Legislatura XXIX - Año II - Período Ordinario - Fecha 19211205 - Número de Diario 57

(L29A2P1oN057F19211205.xml)Núm. Diario:57

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 5 DICIEMBRE DE 1921

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO II.- PERÍODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO III.- NÚMERO 57

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DIA 5 DE DICIEMBRE DE 1921

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior. Se turna a la 1a. Comisión de Justicia un mensaje de queja contra el C. licenciado Luis G. Cacho, juez de 1a. Instancia en la Baja California.

2.- Continúa la discusión de la fracción 1 del artículo 1o. del Proyecto de Ley de Ingresos, nuevamente reformada por la Comisión. Se suspende la sesión.

3.- Reanudada ésta, se da cuenta con los documentos en cartera, concediéndose licencia al C. diputado Bravo Lucas. Se le dispensan las lecturas, y queda a discusión el primer día hábil, a Proyecto del Presupuesto de Egresos para 1922, correspondiente al Departamento de Aprovisionamientos Generales de la Nación, que presenta la Comisión respectiva.

4.- Se turna a las comisiones unidas de Guerra, un proyecto de Ley Orgánica del Ejército, presentado por numerosos ciudadanos diputados. Se concede licencia al C. diputado Fernández Martínez.

5.- Se da cuenta con un memorial de la Unión de Maquinistas, Conductores, Garroteros y Fogoneros de los Ferrocarriles Nacionales, solicitando que la Camara de Diputados pida el cese del Consejo Directivo de los mismos ferrocarriles. Se aprueba una proposición de varios ciudadanos diputados para que los ciudadanos secretarios de Comunicaciones y Obras Públicas, de Hacienda y Crédito Público, informen con relación al asunto del citado memorial. Se nombran las comisiones para llamar a los aludidos ciudadanos secretarios de Estado.

6.- Se aprueba un dictamen que se forma de acuerdo económico presenta la 1a. Comisión de Peticiones. Se le dispensan las lecturas, y queda a discusión el primer día hábil, al proyecto de Presupuesto de Egresos para 1922, correspondiente a la Secretaría de Relaciones Exteriores, que presenta la Comisión respectiva. Estado que manifiesta el número de expedientes tramitados en noviembre último. Se aprueba un dictamen que en forma de acuerdo económico presenta la 2a. Comisión de Peticiones.

7.- Informan del resultado de las comisiones que se les confirieron, los CC. diputados Espinosa Luis y Cienfuegos y Camus. Usa de la palabra para informar respecto del memorial de los ferrocarrileros, el C. Amado Aguirre, secretario de Comunicaciones y Obras Públicas. A discusión el trámite recaído al memorial de referencia. Se da cuenta con una moción suspensiva de varios ciudadanos diputados. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. VASCONCELOS EDUARDO

(Asistencia de 126 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 11.58 a. m.: Se abre la sesión.

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día dos de diciembre de mil novecientos veintiuno.

"Presidencia del C. Israel del Castillo.

"En presencia de ciento veintisiete ciudadanos diputados, según consta en la lista previamente paso la Secretaría, dió principio la sesión, en la ciudad de México, el viernes dos de diciembre de mil novecientos veintiuno, a las once horas y cincuenta y cinco minutos de la mañana.

"En votación económica y sin alterar los términos en que fue redactada, se aprobó el acta de la sesión de ayer.

"Presidencia del C. Ángel Alanís Fuentes.

"Por el orden que se indica fueron dados a conocer los asuntos en cartera:

"Oficio de la H. Cámara de Senadores, por el que se participa la elección de los miembros de la misma, que desempeñarán los cargos de presidente y viceprecidentes durante el presente mes de diciembre.-De enterado.

"Oficio que firman también los secretarios de la Cámara colegisladora y con el cual se remite una circular expedida por la Legislatura del Estado de Chihuahua, que se refiere a la aprobación de la iniciativa de reformas a la fracción XI del artículo 89 y los artículos 67 y 69 de la Constitución federal.- Recibo y a su expediente.

"Telegrama del Congreso del Estado de Tabasco, por el que se dan a conocer los nombres de los ciudadanos que fungirán como presidente y vicepresidente en el mes actual.- Recibo.

"Mensaje fechado en la ciudad de Saltillo, Coahuila, en que avisa el C. Arnulfo González haber tomado posesión del cargo de gobernador de aquella Entidad. - De enterado.

"La señorita María Refugio Martínez viuda de Villaseñor solicita le sea ratificada la pensión que actualmente disfruta.- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"La señora Susana B. viuda de Hernández pide le sea aumentada la pensión que está recibiendo.- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"La señorita María Ruiz Romero solicita le sea concedida una pensión por los servicios que prestó su extinto padre, el C. Rafael Ruiz.-A la 1a.Comisión de Peticiones.

"La señora Soledad Castillo viuda de Valenzuela pide pensión por los servicios que prestó su extinto esposo, capitán segundo José Valenzuela.-A la Comisión de Peticiones.

"La señora Sofía Mariscal viuda de Romero solicita se le aumente la pensión que le fue otorgada por el Poder Ejecutivo.-A la 2a. Comisión de Peticiones.

"El C. doctor J. A. Tamayo pide el permiso constitucional respectivo para aceptar el nombramiento de encargado del Consulado de la República de Honduras en Doña Cecilia y Tampico, Tamaulipas.-A la 2a. Comisión de Peticiones.

"El C. C. O. Garrido A. solicita una gratificación de $1,200.00, en virtud de que se retira de la milicia para dedicarse a la medicina. - A la 1a. Comisión de Peticiones.

"La señorita Luz Arana pide pensión por los servicios que prestó su extinto abuelo, capitán Manuel Arana. - A la 2a. Comisión de Peticiones.

"La señora Elisa Salas viuda de Zepeda solicita pensión por los servicios que prestó su finado esposo, el comandante del buque guardapesca "Tecate", C. Leonardo Zepeda.-A la 1a. Comisión de Peticiones.

"La señora Victoria P. Viuda de Ross pide pensión como madre del extinto pagador de primera Alberto Ross, asesinado en Teapa, Tabasco. - A la 2a. Comisión de Peticiones.

"El C. José M. Cruz, la señora Felisa G. viuda de Camarena y la señorita Marina Melchor, solicitan les sea aumentado el sueldo de que disfrutan como escribientes de la Agencia del Ministerio Público Federal del Estado de Puebla. - A la 1a. Comisión de Peticiones.

"La señora Guadalupe Ruiz viuda de Reyes Zayas pide pensión por los servicios que prestó su esposo, el teniente coronel José Reyes Zayas. - A la 1a. Comisión de Peticiones.

"La señora Aurora Pavón viuda de Gallardo solicita pensión por los servicios que prestó su esposo, coronel Luis Gallardo. - A la 2a. Comisión de Peticiones.

"La Junta de Beneficencia Privada "Fundación Alba y Mazuca", de la ciudad de Teocaltiche, Jal., comunica haber nombrado secretario y tesorero de la propia institución al C. Daría Cruz. - De enterado.

"Las Compañías de Tranvías de Mérida solicitan, por medio de un telegrama, sea reformada la fracción 44 de la Ley del Timbre vigente. - A la 1a. Comisión de Peticiones.

"La señora Eloísa Cruañas viuda de Bassó pide una pensión por los servicios que prestó a la Administración Pública su esposo, C. Adolfo Bassó, asesinado en la Ciudadela. - A la 2a. Comisión de Peticiones.

"La señorita Sofía F. Franco reitera su solicitud de pensión. - A sus antecedentes.

"Mensajes fechados, respectivamente, en Tepic, Nayarit, y Escuinapa, Sinaloa, que se relacionan con las elecciones para gobernador de la primera de las Entidades citadas, habidas recientemente. - Recibo.

"Dictámenes de las comisiones 1a. y 2a. de Hacienda y 1a. y 2a. de Guerra, a los cuales se dio primera lectura, se les dispensó la segunda y quedaron a discusión el primer día hábil.

"Se consultan cinco proyectos de decreto que, su orden, autorizan estas pensiones:

"Al C. Daniel Larios, de cuatro pesos diarios, por los servicios que ha prestado en el ramo de Telégrafos.

"A la señora Guadalupe Múgica viuda de Moro, de cien pesos mensuales, por los servicios que prestó su padre, ciudadano Juan Múgica y Osorio.

"A la señora Manuela Baca viuda de Ramos y a sus hijas Claudia Austasia y Mariana Austalia Ramos, de cinco pesos diarios, a fin de aumentarles la que actualmente disfrutan.

"A la señorita Elena Dávalos, de seis pesos seis centavos diarios, por los servicios que prestó su padre, el general de Brigada Bibiano Dávalos y "A la señora María Luisa Beltrán viuda de Garmendia y a su pequeño hijo, de catorce pesos diarios, para aumentarles la que están recibiendo.

"Dictámenes de las comisiones de Peticiones, que fueron aprobados sin discusión y que concluyen con estos acuerdos económicos:

"Pase a la Comisión de Hacienda en turno la solicitud de la señora Rosa Flores Verdad viuda de Gómez.

"Pase a la Comisión de Guerra en turno, la solicitud de la señorita Josefina Salazar y Matamoros.

"Pase a la Comisión de Guerra en turno, a la solicitud de la señorita María Esther Calderón.

"Presidencia del C. Agustín E. Vidales.

"Continuó la deliberación sobre el proyecto de Ley de Ingresos para el ejercicio económico de 1922.

"El C. Trejo Francisco, a nombre de la Comisión dictaminadora, hizo una explicación relativa a la fracción XVI del artículo 1o., que había sido retirada para su reforma, y se reservó para su votación, por no haber sido objetada.

"Puesta a discusión la fracción I reformada, del mismo artículo 1o., que se refiere a los derechos de importación sobre el papel, el C. Moreno Jesús Z. habló en contra y dirigió una pregunta a la Comisión de Presupuestos y Cuenta, que contestó el C. Trejo. Este representante hizo aclaraciones en conexión con lo expresado por el C. Moreno.

"El C. Serrano Gustavo P. usó de la palabra en pro del dictamen de que se trata; interpeló al C. Moreno Jesús Z. y respondió, por su parte, a una pregunta con que le interrumpió el repetido C. Moreno, y a otra del C. Gómez Rodrigo seguida de una aclaración del C. Paz.

"El C. Avilés se produjo en contra; el C. Trejo hizo una explicación, y a las dos y diez minutos de la tarde se suspendió la sesión.

"Presidencia del C. Eduardo Vasconcelos.

"Se reanudó la sesión a las cinco y treinta y tres de la tarde, con asistencia de ciento veintiséis diputados, y la Secretaría paso a dar cuenta de los siguientes documentos:

"Circular en que el C. Lorenzo Aguila comunica que el 26 del mes próximo pasado cesó en el

cargo de gobernador interino de Colima. - De enterado.

"Circular en que el C. Miguel Alvares García participa que en la misma fecha volvió a encargarse del Poder Ejecutivo del referido Estado. - El mismo trámite.

"Iniciativa del C. diputado José J. Aguilar, secundado por otros varios representantes, relativa a que en el Presupuesto de Egresos se consignen dos partidas de diez mil pesos cada una, para la reconstrucción de la carretera de Tepatitlán de Morelos a Guadalajara y de las cuestas de Tepatitlán y de Arandas y de la carretera de Atotonilco El Alto a Ocotlán, Estado de Jalisco.- A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"Telegrama depositado en Huimanguillo, Tabasco, por medio del cual el C. Fernando Aguirre Colorado solicita licencia por quince días, con goce de dietas. Se dispensaron los trámites y sin debate se aprobó.

"Dictamen de la 1a. Comisión de Peticiones que propone que pase a la de Guerra que corresponda la solicitud de pensión de la señora Rosa Acuña viuda de García.

"Se aprobó sin que nadie hiciera uso de la palabra.

"El C. Castillo Nájera usó de la palabra para hechos, refiriéndose a conceptos que virtió en la tribuna de esta Cámara el C. Avilés, acerca de la instrucción pública en el Estado de Sonora. Interrumpió al orador una moción de orden del C. Luis Espinosa.

"Continuó la discusión del artículo 5o. reformado del proyecto de Ley del Petróleo, subscripto por la mayoría de las comisiones.

"El C. Arce habló en pro, interrumpiéndole el C. Jesús Z. Moreno para pedir que estuviera presente en la discusión el secretario de Industria y Comercio; la Presidencia dijo a este respecto que ya ordenaba se llamara a aquel funcionario. El C. Arce prosiguió y dio fin a su discurso.

"Presidencia del C. Agustín E. Vidales.

"En contra usaron de la palabra los CC. Pérez Gasca y Luis Espinosa y en pro los CC. Manjarrez y Aquilino Emilio Rama, el último a nombre de las comisiones. El C. Manjarrez contestó una pregunta del C. Israel del Castillo y el C. Rama otras que le dirigió el C. Luis Espinosa. Este, a su vez, respondió a interpelaciones del mencionado C. Rama y del C. Manjarrez. Otra vez el C. Rama paso a la tribuna para apoyar el precepto a debate y en esta ocasión dió respuesta a interpelaciones de los CC. Luis Espinosa y Jesús Z. Moreno.

"Se concedió la palabra para aclaraciones el C. Pérez Gasga, pero no llegó a hablar en virtud de que era visible la falta de quórum y de que la Presidencia se disponía a levantar la sesión, como en efecto lo hizo, siendo las ocho y cincuenta y cinco de la noche."

Está a discusión el acta: No habiendo quien use de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada el acta.

- El mismo C. secretario: Se va a dar cuenta con un mensaje de la Secretaría de Guerra y Marina:

Telegrama procedente de "México, Secretaría de Guerra, 3 de diciembre de 1921.

"Presidente Cámara de Diputados.

"Justicia 233,529.-En telegrama 19 noviembre anterior, el general jefe operaciones militares territorio Baja California díceme: "Hónrome comunicar que en estos días en que ha habído en esta frontera la excitación consiguiente con motivo de la partida de rebeldes que se internó en nuestro territorio, algunos empleados federales que prestan sus servicios en la localidad, pero que viven y han vivido siempre en San Diego, California, observaron una actitud altamente antipatriótica, pues lejos de prestarse a desempeñar sus labores como era su deber, han permanecido hasta hoy en territorio extranjero, viniendo todos los días precisamente hasta la línea divisoria a mofarse abiertamente de las disposiciones tomadas por esta jefatura y por el club de Distrito para mantener el orden y tranquilidad de la región, y esos mismos empleados cuando en iguales circunstancias les he hecho ver proceder injustificado, son los que me han amenazado con solicitar amparo por el solo hecho de haberles manifestado que lejos de ser buenos servidores del Gobierno, son únicamente malos mexicanos y antipatriotas. Entre ese grupo descuella el licenciado Luis G. Cacho, juez Primera Instancia de esta localidad, que no sólo es un empleado de manejos inmorales que comercia con el puesto que tiene, sino que es amigo del grupo que trabaja en Estados Unidos para alterar el orden esta región. La Suprema Corte de Justicia debe tomar nota de estos antecedentes y creo ya obran en su poder los pésimos antecedentes del mencionado juez de Primera Instancia.

"Lo que tengo el honor de insertar a usted a fin de que esa honorable Cámara dicte la resolución que su sabiduría estime procedente. - El general de División secretario de Guerra, Enrique Estrada."-Recibo, y a la 1a. Comisión de Justicia.

- El mismo C. secretario: Por disposición de la Presidencia continúa a discusión la Ley de Ingresos.

El C. presidente: tiene la palabra en pro el ciudadano Cal y Mayor. (Voces: ¡No está!) Tiene entonces la palabra en pro el ciudadano diputado Serrano.

El C. Serrano Gustavo P.: Señor presidente, como todavía propiamente no ha habido contra qué combatir, preferiría que se dejara hablar al contra para hablar yo después.

El C. Casas Alatriste: Pido la palabra para decir al ciudadano Serrano que debe combatir, puesto que ha tomado su puesto en el pro de la discusión, los argumentos del ciudadano Avilés que fue el ciudadano diputado que habló en contra. En consecuencia, sí procede que hable uno del pro.

El C. Serrano Gustavo P.: En el discurso del ciudadano Avilés no hay más que hacer rectificaciones de hechos, sin que haya argumentos que combatir.

El C. Moreno Jesús Z.: ¡Moción de orden! Es verdaderamente raro lo que está pasando en esta

discusión. El orden de los debates, como el ciudadano presidente con mucho juicio y con absoluta honorabilidad lo ha designado, es haciendo uso de la palabra los del contra. El último diputado que habló en contra fue el ciudadano Avilés y por tanto el ciudadano Serrano está obligado a ir a esa tribuna o renunciar el turno que le corresponde.

El C. presidente: De acuerdo con la lista de oradores que la Presidencia tiene, el último diputado que hizo uso de la palabra sobre este asunto fue el ciudadano Avilés que habló en contra; en tal virtud, la Presidencia, acatando la disposición reglamentaria respectiva, indicó que tenía la palabra el ciudadano Cal y Mayor, y no encontrándose presente concedió la palabra al ciudadano Serrano.

El C. Serrano Gustavo P.: Deseo preguntar si no hay ningún otro orador inscripto en pro.

El C. presidente: La lista de los oradores en pro es ésta: Cal y Mayor, Serrano Gustavo P., Ortega Miguel F., Vasconcelos y Domínguez Norberto.

El C. Serrano Gustavo P.: Entonces cedo mi turno a la persona que sigue. Renuncio al turno.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Ortega Miguel F.

El C. Ortega Miguel F.: Señores representantes: Antes de entrar a reforzar las argumentaciones vertidas aquí para sostener el proyecto de la Comisión en materia de importación de papel, debo de manifestar que considero muy bien intencionadas las argumentaciones del contra, porque al fin y al cabo esas argumentaciones tienden al mejoramiento de la cultura nacional. Esa es la base de todas esas argumentaciones. Pues bien; vamos a estudiar el pivote de esa argumentación para después entrar al análisis de las razones que tiene la Comisión de Presupuestos y Cuenta para no acceder a esa clase de argumentaciones, que aunque son patrióticas y aunque son leales y bien intencionadas, no son lo bastante fuertes y enérgicas para destruir la razón de la Comisión.

No es verdad, como se ha dicho aquí por todos los oradores del pro, que con los impuestos que fija la Comisión para la importación del papel venga a obstaculizarse, venga a impedirse la cultura o venga cuando menos a desvirtuarse esa buena intención de hacer cultura en el país. La razón, señores diputados, la conocéis muy bien. No es cierto que sean los cinco centavos o los diez que se ponen como impuestos para la importación de un kilo de papel los que impiden que los libros se difundan y se hagan periódicos baratos; lo que en verdad viene a alterar, viene a subir el precio de los libros y de los periódicos, es todo aquello de imprenta, todo aquello de tintas y todos los otros impuestos a que están sujetos esos artículos; no es verdad que sea el valor intrínseco del papel. Basta, como me decía alguno de los compañeros, pesar un solo libro de los que importamos del extranjero, que indudablemente no salen más baratos que los que producimos aquí, para ver que el valor de esos libros no es modificado por el factor del impuesto del papel, del precio del papel, sino de otras muchas razones que conocemos todos: lo de la tinta, lo de la imprenta, lo de la mano de obra, etcétera. Ahora bien; indudablemente que el papel de la Comisión en este caso es bastante difícil en virtud de que parece hasta cierto punto antipatriótico; pero la Comisión no tiene el convencimiento íntimo de que al asumirla produce más patrióticamente que como proceden los compañeros del contra....

El C. Moreno Jesús Z.: ¿Me permite usted una interpelación?

El C. Ortega Miguel F.: Luego que termine.

El C. Moreno Jesús Z.: Representa usted a la Comisión y por tanto tengo derecho a interpelarlo en cualquier momento.

El C. Ortega Miguel F.: En ese caso tiene usted la palabra.

El C. Moreno Jesús Z.: Con permiso de la Presidencia. No voy a detenerme de una manera minuciosa a examinar la afirmación que acaba de hacer su señoría acerca de si es más patriótico gravar los papeles que declararlos libres de derechos; no voy a analizar esta afirmación de su señoría por que por su propia enunciación queda perfectamente fuera de discusión; pero voy a preguntar a su señoría algo respecto a una afirmación que sí es seria, para que sea pesada por la Comisión. Mi pregunta es ésta: su señoría dice que la tarifa arancelaria sobre los papeles no viene a importar un aumento en el precio del libro y del periódico. ¿No es eso lo que acaba de decir?

El C. Ortega Miguel F.: No he dicho tal cosa, señor Z. Moreno.

El C. Moreno Jesús Z.: ¡Jesús!

El C. Ortega Miguel F.: Lo que he dicho es que ese factor del impuesto de importación es lo que menos significa para la carestía del libro o del periódico. (Voces: ¡Muy bien dicho!)

El C. Moreno Jesús Z.: La respuesta que acaba de dar su señoría aclara perfectamente el punto. Es todo lo que quería yo preguntar.

El C. Ortega Miguel F.: No quería conceder que me hiciera la interpelación el señor licenciado Jesús Z. Moreno sobre la tesis que acaba de sentar y que después voy a demostrar, porque indudablemente cuando no se dicen las razones que se tienen para afirmar una tesis o para hacer una aseveración, malamente puede entrarse en discusiones con compañeros como el ciudadano Jesús Z. Moreno, que apenas anunciado el problema a discusión, ya está haciendo observaciones sobre argumentos que todavía no conoce, puesto que no los ha vertido el que habla.

Decía yo que es quizá en el fondo más patriótica la actitud de la Comisión que la que asumen los compañeros del contra, por estas razones, señor compañero Moreno: Todos sabemos, señores representantes, que el Poder público, que el Estado con objeto de fomentar ciertas industrias de las que necesita el país, tiene dentro de nuestra legislación secundaria derivada de la Constitución misma, empleados varios procedimientos y muchos caminos; unas veces el Estado ayuda al ferrocarrilero bien dándole el derecho de expropiación por causa de utilidad pública, de aquellos terrenos por donde va a pasar el ferrocarril, otras veces el Estado, cuando se trata de los dineros, por ejemplo, de la minería, cuya explotación es necesaria para el Gobierno y para la nación, también concede derecho de expropiación a los mineros con objeto de

ayudarlos y de fomentar esa industria; otras veces el Gobierno, cuando se trata de las leyes bancarias, por ejemplo, establece no una prohibición, que es lo que está prohibido por el artículo relativo de la Constitución general, sino que establece medidas de protección a la industria o al comercio. Así sucedió cuando la última reforma a la Ley de Bancos, reforma hecha por el Congreso de la Unión, en la que se dispuso que en todos los Estados podía haber bancos en la cantidad que se quisiera establecer, sólo que el primer concesionario gozaría de tales privilegios y que todos los demás que vinieran después no gozarían de aquellos privilegios. El Estado, por ejemplo, para poder conocer cuáles son los bienes de la nación que no han pasado a la propiedad de particulares, también concede ciertas prerrogativas a aquellas compañías que se dedican a medir y deslindar los terrenos baldíos. ¿Cuáles eran esas prerrogativas? Era una dación en tierras: les daba la tercera parte de todo lo que deslindaban de terrenos baldíos por compensación a los gastos de mensura y deslinde. El Estado, pues, como es natural, está en la obligación forzosa de atender a las industrias nacionales y de crear ciertos privilegios, de dictar ciertas medidas de protección a sus industrias con el objeto de que se fomente la industria dentro del país y pueda hacerse competencia a los productos extranjeros. Pues bien, señores; en México no hay más que una fábrica de papel que verdaderamente produce lo bastante para satisfacer las necesidades del país, y aun cuando no produjese en esa abundancia sus artículos, de todos modos había que establecer ciertas medidas de protección en favor de esa compañía de papel. ¿Cómo debemos hacerlo? Sencillamente como lo propone la Comisión: estableciendo ciertos derechos arancelarios para la importación del papel. Me diréis que qué nos interesa proteger el interés particular de las empresas productoras de papel en México. Os contesto desde luego que el Estado, como decía antes, está en la obligación de fomentar sus industrias nacionales; pero además de esto y como razón fundamental en el momento histórico en que vivimos, es necesario que el Estado se preocupe más que nunca por establecer ciertos privilegios para los productores de su país, con objeto de que no vengan los productores del extranjero, que por condiciones especiales están mejor capacitados para producir más barato, a matar por completo la poca industria papelera que existe en México. Los Estados Unidos y todos los países de Europa están estableciendo derechos de importación muy fuertes al papel de fuera, porque en otros países, como en Alemania, según leíamos en algún periódico de Estados Unidos o de Inglaterra la producción del papel se hace de tal manera barata, que el valor del papel producido en los Estados Unidos, es mucho más alto, que la misma madera con que se produce ese papel tiene un valor igual al papel que se importaría de Alemania para los Estados Unidos. Si eso hacen países como Estados Unidos, que son verdaderamente industriales; si eso hace España; si eso hacen países donde está organizada la industria productora del papel, ¿cómo es posible, señores diputados, por más que vosotros tengaís un rasgo de patriotismo al querer importar libremente el papel para abaratar los libros y los periódicos, cómo es posible que nosotros, país que no produce más que en mínima parte papel para las necesidades del país, cómo es posible que vosotros queráis matar esa industria incipiente en México?

El C. Casas Alatriste: ¡Qué va a ser incipiente!

El C. Ortega Miguel F.: Por eso decía yo que es más patriótica la actitud de la Comisión que la actitud de los oradores del contra. Me decía el compañero Casas Alatriste que cómo va a ser incipiente la industria papelera en México. Yo le pregunto al señor Casas Alatriste que me diga cuántas empresas productoras de papel hay en México.

El C. Casas Alatriste: Con permiso de la Presidencia. Según noticias que tengo, existen cinco industrias papeleras en el país; pero si no se ha podido desarrollar las pequeñas industrias, ha sido debido al enorme trust papelero que absorbe toda esta industria.

El C. Ortega Miguel F.: Son cinco las compañías papeleras, dice el ciudadano Casas Alatriste. Pues entonces, ¿cómo me negaráis la razón que tengo para decir que es incipiente la industria papelera en el país? Pues bien; como quiera que sea, es innegable, y yo creo que el mismo compañero Casas Alatriste está convencido y seguro, que los Estados Unidos han tenido que establecer impuestos fuertes a la importación de papel. ¿por qué lo ha hecho los Estados Unidos? Por no acabar con su industria nacional, para tener su industria nacional en producción continua con objeto de que si viene otro conflicto mundial no necesiten de la importación de papel de los países extranjeros. Pues bien , señores; si eso hacen los Estados Unidos que tienen producción de papel de sobra, ¿cómo es posible que México vaya a dejar, apartándose completamente de la política administrativa seguida por los demás Estados europeos y por los Estados Unidos, cómo es posible que vaya a apartarse de eso quitandose todos los impuestos de importación al papel? Así es, señores representantes, que no obstante los esfuerzos de estos compañeros del contra que claro, quieren que se sepa en sus distritos que ellos están luchando aquí por que se manden periódicos baratos o se regalen libros y todo lo demás... (Voces: ¡No!) Hay.....(Voces:¡No!) Repito que hay mucho de eso. No tienen razón. No quiero hacer muy ostentosa esa actitud de ustedes en cuanto a sus intereses personales; pero en cuanto al fondo de las razones que aducen, digo que son razones enteramente contrarias a la teoría sostenida por los países más avanzados del mundo y, en consecuencia, seríamos completamente audaces y torpes si quisiéramos apartarnos de lo que están haciendo todos los países donde se produce papel en gran cantidad, no como aquí en México donde apenas hay cuatro o cinco compañías de papel. La Comisión termina suplicando a los señores representantes que todavía no tengan un criterio cerrado completamente en contra, se sirvan votar este artículo propuesto por la Comisión en el sentido de que sí debe gravarse la importación del papel en las mismas condiciones que propone la propia Comisión.

El C. Moreno Jesús Z.: Pido la palabra para interpelar a la Comisión.

El C. presidente: tiene usted la palabra.

El C. Moreno Jesús Z.: Aceptando el punto de vista que ahora nos han presentado las comisiones en materia de protección a las industrias nacionales, me permito interpelar a las comisiones para que me digan si saben que al entrar en pleno auge la compañía papelera de San Rafael y Anexas existía en el país, cuando menos en una importantísima porción del Estado de Puebla, una floreciente industria de extracción de recinas de madera. ¿Sabe la Comisión si actualmente existe esta industria?

El C. Ortega Miguel F.: No señor; yo no lo sé.

El C. Moreno Jesús Z.: ¿Saben las comisiones si conexa a esta industria de extracción de resinas existía una industria eminentemente nacional, como la extracción de resinas, la de producción de aguarrás?

