Legislatura XLIX - Año III - Período Extraordinario - Fecha 19760511 - Número de Diario 5

(L49A3P1eN005F19760511.xml)Núm. Diario:5

ENCABEZADO

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

XLIX LEGISLATURA

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO III México, D.F., Martes 11 de Mayo de 1976 TOMO III. NÚM. 5

PERIODO EXTRAORDINARIO

SUMARIO

Apertura..

Orden del Día.

Acta de la sesión anterior. Se aprueba.

DICTÁMENES DE PRIMERA

LECTURA

Ley Federal de Reforma Agraria

Proyecto de Decreto que reforma varios artículos de la Ley mencionada. primera lectura..

Ley de Amnistía.

Dictamen con proyecto de Ley, al que da lectura el C. diputado Serafín Domínguez Ferman. Primera lectura. Se dispensa la segunda lectura. A discusión en lo general y en lo particular. Hablan en pro los CC. Gerardo Medina Valdez, Lázaro Rubio Félix, Javier Blanco Sánchez, Francisco Javier Gutiérrez Villarreal y Horacio Labastida Muñoz. Se aprueba en ambos sentidos por unanimidad. Pasa al Senado..

Orden del Día.

Se da lectura al Orden del Día de la sesión próxima. Se levanta la sesión.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. DIPUTADO MANUEL RAMOS GURRIÓN

(Asistencia de 162 ciudadanos diputados.)

APERTURA

- El C. Presidente (a las 12:00 horas): Se abre la sesión.

ORDEN DEL DÍA

- El C. secretario Rogelio García González:

"Período Extraordinario de Sesiones XLIX Legislatura. Cámara de Diputados.

Orden del Día.

11 de mayo de 1976.

Lectura del acta de la sesión anterior.

Dictámenes de primera lectura.

De las Comisiones unidas de Hacienda, Crédito Público y Seguros, de Desarrollo de los Recursos Naturales y Energéticos, de Estudios Legislativos y de Asuntos Agrarios con proyecto de Decreto, que reforma diversos artículos de la Ley Federal de Reforma Agraria.

De las Comisiones unidas de Hacienda, Créda de Justicia; Primera de Puntos Constitucionales y Primera y Segunda de Gobernación con proyecto de Ley de Amnistía."

ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR

- El mismo C. Secretario:

"Acta de la sesión efectuada por la Cámara de Diputados de la XLIX Legislatura del H. Congreso de la Unión, el día seis de mayo de mil novecientos setenta y seis.

Presidencia del C. diputado Manuel Ramos Gurrión.

En la ciudad de México, a las doce horas y veinte minutos del jueves seis de mayo de mil novecientos setenta y seis, con una asistencia de ciento sesenta y cinco ciudadanos diputados, la Presidencia declara abierta la sesión.

Lectura del Orden del Día del Acta de la sesión anterior celebrada el día cuatro de los corrientes, la que sin discusión se aprueba.

Se da cuenta de los documentos en cartera:

La Secretaría presenta y da lectura al informe que manifiesta el número de expedientes tramitados durante el mes de diciembre de mil novecientos setenta y cinco, por las Comisiones Permanentes y Especiales de la Cámara de Diputados.

Insértese en el Diario de los Debates.

Los C. Secretarios de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, de conformidad con el artículo 179 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General, turnaron a este Cuerpo Legislativo las siguientes Iniciativas enviadas por el C. Presidente

de la República, con sus respectivos trámites:

Ley de Amnistía. Recibo y a las Comisiones unidas Primera y Segunda de Justicia; Primera de Puntos Constitucionales y Primera y Segunda de Gobernación de la Cámara de Diputados e imprímase.

Ley de Sociedades de Solidaridad Social. Recibo y a las Comisiones unidas de Desarrollo de la Seguridad Social y la Salud Pública; de Estudios Legislativos; de Desarrollo Industrial, y de Hacienda, Crédito Público y Seguros de la Cámara de Diputados e imprímase.

De Decreto que reforma los artículos 117, 126, 130, 155, 166, 167, 168, 169 y 170, de la Ley Federal de Reforma Agraria, Recibo y a las Comisiones unidas de Hacienda, Crédito Público y Seguros; de Desarrollo de los Recursos Naturales y Energéticos; de Estudios Legislativos, y de Asuntos de la Cámara de Diputados e imprímase.

El C. Filiberto Soto Solís, Vicepresidente de la Mesa Directiva, previa autorización de la Presidencia, da lectura al dictamen con proyecto de Decreto de Ley General de Asentamientos Humanos, suscrito por las Comisiones unidas de Planeación del Desarrollo Económico y Social; de Estudios Legislativos; Primera Sección de Puntos Constitucionales, y Primera Sección de Gobernación. Primera lectura.

Se da lectura al Orden del Día de la próxima sesión.

A las trece horas y cuarenta y cinco minutos se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar el martes once del actual, a las once horas."

Está a discusión el Acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba... Aprobada, señor Presidente.

DICTÁMENES DE PRIMERA LECTURA

Ley Federal de Reforma Agraria.

El C. Ernesto Aguilar Cordero: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto, señor diputado?

El C. Ernesto Aguilar Cordero: Para dar lectura al dictamen de reformas a la Ley de la Reforma Agraria.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Ernesto Aguilar Cordero.

- El C. Ernesto Aguilar Cordero:

"Recursos Naturales y Energéticos, de Asuntos Agrarios, de Hacienda, Crédito Público y Seguros y de Estudios Legislativos.

Honorable Asamblea:

Para su estudio y dictamen fue turnada por vuestra soberanía a las Comisiones que suscriben la Iniciativa de Decreto que reforma diversos artículos de la Ley Federal de Reforma Agraria.

Las Comisiones han realizado un estudio detenido de la iniciativa en cuestión y consideran que la misma culmina el propósito del Ejecutivo Federal, de establecer un marco jurídico institucional en materia agraria, que se inició con las adiciones al artículo 27 constitucional, en su párrafo tercero, por las que facultó a la nación, para que a través de la Ley Reglamentaria, dictara las medidas necesarias para llevar a cabo la organización y explotación colectiva de los ejidos y comunidades, conforme a las necesidades que dice el interés público.

Cabe comentar también, la propuesta del Ejecutivo relativa a la Ley General de Crédito Rural, aprobada por ambas Cámaras a través de la cual se creó el Banco de Crédito Rural, S. A., como una Institución Nacional de Crédito Oficial, cuyo objeto es proporcionar asistencia técnica y financiera a las actividades económicas de los campesinos del país. Asimismo dentro de este ordenamiento destaca la constitución de la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A., que es la encargada de realizar las operaciones previstas para las instituciones fiduciarias en la Ley General de Instituciones de Crédito y Organizaciones Auxiliares y las demás que le correspondan como fiduciaria de los fondos comunes ejidales a que se refiere el Capítulo V, del Libro Tercero de la Ley Federal de la Reforma Agraria.

De acuerdo con lo anterior la iniciativa propuesta tiende a adecuar la Ley Federal de Reforma Agraria con las disposiciones antes referidas, o sea, con el nuevo texto del párrafo del Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley General de Crédito Rural.

Esto se aprecia en las reformas propuestas a los artículos 155 y 166, en los cuales se delinea la actividad de las instituciones que forman el sistema oficial de crédito rural, en beneficio de los ejidos de comunidades agrarias.

Mención especial merece la creación de los Fideicomisos de Apoyo a la Industria Rural y del Fondo Nacional de Fomento Ejidal, cuyo funcionamiento se establece en los artículos 117, 126 el primero y 167, 168, 169 y 170 el segundo. El de Apoyo a la Industria Rural manejará las utilidades de los bienes expropiados que se destinen a fraccionamientos; a una finalidad distinta de la señalada en el Decreto respectivo o a aquellos que en un plazo de cinco años no cumplan la función asignada, y el del Fondo Nacional de Fomento Ejidal, se ocupará del manejo de los fondos comunes ejidales que deben aplicarse a los fines que a continuación se enumeran y que están establecidos en el artículo 165 de la Ley Federal de Reforma Agraria.

"Trabajos de conservación de suelos y de aprovechamiento de aguas para obras de riego, abrevaderos y usos domésticos y otros servicios urbanos".

'Adquisición de maquinaria, implementos de labranza, animales de trabajo o de cría, aperos, semillas y fertilizantes.'

'Constitución del capital de trabajo que acuerde el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización.'

'Pago de las cuotas de cooperación que se establezcan para el sostenimiento y ampliación de los servicios oficiales de asistencia técnica y seguridad social; y

'Obras de asistencia social de emergencia.'

Muy importante resulta el régimen transitorio de la Iniciativa, en cuanto se establece que el Ejecutivo Federal procederá a la liquidación del patrimonio del organismo descentralizado Fondo Nacional de Fomento Ejidal a través de las Secretarías del Patrimonio Nacional, Hacienda y Crédito Público y de la Reforma Agraria, determinando qué bienes y derechos deben aportase a la Financiera de Industria Rural, S. A., así como el destino de activos y bienes que no se transfieren a la citada financiera y la forma en que el personal del Fondo Nacional de Fomento Ejidal, pasará a prestar sus servicios a las dependencias que correspondan de acuerdo con sus funciones.

Asimismo se regula, la forma en que dentro de un plazo perentorio las Secretarías de Hacienda y Crédito Público y de la Reforma Agraria, juntamente con Nacional Financiera, que continuará como fiduciaria del Fondo de Fomento Ejidal hasta en tanto se organice la Financiera Nacional de Industria Rural, S, A., realizarán todos los actos jurídicos y administrativos para llevar a cabo la transferencia de los fondos comunes de ejido y comunidades.

