Legislatura LII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19831122 - Número de Diario 27

(L52A2P1oN027F19831122.xml)Núm. Diario:27

ENCABEZADO

Diario de los Debates

DE LA CAMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

"LII" LEGISLATURA

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO II México D.F., martes 22 de noviembre de 1983 TOMO II. NUM. 27

COMPARECENCIA DEL SECRETARIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PUBLICO

SUMARIO

APERTURA

ORDEN DEL DÍA

ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR SE APRUEBA

RECOMENDACIONES DE LA PRESIDENCIA

Relativa a que las manifestaciones de solidaridad, adhesión o apoyo al licenciado Jesús Silva Herzog se expresen al finalizar la última intervención

PRESENCIA DEL LICENCIADO JESÚS SILVA HERZOG

Se designa una comisión que lo introduce al salón de sesiones

EXPOSICIÓN DEL COMPARECIENTE

El C. licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público, expone los fundamentos que sustentan los proyectos de las leyes de ingresos de la Federación y del Departamento del Distrito Federal, correspondientes a 1984

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Preguntas de los CC.: Carlota Vargas Garza, Octavio Aguilar Camargo, Antonio Gershenson, Enrique León Martínez, Ofelia Ramírez Sánchez, Ricardo Antonio Govela Autrey, Sergio Quiroz Miranda, Sergio Lara Espinosa, Héctor Ramírez Cuéllar, Cándido Díaz Cerecedo, David Orozco Romo, Héctor Manuel Perfecto Rodríguez, Rolando Cordera Campos, Astolfo Vicencio Tovar y Salvador Valencia Carmona, a las que el licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público da respuesta

CONSIDERACIONES Y AGRADECIMIENTO DE LA PRESIDENCIA

Relativas a la comparecencia del secretario de Hacienda y Crédito Público

ORDEN DEL DÍA

De la sesión próxima. Se levanta la sesión

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. EVERARDO GAMÍZ FERNÁNDEZ

(Asistencia de 352 ciudadanos diputados)

APERTURA

El C. Presidente (a las 10:50 horas): - Se abre la sesión.

ORDEN DEL DÍA

El C. secretario Jorge Canedo Vargas: " - Segundo Periodo Ordinario de Sesiones.

"LII" Legislatura.

Orden del Día.

22 de noviembre de 1983.

Lectura del acta de la sesión anterior.

Comparecencia del C. licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público".

ACTO DE LA SESIÓN ANTERIOR

El mismo C. Secretario:

" - Acta de la sesión de la Cámara de Diputados del Quincuagésima Segunda Legislatura del H. Congreso de la Unión, efectuada el día diecisiete de noviembre de mil novecientos ochenta y tres.

Presidencia del C. Everardo Gámiz Fernández.

En la ciudad de México, a las once horas y quince minutos del jueves diecisiete de noviembre de mil novecientos ochenta y tres, la Presidencia declara abierta la sesión una vez que la Secretaría manifiesta una asistencia de trescientos sesenta y siete ciudadanos diputados.

Lectura del orden del día.

Sin discusión se aprueba el acta de la sesión anterior verificada el día de ayer.

Se da cuenta con los documentos en cartera:

El Departamento del Distrito Federal suscribe atenta invitación a la ceremonia que, con asistencia del C. licenciado Miguel de la Madrid Hurtado, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, tendrá lugar el día 20 de los corrientes en el monumento a la Revolución de esta capital, con motivo del LXXIII aniversario de la iniciación de la Revolución Mexicana.

Para asistir a dicha ceremonia con la representación de esta Cámara de Diputados, la Presidencia designa una comisión a los CC. Humberto Lugo Gil, Everardo Gámiz Fernández, Enrique Soto Izquierdo, Hilda Anderson Nevárez de Rojas, Ricardo Castillo Peralta, Irma Cué de Duarte, Ricardo Antonio Govela Autrey, Iván García Solís, Luz Lajous de Madrazo, Norma López Cano, Juan José Osorio Palacios, Mariano Piña Olaya, Antonio Ramírez Barrera, Sergio Ruiz Pérez y Haydée Eréndira Villalobos Rivera.

Oficio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, al que se acompaña el informe de la Deuda Pública correspondiente al tercer trimestre de 1983. Recibo y resérvese en el archivo para consulta de los CC. diputados y córrase traslado a la H. Cámara de Senadores.

Iniciativa enviada por el C. Presidente de la República, que contiene el decreto de reformas a la Ley Federal del Trabajo y a la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores.

En atención a que este documento ha sido ya distribuido entre los CC. diputados, la Secretará, por instrucciones de la Presidencia, le da el siguiente trámite: Recibo y a la Comisión de Trabajo y Previsión Social e imprímase.

El C. Alberto Salgado Salgado, integrante del Partido Socialista de los Trabajadores, presenta y da lectura a una iniciativa que reforma los artículos 73,74 y 89 de la Constitución General de la República. Túrnese a las Comisiones Unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales y del Distrito Federal e imprímase.

La Secretaría de Gobernación envía un oficio relativo a las solicitud de permiso para que la C. Yanick Sierra Peniche Durocher, pueda prestar servicio como secretaria de la delegación general de Quebac, en esta ciudad. Recibo y a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

La propia Secretaría de Gobernación solicita la autorización constitucional necesaria para que los CC. Irene Gallardo y Ramos, Humberto Franco Elías, Nicasio García, José Mercedes Villaseñor Gómez, José Luis Ramírez Cerro, Manuel Diosdado Hernández, Agustín Ortiz Jiménez, David Tobanche Castillo, Luis Salazar y Esteban Cortés Salas, pueden prestar servicios como empleados en la embajada de los Estados Unidos de América acreditada en nuestro país. Recibo y a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

La Comisión de Hacienda y Crédito Público presenta un dictamen con proyecto de decreto que reforma el que autorizó el Ejecutivo Federal a firmar, en representación del Gobierno de México, los convenios sobre el Fondo Monetario Internacional y del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento.

En atención a que este dictamen ha sido ya impreso y distribuido entre los CC. diputados, la Asamblea, en votación económica, le dispensa la lectura. Queda de primera lectura.

La misma Comisión de Hacienda y Crédito Público emite un dictamen con proyecto de decreto que amplía el monto de la garantía que el Gobierno Federal puede otorgar en las operaciones de préstamo celebradas con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y el plazo en que la misma puede concederse.

Por las mismas razones del caso anterior, se dispensa la lectura de este documento. Queda de primera lectura.

Dictamen con proyecto de decreto de la Comisión de gobernación y Puntos Constitucionales, que autoriza el C. Francisco Xavier López Mena, para aceptar y desempeñar el cargo de cónsul honorario de la República de Finlandia, en la ciudad de Cancún, con jurisdicción en los estados de Quintana Roo, Yucatán y Campeche. Es de primera lectura.

La Comisión de Hacienda y Crédito Público emite un dictamen con proyecto de decreto, que autoriza al Ejecutivo Federal para aprobar nuevas emisiones de bonos del ahorro nacional hasta por la cantidad de cinco mil millones de pesos.

En virtud de que este dictamen ha sido ya impreso y distribuido entre los CC. diputados, en votación económica la Asamblea le dispensa el trámite de segunda lectura.

El C. Bernardo Bátiz Vázquez hace uso de la palabra para dar lectura a una moción suspensiva, con base en lo que establece el artículo 109 del Reglamento.

Después de mociones del C. Jesús Luján Gutiérrez y de la Presidencia, la Asamblea, en votación económica, no admite la moción suspensiva y en consecuencia se da por desechada.

A discusión en lo general el proyecto de decreto.

Hacen uso de la palabra, en contra: el C. David Lomelí Contreras, por la Comisión, la C. María Luisa Calzada de Campos.

Suficientemente discutido en lo general.

A discusión en lo particular. Sin que motive debate, en votación nominal se aprueba en lo general y en lo particular por trescientos diecinueve votos en pro, once en contra y treinta y siete abstenciones. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales.

Dictamen con proyecto de decreto signado por la Comisión de Justicia, que reforma y adiciona la Comisión de Justicia, que reforma y adiciona el Código Federal de Procedimientos Penales.

También a este dictamen, la Asamblea le dispensa el trámite de segunda lectura.

A discusión en lo general el proyecto de decreto.

Interviene, en contra: el C. Daniel Angel Sánchez Pérez; en pro, el C. Francisco Javier Alvarez de la Fuente; en contra, el C. Alberto Salgado Salgado y por la Comisión, el C. Juventino González Ramos.

Presidencia de la C. Bertha Lenia Hernández de Ruvalcaba.

Continúa el debate, hablan en contra: el C. Crescencio Morales Orozco y en pro, el C. Salvador Valencia Carmona.

Suficientemente discutido en lo general, en votación nominal se aprueba en ese sentido con los artículos no reservados para su discusión, por trescientos diez votos en favor y veinte en contra.

Presidencia del C. Everardo Gámiz Fernández.

A discusión en lo particular. A debate el artículo 61.

Usan de la palabra, en contra: el C. Daniel Angel Sánchez Pérez; en pro, el C. Víctor Manuel Torres Ramírez; por segunda ocasión, el C. Daniel Angel Sánchez Pérez; para hechos, los CC. José Luis Caballero Cárdenas y Sánchez Pérez y, nuevamente para hechos, el C. Caballero Cárdenas.

Suficientemente discutido el artículo 61, en votación nominal se aprueba en sus términos por trescientos siete votos en pro, quince en contra y ocho abstenciones.

A discusión los artículos 118 y 128.

Usan de la tribuna, para proponer una modificación al artículo 118, que la Asamblea en votación económica no admite y por tanto se da por desechada, el C. Francisco Javier Alvarez de la Fuente, quien también propone la supresión del artículo 128; en pro de los artículos a debate lo hace el C. César Humberto Vieyra Salgado; por segunda ocasión, los mismos oradores.

Suficientemente discutidos los artículos, en votaciones nominales sucesivas se aprueban en sus términos por doscientos sesenta votos a favor y veinticinco en contra.

A debate el artículo 165.

Para impugnar el artículo, interviene el C. José Encarnación Pérez Gaytán.

Presidencia de la C. Bertha Lenia Hernández de Ruvalcaba.

Continúan en el uso de la palabra para proponer una modificación, que la Asamblea no acepta y por tanto se desecha, Francisco Javier Alvarez de la Fuente, por la Comisión Dictaminadora, el C. José Luis Caballero Cárdenas; para hechos, el C. Daniel Angel Sánchez Pérez y, nuevamente por la Comisión, el C. Caballero Cárdenas.

Suficientemente discutido el artículo 165, en votación nominal se aprueba en sus términos por doscientos sesenta votos afirmativos y veintiséis negativos.

Aprobado en lo general y en lo particular el proyecto de decreto. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales.

Presidencia del C. Everardo Gámiz Fernández.

La Presidencia informa a la Asamblea que se está distribuyendo entre los CC. diputados, el dictamen con proyecto de decreto suscrito por la Comisión de Educación Pública, que reforma y adiciona la Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles.

En esta virtud, la Asamblea en votación económica le dispensa la lectura. Queda de primera lectura.

Dictamen con proyecto de decreto de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, que concede permiso al C. Flavio Mansi Tazzer para aceptar y desempeñar el cargo de vicecónsul honorario de Italia, en el puerto de Acapulco, Guerrero. Es de segunda lectura.

A discusión el proyecto de decreto. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación nominal se aprueba por unanimidad de doscientos ochenta y cinco votos. Pasa al Senado para sus efectos Constitucionales.

Para hacer comentarios en torno a la Revolución Mexicana en ocasión de conmemorarse el LXXIII aniversario de su iniciación, hacen uso de la palabra los CC. Ricardo Castillo Peralta y Sergio Ruiz Pérez.

Enseguida, usa de la tribuna el C. Rolando Cordrea Campos, quien expresa que el día de ayer, por la noche, concluyó un seminario internacional que se realizó en esta ciudad y

que tuvo como tema central el estudio de las posibilidades de convertir a la cuenca de El Caribe en zona de paz.

Señala que asistieron a este seminario varias organizaciones, así como importantes personalidades, en el que se suscribió un mensaje para la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos de América, al cual el C. Cordera Campos da lectura, por haberse convenido así en el mencionado seminario.

Por su parte, el C. René Rojas Ayala hace uso de la palabra para hacer comentarios sobre las prácticas parlamentarias en primer lugar y para reiterar su preocupación por la desaparición de varias personas en América Latina y en nuestro país. Menciona que la Federación Latinoamericana de Asociaciones, de Familiares de Detenidos y Desaparecidos, realiza en estos días en esta ciudad de México, su Cuarto Congreso, en el que están exigiendo la presentación de 90 mil desaparecidos políticos.

Hace consideraciones al respecto y solicita que esta Cámara haga un reconocimiento al Cuarto Congreso del FEDEMFAM y se pronuncie por la aparición de los desaparecidos.

A continuación se refiere al desalojo violento de 117 familias del campamento Trece de Junio de la colonia Palma Sola de la ciudad de Acapulco, Guerrero, acaecido el día 15 de los corrientes, por más de 300 elementos de la fuerza pública. Dice que los colonos solicitaron apoyo de los estudiantes universitarios y a pesar de ello, un grupo de provocadores quemaron cinco camiones y golpearon a las estudiantes y se introdujeron a instalaciones universitarias violando la autonomía.

Agrega que se encuentran 33 universitarios y colonos detenidos, a los cuales se les imputan varios delitos.

Solicita que una Comisión de esta Cámara investigue los hechos y se castigue a los culpables.

