Legislatura XXXIX - Año II - Período Ordinario - Fecha 19441017 - Número de Diario 9

(L39A2P1oN009F19441017.xml)Núm. Diario:9

ENCABEZADO

MÉXICO, D. F., MARTES 17 DE OCTUBRE DE 1944

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registro como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO II.- PERÍODO ORDINARIO XXXIX LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 9

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 17 DE OCTUBRE DE 1944

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Relación de los asuntos que serán tratados en esta sesión. Lectura y aprobación del acta de la sesión anterior.

2.- Oficio del Congreso de los Estados Unidos de Venezuela comunicando su acuerdo en el sentido de enviar un mensaje de simpatía a las Naciones Unidas. Trámite: De enterado satisfacción.

3.- Se turnan a las comisiones respectivas los proyectos de decretos aprobados por el Senado que conceden permiso constitucional a los CC. general Tomás Sánchez Hernández, licenciado Raúl López Franco y Angel Cazarín Alvarez.

4.- Cartera.

5.- Se turnan a las comisiones respectivas el proyecto de Ley Orgánica Municipal para los Territorios Federales y las correspondientes solicitudes de la Sección número 47 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, y de la señora Juana Lira viuda de López.

6.- A moción del C. diputado Federico Medrano V., se presenta una proposición suscrita por numerosos ciudadanos diputados para que se nombre una comisión que estudie el problema de las subsistencias. Se aprueba la proposición. Se nombra la comisión.

7.- Se concede la palabra a los señores Porfirio Herrera y Arturo Despradel, miembros del Congreso Legislativo de la República Dominicana y al C. diputado Andrés Serra Rojas en representación de esta Cámara. Lectura de la Orden del Día para la sesión inmediata. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. GRACIANO SÁNCHEZ

(Asistencia de 78 ciudadanos diputados).

El C. Presidente (a las 13.10): Se abre la sesión.

El C. secretario Ramírez Melquiades: Se va a dar lectura a la relación de los asuntos que serán tratados en esta sesión:

"I. Acta de la sesión anterior.

"II. Comunicación del Congreso de Venezuela en que expresa su sincera simpatía y formula votos por la victoria de los ejércitos que luchan por obtener la liberación de Europa.

"III. Comunicación de la Cámara de Senadores. Comunicaciones de las Legislaturas y los Ejecutivos de los Estados.

"VI. Proyecto de Ley Orgánica Municipal para los Territorios Federales que presenta la Comisión Especial designada por esta Cámara.

"V. Ocurso de la Sección número 47 del Sindicato de trabajadores de la Industria Cinematográfica.

"Solicitud de pensión de la señora María Lira viuda de López, como viuda del extinto trabajador de esta Cámara, C. Jesús López".

- El mismo C. Secretario: Se va a dar lectura al acta de la sesión anterior.

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del XXXIX Congreso de la Unión, el día diez de octubre de mil novecientos cuarenta y cuatro.

"Presidencia del C. Graciano Sánchez.

"En la ciudad de México, a las trece horas y quince minutos del martes diez de octubre de mil novecientos cuarenta y cuatro, se abre la sesión con asistencia de setenta y ocho ciudadanos diputados, según lista que previamente pasó la secretaría.

"Se dan a conocer los asuntos que se tratarán en esta sesión.

"Sin debate, se aprueba el acta de la sesión anterior efectuada el veintinueve de septiembre próximo pasado.

"Se da cuenta con los documentos en cartera:

"Oficio de la Cámara de Senadores con el que remite el expediente que contiene la minuta proyecto de decreto aprobado por aquella Cámara, concediendo permiso constitucional al C. general de división Lázaro Cárdenas, Secretario de la

defensa Nacional, para poder aceptar y usar la condecoración que tuvo a bien otorgarle el Gobierno del Paraguay".- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"Oficio de la Cámara de Senadores al que acompaña el expediente que contiene la minuta proyecto de decreto aprobado por aquella Cámara, concediendo permiso constitucional al C. general de división Francisco L. Urquizo, Subsecretario de la Defensa Nacional, para poder aceptar y usar la condecoración que tuvo a bien conferido el Gobierno del Paraguay.- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"Oficio de la Cámara de Senadores con el que envía el expediente que contiene la minuta proyecto de decreto aprobado por aquella Cámara, concediendo permiso constitucional al C. licenciado Jaime Torres Bodet, Secretario de Educación Pública, para poder aceptar y usar la condecoración que tuvo a bien otorgarle el Gobierno del Paraguay.- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"Oficio de la Cámara de Senadores con el que remite el expediente que contiene la minuta proyecto de decreto aprobado por aquella Cámara, concediendo permiso constitucional al C. Manuel Tello, Subsecretario de Relaciones Exteriores, para poder aceptar y usar la condecoración que tuvo a bien conferirle el Gobierno del Paraguay.- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"Oficio de la Secretaría de Gobernación, al que acompaña el proyecto de decreto del Ejecutivo de la Unión a fin de que se conceda permiso a los ciudadanos mexicanos para que, sin perder su ciudadanía mexicana, puedan prestar servicios civiles o militares durante la presente guerra, a cualquier Gobierno de las Naciones Unidas que luchan contra los países con los cuales el nuestro se encuentra en estado de guerra, siempre que tales servicios estén encaminados a la derrota de dichos países.- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"La Secretaría de esta H. Cámara de Diputados, rinde el estado que manifiesta el número de expedientes tramitados en el mes de septiembre último por las Comisiones Permanentes de la propia Cámara.- Insértese en el Diario de los Debates.

"La Legislatura del Estado de Coahuila avisa que con fecha 25 de septiembre, inauguró un período extraordinario de sesiones, y da a conocer la forma en que se integró su Mesa Directiva.- De enterado.

"La Legislatura del Estado de Chihuahua participa que, con fecha 11 de septiembre, inauguró y clausuró su noveno período extraordinario de sesiones a que fue convocada por su Diputación Permanente.- De enterado.

"El Congreso del Estado de Jalisco comunica que el primero de octubre inauguró el segundo período ordinario de sesiones, correspondiente al segundo año de su ejercicio, y da a conocer la forma en que se integró su Mesa Directiva.- De enterado.

"La Legislatura del Estado de Oaxaca informa que, el 30 de septiembre, designó presidente y vicepresidente de su Mesa Directiva para el mes de octubre.- De enterado.

"El Congreso del Estado de San Luis Potosí comunica que el 15 de septiembre inauguró el segundo período ordinario de sesiones correspondiente al segundo año de su ejercicio, y da a conocer la forma en que se integró su Mesa Directiva.- De enterado.

"Telegrama procedente de Tlaxcala, Tlax., en que informan los CC. Carlos Carranco Estrada y Fortino Rodríguez Escalante, que la XXXVII Legislatura local celebró su sesión correspondiente al 4 de octubre, con asistencia de numerosos funcionarios.- De enterado.

"El C. Alfredo Chávez comunica que volvió a hacerse cargo del Despacho del Poder Ejecutivo de Chihuahua, terminada la licencia de que disfrutó.- De enterado.

"El C. diputado Mauro Angulo avisa que, con fecha 5 octubre y en virtud de la designación hecha en su favor por el Congreso local, asumió el cargo de Gobernador Constitucional Interino del Estado de Tlaxcala.- De enterado.

"Solicitud de licencia del C. diputado Lic. Mauro Angulo, para estar separado de sus funciones como representante popular durante tres meses diez días. Previa dispensa de trámites y sin discusión, se le concede licencia por el término de dos meses.

"El C. licenciado Roberto García Moreno participa que, el 19 de septiembre, asumió el cargo de Procurador General de Justicia del Estado de México.- De enterado.

"El C. contador Mayor de Hacienda, por conducto de la Comisión Inspectora, comunica que en el Estado número 13 de las Cuentas de la Hacienda Pública de los años de 1938 y 1939, que envió la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, figura una relación de créditos incobrables... $ 351,135.50 y $ 43,049.81, respectivamente, y propone su cancelación.- Recibo y a la Comisión Inspectora de la Contaduría Mayor de Hacienda.

"Dictamen de la Segunda Comisión de Gobernación, sobre la proposición presentada por el C. diputado José María Suárez Téllez para que se dirija oficio al C. Secretario de Comunicaciones, pidiéndole se recomiende a la líneas de camiones con asientos numerados, así como a la Compañía Pullman, se reserven hasta media hora antes de su salida dos localidades para miembros del Poder Legislativo Federal, y que tomen empeño los CC. Presidentes de la H. Comisión Permanente y a la Comisión de Control Político para evitar que en la prensa, en los teatros de revistas y en las carpas se haga escarnio de los miembros del Poder Legislativo Federal, dictamen que termina con el siguiente acuerdo económico: "Único. No es de aprobarse la proposición presentada por el C. diputado José María Suárez Téllez y, en consecuencia, archívese este expediente".