El C. Ortega Miguel F.: No lo sabía yo ni necesito saberlo.

El C. Moreno Jesús Z.: No saben las comisiones que existía en una importante región del Estado de Puebla la industria de extracción de resinas de los bosques de pino, que actualmente está explotando la compañía de San Rafael; tampoco saben que existe la industria nacional de elaboración de aguarrás con esas resinas. Pues bien; dentro de ese mismo criterio de las comisiones, me permito informarle, y puedo interpelar al diputado que representa esta región, para que diga si con la concurrencia de la industria del papel en la forma en que se ha venido ejercitando en México, ha estrangulado, ha eliminado, ha destruído dos industrias eminentemente nacionales, como eran la extracción de resinas y la elaboración de aguarrás en la República.

El C. Ortega Miguel F.: Ya que el señor licenciado Moreno se ha metido entre resinas y entre pestes (Murmullos y voces: ¡Aguarrás!) o entre aguarraces; pero que de todos modos son cosas que huelen mal; (Risas.) como el que habla no está interiorizado ni sabe adónde va el señor Moreno con su interpelación, le da palabra al señor ingeniero Serrano, con permiso de la Presidencia, quien le ha hecho indicaciones de que sí puede contestarle estas extravagancias al ciudadano Moreno. (Risas.)

El C. Serrano Gustavo: Voy a contestar brevemente la interpelación que hace el ciudadano Moreno a la Comisión, porque estoy en aptitud de contestarla.

La industria de las resinas y la industria del aguarrás han existido en Puebla como han existido también en Oaxaca; han sido industrias de verdadera poca importancia, comparadas con la industria del papel, en primer lugar; en segundo lugar, debe saber el señor Jesus Z. Moreno, si no lo sabe, que las fábricas de papel, lo menos que utilizan para obtener sus pastas mecánicas, son aquellas maderas resinosas, porque son inconvenientes, y las que usan son las de oyamel, porque no contienen resinas; así es que no hacen uso de maderas resinosas, mucho menos de aquellas que tienen resina entre las vetas, como la tiene la madera que acaba de citar, el pino y otras por el estilo; de manera que lo que usan es el oyamel. Respecto de que hayan desaparecido bosques y que por este concepto haya habido escasez de lluvias en Necaxa, como lo dijo el otro día, le voy a contestar de una vez esto, si quiere, compañero Moreno. Como la cuenca de San Rafael está muy lejos de la cuenca de Necaxa, nada tiene que ver una cosa con otra; de manera que si han desaparecido algunos bosques de las cercanías de San Rafael, no puede afectarse la cuenca de Necaxa; es como si hubiera desaparecido bosques en Michoacán. Por último, compañero Moreno, la fábrica de San Rafael tiene bosques propios; por propia conveniencia, estos bosques se siguen explotando sistemáticamente y reforestándose. La compañía de San Rafael no usa esos bosques para leña ni para ningún otro uso como los están usando muchas comunidades: los ferrocarriles, etcétera.

De manera que están achacando aquí a una empresa datos que son inexactos. Ahora bien; desde ahora le advierto al compañero lo siguiente: Como la defensa de los derechos de importación del papel se está haciendo más bien sobre la base de ataques a una empresa industrial, que como defensa de los intereses afectados, estoy resuelto y tengo la entereza suficiente para que cada vez que se diga una inexactitud conocida por mí, de ésta o parecidas empresas, venir a rectificar aun a riesgo de que se me tilde con miras interesadas, como esbozadamente ya alguien lo dijo. Estoy listo para contestar cualquiera inexactitud que conozca.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Casas Alatriste.

El C. Casas Alatriste: Honorable Asamblea: Un doble deber de representante del pueblo y de amigo fraternal de nuestro compañero don Jesús B. González, me ha obligado a ascender a esta tribuna. El compañero González, que tan brillantemente defendió la tesis de la cultura nacional en sesión pasada, ha tenido la penosa obligación de separarse de este recinto por algunos días , en virtud de que un hermano suyo cayó asesinado por una turba de fanáticos en un pueblo del Estado de Zacatecas. Y esta situación de mi compañero, de mi fraternal amigo, puedo deciros que me ha dado nuevos bríos para venir a esta tribuna, porque he comprendido, en vista de este atentado, la necesidad imperiosa que tenemos todos los representantes del pueblo, de procurar, por cuantos medios estén a nuestro alcance, lograr la cultura del pueblo, hasta alcanzar que este México no sea ya un país semicivilizado y que esté presentando estos espectáculos, sino que en él la cultura sea general, respetándose todas las creencias y acabándose esos fanatismos tanto religiosos como demagógicos y jacobinos, que no harán sino exhibirnos ante la faz del mundo. (Aplausos.)

Confieso que ante estos atentados llevados a cabo por fanáticos religiosos, me he preguntado con dolor si nos encontramos realmente en un país que pueda llamarse siquiera semicivilizado, o sí México puede figurar en parangón con alguna tribu del centro de Africa, con alguna tribu antropófaga de la Polinesia o cuando menos de la isla del Tiburón, a que aludía el ciudadano Avilés, o con cualquiera de esas tribus que no vacilan en

sacrificar a aquel que se supone puede tener un sentimiento de poco respeto a un fetiche. Y esta consideración, esta necesidad enorme que siento de proveer a la cultura nacional, me ha hecho pensar que una de tantas trabas que tiene el desarrollo de las letras en México, el desarrollo del libro, es la carestía del papel, aún cuando esto, como dijo muy bien el compañero Ortega, no es ni con mucho el factor único. Pero no voy a haceros un discurso lírico ni voy a procurar hacer vibrar los sentimientos de humanidad de los compañeros para hacer triunfar este asunto. Voy a tratar la cuestión desde el punto de vista económico a que la han traído al debate los señores Serrano y Ortega. Como este asunto evidentemente es un poco árido y tendré que echar mano de los números, suplico de la manera más respetuosa a los estimables compañeros, que hagan el sacrificio de prestarme una poca de atención. Comprendo evidentemente que dada la escasez de dotes oratorias que poseo, deberá ser una verdadera... (Voces: ¡No, hombre; qué va!) Pero, en fin, esos "nos" me alientan, ciudadanos diputados, y a pesar de mi incompetencia voy a abordar el asunto.

El argumento principal que el ciudadano Serrano esgrimió para pedir que se conservaran los derechos prohibitivos para el papel importado, es el de que la mayor cantidad de mercancías importadas, con relación a las exportadas en México, está produciendo un enrarecimiento de la moneda circulante, que, en consecuencia, debe procurarse limitar, hasta donde sea posible, esas importaciones. La tesis del compañero Serrano, que es la que los economistas titulan "balanza de comercio", por fortuna ha sido ya desechada; en los tiempos modernos, compañero Serrano, los factores de importación y exportación únicamente, no pueden dar una norma exacta para conocer si el país es un país deudor o es un país acreedor; a lo que hay que recurrir, compañero Serrano, es a lo que se llama "balance de cuentas", es decir: a aportar los datos numéricos que dan las aduana, y todos los otros datos que influyen en el movimiento de cambio internacional y que escapan a la vigilancia aduanera. Estos datos son, entre otras cosas, por ejemplo: el dinero que gastan los turistas, el dinero que extraen o que introducen los viajeros, los créditos que se cubren del país en el extranjero. En el caso de México, que es un país deudor, esos créditos podrán referirse a las contribuciones que se cobran en el extranjero, los derechos consulares, pongo por caso: los derechos sobre el petróleo que se pagan en Nueva York y que contribuyen a aumentar el haber de México en el cambio internacional. Pero aún suponiendo que realmente fuera un factor de enorme trascendencia para la economía del país el hecho de que las exportaciones fueran en un número muy inferior a las importaciones, creo que esta crisis monetaria provocada por este fenómeno, no debe solucionarse con la restricción inmotivada de las importaciones aun de artículos que satisfagan las necesidades más imperiosas de la vida nacional.

Con este criterio, debíamos prohibir la importación de manteca, de trigo y aun de maíz, que a consecuencia de las dificultades por que atraviesa la agricultura nacional, está siendo insuficiente para las necesidades del país; entonces, al prohibir nosotros la entrada de estos artículos de urgente necesidad para la vida de los habitantes, quedaríamos muy satisfechos, porque habríamos logrado un saldo a nuestro favor en la balanza de comercio, y, mientras tanto, nuestro pueblo estaría padeciendo de hambre. Esto es lo que pasa con el pan espiritual, con el papel, que es la materia prima con que se elabora la cultura nacional. Para lograr solucionar la crisis que apuntaba el compañero Serano, él mismo dió una de las soluciones: no poner trabas a las exportaciones. Vamos a ponernos a trabajar; vamos a dar facilidades al comercio interior; vamos a mejorar nuestros ferrocarriles; vamos a procurar convertirnos en un país exportador, ¿por qué no?; favorezcamos las exportaciones, ayudando a los productores; en estos momentos las fábricas de cervezas tienen abiertos grandes mercados on la clausura de las fábricas de la misma índole en los Estados Unidos. ¿Por qué no protegemos la exportación de cerveza, de tabacos y aun la de papel? La fábrica de papel de San Rafael, señor licenciado Ortega, que dijo usted que estaba en un estado incipiente, debo decirle que en Nueva York tuve noticias de que era una de las primeras fábricas del mundo, que había llegado a un auge extraordinario y quizás está capacitada aun para exportar, si se le dan facilidades para ello. Veis, pues, ciudadanos representantes, que por la cantidad de dinero que viniera a influir en la balanza mercantil, la importación de papel no sería en una forma tal que viniera a agravar, ni con mucho, la crisis financiera por que atraviesa México. No creo, por otra parte, que la compañía que maneja los asuntos papeleros en una forma casi absoluta, porque representa probablemente más del 95 por ciento de la producción total de papel, no creo, digo, que se deje eliminar tan fácilmente del mercado de México. Lo que hay que provocar es que ella se defienda de la competencia extranjera, y hay que hacer que el proteccionismo a que aludió el compañero Ortega no llegue a los límites, no llegue a los extremos de provocar malestares en la clase consumidora. El proteccionismo podría ser bueno; yo no lo discuto, cuando no se llega hasta a proteger las ganancias, los lucros. El proteccionismo lo podría yo admitir solamente cuando la tarifa arancelaria fuera absolutamente igual a la diferencia de costo de producción en el país, con relación al costo de producción en el extranjero, de las mercancías del extranjero puestas en el país, es decir: equiparar la industria nacional a la industria extranjera, y así el consumidor no tendría que pagar más dinero que el que justamente tendría que pagar por los artículos que consume. Yo podría concretar la fórmula de los derechos fiscales de importación, para proteger a la industria es estos términos, señor ingeniero Serrano: la tarifa arancelaria debe ser igual al costo de producción en el país, menos el costo de producción en el extranjero. En esta forma, el artículo extranjero que llegua al país, estará en iguales condiciones de competencia que el artículo nacional, y tendrá este último, siempre, la protección de las tarifas ferrocarrileras en su favor, para el consumo nacional. Pasar de este límite, es proteger no ya la producción, no ya la fábrica, es

proteger el lucro de los capitalistas y de los directores de a fábricas.

El C. Trejo Francisco: ¿Me permite una interpelación el orador?

El C. Casas Alatriste: Le ruego al compañero Trejo que me haga todas las interpelaciones que quiera, cuando termine. He dicho al principio que yo pido perdón a la Asamblea por quitarle un tiempo que es precioso, en vista de mis pocas dotes oratorias, y comprenderá el compañero Trejo que estoy verdaderamente en un parto doloroso en esta tribuna, y que si me interrumpe el hilo de mi discurso, no voy a encontrar por donde salir. No vengo a hacer alarde de oratoria, ni vengo tampoco con pretensiones que serían infundadas; vengo muy consciente de mi humildad, de mi incapacidad; pero muy consciente también de la bondad de la causa que defiendo y de las razones que la abonan. Por eso suplicaría al compañero Trejo que esas interpelaciones, que en definitiva no son sino argumentos en contra, las exponga en la tribuna o las haga cuando yo acabe de hablar.

Decía que las tarifas no deben proteger más que a la producción, sin que lleguen hasta a proteger ganancias inmoderadas. No tengo en mis manos la manera de comprobar el costo del papel en México y el costo del papel extranjero; en consecuencia, no puedo decir exactamente si deben ser cinco, diez, veinte centavos o una cifra cualquiera la cantidad con que deba gravarse la introducción de papel, para colocarla en igualdad de condiciones de competencia con el papel nacional; pero sí puedo presentar unos datos que son enteramente elocuentes. He tenido en mis manos, por un verdadero azar, el último balance presentado por la compañía papelera de San Rafael y Anexas, y en este último balance figuran, entre otras partidas, las siguientes: Entre paréntesis, ruego a los señores taquígrafos tengan la bondad de tomar con la mayor exactitud estas cifras que voy a dar, las cuales quedarán grabadas en el DIARIO DE LOS DEBATES y podrán ser rectificadas o ratificadas por los interesados, en cualquier momento. Pido, por tanto, con toda atención que sean marcadas con verdadera exactitud. Decía que en el balance de 1920, el último ejercicio comercial del trust papelero, figuran estas cifras: Fondo de reserva, $949,971.78; fondo de amortizaciones,... $2.048,035.42; fondo de seguros contra incendio, $164,869.67; fondo de previsión, $150,000.00; total de estos fondos que han sido sacados o tomados de las utilidades que año por año han venido obteniendo las fábricas de San Rafael, $3.312,876.87. Además, honorable Asamblea, figura en ese balance una partida de $856,325.90, de una cuenta que se titula "Reguladora de precios". Esto constituye la utilidad que incidentemente ha obtenido la empresa a que me refiero, en virtud de que no ha juzgado prudente establecer los precios de costo, en virtud de las bajas, que considera transitorias, de las materias primas. Esta es, también, una ganancia subsidiaria. Y, por último, en el año de 1920 aparece que la misma empresa que, por otra parte, tiene un capital de siete millones de pesos, que en un principio no fue sino de cinco, y que se elevó a siete en 1905, digo, figura una cantidad en el ejercicio de 1920, de $1.052,347.39. Si nosotros agregaramos los montos de todos estos fondos al del capital social, veremos que ya asciende a una cifra alrededor de doce millones de pesos, la que en principio fue de cinco. Veo, naturalmente con cierta tristeza, y realmente encuentro justificado, que ante esta avalancha de números que me he permitido lanzar como un torrente a la Asamblea, muchos honorables compañeros se aburren y no prestan atención, la atención que yo desearía de tan estimables compañeros. Estos datos, áridos como numéricos, son, sin embargo, muy elocuentes; son el resultado, señores diputados, de la protección arancelaria que el inteligente director de la fábrica de San Rafael, a quien no puedo menos que tributar desde esta tribuna un aplauso caluroso por su gestión financiera en defensa de sus intereses, ha logrado obtener de todas las administraciones que han regido al país, pues a merced de las tarifas proteccionistas que han impedido la libre concurrencia del extranjero con el papel mexicano, la compañía de San Rafael ha podido llegar a esta altura tan bonancible y por todos conceptos envidiable, a la cual muy pocas empresas han podido llegar, considero que ya esta empresa ha podido alcanzar la mayoría de edad, que ya no necesita andaderas para andar, y que tiene fuerza suficiente para lanzarse a la competencia con cualquier empresa que se presente enfrente; si, pues, esta compañía ha llegado a este auge, merced a los derechos de importación que en definitiva no han salido sino de los bolsillos de los consumidores o de los industriales de artes gráficas, que también son importantes y que también hay que proteger, de acuerdo con el criterio del contra, no veo razón para que no dejemos la oportunidad a San Rafael para que pruebe a la nación si está ya en condiciones de bastarse a sí misma o si todavía, a pesar de los veintiocho largos años de protección constante, necesita aún que el poder público siga protegiéndola indefinidamente. Deben confesar los señores diputados que la protección que ha permitido a la empresa de San Rafael presentar estos elocuentes e importantes números en su balance, ha ido a proteger, más que la producción, las ganacias de los capitales invertidos allí, porque estos números son extraídos de las utilidades que año a año ha tenido la compañía, sin contar los dividendos que ha pagado a sus accionistas, que en algunas ocasiones han llegado hasta el 10 por ciento y que, en otras ocasiones, como durante la Revolución, no se han repartido; debiéndose también tener presente el tanto por ciento muy elevado de los honorarios a los consejeros de la misma empresa. He querido demostrar, pues, y creo que lo he logrado con estos números, que la compañía de San Rafael ha llegado ya a un desarrollo extraordinario, que este desarrollo lo ha logrado merced a la protección arancelaria, y que en estas condiciones se me figura ya hasta inmoral seguir protegiendo el desarrollo de una industria que precisamente por ser cada día más grande, amenaza, como todos los trusts, acaparar y absorber la pequeña industria; me parece, digo, inmoral seguirla protegiendo, cuando esta protección va a salir de los bolsillos, primero de los industriales de artes gráficas, y, segundo, de los editores de nuestra incipiente, esa

sí incipiente industria editorial de libros; tercero, de los que necesitan trabajos de imprenta: entre ellos no debo olvidar indudablemente a los políticos, que gastan cantidades importantes año por año en la propaganda electoral, y que contribuyen, en esa parte, a las ganancias de la fábrica de papel de San Rafael.

El libre cambio y el proteccionismo han sido muy debatidos, y yo haría una ofensa a la cultura de esta Asamblea si externara opiniones a este respecto; pero sí quiero recordar el siguiente hecho histórico: En Inglaterra, en el primer tercio del siglo pasado, existían tarifas proteccionistas, casi prohibitivas, para los cereales que se importaban a ese país, tarifas votadas por la Cámara de los Lores que como todos vosotros sabéis, constituyen los latifundistas más importantes de ese reino. Naturalmente, la Cámara de los Lores no estaba dispuesta, en defensa de sus intereses personales, a permitir la libre importación de cereales; esto hacía que los consumidores gastaran, pagaran mucho más dinero por estos artículos de primera necesidad. Se necesitó que Cobden, en 1838, iniciara en Manchester la enorme cruzada que vino a transformar a Inglaterra de país proteccionista en país librecambista, cuando el ministro Peell dió un cambio de frente en sus opiniones.

Si el papel, cuidadanos representantes, debe ser un artículo de primera necesidad en los países de cierta cultura, pero que es de más imperiosa necesidad en los países semibárbaros o semicivilizados, como los hechos que estamos presenciado me autorizan a juzgar así de México, desgraciadamente con enorme dolor de mi parte, el fomento de la cultura en una necesidad más imperiosa aún, y nosotros, que tenemos en nuestras manos un factor, aunque sea ese factor poco importante, no debemos dejar de aprovecharnos de esta oportunidad para quitar, cuando menos, ese pequeño factor en bien de la cultura de nuestro pueblo, y en bien, también, de los editores y de la industria de las artes gráficas, que representan un capital posiblemente más importante que el del papel, y que están vegetando en una situación verdaderamente deplorable.

Yo quisiera, ciudadanos representantes, para terminar, recordar las palabras que desde esta tribuna emitió mi compañero y querido amigo el diputado Jesús B. González, en nombre de quien estoy realmente ocupando esta tribuna. En los países extranjeros, especialmente de la América Latina, se hace, por algunos interesados en detupar a nuestro país, una feroz propaganda en contra nuestra; la única forma que tendremos nosotros para desvituar esa propaganda, sería la de procurar llevar a esos países los exponentes más altos de nuestra cultura, por medio de los libros; pero por los precios a que llegan estos libros, entre otras causas, ciudadanos Ortega por el del papel, no en total por el papel, esos libros no pueden salir de México porque alcanzarían precios enormes en el extranjero. Es preciso, en consecuencia ver la manera de abaratar esos libros, y también es preciso - y eso sí es una necesidad ingente, esto es algo de vida o muerte para la patria-, es necesario procurar que la cultura del pueblo sea cada vez mayor, no solamente enseñandolo a leer y a escribir, sino enseñandolo a que lea buenos libros; porque no hay que olvidar que hay que defenderse en una forma desesperada de aquellos que no han leído más que un solo libro. Por eso es necesario enseñar a nuestro pueblo a que lea muchos y buenos libros, procurando, en esta forma, que se ahuyenten para siempre de nuestra patria los tenebrosos nubarrones que oscurecen su porvenir.

Quiero, en resumen, puesto que he demostrado que el trust papelero es el único que ha hecho gestiones en esta Cámara para que se mantengan los derechos de importación al papel; puesto que este trust ha llegado ya a un grado muy alto de importancia y fuerza; puesto que tiene millones de pesos como fondo de reserva, y esas millonadas de pesos le servirán para defenderse de la competencia extranjera, que se abarate el papel para bien de nuestra cultura. El dilema no creo que sea otro: o con el trust del papel, o con el pueblo, para su cultura y su bien. (Aplausos.)

El C. Ortega Miguel F.: ¿Me permite el orador que lo interpele?

El C. Trejo Francisco: Ofreció usted, ciudadano Casas Alatriste, contestar una interpelación. Dijo usted en la tribuna que la tarifa de protección la aceptaba siempre que se estableciera dentro de una fórmula que usted mismo planteó, es decir, costo de producción nacional, menos costo de producción extranjera. ¿Es cierto? Usted sabe que "Excelsior", o más bien dicho, su gerente, al pasar por Alemania, pudo comprar mil rollos de papel para rotativa y un número considerable de cajas de papel para su "Revista de Revistas", en virtud de que el precio de venta -ya no el de producción-, tanto en Alemania como en Australia y como en Suecia, es a tal grado ínfimo, que en Nueva York cuesta menos el papel elaborado que la materia prima, o sea la pulpa. En estas condiciones, no son las tarifas que la Comisión sostiene, de ninguna manera proteccionistas, sino que, por el contrario, dejan al papel en una desproporción considerable, toda vez que ya el ciudadano diputado González lo dijo: se puede obtener en la actualidad papel en México, aun pagando derechos, producido en Alemania, en Suecia y en Australia y en condiciones enteramente desfavorables para la industria papelera de México. Si así es, si la tarifa actual resulta que no protege, de acuerdo con la fórmula que usted insinúa; si para seguir a usted en lo que sostuvo, la Comisión se hubiera visto precisada a elevar más las tarifas, ya que en la forma en que planteó este problema dista mucho de que las tarifas establecidas protejan a la industria nacional papelera, de la producción alemana, sueca y austriaca; en estas condiciones, la Comisión ha considerado sumamente peligroso reducir las tarifas a más de lo que las ha reducido, porque ya sostuvo en la tribuna que era la cuestión de cuotas arancelarias un concurrente para el carecimiento del libro y del periódico, pero de ninguna manera el determinante principal. Si usted mismo dijo que se modificaran las tarifas de los ferrocarriles; si nosotros ya, como miembros de la Comisión, elevamos algunas otras fracciones de la tarifa arancelaria con objeto de proteger las artes gráficas, usted, que bajo lineamientos enteramente científicos vino a atacar a la Comisión, sus propios

argumentos vienen a defender la tesis que la Comisión ha sentado...

El C. Casas Alatriste: No.

El C. Trejo Francisco: Sí, señor; porque la Comisión está muy lejos de haber llegado a la tarifa de protección que usted insinúa en la fórmula que dejó establecida. Lejos de eso - y puede con números demostrarse, y si usted quiere, con revistas especialistas que tiene la Comisión en su poder-, que el papel en México se puede adquirir de las naciones ya señaladas, aun pagando derechos, aun pagando los crecidísimos fletes, sobre todo, ese artículo a menor precio que al que en la actualidad se vende en México.

El C. Casas Alatriste: Pido la palabra para contestar el discurso del ciudadano diputado Trejo. He asentado una fórmula general en la que admitiría, con ciertas reservas, el proteccionismo, sólo en favor de las industrias nacientes; pero esa fórmula general no es aplicable en el caso especial del papel; voy a decir por qué. Las circunstancias por que en los países que perdieron la guerra europea, la producción en lo general sea extraordinariamente barata, son enteramente transitorias y la Compañía de San Rafael está preparada, con esas enormes reservas, para solucionar la crisis que de momento se le presentara; pero sobre todo, hay esta consideración: si por una circunstancia enteramente transitoria - creo que el compañero Trejo está conmigo en comprender que es una circunstancia transitoria más o menos la que permite a los países de los imperios centrales producir, en general, a menos costo -; si una circunstancia enteramente excepcional y transitoria permite esta introducción de mercancías baratas al país, ¿por qué no aprovechar esta oportunidad de abaratar, aunque sea momentáneamente, nuestro stock papelero, sólo a cambio de que las compañías papeleras esperen un poco de tiempo para volver a tener las grandes ganancias que ahora tienen, cuando ya en esos países de los imperios centrales los precios de producción hayan subido?

El C. Ortega Miguel F.: Pido la palabra para una interpelación, con permiso de la Presidencia.

El C. presidente: La Comisión había solicitado la palabra inmediatamente después del ciudadano Casas Alatriste. Quiero que la Comisión diga si va a ceder su turno para evitar esta discusión a base de diálogos. (Aplausos.)

El C. Ortega Miguel F.: Con todo respeto me permito recordar a la Presidencia que cuando estuve en la tribuna admití todas las interpelaciones que se me hicieron; que yo pedí la palabra para interpelaciones al orador y que la Presidencia se la concedió al compañero Trejo; en consecuencia, creo que estoy dentro de mi derecho al solicitar que se me deje interpelar al compañero, ya que él está anuente a contestarla.

El C. presidente: En virtud de que esto no está prohibido por el Reglamento, y considerando que acaba de hablar el ciudadano Casas Alatriste, si él lo permite, la Presidencia no tiene inconveniente en darle a usted la palabra.

El C. Casas Alatriste: No obstante que la Comisión, cuyo presidente acaba de dirigirme una interpelación, está integrada también por el compañero Ortega, que es casi quien lleva la voz de la Comisión, como quiera que yo, de la mayor buena fe estoy dispuesto a contestar todas las interpelaciones, tanto más cuanto que esta interpelación parte de mi estimado y correctísimo amigo, el diputado Ortega.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Ortega.

El C. Ortega Miguel F.: Decía, compañero, que me produzco con toda honradez...

El C. Casas Alatriste: Que siempre la tenéis.

El C. Ortega Miguel F.: Pero en este caso quiero que sea mayor.

El C. Casas Alatriste: No puede ser.

El C. Ortega Miguel F.: ¿Creéis, compañero Casas Alatriste, que por el hecho de bajar el precio de un libro que pesa 300 gramos, en un centavo o en dos, vamos a hacer que todo el pueblo lea ese libro? ¿Creéis también, ciudadano Casas Alatriste, que los impresores, que los editores, van a bajar el precio de sus libros en un centavo o dos, que será lo que signifique lo que vos proponéis en cuestión de tarifas, y que los periodistas bajen sus periódicos un cuarto de centavo, que es lo que significaría lo que vos proponéis? Contestadme sinceramente.

El C. Casas Alatriste: Pido la palabra para contestar. Yo creo que si hacemos los cálculos por libro, por unidad, probablemente resulte la conclusión a que alude el compañero Ortega; pero es una conclusión falsa, porque se mejorará la calidad del libro y la calidad de los periódicos; pero también hay otra circunstancia, compañero Ortega: El impresor tendrá ya manera de imprimir libros en México y usted sabe muy bien que la casa Appleton y otras casas editoras de libros de texto, vienen a tomar los pedidos a México para hacer las impresiones en el extranjero, con lo cual quitan trabajo a los trabajadores mexicanos y perjudican a otras industrias tan dignas de protección, según la teoría de usted- porque yo no soy proteccionista en la forma que expresó el compañero Ortega -, vienen a perjudicarse las artes gráficas nacionales. En consecuencia, este centavo o dos centavos por libro que el editor obtiene en una edición de veinte, treinta o cincuenta mil ejemplares significa la posibilidad de aumentar los jornales y poder subsistir.

