Legislatura XXIX - Año II - Período Ordinario - Fecha 19211004 - Número de Diario 17

(L29A2P1oN017F19211004.xml)Núm. Diario:17

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 4 DE OCTUBRE DE 1921

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO II.-PERÍODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO III. - NUMERO 17

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 4 DE OCTUBRE DE 1921

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada, previa una rectificación, el acta de la anterior.

2. - Cartera. Se concede licencia al C. diputado Rafael M. González. Se nombra una comisión que trate con el Ejecutivo acerca del asunto del juego en Pachuca.

3. - Sin discusión se aprueba un escrito por varios ciudadanos diputados, por el que se reforma el expedido el 30 de septiembre último, referente a que se celebre en esta Cámara una sesión solemne; pasa al Senado para los efectos constitucionales.

4. - Se discute y aprueba una proposición suscrita por varios ciudadanos diputados, para que se consigne al procurador general de Justicia de la Nación, el periódico "Las Noticias", en que se hacen cargos a miembros de esta Cámara.

5. - Usa de la palabra el ciudadano subsecretario de Gobernación, para informar acerca de los sucesos políticos del Estado de Nayarit.

6. - Continúa a discusión el dictamen de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, para que en el recinto de la Cámara se substituya el nombre de Iturbide, por el del senador Belisario Domínguez. Se levanta la sesión.

DEBATE

1. - Presidencia del

C. ZINCUNEGUI TERCERO LEOPOLDO

(Asistencia de 134 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 5.55 p.m.: Se abre la sesión.

- El C. secretario Barragán, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día tres de octubre de mil novecientos veintiuno.

"Presidencia del C. José María Soto.

"En la ciudad de México, a las cinco y cincuenta y tres de la tarde del lunes tres de octubre de mil novecientos veintiuno, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y cuatro ciudadanos diputados.

"Se aprobó el acta de la sesión celebrada el día treinta del mes próximo pasado.

"El C. Rodrigo Gómez informó del resultado de la Comisión que asistió a la ceremonia cívica que tuvo lugar en Cuautla, Morelos, con motivo del natalicio de don José María Morelos y Pavón.

"La Secretaría dio cuenta con los siguientes documentos:

"Circular en que comunica la Legislatura de Colima que abrió el primer período de sesiones de su segundo año. - De enterado.

"Oficio por medio del cual el Congreso de Querétaro manifiesta que aprobó las reformas de los artículos 79, 72 y 84 de la Constitución Política federal, y presenta modificaciones a las reformas aprobadas por el Congreso de la Unión a los artículos 67, 69 y 89 de la misma Carta magna. - Recibo y a la Comisión que tiene antecedentes.

"Circular de la Legislatura de Sinaloa, en que avisa que el 15 de septiembre último clausuró un período extraordinario de sesiones. - De enterado.

"Escrito en que el secretario del Congreso Nacional de Estudiantes comunica que se fijó el 30 de septiembre último para la reunión del segundo Congreso. - De enterado.

"Telegrama de San Luis Potosí, en que el C. diputado Gabriel Martínez solicita que en lugar de la licencia que últimamente se le concedió por diez días, con goce de dietas, se le otorgue otra hasta por treinta días, sin goce de dietas.

"Una vez que se dispensaron los trámites, hablaron en contra y en pro, respectivamente, los CC. Portales y Ayala, contestando el último una pregunta del C. Francisco Soto, la Secretaría proporcionó un informe que pidió el C. Céspedes, y éste apoyó la solicitud del C. Martínez, la cual, acto continuo se aprobó en votación económica.

"Petición del C. Lucas Contreras, relativa a que se le conceda licencia de 15 días, con goce de dietas.

"Se aprobó sin debate, previa dispensa de trámites.

"Solicitud del C. Juan Bravo y Juárez, a fin de que se le otorgue licencia hasta por treinta días, con goce de dietas.

"También se aprobó sin discusión, una vez que se dispensaron los trámites.

"Telegrama de Toluca, México, en que el C. Andrés G. Castro comunica que tomó posesión del cargo de gobernador de aquel Estado. - Recibo.

"Mensaje depositado en esta ciudad, en que

el propio C. Andrés G. Castro se queja de que sus partidarios en el Estado de México carecen de garantías. - Recibo.

"Proposición de los CC. Francisco Trejo, Lucas Bravo, Siurob y numerosos ciudadanos diputados más, que en su parte resolutiva dice:

"Llámese al ciudadano subsecretario de Gobernación, encargado del Despacho, para que se presente a informar ante esta H. Cámara sobre los sucesos políticos registrados últimamente en el Estado de Nayarit, relacionados con las dificultades surgidas entre los poderes Legislativo y Ejecutivo del mismo Estado y con la separación del ciudadano gobernador."

"Se dispensaron los trámites, el C. Trejo apoyó la proposición, y ésta se aprobó en votación económica, designándose, para que hicieran del conocimiento del Ejecutivo este acuerdo, a los CC. Francisco Trejo, Pedro A. Chapa, Silviano Hurtado, Bibiano Ibarra, Castillo Garrido y secretario Barragán.

"Se procedió a la elección de presidente y vicepresidente para el mes actual "Obtuvieron votos: para presidente, el C. Leopoldo Zincúnegui Tercero, noventa y cuatro, y el C. Antonio Valadez Ramírez, setenta y ocho; para vicepresidentes, el C. Enrique Hernández Alvarez, noventa y dos, contra setenta y cuatro que obtuvo el C. Edmundo Bolio; y el C. Vicente Rivera, sesenta y nueve, contra setenta y ocho que obtuvo el C. José Gálvez. También obtuvieron votos, en corto número, varios ciudadanos diputados.

"En vista del resultado de la votación, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declaró que son presidentes y vicepresidente para el presente mes, respectivamente, los CC. Leopoldo Zincúnegui Tercero y Enrique Hernández Alvarez.

"Como respecto de un vicepresidente, ninguno de los candidatos obtuvo mayoría absoluta, la Secretaría manifestó que se iba a repetir la votación. El C. Casas Alatriste solicitó un informe de la Mesa, y con este motivo se leyó el artículo 153 del Reglamento; a solicitud del mismo C. Casas Alatriste se dio lectura al artículo 150 del mismo ordenamiento.

"A las siete y media de la noche se levantó la sesión, manifestando la Presidencia que el día siguiente se designaría el vicepresidente que faltaba"

Está a discusión el acta.

El C. Avilés: Pido la palabra. Para suplicar a la Secretaría haga constar en el acta que en la primera Comisión que se nombró para que fuera a llamar al ciudadano Lugo, declinamos tanto el ciudadano Alonzo Romero como yo haber formado parte en esa Comisión.

El C. presidente: Se hará constar como lo desea el ciudadano Avilés.

El C. secretario Barragán: Con la aclaración del ciudadano Avilés, de que renunció a formar parte de la Comisión que se acercará al secretario de Gobernación, juntamente con el ciudadano Alonzo Romero, se pregunta si se aprueba el acta. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada el acta.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Honorable Asamblea:

Teniendo necesidad, por urgentes asuntos de familia, de separarme de la capital, atentamente solicito se sirvan concederme, con dispensa de todo trámite, una licencia hasta por veinte días y con goce de dietas.

"Protesto lo necesario y mi respetuosa consideración.

"México, D. F., octubre 4 de 1921. - Rafael M. González."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites.

Está a discusión. En votación económica se pregunta si se concede la licencia.

Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

Telegrama procedente de "Pachuca, Hidalgo, octubre 4 de 1921.

"Secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"Asamblea municipal Pachuca, conforme disposiciones legales y precedentes morales establecidos, negóse conceder permiso establecimiento juegos gallos, ruleta, albures, etcétera. Tahures, para burlar esta corporación, consiguieron autorización autoridades municipales "La Reforma", para instalar espectáculo denigrante y nocivo en goteras ésta, precisamente limite dos municipios. Ayuntamiento Pachuca suplica H. Cámara se sirva influir ante quien corresponda suspensión inmediata juegos que contravienen disposición presidente República y agravan situación económica difícil habitantes ésta. - Respetuosamente. - Munícipe secretario, Raymundo Castillo. - Munícipe secretario, Jesús Butrón." - Recibo y transcríbase al Ejecutivo.

El C. Castrejón: Pido la palabra para aumentar el trámite. Señores diputados: No es precisamente hablar en contra del trámite el motivo por el cual yo quiero distraer la atención de ustedes; es algo más serio. Indudablemente para la mayor parte de los ciudadanos diputados que componen la Representación Nacional es perfectamente conocida la situación trístisima en que se encuentra la ciudad de Pachuca, debido a la crisis minera. Hay multitud de circunstancias que agravan esta situación, pero no quiero hacer mención de ellas por ahora. Y como si todo lo que hay de malo por allá no fuere bastante, acaba de llegar una verdadera banda de tahures, ladrones, diría yo; a sentar sus reales en aquella población. La Asamblea municipal de Pachuca, cuando tuvo ante su vista la petición o solicitud de los jugadores para establecer juegos de azar en la ciudad de Pachuca, negó terminantemente el permiso para que se jugara, y entonces los jugadores recurrieron a un ardid que consistió en acercarse a las autoridades del municipio de la Reforma, que está compuesto con territorio agregado al municipio de Pachuca, y allí sí les fue concedido permiso para jugar; y para burla, la más sangrienta que se pudiera

hacer a la Asamblea municipal del pueblo, han ido a establecer las casas de juego y el palenque de gallos precisamente en los límites de la municipalidad de Pachuca y La Reforma, frente a una escuela. Esto me ha causado tan profunda indignación, que en dos o tres días que estuve allá en mi tierra dirigí telegramas al ciudadano Alessio Robles, director de "El Demócrata", al ciudadano Valenzuela, director de "El Heraldo", al ciudadano presidente de la República y al ciudadano general Villarreal, que es mi amigo y que rápidamente podía comunicarse con el presidente, a fin de que inmediatamente se abriera una campaña, ya fuera por medio de las autoridades, por medio de la influencia del presidente o ya fuera por medio de la prensa, para hacer cesar incontinenti ese desplumadero infame de que está siendo víctima mi pueblo. Con este motivo vengo a suplicar a ustedes de la manera más atenta que permitan al ciudadano presidente de la Cámara que en vez de que únicamente mande que se transcriba ese telegrama al Ejecutivo de la nación, nombre una comisión de la Cámara que se acerque al propio Ejecutivo y le explique la situación de Pachuca para que tome el empeño de que es capaz y se termine cuanto antes el permiso que tienen actualmente los jugadores que están agravando la situación ya delicada, que en materia económica disfruta mi tierra.

El C. Avilés: Pido la palabra para hacer una interpelación al orador. Para que se sirva informarme el orador si el gobernador del Estado de Hidalgo no tiene que ver en este asunto.

El C. Castrejón: La interpelación del compañero Avilés es un tanto comprometida para mí. Yo no puedo afirmar categóricamente que el gobernador esté comprometido en ese asunto; pero si es de suponerse que él por lo menos se ha hecho "de la vista gorda", como se llama en este asunto, desde el momento en que se está jugando hace tres días y todavía no pone el remedio.

El C. secretario Barragán: La Presidencia modifica su trámite en el sentido de "recibo y nómbrese una comisión que se acerque al Ejecutivo para que le comunique el escandaloso suceso del Estado de Hidalgo". En votación económica se pregunta si se aprueba ese trámite. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se aprueba el trámite. Se nombrará la comisión. La Presidencia designa a los ciudadanos Castrejón, Alarcón, Portales, Paz, Castillo Agustín y secretario Barragán para que se acerquen al Ejecutivo.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"Siendo conocidas de los miembros de esta H. Cámara las razones de fuerza mayor que motivaron la suspensión de la sesión solemne de Congreso General que en honor de los jefes de las misiones de Gobiernos extranjeros se tenía decretada para el día 1o. de los corrientes, nos permitimos someter a vuestra aprobación, pidiendo sea declarado de urgente resolución, el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Se reforma el decreto expedido por el Congreso General con fecha 30 de septiembre último, en los siguientes términos.

"El XXIX Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, en conmemoración solemne del primer centenario de la consumación de la independencia de México y como homenaje a los excelentísimos jefes de las misiones de Gobiernos extranjeros que nos honran con su visita, celebrará una sesión solemne que tendrá verificativo el día 6 del presente mes de octubre, a las 5 p. m.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 4 de octubre de 1921. -Carlos Gómez. - Francisco Ramos Esquer."

En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Se dispensan los trámites.

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra deberán pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, se va a proceder a la votación nominal. El Artículo que se va a votar dice lo siguiente:

"El XXIX Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, en conmemoración solemne del primer centenario de la consumación de la Independencia de México y como homenaje a los excelentísimos jefes de las misiones de Gobiernos extranjeros que nos honran con su visita, celebrará una sesión solemne que tendrá verificativo el día 6 del presente mes de octubre, a las 5 p. m."

Por la negativa.

El C. Saucedo: Por la afirmativa.

(Se recoge la votación.)

El C. Saucedo: Votaron por la afirmativa 132 ciudadanos diputados.

El C. secretario Barragán: Votaron por la negativa los ciudadanos Avilés Uriel, Barragán Martín, Correa Gustavo, Díaz Soto y Gama, Gómez Rodrigo y Ramírez M. Fidel Total, 6 votos. En consecuencia, ha sido aprobado el proyecto de decreto. Pasa al Senado para los efectos de ley. La Presidencia nombra en comisión a los ciudadanos José Luis Solórzano, Eduardo Laris Rubio, Alanís Fuentes Angel, Céspedes Eliseo, Valadez Ramírez Antonio y secretario Aillaud.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Lara Rafael.

El C. Lara Rafael: Señores diputados: Del conocimiento de todos los miembros de esta Asamblea es ya que el periódico " Las Noticias", en primera plana y con grandes caracteres rojos, da la noticia de que, según informes del jefe de la Policía Judicial, se encuentran inmiscuídos en el desfalco del extesorero Díaz, siete ciudadanos diputados. Como esto es de una gran trascendencia para la Representación Nacional; como es necesario que no se sigan hechando borrones en conjunto sin precisar los cargos, y como es necesario también que de haber culpables en el seno de esta Asamblea sufran el castigo merecido, así como que si se trata de una calumnia el calumniador vaya adonde merece, lo mismo que si se trata de un chantage o de defender e insultar a algún ciudadano diputado,

éste pueda, si la justicia no lo hace, castigar al calumniador que dirige estos cargos injustificados, pido a la Asamblea que se haga la consignación oficial de estos hechos para que el jefe de la Policía Judicial, puesto que ya ha prometido que hará las revelaciones del caso, las haga ante la autoridad competente a fin de hacer luz en el asunto o que se castigue al calumniador. (Aplausos.)

El C. secretario Barragán: La Presidencia iba a poner a discusión una moción que dice lo siguiente:

"H. Asamblea:

"En el periódico "Las Noticias", de fecha de hoy y en primera plana se lee en grandes caracteres rojos que siete diputados pertenecientes a la actual XXIX Legislatura se encuentran complicados en el robo de $250,000.00 cometido por el extesorero del Congreso Eduardo S. Díaz. Más aún: en el texto del relato que dicho periódico hace sobre el citado título, se lee también una opinión externada por el señor don Noé G. Flores, jefe de la Policía Judicial, en el sentido de que, para confirmar lo anterior a la faz de la Cámara, está dispuesto si ésta se lo pide, a proporcionar los nombres de los siete diputados a que se hace mérito." Y como la escandalosa noticia referida encierra un cargo grave que hiere, no sólo la honorabilidad de los ciudadanos representantes que en verdad resulten culpables, sino la seriedad y el prestigio de todo el Parlamento, los subscriptos, miembros del Bloque Social Demócrata, con dispensa de todo trámite, pedimos:

"Único. Pídase por oficio al ciudadano procurador de Justicia del Distrito Federal, de quien depende el señor don Noé G. Flores como jefe de la Policía Judicial, que se digne remitir a esta H. Cámara, a la mayor brevedad, informe de los nombres de los ciudadanos diputados que resultan complicados en el robo cometido por el extesorero del Congreso Eduardo S. Díaz.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., a 4 de octubre de 1921. - Eliseo L. Céspedes. - Pablo H. Sánchez. - H. S. Rodríguez. - Leopoldo Estrada. - S. Vicencio. - D. Montes de Oca. - Candelario García. - F. Ramírez Luque, - Flavio V. Ayala. - Custodio Valverde. - M. F. Méndez. - Gustavo Arce. - Edmundo Bolio. - A. Guerrero. - Godofredo Guzmán Peláez. - E. A. Aldaco, - J. Castillo Nájera."

Se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Borrego: Pido la palabra en contra.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Borrego.

El C. Borrego: Señores diputados: He pedido la palabra en contra, porque me parece muy estrecho el criterio que informa esta proposición. Pedir sencillamente los nombres de los que sean responsables en el robo cometido a la Tesorería del Congreso General de la Nación, me parece que no satisface los propósitos de todos aquellos que hemos sentido en pleno rostro el ultraje del periódico "Las Noticias". No basta saber si es verdad que haya entre nosotros quien haya encubierto el robo del tesorero Díaz; es indispensable que todos aquellos que hayan contribuído directa o indirectamente en este asunto, vayan al banquillo de los acusados; pero es también necesario, señores diputados, que, si en el fondo de esa noticia no hay más que puro chantagismo, sean castigados implacablemente los calumniadores. (Aplausos.) Por estas razones yo me permitiría suplicar a los autores de esta proposición que la modificaran en ese sentido, esto es: que se consignaran los hechos a las autoridades competentes, para que una averiguación criminal, minuciosa y concienzuda, depure la conducta de unos y de otros. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Céspedes.

El C. Céspedes: Ciudadanos diputados: Los que firmamos esa proposición no

nos oponemos en lo más mínimo al procedimiento que pretende usar esta Cámara para llegar al completo esclarecimiento de los hechos denunciados; pero creemos que lo preferente, lo que debe hacerse en primer lugar, es conocer la noticia o los informes proporcionados por el periódico de esta tarde, es decir: que el procurador de Justicia del Distrito Federal, mediante una comunicación escrita, informe a la Cámara de los nombres de estos señores compañeros y, si es posible, de las circunstancias, mejor dicho, un informe circunstancial de la forma como estos señores compañeros aparecen complicados, es decir, ratificar este cargo por conducto del ciudadano procurador de Justicia del Distrito Federal. Si esto resulta cierto, si el procurador de Justicia del Distrito Federal dice como contestación a la comunicación de ustedes: "Los ciudadanos diputados que aparecen complicados hasta ahora, según los informes que la Policía Judicial ha podido proporcionarnos, son los siguientes... "entonces procede, en mi concepto, la consignación de estos señores compañeros y lo que subsecuentemente convenga hacer por la Cámara. Si el procurador de Justicia del Distrito Federal dice que esto no es cierto, que el periódico ha mentido, procede que esta Cámara haga la consignación del periódico. No debemos olvidar que esta Cámara ha hecho ya la consignación del caso concreto, el robo cometido por el señor Díaz; esto ya está en manos de la justicia y, naturalmente, a ésta corresponde hacer las averiguaciones de todo lo que se relacione con el mismo asunto. Por esto creo que la Cámara debe aprobar la proposición que consiste en que se dirija un oficio al procurador de Justicia del Distrito Federal para que diga si son ciertos los informes que ha dado el jefe de la Policía Judicial al periódico "Las Noticias".

El C. Martínez de Escobar Rafael: ¡Una aclaración!

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Ciudadanos diputados: Voces: ¡Tribuna!)

