Legislatura XLVIII - Año III - Período Extraordinario - Fecha 19730210 - Número de Diario 7

(L48A3P1eN007F19730210.xml)Núm. Diario:7

ENCABEZADO

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

XLVIII LEGISLATURA

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO III México, D. F., Sábado 10 de Febrero de 1973 TOMO III. - NUM. 7

PERIODO EXTRAORDINARIO

SUMARIO

Orden del Día

Se abre la sesión. Lectura del Orden del Día. 1

Acta

Lectura y aprobación del Acta de la sesión anterior.

Comparecencia del C. Secretario del Patrimonio Nacional

La Presidencia informa que se encuentra a las puertas de este Recinto el C. licenciado Horacio Flores de la Peña y designa en comisión a varios ciudadanos diputados, los cuales lo introducen al Salón. El C. Secretario del Patrimonio Nacional hace uso de la palabra para informar a la Asamblea acerca de la Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión Extranjera. A continuación la Presidencia da lectura a los nombres de los ciudadanos diputados que desean formular preguntas: Ciudadanos Marco Antonio Ros Martínez, Guillermina Sánchez Meza de Solís, Juan Barragán Rodríguez, Jorge Garabito Martínez, J. de Jesús Arroyo Alanís, Miguel Hernández Labastida, Antonio Melgar Aranda, Salvador Esquer Apodaca, Guillermo Ruiz Vázquez, Salvador Hernández Vela, Víctor Manuel Gandarilla C. y José Luis Alonzo Sandoval, quienes hacen sus preguntas, a las que da respuesta en su oportunidad el C. licenciado Horacio Flores de la Peña. La Presidencia a nombre de la Asamblea expresa su reconocimiento al C. Presidente de la República por haber autorizado esta comparecencia y a la vez agradece al C. Secretario del Patrimonio Nacional su exposición respecto a la Iniciativa del C. licenciado Luis Echeverría Alvarez. La misma comisión que lo introdujo lo acompaña al retirarse de este Recinto. Se levanta la sesión.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. RAFAEL CASTILLO CASTRO

(Asistencia de 137 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente (a las 10 : 55 horas): Se abre la sesión.

ORDEN DEL DÍA

- El C. secretario Rodríguez Santoyo, Raúl:

"Primer Período Extraordinario de Sesiones del Tercer Receso de la XLVIII Legislatura al Congreso de la Unión.

Orden del Día

10 de febrero de 1973.

Lectura del acta de la sesión anterior.

11:00 horas. Comparecencia del Secretario del Patrimonio Nacional, licenciado Horacio Flores de la Peña."

ACTA

- El mismo C. Secretario:

"Acta de la sesión de la Cámara de Diputados del H. XLVIII Congreso de la Unión, celebrada el día siete de febrero de mil novecientos setenta y tres. Presidencia del C. Rafael Castillo Castro.

En la ciudad de México, a las doce horas y cuarenta y cinco minutos del miércoles siete de febrero de mil novecientos setenta y tres, se abre la sesión con asistencia de ciento cincuenta y un ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasa la Secretaría.

Lectura del Orden del Día.

Sin discusión se aprueba el acta de la sesión anterior celebrada el día dos del presente.

Se da cuenta de los documentos en cartera:

El Congreso del Estado de Jalisco, comunica la clausura del segundo período ordinario de sesiones, correspondiente al segundo año de ejercicio y la instalación de su Diputación Permanente. De enterado.

Circular de la Cuadragésima Séptima Legislatura del Congreso del Estado de Zacatecas, por la que comunica el Acuerdo por el que se prorroga por un mes más el segundo período ordinario de sesiones, correspondiente al segundo año de ejercicio y la elección de su Mesa Directiva. De enterado.

Minuta proyecto de Decreto, enviada por la H. Colegisladora, que reforma y adiciona la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Recibo, y a la Comisión de Justicia en turno y de Estudios Legislativos.

Oficio del C. licenciado Mario Moya Palencia, Secretario de Gobernación, por el que comunica que el C. Presidente de la República, en acatamiento del artículo 93 constitucional, ha autorizado al C. licenciado Horacio Flores de la Peña, Secretario del Patrimonio Nacional, para que comparezca ante esta Cámara de Diputados. De enterado y se señalan las once horas del día 10 del actual para dicha comparecencia. Comuníquese al Ejecutivo.

El C. diputado Rubén Darío Vidal Ramos, hace uso de la palabra, para dar lectura al informe que presentan los C. diputados Salvador Hernández Vela, Octavio Cal y Mayor, Ernesto Díaz López y el que habla, en relación con la comisión que les fue encomendada en representación de la de Zonas de Desastre, para trasladarse a los Estados de Jalisco, Michoacán y Colima que fueron afectados por el sismo del día 30 de enero próximo pasado.

El C. Presidente manifiesta que de acuerdo con la invitación que la Gran Comisión hizo al C. Director del Instituto Mexicano del Seguro Social, licenciado Carlos Gálvez Betancourt, a solicitud de las Comisiones de Desarrollo de la Seguridad Social y la Salud Pública, de Trabajo y de Estudios Legislativos, para que informe sobre las motivaciones y objetivos de la Iniciativa de Ley del Seguro Social, comunica a los ciudadanos diputados que dicha reunión se efectuará el día de mañana jueves, a partir de las once horas en el Salón Verde de esta misma Cámara.

A las trece horas y quince minutos se levanta la sesión y se cita para la próxima que se efectuará el sábado diez de los corrientes, a las once horas, en la que comparecerá el C. licenciado Horacio Flores de la Peña, Secretario del Patrimonio Nacional."

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvase manifestarlo. Aprobada.

COMPARECENCIA DEL C. SECRETARIO DEL PATRIMONIO NACIONAL

El C. Presidente: Esta Presidencia se permite informar a la Asamblea, que de acuerdo con la solicitud de comparecencia del ciudadano Secretario del Patrimonio Nacional, aprobada por esta Cámara en sesión de fecha 2 de febrero, misma que fue autorizada por el C. Presidente de la República, de conformidad con el oficio del C. Secretario de Gobernación, con el que se dio cuenta por la Secretaría en sesión de 7 del presente mes, es como ahora se encuentra a las puertas del Recinto, el ciudadano licenciado Horacio Flores de la Peña, Secretario del Patrimonio Nacional.

Para introducirlo a este Salón, se designan en Comisión a los siguientes ciudadanos diputados: León Michel Vega, Oscar Navarro Franco, Francisco José Peniche Bolio, Jesús Luján Gutiérrez y Octavio Cal y Mayor.

(La Comisión cumple su encargo.)

(Aplausos.)

En sesión efectuada el 2 de febrero, fue aprobada una proposición a fin de que el ciudadano Secretario del Patrimonio Nacional compareciera ante esta Cámara de Diputados, con objeto de que informe a esta Asamblea sobre los motivos y propósitos que originaron la Iniciativa de Ley que promueve la inversión Mexicana y Regula la Inversión Extranjera.

Tiene la palabra el señor licenciado Horacio Flores de la Peña, Secretario del Patrimonio Nacional.

El C. licenciado Flores de la Peña, Horacio: Comparezco ante esta honorable Cámara de Diputados para tratar el tema de las inversiones extranjeras en México. La Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión Extranjera, que en estos momentos se encuentra en proceso de discusión, tiene su justificación en consideraciones económicas e históricas que conviene resumir y analizar con cierta profundidad. Espero que los antecedentes que a continuación me permitiré exponer proporcionen a ustedes elementos de juicio para poder evaluar la naturaleza del nuevo proyecto de ley, sus ventajas y sus posibles repercusiones en la economía nacional.

Es conveniente aclarar dos cosas; en primer lugar, que me ocupo de este problema desde un ángulo estrictamente económico, y en segundo lugar, este proyecto de ley no está dirigido contra la inversión extranjera, sino más bien a favor del capital nacional. En países en un grado de desarrollo similar al nuestro, la inversión extranjera aparece como necesaria aunque complementaria, por las siguientes razones:

a) Porque cualquier inversión, pero especialmente la de tipo industrial, tiene un contenido de importación que muchas veces se financia con la inversión externa;

b) En otras ocasiones sólo a través de ella se garantiza el acceso abierto y permanente a la tecnología moderna;

c) En el caso de las inversiones en industrias de exportación, a veces es necesaria para asegurar los mercados exteriores de las inversiones extranjeras.

Desgraciadamente estos factores positivos no siempre se presentan, como se verá en el curso de esta exposición.

Ningún enfoque simplista del grado de progreso de un país puede revelar lo que constituye un fenómeno tan complejo que frecuentemente confunde. De esta confusión se aprovechan sectores poderosos en los países económicamente más fuertes, para tratar de hacer prevalecer sus opiniones. Estos puntos de vista se expresan, en términos generales, de la siguiente forma:

Se dice por los partidarios de la inversión extranjera:

a) Cualquier adición al esfuerzo capitalizador de un país es, en sí misma, benéfica para el país en cuestión.

b) Que la nacionalidad del capital no es un factor que deba tomarse en consideración para lo anterior, pues responde a juicios subjetivos que pierden de vista la producción y el ingreso que genera cualquier tipo de inversión, en función de elementos intangibles, tales como la independencia nacional y otras argumentaciones que no se traducen en pesos y centavos y que, por ende, tampoco contribuyen al bienestar de la nación.

c) Las grandes compañías multinacionales son, - se afirma - hoy en día, un hecho consumado. Los países en proceso de desarrollo deben considerarlo como tal y no tratar de oponerse a un proceso que, en última instancia, beneficiará a algunos sectores de la población al crear ocupación y generar fuentes de ingresos que, de no ser por estas corporaciones, no existirían.

La ley sobre inversiones extranjeras que el Presidente Echeverría ha presentado a la nación, se opone radicalmente a esta versión simplista del desarrollo económico. El gobierno de México considera, al igual que muchas otras naciones, que estas interpretaciones no responden a las aspiraciones que los pueblos del Tercer Mundo justamente tienen de lo que el progreso debe representar para su forma de vida.

