Legislatura XXIX - Año II - Período Ordinario - Fecha 19211226 - Número de Diario 72

(L29A2P1oN072F19211226.xml)Núm. Diario:72

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 26 DE DICIEMBRE DE 1921

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local, de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO II. - PERÍODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO III. - NÚMERO 72

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 26 DE DICIEMBRE DE 1921

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2. - Usa de la palabra para hechos el C. diputado Enrique M. Barragán. Cartera. Se concede licencia al C. diputado Lavín.

3. - Primera lectura al dictamen de la 2a. Comisión de Guerra, por el que se concede pensión a los deudos del finado general Benjamín G. Hill; se le dispensa la segunda lectura; a discusión el primer día hábil.

4. - Proyecto de ley subscrito por los CC. diputados Barón Obregón, Rodríguez Guillermo y Miravete, a fin de que se ponga a disposición del Ayuntamiento del puerto de Veracruz los terrenos ganados al mar por las obras en dicho puerto; a las Comisiones unidas 2a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Comunicaciones y Obras Públicas.

5. - Sin debate, se aprueba un proyecto de decreto subscrito por numerosos ciudadanos diputados, a fin de que se derogue el decreto por el que se autoriza al gobernador del Estado de Puebla, para organizar un Cuerpo de Seguridad Pública; pasa al Senado para los efectos constitucionales. Se nombra una Comisión para que lo entregue a la Cámara colegisladora.

6. - Es aprobada, sin debate, una proposición de varios ciudadanos diputados tendiente a que se envíe un mensaje al ilustre pensador francés Anatole France.

7. - Se discute y aprueba una adición al proyecto del decreto aprobado por esta Cámara, a fin de que sea derogado el decreto que faculta al Gobierno del Estado de Puebla para organizar un Cuerpo de Seguridad Pública; pasa al Senado para los efectos legales. Se suspende la sesión.

8. - Reanudada ésta, se da cuenta con los documentos en cartera. Escrito del C. diputado Montero Villar por el que da por terminada la licencia de que disfruta; de enterado y comuníquese a la Tesorería del Congreso.

9. - Proposición del C. diputado Gandarilla apoyado por varios ciudadanos diputados para que se incluya en el Presupuesto de Egresos de 1922, una partida para la construcción de carreteras entre Durango y Mazatlán y entre Durango y Mezquital; a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

10. - Es aprobado un dictamen de la 2a. Comisión de Hacienda, por el que se cede al Gobierno del Estado de Sinaloa el terreno donde estuvo el cuartel Rosales en Mazatlán; pasa al Senado para sus efectos legales.

11. - Proyecto de decreto presentado por el C. diputado Zapata y hecho suyo por varios ciudadanos diputados, por el que se reforma el decreto expedido por el Ejecutivo, referente al "Impuesto del Centenario"; pasa a las Comisiones unidas de Comunicaciones y de Hacienda en turno.

12. - Se discute y aprueba un proyecto de Ley del C. diputado Vicente Rivera, apoyado por varios ciudadanos representantes, tendiente a que se autorice al Ejecutivo para disponer de la cantidad de $450,000.00 para la construcción de un puente sobre el río Nazas y de varias carreteras entre algunas poblaciones de los Estados de Coahuila y Durango; pasa al ejecutivo para los efectos legales.

13. - Discusión del Dictamen de las comisiones unidas 1a. de Hacienda, 1a. Agraria y de Presupuesto y Cuenta, acerca de la iniciativa del C. diputado Mijares, apoyado por varios ciudadanos representantes, en que pide la expropiación y fraccionamiento de varias haciendas ubicadas en el Estado de Coahuila; vuelve el dictamen a las comisiones para su reforma. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. ALANIS FUENTES ÁNGEL

(Asistencia de 138 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 12 m.: Se abre la sesión.

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veinticuatro de diciembre de mil novecientos veintiuno.

"Presidencia del C. Angel Alanís Fuentes.

"En la ciudad de México, a las doce y diez p.m. del sábado veinticuatro de diciembre de mil novecientos veintiuno, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta ciudadanos diputados.

"Presidencia del C. Eduardo Vasconcelos.

"Fue aprobada el acta de la sesión celebrada el día anterior, y se dio cuenta con los siguientes documentos:

"Oficio del Senado, al que acompaña un proyecto de fracciones adicionales al artículo 2o. del proyecto de reformas a los artículos 94 y 96 de la Constitución. - Recibo y a las comisiones que tienen antecedentes.

"Contestaciones de las asambleas legislativas de El Salvador, Bolivia y Costa Rica al mensaje que esta Cámara les dirigió con motivo de los acontecimientos políticos ocurridos últimamente en Guatemala. - A su expediente.

"Telegrama procedente de Campeche, en que el Tribunal Supremo de Justicia de ese Estado protesta en contra de la determinación por medio de la cual el Senado declaró desaparecidos los poderes de aquella Entidad. - Transcríbase al Senado.

"Proyecto de reformas y adiciones a la Ley de Organización de Tribunales del Fuero Común en el Distrito y Territorios Federales, que envía el C. licenciado José Pedro Meza y apoyan los ciudadanos Zapata, Francisco Castillo, Portes Gil y once diputados más. - A la 2a. comisión de Justicia, e imprímase.

"Proposición del C. Valadez Ramírez y otros representantes, relativa a que se nombre una comisión que vaya al Senado para pedirle resuelva a la mayor brevedad sobre la iniciativa de Ley de Ingresos. Con dispensa de trámites y sin debate se aprobó y la Mesa designó, para formar la comisión, a los CC. Valadez Ramírez, León Soto y Gama, González y Gonzyalez y prosecretario Leyva. Momentos después renunció a formar parte de la comisión el C. Soto y Gama y se nombró en su lugar al C. Gandarilla.

"Los CC. Socorro García, Rama, Gandarilla y Rico G., hicieron aclaraciones relacionadas con el proyecto de decreto aprobado por esta Cámara en la sesión anterior, y que se refiere a la facultad que se otorga al Ejecutivo para invertir seis millones de pesos en obras de irrigación en el Bolsón de Mapimí, Durango.

"Después de aclaraciones de los CC. Portes Gil, Luis Espinosa, Barón Obregón, Francisco Trejo, Rico G. y Aldaco, referentes a la designación de comisiones auxiliares de la de Presupuestos y Cuenta, se procedió a la votación nominal para elegir esas comisiones.

"Ciento treinta votos obtuvo la planilla que en seguida se transcribe y seis votos obtuvieron otras candidaturas:

"Agricultura y Fomento. Enrique Barón Obregón, Abel Hernández Coronado y Tereso Reyes.

"Hacienda. Francisco Trejo, Manuel Padilla y Norberto Domínguez.

"Guerra. Francisco Trejo, Luis Espinosa e Israel del Castillo.

"Gobierno del Distrito. Manuel Padilla, Miguel F. Ortega y Raquel D. Cal. y Mayor.

"Establecimientos Fabriles y Contraloría. Carlos Pichardo, Jaime a. Solís y José Sánchez Anaya.

"Territorios. Enrique von Borstel, Teodomiro T. Gutíerrez y Ricardo Romero.

"Hecha la declaratoria de que se aprobaba la planilla que antecede, el C. presidente, siendo la una y veinticinco de la tarde, levantó la sesión y citó para las once de la mañana del próximo lunes veintiséis"

Está a discusión el acta. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. secretario, leyendo:

- El C. licenciado Guillermo Schulz comunica que con fecha...

El C. Barragán Enrique M. interrumpiendo: Pido la palabra para hechos. (Voces: ¡No!) Tengo derecho. (Voces: ¡No¡ Sí!)

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Barragán Enrique M.: Honorable Asamblea: En vista de que frecuentemente se ha dado el caso de que nos confundan a los diputados que llevamos el mismo apellido, en hechos que afectan al decoro personal y hasta la dignidad, me veo obligado a pedir la palabra para hechos, haciendo la siguiente aclaración:

La prensa de hoy publica que el diputado Barragán,sin decir nombres, golpeó brutalmente a una mujer de la vida galante. Yo, por mi decoro personal, deseo que se haga la consiguiente aclaración, pues tengo un nombre que cuidar y no quiero que se mancille. El diputado Barragán a quien la prensa se ha referido -y de esto ruego a los señores cronistas tomen nota-, no es el que tiene el honor de dirigiros la palabra en estos momentos, sino es el otro: Martín.

(Voces: ¡Martín Barragán, secretario de la Mesa Directiva!)

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"El C. licenciado Guillermo Schulz comunica que con fecha 21 del corriente mes, dio por terminada la licencia que por seis meses, sin sueldo, y con carácter renunciable, le concedio la Comisión Permanente del Congreso, haciéndose cargo nuevamente del puesto de juez 5o. Correccional de la ciudad de México."

- De enterado y a su expediente.

Telegrama procedente de "Campeche, Cam., 24 de diciembre de 1921.

"Secretarios de la H. Cámara de Diputados de la Unión.

"Respetuosamente nos permitimos encarecer ese H. Cuerpo apruebe proyecto de presupuestos presentado Ministerio Instrucción Pública, por conceptuarlo necesario para salvar nuestro pueblo analfabetismo. Esta H. Legislatura, secundando iniciativa Cámara Tlaxcala, hace ustedes presente nombre pueblo campechano, esta necesidad traería positivo beneficio.

"Respetuosamente. Diputado presidente, José D. Vargas. - Diputado secretario, Carlos Pérez M." - A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

Telegrama procedente de "Zacatecas, Zac., 25 de diciembre de 1921.

"CC. secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"Esta Legislatura hace suya iniciativa Congreso Tlaxcala, relativa aprobación presupuesto formulado Secretaría Educación Pública.

"Atentamente. - Jesús Llamas del Hoyo, D. S."

- A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"El C. licenciado Melchor G. González comunica que con fecha 2 de diciembre se hizo cargo del puesto de magistrado del Tribunal del 3er. Circuito de la ciudad de Saltillo, Coahuila." - De enterado.

"H. Cámara de Diputados. - Presente.

"Teniendo necesidad de separarme de las labores parlamentarias a efecto de poder atender debidamente algunos asuntos que demandarán todo mi tiempo, atenta y respetuosamente suplico se me conceda una licencia ilimitada sin goce de dietas, debiéndose, por lo tanto, llamar a mi suplente. Pido dispensa de trámites.

"México, a 28 de diciembre de 1921. - U. Lavín, diputado por el 7o. distrito electoral del Estado de Guerrero."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites.

Está a discusión. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Concedida.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"2a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"El C. presidente de la República, por conducto de la Secretaría de Gobernación, remitió a esta H. Cámara, con fecha 16 de los corrientes, una iniciativa de ley con el objeto de que se otorguen pensiones vitalicias a los deudos del general de División Benjamín G. Hill, por los prominentes servicios que este ciudadano prestó a la revolución. Dicho asunto fue turnado, por acuerdo de vuestra soberanía, a la Comisión de Guerra que tiene el honor de formular el presente dictamen.

"La Comisión cree inútil entrar en largas consideraciones sobre este asunto, teniendo en cuanta que los servicios prestados por el expresado general Benjamín G. Hill a la revolución, son bien conocidos por todos los ciudadanos diputados, por cuyo motivo es de parecer que se acepte la iniciativa del presidente de la República, ya que está basada en la más estricta justicia, y así se permite proponerlo a vuestra aprobación por medio del siguiente proyecto de decreto:

"Artículo 1o. Se concede una pensión íntegra de diez pesos diarios, con cargo al Erario nacional, a favor de la señora Gregoria A. viuda de Hill, madre del finado general de División Benjamín G. Hill, por los eminentes servicios que el mismo finado prestó a la nación.

"Artículo 2o. Por las mismas causas se concede una pensión íntegra de veinte pesos diarios a la señora Carmen Durazzo, viuda del señor general de División don Benjamín G. Hill.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 21 de diciembre de 1921.- Israel del Castillo. Natalio Espinosa. - Primera Lectura.

En votación económica se pregunta si se dispensa la segunda lectura, para que quede a discusión el primer día hábil. Se dispensa la segunda lectura y queda a discusión el primer día hábil.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Los CC. diputados Enrique Barón Obregón, Guillermo Rodríguez y Manuel E. Miravete, presentan un proyecto con el fin de que se autorice al Ejecutivo federal para poner a disposición del municipio de Veracruz, la zona federal de los terrenos ganados al mar por las obras del puerto."

(El documento de referencia está redactado en los siguientes términos:)

Honorable Asamblea:

Es innegable que la ciudad y puerto de Veracruz se encuentra detenida ante el escollo infranqueable que le opone a su desarrollo la zona conocida por "Terrenos ganados al mar", y que constituye una gran faja de terrenos federales obtenidos por las obras del puerto.

El pueblo veracruzano pide a vuestra soberanía le concedáis una oportunidad para dar un paso en pro del adelanto de su ciudad, votando el siguiente punto de acuerdo, con la dispensa de trámites consiguientes:

I. Autorícese al Ejecutivo federal para poner a disposición del municipio de Veracruz, la zona federal de los terrenos ganados al mar por las obras del puerto.

II. Esta cesión se hará sin perjuicio de que el propio Ejecutivo señale las porciones que estime necesarias para complemento de las obras del puerto.

III. El municipio entrará en posesión de estos terrenos a medida que vaya celebrando contratos con particulares, únicamente por venta de lotes, que serán destinados a la construcción de habitaciones modernas.

IV. El municipio formará un proyecto de ampliación de la ciudad, que someterá a la aprobación del Ejecutivo federal, como condición previa de esta cesión, y el producto de la venta de estos terrenos se aplicará de la manera siguiente:

a) 25 por ciento para las cajas municipales;

b) 25 por ciento para las cajas del Estado, y

c) 50 por ciento para la Federación.

V. La Federación destinará exclusivamente el 50 por ciento que le corresponde por el concepto anterior, al mejoramiento de las obras del puerto; el municipio a la construcción de un establecimiento educativo moderno, y el Estado a la construcción de un camino carretero entre la ciudad de Veracruz y la de Jalapa.

Sala de Sesiones del Congreso de la Unión. - México, 24 de diciembre de 1921. - E. Barón Obregón. - Guillermo Rodríguez. - Aurelio P. Márquez. - Manuel E. Miravete."

En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Se dispensan los trámites.

El C. Barón Obregón: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Barón Obregón.

El C. Barón Obregón: Compañeros: Voy a ser breve y solicito de vuestra soberanía la indulgencia para este caso que nos atañe muy directamente a

los veracruzanos. Se trata sencillamente de conseguir, de dar facultades al Ejecutivo federal para que ponga a disposición del Ayuntamiento de la ciudad de Veracruz los terrenos ganados al mar, en virtud de las obras del puerto; se ha presentado un segundo proyecto que voy a dar lectura y que por sí solo se funda:

"I. Autorícese al Ejecutivo federal para poner a disposición del municipio de Veracruz la zona federal de los terrenos ganados al mar por las obras del puerto.

"II. Esta cesión se hará sin perjuicio de que el propio Ejecutivo señale las porciones que estime necesarias para complemento de las obras del puerto.

"III. El municipio entrará en posesión de estos terrenos, a medida que vaya celebrando contratos con particulares, únicamente por venta de lotes, que serán destinados a la construcción de habitaciones modernas.

"IV. El municipio formará un proyecto de ampliación de la ciudad, que someterá a la aprobación del Ejecutivo federal, como condición previa de esta cesión, y el producto de la venta de estos terrenos, se aplicará de la manera siguiente:

"a) 25 por ciento para las cajas municipales;

"b) 25 por ciento para las cajas del Estado, y

"c) 50 por ciento para la Federación.

"V.La Federación destinará exclusivamente el 50 por ciento que le corresponde por el concepto anterior, al mejoramiento de las obras del puerto; el municipio a la construcción de un establecimiento educativo moderno y el Estado a la construcción de un camino carretero entre la ciudad de Veracruz y la de Jalapa."

Señores: Es evidente que el primer puerto de la República, o sea la ciudad de Veracruz, se encuentra obstruccionada en su vida de ampliación de la propia ciudad,por el escollo infranqueable que tiene y ha tenido constantemente por la zona federal ganada por las obras del puerto al mar. Esta zona comprende una extensión bastante considerable, donde podría caber, con bastante comodidad, una gran cantidad de habitaciones para obreros y, en general, para los propios habitantes de la ciudad, que ya no encontrando zona hacia donde extenderse, han estado invadiendo hasta la parte de los médanos, en perjuicio de la salubridad del propio puerto. Esta ciudad ganaría indudablemente un ciento por ciento en belleza, en interés y en comodidad, cuando esta honorable Cámara autorizara al Ejecutivo para que esa zona federal quedara a disposición del Ayuntamiento en las condiciones aquí prescriptas.

Así es que pido a vuestra soberanía que le dé la oportunidad al pueblo veracruzano de ver realizada una de sus aspiraciones, que ha sido constante y eterna en la ambición de los propios hijos del Estado de Veracruz. Igualmente ruego a vuestra soberanía que, en obvio de mayor tiempo, no oponga objeciones a esta labor, que es una labor sincera y de patriotismo, y al mismo tiempo una labor en pro de la ciudad de Veracruz.

El C. Mijares: Pido la palabra.

- El C. presidente Tiene usted la palabra.

El C. Mijares: Compañero Obregón: No únicamente estoy de acuerdo en la proposición que usted hace, sino que le suplicaría que el dinero que resulte de la venta de esos terrenos, se empleara todo, el ciento por ciento, por el Ayuntamiento, para que se pavimenten las calles de esa nueva colonización; pero es preferible, puesto que una entrada de esas, que es extraordinaria, que no ha contado con ella ni el Ayuntamiento de Veracruz, ni el Gobierno del Estado, ni el Gobierno federal, es preferible a que ese dinero se vaya a mal emplear. Así es que le propongo que la proposición se modifique en ese sentido, seguro de que la Cámara lo aprobará, pues es preferible que el producto sirva para embellecer la ciudad de Veracruz, que mucho lo necesita, a emplear el veinticinco por ciento para las cajas del Estado, el otro veinticinco para el Ayuntamiento y el resto para la Federación.

El C. Barón Obregón: No tengo ningún inconveniente en que la proposición se presente modificada en la forma en que lo propone el compañero Mijares; sólo pido a vuestra soberanía que este asunto no pase a Comisión, porque allí dormiría el sueño del justo; que si esta oportunidad se deja perder, con toda seguridad que la ciudad de Veracruz seguirá siempre en las mismas condiciones en que se encuentra. Ya es verdaderamente imposible contener la población en la capacidad del casco de la ciudad; la ciudad no puede ya ampliarse hacia el lado de tierra por la sencilla razón de que se lo impiden los médanos que se han formado hacia este lado, y no tiene más ampliación; y es lo justo, lo equitativo y lo racional, que la ampliación sea hacia la zona que fue ganada al mar en virtud de las obras del puerto. En consecuencia ruego encarecidamente a la honorable Asamblea, nos dé esta oportunidad de brindarle un acto de justicia al primer puerto de la República Mexicana.

El C. Manrique: Pido la palabra para interpelar al compañero Barón Obregón.

El C. presidente: Tiene usted la palabra para una interpelación.

El C. Manrique: Me parece, señor Barón Obregón, que este proyecto se presentó con cierta festinación. Es rigurosamente cierto que si pasase a una Comisión, nos expondríamos a que en ella permaneciese indefinidamente; pero no es menos cierto que el proyecto, que el asunto no está tan bien estudiado como fuera de desearse, dada su gravedad. Por ejemplo, el proyecto es, en esencia, autorizar al Ejecutivo de la Unión para que ceda al Ayuntamiento del puerto de Veracruz los terrenos ganados al mar, como se les llama. Se indica que del producto de la venta de los terrenos a particulares, el Ayuntamiento deberá, podrá emplear en su beneficio un tanto por ciento; se indica también la forma en que la Federación deberá usar del tanto por ciento que le corresponde por concepto de venta de esos mismos terrenos; se indica, igualmente, que el municipio debiera someter al Ejecutivo federal para su aprobación, el proyecto para la ampliación de la ciudad, tomando estos terrenos; pero la verdad de las cosas es que la venta de esos lotes, la venta de esos lotes... (Murmullos.)

El C. secretario Aillaud: Se suplica a los ciudadanos diputados escuchen al orador.

El C. Manrique, continuando: La verdad de las cosas es que esto podría prestarse a especulaciones; yo no las temo concretamente del Ayuntamiento próximo, del Ayuntamiento de 1922, pero

el peligro existe. Creo que la razón de ser de esta cesión de terrenos a la ciudad de Veracruz, debiera ser, principalmente, la construcción de colonias populares, la construcción de casas baratas para obreros, y el proyecto nada indica, me parece que está hecho un poco ligeramente, compañero.

El C. Barón Obregón: Me voy a permitir contestar al compañero Manrique, sencillamente leyéndole uno de los párrafos del propio proyecto, que dice: "El municipio formará un proyecto de ampliación de la ciudad, que someterá a la aprobación del Ejecutivo federal, como condición previa de esta cesión, y el producto..." etcétera.

De manera, pues, que no puede tildarse de festinado este proyecto porque, en primer lugar, es un sentimiento que ha dominado en la ciudad de veracruz, en sus habitaciones, desde hace muchísimos años, y que ha encontrado escollos infranqueables, pues no ha habido nunca una honorable Asamblea de esta Cámara de diputados que le dé el merecimiento que indudablemente tiene este asunto, por la trascendencia que él encierra. Se ha visto palpablemente que el desarrollo de Veracruz hacia la parte de tierra, es decir, hacia la parte de los médanos, se ha hecho en una forma tal, que las barracas que allí se han construído vienen representando verdaderos focos de infección; y es la zona en donde, por acercarse a la parte de ciénegas, se encuentra dominada por abundancia de mosquitos y, por consiguiente, por la fiebre amarilla reinante y dominante en aquella parte. Se ha visto también, perfectamente, que la parte de ciudad que se encuentra más en contacto con el mar, parece que está inmunizada; los focos de fiebre amarilla se registran hacia la parte de los médanos o sea hacia la parte en que más en contacto esta con las ciénegas.

En consecuencia, el proyecto que presento es en tesis general. Indudablemente que dentro de un criterio más amplio, más justiciero, la zona federal que el Gobierno de la República cediera al municipio, podría constituir un campo donde pudieran desarrollarse perfectamente bien, la población en pro de la clase trabajadora del puerto de Veracruz. Debo hacer constar que aquí no se trata de un proyecto que, presentado por un diputado de la ciudad de Veracruz., pudiera tomarse como un motivo de propaganda en su favor. Se trata de un proyecto presentado por un diputado de Tuxpan, Veracruz, que, como buen veracruzano, desea hacer algo en pro, en beneficio del propio primer puerto de la República.

Creo que colocado este asunto a la consideración recta y juiciosa de todos los que me escuchan, no se escapará que este asunto pueda tener la traba principal que yo mismo considero necesaria, para evitar esas especulaciones, de que el Ejecutivo apruebe el proyecto que presente el Ayuntamiento de Veracruz y, en consecuencia, en manos del propio Ejecutivo de la nación quedará el que los terrenos sean destinados a tal o cual objeto en beneficio de los trabajadores de aquel puerto. En consecuencia, yo sólo pido a la Asamblea que nos permita esta oportunidad de demostrar la necesidad que tiene la ciudad de Veracruz de su ampliación; que no permita que pase este asunto a Comisión, porque allí no se resolverá jamás. Esta honorable Cámara de Diputados termina su ejercicio dentro de cuatro o cinco días, y, naturalmente, con toda seguridad quién sabe si alguno de los diputados que han firmado esto, entre los que yo me encuentro, pueda tener la oportunidad en otra Legislatura de sostener este asunto con el mismo sentimiento, con el mismo deseo y con el mismo espíritu de justicia para mis propios paisanos, para los hijos del puerto de Veracruz.

El C. Manrique: Para una nueva interpelación, compañero Barón Obregón. Admitida la utilidad del proyecto, ¿podría indicarnos brevemente en qué preceptos constitucionales se apoya la solicitud citada? Yo creo que debiera indicarlo la solicitud.