Sólo diré unas cuantas palabras. (Voces: ¡Tribuna!) No es un discurso. Recordarán los ciudadanos diputados que hace seis u ocho días también con caracteres rojos, en el periódico "Las Noticias" apareció este informe: "El ciudadano Noé G. Flores, Jefe de la Policía Judicial del Distrito Federal, ha manifestado que altos funcionarios públicos son los que han

impedido y los que seguirán impidiendo la aprehensión del tesorero de la Cámara, ciudadano Díaz." Y al día siguiente el ciudadano Flores rectificó, diciendo: "Yo no he dado esos informes al periódico "Las Noticias". Se ve, pues - aunque no puede generalizarse, pero ya tenemos un antecedente -, que aquí de lo que se trata es de hacer escándalo y, además, salpicar con el lodo del desprestigio a diputados de determinado grupo político de esta Asamblea; porque de una manera terminante en "Las Noticias" se dice con toda felonía, con toda insidia, con toda mala fe, que los mismos diputados peleceanos, interesados en que se depure la conducta de varios malos miembros de su bloque o su partido, son los que se han presentado al ciudadano Flores, como dice el ciudadano Rodríguez. Ven ustedes la perfidia y la insidia. ¿Quién es ese ciudadano Rodríguez? Aquí hay cuatro o cinco, unos son del Bloque Independiente, otros peleceanos y otros del Social Demócrata. No me opongo a ello. Ya de antemano el ciudadano presidente de la Cámara había mandado hacer un oficio, supongo que al oficial mayor, haciendo la consignación de los hechos que dicen "Las Noticias", al procurador general de la República , quien es - sin negarle la competencia que puede tener como Policía Judicial del Distrito Federal, en virtud de que debe poner todos los medios que estén a su alcance para averiguar este asunto -, digo a la Procuraduría General de la República, se mandaba hacer la consignación, que es la inmediata y directamente competente por tratarse de delitos del orden federal, por razón de ser la Tesorería de la Nación la propietaria del dinero. Mañana, probablemente veremos otra noticia diciendo: "El ciudadano Flores manifiesta que él no ha dado esos informes, sino que es un error de "Las Noticias" o un amarillismo del periódico"; de manera que lo interesante aquí es, no que se den los nombres que se le piden al señor Flores, los nombres de los diputados, agregando en esa petición: "porque no solamente afecto a la honorabilidad de los diputados que resulten culpables - dice allí -, sino de toda la Cámara"; que se apruebe o no se apruebe esta iniciativa, que en verdad no tiene razón de ser, una razón seria y lógica y justa; lo que debe hacerse, y seguramente el ciudadano presidente lo hará como representativo de la Cámara de Diputados, es hacer la consignación al procurador general de la República y, de una vez también, ver si esas declaraciones del jefe de la Policía Judicial del Distrito Federal efectivamente son hechas por él, porque entonces ya debía haber hecho una declaración muy terminante para que no se esté tomando su nombre como juguete en estas cuestiones tan serias. Pido, pues, que se haga de una manera rápida, señor presidente, la consignación al procurador general de la República. He hecho esta aclaración para que se vaya haciendo conciencia en esta Asamblea de cuál es el burbujeo de las pasiones que se ostentan en esa noticia del periódico.

El C. presidente: La Presidencia hace la aclaración al ciudadano Martínez de Escobar de que ya, de motu proprio, había procedido a hacer la consignación respectiva.

El C. Lara César A.: Pido la palabra, señor presidente.

El C. Avilés: Tengo la palabra en contra, ciudadano presidente.

El C. Espinosa Luis: Moción de orden. (Murmullos.)

El C. presidente: Se hace la aclaración de que el ciudadano Martínez de Escobar habló para aclaraciones e hizo uso de la palabra en pro el ciudadano Céspedes; en consecuencia, tiene la palabra el ciudadano Avilés, en contra.

El C. Lara César A.: Moción de orden. Yo subí a la Presidencia a pedir la palabra en contra y usted, ciudadano presidente, me dijo que me inscribiera para hacer aclaraciones y que después del ciudadano Martínez de Escobar hablaría yo; en consecuencia, tengo la palabra, de conformidad con el Reglamento.

El C. presidente: La Presidencia hace la aclaración al ciudadano Lara de que le pidió la palabra en pro y al enterarse de que estaba inscrito el ciudadano Céspedes, se desistió de hacer uso de la palabra; en consecuencia, al volver el ciudadano Lara a la Presidencia a pedir la palabra, quedó inscrito en pro como lo había solicitado.

El C. Lara César A.: ¡Moción de orden! Pedí la palabra con anterioridad al ciudadano Avilés. Suplico a la Presidencia me diga si me concede la palabra en el turno que me corresponde, o sea en este momento; de lo contrario renuncio al uso de la palabra.

El C. presidente: La Presidencia ruega al ciudadano Lara permita hablar al ciudadano Avilés, quien se inscribió en contra antes que él.

El C. Lara: Ya no haré uso de la palabra; no me hace mucha falta.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Avilés.

El C. Avilés: Señores diputados: Después de las razones expuestas por el ciudadano Martínez de Escobar, no cabe otra cosa sino desechar la moción presentada por el ciudadano Céspedes, puesto que parece que esta moción no va sino tras de miras políticas. Por lo que se refiere al periódico "Las Noticias", que parece ser que lo sostiene una de las Secretarías de Estado.... (Voces: ¿Cuál?) Pues... no es un misterio que este periódico lo sostienen altos personajes de la Administración.... (Voces: ¿Quiénes?) Ya pertenezcan éstos a una Secretaría o a otra, el caso es que este papel vive del favor oficial y como este periódico se ha dedicado a hacer una labor enteramente amarillista en todos los tonos, no ha respetado ni a aquellos mismos que le han estado dando dinero para que se publique, puesto que no hace muchos días decía en primera plana y con grandes caracteres: "El ciudadano ministro de la Guerra ha mandado arrestar al ciudadano general jefe de la Guarnición de la Plaza". y al siguiente día la prensa de la mañana desmintió esta noticia y, sin embargo, este papel en la misma tarde siguió con su mismo tono de amarillismo publicando otra infinidad de desvergüenzas, que materialmente en nada honran a la prensa nacional. Este periódico, que no puede vivir si no es con el favor oficial, no está haciendo otra cosa que estar arrojando lodo sobre ese poder, es decir, sobre los hombres que lo están sosteniendo. Yo creo que debe desecharse de plano la moción presentada por el ciudadano

Céspedes, porque nada ganamos con que se digan los nombres de los diputados que según este papel dicen que están incluídos en el robo del cajero Díaz. yo lo que sí creo, ciudadanos diputados, es que debe de consignarse a este papel de procurador general de Justicia de la Nación para que éste haga las averiguaciones debidas, y ya allí se vea si realmente es cierto que estos señores diputados están complicados en el asunto del robo de Díaz. Ya creo yo que es tiempo de que esta Representación Nacional ponga coto a tanto desmán de esta prensa vendida que no se ocupa de otra cosa si no es de lamer la mano del que le avienta el mendrugo de pan. Estos hombres que escriben en "Las Noticias", ciudadanos diputados, entre ellos don Fadrique López, que estuvo haciendo una labor enteramente en contra de la revolución cuando regenteaba "El Demócrata", ahora este hombre, dueño de las "Noticias", sigue haciendo esa misma labor en contra de la revolución, nada más que, por desgracia, con dinero del pueblo, con dinero del Gobierno; así es que nosotros debemos poner coto, vuelvo a repetir, a los desmanes de estos papeles y mandarlos al lugar que les corresponde, que es el inodoro; (Murmullos, Risas.) allí es donde estos señores deben de estar más satisfechos de su modo de ser. Ya la prensa, ciudadanos diputados, se ha cansado de estar arrojando lodo sobre nosotros, sin razón de ninguna naturaleza: hoy señalándonos que no cumplimos con nuestro deber, mañana esto y mañana lo otro, y nosotros ya debemos de poner en juego toda la fuerza de que disponemos para hacer que estos hombres nos ataquen, pero que nos ataquen, con razones que nos ataquen con verdades y no con calumnias. Así es que pido a esta Asamblea que deseche la proposición del ciudadano Céspedes y acepte otra que proponemos, donde no pedimos otra cosa sino que se consigne este papel al procurador de Justicia de la Nación para que se abra una averiguación minuciosa. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Lara César A.

El C. Lara César A.: Señores representantes:... (Voces: ¿No decías que ya no hablarías?) Hoy tenemos el espectáculo de que se dirige un bofetón más al rostro ya cansado del Poder Legislativo, Primer Poder de la República. Es muy fácil lanzar injurias veladas o descaradas al Poder Legislativo, que no tiene ni puede tener la fuerza necesaria y suficiente para defenderse, porque en ello estriba todo. Es muy cierto que la injuria hecha por el periódico "Las Noticias" al Poder Legislativo es sangrienta; pero es también muy cierto que ya están cansadas todas las fuentes de información de lanzar injurias al Poder Legislativo. ¿Por qué? Porque el Poder Legislativo es mudo a todas las injurias, ya que no puede defenderse más que en esta tribuna y porque no puede contestar las injurias con el castigo que merecen. También es muy cierto que la injuria vertida hoy al Poder Legislativo no es absolutamente para ninguno de los bloques parlamentarios, sino que es un bofetón en pleno rostro a todo el Poder Legislativo. Creo que no es pertinente ni decoroso que la Cámara de Diputados, una de las Cámaras que integran el primer Poder de la República, se dirija al jefe de la Policía Judicial para pedirle los nombres de los representantes que crea que están inodados en el robo; no, la autoridad competente que tiene conocimiento de esta asunto debe recoger esta manifestación pública de la injuria que se hace al Poder Legislativo para que haga las averiguaciones, llamando a cuentas a quien se necesario diciéndole que presente no sólo los nombres de los representantes que estén inodados en el robo, sino las pruebas en que se funda esta sospecha. Creo que la autoridad competente, el procurador de Justicia o el Juzgado de Distrito, deben tener a la vista el periódico y hacer que venga a quien se alude allí a decir los nombres de los representantes y a mostrar las pruebas en que se funda porque, por otra parte, ciudadanos representantes, yo que conozco al ciudadano Flores, jefe de la Policía Judicial, puede asegurarnos que es incapaz de hacer una acusación de esta naturaleza, porque el ciudadano Flores es hombre honrado y tengo la seguridad de que sin tener pruebas fehacientes de que hay diputados que estén inodados en este robo, es incapaz, ya digo, de hacer una aseveración de esta naturaleza. Por lo tanto, yo pido que no se le pida al jefe de la Policía Judicial que diga quiénes son los ciudadanos representantes que estén comprometidos en este asunto, sino que se le diga al procurador de Justicia que haga todas las averiguaciones y que recoja esa manifestación pública para que allí se esclarezca este asunto y se castigue a los que resulten responsables. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Luque.

El C. Luque: Señores diputados: He pedido la palabra en contra, no porque tenga la convicción de que este asunto no se deba consignar a las autoridades; sólo difiero yo con los diputados firmantes de la moción en el procedimiento. ¿No, señores diputados, está conociendo ya de este negocio el juez segundo supernumerario de Distrito? ¿No se trata allí de procurar esclarecer la responsabilidad que le venga al ciudadano Eduardo S. Díaz en el asunto que se está ventilando aquí en la Tesorería? ¿Entonces, para qué es dar la vuelta, irnos hasta el procurador general de Justicia de la República a preguntarle cuáles son los nombres de esos diputados, para que él se dirija al jefe de la Policía Judicial y demos un rodeo excesivamente largo? Nuestro papel, señores diputados, en mi concepto, está limitado a esto: tenemos un periódico que nos dice que hay siete diputados cómplices del tesorero de la Cámara. ¿Qué cosa es lo que debemos hacer? consignar este periódico al juez para que sea el juez el que llame al director del periódico y le diga cuáles son los nombres de esos siete diputados que dice que son cómplices del tesorero. En esa virtud, yo estoy enteramente de acuerdo con la proposición, señores diputados, porque no creo que este asunto se deba quedar callado; La Cámara por su propio decoro debe exigir en este asunto hasta el último punto que venga a esclarecer la responsabilidad que tenga toda ella o cualquiera de sus miembros. Del tal manera que lo que vengo a hacer es hablar por que la proposición se modifique en esta forma: Consígnese este periódico a la autoridad judicial que está ya

conociendo del asunto, para que ella haga las averiguaciones que juzgue pertinentes.

El C. secretario Barragán: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. No se aprueba.

Presidencia del

(C. HERNÁNDEZ ALVAREZ ENRIQUE)

- El mismo C. secretario: Se va a dar cuenta con esta otra proposición:

"H. Asamblea:

"El periódico de la tarde, "Las Noticias", correspondiente a la edición de este día, publica en su primera plana una nota a la que titula: "Siete diputados complicados en el robo de $250,000.00 consumado por el infiel cajero Eduardo S. Díaz". Como en el presente caso el decoro de siete miembros de la Representación Nacional y aun el de la propia Cámara quedaría menoscabado de no hacerse una averiguación rápida y eficaz, nos permitimos someter a vuestra soberanía la aprobación, con dispensa de trámites, del siguiente acuerdo:

"Consígnese al ciudadano procurador general de Justicia el periódico "Las Noticias" de fecha de hoy, con el fin de que se sirva ordenar se abra la averiguación necesaria para definir las responsabilidades que el citado periódico hace recaer sobre miembros de la Representación Nacional.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 4 de octubre de 1921. - I. Borrego. - L. Zincúnegui T. - M Barragán. - Uriel Avilés. - Marco Aurelio González."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. A discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse.

El C. Céspedes: Suplico a los autores de la proposición hagan la aclaración de que es al procurador de Justicia del Distrito Federal a quien debe consignarse este asunto, y que no se diga solamente que se consigna al procurador de Justicia.

- El mismo C. secretario: Ha agregado su firma a la proposición el ciudadano Marco Aurelio González. (Siseos.)

El C. Borrego: Hago la aclaración de que la proposición, al hacerse la consignación, se refiere al procurador de Justicia de la Nación. Pido que se consulte el permiso respectivo a fin de hacer esa aclaración.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Consígnese al ciudadano procurador general de Justicia de la Nación el periódico "Las Noticias" de fecha de hoy, con el fin de que se sirva ordenar se abra la averiguación necesaria para definir las responsabilidades que el citado periódico hace recaer sobre miembros de la Representación Nacional."

No habiendo oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano subsecretario de Gobernación.

El C. Lugo, subsecretario de Gobernación: Ciudadanos diputados: Ayer fui informado por conducto de una comisión de esta respetable Cámara, del acuerdo que tuvo a bien tomar para que viniese a informar acerca de la situación política que prevalece en el Estado de Nayarit. Tal vez el motivo que determinó a esta honorable Asamblea a dictar este acuerdo, fue el reciente cambio de gobernador del Estado que se comunicó el día 27 del mes próximo pasado. Bien sabido es que ha existido desde hace tres años aproximadamente, una pugna abierta entre los poderes Legislativo y Ejecutivo del Estado de Nayarit, pugna incesante que culminó con el desafuero del ciudadano Godínez el 19 de marzo de 1919, y el nombramiento del general Francisco D. Santiago, jefe de las operaciones militares en el Estado de Nayarit, como gobernador interino de ese Estado. La suprema Corte de Justicia de la Nación primero, y el Senado de la República después, conocieron de este conflicto político, la primera excusándose dado el carácter que tenía y la competencia que asistía al Senado, y éste resolviendo, previo estudio concienzudo de sus comisiones constitucionales, en sentido favorable al quejoso, esto es, al gobernador del Estado, declarando que existía un conflicto político entre los poderes Legislativo y Ejecutivo del Estado de Nayarit y que era de reponerse en su cargo de gobernador del Estado, al ciudadano José Santos Godínez. Comunicada esta resolución a los supremos poderes de la Nación y a las entidades federativas, la Legislatura del Estado de Nayarit pidió amparo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, considerando que se habían violado las garantías que asistían a los señores diputados al no habérseles oído para dictar la resolución el Senado. Posteriormente este juicio de amparo fue sobreseído; el Ejecutivo federal no quiso cumplimentar el acuerdo del Senado, pretextando que había sido recurrido por la Legislatura ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Vino el plan reivindicador de 23 de abril de 1920 y reconoció como gobernador legítimo del Estado al ciudadano José Santos Godínez, restituyéndosele por conducto de los jefes de operaciones de aquella zona en el cargo de gobernador de ese Estado. Siguió la pugna entre el señor Godínez y los señores diputados de la Legislatura, porque estos últimos se empeñaban en que fueran válidos todos los decretos, todos los acuerdos que había expedido en señor general Santiago durante el período en que se perdió el orden constitucional en ese Estado. El señor Godínez, con inquebrantable firmeza se opuso positivamente, obstinadamente, a esta iniciativa y no promulgó los decretos, y no quiso observar los decretos que se le imponían como válidos.

Llegó un momento en que la oposición fue tal, que el señor Godínez no tuvo facultad ni para entrar al Palacio de Gobierno, porque la Policía se lo impedía, ya que ésta obedecía ciegamente las órdenes del Ayuntamiento de la ciudad de Tepic, que se inspiraba en la Legislatura del Estado. Por este dato, esta irreconciliable lucha, no extraño al Ejecutivo de la nación que el señor José Santos Godínez haya pedido una licencia a la Legislatura del Estado por el tiempo que le falta de su período, que son los meses restantes de este año, y se haya nombrado en su lugar a uno de los señores diputados de la misma Legislatura. Sin embargo, el Ejecutivo de la Unión estimó prudente recabar un informe exacto sobre este particular y se dirigió a varios funcionarios de aquella Entidad federativa, habiendo contestado primero el señor jefe de Hacienda del Estado de Nayarit en esta forma:

"Su atento mensaje ayer. Es rigurosamente cierto gobernador Godínez obtuvo licencia esta H. Legislatura tiempo resta presente año, nombrando misma H. Corporación C. Federico R. Corona, gobernador interino por igual tiempo resta año actual. Estos actos públicos notorios verificáronse estricto ajustamiento Constitución Política Estado. Respetuosamente. - El jefe de Hacienda, J. M. Varela."

Con este antecedente, el que habla juzgó prudente tener una conferencia telegráfica con el señor Corona, actual encargado del Poder Ejecutivo, con el objeto de que le proporcionara un texto de la solicitud de licencia y del acuerdo de la honorable Legislatura respectiva. El señor Corona ha dirigido este mensaje en respuesta al que se le puso de la Secretaría de Gobernación:

"Subsecretario de Gobernación:

"El gobernador interino del Estado, Federico R. Corona, saluda a usted muy afectuosamente; y con relación a su conferencia telegráfica de ayer noche, pasa a informarle: "Que el día 26 del pasado septiembre, el ciudadano gobernador constitucional, José S. Godínez, solicitó del H. Congreso local una licencia para separarse de su cargo, la cual dice textualmente: "José S. Godínez, gobernador constitucional del Estado, ante esa H. Asamblea, comparezco y expongo: "Que necesitando separarme del ejercicio del Poder Ejecutivo de esta Entidad para poder atender asuntos personales urgentes, a ese H. Congreso pido atentamente se sirva concederme una licencia por el resto del presente año, con goce de sueldos anticipados. Protesto lo necesario, Tepic, Nay., a 26 de septiembre de 1921. - José S. Godínez." - Rúbrica.