Para manifestar que el orador desvirtúa los hechos suscitados y solicitar que este asunto se turne a la Comisión correspondiente, interviene la C. Rosa Martha Muñuzuri y Arana de Garibo. Túrnese a la Comisión de Información, Gestoría y Quejas.

Por último, interviene el C. Héctor Sánchez López para hacer una serie de consideraciones y comentarios alrededor de las próximas elecciones municipales en el estado de Oaxaca y, en particular, a las del municipio de Juchitán.

Presenta documentos que él considera son pruebas del fraude que prácticamente está consumado. Concluye diciendo que ante la ausencia de garantías para efectuar las elecciones, exigen un plebiscito para elegir la representación política en los municipios donde participan. Túrnese a la Comisión de Información, Gestoría y Quejas.

Agotados los asuntos en cartera se da lectura al orden del día de la sesión próxima.

A las dieciocho horas y veinticinco minutos se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar el martes veintidós del actual, a las diez horas, en la que comparecerá el C. licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público.

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba... Aprobada, señor Presidente.

RECOMENDACIÓN DE LA PRESIDENCIA

El C. Presidente: - De acuerdo con la práctica establecida para ocasiones similares, se ruega a los CC. legisladores que si en el transcurso de la comparecencia del C. licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público, ante esta honorable Cámara de Diputados, quisiera externar manifestaciones de solidaridad, adhesión o apoyo al respecto, éstas se podrán efectuar al final de la última intervención. Se extiende esta recomendación a los invitados y asistentes.

PRESENCIA DEL LICENCIADO JESÚS SILVA HERZOG

El C. Presidente: - Se encuentra en el salón de recepción de esta honorable Cámara de Diputados el C. licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público. Se designa en comisión, para que lo introduzcan a este recinto y lo acompañen cuando desee retirarse a los siguientes CC. diputados: Humberto Lugo Gil, Jorge A. Treviño Martínez, Margarito Benítez Durán, María Luisa Calzada de Campos, Jesús Lazcano Ochoa, Ignacio Moreno Garduño, Alfredo Reyes Contreras, Francisco Soto Alva y Haydée Eréndira Villalobos Rivera.

Se ruega a la comisión cumpla con su cometido.

(La Comisión cumple su encargo.)

El C. Presidente: - Ruego al señor licenciado Jesús Silva Herzog tomar asiento. De conformidad con la fracción IV, párrafo segundo, del artículo 74 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, comparece el C. licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público.

EXPOSICIÓN DEL COMPARECIENTE

El C. Presidente: - El licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público, ha solicitado hacer uso de la palabra. Tiene la palabra el señor licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público. Se ruega pase a la tribuna.

El C. licenciado Jesús Silva Herzog:

- Señor Presidente de la honorable Cámara de Diputados; señores legisladores; señoras y señores: Por segunda ocasión, tengo el honor de comparecer ante la más alta representación

popular, a fin de ampliar los fundamentos que sustentan las iniciativas de leyes de ingresos de la Federación y del departamento del Distrito Federal para 1984 sometidas a su digna consideración por el Ejecutivo Federal.

En documento por separado se han enviado a esta Soberanía nacional, los criterios generales de política económica, donde se reseñan los avances registrados este año, los escollos que aún enfrenta el Programa Inmediato de Reordenación Económica, así como los objetivos y metas para 1984.

Ahí se definen los lineamientos para continuar en la solución de los problemas de coyuntura y, al mismo tiempo, sentar bases de un desarrollo justo y sostenido, al amparo del Sistema Nacional de Población Democrática.

En tal virtud, la exposición que hoy se presenta tiene como propósito fundamental ofrecer elementos adicionales, que permitan evaluar las iniciativas propuestas y explicar, con mayor detalle, el uso de los instrumentos hacendarios y financieros, en el año próximo.

La obligación de informar al pueblo, de manera veraz, permanente y oportuna sobre los actos de gobierno, es preocupación constante del Ejecutivo Federal Ello exige no sólo dar cuenta de la evolución actual de los asuntos del país sino, también, ubicar problemas y soluciones en el contexto histórico en que se han generado. Así se facilita poder evaluar su real magnitud y efectos sobre la vida nacional.

En los grandes cambios de la sociedad siempre se conjugan y perfeccionan la experiencia y las ideas más avanzadas de las historia. De ellas se nutrieron los próceres de la Independencia, la Reforma los revolucionarios de 1910 y su expresión máxima: la Constitución de 1917. Aquí se resumen, en un proyecto nacional, las principales aspiraciones e intereses de individuos y clases sociales. Su valía radica en la identificación de las demandas del pueblo con las instituciones que propicia; en el consenso social y político, y no en el arbitrario ejercicio del poder gubernamental.

A partir de entonces, el mérito de nuestro país reside en que siempre ha encarado el desafío del cambio, sin perder de vista la perspectiva histórica y el sentido de continuidad revolucionaria que ofrece la Carta Magna, en el proyecto nacional.

Fiel a ese proyecto, el Estado revolucionario ha superado la más grave crisis y edificado un sistema político, social y económico, que nos ha asegurado paz y progreso durante muchas décadas. De esa manera se han promovido grandes transformaciones y demostrando capacidad institucional, para salvar los escollos que México ha tenido a lo largo de su historia moderna.

Después del movimiento armando se requerían modificaciones en todos los ámbitos de la sociedad, que resolvieran la difícil situación en que se encontraba el país. En lo político, se trataba de imponer un sistema que propiciara la participación democrática e impidiera la permanencia de los mismos hombres en el ejercicio del poder. En lo económico, era imperativo romper esquemas de explotación, adecuar las estructuras positivas y un reparto más justo de los frutos del desarrollo. En lo social, se necesitaba un sistema que ampliara las posibilidades de movilidad y capilaridad, indispensables en todo proceso de evolución socioeconómica.

De esa manera, a mediados de la década de los veinte, se inicia la creación de instituciones, marcos jurídicos y organizativos, para encauzar las energías sociales hacia la transformación nacional, se emprende un formidable programa en las esferas educativas, económicas y política.

Todo ello se realiza paralelamente a una aguda crisis económica internacional caracterizada por la caída de los precios y la demanda de los productos primarios, el desplome del mercado petrolero y la insuficiencia del recurso del erario para cumplir con la deuda pública externa. En el ámbito interno, algunos grupos minoritarios y el peligro del continuismo amenazaban con apartar a la revolución de sus verdaderos causes. Solo la creación y consolidación de las instituciones, la voluntad política de seguir el camino trazado por los revolucionarios y la solidaridad popular, impidieron el fracaso.

Se aprende, desde entonces, que los retos del desarrollo deben enfrentarse con decisión, orden, perseverancia y con la más amplia participación ciudadana.

Todos esos esfuerzos trascendieron, con mucho, las exigencias de corto plazo las condiciones internas y externas especialmente adversas, porque se atendió el presente sin perder de vista el proyecto general de nación. Esto es lo que ha impulsado todos los grandes logros nacionales.

Así se inicio un periodo de crecimiento sostenido, casi sin procedente en el mundo, que se extendió por más de cuatro décadas. Varias generaciones de mexicanos se acostumbraron a la expansión, a la mejoría casi permanente, en un marco de libertad que se fue perfeccionando paralelamente al desenvolvimiento social del país.

Esta prolongada etapa de crecimiento ha producido, en muchos, la idea de que el desarrollo es un proceso estable, continuo, permanente, sin interrupciones ni rupturas. Tal vez de ahí provengan mitos como la sacralización del tipo de cambio o de la deuda externa, considerados comúnmente como indicadores inapelables de la salud, prestigio y prosperidad de la Nación.

Es necesario repensar el concepto mismo de desarrollo, en un mundo altamente inestable que ha vuelto obsoletos los viejos patrones con que se juzgaba la política económica. Es preciso recordar que todo proceso social es dialéctico, en la medida que resuelve problemas y genera otros nuevos.

Hoy, enfrentamos otra época difícil, derivada de problemas estructurales y conyugales, internos y externos. Pero ahora, como en el pasado, tenemos bases, principios rectores, objetivos, programas e instrumentos.

El desafió del presente en realizar similar esfuerzo imaginativo e idéntica demostración

de voluntad política. Es retornar el rumbo, en el marco de la democracia y la libertad, garantizando un crecimiento sostenido que nos permita atravesar los umbrales del siglo que se avecina, reafirmando los ideales revolucionarios de la sociedad mexicana.

Con el plan Nacional de Desarrollo se han fijado las directrices y los objetivos del nuevo ajuste revolucionario al proyecto nacional. La estrategia tiene indiscutible legitimidad y la certeza de una voluntad política indeclinable de enfrentar las condiciones adversas, como una oportunidad de reafirmar la vocación revolucionaria de México.

Se parte de la idea fundamental de que la planeación es necesaria para racionalizar el desarrollo e imperativa en épocas de crisis. No surge de abstracciones, sino de realidades. Salvar la coyuntura se entendió como precondición para promover las transformaciones estructurales. Se ha elaborado, pues, a partir de los hechos, no de supuestos teóricos, del consenso popular, no del capricho de los gobernantes. Esto es lo que asegura la vialidad y la naturaleza participativa del plan.

La reordenación en 1983 se tuvo que hacer en función de una base económica muy deteriorada; el desempleo se había incrementado; la producción en muchos sectores estaba detenida o en franco descenso; se experimentaba un proceso acelerado de inflación que, de no frenarse, desembocaría en hiperinflación; el ingreso nacional se había contraído y no se captaba el ahorro de los mexicanos; el sector público registraba un déficit desmedido; la deuda externa había crecido desproporcionadamente; los ingresos petroleros se habían estancado; se daba una aguda escasez de divisas; y la productividad general estaba aún en declive pronunciado.

Simultáneamente, en el ámbito internacional, persistían las políticas recesivas y antiinflacionarias de los países industriales, combinadas con un elevado déficit fiscal, que mantenía artificialmente altas las tazas reales de interés. Todo ello, unido al proteccionismo comercial, a la contracción del mercado de capitales y a la inestabilidad de los precios del petróleo, configuraba un panorama sombrío para las naciones en vías de desarrollo.

La magnitud de los desajustes era enorme y la tarea no ofrecía opciones. Lo fundamental era mantener la planta productiva y los niveles de empleo, frenar la carestía, equilibrar la balanza de pagos, sanear las finanzas públicas, reestructurar la deuda externa y revestir la desintermediación financiera. Esto era lo urgente, lo necesario para detener la caída de la economía. De ahí que las acciones se enfocaran a atacar de raíz esos problemas asegurando que la solución inmediata sentara, de una vez, las bases para lo importante: el cambio estructural que requiere la economía para acercarse, con mayor celeridad, a un desarrollo sostenido y eficiente, con justicia y libertad.

Los resultados del ajuste han sido más acentuados de lo que se esperaba. Si bien la contracción económica fue mayor a la prevista y la inflación se abatió a un ritmo inferior al estimado, la corrección de la balanza de pagos superó las metas planeadas y el saneamiento de las finanzas públicas avanzó de acuerdo con lo programado. Ademas, la reestructuración de la deuda permitió ampliar el margen de maniobra para un sano financiamiento del desarrollo y mejorar las relaciones comerciales y financieras con el exterior.

A pesar de los esfuerzos por minimizar el impacto sobre la actividad productiva y el empleo, el proceso para corregir los desequilibrios afectó la producción y, consecuentemente, la demanda de mano de obra. Esto hubiera sucedido de cualquier manera. Hay que reconocer que los costos han sido altos, lo que se refleja en una baja del nivel de vida de muchos mexicanos. No obstante, eran inevitables, como se anticipó desde que se propuso el programa Inmediato de Reordenación Económica y hubieran sido excesivos e irreversibles de no tomarse las medidas iniciales. Esta convicción refuerza el propósito de continuar y concluir el reordenamiento económico emprendido.

No hay receta para que cure todos los males, pero estamos convencidos de que, en nuestro caso, se optó por lo único viable, realista, verdaderamente posible. Aquí cabe reiterar que las medidas correctivas a la economía del país derivan de una decisión política de la actual administración para encarar la crisis. No se trata de recetas importadas o impuestas por nadie.

Es menester destacar que muchos de los problemas que nos aquejan, se derivan de una crisis internacional que afecta por igual a países socialistas o capitalistas y, en mayor medida, a aquellos en vías de desarrollo. En casi todos se han efectuado programas de ajuste con diferentes fórmulas y diversos enfoques. Baste señalar las experiencias de Polonia, Yugoslavia, Argentina, Venezuela, Brasil, Grecia y Filipinas entre otros. Todos ellos, para renegociar su deuda externa o frenar el proceso inflacionario, se han visto en la necesidad de disminuir el gasto en inversiones y bienestar de la población.

En México el problema fundamental sigue siendo la inflación. pues constituye uno de los fenómenos que más distorsionan la vida económica del país. Tiene efectos regresivos y va en contra de los intereses populares. Disminuir la carestía es responder a uno de los reclamos principales del pueblo.

Por ello, en el segundo año del programa de ajuste, el objetivo central será continuar abatiendo la inflación y mantener el empleo, como las formas más efectivas de proteger el nivel de vida de la mayoría de los mexicanos. Además se buscará promover un incremento del producto interno bruto del al rededor del uno por ciento; se persistirá en el saneamiento de las finanzas públicas, reduciendo el déficit en relación al PIB y profundizando la rehabilitación financiera de las empresas paraestatales, todo ello se hará acentuando aspectos cualitativos del desarrollo.

