Legislatura XXIX - Año II - Período Ordinario - Fecha 19211214 - Número de Diario 63

(L29A2P1oN063F19211214.xml)Núm. Diario:63

ENCABEZADO

MÉXICO, MIÉRCOLES 14 DE DICIEMBRE DE 1921

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en Administración local de correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO II. - PERÍODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO III. - NÚMERO 63

SESIÓN PERMANENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA LOS DÍAS 13 Y 14 DE DICIEMBRE DE 1921

SUMARIO

1.- Reanudada la sesión se aprueba la partida 2,007 del presupuesto de Egresos para 1922, correspondiente al Poder judicial. Se recoge la votación de las partidas no objetadas de dicho ramo. Se declara aprobado el presupuesto de este ramo.

2.- Lectura y aprobación del acta respectiva. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. VIDALES AGUSTÍN E.

(Asistencia de 128 ciudadanos diputados.)

El C. secretario Aillaud, a las 11.52a.m: Por disposición de la Presidencia se reanuda la sesión permanente. Va a procederse a la votación de la partida de 9 secretarios auxiliares, que quedó pendiente anoche de votación por falta quórum. Por la afirmativa.

El C. Hidalgo Catalán: Por la negativa. (Votación.)

El C. secretario Aillaud: Votaron por la afirmativa 119 ciudadanos diputados.

- El C. Hidalgo Catalán:Votación por la negativa 8 ciudadanos diputados.

El C. secretario Aillaud: En consecuencia, ha sido aprobada la partida 2,007 del Ramo Tercero. Se procede a la votación nominal de las partidas no objetadas. Por la afirmativa.

- El C. Hidalgo Catalán Por la negativa. (Votación.)

El C. secretario Aillud: Votaron por la afirmativa 127 ciudadanos diputados.

El C. secretario Salazar: Votó por la negativa 1 ciudadano diputado.

El C. secretario Aillaud: En consecuencia, ha sido aprobado el presupuesto del Ramo Judicial.

Se va a dar lectura al acta.

"Acta de la sesión permanente celebrada por la Cámara de Diputados de la Unión, los días 13 y 14 de diciembre de mil novecientos veintiuno.

"Presidencia del C. Angel Alanís Fuentes.

"En la ciudad de México se abrió la sesión a las siete de la noche del martes 13 de diciembre de 1921, con asistencia de los diputados que estaban presentes al levantarse la sesión permanente inmediata anterior.

"Presidencia del C. Agustín E. Vidales.

"Se concedió cinco minutos a los representantes para que apartaran las partidas que quisieran objetar del ramo del Presupuesto de egresos correspondiente al Poder judicial, que previamente se puso a debate. "La Cámara consintió en que la comisión retirara, para su reforma, las partidas 2,002 2,004,a 2,006,2,008,2,009,2,011,2,016,2,018,2,020y 2,021 a 2,025.

- El C. Padilla, a nombre de la Comisión de Presupuestos, respondió a preguntas que dirigió el C. Jesús Z. Moreno e Interpeló al C. Perez Gasga.

"La Comisión presento modificadas las partidas a que antes se ha hecho referencia, usando de la palabra el C. Padilla para fundar esas modificaciones.

- El C. Jesús Z. Moreno impugnó la partida 2,007, que fue defendida, a nombre de la Comisión de Presupuestos, por los CC. Padilla y Francisco Trejo.

"Suficientemente discutido el punto, se declaro con lugar a votar la partida y procedió a su votación nominal:Votaron afirmativamente ciento siete diputados y por la negativa siete.

"En vista de la falta de quórum, se suspendió la sesión a las siete y cincuenta y cinco de la noche, anunciando la Presidencia que se aplicarían las multas correspondientes a los faltantes.

"Se reanudó la sesión a las ll.55 de la mañana del miércoles 14 de diciembre, con asistencia de 128 ciudadanos diputados.

"Fue recogida la votación nominal que el día anterior quedó pendiente y de ella resultó aprobada la partida 2,007 por 119 votos de la afirmativa contra 11 de la negativa.

"Se procedió a la votación nominal de las partidas no objetadas del mencionado ramo de Egresos del Poder Judicial y se obtuvieron 127 votos de la afirmativa contra 1 de la negativa, por lo que se declararon aprobadas dichas partidas.

"Concluída la discusión y aprobación del Ramo del Poder Judicial, se leyó la presente acta." Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se

aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada. Por disposición de la Presidencia se va poner a discusión el proyecto de presupuesto correspondiente al Ramo XII, Departamento de Salubridad Pública.

El C. Casas Alatriste: Pido la palabra en contra del trámite.

- El C. presidente:¿ De cual trámite?

El C. Casas Alatriste: Pido la palabra en contra de que se ponga a discusión un ramo que la Asamblea no conoce.

El C. presidente: Pero en estos momentos va a informar la Comisión sobre el particular.

El C. Casas Alatriste: Muy bien, va informar el ciudadano Trejo qué cosa se hizo en ese ramo, pero es elemental que se tenga la cortesía siquiera con la minoria del Parlamento de que se le permitía conocer los proyectos que esa mayoría quiere hacer pasar en una forma completamente festinada.

- El C. presidente:La Presidencia no tiene la intención de festinar este asunto tanto más cuanto que la comisión va a fundar en estos momentos este proyecto de presupuesto que ahora se presenta a la consideración de la Cámara.

El C. Casas Alastriste: Pido la palabra solicito de la presidencia que no se ponga a discusión desde luego este proyecto de presupuesto, sino que se nos dejen cuando menos dos o tres horas para leerlo y estudiarlo porque si no, me voy a ver en caso de separar todas las partidas de este ramo.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión para fundar este proyecto de presupuesto .

El C. Trejo Francisco: Honorable Asamblea: La comisión ruega a los ciudadanos diputados se sirvan en sus manos el proyecto de presupuesto de este Departamento, porque va a hacer una exposición prolija a fin de que la festinación con que pudiera presentarse a discusión este presupuesto, no tenga la trascendencia que en el caso de que no se hicieran explicaciones especiales. La Comisión no pretende que se discuta desde luego, pero sí cree que deben escucharse las razones que la Comisión ha tenido al dictaminar el Departamento de salubridad, con objeto de que estas mismas explicaciones orienten la opinión de los señores diputados y faciliten su labor de investigación. (Murmullos.)

El C. secretario Salazar: Se suplica a los ciudadanos diputados que por cortesía se sirvan atender al orador.

- El C. Arce:¡Moción de orden señor presidente! Suplico a la Presidencia que se sirva hacer algo que ya está acordado, y que por lo mismo se nos dé un dia de plazo, pues no podemos discutir sin tener noción de lo que vamos a discutir. (Desorden Campanilla.)

El C. Trejo Francisco: La comisión, como dijo antes, no viene a proponer que se entre a la discusión del presupuesto desde luego; pero sí cree pertinente que para ganar tiempo se le escuche toda vez que la mesa entiendo que rectificó su trámite ya... (Voces:¿Cuál trámite?) La comisión tiene la palabra para informar; no se ha dado ningún trámite hasta estos momentos. (Murmullos. Desorden. Campanilla.)

El C. Casas Alatriste: Declaró la Secretaría que estaba a discusión (Desorden. Campanilla.)

El C. León Luis: ¡Moción de orden, señor presidente! El compañero casas Alatriste impugnó su trámite, señor presidente; nosotros deseamos saber cual es el trámite que ha dado la Presidencia.

El C. presidente: No se ha dado ningún trámite hasta el momento; está informando la comisión.

El C. Trejo Francisco: He Pedido la palabra para fundar el dictamen de la Comisión, y ruego a los señores diputados se sirvan seguir, con el presupuesto que se les ha entregado, el orden de esta exposición . En el ramo de Salubridad Pública, la comisión no pudo introducir economías, en virtud de que el personal que se destina a integrar los servicios de ese Departamento, ha sido aumentado en el ante proyecto que se presentó a la comisión, y ésta juzgó pertinentes esos aumentos, aceptándolos en su totalidad. Con relación a cuotas por sueldos, la comisión aceptó también los aumentos que propuso el departamento de salubridad, aunque si armonizándolos con el plan seguido para los demás departamentos de la federación. Propone la misma Comisión para el director de este departamento, la cantidad de cuarenta y cinco pesos sosteniendo el criterio que tiene de que los directores de estos departamentos deben una retribución de esta cuantía y a pesar de que con relación a un departamento ya aprobado, se ha tomado una determinación distinta sobre la cual la Comisión en su oportunidad se permitirá presentar la adición respectiva, pues no cree que lo resuelto en esa vez por esta Asamblea esté justificado. Los Delegados en el consejo superior de salubridad, venían disfrutando de un emolumento de quince pesos diarios, realmente insignificante con relación a la importancia de las labores que tienen encomendadas. La Comisión propone veinte pesos, que es el sueldo similar al de los delegados de la Comisión Nacional agraria y de algunas otras comisiones de importancia. Para los servicios sanitarios en las fronteras y puertos la Comisión también acentó ligeros aumentos de sueldo y pueden decirse, en términos generales que todas las asignaciones con relación a plazas, están prudente y ligeramente aumentadas. Es fácil observar lo que la comisión sostiene, si se ve que para el año 1921 las cantidades votadas por concepto de sueldos ascendieron únicamente a $1.600,000.00 y las cantidades que se proponen ahora llegan a $2.010,000.00, es decir, algo más de 400,000.00 por concepto de aumento de sueldos, que la Comisión ha encontrado plenamente justificado.

Con relación a las partidas globales, la Comisión sostuvo su criterio de reducirlas en la proporción en que lo que ha hecho para los demás ramos; comparando las partidas globales votadas para 1922, con las que se votaron para 1921, la reducción también es insignificante, pues para el año actual la cantidad fue de $828,000.00, contra $767,000.00 para el año próximo. En terminos generales, puede hacer constar la Comisión que en este ramo excepcionalmente los sueldos han sido aumentados, lo mismo que el personal; que la reducción de las partidas globales no ha alcanzado la proporción que las demás; pero la comisión ha creído que por

tratarse de un servicio de interés general, no debiera la Cámara escatimar las cantidades indispensables para mejorarlo. Esto es lo que la Comisión cree pertinente exponer para orientar las investigaciones de los ciudadanos representantes.

El C. Moreno Jesús Z.: Pido la palabra.

El C. secretario Aillaud: Por disposición de la Presidencia se suspendió la sesión permanente hasta las cuatro de la tarde, a fin de reanudar a esa hora la discusión del presupuesto del ramo de salubridad.

- El C. presidente:Se pasa a sesión de Cámara.

El C. Mijares: Pido la palabra con motivo de las mociones de orden de los compañeros León y Casas Alatriste, para que se concediera el tiempo suficiente a los bloques, a fin de estudiar el presupuesto que se va a discutir, me permito indicar que no es prudente que la Presidencia diga que se pasa a sesión de Cámara, en la que no se seguirán tratando los presupuestos, ya que esta Asamblea ha aprobado que las sesiones de la mañana se dediquen exclusivamente a este objeto. Si pasamos a sesión de Cámara, no vamos a hacer, digase lo que se quiera, sino aquello que la mayoría pretenda imponernos. Ya hemos visto que ni Carranza, que usaba a los procuradores como cuchillos de tres filos, les ha pagado lo que esta Cámara que se dice revolucionaria. En tal virtud, pido que se conceda el tiempo suficiente para estudiar los presupuestos con objeto de no venir a hacer el papel de chiquillos, votando sí, o no, inconscientemente.

El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Mijares, que no tendría ningún inconveniente en continuar la sesión permanente; pero en vista de las objeciones presentadas acerca de que es indispensable que se conceda algún tiempo para estudiar el presupuesto que se va a discutir, creyó pertinente suspender la sesión permanente y pasar a sesión de Cámara de Diputados, porque hay muchos asuntos en cartera.

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUARA EL DÍA 14 DE DICIEMBRE DE 1921

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Se declara de urgente y obvia resolución, se discute y aprueba una iniciativa de adición a la ley para elección de poderes Federales, firmada por numerosos ciudadanos diputados; pasa al senado para los efectos constitucionales.

3.- Se turna a la Comisión de Presupuestos y cuenta una iniciativa del C. diputado Zincunegui Tercero, apoyado por numerosos ciudadanos más, a fin de que se incluya la suma de $16,000.00 en el presupuesto respectivo, para la reconstrucción de las escuelas de Zinapécuaro, Indaparapeo, Queréndaro y Villa Hidalgo Mich. Proposición de los CC.representantes Rama y Vasconcelos, para que la Cámara de Diputados dirija mensajes a cada uno de los cuerpos legislativos de los paises latinoamericanos, excitandolos a protestar por la intromisión del pretorianismo en Guatemala. Se dispensan los trámites a esta proposición y se pone a debate la sesión. Se suspende la sesión.

4.- Reanudada ésta, continúa la discusión de la proposición anterior. Se discute una moción suspensiva de este asunto, suscrita por varios ciudadanos diputados. A votación se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. VIDALES AGUSTIN E.

(Asistencia: La misma de la sesión inmediata anterior.)

El C. presidente, a las 12.30 p.m.: Se abre la sesión ordinaria de camara de Diputados.

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

4

"Acta de la sesión celebrada por la cámara de Diputados del congreso de la Unión, el día trece de diciembre de mil novecientos veintiuno. "Presidencia del C. Eduardo Vasconcelos. En la ciudad de México, a las doce m. del martes trece de diciembre de mil novecientos veintiuno, se abrio la sesión con el mismo quórum que asistió a la sesión permanente inmediata anterior.

"Fue aprobada el acta de la sesión celebrada el dia de ayer, y se dió cuenta con los siguientes documentos:

"Oficio de la Secretaría de Gobernación, al que acompaña una iniciativa de ley referente a la construcción de casas destinadas para venderlas a los obreros.-Recibo, a las comisiones unidas 2a. de Crédito Público y 2a. de Gobernación, e imprímase.

"Oficio de la Secretaría de Relaciones exteriores, al que acompaña un estudio comparativo entre el presupuesto del ramo correspondiente a esa Secretaría, formulado por la comisión de presupuestos de esta Cámara, y el proyecto que esa propia Secretaría formó.-Recibo y a su expediente.

- El C. Francisco Trejo, como presidente de la Comisión de Presupuestos, hizo una aclaración relacionada con el documento anterior.

"Mensaje por medio del cual la legislatura de Campeche presenta una iniciativa para que en el Ramo de comunicaciones del Presupuesto de egresos para 1922 figure una partida de setecientos mil pesos, que se invertirá en la construcción de una carretera al sur de dicho Estado.- Recibo y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"Circular de la propia legislatura, en que avisa que el 30 del mes próximo pasado clausuró en su primer periodo de sesiones ordinarias, dejando instalada su diputación permanente. - De enterado.

"Circular de la misma Legislatura de Campeche, en que participa que hace suya la iniciativa del Congreso de Querétaro, tendiente a que se reduzca el presupuesto de egresos para 1922. - Recibo y a sus antecedentes.

"Circular en que comunica el C.R.F. Flores que otorgó la protesta de ley ante el congreso de

Campeche, como gobrnador constitucional de aquella Entidad. - De enterado.

"Circular de la Legislatura del Estado de México. Manifiesta que abrió un período de sesiones extraordinarias,con fecha 9 de los corrientes. - De enterado

"Telegrama en que la Legislatura de Oaxaca manifiesta que concedió licencia de diez días al C. Manuel Garcia Vigil, gobernador constitucional de ese Estado.- De enterado.

"Solicitud de licencia por doce días, con goce de dietas del C. Lorenzo Gamiz. se dispensaron los trámites y sin debate se aprobó.

"Dos telegramas depositados en Jalapa, Veracruz, por medio de los cuales solicitan licencia, con goce de dietas, los diputados Tejeda Llorca y Miravete por cuatro días el primero y por cinco el último. Igualmente se dispensaron los trámites y se aprobaron estas solicitudes sin que nadie hiciera uso de la palabra.

"Dictamen de la 2a. Comisión de Relaciones exteriores, que consulta un proyecto de decreto por el que se otorga el permiso constitucional correspondiente al C. Ignacio Chavez Franco, a fin de que acepte un cargo consular de la República de Colombia en la ciudad de Chihuahua.- De primera lectura. En votación económica se le dispensó la segunda lectura, con objeto de que se discuta el primer día hábil."

- El C. Mijares ¡Un momento! Moción de orden señor presidente. Es que a nosotros lo que nos importa son los presupuestos. Lo que haya a discusión, sea lo que sea, no tiene para la República la importancia de los presupuestos. Debemos nosotros emplear todo el tiempo en la cuestión de los presupuestos, y debemos estudiar detenidamente esto para hacer algo bueno. Por lo tanto, si vamos a estar ocupados aquí discutiendo cosas baladíes como esas que nos presenta eternamente la Mesa, de que se le conceda a un señor ser comendador de aquí y ser comendador de allá, con esto, señor presidente, perdemos el tiempo inútilmente. Vamos al estudio, necesitamos tiempo para estudiar, y si entramos a sesión de Cámara ordinaria, nos encontraremos con el mismo resultado, es decir, que dan las cuatro de la tarde y que no hemos estudiado ningún presupuesto.

- El C.Presidente:La Presidencia hace notar que no hay ningún ramo dispuesto para discutirse.Lo único que hay en estos momentos, es lo que se va a discutir en la tarde.

- El C. secretario Aillud, leyendo:

"Dictamen de la 1a. Comisión de Justicia, formulado con motivo de las quejas en contra del C. licenciado Luis G. Cacho, juez de la Instancia provisional de Tijuana, Baja California, que en su parte resolutiva propone se cite a sesión de congreso General para elegir substituto del C. licenciado Cacho y se transcriba el dictamen al secretario de Guerra y al procurador de Justicia del Distrito Federal y territorios, como resultado de sus notas relativas."

El C. Manjarrez: ¡Moción de orden! las sesiones permanentes son acordadas por la Cámara para un fin determinado; mientras este fin determinado no se lleve a cabo, no puede la Presidencia autoritariamente suspender una sesión permanente - porque para eso es permanente - sino hasta que concluya aquello para lo que fue acordado o bien por acuerdo expreso de la Cámara de Diputados. Como la Cámara de Diputados no ha acordado que se suspenda la sesión permanente y como no se ha terminado el estudio de los presupuestos para que estamos trabajando, yo ruego a su señoría se sirva ceñirse estrictamente al dictado de esta Cámara y de la opinión pública.

El C. Gandarilla: Pido la palabra.

El C. presidente: La presidencia hace constar al ciudadano Manjarrez que las sesiones permanentes son para cada ramo del presupuesto y que una vez terminada la discusión de un ramo, se puede pasar perfectamente bien a sesión de Cámara sin interrumpir los presupuestos. (Voces: ¡Muy bien !) La Presidencia hace notar al ciudadano diputado Manjarrez que el presidente del bloque social demócrata se ha acercado a la Presidencia a suplicarle que suspenda la sesión permanente con objeto de tener tiempo de estudiar ese presupuesto. La Presidencia ruega al ciudadano Manjarrez que atienda.

El C. Gandarilla: Renuncio al uso de la palabra.

El C. presidente: La Presidencia sostiene su trámite. (Desorden.)

El C. secretario Aillaud: Se pregunta a los ciudadanos diputados si van a guardar orden para poder continuar la lectura del acta. (Voces: ¡Si!)

"Sin discusión fue aprobada y la Secretaría declaró que en su oportunidad se citará a sesión de Congreso General.

"A las doce y treinta y tres minutos se levantó esta sesión para pasar a sesión permanente, con objeto de continuar la discusión de los ramos del Presupuesto de Egresos."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada el acta (Desorden.)

El C. Gonzalez y Gonzalez: Pido a la Presidencia que ponga orden. Mientras no haya orden en la Asamblea, que se suspenda la sesión. Nada se oye con tantos gritos y con tanto desorden.

El C. secretario Aillaud: La presidencia suplica a los ciudadanos diputados se sirvan ocupar sus curules.

- El C. secretario Salazar, leyendo:

"H. Asamblea:

"Teniendo en cuenta que una de las obligaciones ineludibles de los ciudadanos representantes populares, es la de procurar por medio de leyes justas y adecuadas que en las elecciones sea emitido el voto sin la más leve presión moral o material que las autoridades o funcionarios puedan ejercer sobre los electores, los subscriptos tienen el honor de someter a la deliberación de vuestra soberanía, con dispensa de todo trámite y pidiendo se declare de obvia y urgente resolución, el siguiente proyecto de adición a la ley para Elección de Poderes federales.

"Artículo 43. Es nula la elección de diputados y senadores que recaiga:

"VIII. Sobre los tesoreros de los Estados, administradores del Timbre, jefes de Hacienda, jueces de Primera instancia, directores de Rentas agentes del Ministerio Público, federales y locales, oficial mayor de Gobierno, secretarios particulares y jefes de Sección de Gobierno y componentes de las comisiones nacional y local agrarias, salvo que se hayan separado definitivamente de sus cargos tres meses antes del día de la elección.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del congreso de la Unión. - México, 13 de diciembre de 1921. - Uriel Aviles. - Socorro García. - E. Guerrero. - C. Rivera. - U. Lavin. - M. Barragán. - A. Aillaud. - A. P. Gasga. - M. Alonzo Romero. - Juan Ángel Morales. - Octavio Paz. - Miguel Calderón. - A. Portales. - M. Vergara. - J. Macías R.-Jesús Z. Moreno. - S. Franco Urías. - Pedro A. Chapa. - Carlos Riva Palacio.-Natalio Espinosa. - Rafael Barajas. - T. T. Gutiérrez. - E. Bonilla. - J. V. Vázquez. - Gilberto Sánchez. - J. M. Vergara. - V. Álvarez. - Manuel G. Toro. - E. Hidalgo Catalán. - J. L. Solorzano. - Isauro Castillo Garrido. - José R. Colón. - R. D. Cal y Mayor. - José Bravo B. - P. Carriedo Méndez. - Gustavo P. Serrano. - C. Rivera Cabrera. - A. E. Vidales. - Felipe de la Barrera. - Tereso Reyes. - A Cienfuegos y C. - N. Domínguez. - V. Alessio Robles. - Gabriel Martínez. - José Castañon. - R. Romero. - S. Rodríguez López. - Ignacio Luquín. - J.C. Miramontes. - M. Lomelí. - Moisés Huerta. - S. Serrano Hermosillo. - J. Joaquín Silva. - F.C. Manjarrez. - E. M. Barragán. - A Campillo Seyde. - Leopoldo Vicencio. - Carlos Gómez. - V. Rivera. - Leopoldo Estrada. - J. M. Velasco. - Lucas Lira. - F. Castrejón. - Gustavo S. Martínez. - Fernando B. Martínez. - José Gálvez. - Leopoldo E. Camarena. - F. Ramírez Luque. - Erasmo Trejo. - Luis Paredes. - Godofredo Guzmán Peláez. - Manuel Franco Cerqueda. - Francisco Garza. - Gutiérrez Castro. - Porfirio del Castillo. - J. A. Olguín. - Antonio Ortega. - Claudio N. Tirado. - L. Zincúnegui Tercero. - José Leyva. - Aurelio M. Aja. - Francisco Trejo. - Juan B. Salazar. - Joaquín E. Acevedo. - Rafael M. González. - Abraham Franco. - F. N. Solórzano. - C. Chico. - E. del Castillo. - Francisco Ramos Esquer. - Manuel Padilla. - Rodrigo Gómez. - J.F. Azuara. - I.Borrego. T. Salgado. - Leobardo L. Lechuga. - Custodio Valverde. - Miguel Martínez Rendón. - A. E. Rama. - José Juan Ortega. - R. Casas Alatriste. - F. González y González. - R. Ramos Pedrueza. - R. Velarde. - Arturo Alarcón. - Gustavo Correa. - Candelario Garza. - M. Ramírez. - E. Aguirre C. - J. Gómez Luna. - Pablo H. Sánchez. - J. M. Soto. - Carlos Cuervo. - Francisco G. Luque. - Francisco Castillo."

La Secretaria se permite agregar un entrelineado que hay en el proyecto original que dice así:

"Se exceptúa a los componentes de la Nacional Agraria y Locales"

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Avilés para fundar la iniciativa.

El C. Avilés: Como no hay necesidad de fundar esta proposición, lo único que me permito es suplicar a la Asamblea se sirva aprobarla inmediatamente a fin de que pase al Senado para los efectos consiguientes.

El C. secretario Salazar: En votación económica se pregunta a la Asamblea si se declara este proyecto de urgente y obvia resolución. Los que estén por la afirmativa sirvanse manifestarlo. Sí se declara de urgente y obvia resolución. Está a discusión.

El C. Martinez Rendón: Pido la palabra. (Desorden.)

El C. secretario Aillaud: La Presidencia dispone que mientras los diputados no ocupen sus curules, no habrá discusión alguna. Se suplica a los ciudadanos diputados Gandarilla, Castillo Nájera, Manjarrez, Pérez Gasga, Castillo Garrido, Garza Candelario, Arce y Rodríguez, tengan la bondad de sentarse.

El C. Martinez Rendón: Pido la palabra, señor presidente. Me permito suplicar al compañero Avilés incluya también en su proposición a los secretarios de los municipios. Es bien sabido que en los pueblos, sobre todo pequeños, los mangoneadores de los municipios no son precisamente los presidentes municipales, sino los secretarios. En este sentido, me permito suplicar al compañero Avilés incluya a estos señores. (Aplausos.)

Presidencia del C. ALANIS FUENTES ÁNGEL

El C. Avilés: Pido la palabra. No tengo inconveniente de ninguna naturaleza en agregar lo que solicita el compañero, y yo me propongo hacer también estos otros agregados: incluir también allí al director de instrucción Pública, que también, como es sabido en un ministerio politico. También me propongo que se adicione allí al procurador de Justicia federal y al Distrito Federal, así como a los procuradores de Justicia de los Estados. Me permito proponer también que se haga esta adición.

El C. secretario Salazar: En vista de haberse declarado de urgente y obvia resolución el proyecto del ciudadano Avilés y de otros ciudadanos diputados, ha quedado abierto el registro de oradores.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Vidales.

El C. Vidales: Señores diputados... (Murmullos. Desorden. Campanilla.)