"A petición del C. Donato Miranda Fonseca, la secretaría de lectura completa a la proposición del C. José María Suárez Téllez.

"A discusión el dictamen, el C. Suárez Téllez, autor de la proposición dictaminada, habla en contra

del mismo dos veces, expresando algunos conceptos sobre su mencionada proposición y solicitando retirar parte de ella; el C. Miranda Fonseca usa de la palabra, también en dos ocasiones, pero en pro del dictamen; el C. Gabriel Ramos Millán, como miembro de la Comisión, sostiene el dictamen de que se trata; el C. Suárez Téllez hace una aclaración; se declara suficientemente discutido el dictamen, aprobándolo la Asamblea, en votación económica, tal como lo presenta la Comisión.

"Dictamen de la Segunda Comisión de Gobernación sobre el proyecto presentado por los CC. diputados Luis Madrazo Basauri, José María Suárez Téllez y Fausto A. Marín, miembros de la Comisión de Reglamentos de esta Cámara de Diputados, para reformar los artículos 21, fracción XI, y 28 del Reglamento Interior del Congreso de la Unión; dictamen que finaliza con el siguiente acuerdo económico: "Único. No son de reformarse los artículo 21, fracción XI, y 28 del Reglamento Interior del Congreso de la Unión. Archívese el expediente".

"Además de leer este dictamen, la secretaría da a conocer la iniciativa correspondiente:

"A discusión el dictamen, sin ella se aprueba en votación económica.

"La secretaría informa que, con motivo de pláticas entre la Embajada de la República Dominicana y el Presidente de la Comisión Permanente, en el último receso, y posteriormente con el Presidente de la Comisión de Control Político de esta Cámara de Diputados, se llegó al acuerdo de que una comisión de miembros del Congreso de aquel país nos visitara. La Embajada Dominicana avisa que para el día 15 de los corrientes se encontrará en México una Delegación de ambas Cámaras de su país, integrada por los señores senadores Lic. Rafael Augusto Sánchez, Lic. Arturo Logroño y el Lic. Arturo Despradel, y por los señores diputados Lic. Porfirio Herrera, Lic. J. Furey Pichardo y Dr. Gustavo Adolfo Mejía. La presidencia, en uso de la facultad que le otorga la fracción X del artículo 21 del Reglamento, designa la siguiente comisión para recibir a los representantes Dominicanos: Diputados Donato Miranda Fonseca, Francisco García Carranza, Secundino Ramos y Ramos, Juan Fernández Albarrán, Gregorio Velázquez, José R. Velázquez Nuño, Roberto Aguilera Carbajal, Laureano Cardós Ruiz, Filemón Manrique, Rosendo G. Castro, Fernando Díaz Durán y Adán Velarde. Las mismas personas comisionadas formando grupo de tres diputados, atenderán, un grupo cada día, a nuestros visitantes.

"También informa la secretaría que, de acuerdo con los precedentes establecidos, el próximo 12 de los corrientes se efectuará una sesión solemne del Congreso de la Unión, con motivo del día de la Raza. En esta sesión se hará uso de la palabra, a nombre de la Cámara de Diputados. el C diputado Federico S. Sánchez. Y se designa en comisión para invitar al Senado a que concurra a la expresada sesión solemne y a que nombre a un orador que haga uso de la palabra en la misma, a los CC. Efraín Brito Rosado, Ramón Mata y Rodríguez, Francisco López Cortés, Julián Garza Tijerina, Genaro Lapa y secretario Eliseo Aragón Rebolledo.

"Por último la secretaría da a conocer el Orden del Día para la sesión inmediata.

"A las catorce horas y veinte minutos se levanta la sesión".

Está a discusión el acta. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El secretario Aragón Rebolledo Eliseo (leyendo):

"Estados Unidos de Venezuela.- Congreso Nacional.- Caracas, 17 de julio de 1944.

"Excelentísimo señor Presidente del Congreso de los Estados Unidos de México.- México, D. F.

"En mi carácter de Presidente del Congreso de los Estados Unidos de Venezuela y conforme al acuerdo dictado por este alto Cuerpo el 7 de junio próximo pasado, del cual acompaño copia, compláceme en hacer llegar, por la digna mediación de Vuestra Excelencia, el Honorable Parlamento de esa ilustre Nación, la expresión de sincera simpatía de las Cámaras Legislativas Venezolanas y los sinceros votos que formula por la victoria de los Ejércitos que luchan con denodado valor para obtener la liberación de Europa.

"En esta grata oportunidad presentó a Vuestra Excelencia el testimonio de mi más alta consideración.

"Dios y Federación.- Manuel R. Egaña, presidente del Congreso Nacional".

"Estados Unidos de Venezuela-Congreso Nacional".

"El Congreso de los Estado Unidos de Venezuela,

"Considerando:

"Que la invasión a Europa por los Ejércitos de la Naciones Aliadas señala el comienzo de la liberación de los pueblos oprimidos por el nazifascismo y constituye un paso de excepcional importancia hacia el triunfo definitivo de la democracia y de la paz del mundo.

"Considerando:

"Que nuestro país, por la manifiesta voluntad del pueblo Venezolano y por la actitud de su Gobierno, ha expresado en todo momento que la causa que defienden las Naciones Unidas, sintetizada en los principios de la carta del Atlántico, es causa común de los pueblos democráticos y a ella ha adherido lealmente,

"Acuerda:

"Único. Enviar un mensaje de fervorosa simpatía a los Parlamentos de las Naciones Unidas y a la expresión de sus votos por la victoria de los Ejércitos democráticos, hoy empeñados en la liberación de Europa.

"Comuníquese al Ejecutivo Federal para los fines de su tramitación.

"Dado, firmado y sellado en el Palacio Federal Legislativo, en Caracas, a los siete días del mes de junio de mil novecientos cuarenta y cuatro.- Año 135o. de la Independencia y 86o. de la Federación.

"El Presidente, Manuel R. Egaña.- El Vicepresidente, Pastor Oropeza.- Los Secretarios, Francisco Carreño Delgado y Octavio Lazo".

De enterado con satisfacción.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"Oficio de la Cámara de Senadores con el que remite el expediente que contiene la minuta proyecto de decreto aprobado por aquella Cámara, concediendo permiso Constitucional al C. general Tomás Sánchez Hernández, Subsecretario de Educación Pública, para poder aceptar y usar la condecoración que tuvo a bien otorgarle el Gobierno de Paraguay".

Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

-"Oficio de la Cámara de Senadores al que acompaña el expediente que contiene la minuta del proyecto de decreto aprobado por aquella Cámara, concediendo permiso Constitucional al C. licenciado Raúl López Franco, para poder y aceptar usar la condecoración que tuvo a bien conferirle el Gobierno de Paraguay".

Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"Oficio de la Cámara de Senadores con el que envía el expediente que contiene la minuta proyecto de decreto aprobado por aquella Cámara, concediendo permiso constitucional al C. Angel Cazarín Alvarez para poder aceptar y desempeñar un puesto en la Comisión Ferrocarrilera Norteamericana".

Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"La Legislatura del Estado de Chihuahua participa, con fecha 2 de octubre, que acordó designar Oficial Mayor de la misma al C. ingeniero Mauro Muñoz M".- De enterado.

"El Congreso del Estado de Michoacán comunica que, el 29 de septiembre, nombró presidente y vicepresidente de su Mesa Directiva para el mes de octubre".- De enterado.

"La Legislatura del Estado de Morelos avisa que el 5 de octubre inauguró el segundo período ordinario de sesiones correspondientes al primer año de su ejercicio, y da a conocer la forma en que se integro su Mesa Directiva".- De enterado.

"La Legislatura del Estado de Sinaloa participa que el 7 de septiembre abrió su tercer período extraordinario de sesiones a que fue convocada por su diputación permanente, clausurándolo el mismo día, y da a conocer la Mesa Directiva que actuó durante dicho período".- De enterado.

"La Legislatura de Estado de Sinaloa comunica que el 15 de septiembre, inauguró el primer período ordinario de sesiones, correspondiente al primer año su ejercicio. y da a conocer en qué forma se integró su Mesa Directiva". -De enterado.

"La Legislatura del Estado de Sinaloa participa que, con fecha 30 de septiembre, designó su Mesa Directiva que actuará durante el mes de octubre". - De enterado.

"La Legislatura del Estado de Tabasco comunica que el 16 de septiembre inauguró el primer período ordinario de sesiones correspondiente al primer año de su ejercicio, y da a conocer la forma en que se integró su Mesa Directiva".- De enterado.

"La Legislatura del Estado de Tamaulipas avisa que, con fecha 2 de octubre, designó presidente y suplente de su Mesa Directiva para dicho mes".- De enterado.

"Circulares de la Legislatura del Estado de Tlaxcala, informando que el primero de octubre inauguró el segundo período ordinario de sesiones correspondiente al segundo año de su ejercicio, y designó al C. Enrique González como Oficial Mayor de la propia Legislatura".- De enterado.