El C. Ortega Miguel F.: Me basta.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Padilla: Señores diputados: El debate se ha venido extendiendo sobre dos puntos que expresan claramente la lucha de los íntereses industriales que merecen protección, y de los importadores que pretenden acabar con los intereses industriales en el comercio. Está demostrado que si los importadores de papel, no venden el papel, a pesar de los derechos, al precio que debería salir en México, es por la enorme utilidad que obtienen ellos en el comercio. Tengo un libro que me proporcionó el señor licenciado Moreno que se llama "La imprenta en México", por Manuel León Sánchez. Aquí vienen unos datos que son en extremo reveladores de las utilidades que obtienen los importadores de papel, que son muy superiores a las que

señalaba el compañero Casas Alatriste con respecto a los industriales fábricantes de papel. Decía el señor Sánchez: "Este libro está impreso en papel llamado "Novela", que vale en Nueva York $4.80 la resma cuádruplo. El flete de Nueva York a Veracruz importa $1.06 y el seguro marítimo importa 4 centavos; los derechos de aduana $3.50 y los gastos valen 50 centavos. El flete de ferrocarril de Veracruz a México importa $3.00; total, $12.90 resma. Los impresores venden este papel a $20.00; produce, pues una utilidad de $7.00 por resma cuádruplo. En consecuencia, aunque se bajara el precio de los derechos, este papel no lo darían los impresores sino a un precio de $16.00, en relación con el que produce la fábrica de papel de San Rafael que, aunque es de inferior calidad, lo da a $12.83; de modo que la diferencia sería de $4.00, que no compensa la diferencia en los papeles del país y los extranjeros. Y lo que sí se ve es la enorme utilidad que obtiene el comerciante, con mayor razón si se ve que el tanto por ciento de utilidad que obtenga el comerciante sería mayor, porque sería menor el capital que emplearía. De tal manera que aun quitándose los derechos, el papel americano saldría más caro en México por las utilidades de los importadores.

El C. Moreno Jesús Z.: ¿Entonces, por qué es la tarifa?

El C. Padilla: La tarifa es para proteger en las fronteras y en los puertos, porque la diferencia entre la importación entre los puertos y las fronteras, es muy distinta por los fletes; voy a demostrarlo: la tonelada de papel en Veracruz paga de transporte catorce pesos, setenta y un centavos; del Canadá a Veracruz importa ocho pesos ochenta y tres centavos; de tal manera que la diferencia de fletes es alrededor de seis pesos. La diferencia de fletes traería como consecuencia que la industria papelera no pudiese competir en las fronteras, aunque sí podría competir en México. Perdido el mercado de las fronteras y de las ciudades que están en las fronteras, y los puertos, traería como consecuencia que los gastos generales de la empresa se recargarían sobre sólo la producción en el radio de las ciudades del centro, lo cual perjudicaría gravemente a la industria. Yo debo decir lo siguiente por lo que se refiere a la Fábrica de Papel de San Rafael: indudablemente que la fábrica se convertiría en importadora, y el resultado sería igual. Bien sabemos que para importar papel se necesita, en las condiciones actuales, importar por carros enteros, porque en los ferrocarriles es difícil obtener el transporte de pequeñas cantidades y el despacho de las aduana es difícil e irregular, y se necesita tener grandes cantidades de papel para poder tener dispuesto todo lo necesario para la introducción de ese papel en el interior de la República. Pero no quiero extenderme en estas circunstancias, porque son intereses comerciales que no es el caso presentar a la Cámara. Lo importante aquí es esto: la política general que debe seguir la nación, la política financiera que debe seguir la nación en estos momentos, tiene que ser necesariamente proteccionista, que es la que siguen todos los pueblos de la tierra para salvarse de los desequilibrios del reajuste de los precios. Voy a demostrarlo: nuestras exportaciones durante el año anterior, con relaciones a las importaciones, fueron las siguientes: el año de 1920, durante los doce meses, salieron $357.560,000.00, e importación 406 millones; la diferencia, pues, entre las importaciones y las exportaciones fue considerable, porque fue de cerca de 60 millones de saldo a nuestro favor. Mientras que ahora, en los meses que van corridos de enero a octubre, según los datos oficiales, las importaciones suman 352.573,425 pesos, mientras que las exportaciones importan 217.263,663 pesos; lo que significa una diferencia en contra de nuestra balanza comercial de más de cien millones de pesos. Esta circunstancia puede hundir al país, porque a pesar de lo que dice el señor Casas Alatriste, de que la balanza comercial no debe tenerse en cuenta para regular la situación económica, de la verdadera situación económica de un país, debo decirle que en nuestro país, desgraciadamente, solamente son las importaciones y las y las exportaciones las que pueden regular los balances comerciales por nuestra escaces de productos vendidos en el extranjero, por no tener colonias, no tener gran cantidad de mexicanos que trabajen en el extranjero, por no venir al país turistas, por no tener transportes para poder cobrar tarifas, como en Inglaterra; en Inglaterra las únicas contribuciones que se pagan, son las de exportación de petróleo, y esto es de balanza comercial, porque las exportaciones entran en la balanza comercial; lo que se cobra por exportaciones, lo que sale del país, se paga en la Tesorería General de la Nación. La de Consulados son de exportaciones, son ad valorem, sobre la importación de mercancías; de manera que la balanza comercial nos es enteramente desfavorable y hay en estos momentos, y así lo está haciendo la Secretaría de Hacienda, dando todas las disposiciones para evitar que continúe la salida del oro, traerá como consecuencia un grandísimo desequilibrio para nuestro país. Día a día los cambios están subiendo de valor; día a día el oro del mercado, el stock de oro, se está enrareciendo con gravísimo perjuicio para nuestro sistema monetario, porque traerá como consecuencia que si sale una cantidad muy grande de oro del país, tendrá que bajar nuestro peso a veinticinco centavos de dólar, lo cual tendrá como consecuencia que los precios que momentáneamente bajen por la protección de las mercancías que vienen del extranjero, en contra de nuestras industrias, suban después al doble por la diferencia en los cambios, pues el valor de nuestro peso será de veinticinco centavos, porque nosotros nos quedaremos con moneda de plata que sólo valdrá por su valor intrínseco. En consecuencia, la política patriótica, financiera, que debe salvar al país, es impedir que aumenten las importaciones y evitar la salida de nuestro oro para nivelar la balanza comercial y de cuenta. Este es el principal tópico que ha tenido la Comisión en cuenta para asentar en este sentido el dictamen que presenta a la Asamblea: evitar la salida del oro de México para aminorar la crisis que se está sintiendo día a día en el país. Resultaría indudablemente que si levantamos el proteccionismo para la industria del papel, entrarán de un solo golpe a México diez o veinte millones de papel alemán, que harán contrapeso a nuestra balanza comercial, haciendo que salgan de México diez o

veinte millones de pesos en oro. Uno de los argumentos del compañero Casas Alatriste, fue precisamente el relativo a las utilidades que ha podido obtener la fábrica de papel de San Rafael con la industria del papel. Este argumento de atacar y destruir a la industria papelera no es bastante, porque no sólo existe la fábrica de San Rafael, sino que existen cuatro fábricas más en la República, cuyas utilidades no conocemos; en cambio, si nosotros procuramos que las importaciones sean las que vengan a protegerse bajo el acto de levantar las tarifas, lograríamos que los importadores tendrían mayores utilidades y que la misma fábrica se convirtiera en importadora, perjudicando gravemente las mismas industrias.

Ahora, señores, a otro punto: que no es un sentimiento patriótico. Ha ocurrido ya en la época de la gran guerra, que por circunstancias especiales y como una medida de guerra, los Estados Unidos inventaron las famosas listas negras prohibiendo que los enemigos de los aliados y muchos neutrales recibieran efectos y mercancías del extranjero. Con este motivo ocurrió en México que todos los directores de periódicos que no eran aliadófilos, fuesen listados en aquellas famosas relaciones y se impidió por los Estados Unidos que se les remitiese papel. El Gobierno mexicano, en legítima defensa de su neutralidad, dispuso que el impuesto que señalaban las tarifas al papel se pagase en especie, para poder utilizar este papel en beneficio de los que no eran aliadófilos y que tenían derecho, mucho derecho de expresar sus ideas en un país neutral; entonces los Estados Unidos prohibieron la introducción de papel a México, y el Gobierno tuvo que acudir entonces a la fábrica de papel de San Rafael, que había suspendido sus labores por causa de los desperfectos que había sufrido durante la revolución, y la puso en actividad para poder obtener papel para los periódicos neutrales. Así fue como salvo el Gobierno la verdadera neutralidad y nos permitió tener prensa, que en la forma que los Estados Unidos habían llevado su política, hubiéramos quedado sin periódicos y sin libros en México por mucho tiempo. Si nosotros procuramos la destrucción de nuestra industria papelera, nos encontraremos más tarde en las mismas condiciones en que se encontró México cuando las listas negras, y quedaremos sumidos en un caos, porque no tendremos papel, por un bloqueo, por un acto de guerra que impida la entrada del papel, y nosotros tendremos que reducirnos a suspender todas nuestras publicaciones, porque estaremos supeditados enteramente a la industria extranjera, lo cual, en mi concepto, es antipatriótico, y la Cámara debe ver que el fin que se propone la Comisión es defender los intereses nacionales y defender las industrias para no quedar supeditados a las industrias extranjeras, porque aunque se considere que la fábrica de San Rafael y otras fábricas de papel son exóticas en México, elaboran suficiente papel para las impresiones que son necesarias para la cultura nacional.

El C. Serrano Gustavo P.: Honorable Asamblea: Algunos compañeros desearían que se terminara ya la discusión y que fuéramos a votar, creyendo que este asunto que se está discutiendo es sólo con relación a los cinco centavos por kilo con que la Comisión grava la importación de papel, sin fijarse que hay un problema de mucho más honda y trascendental importancia para el país; por consiguiente, ruego a los compañeros que tengan una poca de paciencia y permitan que se agoten todos los turnos, que bajo de esta cuestión está una que es trascendental en estos momentos. ¿Debe México encaminarse hacia el libre cambio o debe, por el contrario, en estos momentos ser un país que tienda hacia el proteccionismo? La tesis de los del pro en ésta última y como el votar este asunto en la forma en que quieren los del contra implicaría simple y sencillamente encaminarse hacia el libre cambio, por esto es que con tanto calor y tanto cuidado defendemos nosotros el dictamen de la Comisión. Desgraciadamente algunos compañeros, como dije más antes, en lugar de defender sus ideas enardezcan ataques y más ataques a una negociación industrial del país tildándola de que no es una negociación nacional, que no protege los intereses de los obreros, que no protege los intereses de los impresores, que está lucrando inicuamente, que tala bosques, que forma trusts ¡y quién sabe cuántas cosas más! Es triste que en un debate de tanta trascendencia se descienda a particularizar en una sola negociación; sin embargo, como se asientan inexactitudes, voy a tratar de rectificarlas. Desde luego debo decir al compañero Casas Alatriste, que tiene profundos conocimientos en contabilidad y que no solamente conoce los números, sino que sabe discutir el valor de cada una de las partidas tiene, en este caso nos las ha presentado de una manera global, sin discutirlas. Yo procuraré discutirlas un poco. Se nos dice que la negociación de San Rafael, con un capital de siete millones de pesos, tiene entre sus fondos de reserva y amortización, de seguros y de previsión, tres millones, trescientos mil pesos, lo cual parece excesivo, y un millón de pesos de utilidad repartido en el último año. Vamos a analizar estas cifras que nos deben servir como ejemplo para normar nuestro criterio a la hora de la votación; pondré estas cifras en parangón con las de una negociación conocida mundialmente: me refiero a la fábrica de automóviles de Ford. Para nadie es un misterio que esta industria automovilística en Estados Unidos es una de las más fuertes que existen en aquel país -no sé si ocupa el primero o el segundo lugar, pero como quiera que sea es uno de los primeros lugares-; para nadie es desconocido que esta industria está soportada por enormes capitales que representan miles de miles de dólares, que está perfectamente aclimatada en aquella poderosa nación, que no tiene competidores serios en todo el mundo, que hay fábricas que producen un automóvil cada medio minuto, día y noche, todo el año, y la fábrica de Ford no sé si medio millón o poco más de automóviles en el año y, sin embargo, en aquella poderosa nación dicha industria tiene el máximo de protección: el sesenta por ciento sobre el valor de lo que representa el producto ya elaborado. Para nadie es un misterio que la fábrica de Ford es la que paga los jornales más altos del mundo y es aquella donde los obreros están mejor que en ninguna otra parte. Por lo demás, la fábrica de Ford, cuyas acciones al principio representaban un

precio nominal de cien dólares, si mal no recuerdo, se han vendido ya en más de cien mil. . .

El C. Moreno Jesús Z.: Pido la palabra, señor presidente, para interpelar al orador, que me lo ha permitido. Hace un momento dijo su señoría que la fábrica de automóviles Ford tenía en los Estados Unidos el máximo de la protección, llegando hasta el sesenta por ciento, ¿es así?

El C. Serrano Gustavo P.: Sí, Señor.

El C. Moreno Jesús Z.: Como yo sé perfectamente bien que su señoría ha repetido esta cifra como un fonógrafo, yo le ruego se sirva explicarme la forma en que recibe esa proporción de 60%.

El C. Serrano Gustavo P.: Con mucho gusto. En primer lugar no sería posible que cada dato fuera uno a tomarlo a la oficina respectiva; en segundo lugar lo he tomado en cuenta porque me merecen perfecto crédito las personas que me lo informaron; me lo han dicho dos representantes que están aquí presentes, cuyo criterio, cuya opinión me merece entera confianza; sin embargo, yo ofrezco al compañero Moreno que para la próxima sesión le traeré las pruebas de los verdaderos datos que existen, y ver si es que estoy equivocado, creo que yo no lo estoy. Como decía, la fábrica de Ford representa en sus acciones un valor de cien mil dólares y ahora es mil veces mayor. Fíjese el compañero Moreno, mil veces mayor que el que representaba hace unos 16 ó 17 años. Sin embargo, nadie dirá que la fábrica de Ford es una amenaza para los intereses de los obreros ni mucho menos; al contrario, todo el mundo estimula el crecimiento de esta fábrica y están empeñados en que siga el florecimiento y hasta el Gobierno lo ayuda, el Gobierno de la nación norteamericana. Ahora bien; en México hay una industria que después de 30 años de establecida, sus acciones, al iniciarse su trabajo, valían cien pesos, y ahora valen 64 pesos, ¿por qué, si ha tenido tan pingües utilidades, en lugar de subir han bajado? Voy más allá: Se dice que existen esos tres millones de pesos en reserva para amortización y demás. El señor Casas Alatriste sabe muy bien que una negociación que está bien manejada tiene obligación de conservar fondos de reserva para todas las emergencias, muy particularmente en México, en tiempos como los actuales, en que los precios de las mercancías elaboradas están fluctuando de la noche a la mañana, entre límites verdaderamente absurdos. Recuerde el compañero Casas Alatriste que el año pasado la materia prima algodón bajó de cuarenta o cincuenta centavos a diez, es decir, a la cuarta, a la quinta parte de lo que valía; lo mismo puede suceder con el papel y está sucediendo ya, porque la producción extranjera, principalmente alemana, ha bajado su costo a un grado que ya es casi imposible que ningún país pueda competir con ella. ¿Por qué, pues, admirarse de que una negociación que tiene que trabajar sobre bases sólidas tenga reservas igualmente sólidas? Pero hay más, en el fondo de esto está comprendida la amortización: La maquinaria, los edificios, todo lo que hay en la fábrica tiene que deteriorarse, tiene después de cierto número de años que reducirse su valor a un valor nulo, sea porque se quiebre, porque se desgaste o porque nuevos inventos traigan otras mejoras que hagan inútil, si no perjudicial, el empleo de las antiguas máquinas; de ahí que todas las negociaciones tengan la necesidad de reservar en una u otra forma un fondo de amortización respetable para hacer frente a estas emergencias. No sabe el señor Casas Alatriste, o si lo sabe no lo dijo, que este fondo de tres millones es el producto de treinta años de trabajo acumulado; por consiguiente, la cantidad anual que representa es verdaderamente insignificante.

El C. Casas Alatriste: ¡Además de dividendos!

El C. Serrano Gustavo P.: ¿Los dividendos? Yo también procuré documentarme, porque ya sabía que se iban a traer estas cifras. Los dividendos, el promedio dividendos en los treinta años es el cuatro por ciento, compañero Casas Alatriste, y no me parece que sea un dividendo excesivo el cuatro por ciento, cuando los banqueros están cobrando el dieciocho y hasta el treinta y seis por ciento anual. Yo no creo que ningún capitalista vaya a invertir su dinero cuando sabe que el promedio de dividendos de treinta años es de cuatro por ciento, pero suponiendo que hubiera sido más, cuando en la misma negociación se está invirtiendo parte del excedente en mejoramiento, ¿qué de malo tiene esto? ¿Acaso no resulta un gran beneficio para la nación que en lugar de que estemos pagando una mercancía extranjera, la estemos pagando aquí y que el producto de las utilidades en vez de irse al extranjero se quede y se reinvierta en el país? ¿No es esto lo deseable? Ojalá que en lugar de esto hubiera sido veinte veces más, entonces sí podríamos hacer un llamamiento al capital extranjero, manifestándole que en México tendría oportunidad de ganar mucho más que en su país; pero cuando sepa que existen los riesgos que existen en un país como el nuestro y principalmente en estas épocas, cuando se sepa que sobre todos estos riesgos se trata de limitar las utilidades so pretexto de que son altas, cuando en el extranjero se sepa esto, es inútil que declaremos, que llamemos al capital, que lo agasajemos, que le demos opíparos banquetes. El capital éste no vendrá, o si viene será a pasearse; pero no vendrá a dejar un solo peso aquí.

Voy a citar un caso elemental: Una negociación pensaba instalar fábricas de calzado en esta capital; probablemente se iban a invertir dos o tres millones en esta fábrica, que hubiera dado en seguida trabajo a miles y miles de obreros y obreras en la misma industria y anexas a ésta; pero desde el momento en que se supo que la tarifa proteccionista de $2.50 en calzado, o de $1.25, o de 75 centavos en el más chico , iban a desaparecer, para que el pueblo pudiera usar calzado barato, desde ese momento esa negociación se retiró a poner sus fábricas en otras partes. Y esto sucede en cualquiera rama de la industria. El capital necesita protección, y es inútil que estemos nosotros declarando que nos interesamos por los intereses del proletariado, que nos interesamos por los intereses del pobre, por los intereses de los obreros, cuando estamos matando las fuentes que dan el trabajo a los obreros. Es absurdo, señores, el pretenderlo. (Aplausos.) Es absurdo, señores pretender que los obreros van a mejorar sus condiciones, que el salario nominal o el salario real de los obreros va a subir, cuando estamos persiguiendo a la industria, cuando no le

damos protección, cuando cada nueva legislación que se esta dando tanto en los Estados como en la capital de la República, no es más que un ataque al capital, pretendiendo atacar a los capitalistas. La verdad es que los ataques a los capitalistas no serían de lamentarse, si no se atacara al capital, que en estos momentos es lo único, entiéndase bien, el capital es lo único que ha de salvar a México de la crisis y del caos en que se encuentra. Siempre se traen aquí argumentos de relumbrón diciendo que es necesario defender los intereses de los obreros. La verdad es, señores, que esos que tratan de defender los intereses de los obreros, lo único que defienden son los intereses electorales, puesto que lo único que persiguen es la próxima reelección, lo mismo aquí que en toda la República. (Aplausos. Voces: ¡Muy bien!)

El C. Moreno Jesús Z.: ¡Pero en muy buen forma!

El C. Serrano Gustavo P.: En muy buen forma. Yo no veo cómo puedan mejorar los obreros matando la industria. El ciudadano diputado Avilés dijo que la industria en México no existía; si no existe la industria, si no es de tenerse en consideración, ¿porqué nos preocupamos por los obreros? ¿Por qué los ponemos en primer lugar? ¿Cómo puede haber obreros sin haber industria? Esto es verdaderamente ridículo cuando no absurdo. No, señores; mientras queramos limitar nosotros al capital a los estrechos límites a que se le quiere limitar, el capital no sólo no vendrá, sino que el poco que hay huirá, y seguirá huyendo al extranjero, o se enterrará lo más profundamente que se pueda dentro de la tierra, porque ya ni en los bancos se ve el capital. México está también sufriendo la crisis mundial que todos los países del globo están resintiendo. ¿Qué se está haciendo en Rusia, señores? En Rusia, el país que tuvo el comunismo, ¿qué se está haciendo allí? ¿Allí, donde se quiso hacer el país más avanzado del globo? Sencillamente en Rusia existe ahora la ruina más completa que en algún otro país de la tierra se haya observado desde que el mundo es mundo. ¿Qué se está haciendo ahora? Volver sobre nuevos moldes que no sean ni los antiguos, ni los que ellos pretendieron. No quiero dar un salto atrás; por ningún motivo aceptaría yo volver a los viejos moldes; pero tampoco hay que ir a los moldes que ya acabamos de ver que han fracasado y definitivamente fracasado. Rusia, con su experimento costosísimo en vidas, en dinero, en propiedades, que está hundida, está haciendo llamamientos al capital extranjero, ¿para qué vamos a hacer nosotros lo mismo, por qué no mejorar nuestros procedimientos con las enseñanzas que nos da Rusia y buscar el verdadero mejoramiento del obrero, el verdadero mejoramiento racional? Y fíjese bien el compañero Moreno: Un mejoramiento en los obreros que traiga como consecuencia el aumento del valor del salario real, no el aumento del valor del salario nominal, que es lo que han estado buscando los políticos legisladores. De nada sirve que se eleve el salario y se rebajen las horas de trabajo, si al fin de cuentas el encarecimiento de la vida llega a ser tal, que absorde el salario real. El compañero Moreno sabe qué diferencia hay entre los dos salarios, entre el salario real y el nominal, y que el nominal resulta mucho pero que antes de esas conquistas. Si queremos ir a pasos agigantados, lo único que haremos será retroceder, y para volver a levantarnos tendríamos que esperar muchísimos años; mientras que si vamos lentamente, siguiendo las reglas económicas y no procurando que las reglas económicas nos sigan, entonces, digo, cuando sigamos las leyes económicas entonces sí llegaremos al mejoramiento efectivo del proletariado y tendrá que venir, al mismo tiempo, como consecuencia lógica ineludible, quiéranlo o no lo quieran los industriales, el mejoramiento de los obreros; pero mientras que por una parte queramos el mejoramiento del obrero y por otra demos golpes a la industria, el obrero será la principal víctima, porque el obrero, que no tiene elementos con que defenderse, tendrá que sucumbir ante la falta del capital. No me detengo, pues, en consideraciones de detalle sobre la fábrica de San Rafael o sobre esta o aquella, porque en el fondo hay una cuestión de trascendencia; esta es la que se debe tratar en general y no dedicarse a atacar y atacar a una sola negociación; hay en esto más odio al capital que amor a los obreros.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Mijares.

El C. Mijares: Ciudadano diputados: Sé perfectamente bien que no tengo el tamaño suficiente para venir a oponerme a la decisión que, después de haber modificado la honorable Comisión de Presupuestos un impuesto que proponía de cinco centavos en kilo, lo ha puesto en diez. Me dirijo a todos los compañeros de buena fe y especialmente a los del pro en este debate, como el compañero Ortega, que siempre que viene a esta tribuna viene a dignificar los debates y no a lanzar insultos soeces a los compañeros que, inhabilitados por falta de preparación, vienen a querer exponer sus luces en estas cuestiones.

Ciudadanos diputados: Yo creo que el asunto a discusión se ha tratado unilateralmente; la Comisión de Presupuestos, basada en su criterio de defender extensa y profundamente todas las cuestiones que se refieren a los intereses de la nación, ha dejado de tomar en consideración lo que respecta a la ilustración nacional. Yo creo que en todas estas cuestiones nosotros debemos analizar profundamente las cuestiones a debate y ver si una cosa o la otra es la más importante. Creo que en este debate, más que en impuestos, debemos fijarnos nosotros en que en México, de diez y siete millones de habitantes, dos pueden ser más o menos ilustrados, y los quince millones restantes son parias, irredentos, analfabetos; yo creo que el asunto a discusión tiene nacionalmente la misma importancia que la cuestión del petróleo si el petróleo viene a hacer o podrá hacer rica a la nación mexicana, la ilustración que se dé al pueblo vendrá a hacer que México pueda ser elevado moralmente y, compañeros, la elevación moral es superior a la elevación económica. Es indiscutible que las naciones se miden por la ilustración de cada uno de sus ciudadanos; los burros que puedan cargar mucho dinero y que no tengan ninguna ilustración, no vendrán a darle a la nación ningún contingente de elevación, ninguna razón para que las demás naciones del globo la tomen en serio. Nosotros nos debemos preocupar por sacar de nuestro medio a todos esos

individuos que sin tener ni siquiera ilustración, no pueden ver cuál es el camino que les toca seguir en la vida.

Indiscutiblemente que si las comisiones se hubieran fijado en lo poco que podría redundar en beneficio material, de efectivo, a la nación, las entradas de impuestos de papel, podrían notar que ya que tenemos que discutir los presupuestos de egresos, podríamos perfectamente bien quitar cuarenta, cincuenta generales de División, otros tantos de Brigada, y otros brigadieres y podríamos de esta manera rehacer perfectamente a la nación lo que por impuestos al papel podría obtener la nación. Yo no soy enemigo de que se extermine la industria nacional; pero es también nuestro deber encontrar la forma de poner en competencia las fábricas manufactureras de papel extranjero con las del país para abaratar de una manera efectiva el papel, que es la materia prima, como decía algún orador que me precedió en el uso de la palabra, de la ilustración. Si nosotros estudiáramos más detenidamente este asunto podríamos perfectamente bien llegar a un acuerdo como este: Reducir, exceptuar absolutamente de impuestos al papel que se use para la impresión de libros y de periódicos y ver la manera en que podemos también exceptuar de todos los impuestos a las compañías manufactureras de papel en la República, con el fin de hacer que entren en una ruda competencia, tanto las industrias del país como las extranjeras, quienes forzosamente necesitan del mercado de México para vender una parte de sus productos. Esto es, en síntesis general, lo que vengo a proponer. Creo que el compañero Trejo, que está muy interesado en esto, puede percatarse de que ante todo está la ilustración nacional. El compañero Ortega, que siempre ha dignificado las discusiones en la tribuna por la atención que hoy me presta, creo que también está convencido de que la ilustración nacional está en primer término, aunque la Ley del Petróleo es de mucho más interés para la República. Por eso es que vengo a suplicar atentamente a las comisiones de Presupuestos se sirvan estudiar este punto detenidamente y ver la forma en que se puedan nivelar los intereses industriales de la nación con los intereses extranjeros, pero viendo las cosas desde el punto de vista de la ilustración nacional, que es por lo que necesitamos nosotros preocuparnos. Así es que, compañeros, no es justo que en estos momentos en que precisamente podemos dar un paso hacia facilitar los medios de ilustración del pueblo, nos andemos por las ramas tratando de obtener de cierta manera rutinaria la protección de la compañía, del gran trust del papel mexicano, que es la compañía de San Rafael y Anexas; puede perfectamente bien la Comisión estudiar el modo en que pueda favorecer a la compañía de San Rafael con el fin de que entre la competencia y tengamos papel, en lugar de a doce pesos el papel nacional, me refiero al papel en que está escrito el folleto a que hacía alusión el compañero licenciado Padilla, que en lugar de que se venda el papel extranjero a veinte pesos y el nacional a doce, el extranjero se venda a doce y el nacional a ocho. Esta es la forma en que debe la Comisión estudiar los asuntos, porque realmente la cuestión de educación, la cuestión de instrucción no ha tenido la atención debida por parte de nosotros. El compañero Padilla, al venir a defender, como miembro de la Comisión, la proposición que la Comisión presenta a la Asamblea, vino hablando de patriotismo. ¿Qué el verdadero patriotismo es defender los intereses de la fábrica de San Rafael? Aquí, en primer término, el asunto que nos interesa es la instrucción nacional. Yo creí superfluo venir a la tribuna después de haber ascendido aquí el ciudadano Casas Alatriste y no hace muchos días el compañero Jesús B. González; pero quiero llevar únicamente al cerebro de los compañeros diputados la idea de la ilustración nacional, que es lo que nos interesa. Ningún sacrificio, por difícil y rudo que sea para nosotros y para la nación, puede ser tan grande como los beneficios que se obtengan si lográramos poco a poco, año por año, ir reduciendo esos millones y millones de analfabetos que tenemos en el país y que es la causa fundamental del fracaso de todas las revoluciones en México. Quiero a la vez, ya que en algunos compañeros diputados ha entrado la idea de que ha corrido tanto dinero de San Rafael como dinero de los grandes diarios "Excelsior" y el "El Universal", decir que yo tengo en este caso sino un interés, el interés de la instrucción, de la ilustración nacional, porque si hay algún enemigo para esos híbridos, hienas y chachalacas que se llaman Alducin y Palavacini, es Aureliano J. Mijares. Por lo tanto, lo único que quiero es que los compañeros de una vez por todas voten en el sentido contrario a lo propuesto por las comisiones y que en ese sentido las comisiones propongan la exención de impuestos al papel que contenga un porcentaje de pasta mecánica entre el cuarenta y el setenta y cinco, y que las comisiones, sobre todo teniendo en ellas al compañero Trejo, que es ducho en estas cuestiones de impuestos, se fije un poco en la manera de proteger la industria nacional, que es justo protegerla, pero nosotros tenemos los medios y no olvidarnos... Compañero Trejo: ¿Me permite hacer una interpelación? ¿Sabe cuánto entra a la nación por concepto de impuestos al papel?

