Legislatura LII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19820909 - Número de Diario 21

(L52A1P1oN021F19820909.xml)Núm. Diario:21

ENCABEZADO

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

"LII" LEGISLATURA

Registrada como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO I México, D. F., jueves 9 de septiembre de 1982 TOMO I. NUM. 21

SESIÓN DE CÁMARA Y DE COLEGIO ELECTORAL

SUMARIO

APERTURA

ORDEN DEL DÍA

ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR.

SE APRUEBA

INVITACIÓN

Al acto cívico conmemorativo del 135 aniversario de la gesta de los Niños Héroes, el día 13 del actual en el Bosque de Chapultepec. Se designa comisión

ORDEN DEL DÍA

De la sesión próxima. Se levanta la sesión de Cámara

SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL

ELECCIÓN DE PRESIDENTE

DE LA REPÚBLICA

Dictamen emitido por la Gran Comisión, relativo a las elecciones que para Presidente de la República se celebraron el 4 de julio último, con proyecto de Decreto, que declara válidas dichas elecciones y Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos al C. licenciado Miguel de la Madrid Hurtado para el periodo 1982- 1988 y, al efecto, se representará ante el Congreso de la Unión a prestar la protesta de ley el 1o. de diciembre próximo. Publíquese y promúlguese por bando solemne en toda la República

A discusión en lo general. Intervienen, en contra el C. Gerardo Medina Valdez, del PAN; por la Comisión Mario Vargas Saldaña; en pro Enrique Alcántar Enríquez, del PDM; Antonio Ortega Martínez, del PST; Jorge Cruickshank García, del PPS; Edmundo Jardón Arzate, del PSUM; y José Luis Lamadrid, del PRI. Sin Discusión en lo particular se aprueba por mayoría. Pasa al Ejecutivo

DECLARATORIA

La presidencia hace la declaratoria concerniente al dictamen anteriormente aprobado

COMISIONES DE CORTESÍA

Se designan las comisiones que participarán la anterior declaratoria al ciudadano Presidente de la República, a la Cámara de Senadores, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al propio C. licenciado Miguel de la Madrid Hurtado. Se levanta la sesión

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. HUMBERTO LUGO GIL

(Asistencia de 392 ciudadanos diputados.)

APERTURA

- El C. Presidente (a las 10:30 horas): Se abre la sesión.

ORDEN DEL DÍA

- La C. secretaria Hilda Anderson Nevárez:

"Primer periodo ordinario de sesiones. LII Legislatura.

Orden del Día

9 de septiembre de 1982.

Lectura del acta de la sesión anterior

El Departamento del Distrito Federal invita al acto que, con asistencia del C. licenciado José López Portillo, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, tendrá lugar el próximo 13 de los corrientes para

conmemorar el 135 aniversario de la gesta de los Niños Héroes, en el monumento erigido a su memoria, en el Bosque de Chapultepec.

COLEGIO ELECTORAL

Dictamen de la Gran Comisión, relativo a las elecciones efectuadas el 4 de julio próximo pasado para Presidente de la República.

ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR

- La misma C. secretaria:

"Acta de la sesión de la Cámara de Diputados de la Quincuagésima Segunda Legislatura del H. Congreso de la Unión efectuada el día ocho de septiembre de mil novecientos ochenta y dos.

Presidencia del C. Humberto Lugo Gil

En la ciudad de México, a las diez horas y treinta minutos del miércoles ocho de septiembre de mil novecientos ochenta y dos, la presidencia declara abierta la sesión una vez que la secretaría manifiesta una asistencia de trescientos sesenta y seis ciudadanos diputados.

Lectura del Orden del Día.

Sin discusión se aprueba el acta de la sesión anterior, llevada a cabo el día de ayer.

Se da cuenta con los documentos en cartera:

El H. Congreso del estado de Guerrero suscribe atenta invitación a la sesión pública y solemne que tendrá lugar el día 13 de los corrientes en el Templo Parroquial de Santa María de la Asunción en la capital de dicha entidad con motivo del 169 aniversario de la instalación del Primer Congreso de Anáhuac.

Para concurrir a la sesión mencionada, con la representación de este cuerpo legislativo, la presidencia designa en comisión a los CC. diputados Zótico García Pastrana, Rosa Martha Muñuzuri de Garbio, Juan López Martínez, Héctor Ramírez Cuéllar, Juan Millán Brito, Florentino Jaimes Hernández y Alberto Salgado Salgado.

La Legislatura del estado de Chiapas da a conocer la dirección del nuevo Palacio del Poder Legislativo. De enterado.

Por su parte, la Legislatura del estado de Nayarit comunica la elección de la mesa directiva que funcionará durante el primer periodo ordinario de sesiones correspondiente al segundo año de su ejercicio. De enterado.

La presidencia manifiesta a la Asamblea que, con fundamento en el Artículo 8o., párrafo tercero, de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, en la sesión de hoy se hará el análisis del sexto Informe rendido por el Primer Magistrado de la Nación, licenciado José López Portillo, en lo relativo a política exterior.

Señala que, para tal efecto, se han registrado ciudadanos diputados de los diversos partidos políticos que integran la actual Legislatura, a cuyos nombres da lectura.

En seguida hacen uso de la palabra los siguientes ciudadanos legisladores: Ricardo Antonio Govela Autrey, del Partido Socialista de los Trabajadores; Jesús Luján Gutiérrez, del Partido Popular Socialista; David Lomelí Contreras, del Partido Demócrata Mexicano; Arnaldo Córdova, del Partido Socialista Unificado de México; Jorge Alberto Ling Altamirano, del Partido Acción Nacional; y Luis Dantón Rodríguez, del Partido Revolucionario Institucional.

Agotados los asuntos en cartera se da lectura al Orden del Día de la sesión próxima.

A las trece horas y cincuenta y cinco minutos se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar el día de mañana, nueve de septiembre, a las diez horas."

Está a discusión el acta... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba... Aprobada, señor Presidente.

INVITACIÓN

- La misma C. secretaria:

"Escudo Nacional.- Estados Unidos Mexicanos.- Poder Ejecutivo Federal.- México, D.F.- Departamento del Distrito Federal.

México, D. F., a 8 de septiembre de 1982.

"Año del general Vicente Guerrero."

C. diputado licenciado Humberto A. Lugo Gil, Presidente de la H. Cámara de Diputados. Palacio Legislativo.- Presente.

El Departamento del Distrito Federal, por conducto de esta Dirección General, ha programado la ceremonia conmemorativa del CXXXV aniversario de la gesta de los Niños Héroes que, con asistencia del C. licenciado José López Portillo, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, tendrá lugar el próximo día 13 del actual, a las 10:00 horas, en el monumento erigido a su memoria, en el Bosque de Chapultepec.

Al propio tiempo, me permito rogarle tenga a bien dictar sus respetables instrucciones con objeto de que una comisión asista al acto de referencia y efectúe el depósito de una ofrenda floral, con la representación de esa H. Cámara de Diputados que usted preside.

Reitero a usted, con mi reconocimiento, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

Directora general, profesora Martha Andrade de Del Rosal."

El C. Presidente: Para asistir a este acto, en representación de esta H. Cámara, se designa a los siguientes CC. diputados: Humberto Lugo Gil, Antonio Ramírez Barrera, José Martínez Morales, Celso Vázquez Ramírez, Luis Garfias Magaña, Jesús Lazcano Ochoa, Ignacio Moreno Garduño, Javier Blanco Sánchez, Ofelia Ramírez Sánchez y Jesús Luján Gutiérrez.

- La C. secretaria Hilda Anderson Nevárez:

Señor Presidente, se han agotado los asuntos en cartera de la sesión de Cámara.

Se va a proceder a dar lectura al Orden del Día de la próxima sesión.

ORDEN DEL DÍA

- La misma C. secretaria:

"Primer periodo ordinario de sesiones.

LII Legislatura.

Orden del día.

13 de septiembre de 1982.

Lectura del acta de la sesión anterior.

El Departamento del Distrito Federal invita al acto que con asistencia del C. licenciado José López Portillo, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, tendrá lugar el próximo 16 de septiembre, con motivo del homenaje que los tres Poderes de la Unión rinden a los Héroes de nuestra Independencia.

Proposición de la Gran Comisión para integrar las Secciones Instructoras del Gran Jurado.

Iniciativa del Ejecutivo

Para reformar el Decreto que creó el organismo público denominado Patrimonio Indígena del Valle del Mezquital.

Informe sobre el resultado de la revisión de la Cuenta Pública del Gobierno Federal y de la del Departamento del Distrito Federal correspondientes al ejercicio de 1980.

- El C. Presidente (a las 10:45 horas): Se levanta la sesión de Cámara para pasar a sesión de Colegio Electoral.

SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL

ELECCIÓN DE PRESIDENTE DE

LA REPÚBLICA

El C. Presidente: La Cámara de Diputados se erige en Colegio Electoral para conocer el dictamen de la Gran Comisión acerca de las elecciones que para Presidente de la República se celebraron el 4 de julio del presente año.

- El C. secretario Everardo Gámiz:

"Gran Comisión.

Honorable Asamblea:

Fue remitida a la Cámara de Diputados la documentación correspondiente a la elección presidencial celebrada el 4 de julio pasado. Del análisis de los documentos remitidos por la comisión Federal Electoral y por los 300 comités distritales electorales quedó establecido que la preparación, desarrollo y vigilancia del proceso electoral, en todo el país, se realizaron con apego a las disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales, lo cual funda y motiva el presente

DICTAMEN

El proceso electoral de 1982 fue manifestación de auténtica voluntad democrática garantizada por la corresponsabilidad del Estado, partidos y ciudadanos en la realización de los comicios. El pueblo tuvo a su cargo las 50 438 mesas directivas de casillas que para la recepción del sufragio fueron instaladas en todo el territorio nacional. En la jornada participaron casi un millón de ciudadanos como funcionarios electorales o como representantes de los partidos nacionales.

Los ciudadanos empadronados alcanzaron la cifra de 31 516 370, de los cuales sufragaron 23 592 888. La concurrencia a las urnas constituyó el 74.8 por ciento de los ciudadanos empadronados, lo que no tiene precedente en nuestra historia, así como tampoco en comparación con países de reconocida tradición democrática. Estos números acreditan la confianza del pueblo en la democracia, en las instituciones revolucionarias y en la sociedad de hombres libres.

La Gran Comisión considera que estas elecciones demostraron la viabilidad y eficacia de la reforma política impulsada por el ciudadano Presidente José López Portillo, como proceso tendiente a fortalecer el Estado de Derecho, la democracia y el pluralismo, ampliando, además, los cauces que rigen la formación y el ejercicio del poder público. El nuevo sistema electoral de carácter mixto; la disponibilidad de recursos jurídicos adecuados para combatir posibles irregularidades; las prerrogativas de los partidos políticos para difundir tesis y programas; las facilidades para el registro de nuevos partidos, entre otras, lograron profundizar la democracia y abrir nuevos caminos a la expresión de las diferentes corrientes políticas del país.

En estas elecciones participaron nueve partidos políticos que registraron candidatos a la Presidencia de la República, lo que representa la más alta expresión de pluralidad, con el mayor número de opciones en una contienda electoral en el México contemporáneo. Los diferentes partidos plantearon sus principios y programas, desarrollaron sus recursos de organización, usaron medios adecuados para movilizar la voluntad del cuerpo electoral y despertar así la responsabilidad ciudadana. Durante meses se desarrolló en todo el país amplio debate democrático, los partidos realizaron penetrantes campañas de carácter nacional y sometieron sus propuestas a intensas consultas populares; los candidatos entraron en comunicación directa con los ciudadanos y confrontaron sus tesis en un clima de plena libertad y respeto cabal. Todo ello propició un notable incremento de la participación popular.

Mayoría y minorías pusieron de relieve en estas elecciones un acuerdo en lo

fundamental: el propósito de que México continúe progresando por la vía institucional, con la ley, en la paz y en la democracia.

Una realidad heterogénea, la diversidad de culturas y un desarrollo político desigual hacen inevitables incidentes e imperfecciones que no fueron sustanciales, carecieron de trascendencia jurídica y, por tanto, no afectaron los resultados del proceso electoral. Por todo fue una jornada ejemplar de nuestra historia comicial, que se reflejó en la superación cuantitativa y cualitativa de los procesos anteriores.

En un mundo donde fenómenos de involución política cancelan libertades el pueblo de México demostró su madurez y capacidad para autogobernarse. Los mexicanos nos afirmamos en nuestra vocación democrática. Superamos incitaciones a la violencia y fallidos llamamientos a la abstención. El pueblo confirmó su voluntad de vivir en el marco de nuestro régimen constitucional.

Del contenido de las 300 actas de los cómputos distritales para la elección de Presidente de la República los ciudadanos postulados como candidatos registraron la siguiente votación:

PAN: C. Pablo Emilio Madero, 3 700 045 votos, 15.68%.

PRI., PPS. Y PARM: C. Miguel De la Madrid Hurtado, 16 748 006 votos, 70.99%.

PDM: C. Ignacio González Gollaz, 433 886 votos, 1.85%.

PSUM: C. Arnoldo Martínez Verdugo, 821 995 votos, 3.48%.

PST: C. Cándido Díaz Cerecedo, 342 005 votos, 1.45%.

PRT: C. Rosario Ibarra de Piedra, 416 448 votos 1.76%.

PSD: C. Manuel Moreno Sánchez, 48 413 votos, 0.20%.

No registrados, 28 474, 0.12%.

Votos anulados, 1 053 616, 4.47%.

Votación total emitida, 23 592 888 votos, 100.00%.

De la votación total emitida y mencionada correspondió el 70.99 por ciento al candidato Miguel de la Madrid Hurtado. De estos resultados, y del proceso abierto en que se originaron, el pueblo fue actor y testigo.

Una vez efectuado el análisis de todos y cada uno de los documentos recibidos de los 300 distritos electorales federales, la Gran Comisión de la H. Cámara de Diputados encontró que la suma de las votaciones por entidad arrojó las siguientes cifras:

Aguascalientes: PAN: 31 570 votos; PRI: 137 647 votos; PPS; 1 379 votos; PARM: 770 votos; PDM: 3 122 votos; PSUM: 1 879 votos PST: 4 809 votos; PRT: 1 300 votos; PSD: 345 votos; No registrados: 33; votos anulados: 16 967.