En los artículos 168 y 169 de la Ley Federal de Reforma Agraria se antepone el término Fideicomiso a la expresión Fondo Nacional de Fomento Ejidal, en virtud de que el artículo 6o. transitorio deroga el artículo 167 Bis de dicho ordenamiento que contempla al Fondo Nacional de Fomento Ejidal como entidad con personalidad jurídica y patrimonio propio.

Por las razones expuestas las Comisiones que suscriben someten a la consideración de esa H. Asamblea el siguiente

PROYECTO DE DECRETO QUE REFORMA LOS ARTÍCULOS 117, 126, 130, 155, 166, 167, 168, 169 Y 170, DE LA LEY FEDERAL DE REFORMA AGRARIA

Artículo único. Se reforman los artículos 117, párrafo primero; 126; 130; 155, párrafo primero; 166; 167, 168; 169 y 170 de la Ley Federal de Reforma Agraria para quedar como sigue:

Artículo 117. Las expropiaciones de bienes ejidales y comunales que tengan por objeto crear fraccionamientos urbanos o suburbanos, se harán indistintamente a favor del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, S. A., del Instituto Nacional para el Desarrollo de la Comunidad Rural y de la Vivienda Popular o del Departamento del Distrito Federal, y, cuando el objeto sea la regularización de las áreas en donde existan asentamientos humanos irregulares se harán en su caso, en favor de la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra, según se determine en el Decreto respectivo, el cual podrá facultar a dichas dependencias para efectuar el fraccionamiento y venta de los lotes urbanizados o regularizados. Hechas las deducciones por concepto de intereses y gastos de administración en los términos del artículo siguiente, las utilidades quedarán a favor del Fideicomiso de Apoyo a la Industria Rural, el que entregará a los ejidatarios afectados la proporción dispuesta en el artículo 122.

Artículo 126. Cuando los bienes expropiados se destinen a un fin distinto del señalado en el Decreto respectivo, o cuando en un plazo de cinco años no cumplan la función asignada, pasarán a incrementar el patrimonio del Fideicomiso de Apoyo a la Industria Rural, y no podrá reclamarse la devolución de las sumas o bienes que se hayan entregado por concepto de indemnización.

El Fideicomiso de Apoyo a la Industria Rural, tendrá por objeto apoyar financieramente las actitudes industriales de ejidos y comunidades, y funcionará en lo términos de las normas y modalidades que el Ejecutivo Federal determine en el Contrato de Fideicomiso respectivo.

Este Fideicomiso contará con un Comité Técnico y de Inversión de Fondos, integrado por representantes de las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, de la Reforma Agraria, de Industria y Comercio, así como de la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A., y un representante del Sector Campesino que será designado por el Ejecutivo Federal.

Este Comité será presidido por el Director General de la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A.

Artículo 130. Los ejidos provisionales o definitivos y las comunidades podrán explotarse en forma colectiva o individual. La explotación colectiva de todo un ejido, sólo podrá ser acordada o revocada por el Presidente de la República, cuando de los trabajos técnicos y económicos que practique la Secretaría de la Reforma Agraria, a petición de parte o de oficio, se compruebe que es conveniente dicha explotación; en este último caso, se oirá la opinión de los núcleos interesados.

Artículo 155. El crédito deberá proporcionarse a los ejidos preferentemente por las instituciones del sistema oficial de crédito rural y las demás instituciones similares que se lleguen a establecer, de acuerdo con sus respectivas leyes; por las financieras oficiales, cuando se les encomiende alguna actividad de organización de la producción agropecuaria o de industrias conexas con la producción ejidal, y por las instituciones descentralizadas del Estado, a las que se les encomiende el suministro de crédito.

Artículo 166. El fondo común de los ejidos y comunidades deberá depositarse en las oficinas del Banco de México, S. A., o en sus corresponsales, para concentrarse en la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A. El comisariado lo depositará con la intervención del Consejo de Vigilancia y dará aviso del depósito a la Financiera Nacional de Industria Rural,

S. A., y a la primera asamblea general que se efectúe en el ejido después del depósito, notificándolo así mismo y por escrito, a la Secretaría de la Reforma Agraria y a su Delegado en la entidad.

Por su parte, el Banco de México, S. A., informará diariamente a la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A., de los depósitos recibidos. Los depósitos que reciba el Banco de México, S. A., por conducto de sus oficinas o corresponsales, deberá de acreditarlos debidamente en un plazo no mayor de cinco días a partir de la fecha del depósito realizado en sus respectivas oficinas o corresponsales.

En el caso de un Banco Oficial que financie a un ejido o comunidad que sea miembro de la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A., este Banco podrá recibir preferentemente los depósitos de los fondos comunes para los efectos señalados en este artículo.

Artículo 167. El Fondo Nacional de Fomento Ejidal, es un Fideicomiso público que tendrá por objeto el manejo de los fondos comunes ejidales y los aplicará a los fines establecidos en el Artículo 165 y demás relativos de esta Ley.

Artículo 168. El Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal se integrará con los siguientes recursos:

I. Fondos Comunes Ejidales;

II. Remanentes que queden de las indemnizaciones en efectivo por expropiación de terrenos ejidales, después de la adquisición de las tierras que deban entregarse al núcleo de población o a los ejidatarios afectados, o de la creación de fuentes permanentes de trabajo para los mismos, en compensación de los bienes expropiados;

III. Aportaciones del Gobierno Federal, de los Estados y de los Municipios;

IV. Cuotas de solidaridad que acuerden los sindicatos obreros para el sector campesino; y

V. Los demás recursos que obtenga por cualquier otro concepto.

Artículo 169. Se constituye el Comité Técnico y de Inversión de Fondos, para el manejo exclusivo y permanente del Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal, integrado con representantes de las Secretarías de la Reforma Agraria, Agricultura y Ganadería, Hacienda y Crédito Público, Industria Rural, S. A., y del sector campesino ejidal que será designado por el Ejecutivo Federal.

El Comité Técnico y de Inversión de Fondos, estará presidido por el Director General de la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A.

Artículo 170. El Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal, tendrá como Institución Fiduciaria, a la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A., la que los representará en los términos de Ley del Contrato de Fideicomiso correspondiente, así como de las reglas de operación que formule el Comité Técnico y de Inversión de Fondos.

TRANSITORIOS

Artículo primero. El Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, procederá a la liquidación del Patrimonio del Organismo Descentralizado, Fondo Nacional de Fomento Ejidal, y a través de la Secretaría del Patrimonio Nacional, de común acuerdo con las Secretarías de Hacienda y Crédito Público y de la Reforma Agraria, determinará qué bienes y derechos deben aportarse a la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A., así como el destino de los activos y de los bienes muebles e inmuebles que no se transfieran a la citada financiera.

Artículo segundo. El propio Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público otorgará al personal de base del organismo descentralizado Fondo Nacional de Fomento Ejidal, plazas equivalentes en categoría y sueldo a las que se encuentre desempeñando, adscribiéndolo de acuerdo con sus funciones, a las dependencias que corresponda. En las relaciones jurídicas con las personas que presten servicios al citado organismo, no comprendidos en la primera parte de este artículo, se sujetarán a las disposiciones legales aplicables y a los términos de su contratación.

Artículo tercero. Nacional Financiera, S. A. continuará como fiduciaria del Fondo Nacional de fomento Ejidal e institución tesorera de los fondos comunes ejidales hasta en tanto se organice la Financiera Nacional de Industria Rural, S. A.

Artículo cuarto. Las Secretarías de Hacienda y crédito Público y de la Reforma Agraria, así como Nacional Financiera, S. A. y Financiera Nacional de Industria Rural, S. A., llevarán a cabo todos los actos jurídicos y administrativos para que un término perentorio se realice la transferencia de los fondos comunes de ejidos y comunidades.

Artículo quinto. Los bienes que de acuerdo con los Decretos Expropiatorios en vigor, deben revertir por las causas señaladas en los mismos, a favor del Organismo Descentralizado Fondo Nacional de Fomento Ejidal, se harán en favor del Fideicomiso de Apoyo a la Industria Rural, a partir de la entrada en vigor del presente Decreto.

Artículo sexto. Se deroga el artículo 167 bis de la Ley Federal de Reforma Agraria, así como todas las demás disposiciones legales en lo que se opongan al presente Decreto.

Artículo séptimo. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión.- México, D. F., a 10 de mayo de 1976.- Comisión de Desarrollo de los Recursos Naturales y Energéticos. Presidente, José de Jesús Medellín Muñoz.- Secretario, Flavio Romero de Velasco.- Sección Minerales: Jesús López González.- Higinio Chávez Marmolejo.- Luis Dantón Rodríguez.- Gustavo Garibay Ochoa.- Aurelio Zamora García.- Julio Cortazar Terrazas,- Gustavo Nabor Ojeda Delgado.- Anselmo Ibarra

Beas.- Víctor Rocha Marín.- Ramiro Orquita y Meléndrez.- Héctor González García. Ignacio Vázquez Torres. Comisión de Asuntos Agrarios: Presidente, Celestino Salcedo Monteón.- Secretario, Diódoro Carrasco Palacios. Sección Comercialización e Industrialización de los Productos Agropecuarios y Ejidales: Rafael Tristán López.- Ramiro Rodríguez Cabello.- Ernesto Aguilar Cordero.- Angelina Moriet Leyva.- Javier Barrios González.- Ángel González Estrada.- Víctor Rocha Marín.- Héctor G. Valencia Mallorquín.- Héctor González García.- Javier Heredia Talavera.- José Mario Rivas Escalante. Comisión de Hacienda, Crédito Público y Seguros: Presidente, Mario Vargas Saldaña.- Secretario, Feliciano Calzada Padrón. Sección Crédito: Diódoro Carrasco Palacios.- Salvador Robles Quintero.- Fidel Herrera Beltrán.- Ignacio Carrillo Carrillo.- Alfonso Gómez de Orozco - Ismael Villegas Rosas.- David Ramírez Cruz.- Alfonso Martínez Báez.- Jesús Enríquez Burgos.- Jorge Hernández García.- Eugenio Ortiz Walls. Comisión de Estudios Legislativos: Presidente, Píndaro Urióstegui Miranda.- Antonio Torres Gómez. Sección Amparo: Luis del Toro Calero.- José Ortiz Arana.- Jaime Estéva Silvia.- Manuel González Hinojosa.- Belisario Aguilar Olvera.- Juan C. Peña Ochoa. Sección Administrativo: José Ortiz Arana.- Humberto Hernández Haddad.- Hilario Punzo Morales.- Arturo González Cosío Díaz.- Ángel Rubio Huerta.- Julio Cortazar Terrazas.- José Luis Escobar Herrera."

