Legislatura XLI - Año I - Período Ordinario - Fecha 19491025 - Número de Diario 29

(L41A1P1oN029F19491025.xml)Núm. Diario:29

ENCABEZADO

MÉXICO, D. F., MARTES 25 DE OCTUBRE DE 1949

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado artículo de 2a., clase en la Administración Local de Correos, el 21. de septiembre de 1921.

AÑO I. - PERIODO ORDINARIO XLI LEGISLATURA TOMO I. - NUMERO 29

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 25

DE OCTUBRE DE 1949

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la sesión anterior.

2. - Se turnan a Comisión y se mandan imprimir las siguientes iniciativas y proyectos de decreto del Ejecutivo: para que se declare "Día Mundial de la Salud" en todo el país, el 22 de julio de cada año; en que se propone se establezca un impuesto a la exportación de café para el sostenimiento y desarrollo de los planes de la Comisión Nacional del Café; por el que se deroga el decreto de fecha 28 de noviembre de 1931, en que se ordenaba que el Estado de Colima dispusiera libremente de los terrenos de la Laguna de Cuyutlán, en Manzanillo, Col. y por la que se propone se modifique el artículo 4o. del decreto que creó la Institución Petróleos Mexicanos, Cartera.

3. - Se dispensa la segunda lectura y se pone a discusión el dictamen de las Comisiones unidas de Crédito, Moneda e Instituciones de Crédito, Economía y Estadística y Estudios Legislativos, por el que se consulta la aprobación de un proyecto de decreto en que se autoriza al Ejecutivo Federal la emisión y colocación de bonos del Ahorro Nacional. Previo debate en el que participan varios ciudadanos diputados, se aprueba el dictamen en lo general. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. ALFONSO PÉREZ GASGA

(Asistencia de 95 ciudadanos diputados).

- El C. Presidente (a las 12:25 horas): Se abre la sesión.

El C. secretario Vargas Díaz Eduardo (leyendo): "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del XLI Congreso de la Unión, el día veinte de octubre de mil novecientos cuarenta y nueve.

"Presidencia del C. Alfonso Pérez Gasga.

"En la ciudad de México, a las tres horas del jueves veinte de octubre de mil novecientos cuarenta y nueve, se abre la sesión con asistencia de ochenta y siete ciudadanos diputados, según declaró la Secretaría después de haber pasado lista.

"Se aprueba, sin discusión, el acta de la sesión anterior celebrada el día dieciocho del corriente mes.

"Se de cuenta con los asuntos en cartera:

"Invitación del Gobernador y de la Legislatura del Estado de Chiapas para concurrir a la lectura del informa constitucional que el C. Gobernador rendirá ante el Congreso local el día primero de noviembre próximo. Se designa en comisión a los CC. Francisco Turrent Artigas, Armando del Castillo Franco, J. Jesús Avila Vázquez, Jesús Yáñez Maya, Efraín Brito Rosado, Valentín Rincón Coutiño, J. Rodolfo Suárez Coello, Emilio Zebadúa Robles, Milton Castellanos Everardo, Felipe Pagola Reyes, Samuel Espadas Centeno, Norberto Villagómez Vega, Oscar Soto Máynez y Silvestre Aguilar.

"Invitación del C. general de división Jesús González Lugo para concurrir a la ceremonia de protesta que como Gobernador Constitucional del Estado de Colima rendir el día primero de noviembre ante la Legislatura de aquella entidad. Se designa en comisión a los CC. Noé Palomares Navarro, César Garizurieta Ehrenzweig, Salvador González Ventura, Ignacio F. Pesqueira, Roberto A. Solórzano, Emilio M. González, Pablo Quiroga Treviño, Francisco Fonseca García y Rafael S. Pimentel.

"El C. general brigadier médico cirujano Demetrio Mayoral Pardo solicita permiso para usar la condecoración de las "Palmas Académicas" que le confirió el Gobierno de Francia. Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"Proposición suscrita por los CC. diputados Valentín Rincón Coutiño, J. Rodolfo Suárez C., Emilio Zebadúa R., Milton Castellanos Everardo y Felipe Pagola Reyes para que se designe una comisión que en unión de los proponentes se encargue de gestionar ante las autoridades correspondientes los auxilios necesarios, principalmente créditos para rehacer la economía de las zonas

inundadas en el Estado de Chiapas, acuerdos para enviar brigadas sanitarias para prevenir posibles epidemias; la reanudación inmediata de los servicios de comunicaciones y, en general, la ayuda indispensable en casos como el presente. Como lo piden los solicitantes, se dispensan los trámites y, sin que motive debate, se aprueba lo propuesto, designándose en comisión a los CC. Samuel Espadas Centeno, Armando del Castillo Franco, Francisco Turrent Artigas y Alberto Perrera Castillo.

"Solicitud de los CC. Eduardo Facha Gutiérrez, Gonzalo Chapela, Juan José Hinojosa y Jaime Robles Martín del Campo para que se excite a la Comisión correspondiente a fin de que presente dictamen sobre la iniciativa para la creación de la Comisión de Estudios del Seguro Social, presentada el año pasado. Se excita a las comisiones de Estudios Legislatura y de Previsión Social, a fin de que rindan dictamen sobre la iniciativa aludida.

"Dictamen de la Comisión de Impuestos relativos a la iniciativa enviada por el Ejecutivo para suspender el impuesto especial sobre la industria de hilados, tejidos y acabados. Primera lectura. A discusión en la sesión próxima.

"Dictamen de la Comisión de Minas por el que se consulta la aprobación del proyecto de Ley Orgánica del Instituto Nacional para la investigación de recursos minerales, que presento el C. Presidente de la República. Primera lectura. A discusión en la sesión próxima.

"Dictamen de las comisiones unidas 1a. de Gobernación, de Bienes y Recursos Nacionales y 1a. de Ferrocarriles, que se refiere al proyecto de decreto del C. Presidente de la República por el que se dispone que la Secretaría de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa ejerza sus funciones de control y vigilancia en la Administración de los Ferrocarriles Nacionales de México. Primera lectura. A discusión en la sesión próxima.

"Dictamen de la Comisión de Presupuestos y Cuenta por el que se consulta la aprobación del siguiente punto de acuerdo: "Dígase a la Contaduría Mayor de Hacienda que, una vez que termine la revisión y glosa de la Cuenta de la Hacienda Pública Federal para el ejercicio fiscal de 1948, envíe a esta Cámara el informe respectivo para que sea examinado por la Comisión de Presupuestos y Cuenta y proponga la resolución que proceda". Se pone a discusión el dictamen y hace uso de la palabra, en dos ocasiones, para impugnarlo, el C. Gonzalo Chapela. A nombre de la Comisión defiende el dictamen el C. José Rodríguez Clavería. Se declara suficientemente discutido el caso y la Asamblea aprueba el dictamen en votación económica.

"Dictamen de la Segunda Comisión de Hacienda, que termina con la proposición del siguiente punto de acuerdo:

"Único. Se aceptan las observaciones del Ejecutivo Federal al decreto del Congreso en virtud del cual se otorgaba una pensión de diez pesos diarios a la señora Josefa Jiménez viuda de Martínez. Archívese el expediente". Sin discusión, se aprueba el dictamen.

"Dictamen de la Primera Comisión de Puntos Constitucionales relativo al permiso solicitado por el C. profesor Julio García Muñoz para aceptar y usar una condecoración que le confirió el Mariscal de Francia Vicent Ferdinand Foch, que termina con la proposición del siguiente acuerdo económico:

"Remítase al archivo este expediente, por haber cancelado la petición contenida en el mismo el C. Julio García Muñoz". Sin que motive debate se aprueba el dictamen.

"Dictamen de la Primera Comisión de Puntos Constitucionales relacionado con la solicitud que presentó el C. Ezequiel Ordoñez para aceptar y usar una condecoración que le confirió el Gobierno de Francia. El dictamen consulta la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Único. Remítase al archivo este expediente por no haber aportado el C. Ezequiel Ordónez los documentos probatorios de la condecoración antes mencionada". Sin discusión, se aprueba el dictamen.

"Presidencia del C. Mario S. Colorado Iris.

"Se continúa la lectura, a partir del artículo 41, del proyecto de Código Sanitario promovido por los CC. diputados Melitón Cárdenas V., Francisco Fonseca García, Salvador González Ventura, Alberto Mayoral Pardo, Jesús N. Noyola, Teódulo Gutiérrez Laura, Antonio Rocha Jr., Noé Palomares Navarro, Carlos Real Encinas, Gustavo Durón González y Manuel González Cosío, suspendiéndose esta lectura en el artículo 99.

"A las catorce horas se levanta la sesión y se cita para el martes próximo. La Presidencia suplica a los CC. diputados puntual asistencia a las once horas de ese día".

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados al Congreso de la Unión. -

Presentes.

"Para los efectos constitucionales remitimos a ustedes expediente con la minuta proyecto de decreto aprobado por esta H. Cámara en sesión ordinaria celebrada ayer por el que se declara "Día Mundial de la Salud" en todo el país, el día 22 de julio de cada año.

"Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

"México, D. F., a 14 de octubre de 1949. - Demetrio Flores Fagoaga, S.P.S. - Adolfo López Mateos, S.S".

"CC. Secretario de la H. Cámara de Senadores del Congreso de la Unión. - Presentes.

"Con el presente me es grato remitir a ustedes, por acuerdo del C. Presidente de la República, proyecto de decreto proponiendo se declare "Día

Mundial de la Salud" en todo el país, el día 22 de julio de cada año.

"Al rogar a ustedes dar cuenta con dicho documento a esa H. Cámara, les reitero mi consideración atenta y distinguida.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D. F., a 29 de septiembre de 1949. - El Secretario, Adolfo Ruiz Cortines".

"CC. Secretarios de la H. Cámara de Senadores. - Presentes.

"En uso de la facultad que al Ejecutivo de mi cargo concede la fracción I del artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tengo el honor de enviar, por el digno conducto de ustedes, al H. Congreso de la Unión, la siguiente iniciativa:

"Teniendo en cuenta la trascendencia e importancia que para el bienestar de la especie humana tiene la Organización Mundial de la Salud, encargada de promover y coordinar todas las actividades que puedan redundar en la obtención y aseguramiento de la salud individual y colectiva; y que la Constitución de esa benéfica Organización fue firmada el 22 de julio de 1948 y es, por lo mismo, muy conveniente festejar anualmente tal fecha, como lo sugiere la invitación que al Gobierno mexicano ha dirigido el Director General de la expresada Organización; en cumplimiento de la resolución relativa adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud, me permito proponer que el H. Congreso de la Unión, en uso de las facultades que le confieren las fracciones XVI y XXX, del artículo 73 constitucional se sirva expedir, si a bien lo tiene, el siguiente decreto:

"Artículo 1o. Se declara "Día Mundial de la Salud" en todo el país, el día 22 de julio de cada año.

"Artículo 2o. Las autoridades federales y locales de todo el país y especialmente la Secretaría de Salubridad y Asistencia con todos sus servicios unidades y demás dependencias, cuidarán de realizar anualmente, en la expresada fecha, las celebraciones que juzgaren más convenientes y adecuadas para que la colectividad se compenetre de la importancia de fomentar cuanto redunde en bien de la salud individual y general; así como, en cuanto sea posible, realizar todos aquellos actos tales como inauguraciones de establecimientos y servicios que persigan el mismo objetivo.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi más alta consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"Los Pinos, a 7 de septiembre de 1949.- El Presidente de la República, Miguel Alemán".

"Dictamen de la Cámara de Senadores.

"Honorable Asamblea:

"A las Comisiones unidas de Gobernación y Asistencia turnó vuestra soberanía para su estudio y dictamen, la iniciativa del Ejecutivo Federal que propone se declare "Día Mundial de la Salud", en todo el país, el 22 de julio de cada año, por haberse constituído en día como ese del próximo pasado 1948 la Organización Mundial de la Salud.

"Obvio parece a las suscritas comisiones el pretender ahondar en los motivos que fundan la iniciativa del Ejecutivo cuando Están a la vista por útiles y generosos. A la clara conveniencia, desde el punto de vista higiénico, de procurar difundir entre el pueblo todos aquellos motivos que lo induzcan a prevenir los medios para mantener la salud en la persona y en la familia, procede añadir, desde el punto de vista educativo el eminente propósito de llevar al ánimo general la levantada idea de que esa misma salud no es solamente patrimonio egoísta del individuo que la goza, sino auténtica riqueza pública, por los beneficios que se derramen sobre todo país que la conserva como caudal de energías materiales y morales de sus ciudadanos, ya que nada eficaz podrá esperarse nunca de un conglomerado humano propenso a contraer enfermedades o, desdichadamente, ya roído por ellas.

"En virtud de estas elementales consideraciones, suficientes, sin embargo, para prohijar la iniciativa de que se trata, pues que por la nobleza en que se inspira se recomienda sola, las Comisiones que suscriben consultan a la H. Cámara la aprobación del siguiente decreto.

"Artículo 1o. Se declara "Día Mundial de la Salud" en todo el país, el día 22 de julio de cada año.

"Artículo 2o. Las autoridades federales y locales de todo el país y especialmente la Secretaría de Salubridad y Asistencia con todos sus servicios unidades y demás dependencias, cuidarán de realizar anualmente, en la expresada fecha, las celebraciones que juzgaren más convenientes y adecuadas para que la colectividad se compenetre de la importancia de fomentar cuando redunde en bien de la salud individual y general; así como, en cuanto sea posible, realizar todos aquellos actos tales como inauguraciones de establecimientos y servicios que persigan el mismo objetivo.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Senadores del H. Congreso de la Unión. - México, D. F., 7 de octubre de 1949. - Segunda Comisión de Gobernación. - Licenciado Fernando Moctezuma. - licenciado Pedro Guerrero Martínez. - Licenciado Fausto A. Marín. - Rúbricas. - Comisión de Asistencia Pública: Doctor Gustavo A. Uruchurtu. - Licenciado Efraín Lazos. - Ingeniero Ezequiel M. García. - Rúbricas.

"Trámites: Octubre 13 de 1949. - Considerado de obvia resolución. Se le dispensa el trámite de primera lectura. A discusión en lo general y particular. Aprobado por unanimidad de 26 votos. A la colegisladora para sus efectos constitucionales. El Secretario, Alfonso Corona del Rosal". - Recibo, a las Comisiones unidas de Gobernación en turno y de Asistencia Pública e imprímase.

"CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la unión. - Presentes.

"Para los efectos constitucionales, con el presente me permito remitir a ustedes iniciativa que el C. Presidente de la República somete a la consideración de esa H. Cámara, proponiendo se establezca un impuesto de cuatro centavos por kilogramo de café de exportación, para el sostenimiento

y desarrollo de los planes de la Comisión Nacional del Café.

"Al rogar a ustedes dar cuenta con dicho documento a esa H. Cámara, les reitero las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D. F., a 20 de octubre de 1949. - P. AC. del C. Secretario, el Oficial Mayor licenciado Horacio Terán".

"CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - Presentes.

"En ejercicio de la facultad que me confiere la fracción I del artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ocurro, por el digno conducto de ustedes, a iniciar ante el H. Congreso de al Unión, la expedición de una ley que grave con un impuesto especial la exportación de café.

"El establecimiento de una tributación especial a este respecto queda justificado por el decreto que expidió el Ejecutivo Federal el 17 de octubre del corriente año y por el cual se creó la Comisión Nacional del Café que tiene como fines principales el incrementar la producción de este grano para beneficio de los agricultores y de la economía nacional.

"Si se tiene en cuenta que los caficultores serán los que directamente reciban los provechos que se deriven del desarrollo de los planes y servicios que les otorgue un organismo que se establece para hacer factible el que nuestra industria cafetera alcance el desarrollo que merece, son aquellos quienes principalmente deben cooperar para proveerlo de los recursos económicos que requiera.

"En virtud de lo expuesto, someto a la H. Representación Nacional el proyecto de la siguiente ley que crea el impuesto de la Comisión Nacional del Café.

"Único. Para el sostenimiento y desarrollo de los planes de la Comisión Nacional del Café se establece un impuesto de cuatro centavos por kilogramo de café de exportación. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público pondrá a disposición de la Comisión los fondos que recaude por este concepto.

"Transitorios.

"Primero. Este decreto entrar en vigor el día de su publicación en el "Diario Oficial" de la Federación.

"Segundo. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público tomará las providencias que estime adecuadas a fin de vigilar que los fondos que se recauden no se destinen a fines distintos de los que se señalan en este decreto.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"Los Pinos, a 19 de octubre de 1949.- El Presidente de la República, Miguel Alemán". - Recibo, a la Comisión de Impuestos e imprímase.

"CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - Presentes.

"Para los efectos constitucionales, con el presente me permito remitir a ustedes proyecto de decreto que el C. Primer Magistrado de la Nación somete a la consideración de esa H. Cámara, derogando el de fecha 28 de noviembre de 1931 por el cual se ordenó que el Estado de Colima dispusiera libremente de los terrenos de la Laguna de Cuyutlán, en Manzanillo, Col.

"Reitero a ustedes mi atenta consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D. F., a 21 de octubre de 1949. - P. Ac. del C. Secretario, el Oficial Mayor, licenciado Horacio Terán".

"H. Congreso de la Unión. - Presente.

"Miguel Alemán, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, con apoyo en el artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, somete a la consideración del H. Congreso de la Unión la siguiente iniciativa de ley, haciendo previamente las siguientes consideraciones:

"Primera. Que el Congreso de los Estados Unidos Mexicanos expidió, con fecha 28 de noviembre de 1931, un Decreto publicado el 5 de diciembre de 1931 en el "Diario Oficial" de la Federación, por el cual se ordenó que el Estado de Colima, dispusiera libremente de los terrenos de la Laguna de Cuyutlán, en Manzanillo, Col. a efecto de que se destinaran a urbanización, mediante las enajenaciones correspondientes autorizadas por el Ejecutivo del Estado, y cuyos productos se emplearían en obras materiales de utilidad pública.

"Segunda. Que el Decreto anterior cedió gratuitamente al Gobierno del Estado de Colima, los terrenos de la Laguna de Cuyutlán, sin considerar que en ellos se encuentran comprendidas las zonas federales, que por su naturaleza son inalienables y por será del dominio público de la nación, no pueden salir, por ningún motivo de su patrimonio.

