Legislatura XLV - Año II - Período Ordinario - Fecha 19621226 - Número de Diario 39

(L45A2P1oN039F19621226.xml)Núm. Diario:39

ENCABEZADO

MÉXICO, D. F., MIÉRCOLES 26 DE DICIEMBRE DE 1962

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registro como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos

el 21 de septiembre de 1921.

AÑO II. - PERIODO ORDINARIO XLV LEGISLATURA TOMO I. - NUMERO 39

SESIÓN

DE LA H. CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 26

DE DICIEMBRE DE 1962

(VESPERTINA)

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Se da lectura a la Orden del Día. Se lee y aprueba el acta de la sesión anterior.

2.- Segunda lectura al dictamen, que contiene un proyecto en que se reforma y adicionan los artículos 54 y 63 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En apoyo del dictamen hacen uso de la palabra los CC. diputados Manuel Stephens García, Carlos Chavira Becerra, Jesús Reyes Heroles y Antonio Vargas MacDonald, y, para rectificar hechos los CC. diputados Carlos Chavira Becerra y Javier Blanco Sánchez. Se aprueba, en lo general. Sin discusión, en lo particular, se aprueba en dicho sentido. Pasa el proyecto al Senado de la República para efectos constitucionales. Se levanta la sesión

DEBATE

Presidencia del

C. RODOLFO ECHEVERRÍA ALVAREZ

(Asistencia de 124 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente ( a las 17.10 horas): Se abre la sesión.

- El C. secretario González Gómez, Javier (leyendo):

" Orden del Día.

" 26 de diciembre de 1962.

" Acta de la sesión celebrada la mañana de este día.

" Segunda lectura, y a discusión, el dictamen de las Comisiones unidas 1a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Gobernación, acerca de las reformas a los artículos 54 y 63 de la Constitución."

" Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del XLV Congreso de la Unión, el Día veintiséis de diciembre de mil novecientos sesenta y dos.

" Presidencia del C. Rodolfo Echeverría Alvarez.

" En la ciudad de México, a las once horas y treinta minutos del miércoles veintiséis de diciembre de mil novecientos sesenta y dos, se abre la sesión, con asistencia de ciento veintinueve ciudadanos diputados, según declaró la Secretaría después de haber pasado lista.

" Se da lectura a la Orden del Día.

" Aprobación, sin debate, el acta de la sesión anterior, celebrada el día 23 del corriente.

" La Secretaría da cuenta con los documentos en cartera.

" Proyecto de decreto, aprobado por la H. Cámara de Senadores, relativo a la Ley para el control de las inversiones federales en organismos descentralizados y empresas de participación estatal. Recibo, y a las Comisiones unidas de Bienes y Recursos Nacionales y de Estudios Legislativos, e imprímase.

" El H. Senado de la República envía proyecto de decreto, que reforma y adiciona la Ley Orgánica de los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Recibo, a las Comisiones unidas del Departamento Agrario, de Justicia y Puntos Constitucionales en turno, e imprímase.

"Iniciativa, suscrita y presentada por el C. diputado Arturo Moguel Esponda, que adiciona la fracción X, del artículo 73 de la Constitución Federal, en el sentido de que el Congreso de la Unión tenga facultad para legislar en toda la República sobre Ganadería. A la Comisión de Puntos Constitucionales, en turno e imprímase.

"Invitación del Congreso del Estado de Sinaloa a la sesión solemne en que rendirá la protesta de ley, como Gobernador Constitucional de la entidad federativa, el C. senador Leopoldo Sánchez Celis, y que tendrá lugar el 1o. de enero de 1963, en la capital del Estado.

"Para representar a esta Cámara se designa, en comisión, a los CC. diputados José Luis Lamadrid, Manuel Bernardo Aguirre, Guillermo Mayoral Espinosa y la diputación del Estado.

"Dictamen de la Comisión de Crédito, Moneda e Instituciones de Crédito, con proyecto de decreto, que adiciona la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, aprobado por la H. Cámara de Senadores, a iniciativa del Ejecutivo de la Unión. Segunda lectura.

"A discusión el artículo único de que consta el dictamen; sin que motive debate, en votación nominal es aprobado por unanimidad de ciento dieciséis votos.

"Pasa al Ejecutivo Federal para sus efectos constitucionales.

"Dictamen de las Comisiones unidas de Marina y de Estudios Legislativos, con proyecto de decreto sobre la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, iniciada y aprobada por el H. Senado de la República. Segunda lectura.

"A discusión, en lo general.

"Para aclaraciones hace uso de la palabra el C. Blanco Sánchez y solicita se permita a los diputados de Acción Nacional su abstención en la votación de este proyecto. La Presidencia hace la aclaración de que no autoriza el Reglamento votos de esa naturaleza y que la Secretaría no debe computarlos.

"El C. Vázquez Colmenares hace consideraciones, en apoyo del dictamen, y, después de rectificar hechos los CC. Blanco Sánchez y Vázquez Colmenares, se procede a recoger la votación nominal, en lo general, del proyecto de decreto que resulta aprobado por unanimidad de ciento diecinueve votos.

"Se pone a discusión, en lo particular.

"El C. diputado Figueroa Tarango aparta, para su discusión, los artículos 6o. 191 y 5o. transitorio.

"A discusión el artículo 6o.

"El C. Figueroa Tarango propone modificaciones al artículo 6o. y al 5o. transitorio, relacionados con el precepto a debate; el C. Santibáñez Fernández, a nombre de la Comisión, las acepta.

"La Secretaría da lectura a la modificación del artículo 6o, y, sin debate, en votación nominal es aprobado por unanimidad de ciento dieciséis votos

"A discusión el artículo 191.

"Hacen uso de la palabra, en dos ocasiones, el C. Figueroa Tarango, para proponer una adición al artículo, y el C. Díaz Montero, a nombre de la Comisión, rechaza dicha adición.

"Suficientemente discutido, en votación nominal se aprueba por ciento dieciséis votos de la afirmativa por uno de la negativa.

"Se da lectura al artículo 5o. transitorio, con la nueva redacción propuesta por el C. diputado Figueroa Tarango y aceptada por la Comisión y, sin que motive debate, se aprueba por unanimidad de ciento veintitrés votos, en votación nominal.

"Se procede a la votación nominal de los artículos no objetados, que son aprobados por unanimidad de ciento veinticuatro votos.

"Se devuelve el proyecto al Senado de la República para efectos del inciso e) del artículo 72 constitucional.

"Dictamen de la Comisión del Departamento del Distrito Federal, con proyecto de decreto que reforma y adiciona varios artículos de la Ley Orgánica del Departamento del Distrito Federal, a iniciativa del C. Presidente de la República. Segunda lectura.

"Se pone a discusión, en lo general y, después, en lo particular sin debate en ninguno de los casos, en votación nominal es aprobado en ambos sentidos, por unanimidad de ciento veintiséis votos. Pasa al Senado de la República para los efectos constitucionales.

"El C. Enrique Rangel Meléndez, hace uso de la palabra para rectificar hechos, refiriéndose a apreciaciones publicadas en un diario de esta capital, con motivo del debate y aprobación, en esta Cámara, de las reformas a la Ley Federal del Trabajo.

"A las trece horas y treinta y cinco minutos se levanta la sesión y se cita para hoy mismo a las dieciséis horas."

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El C. secretario Elizondo Martínez, Noé G. ( leyendo):

"Comisiones unidas 1a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Gobernación.

"Honorable Asamblea:

"A las Comisiones unidas 1a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Gobernación, les fue turnada para su estudio y dictamen la iniciativa de ley presentada por el C. Presidente de la República, licenciado Adolfo López Mateos, promoviendo reformas y adiciones a los artículos 54 y 63 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

"La trascendental iniciativa de que se trata propone reformas acordes con la etapa de perfeccionamiento que lleva adelante México en sus sistemas sociales dando oportunidad a todos los ciudadanos de participar, como es su deber, en la obra común de superación nacional.

"Señala, con razón, que para el efecto conviene encontrar fórmulas de más fácil acceso al Congreso de la Unión, para los diversos Partidos Políticos y sus varias corrientes de opinión.

"En un régimen democrático como el nuestro, deben tener absoluto derecho a opinar tanto las mayorías como las minorías, con la natural y lógica consecuencia de que sean aquéllas quienes tengan la facultad de decisión; sin embargo, la presencia de las minorías dará la oportunidad, favorable, de escuchar directamente sus opiniones y aspiraciones, que de ser justas, serán de más fácil aprovechamiento para acelerar el progreso de la nación.

"Como lo señala la iniciativa, las funciones del diputado no son exclusivamente legislativas, sino también de representante y expositor de las necesidades y problemas de su distrito, esto requiere adoptar un sistema mixto, que respetando el principio de mayorías, se complemente con otro de representación minoritaria, para que además de los diputados electos por el sistema de mayorías, los partidos pueden constar con un número proporcional de representantes que se designarán " Diputados de Partido."

"Requerirán los Partidos obtener un mínimo del dos y medio por ciento de la votación total nacional para adquirir el derecho a ser representados por cinco "Diputados de Partido", número que se podrá elevar hasta un máximo de veinte aumentando un diputado por cada medio por ciento más de votación que logren sobre el dos y medio por ciento antes aludido. El número de veinte diputados a que se hace referencia, incluirá a los que obtengan el triunfo por el sistema de mayorías, es decir, no será independiente del que se logre en tal forma.

"Esta representación minoritaria dará el positivo resultado de la actuación de una oposición organizada que se desenvuelva en forma constructiva, atendiendo al interés nacional y no se limite a una constante labor de crítica improductiva e intranscendente.

"Ventaja notoria de las reformas que se promueven es evitar la proliferación de pequeños partidos carentes de autoridad y de opinión apreciable, de modo que la actuación de los que satisfagan el requisito de porcentaje de la votación total nacional antes señalada como indispensable para adquirir el derecho al número proporcional de representantes, implicará la presencia de corrientes efectivas de opinión, siempre necesarias de conocer y considerar para el más eficaz desenvolvimiento democrático que es norma de desarrollo político nacional.

