exactamente la actitud de estos caballeros cuando vienen a hacerse eco de las ideas de los latifundistas y a fracasar lamentablemente dentro de esta Asamblea. Por otra parte, ya la Comisión ha tratado precisamente de dar una preferencia, y así lo dice aquí: "En igualdad de circunstancias....." Lean el artículo 15, señores:

"En igualdad de circunstancias, deberán ser preferidos los vecinos del lugar a los extraños, y los casados a los solteros. Entre los vecinos del lugar tendrán derecho preferente los arrendatarios, medieros y peones de las tierras que se fraccionen."

¿ Qué más quieren, pues, estos ciudadanos oposicionistas? No se trata más que de poner obstáculos a la ley con estos pequeños alfilerazos, porque a falta de poder manejar un arma que fuera más enérgica en contra de esta ley que es invencible, que no puede tener enemigos, ni menos entre los que tienen el cerebro en su lugar, a falta de esto era necesario venir con alfilerazos y venir a obstruccionar, y a obstruccionar de una manera absoluta, esta ley. Así como yo decía a los exaltados que fueran a poner su cuartel general a la Castañeda, digo también a los retrógrados que vayan a poner su cuartel general a la Bolsa de Valores o vayan a poner su cuartel general a alguna de las agencias o de los sindicatos de los latifundistas. (Aplausos en las galerías.) He demostrado, pues, que conforme al criterio legal, que conforme al criterio revolucionario y de acuerdo con la idea que nos hemos trazado de que no se debe venir aquí con obstáculos o de que hay que venir con los menos posibles, a los que solicitan tierras no se les deben exigir estas condiciones, que no se deben exigir ni en un país más culto que el nuestro. Por consiguiente, por todas estas razones, habiendo transigido la Comisión hasta donde tenían razón los señores que por boca del señor Sánchez Pontón hicieron una objeción racional a la Comisión, que ya no se sigan discutiendo esta cosas, sino que, en consideración a que ésta es una ley que está ajustada a la Constitución y al ideal revolucionario, se pase cuanto antes a la votación, para seguir discutiendo los artículos subsecuentes.

El C. Moreno: Pido la palabra para pedir informes a las comisiones. (Campanilla.) Para una interpelación a las comisiones, pido la palabra.

El C. presidente: Si la Comisión lo permite.

El C. Moreno: ¡Si tiene obligación!,...(Voces: ¡Tiene obligación!) Tiene obligación, señor. Honorable Asamblea: Como los argumentos que ha esgrimido en esa tribuna el ciudadano Siurob, como miembro de las comisiones unidas, en primer lugar, no se han ajustado a razones expresadas, sino que verdaderamente ha hecho uso de sofismas y ha falseado hechos, hasta las palabras que aquí se han expresado, con toda pena y para comprender el criterio de estas comisiones, me voy a permitir interpelar, no al ciudadano Siurob, porque él contestará completamente lo contrario de lo que se

le pregunte, sino a cualquiera otro de los miembros, entre los cuales se halla el ciudadano Manlio Fabio Altamirano.