Baja California: PAN: 147 092 votos; PRI: 271 899 votos; PPS: 12 264 votos; PARM: 3 510 votos; PDM: 6 298 votos; PSUM: 16 456 votos; PST: 11 047 votos; PRT: 12 403 votos; PSD: 1 149 votos; No registrados: 346; votos anulados: 50 996

Baja California Sur: PAN: 13 852 votos; PRI: 64 573 votos; PPS: 996 votos; PARM: 479 votos; PDM: 537 votos; PSUM: 2 336 votos; PST: 763 votos; PRT: 3 444 votos; PSD: 124 votos; No registrados: 23 votos; Votos anulados: 3 617 votos.

Campeche: PAN: 8 052 votos; PRI: 103 193 votos; PPS: 993 votos; PARM 230 votos; PDM: 401 votos; PSUM: 898 votos; PST: 419 votos; PRT: 333 votos; PSD: 52 votos; No registrados: 29 votos; Votos anulados: 9 631.

Coahuila: PAN: 86 155 votos; PRI: 224 753 votos; PPS: 2 499 votos; PARM: 1 435 votos; PDM: 996 votos; PSUM: 4 770 votos; PST: 6 581 votos; PRT: 2 334 votos; PSD: 351 votos; No registrados: 292 votos; Votos anulados: 4 806 votos.

Colima: PAN: 7 126 votos; PRI: 136 139 votos; PPS: 965 votos; PARM: 267 votos; PDM: 2 009 votos; PSUM: 1 331 votos; PST: 1788 votos; PRT: 737 votos PSD: 82 votos; No registrados: 19 votos; Votos anulados 3 534 votos.

Chiapas: PAN: 21 043 votos; PRI: 679 429 votos; PPS: 6 691 votos; PARM: 5 863 votos; PDM: 1 436 votos; PSUM: 7 745 votos; PST: 8 848 votos: PRT: 4 958 votos; PSD: 1 109 votos; No registrados: 762 votos; Votos anulados: 15 206 votos.

Chihuahua: PAN: 153 704 votos; PRI: 362 038 votos; PPS: 7 184 votos; PARM: 3 062 votos; PDM: 4 719 votos; PSUM: 13 157 votos; PST: 5 169 votos; PRT: 2 813 votos; PSD: 740 votos; No registrados: 67 votos; votos anulados: 47 626 votos.

Distrito Federal: PAN: 892 214 votos; PRI: 1 853 279 votos; PPS: 89 699 votos; PARM: 36 201 votos; PDM: 90 003 votos; PSUM: 286 661 votos; PST: 81 817 votos; PRT: 199 963 votos; PSD: 18 702 votos; No registrados 10 779 votos; Votos anulados: 260 092.

Durango: PAN: 67 159 votos; PRI: 280 606 votos; PPS: 4 620 votos; PARM: 3 584 votos; PDM: 2 732 votos; PSUM: 7 619 votos; PST: 2 453 votos; PRT: 280 votos; PSD: 413 votos; No registrados: 12 votos; Votos anulados 8 053 votos.

Guanajuato: PAN: 178 468 votos; PRI: 578 412 votos; PPS: 8 132 votos; PARM: 6 100 votos; PDM: 61 125 votos; PSUM: 10 755 votos; PST: 12 214 votos; PRT: 3 063 votos; PSD: 1 154 votos; No registrados: 76 votos; Votos anulados: 29 716 votos.

Guerrero: PAN: 22 392 votos; PRI: 422 905 votos; PPS: 3 516 votos; PARM: 4 419 votos; PDM: 5 667 votos; PSUM: 20 798 votos; PST: 15 583 votos; PRT: 6 524 votos; PSD: 594 votos; No registrados: 17 votos; Votos anulados: 14 926 votos.

Hidalgo: PAN: 50 641 votos; PRI: 487 739 votos; PPS: 8 977 votos; PARM: 2 407 votos; PDM: 2 998 votos; PSUM: 8 876 votos; PST: 10 289 votos; PRT: 4 806 votos; PSD: 537 votos; No registrados: Votos anulados 107 votos.

Jalisco: PAN: 359 328 votos; PRI: 813 568 votos; PPS: 15 371 votos; PARM: 11 865 votos; PDM: 49 284 votos; PSUM: 89 946 votos; PST: 12 122 votos; PRT: 6 691 votos PSD:

2 248 votos; No registrados: 112 votos; Votos anulados: 76 308.

México: PAN: 606 668 votos; PRI: 1 496 610 votos; PPS: 59 065 votos; PARM: 24 949 votos; PDM: 67 423 votos: PSUM: 137 571 votos; PST: 40 947 votos; PRT: 91 453 votos; PSD: 7 643 votos; No registrados: 851 votos; Votos anulados: 180 793.

Michoacán: PAN: 90 201 votos; PRI: 599 459 votos; PPS: 7 543 votos; PARM: 4 250 votos; PDM: 34 978 votos; PSUM: 16 774 votos; PST: 7 524 votos; PRT: 5 106 votos; PSD: 723 votos; No registrados 87 votos; Votos anulados: 29 380 votos.

Morelos: PAN: 33 673 votos PRI: 249 769 votos; PPS: 3 968 votos; PARM: 2 326 votos; PDM: 4 754 votos; PSUM: 8 587 votos; PST: 6 514 votos; PRT: 15 142 votos PSD: 644 votos; No registrados: 44 votos; Votos anulados: 12 116 votos.

Nayarit: PAN: 6 883 votos; PRI: 157 242 votos; PPS: 3 184 votos; PARM: 1 135 votos; PDM: 2 013 votos; PSUM: 22 577 votos; PST: 1 106 votos; PRT: 708 votos; PSD: 160 votos; No registrados: 48 votos; Votos anulados: 10 103 votos.

Nuevo León: PAN: 213 606 votos; PRI: 633 626 votos; PPS: 4 128 votos; PARM: 4 694 votos; PDM: 2 984 votos; PSUM: 4 494 votos; PST: 3 615 votos; PRT: 3 973 votos; PSD: 853 votos; No registrados; 39 votos; votos anulados: 8 653 votos.

Oaxaca: PAN: 46 185 votos; PRI: 638 965 votos; PPS: 22 896 votos PARM: 14 549 votos; PDM: 2 296 votos; PSUM: 20 908 votos; PST: 4 467 votos; PRT 4 948 votos; PSD: 580 votos; No registrados: 58 votos; Votos anulados: 11 057.

Puebla: PAN: 135 615 votos; PRI: 1 090 647 votos; PPS: 13 202 votos; PARM: 6 022 votos; PDM: 8 455 votos; PSUM: 25 668 votos; PST: 8 802 votos; PRT: 9 575 votos; PSD: 1 209 votos; No registrados: 126 votos; Votos anulados: 119 393 votos.

Querétaro: PAN: 40 518 votos; PRI: 197 152 votos; PPS: 1 350 votos; PARM: 1 616 votos; PDM: 4 543 votos; PSUM: 3 439 votos; PST: 1 429 votos; PRT: 1 267 votos; PSD: 467 votos; No registrados: 18 votos; Votos anulados: 11 222 votos.

Quintana Roo: PAN: 3 513 votos; PRI: 87 798; PPS: 1 344 votos; PARM: 219 votos; PDM: 247 votos; PSUM: 896 votos; PST: 845 votos; PRT: 302 votos; PSD: 65 votos; No registrados: 15 votos; Votos anulados: 1 343 votos.

San Luis Potosí: PAN: 41 171 votos: PRI: 411 943 votos; PPS: 2 029 votos; PARM 2 027 votos; PDM: 21 209 votos; PSUM: 3 907 votos: PST: 4 149 votos; PRT: 2 389 votos; PSD: 710 votos; No registrados: 49 votos; Votos anulados: 10 321 votos.

Sinaloa: PAN: 65 035 votos; PRI: 475 275 votos: PPS: 9 266 votos: PARM: 4 739 votos; PDM: 2 713 votos; PSUM: 31 947 votos; PST: 4 596 votos: PRT: 5 374 votos; PSD: 827 votos; No registrados: 48 votos; Votos anulados: 15 112 votos.

Sonora: PAN: 113 166 votos; PRI: 422 712 votos; PPS: 2 686 votos; PARM: 1 250 votos; PDM: 1 688 votos; PSUM: 6 759 votos; PST: 1 215 votos; PRT: 4 759 votos; PSD: 742 votos; No registrados: 152 votos; Votos anulados: 15 335 votos.

Tabasco: PAN: 11 706 votos; PRI: 309 194 votos; PPS: 5 186 votos; PARM: 960 votos; PDM: 645 votos; PSUM: 2 129 votos; PST: 2 921 votos; PRT: 1 045 votos; PSD: 207 votos; No registrados: 9 votos; Votos anulados: 5 080 votos.

Tamaulipas: PAN: 60 663 votos; PRI: 464 208 votos; PPS: 4 753 votos; PARM: 45 511 votos; PDM: 6 293 votos; PSUM: 8 219 votos; PST: 3 917 votos; PRT: 3 311 votos; PSD: 958 votos; No registrados: 53 votos; Votos anulados: 21 960 votos.

Tlaxcala: PAN: 23 890 votos; PRI: 187 790 votos; PPS: 2 001 votos; PARM: 963 votos; PDM: 10 035 votos; PSUM: 3 897 votos; PST: 836 votos; PRT: 1 048 votos; PSD: 139 votos; No registrados: 35 votos; Votos anulados 5 758 votos.

Veracruz: PAN: 69 622 votos; PRI: 1 688 846 votos; PPS: 53 368 votos; PARM: 45 103 votos; PDM: 29 187 votos; PSUM: 43 769 votos; PST: 73 672 votos; PRT: 14 017 votos; PSD: 4 569 votos; No registrados: 14 246 votos; Votos anulados: 44 492 votos.

Yucatán: PAN: 59 275 votos; PRI: 270 002 votos; PPS: 1 352 votos; PARM: 490 votos; PDM: 389 votos; PSUM: 322 votos; PST: 411 votos; PRT: 947 votos; PSD: 141 votos; No registrados: 4 votos; Votos anulados: 1 395 votos.

Zacatecas: PAN: 39 859 votos; PRI: 347 836 votos; PPS: 1 958 votos; PARM: 1 192 votos; PDM: 2 707 votos; PSUM: 6 903 votos; PST: 1 587 votos; PRT: 1 435 votos; PSD: 176 votos; No registrados: 25 votos; Votos anulados: 8 518 votos.

Por lo expuesto la Gran Comisión de la LII Legislatura concluye que, con base en el análisis de todas las fases del proceso electoral, la elección de Presidente de la República celebrada el domingo 4 de julio de 1982 se realizó con apego a lo dispuesto por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y a la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales, satisfaciendo así los requisitos de legalidad, por lo que fundadamente debe declararse la validez de la elección y la legitimidad del triunfo del ciudadano Miguel de la Madrid Hurtado.

En consecuencia, y con fundamento en los artículos 74, fracción I de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 24 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, la Gran Comisión somete a la elevada consideración de vuestra soberanía el siguiente

PROYECTO DE DECRETO

La Cámara de Diputados, erigida en Colegio Electoral, en ejercicio de las facultades que le confieren el Artículo 74, fracción I, de la

Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos y el Artículo 24 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, declara:

Artículo primero. Son válidas las elecciones para Presidente de la República celebradas el día 4 de julio del presente año.

Artículo segundo. Es Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, para el periodo que comienza el primero de diciembre de 1982 y termina el treinta de noviembre de 1988, el C. Miguel de la Madrid Hurtado, quien, de conformidad con lo dispuesto por el Artículo 87 de la Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos, se presentará ante el Congreso de la Unión a prestar la protesta de ley el primero de diciembre del año en curso.

Artículo tercero. Publíquese y promúlguese por bando solemne en toda la República.

Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión.- México D. F., a 9 de septiembre de 1982.

La Gran Comisión.

Aguascalientes, Héctor Hugo Olivares Ventra; Baja California, José Ignacio Monge Rangel; Baja California Sur, Jesús Murillo Aguilar; Campeche, Abelardo Carrillo Zavala; Coahuila, Oscar Ramírez Mijares; Colima, Humberto Silva Ochoa Chiapas, Sami David David; Chihuahua, Enrique Soto Izquierdo; Distrito Federal, Juan José Osorio Palacios; Durango, Maximiliano Silerio Esparza; Guanajuato, Enrique Fernández Martínez; Guerrero, Zotico García Pastrana; Hidalgo, Humberto Lugo Gil; Jalisco, José Luis Lamadrid Sauza; México, Arturo Martínez Legorreta; Michoacán, Francisco Xavier Ovando Hernández; Morelos, Juan Salgado Brito; Nayarit, Antonio Pérez Peña; Nuevo León, Alejandro Lambreton Narro; Oaxaca, José Estefan Acar; Puebla, Mariano Piña Olaya; Querétaro, Angélica Paulín Posada; Quintana Roo, Sara Esther Muza de Marrufo; San Luis Potosí, Leopoldino Ortiz Santos; Sinaloa, José Manuel Viedas Esquerra; Sonora, Manlio Fabio Beltrones Rivera; Tabasco, Amador Izúndegui Rullán; Tamaulipas, Heriberto Batres García; Tlaxcala, José Antonio Alvárez Lima; Veracruz, Mario Vargas Saldaña; Yucatán, Victor Cervera Pacheco; Zacatecas, Genaro Borrego Estrada."

Está a discusión el dictamen, en lo general.

El C. Presidente: Se abre el registro de oradores.

Se han inscrito, en contra el C. diputado Gerardo Medina Valdez; en pro, los ciudadanos diputados Enrique Alcántar, Antonio Ortega Martínez, Jorge Cruickshank García, Edmundo Jardón Arzate, José Luis Lamadrid y la Comisión.

Tiene la palabra el ciudadano diputado Gerardo Medina.

El C. Gerardo Medina Valdez: Señor Presidente, señoras y señores diputados; señoras y señores invitados a esta sesión de la Cámara de Diputados Constituida en Colegio Electoral para calificar las elecciones presidenciales.