Aun cuando será necesario continuar con medidas consistentes en todos los ámbitos de la actividad económica, los cambios habrán de ser menos drásticos. La reordenación deberá empezar a rendir frutos más visibles, como resultado de las acciones emprendidas este año, de la capacidad para sostener los esfuerzos y avanzar en la dirección que se ha establecido como objetivo de la política económica en el mediano plazo.

Hacia ellos se orientan las políticas hacendarias y financiera, buscando una mayor coordinación y congruencia entre ellas, así con el resto de la política económica. De esa manera, los objetivos propuestos se fundamentan en una estrategia de financiamiento del desarrollo que sigue apoyándose en la profundización de las reformas a los sistemas impositivo, de precios y tarifas de estímulos fiscales, financieros y de deuda pública.

En materia de finanzas públicas, el saneamiento no sólo provendrá del aumento en los niveles de ingreso y reestructuración del gasto, sino, también de las reorientaciones que exigen las prioridades señaladas en el Plan Nacional de Desarrollo, así como de una utilización del crédito interno y externo menor a la del pasado reciente, en términos relativos.

De ahí que en el año próximo, la política fiscal avanzará en su proceso de actualización y perfeccionamiento de tal manera que le permita cumplir con el objetivo que se le ha señalado: incrementar los ingresos del gobierno sin aumento en los impuestos.

Para alcanzar ese propósito imprimir una mayor justicia tributaria, se dará un vigoroso impulso a la modernización administrativa del sistema impositivo.

Se pretende que cada quien contribuya de acuerdo con lo que le corresponde. No hay peor injusticia tributaria que los contribuyentes no aporten lo que la Ley señala. Por eso, ahora se dará mayor intensidad a los esfuerzos en la lucha contra la evasión y elusión fiscales, elementos claves para aumentar la equidad vertical y horizontal del sistema.

Por lo que respecta a los impuestos directos, se insiste en la globalización de los ingresos a personas físicas, al tiempo que se realiza, nuevamente, un ajuste hacia abajo en las tarifas. De esa manera se disminuyen los efectos desfavorables de la inflación sobre el poder adquisitivo de los trabajadores y se mejora la justicia tributaria.

Con objeto de favorecer la descentralización de la vida nacional, se han dado pasos importantes para favorecer las haciendas de las entidades federativas y municipios. Baste señalar que los recursos de los erarios locales, por concepto de participaciones en impuestos federales se han incrementado más de siete veces durante los últimos cuatro años. Para 1984, se estiman en un total cercano a los 800 mil millones de pesos, con apoyo más decidido a los estados de menor desarrollo relativo.

En materia de precio y tarifa del Sector Público será necesario asegurar la continuidad de las acciones emprendidas. a fin de evitar desfasamientos y rezagos que provoquen ajuste drástico en el futuro. Sin embargo, los incrementos serán menores que en 1983 y se establecerán sin perder de vista los objetivos de redistribución del ingreso y de rehabilitación de las empresas.

Esa política enfrenta restricciones tales como su impacto desfavorable sobre la inflación en el corto plazo, los ajustes que implican sobre algunas actividades y empresas, y el sacrificio que representa para los consumidores. No obstante, esos costos se han de compensar con los beneficios derivados de su contribución al saneamiento de las finanzas públicas, al abatimiento del proceso inflacionario en el mediano plazo y a mejorar la asignación global de los recursos.

En coordinación con la política de subsidios, los precios y tarifas se aplicarán con criterios de equidad, aumentando relativamente más los de aquellos productos que adquieren los grupos de mayores ingresos y menos los básicos de consumo generalizado. Además, se intensificarán las medidas de racionalización financiera y operativa de la empresa pública, de manera que se evite repercutir, a los consumidores, ineficiencias de operación en su conjunto.

Las políticas financieras tienen un papel de primerísima importancia en la segunda etapa de la reordenación económica y en el financiamiento de los programas de mediano plazo. Se enmarcan en el difícil equilibrio entre mantener la lucha contra la inflación y recuperar la capacidad de crecimiento de la economía. Este es el reto esencial para 1984.

En tal sentido, esas políticas se enfocan, fundamentalmente, a reducir la dependencia del ahorro externo, acelerar la generación de ahorro interno y la formación de capital, así como el saneamiento de la empresa pública . Es imperativo, entonces, estimular en mayor medida la captación del ahorro interno, canalizar eficientemente los recursos hacia las actividades social y nacionalmente necesarias, hacer un uso racional de las divisas, vigilar los niveles de liquidez monetaria y reorientar nuestras relaciones financieras con el exterior.

Hay que reconocer que la finanzas públicas condicionan, en buena medida, el comportamiento de las políticas financieras. En ejercicios anteriores, el elevado déficit público obligó a dirigir, casi exclusivamente, los instrumentos financieros a la obtención de recursos para cubrirlo. Los avances logrados en 1983 y las metas para el año próximo posibilitan reorientar las estrategias crediticia, monetaria y de deuda pública, hacia otros objetivos más vinculados con la recuperación económica.

Además, en la medida que se eviten fluctuaciones erráticas en el ritmo de crecimiento económico, se abata la inflación y se consolide la certidumbre cambiaran, será posible incrementar el ahorro. El énfasis puesto sobre estos factores en este año, permitió detener y luego revertir, a partir de junio, el proceso de desintermediación financiera.

Ello facilitará ofrecer rendimientos positivos en las tazas de interés que estimulen el ahorro, sobre todo a plazos largos, con el objeto de

fomentar su permanencia y reducir la liquidez de la captación. En la medida en que decline la inflación se podrá reducir la tasa de interés y, con ello, estimular el crédito y la inversión.

Un elemento esencial para la recuperación de la economía será establecer un equilibrio adecuado entre las tasas de interés pasivas y activas, que posibilite aumentar la captación y canalizar eficientemente los recursos disponibles hacia los sectores productivos. Será prioritario dirigir la mayor parte de los créditos, de manera oportuna y a un menor costo, a defender y consolidar el aparato productivo, así como atender las necesidades básicas de la población.

Se mantendrá una política cambiaria realista y vigilante de la evolución de las relaciones económicas con el exterior. Con ello será posible proteger la planta productiva, incentivar las exportaciones, asegurar las importaciones necesarias, cumplir con las obligaciones financieras foráneas, así como reconstruir las reservas de divisas para evitar fluctuaciones erráticas del tipo de cambio.

Para que la política de financiamiento del desarrollo logre sus objetivos, requiere la acción decidida, coordinada, profesional y rentable, de las instituciones que integran el sistema. En este marco, se continuará con la reestructuración de la banca y el fortalecimiento de los intermediarios financieros no bancarios y los órganos de regulación y control.

El sistema bancario, a través de las directrices que definirá el programa Nacional de Financiamiento del desarrollo, seguirá coadyuvando a la superación de la crisis y, sobre todo a establecer las condiciones financieras necesarias para el crecimiento sostenido. Contará con un marco legal adaptado a su nueva estructura y funciones, para lo cual el Ejecutivo Federal someterá a la consideración de esta honorable cámara, un proyecto de Ley Bancaria, en 1984.

Se han dado pasos importantes y se proseguirá con la reestructuración de la banca múltiple, de acuerdo con la estrategia de mediano plazo. En el año próximo, los esfuerzos se encaminarán a asegurar su eficiente funcionamiento y adecuada rentabilidad, al tiempo que se reorientarán sus objetivos en función más estrecha de la prioridades nacionales.

Los bancos y fondos de fomento continuarán siendo la principal vía de apoyo a los sectores, actividades y regiones prioritarios, así como los proyectos de inversión de alta rentabilidad social y aquellos que requieren largos periodos de maduración. Se realizarán revisiones selectivas de los subsidios implícitos en las operaciones crediticias preferenciales, para lograr una asignación más eficiente de los recursos financieros. Asimismo, se persistirá en reorganizar estas instituciones, a fin de alcanzar una mejor coordinación y evitar duplicidades e incongruencias en su funcionamiento.

La política de deuda pública considera la necesidad de depender más del ahorro interno que del externo. Es decir, incrementar la participación del primero y enfatizar el carácter complementario del segundo.

La reestructuración de la deuda externa permitió recuperar el prestigio crediticio del país, mejorando considerablemente su capacidad de negociación en los mercados de capital internacionales, esto asegura que los recursos netos que se autoricen para 1984, podrán gozar de términos y condiciones más favorables que los obtenidos hace 15 meses.

Es menester insistir que la reestructuración evitó la interrupción de las importaciones indispensables y, por consiguiente, la parálisis de la planta productiva. Esto es, hizo posible seguir funcionando con cierta normalidad, a pesar de la intensidad de la crisis.

La reprogramación de la deuda externa, proceso todavía no cumplido en sus aspectos estructurales, facilita cubrir las necesidades de divisas, conformar un perfil de la misma más acorde a la capacidad de pago del país, reactivar la economía y solventar, parcialmente, el déficit del sector público.

Por su parte, la política endeudamiento interno observará lineamientos estrictos en cuanto a sus fuentes de financiamiento, a fin de combatir la inflación y utilizar racionalmente el ahorro financiero disponible.

Finalmente, para reforzar todas las medidas encaminadas a la recuperación económica y hacer frente a contingencias especiales, se propuso la creación de una reserva presupuestal, hasta de 277 mil millones de pesos, cuyo objeto es financiar programas de empleo y apoyar la inversión. Desde luego, su financiamiento se realizaría con recursos no inflacionarios y se asignaría de acuerdo al comportamiento de la economía en el primer trimestre del año próximo.

Señoras y señores: Hemos reseñado, ante esta Soberanía algunos aspectos de la evolución económica de este año y las principales orientaciones para 1984. Lo hemos hecho sin apelar la demagogia ni al triunfalismo, siguiendo el sobrio estilo de realismo y veracidad que el Jefe del Ejecutivo Federal, Miguel de la Madrid, ha impuesto a su gestión.

El balance de su primer año de Programa Inmediato a Reordenación Económica muestra logros importantes y rezagos en algunas materias. Sin embargo, ratifica le certeza de que estamos en el rumbo correcto. La desconfianza y la incertidumbre van quedando atrás. La tarea es todavía ardua, pero estamos ciertos que ahora podemos encarar la segunda etapa, con la convicción de que el esfuerzo no ha sido vano; con la firmeza de sostenerlo hasta que el saneamiento de la economía sea definitivo.

La recuperación esta cerca, pero ningún exitismo prematuro debe comprometer la vialidad de desarrollo y los objetivos nacionales de mediano y largo plazos.

El país ha consolidado su prestigio internacional y reordenado algunas magnitudes económicas internas. Ello ha tenido un costo social indudable, que los pueblos pagan cuando se identifican con las instituciones que rigen

su destino. Ahora lo importante será recuperar primero, y ampliar después, las posibilidades de mejorar el nivel de vida de los mexicanos.

No volveremos a edificar sobre bases falsas o endebles. Ni la impaciencia ni la improvisación nos harán declinar en el esfuerzo. Hoy el ajuste no es paliativo para ganar tiempo, sino que se inserta como precondición del cambio estructural.

Si pudimos recorrer en paz, en la unidad nacional, este tramo riesgoso del camino, bien podemos continuar la marcha con la convicción de que tenemos rumbo, que hay un firme y claro liderazgo, que los resultados obtenidos refuerzan la esperanza de una sólida recuperación.

1984 será un año de transición, un puente tendido hacia el punto donde el país podrá retomar el cauce del desarrollo. Tenemos todo para lograrlo: recursos naturales, institucionales, experiencia histórica, pero, sobre todo, un pueblo noble y tenaz, consustanciado con un proyecto nacional.

La crisis en ocasión para decidir. Hoy, igual que ayer, saldremos fortalecidos, con la unidad nacional vigorizada, sentando las bases de una nueva fase de nuestro desarrollo, que apuntará hacia el horizonte de largo plazo, inaugurando una etapa prolongada de estabilidad y progreso para la nación.

Muchas gracias Señor Presidente." (Aplausos.)

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

El C. Presidente: - Señor licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público: varios CC. diputados han manifestado se deseo de hacer algunas preguntas en relación con las iniciativas de leyes de Ingresos para el Ejercicio Fiscal de 1984.

Han sido inscritos para este efecto, en el orden siguiente, los CC. diputados Carlota Vargas Garza, PRI; Octavio Aguilar Camargo, PAN; Antonio Gershenson, PSUM; Enrique León Martínez, PRI; Ofelia Ramírez Sánchez, PDM; Ricardo Antonio Govela Autrey, PST; Sergio Quiroz Miranda, PPS; Sergio Lara Espinoza, PRI; Héctor Ramírez Cuéllar, PPS; Cándido Díaz Cerecedo, PST; David Orozco Romo, PDM; Héctor Manuel Perfecto Rodríguez, PRI; Rolando Cordera Campos, PSUM; Astolfo Vicencio Tovar, PAN; y Salvador Valencia Carmona, PRI.

Tiene la palabra la C. diputada Carlota Vargas Garza.

La C. Cardona Vargas Garza: - Señor secretario de Hacienda y Crédito Público: Hemos leído con gran interés el documento que recientemente envía el señor Presidente de la República a esta Cámara de Diputados, denominado "Criterios federales de política económica para la iniciativa de ley de Ingresos y el proyecto de presupuesto de egresos de la Federación para 1984", en el cual define las grandes líneas que orientarán la actividad del Gobierno de la República durante el próximo año.

La diputación priísta de esta legislatura encuentra, en este documento, una firme respuesta a los planeamientos de las grandes mayorías nacionales que han demandado superar la crisis e impulsar las transformaciones sociales en nuestro país. Por ello, nos solidarizamos y apoyamos la política económica que el régimen de Miguel de la Madrid se propone desarrollar durante 1984.