"El sistema que propone el Ejecutivo dejará de operar automáticamente cuando los partidos políticos, por logros en la votación por sistemas de mayorías, tenga fuerza para mantener una representación numerosa, volviendo a funcionar también automáticamente para asegurar la participación de las minorías en el Congreso, cuando un Partido mayoritario adquiere la gran preponderancia.

"Las modalidades que se promueven operarían de tal manera, que en el orden numérico, además de los 178 diputados que actualmente integran la Cámara de Diputados, electos por mayoría de sus respectivos distritos, también puedan actuar como " Diputados de Partido ", un máximo de 20, por cada partido político, en los términos y condiciones que ya han sido objeto de anterior análisis; número total que de ninguna manera resulta excesivo de acuerdo con la importancia parlamentaria de la propia Cámara. Si los partidos minoritarios obtuvieran la representación de 20 diputados por el sistema de mayorías, automáticamente la integración de la Cámara volvería a su número actual de 178 diputados como antes se ha dicho.

"Estimamos conveniente hacer notar que el sistema mixto ideado en las reformas a que se contrae la iniciativa es exclusivamente aplicable a la Cámara de Diputados y no así a la de Senadores, por la obvia razón de nuestra estructura política se apoya en la teoría y se funda en los principios constitucionales del equilibrio representativo de los grandes y pequeños Estados; de tal manera que mientras en la Cámara de Diputados esta representación opera en atención al número de habitantes de cada entidad federativa, por cuanto hace la Cámara de Senadores se aplica un sistema de igualdad a base de representación por un mismo número de senadores, por entidad federativa, independientemente de su extensión territorial y población, sistema adoptado por los Constituyentes mexicanos que en todo momento han demostrado su eficacia para los reclamos parlamentarios del país.

"Al aprobarse el derecho de los partidos políticos, como lo señala la iniciativa, la Ley Reglamentaria fijará las sanciones a que éstos se hagan acreedores, si postulando candidatos a una elección , acuerdan posteriormente, que quienes entre ellos resultaren electos, no se presenten al desempeño de su cargo.

"El plausible empeño presidencial para llevar a cabo tan importantes avances de carácter electoral, se apoya en la atención y respeto a que son merecedoras todas las auténticas corrientes de opinión y coincide plenamente prosecución democrática que norma la estructura política del país, ahora tan vigorosamente impulsada con la iniciativa del Ejecutivo de la Unión.

"Por todo lo expuesto, las suscritas Comisiones unidas, 1a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Gobernación, respetuosamente someten a la elevada consideración de esta honorable Asamblea, el siguiente proyecto de reformas y adiciones a los artículos 54 y 63 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Artículo primero. Se reforma y adiciona el artículo 54 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue:

"Artículo 54. La elección de diputados será directa, con sujeción a lo dispuesto en el artículo 52 y se complementará, además, con diputados de partido, apegándose, en ambos casos, a lo que disponga la ley electoral y, En el segundo, a las reglas siguientes:

"I. Todo partido político nacional, al obtener el dos y medio por ciento de la votación total en el país en la elección respectiva, tendrá derecho a que se acredite, de sus candidatos, a cinco diputados, y a uno más hasta veinte como máximo, por cada medio por ciento más de votos emitidos;

"II. Si logra la mayoría en veinte o más distritos electorales, no tendrá derecho a que sean reconocidos diputados de partido, pero si triunfa en menor número, siempre que logre el dos y medio por ciento mencionado en la fracción anterior, tendrá derecho a que sean acreditados hasta veinte diputados, sumando los electos diariamente y los que obtuvieron el triunfo por razón de porcentaje;

"III. Estos serán acreditados por riguroso orden, de acuerdo con el porcentaje de sufragios que hayan logrado en relación a los demás candidatos del mismo Partido, en todos el país;

"IV. Solamente podrán acreditar diputados en los términos de este artículo, los partidos políticos nacionales que hubieran obtenido su registro conforme a la Ley Electoral Federal, por lo menos con un año de anterioridad al día de la elección, y

"V. Los diputados de mayoría y los de partido, siendo representantes de la nación como lo establece el artículo 51, tendrá la misma categoría e iguales derechos y obligaciones.

"Artículo segundo. Se adiciona el artículo 63 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con el siguiente párrafo:

"Artículo 63.

"Incurrirán en responsabilidad, y se harán acreedores a las sanciones que la ley señale, quienes habiendo sido electos diputados a senadores, no se presenten, sin causa justificada, a juicio de la Cámara respectiva, a desempeñar el cargo dentro del plazo señalado en el primer párrafo de este artículo. También incurrirán en responsabilidad, que la misma ley sancionará, los partidos políticos nacionales que habiendo postulado candidatos en una elección para diputados o senadores, acuerden que sus miembros que resultaren electos no se presenten a desempeñar sus funciones.

"Artículo Único Transitorio. Las presentes adiciones y reformas entrarán en vigor cinco días después de sus publicación en el "Diario Oficial" de la Federación.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 23

de diciembre de 1962.- Primera Comisión de Puntos Constitucionales: Rómulo Sánchez Mirales.- Joaquín Gamboa Pascoe.- Benito Sánchez Henkel.- Segunda Comisión de Gobernación: Francisco Rodríguez Gómez.- José G. Mata.- Everardo Varela."

Está a discusión el dictamen, en lo general.

El C. Presidente: La Presidencia, en los términos del artículo 94 del Reglamento, ha formulado, con quienes lo solicitaron, la siguiente lista de oradores: CC. diputados Manuel Stephens García, Carlos Chavira Becerra, Jesús Reyes Heroles.

El C. Vargas MacDonald, Antonio: Pido la palabra para hablar en cuarto término.

El C. Presidente: Tiene la palabra el señor diputado Manuel Stephens García.

El C. diputado Stephens García, Manuel: Señores diputados: "El programa del Partido Popular, creado por su Asamblea nacional constituyente, que se realizó durante los días 20 y 21 del mes de junio de 1948, decía, en su artículo tercero: " reforma a la Ley Electoral de Poderes Federales y de las leyes electorales de los Estados, de acuerdo con los siguientes principios: a) Garantizar la existencia y la libre actividad de los partidos políticos de tendencias democráticas; b) Implantar el sistema de representación proporcional en la integración de las Cámaras de Congreso de la Unión, de las Legislaturas de los Estados y de los Ayuntamientos; c) Organizar un registro auténtico de los ciudadanos, que sirva de base a la emisión de sufragio; d) Crear los órganos electorales que se requieren para vigilar la pureza de las elecciones; e) Dar efectiva y suficiente participación, en la vigilancia de los actos preparativos de las elecciones, en la realización de éstas y en el recuento y calificación de los votos, a los partidos políticos legalmente registrados."

"Desde entonces, hasta hoy, el Partido Popular, transformado en Partido Popular Socialista por decisión de su II Asamblea Nacional Ordinaria, del mes de octubre de 1960, ha venido luchando por una reforma a la Constitución de la República de acuerdo con los puntos de vista de su programa inicial, para ampliar el régimen democrático de nuestro país y transformar el Poder Legislativo en un órgano de expresión auténtica del pueblo y de la nación.

"Ante el Senado de la República primero y, recientemente, ante la Cámara de Diputados, el Partido Popular Socialista presentó sendas iniciativas de ley para que el sistema electoral tradicional se modifique y la vida democrática se desarrolle de acuerdo con la evolución progresiva que, en el campo económico y social, ha logrado México en las últimas décadas, como resultado de la Revolución que principió en 1910.

"En varias ocasiones ha afirmado el Partido Popular Socialista, analizando el desarrollo de nuestro país, que nuestra Revolución fue una revolución nacional, democrática, antifeudal y antiimperialista, y que, hoy - liquidadas ya las formas y las relaciones de producción semifeudales del pasado-, sigue siendo una revolución democratico burguesa, que logró hacer pasar a México de su vieja condición de país agrario y minero a la de país industrial y agrícola, y ha puesto énfasis en el hecho de que la nuestra no se parece a las revoluciones democratico burguesas que emprendieron los pueblos de Europa y el de la América del Norte en los siglos XVIII y XIX, porque esas revoluciones no tropezaron con obstáculos provenientes del exterior y se enfrentaron sólo a las alianzas que pactaron las fuerzas conservadoras de cada región para impedir el derrumbe del feudalismo.

"La Revolución Mexicana, en cambio, estalló y siguió su curso en el periodo en que las naciones, altamente industrializadas, inician su expansión sobre los países atrasados y débiles, para formar, con ellos, imperios coloniales o zonas de influencia que les sirvieran como fuentes de materias primas, de mano de obra barata y de mercados para el consumo de sus manufacturas. Por esa circunstancia trascendental, al mismo tiempo que tuvo como esencial objetivo la liquidación de la estructura económica basada en la concentración de la tierra en pocas manos, se propuso rescatar, para beneficio exclusivo de la nación, las riquezas naturales de su territorio, que habrían de servir para la creación de las actuales y diversas ramas de la industria pesada en poder del Estado. Para llegar a esta situación ha sido necesario librar innumerables luchas contra los monopolios extranjeros que, desde fines del siglo pasado, habían invertido sus capitales, en los centros de producción y en los servicios más importantes de nuestro país. En esos combates el movimiento popular fue adquiriendo una conciencia más clara de sus derechos y de sus reivindicaciones, de sus fines inmediatos y de sus metas futuras; el crecimiento de las fuerzas productivas ha ido mejorando cuantitativa y cualitativamente la producción económica; se ha formado un sol o mercado nacional en lugar de los mercados regionales de autoconsumo de hace 50 años; la industria extractiva de minerales, petróleo, carbón, maderas y fibras vegetales ha sido substituida por industrias de transformación, cuyos productos se consumen en el mercado interior; la industria nacional, en poder de particulares, se ha desarrollado considerablemente; las clases sociales se ha diferenciado cada vez más, especialmente la burguesía y el proletariado la burguesía, a su vez, ha ido dividiéndose en sectores, según sus vínculos con los monopolios extranjeros o con los intereses del pueblo y de la nación; las fuerzas reaccionarias han vuelto a la oposición violenta, verbal y armada; las corrientes democráticas se han extendido y presentar diversos aspectos ideológicos y programáticos, y el proceso del capitalismo prosigue; pero, con el carácter propio de un país semicolonial, en el que varios sectores sociales coinciden en objetivos que tienden a asegurar el progreso de México sin dependencia del exterior, mientras otros también se acercan; pero, con el propósito de impedir no sólo la evolución autónoma de nuestro país, si no la elevación del pueblo por encima de los prejuicios, los fanatismos y la ignorancia en que ha vivido toda su historia.