- Trámite: Primera Lectura.

LEY DE AMNISTÍA

El C. Serafín Domínguez Ferman: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto, señor diputado?

El C. Serafín Domínguez Ferman: Con objeto de dar lectura al proyecto de Ley de Amnistía.

El C. Presidente: Tiene la palabra el señor diputado Serafín Domínguez Ferman.

- El C. Serafín Domínguez Ferman:

"Comisiones unidas Primera y segunda de Justicia, Primera de Puntos Constitucionales y Primera y Segunda de Gobernación.

Honorable Asamblea:

Por acuerdo de Vuestra Soberanía y para su estudio y dictamen, fue turnada a las suscritas Comisiones Unidas, la Iniciativa de Ley de Amnistía por los sucesos de 1968, para el efecto de beneficiar con la extinción de la acción penal y las sanciones impuestas, a todas las personas que cometieron delitos con motivo del conflicto estudiantil de esa fecha, que, con fundamento en la fracción I del artículo 71 constitucional y para los efectos de la fracción XXII del artículo 73 de la propia Constitución Política, envía a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, para ser turnada a esta Cámara, el C. Luis Echeverría Alvarez, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

Los miembros de las Comisiones que suscriben consideran procedente la mencionada Iniciativa, en virtud de que la tranquilidad social, la unidad nacional y la identificación de los vínculos que consolidan a la colectividad mexicana, constituyen un elevado objetivo que nuestro país demanda para incrementar el contenido económico y social de sus instituciones democráticas.

Como lo establece esta Iniciativa, la Ley de Amnistía se funda particularmente, en la libertad del hombre, considerándolo como elemento esencial para la vida en sociedad y para asegurar la dignidad de la persona. En efecto, nuestro sistema político - social se apoya en la preservación y fortalecimiento de las libertades individuales y sociales, que aseguran al hombre el pleno desenvolvimiento de su personalidad y a la comunidad su incensante desarrollo.

Cita la Iniciativa los desajustes sociales que prevalecen en distintos países del mundo en 1968 y sus violentas consecuencias, a cuyos efectos no pudo escapar nuestro país, con los resultados conocidos. La comprensión del Ejecutivo se hizo evidente al beneficiar a la mayoría de los procesados por delitos cometidos a propósito de dichos sucesos; con el desistimiento del ejercicio de la acción penal o con el beneficio de la concesión de libertad bajo protesta. Los Tribunales Judiciales han dictado las sentencias definitivas condenando a dichos procesados a distintas penas, incluyendo las de privación de la libertad, por lo que, el Ejecutivo considera que es oportuno otorgar esta amnistía y asegurar a los procesados o sentenciados por los sucesos de 1968, con independencia de la fecha de su detención, el goce definitivo de su libertad, con lo cual se vigoriza el presente ciclo histórico, que así se caracteriza por la serenidad y la lucha por la independencia patria, el trabajo y la responsabilidad de todos los mexicanos, que son elementos indispensables de nuestra democracia social. El análisis jurídico de la Iniciativa confirma su congruencia con la

filosofía del Estado de Derecho en que vivimos, pues sus puntos básicos representan el adecuado empleo de nuestras instituciones jurídicas en la realización de la concordia nacional. Es evidente su afiliación a la doctrina sobre la materia.

La propia Iniciativa también es congruente con el acervo cultural de nuestro país y su progreso tecnológico que, actualmente, son los mejores aliados del dinámico desenvolvimiento de nuestra patria con apego a las normas de la justicia social. Es medida saludable que vitaliza nuestro sistema democrático y justicia la prolongada época de paz creadora que vive México.

En suma, la Iniciativa responde a la exigencia de unidad nacional y paz social que caracterizan a un país que, como el nuestro, se ha convertido en abanderado de la libertad humana, de la justicia social y del respeto y la colaboración entre las naciones.

Por lo anteriormente expuesto, las Comisiones Unidas que suscriben, se permiten someter a la consideración de la honorable Asamblea el siguiente

PROYECTO DE LEY DE AMNISTÍA

Artículo 1o. Se decreta amnistía para las personas contra las que se ejercitó acción penal por los delitos de sedición e invitación a la rebelión en el fuero federal y por resistencia de particulares, en el fuero común del Distrito Federal, así como por delitos conexos con los anteriores, cometidos durante el conflicto estudiantil de 1968.

Artículo 2o. El Procurador General de la República y el Procurador General de Justicia del Distrito Federal solicitarán de oficio la aplicación de los beneficios que otorga la presente ley.

TRANSITORIOS

Artículo único. Esta Ley surtirá sus efectos el día de su publicación en el Diario Oficial.

Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión.- México, D. F., a 5 de mayo de 1976.- Justicia: 1a. Sección.- Reyes Rodolfo Flores Zaragoza.- José Luis Escobar Herrera.- Delia de la Paz Rebolledo de Díaz.- Guillermo A. Gómez Reyes.- Carlos A. Madrazo Pintado.- Jesús Dávila Narro.- Antonio Martínez Báez.- Justicia: 2a. Sección.- Ernesto Báez Lozano.- Píndaro Urióstegui Miranda.- Ismael Villegas Rosas- Sergio L. Benhumea Munguía.- Héctor González García.- Mario Vázquez Martínez.- Alfredo Oropeza García.- José Andrés Cota Sandoval.- Puntos Constitucionales: Primera Sección.- Antonio Martínez Báez.- Rodolfo Echeverría Ruiz.- Francisco Javier Gutiérrez Villarreal.- Daniel A. Moreno Díaz.- Ángel Rubio Huerta.- Ma. Aurelia de la Cruz Espinosa O.- Gobernación: Primera Sección.- Carlos Sansores Pérez.- Juan Pablo Prom Lavoignet.- Guillermo Jiménez Morales.- Carlos A. Madrazo Pintado. Jesús Dávila Narro.- José N. Murat C.- Píndaro Urióstegui Miranda.- Filiberto Soto Solís.- Rogelio García González.- Gobernación: Segunda Sección.- Rodolfo Echeverría Ruiz.- Mario Ruiz de Chávez García.- Arturo González Cosío Díaz.- Fidel Herrera Beltrán.- Humberto Lira Mora.- Juan C. Peña Ochoa.- Luis Fernando Solís Patrón.- Jesús Enríquez Burgos.- Jesús Guzmán Rubio.- José Luis Escobar Herrera.- Javier Blanco Sánchez.- Ignacio Carrillo Carrillo.- Arturo Romo Gutiérrez.- Rafael Tristán López."

- El mismo C. diputado: Señor Presidente: por tratarse de un asunto de urgente y obvia resolución, ruego a usted, en nombre de las Comisiones que suscriben, tenga a bien someter a la consideración de esta H. Asamblea, la dispensa de la segunda lectura del dictamen a efecto que de inmediato se someta a discusión.

El C. Presidente: De conformidad con la solicitud del C. diputado Domínguez Ferman a nombre de las comisiones dictaminadoras, consulte la Secretearía si se dispensa la segunda lectura del dictamen y se pone a discusión de inmediato.

El C. secretario Rogelio García González: Por instrucciones de la Presidencia, en votación económica, se pregunta a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura y se pone a discusión de inmediato. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo... Dispensada la segunda lectura.

El C. Presidente: considerando que esta ley está compuesta de 2 artículos, y uno transitorio, consulte la Secretaría a la Asamblea si se somete a discusión al mismo tiempo en lo general y en lo particular.

El C. secretario Rogelio García González: Por instrucciones de la Presidencia, en votación económica, se pregunta a la Asamblea si la discusión y votación de la ley de Amnistía se hace en un solo acto, en lo general y en lo particular. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo... Aprobado, señor Presidente

El C. Presidente: Se abre el registro de oradores...

Se han inscrito en pro del dictamen, los siguientes ciudadanos diputados: Gerardo Medina Valdez, Lázaro Rubio Félix, Javier Blanco Sánchez, Francisco Javier Gutiérrez Villarreal, Horacio Labastida, José Ortiz Arana, Humberto Hernández Haddad y las Comisiones dictaminadoras.

El artículo 122 del Reglamento del Congreso establece que cuando se pidiera la palabra en pro podrán hablar hasta 2 miembros de la cámara. Estimando la importancia de este asunto, la Presidencia pide a la Secretaría que consulte si se aumenta el número de oradores en este asunto.

El C. secretario Rogelio García González: Por instrucciones de la Presidencia, en votación económica, se pregunta a la Asamblea si se permite el número de oradores, aumentándolo hasta desahogar el uso del tema. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo... Permitido, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Gerardo Medina Valdez.

El C. Gerardo Medina Valdez: Qué más quisiéramos, señor presidente, señores diputados, qué más quisieran los sobrevivientes y los deudos de los muertos o simplemente desaparecidos, sino abrir un largo paréntesis de olvido para poder decir, ante esta Iniciativa de Ley de Amnistía "para los procesados o sentenciados por los sucesos de 1968", como Fray Luis de León al reanudar impávido su cátedra Salmantina tras cinco años de injustos castigos: Decíamos ayer..."

