Legislatura XXIX - Año II - Período Ordinario - Fecha 19210922 - Número de Diario 11

(L29A2P1oN011F19210922.xml)Núm. Diario:11

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 22 DE SEPTIEMBRE DE 1921

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO II.- PERÍODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO III.- NÚMERO 11

SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 22 DE SEPTIEMBRE DE 1921

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Se pone a discusión el dictamen referente a las elecciones extraordinarias para diputados al Congreso de la Unión, por el 12 distrito electoral del Estado de México. A votación este asunto, se levanta la sesión por falta de "quórum".

DEBATE

Presidencia del C. RODRÍGUEZ LÓPEZ SANTIAGO

(Asistencia de 127 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)

El C. presidente, a las 6 p.m.: Se abre la sesión.

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"1a. Comisión Revisora de Credenciales.- Sección 7a.

"H. Asamblea:

"El ciudadano presidente de esta H. Cámara, en oficio número 1,513, de fecha 19 del mes en curso, tuvo a bien turnar a esta 7a. Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, el expediente número 113, relativo a las elecciones extraordinarias que tuvieron verificativo en el 12 distrito electoral del Estado de México, en virtud de estar desintegrada la 1a. Sección a que se turnó primeramente.

"Abierto el expediente electoral, venimos en conocimiento que las fórmulas que jugaron en aquel distrito son las siguientes: Emilio Cárdenas - Mariano Vicencio, José E. López - Leonardo Ballesteros, Luis G. Malváes - Manuel M. Guerrero y Adolfo Manero - Alejandro Pulido, correspondiendo según se desprende del acta de la Junta Computadora, 3,619-3,625 votos para la primera, 898-903 votos para la segunda, 400-399 para la tercera y 29-28 para la última.

"El C. José G. López presentó un escrito a esta Comisión, haciendo notar estos tres hechos esenciales: Primero: Que habíase ejercido violencia de parte de la autoridad municipal de Tlalnepantla en favor de la candidatura del doctor Emilio Cárdenas, y temiendo que las órdenes de aquella no fueran obedecidas, dejaron de instalarse algunas casillas en aquel lugar. Segundo: Que hubo violación del secreto del voto en las casillas 3a., 4a. y 6a. de Otzolotepec, 1a. a 4a. de Jilotzingo y en las seis casillas que forman el municipio de Xonacatlán, por haber llegado abiertos los paquetes. Tercero: Que se violó el artículo 92 de la Ley Electoral para Poderes Federales, porque dejaron de computársele 538 votos, correspondientes a la sección 2a. de Ecatepec, y 414 votos correspondientes a la 1a. de Naucalpan, concluyendo por sostener que de habérsele computado los votos que se acaban de mencionar y nulificando los correspondientes a las casillas de que se ha hecho mérito, quedan a su favor 1,850 votos válidos en contra de 1,624 para la fórmula Cárdenas - Vicencio.

"El C. Luis G. Malváez presentó también dos copias de escrito, en los cuales hace referencia a una serie de irregularidades durante las elecciones y las labores de la Junta, sin acompañar, al igual que el señor José G. López, ninguna prueba fehaciente para justificar sus aseveraciones.

"El C. Alejandro C. Pulido, en representación del C. Adolfo Manero, presentó a su vez un memorial y varias constancias para demostrar algunas irregularidades habidas en la elección, pidiendo, en definitiva, que se le computaran los votos que se emitieron en Naucalpan a su favor.

"Teniendo a la vista los escritos mencionados, el acta de la Junta computadora, la documentación relativa a cada expediente electoral y las diversas protestas que los candidatos y representantes formularon ante las casillas y ante la Junta respectiva, los que subscriben hacen notar a la H. Asamblea que existieron, en efecto, diversas irregularidades, como en otras elecciones, sin que por ello deban declararse nulas las del 12 distrito electoral del Estado de México; y respecto de la nulidad que de determinadas casillas solicitaron los candidatos recíprocamente, así como que deban computarse los votos que no le fueron, la Comisión, con amplio criterio democrático, estima que no hay fundamentos suficientes para nulificar y dejar de computar las votaciones obtenidas en las casillas mencionadas en el acta de la Junta, inclusive la 4a. de Naucalpan, cuya documentación fue remitida a esta Cámara.

"Los votos en la 2a. sección de Ecatepec, no son de tomarse en cuenta, por no existir documentación.

"En cuanto a que el C. doctor Emilio Cárdenas está incapacitado Para desempeñar el cargo de diputado, por no haber sufragado en la elección, como lo insinúa el C. José Guadalupe López, y que éste último al igual que el C. Luis G. Malváez, también están incapacitados para desempeñar ese mismo cargo, por no ser hijos ni vecinos del Estado, como lo asevera el C. Alejandro Pulido, cuestiones son éstas que la Comisión no puede tener como verdades legales, en virtud de no estar comprobados.

"Hecha la computación definitiva, aparecen las fórmulas supradichas con las siguientes votaciones: Cárdenas - Vicencio, 3,619-3,625 votos, respectivamente; López - Ballesteros, 1,312-1,312 votos, respectivamente; Malváez - Guerrero, 400-399 votos, respectivamente, y Manero - Pulido, 332-332 votos también, respectivamente."

"Por lo expuesto, nos permitimos someter a la aprobación de la H. Asamblea, en vista de la mayoría absoluta de votos que obtuvo la fórmula Cárdenas- Vicencio, las siguientes proposiciones:

"1a. Son válidas las elecciones extraordinarias que para diputados, propietario y suplente, al Congreso de la Unión, tuvieron verificativo en el 12 distrito electoral del Estado de México, el día 12 de diciembre del año próximo anterior.

"2a. Son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito, los CC. doctor Emilio Cárdenas e ingeniero Mariano Vicencio."

"Sala de comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 28 de julio de 1921.- Moisés Huerta.- Porfirio del Castillo."

"Nota: Estando ya formulado el presente dictamen y entregado a la Oficialía Mayor, nos fue remitido por esa propia oficina un paquete con documentación electoral, correspondiente a la casilla número 3 de Tlalnepantla. Consecuentes los subscriptos con un criterio de equidad y no habiendo reclamación alguna sobre el expediente recibido, se procedió a su examen, encontrando que en dicha casilla obtuvo la fórmula Manero - Pulido 223 votos, y estando la documentación en lo general de acuerdo con la ley.

"En esta virtud se suma el cómputo anterior de 332 votos a los 223 que resultaron a su favor en la citada casilla número 3 de Tlalnepantla y hace un total de 555 votos para la ya referida fórmula Manero - Pulido.

"Sala de comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., a 8 de agosto de 1921.- Moisés Huerta.- Porfirio del Castillo.

" Está a discusión. Los oradores que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano diputado De Alba.

El C. De Alba: Honorable Asamblea: Esta sesión de Colegio Electoral es casi una sesión de aniversario. Hace un año, con diferencia apenas de cinco días, que la Cámara de Diputados, en medio de una sesión tormentosa y atropellada, desecho la credencial del ciudadano doctor Emilio Cárdenas por el mismo distrito que ahora trata de representar en esta Asamblea. En verdad que el recuerdo de aquella sesión es por demás interesante. Realmente yo nunca hubiera creído que una persona tan seria, tan discreta, tan callada, hubiera sido capaz de levantar con su solo nombre o con su sola presencia en esta Asamblea, el tumulto y la gritería a que asistimos y a la cual el doctor Cárdenas, como un genio irónico o juguetón, asistía con un espíritu contemplativo, sin darse cuenta tal vez de hasta qué punto él había traído una tremenda discordia a esta Representación Nacional. Pasma verdaderamente, al leer el DIARIO DE LOS DEBATES correspondiente a la sesión del 17 de septiembre de 1920, que después de todas aquellas catilinarias, de todos aquellos ataques; que después de que Soto y Gama se destacó aquí con los fuertes perfiles que después lo han de caracterizar como un líder obrero, que después de que se escuchara aquí la voz de Avilés que en aquella ocasión invocara hasta la bandera roja y negra del moderno bolchevismo, después de que Ramos Pedrueza tronó aquí en todos los tonos por obligación y mandato de las clase obreras y laborantes del distrito del Estado de México, causa verdadero asombro, verdadera expectación, verdadero malestar al considerar que el ciudadano doctor Cárdenas, ni con una señal de cabeza siquiera, ni con un gesto más o menos enérgico o atrevido, haya sido capaz de desmentir; de desvirtuar o de negar todos aquellos cargos tremendos que en su contra se habían cernido en esta Representación Nacional. fue un caso muy semejante al de un distrito del Estado de Hidalgo y a otro de la XXVIII Legislatura en que se expulsó de esta Representación Nacional a un individuo que lo arrojó de la Legislatura de Jalisco, que se llamó Manuel Dávalos Ornelas, que provocó también en una sesión tormentosa discusiones acaloradas en que se le hicieron cargos tremendos, en la que se hicieron verdaderas injurias personales y salió por una de esas puertas sin tener el gesto mínimo de rebelarse contra aquellos cargos tremendos y afrentosos que se le habían lanzado desde esta tribuna. Yo, realmente, en el lugar del doctor Cárdenas, no hubiera contendido más en las luchas electorales; no es ese su camino, no es esa su vocación. No parece sino que, como decía alguna vez humorísticamente Luis Espinosa, creo que en lo particular a Salvador Saucedo, decía: la Constitución de Colima dice: "El Estado de Colima tendrá un solo representante en la Cámara de Diputados, y ese representante será Salvador Saucedo". (Risas.) También parece que en la Constitución Política del Estado de México hubiera este transitorio: "Se constituye diputado vitalicio al Congreso de la Unión al ciudadano doctor Emilio Cárdenas", porque ha pasado por esta Representación Nacional por períodos y más períodos, y no sé yo, al menos, que alguno de los que me escuchan me ilustre sobre esta materia, que haya desarrollado alguna labor fructífera o cuando menos de esfuerzo sostenido y consciente en favor de sus electores, o cuando menos que haya tenido algo que en cierta forma pueda revelarlo con alguna capacidad para estos asuntos. En verdad que este asunto del 12 distrito electoral del Estado de México es escabroso; allí jugaron tres fórmulas, o jugaron varias fórmulas; pero las que obtuvieron la mayoría fueron la del ciudadano

doctor Cárdenas, la del ciudadano López y la del ciudadano Malváez. Muchos dicen: ¿cómo va usted a hablar en favor de Luis G. Malváez, si tiene cuatrocientos y tantos votos y los demás tienen de mil para arriba cada uno? Pues, señores, con toda convicción, con todo concomiendo vengo a decir que seguramente los cuatrocientos y tantos votos de Luis G. Malváez tienen un valor moral, un valor democrático, un valor social mucho más elevado que los miles que hayan traído sus competidores. Se ve claramente la maquinación: por una parte todas las autoridades municipales formando una verdadera red, formando un fuerte tejido a fin de sostener a todo trance la candidatura del doctor Cárdenas; por otro lado las autoridades del Estado, recaudadores de rentas y demás dependientes de estas administraciones, sosteniendo la candidatura de López, en tanto que Malváez, candidato del Partido Liberal Constitucionalista fue allí con el pecho descubierto, sin ningún otro apoyo que su prestigio personal, sin ningún otro apoyo que su discreta elocuencia, que sus aptitudes en estas luchas. De esa manera, a pesar de la oposición de los municipios, a pesar de la oposición del Gobierno del Estado que favorecía al candidato López y de los municipios que favorecían al candidato Cárdenas, Malváez logró hacerse destacar y seguramente que ustedes comprenderán que en estas condiciones, cuatrocientos votos no son de lo más despreciable si se ha tenido que luchar contra dos pesos enormes, como eran el poder municipal y el poder del Estado. Y hago esta salvedad desde ahora: que vengo a hablar en favor de Luis G. Malváez porque sé muy bien que el candidato López -y esto lo conozco por todos los representantes, casi por la unanimidad de los representantes del Estado de México- fue representante del gobernador Abundio Gómez y tiene todo a su favor (Siseos.) y tiene a su servicio casi todos los elementos, como dije antes, de los recaudadores de rentas. Y digo que vengo a hablar en favor de Malváez, porque es justo que nosotros en cierta forma y cuando se nos presenten casos por este estilo, tratemos de darle el triunfo a aquellos que tienen mayores aptitudes y mejores capacidades para las lides parlamentarias. Yo no digo que en forma absoluta se aplique este criterio, pero como cuando en este caso vemos claro, tan claro como se ha visto por lo que ocurrió en la credencial del doctor Cárdenas hace un año, que es elemento impopular entre los componentes independientes, laboristas y trabajadores de aquel distrito, (Siseos.) seguramente que nosotros tendremos que inclinarnos por aquellos que en cierta forma vengan a garantizarnos aquí una acción, consciente, aventajada una acción en cierta forma socialista y revolucionaria, digna de la Representación Nacional, porque al fin y al cabo esta Representación Nacional debe ir tratando de hacer una selección entre sus representantes. He dicho que el ciudadano doctor Cárdenas ha sido diputado por muchos períodos sin haber demostrado absolutamente ninguna aptitud ni capacidad para estas empresas, y yo creo que esto debemos tenerlo en cierta forma en cuenta, ya que nuestra Constitución Política, ya que nuestra Ley Electoral tiene la manga tan ancha y es tan magnánima que no ofrece ninguna cortapisa a la reelección de los diputados. La Cámara en cierta forma debe tener una conciencia moral para estos casos, a fin de que no vengan aquí indefinidamente a ser representados aquellos que de ninguna manera han hecho labor fructífera dentro de la Representación Nacional.