Desde la fundación del Partido Acción Nacional, en 1939, sólo ha motivado a sus dirigentes militantes, simpatizadores y votantes, el bien de México.

Para los hombres y las mujeres de Acción Nacional ninguna persona, ningún grupo, ningún partido, han valido nunca más que la nación.

Para nosotros, nos complace decirlo, con la profunda y emocionada voz de uno de los poetas de Acción Nacional, el tabasqueño D. José María Gurría Urgel, el hombre es patria que pasa; la patria es hombre inmortal.

Para nosotros, los de Acción Nacional, la patria, México, vive y aprende, crece y lucha, sufre y sonríe, se esfuerza y se perfecciona en cada mexicano. México es la obra de cada mexicano, pero cada mexicano pasa, y sólo la patria permanece.

Para nosotros, el mexicano es el México que pasa, y México es el mexicano inmortal. Y porque así concebimos al hombre mexicano; porque así sentimos que cada uno somos México, haciendo su camino rotundo el surco de su destino; surco en el que es al mismo tiempo el sembrador y la semilla, esperanza y cosecha de todos los días; respetamos profundamente a todos y cada uno de los hombres y las mujeres de esta tierra, que es cuna y tumba; reto y horizonte. Y porque así pensamos y así respetamos, de la misma manera confiamos en ser comprendidos y respetados.

Esa es la razón más profunda de nuestra fe en la capacidad del hombre y del hombre mexicano en particular, para hacer de México una patria cada día mejor.

Aunque podemos equivocarnos, negamos que haya un mexicano uno solo, que deliberadamente pretenda hacer daño a esta patria de que cada uno de nosotros es la carne y la sangre, el sueño y el afán. En esta concepción están fincadas las raíces de nuestra fe en la democracia entendida como un estilo de vida en la que cada uno es respetado y alentado en su trabajo por un México mejor en todos sentidos. Un México gobernado por todos a través del voto universal y directo, mediante el cual definan quiénes han de representarlo y quiénes han de ejercer la autoridad. Ahí está el origen de nuestro rechazo a cualquier régimen totalitario de cualquier signo, sea abierto o mal se oculte con la máscara del paternalismo en cualquiera de sus formas, porque en un régimen de esa naturaleza los hombres y las mujeres que integran el cuerpo ciudadano pasan a ser simple decorado y pretexto, masa marginada, pues las decisiones se toman en las cúpulas de poder partidario económico o político. Ahí se funda el rechazo de Acción Nacional a la totalitaria concepción de que hay predestinados a reinar y predestinados a obedecer, nacidos para ganar y nacidos para perder. Combatiremos frontalmente como hasta ahora con todos los recursos a nuestro alcance a

quienes bajo cualquier título personifiquen al déspota ilustrado Carlos III al sostener de palabra o de hecho la antihumana tesis de que a los súbditos toca sólo callar y obedecer. Ni somos súbditos ni queremos reyes, ni príncipes, ni sucesiones dinásticas, luchamos y seguiremos luchando los de Acción Nacional por que la verdad de que la soberanía radica en el pueblo sea conciencia y responsabilidad asumida, derecho ejercido y respetado.

(Aplausos.)

A la luz de las anteriores afirmaciones vamos, los 51 diputados de Acción Nacional a la LII Legislatura del Congreso de la Unión, a dejar establecida nuestra posición en relación al Dictamen que declara que fueron válidas las elecciones presidenciales del pasado 4 de julio y, en consecuencia, que es Presidente electo de la República Mexicana el señor licenciado Miguel de la Madrid Hurtado, candidato del Partido Revolucionario Institucional.

(Aplausos.)

Reconocemos que en un régimen como el nuestro, que aspira a ser democrático, ya fue significativo avance el que todos los partidos y candidatos contendientes lograran, contra todas las privaciones, que una proporción mayor de los electores concurrieran a las casillas, aunque no ciertamente en la proporción que hacen creer las cifras oficiales. Y es precisamente el carácter oficial de las cifras electorales lo que nos coloca en el núcleo de esta impugnación. Objetamos la veracidad de esas cifras, tanto las que se atribuyeron al candidato del PRI como las que se reconocieron a otros candidatos presidenciales y específicamente al ingeniero Pablo Emilio Madero, del Partido Acción Nacional.

Sostenemos que el volumen de votos atribuidos al candidato oficial, señor licenciado Miguel de la Madrid Hurtado, no corresponde a la relación, un ciudadano, un voto, que es la única base posible para discernir la veracidad de unas elecciones. Vamos a decir, a reiterar mejor dicho, ya en base a los datos de un proceso concluido con este Colegio Electoral, porque no nos merecen credibilidad esos 16.4 millones de votos en que se apoya el dictamen a debate, cifra en la cual se incluyen las miserias aportadas por los arrimados al PRI.

Nada diremos que no conste en los expedientes electorales, son elementos de juicio que viven desde la preparación de las elecciones hasta su calificación, pasando por todas las instancias: Registro Nacional de Electores, comisiones locales electorales, comités distritales electorales, casillas electorales, computadoras, Comisión Federal Electoral y Colegio Electoral.

Nos referimos a la preparación del proceso electoral y a en particular a la integración de los órganos electorales y el padrón electoral. Respecto a lo primero, a la preparación, en algún caso comprobado por una grabación que fue descartada como prueba, porque se dijo aquí que Acción Nacional pudo haberla realizado con actores profesionales; fue un hecho generalizado que todos los órganos electorales, incluyendo a los auxiliares, quedaron integrados decisivamente con elementos del PRI y a proposiciones del PRI.

Respecto al Padrón Electoral afirmamos que, contra el propósito enunciado por el gobierno, la llamada Gran Acción Ciudadana resultó un fracaso. Y tenemos la convicción de que fue un fracaso conscientemente maquinado. En efecto, esa Gran Acción Ciudadana fue estructurada conforme a plazos bien definidos técnicamente; cualquier alteración echaría abajo todo el proyecto, y esa alteración ocurrió como resultado de una medida, dictada por la Comisión Federal Electoral, consistente en prorrogar el empadronamiento por 30 días, el mes de mayo, a pretexto de dar las máximas facilidades de participación a todos los ciudadanos. Esto, que rompió todo el esquema de la Gran Acción Ciudadana, aunado a las deficiencias en la entrega de credenciales, tuvo consecuencias desastrosas que impidieron al padrón electoral ser, como por fin aceptó el gobierno, el instrumento básico de un proceso electoral objetivo. Entre tales consecuencias figuraron: la autorización a votar con credencial estando en lista, acuerdo que en muchas partes se amplió la de votar sin credencial estando en lista, y hasta ninguno de estos requisitos que, juntos exige la ley, con una credencial cualquiera.

La no entrega de las listas definitivas del padrón a los partidos políticos contendientes.

La "depuración" de nombres en los padrones, electorales casualmente de personas no identificadas con el partido oficial.

Otra razón por la que el PAN niega credibilidad a esos 16.4 millones de votos que oficialmente se le atribuyen al candidato del PRI es que en las elecciones del 4 de julio, por inercia, por resistencia al avance democrático, y para "asegurar" la más amplia base popular al candidato, como esto lo había pedido nueve meses antes, se establecieron cuotas de votos al PRI en las casillas, y volvieron a repetir el absurdo vaciado de padrones electorales y el escandaloso relleno previo de las urnas.

Dentro de estas muestras probadas de incapacidad del sistema, que el PRI representa para dar sustancia al espíritu de la reforma política electoral hay que destacar que el vaciado de padrones electorales volvió otra vez a las ciudades y, como siempre, se ensañó en las zonas de población más dispersa y más deprimida en lo social, lo cultural, lo económico y lo político, en las cuales, convertidas así en paraísos del civismo sin siquiera votos anulados, significativamente fue más notorio el rechazo de los representantes de los partidos.

Estos vaciados del padrón electoral y estos rellenos previos acentúan en nosotros la certeza de que la cifra de votos reconocida al candidato presidencial oficial no es digna de crédito, y lo cual nos lleva también a plantear serias dudas sobre hasta dónde, a qué escala real fue superado el abstencionismo en las elecciones federales del 4 de julio.

Por lo que hace a la votación atribuida a los candidatos presidenciales de la oposición, y en concreto al candidato de Acción Nacional,

ingeniero Pablo Emilio Madero (aplausos), pudo comprobarse que fue burdamente disminuida, que la prensa de varios estados publicó, y notarios públicos dieron fe de fotografías de boletas votadas en favor de Madero y otros candidatos tiradas en despoblado, en recipientes callejeros de basura o en los canales de riego.

Por todo lo anterior, y por otros hechos delictivos ocurridos en el proceso electoral que hoy culmina con la calificación de las elecciones presidenciales, hechos que constan en los alegatos nuestros y de otros partidos en las computadoras en la Comisión Federal Electoral y en el Colegio Electoral, nosotros, los diputados de Acción Nacional a la LII Legislatura del Congreso de la Unión, votaremos en contra del dictamen que declara presidente electo al señor licenciado Miguel de la Madrid, candidato del PRI.

El C. Presidente: Suplicamos orden en las galerías.

El C. Gerardo Medina Valdez: Gracias, señor Presidente.

Por todo lo anterior y por otros hechos delictivos ocurridos en el proceso electoral - estoy repitiendo a propósito - , proceso electoral que hoy culmina con la calificación de las elecciones presidenciales y hechos que constan en los alegatos nuestros y de otros partidos en las computadoras en la Comisión Federal Electoral y en el Colegio Electoral, nosotros, los diputados de Acción Nacional a la LII Legislatura del Congreso de la Unión, votaremos en contra del dictamen que declara Presidente electo al señor licenciado Miguel de la Madrid, candidato del Partido Revolucionario Institucional.

Algunos podrían preguntar o preguntarse, ¿en el supuesto de que esas consideraciones que hace el Partido Acción Nacional estuvieran fundadas en verdad, y lo están, afirmamos y por tanto se depuraran las cifras, aceptaría el PAN que el candidato del PRI ganó efectivamente las elecciones aunque fuese por un margen menor? Respondemos con las palabras de nuestro candidato a la Presidencia de la República, ingeniero Pablo Emilio Madero, en carta a su adversario: "Mi campaña la realicé con el propósito de ser Presidente de la República y desde ese puesto estar en posición de realizar el bien común; en caso de no alcanzar la mayoría de votos tenía el firme propósito de aceptar mi derrota y felicitar al que hubiese resultado electo, porque considero que esa actitud civilizada habría de servir para fortalecer la unidad de los mexicanos dentro de la diversidad de partidos. Las prácticas antidemocráticas de los miembros de su Partido me han ocultado la realidad y me es imposible sumarme a ninguno de los dos extremos por la falta de elementos de juicio. Lo siento de verdad. Quien dirija el país a partir de diciembre próximo deberá promover reformas urgentes a la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales, porque demorar el avance por el camino de la democracia real, no teórica, será muy peligroso para el país en estos momentos de crisis y de violencia que vive el mundo". Hasta ahí Pablo Emilio Madero.

Por esta razón, y porque ese presupuesto de la depuración aritmética no se ha dado entes ni se dará ahora, pues el dictamen se funda en los hechos oficialmente establecidos y no valora objeciones, confirmamos nuestra decisión de votar en contra del dictamen.

Lo hacemos porque estamos convencidos de que mejor servimos al avance democrático de este país con este voto discrepante que buscando resquicios para sumarnos al voto de la mayoría y configurar así una ficción de unanimidad nacional.

Lo hacemos porque tenemos la convicción de que esta actitud es congruente con el sentir de, cuando menos, cuatro millones de mexicanos, que al optar por el PAN, por Pablo Emilio Madero para Presidente de la República, votaron por un cambio a fondo y no por un simple relevo de personas dentro del mismo grupo.

Somos la voz que recoge, cuando menos, cuatro millones de voces, a cuyos titulares haríamos una grave ofensa histórica si calláramos y cayéramos en el automarginamiento de la abstención, recurso que podría, con razón, ser interpretado como cobardía, complicidad vergonzante o transacción vergonzosa y, sobre todo, un artero olvido del histórico esfuerzo realizado por nuestro candidato, Pablo Emilio Madero, para hacer avanzar políticamente a México. (Aplausos.)

Impugnamos el dictamen que declara Presidente electo al señor licenciado Miguel de la Madrid Hurtado, candidato del Partido Revolucionario Institucional; los diputados de Acción Nacional creemos haber razonado nuestro voto en contra. Pero este voto del PAN en contra no es ni el levantamiento de una barricada, ni una declaración de guerra. Es, sencillamente, la expresión honesta de una convicción. Como desde 1946, cuando el gobierno reconoció a nuestros primeros diputados, los que aquí llegamos por voluntad de una muy importante fracción del pueblo mexicano, estaremos pendientes de como se desenvuelva el próximo gobierno; apoyaremos o rechazaremos sus iniciativas o posición, según leal y honestamente consideramos que sean o no, en beneficio del pueblo, porque ayer, como hoy y hoy como mañana, ningún interés, ni de individuos ni de grupos, estará para nosotros, los de Acción Nacional, por encima del bien común de todos los mexicanos. Ratificamos nuestra decisión de seguir luchando aquí en el Congreso de la Unión, y en todas partes, por cambiar las condiciones de marginación y de injusticia que explican en buena parte el éxito del sistema durante más de medio siglo. Cambiarlas, para que las coyunturas electorales no sean ya más formalismos periódicos mediante los cuales el grupo en el poder en él se autoconfirme, sino la decisión, la expresión libre y respetada de una voluntad ciudadana madura, consciente y responsablemente decidida.

Seguiremos luchando por una reforma política auténtica, adecuada a nuestro medio, llana, sencilla, ajena a la pedante complejidad de sistemas trasplantados de países política y culturalmente más avanzados que el nuestro; por una reforma política que permita establecer con transparencia, simplemente, sencillamente, quién gana y quién pierde unas elecciones.