El C. Castrejón: ¡Moción de orden! Es necesario, honorables compañeros, que todo lo que deseen agregar lo hagan por escrito, conforme al Reglamento. De otra manera no es posible hacer una discusión seria en este asunto. Todo lo que quieran agregar, háganlo por escrito.

El C. secretario Aillaud: Por disposición de la Presidencia se van a conceder diez minutos a los ciudadanos diputados para que cambien impresiones y haya orden.

El C. secretario Salazar: Tiene la palabra en contra el ciudadano Rico.

El C. secretario Aillaud: Se va dar cuenta con una adición que se propone:

Honorable Asamblea:

"Me permito pedir muy atentamente a esta H. Asamblea se sirva agregar en la iniciativa a discusión a los ciudadanos presidentes municipales que terminan su período como tales el año anterior.

"México, 14 de diciembre de 1921. - A. E. Vidales"

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Rico.

El C. secretario Aillaud: Se suplica a los ciudadanos diputados que guarden orden.

El C. Rico: Honorable Asamblea: Ante todo, me permito suplicar a los estimables compañeros se sirvan ocupar sus curules (Desorden.) Me voy a permitir dirigiros únicamente unas cuantas palabras con relación a la iniciativa que ha sido presentada a vuestra consideración. Está Cámara debe ser muy celosa de su buen nombre; pero desgraciadamente se ha hablado mucho en contra de esta Asamblea, unas veces justificadamente-hay que decirlo con honradez-, y otras enteramente sin justificación; de todas maneras, esto va ser uno de los motivos que dé tema amplisimo a la prensa para ocuparse de nosotros. (Voces: ¿Y que?) Me permito, pues, haceros presente que con tantas exclusiones como vamos establecer, en caso de aprobarse esta iniciativa para que puedan ser electos diputados los ciudadanos mexicanos, podríamos substituirla más bien con esta otra: "No pueden ser electos diputados para la XXX Legislatura sino los que estamos formando parte de la XXIX" (Voces: ¡No!) ¡Un momento! Las razones justificadas que hay para excluir por ejemplo, al tesorero general de un Estado o a los miembros de las comisiones agrarias, etcétera, etcétera, las habría también para excluir a los diputados que han figurado en una Legislatura inmediata anterior a aquella que se va elegir, porque los diputados se encuentran en aptitud de emplear su influencia y los elementos que están a su disposición ...(Voces: ¿Cuáles? Desorden.)

El C. presidente: La Presidencia suplica a los ciudadanos diputados guarden orden y escuchen al orador.

El C. Rico: Esos elementos a que me he referido bastante poderosos, como viajar para enterarse del estado de la instrucción pública y procurar su mejoramiento, puesto que tenemos hasta pases y esta Legislatura ha sido muy liberal para conceder licencias, cuantas se han pedido; tenemos, además, los libros que se pueden conseguir en la Secretaria de Educación Pública Federal, etcétera, etc. Dejo a la honradez de los señores diputados que confiesen que si se puede disponer de elementos valiosos para hacer una propaganda bastante eficaz, con objeto de obtener la reelección. Ya digo que únicamente quiero llamar la atención de los señores diputados para que se discuta este asunto con todo el cuidado que se merece. Yo invito a los compañeros a que dando esta Asamblea una prueba de honradez, deje la limitación únicamente para los funcionarios que ya queden excluídos en la Ley Electoral, y en todo caso que se limiten las exclusiones que se hagan a unas cuantas personalidades, a unos cuantos funcionarios. Repito, que me parece inmoral que esta Legislatura apruebe la iniciativa en la forma que está concebida. Termino aquí esta peroración, porque no quiero cansar a la Asamblea, y quiero que oradores de renombre y de elocuencia vengan a convencer a los compañeros, pues es indudable que yo no los pude convencer, para que den su voto en contra de la iniciativa a debate. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Avilés.

El C. Avilés: Señores diputados: El ciudadano Rico en esta vez ha venido a dejar sentado muy bien su apellido de Rico. (Risas.) porque, ciudadanos diputados la proposición que encierra la iniciativa presentada por nosotros, en nada absolutamente lesiona los intereses de estos señores que se excluyen; única y exclusivamente lo que se pretende con esto es que estos señores vayan a la lucha con armas iguales. Se necesita no conocer nada absolutamente de la fuerza política que desarrolla, supongamos, un tesorero general de un Estado para venir a sostener aquí las teorías del ciudadano Rico. Para nadie es un misterio que el tesorero general de un Estado es el maneja las finanzas del mismo y tiene que ver con todas las clases sociales, ya porque van a solicitar rebaja de contribuciones, ya porque van a solicitar cualquiera condonación en lo que se refiere a pagos. ¿Quién ignora también la fuerza política que desarrolla un secretario general de Gobierno, que es nada menos la entidad política, que es la entidad fuerza del Gobierno, que es el que realmente lleva en sus manos las cuestiones políticas del Edo.? ¿Quién ignora la fuerza política de un oficial mayor y de un secretario particular del gobernador, cuando estos señores son en realidad los que manejan la política de un Edo.? Solamente un individuo que desconozca el funcionamiento de un Gobierno de un Edo. puede venir a sostener aquí las teorías del C. Rico. ¿Quién ignora en estos momentos la fuerza enorme que la Comisión Nacional Agraria, así como las comisiones locales están desarrollando en pro no de los intereses nacionales, sino de los intereses muy personales de cada uno de sus componentes? Solamente el que no ha visitado las oficinas agrarias, podrá venir a sostener aquí las teorías del C. Rico. ¿Quién ignora la fuerza enorme que desarrolla un concentrador, un receptor o un administrador de Rentas en el distrito que tiene a su cargo, cuando estos señores pueden aumentar, de sus pistolas, o disminuir las contribuciones a los causantes? ¿Dónde está aquí la inmoralidad, si sólo se trata de que estos señores luchen con las mismas armas? ¿Qué perjuicio se les sigue en sus intereses personales diciéndoles: "Renuncia tres meses antes de la elección para que puedas lanzarte y luchar con armas completamente iguales en la liza electoral?" ¿Donde está aquí la inmoralidad? Unica y exclusivamente de lo que se trata es de quitar esa fuerza cohesión, esa fuerza que desarrollan tanto el Gobierno federal como los gobiernos de los Estados, para traer a estas Cámaras elementos enteramente genuinos representantes de los intereses de ellos. Ya es tiempo, ciudadadanos diputados, de ir inhabilitando a

todos estos ciudadanos para que vengan a sentarse en una curul;si quieren ellos venir, pues es muy sencillo, ciudadanos diputados: que renuncien tres meses antes de las elecciones; no se les exige más. ¿Donde está el sacrificio? ¿Donde está aquí la mala fe? ¿Dónde está nada absolutamente? Es sabido, ciudadanos diputados, cómo en otras veces, cuando se han discutido aquí credenciales, se han visto palpables las fuerzas que han desarrollado todas estas entidades, porque, entiéndanlo bien los ciudadanos diputados, cada uno de estos señores: tesorero general del Estado, procurador general del Estado, procurador del Distrito Federal, procurador de la República, todos estos señores han desarrollado siempre una fuerza enorme y han impuesto su voluntad en muchos casos. Yo creo que con esto quedan destruídas las argumentaciones del compañero Rico, que solamente vino a hacerlas aquí porque indudablemente este señor, pues, o fue un impuesto o pretende que lo vengan a imponer los nuevos mandatarios, porque solamente así se explica que venga a atacar una de estas proposiciones que, quieran o no quieran los ciudadanos diputados, encierra un gran fondo de moralidad. ¿Cómo no va a ser moral, ciudadanos diputados, quitar esa fuerza bruta que tienen todas las autoridades en la cuestión electoral? Esto es verdadera moralidad y no la que nos viene a esgrimir aquí el ciudadano Rico, que si está pletórica de inmoralidad, porque es inmoral venir a defender ya con tanta anticipación a los secretarios de los gobernadores de los Estados, a los oficiales mayores y a todos estos señores que inhabilita aquí la proposición presentada por nosotros. Ahora, téngase en consideración, ciudadanos diputados, que esta proposición está firmada por más de ciento y tantos ciudadanos diputados que han estampado sus firmas; la proposición está firmada por ciento diez y ocho o ciento veinte ciudadanos diputados. Así es que yo suplico a esta Asamblea que no sigamos perdiendo el tiempo y se apruebe la proposición. (Aplausos. Voces: ¡No! ¡No!)

El C. secretario Salazar: El ciudadano diputado Avilés, autor de la proposición relativa a que se incluyera en la parte correspondiente excluir a las autoridades municipales, ha pedido permiso para retirar su proposición. En votación económica se pregunta si se le concede el permiso. (Voces: ¡Si! ¡Si!) Concedido. Continúa la discusión del proyecto del ciudadano Avilés.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano diputado Chapa.

El C. Chapa: Señores diputados: No vayamos a cometer una nueva barrabasada. Como dijo el compañero Rico, esto va repercutir en contra nuestra en la prensa y creerán que solamente queremos dejar habilitados para venir a la próxima Legislatura a los que estamos en ésta... (Voces: ¡No! ¡No!) Voy a explicarme: El sufragio, señores, debe ser respetado; el sufragio no debe tener restricciones; si es verdad que estamos obligados a restringir el sufragio en algunos casos, es porque nuestra historia nos lo prueba y nos obliga a ello; por ejemplo, la no reelección. La no reelección, señores diputados, es completamente antidemocrática; pero nos hemos obligado a incluirla en la Constitución cuando se trata del presidente, porque hemos visto que todos los presidentes que llegan al poder se vuelven tiranos, se vuelven dictadores y por medio de los intereses creados se reeligen y se vuelven a reelegir. La XXVII Legislatura al estudiar su ley Electoral para Poderes Federales inhabilitó a todos aquellos funcionarios públicos que por medio de la fuerza, que por medio de los intereses creados se podrían imponer. Ya están aquí incluídos todos. "I. Los militares en servicio activo, en el Ejército Federal, los que tienen mando en la Policía, en la Gendarmería Rural o sobre cualquiera fuerza pública en el distrito donde se haga la elección, salvo que unos y otros se hubieran separado noventa días antes del día en que ella se verifique;

"II. Sobre secretarios o subsecretarios de Estado, ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a menos que se hayan separado definitivamente de sus funciones noventa días antes de la elección;

"III. Sobre los gobernadores de los Estados, sus secretarios, los magistrados y jueces federales o del Estado, en los distritos de sus respectivas jurisdicciones, si no se separan definitivamente de sus cargos noventa días antes de la elección;

"IV. Sobre los ministros de algún culto religioso;

"V. Sobre el presidente de la República, durante el tiempo de su encargo;

"VI. Sobre los que desempeñen el cargo de presidente del Ayuntamiento en municipalidades que constituyan uno o más distritos electorales o la mayor parte de un solo distrito electoral salvo que se hayan separado definitivamente de sus cargos, tres meses antes del día de la elección, o que sean elegidos en lugares en que no ejerzan autoridad;"

La XXVIII Legislatura aprobó una proposición en el sentido de que se reformase esta ley y se impidiese a los miembros de las Legislaturas locales que fueran diputados al Congreso de la Unión. EL Senado acaba de aprobar esta ley y ya está en vigor. Señores: Yo creo también que esta es una gran injusticia. En esa reforma se debió haber estampado que los diputados a las legislaturas locales se retirasen siquiera tres meses antes. Eso estaría bien; pero en este caso, señores., todos los miembros de las legislaturas locales en los Estados en que las legislaturas locales conozcan de la elección del ayuntamiento han sido inhabilitados para ser candidatos al Congreso de la Unión; pero no contento con esto, el señor Avilés nos ha presentado una proposición que al principio estaba perfectamente bien redactada porque se ponía a los tesoreros de los Estados., Administradores de Rentas, administradores del Timbre y jefes de Hacienda y los hacía que se retiraran tres meses antes del día de la elección. Esto, Señores., aunque es un poco inquisitorial, también paso y muchos lo firmamos, en efecto, hay más de cien firmas: ¡pero viendo la proposición, señores, como ha venido siendo adicionada, ya a casi todas las personas de algún valer en la administración local de los Estados se les incapacita o se les obliga a que se retiren. (Voces: ¡Muy bien!)

El C. Aldaco: Se les olvidó poner a los gendarmes.

El C. Chapa: Se les olvidó poner a los

gendarmes también, compañero Aldaco; se les olvido poner también a los parientes de todos esos funcionarios. (Aplausos.) porque es natural que si un funcionario público tiene influencia en su distrito, si lo inhabilitamos para que salga él, sacará a su hermano o a su sobrino... (Murmullos.)Sí, señores tal parece que algunos diputados tienen miedo de la contienda que se avecina; esa es la verdad de las cosas. (Voces: ¡No! ¡No!) Yo daría mi voto aprobatorio a la proposición original del compañero Aviles, es decir, que los tesoreros de los Estados, administradores de rentas, administradores del timbre y jefes de hacienda se retiren tres meses antes de la elección; pero esa nueva proposición en que se ha incluído a todos los que se les ha antojado para venir al Parlamento, creo que es una proposición inmoral.¿Dónde está la proposición nueva? Señores, voy a tratar de leerla porque entre renglones se ha incluido a gran número de individuos:

"VIII. Sobre los tesoreros de los Estados, administradores de Rentas y Aduanas, administradores del Timbre, jefes de Hacienda, jueces de Primera Instancia, directores de Rentas , agentes del Ministerio Público, federales y locales, oficial mayor de Gobierno, secretarios particulares y jefes de Sección de Gobierno y siguen muchas otras adiciones. (Siseos. Campanilla.) Voy a terminar, señores; yo creo que esta proposición hecha en la rodilla cae por su propio peso. Termino pidiendo a esta honorable Asamblea dé un voto reprobatorio a esa proposición. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Si! ¡Si!)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Castrejón.

El C. Castrejón: Ciudadanos diputados: La proposición que ha hecho aquí el compañero Avilés y que ha sido secundada por multitud de ciudadanos diputados, indudablemente que tiene razón de ser y una razón básica: sencillamente la experiencia que hemos tenido en materia de elecciones y que se viene a palpar cada dos años, cada vez que se renueva el Parlamento; y es claro, ciudadanos diputados, ¿ustedes creen que un oficial mayor no tenga la fuerza de cohesión bastante para inclinar en favor de él la votación de cualquier distrito electoral que elija a su antojo? (Voces: ¡Si! ¡Si!) Ustedes creen, ciudadanos diputados, que un administrador de Aduana no tenga los medios de cohersión bastantes para inclinar en favor de él una votación? (Voces: ¡Si ¡Si!) ¿No tendrá, ciudadanos diputados, un administrador de Aduana una fuerza armada que se llama guardias de aduana, y hasta por medio de las armas pueda imponerse un administrador de aduanas? (Voces: ¡Si! ¡Si!) ¿Es cierto o no? (Voces: ¡Si! ¡Si!) Señores diputados: Un juez de primera Instancia no creen ustedes... esto sale sobrando porque ya está puesto aquí en la Ley Electoral que acabo de leer. Los secretarios particulares de los gobernadores de los Estados, que son una especie de dedos chiquitos de los ciudadanos gobernadores no van a poder tener una fuerza bastante para imponerse, contando desde luego con la presión del gobernador a quién están sirviendo precisamente en los servicios privados y en servicios políticos? ¡Claro que sí! Ahora, respecto a los jefes componentes de la Comisión Nacional y Local Agrarias, perfectamente bien hecho, señores; se había estado acusando a estos funcionarios de estar haciendo política y nada más justo que en estos momentos decirlos:si ustedes estaban haciendo labor política, es necesario que se fijen que nosotros estamos para impedir que una cosa sagrada, que un ministerio que debe ser sagrado, lo vengan ustedes a hechar por los suelos haciendo política. (Aplausos.) A mí me extraña, señores diputados, que el compañero Chapa haya venido a impugnar eso. Yo nada más quiero recordarle al compañero Chapa: ¿No recuerda, compañero, que yo tuve el gusto de ayudar a usted en su entrada en el Parlamento y que uno de los argumentos formidables que tuvimos en contra de su contrincante fue que toda la parentela del presidente municipal ayudaba a su contrincante? ¡Si lo estamos viendo en la experiencia, si lo estamos viendo en la práctica! Estamos obligados, señores diputados, a poner el remedio inmediato. Yo creo que esto no se necesita seguirlo fundando; hay razones miles que exponer, pero, sencillamente el que en menos de media hora el compañero Avilés haya recogido las firmas que calzan esta iniciativa, quiere decir que sin discusión puede ser aprobado esto. Yo pido un voto aprobatorio a la proposición. (Aplausos.)

El C. Chapa: Pido la palabra para una moción de orden. (Murmullos. ¡A votar!)

El C. presidente: ¿Qué artículo del Reglamento se está violando?

El C. Chapa: Señor presidente, se ha violado el Reglamento: cuando una persona presenta una proposición, no puede retirarla ni adicionarla sin permiso de la Cámara. El señor Avilés ha presentado una proposición firmada por la mayoría de nosotros, pero cada uno ha ido allí a agregarle; de manera que se está violando el Reglamento. (Murmullos. Desorden. Campanilla.)

El C. Avilés: Pido la palabra .

El C. Chapa: Que la Secretaría de fe si no hay varias escrituras allí, y nuevas adiciones; de manera que esto es contrario al Reglamento. (Voces: ¡Si! ¡No! Murmullos. Campanilla.)

El C. presidente: La Presidencia se permite manifestar al ciudadano Chapa que lo único que la Secretaría puede testificar, es si esas adiciones fueron hechas posteriormente al haberse presentado la proposición, porque algunas están en manuscrito y otras en máquina.

El C. secretario Salazar: La Secretaría hace constar que las adiciones a que alude el ciudadano diputado Chapa, habían sido ya hechas antes de presentarse el proyecto. (Desorden. Campanilla.)

El C. Chapa: Pido la palabra. Está muy bien la Secretaría; pero nosotros firmamos pusimos nuestra firma unicamente para lo que estaba escrito a máquina - El C. Avilés: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Espinosa y Elenes. Habiendo renunciado el señor Espinosa y Elenes, tiene la palabra en pro el ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: Honorable Asamblea: Dos palabras voy a pronunciar...(Voces: ¡Ya fueron siete!) que van a ser...(Risas.) - Así se dice siempre, señores compañeros - una rectificación a cargos hechos a esta Asamblea, al margen del

debate que tenemos en este momento. El compañero Rico afirmó de una manera categórica que la prensa se valdrá de esta proposición para designar a esta Cámara, y el compañero Rico - permítame que se lo diga, a pesar del respeto que le tengo por su edad -, ha venido a asentar falsedades tremendas. Voy a explicarme por qué...

El C. Rico: Está usted equivocado. Pido la palabra para contestarle.

El C. Gandarilla: Esta proposición que presentó el compañero Avilés y que la firman muchos ciudadanos representantes, de hecho no tiene el carácter que han pretendido darle los señores que se han opuesto a ella; ¿por qué ciudadanos representantes? Porque analizando lo que se dice esta proposición, llegamos al siguiente resultado: Los secretarios particulares, los oficiales mayores, los jefes de sección, etcétera, todos pueden lanzarse a la lucha electoral; lo único que se pide, señores, es que dejen el puesto para que no se valgan de él ¿Qué inmoralidad hay en esto? (Aplausos.) Desde luego tiene el honor de dirigiros la palabra alguno que conoce de la materia, puesto que si ustedes lo recuerdan perfectamente bien yo fui secretario particular del gobernador del Estado de Durango... (Aplausos.) Pero, señores representantes, una de las causas por las cuales me encuentro aquí, y tengo la satisfacción de decirlo, es porque pude probar perfectamente, ante las comisiones presididas por uno de los más honorables miembros de esta Cámara,el compañero Martínez de Escobar, que yo me había separado tres meses antes del día de la elección; pues lo mismo pueden estos señores indicados aquí: separarse tres meses antes y venir a ocupar las curules si son elegidos por el pueblo. Por otra parte, señores representantes, el compañero Rico dice: los representantes de la prensa vendrán a deturpar a esta Cámara, y yo quiero hacer hincapie en esto, para suplicar de la manera más atenta a los representantes de la prensa que se fijen en la buena intención que lleva esta iniciativa: que se fijen en que lo que se pretende es desterrar las dictaduras, lo que se pretende evitar es que, siendo cada gobernador en todos los Estados un general, el que ese general triga aquí a sus favoritos; que lo que queremos nosotros es que haya moralidad en las elecciones. Si se prueba en el Colegio Electoral que estos señores se han separado, no habrá un solo diputado que se oponga a que vengan a la Cámara, como ha sucedido en otras ocasiones. ¿Dónde está la inmoralidad? La inmoralidad debemos nosotros evitarla, aprobando esta proposición y que no venga ningún compañero más a decir: "la prensa nos deturpará", porque nosotros sabemos, a pesar de la afirmación categórica del compañero Rico, que en la prensa hay hombres honrados que saben distinguir lo que es bueno y lo que es malo. (Voces! A ¡votar! ¡A votar!)

El C. Rico: Para una alusión personal

El C. Huerta Moisés: Honorable Asamblea.

El C. Rico: Con permiso del orador.

El C. Huerta Moisés: Al final del debate se hace uso de la palabra para alusiones personales. (Murmullos. Campanilla.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Huerta Moisés.

El C. Huerta Moisés: Honorable Asamblea: Fui de los firmantes de esa iniciativa y extrañara, por lo mismo, que venga a hablar en contra. Si lo hago es porque se ha presentado tan adicionada que, en mi concepto, se cometería un grave error si se aprobara en estos términos. No hablo precisamente en contra de todas las fracciones que se adicionan, sino en contra de alguna adición que no corresponde al espíritu de una verdadera ley para que se conceptúe moral. La fracción que se adiciona dice así:

"Es nula la elección que recaiga:

"VIII. Sobre los tesoreros de los Estados, administradores de Rentas y Aduanas, administradores del Timbre, jefes de Hacienda, jueces de 1a. Instancia, Directores de Rentas, agentes del Ministerio Público federales y locales, oficial mayor de Gobierno, secretarios particulares y jefes de sección de Gobierno y componentes de las comisiones Nacional y Local Agrarias, salvo que se hayan separado definitivamente de sus cargos tres meses antes del día de la elección." El artículo 43 de la ley vigente ya declara que es nula la elección que recae en los jueces de Primera Instancia, tanto federales como locales; de manera que resulta redundante aprobar una fracción en estos términos. Sería de opinión señores, que únicamente se limitara la excepción a decir:

"Es nula la elección que recaiga:"

......................................................................

"VIII. Sobre los tesoreros de los Estados, administradores de Rentas y Aduanas, administradores del Timbre, jefes de Hacienda, directores de Rentas, agentes del Ministerio Público federales y locales, oficial mayor de Gobierno y secretarios particulares, salvo que se hayan separado definitivamente de sus cargos tres meses antes del día de la elección."

Fuera de esto, todo lo que se dice me parece una exigencia que no podemos nosotros aprobar. En tal virtud, pido a la honorable Asamblea que, de aprobarse esta fracción, sea formada previamente, antes de ser votada, en los términos en que lo propongo.

El C. González y González: Pido la palabra. No siendo la reforma que pide el compañero Huerta más que para los ciudadanos jefes de sección...

El C. secretario Salazar: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta...

El C. González y González: Un momento; voy a hacer una proposición a la Asamblea...

El C. secretario Salazar: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si el asunto está suficientemente discutido. Sí está suficientemente discutido.

El C. González y González: Pido la palabra.

El C. Ramírez Luque: ¡Qué incluyan a los presidentes municipales que estén funcionando dentro del año! (Desorden. Murmullos. Campanilla. Voces: ¡A votar!)

El C. secretario Salazar: Habiendo sido el asunto suficientemente discutido, se va a proceder...

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para una aclaración, señor presidente.

El C. secretario Salazar: Se va a proceder a recoger la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Riva Palacio: Por la negativa.

El C. Huerta Moisés: Para una aclaración, señor presidente. (Murmullos. Campanilla.) (Votación.)

El C. Riva Palacio: Votaron por la negativa 15 ciudadanos diputados.

El C. secretario Salazar: Votaron por la afirmativa 115 ciudadanos diputados. En consecuencia, ha sido aprobado el proyecto del ciudadano Avilés, y pasa al Senado para los efectos constitucionales.

El C. presidente: La Presidencia nombra en comisión a los ciudadanos Avilés, Solórzano José Luis, Castillo Garrido, Espinosa Luis y secretario Barragán, para que se sirvan pasar al Senado a entregar el proyecto.

El C. secretario Salazar: Honorable Asamblea...(Murmullos Campanilla.)

El C. Rico: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Rico: Honorable Asamblea: He pedido la palabra para rectificar los conceptos relativos a mí, que desde la tribuna expuso el compañero Gandarilla. No tiene importancia el que me llame viejo; pero como pudiera interpretarse de lo expuesto por el ciudadano Gandarilla que no refutaba su dicho, porque debido a mis muchos años no podía yo sostener el punto, no me interesa, porque no me importa que me llame viejo. No discuto el punto éste. (Risas.) Un momento, compañeros; pero como puede interpretarse que no quiero refutar sus conceptos. (Siseos.) Yo podría contestarle que siendo él muy joven, no podría tratar con la debida mesura estos asuntos. (Murmullos. Campanilla.)

El C. Gandarilla: Yo lo acepto.

- El C. secretario Salazar, leyendo:

"H. Asamblea:

"El subscripto, diputado al Congreso de la Unión por el 4o. distrito electoral del Estado de Michoacán, expone que: Durante la época revolucionaria pasada, fue destruída la mayor parte de los edificios públicos del distrito que representa, entre los cuales figuraban las escuelas oficiales de la región. La pobreza del Erario local y la falta de ingresos suficientes de los municipios, ha impedido la reconstrucción de dichas escuelas, por lo que la niñez se ve obligada a recibir el sustento intelectual en pésimos y mal acondicionados locales, careciendo de los útiles más indispensables para su educación. "Siendo la escuela la base primordial de la verdadera evolución, y atendiendo a que la niñez de mi distrito, si por una parte adquiere educación, por otra contrae enfermedades y defectos físicos prematuros, en virtud de las condiciones antihigiénicas de los lugares en donde estudia, me permito someter a vuestra deliberación y aprobación, a fin de que se incluya en el Presupuesto de Egresos respectivo, que regirá en el próximo año, la siguiente partida:

"1o Inclúyase una partida de $16,000.00 en el presupuesto respectivo, que se destinará, por partes iguales, a la reconstrucción de las escuelas y obras materiales de los municipios de Zinapécuaro, Indaparapeo, Queréndaro y Villa Hidalgo, del Estado de Michoacán.