Los ciudadanos que hablarán en este debate, algunos de ellos del Estado de México, harán patente a los ojos de la Representación Nacional y pormenorizadamente, como constan en estos documentos, todas las irregularidades que hubo en esta elección; en Tlalnepantla, Naucalpan, Ecatepec, en casi todas las casillas, declarando cómo hay allí una verdadera organización, una verdadera trama para no dejar intervenir a ningún elemento independiente que no tenga conexiones con todos los presidentes municipales y con todos los que en cierta forma se han propuesto seguir imperando en cada uno de estos pueblos. Yo decía que posteriormente se harán estas demostraciones, y seguramente que serán evidentes. El candidato del Partido Liberal Constitucionalista se encontró ya con todos los elementos en su contra, y en realidad que es algo extraño que yo venga a hablar en esta forma; algunos pensarán que es algo irónico que yo venga a hablar en favor de un miembro del Partido Liberal Constitucionalista o de un candidato de este Partido, pero es que cuando yo veo que para la Representación Nacional hay una expectativa de adquirir un miembro que tenga capacidad, que tenga entusiasmo, que haya sido un luchador antiguo, como lo es Luis G. Malváez, yo no reconozco color político, yo tengo entonces el sentido de la corporación, el sentido de la XXIX Legislatura, para tratar de que esta Cámara tenga entre sus miembros a un hombre luchador antiguo y gran periodista como lo es Luis G. Malváez. Seguramente no soy yo el indicado para hacer un bosquejo, aunque sea somero, de la personalidad de Malváez; si estuviera aquí Bordes Mangel, seguramente que él nos daría datos excelentes sobre la actuación de este hombre independiente, enérgico y activo, que fue, como periodista, quien dio a conocer en todo el país, como corresponsal de un periódico diario de esta capital, en San Luis Potosí, por medio de corresponsalías inteligentes y atrevidas, la personalidad de Madero en 1909. Así es que al venir a hablar en favor de Luis G. Malváez, en cierta forma también vengo a poner el dedo sobre algo que se ha debatido con gran empeño, que se ha debatido con gran calor y con gran saña en el Estado de México: en lo relativo a las elecciones locales. Casi es un absurdo, casi es un contrasentido, como yo digo, venir a hablar en favor de Malváez; pero yo vengo a hablar en favor de un hombre honrado e inteligente que seguramente sabrá hacer honor a su papel de representante en esta Representación Nacional. En aquel Estado ha habido conflictos por la elección de poderes locales. El Partido Liberal Constitucionalista ha sostenido que su candidato, en general Andrés G. Castro, triunfó en aquellos comicios y que, sin embargo, fue aplastado por la máquina electoral sostenida por el Gobierno interino del Estado, que

no permitió el libre sufragio. Y sin embargo, señores para el Partido Liberal Constitucionalista esta credencial implica, en cierta forma, o una rectificación o un mentís a todos los asertos que ha sostenido sobre este punto; porque si el candidato del Partido Liberal Constitucionalista, Luis G. Malváez, a las puertas de México; cuando un Partido casi exclusivamente metropolitano a las puertas de México no triunfó legalmente, moralmente, democráticamente, en los comicios, seguramente no habrá ninguna razón para después decir que triunfó en todo el Estado su candidato Andrés G. Castro, puesto que ni siquiera hicieron triunfar a un diputado en el distrito de Tlalnepantla y a las puertas de México.

Para terminar, señores, yo quiero hacer una salvedad que no tiene ningún viso ni ningún cariz de hipocresía, no me mueve ningún asunto absolutamente ningún rencor personal, ni tampoco ninguna amistad incondicional, puesto que la amistad con Luis G. Malváez es más bien intelectual que personal, ni tampoco pretendo absolutamente, ni quiero que en esta ocasión se esgriman argumentos contra el doctor Cárdenas con una saña personal, tremenda, que, por decirlo así, lo pulvericen y no lo dejen hacer ni una señal de reprobación para todos aquellos cargos que se le hagan; no me mueve absolutamente ningún asunto personal en contra de él, y sin hacer tampoco alarde, podría decir que me mueve, en último caso, un impulso en favor del distrito de Tlalnepantla, para que esté mejor representado dentro de la Cámara y en favor del distrito de Tlalnepantla, en su propio terreno, para que no pierda su médico, porque al fin y al cabo el doctor Cárdenas, que dicen es un médico magnánimo y caritativo en aquella región, allá sí servirá, mientras que aquí en esta Representación Nacional no nos sirve absolutamente para nada. En cambio, yo le recordaría al doctor Cárdenas, yo le diría que si no se le viene a la memoria cuando en la sesión del 27 de septiembre de 1920 se desató aquella tempestad en la Representación Nacional, que si no recuerda aquel episodio de la fantástica historia de Gargantúa y Pantagruel, del gran Rabelais, cuando al pobre Panurgo lo embarcaron en una aventura de gigantes, y en medio de una tempestad y en alta mar, y mientras Gargantúa, mientras todos los hombres de esfuerzo y de empeño se dedicaban al salvamento del barco, a desaguarlo, a reforzarlo, el pobre Panurgo, en un rincón del barco decía: Dios mío, ¿por qué no estaré yo en mi tierra sembrando lechugas y nabos en mi huerta, cuando yo era tan feliz allí, sin haberme metido en estas aventuras? Esta pequeña insinuación yo me permitiría hacérsela al compañero Cárdenas, para que esta Representación Nacional le diga de una vez para todas que no es éste su camino, que no es éste su sendero, que ya es tiempo de que la Representación Nacional vaya estableciendo una selección para aquellos que tienen alguna actitud, pero, por lo menos, seguramente que el doctor Cárdenas estará mejor ejerciendo humanitariamente, y ampliamente, discretamente, caritativamente su profesión en el distrito de Tlalnepantla, que representándolo aquí en la Cámara de Diputados, porque ya demasiada experiencia tiene el Estado de México sobre el doctor Cárdenas, que absolutamente no ha tenido ningún gesto, no ha tenido ninguna arrogancia en un momento difícil, en un momento en que se requería que tuviese esa actitud. Yo recuerdo también el caso del ingeniero Calderón, que salió de esta Representación Nacional después de una sesión tormentosa, sin haber tratado de desvanecer los cargos que se le hacían, y con qué desprecio, con qué iracundia nos quedamos los mismos que lo habíamos defendido - y seguramente los que defendieron entonces al doctor Cárdenas deben haber sentido la misma desilusión -, cuando no vino ni siquiera a enfrentarse con aquellos que le hacían cargos injuriosos y muy personales. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano diputado Luque.

El C. Luque: Señores diputados: ¿Podrá expresarse con toda libertad quien por primera vez ocupa esta tribuna, donde, a decir verdad, para los que por primera vez ascienden a ella se respira un aire difícilmente respirable? Pero si he venido yo a esta tribuna, no ha sido más que inspirado por un sentimiento de estricta justicia, ya que el lema de mi vida ha sido, es y será siempre, vivir para hacer justicia. (Aplausos.)

Verdaderamente, señores diputados, me ha llamado la atención que un hombre tan intelectual, tan sereno y tan distinguido como es nuestro querido compañero el señor doctor De Alba, haya venido a producir un discurso que en realidad a nadie puede dejar convencido, porque no contiene un solo ataque fundamental para el doctor Cárdenas. Y siguiendo punto por punto, o por lo menos en sus puntos principales, la peroración del citado señor doctor, voy a contestarle solamente estas cuestiones: Nos informa que el señor doctor Cárdenas no ha desarrollado nunca en su distrito nada que pueda ser digno de mención. Es que nuestro querido compañero el señor doctor De Alba no conoce la vida del señor doctor Cárdenas, y, por lo mismo, malamente se puede hablar de una cosa cuando no se le conoce....

El C. Colón José Remedios, interrumpiendo: ¡Ni usted la conoce, compañero!

El C. Luque, continuando: Estimo, mi señor diputado, que acto continuo de que usted hable -porque creo que el turno de usted me sigue - presentará el señor doctor Siurob documentos que justifiquen todos los inmensos beneficios que ha hecho el señor doctor Cárdenas en su distrito.... (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Siseos. Desorden.) No me importan los siseos, si vengo a decir verdades; estoy completamente convencido de lo que ha sido el doctor Cárdenas en su distrito....(Voces: ¡Huy! ¡No se enoje!) No me enojo, señores diputados, es que un defensor de una causa, cuando está perfectamente convencido de que la defiende con justicia y con calor, debe manejarse de esta manera; de lo contrario; todas las causas son perdidas, porque cuando se viene a hablar por consigna o por paga, no se viene a hablar sinceramente....

El C. Manrique: ¿Y cuando se aplaude por paga?

El C. Luque: Yo no he pagado aplausos, señor diputado Manrique; que pague quien quiera, yo no

he pagado aplausos ni tampoco me fijo en los siseos.

Nos dice el señor diputado De Alba que los votos de Malváez valen más que los de cualquiera otro de sus contrincantes. Yo me permitiría interpelar al señor diputado De Alba: ¿Cree que los cuatrocientos y tantos o trescientos y tantos votos que obtuvo el señor Malváez en la elección de Tlalnepantla valen más que los que obtuvo el señor doctor Cárdenas, quitando, en la suposición de que todavía hubiese ilegales? ¿Tiene menos el doctor Cárdenas que el señor Malváez?

El C. De Alba Pedro: Para contestar la interpelación.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. De Alba Pedro: Señor licenciado Luque: He asentado que el valor de los votos en una elección debe obedecer a una relatividad absoluta en lo que se refiere a los procedimientos que se emplearon para ganarlos. Como yo sostuve en esa tribuna que todas las autoridades municipales de ese distrito estaban tutoreadas por el señor doctor Cárdenas, que nos eran altamente sospechosos esos miles de votos; que para nosotros representan mayor fuerza democrática y legal cuatrocientos votos que cinco o seis mil que pueda traer el señor doctor Cárdenas. (Aplausos.)

El C. Luque: Nos habla el señor doctor Cárdenas..... (Voces. ¡No! ¡No!) nos habla el señor doctor De Alba de que hay una relación enteramente virtual o enteramente moral entre cuatrocientos y tantos votos y tres mil y tantos que obtuvo el doctor Cárdenas. Aquí, señores compañeros, no vamos a ver nada virtual ni vamos a ver si Fulano de tal obtuvo tantos votos buenos y Zutano de tal obtuvo tantos votos buenos..... (Voces: ¡Malos!) o malos, como quiera que sea; se trata de preguntar aquí quién obtuvo el triunfo en la elección por la mayoría de sufragios obtenidos. ¿Cómo vamos nosotros a decir, pues, virtualmente Martínez obtuvo tantos votos pero tantos otros obtuvo don Fulano de tal, y virtualmente debemos darle el triunfo al que obtuvo menos votos? Yo estoy defendiendo al señor doctor Cárdenas por esta razón: el número de votos legales obtenidos por el señor doctor Cárdenas es superior al obtenido por cualquier otro de los candidatos. (Voces: ¡No es cierto!) Justificad, señores, esta presión de que me habláis, que ya con documentos se vendrá a destruir posteriormente esa presión que tanto predicáis, inclusive mi querido compañero el señor diputado Manrique, y entonces yo seré uno de los que voten contra el doctor Cárdenas, a quien estoy defendiendo por convencimiento. Dice el señor doctor de Alba: "Hay que darle el triunfo al señor Malváez, porque él... pues ha sido revolucionario, porque él es periodista, porque él tiene estas y las otras cualidades. "No, señores, eso no es razón de ninguna especie. Aquí no hay más razón que esta: ¿Cuál es la legalidad de los votos obtenidos por cada uno de los contrincantes y quién es el que obtuvo mayoría de Sufragios? Ya es tiempo de que se acabe aquí esa cuestión de los muchos cuchillos que se aplicaban en otros tiempos. Ahora se trata sencillamente de aplicar el criterio legal, y si queremos nosotros prosperar en nombre, prosperar en todos sentidos, debemos darle el triunfo al que positivamente haya obtenido la mayoría de sufragios, a efecto de que los pueblos tengan perfecto convencimiento de que los que tienen aquí -llámense reaccionarios, llámense lo que ustedes gusten - son positivamente representantes del pueblo. (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Siseos. Desorden.)

El C. Altamirano, interrumpiendo: ¡Que venga Huerta!

El C. Luque, continuando: Si Huerta, señor compañero Altamirano, es elegido por su distrito, Huerta debe entrar aquí porque esa es la voluntad del pueblo.

El C. Altamirano: Pido la palabra. (Desorden.)

El C. Luque, continuando: Sí señores, ni más ni menos, la voluntad del pueblo. Si nosotros, señor compañero Altamirano, vamos a un distrito donde se cuenten puritos mochos, señores, en todos los parlamentos del mundo, oidlo bien, están perfectamente representados....(Desorden.)

El C. Altamirano, interrumpiendo: ¡Pero no asesinos como Huerta!