"Para resolver sobre la anterior licencia, la H. Cámara se constituyó ese mismo día en sesión extraordinaria, y en ella se acordó concederse la licencia en los mismos términos en que fue pedida, o más claro, por todo el tiempo que falta para terminar el presente año y con goce de sueldos anticipados, que le fueron ministrados por la Dirección General de Rentas hasta el último de diciembre próximo, según recibo otorgado por el propio señor Godínez a la mencionada oficina rentística. Concedida la licencia, el Congreso, constituído en colegio Electoral y por votación secreta, me designó para substituir al repetido señor Godínez, aprobando, además y al efecto, el decreto número 100, que fue promulgado por el mismo señor Godínez y su secretario general, licenciado Francisco Serrano. Decreto que dice a la letra: "José S. Godínez, gobernador constitucional del Estado Libre y Soberano del Nayarit, a los habitantes del mismo hago saber: que el H. Congreso del Estado se ha servido dirigirme el siguiente decreto, número 100:

"El H. Congreso del Estado Libre y Soberano del Nayarit, representado por su primera Legislatura, decreta: Artículo 1o, Por haberla solicitado, se concede una licencia por todo el tiempo que falta del presente año, al gobernador constitucional del Estado, C. José Santos Godínez. - Artículo 2o. Durante la licencia concedida al gobernador constitucional del Estado, C. José Santos Godínez, se designa gobernador interino del mismo al C. diputado Federico R. Corona. - Transitorio. Este decreto comenzará a surtir sus efectos legales a partir del día de su promulgación. - Dado en el Salón de Sesiones del H. Congreso del Estado del Nayarit, en Tepic, su capital, a los veintiséis días del mes de septiembre de mil novecientos veintiuno. - Diputado vicepresidente, J. Pérez Espinosa. - Diputado secretario, M. L. Urbina. - Diputado secretario, F. R. Corona." - Rúbricas. - Por tanto, mando se imprima, publique y circule para su debida observancia. - Dado en el Palacio del Poder Ejecutivo del Estado en Tepic, Nay., a los veintiséis días del mes de septiembre de mil novecientos veintiuno. - José S. Godínez. - El secretario general de Gobierno, Francisco Serrano."

El repetido señor gobernador Godínez, acompañado de su esposa e hijos, salió de esta ciudad, rumbo a esa metrópoli el 28 del actual, a las tres de la tarde, gozando de absolutas garantías, pues la Jefatura de Operaciones le proporcionó una escolta de diez hombres, que lo acompañaran en el camino. El señor gobernador Godínez me hizo espontáneamente, fiel entrega de la oficina a su cargo y me dio a reconocer a sus empleados con el carácter de que me había investido el H. Congreso, de cuya oficina me hice cargo el 27 del mismo septiembre, previa la protesta y demás formalidades de ley. Como verá usted por lo anterior, en la separación del señor gobernador Godínez no hubo presión ni violencia alguna, sino que todo se ajustó a concederle la licencia pedida por él mismo, ajustándose todos los demás procedimientos a lo ordenado por nuestras leyes y con el pleno consentimiento del tantas veces repetido gobernador Godínez. Con lo expuesto creo haber rendido debidamente el informe solicitado por usted; pero de no resultar completo este informe, estoy en la mejor disposición de proporcionar a esa Secretaría de su merecido cargo, todos los datos que sobre el particular necesite y me pida. Muy atentamente, el gobernador constitucional interino del Estado, F. R. Corona."

De manera que la eliminación voluntaria del gobernador Godínez y desaparecida la pugna entre los poderes Ejecutivo y Legislativo del Nayarit, sólo queda en pie la cuestión constitucional, nacida de la promulgación de las leyes electorales expedidas por el señor gobernador Francisco D. Santiago, desconocido por el Senado de la República y por el plan reivindicador de Agua Prieta. Creo, señores diputados, haber satisfecho la petición de la honorable Comisión de diputados del Nayarit, que me parece fue la que hizo esta moción, de que me

presentase a informar a esta honorable Asamblea, del estado en que se encuentra el Estado de Nayarit.

Presidencia del

C. ZINCUNEGUI TERCERO

LEOPOLDO

El C. Trejo: Pido la palabra para una interpelación. No dudo que la información rendida por el gobernador interino sea veraz; pero desde luego no se produce con exactitud. Yo suplico al señor subsecretario de Gobernación tenga la bondad de decirme si el señor Federico R. Corona, actual gobernador interino de Nayarit, no intervino de una manera saliente en el movimiento tumultuario que originó el desafuero del ciudadano Godínez, la ocasión anterior, y si esa deposición quedó sin efecto a virtud de la ejecutoria del Senado, que acordó que se restituyera al gobernador Godínez y se le reconociera como constitucional.

El C. subsecretario de Gobernación: Señores diputados: En previsión de que se me hicieran algunas interpelaciones con relación al estado político del Estado de Nayarit, traje los expedientes relativos que existen en la Secretaría de Gobernación. En ellos aparece un oficio dirigido al señor secretario de Estado y del Despacho de Gobernación por la honorable Comisión Permanente del Congreso de la Unión, dirigido en fecha 22 de marzo de 1919, transcribiendo un mensaje del señor Godínez, gobernador del Estado del Nayarit. Dice así en lo conducente, para responder a la interpelación del señor diputado Trejo:

"Nayarit. Vía Ahuacatlán, Jalisco, el 19 de marzo. - H. Congreso de la Unión. - el C. J., de la Sección 3a. de la Secretaría General de este Gobierno, en oficio girado desde la ciudad de Tepic, me dice lo siguiente: "Tengo el honor de poner en el superior conocimiento de usted, para los fines consiguientes, que hoy, a las tres horas treinta minutos de la tarde, llegaron a esta ciudad, procedentes de las haciendas de "Puga", "Mora", "Escondida", "Fortuna", "Villa Vista", "El Trapiche", "La Laguna", y de la "Estancia de la Labor", todos los individuos que forman las acordadas de aquellos lugares y otros trabajadores de las mismas, dizque pagados a un peso cincuenta centavos diarios cada uno, que en número de trescientos aproximadamente venían armados de cuchillos, machetes, palos y piedras, encabezados por el licenciado Fernando Ibarra y los señores Luis Bertrand, actuario del Juzgado de Distrito; Pascual Villanueva, Federico Corona...." etcétera.

Esto, por lo que concierne a la manifestación tumultosa que tuvo lugar el 19 de marzo de 1919 en la ciudad de Tepic, del Estado de Nayarit, y que determinó el desafuero del señor Godínez y el nombramiento del señor general Francisco D. Santiago. Por lo que respecta a la segunda parte de su interpelación, esto es, si no he entendido mal, respecto a la pregunta de que el señor Corona fue representante de la Legislatura del Nayarit para hacer gestiones cerca del señor presidente de la República, don Adolfo de la Huerta, para que no fuese repuesto el señor gobernador Godínez al frente del Ejecutivo del Estado. Obra en este expediente un ocurso firmado por el señor. F. R. Corona, en esta ciudad, el 15 de junio de 1920, en que viene pidiendo en conclusión lo siguiente:

"3o. Se sirva prevenir al señor gobernador del Estado, que entretanto se dicta la resolución legal, se abstenga de obrar en términos que produzcan un nuevo conflicto de poderes en el Estado del Nayarit." Con el objeto de que no se obedezca lo determinado por el Plan de Agua Prieta, de reconocer al gobernador Godínez como jefe del Ejecutivo de ese Estado.

El C. Moreno Jesús Z.: Pido la palabra para una interpelación al ciudadano subsecretario de Gobernación.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano José Siurob para una interpelación.

El C. Siurob: Ciudadano subsecretario de Gobernación, señores diputados: Voy a fundar mi interpelación. Habiendo tenido ya la satisfacción de denunciar ante toda la República el estado anormal en que se encontraba el Estado del Nayarit como consecuencia del predominio de los elementos latifundistas de aquel Estado, hasta el grado de que puede decirse que el Nayarit no es el Estado del Nayarit, sino es el Estado latifundista de la casa Aguirre; habiendo tenido oportunidad de denunciar estos hechos desde la tribuna parlamentaria, y habiéndose verificado posteriormente los que han motivado la llamada que ha hecho esta Cámara al señor subsecretario de Gobernación para que informara sobre el particular, y que viene a corroborar en todas sus partes los conceptos vertidos por mí en aquella oportunidad, solamente teniendo la convicción de que de lo que se trata allí es de preparar un vasto chanchullo electoral, quiero interpelar al señor subsecretario de Gobernación para que me diga si en su concepto, si en su concepto oficial, si en el concepto oficial de la Secretaría de Gobernación, cree que pueda ser válida una convocatoria a elecciones valiéndose de la Ley Electoral expedida por el gobernador D. Santiago.

El C. subsecretario de Gobernación: Señores diputados: El criterio de la Secretaría de Gobernación y el mío personal, es el de que no pueda ser válida una elección en determinadas condiciones. (Aplausos.)

- El C. Siurob; Doy mis más cumplidas gracias al señor subsecretario de Gobernación y al mismo tiempo creo que el Gobierno se encuentra absolutamente atinado en su criterio, que no puede ser más que apegado a la Constitución y apegado a la ley. Me permito señalar a la Representación Nacional el hecho de que de ninguna manera, ni aun cuando hiciera una ley Electoral la actual Legislatura, absolutamente podría convocarse a elecciones, desde el momento en que la Constitución señala un plazo de tres meses, que debe preceder a estas mismas elecciones y que desde el tiempo que tiene esa Legislatura, hasta fines de diciembre, no alcanzaría de ninguna manera a aprobar la Ley Electoral que reuniera este interesante requisito.

El C. Moreno Jesús Z.: Pido la palabra para una interpelación al ministro de Gobernación, si lo permite.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Moreno.

El C. Moreno Jesús Z.: Hace un momento que a pregunta que hiciera uno de los diputados del Estado de Nayarit, el ciudadano Trejo, su señoría hizo la declaración de que el ciudadano Corona, gobernador interino del Estado de Nayarit, había sido una de las personas que habían tomado participación en el acto perfectamente punible de la deposición del gobernador constitucional de ese Estado, don José Santos Godínez; es más: paréceme ocioso preguntar a su señoría si el Ejecutivo sabe que el ciudadano Corona es diputado a la Legislatura del Estado de Nayarit; es decir, es uno de los inodados en el delito que se cometiera al deponer al gobernador constitucional del Estado del Nayarit. En su consecuencia, mi interpelación, muy respetuosa y atenta, es: ¿cuál es el criterio del Ejecutivo acerca del nombramiento de un ciudadano que esté incluído en el delito por el cual en esta Representación Nacional se ha seguido ya el juicio de desafuero respectivo previsto por la Constitución de 1917?

El C. subsecretario de Gobernación: He dado lectura a una constancia girada por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en la que se asienta que uno de los instigadores del movimiento tumultuoso que derrocó al señor Godínez fue el señor Corona; pero no esta probado, como se requiere en un juicio, el cargo que se imputa al señor diputado don Federico R. Corona. Yo creo que entretanto no se declare el desafuero de este funcionario, no está incapacitado para desempeñar el puesto que se le ha conferido.

El C. Moreno Jesús Z.: Continúa mi interpelación. Es con el objeto de suplicar a la Presidencia se sirva informar, por conducto de la Secretaría, si existen en esta Cámara constancias de que ha sido consignado el Poder Legislativo del Estado del Nayarit por los delitos de motín y asonada, y si como consecuencia de estos delitos que han sido consignados aquí, se sigue el procedimiento respectivo; pero de todas maneras, el hecho que está constante ya en la conciencia de todos, es que el ciudadano Corona fue uno de los que tomaron participación en el hecho de la deposición del gobernador constitucional en Nayarit, aun cuando no esté declarado por un juicio, por medio de una prueba plena, pero siendo cierto también que por virtud del Plan de Agua Prieta se reconoció la constitucionalidad del gobernador Gódinez, es inconcuso, señores diputados, que se cometió un delito político al deponer a este alto funcionario del Estado del Nayarit, y queremos que quede constante desde este momento que el ciudadano Corona está constitucionalmente incapacitado para ejercer el cargo de gobernador interino constitucional del Nayarit.

El C. presidente: La Presidencia ha ordenado ya se tomen los informes que solicita el ciudadano Jesús Z. Moreno.

El C. Espinosa y Elenes: Pido la palabra como presidente de la 1a. Sección Instructora del Gran Jurado.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Espinosa y Elenes: En la 1a. Sección Instructora del Gran Jurado obra una acusación en contra de la Legislatura local del Nayarit, en contra de todos y cada uno de los miembros de ella, y entre esos miembros entiendo que se encuentra el ciudadano Corona, a que se ha hecho referencia en el curso de esta sesión. La 1a. Sección Instructora del Gran Jurado ya ha tomado las medidas del caso para hacer todas las averiguaciones necesarias, a fin de dictar su resolución en el período ordinario presente, es decir: en el segundo período ordinario de sesiones, en consecuencia, creo que muy pronto podremos presentar el informe respectivo.

El C. Trejo Francisco: Como diputado nayarita créome obligado a agradecer el informe que se ha producido en esta ocasión por el señor ministro de Gobernación y además deseo significar que no es solamente el ciudadano Corona, actual gobernador interino y que tomó parte en la deposición del gobernador Godínez, el único responsable de estos acontecimientos. Se trata solamente de ejercer presión para las próximas elecciones que, afortunadamente, no podrán llevarse a cabo, por no existir Ley Electoral en el Estado; por no mediar desde la fecha de la convocatoria, que es la de 26 de septiembre, hasta el 6 de noviembre, día de las elecciones, los 90 días de plazo que la Constitución fija para que los candidatos impedidos legalmente puedan separarse de los puestos que desempeñen y porque el candidato a quien se pretende hacer triunfar, señor don Pascual Villanueva, figura también en la lista de los nombres a que el señor subsecretario de Gobernación dio lectura, como cómplice del movimiento tumultuario a que antes me he referido.

El C. presidente: La Presidencia da las gracias al señor subsecretario de Gobernación por su asistencia y por las declaraciones que se ha servido rendir en cumplimiento de lo preceptuado en el artículo 93 de la Carta Magna. (Siseos.)

El C. secretario Barragán: Continúa a discusión el asunto del traidor Agustín de Iturbide. (Aplausos.) Los puntos resolutivos son los siguientes:

"1o. Bórrese del recinto de la Cámara el nombre del primer contrarrevolucionario Agustín de Iturbide, ejecutado en Padilla en cumplimento de un decreto del Congreso General.

"2o. Substitúyase el nombre del usurpador Iturbide, por el del ilustre revolucionario doctor Belisario Domínguez, el cual se grabará con letras de oro en el salón de sesiones de esta Cámara."

El C. presidente: Continúa en el uso de la palabra el ciudadano Castillo Francisco. (Voces: ¡No está!) No encontrándose en el salón el ciudadano Castillo Francisco, pasa a hacer uso de la palabra el ciudadano Vito Alessio Robles.

El C. Alessio Robles: Para moción de orden simplemente. El ciudadano Castillo hizo uso de la palabra en contra; después debe seguir uno de los oradores inscriptos en pro. (Voces: ¡Sí, muy cierto!)

El C. presidente: Se hace la aclaración de que por un error en la lista de oradores se le concedió el uso de la palabra al ciudadano Vito Alessio Robles. Tiene la palabra el ciudadano Bravo y Juárez. Habiéndose cedido el uso de la palabra el ciudadano Bravo y Juárez al ciudadano Espinosa, tiene la palabra el ciudadano Espinosa.

El C. secretario Barragán: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, suplica a los ciudadanos diputados se sirvan escuchar al orador.

El C. Espinosa Luis: Manifestó a la Asamblea que mientras no se haga silencio no hablaré, porque no acostumbro hablar si no se me escucha. (Murmullos) Ciudadanos representantes: Es para mí motivo de satisfacción y, tal vez hasta de orgullo, poner mi humilde contingente en pro de una rectificación histórica, necesaria en estos momentos en que los valores morales con que se juzga a determinados hombres se ha invertido, o más bien dicho, se han justipreciado definitivamente. Es natural, ciudadanos representantes, que determinados componentes de las clases sociales y muy especialmente aquellos que se encumbraron a la sombra de la dictadura porfirista, tengan interés especialisimo en que se mantenga en el muro de este recinto el nombre de Agustín de Iturbide; es natural, ciudadanos representantes, que estos individuos, salidos de las más bajas esferas sociales, encumbrados por la revolución tuxtepecana a los altos puestos públicos, se llegaron a creer, a través de treinta años de dominación, no solamente con derecho a dominar para siempre a México, sino también como miembros de una casta especial distinta a la de los demás componentes de la familia mexicana. Es natural, ciudadanos representantes, que en estos tiempos en que la revolución acaba de imprimir orientaciones definitivas, los vencidos no quieran plegar las manos ante la evidencia de los hechos y pretendan todavía hacer algo por restaurar sus antiguos y empolvados privilegios. Hay muchos caballeros... (Voces: ¡De Colón!) que se creen de estirpe noble; hay muchos comendadores gofires, que quisieran resurgiera la época de Iturbide y la de Maximiliano para ocupar dentro de estos regímenes monárquicos algún puesto que les permitiese transformar sus humildísimas condecoraciones por otras más significativas. La revolución tuxtepecana, que vino a formar la clase social a que me he referido y que había surgido no sólo de las clases más humildes, sino también de los presidios y que a través de la dominación absolutista de treinta años se sintió aristocratizada - siendo plebeya pura -, es natural, ciudadanos representantes, que ahora venga por medio de todos los elementos que tiene a su alcance, la prensa inclusive, la prensa reaccionaria se entiende, a querer sostener el nombre de Agustín de Iturbide como el de uno de los individuos a quienes debe mucho la patria mexicana. En cambio, la Historia, serena e imparcial, pinta a Agustín de Iturbide como el tipo de hombre más repugnante que registra la Historia de nuestro país. Estudiándose la personalidad de Agustín de Iturbide tiene, desde luego, estas tres características: la de la ambición inmoderada, la de un antimexicanismo rabioso y, en su grado máximo, el de la traición. Agustín de Iturbide después de haber sido uno de los sostenedores de la monarquía en México; después de haber peleado con más o menos buen éxito y con un verdadero entusiasmo del lado de los realistas y en contra, por lo tanto, de los insurgentes después de haber visto que habían caído muchísimos patriotas que defendían con calor y con entusiasmo la libertad de la patria; después que habían pasado once años de cruenta y desigual lucha; Agustín de Iturbide vino a comprender que era justa y que era necesaria la Independencia de México pero señores, el concepto de Iturbide no fue el concepto sano; no fue un concepto honrado; no fue un concepto patriota; fue un concepto completamente torcido, producto de la ambición de Iturbide. Iturbide comprendió que la emancipación de México tarde o temprano tendría que ser un hecho; que no podría contrariarla ninguna fuerza exterior ni inferior. Iturbide comprendió que, haciéndose del lado de los caudillos de la Independencia, se le presentaba una oportunidad para constituir en la Nueva España una monarquía, en la que él fuera el emperador. Así se desprende de una manera clarísima de la conjuración de la Profesa, en la que el clero y el capital, más bien dicho, las clases elevadas de los españoles residentes en la Nueva España, estuvieron perfectamente bien representados y fue ahí donde Iturbide adquirió el compromiso de hacer un movimiento de emancipación política, nada más, de la madre patria, para formar en México un nuevo imperio.