"Tercera. Que asimismo, el Decreto en realidad no ha sido cumplimentado, por no haberse hecho entrega formal al Gobierno del Estado de Colima, de los terrenos que le fueron cedidos, pues la Federación los ha seguido administrando hasta la fecha.

"Cuarta. Que los terrenos ganados a la Laguna de Cuyutlán, han sido, además, invadidos en algunas partes indebidamente por particulares y, por lo tanto, se hace necesario derogar el Decreto citado, con objeto de que la Secretaría de Bienes Nacionales e inspección Administrativa, de acuerdo con las disposiciones legales de la materia, los administre, los destine, en su caso, a las Dependencias de la Federación y regularice la ocupación hecha por particulares.

"Por todo lo expuesto, me permito someter a su consideración la siguiente iniciativa de ley.

"Decreto:

"Artículo primero. Se deroga el decreto de fecha 28 de noviembre de 1931. publicado en el "Diario Oficial" de la Federación el 5 de diciembre de 1931. expedido por el H. Congreso de la Unión.

"Artículo segundo. De los terrenos ganados a la Laguna de Cuyutlán, tomará posesión la Secretaría de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa, para su administración, de acuerdo con

las leyes respectivas y en su caso, para destinarlos al servicio de las diversas dependencias de la Federación.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"México, D. F., a 19 de octubre de 1949.- El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Miguel Alemán". - Recibo, a la Comisión de Bienes Nacionales, e imprímase.

"CC. Secretarios de la H. Cámara de diputados del Congreso de la Unión. - Presentes.

"Con el presente me es grato remitir a ustedes, para los efectos constitucionales, proyectos de decreto por el cual se modifica el artículo 4o del que creó la Institución Petróleos Mexicanos.

"Al rogar a ustedes dar cuenta con dicho documento a esa H. Cámara, les reitero mi consideración distinguida.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D. F., a 21 de octubre de 1949. - P. Ac. del C. Secretario, el Oficial Mayor, licenciado Horacio Terán".

"CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presentes.

"En ejercicio de la facultad que me otorga la fracción I del artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, considerando que es de competencia exclusiva del H. Congreso de la Unión modificar en lo conducente el decreto que creó la Institución Petróleos Mexicanos, por vuestro conducto someto a la consideración de la soberanía del H. Congreso, para que si a bien lo tiene se sirva discutir y, en su caso, aprobar, el siguiente proyecto de decreto que modifica el artículo 4o. del decreto que creó la Institución Petróleos Mexicanos:

"Considerando que en el decreto dictado por el Ejecutivo Federal con fecha 16 de enero de 1948, publicado en el "Diario Oficial" de la Federación de 10 de febrero del mismo año, se hicieron las siguientes consideraciones:

"Que los bienes que integran el patrimonio de Petróleos Mexicanos son bienes nacionales de dominio público, según lo establecido por los artículos 22, fracción VII y 24 de la Ley General de Bienes Nacionales, aun cuando en virtud de los términos de decreto del Congreso de la Unión que constituyó dicha institución pública y de los posteriores que lo han reformado, es evidente que dichos bienes no Están sujetos a la administración directa del Gobierno federal, sino que integran el patrimonio de una institución con personalidad jurídica propia y, por lo mismo, son administrados directamente por la institución de referencia, con las limitaciones que en los propios decretos se establecen.

"Que el patrimonio de Petróleos Mexicanos constituye una aportación de capital del Gobierno Federal en dicha institución y que en consecuencia el Ejecutivo Federal interviene indirectamente en la administración de la misma, a través de la designación de los representantes oficiales integrantes del Consejo de Administración de la misma; la designación directa del Director General y de los Subdirectores; del requisito del acuerdo del Ejecutivo Federal, para transmitir la propiedad de sus bienes inmuebles, o bien para afectarlos con gravámenes reales y por medio de los acuerdos con el Ejecutivos de la Unión dicta a Petróleos Mexicanos concernientes a la marcha general de la institución y a las direcciones de la política que deba seguir.

"Que la Ley de Secretarías de Estado al crear la Secretaría de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa, substrajo, de la competencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público lo relativo al despacho de los asuntos relacionados con la conservación y administración de los bienes nacionales para atribuirlos a la Secretaría primeramente mencionada y que en acuerdo posterior se estableció que en todas las leyes, decretos y reglamentos en que se conceda atribuciones e intervención a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en función de su competencia sobre los bienes nacionales, debería de entenderse que dichas atribuciones se concedían a la Secretaría de Bienes Nacionales.

"Que es conveniente que se aumente el número de integrantes oficiales del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos en uno, para que éste sea designado por el Ejecutivo a propuesta de la Secretaría de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa, pero que resolver lo conducente es de competencia exclusiva del Congreso de la Unión y, a reserva de someter al mismo la iniciativa correspondiente para la reforma del decreto constitutivo de petróleos Mexicanos, procede por lo pronto designar a propuesta de la mencionada Secretaría, una persona que acuda a las sesiones del Consejo de Administración de aquella institución pública con el carácter de asesor.

"Considerando que las razones apuntadas subsisten a la fecha. "Para el efecto de que, entre los miembros del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos se cuente con uno nombrado a sugestión de la Secretaría de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa, el H. Congreso de la Unión decreta:

"Artículo 1o. Se reforma el artículo 4o. del decreto de 7 de junio de 1938, modificado ya por el decreto de 8 de agosto de 1940, para que quede redactado en los siguientes términos:

"Artículo 4o. La Institución Pública que se crea mediante este decreto será dirigida por un Consejo de Administración compuesto de diez miembros, debiendo será designados seis de ellos por el Ejecutivo Federal; dos a propuesta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, tres a propuesta de la Secretaría de Economía y uno a propuesta de la Secretaría de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa. Los otros cuatro miembros del Consejo serán designados por el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.

"Por cada uno de los consejeros que se designen se nombrar un suplente, en la inteligencia de que los suplentes que correspondan a los consejeros

que representan al Estado serán precisamente funcionarios de "Petróleos Mexicanos".

"El Ejecutivo designará un Presidente y un Vicepresidente entre los miembros del Consejo y éstos nombrarán un Secretario. Los miembros del Consejo podrán será removidos libremente por el Ejecutivo Federal y por el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República, según corresponda.

"Artículo 2o. El presente decreto entrar en vigor el día de su publicación en el "Diario Oficial" de la Federación.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi atenta consideración.

"México, Distrito Federal, a 19 de octubre de 1949.- El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Miguel Alemán". - Recibo, a la Comisión de Petróleos e imprímase.

"México, D. F., a 14 de octubre de 1949.

"C. Presidente de la H. Cámara de Diputados. - Ciudad.

"Debido a la importante participación que esa H. Cámara tuvo en el éxito de la recepción que se hizo al señor Salvatore Aldisio, Vicepresidente del Senado de Italia, y al señor Giusseppe Brusasca, Subsecretario de Relaciones Exteriores de dicho país, a continuación me es grato transcribir a usted el texto de la nota que el Embajador Italiano en México acaba de dirigir a esta dependencia del Ejecutivo:

"Por encargo de mi Gobierno tengo el honor de poner en conocimiento de vuestra excelencia que el Consejo de Ministros de Italia, en la sesión de 30 de septiembre ppdo. ha aprobado por unanimidad una deliberación con la cual, en ocasión del regreso a Italia de la misión extraordinaria Aldisio - Brusasca, se expresa la profunda gratitud del Gobierno y del pueblo italianos a los Gobiernos y a los pueblos de América Latina por las solemnes y amistosas acogidas dadas a la misión misma y por el apoyo internacional tan eficaz dado a Italia. Al Gobierno y al pueblo de México, que han tenido una parte tan importante en el éxito de la misión y en el fortalecimiento de los vínculos que unen Italia y América Latina, el agradecimiento expresado por el Consejo de los Ministros de Italia se dirige en manera particular y a mí es sumamente grato patentizarlo una vez más con esta carta".

"Reitero a usted las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"P. O. del Subsecretario encargado del Despacho, del oficial Mayor, Alfonso Guerra".

Contéstese a la Secretaría de Relaciones Exteriores que esta Cámara se ha enterado de esta nota con agradecimiento.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"Comisiones unidas de Crédito, Moneda e Instituciones de Crédito, Economía y Estadística y Estudios Legislativos.

"Honorable Asamblea:

"El C. Presidente de la República, en uso de la facultad que le concede el artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, somete a la consideración de esta H. Cámara de Diputados, una iniciativa a fin de que se autorice al Ejecutivo Federal para emitir y colocar bonos del Ahorro Nacional.

"El expediente relativo, por acuerdo de vuestra soberanía, fue turnado para su estudio y dictamen a los Comisiones unidas de Crédito, Moneda e Instituciones de Crédito, Economía y Estadística y Estudios Legislativos, las que, después de examinar detenidamente los considerandos del Ejecutivo, llegaron al conocimiento de que el objeto de la iniciativa es impulsar y aprovechar el ahorro en México para fomentar el desarrollo industrial, lo que se traducirá en una elevación del nivel de vida de la población.

"Por otra parte, se calcula que puede captarse un caudal que fluctúa entre 420 y 570 millones de pesos y que a la fecha es improductivo tanto para sus dueños, como para la economía nacional, cantidad que empleada en las actividades más productivas y de mayor urgencia para el desarrollo del país, vendrá a beneficiar tanto a los ahorradores individuales en particular, como a la economía del país en general.

"Por último, los bonos del Ahorro Nacional tienen la característica especial de que serán vendidos al público a la mitad de su valor nominal y de que su valor de rescate aumentará trimestralmente, libre de impuestos y quienes los adquieran duplicarán su capacidad en diez años.

"Penetrados de la bondad y de la trascendental importancia de la iniciativa, los miembros de las Comisiones unidas estimaron indispensable hacer un cuidadoso estudio del proyecto de ley en lo general y de su articulado en lo particular, con el propósito de llevarlo a un límite de perfección compatible con una obra humana realizada en las circunstancias y en las condiciones de la presente.

"Llevado a cabo ese estudio, las Comisiones unidas hacen las siguientes observaciones y proposiciones:

"1o. Desde el punto de vista general, económico y financiero, la iniciativa es viable y correcta porque, como se ha dicho, se trata de lanzar al mercado títulos valores de excelentes calidad cuyo fin es el aprovechamiento de determinados capitales pequeños y medianos, hasta ahora ociosos, que habrán de colocarse con la financiación de obras de seguro beneficio colectivo, sin que ese aprovechamiento perjudique para nada otros renglones de valores similares, porque la experiencia demuestra que la canalización de inversiones de este tipo es siempre múltiple y se diversifica de acuerdo con la posición y tendencias de los individuos y naturaleza de los créditos.

"2o. Desde el punto de vista social se advierte que la iniciativa tiene manifiestamente un doble propósito, educar al pueblo para que adquiera el saludable hábito del ahorro y facilitar las formas de éste en una forma distinta a las que ya existen en las leyes vigentes. El ahorro implica la práctica de

hábito sociales que son elementos básicos del bien común; pero para poder emprender esta obra educacional se requiere hacer muy accesible al pueblo la práctica del ahorro y precisamente la iniciativa de ley que se propone tiende a hacer posible el ejercicio de tan saludable costumbre aun por las personas de más cortos recursos. La iniciativa de ley carece de complicaciones, de tal modo que basta con comprar el bono o bonos y esperar para que la capitalización se realice por sí sola sin desembolsos mensuales o periódicos, sin caducidades ni otras complejidades que suelen tener esa clase de operaciones de ahorro.

"3o. Desde el punto de vista jurídico, las Comisiones del estudio estiman pertinente reformar la iniciativa adicionando el artículo 2o. con el objeto de enmarcar el proyecto de manera explícita dentro del cuadro constitucional señalado por el artículo 73 de la Carta Magna.

"4o. Particularizando el estudio a cada uno de los artículos, las Comisiones convinieron en proponer la reforma de algunos preceptos, ya sea por razones de técnica legislativa, o bien para darles mayor claridad, tratando de evitar con ello objeciones puramente formalistas que podrían obstaculizar momentáneamente la aprobación del proyecto ahora, y más tarde la correcta aplicación de la ley.

"En esa virtud, se hicieron a la iniciativa las siguientes reformas:

"a) Los artículos 1o. y 2o. fueron retocados para hacer resaltar más nítidamente los altos propósitos que animan la iniciativa de ley propuesta, conservando su vigor.

"b) El artículo 4o. se refundió en el 14o. tanto porque ambos se relacionan con la misma materia, cuanto porque la prohibición contenida en ellos tiene su recta colocación en la sección "C" que se refiere a la adquisición de los bonos del Ahorro Nacional por las instituciones de crédito, seguros y fianzas. Por tal motivo hubo necesidad de correr la numeración de los artículos.

"c) El artículo 6o. que pasa a ser el 5o. del proyecto que sometemos a vuestra soberanía, sufrió una adición necesaria para hacer constar que el rédito de los bonos se causar al 7.1773% promediados durante el plazo de diez años, de acuerdo con la tabla de rescate del artículo 8o. que hoy pasa a ser el 7o.; y de esta manera es ponen en concordancia los preceptos de la ley con la tabla de valores.

"d) El artículo 9o., hoy 8o., deja de tener la parte redundante relativa a la radicación de los extranjeros "dentro o fuera del Territorio Nacional", y se adiciona con la previsión de que los bonos puedan ser adquiridos por incapaces aunque su rescate o cobro deber siempre realizarse por los representantes legítimos de ellos, como se ha ordenado por la Ley de Instituciones de Crédito respecto de otros títulos de ahorro.

"e) El artículo 11. que pasa a ser en el proyecto que sometemos a vuestra soberanía el 10., ha sufrido algunos retoques en la redacción para hacerlo más claro, y una adición que se refiere a la transmisibilidad del bono por remate porque se estimó que era una omisión en el artículo citado.

"f) Los artículos 12. y 13. de la iniciativa que refundidos pasan a ser en el proyecto sometido a vuestra consideración el artículo 11., han sido aclarados a fin de que se determine con exactitud que el heredero o herederos a quienes se adjudiquen los bonos, en el caso de que pase de $ 50,000.00 su valor nominal sean los que opten por conservarlos en su poder hasta que termine el plazo de emisión o los rescaten anticipadamente, debiendo quedar exentos del impuesto de herencias y legados en el primer caso u obligados a cubrirlo en lo que excediera de la cifra indicada en caso de rescate.

"g) Los dos artículos de la sección "C" relativa a la adquisición de bonos por instituciones de crédito, de seguros y fianzas se conservan sustancialmente y sólo se modifica la forma, procurando que sea más técnica

. "h) El orden de las secciones "D" y "E" se alteró y se antepuso la última que se refiere al monto de las emisiones a la segunda que habla del manejo de los bonos, porque pareció a las Comisiones más lógicas esta disposición de las materias y tratar del monto de la emisiones en primer término y después del manejo de los bonos. Sobrevino pues la alteración correspondiente de la numeración. En el artículo 18 de la iniciativa, que corresponde el 14 del proyecto que sometemos a vuestra soberanía, se estableció una adición a fin de que el Ejecutivo Federal determine anualmente no sólo la cantidad de bonos del Ahorro Nacional por emitir, sino también las obras concretas a cuya realización deba de aplicarse su importe para hacer congruente este precepto con las modificaciones consultadas al artículo 2o. de la iniciativa y de que más abajo se trató. Los artículos restantes de la sección "E" de la iniciativa, fueron conservados en su integridad; pero el 22 de ésta, relativo al Patronato, se pasó a la sección que trata del manejo y venta de los bonos en que toda entera se ocupa del Patronato.

"i) La sección "E" se consagra al manejo y venta de los bonos y en ella se contienen bajo los números 18 y 19 los artículo 16 y 17 de la iniciativa. Se conserva en las modificaciones la sustancia del proyecto del Ejecutivo. Se desarrollan las facultades del Patronato del Ahorro Nacional y se procura dar mayor claridad al funcionamiento del nuevo órgano que se crea. Dentro de las funciones del Patronato se incluye la prevista por el artículo 4o. de los transitorios de la iniciativa.

"Por todas las consideraciones anteriores, las Comisiones dictaminadoras se permiten someter a la consideración de la H. Asamblea el siguiente proyecto de decreto:

"Sección "A".

"Bonos del Ahorro Nacional.

"Artículo 1o. Para estimular el ahorro nacional y aprovecharlo en el desenvolvimiento económico del país, se autoriza al Ejecutivo Federal para emitir y colocar bonos del Ahorro Nacional en los términos de la presente ley

. "Artículo 2o. El producto de las emisiones de bonos del Ahorro Nacional, estar destinado única y exclusivamente a la ejecución o financiamiento de obras públicas esenciales y de plantas

industriales que directamente produzcan un acrecentamiento en los ingresos públicos.

"Artículo 3o. Los bonos del Ahorro Nacional tendrán as siguientes garantías:

"1. Incondicional del Gobierno Federal de pagar en efectivo el valor nominal de los bonos a la fecha de su vencimiento.

"2. Incondicional del Gobierno Federal de pagar en cualquier momento y en efectivo, los valores de rescate establecidos en el artículo 7o. de esta ley

. "3. Específica de las obras que sean financiadas con la emisión de bonos correspondiente, quedando afectos a esta garantía todos los bienes y productos de dichas obras y los ingresos de la empresa que las lleve a cabo.

"Podrán, además, tener la garantía solidaria de instituciones bancarias privadas cuando éstas intervengan en la financiación o vigilancia de alguna obra ejecutada con fondos provenientes de la venta de bonos del Ahorro Nacional.

"Artículo 4o. Los bonos del Ahorro Nacional, tendrán denominaciones de $ 25.00, $ 50.00, $100.00, $ 500.00 y $ 1,000.00.

"Artículo 5o. Los bonos del Ahorro Nacional serán a diez años de plazo, y redituar n el 7.1773% anual, que se computar trimestralmente en la forma que fija la tabla del artículo 7o. por lo tanto, su precio de venta será la mitad de su valor nominal o sea el de $ 25.00 se venderá a $ 12.50, el de $ 50.00 a $ 25.00, el de $ 100.00 a $ 50.00, el de $ 500.00 a $ 250.00 y el de $ 1,000.00 a $ 500.00.