"2o. Dicha suma será ministrada, en la proporción antes dicha, directamente por la Federación, a los ayuntamientos de los municipios señalados."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., a 12 de diciembre de 1921. - L. Zincúnegui T."

"Hacemos nuestra la anterior iniciativa. - M. Barragán. - José Bravo B.-Uriel Avilés. - Carlos Riva Palacio. - J.M. Soto.-Luis Guzmán. - P. Carriedo Mendéz. - Arturo Alarcón. - José Gómez Luna. - E. Hidalgo Catalán. - Isauro Castillo Garrido. - Luis L. León. - N. Domínguez. - J. B. González. - F. Ramírez Luque. - J. Joaquín Silva. - Moisés Huerta,. - R. Casas Alatriste. - S. Serrano Hermosillo. - S. Rodríguez López. - M. Lomelí. - Leopoldo Vicencio. - J.C. Miramontes. - R.D. Cal y Mayor."

El trámite de la Mesa es que pase a la Comisión de Presupuestos y Cuenta. Se va a dar cuenta con la siguiente moción: "Honorable Asamblea:

"Aquilino Emilio Rama y Eduardo Vasconcelos, diputados en ejercicio a la XXIX Legislatura, ante vuestra soberanía, respetuosamente exponemos:

"Ampliamente conocidos son ya los dolorosos hechos ocurridos en la República hermana de Guatemala. El cable y la prensa diaria nos han confirmado el derrocamiento del presidente legítimo de aquel país: don Carlos Herrera, y el entronizamiento, al poder, de los pretorianos que encabezan los traidores Orellana, Lima y demás cabecillas.

"En los momentos precisos en que tres pueblos hermanos pactaban la unión, base de su engrandecimiento; a punto ya de cristalizar en realidad los ideales de tres generaciones, surge el pretorianismo, y en infame cuartelazo destruye los justos anhelos de engrandecimiento, de paz y de libertad de aquellos pueblos. Ejemplo noble, ejemplo digno de todo encomio dieron a la civilización latinoamericana los presidentes de Guatemala, Honduras y El Salvador, que abdicando de todo egoísmo, de toda ambición, han sabido despojarse de sus altas investiduras de presidentes, para convertirse en modestos gobernadores de los Estados federados. Este solo hecho acredita su patriotismo, su honradez y su lealtad. "

Franca y clara ya es la tendencia de un panlatinismo, salvador de nuestra raza; en innumerables ocasiones se ha manisfestado con grandes muestras de entusiasmo, y son muchas ya las pruebas de confraternidad cruzadas entre los pueblos hispano- americanos. En ocasión de la reciente celebración del Centenario de nuestra Independencia, todos los pueblos indo-hispanos estuvieron con nosotros y con nosotros compartieron su júbilo. Fue entonces cuando frases de esperanza, cuando palabras de fe y promesas de ayuda espiritual preconizaron una no lejana época de verdadera independencia y libertad latinoamericana.

"Pues bien, señores diputados; ayer tres pueblos se unieron en un pacto federal a fin de lograr su prosperidad y su grandeza; en uso de sus legítimos derechos proclamaron la Unión Centroamericana, que habría de traer como consecuencia la respetabilidad del nuevo Estado; pero no bien tomaron cuerpo los preliminares del pacto federal; no bien pudo apreciarse que ese ideal sería un hecho, cuando los eternos enemigos de nuestra civilización y nuestra raza, en repugnante unión con los traidores pretorianos y valiéndose del reprobante cuartelazo, aniquilaron los esfuerzos del pueblo guatemalteco que, por ser soberano tiene pleno derecho a su independencia y libertad.

"Tiempo es ya, señores diputados, que compenetrados de nuestra misión, dirijamos nuestras actividades hacia la realización del ideal indolatino. Ha sido muy grave error la proverbial apatía con que siempre se ha mirado lo que atañe a nuestra raza, y toca a nosotros, miembros de una Asamblea revolucionaria, representantes de un pueblo que jamás ha tolerado el pretorianismo ni la intromisión de extraños en sus asuntos, dar el primer paso para iniciar la verdadera independencia de nuestra raza.

"Inútil será expresar la enorme trascendencia que para nuestra vida futura y para nuestra hegemonía tendrá una unión que, si bien en sus principios de carácter moral, muy pronto habría de convertirse en material.

"Por todo lo expuesto, ante vuestra soberanía proponemos, con dispensa de todo tramite: "Envíese, por la Cámara de Diputados, mensajes a cada uno de los cuerpos legislativos de los países latinoamericanos, excitándolos a protestar por la intromisión del pretorianismo en la República de Guatemala, manifestándole a la vez, a este país hermano, que con nuestro carácter de genuinos representantes del pueblo, declaramos nuestra su causa y hacemos votos por su pronta libertad."

"Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, a 14 de diciembre de 1921. - Aquilino Emilio Rama. - F.C. Manjarrez. - Eduardo Vasconcelos."

Hacemos nuestra la anterior proposición. - S. Franco Urías. - Liborio Espinosa y E. - V. Alessio Robles. - Abraham Franco. - A Pérez Gasca. - E. del Castillo. - José Bravo B. - Uriel Avilés. - H.S. Rodríguez. - Luis L. León. - Pedro de Alba. - J. Zárate G. - J. B. González. - Francisco Reyes. - José Macías Rubalcaba. - Octavio Paz. - R. Casas Alatriste. - R. D. Cal y Mayor. - J. Prieto Laurens. - A. Guerrero. - Miguel B. Fernández. - Onésimo González. - M. Montes. - E. Aguirre C. - Ignacio C. Villegas. - Miguel Martínez Rendón. - José H. Romero.-Juan Quiroga. - Leopoldo Vicencio. - Ignacio Luquín. - E. M. Barragán. - F. González y González. - Gustavo Correa. - B. Carrillo P. - J. A. Aguilera. - R. Ramos Pedrueza. - Manuel Rico G. - C. Arüuelles. - E. Aguirre. - L. Chávez Franco. - J. Ogarrio Meixueiro. - Francisco Z. Moreno. - Candelario Garza. - Gustavo Arce. - F. de la Peña. - Juan Ángel Morales. - E. Bordes Mangel. - L. Zincúnegui T. - Jaime A. Solís. - Pablo H. Sánchez"

El C. presidente: Tiene la palabra para fundarla, el ciudadano Vasconcelos.

El C. Vasconcelos: Señores diputados: El movimiento que en estos momentos provocamos en la Representación Nacional, es un movimiento inspirado por las ideas que hemos cambiado con los representativos de la juventud mexicana. Creemos que la juventud mexicana lleva en sus ideales juveniles, que comprende porque ha vivido día a día, lo mismo en su vida práctica que en su vida de relación a través de los libros, la vida de los pueblos latinoamericanos; no debe permanecer indiferente ante el crimen cometido en contra de la raza y en contra de los ideales del latinismo en la vecina república de Guatemala. No es posible, señores, que nosotros permanezcamos mudos cuando un pueblo hermano, cuando una parte sana de un pueblo hermano ha sido pisoteada por la bota brutal del militar guatelmateco. Lo que ocurre en estos momentos en Guatemala, no es más que esto, términos concretos: la resurreción del régimen de Estrada Cabrera, contrario al ideal latinoamericano y especialmente contrario a la unión del pueblo guatemalteco con el pueblo mexicano.(Aplausos) ¿Es posible, señores, que nosotros, a través de esta Indoamérica en la que vivimos y de cuyo espíritu y de cuyos ideales animamos nuestra vida y elevamos nuestro espíritu, permanezcamos con los brazos cruzados y no digamos una sola palabra ante la tragedia que aflige a nuestros hermanos de Guatemala? Esta es una tragedia sin nombre, esto es el entronizamiento del pretorianismo, esto es el acabóse de las libertades, esto es, en fin, señores, el requiescat in pace que entona el pretorianismo guatemalteco a los impulsos de unión latinoamericana que agitan en una parte de la sociedad guatemalteca. La situación de Guatemala, antes del bochornoso cuartelazo que hizo trizas el Gobierno del presidente Herrera, era esta: dos partidos políticos, uno con una denominación que le servía de nombre en las épocas de lucha en contra de Estrada Cabrera, y otro que por mimetismo político vino a aceptar una denominación que lo hace exhibirse como federalista, cuando en el fondo no se agitaba otra cosa sino el logro de la restauración de Estrada Cabrera. Uno de esos partidos se llama el Partido Unionista, es el partido revolucionario, es el partido que ha estado identificado en ideales y ayudándonos en todo sentido a los revolucionarios mexicanos; frente a ese partido se levantaba otro, con la denominación de Partido Liberal Federalista. En el Partido Liberal Federalista se encuentra lo que pudiéramos llamar la podrida juventud y la podrida fueza de Guatemala, la caduca fuerza de Estrada Cabrera. El Partido Liberal Federalista en Guatemala, está integrado por todos aquellos que sostenían al tirano, aquellos que le limpiaron las botas durante muchos años y que quisieron con el título de Partido Liberal Federalista tomar participación en las cuestiones políticas de su país. Nunca, señores, absolutamente se ha maculado tanto el nombre de liberal como se ha maculado en Guatemala, haciendo que lo lleve la facción traidora, la facción que constantemente vendió, en una venta perenne y cada día más criminal, el territorio y las fuerzas vivas de Guatemala, a los Estados Unidos.

(Aplausos.) La situación política de Guatemala es, pues, esta: La fuerza de Estrada Cabrera, que no se ha podido destruir, porque sabéis que la fuerza de la costumbre es muy dificil de aniquilarse de un momento a otro, y la fuerza del Partido, del verdadero Partido Liberal, el que se llama en Guatemala Partido Unionista, que ha pugnado por los ideales de la raza, por los ideales del pueblo guatelmateco. ¿Qué era Guatemala bajo la dominación de Estrada Cabrera, si no la factoría, el protectorado de los Estados Unidos, si no el enemigo de México, el avanzado enemigo de México al Sur de nuestras fronteras Fuera, señores, de que Estrada Cabrera aniquiló las fuerzas vivas del país, de que Estrada Cabrera, con mano de hierro sujetó todos los impulsos de bien y de virtud, los impulsos hasta intelectuales de avance del pueblo guatemalteco y los impulsos de progreso material, Estrada Cabrera era, señores, en el Sur de México, el más adicto aliado a la acción antimexicanista de los antimexicanos que hay en los Estados Unidos. El régimen de Estrada Cabrera puede señalarse con estas palabras: Estrada Cabrera provocó constantemente en la opinión guatemalteca y llegó a sembrar en el corazón del pueblo guatemalteco estas dos ideas fundamentales con respecto a su nacionalidad, que tendrían como consecuencia que el pueblo mexicano y, sobre todo, de la parte revolucionaria del pueblo mexicano: primera hacer creer, por medio de todos los bastardos intelectuales de Guatemala, de todos los malos historiadores de Guatemala, que la anexión de Chiapas a México había sido una segregación de Guatemala, y que habíamos consumado un robo, un despojo tan brutal con los guatemaltecos , como el despojo brutal que con su sangre sellaron los mexicanos para ignominia de los Estados Unidos, efectuado con nosotros en 47. (Aplausos) Y esta otra idea, señores, idea cultivada por toda esa falange de malos intelectuales de Guatemala, que si son intelectuales, no tienen el corazón bien puesto ni han practicado jamás la virtud: la idea de que las tendencias del pueblo mexicano son de anexión, es decir, que el pueblo mexicano trata de anexionarse Guatemala. Sobre estas dos bases se creó un falso, un criminal nacionalismo alrededor de Estrada Cabrera en Guatemala, y este falso nacionalismo hacía naturalmente que los elementos guatemaltecos, ofuscados por Estrada Cabrera, nos viesen constantemente a los mexicanos como los seculares como los más ciegos, como los implacables enemigos de su nacionalidad, y si estas ideas pudieron desarrollarse en la época en que nosotros también estábamos dominados por influencias políticas que hubimos de sacudir por medio de una revolución enérgica, vigorosa, y que remedió todos nuestros males, ¿cuál será, señores, la situación del nuevo partido imperante en Guatemala por la fuerza del pretorianismo, cuando la República Mexicana se halla regida por un Gobierno revolucionario, por un Gobierno que ha abierto las fronteras de México a los vientos del latinismo? ¿Cuál, señores, sería? Sería sencillamente la que provocará y cultivará los odios de la parte de la sociedad guatemalteca que hasta estos momentos nos odia, porque la fuerza de las costumbres establecida por Estrada Cabrera durante los veintitantos años de su dominación en Guatemala, hicieron que se encerrase en el corazón de aquel pueblo. ¿Cuál es el deber de la juventud mexicana y de esta Cámara revolucionaria frente al problema de Guatemala, señores? El deber está en aceptar la iniciativa que hemos presentado a esta Cámara. Me dirán los hombres prácticos: esta iniciativa no resuelve nada. Es que nosotros no queremos vivir el practicismo de todos los días; nosotros creemos que en la juventud mexicana existe algo que vale más que el triunfo inmediato y práctico: el triunfo mediato del ideal. (Aplausos.) Hoy sí queremos hablar en loor de don Quijote; hoy sí queremos presentar ante la juventud revolucionaria de toda la América latina el contraste de don Quijote y de Sancho Panza; mientras don Quijote pensaba en los misterios, en los misteriosos encantos de aquella aventura de los Batanes, vosotros lo sabéis, Sancho hacía de su cuerpo lo que otro no habría podido hacer por él. Nosotros queremos vivir la vida del ideal queremos inyectar nuestro ideal, el ideal mexicano, el más elevado entre todos los ideales de la juventud latinoamericana, a los pueblos que nos siguen y nos han seguido, a los pueblos a quienes tenemos la obligación de acaudillar por que frente al elemento sajón del otro lado de nuestras fronteras, nosotros, en peligro, debemos ser los más aguerridos defensores del latinismo. (Aplausos.) En esencia, señores, no se trata de una situación política interior de Guatemala, se trata, como nosotros lo manifestamos en nuestra iniciativa, de una acción extraña que quiere dislocar el eje de un gran principio, el principio de la unión centroamericana. No es este partido, el partido actualmente respaldado por el sable del militar, por esa clase pretoriana amamantada espiritual y materialmente por Estrada Cabrera, que quiere exclusivamente el dominio político dentro del país; no, señores, hay una voz, hay una voz que todos vosotros sabéis de dónde viene y que habla constantemente al oído de los traidores guatemaltecos para arrojarlos a esta aventura de sangre y de horror, con el fin de que no se realice el alto, el encumbrado ideal de Morazán. Nosotros, señores, frente al problema de la unión centroamericana, que es un problema de vital importancia para los intereses de nuestra raza, que es de vital importancia para los mismos intereses mexicanos, porque realizando ese ideal, ya no contaríamos con la alianza de pueblos débiles, con la alianza de pueblos divididos, sino contaríamos con la alianza de una heroica, de una intelectualmente fuerte, de una virtuosamente preparada América Central. Si México sabe cumplir con su deber hacia los pueblos latinoamericanos, debe aconsejarles constantemente cuál es la ruta que habrán de seguir para fortalecer la raza, para encumbrar el ideal, para elevarnos a algo más alto; a la consecución de un porvenir mejor para la humanidad. Nuestro deber, señores, si queremos pensar sinceramente en el porvenir de México, en el porvenir de esos pobres pueblos débiles y abandonados, consiste en levantar nuestra voz; primero será la voz y después será la acción (Aplausos.) Levantar nuestra voz como una palabra de protesta en contra de la

intromision de los elementos pretorianos de la República de Guatemala; ¿por qué, señores? Porque este es el momento; el pueblo, inspirado muy sinceramente en ideas de salvación dentro de la acción democrática, debe condenar con toda energía la intromisión de los elementos armados en las resoluciones de los conflictos políticos, condenados todos los cuartelazos, porque todos los cuartelazos deben ser condenados. El movimiento de Guatemala es el más claro de los cuartelazos, es el que tiene perfiles más abominables;¿sabéis por qué? porque ese cuartelazo, ese movimiento de la fuerza armada no está ni puede estar sostenido por la opinión pública guatemalteca. Os diré en pocas palabras por qué tengo esta opinión respecto a la cuestión interior de Guatemala. Dominado el país durante tanto tiempo, más que dominado el país, estrangulado ese pobre pueblo por la administración, por la abominable tiranía de Estrada Cabrera, es natural que el movimiento popular que derrocó a Estrada Cabrera esté identificado con nosotros y esté defendiendo con su propia vida, y ponga a todas sus esperanzas y su vida al servicio de la causa que impide que vuelva Estrada Cabrera, no personalmente, sino los hombres y los sistemas de Estrada Cabrera, al Gobierno de Guatemala. Tenemos, pues, como base eso: el pueblo de Guatemala, sacudiendo su tiranía, no puede ser un pueblo ciego que de un momento a otro, que pierda por falta de previsión , lo que ha conquistado con tanto sacrificio. El pueblo guatemalteco, pues, sencillamente, debe estimar y estima el Gobierno que existía, porque el Gobierno que existía favorece las tendencias interiores del país, porque el Gobierno que existía era el más sincero, el más resuelto defensor de la unión de los países de Centroamérica; pero si no bastara, señores, esta indicación sencillísima para haceros ver que la parte sana, que la parte revolucionaria, que el verdadero pueblo de Guatemala debe estar en contra del feroz cuartelazo que en estos momentos los oprime, existiría esta otra circunstancia: ¿no estáis viendo frente a lo que se llama el Gobierno triunfante en Guatemala, a ese abominable individuo que se apellida Lima? ¿Creéis que el pueblo guatemalteco puede olvidar los horrores cometidos por él? ¿Creéis que el pueblo guatemalteco puede olvidar que este fue el autor intelectual de todos los asesinatos cometidos, no solamente en Guatemala, sino hasta de aquel crimen que vino a manchar a la ciudad de México, a la nación, porque en ella se efectuó? Es imposible, que el pueblo guatemalteco y que nosotros, desconozcamos estos hechos. Yo os digo, y los decís hace algunos días a algún compañero amigo mío: mis amigos personales, los amigos personales que en Guatemala tuvimos el compañero Solís y yo, eran miembros del Partido Liberal Federlista, es decir, el partido traidor, y precisamente por las intimidades que con ellos tuvimos el compañero Solis y yo, llegamos, en la propia ciudad de Guatemala, a esta conclusión: el elemento traidor, el elemento estradacaberista, el elemento conservador, el elemento que viniera a fomentar el oido de los guatemaltecos hacia los mexicanos, es el de nuestros amigos: los liberales federalistas. Esto es absolutamente cierto. Recuerdo con qué entusiasmo el compañero Solís y yo, en las noches, después de conversar, después de pasear con nuestros amigos de Guatemala, en nuestro humilde cuarto de hotel, nos dedicámos a platicar respecto de la situación de ese pueblo, y recuerdo con qué interés y con qué sentimiento veíamos que nuestros amigos personales eran los traidores a Guatemala, eran los que en estos momentos han hablado y han aconsejado y han movido al Ejército para derrocar al Gobierno legítimamente establecido en Guatemala.

Pues bien, señores diputados, fundada en estas palabras esta proposición, muy sinceramente nacida de nosotros como representantes de una parte de la juventud mexicana; lanzada esta iniciativa a la Cámara de Diputados, de cuyos ideales revolucionarios, de cuyas aspiraciones raciales jamás hemos dudado, no nos cabe decir más que esto: hemos pensado que hay sobre esta iniciativa deberes muy altos que cumplir, y hemos visto que esos deberes deben estar dirigidos, impulsados, alumbrados constantemente por un ideal; que ese ideal, señores representantes, como otro alto latinoamericano lo ha dicho, es como el brillo de las estrellas, que tienen un movimiento de manos de sembrador. (Aplausos.)

El C. secretario Salazar: En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Norberto Domínguez. (Voces: ¡Huy! Siseos.)

El C. Domínguez: Calma, mis queridos amigos. Comenzaré por decir a ustedes que aunque yo soy como los malos cómicos, que prefieren hacerlo mal ante una concurrencia numerosa, que bien ante una escasa, quiero que me contesten con sinceridad si están ustedes dispuestos a oírme sin cuchicheos y con la atención debida; si las imperiosas necesidades de su aparato digestivo no les obliga a abandonar la sesión en estos momentos, pues si eso fuera, y con el mayor gusto dejaría mis objetivos para esta tarde. Suplico, pues, que me contesten categóricamente si me van a escuchar con atención. (Voces: ¡Sí! ¡Sí! ¡A la tarde!)

El C. Manjarrez: Pido la palabra, señor presidente, para contestar la interpelación colectiva del compañero.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manjarrez: Cuando se trata, compañero Domínguez, de intereses altísimos que afectan no sólo a México, si no a la raza que vincula a México, nosotros no nos acordamos ni pensamos a un momento en el aparato digestivo. Nosotros sabemos que no aquí- porque yo solamente estoy con Vasconcelos en su idealismo, yo estaré un poco más allá, en la acción-, temenos que ayudar a los guatemaltecos en sus luchas libertarias, no solamente con un telegrama de protesta ni invitando a las demás legislaturas; los tenemos que ayudar con la acción, y si es preciso, revolucionariamente, iremos todos los revolucionarios de México, tendremos que ir a hacer revolucionar a Guatemala, por que así como combatimos los cuartelazos aquí, los hemos de combatir en cualquier parte del mundo donde estallen. (Aplausos.)

El C. Domínguez, continuando: Encantado de

oír a mi querido amigo Manjarrez, que es a uno de los que más quiero en esta Cámara. Sus palabras me hacen la impresión de las famosas inyecciones del doctor Maycotte: me siento rejuvenecido cuando él me hace interpelaciones de esta naturaleza. Y dispénseme este corto preámbulo para hablar un poco más en serio. Siempre que yo vengo a la tribuna a contrariar algunas proposiciones presentadas por el elemento joven de la Cámara.

El C. Morelos Juan Ángel, interrumpiendo: ¡Revolucionarios!

- El C. Domínguez, continuando:... experimento la congoja de los que tienen que combatir ideas generalmente aceptadas, pero al mismo tiempo la satisfacción del hombre que busca el cumplimiento de su deber antes que la conquista de un fácil aplauso. Así es, señores, que yo vengo a hablar, no en nombre de tantos ideales elevados; yo vengo a hablar sencillamente en nombre del buen sentido. Y cuando el apreciabilísmo compañero Vasoncelos citaba hace un momento una escena del Quijote, encontre que ninguna más adecuada para contestársela en mi discurso. Admiro la oportunidad en su cita: el Quijote es, en efecto, una obra maestra de la literatura universal, porque es un símbolo perpetuo: la lucha entre el ideal y la lucha entre el buen sentido. Y esa lucha es la lucha eterna de la especie humana, desde el hombre de las cavernas hasta la portentosa civilización moderna. Si el compañero Vasconcelos, haciendo gala del "sprit" que soy el primero en reconocerlo, cita la aventura de los Batanes, yo a mi vez tengo que citarle otra del mismo Quijote y tengo que decirle que Sancho Panza le decía cuando arremetía contra los carneros creyendo que eran poderosos ejercitos: "Son carneros, señor, son carneros!" (Risas.) Esa, señores, es mi situación en la Cámara de Diputados. Cuando veo jóvenes como Vasconcelos, como Aquilino Rama, como Manjarrez, a quienes tanto quiero, a quienes desde su físico, sus ideas, su modo de expresión, el timbre de su voz me son tan gratos; que experimento deleite en oírlos, (Risas.) puedo asegurarles a ustedes que cuando yo escuchaba hace un momento a Vasconcelos, hubiera deseado ser, como dicen, todo oídos. Me sentía en un inefable baño de agua rosada, tibia, deliciosa; me parecía estar leyendo la primera página de ese gigante del romanticismo que se llamó Lamartine, la primera página de "Rafael", página de los veinte años, páginas de amor, eso que leí en mi juventud; eso en poesía, pero si en vez de literatura se trata de música, estoy oyendo aquellas acarameladas romanzas que las niñas de hace veinticinco años utilizaban para iniciarse en el piano: "La Plegaria de la Virgen", "Las Campanas del Monasterio" y "La Oración de la Tarde". (Risas.) Pero señores, yo que, como ustedes dicen, tengo el monopolio de la vejez, no obstante que alguno de mis compañeros hace rato trataba de buscarme un competidor entre alguno de mis compañeros de diputación, (Risas.) me aprovecho, pues, de esa vejez, dejo a estos señores, como los tres citados, como mi querido compañero Gandarilla y como otros muchos, desempeñar en el drama el papel de galanes jóvenes, y yo vengo con el papel de barba a molestarlos y a hacer el papel que los barbas hacen en las comedias. Yo, señores, estoy enteramente de acuerdo con la formidable requisitoria que nuestro querido amigo Vasconcelos ha hecho contra los iniciadores de este cuartelazo; la pintura que con tan vivos colores hizo del general Lima, es una pintura fiel y aun recuerdo que hace algunos años haber asistido al jurado de los asesinos de Lisandro Barillas, que dio a conocer muchas poridades de la vida guatemalteca. Así pues, yo convengo con mis amigos en sus generosos idealismos, en sus formidables deprecaciones contra los autores de tales atentados, pero yo me coloco, señores, en otro punto de vista y voy a analizar la cuestión, no guiado por idealismos, sino guiado por un sentido práctico, por un amor patrio bien entendido, por un sentimiento que nos manda preocuparnos primero por nuestra patria que por los extraños, que nos manda no buscarnos dificultades cuando ninguna necesidad tenemos de ellas.