El C. Luque, continuando: En todos los parlamentos del mundo están perfectamente representados todos los Estados de la nación, sólo aquí en este Congreso, en está Cámara es donde se ve, con pasmo de todos, que todos queremos ser revolucionarios, que todos queremos ser únicos. Eso es imposible, señores, (Una voz: ¡Quiere defender a Huerta!) Yo no defiendo a Huerta, quienquiera que me haya lanzado ese cargo sepa que yo iba a ser una de las víctimas de Huerta y malamente puedo defender al que iba a ser mi asesino. Esto lo sabe perfectamente el licenciado Soto y Gama. (Voces: ¡Pobre!) Sí, pobre de mí, señores, porque el pobre de Luque viene a defender aquí, contra una insignificante minoría, a personas que están contra el doctor Cárdenas, viene a defender contra viento y marea esa justicia que se llama admitir al doctor Cárdenas en el seno de la Representación Nacional.

El C. Ortíz Manuel: Es la mayoría, compañero.

El C. Luque: Es la mayoría, probablemente, de la diputación del Estado de México. Habláis de reacción, señor diputado Soto y Gama, y en vuestra vida pública tenéis muchos hechos de reaccionario. (Aplausos. Voces: ¡Pruebas!)

El C. Altamirano: Pido la palabra para una interpelación.

El C. Luque: No admito interpelaciones. No dice el señor doctor don Pedro de Alba, que porque no triunfó Castro en el Estado de México como gobernador de aquella Entidad federativa, que consiguientemente el doctor Cárdenas no debió haber triunfado y no sé cuántas cosas más sobre el particular. Sencillamente nada tiene que ver un asunto con el otro, son dos puntos absolutamente distintos, el uno, el del triunfo más o menos legal del doctor Castro sobre el general Gómez, y el otro el triunfo legítimo y muy legítimo del doctor Cárdenas, aun cuando pese lo contrario a sus señores enemigos.

Señores diputados, por haber sido el señor doctor de Alba tan sucinto, tan verdaderamente sucinto en su discurso, no puedo ampliar más mis razonamientos: todos nosotros debemos apoyar la

candidatura del señor doctor Cárdenas.... (Voces: ¡No! ¡No!) Decid lo que queráis, señores, pero los que dicen que no es el señor Cárdenas quien triunfó en las elecciones de Tlalnepantla, es probablemente porque tienen algo que sentir en lo personal y quieren venir a desquitarse aquí en la Representación Nacional. (Voces: ¡No!) Señores diputados: He dicho y vuelvo a sostener que la voluntad del pueblo se debe respetar tal y como se haga sentir, sean quienes fueran los candidatos que vengan elegidos por los pueblos; sólo de esta manera podemos hacer verdadera democracia, de lo contrario, señores, nuestro pueblo será un juguete miserable nuestro y las elecciones serán hechas aquí y no en los distritos. (Aplausos.) Bonita manera de ser demócratas aquellos que hablan de reaccionarios y son los primeros reaccionarios porque no quieren respetar la voluntad de los pueblos! El día que los pueblos tengan sus verdaderos representantes, llámense Huerta, oidlo bien,... (Siseos.) o llámese el obispo, quien quiera que sea o llámese el más humilde de los labriegos, ese día tendremos una Cámara verdaderamente democrática y verdaderamente popular. Esa es una verdad de las verdades. Todos aquí venimos con el frac de revolucionarios porque no hay ningún reaccionario entre nosotros, todos somos puritos revolucionarios y revolucionarios puros. Y bien, esa no es la verdad, señores, multitud de credenciales no han salido verdaderamente de la elección popular, y ahora que tenemos una como la del doctor Cárdenas que sí es legítima, ya no queremos admitirla, pero esto no es por toda la Cámara, es por tres o cuatro de sus enemigos que se desvelan por esa figura que sí es altamente beneficiosa en Tlalnepantla... (Siseos.) Sí, señores, como lo demostrará palpablemente el señor doctor Siurob. Todos esos, digo, no conseguiran su objeto, la Cámara tiene que ser justiciera y entonces el señor doctor Cárdenas será diputado por el distrito de Tlalnepantla. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Colón. (Aplausos.)

El C. Colón: Señores representantes: En representación de un grupo de compañeros que en estos momentos están sufriendo la privación de su libertad; en representación de varios obreros que hace ya algún tiempo están lanzando gritos de protesta porque el señor doctor Emilio Cárdenas (Voces: ¡Pruebas!) viene con su necedad, con una credencial inmunda... (Aplausos. Voces: ¡Pruebas!) a querer representar al distrito de Tlalnepantla; en representación de mis caros hijos que están también amenazados de muerte por el Gobierno local sencillamente porque he levantado el Lázaro de la libertad, y en representación de la sagrada sangre de Serapio Rendón que fue sacrificado en Tlalnepantla cuando no levantó una protesta el señor Cárdenas, vengo a hablar en contra de la credencial del señor Emilio Cárdenas. Sí, señores, no hace mucho tiempo que yo asistí a una de las memorables sesiones de esta Cámara, en una de las galerías, y cuando aquí el bravo abogado Eduardo Neri ocupaba también esta tribuna para informar acerca de la desaparición de varios correligionarios suyos, entre otros Pastelín, Serapio Rendón y el doctor Belisario Domínguez y entonces, en aquella memorable fecha cuando decía, cuando establecía este dilema: que se nombrara una comisión para que se acercara al llamado presidente de la República Mexicana, Victoriano Huerta, para decirle que si no tenían garantías los miembros de esta Cámara, abandonarían este sitio para establecerla en otro lugar, entonces sentí mi alma completamente llena de entusiasmo, entonces sí rebosaba de alegría porque comprendía que este hombre nos daba lecciones de verdadero civismo. Pues bien, señores, en esos momentos angustiosos el señor doctor Emilio Cárdenas, que se llamaba revolucionario, que se llamaba maderista, que se llamaba representante del distrito de Tlalnepantla, enmudeció y está enmudeciendo ahora ¿y así quiere representar al distrito de Tlalnepantla, así quiere dar lecciones de civismo a los obreros? No, señores, el doctor Emilio Cárdenas debe ser por segunda vez expulsado de esta Cámara. Esa es la palabra, sí, señores. (Voces: ¡No! ¡No! a Aplausos.)

El C. Castillo Agustín, interrumpiendo: ¿Me permite la palabra para una pequeña interpelación sobre lo que dijo usted, compañero? (Voces: ¡Sí! ¡Sí!)

El C. Colón: Permítame terminar. Pues bien, señores,....

El C. Castillo Agustín, interrumpiendo: Para una interpelación.

- El C. Colón, continuando:....hace tiempo que se viene diciendo que en el distrito de Tlalnepantla hay verdadera libertad entre los vecinos para elegir al señor doctor Cárdenas; sí, hay mucha libertad, ya saben ustedes cómo se establece la maquinaria administrativa, ya saben ustedes poco más o menos, porque no está muy retirado el distrito, la forma de elegir los ayuntamientos, y si la mayor parte de los compañeros no lo sabe, yo lo voy a expresar en pocas palabras. El doctor Cárdenas, Emilio Cárdenas ha sido con esta la quinta vez dizque electo por los vecinos del distrito de Tlalnepantla, pero ignoran ustedes que para hacer su elección tiene él una pequeña botica con paredes tristes, en cuyo frontispicio se lee esta palabra: "Farmacia". Allí concurren los pobres, los que tienen la desgracia de ir a visitar al doctor Cárdenas y él, con palabras amorosas les dice: "No tengas cuidado, hijito, yo te curo, yo no te cobro, (Voces: ¡Bueno!, ¿y qué?) pero ya sabes que si tú me das tu voto te curo..." (Voces: ¡Pruebas!) Y luego recomienda a sus dependientes que les cobre el importe de la receta y, efectivamente, la vista no se las cobra, pero el dependiente ya tiene instrucciones de la manera como debe resarcirse de ese trabajo del doctor Cárdenas. Pues bien, señores, y lo que hace con los pobres lo hace con un grupo de individuos que viven como pulpos en todos los pueblos; allí jamás ha habido innovación, allí jamás se han cambiado las autoridades, son las mismas. Para que ustedes se den una idea exacta de que siempre el doctor Cárdenas cuenta con el apoyo incondicional de algunos vecinos, hacen esta combinación: el doctor Cárdenas viene aquí con el propósito de satisfacer determinadas ambiciones personales y eligen para diputado al Congreso local a su compadre, el notario Raymundo Cárdenas. Conforme a la Constitución Política del Estado de México, la Cámara de diputados tiene

la facultad de revisar los expedientes de los ayuntamientos; cuando los ayuntamientos no están de acuerdo con las miras políticas del señor doctor Cárdenas o de su compadre el señor Raymundo Cárdenas, entonces, mediante una combinación que se hace en el seno de la Cámara de Diputados, se elige a los Ayuntamientos de México; una vez que entran los ayuntamientos, la cosa es muy sencilla: se elige a secretarios incondicionales, se elige a los administradores de las rentas municipales enteramente adictos al señor doctor Cárdenas, se elige a los gendarmes, al ayudante de policía, al alcaide, a todos. Una vez que se ha establecido, una vez que se ha armado esta maquinaria administrativa, llegan las elecciones y con esto lo que debían hacer los ayuntamientos en recompensa de los servicios que el señor doctor Cárdenas les ha prestado. Y este señor compadre, don Raymundo Cárdenas. pues naturalmente que obró según las indicaciones del doctor Cárdenas. Entiendo que allí nunca ha habido una verdadera libertad para elegir. Tenemos una prueba elocuente: el pueblo de San Pedro Atzcapotzaltongo, ese pueblo viril que en su seno recibió al señor doctor Siurob, al señor doctor y general Castro y a otros varios revolucionarios, desde hace mucho tiempo que viene trabajando por que se le deje en completa libertad para elegir sus autoridades, y hasta la fecha no lo ha conseguido y tal vez no lo conseguira jamás si nosotros admitimos al doctor Cárdenas en esta Cámara. Esto es lo que pasa. Pues bien, señores, hay otra circunstancia más: se ha alegado que el expediente electoral de Tlalnepantla viene perfectamente arreglado; que hay una que otra protesta que no se ha tomado en consideración y que, en resumen, a pesar de descontarle al señor doctor Emilio Cárdenas los votos que sus partidarios alegan como nulos, todavía el señor doctor Emilio Cárdenas trae una votación encima de todo esto. Pues bien, señores, para que ustedes vean el perfil político del señor doctor Emilio Cárdenas, porque este señor nunca ha tenido convicciones firmes, nunca se ha puesto frente a frente de sus enemigos, jamás he sabido yo que se afilie al bonillismo de una manera franca, o al partido obregonista; no, señores, él escoge a su arbitrio determinadas personas para que trabajen en favor de un candidato oficial. Si desgraciadamente gana, pues entonces el señor doctor Cárdenas se une a sus partidarios para decir: yo también fui del partido de ustedes, tengo derecho a figurar en su seno. (Siseos.) Y tenemos como prueba evidente que el señor doctor Cárdenas, en las últimas elecciones para diputados al Congreso de la Unión, prohibió la candidatura del señor Ismael Díaz González, que saben ustedes que fue de filiación bonillista. Pues bien, el doctor Cárdenas en persona y con el auxilio de todos sus propagandistas procuró que el señor Díaz González entrase al seno de esta Cámara; en cuanto vio la fuerte oposición, entonces el doctor Cárdenas ya no lo pudo ayudar y dijo: yo he sido de filiación revolucionaria, Siempre nos ha venido a engañar. Recuerdo que en las últimas elecciones, cuando el Partido Liberal Nacionalista lanzó sus candidatos, también Cárdenas figuró como candidato, y como una prueba de mi aserto voy a suplicar a la Secretaría que me haga favor de leer estos documentos que he conservado precisamente para que en una ocasión como ésta pueda decir al señor doctor Cárdenas que nunca jamás ha sido de filiación revolucionaria, ni mucho menos ha sido de ideas francas y sinceras.

El C. Luque: ¿Me permite una interpelación?

El C. Lara César A.: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Colón: No, señor.

El C. Lara César A.: ¿No me permite una aclaración? Señor Colón, lo agarraré después.

El C. secretario Pérez Gasga: Un sello que dice: "Doctor Emilio Cárdenas.- Tlalnepantla, México,"

"Tlalnepantla, febrero 24 de 1918.

"Señor Genaro Sánchez - Jaltenco.

"Estimado amigo:

"Estando próximas las elecciones para la renovación del Poder Legislativo y deseando saber si no he desmerecido en la confianza de usted y estima que de manera honrada y patriótica pueda contribuir como representante del 12 distrito electoral del Estado de México en la reconstrucción nacional que se está llevando a cabo, me permito rogar a usted que en respuesta a ésta se sirva decirme, como vecino distinguido del mencionado distrito y como verdadero amigo mío, si cuento con su benevolencia y eficaz ayuda en la campaña electoral que para diputado al Congreso de la Unión y para el período que comienza en 1918 y terminará en 1920 y que pronto se iniciará.

"Quedo como siempre su afectísimo amigo y S.S.- Emilio Cárdenas." Voces: ¿Quién certifica esas cartas?)

"Al Pueblo.

"El Gran Partido Liberal Nacionalista, establecido en la ciudad de México, postula para diputado al Congreso de la Unión por el distrito electoral número 12 del Estado de México, a los ciudadanos: propietario doctor Emilio Cárdenas; suplente, doctor Saúl Rubio.