"Artículo 6o. Transcurridos diez años a partir del día primero del mes en que hayan sido vendidos, los bonos del Ahorro Nacional serán pagados al propietario a su valor nominal.

"Artículo 7o. En cualquier fecha posterior a la de venta y anterior a su vencimiento, los bonos del Ahorro Nacional podrán ser convertidos en efectivo por su poseedor, de acuerdo con los valores establecidos en la siguiente tabla

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"Nota. Los trimestres se contar n a partir del día primero del mes en que haya sido vendido el bono.

"Sección "B".

"Adquisición de los bonos del Ahorro Nacional por individuos.

"Artículo 8o. Los bonos del Ahorro Nacional podrán ser adquiridos por mexicanos y por extranjeros, podrán serlo también por incapaces pero su rescate o cobro sólo se realizará por sus representantes legítimos.

Artículo 9o. No habrá limitación a la cantidad de bonos que pueda adquirir un individuo.

"Artículo 10. Los bonos del Ahorro Nacional serán títulos de crédito siempre nominativos; y no podrán transmitirse más que por herencia o por remate. En cualquier momento su propietario podrá canjearlos por efectivo sin dimitación o costo a los precios fijados en el artículo 7o.

"Artículo 11. Los bonos del Ahorro Nacional estar n libres de todos impuesto, con excepción del de herencias y legados, respecto del cual se observará lo siguiente: Cuando el caudal hereditario representado en bonos no exceda de $ 50,000.00 valor nominal, estar exento totalmente. Cuando exceda, en el exceso se aplicará el impuesto correspondiente, que cubrirán el heredero o herederos a quienes se apliquen, a menos de que conserven en su poder los bonos hasta que termine el plazo de emisión y registren además su propiedad en la oficina fiscal respectiva, en cuyo caso quedarán exentos del pago del impuesto, cualquiera que sea la cantidad a que monte el exceso.

"Sección "D". "De la adquisición por Instituciones de Crédito, de Seguros y Fianzas.

"Artículo 12. Salvo lo dispuesto en el artículo siguiente, las instituciones de crédito no podrán adquirir bonos del Ahorro Nacional por cuenta propia, ni tomarlos en garantía de préstamos, pero sí podrán fungir como intermediarios en la adquisición por cuenta de sus clientes o de terceros.

"Artículo 13. La Secretaría de Hacienda, previa opinión del Banco de México, podrá fijar las condiciones en las cuales las instituciones de seguros, de fianzas y de bancos de capitalización, podrán adquirir los bonos del Ahorro Nacional, pero sin que tales bonos puedan ser computables como valores del Estado para los fines de la inversión de las reservas técnicas de las instituciones mencionadas.

"Sección "D".

"Del monto de las emisiones.

"Artículo 14. El Ejecutivo Federal determinar anualmente la cantidad de bonos del Ahorro Nacional que pueda ser emitida, y las obras concretas a cuya realización deba aplicarse su importe, y solicitar la aprobación respectiva del Congreso de la Unión, así como la autorización para que en la Ley de Ingresos correspondiente al ejercicio, se provean las cantidades necesarias para el servicio de las emisiones y el costo de funcionamiento del Patronato.

"Artículo 15. Las emisiones se harán por series; cada una de ellas estar destinada a financiar la construcción de alguna obra específica de interés nacional cuyos productos basten para cubrir la propia amortización.

"Artículo 16. Las obras ejecutadas con cargo a los fondos recaudados mediante la colocación de bonos del Ahorro Nacional, deberán estar en plena producción o funcionamiento en un plazo inferior al de vencimiento de los bonos respectivos.

"Artículo 17. Queda facultado el C. Presidente de la República para ordenar la emisión de estampillas especiales con valor de $ 0.25, $ 0.50, $ 1.00 y $ 5.00 que se venderán al público para facilitar el pequeño ahorro. Las estampillas serán canjeadas por bonos de las denominaciones mínimas.

"Sección "E".

"Manejo y venta de los bonos.

"Artículo 18. Para llevar a cabo la emisión, colocación, venta, redención, pago y manejo de los bonos del Ahorro Nacional y para invertir los fondos obtenidos de la colocación de los mismos, controlar y vigilar las inversiones, se crea el Patronato del Ahorro Nacional al que se otorgan todas las facultades necesarias para la cumplida realización de los fines señalados a su instituto.

"Artículo 19. El Patronato estará formado por 5 personas de aptitud y solvencia moral reconocidas y se integrará y funcionará en los términos que señale el reglamento de esta ley, de acuerdo con las siguientes bases:

"a) Sus miembros serán designados y removidos libremente por el Ejecutivo Federal.

"b) Fungir como su Presidente el que de entre ellos elija el propio Ejecutivo.

"c) El Patronato tomará sus decisiones a mayoría de votos de sus componentes y, en caso de empate, tendrá voto de calidad su Presidente.

"d) El Patronato formulará su reglamento interior y los necesarios para el desempeño de sus funciones, con la aprobación del Ejecutivo Federal, para que éste los expida.

"e) El Patronato formará cada año el presupuesto de sus propios gastos, y el del servicio de las emisiones y lo someter a la aprobación del Ejecutivo Federal.

"f) El Patronato llevar la contabilidad de su propio funcionamiento, de las emisiones de bonos y del servicios de los mismos, de las inversiones que se realicen y de su recuperación; dar cuenta al Ejecutivo de sus balances anuales y los publicará en la forma y con los demás datos que señale el reglamento.

"g) El propio Patronato formulará los modelos de bonos del Ahorro Nacional correspondiente a cada emisión, que contendrá la tabla de rescate y los derechos de los tenedores.

"h) Extenderá además las escrituras de emisión, con la intervención de las entidades correspondientes, de acuerdo con los preceptos de esta ley.

"Transitorios.

"Artículo 1o. Esta ley entrar en vigor el día de su publicación en el Diario Oficial" de la Federación.

"Artículo 2o. El Ejecutivo Federal queda autorizado para emitir y colocar la primera serie de bonos del Ahorro Nacional, que se denominar "Serie "A", con importe total de cincuenta millones de pesos, el cual ser destinado a financiar las obras que por decreto acuerde el propio Ejecutivo.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., a 24 de octubre de 1949. - Crédito, Moneda e Instituciones de Crédito. - David Rodríguez Jáuregui. - José Minero Roque. - Abel Huitrón y Aguado. - Economía y Estadística: Gustavo Durón González. - Edmundo Sánchez Gutiérrez. - Milton Castellanos Everardo. - Estudios Legislativos: Gabriel García Rojas. - Alberto Trueba Urbina. - Saturnino Coronado Organista. - Rafael Corrales Ayala. - Antonio Rocha Jr. - Natalio Vázquez Pallares. - José Castilla Torres. - Salvador Pineda Pineda. - Alfonso Pérez Gasga. - Gustavo Durón González. - Francisco Fonseca García. - Eduardo Facha Gutiérrez. - ;Francisco Hernández y Hernández. - José Minero Roque. - Manuel González Cosío. - Carlos Real Jr. - Alberto Perera Castillo".

Está a discusión en lo general el dictamen de las Comisiones.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Del Castillo Franco.

El C. Del Castillo Franco Armando: Pido que dada la importancia de la iniciativa, las Comisiones Dictaminadoras fundamenten su dictamen.

El C. Robles Martín del Campo Jaime: Pido la palabra para impugnar el trámite.

"De acuerdo con la fracción IV del artículo 30 del Reglamento Interior de la Cámara, el trámite que acaba de dar la Secretaría, no es el que corresponde. En realidad se trata de un nuevo dictamen diferente al que en sesión pasada dio la Comisión, y lo que procede, en consecuencia, es mandarlo imprimir, darle la primera lectura y discutirlo en la próxima sesión, en lo general.

"En caso de que este trámite que es el debido, no sea el que prospere, me inscribo en contra del dictamen.

El C. secretario Turrent Artigas Francisco: Se pregunta a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura, para que entre desde luego a discusión. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manisfestarlo. Dispensada. Está a discusión en lo general.

El C. Presidente: Se abre el registro de oradores.

Se han inscrito para impugnar el dictamen los diputados Facha, Martín del Campo y Chapela; en pro, los diputados Durón González Gabriel García Rojas.

- El Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Gustavo Durón González.

El C. Durón González Gustavo: Señores diputados: Estamos ante una iniciativa muy noble del Ejecutivo; noble, porque trata de establecer la virtud del ahorro, y más noble todavía porque sin decirlo y a largo plazo, trata de poner un hasta aquí a los altos intereses que padecemos, sobre todo en los préstamos a largo plazo.

Inútil sería, señores, hacer una exégesis del ahorro. Toda forma de ahorro es buena, desde la que consiste en recoger unas cuantas monedas y guardarlas en el colchón o en la punta de un pañuelo, hasta la que se practica por los modernísimos bancos especializados; pero aun esta forma de ahorro que retira muchas monedas de la circulación es buena, dígalo si no el caso de Francia, de la Francia inmortal de 1870. Cuando Bismark - entre bock y bock o tarro y tarro de cerveza - , señaló la entonces fantástica suma de 5,000 millones de francos oro como condición para que se retirasen los prusianos de Francia, la media francesa de volcó en todos los buzones y en todos los depósitos establecidos para el efecto, y no sólo se juntaron los cinco mil millones de francos, sino otros cinco mil millones más, para la revancha.

En México, país próvido, no se conoce el arte de ahorrar ni por los forros; se han hecho muchos ensayos de canalización del ahorro y de la forma de despertarlo; pero quiero que antes me perdonen ustedes que les diga por qué vengo a fundar este dictamen yo que no soy especialista en cosas de hacienda pública ni mucho menos. La voz mía tómenla ustedes como la voz del ciudadano de la calle, como la reacción del pueblo ante una ley tan benéfica. Ya vendrán los especialistas y los abogados a apoyarla. Ya saben ustedes que en esta Cámara, de sus 147 miembros, 70 son abogados, 40 tienen conocimientos de abogado, 20 están trabajando o estudiando para abogados y sólo 5 ó 6 estamos conformes con nuestra suerte de no ser émulos ni de Vallarta ni de Pallares.

Los bancos de ahorro en un principio fueron como un valladar o como una defensa para los ciudadanos, o como la forma de proteger por los ciudadanos más ricos de una comunidad a los más pobres o desvalidos; era el tiempo romántico de los intereses muy bajos.

Hoy vemos aquí y en todo el mundo, fundarse

diariamente bancos con dinero levantado generalmente por acciones, para dedicarse a lucrar abiertamente con el ahorro.

En México se han hecho muchas tentativas: desde el Nacional Monte de Piedad que está hoy convertido en un magnífico negocio, hasta los bancos de capitalización y ahorro, que por muy voraces que hayan sido, siempre se han alineado en favor de México y su progreso.

México tiene otra gloria: haberse adelantado a Inglaterra en 10 años, en lo relativo a la supresión del encarcelamiento por deudas; en 12 años a Francia, que lo hizo en 1867; en 20 años a Italia. Y aunque entre nosotros es, en cierto modo teórica, esta gloria corresponde a México.

La ley que tenemos por delante, no es ni una ley paternal y benevolente, puesto que está basada en los principios más firmes de la banca moderna; ni un banco frío, tampoco, que trate de especular con los ahorros de un pueblo, porque tiene, como veremos adelante, características muy especiales de paternidad y benevolencia.

Un ejemplo, un solo ejemplo bastar tan sólo para dar una idea de lo que es la ley: el Municipio de Canatlán, del tercer distrito electoral de Durango, que me honro en representar, en donde se cultivan, o como dicen nuestros campesinos de aquí de la planicie, se "gozan" las manzanas. Las mejores manzanas de América. Quien no las ha probado, no sabe lo que es un trasunto de ¡la gloria en la tierra! Pues bien, para cultivar las manzanas aquellos campesinos que son auténticamente de acero en cuerpo y espíritu, riegan cada árbol con agua llevada en botes sobre los hombros y los riegan durante siete y ocho años en que él árbol no da nada, y después lo siguen regando durante toda la vida para que el manzano siga produciendo.

Hay afortunadamente en Canatlán, en las estribaciones de la sierra, una boquilla que podría ser muy conveniente para el establecimiento de una presa. La boquilla se llama de Caboraca, y en ella podría establecerse la presa del mismo nombre, que detendría las aguas del río de Canatlán y con ellas se podrían regar tres mil hectáreas de terreno, tres mil hectáreas de pomares, cincuenta o sesenta millones de pesos de cosechas anuales. Chiquito saldría el Jardín de la Hespérides, de que dice Castillo Torre, que es fama que se robó Hércules las manzanas de oro, si mal no recuerdo.

Ha costado mucho trabajo reunir a los agricultores de la región, para que se junte el dinero necesario para levantar la presa. Los campesinos tienen el temor de que además de los diez o doce millones que cuesta la obra, se necesitan tan otros diez o doce millones de pesos más, para pagar los intereses a los bancos, y no ha sido posible hasta ahora iniciar la construcción. Aclararé que esta presa no se ha construído porque no se consideró en el programa del candidato Miguel Alemán; de otra manera ya estaría hecha.

Pues bien, con estos bonos sería muy fácil construir la presa como por arte de encantamiento. Bastaría con que el Patronato del Ahorro Nacional, lanzara la emisión "H" Presa de Caboraca por doce millones de pesos, para que los mismos horticultores o "fruteros" como ellos se llaman, compraran todos los bonos. Los horticultores quedarían protegidos con el aval general del Gobierno; con los productos de la presa (venta del agua), y tendrían figuradamente hasta un pararrayo para los tiempos de muy malas cosechas, pues podrían convertir parte de sus bonos o todos ellos en dinero contante y sonante. Se dirá que es muy alto el interés que los bonos pagan de 7.17 por ciento anual. Es cierto, pero ello esta basado en la realidad. Nadie pondría sus ahorros en otros bonos u otras inversiones que produjeran menos.

Si los compradores de bonos llevan ya una utilidad de 7.17 por ciento anual de interés, lo único que costará a los horticultores en la ansiada presa de Caboraca, serán los gastos de sostenimiento del patronato y los gastos de publicidad del mismo. Cantidad infinitamente menor, que el zarpazo de cualquier prestamista.

Ante esta ley, sólo fruncir n el ceño los banqueros a la antigua, los pseudobanqueros que verán desaparecer las grandes ganancias que les producen los intereses desorbitados.

Hay muchas clases de banqueros; y lamento que sean los señores del PAN los que se opongan encarnizadamente a este proyecto de ley. Perdón, creo que he hecho mal en citar a los señores de Acción Nacional, porque realmente no tengo nada contra nuestros compañeros de Cámara. Es mas: a veces en mi fuero interno, los envidio por su posición de combatientes constantes. Yo también así lo hice en mi juventud; luché incesantemente, a salto de mata, por supuesto no desde una curul; y, además, abundó en las ideas de don Pancho Villa: el Centauro del Norte - como así se le llamaba - ,nunca negó una vida cuando se le iba a pedir y se le decía que el condenado o la víctima, como se quiera, era joven y naturalmente susceptible de regeneración. Yo creo que nuestros compañeros, los jóvenes del PAN todavía son susceptibles de regeneración, políticamente hablando. (Aplausos y risas)

Bueno, pues estos banqueros nos afirmarán campanudamente, frunciendo el ceño, que no puede haber ahorro en un país donde la moneda está sujeta a enormes devaluaciones. Efectivamente, señores, el retroceso más grande que ha tenido el ahorro mundial, ha sido cuando la devaluación del dólar en la guerra de Secesión y cuando la devaluación del marco alemán en la primera Guerra Mundial. Los depositantes de ahorros vieron desvanecerse lo que habían depositando y convertirse en polvo, humo, sombra, bilimbiques en una palabra. Pero hasta esa circunstancia desgraciada prevé la iniciativa de ley. La Ley del Ahorro Nacional cuyo proyecto se discute, fija que el bono puede venderse en cualquier momento, en cualquier ventanilla de cualquier banco, sin necesidad de espera o de solicitud alguna. Lo único que puede perder el vendedor, son los intereses de un trimestre, en el caso más desgraciado.

Así es que la ley no puede ser mejor, ni más sensata, ni más ingeniosa; ni puede inventarse tampoco, una forma mejor de echar a andar un

dinero que permanece inactivo, en bien de México.

Se ha hecho otra crítica que he visto impresa en los periódicos, que dice que además del 7.17 por ciento, tendrá varios puntos más, para sostener el patronato del ahorro. Pero esta es una objeción trivial, porque en las obras en las que se invertirá el dinero de las estampillas y bonos del ahorro, se obtienen mucho mayores utilidades; ya sea un balneario, un puente de peaje o la introducción de aguas en cualquier ciudad.

"Señores diputados: esta es, a grandes rasgos, la Ley del Ahorro Nacional. Si como espero la aprueban ustedes unánimamente, habrán dejado un valioso patrimonio a sus hijos y habrán hecho un gran servicio a la patria. Muchas gracias. (Aplausos prolongados)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano diputado Robles Martín del Campo.

El C. Robles Martín del Campo Jaime: Señores diputados: Nobleza obliga: agradezco profundamente las palabras sinceras del licenciado Durón González y le prometo que muy posiblemente con el tiempo nos regeneraremos. Soldados somos de la lucha de las ideas en México, y es precisamente, este campo de nobleza y lealtad en que se ha colocado el señor licenciado Durón González, el campo propio que necesitan no la diputación de Acción Nacional la República Mexicana entera.

Al impugnar los términos del proyecto de ley para el ahorro nacional y para su aprovechamiento, no venimos a impugnar en manera alguna el deseo, la necesidad urgente y nacional de recabar más dinero del que se encuentra guardado en las arcas particulares ni tampoco la evidente necesidad de la industria mexicana, de aprovechar esos recursos improductivos y escondidos hasta el presente momento. Por el contrario, el deseo de incrementar el caudal productivo de México, el respeto al ahorro ya logrado por el pueblo mexicano, es tan grande que nos mueve a impugnar el instrumento técnico que hoy se discute, por considerarlo confuso, inapropiado y extraordinariamente peligroso para todos los hombres que, pioneros o precursores del ahorro nacional, han cooperado hasta el presente para formar ese caudal de 1,700 millones de pesos que en la República Mexicana forma el capital de los hombres que de años a esta parte han sabido ahorrar como precursores o como pioneros, como ya he manifestado.