Naturalmente, señores, que había que engañar a los mismos españoles, y de allí que los conjurados pusieran como una de las cláusulas del contrato que hacían con Iturbide que el emperador que rigiera los destinos de México, debería ser de sangre española, de estirpe española, pero no era ese el propósito; allá en el fondo, en los más recóndito de las intenciones de Iturbide y de los conjurados estaba que México debería emanciparse para ser gobernado por Iturbide principalmente. Desde luego, señores, la historia sobre este particular es contundente y terminante y no acepta, no admite contradicción. ¿Dónde, pues, el gesto de desprendimiento, de nobleza, de patriotismo por parte de Iturbide al abrazar la obra de libertad a México uniéndose a Guerrero? Aquí no puede verse otra cosa más que la ambición personal de Iturbide y de los suyos. Iturbide, señores, durante el tiempo que preparó la expedición en contra de los guerrilleros del Sur aparentemente, pero que era para irse a unir a ellos, puso de relieve toda la perfidia que podía haber en el corazón de un hombre. Iturbide, que había merecido toda la confianza de los virreyes, Iturbide, que había merecido el honor de los principales españoles de la Nueva España, Iturbide, que había sido colmado de honores, después de la conjuración de la Profesa, dolosamente pidió que se le diera lo más granado del ejército español, es decir, del ejército virreynal; procuró que se alistaran todos los principales elementos de combate con que contaba el Gobierno virreynal, y cuando ya tenía lo más selecto de las tropas, cuando ya estaba a su lado lo mejor de la artillería y de las demás fuerzas que sostenían aquí al Gobierno español, se fue al Sur; pero no con el propósito firme y decidido de dar un abrazo sincero y leal a Guerrero, y las fuerzas insurgentes, no señores, fue necesario que Guerrero, el guerrillero más valiente, más audaz y más firme que tuvo nuestra guerra de emancipación, le diera dos golpes a Iturbide, que fueron desastres vergonzosos, para que este hombre ambicioso comprendiera que el camino más corto para coronar su ambición era la de

unirse a los insurgentes. De ahí, señores, que aceptara Iturbide esas proposiciones; pero no eran esos sus proyectos; Iturbide quería acabar con todos los guerrilleros de renombre y de prestigio con que contaba Guerrero y que le podían seguir haciendo sombra; aquellos pocos caudillos que aún le acompañaban. De ahí que Iturbide quisiera, antes que transar, acabar con ellos y sólo cuando se convenció de que el temple de los verdaderos patriotas, que la causa de la Independencia era algo que estaba por encima de sus perversas ambiciones, convino en transar con los insurgentes. Y vemos, señores a Iturbide en 1810, vemos a Iturbide en 1813 y en 1814 ser de los primeros que salieron al paso al cura Hidalgo; que fue también uno de los que, en Las Cruces, hicieron voltear las espaldas a nuestros insurgentes, a nuestros guerrilleros desarrapados, humildes y sin conocimientos militares. Fue Iturbide el que más tarde dio muestras de una ferocidad sin nombre; fue Iturbide el que nunca tuvo sentimientos fraternidad para sus paisanos, para los mexicanos; Iturbide fue más feroz y más cruel que los mismos españoles en contra de los criollos ¿y qué, señores, esta ferocidad, esta crueldad sin nombre, sin ejemplo, debe ser premiada con una distinción como la que se quiere hacer, pidiendo que perdure el nombre de Agustín de Iturbide en las paredes de este recinto? No, señores, nosotros tenemos en nuestra historia patria, en la vida de nuestros caudillos hechos que en realidad son verdaderos timbres de orgullo para el pueblo mexicano. Allí está Bravo, que se vengó de los españoles que habían matado a su padre poniendo en libertad a más de trescientos prisioneros españoles. Estos casos de nobleza son frecuentes en la historia patria, pero en cambio vemos la figura repugnante de Iturbide matando con zaña, con verdadera crueldad a cuantos prisioneros caían en sus manos y ¡qué casualidad que después de once años de cruenta lucha Iturbide el magnánimo, Iturbide el patriota, Iturbide el mexicano llegó a comprender que la independencia de la patria era una causa justa y noble y que por lo tanto debía secundarla! No, señores, no vengamos aquí a engañarnos, no vengamos aquí con mentiras; ya Morelos había, desde 1814, proclamado de una manera solemne la independencia de la Nueva España del trono español; esto ya como idea definitiva, porque como idea embrionaria, como principio, la había proclamado el cura Hidalgo desde la noche del 15 de septiembre de 1810. No hay, por lo tanto, motivos para ser indulgente con Iturbide, no hay razón absolutamente ninguna que venga a disculpar la actitud de Iturbide. Iturbide fue realista de corazón, y dejó de serlo el día en le convino ser traidor a los realistas, como había sido también traidor a los de su raza, es decir, traidor a los suyos, a los mexicanos. Los mismos que a través de la historia se ostentan como simpatizadores de Iturbidismo, no han podido menos que pintar a Iturbide con colores de bondad, pero que dejan traslucir toda la farsa que hubo en los sentimientos y en las acciones de este hombre funesto para México. Yo no sé cómo hay todavía gente seria y que se dice culta, que haya podido tomar alguna vez en serio esa mascarada que han dado en llamar imperio iturbidista; para los que sean versados, aunque sea ligeramente, en historia patria, deben saber perfectamente que este imperio, a través del criterio legal, no existió jamás. Iturbide desde que salió de México, salió con la idea fija de llegar a ser emperador; después todos los documentos que él firmó, todos los actos de su vida militar tendieron a lo mismo: a ser coronado emperador! Señores, no había ambiente, porque en realidad de verdad en el corazón de los mexicanos palpitaba la idea de la libertad; pero a base de una forma de gobierno más avanzada, no podía aceptarse de ninguna manera la forma de gobierno que pretendía Iturbide. Ya la influencia del Gobierno de los Estados Unidos era tangible en México, porque se sabía que al lado de un imperio, de una monarquía, existían repúblicas avanzadas con formas de gobierno más humanas que hasta las que entonces habían existido en la Nueva España; de tal manera que los hombres avanzados, que los caudillos de la revolución no eran ni podían ser partidarios del imperio ni mucho menos partidarios de Agustín de Iturbide. En todos los actos esa mascarada no figuran ni uno solo de los hombres que lucharon con las armas en la mano para emancipar a México; el mismo Guerrero, que tan noble que tan desinteresadamente había depuesto su jerarquía, sus honores, sus preeminencias para dárselo todo a Iturbide, no tomó participio en ninguno de los actos que sirvieron para llevar a ese llamado trono a Iturbide. Tomaron participio en esta farsa todos aquellos que después se vinieron significando en México como los representativos del clero, como los representativos del capital. Así, señores, originariamente el movimiento iturbidista no es más que un movimiento completamente usurpador, representativo de una forma de gobierno absolutista. Yo quiero, señores, que la Asamblea, para que pueda votar a conciencia este asunto, me permita que la Secretaría lea unas cuantas líneas de la forma en que se autocoronó emperador Agustín de Iturbide, por si acaso algunos compañeros quisieran hacer valer este hecho para que su nombre figure por más tiempo en los muros de este recinto. Voy a leerlas, porque no hay secretario; la declaración en que se consagraba a Agustín de Iturbide emperador, dice así:

"Señor:

"Los regimientos de Infantería y Caballería del Ejército Imperial Mexicano existentes en esta capital, en masa y con absoluta uniformidad, han proclamado al serenísimo señor generalísimo almirante, presidente de la Suprema Regencia, don Agustín de Iturbide, emperador de la América Mexicana. Este pronunciamiento se ha seguido con las demostraciones más vivas de alegría y entusiasmo por el pueblo de esta capital, reunido aún en sus calles. Los generales, jefes y oficiales que subscriben se ocupan en conservar el orden y tranquilidad pública; y al mismo tiempo han creído de su deber manifestar a V. M. esta ocurrencia, para que, tomándola en consideración, delibere, sobre punto de tanta importancia. Dios guarde a V. M. muchos años. México 19 de mayo de 1822, a las tres de la mañana. - Señor. - Pedro Celestino Negrete. - Manuel de la Sota Riba. - Anastacio Bustamente. - Luis Quintanar. - Manuel María de Torres..."

México, es decir, la capital de lo que podría llamarse el imperio, no tenía arriba de doscientos mil ciudadanos, de tal manera que era escasísimo el número de hombres sensatos y capacitados para deliberar sobre un asunto de tanta trascendencia; fue la soldadesca, fue el cuartel, los que haciendo una presión decidida sobre los diputados, hicieron que se votara la coronación de Agustín de Iturbide en una forma arbitraria, como verán vuestras soberanías en seguida. Desde luego queda aquí demostrado palpablemente que fue el Ejército: la Infantería, la Caballería y la Artillería a las órdenes de Iturbide, los que hicieron el movimiento; el grito que dio Pío Marcha, que todos vosotros sabeís, no fue más que algo así como una seña premeditada para que se pronunciaran estos individuos. Estas fuerzas acuarteladas fue pretexto para hacer presión sobre un poder que entonces representaba a México, sobre la Regencia, que era el Gobierno que entonces tenía México. Hubo en la Asamblea en que se consagró a Iturbide emperador, verdaderos mexicanos, hombres patriotas y prudentes que estuvieron a la altura de su deber; entre ellos merece especial mención el ciudadano representante por el Estado de Durango, el señor Gutiérrez, que estando presente Iturbide en la Asamblea, tuvo la entereza bastante para decir que no se consideraba él ni muchos de los representantes en aquella Asamblea con poder bastante para votar la consagración de Iturbide como emperador y que necesitaba recabar esos poderes de sus comitentes para poder desempeñar aquella función. Es natural, señores, que estando toda la Asamblea pletórica de tropa armada; es natural que estando presente Iturbide, no podían aquellos hombres deliberar con libertad, y así fue cómo ejerciendo una presión brutal la fuerza armada sobre aquellos representantes; no hubo más remedio, después de acalorados debates, que inclinarse por la fuerza de las armas y consagrar a Iturbide emperador de México. Y tan es así, fue tan manifiesta la presión, que poco tiempo, que más tarde, cuando los verdaderos patriotas quisieron hacer la verdadera libertad de México y empuñaron las armas y se restituyó el poder de la Regencia; estos mismos diputados, que habían votado en pro de la consagración de Iturbide, dijeron de una manera palmaria que habían obrado así obedeciendo a la presión, pero nunca había sido su voluntad dar su voto a favor de aquel imperio. Aquí están los documentos que prueban lo que estoy diciendo; no quiero leerlos porque sería cansar a la Asamblea. Para que se vea el servilismo algunos malos mexicanos que tomaron participio en los debates en la Asamblea a que estoy haciendo referencia, me voy a permitir leer unas cuantas líneas. Uno de los diputados decía, estando presente Iturbide:

"Lo diré: El virtuoso, el valiente, el caritativo, el humilde y sin igual hombre de los siglos, el señor don Agustín de Iturbide, que el Dios de la bondad lo destinó para romper a la águila las cadenas de fierro con que por tres siglos le hizo abatir sus alas el tirano de la España. ¡Oh, pueblo mexicano! no es la adulación la que me inspira estos sentimientos: no la conozco, mi carácter es decidido por vuestra felicidad..." Así, señores de este tamaño moral eran aquellos hombres funestos, vergüenza de México, que no tuvieron empacho en dar su voto por la coronación de Agustín de Iturbide. Pero si estos hombres fueron débiles, si estos hombres no supieron cumplir con su deber, los verdaderos patriotas, los que en realidad habían luchado desinteresadamente por la emancipación de México, supieron reparar esta falta muy pronto y después, de generación en generación, el pueblo mexicano ha venido ratificando esta repugnancia y esta mala voluntad por el llamado emperador Agustín de Iturbide, ¿y qué vosotros, estimados compañeros, salidos de los fondos revolucionarios, vais a consentir ahora que ha llegado el momento de hacer una verdadera reparación histórica, en que el nombre de Agustín de Iturbide siga brillando en los muros de este recinto, nombre que es baldón, que es infamia para la historia y para el pueblo mexicano? No, señores compañeros; es necesario que aquilatemos los verdaderos méritos, es necesario que hagamos que en este augusto recinto suene de una manera imparcial, la voz desapasionada de la Historia y que ella nos venga a decir que nosotros, dignos descendientes de los verdaderos patriotas, no podemos consentir en que nuestros principios sean burlados y pisoteados de una manera tan sangrienta como lo fue cuando se consintió en que el nombre de Iturbide, que es todo ignominia, viniera a figurar al lado de nombres de verdaderos patriotas, de hombres gloriosos, que son títulos legítimos de orgullo para el pueblo mexicano. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Vito Alessio Robles.

El C. Alessio Robles: A la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales fue turnada la proposición subscripta por un numeroso grupo de diputados, a efecto de que fuera borrado de los muros de esta Cámara el nombre de Agustín de Iturbide. Yo vengo a oponerme al dictamen favorable de esta Comisión, por razones de orden histórico, por razones de orden moral, por razones de orden político y de orden cultural. Yo creo que en esta Asamblea hay muy pocos Caballeros de Colón... (Voces: ¡No Hay! ¡Nombres! ¡Nombres!) Ellos que tengan el valor de levantarse; han figurado como candidatos de pandillas católicas. Yo no pertenezco a ninguna secta religiosa, no tengo ningunas ligas con los Caballeros de Colón, lo digo con orgullo, pero debo venir a defender el prestigio de esta Cámara y el prestigio mío particular, el poco prestigio que pueda tener. Voy a procurar enaltecer el debate. Yo no seguiré aquel principio del "Cave a consequentiiaris", de Leibniz, que, traducido al lenguaje vulgar, dice: yo sigo la bandera A, que estoy seguro de ello es la bandera de la justicia; fulano sigue la bandera B, que estoy seguro es la bandera de la injusticia; luego fulano es un malvado. Es el sistema de razonamiento que casi siempre ha empleado en la tribuna mi excelente amigo el ciudadano Soto y Gama: todo aquel que no piensa como yo, todo aquel que no vote favorablemente esta proposición que he presentado yo, es un reaccionario. Esas son las razones torales de mi estimadísimo amigo Soto y Gama, pero la verdad es que el mote de reaccionario está tan gastado, que el mote de reaccionario lo ha empleado tanto el compañero Soto y Gama y Carranza y los carrancistas - cuando nosotros, el

ciudadano Soto y Gama y yo, pertenecíamos a la Convención, Carranza y los carrancistas llamaban reaccionario a Soto y Gama y llamaban reaccionario a Alessio Robles -, que ese mote ya tiene sin cuidado a hombres de espíritu libre.

Yo no vengo a defender las manchas de Iturbide, todo el mundo las conoce, fue un traidor a los pendones españoles, fue después un ambicioso, se coronó emperador, nunca fue revolucionario, nunca fue agrarista, nunca fue socialista, nunca fue sindicalista, nunca fue bolchevique, y no podía ser; el hombre vive en el medio y solamente los hombres de genio, solamente los hombres superiores, e Iturbide no era hombre superior ni hombre de genio y no podía sobreponerse y no podía vencerlo; al medio lo venció únicamente en la guerra de Independencia el gran Morelos, porque ese sí era un genio y ese sí fue un vidente. De todos es perfectamente conocido, y no quiero dar aquí una lección de Historia, cómo se inició la revolución de Independencia, quiénes fueron los precursores. El año de 1808, a raíz de la ocupación francesa de Aranjuez cuando todo mundo odiaba a los gobernantes, odiaba a los virreyes españoles y, sobre todo, a los funcionarios españoles; cuando los criollos eran excluídos de todos los puestos públicos y cuando creía la mayor parte de los mexicanos que Fernando VII era un gran hombre y una pobre víctima de Carlos IV o de Godoy, ¿cómo vinieron los primeros albores, cómo vinieron después las primeras luces, antes enteramente turbadas por la Inquisición, después del grito de Independencia? Iturbide, nacido en una ciudad levítica, como lo era entonces Valladolid, oficial del Ejército con muy pocos conocimientos y con ciertas cualidades de actividad y de energía, después del grito de Dolores que preconizó por el momento una guerra de castas con el grito de "mueran los gachupines, viva la virgen de Guadalupe, viva Fernando VII", no podía seguir esas filas, no podía afiliarse en las huestes independientes del glorioso padre de la patria don Miguel Hidalgo y Costilla. Fue cruelísimo con los insurgentes; no vamos a negar aquí que mandó fusilar a gran número de insurgentes, que la crueldad fue una de sus características; yo no vengo a mentir, pero el hecho es - y eso nadie lo puede negar - que él contribuyó a consumar la Independencia. Se le hace el cargo de traidor a los pendones españoles. Y bien, señores, es cierto que había cometido el grave error de combatir contra sus hermanos los mexicanos; quiero que oigáis la opinión de un historiador a quien el compañero Soto y Gama llamó con razón gran historiador, el inteligente yucateco don Lorenzo de Zavala, que después, desgraciadamente, también traicionó a la patria, siendo uno de los fundadores de la República de la Estrella Solitaria. Esta es la opinión de Zavala sobre la actitud de Iturbide:

"Entretanto los peninsulares, reducidos en España a la isla de León y Cádiz por las tropas francesas, enviaban soldados a México para sostener su dominación. En 13 de mayo de 1812 llegaron varios regimientos, que componían hasta tres mil hombres y, sucesivamente, fueron enviando nuevos refuerzos, que perecían por la peste y las acciones que tenían que sostener desde la salida de las garitas de Veracruz: Asturias y Lobera fueron los primeros. Don Guadalupe Victoria, presidente que fue de los Estados Unidos Mexicanos desde 1824 hasta abril de 1829, se había puesto a la cabeza de las guerrillas entre Veracruz y Jalapa. Este patriota mantuvo en aquellos puntos este género de guerra por muchos años, y recibía a los nuevos huéspedes con menos cortesía que los zempoales a los españoles de Cortés. Siempre tenían que sostener varios ataques antes de llegar a Jalapa, y muchas veces eran detenidos algunos meses, cuando el Puente del Rey, hoy Puente Nacional, estaba ocupado por los insurgentes. Después de Jalapa, encontraban las partidas de Osorno, Gómez y otros jefes de pequeñas partidas, que los molestaban siempre antes de llegar a México. Pero estas fuerzas auxiliares enviadas de la península eran insignificantes. Toda la resistencia consistía en las tropas del país, de que disponía el Virrey, sin las cuales no podía sostenerse la dependencia ni un solo mes. Los coroneles don Anastasio Bustamente, don Miguel Barragán, don Manuel Gómez Pedraza, don Luis Cortazar, don Agustín de Iturbide; los generales Armijo, Andrade, Rincón y otros jefes de menos graduación, todos hijos del país y alucinados por la causa del rey, como ellos la denominaban, eran las verdaderas columnas del poder español. Su crédito mantenía a los soldados mexicanos en sus filas; peleaban bajo sus órdenes y hacían prodigios de valor contra sus hermanos y los intereses de su patria. No es creíble que estos oficiales mexicanos estuviesen ilustrados sobre los principios de su conducta: una educación puramente militar, lecciones de obediencia pasiva, ausencia de todos los conocimientos sociales, preocupaciones de religión, intereses de familia, hábitos inveterados, eran vínculos que no podían romper, obstáculos insuperables. Así se puede explicar aquella obstinación ciega en pelear muchas veces contra sus hermanos, padres y deudos; aquella tenacidad en sostener los derechos de los que oprimían su patria y trataban a sus conciudadanos como a esclavos. El verse asociados con los señores del país...."etcétera.

De manera que al menos, si no queda justificada la conducta de Iturbide, sí queda explicada por razones de medio y por razones personales. Yo estoy enteramente seguro de que si el compañero Soto y Gama hubiera nacido en la época de Felipe II, hubiera sido un inquisidor formidable. (Aplausos.)

Estoy enteramente cierto de que si el compañero Soto y Gama hubiera nacido en las postrimerías del siglo XVIII, hubiera sido un monárquico ferviente.