Para nosotros, los de Acción Nacional, cada mexicano en su circunstancia es responsable del avance, estancamiento o retroceso de la patria toda, presidentes de la República y titulares de la representación nacional, intelectuales y obreros, empresarios y campesinos, y amas de casa, cada uno de nosotros como individuos somos patria que pasa, y para todos la patria ha de ser, debe ser, el mexicano inmortal que trascienda nuestras individualidades como personas y como grupos. Con esa conciencia cumplamos todos con nuestro deber, y votemos en pro o votemos en contra, que sea siempre y en el fondo nuestro voto un servicio al México que guarda las cenizas de nuestros padres y mece las cunas de quienes esperan de nosotros, los adultos, convicciones, valor lealtad y decisión para forjarles un destino mejor; es del poder, y desde la oposición en pluralidad irrenunciable, que sólo acepta fundirse en singularidad cuando la singularidad tiene un nombre: México.

Una palabra final, de madurez a madurez, no esperemos represalias por este razonado voto en contra, que no variará el resultado de la votación de la mayoría de este Colegio Electoral y resultado que nosotros, como tal, respetaremos. De madurez política a madurez política, no esperamos represalias, pero si llegaran a darse, asumimos desde ahora y como siempre, las consecuencias de decir lo que pensamos, porque también en política en Acción Nacional tratamos de igualar la vida al pensamiento. Muchas gracias (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Mario Vargas Saldaña, por la Comisión.

El C. Mario Vargas Saldaña: Señor Presidente; honorable Asamblea:

Coincidimos con el diputado Gerardo Medina en que México es obra de cada mexicano, de la misma manera en que creemos que la democracia es obra de cada mexicano y que la verdad del 4 de julio fue obra de cada mexicano.

Hemos escuchado con atención al diputado Gerardo Medina y sin coincidir con él respetamos sus puntos de vista, aun siendo opuestos a la realidad electoral que se vivió el 4 de julio pasado y de la que el pueblo fue protagonista, autor y testigo, como se sustenta en el dictamen que acabamos de escuchar.

Pero la democracia implica un sistema de partidos que disputan en un marco institucional de opiniones y de elecciones libres. Su característica esencial es la existencia de una lucha por el poder, en la cual las ideologías que compiten y las fuerzas sociales que las promueven se manifiestan en la libertad y en la igualdad.

La sociedad democrática es ajena al soliloquio de un participante único, sin confrontadores ni antagonistas. El consenso y el disenso, la crítica y el juicio divergente, constituyen el diálogo que hace posible a la democracia. Todas las voces conforman a la democracia. Los partidos son la expresión válida de los anhelos de nuestra sociedad plural, los canales de nuestra expresión ideológica.

Por eso hemos de escuchar y respetar las posiciones que se asuman por cada una de estas organizaciones, de acuerdo con la plataforma de principios que sustenten. Creemos que todas las organizaciones coinciden en el valor de los postulados de la democracia. La confrontación que estamos sosteniendo en este recinto significa eso, expresión de una madurez y un modo de vivir en que la democracia se afirma como un supuesto racional de convivencia. Y somos nosotros quienes creemos en ella, los que al amparo de sus reglas venimos a deslindar la validez formal y sustancial de nuestro reciente proceso electoral. La democracia es también una apelación a la racionalidad humana.

De la misma manera que el diputado Gerardo Medina afirmó que fue significativo avance la concurrencia electoral el 4 de julio, sería saludable, para la evolución política de México, que no se manchara la decisión mayoritaria del pueblo.

Podemos discrepar, lo que sería absurdo, en cuanto a número, pero lo que nunca se podrá negar es el hecho de que Miguel de la Madrid Hurtado triunfó con la votación más importante en la historia comicial del país. (Aplausos.)

Los partidos aprobaron todos los pasos previos durante el desarrollo y vigilancia del proceso electoral; tuvieron representantes en más del 80% de las 50 mil casillas instaladas en el país. El padrón electoral es un registro cívico perfectible, pero cuya actualización era a la vez importante y urgente. El antiguo padrón electoral resultaba obsoleto; el de ahora nos dio márgenes razonables de certeza sobre el volumen de nuestro cuerpo electoral. Habrá de ser muy pronto sujeto de ajustes, correcciones y perfeccionamientos, tarea en la que todos los partidos deben quedar comprometidos, inclusive los que ahora los combaten por faltas reales o supuestas, pasando por alto que significó un gigantesco esfuerzo de la ciudadanía y, pese a todo, un alarde de organización.

Ningún proceso electoral, por depurado que sea, aun en los países de reconocida tradición democrática, alcanza la pureza ideal inherente sólo al estricto rigor teórico. La democracia perfecta está fuera de la historia; factores múltiples inciden en toda jornada comicial: las disparidades sociológicas, la heterogeneidad de la población ciudadana, los mayores o menores accesos geográficos, las divergencias de formación cultural y el natural y aun plausible acaloramiento partidario convergen inevitablemente en todo sufragio, aportando incidentes

insustanciales para el resultado fundamental, que es el que legitima la representación del poder del pueblo.

Miguel de la Madrid no sólo buscó el voto de la manera usual de las campañas políticas, buscó también en la tradición popular mexicana la movilización de todo el pueblo para refrendar, renovar y robustecer, el consenso nacionalista democrático y revolucionario; buscó fortalecer la fe del pueblo y con ella la verdadera fuerza política y moral de la nación. (Aplausos.)

Como resultado de la movilización nacional que despertó Miguel de la Madrid en su recorrido por todo el país y del intenso aprendizaje de la sabiduría del pueblo a través de su contacto, de la comprensión de sus demandas, del diálogo estrecho con el ciudadano, se pactaron los compromisos en el renovado lenguaje de la Revolución, para explotar las voluntades y alertar las conciencias de un pueblo que respondió conformando el liderato revolucionario de Miguel de la Madrid. (Aplausos.)

Y esto no es producto sólo de la capacidad desplegada dentro de las filas de nuestro partido. El análisis de la distribución de los votos refleja que incluso muchos de quienes sufragaron por otras opciones para el Poder Legislativo concurrieron con su voto a la Presidencia de la República a fortalecer este liderazgo, que Miguel de la Madrid tendrá que mantener y acrecentar con actos de gobierno equivalentes a las grandes esperanzas que ha levantado entre las grandes mayorías del país.

El sentido esencial de toda República no reside en una simple y periódica renovación de personas, a la manera de una rutina política que se repite en forma mecánica, sino en que a la renovación de los poderes corresponda también la revisión del pacto social. Para esto es necesario exaltar la conciencia civil del pueblo, escucharla, interpretarla, obedecer su mandato y emprender los cambios revolucionarios que reclame su nueva realidad.

Miguel de la Madrid estará al frente de una Revolución reverdecida. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Enrique Alcántar Enríquez.

El C. Enrique Alcántar Enríquez: Señor Presidente de la H. Cámara de Diputados, hoy constituida en Colegio Electoral, licenciado Humberto Lugo Gil, como la máxima responsabilidad en este recinto, es mi deseo que tenga usted habilidad y fortaleza para seguir adelante por México.

Señores diputados, honorables diputados representantes del pueblo mexicano por el Partido Acción Nacional, por el Partido Popular Socialista, por el Partido Revolucionario Institucional, por el Partido Socialista Unificado de México, por el Partido Revolucionario de los Trabajadores, por el Partido Socialista de los Trabajadores, y también por los ausentes partidos, los que pudieran haber sido y no fueron, El Partido Social Demócrata y el Autentico de la Revolución, que también representa grupos respetables de mexicanos. Un saludo cordial para todos ustedes y para el pueblo mexicano; que ninguno de nosotros seamos atrapados por los rescoldos del rencor y del sectarismo; que sanos propósitos y patrióticas actitudes que requiere en estos momentos México nos obliguen a trabajar juntos a través de nuestras discrepancias.

El Presidente de la República, José López Portillo, hizo una reforma positiva, y funcionó esa reforma positiva, y está funcionando esa reforma positiva. Esto le cayó bien al pueblo de México, porque no sólo de pan vive el hombre. (Aplausos.)

La Constitución mexicana, en su Artículo 74, fracción primera, confiere a la Cámara de Diputados, erigida en Colegio Electoral, la facultad de calificar la elección de Presidente de la República, facultad que se entregó a la Cámara de Diputados desde la Constitución de 1857 y que ratificó en la de 1917.

El Partido Demócrata Mexicano ha cuestionado el funcionamiento del Colegio Electoral de esta Cámara, por cuanto hace a la calificación de sus propios miembros, tomando en cuenta, como ya dijimos en su oportunidad, que quienes lo integran son jueces y parte. Sin embargo, no sucede así con lo que hace a la calificación del titular del Poder Ejecutivo, puesto que además de que no es juez y parte, la determinación de la legalidad o de la ilegalidad de la elección corresponde a los representantes populares.

La relación con la elección de Presidente de la República, que se dio juntamente con la de senadores y diputados federales y aun con elecciones de presidentes municipales y de diputados locales en algunos casos, sufrió de los mismos defectos, vicios e irregularidades. Aquí, durante el desarrollo del Colegio Electoral, se hizo referencia, por representantes de diferentes partidos políticos, a graves anomalías que registraron las elecciones para diputados federales en los distritos que se impugnaron e igualmente en la Comisión Federal Electoral, que presentaron las quejas correspondientes por los partidos.

Consideramos que sería ocioso repetir aquí tales irregularidades, puesto que ya fueron analizadas y discutidas ampliamente.

Queremos dejar señales o señaladas las circunstancias históricas en que se dieron las elecciones pasadas, como un dato que debe ser tomado en cuenta, para que del proceso de democratización en que se encuentra el país puedan eliminarse los vicios y defectos que aún vivimos y que todos conocemos, para que en el futuro, dentro del proceso de la reforma política, podamos encontrar los caminos limpios y amplios de la democracia, alejándonos cada día a la tentación totalitaria de los riesgos y peligros que esto implica.

El Partido Demócrata Mexicano, que obtuvo su registro definitivo en las elecciones federales en 1979, postuló por primera vez a la Presidencia de la República, correspondiendo tal mérito

a quien fuera el primer presidente nacional de nuestro partido y uno de los mejores hombres del mismo, al profesor Ignacio González Gollaz, que, como todos los candidatos de los demás partidos, realizó una intensa campaña nacional llamando a todos los ciudadanos a votar. Su campaña fue, como lo reconoció el subsecretario del Gobernación, licenciado Rodolfo González Guevara, al recibir el registro de la candidatura de las que en forma abierta luchó para abatir el abstencionismo en México. Sinceramente creemos que la participación del Partido Demócrata Mexicano en la campaña para Presidente de la República fue elemento que sirvió para que el pueblo acudiera a votar, lo que se logró con la participación de los siete candidatos contendientes. Durante el desarrollo de la contienda electoral hubo problemas de contrareforma política planteados por personas que todavía se resisten al avance de la democratización en México, y hubo ocasiones en que nuestro candidato tuvo que acudir a pegar personalmente su propaganda para rescatar, para todos los partidos políticos y para el propio, el derecho de expresión y difusión de las ideas y programas.

Así tuvo que suceder en los estados de Querétaro, Nuevo León, Jalisco, en el D.F. y en San Luis Potosí. Durante nuestra campaña, y a partir de su inicio en Dolores Hidalgo, Gto., el 4 de octubre del año pasado dijimos que no inventaríamos fraudes electorales, que sí teníamos la convicción de que el voto mayoritario era para nuestros candidatos, lucharíamos por el respeto a este sufragio y nuestros candidatos triunfantes se convertirían en gobernantes, pero en donde fuéramos derrotados, con honradez y sin reticencia alguna, reconoceríamos el triunfo de los otros. En este marco llegó el 4 de julio y el pueblo fue a votar y lo hizo copiosamente; ciertamente no se abatió el abstencionismo, pero sí sufrió un duro golpe, porque el pueblo sí asistió a las casillas electorales. En las casillas en donde el Partido Demócrata Mexicano tuvo representantes y no se presentaron irregularidades serias tenemos la convicción de que el PDM no ganó la elección presidencial y la mayoría de los votos emitidos fueron para el licenciado Miguel de la Madrid Hurtado. (Aplausos.)

El reconocimiento que hacemos de tales resultados no implica desde luego que olvidemos y dejemos de lado las deficiencias de nuestra incipiente democracia, pero queremos señalar que al refrendar este Colegio Electoral tales resultados la legitimación del Próximo jefe del Ejecutivo se refrendará en el ejercicio del poder realizando un programa de justicia social y de bien para todos los mexicanos.

De la legitimación del Poder Ejecutivo debe también ser la independencia, respeto y admiración de todos los poderes que le dan a México vigencia de República y si tal cosa no sucediera, nosotros, como legisladores, lucharemos por que así sea.

Hoy más que nunca, cuando el pueblo ha disminuido la fe en los gobernantes, cuando se carece de confianza en éstos, se hace necesario que se abran las posibilidades de que el pueblo confíe nueva y plenamente en su gobierno.

El voto que el Partido Demócrata Mexicano emitirá en esta sesión será por todo lo expuesto favorable al dictamen, aun cuando disentimos en las apreciaciones que en el mismo se formulan.

El señor don Miguel de la Madrid, a través de su campaña política, ha hablado de una moral renovada, de una moral revolucionaria. Qué bueno, porque esto es congruente con el pueblo mexicano, porque está de acuerdo con la idiosincrasia del pueblo mexicano. Y qué bueno, porque consideramos que para que estas palabras no sean huecas es necesario retornar a la fuente donde se alimenta, donde se nutre, esa moral. Muchas gracias.

- EL C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Antonio Ortega Martínez.

El C. Antonio Ortega Martínez: Señor Presidente; señores diputados:

Con las facultades que la ley le confiere a esta LII Legislatura se ha constituido como Colegio Electoral para calificar el proceso y el resultado, y yo agregaría, si me lo permiten, el significado político de la elección presidencial del 4 de julio.