Reafirmamos lo expuesto recientemente por la dirigencia nacional de nuestro partido. El PRI tiene clara conciencia de que la actual crisis económica es la más severa que el pueblo ha sufrido; los mexicanos hemos puesto todo nuestro empeño para superarla; los grupos sociales más desprotegidos han llegado incluso al sacrificio de este proceso de superación económica.

El año de 1983 ha sido muy difícil, sin embargo, reconocemos que han obtenido logros importantes y creemos que las causas más agudas de la crisis están bajo control.

Los compromisos asumidos durante la campaña electoral y el programa económico comunicado a la Nación para 1983, se han cumplido efectivamente dentro del esfuerzo de congruencia que han caracterizado al régimen del Presidente De la Madrid. Lo que se anunció que se iba a hacer se ha hecho hasta donde ha sido materialmente posible.

Sabemos que 1984 seguirá siendo un año difícil para el pueblo, pero tenemos confianza de que con la disciplina y trabajo, la reordenación económica deberá empezar a rendir frutos más visibles, y que habrá una reactivación, aunque modesta de la economía nacional.

Los priístas seguimos demandando que el Gobierno no ceda en la lucha contra la inflación, que se mejore el ingreso de los campesinos con la justa retribución a sus productos, que el nivel de vida de las mayorías de México se mejore por la vía de protección a los salarios y programas de desarrollo social, que no se incrementen los impuestos que gravan el consumo de los grupos populares, que los precios de los productos básicos no se incrementen sobre los salarios y que las tasas de interés se reduzcan para apoyar los programas de vivienda de agro mexicano, la producción y el empleo.

En el documento presidencial de criterios generales se ubica le lucha contra la inflación como la prioridad principal y se reafirma que el propósito de defender el empleo y la planta productiva. Apoyamos esto, y apoyamos también la decisión de hacer más equitativa la carga fiscal, sin aumentar los tributos y avanzando en la desgravación del impuesto sobre la renta de los asalariados y, también, el que se pretenda lograr que el mayor peso de los aumentos en los precios y tarifas del sector público recaigan sobre los grupos de mayores ingresos, aunque, señor secretario, en este renglón no dejan de acosarnos serias preocupaciones.

Al reafirmar nuestra solidaridad con el Gobierno de la República, los diputados priístas de esta Cámara manifiestan, por mi conducto

su decisión de permanecer vigilantes de las causas populares que enarbolamos para el cabal cumplimiento de los objetivos propuestos por el régimen revolucionario de Miguel de la Madrid.

Nuevo partido, el revolucionario institucional, está y seguirá comprendido a la movilización de su amplia base militar integrada por campesinos, obreros y clases populares para apoyar la política económica prevista, la que nosotros entendemos no solo encaminada a superar la crisis, sino también a propiciar los cambios de estructura que impedirán a nuestro país el volver a la situación anterior.

Los diputados priístas convocamos a la perseverancia, realismo y solidaridad de todos los mexicanos, sin distingo de afiliación y de ideología política para hacer posible que se cumplan las metas trazadas por nuestro Presidente.

Señor secretario Silva Herzog, deseo ahora hacer algunos planteamiento concretos en torno a dos temas; respecto a los cuales espero sus comentarios: El primero de los temas que deseo tratar se refiere a aspectos tributarios, el segundo, a la banca nacionalizada.

En el documento de criterios generales a que ya me he referido, se menciona que para 1984 no se contemplan incrementos de impuestos, pero, señor secretario, dada la situación económica tan crítica para muchos mexicanos, ¿no será posible y recomendable trabajar algunos? La carestía de la vida - como usted lo dijo - constituye el principal problema de la mayoría de los habitantes de nuestro país. ¿No sería posible desgravar algunos renglones que impactan fuertemente en la economía popular como lo sería por ejemplo el IVA sobre los alimentos, las medicinas y los útiles escolares?

En esta misma materia del IVA los priístas consideramos que, por el momento, el Impuesto al Valor Agregado no debe quedar incorporado en el precio de las mercancías, pues los contribuyentes mexicanos tenemos así ocasión de medir nuestro sacrificio a través de un régimen transparente de lo que pagamos de impuestos y de lo que pagamos. ¿Qué opina usted al respecto?

En lo referente a la banca, hemos leído el documento del Ejecutivo Federal intitulado "Informe sobre el establecimiento, disolución y operación de las sociedades nacionales de crédito correspondiente a 1983", que da cuenta al Congreso de la Unión de la conducción de la banca nacionalizada, del proceso de indemnización a los exdueños de la banca, de las funciones registradas en el sistema bancario, de la captación de recursos y de la canalización de créditos.

Señor secretario, existe una fuerte corriente de opinión que se sustenta en la inquietud de que el monto de la indemnización por pagar a los exbanqueros es muy alto. Desearíamos conocer su punto de vista a este respecto.

Por otra parte, ¿no cree usted que ha habido un retraso considerable en la definición de lo que va a hacer con las empresas no bancarias, que en poder de los bancos nacionalizados. Le preguntamos ahora: ¿cuál va a ser el destino de estas empresas y cuando se tomará la definición al respecto?

Otra cosa, la banca nacionalizada espera tener utilidades de 15 millones de pesos durante 1983. ¿No cree usted que sería preferible trabajar con menos utilidades, pero poniendo más énfasis en los aspectos de fomento y desarrollo que debe tener nuestra banca y así poder dar un apoyo más vigoroso a la inversión de alta rentabilidad social?

Deseamos saber también, señor secretario, ¿cuál será el estatuto laboral de los trabajadores bancarios? Y, finalmente, apreciaríamos mucho el que usted nos aclarara si con el papel comercial que manejen las casas de bolsa, no se esta fomentando el mercado paralelo del servicio de crédito en detrimento del servicio público que presta la banca nacionalizada?

Agradezco de antemano, señor secretario, sus respuestas a mis planteamientos.

El C. Secretario de Hacienda: - Muchas gracias por su pregunta, diputada Carlota Vargas. Y voy a tratar de hacer algunas comentarios divididos en dos partes: la primera, refiriéndose a algunos de los comentarios que usted hizo de manera introductoria a su pregunta. Los segundos, tratando de dar respuesta concreta y específica a las cuestiones de carácter tributario y ligadas a problemas de la operación e indemnización bancaria. Frente a los primeros, creo que es bien importante el subrayado con el que usted inicia su intervención, de destacar la importancia del documento que el Ejecutivo Federal sometió a consideración de esta Soberanía como parte introductoria de los proyectos de ley de Ingresos y de presupuesto de la Federación para 1984. Se trata, en esencia, de una innovación que repite la innovación del año de 1983, y que pretende transmitir a esta Soberanía, a esta representación popular y a la opinión pública en general, los criterios básicos con los que el Ejecutivo Federal esta evaluando y analizando lo que ha sucedido en el pasado reciente, y cuáles son sus directivas fundamentales para el año por venir.

Quisiera compartir con usted y subrayar que se trata de un documento que trata de responder al ofrecimiento que ha hecho en reiteradas ocasiones el señor Presidente de la República, de alentar en la mayor medida de lo posible la mayor información, la mayor comunicación, transparencia de los actos de gobierno a toda la ciudadanía.

Creo que es indiscutible y tenemos bases muy objetivas que nos pueden atestiguar esta afirmación, que durante este año de 1983 el número de informes, de datos, de reuniones, de asambleas para intercambiar puntos de vista con muy diversos sectores de la sociedad mexicana, y no tiene procedente, y creo que también es indiscutible que el día de hoy el ciudadano medio de nuestro país discute, conoce, opina sobre cuestiones económicas muy diversas, que hasta hace apenas unos cuantos años eran discusiones limitadas a los especialistas, y a veces ni siquiera entre ellos.

De ahí que coincido y comparto mucho con usted la idea de resaltar la trascendencia a importancia de este documento, sobre los criterios generales de política económica para el año de '84.

Un segundo elemento que quisiera subrayar porque me ha tocado en ocasiones reiterarlo, es que uno de los signos fundamentales del gobierno del Presidente De la Madrid ha sido la congruencia en la conducción de los asuntos de la nación - y usted lo dijo muy bien - : lo que se dijo que se iba a hacer se ha hecho. Se señaló desde el primero de diciembre anterior, los problemas por los que atravesamos y los instrumentos de que disponíamos para tratar de enfrentarlos. Ha habido congruencia estrecha entre lo que se dijo que se iba a hacer y lo que se ha hecho.

Paso a los aspectos concretos que usted trató. Recuerdo que en la vez anterior en la que tuve el honor de comparecer ante esta Soberanía, hubo diversas cuestiones en materia tributaria. Varios de los señores legisladores reiteraron, en distintas ocasiones, y expresaron su reacción, no entusiasta, a algunas de las propuestas que el Ejecutivo hacía en aquel tiempo para elevar alguno de los impuestos, concretamente el Impuesto al Valor Agregado.

Ahora, se plantea en esta primera pregunta, una nueva actitud, que ya no es el porqué se aumentan los impuestos, sino por qué no se bajan los impuestos. Creo que en aquella ocasión comentamos, así de manera muy abierta y franca, pues que a casi nadie, casi me atrevería a decir nadie, le gusta pagar impuestos. Y que a todos o casi todos, con algunas excepciones, en la subsecretaría de Ingresos verían con sumo agrado el que se bajaran los impuestos.

En esta ocasión y dadas las condiciones particulares por las que el país atraviesa, estuvimos considerando esta alternativa con toda atingencia, con toda profundidad. Reducir el Impuesto al Valor Agregado del 15 al equis, incorporar otros artículos al trato preferencial que tiene el Impuesto al Valor Agregado en algunos productos o en algunos servicios, sin embargo, frente a esta decisión, que sin duda tendría el aplauso de un grupo importante de la colectividad y que sería bien visto por muchos núcleos de nuestra población, se enfrenta el terrible dilema de que el Gobierno requiere recursos adicionales para financiar su gasto público.

El año pasado nos permitimos respaldar las propuestas tributarias, que hubiéramos preferido no hacerlas, las respaldamos con un enfoque eminentemente recaudatario y reiteramos en distintas ocasiones y en distintos frentes que esos cambios tenían por propósito básico al allegarse recursos adicionales, indispensables para poder atender las necesidades básicas de la población mexicana y cumplir con los compromisos que el Estado tiene como Estado.

El año próximo tendremos un año difícil en materia de finanzas públicas. No tendremos el acceso, como lo tuvimos el pasado, a aumentar tasas tributarias; no podríamos, ni sería lógico, ni sensato, ni conveniente - incluso contraproducente - aumentar las tasas del impuesto sobre la renta o aumentar las tasas del Impuesto al Valor Agregado. No podemos tomar una política tan activa como la que hemos tenido este año en materia de precios y tarifas. No es posible pensar - y así se señalo en su propio documento de criterios generales y en las palabras iniciales que yo me he permitido pronunciar - , no es posible que los cambios en materia de precios, de precios y tarifas, tuvieran las mismas proporciones que las han tenido el año pasado, que han tenido este año. Los cambios, el ajuste que continuará deberá ser menos drástico, más suave y más gradual.

Esto plantea, pues, en los dos grandes instrumentos de ingresos del Sector Público, los impuestos que no se van a mover; los precios y tarifas que se van a mover menos de este año, una dificultad adicional para el manejo de estas finanzas públicas, el año de 1984 y, sin embargo, habrán visto en la iniciativa de Ley de Ingresos, en el proyecto de Presupuesto de egresos para 1984, estamos planteando reducir el déficit del Sector Público de una proporción de alrededor del 8.5% o algo menos en este año, el 5.5% el año próximo, es decir, el proceso de saneamiento de las finanzas públicas debe continuar, porque de no hacerlo los problemas a los que nos hemos enfrentado, y de hecho nos estamos enfrentando, probablemente se verían agudizados en ausencia de este tipo de medida y correcciones fundamentales.

En materia del Impuesto al Valor Agregado, con mucha frecuencia escuchamos el porqué no se exenta, tal grupo de mercancías, de tal impuesto. Tenemos el problema, por una parte, de que el sistema del Impuesto al Valor Agregado es un sistema integral que a medida que se le van haciendo excepciones - hoyos, en una jerga más clara - , es más difícil sostenerlo como sistema integral recaudatorio. Y no cabe duda que el Impuesto al Valor Agregado es uno de los Impuestos que mejores efectos recaudatorios tiene para un país como el nuestro.

El 75% de los bienes que forman parte de la canasta básica de consumo popular, están exentos o con tasa cero en el Impuesto al Valor Agregado. El año pasado propusimos a esta Legislatura y fue aprobado, reducir la tasa para las medicinas de la general del 10, que luego pasó al 15, a una tasa del 6%, que es la que en este momento existe.

Nos complaceria mucho, desde el punto de vista de una solución popular - popular que al poco tiempo dejaría de serlo - , a hacer propuestas de reducción en estos impuestos; sin embargo, por razones de tipo recaudatorio, por necesidades vitales que tiene el propio Gobierno de la República, no es posible hacerlo. Hemos propuesto aquellos ajustes, tratos diferenciales que más corresponden con la atención a necesidades básicas, la extensión al 75% de la canasta básica, la reducción en el impuesto

correspondientes a las medicinas y la exención a tasa cero para diversos productos o servicios, como la compra de libros, la educación, el transporte urbano, etcétera.