El C. Trejo Francisco: Como San Rafael y las demás fábricas productoras de papel llenan las necesidades tratándose de papel de periódicos, resulta que las importaciones en esta clase de papel son muy reducidas; respecto de los papeles finos, la Comisión no se ha preocupado por obtener el dato, porque no es a esto a lo que se contrae la discusión. El ciudadano Manuel León Sánchez dijo a la Comisión alguna vez, que los derechos de importación sobre papeles eran entre cuatro y quinientos mil pesos, pero ya antes dije que estos derechos se refieren a papeles finos y de ninguna manera a los papeles a que se contraen las fracciones que estamos discutiendo.

El C. Mijares: ¿Qué impuestos paga actualmente la compañía de San Rafael?

El C. Trejo Francisco: Alguna vez la Comisión tuvo la intención de investigar el monto de los impuestos que pagaba, no sólo San Rafael-la Comisión a fuerza de estar versando la discusión sobre San Rafael, también incurre en el vicio de citarla, pero la verdad de las cosas es que intentó hacer investigaciones sobre los impuestos que pagaban todas las fábricas de papel-, para ver si era posible establecer la compensación por medio

de exenciones; pero la Comisión encontró que únicamente podíamos nosotros establecer o iniciar nuestro estudio, respecto de impuestos federales, éstos son desde luego las contribuciones federales, las contribuciones locales, y nada más. Como esto es insignificante y la Federación no podría extender su acción de exenciones a los impuestos de los municipios y de los Estados, fue por lo que desechó la fórmula insinuada por el ciudadano Mijares y planteada de antemano en conversación personal con el que habla, por no considerarlo practicable.

El C. Mijares: Ciudadanos diputados: Cuatrocientos cincuenta mil pesos es lo que obtiene la nación por concepto de impuestos al papel; cuatrocientos cincuenta mil pesos que fácilmente podrá reembolsarse la nación indirectamente si rebajara, ya en el sueldo de nosotros mismos, ya el sueldo de los señores secretarios de Estado, ya en el número tan horroroso de generales que tenemos. En cuanto a lo que toca a la diminución o a la exención de impuestos a la industria papelera nacional, justo es suponer que todos y cada uno de los Gobiernos, ya sea el federal o los locales en los Estados, tienen la obligación de ver por el mejoramiento del pueblo de la República. De los quince millones de analfabetos y que esto sólo me hace suponer que no sería difícil una cruzada con el fin de obtener que las industrias papeleras no tuvieran impuestos o las materias, ya que las compañías que actualmente existen son casi un trust, se diera una ley para eximir durante diez, quince o veinte años a la industria nueva que se estableciera en el país; pero nosotros debemos fijarnos en la instrucción de los quince millones de analfabetos, sobre todo, y en lo que toca a las tarifas comerciales, a todo lo que se ha venido a decir con números, no tiene nunca la importancia que tiene la ilustración del pueblo mexicano. Por ello, pues, pido que ante todo debemos pensar en sacar a la República de su analfabetismo con el fin de que en un futuro no lejano puedan irse dando pasos seguros sobre una construcción social mejor que la que tenemos y de esta manera con la ilustración del pueblo obtendremos la dignificación nacional, la conciencia de los mismos analfabetos que hoy no saben muchas veces por quién votan, para que, tanto al Ejecutivo de la Nación como hasta al más humilde puesto de regidor del más humilde villorio, lleven personas que vayan a garantizar sus intereses. Ciudadanos diputados: Espero que ustedes esta vez estén a la altura del problema de impuestos al papel, que ya la Comisión de Presupuestos en estos términos se verá forzada a estudiar la proposición que hago para que expida una ley con el fin de proteger la industria papelera en la República y obtener así una facilidad para hacer que el capital mexicano, que el pequeño capital mexicano pueda ir a fomentar la industria papelera, que vendrá en mucho seguramente, porque tenemos grandes bosques para beneficiar al país, pero nunca estar aquí alegando números y números, cuando se trata de individuos como los accionistas de San Rafael, que no han servido a la nación sino para exprimir las calorías, las energías del proletario, aunque le duela al compañero Serrano, y debemos también preocuparnos por ver la forma, ya exceptuando de impuestos a las industrias papeleras, ya reduciendo y exceptuando al papel de toda clase de impuestos para hacer que el comercio del papel entre en una lucha que traiga por consecuencia lógica y natural la absoluta reducción del precio del papel, que es lo que nosotros necesitamos para tener libro y para tener periódico barato.

El C. Siurob: Pide la palabra la Comisión.

- EL C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Siurob: Ciudadanos diputados: Las comisiones vienen en esta vez a defender su dictamen y para ello se van a proponer contestar desde luego los argumentos exhibidos por los ciudadanos que han opinado en contra. Desde luego es esta una buena oportunidad para hablar a la Representación Nacional acerca del proteccionismo. En estos últimos tiempos se ha venido siguiendo en la Secretaría de Hacienda la política de rebajar las tarifas arancelarias a un gran número de artículos de importación, aparentemente con el pretexto de que el pueblo se beneficie. Esto es verdad, desgraciadamente, en parte y en forma realtiva, y al fin de cuentas vemos el resultado, que es perjudicial al pueblo con esta clase de política, como voy a demostrarlo en estos momentos. Todos sabéis que la tarifa comercial en nuestro país está inclinándose cada día más en contra nuestra; que es muy grande la cantidad de dinero, y precisamente en oro nacional, porque de otro modo no se consigue en el extranjero, porque no tenemos otra moneda más que esa, que está saliendo del territorio nacional. Podría citar a ustedes datos concretos, por ejemplo, han entrado por la Aduana de Veracruz cuatro millones de pesos. Como esto se debe a la importación, corresponde a 25 millones de pesos oro nacional que han salido del país para el extranjero. Ahora vámonos poniendo en este caso: Si continúa saliendo, en virtud de lo bajo de las tarifas de exportación, en artículos de primera necesidad, en ganado, en papel, en todas estas cosas, el oro nacional, entonces llegará el momento en que el país se desmonetizará; llegará el momento en que no habrá con qué hacer las transacciones dentro del país; llegará el momento en que el dinero encarecerá todavía más, en que forzosamente el país se vea obligado a emitir papel. Ya la Secretaría de Hacienda comienza a hacer, señores, ciertas iniciaciones entre el público, por medio de la prensa, de que se van a emitir bonos aquí, bonos allí, y no se atreve a implantar ninguna cosa en definitiva, por la sencilla razón de que no ve que la opinión pública esté suficientemente preparada, solamente quiere prever una necesidad futura.

El C. Moreno Jesús Z.: Pidio la palabra para interpelar a la Comisión.

El C. Siurob: Así que yo termine, con mucho gusto.

El C. Moreno Jesús Z.: Como Comisión está usted obligado a contestar.

El C. presidente: El señor orador no se la ha concedido.

El C. Moeno Jesús Z.: Para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Moreno Jesús Z.: Yo no sé este empeño de las comisiones, por conducto del diputado Siurob, de negar un derecho a un ciudadano diputado. El Reglamento en esta materia es absolutamente

expreso; las comisiones están obligadas para eso son comisiones a aclarar en cada momento y en cada ocasión las dudas que tengan los diputados, si es que desean que éstos vengan a dar un voto consciente en la cuestión a discusión. Las comisiones no tienen derecho absolutamente a negar a un diputado el dato a la información que les pida; por lo tanto, mi moción de orden consiste en que la Presidencia, si lo cree conveniente, se sirva mandar dar lectura al artículo del Reglamento respectivo, que establece, de una manera indubitable, sin género de dudas, que las comisiones están en la obligación de informar a los diputados acerca de las dudas que tengan en un debate. Yo no tengo empeño en molestar al señor Siurob en su argumentación, pero acaba de dar un dato que me conviene aclare en estos momentos para que yo vote a conciencia.

El C. Siurob: Pidio la palabra para contestar al señor Moreno. La Comisión contesta al ciudadano diputado Moreno...

El C. Espinosa Luis: ¡Moción de orden! El ciudadano Moreno, con todo derecho ha pedido cortésmente a la Presidencia la lectura de un artículo reglamentario, y creo que antes que otra cosa, debe accederse a lo que pide el ciudadano Moreno.

El C. secretario Barragán: ¿Qué artículo deseaba el ciudadano Moreno que se leyera?

El C. Moreno Jesús Z.: La obligación que tienen las comisiones de informar a los diputados respecto a las dudas que surjan, creo que es el 43 y el 46.

El C. Siurob: Pido la palabra para una moción de orden. En vista de que los ciudadanos diputados que hacen mociones de orden no citan el artículo a que quieren se dé lectura, pido que se continúe el debate. Desde luego es obvio para los señores diputados, que una Comisión siempre tiene obligación de contestar, pero no se le puede forzar a que interrumpiendo su discurso dé las informaciones que está pidiendo la Asamblea y en todo caso merece más respeto ella que un solo diputado que se ve obligado a interrumpir su discurso para contestar a una pregunta que, por el momento en que se hace, es impertinente, aun cuando en el fondo sea justa. Yo, como Comisión, declaro que el Reglamento me obliga a contestar todas las interpelaciones que haga el ciudadano Moreno, pero no tiene el derecho de hacerme interrumpir mis argumentaciones, y, por lo tanto, me deja a mí el derecho de contestar antes que descienda de la tribuna; entonces contestaré las interpelaciones del diputado Moreno, pero no tiene derecho el ciudadano Moreno de interrumpir mis argumentaciones. Continuando en el uso de la palabra, señores diputados, expliqué yo ante esta honorable Asamblea que si continúa saliendo dinero del país en oro nacional, el país se desmonetizará y llegará un momento, señores diputados, desgraciadamente, en que el país tendrá que volver al régimen del papel. Cuando el país vuelva al régimen del papel, no sólo sucederá que ya no comprará los artículos en el extranjero al precio que hoy los está comprando con oro nacional, sino que en el transcurso del tiempo se habrá arruinado la industria y se habrá arruinado la agricultura, ¿por qué? Porque si no existen instituciones de crédito que den refacciones a la agricultura y a las industrias del país, no pueden resistir la competencia extranjera ni tampoco la agricultura, hecho que desgraciadamente estamos presenciando en los actuales momentos, entonces resultará que las clases humildes, que las clases laborantes de todo el país tendrán que comprar a un precio doble, triple, con mayores esfuerzos y mayores sacrificios, en un futuro cercano, todos los artículos de primera necesidad, todo lo que necesite el país importar del extranjero. Este es un hecho rigurosamente exacto que desgraciadamente tiene que suceder si la Secretaría de Hacienda se obstina en seguir con esa política aparentemente de beneficio para las clases trabajadoras y en realidad de profundo perjuicio para todo el país, para la situación económica de la República. Ahora, señores diputados, la Comisión ha querido ponerse dentro del justo medio en que debe colocarse todo hombre prudente y todo político que se precie de serlo. La Comisión ha rebajado en un 50 por ciento los gastos de introducción de papel barato, es decir, del papel que consumen las clases trabajadoras, el papel con que se hacen los libros humildes que leen los hijos del pueblo. La Comisión se ha fijado en beneficiar a las clases laborantes; ha visto que realmente el libro que llega a las clases trabajadoras y humildes debe ser un libro de poco costo, por eso ha rebajado en un 50 por ciento la cuota, que antes era de 10 centavos y hoy es de 5. ¿En cambio al papel fino por qué se le ha de rebajar? Para las clases trabajadoras basta el libro impreso en papel corriente; el papel fino lo consumen los que quieren libros de lujo y éstos pueden tomarse la molestia de pagar un libro más caro. Por otra parte, piensen los compañeros que han dedicado ya demasiada atención, que por unos cuantos centavos nos hemos entretenido durante varias sesiones de la Cámara de Diputados para economizar unos cuantos centavos, o por aumentarlos, y en cambio quizá no lleguemos a acabar el Presupuesto de Egresos en el que se van a economizar millones. Yo con todo respeto pido al compañero Mijares que pare mientras en este asunto. El compañero Mijares quiere que se ahorre en el Presupuesto de Egresos una gran suma de dinero; esto es verdad, el compañero Mijares sabe que para eso necesitamos nosotros reducir una gran cantidad del presupuesto de Guerra, porque el compañero Mijares odia al militarismo, porque el compañero Mijares no quiere que todo el jugo de la nación, que toda la economía, que todo el sudor de los hijos del pueblo se gaste en sostener a los muñecos de charreteras; perfectamente, si eso quiere el compañero Mijares, pasemos más de prisa sobre esos asuntos que no ahorran, ni quitan, ni ponen más que unos cuantos centavos, vamos al jugo, vamos a la cuestión, vamos al fondo de la cuestión, si es que está verdaderamente interesado.

En este asunto de tarifas proteccionistas yo soy, señores, partidiario de que no se rebajen las tarifas de importación si no es con demasiada prudencia. Estáis viendo diariamente entrar al país una enorme cantidad de ganado, de cerales, de harina, de multitud de cosas que están entrando al país, y, en cambio, está saliendo el oro nacional, el oro precioso para nuestro régimen económico, el oro

precioso para que podamos más tarde tener el stock suficiente para fundar el Banco de la República. ¿Con qué vais a fundar el Banco de la República, del que esperamos tan grandes beneficios para el país, si no conserváis el stock monetario dentro de nuestro territorio? Señores diputados, sería una locura seguir el procedimiento este de rebajar tarifas tan sólo por un miraje, tan sólo por un espejismo de los malos estadistas que, desgraciadamente, existen en la Secretaría de Hacienda y que también existen dentro de esta Cámara; pero dentro de esta Cámara son muy disculpables, porque son hombres de buena fe que no quieren otra cosa sino el hecho de que el país se beneficie mediante la adquisición de libros baratos, y aquí debo recordar al compañero Mijares que en la actualidad todo libro introducido al país no paga ni un centavo de derechos; por consiguiente, ya el compañero Mijares sabe que todo buen libro que nos venga del exterior entra libre de derechos; de manera que puede ser adquirido por las clases populares a un precio sumamente bajo. Ahora, si la Comisión, tratando de satisfacer a los elementos del contra, ha rebajado al 50 por ciento el impuesto del papel barato, yo creo que ha satisfecho ya las necesidades de las clases proletarias; las mismas razones que tiene el compañero Mijares para decir: "Lo que más interesa a la nación es precisamente el sustento intelectual", pues esas mismas razones y acaso más poderosas tienen los elementos agraristas que dicen: Lo que más interesa a la nación es comer, es alimentarse, y para esto es necesario conseguir los artículos de primera necesidad baratos, y si vamos a seguir por ese camino, entonces vamos a abrir nuestras fronteras y que entren todos los artículos de los grandes comerciantes, de los grandes trusts de Estados Unidos y que nuestro oro desaparezca y que el pueblo tenga que comprar la abundancia de hoy con la miseria de mañana, ya que esos mismos artículos de primera necesidad tendrá que pagarlos a precios exorbitantes, en cantidades fabulosas de papel, lo que acabará por arruinar más al país. Todos los países después de la guerra, después de la revolución mundial - que equivale en nuestro país a nuestra guerra intestina, en que se ha arruinado nuestra industria, han sido saqueadas nuestras haciendas, etcétera, etcétera -, todos se han preocupado por ayudar a la industria y a la agricultura. Por ejemplo, el Gobierno de los Estados Unidos, con los miles de millones que atesora la caja fuerte de la Casa Blanca, ha empleado grandes cantidades de dinero para refaccionar a los agricultores; se han fundado nuevos bancos bajo los auspicios del Gobierno americano, también para refaccionar a la agricultura y a la industria; ¿en cambio nosotros de dónde sacamos el dinero para estas refacciones, si no podemos, si el Gobierno mexicano tiene que ver, retorciéndose las manos de angustia, a nuestra industria desfalleciente, a nuestra agricultura en idénticas condiciones? ¿Cómo vamos nosotros todavía a agravar más la situación de los que hacen un esfuerzo dentro del país en favor de la industria o de la agricultura? ¿Haciendo que entren los artículos de primera necesidad y los productos de las industrias extranjeras, en su mayor parte en beneficio de los grandes trusts de los Estados Unidos, en beneficio de los grandes capitales de los Estados Unidos, de los capitalistas de los Estados Unidos norteamericanos, tan sólo por esa mira que es sólo un miraje, que sólo es un espejismo desde el punto de vista económico con que vamos a beneficiar a las clases proletarias? En todo caso, señores diputados la Comisión que ahora tengo el honor de representar, cree haber cumplido dentro de lo que exigían los intereses nacionales, dentro de lo que exigía el programa de la revolución, dentro de lo que exige la prudencia de un economista y de un político, a rebajar hasta donde ha sido posible esta cuota. Por lo demás, la Comisión recuerda también a la honorable Asamblea, con el debido respeto, que si no pasamos más aprisa sobre estos artículos de la Ley de Ingresos, no nos quedan más que veinticinco o treinta días, menos de treinta días para discutir todos los ramos de egresos, y si la Cámara no es suficientemente acuiciosa, entonces resultará que habrá ahorrado unos cuantos centavos y en cambio habrá tolerado que se mangoneen muchos millones. He dicho.

El C. Mijares: Deseo únicamente que el compañero Siurob o uno de los representantes de la Comisión se sirva decirme si en este caso especial en que se trata de fomentar la educación de los quince millones de analfabetos del país no hay que hacer a un lado las argumentaciones de economistas, ya que hay que ver el problema desde el punto de vista netamente educacional. Si se tratara de la producción de una fábrica de automóviles, de una fábrica de cerveza o de cualquiera otra industria nacional que no fuera a dar dentro de cuatro o cinco años el resultado moral en el pueblo mexicano, como es la instrucción, justo era que sus argumentaciones tuvieran la fuerza que han tenido, tal como las ha expresado; pero este es un caso concreto, distinto, especial, que podemos hacer a un lado todas estas agumentaciones economistas para ir a beneficiar al pueblo de la nación.

El C. Siurob: Pido la palabra para contestar, señor presidente. Señores compañeros: La Comisión estima que los argumentos del compañero Mijares se reducen exclusivamente a que la ilustración de las masas exige el hecho de que se abarate el papel. La Comisión ha expresado ya que de hecho ha rebajado el 50 por ciento de la cuota del papel barato. Ahora me permito recordar al compañero Mijares que la ilustración de las masas, tratándose de los libros, en realidad depende en gran parte del Ministerio de Instrucción Pública. El Ministerio de Instrucción Pública está editando una enorme cantidad de libros y publicándolos, vendiéndolos a bajo precio. Ahora bien; el Ministerio de Instrucción Pública introduce el papel sin pagar ni un centavo de derechos, por la sencilla razón de que es el Gobierno. Los artículos que el Gobierno necesita para el consumo de sus oficinas y para sus propias necesidades, no pagan absolutamente derechos. Pues bien; ese es el origen del libro barato; de esa manera las clases populares podrán tener el libro barato a bajo precio, tal como lo quiere el compañero Mijares. Convénzase el compañero Mijares de que cinco centavos, más o menos, en realidad no contribuirán sino a sentar un principio de protección, para no desanimar siquiera a los que se

dedican a una industria que, como quiera que sea, es de importancia en el país.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Domínguez.

El C. Espinoza Luis: Pidio la palabra, señor presidente, para una proposición. Son las dos y cuarto de la tarde, señor; aunque el jocosísimo compañero Norberto Domínguez nos alegra mucho cuando nos habla, porque es ocurrentísimo, es natural que siendo las dos y cuarto, ya nadie pondrá atención en este asunto. En cambio, me permito sugerir a la Presidencia algo práctico: Que consulte a la Asamblea si el asunto está suficientemente discutido; es seguro que la Asamblea contestará afirmativamente no sólo por la necesidad de terminar este asunto, sino porque estamos urgidos de mandar la Ley de Ingresos a la Cámara de Senadores. Si nosotros seguimos perdiendo miserablemente el tiempo, seremos los únicos responsables ante la nación si no se expide esta ley; los senadores se lavarán las manos diciendo que no se mandó a tiempo esta ley. Por todo esto, señor presidente, sugiero la idea de que se consulte a la Asamblea si el asunto está suficientemente discutido, y a la Asamblea le pido declare que sí lo está.

El C. secretario Barragán: Por disposición de la Presidencia se consulta a la Asamblea si el asunto está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. (Voces: ¡No hay quorum!)

El C. Serrano Gustavo P.: Reclamo la votación.

El C. Domínguez: Yo pensaba, señores...

- El C. Espinoza Luis. Moción de orden.

El C. Domínguez: Yo deseaba, señores, que me dejasen hacer uso de la palabra, para llamar la atención sobre la irregularidad cometida precisamente al consultarse si el asunto está suficientemente discutido, cuando no hay más de cincuenta y dos ciudadanos diputados. El primero empeñado en no hablar ahora mismo era yo, e iba a decirle al señor Espinoza y a toda la Asamblea que le suplicaba que, a pesar de haberme concedido la palabra el señor presidente, se difiriera la discusión para mañana. Yo no opino, como mis apreciables compañeros opinan, que el asunto es baladí, al contrario, es un asunto de principios, se está discutiendo uno de los asuntos más interesantes que se han tratado en la Cámara, porque afecta a la controversia de proteccionismo y librecabismo. No soy tan partidiario tampoco de que se pregunte si está suficientemente discutido, porque es una flagrante irregularidad, de que la nación va a tomar conocimiento. Saben ustedes, señores, que siempre tenemos galerías...

El C. Espinoza Luis: ¡Moción de orden!

El C. Domínguez: Un momento. Que por muy poco que sepan contar, saben que no hay más que cincuenta y dos diputados. El deber de la Mesa es aplazar la discusión para mañana.

El C. Espinoza Luis: Ya está declarado suficientemente discutido el asunto.

El C. presidente: La Secretaría, por indicación de la Presidencia, ha consultado a la Asamblea si el asunto estaba suficientemente discutido. La Asamblea ha respondido que sí está suficientemente discutido, y la Presidencia sostiene su trámite. Se suspende la sesión y se convoca a los ciudadanos diputados a la de esta tarde, a las cinco, que comenzará con la votación de este asunto. (2.18 p.m.)

Presidencia del C. VASCONCELOS EDUARDO

(Asistencia de 129 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 5.45 p.m.: Se reanuda la sesión.

- El C. secretario Barragán, leyendo:

Telegrama procedente de "Villahermosa, Tabasco, diciembre 3 de 1921. "Presidente de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. "Habiendosele concedido licencia un mes a gobernador, licenciado Tomás Garrido, pasar esa capital, sesión hoy esta Cámara designó para substituirlo a diputado Leonel Magaña.-Atentamente, diputado secretario, C. P. Casanova.- Diputado secretario, Juan B. de Dios."-Recibo.

"El supremo Tribunal de Justicia del Estado de Nayarit, con profunda pena participa a usted que hoy a las 3.30 p.m., falleció en esta ciudad el señor licenciado don Alfredo Narváez, magistrado presidente de este propio Tribunal. "Tepic, Nay., noviembre 20 de 1921." - De enterado con sentimiento.

"Honorable Asamblea:

"Debiendo, por prescripción médica, abandonar esta capital en busca de salud, solicito de vuestra soberanía, con dispensa de todo trámite, una licencia de veinte días con goce de dietas.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados. - México, a 6 de diciembre de 1921. - L. Bravo."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en la misma forma se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se concede la licencia.

"La Comisión de Presupuestos y Cuenta presenta dictamen sobre el Presupuesto de Egresos para 1922, del Ramo XIII, que corresponde al Departamento de Aprovisionamientos Generales."

En votación económica se consulta si se dispensan las lecturas, con el fin de que sea discutido el primer día hábil. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se dispensan las lecturas. A discusión el primer día hábil.

- El mismo C. secretario leyendo: "H. Asamblea:

"Los que subscribimos, ciudadanos mexicanos en ejercicio de nuestro derecho, tenemos el honor de presentar a vuestra consideración el adjunto proyecto de Ley Orgánica del Ejército, que ha sido fruto de largos y meditados estudios en colaboración con personal competente en asuntos militares, y que va precedido de una exposición amplísima que justifica, en nuestro sentir, la iniciativa que hoy proponemos.

"Siendo una necesidad tan imperiosa la resolución de este problema nacional, arduo y trascendental tanto por lo que ve a la seguridad del país, como por lo que se relaciona con sus finanzas, no nos extenderemos en recomendarlo a vuestra especial consideración, pues estamos perfectamente seguros de la alteza de miras, la acrisolada rectitud de vuestros ideales, y el sano y recto propósito que venís colaborando en bien del país para que déis a este proyecto la importancia que justamente merece y que introduzcáis en él las modificaciones que en su caso juzgue prudente vuestra soberanía, ya que no tenemos la pretensión de haber hecho una obra perfecta.

"En atención a lo largo del proyecto, solicitamos igualmente le sean dispensadas las lecturas, y en cambio sea desde luego impreso para conocimiento perfecto de los ciudadanos representantes.

"Con este motivo, protestamos a ustedes nuestra distinguida consideración y respeto.

"México, D. F., noviembre 25 de 1921. - A. Cienfuegos y C. - A. Maciel. - A. E. Vidales. - Natalio Espinosa. - J. Siurob. - Israel del Castillo. - C. Llaca. - Ángel Alanis. - Juan Zubaran. - A. Portales. - Tereso Reyes. - Leobardo L. Lecuga. - Uriel Avilés. - F. Martínez de Escobar. - Francisco Tovar y Pérez. - E. Aguirre C. - J. B. Vázquez. - Manuel Ortiz. - Miguel F. Ortega. - Juan Bravo y Juárez. - Eduardo Laris Rubio. - A. E. Rama. - R. Velarde. - A. Maldonado. - José Méndez. - Lucas Contreras. - José Maqueo Castellanos. - I. Borrego. - R. D. Cal y Mayor. - Rodrigo Palacio. - H. S. Rodríguez. - Gilberto Sánchez. - Uriel Navarro. - Fidel Ramírez M. - A. Gutiérrez Castro. - Francisco J. Barbosa. - M. P. Montes. - Porfirio del Castillo. - E. Gandarilla. - Claudio N. Tirado. - Aurelio M. Aja. - Isauro Castillo Garrido. - Francisco Soto. - Manuel Padilla. Francisco Trejo. - Enrique Barón Obregón. - Carlos Cuervo. - J. A. Castillo Nájera. - Pedro A. Chapa. - E. Bordes Mangel. - Rafael M. González. - Emilio Aguirre." - A las comisiones unidas de Guerra, e imprímase.