"Por esos acontecimientos, que han transformado la fisonomía de México en las últimas décadas, es fácil explicarse el atraso con el cual surgieron los partidos políticos. Mientras vivió nuestro país en la etapa semifeudal y en la precapitalista, las luchas políticas tenían el carácter de movimientos sin organismos estables, sin programas permanentes, sin una filosofía social, que actuara sobre los problemas del momento previendo el futuro y pensando en niveles

cada vez más altos de la vida social. Así fueron las luchas entre liberales y conservadores en la centuria pasada, porque, en el fondo de ellas, lo que estaba por precisar era la hemogonía del poder civil sobre el eclesiástico y la creación y la consolidación de la República democrática y representativa

"También, así fueron las luchas en el primer periodo de la Revolución, desde 1910 hasta la década de los veintes. Los jefes del movimiento popular fueron demoledores del pasado, que debía desaparecer, y constructores de las primeras bases del sistema económico y social del México moderno. Casi todos pertenecían a la pequeña burguesía rural y urbana, a una sola clase social cuya tarea no consistía en planear el desarrollo del país a largo plazo, sino en barrer de obstáculos el cambio que el pueblo había abierto con su sangre y con innumerables sacrificios. Los llamados partidos de esa época eran, en realidad, movimientos alrededor de los caudillos que habían llevado a las masas populares a la lucha armada contra el régimen dictatorial de Porfirio Díaz.

"Cuando la Reforma Agraria amplia el mercado doméstico, al elevar el poder de compra de la población rural y , a causa de ese hecho, la industria se desarrolla y la burguesía crece con conciencia de su clase y también la clase obrera, las luchas políticas van adquiriendo otro sello, distinto al de los movimientos populares del pasado.

"Porque los partidos representan y defienden los intereses de las diversas clases sociales. No son, como la doctrina del liberalismo sostenía, instrumentos de expresión de los ciudadanos, sin diferencias, sin antagonismos materiales e ideológicos. En las naciones que llegaron al más alto grado de progreso industrial, dentro del régimen de la propiedad privada de los medios de la producción económica y del cambio, los partidos, o son de la burguesía monopolista, o de la clase obrera. En las que no han alcanzado ese desarrollo, todavía las clases medias, para desempeñar un papel de importancia en la vida económica, tienen una función política que se hace sentir. Y en las que, como la nuestra cierto sector de la burguesía - la burguesía nacional - está empeñada en el progreso económico y social con independencia del imperialismo, al lado de los otros sectores de la burguesía y de la clase trabajadora, los partidos políticos tienen que reflejar, lógicamente, las ideas y los intereses de las clases más definidas e importantes en la vida del país.

"Pero no se había reformado el sistema electoral, en consonancia con el desarrollo económico y social de los últimos años. Seguíamos viviendo dentro de la ficción del liberalismo tradicional en que, tratándose de los derechos políticos, éstos corresponden a las personas físicas, a los ciudadanos, y no a las clases sociales.

"Mientras el artículo 27 y el artículo 123 de la Constitución reconocen, explícitamente, los derechos de los trabajadores como una clase social diferente a las otras, lo mismo de los trabajadores industriales, de los servicios públicos y del apartado del Estado, que los antiguos obreros agrícolas, el artículo 54 de la Carta Magna y otros relativos a los derechos de los ciudadanos, han seguido manteniendo la tesis antihistórica de la no existencia de las clases sociales.

"Por eso era urgente reformar la Constitución, para poder reformar también el régimen electoral vigente. Era inaplazable ya poner de acuerdo el sistema para designar a los representantes de sociedad con la realidad que vive México. Era menester que el derecho de asociación, para fines políticos - una de las garantías individuales más importantes-, pudiera ejercitarse sin estorbos. Era indispensable reconocer que, sin partidos políticos que puedan funcionar libremente y llevar a sus representantes a los cuerpos colegiados que expresan la soberanía del pueblo, sobre todo el Congreso de la Unión, la democracia mexicana seguirá siendo una prerrogativa de fracción más que de una clase social.

"Si el Poder Legislativo ha sido una institución subordinada al Poder Ejecutivo, la causa hay que buscarla, no sólo en el sistema electoral viciado y antidemocrático, que prevalece, sino también en el hecho de que se ha tenido temor a que se produzca, en las Cámaras que lo integran, el debate entre las clases sociales, que, en los lugares de trabajo, en la prensa, en la calle, en todas partes y todos los días, se lleva a cabo. Y, para ocultar el verdadero problema, se habla de la conveniencia o inconveniencia de que exista la oposición a la mayoría absoluta que integra, en la Cámara de Diputados y en el Senado, el partido del gobierno.

"El problema no es el de la oposición al gobierno, porque, en un país capitalista, hay clases sociales diferentes y mientras no desaparezcan habrá lucha entre ellas. Si no tienen acceso al Poder Legislativo, de una manera legal, seguirán la lucha fuera del parlamento y si se les estorba o se les persigue la llevarán a cabo de un modo clandestino. Porque la lucha de clases abarca todos los frentes de batalla en los que se decide la suerte del pueblo y de la nación: el económico, el social, el cívico, el educativo, el cultural. Si los diferentes sectores sociales, a través de sus partidos, tienen intervención en el Congreso, la confrontación de sus programas, de sus iniciativas y de sus ideas servirá para que el pueblo valorice la actitud de cada uno en función de sus intereses y de los de la nación, expuesta por sus representantes genuinos, sin el peligro de que los órganos de publicidad los falsifiquen o los presenten mutilados.

"Esas son algunas de las razones que movieron al Partido Popular desde su nacimiento, hace catorce años, a proponer una revisión a fondo del sistema electoral. Esos son los motivos por los cuales el Partido Popular Socialista ha insistido sin descanso en que la ley suprema de nuestro país pase del individualismo al reconocimiento de los derechos de las clases sociales en el terreno político, como pasó desde el Congreso Constituyente de 1916 del reconocimiento de las garantías individuales, como únicas, a la proclamación de las garantías sociales; de la tradición jurídica liberal de que la única fuente de los contratos es la voluntad de las partes, sin la intervención del Estado, a la tesis de que también la coacción moral de las mayorías asalariadas sobre sus patrones produce actos jurídicos como la huelga, y a la doctrina de que el Estado no puede ser ya una institución al la iniciativa privada, a la que, según la tradición también, debe corresponder la promoción económica, la orientación de la

sociedad y aun la definición de las relaciones internacionales de México.

"El sistema de las mayorías, para elegir a los representantes del pueblo, además de su falsedad política teórica, porque supone homogeneidad de intereses entre los volantes, en la práctica se convierte muchas veces en un sistema de minorías, porque, sumando los sufragios, que obtienen los diversos partidos que no alcanzan la mayoría, son más que los de ésta. Y si a tal circunstancia, se agrega la de que en las elecciones para senadores y diputados el promedio de los ciudadanos que sufragan oscila entre el 8 y el 10 por ciento de los registrados en el padrón electoral, resulta que los representantes del pueblo carecen del respaldo de los habitantes de su distrito o de su Estado.

"Sólo la representación proporcional de los partidos, según el número de votos que hayan logrado para sus candidatos, pueden hacer posible el funcionamiento de los órganos de la voluntad popular, desde los Ayuntamientos hasta el Congreso de la Unión. Este sistema no tiene nada de original. Se ha puesto en práctica en muchos países menos desarrollados que el nuestro y funciona sin dificultades ni complicaciones.

"El Presidente de la República, licenciado Adolfo López Mateos, presenta ahora una iniciativa de ley, que sostiene en reformar la Constitución para que manteniéndose el principio de la mayoría de votos para elegir los diputados al Congreso de la Unión dentro de los distritos electorales que correspondan a cada una de las entidades federativas, según su población, los partidos políticos nacionales tengan sus representantes directos en la Cámara, si alcanzan, como mínimo, el dos y medio por ciento de la votación total nacional, aun cuando no hayan logrado triunfos por mayoría en los distritos electorales. En este caso los partidos tendrán cinco diputados, y, por cada medio por ciento de la votación nacional, que sobre el dos y medio por ciento antes señalado obtengan, tendrán derecho a que se les reconozca un diputado más, sin exceder de veinte diputados en total, incluyendo los diputados que hayan sido electos por mayoría de votos en sus respectivos distritos. Los partidos que obtengan veinte o más triunfos por el sistema de mayoría, no tendrán derecho a " Diputados de Partido."

"El Partido Popular Socialista desea señalar, primero, las limitaciones de la iniciativa y las contradicciones en que incurre, para comentar, después, su transcendencia histórica.

"El principal fundamento de la iniciativa, según su exposición de motivos, es el de que no pueden desaparecer los distritos electorales que a cada Estado de la República corresponden, porque los diputados, además de legisladores, deben ser expositores de las necesidades y problemas de los distritos y gestores obligados del pueblo que los eligió, " conforme a las viejas prácticas mexicanas."

"El Partido Popular Socialista considera que esas viejas prácticas mexicanas deben desaparecer. Porque los diputados representan, según la doctrina política de la división de los Poderes, que nuestros Constituyentes adoptaron tomándola de la filosofía social que presidió la gran revolución democratico burguesa de Europa, iniciada en 1789, a todo el pueblo y no a una fracción del pueblo. Es natural que los diputados surjan de algún lugar del Territorio del país, del poblado o de la ciudad en que hayan nacido o de la localidad en que tengan su residencia; pero una vez electos, pierden su calidad provinciana y se convierten en altos funcionarios de la Federación, en representantes del pacto entre el pueblo de los Estados que creó nuestro régimen republicano, representativo y federal.