Hemos recorrido un largo y difícil camino para recuperar la riqueza agrícola, de transportes y comunicaciones, la minera, la petrolera, eléctrica, etc., que los apóstoles del desarrollismo entregaron a la inversión extranjera, confiados en que por este camino llegaríamos más rápido al progreso. La historia se encargó de demostrar lo contrario. Es en el marco de este proceso nacionalizador en que puede describirse mejor nuestro crecimiento; es en contra de estos intereses como México se ha desarrollado; es en ese esfuerzo de mexicanización donde se encuentran las tradiciones más nobles y los ejemplos más vivificantes de nuestro surgimiento como nación independiente. Es en esta reafirmación de nuestras riquezas nacionales, en su usufructo para provecho de nuestro país como puede y debe comprenderse nuestro esfuerzo por abandonar el subdesarrollo.

Resulta importante destacar el nuevo carácter que tienen las inversiones extranjeras efectuadas por las compañías multinacionales de la actualidad. Tales inversiones no están orientadas directamente a fomentar la exportación de alimentos o de materias primas, como ocurría con anterioridad. Tampoco tienen como objetivo básico crear un mercado de importaciones, aunque éstas representan una proporción muy importante de la oferta de bienes a disposición de los países en desarrollo. Además, en el comercio internacional, el que efectúan los países desarrollados entre sí resulta cada vez más importante frente al que se lleva a cabo entre los países desarrollados y las naciones pobres.

La nueva inversión extranjera se liga más bien al crecimiento del mercado interno de los países receptores, sobre todo a las ramas de su economía que se expanden más rápidamente o que tienen perspectivas de altas ganancias. Por consiguiente, a diferencia de lo que ocurría en el siglo pasado y principios del presente, una buena parte de la inversión extranjera no es autoliquidable en divisas, interesándose en lo fundamental en la obtención y remisión de utilidades y creando de este modo serios problemas en la estructura de la economía de los países en desarrollo.

Lo anterior ha orillado a estos países hacia una política de protección arancelaria, especialmente para la industria. Esto nos hace cada vez menos competitivos en los mercados internacionales y más dependientes de los problemas recurrentes de balanza de pagos. Esta permanente situación precaria de la balanza de pagos hizo que de ella dependiera el ritmo y la dirección del crecimiento económico, ya que la importación de bienes de capital y productos intermedios determinaba el crecimiento de la ocupación y del ingreso y aun la distribución del mismo, así como el adelanto tecnológico.

En este momento surge con una gran fuerza lo que podríamos llamar el enfoque imperialista del desarrollo económico. Según éste, el aumento del ingreso es una función del empleo. Para que crezca el empleo es necesario contar con una inversión creciente, la que depende a su vez del nivel del ahorro. Donde el ingreso es bajo el ahorro también es bajo, cerrándose así el círculo vicioso; no ahorramos porque somos pobres; como no ahorramos no podemos invertir; y como no invertimos no crecemos. A esto, en pocas palabras, se reduce la tesis de la escasez de capital, sostenida por las círculos financieros en los países ricos y por sus aliados nativos en los países pobres. Con este argumento se pretende justificar la necesidad del capital extranjero en el desarrollo de nuestro país.

La teoría de la escasez de capital tiene un lugar privilegiado dentro del campo de la mitología económica. Hay una gran variedad de obras que pretenden demostrarla, y en ellas, mejor que en ningún otro terreno, el economista se convierte en un defensor del status quo y de los intereses creados. La literatura sobre el tema es siempre abundante y convincente porque las ideas simples tienen un gran poder de convencimiento.

La teoría de la escasez de capital tiene un punto sumamente débil que radica en la explicación de la mecánica de la formación del ahorro. Los partidarios de esta teoría consideran que el ahorro depende de la austeridad y de las buenas costumbres, es decir, de la frugalidad de la comunidad.

Conforme a esto, en una colectividad con buenos hábitos de vida el ahorro es alto, ya que una parte muy importante del ingreso no se destina al consumo, quedando a disposición de aquellos que, aun sin tener los ahorros, tienen el espíritu de empresa para realizar la inversión.

Desgraciadamente para este enfoque, si todos los que reciben ingreso se dedican a ahorrar una parte creciente del mismo, pronto el aumento del ahorro es de tal magnitud que no permite que la demanda interna crezca paralelamente de la inversión, creándose así una brecha cada vez mayor entre capacidad para producir y capacidad para consumir. Debe aclararse que en los países pobres las buenas costumbres y la frugalidad en la comunidad, siempre se logran reduciendo la participación de los trabajadores en el ingreso total.

A pesar de que el ritmo de crecimiento de la economía mexicana durante los últimos años ha sido elevado, las condiciones de vida de los grandes grupos de población no han mejorado en la misma proporción. Bajo el escudo de la teoría de la frugalidad, se han propiciado condiciones tendientes a estimular la acumulación de capital, transfiriendo recursos hacia los grupos con mayores posibilidades de ahorro, suponiendo en apariencia que éstos los canalizarían posteriormente hacia la inversión. En el sector agrícola, por ejemplo, la inversión se dirigió principalmente hacia tierras de riego. en su mayoría de grandes propiedades privadas. Igualmente, las disposiciones de fomento industrial facilitaron la acumulación de utilidades, registrándose aumentos en las utilidades de los empresarios, superiores a los obtenidos en los sueldos y salarios.

En el presente, el obstáculo principal para la expansión económica lo constituye precisamente la estrechez del mercado interno, limitado por la excesiva desigualdad en la distribución del ingreso, problema que se agrava por el alto índice de desempleo, derivado del fuerte crecimiento demográfico. Es necesario aumentar las dimensiones del mercado nacional y reducir el volumen de desempleo mediante el incremento del nivel de inversión, como única política efectiva para redistribuir el ingreso. Sin embargo, no es lógico suponer que el problema de elevar la inversión se resolverá propiciando la inversión extranjera directa a pesar de los beneficios que generalmente se le atribuyen.

Aparte de sus inconsistencias lógicas, tampoco cuenta con evidencia empírica el argumento de que la inversión extranjera es imprescindible para poder desarrollarnos por la carencia de ahorro interno. Si analizamos algunas cifras se puede observar que durante el período 1960 - 1970 la inversión extranjera directa representó el 8 por ciento de la inversión privada y sólo el 5 por ciento de la inversión bruta fija total, que ascendió en ese lapso a 526 mil millones de pesos. Esto muestra que el ahorro interno hubiera sido suficiente para financiar el grueso de la inversión realizada, aun sin considerar el enorme volumen de ahorro potencial que se pierde cada año por concepto de consumo suntuario y otros desperdicios generados por la fuerte concentración del ingreso.

Una prueba adicional de que el ahorro interno hubiera sido suficiente para financiar la inversión realizada es que en el período 1965 - 1969 el ahorro privado, que ascendió a 230 mil millones de pesos, pero superó a la inversión privada en 21,400 millones, cantidad que fue absorbida por el Estado a través de sus instituciones financieras y que se dedicaron a la inversión. La diferencia entre ahorro e inversión del sector privado es permanente. Por su parte, la inversión fija pública fue en el mismo período de 91,000 millones de pesos. contra un ahorro público de 59.800 millones. Alrededor de 21,000 millones se tomaron del sector privado porque no los invirtió y 10,000 millones se allegaron como fondos de préstamo del exterior. No son los ahorros internos lo que son limitados; lo que es limitada es la iniciativa para invertir.

La tesis de que las inversiones extrajeras son necesarias para compensar la balanza de pagos tampoco tiene fundamento. En el período 1965 - 69 el promedio anual de inversiones extranjeras directas fue de 1,580 millones de pesos y el de las remesas de utilidades al exterior provenientes de esas inversiones fue de 3,000 millones de pesos, lo que arrojó un déficit global para el período de 7,263 millones de pesos. Desde luego, para hacer un balance justo, se deberían tomar en cuenta tanto su contribución neta a las exportaciones como su carga neta por concepto de importaciones. Sin embargo, la mayoría de estas inversiones están orientadas al consumo interno y no han contribuido a la exportación de manufacturas. Por lo tanto, tampoco por este concepto han influido favorablemente sobre la balanza de pagos. Cuando la compra o la creación de empresas está motivada por las altas tasas de ganancia que logran en el mercado doméstico, no es de esperar que las empresas extranjeras fomenten por sí misma las exportaciones de productos manufacturados, sobre todo a mercados en que competirán con la casa matriz. Esto permite suponer que los inversionistas extranjeros ya no cubrirán los sectores de exportación de manufacturas.

El déficit originado por este concepto es consecuencia en la mayoría de los casos de permitir que muchas de las empresas sean totalmente de propiedad extranjera, por lo que el capital nacional no participa de las utilidades, ni en la política de distribución de dividendos o de reinversión. Entre otras disposiciones, la legislación propuesta intenta reglamentar lo anterior. Desde el punto de vista de balanza de pagos, el criterio a seguir por el órgano competente que se crearía conforme a la nueva ley es el de admitir inversiones extranjeras en mayor o menor proporción, previendo que, ya sea por aumento de importaciones, generen más divisas que las que salen por concepto de utilidades, dividendos, regalías y asistencia técnica.

En cuanto el impacto tecnológico de la inversión extranjera, éste es de naturaleza muy variada según el sector de que se trate y la modalidad que se adopta. La inversión extranjera va desde la simple compra de empresas nacionales ya instaladas hasta aquéllas en las

que el conocimiento técnico extranjero puede parecer imprescindible, como en ciertas ramas de las industrias dinámicas.

El extraordinario auge del comercio y los servicios, que ya representan casi la mitad del producto interno bruto, ha abierto la oportunidad al establecimiento de empresas extranjeras que, con amplias facilidades financieras y mayor capacidad de publicidad, han logrado una posición de predominio en estos sectores sin realizar ninguna aportación técnica o administrativa de importancia, como es el caso de los hoteles, los grandes almacenes, las cadenas de restaurante, las agencias de viajes y de las agencias de publicidad.

En general, se puede considerar que los problemas fundamentales en relación con la inversión extranjera provienen, por una parte, del efecto expansionista de los grandes capitales internacionales y, por otra, de la falta de interés de los inversionistas nacionales para llevar a cabo actividades que fácilmente podrían emprender y sin embargo no realizan. Incluso se dan frecuentes casos de que empresas nacionales ya establecidas, creadas con capital mexicano, se vendan con mucha facilidad a inversionistas extranjeros. Es por esto que el Estado debe preocuparse y tomar las medidas necesarias para que la inversión extranjera no desplace a las empresas mexicanas, frustrándose así los esfuerzos hechos en favor de una industrialización autónoma e independiente. La Iniciativa de Ley sobre la materia es muy explícita por lo que se refiere a este tipo de operaciones, y en uno de sus preceptos fundamentales otorga el derecho de tanto a los empresarios nacionales.