El C. Barón Obregón: Señor, dado lo perentorio del tiempo, yo no he tenido oportunidad de estudiar este asunto bajo el punto de vista constitucional; he creído siempre, porque el Ejecutivo federal tiene jurisdicción sobre la zona federal ganada al mar en virtud de las obras del puerto, he creído siempre que es la autoridad única capacitada para poder ceder en beneficio de la ciudad de Veracruz esta porción. Además, hay precedentes sobre este particular: Siempre que se trata de zonas federales, el Ejecutivo de la Federación es el capacitado y el que ha procedido a darlas o a concederlas en virtud de concesiones, etcétera, creo que en este caso con mucha más razón, puesto que se trata nada menos que del interés de toda una colectividad, como es el puerto de Veracruz.

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Yo sigo creyendo, compañero Obregón, que sería más útil que el proyecto pasase a una Comisión de Puntos Constitucionales y de Comunicaciones y Obras Públicas, indicando, pidiendo, exhortándolas a dictaminar a la brevedad posible; si la Comisión se comprometiese a dictaminar para el día de mañana, sería preferible, porque aquí se trata de una autorización al Ejecutivo, quiero decir, una facultad de que el Ejecutivo puede usar o no, según convenga a los intereses; no se trata de un decreto ordenado que se declaren de propiedad del Municipio de Veracruz los terrenos ganados al mar; está concebida como una simple autorización al Ejecutivo para que éste potestativamente ceda o no al puerto de Veracruz los terrenos ganados al mar, para que ceda o no estos terrenos en litigio. Me parece, pues, que se trata de resolver el asunto un poco festinadamente y nos expondríamos a fracasar. La finalidad es buena, pero creo preferible que pasase a Comisión, suplicando a ésta que dictaminase a la mayor brevedad posible, deben ser comisiones unidas de Obras Públicas y Puntos Constitucionales por lo que atañe al precepto constitucional.

El C. presidente: La Presidencia se permite hacer la siguiente aclaración: En vista de que el ciudadano Barón Obregón ha manifestado que por la premura de tiempo no ha estudiado el asunto desde el punto de vista constitucional, al contestar la interpelación del compañero Manrique, la Presidencia va a sostener su trámite en el sentido de que pase a Comisión. Los oradores que no estén de acuerdo pueden pasar a inscribirse.

El C. Mijares: Pido la palabra.

El C. presidente: ¿En pro o en contra?

El C. Mijares: en contra del trámite.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Mijares: Honorable Asamblea: Al pedir la palabra para impugnar el trámite de la Mesa, sólo quiero hacer constar, primero, el corto período de tiempo que tenemos disponible para estas discusiones y la necesidad ingente que hemos visto todos los que ocasionalmente hemos estado en el puerto de Veracruz, para que esa ciudad disponga de los terrenos suficientes para que la clase trabajadora pueda construir humildes moradas. Es lógico que al pasar este asunto a Comisión, no ha de hacer la Comisión otra cosa, a mi parecer, a mi juicio, sino interpretar el sentimiento de la horable Asamblea. Es lógico que en estos casos en que se trata de terrenos en que el propietario es la nación, no hay necesidad de justificar los trámites constitucionales y legales para hacer esta donación al Ayuntamiento de Veracruz. Es lógico que una cosa de la nación pueda ser dispuesta ya por el Congreso de la Unión, ya por el propio Ejecutivo. Por lo tanto, creyendo justa la proposición subscrita por varios miembros de la diputación veracruzana, pido a la honorable Asamblea que este asunto se declare de obvia y de urgente resolución puesto que es aún más sencillo que todos los que han propuesto, tanto las diputaciones de Coahuila, como las de Durango y que seguramente pocas cosas han ameritado obvia resolución, como este asunto, que es bien sencillo, y que, no obstante que reconozco el juicio siempre profundo del compañero Manrique, no hallo por qué se oponga a estas cosas, ya que sabe que el nuevo Ayuntamiento de Veracruz va a ser un Ayuntamiento obrero, que se preocupará por dotar a la clase trabajadora en primer término, de este obsequio que le hace la nación al Ayuntamiento de Veracruz. Por tal concepto y no creyendo justificado el hecho de que pase a Comisión para que sea dictaminado este proyecto, pido a la honorable Asamblea no apruebe el trámite de la Mesa y ceda en esta vez, puesto que se trata de hacer una obra que necesita el puerto de Veracruz. (Aplausos.)

El C. Barón Obregón: Para hacer una interpelación pequeña a la Comisión de Puntos Constitucionales, con objeto de evitar esta discusión. Ruego al ciudadano licenciado Ortega, que es miembro de la Comisión de Puntos Constitucionales de esta honorable Asamblea, que se sirva decirme si creyendo y estimando que este asunto es de justicia y que es de interés para un pueblo como el pueblo de la ciudad de Veracruz, que lo ha demandado y pedido a gritos y en forma verdaderamente insinuante desde muchos años, por considerarlo como un problema de interés para el propio pueblo, si podrá esta Comisión de Puntos Constitucionales resolver este dictamen en alguna forma en un plazo perentorio de veinticuatro horas, con objeto de que esta honorable Asamblea nos dé la oportunidad de esta conquista que solicita de vuestra soberanía el pueblo de la ciudad de Veracruz.

El C. Ortega Miguel F.: La Comisión que me honro en presidir se compromete a entregar el dictamen relativo al asunto que está a discusión, mañana a la una de la tarde. (Aplausos.)

El C. Barón Obregón: Réstame solamente, honorable Asamblea, dar a ustedes las gracias por la benevolencia con que ha sido acogida esta proposición, y pedir con toda sinceridad, con todo deseo de que se nos haga justicia, pedir a la misma honorable Asamblea, la misma benevolencia para el día de mañana cuando esta honorable Comisión de Puntos Constitucionales nos rinda el dictamen del caso; y en este particular estoy conforme con el trámite de la Mesa, de que pase a la Comisión respectiva.

El C. secretario Aillaud: El trámite de la Mesa ha sido reformado en este sentido: A las comisiones unidas 2a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Comunicaciones y Obras Públicas.

El C. Saucedo: Pido la palabra para un hecho

El C. secretario Aillaud: Estamos en votación.

El C. Saucedo: Para un hecho conexo con el debate anterior.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Saucedo: Desde la XXVIII Legislatura presente un proyecto de ley en el mismo sentido en que lo ha hecho el ciudadano Barón Obregón, reclamando la cesión de terrenos baldíos para el puerto de Manzanillo. Como el proyecto duerme en el seno de las comisiones hasta la fecha, debido a que no se han recabado los informes que se pidieron a Comunicaciones relativos al asunto, yo suplico a la Comisión que se encarga de este asunto, se aboque el conocimiento de ese proyecto de ley, que es igual al del compañero Barón Obregón, a efecto de que se faculte al Ejecutivo para que ceda los terrenos baldíos ganados al mar, al puerto de Manzanillo.

- El mismo C. secretario: En votación económica se pregunta si se aprueba el trámite de la Mesa. Aprobado.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"La XXVII Legislatura del Congreso de la Unión expidio, con fecha diecinueve del mes de enero de mil novecientos dieciocho, un decreto autorizando al gobernador del Estado de Puebla a organizar y sostener un cuerpo de fuerzas de seguridad pública hasta la cantidad de mil quinientos hombres.

"Si en aquel entonces la autorización de referencia estuvo justificada porque los movimientos revolucionarios de 1913 y 15 no habían permitido a la Federación organizar debidamente al Ejército federal, y además los pueblos tenían urgente necesidad de defenderse contra el bandidaje que asolaba algunas regiones del Estado, hoy que el Ejército federal guarnece a todo el Estado dando garantías a los habitantes del mismo y la paz pública es un hecho, la citada autorización ya no tiene razón de ser máxime, cuando se considera que las mencionadas fuerzas son una amenaza constante contra la paz y la seguridad de los habitantes por sus frecuentes choques con las federales y porque su carencia de disciplina y falta de pago las obliga a cometer actos atentatorios contra la vida e intereses de los ciudadanos.

"El gobernador actual ha aumentado y pretende seguir aumentando a mucho mayor cantidad dichas fuerzas, dedicando así fondos que son más necesarios para otros servicios públicos, en armarlas y dotarlas. El gravamen de estos gastos produce un serio déficit en el Erario del Estado cada día en mayor desfalco por los desaciertos del señor gobernador. Y los conflictos que originan actualmente como los últimos escandalosos de Tochimilco, Polaxtla y otros, se multiplicarán a medida que la raigambre de estas fuerzas se extienda sobre todo el Estado.

"El Ejecutivo de la Unión, por conducto de la Secretaría de Guerra, y en vista de las innumerables quejas que ante él se han presentado, dictó con fecha 1o. de los corrientes algunas disposiciones tendientes a definir el carácter de las defensas sociales y a disciplinarlas; pero es indudable que en el caso del Estado de Puebla, el ciudadano gobernador se escuda, para sostener numerosas fuerzas armadas, en el decreto a que al principio aludimos.

"Por todo lo expuesto, y atendiendo a las angustiosas peticiones de los pueblos que representamos, pedimos a vuestra soberanía con dispensa de trámites, la aprobación del siguiente:

"Artículo único. Se deroga el decreto de fecha 19 de enero de 1918, que autoriza al gobernador de Puebla a organizar y sostener mil quinientos hombres de fuerza de seguridad pública."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados.

- México, a 15 de diciembre de 1921. - F. C. Manjarez. - Porfirio del Castillo. - Godofredo Guzmán Peláez. - Leobardo L. Lechuga. - Aurelio M. Aja. - Claudio N. Tirado. - E. Arrioja Isunza. - Manuel F. Méndez. - J. Castrejón. - José Gálvez. - J. M. Vergara. - Clemente Munguía. - Francisco G. Luque. - J. M. Soto. "Hacemos nuestra la anterior iniciativa. - Gustavo S. Martínez. - R. Romero. - T. T. Gutiérrez. - E. M. Barragán. - Luis Espinosa. - Jaime A. Solís. - J. A. Aguilera. - Fernando B. Martínez. - Manuel Franco Cerquera. - O. González. - Francisco Castillo. - Procuró Dorantes. - Emilio Cárdenas. - A. Gutiérrez Castro. - J. Acevedo. - T. Salgado. - V. Rivera. - M. B. Gutiérrez. - S. Rodríguez López. - A. Aillaud. - Angel Alanís. - R. D. Cal y Mayor. - Erasmo Trejo. - M. Zapata. - Juan B. Salazar. - Mauro Angulo. - Moisés Huerta. - J. Ogarrio Meixueiro. - Abraham Franco. - I. Borrego. - A. Cienfuegos y Camus. - J. Maqueo C. - Gustavo P. Serrano. - F. Ramírez M. - Tereso Reyes. - José Sánchez Anaya. - C. RIvera. - José Leyva. - E. Barón Obregón. - S. García G. - Carlos Cuervo. - F. Ramírez Luque. - Leopoldo Estrada. - J. M. Velasco. - L. Chávez Franco. - C. Pichardo. - Uriel Avilés. - J. Macías Rubalcaba. - J. A. Castillo Nájera. - Pedro A. Chapa. - J. Joaquín Silva. - M. Vicencio. - Daniel Castañeda Nigra. - E. del Castillo. - Adolfo Contreras. - I. Peña. - E. L. Céspedes. - C. Martínez. - R. Casas Alatriste. - Juan Angel Morales. - I. del Castillo. - F. Ollivier. - A. Pérez Gasga. - Eduardo Vasconcelos. - Francisco Reyes. - Licenciado E. Guerrero. - Juan Quiroga. - J. G. Zuno. - E. Gandarilla. - E. Aguirre."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites a la presente solicitud. Se dispensan los trámites. Está a discusión. (Voces: ¡Que la funden!)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manjarrez.

El C. Manjarrez: Si quisiera, señores diputados, pintar con gruesos caracteres la actitud que ya se va haciendo trágica del que se dice ser gobernador del Estado de Puebla, sin duda alguna que no podría hacerlo, porque dentro del lenguaje a que estamos sometidos todos los funcionacios públicos, no caben palabras que interpreten la indignación de todo el Estado de Puebla contra este individuo que se dice ser el gobernador del Estado de Puebla. Pero no es necesario tampoco, pues en contra de los atentados que diariamente comete el ciudadano Sánchez, se han unificado en el Estado de Puebla todas las tenedencias, lo mismo los liberales que los conservadores, lo mismo los obreros que los industriales, lo mismo los avanzados que los retardatarios; todos, señores diputados, se han unificado en el santo odio para el que se dice ser el gobernador del Estado de Puebla. Todos nosotros nos hemos unificado, y también los diputados poblanos, aun cuando representemos a otros distritos de la República; aquí sin distingos de partidos ni de grupos, nos hemos unificado para evitar por medio de la derogación de ese decreto pretoriano, que continúen los atentados de este señor que se dice el gobernador del Estado de Puebla.

El señor Sánchez desde que por obra no del voto popular, no de la voluntad del pueblo, ni por mandato legal alguno, sino por obra de circunstancias políticas que no son del caso venir a referir, asaltó el Poder público, desde ese día ha demostrado ser un autócrata, ser un hombre que no quiere gobernar más que con su capricho, con su voluntad. El primer acto del ciudadano Sánchez, fue no nombrar secretario general de Gobierno, y cuando sus amigos, los hombres que lo acompañaron a la campaña política, le pidieron que nombrara el secretario de Gobierno, que fuera, en todo caso, un freno a sus ímpetus, o que fuera un buen consejero; que fuera, en fin, un funcionario responsable, que participara con él de las responsabilidades del Gobierno y del triunfo o de la derrota, el señor Sánchez se limitó a contestar esto:

"Yo nunca me equivoco. Yo no nombro secretario de Gobierno, porque no quiero que se reste mi poder; no lo necesito, porque no me equivoco nunca." Y el señor Sánchez despacha todo el Gobierno del Estado, con una serie de taquígrafos que tiene al lado. El señor Sánchez ha querido limitar hasta lo indispensable los presupuestos, limitarlos a tal grado, que, por ejemplo, la educación pública, que en el Estado de Puebla era un orgullo, era un prez para el mismo, porque el Estado de Puebla contaba lo mismo que con las escuelas rudimentarias que le daban educación al labriego y al obrero, como con los grnades institutos científicos, pues el señor Sánchez, después de reducir a menos de la mitad el número de las escuelas del Estado de Puebla, redujo a menos de la mitad el monto de los sueldos de los profesores; y cuando al señor Sánchez se le decía que no era posible que con dos pesos veinticinco centavos viviera un maestro en la capital de Puebla, él decía: "Yo también fuí peón caminero y vivía con un toston." - Pero, señor, si ahora no se trata de

peones camineros ni es posible que hombre alguno viva con un tostón.- "Pues ya dije que yo fuí peón caminero y vivía con un tostón. Yo necesito ahorrar dinero, yo necesito nivelar el presupuesto."

Pero no se trata solamente de nivelar el presupuesto, se trata de que el ciudadano Sánchez, que ya ha visto que toda la opinión pública está en su contra, que ya considera que no le es posible gobernar, como los gobernantes morales, por medio de la fuerza moral, por medio de sus buenos actos; cuando ya comprende el ciudadano Sánchez que tendrá que apelar a la fuerza pretoriana para sostenerse, entonces el señor Sánchez ya se prepara a dar cima a un decreto que se expidio por la XXVII Legislatura, para que el Gobierno del Estado de Puebla pudiera armar hasta 1,500 hombres, que serían pagados por el Estado y disciplinados conforme a la Ordenanza General del Ejército. Para eso sí habrá dinero, señores diputados; para eso sí habrá dinero, y, en cambio, no hubo dinero para pagar a los maestros, ni hubo dinero para otros servicios públicos.

Nosotros, señores diputados, queremos hacer esta aclaración, para que no se preste a falsas interpretaciones. Nosotros no nos oponemos ni somos reaccionarios para oponernos a que los pueblos, por su propia cuenta, se armen para luchar en contra de los hacendados o luchar en contra del mismo Gobierno local, cuando quiera cometer atentados con ellos, que se armen para la defensa agraria, señor Soto y Gama.

No nos oponemos a que los pueblos organicen sus fuerzas, como las tienen organizadas; es la derogación de este decreto la que va a vulnerar esas organizaciones. Nosotros, a lo que nos oponemos únicamente, es a que el gobernador, fundándose en un decreto dado por la XXVII Legislatura, vaya ahora, en el receso, a armar 1,500 hombres, con el objeto de imponer su voluntad, una vez más, a despecho de los gritos de la opinión pública, que clama por un Gobierno más moral. Señores representantes: Creo que nunca, como en este caso, la Representación Nacional...

El C. Soto y Gama, interrumpiendo: Como el asunto del desarme propuesto es grave, porque no se precisan los términos de ese desarme de las fuerzas a las cuales debe concretarse, yo deseo que el compañero tenga la amabilidad de concretar su proposición, por ser necesario para que no deje lugar a duda. La idea de usted y de sus compañeros que firman esa proposición, es que se desarme a los 1,500 hombres de las fuerzas de seguridad pública, y la proposición de usted de ninguna manera se extiende a las fuerzas regionales, que en legítimo derecho de defensa tienen organizadas los pueblos para defender las tierras que la revolución les ha dado.

El C. Manjarrez, continuando: Exactamente.

Antes que usted me hiciera la interpelación que voy a responder a su señoría, ya la había contestado. Nosotros no somos reaccionarios; nosotros somos agraristas como el que más, y nosotros somos respetuosos de la voluntad de los pueblos, cuanto más que allí nacimos y allí luchamos, para venir a pedir que se desarmen las fuerzas regionales que han puesto en pie los pueblos.

Nosotros no nos referimos a esto; nosotros nos referimos a un decreto pretoriano que autoriza al gobernador del Estado de Puebla a armar hasta mil quinientos hombres, estos hombres que se han armado o que ya se dispone el gobernador a armarlos, y estos hombres estarán sujetos a las prevenciones de la Ordenanza, estarán sujetos a las órdenes del gobernador del Estado, y esos hombres serán pagados por el presupuesto del Estado; y el Estado que no tiene el dinero para pagar maestros, que no tiene dinero, ni créditos para formar su deuda agraria, el Estado que no tiene dinero para hacer frente a los más necesarios servicios públicos, no puede tener dinero, ni nosotros podemos consentir que tenga dinero para pagar a mil quinientos pretorianos diariamente (Aplausos.)

El C. Soto y Gama, interrumpiendo: Voy a insistir. ¡Un momento! Pido la palabra...

El C. Manjarrez, continuando: Para satisfacer mejor las preguntas del compañero, me voy a permitir suplicarle al señor oficial mayor o a la Secretaría, se sirva traerme la memoria de la XXVII Legislatura, en la cual se ve el texto expreso del decreto cuya derogación pedimos, para que se vea que no afecta a las fuerzas regionales y más todavía, compañero: Como nosotros queremos que esto sea claro, si usted nos lo propone, lo propondremos nosotros, poniendo una clausula adicional que diga: Esta derogación no implica el desarme de las fuerzas de los pueblos que se han armado en legítima defensa contra el terrateniente o contra el advenedizo gobernador. (Aplausos.) Dice así el decreto cuya derogación pedimos:

"Venustiano Carranza, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a sus habitantes, sabed:

"Que el Congreso de la Unión ha tenido a bien decretar lo siguiente:

"El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos decreta:

"Artículo único. Se autoriza al ciudadano gobernador del Estado de Puebla para organizar y sostener, con cargo a su Presupuesto de Egresos y mientras se organizan las guardias nacionales que previene la Constitución general, un cuerpo de fuerzas de seguridad pública, con el carácter de permanentes, las cuales estarán sujetas a la Ordenanza General del Ejército, y tendrán la organización que, conforme a la Ley Orgánica en vigor, deba dárseles, pudiendo constar hasta de mil quinientos hombres."

Este decreto no afecta a los cuerpos regionales a los que usted se refiere.

Este decreto solamente ampara a 1,500 hombres pretorianos para que vayan a imponer la voluntad del que se dice ser el gobernador del Estado de Puebla. Yo debo hacer esta aclaración al compañero: En la época en que se expidio este decreto había dos casos que lo motivaron: Primero, que las fuerzas federales no eran capaces de contrarrestar el empuje de la revolución del Sur, que continuamente amagaba y estaba siempre en posesión del baluarte de Tochimilco, mi tierra, donde estuvo el cuartel general de los surianos y siempre estuvieron amagados Atlixco, Chietla, Matamoros, Tenancingo, etcétera, etcétera. No pudiendo contrarrestar el empuje de la revolución del sur, el Gobierno, el gobernador Cabrera, pidio que se armaran 1,500 hombres para ayudar a la Federación; asimismo existían algunas partidas sin

bandera política, algunos que luchaban en contra del estado de cosas constituído,y entonces estaba justificado por lo menos para aquel régimen el establecimiento de mil quinientos hombres; en la actualidad no hay peligro de la revolución del Sur, porque la revolución del Sur es el mejor sostén del Gobierno actual. No existe el peligro de las partidas sin bandería política, porque éstas se han sometido; no hay pues, razón alguna, para que existan mil quinientos hombres exclusivamente destinados para las tropelías del que se dice ser gobernador del Estado de Puebla.

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: Otra interpelación. Con permiso de la Presidencia. Reconozco la honradez con que procede el compañero Manjarrez, pero con el objeto de evitar confusiones o interpelaciones de mala fe que haga el enemigo que no descansa en aprovechar la ocasión, yo pediría que la promesa del compañero se tradujera en un artículo adicional que diga que es para las fuerzas regionales. El Objeto de mi insistencia es este: El compañero sabe que los hacendados están conspirando contra las nuevas instituciones, contra las instituciones vigentes que se apoyan en el reparto de tierras, y los pueblos, en legítima defensa, organizan fuerzas para la defensa de la legalidad vigente. Ese es el punto que yo quiero que quede precisado perfectamente; el hacendado se gana a las fuerzas federales, en algunos casos a la policía, a los jueces casi siempre, a los presidentes municipales en muchos casos, y la única manera que tienen los pueblos para hacer respetar los derechos especiales consagrados en el artículo 27 constitucional que los ampara en la posesión de sus ejidos, la única fuerza, el único recurso que les queda es armarse, y como el principio dominante de la revolución del Sur en materia de la defensa de las tierras es que a cada pueblo se le dote con el arado y con el rifle para defender su propiedad, y yo quiero que este punto quede claro para que no queden a merced de los hacendados.

El C. Manjarrez: Como dije antes, ésta es mi idea y, en tal virtud, yo invito al ciudadano Soto y Gama para que él y yo, en unión de la diputación de Puebla, redactemos ese artículo adicional, para el que estamos completamente conformes. (Aplausos.) Hechas estas aclaraciones, señores, creo que es de declararse de urgente y obvia resolución este asunto, porque no se podría pasar al Senado y no podría conseguirse la derogación de ese decreto, que es de vida o muerte para la tranquilidad del Gobierno federal, y para la tranquilidad del Estado de Puebla porque si al Estado de Puebla no se le hace justicia por la Representación Nacional, el Estado de Puebla ya está dispuesto a hacerse justicia por su propia mano, así, cueste lo que cueste, porque no es posible que permitamos que un individuo de la talla inmoral del que se dice ser gobernador del Estado de Puebla, esté extorsionándolo. (Aplausos.)

El C. Zincúnegui Tercero: No habiendo ningún orador en contra, en votación económica se pregunta si el asunto está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Suficientemente discutido. Se va a proceder a recoger la votación nominal.

El C. Castrejón: Por la afirmativa.

El C. Zincúnegui Tercero: Por la afirmativa. (Se recoge la votación.)

El C. Castrejón: Votaron por la afirmativa 128 ciudadanos diputados; por la negativa 10 ciudadanos diputados; en consecuencia, ha sido aprobado. Pasa al Senado para los efectos constitucionales.

El C. presidente: Se nombra en Comisión para que lo lleven al Senado a los ciudadanos Lechuga, Manjarrez, Porfirio del Castillo, Aja, Gálvez, y secretario Salazar.

El C. Manjarrez: Señor presidente, como ofrecí al señor Soto y Gama presentar un artículo adicional, le ruego a su señoría esperar un instante.

- El C. Zuncúnegui Tercero, leyendo:

"Los subscritos, pedimos con toda atención a la H. Asamblea, que, con dispensa de trámites, se tome el siguiente acuerdo:

"Único. Envíese un mensaje al ilustre pensador francés Anatole France, invitándolo a que lleve a efecto, en el próximo año, la visita a nuestro país, que tiene proyectada, y felicitándolo por haber obtenido el premio Nobel.

"Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados, 26 de diciembre de 1921. - Aurelio Manrique, jr. - Pedro de Alba. - J. B. González. - L. Zincúnegui Tercero."