"Lo que ha ocurrido en México es que, durante la larga etapa de la dictadura de Porfirio Díaz, el pueblo carecía de derechos políticos y el Poder Legislativo era un simple apéndice ornamental del Poder Ejecutivo. Después, a partir de la vigencia de la Constitución de 1917, sobre todo desde que las Cámaras del Congreso se integran con miembros de un solo partido, subordinado al gobierno en lugar de que el gobierno estuviera subordinado al partido, y sólo simbólicamente por cinco o seis personas afiliadas a otros partidos, el Poder Legislativo ha dejado de ser el Poder autónomo, que ha prescindido de su función de vigilancia y de control del Poder Ejecutivo. En esta situación, los diputados que se preocupan por los problemas nacionales y se sienten frustrados en su función de directores políticos del país, canalizan su actividad hacia cuestiones minúsculas, convirtiéndose en procuradores del pueblo, tarea que corresponde a los Ayuntamientos de los Municipios y a los representantes de los órganos del gobierno federal y de los gobiernos locales encargados de la asistencia pública y de los servicios sociales.

"Dentro de la doctrina constitucional, los diputados deben ser, cada uno de ellos y todos en conjunto, los representantes de la nación, electos por los ciudadanos para legislar, para establecer las normas del desarrollo progresivo del país y vigilar su cumplimiento. Así lo expresa el artículo 51 de la Carta Magna. La Cámara de Diputados en la tribuna política más importante de la República, el foro mayor de los mandatarios de los diversos sectores de la sociedad. Por eso deben recobrar sus grandes funciones y no empequeñecerlas.

"Lo que urge es el periodo de sesiones de las Cámaras del Congreso no se limite a uno sólo de cuatro meses nominales al año. La experiencia demuestra que, en la práctica, esos cuatro meses de sesiones se reducen a dos o tres semanas y, como la casi totalidad de las iniciativas de ley provienen del Poder Ejecutivo y las Legislaturas de los Estados, jamás han hecho uso de su derecho de presentar las suyas, los proyectos se aprueban sin debates substanciales, sin análisis que demuestren la importancia de su contenido, positivo o negativo y, por tanto, sin que el pueblo se entere del curso de la Administración y de las perspectivas de su patria.

"El partido Popular Socialista propone que la iniciativa del Ejecutivo se amplíe, estableciendo dos periodos de sesiones al año para las Cámaras del Congreso de la Unión; uno, del mes de septiembre al mes de noviembre, y otro, del mes de abril al mes de junio de cada año, reformándose el artículo 65 Constitucional en ese sentido.

"La iniciativa del Presidente de la República dice que, en los casos en que se acrediten " diputados de partido", la designación de las personas no se hará

en el orden de los partidos pretendan. sino según el número de votos que cada uno haya logrado en relación a los otros candidatos del mismo partido, para "evitar la creación de estas privilegiadas".

"El razonamiento implica una contradicción con la tesis de la cual parte el sistema de " diputados de partido." Si se trata de que los partidarios políticos, que no hayan logrado diputados electos por mayoría de votos en los distritos electorales, tengan sus representantes directos en el Congreso, porque se reconoce que esos partidos constituyen corrientes de opinión específicas y defienden intereses y principios de una clase o de un sector social determinados, corresponde a los partidos indicar el orden de preferencia de sus representantes, con la sola condición; que hayan logrado el dos y medio por ciento del total de los votos emitidos en una elección en todo el país.

"En todas las naciones, en las que existe el sistema de elección a través de los partidos, el orden que éstos formulan con sus candidatos se respeta al decidir el número de diputados que les corresponden. Esto es justo y útil, porque cada partido ha hecho un examen de sus cuadros y ha decidido quiénes deben ser sus exponentes en el parlamento, tomando en cuenta su preparación, sus cualidades personales y la fidelidad a los principios que su partido sustenta. El orden preferencial de los candidatos de los partidos entraña una selección hacia arriba y no hacia abajo. Por esta razón forma parte del sistema electoral.

"Repetir los mismos candidatos en cada elección y llevarlos al Congreso o al Parlamento, reeligiéndolos constantemente, es un método rigurosamente democrático, porque sólo los miembros de los partidos saben quiénes pueden representarlos mejor, al mismo tiempo que esa práctica va formando los especialistas que toda función social requiere. En México, por la amarga experiencia de las reelecciones sucesivas del Presidente de la República y de los Gobernadores, en el pasado, que nuestro pueblo no puede olvidar, se ha extendido el principio de la no reelección hasta para tareas ajenas a la dirección del país. Por un tiempo, difícil de precisar, mientras los partidos políticos no decidan, de manera legítima, la integración de los Poderes del Estado, es conveniente mantener el tabú de la no reelección del jefe del gobierno nacional y de los gobernadores de las provincias; pero, respecto de los senadores y diputados, sobre todo éstos, hay que romper con la tradición, siempre que los diputados lo sean de verdad y no lleguen al puesto que ocupan por causas ajenas a los intereses del pueblo y de las clases sociales que lo integran.

"El Partido Popular Socialista, aunque resulta obvió decirlo, estima que la reforma a las bases constitucionales del sistema electoral presupone, no sólo la modificación de la Ley Electoral Federal vigente, sino la existencia de un padrón de electores, permanente e infalsificable, y la intervención eficaz de los partidos en la preparación, en la realización y en la calificación de las elecciones. Sin esas providencias, el fraude puede hacer negatoria la reforma, permitiendo que las maniobras, la discriminación, el abuso de autoridad y la corrupción política vuelva a imperar, llevando una desilusión más grande que las anteriores , al pueblo, precisamente porque se abre, para él, ahora, un panorama distinto al de ayer.

"Pasando a los aspectos positivos de la iniciativa de la ley del Ejecutivo, el Partido Popular Socialista declara que la reforma al sistema electoral tiene la misma trascendencia que lograron y siguen manteniendo los artículos 3o, 27 y 123 de nuestra Constitución.

"Declara que, pasar el sistema del individualismo político al régimen de partidos, amplía la democracia mexicana y pueden ponerla al nivel del desarrollo económico y social que México ha alcanzado en los últimos tiempos.

"Declara que, como partido que se inspira en los principios del socialismo científico y tiene como misión defender los derechos y los intereses de la clase obrera, la iniciativa es una medida revolucionaria y patriótica del Presidente Adolfo López Mateos; porque sólo, dentro de un sistema político que respete la realidad, las diversas clases sociales y los partidos que las representan pueden contribuir, comparando sus ideas y sus programas, al progreso sistemático de la nación y a la transformación avanzada de sus instituciones.

"Declara que la reforma ha de ayudar a que los ciudadanos se inscriban en los partidos que, a su juicio representan sus intereses, defiendan sus derechos, luchen por sus reivindicaciones y puedan dirigir su marcha hacia el futuro, liquidando la indiferencia con la que muchos de ellos ven los debates políticos, a pesar de que de esa contienda depende su propia existencia.

"Declara que la iniciativa, al radicar la vida política del país en la actividad de los partidos, servirá para evitar que las organizaciones creadas, para fines distintos a la dirección de la vida política de la nación, como las cámaras de comerciantes y de industriales, las asociaciones de banqueros, de padres de familia, las corporaciones religiosas y, en general, las agrupaciones llamadas de la iniciativa privada, usurpen las funciones de los partidos, sin tener el valor de incorporarse en ellos, pretendiendo, al mismo tiempo, gozar de impunidad para su conducta de oposición cerrada a todas las medidas que contribuyen al progreso de la República.

"Declara que el proyecto ha de servir también para que las organizaciones sociales de frente único, como los sindicatos obreros, sus federaciones y confederaciones; los sindicatos de trabajadores administrativos, técnicos e intelectuales, las agrupaciones formadas por campesinos y otras de la misma índole, dejen de adherirse, como tales organizaciones, a los partidos, violando el derecho que tienen sus miembros, como ciudadanos, de afiliarse a los partidos de elección, sin el riesgo de perder su trabajo o de recibir sanciones de sus dirigentes, que utilizan las organizaciones para obtener puestos políticos, corrompiendo al movimiento obrero y campesino al desviarlo de sus tareas naturales.

"El Partido Popular Socialista declara: que sólo el desarrollo económico independiente de nuestro país, no interrumpido; el fortalecimiento de las empresas del Estado y de su influencia creciente en el progreso de la economía nacional; la revolución técnica en la agricultura hasta que logre grandes rendimientos sobre la base de la Reforma Agraria integral; la difusión, cada vez mayor, de la

enseñanza, de acuerdo con los principios y las normas contenidas en el artículo 3o. de la Constitución; la extensión de los servicios de salubridad y de los Seguros Sociales, y la ampliación sistemática del régimen democrático, garantizando la libre actividad de los partidos, pueden asegurar la elevación del nivel de vida de las mayorías, la plena autonomía de la nación y el respeto a su política exterior, de amistad con todos los pueblos del mundo, apoyada en los principios de no intervención, de autodeterminación, de coexistencia pacífica de todos los regímenes sociales, y el desarme y en la prohibición de las armas atómicas.

"Esos son los objetivos actuales de mayor importancia de la Revolución Mexicana. Esas medidas y normas constituyen el cambio de nuestro pueblo, que ha de llevarlo hasta las formas superiores de la vida social. Esa trayectoria es la que no debe abandonarse ni en el próximo sexenio y ni en los que vendrán después.

"Cuando llegue el momento, el Partido Popular Socialista hará el balance de la obra gubernativa del Presidente Adolfo López Mateos, señalando sus aciertos y sus yerros; pero, desde hoy, puede afirmar que el jefe del Poder Ejecutivo ha impulsado a México por esa senda con gran decisión y patriotismo, sin que la presión de las fuerzas del imperialismo, de la reacción clerical, de la burguesía de derecha y de los políticos puestos al margen de la vida pública, por su traición al movimiento revolucionario, hayan detenido su labor, lo mismo que el ataque diario y desequilibrado de los sectarios que se llaman de izquierda y que coinciden, en sus juicios, con los enemigos tradicionales de nuestro pueblo.