Incorporación del Impuesto al Valor Agregado en el precio. Es un tema debatido, controvertido en México y en muchos otros lugares del mundo; hay quien afirma que en la mayor parte del mundo el impuesto está incorporado en el precio, pero hay quien también afirma que la mayoría de los países que tienen el Impuesto al Valor Agregado, el impuesto se cobra por separado del precio la verdad es que ambos tienen la razón y existen en un buen número de países que incorporan el impuesto a los precios y otros en donde no sucede así.

Hay razones técnicas de carácter tributario que aconsejan la incorporación del Impuesto al Valor Agregado en el precio de las mercancías. Sin embargo por el efecto óptico, y no solamente óptico, que podría tener la incorporación en el precio en este momento, optamos por mantener el tratamiento actual y no proponer a esta Legislatura ninguna modificación en ese sentido.

Incorporar el impuesto al precio de las mercancías hubiera provocado así, de manera muy atenta visible, un aumento formal en los precios; en un momento, en el que - repito y lo hemos venido diciendo - , el problema prioritario es tratar de abatir y de reducir las presiones inflacionarias.

Paso a algunas consideraciones en materia bancaria: se ha comentado en distintos medios de difusión que el pago que el Gobierno de la República está realizando por concepto de indemnización bancaria es excesivo. y se dice que a las primeras 16 instituciones que han sido ya indemnizadas, el importe total es de poco más de 70 mil millones de pesos, que representan a su vez un incremento sobre lo que estos valores tenían en el momento de la indemnización. Y el argumento es correcto. Lo que se está pagando, cuyo pago se ha iniciado, en una suma superior al capital contable y reservas que los bancos indemnizados tenían al 31 de agosto de 1982.

El pago que se está haciendo, por acción, es un pago superior a ese que había en libros y al que se estaba cotizando en la Bolsa de Valores en esos momentos. Sin embargo, quisiera reiterarle algunas de las consideraciones que las autoridades financieras del país hicieron en el momento del inicio del pago de indemnización. En un comunicado en varias páginas que trataba de expresar del modo más sencillo y claro posible. El procedimiento que había seguido el Gobierno para determinar el pago de la indemnización . voy a reiterar algunos de esos conceptos:

En primer lugar, la Constitución General de la República, la Ley de Expropiación, el Decreto de Expropiación, de nacionalización de las entidades bancarias, del 1o. de septiembre pasado establecen, de modo claro, que la indemnización debe ser justa y equitativa; no debe tener carácter confiscatorio porque no sería expropiación, sino sería precisamente confiscación.

La forma en como procedimos, en términos gruesos, es la siguiente: se hizo una evaluación de todos los activos y pasivos de cada una de las instituciones bancarias del país al 31 de agosto de 1982; se hizo ajustes a los balances de acuerdo con reglas generales que la Comisión Nacional Bancaria y de Seguros ha venido utilizando durante varias décadas, en las que ha sido el organismo de supervisión y control de las instituciones financieras del país.

Esta primera evaluación fue turnada, una vez más, a los directivos actuales de la banca para que, con el conocimiento mucho más estrecho y cercano que les daba la dirección de una institución, pudiera sugerir o apuntar modificaciones a los valores en el activo y en el pasivo.

Estas observaciones fueron turnada, a su vez, a la propia Comisión Nacional Bancaria y de Seguros, quien las contrastó con las prácticas usualmente utilizadas en nuestro régimen de derecho. Por otra parte, se estableció, por acuerdo presidencial, una comisión de evaluación de las acciones de las Instituciones Bancarias, formada de modo intersecretarial y con participación de quienes tienen mayor cercanía, conocimiento y experiencia en estas cuestiones. Posteriormente, estas evaluaciones, de este comité técnico de evaluación fueron sometidas a consideración general de una comisión intersecretarial establecida con ese propósito y formada por titulares de varias dependencias del Ejecutivo Federal. Se determinaron los valores correspondientes y se reconoció una tasa de interés de mercado.

Aquí, están probablemente algunos de los comentarios que más reiteradamente se han hecho, de que la taza de interés no es la del 6%, o la del 9%, o la del 10% que se ha usado en otras ocasiones, en las que el Gobierno de la República, por causa de interés público, ha decidido expropiar algunos activos. La taza de interés que se pagó en los años '30 era entre el 5 y el 9%, pero esa era la taza de interés de mercado, esa era la que prevalecía en los mercados de dinero y capitales casi inexistentes que teníamos en nuestro País. ¿Qué hubiera sucedido si nosotros pagamos el precio justo, pero de acuerdo con el plazo que hemos fijado para la indemnización de diez años no se hubiera asignado una tasa de interés razonable? Sencillamente el bono de indemnización bancaria, que se le hubiera dado a un tenedor de bonos, los grandes ex banqueros, los pequeños accionistas de los bancos - que había muchos - , si le hubiéramos dado ese bono de indemnización bancaria por 100 con una tasa en este momento del 10%, en el momento en el que él hubiera querido comprar o vender otras, porque es un activo financiero que debe tener mercado, que debe tener posibilidad de ser comprado y venido, dadas las tasas de interés de mercado actuales, no le hubieran pagado 100 por ese bono, sino probablemente que le hubieran pagado 40, o le hubieran

pagado 50, dependiendo de la tasa de interés correspondiente. Y eso hubiera significado que estábamos confiscando por la mitad, de los valores expropiados, sentimos que lo que debería dominar en la decisión era el hacer en pago justo y equitativo, no confiscatorio y eso es lo que precisamente se ha hecho. Hemos indemnizado actualmente a 16 Instituciones - lo repito - , con un importe total de indemnización por 73 mil millones de pesos, que con el pago de intereses del 1o. de septiembre de 1982 a la fecha nos dan un total de alrededor de 115 mil millones de pesos por concepto de indemnización bancaria. Estas 16 instituciones, estos 73 mil millones de pesos representan casi el 80% del capital contable de todas las instituciones bancarias que fueron expropiadas.

La próxima semana anunciaremos la indemnización de cinco a seis instituciones adicionales con un importe de alrededor de poco más de 2 mil millones de pesos. Y pensamos - pensamos - salvo casos verdaderamente excepcionales, que para el fin de año el proceso de indemnización bancaria va a quedar prácticamente concluido. Empresas en poder de los bancos y que no son indispensables para el ejercicio de la función de la banca y el crédito, desde el primer momento de la expropiación, de la nacionalización de la banca, se expresó desde las más altas tribunas, que no había intención ninguna por parte del Gobierno de la República para ampliar la cobertura de la expropiación bancaria; que lo que decía el decreto correspondiente, se expropian los activos, el mobiliario de los bancos y los bienes, que juicio de la Secretaría de Hacienda sean indispensables para el ejercicio de la banca y el crédito.

El 4 de septiembre de 1982 se expresó los siguiente; el Gobierno no tiene la intención de quedarse con las empresas propiedad de la banca, en su momento, las acciones se pondrán a la venta en el mercado de valores e incluso podrán ser utilizados como pago de indemnización a los exaccionistas de la banca. Esta es una expresión del ex director del Banco de México, pronunciada el 4 de septiembre de 1982; de ahí que reiteramos en este momento lo que hemos reiterado desde el primer instante: la expropiación tuvo el alcance que señala el Decreto Expropiatorio. No hay en este momento, ni habrá, la intención por parte del Gobierno, de mantener empresas que eran de propiedad de los bancos, pero que no son activos indispensables para el ejercicio de la banca y el crédito.

Los bancos tienen al rededor de 400 empresas; tienen acciones en alrededor de 400 empresas; en 22% de ellas tienen participación mayoritaria, en el 21%, minoritaria, y en el 57% de ellas, más de 200 empresas, tienen una participación verdaderamente marginal.

En los próximos días anunciaremos los procedimientos, la mecánica, los instructivos para llevar a cabo la enajenación de estas empresas en donde los bancos tenían acciones. Será, por otro lado, además de corresponder al espíritu mismo del Decreto Expropiatorio, será por otro lado una manera de disminuir la carga que en este momento significa, en cierto sentido, el pago de la indemnización bancaria.

Se anunció en el informe sobre la banca sometido por el Ejecutivo Federal de la semana pasada a esta soberanía, que los bancos, en este año de 1983, tendrán una cifra estimada de alrededor de 15 mil millones de pesos de utilidades. La cifra suena muy impresionante e inmediatamente nos hace pensar en por qué no se baja la tasa de interés de los bancos, se tienen tantas utilidades por qué no mejor bajan el costo de su mercancía, bajan la tasa de interés de su crédito.

El primer comentario, 15 mil millones de pesos representan alrededor del 18% sobre el capital y reserva de los bancos, 18% sobre el capital de los bancos. Es claro que estamos en una época de crisis en donde muchas empresas no han tenido utilidades, pero 18% de rendimiento sobre el capital en estos momentos, no es un rendimiento excesivo. No es excesivo tampoco si se consideran los problemas que tuvo en el año de '83 en donde buen número de los bancos tuvieron problemas para el cierre de sus balances, y no es excesivo, sobre todo, si se considera que toda institución bancaria debe crecer en sus recursos patrimoniales, en su capital, para poder servir mejor a su clientela.

Un banco que recibe cada vez más depósitos, más recursos del público, que concede más créditos, tiene que tener un soporte patrimonial mayor. Por eso, en las disposiciones financieras tenemos reglas específicas de capitalización de los bancos y se le señala a las instituciones de crédito, que conforme aumentan sus pasivos, o sea, los recursos que captan del público, deben aumentar su capital. De otra suerte estaríamos estableciendo entidades que se basan en la confianza que el público tiene para depositar ahí sus ahorros, estaríamos debilitando su estructura fundamental de capital y de patrimonio.

Me permito apuntar que estos 15 mil millones de pesos de utilidades para el año de '83, así, en general, no van a ser suficientes para cumplir con todos los requerimientos de capital establecidos en la actualidad. Y habrá que buscar algunos otros mecanismos para tener esa capitalización, ante la cual las utilidades generadas no han sido suficientes.

Dos palabras en relación con el régimen laboral de los trabajadores bancarios y con la posible competencia de las casas de bolsa a través del papel comercial: los trabajadores bancarios del país en un número de alrededor de 170 mil personas, han disfrutado a lo largo de muchos años de condiciones especiales de trabajo. La nacionalización de la banca los ha incorporado, o estamos en proceso de ello, y pronto someteremos a la consideración de esta soberanía un proyecto de iniciativa en este sentido, en el artículo 123, en el apartado B, y se está proponiendo - y ese es el sentido de iniciativa - reconocer de modo claro, total y enfático las condiciones, las prestaciones y los distintos regímenes de trabajo

que tenían los trabajadores bancarios con las instituciones antes privadas de crédito. De tal suerte, que dentro del apartado B del 123 se abra una fracción especial que permita reconocer, reconocer, precisamente, esas condiciones particulares que los trabajadores bancarios han tenido a lo largo de los años.

No sería de ninguna manera justo ni posible pensar en disminuir, en reducir, esas prestaciones y condiciones de los trabajadores bancarios. De ahí, que aprovecho la ocasión para reiterar de un modo muy enfático, que estas condiciones generales de trabajo por parte de los trabajadores bancarios serán reconocidas en la iniciativa que en los próximos días enviará el Ejecutivo Federal a la consideración de ustedes.

Las casas de Bolsa han crecido de modo significativo en los últimos meses. La colocación de papel comercial y otros instrumentos ha sido importante, como importante ha sido el uso que las propias casas de Bolsa nos han permitido para captar ahorros del público.

No se siente de ninguna manera que sea una competencia desleal o inconveniente, sino que por el contrario en los años próximos debemos pensar en un crecimiento más equilibrado y armónico de todo el sistema financiero; el cual durante años pasados, durante décadas pasadas, estuvo altamente concentrado, altamente polarizado, precisamente en las instituciones de crédito.

De ahí que vemos con gusto el crecimiento que están teniendo otros intermediarios financieros, claro, con la educada vigilancia y supervisión que los órganos competentes deben tener sobre el particular. Gracias diputada Vargas.

La C. Presidenta: - Tiene la palabra el C. diputado Octavio Aguilar Camargo.

El C. Octavio Aguilar Camargo: - Señor Secretario; en un momento de crisis, como la que vivimos ahora, lo más grave que le puede suceder a un Estado en que sus dos elementos integrantes, pueblo y gobierno, se pierden recíprocamente la confianza, y tal cosa pensamos, en Acción Nacional, está sucediendo en México, Usted mismo acaba de reconocer que va quedando atrás, pero todavía existe. El pueblo no la tiene, el Gobierno y esté, al no respetar las elecciones al participar como juez y parte de los procesos electorales, ha aumentado esta desconfianza, como sucedió hace poco en Baja California, Oaxaca y en Sinaloa, entre otras entidades, en que la democracia, que tanto se pregona, queda sólo como producto de exportación y cada día, por cierto, con menos mercado.

Por su parte el Gobierno demuestra su desconfianza en el pueblo, preparando reformas fiscales que son francamente persecutorias y que van en contra de los derechos humanos. Tal es el caso de la reiteración en las leyes fiscales de figuras jurídicas como la de responsabilizar solidariamente a los administradores de las obligaciones fiscales de empresas en que prestan sus servicios. La exigencia de que todos los establecimientos, aun los más pequeños, cuenten con máquinas registradoras de memoria permanente. y lo más grave y atentatorio de todo, que se intente, nuevamente, como ya se hizo, las reformas a las leyes de la procuradurías autorizar violaciones al domicilio particular.