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Quién sabe!

El C. Alessio Robles, continuando: Lo llamo inquisidor, porque hemos visto que hace dos meses venía a presentar aquí un proyecto de ley que era un proyecto de un verdadero Torquemada, en eso fundo mi aseveración. Iturbide consumó la independencia y el gran Guerrero, que tuvo la abnegación de ponerse a sus órdenes, éste sí faltó a la fe republicana jurada al Congreso de Apatzingán. El Plan de Iguala era un plan monárquico: Guerrero se adhirió a él y había jurado la fe republicana.

Después, no es cierto, como dice el compañero Espinosa, que Guerrero no haya reconocido al imperio de Iturbide; existe una carta que termina de esta

manera: "Me pongo a los pies de vuestra majestad."

El C. Espinoza, interrumpiendo: ¿Y eso qué?

El C. Alessio Robles, continuando: Eso quiere decir que reconoció al imperio, compañero Espinosa. Yo no vengo aquí a poner manchas a los padres de la patria, les debemos patria a ellos; esa labor de venir a buscar con microscopio manchas pequeñas o grandes, es labor de hienas, es desenterrar cadáveres, y yo no me ocupo de eso. (Aplausos.) En este país, que es un verdadero país de contrasentidos, en este país en donde existen las cosas más extraordinarias; en donde, como decía el señor licenciado Xicoy, la conquista la hicieron los indios, la Independencia la hicieron los españoles y las revoluciones sociales las hacen los millonarios, nada tiene de extraño que Iturbide empujado, si se quiere, por el partido español, haya formado el Plan de Iguala. Entonces, después de una lucha de once años, en que los ánimos estaban cansados, todos deseaban que terminara una guerra sangrienta, una guerra que estaba alimentada solamente por el gran Guerrero en las montañas del Sur con el sistema de guerrillas, que únicamente puede prolongar de una manera indefinida una lucha y que pospone la terminación de ella indefinidamente, traduciendo esa aspiración general, Iturbide formó el Plan de Iguala que, según la opinión del mismo historiador don Lorenzo de Zavala, es:

"Los que examinen el famoso plan llamado de Iguala, por haberse publicado en aquel pueblo por primera vez, teniendo presentes las circunstancias en que se hallaba la nación mexicana, convendrán en que fue una obra maestra de política y de saber. Todos los mexicanos deseaban la independencia, y esta era la primera base de este documento. Las matanzas que se habían hecho en los españoles, en represalia de las que éstos hicieron por su parte durante los nueve años últimos requerían un preservativo, por decirlo así, para que en lo sucesivo se evitaran semejantes actos de atrocidad, que debían poner en actitud hostil a cincuenta mil españoles que aún estaban residentes en el país. Era necesario consagrar un artículo que, como fundamental, explicase las intenciones del nuevo caudillo, y echó mano de la palabra Unión, para expresar que debía haberla entre los criollos y los españoles, considerados como ciudadanos y con unos mismos derechos. Por último, como la religión católica es la que profesan todos los mexicanos y el clero tiene una influencia bastante grande en el país, se sentó también como base fundamental la conservación de este culto, bajo la palabra Religión, y de estas tres voces, Independencia, Unión y Religión, se denominó el Ejército de las Tres Garantías. Se estableció el sistema monárquico representativo, y se ponían los principios elementales de esta forma de gobierno, y los que garantizan los derechos individuales, en varios artículos. Finalmente, se dejaba libertad a los españoles que quisieran salir de la nación con todos sus bienes, a las tropas expedicionarias se les costeaba el viaje a cuenta del erario público y las que deseasen mantenerse en el país se les trataría como a soldados mexicanos. El plan, como se ve, conciliaba todos los intereses, y elevando la Nueva España al rango de una nación independiente, que era el voto general, hizo callar delante de este inmenso beneficio las retenciones particulares de los que querían la república, y de los que deseaban la monarquía absoluta. Todos los hijos del país se unían en el principio de nacionalidad; cada uno reservaba para después sus pretensiones diferentes. Dentro de poco veremos desarrollarse este género de ideas, envueltas todavía en las tinieblas o sofocadas por el grande interés de la causa común."

Hace notar el mismo Lorenzo de Zavala que cuando él fue nombrado diputado por Yucatán al Congreso Constituyente convocado por Iturbide, lanzó un interrogatorio a todos los municipios para que expresaran su opinión sobre la forma de gobierno que debería establecerse. Don Lorenzo de Zavala era un hombre culto, era un hombre que había representado a México en las Cortes de Cádiz, era un hombre que conocía a los enciclopedistas, era un hombre que conocía a Juan Jacobo Rousseau y sí tenía ideas republicanas. Absolutamente ninguno de los ayuntamientos contestó que defendiera él en el Congreso la forma republicana, todos contestaron, sin excepción de ninguna clase, que debería atenerse a los preceptos proclamados por el Plan de Iguala; por esto se ve que la forma monárquica no era una cuestión que tuviera muchos partidarios en aquellos momentos históricos. Otro de los reproches que le hacen a Iturbide es el haberse coronado emperador. Yo la verdad creo que hizo mal, ¿eh? (Risas.) pero ¿quién de los caudillos de la América Latina no ha sido ambicioso? ¿Qué revolución aquí en México, que haya triunfado, qué jefe del movimiento una vez triunfante el plan revolucionario no es o emperador o presidente de la República? (Aplausos. Risas.) Tal vez el hombre de más genio de la América Latina, el gran Bolívar, el que hizo la independencia de la mitad de un continente, fue un verdadero ambicioso.

El C. Pimentel: Señor presidente, una interpelación al orador.

El C. presidente: Si el orador lo permite.

El C. Alessio Robles: Sí, señor.

El C. Pimentel: Compañero, como ya estamos cansados de recibir clases, queremos llegar a otros asuntos más prácticos. Se ha perdido el tiempo miserablemente más de diez días en este asunto; no se necesita más que borrar de una plumada al traidor Iturbide. (Siseos.)

El C. Alessio Robles: Voy a contestar al compañero. Yo he traído al debate este asunto, al contrario, me he opuesto en repetidas ocasiones a que se trate este asunto para estudiar otros más trascendentales; pero si el compañero está cansado, pues tiene libertad de irse. (Aplausos. Risas.)

El C. Pimentel: Yo tengo derecho para estar aquí.

El C. presidente: Se ruega atentamente al ciudadano diputado se sirva guardar compostura.

El C. Alessio Robles: Pido atentamente a la Presidencia que uno de los secretarios me haga favor de traducirme del francés la obra "Les democraties latines de L'Amerique".

El C. secretario Barragán: La Secretaría declara que como no conoce el francés, no puede hacer ninguna traducción. (Risas. Siseos.)

- El C. Alessio Robles, leyendo:

"El genio, el orgullo aristocrático, la ambición de Bolívar, lo llevaron a la autocracia. Ejerce la dictadura y crea los beneficios de la presidencia inamovible. "En las repúblicas - afirmaba él - el Poder Ejecutivo debe ser el más fuerte, puesto que todo conspira contra él, mientras que en las monarquías, el más fuerte debe ser el Poder Legislativo, puesto que todo conspira en favor del monarca. De allí la necesidad de atribuir a un magistrado republicano más autoridad de la que posee un príncipe Constitucional". No olvida los peligros de una presidencia autoritaria, se inquieta de la anarquía, "la hidra feroz de la discordante anarquía" que crece como una vegetación nociva, sofocando su obra triunfal. Contempla aterrado las contradicciones de la vida americana: el desorden acarrea la dictadura, y ésta es enemiga de la democracia. "La permanencia en el poder de un mismo individuo - escribe el libertador - ha marcado frecuentemente el fin de los gobiernos democráticos", pero también "la libertad indefinida, la democracia absoluta, son los escollos contra los cuales han venido a estrellarse todas las esperanzas republicanas". Libertad sin licencia, autoridad sin tiranía, tal es el ideal de Bolívar. En vano lucha por él en medio de generales ambiciones, de pueblos desordenados: comprende antes de morir la inutilidad de su esfuerzo. "Quienes han servido la causa de la revolución -escribe - han arado en el mar.... Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último período de América". Denuncia la miseria moral de estas nuevas repúblicas con la dureza de los profetas hebreos. "Ya no hay fe en América, ni entre los hombres ni entre las naciones. Sus tratados son papeles; sus constituciones, libros; las elecciones, combates; la libertad, anarquía, y la vida un tormento."

Esta cita de Bolívar que he traducido para mostrar que él también pretendía la Presidencia de Bolivia inamovible, ha demostrado que todos los hombres, con excepción del gran Morelos que no quiso tomar el título de generalísmo y que se hizo llamar siervo de la nación, es la única excepción, Morelos; todos los demás han sido ambiciosos. Una de las principales razones por las que algunos de los compañeros quieren que se borre el nombre de Iturbide, es porque el grupo católico de una manera torpe ha querido tomar a Iturbide como bandera, ha querido tomarlo como estandarte, como símbolo. (Voces: ¡Lo ha tomado!) O lo ha tomado de una manera torpe....

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Hábil!

El C. Alessio Robles, continuando: De una manera torpe. Y, bien, señores, nosotros sabemos que en la República hay más de catorce millones de católicos, a quienes algunos iconoclasta quieren privar hasta del derecho de pensamiento. Dejémoslos que hagan. Voy a citar un hecho concreto que me paso a mí. Hace siete u ocho años era yo un individuo que quería devorar frailes a semejanza del compañero Martínez de Escobar...

El C. Martínez de Escobar Rafael, interrumpiendo: ¿Cuál de ellos?

El C. Alessio Robles, continuando: Federico.(Risas.) Quería arremeter contra todos los católicos, era un verdadero iconoclasta que quería quemar a todos los frailes vivos; pero a principio de 1914, cuando me incorporé a las filas revolucionarias, llegué a Guadalcázar, donde se encontraba como señor de horca y cuchillo un verdadero socialista, el general Carrera Torres, que después fue alevosamente asesinado en Ciudad Victoria. El general Carranza Torres controlaba una enorme región de San Luis Potosí, junto con los hermanos Cedillo. Había establecido un socialismo de Estado allí; sus tropas, que sumaban más de veintidós mil hombres, casi todos desarmados, no recibían haberes, pero en cambio todos podían ir a comer a las fondas que él había establecido en todos los pueblos; todos podían hacerse vestuario, todos podían hacerse calzado. Los dineros para esos gastos salían de la agricultura y de la talla de ixtle. Después de estar en Guadalcázar tres o cuatro días me llevó al campamento de Chalco Blanco. Había más de dos mil hombres allí, que me causaron una gran impresión: casi todos llevaban sus amplios sombreros de palma, y en las copas unos altares llenos de imágenes. Carrera Torres me dijo: "Tiene usted que hablar, tiene usted que dirigir la palabra a esta gente". Después de alguna resistencia por mi parte, me decidí a hacerlo, y en el momento de ir a tomar la palabra me hizo esta recomendación: "Yo les he hecho creer que huerta tiene presa a la virgen de Guadalupe. de manera que le ruego a usted no deje de decírselos". Yo acepté la impostura. Comencé, después de haber hecho una requisitoria terrible. Acababa de salir de las tinajas de Ulúa, donde me había confiado el huertismo; cuando aquellos hombres estaban en el peroxismo de la indignación, yo terminé con estas frases: "Sobre todo, este mentecato, esta mengua de la patria, este borrón de México ha cometido el desacato de tener presa a la virgen de Guadalupe..."

El C. Martínez de escobar Rafael, interrumpiendo: ¡Hiciste mal!

El C. Alessio Robles, continuando: Excuso deciros que por poco me linchan hasta a mí. (Risas.) Ese acontecimiento me ha hecho recapacitar y me ha hecho reflexionar sobre el asunto del catolicismo: Hay catorce millones de católicos que tienen derecho a expresar sus opiniones (Aplausos. Siseos.) Los hombres verdaderamente liberales, los liberales auténticos, debemos combatir el fanatismo, debemos combatir a los curas, no disolviendo manifestaciones, no cometiendo actos que pugnen con el espíritu de liberalismo; votemos, en la próxima discusión del Presupuesto, sesenta o setenta millones para el Ministerio de Instrucción Pública, para que la instrucción se difunda en todo los ámbitos de la República; reduzcamos el presupuesto del Ejército y entonces habremos hecho una labor útil. Esta disolución de manifestaciones, estos iconoclastas no comprenden que la religión católica ha venido incorporada y da fuerza a nuestra nacionalidad, desde la Baja California hasta Quintana Roo. (Aplausos. Siseos.) Se quiere substituir esta religión. ¿Con qué la substituimos de un golpe? ¿Con el protestantismo de génesis luterana, con el islamismo en quiebra, con el humanismo completamente derrotado? No, señores; difundamos la instrucción para que se acaben todos esos males, para que ya nuestros indios no tengan en sus sombreros de palma

verdaderos altares. Es verdaderamente sorprendente que compañeros, diputados tan bien intencionados como Soto y Gama, que preconiza la fraternidad universal, que preconiza la desaparición de todas las fronteras, que todos estemos colocados bajo una bandera universal, el compañero Soto y Gama, que en un momento de inconsciencia estrujó a la bandera patria en la tribuna de la Convención de Aguascalientes, que ese mismo compañero que predica la fraternidad universal venga a predicar aquí el odio entre los mexicanos. Dejémoslos, combatámolos. - Ya ellos se han reunido para combatir la reforma agraria -, vayamos a la lucha contra ellos de una manera enérgica, defendamos todo lo que se ha logrado hasta la fecha, abjuremos de los errores que se han cometido en la reforma agraria quitemos esas grandes comisiones burocráticas, esas comisiones agrarias, pues con el solo costo de ellas, ya hubiéramos comprado muchas tierras fértiles que repartir, fundemos el crédito agrario, fundemos cajas rurales, hagamos obra patriótica y dejemos ya a Iturbide en paz, faltan muchos que deben estar allí.(Siseos.) Para terminar, borrar el nombre de Iturbide por un simple acuerdo económico, sería enteramente ilegal; el nombre de Iturbide fue puesto, inscripto en estos muros en virtud de un decreto del Congreso de 1835. (Voces: ¡Fue acuerdo!) Fue decreto. Además, debemos recordar que este es el Salón de Sesiones del Congreso General y que debe tener participación el Senado en cualquiera glorificación o en cualquiera humillación que pretendamos hacer. (Murmullos. Una voz: ¡El Senado es un arsenal de reaccionarios!) Ahora, haced lo que queraís. La proposición, que viene firmada por noventa diputados, hace presumir que este punto quedará ganado por los firmantes; que se votará afirmativamente el dictamen. (Aplausos.) Pero los hombres conscientes, ya lo repito, no es tarea de ellos venir a desenterrar cadáveres.

El C. Díaz Soto Y Gama, interrumpiendo: ¡Pobrecitos!

El C. Alessio Robles, continuando: Esta es tarea de una academia de crítica histórica de una academia de historia. Algunos compañeros han venido a demostrar que no saben historia. El otro día el compañero Siurob ensalzó a Bravo atribuyéndole hechos de Guerrero y, además, dijo que era un gran hombre que había perdonado a trescientos españoles; pero no sabe seguramente el compañero Siurob que el gran Bravo, presidente de las logias escocesas, representante de todos los latifundistas y de todos los reaccionarios - esos sí, verdaderos reaccionarios compañero Siurob -, cuando se trató de la capitulación de Guadalajara, mandó fusilar a muchos mexicanos.

El perdonó a muchos españoles, pero fusiló a muchos mexicanos en Guadalajara. Por eso pido que deis un voto negativo a este dictamen. (Siseos. Voces: ¡Qué vamos a dar!)

El C. Espinoza: Pido la palabra para la lectura de un documento. Para que la Asamblea vea la fuerza de los argumentos del compañero. (Voces: ¡Ya nos dimos cuenta! Siseos.) Entre los que juraron el imperio está Lorenzo de Zavala.

Quiero que la Secretaría dé fe.

- El C. secretario Barragán, leyendo:

"Juráis ser fieles al emperador y desempeñar en beneficio general del imperio con toda la exactitud que sea posible, las obligaciones de vuestro encargo en esta Junta Nacional instituyente, sujetándos a las bases orgánicas que ha prescripto S.M.I.? - Sí Juramos. - Si así lo hiciereis, Dios os premie; y si no, os lo demande." Entre otros firmantes aparece el nombre del señor don Lorenzo de Zavala, Conde de Miraflores.

"El 5 de diciembre, el general don Antonio López de Santa Anna, proclamó la reinstalación del Congreso Constituyente y la abolición de la monarquía. Al siguiente día el general Victoria, de acuerdo con Santa Anna, publicó el siguiente plan, cuya redacción fue obra del señor don Miguel Santa María.

Artículo 1o. La religión C. A. R. será la única del Estado, sin tolerancia de otra alguna.

"Artículo 2o. La América del Septentrión es absolutamente independiente de cualquiera otra potencia, sea cual fuere.

"Artículo 3o. Es soberana de sí misma, y el ejercicio de esta soberanía reside únicamente en su representación nacional, que es el Soberano Congreso Mexicano.

"Artículo 4o. Es libre, y además con su actual emancipación se halla al presente en un estado natural.

"Artículo 5o. Como independiente, soberana y libre, y en estado natural, tiene plena facultad para constituirse conforme le parezca que más conviene a su felicidad, por medio del soberano Congreso Constituyente.

"Artículo 6o. A éste toca única y privativamente...." (Voces: ¡Ya! ¡Ya!)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Siurob.

El C. Siurob: señores diputados: No se me oculta lo difícil que es en estos momentos la tarea del representante que viene a esta tribuna a fundir en crisol de la crítica, condensando las opiniones históricas de toda una generación, los errores y las verdades de una personalidad que como quiera que sea se encuentra ligada a los destinos de nuestro país. Desde luego debo decir que yo creía que los argumentos de algunos de los compañeros del contra y especialmente del compañero Alessio Robles, revestirían mayor importancia, tendrían mayor interés tanto desde el punto de vista histórico, como los que ofreció tocar el compañero y no tocó más que el histórico y político, puesto que no tocó ni el moral ni el cultural sino de una manera ligerísima. Desde luego debo refutar una de las aseveraciones del compañero Alessio Robles que dice que la independencia de México la hicieron los españoles. Para mí el hecho sociológico de la independencia es el siguiente: un pueblo no llega a adquirir la autonomía, es decir, no llega a erigirse en patria independiente sino hasta que existen en el seno de ese pueblo el número suficiente de individuos que tiene homogeneidad desde el punto de vista de sus anhelos, de sus tendencias y aun de sus caracteres raciales, y desde ese punto de vista yo creo que se puede afirmar que el hecho sociológico que fundamentó la independencia de México, es que ya existía dentro del suelo mexicano un número suficiente de individuos con las mismas tendencias y con los mismos orígenes raciales, con los mismos anhelos, con las mismas ideas

y que tuvieron la suficiente fuerza para erigir su soberanía. Ahora bien, este grupo no era el español, no era el grupo indígena, porque el grupo indígena no podía hacer la independencia porque sus energías estaban agotadas, estaba sometido al régimen brutal de la esclavitud; el grupo español tampoco, porque él era el más interesado en haber conservado la independencia de la Nueva España de la corona española; luego entonces no pudo haber verificado la independencia más que el grupo mestizo, es decir, el grupo de la mezcla racial entre elementos españoles y elementos indígenas. Sentado esto como base....

El C. Soto Y Gama, interrumpiendo: ¡Falsa! (Risas.)