Hasta ahora el estado se ha reservado las industrias estratégicas básicas para la economía. Es por ello que los inversionistas extranjeros se han orientado hacia la compra de otro tipo de empresas que les permitan controlar áreas muy dinámicas y claves en el futuro del país y también han adquirido empresas nacionales productoras de artículos de gran demanda, dedicándose a proporcionar servicios cuya oferta estamos en plena capacidad de abastecer. En este sentido su contribución al desarrollo es prácticamente nula.

Frente a esta situación, resulta de la mayor importancia crear instrumentos legales con el objeto de controlar estas nuevas tendencias que muestra la inversión extranjera. La propuesta de ley que se pone a la consideración del poder legislativo contiene, en principio, los elementos necesarios para acometer satisfactoriamente esta tarea. Simultáneamente, sin embargo, se requiere también diseñar políticas por lo que toca a la acción directa del Estado en esta materia, incluyendo criterios específicos para su operación.

En aquellas ramas en que la inversión extranjera estime conveniente, será necesaria una acción estatal que la atraiga, oriente y controle, posiblemente mediante la creación de empresas mixtas en las que intervengan el Estado e inversionistas privados nacionales y extranjeros. Podría pensarse incluso en la conveniencia de crear empresas multinacionales mixtas en las que intervengan Gobiernos e inversionistas privados de los países latinoamericanos, con el fin de explotar aquellas actividades que aún se encuentran rezagadas en la zona.

Sin embargo, para que estas medidas resulten exitosas será necesaria la cooperación del sector privado. Su imaginación y audacia serán fundamentales para la resolución de este complejo problema. Dentro de un régimen de economía mixta se requiere el fomento de la auténtica empresa mexicana que junto con el Estado impulse, cada quien con sus recursos, un desarrollo económico dinámico y autosostenido.

No es menester repetir que la solvencia de un país en lo económico se basa en las decisiones que éste puede tomar sobre el manejo de sus recursos. Igualmente, no es necesario hacer énfasis en que muchas de estas decisiones están, actualmente, fuera del ámbito de su soberanía de los Estados en proceso de desarrollo. La decisión de mantener o incrementar la producción de un artículo determinado, como podría ser el caso, digamos de los productos enlatados, parece haber trascendido nuestras fronteras. Algo similar puede decirse respecto a muchas otras ramas de la actividad manufacturera que operan en nuestro país. Es este aspecto el que contempla la presente Iniciativa de Ley y, como tal, sólo puede ser recibida con beneplácito.

Mucho se ha especulado sobre el efecto que una legislación como la que se presenta que sí tendrá en el flujo de fondos extranjeros hacia nuestro país que si afectará en la oferta de conocimientos técnicos extranjeros, en la complementación de los ahorros que nuestro país requiere para continuar su desarrollo. En mi opinión se está planteando un falso problema. No se trata de que menospreciemos la eventual contribución técnica que trae consigo la empresa extranjera de circunscribir la actividad económica a ciudadanos mexicanos por el solo hecho de haber nacido aquí. El objeto de esta ley es reafirmar la soberanía esencial que cualquier nación tiene sobre el uso de sus recursos naturales, de sus recursos de capital y técnicos, para que éstos contribuyan a un mayor bienestar de sus habitantes.

Corresponde a nuestro país, a nuestro Estado. el determinar en qué medida la obtención de utilidades de una empresa internacional se ajusta a estos objetivos, para poder proceder a su control en defensa del interés público. Esta responsabilidad pudo soslayarse en el pasado, cuando las empresas extranjeras que operaban en el país eran, por decirlo de algún modo, equivalentes en tamaño y poderío a las empresas nacionales similares. Pero serían equivocado el pensar que vivimos aún en esa época y que la inversión extranjera es simplemente el sustituto de nuestra falta de capacidad empresarial o de nuestra supuesta escasez de capital. Esta situación, si existió alguna vez, ha venido cediendo lugar a la existencia de corporaciones multinacionales que ejercen un papel monopolista sobre los mercados y la técnica de que

disponen y tienen un gran poderío y sus acciones no parecen estar regidas por consideraciones de fronteras o de derechos nacionales.

Algunas interpretaciones del presente proyecto de ley, quieren presentarla como un acto arbitrario, como una violación a las reglas ya establecidas de juego. Tal interpretación nos parece falaz, pues de lo que se trata es precisamente de lo opuesto. Somos nosotros los que requerimos que los grandes países industrializados no nos cambien las reglas de juego conforme cambien sus intereses económicos.

En la ausencia de esos acuerdos, como lo propuso en la UNCTAD a falta de reglas internacionales que aseguren un trato justo, el único recurso abierto a los países como el nuestro es reafirmar nuestra soberanía, haciendo que las empresas multinacionales se ajusten a los intereses básicos que como nación y como gobierno tenemos.

Hace ya más de un siglo, en 1854, el Presidente Lincoln, en un discurso justamente famoso, afirmó que una nación dividida no podría jamás progresar, haciendo hincapié en que la unidad de propósitos era condición esencial para el mantenimiento del respecto al gobierno. El se refería a la unidad interna de su país, a la capacidad de un gobierno de hacer prevalecer las normas de justicia que la propia nación se había dado.

Los países del Tercer Mundo nos encontramos ante situaciones aún más graves, en que la unidad del país se refiere a la capacidad de éste para imponer su soberanía sobre decisiones vitales, para su bienestar y su progreso, que a menudo se hacen fuera de sus fronteras y al margen de sus legítimos intereses.

Es esta decisión soberana la que se quiere reafirmar en defensa de nuestros intereses como nación y como condición impostergable para su progreso. La decisión de México de aceptar o rechazar una inversión según sea que ésta se ajuste o no a la orientación y a las necesidades de nuestro desarrollo, es la razón final de esta legislación.

Consideramos que el progreso de un país depende esencialmente de los esfuerzos de sus propios habitantes, de su voluntad de mejorar y crear una sociedad más equitativa y más justa. En este orden de ideas, los recursos externos deben ayudar a elevar este ritmo de progreso y nunca a sustituir nuestro esfuerzo por la ayuda extranjera, que si bien a corto plazo parecería un paliativo en la ardua tarea que tenemos enfrente, a largo plazo perpetuaría una relación de inferioridad, de servidumbre y dependencia, que es la que queremos romper.

Por todo ello, ni deseamos ni debemos tolerar formas de subordinación, siempre inaceptables y antieconómicas, que sólo favorecen a una reducida minoría sin provecho para los sectores populares del país. Tales son, señores, en unas cuantas palabras, los objetivos económicos hacia los que se orienta la iniciativa de Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión Extranjera.

Esta Iniciativa de Ley no es un acto arbitrario del Gobierno Federal que altera las reglas del juego de la economía mexicana, responde a lo mejor de nuestras tradiciones históricas y a lo mejor de nuestra experiencia. Lo he dicho otra vez pero no me cansaría de repetirlo; si no sabemos defender nuestra autonomía económica, nosotros somos los culpables de darles argumentos a gentes de fuera para que se conviertan en jueces de nuestras acciones o en árbitros de nuestros destinos. (Aplausos.)

El C. Presidente: Esta Presidencia informa que por conducto de la Secretaría, varios ciudadanos diputados han manifestado su deseo de formular algunas preguntas al C. Secretario del Patrimonio Nacional.

Señor Secretario: Cuando usted lo disponga, puede pasar a ocupar la Tribuna.

Se han inscrito para formular preguntas, los ciudadanos diputados siguientes: Marco Antonio Ros Martínez, Guillermina Sánchez Meza de Solís, Juan Barragán Rodríguez, Jorge Garabito Martínez, J. de Jesús Arroyo Alanís, Miguel Hernández Labastida, Antonio Melgar Aranda, Salvador Esquer Apodaca, Guillermo Ruiz Vázquez, Salvador Hernández Vela, Víctor Manuel Gandarilla y José Alonzo Sandoval.

En consecuencia, tiene el uso de la palabra el C. diputado Marco Antonio Ros Martínez.

El C. Ros Martínez, Marco Antonio: Señor Secretario:

La inversión extranjera ha sido considerada como un problema en casi todos los países del mundo. Diversas naciones han legislado sobre esta materia con diferentes matices.

¿Podría usted indicarnos cómo se compara esta Iniciativa con la legislación en vigor sobre la materia en países como Canadá, Brasil y Australia y otros del Tercer Mundo; y qué efectos ha tenido este tipo de legislación sobre su desarrollo?

El C. Flores de la Peña, Horacio: El Proyecto de Ley que el Poder Ejecutivo ha mandado para su consideración está basado, en realidad tanto en la experiencia de México como en la experiencia que sobre esta materia han tenido otros países.

En el caso de Canadá, la legislación que se está promoviendo para controlar la inversión extranjera es muy estricta, aunque los montos límite desde los cuales la ley empieza a actuar, son bastante altos. De hecho, a partir de la Segunda Guerra Mundial, el problema de Canadá se agudizó enormemente por su política de puertas abiertas al capital extranjero, a tal grado que en los últimos años el monto de las inversiones extranjeras en Canadá - fundamentalmente norteamericanas - era de 17,500 millones de dólares. Eso hizo que el Primer Ministro de Canadá Trudeau, afirmara que su país había salido beneficiado con la vecindad y la amistad de un país tan grande como el que tenía al sur. Pero que pasaba muchos sustos, porque era como estar acostado con un elefante, y nunca se sabía en qué momento se iba a voltear y los mataba. En esa forma, trataron de hacer una legislación que pusiera coto a la entrada de capital extranjero, limitándolo en ciertas ramas; pero, desde luego, no actúa

sobre la penetración ya existente del capital extranjero en Canadá, que tiene grandes proporciones.

En el caso de Australia, la legislación que se está discutiendo en este momento tiene dos versiones. Una, que es bastante suave y tolerante; y la otra que es muy estricta por el temor a la penetración del capital japonés en la economía australiana. Parece ser que con el cambio de Gobierno se adoptará la versión más estricta de la legislación que se ha estado discutiendo.

En el caso de Brasil no sé en realidad qué legislación exista, pero sí la hay, no debe de cumplirse porque es el país que está absorbiendo más capital extranjero en la actualidad. En el caso de los países del Pacto Andino, tuvieron que promulgar una legislación bastante estricta, porque la penetración de capital extranjero era sumamente peligrosa para economías relativamente débiles como la de Bolivia, la de Ecuador o la de Colombia. Es una legislación fuerte porque se trata de países que se han integrado de forma tal que es posible constituir un mercado único de capitales que les permitirá crecer aceleradamente. Sin embargo esto está condicionado a que pueda defenderse del capital extranjero, para que éste no pretenda aprovechar el mercado expandido que significa la unión de los 5 países.