Hemos anotado reiteradamente un hecho fundamental, que a pesar, y sobre las irregularidades electorales que enturbiaron el panorama, se destacó, a los ojos de todos, una verdad contundente: el pueblo, vigorozamente, se hizo presente, revaloró el papel del voto, recordó que es él el protagonista principal de la historia, y derrotó al abastecimiento, fenómeno en donde se habían corporizado los intentos antinacionales y reaccionarios; este era el enemigo que se erguía poderoso y amenazante contra los intereses de los trabajadores y de la nación. Quienes pensaron legitimar las elecciones con la presencia de observadores internacionales, quienes se frotaban las manos con la futura devaluación y creaban desconfianza y rumores y, sobre todo, esperaban el abstencionismo, se llevaron una respuesta contundente: la participación efectiva del pueblo mexicano (aplausos). Lo anterior nos conduce a tres hechos políticos innegables:

Primero. Es un grave error, o inteligente manipulación, colocar a las acciones de fraude por encima de la participación popular, y de esta manera pretender restarle contenido y fuerza.

Segundo. El pueblo se hizo uso del principio de voluntad popular y entregó mayoritariamente su voto a quien quiso.

Tercero. Estas elecciones presidenciales pasadas, para el PST, fueron legítimas, porque fueron legitimadas por la mejor vía posible: la opinión y la participación popular.

Queremos aprovechar para, desde esta tribuna, saludar el esfuerzo socialista y heroico del compañero Cándido Díaz, candidato presidencial de nuestro partido (aplausos), único

diputado socialista en esta Cámara, con el aval de más de 350 mil ciudadanos mexicanos.

Por las consideraciones anteriores este Colegio cometería una grave falla si hace de la calificación de la elección presidencial un acto puramente formal, donde se incurra en ataques arteros o en desapasionados aplausos y de esta manera convertimos en instrumentos que limitaría y caricaturizarían la rica e histórica expresión de soberanía mostrada por los ciudadanos de este país.

Yo insistiría, compañeros diputados, en que no tenemos derecho a restarle contenido político a ese fenómeno, y es obligación de todos nosotros situarnos al nivel de la sensibilidad y la responsabilidad de nuestro pueblo.

Es claro que este Congreso, este Colegio Electoral, es más fuerte y sólido que otros anteriores por el respaldo que tiene, pues la mayoría de los presentes - que no todos - son legítimos representantes del pueblo. El pueblo se inclinó por un Congreso fuerte, lo necesita; correspondamos poniendo lo que nos toca, profundizando y elevando su carácter de defensa de los intereses nacionales aunque tengamos que soportar en este recinto a ilegítimos representantes de la nación, gente que llegó a ocupar un escaño producto de la ayuda de las organizaciones religiosas o de los consorcios capitales en este país. (Aplausos.)

El tema se presta; algunos van a subir, como ya lo hicieron, a esta tribuna a descalificar no sólo el resultado del dictamen, es decir, la forma; subirán principalmente a impugnar el contenido del dictamen, es decir, a poner en entredicho lo que significa para este país la institución presidencial.

A la institución presidencial, entre otras cosas, el señor Gerardo Medina la calificó de monarquía despótica - o en anteriores ocasiones lo ha hecho - , de dictadura totalitaria. Otros miembros del PRI, la califican como instrumento de control y permanente sobrevivencia. Y para los que han sido o son fuerzas representativas y defensoras de la independencia, la institución presidencial fue y sigue siendo una ventaja histórica para alcanzar la paz y lograr una patria feliz para todos los trabajadores.

Este tema de la institución presidencial es un tema tan viejo y tan nuevo como nuestra historia; ha habido, y parece habrá todavía, quienes desde sus posiciones de clase ataquen o defiendan, consecuentemente, a la institución presidencial; antes y después de la Asamblea Constituyente del 17, a la hora de discutir el Artículo 89 de la Constitución, donde se miden o se especifican las atribuciones del Presidente de la República, fueron cuestionadas. Podríamos resumir que de esta discusión histórica sobresale, como vieja alternativa a las facultades de soberanía de la institución presidencial, la instauración de un parlamentarismo estilo europeo, como supuesta y falsa expresión de auténtica consulta democrática y como solución mágica a los problemas políticos y sociales que sufre la nación.

Repetimos que para nosotros, los socialistas científicos, la institución presidencial es una ventaja histórica y para fundamentarla habría que remitirse a la historia lejana y cercana de este país. El diputado Govela, miembro de la fracción parlamentaria obrera del Partido Socialista de los Trabajadores, decía con certeza hace unos días que la historia por la construcción de la patria y la nacionalidad mexicana había sido la historia de las agresiones imperialistas, principalmente norteamericanas, y la historia por la defensa de la independencia. Y el pueblo, con una sabia institución política y haciendo uso de esa sabiduría acumulada en siglos, ha elaborado una tesis, la soberanía y la independencia se consolidan y avanzan cuando el pueblo, como un solo hombre, se apresta a defenderlas. Y el pueblo, compañeros diputados, no se equivoca y no se ha equivocado en este caso; no ha cometido el grave error, la aspiración del imperio y de sus aliados nacionales, de repartir la soberanía en pequeñas partes o poderes; no ha entregado su custodia ni la comparte, pues significaría, desde esta posición, boicotear a la soberanía, que reside esencialmente en la nación y en su pueblo.

Por esta razón es el Presidente de esta país el jefe nato de las fuerzas armadas; por esa razón es el Presidente de este país el elemento en donde reside sintéticamente la soberanía de la nación, y es el elemento que equilibra las funciones de los Poderes de la Unión.

La Constitución y los Constituyentes no se equivocaron, pues claramente explican que la soberanía viene de dos palabras: super y omnia, poder sobre todos los poderes, o sea, poder máximo. El poder sobre todos los poderes, señores diputados, sólo puede existir de una manera perfecta, sólo puede residir de una manera esencial: en el pueblo mexicano. Sólo el pueblo es soberano, por eso no tenemos Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial soberanos.

Señores: no hay más que una soberanía, es absoluta e indivisible; es enteramente exclusiva y reside en la nación, y el representante de la nación en este país es la institución presidencial. (Aplausos.)

Esta es una verdad constitucional y nadie puede negarla, y ha sido el presidencialismo la forma en que el pueblo ha encontrado la mejor forma de ejercer ese poder supremo.

El presidente Juárez, por mandato popular - óigase bien - , por mandato popular, sintetizó en su persona y en su poder, y en su institución, la soberanía nacional en peligro por la invasión extranjera, y en una carroza recorrió parte del territorio, llamado a las fuerzas populares a defender la nación, y por instinto el pueblo entendió y en su mayoría rodeó y defendió al presidente Juárez y a la patria.

La institución presidencial, el Partido Socialista de los Trabajadores, manifiesta que está más allá de las personas en turno, ni siquiera el Presidente tiene derecho a debilitar lo que significa para esta nación la institución presidencial. No se puede llegar a ser Presidente y hacer lo que se quiera; predomina en el

comportamiento de los presidentes el contenido histórico de la institución que representan, el origen histórico de la institución que representan.

El general Cárdenas, como otros, como el presidente López Portillo en este momento, sintetizó la aspiración del pueblo, y haciendo uso de la soberanía y con el amplio respaldo popular avanzó hacia una nueva etapa del proyecto nacionalista revolucionario.

Para los conservadores y liberales disfrazados es malo que alguien concentre tal tamaño de poder sin entender que este es un fenómeno enraizado en nuestra Historia; revísenla y no encontrarán un solo momento brillante y definitivo de la patria donde no hayan estado presentes las masas y el poder del Presidente. El parlamentarismo servirá en otros países, es producto de su historia, de su origen y de su desarrollo. ¿Qué hubiera pasado, compañeros diputados e invitados, si el presidente Salvador Allende hubiera sido un presidente con suficiente poder como los presidentes en México?

Al presidente Allende se le atravesaron otros poderes: el del Senado, el económico, y se vino abajo el proyecto socialista en esa patria hermana. Pero qué importante que en México la Constitución no pierda de vista la obligación de legitimar el poder presidencial. Con el voto popular, por este hecho por sí solo, se transforma ya en un dique contra el enemigo, y legitimación debe ser avalada por el apoyo mayoritario. Para nosotros esa es expresión de hegemonía popular en la selva del poder, en esta sociedad. Pero hay, señores, un acontecimiento clarificador que nos puede ayudar a comprender lo que significa la calificación que estamos haciendo de este dictamen de las elecciones presidenciales. Este país, de un día para otro, ha cambiado, nadie lo puede negar, no hay un solo mexicano en este país, desde luego el licenciado Miguel de la Madrid tampoco, que esté pensando igual a como pensaban antes del 1o. de septiembre. La nacionalización de la banca y el control generalizado de cambios no hubieran sido posibles sin la participación decidida de los trabajadores y sus organizaciones, pero también hay que decirlo, no hubiera sido posible si la Constitución no otorgara el poder político y por lo tanto la hegemonía popular, no otorgara este poder político al Presidente. Los que fuimos al Zócalo a manifestarnos solidariamente con el presidente López Portillo pudimos observar que no sólo se manifestó el procedimiento del traslado en camiones, previamente entregados a los diferentes sectores, sino que una buena parte, decenas de miles de hombres y mujeres, humildes y modestas de nuestro pueblo caminaban por las calles hacia el Zócalo con la bandera nacional en sus manos y con la sonrisa en la boca. Por su propio pie, decenas de miles iban a situarse en ese momento alrededor de su Presidente, en un acto de compromiso y solidaridad, porque el pueblo entendió que la medida beneficiaba a sus intereses y a su proyecto histórico. Por esto, señores, es necesario que hoy las fuerzas sociales y políticas que representan realmente a la nación nos mantengamos juntos al mando de esta nación; que la alianza con el Presidente tenga un profundo carácter popular y estratégico; y esto el Presidente lo manifestó; los presidentes de la República se mueven en un mar de deslealtades internas y ataques externos. Nosotros consideramos que es la institución presidencial la que puede jugar el pivote que articule lo que significa un programa de gobierno diferente, que pueda orientarse a favor de resolver los principales problemas del país.

Con un presidente como Miguel de la Madrid, fuerte y legitimado en las amplias fuerzas nacionales, no sólo se podrán consolidar las medida del 1o. de septiembre, sino que se puede ir más allá, y por estas razones nosotros hemos venido a esta tribuna a reiterar, y lo hacemos en esta ocasión, que la salida a los problemas de este país es la instauración de un gobierno democrático, de reconstrucción nacional, formado por todas las fuerzas populares nacionales, progresistas y antiimperialistas.

Nadie, como lo dijo el compañero Aguilar Talamantes, puede negar, ni Carreño, con sus argumentos, puede negar que este país necesita reconstruirse. El presidente López Portillo lo dijo, el Congreso del Trabajo lo dijo, este país para salir adelante necesita reconstruirse desde abajo.

Por esa razón, para terminar, nosotros estamos dispuestos a caminar junto al próximo presidente, Miguel de la Madrid, si en su programa se recoge la aspiración del movimiento obrero organizado, la aspiración de los campesinos de la Unión de Trabajadores Agrícolas, la aspiración de los estudiantes y de las mujeres de este pueblo.

Estamos seguros de que la visión de Miguel de la Madrid ha variado, veo aquí y creo que todo el mundo puede reconocer, que el posible gabinete pensado en la mente de De la Madrid ha empezado a ser recompuesto, porque este país ha cambiado, porque este país necesita líderes capaces de ponerse al nivel de los trabajadores. En ese sentido, nosotros queremos, finalmente, manifestar, señores diputados, que el grupo parlamentario de la fracción obrera del Partido Socialista de los Trabajadores se suma al dictamen y votará, sí, para que el presidente Miguel de la Madrid asuma el mando de las fuerzas nacionales el próximo 1o. de septiembre. Gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Jorge Cruickshank García.

El C. Jorge Cruickshank García: Señor Presidente; compañeros diputados:

Esta sesión extraordinaria, citada para calificar las elecciones presidenciales del 4 de julio, parecería rutinaria en otras circunstancias; pero es un hecho de gran significación en la vida política de nuestro país por darse un tiempo histórico excepcionalmente peligroso.

Vivimos la etapa más difícil, más compleja de los últimos cuarenta años. En el mundo se ha recrudecido la lucha de clases, la lucha de los que quieren construir un porvenir luminoso

para el hombre y la de los que se aferran al pasado, que no ofrecen ningún incentivo para el género humano.

En los Estados Unidos de Norteamérica, país líder del sistema capitalista, se ha profundizado la crisis interna por el fracaso de la política económica del derechista presidente Ronald Reagan.

Se han pronunciado el desempleo, la recesión, los conflictos sociales internos, la discriminación racial y las acciones contra los sectores más pobres de la población.

Por otra parte, se acentúan las contradicciones antiimperialistas. Los países europeos y el Japón han rechazado violentamenta las maniobras financieras y comerciales del gobierno norteamericano. Se han manifestado en contra del boicot del mismo gobierno para evitar la construcción del gasoducto que va de la Unión Soviética a la Europa Occidental.

En todos los continentes crece la lucha por la liberación y contra el dominio imperialista. Todos estos hechos han llevado a la dirección política estadounidense a buscar salidas peligrosas para intentar, por un lado, superar su crisis interna y, por otro, mantener su dominio sobre los países capitalistas.

Con este objetivo ha impulsado una carrera armamentista sin freno; ha elevado su presupuesto militar más de 260 mil millones de dólares, cifra sin precedentes en la historia militar norteamericana.

Trata de regresar a la guerra fría e insiste en impulsar conflictos y guerras localizadas en distintas partes del mundo.

Lleva a cabo provocaciones y amenazas contra la Unión Soviética y adopta medidas de chantaje contra los países de distintos continentes que no están dispuestos a someterse a su dominio político, económico y militar.

En nuestro subcontinente ha multiplicado sus acciones de intervención, particularmente en el área de Centroamérica y el Caribe.

El imperio norteamericano no conoce escrúpulos para alcanzar sus objetivos de dominación mundial y ha llegado al uso de medios bacteriológicos para dañar la agricultura y la ganadería de los países subdesarrollados a fin de obligar a sus gobiernos a comprarles productos agropecuarios y tenerlos bajo su dependencia.

Desarrolla aceleradamente la ingeniería de los genes como parte de la diabólica guerra étnica.

Destina fuertes sumas de su presupuesto a pagar investigadores que estudian la forma de contrarrestar la natalidad en los países subdesarrollados con fines políticos.

Hace muchos años que la humanidad no se había enfrentado a un grupo tan demencial como el que jefatura ahora la política norteamericana ni había estado sujeta tampoco a las tremendas tensiones y amenazas de verse envuelta en una conflagración nuclear que puede llevarla a su liquidación.