El C. Siurob, continuando: Verdadera, y verdadera hasta la fecha, como lo voy a demostrar por todos los demás datos. Este grupo racial es el que verdaderamente constituye un grupo netamente mexicano, y lo prueban todos los hechos subsecuentes. Desde luego, la tendencia general de nuestra civilización ha sido aumentar el grupo racial mestizo a costa de los demás grupos. La primera tarea del grupo mestizo fue, precisamente, darse instituciones conforme a sus propias tendencias, conforme a sus aspiraciones y conforme a sus anhelos, y segundo, combatir a los dos grupos heterogéneos, al grupo heterogéneo español y al grupo heterogéneo indígena.

De allí se derivan los primeros episodios después de la Independencia, porque como predominaban en los primeros tiempos de la Independencia el grupo heterogéneo español, predominaba no sólo por la mayor cultura, no sólo por la fuerza de las armas, sino también por la tendencia religiosa que se había impuesto por medio de la conquista; el grupo que predominaba en los primeros momentos, era el grupo heterogéneo español y de allí las transacciones que tuvieron los independientes al darse una forma de Gobierno, con el grupo heterogéneo español. De allí vino el conservar la religión católica como una religión de Estado; de allí vinieron las vacilaciones entre si se reconocería la persona que nombrara Fernando VII o si se nombraba otra persona como monarca de la Nueva España. De allí vino el imperio efímero de Iturbide, que no fue más que una cristalización de la preponderancia del grupo español en los momentos de constituir la nueva nacionalidad....

El C. Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Ahora sí, compañero!

El C. Siurob, continuando: Ahora, el compañero Alessio Robles ha dicho que la tendencia característica del grupo netamente mestizo es la religiosidad, y esto no es cierto; este es otro error desde el punto de vista sociológico. por el contrario, la tendencia del grupo netamente mestizo es la irreligiosidad y voy a demostrarlo: Primero, por origen racial y luego por hechos históricos. Por origen racial, porque descendiendo el mestizo del indígena y del español, por los dos lados encontró el fanatismo, y muerto el sentimiento a que alude el compañero Alessio Robles. El indígena vio matado su fanatismo por el hecho precisamente de su conquista; por el hecho de haber sido destruídos sus altares; por el hecho de ver arrasados sus ídolos; por el hecho de haber combatido por todos los medios, inclusive por los medios de que se valen siempre las religiones, que es por medio de la fuerza, de la sangre y el fuego, vio combatido de muerte su fanatismo, y en cuanto al grupo español, los primeros que vinieron a México fueron guerreros. Desde luego en el guerrero está menos vivo el fanatismo religioso por la falta de observancia, por el carácter propio del guerrero que lo hace insubordinado hasta para sus propios jefes. En seguida el grupo de hombres que vino al país, era de hombres que no se acomodaban a la civilización de la madre España, que se sentían demasiado estrechos dentro de los duros moldes de la civilización española, más duros que las armaduras de sus guerreros, dentro de aquella civilización en que las reglas de conducta estaban dictadas por hombres de corazón de tigre endurecidos en una lucha de ocho siglos contra la morisma, y así en esta forma venían a México los españoles que pugnaban más con los moldes duros de la civilización española, los españoles que tenían que ver algo con la justicia y, por consiguiente, eran rebeldes dentro del medio español y no sólo, sino que todo individuo que venía a América, por el simple hecho de abandonar las pomposas ceremonias religiosas perdió mucho de su fanatismo y, en todo caso, del encuentro de los dos fanatismos resultó que el mestizo mamara con la leche de su madre cierto desdén, cierto despego para toda idea religiosa, y lo comprueba el hecho de que en toda etapa de nuestra civilización ha sido la idea irreligiosa la que ha servido de escudo a todos los libertadores.

¿Quién fue el que derribó a Iturbide si no las luchas que sostenían el principio antireligioso? ¿Cuál fue el eje del movimiento de 57 si no precisamente el propio movimiento? ¿Que el padre Hidalgo llevó como lábaro a la virgen de Guadalupe? Esa fue la promesa a colaboración de las clases indígenas pasivas, pues y todavía ahora se necesita para cierta clase de elementos raciales, especialmente para los elementos raciales de origen indígena o muy poco mezclados, el uso de ideas religiosas, es una verdad; pero eso nada más comprueba mi aserto, y el grupo primitivo indígena está distanciado de nosotros desde ese punto de vista.

Ahora bien; vamos a combatir algunas de las ideas emitidas por el estimable compañero Alessio Robles. Desde este punto de vista que acabo de exponer, que es el punto de vista sociológico de la Independencia, resulta lo siguiente: que las tendencias del grupo mestizo, por espíritu de conservación, era aumentar su grupo a expensas de los demás, puesto que éste era el grupo que había dado origen a la emancipación política del país y que había hecho resurgir una nueva patria; pero el grupo mestizo tenía que combatir contra los grupos heterogéneos valiéndose de armas enteramente distintas. Contra el grupo heterogéneo indígena, por los medios de la civilización, levantándolo nivelándolo en sus derechos, nivelándolo con las demás capas sociales, quitando de sus espaldas la esclavitud; y contra el grupo heterogéneo español tenía que combatir disminuyéndole sus privilegios, acabando con sus fueros, expulsando también a ese mismo elemento, cosa que se hizo en la época de Bustamente, Se comprueban todos estos hechos que

estoy exponiendo desde esta tribuna, precisamente por los acontecimientos históricos seguidos paso a paso. ¿Qué cosa hicieron Hidalgo y Morelos si no combatir contra el grupo indígena, levantándolo, haciendo lo posible porque se convirtiera en grupo mestizo? ¿Qué cosa fue lo que se hizo contra el grupo heterogéneo español, si no expulsarlo del país como se verificó a raíz de la independencia, en la época de Bustamante, expulsión que no es más que una resonancia de lo que ellos hicieron con los moriscos a raíz de la conquista de Granada? Ahora bien; todavía hoy subsiste esa tendencia racial. Todavía hoy nosotros, para llegar a ser un pueblo independiente, aparte de que tenemos que combatir contra el grupo indígena por los medios de la civilización levantándolo, convirtiendo ese grupo en mestizo, ya no tenemos que combatir contra el grupo heterogéneo español, cuyas energías se han orientado en el mismo sentido que las energías del grupo mestizo; pero sí quizás tengamos que combatir contra los elementos heterogéneos de una civilización que tenemos vecina y que mientras el espíritu nacional no esté formado de una manera concreta, de una manera absoluta, esa civilización heterogénea que venga a imponerse dentro de nuestro país no nos la asimilaremos en nuestro propio sentir y sí puede ser un enemigo para nuestra Independencia y para nuestra libertad.

El compañero Alessio Robles decía que comparando a Iturbide con Bolívar, resistía la comparación. Ahora bien, señores; yo alabo el procedimiento que comenzó a seguir el compañero Alessio Robles; sólo siento que no lo haya proseguido hasta el final. Yo también creo que para medir a los grandes hombres se debe tomar la medida de las águilas y no la medida de los gusanos y por esto voy a comparar en este momento, ya que se trata de comparaciones, voy a comparar a Iturbide con dos héroes de las libertades de América, uno sajón y el otro latino: con Washington y con Bolívar. Y yo le pregunto al compañero Alessio Robles: ¿cuándo a Bolívar y a Washington ni siquiera por pensamiento se les ocurrió servir en las filas de los enemigos de su patria? No podría contestar el compañero Alessio Robles, tendría que decir que a Washington y a Bolívar jamás se les ocurrió ni siquiera por pensamiento servir bajo las filas de los enemigos de su patria; y todavía viene otra comparación; dígame el compañero Alessio Robles y en su persona los que vengan a sostener la tesis del contra: cuando a Washington, cuando a Bolívar sus partidarios, ese mismo grupo de individuos serviles, de individuos acomodaticios y ambiciosos que tratan de especular valiéndose de las relaciones, valiéndose de los mismos pretextos de siempre, cuando fueron a ofrecerles las tiranías de sus respectivos países, ¿aceptaron acaso? Por el contrario, veis el desdén olímpico con que el mismo Bolívar rechazó insinuaciones que se le hacían, y no sólo, sino que en su contestación aludió a Iturbide, y con qué suprema piedad aludió a Iturbide, quizá porque ya se imaginaba las ceremonias de la coronación, ceremonias ridículas, sin pompa, sin verdadera grandeza, porque no podía haberla, tratándose de una coronación, ceremonia ridícula que nunca podrá existir en nuestra América. Ya ve el compañero cómo Iturbide no resiste siquiera la comparación con los héroes de las libertades de América, ni con Washington ni con Bolívar, y no hablo yo de Morelos porque yo considero a Morelos más grande que Washington y Bolívar, desde el momento en que él sentía en toda su pureza, casi tanto como se sienten hoy, los anhelos de las clases humildes y trabajadoras. Morelos levantó la bandera de los trabajadores, la bandera de la esclavitud y así como los revolucionarios franceses levantaron como símbolo de libertad el gorro frigio, él como símbolo de libertad levantó los andrajos de los humildes, de los trabajadores y de los esclavos. Decía que no resiste la comparación Iturbide, pues saben los compañeros, entre ellos el compañero Alessio Robles, que a una patria no sólo se la denigra ejecutando actos indignos, sino colocando como exponente de ella a un hombre que no lo merezca.

Simplemente, en el concierto de los países latinos de América, ¿cuál es nuestro papel presentando frente a hombres sin mancha, como exponente de nuestra raza, al que tuvo todas las manchas? Y conste que yo tampoco quiero manchar mi lengua con insultos y con cosas para Iturbide; que yo no vendré tampoco a manchar esta tribuna, porque yo como libertario sentiría rubor, indignación contra mí mismo si viniera a manchar mis labios con un insulto, con una befa para el que, en poco o en mucho, en esta o en aquella forma, hizo siquiera algo para lograr la libertad de mis mayores y la libertad de los que han de seguirme. (Aplausos.) Una patria se empequeñece - yo lo sostengo desde esta tribuna - colocando como exponentes de esa misma raza a hombres que no lo merecen, a hombres que no fueron verdaderamente por convicciones los que sostuvieron las verdades libertades de aquella patria. Disculpaba el compañero Alessio a Iturbide, diciendo que Iturbide fue víctima de su educación y de su medio. Pues bien; sociológicamente, si Iturbide era criollo, si Iturbide nació mexicano, con sus actos demostró que ni era criollo ni era mexicano. Que ni era criollo, porque no supo sentir las tendencias de los criollos, que se uniformaron para constituir la patria mexicana; ni era mexicano, porque combatió al lado de los enemigos de su patria. ¿Quién no va a recordar que Iturbide fue el que dio el primer golpe de Estado, ese golpe de Estado que han ido siguiendo en el curso de nuestra Historia miles al golpe de Estado contra los congresos? Cuando ya una Cámara estorba, cuando los ejecutivos se sienten cohibidos por una Cámara que dice la verdad; cuando los ejecutivos ven que un Congreso es el límite de sus ambiciones, un escudo para los pueblos, entonces aquellos ejecutivos, en cuyo oído ha hablado ya la suprema ambición, aquellos ejecutivos llega el momento en que pasan sobre la ley, sobre los principios y disuelven el Congreso.

Si nosotros colocamos allí el nombre de Iturbide, van a escudarse con el procedente de que Iturbide hizo lo mismo y, sin embargo, su nombre está colocado con letras de oro e inscrito en los salones del Congreso. Todavía más, señores, desde el punto de vista moral que quería invocar el ciudadano Alessio Robles, yo creo que Iturbide fue el tronco original en nuestra historia de los vividores, de los que se van "a la cargada", de los que

se inclinan en el momento preciso del lado donde está la propia conveniencia. ¿Por qué Iturbide esperó hasta el momento en que vio que todas las opiniones estaban unánimes en favor de la Independencia? Léanse los testimonios de todos los historiadores, yo no vengo cargando aquí con tantos libros. Mis compañeros, a fuerza de traer tantos, me han obligado casi a no traer ninguno; pero todos sois suficientemente ilustrados en historia para saber que todas las obras de historia hablan de que Iturbide esperó a que todas las opiniones estuvieran unánimes, porque en aquella época la opinión unánime de toda la República, hasta de los propios españoles, era que este país no podía vivir sin independizarlo. Iturbide esperó a que eso se verificara, Iturbide esperó a que Armijo, un jefe español suficientemente valiente, un estratega para aquellos tiempos y para aquellas circunstancias, viera que no podía con la situación en contra de Guerrero; esperó que las circunstancias adversas a la madre patria fueron favorables a la independencia, para ir a la cargada. No otra cosa ha venido sucediendo desde entonces, de ahí viene el ejemplo de que últimamente, todavía en esta última revolución, cuando después que todos los revolucionarios fueron a la lucha, perdieron miembros de su familia, destruyeron sus hogares y perdieron medios de vida y comunicaciones, a la hora que ya la mesa estaba puesta, allí entran los vividores, los compañeros del libertador, los que vieron suficientemente claros los destinos de su patria para llegar a la hora en que estaban servidos los manteles. (Aplausos.) Yo termino desgraciadamente teniendo que censurar al compañero Alessio Robles por el rasgo aquel tan poco simpático que nos ha pintado del campamento de Carrera Torres. Precisamente lo que más ha perjudicado a nuestras libertades es que se quiera hacer libertades por medio de errores; precisamente lo que ha hecho que nuestras libertades no hayan podido consolidarse nunca definitivamente, es que muchos de los que predican libertades van a cometer errores precisamente valiéndose de los errores de las masas, caminando paralelamente con ellas, y las mesas, cuando llegan a convencerse de que eran errores lo que se les predicaba, llegan a desconfiar hasta de la propia libertad al mismo tiempo que del error. Después nos dice el compañero Alessio Robles que Guerrero faltó a la fe jurada. Es verdaderamente triste, lamentable, que no queriendo el compañero herir a los héroes de la independencia, haya herido precisamente al consumador por un rasgo de heroísmo. ¿Cómo sabe el compañero si el propio Guerrero no sabía que este solo paso era el que retardaba la consumación de la independencia? Pues bien, si su sacrificio fue lo que consumó la independencia, sin su sacrificio no se hubiera podido consumar, porque si esto no hubiera podido ser, Iturbide hubiera seguido combatiendo del lado de los virreyes y en ese caso Guerrero hubiera tenido que seguir combatiendo por un tiempo más o menos largo en favor de sus propios principios. Quizá esto hubiera sido preferible, porque de una vez se hubiera pasado a la República, sin componendas, sin transacciones, sin perversidades que desvirtuaron el movimiento y que corrompieron los primeros pasos de la nueva nacionalidad. He concluído, compañeros... (Voces: ¡Vaya!) No quiero gastar más la atención de vuestras señorías. Creo haber demostrado suficientemente - en primer lugar, combatido todos los argumentos del contra -, haber demostrado, sin necesidad de deturpar a Iturbide, que realmente no merece estar en el Salón de Sesiones, porque yo digo lo siguiente, me hago el siguiente raciocinio: Antiguamente, cuando se inscribía un nombre con letras de oro en el Salón donde se hacen las leyes, esto significaba una consagración, casi un culto. Hoy ya no. Hoy, para los representantes actuales del pueblo, sólo significa que se ha encontrado un exponente para la raza, un ejemplo que trazar a la posteridad, un hombre cuya línea de conducta sea un espejo fiel que no dé lugar a vacilación alguna, que no dé lugar a dudas de ninguna especie; que no invite a seguir caminos tortuosos, sino que marque la amplísima senda del porvenir por donde tienen que ir todos los pueblos alumbrados por un esplendoroso sol de libertad, e Iturbide no realiza estos fines; sin embargo, por la parte de sacrificio que haya hecho en favor de la independencia, puede habérsele debido gratitud. No obstante que yo considero que no debo manchar mi boca con insultos para el que en algo haya podido contribuir a la libertad, a pesar de ello, el nombre del pueblo que merece ejemplos limpios, que merece hombres puros para imitar sus acciones, precisamente para reconquistar sus libertades de hoy y sus libertades de mañana, en nombre de ese pueblo pido a la honorable Asamblea que sea aprobada la proposición de referencia.

Ahora, al compañero Alessio Robles paso a rectificarle lo siguiente, lo que él llama un error histórico mío. Yo cité en sesiones pasadas que ante el ciudadano Vicente Guerrero, héroe de la Independencia, su padre había ido a hincarse de rodillas pidiéndole que se acogiera al indulto. De don Nicolás Bravo yo cité el hecho semejante; yo no dije que el padre de don Nicolás Bravo se había hincado a los pies de don Nicolás Bravo, pero sí es verdad que lo invitó a acogerse a la amnistía. Ahora el compañero Alessio Robles censura o desvirtúa por lo menos el hecho de que don Nicolás Bravo haya perdonado a cierto número de prisioneros españoles. Será el único que censure este hecho, hasta en los textos de moral de la vieja Europa se cita el hecho de Nicolás Bravo, que frente a la amenaza de muerte contra su padre puso en libertad a los doscientos prisioneros españoles; se cita como hecho heroico en alto grado y el compañero Alessio Robles pareció no darle importancia, no atribuirle significación de ninguna especie. De manera que yo en este caso no creo haber sufrido error histórico, si acaso alguna confusión al relatar el incidente, pero no error histórico fundamental. De manera que estando este hecho aclarado, exhorto a la Asamblea a que cumpla con su deber y con los principios revolucionarios al quitar de los muros de este Salón el nombre del que no fue revolucionario, ni buen mexicano, si estuvo a la altura de su deber. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Moreno Jesús Z. (Voces: ¡Huy!)

El C. Moreno Jesús Z.: Ciudadanos representantes: Han transcurrido apenas unas cuantas horas

en que un ilustre huésped nuestro, el embajador de Chile en las fiestas del Centenario, decía, rompiendo con las fórmulas protocolarias, que se dirigía a nosotros al final de un banquete para hablar como legislador, y en aquella ocasión, señores diputados, empezaba su discurso este insigne huésped nuestro hablando de las altas responsabilidades que teníamos los diputados de todo Gobierno democrático. En esta ocasión no me trae a la tribuna otra causa que el convencimiento de la responsabilidad en que nos hemos colocado con la iniciativa que en estos momentos es materia de debate. Para mí, señores diputados, sería más fácil arrancar del bosque milenario de Chapultepec un ahuehuete desde sus raíces para traerlo aquí a la mesa de los taquígrafos, que seguir a los oradores del pro en esta ocasión, porque incurriría, como ellos, en un mare magnum de confusiones de citas históricas y palabras que me parecen absolutamente por demás. Se ha puesto a discusión en este caso si el nombre de don Agustín de Iturbide debe existir en esos muros con el carácter que los autores de la idea hicieron de la inscripción, perfectamente o no justificada. Para mí la cuestión, señores diputados, es tan sencilla como esto: don Agustín de Iturbide, desde el punto de vista histórico, fue uno de los hombres de la época de la Independencia, que puso una gran parte, si no el todo, en la obra de la consumación de la Independencia. (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Seseos. Campanilla.) Sería por demás citar aquí los testimonios de todos los historiadores que han consignado en sus obras esta tesis, y que muchos de los compañeros a quienes reconozco gran dosis de ilustración y que están empeñados en intervenir en pro del dictamen, en juntas privadas, en conversaciones aisladas, no han tenido inconveniente en decir: "Nosotros vamos a discutir el caso desde el punto de vista político sin siquiera atrevernos a poner en duda que Iturbide fue uno de los grandes cooperantes en la obra de la consumación de la Independencia nacional". (Murmullos. Siseos.) Pero, señores diputados, yo no puedo, cuando hay tan poca cortesía, cuando nosotros hemos estado escuchando atentamente las razones que han expuesto aquí, no veo por qué, con mi propósito de ser muy breve, constantemente se me interrumpe con estas manifestaciones como las que hace el ciudadano Manrique...