Qué más quisiéramos todos los mexicanos, testigos o víctimas de aquellos sucesos que culminaron en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, que airear el corazón de odios y resentimientos, de rencores y apetitos de venganza porque tanta

injusticia cometida y tanta discriminación en la aplicación de las leyes, porque discriminación ha sido que gentes tal vez con mayor responsabilidad, como promotores intelectuales en el 68, hayan sido llamados por la actual administración a colaborar en cargos administrativos y embajadas, mientras los otros, los que sí dieron la cara en una lucha que creyeron justa, en el mejor de los casos fueron a dar a la cárcel.

Para los primeros, la amnistía fue anticipada y sin formalismos legales; para los segundos, se hizo necesaria esta iniciativa del Ejecutivo a fin de que pudieran recuperar "el goce definitivo de su libertad".

Qué más quisiéramos todos, y nosotros lo decimos con la leal sinceridad de siempre, que con esta Ley de Amnistía cicatrizara definitivamente la profunda herida que pese a nuestra increíble capacidad de olvido como pueblo, se abrió en el cuerpo de la patria con el movimiento de 1968. Ese es nuestro deseo más ferviente, aunque sepamos que es un deseo ideal, casi imposible, porque al fin y al cabo, aun cerrada la herida, la cicatriz terriblemente visible estará recordándonos siempre el origen y las circunstancias en que fue causada.

Votaremos en pro del dictamen favorable al proyecto de Ley de Amnistía, señor Presidente, no sin antes hacer algunas consideraciones a nuestro juicio jurídica y políticamente obligatorias.

Primera. Con la misma etimología de la palabra 'amnesia', amnistía es básicamente olvido, olvido que en derecho está ceñido a delitos de orden político, que sólo puede ser concedida por quien tiene la potestad de hacer leyes, en el caso exclusivamente el Congreso de la Unión, según lo establece el artículo 73 constitucional, que a la letra dice: "EL Congreso tiene facultad ... Fracción XXII. Para conceder amnistías por delitos cuyo conocimiento pertenezca a los tribunales de la Federación".

Segunda. La amnistía es un acto político referido a delitos políticos. Si es así, esta iniciativa del Ejecutivo contradice frontalmente cuanto se había venido diciendo hasta ahora, en el sentido de que en México no hay presos políticos. Si los encausados por delitos que cometieron o les fueron atribuidos con motivo del movimiento de 1968 no eran reos políticos, no tendría razón de ser esta Ley de Amnistía.

Tercera. La amnistía no equivale en modo alguno, a una absolución de juez competente; al contrario, deja establecido en firme que los amnistiados fueron delincuentes y siguen siendo delincuentes sentenciados, aunque amnistiados, 'por los delitos' - dice el artículo 1o. de la Iniciativa - "de sedición e invitación a la rebelión en el fuero federal y por resistencia de particulares en el fuero común del Distrito Federal así como por delitos conexos con los anteriores cometidos durante el conflicto estudiantil de 1968".

Cuarta. Precisamente porque pocos atributos de la dignidad humana son tan preciados como la libertad, sólo limitada en su múltiple y trascendental ejercicio por las leyes y la libertad de los demás, no es lesión menor a esa misma dignidad que unos hombres deban vivir para siempre con el estigma de haber sido formalmente delincuentes. Es muy posible que muchos de los doscientos treinta y tantos mexicanos que se beneficiarán con esa Ley de Amnistía habrían preferido juicios imparciales, seguros quizá de su inocencia, y en todo caso habrían exigido, con todo derecho, que la ley se aplicara con el mismo rigor a los que desde la sombra participaron sin arriesgar nada, y que durante este sexenio disfrutan de prebendas y canonjías.

Quinta. Esta Ley Amnistía significa también, al dejar intactas las sentencias aunque no aplicadas, que todos los actos del gobierno anterior que a ellas condujeron, fueron jurídica, social, política e históricamente buenos y apegados a derecho, cuando todos sabemos que no es cierto, que sobre todo en Tlatelolco la represión de la que jamás se conoció el número real de muertos, fue absoluta y radicalmente desproporcionada.

Como bajo la presión de hechos acumulados, periódicamente el país se estremece con movimientos que en ocasiones alcanzan caracteres de verdaderos sismos sociales. En los últimos 20 años, los petroleros y ferrocarrileros, de maestros y de médicos y ahora de manipulados grupos campesinos, con aristas como el del 68 y el que murió un Jueves de Corpus de 1971, han sido coyunturas para que estallen descontentos públicos casi generales.

Pero quizás ninguno de esos movimientos tuvo, como el de 68, origen más trivial y desenlace más terrible, y ciertamente no explicable por una especie de contagio llegado a México de Berkeley o de París.

Lo del 68 jamás habría alcanzado las proporciones que tuvo, de no haber sido porque desde dentro de la propia administración hubo gentes que lo atizaron con el fin de presionar y debilitar al Presidente Díaz Ordaz, para hacerlo pasar a la historia como "El Presidente de la Represión".

El 20 de septiembre de 1968, cuarenta y ocho horas después de que el Ejército había ocupado la Ciudad Universitaria, aquí la XLVII Legislatura acordó integrar una comisión de diputados, maestros y estudiantes, para investigar, para ponderar, para mediar en un conflicto que ya para entonces no conocía más lenguaje que la violencia. Esa comisión nunca funcionó, porque resultaron más fuertes los propósitos de los que estaban empeñados en hacer imposible la resolución. Seguimos confiados en que alguna vez el pueblo de México sabrá toda la verdad de lo que realmente ocurrió.

Hoy nos hallamos frente a una Ley de Amnistía para los que oficial o formalmente delinquieron en el 68, una Ley que nunca habría sido necesaria de no haber mediado intereses que no permitieron esclarecer desde un principio los hechos y sus más profundas motivaciones.

Una Ley de Amnistía que llega después de procesos que jamás se ajustaron a los términos legales, puesto que fue hasta recientemente, siete años después de los acontecimientos, cuando se dictaron las sentencias que debieron ser emitidas en el plazo constitucional máximo de un año.

Una Ley Amnistía que como su más remoto antecedente, la ley que Trasíbulo hizo votar después de arrojar a los 30 tiranos del Consejo que Esparta había impuesto a los atenienses, 403 años antes de Cristo, es olvido pero no es justicia.

Una Ley de Amnistía que mantiene la duda, a siete años de distancia, de quiénes fueron los "grupos comunistas" y las "fuerzas obscuras" y "extra nacionales "a las que acusaron como responsables del movimiento del 68 muy altos funcionarios públicos de entonces.

A pesar de todo esto, los diputados de Acción Nacional votaremos en favor del dictamen, porque creemos en la buena voluntad y la concordia, y no en la violencia como vía política. Porque nos negamos a admitir que sobre terrenos minados de odio pueda construirse nada duradero. Porque sabemos que en nuestros pueblos subdesarrollados cultural y políticamente, la violencia sólo cambia el nombre de los amos.

Votaremos a favor, porque estamos y estaremos por todo intento serio por restablecer una limpia comunicación entre gobernantes y gobernados. Votaremos en pro, porque queremos creer y compartir el propósito de contribuir a restablecer una dinámica paz social en México.

Frente a quienes aquí nos calumniaron en el 68, al acusar a mi Partido Acción Nacional de ser el promotor de la violencia en México desde 1947. Frente a quienes aquí sostuvieron, cuando todavía estaba fresca la sangre en Tlatelolco, que preferían "ver los tanques de nuestro Ejército, salvaguardando nuestras instituciones que los tanques del extranjero cuidando sus intereses", los diputados de Acción Nacional volvemos a ratificar, superando la imponente marea del pesimismo ante hechos que a diario parecen contradecirla, nuestra fe en la votación democrática del pueblo mexicano.

Confirmamos nuestra terca esperanza en que por el ejercicio constante de los derechos y el cumplimiento responsable de nuestras obligaciones, México no debe ser lo que un escritor francés, dijo de su patria: "una tradición de extremismos compensados" sino un país maduro en donde el diálogo entre el pueblo y gobernante no sean monólogos sobrepuestos, sino comunicación abierta, franca, leal, signo de voluntades puestas al servicio de la verdad y del bien común nacional.

Nuestro voto en favor del dictamen favorable a la Ley de Amnistía para los procesados o sentenciados por los sucesos de 1968, es un voto del Partido Acción Nacional para que en nuestra patria no sean necesarias las leyes de amnistía, porque simplemente rige para todos la justicia. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Lázaro Rubio Félix.

El C. Lázaro Rubio Félix: Señor presidente, compañeras y compañeros diputados. La fracción parlamentaria del PPS va a votar en pro de la Ley de Amnistía enviada por el Ejecutivo a esta Soberanía Nacional, pero antes cree necesario, prudente, hacer, algunas reflexiones respecto a los sucesos que motivaron ahora este documento.

¿Qué fue lo que realmente aconteció en 1968? ¿Qué fuerzas y qué intereses había detrás del llamado movimiento estudiantil que culminó con los sangrientos sucesos de Tlatelolco? ¿Cuál fue el origen del llamado conflicto estudiantil que degeneró en la confusión, en el caos, en el dolor y en las lágrimas de muchas madres de los muchachos inmolados en Tlatelolco?.

Por que si no profundizamos concienzudamente a tantos meses de distancia en el origen de aquel movimiento, podemos seguir manteniendo en muchos mexicanos la duda la inquietud, el juicio erróneo, cargos injustos a algunos funcionarios, a algunos elementos de la política nacional y, lo que es más peligroso, no los ubicaríamos en estos momentos de graves conflictos y asechanzas serias para las instituciones, para el pueblo de México. Y no ubicar a la gente, al pueblo en su conjunto, sería un error.

Fue pública una carta enviada por Nelson Rockefeller al Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica con su carácter de Consejero de la Presidencia, en la cual le recomendaba al gobierno norteamericano lo que debía hacer para, según él, detener el comunismo en el mundo.