El C. Siurob: Pidio la palabra para fundarlo.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: El proyecto de ley que hoy tenemos el honor de presentar a vuestra consideración, es el fruto de larga meditación y estudio. Durante más de un año, un grupo de militares, de militares técnicos, pero al mismo tiempo revolucionarios, ha estado laborando este proyecto; a la cabeza de este grupo se encuentra el ciudadano general Maciel. El general Maciel, aunque ya es conocido de muchos ciudadanos representantes, todo el mundo sabe que es un militar técnico educado en los antiguos planteles, pero sin embrago, revolucionario, porque desde 1910, y ocupando ya un alto grado en el Ejército, comprendió que los intereses del pueblo, y por consiguiente, los intereses del Ejército, estaban del lado de la revolución y abrazó decidida y lealmente la causa revolucionaria, habiendo ocupado después altos puestos en la administración, inclusive el jefe del Departamento de Estado Mayor. La experiencia de este jefe y la experiencia de otros, entre los cuales se encuentran distinguidos militares técnicos revolucionarios, como son los compañeros José González Casavantes, Gustavo Bazán, Manuel Cabrera, Ruperto García, Mario Santa Fe, Francisco Cárdenas y Otilio Fierro, ha hecho que después de un año de trabajo, de labores de estudio y de meditación, sea presentado a la consideración de vuestra soberanía el proyecto de ley que hoy ha sido iniciado. Este proyecto de ley está precedido de un estudio amplísimo, de un estudio verdaderamente importante, que equivale a un libro, y que expresa las razones que se han tenido en consideración para cada uno de los artículos y de las modificaciones que se introducen en este proyecto respecto al estado actual del Ejército. En este proyecto de ley han sido tenidas en cuenta las últimas enseñanzas de la guerra, pero aprovechadas discretamente en razón de las circunstancias por las cuales atraviesa el país. Desde luego, lo primero que debe llamar la atención de la Representación Nacional, es que hasta la fecha la Secretaría de Guerra realmente no ha presentado ningún proyecto de esta índole. La Secretaría de Guerra es bastante disculpable, porque hasta hoy realmente lo que ha hecho es estar compaginando los grados militares tales como quedaron después de la unificación revolucionaria, y en esa forma la labor de la Secretaría de Guerra se ha concretado casi exclusivamente a segregar los elementos que no pudieron comprobar su grado y a reunir los distintos elementos de las unidades tácticas. Pero es tiempo ya, señores diputados, de que nosotros estudiemos algo serio respecto del Ejército. Alguna vez, en la época de don Venustiano Carranza, durante la XXVIII Legislatura, en uno de los ataques que hice al Ejército y que todavía son aplicables al Ejército actual, expresé que nuestro Ejército no sé cómo se le llamaba así, puesto que carecía de Estado Mayor, es decir, de cabeza intelectual, de un sistema de verdadera organización, de un sistema de aprovisionamiento de armas a la altura de la civilización moderna, de un sistema de verdadero acuartelamiento, en una palabra, de todo aquello que constituye los ejércitos de las naciones modernas. Nuestro Ejército hasta hoy ha sido más bien una casta militar, y precisamente el proyecto actual tiende a evitar que el Ejército siga siendo en lo de adelante una casta militar, opresora, una fuerza de todas las tiranías responsable de nuestros fracasos históricos y causa única, casi exclusiva, por servir de apoyo a esas mismas tiranías, del retroceso en que durante muchos lustros se ha visto sumergido el país. Las enseñanzas de la guerra que han hecho que aun las naciones que más estaban adheridas al sistema del reclutamiento voluntario, adoptaran el sistema de reclutamiento, de servicio militar obligatorio, han hecho que los proponentes de este proyecto vayan

introduciendo ya dentro de esta iniciativa la ley del sistema militar obligatorio, pero de una manera tan suave, tan paulatina, tan prudente, que verdaderamente cuando leí el proyecto, antes de hacer algunas ligeras modificaciones, me encontré que era verdaderamente sabia e inteligente la manera como se proponía la modificación. Pero me diréis ¿por qué siendo el compañero Siurob libertario, propone un sistema de organización del Ejército? Precisamente por eso, porque aspiro a que el Ejército de mi país no siga siendo una casta, a que el Ejército de mi país no siga siendo una sangrienta amenaza para las instituciones, y a que el militarismo, que siempre ha existido en todos los países y en nuestra propia patria, se diluya, porque a medida que los ciudadanos entran al Ejército, durante un cierto tiempo, se pierde ese temor, esa respetabilidad absoluta para todo aquel que porte el uniforme. No sólo, sino que tiene mucha importancia el proyecto de ley que hoy tengo el honor de presentar a vuestra consideración, aun desde el punto de vista de los presupuestos; con este proyecto de ley el Ejército nacional se hace mucho menos costoso, puesto que siendo la base de Ejército el reclutamiento voluntario, ya no habrá necesidad de las fuertes erogaciones que hoy se hacen para los haberes del Ejército, y sí, por el contrario, el Ejército estará mucho mejor organizado, desde el momento en que habrá un perfecto sistema de acuartelamiento, habrá escuelas en los cuarteles y el Ejército será lo que ha sido en los países más avanzados del mundo: Una verdadera escuela para el país en que aquél Ejército está implantado. Necesitamos acabar con los viejos sistemas que convierten los cuarteles en basureros y focos de infección. La soldadera, tan cantada por nuestros poetas, casi digna de estatuas por su actuación durante las últimas campañas, sin embargo, es algo que debe pasar a la historia, porque es algo que no está justificado por las enseñanzas de la táctica moderna. Nosotros abolimos esta vieja y periniciosa costumbre, y proponemos así otra multitud de modificaciones que comienzan por el establecimiento del Estado Mayor, del Estado Mayor que anula, que evita para el Ejército los cambios frecuentes que en virtud de los vaivenes de la política sobrevienen a cada cambio de un ministro, permite la educación técnica y el estudio técnico de todos los problemas que se relacionan con el Ejército, y si todos los técnicos están de acuerdo en que el Ejército es una institución que necesita precisamente un estudio más perfecto de los detalles, comprenderéis que es imposible que un ministro, que en realidad no es más que un gran firmón, puesto que tiene que firmar una multitud de documentos diariamente, que casi en eso gasta todo su tiempo y que o los firma a conciencia o los firma inconsientemente; si los firma a conciencia, no alcanza a cumplir con su deber, y si los firma inconsientemente, entonces quiere decir que andará el Ejército como realmente anda: Un vasto grupo de hombres armados, casi sin conexión, sin bases estáticas, sin verdaderas unidades, sin sistema alguno y que solamente por un milagro y por el patriotismo de parte de los hijos de México ha podido servir para la defensa de las instituciones y para la defensa del país. No quiero entretener más la atención de vuestras señorías; sólo suplico a esta Cámara tenga en cuenta que precisamente ha sido ese grupo de militares pundonorosos y dignos, los que se han preocupado antes que el elemento oficial, antes que cualquiera otra clase de elementos en la República, por el bienestar de sus compañeros miembros del Ejército nacional, y que ha sido también un diputado del Partido Liberal Constitucionalista y un grupo de miembros de la Cámara, en su mayoría pertenecientes a este partido, los que se han preocupado de presentar, siquiera sea, la primera iniciativa, para que el Ejército no sólo vuelva a la base en que estaba colocado anteriormente de organización y disciplina, sino que se ponga a la altura de las verdaderas organizaciones y de la verdadera disciplina que deben tener todos los ejércitos del mundo y de preferencia el ejército mexicano, ya que México es una de las naciones latinas que va a la cabeza de los pueblos latinos de este continente. Suplico a vuestras soberanías se dignen dar su aprobación al trámite que ha dictado el presidente de la Cámara, en el sentido de que este proyecto pase a las comisiones unidas de Guerra y, sobre todo, que se imprima desde luego para que llegue a conocimiento de los señores representantes, porque siendo tan amplio, con una lectura no bastaría para darse cuenta de ese problema tan importante.

- El C. secretario Barragán, leyendo:

"H. Asamblea:

"El subscripto, diputado en ejercicio por el 9º distrito electoral del Estado de Guanajuato, atentamente solicita de vuestra soberanía una licencia hasta por veinte días, con goce de dietas, para atender asuntos relacionados con el distrito que represento. Pido dispensa de trámites.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 5 de diciembre de 1921.-E. Fernández Martínez."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en la misma forma de votación se pregunta si se concede la licencia. Concendida.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros. - Oficina del presidente general.

"México, 30 de noviembre de 1921 - Señor diputado presidente de la Cámara de Diputados.-Presente.

"Muy señor mío:

"Estando reunida la delegación que representa a las divisiones debidamente organizadas en el sistema de los Ferrocarriles Nacionales, componentes de la Unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros, tenemos la alta honra de adjuntar a usted un estudio que medianamente dará a ustedes idea del manejo de los ferrocarriles.

"Como ustedes son los representantes del pueblo, deseamos que ustedes la conozcan y la hagan

conocer a la nación, para que se dé cuenta de la mala administración de los Ferrocarriles. "Nosotros pedimos a ustedes ayuda directa para que los directores actuales dejen el puesto a personas competentes que puedan administrar lo que actualmente ellos tienen en la mano. Si ustedes realmente trabajan por el beneficio nacional, deberán desde luego pedir cese el actual Consejo Directivo en bien del país, pues de otra manera iremos al precipicio y todas las fuerzas directamente interesadas en esto serán las responsables en caso de una desorganización completa en el Gobierno.

"Nosotros, al intentar esto sólo deseamos salvar nuestra responsabilidad, puesto que en caso de no llegar a un acuerdo recurriremos al último medio, que será la huelga.

"Esperando tomen todo esto en consideración, somos de usted afectísimos atentos seguros servidores.

"Firmeza y Honradez.-José M. Guzmán, presidente de la 7a. Convención.-L. M. Milicua, secretario."

El C. Portales: Pido la palabra, señor presidente, antes de que se dé el trámite al documento que se ha leído.

El C. Del Castillo Israel: Moción de orden. Que se dé primero el trámite.

El C. Ortega Miguel F.: Moción de orden, señor presidente.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Portales para proponer el trámite. (Aplausos.)

El C. Del Castillo Israel: Moción de orden.

El C. presidente: No se ha alterado el orden.

El C. Del Castillo Israel: Usted lo está alterando con no dar el trámite. Usted tiene la obligación de dar los trámites a los documentos que llegan.

El C. presidente: La Presidencia cree que en este caso debe consultarse a la Asamblea y el señor Portales va a proponerlo.

El C. Portales: Honorable Asamblea: Como habéis oído, hasta aquí ha llegado la queja de lo que sufren mis compañeros, los miembros de la Unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros. El día 14 de septiembre fue dirigida una carta que tengo en mi poder, a la mencionada Unión, dice lo siguiente:

"Septiembre 14 de 1921.

"Señor Federico Rendón, presidente de la U. de C. M. G. y F.-Calle de las Estaciones número 10.

- Presente.

"Muy señor mío:

"Por acuerdo del Consejo Directivo de estos Ferrocarriles, me permito poner en conocimiento de usted que a contar sesenta días desde mañana, esta administración desea hacer las siguientes modificaciones en las cédulas que actualmente están sirviendo de base para el pago en sueldos:

"I. Reconocer la cédula de pagos que existía al hacerse cargo el Gobierno de los Ferrocarriles y que fue aprobada en el año de 1909, en lo relativo a las cuotas por kilómetro, aumentandolas en un treinta y cinco por ciento y sobre esta base, reconocer que los fogoneros y garroteros recibirán el cuarenta por ciento del salario que percibirán los maquinistas y conductores, respectivamente;

"II. Abonar a los maquinistas en las máquinas"Mallet" dos y medio centavos adicionales por kilómetro;

"III. Eliminar el pago adicional que vienen recibiendo los maquinistas en las locomotoras "Compound", de vía angosta, y en las de recalentador "Superheater", en lo general;

"IV. Suprimir todos los pagos que se hacen como adicionales o arbitrarios, reconociendo el pago en aquellos servicios como tiempo extraordinario y deduciéndose el tiempo exacto consumido, del tiempo extraordinario de camino, cuando lo haya;

"V. Retirar el octavo de cuota por kilómetro que se paga adicionalmente;

"VI. Admitir que el personal de camino pueda interrumpir su viaje entre terminales, después de tener diez y seis horas en servicio, sin que los Ferrocarriles tengan que retribuir el tiempo que dure el descanso y reconociendo éstos solamente que se abonará un octavo de cuota adicional por los kilómetros que recorran después del término fijado para llevar el tren hasta la terminal;

"VII. Suprimir el pago que se hace adicionalmente antes de la salida de cada viaje, reconociendo los Ferrocarriles que el tiempo del personal se comience a contar treinta minutos antes de la hora de salida;

"VIII. Reajustar la cédula y reglamentación de los empleados de patio en los diversos servicios y clasificarlos dentro de su propia importancia;

"IX. Que la base del kilometraje por hora en vía angosta en el servicio de carga, sea de 16 kilómetros en vez de 20;

"X. Que la hora extraordinaria en todo servicio se pague a cuota sencilla;

"XI. Que se quede entendido que lo anterior será tanto para los Nacionales como para el Interoceánico, Nacional de Tehuantepec, Panamericano y Mexicano del Sur, haciéndose un reajuste especial para este último, en vista de que las cuotas eran muy reducidas durante la administración de la compañía propietaria;

"XII. Discutir en lo general toda la reglamentación de las cédulas que están sirviendo de base actualmente.

"He de agradecer a usted acusarme recibo de esta notificación, suplicándole que a la mayor brevedad se comience la discusión de lo propuesto.

Atentamente.-E. Torreblanca.-(Firmado.)-Secretario del Consejo Directivo.

Yo suplico a esta honorable Asamblea que se fije en esta palabra: modificaciones, porque el asunto entraña vital importancia. Estos señores han citado a la Unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros, para hacer modificaciones a este contrato que tengo en la mano, y ellos, antes de hacer modificaciones, todo lo han allanado, de una plumada ha quedado borrado este contrato que ha costado mucho dinero a la Unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros. Luego, ciudadanos, en su primer artículo cita lo siguiente: Reconocer la cédula de 1909, cédula que está en contraposición con el artículo 123 constitucional, pues con la cédula de 1909, que fue hecha por los americanos, y que aquí la tengo en mi poder y que todavía está redactada en inglés, entonces no existía un artículo 123 constitucional, entonces el trabajador tenía que estar obligado hasta que a la

empresa se le antojara relevarlo del servicio. Ahora la pugna es precisamente porque la Unión, avanzada, ha querido, hasta donde sea posible, acatar en todo el espíritu del artículo 123 constitucional; ¿cómo es que estos señores, si han citado a la Unión para hacer reformas al contrato, de una plumada nos han dejado sin contrato, y digo nos han dejado porque yo también pronto iré a trabajar, y no tendremos contrato. Ellos dicen a la unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros, que a contar del día 15 de septiembre, a contar sesenta días de esa fecha invita a todos los ciudadanos, inclusive a la Unión, para que hagan estas reformas a que me he referido. El resultado de esto ha sido que el día 9 de noviembre, es decir, seis días antes de que terminiara el plazo que había fijado la empresa de los ferrocarriles para que comenzaran a hacer modificaciones a la 9a. Gran Convención de Conductores que es la que se ha dirigido a esta honorable Representación Nacional para que preste su apoyo para conseguir que se le haga justicia, dirigió en esa fecha una carta al secretario, señor Torreblanca, del Consejo Directivo de los Ferrocarriles Nacionales de México, a que me voy a permitir darle lectura. Dice así:

"Unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros.

"Asunto: Reforma de contratos.

"México, noviembre 9 de 1921.

"Señor Edmundo Torreblanca, secretario del Consejo Directivo de los Ferrocarriles Nacionales de México. - Bolívar. - Cuidad.

"Muy señor mío:

"Sigo mi Fr-18-10 para comunicarle que los representantes de todos los gremios trenistas de los Ferrocarriles Nacionales de México, pertenecientes a esta Unión, y que se encuentran reunidos en esta capital desde el día 1º del presente mes, me comunican que desde hoy están listos para entrar a discutir sobre los contratos de los referidos gremios; lo que me permito avisar a usted por medio de la presente, para que a su vez me haga favor de ponerlo en conocimiento del Consejo Directivo de esos Ferrocarriles, a quien deseamos entrevistar desde luego, rogándole se sirva decir a la comisión que entregará ésta, cuándo y a qué hora podemos pasar.

"En espera de su contestación, quedo su atento seguro servidor.

"Fermeza y Honradez.-Firmado, Federico Rendón, presidente general."

Luego, a esta carta contestó el Consejo Directivo de los Ferrocarriles, lo siguiente:

"Noviembre 9 de 1921. - C - 18 - 3.

"Señor Federico Rendón, presidente general de la unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros. - Calle de las Estaciones, número 2. - Ciudad.

"Señor:

"En debida respuesta a la atenta carta de usted que con fecha 9 del presente, exp. Fr.-18-10, se sirvió enviarme, por acuerdo del Consejo Directivo, a quien dí cuenta de la misma, me permito manifestarle que, en virtud del corto plazo de que se dispone para discutir las modificaciones a las cédulas y reglamentaciones vigentes, a efecto de ponerlas en vigor el día 16 del presente mes, de acuerdo con el oportuno aviso que se envió a usted, tengo la pena de manifestarle que en la fecha mencionada serán puestas en vigor las cédulas de referencia, con las modificaciones que el mencionado Consejo ha creído tan indispensables como justas y equitativas, previo un anticipado estudio que de las mismas se hizo.

"Como también se invitó a otras sociedades para discutir las modificaciones que el Consejo Directivo ha juzgado indispensable hacer a los convenios que rigen actualmente, habiéndose principiado ya las discusiones con los representantes de ellas, el Consejo se ve en la imposibilidad de principiar las pláticas con los representantes de esa Unión antes del día último del presente mes, para cuya fecha, o antes si es posible, la Comisión de estos Ferrocarriles estará en condiciones de principiar las discusiones con la delegación de esa Unión.-Atentamente, secretario del Consejo Directivo, E. Torreblanca."

Yo quiero que me digan ustedes con qué derecho estos señores van a imponer a un gremio, que desde hace años ha estado organizando, vienen a imponerle contratos a su antojo, máxime cuando la Unión se ha presentado con tiempo suficiente para discutir esas modificaciones que quieren hacer al contrato. Ellos no pueden, de ninguna manera, entrar en tratados con cinco o seis días de anticipación; ellos se salen por la tangente; ¿y sabéis lo que ha pasado con todo esto? Vosotros recordaréis, y principalmente los compañeros del Partido Liberal Constitucionalista, con qué calor defendí a esta agrupación cuando se trató de la huelga. Cuando la huelga, la Unión ha creído y sigue creyendo que cumple con su deber. De entonces acá cambió la administración, y el director, Francisco Pérez, cayó de la gracia del presidente de la República, y entonces fue cuando se formó ese famoso Consejo, que ha sido una desgracia para el gremio ferrocarrilero...

El C. Alessio Robles: ¡Y para el país!

El C. Portales: Y para el país, dice el compañero Vito Alessio Robles. De entonces para acá, ha sido para la Unión ponerle dificultades, a tal grado, que hay hasta una consigna especial para fastidiar a los miembros de la Unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros. En mi poder creo que tengo una carta, creo que por aquí debo tenerla...

El C. Ortega Miguel F.: ¡Moción de orden!

(Siseos en las galerías.)

El C. Portales: Yo suplico al compañero Ortega que me deje hacer una exposición. Es la única parte donde puede uno hablar claro y que lo oiga toda la nación. (Aplausos en las glaerías.)

El C. Ortega MIguel F.: Pido la palabra. Después de que se me oiga se me dará la razón. (Siseos en las galerías.)

El C. presidente: No se le ha concedido la palabra.

El C. Ortega Miguel F.: Me la ha concedido el orador. ¡Moción de orden!

El C. presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Ortega Miguel F.: He pedido la palabra con el objeto de que se dé lectura al documento que acompañan los ferrocarrileros, que es el que

viene a establecer precisamente el problema que ha de resolver la Cámara. Este documento que presentan los señores ferrocarrileros es la síntesis de la mala administración de que se quejan; por consiguiente, debe comenzar la Cámara por oír esas quejas de los ferrocarrileros que, en el concepto del que habla, son justas, para después formarse una opinión y tomar una resolución definitiva.

- El C. secretario Barragán, leyendo:

"Informe sobre la administración de los Ferrocarriles Nacionales de México (administrados por el Gobierno).

"Con el objeto de que las personas que lean este informe se puedan dar cuenta del desastre que significa la actual administración, es necesario hablar algo sobre las administraciones pasadas, aunque sea someramente.

"En todas las pasadas administraciones, los Ferrocarriles estuvieron cubriendo sus gastos de nóminas, de materiales y mantenimiento en general hasta el mes de marzo próximo pasado. Hay que tener en cuenta que los gastos de mantenimiento eran mucho más crecidos, pues durante la revolución se estuvieron destruyendo vías, puentes, edificios, carros y locomotoras, etc.

"En este período de tranquilidad nada de esto ocurre y, por tanto, es más económico el mantenimiento. ¿Cuál es el origen del desbarajuste? Hay varias causas, fundamentales unas, secundarias otras. De las primeras son: Estar la administración dirigida por individuos absolutamente neófitos en la cuestión de ferrocarriles, y aun en cuestiones administrativas, pues sólo así se explica que se haya removido del servicio del ferrocarril a empleados antiquísimos que habían prestado buenos servicios, para substituirlos con favorecidos, que ninguna experiencia tienen en los asuntos que se les han encomendado. Una prueba de esto es lo siguiente: Un conspicuo miembro del Gobierno tenía en tránsito un carro de mercancías, y pidió a la oficina encargada del manejo de carros, que lo localizara, y no pudo decirle dónde se encontraba el interesado envió una persona que los buscara y lo hiciera llegar a su destino. Quince días después de que el carro había sido descargado, la oficina de carros decía que no lo había podido localizar. Como este caso hay muchos otros que se suceden todos los días. Otra prueba de la incompetencia del jefe de este departamento, es que los directores del Ferrocarril pusieron un experto americano para que asesorara a su favorecido. La impericia del jefe de este departamento ha ocasionado a los Ferrocarriles, desembolsos de muchos millares de dólares por el mal manejo de carros extranjeros. "Cambios como éste se han verificado varios con los mismos resultados anteriores. Otra de las causas fundamentales es la desorganización que reina en los talleres del sistema, y de la que son causantes directos los mismos directores, que giran circulares que humillan e irritan, como la que da la Dirección al Departamento de Fuerza Motriz, en que se ordena se reduzca el personal de talleres, tomando en preferencia para la reducción, a los que ayudaron a la empresa, al Gobierno y a los intereses nacionales, y no como debieran quitar, a los incompetentes. En este departamento reina la desorganización más estupenda que puede suponerse, y como es el que proporciona todos los elementos necesarios para el tráfico, como locomotoras y

"Actualmente hay en los talleres como un ciento cincuenta por ciento más de empleados que en 1912, y el rendimiento es de sesenta y cinco por ciento menos que en aquella época. Las deficiencias del servicio de carros y locomotoras son originadas por materiales pésimos y escasos, por la deficiencia del personal de talleres, por la incompetencia del mayordomo de los mismos y porque casi todos los representantes de ferrocarriles en ese departamento han hecho causa común con el trabajador y, por tanto, nunca les exigen responsabilidades. He de hacer notar que en muchas ocasiones no pueden hacerse respetar los jefes subalternos, porque los superiores apoyan a los trabajadores, aun en contra de toda la razón. Se da frecuentemente el caso de que un obrero se enfrente con un maestro mecánico y le diga, después de haber cometido una falta: "córrame usted, si puede". El maestro mecánico no disciplina a aquel empleado, porque sabe que lo apoyan los jefes superiores. Con esta indisciplina es imposible toda organización, y lo que se requiere para establecer el orden, es precisamente lo contrario de lo que hacen los actuales, directores, es decir, pagar mejor salario en vez de disminuirlo, exigir eficiencia en todos los órdenes en vez de tolerar indisciplina e incompetencias.

"Es perfectamente sabido que donde reina la demagogia los trabajadores se perjudican, pues se pierde todo principio de organización, y, por tanto, cualquier empresa de que se trate está imposibilitada para mejorar a sus trabajadores. Esto es lo que ocurre en los talleres del Ferrocarril. El sueldo de que disfrutan en lo general es demasiado en relación con lo que producen, pero es muy exiguo en relación con lo que un obrero de primera clase bien disciplinado puede y debe producir. Nuestros obreros (mecánicos, particularmente), han ido a los Estados Unidos en gran número, y han hecho buen papel ganando salarios de $0.85 en oro americano por hora, o sean $6.80 oro americano por ocho horas. Ese mismo obrero viene y gana $0.86 por hora, o sean $6.85 oro nacional por ocho horas, lo que resulta poco más del 50 por ciento. Si se seleccionaran aquí los obreros y se les pagaran jornales equitativos, se podría imponer la disciplina, se tendría un servicio muy eficiente, y aun se tendría la estimación de los mismos obreros útiles y a quienes así se les ayudará a sacudir el yugo de muchos zánganos, que hoy por hoy son los únicos responsables de las condiciones tan precarias en que viven los hombres que verdaderamente saben trabajar.

"Traduciendo en números el costo de la desorganización de este departamento, puede decirse lo siguiente: la nómina de este departamento en 1912 ascendía a 600,000 pesos mensuales, con un número de empleados, digamos 100, que producían 100. Hoy cuesta la nómina $1.600,000.00 mensuales, hay 250 empleados y se produce 35, es decir, antes con 100 empleados se producía 100. Hoy, con 250 empleados, se produce 35, o sea que los que antes costaba $600,000.00, hoy costaría, si se produjera lo que antes, es decir, 100, ahora con $4.571,000.00, y

que para la reorganización se requiere esa producción.

"El costo de materiales para reparación de locomotoras y carros, en 1912, era alrededor de . . . . . . $400,000.00, hoy se gastan $900,000.00 en el mismo período de tiempo, o sea mensualmente, y se dice en los talleres y oficinas que no hay materiales para la reparación. ¿Cómo puede explicarse esto? Es cierto que el costo de los materiales subió al doble, pero precisamente el gasto es más del doble por este concepto, y si antes se producía con esta cantidad de materiales 100 y hoy se produce 35, quiere decir que no puede consumirse todo el material que se compra, o que no se recibe lo que el Ferrocarril paga, o que si se recibiera debería haber en existencia en materiales un remanente constante de 65%, y este sí que no existe. Ahora bien; si se alega que los talleres no producen por falta de material, ¿para qué tener un número tan crecido de hombres, si no tienen en qué ocuparse? Otro detalle más de la deficiencia de los talleres, es lo siguiente: El material viejo que los talleres devuelven a los almacenes, es reparado y se vuelve a utilizar en locomotoras y carros, cargándose como nuevos, y no haciéndose ningún abono a la cuenta de talleres por el material viejo que ha devuelto. Esto puede dar lugar a que los encargados de este departamento, carguen al Ferrocarril este material como nuevo, cuando sólo ha sido reparado. "Otro de los servicios más costosos, es el agua. Todas las administraciones han tenido este servicio muy deficiente, oneroso y sin que se haya hecho nada práctico para mejorarlo. Con motivo de la revolución, se destruyeron muchos tanques que no se han reemplazado y el agua se lleva en carrostanques, resultando a un costo verdaderamente fabuloso. Esto ocurre en muchas divisiones del sistema, y sin temor de exagerar diremos que cuesta a los Ferrocarriles alrededor de $600,000.00 mensuales, únicamente por concepto de arrastre y salarios, sin considerar los retardos y perjuicios que causa al material el agua mala de que se hace uso en muchos lugares. Para reorganizar este servicio, se necesitaría una buena suma de dinero, que seguramente no podrán gastar los Ferrocarriles; pero tomando en cuenta el costo mensual de este servicio, deberían hacer un esfuerzo para reorganizarlo y se obtendría una considerable economía.

"El Departamento de Vías está bien organizado por lo que toca a los empleados subalternos, que cumplen con su deber y aun se exceden, pero resulta un derroche por lo que toca al número de empleados superiores.

"En 1912 este departamento tenía 9 ingenieros que atendían el mantenimiento de vías, puentes y edificios; hoy existen como 60 ingenieros que hacen el mismo trabajo y éstos tienen empleados, mozos y oficinas, que hacen mucho más costoso el servicio, sin ventajas ningunas, pues el que antes daban los jefes de día cuando eran los únicos que ordenaban en sus respectivas divisiones, era mucho más eficaz y mucho más económico que ahora.

"Cuando los directores actuales tomaron las riendas del Ferrocarril, a los cuatro vientos pregonaron las economías que estaban haciendo, y estamos seguros de que no sólo no hicieron ningunas, sino que aumentaron los presupuestos, torpemente, con verdaderos zánganos en la administración, y en cambio redujeron los salarios de la gente que produce. Como una prueba de lo asentado, están los datos siguientes:

"La Dirección General de los Ferrocarriles gastaba mensualmente en sueldos de empleados,..... $19,000.00, y hoy gasta $24,000.00, teniendo empleados que son simples taquígrafos, con sueldos de $750.00, mientras que los jefes de Mesa, en la misma oficina, ganan solamente $450.00. Es de hacerse notar la inmoralidad que significa el hecho de que ahora se hayan puesto taquígrafos que ganan más dinero que cualquier jefe de Mesa, que hace un trabajo mucho más importante y que requiere tiempo, trabajo, constancia y conocimientos para haber llegado allí. Un taquígrafo, en cambio, que no tiene más conocimientos que su taquigrafía, gana casi un 75% más que aquél. ¿Es o no inmoral esto? "La misma Dirección tiene comisionados especiales en número de ocho o diez y que ganan sueldos de $600.00 y gastos, sin que nadie sepa lo que hacen. "Crearon el Departamento Aduanal, que antes costaba $3,000.00 mensuales, y hoy cuesta . . . . . . . . $33,000.00, y no sólo es más eficiente el servicio, sino por el contrario, es más malo, pero eso sí, más caro. ¿Es o no inmoral esto?