México, como los otros países de América Latina, está en la mira del imperialismo. Este insiste en desviar nuestro camino histórico. Ha orquestado una activa y sucia campaña, a través de sus medios de comunicación, contra nuestro país. Se producen abiertas amenazas de intervención con el pretexto de defender nuestros campos petroleros. Lleva a cabo una activa campaña de rumores, con el propósito de desestabilizarnos. Las presiones políticas del país vecino del Norte son preocupantes, porque sabemos lo que ha hecho en otras latitudes, manipulando la inconformidad de los pueblos cuando se enfrentan a problemas más críticos.

Por todos esos hechos la campaña electoral para elegir al Presidente de la República y a los miembros del Congreso fue profundamente complicada. Se dieron hechos graves, interiores y exteriores. Los factores que intervinieron y provocaron la crisis de fuera y de dentro trataron y siguen tratando de aprovechar el descontento popular para cambiar la correlación de fuerzas en su favor.

El imperialismo, la derecha y el infantilismo de izquierda trabajaron estrechamente aliados para derrotar a las fuerzas democráticas, patrióticas y antiimperialistas. Pretendieron hacer del abstencionismo un arma fundamental para evitar que el pueblo manifestara su voluntad electoral. Deseaban que las elecciones del 4 de julio tuvieran una votación raquítica, que no hubiera la participación de la mayoría del pueblo para que el gobierno que saliera electo no tuviera la fuerza y la voluntad de la mayoría de los mexicanos.

Se usaron todos los medios, se emplearon todas las maniobras para conseguir los objetivos que les permitieran desviar el camino de la República hacia posiciones antipopulares; pero fracasaron por la respuesta sensible del pueblo a los planteamientos de las fuerzas democráticas, que tratamos de clarificar lo que estaba en juego en la lucha nacional, que no era sólo la elección del Jefe del Ejecutivo y los integrantes del Congreso de la Unión, sino el porvenir inmediato de nuestra patria y de nuestro pueblo.

Los organismos empresariales adoptaron actitudes prepotentes e insolentes exigiendo mayores concesiones para que se abandonara el camino de la Revolución Mexicana y demandaban abiertamente su participación en la dirección del Estado.

Las fuerzas políticas que nacionalmente se ubican en el campo del imperialismo y de la reacción trataron de aprovechar todas las circunstancias desfavorables internas para obtener dividendos políticos y llevar al país al camino que les facilitara instaurar un gobierno sometido, política y económicamente, a los grandes intereses de los Estados Unidos.

Es indudable que la lucha electoral se dio entre dos fuerzas que tiene propósitos profundamente encontrados: las que forman los proimperialistas, los antipatriotas, los que le hacen el juego a las empresas transnacionales para entregar a la nación al sometimiento de sus intereses económicos y las fuerzas que agrupan a los mexicanos que, aunque con diferencias, con discrepancias ideológicas y programáticas sobre el futuro, combaten contra la subordinación de

nuestra patria a los intereses exteriores. En este último campo estamos los que queremos fortalecer el camino soberano y la independencia de la nación mexicana.

Hoy, sin duda, ante los hechos recientes, para todos es claro que los campos están mejor deslindados frente a las amenazas y a las presiones que está sufriendo México de parte de las fuerzas de la burguesía reaccionaria interior y del gobierno norteamericano.

Convencido de esto, el Partido Popular Socialista, más que en otras ocasiones, luchó activamente aplicando su histórica línea estratégica y táctica para conformar un frente de todas las fuerzas democráticas, patrióticas y antiimperialistas, para cumplir con la tarea principal de la Revolución Mexicana en la actual etapa de su desarrollo histórico, liberar al país del imperialismo norteamericano, porque éste es el enemigo implacable de nuestro pueblo, de su independencia, de su desarrollo democrático, del mejoramiento de nuestro nivel de vida, del desarrollo de nuestra cultura nacional, fincada en todo el pasado extraordinario que nos legaron las viejas civilizaciones de esta tierra nuestra.

Nuestro partido ha insistido siempre en lo correcto de su línea estratégica y táctica - la del frente democrático, patriótico y antiimperialista- porque, como lo afirmara el maestro Lombardo Toledano: "en un país semicolonial como México, que ha entrado ya en la etapa de su desarrollo industrial y que está situado de la frontera de la potencia imperialista más grande de la historia, la lucha social tiene dos formas bien definidas:

la lucha de la clase trabajadora contra la clase capitalista y la lucha de la nación contra la intervención en su vida interior, de parte de los monopolios norteamericanos.

"La estrategia - decía el maestro Lombardo- , como todos lo conocen, consiste, lo mismo tratándose de las luchas políticas que de los conflictos armados o económicos, en aumentar las fuerzas propias y el número de los aliados. En cuanto a la estrategia relativa a la lucha de la nación contra el imperialismo, la alianza de los factores afines, concretos o permanentes, es lo aconsejable."

El mismo maestro Lombardo denunciaba que "evitar, empleando todos los recursos posibles, la alianza de las fuerzas patrióticas es el objetivo del imperialismo extranjero y de sus aliados nacionales en los países subdesarrollados. Sin comprender estos hechos y los principios que lo determinan no se puede participar en la política de una nueva manera responsable y útil, y se cae inevitablemente en el oportunismo o en el sectarismo."

También el maestro Lombardo insistió siempre en que "en un país semicolonial como el nuestro - es preciso repetirlo cien veces - ninguno de los sectores democráticos puede, por sí mismo, defender con eficacia la independencia nacional. Sólo juntos se pueden impedir las consecuencias nefastas de la intervención extranjera, la obra de zapa, demagógica y venenoso de las fuerzas de la reacción tradicional y asegurar el desarrollo nacional y progresivo del pueblo y de la nación".

Ese ha sido el camino invariable que ha seguido firmemente el Partido Popular Socialista. Y en las circunstancias actuales, en que se multiplican las agresiones, las presiones contra México y los peligros contra nuestra soberanía, afirmamos que es más justificada la aplicación de la certera línea estratégica que ha guiado invariablemente a nuestro partido.

Cuando los órganos de dirección del Partido Popular Socialista examinaron los problemas de la sucesión presidencial, dentro de los marcos de su línea estratégica y táctica, más que otra cosa tuvieron presente la necesidad de fortalecer el combate de la nación por su liberación respecto del imperialismo. Nunca hemos abandonado nuestros propósitos históricos; nuestra lucha es permanente en esa dirección. Somos un partido convencido de que no hay otra solución para los problemas de México y de su pueblo que la instauración del régimen socialista, pero en las elecciones realizadas el 4 de julio no estaba a la orden del día optar por el socialismo, sino la lucha agresiva, sin tregua, apasionada, en defensa del derecho soberano que tenemos los mexicanos a decidir nuestro propio destino. (Aplausos.)

En las circunstancias que hemos descrito, y sobre la base de doce puntos fundamentales de coincidencia, decidimos realizar la alianza con el licenciado Miguel de la Madrid y las fuerzas democráticas y progresistas que postularon su candidatura a la Presidencia de la República. Además, porque el licenciado De la Madrid se ubica en el campo del nacionalismo revolucionario, de los patriotas antiimperialistas, cosa que fue demostrada con sus pronunciamientos, sus tesis, sus compromisos abiertos con las masas populares y con la nación.

Por eso es bueno recordar algunas de las ideas expresadas en el curso de la campaña electoral por el licenciado Miguel de la Madrid.

En León, Guanajuato, afirmó ante los dirigentes de la clase obrera que "el país exige cambios; y dijo; yo seguiré su mandato. Requerimos cambios certeros, realistas y profundos, no desplantes populistas ni demagógicos; sólido fortalecimiento del sector estatal que evite la concentración económica y las prácticas oligopólicas. Frente a la gran empresa habrán de regularse periódicamente las prácticas monopólicas y combatiremos las formas de concentración. Se orientará la modernización de la política monetaria y fiscal. Haremos más rentable la inversión que la especulación. La distribución de los costos sociales del proceso inflacionario no deberán recaer en los grupos menos favorecidos."

El 27 de junio, en el cierre de la campaña, declaró: "Me comprometo a ajustar todos mis actos a los principios del nacionalismo revolucionario; a defender nuestra soberanía; a fortalecer la independencia económica y nuestro nacionalismo político y cultural y a

salvaguardar y desarrollar nuestro ser nacional con una constante transformación social en beneficio de las mayorías."

En el mismo acto declaró: "me comprometo a impulsar la democratización integral, a impulsar la participación del pueblo en los procesos políticos; la participación popular en los procesos de producción, distribución y consumo de bienes y servicios; la participación popular en la educación, en la cultura; la participación popular en todos los aspectos de la vida nacional.

Y continuó diciendo: "me comprometo a orientar mi gobierno en favor de las exigencias inmediatas de la Revolución Mexicana: establecimiento de una sociedad igualitaria, porque la desigualdad entre los mexicanos es un problema inaplazable. El combate a las desigualdades será criterio básico en todos los programas de gobierno. Lucharé por la igualdad económica mediante la promoción del empleo, la protección del salario real, la regulación de la concentración económica, el equilibrio del sistema productivo, la definición de impuestos y del gasto público con criterio redistributivo y la orientación del crédito para el apoyo de los requerimientos de un desarrollo nacionalista y popular".

En ese acto afirmó, asimismo: "lucharé por la igualdad social, con la promoción decidida en la satisfacción de las necesidades populares de alimentación, salud y vivienda, fomentando la educación y la capacitación como instrumentos fundamentales para combatir desigualdades y elevar la calidad de vida de las clases mayoritarias."

Se comprometió firmemente "a combatir la corrupción, dondequiera que aparezca; a exigir a todo funcionario una honestidad irreprochable y la entrega leal a las tareas públicas".

Afirmó: "México reclama honestidad y yo exigiré honestidad. Empezaré por mí mismo, por mi familia y mis colaboradores."

En las tesis que el licenciado De la Madrid sostuvo como parte de su ideario insiste en que "la meta principal de la Revolución y de los gobiernos revolucionarios es crear una sociedad igualitaria. Para lograr estos propósitos resulta indispensable plantear que todas las actividades del gobierno favorezcan al desarrollo de los grupos y clases más débiles de la sociedad. La igualdad de oportunidades y la equitativa distribución de los frutos del trabajo constituyen los elementos básicos de esta política. La desigualdad social impide el goce general de la libertad, desvía la democracia y lastima la justicia. La desigualdad es el reto pendiente de la Revolución Mexicana."

Y en cuanto al Estado, en las mismas tesis explica: "dirigir el proceso de desarrollo es responsabilidad fundamental del Estado Mexicano. Sus atribuciones en esta materia son irrenunciables y necesarias para cumplir el proyecto constitucional de nacionalismo, democracia plural y económica del país y para regular los fenómenos de producción y distribución de bienes y servicios socialmente necesarios."

En otra parte de sus tesis declara: "debemos acostumbrarnos a medir nuestro progreso más a índices de desarrollo nacional que de crecimiento económico. Signo inequívoco de injusticia es la falta de correspondencia entre el crecimiento y el bienestar."

En el aspecto de la política internacional Miguel de la Madrid reiteró que, "en primer lugar. México se interesa en la paz mundial. Pensamos que es el prerrequisito de cualquier relación internacional fructífera y positiva.

Nos preocupa mucho la tensión internacional actual. Queremos hacer todo el esfuerzo para colaborar a su distensión. Proclamamos la necesidad de que se sigan haciendo esfuerzos por la comunidad internacional en el terreno del desarme", afirmando también que "nosotros estimamos que la paz es, ante todo, un derecho y compromiso de los hombres y de los Estados y que se da en una sociedad de naciones libres e iguales, en el respeto mutuo y en la justicia. Creemos que las relaciones internacionales deben estar normadas bajo los principios de respeto irrestricto a la soberanía; igualdad jurídica de las naciones; autodeterminación de los pueblos y no intervención en los asuntos internos de otros Estados."

En relación con los pueblos de América Latina, principalmente los países hermanos de la región de Centroamérica y el Caribe, Miguel de la Madrid definió su pensamiento diciendo: "Con las naciones de Centroamérica y el Caribe nos unen no sólo los lazos de sangre, de la historia y la cultura, que son, por cierto, los más entrañables y duraderos. Nos vincula también un impulso para alcanzar para nuestros pueblos mejores niveles de vida y de bienestar. Nuestro destino, como nación soberana e independiente, está indisolublemente ligada a lo que ocurre en toda la región Centroamericana y del Caribe."

El licenciado Miguel de la Madrid, como candidato de la fuerzas democráticas y progresistas, hizo una campaña electoral extensa, profunda, de la cual, como dijo, salió enriquecido por el estrecho y prolongado diálogo con el pueblo de México.

Recorrió el país y penetró con sus planteamientos en la conciencia de nuestro pueblo. A partir de diciembre de 1981 elevó el tono de sus pronunciamientos y afirmó sus convicciones en el camino de los compromisos libremente contraídos con las grandes masas populares.

Ofreció seguir firmemente el camino, en la presente etapa histórica del nacionalismo revolucionario, para cumplir con los objetivos que la nación y los mexicanos queremos alcanzar en la peligrosa coyuntura en la que nos encontramos.

Compañeras y compañeros diputados:

No negamos que nuestra democracia padece todavía imperfecciones. Que existen aún muchos de los vicios del pasado. Sabemos que todavía proliferan los caciques y sus malas artes,

que ensucian los procesos electorales; pero los que tratan, con propósitos políticos inconfesables, de magnificar las cosas negativas que se dieron en las pasadas elecciones, particularmente la derecha, ocultan un hecho que mucho los ayudó a elevar su fuerza electoral: la participación, contra lo establecido en la Constitución nacional, de otro tipo de caciques, tan negativos como los que ellos denuncian: Los caciques de las conciencias, los que manipulan la voluntad de mexicanos sujetos a su influencia espiritual y política. Sin la ayuda, sin el apoyo abierto y subterráneo de estos, no hubieran obtenido la votación capturada, que hoy tratan de utilizar para exigir mayores concesiones en el aspecto político y económico.