En esa carta Rockefeller aconsejaba, después de una serie de consideraciones políticas, sociológicas, de carácter económico, que el material humano más susceptible de manejar, de utilizar, eran los jóvenes. Era la juventud de los pueblos, de las naciones.

A este planteamiento, a esta serie de recomendaciones, de métodos, se le llamó el Plan Camelot, y el Plan Camelot empezó a funcionar en muchos países, con los mismos procedimientos, las mismas acciones, incluso los mismos posters, como los llaman ahora; las mismas consignas salidas de las mismas imprentas, los documentos, y se vino el desquiciamiento de los jóvenes en muchos países de América Latina y de Europa, incluso naciones de la órbita socialista como Checoslovaquia y Polonia.

Era el Plan Camelot aplicado a nivel internacional; eran las actividades de la policía norteamericana en todos los países; era la acción del imperialismo para frenar el desarrollo progresista de los pueblos.

¿Cómo empezó el llamado movimiento estudiantil aquí en México?

¿Cuál fue el génesis, el motivo original del conflicto?

Dos muchachos de dos escuelas se agarran a golpes, con los puños, en la Ciudadela; dos muchachos. Cada uno de ellos se va su escuela, les dice a sus amigos el incidente, y el choque se produce a nivel de dos pequeños grupos, de esas dos escuelas, ése es el origen, fue el principio, e interviene la policía y golpea a los estudiantes de las dos escuelas, y a los maestros de las dos escuelas, y como reguero de pólvora se vino el conflicto.

¿Qué habría detrás de todo esto? una maniobra para aprovechar cualquier incidente por insignificante que éste fuese, y llevar a los estudiantes a la calle, a la anarquía, al caos y al enfrentamiento con el gobierno de la República.

Fue ése el principio de la lucha, de la batalla, que culminó en Tlatelolco en 1968.

Ahora, en estos momentos, se ésta generando una nueva acción, se está queriendo llevar al país al caos, a la anarquía, a la inseguridad, llevar a la mente de los mexicanos la inquietud, el temor, con los mismos fines generados por las mismas fuerzas y los mismos intereses que actuaron en 1968. Es el mismo panorama, porque no ha cambiado sustancialmente, no han cambiado las condiciones económicas y políticas de nuestros pueblos respecto del imperialismo, fundamentalmente del imperialismo norteamericano.

¿A dónde querían llevar a la juventud en 1968?, a la frustración, a la derrota, a la amargura, a la división, a que sus mentes se envenenaran con el odio, con el rencor, con la agresividad, más irresponsable.

Hay muchas pruebas, documentos, testigos que aún viven de lo que realmente aconteció en Tlatelolco, de quiénes dispararon, con armas, de qué calibre dispararon, de qué pisos y de qué departamentos habían sido utilizados para la provocación y el resultado fue el que todos sabemos.

Se luchaba dizque para evitar la represión y se recrudeció la represión; se luchaba, decían, para que no hubiese presos políticos, y se multiplicó el número de los presos políticos; pero se acabó con las organizaciones estudiantiles y se llevó, repito, la amargura y la frustración a la juventud. ¡Cuantos de los muchachos sacrificados en 1968 eran conscientes, sabían, se daban cuenta de que eran inocentes instrumentos de negros intereses del exterior del país! Quizá muy pocos, quizá ninguno, fueron víctimas de toda una trama sucia, criminal, de las fuerzas del exterior representados por el imperialismo, las empresas norteamericanas, y de los traidores que de dentro empujaron a los muchos; echaron fuego a la hoguera; que de dentro estuvieron creando las condiciones que hicieron posible el enfrentamiento y el hecho sangriento con que culminó ese movimiento. Y es el origen el mismo, igual, el mismo, el origen es el mismo los objetivos que se persiguen son los mismos: el terrorismo, el crimen salvaje, el asesinato feroz, sin ningún vestigio de humanismo y de respeto a la vida se está dando en México; la provocación está en todas partes, no todas las invasiones de tierras que se dan en el país son movimientos de campesinos que quieren empujar en una acción pacífica, revolucionaria, el reparto de la tierra; hay núcleos manejados por los propios terratenientes; hay grupos dirigidos y pagados por los terratenientes que se han sumado también a la ofensiva reaccionaria de los grupos oligárquicos que están actuando en México. Pruebas, en Sonora y en Sinaloa sí hay latifundios afectables en los distritos de riego de los ríos Yaqui y Mayo, El Fuerte y río Culiacán; hay latifundios, unos simulados por fraccionamientos sucios y otros no. Pero las invasiones que se dan en esa región no están ubicadas en los terrenos de los grandes latifundistas, muchos de ellos están ocupando auténticas pequeñas propiedades.

¿Qué se pretende con esto? Llevar a la cabeza, a la mente de los auténticos pequeños propietarios que la ofensiva es contra ellos y no contra los terratenientes. Soliviantar a los pequeños auténticos propietarios contra el gobierno de la República, argumentado que no hay garantías, que no se respeta la propiedad, etc. Otro frente de provocación, otro motivo de presión, de amenazas al gobierno de la República, al gobierno que encabeza el señor Presidente Echeverría.

Y la ofensiva continúa, se asesinan campesinos en Jalisco por individuos disfrazados de soldados. ¿Qué se pretende con esto? Soliviantar a los campesinos ejidatarios del país en contra del gobierno con el argumento de que es el gobierno, con las fuerzas armadas del estado mexicano las que están asesinando a los ejidatarios.

Hay un foco peligroso de provocación, uno más de provocación al gobierno de la República, y así podríamos enumerar muchos hechos que prueban que sobre el pueblo mexicano se ciernen graves amenazas.

Se pretende que determinados sectores de la población se manifiesten de manera agresiva contra el gobierno. Se pretende impedir que en México haya elecciones federales pacíficas. Se pretende llevar al enfrentamiento con asesinatos, con sangre, con lágrimas. Se pretende llevar al caos al país, para sentar las bases o hacer propicio un golpe de Estado fascista en nuestra patria. De eso se trata. Ese es el objetivo. Y todo porque las fuerzas oligárquicas, los intereses transnacionales, las oligarquías autóctonas, están en contra de la política nacionalista, revolucionaria, manejada por el Presidente Echeverría.

Y quieren darle para atrás a los avances que se han logrado en los últimos cinco años. Quieren hacer retroceder al país para que no sigamos haciendo esfuerzos sobrehumanos, esfuerzos por lograr la independencia o la cabal independencia económica de la nación mexicana

respecto de la exterior. Esta es la causa de este panorama que estamos viviendo.

Por eso, cuando el señor Presidente Echeverría manda a esta soberanía una Ley de Amnistía, en medio de este panorama de la provocación, de los asesinatos crueles, de los asaltos a los bancos, de los secuestros, de los asesinatos de campesinos, es una actitud que merece, así lo consideramos nosotros, el respaldo la comprensión no nada más de los miembros del Partido Popular Socialista, sino de todo el pueblo en general, porque prueba que hay deseo del intercambio de opiniones: hay el deseo, si se quiere, de enmendar injusticias; hay el deseo de probarle, incluso, a los enemigos que el gobierno no está cayendo en la provocación; que no lo van a llevar a la persecución de las fuerzas progresistas, y que otros son otros caminos más civilizados, más humanos, más revolucionarios los que tiene la nación mexicana para resolver sus problemas, para dirimir sus conflictos. Esa es a nuestro juicio la esencia de la Ley de Amnistía, pero no olvidemos que estamos siendo víctimas de una presión manejada fundamentalmente por las fuerzas imperialistas y sus agentes en México, las oligarquías, los grandes industriales de Monterrey, de Guadalajara, de Puebla, del Estado de México, del propio Distrito Federal, que se reúnen, que se han venido cotizando, que han venido organizando la represión, el caos, la provocación en el país. Sabemos quiénes son, cuántos son, dónde se reúnen, qué acuerdos toman en esta ofensiva reaccionaria en contra del Gobierno de República. Por lo positivo que éste tiene, por lo avanzado que éste representa y fundamentalmente por su decisión enérgica de lograr, de luchar, de hacer esfuerzos por lograr la auténtica independencia económica de la nación mexicana; por esta razón, después de estas reflexiones, la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista, votará en pro de la iniciativa de Ley de Amnistía mandada a esta soberanía por el señor Presidente Echeverría. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Javier Blanco Sánchez.

El C. Javier Blanco Sánchez: A veces, señores diputados, señor Presidente de la Cámara, una minucia que viola el orden jurídico parece insignificante; pero va creándose la costumbre y de la minucia se pasa a la violación grave del orden y del derecho. Yo no quisiera incurrir en la violencia al negarme a acatar el turno de orador en este caso, porque se altera lo dispuesto por el Reglamento; no vaya a ser que después tenga que pedir a la Gran Comisión un Decreto de Amnistía.

Pero en esto en el incumplimiento de la Ley señores diputados, fincaré una breve reflexión. Si en la República el imperio del derecho, el respeto a la Ley, fuera un estilo de vida cotidiano inquebrantable; si todos los ordenamientos que deben armonizar nuestra cotidiana convivencia nacional fueran siempre respetados, jamás quebrantados por la propia autoridad que debe darles valor y vigencia, seguramente que muchos de los acontecimientos que lamentamos en la vida nacional no tendrían razón de ser ni hubieran sido, porque se sigue el camino de la violencia cuando los caminos del Derecho se encuentran cerrados.

Se violenta el pueblo cuando por los caminos de la Ley no encuentra en los gobernantes el eco positivo y la acción práctica para sus exigencias; se violenta la nación cuando su expresión de voluntad en las urnas electorales se vulnera y se burla y se falsifica su representación.

Se violenta el pueblo cuando oídos sordos de los gobernantes no atienden sus reclamos ni sus exigencias.