El C. presidente: Tiene la palabra para fundar la proposición el ciudadano Pedro de Alba.

El C. De Alba: Honorable Asamblea: En estos momentos en que las efervecencias subterráneas del solsticio de invierno nos traen consigo hasta la amenaza de la erupción del Popocatépetl, en estos momentos en que la efervesencia de las pasiones en la conciencia y en el pecho de los hombres nos hacen asistir a espectáculos más o menos semejantes a los que produjera el cataclismo de aquel monstruo, justo es que la Cámara de Diputados de la República Mexicana, haciendo un alto en el camino, deteniéndose en un remanso, en medio de la lucha, se fije en los grandes acontecimientos de la intelectualidad mundial, sobre todo del genio latino, a fin de que de una manera entusiasta y cordial se sienta la solidaridad de la raza y, más que nada, la solidaridad de las ideas. Desde la muerte del filósofo Boutroux, ocurrida hace poco en París, el compañero Jesús B. González y yo pensamos proponer a esta Asamblea que se pusiera un telegrama de pésame a la nación francesa y con ella a todo el mundo latino del pensamiento, por la pérdida del gran pensador Boutroux, maestro nada menos que de Henri Bergson, el pensador que le da lustre en estos momentos a toda la intelectualidad del mundo. En aquella ocasión nos pareció un poco aventurado hacer esta proposición, pero ahora no resistimos al deseo de hacer esto, a fin de que se dirija, por conducto de la Cámara Popular, un telegrama de felicitación al más grande escritor de los tiempos modernos, que se llama Anatole France, y que ha sido consagrado por propios y extraños, por la crítica de todos los países, como un maestro del pensamiento y de la belleza. Ante una Cámara revolucionaria como ésta es donde cabe, más que en ninguna otra, que

se lleve a cabo esta demostración de cordialidad y de simpatía para el genio de Anatole France.

Ayer mismo, en "El Universal", apareció una entrevista del periodista Alejandro Sux con Anatole France, en la cual habla de nuestra patria como de un país que se está debatiendo en medio del dolor, en medio del sobresalto continuo, pero que, sin embargo, tiene la grandeza de no perder de vista su destino y de no perder ni su afán ni su amor a la libertad, a pesar de sus sacrificos y a pesar de la sangre que ha derramado. Anatole France dice ahí mismo que piensa hacer un viaje a México para ver de cerca estas escenas que le fascinan y le entusiasman de lejos. Y nosotros, en nombre del pueblo mexicano que en este momento representamos, debemos decirle con toda cordialidad y con todo entusiasmo que sería para nosotros un gran acontecimiento que nos llenaría de regocijo el verlo en esta tierra mexicana que tanto le estima y que tanto le ama.

Como sabéis, Anatole France ha sido honrado con el premio Nobel de literatura, el premio Nobel que se adjudica a las celebridades mundiales tanto en las ciencias como en las artes, ha correspondido ya en varias ocaciones a escritores franceses, por fortuna, y con esto se debe hacer un gran elogio a la academia de Stokolmo encargada de dar esos premios de literatura, porque ya en dos ocaciones se los ha dado a los escritores más revolucionarios de Francia, acaso los más revolucionarios del mundo literario. Anteriormente a Anatole France le correspondio a Román Roland el premio Nobel, que es uno de los representativos de las ideas nuevas en el Viejo Continente. Ahora le ha tocado a Anatole France, que estaba ya consagrado hacía años, y que en estos últimos días había despertado la desconfianza del burguéz por sus ideas aventajadas y porque ha sido un hombre que saliendo de su mismo círculo de artista, saliendo del plan de un hombre que cultiva la ironía y que cultiva la erudición, y que cultiva la belleza puras, ha entrado a la lucha, a pesar de tener más de setenta años, y es en estos momentos el maestro de todo ese grupo de intelectuales franceses que tratan de que se haga la luz en la conciencia de todos los hombres y que se llama el grupo "Claridad."

Anatole France, es justo decirlo, tuvo una época en que practicó su arte, su profesión de escritor, de sabio, de literato , como un verdadero dilettante, como un hombre que veía como único fin la realización de la belleza, que veía como único fin de su esfuerzo la realización de su obra de arte; la práctica de la ironía, la práctica del buen gusto eran por esencia las normas fundamentales de Anatole France, que es un espíritu abierto a todas las corrientes y sugestiones, que es un hombre de su tiempo. Desde hace mucho tiempo que dejando ese estilo irónico de perfección de estilo, de acabado excepticismo, se ha convertido en un apóstol de las ideas nuevas, en un apostol de las ideas sociales y en estos momentos, habiéndole tocado millones de francos por el premio Nobel, va a destinar la mayor parte a remediar el hambre de Rusia. (Aplausos.) Ha sido un artista y le llama algún crítico la flor más pura del ingenio francés. Pero no ha sido sólo eso: Él ha querido volver al terreno de la lucha por los fueros de hombre cabal, de hombre íntegro, de hombre de su época; desde que se debatió en Francia el asunto de Dreyffus, que ustedes saben fue una mancha que se quiso lanzar sobre todo el pueblo francés para que el ejército, en connivencia con la nobleza, condenara a un inocente porque era de origen judío, para salvar a un hombre de la rancia nobleza que era el que verdaderamente había sido el traidor, desde entonces Anatole France dejó la cátedra, dejó la biblioteca, dejó el estudio de los manuscritos y se lanzó a la lucha en la calle. Ustedes recuerdan cómo fue de azaroso aquel asunto Dreyffus, y Anatole France, que había estado distanciado de polo a polo con la obra de Emilio Zolá, por cuestión de estética, por cuestión literaria, en el asunto Dreyffus se identificó absolutamente con él y fueron a luchar en la defensa de un inocente, en contra del pueblo obcecado, en contra de un pueblo sugestionado por la mala labor de las clases conservadoras que veían que con aquello darían un golpe a las instituciones progresistas de aquel país. Así es que Anatole France es un hombre que, a pesar de sus setenta años, está practicando la máxima de D'Anunzzio: "Renovarse o Morir". Y él se ha renovado constantemente, él ha sentido la palpitación enorme de nuestros tiempos y ustedes recordarán que durante la guerra, cuando empezaba la guerra de las naciones y cuando aconteció el incendio de la catedral de Reims dijo: "Nosotros sentimos en lo más íntimo de nuestro corazón esta herida que se le hace a nuestro país: El derrumbamiento de una de las joyas más excelsas de la bella arquitectura gótica de Francia; pero, sin embargo - decía -, yo, después de la guerra, a pesar de estas heridas graves que me hacen en lo que más quiero - mi país -, les tenderé la mano a los alemanes, pues no sé tener odios eternos ni implacables para los hombres que están luchando engañados por las clases que los llevan ciegamente a destruirse unos a otros". Entonces esas palabras de Anatole France, de verdadero clarividente,fueron interpretadas como una claudicación y casi no volvió a hablar; pero después de la guerra se ha afiliado al grupo "Clarté" y con Henri Barbusse, que inmediatamente le sigue en la falange de este grupo, está haciendo en las clases conservadoras - porque Francia por muchas circunstancias tiene todavía conservadores -, está haciendo la revolución de las conciencias de todo aquel gran pueblo, y Anatole France, precisamente por su prestigio, precisamente por ser una celebridad mundial, le ha prestado el servicio por excelencia al grupo "Clarté", dándole su nombre, dándole su figura, prestándose algunas veces, a pesar de sus setenta años, a presidir, como lo ha hecho en Rouen, en Lille, o en París, asambleas de obreros sindicados, a las que han asistido centenares de miles de hombres, y él, con su verbo apostólico, les ha dirigido la palabra a esos hombres y se ha convertido verdaderamente en un apóstol de las nuevas ideas y se ha puesto en contacto con las clases laborantes y con las clases oprimidas de su patria. Así es que por estas razones nosotros queremos que el pueblo mexicano, para demostrar que estamos al tanto de los acontecimientos del mundo, para demostrar que a pesar de lo que se quiere decir

de esta asamblea, que a pesar de lo que se quiere decir de los mexicanos, no vivimos aislados de la corriente de la civilización,y que cuando hay un hombre de la calidad de Anatole france, que nos tiende la mano y nos dice palabras de simpatía para los esfuerzos de un pueblo que va hacia la conquista del ideal, nosotros correspondemos, porque estamos pendientes de la voz de los hombres que en estos momentos representan el corazón de la civilización y del mundo entero en el terreno del pensamiento y del saber. (Aplausos.) Así como se decía que dentro de las facultades constitucionales no teníamos derecho para poner telegramas a las legislaturas latinoamericanas en lo que se refiere a Guatemala...

El C. Chapa, interrumpiendo: ¡Ahora, sí!

El C. De Alba, continuando: Y es justo consignarlo aquí de paso, que los que sostuvimos aquella iniciativa, estamos sancionados amplia y entusiastamente ya por toda la opinión de la América latina y por los centros latinoamericanos de los Estados Unidos del Norte. (Aplausos.) Así es que, en este caso, y el compañero Chapa, que es ducho en asuntos de trámites de facultades de esta Asamblea, me dice que tenemos facultad, mucho mejor, yo recojo esta buena voluntad de la Asamblea para que enviemos la felicitación a Anatole France, porque ha sido consagrado como una celebridad mundial de las letras, al concedérsele el premio Nobel.

Nosotros también deseamos que esta Cámara, antes de disolverse, invite a Anatole France a que visite la República Mexicana. ¡Qué gran orgullo, qué gran aliento de solidaridad en la lucha y en la idea social, sentiremos cuando veamos aquí al apóstol de las ideas nuevas!¡Hace tantos años en que dejara la idea esteticista, en la que tenía como único ideal la realización de la belleza, para convertirse en un hombre de ideas en el terreno social! Anatole France, desde la época de las primeras revoluciones rusas, desde la época de la guerra con Turquía, cuando se hicieron las ejecuciones en masa en la Mesopotamia y en la Armenia, en todos los momentos en que se ha necesitado una voz que sea como orientación, que sea como el eco de una conciencia superior de la humanidad, él ha estado dispuesto a llamar la atención a la humanidad entera sobre cuál es la verdadera orientación y cuál es su verdadero porvenir y cuál debe ser su verdadera actitud. Así es que él, que nos ve de lejos, descubre que en esta agitación en que se debate el pueblo mexicano, tan adolorido y tan atormentado, hay un gran fermento de justicia y hay un gran aliento en pro de la consecución de la verdad y del mejoramiento del pueblo.

Con esa clarividencia de hombre superior, ve que entre nosotros se lucha por algo noble y por algo justo, y lo invitamos a que nos visite, porque tenemos la seguridad de que será un huésped muy distinto de los que hemos estado agasajando en estos últimos tiempos. (Aplausos.) En su visita a la República Argentina y al Uruguay, Anatole France hizo una verdadera obra de civilización latina. Ahí tenemos el brindis que le dirigió José Enrique Rodó, en el que le llama el apóstol, la luz, la orientación y la cristalización del genio latino! Y fue allá a hacer una labor de estudio, una labor de desprendimiento, una labor de generosidad, una labor de esparcimiento de lo que él quiere que se establezca: Una consolidación del genio latino en todos los países del globo. Muy al revés de todas estas gentes que nos han visitado por espíritu de mercachifles y por espíritu de explotación. En aquella época - y viene a pelo la leyenda -, cuando Anatole France visitara la Argentina y el Uruguay, también estuvo por ahí este señor don Vicente Blasco Ibáñez. (Murmullos. Siseos en las galerías.) Blasco Ibáñez fue a la República Argentina a hacer negocio de colonización, a ver qué granjerías conquistaba para hacer una edición de su libro "Los Argonautas", que dedicaba a aquella República, y tras de la cual veía el pingüe negocio que le reportaría todo aquello. Y contrastó admirablemente la actitud de Anatole France en su visita a aquellos países. La actitud de Anatole France fue de conferensista desinteresado, de hombre de observación pura, de hombre que va simplemente a llevar el mensaje de un país latinoamericano de Europa a los países latinos del Continente americano. Yo tengo la seguridad de que la XXIX Legislatura, al excitar a Anatole France, en nombre del pueblo mexicano, a que visite esta tierra de luchas, en donde nos debatimos entre tantos problemas arduos y difíciles, seguramente que hará una labor de la que nunca habrá de arrepentirse, porque Anatole France sabrá corresponder a este gesto de cordialidad, a este gesto de adhesión y de simpatía del pueblo mexicano, con la dádiva de su talento y con el fruto de su espíritu y, sobre todo, pisando esta tierra por la que él ya nos dijo tiene una inmensa simpatía, porque está marchando con pasos seguros a la conquista de su porvenir y sin la pérdida de en energías y de fuerzas que se ve en Rusia. El tiene confianza en el porvenir del pueblo mexicano, y nosotros debemos enviarle un mensaje de simpatía y una invitación, para mostrarle que el pueblo mexicano está alerta para recibir estrechamente a todos aquellos hombres que con él palpitan, que con él sufren y que con él tienen la esperanza de conquistar tiempos mejores. (Aplausos.)

El C. secretario Salazar: En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Está a discusión. En igual forma de votación se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobado.

El C. secretario Aillaud: Se va a dar cuenta con la adición que presentó la diputación de Puebla al decreto que se acaba de aprobar:

"Artículo 2o. Esta derogación en nada afecta al derecho que los pueblos tienen para armarse y organizar fuerzas regionales para la defensa de los derechos consagrados a su favor por el artículo 27 constitucional. Por lo tanto, no obstante la derogación del decreto mencionado, pueden los pueblos conservar sus defensas civiles, para garantizar la efectividad del reparto de tierras. - F. Manjarrez. - Claudio N. Tirado. - A. Díaz Soto y Gama. - Rodrigo Gomez. - E. Arrioja Isunza. - Porfirio del Castillo. - Aurelio P. Márquez."

El C. Del Castillo Israel: Señor presidente: Pido la palabra, para suplicar atentamente a uno de los miembros de esta proposición se sirva fundarla,

pues parece un tanto cuanto redundante, ya que se funda en el artículo 27 constitucional es la garantía que pide para que aprobemos esto. Si la Constitución lo prevé, me parece enteramente inútil esta proposición; por consiguiente, yo suplico a los compañeros que la funden, o que la retiren, porque es verdaderamente inútil.

El C. Manjarrez: Pido la palabra para contestar una interpelación.

El C. Del Castillo Israel: No he interpelado a la Comisión, he suplicado que funde esa proposición que me parece redundante.

El C. presidente: Tiene la palabra alguno de los firmantes de la proposición, para fundarla,.

El C. Manjarrez: Esta proposición está fundada por la misma discusión anterior. Yo también opiné, como el compañero Israel del Castillo, que era inútil; pero lo hice por solidaridad con el compañero Soto y Gama, y porque a mí no me importan las redundancias, siempre que se trate de dar más claridad a la ley para defensa del pueblo. Por tanto, yo no tuve ningún inconveniente, y con gusto firmé esta proposición, para que se vea que nosotros no nos oponemos a que los pueblos se organicen en defensas civiles...

El C. Del Castillo Isarel, interrumpiendo: No nos podemos oponer contra la Constitución.

El C. Manjarrez, continuando: Ya sé que no nos podemos oponer contra la Constitución; pero lo que afirma a la Constitución, no la contraría, y como esto afirma a la Constitución y no la contraría, yo pienso que debe aprobarse.

El C. Soto y Gama: Para hechos. Para fundar la proposición. - El C. secretario Salazar: Está a discusión la adición presentada a la ley que se acaba de aprobar.

El C. Del Castillo Israel: Pido la palabra. He suplicado atentamente a los firmantes de esa proposición, que pasen a fundarla. El compañero Manjarrez no ha ido a fundarla, sino a decir que yo tengo razón. Por tanto, suplico al compañero Soto y Gama, que es uno de los firmantes, pase a fundarla.

El C. Díaz Soto y Gama: A eso voy, señor.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: Señores diputados: Realmente no debería haber lugar a fundar esta proposición, toda vez que la Asamblea tácitamente aprobó el primer artículo, en el concepto y bajo la condición de que se presentase el artículo 2o. adicional. De manera que sólo la falta de atención del compañero Israel del Castillo o su falta de comprensión en el sentido en el cual votó la Asamblea el artículo 1o., es lo que me obligó al triste y desairado papel de demostrar lo axiomático.

Es viomático el derecho de los pueblos de defender las tierras que la revolución les ha dado; ningún revolucionario puede poner en tela de juicio ese derecho de los pueblos, la revolución se basó en este derecho, sin este derecho la revolución fracasa; si no se le da a cada campesino junto con el lote el arado y el rifle, es evidente que la obra de la revolución quedará destruída en cualquier evento, en cualquiera contingencia que permita a los revolucionarios levantar la cabeza. Eso lo entiende cualquiera, eso lo sabe cualquier burgués. ¿Por qué? Porque es la lucha del débil económicamente contra el fuerte económicamente, porque el hacendado tiene el oro que todo lo corrompe, desde diputados, desde miembros del Poder Legislativo, desde senadores, hasta presidentes municipales; lo sabemos de memoria, lo comprobamos paso a paso, año a año, Legislatura a Legislatura y Gobierno a Gobierno. Para qué citar hechos, señores, si en la conciencia de todos hay ciertos hechos recientes, hechos que quizá pueda ser necesario aclarar algún día. De tal suerte, señores, que si la lucha es del débil económicamente contra el fuerte económicamente, es absurdo dejar la subsistencia de los artículos constitucionales sobre reparto de tierras, la subsistencia del régimen nuevo sobre la propiedad privada, a lo aleatorio de que siga siempre existiendo un Gobierno y una Legislatura revolucionaria; no, el pueblo, el campesino, el hombre que ha derramado su sangre en estas revoluciones, tiene derecho de defender con el rifle las conquistas revolucionarias. ¿Y estos axiomas quiere el compañero que venga yo a defender a la tribuna? La Asamblea no quiere dejar duda sobre el particular, la Asamblea no quiere dejar lugar a los leguleyos, a los integrantes, a los abogados que tiene a sueldo la reacción, a los intelectuales vendidos a la reacción, no quiere dejarles un resquicio, una puerta abierta para que desarmen a todos los campesinos de la República, no quiere permitirles que por esa puerta impidan el triunfo de la revolución; por eso la Asamblea toda consistió en aprobar el artículo 1o. en vista de la promesa del Compañero Manjarrez, de presentar este artículo y me extraña que el compañero Manjarrez, después de convenir él mismo en que el artículo es preciso, nos venga después aquí con tibiezas y con transacciones ante una interpelación tan poco seria y tan poco respetable como la del compañero Castillo.

El C. Manjarrez, interrumpiendo: Para una aclaración.

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: Yo no me explico esa tibiezas. ¿Por qué llevar su odio al gobernador Sánchez hasta el extremo de descuidar la defensa de lo más sagrado que tiene la revolución, como es el reparto de tierras? Cree el compañero que el reparto de tierras se defiende con puro papel escrito? ¿No cree necesaria la dotación de rifles a los pueblos? ¿Pues, entonces, por qué no quiere que se diga esto? ¿No conoce el compañero hasta dónde llega la intriga y la habilidad de los abogados vendidos a la reacción? ¿No sabe lo que es el espíritu de chicanas? ¿No sabe que todas las revoluciones se estrellan ante las chicanas y los escarceos de un Juzgado ? ¡Pues entonces cómo quiere evitar que nosotros digamos terminantemente esto! Lo que se entiende sin decirse, se entiende mejor diciéndose. (Risas. Aplausos.) Esto sólo afecta a cierto cuerpo de seguridad pública; pero queremos confirmar nuestro tema revolucionario, nuestro programa revolucionario los pueblos tienen derecho de armarse y a agarrar a balazos a los hacendados que quieren irlos a despojar de las tierras que la revolución les ha dado. (Aplausos. Murmullos.) Eso es lo que tengo que decir.

Presidencia del C. CHAPA PEDRO A.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra del ciudadano diputado Lechuga.

El C. Lechuga: Señores diputados: Si no fuera una redundancia lo que se propone por los fimantes de esta iniciativa, no haría uso de la palabra; pero ya que el ciudadano Soto y Gama ha venido a afirmar que nosotros, los firmantes de la proposición anterior, nos oponemos a que en el Estado de Puebla se lleve a cabo una política agrarista, voy a decirle dos o tres palabras para dejar satisfecha su conciencia. .

El C. Manrique, interrumpiendo: ¡No ha dicho tal cosa!

El C. Lechuga, continuando: El artículo que se ha derogado ya, se refiere a mil quinientos hombres de seguridad pública, de fuerzas de seguridad pública, que la XXVII Legislatura aprobó para el gobernador del Estado. Como dijo perfectamente el compañero Manjarrez, nosotros nos oponemos a que exista esa autorización al ciudadano gobernador del Estado para que tenga esa fuerza pretoriana con qué seguir extorsionando en la forma que lo ha estado haciendo a la sociedad del Estado de Puebla. No nos referimos para nada a las defensas civiles ni a fuerzas regionales ni a todo aquello que pueda significar una garantía para los agraristas del Estado, no pretendemos restarle fuerzas al proletariado, compañero Soto y Gama, porque nosotros siempre hemos estado en pugna con los hacendados, luchando en favor del proletario, y no en don José María Sánchez el que nos ha dado clases de revolucionarismo a nosotros. Debe saber el señor Soto y Gama, gran admirador de don José María Sánchez no es revolucionario, es un efectista, es un pillo que ha hecho de ese Estado el Estado más lastimoso de la República, porque ha tratado de macular todas las libertades y ha tratado de castrar todas las libertades. Cuando el señor Soto y Gama -esto lo sabe perfectamente bien- y nosotros luchábamos en las montañas del Sur junto con él, entonces el nombre de don José María Sánchez no se escuchaba allí, entonces José María Sánchez, tras la división de Pablo González, venía traficando, sépalo el compañero Soto y Gama, buscando la forma de hacer dinero, y esto no lo hacen los revolucionarios bien intencionados. ¿Cómo dice el señor Soto y Gama que el señor José María Sánchez es un buen revolucionario?

El C. Manrique, interrumpiendo: ¿Cuándo dijo tal cosa?

El C. Lechuga, continuando: Me voy a permitir decir al señor Soto y Gama que cualquiera de sus compañeros de Yucatán le va a informar sobre quién es, cuál es la personalidad del oficial mayor de Gobierno en funciones de secretario general del Estado. Si estuviera por allí alguno de los señores Carrillo, o el señor Bolio, les estimaría informen al señor Soto y Gama cuál es la filiación política del licenciado Arcadio Escobedo Guzmán en Yucatán.

El C. Bolio: Pido la palabra para contestar. Contestando la interpelación que se sirve hacerme el señor diputado Lechuga, tengo a bien informar que el señor licenciado Arcadio Escobedo Guzmán es de abolengo reaccionario completamente y que su padre fue gobernador en la época pretoriana de Huerta, del Estado de Yucatán; en consecuencia, nada bueno puede esperarse de ese señor como oficial mayor de la Secretaría de Gobierno del Estado de Puebla.

El C. Lechuga: Ya lo habéis escuchado, pues ese es el secretario de Gobierno del ciudadano José María Sánchez, gobernador de Puebla. ¿Puede desarrollar una política revolucionaria y agrarista un individuo que tiene bajo su dirección, o que sigue los consejos de su secretario general, cuando la personalidad política de ese individuo es la que acaba usted de escuchar de su compañero el señor Bolio?

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: Pido la palabra. La Asamblea se habrá fijado en que yo no he puesto a discusión la personalidad del gobernador Sánchez. No está a discusión en este momento. Está a discusión únicamente el derecho de los pueblos a defender con las armas en la mano las tierras que la revolución les ha dado; a defender con las armas en la mano la efectividad del artículo 27, puesta en peligro por las argucias de los hacendados; simplemente. Pero puesto que me interpela sobre la personalidad del gobernador Sánchez, le voy a decir mi opinión; no está a discusión el punto, pero se la daré: El gobernador Sánchez, falible, como todos los humanos; con defectos, como todos los humanos, está realizando una labor meritoria, puesto que se ha enfrentado con la reacción en masa. ¿Y sabe usted lo que haría yo, como poblano, en el caso de serlo? En lugar de hacerle obstrucción a un gobernante revolucionario, le señalaría sus errores para evitar que siguiera en el camino de esos errores de detalle. . . (Voces: ¡No atiende!) toda vez que, en conjunto, su labor es francamente reformista. La demostración la tiene usted en el cuartelazo de hace unos cuantos meses, dado por la reacción encabezada por el pretorianismo. Usted lo sabe de memoria, y es absurdo que cuando un gobernante revolucionario tiene encima todo el peso de la reacción, todavía a la reacción se le agregue una fracción de la revolución. A eso le llamo yo falta de ecuanimidad, falta de serenidad y falta de orientación.

(Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. Lechuga, continuando: (Voces: ¡Ya! ¡Ya!) Un momento, señores. Dice el compañero Soto y Gama que no está a discusión la personalidad del señor Sánchez. Yo estoy de acuerdo con ello, señores; pero hace un momento se acercó a mi curul el señor Soto y Gama a decirme que él tenía la convicción de que Sánchez era un gran revolucionario, y ya ustedes saben con qué facilidad el compañero Soto y Gama le da el nombre de gran revolucionario al primero que le pinta una cuestión agraria. Por lo demás, no quiero alargar este debate; es una redundancia lo que se pretende. Nosotros, en el proyecto de decreto que se ha aprobado ya en esta Representación Nacional, en nada lastimamos la existencia de las fuerzas civiles o regionales, porque únicamente nos hemos concretado a derogar un decreto que autorizó al gobernador de Puebla a tener fuerzas pretorianas a su servicio, fuerzas con las cuales ha llevado a cabo

toda clase de atropellos, no únicamente a una fracción de la sociedad, sino a obreros, a campesinos y a todos. Por todas estas circunstancias pido a la honorable Asamblea se oponga a la aprobación de esta adición. (Voces: ¡No! ¡No! ¡A votar! ¡A votar!)

El C. Sánchez Pontón: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: No habiendo oradores inscriptos en pro, tiene la palabra el ciudadano Castillo Israel. Al ciudadano Sánchez Pontón le suplico venga a la Presidencia al inscribirse en el turno que le corresponda. (Voces: ¡A votar!)

El C. Del Castillo Israel: Señores diputados: Voy a hacer muy breve, pues estoy convencido de que en el ánimo de la Asamblea está que debe de rechazarse esta adición. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Si! ¡Si!) Efectivamente, señores, acaba la Asamblea de aprobar una proposición...

El C. Portes Gil, interrrumpiendo: ¿Me permite una moción de orden el señor presidente, con permiso del orador?

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Portes Gil para una moción de orden.

El C. Portes Gil: Como se encuentran en el salón los dos vicepresidentes de la Cámara, me permito suplicar a la Presidencia me informe por qué está presidiendo el ciudadano Chapa.

El C. presidente: No se encontraba ni el primero ni el segundo vicepresidentes y tuvo necesidad el señor Alanís Fuentes de ausentarse de la Presidencia; por eso vino a ocuparla el que habla; pero acabando de llegar el doctor Vidales...

El C. Portes Gil, interrumpiendo: Es que hacía más de diez minutos que estaba en el salón el doctor Vidales.

Presidencia del C. VIDALES AGUSTÍN E.

El C. Del Castillo Israel, continuando: Señores compañeros: Parece mentira que a medida que se aproxima el fin de la XXIX Legislatura, estemos nosotros perdiendo aquí el tiempo en cosas que son verdaderas politiquerías; me acaba de interrumpir el compañero Portes Gil con una verdadera mezquinidad, porque cree, señores compañeros, que aquí los que venimos a atacar esta fracción venimos inspirados en intereses políticos.

El C. Manrique, interrumpiendo: Indudablemente.

El C. Del Castillo Israel, continuando: No, señores compañeros; yo vengo aquí única y exclusivamente con el objeto de no hacer triunfar, como ha pasado en algunas ocasiones, la audacia del ciudadano Soto y Gama. Acaba la Asamblea de rechazar, mejor dicho, de aprobar la proposición en la que se le retira al pretoriano José María Sánchez, al sinvergüenza José María Sánchez, (Siseos. Aplausos.) al muy lejos de ser gobernador José María Sánchez, (Aplausos. Siseos.) la cantidad de mil quinientos hombres, y luego el ciudadano Gama, haciendo uso de una maniobra de viejo, de audaz político, viene aquí diciendo que esto no quita el derecho que tiene cada uno de los pueblos, fundado con el artículo 27 constitucional, para armarse. (Aplausos.) Es decir, ciudadanos compañeros lo que ahora el compañero Gama quiere, es que no se le deje límite ninguno al ciudadano Sánchez para armar a todos esos pueblos. (Siseos. Aplausos.) Y quiere sorprender la buena fe de la Asamblea viniendo aquí a repetir lo que dice el arículo 27 constitucional. Yo le preguntaría al ciudadano Gama: ¿Qué vamos a hacer nosotros si después de aprobar aquí cualquiera proposición, vamos después a aprobar proposiciones que digan: "Pero esto sin perjuicio de que no se violen los artículos 27, el 123, el 124, etcétera?" Resultaría que nunca llegaríamos a un resultado práctico. ¿Que los pueblos tiene derecho para armarse? ¿Que los ciudadanos tienen derecho para portar armas? ¡Es indudable!, pero no necesitamos decirlo porque está en nuestra Carta Fundamental. Esto es tanto como decir en una ley: "...pero sin perjuicio de que se les sigan pagando sus salarios", y todas esas cosas vendrían solamente a querer ratificar, a querer procurar que nosotros repitiéramos en tantas otras proposiciones todos los artículos de la Constitución. Esto es, pues, señores compañeros, lo único que tengo que decir.

Creo que en el ánimo de la Asamblea, creo que el espíritu de la Asamblea, está perfectamente ilustrado (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí!) y, en consecuencia, es perfectamente inútil que yo insista, y espero de la cordura de la Asamblea que no ratificará esta proposición.

El C. secretario Salazar: No habiendo más oradores inscriptos...

El C. secretario Salazar: No habiendo más oradores inscriptos...

El C. Sánchez Pontón, interrumpiendo: Un momento, yo deseo hacer la siguiente aclaración. Honorable Asamblea: Mi único objeto al acercarme a esta tribuna, es suplicar atentamente a todos mis compañeros que no se dejen sorprender por esta manibra - que esta sí lo es -. Es imposible, ciudadanos diputados, que tan sólo por atacar a un hombre, que es el ciudadano José María Sánchez, el cual no tiene nada que ver en este asunto, echemos de cabeza al pueblo agrarista del Estado de Puebla. (Aplausos.) Como todos vosotros sabéis, yo estoy colocado en un terreno absolutamente neutral, y por eso me he permitido tomar la palabra. El pueblo agrarista del Estado de Puebla morirá si se trata de desarmarlo. (Voces: ¡No!) Un momento. De todas maneras, la aclaración que deseo hacer es la siguiente: Aquí se ha dicho que Sánchez había hecho uso de esos mil quinientos hombres para atacar a los pueblos, para mal usarlos; no es verdad, puesto que nunca han sido armados, como el mismo compañero Manjarrez lo ha dicho; pero yo estoy de acuerdo con que la Asamblea, y todos también lo estarán, en que al aprobar la derogación del decreto que permitió la formación de mil quinientos hombres, fue condicional, con la condición absoluta de que se agregara esta adición, y yo pido solamente seriedad de esta Asamblea. (Aplausos.)

El C. secretario Salazar: Después de la aclaración del ciudadano Sánchez Pontón, en votación económica se pregunta si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse

manifestarlo. Suficientemente discutido. En igual forma de votación se pregunta si ha lugar a votar. Sí ha lugar a votar. Se va a proceder a recoger la votación. Por la afirmativa.

El C. secretario Aillaud: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

El C. secretario Salazar: Votaron por la afimativa 84 ciudadanos diputados.

El C. secretario Aillaud: Votaron por la negativa 51.

El C. secretario Salazar: En consecuencia, pasa al Senado para los efectos constitucionales. Por disposición de la Presidencia se levanta la sesión y se cita para las 4.30 de la tarde. (2 p. m.)

Presidencia del C. VASCONCELOS EDUARDO

(Asistencia de 129 ciudadanos diputados).

El C. Presidente, a las 5.37 p. m.: Se reanuda la sesión.

- El C. secretario Aillaud, leyendo:

"H. Asamblea:

"El subscrito tine el honor de participaros que, habiendo terminado la licencia que os dignásteis otorgarle, hoy se presenta a ocupar la curul correspondiente al 2o. distrito del Estado de Morelos.

"Os hago presente mi muy atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, 26 de diciembre de 1921.- M. Montero Villar."- De enterado, y comuníquese a la Tesorería del Congreso, para sus efectos.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"El C. Emilio Gandarilla, apoyado por otros ciudadanos diputados, propone se amplíe el Ramo de Presupuesto de Egresos para 1922, correspondiente a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, con una partida para la construcción de 150 kilómetros de camino carretero entre Durango y Mazatlán, y 50 entre Durango y Mezquital."-A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

(La iniciativa de referencia dice:)

Honorable Asamblea:

En vista de que la terminación del Ferrocarril de Durango a Mazatlán, aun continuándose los trabajos en la forma que se ha hecho ahora, pasarían algunos años para que se realice el más bello ideal de unión entre los pueblos de Sonora, Baja California, Sinaloa, Durango, Coahuila y Nuevo León, y previo dictamen de las autoridades competentes en materia de comunicaciones, me permito el alto honor de someter a vuestra consideración, un proyecto de decreto, a fin de que se considere en los Presupuestos de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas la construcción de 150 kilómetros de carretera de primera, entre Durango y Mazatlán, y 50 kilómetros entre Durango y la región de la sierra conocida con el nombre de El Mezquital.

"Único. Amplíese el Presupuesto de Comunicaciones y Obras Públicas, con una partida para la construcción de 150 kilómetros de camino carretero entre Durango y Mazatlán, y 50 entre Durango y Mezquital.

"Protesto a vuestra soberanía mi profundo respeto.- México, 26 de diciembre de 1921.- E. Gandarilla.

"Hacemos nuestra petición.- I. Borrego.- A. E. Rama.- F. Gonzálo y González.-S. Franco Urías.- Rodrigo Góme.-E. Arrioja Isun a."

- El mismo C. secretario: Se va a proceder a recoger la votación nominal del siguiente dictamen:

"2a. Comisión de Hacienda.

"H. Asamblea:

"Por acuerdo de vuestra soberanía, fue turnada a la Comisión de Hacienda que subscribe, el proyecto de ley subscripto por el C. diputado José Gómez Luna, tendiente a ceder al Gobierno del Estado de Sinaloa el cuartel "Rosales", que se encuentra en el pueblo de Mazatlán, con objeto de construir allí una escuela de enseñanza primaria elemental, otorgando al Gobierno del propio Estado, un subsidio de cuarenta mil pesos, destinados al objeto expresado. "Siendo loable el pedimento del C. diputado José Gómez Luna, y haciendo suyas las razones en que las funda, la Comisión cree conveniente la cesión del antiguo cuartel de Rosales, al Estado de Sinaloa, a fin de construir en dicho terreno, una escuela. Aun cuando no se oculta a la Comisión que el Estado de Sinaloa tendría graves dificultades para edificar la escuela, si no se concede a dicho Estado el subsidio que solicita, cree también que puede cederse la cesión del terreno como ayuda a dicho Gobierno.

"Respecto al subsidio para edificar la escuela, la Comisión, siguiendo su criterio de economías en los egresos públicos, cree que no debe concederse. "Por lo tanto, los subscriptos proponen a la deliberación de la H. Asamblea, el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Se cede en pleno dominio al Gobierno del Estado de Sinaloa el terreno donde estuvo edificado el cuartel Rosales, en el puerto de Mazatlán, y que está limitado por las calles Hidalgo, Benito Juárez, República y Febo, terreno que destinará el Gobierno de Sinaloa para una escuela de enseñanza primaria elemental y superior u otro establecimiento docente."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 7 de noviembre de 1921.- A. Manero.- S. Franco Urías."

Por la afirmativa.

El C. prosecretario Ramos Esquer: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

El C. secretario Aillaud: Fue aprobada por unanimidad de 127 ciudadanos diputados. Pasa al Senado para los efectos constitucionales.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"Es indiscutible que este país que constituye nuestra patria, no es país de marinos, ni siquiera en las costas, a pesar de ser amplias, hay algunos marinos, pero pocos, muy pocos en relación con la mayoría; es verdad que sería muy conveniente a los intereses de la nación el desarrollo de nuestro comercio marítimo de cabotaje, pero seguramente que esta conveniencia no la reportará nunca la nación mientras el desarrollo de ese comercio quiera hacerse por una empresa oficial, y menos antes de dragar los puertos y canalizar los ríos, pues es sabido, de modo indiscutible, que los gobiernos son los peores empresarios; y como por otro, es indiscutible también la verdadera necesidad que tiene la nación de buenos caminos que faciliten el trabajo agrícola y el comercio interior que constituye también un gran elemento de progreso de la agricultura y por ende de la nación entera, entiendo que el mejor empleo que se puede hacer de los productos del Impuesto del Centenario, es el de dedicarlo a la construcción y reparación de carreteras y caminos de todas clases en el Territorio nacional y no en barcos mercantiles, para los cuales no tenemos ni el personal completo para servirlos, ni la aptitud financiera necesaria para explotarlos. En tal virtud, en pro del verdadero progreso nacional, vengo a proponer a vuestra soberanía el siguiente proyecto de decreto, pidiendo a la vez que se declare de obvia y urgente resolución:

"Artículo 1o. Se reforma el decreto número.... expedido por el Ejecutivo de la Unión en uso de las facultades de que está investido y por el cual se decretó el "Impuesto del Centenario", en el sentido de que los productores de ese impuesto se dediquen especial y exclusivamente a la construcción y reparación de toda clase de carreteras y caminos dentro del Territorio nacional, y no a la compra de barcos mercantes.

"Artículo 2o. A fin de que el empleo de los productos de que se trata se haga con la debida equidad, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas hará la reparación y construcción de caminos, invirtiéndose en cada distrito electoral, de acuerdo con los señores diputados de esta Cámara, la misma cantidad que por impuesto de que se trata, produzca cada distrito electoral."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 23 de noviembre de 1921.- M. H. Zapata.

"Hacemos nuestra la iniciativa que antecede.- Joel Flores.- Manuel Tello.- Francisco J. Barbosa.- Aurelio P. Márquez.- Guillermo Rodríguez.- Miguel B. Fernández.- S García .- Enrique Barón Obregón.- Luis G. Morales.- A. Contreras. - A. Campillo Seyde.- F. Ramos Esquer.- José Galvéz.- Enrique Meza."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se declara este asunto de urgente y obvia resolución. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Declaratoria! ¡Declaratoria!)

El C. Zapata: Pido la palabra. (Voces: ¡No! ¡No!) Si no ha habido todavía la votación. (Voces: ¡Declaratoria! ¡Declaratoria!)

El C. presidente: La Presidencia se permite manifestar a la Asamblea que el ciudadano diputado Zapata ha pedido la palabra con objeto de fundar la petición que hace. En consecuencia, tiene la palabra el ciudadano diputado Zapata para fundar su proposición.

El C. Zapata: Señores diputados: Que este asunto debe considerarse de urgente y obvia resolución, es también obvio en el caso. Se trata de reformar el decreto que estableció el "Impuesto del Centenario", para que sus productos se dediquen a otra cosa distinta de aquella a la que dijo el decreto respectivo. Por consiguiente, es necesario que se vote cuanto antes, es necesario que se vote inmediatamente en uno o en otro sentido, porque de lo contrario, para el próximo período, que sería cuando vendría a votarse, ya no habría caso; ya el producto del "Impuesto del Centenario" se habrá empleado en lo que dijo el decreto que está en vigor actualmente. De manera que es natural, por esta razón sencillisima, que este asunto debe discutirse en seguida para concederse o negarse lo que se pretende, lo que se propone aquí; pero debe resolverse en seguida.

El C. Gandarilla: Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Gandarilla: Desde luego, señor orador, quiero que su señoría tenga la bondad de decirme para qué se expidió el decreto del Ejecutivo sobre la contribución extraordinaria del Centenario. ¿Fue para marina? Todo el pueblo de la República llevó su óbolo para contribuir a la formación de nuestra marina, tan necesaria para nuestra vida nacional, ¿sí o no?

El C. Zapata: Más necesaria para el pueblo mexicano es la construcción y reparación de caminos en todo el país. No tenemos marinos que atiendan la marina, que atiendan esos barcos. De manera que es más indispensable y es más provechoso para el pueblo mexicano que haya buenos caminos en nuestro Territorio y no que haya más o menos barcos.

El C. Gandarilla: ¿Cree usted que debería primero derogarse el decreto especial del Impuesto del Centenario?

El C. Zapata: No se trata de una derogación; sólo he propuesto una reforma.

El C. Gandarilla: Ese decreto fue especial...

El C. presidente: No se ha concedido la palabra al ciudadano Gandarilla.

El C. Gandarilla: Estaba en el uso de la palabra y continúo en ella después de que hice una pregunta al ciudadano Zapata. Ese decreto, como decía, fue especial para la creación de la marina mercante, y por lo tanto debería derogarse en la misma forma que se expidió. En consecuencia, no puede su señoría el diputado Zapata pedir que el asunto se declare de urgente y obvia resolución, puesto que hay necesidad de hacer estudios serios y detenidos, lo que hace que no se pueda resolver sobre la rodilla, festinándose demasiado la cuestión. Debe retirar, pues, su petición.

El C. Zapata: No la debo retirar. No estoy conforme con el ciudadano Gandarilla; no tiene

razón. Debe resolverse el asunto en seguida, aunque se deseche mi proposición.

El C. Trejo Francisco: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Trejo: En el Presupuesto de Comunicaciones que ya se está imprimiendo, figura la partida correspondiente a la cantidad que produjo el "Impuesto del Centenario", para el destino que conforme al decreto respectivo debe dársele.

El C. Zapata: Pues si se incluyó esa cantidad en el presupuesto es indebido, porque se trata de un decreto extraordinario que nada tiene que ver con los gastos extraordinarios. No debió haberse considerado esa partida en el presupuesto.

El C. Castillo Nájera: Una interpelación.

El C. Trejo Francisco: Con permiso de la Presidencia. Con toda justificación está incluída en el Presupuesto de Comunicaciones la cifra de dos millones y no recuerdo con exactitud cuántos más pesos que produjo el "Impuesto del Centenario", porque conforme al decreto respectivo fue destinado su producto a la marina mercante. Como este ramo depende, según la Ley Orgánica de Secretarías de Estado, de la de Comunicaciones, la Comisión incluyó dicha partida en el Presupuesto de la Secretaría de Comunicaciones.

El C. Castillo Nájera: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Castillo Nájera: Todos los que hemos contribuído para la creación de la marina mercante pagando el "Impuesto del Centenario" que decretó el Ejecutivo en virtud de las facultades extraordinarias de que goza aún en estos momentos...

El C. Gandarilla: ¡Gozaba!

El C. Castillo Nájera, continuando: ...goza, pediríamos amparo por dársele a ese dinero distinta distribución de aquél para el cual había sido destinado.

El C. Zapata: No es muy clara la teoría del compañero en cuanto a pedir amparo; pero en el caso de pedir amparo no creo yo que lo pidieran todos; hay infinidad de campesinos que necesitan el auxilio de cualquiera y en cualquiera forma para mejorar sus caminos, para hacerlos transitables a la agricultura, y el comercio tiene urgente necesidad de mejorar los caminos; de manera que aun cuando no hubiera ventaja en ese concepto, seguramente que la mayoría de los habitantes de la República quedarían satisfechos con que se destinara para la mejora de caminos...

El C. Castillo Nájera, interrumpiendo: Sería malversación...

El C. Zapata, continuando: No sería malversación de fondos cuando se acordara por la Cámara, que es la que tiene derecho de hacer esos acuerdos. Seguramente que no sería malversación; pero siendo un acuerdo de la Cámara se puede hacer ese cambio de destino, y no hay tal malversación de fondos. Pudiera ser que en definitiva no sea debido, no sea conveniente, como usted lo dice, por más que no lo creo; pero la urgencia de resolverlo en seguida, de cualquier modo subsiste.

El C. secretario Ailland: Nuevamente se pregunta a la Asamblea si considera este asunto de urgente y obvia resolución. No se declara de urgente y obvia resolución.

El C. Manrique: ¿Pasa a qué Comisión?

- El mismo C. secretario: Pasa a las comisiones unidas 1a. de Hacienda y 1a. de Comunicaciones y Obras Públicas.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"El C. diputado Vicente Rivera presenta un proyecto con el fin de autorizar al Ejecutivo de la Unión para que disponga de la cantidad de . . . . . . . .. . . $450,000.00 con el fin de que se proceda a la mayor brevedad a la construcción de un puente sobre el río Nazas, que una a las ciudades de Torreón y Gómez Palacio, y a la de los caminos carreteros que comunique a la ciudad de Torreón con las de San Pedro de las colonias, Matamoros y Viesca, del Estado de Coahuila, pasando por Gómez Palacio, Durango, y con una derivación de esta última a la de Ciudad Lerdo, también del Estado de Durango."

(El documento de referencia a la letra dice:)

H. Asamblea:

Vicente Rivera, diputado por el 3er. distrito del Estado de Coahuila, respetuosamente, ante vuestra soberanía, comparece a exponer:

Que con fecha 14 del presente mes tuve la honra de someter a vuestra consideración una iniciativa por la que pido sea aprobada, para que figure en el próximo Presupuesto de Egresos, la cantidad de $450,000.00 (cuatrocientos cincuenta mil pesos), que se destinará a la construcción de un puente sobre el río Nazas, entre las ciudades de Gómez Palacio, Durango, y Torreón, Coahuila, y la de los caminos carreteros que unan a las de San Pedro de las Colonias, Matamoros y Viesca, del mismo Estado, pasando por la de Gómez Palacio, Durango, y con una derivación de la primera de éstas a la de Ciudad Lerdo.

Como aunque vuestra soberanía acordó de conformidad con mi solicitud, y dicha iniciativa paso para su dictamen a la honorable Comisión de Presupuestos y Cuenta, en virtud de que no habrá tiempo para discutir el presupuesto correspondiente y de que cada día se acentúa más la crisis en la región lagunera, en nombre de más de 36,000 braceros de aquella comarca, vengo a deciros que la más espantosa miseria ha hecho presa a sus hogares, y que sus pequeñuelos tienen hambre y tienen frío, que los pechos de las abnegadas madres no pueden sustentarles, porque ellas también necesitan de alimentos, que ya sus pechos tampoco producen el calor suficiente para cobijarles y que no olvidéis que de aquellas masas humildes surgieron los revolucionarios que regaron con su sangre nuestro suelo patrio, para conquistar los principios de nuestra salvadora y bendita revolución.

Recordar cuál es la abnegación del pueblo mexicano; pero no olvidéis que el león está dormido y que si el hambre y la sed le llegase a despertar, él sabrá clavar sus garras para devorar la presa y llevar el sustento a sus cachorros.

Considero de mi obligación, como representante de aquella región ante esta H. Cámara de Diputados, recordaros el estado de cosas que en ella prevalece, y como miembro integrante del Poder

Legislativo, recordaros también porque con ello quiero salvar mi responsabilidad, que de no tamarse medidas encaminadas a proteger desde luego esas clases menesterosas, no será remoto que éstas tomen en la primera oportunidad una actitud hostil para el Gobierno de la República, que por ser emanado de la revolución, tiene la obligación ineludible de recurrir en su auxilio.

Tened presente que es tiempo ya de que esta H. Asamblea se preocupe por el cumplimento de los postulados revolucionarios, tomando una participación directa en todo lo que afecte a las clases proletarias, a quien tanto hemos ofrecido, y no olvidéis que el enemigo, cubierto con piel de oveja, nos acecha, y que llegado el caso, el pueblo no corresponderá a un nuevo llamado nuestro, si no hemos sabido estar con él cuando realmente nos ha necesitado, y entonces, "la reacción, la mil y mil veces maldita reacción", consumará su obra iniciada para derrocar los benditos ideales conquistados a costa de la sangre de tantos mártires, y la obra de nuestros apóstoles Madero y Zapata vendrá por tierra y los sacrificios de los hijos de Coahuila, en el Norte, y y de Morelos, en el Sur, quedarán burlados.