En las declaraciones hechas sin recato por el arzobispo de Hermosillo, Carlos Quintero Arce, el 23 de agosto pasado, denuncia la abierta intervención del clero en la política nacional al afirmar que: "la Iglesia intervino en las elecciones del 4 de julio llamando al pueblo para que votara en favor de los partidos que defienden el bien común - y todos sabemos quiénes defienden el bien común - . Esta intervención se reflejó de manera importante en la votación."

Es indudable que el Partido de Acción Nacional, hoy unido al sinarquismo, es el instrumento electoral que tradicionalmente ha servido a los grandes intereses de la burguesía reaccionaria mexicana, y hoy queda más claro que nunca y no puede encubrir sus propósitos políticos. Y ante la perspectiva de un gobierno que impulse cambios fundamentales en el desarrollo económico, social y político del país, trata con todos sus recursos de evitar que Miguel de la Madrid lleve a efecto su positivo y progresista programa ofrecido hoy a la nación y al pueblo.

Yo quiero desde esta tribuna, compañeros diputados, llamar la atención de ustedes, los que pertenecen al campo democrático, sobre un grave hecho que no podemos dejar pasar inadvertido; de aquí, de esta tribuna, la más alta de la nación, se han vuelto a escuchar las voces de la intolerancia; aquí volvieron a hablar los que asesinaron a los campesinos que demandaban la tierra, los que desorejaron a los maestros rurales que aplicaban el Artículo 3o. constitucional, los que atacaron a las maestras mexicanas que con valor llevaban la educación a las masas indígenas; aquí han vuelto a hablar los que trataron de subvertir el orden de la nación e impulsaron un levantamiento armado en Huajuapan de León hace unos 15 años; aquí volvieron a hablar los que dinamitaron también un puente en Matamoros, Tamaulipas.

Esos, esos que en este recinto han empezado a hacer resonar las voces del fascismo, los seguidores del demagogo de Munich, han tirado la careta y dolidos por las decisiones políticas históricas dictadas por el presidente José López Portillo, el 1o. de septiembre, desentierran la putrefacta campaña anticomunista para asustar a los vacilantes y golpear a las fuerzas progresistas y revolucionarias.

El fascismo, compañeros, y el neofascismo pueden ensombrecer el camino de nuestro pueblo; no debemos ser ingenuos como lo fueron algunas fuerzas políticas en la Alemania de Hitler y en la Italia de Mussolini, por su indolencia propiciaron la subida al poder del más nefasto y criminal gobierno que ha padecido el hombre.

Los diputados que representamos a las fuerzas populares, democráticas y revolucionarias, debemos tener presente que el imperialismo, la derecha, la burguesía reaccionaria y la contrarrevolución, no están dispuestas a ceder terreno fácilmente. Después del triunfo del 4 de julio, han multiplicado sus maniobras para influir a efecto de que no se den cambios substanciales que puedan afectar sus intereses. Estemos ciertos, que en estos meses que faltan por transcurrir, hasta el 1o. de diciembre, en que tomará posesión el nuevo Presidente de la República, crecerán las presiones, se multiplicarán las acciones para crear problemas en la vida nacional; de que seguirá violenta la campaña de rumores contra la nación; de que se seguirá movilizando a las grandes fuerzas empresariales para impedir una mayor profundización en la lucha revolucionaria; de que aumentarán las acciones del imperialismo; ya hoy se dicen los propósitos que tiene el imperialismo norteamericano y el imperialismo de la República Federal Alemana, hay declaraciones de presión contra nuestro país del subsecretario del Tesoro Norteamericano y del viceministro de Finanzas de la República Federal Alemana, de que aumentarán las acciones del imperialismo para tratar de influir negativamente en la conducta del próximo Presidente de la República y que se seguirá blandiendo la posibilidad de que si no hay concesiones, si se insiste en mantener el rumbo de los cambios democráticos en la vida social y económica del país, pueden producirse hasta intervenciones en contra de nuestra soberanía.

Compañeros diputados:

Honestamente pensamos que ningún partido político, ningún mexicano bien nacido, puede negar, en primer lugar, que nuestro pueblo se movilizó responsable y activamente para acudir a las urnas electorales el 4 de julio y, en segundo lugar, que la voluntad de la mayoría popular se manifestó libremente por la candidatura del licenciado Miguel de la Madrid Hurtado (aplausos). Afirmar lo contrario es sumarse a la conducta de los que, desde el exterior, quieren crear las condiciones necesarias para que el imperio intente mayores presiones contra el próximo Presidente, en pos de más concesiones de todo tipo.

Por eso, nuestro partido llama desde esta tribuna a los partidos revolucionarios, democráticos, progresistas y antiimperialistas, a cerrar filas en torno a los intereses nacionales y populares y garantizar de ese modo el que se cumplan los compromisos contraídos libremente por el licenciado Miguel de la Madrid con el pueblo y la República y defender agresivamente, sin concesiones, las decisiones de

nacionalización de la banca y establecer el control de cambios generalizado, tomadas por el presidente López Portillo. Sin duda, estas medidas desbrozarán el camino para facilitar al próximo jefe del Ejecutivo las tareas que se ha trazado, con el fin de reorientar la política económica nacional en favor de los intereses del pueblo y de la República.

Compañeros, la Fracción Parlamentaria del Partido Popular Socialista expresa su franca aprobación al dictamen presentado por la Gran Comisión, que declara Presidente electo al licenciado Miguel de la Madrid Hurtado, candidato de las fuerzas democráticas y patrióticas de México."

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Edmundo Jardón Arzate.

El C. Edmundo Jardón Arzate: Respetable público; señor Presidente; señoras y señores diputados:

Maquiavelo - no, no me refiero al compañero del Partido Revolucionario Institucional, no lo he invocado- ; Maquiavelo, el florentino, dice en alguna parte de sus escritos que no entiende bien ni se explica por qué sube o baja el precio de la lana ni cómo se fija; pero que en cambio sí entiende algo acerca del Estado, del Estado en una de sus más difíciles manifestaciones; de sus más difíciles decisiones es que tenemos que hablar ahora.

Estamos constituidos en Colegio Electoral para calificar una elección presidencial, y esto es sin duda una gran responsabilidad. Tenemos la ventaja sobre aquel Maquiavelo florentino de que aquí pruebas se han dado, sí sabemos por qué se modifican los precios de las mercancías y cómo se establecen y también, creo yo, le llevamos ventaja al florentino Maquiavelo en cuanto a recursos para saber manejar los negocios del Estado con buenas artes, y con malas artes, con mañas y hasta con servilismo. Estas elecciones del 4 de julio han sido, se ha dicho aquí, se dijo incluso antes de que nos constituyéramos en Colegio Electoral, "las elecciones en las que el pueblo mexicano ha tenido una mayor participación en nuestra época contemporánea".

Esto es cierto y es evidente; las elecciones del 4 de julio constituyeron un retroceso del abstencionismo y una expresión de la decisión ciudadana por tratar de participar en los asuntos del Estado a través de su voto.

Los ciudadanos lo hicimos desde nuestras posiciones programáticas, políticas e ideológicas. Discrepamos, tratamos de hacer confrontaciones de programas y lo hicimos. Señalamos defectos e indicamos posibles caminos de solución para los problemas que tiene nuestra patria. Luchamos cívica, ciudadanamente de manera enconada. Y he aquí que el resultado de estas elecciones, para nosotros, miembros del Partido Socialista Unificado de México, en cuanto a la elección presidencial dio un resultado.

Nosotros, al venir a esta tribuna estamos conscientes, como lo estuvimos al día siguiente de las elecciones mismas, de que la mayoría de los votos de nuestros compatriotas habían sido emitidos en favor de Miguel de la Madrid.

Reconocerlo no es admitir que estamos de acuerdo con Miguel de la Madrid; aceptarlo es aceptar, si, que una mayoría de mexicanos opta por el programa que actualmente defiende el Partido Revolucionario Institucional, y a partir de esto es que trazamos nuestra estrategia y nuestra táctica.

No vamos, señores diputados, no vamos a pesar de reconocer esta mayoría en favor de Miguel de la Madrid, a sumarnos al gobierno de Miguel de la Madrid. No somos socialistas del oportunismo. Somos socialistas revolucionarios. No somos opositores por sistema, somos opositores del sistema. Y, en consecuencia en todo aquello en lo que en efecto se den coincidencias entre el partido del gobierno y nuestro partido estaremos marchando juntos. Pero en todo aquello en lo que evidentemente habrá diferencias, y profundas, nosotros seguiremos luchando desde la oposición para lograr que en este país efectivamente se abra cauce la democracia, porque la democracia no sólo es cuestión de votos.

Tocqueville, aquel aristócrata que escribió y admiró tanto a la democracia norteamericana, señalaba ya la inquietud y el temor de que en una sociedad democrática pudiera llegarse a dar el fenómeno de la democracia sin libertad. Y para nosotros, socialistas revolucionarios, democracia y libertad son cuestiones que están íntimamente unidas, relacionadas, indisolublemente enlazadas.

Nos preocupa, sí en el curso de esta campaña electoral y en el curso de este proceso electoral se hayan dado irregularidades que de ninguna manera podemos considerar menores; insistimos en que estas irregularidades, arbitrariedades y atropellos, son consecuencia de un régimen legal, desde el punto de vista de la elección, que debe ser modificado; de un régimen eleccionario en el que no tiene por qué ser juez y parte el gobierno; de un régimen eleccionario en el que se establece entrada la duda, en cuanto a la autenticidad de una elección, cuando quien organiza las elecciones es el gobierno a través de su partido, o el partido del gobierno a través de los funcionarios del gobierno.

Nosotros entendemos la democracia con libertad de otra manera, la entendemos desde abajo, la entendemos desde la verdadera democracia en las organizaciones sociales, en los sindicatos, en los ejidos, en las organizaciones juveniles, en las organizaciones campesinas; entendemos la democracia con la participación ciudadana, en los municipios, en las legislaturas y, por supuesto, entendemos la democracia exactamente como está concebida en nuestra Constitución, constituida por tres poderes, pares, no uno encima del otro. Igual es, y debe ser, en cuanto a posibilidades y a capacidad jurídica de decisión en sus respectivos ámbitos, el Poder Legislativo que el

Poder Ejecutivo o Poder Judicial, y no comprendemos cómo puede haber democracia cuando por encima del Poder Judicial y del Poder Legislativo se entroniza exclusiva y arbitrariamente el Poder Ejecutivo.

Justo Sierra decía, en célebre carta dirigida a Porfirio Díaz, que no le asustaban ni los nombres ni los calificativos en las cosas; que en México había una monarquía electoral, que en México no había instituciones, que había un hombre del cual dependían la paz, el orden y el progreso, tal y como paz y orden y progreso se entendían en la época del porfiriato.

Esta afirmación de Justo Sierra de algún modo tiene validez cuando escucho aquí y fuera de aquí la forma y el trato y el nivel en que se coloca a un Presidente de la República. El es el hombre mágico, el hombre que resuelve todos los problemas del país y que es capaz de decidir por todos los mexicanos lo que se ha de hacer y lo que no se ha de hacer. Y yo digo: ¿no es este el riesgo aquel que señala Tocqueville de que en una sociedad democrática la democracia puede existir sin libertad, puede degenerar en dictadura?

De algún modo, señores diputados, cuando elegimos a un Presidente de la República debemos de estar conscientes de que estamos eligiendo al responsable del Poder Ejecutivo, al responsable del Poder Ejecutivo, pero que existen esos otros dos poderes, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, cuya soberanía, cuya soberanía, no está por abajo de la que constitucionalmente se concede al encargado del Poder Ejecutivo. Esto es democracia. Pero democracia es también distribuir la riqueza, hacer participar a todos los mexicanos en todos los bienes que constitucionalmente están establecidos en nuestra Carta Magna. Democracia es lograr que todos los mexicanos tengan pan, tengan trabajo, tengan vivienda, tengan vestido, tengan educación, tengan esparcimiento; esta es la democracia a la que aspiramos nosotros, los socialistas revolucionarios, no es otra y no puede darse de ninguna manera cuando todo se confía y se espera de la decisión y de la voluntad de un solo hombre, este hombre por grande que sea su poder, por muchas que sean las facultades que constitucionalmente se le otorgan, y contra algunas de las cuales estamos nosotros, este hombre ha de tomar en cuenta, en primer lugar, para tomar decisiones, puesto que somos constitucionalmente entidades de interés público, en consulta a los partidos; ha de saber y ha de conocer qué se opina a través de esto o de aquello de lo que se piensa hacer; ha de reflexionar no en la soledad de su despacho para tomar una u otra determinación, sino habiendo escuchado y habiendo oído la opinión de quienes puedan coincidir con él y de quienes discrepamos o podamos discrepar de él; cuando la democracia se ejerce de esta manera, señores diputados, nos alejamos del ejercicio disfrazado de una monarquía o de una dictadura y nos acercamos al perfeccionamiento de nuestra democracia.

Nuestra lucha, pues, no ha de circunscribirse, ni debe circunscribirse a los actos electorales, a las funciones electorales, a los comicios y a la elección de uno o de otro candidato; nuestra lucha por la democracia ha de realizarse todos los días, en todos los ámbitos y en todos los rincones de la nación, luchando por la solución de este o de aquel problema o aplaudiendo, como lo hemos hecho, la solución de problemas cuando estos problemas efectivamente se resuelven.

Citando palabras de Polibio quiero decir: debe renunciar a escribir quien no se sienta capaz de elogiar a sus enemigos y de censurar a sus amigos. Yo elogio la decisión del Presidente José López Portillo. Nos ha quitado tres o cuatro renglones de nuestro programa de acción; tenemos que borrarlos. Ha nacionalizado la banca, y que bien que lo haya hecho. Mérito que de ninguna manera regateamos; mérito suyo. Mérito que recogió tal vez no tanto entre quienes forman parte de su partido, y tal vez sí mucho de quienes no formamos parte de este partido. Pero el mérito es suyo.

Sin embargo, no es suficiente, es sólo un paso, es un paso decisivo, fundamental en nuestra época contemporánea; pude servir de resorte y de pivote para acciones de mucha mayor trascendencia y de mucha mayor importancia que contribuyan a resolver los gravísimos problemas que tiene nuestro país.