Todo esto es un indicio de que el Estado se convierte en totalitario y policiaco, que hace a unos mexicanos inspectores fiscales de los otros, y que cambia la autoridad moral que debe tener por un sistema inquisitorial y violatorio de los artículos 14 y 16 constitucionales. Ante esta realidad, quisiéramos saber, señor secretario, primero, ¿cómo se puede compaginar la necesidad actual y la unidad ante la crisis en que todos estamos de acuerdo, con una política fiscal basada en la desconfianza y sustentada en la amenaza y la sanción? segundo, ¿ no le parece a usted, señor secretario, que en lugar de medidas coercitivas para aumentar la recaudación fiscal sería más patriótico y positivo crear confianza entre los contribuyentes con una sana administración, con estricta honradez en el gasto y persiguiendo, no al pueblo, sino a esos altos funcionarios que se enriquecieron a costa de la quiebra nacional? Eso es todo.

El C. secretario de Hacienda y Crédito Público: - Gracias diputado Aguilar Camargo. No cabe la menor duda que confianza y credibilidad son elementos fundamentales en todo esfuerzo de crecimiento, en todo esfuerzo de desarrollo y, más aún, en todo esfuerzo por tratar de salir de una crisis en la que todos han coincidido que se trata de la más severa y difícil por la que hemos atravesado los mexicanos en los últimos años. De ahí que el esfuerzo del Gobierno de la República ha estado dirigido, durante estos meses, precisamente a recuperar o a fortalecer esa actitud fundamental de la sociedad que lo representa, la confianza en su presente y en su futuro.

Me parece que uno de los mejores signos de esa confianza y de esa credibilidad está en la forma como hemos conducido este primer año de ajuste económico, un año en el que los ajustes introducidos, desde el punto de vista del ingreso y del gasto, de la conducta ciudadana de los funcionarios públicos, plantea un cambio verdaderamente drástico y brusco en el manejo de muchas de estas variables.

El ingreso tuvo que elevarse por impuestos y por precios y tarifas para evitar que el Gobierno siguiera incurriendo en los problemas financieros que los que cayó en los últimos años. En materia de gasto hubo necesidad de hacer un escrutinio más severo y defendiendo aquellos más ligado con los intereses y con las necesidades prioritarias del país; recortar y disminuir en modo sensible. Lo hemos logrado con medidas severas, drásticas, dolorosas a veces, en un ambiente de tranquilidad, de solidaridad nacional. Me parece que esto, precisamente, constituye, probablemente, el elemento más significativo de credibilidad y de confianza de la ciudadanía en su gobierno, en sus instituciones, en sus posibilidades.

Me voy a permitir discrepar, suave pero totalmente, de los adjetivos utilizados para calificar las medidas tributarias. No hay tal persecución, no hay tales amenazas ni tales sanciones, probablemente, incluso hay algunos errores de apreciación, no estamos exigiendo o, mejor dicho, voy a aclarar algunos de los puntos primeros que usted hizo.

En la Iniciativa de la Ley de Ingresos se establece, se propone que aquellas sociedades que se van a liquidar el fisco puede tener ocasión de llamar a los administradores y de hacerlos responsables por el no pago de impuestos de esa sociedad que se está liquidando, por el tiempo y la medida de la responsabilidad de ese administrador. Esos es muy distinto a señalar que estamos persiguiendo a los administradores y a los gerentes de las empresas; se trata de un caso muy excepcional en el que con frecuencia alguna empresa se disolvía con adeudos importantes de impuestos, con adeudos importantes al fisco, con responsabilidades de fraudes fiscales, y no teníamos en la Secretaría de Hacienda ninguna posibilidad de actuar. O sea, que el calificativo de persecutorio, yo simplemente diría que trate de cumplir con un interés recaudatorio pero, de alguna manera, exigiendo algo que esté por fuera de lo que pudiera resultar absolutamente normal en otras legislaciones, en otras prácticas fiscales.

No hay ninguna propuesta que permita la violación del domicilio de las personas; en ningún momento se nos ha ocurrido, ni ayer, ni hoy, ni mañana. Creo que si algo podemos resaltar también durante este periodo de aguda crisis, es el respeto más más absoluto a todas y cada una de las garantías individuales. A lo mejor leyó usted algún proyecto anterior; no hay intenciones de forzar el establecimiento de máquinas con memoria permanente, aun cuando es una práctica que se utiliza en muy diversos países para tratar de facilitar el cumplimiento fiscal por parte del contribuyente. Creo que, además, en una tesis que su partido ha defendido a lo largo de la historia, el que el contribuyente cumpla con sus obligaciones, razón por la cual no veo la preocupación de, en su caso, establecer mecanismos que permitan y faciliten, precisamente, el cumplimiento de esa obligación fiscal.

Hemos señalado que el año próximo, en que no va a haber aumento en las tasas de impuestos, en que sentimos que nuestro país a llegado a un nivel de tasas elevado, a nivel de personas físicas, a nivel de empresas, el esfuerzo para recaudar mayores ingresos lo debemos concentrar en aspectos de carácter administrativo. No me cabe la menor duda que allí, sin llegar de ninguna manera a actitudes persecutorias o de amenazas o de sanciones, simplemente la búsqueda del cumplimiento fiscal, tenemos un enorme campo que recorrer. A veces me parece que existe una tendencia muy generalizada a buscar, en la mayor medida de lo posible, la evasión de los impuestos o el cumplimiento cabal de las obligaciones tributarias.

Yo quisiera invitarlo a que las próximas reuniones de carácter social que usted tenga, así, entre sus amigos, les pregunte quién ha cumplido cabalmente con las obligaciones fiscales. Yo lo he hecho y me he sorprendido de los resultados. Por esos estamos haciendo un esfuerzo adicional dentro de los marcos legales y sin ningún espíritu persecutorio que, en ultima instancia, sabemos que es contraproducente. Estamos buscando de la mejor forma el invitar a la ciudadanía, a los sectores, a las empresas, a que cumplan de mejor manera su obligación tributaria. Creo que es una contribución importante que se puede hacer al país en este momento. Gracias, diputado.

La C. Presidenta: - Tiene la palabra el C. diputado Antonio Gershenson.

El C. Antonio Gershenson: - Quiero agradecer a la compañera Carlota Guzmán que habló por el PRI anteriormente, el haberme ahorrado algunas preguntas. Tengo bastantes más: se habla de hacer recaer la carga de impuestos y de aumentos de precios y tarifas del Sector Público sobre los estratos de mayores ingresos. No sabemos si se refieren a los que aún comemos tres veces al día, incluso artículos importados como el maíz, porque el hecho es que el salario real ha disminuido drásticamente y el consumo popular está contraído de manera importante.

Tengo algunas preguntas sobre esto en particular, dado que todavía no conocemos las reformas fiscales que se vayan a proponer, lo que comúnmente se conoce como miscelánea fiscal, quisiera ver si nos puede aclarar si algunas versiones que han salido en la prensa diaria sobre la intención de gravar las prestaciones de los contratos colectivos de trabajo, actualmente exentos de impuestos, se ajustan a la realidad o si no existe esta intención. Queremos preguntar también si se seguiría con las exenciones actualmente en vigor en la Ley del Impuesto de importación a las industrias automotriz y de autopartes, con los anuncios de reestructuración de la industria automotriz, podría pensarse que no van a continuar estas extensiones, pero quisiéramos tener una confirmación.

Otra pregunta, si se ha considerado, por elemental consecuencia con los planteamientos de globalización de la base gravable, la acumulación de los intereses bancarios en el resto del ingreso o sea la supresión de la llamada tasa alta. ¿Se ha considerado aumentar la carga fiscal a la parte de la ganancia de los empresarios que no es reinvertida en la producción? Esto en cuanto a impuestos, en cuanto a precios y tarifas del Sector Público, consideramos que es correcto que tengan determinados ritmos de aumento y que no se queden rezagados en relación con la inflación general, pero si se habla de equidad, ¿hay intenciones de llevarla a la práctica, ahora sí, suprimiendo por ejemplo las tarifas de subsidio en el gas y la electricidad a un puñado de grupos empresariales, o se piensa

seguir con aumentos de precios indiscriminados e incluso regresivos?

En cuanto a la renegociación de la deuda externa, se ha señalado que las condiciones en que fue renegociada la deuda exterior de México, son más favorables que las de otros países en cuanto a los intereses y comisiones que ahora se pagan por los créditos totales, sumando los reestructurados con los acumulados. Sin embargo, datos de la CEPAL, señalan que, además de lo anterior, como México era considerado muy buen cliente de la banca internacional en años anteriores, las comisiones de los créditos previos eran bastantes mejores que para otros países latinoamericanos.

Y que en comparación con 1980 - 81, mientras que por ejemplo, para Brasil el aumento del margen sobre la LIBOR fue de 43.2% en su renegociación anterior para México fue del 200%. Y en cuanto a comisiones, para Brasil bajaron un 25.3%, mientras que para México aumentaron en un 50% en relación con las que teníamos en 1980 - 81.

Sobre los datos anteriores, como Brasil no pudo pagar los montos acordados, se dio, como es público, una nueva renegociación en la cual Brasil incluso mejoró al margen sobre la LIBOR , los plazos y las comisiones. ¿por qué si se ve que la banca internacional tuvo que ceder ante la posibilidad de que Brasil dejara de pagar, no se acepta la formación de un frente de países deudores que permitiera mejorar condiciones de negociación y renegociación?

En cuanto a pagos futuros de la deuda, ¿cuantos tendríamos que pagar de mantenerse las condiciones actuales, por vencimiento de capitales y por intereses en 1987 y 1988, cuando se reanudaran los pagos de capital?

Podría ampliar: ¿a qué se refirió exactamente en su intervención inicial, cuando dijo que la reprogramación de la deuda aún no se ha cumplido en sus aspectos estructurales?

En otro aspecto, ¿cómo podemos considerar compatible con la austeridad que se reclama y con el intento de mejorar la balanza de pagos, el plantear que con 1.1% de crecimiento que se espera en el producto interno bruto, haya un 10% de crecimiento en las importaciones, como se señala en los lineamientos generales?

Paso yo, también a hacer algunas preguntas sobre la banca que pienso que pueden completar las ya hechas anteriormente: ¿Cuáles son los nuevos objetivos y políticas, si las hay, de la banca nacionalizada, particularmente en relación con la construcción de vivienda para los sectores más necesitados y en cuanto a la producción de básicos?

En cuanto al financiamiento interno en relación con la banca, sabemos que la capacitación excedente es importante, ¿a qué se ha destinado esta captación excedente si no ha sido absorbida por la demanda de crédito? Si se a destinado a la deuda pública interna, ¿en qué se utilizan esos recursos? En caso de que nos e puedan utilizar productivamente, ¿cómo se pagarán los intereses que generen como deuda?

¿Es exacto que la banca actúa como intermediaria, como estados en estos casos, y que el estado esté pagando por los intereses que se supone que se debe pagar la banca? ¿No sería más barato y conveniente en la actual coyuntura recurrir a la deuda interna en mayor proporción por la vía del encaje legal?

En cuanto al tema ya tocado de las empresas ya propiedades de los bancos, en primer lugar sí quisiera yo aclarar que aunque hubo declaraciones de funcionarios, el Decreto de Nacionalización al que hizo usted referencia sí menciona las acciones de otras empresas y dice: Artículo 1o. "...Por causas de utilidad pública se expropian a favor de la Nación las instalaciones, edificios, mobiliario, equipo, activos, cajas, bóvedas, sucursales, agencias, oficinas, inversiones, acciones, o participaciones que tengan en otras empresas, valores de su propiedad, derechos y todos los demás muebles e inmuebles en cuanto sean necesarios a juicio de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, propiedad de las instituciones de crédito privado a las que se les haya otorgado concesión para la prestación del servicio público de banca y crédito..."

El C. Secretario de Hacienda: - Se saltó un renglón, perdón.

El C. Antonio Gershenson: - ¿Cuál?

El C. Secretario de Hacienda: - El de que a juicio de la Secretaría de Hacienda sirvan para la función de la banca y el crédito.

El C. Antonio Gershenson: - Perdón, la edición debe estas así. (Aplausos).

Yo quisiera preguntar, en relación con esto, dado que ya se expresó usted en relación con las empresas en lo general, si no se ha visto la conveniencia de conservar determinado tiempo de empresas, particularmente importantes desde el punto de vista de su papel en la económica, como serían determinadas empresas mineras o determinadas empresas que controlan la rama alimentaria.

Y aunque ya hace un año hubo una pregunta parecida, lo ahora dicho nos mueve a preguntar en especial si hay intención de privatizar los organismos auxiliares de crédito del sistema bancario como casas de Bolsa y aseguradoras.

En cuanto a la indemnización, aunque ya se hizo una pregunta en lo general, yo agregaría, en lo particular, qué conceptos fueron indemnizados además del valor de bienes muebles e inmuebles, porque estas preguntas se refieren en concreto al informe que mandó a esta Cámara, en relación con este punto de la banca y de la indemnización:

¿Por qué inmuebles no se indemnizaron con base en el valor catastral?

¿Por qué no se hizo un avalúo de los bienes muebles y demás activos del mismo tipo, que los que efectuaba la propia banca?

¿Qué se significa en el documento que nos envió, cuando se dice que, "se ensancharon los

puntos de vista de las anteriores administraciones en relación con la indemnización"?

Otras preguntas en relación con la indemnización y los bonos en particular ahora:

¿Por qué se decidió que los bonos fueran cotizables con lo cual se hace un negocio más de ellos?

¿Por qué se les asignó la tasa de interés más elevada del mercado, pudiéndose, por ejemplo, haber tomado la tasa promedio de capacitación?