"El Congreso del Estado de Veracruz da a conocer a su Mesa Directiva, que funcionará durante el mes de octubre".- De enterado.

"El C. Ernesto Novelo Torres avisa que nuevamente se hizo cargo del Despacho del Poder Ejecutivo de Yucatán, después de su retorno de la capital de la República".- De enterado.

"El Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa participa la elección de su Presidente y Vicepresidente, que actuarán durante su período

comprendido el primero de octubre de 1944 al 30 de septiembre de 1945".- De enterado.

- El mismo Secretario (leyendo):

"La Comisión Especial designa por esta Cámara en su sesión del día 29 del mes próximo pasado, presenta un proyecto de Ley Orgánica Municipal para los Territorios Federales".- Pasa a la Comisión de Gobernación en turno, e imprímase.

"La Sección número 47 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, Similares y Conexos de la República Mexicana, solicita que se le incluya la creación cinematográfica, entre las obras avocadas a conquistar el "Premio Nacional de Artes y Ciencias".- Recibo y se turna a la Segunda Comisión de Educación Pública que tiene antecedentes.

"La señora Juana Lira viuda de López, con apoyo en el artículo 5o. de la Ley de Jubilaciones a Funcionarios y empleados del Poder Legislativo, solicita pensión como viuda del extinto trabajador de la H. Cámara de Diputados, Jesús López".- Recibo y se turna a la Comisión de Hacienda en turno.

El C. Medrano V. Federico: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Federico Medrano.

El C. Medrano V. Federico: Quiero hacer a la Asamblea una proposición. Al agudizarse el problema de las subsistencias, la Comisión de Control Político, de conformidad con el Presidente del Bloque, comisionó a los compañeros Norberto Aguirre, Raúl López Sánchez, José Velázquez Nuño, Efraín Brito Rosado, Manuel Moreno Sánchez, Eduardo Luque Loyola, Julián Garza Tijerina y Secundino Ramos y Ramos, para que investigarán el problema de las subsistencias ante distintos organismos oficiales con el objeto de tener los elementos necesario para ver si la Cámara de Diputados podría adoptar algún camino a seguir en la resolución de este pavoroso problema. Esta comisión, en dos arduas semanas de investigación, ha logrado obtener valiosos informes que yo considero sean del conocimiento de la honorable Cámara de Diputados y, a través de ésta, del conocimiento del pueblo de México.

En esa virtud, quiero proponer a la Asamblea que esta Comisión de Bloque sea nombrada por la Cámara para que rinda aquí el informe correspondiente y para que se conozcan algunas de las conclusiones a que se puede llegar en dicha materia.

Suplico a la Secretaría ponga a consideración de la Asamblea mi proposición.

- El secretario Aragón Rebolledo Eliseo: La proposición por escrito presentada por el diputado Medrano y algunos otros compañeros que la subscriben, dice así. "Honorable Asamblea:

"En vista de las razones expuestas verbalmente por el C. Diputado licenciado Federico Medrano V., venimos a someter a la consideración de esta H. Asamblea, con dispensa de todo trámite, la siguiente proposición:

"Nombrese a los CC. diputados licenciado Raúl López Sánchez, ingenieros, Norberto Aguirre y José R. Velázquez Nuño, licenciados Efraín Brito Rosado, Manuel Moreno Sánchez, Eduardo Luque Loyola y Donato Miranda Fonseca y doctores Secundino Ramos y Ramos y Julián Garza Tijerina a fin de que informen respecto de las investigaciones que han realizado sobre el problema, de las subsistencias y otros artículos fundamentales.

"Salón de sesiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. -México, D.F., a 17 de octubre de 1944".

Suscriben este suscrito a los ciudadanos diputados Arturo González, M. Alvarez, G. Ramos Millán, Manuel Chairez, Fausto a Madrid Arcadio Ché Canché y otros ciudadanos diputados.

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites a la proposición presentada a moción del C. diputado Federico Medrano V., y suscrita por varios ciudadanos diputados. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Aprobada.

- El mismo C. Secretario: La Directiva de la Cámara de Diputados hizo formal invitación a los ciudadanos senadores y diputados del Congreso de la República Dominicana que nos visitan, para concurrir a esta sesión. Encontrándose a las puertas de esta Cámara los señores senadores licenciado Rafael Augusto Sánchez, licenciado Arturo Logroño y licenciado Arturo Despradel, y los señores diputados licenciados Porfirio Herrera, licenciado J. Furey Pichardo y doctor Gustavo Adolfo Mejía, quienes integran la representación del Congreso Legislativo de la República Dominicana, se nombra comisión para que los introduzca al Salón de Sesiones a los ciudadanos Julián Garza Tijerina, Fernando Díaz Durán, Mauricio Escobedo Granado, Francisco García Carranza, Efraín Brito Rosado y secretario Melquiadez Ramírez.

(Los señores senadores y diputados dominicanos, son introducidos al Salón de Sesiones, acompañados de la comisión nombrada al efecto, Aplausos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el señor senador de la República hermana de Santo Domingo, Arturo Despradel.

En vista de que el señor senador Despradel ha cedido su turno, se concede la palabra al ciudadano diputado Porfirio Herrera.

- El señor Porfirio Herrera, Diputado al Congreso de la República de Santo Domingo:

Señores:

Cuando en las Cámaras Legislativas de la República Dominicana, de las que tengo honor de ser portavoz en este instante, fue leído el mensaje por el cual nuestro Embajador ante el Gobierno de México, licenciado Gustavo Julio Hernández, nos transmitió, por intermedio de la Cancillería, la expresión de vuestros sentimientos para que viniéramos a compartir con los distinguidos miembros de tan conspicua Asamblea Parlamentaria unas horas de significativa y cordial confraternidad; en medio de la efusiva complacencia que produjo ese amable mensaje, yo sentí como si toda la admiración y el noble orgullo americano que a través de las edades ha sido culto del pueblo dominicano para esta patria vuestra se hubieran puesto de pie ante el desfile de grandezas con que habéis creado una de las naciones de más original, fuerte y autóctona personalidad entre las que imprimen el sello del espíritu latino sobre este bronce nuevo, enrojeciendo de puras glorias de la América.

Era la voz lejana de la tierra Anáhuac que nos llamaba desde las atalayas de sus montañas, coronada de luz como su épica historia, y asentada en sillares de plata, como en las raíces inalterables limpias de un prócer estirpe.

Y henos aquí, señores, investidos por el voto cordial de los representantes del pueblo dominicano en las Cámaras Legislativas, con la honrada embajada de buena voluntad que estamos ostentando en el seno de este ilustre Parlamento, en que está vivo el espíritu americanista con que el gran Hidalgo inició, en 1810, la campaña libertadora, al grito de ¡Viva América¡, lanzando consentimiento y resonancia continental desde el pórtico de la Iglesia de Dolores, en el amanecer de la independencia mexicana.

Porque no fue para el goce egoísta de los pueblos que libertaran, para lo que nuestros egregios paladines realizaron con grandeza y magnificaron sus virtudes en las cruces de un martirio redentor, al poner sobre las frentes marcados con los estigmas de la servidumbre, laureles y palmas que nunca se marchitan, alas abiertas y estrellas encendidas.

Con tan felices auspicios, voy a haceros la presentación de mis compañeros de embajada: licenciado Rafael Augusto Sánchez, vicepresidente del Senado, abogado, escritor y catedrático de la Universidad; don Juan Furey Pichardo, vicepresidente de la Cámara de Diputados, poeta y financista; licenciado Arturo Logroño, senador, abogado, orador y catedrático de la Universidad; licenciado Arturo Despradel, senador, abogado e internacionalista; doctor Gustavo Adolfo Mejía Ricart, diputado, abogado, catedrático de la Universidad y publicista.

Y yo quisiera, interpretando con propiedad la plenitud de nuestros corazones que os traen los dones de la amistad y nuestros homenajes, transmitiros dignamente el saludo que os envían nuestro Senado y nuestra Cámara de Diputados, desplegando en mi pensamiento y tremolando en mi palabra emocionada la bandera de mi patria, para que fuese la blanca cruz tendida en sus cuarteles, que soñó Duarte, de amor y redención, como los brazos mismos del pueblo dominicano, que se abrieran para estrechar en vosotros a todo el pueblo de México colocado en esta tierra privilegiada, como en el corazón de las dos Américas, para imprimirles permanentemente ritmo de sana utilidad, de justicia y de belleza a dos poderosas fuentes de la civilización del Continente.

Señores: Si hay pueblo en donde parece que el destino quiso vincular el devenir de la cultura hispana para que allí tuvieran culto, con los recuerdos del pasado en el amanecer de la conquista, la floración de pueblos libres de ese robusto árbol genealógico, es el de ese pedazo de la Isla Española, donde ejerce un señorío la República Dominicana, y de donde partieron tras los terrenales espejismos del oro y las celestes visiones de la fe, aquellos campeones que con Ojeda, Bastidas, Diego de Velázquez, Balboa, Ponce de León, Hernán Cortés, Pizarro, Bartolomé de las Casas, colocaron en las tierras vírgenes las piedras fundamentales de la sociedad americana.