"En el Departamento de Agentes Especiales se gastaban $7,000 mensuales, hoy se gastan . . . . . . . . $125,000.00 ¿Es que los directores del Ferrocarril creen que se puede hacer mejor servicio con muchos policías bien pagados, que con empleados tratados con consideración y bien remunerados? "En la Agencia de Compras se gastaban mensualmente $15,000.00, hoy se gastan $21,000.00. Esto pudiera estar justificado si el aumento está hecho a empleados que producen. Sin embargo, no está de acuerdo con el procedimiento seguido en otros departamentos, a los que se trata de reducirles sus sueldos. Resumiendo este capítulo, solamente por los conceptos citados hay un aumento de $1.259,000.00 mensualmente. "Ahora bien; si los directores de los Ferrocarriles no se han concretado a aumentar considerablemente los presupuestos, sino que se han dedicado a buscar los medios de hostilizar a la corporación denominada "Union de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros", la que por el hecho de no apoyar la huelga, sino que secundó el programa del Gobierno y contrarrestó con todos sus elementos el movimiento huelguista, por comprender que el movimiento se hacía con fines políticos, sin perseguir mejoramiento alguno para el obrero, se le ha puesto toda clase de dificultades, girando a los oficiales de la empresa circulares verdaderamente irritantes, como las números 85, 93, 103, 104 y 105, en las que dan instrucciones para que al personal que no secundó la huelga se le examine, y con pretextos fútiles se le ha puesto fuera de servicio en su mayoría, y en cambio al elemento huelguista se le ha dado toda clase de garantías, y se le ha reinstalado en sus empleos, sin ningunas dificultades.

"Después, llamando al patriotismo de los ferrocarrileros y alegando ser necesarias economías

para nivelar los presupuestos, se le pidió al personal aceptara ceder por tres meses un diez, quince, veinticinco, treinta por ciento en sus salarios, asegurando que con esto se nivelarían los presupuestos y los Ferrocarriles entrarían en una era de prosperidad, lo que no ha sucedido, pues al terminar esos tres meses quedamos sorprendidos de que los directores del Consejo Directivo nos invitaran a reformar nuestra cédula, alegando que los sueldos que recibía el personal eran muy elevados y que los ingresos, de los Ferrocarriles no eran suficientes para cubrir los egresos, pues habiendo aumentado en un 25 por ciento las tarifas de fletes y pasajes, hubo un aumento en los ingresos por este concepto, de $2.500,000.00 mensuales que, comparados con el aumento hecho al personal, que fue de 1.000,000.00, resulta todavía una diferencia a favor de los Ferrocarriles, de 1.500,000.00. "Referente a que los sueldos son muy elevados aquí, es un error, pues en los Estados Unidos los maquinistas y conductores perciben un sueldo que, con poca diferencia, es igual al que perciben los conductores y maquiniestas en nuestro país. En cambio, los garroteros y fogoneros de nuestro país perciben un 66 por ciento de los sueldos que tienen los de los Estados Unidos. Los despachadores, agentes y telegrafistas perciben un 80 por ciento de lo que ganan los americanos. Los empleados de oficina en general, un 75 por ciento. Los obreros de talleres un 50 por ciento y los jornaleros, en el Departamento de Vía, un 30 por ciento. A esto hay que tomar en consideración que las condiciones de vida en México son mucho más caras que en los Estados Unidos, así como las seguridades que ese mismo personal tiene allá son muy superiores a las que tiene el personal en ésta, pues, tanto la vía como el material rodante, es verdaderamente desastroso el estado en que se encuentra el que se usa en México, pues, sin exagerar, no hay viaje en que no sufra el personal un accidente por la mala calidad del material y la situación tan mala de la vía

"Ahora bien; las cuotas de fletes y pasajes en nuestro país son más elevadas que en los Estados Unidos, los materiales que aquí se consumen deben costar lo mismo que los ferrocarriles americanos, excepción hecha de los que aquí se producen, que son más económicos, como la madera en general y el durmiente en particular, pues el costo de éste, el más caro, es de un peso cincuenta centavos oro nacional, en cambio en los Estados Unidos vale dos dólares.

"La vida en México, comparada con su costo en el año de 1912, ha aumentado en una proporción de más de un 100 por ciento, y en cambio el aumento que se ha hecho al personal trenista ha sido un sesenta por ciento.

"En los Estados Unidos el costo de la vida se ha reducido a un 35 por ciento y a los obreros no se les ha hecho ninguna reducción en su salario. "Por otra parte, el señor Ramón P. de Negri ha dicho por la prensa, que las condiciones económicas de los Ferrocarriles son hoy mejores que en las administraciones anteriores, desde que el Gobierno se ha hecho cargo de ellos directamente. Nosotros preguntamos: Si esto es así, ¿por qué se quiere reducir los salarios? ¿Por qué sin empezar siquiera una discusión con la Unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros se le ha impuesto una nueva tarifa de pagos, desconociendo los contratos que tenía concertados con la misma? Creemos que con este proceder se está atropellando el derecho que la Constitución nos otorga, no sólo como sociedad debidamente reconocida, sino como ciudadanos.

"Estado que demuestra de una manera clara la mala administración de los Ferrocarriles, no obstante haber aumentado éstos sus ingresos en dos millones y medio de pesos mensuales, con la alza de tarifas que llevaron a efecto: "En 1918, en el mes de enero, tuvieron ingresos brutos: $4.849,766.22. En 1917, en el mismo mes, tuvieron: $2.971,842.98. En gastos de explotación tuvieron en los mismos meses, respectivamente: $2.682,147.35 y $2.792,631.11; quedaron en efectivo en caja, en favor de los Ferrocarriles: $2.167,618.87 y $199,211.89.

"En septiembre de 1918 tuvieron una entrada de $4.784,572.26, y los gastos de explotación fueron de $3.134,829.68, quedando en favor de los Ferrocarriles $1.649,742.58. De enero a septiembre de 1918, los Ferrocarriles tuvieron una entrada bruta de $45.311,815.66, y sus gastos de explotación fueron de $26.608,813.06, quedando en caja de los mismos Ferrocarriles $18.703,002.60

"De enero a octubre de 1918 entraron al Ferrocarril, en bruto, $50.336,096.44, habiéndose gastado en explotación $29.156,920.45, quedando en favor de los Ferrocarriles $21.179,175.99. De enero a noviembre de 1918 tuvieron una entrada de. . . $54.722,143.43, y en gastos de explotación tuvieron la salida de $32.793,841.74, habiendo quedado en favor de los Ferrocarriles $21.928,301.69. De enero a diciembre de 1918 tuvieron una entrada de. . . $59.947,017.16 y una salida de $35.838,471.28 quedando en poder de los Ferrocarriles $24.158,545.88. En el mes de enero de 1919 tuvieron una entrada de $4.888,078.70 y una salida por todos sus gastos de $2.870,982.73, quedando en favor de los Ferrocarriles $2.017,095.97. De enero a marzo de 1919 tuvieron una entrada de $15.060,703,21 y gastaron $8.883,499.20, quedando en su poder. . . $6.177,204.01. De enero a febrero de 1919 hubo una entrada de $9.839,383.71 y se gastaron en la misma época $5.827,019.82, quedando en poder de los mismos, $4.012,363.89.

"Por la anterior exposición verán ustedes que los Ferrocarriles, siendo bien administrados, producen lo suficiente para pagar el personal y dejan la consiguiente utilidad. Ahora preguntamos: ¿Cómo es que los Ferrocarriles se encuentran en situación de no poder pagar a sus empleados, cuando tuvieron un ingreso de dos millones y medio de pesos con la alza de tarifas, habiendo aumentado al personal un millón de pesos, más o menos?" (Voces: ¡El trámite!) Ya está dado. Se ha presentado la siguiente proposición:

"H. Asamblea: "Teniendo en consideración que los ciudadanos secretarios de Comunicaciones y de Hacienda podrán proporcionar interesantes informes acerca del memorial que han enviado a esta Cámara los ferrocarrileros, nos permitimos proponer, con dispensa de trámite, lo siguiente:

"Llámese a los ciudadanos secretarios de Comunicaciones y de Hacienda, para que informen a esta Cámara acerca de la queja que presenta el gremio de conductores, garroteros, maquinistas y fogoneros."

"Salón de Sesiones. - México, diciembre 5 de 1921. - Jesús Z. Moreno. - V. Alessio Robles. - Guillermo Rodríguez.-Manuel Padilla.

" En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. Las personas que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El C. Siurob: Pido la palabra en pro. (Voces: No hay contra.)

El C. Secretario Barragán: No habiendo quien haga uso de la palabra, en la misma forma de votación se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Aprobada. (Aplausos.)

La Presidencia ha tenido a bien designar para que se acerquen al ciudadano secretario de Hacienda, a los ciudadanos diputados Espinosa Luis, Castañón, Manuel Padilla, Guillermo Rodríguez y prosecretario Ramos Esquer.

Para que se acerquen al ciudadano secretario de Comunicaciones, a los ciudadanos Cienfuegos y Camus, Luis León, Manuel G. Toro, Jesús Z. Moreno y secretario Aillaud.

- El C. Valadez Ramirez:...Moción de orden. El artículo 93 de la Constitución expresa que la Cámara de Diputados o la de Senadores, podrán llamar a algún ministro cuando se trate de un asunto relativo a su Secretaría o a su encargo. Como no está a discusión todavía este asunto, ruego a la Presidencia me diga con fundamento en qué artículo reglamentario se han nombrado esas comisiones.

El C. presidente: Se acaba de presentar una moción subscrita por el ciudadano Alessio Robles y otros compañeros, para que sobre este asunto, es decir, sobre la queja que los ferrocarrileros han presentado a la Cámara, se llame a los ministros de Hacienda y Comunicaciones, a fin de que informen respecto al particular. La Presidencia no ha hecho más que someterse a la decisión de la Asamblea, y por esto ha designado a las comisiones.

El C. Valadez Ramírez: Como la Presidencia es la que tiene el deber de dirigir los debates, con esa moción presentada por el compañero Alessio Robles no debió haberse dado cuenta hasta no haberse puesto a discusión la moción de los ferrocarrileros.

El C. Alessio Robles: Pido la palabra. ¡Moción de orden! El respetable gremio llamado Unión de Conductores, Maquinistas, Garroteros y Fogoneros, ha presentado una exposición de queja a esta Cámara, pidiendo la ayuda de los ciudadanos representantes. En ella se habla de la mala administración de los ferrocarriles, se habla de que en ejercicios anteriores, esa administración, cuando estaba regenteada por un Pescador, y hasta por un Fontes, producía rendimientos al Erario federal. Es sabido de todos que antes de la huelga, esa administración produjo buenas cantidades de dinero a la Tesorería; ahora se habla de deficientes enormes que afectan grandemente al Erario nacional. La ley de Secretarías de Estado dice terminantemente que los ferrocarriles dependen de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Publicas; después, por un acuerdo económico del Ejecutivo, en que no se consultó a la Cámara de Diputados, los mismos ferrocarriles pasaron a depender de Hacienda. Después, entiendo yo que esos mismos ferrocarriles, por acuerdo en que no tuvo la menor intervención la Cámara de Diputados, pasaron a depender directamente del Ejecutivo; y como no podemos llamar al presidente de la República a informar, por eso hemos pedido a la honorable Representación Nacional y ésta lo ha aprobado, que se llame a los ministros de Comunicaciones y de Hacienda y Crédito Público, para que informen, el uno sobre la explotación técnica de los ferrocarriles, y el otro sobre la administración de las vías férreas del país. (Aplausos nutridos en las galerías.)

El C. presidente: Tiene la palabra para moción de orden, el ciudadano Espinosa Luis.

El C. Espinosa Luis: Señores compañeros: Si fuéramos a seguir el procedimiento iniciado por el compañero Valadez Ramírez, es seguro que no podríamos, con la eficacia que se requiere, dar un apoyo moral a la Unión de Ferrocarrileros. Desde luego, señores, el trámite que corresponde al documento que se estaba leyendo es: Pase a la Comisión de Peticiones. Naturalmente señores, que podría cualquiera diputación hacer suyo este documento y entonces pedir que se declarara de obvia resolución, y hecha esta declaratoria, discutirse desde luego. Pero como nosotros debemos ser un poco prácticos y dejarnos de los rodeos del Reglamento, me parece muy pertinente la moción del ciudadano ingeniero Vito Alessio Robles; nosotros con ésta conseguiremos lo que nos proponemos: Ayudar en una forma rápida y eficiente a los ciudadanos que trabajan en los ferrocarriles. Así, señores, yo hago esta aclaración concreta: Que dejemos de perder el tiempo y se ratifique, si es que es necesario -aunque no lo creo-, el acuerdo de la Asamblea, para que se llame a estos secretarios de Hacienda y de Comunicaciones, y la razón fundamental es la siguiente: Los ferrocarriles, que son bienes intervenidos por el Gobierno federal, están administrados directamente por la Presidencia de la República, según acuerdo último del mismo representante del Ejecutivo; de tal manera, que yo no sé compañeros...

El C. Gandarilla: ¡Sin facultades!

El C. Espinosa Luis: Yo no sé, compañero Gandarilla, si será con facultades o sin ellas; lo único que sé es que el Ejecutivo únicamente es el responsable directo de todos los bienes en los cuales ha intervenido, de tal manera que no me meteré en si esta intervención es lícita o ilícita. Yo estoy hablando de la realidad de las cosas. Desde el momento en que es el presidente de la República el único responsable de la incautación de los ferrocarriles, es natural, señores, que no pudiendo venir a esta Representación Nacional personalmente el encargado del Ejecutivo, nosotros llamemos a los dos encargados de las Secretarías que tienen que ver con este asunto; es decir, el de Comunicaciones y el de Hacienda. De tal manera, señores, que como a mí se me ha hecho el honor de encomendarme que en unión de otros compañeros pase a llamar al ciudadano secretario de Hacienda, necesito de

una buena vez saber a qué atenerme. Yo podría ir a llamar a estos señores y después decir que no era necesario. (Voces: ¡Ya se aprobó!) ¿Pero no han pedido reconsideración? (Voces: ¡No!¡No!)

El C. presidente: La Presidencia hace saber que si hubiera seguido el Reglamento, esta petición hubiera pasado a la Comisión de Peticiones; pero como juzgó que la Asamblea entera está en contra de ese dilatadísimo trámite, y como quiera que la Representación Nacional tiene derecho de oír la opinión pública y de saber sobre el desbarajuste que se dice hay en los ferrocarriles, no ha dado ese trámite, por más que era el indicado en el Reglamento. Se ha sometido a la mayoría de la Asamblea, y por esto se ha dictado ese trámite, sin ignorar por esto que su deber era dar el primer trámite, pero que su deber en este caso está, primero, en contra de su convicción personal, y en contra del grupo a que pertenece políticamente dentro de esta Asamblea. (Asamblea.)

Entretanto llegan a esta Cámara los ciudadanos secretarios de Comunicaciones y Obras Públicas, la Secretaría va a dar cuenta con otros asuntos que tiene en cartera. (Voces: ¡Hay una votación pendiente!)

El C. secretario Barragán: No ha acabado de leerse la cartera.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"A esta 1a. Comisión de Peticiones paso, para su estudio y dictamen, por acuerdo de esta H. Cámara, el escrito del C. Ignacio Chávez Franco, en el cual solicita se le conceda el permiso constitucional respectivo para aceptar el nombramiento de cónsul ad honorem del Gobierno de la República de Colombia, en la ciudad de Chihuahua.

Encontrando los subscritos que la mencionada solicitud está en forma legal, se permiten presentar a la ilustrada consideración de vuestra soberanía, el siguiente punto de acuerdo:

"Pase a la Comisión de Relaciones Exteriores que corresponda, el escrito del C. Ignacio Chávez Franco"

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., A 14 de octubre de 1921. - A. Pérez Gasga. - E. L. Céspedes."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Aprobado.

"La Comisión de Presupuestos y Cuenta presenta el proyecto de Presupuesto de Egresos relativo al ramo de Relaciones Exteriores."

En votación económica se pregunta si se dispensan las lecturas para que entre a discusión el primer día hábil. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Se dispensan las lecturas. A discusión el primer día hábil.

"XX1X LEGISLATURA

"SEGUNDO AÑO PERIODO ORDINARIO

"ESTADO que manifiesta el número de expedientes tramitados durante el mes de noviembre del año actual, por las comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión: Dar doble click con el ratón para ver imagen

"México, D. F., 1º de diciembre de 1921.-M. Barragán D. S.-A Aillaud, D. S." - Insértese en el DIARIO DE LOS DEBATES.

"2a. Comisión de Peticiones.

"Señor:

"A esta 2a. Comisión de Peticiones paso, para su estudio y dictamen, por acuerdo de vuestra soberanía, el escrito de la señora Susana B. viuda de Hernández, en el que solicita le sea pagada íntegra la pensión de que disfruta, por los servicios que prestó a la nación su extinto esposo, el general de Brigada Bibiano Hernández.

"La Comisión que subscribe encuentra que la solicitud de referencia está ajustada a los preceptos legales y, en tal virtud, se permite someter a la ilustrada consideración de esta H. Asamblea el siguiente punto de acuerdo:

"Pase a la Comisión de Guerra en turno la solicitud de la señora Susana B. viuda de Hernández"

"Sala de Comisiones de la Cámara de diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., a 5 de diciembre de 1921. - A. V. Ramírez. - Barragán."

Está discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Aprobado.

Se procede a recoger la votación nominal de la fracción I del artículo 1º del proyecto de Ley de Ingresos, que dice:

"Comisión de Presupuestos y "Cuenta.

"H. Asamblea:

"La Comisión que subscribe, después de estudiar con el mayo racopio de datos que ha sido posible, los diversos aspectos que presenta la cuestión relativa a los derechos de importación del papel, y teniendo en cuenta, además, la necesidad de favorecer en alguna forma la industria de las artes gráficas en el país, se permite presentar a vuestra soberanía el texto reformado de la fracción I del artículo 1º del proyecto de Ley de Ingresos para 1922, en los siguientes términos:

"Artículo 1º

"Fracción I. Derechos de importación conforme a la Ordenanza General de Aduanas, a la Tarifa de 31 de julio de 1916 y a las demás disposiciones vigentes en la materia, en el concepto de que se establecen las siguientes modificaciones a la citada Tarifa:

"Primera. Se establecen las siguientes fracciones :

"210 bis. Zinc en planchas pulidas para grabar. Exento. "319 bis. Tela de algodón pintada, de tejido liso, llamada percalina, propia para encuadernación de libros. Exenta.

"Segunda. Se reforman las siguientes fracciones:

"538. Tinta de todas clases para imprenta o litografía. Exenta.

"581. Papeles blancos, cuando contengan más de cuarenta y menos de setenta y cinco por ciento de pasta mecánica de madera y el peso del metro cuadrado sea mayor de cincuenta, sin exceder de cien gramos. Kilo legal, $0.10.

"588. Anuncios impresos, grabados o litografiados, sobre papel o cartón, sin marcos ni varillas, y catálogos y anuncios en forma de folletos. Kilo legal, $2.50.

"591. Papel con monograma, membrete o encabezamiento. Kilo legal, $2.50.

"601. Libros y música impresa o manuscrita, con pastas de cartón, cuero o percalina, no especificados. Kilo legal, $1.50.

"604. Sobres de papel con monograma, membrete o encabezamiento. Kilo legal, $2.50.

"Tercera. Se establecen también las siguientes fracciones:

"592 bis. Papel blanco o pintado, propio para cigarrillos, en hojas extendidas. Kilo legal, $0.60.

"589 bis. Papel blanco o pintado, en tiras, bobinas o canales, propio para cigarrillos. Kilo legal, $0.75.

"589 C. Papel con lámina de corcho. Kilo legal, $1.00.

"Cuarta: Se deroga la fracción 714, que dice:

"Tinta negra para imprenta o litografía."

El C. secretario Barragán: Por la afirmativa.

El C. secretario Salazar: Por la negativa. (Votación.)

¿Falta algún ciudadano diputado por votar? El ciudadano Serrano Hermosillo rectifica su voto, vota por la afirmativa. El ciudadano García Socorro rectifica su voto, vota por la afirmativa. (Aplausos. Siseos.)

El C. secretario Salazar: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar negativamente? Se procede a recoger la votación de la Mesa. Votaron por la negativa cuarenta y tres ciudadanos diputados.

El C. secretario Barragán: Por la afirmativa, setenta y tres. En consecuencia, ha sido aprobado; pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales. (Murmullos. Voces: ¡Reclamo la votación!)

El C. Moreno Jesús Z.: No es exacto, reclamo la votación, ¡pido la palabra!

El C. Mijares: ¡Reclamo la votación!

El C. secretario Salazar: ¡Son sesenta y tres! (Voces: ¡No hay quorum!) Se procede a pasar lista nuevamente.

El C. presidente: Como el efecto de pasar lista para ver si hay quórum sería el mismo que tomar la votación de nueva cuenta, se va a proceder a tomarla. Se ruega a los ciudadanos secretarios se sirvan pasar a tomar la votación.

El C. secretario Barragán: Se suplica a los ciudadanos diputados ocupen sus curules porque se va a repetir la votación en virtud de un error que hubo en la Secretaría. (Siseos.) Por la afirmativa .

El C. secretario Aillaud: Por la negativa. (Votación.)

El C. Espinosa Luis, al emitir su voto: Yo no puedo ser tolerante de ninguna clase de monopolios y voto en contra del monopolio del papel, constituído por la compañía de San Rafael. (Siseos. Murmullos.)

El C. secretario Barragán: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? Se procede a la votación de la Mesa. (Votación.) El ciudadano Franco Abraham rectifica su voto por la afirmativa.

El C. secretario Aillaud: Votaron por la negativa 52 ciudadanos diputados.

El C. secretario Barragán: Por la afirmativa 66 votos. No hay quorum. Se procede a pasar lista. (Voces: ¡No! ¡No!) La Secretaría hace constar que no faltan más de cinco o seis ciudadanos diputados para completar el quorum; acaba de ir una Comisión a ver al ciudadano De la Huerta y seguramente al llegar habrá ya quorum. Se procede a pasar lista. (Se pasa lista.)

Presidencia del C. ALANIS FUENTES ÁNGEL

Hay una asistencia de 133 ciudadanos diputados.

Hay quorum.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano presidente de la Comisión que fue a ver al secretario de Hacienda.

El C. Espinosa Luis: Honorable Asamblea: La Comisión designada por vuestra soberanía para indicar al ciudadano secretario de Hacienda y Crédito Público que se necesitaba su presencia en este recinto, tiene la pena de informar, por mi conducto, que no encontró al ciudadano secretario en su despacho.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Cienfuegos y Camus, presidente de la Comisión que fue a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.

El C. Cienfuegos y Camus: Ciudadanos diputados: Cumpliendo con la comisión que nos fue encomendada, nos trasladamos a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, a fin de invitar al ciudadano ministro para que pasara a esta Cámara informar de acuerdo con el deseo de la misma. La Comisión, pues, cumplió su encargo, estando ya entre nosotros el ciudadano encargado de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.

El C. presidente: Encontrándose en el salón el ciudadano secretario de Comunicaciones, la Presidencia se permite concederle el uso de la palabra para informar.

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para una moción de orden. Es necesario, señor, que antes algún interesado ponga en antecedentes al ciudadano secretario de Comunicaciones para que tenga materia sobre qué informar.

El C. presidente: La Presidencia no tiene inconveniente en concederle la palabra al ciudadano diputado que lo desee, para que ponga en antecedentes al ciudadano secretario de Comunicaciones.

El C. Siurob: Pido la palabra. Si se desea que se den antecedentes sobre este particular, yo con gusto iré a la tribuna para formular algunos antecedentes que interesan realmente a la Cámara de Diputados en este asunto.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Ciudadanos diputados: En calidad de informe al señor secretario de Comunicaciones sobre lo que se ha tratado aquí en la Cámara de Diputados en relación con el ramo de Ferrocarriles, debo informar al mismo ciudadano secretario de Estado, que ha sido presentado un ocurso dirigido por los ferrocarrileros, al cual sí suplico que se le dé lectura, porque es imposible que haya retenido con todo detalle el contenido de este oficio. Así es que pido a la Secretaría le dé lectura.

El C. Cienfuegos y Camus: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cienfuegos y Camus: Yo creo que lo que propone el compañero Siurob huelga si se trata de la Asamblea, y ya que ha pedido la palabra para extenderse sobre algunos antecedentes de este asunto, basta con que haga una síntesis del contenido de ese documento para que así el ciudadano secretario sepa de qué va a tratarse en este caso.

El C. Siurob: Los ferrocarrileros se quejan en este escrito, de que han sido violados los contratos de trabajo; dicen que si han sido violados los contratos de trabajo, es porque la Dirección de los Ferrocareriles alega no tener los fondos necesarios para hacer todos los pagos de sus empleados, y afirman también que si no tiene dinero, es porque, en virtud de la pésima administración de los propios Ferrocarriles, los Ferrocarriles no cuentan con los fondos necesarios para hacer dichos pagos que se han hecho mientras han estado administrados por las compañías extranjeras, y todos los Gobiernos anteriores hasta hoy han estado al corriente en el pago de sus empleados; se han respetado los contratos de trabajo, como lo establece la Constitución general de la República, y hoy los señores ferrocarrileros se presentan ante la Cámara diciendo que las personas a cuyo cuidado están hoy esos ferrocarriles, tratan de violar sus contratos de trabajo rebajando sus salarios; piden que trabajen todos más de doce horas, sin que esto esté especificado por la Constitución y menos rebajando sus emolumentos extraordinarios. Y aquí en la tribuna parlamentaria se han expuesto otras ideas, que es forzoso conozca el señor secretario de Comunicaciones, y son las siguientes:

Primero, se ha planteado francamente en el tapete de la discusión lo siguiente: ¿En qué artículo de la Constitución general de la República se basa el Ejecutivo actual de la nación para tener bajo su dirección inmediata, sin que dependa de ninguna Secretaría de Estado el ramo de Ferrocarriles? Ese es el primer punto. El segundo: Siendo el ramo de Ferrocarriles un negocio malo que priva a la nación de millones de pesos, puesto que en la actualidad el Gobierno da para sostener a los ferrocarriles, ¿hasta cuándo la nación o el actual Gobierno del país va a seguir teniendo bajo su control el ramo de Ferrocarriles, con grave perjuicio para los intereses nacionales? Estos puntos son los que se han vertido aquí en esta tribuna por distintos oradores, y de los cuales me hago solidario en estos momentos, creyendo que realmente es de suma gravedad para la nación seguir soportando el sostenimiento de una empresa que a todas luces es un fracaso para los intereses del país. (Aplausos.) Según los datos que nos han sido proporcionados, los Ferrocarriles Nacionales deben treinta y cinco millones de pesos; siempre habían podido soportar perfectamente todos sus gastos y han dejado una cantidad que entraba a las arcas nacionales,

puesto que estaban administrados los Ferrocarriles precisamente por el Gobierno. En la actualidad no entra ni un solo centavo a las arcas nacionales y sí sale de las arcas nacionales para sostener a los Ferrocarriles una cantidad considerable de dinero. En la actualidad, los Ferrocarriles deben una gran cantidad de dinero, treinta y cinco millones de pesos, según otros, treinta y ocho millones de pesos al extranjero, y nosotros, señores, interesados como estamos en que se cumpla la ley, en que no se defrauden los intereses nacionales y que estamos interesados en que el dinero con que el pueblo con tanto trabajo contribuye para los gastos públicos no se malgaste en empresas ruinosas que en todo caso no corresponden al Gobierno, deseamos saber con toda justificación, apegados estrictamente a la ley, primero: En qué artículo de la Constitución se apoya el Ejecutivo para manejar él directamente el ramo de Ferrocarriles, sin intervención de ninguna Secretaría de Estado, siendo así que los artículos respectivos de la Constitución -no recuerdo en este momento el artículo, pero podría citarlo si se me apremiara en el momento- disponen que todos los asuntos oficiales, decretos, reglamentos y aun órdenes del Ejecutivo, deben ir visados por una Secretaría del ramo. En la actualidad, los Ferrocarriles siguen órdenes o decretos que, en concepto del que habla, no tiene el Ejecutivo facultad para dictar; no pertenecen ni a la Secretaría de Comunicaciones ni a la Secretaría de Hacienda y, por tanto, necesitamos que este punto legal se aclare, porque esperamos que de hoy en adelante sea la ley la que empiece a regir inmaculada dentro del territorio nacional, porque esperamos que la Constitución de la República y leyes respectivas no sean un mito, un juego de niños, sino que sean una cosa efectiva y que se cumplan. (Aplausos.) Y también nosotros deseamos que se nos diga hasta cuándo -esta es la segunda pregunta-, hasta cuándo el gobierno de la República va a seguir controlando el ramo de Ferrocarriles, porque en los informes presidenciales no se menciona ni siquiera el ramo de Ferrocarriles. La opinión pública en masa, la prensa toda diariamente está dando quejas contra la Dirección de los Ferrocarriles; el comercio de queja amargamente de la Dirección de Ferrocarriles, todo el mundo, a todo el mundo interesa que la Dirección de los Ferrocarriles marche bien, porque es la arteria principal del país por donde entran y salen mercancías, base del comercio y comunicaciones desde el punto de vista político y desde todos los puntos de vista que se quiera verlo. Así pues, este punto trascendental para el país necesita que alguno de los secretarios de Estado, si el que está presente ni puede informar, si el señor secretario de Comunicaciones no puediese informar sobre el particular- cosa que puede ser muy lógica, dado el caso que no está confiado a su cuidado el ramo de Ferrocarriles-, entonces que interpelemos a otro secretario de Estado, en último caso al secretario de Gobernación, que es al que le toca decir cuál es la base para proceder en la forma en que lo ha hecho. Creo, al condensar estos puntos que se han fijado en la tribuna, ser el eco no sólo de los ciudadanos representantes, sino de la opinión pública, y espero que si algo más se tiene que decir, alguno vendrá a rectificar estos conceptos. Por lo pronto creo haber cumplido con mi deber de representante al venir a poner aquí en este momento, ya de una manera más clara, lo que concierne al ramo de Ferrocarriles. Pido mi excusa a los ciudadanos diputados por haber distraído su atención, y al señor ministro del ramo le ruego que tome en consideración mis palabras y nos conteste, o no, según se crea autorizado para contestar.