En tal virtud, vengo a pedir a vosotros ciudadanos representantes, los que, como yo, teneís la alta honra de pertenecer a esta XXIX Legislatura, la única revolucionaria de verdad y a la que la historia de México sabrá hacer justicia, que, con toda dispensa de trámites y con fundamento en los artículos 61 y 62 reglamentarios, consideréis de urgente y obvia resolución el siguiente punto de acuerdo:

Unico. Se autoriza al Ejecutivo de la Unión para que, desde luego, disponga de la cantidad de . . . $450,000.00 para que, a la mayor brevedad, proceda a la construcción de un puente sobre el río Nazas, que una a las ciudades de Torreón y Gómez Palacio, y a la de los caminos carreteros, que comuniquen a la ciudad de Torreón con las de San Pedro de las Colonias, Matamoros y Viesca, del Estado de Coahuila, pasando por Gómez Palacio, Durango, y con una derivación de esta última a la de Ciudad Lerdo, también del Estado de Durango.

Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados, diciembre 24 de 1921.- V. Rivera.- La hago mía.- E. M. Barragán.- Andrés Gutiérrez Castro.- S. Franco Urías.

El C. Mijares: Pido la palabra para una aclaración sobre el particular.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Mijares: Señor presidente: Esta mañana, cuando presidía el compañero Alanís Fuentes, subí a suplicarle que pusiera a discusión el dictamen de las comisiones respectivas que rinden a la Cámara sobre el proyecto que en una ocasión tuve el gusto de presentar a la honorable Asamblea. Este asunto está dictaminado parece que desfavorablemente, pero como es una misma cosa, aunque el compañero Rivera ha sido más amplio en este caso, puesto que pide que se comuniquen también con Torreón los pueblos de Viesca y Matamoros, yo suplicaría a su señoría, en obvio de pérdida de tiempo, puesto que la región lagunera está en una crisis espantosa, que se ponga este asunto a discusión para que sepan aquellos trabajadores lo que la Cámara hace por ellos. Yo creo que la honorable Asamblea irá en contra del dictamen formulado por las comisiones, pero, en fin, que este asunto se trate de una buena vez, puesto que tenemos ya nada más seis días para tratarlo.

El C. presidente: La Presidencia ofrece que tan pronto como se termine este asunto, se presentará el dictamen a que se refiere su señoría.

El C. secretario Aillaud: ¿Se declara de obvia resolución la proposición del ciudadano Rivera? Sí se declara de obvia y urgente resolución.

El C. Mijares: Pido la palabra. Ciudadanos diputados: Me alegro de que el compañero Rivera haya presentado este proyecto, ya que, siendo miembro del Pélece ese hombre que anda siempre a caza de concesiones; ese hombre que en una ocasión dijo que sería capaz de dar nueve mil pesos diarios al secretario de Hacienda, nueve mil pesos diarios si le concedía la concesión del cobro de las bebidas pulqueras..... (Voces: ¿Quién?) ¡Juan Zu - ba - ran! (Aplausos.) Para que se convenzan que no es precisamente mi idea el hacer que aquella región reconozca que yo me preocupe por ella, el compañero Vicente Rivera es hoy quien se preocupa, el diputado por el distrito de Viesca, quien viene ante la Asamblea con esta proposición similar en lo que toca al punto sobre el río Nazas y a la construcción del camino en aquella región, con el fin único, y creo interpretar el sentir del compañero Rivera, de mejorar la situación de los trabajadores.

Este es un asunto de sobra conocido por la honorable Asamblea. Un año, aproximadamente, hace que miembros de la diputación de Durango y de Coahuila sometimos a la consideración de la Asamblea, un proyecto en el mismo sentido; poco después, el compañero Franco Urías presentó una iniciativa sobre el mismo fin; más tarde, y para realizar en lo absoluto la mejoría de los trabajadores en la región lagunera, sometí a la consideración de la Cámara un proyecto que trata del fraccionamiento de cuatro haciendas, de un nuevo carril que se dio a la empresa Comisión Refaccionaria de La Laguna, que han robado los agricultores ricos de aquella región -cuando menos que se dicen ricos-, y la construcción de un camino en la región lagunera y un puente sobre el río Nazas, que uniera la ciudades de Torreón, con la de Gómez Palacio, Durango. Creo, hasta cierto punto, que el compañero Vicente Rivera ha hecho bien, siendo él miembro del Pélece, en proponer este proyecto, para que de esta manera los miembros de ese grupo no tengan empacho en aceptarlo y en apoyarlo; como se han aducido muchas razones sobre estos proyectos, ya por el compañero Franco Urías, ya por mí mismo, creo que es inútil venir con nuevos razonamientos y solamente suplico a la Asamblea que se percate de que todos los diputados, todos los representantes populares que conocen aquella región, están seguros de que esta obra iría, cuando menos, por un cuarto de año a beneficiar a los trabajadores de aquella región; por eso es que atentamente os suplico votéis en sentido favorable. (Aplausos.)

El C. Del Castillo Israel: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Castillo Israel.

El C. Del Castillo Israel: Señores diputados: Es muy curioso ver cómo aquí un buen número de compañeros, aprovechando el momento psicológico por que atraviesa La Laguna, vienen aquí a aprovecharse y a querer que los fondos nacionales se inviertan en obras que redundarán en beneficio de los propios distritos que representan; es curioso, señores compañeros, que se nos venga a alardear aquí de que existen sesenta mil almas sin comer en la región lagunera, y se venga a pedir a la Cámara Popular que se voten cuatrocientos cincuenta mil pesos para la construcción de un puente y un camino carretero, y yo pregunto, señores compañeros, a los autores de esta proposición: dividiendo cuatrocientos cincuenta mil entre sesenta mil, ¿a cómo les tocará a cada una de estas almas que, según ellos, se encuentran en situación muy difícil? Es una cantidad perfectamente ridícula, señores compañeros; pero no es eso todo: Los laguneros son trabajadores del campo, no son montoneros; el puente sobre el río Nazas es una obra de estructura de hierro, y tendría que hacerla una compañía fundidora de hierro. Muy lejos tendrá que ocupar los brazos para hacer un puente. Dice el compañero Franco que en días pasados vino aquí con esta proposición, nada más que la firmó en aquella ocasión; pero yo le suplico al compañero Franco me diga cuántos kilómetros tiene este camino carretero.

El C. Franco Urías: De Torreón a San Pedro, como sesenta kilómetros; de Torreón a Matamoros, como veintiséis kilómetros.

El C. Del Castillo Israel: Son ochenta y seis kilómetros en total, señores compañeros, y ya lo habéis oído todos vosotros, los que sepáis de lo que cuesta un kilómetro de camino carretero, se puede calcular, puesto que el terreno en donde se va a operar ya es un terreno plano, que sale a un mil quinientos pesos kilómetro. Como son ochenta, resultaría que solamente para la construcción del camino se tendrían que emplear ciento veinte mil pesos, y el resto se tendría que emplear en la compra de la estructura de hierro. ¿En esta estructura tendrían que ver los campesinos que están pasando por una crisis de falta de trabajo en La Laguna? Serían ciento veinte mil pesos, en consecuencia, los que tendrían que emplearse para pagar esos brazos para construir el camino carretero. La pregunta que hiciera a la honorable Asamblea vuelve otra vez, misma que hiciera al principio de mi discurso, para que diga: ¿Qué se haría con ciento veinte mil pesos, repartidos entre esos sesenta mil obreros? No les tocaría arriba de dos pesos; sería lo mismo que darlos a cada uno de los trabajadores de La Laguna para resolver su situación. No es ésta, señores compañeros, la forma como se resuelven los problemas económicos. Si nosotros hemos de ser, de una vez para siempre, sensatos; si nosotros hemos de venir aquí a defender el interés nacional, no debemos permitir que sea sorprendida esta honorable Asamblea, ya sea por la participación, por la festinación con que se están haciendo todas estas cosas aprovechando, como digo, el momento psicológico, el momento de terror con que han venido a pintar los señores de La Laguna aquella situación. Se votaron primero cincuenta mil pesos, y el Ejecutivo ha pedido una ampliación a ciento cincuenta mil pesos, para transportar a estos señores de La Laguna a otras partes del país. Yo creo, señores compañeros, que ésta es la verdadera solución del problema económico que se presenta en La Laguna. ¿Que en La Laguna hay exceso de brazos, que no hay trabajo suficiente por el exceso de brazos? ¿Cuál es, pues, la solución, señores compañeros? Buscar en qué parte de la República existe el problema inverso, es decir, en qué parte de la República faltan brazos. Conociendo, como debe conocer, la Secretaría de Industria y Trabajo, en qué lugares de la República es donde hacen falta brazos, tales como en Chiapas, Oaxaca, como la multitud de Estados donde están haciendo falta para hacer que la tierra produzca, la industria de los transportes resuelve el problema perfectamente; de ahí, pues, señores compañeros, que habiendo aprobado la Cámara Popular cincuenta mil pesos con el objeto de transportar a estos señores que no tengan allí trabajo y que no resuelven su problema aprobando esto, los que resolverán sus problemas serán los compañeros que tengan allí vinculados sus intereses políticos, y miente el señor Mijares cuando viene a decir aquí que es porque se trata de que ahora presenta esta proposición un peleceano; ya ve el compañero Mijares que no me he quedado callado, aunque se trate de que la proposición la presente un peleceano; los peleceanos, antes que defender los intereses políticos, venimos a defender los intereses de la patria.....

(Silbidos. Siseos. Desorden en las galerías. Campanilla.)

Los peleceanos, señor compañero Manrique, hemos venido defendiendo a la revolución; hemos venido a defender a la Representación Nacional los principios de la Revolución; los peleceanos, honorable Asamblea, hemos venido a defender aquí el nacionalismo. Por esto es por lo que rechazamos el artículo 5o. de la Ley del Petróleo. (Desorden. Gritos.) Los peleceanos, señores compañeros, hemos propugnado aquí por el agrarismo; los peleceanos, señores compañeros, hemos venido a defender aquí el laborismo. (Desorden. Campanilla.)

El C. presidente: Se previene a las galerías que no deben hacer manifestaciones en pro ni en contra de los señores oradores.

El C. Manrique: ¡Si no, se suspende la sesión!

El C. Del Castillo Israel, continuando: Los peleceanos, señores compañeros, (Desorden.) hemos propugnado en esta Representación Nacional el cambio del régimen presidencial por el régimen parlamentario, y los señores que están en las galerías y que las están ocupando con el exclusivo el objeto de entorpecer y que los señores que los dirigen deberían indicarles que no es esa la forma objeto, no de venir a ilustrar la discusión, sino con con que se hace labor de patria; deberían comprender que estas razones por las cuales ha propugnado el partido a que yo pertenezco, son las razones por las cuales propugnamos todos los revolucionarios de esta Cámara, porque no hay, señores compañeros, no hay absolutamente en esta Cámara sino revolucionarios y no tenemos absolutamente ninguna diferencia en los principios. Todos vosotros lo sabéis; no hay diferencia en nuestros principios; ¡que diéramos, señores compañeros, porque la próxima Legislatura fuera tan revolucionaria, fuera tan

leal, fuera tan noble, fuera tan digna como ésta...!

(Siseos. Silbvidos en las galerías. Campanilla.)

En esta virtud, señores compañeros, y considerando que todos vosotros estáis animados de hacer labor revolucionaria dentro de esta Asamblea... (Continúan los siseos en las galerías.) y de defender aquí los intereses nacionales y considerando que el proyecto presentado a vuestra soberanía por ningún motivo resuelve el problema económico que se presenta actualmente en la Laguna, sino que la solución del problema es aplicar la industria de transportes con el objeto de solucionar la crisis de exceso de brazos ocasionada por la falta de trabajo que se presenta en aquella región, yo pido, señores compañeros, que no sigamos perdiendo el tiempo en aprobar proposiciones como ésta, porque no resuelven el problema de la Laguna, como lo he demostrado hasta la saciedad, y que sí cuando el Ejecutivo solicite cantidades cualesquiera que ellas sean, para transportar a estos señores a los lugares donde el problema económico sea inverso, donde falten brazos, las acordéis, para que estos individuos sean transportados a los lugares donde haya exceso de trabajo y donde falten brazos... (Silbidos. Siseos. Desorden en las galerías.)

El C. presidente, dirigiéndose a un agente de la policía: Hágame usted favor de sacar a ese individuo de las galerías. (Gritos en las galerías. Voces: ¡No! ¡No!) Proceda usted a sacar inmediatamente a ese individuo. (Voces en las galerías: ¡No! ¡No! Siseos Gritos.) Continúa en el uso de la palabra el ciudadano Israel del Castillo.

El C. Del Catillo Israel, continuando: Señores compañeros: Con muchas dificultades, como lo habéis visto, he venido aquí a manifestar de muy buena fe las razones que he tenido para venirme a oponer a este proyecto de decreto que dentro de poco, con vuestro voto, reprobaréis o sancionaréis.

Como quiera que con este procedimiento, que a partir de unos cuantos días se está siguiendo, de traer gente aquí, es sólo con el objeto de impedir nuestros trabajos, termino, pues, creo que ha sido suficiente lo que he dicho y espero que estimaréis que mi presencia en esta tribuna ha sido inspirada en la mejor buena fe. (Siseos. Silbidos en las galerías.)

El C. presidente: Tiene la palabra del ciudadano diputado Gandarilla en pro.

El C. Gandarilla: He pedido la palabra en pro de esta iniciativa, porque, señores, cuando se trata de ir a mejorar a los obreros, poco debe importarle a esta Cámara que sean los obreros de la Laguna o que sean los obreros de Oaxaca. (Aplausos.) Y vengo a defender esta iniciativa porque, señores, es muy doloroso que algún compañero, so pretexto de cariz político, procure evitar que se vaya en auxilio de aquellos que lo necesitan...! Yo quiero defender esta iniciativa con las mismas - óigalo bien toda la Asamblea -, con las mismas palabras de uno de los más connotados líderes peleceanos. Me refiero y digo y sostengo que vengo a defender esta inicativa con las mismas palabras del presidente de la Cámara, que es peleceano. Me acaba de decir, y que él me desmienta si no digo verdad, que en tratándose de estas cuestiones, todos debemos estar unificados; pido a usted que me diga (Dirigiéndose al presidente.) si no es cierto lo que he dicho.

El C. presidente: Sí señor.

El C. Gandarilla: Yo llamo la antención a los que ocupan las tribunas... Yo llamo la atención a los que ocupan las tribunas... Yo llamo la atención a los compañeros que ocupan las curules, para que ellos vengan a demostrar una vez más como lo han hecho en otra ocasión, que vienen aquí, no a escandalizar, sino que vienen aquí a defender sus derechos! (Aplausos.) Yo quiero que sepan el pueblo de la República, de una vez por todas, que aquí- y vamos a verlo en la votación-, podrá haber diferencias personales, pero no puede haber nunca diferencias cuando se trata del mejoramiento de la colectividad. (Aplausos.) Y estoy seguro de que en este caso, diputados honorables peleceanos y diputados socialistas, todos vendrán a dar su voto afirmativo, ¿por qué?, porque sobre nuestras reyertas, por crueles que sean, debe estar siempre, señores, el bien de la patria! (Aplausos.)

El C. secretario Aillud: Se va a proceder a recoger la votación nominal. La parte resolutiva dice así:

"Unico. Se autoriza al Ejecutivo de la Unión para que, desde luego, disponga de la cantidad de $450,000.00 para que, a la mayor brevedad, procedan a la construcción de un puente sobre el río Nazas, que una a las ciudades de Torreón y Gómez Palacio, y la de los caminos carreteros que comuniquen a la ciudad de Torreón con las de San Pedro de las Colonias, Matamoros y Viesca, del Estado de Coahuila, pasando por Gómez Palacio, Durango, y con una derivación de esta última a la de Ciudad Lerdo, también del Estado de Durango."

Por la afirmativa.

El C. Rivera Vicente: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

El C. secretario Aillaud: Votaron por la afirmativa 130 ciudadanos diputados y por la negativa 1; en consecuencia, fue aprobado. (Aplausos.) Pasa al Ejecutivo para los efectos de ley.

El C. Mijares: Vuelvo a suplicar atentamente a usted se sirva ordenar que se ponga a discusión el asunto de que hablé anteriormente.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Comisiones unidas 1a. de Hacienda, 1a. Agraria y de Presupuesto y Cuenta.

"H. Asamblea:

"A las comisiones unidas 1a. de Hacienda, 1a. Agraria y de Presupuestos y Cuenta, se ha turnado para su estudio la iniciativa del C. diputado Aurelio J. Mijares, que hacen suya diversos ciudadanos diputados, para que, de acuerdo con las prescripciones del artículo 27 constitucional, se decrete, por las razones que exponen, la expropiación, por causa de utilidad pública, de las haciendas denominadas San Carlos, Hornos, Buena Vista y Anexas, y Hermanas, ubicadas, respectivamente, en las municipalidades de Villa Acuña, San Pedro y Escobedo, del Estado de Coahuila, y se fraccionen en beneficio de los labriegos de dichas haciendas y los sindicados de los municipios de San Pedro, Torreón y Matamoros.

"El artículo 27 de la Constitución, en que pretende apoyarse la citada iniciativa, establece:

"Las leyes de la Federacón y de los Estados en sus respectivas jurisdicciones determinarán los casos en que se de utilidad pública la ocupación de la propiedad privada; de acuerdo con dichas leyes, la autoridad administrativa hará la declaración correspondiente. El precio que se fijará como indemnización a la cosa expropiada, se fijará en la cantidad que como valor fiscal de ella figure en las oficinas catastrales o recaudadoras, ya sea que este valor haya sido manifestado por el propietario, o simplemente aceptado por él de un modo tácito, por haber pagado sus contribuciones con esta base, aumentándolo con un diez por ciento. El exceso de valor que haya tenido la propiedad particular, por las mejoras que se hubieren hecho con posterioridad a la fecha de la asignación del valor fiscal, será lo único que deberá quedar sujeto a juicio pericial y a resolución judicial. Esto mismo se observará cuando se trate de objetos cuyo valor no está fijado en las oficinas rentísticas.

Basta la simple lectura de este precepto, para comprender desde luego que no es ni puede ser de la competencia del Poder Legislativo decretar en casos aislados, como el de que se trata, la expropiación por causa de utilidad pública. Al Poder Legislativo de la Federación o de los Estados compete dictar leyes, es claro que de un carácter general, en las que se determinen los casos en que sea de utlidad pública la ocupación de la propiedad privada, para que de acuerdo con dichas leyes, la autoridad administrativa haga la declaración correspondiente.

"Además, en el mismo artículo 27 de la Constitución puede estar comprendido el caso a que se refiere la iniciativa del C. diputado Mijares, pues si los vecinos de los municipios de San Pedro, Toreón y Matamoros, tienen necesidad de que se les dote de tierras a título de ejidos, tienen, conforme a la Ley de 6 de enero de 1915, expedito su derecho para hacerlo valer ante las autoridades respectivas.

"Por lo expuesto, las comisiones unidas 1a. de Hacienda, 1a. Agraria y de Presupuestos y Cuenta, se permiten proponer a la consideración de esta H.

Asamblea, el siguiente acuerdo:

"Unico. No es de tomarse en cuenta la inicativa del C. diputado Aureliano J. Mijares, que hacen suya otros ciudadanos diputados, para que de acuerdo con las prescripciones del artículo 27 constitucional, se decrete, por las razones que exponen, la expropiación, por causa de utilidad pública, de las haciendas denominadas San Carlos, Hornos, Buenavista y Anexas y Hermanas, ubicadas respectivamente en las municipalidades de Villa Acuña, Viezca, San Pedro y Escobedo, del Estado de Coahuila, y se fraccionen en beneficio de los labriegos de dichas haciendas y los sindicados de los municipios de San Pedro, Torreón y Matamoros."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 6 de diciembre de 1921.- Manuel Padilla.- M. F. Ortega.- Jupan Zurbaran.- J. Siurob.- I. Borrego.- A. Díaz Soto y Gama.- Ignacio C. Villegas."

Está a discusión. Se suplica a los oradores que deseen hacer uso de la palabra pasen a inscribirse.

El C. Manrique: Pregunto atentamente a la Secretaría si no es el caso de que declare de primera lectura el dictamen.

El C. secretario Ailland: Es acuerdo económico.

El C. presidente: Tiene la palabra, en contra el ciudadano Mijares.

El C. Mijares: Honorable Asamblea: En el proyecto que dictaminó por su propia cuenta el ciudadano hermano del secretario de Industria, Comercio y Trabajo, y que pudo obtener las firmas de algunos de los miembros de las comisiones, es tan doloso, está tan hecho con cierto dejo de odio, que sólo al haber dictaminado él por medio de un acuerdo, se puede ver el corazón ya lleno de lacras de este pobre hombre que es, naturalmente, que sea en la Cámara la semejanza, el trasunto, por decirlo así, de que es el secretario de Industria, Comercio y Trabajo. (Aplausos.)

En este proyecto en que se tratan varios puntos con el fin de resolver de una manera efectiva la situación de los trabajadores laguneros, toco en el primero, en el segundo y en el tercer artículo, la forma que propongo a la honorable Asamblea para que se fraccionen las haciendas mencionadas; pero el artículo 5o. autoriza a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas un gasto de trescientos mil pesos para la construcción del camino y el puente, cuya autorización se acaba de dar al Ejecutivo para que se construyan. El camino y el puente podían haber dado a este hombre, don Juan Zubaran, cuando menos la fórmula de hacer este dictamen honrado; si no es posible, a su juicio, el fraccionamiento de esas haciendas, creo que por muy tonto que él sea, sí debía de haber comprendido que el gasto de trescientos mil pesos era factible para la construcción de un camino y un puente. Pero el artículo 27 de la Constitución general de la República especifica claramente el derecho constitucional para el Gobierno federal de expropiar por causa de utilidad pública aquellas propiedades que sean necesarias para llenar precisamente la demanda de la utilidad pública.

El señor Israel del Castillo, que vino aquí a impugnar por esa idea aciegas que ha agarrado ya más que todo, a las manifestaciones de las galerías, tuvo de cierta manera razón al decir que no era posible beneficiar, sacar del hambre a sesenta mil almas de la región lagunera con un gasto de cuatrocientos cincuenta mil pesos, y esto es perfectamente cierto. Precisamente por esto, al ofrecer a la honorable Cámara presentar una iniciativa con el fin de resolver la miseria de los trabajadores laguneros cuando el Ejecutivo pidio la autorización de cincuenta mil pesos para movilizarlos, y estudiando cuál sería la forma para resolver esta miseria, presente en la iniciativa el proyecto del fraccionamiento de cuatro haciendas; dos de ellas ya en poder de la nación, puesto que la Caja Nacional de Préstamos para el fomento de la Agricultura y de las obras de irrigación, tienen prestados sobre estas dos haciendas, San Carlos y la de Hornos, cantidades veinte veces mayores del valor catastral de las fincas en las oficinas respectivas del Estado de Coahuila, y por esto deseo que se fraccione, a la vez otras dos haciendas, la de Buenavista y Anexas, que Alfredo Breceda compró con dinero que le dio don Venustiano Carranza;

pero como éste murió, este bribón general Alfredo Breceda se ha quedado con aquellas propiedades; la otra hacienda es la de Hermanas, terrenos que son parte infinitesimal de las grandes extensiones de terreno que el licenciado don Manuel Cárdenas se robó durante su Gobierno en Coahuila, que duró aproximadamente veinticinco a veinteséis años.

Yo creo, ciudadanos diputados, que todas las objeciones legales que pueda venir a oponer aquí a mi proyecto cualquiera de los abogados que forman parte de esta honorable Asamblea, creo que en el criterio de ellos sobre las leyes está la necesidad urgente de aliviar la situación por que atraviesan en determinadas regiones los trabajadores, con el fin de evitar que los disgustos entre ellos se fermenten al grado de que degeneren en revoluciones. Yo he creído conveniente, únicamente para librar a la honorable Representación Nacional de la culpa que pudiera tener de futuros levantamientos en La Laguna y en general en el Estado de Coahuila el traer aquí esta proporción. Los distintos elementos, es decir, las distintas diputaciones que forman esta honorable Asamblea, están pearsuadidas de la necesidad que hay en cada uno de esos Estados de fraccionar determinados latifundios, con el fin de ir resolviendo el único principio que ha sostenido la revolución, o sea el principio del fraccionamiento de latifundios, es decir, la repartición de tierras. Cualquiera otra circunstancia que no fuera el haecho en que están colocadas estas cuatro haciendas, podría tal vez, a los puritanos, evitarles dar un voto favorable al proyecto que he presentado; pero seguramente que si esta cuestión se estudia detenidamente, seguramente que si ustedes, al rememorar de la manera criminal como todos y cada uno de los hombres actualmente propietarios de estas haciendas se han hecho de ellas, podría justificarse plenamente su voto, ya que sobre el legalismo de los códigos, está el principio de castigo; si sus artículos fueran respetados por cada uno de los que tienen en sus manos que hacer justicia, tendrían en las cárceles, tanto al general Alfredo Brecaeda, tanto al licenciado Miguel Cárdenas, como a los dueños de las otras dos haciendas, por estar robando de una manera miserable al fisco municipal del Estado, y al Federal, al tener valorizadas esas propiedades, por las que la nación les ha prestado cuatro o cinco millones de pesos, en cien o ciento cincuenta mil pesos.