Decía a ustedes que el proyecto es confuso y lo es desde el primitivo dictamen que fue leído desde esta tribuna. Pero el nuevo tiene la virtud innegable de haber enderezado el rumbo: en el primero era imposible saber, por los términos mismos del proyecto de ley, si se trataba de un empréstito interior, o bien de un sistema nuevo para encauzar y aprovechar el sistema nacional.

El dictamen que acaban ustedes de oír reconoce clara y paladinamente, que se trata de un empréstito interior. Se trata de un empréstito interior, porque las cosas tienen un nombre independientemente de que sean bautizadas de otra manera; es un empréstito interior porque cuando existe un acreedor que es el pueblo y un deudor que es el Gobierno de la República mexicana y, además las industrias o las empresas que usan del ahorro nacional cuando existe un avalista y cuando existe la obligación legal de restituir o de pagar, o existe también un interés por el dinero que se recibe en préstamo, esta operación con nombre o sin ella, es lisa y llanamente un empréstito interior. Además, los artículos primero y segundo, dieciséis, dieciocho y diecinueve, tercero y cuarto transitorios de la primitiva iniciativa de ley, ahora refundidos en el segundo, en el catorce y en el dieciséis, y en tercero y cuarto transitorios, y alguno más que no puedo recordar debido a mi debilidad de memoria y a que acabo de oír por primera vez hace unos cuantos momentos el dictamen que estamos discutiendo, reconocen y definen con toda claridad la característica de empréstito interior.

Ahora bien, ha hecho la Comisión un extraordinario esfuerzo por quitar al primitivo proyecto y al nuevo que se ha leído, el carácter de anticonstitucionalidad de que adolecía el anterior, por no llenar los requisitos de la fracción VIII del artículo 73 de la Constitución. Hecho este esfuerzo y reconocido que se trata de un empréstito interior, aun así tendremos que decir que se trata de una ley que no corresponde a las necesidades nacionales del ahorro. Existe en la actualidad un sistema nacional del ahorro, bueno o malo es un sistema creado por el Gobierno mismo de la República; es un sistema que va desde los bancos de capitalización, desde los seguros de vida y totales, las cédulas hipotecarias, los bonos Hipotecarios, las cajas de ahorros en los bancos de depósito. Ahí están también las obligaciones emitidas por el Gobierno como deuda interior o como simples bonos o cédulas como las de cuatro por ciento, como las de caminos, como las de petróleos y carreteras, las novísimas que acabamos de aprobar de los quinientos treinta y seis millones de pesos.

Este sistema existe, fue creado por el Estado; todos los hombres que han depositado su confianza en el Gobierno de la República y que han acudido a este cauce único que existe en la actualidad para el ahorro nacional, merecen, señores diputados, merecen respeto de todos nosotros. ¿Qué este sistema es malo? Perfectamente bien, es responsabilidad y privilegio del Gobierno de la República el considerar que su hijo legal, su obra de sus propias manos y de sus propias leyes, no cumple con las finalidades que las mismas leyes le determinaron. Pero ¿cuál es el papel decoroso que le corresponde al Gobierno de la República, reconociendo el Gobierno mismo que este instrumento del ahorro, hijo de él, no cumple con las finalidades previstas?

Tiene dos caminos. El primer camino, inmediato, incontrovertible, es liquidar inmediatamente un sistema que no corresponde a las necesidades modernas del ahorro. ¿Cómo vamos a liquidar un sistema caduco, inexistente? Vamos a liquidarlo en condiciones limpias, prístinas, claras, antes de establecer entre el sistema anterior y el nuevo una situación disímbola que no traería sino graves y

peligrosas consecuencias para los primitivos ahorradores.

Ahora bien ¿no le gusta al gobierno de la República el sistema de liquidar el anterior sistema del ahorro nacional? Muy bien, todavía tiene ante sus ojos otro nuevo sistema perfectamente claro. Vamos a corregir las deficiencias de que adolecen las leyes anteriores creadas por el Gobierno mismo. ¿pretendemos incrementar el ahorro nacional, pretendemos darles más atractivos y más seguridades a las personas que han salvado su dinero y lo han invertido en los bonos, en las cédulas, en los seguros de vida, en las pólizas totales? Perfectamente bien. Vamos a aumentar los atractivos que todas estas instituciones y estos valores tienen. Es posible, y hasta fácil hacerlo. Por supuesto, muchísimo más fácil y más posible que este otro sistema híbrido mediante el cual se permite la vida del anterior sistema y, en cambio, se le condena a muerte ante la competencia del nuevo sistema.

¿Creen ustedes, señores diputados que el simple hecho de nombrar un patronato que fomente, que coloque y que emita las cédulas, es garantía para la mayor actividad del ahorro nacional encausado por senderos nuevos? ¿Creen ustedes que los réditos que se pagan en la actualidad y que el Estado consideró como límite o tope del 4 ó 4.5 porciento son insuficientes? Perfectamente bien. Hay que señalar un nuevo tipo de interés a estos valores que ya se encuentran circulando, que ya circulan, que ya forman en el mercado de los valores; ¿pero qué es por contrapunto, en oposición, lo que propone el nuevo instrumento técnico del ahorro? Propone, contra esta lógica apreciación de los hechos y de las cosas, un sistema que es extraordinariamente peligroso.

En primer lugar, debemos recordar que el mercado de valores de la República mexicana, es único; no hay, concurriendo en el mismo cause, los valores del Estado y los valores de los particulares; no hay, tampoco, dos mercados por el hecho de que los títulos y los papeles que significan obligaciones, sean de distintas denominaciones y de distintas garantías. Existe en la República mexicana un mercado único de valores y este mercado único de valores, contra lo que puede creerse a primera vista, correr una suerte común si se le socavan sus bases, si se le amenaza de destrucción. No son determinados valores de ese mercado los que tienen peligro de desaparecer: es el mercado mismo todo con su suerte común y uniforme el que tiene el tremendo riesgo y el peligro de marchar a la ruina.

Además, coincido completamente con la opinión del señor licenciado Durón González: hay una tendencia nacional a la baja de los tipos de interés. No solamente, señores diputados, es una tendencia nacional a la baja de interés, es también una necesidad primaria y fundamental de la rudimentaria economía de México. ¿Cuál ha sido el gravísimo, el fundamental, el grave escollo de la agricultura mexicana? ¿Cuál? El de las obras de irrigación. Uno de aquellos casos certeramente nos lo citó en esta tribuna el señor diputado Durón González. Ha sido, es y ser , de aprobarse el proyecto, la elevación en la tasa de interés.

Cálculos actuariales ciertos, basados en la experiencia de México, de 1932 a la fecha, indican que todo tipo de interés superior al 6, al 7 o al 8 porciento, es un tipo de interés que ahoga, que asfixia, que impide el ejercicio de la industria de México. Y estos tipos de que les hablo a ustedes no son tipos de interés teórico salidos de los libros actuariales de determinadas compañías: es la experiencia del pueblo de México, particularmente la experiencia en la agricultura, en la industria y el comercio, la que nos indica que no es posible permitir, en honor del interés del pueblo de México, un alza en la tasa de los réditos.

¿Qué sucedería en el caso de que pudiéramos poner en marcha y en ejercicio este novísmo sistema del ahorro nacional? El Gobierno de la República mexicana se compromete a pagar un tipo del 17.73 por ciento. Parece, a primera vista, que es un premio para las personas que tienen el propósito de ahorrar. Pero hay que examinar en su interiores, en su funcionamiento real, ¿cuáles serían las consecuencias necesarias y obligadas de la aplicación de este tipo de interés? Se paga al ahorrador este tipo con el pacto de recompra, de acuerdo con la tabla de valores, con la garantía incondicional del Estado, de la empresa que tome ese dinero, y, además, de los bancos, si es que intervienen en esta operación; pero ¿cuáles el objeto de este ahorro? ¿Que el ahorrador gane 7.1773 por ciento? De acuerdo con los términos mismos de la iniciativa, el destino de estos fondos es ir directamente a industrias que tengan por objeto el incremento de los fondos y de los intereses de la nación; pero naturalmente que estas industrias no van a recibir el dinero de la familia, lo van a recibir, porque es natural, porque es lógico, porque es la misma suerte de esta operación, lo van a recibir mediante una retribución de intereses, ¿y cuáles el tipo de interés mínimo que puede fijarse para esta operación? Ya lo decía el señor licenciado Durón González: aumentando algunos puntos a la tasa primitiva.

Cálculos muy conservadores, moderados y además optimistas, indican que sí es posible cobrar estas cantidades de dinero al diez y al diez punto cinco por ciento, pero no ser una incuestionable ganga para la industria mexicana tan necesitada de fondos. El gasto de la emisión, de la colocación y el gasto mismo del patronato, significan una carga de tal manera grande, que dos puntos o tres puntos de diferencia en la tasa del interés, no significan otra cosa que una esperanza color de rosa de los autores del proyecto. Y entonces ¿en dónde queda el interés nacional de la reducción de tipos? ¿En dónde queda esa necesidad fundamental de la agricultura del campo de México, tan necesitado de la mano del hombre para hacer producir la riqueza de sus entrañas? Si en los Estados Unidos de Norteamérica, hoy, señores, gracias a la senda abierta por el señor licenciado Durón González no es un crimen remitirnos a las experiencias de los otros pueblos, si en los Estados Unidos - repito - las operaciones de la agricultura y las grandes operaciones de la industria reditúan a un tipo no

superior a un cuatro o cuatro y medio por ciento ¿En qué condiciones va a entrar a la competencia internacional la industria de México, si tiene como base el dinero que antes de empezar a utilizar ya está gravado por un porciento ruinoso?

No es, no puede ser en manera alguna, la defensa de los intereses particulares, la que nos guía a levantar nuestra voz en contra de un proyecto que consideramos ruinoso.

Hay además, algunos acentos, algunos puntos de consideración general que podemos hacer al margen de este proyecto. Efectivamente, ¿ qué interés puede tener un pueblo, un pueblo pobre cuya moneda no tiene garantía de ninguna especie para ahorrar, si hoy, en este año se guarda y se asegura un peso, y dentro de seis meses o un año se rescata un valor nominal de un peso equivalente a cincuenta o cuarenta centavos?

Efectivamente, la falta de seguridad en las transacciones, la falta de garantía en el valor de la moneda, la incertidumbre en el panorama económico de nuestra patria, no es un clima propicio y natural para el ahorro. Es natural, y así lo comprendo, que esta objeción no mover a ninguno de los señores diputados para dejar de estudiar el problema del ahorro nacional; es como lo decía a ustedes simplemente un acento sobre la grave objeción de fondo y también sobre el panorama fiscal que comprende la ley de un empréstito que acabamos de aprobar, la lucha por el peso, por la redención en el valor propio e intrínseco del peso, la lucha por el mejoramiento en el costo de la vida, se refleja y se manifiesta con toda claridad en el mercado de Valores. Valores y no otra cosa son las posibilidades de adquisición del pueblo mexicano, lo mismo de un metro de manta que de una casa para sus hijos o de cualquier otro satisfactor económico. Y parece que el gobierno de México no tiene la visión muy clara respecto a su camino, a su derrotero en los asuntos económicos.

Una aclaración final: al impugnar los términos del proyecto del Ahorro Nacional, no defendemos a instituciones privadas, no defendemos a los bancos ni a las compañías de seguros; defendemos, en primer lugar, al Gobierno de la República mexicana, porque sus titubeos y sus cambios de táctica lo hacen aparecer como carente de propósito o por lo menos de programa definido. Defendemos a las instituciones democráticas, porque un Gobierno convertido en patrón, es un Gobierno de tipo totalitario, y defendemos al pueblo de México, porque cuando ha colocado sus ahorros en bonos, en títulos, en valores de cualquier naturaleza, creados, sostenidos y garantizados por el Estado, merece total respeto y total apoyo. No debemos olvidar que el pueblo de México es esencia de la patria y objeto de las instituciones. (aplausos en las galerías)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Rueda Villagrán.

El C. Rueda Villagrán Quintín: Honorables representantes del pueblo: Ahora que una iniciativa del Ejecutivo Federal tiende a dar aplicación racional a una porción muy importante del ahorro nacional que se encuentra petrificada e inaccesible para la banca privada, surge endeble y mal documentada, quizás, impugnación que desentona en el panorama económico que está viviendo México. No es esta una tentativa de dudoso éxito, una medida aislada, invertebrada o incongruente; es una iniciativa que tiende precisamente a complementar la otra: sabia, oportuna y atinada medida de la devaluación monetaria. Quiere, con su aplicación y mediante los recursos que trata de reunir, evitar la tendencia inflacionista y la caída del tipo de cambio. ¿Como? Mediante la intensificación del proceso productivo y manteniendo en su nivel el poder adquisitivo de nuestro peso.

Los esfuerzos del Estado han cristalizado ya en un considerable aumento de la producción de artículos básicos en la alimentación del pueblo como son el maíz, el frijol, el arroz, el trigo y otros productos de exportación como el algodón que han registrado índices de considerable aumento, y de seguro que en un futuro muy próximo el plan del ahorro nacional vendrá a consolidar definitivamente el progreso industrial y agrícola del país. Los bancos de capitalización y en general las instituciones privadas de crédito se han concretado tradicionalmente al manejo de capitales de sectores procedentes y acostumbrados a esa vieja acumulación económica, pero han dejado a un lado las fecundas fuentes del ahorro popular que por numerosas razones de orden histórico eluden los causes adecuados para convertirse en un ahorro productivo. Sólo los bancos capitalizadores trafican y se enriquecen con un ahorro esperanzado en el azar; pero no era lógico esperar que la acción privada estructurara un sistema de ahorro nacional para dar vida a los pequeños o miserables tesoros del peón, del campesino, del obrero, del artesano o del temeroso que huye de la luz para refugiarse en los escondrijos que son tumbas de miseria y causa de miseria y raquitismo económico.

El plan de ahorros del presidente Alemán, da vida a estos recursos, los encauza a la producción y establece confianza entre gobierno y pueblo. En esta ocasión en que el Estado se echa a cuestas la gigantesca tarea de reunir los ahorros personales de todo el ámbito nacional, tienden a violentarse aquellas protestas y se renueva la queja de que el régimen es monopolista. nada mas injustificado que este temor y que estas afirmaciones. los hechos que son los mejores argumentos, tienden a invalidar aquellas afirmaciones y se convierten en un sentido inverso.

Está demostrado que precisamente a partir de la época en que la Nación Financiera entró al mercado de valores con sus emisiones de certificados de participación, las instituciones privadas de crédito que concurren a ese mercado, se han multiplicado, y la suma de valores colocada entre el público ha ido siempre en aumento. la captación del ahorro popular, mediante el plan que se está discutiendo, tiende sólo a reunir la porción del ingreso nacional que siempre ha sido materia de ahorro, mejor dicho, de atesoramiento.

Por tanto, el pueblo seguir gastando lo mismo y sus ahorros se ver n productivos y si le llega la necesidad de disponer de esos dineros ahorrados, tiene el recurso de hacerlo, ya que los bonos del ahorro tienen características de convertibilidad

inmediata. De esta suerte, se conjugaran los peligros de una limitación o disminución de los artículos de consumo inmediato con perjuicio de la producción actual.

El propósito presidencial, esbozado con toda claridad por nuestro Primer Mandatario, desde principios de 1948, cuando desde Baja California anuncia a la nación un programa de ahorros para reunir los tesoros personales con un caudal monetario que permita la aceleración del desenvolvimiento económico del país, cristaliza en el vigésimo punto de los 23 que son medula de su memorable informe constitucional de 1948 y culmina hoy, concretándose en ley si, como es de esperarse, esta representación nacional aprueba el dictamen.

El programa del ahorro nacional es vértice de un plan congruente y vertebrado, remate de las medidas adoptadas ya y cuya bondad se ha puesto de relieve: barrera contra los males que nos vienen de fuera y raíz de fe en los destinos de México.

Por otra parte, el proceso económico a veces en una forma fatal va reclamando con certera exigencia los actos del Gobierno que tienden a evitar catástrofes financieras y a evitar trágicos cambios en el régimen de producción y consumo.

No es redundante insistir que si bien el plan económico que estamos discutiendo obedece a un acto de Gobierno, hay otras medidas, como la devaluación monetaria, que no son obras del capricho o del deliberado propósito del Estado, se recurre a ellas exclusivamente cuando el plan internacional así lo reclama o urge conjurar peligros de desquiciamiento económico.

Cuando el Gobierno de la República en dos recientes ocasiones confrontó graves peligros para nuestra economía y adelantándose a lo que otros países muy pronto tendrían que hacer, devaluó nuestra moneda en la medida que la técnica y la previsión aconsejó, se alzaron voces de crítica, de censura, de pesimismo y de desconfianza contra nuestro Gobierno. Fue necesario que otros países de economía más avanzada y de mayor importancia en el concierto internacional, recurrieran a la misma medida que ya México antes, valientemente, había adoptado para que aun aquellos que antes habían estado inconformes, justificaran el recurso adoptado por nuestro Gobierno.

Más allá de nuestras fronteras también se han expresado opiniones que mucho honran y enaltecen a México y a su Gobierno, porque ellas proceden de los más altos representativos de países que por su madurez, por su tradición histórica y por su talentosa política, marchan a la cabeza del movimiento económico mundial. México, desde el siglo pasado ha ido modificando su régimen monetario, siempre impulsado por causas agenas a su control y evitando el impacto de las fuerzas de complejas situaciones internacionales.

Con noventa y cinco centavos mexicanos se compra un dólar en el año de 1870, es decir, nuestra moneda valía más que la divisa del norte. Hacia el año de 1900 se hacía sentir ya la necesidad de la adopción del patrón de cambio oro, y fue hasta el año de 1905, con la primera gran reforma monetaria, cuando se estableció la paridad de dos pesos por un dólar.