"El Partido Popular Socialista, porque lucha en esta época de transición entre dos sistemas de la vida social, por contribuir a que México sea, en el futuro, un país socialista, estimula la ampliación de la democracia dentro del marco del sistema capitalista en que vivimos, así como la naturalización de las riquezas naturales de nuestro país de las principales fuentes de producción y de los servicios, porque, sin esta orientación, el desarrollo del país, en lugar de servir a la justicia social y a la independencia cabal de la nación, sólo será aprovechado por una minoría de exploradores del pueblo y de enemigos de la patria mexicana.

"En conclusión, el Partido Popular Socialista formula su voto sobre la iniciativa de reformas y adiciones a los artículos 54 y 63 de la Constitución de la siguiente manera, reiterando su decisión de seguir luchando por la implantación de un sistema democrático más progresista y completo.

"Primero. Aprueba el nuevo texto del artículo 54 constitucional, que propone el Ejecutivo de la Unión, excepto su fracción III, que debe decir así:

"III. Estos (los diputados) serán acreditados en el orden en que figuren en las listas de candidatos que los partidos deben formular previamente a las elecciones."

"Segundo. Aprueba la edición al artículo 63 de la Constitución y propone la siguiente reforma de los artículos 65 y 66 de la misma Carta Magna.

"El artículo 65 debe decir: "El Congreso tendrá dos periodos de sesiones ordinarias cada año. El primero, del mes de abril al mes de junio, y el segundo, del mes de septiembre al mes de noviembre, en los cuales se ocupará de los asuntos siguientes."

El resto del artículo será el mismo. "El artículo 66 debe suprimirse."

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Carlos Chavira Becerra.

El C. Chavira Becerra, Carlos: Señor Presidente. "H. Cámara de Diputados: los diputados de la XLV Legislatura, que militamos en Acción Nacional, deseamos exponer algunos puntos de vista de nuestro partido, relativos a la iniciativa que el Ejecutivo envió al Congreso de la Unión para reformar los artículos 54 y 63 de la Constitución Federal.

"Las reformas propuestas revisten importancia innegable para el desarrollo de la vida política nacional. En caso de ser aprobadas, por primera vez en nuestra historia jurídica quedarán incluidos los partidos políticos en un texto constitucional mexicano. Con ello se reconocerá en nuestro sistema constitucional, en forma expresa, la necesidad orgánica de la existencia de distintos partidos políticos para que pueda alcanzar un funcionamiento real y adecuado de las estructuras democráticas consignadas en la Constitución. La vida de los partidos, con anterioridad, sólo se reconocía en México en disposiciones orgánicas o reglamentarias. Su incorporación expresa en nuestro Derecho Constitucional en calidad de organismos necesarios para el ejercicio de la función democrática, representa un avance, no sólo en el sistema electoral mexicano, sino en nuestro Derecho Constitucional y en la vida democrática de México.

"Como consecuencia del reconocimiento constitucional de las funciones orgánicas de los partidos, la iniciativa reconoce, también de manera expresa, la necesaria función política de la oposición dentro de nuestra vida pública.

"En cuanto luche por el mantenimiento, la promoción o el reconocimiento de los derechos humanos, fines por los que, en última instancia, debe luchar toda organización política, la oposición representa una institución, no sólo necesaria, sino indispensable en los regímenes democráticos.

"Frente a quienes, por tranquilidad personal, por comodidad propia o por espíritu conformista, la oposición resulta siempre algo incomprensible y desagradable a los oídos, la iniciativa reconoce la función orgánica de la oposición, la introduce de manera expresa en nuestro sistema constitucional, y reconoce, como lo ha sostenido Acción Nacional, que no es la oposición una fuerza negativa, un peso muerto frente a la acción gubernamental, sino que, por el contrario, en un régimen democrático la oposición es fuerza que impide a los gobiernos de estrechez de miras a que los lleva, fatalmente, la dependencia de un solo partido, camino que nunca hemos deseado para México. La iniciativa abre posibilidades para evitar este riesgo.

"Todo gobierno que, para determinar sus programas y sus líneas de acción, toma en cuenta, no sólo la existencia sino las exigencias de la oposición, se abre, con sentido nacional, a las aspiraciones del país, recoge al máximo los elementos de unidad y, al mismo tiempo, paradójicamente, ensancha los fundamentos de su propia subsistencia.

"Acción Nacional espera que, al aprobarse la iniciativa, se abran, fecundamente, al diálogo, los diversos grupos políticos del país, como espera también que la ciudadanía recobre, al máximo, la confianza en las formas democráticas y el interés por el ejercicio de los derechos políticos, tan mermado en muchos sectores, en los últimos tiempos.

"A este respecto, enfáticamente señalamos que las consecuencias benéficas que pueda acarrear la reforma no dependen sólo de los cambios en el texto constitucional, sino que serán posibles, de manera muy principal, por la eficaz colaboración de la ciudadanía, en tanto se interese por participar, activamente, en la vida política de México y por fortalecer a los partidos que representen las corrientes positivas de la opinión pública, en lo espiritual, en lo social y en lo económico.

"Creemos, desde otro punto de vista, que la reforma promoverá, en los ciudadanos, el reconocimiento de la importancia de la emisión del voto individual. Sin perjuicio de señalar a determinada persona para ocupar un puesto de elección popular, por lo que toca a la integración de la Cámara de Diputados, el ciudadano, al expresar la adhesión a un partido, coadyuvará para que el mismo mantenga, en el Congreso, un equipo mínimo que haga valer sus propias opiniones y puntos de vista. El ciudadano que emita su voto en favor del candidato de un partido político, cooperará, automáticamente, no sólo a llevar a la Cámara de Diputados a determinada persona, sino a todo el equipo mínimo del partido de su preferencia.

"Las reformas propuestas son positivas, en cuanto representan el reconocimiento de la necesidad que en México existe de modificar sistemas y prácticas electorales, con objeto de que el pueblo canalice sus legítimas aspiraciones por los cauces de las instituciones legales. Esta ha sido una exigencia de Acción Nacional, desde su fundación.

"Como complemento de las reformas propuestas por el Ejecutivo, Acción Nacional señala que se requiere el esfuerzo intenso y constante del Gobierno y de los partidos políticos, para convencer a todos aquellos que tengan o puedan tener funciones electorales, y a la ciudadanía en general, de la necesidad de buscar, a través de las mismas, la integración de un gobierno con criterio nacional.

"Las reformas no deben tener como finalidad limitada, la de que las minorías sean simplemente escuchadas, sino, fundamentalmente, la de que sean atendidas cuando la razón las asista. En una democracia, si bien queda a la responsabilidad de la mayoría la dirección de un gobierno, es también responsabilidad de las mayorías respetar y garantizar las libertades de los grupos minoritarios, tanto en lo humano como en lo político. La democracia es convivencia de mayorías y minorías, respetuosa de los derechos humanos y políticos de todos los habitantes de un país, y nunca voluntad arbitraria de las mayorías de éstos, cualquiera que sea su afiliación, nunca será razón suficiente para oponerse, por razón exclusiva de procedencia, a las iniciativas o propuestas de minorías.

"Estas reformas, además, requieren, como complemento, una adecuada reforma a la Ley Federal Electoral, que alcancen, no sólo a realizar una reglamentación a las modificaciones constitucionales, sino también a revisar otros aspectos fundamentales. El Gobierno, los partidos políticos y, en general, todos los ciudadanos, debemos empeñarnos en el establecimiento de un padrón electoral permanente y auténtico; debemos luchar por una identificación adecuada del ciudadano y del votante; debemos pugnar porque los organismos electorales se integren desde las casillas hasta los órganos de computación y calificación de las elecciones, reconociendo a los partidos, dentro de los mismos, una función orgánica indisputable e indiscutible, siguiendo el espíritu de las reformas constitucionales que se proponen. La Ley Electoral debe reformarse, para implantar, a través de la misma recursos eficaces y efectivos en materia electoral, y para estructurar, en la forma más objetiva que sea posible, un sistema de calificación de elecciones que garantice la imparcialidad en la calificación, requisito necesario para la efectividad del sufragio.

"Esperamos que, junto con la aprobación de las reformas, se destierren prácticas nocivas para la vida democrática de México, que echarían abajo el sistema propuesto, tales como el empadronamiento discutible de altos porcentajes de la población electoral, y la votación, también discutible, de altísimos porcentajes de votantes inexistentes, en lugares poco accesibles del país.

"Esperamos también que las reformas se proyecten sobre la vida pública del país, de tal manera que nuestra vida parlamentaria alcance los altos niveles que todos deseamos.

"Acción Nacional hace votos porque estas reformas constitucionales que, por ahora, sólo tienen alcance en el plano federal, transcienden pronto a las Constituciones locales, con objeto de que se amplíen, en todos los ámbitos de la vida política nacional, las posibilidades de ejercicio democrático.

"Acción Nacional revisará los proyectos de reforma electoral que ha presentado a la Cámara en diversas ocasiones, con objeto de ponerlos a la consideración del Congreso y de la opinión pública del país en el próximo periodo de sesiones. Esperamos discutirlos y aprobarlos con todos ustedes.

"A anunciar el voto favorable a la iniciativa, de los diputados de Acción Nacional, expresamos nuestros más fervientes deseos para que el Gobierno, los partidos políticos y los ciudadanos, en esfuerzo común, procuremos evitar todo espectáculo que, por interés de grupo o de partido, pueda limitar el alcance de estas reformas, o de cualesquiera otras que en lo futuro se presenten, encaminadas a alcanzar un funcionamiento nacional y efectivo de la democracia en México.

"México, D. F., a 26 de diciembre de 1962.- Javier Blanco Sánchez.- Rafael Morelos Valdés.- Carlos Chavira Becerra.- Carlos Garibay Sánchez.- Alfonso Guerrero Briones."

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Jesús Reyes Heroles.