A esa verde isla del Caribe, patinada de fuego por el sol, esculpida en sus costas bravías por las tempestades de la Naturaleza, y azotada por las más extraordinarias vicisitudes de la historia, se ha de llegar cuando se remota la pendiente de los siglos, por todos los caminos del Continente, como si se llegara a la centenaria casa solariega de las genealogías indoespañolas, ennoblecidas con los más altos blasones de la libertad.

Y desde allí, junto a la tumba del Gran Almirante de la Mar Océano, a la sombra de los primeros templos, de los primeros cabildos, de los primeros muros de las armas, y de la primera Universidad del Nuevo Mundo, meditando en el majestuoso y evocador silencio de las ruinas, como sobre la despedazada cuna del imperio y naciones, se otean los horizontes que iluminan estos grandes pueblos que, como el de México, dan lustre a las artes, a la ciencia y a la vida, y se siente el latido de una auténtica filiación espiritual que nos vincula por el amor de la familia con sus dolores y sus glorias.

Si ese sentimiento que nos impulso con los reclamos de la sangre y los recuerdos hacia los países de América realizó fulgurantes epopeyas con los dominicanos Máximo Gómez, los Díaz y los Marcanos para cerrar en Cuba el tormentoso ciclo heroico del continente libre, para México que acogió, dio honorable hogar, bienestar, renombre y venerable tumba al prócer de la independencia dominicana, doctor José Nuñez de Cáceres, ciudadano benemérito del Estado de Tamaulipas, cuyos restos fueron trasladados a la patria por el cívico anhelo de restaurar el acervo inmortal de nuestras glorias, del presidente Trujillo Molina, ese sentimiento es eminentemente gratitud hacia vosotros, y evoca una de las más dolorosas tragedias que haya sufrido pueblo alguno de América.

Allí están ahora, en la Catedral de Santo Domingo, en imponente asamblea de inmortales, los restos del prócer que aquí halló patria cuando la suya fue inmolada, mezclados con tierra mexicana, que para la devoción del patriotismo, es tierra

sagrada de libertad y gloria, y recibe las oblaciones de la más profunda gratitud.

Pero los ideales y los sentimientos que rigen la marcha de la sociedad, determinan sus simpatías y el auge de sus pacíficas relaciones, guardan siempre inagotables energías morales para vivificar con ellas la perenne transformación de las realidades y las instituciones que crean.

Los de la solidaridad y el panamericanismo que propician estos acercamientos de buena voluntad, de representativos directos de aspiraciones e inquietudes populares, son tan consubstanciales a la existencia y progreso de las nacionalidades americanas, que nacieron con ellas bajo las banderas de la libertad, y llevan en su transformación hacia construcciones jurídicas de más armónica estructura, una marcha paralela a la que siguen estas nacionalidades en pro del equilibrio estable de su economía y de sus instituciones democráticas.

Y la República Dominicana se encuentra en una era de desarrollo y equilibrio integral, con las puertas abiertas a los sinceros y leales reclamos de la amistad y la cooperación entre sus hermanos del Continente, desde que en mil novecientos treinta, con el advenimiento como consecuencia de una elección popular, del presidente Trujillo Molina, se clausuró el ciclo casi secular de las contiendas civiles, de la bancarrota económica y los despojos de la usura internacional.

Se inició una obra de renovación en que debíamos apresurarnos en ganar el tiempo perdido en aquellas luchas infecundas, se formó un sólido frente unido de comprensiva y justa cooperación entre los representantes de los poderes del Estado, así como los sectores más influyentes de la vida nacional, y le correspondió al Legislativo su puesto de combate en esa extraordinaria labor de levantar en la tierra y en las conciencias la construcción de una vigorosa nacionalidad.

Teníamos que afirmar nuestra soberanía territorial y financiera, que son de los elementos en que más se caracteriza el concepto de la nación. Concertamos y trazamos fronteras que son el punto de partida de los distintos caminos de la historia, y vigorizamos allí la dominicanidad, fundando escuelas, centros de orden y paz, colonias agrícolas, y llevamos con la bandera todos los factores de cultura y cultivos, que es el lema de esa campaña constructiva.

Producto de esta etapa de nuestra vida independiente es el Acuerdo Trujillo-Hull, que restauró nuestra soberanía financiera, claudicante durante más de media centuria e intervenida desde 1907, y ese acuerdo es para el patriotismo dominicano, una reivindicación de tal trascendencia y dignidad, que ella de por sí determinó el auge de nuestra economía y prestigio de nuestra personalidad internacional, y es un vínculo especial que vigoriza dentro del ambiente fraternal que nos une a la gran familia del Continente, la inquebrantable solidaridad que ligó a la República por medio de la declaración de un estado de guerra desde el día siguiente de la traición de Pearl Harbor, a los destinos que los acontecimientos le reservaran a la poderosa nación norteamericana, en su prodigioso esfuerzo por levantar sobre sus hombros todo el dolor de un mundo y todas las combativas esperanzas de su redención.

Así hemos concurrido a todos los Areópagos del Continente con la aportación de iniciativas panamericanistas como lo fue el proyecto de una Asociación de Naciones Americanas, que hubiera creado un organismo en que tendrían solución los eventuales quebrantamientos de la unidad de acción durante la guerra, en la defensa política del Continente, y en los más graves aún que suscite la paz con el choque de los intereses materiales, más difíciles aún de armonizar que las pasiones.

Producto de ese frente unido de cooperación entre los poderes del Estado es la realización del plan de mejoramiento social que adoptó el Gobierno y que se caracteriza por la elevación del nivel de vida de la clase trabajadora, protegida entre otras, por las leyes sobre salario mínimo; sobre contratos de trabajo; seguros contra accidentes; sobre el trabajo de mujeres y de menores; y sobre barrios obreros recientemente en construcción.

Breves datos darán la medida de esa ardua lucha en que sobresalen las austeras palabras de trabajo, deber y patriotismo.

La recaudación del Erario público durante ochenta años, desde que se proclamó la independencia, alcanzó a la suma de 136.705,322. Desde 1930 a 1943, debido a la paz interna, a la pulcritud administrativa, al desarrollo de la riqueza nacional, originado por el reparto y riego de tierras, por las nuevas industrias, el aumento de vías de comunicación, y a una favorable balanza mercantil, esas entradas llegan a $ 159.968,917 dólares en catorce años de revolución realizada desde el Poder sobre todas las rutinas, injusticias, devastaciones e imprevisiones del pasado, todo ello venciendo hasta las iras de la naturaleza que destruyó en 1930 la capital de la República.

Al amparo de esa situación financiera con que nos adelantamos a los problemas que iban a crearse en el Continente por la guerra que nos amenazaba, no sólo hemos satisfecho las exigencias del consumo interno en artículos de primera necesidad, sino que hemos prestado nuestra amplia cooperación de guerra, enviando nuestro gran excedente a otros pueblos necesitados de la cuenca del Caribe por medio de una flota de veleros construída en nuestros astilleros en sustitución de nuestras mejores vapores mercantes hundidos por los submarinos alemanes.

Y estamos así, preparados a la realización de ese pensamiento Ilustre Canciller mexicano, Licenciado Ezequiel Padilla, cuyas palabras tienen el peso de su eminente prestigio internacional: "para una economía de cooperación que fomente entre las naciones su expansión productiva, de tal manera que todas puedan, dentro de una equilibrada planificación elevar el nivel del pueblo exaltando el grado de la dignidad humana".

Pero no es solamente en ese sector de actividades materiales en donde ese frente unido está cumpliendo su programa de desarrollo integral del país. Antes de 1930 la Universidad, recientemente declarada autónoma por ley del Congreso, tenía un número de estudiantes inscritos en sus diversas

disciplinas que alcanzó solamente a 379 estudiantes; ahora el Alma Mater, que está construyendo la Ciudad Universitaria con un presupuesto de dos millones de dólares, tiene 1,347 inscritos, para un país que cuenta con sólo 1.940,546 habitantes, y una población escolar, urbana, rural y de emergencia, sin contar la de prestigiosas instituciones particulares y la de escuelas de artes y oficios y de bellas artes, de 215,982 inscritos.

Esta actitud en la evolución de una colectividad que nutre de sangre generosa su estructura material y está encendiendo en ella la antorcha de un espíritu culto abierto a todos los libres reclamos de la verdad y la belleza, ha alcanzado ya plausibles realizaciones y tiene en gestación esas promesas que calienta el alma de las generaciones nuevas en su viril afán de selección y de engrandecimiento, porque como dijera vuestro representante el señor diputado Carlos Madrazo, en su elocuente discurso pronunciado en su sesión solemne de la Cámara de Diputados de Chile, "por encima de las pasiones y de la discordia, más allá de los hombres y las fronteras, es innegable que la Humanidad trasmite a las nuevas generaciones sólo su obra constructiva". Y ésta es una de ellas.