Superado el colapso económico resultante de nuestra Revolución, se restablece esta paridad y es hasta el año de 1932, con motivo de la nueva reforma monetaria del año anterior, cuando se desmonetiza el oro y se emiten billetes de admisión voluntaria, se abandona el mercado de divisas y se establece el tipo de cambio en más de tres pesos, para consolidarse la paridad de tres pesos sesenta centavos hacia el año de 1934.

En el año de 1937, planteado el conflicto obrero de las empresas petroleras, empiezan éstas a sustraer sus depósitos a la vista, temerosas de verse embargadas y con el deliberado propósito de poner en jaque al Gobierno. De 295 millones que había en la cuenta de depósitos a la vista en junio de 1937, bajó a 205 millones para marzo de 1938.

Como consecuencia, se opera un vertiginoso descenso en la reserva monetaria, en la reserva metálica, aclaro. De 195 millones que había en julio de 1937 desciende a 108 millones en diciembre del propio año de 1937; resultante de esta disminución de la reserva, es la fijación de la nueva paridad de cuatro ochenta y cinco por dólar en el año de 1940.

Durante la Segunda Guerra Mundial, afluyeron a México fuertes volúmenes de dólares que huían de otros países y se logró reunir en la reserva, más de cuatrocientos millones de dólares, cifra muy superior a la que la Ley Orgánica del Banco de México señala como parte proporcional de la reserva monetaria. El cierre del comercio exterior con numerosos países con los que México comerciaba antes de la guerra y las restricciones de la producción americana para el comercio de paz estimularon a México para crear industrias propias que substituyeron numerosos artículos de importación. Por esta razón tanto la administración del Presidente Avila Camacho como los programas del Presidente Alemán se fincaron predominantemente en la posibilidad de lograr con la mayor amplitud y en el menor tiempo posible, la industrialización del país. Este propósito requería la compra en el extranjero y principalmente en los Estados Unidos, de una gran cantidad de maquinaria pesada, de herramienta, de productos semielaborados y aun de materias primas.

Por esta razón la Administración pasada no puso taxativa alguna al empleo de los dólares que habían acumulado los particulares en México durante la Guerra Mundial.

Esta es una sencilla explicación, señores diputados, del porqué nuestro Gobierno no impuso un control de cambios u otras restricciones que hubieran frenado la gradual industrialización del país y los programas de obras públicas. Lo comprueba el dato concluyente y definitivo de que casi un cincuenta por ciento de las divisas empleadas fueron para adquirir bienes de producción y sólo el dieciocho por ciento de lo gastado se empleó en artículos superfluos.

Por otra parte y frente a una gradual

disminución del total de dólares en la reserva monetaria, el Gobierno no podía tampoco restringir los billetes en circulación en una proporción adecuada a lo que exigen las reservas, pues tal cosa hubiera detenido inmediatamente el programa de obras públicas que es fuente de prosperidad nacional. De esta suerte el gobierno se vio precisado, a mediados de 1948, a tomar una serie de medidas y de restricciones que sin quebrantar los programas de industrialización y de obras públicas detuvieran la vertiginosa salida de nuestras divisas.

En julio de 1948, el Banco de México abandonó el mercado de divisas y dejó que el comercio libre, con el tiempo señalara el tipo natural de cambio. Se prohibe entonces la importación de numerosas mercancías, se elevan los aranceles de otras y se crea un cuantioso impuesto para que los exportadores no acumulen excesivas ganancias como resultado del nuevo tipo de cambio. Todas estas y otras medidas, operaron en realidad como un sistema de control de cambios, pero sin los inconvenientes grandes que en otros países ha tenido tal medida de emergencia y que en nuestro medio hubiera sido de resultados funestos.

A la distancia de un año, el Gobierno fija el tipo de cambio en ocho punto sesenta y cinco por dólar, cuando ha logrado la nivelación de nuestra balanza de pagos y mantener en niveles de relativa formalidad la cuantía legal de la reserva.

Todas las voces de México se han coordinado para aprobar unas, para elogiar otras, la sabiduría y la entereza que el Presidente Alemán puso en su política económica, que tuvo sus más agudos perfiles con motivo de la devaluación de nuestra moneda; pero no nos conformamos en manera alguna con lo que estamos presenciando que dice la nación. Nos preocupa y nos conmueve que todo el pueblo de México representado en este recinto por vuestra soberanía, conozca las raíces de la técnica que el Estado, bajo la mano hábil del Presidente Alemán, ha sabido dar a su política económica y principalmente a su política monetaria. Nadie que ame a su patria y que lleve en lo más profundo de su ser el sentido de responsabilidad por el futuro de México, podrá interponerse sin menoscabo de su dignidad y hombría de bien, en la prosperidad del país, fincada ahora en este eslabón nuevo del programa económico de México.

Miguel Alemán, gobernante que matizó de optimismo su programa, antes de ceñir la banda tricolor, ha sabido cumplir una a una las múltiples promesas que hizo al pueblo; ayuno de falacia y de demagogia, ha puesto claridad y limpieza en sus diálogos con México; por eso su confiada sonrisa arraiga en el alma misma de la Patria ha sabido ganar el corazón de su pueblo. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Facha Gutiérrez en contra.

El C. Facha Gutiérrez Eduardo: Se ha hablado en esta tribuna de diferentes temas y de diferentes conceptos. Evidentemente, el ciudadano diputado Quintín Rueda en el 80% de su discurso hizo una apología de la devaluación monetaria hizo su defensa. A mi entender, estuvo acertado; pero también a mi entender estuvo desgranado del tema a discusión. Estamos viendo la Ley del Ahorro Nacional. Se ha hablado de la inflación; se ha hablado de los bancos; se ha hablado de las viejas cuentas del ahorro; se ha hablado, inclusive, de las protestas de Acción Nacional. No estamos haciendo ninguna protesta venimos a esta tribuna a exponer los puntos de vista que, a nuestro entender, tienen de técnica algo que puede ayudar a la solución del problema del ahorro. Somos y seremos partidarios siempre de encauzar el ahorro del Pueblo en favor de la industrialización mexicana. En la que sí no estamos obligados es dar nuestra aquiescencia o a callarnos cuando creemos que el instrumento, que en este caso es el punto a discusión, tenga algo que merezca debate o sea definitivo o como decía el ciudadano diputado Martín del Campo sea peligroso en alguno de sus aspectos.

Yo me voy a permitir citar un punto que considero esencialmente técnico y que a mi entender pivotea todo el sistema, todo el engranaje del ahorro.

El equilibrio económico de un país cualquiera que sea, México o cualquiera otro, funciona adecuadamente cuando sus instrumentos están también adecuadamente engranados. Una de las premisas de este engranaje es precisamente el sistema monetario. Se dice por los técnicos por los estudiosos en la materia que precisamente el circuito monetario de un país está correcto cuando hay un equilibrio o una igualdad entre los ingresos nacionales y los gastos nacionales. Es decir, que hay un equilibrio si no matemático, sí adecuadamente funcional por lo que se refiere a los instrumentos de adquisición y a las mercancías mismas adquiridas. Ahora bien, este podríamos llamarlo circuito monetario; tiene su válvula de escape o elemento regulador precisamente en el ahorro.

Hay un segundo elemento regulador que es el retiro o la emisión de billetes. El segundo aspecto, por el momento no nos interesa, puesto que no se está discutiendo una emisión de billetes, o un retiro de determinada cuantía de la circulación monetaria. De todas maneras, interesa en cuanto que el ahorro transformado en títulos de crédito o valores, forma parte de la circulación crediticia de México y que, por consiguiente, forma parte de todo el sistema monetario.

Entonces nuestro punto de vista es el siguiente: se va a canalizar equis porcentaje de dinero que hasta ahora, como decía el compañero Quintín Rueda, está petrificado, está fuera de la circulación y se escoge como instrumento precisamente el que la ley señala, según el proyecto que acabamos de oír. El instrumento señala un tipo de siete puntos diecisiete de interés que se considera peligroso por esta sencilla razón: el interés en todo o cualquier sistema económico, es el precio del dinero; y esta situación de que el interés sea el precio del dinero, rebasa al sistema mismo capitalista y puede perfectamente ajustarse a un sistema comunista. Que el interés no vaya al bolsillo de los particulares o que el interés no vaya a las bóvedas de los bancos, no importa, por lo menos contablemente se tiene que tener en cuenta

el interés como precio del dinero, para las inversiones, en cualquier sistema.

Ahora bien, el interés de siete punto diecisiete por ciento pagado al público que ahorra, es peligroso en cuanto si a ese precio el patronato está pagando a los ahorradores ese tipo, quiere decir que a su vez el mismo patronato tiene que dar a los servicios públicos, a las empresas, a las industrias, un tipo equis punto mayor.

Fijaos que no son solamente los gastos de operación, que no solamente es el mantenimiento y los gastos del patronato mismo, y no son únicamente los gastos que origina el personal a todo el engranaje con el fin de colocar esos bonos, sino inclusive el problema de las reservas que es sumamente grave. Cuando se tienen valores que son convertibles a la par, por lo que se refiere al precio, más el interés paulatino que va ganando, entonces forzosamente el Patronato o el Gobierno, en su caso, deberán de mantener un fuerte porcentaje de ese cúmulo de dinero en vías de reserva. Ese porcentaje, pues, puede fluctuar entre un veinte o un treinta por ciento; entonces tenemos que al interés pagado al siete punto diecisiete, forzosamente le tenemos que agregar de un veinte a un treinta por ciento exclusivamente por las reservas, más los gastos de operación. Y de este modo, señores, nos estamos meneando en que forzosamente el Patronato, para funcionar económicamente, tiene que prestar a un tipo fluctuante entre el diez y el once. Entonces las consecuencias son las siguientes: para la industria de México, se establece ya, digamos, un tope respecto a los tipos de interés. Las mismas instituciones privadas y semipúblicas, tendrán más o menos que equilibrar sus tipos de interés a un mismo nivel, eso por lo que se reserva a la parte pasiva o digamos de absorción por parte de la industria y del comercio; respecto de la parte, digamos activa o sea el pago, tenemos una serie de tipos de interés que forzosamente traen como consecuencia un desbarajuste, no para las instituciones privadas. (yo insisto mucho en algo que mencionó ya el señor diputado Jaime Robles: Acción Nacional y nosotros, no estamos defendiendo a las instituciones privadas: estamos defendiendo meramente la parte técnica de un proyecto) El mismo Gobierno tiene bonos al 6%; tiene valores al 7; tiene, inclusive, otro tipo menor para otra clase de valores. Entonces, esos bonos, esos valores, son los primeros perjudicados en cuanto que funcionan a través del precio de dinero, o sea que funcionan a través de diferentes instrumentos de la circulación crediticia del país.

Lógicamente, el que tiene un bono al seis por ciento, lo puede vender al mercado, inclusive con pérdida, lo vende, lo redime y toma un bono o un valor que le reditúa el 7%. ¿Quién es el perjudicado en este caso? El primer perjudicado es el ahorrador; es aquel que tiene que sacrificar parte de su dinero ahorrado para adquirir otro bono de mayor cuantía, tiene que venderlo en el mercado con equis punto de diferencia. El segundo perjudicado es todo el engranaje instrumental de canalización del ahorro privado, 11 meses como quiera llamarse: banco, la Nacional Financiera, Banco de México, Secretaría de Hacienda. El nombre es lo de menos.

Existen forzosamente en el mercado de valores, valores del Gobierno y estamos haciendo una discriminación en el mercado de valores con esos valores y ahí está lo absurdo: con valores mismos del propio Gobierno. Pero todavía hay más: tenemos que si una empresa de servicio público necesita una refacción de equis millones de pesos y como la empresa de servicios públicos no está para obtener utilidades, inclusive está para dar este servicio en las mejores condiciones al pueblo mismo, al usuario, entonces se tiene que recurrir, o bien al sistema de subsidio, o bien al sistema de pérdida perpetua, que naturalmente será acumulada a través de meses y de años.

Señores: es que los errores que cometamos ahora aquí en esta Cámara, no los veremos dentro de seis meses sino quizás, dentro de 5 ó 6 años y será la Cámara de entonces cuando tenga que aprobar un proyecto del Ejecutivo, cualquiera que sea, en que conceda un empréstito de equis millones de pesos para el equilibrio y funcionamiento del patrimonio nacional. Entonces, si estamos tratando de proteger al pueblo, si estamos tratando de canalizar ese movimiento de ahorro y que al fin y al cabo forma un parte del pueblo, por otro lado, a través de un instrumento peligroso y que desgraciadamente sus efectos serán siempre a largo plazo, estamos obligados, en este segundo aspecto a que sea precisamente el campesino, el obrero, todo el pueblo de México, quienes, a través de un empréstito interior, paguen o cubran ese déficit naturalmente en favor de los pocos o muchos que han canalizado sus ahorros a través de este instrumento.

Yo considero, señores, que es cierto que se quiere imponer, como decimos vulgarmente, un "gancho", para que haya un incentivo hacia el ahorro; pero la discriminación, esa falta de uniformidad en los valores mismos, no ya en las instituciones privadas o del Gobierno, sino dentro de los valores mismos del Gobierno, creo que es una política equivocada, creo que es una política peligrosa y que a largo plazo se verán las consecuencias. Eso es, - vean ustedes que no trato de atacar el ahorro nacional, yo soy el primer partidario del ahorro, aunque también admito que el pueblo tiene otras necesidades primarias - antes de ahorrar, se tiene que tener para ahorrar; inclusive, señores, la situación real es ésta, por lo que se refiere al valor de nuestra moneda, porque hay un aspecto que se ha trazado a la ligera, casi sobre la rodilla, y que es necesario tener en cuenta: es indispensable que el Gobierno, junto a cualquier medida para el ahorro, establezca medidas en favor de la nivelación del poder adquisitivo o una estabilización del poder adquisitivo de la moneda. Voy a repetir en otras palabras, - si quieren ustedes por vía de ratificación a lo expuesto, vamos a retrotraer este proyecto diez años atrás. - Díganme ustedes. ¿Que incentivo tiene el pueblo (sea obrero o campesino o sea el mismo capitalista), qué incentivo tiene para ahorrar? ¿Qué incentivo tiene para un individuo que en 1939

invirtiera, digamos, mil pesos valor nominal, con un valor adquisitivo equis y que hoy, en 1949, se le devolvieran dos mil pesos? ¿Acaso hoy en 1949 puede adquirir con el mismo valor adquisitivo los mismos bienes que entonces podía adquirir? ¿Tendrán el mismo valor adquisitivo ahora que en 1939 mil pesos? ¿Acaso las mercancías, los bienes de consumo necesarios, los bienes por ejemplo de habitación, los bienes de producción de nuestra economía, no se han cuadruplicado o quintuplicado? Vean ustedes porqué un instrumento técnico debe será aparejado siempre con otras medidas, para que sea un verdadero incentivo para el ahorro, porque de otra manera estamos aprobando un instrumento que es únicamente un espejismo y que técnicamente es inservible. Y el ejemplo es muy fácil, se los acabo de citar: con dos mil pesos no se compran hoy las mercancías que se compraban en 1939 con mil pesos. Retrotrayendo el proyecto a 1939, ¿que ventaja, qué riqueza nacional se le hubiera dado al ahorrador? Absolutamente ninguna.

En estas condiciones, señores, vean ustedes por qué el punto de vista de nosotros no es oponernos a un sistema de ahorro; no nos oponemos a que se ahorre, al contrario, México es uno de los países donde más se ahorra y es precisamente donde debemos procurar que los sobrantes de dinero no vayan a dar debajo de los colchones o a instituciones donde se conviertan en dinero totalmente inservible. Lo que debemos hacer es aprobar los instrumentos adecuados.

Señores, no quiero que en esa parte meramente técnica vean ustedes el deseo sistemático de oponernos por parte de los diputados de Acción Nacional; es simplemente una aportación, si quieren ustedes pequeñísima, a un problema que debería tener un carácter técnico.

Señores, los errores de ahora, de aquí a cinco o diez años es cuando harán que se sufran las consecuencias. Es mejor revisar el proyecto, revisar el aspecto técnico y dar a la economía de México un instrumento sano para que por él se canalice el ahorro nacional. Muchas gracias.

El C. Presidente: Tiene la palabra por la Comisión, el ciudadano diputado Rodríguez Jáuregui.

El C. Rodríguez Jáuregui David: Señores diputados: evidentemente en esta ocasión felicito cordialmente a los oradores del contra, porque han venido a presentar el aspecto de oposición muy hábilmente disfrazado. Me recuerda una pequeña anécdota vivida por mí. Había un chiquitín en la casa de algunos parientes, que nunca pedía las cosas directamente, y en las noches, cuando se caía completamente de sueño, empezaba: "Papá: ya Toño tiene sueño (Toño era el hermanito menor), vamos a dormir". Es decir, el que tenía sueño era él, pero decía que Toño tenía sueño.

Los señores del contra dicen que vienen a defender a los ahorradores porque están en grave peligro. ¿y están en grave peligro, los ahorradores porque se les va a pagar un interés mayor del que pagan las instituciones bancarias? ¡No! Quienes están en grave peligro, para ellos, son las instituciones bancarias que tendrán forzosamente que subir sus intereses o retirarse ¿Vienen a defender al pueblo o al Gobierno? ¡No! Vienen a defender a los bancos que son los que peligran, que son los que tienen miedo. Eso es lógico. Los dos discursos del contra pueden resumirse en estos dos puntos: Primero: señores diputados: La Ley del Ahorro es un empréstito interior. ¿Lo es? Posiblemente sí. Quisiera yo tener en este momento todo el empuje de la palabra de Saint Just para repetir aquella frase que pronunció ante la Asamblea Constituyente: "Es tiempo, ciudadanos, de que no tengamos miedo a las palabras. Veamos los resultados. ¡Por qué vamos a tener miedo a una palabra? ¿Empréstitos? Sí. ¿Y qué? Empréstitos ha habido de otras especies que no han causado el menor temor, que han pasado con una dulzura celestial en todas las épocas, inclusive por los bancos. ¿Por qué ahora se asombran? No hay mejor empréstito que el que ahora se ha hecho en la forma propuesta, en forma valiente, llamando a la espontaneidad del pueblo y que paga un interés tan substancioso como el que se está ofreciendo en esta ocasión. Y precisamente el hablar de interés, es el punto elegido, es como poner el dedo en la llaga y eso es lo que preocupa a los oradores del contra.