Estas son las preguntas que queríamos hacerle, Muchas gracias.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: - Le agradezco mucho sus preguntas y voy a dar respuesta, por lo menos a algún de ellas:

En materia de cuestiones fiscales, no hay intención ninguna en dejar de darle el tratamiento de deducibilidad a las prestaciones contraídas en los contratos colectivos de trabajo; sí hay intención de gravar, como parte del ingreso de las personas, prestaciones que a partir de ahora pueden dar algunas empresas para disfrutar el sueldo de sus altos funcionarios.

Hay algunas prácticas en las que algunas de las grandes empresas del país le conceden, por ejemplo, un préstamo a uno de sus altos funcionarios a una tasa subsidiada para un diferencial que forma parte del ingreso del funcionario, pero que por el hecho de ser prestación no forma parte del que lo recibe y es deducible por parte de la empresa.

Como esas hay muchas otras, esencialmente es una medida dirigida a algunas de las grandes y medianas empresas y para los medianos y altos funcionarios de esas empresas. Nos parece que se ha abusado.

Hay algunos casos en donde más del 40% del ingreso de un funcionario de esas empresas, se paga a través de este tipo de mecanismos; que son deducibles y que no son acumulables por parte del contribuyente.

A ésos van dirigidas las reformas a las Ley del Impuesto Sobre la Renta que hemos sometido a su consideración.

No se trata de ninguna manera de modificar el trato a las prestaciones sociales de los grandes contratos colectivos de los grandes, medianos o pequeños sindicatos de todo el país.

El trato para las importaciones a la industria automotriz, creo que detrás de la pregunta de usted, estaba y tal vez con razón, y creo que con razón - sin duda con razón - , el que hubo una política excesivamente liberal en materia de importación a la industria automotriz y a la industria de autotransportes.

Uno de los propósitos esenciales del decreto, que fue publicado hace un par de meses, decreto alrededor del fomento de la industria automotriz, es precisamente el buscar una mayor racionalidad en su estructura productiva y por eso, lo que quiero decir, esencialmente, es que puedan reducir su contenido de importaciones y elevar el contenido de partes nacionales.

Tenemos más de 40 años de industria automotriz, primero ensambladora y ahora industria automotriz, que todavía sigue parcialmente siendo ensambladora, y que, definitivamente, el campo que existe para sustituir en mayor grado importaciones es muy amplio. Los regímenes, pues, que se contemplan para normar la importación de partes, de equipo, de maquinaria destinada a la industria automotriz, será mucho más estricta y restrictiva que lo que había sido en el pasado.

No podemos pensar en un corte a rajatable porque sin duda que existen muchas piezas, muchas refacciones, muchos equipos que requieren todavía ser importados, lo seguirán requiriendo durante los próximos años. Pero sí, definitivamente, la actitud que se plantea, la política que se plantea para los próximos años, es de alentar de modo mucho más decidido la incorporación adicional de partes nacionales en la industria automotriz.

No hay intención de incorporar a la globalización de los ingresos personales los intereses devengados por inversiones en instituciones de crédito. Es probablemente el único renglón de ingreso que no forma parte del esfuerzo grande y tesorero de muchos años, por globalizar el ingreso de las personas físicas; queda a un lado el que procede de estas fuentes debido esencialmente a razones de carácter financiero, no tributario. Si incorporáramos al ingreso gravable de las personas lo que las personas obtienen por sus inversiones en los bancos, equivale, palabras más o palabras menos, a que le estamos reduciendo su rendimiento. Si en este momento están ganando 50% y fueran sus ingresos incorporados a la base gravable, la tasa de interés que estarían obteniendo bajaría del 50, dependiendo, claro, del grupo de ingreso de cada contribuyente hasta el 40 o al 35%.

Para retener el ahorro, para mantener su misma convicción y característica que sea atractivo para la comunidad invertir en los bancos y compensar este efecto que resultaría de incorporarlo en el impuesto, tendríamos que subir la tasa de interés y esto tendría un efecto contrario, que todos conocemos.

Esa es la razón básica por la cual no hemos, en el pasado ni ahora, considerado como una medida adecuada el proponer a esta soberanía la incorporación de los ingresos procedentes de interés devengados en inversiones financieras, como parte del esfuerzo de globalización del ingreso personal. repito, es probablemente el único sector, el único segmento importante que queda aislado de este esfuerzo de globalización del ingreso personal.

En materia de precios y tarifas, de bienes y servicios del Sector Público, yo creo que usted coincidirá conmigo de que no ha habido un año en donde esta política haya sido actuada con mayor dinamismo. Lo hemos tenido que hacer forzados por las circunstancias y ante la necesidad de seguir apoyando necesidades fundamentales de gasto público.

Usted habla de que estas revisiones de precios y tarifas tienen el carácter regresivo. Lo

hemos comentado en otras ocasiones, que resulta muy difícil explicar cómo aumentar el precio de un bien puede estar significando un elemento adicional en contra de la inflación; pero así ha sido.

Parte importante de las presiones inflacionarias que el país ha enfrentado en los últimos años, se derivan de que no tuvimos en el pasado una política racional de precios y tarifas en muchos sectores de la actividad nacional, y esto condujo a un incremento en transferencias, en subsidios y, a la larga, a cambios drásticos, bruscos, dolorosos, como los que nos hemos visto forzados a tomar en este año de 1983. Tiene usted razón, en muchos casos estos aumentos en los precios son regresivos; pero lo más regresivo es la inflación. Y la inflación sí afecta de modo muy desigual a toda la población y con un carácter claramente regresivo.

El saneamiento que nos puede permitir la elevación en los precios de algunos de estos bienes y servicios conducirá, no a larga, sino a la corta, a un manejo más racional de las finanzas públicas, que a su vez permitirá abatir presiones inflacionarias, y de esa suerte hacer que el desarrollo económico se traduzca verdaderamente en aumento de bienestar, en elevación de vida de la población.

Renegociación de la deuda. Tiene usted razón, el cambio de las condiciones que México tenía a las que tiene ahora en la reestructuración, es un cambio más drástico de lo que fue en el caso de Brasil. Brasil tenía ya varios años pagando muy altos diferenciales, pagando diferenciales de 2% sobre la tasa libre, o 2% sobre la tasa prima de los Estados Unidos.

Nosotros habíamos podido seguir disfrutando de condiciones favorables en los mercados de capitales y tuvimos hasta junio de 1982, en el último crédito importante que concertó México, 2 mil 500 millones de dólares, tuvimos todavía un diferencial de algo más del 1%.

Juzgando así, las cosas, tiene usted razón, el cambio fue más drástico en el caso de México, pero por eso, porque habíamos sido capaces de sostener condiciones más favorables en los meses de anteriores.

Hemos insistido. hemos reiterado, que las condiciones obtenidas para la reestructuración y las condiciones obtenidas para el dinero nuevo que hemos obtenido para este año y los próximos, son las mejores, así vistas en su conjunto, de cualquiera de los países están en este momento en proceso semejante al nuestro.

Debo decir, por otro lado, que el único país que ha concluido, por así decirlo, su esfuerzo de reestructuración de deuda pública externa es nuestro país. Eso, aunque no sea fácil trasmitir lo que ha significado para la sociedad, permítanme, simplemente, aventurar el que nos ha permitido entrar en una relación más normal de intercambio con el exterior, nos ha permitido reanudar un volumen, llamémosle relativamente normal de importaciones, y simplemente les llamo a su memoria para lo que estaba sucediendo en los primeros meses del año, con escasez de medicinas, con escasez de pasta de dientes, porque no había los insumos de importación que requería la planta productiva - como está la planta productiva en nuestro país.

Hemos podido importar maíz, que es un artículo parcialmente de importación, como usted lo apuntó, señor Gershenson. Quiero simplemente llamar la atención a ¿qué hubiera podido pasar si esas importaciones de maíz se hubieran suspendido?

Se ha hablado mucho de que nuestro país debería formar parte de un grupo de países para buscar no solamente la moratoria - no lo apuntó usted - sino un programa colectivo de negociación. Quiero, saber el particular, señalar que es nuestro punto de vista que no sería la solución más favorable; probablemente México tendrá que ajustar sus condiciones y sus términos que, son los mejores que hasta este momento se han logrado, tendría que ajustarlos en cierta medida, en un proceso de negociación colectiva con la de algunos otros países amigos, que no han tenido estas mismas posibilidades para renegociar, para reestructurar sus deudas.

Brasil, que representa un país importante y trascendente en nuestra América, al día de hoy, no puede concluir de un modo satisfactorio las negociaciones que tiene iniciadas, prácticamente cuando las inició México en el último tramo del año de 1982. Y así es el caso de otros países cuyo proceso de reestructuración no tiene el grado de avance y de formalidad que el nuestro ya tiene. Sin embargo, sí comento que estamos en contacto cercano con los otros países de América Latina y de otras del mundo. El papel pionero que a México le tocó jugar en este episodio, pues fuimos los primeros que tuvimos que detonar ante el mundo el que teníamos dificultades serias de seguir cubriendo nuestros pagos de capital, le han asignado en los últimos meses a nuestro país un papel relevante en la discusión de fondo de este problema del endeudamiento externo.

Y aquí voy a la última referencia que hizo usted en ese apartado de, qué quisimos decir cuando señalamos en las palabras introductorias de que la solución de carácter estructural al problema del endeudamiento todavía no está concluida: Se refería esencialmente a que este es un problema que no es privativo de México, sino que se inserta en la relación entre los países ricos y los países pobres; que está planteando, a nuestro juicio, una dimensión distinta que puede, si no tenemos capacidad suficiente para saberlo manejar con visión y con profundidad, puede afectar de modo sensible el desarrollo económico de un número muy importante de países y lo que es más importante, el bienestar, el nivel de vida de millones y millones de seres distribuidos en todo el mundo.

En América Latina, en Asia, en África, hubo una corriente muy importante de capital que se transfirió, de los grandes países industriales a los países en proceso de desarrollo en los últimos años. A partir de los años setentas, surge

una corriente muy trascendente y voluminosa de recursos de capital que se transfieren de los bancos de los países industriales a los países en desarrollo y esto da origen al crecimiento enorme, nunca antes visto, de la deuda externa de México, de Brasil, de Argentina, del Perú, de Chile, de Cuba, de Polonia, de Yugoslavia y, ahora, con la crisis que enfrentamos, en donde los países han visto reducidas sus posibilidades de liquidez, no creo que tengamos otras perspectivas distintas para los próximos cuatro, cinco, ocho o diez años, que una corriente disminuida de estos recursos.

Los bancos internacionales van a estar en menor disposición para prestar afuera, por la crisis que en este momento estamos viviendo; y el que esto suceda y se materialice, quiere decir que muchos países van a dejar de tener recursos con qué invertir en muchos proyectos, de energía eléctrica, de irrigación, de carreteras, de escuelas y, en ausencia, en ausencia de mecanismos que sustituyan ese ahorro externo por otro interno, que no es fácil lograrlo en el corto plazo, las tasas de crecimiento de los países se verán disminuidas en los próximos años.

Los países en desarrollo para poder cubrir su deuda, deberán exportar más, no hay otra, y para poder exportar más necesitamos tener barreras arancelarias en los países industriales, menores o mayores facilidades para que nuestros países puedan exportar. De otra suerte, creo que en la próxima década nos vamos a enfrentar a un mundo con una tasa de crecimiento global menor; comercio mundial menor y el problema del endeudamiento externo seguirá siendo una de las preocupaciones importantes en los años por venir si se dan estos supuestos. Eso es a lo que me refería, don Antonio Gershenson, cuando apuntaba que el problema del endeudamiento no está resuelto en sus aspectos estructurales, yo creo que estamos apenas en los primeros episodios del problema del endeudamiento externo; y que si éste se ve con miopía, buscando la recuperación inmediata y más onerosa de los recursos, a lo único que vamos a conducir es a un problema más agudo que el de por sí ya se plantea con el problema general en las relaciones internacionales.

1987: Pedía usted que le diera yo la cifra de cuánto tenemos para pagos de amortización e intereses, es una pregunta derivada de que usted ya lo sabe; y es, definitivamente, una cifra importante, estamos estimulando que para el año de 1987 el país tendrá que pagar alrededor de 14 mil millones de dólares por esos conceptos. Un poco tengo aquí un dato que es interesante para transmitir qué de la reestructuración de la deuda. En el año de '82 teníamos que pagar 8 mil millones de pesos de capital, de agosto a diciembre, teníamos mucho de corto plazo. Pagamos 584.

En el año de '83 teníamos que cubrir 8 mil 960, vamos a pagar solamente 1 mil 475. Para el año de '84, de acuerdo con nuestro calendario de pagos, me refiero a pagos por capital, de crédito de la Deuda Pública, no intereses, los intereses se han seguido pagando puntualmente. Para el año de '84, perdón, 5 mil 367 tendríamos que pagar, vamos a pagar mil 310. Eso es lo que ha sido el campo de maniobra que nos ha dado la reestructuración, y cómo las cosas hubieran tenido que ser distintas si hubiéramos tenido que seguir cubriendo ese endeudamiento exterior, incluyendo el no pagarlo; hubiera planteado y traído consecuencias muy diversas, semejantes a las que normalmente trae a un deudor el que no cubra sus deudas.

¿Cómo con un aumento del 1% del producto interno bruto aumentan 101% las importaciones? No tengo la relación exacta; me atrevo simplemente a decir que para el año '84 estamos pensando en recuperar niveles que por los años '83 y '82 quedaron deprimidos por la disponibilidad de divisas, es decir, vamos a importar cosas que debimos haber importado este año o el pasado, que están rezagadas y que se necesitan para el funcionamiento de la planta productiva, de ahí que estemos pensando en una elasticidad de las importaciones, como diría alguno, bastante elevado, bastante más elevado que lo normal.