Me he permitido, señores, trazar esas líneas generales que revelen el esfuerzo que está culminando en mi patria con una positiva conquista de bienestar y de cultura, y en darle firme contenido de justicia social y de defensa a los tradicionales principios de la democracia dentro de la realidad dominicana, porque en ello ha puesto su colaboración e iniciativa el Poder Legislativo que ha patrocinado los fecundos planes que desde el Poder y fuera del Poder ha realizado e inspirado el doctor Trujillo Molina, y porque en esta solemne asamblea de legisladores que se reúne para recibir la visita de camaradas fraternos es natural que se hable de cosas y contingencias de las arduas funciones que ejercemos.

Y porque además, estamos en el espléndido foro de una nación a cuyo contacto espiritual se sienten los elevados estímulos de una intensa vida pública que despierta el recuerdo de nuestras propias luchas, como debieron sentirse en aquellos grandes días de la gente romana, cuando resonaban en sus foros y en sus colinas tempestuosas, las voces de sus elocuentes tribunos y el clamor de las muchedumbres agitadas por los reclamos de derechos agrarios y sociales.

¿No está aquí, acaso, el férvido aliento revolucionario que caldeó las proclamas de Hidalgo y los hombres de 1910; que se afirma con postulados reivindicadores en la declaración de Morelos; que combate triunfalmente con Guerrero; que fue radicalismo audaz en la Reforma; antorcha encendida en las hogueras de la Revolución Francesa con la Constitución de 1857; que tiene su más austero y recio militante con la Reforma, la Intervención, el Imperio y la Restauración Republicana en la invencible fe de don Benito Juárez, y que al cabo de un siglo resurge, en 1910, con nuevas ideologías que están llenando de un generoso contenido de justicia integral las clásicas normas de los principios democráticos?

Vibra ahí la rectilínea y heroica voluntad de esta nación azteca, como la flecha lanzada por el arco del indio legendario, flechador de los cielos, para atrapar la estrella del ideal que pasa por las rutas eternas y ponerla a brillar perpetuamente en su magnífico destino.

Y yo he puesto devotamente el oído sobre esas páginas estremecidas de cívicas exaltaciones de vuestra historia política, en cuyo drama han sido actores tantos sabios legisladores y he escuchado las voces de esos varones ilustres que han enaltecido el escenario de estas fecundas luchas, como se escucha en los caracoles del mar el rumor de las pasadas tempestades.

Desde esta empinada tribuna que le ha brindado gentil hospitalidad a mi palabra, pobre para tener eco en tan grandioso recinto donde ha abierto sus alas el pensamiento que con el ritmo de leyes justas y sabias orienta la marcha victoriosa de una sociedad donde las ideas y los hombres nacen de pie como los héroes de la Ilíada, sean en primer término, los votos que formulo en mi propio hombre y en el del Senado y la Cámara de Diputados de la República Dominicana, por la perdurabilidad de esa trascendente acción con que está México nutriendo el acervo de la cultura y la unidad del Continente; por la ventura de su Excelencia el general Avila Camacho, que abrillanta la dignidad de su Magistratura presidencial con el prominente rol que la tierra cuyos destinos rige debe a sumir y asume en las vanguardias de la causa de América; porque la victoria de las Naciones Unidas en que está el esfuerzo y la sangre de todos los pueblos que aman la libertad y la dignidad de los hombres corresponda a los ideales de paz y de justicia que están esperándola las desesperadas ansias de la Humanidad.

Y ahora, señores legisladores y amigos, sea, como el vino mejor el último que escancie mi palabra, para vosotros, que en esta cita de confraternidad parlamentaria habéis dado a la tradicional amistad de nuestras patrias tan emotiva expresión de vínculos sagrados, que quisiéramos, y esperamos, los legisladores dominicanos, sentirla de nuevo palpitar de júbilo y honor para nosotros, al recibirnos en próximo día feliz en la fue cuna hidalga de la nueva civilización americana, donde os recibiremos, como a hermanos, con los brazos abiertos. (Aplausos nutridos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Arturo Despradel, senador de la República Dominicana.

- El C. Arturo Despradel, senador de la República Dominicana:

Señores Representantes y distinguidos compañeros:

En misión fraternal visitamos este noble país, respondiendo a los comunes anhelos de compenetración y de buen entendimiento que presiden las relaciones de nuestros pueblos, empeñados cada vez más en conocerse e interpretarse mejor y en estrechar los sólidos vínculos que nos han legado una

común procedencia y los comunes aspectos fundamentales en la historia de nuestros pueblos indoespañoles.

Poderosas razones de todo orden gravitan en la conciencia de nuestros pueblos con caracteres imperativos, para conducir sus destinos hacia metas comunes, determinadas por viejos anhelos y por nobles ideales.

La América, en el periodo heroico de sus luchas emancipadoras ofrece a la Humanidad uno de los más emuladores ejemplos, al librar las cruentas luchas de ese histórico período al amparo de un elevado espíritu de solidaridad que se manifiesta a través de sus pueblos, unas veces mediante eficaz ayuda material, otra mediante, estímulo y apoyo moral, y en todos los casos, dentro de un ambiente de absoluta cooperación y asistencia recíprocas.

La historia universal nos presenta el panorama doloroso de una serie de civilizaciones en que la bárbara concepción del predominio de la fuerza material sobre el más débil, prevalece a un en nuestros días.

Todos los pueblos antiguos fueron eminentemente conquistadores y esclavizantes, aunque sus culturas, como en Grecia y en Roma, se encontrasen enaltecidas por la olímpica serenidad de un Platón o por el estro inmortal de un Virgilio.

Esa bárbara concepción subsiste a través del tiempo, y lo que más bien era una manifestación instintiva en los pueblos antiguos, adquiere durante el oscurantismo medieval carta de afianzamiento con caracteres dogmáticos.

El feudalismo se enseñorea en Europa, y las bárbaras normas en que descansa este inicuo sistema social se arraigan como principios aceptados por todas las comunidades representativas de la civilización de aquella época.

La antorcha renacentista no logra desvanecer en nada la preponderancia del profundo sentido que secularmente se otorga a la fuerza material para la solución de todos los conflictos externos y domésticos de los pueblos, porque la moral de la época en ese aspecto fundamental del orden social, sigue estructurada a base del criterio clásico que acogieron e intensificaron las sociedades medievales.

Así surge la Edad Moderna, marcada por un acto de fuerza, y así se realizan la conquista y colonización de este Continente y otros muchos hechos extraordinarios de la historia, hasta los aciagos días que vivimos, en que a pesar del grado de perfeccionamiento a que hemos llegado en cuanto al concepto jurídico acerca del derecho de los pueblos, la moral esclavista y discriminatoria de las sociedades antiguas y medievales, aún es sustentada y practicada por pueblos contemporáneos.

Cuando este Continente hacía vida de sumisión a las naciones que lo habían conquistado, en 1748 surgió en Europa la voz profética y alentadora de Montesquieu, en su célebre obra "El Espíritu de las leyes", señalando con admirable visión del porvenir, la necesidad de que los pueblos americanos adoptaran, en provechosa unidad, normas jurídicas salvadoras.

El gran pensador y filósofo indicaba con ello, que desde entonces el Viejo Continente contemplaba la América como una fuente de reservas futuras en los órdenes moral y político, que debía permanecer incontaminada de las seculares convulsiones europeas.

Apenas una centuria de vida independiente ha bastado a nuestros pueblos para formarse una conciencia colectiva, que por su madurez y su profundo sentido moral, es propia más bien de colectividades que hayan experimentado experiencias multiseculares de la vida autónoma.

Esa natural vocación hacia una prematura plenitud de conciencia en la vida individual y colectiva de nuestros pueblos, en un privilegio de este Continente, casi único en toda la historia de la Humanidad.

Autorizadas voces han afirmado con singular propiedad, que las naciones americanas, en su vida de relación, han laborado más intensamente en el aspecto jurídico que en político.

Esa justa apreciación se manifiesta como verdad inconcusa, mediante un somero examen de los frutos que esa labor ha dado a la sistemática jurídica moderna.

Los esfuerzos parta lograr la promulgación de un Código de Derecho Público; la adopción del arbitraje obligatorio; la adopción del principio de la igualdad jurídica de los Estados, la condenación de la guerra como medio de resolver los conflictos entre los Estados; el principio de no intervención en los asuntos internos de otro Estado; los generosos móviles de la doctrina Estrada, y finalmente, el proyecto de Asociación de Naciones Americanas, concebido por el Presidente Trujillo y secundado por el Presidente colombiano doctor Alfonso López, constituyen ingentes empeños, que resultan aun más valiosos por la sinceridad con que han sido llevados al campo de la práctica, dentro de la ética y la moral que presiden las relaciones internacionales de América.