El C. Manrique, interrumpiendo: No he hecho ninguna.

El C. Moreno, continuando: Voy a decir a ustedes que sólo me ha impulsado a venir a esta tribuna el citar un ejemplo. Todos sabemos perfectamente bien que en un pueblo del Estado de Sonora, en Guaymas, se celebra con entusiasmo por todos los hijos de ese lugar el aniversario de la batalla del 13 de julio de 1853, librada por el general José María Yánez contra el conde Rousset de Boulbon, que trataba de invadir y apoderarse de ese Estado con un grupo de Filibusteros. Allí no es la manifestación aislada de tal o cual individuo con tal o cual criterio político, sino que todos los guaymenses se creen obligados a rendir año por año una manifestación de gratitud al general Yánez. Pues bien; sabemos todos que el mismo general Yánez años después, en la época de la Intervención, sirvió en las filas imperialistas. Alguna vez, recuerdo haber oído estas palabras de personas que están con los principios al día, decía uno a esos hombres: ¿por qué ustedes celebran como fiesta nacional el aniversario del 13 de julio; por qué rinden esta pleitesía de administración al general Yánez por el hecho de que se puso al frente de los urbanos de este lugar para combatir al conde Rousset de Boulbon y evitar que este jirón de la patria cayera en manos de los filibusteros.? Recuerdo que los interpelados contestaron con toda sencillez: "Señor, nosotros probablemente estamos muy atrasados, no sabemos nada de estas cosas de los grandes ideales contemporáneos; sabemos que don José María Yánez se puso al frente de los urbanos de este lugar y nosotros con él salvamos el territorio nacional de la invasión; no queremos ver los defectos que tenga, pero sí queremos saber que le debemos un servicio y dentro de la moral más elemental por nosotros practicada, está el deber de rendirle pleitesía y homenaje."

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: A un traidor.

El C. Espinosa Luis: ¿Me permite el compañero una aclaración?

El C. Moreno Jesús Z.: Señor compañero Espinosa, señor compañero Soto y Gama: Yo no sé en qué cánones de urbanidad se inspiran ustedes para interrumpir constantemente a un diputado que está haciendo uso de un derecho, cuando ustedes son aquí los más agresivos y los que quieren monopolizarlo todo. Yo no entiendo en nombre de qué respeto, en nombre de qué consideración se producen de este modo. (Aplausos. Siseos.)

El C. Espinosa: Le haré la pregunta cuando termine, compañero.

El C. Moreno Jesús Z., continuando: Pues bien; eso he visto yo desde mi niñez que ha hecho todo un pueblo, y todavía diré más: hace dos años apenas que a moción del Ayuntamiento de Guaymas se sacaron los restos de aquel caudillo del panteón de Dolores, y fue el presidente de la República, un sonorense ilustre que no entiende de estas cuestiones de traición, y en hombros le hizo el honor de llevar sus restos. Yo no sé, señores diputados, cuál es el criterio que nos manda que a un hombre, que a un ciudadano, que a un prócer a quien se quiere, a quien debemos un servicio, grande o pequeño, insignificante o como se quiera, se le permite este servicio con venir aquí a señalarle todas las lacras, a señalarle todos los errores, como si fuera propio de la humanidad ser perfectamente incorruptible, ser invariablemente perfecto. Eso yo no lo entiendo, señores diputados. Pero todavía más...

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¿Y la historia?

El C. Moreno: ¡La historia! Este sistema del compañero Soto y Gama, de dar constantemente pruebas de mala educación, es irremediable. (Risas.) ¡La historia! ¿Cuál historia? ¿La historia que conoce el compañero Soto y Gama y que invoca él, cuya autoridad para mí no vale nada? Yo no veo que sea eso motivo para estar desviando al orador en el curso de sus ideas; yo no veo eso más que como una manifestación de falta de decencia.

El C. Díaz Soto y Gama: Es atención al discurso; he estado atento.

El C. Moreno, continuando: Pero todavía más,

señores diputados; yo decía desde un principio que no venía aquí a hacer un examen histórico, porque he visto que quienes han emprendido esa tarea, han venido a cometer errores y a hacer perder el tiempo, sino simplemente a colocar la cuestión en el punto de vista moral. Permítaseme que llegue a está comparación: supongamos que está en la Penitenciaría el Chato Bernabé... (Voces: ¡Si está!) pues bien; allí llega un individuo, cualquiera que sea su condición, y ese hombre, si recibe del Chato Bernabé un servicio que obligue su gratitud, si es bien nacido no podrá ir a pregonar los crímenes del Chato Bernabé, sino que su obligación moral es manifestarle gratitud. (Murmullos.) Aquí de lo que se trata es de coartar el ejercicio de la libertad de pensamiento: no veo a qué hemos venido aquí cuando se inicia una discusión, si no se sabe respetar la libre emisión de nuestras ideas; en tal caso es preferible renunciar el derecho de tomar parte en este debate. Se ha dicho que Iturbide fue un traidor. Este es un cargo en que todos han estado conformes; los del contra han dicho que Iturbide fue traidor a las banderas españolas primero y después a la mexicana. No quiero hacer más que esta cita, que es de un liberal inmaculado, cuyas virtudes públicas nadie puede poner en duda; se trata del nieto de Guerrero, don Vicente Riva Palacio, que en su "Libro Rojo" decía lo siguiente, hablando de Iturbide:

"En todo caso, y cualquiera que haya sido el partido que sacrificó al libertador de México, se ha cometido un crimen derramando su sangre." (Siseos)

¡Pues, señores, ni la autoridad de Riva Palacio os merece respeto y sólo os arranca un siseo despectivo, un burla; ¿pues a qué autores podemos apelar? ¿Vamos a apelar a la estulticia del vástago lejano del señor Riva Palacio que está en esta Asamblea? (Risas.)

El C. Riva Palacio, interrumpiendo: No me he dirigido a tí por educación. (Murmullos.)

El C. secretario Barragán: Voy a dar fe de que no existe del "Libro Rojo" en la tribuna. (Murmullos.)

El C. Moreno Jesús Z.: Sí existe, pero no lo tengo a la mano. (Risas.)

El C. secretario Barragán: Es un recorte de periódico. (Murmullos.)

El C. Gómez Rodrigo: Tiene razón el orador, yo he tenido en mis manos el "Libro Rojo" de Riva Palacio.

El C. Moreno Jesús Z.: No se lo he preguntado a usted.

Aquí se me hubiera aplaudido hasta rabiar si hubiera venido a decir: Iturbide es un traidor, Iturbide es un mal mexicano; de Iturbide debe quitarse el nombre de allí; pero desde luego que viene uno a razonar para sostener el decreto que inscribió los nombres de todos esos héroes (Voces: ¡El acuerdo!) o el acuerdo si ustedes quieren - este punto no me importa discutirlo -, que hemos considerado como mexicano ilustres, que se les ha hecho en esta forma una manifestación de agradecimiento nacional; si vengo a decir: No, señores, yo creo que el Congreso no se pondría en un papel de verdadera seriedad y de decoro; aquí nosotros no somos ni siquiera, no con mucho, no digo hombres capaces de encauzar una verdadera discusión histórica desde el punto de vista técnico, mucho menos una academia, que sería la única facultada para decidir, en vista de un examen concienzudo de todos los hechos, de todos los antecedentes, de todos los datos de información, para decidir, en una palabra, si don Agustín de Iturbide era o no acreedor a esta manifestación de gratitud. Nosotros no tenemos ni remotamente las condiciones, ni la preparación, ni los elementos para poder pronunciar la última palabra en un acto de esta trascendencia, de esta naturaleza. Por lo demás, señores diputados, yo no vine aquí con el propósito de que esta iniciativa fuera derrotada en la votación; yo vine aquí, y por esto invocaba las palabras del señor ministro de Chile, a cumplir con un deber tal y como yo comprendo el deber probablemente esté en un error, probablemente no habré comprendido el pensamiento de la iniciativa; pero vuelvo a repetir que mi conciencia me mandaba venir aquí a hacer esta exposición, porque nunca me han arrastrado las muchedumbres, porque para mí el número, las mayorías, si se trata de jalar de la carreta, las admito, porque comprendo que cuatro bueyes tiran más fuerte que uno; pero si se trata de confeccionar ideas y de laborar altos pensamientos, creo que vale más un solo individuo que piensa bien, que cien que no están preparados para laborar ideas.

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Viva la dictadura!

El C. Moreno Jesús Z., continuando: ¡Dictadura o no...! Voy a terminar con estas breves frases que son la constancia exacta de que no he venido, como decía hiperbólicamente alguno de los oradores que me han precedido en el uso de la palabra, a mancharme, a lanzar cargos u ofensas a la memoria de ninguno de nuestros héroes, ni tampoco a defender los errores que pudo haber cometido Iturbide; simplemente he venido a poner a vuestra consideración este hecho: alguna vez ví en una humilde casa de mi tierra una escultura que era un símbolo, una figura estatuaria que representaba a la Fama; estaba frente a un cuadro que era un retrato del general don José María Yáñez, con una corona de encino en la diestra; en el otro lado estaba otra figura simbólica que era la diosa Clío con el libro de la Historia en la mano, y en el otro extremo había otra estatua que simbolizaba la Justicia con esta leyenda: "Para tus benefactores, el silencio", y mantenía el dedo índice sobre los labios. Pido, señores diputados, que tratándose de cualquiera de nuestros grandes hombres, tengamos siquiera el ejemplo de mantener el silencio para no herir su memoria.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Ramos Pedrueza Rafael.

El C. Ollivier Francisco: ¡Moción de orden! Es notorio que la Asamblea está cansada y, además, es visible que no hay quorum; por lo tanto, creo que lo conveniente será suspender la discusión para continuarla mañana.

El C. Martínez de Escobar Rafael: ¡Que termine de hablar el ciudadano Ramos Pedrueza!

El C. Ramos Pedrueza: Honorable Asamblea: Pocas ocasiones se han presentado, señores diputados, a un parlamento como ésta, para que defina

una actitud. Los revolucionarios debemos congratularnos de que se nos presente una oportunidad de llevar a cabo algo que, aunque aparentemente no tenga una gran trascendencia, la tiene en el fondo. Como esta Cámara a pesar de la incomprensión de los ataques de muchos, es una Cámara revolucionaria y bastaría para probarlo haber elaborado una Ley Agraria enfrentándose contra los latifundistas, esta Cámara, señores diputados, debe resolver, y el momento es propicio para ello, si pueden coexistir esos dos nombres: Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. En mi concepto no puede existir juntos, porque representan dos tendencias opuestas, dos factores absolutamente diversos y antitéticos. La figura de Iturbide, ha dicho el compañero Jesús Z. Moreno, a pesar de sus manchas, merece de la gratitud nacional un lugar de evocación en la Representación Nacional. Haciendo una breve síntesis, un paralelo de ambas personalidades, podemos llegar a la conclusión, primero, de que Iturbide sí prestó, como es verdad, un servicio inmenso e indiscutible, aunque sea con tendencias aviesas, consumó la independencia nacional, y si tenemos en cuenta, por otra parte, las manchas que sobre esa personalidad caen, indiscutibles también, se llega a que en ese balance está saldada su cuenta: ni se le debe a él, ni él debe tampoco; es decir, por un lado, señores, 11 años de lucha en contra de los ideales libertarios; por un lado el exterminio de los insurgentes, la matanza implacable, el fusilamiento de Matamoros, la lucha contra Hidalgo en las Cruces y contra Morelos en Valladolid: el enriquecerse en la provincia de Guanajuato acaparando cereales mientras el pueblo moría de hambre, las ambiciones rabiosas, sueltas y flotando y siendo el portaestandarte de estas ambiciones Iturbide, fusilado hasta mujeres como aquella bella y tentadora que trató de seducir a los grupos realistas; después la consumación de la independencia con fines puramente ambiciosos; después la disolución del congreso, uno de los actos más reprobables en la historia de todos los pueblos y que ha traído pro consecuencia las usurpaciones y las dictaduras más corrompidas. No solamente antes de la independencia fue Iturbide un enemigo de las libertades, sino que después quizá lo fue peor y menos disculpado ante la Historia, por haber disuelto el Congreso en la forma más brutal. En mi concepto Iturbide presagió a Victoriano Huerta, por eso es una figura funesta. Un solo abono habría en su recuerdo: habérsele aplicado un decreto que no conocía y con él la pana de muerte... (Voces: ¡Sí lo conocía!) No lo conocía porque no estaba en México, venía en camino; al menos creo que no lo conocía, pero no tengo la convicción; en consecuencia, este decreto que lo privaba de la vida al pisar tierra mexicana, es lo único que podría en un lugar absolutamente secundario y en un puesto absolutamente modesto, consagrar una sobria gratitud a Iturbide; pero de esto a que figure su nombre en la Representación Nacional al lado de nombres tan puros, hay una enorme diferencia.

La figura de Guerrero toda es limpieza, toda es grandeza; es un brote de la raza indígena, como Juárez; escaló desde soldado raso hasta general por riguroso escalafón militar sus altos grados; luchó implacablemente; llegó a estar con cuatro o cinco compañeros que no lo abandonaron en su vida trashumante, atravesando ríos y torrentes, cruzando por selvas espesas, manteniéndose de raíces, sufriendo todos los rigores del hambre y la miseria, rechazando el indulto que su padre le ofreciera en nombre del virrey, y el bienestar y esplendor que con el indulto hubiera disfrutado. Se distinguió también por su gran respeto a las autoridades constituídas; lo primero que hace es ponerse a las órdenes de la Junta de Jaujilla, único remedo de autoridad; posteriormente escolta al Congreso, perdiendo un triunfo militar perfectamente seguro; escolta al Congreso; conociendo la prisión de Morelos, no quiere aceptar ponerse a las órdenes de una usurpación cuando el Congreso es disuelto, y rechaza los honores y las riquezas que se le ofrecían con un alto puesto militar; vuelve a restaurar la Junta de Jaujilla, que después de la disolución es la única autoridad militar, y sigue combatiendo hasta el último momento, y lo que el compañero Alessio Robles cita como mancha, yo lo veo como uno de los nimbos más resplandecientes y bellos en torno de la frente de Guerrero: colocarse a las órdenes de su mayor enemigo. Si Guerrero se hubiese sometido a Rayón o a Bravo, que habían estado prisioneros a Sesma, o a Rosainz indultado, o a Mier y Terán indultado también, a pesar de haber disuelto el Congreso o a cualquiera de sus compañeros de armas, grande habría sido su figura, porque siempre es noble el desinterés de colocar en manos ajenas el lábaro de la gloria; pero de aquel que había sido su encarnizado enemigo durante once años, que lo había llamado bandolero, ignorante, y le había aplicado los más duros epítetos castellanos; de aquel que había tratado de opacar su gloria y sus merecimientos, con tal de no retardar la Independencia de su país, colocarse a sus órdenes, hacer que declinase toda su gloria, esto no es, señores, sino un acto de inmensa abnegación y de incomparable desinterés. (Aplausos.)

Es verdad que Guerrero reconoce al imperio, pero a un imperio constitucional, y cuando el Congreso quedó disuelto por Iturbide, Guerrero vuelve a ser el hombre de la libertad, sale a proclamar el Plan de Veracruz, tiene un sangriento encuentro con las tropas imperialistas, es herido gravemente en Almolonga por las tropas del general Sánchez, toda su vida padeció de aquella noble herida, y llegó un momento en que los enemigos de Guerrero quisieron arrojar sobre él la sombre de una perfidia: el haber desconocido la autoridad legítima de Gómez Pedraza. Es verdad que él la desconoció; pero Gómez Pedraza, transaccionista y moderado, transaccionista aliado de los elementos españoles, no hubiera rechazado con la energía con que Guerrero, presidente de la República, rechazó la invasión de Barradas patrocinada por la Santa Alianza en 1829; se hubiera entrado quizá en componendas; hubiera quizá habido transacción. El brigadier Barradas, con cuatro mil hombres, con abundancia de parque y de armas, con cartas para personas influyentes, con opulenta fortuna que distribuir, casí habría sofocado la tremenda lucha por la Independencia de México; Guerrero de un golpe cortó el mal, porque los elementos estaban preparados, y Guerrero Patrista, con Mier y Terán y con Santa

Anna, reconquistó las libertades, quizá con algún pequeño rasguño a la ley pero salvó a la patria. Y, por último, aquel hombre que murió víctima de la más negra traición, la de Picaluga, que todos conocemos, ahora, señores, en estos momentos está expuesto por los elementos reaccionarios a morir espiritualmente, es decir: no está expuesto, porque afortunadamente estamos aquí para impedirlo. Guerrero es una de las figuras más bellas de nuestra Historia; es a la vez iniciador, como Hidalgo, puesto que a fines de 1810 ya figuraba como capitán en Tixtla; es organizador y sostenedor como Morelos y consumador de la Independencia, porque hay que ir al fondo de las cosas y no ver las apariencias. No creo que puedan coexistir Iturbide y Guerrero, porque no fue verdadera la Independencia de México respecto de España, lo digo en el sentido absoluto de la palabra; no fue una verdadera ruptura, se rompió políticamente y casi tuvo ese acto el carácter de un cuartelazo; pero el régimen colonial con todos sus defectos, con todas sus depravaciones, con todas sus tiranías y con la explotación de los de abajo, continuaba dentro de la colonia hasta que se inició la república federal en 1824, gracias a Guerrero, que desconoció el imperio de Iturbide y puso su espada y su prestigio en la balanza. Por esto ahora que el alto clero, los Caballeros de Colón, la aristocracia y todos aquellos que hoy como entonces quieren aprovecharse de los sacrificios de los humildes y tratan de borrar la memoria de Guerrero, sólo pedimos los revolucionarios que contestemos borrando de esta Cámara el nombre de Iturbide, cuyo saldo, al fin y al cabo queda en este balance perfectamente liquidado entre sus merecimientos y sus culpas. Los que iniciaron la Independencia fueron humildes, no pronunciaron la palabra democracia, pero cien mil indios en Las Cruces y los indios y mulatos en el Sur que estuvieron con Guerrero, representan ideales democráticos; con la sangre y con los huesos de esos mártires se elaboró una aristocracia; con los ideales republicanos se implantó un imperio, y con las esperanzas y los dolores del Partido Liberal se cimentó sobre él, impíamente, el Partido Conservador. Hoy después de un siglo, se intenta hacer algo semejante; se quiere echar en olvido a Guerrero porque fue el representante de las clases humildes, porque brotó de los bajos fondos; se quiere opacar el fulgor de esta gran figura y de esta ilustre personalidad para que la gloria de Iturbide, cantada en Te deums, resplandezca. Creo que la bandera tricolor no debemos concebirla los revolucionarios tremolada por la mano de Iturbide, esa bandera sahumada por el incienso de las iglesias, coreada por Te deums entonados por las aristocracias para perpetuar la tiranía en Nueva España; los que combatieron la Independencia en 1810 la patrocinaron en 1820, la patrocinaron porque el coronel Riego en Las Cabezas, secundado por el pueblo español y por el Ejército español, quiso abolir la tiranía de Fernando VII y restituir las Cortes de Cádiz, llevando a la vigencia la Constitución, y como, naturalmente al regir esta Constitución liberal en España tenía que regir en las colonias entonces los enemigos de la Independencia, los implacables enemigos de los ideales de los humildes y de las libertades de las masas populares tomaron la Independencia no para libertar, no para redimir a los oprimidos, no para transformar a los esclavos en ciudadanos, sino para perpetuar, con la complicidad de Iturbide y del alto Clero un régimen colonial, netamente colonial, lleno de desigualdades, un régimen de oprobio.