Comiencen ustedes, señores por estudiar, aun discutida la cuestión en el terreno meramente moral, cuál es la historia de Hispanoamérica. Ustedes, yo sé que muchos han suplido la carencia de años con la sobra de lecturas;yo, además de los años, con la lectura, con los viajes, con las conversaciones y con muchos hispanoamericanos. En México, Hispanoamérica es conocida a través de hombres cultos y refinados como Leopoldo Lugones, como Restrepo y como otros muchos, a quienes yo soy el primero en admirar y en aplaudir; nuestro interncambio mercantil, ha sido intercambio mercantil, y cuando se trata de admirar a todos estos gigantes de la intelectualidad hispanoamericana, yo soy el primero en aplaudirlo. Pero, señores, ni esa intelectualidad ni la intelectualidad mexicana es la representativa de la raza; nunca queremos convencernos de que México no está sinterizado, como admirablemente decía Gutiérrez Nájera, desde las puertas de "La Sorpresa" hasta la esquina del Jockey Club. No, señores; ni nosotros ni los hispanoamericanos representamos el término medio del país. En Hispanoamérica, es triste decirlo, todavia distamos mucho del funcionamiento normal de las instituciones democráticas. Ya en otra ocasión dije que en México el procedimiento netamente constitucional para la transmisión del poder es la revolución y el cuartelazo, los procedimientos de violencia. Naturalmente cuando nosotros hemos estado en el partido que da un cuartelazo, le llamamos revolución, y nuestros contrarios le llaman cuartelazo: pero de todas maneras, llámese revolución o llámese cuartelazo, son procedimientos violentos y sería curioso que nosotros, que tenemos tanto por dónde se atacados; que nosotros, que tenemos una historia tan manchada con sangre, vayamos a hacer el papel de don Quijote, que vayamos a hacer la policía de las casas ajenas cuando somos incompetentes para hacer la policía de la casa propia, señores. Yo les puedo asegurar a ustedes, que esa Unión hispanoamericana, en la que Carranza creyó tanto y que hace la delicia de la intelectualidad, no pasa de ser más que un mito. (Voces: ¡No! ¡No!) Sí, señores; en lo político es un mito; voy a probarlo. No tienen ustedes más que tomar cualquiera publicación moderna, como el "Statemen Year's Book", y leerlo para ver lo que valemos todos los Estados hispanoamericanos juntos, al lado de los

Estados Unidos. (Murmullos.) Sí, la fraternidad literaria yo soy el primero que la proclamo, y yo no solamente aquí. Yo, cuando he estado en círculos cosmopolitas, la he proclamado también; me acuerdo que cuando fuí al Congreso Postal de Roma nos dió una reunión el representante de la Argentina, y como nadie estaba designado para tomar la palabra, yo la tomé. Le dí gracias, hablé mucho de la fraternidad americana y me sirvió aquello para que el ministro de la Argentina renunciara en favor de México el puesto que tenía. Y, sin embargo, a los pocos días de estar en las ascensiones, ví que los hispanoamericanos, que tanto alardeábamos de fraternidad hispanoamericana, no supimos marchar juntos ni ayudar donde todos nosotros hubiéramos contrarrestado la fuerza de las grandes potencias. Ahora sí van ustedes a conocer las interioridades de lo que es Hispanoamérica; yo les recomendaría la lectura de ciertos libros, hay uno de Arqueda que se llama "Pueblo Enfermo", que pinta lo que es Bolivia; hay otro de Adalverto Blancas, que es muy reciente y que es de quien yo hablaba, y pinta lo que es Bolivia. Además, he conversado con muchos de esos diplomáticos... (Una voz: ¿Y lo que es Brasil? Pues el Brasil también, compañero, dista mucho de ser un pueblo adelantado. En la América del Sur hay dos pueblos que están bastante adelantados: la República de Chile con una especie de parlamentarismo híbrido, que le ha dado hasta cierto punto buenos resultados; nosotros siempre nos imaginamos a la República de Chile como una república liberal, y en realidad no es la república liberal que nos suponemos; en Chile las instituciones funcionan de una manera bastante aceptable, pero es debido en gran parte a que es una república muy selecta, es algo análogico a lo que fue la República de Venecia en la Edad Media y, sin embargo, ha tenido sus conflictos entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. La República Argentina está muy adelantada, es cierto; sin embargo, nosotros no podríamos asegurar que ella estuviera definitivamente en la vía del progreso, porque la razón que nosotros tenemos es la larga paz de que ha disfrutado; más larga la teníamos nosotros que llevábamos más de trainta años de paz y, sin embargo, ya vemos cuán falsos eran los cimientos de nuestra organización política y ya vemos cómo lo que creímos una fortaleza inconmovible, se derrumbó como castillo de naipes, se derrumbó como se derrumban las instituciones que no se basan en el conocimiento propicio del medio, en el conocimiento histórico y como se derrumban todos los pueblos que no tienen los medio de constitución adaptados a sus necesidades. Pues bien, señores: después de la República de Chile y de la República Argentina, y no quisiera contar anécdotas, porque no es la hora para contar anécdotas y, además, dichas en boca de una persona como yo, que soy diputado, daría lugar a que quizás algunos representantes de países hispanoamericanos me reclamaran; pero sí en lo particular puedo contarles a mis amigos muchas anécdotas de los que es la vida hispanoamericana, para que vean lo poco que somos ellos y nosotros; no lo comprendemos así y voy a decir más todavía.- Aquí es costumbre que cuando se trata de ciertas ideas que yo emito, se diga: es claro, Domínguez es viejo, Domínguez es antirrevolucionario, Domínguez es porfirista, Domínguez es conservador; cargos que yo no solamente no los he rechazado jamás, sino que los he admitido con todo gusto y hasta hago alarde de ellos. Sin embargo, cuando una cuestión de principios afecta lo mismo a la revolución que a mis amigos de la dictadura, barro por parejo con la revolución y con la dictadura. (Voses: ¡La anécdota!) A ella voy. Va la prueba al canto para pintarles a ustedes lo peligroso que es que nosotros nos lancemos al camino de las intervenciones internacionales, aunque no sea más que con una carácter meramente platónico, cuando somos un pueblo de cuarta o quinta fila, sin elementos ningunos para luchar y que ya quisiéramos siquiera poner nuestra casa en orden: Mientras el general Díaz se redujo a los asuntos interiores y no quiso enfrentarse a la influencia norteamericana, el general Díaz era el hombre más grande para los Estados Unidos. No miento, es fácil de probar que no miento, porque pueden tomar a la hora que quieran las revistas de aquella época; la trompeta de la fama que más sonaba era la norteamericana; para ellos el general Díaz era un hombre extraordinario. Pero llegó un momento en que erróneamente aquel Gobierno se apartó de esta teoría: que los norteamericanos, sean cuales fueren los asuntos históricos que nos separen de ellos, tienen que ser forzosamente, nuestros aliados. Yo comprendo que los mexicanos no tengamos simpatía para los norteamericanos. ¿Cómo la vamos a tener? Ahí está la mitad de nuestro territorio, como esos recuerdos que se pone uno en un dado para que no se le olviden las cosas, probándonos cuál ha sido la conducta indigna que han observado para con nosotros. Ahí están las vejaciones que a diario sufren los mexicanos en los Estados Unidos, como una que se leyó aquí informándonos que no se permite vender lotes a los mexicanos. A todas horas los norteamericanos nos molestan, nos humillan, nos ven con desprecio, y, sin embargo de eso, creo yo que la buena política nuestra es conservar, dentro de los término del honor, dentro de los término de la pulcritud diplomática y política, nuestras buenas relaciones con ellos, porque como aliados, ya que no como amigos, son un factor muy grande; como enemigos son los que en los momentos actuales imponen su voluntad a toda la América y a todo el mundo. (Siseos.) Es cierto desgraciadamente. Me complacen los siseos porque me dan oportunidad de demostrarlo. La guerra europea...(Voces: ¡Ya! ¡Ya!) Bueno; ¿no me han dicho ustedes que tendrían calma para escucharme? (Siseos.) Bueno; conste que yo he tenido la deferencia de preguntar si se me iba a escuchar con atención y que he dicho que iba a hablar largo; de manera que si ustedes no tienen calma, yo hago el sacrificio de venir a la tribuna y ustedes hagan el sacrificio de oirme. que siempre es mucho más fácil el papel de pasivo que el de activo, es mucho más fácil el recibir que el dar. (Murmullos.) Continúo, pues señores; el pecado en su falta de sinceridad al decirme que hablara, va a tener como castigo el escucharme un rato más. Pues bien; el general Díaz, como les digo a ustedes, era el gran hombre para los Estados Unidos; pero llegó un momento en que nos paso lo que les pasa a los niños, creímos que ya podíamos andar sin andaderas, quisimos meternos a

valientes, quisimos hacer venir a México el capital extranjero; creímos erróneamente que el Japón iría a ser para nosotros un aliado formidable, y mandamos una comisión diplomática que fuera a establecer una Corte en Centroamérica, la Corte de Cartago, y llegamos al colmo del quijotismo, para que vea el señor Vasconcelos que no nada más la revolución imita a don Quijote de la Mancha, también la dictadura lo imitaba, y llegamos al colmo del quijotismo mandado un crucero a Zelaya a libertarlo de las garras de los americanos. ¿Qué fue lo que sucedió? Que el ilustre hombre de ayer se convirtió en el adominable dictador de hoy; los que ensalzaron al general Díaz ayer, lo denigraron hoy; los norteamericanos, que no permitían que se conspirara contra el general Díaz, inmediatamente favoracieron a todos los conspiradores, la revolución tuvo cuanto parque necesitaba, hasta un cañón les dieron de El Paso Texas, y fue aquello porque el general Díaz no era un demócrata. Con esto me hacen los americanos el papel de un individuo que después de haber llevado una vida conyugal íntima con su mujer, a los cuarenta años descubriera que le era infiel cuando todo el mundo lo sabía. De manera que esto no lo notaron los americanos más que cuando se les quitó la Bahía Magdalena, cuando se pusieron muy cordiales las relaciones con el Japón, cuando se dió a Pearson la concesión del Ferrocarril de Tehuantepec y cuando imprudentemente mandamos un vaporcito mexicano a libertar a Zelaya. Ahora voy a la cuestión europea, para que vean que también tengo razón. La Guerra Europea no es más que una rivalidad mercantil. La Gran Bretaña, que toda la vida ha sido un pueblo judío, no veía con buenos ojos que los almanes tuvieran un progreso industrial tan grande. La lucha entre Inglaterra y Alemania era inevitable, eran la Roma y Catargo de los tiempos modernos. Y los ingleses, con esa habilidad diplomática que todo el mundo les reconoce, que tanto les envidiamos y que en buena ley no podemos censurarles, porque hacer bien a su patria no es más que una acción laudable, supieron explotar hábilmente la antipatía de los Franceses para conceder una guerra en la cual Francia, victoriosa ahora, salió más abatida que la Francia vencida en 1870.- Los ingleses, como siempre, sacando la mejor parte. Cuando los aliados se vieron en mala situación, pidieron el auxilio de los Estados Unidos, y ahí se vieron las eternas inconsecuencias de los grandes mandatarios. Se vió que en pleno siglo XX, la moralidad internacional es exactamente la misma que en los tienpos de los bárbaros: Wilson, que había debido su elevación al Poder a sus tendencias pacifistas, fue el primero que los llevó a la guerra; los europeos tuvieron una gran confianza en los norteamericanos, y cuando se vieron perdidos, se valieron de cuantos medios pudieron para hacerlos intervenir en la guerra y fueron los norteamericanos los que les dieron el triunfo. ¿Qué es lo que estamos viendo? El triunfo de Inglaterra y los Estados Unidos los ha hecho las dos primeras potencias del mundo. Tenían un rival en el extremo Oriente: el Japón, muy inferior a ellos, por supuesto; se discutía el dominio del Pacífico. ¿Pero qué fue lo que hicieron los norteamericanos? Lo que hacen los fuertes: respetarse mutuamente, resolvieron en un consejo lo que resuelven los lobos cuando se juntan: comerse a los corderos, y en estos momentos Inglaterra, Estados Unidos, el Japón y Francia, son las cuatro grandes potencias que aspiran al dominio universal y a imponer la ley a todos los pueblos de la tierra. Pues bien, señores; en los sucesos de Guatemela, podría asegurarlo, los Estados Unidos tienen una participación. Alguien me diría: "¡Pruebas!" Tengo las pruebas que se tienen de las cosas que se hacen en secreto; tengo las pruebas que tendría una persona para acusar a una mujer de haber perdido su honor, puesto que personalmente no le pueden constar a nadie: las consecuencías de tales actos. (Risas.) Los Estados Unidos, desde Washington, manejan la trama: son los grandes titireteros; saben admirablemente encontrar sus hombres en los momentos que se necesitan. Los hispanoamericanos alardeamos de patriotismo, de idealismo, de nobleza; pero el caso es que, triste es decirlo, cuando los americanos necesitaban una concesión para el Canal de Panamá y el Gobierno de Colombia se las negó, no faltó una insurrección muy a tiempo y unos individuos levantándose contra la tiranía colombiana para hacer la independencia de Panamá y conseguir la concesión que deseaba; si ven la hostoria de los Estados Unidos en las islas Hawaii es también una historia que pinta la perfidia de americanos y cómo se apoderaron de esas islas hawaiianas; si ven la historia de la guerra de Texas, cómo ha sido en todas partes, y esa hipocresía que yo atribuyo en buena parte al protestantismo- no quisiera decirlo, por no lastimar a nadie; pero creo que hay algo de eso-, los norteamericanos haciéndose pasar, como siempre, por desinteresados libertadores, no buscan más que la conveniencia.

Estrada Cabrera contó siempre con el apoyo de los Estados Unidos. Estrada Cabrera lo sabía muy bien, porque los americanos tienen un criterio muy curioso: viene en cuartelazo en dos países de la América española, y para el primer cuartelazo todas las exageraciones, le niegen el reconocimiento, lo bloquean financieramente y le cometen miles de inconsecuencias; viene un cuartelazo favorable a sus intereses, y entonces ese es el Gobierno demócrata, aquel presidente es el gran hombre, y para él dinero, alianzas, atenciones y todo lo que ustedes quieran; los que hemos vivido en la frontera lo hemos visto. Por ejemplo, cuando la revolución de Orozco, cuando la traición de Orozco, que es una de las traiciones más infundadas y más abominables habian contra Madero, los norteamericanos no estaban en las mismas condiciones; no pasaba ni un cartucho, porque la vigilancia era a tal grado, que yo recuerdo que en esa época si se estaba en El Paso y salía uno en automóvil, no podía acercarse al río sin que se acercaran a registrar el automóvil, por temor de que llevara cartuchos. ¿Qué prueba esto? Que los americanos tienen siempre dos pesas y dos medidas. El movimiento éste, el cuartelazo de Guatemala, esos abominables tiranos- porque yo en eso estoy enteramente de acuerdo con los compañeros-, que se han adueñado del Poder, pueden ustedes tener la seguridad de que están perfectamente bien respaldados por los Estados Unidos. Lo negará el Gobierno americano, sí; es probable que al ser dado este discurso por la

prensa me llevan recriminaciones; que protesten los periódicos americanos, pero es cierto. Antes, nosotros contábamos con el apoyo de los europeos; después de la guerra, no. Los americanos son en estos momentos los dueños del mundo; los europeos se someterán a sus decisiones; no se hará en toda la América más que lo que los norteamericanos quieran. Bien está que a la hora en que se trate de vulnerar vuetros derechos, a la hora que se trate de ofendernos directamente, vayamos a protestar contra los norteamericanos, a luchar, a perder nuestra vida. Santo y bueno, pero que por un quijotismo que a nada nos conduce, vayamos a buscarnos más dificultades, a dárnosla de moralistas cuando estamos nosotros mismos tan manchados. ¡Eso, señores me parece realmente antipatriótico e inconveniente! Y por eso yo no quisiera que esta proposición se aprobara. ¿Cómo vamos nosotros a hablar de crímen cometidos en otros países, cuando estamos llenos de ellos? ¿Cómo vamos a constituirnos en policía del exterior, si tenemos tanto que hacer aquí? Intentemos señores, un bellísimo refrán chino, que dice: "Las calles estarían siempre muy limpias, si cada cual se limitara a barrer la parte que corresponde a su casa." Pido, por lo mismo, y para no cansar más - aun cuando tendría mucho que decir-, un voto reprobatorio.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Espinosa.

El C. Espinosa Luis: Señor presidente: En atención a que son las dos y media de la tarde y que el asunto es demasiado serio para votarse en una forma apresurada, yo me permito suplícarle que consulte a la Asamblea si consiente en que continúe esta tarde el debate.

El C. secretario Salazar: En votación económica se pregunta si el debate se prolonga. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. No se prolonga (Voses: ¡A votar! ¡A votar!) Se levanta la sesión y se cita para las cinco de la tarde. (2.30 p.m.)

Presidencia del

C. VASCONCELOS EDUARDO

(Asistencia de 126 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 5.42 p.m.: Se reanuda la sesión ordinaria.

El C. secretario Salazar: Continúa a discusión la iniciativa presentada por los ciudadanos Vasconcelos y Aquilino Rama.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Rama.

El C. Espinosa Luis: ¡Una aclaración! Confortarme a la lista de oradores, no es el diputado Rama quien tiene la palabra , si no su servidor.

El C. presidente: Tiene razón el ciudadano Espinosa; él tiene la palabra.

El C. Espinosa Luis: Ciudadano diputado: Tal parece que el destino, veleidoso y caprichoso como mujer, tuviera a satisfacción especial colocar al que habla, con muchísima frecuencia, en contra de nuestro estimado compañero el ciudadano diputado Norberto Domínguez; y digo esto, porque pudiera imaginarse que no hace el que habla más que conocer que el ciudadano Domínguez se ha inscripto en pro de una asunto, para que él se inscriba en contra, o viseversa, ya que muchas veces nos ha tocado contender desde esta tribuna. Pero no hay tal: esta mañana yo ignoraba en lo absoluto que el compañero Domínguez fuera a hablar en contra de la iniciativa presentada por los ciudadanos diputados Vasconcelos, Rama y algunos otros compañeros; señores, que lo que nos coloca en terrenos opuestos, es, indudablemente, el amor a nuestros principios opuestos y a la sinceridad con que los dos los defendemos. El ciudadano Domínguez, cuya cultura es reconocida en esta Asamblea por tiros y troyanos; el ciudadano Domínguez, cuyos conocimientos administrativos han sido debidamente comprobados en la vida parlamentaria de esta Asamblea; el compañero Domínguez, cuyo don de gentes es aplaudido por todos nosotros, es indudable que es un representativo de su tiempo. El ciudadano Domínguez, forjado, plasmado dentro de los moldes de la dictadura, fue un hombre de su tiempo que en estos momento resulta un tipo clásico de retardatario que no puede, aunque haga esfuerzos inauditos, someterse a las nuevas ideas ni a las nuevas formas de Gobierno. Así, solamente así, se explica que el ciudadano Domínguez, representativo de una dictadura, haya venido esta mañana a la tribuna a hacer la apología más odiosa que ha tenido el Nuevo Continente: me refiero a la dictadura de Estrada Cabrera. El cuartelazo, óigase bien, dado por el sargentón Lima en Guatemala, es un cuartelazo inconfundible, genuino, puro... (Voces: ¡Huertiano!) Aquí, entre los compañeros, hay algunos que tienen oídos de doncella púdica, que sienten resquemor al oír esta palabra, por lo que ella tiene de infamante; pero hay otros que no se ruborizan ni se espantan al oírla, sino que la tienen a flor de labio, pero no tienen el valor bastante para pronunciarla y dirigirla a quienes quisieran dirigirla y aplicarla. El ciudadano Domínguez dio a entender, con mucho eufomismo, velando mucho el concepto, que nosotros, que esta Representación Nacional no puede dirigirse a las naciones indoespañolas en apoyo del Gogierno caído de Guatemala, porque nuestra patria está manchada de sangre, porque nuestro actual Gobierno emana de un cuartelazo. Yo hubiera querido del compañero Domínguez un poco de mayor franqueza, de esa franqueza que nos ha encantado cuando ha venido a decir que él tiene a mucha honra ser el abanderado de la reacción en esta Cámara; y no podría pronunciar esta palabra el ciudadano Domínguez sin que se le quemaran los labios, porque vendría a dar por resultado que la decía por despecho de grupo o por ignorancia, que sería tal vez más censurable que lo primero. Venir a decir desde esta tribuna, o a darlo a entender cuando no se tiene valor para confesarlo francamente, que el plan iniciado en Agua Prieta es un cuartelazo, es no saber lo que se dice, o proceder con absoluta mala fe. Todos vosotros, a cualquier grupo a que pertenezcáis, sabéis perfectamente bien que la génesis, que el alma del movimiento de Sonora fue un principio de rebelión en contra de un mal

Gobierno que, desentendiéndose de su carácter, de revolucionario, era el primero en traicionar principios que significaban el alma de la revolución.

El C. Campillo Seyde: ¡Una interpelacion! ¿Me hace usted el favor de decirme quiénes son los que efectuaron el movimiento de Agua Prieta? En mi concepto, la mayor parte de los que efectuaron ese movimiento, si no todos, fueron federales que defendían un Gobierno constituído o, mejor dicho, que debían haberlo defendido.

Presidencia del C. ALANIS FUENTES ÁNGEL

El C. Espinosa Luis: Voy a dar gusto al compañero Campillo. Es natural que al gunos compañeros confundan lamentablemente un cuartelazo con una revolución; no tienen la obligación de saber distinguir estos dos conceptos de violencia. Desde luego, compañero Campillo, un cuartelazo es un golpe que da el cuartel, la gente armada, en contra de un Gobierno legalmente constituído , sin contar en lo absoluto con la opinión; una revolución, por el contrario, es un movimiento armado hecho por militares y por gentes que no lo son, pero respaldados ampliamente por la opinión pública: esa es la diferencia fundamental. (Aplausos.) No nos debemos engañar. El movimiento de Sonora, pese a quien pese, no puede representar jamás un cuartelazo. (Aplausos.) El movimiento de Sonora no hizo desparramar en aquel Estado una gota de sangre; porque todo el pueblo de Sonora, desde las clases más humildes hasta las más altas, se unió como un solo hombre para repelar la agresión de Carranza en contra de la soberanía del Estado. (Aplausos.) La revolución iniciada en Sonora, compañero Campillo, repercutió en todo el país, porque era un grito de protesta del pueblo mexicano en contra de la conclusión de sus libertades; y tampoco desparramó sangre, porque todo el pueblo de México, indignado como un solo hombre y respondiendo a un solo sentimiento, se levantó en oleadas de protesta desde el Bravo hasta el Suchiate en contra del atentado nacional que pretendía llevar a cavo Carranza imponiendo a Bonilla como presidente de la República. ¿Y qué, vosotros, los que representáis aquí reacción, quereís a la fuerza exigir que una revolución para que tenga el sello de tal debe caraterizarse con ríos de sangre? Si algo tiene de noble, si algo enaltece el movimiento de Sonora es precisamente que, representando un sentimiento justo y legítimo, no necesitó segar vidas de hermanos, no necesitó regar sangre de mexicanos para llegar al fin que se proponía; fue un sentimiento general y espontáneo, fué un gesto viril que bastó y sobró para que cayera el Gobierno traidor a sus principios, como cae una baraja al soplo de un niño. Vamos, señores, al fondo del asunto que se discute.

El ciudadano Domínguez no tuvo razón al asegurar que nos encontramos incapacitados y que no tenemos derecho para invitar a las naciones indoespañolas para que protesten por el cuartelazo consumando por Lima, prototipo de sargentón, en la América Central; y digo que tuvo razón, porque, compañero Domínguez, los ríos de sangre, los torrentes de sangre que han manchado el suelo patrio, no han sido - óigalo bien su señoría-, para entronizar tiranos, sino para conquistar las libertades públicas. Si procediéramos como Lima, si procediéramos como los traidores guatemaltecos, si ensangrentáramos el país y matáramos a nuestros hermanos para encadenar la libertad, entonces sí su señoría tenría razón.

Ya ve el compañero Domínguez qué fácil es venir a esta tribuna con sofismas a defender tendencias que, si están muy conformes con los regímenes pasados, no pueden estarlo con las tendencias nuevas, las que veniamos a representar aquí los que no tenemos compromisos con el pasado, sino que tenemos la vista fija hacía el porvenir, pensando en el progreso y en el bienestar de la patria. El compañero Domínguez, con una tristeza del que ya nada espera sobre la tierra, con un desconsuelo de vencido, con un escepticismo de hombre que lo ha perdido todo, viene a esta tribuna y nos dice: "Señores: No hay que lanzar esa invitación, porque no tendrá ningún fin práctico. La nueva situación de Guatemal existe, porque el Gobierno de los Estados Unidos así lo ha querido, y como los Estados Unidos, quiérase o no se quiera, son los amos del mundo y, por lo tanto, de toda la América española, es inútil, es estéril que hagamos algo por defender a los guatemaltecos que aman las libertades de su patria." Es natural, señores; este es el canto de un hombre que ya ve las cosas a través del pesimismo de la muerte; pero nosotros, los que en plena juventud venimos a defender y a levantar muy alto la bandera del ideal, no podemos pensar con ese pesimismo, sino que, al contrario, traemos aquí el canto de nuestro entusiasmo y decimos a todas las Repúblicas hermanas que tenemos el deber, que tenemos la obligación imperiosa de tender nuestra mano fraternal a la República vecina, que se encuentra en desgracia atada, como antes, por la cadena de la más odiosa de las tiranías.

El C. Campillo Seyde: Hay que hacerlo individualmente.