Creo que con esto se contesta parte de su pregunta. En realidad, hay un gran temor al movimiento del capital extranjero a través de compañías multinacionales, porque como es natural, para defender sus intereses actúan muy frecuentemente, no sólo en lo económico, sino también en lo político, interviniendo en la vida interna de los países y eso es aplicable no sólo a ejemplos recientes, como el que ocurrió en Chile, sino también en el caso de Francia.

El C. Ros Martínez, Marco Antonio: Señor Secretario, ¿esta Legislación contempla un tratamiento igual a la inversión extranjera, sin importar de donde provenga? Sabemos que la que existe procede principalmente de los Estados Unidos y en grado mucho menor de algunos países europeos.

¿Debe tener la inversión extranjera igual trato si procede de Estados Unidos o de Europa? ¿Debemos estimular la inversión latinoamericana para una mayor integración económica? ¿En qué forma y qué tratamiento debemos dar a la posible inversión de otros países en condiciones similares a las nuestras, o sea del Tercer Mundo o la posible inversión del campo socialista? ¿Se podría hacer alguna diferenciación entre la inversión extranjera de particulares, de empresas pequeñas, de empresas multinacionales, de organismos de participación estatal o, inclusive, inversión directa de gobiernos?

¿Podría usted ejemplificar con algunos casos hipotéticos?

- El C. Secretario del Patrimonio Nacional:

Sí señor. Una de las razones para pedir que la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras tenga una gran libertad de acción es, precisamente, porque no se puede dar el mismo tratamiento a todo tipo de inversión. Desde luego, creo que el criterio para juzgar el trato que se le ha de dar a una inversión extranjera no debe ser exclusivamente el de la nacionalidad, sino el del beneficio que reporte a la economía mexicana. Indiscutiblemente, que todavía existe un marco amplio para promover empresas multinacionales con los países de América Latina. Pero como aún no se ha logrado un acuerdo sobre este punto, probablemente sería necesaria una junta de Presidentes, quizá dentro del marco de las Naciones Unidas o del Banco Interamericano de Desarrollo. Un acuerdo para promover estas empresas multinacionales, las únicas que permiten que el comercio entre los países de América Latina pueda seguir creciendo, es el que nos hará complementarios, ya que en la actualidad no lo somos. Tenemos que crear fuentes de riqueza en los distintos países para que nosotros tengamos qué comprar y ellos tengan algo para qué vender.

El caso de las inversiones que México ha realizado, por ejemplo en Costa Rica, ilustran lo que usted preguntaba. Hemos recibido un trato preferencial para llevar a cabo nuestras inversiones sobre el que se otorga a inversionistas de otros países, porque si bien nosotros hemos en ocasiones realizado el total de la inversión, siempre hemos puesto a disposiciones de los nacionales el 60% del capital para cuando lo quieran adquirir.

Creo que hay mayor esperanza de lograr un trato equitativo cuando este trato es entre iguales. Si en el futuro fuera necesario hacer una adición en este sentido a la ley, ella se realizaría cuando lográramos tener un acuerdo con los países de América Latina para llevar a cabo inversiones multinacionales, pero exclusivamente con capital latinoamericano.

En materia económica, para que sea más efectivo este tipo de legislación, tiene que ser flexible al irse ajustando a las condiciones cambiantes de la economía, porque, desgraciadamente, la economía no se ajusta mediante leyes. Gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Se concede el uso de la palabra a la ciudadana diputada Guillermina Sánchez Meza de Solís.

- La C. Sánchez Meza de Solís, Guillermina:

Señor Secretario: En la Bolsa de Valores de México se negocian acciones de sociedades mexicanas en las que existen capitales extranjeros. ¿Podría usted indicarnos si estos títulos de renta variable quedarían sujetos al régimen jurídico de la Iniciativa que ha comentado?

El C. licenciado Horacio Flores de la Peña: Si señora Solís. En el momento en que un extranjero adquiera un título al portador lo tiene que convertir en nominativo. Por ejemplo, entre los títulos más negociados, en la bolsa de valores, están los de Teléfonos de México. Como las operaciones con estos valores son prácticamente diarias, sería muy difícil llevar el control, y muy costoso estar cambiando de nominativo al portador, o del portador a nominativo. Entonces hemos tomado la decisión de convertir todas las acciones en nominativas. Lo mismo se ha hecho en el caso de la empresa

Cananea respecto a la venta de sus acciones: son nominativas para evitar dificultades.

- La C. Sánchez Meza de Solís, Guillermina: Otros aspectos que me interesaría que nos contestara se refiere a la reinversión de utilidades, que por cierto no se menciona en el texto de la Iniciativa. ¿A qué se debe de que se haya excluido un tema tan importante, y que es determinante en cuanto al volumen de inversión y el control progresivo de una empresa?

El C. licenciado Horacio Flores de la Peña: Mire usted, éste es uno de los temas más controvertidos que hay en materia de inversiones extranjeras. Le voy a dar a usted mi opinión personal. Creo que el luchar por la reinversión de utilidades implica deslumbrarse por un falso espejismo económico. Nos resuelve un problema a la corta, pero nos lo agrava a la larga. A la corta se resuelve un problema de remisión de utilidades y de balanza de pagos; a la larga crece la dependencia en relación con el capital extranjero. Muchas gentes luchan por la reinversión de utilidades. Esto equivale sencillamente a decirles a los inversionistas extranjeros que cada vez sean más grandes, y no creo que ese sea el espíritu de la ley. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene el uso de la palabra el ciudadano diputado Juan Barragán Rodríguez.

El C. Barragán Rodríguez, Juan: Señor Secretario: Estoy de acuerdo en que son las propias necesidades del desarrollo económico de México las que han originado que se legisle sobre la inversión extranjera. Así, se ha repetido que si la inversión extranjera puede ofrecernos los tipos de tecnología que nuestro país requiere, y en condiciones más favorables a las que podríamos obtener mediante otras formas de transferencia ello sería bien recibido. De esa manera, la nueva ley aportaría al desarrollo económico de nuestro país, una tecnología más apropiada y menos costosa.

Últimamente, usted, señor Secretario, ha afirmado que con base en la nueva política económica del señor Presidente Echeverría, se ejercerá un mayor control en las inversiones extranjeras, así como en relación a la dependencia tecnológica del exterior, asegurándose con esto el crecimiento económico integral y equilibrado del país sin peligro inflacionario.

Preguntas:

a) ¿No cree usted, señor Secretario, que con la aparición de nuevos inversionistas mexicanos particulares se concentre más el ingreso al aumentar la participación de los beneficios en el producto de la empresa, y que esto traería aparejado una mayor desigualdad en la distribución del ingreso nacional?

b) ¿Será posible obtener a corto plazo los beneficios de estas inversiones con un mínimo de costo económico y social?

c) ¿Con esta nueva Ley se podría reducir a largo plazo nuestra dependencia económica de los países desarrollados?

El C. Secretario del Patrimonio Nacional: Sí, señor general.

Mire usted: A lo único que no podemos aspirar en la vida es a no pagar un precio por lo que queremos.

Es evidente que, si se reduce la inversión extranjera, se corre el riesgo de formar un capitalismo nacional más fuerte. No necesariamente con una mayor concentración del ingreso, pero sí será un capitalismo nacional más poderoso.

Para reducir la penetración extranjera y disminuir la dependencia externa nos vemos entre esas dos alternativas. ¿Deseamos pagar el precio de un capitalismo nacional más fuerte?, o bien ¿nos conviene más la inversión extranjera y que se limite al capitalismo nacional? Creo que en la evolución histórica de los países con un régimen predominantemente capitalista como el nuestro, es una etapa por la que tenemos que pasar: la del fortalecimiento del capital nacional.

Lo que nos hace falta es un capital nacional más fuerte, más sólido. Un capital nacional que no trabaje exclusivamente para vivir y vivir derrochando, sino que cada vez viva más para trabajar. El fortalecimiento del empresario nacional es la única respuesta que podemos ofrecer a la disminución de la dependencia externa. Claro está, sin embargo, que hay otras formas. Obviamente, si el empresario, nacional no reacciona ante las necesidades del crecimiento, y lo único que en México no se puede detener es el desarrollo. Es entonces obligación del Estado hacer lo que los demás no quieran hacer.

En cuanto al efecto que podría tener sobre el acervo tecnológico, dado el tipo de capital que últimamente ha estado viniendo a México, creo que el daño no sería grande, e incluso nulo en caso de la compra de empresas ya existentes. Cuando una empresa norteamericana compra el Chocolate Abuelita, no hace ninguna contribución al adelanto tecnológico del país. (Aplausos.)

Cuando la International Telephone and Telegraph compra el María Isabel quedamos exactamente en la misma situación. (Aplausos.)

En otras ramas es indiscutible la contribución que a veces hace el capital extranjero al asociarse con mexicanos, como por ejemplo en el ramo de la petroquímica. En ramas dinámicas, que se están moviendo con una gran celeridad, muchas veces conviene la asociación para estar al corriente de los adelantos tecnológicos y no quedar rezagado conforme le convenga a aquel que vendió la tecnología. También está el caso de la industria metal - mecánica, en donde hay una contribución tecnológica seria. Sin embargo hace mucho tiempo que la contribución del capital extranjero está limitada en la petroquímica y no se ha detenido su avance. Se estableció una participación foránea máxima del 40% y la industria ha estado creciendo a un ritmo del 20% anual. Así es que no les afectó. (Aplausos.)

El C. Barragán Rodríguez, Juan: Muchas gracias, licenciado.

El C. Presidente: Se concede el uso de la palabra, al ciudadano diputado Jorge Garabito Martínez.

El C. Garabito Martínez, Jorge: Señor licenciado, es usted uno de los economistas más destacados del actual régimen y uno de los arquitectos indiscutibles de la política de la actual Administración.

Yo soy del Partido Acción Nacional. Lógicamente se espera que haga una intervención de tipo objetivo; más bien, que presente objeciones a la política del gobierno.