Mi pregunta es esta: Si exigir que los parcelarios, los que solicitan tierras, tengan aptitudes y hábitos de trabajo; es decir, premisas de que van a hacer buen uso de las tierras, no cae esta proposición dentro de los propósitos de las mismas comisiones, cual es que la tierra se haga producir y no sea objeto de coyotajes y malos usos y que, en una palabra, no se obtengan para cultivar sino simplemente para otros fines, puesto que quien solicita tierras y no tiene hábitos de trabajo, eso no se necesita acordar por medio de certificados. Nadie ha hablado aquí de certificados, nadie ha dicho que se exijan esos certificados; se ha dicho solamente que a juicio de la Comisión Nacional Agraria; la Comisión Nacional Agraria está integrada, como debemos suponerlo, por hombres compenetrados de la altísima misión que se les encomiende, y procurarán obtener informes por medios que consideren perfectamente honorables y juiciosos; ¿de qué manera se pueden acreditar los hábitos de trabajo de un hombre y su competencia para el cultivo de la tierra? Pues sencillamente que sea hombre de campo, hombre que se haya dedicado a trabajos de esa naturaleza. por otra parte, los mismos peones, ¿qué cosa más sencilla que demostrar que un parcionista, que un solicitante tiene hábitos de trabajo? Nosotros no hemos propuesto, no hemos dicho en ninguna parte que se exijan certificados de que tengan tales o cuales conocimientos técnicos, que sean agrónomos y esto y lo de más allá. No, sencillamente una previsión en interés de la producción nacional: que los parcionistas a juicio de la Comisión, de la misma Comisión Nacional Agraria, tengan hábitos de trabajo y tengan ciertos conocimientos para el cultivo de la tierra; por consiguiente, esto es en concreto y esto es lo que pido a la Comisión; ¿el pensamiento dominante de la ley no es beneficiar a una mayoría de ciudadanos mexicanos capacitados para cultivar las tierras, para que saquen el fruto de ellas, para mejorar la condición económica de las clases rurales? ¿No es el propósito, no es el pensamiento que informó el criterio de las comisiones al formular este dictamen, el que esas tierras vayan a poder de individuos que vayan a hacer uso legítimo de ellas? Pues para eso, ciudadanos representantes, nosotros no proponemos ni insinuamos siquiera que acrediten con certificados y de tal o cual manera que puedan ser obstruccionados por latifundistas; por lo demás, aquí en esta Asamblea no hay otro latifundista más que el ciudadano Siurob, que tiene 59 hectáreas. Yo suplico a las comisiones se sirvan decir cuál es el criterio que en este sentido las ha guiado para formular este artículo.

El C. Siurob: Pido la palabra como Comisión.

El C. Altamirano: Antes de contestar la interpelación del compañero Jesús Z. Moreno, quiero que concrete su pregunta, porque habló tanto y dijo tantas naderías, que no comprendo concretamente su idea. En consecuencia, concrete usted su interpelación.

El C. Moreno: Yo no tengo la culpa que el compañero Manlio Fabio Altamirano sea de entendederas tan cortas. (Risas.) Lo que he pretendido y dicho es claro: ¿Cuál es el criterio de las comisiones al formular este artículo de ley, en su proyecto de ley, si no es que al darles tierras a los parcelarios se persigue el aumento de la producción, que sirva para mejorar la situación económica de las clases rurales y del país en general y de qué manera se puede hacer eso?

El C. Altamirano: Ahora sí.

El C. Moreno: ¡Ah, bueno! (Risas.)

El C. Altamirano: Cuando se trató de discutir el proyecto del general Obregón, nos encontramos un artículo que decía así, una fracción que decía así: "que se exigiría a toda persona que solicitara una parcela, el comprobante de sus aptitudes y de su competencia para trabajar en el campo". Algo así decía la fracción, no me sé los términos de memoria, compañero Gandarilla. Con este motivo las comisiones agrarias discutieron si era conveniente o no sostener esa fracción y llegamos a la siguiente conclusión, señor Moreno: como usted habrá visto, el Clero, el capitalismo y todos los interesados de cualquier modo que sea en contra de la Ley Agraria, no encuentran ya medios para combatir las ideas agraristas; en consecuencia, creímos nosotros y creemos todavía que en esa fracción los latifundistas encontrarían un medio para obstruccionar de una manera decidida la división de los latifundios, cómo? Sencillamente haciendo que los trabajadores del campo no consiguieran los certificados de competencia; ¿quiénes les darían los certificados? ¿El presidente municipal? ¿El secretario del Ayuntamiento? Esas son cuestiones que no discutimos nosotros, cualquiera que diera el certificado en el lugar donde estuviera el latifundista, dueño de aquella hacienda, cualquiera podría ser influenciado por el latifundista para que el trabajador que solicitara su parcela no pudiera comprobar esos requisitos; en consecuencia, para alejar esos inconvenientes que pudieran ponerse para obstruccionar la ley, quitamos esa fracción. Estas son las razones que yo le puedo dar al señor Moreno y no son otras. Por lo demás, yo creo que es improcedente este requisito, porque un trabajador, por ejemplo de una fábrica, un trabajador de un taller, un trabajador cualquiera que nunca ha sido agricultor y que ahora quiere ser agricultor, pues desde luego se piensa que no habiendo trabajado nunca la tierra no tiene aptitudes ni tiene competencia para trabajar la tierra, pero tiene voluntad y puede adquirir esas aptitudes y esos conocimientos. (Aplausos.)