"Votad por ellos, que son las personas que encarnan las aspiraciones del pueblo.

"Cuautitlán, junio de 1918."

"Carta abierta al señor doctor y diputado Emilio Cárdenas.

"Melchor Ocampo, junio 24 de 1918. Tlalnepantla.

"Señor doctor Emilio Cárdenas.

"Muy señor mío:

"Con fecha 15 de marzo próximo pasado me dice usted que están próximas las elecciones para la renovación del Poder Legislativo y que si estimo siga representando el 12 distrito electoral, y si cuenta con mi ayuda en la campaña electoral, pues desea contribuir a la reconstrucción nacional.

"En respuesta le manifiesto, que es inconveniente continúe representando el 12 distrito electoral para diputado al Congreso de la Unión, por haber sido electo y reelecto por dos períodos, y las reelecciones pugnan con los principios que he sostenido, pues mi deseo más grande y vehemente ha sido y es que en la renovación de los poderes haya un cambio en el personal para que todos los ciudadanos conscientes figuren en los puestos públicos.

"Por otra parte, no creo que sea usted

necesario para seguir representando el distrito de Cuautitlán, puesto que cuenta con hombres de ideas radicales que pueden ayudar al Gobierno federal, contra el elemento reaccionario que está trastornando la paz y el orden público establecido por el Gobierno Constitucional.

"Es usted un diputado incoloro, carece usted del requisito de vecindad constitucional y en los dos períodos su labor ha sido nula, por no haber iniciado el mejoramiento de los que representa.

"No ha sido orador para analizar los grandes problemas que se ventilan en la Cámara ni desempeñado comisión alguna para ayudar "a la reconstrucción nacional" que usted invoca.

"Hay que dejar al pueblo que obre libremente para que seleccione y elija la persona que deba representarle en el Congreso de la Unión.

"Si tiene usted en cuenta los principios, no debe usted trabajar por personalismo retirando su postulación.

"Su afectísimo.- José M. Viquez."

Y para que se vea de una manera clara que el señor doctor Cárdenas ha conseguido siempre el apoyo del partido que más le acomoda, voy a suplicar a la Secretaría que lea la recomendación que hacían los miembros que formaban el "Partido liberal Nacionalista" para que votasen por el señor doctor Emilio Cárdenas.

El C. Ortiz Manuel, interrumpiendo: Moción de orden. Yo ruego a los señores oradores que se concreten al punto; que demuestren la legalidad o ilegalidad de la elección. Los ataques personales nada nos importan. No son de interés en esta Cámara los ataques personales.

El C. Zincúnegui Tercero: Moción de orden.

El C. presidente: Tiene la palabra para una moción de orden el ciudadano Zincúnegui Tercero.

El C. Zincúnegui Tercero: Indigna positivamente que un representante del pueblo, como pretende serlo el compañero, trate de acallar aquí los argumentos esgrimidos por el orador. No me explico qué criterio puede tener el compañero para oponerse a que se dé aquí lectura a todos aquellos documentos que ilustrarán el criterio de la Asamblea. (Aplausos. Murmullos.)

- El C. secretario Pérez Gasga, leyendo:

"Partido Liberal Nacionalista.- Avenida del 5 de Mayo, 22.- Despacho, 214.- Teléfono Mexicana, 823 Neri.- México, D.F.

"México, 26 de mayo de 1918.

"Señores Tirso Trejo y Nicolás Romero.

"Muy estimados señores nuestros:

"El Gran Partido Liberal Nacionalista, cuyos ideales tienden a encauzar a la patria por una senda de positivo bienestar y segura tranquilidad, que tan ingentemente reclama, se ha propuesto dirigirse a todos los verdaderos patriotas mexicanos, con el fin de contar con su valiosísima ayuda para lograr la realización de sus altos y nobles propósitos.

"Estamos seguros que contando con hombres desinteresados y dignos, que dediquen todas sus energías y actividades en bien de la patria, y cuya labor la hagan en el seno del Gobierno constituído, mucho se logrará obtener en pro del bienestar político y del equilibrio económico, de los que depende la salvación de la República.

"Es por esto que, de una manera muy especial hemos seleccionado para la formación de nuestras candidaturas, a personas de verdadera honradez, seguros de encontrar para ellas, todo el apoyo del sufragio y de usted.

"El partido desea, dados sus propósitos, que en el próximo período del Congreso General, hagan gestión legislativa por el 12 distrito electoral del Estado de México, como diputado propietario el señor doctor Emilio Cárdenas y como suplente el señor doctor Saúl Rubio.

"Seguros de que usted se servirá darles la buena acogida que merecen nuestros candidatos, me apresuro asegurarle la gratitud de la patria.

"Aprovechamos esta oportunidad para suscribirnos como sus seguros afectísimos S.S.- El segundo vicepresidente.- Licenciado J. M. de la Garza.- El secretario general.- Gerónimo Hernández."

El C. Colón: Por último esta carta.

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"Tlalnepantla, junio 25 de 1921.

"Señor diputado José R. Colón.- México, D.F.

"Muy estimado señor diputado:

"En contestación a su atenta de fecha 20 del actual, me permito manifestarle que efectivamente el año pasado en los momentos en que yo pasaba a caballo por la Estación del Nacional en Tlalnepantla, llegó el tren especial procedente de Laredo en que venía el ingeniero Ignacio Bonillas. Me llamó la atención la multitud aglomerada en ese lugar, por lo que me acerqué y pude convencerme que estaba encabezada por el doctor Emilio Cárdenas, el notario Raymundo del mismo apellido, Meade y Fierro, el Ayuntamiento de Cárdenas, una música de viento y todos los empleados municipales que desde hace muchos años son nombrados por Cárdenas y dependen de él.

"Lo que acabo de exponer fue público y notorio; y también a todo Tlalnepantla y a todo el 12 distrito electoral les consta que ningún ciudadano ni ningún pueblo pueden hacer absolutamente nada, ni tienen derecho a nada sin el previo consentimiento del doctor Cárdenas, inclusive ayuntamientos, quienes son designados por él y los demás caciques de los pueblos, con quienes está en perfecto acuerdo desde hace mucho tiempo. Todo lo dicho no lo puede negar ningún habitante del mencionado distrito.

"Respecto a lo que me dice en la última parte de su carta, crea usted que sería muy difícil contestarla, porque se necesitaría bastante tiempo, mucho papel y mucha tinta para decir algo de tantas violaciones de las leyes, de tantos atentados y de tanta inmoralidad de ese nefando caciquismo que ha tanto tiempo oprime sin piedad a este infortunado distrito de Tlalnepantla, que nunca jamás ha sido libre para nombrar a sus autoridades. Y creemos firmemente que éste ha sido el único motivo por el cual estamos tan atrasados en todo. Tengo el gusto de ofrecerme a sus órdenes en ésta como su afectísimo y S.S. - Enrique Basurto G."

El C. Colón: Pues bien, señores; por la lectura de estos documentos que la Secretaría ha dado, podrá convencerse la Asamblea de que la filiación política del señor doctor Emilio Cárdenas no ha sido firme jamás. Yo acepto que algún hombre, yo acepto que algún individuo de filiación

avanzada francamente se ponga del lado o de Bonillas o de Obregón, pero que sea franco; pero el doctor Cárdenas no ha sido ni bonillista ni obregonista; ha sido un hombre acomodaticio; pero si ustedes, señores, no se han convencido de esas verdades, os invito a que vayamos a Tlalnepantla, y verán ustedes cómo las autoridades de allí no pueden obrar sin mandato del doctor Cárdenas; verán ustedes cómo varios reos de homicidio se pasean por las calles de Tlalnepantla, protegidos por el señor doctor Cárdenas; verán ustedes cómo el alcaide, cómo el comandante de Policía y cómo todos los gendarmes están a disposición del doctor Cárdenas, sencillamente para extorsionar, para avergonzar más a la libertad del pueblo. (Murmullos.) Así es como cree usted que viene a levantar la libertad? No, señor doctor Cárdenas; si usted tiene convicciones torcidas, debe usted por delicadeza retirarse de la Asamblea. (Aplausos. Siseos.)

El C. Lara César A.: Pido la palabra para una aclaración. Señores representantes: El ciudadano Colón, desde esa tribuna, ha traído a colación la memoria de Pastelín, de Gurrión y de Belisario Domínguez. Yo como chiapaneco, ciudadanos representantes, no puedo menos que levantar mi voz de protesta para que no se profane el nombre de Belisario Domínguez por los labios del huertista señor Colón. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Siurob.

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Jamás he visto en lucha de credenciales acumularse contra una credencial muy bien adquirida, tal cúmulo de intrigas, tal cúmulo de mentiras y tal cúmulo de falsedades, hasta el grado de que puedo afirmar desde esta tribuna que la planta raquítica de la verdad electoral, que entre nosotros apenas empieza a cultivarse, nunca se ha visto tan ferozmente aplastada por toda esta verdadera tempestad de inquinas y de odios en contra de una personalidad que por ningún concepto merece semejante cúmulo de falsedades.

Voy a combatir aplicando todos los cuchillos que pudiera aplicar esta honorable Cámara a los enemigos del doctor Cárdenas, y voy a considerar que el doctor Cárdenas, como un individuo a quien se le van a aplicar en estos momentos todos los cuchillos, comenzando por el que la Asamblea guste. (Voces: ¡Por el político!) Vamos a aplicar el criterio político. Desde luego me repugna profundamente que venga a hablar en nombre de Rendón y de Belisario Domínguez el compañero Colón. Todos en esta vida tenemos pecadillos, pero el compañero Colón tiene un pecado gordo demasiado grave. (Aplausos.) Sólo pido que se lea este decreto que, siendo diputado el compañero Colón, a la Legislatura del Estado de México, dictó la propia Asamblea; es un decreto en que el punto resolutivo dice así:

Esta Comisión advierte que la contestación del señor De la Barrera fue dada al señor general Joaquín Beltrán, gobernador huertista.

"Y en la sesión del día 28 de agosto de 1913, bajo la Presidencia del C. licenciado Eduardo García, varios ciudadanos diputados presentaron la siguiente proposición:

Señor:

"Los subscriptos, habiendo visto la actitud verdaderamente patriótica del señor presidente interino general don Victoriano Huerta, al resolver con justificación y tino proposiciones que le hiciera el señor presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson, quedando así a salvo la dignidad de la patria, sujeta a vuestra deliberación la siguiente proposición:

"Única.- Esta Cámara, en sesión ordinaria de hoy, acordó dar a usted un voto de aprobación confianza por su patriótica actitud al salvar el decoro y soberanía nacionales.

" Entre otras firmas aparecen la de José Remedios Colón.

El C. Colón: Pido la palabra.

El C. Siurob: Suplico al compañero Colón me permita concluir mi discurso. (Desorden.) Ruego a la Presidencia imponga el orden.

El C. presidente: La presidencia suplica a los ciudadanos diputados ocupen sus curules y guarden orden.

El C. Siurob: Ahora vamos a combatir uno por uno todos los argumentos políticos en contra del doctor Cárdenas. Primero, el ciudadano Cárdenas es un cacique, han dicho en todos los tonos algunos diputados. Vamos a ver por qué el doctor Cárdenas es un cacique. El ciudadano Cárdenas fue presidente municipal de Tlalnepantla en la época de Porfirio Díaz; fue presidente municipal el ciudadano Cárdenas, de Tlalnepantla, cuando era gobernador del Estado de México el general José Vicente Villada, aquel tipo de perfecto liberal de que puede enorgullecerse dicha entidad federativa. (Aplausos.) Sabed, ciudadanos diputados, que todavía José Vicente Villada tiene estatuas en el Estado de México, y estatuas erigidas en la época revolucionaria. José Vicente Villada fue enemigo de Porfirio Díaz; (Voces: ¡No!) estuvo contra la voluntad de Porfirio Díaz; discrepaba en lo absoluto de la política de Porfirio Díaz. (Murmullos.) Suplico a los estimables compañeros se sirvan guardar orden. José Vicente Villada discrepaba en absoluto de la política de Porfirio Díaz; José Vicente Villada era un verdadero demócrata; José Vicente Villada fue un patriota; José Vicente Villada fue el que estableció en el Estado de México todas las escuelas de que puede enorgullecerse aquel Estado; José Vicente Villada fue el que instituyó el Colegio de Educación y el que le dio gran realce al Instituto de Educación Secundaria en la capital del Estado de México. ¿Es acaso una injuria para la democracia, es acaso una injuria para los verdaderos principios liberales el que el ciudadano doctor Emilio Cárdenas haya colaborado al lado de su amigo personal, el ciudadano José Vicente Villada, y que haya desempeñado aquel cargo con honradez y con acierto, como no lo ha desempeñado ningún presidente municipal de los que han seguido en el pueblo de Tlalnepantla? Y para demostrar este aserto, voy a hacerlo con hechos respecto de la labor que como presidente municipal de Tlalnepantla hizo el doctor Emilio Cárdenas. Aquí tenéis este oficio que dice:

"El ciudadano presidente municipal que subscribe:

"Certifica: que por los antecedentes oficiales que existen en el archivo de la Secretaría Municipal, aparece que el señor doctor Emilio Cárdenas, unas veces de motu propio y otras como presidente del Ayuntamiento, emprendió de su peculio y con auxilio de vecinos de la localidad, las obras materiales siguientes:

"Construcción del edificio del Hospital Civil, del Panteón Municipal y del pozo artesiano que surte de agua al vecindario. Instalación de la luz eléctrica; construcción de la atarjea pública, e hizo el empedrado y embanquetado de varias de las principales calles de la población. Además, consta que ha aportado su contingente para la instalación de las escuelas rurales que en número de 15 funcionan actualmente en los pueblos de la municipalidad y ha cooperado para el arreglo de bardas de varios de los panteones municipales de los pueblos de la propia municipalidad.