De la exposición que usted ha hecho, señor licenciado, difícilmente podría encontrar algunos párrafos para discutir; me sería mucho más fácil señalar el gran número de coincidencias que existen entre las opiniones que hemos expresado nosotros y la valiosa exposición que usted ha hecho a este respecto. Sin embargo, mi partido ha expresado en algunas ocasiones su disidencia con la política general de la Administración, señalando una falta de definición en relación con la problemática nacional. y fundamentalmente, una contradicción entre las declaraciones y los hechos. Concretamente quiero referirme, a las declaraciones de usted no hace mucho, que a mí, en lo personal, me satisficieron enormemente. Usted se refirió a la necesidad de terminar con "este sistema estabilizador de la miseria" - que son sus propias palabras - y a la política hacendaria en lo que va en el curso del año, que ha propiciado la inflación y la carencia de la vida.

Respecto a la Ley que estamos comentando, señor licenciado, en sí no encuentro objeciones a la misma, sino más bien omisiones. A mí me parece que la Ley omite algunos aspectos, los cuales serán señalados en el curso de esta sesión. Fundamentalmente, me preocupa el problema relativo a los grandes consorcios nacionales. Yo estoy totalmente de acuerdo con usted, y lo he señalado en otras ocasiones, no solamente con respecto a la nula utilidad de la inversión extranjera en determinados renglones, sino también en que empresas extranjeras transnacionales de gran poderío económico que han venido al país a desarrollar una actividad sin traer ninguna tecnología especial, han desalojado la actividad de los mexicanos. Concretamente, en la industria alimenticia, la General Foods y la Heinz no trajeron ninguna tecnología extranjera, simplemente desplazaron a los mexicanos. A mí me preocupa el hecho de que la ITT haya adquirido un gran edificio en esta Capital que antes era de otro extranjero, pero de otra rama de actividad completamente distinta. Señor licenciado, yo he señalado en varias ocasiones mi grave preocupación por el hecho de que la economía nacional dependa cada vez más de los grandes consorcios económicos, los grandes capitales que muchas veces están ligados a las empresas transnacionales, pero que son los que están manejando la economía del país, y a mi juicio imponiendo condiciones al Gobierno gracias a su enorme poderío económico.

Incluso, hace pocos días se señaló la existencia de 23 grupos económicos que se ven beneficiados por esta Ley al ser los únicos que podrían asociarse con los capitales extranjeros. Esta es la preocupación que quiero expresar: la Ley en sí no tiene objeción, aunque desde luego quisiéramos que fuera más perfecta; el problema es la política con que se va a aplicar esta Ley. La pregunta es, entonces, qué política piensa seguir la actual administración para impulsar la mediana y la pequeña industria, para confrontar a las empresas medianas y pequeñas con el poderío económico de los grandes consorcios, que muchas veces parecen ser exclusivamente mexicanos y yo sé que algunos lo son, pero otros están ligados a intereses extranjeros y éstos tienen muchas formas de defenderse. ¿Cuál es la política que piensa seguir la administración para proteger a la pequeña y a la mediana industria en contra de estos grandes monopolios nacionales y extranjeros?

El C. Secretario del Patrimonio Nacional: Si, señor diputado Garabito Martínez. Mire usted, lo de economista se lo acepto, pero lo de arquitecto no porque se me hace mucha revoltura de profesiones (risas). Así es que lo de arquitecto vamos a dejarlo fuera (risas y aplausos).

Créame que esa preocupación suya la compartimos muchos. Por muchos años a los desarrollistas no les ha preocupado que el crecimiento se logre con una concentración de poderío económico como el que ocurre en etapas similares a las que hemos vivido en los últimos años o como las que vivió Argentina por los años 20, antes de la gran depresión, o como la que está viviendo Brasil, o bien como la que están viviendo tantos países en América Latina, en que muchas veces valdría la pena preguntarse si el capital extranjero que se desplaza está bien sustituido por el capital nacional.

Ahora bien, creo que si tenemos tantas coincidencias en materia económica, no simplemente por la militancia en un partido distinto tenemos forzosamente que discrepar. Al contrario, yo creo que es una de las mejores demostraciones que podemos dar a la población mexicana: que en los problemas de interés fundamental para el país podemos hacer excepción de los partidos y caminar juntos, porque muchas veces esta desunión que ha prevalecido en México es lo que ha permitido la penetración del capital extranjero y la formación de los monopolios a que usted hace mención. Estos monopolios, señor, existen por culpa nuestra. Y si su partido, por ejemplo, no atacara tan gravemente la intervención del Estado, usted me hubiera recomendado, que en vez de que compraran o siguieran invirtiendo los 23 grupos, que invirtiera el Estado. (Aplausos.) Eso podría ser una salida.

En cuanto a su preocupación fundamental, realmente la compartimos. He propuesto al señor Presidente, probablemente administrados por Nacional Financiera, la creación de tres fondos distintos. Uno de ellos ya está operando con una pequeña cantidad, simplemente como experimento. Se trataría de un fondo de

complementación industrial para que el Estado pueda suscribir el capital que le hiciera falta a un pequeño inversionista, y no sacrificar el tamaño óptimo de la empresa. Las condiciones, sin embargo, serían distintas. El Estado suscribiría las acciones, digamos Nacional Financiera, pero a petición del inversionista privado podrían convertirse en obligaciones para su rescate en años posteriores.

En esa forma, al que tiene un 60 o un 50 por ciento de capital, se le ayuda para que no sacrifique, por escasez de capital, el tamaño de la planta que quiere establecer. Pero no es una inversión que pasa a formar parte de la cartera de Nacional Financiera o del banco de que se trate, sino que las puertas quedan abiertas para su rescate en los términos que estipule el contrato hecho al iniciar la operación.

Ya hemos empezado a trabajar con la mediana industria con un fondo de 50 millones de pesos. Ha dado buen resultado, y le voy a confesar una cosa muy curiosa: gran parte de las protestas que hemos recibido se deben a que el Estado no toma una mayor participación con todos sus clientes. Estamos operando con 50 millones, pero la idea es que ese fondo se convierta en una línea de crédito revolvente de 3 mil millones de pesos. Queremos que haya más empresarios, y que se fortalezca a aquel que apenas se inicia; que se le apoye con capital, que se le proporcione asistencia técnica.

Además, pensamos crear otra línea de crédito, de auxilio para las pequeñas empresas que en un momento dado estén pasando por una situación difícil. Si recurren al crédito, se les liquida definitivamente al cobrarles, como andan mal, el 18 ó 20 por ciento. Entonces, se crearía una línea de crédito, con tasas bajas de interés para apoyar a las empresas que se encuentran en una situación difícil, no por mala administración, sino por circunstancias transitorias en el mercado, o en su operación.

Es decir, la tesis sigue siendo la misma. El Estado no va a comprar empresas en quiebra, porque no es una compañía de seguros a favor de la ineptitud de los empresarios. (Aplausos.)

La tercera línea de crédito sería un poco más pequeña, y tendría como objetivo facilitar los conocimientos técnicos a aquellos empresarios que, por lo pequeño de su industria, no los pueda desarrollar. (Aplausos.)

El C. Garabito Martínez, Jorge: Muy interesantes las explicaciones que usted ha dado. Espero que en alguna ocasión tengamos oportunidad de dialogar sobre el intervencionismo del Estado en materia económica, ya que no es ésta la oportunidad; por lo demás, debo decirle que el arquitecto es el que diseña la política aunque no tenga título.

El C. Presidente: Tiene el uso de la palabra el ciudadano diputado J. de Jesús Arroyo Alanís.

El C. Arroyo Alanís, J. de Jesús: Señor Secretario:

Tanto las reformas a la Ley del Impuesto Sobre la Renta, como la Ley de Registro de Transferencia de Tecnología contienen medidas de aliento a la inversión para impulsar el desarrollo de la industria nacional.

¿Cuál considera usted, señor Secretario, que sea la respuesta del inversionista nacional ante esta nueva oportunidad que otorga la Iniciativa de Ley que nos ocupa para promover y fortalecer la empresa mexicana?

El C. Secretario del Patrimonio Nacional: Mire usted, señor diputado. Yo creo que con este tipo de problemas no funciona muy bien la "bolita de cristal". Sin embargo, creo que cada vez hay un grupo más grande de empresarios mexicanos. Así como se mencionaron el otro día los 23 grupos, resultaría posible reducirlo a 18 o a 10, ya que, de todas maneras nunca se especificaron cuáles eran los 23. No creo que el asunto sea tan serio; hay bastantes empresarios. Hay gente con iniciativa, el Estado está dispuesto a apoyarlos; sobre todo en la medida en que no sean tan grandes. Los que ya son muy grandes, han llegado a serlo muchas veces precisamente por el apoyo indiscriminado que han recibido del Estado. Creo que ésta es oportunidad histórica, y de que respondan positivamente o no, dependerá cómo clasifiquemos su papel y su utilidad dentro de la sociedad.

Yo no le puedo responder lo que van a hacer los empresarios privados, porque no soy empresario y nunca lo he sido, porque los negocios quitan mucho tiempo. Pero se están jugando su futuro. Lo más trágico sería que su abstencionismo nos demostrara que no eran necesarios. Gracias.

El C. Arroyo Alanís, J. de Jesús: Por otro lado, sería muy conveniente conocer su opinión en torno al problema que suscitaría la falta de interés o de posibilidades concretas por parte de los sectores empresariales mexicanos para adquirir una empresa, que de otra suerte podría ser motivo de inversión directa extranjera, problema particularmente serio en el caso de empresas de gran importancia nacional. Frente a esta perspectiva, por cierto real, ¿no sería preferible que en lugar de dejar el criterio de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, en los términos previstos en el artículo 10 de la Iniciativa, se precisara en forma explícita un mecanismo encaminado a promover la adquisición, por parte de mexicanos, de empresas vitales para la economía, de manera que se protegiera automáticamente al interés nacional?

Por otra parte, señor Secretario, podría usted indicarnos, ¿cómo se puede frenar la participación de capital extranjero en las industrias alimenticias, química y farmacéutica; y la adquisición de empresas por acción del capital foráneo?