Segundo: el interés, nos dicen, es peligroso porque destruye, porque aniquila a los ahorradores. yo digo que esto es mentira; es todo lo contrario: a los ahorradores se les paga mucho más por su dinero; pero luego se dice que va a destruir el mercado, que lo va a socavar en sus bases. ¿Por qué? Si toman cualquier boletín financiero o aun el cuadro de precios de los valores del mercado que se publica el cualquier periódico. - El Excélsior de hoy por ejemplo - Se encontrarán ustedes con más de 15 papeles que pagan un impuesto mayor del 17.53 Se encuentran ustedes con papeles de cédulas hipotecarias que pagan 7.5, 8 y 8.5%. ¿Por qué eso no se menciona? ¿Es esto menor que lo que paga el bono del Ahorro Nacional? Todo lo contrario. Esto es mayor.

Hace un rato hablaba uno de los oradores, de los papeles financieros: y debo decir que también cuando se lanzaron los papeles de la financiera los señores banqueros pusieron el grito en el cielo, porque dijeron." Nos van a arruinar". ¡No se arruinaron! Se colocaron los bonos de la financiera y se siguen colocando los bonos hipotecarios. Ya sé que van a decirme que los bonos hipotecarios están depositados; pero el hecho de que se depositen en uno o cuatro puntos, me dirán que significa que se han derrochado. Traten de comprar bonos hipotecarios y verán que es un poco difícil, porque todo el papel está colocado. Puede criticarse que el Gobierno llama al ahorro popular para la realización de obras ingentes, de obras de beneficio no solamente individual, sino verdaderamente colectivo. Todo lo contrario a la técnica a que se refería el señor Facha Gutiérrez, que aconseja imperiosamente llamar la atención sobre ese punto.

El ahorro tiene dos aspectos: el primer aspecto es exclusivamente el del consumo diferido, es decir, difiero el consumo de esos dos pesos que tengo hoy, para mañana o pasado y los guardo. Este es el aspecto común y corriente del ahorro, el que todos entendemos: ahorro es no gastar; pero el segundo

aspecto que tiene que caminar de la mano del primero, es siempre el de la colocación, y es precisamente éste el aspecto que contempla con mayor atingencia el proyecto de los bonos del Ahorro Nacional. El ahorro debe de será colectivo, tanto en su objeto como en su organización. no tengamos miedo a las palabras.

Cuando el ciudadano diputado Facha Gutiérrez hablaba de comunismo, pretendía asustarnos. No se trata de comunismo, se trata de un ahorro colectivo desde el punto de vista netamente económico, como tienen que ser todos los ahorros porque el ahorro individual, el ahorro de la media y del colchón no es un ahorro, es un atesoramiento estéril. El ahorro, realmente, con sus aspectos secundarios, que vienen aquí a ser primarios, de colocación, de inversión, tiene que ser colectivo, porque así es mucho más provechoso y porque cuesta mucho menos sacrificio. No es lo mismo juntar cinco pesos de un individuo que juntar cinco millones de un millones de individuos. Estos cinco millones son los que van a invertirse en obras que aprovechan tanto al individuo como a la colectividad.

Ahora bien, se habla aquí de que posiblemente haya necesidad, después de lanzar un empréstito, porque la diferencia entre el interés que se paga al ahorrador y el que haya de cobrarse a las empresas de inversiones, venga a resultar en una quiebra para la institución. Esto no es verdad; y no es verdad por un sólo aspecto importantísimo que han descuidado los oradores del contra: como se trata de invertir el dinero obtenido del ahorro nacional en obras esenciales ingentes para el país, quiere esto decir que el Gobierno no únicamente llama al ahorro nacional nada más por el hecho de estimular la benéfica costumbre del ahorro, sino como un auxiliar para determinadas obras que hasta ahora han producido un horror pánico a las instituciones privadas.

Ciertamente que desde el punto de vista técnico, el ahorro debe tener como característica esencial el pago de impuestos cortos, porque la repercusión es inmediata; deben después cobrarse intereses cortos al hacer la inversión, pero esto no es lo que hacen precisamente las instituciones privadas. Todos sabemos que las instituciones privadas del ahorro pagan cuatro o cuatro y medio por ciento. ¿Cuánto cobran de interés? Este es el misterio ese es el secreto que las instituciones guardan.

Debieran, en efecto, mandar esa cantidad de dinero obtenido por medio del ahorro, en que pagan un cuatro y medio por ciento de interés, precisamente para estimular la agricultura, cobrándose acaso el cinco o el seis por ciento. Todos sabemos lo que se cobra, diez, doce y hasta quince por ciento. Esto es lo que no se va a hacer ahora con el ahorro nacional, esto es precisamente lo que la institución del Ahorro Nacional trata de evitar, estos grandes intereses que cobran las instituciones privadas, y para eso está precisamente el Gobierno, para alentar, para empujar y coadyuvar con ese caudal que se obtenga por medio del ahorro nacional. Hay empresas de otro género que también producen pánico a las instituciones privadas, por multitud de razones La industria eléctrica, las instituciones de fertilizantes que por su naturaleza misma deben tener ganancias casi insignificantes o no tenerlas de ninguna manera, ¿por qué? Por una razón obvia: más que de empresas particulares son servicios públicos.

Qué mejor y qué puede preferir al ahorrador, qué puede preferir el pueblo ¿que se le carguen impuestos verdaderamente abrumadores para realizar las obras que son absolutamente necesarias? o que se le diga: "Trae el dinero que ahorraste; te producirá el siete y tantos por ciento y realizas con esa ayuda que me das, las obras que necesita la nación".

Aquí, señores, en pocas palabras, en mi concepto, he contestado los argumentos de los oradores del contra. ¿Empréstito? Sí, ¡y qué! ¿De qué tenemos miedo? ¿Intereses peligrosos? ¡Mentira! ¿Defendemos al pueblo? ¡Mentira falacia! No estamos defendiendo al pueblo (digo de los oradores del contra); entonces están defendiendo, ¿a quién? A las instituciones privadas. Nos dicen después que defienden al Gobierno ¿Defienden al Gobernador? ¡No me defiendas, compadre! (Aplausos).

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano diputado Brito Rosado.

El C. Brito Rosado Efraín: Señores diputados: En realidad nunca había visto más débil, más endeble la argumentación de los señores de Acción Nacional, que en este día.

El compañero Facha que algunas veces ha enhebrado discursos, sino brillantes cuando menos lógicos, en este día ha estado haciendo esfuerzos inauditos a través de una argumentación que lo único que logró fue será cansada, para mostrarnos lo indemostrable: que el funcionamiento de la banca privada de México - aforismo del señor Facha - es perfecto; que las instituciones bancarias en México han llegado a tal estado de perfección que no deben interferirlas ninguna otra institución ni el poder público que ayer, hoy y siempre, de acuerdo con todas las teóricas políticas de todos los tiempos, tiene por encima de cualquiera otra misión la de velar por los intereses del pueblo. Así es que ni el poder público, según los señores de Acción Nacional, debe interferir esa marcha paradisiaca, edénica de la banca privada

. El señor diputado Rodríguez Jáuregui puntualizó, uno de los dos aspectos que a mi me parecen fundamentalmente en la oposición de Acción Nacional, de Acción Nacional que viene a ser - aunque no lo quieran - la defensora de ese pequeño modus faciendi mexicano que es la banca de México, que aunque repitan aquí que no vienen a defender a la banca, no vienen si no a defender eso: a la banca, y a tratar de defenderla con cortinas de humo, para que a los ojos de las gentes aparezca la banca como la redentora del pueblo de México y el Gobierno mexicano como un sujeto que interfiere de manera oportuna esa marcha de la banca mexicana. Los argumentos de ellos fundamentalmente son dos: uno de carácter casuístico enfilado directamente al problema que nos ocupa: el interés que van a ganar los bonos del ahorro nacional. El otro, de carácter general, claramente expuesto por el compañero Robles Martín

del Campo, de que la política económica del gobierno mexicano es débil, titubiante y desorientada.

Voy a tratar de rebatir estos puntos. Insistiré en un aspecto que ya trató mi colega Rodríguez Jáuregui: el del interés. Debemos, señores diputados, verlo con claridad. Yo creo que la mayoría de ustedes lo ve, pero no es suficiente que lo veamos nosotros, es menester lo que vea el pueblo, que vea el verdadero mecanismo en que funciona esa banca privada mal llamada del ahorro. Pagan, sí, un bajo interés del 4%, pero, ¿a cómo prestan el dinero? no sólo al 15% como decía el compañero Rodríguez Jáuregui, sino al 18 y a más. Y descendiendo a lo tortuoso entre bastidores del mecanismo de esa banca, hemos visto, hemos presenciado cómo un individuo que demandaba un crédito en un banco, le fue negado a la tasa que legalmente podía prestársele; pero después del salir del banco, al llegar a la esquina lo alcanzó el consabido coyote y le dijo: ese dinero sí se le puede prestar pero a una tasa más elevada.

Esa es, señores, la forma en que se comportan no diré que todos - porque hay una banca honorable - pero si una parte de los bancos de México, y por eso les asusta y les llena de pavor que bonos con una garantía tan absoluta, tan leal y tan generosa como son los bonos del Ahorro Nacional, vayan a ganar el 17%, porque eso, naturalmente, los obligará a ellos a pagar a sus depositarios un interés mayor y entonces sus ganancias tendrán necesariamente que ser menores. El Gobierno no persigue ningún fin de lucro, señores diputados, lo único que se persigue es canalizado hacia rumbos creadores el ahorro de la nación. Persigue también, como ustedes habrán visto en el proyecto de ley, que la posibilidad del ahorro no se ahogue ni se detenga en ciertas capas sociales, la última quizás, la clase media, sino que rebasando los límites llegue a las clases bajas de México a las que nunca ha llegado la posibilidad del ahorro. Ustedes quizás sepan como yo, que el monto anual del pago de las listas de raya en México asciende a la suma que parece increíble de cinco mil millones de pesos. De eso es donde queremos sacar el ahorro nacional; por eso se han creado las estampillas de 25, de 50 centavos de un peso, para que hasta la gente más humilde, a través de una libreta de estampillas, puede sacar un bono de valor mínimo de este ahorro que tratamos de crear ahora. En consecuencia, señores hemos de declarar al pueblo que no se deje engañar por la falacia de quienes defienden ciertos intereses bancarios; que vean con claridad el problema; no se trata sino de esto: de hacer llegar el ahorro a las clases más humildes, a las clases populares de más modestos recursos de México; de hacerlo llegar con un interés remunerativo que deber pagar su sacrificio y que en vez de perderse en muchos casos en tortuosos negocios de especulación secreta en los bancos, vayan a esas industrias creadoras de que hablaban antes mis colegas, a los fertilizantes, a las carreteras, a las plantas de electricidad, a todo lo que necesita México para su grandeza y para su progreso.

Y ahora, señores, creo también haber rebatido la parte medular y central de la argumentación de Acción Nacional. El temor de ellos es el interés alto, porque entonces también sus bancos tendrán que pagar un interés alto, y, en consecuencia, sus utilidades disminuirán; pero hubo otra afirmación aquí que no podemos pasar por alto. Dijo el señor diputado Martín del Campo: "La política del régimen es titubeante, débil y desorientada". Me retrotraigo en el tiempo un poco más de un año, y escuchamos frases semejantes a las que escuchamos en este día. cuando en un arranque valeroso, casi podríamos decir visionario, el régimen de Gobierno de México desvalorizó nuestro peso, se hizo un profundo silencio nacional, aun de parte de los amigos del régimen; sólo se levantaron las voces proféticas de la oposición, para decirnos de aquella desvalorización traería la catástrofe económica mexicana, la caída vertical de nuestras finanzas. A la distancia de un año señores diputados, la reina de las finanzas del mundo, el país por excelencia fuerte, el procreador de la libra esterlina, siguió la misma huella del pueblo mexicano, la Inglaterra toda poderosa, y con la caída de ella, veintinueve países más desvalorizaron su moneda. ¿Qué quiere decir esto, si no lo repetido tantas veces? ¿Qué el fenómeno de la desvalorización no es sino una actitud de defensa de los intereses vitales de un pueblo y que, en este caso, con orgullo podemos proclamar, México es el precursor de la carrera económica de sus propios intereses. Fue el pueblo mexicano el primero en desvalorizar su moneda; detrás de él otros treinta gobiernos hicieron lo mismo.

Hemos leído en días recientes (para que no se vaya a tachar de parcial y apasionada mi argumentación), opiniones de gentes intachables por su filiación y por su categoría de expertos, técnicos y economistas acerca de la devaluación del peso mexicano y del estado de nuestra economía. Richardson el gerente del National City Bank de Nueva York, declaró en días recientes que las tres monedas más firmes del mundo, son el dólar americano, el marco suizo y el peso mexicano.

La Confederación de Cámaras de Comercio, mucho más cercana a ustedes que a nosotros, ha dicho el 17 de octubre en el periódico "Excélsior": "La desvalorización del peso mexicano y la subsecuente fijación de un tipo de cambio al ocho punto sesenta y cinco; indudablemente ha tonificado nuestra economía.

Hace después la Confederación de Cámaras de Comercio, una serie de argumentaciones y digresiones para concluir y demostrar lo que antes se afirma. Devire, consejero supremo económico del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y uno de los expertos indudablemente más capacitados del mundo, ha titulado su tesis para obtener el doctorado en economía, con este título que mucho nos enorgullece: "El Peso Mexicano". Y lo ha titulado así porque cree ver en el fenómeno de nuestras finanzas y en la forma acertada en que la maneja nuestro gobierno una de los hechos más sui géneris de la economía

contemporánea. Acabaremos citando la opinión de don Luis Legorreta, Gerente y Director del Banco Nacional de México. También el Banco de ustedes, compañeros de Acción Nacional: "La desvalorización de la libra esterlina que siguió en un año las huellas de nuestro peso, la desvalorización de la libra esterlina inmediatamente tendrá sanas repercusiones en muchos aspectos para la economía mexicana".

Ya vieron, señores, para no cansar la atención de ustedes, que con la simple opinión de gentes infinitamente más versadas que yo en economía, de prestigio mundial alto, algunas de filiación derechista, podemos concluir, compañero Robles Martín del Campo, que la política económica del Régimen, es perfectamente orientada. México va llegando, señores diputados, para fortuna nuestra, a su mayoría de edad; va dejando de ser México un menor de edad, como hasta no hace mucho tiempo era, en que para tomar una medida enérgica y decisiva en favor nuestro, habríamos de esperar lo que hicieran otros países más aventajados en la tierra. No; ahora la política económica de México, las medidas de orden público, son en nuestra patria repercusiones fieles de realidades auténticamente mexicanas. Por eso hemos llegado a una etapa que podemos llamar "La culminación de un largo periodo para encontrar nuestro propio camino y de modelar nuestra propia personalidad"

. La desvalorización de la libra esterlina y los fenómenos mundiales que faltamente siguieron, la devaluación de la moneda de 18 países, el constante aumento en las reservas del Banco de México, en dólares; la mejoría, también constante, que todos atestiguan y aceptan de nuestra balanza comercial; la afirmación - como dice la Confederación de Cámara de Comercio - de nuestra economía nacional, son una demostración clara, categórica para todo espíritu sereno, de que la política económica del régimen mexicano es una política acertada, patriótica y en bien de nuestro pueblo. (Aplausos).

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano diputado Chapela.

El C. Chapela Gonzalo: Señores diputados: ¡Que lastima que el debate haya descendido de la hermosa altura patriótica a que había llegado, para volver a esa ríspida costumbre del ataque por el ataque mismo!

¿De dónde saca el señor diputado Brito Rosado que nosotros, los diputados miembros de Acción Nacional, venimos aquí a defender los intereses de los banqueros?

El C. Brito Rosado Efraín: ¿Me permite contestarle?

El C. Chapela Gonzalo (continuando): ¿De dónde saca que tengamos alguna relación con algún Banco de la República?

El C. Brito Rosado Efraín: Si me permite contestarle...

El C. Chapela Gonzalo: Sería más interesante que se examinaran las condiciones personales de los señores diputados que formamos esta Legislatura, y quien sabe si encontrarían que en el lado de donde se nos ataca hay más conexiones con empresas bancarias que del lado nuestro. En lo personal, como diputado, como representante popular, yo rechazo esa filiación. Yo no soy representante de banqueros; yo no soy representante de sectores patronales ni de ningún sector definido, porque yo no comprendo al diputado sino como representante del pueblo de México, en que todos formamos parte, lo mismo los banqueros que los salariados, lo mismo los patrones que los trabajadores. Yo soy representante popular y el pueblo está constituído por todos los mexicanos y a ellos son a los que me he comprometido venir a representar y, por sus intereses, venir a esta tribuna.

Si los bancos tienen tantos pecados, que los bancos se defiendan; yo no voy a defenderlos. Es más, tengo a la vista el "Diario Oficial" de la Federación del sábado 31 de enero de 1948; en este Diario se inserta un decreto que crea la Comisión Nacional de Inversiones y este decreto dice qué organismos deben estar vigilados por esta Comisión de Inversiones; y en la lista de organismos también hay instituciones de crédito, también hay instituciones a las que pueden referirse esos ataques que se han lanzado, figuran instituciones de participación estatal en las que participa también el Gobierno; y aquí se ha venido a atacar a las instituciones de crédito, sin discriminación, y yo creo injustos esos ataques a tales instituciones, pero ya dije, no las voy a defender; ellas tienen muchas maneras de defenderse y no seré yo quien les haga falta.