Se hace inútil la confrontación de opiniones el diálogo y la autocrítica cuando después de esto, el pueblo ve que no se acata el imperio de la Ley, y que ésta, en forma insobornable e inquebrantable, cuaja en realidad práctica y positiva todos los días de la vida de la nación.

La violencia tiene orígenes múltiples; pero uno esencial es la causa que se genera de arriba a bajo; causa que provoca la afluencia de otras causas; los que generan, quienes deseando destruir el orden constitucional, federal, republicano y democrático de México, aprovechan el incumplimiento de la Ley, aprovechan el disgusto popular por el quebrantamiento de la justicia, para violentar al pueblo y enfrentarlo al gobierno y desprestigiar sus instituciones.

Y se sigue posteriormente el fácil recurso de levantar fantasmas con ideologías diferentes.

Cuando la izquierda, o los grupos de izquierda, que en la clandestinidad planean la destrucción del orden democrático nacional, actúan, tiene el fácil camino, el fácil expediente de levantar el fantasma del fascismo como la causa generadora de los desordenes sociales, y, los fascistas, cuando son culpables responsables de desordenes sociales, el fácil expediente de levantarnos el fantasma del comunismo. Y la vida nacional se torna confusa, el ciudadano común y corriente, a quien el gobernante no expone las verdaderas razones, los verdaderos motivos, las causas reales, de los quebrantos nacionales, por su confusión no sabe francamente cuál es el camino a seguir, y sobre todo, en la juventud la confusión, hace que los jóvenes sean fácil víctima del estallido violento para exponer los motivos, las razones por las que no están de acuerdo con la vida y las circunstancias del país en que nacieron. Y ajenos a la fe en la eficiencia del voto electoral, los jóvenes prefieren la abstención electoral y los caminos de la violencia para expresar sus razones. Como dijo el señor diputado Gerardo Medina Valdez, no están todos los que son como reos quienes la amnistía, que esta ley prevé, va a beneficiar. En honor de la verdad, los que pudieran ser, los que fueron verdaderamente culpables no visitaron las penitenciarías del país. En verdad, muchos de ellos, más que ser reos hoy han sido premiados;

han sido elevados a cargos importantes de la administración pública o se ostentan hoy, ante el pueblo de México, como candidatos del Partido Revolucionario Institucional a miembros del próximo Congreso de la Unión. Esta falta de justicia pareja crea desconfianza y desconcierto en los ciudadanos de la República. Esta falta de fe en la recta administración de la justicia en una justicia ciega y sorda a razones políticas o a razones económicas, provoca desconcierto en la República, provoca razones que motivan la violencia.

Pero en la duda, los legisladores que hoy somos responsables de la representación del pueblo de México, debemos favorecer a los reos.

Entre la duda de si fueron o no verdaderamente culpables, es preferible absolverlos y es necesario reintegrarlos a la sociedad que los marginó era ya urgente devolverlos al seno de sus hogares para restañar en algo la posible injusticia que con ellos se ha cometido.

La Ley, independientemente de las razones que expongamos, tiene sentido de justicia, operará favorablemente si se entiende como una actitud de generosidad social en favor del bien común de la República y no como una debilidad que torna a la actividad delincuente a quienes hayan sido realmente culpables de los desordenes, del conflicto de 1968.

Nosotros los diputados de Acción Nacional, por razones de justicia, por razones de equidad, por razones de concordia y de bien común nacional, vamos a aprobar la Ley de Amnistía, pero haremos un voto, expresaremos nuestro voto por que este acto del Congreso de la Unión, que ha iniciado el Presidente de la República, no se tome como una deserción en el cumplimiento de nuestro deber, de velar por que sea vigente en México y se fortalezca todos los días un orden constitucional, democrático, federal y republicano.

Esperamos que quienes reciban el beneficio de la amnistía no sigan el camino del líder típico español, que a unos cuantos días de haber sido amnistiado, ha vuelto otra vez a caer bajo el fuero de las leyes penales españolas. Que entiendan que la libertad que los reintegra al seno de la nación es para que vivan hermandando con nosotros sus discrepancias, sus inquietudes, sus convicciones, pero anclados en el respeto a nuestro orden constitucional, a nuestro orden jurídico. Y no para que vuelvan a minar y a buscar destruir este orden nacional que costó tantas vidas, tantos sacrificios a nuestros padres. La amnistía borra definitivamente todo vestigio de delito, a diferencia del indulto; ojalá que este olvido nacional no se torne mañana o más tarde en nueva causa de odio, de dolor y de tristeza para la patria. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Francisco Gutiérrez Villarreal.

El C. Francisco Javier Gutiérrez Villarreal: Señor Presidente, hemos solicitado la palabra en nombre de las Comisiones y éstas, generalmente, hablan al final para sostener su dictamen. Por tanto, no hay violación de orden, pero en última instancia, el orden de los factores no altera el producto, pues en esta materia todos estamos en pro.

Compañeros diputados:

He pedido el uso de la palabra para hablar en pro del dictamen de la Ley de Amnistía que envió el Ejecutivo a esta soberanía, y nos place que exista consenso general de esta Asamblea nacional en su favor por el fin que persigue la iniciativa de ley que está a nuestra consideración, y con la que estamos totalmente de acuerdo.

La libertad es el fin primordial de los gobiernos democráticos del mundo. Preservarla es preocupación fundamentalmente de la Revolución Mexicana, y su acción tiende a robustecerla. El término de la libertad ha evolucionado y ya no es solamente la facultad de hacer o no hacer lícitamente algo, sino que también es la suma de posibilidades que el pueblo organizado en el poder público otorga a todo ciudadano para lograr sus fines materiales y espirituales que desee llevar a cabo.

Por ello es muy importante para nosotros, diputados de la nación mexicana, valorar esta iniciativa, la analizamos debidamente sin afanes electoreros ni demagógicos que no impidan hacerlo con seriedad, ni nieguen la buena fe en que está concebida.

Qué importante es que expresemos limpiamente y con respeto nuestras opiniones. Qué bien que estamos de acuerdo en que la unidad nacional debemos acrecentar la para que las asechanzas negativas no nos encuentren divididos en los problemas fundamentalmente de la nación.

El mundo ha avanzado más en conocimientos técnicos en los últimos cuatro decenios, que en toda la existencia anterior del hombre. Y esta velocidad cultural y en las relaciones ha motivado una serie de cambios extraordinarios en los que se ha cuestionado la firmeza de los conocimientos existentes. Ello sin estar preparados para valorar el impacto que estos hechos producían en la sociedad, y el cambio que éstos podrían tener en la colectividad.

México no fue ajeno a estos hechos en los que se planteaban cambios radicales en las estructuras de la sociedad. La acción y el cambio fuera de la ley y de las conductas permitidas por éstas, es delito. Dentro de la ley es nuevo rumbo razonando, inteligente, que permite que éste se acreciente sobre bases firmes y no endebles que tienen como resultado el retroceso y la anarquía. La realización de ciertos hechos que atentaban en contra de la estructura jurídica implicaron la comisión de distintos delitos, y por ello el poder público ejercitó la acción penal en acatamiento a un orden legal que había sido desbordado, y no era permisible que la anarquía prevaleciera en nuestra sociedad, a mayoría de razón cuando sólo beneficiaban a aquellos que pretendían impedir nuestro progreso libre y autónomo.

Por ello, vieron en estos hechos momento propicio para evitar la autonomía política de la nación. Interés extra nacionales querían el debilitamiento del poder público mexicano para intervenir en nuestros asuntos internos, la unidad nacional impidió que fuésemos presa de estas actividades que atentaban en contra de la nación.

El gobierno de la Revolución con sabiduría política analizó las causas y efectos del problema. Cumplió con la estructura legal sometiendo a proceso a los causantes de hechos punibles, y llevó a cabo el cambio de la ley, que las nuevas circunstancias sociales demandaban. Es decir, revitalizó los ideales del pueblo progresista y planteó nuevas estrategias de desarrollo compartido para todas las clases sociales del país.

Se ha expresado con acierto que el orden y el cambio social no se excluyen en una sociedad revolucionaria. Orden y libertad son conceptos complementarios cuando se manifiestan en un sistema democrático.

Dice el Maestro Tena Ramírez que la amnistía es el acto legislativo que, como tal, incumbe al Congreso de la Unión, el cual tiene la facultad de concederle por delitos cuyo conocimiento pertenecen a los atributos de la Federación.

Los antecedentes de la amnistía en México, la establecen como facultad exclusiva del Congreso de la Unión, desde la Constitución de 1824, las leyes constitucionales de 1836, las bases orgánicas de 1843, así como las Constituciones de 1857 y de 1917. Existen en México importantes antecedentes históricos del otorgamiento de la amnistía. Siendo presidente de la República el licenciado Benito Juárez, se decreta amnistía a todos los individuos que hayan sido culpables de infidencia a la patria, sedición, conspiración y demás delitos de orden político.

Otro antecedente es la Ley de Amnistía del 27 de junio de 1872 publicando por el Presidente Sebastián Lerdo de Tejada en el que se concede amnistía por los delitos políticos sin excepción de persona alguna.

La Ley de Amnistía decretada por el Presidente Lázaro Cárdenas, expresaba la necesidad de reivindicar socialmente a los que delinquieran por delitos políticos, de rebelión y sedición, incorporándolos a la comunidad nacional.

La Ley de Amnistía publicada bajo la Presidencia de Manuel Ávila Camacho, concede amnistía a los civiles y militares que sean responsables de los delitos de rebelión, sedición, azonada o motín, cuyo conocimiento compete a los tribunales federales.

De lo anterior, se desprende la necesidad histórica que ha habido de olvidar los errores cometidos, que han motivado dolores y angustias a la sociedad mexicana.

Aquí no venimos a jugar si hay culpabilidad, pues ya se juzgó por el Poder Judicial, y no estamos aquí para analizar los fallos del mencionado Poder porque ello entrañaría que violemos el pacto federal de las facultades de los poderes de la nación.