El C. Flores de la Peña, Horacio: Sí, señor. Lo anterior no se pone en forma explícita en la Ley, aunque cuando una empresa extranjera quiera comprar parte de una empresa nacional, se reserva el derecho al tanto para inversionistas mexicanos. Evidentemente, si no existe un inversionista privado para hacerlo de inmediato y es de interés nacional que esa parte del capital no sea adquirido por el capitán extranjero, cualquiera de los organismos financieros del Estado puede comprar esa parte y

posteriormente ponerla a la venta cuando las condiciones sean más propicias. No es necesario poner esto explícitamente porque entonces tendríamos que hacer todo un rosario de los pasos que se tienen que dar para conseguir que se invierta en una determinada planta. Es más factible, en este tipo de operaciones, lograr lo anterior a través de las instituciones bancarias del Estado y conseguir después un cliente, o bien tomar para si en firme la parte que se está tratando de vender.

¿Cómo frenar la participación del capital extranjero en industrias como la farmacéutica y la de alimentos? Pues precisamente, siguiendo lo que establece la nueva ley. De acuerdo con ésta, la Comisión de Inversiones Extranjeras tiene la facultad de prohibir la operación entre el mexicano y el extranjero. . Si el mexicano quiere vender, puede hacerlo al precio de avalúo, en cualquiera de los organismos financieros del Estado o a favor de cualquier empresario privado nacional.

El problema que se podría presentar realmente si se creara el compromiso de compra por parte del Estado o por parte de mexicanos. Por ejemplo, un extranjero que hubiese establecido un negocio con un plan previsto para venderlo posteriormente al doble, dado que estaríamos obligados a comprarlo, nos vería dos veces la cara de subdesarrollados.

El C. Arroyo Alanís, J. de Jesús: Por último, señor Secretario, con esta legislación que estamos estudiando y con la que ya se aprobó, que crea el Registro Tecnológico y regula la explotación de patentes y marcas, ¿no estamos corriendo el riesgo de marginarnos del desarrollo tecnológico que podría traer a nuestras empresas desventajas competitivas en el exterior?

El C. licenciado Horacio Flores de la Peña: Mire usted, no lo creo. Y no lo creo porque afortunadamente la tecnología no se da sólo en un país; en realidad, lo que le ha faltado muchas veces al industrial mexicano, que contrata mal una tecnología, es experiencia sobre la disposición de esa tecnología en diversas partes del mundo. Esta es una labor que al iniciarla la CONACYT va a ser un gran auxilio para los inversionistas mexicanos, para que ellos sepan que una tecnología lo mismo la puede adquirir en Inglaterra, Alemania, Italia, o Japón, que en Estados Unidos o bien en algunos países socialistas.

No creo que nos marginemos; creo lo contrario. Países que tienen una tasa alta de desarrollo como la tiene México, y además durante períodos largos de tiempo, no muestran un problema serio de acceso al desarrollo tecnológico. Más bien, el problema que se nos presenta frecuentemente es saber elegir la mejor tecnología y, muchas veces, el mejor socio.

En una negociación que tuve yo con una compañía extranjera, en la que el Estado participaba, se había fijado, y el empresario privado, quien iba en calidad de socio nuestro, estaba a punto de aprobarlo, pagar como regalías por la tecnología un 3% de las ventas brutas. Después durante la negociación bajamos esta proporción a un 3% de las utilidades, siempre que no representara más de una cantidad determinada, en este caso de cinco millones de dólares, en cuyo caso la tecnología pasaría a ser propiedad de la empresa mexicana. Pero muchas veces lo que sí hace falta, sobre todo a empresarios de tamaño mediano, es el conocimiento de dónde está la tecnología que más les conviene, la más barata, y también que se le asesore sobre el tipo de negociaciones y de pagos, para que se apegue a las prácticas que normalmente se aceptan en el mundo.

No creo que nos vayamos a marginar como resultado de la aplicación de las dos leyes. Creo que seguiremos con acceso al adelanto tecnológico. Cabe hacer una aclaración, sin embargo, en las industrias muy dinámicas donde el adelanto tecnológico tiene gran velocidad. A veces, en lugar de comprar tecnología es más conveniente la asociación con extranjeros para que no lo dejen a uno marginado del adelanto tecnológico y le pasen los conocimientos conforme ellos los van obteniendo. Porque si se les tiene de socios al 40 o al 45%, y no le transfieren a uno la tecnología, ellos también van en las pérdidas junto con nosotros. (Aplausos.)

El C. Presidente: Se concede el uso de la palabra al C. diputado Miguel Hernández Labastida.

El C. Hernández Labastida, Miguel: Señor Secretario:

El proyecto de Ley para regular la inversión extranjera ha sido motivo de críticas que se han externado públicamente. Una de estas opiniones, que también a nosotros nos preocupa, es la que se mencionó en la ciudad de Monterrey, en el Congreso de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, donde concretamente se dijo que esta ley tiene un grave síntoma de miopía histórica, pues en lugar de acercar a México a la integración latinoamericana lo aísla de ella, explicando que si no se añade a la mencionada ley un dispositivo especial, acerca de la inversión latinoamericana, se renuncia virtualmente a la integración económica del Continente.

Aunque sabemos que la ley no pretende alentar la inversión extranjera, sino regularla, tratando de impulsar la inversión nacional, nosotros pensamos que dentro de la política general de vigilancia de la inversión extranjera, un capítulo muy importante es el de nuestras relaciones con la zona latinoamericana y por lo tanto requiere consideraciones especiales. Aun cuando usted ya mencionó algo al respecto, deseamos saber cuál es la política que en este sentido seguirá el régimen.

El C. Secretario del Patrimonio Nacional: Sí, yo vi esa noticia, y creo que el que tiene miopía es este señor, porque no leyó bien o no vio bien la ley o las noticias sobre la ley que publicaron los periódicos. El debería consultar al oculista.

Mire usted: en esta ley, falta evidentemente lo que usted señala, porque no se puede incluir hasta que no se llegue a un acuerdo internacional, que estamos próximos a concertar. Pero usted no puede establecer en una ley mexicana

disposiciones sobre un acuerdo internacional que se va a firmar entre 4 o 5 países, antes de que éste exista. Evidentemente que se podría haber mencionado; pero el no hacerlo tampoco quiere decir que se excluye, porque queda dentro del criterio de decisión de la Comisión de Inversiones, y ya le decía yo a usted que la única forma en que podemos aspirar a que el Mercado Común Latinoamericano siga creciendo en forma sostenida, es que nos volvamos cada vez más complementarios y la única forma de volvernos complementarios es realizar inversiones multinacionales. Hemos llegado a un punto en que lo único que podemos comerciar es plátanos contra plátanos y café contra café. Tenemos que romper ese círculo vicioso, estableciendo compañías que permitan la explotación de aquellos recursos naturales, o la sustitución de importaciones de fuera del área para irnos dando los recursos que nos permitan irnos dando los recursos que nos permitan mantener un ritmo creciente de comercio. Evidentemente que tiene usted razón. Esa es la única salida que le queda al Mercado Común Latinoamericano: transformarse en un mercado común de importaciones y exportaciones latinoamericanas.

El C. Hernández Labastida, Miguel: Señor Secretario, a este respecto, ¿qué disposiciones existen en la ALALC acordes con los tratados internacionales que ya tenemos con los países latinoamericanos, respecto a las importaciones procedentes de fuera del área?

El C. licenciado Horacio Flores de la Peña: Mire usted, el caso más concreto es el del Pacto Andino, que tiene una posición bastante rígida frente a la inversión extranjera, pero un país latinoamericano sí puede negociar con ellos su admisión y, por tanto, el establecimiento de negocios conjuntos.

Mire usted, nosotros, por ejemplo, estamos en negociaciones con Perú para nuestra incorporación como partícipe, no como miembros activo, sino como partícipe dentro del Grupo Andino, e incluso ya hemos planteado la posibilidad de efectuar negocios conjuntos. Nosotros estamos, por ejemplo, fundiendo el mineral de cobre peruano en Santa Rosalía, en Baja California, a razón de 5 mil toneladas mensuales. Probablemente ellos tienen muy buena roca fosfórica. No sería remoto que promoviéramos el establecimiento de una planta de fertilizantes en Perú. Y entonces no es simplemente Perú pagándonos a nosotros anualmente la maquila de su cobre, sino nosotros también comprándole fertilizantes que nos hacen falta. Y así se van estableciendo las complementaciones. (Aplausos.)

El C. Hernández Labastida, Miguel: Muchas gracias.

El C. Presidente: Tiene el uso de la palabra el C. diputado Antonio Melgar Aranda.

El C. Melgar Aranda, Antonio: Señor Secretario, esta Asamblea desearía si usted estima que la participación del capital extranjero ha representado, y actualmente representa, un papel importante en los procesos de capitalización del país.

Y, por otro lado, ¿considera usted que si esta Iniciativa de Ley que promueve la inversión nacional y regula la presencia del capital foráneo, fuera aprobada, modificaría nuestra tasa de desarrollo, porque impediría obtener los ahorros suficientes y necesarios para financiar la inversión nacional?

El C. Secretario del Patrimonio Nacional: Sí, señor. Mire usted, la tesis que han sostenido grupos muy numerosos de aficionados a la economía sobre la escasez del ahorro interno, es una tesis falsa. Más que llamarle "tesis de la escasez de capital", se le debería de llamar la "Tesis del Desarrollo Imperialista". O el enfoque imperialista del desarrollo económico. Como usted quiera llamarla.

Si la inversión extranjera representa el 5% del ahorro total, obviamente su ausencia no nos hace ningún daño en términos cuantitativos. Muchas gentes que incursionan por el campo de la economía, sostienen la tesis que mencionaba hace poco: "Para que un país crezca, tiene que invertir; para invertir, tiene que ahorrar. Pero como el ahorro depende del ingreso y el ingreso es bajo, no hay suficientes ahorros, o sea, que como el ahorro es bajo, no invertimos y como no invertimos, no crecemos; lo que nos encierra en un círculo, el círculo vicioso del enfoque imperialismo del desarrollo económico.

Y lo curioso es que muchas gentes, cuya actuación no corresponde a la defensa de los intereses de un país fuerte, lo divulgan con mucha facilidad. No hay un banquero con el que usted hable, que no le hable de la escasez del ahorro; que el ahorro es escaso y que hay que promover el ahorro. Como si el ahorro se pudiera promover. El único ahorro que usted puede promover es el de los niños en las escuelas. El ahorro se crea con el trabajo. El ahorro no es más que parte del trabajo no pagado que reciben empresarios y trabajadores. (Aplausos.)