Esto, señores diputados, pasa generalmente con todos los latifundistas. Si el Fisco general, del Estado y municipal se preocuparan por hacer un balance y valorizaran de una manera justiciera estas fincas, se encontraría con que los dueños de estas haciendas deberían ya el valor íntegro de estas fincas por concepto de impuestos a los tres fiscos que existen en la República. Por lo tanto, y deseando que de una buena vez la Cámara tome medidas enérgicas, medidas positivas para mejorar de una manera efectiva la situación de los trabajadores, deseche esta iniciativa criminal del ciudadano Zubaran, que no puede tener palabra de confianza para votar aquí. El que sabe perfectamente bien que está robando a la nación, cuando está pagando cincuenta pesos de renta por cada mil hectáreas en Zapotillo, que está explotando en los Estados de Chiapas, Tabasco y Campeche, pueda de una manera firme ir asegurando el Ipiranga donde salir., (Aplausos.), cuando los hijos de esos Estados no vengan ante el Gobierno federal, que ha sido engañado por el ciudadano Juan Zubaran, sino a buscar al ciudadano Zubaran para exigirle las riquezas que ha sacado de sus Estados. (Aplausos.)

Ciudadanos diputados: El dictamen a la vez no está firmado por los miembros que integran la 1a. Comisión Agraria; el dictamen, ciudadanos diputados, está firmado por don Juan Zubaran, por Manuel Padilla, Siurob, Borrego y Ortega, total: cinco firmas; esto no es mayoría de Comisión, puesto que ha pasado a la 1a. de Hacienda, a la la. Agraria y a la de Presupuestos y Cuenta, cuyo presidente es el compañero Francisco Trejo, que es bastante conocido por su ecuanimidad para no haber firmado este marmarracho que salió del cerebro alcoholizado del ciudadano Juan Zubaran. (Aplausos. Siseos.)... Ciudadanos compañeros: He querido que este asunto se trate precisamente porque aún están aquí los miembros de las comisiones que me han enviado las federaciones del trabajo de Matamoros y de San Pedro de las Colonias, con el fin de informarse de cuál es la medida que toma el Gobierno federal para resolver su situación de miseria, y por tanto, ellos están escuchando y verán la resolución que tenga este asunto, dada por la Cámara. Yo estoy satisfecho de que tanto ellos como los que aquí sostienen la teoría de fraccionamiento de latifundios, defiendan y oigan este asunto, para que de una manera efectiva vayan ellos a dar cuenta de la labor que nosotros estamos desarrollando dentro de la honorable Representación Popular; estoy satisfecho, porque a ellos puede constarles cuál es la actitud de nosotros y cuál es la actitud de los hombres que sin preocuparse por el pueblo a quien están robando, vienen a hacer dictámenes tan descabellados como el que ha hecho el ciudadano Zubaran. (Aplausos.)

El C. Vito Alessio Robles: Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Alessio Robles: Para pedir a usted atentamente invite a uno de los firmantes de ese dictamen para que pase a la tribuna a fundarlo.

El C. Manrique: Yo antes pedí la palabra para una aclaración. Me permito hacer constar que la iniciativa del diputado Mijares, y que otros firmaron con él, paso, este fue el trámite, a las comisiones unidas 1a. Hacienda 1a. de Presupuestos y Cuenta y 1a. Agraria; y, señores diputados, la 1a. Comisión Agraria está formada por el ciudadano diputado Antonio Díaz Soto y Gama, Francisco Soto e Ignacio Villegas. Ninguno de estos señores han firmado el dictamen; en consecuencia, no hay dictamen. Lo indicado en estos momentos debe ser suspender la discusión, porque este dictamen debe volver al seno de las comisiones unidas.(Aplausos.)

El C. Soto y Gama: Pido la palabra como miembro de la Comisión Agraria.

El C. presidente: La Presidencia debe hacer la aclaración de que el trámite que se dio a la iniciativa presentada por el ciudadano Aureliano Mijares, fue: A las comisiones unidas 1a. de Hacienda y 1a. Agraria. Como lo acaba de manifestar el ciudadano Manrique, la 1a. Agraria está integrada

por los señores Soto y Gama, Francisco Soto e Ignacio Villegas; la de Presupuestos y Cuenta, como es bien sabido de la honorable Asamblea, su presidente es el Señor Trejo, y los señores Siurob, Ortega, Padilla y Gutiérrez. La Presidencia cree, pues, que este dictamen no está emitido en debida forma; por consiguiente huelga toda discusión sobre un documento que no tiene ningún valor de acuerdo con las prevenciones del Reglamento. En esa virtud, la Presidencia se permite proponer que se sostenga el trámite que recayó a la iniciativa del ciudadano Mijares y que, por consiguiente, pase a las comisiones 1a. de Hacienda, 1a. Agraria y de Presupuestos y Cuenta.

El C. Mijares: Señor presidente: Estoy de acuerdo con el trámite que usted ha dado; sólo que atentamente suplico a su señoría se sirva modificarlo en lo que toca a la 1a. Comisión de Hacienda. El ciudadano Juan Zubaran, que defendio de una manera formidable aquí que se quitaran las contribuciones al pulque, y que por casualidad oí algunas apreciaciones de él y no tuve empacho en decírselo para quitarle la careta de hombre honrado que se pone, claro es que no va a dictar un fallo ecuánime en este caso. Hay una 2a. Comisión de Hacienda, y le suplico a su señoría se sirva pasarla a ella.

El C. Soto y Gama: Como miembro de la 1a. Comisión Agraria pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

- C. Soto y Gama: He cambiado impresiones con el compañero Villegas, junto con el cual formo mayoría de Comisión, y tanto él como yo hemos convenido en que el dictamen presentado por la 1a. Agraria es perfectamente fundado, desgraciadamente.

En lo particular tuve ocasión de explicarle con toda paciencia al compañero Mijares que su iniciativa no procedía, desgraciadamente. No puede percibir cualquiera persona por desconocedora que sea de las leyes agrarias. Los únicos medios que hay en la actualidad, conforme al artículo 27 constitucional y conforme a las leyes vigentes para dar tierras a campesinos y obreros, son las siguientes: Primero, dotación de ejidos. Aquí no se trata de dotar de ejidos a ningún pueblo. Segundo, restitución de ejidos. Tampoco se trata de restituir ejidos. Tercero, fraccionamiento de latifundios. Este fraccionamiento de latifundios no se rige por leyes fedrales, sino en lo relativo al Distrito Federal y Territorios. Así se lo expliqué al compañero. Este fraccionamiento de latifundios se rige por las leyes que dicten los Estados; así se resolvió en esta Cámara, así lo dice expresamente la Constitución. Al no haber sido aprobado por esta Cámara el artículo 1o. transitorio que pretendía autorizar a esta Legislatrua federal para dar las leyes que no diesen sobre el fraccionamiento de latifundios los Estados, al rechazar el artículo 27 que impide que la Federación invada la jurisdicción de los Estados en materia agraria. Así se lo expresé al compañero con esta claridad con que se lo estoy explicando en este momento. Quiero decir esto: Que nosotros no tenemos la culpa de que el Estado de Coahuila no haya cumplido con la obligación de dar la ley de latifundios; esto es todo; de tal suerte, que volvemos a nuestra eterna tesis de los agraristas: La demora en la promulgación de las leyes agrarias está originando serios perjuicios, serios peligros, serias amenazas a la paz pública; las legislaturas de los Estados, por no llevar a cabo la reforma agraria, están comprometiendo la paz del país; pero nosotros no podemos obligar a las legislaturas a que formen las leyes sobre fraccionamiento de latifundios. Aquí se demuestra una vez más la razón que teníamos los autores del artículo 1o. transitorio de las dos comisiones agrarias al sostener que se debía legislar para toda la República en materia agraria, en tanto los Estados no cumpliesen con el deber constitucional de dar esa ley. Fuimos derrotados y todos saben por quiénes: Por un acuerdo del bloque peleceano; no es esto un secreto para nadie; el bloque peleceano declaró que no precedía decretar el artículo 1o. transitorio, de tal suerte, que aquí resultan dos culpables, las legislaturas de los Estados por no haber entendio la responsabilidad en que incurría al no aprobar el artículo 1o. transitorio. En estas condiciones, nosotros, encerrados en el círculo de hierro a que nos condujo el bloque peleceano, no pudimos hacer otra cosa más que sujetarnos a la decisión de la Asamblea movida por el bloque peleceano. ¡Cuántos días se discutió el artículo 1o. transitorio y qué crisis produjo semejante acuerdo! ¿No recuerda la Asamblea que a eso se debió la separación de los miembros, más honorables, más prominentes y más talentosos del bloque peleceano, o sean los compañeros Manrique y Manlio Fabio Altamirano, que prefirieron quedarse solos a estar mal acompañados? (Aplausos.) En estas condiciones, no pudiendo aplicarse ni la Ley de Ejidos, porque no se trata de ejidos, ni la Ley sobre Fraccionamiento de Latifundios, porque el bloque peleceano quiso que se aplicase sólo al Distrito y a los Territorios federales por un exceso de legalismo a la antigua, no queda más que una tercera solución: La aplicación de la Ley de Tierras Ociosas. El compañero puede pedir al gobernador de su Estado y a los presidentes municiapales, que apliquen la Ley de Tierras Ociosas; pero en esto no tiene que ver nada la Cámara federal. O tiene otra solución: Ir a la Legislatura de su Estado para pedir que llegue a crearse un nuevo centro de población, para que a ese nuevo centro de población, se le dote de ejidos. De tal suerte, que la Asamblea puede creer que por estas razones tenemos, muy a nuestro pesar, que subscribir el dictamen de la Comisión 2a. Agraría.

El C. presidente: En vista de las aclaraciones del ciudadano Soto y Gama, la Presidencia, para hacer más expedito este trabajo y para que de una vez recaiga un acuerdo de la Asamblea sobre él, se permite invitar a la 1a. Comisión Agraria a que subscriba este dictamen.

El C. Manrique: Entonces ya hay dictamen. Pido la palabra en pro.

El C. presidente: Habiendo sido subscripto el dictamen por la mayoría de la 1a. Comisión Agraría, está a discusión y tiene la palabra en pro el ciudadano Manrique.

El C. Manrique: Señores diputados: Debo explicar previamente que estoy de acuerdo con el dictamen presentado por las comisiones; que sólo lamento en este caso, primero, disentir de la opinión personal del compañero Mijares y de quienes lo acompañaron a subscribir la inicativa, y segundo, y por encima de todo, que no esté en nuestras facultades en estos momentos el decretar esta expropiación, que yo creo elementalmente justa. Pero el argumento de las comisiones es realmente serio. Prescindiendo del caso personal del ciudadano Zuburan o de cualquier otro miembro de las comisiones, prescindiendo aquí del argumento ad hominem, del argumento personal, la verdad de las cosas es esta: Que serenamente estudiado el dictamen de las comisiones, se halla perfectamente fundado. Yo me limito, pues, a explicar que estoy de acuerdo con el criterio de la Comisión cuando afirma que las leyes que debe expedir el Congreso de la Unión deben tener un carácter general; no podríamos, en consecuencia - porque no nos autoriza para ello precepto alguno constitucional -, expedir un decreto disponiendo la expropiación de determinado latifundio. Por otra parte, se habló acertadamente de jurisdicción. Desgraciadamente esto es bien sabido, que el criterio de quienes deseábamos, merced a la aprobación del artículo 1o. transitorio, que nuestra Ley de Fraccionamiento de Latifundios tuviese vigor en toda la República en tanto las legislaturas de los Estados no creaban una ley agraria, no decretaban una ley de fraccionamiento de latifundios, habiendo sucedido esto, digo, no podemos ya invadir la jurisdicción ya reconocida a la Legislatura local del Estado de Coahuila; en consecuencia, señores diputados, debo limitarme, porque el debate no permite otra cosa, a invitaros a que aprobéis el dictamen, pero para satisfacer de algún modo, dentro de la medida de nuestras facultades, de nuestra posibilidad, los deseos, las aspiraciones de justicia de estos sin trabajo, de estos desheredados de vastas regiones del Estado de Coahuila, yo me permito sugerir al compañero Mijares y a los que como él piensan, que se presente una iniciativa en el sentido de que esta Cámara apruebe una atenta excitativa, una atenta invitación a todos aquellos Estados que no hayan expedido, cumpliendo con los preceptos del artículo 27, la ley reglamentaria sobre fraccionamiento de latifundios, para que la hagan. Esta invitación la hago al compañero Mijares y a los compañeros agraristas de la Cámara; pero, por lo demás, creo que no cabe otra cosa que aprobar...A los agraristas y a los que no lo son, dice el compañero Campilo Seyde. No quiero dar al adjetivo de agrarista la connotación expresa de diputado afiliado al bloque Agrarista, no, agrarista será todo diputado que crea en la necesidad de resolver el problema agrario; a todos los compañeros agraristas, e inspirados por este ideal de justicia, los invito a subscribir la inicativa que aprobaremos, pero por el momento no cabe otra cosa que aprobar el dictamen de las comisiones.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Mijares.

El C. Mijares: Ciudadanos diputados: Voy a permitirme, en primer lugar, dar lectura a los artículos que forman el cuerpo de mi proyecto, para que ustedes se den cuenta de que aun contra el criterio del agrarista ciudadano licenciado Antonio Díaz Soto y Gama, es posible realizar esta obra para mejorar la situación de los trbajadores de la Laguna.

"Artículo 1o. Se autoriza al Ejecutivo de la nación para que, de acuerdo con las prescripciones del artículo 27 de la Constitución general de la República decrete la expropiación, por causa de utilidad pública, de las haciendas ubicadas en el Estado de Coahuila y conocidas con el nombre de San Carlos, Hornos, Buenavista y Anexas, y Hermanas, sitas, respectivamente, en las municipalidades de Villa Acuña, Viesca, San Pedro y Escobedo."

Ciudadanos diputados: La Constitución general de la República en su artículo 27, artículo que está sobre todas las prescripciones agrarias que se dicten y se hayan dictado en la República, dice terminantemente en uno de sus párrafos:

"Las expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemnización."

Ciudadanos diputados: Es lógico que cuando existe la causa de utilidad pública, que cuando sesenta mil seres están muriendo de hambre, éste pueda ser el razonamiento, la razón más poderosa para que el ciudadano agrarista Díaz Soto y Gama se dé cuenta de que sobre toda la oposición que hiciera aquí el partido peleceano (Siseos.) está la mejoría de esos sesenta mil seres, para decretar por causa de utilidad pública, conforme a la norma fundamental de nuestra República, o sea la Constitución, la expropiación de esas cuatro haciendas, y tal como lo marca este párrafo que ordena que para que sea posible una expropiación, se haga la indemnización respectiva. En los artículos siguientes podrán ustedes ver que el proyecto aúna el criterio que marca el artículo 27 de la Constitución general.

"Artículo 2o. Las haciendas menciondas en el artículo anterior serán fracciondas entre los campesinos radicados en ellas y entre los labriegos sindicados de los municipios de San Pedro, Torreón y Matamoros, Coahuila, en parcelas iguales de cinco hectáreas de terreno laborable y diez hectáreas de terreno de agostadero.

"Artículo 3o. La indemnización que corresponde a los propietarios de las haciendas que se expropian, se hará en la forma siguiente:

"I. En lo que toca al monto de la indemnización, de acuerdo con las estipulaciones que marca la fracción VII del artículo 27 de la Constitución general.

"II. El pago de la indemnización, calculada en los términos del inciso anterior, se verificará por medio de bonos, en la forma de deuda agraria, . redimibles en veinte años, con un interés del cuatro por ciento anual, y pagarán los parcelarios en montos iguales al valor que resulte su parcela correspondiente."

La Constitución general de la República, en su artículo 27, fracción VII, de una manera terminante, de una manera clara dice que cuando haya expropiación por causa de utilidad pública, la indemnización se hará por el valor catastral de la finca, más un diez por ciento. Inciso II del artículo 3o.:

"El pago de la indemnización, calculada en los

términos del inciso anterior, se verificará por medio de bonos, en la forma de deuda agraria, redimibles en veinte años, con un interés del cuatro por ciento anual, y pagarán los parcelarios en montos iguales al valor que resulte, su parcela correspondiente."

Por lo tanto, es lógico que aquí no se trata de eso, de aplicar un precepto que haya salido de la reglamentación correspondiente del artículo 27; se trata sencillamente de un asunto diferente; se trata de expropiación por causa de utilidad pública. ¿Qué más utilidad pública, señores compañeros que el hambre de sesenta mil obreros que no se puede aliviar con el gasto de cuatrocientos mil pesos que se empleen para construir el camino carretero de Torreón a San Pedro y el puente sobre el río Nazas, que no podrán trabajar allí más de veinte o treinta mil obreros de los que están actualmente sin trabajo? Es claro que no; es lógico que en estos momentos la única manera de resolver la situación de los trabajadores es con el fraccionamiento de esas haciendas, que no se trata aquí de fraccionarlas únicamente ajustándonos a los diversos preceptos que marca la reglamentación federal del artículo 27; se trata de una cuestión de utilidad pública, aun más poderosa que cualquiera otra que se presente en estos momentos para hacer una obra únicamente de utilidad pública, por ejemplo: caminos, puentes, como cualquier ferrocarril; se trata del hambre, se trata de la miseria que hay necesidad de quitarle a sesenta mil seres, y es justo que en estos momentos la Cámara sea lo suficientemente revolucionaria, sin preocuparse por este cretinismo agrario del licenciado Díaz Soto y Gama. (Aplausos. Risas. Siseos.) Además, como conozco la situación de los trabajadores de la región lagunera, y como sé perfectamente bien que es imposible sacarlos de su miseria al ir a darles estas parcelas de tierra sin darles los elementos necesarios para que las trabajen, en el artículo 4o. propongo que:

"La Comisión Refaccionaria de La Laguna se nombrará en lo sucesivo Comisión Refaccionaria de Parcelarios Coahuilenses, y procederá inmediatamente a hacer efectivas las cantidades de dinero que le adeuden sus antiguos refaccionados y a facilitar las refacciones que soliciten los parcelarios a que se refieren los artículos anteriores, de acuerdo con los reglamentos que expida la Secretaría de Hacienda."

Compañeros diputados: Hace aproximadamente cinco años se instituyó en Torreón, metrópoli lagunera, la institución denominada Comisión Refaccionaria de La Laguna. Esta Comisión quedó en manos de cuatro o cinco hombres que recibían las recomendaciones de los entonces magnates del Gobierno, para facilitar enormes cantidades de dinero a los favoritos del Gobierno del señor Carranza. La Comisión Refaccionaria de La Laguna año por año ha perdido un millón y medio de pesos en estas refacciones. En el año antepasado y en el año pasado, la Comisión Refaccionaria de La Laguna ha prestado a algunas personas de aquella región cantidades enormes, y tiene actualmente un déficit de tres y medio millones de pesos, que le adeudan todos los que han visto en la Comisión Refaccionaria una manera de satisfacer sus apetitos y sus bestialidades. Los hombres que han regenteado la Comisión Refaccionaria de La Laguna, llevan continuamente una vida de crápula y jamás se han preocupado los directores de esa institución por obtener de ellos una garantía prendaria, no obstante que todos ellos la tienen. Las actuales condiciones de la Comisión Refaccionaria de La Laguna podrían cambiar si se le autorizara a usar de medios coercitivos para recoger los préstamos que ha hecho a tanto bribón agricultor de La Laguna y, en estas condiciones, ya recogiendo ese dinero y con el monetario que tenga ahora en su poder, puede perfectamente bien dar refacción a los aparcelarios que vayan a ocupar las cuatro haciendas que propongo que se fraccionen. Esto es, pues, claro, compañeros. No se trata aquí de ajustar el fraccionamiento de latifundios a una ley reglamentaria, a algunos de los incisos del artículo 27 de la Constitución general de la República; se trata, simple y sencillamente, en bien de sesenta mil seres que mueren de hambre, de aplicar uno de los preceptos del artículo 27 constitucional, que dice terminantemente que el Gobierno podrá expropiar por causa de utilidad pública. En este sentido, y para que la Asamblea norme su criterio, yo suplicaría a alguno de los compañeros licenciados que se sirviera determinar si es o no cierto que una cosa es el fraccionamiento de latifundios, ajustado a las reglamentaciones del artículo 27, y otra cosa es el fraccionar latifundios después que la República haya declarado esas propiedades de utilidad. El compañero Días Soto y Gama, ríe...

El C. Soto y Gama, interrumpiendo: Conozco el asunto.

El C. Mijares, continuando: Conoce el asunto el compañero Díaz Soto y Gama, él, que ha propugnado aquí por las reformas, por el fraccionamiento de las tierras; el compañero Díaz Soto y Gama, agrarista, viene a poner aquí un criterio completamente anodino, y sólo por atacar al bloque peleceano en los momentos en que se le presenta la oportunidad. Yo creo que el revolucionarismo no puede tener, para un corazón firme de revolucionario, ningún obstáculo; yo creo que el compañero Soto y Gama debe comprender que sobre la misma Constitución está el hambre de esos sesenta mil seres que mueren lastimosamente de miseria en La Laguna. (Aplausos.)

El C. Manrique, interrumpiendo: Para interpelar al ciudadano Mijares, pido atentamente la palabra.

El C. Mijares: No permito interpelaciones.

El C. Manrique: Cuando terminéis.

El C. Mijares, continuando: Cuando termine, sí. Busco un abogado. (Voces:¡Hay muchos! ¡Ahí está Pichardo!) Compañero Pichardo: Le suplico a usted atentamente que se sirva decirme si todas las normas que encierran los distintos códigos de la República, no están sujetas a lo que marca la Constitución general y si, en el caso actual, el hecho de ser de urgente necesidad declarar cuatro propiedades de utilidad pública, no se opone a la Constitución.

El C. Pichardo: Pido la palabra, señor presidente. Contesto concretamente las dos interpelaciones que me hace el ciudadano diputado Mijares, en los términos siguientes: Todas las leyes que

rigen en la República deben sujetarse al texto constitucional, no debe haber leyes anticonstitucionales. En cuanto al segundo punto, en el caso especial que menciona el ciudadano diputado Mijares, sí es posible que se expida un decreto por el Congreso de la unión, decretando la expropiación por causa de utilidad pública, en determinados terrenos. Contesto que sí es posible, porque el sistema de expropiación puede ser - y es efectivamente- de dos maneras: primero puede haber expropiaciones que decrete de una manera general el Congreso de la Unión, y puede haber expropiaciones que se sujeten a los términos clásicos de la ley de expropiación por causa de utilidad pública.

El C. Soto y Gama: ¡Peor que antes! (Risas.)

El C. Mijares: compañero Solórzano, ¿me permite usted una interpelación? ¿una consulta como abogado?

El C. Solórzano José Luis: Sí, señor.

El C. Mijares: Me refiero al fraccionamiento de las cuatro haciendas del Estado de Coahuila. He dicho yo aquí y he sostenido, que este caso no está dentro de la reglamentación expedida por esta Cámara sobre el artículo 27 constitucional, porque aquello es una reglamentación para determinar la forma en que se deben hacer los fraccionamientos de latifundios en el distrito Federal y en los Territorios; pero como el artículo 27 constitucional tiene un párrafo que dice: "Las expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemnización.

"La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular el aprovechamiento...", etcétera.