El C. Espinosa Luis: El cambio de Gobierno en la vecina República, la consumación del cuartelazo en Guatemala, tiene una significación muy grande para la República Mexicana, significación que el compañero Campillo desconoce en lo absoluto, porque de otra manera no estaría demostrando su inconformidad con frecuentes interrupciones; el cambio de Gobierno en Guatemala es de una trascendencia política y económica para México sumamente enorme; pero más que para toda la República en general, lo es principalmente para el Estado que tengo el honor de representar en esta Asamblea; porque el comercio de Chiapas se encuentra íntimamente ligado con el comercio de Guatemala, al grado de que la mitad del Estado hace todo su comercio de compra y venta con la República vecina, mientras que sólo la mitad de mi Estado, y tal vez menos, es el que se entiende en cuestiones de comercio con la República Mexicana. En la mitad del Estado de Chiapas circula, a pesar de las medidas tomadas por el Centro, moneda centro y sudamerica, debido a la importancia tan grande que tienen los mercados centro y

sudamerica en el comercio de Chiapas. Políticamente, el cuartelazo de Lima en Guatemala, es de una trasendencia gravísima. Los que vivimos en Chiapas, los que tomamos participio más o menos directo en las cuestiones políticas de la República, hemos considerado siempre como un refugio seguro, como un rincón de cariño a la República hermana; pero esta apresiación la teníamos cuando Guatemala había abierto las alas a la libertad, merced al movimiento que derrocó al más odiado de los tiranos de América: Estrada Cabrera! Desde el momento en que la situación política ha cambiado, en que son los esbirros de la dictadura guatemalteca los que se han adueñado del Poder, estas puertas francas y fraternales de la América Central se nos han cerrado por completo, supuestos que los que están en el Poder son nuestros más jurados enemigos. Y que no se diga, señores, que son enemigos de Gobierno a Gobierno: son enemigos de Gobierno a pueblo, porque debe saber muy bien esta Representación Nacional, que Estrada Cabrera, hombre de talento indiscutible, supo explotar muy bien nuestras añejas rencillas de cuestiones de límites, para inculcar en el alma del pueblo guatemalteco que México era un pueblo enemigo, que no tenía otra ambición que anexarse el territorio guatemalteco; y explotó esta mentira engañando al pueblo; despertó en su alma un sentimiento de rencor implacable en contra de todos los mexicanos. En cambio, señores, este sentimiento de odio en contra nuestra se había amortiguado mucho con el nuevo orden de casos en la República vecina. Se palpaba, se sentía, se veía materialmente cómo la corriente de simpatía entre uno y otro pueblos era cierta y era franca. ¿Qué, no representa esto para la fraternidad indoespañola y para los lazos de unión, principalmente con las Repúblicas centroamericanas, una desgracia de las más grandes? ¿Qué, este movimiento último no es tanto como una puñalada de pícaro aplicada en el corazón del principio unionista de las naciones centroamericanas? Indudablemente que sí, señores. Los que vemos los problemas de la América Central a través de un alto patriotismo y no de un bajo sentimiento de grupo, de clases, de castas, estamos obligados a venir a defender a esos compañeros que caen a través de la lucha y que, de seguro, se levantarán mañana. Yo no creo, como pudiera creer el compañero Domínguez, u otro reaccionario de esta Cámara, que el atentado, que el cuartelazo consumado en Guatemela es irremediable porque lo respaldan los Estados Unidos. No señores, sería mezquino y sería cobarde. En buena hora que haya lucha, en buena hora que ese cuartelazo perdure más o menos tiempo; pero qué, ¿vamos a ser nosotros tan pequeños, vamos a tener un espíritu tan débil, que nos obligue a pensar que ese hecho consumado ya no tendrá remedio? No, señores, y nosotros, que representamos aquí al pueblo; nosotros, que en realidad somos síntesis del sentimiento nacional, debemos levantar nuestra voz de protesta enérgica en contra del cuartelazo dado por los esbirros de Estrada Cabrera en Guatemala, y pedir la unión y el apoyo de todas las naciones indoespañolas, para que nuestros compañeros revolucionarios de Guatemala puedan levantarse, ponerse de pie y repelar a los guatemaltecos traidores. Yo no vengo, señores representantes, a hablar aquí de quijotismo, ni de practicismo; yo vengo a hablar de algo real y positivo, que está dentro de la conveniencia de todos los mexicanos. El Gobierno actual - no el Gobierno, porque no me atrevo a llamarlo así-, el cuartelazo actual, que ha creado una nueva situación en Guatemala, viene a favorecer del plano los intereses de la reacción mexicana.- Cuando Estrada Cabrera estaba en el Poder, fue en la frontera del Sur donde los rebeldes en contra del régimen revolucionario tuvieron toda clase de protección y de apoyo, y lo mismo será ahora; las incursiones armadas en contra de nuestra patria, en contra del Gobierno que nosotros representamos, no dilatarán en armarse, en equiparse y entrar por la frontera de Guatemala; ¿por qué? Porque ese Gobierno es el mismo Gobierno de la tiranía de Estrada Cabrera que, como representativo de esas ideas retrógradas, es enemigo jurado de todo movimiento y de todo Gobierno que representa libertad. Por esto, señores, nuestra patria se debe sentir hondamente afectada, hondamente conmovida ante el cuartelazo que acaba de darse en Guatemala. (Aplausos.) En defensa, pues, de los intereses nacionales; en defensa, pues, de los sentimientos humanitarios, supuesto que la tiranía de Estrada Cabrera fue asentada sobre montañas de cadáveres, y así lo será también la nueva dictadura, nosotros debemos levantar nuestra voz de enérgica protesta y pedir la ayuda de todas las naciones indoespañolas, no porque lo aconseje un sentimiento de interés mezquino, sino porque así nos lo manda nuestro ideal de hijos de la madre Española que, quiérase o no, han preferido perder todo, menos el honor, como dijera el glorioso vencido de Pavía. Y nosotros, señores, que no venimos aquí a hacer labor de estómago, que nos importa muy poco lo que se piense allende el Bravo, venimos con nuestra ingenuidad y honradez a exponer nuestros sentimientos con toda sinceridad y con toda franqueza. Yo no quiero creer, señores, que haya aquí compañeros tímidos que, por temor a complicaciones engañosas y falsas, se rehusen a votar en pro de la iniciativa presentada por el ciudadano Vasconcelos y por el ciudadano Rama. Por el contrario, yo estoy seguro de que todos, como un solo hombre, sabrán cumplir en esta vez con su deber de mexicano, teniendo a la mano fraternalmente a los ciudadanos de Guatemala que luchan por reconquistar su libertad. (Aplausos nutridos.)

El C. presidente: Tienen la palabra el ciudadano Serrano, en contra.

(Siseos.)

El C. Serrano Gustavo P.: Honorable Asamblea: Me hubiera causado una profunda extrañeza el que al subir a esta tribuna no hubiera escuchado algunos siseos como los que escuché. Instintivamente dirigí la mirada hacia el compañero Vasconcelos, hacia Espinosa, hacia Aquilino Rama, en fin, hacia lo que pudiera yo llamar los leones de la Cámara, y pude convencerme de que no fueron estos señores los que se atrevieron a lanzar esos siseos; en cambio, pude notar que se trataba, no de los leones, de los que vienen a defender aquí sus ideas buenas o malas, pero a defenderlas con razones, con valor civil, a afrontar una situación y las consecuencias de ella; no se trata de estos leones, sino de camaleones, individuos que no hacen otro papel en la Cámara, que no tienen la competencia ni el valor

civil para venir a defender sus ideas y que solamente saben sisear, escuados, más que por otra cosa, por el mimetismo; son individuos anónimos, son individuos que se confunden con el medio que los rodea y nada más son los comparsas.

El C. Serrano Gustavo P.: Uno de los argumentos que ha esgrimido aquí el pro, es el de que los que no estamos de acuerdo con ellos tenemos miedo. Yo no sé miedo a qué. No sé si podamos tener miedo a los cañones del general Lima y de todos sus secuases. ¡Ya tendría que manejar cañones superiores a los del Kaiser para que pudieran llegar los proyectiles hasta esta Cámara! Sin embargo, algo de miedo creo que tenemos; yo, por mi parte, tengo un grandísimo miedo: el miedo a ponernos en ridículo, y, sobre todo, más que a ponernos en ridículo individualmente, a poner en ridículo a la Cámara de Diputados. El individuo en lo particular, el diputado en lo particular tiene derecho a ponerse en ridículo cuantas veces le venga en gana, pero como recibimos nosotros el nombramiento de nuestros comités, no tenemos derecho para exponer el buen nombre de la Cámara en ninguna ocasión. Señores diputados: Se trata de un asunto demasiado serio para tratarlo a la ligera y para querer combatir con argumentos deleznables, para traer aquí el manoseado argumento de si es o no es reaccionario el que habla en pro o en contra. Esto debemos hacerlo a un lado después de 16 meses de estar usando este gastado argumento que no hace ninguna mella en aquellos representantes que tengan alguna conciencia de su propia opinión. Se trata de un asunto internacional para el cual la Cámara no tiene ninguna facultad para intervenir en él. Se trata de un asunto en que por falta de documentación podemos dar pasos en falsos y poner a nuestro Gobierno y a nuestro país en posición difícil. Están demasiado recientes los sucesos para que esto pueda ser cosa juzgada, no tenemos más que lacónicos telegramas que nos llegan de Guatemala o de otras partes que no nos explican la verdadera situación de aquel pueblo y, por consiguiente, el tomar una determinación en caliente al invitar a otras naciones, la Cámara de Diputados no tiene representación del pueblo mexicano. Es un punto cuya trascendental importancia creo que no la ha meditado lo suficiente la Representación Nacional. Yo creo, señores, que los asuntos internacionales es de todo punto inconveniente que los trate y mucho menos que los resuelva una Asamblea popular. Muy acertadamente por esto siempre estos asuntos se han dejado en manos del Ejecutivo o en manos del Senado, en determinados casos, que con más calma y más documentación puedan dar una resolución que sea conforme a los intereses de la nación. Yo soy, señores, de los que simpatizan con el movimiento unionista de las repúblicas centroamericanas no de ahora si no de hace largos años. De estudiante tuve el gusto de ser compañero de muy buenos amigos míos centroamericanos, y desde entonces me interesé por los problemas de Centroamérica; les pregunté constantemente en qué consistían estos problemas, cuáles eran las dificultades que tenían que vencer; entonces conocí el grandioso ideal morazánico; desde entonces simpaticé con él, y cuando supe que estaba a punto de realizarse este grandioso ideal, solo lamenté no poder colaborar siquiera en pequeña parte a su realización inmediata. Soy, por consiguiente, de los más entusiastas admiradores del movimiento unionista centroamericano;pero de ahí a que lleguemos al grado de que la Cámara quiera tomar esta determinación de invitar a las legislaturas extranjeras, en caliente, sin estar documentados, sin saber cómo, de qué manera, y en qué se funda el movimiento revolucionario último de Guatemala, estoy muy distante. Me inclino a creer, por todas las noticias que tenemos, que se trate de un movimiento de reacción; pero no estamos seguros de ello, ni podemos saber cuáles fueron las causas determinantes del movimiento que hizo que cayera el presidente Herrera. Figura allí el general Lima, de triste memoria, muy conocido en México...

El C. Morales Juan Angel: ¿No basta?

- El C. Serrano Gustavo P.:... y no basta, compañero Juan Angel Morales, creo que no basta el hecho de que figura una persona tristemente célebre en un movimiento revolucionario, para condenarlo. Le repito a usted que todo hace suponer que se trata de un movimiento de reacción, pero podemos estar seguros de ello y nada perderíamos con esperar un poco y documentarnos; nada perderiamos, digo, con que la Cámara, con que en lugar de que la Cámara fuera la que hiciera protestar e invitara a otras asambleas o a otros Gobiernos para que hicieran las protestas que los iniciadores nos proponen, pudiera ser muy bien un grupo de diputados, pero no la Cámara de Diputados, lo cual es muy diferente; un grupo de diputados, aunque fuera la mayoría de la Representación Nacional, no llevaría el nombre de la Representación Nacional, sino que obraría por su cuenta y riesgo, y casi puedo asegurar que cuando esté mejor documentado, yo seré de los que estampe mi firma y celebraré con este grupo para protestar por el cuartelazo de Guatemala; pero de ninguna manera lo haré antes de estar debidamente documentado y de ninguna manera apoyaría que la Cámara de Diputados se entrometiera en asuntos que no son de su incumbencia. El periódico de esta tarde. "Las Noticias", habla y trae noticias enteramente contradictorias a las que nos han dicho los periódicos en días anteriores, y no leo todo el párrafo porque es demasiado largo y yo supongo que es conocido de los señores representantes. Debo también hacer hincapié en un párrafo de la proposición que está a debate y que dice así:

"Tiempo es ya, señores diputados, que, compenetrados de nuestra misión, dirijamos nuestras actividades hacia la realización del ideal indolatino. Ha sido muy grave error la proverbial apatía con que siempre se ha mirado lo que atañe a nuetra raza, y toca a nosotros, miembros de una Asamblea revolucionaria, representantes de un pueblo que jamás ha tolerado el pretorianismo ni la intromisión de extraños en sus asuntos, dar el primer paso para iniciar la verdadera independencia de nuestra raza."

Nosotros no deseamos la intromisión de extraños en nuestros asuntos. La verdad, señores, que en este caso nosotros estamos entrometiéndonos en asuntos extraños. Si no admitimos por un momento que ningún país extranjero se inmiscuya en

nuestros asuntos interiores. ¿por qué nosotros vamos a entrometernos en los asuntos interiores de otros países? ¿Qué nos parecería o qué nos hubiera parecido si a raíz del movimiento de Agua Prieta el Congreso de los Estados Unidos, como Congreso, hubiera invitado a los otros Congresos del mundo para que protestaran por este movimiento? Bueno o malo el movimiento, no habríamos aceptado esta intromisión y la habríamos condenado. Debemos también tener presente que al tratarse en estos momentos de Guatemala, hay que recordar que ya está íntimamente ligada con otras dos Repúblicas de Centroamérica. Si el movimiento no es popular- como creo que no lo es -, entonces el pueblo guatemalteco no tendria que luchar para arrojar del Poder a los hombres del cuartelazo, no tendría que luchar aislado, sino que tendría forzosamente que recibir la ayuda de quienes ya con ella forman la confederación centroamericana es decir, de las otras dos Repúblicas de Centroamérica. Debo también aquí, de paso, hacer notar lo siguiente: en días pasados cuando se trató de comenzar a discutir los presupuestos y entramos al Ramo de Relaciones Exteriores, yo fuí uno de los que desearon y procuraron que el señor secretario de Relaciones Exteriores tuviera toda oportunidad posible y el tiempo necesario para que informara de los asuntos de su ramo. La Cámara de Diputados creyó que no tenía tiempo que perder en oir al Señor secretario de Relaciones,o bien que esto ya era inoportuno; se trataba de unos cuantos minutos nada más pues el ciudadano secretario de Relaciones Exteriores estaba contestando las interpelaciones y dando los informes que se le pedían en una forma demasiado breve, que yo hubiera deseado que se hubiera extendido un poco más; la Cámara de Diputados tenía como razón principal -ya digo, no hubo otra -, que no podía perder el tiempo, porque era indispensable aprobar los presupuestos cuanto antes. Y bien, señores diputados, se agregó aquí que era una maniobra la de los que queríamos que informara el secretario de Relaciones para que no se llegara a la discusión de los presupuestos; ahora se trata de un asunto que no es nacional, que no es de urgente resolución, y esta es la segunda sesión que perdemos ya discutiendolo, dejando a un lado los asuntos que son de verdadera importancia para la nación. ¿Dónde está, pues, la maniobra? Mañana o pasado, cuando se sigan discutiendo los presupuestos, los que no queremos que se apoyen sobre la rodilla, insistimos en tener todas las informaciones necesarias y que no se nos venga a decir que no hay tiempo que perder, porque si hay tiempo para tratar asuntos de otros países que por importantes que sean siempre son más importantes los de nuestro propio país, que no se nos diga entonces que no hay tiempo para interpelaciones ni para informaciones tal como lo deseamos los que queremos aprobar el presupuesto concienzudamente. Que se fije la Cámara que son dos sesiones las que se han perdido precisamente en los momentos en que el tiempo que tenemos es verdaderamente angustioso para terminar los proyectos que están en nuestras manos. El compañero Rama, de la Comisión de Petróleo, deberia haberse preocupado por su proyecto, el de la discusión de la Ley del Petróleo, que se ha dejado a un lado, o del presupuesto.

El C. Rama: He cumplido siempre con mi deber, compañero.

- El C. Serrano Gustavo P. Para terminar , señores, espero que los compañeros que sigan fundando su proposición lo hagan serenamente, sin fijarse quién o quiénes estamos en contra. Las personas son lo de menos, las ideas son las únicas que se deben combatir.

El C. Rama: Señores diputados: Esta mañana el compañero Vasconcelos y yo presentamos una iniciativa que ha sido considerada bajo diversos aspectos de vista, y no ha llegado en realidad a puntualizarse, como debería haberse hecho. El primer impugnador, señor ingeniero Norberto Domínguez, vino aquí a hacer cargos que son muy fáciles de destruir. Señores diputados: Es un error, y un error lamentable, el creer que la misión de la Cámara de Diputados, que la misión de los representantes del pueblo, única y exclusivamente consiste en hacer presupuestos y en hacer leyes del Petróleo. Como decía brillantemente el señor Vasconcelos esta mañana, hay algo más noble, hay algo más elevado que está por encima de esas necesidades del pueblo. El compañero Vasconcelos hizo hincapié en lo que se llama el ideal de un pueblo, en lo que se llama el alma de una raza y eso, señores, es lo que nosotros venimos a proponer en nuestra iniciativa; yo soy respetuoso de la tradición, yo estimo sinceramente, ampliamente al señor ingeniero Domínguez, pero yo no me alarmo de su psicología, porque se la psicología de un hombre, como la psicología de un pueblo, se forma por el medio en que ha vivido. Nada de extraño, señores diputados-y no lo tome por injuria, porque lo respeto con toda sinceridad-, nada de extraño en el señor ingeniero Domínguez tiene que nos venga decir que los latinoamericanos no somos nada; que nos venga a relatar intimidades de sus viajes y de los Congresos a que ha asistido; que nos venga a decir que nada hemos hecho en el pasado y que, como una consecuencia, como una condición ineludible para nosotros, nada debemos hacer para el porvenir. No, señores, en buena hora que sus paternales consejos nos los dé en otra ocasión, pero recordando al poeta, yo me permito decirle: respetad nuestra conciencia, respetad nuestros entusiasmos.¿Por que, señor ingeniero Domínguez si usted es un admirador de los regímenes pasados; por qué si usted suspira por el tiempo que paso, impide que nosotros los jovenes, que tenemos la obligación de venir a inyectar nuestra savia a los anhelos del pueblo; porqué señor ingeniero Domínguez, usted que tiene tanto repeto para esa tradición, quiere oponerse con sus teorías caducas a que la Representación Nacional, en nombre del pueblo, vaya a a donde debe de ir y cumpla con su deber.

El C. Domínguez Norberto: Contestaré a tiempo.

El C. Rama: Señores diputados: Algo muy noble, algo de mucha trascendencia encierra esta iniciativa: el panlatinismo que se ha esbozado, que toma cada día más incremento, es algo que nosotros, por nuestra situación gaográfica, por nuestra situación política, de que ya hemos pasado por las convulsiones por que deberán pasar todos los

demás pueblos latinoamericanos, debemos preconizarlo. ¿Que otra cosa encierra esta iniciativa, como no sea el anhelo del pueblo mexicano que repudia el cuartelazo, sea de donde sea, venga de donde viniere; qué otra cosa, señor Domínguez y señores diputados, encierra esta iniciativa, como no sea una protesta por la intromisión de extraños en nuestros asuntos interiores? ¿Por qué dársele un cariz internacional? No es exacto, señores; es que se ha partido de este error de considerar a la Cámara de Diputados por sí sola, aisladamente, como un poder, y esto no es exacto, señores diputados. La Cámara de Diputados en tanto que no esté unida al Senado, no constituye el Poder Legislativo. La Cámara de Diputados no es otra cosa que la genuina representante del pueblo mexicano. Y bien, señores, ¿alguno de vosotros podrá decir que el pueblo mexicano no repudia con toda virilidad los sangrientos acontecimientos de Guatemala? ¿Alguno de vosotros podría afirmar que en el corazón, que en el seno de la nación mexicana encuentran apoyo, encuentran auxilio los tiranos, los pretorianos traidores que en bochornosa unión, en asqueroso contubernio con los magnates de Norteamérica derrumban a un Gobierno legítimo para estrangular a un pueblo? No, señores diputados. Yo estoy seguro de que ninguno de nosotros apoyaría esto. Nosotros necesitamos poner la simiente que germinará más tarde; no pretendemos con esto más que pedir a las legislaturas latinoamericanas que se unan en un voto de protesta con nosotros; no significa más que establecer para el mañana la verdadera unión de la raza latinoamericana. Yo creo, señores diputados, que no debemos ir precisamente a atacar el régimen actual que se ha enseñoreado de la República de Guatemala; no es eso, nuestra misión no es esa, pero nosotros sabemos y debemos ser sinceros y debemos hablar con la verdad de que tras de esos pretorianos se oculta algo muy fuerte, algo muy grande que siempre ha estado en pugna con los intereses de nuetra raza.

Es por ello, señores, que debemos lanzar nuestra protesta, porque, a diferencia del señor ingeniero Domínguez que cree que el pueblo es una entidad metafísica, a diferencia del ciudadano Domínguez, que cree que el pueblo es un ser abstracto, nosotros los jóvenes, los que tenemos la obligación de establecer una nueva orientación, creemos que el pueblo es un ser real, que tiene derecho a sentir y a palpitar por medio de nuestros corazones. Así es que, como representantes del pueblo mexicano, como genuinos representantes y no en otra forma, nosotros nos proponemos hacer esta protesta por medio de mensajes a los países latinaomericanos. Algún compañero me decía que esto no estaba bien en todas sus formas, que nosotros debiamos ser más enérgicos. Pero, señores, entonces sí sería salirnos de nuestro verdadero papel; lo único que nosotros debemos hacer saber a los pueblos latinoamericanos, es que el pueblo mexicano siente la necesidad de una unión, aun cuando solamente sea de una manera espiritual, siente una necesidad de tener una pacto tácito de todos nosotros para defendernos del enemigo común de nuetra raza; eso es todo. Es inútil ver politiquerías en esto y es inútil asustarse con algo que en realidad no existe . Creo, señores diputados , que la opinión está perfectamente bien formada a este respecto y solamente existían escrúpulos en algunos miembros temerosos de que en el fondo entrañara alguna otra cuestión, pero en honor a la verdad , esto no significa como lo he dicho ya sino un apoyo moral, una manifestación de que nosotros los latinoamericanos estamos con ellos en sus sufrimientos y hacemos votos por su pronta liberación. Eso es todo, ciudadanos diputados. En consecuencia, yo pido un voto aprobatorio para está moción que en el fondo no encierra sino una idea de nobleza, una idea muy propia, muy nacional en el pueblo mexicano. (Aplausos. Voces: ¡A votar!)

El C. Rico: Señor presidente, sírvase concederme la palabra para interpelar al orador. Señor compañero Rama, le suplico me diga si usted, como uno de los autores de la iniciativa que está a debate, sería de opinión, como opino yo en este caso, de que si México por desgracia incurriera en algunos de los errores que estamos criticando como esta mos criticando ahora a la facción de Guatemala, le concediéramos derecho a la República hermana para que, a semejanza de lo qu nosotros pensamos hacer ahora criticaran también esa actitud precisamente para establecer esa unión latino americana aunque no le concedamos este derecho a una raza distinta, como los Estados Unidos , para que criticaran esos actos. Sírvase contestarme.

El C. Rama: Señor compañero: Hemos manifestado, tanto el señor Vasconcelos como yo, que nosotros protestamos a nombre del pueblo mexicano contra el pretorianismo donde quiera que se encuentre, y como quiera que venga. En consecuencia, si algún día por desgracia a nosotros nos pasara lo mismo, no tendría nada de extraño que las repúblicas hermanas vinieran en nuestro auxilio, porque creo que ni usted ni nosotros seremos capaces de apoyar el pretorianismo. (Aplausos).

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Barón Obregon.

El C. secretario Barragán: Por disposición de la Presidencia se va a dar cuenta con la lista de los oradores. Han hablado en pro los ciudadanos Luis Espinoza y Rama Aquilino Emilio, y en contra, los CC. Domínguez y Serrano. Están inscriptos en contra, Barón Obregon, en pro Manjarrez, De Alba y Ramos Pedraza. Por dispocisión de la misma Presidencia, se consulta a la asamblea si el punto se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa , sírvase manifestarlo. Suficientemente discutido.

El C. Gandarilla: Moción de orden, señor presidente.

El C. secretario Barragán: Habiendo reclamado la votación el ciudadano Gandarilla, en votación económica se pregunta si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie.

El C. Gandarilla: Moción de orden. No es esto lo que reclamo.

El C. secretario Barragán: Suficientemente discutido. (Desorden.) Se procede a la votación nominal.

El C. Gandarilla: Moción de orden.

El C. secretario Barragán: La Asamblea lo ha cedido así y vale más que usted.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: Honorable Asamblea: Es manifiesta la parcialidad del ciudadano secretario Barragán en este asunto. Y más aún tomándose la libertad de hacer amonestaciones a un representante del pueblo que no las permite absolutamente de nadie, menos del señor secretario Barragán; pero la moción de orden que yo quería hacer era la siguiente: hay inscriptos todavia oradores en pro y oradores en contra; entre los oradores en pro se encuentra el doctor Pedro de Alba, entre los oradores del contra se encuentra Barón Obregón. No han hablado siquiera tres oradores en pro y tres en contra. El asunto es de gravedad, compañeros. Se trata nada menos que de influenciar directa o indirectamente los asuntos internacionales. Si esta Cámara va a dar su voto sin escuchar las razones de todos los compañeros, pudiera ser que los asuntos internacionales se complicaran, y yo, que soy un oposicionista del Gobierno, o, mejor dicho, del Ejecutivo, soy el primero en abogar ahora por que se escuche a los oradores del pro y a los oradores del contra, porque pueden resultar graves conflictos para ese mismo Ejecutivo. No debemos resolver estos asuntos sobre la rodilla y pido a la Asamblea que permita que hablen los oradores para que se tenga un criterio razonado. (Aplausos.)

El C. secretario Barragán: La Secretaría hace la siguiente aclaración: Ni siquiera ha firmado la proposición a que se refiere... (Campanilla.)

El C. presidente: La Presidencia va a hacer una aclaración...

El C. secretario Barragán: La Secretaría hace la siguiente aclaración: Tan no puede haber la parcialidad que señala el ciudadano Gandarilla, que ni siquiera he firmado la proposición a que se contrae el asunto. La Secretaría ha cumplido con un acuerdo de la Presidencia dando cuenta con los oradores del pro y del contra y ha consultado a la Asamblea dos veces. La Asamblea ha acordado en ese sentido; no tiene ninguna culpa la Secretaría en eso. (Murmullos.)

El C. Espinosa Luis: ¡Moción de orden! Señores: No hay motivo ni razon que justifique la oposición a escuchar a los oradores del contra; al contrario, yo creo que no sólo por un espíritu de equidad, sino por la trascendecia del asunto, debe oírse con toda paciencia a todos. (Aplausos.) En consecuencia, yo suplico a la Presidencia que no solamente consienta en que se agote el turno reglamentario, es decir, que hablen tres en pro y tres en contra, sino que es necesario que se prorrogue el debate hasta que la Asamblea haya formado conciencia completa del asunto.