El C. Melgar Aranda, Antonio: Señor Secretario: De acuerdo con el artículo 24 de la Iniciativa para promover la Inversión Mexicana y regular la Inversión Extranjera, los títulos representativos del capital de las empresas serán nominativos cuando sean propiedad de las personas o unidades consideradas como extranjeras. Sería de sumo interés para esta Cámara que nos ilustrara acerca de si el Poder Ejecutivo contempla la posibilidad de adoptar medidas adicionales, para evitar la agudización del problema de los prestanombres; ya que los títulos representativos de inversión por parte de mexicanos no están sujetos a registros obligatorios.

El C. Flores de la Peña, Horacio: Bueno, en la ley se contemplan castigos a los prestanombres. Probablemente en una forma cínica se podría contestar que lo único que se va a hacer es que cada vez sean más caros los prestanombres; pero el hecho de encarecerlos también los hace difíciles, poco accesibles y muy peligrosos. Creo yo que de todas maneras nos enfrentamos a un problema que rebasa el marco de una legislación: rebasa el marco de una legislación por la sencilla razón de que mientras exista una empresa que da grandes

utilidades y un mexicano que sacrifica el progreso del país para su bienestar personal, creo que se puede burlar la ley. Es un problema de responsabilidad nacional. Y cuando trata uno con irresponsables, las leyes frecuentemente pueden ser burladas. El problema de los prestanombres irá desapareciendo cuando se de cuenta la sociedad y lo acepte, no sólo que está configurado como delito en una ley, sino que es un delito en contra del país; y que los que comenten delitos en contra del país son gentes que no deben vivir en la sociedad que nosotros tratamos de formar. Esas gentes sí merecen que se les margine de la sociedad en la que con tanto esfuerzo estamos trabajando. Pero, repito, cuando el comportamiento humano es amoral, sí rebasa el ámbito de la Ley y lo único que podemos hacer es volver más estrictos los márgenes de moralidad, mediante las leyes, pero no podremos extinguirlos porque, como ya decía, mientras haya una empresa que dé muy buenas utilidades y un mexicano que anteponga el interés propio al de su país, esperando burlar la ley, seguirán existiendo. Lo único que tratamos aquí es hacer su existencia lo más incómoda posible. (Aplausos).

El C. Melgar Aranda, Antonio: Muchas gracias, señor Secretario.

El C. Presidente: Tiene el uso de la palabra el ciudadano diputado Salvador Esquer Apodaca,

El C. Esquer Apodaca, Salvador: Señor Secretario, en su intervención en esta comparecencia, usted a insistido mucho y remarcado la necesidad inminente del acceso a la tecnología moderna, tanto en su exposición inicial, como en sus respuestas. ¿Podría usted ilustrar a esta Asamblea, refiriéndose más explícitamente al papel que juega el adelanto tecnológico y procedimientos y modalidades de la inversión en el desarrollo económico de la sociedad contemporánea?

El C. licenciado Flores de la Peña: Sí, señor, mire usted, en economía hemos llegado al extremo de afirmar que la tasa de desarrollo de un país prácticamente es una función de su capacidad para absorber innovaciones tecnológicas. ¿En qué estriba la importancia de las innovaciones tecnológicas? En que directamente incrementan la productividad del trabajo y, entonces, permiten al contrario de lo que ocurrió en el siglo XIX, que al mismo tiempo crezcan los ingresos del trabajo y los ingresos del capital. El adelanto tecnológico, al hacer más productivo el esfuerzo humano permite que la acumulación de capital no se convierta en una función de la explotación de los trabajadores. Ahí radica la importancia de la incorporación de adelantos tecnológicos a los procesos productivos, pues dan lugar a que haya más acumulación de capital y mejores niveles de vida para la clase trabajadora. (Aplausos.)

El C. Esquer Apodaca, Salvador: Muchas gracias, señor licenciado.

El C. Presidente: Tiene el uso de la palabra el ciudadano diputado Guillermo Ruiz Vázquez.

El C. Ruiz Vázquez, Guillermo: Señor Secretario, la iniciativa de Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión Extranjera establece en su Artículo 5o. diversas reglas para normar la actividad de empresas señalando porcentajes posibles de participación de capitales extranjeros.

El cumplimiento de esta disposición será posible en cuanto se refiere a nuevas sociedades que para este efecto se constituyan, pero para las que actualmente existen será difícil usar medios eficaces para constreñir la inversión extranjera a los límites de participación que señala el Artículo expresado.

Los artículos transitorios de esta Ley no señalan formas para lograr en estos casos los límites de participación establecidos ni tampoco estas reglas de desarrollan en el articulado del proyecto de Ley.

Por otra parte, el proyecto omite normas para el manejo de acciones en la bolsa de valores que pudieran ser adquiridas por extranjeros, aún cuando parcialmente dio usted respuesta a este último aspecto de mi pregunta, a solicitud de la señora diputada Guillermina Sánchez Meza de Solís, su respuesta sólo se refirió a las empresas de participación estatal en las que el Gobierno puede, en un momento dado, cambiar las acciones al portador por acciones nominativas, pero no en todas las empresas en que ordinariamente existen acciones al portador.

Podría indicarnos, señor Secretario, ¿qué política tiene delineada la Secretaría a su cargo o el autor de la iniciativa para resolver los problemas señalados en nuestra pregunta y, además, para actualizar la legislación relacionada con la bolsa de valores que es anticuada y que si bien podría en la práctica tener el aspecto negativo de la especulación, puede tener también el muy grande y positivo de la captación de ahorro para inversiones de personas particulares?

El C. Secretario del Patrimonio Nacional: Sí señor, como no. Mire usted: en efecto, señor diputado Ruiz Vázquez, el proyecto no contempla, no tiene en su articulado la forma, o establece las formas, en que las empresas ya existentes se ajusten al margen fijado, porque la ley no es retroactiva, no se ha contemplado su retroactividad; pero para estos casos la ley ha establecido - en el artículo 5o. - unos porcentajes dados, estos porcentajes están vigentes, y ya se están exigiendo. Se están exigiendo, por ejemplo, en petroquímica, se están exigiendo en minería, en todas las que aquí se han mencionado.

Ahora, la idea que teníamos nosotros en que el manejo de estos títulos, de estos valores en las bolsas de valores, sea uno de los primeros aspectos que se examine en la Comisión de Inversiones Extranjeras para incorporarlo dentro del Reglamento de la Ley, porque el manejo de los valores es una cosa un poco compleja. Por ejemplo, se podrían incorporar detalles como el de que baste un sello para hacer nominativo un valor al portador, y así trastornar demasiado a todas las compañías que constantemente estén emitiendo valores. Estos son,

incluso, problemas de mecánica que serán muy interesantes cuando aparezcan en el Reglamento; pero creo que su lugar no estaba dentro de la Ley. Sí estamos conscientes que ese problema se tiene que resolver y que es necesario dejar bien explícita la mecánica que se va a seguir en las operaciones de las bolsas de valores para resguardar, digamos, el porcentaje que corresponda a los extranjeros, para que nos se excedan.

Ahora, en cuanto a la bolsa de valores, aunque no soy la persona autorizada para contestar, me decía el licenciado Margáin que están a punto de terminar un estudio con un grupo de gentes bastante numeroso, que observaron en varios lugares del mundo las operaciones de las bolsas de valores, para modernizar el reglamento actual de la bolsa, que, efectivamente, es muy viejo y para darle un mayor dinamismo. Es evidente que la gente, en su gran mayoría, la identifica con la especulación de valores, lo que evidentemente se hace; pero también es el único mecanismo que tiene el ahorrador pequeño para poder participar en las grandes empresas, y aun no se ha convertido en un mecanismo al alcance de los empresarios para hacerse de fondos líquidos a través de emisiones de acciones y evitar que tengan que recurrir al crédito. En parte el retraso del trabajo de la bolsa de valores es por el predominio y la fuerza que adquirió el sistema bancario en los últimos veinte años, que estuvo creciendo y que, claro, son antagónicos. Si usted puede colocar valores en la bolsa, no pide prestado, pero sin embargo, esta era una etapa necesaria para el fortalecimiento de la banca nacional y creo que la etapa que corresponde ahora es el fortalecimiento de la bolsa de valores, como conducto para el pequeño ahorrador y para aquel que quiera colocar valores y no recurrir al crédito. (Aplausos.)

El C. Ruiz Vázquez, Guillermo: Muchas gracias, señor Secretario.

El C. Presidente: Se concede el uso de la palabra al C. diputado Salvador Hernández Vela.

El C. Hernández Vela, Salvador: General Hernández Vela, diputado federal por Coahuila.

Señor Ministro: Se afirma que nuestro país carece de los recursos necesarios para mantener una tasa de desarrollo conveniente y que es necesario que grupos económicos de altos ingresos reduzcan sus gastos suntuarios, a fin de aumentar el ahorro nacional y destinarlo a inversiones que incrementen el número de empleos para los mexicanos.

Siendo el objeto de la Iniciativa que nos ocupa el de estimular un desarrollo justo y equilibrado y consolidar la independencia económica del país, nos agradaría saber cuáles serían los campos productivos señalados a la inversión extranjera, en los que se reflejaría este desarrollo. Y cuáles las posibilidades cercanas o remotas de nuestro desarrollo independiente.

El C. Secretario del Patrimonio Nacional: Bueno, mire usted, yo creo que la afirmación de que en México no hay fondos para sostener una tasa aceptable de crecimiento, carece estadísticamente de validez; no está demostrada, por lo que antes mencioné. En un período de 5 años el ahorro interno, es decir el ahorro del sector privado, fue de 230 mil millones; y su inversión fue de 201 mil. Así quedaron 29 mil millones de excedente que no se invirtieron por el sector privado y que los absorbió el gobierno para invertirlos, porque si no lo hubiera hecho, se hubiera contraído la tasa de crecimiento por un monto mayor a los 29 mil millones de pesos.

En realidad la tasa de crecimiento de un país se reduce cuando el ahorro es mayor que la inversión. Ese es el único momento de peligro; que el ahorro exceda a la inversión; en ese momento alguien lo tiene que gastar y ese alguien es el Estado, aquí, en Estados Unidos, en Inglaterra, donde quiera.

El ahorro del sector privado siempre es mayor que el volumen de la inversión privada, excepto en años excepcionales. Los que afirman que falta ahorro, yo creo que lo que les falta es tiempo para ver un poco las estadísticas y darse cuenta de que la economía funciona como debe ser y no como ellos creen.