"A pedimento del mismo señor doctor Cárdenas y para los usos que le convengan, expido el presente en Tlalnepantla, a nueve de septiembre de mil novecientos veintiuno.

"(Voces: ¿Quién certifica eso?) "J. Hernández y Carlos V. Franco, secretario." (Voces: ¡Fecha!) 9 de septiembre de 1920. Fecha, preguntan los compañeros, y me parece pueril este dato, porque allí están las cosas que se hicieron. Yo pregunto a los ciudadanos vecinos del Estado de México: ¿Qué presidente municipal de Tlalnepantla, de los que han seguido al señor doctor Cárdenas, ha ejecutado esto o algo parecido a esto? Aquel pueblo humilde, aquel pueblo pequeño, aquel pueblo miserable, a pesar de estar en las goteras -por decirlo así - de la metrópoli, fue ayudado durante la corta administración del doctor Cárdenas de una manera eficiente, de una manera capaz, proporcionándole muchas de las cosas que constituyen la comodidad de un pueblo, y me admira cómo el doctor Cárdenas pudo haber realizado esto durante el corto período que desempeñó la Presidencia Municipal de Tlalnepantla. El ciudadano doctor Cárdenas ha sido cacique. ¿En qué se hace consistir este cacicazgo? El ciudadano doctor Cárdenas se ha enriquecido a costa del pueblo? Es falso. Que venga aquí alguien a demostrarlo. ¿El ciudadano doctor Cárdenas ha dispuesto de la fuerza pública para hacer imposiciones en su distrito? Que venga alguien aquí a demostrarlo, y entonces yo seré el primero en decir que el doctor Cárdenas es un cacique. Cárdenas envió individuos a la leva, ejerció el terror en Tlalnepantla; que venga alguien a demostrarlo y seré el primero en confesar que el doctor Cárdenas fue cacique. Pero si queréis decir que después de ejercer la profesión leal y noblemente, con verdadera pericia, en el Municipio de Tlalnepantla; que después de haber ejercido esa profesión como no la ejercen muchos profesionistas; después de dar su consejo a los hombres de aquella localidad para que hicieran obra buena en favor del pueblo, el doctor Cárdenas es cacique, entonces os digo que ya quisiéramos muchos caciques por el estilo. (Aplausos.) ¡Caciques de veras hay muchos dentro de esta Asamblea! (Aplausos. Voces: ¡Nombres!) Simplemente os podría citar los nombres de muchos muy estimables compañeros que ejercen la hegemonía política en su distrito sin ser caciques...(Voces: ¡Nombres!) Allí está el ciudadano Soto y Gama, que es un cacique en toda la región del Sur. (Voces: ¡No!) ¿No dispone de todas las fuerzas en aquella zona? Y que me diga el mismo compañero Manrique si no por ser cacique se alió al ciudadano Nieto y está aliado con él después de haberlo combatido ferozmente aquí. (Aplausos.) Después de haber proferido contra él insultos personales, ahora el compañero Manrique va a sentarse a la mesa del ciudadano Nieto y ahora es su colaborador.

El C. Manrique, interrumpiendo: Pruebas!

El C. Siurob, continuando: Ahora es su íntimo amigo, como lo sabe toda la Asamblea. Ciudadano Manrique, sois el factotum político del ciudadano Nieto en una parte del Estado de San Luis Potosí. (Voces: ¡Nieto ya es bolchevique!) Dicen varios compañeros, entre ellos el ciudadano Manlio Fabio Altamirano, que el ciudadano Nieto es bolchevique. ¿Pasan ustedes a creer una inocentada mayor de parte de un compañero en quien debíamos esperar experiencia política? Esta es una ironía y no me la explico más que como tal del compañero Manlio Fabio Altamirano. Sépase la Representación Nacional que en el bolchevismo de Nieto no creen...¡bueno; ni los pegasos, señores! (Risas. Aplausos.) Ahora, señores, continuando todavía con la personalidad política del ciudadano doctor Cárdenas, afirma el compañero Remedios Colón, y dice: el ciudadano doctor Cárdenas nunca ha sido capaz de tener una idea política. Pues bien; yo voy a decir las cosas tales y como son. El doctor Cárdenas se afilió al partido obregonista desde que yo personalmente en la pasada Legislatura anduve exhibiendo a los compañeros un telegrama de adhesión al general Obregón cuando lanzó su famoso manifiesto desde Nogales, Sonora, y que la mayoría de la XXVIII Legislatura se adhirió a aquel telegrama. Desde entonces el doctor Cárdenas ingresó al Partido Liberal Constitucionalista y además de ingresar al partido Liberal Constitucionalista se afilió a la candidatura del general Obregón.

El C. Torre Francisco de la: Pido la palabra para hacer una interpelación al orador. (Campanilla.)

El C. presidente: No se le ha concedido a usted el uso de la palabra. (Murmullos.)

El C. Torre de la: Con permiso del orador.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Torre de la: ¿Es cierto, señor Siurob, que usted hace un año, en la sesión del 17 de septiembre, declaró que el señor doctor Emilio Cárdenas era bonillista, y al frente de una manifestación había ido a acompañar al señor Bonillas cuando pasaba por allí? (Murmullos.)

El C. Siurob: El cúmulo de intrigas...

El C. torre de la: Pues entonces aquí está el DIARIO DE LOS DEBATES y pido a la Secretaría que le dé una lectura.

El C. Siurob: Voy a contestar. El cúmulo de intrigas acumuladas en contra del doctor Cárdenas me envolvió a mí durante cierta época dentro de su red. (Voces: ¡ah! ¡ Ah!)

El C. Manrique, interrumpiendo: ¡Hombre de una pieza!

El C. Siurob, continuando: Sí, de una pieza; más que usted. (Risas.) ¿Sabéis en qué forma? Se

vino a susurrar a mi oído y se me dijo: el ciudadano doctor Emilio Cárdenas fue el individuo que te denunció cuando salías de la capital de la República un día antes que el general Obregón, hacia el Estado de México. (Desorden.) Suplico a la Presidencia que imponga el orden.

El C. De la Torre: Pido la lectura del documento que entregué.

El C. Siurob: Lo voy a leer personalmente. (Voces: ¡No! ¡Que lo lea la Secretaría!)

El C. Manrique: ¡Moción de orden! de acuerdo con el artículo 110 reglamentario, sólo pueden leerse documentos interrumpiendo al orador, si él lo permite.

El C. Siurob: Estoy enteramente de acuerdo con la lectura para rebatir el documento.

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"- El C. Siurob: Honorable Asamblea: Con todo gusto voy a contestar la interpelación que se ha servido hacerme el estimable compañero Ramos Pedrueza. En efecto, yo salí de la capital, por órdenes del general Obregón, un día antes de que este jefe abandonara la capital de la República. Mi derrotero era atravesar el Estado de México, con rumbo a los estados de Querétaro, Guanajuato y Michoacán, donde yo tenía y tengo numerosos partidarios. Al salir de la capital de la República, salimos a caballo, llegando al lugar que se llama San Pedro Atzcapotzaltongo; en este lugar teníamos ya veinticinco ciudadanos dispuestos para tomar las armas. Llegamos a la casa de don Urbano Vázquez, quien me consta que es un liberal de pura cepa, un hombre honrado, un obrero intachable por todos conceptos, y nos alojamos allí. Al poco tiempo supimos que nuestra presencia allí había sido delatada, sin saber en esos momentos quién había sido el autor de aquella delación. Con ese motivo, apresuramos nuestro viaje, y yo partí cruzando el Estado de México con una pequeña fuerza y ya perseguido por todas las fuerzas carrancistas del Estado de México, que en aquel tiempo eran comandadas por el coronel Basurto. Esto no tiene importancia para la asamblea; lo que sucedió después en esa jira, no tiene importancia alguna; pero sí la tiene el hecho de que al regresar yo, después del triunfo, supe por boca del señor Urbano Vázquez, que el señor Cárdenas era una de las personas que habían señalado mi derrotero. No sólo el señor Vázquez me lo dijo, sino también algunas otras personas, entre ellas Victor B. Limón, de San Pedro Atzcapotzaltongo. ¿Hasta qué punto sea esto cierto? No puedo decir sino que las personas que me lo dijeron, son intachables desde el punto de vista de su veracidad; lo que sí me consta es que el señor Cárdenas, en aquellos días, no estaba muy firme en sus convicciones, sino que, por medio de sus elementos en Tlalnepantla daba color francamente bonillista. Supe después que cuando paso Bonillas por ese lugar, se organizó una manifestación que fue a su encuentro, con los elementos que el señor Cárdenas tenía en Tlalnepantla. Esto es lo que me consta y puedo afirmar; de manera que, sin prejuzgar sobre la bondad o falta de ella de esta credencial, sí puedo afirmar que personas enteramente fidedignas me dijeron que yo había sido denunciado por el C. Cárdenas." (Aplausos.)

El C. Siurob: Ahora voy a demostrar que las personas que creía fidedignas no lo son. Suplico al doctor Emilio Cárdenas se sirva facilitarme el expediente de la averiguación a propósito de la calumnia de estos mismos señores. Aquí tienen ustedes el expediente formado con motivo de la acusación que hicieran los señores Vázquez en contra del señor Salinas, acusándolo de haberme denunciado. Aquí está el auto del juez. (Voces: ¡Es compadre de Cárdenas!) No es cierto, es el juez supernumerario de Distrito del Distrito Federal. Estos señores Vázquez acusaron al señor Salinas de que él los había denunciado, siendo así que, al contrario, el señor Salinas fue uno de los que más se opusieron, ya cuando estaban presos, a que estos individuos continuaran presos y fue este propio Salinas quien hizo el escrito para que les fueran devueltos los útiles de imprenta que les pertenecían. Aquí hay constancias procesales donde se ve que no fue Salinas el que hizo la denuncia, sino que por el contrario él fue quien ayudó a recobrar la imprenta decomisada por las autoridades...(Voces: ¡Que se lea el documento!)

El C. secretario Salazar, leyendo: "...que el día 20 de este mes, hallándose en su pueblo y como a las siete y media de la tarde después de haber salido de una cantina, donde con otros amigos estuvo jugando dominó, casualmente se encontró con el señor doctor José Reza, vecino de dicho pueblo, que cuando llegaron frente al teatro "Centenario" y cuando el declarante se disponía a regresar a su casa, se acercaron a ellos (el declarante y el doctor) unos individuos que dijeron eran de la policía militar y manifestó uno de ellos, el que hacía como jefe, dirigiéndose al doctor, que se diera por preso;....

"Como ustedes ven por esta declaración del propio ciudadano Vázquez, él mismo declara que fue aprehendido por individuos de la policía militar, de manera que está comprobada la falsedad del señor Wulfrano Vázquez en declaración hecha en una inculpación semejante a la que le hizo al doctor Cárdenas. (Murmullos.) Suplico a los compañeros que están allí en medio, a la mitad del pasillo, se dignen escuchar. (Campanilla.)

El C. presidente: Se suplica a los señores diputados se sirvan ocupar sus curules y atender al orador.

El C. Siurob: En cambio, en aquella fecha el mismo ciudadano Víctor Limón, que fue mi compañero de excursión a través del Estado de México, (Voces: ¡Ramón!) o Ramón V. Limón, que fue mi compañero de excursión a través del Estado de México, declaró que no era cierto que el doctor Emilio Cárdenas hubiera sido el denunciante, sino que el denunciante fue el cura de San Pedro Atzcapotzaltongo en compañía de un señor doctor Pedro Reza. Ahora bien, no sólo eso, sino que estos mismos individuos fueron los autores de la versión acerca del bonillismo del doctor Cárdenas; pero yo voy a demostrar a esta honorable Asamblea, con la firma del propio doctor Andrés G. Castro, que fue el jefe de la propaganda en el Estado de México, voy a demostrar que el doctor Cárdenas fue leal adicto a la candidatura del general Obregón, no sólo durante la época difícil, sino mucho antes, desde que, en efecto, se adhirió a la candidatura del general Alvaro Obregón dentro de esta Cámara,

hasta que triunfó en los últimos comicios, después del plan de Agua Prieta. Aquí tienen ustedes una carta fechada el 7 de septiembre en Toluca, que suplico al señor secretario se sirva leer.

El C. secretario Aillaud: "Señor doctor Emilio Cárdenas.

"Tlalnepantla, México.

"Muy estimado amigo y correligionario:

"Para su conocimiento y fines consiguientes en la parte que le corresponde, tengo el gusto de participar a usted que la Directiva del Partido Liberal Constitucionalista ha dispuesto, en su circular adjunta, la instalación, para las fechas que se expresan, del Comité Central en la capital del Estado; de los comités distritales, en cada una de las cabeceras de los distritos electorales, y de los subcomités electorales, en las municipalidades comprendidas en cada distrito electoral, a efecto de unificar e intensificar los trabajos electorales y de que se proceda a la designación de senadores y diputados propietarios y suplentes al Congreso de la Unión.