El C. Moreno Jesús Z: Pido la palabra, señor presidente, para formular dos preguntas concretas al ciudadano secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, que está aquí presente.

El C. Cienfuegos y Camus: Moción de orden. Espero que el señor Z. Moreno comprenda que a la Cámara interesa, antes que hacer interpelaciones, que el señor ministro desde sus puntos de vista nos informe; posteriormente creo que tendremos el derecho y haremos uso de él para interpelarlo.

Presidencia del

C. VASCONCELOS EDUARDO

El C. Moreno Jesús Z: Pido la palabra, señor presidente. Insisto en las interpelaciones que voy a hacer al ciudadano secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, precisamente porque estas preguntas vienen a definir perfectamente su posición en estos debates, y si el compañero Cienfuegos y Camus se entera de cuál es una de esas preguntas, desde luego será el primer convencido de que es el principio por donde debemos encauzar este debate. Por lo tanto, de una manera muy atenta y en uso de mi derecho como diputado, pido a su señoría me conceda la palabra con objeto de hacer dos interpelaciones al ciudadano secretario de Comunicaciones y Obras Públicas. (Siseos. Murmullos.)

El C. Castillo Francisco: Moción de orden, señor presidente. (Campanilla.)

El C. presidente: La Asamblea ha dispuesto que se llame al señor secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, tanto para que rinda un informe general sobre el asunto que nos ocupa, como para que los ciudadanos diputados puedan dirigirle las interpelaciones que quieran. Como la resolución anterior de la Cámara no se opone a la petición del ciudadano Z. Moreno, que desea interpelar, con el derecho que tiene como diputado, al ciudadano secretario de Comunicaciones, tiene la palabra el ciudadano Moreno.

El C. Moreno Jesús Z: Ciudadano secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: De manera muy atenta y respetuosa, me permito interpelar a su señoría, como representante del Ejecutivo en esta ocasión, para que me diga si, conforme a la Ley Orgánica de las Secretarías de Estado, el Departamento de Ferrocarriles pertenece a su cargo.

El C. presidente: Tiene la palabra el señor secretario de Comunicaciones.

El C. Amado Aguirre, secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: Ciudadanos diputados: Al tener el honor de contestar la interpelación del ciudadano Jesús Z. Moreno, voy a expresar de una

manera general cuáles son las funciones de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas respecto de los ferrocarriles. La ley, artículo 11, de Organización de Secretarías y Departamentos de Estado, le da exclusivamente a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, jurisdicción técnica y legal sobre los ferrocarriles, no sobre su administración; la propia ley del ramo y todos los códigos, el Código Civil, etcétera, se la dan a sus compañías propietarias; no es el Gobierno, ni puede ser constitucionalmente, como ha dicho el ciudadano Siurob, un empresario. El pregunta por qué ley. Por la ley de la fuerza, por la ley de la revolución, que llevó al Gobierno a incautarse de los ferrocarriles en época preconstitucional y por condiciones económicas que ignoro, los conserva todavía. La jurisdicción de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas consiste en -conforme a la ley de Ferrocarriles vigente- ajustar sus contratos, clasificar aquellos que ameriten subvención, conceder lisa y llanamente los que no lo ameriten, fijar los plazos para que después de la explotación, durante ese plazo, vuelvan automáticamente, sin remuneración ninguna, a poder de la nación; cuidar que el material rodante sea eficiente, lo que se estipula en sus contratos, que su vía preste todas las seguridades; la eficiencia de la vía, de orden netamente técnico, la vigilan inspectores, de puertos e inspectores también de aduanas, vigilan el desfogue de los centros de carga y descarga, así en los puertos como en las fronteras, etcétera, para exigir el material rodante necesario, todo lo cual se estipula en los contratos. Como el Gobierno tiene incautados los ferrocarriles, tuvo a bien -y yo creo que sujetándose a una rigurosa lógica-, poner bajo la jurisdicción de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas la administración de lo ferrocarriles incautados. El resultado indudablemente fue malo, dado que desde febrero próximo pasado, salió de esta Secretaría y paso a la Hacienda. La de Hacienda los administra por medio de un Consejo de Administración, pero entiendo que el control administrativo sí lo tiene la Secretaría de Hacienda; sin embargo, al director general de ellos lo he visto constantemente acordar con el señor presidente, pero también he visto, en todo lo que es la cuestión económica de ellos, acordar al secretario de Hacienda. Esta es la situación de los ferrocarriles. El ocurso que acaban de leer, yo lo recibí hace tres días: Contesté diciendo que como no estaba bajo mi jurisdicción, o de la Secretaría de mi cargo, la administración de los ferrocarriles, lo turnaba al Consejo de Administración de éstos, y lo hice así. ¿Qué, dejo alguna duda? Ruego a su señoría me haga favor de indicármelo.

El C. Moreno Jesús Z: Muchas gracias, señor; absolutamente ninguna.

El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: ¿Otra interpelación?

El C. Moreno Jesús Z: Voy a preguntar. Su señoría, en la atenta explicación que acaba de hacer a esta honorable Asamblea, sintetiza los conceptos en esta forma: Conforme a la ley de Secretarías de Estado, el Departamento de Ferrocarriles, la red ferrocarrilera general del país, viene a depender como organismo de Estado a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, pero la administración de las Líneas Nacionales es un organismo independiente del Estado, y debe serlo, porque no representa sino a la Dirección de una empresa particular en su caso. ¿Es esto así, señor?

El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: Así es.

El C. Moreno Jesús Z.: Pues bien, circunstancias cuya explicación ha hecho su señoría, demuestran que necesidades ineludibles tuvieron que determinar que el Gobierno administrara esos ferrocarriles. Mi pregunta es absolutamente necesaria, porque es un clamor unámine en toda la nación que la administración de los ferrocarriles en todos los tiempos, desde que han estado en poder del Gobierno y especialmente en los últimos, lejos de significar un elemento cooperante al desenvolvimiento del país, son un verdadero desastre; que el enorme número de hombres que trabajan en los ferrocarriles están siendo torturados de una manera inconsiderada, de una manera intolerable por ese desbarajuste que existe en los Ferrocarriles Nacionales. Pues bien, señor, no tenemos aquí como representante del Ejecutivo en estos momentos más que a vuestra señoría. ¿En qué forma cree el Ejecutivo que debe hacerse escuchar en sus justas demandas el gremio ferrocarrilero que en esta ocasión ha venido con toda justicia y con toda razón a esta Cámara para pedir de los representantes populares el apoyo que de una manera absolutamente resuelta estamos dispuestos a proporcionarles? ¿Qué dependencia del Ejecutivo, o el mismo presidente de la República, debe informar a esta Asamblea sobre los medios rápidos que pueden tomarse para satisfacer las justas demandas de los ferrocarrileros? Ruego muy atentamente a su señoría me conteste sobre este punto.

El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: Mi contestación tiene que ser de carácter netamente particular, porque ni en Hacienda, ni en Industria, Comercio y Trabajo tengo jurisdicción alguna, y nada más voy a limitarme a indicar el camino que debe seguir toda queja. Creo que la queja del gremio de ferrocarrileros debe empezar por ir al Departamento del Trabajo de la Secretaría de Industria y Comercio, de allí al secretario, y de allí al presidente de la República.

El C. Moreno Jesús Z.: Muchas gracias.

El C. Barón Obregón: Pido la palabra para interpelar al ciudadano secretario de Comunicaciones.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Barón Obregón: Como de la explicación que ha dado el ciudadano secretario de Comunicaciones y Obras Públicas de la ingerencia que tiene esa Secretaría en lo relativo al ramo de ferrocarriles, se desprende clara y precisamente que la propia Secretaría tiene la obligación de velar nada menos que porque el material rodante y porque todo lo que forma el servicio de transportes de los ferrocarriles sea, en materia técnica, eficiente, he creído pertinente formular una interpelación al ciudadano secretario sobre este particular; porque los señores ferrocarrileros en su ocurso presentado a esta honorable Cámara, se quejan y señalan como defectos, los defectos propios que tiene el material rodante actual, y señalan también un exceso de gastos en la vigilancia técnica por parte de los

ingenieros de los ferrocarriles, y como creo que todo este personal depende de la Secretaría de Comunicaciones, ruego muy encarecidamente a su señoría se sirva decirnos cuáles son las medidas que ha tomado la Secretaría sobre el particular, acerca de que el material rodante de los propios ferrocarriles y la vigilancia técnica de los mismos sea eficiente.

El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: La Secretaría de mi cargo ha estado continuamente insinuando el cumplimiento de los contratos al pie de la letra. El Ferrocarril Mexicano ha sido ya desincautado; hay también el de Nordeste y el de Chihuahua que son en los que menos utilidad se ha alcanzado. Los demás están incautados todos, y de una a la otra Secretaría y aun directamente el ciudadano presidente de la República, la Secretaría de Comunicaciones está constantemente insinuándoles, apoyándose en los informes de los inspectores, sobre esta deficiencia y la necesidad ingente de cubrirla.

Es perfectamente sabido que el material ferroviario quedó destruído; destruyó la revolución más del 60 por ciento de él, y si no estamos todavía en la posición en que se estaba en 1912, indudablemente se ha alcanzado, digamos, un setenta por ciento y tiene pedidos el Ejecutivo, contratadas ya 25 millones de toneladas de riel; algunas decenas de millares de carros; algunos millares de locomotoras que se han venido poco a poco adquiriendo y poco a poco pagando; pero esos contratos no se han celebrado con la Secretaría de Comunicaciones, sino que han sido, sin que lo asegure de una manera absoluta, creo que con la de Hacienda o creo que con el propio Consejo de Administración; pero me consta, porque no solamente se me ha contestado, sino los inspectores mismos lo hacen constar siempre en sus informes. Así es que el esfuerzo del Ejecutivo no cabe duda que es intenso y yo entiendo que las deficiencias son más en las condiciones económicas. El problema ejército - parece una cosa increíble-, pero el problema ejército ha gastado en el año que termina, sobre 150 millones de pesos y para el año que empieza gastará 30 millones menos, bajo un coeficiente de seguridad muy satisfactorio. Así es que tomando todo esto en consideración, creo que la cuestión se reduce al esfuerzo del mejoramiento del trabajador, del que no creo una pretensión llamarme su apóstol, y a gestionar ante el propio personal que estudie con todo cuidado y esmero la manera de mejorar, sin perjuicio del conjunto. Han estado en la Secretaría comisiones de ferrocarrileros viejos, exponiendo datos satisfactorios acerca de sus proposiciones para el mejoramiento administrativo; pero no pude hacer más que conducirlos adonde corresponde, a efecto de que allí hagan su exposición. ¿Dejo algún hueco? Ruego que se me señale para satisfacer a ustedes en cuanto sea posible.

El C. Siurob: Pido la palabra para rectificar hechos en relación con el informe que ha rendido el ciudadano secretario de Comunicaciones.

El C. Espinosa Luis: ¡Moción de orden! Habiendo terminado todos los compañeros de hacer interpelaciones al ciudadano secretario de Comunicaciones y estando el compañero Siurob deseoso de ocupar la tribuna, creo que lo que corresponde es que la Presidencia, obedeciendo a un uso protocolario, dé las gracias al propio ciudadano secretario, en primer lugar; en segundo, no conceder la palabra al ciudadano Siurob para rectificar hechos, puesto que no hay hechos que merezcan rectificación hasta el momento, sino volver a tomar el punto donde lo habíamos abandonado.

El C. Morales Juan Angel: ¡Una interpelación! De lo que ha explicado el ciudadano secretario de Comunicaciones se desprende claramente que el manejo general de los Ferrocarriles depende en estos momentos de la Secretaría de Hacienda y de un Consejo de Administración. ¿No es así, ciudadano secretario?

El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: En la parte administrativa.

El C. Morales Juan Angel: Tengo entendido que es miembro de este Consejo de Administración, y de ello no estoy seguro, pero desearía que tuviera la amabilidad de decirme el ciudadano ingeniero Vito Alessio Robles, si lo es.

El C. Alessio Robles: ¿Me permite usted la palabra para contestar, señor presidente? ¿Me permite usted la palabra para contestar la interpelación? Me ha interpelado el señor Juan Angel Morales y pido permiso para contestar la interpelación.

El C. presidente: No se puede conceder a usted el uso de la palabra, sin permiso del ciudadano secretario de Comunicaciones.

El C. Morales Juan Angel: Deseo saber si es miembro del Consejo de Administración el señor Alessio Robles, ¿por qué no?

El C. Alessio Robles: Pido la palabra para contestar, con permiso del señor ministro de Comunicaciones.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Alessio Robles: No soy miembro del Consejo de Administración de los Ferrocarriles; soy vocal de la Junta Directiva de los Ferrocarriles, propietaria, que administra los bienes que no están incautados por el Gobierno. De manera que esa Junta Directiva no tiene que ver absolutamente nada ni con la explotación técnica ni con la administración de la red ferroviaria que está incautada.

El C. Morales Juan Angel: Muchas gracias, señor.

El C. presidente: ¿Ninguno de los señores diputados desea hacer una nueva interpelación al ciudadano secretario de Comunicaciones?

El C. Morales Juan Angel: No tiene caso, señor. Yo diría que puesto que nada hemos podido entender, que puesto que nada hemos podido aprender, ninguna novedad nos ha traído el señor secretario de Comunicaciones, porque no está en condiciones de informar...

El C. Gandarilla: Sí ha informado.

El C. Morales Juan Angel: Si el ciudadano ingeniero Vito Alessio Robles fuese miembro de esa Comisión, pues entonces él tal vez podría hacerlo; pero no es así y no tiene caso. (Siseos.)

El C. presidente: La Presidencia, en nombre de la Asamblea, agradece al ciudadano secretario de Comunicaciones los informes que le ha proporcionado. (Aplausos.)

El C. Siurob: Pido la palabra para rectificar hechos en relación con este debate.

El C. presidente: En vista de que precisa

concretar cuál es el punto a debate, la Presidencia somete a la consideración de la Asamblea el siguiente trámite: "Transcríbase al Ejecutivo para los efectos consiguientes."

El C. Siurob: Pido la palabra en contra del trámite y para rectificar hechos.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Siurob.

El C. Siurob: Ciudadanos diputados: De los informes que se ha servido rendir el ciudadano secretario de Comunicaciones se desprende lo siguiente: Que el señor secretario de Comunicaciones no tiene absolutamente ninguna noticia sobre el manejo administrativo de los Ferrocarriles, que no depende de la Secretaría de Comunicaciones el manejo administrativo de los Ferrocarriles. Ahora bien; como todas las quejas que se reciben aquí del elemento ferrocarrilero son quejas contra el elemento administrativo de los Ferrocarriles, es indudable que no es a este ministro a quien tenemos derecho de pedirle esta clase de aclaraciones, sino que es al ministro del cual depende en concreto la administración del ramo de Ferrocarriles. Como sé que los nombramientos de los miembros del Consejo de los Ferrocarriles son firmados por el secretario de Hacienda, ignoro si estaré en un error, pero así se me ha asegurado, es indudable que es el secretario de Hacienda quien tiene que informar sobre el particular.

El C. Zubaran: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Zubaran.

El C. Zubaran: Los miembros que manejan la Directiva de los Ferrocarriles, en mi concepto, son nombrados directamente por el ciudadano presidente de la República. Los miembros del Consejo a que ha hecho alusión el ciudadano Alessio Robles son designados, según entiendo, por el ciudadano secretario de Hacienda o, cuando menos propuestos por él.

El C. Siurob: Pues bien; si los miembros del Consejo Administrativo son designados directamente por el señor presidente de la República, es indudable que quien tendría que informar en su representación sería el secretario de Gobernación; pero como tenemos derecho a suponer, conforme a la ley, que por ser bienes intervenidos tienen que depender forzosamente de la Secretaría de Hacienda, legalmente tenemos que interpelar en principio de cuentas al señor secretario de Hacienda, y si éste no nos da luces sobre el particular, entonces tendremos que interpelar al señor secretario de Gobernación. Es indudable que la Cámara no puede sentirse de ninguna manera satisfecha ni la opinión pública tampoco con el informe franco que nos ha dado, con la sencillez de un antiguo soldado revolucionario, el señor secretario de Comunicaciones. El modestamente, honradamente se ha concretado a informar lo que le consta, lo que sabe; pues bien; no podemos sentirnos ni tranquilos ni satisfechos con tal informe. Los que han acudido formulando una queja ante la Representación Nacional, tampoco pueden sentirse satisfechos con esta contestación, puesto que la persona de quien depende el ramo administrativo de los Ferrocarriles es indudable que no es el ciudadano ministro que acaba de hacer uso de la palabra; en consecuencia, me opongo al trámite de la Mesa, porque no habiendo sido satisfecho el espíritu de la iniciativa que se aprobó aquí de que se interpelara a los dos secretarios del Ramo, es indudable que no habiendo asistido aquí el ciudadano De la Huerta, tenemos perfecto derecho a esperar mañana o pasado o el día que sea preciso esperar, a que se presente este ciudadano secretario de Estado a informar sobre el particular. Ahora voy a señalar otros hechos también en relación con las declaraciones del ciudadano secretario de Comunicaciones. El ciudadano secretario de Comunicaciones ha contestado paladinamente, y tomo esta opinión del ciudadano secretario, que los Ferrocarriles dependían directamente del Ejecutivo, no dijo que dependían, sino que permanecían incautados por la única ley de la fuerza. Ahora, señores, yo pregunto: ¿La fuerza? Hay muchas clases de fuerza. Existe la fuerza de la inteligencia, existe la fuerza del arte, existe la fuerza de voluntad, existe la fuerza hasta de amor, y la fuerza bruta. (Voces: ¡Armada!) ¿Por qué clase de fuerza están incautados los Ferrocarriles? (Voces: ¡Por la armada!) Indudablemente que por la fuerza bruta. (Voces: ¡Armada, hombre!) La fuerza armada es precisamente la fuerza bruta, es la fuerza de las bayonetas... (Voces:¡La otra, hombre!) Por la fuerza del dinero, dicen los ciudadanos representantes. (Voces: ¡Eso es!) La fuerza del dinero sola no bastaría para los Ferrocarriles; ha sido necesaria la complicidad de la fuerza bruta. Pues bien; yo no sé, yo no digo que haya hecho bien o mal el Gobierno en intervenir, más aún, digo que durante la época revolucionaria el Gobierno ha hecho perfectamente bien en intervenir el ramo de ferrocarriles. Yo mismo me hago solidario juntamente con el Gobierno de la responsabilidad que haya tenido para intervenir los ferrocarriles durante la época revolucionaria. Pero en la actualidad yo no puedo consentir ni autorizar tampoco que sigan intervenidos los ferrocarriles por la única razón de la fuerza bruta o de la fuerza del dinero. Si fuera la fuerza de la inteligencia la que hiciera al ser intervenidos los ferrocarriles fueran una fuente de rendimientos para la nación, y en ese caso serían intervenidos por una fuerza económica en relación con la fuerza intelectual del propio Gobierno, yo no tendría más que inclinarme ante esas razonez; pero una vez que ni la fuerza de la inteligencia, ni razones económicas pueden justificar en lo absoluto el que sigan intervenidos los ferrocarriles, yo no puedo más que hacer cuantas gestiones estén de mi parte como representante del pueblo para obligar al Gobierno, para decidirlo moral y políticamente y por todos los medios que estén a mi alcance para que cuanto antes se desprenda del ramo de Ferrocarriles, devolviéndolos a la empresa, puesto que no constituyen sino una fuente de egresos absolutamente injustificados para el tesoro público. (Aplausos.) Así pues, dependiendo el ramo administrativo directamente del ciudadano secretario de Hacienda, pido a la Cámara que si quiere ser consecuente con la moción que se ha servido aprobar, rechace el trámite de la Mesa para que se apruebe el trámite de que se trata hoy o mañana este asunto; pero que de todas maneras se espere a

que el secretario de Hacienda informe sobre el particular. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Luis Espinosa.

El C. Espinosa Luis: Ciudadanos representan - Asamblea al documento de los ferrocarrileros, es un Asamblea al documento de los ferrocarriles, es un trámite correcto que está dentro de los preceptos del Reglamento interior del Congreso; no pueden en realidad modificarse porque no hay trámite que pueda substituirlo, y esta es desde luego una razón que debe obligarnos a votar en pro de este acuerdo presidencial. Dije hace un rato cuando se trataba de desempeñar la comisión que nos había conferido la Asamblea, de acercarnos al ciudadano secretario de Hacienda y Crédito Público, que nosotros, simpatizadores fervientes de todas las clases laborantes del país, no podíamos dar en esta ocasión otro apoyo a los ferrocarrileros que nuestro apoyo moral. Creo que todos vosotros estáis conformes con este modo de pensar. Si esto es una verdad, ¿para qué vamos a andar perdiendo miserablemente el tiempo que nos es tan caro, ya que apenas nos quedan unas cuantas sesiones para dar término al período ordinario? El ciudadano Siurob, cuyo talento soy el primero en reconocer, cuyo interés por todas las causas nobles soy el primero en proclamar, ha venido a la tribuna a aducir como argumento único para oponerse al trámite de la Mesa, que debe esperarse hasta el día de mañana en que vendrá a informar el ciudadano secretario de Hacienda y Crédito Público. Yo creo, ciudadanos representantes, que con esto nada conseguiríamos; desde luego, suponiendo nada más que viniese a informar mañana el ciudadano secretario de Hacienda y Crédito Público, tendría que subsistir el trámite dado por la Presidencia esta tarde y nosotros tendríamos que apoyarlos y votarlos afirmativamente. Lo único que se conseguiría sería perder una tarde más, porque no llegaríamos a un resultado práctico y nosotros, antes que políticos, tenemos el deber como representantes del pueblo de ser honrados, pero absolutamente honrados. Y yo creo, señores, que así como nosotros y los intereses que representamos se perjudicarían gravemente perdiendo una tarde más, los ciudadanos empleados de los Ferrocarriles también resentirían graves perjuicios viniendo a perder una tarde entera en la sesión de mañana, ya que cuando se lucha como ellos están luchando por defenderse de ciertas medidas que los perjudican, la oportunidad es uno de los factores que más pueden darles el triunfo. Si ellos por venir aquí a la sesión de mañana pierden toda esa tarde, lo más probable es que resientan graves perjuicios. De ahí, señores, que nosotros no podamos estar conformes con que este asunto se aplace sino que, al contrario, pedimos que se resuelva de una buena vez. Pero no quiero, señores representantes, dejar pasar la oportunidad de decir unas cuantas palabras de verdad que aunque no cuadren a algunos ciudadanos, tendría la pena, en todo caso, de no serles grato; pero que es un deber no sólo como representante del pueblo, sino como un partidiario decidido de las ideas revolucionarias, el manifestárselas en esta ocasión.

Es cierto, señores, que el Reglamento me impide dirigirme a los concurrentes a las galerías, pero eso no importa; nuestro Reglamento es anticuado, en primer lugar, y como, por otra parte, no pretendo entablar diálogos con los asistentes a las galerías ni mucho menos pedirles respuestas de ningún género, sí quiero decirles que en gran parte son todos estos señores aquí presentes los responsables únicos del conflicto en que ahora se encuentran envueltos. (Murmullos.) Y lo voy a manifestar. (Voces: ¡No! Siseos.) Los que dicen que no, es por una de estas dos cosas: o por cobardía, o porque no conocen el asunto, es decir, por ignorancia: pero yo, que no ignoro la realidad de lo que ha pasado ni tengo miedo de decir las verdades, voy a decirlas. En marzo último, cuando los empleados ferrocarrileros se lanzaron a la huelga defendiendo el legítimo derecho que les da la Constitución; cuando en marzo último los empleados ferrocarrileros de la Confederación se lanzaron a la lucha, en lugar de haber contado con el apoyo moral y material de lo que constituyen la Unión de ferrocarrileros, tuvieron en su contra toda esa fuerza, y de ahí que fracasara aquel movimiento, que tenía en el fondo muchísima justicia. Desde luego fuí un simpatizador decidido de aquella huelga, porque aquellos huelguistas trabajadores de los Ferrocarriles tenían mucho derecho para pedir su mejoramiento, y también aquella vez censuré duramente la actitud de sus compañeros que traicionaban a su clase, porque no es así como se hace labor socialista ni como se defienden los intereses gremiales. (Siseos de las galerías.)

El C. Portales: ¡Una interpelación! Es pertinente. El orador está hablando de algo que no conoce. (Aplausos de las galerías.)

El C. presidente: Las galerías no deben hacer manifestaciones ni en pro ni en contra. Si continúan estas manifestaciones, la Presidencia con toda energía se verá obligada a mandarlas desalojar.

El C. Espinosa Luis: Desde luego es un principio sociológico reconocido que las clases afines se agrupen para defenderse del enemigo común, y si una fracción de los ferrocarrileros estaba enfrentada con el Gobierno federal, que en aquel caso representaba a un empresario, porque no es más que esto, los que no estuvieron con sus compañeros fueron traidores a su clase y a su gremio, supuesto que en lugar de apoyarlos con su fuerza moral y material, estuvieron en su contra combatiéndolos como si hubiesen sido enemigos. No tengo interés en fijar responsabilidades, porque no se necesita ni es el caso; en la conciencia de todos vosotros debe gritar una voz muy íntima que os diga que tengo razón y que estoy diciendo la verdad. He querido señalar este hecho amargo, pero real, que debe quemar algunas conciencias como cauterio, porque es un deber de los que nos consideramos representantes del pueblo marcar estos errores para que cuando quieran repetirse se detengan y vayan por el camino recto. Si todos aquellos de la Unión ferrocarrilera, en lugar de haberse enfrentado con los suyos, en lugar de enfrentarse con el enemigo de todos, se hubieran unido, no estarían en estas lamentables condiciones. Desde luego, señores, el derecho de huelga, que es un derecho indiscutible, empeoraba la actitud de los compañeros de los Ferrocarriles que ahora vienen aquí a pedirnos protección que no hemos negado ni

tampoco negaremos en la medida de nuestras fuerzas. Ya saben por propia experiencia todos los trabajadores que en ninguna parte del mundo las clases laborantes han tenido peor enemigo que los representantes del Gobierno, es decir, que el Gobierno mismo, ¿y por qué, si entre ellos hay directores de su gremio y de su clase que saben esta verdad amarga y grande como el infinito, por qué en lugar de prestarse a maquinaciones, por qué en lugar de consentir en ser movidos por unos cuantos politicastros de oficio, no se colocan en el terreno de la verdadera conveniencia gremial en lugar de ser instrumentos de los que no pueden nunca estar sinceramente con ellos, se reúnen con los suyos, como lo hacen hasta los animales irracionales, obedeciendo a un principio biológico cuando tienen enfrente un enemigo común? (Siseos.) De tal manera, señores, que este caso que nos traen los empleados de los Ferrocarriles es, si se quiere, en el fondo, análogo al que tenían los ferrocarrileros huelguistas de marzo último. (Voces: ¡No! ¡No!) No quiero, señores, fijarme en detalles; yo nada más digo esto: tienen una dificultad en contra del Gobierno, supuesto que en contra de él vienen a quejarse, como lo hicieron los ferrocarrileros de entonces: los detalles, las causas que han producido estos efectos yo no quiero discutirlos ni tampoco llegar a penetrar hasta el fondo. A mí me basta, señores, para decir que son idénticas, que los ferrocarrileros de hoy vienen a pedir en contra del Gobierno y que los ferrocarrileros de ayer también pedían en contra del Ejecutivo convertido en empresario de los Ferrocarriles. Por esto es completamente idéntico el caso, y yo preguntaría a los ferrocarrileros de la Unión: ¿qué dirían ellos si ahora, como ellos ayer, se les echasen encima y se aliarian con el enemigo de ellos, los de la Confederación de Ferrocarrileros...?