Con carácter jurídico y político existe, asimismo, el principio de solidaridad continental, el cual, por su amplitud, y por el arraigo que ha adquirido a través de la historia en la conciencia colectiva americana, debe ser considerado más bien como una consecuencia natural y espontánea de las necesidades de estos pueblos en su vida internacional, que como un resultado de conceptos metodizados, sea en el terreno político, o en el jurídico.

El sentimiento de solidaridad nació en los pueblos de América desde la época en que pugnaban por emanciparse del tutelaje colonial en que vivían.

Al conducir Bolívar por los Andes Septentrionales y San Martín por los australes sus huestes victoriosas, para llevar el don preciado de la libertad a otros pueblos americanos, iniciaban con olímpicos caracteres los caminos de esperanza por donde habríamos de marchar unidos y solidarios en un común ideal.

Esos caminos fueron también trazados por Morelos y por Juárez, con razón llamado el Benemérito de las Américas, por Duarte, Lincoln, Morazán y Martí, porque sus sentimientos americanistas

estaban tocados del mismo sagrado fulgor que irradia la libertad.

No es aventurado afirmar que los últimos años, con sus aciagos y trágicos acontecimientos, han producido en estos pueblos una comprensión más amplia del valor de la solidaridad continental.

Esa mejor comprensión determinó, con notable oportunidad, la formulación de prudentes advertencias y la adopción de previsoras medidas por parte de las naciones de este Hemisferio, frente al peligro que para éstas ha constituído siempre el agresionismo brutal de las ideologías totalitarias que se sustentan en otros continentes.

La cruenta contienda que actualmente aflige al mundo es la misma lucha milenaria en que viene debatiéndose la Humanidad en el discurrir del tiempo.

El ideal contra el materialismo; el espíritu contra la fuerza.

La democracia significa la ética del espíritu en las manifestaciones cardinales de la vida humana; la política esclavista y discriminatoria del nacionalsocialismo es una vergonzosa regresión a los métodos bárbaros del pasado.

Por eso la América es esencialmente democrática, y por eso es por lo que ha terciado tan activamente en la actual contienda mundial.

En los estatutos orgánicos de nuestras comunidades no tenemos perjuicios discriminatorios, por que la libertad y la igualdad humana constituyen el culto de nuestros pueblos.

En la fecunda labor de orden jurídico, político y moral que se ha llevado a cabo en América, corresponde a México una participación importantísima.

Dentro de los esfuerzos realizados para darle vigoroso impulso a esa magna labor panamericanista, México se ha colocado siempre a la altura de los ideales que sustentaron los ilustres patricios fundadores de su pujante nacionalidad.

Los dominicanos conocemos la labor realizada por México en favor de todas las nobles finalidades panamericanas, y conocemos, asimismo, las raíces que han prendido en la conciencia de este pueblo hermano los principios de libertad y democracia que tan brillantemente sustentaron y practicaron Hidalgo, Morelos, Guerrero, Juárez y tantos otros héroes libertadores mexicanos.

Frente al espectro de la guerra que se desencadena en Europa, las naciones americanas en las dos primeras Reuniones Consultivas, efectuadas en Panamá y la Habana, adoptaron una serie de medidas encaminadas a preservar la paz del Continente mediante una posición colectiva de neutralidad, y a garantizar la defensa de sus intereses morales y materiales, en caso de que cualquiera de los miembros de la comunidad continental fuese objeto de alguna agresión por parte de cualquier nación extracontinental.

Con el traidor ataque del Japón a los Estados Unidos de América, la guerra llegó a nuestro Continente, y una vez más, las naciones americanas recurrieron, con la urgencia que las circunstancias demandaban, al método de consulta establecido para la consideración colectiva de los casos de emergencia.

México y la República Dominicana, en perfecta comunión de ideales, se encuentran hoy unidas más que nunca en la lucha que sostienen las democracias contra la barbarie totalitaria en favor de la libertad y de la dignidad humanas.

Lo que caracteriza en esta última década con mayor fuerza de convicción la actitud del Gobierno dominicano, bajo la inspiración del presidente Trujillo, en todo lo relativo a su política exterior con las demás naciones americanas, y especialmente en cuanto a la solidaridad continental, es la unidad de criterio que ha mantenido, tanto en las asambleas internacionales que se han celebrado en este lapso de intensa labor panamericana, como en todas las ocasiones en que las circunstancias han requerido una actuación definida para hacer prevalecer un concepto o para adoptar una posición ventajosa para el interés colectivo.

En ese aspecto fundamental del panamericanismo, el aporte del Gobierno dominicano, al igual que el de esta noble nación se ha destacado siempre por la entereza de sus convicciones y por la precisión con que externa sus opiniones para la solución de los problemas comunes.

En mil novecientos treinta y cuatro nuestro Gobierno y el de este pujante pueblo mexicano practicaron valiosas gestiones encaminadas a hacer un llamamiento de paz a Bolivia y el Paraguay, que entonces mantenían la vitanda contienda del Chaco; en mil novecientos treinta y seis sostuvimos, junto con la fraterna República de Colombia, el magno propósito de que se creara una Asociación de Naciones Americanas. Ese propósito lo concretamos en formas jurídicas y políticas de sumo interés continental, mediante el proyecto conjunto que sometieron ambos gobiernos a la consideración de la Octava Conferencia Interamericana de Lima; en mil novecientos cuarenta declaramos enfáticamente en la Habana nuestra disposición de ofrecer los hombres, la tierra, el mar y el aire dominicanos para la defensa de los sagrados intereses del Continente, y en mil novecientos cuarenta y uno hicimos honor a esa promesa al declarar la guerra a los Estados totalitarios inmediatamente después de la agresión por parte de dichos Estados a una nación del Continente.

Esos hechos - y me limito a señalar los de mayor importancia - denotan, como he afirmado, una perfecta unidad en el pensamiento y en la acción, en las concepciones abstractas y en las objetivas realidades que son secuela de la ética y la moral con que aplica el Gobierno dominicano esas concepciones al difícil terreno de la práctica.

Al unir mi voz de agradecimiento por la hospitalaria acogida de que hemos sido objeto, a la de mi distinguido compañero que me ha precedido en el uso de la palabra, hago votos muy sinceros por que la unión, la confraternidad y el recíproco conocimiento de nuestros pueblos, sean cada vez más intensos y más efectivos, y porque sus destinos sigan siempre, iluminados por el mismo ideal de libertad y democracia, hacia metas de perfeccionamiento y de felicidad comunes. (Aplausos nutridos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Andrés Serra Rojas.

El C. Serra Rojas Andrés: Señores representantes del pueblo de Santo Domingo, señores diputados:

Permitidme que os ofrezca en estos instantes de solemnidad augural, unas cuantas palabras de fraternidad y de amistad, como trasunto fiel de inmutables valores humanos que viven latentes en la conciencia de nuestro pueblo y se fortalecen, no en la zozobra o inquietud del presente, sino en el recuerdo de nuestras tradiciones emotivas, en el culto a los héroes generosos y en el pensamiento luminoso de una adhesión constante a un futuro lleno de esperanzas, en el que parece surgir la fúlgida visión de un pueblo, que se levanta en el concierto de las naciones civilizadas, para decir su palabra redentora de justicia y de verdad, en aquel remanso, en el que los hombres buscarán con una nueva filosofía del mundo, una alegría de la vida que parece han perdido para siempre, en el torbellino de la pasiones humanas.

En este proceso histórico, subiendo siempre más alto, mirando siempre más lejos, se crean en nuestros corazones lazos indestructibles de afecto y mutua comprensión para los demás pueblos y se forja en la realidad social, una legión de hombres, "ciertos de conservar dentro de sí mismos, según Maritain en medio de los azotes del Apocalipsis, una llama de amor más fuerte que la muerte".

El recinto de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en particular esta tribuna de la Representación Nacional, en la que se recogen las ansias de un pueblo que lucha por la superación de sus instituciones democráticas y que se enorgullece de poseer el brillante programa social de la Revolución Mexicana, que condensado en normas jurídicas ha servido de orientación a las más avanzadas constituciones de los últimos tiempos, se engalana en esta ocasión para recibir a seis enviados del pueblo noble y generoso de Santo Domingo, de excepcional estirpe intelectual, como lo comprueba la Universidad fundada en el año de 1558 y que le valió, a la ciudad de Santo Domingo el honroso calificativo de las Atenas del Nuevo Mundo, gozando de los privilegios de la famosa Universidad de Alcalá de Henares y que esparció sus frutos hasta México, Venezuela, Cuba y Puerto Rico. Un pueblo de una historia esmaltada de hechos gloriosos y de héroes noblísimos, recordando con emoción del caudillo de la independencia José Núñez de Cáceres, al general Juan Pablo Duarte que figuró en la separación; al general Francisco del Rosario Sánchez al obispo Elías Rodríguez Valverde; al general Ramón Mella, y a otros mas de singular relieve. Recibimos a seis representantes del Parlamento de aquella nación hermana, portadores de un cordial mensaje de salutación que mucho agradecemos y que nos complace corresponder en los mismos términos de sinceridad y afecto.