El C. presidente: La Presidencia se permite manifestar al señor diputado Espinosa, que dió ese trámite en vista de la cantidad de oradores que había inscriptos en pro; en ese sentido la Presidencia no tiene inconveniente en consultar nuevamente a la Asamblea si considera suficientemente discutido el punto o continúa el debate. (Voses: ¿Que hablen! Tiene la palabra el ciudadano Barón Obregón.

El C. secretario Barragán: Nuevamente se consulta a la Asamblea, por disposición de la Presidencia... (Voces: ¡No! ¡No!)

El C. presidente: La Presidencia ha dado la palabra en contra al ciudadano Barón Obregón.

El C. Chapa: Moción de orden.

El C. Barón Obregón: Señores diputados: Por mi juventud, indudablemente que no se me va tachar de un carcomido por los errores de las dictaduras pasadas; por mi juventud y por mis principios, tampoco esta honorable Asamblea podrá decirme nunca que yo vengo contra un sentimiento que la misma juventud nos da. Ya oradores de la talla del compañero Vasconcelos y del compañero Rama han llegado a esta tribuna abordando este problema, por demás difícil y por demás complicado, y con su verba perfectamente florida han puesto de manifiesto el idealismo, el sentimentalismo de nosotros los mexicanos. Pero nunca, por ningún motivo, se podrá esgrimir en la tribuna de esta Cámara una razón de peso fundamental para que esta honorable Asamblea vaya a ponerse en un verdadero ridículo. Constitucionalmente que se nos diga: tiene facultad la Cámara de Diputados para inmiscuirse en asuntos internacionales. ¡No, y no! Señores diputados: Es necesario que seamos cuerdos alguna vez, (Risas.) es necesario que, en las postrimerías de esta Legislatura, que ha hecho todo lo que ha podido hacer en beneficio del país dentro de la dificultad de trabajar por el espíritu propio, por el espíritu revolucionario, por el espíritu altivo de sus componentes, es necesario ya, señores diputados, que no vayamos a manchar las postrimerías de nuestra Legislatura para dar al pueblo mexicano la medida de lo que son sus representantes. (Risas.) Señores: Estamos nosotros verdaderamente en una situación difícil internacionalmente; ¿qué, acaso no sabemos todos, uno por uno, las dificultades que nuestro Gobierno tienen para sostener la armonía que debe reinar con todas las demás naciones del mundo entero? ¿Qué, acaso queremos prender una nueva banderilla a esta situación bastante precaria, bastante difícil en que se encuentra la nación, para arrojarla de una sola vez por todas, a un ridículo completo? Señores: Convengo que en la juventud se exhiba aquí con su verdad, con su idealismo, con su sentimentalismo, con el amor hacia nuestros semejantes y, muy especialmente, hacia aquellos que hemos nacido en la misma cuna y que venimos..

El C. Avilés: ¿De donde? Una voz: De Xochimilco! Risas.)

- El C. Barón Obregón:... con la misma sangre en nuestras venas. Señores: Es necesario que nosotros, por ningún motivo, vayamos a consentir en dar un espectáculo bastante triste.

Voy a analizar la cuestión desde todos los puntos de vista, aunque yo no poseo el lenguaje florido de Vasconcelos, de Rama, ni del compañero que vendrá a sucederme en esta tribuna, el señor doctor De Alba. Se trata de un principio educativo a los indolatinos, se ha esgrimado aquí; se trata de educar, de crear un sentimiento muy noble, muy levantado, un espíritu que siempre ha vivido en un ambiente de imposibilidad de realizarlo, precisamente por las condiciones difíciles en que vive la propia raza latina, por su psicología especial; en consecuencia, señores diputados, ese argumento que se esgrime, ese argumento que tratan los señores oradores del pro de inculcar a esta Asamblea para

que vibre la cuerda más sensible y arrastrarla a una votación para un asunto que verdaderamente no tiene ningún interés para nosotros, no puede ser posible que esta Asamblea vaya a cometer ese error. Señores: Tenemos nosotros cuestiones interiores aquí verdaderamente dificiles, verdaderamente comprometidas para la estabilidad del propio Gobierno, para la estabilidad de nosotros mismos como un Poder del Gobierno. Señores: ¿Acaso no comprendemos que antes de ocuparnos de un asunto de la República de Guatemala, bien pudiéramos ocuparnos de nuestros asuntos verdaderamente interesantes, como son las resoluciones de los problemas de elecciones populares, de violación del voto, del problema del sufragio en los propios Estados de nuestra Confederación? Que, acaso no tenemos allí una muestra de indisciplina, una muestra de esa nerviosidad de nuestra propia raza, y ahora queremos llevarla todavía más afuera de los confines de nuestro país que, no pudiendo avanzar hacia el norte, queremos buscar el camino del sur? Señores: ¿Qué, acaso nosotros vamos a seguir el mismo tema, la misma tesis que el Gobierno comunista de Rusia , de extender fuera de sus fronteras su idea a pesar de que se ha visto practicamente bien y prácticamente se ha demostrado que no prosperará? Yo no sería nunca aquel que viniera a decir a ustedes que la idea de unión , que la idea del mismo sentimiento, que la idea en pro del indolatinismo en nuestra América, no prosperaría . Muy al contrario, señores: pero tampoco, en medio de mi juventud, sería quien viniera a arrastrar a ustedes a un acuerdo que verdaderamente nos va a poner en completo ridículo. Señores: Constitucionalmente, la Cámara, como Poder, no tiene facultad absolutamente para inmiscuirse en asuntos internacionales. El Poder Ejecutivo, representado por el señor secretario de Relaciones en este caso, es el único que, constitucionalmente, está facultado para tratar este asunto. La Cámara de Diputados, dando muestras de un idealismo absoluto, donde parece que todos los que aquí han venido y que están presentes oyendo esta discusión, no pueden meditar ni por un solo momento el interés que tiene para este país dar un paso de tal trascendencia cuando estamos vigilados, quiérase o no, desde el punto de vista en que se han querido colocar los que tratan de apoyar esta idea y colocarnos a los que venimos a hablar en contra de este proyecto, la Cámara de Diputados, digo, no debe nunca tratar tan ligeramente un asusto de esta naturaleza.No, señores; nunca, desde ese punto de vista podrá esta Cámara de Diputados tacharme de que no ponga mis cinco sentidos , de que sea cuerdo. Señores diputados: Una vez más invito a ustedes para que no vayamos a dar el espectáculo mayor que pueda haber dado esta legislatura, introduciéndose en un terreno que no le compete, que es el terreno del propio Poder Ejecutivo, sentando aquí un precedente de desorientación de la política mexicana, porque así esta honorable Cámara de Diputados camina por su lado como Poder, desoyendo en lo absoluto la cordura que debe de haber en estos casos, y que el propio Ejecutivo nos ha dado muestras al no tocar este asunto; si esta Cámara de Diputados, como digo, va a caminar por su lado, y luego el Poder Ejecutivo hace alguna manifestación en el sentido de que desaprueba los actos de esta Legislatura, porque no le competen constitucionalmente. ¿en qué ridículo mayor vamos a quedar, señores? Cuando se han tratado aquí asuntos de nuestro régimen interior; cuando se ha venido aquí a sostener verdaderas campañas entre los diputados fulano y mangano, defendiendo tal o cual candidato o gobernador de un Estado, hemos oído pacientemente, señores, pacientemente hemos oído a estos combatientes aquí, en la tribuna, expresarnos clara y terminantemente su sentir, fijarnos sus ideas, sus conceptos, y nosotros, en muchos casos, con esa misma paciencia, hemos logrado formar una impresión, hemos logrado formar un ánimo de que aquí individualmente, diputado por diputado, tiene la misma idea, y yo participo también de ella, de la idea expuesta en el proyecto presentado aquí por el ciudadano Rama; pero, señores, colectivamente ésta es una Asamblea que debe, por todos motivos, darse a respetar, porque de otra manera, vamos a aparecer como un grupo, como una caldera donde se ha encerrado una cantidad de vapor que ya no se puede contener, y la explosión, señores, la explosión es en perjuicio de la patria nuestra. Como éste es un asunto de gravedad; como éste es un asunto que amerita el reposo y que amerita verdadera conciencia de vosotros, no quiero que os dejéis impresionar por palabras más o menos floridas, por idealismos. por el camino muy bello que nos va atrazar aquí el compañero doctor De Alba; no, señores, pensad solamente en esto: Nosotros no somos los indicados ni por un solo momento, para señalar a las naciones latinoamericanas el camino que deben seguir. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Manjarrez.

El C. Manjarrez: La fecunda imaginación helénica pintada a la Verdad como una diosa olímpica cubierta por un velo tenue, símbolo de la discreción; pero en estos momento, señores diputados debemos romper, debemos rasgar el velo tenue que cubre el cuerpo de la diosa, para que la verdad brille en un momento de suprema crisis para la raza y en un momento de suprema crisis para la humanidad.

La libertad, señores diputados, no es patrimonio de un hombre ni de un pueblo; la libertad es el patrimonio de la humanidad, y todos los hombres y todos los pueblos que quieran ser dignos de la libertad, deben estar a la altura de su deber en el momento en que cualquier pueblo de la tierra se encuentra estrangulado por el pretoriano o se encuentre estrangulado por las fuerzas reactoras que quieran sumir en la ignominia más grande a los pueblos que aspiran a la libertad. (Aplausos.) Y es necesario, señores diputados, que comprendamos perfectamente bien cuáles son los deberes internacionales de México. Cuando se presenta el caso de un conflicto internacional en que peligra la integridad de la República Mexicana, volvemos nuestros ojos ávidos hacia la América del Sur y exclamamos como Vargas Víla: ¿Qué hacen esos diplomáticos de papier maché, representantes de Sudamérica en Washington? ¿Por qué se inclinan mendigando la sonrisa de Hughes o de Harding? ¿Por qué no toman una actitud viril que venga a apoyar la actitud enérgica del pueblo mexicano? Y cuando se

trata, señores diputados, de un caso análogo, de un caso peor, mil veces peor que es el ejecutado en Guatemala, un caso que ruborizaría Victoriano Huerta y hace que se estremezcan los huesos de Blanquet, entonces nosotros, señores, hace aquí con la voz del practicismo, entonces venimos aquí con la voz de don Norberto Domínguez o de cualquier otro diputado, que viene a decir: No, porque peligra la integridad de México, peligra su porvenir. Pues entonces, señores, ¿es o no es México la avanzada de la América Latina? ¿Es verdad o no es verdad lo que nosotros hemos predicado muchas veces, que el porvenir de México está vinculado al porvenir de la América Latina? Si, pues, esto es así, ¿por qué no hemos de acudir presurosos, por qué no hemos de dar toda nuestra alma y todo nuestro esfuerzo para libertar a este pueblo cuando se halla en las garras del pretorianismo dirigido por la Casa Blanca? Es ya tiempo de que tengamos valor; es ya tiempo de que sepamos morir si es preciso, pero morir por cumplir con nuestro deber. (Aplausos.) Los pueblos y los hombres que no saben defender sus derechos, estos pueblos están destinados a desaparecer o a vivir la vida miserable que impusieron los dorios conquistadores a los ilotas; están condenados a eso, y antes que sufrir esa vida, es preciso morir en una trinchera. Por esto esta mañana yo apostrofaba a este inteligentísmo compañero Eduardo Vasconcelos y le decía: Sí estoy con usted; pero no solamente aquí en la Cámara, no solamente por medio de un mensaje a las demás legislaturas de América, sino que después respaldar esta acción con nuestro propio esfuerzo, si es necesario que vayamos, iremos a levantar barricadas a Guatemala. (Aplausos.) La historia de América, señores diputados, está llena de tiranías; la historia de América está ensangrentada siempre por la bayoneta brutal de los pretorianos y qué bello es, señores diputados, encontrar de repente un gesto tan hermoso como el de José Vasconcelos que repudiara enérgicamente como rector de la Universidad a un Juan Vicente Gómez, y qué ridícula es la actitud de un revolucionario como Cutberto Hidalgo, que por actitud protocolaria revocara su actitud viril; no, señores diputados, nosotros y menos los diputados revolucionarios, menos los que tenemos todavía dentro de nuestra alma algo de los ideales que predicáramos ayer, no podremos consentir que en algún punto de la tierra se cometan los atentados de tal manera repugnantes y asquerosos como los que han consumado Lima y Orellana en Guatemala.

Señores diputados: Había yo dicho que el porvenir de México está vinculado con el porvenir de la América Española; había yo dicho que la suerte de ellos quiere decir con mucho la suerte de nosotros; había yo dicho que un gesto de México significa un gesto para todos ellos, significa un aliento y una esperanza para que vivan, para que se esfuercen, para que se levanten, para que luchen contra los tiranos; y nosotros no debemos escatimar un gesto en estos momentos supremos.

Se nos ha dicho aquí por el señor Domínguez, que precisamente el fracaso de Porfirio Díaz fue el haber intervenido en Centroamérica; pues sepa el señor Domínguez que lo único de bueno que tuvo la administración de Díaz es eso; sepa el señor Domínguez, que se ha proclamado como el porfirista más ferviente, que es eso lo que usted rechaza del porfirismo; aquellas actitudes de Ignacio Mariscal enviando un vaporcito ridículo, como usted lo llama, pero un vaporcito ridículo que paso entre acorazados y que a pesar de las amenazas de la Casa Blanca, supo hacer lo que no habían hecho los cruceros de Inglaterra. Eso es lo único y lo único grande que tuvo el porfirismo, y lo único que hoy viene a deshacer el representante del porfirismo. Y no es verdad, no es verdad como usted decía, que la revolución haya triunfado con el apoyo de la Casa Blanca. La revolución triunfó porque tenía que triunfar, y tenía que triunfar, porque la justicia al fin y al cabo se abrió paso, porque era imposible que el pueblo de este país soportara tiranías, porque era imposible que el pueblo de este país soportara cuartelazos, y así como no los supo soportar el pueblo mexicano, no los sabrá soportar el pueblo de Guatemala.

El C. Serrano Gustavo P.: ¿Me permite una interpelación el orador, con permiso de la Presidencia? Compañero Manjarrez, quisiera preguntarle a usted que si no cree muy posible que esas barricadas que se trata de ir a hacer a Guatemala pudieran convertirse en "vaciladas", y ese gesto de nuestros hombres pudiera más bien interpretarse como una mueca?

El C. Manjarrez: Verdaderamente es penoso para mí tener que contestar a una interpelación de mojigatería de un diputado a quien tanto quiero y que se había distinguido precisamente por su seriedad. No se trata de "vaciladas" ni de mojigaterías; se trata de cuestión trascendental, se trata del porvenir de un país, del porvenir de una raza, y usted no tiene ningún derecho, señor diputado, a creer que sean "vaciladas", porque cuando nosotros hemos dicho que estamos dispuestos a ir a la revolución a Guatemala, es porque nosotros, por nuestros antecedentes, justificamos que seremos fieles al cumplimiento de nuestra palabra. (Aplausos.)

El C. secretario Aillaud: Por disposición de la presidencía, se pregunta si está suficientemente discutido el asunto. Han hablado tres oradores en pro y tres en contra. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. No está suficientemente discutido.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: Honorable Asamblea: Un hombre joven, un hombre que no trae consigo los prejuicios que se achacan a otros compañeros, se atreve a venir a esta tribuna a emitir su opinión, porque cree cumplir con su deber, como cumplirían todos los diputados que en tratándose de asuntos en los que va de por medio la honra y la integridad de la patria, levantasen su voz para hacer oír su opinión, cualquiera que ésta fuese; y con la convicción, ciudadanos diputados, de que vengo a desempeñar un deber, me váis a permitir exponer mis pobres ideas para que vuestra criterio las acepte, si son de aceptarse. Señores representantes: Si lanzamos una ligera mirada a todas las ciencias que han servido al hombre colocarse en la actual civilización, podríamos observar que no así como así llegamos

al estado social presente, a las circunstancias en las que se encuentran el mundo. Las primitivas sociedades, las que venían del Asia hacia la Europa en la forma de invasiones terribles vinieron a establecer de una manera definitiva ciertas modificaciones en las sociedades que existían en la vieja Europa; y así después de las invasiones terribles de los bárbaros, después de las hecatombes sangrientas, vemos sucesivamente cómo la ciencia ha venido a establecer postulados inamovibles; cómo la ciencia ha venido a establecer procedimientos y principios por los que se rigen las sociedades, y así a la civilización rudimentaria de los pueblos de Oriente, señores, se sucedió la gloriosa civilización griega y la asombrosa civilización romana.

Después, señores representantes, viene la época de la Edad Media, en la que por las sombras, las doctrinas, los principios se obscurecen, son ocultados y se envuelven en sombras también los espíritus y las conciencias. Pero más tarde surge el espíritu renovador con Diderot, Kant y otros muchos filósofos que han sido los precursores de la época moderna, la época en la que campea la ciencia de las ciencias, la sociología, con una de sus ramas, la más hermosa y la más elocuente, el Derecho Internacional. ¿Qué son las sociedades, señores representantes, qué son los pueblos? No son sino agregados de individuos que van luchando por su propio mejoramiento, que anhelan ir por las anchas vías del progreso.

¡Es muy hermoso, casi sublime, señores, venir a esta tribuna a hablar de ideas y hablar de libertad! Yo me he sentido verdaderamente entusiasmado al escuchar el hermoso discurso del compañero Vasconcelos, y yo he aplaudido de todo corazón los conceptos del compañero Rama. Pero, señores representantes, ¡veamos un poco más claro y estudiemos con serenidad!... Al iniciarse este período de sesiones-Yo quiero recordar a vuestras señorías algo muy elocuente-,un pueblo de la Europa, Irlanda, se ha dirigido a todos y cada uno de nosotros por medio de sus representantes genuinos, los diputados correspondientes, para que esta Cámara tuviese una actitud noble, una actitud gallarda, en pro de la libertad de Irlanda; y entonces señores representantes, yo, que sentía mi espíritu de joven lleno de entusiasmo, yo quise venir a esta tribuna a abogar por la libertad de Irlanda, libertad ya aceptada por sus mismos opresores y entonces, voces tan autorizadas como la del compañero González, un hombre culto - que nosotros todos sabemos que lo es-, voces tan autorizadas como las de otros compañeros igualmente estimables e igualmente cultos, me dijeron estas palabras: la Cámara no puede, aunque está convencida de la belleza de los ideales que sostienen los irlandeses, dirigirse de una manera oficial alentándolos en su lucha; podemos hacerlo en lo particular cada diputado, dirigiéndonos a los diputados irlandeses en muestra de adhesión y de fraternidad. Yo, señores, cumplí con lo que creí era de mi deber, y así lo hice.¿Por qué? Porque también tengo la convicción de que nosotros como diputados, como hombres libres, debemos abogar por las causas de la libertad. ¿Por qué, señores representantes?... Porque el hombre el único bien preciado que tiene es su libertad.

Cuando la sombra de los tiranos ha pretendido ahogar las libertades, no han faltado los hombres de temple y de valor para venir a luchar por los derechos de los oprimidos. En buena hora, señores, que el compañero Vasconcelos con su gesto, que yo califico de gallardo, venga a propugnar por la libertad de los oprimidos; en buena hora que venga el muy competente y estimado compañero nuestro, el doctor Pedro de Alba, a propugnar por el ideal de la unión panlatinoamericana. Yo estoy con ellos en esto. Yo lucharé por esos bellos ideales...¡Y cómo no! Si la libertad de los pueblos es lo único que puede dar derecho a los pueblos mismos para gozar el derecho de vivir. ¡Eso es innegable!... Pero, señores representantes, veamos claro. Abramos los ojos ante los abismos que tenemos delante, y no por querer nosotros subir en un vuelo majestuoso, vayamos muy tarde a sentir que no tenemos alas y que caigamos en los abismos!...

Voy a hablar muy claro señores.

La situación de México con relación a las naciones extranjeras, por más que se diga, no es muy halagadora...¿Por qué?... Porque acaba de formarse en las conferencias de Washington una alianza tremenda, que será la que en lo sucesivo regirá los destinos de los pueblos débiles. Y bien, señores representantes, México, como los pueblos débiles, estará sujeto evidentemente a los diversos factores que rijan o que vengan a resolver los problemas internacionales. Yo quiero suponer que alguno de vosotros se encuentre en la primera magistratura de la nación, yo quiero suponer que alguno de vosotros tenga empeñados todos sus esfuerzos, tenga empeñadas todas sus energías en procurar que México, con relación a los demás pueblos del mundo, pueda establecer relaciones internacionales bajo bases amistosas. Y bien, señores representantes; nuestra Constitución, previendo estos casos, manda que el presidente, de la República y el Senado son los únicos capacitados para dirigir los asuntos internacionales. ¿Y qué es lo que pasaría, señores representantes-confesadlo honradamente-, si esta Cámara hoy, con pretexto del cuartelazo ignominioso -que así lo califico- de Guatemala, viniese a tomar alguna resolución? ¡Y qué resolución, señores representantes! De excitar a todas las legislaturas de los países latinoamericanos para que protesten por esta actitud! Y mañana otro orador, hablándonos de libertad, hablándonos de los ideales que a todos nos conmueven, puesto que somos hombres y puesto que somos hombres libres , vendría a decirnos que entrásemos a discutir otros asuntos, como, por ejemplo, los mismos que están tratando en la Conferencia de Washington! Entonces resultaría, señores representantes - esta es la verdad -, que la Cámara tomaría una ingerencia directa en los asuntos internacionales, y bien sabemos que las Cámaras muy numerosas, las asambleas de diputados, bien intencionadas, si se quiere, estando compuestas de hombres de fibra, hombres de entusiasmo, no tienen siempre el freno controlador de la experiencia, no tienen el freno controlador de los estudios suficientes por lo que ve a los asuntos internacionales, para dar su fallo de una manera ecuánime y serena!... Es muy hermoso decir: "La libertad es la palanca que derriba todos los tronos; es el huracán que abate

a todos los tiranos; es el impuso que hizo rodar por las gradas del patíbulo las cabezas ensangrentadas de Carlos I y Luis XVI". Pero ya digo, señores ¡esto es bellísimo!...sólo que es sumamente dificil que nosotros desde aquí vayamos a querer enderezar el mundo tomando una acción directa internacional. Para eso está el Ejecutivo, está el Senado. Si no tenemos nosotros confianza en los poderes capacitados constitucionalmente para dirigir estas relaciones internacionales, entonces sencillamente esto quiere decir que en México hay una desorganización política interior y exterior espantosa!... ¿Por qué? Porque cada quien tirará por su lado. Y con razón dicen nuestros enemigos de allende el Bravo, que en México, Obregón no tiene la confianza de las derechas ni la confianza de las izquierdas.

¡Y hasta ese señor Del Valle Inclán, el agasajado por todos y el que a todos mancilla, ha dicho: "vendrá una revolución porque Obregón no cuenta con el pueblo". ¿Y qué es lo que estamos haciendo? Estamos justificando esas palabras, estamos llevando la desconfianza en vez de que nuestro deber patriótico, compañero Manjarrez, usted que es amigo del Gobierno, en vez de procurar traer esa confianza de los pueblos para nosotros...! Es una inocentada creer que nos bastemos a nosotros mismos!...¿Por qué? porque si tenemos dinero bastante para cubrir los gastos de la administración, es por circunstancia del momento; porque las compañías petroleras suministran los fondos suficientes; pero yo quiero estudiar el caso, por ejemplo, de que las compañías americanas dejasen de contribuir con las cantidades enormes de millones que por concepto de contribución traen a las arcas de la nación; ¿qué resultaría? Que algún compañero de ideales hermosísimos vendrá a decir: México se basta a sí solo, porque él acaso comería; pero volviendo su vista hacia otro lado, vería que la industria, el comercio y la agricultura iban desapareciendo poco a poco, y aquí es muy hermoso hablar de ideales después de una abundante y hermosa comida en algún restaurant capitalino, cuando nosotros no nos acordamos de que en la Laguna y en otras partes del país los hombres se mueren de hambre. (Aplausos.) A mí nadie absolutamente me puede tachar de reaccionario; ¿por qué?, porque yo he ido con las armas en la mano a la revolución, porque yo lo declaro de una vez: ¡tengo a orgullo el haber sido revolucionario! ¡Soy soldado de la revolución y yo no quiero que a pretexto de la revolución y de los ideales nos preocupemos de ver que en América Latina o en Guatemala está un señor presidente en lugar de otro, o que tal individuo está encarcelado y tal no lo está, mientras nosotros no hemos querído oír las voces de nuestro pueblo!...¿Qué pasa, señores, en la región lagunera? Todos lo sabéis perfectamente porque la prensa toda lo ha dicho en todos los tonos: la miseria es espantosa, la gente se muere de hambre y el Ejecutivo también ha convenido en ello! ¡Y sin embargo, permanecemos impasibles ante la miseria de los nuestros y, sin embargo, ¡somos candil de la calle y obscuridad de la casa!...¡Ese es nuestro carácter! (Aplausos.) ¡En buena hora que venga aquí el ilustre doctor De Alba a hablar de panamericanismo! Yo desde luego quiero hacer esta observación, observación que es cierta, que es irrefutable. ¿Por qué? Porque nadie absolutamente podrá contrariarla: Todos estamos de acuerdo en que México es el país que se encuentra a la vanguardia de los pueblos latinoamericanos; México es el país que será llamado en la hora suprema, a ser el defensor de todos esos pequeños pueblos débiles; pero México en estos momentos, compañero Manjarrez -hay que tener el valor de confesarlo-, México se encuentra en absoluta desorganización. ¡En absoluta y espantosa miseria! ¿Qué vamos a hacer nosotros, compañero Manjarrez, si por medio de estas mociones altamente idealistas traemos conflictos internacionales para nuestra patria? ¿No nos basta ya con las dificultades que el Ejecutivo tiene? ¿No hace un momento que decía, y lo digo con orgullo, que yo soy opositor del Ejecutivo en lo que el Ejecutivo no hace bien? ¡Pues ahora yo, oposicionista furibundo, me pongo de parte del Ejecutivo. ¿Por qué, señores representantes? Porque si nuestra actitud tiene algunas consecuencias, serán las consecuencias más desastrosas, serán las de una guerra internacional, por nuestra falta de tacto!... Y entonces no seremos nosotros, compañero Manjarrez, los que muramos en los campos de batalla; ¡serán los nuestros, serán los humildes, los desheredados, las eternas víctimas de todas las injusticias, de todas las infamias y de todas las exaltaciones! (Aplausos.) Yo, señores, más que oponerme a esta iniciativa que la creo en el fondo bien intencionada porque viene de quien viene, de dos compañeros míos a los que quiero sinceramente con toda el alma, de Vasconcelos y de Rama, y más que a oponerse al fondo de ella, vengo a traer a vuestra consideración el que se acepte una moción suspensiva en tanto tenemos datos para poder juzgar acertadamente. Yo no me opongo al fondo que ella entraña, no me opongo a que campeen en esta tribuna los ideales más avanzados, ¡qué va! Soy el soldado que quisiera estar adelante de todos aquellos luchadores que van en pos del ideal! Pero yo veo el abismo ante nosotros y yo quiero salvar mi responsabilidad; si esta Asamblea quiere conocer y resolver asuntos internacionales, si se juzga suficientemente capacitada para ello, si cree tener la serenidad y la ecuanimidad bastantes para no envolver al país en guerras espantosas que redunden, como dije, en perjuicio de los eternamente oprimidos, bien está; pero yo he cumplido con mi deber. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Pedro de Alba.