En consecuencia, señores, no debemos nosotros desaprovechar esta brillante ocasión que se nos presenta para decir muy alto, borrando el nombre de Iturbide del recinto de la Representación Nacional, que nosotros no concebimos, digo, la bandera trigarante sahumada por el incienso de la iglesia y coreada de te deums y llevada en alto y seguida de militares entorchados y de obispos con mitras resplandecientes, y de la aristocracia profundamente corrompida, despiadada y egoísta; que nosotros concebimos esa bandera empuñada solamente por la noble mano de Guerrero, de Guerrero, cuya historia es una epopeya regada con sangre en nuestros campos de batalla; de Guerrero, que atravesó solo con su asistente 80 leguas burlando a los destacamentos realistas; que detiene con sólo un tambor el ataque de 700 hombres dando tiempo a que sus tropas, que se estaban proveyendo de víveres y sobre las cuales caía esa columna aprovechando un momento en que estaban aprovisionándose, se reorganizasen; de Guerrero, que personalmente, con aquella actividad y con aquel compañerismo que le caracterizaba, se aventuró a penetrar a la línea de fuego y recibió un golpe en el labio superior en tal forma, que estuvo a punto de perder la vida, cuando el ala de su sombrero fue atravesada por un bayonetazo de un soldado realista; de Guerrero, que restauró la Junta de Juajilla; de Guerrero, que combatió a las órdenes de Morelos; de Guerrero, que haciendo abstracción de su amor propio, con inmenso sacrificio se puso a las órdenes de Iturbide; de Guerrero, que al ser arrojados los diputados a cintarazos, como lo hiciera Victoriano Huerta, más tarde con la Representación Nacional, vuelve a ser el hombre de la libertad; y así es cómo yo la concibo, cómo creo que todos los revolucionarios debemos concebirla, señores, mostrando su bandera que a través de las humaredas y del polvo del combate, en multitud de ocasiones ha encaminado a nuestros hermanos en el pasado, esa bandera donde palpita el alma de la patria, esa bandera donde ha resplandecido la luz de la victoria. Nosotros, señores, tenemos que creer que si Iturbide viviera, estaría del lado de la reacción, estaría acaudillando al alto Clero, a la aristocracia; y si Guerrero viviera, estaría, con los humildes, sería radical, sería socialista, sería revolucionario, y muchas veces su noble machete suriano brillaría en defensa de las libertades, acaudillando a los humildes. Por esto, señores diputados, invito a mis compañeros revolucionarios, de esta Cámara que es revolucionaria, porque sólo se dividirá en matices, pero sus tendencias todas lo son, para que no callemos en estos momentos en que el silencio es un crimen, en que la prensa, que en otros tiempos nos hablaba de democracia y de libertad para los pueblos débiles, calla ante los imperialismos criminales; en estos momentos la XXIX Legislatura no callará y hablará con toda elocuencia borrando del recinto de la Representación Nacional el nombre de Iturbide, que no puede coexistir con

el del incomparable Vicente Guerrero, ya que representan tendencias opuestas. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Díaz Soto y Gama: Señores diputados: No voy a pronunciar un discurso ni cosa semejante, quiero simplemente rectificar ciertos hechos afirmados por alguno de los oradores del contra, entre otros por mi amigo el señor Alessio Robles, quien nos presenta a Iturbide como un inocente engañado por el medio. Todo menos eso era Iturbide! Iturbide no fue una víctima de su medio; Iturbide no era una víctima de la educación española; Iturbide no ignoraba lo que debía ser; Iturbide sabía perfectamente que debía hacer la Independencia y que podía hacerla; Iturbide se lo dijo a Filísola en el sitio de Cóporo por el año de 1813 ó 1814, como lo demostraré mañana con la obra "México a Través de los Siglos", y como lo demuestro ahora con la obra "Gobernantes de México", de Rivera Cambas, que está a la vista; Iturbide lo sabía y no lo hizo, y le diré al señor Alessio Robles por qué no lo hizo. "No puede decirse", expresa Rivera Cambas, "... que su ceguedad hubiera llegado antes al grado de no conocer la bondad de ser independiente: durante el sitio de Cóporo lamentaba un día con Filísola el derramamiento de sangre y le ponderaba la facilidad con que podían conseguir los mexicanos la Independencia, tan sólo con ponerse de acuerdo."

Esto está demostrado también con la documentación de "México a Través de los Siglos", que mañana traeré ante la Cámara, y digo mañana, porque quiero demostrar a la Cámara que el debate no está agotado y que hasta aquí ha sido mal conducido. La Comisión tiene innumerables documentos para demostrar que Iturbide no es lo que quieren hacer que sea, para demostrar que la historia consiste en juzgar a los hombres, y que es cosa de mogigatos, de beatos, podía yo decir de imbéciles, negar a la historia el derecho de hacer su papel. El papel de la historia es denigrar al canalla y ensalzar al verdadero héroe; el papel de la historia está en demostrar quiénes son héroes y quiénes no lo son y aquí el señor Alessio Robles y el señor Moreno vienen a decirnos: deturpar a los héroes, a los grandes hombres." Pero si en eso está el busilis, si ahí está el problema. ¿Iturbide era un grande hombre o un canalla? ¿Iturbide es héroe o fue traidor? Es lo que tenemos que demostrar, estamos obligados a demostrarlo y no en una academia, sino en este Congreso, porque un Congreso puso ese letrero, el Congreso reaccionario, y otro Congreso y otra Cámara tienen que arrancarlo o confirmarlo, según el caso. ¿Qué es eso de venirnos a decir aquí que una academia de historia es la única que tiene que juzgar de los hechos buenos o malos realizados en el curso de la historia de un pueblo? De los actos públicos, de los actos de traición o de los actos de servicio a la patria, tiene que juzgar la patria, tiene que juzgar el pueblo, y aquí en esta Cámara están los representantes del pueblo, y en una academia de historia estaría un Bulnes, un Joaquín García Icazbalceta, estaría quizá un reaccionario, no estarían seguramente, con muchas probabilidades, los verdaderos representantes del pueblo y los representantes del pueblo, mientras no se invente otro sistema de elección y otro sistema democrático, son los diputados. La Cámara popular es la representativa por excelencia y por definición del pueblo y sólo el pueblo legítimamente representado, decía el Código de 57, puede decretar honores, y el pueblo no estaba legítimamente representado en el Congreso reaccionario cuyo decreto vino aquí a invocársenos. De manera que el debate apenas está desflorado; es un debate trascendental; no es un debate que quite el tiempo; es un debate que tiene alta y profundamente interesados a los reaccionarios; la reacción está furiosa porque pierde la base para sus trabajos futuros; comprende que perdiendo este punto de Iturbide, pierde también las próximas elecciones, que serían hechas a base de que los Caballeros de Colón pudieran esgrimir la bandera de Iturbide, la bandera de la traición, la bandera del pretorianismo, la bandera del cuartelazo, la bandera del golpe de mano, la bandera del soldado de fortuna, la bandera del condottier que lleva un pueblo a la lucha y luego la traiciona; esa bandera tenemos que arrancarla a la reacción y se la arrancaremos a pesar de los que no comprendan la significación de que aparezca en este recinto o deje de aparecer con letras de oro el nombre del más peligroso de los contrarrevolucionarios mexicanos. (Aplausos.) Parece increíble que el compañero Alessio Robles, mi querido amigo, que ha hecho un estudio especial de este punto, ignore por qué empezó Iturbide a aceptar la Independencia cuando primero la rechazó terminantemente, y al ofrecerle un salvoconducto Hidalgo lo rechazó. ¿Por qué? "Porque muchísimos americanos, como hijos de europeos, heredaban el amor a la península y desde la niñez se llamaban y tenían por hijos de ellas, gloriándose de ser españoles..."

A éstos les llamaban en un lenguaje vulgar, españolizados, cosa que no es digna de ningún título de orgullo.

"Atacando la revolución de Hidalgo a los españoles, teníala Iturbide por un tumultuoso motín incapaz de moralidad y disciplina, en cuya confusión era imposible que se presentaran los ascensos con que soñaba el joven militar..."

Aquí está el busilis de la cuestión. "...que rehusó la invitación que le hizo Hidalgo, de tomar parte en la revolución y aun la propuesta de permanecer neutral..."

De manera que Iturbide con conocimientos de causa se rehusó a entrar a la revolución, porque esperaba obtener ascensos, porque creía que el régimen colonial presentaba una perspectiva más amplia, mejor camino a sus ambiciones, que no la revuelta que, según él, terminaría en el fracaso. Pero después que en virtud de sus actos de latrocinio, de verdadero bandidaje, con los cuales desoló el Bajío; después de que por ellos varias casas particulares, grandes casa de México y Guanajuato, se vieron obligadas a pedir al virrey, ¡y fíjense a qué virrey! al criminal Calleja, que depusiese del mando a Iturbide; después de esto, cuando vio cerrado este camino a sus ambiciones, fue cuando empezó a ver que era más cómodo el camino de la revolución para sus ambiciones, no para su patriotismo, que el camino de la sujeción al régimen español que veía vacilar. Esto también lo demostraré mañana, y desde hoy voy a leer lo siguiente:

"Fueron tan escandalosos los actos de crueldad y

medidas violentas que dictó, que muchas personas influyentes de aquellas provincias dirigieron fuertes acusaciones en su contra; y aunque el virrey falló a su favor, le retiró del mando"

Fíjese bien el ciudadano Alessio Robles en lo que sigue:

"Hasta entonces, viendo burlada su ambición y considerando una ingratitud la conducta del Gobierno, pensó seriamente en que los mexicanos necesitaban de la Independencia para no ser postergados por los europeos..."

Es decir, mientras fue copartícipe de los europeos, mientras fue cómplice de la opresión que ejercían los europeos, estuvo con ellos; cuando los europeos le retiran el mando, le cierran las puertas a sus ambiciones, entonces se vuelve independiente. ¿Esta es la conducta de un ambicioso vulgar o es la conducta de un patriota? Pregunto a toda la Asamblea (Murmullos.) "...sin recordar que ya había dejado los campos cubiertos con las osamentas de sus hermanos, cuya sangre había derramado en abundancia con su propia mano."

¿Qué era lo que esperaba, pues, Iturbide, para lanzarse al camino de la Independencia, es decir, al áspero camino, al escabroso camino de la lucha armada, de la lucha de rebeldía? Esperaba simplemente dos cosas: que estuviera el país en condiciones de exigir y obtener la Independencia, como lo dijo muy bien el compañero Siurob, y esta otra cosa: poder convertir la situación en su favor. Aquí tengo un libro muy modesto, un epítome, ,"Episodios históricos de la guerra de Independencia", relatados por Lucas Alamán, Manuel Payno, etcétera, etcétera, y en el tomo II, página 271, con el título de "Iturbide en Pantalla", dice lo siguiente:

"El capitán Iturbide era un muchacho que tenía los cascos a la jineta; pero valiente, bien plantado y mejor vestido, que causaba celos a más de cuatro maridos, y traía con los cerebros vueltos a más de cuatro muchachas."

Un militar disipado, un militar aventurero. "...estoy corriente en entrar en la revolución", dijo nuestro capitán; pero "yo he de mandar." Pero yo he de mandar. !Era la pequeña restricción, era la pequeña condición que ponía Iturbide!

"Los conjurados no quisieron, y entonces el capitán les dijo:

"Está bien, no me mezclaré; pero les pronostico que "jamás harán nada sin mí."

Absolutamente lo mismo que Victoriano Huerta contestó a los enviados de Bernardo Reyes y de Félix Díaz cuando le decían: queremos entrar a una revolución, y les contestó Huerta, en conferencias secretas que se divulgaron y que fueron poco después conocidas por toda la ciudad de México: "Yo entraré cuando sea presidente de la República, cuando pueda mandar". Contestación a lo Iturbide, y no entró al movimiento hasta que pudo mandar; traicionó a la vez a la revolución representada por Madero y a la reacción o al cuartelazo representado por Félix Díaz. Exactamente en esto hay paralelismo en la conducta de uno y otro; son dos gemelos de nuestra Historia, Victoriano Huerta e Iturbide, como lo son Iturbide y Santa Anna. (Murmullos.) La falacia de Iturbide está reconocida por Gómez Pedraza, el cual explica en virtud de qué entraron a la revolución los hombres que creían ver en Iturbide a un libertador. Gómez Pedraza, la persona que citó, según entiendo, el compañero Vito Alessio Robles, individuo que perteneció también al grupo moderado, al grupo conservador, amigo de los latifundistas; Gómez Pedraza, a quien los conservadores eligieron presidente y declarado honorable por todos los historiadores, honorable por cuanto a decir verdad, dice:

"Iturbide, al despedirse de mí para ir al Sur, me ofreció de la manera más solemne, que tan luego como lograse la independencia, haría un manifiesto a los pueblos exponiéndoles que el haber llamado a los borbones al Gobierno de México, había sido una medida de política para que ciertamente no estaba facultado; pues el derecho de constituirse residía en la nación, y sólo en ella; que excitaría la convocación de un Congreso y se retiraría a su casa....." Se retiraría a su casa; sobre esa base y creyendo tanto Guerrero como Gómez Pedraza en la veracidad de sus palabras, entraron a la combinación con Iturbide. ¿Cómo cumplió Iturbide con eso? Lo explica el mismo Gómez Pedraza:

"Yo llegué a la capital en vísperas de la coronación; un amigo me llevó a ver al emperador; éste me recibió con la mejor cordialidad, hablamos dos horas o, por mejor decir, dos horas duró la historia que me hizo de los sucesos desde nuestra separación; yo le informé de las cosas de Europa, del concepto que había ganado en Francia como libertador, y de España en particular; y aunque respetuosamente le recordé su promesa solemne y la infracción, Iturbide mudó de color, balbució las disculpas de rutina..."

La promesa solemne de que se retiraría toda la influencia del mismo. Iturbide mudó de color como hombre que está faltando a su honor; balbuceó las disculpas de rutina, las mismas que dan ahora los señores que lo defienden...

El C. Alessio Robles, interrumpiendo: ¿Me permite usted una pregunta?

El C. Díaz Soto y Gama: "...hizo mérito de la necesidad, no olvidó la razón de Estado, y nuestra conversación terminó con embarazo de ambos, quizá me excedí en afearle su conducta..."

De manera que Guerrero y los insurgentes fueron engañados por Iturbide, porque este hombre obraba con falsía. Estoy dando puntos para la discusión de mañana.

El C. Alessio Robles: Una pregunta al orador, como miembro de la Comisión.

El C. Díaz Soto y Gama: Digo que estoy dando nada más puntos.

El C. Alessio Robles: Tengo derecho de interrogar a la Comisión.

El C. Díaz Soto y Gama: Voy a explicar de dónde tomé esto que dice Gómez Pedraza......

El C. Alessio Robles: Deseo preguntar los antecedentes.....

El C. Díaz Soto y Gama: Estoy dispuesto a contestar, aunque la forma no haya sido ni parlamentaria ni cortés.

El C. Alessio Robles: Con toda atención pregunto al ciudadano Soto y Gama, miembro de la Comisión, ya que nos está dando una clase de Historia que conocen hasta los niños de escuela de Morelos.....

El C. Díaz Soto y Gama: No parece.

- El C. Alessio Robles:.... ¿cuáles eran los antecedentes de Gómez Pedraza?

El C. Díaz Soto y Gama: Más o menos los mismos de Iturbide; era un individuo que estaba al sol que nacía, a la vena que punza, lo que en términos vulgares se llama ser pancista; de manera que Gómez Pedraza era tan pancista como Iturbide; los dos creyeron en un tiempo que el régimen colonial era fuerte y estuvieron con el régimen colonial; vieron bambolearse al régimen colonial, y entonces dieron la espalda a su rey, dieron la espalda a su bandera y a su juramento y se pasaron al gran partido insurgente, demostración palmaria de que el partido insurgente era fuerte, y lo voy a demostrar al compañero Vito Alessio Robles para que vea que sólo cuando vieron la fuerza irresistible del partido insurgente se decidieron a abandonar sus prebendas, se decidieron a abandonar sus comodidades; el señor Gómez Pedraza, como el señor Filísola y el conjunto de agachupinados que fueron en compañía de Iturbide y el mismo Iturbide.

"Iturbide conoció que, lejos de haber desaparecido las causas para la revolución se habían aumentado; sabía que por todas partes se formaban juntas clandestinas para fomentarla, y que tan sólo había discordancia en los medios para llevarla a efecto....."

La revolución había triunfado prácticamente, porque estaban por ella - y eso sí lo deben saber los niños de las escuelas y con mayor razón los adultos -, estaban por ella los indios, los mestizos, (Aplausos.) estaban por ella ya en esa época, en la época del cuartelazo de la Profesa, en la época del golpe de Estado de la Profesa estaban ya de acuerdo los indios, los mestizos, los criollos y los mismos españoles. De manera que la mesa estaba puesta; el banquete estaba servido y a un hombre que es bastante cínico para esperar una oportunidad, podrán ustedes llamarlo con todos los epítetos denigrantes que quieran, pero nunca héroe y, mucho menos, con el sobrenombre o mote de grande hombre; ese se llama hombre mezquino, ese se llama hombre tortuoso, ese se llama hombre jesuíta, todo lo que ustedes gusten, menos héroe, menos grande hombre, menos hombre dotado del espíritu de sacrificio. Voy a probarles con la autoridad del oidor Bataller, español, que ya la revolución era cosa hecha y que este hombre no tuvo mérito ninguno.

El C. Alessio Robles, interrumpiendo: Nadie lo ha negado.

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: Pero ustedes están hablando de la Independencia, y la Independencia estaba planteada como una necesidad; es lo único. Ese hombre tuvo, ¿sabe usted qué? Olfato. (Aplausos. Risas.) Se lo voy a demostrar a ustedes con la autoridad del oidor Bataller, español, tomo IV, página 200 de "México a Través de los Siglos": "Lo mismo pensaron, sin duda, todas las facciones políticas que al triunfo concurrieron..."

No ese talento que usted ve en el Plan de Iguala.

"....y no el talento de un hombre, sino la naturaleza misma de las circunstancias, fue lo que decidió de la suerte de la nación, en la cual y en aquellos instantes...."

Fíjese bien el compañero Vito Alessio Robles: "No había, como dijo el oidor Bataller, un solo americano que no fuese insurgente ni un español que no desease la Independencia."

Esta es la oportunidad que esperaba el gran libertador don Agustín de Iturbide y, en cambio, Guerrero había estado en las montañas del Sur luchando año por año sin tener prebendas ni privilegios del Gobierno español, sin esperar que cambiase la situación, sino que se decidió en los momentos difíciles, en los momentos de prueba y de peligro que exigían sacrificios, que es cuando se demuestra el heroísmo y la grandeza de corazón. Puedo agregar infinidad de cosas a lo dicho; lo único que he querido es levantar un poco el debate y demostrar que los que no saben Historia son los defensores de su majestad el emperador don Agustín de Iturbide. (Aplausos.)

El C. secretario Barragán: Siendo visible la falta de quorum, por acuerdo de la Presidencia se levanta la sesión y se cita para mañana a las cuatro de la tarde, con la siguiente orden del día: continuación de la discusión del asunto a debate, asuntos de particulares y sesión secreta. (9.55 p.m.)