En este caso en el que sesenta mil seres de la región lagunera sufren hambres y están en peligro de amotinarse degenerando este motín probablemente en un levantamiento ya contra el Gobierno del Estado, ya contra el Gobierno federal, pregunto a usted si no sería posible que esa situación de los sesenta mil seres determinara una razón de causa de utilidad pública para que se haga esa expropiación y si no es posible dentro del artículo 27, ya que marca que es posible la expropiación por causa de utilidad pública, que esta expropiación de estas cuatro haciendas, es en todos sus puntos constitucional, puesto que se ajusta a lo expresado por el artículo 27.

El C. Solórzano José Luis: Pido la palabra para contestar.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Solórzano José Luis.

El C. Solórzano José Luis: Entiendo que con un criterio estrictamente jurídico, a quien compete la resolución del problema que plantea el compañero Mijares a la Legislatura del Estado de Coahuila, toda vez que es con sujeción a la ley de expropiación con respecto a la cual debe hacerse la expropiación de las cuatro haciendas que están ubicadas en el Estado de Coahuila.

El C. Manrique: Pido la palabra para interpelar al ciudadano Mijares.

El C. Mijares: Un momento. Compañero Solórzano, el artículo 27 de la Constitución general de la República marca terminantemente que la nación tendrá en todo tiempo derecho de "imponer las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular...". etcétera.

El C. Solórzano José Luis: Pido la palabra. Para que el compañero Mijares no siga perdiendo el tiempo y lo haga perder a la Asamblea, voy a contestarle en dos palabras: Seguramente que es en uso y en ejercicio de la soberanía nacional por lo que se decreta determinada expropiación que interesa a la colectividad, sólo que difiere en el procedimiento que debe seguirse el órgano representativo de esa soberanía nacional. En el caso de las haciendas del Estado de Coahuila, el órgano por medio del cual esa soberanía nacional se manifestaría haciendo que fueran expropiadas por causa de utilidad pública sería la propia Legislatura del Estado de Coahuila.

El C. Mijares, continuando: Muy bien. Como quiera que sea y aunque el compañero Solórzano crea que estoy haciendo perder el tiempo a la Asamblea, he pedido la opinión de dos abogados. La Asamblea sabrá considerar el asunto desde el punto de vista en que debemos mirarlo ya que está de por medio la muerte por hambre de sesenta mil almas en La Laguna. Así es que huelga ya toda discusión sobre el particular. Ya se sabrá también con esto cuál es el verdadero criterio agrarista del ciudadano Díaz Soto y Gama; ya se sabrá también lo que la Cámara determina, viendo por una parte el criterio de una Comisión Agraria y la necesidad urgente que tenemos de resolver el problema, la emancipación de los trabajadores mexicanos. La Asamblea determinará en este caso, y en lo sucesivo ya sabremos que la nación mexicana tiene uno de esos agraristas que ve las cosas según el cristal que tiene en la mano, es decir, según el cristal de sus intereses personales. (Aplausos en las galerías. Voces: ¡No! ¡No!)

El C. Soto y Gama: Como miembro de la Comisión pido la palabra. Procuraré ser lo más claro y los más cortés posible, ya que no se distingue mucho por la cortesía el compañero Mijares. Yo no hablaré de cretinismo. ¿Para qué? Yo no voy a ser el juez respecto del compañero Mijares, ni el compañero Mijares respecto de mí. Así es que no hablare de cretinismo, pero sí hablaré de sentido común, ¿verdad? (Risas.)

El C. Mijares, interrumpiendo: En cualquier sentido hable usted.

El C. Soto y Gama, continuando: Yo no sé si yo soy el que no habla castellano, o el compañero Mijares el que no lo entiende. (Risas. Voces: ¡No lo entiende!) Le he dicho al compañero que estamos desgraciadamente, si el quiere, pero estamos de hecho bajo la vigencia de una Constitución. El invoca a ratos la Constitución y a ratos invoca la revolución contra la Constitución. Que tome resueltamente uno de los dos caminos y entonces nos entenderemos. Quiere el compañero Mijares ajustarse a la Constitución o quiere ajustarse a la ley que faculta a los hambrientos para hacerse justicia por su mano. ¿Quiere colocarse dentro de la Constitución o fuera de la Constitución? ¿Dentro del terreno constitucional o dentro del terreno revolucionario? Este de aquí de la Cámara no es el terreno revolucionario, este es el terreno legislativo, el terreno revolucionario está en los campos de la revolución. De manera que tenemos que

sujetarnos, queramos o no, a la pauta constitucional. El compañero Mijares tiene absoluta razón: la ley suprema de la República, mientras no se derogue por un Congreso constituyente o por una revolución armada en que el pueblo soberano derogue lo ya hecho y cree nuevas instituciones, la ley suprema de la República es la Constitución. Dice el artículo 113. "Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emane de ella y todos los tratados hechos y que se hicieren por el presidente de la República, con aprobación del Congreso, serán la ley suprema de toda la Unión." Así es que esta base es la misma para él y para mí cuando no nos coloquemos en el terreno revolucionario. Tiene él derecho, por supuesto, de ir al terreno revolucionario, pero no confundir ese terreno con el recinto de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión; está hablando con la Comisión Primera Agraria, no con el autor o coautor de una nueva revolución que él propone; tenemos que sujetarnos a esta Constitución por ahora, mientras no haga el señor Mijares la nueva revolución o la haga el pueblo mexicano. De manera que vamos a sujetarnos a esta Constitución, producto de diez años de lucha, expresión máxima de los anhelos del pueblo mexicano o, si se quiere, expresión máxima de las conquistas alcanzadas por el pueblo mexicano; son pocas, yo lo comprendo, se necesita una nueva revolución social. ¿Para cuándo? ¿Lo sabe el compañero? Ni él ni yo, Vendrá una nueva revolución social cuando venga en el mundo entero, cuando la ola revolucionaria norteamericana y europa nos alcance a nosotros, pero no estamos todavía en el momento de la revolución social íntegra, estamos empezando a cosechar los frutos de la revolución mexicana que empezó en 1910 y se cerró en 1920 con el movimiento de Agua Prieta. Ya el movimiento armado paso, estamos dentro de la Constitución producto de ese movimiento armado. Vamos a ver si esa Constitución permite lo que quiere el compañero Mijares. El empieza el Credo por Poncio Pilato y así es muy fácil interpretar todas las leyes...

El C. Mijares, interrumpiendo: Yo no interpreto más que el hambre.

Presidencia del C. ALANIS FUENTES ANGEL

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: Puede leerlo el compañero, puede leerlo la Secretaría:

"Las leyes de la Federación y de los Estados, en sus respectivas jurisdicciones..." -fíjese el compañero-"...determinarán los casos en que sea de utilidad pública la ocupación de la propiedad privada." Ya ve el compañero que es cuestión de jurisdicción ¿Podemos nosotros derogar este artículo constitucional? ¿Puede la 1a. Comisión Agraria, por radical que sea, ir contra la letra de la Constitución? (Murmullos.) Las dos comisiones agrarias la vez pasada hicieron un esfuerzo supremo para buscar un rodeo, un sesgo al artículo constitucional que consistía en la fórmula del artículo 1o. transitorio ¿Cuál fue ese sesgo no aceptado por la Asamblea y rechazado de plano por el Pélece? El siguiente: Puesto que la Constitución, si bien deja a las legislaturas de los Estados la jurisdicción, la capacidad jurídica para dictar las leyes de fraccionamiento de latifundios en sus respectivas jurisdicciones, les fija a la vez un plazo para dar esas leyes, diciendo que debía ser "durante el próximo período constitucional", es decir, durante el período constitucional subsecuente inmediatamente a la promulgación de la Constitución. Y como ese plazo terminó el año de 1918, que fue cuando acabó el período constitucional inmediatamente subsecuente a la expedición de la Constitución, puesto que esto ha sucedido, puesto que las legislaturas de los Estados se han puesto fuera del plazo marcado por el artículo 27, las Cámaras federales reasumen por un momento la soberanía nacional íntegra y dan la Ley de Fraccionamiento de Latifundios para toda la República. Pero a fin de no vulnerar la soberanía de los Estados, el artículo de los Estados, el artículo 1o. transitorio agregaba: "Esto se hará en tanto las legislaturas de los Estados den las leyes para las que están facultados por el artículo 27". El compañero Mijares estuvo presente en todos los debates originados por el artículo 1o. transitorio; sabe que salimos derrotadas las dos comisiones, 1a. y 2a.; sabe perfectamente que en el seno del bloque peleceano o salió derrotado el compañero Siurob; sabe perfectamente que esa derrota originó la salida de Aurelio Manrique, de Manlio Fabio Altamirano y del igualmente honorable compañero Ramos Pedrueza, tan duramente asendereado por sus compañeros del Pélece, calificado injustamente de traidor, y sobre el cual todavía se ceba la injusta odiosidad de sus antiguos compañeros de bloque. Todo esto lo sabe el compañero Mijares. ¿Qué quiere usted que hagamos después de que el artículo 1o. transitorio fue rechazado por la Cámara en virtud del acuerdo peleceano? ¿Vamos nosotros ahora a salirnos fuera del texto expreso de la Constitución federal cuando el Pélece y la Cámara no admitieron el sesgo, el rodeo, la salida que buscamos nosotros para pedir la estricta aplicación del artículo 27, para buscar algo que satisfaciera las necesidades urgentes del pueblo mexicano, algo que pudiera calmar el hambre de los proletarios por los cuales lucha el compañero? El esfuerzo lo hicimos entonces y fracasamos, ¿qué quiere el compañero que hagamos ahora? Sugerirle medios; los medios que le hemos propuesto son los siguientes: primero medio: aplicación de la Ley de Tierras Ociosas, todas las tierras ociosas pertenecientes o no a particulares que haya en el Estado de Coahuila, que pida él que se dediquen al cultivo por parte de los proletarios sin trabajo y sin salario; primera solución. Segunda solución: aplicación de tierras nacionales que no estén enajenadas a particulares. Tercera solución: creación de un nuevo centro de población o de nuevos centros de población decretados como tales por la Legislatura de Coahuila. Ultima solución, que también indicamos al compañero y que él puede seguir: dirigirse a la Caja de Préstamos para que aquellas de las haciendas que él indique y que estén hipotecadas a favor de la Caja de Préstamos sean adjudicadas a la nación en virtur de la hipoteca que tienen, para que una vez en poder de la nación, pueda repartirlas; pero todo esto no es

objeto ni puede serlo de una Ley general. Cuando hay una obsecación tal como la del compañero, es inútil seguir discutiendo, porque como él dice, está resuelto a no dejarse convencer. Yo todo esto lo he hecho con respecto a un compañero a quien deben hacérsele todas las explicaciones por la Comisión, pero no porque esto amerite la menor discusión. Tenía que explicarle al compañero un último punto, que es este: lo más absurdo de su iniciativa es que contra la letra expresa de la Constitución, contra todos los puntos jurídicos, contra el criterio jurídico más elemental, viene a proponer a la Cámara lo más curioso, lo más absurdo que hay en el mundo jurídico: una ley privativa, una ley especial para cuatro haciendas. ¿En qué cabeza cabe que la Cámara, que no es Poder Ejecutivo, sino Legislativo, decrete que se fracionen nada más cuatro haciendas de Coahuila? Y dirá Durango: ¿Y por qué nada más cuatro de Coahuila? Pues nosotros pedimos cinco haciendas de Durango. Y dirá San Luis: nosotros también pedimos diez haciendas, y luego Chihuahua vendrá pidiendo el fraccionamiento de todas sus haciendas; total: que si por una ley privativa, por una serie de decretos especiales, vamos fraccionando todas las haciendas, por una serie de leyes anticonstitucionales, como el compañero no es abogado, tiene disculpa; pero en lo que no tiene disculpa es en encapricharse cuando se le demuestra que no es abogado, ni tiene posibilidad de serlo ni tiene aptitudes para serlo (Risas. Siseos. Aplausos) y ni siquiera conoce la Constitución que quiere aplicar.

"Artículo 13. Nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales.

"Yo, a mi vez, me dirijo a cualquiera de los compañeros abogados, no escogiéndolos, sino al azar, el que quiera tomar la palabra: ¿Qué se entiende en derecho por leyes privativas? ¿No son leyes privativas las que se aplican sólo a casos especiales? Yo quisiera que algún compañero me dijera si estoy en un error; algún abogado, por ejemplo, el compañero Vasconcelos, si no cree que es una ley privativa el fraccionamiento de cuatro haciendas, nombradas por su nombre una por una: Hacienda de El Maguey, hacienda de El nopal, hacienda de La Tuna...(Risas.) ¿Se puede fraccionar por un decreto especial sin fundamentar eso en una prescripción de carácter general? Yo ruego al compañero Vasconcelos me conteste.

El C. Vasconcelos: Con todo gusto, con permiso de la Presidencia. No creo que se trate de una ley privativa; tiene todas las características de un decreto. La diferencia que hay entre un decreto y una ley, como lo sabe el compañero Soto y Gama, es que la ley es de una aplicación general, en tanto que el decreto se refiere a hechos determinados y concretos. En esa virtud, yo creo que el compañero Mijares tiene absoluta razón, a pesar de no ser abogado, para formular esta iniciativa y para sostenerla, porque creo que está apoyado por precedentes jurídicos y por la misma expresión de la Constitución. (Aplausos. Murmullos.)

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: Pues yo felicito al compañero Vasconcelos por su radicalismo de última hora, éste sí de origen netamente político. (Risas. Aplausos) Quiero ser más papista que el papa, más agrarista que los agraristas...

El C. Vasconcelos, interrumpiendo: Para una aclaración..

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: ...más enemigo de la ley que nosotros los que nos declaramos absolutamente contrarios a ese legalismo a la antigua...

El C. Vasconcelos, interrumpiendo: Le ruego que me permita una aclaración.

- El C. Soto y Gama, continuando:...pero yo creo que la Cámara de Diputados hará un pan como unas hostias aprobando semejante decreto. ¿En virtud de qué precepto constitucional la Federación va a fraccionar latifundios ubicados en la jurisdicción del Estado de Coahuila? ¿Cómo va a poder la Cámara de Diputados salirse de este precepto? Le voy a leer al compañero:

"Las leyes de la Federación y de los Estados, en sus respectivas jurisdicciones, determinarán los casos en que sea de utilidad pública la ocupación de la propiedad privada."

¿Va a decirnos el compañero que la jurisdicción de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión se extiende hasta invadir la soberanía de Coahuila? ¿Va a decirnos que nuestra jurisdicción ya no es sólo el Distrito y Territorios federales, sino que abarca a toda la República? ¿Va mañana a proponer el compañero que el Código Civil rija no sólo para el Distrito Federal y Territorios, sino para toda la República? ¿Pues entonces cómo invade la jurisdicción del Estado de Coahuila? ¿En virtud de qué? ¿Desea demostrar que el Pélece se ha vuelto más agrarista que el Partido Agrarista? ¿Por qué el compañero, en unión de su bloque, no estuvo en ese criterio radical cuando se le propuso la aprobación del artículo 1o. transitorio; por qué ese cambio de frente; porqué, entonces, no quiso que se invadiera la soberanía de los Estados ni por una hora, ni por un día; por qué, entonces, clamó aquí, señores, y nos dijo: si yo no puedo permitir que se ultraje el honor de una persona allegada a mí, de una esposa, de una hermana, ni por un minuto, tampoco podemos permitir que se ultraje la soberanía de los Estados ni por un día, ni por un minuto; por qué hoy declara esta república central? ¿ Por qué amplía la jurisdicción de la Cámara de Diputados a toda la República?

El C. Manrique, interrumpiendo: ¿Cuando amenazó con una revolución federalista?

El C. Soto y Gama, continuando: Cuando amenazó con una revolución federalista, como dice el compañero Manrique, si se aprobaba el 1o. transitorio, usted lo dijo, usted amenazó a la nación desde la tribuna con una revolución federalista si se aprobaba el artículo 1o. transitorio, que era menos que lo que usted está sosteniendo ahora, ¿por qué entonces, compañero, ahora usted pide la invasión a la soberanía y que se borre de una plumada esa soberanía del Estado de Coahuila y que nos metamos en la jurisdicción, en el terreno propio del Estado de Coahuila? De manera que pido a la Asamblea tome nota del cambio de criterio del compañero. Se ha declarado en él una revolución mental completa. Yo, como Comisión y como hombre serio que vengo a esta tribuna, no a sostener intereses de partido o a dar golpes teatrales contra el grupo opuesto, sino a sostener lo que dice la Constitución, no tengo nada que agregar absolutamente.

Si el compañero Vasconcelos desea sostener su nueva tesis, está a su disposición la tribuna.

El C. presidente: tiene la palabra el ciudadano Pichardo.

El C. Manrique: Debe hablar un orador del pro.

El C. presidente: Entonces tiene la palabra el ciudadano diputado Manrique.

El C. Manrique: Señores diputados: La mejor prueba de la serenidad y de la ecuanimidad con que procedemos, está en que hemos venido a oponernos a una iniciativa de un compañero nuestro, por considerarla fuera de los preceptos a que estamos obligados a ajustarnos. Que ningún suspicaz halle contradictoria nuestra actitud de hoy con nuestra actitud al defender el artículo 1o. transitorio de la Ley de Fraccionamiento de Latifundios. Para repetir la expresión del ciudadano Díaz Soto y Gama, se trataba en aquel entonces de algo condicional y transitorio, como lo indicaba la categoría misma del artículo que tratábamos de aprobar. El artículo decía, aproximadamente, mutatis mutandis, que sería obligatoria la Ley de Fraccionamiento de Latifundios aquí aprobada, en todos aquellos Estados de la República cuyo Congreso local no hubiese expedido aún la ley respectiva, la Ley de Fraccionamiento de Latifundios, obligatoria dentro de la respectiva jurisdicción. Constituía el artículo 1o. transitorio principalmente un esfuerzo de esta Cámara para estimular a las legislaturas remisas de diversas entidades federativas, a expedir la Ley Reglamentaria del Artículo 27, en sus preceptos relativos al fraccionamiento de latifundios. Y bien, señores diputados; aun cuando esta Cámara hubiese aprobado unánimemente el artículo 1o. transitorio, aun cuando el Senado hubiese aprobado posteriormente ese mismo artículo 1o. transitorio, aún cuando promulgada ya, sin objeciones, por el Ejecutivo, esta Ley para el Fraccionamiento de Latifundios aquí aprobada, estuviese ya su artículo 1o. transitorio vigente en al República entera, fuese ya ley de observancia general, señores diputados, voy a mencionaros un hecho que indica claramente que ya para el Estado de Coahuila no podríamos invocar el precepto consignado en el artículo 1o. transitorio de la ley. Y advertir, debo subrayarlo que estoy hablando dentro del supuesto de que el artículo 1o. transitorio hubiese sido aprobado junto con el resto de la ley, por el Congreso de la Unión. El compañero, señor diputado suplente por el 1er. distrito del Estado de Coahuila, va a servirse contestar a esta atenta interpelación. Compañero Cerda: ¿la Legislatura local del Estado de Coahuila ha expedido ya la Ley de Fraccionamiento de Latifundios que ha de regir en aquella entidad? Compañero Cerda: ¿el Congreso local del Estado de Coahuila expidió ya la ley que fija la extensión máxima de tierra a que se refiere el artículo 27, la extensión máxima de tierra que puede ser poseída por un solo propietario? Sírvase el compañero Cerda contestar mi interpelación.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Cerda para contestar la interpelación del ciudadano Manrique.

El C. Cerda: compañero Manrique: La Legislatura de Coahuila ha expedido ya la Ley de Fraccionamiento de Latifundios; esa ley ha sido promulgada. Tengo que decir que esa ley es una tanteada a la revolución; pero es la verdad que ya está expedida, y creo con usted, que no es posible aplicar allí el criterio revolucionario que pudiera aplicarse si hubiera sido aprobado el artículo 1o. transitorio.

El C. Manrique: Como veis, señores diputados, ya el Estado de Coahuila tiene expedida por su Congreso local una ley, buena o mala, de fraccionamiento de latifundios. El artículo 27, por cuyo vigor propugna el compañero Mijares, cuando nos dice que la Constitución de la república debe estar sobre cualquiera otra ley, el artículo 27 dice clara y textualmente -lo citó ya la Comisión -, que:

"Las leyes de la Federación y de los Estados, en sus respectivas jurisdicciones, determinarán los casos en que sea de utilidad pública la ocupación de la propiedad privada."

Ya ve, pues, el compañero Mijares, que se trata de un elemental problema de jurisdicción; si el compañero Mijares no se dejase obcecar por la pasión del momento y admitiese el criterio dominante sobre lo que por jurisdicción debe entenderse, y esto no es algo contencioso, el compañero Mijares admitirá conmigo que es una ley expedida por el Estado de Coahuila a la que toca determinar el caso que sea de utilidad pública, el caso es que sea de utilidad pública la ocupación de la propiedad privada; en concreto: la propiedad de la hacienda de Hermanas, de San Carlos y de las otras dos mencionadas por el compañero.

Creo, señores diputados, que el debate está prácticamente agotado. Por eso no insisto ni deseo molestar más vuestra atención. No basta, compañero Mijares, que algo que deseemos sea bueno; si no hay una facultad expresa en la Constitución, si no hay una facultad constitucional expresa que nos permita obrar como lo quisiéramos no podremos como cuerpo colegiado dictar disposición ninguna. Si el compañero Mijares hubiese propuesto que se fijase determinada partida en el Presupuesto -y sólo así me explico que este dictamen lo haya firmado, lo haya estudiado también la Comisión de Presupuestos y Cuenta-, si el compañero Mijares hubiese propuesto que se fijara en la Ley de Egresos una partida para que esta Cámara diese un decreto especial autorizando al Ejecutivo de la Unión para entregar al Gobierno del Estado de Coahuila una cantidad determinada para la expropiación de estos latifundios, enhorabuena, podría hacerlo esta Cámara; pero la iniciativa misma del ciudadano Mijares indica claramente que la expropiación decretada por causa de utilidad pública debe determinar el pago a los propietarios expropiados de una cantidad igual a la fijada en el catastro, más un diez por ciento, cantidad que deberá entregárseles en bonos de una deuda especial. Ya veis, pues, ciudadanos diputados, que la misma iniciativa del diputado Mijares excluye expresamente toda intervención de esta Cámara de Diputados. Yo pido, pues, atentamente al compañero Mijares que medite alguna otra iniciativa que pueda contar con nuestra cálida aprobación; pero esta iniciativa concreta de intervención en unas haciendas de la exclusiva jurisdiccion del Estado de Coahuila, no podemos aprobarla, ciudadanos diputados. (Voces: ¡A votar!)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Vasconcelos.

El C. Vasconcelos: Señores diputados: Las

interpelaciones que me hizo hace un momento el ciudadano Soto y Gama, la carga de artillería parlamentaria que preparó para mí y que vino desarrollando desde esta tribuna sin preparación, no lo sé, me obliga ante todo a hacer esta rectificación: Al defender este asunto no he visto absolutamente el carácter o cariz político que tenga en consonancia o en desacuerdo con los lamentables acontecimientos que se han suscitado de día en día en esta Cámara y de los que, por cierto, yo he estado muy alejado. Cumplo al venir a esta tribuna con el ofrecimiento que le hice al compañero Mijares en el sentido de defender esta iniciativa. Lejos de mí, pues, la intención de hacer de este debate, que me parece debe elevarse por todos conceptos, una cuestión política y un golpe teatral de cualquiera significación que se le quiera dar. Saben perfectamente mis compañeros de Cámara que de acuerdo con la Asamblea o en contra de la asamblea, siempre muy modestamente, pero con una entereza que sin vanagloria puedo decir que es característica en mí, he venido a defender lo que me ha parecido la verdad.