El C. Alba Pedro de: Honorable Asamblea:

Este es un intermedio lírico en medio de la aridez de la discusión de presupuestos, pero desde ahora los que vamos a tomar parte con entusiasmo en esta materia, ofrecemos a la Asamblea no volverla a distraer de las arduas labores presupuestales, si no solamente mientras se resuelve este asunto que para nosotros es importantísimo.

Carlos Baudelaire, el poeta maligno y diabólico, se complacía en espantar a los burgueses que tenía a su lado en el café, diciéndole a un amigo interlocutor: "¿No has comido tú nunca los sesos de niño de pecho?" A las buenas gentes que oían aquello se es ponía carne de gallina pensando que

aquél era un terrible criminal y, sin embargo, Carlos Baudelaire no era diabólico sino en su imaginación propia, y si acaso en sus composiciones; pero había hasta un fondo de burgués en la personalidad de este enorme, de este inmenso poeta de a mediados del siglo pasado. Algo semejante a lo de Baudelaire le pasa a mi muy estimado amigo el ingeniero Domínguez. El ingeniero Domínguez ha subido esta mañana a la tribuna con un pesimismo negro. Nos hablaba con una verdadera fruición de investigador, de nuestras lacras, de nuestras carcomas, de nuestras lepras nacionales y continentales, casi con un verdadero deleite, y se sentía un pesimista tremendo y quería que para usar la frase que se usa en las fiestas patrias- desde el Bravo hasta el Cabo de Hornos cayera una verdadera tempestad de centellas que acabara con esta raza infame. Pero este gesto del compañero Domínguez no es sino un gesto bobarista, como el gesto de Baudelaire; el compañero Domínguez en el fondo es un hombre bueno, optimista, sencillo y alegre. (Risas.) Si yo fuera amante de dar consejos, o si el compañero Domínguez no me llevara algunos años de ventaja, le aconsejaría muy formalmente que no cultivara la amistad de don Francisco Bulnes; le ésta haciendo mucho daño. (Risas. Aplausos.) No parecía sino que era la pitonisa negra o el oráculo funesto de don Francisco Bulnes el que nos habla esta mañana por boca del compañero Domínguez: "En América, héroes, grandes hombres, estadistas, pensadores, todo es una utopía, todos están manchados; desde San Martín hasta el Cura Hidalgo todos era unos mequetrefes y no debemos ocuparnos de ellos ni siquiera inicidentalmente". Pero no, compañero Domínguez, las sibilas y los oráculos, la sabi duría manida de don Francisco Bulnes y las malas influencias que ha ejercido en vuestra persona ya no hacen mella en nuestro pecho juvenil que ha aprendido y ha bebido en otras fuentes. (Aplausos.) Este asunto de Guatemala es para nosotros cordial, cardinal, carnal, porque nos atañe a nuestra sangre, a nuestro corazón, a nuestra carne, es algo que yo recuerdo con verdadero pasmo doloroso desde cuando fuí alumno de la Escuela de Medicina y un compañero mío, José Prado Romaño, guatemalteco, al que en un mismo día Estrada Cabrera le había asesinado a un hermano y a otro hermano médico, que había hecho su educación en Europa y habían venido a Guatemala a ejercer sus profesiones y los mandó asesinar por sospechas de que iban a sembrar el germen de la libertad. Yo he leído las páginas de don Federico Gamboa, que le deben ser familiares a usted, compañero Domínguez..

El C. Domínguez: Y el trato familiar.

El C. De Alba: En donde Gamboa, con un gesto de hidalguía, con diplomacia, de esta diplomacia activa, de esa diplomacia enérgica, viva y valiente, que deben tener los diplomáticos en los momentos difíciles, llegó a recoger en la Legación de México en Guatemala, a algunos rebeldes del Gobierno de Estrada Cabrera, exponiéndose él mismo, y él nos cuenta allí cómo se desarrollaban esos acontecimientos y cómo él pasaba por un hombre sospechoso para la administración guatemalteca, y cómo tuvieron hasta que removerlo, porque no podía, en su espíritu libre, de hombre de grandes arranques y vuelos, que desgraciadamente no le dió al país lo que el país tenía derecho de exigirle, tuvo que salir de Guatemala, porque estuvo siendo nuestra Legación constantemente hostilizada. ¿Y para qué vamos a Guatemala, si aquí mismo en México no se perpetró el crimen horrendo del general Barillas, como una ofensa ignominiosa, como un reto de sangres para todo el pueblo mexicano, en el corazón mismo de la metrópoli? ¿No les hemos dado en nuestro país refugio a los guatemaltecos para que vengan aquí a protegerse contra la saña bestial e insana de aquel hombre que llenó por tantas décadas de luto a aquel desgraciado país? ¿Cómo vamos a ser indiferentes en este caso? Es un conflicto nuestro, casi es un conflicto que tenemos dentro, ya dijo el compañero Espinosa, de las ligas, de las relaciones continuas del Estado de Chiapas con Guatemala. El Estado de Chiapas, que se anexó a México en época a la cual no me quiero referir grandemente; que se adhirió a México, pero que tiene grandes ligas con Guatemala, como las tuvo desde la época de la Capitanía General seguramente que tiene que volver los ojos a Guatemala y tenderle las manos con un gran entusiasmo lírico, como dicen aquí algunos compañeros. ¿Pero qué otra cosa va a ofrecer la juventud de estos tiempos, sino el penacho lírico de Cyrano de Bergerac? Cuando la caída de Estrada Cabrera, positivamente hubo una gran sensación de bienestar en todo el país; la República Mexicana sintió un gran desahogo; toda la gente consciente hablaba con verdadero júbilo de aquel acto; todo el mundo se sintió verdaderamente satisfecho. Sintió como si algún hosanna, como si algún hecho de los más felices hubiera ocurrido en el contiene, ¡como que desaparecía con Estrada Cabrera el último ejemplar -aunque todavía quedara el de Juan Vicente Gómez- de estos caciques, de estos eternos opresores de los pueblos latinoamericanos, que es lo que necesitan para dar el paso seguro y firme hacia la conquista de su porvenir! Así es que nosotros, desentendiéndonos de cuáles son las facultades expresas que en la Constitución tiene la Cámara, hemos hecho esta proposición. ¡No, señores! ¡Cuántas cosas hacemos fuera de las facultades expresas que la Constitución nos concede! Se ponen telegramas de felicitación, se ponen telegramas de pésame, se hace una infinidad de cosas que no están consideradas dentro de la pauta de las facultades de esta Cámara; pero es que precisamente por se una Cámara libre, por ser una Cámara que no tiene compromisos con el Ejecutivo, que tampoco tiene ligas internacionales que la obliguen a callar, debe decir la verdad y debe tender un abrazo cordial y fraternal a esos pueblos, que todavía sufren el látigo de los opresores que deben desaparecer para siempre de este continente. (Aplausos.)

Traía aquí a colación el compañero Gandarilla que seríamos poco gratos no sólo a los Estados Unidos, sino hasta las conferencias de Washington. Yo creo que en esto hay fantasmas; ni yo acierto a comprender qué participación hayan tenido los Estados Unidos en los acontecimientos de Guatemala, ni hay que juzgar a priori tampoco, ni hay que juzgar, ni creo tampoco que porque nosotros hagamos esta protesta, vamos a incurrir en ningún ridículo, si el gesto es noble, si la intención

es sana. Ojalá y los hechos nos vengan a desmentir; ojalá y los que estamos indignados por el cuartelazo de Guatemala, vengamos ante los hechos mañana a decir que no tuvimos razón por nuestra indignación, porque allí hay hombres honrados, porque no se derramó sangre, porque ha sido un movimiento más revolucionario que el que estaba en el Poder; ojalá y vengamos a decir eso; pero en el momento, nosotros tenemos obligación de definir nuestra actitud, de decir que es el espectro, que es la sombra de Estrada Cabrera la que preside los actos de estos hombres que han derribado el Gobiernos del presidente Herrera. Nosotros no podemos quedar callados y debemos protestar con la mayor energía de que seamos capaces. Las conferencias de Washington, nos decía el compañero Gandarilla, que se han reunido allá con fines egoístas, que han sido iniciadas con todo los que tiene de inmensamente podrido el régimen capitalista que domina el mundo, que en los artículos de Wells surge enérgica la voz de la humanidad nueva, la voz de la conciencia nueva y de los cerebros nuevos, protestado contra aquellos representantes de los capitalistas que se reúnen allá para distribuirse a su gusto todo el dominio de los mares y de la tierra; nosotros aquí, los de esta Cámara, ante aquella idea de que en Washington se reúnen por ideas egoístas en este momento, nos reunimos por ideas humanitarias y altruístas, constrastando grandemente con las ideas que pueden tener aquellos magnates, porque nosotros no somos magnates, porque nosotros somos ignorados, porque nosotros somos hombres sencillos, que únicamente queremos hacer profesión de nuestro amor a la libertad. (Aplausos)

El asunto de Guatemala nos atañe, nos incumbe directamente, es un asunto nuestro, es un asunto de esta América latina, de esta América católica de Cristobal Colón, como dijo Rubén Darío, uno de los apóstoles también de la idea panlatinista americana, no debemos ser indiferentes a ninguno de los goces o de las desgraciadas de todas las repúblicas hispanoamericanas. Nos son familiares, deben ser nuestros, como nuestros hombres de letras, como nuestros héroes, como nuestros artistas deben ser de ellos y de hecho ya los están conociendo y venerando. Es cierto que hasta ahora, como dicen algunos, falta todavía la cuestión comercial, falta todavía la difusión de periódicos, faltan todavía las vías de comunicación, que son demasiado deficientes entre la América latina; pero ya existe la idea primordial, ya existe la idea suprema, ya existe la idea-luz que debemos llevar como antorcha todos los de la América latina, diciendo lo que dijo alguna vez José Vasconcelos:

"Las razas del porvenir en el mundo, son la raza latinoamericana y la raza eslava." Solamente que estas razas tienen una labor muy dura que desempeñar. A cada momento se traen a colación aquí las grandes atrocidades los grandes vicios, los cuartelazos, las iniquidades, los atropellos, las dictaduras, los tipos de hombres opresores que ha habido en cada uno de estos países. ¿Y qué señores? ¿Qué nos importa a nosotros, si nosotros no estamos con ellos, si precisamente estamos para protestar contra todo eso? El compañero Domínguez esgrimió aquí la peor de las doctrinas: una doctrina fatalista. ¿Y quién no se va a despojar en estos tiempos, no digamos ya del fatalismo ciego del musulmán, sino aun de ese fatalismo científico que nos quieren esgrimir, los sociólogos de nuestra época? Debemos emanciparnos de estos fatalismos, porque de otro modo, no iremos a ninguna parte. Nosotros tenemos obligación de ver, de comprender, de apreciar que en esta América latina hay una infinidad de hombres de enorme, de inmenso mérito, que pueden ser el orgullo, que pueden ser timbres de satisfacción para la humanidad entera. De uno a otro extremo del continente nosotros pasamos nuestros ojos con verdadero deleite, encontrando allí figuras familiares, figuras muy queridas, desde la República Argentina, señores ¿Qué más tiene la República Argentina que México? ¿Por qué ha alcanzado la República Argentina ese grado de adelanto que no podemos conseguir nosotros, dicen algunos? La República Argentina, recuerdo la conferencia del ingeniero Dosal, en donde decía: la República Argentina no puede compararse con México ni en sus recursos naturales, ni en el carácter de su pueblo, ni en las condiciones de los hombres de sus ciudades; México tiene una infinidad de ventajas sobre la República Argentina, y el porvenir de México debe ser superior al de la República Argentina, únicamente nos falta una orientación, libertarnos de una infinidad de prejuicios, libertarnos de una infinidad de hombres, para alcanzar ese porvenir a que tenemos derecho todos los pueblos de la América española.

La República Argentina después de la caída del tirano Rosas, ustedes saben que le ha tocado la suerte de este reparto de caciques, presidentes, generales, etcétera, de las Repúblicas hispanoamericanas, les tocó en suerte a Mitre, que después de ser un héroe de batallas, fue un magnífico gobernante, y después de ser un magnífico gobernante se retiró del poder para pasearse tranquilamente por las calles de Buenos Aires, en donde hasta los cargadores le daban la banqueta y le decían: pase el señor don Bartolomé Mitre. Les tocó la suerte de inmigración, que es el hecho que nosotros debemos fomentar para la prosperidad de nuestro país.

Allá en la Argentina, que es uno de los primeros centros de investigación cientifíca del mundo, donde está José Ingenieros, que cada vez se acerca más a nosotros, que ha dejado de ser lombrosiano y positivista para convertirse en un hombre de su tiempo, de su época; que ha practicado la máxima de que para ser perpetuamente interesante, hay que ser perpetuamente diverso; José Ingenieros, que en este momento encarna la voz más avanzada de la América española, porque ninguna voz tan vibrante y valiente como la de él para ensalzar las revoluciones sociales, lo consideramos como nuestro maestro y amigo, y tenemos el orgullo de que sea latinoamericano como si fuera mexicano.

Cuando hablaba el compañero Domínguez de la República de Chile y de la República Argentina diciendo que eran los dos países por excelencia civilizados en la América del Sur, se le olvidó la principal, se le olvidó el Uruguay, el verdadero país civilizado por excelencia de la América Hispana Y el Uruguay ha sido feliz y ha sido próspero y le ha puesto la pauta a la América española, precisamente porque le han tocado en suerte grandes hombres, porque en el Uruguay, desde Artigas hasta

nuestros tiempos, todos los gobernantes, todos los caudillos, la mayoría de sus universitarios han sido hombres que han sabido dar renombre a su país, que han sabido hacer de su país un verdadero modelo de naciones que no digamos en América, sino en la misma Europa, pocos países pueden compararse en altura de civilización al Uruguay.

Le recuerdo al compañero Domínguez, que debe ser un amigo fervoroso de José Enrique Rodó, que José Enrique Rodó, más que Ingegnieros, más que Justo Sierra, más que otros muchos que son acreedores a este título, es el maestro de la juventud hispanoamericana!

- El C. Domínguez Norberto, interrumpido:

¡Es cierto!

El C. De Alba, continuando: Y José Enrique Rodó fue el portaestandarte, fue el heredero intelectual y lírico del ideal por excelencia de Simón Bolivar, que fue el apóstol del panlatinismo entre los americanos, porque él veía claramente con su genio de vidente, que el porvenir era nuestro. José Enrique Rodó, que nos ha enseñado tantas cosas, prescindiendo de lo que él mismo llama su diletantismo de artista, su diletantismo mental, también luchó por su país; Rodó ha dado el tipo del hombre que necesita América del hombre intelectual que lucha en la plaza pública, del hombre intelectual que no se encastilla en el palacio de marfil, para bajar a las lizas cotidianas y enfrentarse en las polémicas lo mismo en el Parlamento que en el periódico, para renovar el alma y el corazón de su país. (Aplausos.)

José Enrique Rodó, al cual debemos seguir en su vida, que fue una verdadera vida ejemplar, casi perfecta, fue un apóstol de la unión entre todos los países latinoamericanos, y aunque el comercio, las vías de comunicación, y aunque los libros de mexicanos y argentinos no se conozcan aquí y allá, José Enrique Rodó vive y palpita en la conciencia y en el cerebro de casi todos los jóvenes de la América española como una esperanza, como una bandera a la cual casi todos estamos afiliados; él nos enseño muchas cosas, y quiero referirme sobre todo a una de ellas. Cuando él quiso quitarle el jacobinismo a su país, José Enrique Rodó luchó en su país en la discusión en el Parlamento contra los extremistas, y luchó en la vía pública, en las conferencias y en la prensa contra los jacobinos, y han de recordar los que me escuchan aquellas admirables conferencias de José Enrique Rodó, aquellas cartas de polémica que se publicaron en la prensa de Montevideo para protestar enérgicamente, con toda la sabiduría, con toda la ecuanimidad de un hombre superior contra aquella atrocidad que se hizo desterrar a los Cristos de los hospitales.

Aquel fue un gesto que señaló nada menos toda una orientación, toda una pauta que los mexicanos, que los jacobinos de todo el continente no han sabido comprender, porque aquel hombre quiso ponerse a la altura de su época, a la altura de su tiempo, quiso librar a la América latina de las garras incomprensivas del jacobínismo, y por eso produjo en el destierro de los Cristos, y por eso dijo que en ninguna parte mejor que en una sala de hospital de donde los habían suprimido, debía estar la figura del Redentor. Y estas nociones hay que decirlas, porque nosotros necesitamos grandes hombres que nos orienten y nos dirijan, y a pesar de lo que dice el compañero Domínguez que la idea del panlatinismo americano es una utopia, nosotros decimos que es una enorme, una inmensa realidad, porque ya las ideas de todos estos hombres han fructificado en el cerebro y en los corazones de todos los mexicanos y de todos los latinoamericanos. Vivimos en un constante interés por estos países; hay algo cordial hay algo que nosotros no nos habíamos dado cuenta, hay algo instintivo de raza que busca un calor fraternal para investigar en todos esos países dónde están los héroes, dónde están los pensadores, dónde están los artistas, para declararnos sus admiradores, sus más grandes amigos, y es verdaderamente satisfactorio para nosotros declarar en esta Representación Nacional, que desde Gabriela Mistral, la poetisa por excelencia de la lengua española, desde Juana de Ibarburo, la poetisa del Uruguay, desde Guillermo Valencia, desde Rubén Darío, desde el mismo Goméz Carrillo que fuera protegido de Estrada Cabrera y que es una gloria de las letras latinoamericanas todos estos nombres, todas estas figuras, representan símbolos por excelencia de la América española, que están altamente unidos, que no pueden desunirse por más que veamos la amenaza continua más allá del Bravo, como se quiere ver como un fantasma a cada paso. No quiero ser demasiado extenso; el punto es realmente interesante y podrían decirse muchas cosas. Yo he venido aquí por lirismos, porque les tengo una verdadera simpatía a todas estas cuestiones que se refieren a la América española, y porque el compañero Domínguez dejó deslizar algunos conceptos de desmoralización; de los que él casi aceptaba la teoría de que nuestro atavismo nos iba a llevar fatalmente a ser un pueblo eternamente desdichado. Y nosotros debemos sublevarnos contra estas ideas y contra estas pitonisas, como dije antes, lo mismo que vengan del compañero Domínguez -que no son sino sugestiones de don Pancho Bulnes -, que del hombre más sabio de la tierra; nosotros debemos sublevarnos contra todos estos prejuicios, porque seguramente en estos momentos es la fuerza del ideal la que lleva a los pueblos y al los hombres que han renovado el mundo entero; los hombres y los pueblos que han hehco zozobrar las antiguas organizaciones sociales, son pueblos poseídos de un sentimiento idealista y hasta de un sentimiento místico, y por eso han tenido fuerza enorme para sacudir hasta la médula de casi toda la organización social de nuestra época.

El compañero Domínguez hablaba pesimistamente de la raza latinoamericana, y yo le voy a decir de su admirado amigo Anotole France, que él creía en la "Piedra Blanca" que el pueblo ruso sería el pueblo que opondría la mayor resistencia para la renovación de las instituciones europeas; él pensaba que habría una gran revolución en Europa, que todos los países industrializados de mayor adelanto en sindicatos obreros, en todos los países más adelantados en la producción y en la maquinaria, habría una verdadera revolución que acabaría con el régimen capitalista del mundo para establecer la república democrática - social - universal, y decía: solamente habrá en Europa un estorbo infranqueable, que será el analfabetismo, la inercia y la superstición

del pueblo ruso. Y qué montís le ha dado la historia del pueblo ruso a Anotole France; precisamente donde él creía la lacra, allí estaba la virtud, allí estaba el esfuerzo, allí estaba la idea, allí fue precisamente porque había una idea virgen, porque había una conciencia clara, un espíritu no contaminando todavía por la civilización occidental; allí fue donde surgió lo que Anatole Franco creía que iba a suceder en los Estados Unidos del Norte o Inglaterra. A las apreciaciones de los sabios, de los sociólogos y de los historiadores, siempre la realidad de los acontecimiento les da el más enérgico mentís a todos aquellos prejuicios. Así es que por espíritu de fraternidad latinoamericana, por espíritu de humandidad, por espíritu de sensación de solidaridad con el pueblo guatemalteco que en estos momentos lo vemos amenazado de nuevo por una opresión tiránica y por la restauración tal vez del cabrerismo, nosotros debemos unirnos en una sola palabra, en una sola idea; si no tuviéramos este gesto los mexicanos, no seríamos, óigase bien, no seríamos dignos de contar entre nosotros como epónimo a Simón Bolívar, que es el héroe por excelencia de la libertad de la América Latina, el que soñó que todos los pueblos de la América Latina se constituyesen en una confederación como la de los griegos, que anualmente tuviera un consejo anficteónico en el istmo de Panamá para entenderse en todos sus asuntos y marchar uno al lado del otro hacia la conquista del porvenir que el mismo Bolívar, a pesar de sus decepciones y de sus desengaños, tenían la clarividencia de que el porvenir era nuestro. (Aplausos.)

El C. secretario Aillaud: Se va a dar cuenta con una moción suspensiva presentada por varios ciudadanos diputados.

"Los que subscribimos aplaudimos entusiastamente el hermoso arranque de altruísmo y de amor a la libertad que entraña la iniciativa que en estos momentos se discute, y estamos, por lo mismo, muy lejos de reprobarlo; pero como quiera que no ha sido posible que en el corto tiempo transcurrido, desde que se registraron los atentados en Guatemala, nos lleguen datos exactos y completos que nos puedan poner en condiciones de juzgar serenamente sobre aquéllos, consideramos prudente someter a vuestra consideración se sirva aprobar se suspenda la discusión de la proposición discutida en esta sesión y firmada por los CC. diputados Vasconcelos y Rama.

"México, 14 de diciembre de 1921.- E. Gandarilla.- José Casteñón. - Rodrigo Gómez.-R. D. Cal y Mayor.- Manuel Padilla.- Francisco Modesto Ramírez.- A. Campilo Seyde.- Pedro A. Chapa."

El C. presidente: Tiene la palabra, para fundarla, el ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: Quiero, señores, a guisa de fundamento de esta proposición, traer a vuestro conocimiento algunos hechos que pueden normar vuestro criterio.

El compañero Castañon, perfectamente documentado sobre esto en lo que ve a las últimas noticias tenidas, me decía un momento que ni el mismo cónsul de Guatemala tiene datos precisos acerca de lo que sucede en aquel país. Por otras noticias he podido saber, señores representantes, que no está comprobado de una manera eficiente que el movimiento sea en favor de Estrada Cabrera. (Murmullos.) Hay más, señores representantes: elementos de los que derrocaron a Estrada Cabrera son los mismos que toman parte en este movimiento.

Viene ya a solicitar el reconocimiento del Gobierno mexicano una Comisión. En consecuencia, yo estimo prudente que esta Cámara suspenda la discusión. Por lo demás, no tengo ya que añadir absolutamente una sola palabra a las razones expuestas y apelo a vuestro buen juicio para que aprobéis esta noción.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Mijares.

El C. Espinosa Luis: Moción de orden. El ciudadano Manjarrez está inscripto en contra porque así me lo manifiestó su señoría.

El C. presidente: La presidencia tiene que hacer esta aclaración. Precisamente tiene la palabra en contra conforme al Reglamento; la pidió para usarla en contra de la moción suspensiva.

El C. Gandarilla: Para moción de orden, señor presidente.

El C. secretario Aillaud: El artículo 108 reglamentario dice:

"En este último caso se leerá la proposición, y sin otro requisito que oír a su autor, si la quisiere fundar, y a algún impugnador, si lo hubiere, se preguntará a la Cámara si se toma en consideración inmediatamente. En caso afirmativo, se discutirá y votará en el acto, pudiendo hablar al afecto tres individuos en pro y tres en contra; pero si la resolución de la Cámara fuese negativa, la proposición se tendrá por desechada."

El C. Manjarrez: Luego entonces, conforme al artículo 108, voy a hacer una explicación.

El C. Espinosa Luis: Moción de orden. Se está violando el artículo 108. ¿Me permite su señoría? Quiero aclarar, señor presidente. No es motivo de discusión, es un asunto muy sencillo; quiero decir que entonces cuando entre el asunto a discusión, yo soy el que queda en primer lugar en caso de que la Asamblea tome este asunto en consideración.

El C. Manjarrez: Yo pido la palabra en contra y la tomo porque me la ha dado la Presidencia.