"Para la organización y funcionamiento del Comité General, así como para los comités distritales y subcomités electorales, adjuntas encontrará usted las disposiciones correspondientes y le suplico active los trabajos para dejar debidamente cumplimentado lo dispuesto por la Directiva del Partido, rogándole se sirva ponerme al corriente de las dificultades que se le presenten para lograr los fines deseados, con objeto de subsanarlos en la mejor forma posible.

"Ya sobre la instalación de comités distritales y subcomités electorales, la Directiva a que he hecho referencia se ha dirigido a algunos de los clubes instalados en el Estado, por conducto de sus respectivos presidentes; pero yo me permito suplicar a usted que para llegar a un acuerdo definitivo sobre la designación de candidatos a senadores y diputados, propietarios y suplentes al Congreso de la Unión, nos pongamos en contacto directo para conocer por su conducto la opinión de nuestros conterráneos y tener así probabilidades de obtener el triunfo completo.

"En espera de sus prontas letras me repito de usted su afectísimo atento amigo y S.S.- Andrés G. Castro."

El C. Siurob: Este es un documento firmado por el doctor Castro en que no solamente confía la representación del Partido que luchó por el general Obregón, el Partido Liberal Constitucionalista en aquel distrito, sino que le reconoce alta personalidad política al doctor Cárdenas. Esto fue en julio de 1919. Ahora aquí vienen otras comunicaciones; aquí tienen ustedes otra de octubre de 1920, en el momento álgido de la lucha electoral. Ciudadano secretario, suplico a usted tenga a bien leerla.

El C. Siurob: Aquí tienen ustedes otra carta de octubre 29 de 1919.

El C. secretario Aillaud: "Señor doctor Emilio Cárdenas.

"Estimado amigo y compañero:

"Sin ninguna de sus gratas a que referirme, me permito manifestar a usted por medio de la presente, que ha llegado a mi conocimiento que el diputado Ballesteros, al Congreso local, ha pasado la consigna al secretario municipal de Zaragoza para que en las próximas elecciones municipales salgan individuos enteramente pablistas.

"Suplico a usted se tome la molestia de cerciorarse de la veracidad de este hecho, y en caso de confirmarlo, ponga usted todos los medios que estén a su alcance a fin de contrarrestar esa presión que por ningún motivo debemos permitir.

"Aprovecho esta oportunidad para suplicar a usted se sirva decirme cómo marchan sus trabajos relacionados con la propaganda de nuestro candidato.

"En espera de sus letras quedo de usted su afectísimo atento amigo, compañero y seguro servidor.- Andrés G. Castro."

El C. Siurob: Aquí tienen ustedes otra carta fechada el, julio 31 de 1919.

"Señor diputado doctor Emilio Cárdenas.- Tlalnepantla, México.

"Estimado amigo y compañero:

"Quedo enterado por la atenta carta de usted de fecha 28 del actual, que recibió y aceptó la credencial que me permití remitirle con mi última carta.

"También quedo enterado de que está usted de acuerdo en que nos pongamos en contacto frecuente todas las personas que trabajamos por la candidatura del general Obregón, para lo cual ya me dirijo a todos los subdelegados de ese distrito para que se comuniquen con frecuencia y organicen en la mejor forma posible los trabajos correspondientes.

"En espera de sus nuevas letras, quedo de usted su afectísimo, atento amigo y S.S.- Andrés G. Castro."

El C. Siurob: Aquí está otra carta del ciudadano Castro en que felicita al doctor Cárdenas por la importante labor desarrollada en aquel distrito en favor de la candidatura Alvaro Obregón; está también otra carta de fecha noviembre 19 de 1919; lo mismo está otra firmada por el doctor Castro en diciembre de 1919, y otra de fecha 12 de enero de 1920, en que dice: "Adjunto se servirá usted encontrar un recibo por la cantidad de diez pesos, cuota con la que mensualmente contribuye usted bondadosamente para los gastos de propaganda del Partido Liberal Constitucionalista en pro de la candidatura del C. Alvaro Obregón.

"Por mi conducto el Partido Liberal Constitucionalista le envía las más expresivas gracias por su valioso contingente pecuniario y como siempre, me repito de usted su afectísimo, atento amigo y seguro servidor.- Andrés G. Castro.

" Por último, aquí está otra carta de fecha 29 de diciembre de 1919, que a la letra dice: "Me permito manifestar a usted que encontrándose la Tesorería del P. L. C., con obligaciones de erogar ineludibles gastos con motivo de la presente propaganda y siendo usted un conato partidario de la candidatura del C. Alvaro Obregón, ocurro a usted como es natural, a nombre del señor licenciado José I. Novelo, presidente del mismo, a efecto de que se sirva decirnos con toda franqueza, si le es posible subscribir el vale adjunto, con cargo a sus dietas correspondientes,

devolviendolo en cualquiera forma a las oficinas del expresado Partido (Reforma número 5.)

"De todas maneras le suplico se sirva dar su contestación, dándole de antemano las debidas gracias y repitiéndome como su atento S. S. amigo.- Tesorero.- Andrés G. Castro."

Olvidaba una credencial de agosto de 1920 en favor del ciudadano Emilio Cárdenas para hacer la propaganda en el distrito de Tlalnepantla. ¿Creen ustedes que si el doctor Emilio Cárdenas hubiera sido un traidor al Partido Liberal Constitucionalista, en aquella fecha se le hubieran confirmado todos sus nombramientos después del plan de Agua Prieta? Indudablemente que no. Así es que con estos documentos he comprobado que el doctor Cárdenas sí ha tenido una filiación política perfectamente definida y que sí es capaz de sustentar convicciones. (Aplausos.) Por consiguiente, es una verdadera falsedad lo que han venido a asentar sus enemigos. Ahora, respecto de que la manifestación bonillista la encabezó el doctor Cárdenas o formó parte de ella, es un hecho absolutamente falso. Teniendo yo a cada momento que visitar el Municipio de Tlalnepantla, me he enterado, con el testimonio de muchos vecinos, de que esto es absolutamente falso, y para mayor constancia aquí está un periódico de la época en que se relata quiénes fueron los que recibieron a Bonillas. Pido que se lea. Este periódico es "El Universal".

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"En la estación de Tlalnepantla.

"Uno de nuestros redactores salió en la mañana de ayer, acompañando a la comisión de ingenieros que fue a esperar al señor Bonillas a la vecina población de Tlalnepantla.

"El carro especial que condujo a los ingenieros a Tlalnepantla, salió de la estación de Montealto a las diez y quince minutos de la mañana, llegando al punto de destino a las diez cincuenta. Pocos minutos después de la llegada e los ingenieros, arribó a Tlalnepantla el tren especial en que venía el señor Bonillas, siendo recibido por un grupo de profesionales, a quienes representó el ingeniero Francisco Cravioto Gallardo, para saludar al candidato.

"El discurso del señor Cravioto fue aplaudido por los concurrentes, pues en él manifestaba al señor Bonillas que un grupo de amigos personales y de compañeros de profesión lo habían comisionado para saludarlo, más como amigo que como a candidato presidencial. El señor Bonillas contestó el saludo de los profesionistas aludidos, quienes se distribuyeron en los carros del tren especial para acompañar al candidato....."

El C. Siurob: Como ustedes ven, no fue ningún grupo de Tlalnepantla el que fue a recibir a Bonillas; fue allí un grupo de ingenieros, de los ingenieros carrancistas, de los legítimos adictos a don Venustiano Carranza, encabezados por el ingeniero Cravioto, los que fueron a recibir a Bonillas a Tlalnepantla; el doctor Cárdenas ese día ni siquiera salió de su casa, y en cambio el ciudadano doctor Cárdenas sí fue a organizar una poderosa manifestación en favor del general Alvaro Obregón en compañia de los obreros de las fábricas.(Murmullos. Siseos.) Cállese la porra pagada por el Comité del Centenario. (Murmullos. Risas) Habiendo demostrado, como lo he hecho, plena y palpablemente que el doctor Cárdenas ni ha sido cacique ni fue bonillista y sí es capaz de sustentar convicciones, no me queda sino una cosa: demostrar ante esta honorable Asamblea que no es cierto que haya presión de ninguna especie en favor del doctor Cárdenas. Y en esto de presión vamos a examinar las cosas de una manera concienzuda. Al ciudadano doctor Cárdenas se le imputa falsamente que hubo presión en favor suyo por parte de los ayuntamientos; el ciudadano López, por boca del ciudadano doctor Pedro de Alba, no por boca mía, ha sabido la Asamblea que tuvo en su favor la imposición del Gobierno del Estado, y en cambio, en favor del ciudadano Malváez se invoca la imposición de esta honorable Asamblea, la imposición desde el punto de vista político falsamente interpretado. Yo pregunto: ¿quién es más imposicionista? La imposición de los ayuntamientos tiene por segunda instancia la Junta Computadora; la imposición del Gobierno del Estado tiene también por segunda instancia la Junta Computadora y por tercera instancia esta honorable Cámara. ¿Quién es más imposicionista, el que quiere ser impuesto por aquellos cuya imposición es remediable, o el que quiere ser impuesto por aquellos cuya imposición es absolutamente irremediable? ¿Quién es más imposicionista y, por consiguiente, quién es más reaccionario? el más reaccionario es el que pretende que esta Cámara, usando de su soberanía, lo imponga pasando sobre los principios, pasando sobre derechos, pasando sobre la ley y pasando sobre todas las consecuencias políticas.

He combatido victoriosamente todas las argumentaciones de los enemigos del doctor Cárdenas y me reservo a que presentan siquiera algunos argumentos, pues hasta estos momentos no han presentado ni siquiera la sombra de uno. He citado como prueba de que sí fue absolutamente legal todo lo que se hizo en la Junta Computadora, el testimonio firmado por el propio ciudadano Malváez en que atestigua que todos los hechos que se verificaron en esa Junta fueron enteramente ajustados a la ley. Pido a la Secretaría se sirva leer.

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"Ciudadano presidente municipal.- Presente.

"Luis G. Malváez, candidato por el Partido Liberal Constitucionalista; José Guadalupe López, candidato independiente y Ernesto Salinas, representante de la candidatura "Cárdenas - Vicencio", en las elecciones extraordinarias de diputados al Congreso de la Unión por parte del 12 distrito electoral del Estado de México, ante usted, con todo respeto y en uso de nuestros derechos políticos, atentamente decimos: que habiendo sabido que el señor Adolfo Manero, candidato también a dichas elecciones, pretende sorprender a la H. Cámara de Diputados presentando paquetes electorales falsos y quizá una credencial apócrifa, deseamos, en defensa de nuestros derechos políticos y para prevenir semejante fraude, que la autoridad de su digno cargo se sirva dar a conocer a la propia Cámara de Diputados esta circunstancia, así como que la Junta Computadora que aún revisa los expedientes de las mencionadas elecciones, comenzó sus

trabajos en la forma prescrita por la ley desde el día 16 del actual y con el personal siguiente: presidente de la Junta, el C. Mauro Morales; vicepresidente el C. Juan Rojas y para secretarios y escrutadores del 1o. al 4o., respectivamente, resultaron electos los ciudadanos José Márquez, Aurelio Osnaya, Bernardo Solís, Epifanio González, Ramón Galán, Salvador González, Evaristo Montoya y Antonio Rojas."

El C. Siurob: Como ustedes acaban de ver, con la propia firma del ciudadano Malváez se acredita que la Junta Computadora funcionó conforme a la ley. De manera que si el propio candidato contrario al doctor Cárdenas afirma en este documento, y lo calza con su firma, que la Junta Computadora funcionó conforme a la ley, entonces ¿Por qué venir a quejarse contra irregularidades electorales, cuando está comprobado que la Junta Computadora funcionó en forma legal? (Aplausos.) Más aún: El doctor Cárdenas ha sido y es efectivamente revolucionario, como voy a demostrarlo con hechos palpables.

El ciudadano doctor Cárdenas ha ayudado a los pueblos a obtener sus ejidos. Aquí está el certificado de uno de los representantes de un pueblo que acredita que ha sido ayudado por el doctor Cárdenas para obtener ejidos. Pido a la Secretaría se sirva darle lectura.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Naucalpan, agosto 10 de 1920.

"Señor doctor Emilio Cárdenas.- Tlalnepantla.

"Muy señor mío de todo mi respeto:

"En mi carácter de representante de los pueblos de Chimalpa y Tepatlaxco, pertenecientes a esta municipalidad, me es grato ser portavoz del agradecimiento que tiene a usted los inditos vecinos, por el gran servicio que se dignó prestarme con su influencia en Toluca para dejar ya casi terminado el asunto de dotación de ejidos que han solicitado con toda justicia dichos vecinos en contra de los caciques terratenientes de las haciendas de "El Cristo" y "Apasco".

"Su intervención en este asunto ha dado muy buenos resultados en favor de mis representados, lo que de mi parte también agradezco a usted, dándole las más cumplidas y expresivas gracias.