El C. Reyes Heroles, Jesús: Señor Presidente. Señores diputados: "El proyecto, que reforma y adiciona los artículos 54 y 63 de la Constitución Federal, tiene implicaciones y entraña consecuencias que no debemos dejar pasar inadvertidas. Una vez más el progreso de México se hará en la Revolución no contra ella. Si no tuviéramos pruebas palpables de

la productividad de la Revolución Mexicana, bastaría considerar las reformas aprobadas en materia social, en materia financiera y esta iniciativa en materia política, para convencernos de que el país, en su actual etapa histórica, en enfrenta en forma imaginativa y esforzada a la tarea de obtener su desarrollo integral.

Está en la esencia de la Revolución no enfrentarse a nuevos problemas con viejas fórmulas y con técnicas estereotipadas; pero está también, en dicha esencia, la idea de que la mejor innovación es la que, conservando lo bueno, destruye o modifica lo malo, y porque queremos conservar lo bueno que tenemos estamos empeñados en grandes reformas.

Seguir este camino es penoso y fatigante. Exige estudiar, permanentemente, la sociedad mexicana de nuestro días y realizar un esfuerzo de adaptación constante a la realidad mexicana. Supone, no la importación de ideas y técnicas, sino su asimilación mediante un proceso que permite aprovechar y desechar. Con este enfoque, el Ejecutivo Federal ha encontrado una solución mexicana para un problema mexicano.

"La iniciativa, que hoy examinamos, revela, por una parte, la conciencia que la Revolución tiene de sí misma, de su propia fortaleza y, por otra, el propósito inquebrantable de no tocar los problemas sólo en la superficie. Si en la política se sintetiza y condensa a la sociedad en sus pasiones, intereses e ideas, hoy debemos adoptar una decisión estrictamente política, que tendrá repercusiones para la sociedad mexicana en su conjunto.

Más allá de nuestras fronteras, y dentro de ellas, en distintos momentos de nuestra historia, tenemos ejemplos de cómo, a veces, se sacrifica el progreso económico a la evolución política, o el desenvolvimiento social en aras del progreso económico. En otras ocasiones se sacrifica la evolución en aras del progreso económico o aun del progreso social. Nosotros, que queremos el desarrollo global, necesariamente debemos sincronizar las distintas fases que componen. A ello obedece que hoy tengamos que resolver sobre una iniciativa destinada a acelerar la evolución política mexicana, para que ésta marche acompañada con el progreso económico y social de México.

"Ciertamente que, persiguiendo un objetivo similar, se han presentado proposiciones para llegar a la representación proporcional. Pero la representación proporcional sólo era una solución, fácil en apariencia. Su implantación pura y simple habría supuesto el abandono de un principio estructural de nuestro régimen constitucional: la soberanía popular. A ello deben añadirse otros inconvenientes, ninguno de los cuales es pequeño. En primer lugar, las dificultades que engendra la existencia de complicados cocientes electorales. Así, de una de las primeras leyes de representación se decía que se necesitaba ser un experto en matemáticas para atender la ley electoral y votar. En segundo lugar, la práctica de otros países, con representación proporcional, ha demostrado que la lucha entre los candidatos pasa, en tal sistema, a segundo término y, la negociación, entre los dirigentes de los partidos, sustituye a la voluntad popular, a la decisión de los votantes. Por eso se habla de elecciones en la cúpula o cumbre.

"Pero todavía hay una razón de mayor peso. La representación proporcional resulta, inicialmente, un instrumento para proteger a las minorías en aquellos países que, en rigor, no constituyen una nacionalidad, por la convivencia de núcleos de población a quienes les falta, para su unión, alguno o varios de los vínculos que constituyen una nacionalidad. Tal caso, afortunadamente, no es el de México. Somos un país integrado, una nacionalidad que, al propósito inquebrantable de todos los mexicanos de vivir en común, agrega un pasado común, sometido, más de una vez, a la prueba de fuego de la adversidad.

Por ello, haciendo adaptaciones se suplementa nuestro sistema de soberanía popular, de mayorías y minorías, a las que no les faltan los vínculos de una nacionalidad y cuyas discrepancias son ideológicas y de interés, con una forma que facilita la corresponsabilidad gubernamental de las minorías.

"Entiéndase bien, las mayorías no tienen qué compartir el poder político. La decisión es suya. Las minorías mantienen el derecho innegable de convertirse en mayorías mediante la persuasión, el convencimiento. Pero un gobierno representativo se dispone a compartir la responsabilidad gubernamental con quienes representen a la minorías. Los partidos de oposición tendrán la oportunidad de ser corresponsales en la función de gobierno. Nada más, ni nada menos.

"Los partidos son parte de la nación; pero deben ser partes inescindibles e inseparables del todo nacional. Fracciones acordes en un mínimo que permita la convivencia. Ya, en el pasado, se intentó, sin lograr, la convivencia de los grupos ideológicos antagónicos en torno a la Constitución de 1857. Tocó a la historia juzgar a quienes, con increíble miopía, lo impidieron en perjuicio del país y de ellos mismos, y toca a los partidos de oposición del presente mexicano recordar aquella lección y no incurrir en error semejante.

"Cuidemos que los partidos políticos sean la indiscutible voz de la nación. Luche la minoría por convertirse en mayoría. Nosotros, por nuestra parte, lucharemos, denodadamente, por seguir siendo mayoría. Sean nuestras armas las ideas, la acción creadora, la sana emulación en servir a México.

"Recuérdese que los partidos designan candidatos, pero es el pueblo quien elige diputados; con los votos se reclutan con ideas y hombres. Con penuria de ideas y de hombres no hay votos. En virtud de que el pueblo de México sólo lucha en beneficio del pueblo de México, las ideas y los hombres de la Revolución Mexicana tienen la fuerza que les permitirá enfrentarse a cualquier competencia electoral, como si fuera la práctica requerida para mantenerse en forma. ¡ Ni siquiera el prolongado ejercicio del poder ha gastado la fuerza de la Revolución Mexicana!

"No cabe duda que la política debe hacerse en y con los partidos políticos. Para la acción política, el hombre debe inscribirse en el partido que le dicten sus convicciones. La actividad política tiene que canalizarse en los partidos políticos, por afiliación individual o colectiva. Debemos estar en contra de aquellas fuerzas que rebasen el encuadramiento político; que actúan como grupos de presión, distorcionando el cuadro social, dificultando la correcta

articulación de la sociedad e intentando mediatizar la supremacía estatal.

"Por ello, al mismo tiempo que ayudamos a nacer una nueva vida política, tendremos que aplicar la eutanasia a los grupos de presión encaminados a rebasar los partidos políticos.

"Hay una plausible previsión en la iniciativa que comentamos: el propósito de evitar que caigamos en una situación pluralista. Cuando los ciudadanos de un país no logran coincidir en los idearios de unos cuantos partidos políticos, el país en cuestión vive en la inestabilidad y corre el riesgo de la disgregación política, tan peligrosa como la descomposición social o la crisis economicoendémica. La estabilidad política de México ha sido, posiblemente, el factor que más ha contribuido el desarrollo económico y sería temerario exponerla por falta de precaución.

"Quienes, con afinidad ideológica entre sí, no pueden unificarse por divergencias tácticas, estratégicas o, lo que es más lamentable, diferencias personalistas o de intereses, son autores de su propia infecundidad política Podrán formar capillas, pero no partidos. Es incongruente que aspiren a gobernar el país grupos o corrientes que no pueden autogobernarse.

"También se prevé que no pueda el Congreso mexicano, en el futuro, convertirse en una asamblea en que la responsabilidad se diluya de tal manera que se eluda la decisión. Tal salvaguardar y nuestro régimen constitucional presidencialista, garantizan lo que tan importante es para México: la eficacia gubernamental.

"Debe subrayarse la adición al artículo 63 constitucional. Es indudable que los representantes populares deben disciplina al partido a que pertenecen. Pero, junto a ello, el diputado o senador debe una disciplina de mayor alcurnia a las instituciones nacionales, y quien es representante popular contrae un compromiso irrevocable con quien lo elige, con su mandante, el pueblo. La adición al artículo 63 tiende a evitar la deserción civil, cierra las puertas a las retiradas de Donceles.

"Nuestro sistema electoral mantiene la vinculación del elegido a la circunscripción territorial que represente y aun el diputado de partido no será resultado de la exclusiva determinación de los siguientes del organismo en que milite. Asimismo, continúa la calificación, por parte de cada Cámara, de la elección de sus miembros, de conformidad con lo previsto por el artículo 60 constitucional. Dígase lo que se diga, la autocalificación en el método electoral propio, inherente a la representación democrática.

"Un nuevo ciclo, en el curso de la Revolución Mexicana, va a comenzar. Después de su eclosión vinieron los desgarramientos internos, las agudas discrepancias de familias, polarizadas en torno a sus caudillos y que llegaron a la violencia. Era la fe en el hombre, indispensable e insustituible. La no reelección estaba dirigida a impedir los grupos políticos vitaliciamente en el poder. Surgió el partido de los revolucionarios para dirimir, en su seno, las diferencias, y así se restableció la unidad, llevó a la institucionalización. La Revolución, que empezó siendo protesta, es, en el México actual, experiencia, doctrina e institución, Hoy, el Presidente López Mateos, sabedor de que lo que resiste apoya, ha querido dotar de un nuevo apoyo a la Revolución: la resistencia de una oposición orgánica. La verdadera plenitud del poder político demanda, casi por igual, la existencia de quienes lo apoyen y de quienes, responsablemente, se le opongan. Sabe el Primer Magistrado de México que los cimientos de la Revolución son tan firmes, que su edificio puede aplicarse a lo largo, a lo ancho y hacia arriba. La capacidad transformadora del mexicano se ha ensanchado. Podemos ser dueños del futuro.

"Este no es un paso pequeño. Que reflexionen, serena y severamente, los partidos de oposición si ellos lo habrían dado, de constituir el partido mayoritario y ejercer el poder.