No sólo estamos amenazados, presionados, infiltrados por las transnacionales del imperialismo norteamericano y por otros imperialismos, el japonés, el alemán, el inglés, el francés, etcétera. No, no sólo es eso. Aquí mismo, dentro de nuestro país, hay quienes son tanto o más peligrosos que estos intereses imperialistas: esta gran burguesía rapaz, insaciable y codiciosa que se ha desarrollado al amparo del poder, y con políticas equivocadas puestas en práctica desde el poder, es una burguesía tanto o más peligrosa que el imperialismo mismo, y contra ella también tenemos que luchar. No tenemos por qué confundirnos ni pensar que el enemigo único y exclusivo del pueblo mexicano, de su independencia y de su soberanía es el imperialismo. Dentro tenemos enemigos internos, y son fuertes, y van a tomar la ofensiva. Y no van a ceder. No van a ceder voluntariamente. Van a luchar por rescatar posiciones y por resarcirse de lo perdido. De una o de otra manera dependerá entonces no de la voluntad de un hombre, sino de la política que se instrumente escuchando las opiniones ciudadanas expresadas a través de los partidos políticos; dependerá que esta medida, este acto del presidente de la República, López Portillo, dé los resultados que todos los mexicanos deseamos para México:

democracia, democracia electoral y democracia social; democracia distributiva; democracia participativa; democracia en la que cada uno y todos los mexicanos nos sintamos efectivamente responsables constructores de este México, de esta patria.

Hay en el Artículo 3o. constitucional una estupenda definición de democracia debida al pensamiento de Jaime Torres Bodet, dice:

"...se considera a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo".

Así es como nosotros entendemos la democracia. Así es como queremos que se practique. No queremos más y luchamos contra eso, que se diga una cosa y se haga algo en contrario de lo que se dice. Nos chocan las palabras por las palabras. Nos fastidia escuchar hablar de nacionalismo revolucionario cuando se hace todo lo contrario de lo que debe ser el nacionalismo revolucionario.

Creemos sinceras estas palabras cuando efectivamente se corresponden con los hechos. Y no ponemos aquí ni anteponemos la duda con respecto al gobierno que habrá de hacer Miguel de la Madrid.

He hecho pronunciamientos, ha vertido opiniones, ha dado juicios, hay quienes aquí creen en ellos de antemano. Nosotros, señores diputados, nosotros, los miembros del Partido Socialista Unificado de México, tenemos nuestras propias opiniones, nuestro propio programa, nuestras propias concepciones ideológicas. Si algunas de estas opiniones, si alguna parte de este programa, si alguna parte de estas concepciones ideológicas coinciden en la práctica con lo que el gobierno de Miguel de la Madrid haga o diga, qué bueno. Creo que también los señores diputados de Acción Nacional se sentirán satisfechos si el gobierno de Miguel de la Madrid cumple efectivamente con su compromiso de que en este México se amplíen los cauces de la democracia y se respete la voluntad ciudadana. (Aplausos.)

Concluyo, pues, con este voto razonado, puesto que el reglamento que tenemos no nos permite más que hablar en contra o en favor, para señalar que estas elecciones no tuvieron irregularidades menores, que los irregulares fueron graves y serias, que las cifras que se dan en el dictamen son cifras que no corresponden a la realidad, que hay alteraciones hacia arriba o hacia abajo. Admitimos, sí, que la mayoría de los votos fue para Miguel de la Madrid, pero no podemos aceptar que efectivamente los datos se dan en el texto de ese dictamen sean los verídicos. Esta es otra parte de la democracia, decir la verdad. Decía Carlos Marx, y si lo cito es con la autorización intelectual que nos dio a todos los mexicanos Justo Sierra en su célebre discurso al inaugurar la Universidad Nacional de México. Decía Carlos Marx que: "la verdad es la verdad, no importa quién la haya dicho ni cuándo la haya dicho". Y si por verdad ha de entenderse lo que realmente es y ha ocurrido, entonces la verdad también es parte necesaria de la democracia, es consustancial a la vida democrática de una sociedad.

Es indispensable para lograr el objetivo que nos hemos trazado los socialistas revolucionarios que el hombre sea la razón de ser el hombre mismo.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado José Luis Lamadrid.

El C. José Luis Lamadrid: Ciudadano Presidente; honorable Colegio Electoral:

Hace apenas diez días, en el debate sobre la elección de diputados por representación proporcional, expresé que el análisis sobre la validez y la legalidad de los procesos electorales necesariamente nos anclaba en una visión retrospectiva sobre el pasado inmediato de la vida política del país. Esto resultaría normal de no ser porque los instantes del presente que vivimos, los reclamos de estos días difíciles, nos empujan a situarnos en la perspectiva idónea desde la cual debemos iniciar el diseño de las respuestas que atañen a nuestras responsabilidades con el futuro de la nación.

De aquí que nuestros pensamientos discurran en el ámbito de una tensión, cuya intensidad convoca al juicio sereno, a la palabra sobria, a los recursos conceptuales de la razón dialéctica, a la deliberación tolerante y democracia y al debate, conforme a la técnica parlamentaria, instrumento indispensable de las asambleas legislativas.

A esto me atengo para cumplir el encargo de la mayoría priísta, de exponer dos argumentos complementarios a los inscritos por la Gran Comisión en su dictamen, que proponen declarar la validez de las elecciones que han conferido el cargo de Presidente al priísta Miguel de la Madrid Hurtado. (Aplausos.)

Ahora bien, ¿cuáles son los significados que se encierran en los votos de los electores participantes en la jornada del 4 de julio, cuyo número alcanza más del 70% del cuerpo electoral, y cuyas decisiones políticas están distribuidas entre los partidos contendientes? A mi entender, la nutrida participación ciudadana revela la voluntad colectiva de los mexicanos de continuar conviviendo en la democracia, lo que, a su vez, pone de manifiesto la oportunidad de la reforma política, emprendida desde 1977 por el régimen del presidente José López Portillo. (Aplausos.)

Durante los últimos meses los partidos, las asociaciones políticas, los candidatos, los medios de comunicación social, la opinión pública y los ciudadanos, sin distingo, han vivido, han luchado en y desde la reforma política, en esta forma le han convertido en práctica social, en realidad cotidiana de la colectividad nacional tal como fueron los propósitos originales del presidente López Portillo.

Ubicados en la perspectiva del mañana próximo refrendemos el compromiso de impulsar progresivamente a la reforma política, postulada desde ahora por Miguel de la Madrid como democratización integral de las instituciones políticas y de la vida social del país.

Una vez más, ¿cuáles son los significados que se encierran en los votos de la clara mayoría constituidos por más de 16 millones de mexicanos que han sufragado por el candidato del PRI? También, a mi entender, la voluntad mayoritaria, que ha optado por el C. Miguel de

la Madrid Hurtado, ha reafirmado la legitimidad de dos elementos sustanciales de la estructura política mexicana: el principio del presidencialismo y el principio de la no reelección absoluta.

A través del presidencialismo México ha contado, cuenta y contará, con el liderazgo ejecutivo, el liderazgo nacional, que hace posible la efectividad de la acción unitaria del Estado. Cabe hacer notar aquí, precisamente aquí, que para los revolucionarios mexicanos el principio del presidencialismo no es un principio reduccionista, ni del sistema de partidos políticos, ni del pluralismo ideológico, ni de las libertades personales, ni de la separación y equilibrio de poderes, y particularmente reduccionista de una concepción de un Congreso de la Unión renovado y moderno.

Mediante la no reelección absoluta, el sistema político mexicano ha alcanzado, alcanza y seguirá alcanzando, el objetivo superior que consiste en la transmisión regular, periódica, renovada, democrática y pacífica del poder público. Además, los 16 millones 748 mil ciudadanos que ha sufragado por el priísta Miguel de la Madrid Hurtado han reconocido en su persona la capacidad política, la ideología revolucionaria, la inteligencia clara y la firmeza de carácter que requiere el ejercicio del liderazgo nacional, la conducción política del pueblo y la defensa decidida de la integridad de la nación. (Aplausos.)

Honorable Colegio Electoral, en forma concisa me he esforzado de exponer mis razonamientos en favor del dictamen, y de acuerdo con la práctica parlamentaria, así sea con brevedad, debo responder a lo que en el debate ha expresado la voz contraria a la propuesta de la Gran Comisión.

La argumentación del diputado del Partido Acción Nacional me parece que puede ser analizada en dos perspectivas: la de los elementos particulares, a los que ha dado respuesta la Comisión, y el argumento general, que lo sustenta y lo alienta.

Yo veo en la base general del argumento panista una manifestación de sectarismo político, del sectarismo político que angosta y desfigura la realidad.

No caben ni las alusiones históricas, y menos aún invadir el debate que nos ocupa en estos días, en que compartimos la conciencia de que son días difíciles para el mundo y para México, detenerse en la angostura de la pequeñez electoral.

Sectarismo que unido a un angostamiento doctrinario ideológico, del que he advertido a lo largo de las sesiones del Colegio Electoral de la Cámara y hoy vuelve a repetirse, coloca el argumento panista, en lo que con lógica llamaría un argumento fuera de lugar.

No es, un homenaje a la práctica parlamentaria, momento para discurrir sobre afirmaciones que en una o en otra forma chocan, contrastan con las opiniones de la mayoría. Pienso que sobradamente habrá tiempo para analizar los contrastes y las discrepancias, pero no deja de ser necesario aludir así, como alusión, la sorpresa ante esa propuesta más nacida de los ideales anarquistas oírla en la voz de un diputado del Partido Socialista Unificado de México. Cuando así, con facilidad, pretende suprimir el papel y la función que el Estado, el mexicano y todos los Estados, juegan en el momento en que el juego de la democracia opera el tránsito y la transmisión del ejercicio del poder público.

Honorable Colegio Electoral, cuando el decreto propuesto por la Gran Comisión haya sido votado y por bando solemne llegue a todos los lugares de la República, habrá concluido la construcción de esa vía, de ese puente que en nuestro sistema une al sexenio que termina con el sexenio que se inicia. En las próximas semanas transitaremos por esa vía y con nosotros, los de la mayoría priísta, irán tres contenidos: el contenido democrático de la reforma política, el contenido nacionalista de la recuperación de las instituciones bancarias y el contenido, democrático e independiente de la política exterior. Que los tres caracterizan históricamente el régimen lopezportillista. (Aplausos.)

Nos acompañarán, y con ello una regla de oro nacida de la práctica política de la Revolución Mexicana. Aquella que nos ha dicho: conservar, asimilar aciertos, rectificar errores y, mejor, innovar, renovar con energía e imaginación revolucionaria.

Honorable Colegio Electoral, para concluir pienso que observando la práctica parlamentaria un orador que ha hablado en pro debe pedir a la Presidencia que pase a votación el dictamen propuesto. Es cuanto tenía que decir, señor Presidente. (Aplausos.)

El C. Presidente: Consulte la Secretaría si el dictamen se encuentra suficientemente discutido en lo general.

El C. secretario Everardo Gámiz Fernández: Por instrucciones de la Presidencia, en votación económica, se consulta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido el dictamen en lo general... Suficientemente discutido.

El C. Presidente: Para los efectos del Artículo 134 del Reglamente Interior del Congreso General se pregunta a la Asamblea si se va a reservar algún artículo para discutirlo en lo particular.

En virtud de no haberse reservado algún artículo para discutirlo en lo particular proceda la secretaría a recoger la votación nominal en lo general y en lo particular del proyecto del Decreto, en un solo acto.

El C. secretario Everardo Gámiz Fernández: Se va a proceder a recoger la votación nominal en lo general y en lo particular en un solo acto.

(VOTACIÓN.)

- La C. secretaria Hilda Anderson Nevárez: La secretaría informa que se emitieron 341 votos en pro y 51 en contra.

DECLARATORIA

El C. secretario Everardo Gámiz Fernández: Se ruega a los asistentes ponerse de pie.

El C. Presidente: "La Cámara de Diputados de la Quincuagésima Segunda Legislatura del honorable Congreso de la Unión, en uso de la facultad que le confieren los artículos 74, fracción I, de la Constitución General de la República, y 24 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, declara: es Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos para el período que comienza el 1o. de diciembre de 1982 y termina el 30 de noviembre de 1988, el ciudadano Miguel de la Madrid Hurtado."

COMISIONES DE CORTESÍA

El C. Presidente: Para participar la anterior declaratoria esta Presidencia designa a las siguientes comisiones: al C. Presidente de las República, los CC. diputados Humberto Lugo Gil, Mario Vargas Saldaña, Bernardo Bátiz Vázquez, Rolando Cordera Campos, Jorge Cruickshank García, Rafael Aguilar Talamantes, David Orozco Romo, José Luis Lamadrid Sauza, Heriberto Batres García, Francisco Ortiz Mendoza, Manuel Iguiniz González y Mariano Piña Olaya.

A la H. Cámara de Senadores, los CC. diputados Maximiliano Silerio Esparza, Daniel Balanzario Díaz, Héctor Sánchez López, Sergio Quiróz Miranda, Carlos Machiavelo Martín del Campo, Domingo Esquivel Rodríguez, Areli Madrid Tovilla José Augusto García Lizama y Ernesto Andonegui Luna.

A la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación, los CC. diputados Luis René Martínez Sourverville Rivera, Manlio Fabio Beltrones Rivera, Pablo Castillón, Raúl Rea Carbajal, Humberto Pulido García, Viterbo Cortez Lobato, José Estefan Acar, Alberto Salgado Salgado, Francisco Javier Alvarez y Ma. Albertina Barbosa Espinosa.

Al C. Miguel de la Madrid Hurtado los integrantes de la mesa directiva de esta Cámara, y se invita a todos los ciudadanos diputados de esta Legislatura a acompañarnos.

- La C. secretaria Hilda Anderson Nevárez de Rojas: Señor Presidente, se han agotado los asuntos en cartera.

- El C. Presidente (a las 14:15 horas): Se levanta la sesión del Colegio Electoral y se cita a la sesión de Cámara, el próximo lunes 13 de septiembre, a las 10:00 horas.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

DIARIO DE DEBATES