En cuanto a los campos productivos que se podían reservar a la inversión extranjera, ahí sí francamente no le quisiera dar una respuesta concreta, porque es motivo de un acuerdo; uno de los primeros acuerdos que deberá tomar la Comisión de Inversión y no creo que yo pueda hablar de ello. Le puedo citar un ejemplo. uno de ellos es el de la petroquímica.

El C. Hernández Vela, Salvador: Señor Secretario: en mi calidad de representante popular por el IV Distrito Electoral del Estado de Coahuila, quisiera que usted aclarara una inquietud que han manifestado los trabajadores de la empresas maquiladoras en torno a la ley que nos ocupa. ¿Tendrá repercusiones este ordenamiento jurídico que en una o en otra forma pudieran afectar el patrimonio familiar y a las fuentes de trabajo de los 30 mil trabajadores que prestan sus servicios en las empresas maquiladoras ubicadas a lo largo de nuestra faja fronteriza con Estados Unidos de Norteamérica?

El C. Flores de la Peña, Horacio: Sí, señor, mire, hay un párrafo en el artículo quinto que tiene esa intención. "La Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras podrá resolver sobre el aumento o la disminución del porcentaje a que alude el párrafo anterior, del 51%, cuando a su juicio sea conveniente para la economía del país y fijar las condiciones conforme a las cuales se recibirá en caso específico la inversión extranjera". Este es exactamente relativo a las maquiladoras; pueden tener 100% de capital, pero las condiciones con las que operan es que no vendan dentro del país. (Aplausos.)

El C. Hernández Vela, Salvador: Muchas gracias, señor Ministro.

El C. Presidente: Tiene el uso de la palabra, el C. diputado Víctor Manuel Gandarilla.

El C. Gandarilla, Víctor Manuel: Señor Secretario: Tenemos entendido que un gran número de empresas extranjeras que operan

en México son filiales de grandes compañías que funcionan en todo el mundo. Siendo iguales la marca y la calidad de sus productos, elaborados con mano de obra más barata que muchos países del extranjero, ¿cuáles son las razones, su juicio, por las que estas empresas se han concretado a producir para el mercado interno y han descuidado los mercados del exterior, y qué podríamos hacer para incorporarlas a la política de desarrollo, trazada por el actual régimen?

El C. Flores de la Peña, Horacio: Mire usted: La razón por la que estas compañías no se interesan en el mercado exterior es porque también es de ellos. Así es que no van a hacerse la competencia solas. Empresas como las enlatadoras o las productoras de medicinas son ellas mismas las dueñas del mercado externo. Y como no hay que esperar altruismo por parte de ellas, pues con buenas intenciones no podríamos lograr nada, seguirán saliendo los botes de medicina diciendo "este producto no es de exportación", aunque sea la misma marca del que se vende, digamos, en Cordelia. La misma táctica se practica con productos que son elaborados en Estados Unidos y enviados a Colombia, por ejemplo, o a cualquier otro país; los podían mandar de México, pero por qué van a competir entre ellos mismos. Estos son los hechos reales de la vida, lo malo fue que las dejamos entrar nosotros y ellas no van a vender afuera. ¿Y cómo incorporarlas¿ Bueno, pues, una de las formas en que se podía incorporar a estas compañías a un esfuerzo de exportación, es condicionando su permanencia a que lo hagan, porque además son muy fácilmente substituibles. Y en caso de otras empresas, como el caso típico del Heinz, ¿porqué va a producir en México para mandar al mercado norteamericano¿ Pues no le conviene. Le conviene más cerrar el mercado mexicano y después abastecerlo desde Estados Unidos.

¿Está contestada la pregunta?

El C. Gandarilla, Víctor Manuel: Por último, señor Secretario, quiero manifestarle otra inquietud. En uno de los incisos del artículo 5o. de la Ley que estudiamos se menciona que la participación de la inversión extranjera en los órganos de administración de la empresa no podrá exceder, a su vez, de su participación en el capital. ¿Podríamos entender con esto que se está condicionando el número de empleados de alto nivel de nacionalidad extranjera, cuyos elevados sueldos y estancia indefinida en el país originan fuerte salida de divisas y hacen prohibitivo su reemplazo por técnicos y administradores mexicanos?

El C. licenciado Flores de la Peña: Sí, no sólo se refiere a eso, sino también, fundamentalmente, a los órganos de administración y la dirección misma de la empresa. No se refiere a los técnicos porque difícilmente encuentra usted empresas extranjeras con el 49% del capital que tengan el 49% del personal extranjero. Esa es una política que tendrá que seguir la parte mexicana dentro de la empresa y no se les puede estar resolviendo todos los problemas a base de leyes, porque posiblemente surgirán una enormidad de problemas que una Ley no puede contemplar. Es de interés nacional que se ocupe el mayor número de técnicos mexicanos. Sin embargo, a menudo se ocupan técnicos extranjeros porque traen consigo su propia tecnología, dejémosles la responsabilidad de quien maneje las empresas, porque no les podemos dar trato, de menores de edad a quienes, aparentemente, toman el riesgo de llevar a cabo una inversión grande aunque, a veces, lo amerita. (Aplausos.)

El C. Gandarilla, Víctor Manuel: Muchas gracias, licenciado.

El C. Presidente: Se concede el uso de la palabra al ciudadano diputado José Luis Alonso Sandoval.

El C. Alonzo Sandoval, José Luis: Señor Secretario, a nadie de nosotros escapa el profundo interés nacional que tiene el estudio y la aprobación de la iniciativa que motiva la presencia de usted en esta Cámara. Indiscutiblemente como usted mismo lo asentó en una de sus intervenciones, el pluralismo político no significa necesariamente disidencia sistemática, yo creo que el espíritu patriótico de todos los miembros de este cuerpo colegiado habrá de imponerse sobre las diferencias de carácter ideológico para aprobar lo que, desde nuestro particular punto de vista, constituye un intento de redefinición de la política de la Revolución Mexicana en materia de inversiones extranjeras.

Siento también que el sexenio del Presidente Echeverría, es un sexenio de redefinición de las metas sociales trazadas por la Revolución Mexicana, y así hemos creado el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, hemos redefinido la política de la Revolución en materia agraria con la Ley Federal de Reforma Agraria, la política de la Revolución en materia de la utilización de aguas, con la nueva Ley de Aguas, los objetivos sociales de la Revolución con la creación del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y así, como estas instituciones, muchas otras a través de las cuales se trata de redefinir los objetivos sociales y políticos en que la Revolución Mexicana se ha empeñado desde principios de siglo.

En este proceso el Presidente Echeverría ha enviado al Congreso de la Unión una iniciativa de Ley que no trata de variar las reglas del juego, porque esta materia no puede ser motivo de juego para ninguno de los mexicanos.

Ha contestado usted con sobriedad y decisión a cada una de las interrogantes que los compañeros diputados le han hecho. No vamos a agradecerle el hecho de su presencia en esta Cámara, porque el cumplimiento de una obligación establecida constitucionalmente no debe agradecerse; pero sí deseamos, a nombre de nuestros compañeros diputados, expresarle a usted nuestra complacencia, especialmente, por la sobriedad republicana con que ha ilustrado el juicio de cada uno de nosotros. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. licenciado Flores de la Peña: ó sí quiero darles las gracias por haberme permitido venirles a exponer a ustedes cuáles son los

lineamientos de política económica que están detrás de esta iniciativa de ley para promover la inversión mexicana y regular la inversión extranjera, he tratado de ser lo más claro y preciso con ustedes; presentarles los puntos de vista con la honestidad con que se debe hablar al Poder Legislativo. No por ganarse una salida más airosa se deben de ocultar defectos que en un momento dado una ley pudiera contener.

Puede ser que a algunos les disguste la Ley que aquí se presenta; algunos la considerarán peligrosa y arriesgada; a otros, quizá les parezca que se podría ir más lejos. Hemos procedido con toda conciencia de que esto es lo que en el momento de dificultades monetarias en el mundo, de dificultades en el comercio internacional provocadas por los grandes países, que parecen caminar a marchas forzadas a un mercantilismo absurdo que va a llevar a la disminución de los niveles de vida de todos los países. Parece que la capacidad de suicidio de la humanidad no tiene límite.

Hemos presentado estos puntos de vista dentro de la ley, con el objeto de salvaguardar el crecimiento futuro del país e ir logrando que el nivel de dependencia vaya disminuyendo. En materia económica, para que estén ustedes tranquilos, las leyes no tienen una gran duración, sobre todo cuando el ritmo de desarrollo de un país es tan acelerado, por eso es flexible, para irnos acomodando lo más que podamos; México continuará creciendo y deseamos que esto nunca llegue a ser una camisa de fuerza al crecimiento del país y no lo será. Espero que en un asunto de interés nacional todos los partidos queden satisfechos. Hemos tratado al hacer este proyecto simplemente de servir a México, independientemente de actitudes ideológicas o de partidos políticos. Muchas gracias. (Aplausos, de pie.)

El C. Presidente: En nombre de la Cámara de Diputados de la XLVIII Legislatura del Congreso de la Unión, me permito expresar el reconocimiento de este Cuerpo Legislativo al C. Presidente de la República, por haber autorizado la comparecencia del C. Secretario del Patrimonio Nacional ante esta Representación Nacional, en los términos y circunstancias previstos en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para informar a esta Asamblea sobre los motivos y propósitos que originaron la Iniciativa de Ley que promueve la inversión extranjera. Asimismo, expreso el reconocimiento de esta Asamblea a los funcionarios, empresarios, representantes de la banca y en general a todos los asistentes a esta sesión por el interés demostrado con su presencia el día de hoy.

A usted, ciudadano licenciado Horacio Flores de la Peña, le pedimos aceptar nuestra complacencia por las amplias consideraciones que ha tenido a bien hacernos en cuanto a la Ley para promover la inversión mexicana y regular la inversión extranjera, mismas que han satisfecho a la Asamblea Legislativa.

Se ruega a la comisión designada para introducir al ciudadano licenciado Horacio Flores de la Peña, Secretario del Patrimonio Nacional, lo acompañen cuando él desee retirarse. (Aplausos.)

(La comisión cumple su encargo.)

- El C. Presidente Continúe la Secretaría con los asuntos en cartera.

El C. secretario Soto Reséndiz, Enrique: Señor Presidente: Agotados los asuntos en cartera.

- El C. Presidente ( a las 13:05 horas): Se levanta la sesión y se cita para la próxima que se efectuará el martes 13 de febrero a las once horas, en la que se tratarán los asuntos con los que la Secretaría dé cuenta.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"