No se piense que esta ceremonia es sólo un acto de mera cortesía, al expresar nuestras congratulaciones a los distinguidos viajeros, una vieja tradición internacional, contienda en polvorienta correspondencia diplomática, en la que a veces sale a la luz del día lo que los pueblos se empeñan en olvidar, revela la historia de dos naciones, que no hace muchos años vivieron instantes de amargura y de responsabilidad, y en la que se puso de manifiesto el esfuerzo del Gobierno Mexicano para realizar el ideal del héroe de Junin y de Ayacucho: "Solamente unida podrá América presentarse ante el mundo con un aspecto de majestad sin ejemplo en las naciones antiguas".

La actitud internacional de México ha constituído para los países de América una ruta digna y respetable. Una mística negativa, dice el Primer Magistrado de la Nación, ha venido a poner en duda los valores más venerables del hombre: el respeto de la palabra empeñada, la noción del derecho y de la familia y la fe en el poder de la independencia. Lo que está en peligro de desquiciarse no es solamente el orden político occidental, con muchos de cuyos errores no nos hallamos de acuerdo, sino el marco ideológico mismo dentro del cual debería insertarse, si las circunstancias fuesen normales, el porvenir de nuestra cultura. Nacidas bajo el signo de la democracia, las repúblicas del Continente Americano saben perfectamente que su causa es la causa de la libertad. Y este es el sentido que debe darse a la colaboración panamericana, la cual no se inspira en ningún sentido egoísta, sino en una voluntad generosa de solidaridad espiritual, de cooperación económica y de unión sincera para los hombres".

Decía Rodó que el sentimiento de la tradición, el culto del pasado, es una fuerza insustituible en la conciencia de los pueblos y la veneración de las grandes personalidades en que encierran sus porfías, sus anhelos, sus glorias, es la forma suprema de ese culto. Por ello cuando algunos hombres de América visitan esta gran patria mexicana, recogen de nuestros archivos la leyenda de vida y de ensueño del apóstol cubano José Martí o la visión majestuosa a su paso por estas tierras, del hombre del designio providencial, el titán de los Andes, el inmortal Simón Bolívar. Con los siglos, dijo la profecía, crecerá tu gloria como crecen las sombras cuando el sol declina.

Ellos son rastros luminosos de planetas que aún tiene la virtud de alumbrar las noches más obscuras de la vida de los pueblos hispanoamericanos. Así también yo os ruego que al regresar a vuestra Patria, llevéis como nuestra mejor ofrenda y para que se conserve en la eterna memoria de vuestro pueblo, aquella maravillosa lección de historia universal y de dignidad humana, contienda en los mensajes históricos del noble varón de Cuatro Ciénegas, general Venustiano Carranza, reclamando en el año de 1917, el respeto a la soberanía y a la independencia del pueblo de Santo Domingo. Confirmando de esta manera la admirable expresión de Carlyle, también es héroe y lo es mucho, aquel que sabe esgrimir como la espada del guerrero, la pluma empapada de convicciones para constituirse en paladín de una causa y sacrificar honores, bienestar y hasta la gloria, en pro de un ideal de justicia, llegando así a la cumbre del heroísmo, cumbre sagrada e inviolable.

En aquel año de 1917, gobernaba a México el señor Presidente Carranza, quien había hecho esta importante declaración para los países de América:

"Esta revolución no tendrá sólo la significación que tiene para nosotros por el restablecimiento del orden constitucional y de la paz, como otras veces lo he expresado, porque no se limitará al territorio nacional. No con armas, que nosotros no tenemos para invadir y que tampoco invadiríamos a nadie, por que tenemos como principios la justicia y el respeto de todos, saldrá fuera de nuestros límites territoriales, porque son nuestras ideas los principios de justicia, de humanidad y de civilización que deben triunfar. Aun cuando no sea nuestra patria la más adelantada, lo será en las ideas, que muy pronto han empezado a germinar ya en la América Latina".

De acuerdo con su pensamiento, cuando Carranza recibió el mensaje de su representante en Cuba dándole cuenta de lo que pasaba en Santo Domingo, contesto diciéndole estos conceptos: "Si es realmente cierto que se trata de derrocar al Presidente de Santo Domingo por su nacionalismo y bajo la responsabilidad de usted, comunícole que este Gobierno con esta fecha le otorga su más sincero reconocimiento".

Cuando nuestro representante diplomático comunicó la resolución de nuestro Gobierno, al dominicano, éste, con lágrimas en los ojos, le dijo: "tenía que ser siempre México, el único país que ha contestado ha sido México. El único país que ha estado con Santo Domingo es México".

Este hecho histórico permite a ustedes, señores representantes de Santo Domingo, formarse una rápida semblanza de las grandes virtudes del pueblo mexicano. Pueblo de Quijotes, llevamos en la sangre el ideal de la aventura y una ansia suprema de justicia y en nuestros cuerpos las cicatrices de pasadas epopeyas, en las que, tuvimos errores, más grandes fueron aún los ideales que nos animaron para liberarnos y para luchar rompiendo las férreas cadenas que ligan al cuerpo a una vida meramente biológica y doblegan al espíritu, impidiéndole su marcha victoriosa al magnífico mundo de los valores que hacen del hombre un ser superior y digno de estimarse la criatura predilecta del planeta.

México vive instantes de enorme trascendencia, como ustedes habrán podido observar, en estos días, que han permanecido entre nosotros. Al amparo de las libertades ciudadanas, múltiples ideas luchan por obtener la supremacía intelectual.

Nuestro mundo del mañana se está forjando en las escuelas, en los laboratorios, en las bibliotecas, en los cuarteles, en los sindicatos, en las comunidades agrarias. En todos los rincones de la República, se puede comprobar un sano propósito de contribuir al desarrollo económico y cultural y a la formación de una fuerte conciencia nacional.

Estamos construyendo, como dice el magistrado Jackson, de la Suprema Corte Americana, la estructura jurídica que protegerá el altar de la libertad humana... el edificio que expresará la fe del hombre en sus méritos y en su capacidad de ser libre.

No olvidamos ni por un momento el estado de incomprensión, aturdimiento y pereza que amenaza ahogar al mundo. Por el contrario, frente a él, nos afanamos por encontrar las soluciones más adecuadas para nuestro pueblo pensan do que hay una gran tarea para los gobiernos de todos los países y es la de empeñarse en salvar los últimos vestigios de la cultura humana.

La desorientación espiritual recorre todos los ámbitos del planeta, tanto con el orden estrictamente filosófico, como en el político. Desde que traspasamos el umbral de las primeras nociones de cualquier disciplina, nos encontramos con un conjunto de sistemas que siembran la inquietud y la desorientación. Todos los sistemas tienen algo de verdad y todos son criticables; el dogmatismo desde Platón hasta Liebnitz, el escepticismo de Pirrón; el criticismo de Kant, el positivismo de Comte y el pragmatismo de Williams James, los sistemas modernos van presentando el problema del valor del conocimiento con soluciones originales, pero que no implican una solución francamente satisfactoria, sin precisar con certeza la posición del hombre en el mundo en que vive.

"El hombre - dice Sócrates - jamás conquistará ni la verdad absoluta ni la eternidad. La verdad es apenas un arrebol de cualquier crepúsculo en el cielo de la ciencia; como los arreboles, posee mil colores simultáneos. Pero tu ojo apreciará sólo un juego de matices y si lo contemplas con rigor no hay color. La eternidad es inmóvil, aunque preñada de latencias estáticas. La vida y la muerte forman un mundo de lucha en el que la eternidad pueda llegar a tener un sentido nuevo. Prefiero ser un producto de la vida y de la muerte a la eternidad estática. A esto respondió Hipócrates: "La vida tiene el amor y el amor es un reflejo de lo eterno".

Y si del orden filosófico pasamos al político, la desorientación es un mayor y de graves consecuencias. Todo parece perder el equilibrio: tanto la nueva estructuración de las sociedades, como su transformación económica y cultural, las nuevas y justas exigencias de las clases desposeídas, la insuficiencia del estado tradicional; la congestión de los poderes; la reacción realista; la supervivencia de la nociones del liberalismo, el neoliberalismo y las doctrinas estadistas; en una palabra, la quiebra histórica de los conceptos capitales de la teoría clásica del Estado y la necesidad de una justa interpretación del proceso social y político de los Estados. Hay un hondo problema jurídico en la vida de los pueblos y es el de hacer que su constitución esté en armonía con todos los grandes rasgos de su fisonomía nacional. Decían los clásicos que la mejor constitución es la que nace del propio carácter de un pueblo, ya que, según Stuart Mill, las constituciones políticas no se parecen a los árboles que una vez plantados, crecen siempre, mientras los hombres duermen. En las constituciones si no hay acción despierta y voluntaria, no hay crecimiento y el árbol se agota y perece.