Viniendo al caso que nos ocupa, los argumentos que se han dado en contra del dictamen, siempre han estado precedidos por una estricta voluntad de asegurar la eficacia del ahorro popular en bien de las obras nacionales que nos hacen falta. Se ha puntualizado con argumentos en contra, entre otros, los siguientes fundamentales cuya respuesta no ha sido escuchada todavía por nosotros. Primero, se trata de un empréstito y la respuesta no puede ser: " ¡ y qué!". Si se trata de un empréstito, el empréstito tiene condiciones constitucionales que no han sido suficientemente cubiertas en el nuevo proyecto. Segundo, se ha dicho cómo existe un sistema creado por el Estado, para la canalización del crédito y que ese sistema es tan achacoso, es tan pecaminoso que no debe subsistir; entonces lo que procede es liquidarlo valientemente, liquidarlo desde ahora, no hasta el momento en que por polilla creada por la misma ley que nos rige, que es la que les pone tipos de interés, por lo que no pueden prestar dinero o pagar mayores intereses del 4.4 y 1/2% por obligación legal, no por voluntad de los bancos.

Si estos defectos merecen que se les considere como razón para liquidar el sistema nacional de ahorro, que se le liquide; pero si no se considera que debe liquidarse el sistema, entonces debe respetarse porque es obra también legal.

Se ha dicho aquí que peligra el mercado de valores, y la única respuesta más o menos cercana, la dio el señor licenciado Rodríguez Jáuregui,

cuándo hacía ver que apenas apareció la Nacional Financiera, se multiplicaron las instituciones de crédito. Yo no se si los señores diputados vean como una consecuencia lógica de la aparición de la Nacional Financiera la multiplicación de las instituciones de crédito. Yo no la veo.

Se ha dicho también que el proyecto va contra esa idea que se ha expuesto aquí, de que no se preste al agricultor o al industrial a intereses muy altos. Y se ha dado como explicación del alto interés que señala el proyecto, que en el mercado de valores hay papeles que pagan más alto interés. Tampoco voy a defender esos papeles y estaré siempre por el bajo interés.

Si algún procedimiento legal encuentran los señores diputados constitucional, legítimo para impedir que la banca privada abuse en sus intereses y preste a tipo tan alto, yo estoy dispuesto a secundar su labor para ayudarles a poner coto a los abusos de los bancos. La verdad sigue siendo la misma.

El proyecto tiende a fijar por el Estado mismo - y esto es lo malo, que el Estado sea ejemplo del alto interés - un interés más alto del usual y, sobre todo, más alto que el que conviene para el interés nacional.

Y hay otro argumento que a los señores del pro les ha parecido extraordinario, interesante y que sin embargo, creo que es el que el pueblo de México puede sentir más en carne propia, y es el que se refiere al interés del 7%. Así se hagan todas las consideraciones en contra, va a haber necesidad de un margen mayor de interés al industrial o a aquel que recibe préstamo.

Este interés mayor va a recaer sobre los costos de producción y los costos de producción necesariamente elevan los precios. Es una ganga y un gran hallazgo encontrar un instrumento legal más que tienda precisamente a la elevación de los precios. Pero vamos a suponer que se hiciera la maravillosa operación de una alta moral ciudadana, de manera que todos soportaran esa elevación de costos, sin elevar los precios. Queda todavía en pie el argumento que no ha sido siquiera tocado: ¿Que va a pasar con los rescates que prevé la misma ley? Y tan los prevé, que señala una tabla completa de rescates. Se da cincuenta por ciento al Gobierno, a través del patronato, esa entidad amorfa que todavía no se define en el proyecto. Se dan cincuenta millones de pesos, pero si de esos cincuenta millones, un veinticinco o un treinta por ciento, o lo que sea, son bonos que se restan en el primer año, y esos cincuenta millones de pesos han sido invertidos en las obras a que se refiere el proyecto, ¿quien va a pagar ese veinticinco o ese treinta por ciento de los bonos rescatados? No hay más que dos caminos: o los paga la Tesorería de la Nación con fondos del pueblo mismo, o tiene que pedirse un préstamo al Banco de México, y entonces tendremos dado otro paso más en el camino de la inflación.

Este debate, señores, yo quisiera insistir, es estrictamente en favor del Ahorro Nacional. No nos oponemos a la idea del ahorro¿ Como nos vamos a oponer a la idea del ahorro, si consideramos que es el único camino para que el pueblo mismo tome participación en la información de la riqueza nacional? Lo que nos parece inconveniente es el instrumento por el cual se quiere realizar una idea realmente preciosa.

Señores: En nombre del ahorro, en nombre de la hermosa idea del ahorro, debemos revisar este proyecto, mejorarlo en cuanto se pueda, para que pueda conseguirse el propósito que el proyecto dice que desea.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Benjamín Méndez.

El C. Méndez Aguilar Benjamín: Señores diputados: la iniciativa de la ley que está a discusión no es otra cosa que el complemento del basto proyecto que para la recuperación económica de México inició el señor Presidente de la República, previamente anunciado en su programa durante la campaña electoral. Y efectivamente, si pasamos la vista por el Diario de los Debates, cuando se sometió a esta Cámara de Diputados la Ley para la Acuñación de Monedas de Plata, nos encontramos con que el ejecutivo, al poner el vigor, después de la aprobación del Congreso, la ley en cuestión, tenía el objeto principal de estimular el deseo de ahorro en el pueblo, ya que tales monedas tienen - dice la parte que se funda la ley - , amplias garantías generales y reservas que respaldan todo medio circulante.

Luego nos encontramos con que en el Mensaje Presidencial del primero de septiembre, al dar cuenta de las reformas de ley aprobadas para las instituciones de crédito que tuvieron la finalidad importantísima de capacitar al sistema bancario privado para atender las necesidades de crédito, facilitando las operaciones a plazo medio y a plazo largo tales modificaciones a la ley de instituciones de crédito, tuvieron también por objeto canalizar los ahorros públicos, a fin de incrementar las operaciones del poder productivo del país y el empleo preferente de esos recursos en la producción.

Como cosa muy importante, deseo señalar a ustedes que en esas reformas se facultó a los bancos de depósito para invertir el veinte por ciento de su pasivo exigible a la vista, en préstamos refaccionarios, habilitación y avío. También hubo modificaciones importantes en relación con los bancos de capitalización, las sociedades financieras e instituciones de crédito, de seguros y fianzas, para orientar sus inversiones en la adquisición de valores del Estado y, principalmente, para el fomento de la industria, la agricultura y la ganadería.

Y esta iniciativa de ley que discutiremos en parte principalísima de tales reformas a la Ley de Instituciones de Crédito; es la tarea impuesta por el Ejecutivo para lograr la industrialización del país, con el objeto de fortalecer la independencia económica de México y elevar el nivel de vida de todos los ciudadanos del país; pero surge la pregunta: ¿cómo sería posible desarrollar, señores diputados, un plan tan basto de prosperidad para

México, sin contar con los fondos necesarios? Únicamente, movilizando los ahorros individuales del pueblo.

El ahorro por más de una centuria, ha sido una cosa diferida. Hemos seguido la costumbre de guardar lo que necesitamos en forma indispensable para nuestra vida, haciendo un sacrificio y no una abstención para adquirir mañana lo que en realidad deberíamos de adquirir hoy.

Se ha seguido la costumbre de atesorar fondos para capitalizar, sin formar un espíritu creador y animador de la producción. En todos los países industrializados, el ahorro que se invierte es el que coopera, de una manera eficaz, a la prosperidad de las naciones. Tales ahorros, depositados en bancos de inversión, en cajas de ahorro, en compañías de seguros, se deben canalizar hacia el impulso de la riqueza económica del país.

En México y en otros países pobres, tal desarrollo económico es incipiente, porque se guarda en casa en la alcancía de barro, en la media de lana francesa, en el calcetín y sobre esto lo que pretende el Gobierno de escarbar a fin de que entre en un campo de industrialización y de provecho para acrecentar la riqueza y el bienestar del pueblo mexicano.

El Ejecutivo, en su iniciativa, expone una estimación sobre la cantidad a que pueden montar más o menos esos ahorros o fondos sin servicio que han constituído hasta la fecha una fuerte de acaparamiento y calcula que pueden ascender entre 420 y 520 millones de pesos.

En realidad, señores, este es un cálculo sobre el cual no se pueden hacer una estimación precisa; pero si tomamos en cuenta que el ahorro, capital depositado en los bancos, asciende a 345 millones, entonces llegamos a la conclusión de que la estimación del ejecutivo es muy aproximada. Y todavía más; cuando se expidió la ley de desmonetización de las monedas de plata del 0.720 quedaron en poder del público, sin cambiar, cantidades que montan a algo más de trescientos millones de pesos.

La nueva moneda de plata emitida, que también se ha acaparado, nos da una cantidad de ahorro, digamos que 259 millones de pesos. Luego entonces, la estimación del ejecutivo es correcta y podemos, concretamente afirmar que se cuenta con una cantidad oculta alrededor de 500 millones de pesos, para ir sacándole provecho en forma paulatina y prudente, de acuerdo con la del Presidente de la República en la iniciativa que nos ocupa, haciendo emisiones poco a poco, de tal manera que ni se produzca un caos, un desquiciamiento o una hecatombe de esas que los señores de Acción Nacional anuncian sobre la banca privada, ya que nada mas se invertir al principio de poner en vigor esa iniciativa, la modesta suma de 50 millones de pesos, cantidad verdaderamente irrisorias en la vida económica de un país; pero previsora por otra parte.

El plan es atractivo por todos conceptos. Duplica lo invertido en diez años, ¿y por que razón? porque el interés del 7.1773 por ciento convierte en un cien por ciento también la cantidad que todo ciudadano, todo hijo de México, adquiera en acciones de bonos nacionales de ahorro. Ese rédito se obtendrá naturalmente siempre que el poseedor del bono espere con toda paciencia el termino de diez años para obtener la devolución de su capital en un cien por ciento; pero se ha esgrimido aquí el argumento falaz por todos conceptos, de que siendo el tipo de interés de 7.1773 por ciento alto, va a ocasionar un prejuicio a la banca privada. Se ha esgrimido también el argumento de que si México se encontrara mañana en una situación aleatoria y peligrosa y se viera obligado a iniciar otra baja en su moneda en relación con el tipo de dólar, entonces ese tipo de interés seria una cosa ficticia.

Pues bien, yo pregunto: ¿Que, guardado el dinero, fundido en las alcancías, enterrado debajo de los ladrillos, va a producir algún interés? ¿Que es posible que seamos tan pesimistas para atemorizarnos ante el fantasma de la desvalorización de la moneda, perfectamente justificada en estos tiempos, por el ejemplo de las naciones de Europa y de las naciones más prosperas de América del Sur? ¿Qué, es posible que no tengamos fe en México, que no tengamos fe en el actual Gobierno y en todos los gobiernos sucesivos, que indudablemente serán gobiernos que generar la Revolución, que hace tantos años ha tenido a México en una situación próspera y feliz? Indudablemente que no. Este tipo de interés así como los bonos, no tiene ningún gravamen, lo cual es otro aliciente para la adquisición.

Tiene igualmente una garantía plena, por las obras financiadas por tales fondos, que quedan afectados por esa misma garantía y que, además, el aval del Gobierno, es un aval que esta perfectamente justificado, señores diputados, por la previsión de la emisión primordial de cincuenta millones de pesos.

Si esta emisión fuera en cantidades ilimitadas, habría razón para abrigar algún temor; pero la iniciativa de ley nos hace conocer que esa cantidad inicial ira aumentándose paulatinamente por medio de la Ley de Ingresos, cada año, y de acuerdo con la observancia que el Ejecutivo Federal venga haciendo y del desarrollo que en el mercado vallan teniendo las inversiones de estos ahorros en la Caja Nacional que así llamaremos, para canalizarlos hacía la industrialización de México.

Hay la garantía, además, de la convertibilidad inmediata con la utilidad. Bien sabido es, señores, que los bancos capitalizadores tienen entre su señuelo esta convertibilidad, pero después de un plazo, cuya convertibilidad está sujeta a un valor reducido, es decir, el que esta pagando en abonos un título del banco capitalizador, no tiene derecho al rescate de toda la cantidad invertida y ni siquiera a percibir un rédito, como en el caso de los Bonos del Ahorro Nacional, De tal manera que estos Bonos del Ahorro Nacional se pueden considerar como cheques al portador aunque sean de tipo rotativo. Son pagaderos en forma inmediata sin ningún descuento y, al contrario, después del primer trimestre, plazo verdaderamente reducido, irrisorio, su poseedor tiene derecho a rescatarlo;

y decía el señor diputado Chapela que si ocurriera el fenómeno económico de que después de invertir el Gobierno 50 millones de estos bonos del Ahorro Nacional se presentara un grupo de poseedores para exigir un rescate a un tiempo, digamos del 25 por ciento de los 50 millones de pesos. Y bien, ¿qué puede pasar? si el Gobierno previsoramente ya tiene considerada una suma para constituir el aval en su Ley de Ingresos de cada año, después de ir observando la forma en que marcha esta nueva institución de crédito del Ahorro Nacional manejada por un patronato libre e independientemente del Gobierno, pero sujeta a la fiscalización, indudablemente, de la Comisión Nacional Bancaria. ¿Qué puede pasar, si ya tiene considerada en su Ley de Ingresos una cantidad para constituir ese aval por el cual tiene que responder en el caso de los rescates y en el caso también de los pagos a los 10 años después de emitidos estos bonos, lo mismo que en el caso desgraciado de cualquier industria en la cual se hubiera invertido capital, no haya redituado la cantidad suficiente para cubrir los intereses y devolver el capital?

Es un temor, en mi concepto, verdaderamente pueril. La bondad de este plan indudablemente que tendrá una acogida calurosa por parte del público y, como ya estamos viendo, los únicos opositores son los señores representantes y la banca privada; pero cabe hacer un análisis de cuáles son los recursos de la banca, diciendo a ustedes que en mayo de 1949, es decir, en el presente año los recursos de las instituciones de crédito montaban a 4,013 millones de pesos Y si descomponemos la inversión de esos recursos en forma un poco árida, por que los números son cosa fría que siempre cansan y fastidian, pero es necesario que en este caso la Asamblea nacional los conozca - aunque muchos de ustedes por su profesión, ya deben conocer ampliamente - , que entre los créditos a corto plazo de esa cantidad de 4,013 millones de pesos, nos encontramos una cifra de 1,633 millones de pesos, y que en deudores diversos tenemos 197 millones; en créditos a largo plazo, 781 millones; inversiones en muebles e inmuebles, 916 millones, y en disponibilidad, 486, lo que hace un total de 4,013 millones. Es decir, en tanto los créditos a largo plazo apenas representan un 19 por ciento del total de esos recursos, hallamos que correspondientes a los créditos a corto plazo, a los deudores diversos y a las inversiones en muebles e inmuebles, hay un 69%

Ahora necesitamos hacer forzosamente otro análisis a otra subdivisión de esos créditos famosos a largo plazo, que son precisamente los créditos que se necesitan para fomentar las industrias del país, y nos encontramos de que tales inversiones, solamente para habilitación y avío los bancos habían prestado hasta el mes de mayo del presente año, ochenta y cuatro millones de pesos, es decir, menos de un diez por ciento de esas inversiones a largo plazo

. En créditos refaccionarios solamente habían prestado 37 millones de pesos, o sea escasamente el cinco por ciento, pero en cambio en hipotecas, es decir, en agio, 230 millones de pesos o sea un veintinueve por ciento, reservándose todavía 486 millones de pesos en disponibilidad. Si pues la banca privada no ha sabido atender debidamente los créditos agrícolas, los créditos industriales, los créditos ganaderos, justo es que el Gobierno busque nuevas fuentes de capital para impulsar esa industrialización, para incrementar la agricultura y atender los recursos de la ganadería de que tanto necesita México.

Por otra parte, si entre las reformas a la Ley de Instituciones de Crédito - y esto insisto en repetirlo - ya se autorizo a la banca para que de los depósitos exigibles al público disponga de un veinte por ciento para invertirlo en préstamos a la industria, a la agricultura y a la ganadería, y aun a otra clase de empréstitos nos encontramos con otra cifra que es elocuente: hasta el mes de mayo también del presente año el renglón de obligaciones a la vista ascendía a 1,842 millones de pesos; luego, pues, si la banca esta autorizada para invertir el vente por ciento de esa cantidad, entonces puede invertir de una manera inmediata si tiene deseos de ayudar a la prosperidad de México, 368 millones de pesos, es decir, una cantidad siete veces mayor a los cincuenta millones de pesos con el Ejecutivo de la Unión inicia su Ley de Ahorro Nacional. Entonces, ¿cual es el peligro, señores diputados? no puede haber mayor previsión de parte del señor Presidente de la República en la promulgación de esta ley.

Por otra parte, debemos hacer una historia, aunque somera, de cual ha sido el ensayo de las cajas del ahorro nacional en otros países. La cuna de la idea fue Francia en 1808, pero desgraciadamente por sus convulsiones internas no prosperó sino hasta en Inglaterra en el año de 1818, es decir, diez años después. La constitución de las cajas de ahorro fue de tipo bancario privado y libre, sujetas a reglamentos y a estatutos propios. En estas condiciones, la banca del ahorro privado no prosperó en Francia y excepcionalmente en Inglaterra, pues había necesidad de mantener una reserva en sus cajas para responder al los rescates de imprevistos de todos los depositantes en esas cajas del ahorro privado; y fue después de algunos años (porque también fracasaron debido a las condiciones precarias que les impedían atender los prestamos que el público demandaba como inversión de sus ahorros) cuando solicitaron el apoyo de los gobiernos para poder subsistir. Naturalmente que hubo de sujetarlas a leyes expresas y a vigilancia del Estado, a fin de que su establecimiento fuera sólido y a una garantía para el publico. Sin embargo, en el año de 1881, tales reformas de vigilancia por parte del Estado no constituyeron un estado de prosperidad ni tuvieron un desarrollo económico satisfactorio, y entonces hubo que seguir el ejemplo de Inglaterra, por medio de la ley de 9 de abril de ese mismo año de 1881, constituyendo una Caja de Ahorros Postal Nacional, para que además de las cajas de ahorro privado pudiera prosperar esa iniciativa tan saludable para la prosperidad de Francia. El monto de las obligaciones

obligaciones, los depósitos individuales, de acuerdo con las condiciones impuestas, no podía ser inferior a un franco ni mayor de cinco mil francos, y se creó de manera sapiente y hábil, el libro, boletín o cupón de ahorros ínfino, tal y como el Gobierno lo propone actualmente en su iniciativa de ley, a fin de que la clase menesterosa, el puestero, el obrero, el pequeño industrial y hasta el niño de la escuela, por medio del hábito y la educación hacia el ahorro, pudiera adquirir ese boletín, ese libro o ese cupón de ahorro, hasta completar la cantidad de un franco y obtener así, progresivamente, una suma aceptable en sus economías.