Ante todo, señores, creo que el problema que presenta la iniciativa del ciudadano Mijares tiene dos fases: la primera la ha tratado ya el ciudadano Mijares desde el punto de vista muy favorecido por sus conocimientos; nos ha indicado cuál es la situación obrera en la región de La Laguna, nos ha pintado con todos los caracteres que él ha tenido a mano, supuesto que conoce la región, cuáles son las circunstancias o las condiciones en que aquella gente se encuentra. Yo creo que la Asamblea se ha dado una perfecta cuenta de que el problema en sí existe y que es necesario, según las indicaciones del compañero Manrique - muy atinadas en esa parte de su discurso -, ver si existen disposiciones constitucionales o de otra índole que justifiquen la intervención necesarísima del Poder federal o del Gobierno federal en la resolución de ese problema. La primera fase, pues, la ha tocado ya el compañero Mijares y la Asamblea sabrá si el compañero Mijares tiene o no tiene razón. La Asamblea, si conoce la Ley de Disolución de Latifundios o de Fraccionamiento de Latifundios del Estado de Coahuila, comprenderá o, más bien, se dará una cuenta cabal de si es absolutamente necesaria o no la iniciativa del compañero Mijares. Por lo que a mí toca, pugno en estos momentos sin pasión de ninguna especia, sin que trate de herir absolutamente ni la susceptibilidad ni el amor propio, ni la reputación profesional ni los conocimientos de las personas que han contendido en este debate; trato de señalar el grave error en que se encuentran los impugnadores de esta iniciativa, en cuanto al fondo jurídico, y me permito decir estas palabras porque creo que es absolutamente necesario que vayamos formando nuestros procedentes legislativos, y en el caso presente no sólo nuestros procedentes legislativos, sino consolidando, estereotipando los precedentes mexicanos. Los intérpretes de la Constitución de 57 eran menos pusilánimes para dar resoluciones o interpretaciones a ella, de lo que son estos briosos batalladores don Aurelio Manrique y don Antonio Díaz Soto y Gama; porque dentro de la Constitución de 57 cabía la expropiación y se llevaron a cabo muchas expropiaciones, en virtud de que el cuerpo legislativo o el Congreso así lo creyó pertinente. Y hoy, cuando creemos que hemos avanzado, cuando hemos limitado jurisdicciones, cuando hemos precisado el verdadero concepto o vamos a precisar el verdadero concepto de la utilidad pública y de su consecuencia: la expropiación, nos resultan estos señores con temores monjiles de que se viola la Constitución, cuando no creo yo que ellos sean los más autorizados para hablar de su grande y de su serio respeto hacia la Constitución. Trato, pues, en estos momentos de sentar esta tesis: el Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados tienen en determinados casos jurisdicciones que se confunden: me refiero a la jurisdicción territorial, la facultad que tienen estos cuerpos colegiados de declarar cuándo una obra cualquiera es de utilidad pública y su consecuencia, la expropiación, es algo que todo el mundo que sabe algo de Derecho conoce que se llama jurisdicción; pero en otro terreno, en el terreno a que nos llevan los impugnadores de la iniciativa del compañero Mijares, establecen que las legislaturas de los Estados tienen como límite de jurisdicción territorial los de sus propios Estados y que esa jurisdicción no podemos invadirla los legisladores generales. Eso es un gravísimo error, porque en tal caso, señores impugnadores de la iniciativa del compañero mijares, nos encontraríamos con las manos atadas para poder legislar en toda la República en materia de utilidad pública y de expropiación; nos veríamos atados porque habría una pugna entre las facultades de las legislaturas locales y las del Congreso de la Unión. No creo que eso deba interpretarse así; no creo que deba haber esa absoluta reserva de facultades a las legislaturas locales dentro de su territorio, sino que hay una obra de colaboración, una acción en que la soberanía local no excluye el ejercicio de la soberanía nacional. ¡Cuántas veces, señores, en época de la vigencia de la constitución de 57 se expedía un decreto en esta forma: se declara de utilidad pública la expropiación de la casa que ocupó en Michoacán el benemérito don Melchor Ocampo! Y por un decreto del Congreso de la Unión se llevaba a cabo aquella expropiación, en virtud de que previamente se había declarado de utilidad pública el hecho, y se fundaba una escuela. ¡Cuántas veces el poder federal declaraba de utilidad pública la fundación o la construcción de un edificio cualquiera, hasta de un jardín, decretando el Congreso de la Unión que se declaraba de utilidad pública esa obra, y no creo yo que se haya invadido la soberanía de ningún Estado. de la República. En esa virtud, pues, yo creo que la iniciativa del compañero Mijares está perfectamente fundada. El compañero Mijares tiene perfecta razón al considerar que es preciso, por lo que se refiere a nosotros, no sólo sentar el precedente de que sí podemos legislar en materia de expropiación pública o en materia de expropiación dentro de las entidades federativas, sino que no haremos con esto o no iniciaremos con esto un movimiento en pro de las facultades constitucionales que tenemos, puesto que haremos algo menos, pero no de menor importancia: conservar nuestros precedentes legislativos. Muy bien ha asentado el compañero Pichardo cuál es la función del Poder Público en los casos

de declaraciones de utilidad pública y su consecuencia: la expropiación. Hay casos en que una ley que tiene carácter general, como se lo acabo de indicar al compañero Soto y Gama, declara que para tales y tales fines se conceptúa de utilidad pública, o que tales y tales fines se conceptúan de utilidad pública y que, en esa virtud, cabe la expropiación. En otros casos por medio de un decreto, como lo propone el compañero Mijares, se declara utilidad pública. tal obra, y, en consecuencia, se autoriza al Ejecutivo para que proceda a su expropiación, de acuerdo con las prevenciones de la materia. Son los dos casos de aplicación de una ley o de un decreto. El Compañero. Mijares nos propone un decreto.Si la Asamblea cree que el compañero Mijares tiene perfecta razón en cuanto al fondo material o social del asunto, y con toda franqueza opino que no debe la Asamblea tener ningún escrúpulo legal para votar en el sentido de la iniciativa presentada por el compañero Mijares.(Aplausos.)

El C. presidente: No habiendo ya inscrito ningún orador en contra, tiene la palabra en pro el ciudadano Pichardo.

El C. Pichardo: Considerando que el debate está agotado y que ya la Asamblea habrá formado su criterio sobre este punto, renuncio al uso de la palabra.

El C. Días Soto y Gama: Como miembro de la Comisión, pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Días Soto y Gama: La situación a que quiere llevarnos el compañero Vasconcelos es todavía más original y estrambótica que la situación en que se había colocado al principio. Nos viene soltando esta tesis: la Constitución de 57 es más radical en materia agraria que la Constitución de 17. ¡Esto no se había dicho nunca! Hasta aquí creíamos que la Constitución de 17 se había hecho para resolver el problema agrario y que la Constitución de 57 impedía la resolución de ese problema; es decir, que la Constitución de 57 apoyaba a los latifundistas y la constitución de 17 destruía el latifundismo; pero el compañero Vasconcelos, llevado de su deseo de dar un golpe mortal , según él, a la obra agrarista, viene a decirnos: ¡Pero cómo ustedes los agraristas se ponen en un terreno menos radical que el de la Constitución de 57! Y se puso a meterse en un berenjenal, en un zarzal del que no sabía cómo salir al explicarnos cómo se hacían las expropiaciones por causa de utilidad pública en la época de la vigencia de la Constitución de 57. Francamente no gusto de quitar el tiempo a la Asamblea y por eso vacilaba venir a la tribuna; pero puesto que el compañero no sabe cómo se hacían esas expropiaciones y por qué causas, se lo voy a explicar. No necesitaría explicarlo a esta Asamblea; la considero suficientemente conocedora de las dos Constituciones para que sea necesaria la explicación: pero sí voy a explicar la forma de aplicación de la Constitución de 57 en materia de expropiación la compañero Vasconcelos, por distraído que se finja, porque hay un adagio que dice que no hay pero sordo que el que no quiere oír. Naturalmente no le conviene oír la refutación de sus sofismas; de todos modos, con la atención de él o sin ella, le explicare en qué forma se expropiaba durante la vigencia de la Constitución de 57.

La Federación expropiaba, fíjese bien el joven compañero, para obras de utilidad pública. ¿Y saben ustedes cuáles eran las obras de utilidad pública a las que se aplicaba la expropiación? La construcción de caminos de hierro, la construcción de carreteras, la construcción de faros, la construcción de un mercado, la apertura de un jardín, etcétera; pero nunca se creyó entonces, ni nadie dijo que se podía expropiar un latifundio para repartirlo. La novedad de atacar la propiedad privada, la novedad de restringir el límite de la propiedad privada, la novedad de crear la pequeña propiedad por medios violentos, es una novedad revolucionaria. De manera que no cree usted que ha sido inútil la revolución; no crea usted que la resolución del problema agrario cabía dentro de los límites de la Constitución de 57. No esté usted creyendo que la Constitucíon de 57 autorizaba el fraccionamiento. de los grandes latifundios. No crea usted que la Constitución de 57 establecía el régimen de la propiedad relativa. No, compañero; pero la Constitución de 57 declaraba la inviolabilidad de la propiedad. ¿Ya lo olvidó usted, compañero? ¿Ya olvidó usted el texto del artículo 27 de la Constitución vieja? El artículo 27 de la Constitución vieja decía: "La propiedad privada es inviolable."

(Murmullos.) ¿No lo decía así?...

El C. Vasconcelos, interrumpiendo: No es serio eso que está usted diciendo.

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: ¿Cómo que no es serio? ¿No es serio lo que yo estoy diciendo? ¡Lo que no es serio es todo lo que usted decía, de que en la constitución de 57 se iba más lejos que adonde íbamos nosotros! ¡Y usted ha dicho eso! ¡Y ha dicho usted algo peor antes! Durante toda la discusión del artículo 1o. transitorio, usted se declaró feroz, intransigente federalista, y hoy se nos vuelve usted feros y tonto centralista, porque no tiene usted en qué basar su centralismo. Usted aquí en esta tribuna - se lo ha recordado a usted Manrique y se lo recuerdo yo ahora - anunció como oaxaqueño, y así le tomé a usted el pelo, como oaxaqueño, entonces anunció usted, en nombre de la soberanía de Oaxaca y en nombre de las soberanías locales, anunció usted en nombre de la soberanía de los Estados, que vendría una atroz, una tremenda revolución federalista, y hoy lo olvida usted. ¿No es cierto esto, compañero Manrique? ¿No lo recuerda toda la Cámara?(Murmullos.)

¿No es cierto eso?...

El C. chapa, interrumpiendo: ¡No!

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: ¿cree el compañero Chapa que el DIARIO DE LOS DEBATES se va a destruir, que se va a evaporar, que va a reducirse a aire o a polvo nada más porqué a él no le conviene ahorita que el P. L. C. haya sido reaccionario al rechazar el artículo? (Aplausos de las galerías.) ¿Cree el compañero que se va a borrar de la memoria de la nación la discusión tormentosa del artículo 1o. transitorio y la oposición reaccionaria del Pélece al propio artículo, nada más por que no le conviene que se le recuerde la actitud que entonces asumió? (Aplausos.) ¡Es el colmo de la audacia y de falta de seriedad política querer que la nación olvide la discusión famosa, la

discusión sintomática del artículo 1o. transitorio, en que el Pélece se reveló francamente atrasado, perfectamente enemigo del proletariado! (Aplausos.)

El C. borrego: ¡No es cierto! - El C. Díaz Soto y Gama: Entonces el Pélece careció de la clarividencia necesaria para ir adonde queríamos ir nosotros: a calmar el hambre del proletariado de la ciudad y del campo por medio del inmediato fraccionamiento de los latifundios. Nosotros, como buenos agraristas, como revolucionarios honrados, decíamos -y allí está EL DIARIO DE LOS DEBATES, a pesar de usted, compañero Chapa, y a pesar de usted, ciudadano Vasconcelos, y a pesar de todo el Pélece-, nosotros sosteníamos que hace diez años que se está ofreciendo tierras al pueblo; que hace diez años que el pueblo está esperando que se le cumpla esa promesa; que si no se le cumple inmediatamente, iremos quizá a una nueva revolución, y que para no atenernos a las torpezas de las legislaturas, a esas recuas de cerdos, como calificó el compañero Mijares apasioanadamente, pero quizá con un fondo de justicia, a la Legislatura de Coahuila; para no atenernos al reaccionarismo, a la venalidad y a la sugestionabilidad de las legislaturas queríamos, para evitar revoluciones, para evitar amenazas de revolución, para evitar descontentos, para calmar el hambre no sólo de pan, sino de justicia que ha tenido el pueblo mexicano, que se declarase que por encima de una Constitución mal interpretada estaba la interpretación racional, y entonces el Pélece cobardemente, olvidándose del hambre el pueblo y volteándole la espalda a la revolución, declaró, previas discusiones tormentosas en el seno de su bloque y previas discusiones en esta Cámara, que de ninguna manera consentiría en que la Federación invadiese la soberanía de los Estados.

Y hoy el compañero Vasconcelos, creyendo que la nación no tiene memoria y que nosotros los diputados ignoramos lo que aquí paso, que estamos enfermos de amnesia, que estamos privados del uso de nuestras facultades mentales, viene a sostener precisamente lo contrario. Yo digo a la nación, yo digo a la Asamblea, yo digo a todos vosotros si eso es serio o si eso es un timo de radicalismo, ejercitado ese timo por aquellos que no supieron estar a la altura de su deber en el momento trágico, en el momento crítico de la Ley agraria! ¿Que ya olvidó el Pélece que por su conducta reaccionaria, moderada, vieja, antigua, anticuada, por eso vinieron a invadir esta Cámara los obreros, portando...? (Aplausos.)...Por eso los obreros, con verdadero instinto, con verdadera clarividencia, viendo no sólo por ellos, sino por sus hermanos de la Laguna, por sus hermanos de Tampico; viendo el presente y adivinando el porvenir; viendo la crisis de hambre de Tampico y viendo la crisis de hambre de La Laguna, ellos, con esa clarividencia todopoderosa del pueblo, el único coloso en materia de inspiración, el único que sabe adivinar el porvenir, ellos, los pobres hombres, los contados hombres que invadieron esta tribuna, vinieron a deciros:"¡No seais imbéciles!...(Aplausos.)...¡No seais imbéciles, ciudadanos representantes, el pueblo viene a recordaros vuestro deber. Por encima de una interpelación seca y tonta, por encima de una interpretación de leguleyo y tinterillo de la Constitución, está el hambre del pueblo, la que hoy invoca el compañero y la que entonces invocábamos nosotros; por encima de una ley seca, que no se mueve, está el dinamismo y realidad de la vida nacional que exige pujantemente que desde hoy se den las tierras y no se amparen los legisladores detrás de una soberanía local que han profanado, que han manchado las legislaturas al no ponerse dentro de las exigencias de la Constitución. ¿Han olvidado ya ustedes, señores peleceanos, que al olvidar los intereses del pueblo, los sacrificios del pueblo, la sangre y el hambre del pueblo, obligaron a una fracción del pueblo a resumir por un momento, por diez minutos de valor del pueblo y cobardía de muchos de sus representantes, la verdadera soberanía nacional que no otra fue la significación de la invasión de esta Cámara por un grupo de obreros que vinieron a exigir de los representantes el cumplimiento de diez años de promesas, como la compensación de diez años de sacrificios? (Aplausos. Gritos en las galerías.) ¿Cómo es posible admitir seriedad y sinceridad en personas como el compañero Vasconcelos, como Chapa y los demás peleceanos que hoy quieren retractarse - cuando ya no es tiempo-, de su oposición al artículo 1o. transitorio? Hoy sí comprenden que es causa de utilidad pública la que obliga a evitar que se mueran de hambre sesenta mil obreros; ¿por qué no vieron eso en los momentos en que se los advertíamos nosotros? ¿Por qué en el mes de mayo o en junio, cuando se discutía el artículo 1o. transitorio, no pasaron por encima de las mezquinas soberanías locales que nada son ni nada significan ante la total, ante la íntegra soberanía popular representada por el esfuerzo revolucionario que quería entonces y quiere hoy y seguirá queriendo, hasta que se le dé, el inmediato cumplimiento del reparto de tierras? ¿Dónde está lo ilógico de parte de nosotros que echamos en cara a los peleceanos su prevariación revolucionaria, (Aplausos.) o de parte de ellos, que después de haber prevaricado, después de haber cerrado los ojos ante la evidencia, fingieron una indignación que no sentían contra el acto viril de los obreros que vinieron a esta tribuna a recordar a los representantes del pueblo sus deberes? ¿De parte de quién está la razón? ¿De parte de nosotros, a quienes se nos cerró entonces el camino de la legalidad que ofrecíamos y hoy se nos invita a que hagamos algo contra la legalidad de parte de ellos, cuando ellos precisamente nos obligaron a nosotros a no salirnos de las normas legales, para entrar a la norma de ajustamiento a las necesidades nacionales? ¿Quiénes son los que tienen la razón? ¿Quiénes son los lógicos? ¿ellos prevaricando o nosotros que a tiempo señalamos el peligro y quisimos acudir a la satisfacción de las necesidades nacionales, por las que hoy clama valientemente el compañero Mijares? ¡Tiene usted razón! La Cámara Nacional, no por culpa de nosotros...(Aplausos.) sino por culpa...(Aplausos.) ...La Cámara Nacional compañero Mijares, la Cámara de Diputados, la que por esencia y por definición es la verdadera Cámara popular, no por culpa de nosotros, repito, los agraristas, los del Social - Demócrata que estuvimos a la altura de nuestro papel planteando el problema al pedir que se aprobase el artículo 1o. transitorio;

no por culpa de nosotros, sino por culpa de un grupo retrasado, de un grupo legalista, de un grupo de hombres que no se pusieron a la altura de sus deberes como revolucionarios, por eso la Cámara Nacional, repito, llevada por una mayoría que tiene una inmensa, una grandísima responsabilidad ante la nación, la Cámara Nacional se apartó del pueblo, se apartó de la revolución y se apartó de la verdadera justicia revolucionaria; pero esos culpables son los peleceanos, compañero. (Aplausos.) No son los agraristas que durante cuatro o cinco meses... (Gritos. Aplausos.) nos expusimos a todos los denuestos, a los insultos más bajos y a las injurias más canallescas por parte del grupo que no quería, que no quiso que la Ley de Latifundios fuese una ley nacional; culpa es de ustedes, compañero Vasconcelos, culpa es de su bloque que estuvo contra lo que nosotros pedíamos, que era el exacto cumplimiento de la promesa del reparto de tierras. ¿Por qué se separó de ustedes Manrique, por qué se separó de ustedes Manlio Fabio Altamirano, por qué se separó Ramos Pedrueza? ¡Qué mala memoria teneís! Porque no quisieron compartir con la mayoría esa responsabilidad que la nación está dispuesta a exigirle y que nosotros sabremos hacer efectiva por todos los medios, en todas las formas y con toda la energía necesaria. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Mijares.

El C. Mijares: Ciudadanos diputados: Lamento que un bando y otro, el bando mío, el que políticamente debió haber aprovechado esta circunstancia en que los peleceanos se declaraban a favor de un proyecto precisamente que igualaba al famoso artículo a que tanto hace alusión el compañero Díaz Soto y Gama, muestren su alegría o su oposición a las hermosas palabras, pero no más que palabras, del citado compañero. (Gritos en las galerías.) Señores diputados; en estos momentos en que la alegría y la oposición se ven en este recinto que debería ser la palacea de todos los sufrimientos del pueblo, estamos aquí con politiquerías, cuando podría aprovecharse el momento para sacar de la miseria a los sesenta mil seres que sufren hambre en La Laguna. ¡Es ilógico esto! Los trabajadores deberían fijarse en lo que se está discutiendo; los trabajadores que ocupan las galerías deberían no dejarse llevar por principios de partidos, por solidaridad a los grupos, sino que deberían pensar en que la causa del obrero es única. Pocos de las galerías, pero los que hay aquí de La Laguna y de San Pedro de las Colonias, saben en qué estado se encuentran los trabajadores de aquella región y, sin embargo de eso, cuando el compañero Díaz Soto y Gama, para atacar políticamente, olvidando los principios de emancipación del proletariado, viene aquí, en lugar de haberse callado, ¡qué falta le hacía al compañero íaz Soto y Gama venir a hablar y venir a excitar las pasiones políticas, para perder una oportunidad de emancipar a un grupo de trabajadores!

Esto yo nunca lo he creído justo ni honrado, ni cabe suponerlo en los hombres de corazón firme y bien puesto. ¡A mí no me importa el Pélece! El Pélece sabe que a Aureliano Mijares no lo va a comprar por aliviar la situación de sesenta mil trabajadores. Ellos saben perfectamente bien que de los únicos, quizá el único que desde un principio estuvo en contra del Pélece, no obstante que estuvo en peligro de no ocupar su curul, curul que el único que sabía aquí que la había ganado honradamente era el compañero Manrique, no me hizo ni siquiera en esa oportunidad irme a presentar a aquel grupo poderoso que se llamaba bloque Peleceano. Lo que yo veo aquí, lo que yo miro de una manera cierta, es que en el momento en que los revolucionarios pudieran aprovechar la oportunidad de emancipar a los trabajadores de la Laguna, se viene aquí a hablar precisamente para evitar quizá la única ocasión de llevar a cabo la mejoría de sesenta mil seres que padecen hambre y que sufren, y que nosotros nos olvidamos de ver la cuestión desde ese punto de vista, porque tanto el compañero Díaz Soto y Gama como el que habla están ganando treinta y tres pesos diarios.

Ciudadanos compañeros: Vosotros os habreís formado un juicio. Yo estoy satisfecho porque se ha debatido la cuestión, porque los que están aquí de la Laguna sabrán decir a la altura que estuvo la Cámara e irán a decir allá lo que se hace aquí en bien de los principios revolucionarios. Estoy, pues, satisfecho y a vosotros os dejo los sesenta mil seres que mueren de hambre, en vuestros pechos y en vuestras manos. (Aplausos.)

El C. secretario Pérez Gasga: Habiendo hablado los oradores inscriptos...

El C. Manrique, interrumpiendo: ¡Una aclaración!

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Señores diputados: Como no tengo ya derecho para usar de la tribuna nuevamente en pro del dictamen, sólo me permito aclarar que estamos inspirados todos, como el que más, por el deseo de remediar la situación de los trabajadores del Estado de Coahuila; pero el compañero Aureliano Mijares no sabe olvidar una cosa: no basta expedir una ley para que ésta sea efectiva. Esta ley será rechazada por el Senado; esta ley aprobada por el Senado, si suponemos que la aprobase, sería objetada por el Ejecutivo y, finalmente, esta ley aprobada por el Congreso de la Unión y promulgada por el ejecutivo sin objeciones, sería resistida en su aplicación no sólo por los propietarios del Estado de Coahuila, sino por el propio Gobierno del Estado; y el Poder Judicial representado por los jueces de Distrito estaría siempre del lado del Gobierno de Coahuila y de los propietarios de allá. Esta es la dolorosa verdad; en consecuencia, lo que nos detiene para aprobar la iniciativa del compañero Mijares no es una disención radical, no es que de él disintamos puesto que por el contrario, pensamos como él y como él creemos; es la convicción de que esta ley aprobada por nosotros, si llegásemos a aprobarla, se estrellaría contra la dolorosa realidad.

El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Díaz Soto y Gama: Aunque la Comisión Agraria que tengo el honor de presidir conviene en que es perfectamente disparatado y antijurídico lo que el compañero propone, para demostrarle hasta qué punto es injusto con nosotros y que

no va por el camino de la razón, nosotros los miembros de la Comisión Agraria y todos los miembros del bloque Social votaremos en sentido negativo el dictamen y aprobaremos las absurdas proposiciones del compañero para que él vea con sus ojos cómo son rechazados con enormes y ensordecedores gritos por el Senado; cómo nos ponemos en ridículo ante el Ejecutivo y cómo con su decreto famoso no logra más que un cúmulo de amparos, todos perfectamente fundados en la Constitución. Pero para demostrarle que somos solidarios con el proletariado, vamos a votar sus proposiciones para que resulten completamente ineficaces.

El C. secretario Pérez Gasga: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se considera este asunto suficientemente discutido.Los que ésten por la afirmativa se servirán ponerse en pie. Suficientemente discutido. En la misma forma de votación se pregunta si se aprueba el dictamen. (Voces: ¡No! ¡No!) Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse en pie. (Voces: ¡No! ¡No!) No se aprueba el dictamen.

El C. Zubaran: ¿Cómo es eso, señor? Pido la palabra como presidente de la Comisión. Tiene que ser votación nominal.

El C. secretario Pérez Gasga: ¡Es un acuerdo económico!

El C. Zubaran: Pido que se repita la votación.

(Voces: ¡Ya está hecha la declaratoria!) ¿Cómo es posible esto? (Murmullos. Desorden. Campanilla.)

El C. Presidente: Habiendo llegado la hora reglamentaria, se levanta la sesión y se cita para mañana a las once de la mañana. (8.35 p. m.)