No es exacto que todo se ha perdido, por el contrario, una reconsideración de las viejas virtudes humanas puede llevarnos a nuevos aspectos de la vida social, en la que, si bien es difícil desterrar el egoísmo, el interés y la maldad humanas, en cambio puede combatírsele con tesón, por la acción

eficaz, honesta y desinteresada de hombres de buena fe, de jóvenes que hagan un apostolado de la causa de su patria. De la misma manera, dice Cané, que las batallas se ganan por la suma de los esfuerzos individuales y que el deber del soldado es combatir y vencer al enemigo que tiene al frente, el deber de cada hombre es trazar su camino con claridad y seguirlo con firmeza.

Yo deseo, señores representantes dominicanos, hacer un breve bosquejo de la etapa que ha tocado vivir a nuestros pueblos. Vivimos en una época en la que los instintos se han desbordado y luchan por conquistar su hegemonía egoísta y absurda. La discordia y la ilegalidad presiden la mayor parte de los actos de los hombres. Ya no podemos hablar de una crisis del Estado o de las instituciones sociales, porque la actual conflagración ha señalado un total desquiciamiento de los valores humanos.

Y si hablamos del Estado, es porque esta entidad designa actualmente la forma más elevada de vida de las sociedades humanas. Una institución jurídica y social que comprende todas las actividades del hombre. Una organización política superior que ha podido perdurar en todo el proceso histórico de la Humanidad, porque se ha adaptado a las exigencias de cada época y se refiere, tanto a la organización jurídica que da unidad a las instituciones, como el complejo territorial y demográfico sobre el cual ejerce el poder del Estado.

Esa evolución histórica ha consistido en la transformación de las formas políticas de los pueblos primitivos hasta la personificación del Estado, que representa en nuestros días la totalidad del orden jurídico positivo de un país. En el Leviathan afirma Hobbes, que no hay poder más grande en el haz de la tierra que el poder del Estado.

Por esto el conocimiento de los fenómenos políticos ha preocupado vivamente a los espíritus en toda la historia, pero en nuestra época la que obliga a los estadistas a tener una noción más precisa de todos los aspectos en que interviene, ya que como afirmamos, no hay actividad humana que no quede comprendida dentro de las atribuciones de los órganos del Estado.

Aquí, por lo tanto, nos encontramos en la consideración de uno de los asuntos que más nos interesa, y que estimamos vitales: El esfuerzo de las sociedades humanas para mejorar la organización de la vida en común. La Ciencia del Estado contiene la síntesis de esta aspiración, y la historia del derecho político los resultados, traducidos en una legislación positiva. obtenida en casos por violentos procesos sociales y en otros, por circunstancias históricas favorables. El Estado condesa un esfuerzo de varios siglos, encaminados a encontrar una fórmula de vida social, que se resume en el ideal de todo ser civilizado, de hacer del mundo un lugar decente para vivir al amparo de sus más elementales derechos. Los últimos treinta años han aportado a la vida social, transformaciones en el orden político, que es posible que ningún período anterior haya conocido. El problema del bienestar, aspiración legítima, tanto de las sociedades como de los individuos, se plantea con una agudeza particular, ante los intereses que se han creado en los grupos sociales y ante sus exigencias cada vez mayores y necesarias, que han llegado a efectuar la organización misma del Estado.

Los acontecimientos históricos, nos señalan la intervención creciente del Poder Público en nuevos dominios hasta ayer reservados a la actividad privada. El fenómeno es tan general que se debe suponer corresponde a una transformación profunda de los órganos estatales. Entraña, sin embargo, para las autoridades un pesado aumento de responsabilidades y de cargas, que obliga a adaptar técnicamente los diferentes Poderes a estas tareas nuevas, mejorando su funcionamiento, acomodando la Institución a la realidad, y obteniendo las colaboraciones indispensables. Para lograr estos propósitos, es necesario el estudio cuidadoso de las Instituciones políticas, ya que cualquier ignorancia entraña, en muchos casos, consecuencias graves para la vida social.

La era de las improvisaciones debe desaparecer para dar paso a la época de la organización técnica del Estado. El conocimiento a que aludimos, permite, sobre un criterio científico, seguir el desarrollo de un principio político, a través de todas las circunstancias históricas que lo rodearon. La reforma a los órganos del Estado sólo puede lograrse satisfactoriamente cuando se parte de una información lo más perfecta posible de la realidad social y una labor inteligente del legislador y del ejecutor de la ley, encaminada a mejorar la estructura política actual, sin necesidad de los cambios violentos en las Instituciones que frecuentemente origina, en tiempos normales, el olvido de la ley, o su aplicación desapacible en contra del sentimiento medio de una población, y sin que por ello olvidemos el beneficio de las grandes revoluciones de los pueblos, que siempre han forjado nuevos ideales o creado instituciones, que nutren de optimismo a grandes épocas de la historia de la Humanidad.

El panorama de algunos Estados modernos empeñados en una lucha contraria a todo principio de civilización, ha revelado la profunda transformación o evolución violenta del Estado. Los regímenes políticos ofrecen ideas radicalmente contradictorias.

Los viejos principios de la teoría clásica, románticamente idealizados por nuestros antecesores, aparecen al algunos países condenados al más completo olvido en tanto que en otros, aún aferran por salvarlos, como un legado precioso para las generaciones futuras. En otras latitudes el materialismo político se escuda en la vieja estructura del Estado democrático, pero como una etapa transitoria para su completa desaparición.

Pero cualquiera que sea el derrotero de esta historia que se desenvuelve trágicamente ante nuestros ojos, los pueblos se verán obligados a asignar una nueva estructura políticojurídica, a formular una profunda revisión de todas sus instituciones, ante las enseñanzas y urgencias de esta época aciaga y por la urgente necesidad de que el Estado tenga finalidades más en concordancia con la

dignidad de la estirpe humana. Los sistemas totalitarios actuales, en franca decadencia y derrota, como sistemas dictatoriales, que desprecian la libertad humana, y exaltan el reinado de la opresión del dictador o del poder público sobre el individuo y destruyen las formas democráticas, tendrán forzosamente que desaparecer, como sistemas opuestos al desarrollo uniforme de la humanidad, dejando paso al advenimiento de regímenes políticos más decorosos.

Finalmente, señores representantes, yo deseo recordar a ustedes que el Estado es, en buena parte, obra de los juristas, de los legisladores, de los estadistas, ya que como orfebres de las normas jurídicas, son los encargados en definitiva de modelar la arquitectura del Estado, de fijar la estructura y orientación de los órganos políticos, teniendo siempre en cuenta los múltiples fenómenos de la vida social, que se traducen en ideas, en tendencias, en inquietudes y en un afán constante de superación.

Toda norma jurídica implica por sí misma un ideal por realizar, la imagen de un mundo mejor, el deseo de acomodar la realidad al fin optimista del mandato legal. Demos a nuestros pueblos aquellas normas que ellos amorosamente han ido ya forjando, como ilusiones de un mundo mejor, pero también es necesario aportar nuevas soluciones, que eviten un estancamiento de la vida social.

La norma no vale sólo por su forma, sino por el propósito que tiende a realizar. Libertad, democracia, régimen federal, representación popular, garantías sociales e individuales, no son, como piensan muchos, palabras desprovistas de sentido, fantasmas para ofuscar la mente de los pueblos y para medrar con sus angustias. Recordemos, como la historia nos lo enseña, que tienen su vitalidad propia, adquirida en muchos años de lucha y que si ellas no hubieran existido y se hubieran grabado firmemente en la conciencia de los pueblos. El egoísmo y la maldad humanas hubieran acabado hasta el último vestigio de civilización. (Aplausos nutridos y prolongados).

El C. Presidente: La misma comisión que introdujo al Salón de Sesiones a los señores representantes dominicanos, se servirá acompañarlos a su salida del recinto parlamentario.

(Los señores representantes de la República de Santo Domingo abandonan el Salón de Sesiones, acompañados de la comisión nombrada al efecto). (Aplausos nutridos).

El C. secretario Aragón Rebolledo Eliseo: Se va a dar lectura a la Orden del Día para la sesión inmediata:

"Acta de la sesión anterior.

"Oficio de la Secretaría de Gobernación relativo a la utilización de las aguas del río de las Balsas, Gro.

"Solicitudes de particulares.

"Dictámenes: Se acepta la iniciativa del Ejecutivo para que los mexicanos presten servicios a las Naciones Aliadas. Permisos para usar condecoraciones y acuerdos para archivar varios expedientes".

El C. Presidente (a las 14.50): Se levanta la sesión y se cita para el viernes próximo a las once horas.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"

El Director, Jefe de la Oficina,

JUAN ANTONIO MOLL