"Le participo, para su satisfacción, que los mismos inditos están muy contentos de saber que triunfó usted en las elecciones de diputados, por lo que lo felicitamos sinceramente y le protestamos, en ocasiones semejantes, ser adictos fieles de su candidatura, por los buenos y espontáneos servicios que hace a nuestros pueblos.

"De usted como siempre, afectísimo, atento y S. S., Julio Díaz.

"- El C. Siurob: Como ustedes acaban de oír, este es un documento del representante de los pueblos de Chimalpa y Tepatlaxco en que afirman que ha recibido servicios en favor de los ejidos de estos pueblos por el doctor Cárdenas. Ahora, dentro de los bloques de la Cámara se comenzó a discutir esta credencial; pues bien, los bloques no tomaron ninguna resolución sobre el particular, dejándose en absoluta libertad a los diputados para que cada uno diera su voto conforme a su conciencia. Pero el bloque del Partido Liberal Constitucionalista hizo algo más: queriendo convencerse de quién tenía la justicia, envió un grupo de delegados para que fueran a presenciar algo semejante a un plebiscito y en aquel plebiscito verificado en los pueblos y en los municipios del distrito de Tlalnepantla, se vio claramente que el único que tenía un gran partido era el doctor Emilio Cárdenas; que los otros candidatos, el ciudadano Malváez, era perfectamente desconocido en todos aquellos contornos y en cuanto al ciudadano López, apenas pudo llevar a la manifestación un pequeño número de campesinos que iban cohibidos, por decirlo así, sin saber ni siquiera el objeto para que se les llevaba. De manera, señores diputados, que por todas estas razones, estando confirmado el voto en favor del doctor Cárdenas por una segunda elección y por un plebiscito -fijaos bien -, por una segunda elección en ese distrito y el pueblo consultado de nuevo sobre si el doctor Cárdenas era o no su candidato y habiéndose dado tiempo a todos los candidatos contrarios para que interpusieran todos los recursos que creyeran convenientes para que se precavieran en contra de la supuesta presión en favor del doctor Cárdenas, a pesar de ello el doctor Cárdenas volvió a triunfar por este mismo distrito, y todavía salió triunfante en el plebiscito a que se convocó por uno de los partidos que actúan dentro de esta Cámara. ¿Y todavía encima de esto hay audaces y hay atrevidos que pretenden venir a proponer aquí que desechéis esta credencial limpia obtenida absolutamente dentro de la ley, cuando hasta los bloques de la Cámara no han querido dar absolutamente su voto, no obstante que tienen intereses particulares en este asunto? El doctor Cárdenas se lanzó allí como candidato absolutamente independiente, no como candidato dentro de ningún partido; y qué ¿tratáis de aplastar al pueblo de Tlalnepantla tan sólo porque no quiso adherirse a ninguno de los partidos que fueron allí, en forma perjuiciosa para los intereses populares? Sabed que de los candidatos que jugaron allí, dos son perfectamente desconocidos en aquel Municipio, que son los ciudadanos Guadalupe López y el ciudadano Manero, que no era conocido allí, y, además, el ciudadano José Guadalupe López ni siquiera es hijo del Estado y ni tiene tampoco el requisito de vecindad. Ahora, señores, yo apelo a vosotros; vosotros sois los representantes del pueblo; haced de cuenta que en estos momentos sois el pueblo mismo; haced de cuenta todavía más: que sois el pueblo del distrito de Tlalnepantla; figuraos que se os presentan tres candidatos, cuatro, más bien dicho: dos de ellos perfectamente desconocidos para vosotros, los ciudadanos Malváez y Manero; uno, el ciudadano López, que no es hijo del Estado ni es vecino de allí y viene por la imposición local, y el otro el doctor Cárdenas, que ha prestado servicios al Municipio y que ha sido un verdadero benefactor para aquel pueblo; decidme, ¿ por quién votaríais? Apelo a vuestro corazón, a vuestro sentimiento y a vuestro criterio de revolucionarios. Es éste el momento en que váis a decidir de los destinos del pueblo de Tlalnepantla. ¿Queréis que acabe de desprestigiarse esta Representación Nacional dando un voto por individuos que no son conocidos en Tlalnepantla, que no tienen vecindad y que han ido allá abusando de la fuerza? Por todas estas razones y a reserva de volver a la tribuna a

contestar los argumentos que se expongan, pido a la Cámara la aprobación de la credencial del doctor Emilio Cárdenas. (Aplausos. Voces: ¡A votar!)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Zincúnegui Tercero.

El C. Zincúnegui Tercero: Ciudadanos representantes: Pocas palabras voy a decir acerca de este asunto, porque sé demasiado que en esta Cámara sólo venimos a llenar el expediente, esto es, a darle una forma legal, una sanción al resultado de las elecciones ocurridas en Tlalnepantla; pues mucho antes de que llegáramos aquí ya todas las conciencias, ya todos los criterios se habían formado debidamente y sólo venimos a hacer constar en el DIARIO DE LOS DEBATES discursos más o menos largos y lecturas de documentos que en realidad muy poco ilustran a la Asamblea. Pocos asuntos han sido tan debatidos en la presente Legislatura como la credencial del distrito electoral de Tlalnepantla, en la cual hemos visto casos curiosísimos, tales como esa volubilidad de criterio del muy estimado compañero Siurob, que ayer, esto es, hace un año, venía a atacar aquí sangrientamente al señor Cárdenas y que hoy se sienta cariñosa y fraternalmente a su lado dándole palmaditas para que no pierda la moral, para que se anime, haciéndole confiar en un triunfo que yo voy viendo muy borroso ya en el horizonte. (Aplausos. Siseos.) Hace pocos momentos el estimado compañero Siurob, con esa ironía que trae siempre a flor de labio , reprochaba al muy estimado compañero Manrique eso que él llamó volubilidad de carácter o no sé qué cosa, y estamos viendo, ciudadanos representantes, que el menos autorizado era el doctor Siurob, toda vez que si el ciudadano Manrique atacó aquí a Rafael Nieto y hoy es su amigo, el ciudadano Siurob acaba de hacer absolutamente lo mismo. (Aplausos. Siseos.)

El C. Siurob, interrumpiendo: Muy distinto. Es muy distinto.

El C. Zincúnegui Tercero, continuando: Los debates se han perdido por completo en un cúmulo de disertaciones que en nada se han referido a la parte legal del asunto. Se han aducido aquí todos los criterios, se ha hablado del obregonismo del ciudadano Cárdenas, obregonismo que estoy seguro no fue sino un simple camauflage, pues hay pruebas evidentes de que ese obregonismo de que blasona el ciudadano Siurob en favor de su defenso, no fue sino uno de tantos motivos que tuvo en consideración el señor Cárdenas para pretender hacerse de popularidad - diría el doctor Siurob-, en su distrito; pero yo digo: para aprovechar el momento del entusiasmo, de la borrachera obregonista, en favor de sus propios intereses. Se ha demostrado, señores diputados, y en el seno de los bloques que se probó con documentos fehacientes, que el ciudadano Cárdenas si en un principio fue obregonista, fenómeno que ocurrió también en la XXVIII Legislatura, puesto que vimos que en los momentos de la borrachera obregonista la mayoría se convirtió casi en unanimidad, unanimidad o mayoría que más tarde se fue menguando al aparecer la candidatura de Bonillas, exactamente eso ocurrió con el obregonismo del doctor Cárdenas. El ciudadano Cárdenas a la hora del peligro no estuvo con el obregonismo, pese aquí a lo aseverado por el ciudadano Siurob. (Aplausos.) El criterio infantil del diputado Siurob que pretende olvidar su labor de revolucionario, ese criterio que viene a desvirtuar aquí por completo sus ideas netamente revolucionarias, radicales, ese criterio es una mera pose, es algo a que se ve obligado el doctor Siurob por la amistad que lo liga con el doctor Cárdenas. Esta credencial es la credencial de la amistad: por la amistad del doctor Siurob o de un hermano suyo con el doctor Emilio Cárdenas, viene el doctor Siurob a esta tribuna; por amistad vino el doctor Pedro de Alba; por amistad vengo yo y por amistad se hizo todo en el distrito. Si ustedes quieren, por mi imaginación no pasa la más mínima sospecha, venimos aquí a cumplir con obligaciones de amistad pero no olvidemos que esa amistad debemos sostenerla en esta tribuna siempre que no esté reñida con nuestros principios y que no vaya en contra de nuestras convicciones; y es un paso dado atrás por el doctor Siurob en estos momentos al defender, ¡y sí lo digo con toda la boca a un cacique, a un latifundista, a un individuo que se ha sentado en estas curules primero con el frac del porfirismo, más tarde con el jacket semi - democrático del maderismo y que después ha ido a vestir el clásico traje de charro como cacique a su distrito; ese ciudadano que pretende venir a esta Asamblea como representante del pueblo, ha sido siempre un enemigo de todos los principios revolucionarios.

El doctor Siurob ha venido a leer aquí un cúmulo de documentos hechos a domicilio, pues muchos de ellos han sido signados por autoridades impuestas en Tlalnepantla hace muchos años. El ciudadano doctor Castro, aunque me pese decirlo como peleceano, fue sorprendido en el Estado de México, ciudadano Luque;....(Aplausos.) y así vemos firmar al ciudadano Castro recomendaciones para individuos que habían ocupado puestos en el huertismo, porque al ciudadano general Castro, hombre de buena fe, se el engañó, y como se le engañó en el caso de Bernal Reyes y de otros muchos que figuraron como diputados obregonistas por el P. L . C., se le engañó igualmente respecto del ciudadano Cárdenas; esa es la verdad, ciudadanos representantes. Yo creo que debemos ya olvidar por un momento ese criterio de la benevolencia; actualmente, ciudadanos representantes, esta Representación Nacional, en la cual se han agotado los argumentos en pro de los principios revolucionarios, tal parece como si en momentos tratara de dar un paso atrás, tal parece como si la inercia de los años pasara aún sobre esta Asamblea, en los que respiraran a plenos pulmones los representantes de la burocracia porfirista; tal parece, señores, cuando escucho que de esas curules surgen voces en defensa del ciudadano Cárdenas, que me siento retrotraído a la época en que venía yo a esas tribunas a escuchar la voz monótona de los viejos representantes aquí del porfirismo; tal parece que veo que los ojos se me entrecerraran como en aquel entonces, dejando que todo se haga por sí propio, olvidándose de todo aquello que significara principios y revolucionarismo. Pero yo aliento la firme convicción, ciudadanos representantes, de que esta Asamblea, que como un solo hombre se levantara días

pasados a protestar por los crímenes cometidos en el Estado de México, esta Asamblea, que con un gesto viril supo reprochar aquí los atentados por medio de los cuales se violó de la manera más triste, de la manera más necia, por decirlo así, la voluntad popular en el Estado de México, volverá a erguirse nuevamente como un solo hombre, volverá nuevamente a acordarse de sus principios, volverá a defender, como los ha defendido siempre, esencialmente la juventud revolucionaria, esos principios que hoy parece olvidar el doctor Siurob, cuando viene aquí a levantar su voz, que se ha alzado siempre contra todas las tiranías, en favor de uno de los caciques más nefastos para el distrito de Tlalnepantla. (Aplausos. Siseos.) Yo pensaba, ciudadanos representantes, hablar amplísimamente sobre la parte legal de este asunto.... (Murmullos. Voces: ¡Duro! ¡Duro!)....Reprima su impaciencia, ciudadano compañero, el ciudadano Siurob...(Murmullo. Campanilla.)....Comenzaré, para refutar con documentos, como lo pretenden algunos de los compañeros, por suplicar a la Presidencia ordene la lectura de esta carta en que el ciudadano Castro, el que pretende el general Siurob que era el paladín del doctor Cárdenas, desautoriza todo lo hecho con anterioridad al convencerse de quién era en realidad el doctor Cárdenas. (Aplausos. Siseos.)

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"General, doctor, Andrés G. Castro.- Ayuntamiento, número 133.- México, D. F.

"Andrés G. Castro, delegado general del Partido Liberal Constitucionalista en el Estado de México, certifica:

"Que a petición del doctor Emilio Cárdenas, se le expidió credencial como delegado de este mismo Partido por el distrito de Tlalnepantla, para la propaganda del general Alvaro Obregón, como candidato a Presidencia de la República, y que no cumplió con su cometido, pues no sólo no organizó clubes políticos ni manifestaciones alguna al paso de nuestro candidato por Tlalnepantla, sino que nunca dio cuenta de sus trabajos al Partido; trabajó siempre en contra de las candidaturas del mismo y aun se dice que persiguió nuestros correligionarios durante el último movimiento en contra de Carranza.

"México, D. F., a treinta de julio de mil novecientos veintiuno.- Andrés G. Castro."

El C. Zincúnegui: Allí tiene el estimable compañero Siurob.... (Aplausos)... cómo vienen por tierra....

El C. Gandarilla, interrumpiendo: ¿Me permite una interpelación, compañero?

El C. Zincúnegui, continuando: Después, estimable compañero Godínez, más tarde. (Risas.)