"Nuestros antepasados nos preservaron del vacío ideológico. Si no queremos dilapidar sus triunfos y sacrificios, que nos dieron instituciones y libertades que poseen la perdurabilidad de lo que fue difícil de obtener tenemos la obligación de preservar a nuestros descendientes del vacío político. Sólo así justificaremos a los que nos procedieron y logramos que nos justifiquen los que nos sucedan." ( Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Antonio Vargas MacDonald.

El C. Vargas MacDonald, Antonio: Señor Presidente. Señores diputados: dos corrientes políticas se determinan en la Independencia bajo el nombre de insurgentes y realistas. Al triunfo de los insurgentes, las dos corrientes caminan paralelas, pero en choque continuo, bajo el nombre de centralista y federalistas.

Una turbulenta época sigue a la consumación de la Independencia, y cada una de estas corrientes se manifiesta nutrida en ambas fuentes ideológicas diferentes: el movimiento que quiere la conservación del pasado y la restauración de instituciones abatidas por las armas, frente al que desea que se abran los caminos del porvenir bajo la bandera del naciente liberalismo.

Vienen los cuatro años de acción política de las logias masónicas, la Yorkina y la Escocesa: de sociedad mutualista y de beneficencia que eran, se convierten en focos de acción política siempre en torno de una persona que, de un modo o de otro, encarna un principio. Pero no hay partidos políticos.

Si, en alguna época, ha sido activa la política, es en el cuarto de siglo que va del final de la preponderancia de las logias a la Revolución de Ayutla, y, sin embargo, no había partidos políticos ni aparecía la conciencia de la patria como superior a las fracciones, ni la acción política organizada dentro de un partido permanentemente estructurado con metas, principios, programas, disciplina, táctica y estrategia. El áureo sentimiento de la patria, como superior a los intereses de las facciones, nació con el triunfo del Partido Liberal y la reestructuración de la República. El partido vencedor de conservadores y franceses se identificó en ese momento con la patria.

Arena movediza, voluntad cambiante, apetitos desbocados, falta de permanencia y de programa, hacía que los liberales en lucha interna y moderada, estuviesen en situación desfavorables frente a los grupos y facciones - no partidos -, que hemos acostumbrado designar como Partido Conservador, más estable

por que contaba, cuando menos, con la estructura permanente y la amplitud nacional que le daba la iglesia católica, la iglesia política de la época.

En el siglo XIX, durante todo él, la función de partido la desempeñaron, o facciones efímeras como la de José María Iglesias, o las fracciones permanentes, que cambiaban de jefatura, o las logias masónicas, que seguían trabajando en secreto pero siempre activas; sin que hubiera ocurrido el nacimiento de un verdadero partido, porque faltaban las condiciones históricas y económicas para que un organismo de esta naturaleza naciese. De ese siglo recogemos una experiencia válida cada vez que una facción o grupo de facciones se adueñaba del poder, suprimían o sobornaban a los grupos de la facción contraria; y, cuando se suprimían, la salida final era la guerra y una vez que la lucha civil derrocaba al nuevo partido del poder - al así llamado partido -, el triunfador de la hora suprimía la acción política de los vencidos.

Y la única solución eran las armas. Aún restablecida la República, por el triunfo de los patriotas sobre los conservadores e invasores, no pudo tampoco nacer, bajo el liberalismo de Juárez, un verdadero partido político.

El régimen juarista mismo, dividido entre la facción militar, la lerdista y la juarista, propiamente dicha, dos facciones civiles y una militar encabezada por Porfirio Díaz, hacían un juego caudillista de grupos, todos dentro del movimiento triunfador; pero todos girando en torno de la persona y procurando su encumbramiento.

Don Porfirio Díaz y don Manuel González tuvieron la oportunidad de propiciar el nacimiento del primer gran partido liberal mexicano, y la perdieron, porque un dictador que no tenía en política ni odios ni amores, y hacía mucha administración y sólo su poca política propia, no podía, de ninguna manera, abrir el campo a la existencia de verdaderos partidos políticos. Y así la política de contemporización, la política que reunía bajo la misma bandera a antiguos líderes lerdistas, antiguos jefes de parcialidades conservadoras, aviezos líderes "puros" y "moderados", a militares y civiles, y que daba honorable exilio diplomático a quienes estorbaban o los mataba "en caliente"; una política dictatorial así acabó por deshacer, en el ánimo de la masa ciudadana, toda esperanza inmediata de constituir un partido político.

Si fue necesario, bajo la dictadura y en sus últimos tiempos, que don Camilo Arriaga y los hermanos Flores Magón- desviados al final hacia el negativo anarquismo-, invocaran el no cumplimiento de las leyes de Reforma para poder organizar clubes políticos, no partidos políticos antiporfiristas; clubes políticos confederados que, en la última reelección porfirista, fueron finalmente aplastados para cerrar el cause al ansia organizativa de los ciudadanos poseedores de sentido político y cívico de la República; el triunfo de la Revolución Mexicana, cuando la escisión de las fracciones triunfantes desató una nueva guerra intestina, ciertamente se apuntó el nacimiento de varios partidos, con doctrina agraria, con ideario obrero, con ideario constitucionalista; pero el hombre, el caudillo, era principal en cada bando, personificaba los principios.

Les faltaba lo que un partido debe tener, que es la impersonalidad, para dar paso a la permanencia del programa y del ideario. ¿Podría, en estas circunstancias, cuando el voto universal y directo, recién instituido, parecía excesivo ante el exceso de ignorancia de las masas populares; podría, digo, pensarse en una representación proporcional, cuyo primer predicado es la existencia de partidos permanentes? Naturalmente que no podía haberse pensado de ello, entonces, por eso, acordes con la realidad mexicana, se instituyó la representación territorial, por distritos, para que el sufragio universal de que acaba la hablarse sabiamente en esta Cámara, tuviera la eficacia que de él esperamos.

El decurso del tiempo, la paz, la estabilidad política, la unidad nacional en torno de los principios revolucionarios, y sólo en torno de ellos, ha permitido que facciones dominadas por el triunfo revolucionario, que facciones vueltas a la oscuridad y casi a la ilegalidad, sugieran como partidos, se robustecieran y fueran respetados.

De la misma manera, como después de la intervención francesa, el movimiento liberal victorioso suprimió el partido conservador y éste siguió trabajando en la sombra hasta aflorar, con nombre liberal, durante el gobierno de don Porfirio Díaz; de la misma forma los partidos retrógrados, después del triunfo de la Revolución, fueron a la oscuridad y al silencio y sólo cuando estuvieron seguros del respeto que los triunfadores les guardarían, por primera vez en la República, quienes disentían en pensamiento político, comenzaron a organizarse, transformando las facciones obscuras y subterráneas en partidos abiertos, al principio titubeantes y pequeños, regidos por intelectuales, gobernados por el pensamiento de un pequeño grupo de hombres, y poco a poco, fueron ganando prosélitos y avanzando, con la tolerancia del régimen revolucionario, hacia la calidad de partidos.

Hoy, el Régimen, constituido por el partido en el Gobierno y por gobierno del Partido, les da su certificado de mayoría de edad. (Aplausos.)

¡Que sepan ustedes usar bien de los privilegios que se les dan; pero, también, que cumplan con la responsabilidad que la mayoría de edad a los hombres y a los grupos! ¡Ante qué condiciones políticas decide el Presidente López Mateos iniciar la reforma constitucional de que tratamos? Ante las condiciones más adversas. Pocas veces ha sido un Presidente, y con él un régimen, tan vilipendiado injustamente desde la extrema izquierda turbulenta y desde la extrema derecha retrógrada. Izquierda y derecha dicen tener sus partidos; pueden pugnar, pues, el poder al través de los cauces constitucionales; y escogieron la violencia, jugaron su corazón al azar y se los ganó la violencia. Por una parte, el ataque frontal, la huelga loca, los movimientos que, para qué recordarlos, los profesores engañados y de agrarista mal conducidos; todavía llaga ferroviaria les duele.

Por otro lado, se pugna contra el artículo tercero constitucional y por la modificación del 130, al través de masas motineras reclutadas para exigir lo que son incapaces de ganar por la Constitución y la ley. (Aplausos.)

Y, para abusar, todavía, cuando se vota la reforma a la Ley del Trabajo, se mueve a la prensa para señalar, a los diputados del PRI y al Ejecutivo autor

del proyecto, como aliados del capital y no del trabajo. Porque, desde la irresponsabilidad de la oposición, toda demagogia es posible, todo exceso es explicable. Pero, cuando se tiene la responsabilidad de gobierno, y el pueblo se lo dé a Acción Nacional un día, el PAN aprenderá, entonces, que no se puede jugar con la patria, ni con los intereses de la sociedad, solamente para conquistar los votos de quienes no saben lo que es gobernar, porque no han tenido en la mano una responsabilidad pública.

Ante esas condiciones de agresión, ante las condiciones que sufre un hombre que, real y físicamente, está dando su vida por la patria, como lo prometió en su protesta de candidato, el Régimen está, más que nunca, fuerte, internacionalmente respetado, amistosa y respetuosamente tratado en los dos ámbitos del Continente, en Asia y dondequiera que el lábaro y el embajador extraordinario van; y firmemente apoyado en lo interior por las mayorías organizadas de obreros y campesinos que se reúnen en su torno y con un partido mayoritario en el poder.

Sin embargo, sufre los embates de la irresponsabilidad de izquierda y de derecha, y, en lugar de usar la fuerza interior y el apoyo internacional que se ha conquistado para apretar más los controles políticos del país, López Mateos, abre los brazos y, en bandeja de plata, ofrece a los partidos de oposición las llaves que les abrirán los caminos del poder. (Aplausos.) Pero ellos no quieren las llaves del poder, ellos quieren que se les entregue el poder.

¿Ha reflexionado el honorable diputado del Partido Popular Socialista que pedir la entrega a los partidos de la representación proporcional absoluta, que mediatiza el voto soberano del pueblo, implica un examen de conciencia de los partidos? ¿Puede el Partido Popular Socialista hacer este examen? ¿Qué, reúne en su seno las condiciones de democracia que exige para que sean los partidos los que designen diputados y no los electores por distrito? ¿Qué, se ha dado cuenta que todavía ese Partido lo es sólo porque así lo considera la formalidad legal y practica la democracia unipersonal de un líder? ¿Se ha dado cuenta que es el aparato de Vicente Lombardo Toledano para mantenerse él como un grande en el extranjero, cuando ya no domina a ningún grupo obrero importante en México?