Señores diputados: Confieso que en esta ocasión no he encontrado a Gandarilla, que es siempre viril y entusiasta, con los entusiasmos a que nos tenía acostumbrados; a Gandarilla, que lo hemos visto muchas veces en la tribuna y otras tantas en la prensa echando fuego, como él llama a su mismo periódico; ahora nos ha venido timorato, ha venido a esta tribuna a ver siempre el abismo, el fantasma del Norte, como si la revolución no nos hubiera enseñado a deshacer esos fantasmas y a buscar el camino de nuestra propia nacionalidad por la ruta que nos ha marcado. Yo, que no me arrepiento, señores diputados, de haber sido enemigo político de Carranza por cuanto hace a su política interior, no me arrepiento tampoco de haber sido y seguir siendo un admirador de Carranza por cuanto hace a su política internacional y particularmente hipanoamericana. (Aplausos.) Carranza, que tuvo muchos gestos en contra de los Estados Unidos, y no cuando se debatían los asuntos en conferencias como la de Washington, sino cuando se debatía el porvenir del mundo en la guerra europea y cuando parecía que no era posible que existiera un país

que tomara el camino de la neutralidad, entonces Carranza nos hizo comprender y esto con la aprobación de todo el pueblo mexicano-, nos hizo comprender que un pueblo libre, por más débil que se le suponga, puede tomar la ruta y el camino que le plazca, muy a pesar de lo que las potencias de rapiña quieren imponerle.

No me explico, señores diputados, cómo ahora nosotros, por medio -¿por miedo a qué?-, por miedo que cuatro potencias quieran hacerse dueñas del mundo, vayamos a quedarnos cruzados de brazos. Ya lo hemos dicho muchas veces: Si quieren hacerse dueñas del mundo cuatro potencias, que lo hagan, pero contra nuestra voluntad. (Voces: ¡Ah! Risas.) No es posible, señores, que nosotros pensando siempre en el fantasma de Washington vayamos a aceptar el freno que nos impongan; es necesario que siquiera exista el gesto de la rebeldía. Pero el compañero Gandarilla ahora nos dice: No si no tenemos los datos suficientes, si no sabemos si fue cuartelazo o fue revolución, ¿pues de qué manera se le nombra a un movimiento de pretorianos? No sabemos nosotros, dice el compañero, si se trata de amigos o de enemigos de Estrada Cabrera. ¿Pues qué, somos tan niños de suponer que el general Lima, el tirano que nos dibujó esta mañana con perfiles trágicos Eduardo Vasconcelos, el pretoriano que dirigió todos los crímenes de Estrada Cabrera, sería capaz de levantar su voz ahora precisamente en contra de Estrada Cabrera? Seríamos muy niños, muy pueriles y muy infantiles si nosotros tomáramos en consideración esa moción suspensiva. ¿Y cuándo nosotros vamos a tomar una determinación, cuando van a llegarnos esos informes, cuándo nos llegarán con toda la cantidad de detalles que quiere el compañero Gandarilla? ¿cuando nosotros ya no estemos en funciones, cuando hayan pasado estos días que pasan veloces y que nosotros tenemos que aprovechar, que trabajar, para después en el receso tomar actividades más enérgicas, como lo había yo dicho? No, señores diputados, es necesario que a los males se les aplique un remedio y se les aplique oportunamente, y si ya es bastante con las pruebas que nos trae el cable diariamente, no es posible que nosotros dejemos de aprobar esta moción valiente y esta moción digna que coloca a México en el papel que le corresponde en el concierto de los pueblos de hispanoamérica. (Aplausos.)

El C. presidente: La presidencia antes de dar el trámite pide a la Secretaría que dé lectura al artículo en que va a fundar dicho trámite a efecto de que no haya confusión.

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"Artículo 108. En este caso, se leerá la proposición, y sin otro requisito que oir a su autor, si la quisiere fundar, y algún impugnador, si lo hubiere, se preguntará a la Cámara si se toma en consideración inmediatamente. En caso afirmativo, se discutirá y votará en el acto, pudiendo hablar al efecto tres individuos en pro y tres en contra; pero si la resolución de la Cámara fuese negativa, la proposición se tendrá por desechada."

El C. presidente: El trámite de la Mesa es si se toma en consideración la moción suspensiva. Los que estén por la afirmativa sirvanse ponerse de pie. (Voces: ¡Sí! ¡Sí! ¡No! ¡No!)

El C. secretario Aillaud: No se toma en consideración. (Desorden. Voces: ¡Sí! ¡Sí!)

El C. Espinosa Luis: Reclamo la votación.

El C. Morales Juan Ángel: Pido votación nominal.

El C. presidente: La presidencia hace la siguiente aclaración. En caso de tomarse en consideración la moción suspensiva, se pondrá a discusión y entonces tendrán derecho a hablar tres oradores en pro y tres en contra. (Voces: ¡Ya lo sabemos! Desorden.)

El C. secretario Aillaud: No se toma en consideración. (Voces: ¡Sí! ¡Sí! ¡No! ¡No!

El C. Gandarilla: ¡Reclamo la votación!

El C. Manjarrez: ¡Reclamo la votación!

El C. Morales Juan Angel: ¡Reclamo la votación!

El C. secretario Aillaud: En vista de que se han levantado más ciudadanos diputados de sus curules, sí se toma en consideración. (Aplausos.)

El C. Morales Juan Angel: ¡Reclamo la votación! (Desorden.)

El C. secretario Aillaud: Por disposición de la Presidencia tiene la palabra en contra el ciudadano Espinosa Luis.

El C. Espinosa Luis: Señores compañeros: Algunos ciudadanos diputados prudentes, indudablemente, han pensado que conviene aplazar la resolución del asunto que se consulta hasta para cuando se conozca con mayor número de detalles la situación nueva creada en Guatemala. Yo no estoy conforme con esta proposición de aplazamiento, sencillamente porque la actitud nuestra es una actitud honrada y una actitud digna que no puede significar en ningún caso un bochorno o un ridículo para esta Asamblea. Si el Gobierno legítimo de Guatemala ha caído, si el Gobierno legítimo de Guatemala representado por el ciudadano Herrera es un Gobierno revolucionario; si los amigos nuestros de Guatemala que estuvieron refugiados durante mucho tiempo en nuestro país se encuentran refugiados en las márgenes del Suchiate en busca de seguridad de sus personas, nosotros no podemos vacilar por más tiempo para formarnos un concepto claro de la situación que reina actualmente en Guatemala. Es natural, señores, que es el elemento de la dictadura el que se ha adueñado nuevamente de la situación; pero como es natural que nuestra apreciación no estuviera dentro de lo cierto, yo pregunto a la Asamblea si la actitud de esta Cámara al aprobar la proposición de Vasconcelos y de Rama no es acaso, una actitud de fraternidad para todos los pueblos de la América Latina, no sólo de Guatemala, que se ve en un caso tan triste y tan angustioso como el que se encuentra en este momento, supuesto que ha perdido su libertad. Es indudable, señores, que a través de cualquier criterio la actitud de esta Asamblea aprobando desde luego la proposición que se discute, será una actitud digna y que no dará lugar a futuras censuras. Aun reconociéndose que nosotros estemos en un error, nuestra conducta será aplaudida, porque lleva un fin noble, por todos los hombres que amen la libertad. Esto basta, ciudadanos representantes, para convenceros de que esta proposición suspensiva debe desecharse porque no tenemos base, porque no es necesaria, porque nosotros, que venimos a proceder

de buena fe, no necesitamos de esperas. Ya sabemos que nuestra intención es dar ayuda a los revolucionarios guatemaltecos, a los hermanos de ideales que se encuentran en este momento en difícil situación. Si al contrario, el Gobierno de Guatemala cayó porque ya no representaba los ideales revolucionarios, nada se habrá perdido; en todo caso quedará en pie nuestra buena intención.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Serrano.

El C. Cal y Mayor: Señores compañeros: En nada nos oponemos nosotros... (Campanilla.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Serrano.

El C. Serrano Gustavo P.: Honorable Asamblea: Solamente un argumento voy a esgrimir en favor de la moción suspensiva: las asambleas numerosas siempre tienen semejanza con las multitudes, y en asuntos donde se toca la fibra sentimental son demasiado propensas a dejarse arrastrar por el primer impulso. El pro ha estado sostenidó por oradores de los mejores con que cuenta la Cámara. Nosotros, los del contra, de muchísima menos fuerza, no hemos podido traer a vuestra consideración discursos líricos como el del doctor De Alba, que indudablemente conmueven a la Asamblea; discursos de gran fuerza como el de Vasconcelos, discursos como el de Espinosa, como el de Rama, como el de Manjarrez; hemos traído razones sencillas, frías, acaso calculadas y esto no es lo que impresiona de momento a las asambleas.

Cambiando impresiones en lo particular con algunos señores diputados que al principio estaban en favor de la iniciativa, me han expresado confidencialmente que efectivamente nosotros tenemos razón, pero que ya calzaron con su firma la proposición. Yo creo que cuando tiene uno el convencimiento de que se ha puesto a la consideración de la Cámara una proposición inconveniente, no está fuera de lugar que el que la propuso convenga en que no tuvo razón y la vote en sentido negativo; por consiguiente, para meditar un poco sí creo que vale la pena esperar siquiera un día o dos a que friamente, deliberadamente, calculadamente vayamos a aprobar esta proposición no guiados por la impresión del momento; no guiados por la fuerza oratoria de los sostenedores del pro, sino guiados por la reflexión madura, serena y sana.

El C. presidente: Tiene la palabra el pro el ciudadano Ramos Pedrueza.

El C. Ramos Pedrueza: Cedo mi turno al señor licenciado Vasconcelos.

El C. Vasconcelos: Señores diputados: Pocas veces he tomado con tanto cariño la defensa de una causa como en ésta que actualmente nos ocupa.

No creo que deba admitirse moción suspensiva que acaso con alguna aparente discreción han presentado algunos de los compañeros, porque pienso demostrar que la discreción de que ellos hacen gala en sólo aparente y en el fondo está destituída de toda razón.

Al ver esta moción suspensiva, al escuchar todos los discursos en los que se exhibe el gran temor a dar un paso falso, he pensado, señores, que en verdad hay compañeros entre nosotros que tienen ojos y no ven y tienen oídos y no escuchan.

(Aplausos.) No sabe en estos momentos de peligro para un alto ideal centroamericano que nosotros aplacemos la discusión y resolución que valientemente nos hemos propuesto con estos motivos de resistencia protocolaria. No vamos a tener acción internacional dentro del protocolo; vamos a tener una acción nacional, la acción de los pueblos que no saben de reglas, la acción de los pueblos que no saben de leyes, la acción de los pueblos que saben de entusiasmos en los momentos en que es preciso aportar la mayor dosis de entusiasmo para que un ideal no muera. (Aplausos.) Es claro, señores, que si fuera a apegarme al texto constitucional, a esta letra que no nos permite hacer más que aquello que está enumerado en las fracciones de nuestro artículo de facultades, ni siquiera habría firmado esa iniciativa; pero es que como desde esta mañana lo dije, creo que la Cámara debe obrar fuera de la Constitución, creo que la Cámara debe obrar como Representación Nacional y creo que debe obrar concretando la voz de todo el pueblo mexicano, aun fuera de la Constitución, supuesto que no le viola. Si fuésemos, señores, por medio de nuestra iniciativa a herir en el corazón, a herir en su esencia a alguno de los artículos constitucionales, yo no me mancharía nunca las manos para firmar una iniciativa en que se tratase de vulnerar nuestras instrucciones. Sí precisamente vengo a abogar por que no se maculen, por que la bota del pretoriano no haga pedazos las instituciones del pueblo guatemalteco ¿cómo podría hablar de que se vulneraran las instituciones mexicanas?

Decía hace un momento, señores, que hay compañeros que tienen ojos y no ven, y que tienen oídos y no escuchan. ¿La situación de Guatemala no es clarísima? La situación de Guatemala, en los momentos en que va a dar el gran paso, el paso decisivo hacia la unión centroamenricana, uniéndose a Honduras y uniéndose a El Salvador, se encuentra con que entre los mismos elementos de su sociedad que, como esta mañana decía, son los liberales federalistas, que han tomando el falso nombre de federalistas para exhibirse así, lo mismo en el pueblo guatemalteco que fuera del pueblo guatemalteco, estos individuos se levantan; y estos individuos se levantan, ¿en contra de qué señores? Por una parte, en contra de los hombres que gobiernan o, más bien dicho, de los que Gobernaban, del Gobierno presidido por don Carlos Herrera, porque ese Gobierno era eminentemente federalista, unionista. Cuando este fenómeno se observa en una sociedad, cuando el problema vital de Guatemala, lo mismo que el de Honduras y el de El Salvador, es el problema de resolver a pasos violentos, a pasos de carga su unión, se levantan individuos que consiguen derrocar al Gobierno que estaba procurando esa unión, y no sé que denominación merezcan esos individuos. Hay que ponernos en la situación real del momento: ¿La unión centroamericana es necesaria para ellos, y realiza en parte las finalidades que perseguimos los que propugnamos, los que luchemos por la unión latinoamericana? Seguramente que sí; entonces, cuando por medio de un movimiento armado se levanta en contra de ese ideal, ese enemigo del ideal, y como el ideal es el alma máter de la raza,

es enemigo de la raza. Si estos pretorianos han evitado por medio de este golpe que la unión se realice, viendo este hecho, palpando este hecho, tenemos que convenir en que estos elementos son los elementos traidores de la nacionalidad guatemalteca y los elementos traidores del ideal por el que venimos pugnando. (Aplausos.)

Nosotros, los que estábamos el día 1o. de octubre en Guatemala, hemos tenido delante de nuestros ojos este bello, este hermosísimo espectáculo que daba el pueblo guatemalteco, patrocinado por su Gobierno, que entonces presidía don Carlos Herrera: hemos visto en las calles de Guatemala, a las diez de la mañana del 1o. de octubre, la emoción de los hombres que veían arriarse la vieja bandera guatemalteca e izarse la nueva bandera de la unión; hemos presenciado la protesta delante de todos los ministros extranjeros que don Carlos Herrera y su Gabinete hacían de la Constitución firmada en Tegucigalpa, así como representantes de Honduras y El Salvador. Este hecho patente y público en que el Gobierno tomaba una participación directa e inmediata, en que el Gobierno, por medio de sus directores, en que el Gobierno, hasta con alardes de fuerza, la fuerza que en esos momentos tenía a su mando cuando ese Gobierno se ponía al lado de la unión, cuando ese Gobierno estaba respaldando por la opinión pública guatemalteca, aun por la misma opinión de los traidores liberales federalistas, que después lo derrocaron, ¿no tenemos la evidencia acaso de que ese Gobierno estaba al lado del ideal de la unión latinoamericana, y que toda acción en contra de ese Gobierno era una acción contraria a los fines que perseguimos? Ante esta situación, señores, no cabe más que decir que hay compañeros que tienen ojos y no ven.

Pero hay algo más, señores: entre los traidores guatemaltecos, entre los traidores al ideal de la unión de los pueblos latinoamericanos se encuentra nada menos que una figura que todo el mundo conoce en México: el general Lima. ¿No cree la Representación Nacional que si un movimiento, como quiera que se exhibiera y a través de la bandera que se le quisiera dar, en el país, sostenido por Victoriano Huerta, por el solo hecho de que estuviera sostenido por Victoriano Huerta, no tendría en sí los mayores gérmenes para infundir la creencia en los hombres de que era un movimiento criminal? No saben los señores diputados, porque desgraciadamente hemos vivido en una época de muy poco intercambio en materia de ideas y en materia general de conocimientos entre los pueblos latinoamericanos, las atrocidades cometidas por el Gobierno de Estrada Cabrera en Guatemala, siendo brazo fuerte, brazo ejecutor, brazo de verdugo este pícaro general Lima, que hoy encabeza a los traidores liberales federalistas; pero sí sabe el pueblo mexicano entero que el autor intelectual del crimen cometido en la calles de México en contra de uno de los enemigos de Estrada Cabrera, el autor intelectual de ese crimen es nada menos que el jefe del movimiento revolucionario que derrocó al Gobierno de don Carlos Herrera. Ese lo sabe todo el mundo; eso no se puede negar. Yo querría interpelar a cualquiera de los compañeros en este sentido: Cuando ese movimiento está prohijado, cuando ese movimiento tiene como director -es decir, el movimiento militar-, nada menos que a un individuo de la categoría moral tan repugnante del general Lima, ¿ese movimiento puede ser salvador o Guatemala? Seguramente que no, señores.

Es incuestionable que el remedio a las malas situaciones debe ponerse inmediatamente. Ya desde esta mañana lo dijimos: éste no será un cauterio; nuestra acción como cuerpo colegiado, como representación Nacional, no tendrá prácticamente e inmediatamente ningún resultado; pero sí lo tendrá a la postre, porque no hay una solo idea buena que se lance a los vientos que no encuentre el surco en el que esa idea ha de prosperar, en el que esa idea ha de fructificar. Hay que pensar, señores diputados, que verdaderamente,-que nuestro ideal, nuestro altísimo ideal de unión latinoamericana pudiera concentrarse en aquella figura francesa con los ojos vendados, significando la alta verdad de una institución que decía: "Je seme a tout vent". Ese es el ideal que perseguimos nosotros, ideal altísimo que siembra a todos los vientos, que quiere la unión de los hombres de nuestra raza, que no puede admitir que el seno mismo de la raza existan esos tipos abominables cuyos representativos en la América son Rosas, Francia, Melgarejo, Huerta y todos aquellos de quienes hace unos cuantos días nos hablaba y nos pintaba con derroche de colores el compañero Borrego. Pues bien; esos elementos, aun cuando sean la misma raza, son enemigos de ella, y entre esos enemigos se se cuentan Estrada Cabrera y Lima. Claro que no podría aportar pruebas de que el partido que ha llegado al Poder en Guatemala por medio de un cuartelazo, es el partido en que se encuentran los amigos, los favorecidos, los ricos, la clase aristócrata, porque en Guatemala hay aristocracia creada por Estrada Cabrera, la clase plutocrática de los Estados Unidos; no podría aportar pruebas, porque las que tengo y las que tiene el ciudadano Solís, son pruebas muy relativas para que tengamos un conocimiento y una conciencia de estos hechos. Yo os diré lo que pudo observar en aquel medio, y es necesario señalar cuál es la causa de ese movimiento. La causa de ese movimiento no es más que la influencia de los Estados Unidos por medio de los elementos que tienen en la sociedad guatemalteca para impedir la unión de los pueblos centroamericanos. ¿Queréis pruebas de ello? Tenemos los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica, que iban a entrar a la unión, habiendo llegado hasta nombrar representantes alguna de esas naciones para el Congreso Federalista de Tegucigalpa; pero la acción de los Estados Unidos impidió que esos representantes tomaran parte en las deliberaciones de la asamblea. Y cuando Guatemala, abdicando de sus oidos ancestrales hacia El Salvador, y éste, abdicando también de sus oidos hacia Guatemala, y unidos por el trait d'union o juntados por el traite d'union de Honduras, estuvo a punto de realizar el ideal de Morazán, de la América del Centro, la acción de la plutocracia de los Estados Unidos ha invertido seguramente determinando qué elementos plutocráticos de la sociedad guatemalteca, que son los que forman el Partido Liberal Federalista, dieran este cuartelazo que ha tenido como consecuencia la caída del Gobierno de don Carlos Herrera. Y es natural, señores, si

no se puede negar: una sociedad organizada plutocráticamente como la de los Estados Unidos, una sociedad en la que los elementos de la raza, los elementos espirituales están completamente destituídos de valor y de la verdad, tienen que buscar forzosamente a sus congéneres. Yo creo que los Estados Unidos son eminentemente plutocráticos y que se pondrán de acuerdo con la plutocracia de México, lo mismo que con la plutocracia de la Argentina. Para concretar esto, os diría que quienes conocen la historia de los Estados Unidos desde sus orígenes, uno de nuestros paisanos ha llegado a decir esta gran verdad: que si Washington, como generador de esta sociedad eminentemente burguesa de los Estados Unidos no tuviera en el corazón de sus conciudadanos, todos burgueses, todos con tendencias plutocráticas, un lugar sagrado, el más alto monumento que ese pueblo despótico e imperialista habría levantado a Washington, y la concreción más alta de las tendencias de Washington hasta el último de los individuos de los Estados Unidos, sería la estatua que le mandó levantar frente a la Tesorería Nacional y con vista a Wall Street. (Risas. Murmullos.) Pues bien, señores; el problema guatemalteco no es más que el problema de la intromisión de los Estados Unidos. Desde esta mañana dijimos nosotros que no podíamos protestar en contra de esa intromisión porque no tendríamos pruebas bastantes para comprobarla; pero sí podemos afirmar -y podemos afirmarlo porque todo el mundo lo siente y todo el mundo lo conoce- que la acción traidora guatemalteca no es más que la acción aconsejada por los Estados Unidos. En esa virtud, como pueblo latino, como pueblo que tiene el deber de aconsejar a sus demás hermanos de la América Latina, en estos momentos cuando la verdad es patente, ¿que es lo que debemos hacer? Seguramente, señores, aprobar esta iniciativa, no aplazarla ni un momento más y lanzarla a todos los vientos; establecer en el espíritu de todos los hombres de América Latina que nosotros estamos con los ojos muy abiertos, viendo lo que ocurre entre ellos; que nosotros estamos dispuestos a prestarles dentro de nuestras posibilidades, dentro de nuestras facultades, dentro de nuestra acción todos los elementos de ayuda que ellos quieran. Por eso creo que es pertinente aprobar inmediatamente esta iniciativa; que no se piense en que van a venir los agentes de Gobierno, o más bien de la facción que asaltó el Poder de Guatemala, a convencer a nuestro Gobierno; no, este es el momento en que debemos dar un paso adelante, más adelante que el que dé el Ejecutivo. No creo que el general Obregón, que el revolucionario Obregón vaya a reconocer el Gobierno espurio que se ha entronizado en Guatemala; tenemos el deber de dar por medio de la aprobación de esta iniciativa un consejo al general Obregón; y la Representación Nacional dentro de las posibilidades, en esa forma hara oír su voz. Ruego a los señores diputados que tengan en consideración que no hay que perder un solo momento; que el mal se presenta; que el mal es serio; que acaso nuestros hermanos los revolucionarios de Guatemala en estos momentos estén armándose para derrotar al Gobierno espurio que han establecido los pretorianos y que no puede haber mejor palabra de aliento que esta palabra del pueblo mexicano que es heroico, sensato y viril. (Voces: ¡A votar! Aplausos.)

Presidencia del

C. VIDALES AGUSTIN E.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: ¡Muy hermoso...(Siseos.) muy hermoso... (Siseos.) es hacer oír la voz de la razón contra aquellos que no quieren escucharla!... ¡Con cuánta razón nos hemos lamentado aquí de no proceder con ecuanimidad en muchas cuestiones!...

El compañero Vasconcelos, para el que siempre he tenido elogios y para quien los he tenido en esta tarde a mi propia satisfacción, me ha dado los argumentos. Tres argumentos que voy a presentar a vuesta consideración. El primer argumento de Vasconcelos cae por su propio peso. Dice el compañero Vasconcelos: los pueblos no saben de leyes, los pueblos no saben de razones, los pueblos saben de entusiasmos. Y yo solamente contesto: los pueblos sólo saben de entusiasmos, pero también tienen el derecho de exigir de sus representantes que sepan de leyes y que sepan de razones!...El segundo argumento que nos presentó el compañero Vasconcelos en contra de esta iniciativa, es el siguiente: dice: tenemos pruebas bastantes. ¿Y cuáles son esas pruebas, ciudadanos representantes? ¿Las que nos trae el compañero Vasconcelos? Yo considero que es una persona honorable, yo considero que es una persona verídica; pero yo considero que para un asunto de esta trascendencia no me bastaran los dichos de un compañero por honorable que sea, cuando ese compañero es un compañero que se exalta por las nobles causas o por otros motivos! En consecuencia, yo digo: esta Asamblea debe proceder cuerdamente esperando recoger datos...

Y es más, cogí taquigráficamente una frase del compañero Vasconcelos que yo vengo a recalcar a esta Asamblea: "no tenemos la conciencia exacta de los acontecimientos, de los hechos en Guatemala!"

Entonces, señores, si no tenemos la conciencia exacta ¿cómo vamos a hacer algo que sólo debemos hacer guiados por nuestra conciencia, guiados por los conocimientos que adquiramos? Nos dice, por último, el compañero, Vasconcelos, y voy a terminar: en todas estas maquinaciones guatemaltecas está de por medio la mano del odiado coloso del Norte, y nosotros debemos sacudir esa tiranía. ¡Noble y bello gesto! ¡Yo secundo al compañero Vasconcelos! ¡Debe saber el compañero Vasconcelos, y debe saber la Cámara, que cuando el asunto de El Carrizal tuve el honor de inscribirme en las filas de los soldados mexicanos para ir a combatir al coloso del Norte! Pero, ciudadano diputado Vasconcelos: vos mismo me acabáis de decir: estos son asuntos de política internacional y vos mismo me dais la razón sobre que ésta puede ser grave! ¡Yo, señores, si estos son los argumentos

que el mismo diputado Vasconcelos nos ha dado! ¡Yo no quiero ya insistir, porque sé, como sabéis vosotros, que tenemos asuntos de trascendencia para nuestra patria. Nosotros hablamos de tiranos y hablamos entusiastamente en contra de las tiranías; y nosotros nos hemos olvidado de los presupuestos para que el Ejecutivo de México no siga haciendo uso indebido de los dineros de la nación! Yo señores, quiero que seamos más ecuánimes, que procuremos, que hagamos nuestra labor de reconstrucción patria y al mismo tiempo quiero que estemos con aquellos ideales que sustenta Pedro de Alba, pero cuando sea oportuno! ¡Entonces sí! ¡Antes creo que no debemos hacerlo! Cumplo, pues con mi deber y me retiro dando a vosotros las más cumplidas gracias porque me habéis escuchado. (Aplausos. Siseos. Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. prosecretario Ramos Esquer: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvase manifestarlo. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba.

El C. Rico: Pido votación nominal. (Voces: ¡Votación nominal!)

El C. prosecretario Ramos Esquer: A petición del ciudadano Rico, debidamente apoyado,se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Aguirre Colorado Ernesto: Por la negativa. (Voces: ¿Qué se va a votar?) La moción suspensiva. (Se recoge la votación.)

El C. prosecretario Ramos Esquer: Votaron por la afirmativa 40 ciudadanos diputados. - El C. Aguirre Colorado Ernesto: Votaron por la negativa 75 ciudadanos diputados. En consecuencia, no hay quórum.

El C. secretario Aillaud, a las 8.37 p.m: Por disposición de la Presidencia se levanta la sesión y se cita para mañana a las once, continuando la discusión de los presupuestos.