Estamos analizando la razón de orden político para que la soberanía de la nación, en aras de la concordia nacional, en aras de la unidad de la sociedad mexicana, otorgue amnistía a un grupo de ciudadanos que en un momento dado violaron la ley, es el mismo interés que Juárez, Lerdo de Tejada, Lázaro Cárdenas y Ávila Camacho, tuvieron por preservar la unidad de la nación.

No estamos aquí para abrir juicios ni agrandar heridas; estamos aquí para olvidar jurídica y socialmente hechos que lesionaron a la sociedad. Sólo la perfidia es capaz de avivar un dolor que en un momento tuvo la sociedad.

Se ha expresado con razón que el Gobierno no tiene ninguna deuda con la decidencia, y se trata de una decisión de orden político. Y a pesar de que se hayan cometido delitos, la soberanía nacional los olvida.

Concede amnistía un gobierno que está seguro de su razón y su fuerza institucional; que estima como prioridad indispensable para la marcha hacia el logro de una plena democracia social, la unidad y la concordia de sus hijos.

El Presidente Echeverría ha promovido profundos cambios en nuestra vida pública. Ellos están encaminados al perfeccionamiento de nuestras instituciones, al desarrollo compartido para todos los mexicanos, y promueve la amnistía como un acto político que tiene como finalidad principal evidenciar que sólo en un Estado de derecho se puede perfeccionar nuestra democracia social, pues los derechos fundamentales de los mexicanos están garantizados por la acción institucional del gobierno.

La violencia no debe ser ni recurso ni alternativa. Apela a la violencia quien no tiene sentido por ignorancia o incapacidad física de la negociación institucional. Repudiamos a la violencia porque ésta solamente perjudica el progreso; porque solamente beneficia a los intereses más retardatorios; porque no se justifica en un régimen democrático, de libertad, donde todos los mexicanos podemos expresar nuestras opiniones políticas.

En México no estamos esperando la señal de nadie para caminar; nos apoyamos en un gobierno fuerte, en instituciones que permanentemente mejoramos basados en nuestras tradiciones, en nuestra capacidad y esfuerzo político que da el saber actuar dentro de la ley.

Los desajustes sociales que padecía la sociedad en 1968, no pueden ni deben ser negados por nadie. El momento histórico de entonces era propicio al aventurerismo político que sólo produce desorientación y desorden, caos y anarquía.

Debemos reflexionar en ser celosos del cumplimiento fiel de nuestras leyes. No tenemos desorientación ni duda. Estamos empeñados en revitalizar nuestros caminos del desarrollo político, económico y social.

Están abiertas las puertas a todo tipo de opiniones que tiendan a mejorar nuestra vida colectiva y perfeccionar nuestro sistema democrático.

El Presidente de la República no ha abdicado ni ha negociado el diálogo en aras de compromisos de validez dudosa. Atento a lo que el pueblo quiere, es el más fiel defensor de nuestra mexicanidad.

Tal parece, compañeros diputados, que lo expuesto por algunos oradores que me antecedieron en el uso de la palabra, hubieran querido que se aprehendiese a todas las multitudes.

En el fondo, aunque hablan en pro, hacen todo lo posible por manejar argumentos en contra. Tal parece que en el fondo no están de acuerdo con una conciliación nacional. Que quieren un estado débil, que sea fácil presa del fascismo.

¿Qué quería el diputado Medina?, ¿que metiéramos a la cárcel a todos los implicados directa o indirectamente aun contra quienes no hubo delito qué perseguir?

El derecho presupone que toda persona es inocente hasta que alguien demuestre lo contrario. El último extremo, menos grave, dejar libre a un culpable que condenar a un inocente. Cuando habló el diputado Blanco Sánchez habló de reincidencia, por lo visto tiene temor de que reincidan, él mismo, a su juicio, está reconociendo una culpabilidad. Muchas gracias. (Aplausos.)

- El Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Horacio Labastida.

- El C. Horacio Labastida:

Señor Presidente, señores diputados, amigos, compañeros: No recuerdo con exactitud sus propias palabras, pero en esta misma Tribuna, hace ya muchos años, Luis Cabrera decía al defender su elección como diputado por Puebla, que ciertos puntos de discusión en la Cámara de Diputados deberían utilizarse para hacer, hasta donde cada quien lo pudiese hacer, una profunda reflexión sobre nuestra realidad histórica como país, sobre nuestro pasado inmediato y la circunstancia que nos rodea, sobre el porvenir, sobre lo que significa la vida de una sociedad como la nuestra que aspira, sin duda, a una convivencia democrática y pacífica.

Decía Luis Cabrera en aquél su discurso extraordinario: Si esos instantes no se aprovechan para la reflexión profunda se comete un error, se comete una falta para con el país, pero si esos instantes se aprovechan por una parcialidad, para uso exclusivo de un ataque, si esos instantes se vuelven instrumentos de un grupo, entonces - y Luis Cabrera usó el condicional - entonces merecerían el reproche de los demás.

Y yo pienso que estamos en uno de esos momentos, y por eso me he permitido solicitar la palabra.

Estamos en uno de los momentos porque la amnistía que comentamos es una amnistía que se refiere a actos singulares, bien conocidos de todos nosotros, a los actos de 1968. Pero antes de iniciar mi reflexión quiero hacer sólo unas observaciones semánticas de la palabra amnistía.

Es cierto que viene de amnesia, pero amnesia en sus raíces griegas no sólo quiere decir olvido. El olvido es algo ligero que ocurre en la conciencia pública o personal porque la imagen que escapa tiene la posibilidad de regresar a la conciencia. No se trata de un olvido de este tipo en la amnistía política. En la palabra hay un alfa privativa que quiere decir extinción, es decir, se trata de algo que ya no va a tener existencia, de algo que deseamos que desaparezca y no regrese de ningún modo, ni a la vida pública ni a la vida personal. De algo que se desvanece para siempre sin dejar una puerta abierta por detrás.

Cuando se use en términos políticos el sentido genético de nuestras palabras, y en esta Tribuna todo es político, yo me permito solicitar a quienes lo hagan con competencia.

Decía, una amnistía como la que discutimos merece profundas reflexiones, merece dedicación extrema, merece atención que ahonde, que cale en la historia misma donde tal amnistía se halla inscrita.

Yo he manejado algunos argumentos que voy a volver a utilizar, y estoy seguro que volver a ellos nos será muy fructífero porque es posible que podamos hacer una reflexión sin parcialidades, sin ángulos específicos de agresión, sin motivos de orden ajeno a la mera representación que tenemos en esta Cámara. No olvidemos que los diputados somos diputados de la República, no de ningún partido en especial, cuando subimos a esta Tribuna, independientemente de nuestras ideologías. La reflexión debe ser sobre el problema implicado en la República, y no sobre los cañones escondidos o a la vista que pueden existir en la lucha partidaria.

El 68 parece haber ubicado por instantes, por momentos frente a frente a la inteligencia mexicana y a la política mexicana. El 68 parece haber separado a esos dos extraordinarios personajes de nuestra historia; a la acción y a la teoría, al pensamiento y al acto; y esto es lo que evidentemente nos ha preocupado profundamente durante todos estos años. Hay una constante en nuestra historia, hay algo que repite y que no debemos olvidar jamás, hay un hecho que parece ser el motor más poderoso de nuestro progreso y de las posibilidades de nuestro avance. Ese hecho consiste en la unidad entrañable de la inteligencia y la política, del intelectual y del político. El ejemplo primo en nuestra historia está dado en la época de la insurgencia. No hay que olvidar aquel hermoso ensayo de Gabriel Méndez Plancarte, aquel su "Hidalgo Reformador Intelectual", porque Hidalgo no fue sólo Rector de la Universidad de San Nicolás, del Colegio de San Nicolás, para ser precisos; también imparte cátedra de teología en ese extraordinario Colegio, es esa admirable institución de los orígenes de nuestra nacionalidad. Además, en su magnífica tesis recepcional en teología, anuncio un nuevo método de enseñarla y ese nuevo método lo pone en práctica ante sus alumnos con un éxito sin precedentes. Dice Méndez Plancarte, el jesuita, que allí está la prueba

del poder reformador; de ese extraordinario intelectual que en una edad ya respetable se lanza por la vía de la acción a independizar la vida de la Nueva España.

En Hidalgo la teoría se unía íntimamente con la práctica; la práctica es una política llena de posibilidades creadoras cuando se haya inspirada en la frente de la inteligencia. Hidalgo había dedicado muchos de sus años, muchos de los años de su vida, al cultivo de una rica y poderosa inteligencia, al cultivo de su talento visionario.

Cuando Hidalgo convocó a los mexicanos a la independencia, no sólo es un héroe, es además un auténtico intelectual mexicano; en él se resume una poderosa corriente que ya se había iniciado con Sor Juana Inés de la Cruz y con Sigüenza en el Siglo XVII. En él, en Hidalgo, se resumen y se simbolizan los poderes creadores del humanista, de los humanistas del Siglo XVIII.

Esto es lo que Hidalgo representa. Cuando en Dolores convoca a la independencia, la convoca en nombre de la heroicidad, la convoca en nombre de la inteligencia y la convoca también en nombre de la política.

Por eso nuestra independencia, la independencia mexicana, alcanza no sólo la altura de otros movimientos liberadores, sino que sobrepasa esa altura y la va a trascender muy pronto en las manos de dos seres extraordinarios, en las manos de Morelos, el político por excelencia de la insurgencia nuestra, y en el cerebro privilegiado y brillante de Carlos María Bustamante, quien acompaño a Morelos en sus discusiones, en sus profundos análisis sobre el significado, el alcance, la amplitud, la profundidad de nuestra independencia.