El C. Portales: Ya aceptaron trabajar 24 horas.

El C. Espinosa Luis: No harían más que obedeciendo al sentimiento mezquino reconocido más en el ser humano que en el ser irracional, que corresponderles con la misma moneda, si tal hicieran. Pero no quiero en este momento hacer cargos, no quiero fijar responsabilidades; cumpliendo mi deber de revolucionario y de defensor de las clases laborantes, me veo obligado, me siento constreñido a marcarles este error para que lo remedien en el futuro, para que no se dejen engañar por más tiempo ni sean servirles instrumentos de politicastros de oficio. Todos sabemos el resultado de aquella huelga: la caída del secretario Ortiz Rubio y más tarde la destitución de Francisco Pérez; esta es la verdad de las cosas. Señores, a mí me consta que los ferrocarrileros que vienen a pedirnos protección, a mí me consta que los ferrocarrileros de la Unión fueron los que estuvieron con el Gobierno, aun en contra de los intereses de su grupo, y bien, ¿qué ha pasado? Que ahora el Gobierno a quien ellos ayudaron se vuelve en su contra, pagándoles en esta forma el servicio recibido. Toca, pues, a esta Representación Nacional, tenderles su mano protectora y ayudarles en todo lo que pueda, de acuerdo con los principios constitucionales. No podemos más que dar este apoyo moral que ya les hemos dado, supuesto que lo que aquí se ha hecho esta tarde repercutirá por medio de la prensa en la República entera; no hay derecho a exigírsenos más, porque no podemos hacer otra cosa. La presencia del ciudadano secretario de Hacienda en este Parlamento en la sesión de mañana no tendría objeto, porque no daría otro resultado... (Voces: ¡Cómo no!) que el que ha dado en estos momentos la información del secretario de Comunicaciones. Por todas estas razones me opongo a que no se resuelva de una vez este asunto; tómense en esta sesión todas las medidas prácticas que se quieran, pero no nos engañemos a nosotros mismos ni a los trabajadores que necesitan de su tiempo. No me opongo a que se hagan cuantas gestiones sea preciso; aquí hay muchos compañeros que piensan y que podrán dictar medidas que tiendan ayudar en algo la situación de estos trabajadores ferrocarrileros; pero querer que a fuerza venga el secretario de Hacienda para informar mañana, es tanto como consentir previamente y a sabiendas en que perderemos el tiempo como se ha perdido ahora. Yo quiero algo más práctico, algo más concreto: que se tome un acuerdo que tenga algo de más sólido y que sirva para aliviar de manera rápida la situación de los ciudadanos ferrocarrileros; si se quiere hacer algo que tal vez sea más eficiente, llámese al ciudadano secretario de Industria y Comercio, ya que el problema ferrocarrilero, problema de trabajo, está íntimamente ligado con las funciones del ciudadano secretario de Comercio, Industria y Trabajo. Pudiera ser que por ese camino llegáramos a un resultado todavía más práctico. Yo no hago más que someter, señores, una idea que a mí me parece buena; si la Asamblea piensa lo mismo, entonces tómese el acuerdo de que en la sesión de mañana, en lugar de llamarse solamente al ciudadano secretario de Hacienda, que pudiera darnos un resultado negativo, llámese también al ciudadano secretario de Industria, Comercio, y Trabajo; pero mucho me temo que no lleguemos tampoco a nada práctico. Pero, en fin, si la Asamblea no apoya a la Presidencia dando su voto aprobatorio para el trámite que ha dado al documento de los ferrocarrileros, estoy seguro de que mañana mismo veremos quién es el que tiene la razón.

El C. Portales: Pido la palabra para hacer una aclaración.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Avilés.

El C. Portales: Quiero hacer una aclaración. Para una interpelación al señor Espinosa. (Voces: ¡Se pierde el tiempo!) ¡Pero qué se pierde el tiempo! ¡Cómo se ha perdido el tiempo y hemos tenido orejas para oír cuando se ha tratado de chanchullos electorales, y ahora que se trata de los trabajadores, que no se me quiere oír! (Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Yo acepto con todo gusto que el compañero Portales me haga una interpelación, pues tiene derecho.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Portales.

El C. Portales: Compañero Espinosa: Usted ha ido a esa tribuna a decir algo así como que le hace usted un grave cargo a la Unión. Aquí hay compañeros diputados del bloque del Partido Liberal Constitucionalista, que oyeron perfectamente bien la discusión que tuvimos en el Salón Verde, cuando se trató de la huelga, y demostré hasta la

sociedad que esa huelga no era justa, y que de lo que se trataba era de postergar a la Unión , era de fastidiar a la Unión, y más se han visto los resultados,cuando ese Consejo Administrativo se ha puesto de parte de los confederados. Nosotros tenemos varios superintendentes, hermanos nuestros, más competentes que el mismo señor Padrés y que toda la camarilla que está en los ferrocarriles. (Aplausos.) Y, sin embargo, por el hecho de pertenecer a la Unión de conductores, Maquinistas, Fogoneros y Garroteros, que ayudó al Gobierno, porque allí estaba su estabilidad, porque, si la Unión no ayuda al Gobierno, tengo recortes de periódicos de los Estados Unidos, donde se decía que era el principio de un régimen bolchevique en México, sin embargo la Unión, quebrantando hasta sus principios de socialismo, apoyó al Gobierno, porque a México le conviene un Gobierno estable y no dar lugar a que los países enemigos digan que en México no hay un hombre capaz de gobernar el país. ¡Qué mal han interpretado esta acción de la Unión de Maquinistas, Conductores, Garroteros y Fogoneros; ¡Me dolió en el alma haber dado ese paso, pero cumplí como representante del pueblo con apoyar definitivamente al Gobierno, no obstante que soy partidiario de los ferrocarrileros! Comprendí perfectamente que más tarde sobrevendría este resultado; pero fíjese usted, señor Espinosa, en ese rasgo de patriotismo de la Unión. ¿Qué prensa de los Estados Unidos decía que el Gobierno si accedía a las peticiones de los ferrocarrileros, quedaría aplastado? ¡Oigalo toda la nación! Yo mismo estoy de acuerdo con la confederación de todos los ferrocarrileros; si todos estuviéramos unidos, no tendríamos estas dificultades; pero ahí está De la Huerta, que dio dinero de la nación para que se dividieran los trabajadores del gremio. (Aplausos de las galerías.) No tuve empacho en decirlo recio y quedito; desde aquel entonces auguré que iba a pasar esto. Entonces los ciudadanos Martínes de Escobar y Alessio Robles, así como otros compañeros, me ayudaron a conseguir que la Cámara permaneciera neutral, porque esta lucha entre obreros no debe existir, por más que algunos ministros los han cogido como maniquíes para fines políticos. (Aplausos.) ¿Cómo es que ahora se vienen a hacer estos cargos, como que la Unión fue enemiga de los trabajadores? Antes que ser unionistas hay que ser mexicanos y patriotas, ayudando siempre a consolidar al Gobierno. ¡Cuántas veces hemos dejado a nuestras esposas y a nuestros hijos llorando para ir a cumplir nuestro deber en los ferrocarriles, porque sabíamos que en el camino nos esperaban las voladuras de trenes y un sin fin de peligros; ¿y cuántas veces hemos hecho travesías de trescientos kilómetros, a causa de la revolución? Ahora, si viene otra revolución, si cae el Gobierno del general Obregón, indudablemente que tendremos que soportar nuevamente todas esas amargas penas por las que hemos tenido que pasar durante este lapso de diez años de guerra fratricida. ¿Cómo es posible que un compañero como usted, señor Espinosa, nos haga esos cargos? Recuerdo que en aquella sesión hubo hasta lágrimas, porque repito que lo que estábamos haciendo era contra nuestra manera de sentir, contra el socialismo. ¿Qué hacíamos nosotros? Ahora, lo que yo decía hace un momento: Nosotros tenemos muchos superintendentes muy competentes; allí está Manuel Chavero, que ni es miembro de la Unión; pero por el hecho de desempeñar un papel ayudando al Gobierno, no a la Unión, sino al Gobierno, en Monclova, le han quitado el trabajo, cuando es competente, mucho más competente que muchos sonorenses que tenemos allí en ese edificio de los ferrocarriles. (Aplausos.) Allí está el compañero Juan García, conductor, muy competente también como superintendente, y por el hecho de ser miembro de la Unión, no tiene trabajo; le han quitado su ascenso. ¿Qué nos espera para mañana? ¿Es justo esto? ¿Usted cree que no está justificada nuestra propuesta y no está justificado y explicado hasta la saciedad el por qué nosotros tomamos esa determinación? ¿Y por qué entonces la Cámara de Diputados no quiso apoyar aquel movimiento cuando me oyeron a mí? Fue una discusión de seis largas horas, si no me equivoco, y en aquel entonces los ciudadanos Siurob y Vito Alessio Robles y otros muchos aceptaron y vieron que teníamos razón y que más que otra cosa éramos conscientes de nuestros actos. Por esta aclaración, yo suplico al compañero Espinosa que cambie su criterio sobre ese particular y no quiera hechar un fango que no corresponde a la Unión de Conductores, Maquinistas, Fogoneros y Garroteros. (Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Voy a procurar contestar, hasta donde me sea posible, al estimable compañero Portales. Empiezo por manifestarle que yo no he hecho cargo concreto ninguno a la Unión de Ferrocarrileros; he señalado un caso a través de mi criterio personal. Yo tengo, como todos, mi punto de vista sobre la huelga de marzo, huelga que yo apoyé con todo entusiasmo y que no hice nada porque no estaba en el Parlamento, me encontraba en el Sureste de la República. De tal manera, señores, que no he hecho un cargo, que tampoco he justificado la actitud del Gobierno en contra de los que sirvieron entonces. Yo lo único que he dicho es que lo que les está pasando ahora a los ferricarrileros de la Unión no es más que una consecuencia de la actitud que asumieron en aquel entonces. (Voces: ¡No! ¡No!) De tal manera, que yo pienso que no son más que polvos de aquellos lodos, y la ingratitud con que se les pagó, pues ya se sabe que así paga en muchas ocasiones el diablo a quien le sirve, según dice un proverbio vulgar. Yo lo único que quiero, compañero Portales, lo que quiero que sepa la Asamblea y que sepan los ferrocarrileros, es cumplir con un deber muy alto. (Toses). Yo podría haber hecho lo que todos: Ser servil con los ferrocarrileros aquí presentes, para conquistar aplausos atronadores; pero he creído más digno y honrado venir a precaverlos de otro fracaso. Estoy seguro que ellos difícilmente se presentarán de nuevo a servir de instrumentos para fines políticos porque, dígase lo que se quiera, en aquel movimiento en que hubo un fondo de justicia, a pesar de que ahora se quiere negar, también hubo mucho de politiquería. He creído, pues, que es más saludable, más patriótico y más honrado orientar desde mi curul a estas masas de trabajadores, gritándoles ¡alerta!, que venir a cantarles palabras sonoras que endulzasen sus oídos o quemarles la adulación del incienso servil. De tal manera, que

quiero que usted, ciudadano Portales, interprete mi actitud no como la de un acusador, que no puedo serlo bajo ningún concepto, supuesto que el bloque a que pertenezco ha tomado por su cuenta la defensa de los empleados ferrocarrileros, y necesitaría ser traidor a mi grupo para estar en contra de ellos. Así pues, le ruego que acepte esta explicación como una expresión sincera de mi actitud en este momento.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Avilés.

El C. Avilés: Señores diputados: Indudablemente que el discurso del ciudadano Luis Espinosa ha sido un discurso de aquellos que podrían interpretarse de esta manera: En una mano ha presentado muy llamativo el pan, y en la otra mano también ha presentado muy llamativo el palo. El ciudadano Espinosa por un lado está de acuerdo con que esta Representación Nacional preste su apoyo a los ferrocarrileros que vienen a solicitar su ayuda, y por otro el ciudadano Espinosa lanza cargos a estos señores porque, según su decir, no estuvieron a la altura de su deber cuando se trató de la huelga de marzo. Quiero hacer algunas aclaraciones sobre este particular e ir colocando a cada uno de los componentes que tomaron parte en la huelga.

De ninguna manera voy a estar de acuerdo con los argumentos expuestos por el ciudadano Espinosa; nunca tampoco me atrevería a lanzar cargos de traidores a los elementos que no estuvieron de acuerdo en esa vez con la huelga esa y que sí prestaron su apoyo al Gobierno constituído. No sé por qué ignorará el ciudadano Espinosa cómo aquella vez sí se trataba de verdaderas politiquerías y que ese grupo que se lanzó a la huelga no estaba inspirado por otros elementos, sino era por el señor ministro de Gobernación, don Plutarco Elías Calles. (Aplausos.) A mí me gusta, ciudadanos diputados, llamar al pan, pan, y al vino, vino: Quien tomó parte activísima en esa vez para lanzar a la huelga a los ferrocarrileros, fue el señor ministro de Gobernación, ayudado eficazmente por los dineros proporcionados por el señor ministro de Hacienda. (Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: ¿Tiene usted la bondad de permitirme una aclaración?

El C. Avilés: No acostumbro, ciudadano Espinosa, interrumpir a ningún orador porque tampoco acostumbró permitir que ningún ciudadano diputado me interpele cuando estoy en la tribuna. (Aplausos.) Yo quiero, como es natural, probar estos cargos que acabo de lanzar en contra de los señores ministros de Gobernación y de Hacienda. En esa época, ciudadanos diputados, a todos consta puesto que fue el clamor nacional, puesto que nacionalmente fue considerado, cómo en esta vez, las intriguillas políticas, intriguillas de un grupo que necesitaba o que quería aprovecharse del Gobierno, había empujado a esos elementos ferrocarrileros para que se presentaran en huelga y así de ese modo precipitar los acontecimientos en favor de sus interese bastardos. (Aplausos.) Y aún, ciudadanos diputados, está en la conciencia nacional y ya la conciencia nacional ha rubricado ya todos estos acontecimientos lanzando sus anatemas sobre todos esos hombres que intentaron en ese momento dado precipitar a la nación en acontecimientos que hubieran traído, si se quiere, hasta la intervención armada. Entonces estos señores ferrocarrileros que ahora se presentan ante esta Asamblea a solicitar su ayuda, indudablemente que estuvieron a la altura de su cometido ayudando al Gobierno establecido, más bien que ayudando al Gobierno, estuvieron ayudando a su país y para estos el ciudadano Espinosa viene lanzando el cargo de traidores. No, compañero Espinosa, no es traidor el hombre que en los momentos difíciles, en los momentos de aprieto para un Gobierno constituído y estando en sus manos prestar algún día su apoyo para que ese Gobierno no fracase, va y sin vacilar presta ese apoyo; no se puede dar ese calificativo de traidores a los hombres que en un momento tan difícil como era aquel prestaron su gran contingente para conjurar la crisis bolchevique que se venía encima de la nación. (Aplausos.) Y ahora, ciudadanos diputados, nosotros estamos obligados moralmente, como representantes del pueblo, a poner todo nuestro apoyo para ayudar a que no se sigan cometiendo esos grandísimos desbarajustes que hay en los Ferrocarriles. Nunca pueden estar bien administrados esos Ferrocarriles, cuando no hay en la administración elementos competentes ni de conocimientos técnicos, ni morales, ni siquiera de conocimientos rudimentarios en cuestiones ferrocarrileras. (Aplausos.) Yo preguntaría cuáles son los antecedentes ferrocarrileros del señor Denegri, cuando su pasado no está justificado nada más que por haber sido un vendedor de boletos. (Aplausos.) ¿Cómo puede un vendedor de boletos tener en sus manos la dirección técnica de una ferrocarrilera tan difícil de manejar, según el dicho de los grandes ferrocarrileros? ¿Cómo, ciudadanos diputados, van a estar bien administrados los Ferrocarriles teniendo también en su directiva, y como director general de esos Ferrocarriles, a un señor Padrés, un señor Padrés que se ha dado los humos de ser un financiero, pero que no ha llegado ni siquiera a los tacones de los financieros? (Aplausos.) Estas verdades indudablemente que dolerán, ciudadanos diputados; pero nosotros, los representantes del pueblo, estamos obligados a venir a lanzar aquí desde esta tribuna esas verdades, no ya para que se nos haga caso, puesto que a la postre resultamos ser unos ceros a la izquierda, pero siquiera para tener la satisfacción de que no se crea que ignoramos nosotros todas estas cuestiones del desbarajuste que existe en los centros ferrocarrileros. Cuentan, señores diputados, que estos señores que ahora tienen en sus manos los asuntos ferrocarrileros, están dirigidos nada menos que por un señor Carpio, que no ha tenido más antecedentes ferrocarrileros que haber sido un tenorcillo partiqueño (Risas) o partiquino (Risas) o ¡quién sabe cómo se dice! (Risas Aplausos.) (Voces: ¡Es poeta!)

Analizados, ciudadanos diputados, los tres principales componentes que tienen en sus manos las cuestiones ferrocarrileras del país, hombres sin antecedentes ni conocimientos en achaques ferrocarileros, ¿cómo no va a existir ese desbarajuste que existe en las esferas ferrocarrileras, cómo no van a estar mal administrados estos asuntos, ciudadanos diputados, cuando la mayoría de los negocios ferrocarrileros se hacen a base de coyotaje? (Aplausos.) ¿Cómo no van a estar mal administrados

estos ferrocarriles, ciudadanos diputados, puesto que yo recuerdo que alguna vez desde aquí desde esta tribuna leía unos documentos donde se compraban unas máquinas viejas que importaban cierta cantidad de dinero, y luego aquí estos señores coyotes venían a cobrar el triple o el cuádruplo de lo que realmente valían aquellos desperdicios de máquinas? (Aplausos.) ¿Cómo no van a estar mal administrados estos Ferrocarriles, cuando esos Ferrocarriles -según lo dicho en esta tribuna hace algunos días por el ciudadano Siurob- están en manos de la "Sonora News Company"? (Aplausos.) ¿Cómo no va a haber desbarajuste en estos Ferrocarriles puesto que de ellos han huído todos los técnicos, puesto que se han entregado no a manos competentes, no a hombres que vayan a administrar bien, sino que se han entregado en manos de una casta que no lleva otro prurito que el de enriquecerse? (Aplausos.) Ciudadanos diputados, nosotros como representantes del pueblo, vuelvo a repetir, sí tenemos obligación de interponer nuestra fuerza moral para pedir al presidente de la República que haga cesar esa mala administración de los Ferrocarriles, puesto que según la confesión, del ciudadano ministro de Comunicaciones, él es el que directamente acuerda con esos señores que tienen en sus manos los Ferrocarriles del país; sí, nosotros tenemos derecho, como representantes del pueblo, como verdaderos componentes del Gobierno, a decir al ciudadano presidente de la República que en los Ferrocarriles Nacionales hay un desbarajuste que ha cundido no sólo a las altas esferas, sino hasta los bajos fondos y que él, como Poder Ejecutivo, como el supremo mandatario de la nación y como el que tiene en sus manos las cuestiones ferrocarrileras, debe poner punto final a ese desbarajuste, pues de otro modo no quiero decir más que él está entregando su Gobierno en manos de ineptos, en manos de bribones que más tarde lo llevarán a pasos agigantados a Tlaxcalantongo o a cualquiera otra parte. (Aplausos.)

Nosotros, como representantes del pueblo y como componentes del Gobierno, tenemos el deber de poner todo lo que esté de nuestra parte para pedir al Ejecutivo con nuestro carácter, sí, de funcionarios públicos, de funcionarios de la nación, para que su Gobierno marche como debe marchar, por el sendero de la honradez, porque hay que tener en cuenta, ciudadanos diputados, que este estigma no solamente cae sobre el Poder Ejecutivo, sino que caerá también sobre el Poder Legislativo. ¿Por qué? Porque somos también una parte de ese Gobierno, y nosotros estamos obligados a velar por los intereses nacionales. ¿Por qué en vez de llamar al ciudadano ministro de Gobernación y al ciudadano ministro de Hacienda, no se nombra una comisión de esta Representación Nacional para que se acerque al Ejecutivo y le exponga la verdad de estos hechos y haga que se ponga punto final, puesto que no son los señores diputados los que vienen a decir esto, ni son los señores ferrocarrileros tampoco los que confiesan ese desbarajuste, sino que quien lo confiesa, quien lo ve, quien está palpando ese desbarajuste, es la opinión nacional? (Aplausos.) Yo pido a mis compañeros que ayudemos al Gobierno no es precisamente cubrir sus lacras, no es precisamente cubrir a los individuos malos que tiene cerca de él; no, el modo de ayudar al Gobierno, ciudadanos diputados, es señalando dónde están los bribones, qué hacen y cómo perjudican a los gobiernos. La caída de los gobiernos, ciudadanos diputados, no la hace nunca la oposición; nunca ha hecho la oposición la caída de los gobiernos; esta es una verdad ineludible e indiscutible. La caída de los gobiernos la han provocado ese cúmulo de parásitos, ese cúmulo de sinvergüenzas que rodean a todas las administraciones. (Aplausos.)

La caída de los gobiernos, ciudadanos diputados,no la ha hecho tampoco la prensa de oposición. ¡Mentira que la caída de los gobiernos la hayan hecho los periódicos de oposición! No, señores , la caída de los gobiernos la han hecho ayer los Aguirre Berlanga, hoy la harán los señores Calles y los De la Huerta. (Aplausos.) Esta es la verdad. Esta es, ciudadanos diputados, la psicología de nuestro medio; esa es, ciudadanos diputados, la psicología de nuestros gobiernos. Siempre nuestros gobiernos se rodean de dos o tres favoritos que son los que tienen todo el engranaje público en sus manos, y entonces el hombre-gobierno, el superhombre que se llama presidente de la República y las Cámaras y el poder Judicial y la Suprema Corte de Justicia, siempre van a rendir pleitesía ante aquellos elementos. Y eso es lo que ha traído siempre la caída de los gobiernos, ciudadanos diputados. Las Cámaras no han sabido estar a la altura de su deber y entender su verdadero papel. No es sólo el venir a dar layes, no; se está muy equivocado el que así piense. La misión del diputado, la misión del Poder Legislativo es todavía más alta; es encauzar precisamente, ya sea por medio de leyes, ya sea por medio de comisiones, ya sea por medio de convencimientos, tanto al poder Ejecutivo como al poder Judicial. Esta es la labor de las Cámaras, puesto que son los genuinos representantes del pueblo; pero nosotros muchas veces hemos olvidado nuestro papel de diputados, y aquí el ciudadano Espinosa había olvidado completamente su papel de diputado también. ¿Y por qué había olvidado el ciudadano Espinosa su papel de diputado? Es que en estos momentos en que se espera que estalle una huelga que traiga consecuencias funestísimas que son incalculables, véis al ciudadano Espinosa y nos dice que no hay que estar perdiendo el tiempo, que estas cosas no deben tratarse, que nos dediquemos a la manoseada Ley del petróleo o cualquiera otra cosa; pero no, ciudadanos diputados, el deber nuestro en esta vez debe de ser el estar a la altura de nuestro deber, es decir, ir con nuestro carácter de diputados, con nuestro carácter de Poder Legislativo a decir al Ejecutivo: Puesto que en las dependencias tuyas se están cometiendo estas irregularidades, puesto que a medida que entran cinco o seis millones en los ferrocarriles se dice a los trabajadores de esos ferrocarriles que no tienen con qué pagarles, nosotros, ciudadanos diputados, debemos de decirle al Ejecutivo no con nuestro carácter de diputados, sino con nuestro carácter de Poder Legislativo, que él debe poner coto a ese desbarajuste que existe en los ferrocariles nacionales; de otro modo no habremos cumplido nosotros con la misión que a más de legisladores nos ha encargado el pueblo, es

decir, de velar por sus intereses. Así, ciudadanos diputados, que yo creo que lo más cuerdo en estos asuntos, es que esta Cámara nombre una comisión que se acerque al Ejecutivo y le haga la insinuación, pero no, vuelvo a repetir, con el carácter de diputados, sino con el carácter de Poder, para que haga cesar esos robos, esos abusos, esos latrocinios que existen en los Ferrocarriles Nacionales. Allí, ciudadanos diputados -y esto lo digo con toda la convicción de mi yo íntimo-, allí, ciudadanos diputados, roba desde el mozo de cordel, hasta el director de los ferrocarriles. (Aplausos nutridos en las galerias.)

El C. Espinosa Luis: Ciudadanos representantes: Ya que el compañero Avilés, tan querido para el que habla, no tuvo en esta ocasión la gentileza de concederme la palabra para hacerle una pregunta, la Presidencia me ha concedido la palabra para que haga una aclaración. Mi aclaración será, compañeros, consistente en lo que sigue: En que si en marzo se hubieran unido todos los ferrocarrileros, no hubiera habido huelga, ni hubiera caído el Gobierno. Este es el hecho que quiero hacer constar en el DIARIO DE LOS DEBATES para que si alguna vez se necesita depurar conductas o definir actitudes, se sepa aquí por qué proceden en cierta manera los diputados. Yo lo digo muy alto: Si aquella vez, compañero Avilés, se hubieran unido los ferrocarrileros, no hubiera habido huelga ni hubiera caído el Gobierno, ni estaríamos tampoco ahora en estos momentos contemplando la situación tan difícil de los ferrocarrileros. Esta es una gran verdad, tan grande como un templo; por lo demás, el compañero Avilés de cuya honorabilidad no debo dudar, porque nos ha dado muchas pruebas de ello, vino a la tribuna a decir que la huelga de entonces la fomentó el ciudadano ministro de Gobernación, Plutarco Elías Calles, y yo quiero hacer esta rectificación: Toda la prensa de aquellos días achacó el movimiento huelgista al entonces secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, Pascual Ortiz Rubio, y la actitud del compañero Avilés, michoacano y amigo íntimo de Ortiz Rubio, en esta tribuna casi nos daba la razón a pensar de que la prensa tuvo razón en aquella vez. Claro que como yo conozco demasiado a Avilés, rechazo la sospecha que sin querer viene a mi cerebro; pero de cualquier manera fijo este hecho: Fue a Ortiz Rubio a quien se le hizo responsable de aquella huelga, pretendiendo sacar al ciudadano Francisco Pérez, como director general de los ferrocarriles, con quien no estaba de acuerdo. El que habla, y cuya palabra será insospechable, porque todos le reconocen la lealtad al partido en que milita, pero también reconocen y deben reconocer mi honradez personal, declaro que en aquellos días el ciudadano secretario de Gobernación, Plutarco Elías Calles, andaba con el que habla por el Sureste, ajeno por completo al movimiento, como me consta a mí. (Aplausos.)

El C. secretario Barragan: Se ha presentado la siguiente moción suspensiva.

"H. Asamblea:

"Solicitamos que sea aprobada por vuestra soberanía la siguente moción suspensiva:

"Entre tanto se presenta a informar el ciudadano secretario de Hacienda, suspéndase la discusión del asunto relativo a la queja de los ferrocarrileros.

"Sala de Sesiones. México, 5 de diciembre de 1921. - Carlos Cuervo. - E. Gandarilla. - J. Siurob. - A. Cienfuegos y C. - Pedro A. Chapa."

El C. Espinosa Luis: Para una moción de orden.

El C. secretario Barragán: Está a discusión.

Las personas que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El C. Gandarilla: Pido la palabra para fundarla. (Voces: ¡No hay quorum!)

El C. Paz: Para una moción de orden. Reclamo al quorum, señor presidente.

El C. Ramos Esquer: Reclamo el quorum, señor presidente.

El C. presidente, a las 9.10 p m.: Siendo visible la falta de quorum, se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez de la mañana.