Se les impuso, además, otra cláusula de garantía, a fin de ponerlos al abrigo de todos los percances sobre la extracción imprevista de fondos, concediendo a las cajas de ahorro, tanto en Francia como en Inglaterra, un plazo de quince días que subsiste todavía y que es una moratoria en el pago, así como la facilidad para rescatar esos fondos en abonos quincenales. En cambio, la iniciativa del Ejecutivo da la facilidad para el rescate de una manera inmediata, sin ninguna dilación, sin ninguna demora en el pago, tal y como si se tratara de un cheque nominativo cobrable en cualquier banco, pues ni siquiera tiene las cortapisas de una letra de cambio que puede ser negada y que puede estar sujeta a protesto.

Pero hay todavía más: las cajas del Ahorro Nacional, en esas condiciones no prosperaron como se esperaba y hubo necesidad de incorporar todos sus fondos hacia el tesoro nacional, a fin de que el Gobierno también en aquellos países garantizara tales depósitos, otorgando el aval, pero sujetando sus fondos a una inversión de industrialización, tal y como se pretende hacerlo en México, de inversiones en habitaciones populares y de toda clase de inversiones que garantizaran dentro del plazo a que los bancos o la Caja del Estado estaba obligada a redimir esos fondos, de tal manera que las industrias que se aprovechaban de esas cantidades pudieran redituar dentro de esos mismos plazos, la cantidad suficiente que constituyera la garantía de esos fondos. Luego, con la experiencia de muchos años de aquellos países, el señor Presidente de la República envía una iniciativa que es plausible, que ha sido bien meditada y que no hay ninguna razón de que pueda abrigarse temor alguno para que esta iniciativa no prospere o deje de ser benéfica para el país. Es cuestión, señores diputados, de tener fe en México, de tener fe en el Gobierno, de tener fe en los futuros gobiernos de la Revolución. No es una iniciativa cuyos resultados inmediatos se vayan a ver mañana o pasado; ya lo decía el señor diputado Facha, dentro de cinco o dentro de diez años quizás haya que reformar esta ley. Y bien, aun suponiendo la necesidad de reformar esta ley en algunos de sus aspectos, las leyes no son inmutables, las leyes tienen que sujetarse a las necesidades de los pueblos y máxime una ley económica como la que está a discusión.

Así, pues, señores, pido a ustedes excusas por haber cansado su atención y creo que con lo expuesto en la forma técnica pero mal discernida, si ustedes quieren, debemos aprobar esta iniciativa de ley. Muchas gracias. (Aplausos)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado García Rojas, de la Comisión.

El C. García Rojas Gabriel: Señores diputados: Acepto gustoso la invitación hecha por el señor licenciado Chapela, de contestar uno a uno los argumentos presentados en contra del proyecto sobre el ahorro nacional. Me propongo limitarme a la exposición escueta de las razones que me indujeron a aceptar la iniciativa; y como miembro de una de las comisiones dictaminadoras he suscrito el dictamen cuya lectura ya habéis oído. Procuraré refrenar cualquier movimiento oratorio que fuera extraño a la exposición seria y completa de los problemas que se debaten. Tanto las objeciones del señor licenciado Facha como del señor licenciado Robles Martín del Campo han versado sobre el peligro de que los bonos del ahorro nacional vayan a acabar con el sistema del ahorro consagrado por las leyes vigentes.

El señor diputado Robles Martín del Campo nos hacía ver que el mercado de valores es único y que si el Gobierno no estaba conforme con él, pues debía liquidarlo, pero de ninguna manera había que matarlo. Es necesario que estos temores cesen. El bono del ahorro nacional no vendrá ni siquiera a lastimar en la epidermis a los demás documentos que andan en el mercado de valores. Podríamos concluir, después, con un análisis comparativo de los valores existentes con el nuevo valor que se trata de crear; podríamos concluir - repito - , diciéndole al señor diputado jalisciense: "Los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud."

No podríamos comparar el bono del ahorro nacional que se va a crear, con los bonos de los bancos capitalizadores. Los bonos de los bancos capitalizadores son también de ahorro, pero están sujetos a la suerte. Hay un principio de especulación; en el bono del ahorro nacional no hay especulación de ninguna naturaleza. No se lanza uno a la incertidumbre del sorteo. De modo que entonces, lo más que podríamos hacer, sería compararlo con los bonos simples de depósito de ahorro, con los bonos que dan los bancos en que admiten el depósito simple de ahorro. Vamos a suponer el bono de ahorros, por ejemplo, del Monte de Piedad. Ya sabemos que se deposita ahí una suma; se anota en la libreta y causa el interés del 4%.

¿Podría tener competencia el bono del ahorro nacional en vista de que se promete el 7 y el 17% de interés? Así lo han dicho los señores diputados Robles y Facha. Pero me parece que lo dijeron porque no tuvieron tiempo de meditar el juego interno de esta ley que yo repunto maravillosa.

En efecto, vamos a suponer, puesto que el señor licenciado Chapela con muy buen tino nos ha hablado de ejemplos, vamos a suponer - digo - que se retiran cien pesos del Monte de Piedad con el señuelo de ir a comprar dos bonos de a cien pesos, puesto que el valor nominal es de cien pesos, pero el valor real de colocación es de 50 pesos cada uno. Vamos a suponer que se retiran los cien pesos para comprar un bono. Tenemos ya un

bono en la mano, un bono del ahorro nacional; no puede competir con la situación creada por la tenencia del bono del ahorro nacional con el bono de ahorros de la Caja de Ahorros del Monte de Piedad, por una razón muy sencilla: porque si a los seis meses el tenedor del bono de ahorros del Monte de Piedad va a cobrar el depósito, le darán su depósito más los intereses devengados al 4%, en tanto que si va a cobrar el bono del ahorro nacional, de cincuenta pesos, al cabo de un año o sea en el cuarto trimestre, le darán únicamente cincuenta y un pesos, al cabo de un año o sea el cuarto trimestre, le darán un peso de ganancia, o un poco menos de un peso de ganancia.

¿Puede competir el bono del ahorro nacional con el bono de ahorro del Monte de Piedad? No puede competir. Si nos colocamos en el mismo término, son dos títulos de naturaleza diferente y los precios de rescate son totalmente diferentes. Lo que sucede es que les falta a estos señores, ver esto que es el alma y el espíritu de toda la ley: cómo funciona al maravillosa tabla. Esta tabla de rescate, es para repartir el 7% anual y fracción, prometiéndolo durante los diez años para venir a aumentar al final, con el objeto de instar a los tenedores de bonos a los compañeros para hacer una verdadera obra de ahorro, a largo plazo, para poder duplicar su capital.

No se va a dar un premio cuando se hace el rescate equivalente a la duplicación del capital o proporcionalmente. No; es una tabla en la que se van graduando los porcentajes en una forma suma mente ingeniosa, para que, al final, al vencimiento de los diez años se pueda cobrar el doble del capital invertido.

No puede, pues competir con el más noble de los instrumentos que hay de ahorro, porque este es con la contemplación de una inversión de largo plazo, mientras que los otros son de inversión que puede ser a largo o a corto plazo, redimibles, pero siempre con un premio mayor, es decir, con pago de réditos proporcionales, causados proporcionalmente, lo que no sucede en esta tabla de valores.

Con esto quedan desvanecidas todas las objeciones formuladas sobre este particular por los señores diputados Facha y Robles Martín del Campo.

Porque es un instrumento nuevo, que no tiene punto de comparación con los otros, no se puede comparar con las cédulas hipotecarias, no se pude comparar con los bonos de puertos libres, con los bonos federales de carreteras que están causando réditos a tipo fijo que se pueden redimir en determinado momento, o que si no a largo plazo la redención puede hacerse previo aviso o puede hacerse la enajenación.

En estos documentos no hay eso. La duplicación del capital es a largo plazo y serán siempre nominativos. Esta es la ventaja y este es el ingenio maravilloso puesto en el fondo de esta ley. Para poder hacer objeciones como las que hicieron, necesitaron los señores opositores haberla estudiado a fondo, cosa que no hicieron, y más adelante la voy a poner más aun de manifiesto.

No hay razón para suponer que si en un mercado de valores hay títulos de la banca privada o de ahorro, hay títulos del Gobierno mismo, ya no quepa un título nuevo. ¿Por qué no? Si no está saturado el mercado. No nos han probado que esté saturado, ni nos dicen la imposibilidad que hay de lanzar un documento que tiene características completamente diferentes a los demás; lo admite el mercado de valores y, por lo tanto, la objeción cae por su base.

Los señores banqueros de esta Cámara, desde que supieron la promoción de la iniciativa, presentaron las mismas objeciones que ahora han presentado con mucho más fuerza y más brillantez los señores licenciados Robles Martín del Campo y Facha, pero fueron batiéndose en retirada y vinieron a descansar las oposiciones únicamente en el hibridismo y desbarajuste que traería en el mercado un título que tuviera el 17% de interés, provocando una elevación en todos los documentos del tipo de interés; pero la contestación que di antes es la misma que doy ahora: el tipo del interés es del 17% pero no que se reparta en los meses correspondientes a cada año, sino que se reparte de acuerdo con una proporción matemática escogida para incitar a los compradores de los bonos a cobrarlos lo más tarde posible, para encontrarse los más cerca posible de la duplicación del capital.

Hay una objeción presentada por el señor licenciado Facha respecto de lo costoso que resultar para la nación la administración de los fondos recaudados por los bonos, por la venta de los bonos y la administración misma de la emisión y colocación de los bonos. Asegura que estos gastos de administración harían ver que en realidad, de verdad, el 17% que se compromete a pagar la nación, resultaría mucho mayor. En la misma ley se prevé que los fondos obtenidos por la colocación de los bonos, deben invertirse en empresas que estén en producción antes del vencimiento de la emisión, precisamente para contar con los elementos de la amortización.

Además, no hay que perder de vista el otro elemento que es substancial para comprender el manejo de la ley: los bonos que corresponden a cada serie, no se van a colocar todos el mismo día ni tal vez el mismo mes ni tal vez el mismo año; se van acomodando escalonadamente, y esto es una ventaja muy grande para el Gobierno que da la garantía, puesto que los vencimientos van a ser también escalonados. Cada bono tiene que tener 10 años; no es una emisión que tenga una misma fecha para todos los bonos; cada bono tendrá la fecha que le corresponda. Y, por tanto, los vencimientos tendrán que ser escalonados, y esto, cualquier hombre que conozca de finanzas y de administración hacendaria sabe que es una ventaja extraordinaria.

Hablaban los señores opositores de que si el Gobierno o el patronato que lo representa tiene que pagar el 7.17% de interés, los capitales obtenidos por la compra de los bonos deberían de prestarse a un tipo mucho mayor, sobre todo para hacer

frente a los costos de producción, a los costos mismo de la administración de los bonos y al presupuesto del patronato del Fondo del Ahorro Nacional.

Es que, señores, el producto de la venta de los bonos del ahorro, no va a será invertido en préstamo; va a ser invertido, como lo dice la ley, en empresas de utilidad pública o en empresas esenciales que sirvan para el bienestar del pueblo.

Me queda por examinar la pregunta que formuló el señor licenciado Chapela, para ver si le doy la contestación de acuerdo con los términos de la ley, como creo dársela, perfectamente satisfactoria.

Vamos a suponer - dice el señor licenciado Chapela - que se han obtenido cincuenta millones con la colocación de los bonos a que se refiere uno de los transitorios, y que antes de que empiecen a producir las empresas, de la inversión se rescata el 20%. ¿De dónde sale ese 20%? Todavía no se ha hecho la inversión y, sin embargo, ya se está cobrando. Contestación: el dinero proveniente de los bonos tendrá que invertirse en una empresa con toda la rapidez que sea necesaria, y, sobre todo, que la ley exige, para que la producción no se deje alcanzar por el vencimiento de los bonos, y, por lo tanto, si ya está invertido el 20%, el precio de rescate lo tomar el Gobierno, puesto que lo garantiza, o los bancos que den su aval y que se repondrá cuando venga la producción; pero como el juego interno de la ley el que no se procuren los rescates, puesto que los premios del rescate durante los primeros años son verdaderamente insignificantes, ese peligro se ha procurado desterrarlo por la ley misma, y que parece que colocarnos en el terreno de que ya conocedores los compradores de cuáles son los premios del rescate, tampoco se precipitar n a rescatar el 20%; es un fenómeno que se alejará cada vez más, y el peligro, si no imposible, será muy difícil que se presente. Creo que dejo satisfecha con mi contestación la pregunta del señor licenciado Chapela.

El señor licenciado Robles manifestó que no está el tiempo para el ahorro, ni el pueblo es un campo a donde pudiera germinar la semilla del ahorro. Esta objeción, nacida de una observación incorrecta, debe desecharse. Hay que conceder que el pueblo no se acerca a los bancos de ahorro; el pueblo no se acerca a los grandes establecimientos ni privados ni gubernamentales del ahorro porque nuestro pueblo pobre tiene miedo de acercarse a los edificios lujosos; pero si al pueblo se le facilita la manera de adquirir bonos de ahorro, de acercarse a oficinas que le brinden todas las facilidades, el pueblo no se alejará de esta costumbre que hoy se trata de provocar y tendremos dentro de poco tiempo un hábito saludable del ahorro, establecido en toda la nación.

Lo mismo se ha dicho que el pueblo no se acercaría a las elecciones; lo mismo se ha dicho que el pueblo no tomaría parte en todos esos grandes movimientos de la opinión pública; y los fenómenos últimos que hemos observado todos nosotros, nos advierten que el pueblo concurre en masa, en muchedumbres innumerables a hacer el ejercicio de su voto. El pueblo manifiesta sus opiniones como él lo sabe hacer: por reuniones, por manifestaciones de desagrado o por aplausos, pero cuando se le da facilidad al pueblo, el pueblo generosamente acude, porque tiene en el fondo de su corazón grandes principios de todas las virtudes.

Esta ley consultada por el Ejecutivo, es una ley que contiene en el fondo un empréstito, sí, pero, ¿es que no se le puede dar otra forma jurídica para que encaje dentro del artículo 73 a una ley que tiene por objeto fundamental, para mí el primario, desarrollar la virtud del ahorro entre los mexicanos de todas las capas y clases sociales? Y esta propensión de la ley, esta finalidad es la más digna de alabanza, porque el ahorro presupone el desarrollo de una serie de virtudes sociales que forman, como dice el dictamen, la base inquebrantable del bien común. Los pueblos son felices cuando practican en su seno las virtudes sociales, y para encaminar al pueblo mexicano por el sendero de su bienestar y de su felicidad, ¿qué mejor que enseñarle por medio del ahorro las virtudes de la prudencia, de la previsión y de la continencia, que practicadas por la mayoría, harán una patria feliz?

Creo que con esto he dejado satisfechas las objeciones de los oponentes. Y ya nada más me queda pedir a esta Asamblea, que se apruebe el proyecto tal y como lo hemos estudiado y las comisiones lo han presentado, porque para ello tuvieron que consultar a todos los sectores; tuvieron que estudiar todas las leyes relativas al asunto; tuvieron que consultar también a los opositores mismos, para que nos dieran su opinión. Nadie nos impuso su criterio; nadie nos dijo que esta ley debería será aprobada; gozamos de libertad absoluta para impugnarla; pero al estudiarla y llegar al fondo de ella y comprender los enormes beneficios que encierra para el futuro de la patria, procuramos aclarar sus preceptos para presentarla hoy delante de esta honorable Asamblea, deseosos de que sea esta una fecha feliz en la legislación porque esta iniciativa de ley se dirige a proteger precisamente a la parte del pueblo mexicano que mas lo necesita, al pueblo pobre. (Aplausos)

El C. secretario Turrent Artigas Francisco: Se pregunta a la Asamblea, en votación económica, se considera suficientemente discutido el dictamen en lo general. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido.

Se va a proceder a su votación nominal en lo general. Por la afirmativa.

El C. secretario Vargas Díaz Eduardo: Por la negativa.

(Votación).

El C. secretario Turrent Artigas Francisco: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la afirmativa?

El C. secretario Vargas Díaz Eduardo: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la negativa?

Se va a proceder a recoger la votación de la Mesa.

(Votación).

El C. secretario Turrent Artigas Francisco: Por setenta y nueve votos de la afirmativa contra

cuatro de la negativa, fue aprobado el dictamen en lo general.

Se va a dar lectura al artículo 133 del Reglamento Interior de la Cámara.

"Artículo 133. En la discusión en lo particular, se podrán apartar los artículos, fracciones o incisos que los miembros de la Asamblea quieran impugnar; y lo demás del proyecto, que no amerite discusión, se podrá reservar para votarlo después en un solo acto".

Está a discusión el dictamen en lo particular.

El C. Chapela Gonzalo: Pido la palabra.

Señor Presidente: ¿Qué no se podría mandar imprimir siquiera el articulado, para que no todos los diputados pudieran apartar los artículos que deseen impugnar? Yo tengo un ejemplar, pero creo que los demás no están en las mismas condiciones. Por tanto, pido que se difiera la discusión en lo particular, con objeto de dar tiempo a que los impriman.

El C. Presidente: Una vez discutido el asunto en lo general, no puede suspender para discutirse en lo particular. Se suplica a los ciudadanos diputados que hagan la separación de los artículos que quieran impugnar.

El C. Facha Gutiérrez Eduardo: Aparto, para discutir en lo particular, los artículos 3o., 5o., 8o., 10, 11, 14 y 19.

El C. secretario Turrent Artigas Francisco: Quedan separados para discusión en lo particular, los artículos 3o., 5o., 8o., 10, 11, 14 y 19. Los demás quedan reservados para su votación.

El C. Presidente (a las 16.20 horas): En virtud de haber pasado con exceso la hora reglamentaria, se levanta la sesión y se cita para el jueves próximo a las once horas.

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