De ahí brotan, señores y señoras, los documentos básicos de nuestra nacionalidad. No sólo me refiero al conocido con el título de Los Sentimientos de la Nación, discutido muchas veces por Morelos y Bustamante en instantes desesperados de la lucha insurgente; no sólo a eso me refiero. La inteligencia y la política, Morelos y Bustamante, vuelven a reunirse cuando el Congreso de Anáhuac sanciona nuestra primera ilusión, sanciona nuestra primera utopía, la utopía de Apatzingán. Allí, en el Decreto de Apatzingán se reconoce nuestra vocación democrática, se afirma nuestro sentido republicano y además nuestra adhesión plena y abierta a lo que hoy llamamos la justicia social. Es un producto nuevamente de la unión del político con el intelectual, de la inteligencia con la acción creadora.

El símbolo está dado por Hidalgo, el primer Padre de nuestra patria; el símbolo está confirmado por Morelos, el segundo Padre de nuestra patria.

Logramos nuestra independencia en aquella época insurgente en la medida en que mantuvimos entrañablemente la unidad de la inteligencia y la política, del pensamiento y el acto, de la teoría y la práctica.

Y los hechos vuelven a repetirse a todo lo largo de la historia; sin duda vuelven a repetirse cada vez que la inteligencia se reúne con la política, y cuando se nutren mutuamente damos un paso adelante en la historia de nuestro país; cada vez que se separan parece que nos frenamos o damos un paso hacia atrás. Unos años después, en los orígenes mismos de la búsqueda de nuestros caminos, tendrían que reunirse otra vez la inteligencia y la política. Fue Gómez Farías con el doctor Mora. Recuerden aquel documento que frecuentemente hemos olvidado, el Programa del Partido del Progreso como lo llamó José María Luis Mora.

¿Qué decía el Programa del Partido del Progreso?

El Programa del Partido del Progreso decía tres cosas fundamentales:

1. Rescatemos nuestra ciencia de la metafísica,

2. Abramos las puertas de la educación a todo el pueblo mexicano y no sólo a un grupo selecto de ese pueblo, y

3. Integremos nuestro territorio, singularmente con las tierras que están en manos de los bárbaros. ¡ 1846 confirma la exactitud de la visión moriana!

Esa era la tesis del Partido del Progreso, donde hallamos nuevamente la constante de nuestra historia, la inteligencia representada por Mora y la política noble y admirablemente representada por Gómez Farías; ellos se juntan y surge la hipótesis de cómo habríamos de caminar en la historia para alcanzar un nuevo momento progresista en la vida nacional.

No pasa mucho tiempo sin que los hechos de la historia vuelvan a confirmar esa importante tesis. Juárez está en Veracruz con Melchor Ocampo, ese michoacano extraordinario que en 1946 convocara a las guerrillas mexicanas para detener y destruir al ejército invasor de los Estados Unidos. Melchor Ocampo le dice al entonces Presidente que sin las leyes de Reforma prefiguradas en el pensamiento de Mora no podríamos ir adelante. Hay un monopolio que debe destruirse para favorecer el progreso nacional, el monopolio de las manos muertas. Juárez escucha con un gran cuidado, Juárez es un pensador profundo, penetrante; Melchor Ocampo es un hombre de un brillo sin comparación en su tiempo, en su época, pero además hay que escuchar otros puntos de vista, hay que recordar el pensamiento de Miguel Lerdo de Tejada, cuando sugirió las leyes de desamortización y hay que oír aquél cerebro sin par en muchos aspectos que fue el hermano de Miguel, Sebastián. Ahí está representada la inteligencia mexicana junto con la política mexicana; Melchor Ocampo quizá, o Sebastián Lerdo de Tejada, son los símbolos de la inteligencia; Juárez naturalmente es el símbolo de la política y de esta reunión en 1859 surgen las Leyes de Reforma. Ya no es el mero proyecto de la Mora, ahora es la realidad de una ley vigente que sanciona nuestro Congreso y pronto lo hace parte de la Constitución misma del país. Se ha dado un paso adelante, hemos desmonopolizado nuestra riqueza por virtud de una nueva reunión sólida, la reunión y la unidad de la inteligencia y la política. Los hechos

tendrían que confirmarse, naturalmente, en la Revolución Mexicana.

Sólo voy a citar unos cuantos casos; basta con ellos. ¿Nosotros acaso podríamos entender la grandeza de Carranza sin el pensamiento vasto y claro de Luis Cabrera? ¿Podríamos entender el proceso de la Reforma Agraria sin aquella ley del 6 de enero de 1915? ¿ Nosotros podríamos entender los proyectos de Zapata, por ejemplo, sin Otilio Montaño o sin el secretario Palafox, a pesar de los dramas que ocurrieron entre ellos? ¿Nosotros podríamos pensar en Villa sin los intelectuales que estuvieron a lado del villismo? Sería extremadamente difícil.

La Constitución de México se inicia con un proyecto de Carranza y se enriquece en las discusiones de Querétaro y los agregados que hacen los intelectuales mexicanos de manera directa o indirecta en el documento del Teatro de la República.

Nuevamente encontramos la constante de nuestra historia cuando México da un paso adelante. Se han reunido sin duda el talento del país con la política del país. Se han dado la mano y se han entendido solidariamente.

Aún quisiera poner un ejemplo más que no puedo dejar de recordar. Los pasos adelante que da la administración de Cárdenas en materia de reforma agraria, en la organización obrera, en el recobramiento de nuestros energéticos básicos como el petróleo, podrán entenderse con la debida claridad y se entenderán al considerar la contribución definitiva de Vicente Lombardo Toledano que en esos años simbolizaba al intelectual mexicano.

Y en 1939 no podríamos olvidar tampoco a Manuel Gómez Morín; es el otro intelectual que aborda los problemas de la sucesión presidencial de aquel año con indudable honestidad espiritual.

He citado a propósito a tres intelectuales del México contemporáneo: a Luis Cabrera a Vicente Lombardo Toledano, a Manuel Gómez Morín, para hacer notar que cada quien desde su ángulo, desde su punto de vista ha aportado, a veces críticamente, a veces creadoramente, ideas básicas, en la conformación y en la remodelación de lo que la nación mexicana es hoy. De esa nación mexicana que todos deseamos como nación democrática, como nación pacífica como nación feliz.

La deducción es obvia. Cuando la inteligencia en este país se ha reunido íntimamente, entrañablemente, vuelvo a decirlo, con la política, cuando este hecho ha surgido en nuestra historia, entonces la constante se registra nuevamente, el país da un paso adelante. Así sucedió en la generación de la insurgencia, así sucedió en la generación de la insurgencia, así sucedió en la generación de 1833, con Farías y Mora, así sucedió en la generación del 59 con la Reforma, así sucedió en la Revolución, así sucedió con el Plan de San Luis, con el Plan de Ayala o con las precisas definiciones de Lázaro Cárdenas. Este es el verdadero contexto de la Ley de Amnistía que estamos discutiendo. El propósito no es olvidar lo que no es olvidable; el propósito no es engañar a nadie. El Presidente de la República, que envió este Proyecto de Ley, tiene una conciencia clara de los acontecimientos que estamos discutiendo. El propósito es contribuir una vez más a que sea posible que en México la inteligencia mexicana, el talento nuestro, jamás se separa de la política mexicana, de la acción de este país. Quienes han fomentado esa separación son gentes que provienen de tres fuentes bien claras: son los tontos que nada comprenden sobre nuestra realidad histórica; son los extranjeros que quisieran aprovecharse de nuestra riqueza y de nuestros recursos humanos, o son los contrarrevolucionarios de dentro, los de casa.

La Ley de Amnistía es también un símbolo de tres cosas: de una inteligencia clara de la realidad de nuestro país en este momento, en el pasado inmediato y en el porvenir que se acerca; de un sentido revolucionario preciso, acertado certero; y, por último, de una decisión que adoptamos desde el Decreto de Apatzingán: ningún interés extranjero por un lado, y ningún movimiento contrarrevolucionario, por el otro van a frenar el bienestar de los mexicanos ni el progreso de esta nación que es nuestra.

Muchas gracias señores diputados. (Aplausos.)

El C. Presidente: Los CC. diputados José Ortiz Arana, Humberto Hernández Haddad y Luis del Toro Calero han informado a esta presidencia que se desiste de su intervención. En ese sentido la Secretaría consultará a la Asamblea si el asunto se encuentra suficientemente discutido.

El C. secretario Rogelio García González: Por instrucciones de la presidencia, en votación económica, se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido el proyecto de Ley.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo.

Suficientemente discutido el proyecto de Ley, señor Presidente.

En consecuencia, y habiéndose autorizado previamente por esta H. Asamblea que se levante conjuntamente la votación nominal en lo general y en los particular, se va a proceder a recoger la misma en un solo acto.

(Votación.)

Fue aprobada en lo general y en lo particular, por unanimidad de 172 votos, el proyecto de Ley de Amnistía. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales. (Aplausos.)

Señor Presidente, agotados los asuntos en cartera. Se va a proceder a dar lectura al Orden del Día de la próxima sesión.

ORDEN DEL DÍA

- El mismo C. Secretario:

"Período Extraordinario de Sesiones, XLIX Legislatura. Cámara de Diputados.

Orden del Día.

13 de mayo de 1976.

Lectura del acta de la sesión anterior.

El C. Doctor Armando León Bejarano V., invita a la sesión solemne en la que protestará como Gobernador Constitucional del Estado de Morelos, por el período 1976 - 1982, que tendrá lugar el próximo 18 de los corrientes.

Comunicación del C. diputado ingeniero Humberto Garza Flores.

Dictamen a discusión

De las Comisiones unidas de Planeación del Desarrollo Económico y Social; de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos con Proyecto de Ley General de Asentamientos Humanos."

- El C. Presidente a las (14:25 horas): Se levanta la sesión, y se cita para la que tendrá lugar, el próximo jueves 13, a las 11 horas.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"