Allí tiene el ciudadano doctor Siurob demostrado en qué forma tan fácil vienen por tierra todos sus argumentos en pro del obregonismo del ciudadano Cárdenas. El ciudadano doctor Siurob ha venido a decirnos a esta tribuna que no hubo imposición en el distrito de Tlalnepantla, que la voluntad unánime del pueblo fue la que sufragó por el doctor Cárdenas, y no sé qué otras zarandajas. Todos nosotros, señores, sabemos lo que son las elecciones en esos pueblos donde todavía parece que los indígenas sienten el fuetazo del capataz. Ahí, donde la voluntad popular está sujeta, como en otros tiempos, a los encomenderos españoles, en los últimos años ha continuado sujeta por estos ciudadanos que pretendiendo hacer beneficios a sus distritos, por estos ciudadanos que alargando un poquito los cordones de la escarcela, aprovechan en beneficio de su egoísmo y por su egoísmo propio todas las fuerzas vivas de esos pueblos. Y bien, señores representantes, bastaría dar un pequeño vistazo a este expediente para darnos cuenta hasta qué punto es inconsistente la aseveración del señor Siurob. Consta en el expediente la forma en que todos los elementos oficiales tomaron parte activa, directa e inmediata en la elección del ciudadano Cárdenas. Entre los numerosos representantes y elementos con que contaba el ciudadano Cárdenas -porque es hombre de dinero y dominó la situación -, tuvo a su servicio todos los elementos con que no contaron los demás candidatos. Puedo citar, para no cansar a ustedes, al señor "Albino Zarco, tesorero municipal de la municipalidad de Tlalnepantla; Ernesto Salinas, visitador de tesorerías, Municipio de Huixquilucan; Raymundo R. Cárdenas, diputado local por Tlalnepantla; Julio Díaz, presidente municipal de Naucalpan; Felipe Rojas, presidente municipal de Jilocingo."

En fin, es una lista interminable de todo el personal administrativo que tomó participación directa en defensa del señor Cárdenas. Ahora bien, señores diputados, efectuadas las elecciones, y de eso fuimos testigos presenciales varios de los señores representantes, la fuerza pública, no como pretende el doctor Siurob, poniéndose de parte de uno de los candidatos, sino poniéndose incondicionalmente a la disposición del ciudadano Cárdenas, ejerció una presión tan descarada, que hasta se llegó a evitar la entrada a uno de los candidatos que tenía derecho a estar presenciando la verificación del cómputo de votos; se aprehendió a otros de los candidatos, se obstruccionó por todos los medios posibles el que los candidatos independientes, el que los otros candidatos pudieran vigilar esa verificación de votos que se llevó a cabo a puerta cerrada en Tlalnepantla, vigilándose las puertas por medio de la fuerza pública. Es cierto, ciudadanos representantes, que en aquellos días hubo necesidad, si mal no recuerdo, de que el mismo ciudadano Manero, compañero Antonio Manero, se viera obligado a pedir garantías al ciudadano subsecretario de Gobernación, en virtud de que en aquel distrito, a un hermano suyo, que jugó también como candidato, no se le prestaban las garantías del caso, ni siquiera se le permitió que estuviera en el Colegio Electoral. Como éste podría yo citar infinidad de hechos, señores. La prensa de aquellos días habló amplísimamente sobre este cúmulo de atropellos cometidos por las autoridades de Tlalnepantla en favor del ciudadano Cárdenas. Pero yo, como el señor doctor Siurob, pretendo que él ahonde un poco más en la parte legal, yo también deseo que él venga aquí a traernos ya no la lectura de documentos, con más o menos fuerza, puesto que esos documentos han sido hechos en casa, son documentos caseritos suscritos por presidentes municipales impuestos en otra época por el ciudadano

Cárdenas (Aplausos.) Ciudadanos representantes: En cuanto a la caridad y al altruismo pues.... a todos esas virtudes que se atribuyen al ciudadano Cárdenas que, entre paréntesis, muchas de esas mejoras fueron resueltas efectivamente, pero no por él, sino por el ciudadano general Vicente Villada, una personalidad a quien yo venero y respeto, porque lo conocí personalmente, y para la cual no podría tener sino palabras de gratitud y palabras de halago. Ese ciudadano general Vicente Villada, condoliéndose de la condición en que se encontraba el pueblo de Tlalnepantla, en una de sus visitas observó las muchas deficiencias que allí había, y a eso se debieron muchas de las mejoras que prestó a aquel distrito.

El señor Cárdenas, cacique, individuo que trabajó siempre egoístamente, en una forma egoísta, en ese distrito, me recuerda, y lo diré para terminar, aquella célebre cuarteta del siglo XVIII, que decía así:

"El señor don Juan de Robles, Con caridad sin igual fundó este gran hospital; más primero hizo a los pobres." (Aplausos.)

El C. Colón: Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Castro y López.

El C. Castro y López: (Aplausos.) Señores compañeros: El diputado que me precedió en el uso de la palabra, decía: esta es la credencial de la amistad, de la simpatía, la que venimos a defender todos nosotros por simpatía o por amistad. Yo dijera que la frase no estuvo bien empleada: la venimos a defender por espíritu de justicia, porque creemos que la justicia está de una parte. (Aplausos) Cuando esta credencial se llevó a la discusión en el seno de los bloques parlamentarios, comenzamos nosotros a darnos cuenta de lo que había de bueno y de malo en el fondo de la elección de Tlalnepantla; comenzamos a seguir paso a paso, por informaciones que llegaron hasta el seno de los bloques parlamentarios, de cómo se había verificado la elección y quiénes eran los que habían contendido en ese distrito electoral de Tlalnepantla, y de a quiénes asistía la justicia. Después, los que antes de venir a defender una credencial o a ocupar el tiempo de la Representación Nacional, nos preocupamos por estudiar hasta el más mínimo detalle lo que venimos a defender o a combatir, fuimos a estudiar ese expediente, fuimos a estudiarlo hasta en su más mínimo detalle, fuimos a investigar en el seno de la Comisión lo que había de bueno y lo que había de malo en el expediente. Después, ante el encono de las pasiones políticas que se levantan, que se sublevan más que nunca cuando se trata de una personalidad, cuando se trae al tapete de la discusión una credencial, cuando estas pasiones comenzaron a levantar el ánimo de todos y cada uno de los miembros que forman los bloques parlamentarios de la Cámara, entonces se llegó hasta esto: hasta a admitir comisiones obreras, comisiones representantes de uno y de otro bando contendientes, para que fueran a informar al seno de los bloques parlamentarios. Entonces se atendió a la iniciativa de alguno o de todos los contendientes para que fuera una comisión de los bloques a presenciar el plebiscito verificado en Tlalnepantla, del que nos hablaba el doctor Siurob, para tener, además del convencimiento del expediente, además del convencimiento de las razones expresadas por los representantes de los candidatos contendientes, el sentimiento latente del pueblo de Tlalnepantla en ese plebiscito, en esa ratificación de las elecciones verificadas ahí. Y por esto, muchos de nosotros sentimos esa simpatía por la credencial, por eso muchos de nosotros nos sentimos arrastrados por esa amistad de que nos hablaba el compañero Zincúnegui Tercero. Por esto muchos de nosotros, digo yo, venimos a defender la verdad, venimos a defender lo que creemos que es justicia, venimos a defender lo que creemos que es la razón. (Aplausos.)

El caso de Tlalnepantla es tan diáfano, es tan claro, que no vale la pena de venir a distraer la atención de la Cámara de Diputados; ¿Para qué exacerbar pasiones, para qué lanzar injurias sobre este o aquel compañero? ¿para qué traer a debate, cuando se trata de una elección, la personalidad de los candidatos? Si esto es así, señores compañeros, si la Cámara de Diputados ha de ser la que viene a resolver en definitiva, tomando sólo en cuenta la personalidad de los hombres, quien es el que debe ocupar una curul en la Cámara de Diputados, entonces no hagamos la injuria a los pueblos de convocarlos a elecciones y burlarlos. (Aplausos nutridos) Señores compañeros: nosotros hemos visto estos hechos, este hecho claro que la Comisión ha puesto de evidencia en este dictamen, sobre el que no han podido ni llamar la atención ni destruirlo siquiera los impugnadores de esta credencial; el hecho es éste: que se viene a hablar de presión en la Cámara de Diputados, cuando los mismos contendientes del doctor Cárdenas firmaron con él las protestas que se presentaron en las casillas de elección, protestando por la imposición de López, pero ninguno de ellos protestó en ninguna casilla de elección por imposición del doctor Cárdenas. Entonces, ¿cómo se viene a invocar en la tribuna de la Cámara de Diputados una imposición, cuando sus propios contendientes no protestaron en las casillas electorales el día de la elección? (Aplausos.) Hay más, señores compañeros: viene la Junta Computadora, ese segundo momento de depuración de una elección; a la Junta Computadora asistieron los contendientes del tenedor de esta credencial, ¿y quién de los contendientes del tenedor de esta credencial protestó por imposición del doctor Cárdenas en el distrito de Tlalnepantla? completamente ninguno, señores compañeros. Y posteriormente, venido el plebiscito, venida la ratificación del pueblo por segunda vez a esta elección, vino el depuramiento definitivo de la credencial. Si, pues, señores compañeros, no se protestó por ninguno de los contendientes en las casillas electorales; si, pues, ninguno de los contendientes habló de la presión del doctor Cárdenas en el Distrito de Tlalnepantla durante la elección, si, pues, pasada la elección, llegada la computación de votos ninguno de los contendientes del doctor Emilio Cárdenas fue a hablar de imposición de éste ante la Junta Computadora; si, pues,

finalmente, como suprema depuración de la credencial muchos de los señores diputados en comisión de bloques parlamentarios fueron a ver el plebliscito a la ciudad de Tlalnepantla, si el pueblo de Tlalnepantla, como un grito supremo de defensa de su libertad de sufragio, dijo a la Comisión de los bloques parlamentarios: este es el candidato electo por el distrito de Tlalnepantla; si pues, ese grito popular depuró la credencial, mal haría la Cámara en desechar esa credencial que es limpia, esa credencial que es producto de una elección popular. (Aplausos. Siseos) Porque de otra manera tal parecería que la Cámara de Diputados, desconociendo el respeto que debe a la libertad popular, al sufragio popular, tal parece que nosotros mismos, que vimos nuestras credenciales pasar aquí una a una por el tamiz de la discusión y por el crisol de la justicia, nos volvíamos atrás para ir a sacrificar una credencial sólo por el capricho de la Cámara. (Aplausos.) Señores compañeros: Hagamos a un lado los prejuicios viejos, hagamos a un lado los resentimientos de provincia y vengamos aquí a hacer justicia serena vengamos a dar justicia serena a quien debe tenerla y salvemos esta credencial, porque de no aprobar esta credencial indudablemente que la Cámara habría cometido un error, habría cometido una injusticia, habría sacrificado el ideal revolucionario: EL SUFRAGIO POPULAR. (Aplausos nutridos.)

El C. secretario Barragán: Habiendo hablado los oradores que marca el reglamento, en votación económica se consulta si se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse pie. Suficientemente discutido. En la misma forma se va a proceder a la votación de la parte resolutiva que dice:

"1. Son válidas las elecciones extraordinarias que para diputados propietario y suplente al Congreso de la Unión, tuvieron verificativo en el 12 distrito electoral del Estado de México, el día 12 de diciembre del año próximo anterior.

"2a. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito, los ciudadanos Emilio Cárdenas e ingeniero Mariano Vicencio." (Voces: ¡Que se divida la votación!)

Habiendo pedido que se divida la votación, se procede a la votación de la primera parte que dice:

"Son válidas las elecciones extraordinarias que para diputados, propietario y suplente al Congreso de la Unión, tuvieron verificativo en el 12 distrito electoral del Estado de México, el día 12 de diciembre del año próximo anterior.

"Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo.

El C. Colón: Pido votación nominal (Voces: ¡Para la segunda parte!)

- El mismo C. secretario: Son válidas las elecciones. Si el ciudadano Colón se encuentra suficientemente apoyado para la votación nominal....(Voces: ¡Sí! ¡Sí!) Se procede a la votación nominal de la segunda parte que dice:

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito los ciudadanos doctor Emilio Cárdenas e ingeniero Mariano Vicencio." (Aplausos.)

Por la afirmativa.

El C. secretario Aillaud: Por la negativa.

(Comienza a recogerse la votación.)

El C. Gandarilla: ¡Moción de orden, señor presidente! No hay derecho para que las galerías, llenas de porra, insulten a los diputados. (Aplausos. Voces: ¡Huy! ¡Huy!)

El C. presidente: Si las galerías no guardan el orden conveniente, se les mandará desalojar. (Desorden.)

El C. secretario Barragán: Se suplica a los ciudadanos diputados guarden orden, pues es imposible tomar la votación.

(Continúa recogiéndose la votación.)

El C. secretario Aillaud: Se suplica a los ciudadanos diputados ocupen sus curules y guarden orden, porque se va a dar lectura a las listas.

El C. secretario Barragán: Se llama al orden a las galerías, para que guarden compostura, y a los ciudadanos diputados se les suplica ocupen sus curules, pues se va a dar lectura a las listas de los diputados, a efecto de que si alguno rectifica o reclama su voto, lo haga a tiempo.

El C. secretario Aillaud: Votaron por la negativa 50 ciudadanos diputados. (Aplausos.)

El C. secretario Barragán: Votaron por la afirmativa 71 ciudadanos diputados. (Aplausos.) En consecuencia, no hay quórum.

- El C. presidente, a las 8.35 p.m. Se levanta la sesión y se cita para mañana a las cinco de la tarde.