El C. Siurob: Pido la palabra como Comisión.

El C. Huerta: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Moreno: He pedido la palabra para interpelar a la Comisión.

El C. Huerta: Yo la pedí para hacer una aclaración.

El C. Siurob: Pido la palabra como Comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Todavía para concretar más y acabar de aclarar el criterio de los estimables señores que se oponen a este artículo, debo decir que las objeciones que hoy hacen deben hacerse cuando se trate de los adjudicatarios; no es éste el capítulo en que se trata de los judicatarios; no es éste el capítulo en que se trata de los judicatarios; por consiguiente, estas objeciones deben hacerlas sus señorías

cuando se trate de los adjudicatarios. Lean ustedes la ley, que se conoce que no la han leído, y ahí encontrarán ustedes un capítulo que habla de los adjudicatarios. Pues bien; cuando se trate de esto, entonces discutiremos con ustedes las condiciones que se quieran, pero en este momento es inútil. Por otra parte, hemos sostenido con mucha justicia este artículo de la ley del general Obregón, porque es esto contradictorio con la declaración primera que se hace en el primer artículo. Por tanto, nos encontramos dentro de nuestro derecho, dentro de la ley, para hacer estas objeciones. Suplico, pues, a los señores oponentes, que no vengan a tratar aquí de las condiciones de los adjudicatarios, sino que se reserven para cuando se trate de ese asunto.

El C. Huerta: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Moreno: Pido la palabra para interpelar a las comisiones.

El C. prosecretario Castrejón: Tiene la palabra en contra el ciudadano Huerta.

El C. Moreno: He pedido la palabra en su oportunidad para aclarar conceptos y ampliar mi interpelación al ciudadano Altamirano.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Huerta Moisés. (Voces: ¡Que se inscriba en contra!)