Primero hagamos la democracia interior de los partidos y después exijamos una reforma constitucional a fondo, si es que la índole de nuestra realidad lo permite, para llegar a la representación total por partidos y no por distritos. Cosa semejante, aunque atenuado de monarquía a oligarquía, puede decirse del Partido Acción Nacional. Democraticen sus filas, denle paso y voz a la juventud encima de los cadáveres políticos insepultos de los fundadores, para que puedan tener, dentro, una democracia con la cual exigir mayores conquistas. (Aplausos.)

Dos presidentes han podido contestar a la agresión con la generosidad: el uno, Ruiz Cortines, que, en su último Informe constitucional, hizo una exhibición de serenidad y democracia poco comunes; cuando, en lugar de contestar a la agresión apretando los controles en los comicios que se avecinaban, invitó a la democracia y rodeó de garantías a la expresión del voto opositor. El otro, el Presidente López Mateos; que, ante los intentos de intimidación para que se reformen la Constitución y las leyes por quienes no saben buscar el poder por los caminos de la Constitución, les entrega la llave de oro de la democracia y les reconoce la mayoría de edad para que ganen poder político trabajando en los talleres de la democracia y el civismo mexicanos.

Celebramos hoy, señores diputados, uno de los más notables actos de un régimen: el de que contesta, cristianamente, a una agresión con un bien. Usen bien los partidos de oposición la llave que se les entrega y no pretendan convertirla en ganzúa, y un día veremos, en estos escaños, una representación equilibrada por la presencia de todos los grupos políticos del país, que nos permita entrar, con paso firme, en una era parlamentaria, sin perder nuestra institución presidencial; en una época parlamentaria, en el sentido de que en el parlamento se escuchen, con apoyo en el voto de los representantes, todas las tendencias legítimas, todas las voces de los ciudadanos que se agrupen y organicen, no el voto suelto y aventurero; y, entonces, cuando tengamos este cuadro frente a la tribuna más alta del país, recordemos que lo debemos a un hombre que supo contestar a la agresión con la bondad. (Aplausos.)

El C. Chavira Becerra, Carlos: Pido la palabra, para hechos.

El C. Blanco Sánchez, Javier: Pido la palabra, también para hechos.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Chavira Becerra.

El C. Chavira Becerra, Carlos: Señor Presidente: para los que estudiamos la Historia, no en folletines ni en novelas, sino para los que sabemos entenderla en su lección filosófica de experiencia de nuestros antecesores, tenemos que estar en desacuerdo con lo expresado por el señor diputado y licenciado Vargas MacDonald, y la Historia, antes de ser monumento, antes de ser pergamino, antes de ser libre, antes de ser huesos que se pudren al sol, es acción, y ninguno, señores diputados, nadie puede eludir el ineludible deber de escribir la Historia. La Historia la escriben quienes, conociendo los problemas de su tiempo, procuran buscarle solución adecuada para bien de su patria. Escriben también la Historia quienes, ignorando esos problemas, adoptan la actitud comodina del avestruz, de meter la cabeza en la arena para no verla escribir. Finalmente, la Historia la escriben, también, quienes, traicionando a su tiempo, tratan de implantar cosas que están en contra del bienestar de la comunidad. Solamente que son diferentes páginas de la Historia, pero todas son historia, señores. Los hombres y los ciudadanos de esta época somos herederos de las cosas positivas de nuestros ancestros y de las cosas negativas, como escenas, unas y otras; tenemos que entenderlas para que esa experiencia pueda servirnos a realizar nuestra tarea política, la solución que en cada momento sea necesaria.

¿Cuál es la Historia de México, señores diputados? Podríamos establecerla, como se establece en la cabecera de un enfermo, una línea en zigzag, una serie de revoluciones en que el individuo, desesperado, va hasta la muerte y el sacrificio en demanda de sus libertades para, después, caer en el abandono y en la falta del cumplimiento de los más insignificantes deberes políticos; nosotros no tenemos nexos políticos de los creados anteriormente. El 15 de septiembre de 1939, en el Frontón México, ante el licenciado Sentíes y Sentíes, se celebró la junta constitutiva del Partido Acción Nacional. Atribuirnos a

nosotros actos anteriores a esa fecha, es una calumnia, y yo quiero dejar sentado esto: ¡Qué lástima que el señor diputado y licenciado Vargas MacDonald no haya tenido el valor de venir en contra de esta iniciativa! No aceptamos ningún regalo en charola de plata, lo que nos corresponde como derecho. Como ciudadanos somos, junto con ustedes, diputados de esta XLV Legislatura, los responsables de la marcha del país; somos, como ustedes también, herederos de esa Revolución que hizo el pueblo. Junto con ustedes tenemos la responsabilidad de empujar para que se realicen todas aquellas cosas que faltan por realizarse, y de corregir los errores en que pudiéramos haber caído.

De manera que esta iniciativa, que ha presentado el señor Presidente de la República, merece nuestra aprobación; pero, de ninguna manera, la consideramos una dádiva, porque es un hecho que hemos ganado a pulso.

El C. Presidente: Tiene la palabra el diputado Javier Blanco Sánchez.

El C. Blanco Sánchez, Javier: Señor Presidente. Señores diputados: nosotros teníamos un especialísimo empeño, un sincero empeño en el que el debate, con el cual esta XLV Legislatura al Congreso de la Unión, sancionara uno de los más trascendentales actos políticos del Presidente de la República, fuera un debate sereno y objetivo. Hemos llegado a esta tribuna a presentar un documento sereno de juicio, correcto y limpio, y qué mal, con qué poca caballerosidad viene a enturbiar este debate la voz de vedette del inquietante que quiere aparecer como doctor en todos los derechos y todas las leyes, y viene aquí a insultar con su mente calenturienta a quienes, como ustedes, por México, con una tremenda pasión de amor a la patria, estamos batallando por hacer valer nuestras razones.

Tenemos derecho a discrepar y ese derecho nos asiste. No es ni bandeja de plata ni gracioso favor el hecho de que el actual Presidente de la República inicie esta magnífica reforma constitucional; es serena y obligada acción gubernamental que escucha el clamor y el reclamo de todos los sectores del pueblo de México, de los que piensan como la mayoría en esta Cámara y de los que se oponen o discrepan en aspectos con ellos. Es darle al pueblo caminos de derecho para evitar esos trágicos y lamentables últimos acontecimientos; es llamar al pueblo para decirle: recobra la confianza en tu voto, que si tu empeño no cuaja, en mayoría total, con tu empeño lograrás que tu opinión, que tu deseo tenga, por lo menos, 20 diputados a tu servicio.

No hay necesidad de remontarse a la sierra de Oaxaca, no hay necesidad de armar a los campesinos de Michoacán, no hay necesidad de soliviantar a los campesinos de Baja California, para que México viva sus aspiraciones democráticas. Este es el camino, ciudadano de México: emite voto razonable y prudente, libremente manifestado y depositado en las urnas, cuando tienes derecho a elegir tus gobernantes.

¿Dónde está la bandeja de plata que por otra parte, es insulto a quien inició esta iniciativa? Porque el dicho popular tiene implicación majadera: se entrega en bandeja de plata, y usted sabe lo que significa.

El C. Vargas MacDonald, Antonio: No sé.

El C. Blanco Sánchez, Javier (continuando): México desea, y nosotros lo hemos sostenido siempre, la tranquila vivencia en el orden; desea la posibilidad de vivir sus obligaciones para poder exigir y reclamar sus derechos. No el régimen asume la actitud del pavo real que se muere de hastío cuando ve que la tarde se desvanece y ya no se puede contemplar en el panorama que se acaba. No, la actitud del Presidente no es de perdonavidas; no es de a ver qué puedo hacer; a ver si ahora sí puedes llegar al Poder. No, fue levantada y patriótica actitud que hace caso de las aspiraciones democráticas del pueblo, actitud que se pone a tono y acorde con el ambiente y el panorama internacional. Esa actitud nosotros la hemos calificado justa y la hemos apoyado, y si esta intervención segunda de nosotros ha tenido lugar, culpa es de quien, como vedette, quiere lucir siempre en esta tribuna.

El C. secretario Elizondo Martínez, Noé G.: Se va a proceder a la votación nominal, en lo general, del dictamen presentado por la Comisión, sobre las reformas y adiciones a los artículos 54 y 63 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por la afirmativa.

El C. secretario González Gómez, Javier: Por la negativa.

(Votación.)

El C. secretario Elizondo Martínez, Noé G.: ¿Falta algún ciudadano diputado e votar por la afirmativa?

El C. secretario González Gómez, Javier: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la negativa? Se va a proceder a recoger la votación de la Mesa.

(Votación.)

El C. secretario Elizondo Martínez, Noé G.: Fue aprobado el proyecto, en lo general, por 124 votos. Está a discusión, en lo particular. No habiendo quien haga uso de la palabra se va a proceder a recoger la votación nominal, en lo particular, del proyecto. Por la afirmativa.

El C. secretario González Gómez, Javier: Por la negativa.

(Votación.)

El C. secretario Elizondo Martínez, Noé G.: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la afirmativa?

El C. secretario González Gómez, Javier: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la negativa? Se va a proceder a recoger la votación de la Mesa.

(Votación.)

El C. secretario Elizondo Martínez, Noé G.: Fue aprobado el proyecto, en lo particular, por unanimidad de 124 votos. Se declara aprobado el proyecto de reformas y adiciones a los artículo 54 y 63 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; pasa al Senado de la República para efectos constitucionales. (Aplausos.)

El C. Presidente (a las 19.15 horas): Habiéndose agotado la Orden del Día se levanta la sesión y se cita para mañana jueves, a las 10 horas.

TAQUIGRAFIA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"