El C. Huerta Moisés: Señores diputados: Se me acusa de nervioso por parte del señor diputado Siurob, cuando ve que me agito en un asiento de estos escaños; pero lo hago, señores, sencillamente porque me siento rebelado cuando se falsean los conceptos de una manera tan notoria, de una manera tan flagrante. La intención nuestra al subscribir el proyecto de reforma al artículo 6o. -al menos la intención mía, puesto que soy el autor intelectual de esa reforma - es la siguiente: que yo no pretendo que se exija a los solicitantes de tierras-, certificados de capacidad....(Murmullos.) de capacidad agronómica; yo no quiero que demuestren ser a los menos ingenieros agrónomos, lo que pretendemos es que sí demuestren sus hábitos de trabajo y además la capacidad para cultivar las tierras; no me refiero a la capacidad agronómica, sino a la capacidad económica...(Voces: ¡Huy! ¡Huy! ¡Huy!) De nada servirá que un fabricante pida tierras, si ese fabricante no tiene elementos pecuniarios para labrar la tierra. (Siseos.) Porque hay que distinguir, señores que estáis siseando, los alcances de las leyes. Una cosa es la ley de 6 de enero de 1915 que se dio con el exclusivo fin de favorecer a los pueblos para dotarlos de tierras y restituirles las tierras de que habían sido despojados, y otra cosa es esta ley que tiende a fraccionar los latifundios con el exclusivo objeto de aumentar la riqueza nacional. Se ve desde luego que son dos fines distintos los que se persiguen. En buena hora que cuando se trate de restituir las tierras a un pueblo o de dotarlas, no se les exija ninguna capacidad ni hábitos de trabajo, porque al fin y al cabo tienen necesidad de tierras; pero cuando se trata de aumentar la riqueza nacional por medio de la producción, ¿a qué sirve, a qué viene que se den las tierras a cualquier hijo de vecino, sin que garantice que tiene hábitos de trabajo? Es por esto que he solicitado y deseo que la reforma se lleve adelante; lejos de mí el obstruccionar la ley. Cada vez que se habla en contra de un artículo, lo atacan a uno tildándole de reaccionario, de latifundista, etcétera, etcétera, y yo, señores, protesto por este calificativo de reaccionario, de latifundista por que me lo pueden ustedes justificar. Yo invito a los señores ciudadanos o a la Asamblea en general, a que me señalen un metro de tierra que yo tenga, que yo sea dueño de ella. De manera que estos argumentos esgrimidos en contra de nosotros, no son más que golpes efectistas para sorprender a la Asamblea, para despistarla. Explicado como está ya que nuestro propósito no es otro que el de procurar que sea efectivo el aumento de la riqueza nacional, de la producción de las tierras, no creo que la Asamblea se festine en aprobar el artículo tal como está. El señor presidente de la República, con buen criterio, propuso en el proyecto de ley que está a discusión, que se garantizara por los peticionarios la aptitud de trabajo. Si, pues, el presidente de la República propuso esto, ¿qué de extraño tiene, señores, que nosotros secundemos esta actitud? Se dice que quedará a juicio de la Comisión Nacional Agraria; pero si se duda, si no se cree en la honorabilidad de ella, si se cree que los latifundistas van a influenciar a la Comisión Nacional Agraria, entonces estamos perdiendo el tiempo miserablemente y mejor será no seguir tratando este asunto.

El C. Siurob: Pide la palabra la Comisión. Honorable Asamblea: Realmente para contestarle a este compañero, ya que estamos tratando de la Ley Agraria, habría que valerse de un cuentecito enteramente ranchero: se cuenta que una vez un ranchero que tenía una inmensa greña, fue a un teatro y conservó el sombrero puesto y resultó que muchos de los que estaban atrás empezaron a sisearlo y a decirle: "¡Quítese el sombrero! ¡Quítese el sombrero!" Aquel hombre les contestaba: -"No me lo quito porque es peor." "Pues aunque sea peor, quíteselo." Y entonces se quitó aquel individuo el sombrero y la greña enorme ocultó más que lo que ocultaba el sombrero. Este es un caso análogo y puede aplicarse al ciudadano Huerta. Dijo que debía ser simplemente un certificado agrario.....

El C. Huerta: No he dicho eso.

El C. Siurob: Luego dijo que además de un certificado de conocimientos agrícolas, un certificado de aptitudes para el trabajo. Ahora nos viene con que se necesita un certificado de que tiene capital para poder manejar el terreno. No, señor, esta ley se hace para los humildes, para los que no tienen nada;..... (Aplausos.) para acabar con todas estas condiciones que nos va a poner el compañero, va a resultar que no puede tener un pedazo de tierra sino uno que tenga coche para ir allá y un tractor para cultivarla....(Aplausos nutridos.) y un apoderado para que maneje el negocio y que lo defiende contra el compañero Huerta que hará todo lo posible para disputárselo. (Risas. Aplausos.)

El C. Moreno: Pido la palabra para una aclaración.

El C. prosecretario Castrejón, a las 8.38 p. m.: Faltando visiblemente el quórum, la Presidencia ha acordado levantar la sesión y citar para mañana a las cinco de la tarde.