Banca: Yo creo que ha habido avances muy importantes en materia de la banca nacionalizada, el más importante, y lo hemos comentado, es el funcionamiento normal de las instituciones, la confianza sostenida y fortalecida de la ciudadanía para colocar sus recursos, los más preciados, que es su ahorro, en las instituciones de crédito del país.

Coordinación más estrecha entre las instituciones, las autoridades y los programas de Gobierno: no todo está hecho, de ninguna manera, ni tampoco teníamos por qué pensar que con la nacionalización de la banca los bancos iban a dejar de ser bancos; deben mantener su esencia fundamental de cumplir con su papel de intermediarios entre el ahorro y la inversión y, hacerlo, ligado con las prioridades nacionales, pero sin olvidar la necesidad de un manejo eficiente, competitivo, rentable.

Hemos adelantado en algunos programas de crédito agropecuario; hemos incluso establecido algunos organismos de coordinación entre la banca con la banca oficial, que antes se llamaba banca oficial, y con las entidades globalizadoras. Es muy posible que para el año de 1984 se lance un programa muy ambicioso en materia de financiamiento de vivienda, como un instrumento no sólo para buscar la satisfacción de una de las necesidades básicas y rezagadas, sino también para con el movimiento de la constitución, tratar de diseminar su efecto positivo y estimular el resto de la economía. Sin duda, la vivienda, en una coyuntura como la actual, es una de nuestras más altas propiedades.

Los recursos que no han sido prestados por los bancos han sido colocados esencialmente en certificados de Tesorería, en CETES, creo que también se sabía usted la respuesta, pero con mucho gusto hago un comentario: Los recursos han sido canalizados a la compra de CETES que son Certificados de Tesorería de la

Federación y que sirven para financiar el déficit público. De ahí que durante estos primeros meses del año de 1983 no hemos utilizado un centavo, un centavo, de generación de crédito primario para financiar el crédito público, lo hemos hecho con el ahorro interno de los mexicanos, captados a través de los bancos, suplementado, completando, con los recursos de crédito del exterior, que fueron autorizados por esta soberanía para ser ejercidos en este año de '83 y que serán respetados en forma cabal y total por primera vez en muchos años.

Algunas de las empresas en poder de los bancos deberían tener tratamiento distinto, no cabe la menor duda. Para ello estamos en coordinación con la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal y con otras secretarías y, seguramente, habrá que darle un trato distinto a las observaciones y afirmaciones genéricas que me permití hacer al principio.

Cuando hablamos de empresas o de acciones de empresas y de que la intención del Ejecutivo es ponerlas, enajenarlas, me estoy refiriendo, incluyendo, a los intermediarios financieros no bancarios.

No recuerdo exactamente - y después lo voy a buscar - qué se quiso decir con esta expresión que usted citó de "ensancharon los puntos de vista". Lo voy a revisar y espero que en algún otro momento podamos hacer un comentario sobre el particular.

Me pasaron ya la tarjeta; se trata de un error mecanográfico - es como el de usted con la frase que se saltó de ensancharon dice escucharon. Es más leve.

Y creo que aquí quedaría yo para no abusar del tiempo de ustedes, señor Gershenson.

El C. Presidente: - Tiene la palabra el C. diputado Enrique León Martínez.

El C. Enrique León Martínez: - Señor secretario Silva Herzog: una de las partes torales del Programa Inmediato de Reordenación Económica Nacional es la reducción del tamaño del déficit del Sector Público federal, en realidad al producto interno bruto.

Dicho déficit, que alcanzó la cifra sin precedentes de 18% en 1982, fue programado para situarse en sólo 8.5% en el año en curso - como usted señaló aquí hace algunos momentos.

A juzgar por las cifras oficiales, el déficit acumulado hasta septiembre de este año es apenas de un 55% del total del déficit previsto; por lo tanto, y a pesar de que tradicionalmente es en el último trimestre cuando las erogaciones crecen con rapidez, es dable prever que la meta establecida puede ser alcanzada.

Este logro indica la estricta disciplina presupuestal que se ha ejercido por parte del Gobierno Federal, pero evidentemente no es un logro sin costo social. Al contrario, el saneamiento de las finanzas públicas ha traído consigo, como consecuencia necesaria e inevitable, una contracción en la actividad económica y en el empleo.

Para 1984 se ha programado, originalmente, una reducción mayor de la presupuestal representaría entonces sólo el 5.5% del producto interno bruto. Al respecto quisiera hacerles los siguientes cuestionamientos que preocupan a esta soberanía:

Dado que la producción y la ocupación no arrojan todavía signos de recuperación, sino al contrario, presentan indicios de un deterioro continuado, será oportuno, en este momento, introducir en la economía un elemento contraaccionista adicional, ¿no nos estaremos arriesgando con esto a una profundización de la condición depresiva actual? ¿No es muy alto el precio social y político que estamos pagando por este programa de ajuste económico? Y en relación con este costo social, uno de los aspectos que no se han podido controlar lo constituye la espiral inflacionaria, dentro de los criterios generales de política económica para 1984, señala que el combate a la inflación representa el factor medular de la estrategia económica del régimen y que puntualiza que dicha estrategia está encaminada a lograr que la inflación anual para 1984 se sitúe alrededor del 40% a diferencia del 80% que confrontamos actualmente; objetivo, éste, muy encomiable del Gobierno de la República. Sin embargo, el Poder Ejecutivo Federal pronosticó para este año una inflación de 50%, y ésta ha llegado a un índice del 80%.

Señor secretario: ¿Cuáles serán las medidas que el Ejecutivo Federal implementará para que estas predicciones económicas se cumplan el año entrante en la medida de lo posible, y no fallen los pronósticos, como aconteció durante este año?, hecho que de suceder propiciaría que el poder adquisitivo del pueblo de México siguiera en deterioro. Muchas gracias por su respuesta.

El C. secretario de Hacienda y Crédito Público: - Muchas gracias, señor diputado León Martínez. El año pasado, cuando el señor secretario de Programación y Presupuesto y su servidor tuvimos el honor de comparecer ante esta soberanía, insistimos y subrayamos lo difícil que era enfrentarse a un déficit del 18% del producto interno bruto. Quiero decir, no existe precedente en el país; quisiera decir también que si uno quiere buscar en la estadística económica mundial países con déficit del 18% del Sector Público sobre su producto interno, le cuesta a uno mucho trabajo y son excepciones.

Para ubicar un poco, porque en ocasiones abusamos de los números y de los coeficientes, de las proporciones, para ubicar un poco más en un contexto más histórico, yo me atrevería a decir que en los últimos 20 años de México, de la historia económica de México, este coeficiente entre déficit y producto han dado en un rango de entre 5 y 7%; se estima que este es un volumen, una deuda, un gasto por encima del ingreso, que la economía

y la sociedad pueden asimilar de un modo razonable, si puede uno obtener dinero prestado en lo interno, en lo externo, sin exceso y manteniendo un ritmo de la economía sin mayores distorsiones.

Hemos señalado, también en otras ocasiones, que este programa de ajuste era la única opción y creo que en ningún caso se puede observar de modo más claro que esta afirmación de la única opción, si la referimos al problema de las finanzas públicas.

¿Qué hubiese pasado en la sociedad mexicana y en el manejo de nuestra economía, si este año de 1983 hubiéramos mantenido el mismo coeficiente de déficit que el año pasado?

Una pregunta sencilla, difícil, porque en ciencia sociales, en la realidad no se puede experimentar. Pero, sin embargo, creo que es ilustrativa para tratar de transmitir el cómo teníamos que reducir ese déficit de 18% a una cifra más asimilable por la economía.

Si hubiéramos mantenido 18%, hubiéramos tenido que pagar bienes y servicios por un billón 500 mil millones de pesos, es decir, equivalente al déficit con el que vamos a cerrar este año de 1983.

Pero no hubiera habido dinero para pagar ese billón 500 mil millones de pesos, no hubiera habido ahorro ni de los bancos ni del Banco de México, por decirlo del Gobierno, en absoluto. Y no hubiéramos tenido tampoco acceso a mayores recursos del exterior hubieran tenido que salir de horarios extras de la fábrica de billetes de México. Dinero 100% inflacionario.

No creo que sea dramatizar, pero no creo que la inflación hubiera sido menor de 200%. De ahí que el Ejecutivo Federal tomando y reconociendo que no hay elemento más nocivo para el bienestar de las grandes mayorías, que la inflación tomara la decisión - repito - dolorosa de bajar ese déficit. Y para bajar ese déficit lo único que hay que hacer es subir ingreso y bajar gasto.

Subimos el ingreso un poquito menos de lo que habíamos previsto aquí frente a ustedes, y bajó el gasto un poquito más de lo que dijimos frente a ustedes; pero, básicamente, porque no se dieron una serie de gastos del año pasado en este año de '84. Y me refiero básicamente a problema de pérdida cambiaria y de subsidios de los mexdólares, que tuvimos en la última parte del '82.

Cuando se planteó bajar el déficit de 18 o de 16, se hablaba en aquel tiempo, al 8.5, la reacción casi generalizada fue de que no era posible, que no se iba a lograr.

Y yo quisiera confesar aquí, muy entre nos, que también pensamos, algunos de nosotros, que era casi imposible llegar a reducir el déficit en esa magnitud. Y si muchos de ustedes han sido sorprendidos porque vamos en ruta, también estamos sorprendidos nosotros de que pudo lograrse el resultado anunciado. Y con la cifra que usted apunta, señor diputado, al mes de septiembre, la que existe al mes de octubre y los pronósticos muy bien afinados que podemos tener para finalizar el año, le puedo afirmar, de modo muy claro, que el objetivo trazado frente a esta soberanía y frente a la sociedad mexicana, de abatir el déficit del Gobierno del Sector Público mexicano al 8.5% del producto interno bruto, va a ser total y cabalmente cumplido.

Ahora, la pregunta que usted hace es que nuestro programa para reducirlo aún más en el '84, a 5.5 de déficit, es lo que creemos que tenemos dinero con qué pagar. Esos son los ahorros que podemos captar a través de la colocación de valores gubernamentales, lo que podemos obtener a través del encaje legal, del Banco de México y con una muy modesta restitución del ahorro del Gobierno, gracias a la política de precios y tarifas y de mayor disciplina en el gasto. Esto, aunado a la meta de endeudamiento exterior, nos permite con todo realismo, pensar que no tenemos recursos para pagar un déficit mayor del 5.5 del producto interno bruto.

Podríamos ir más allá, gastar más, cubrir necesidades y no hay que olvidar que nuestro país de 75 millones de habitantes, tiene la mitad en condiciones todavía de pobreza, o sea, el problema no es encontrar satisfacciones qué satisfacer, sino recursos con qué atender esas necesidades. Podríamos adelantar esos mayores gastos, aumentar el déficit, pero estaríamos contrarios al objetivo de la inflación, y seguramente el año que entra nos volveríamos a enfrentar a nuevas presiones hacia el alza y a una situación en la que el estado de dislocamiento al que llegamos a finales del año pasado pudiera repetirse.

Desde un principio se anunció que este programa de ajuste no era un programa de un año; que no era un programa fácil, que no era un programa que iba a ganar aplausos; pero que era un programa que esperamos nos va a recuperar la base, el cimiento, el piso firme que permita al país volver a crecer de manera más acelerada y más justa. ¿Por qué pensamos que la inflación del 40% es posible para el año próximo, cuando la comparación que se hace 100% el año pasado, 80% en '83, está muy difícil que la bajen a 40% para el año próximo? Y aquí yo quisiera tomar dos minutos adicionales para insistir mucho en la importancia que tiene la forma como juzgamos a la inflación.

Si la vemos hacia el pasado, una va a ser la convicción que tomemos del proceso inflacionario; si la vemos con el presente orientado hacia el futuro, va a ser otra la concepción que tomemos del proceso inflacionario y de los problemas a los que nos enfrentamos.

Decimos 100% el año pasado, 80% 1983; pero ese 80% de aumento en los precios es un aumento de precios de diciembre de '82 a diciembre de '83, no toma en cuenta algo que, a nuestro juicio, representa el mayor logro o uno de los mayores logros de este año difícil de ajuste económico, que es el abatimiento de la inflación, pero medido no ya en sus términos hacia atrás, sino en sus condiciones actuales presentes y proyectadas hacia el futuro.

En agosto tuvimos, en los últimos tres meses y hemos tenido un incremento promedio mensual de poco más de 3%; si este 3% lo analizamos para el futuro, nos da una tasa ligeramente inferior al 40%; es decir, para mantener la meta del 40% para el año próximo, lo único que tenemos que hacer es sostener lo que ya hemos logrado, el abatimiento que ya logramos en septiembre con 3.1% de aumento en los precios, en octubre con 3.3% en noviembre, que va a ser mayor debido al aumento en los precios de varios bienes y servicios del sector público; sentimos que es una meta difícil pero posible, posible en la medida en la que todos podamos actuar con conciencia y con convicción de que ese abatimiento de la inflación constituye una de las más altas e importantes prioridades que se nos enfrentan en este momento. Muchas gracias, diputado.

El C. Presidente: - Tiene la palabra la C. diputada Ofelia Ramírez Sánchez.

La C. Ofelia Ramírez Sánchez: - Señor secretario de Hacienda: Las interrogantes y preocupaciones que formularé en representación de mi partido, el Demócrata Mexicano, están relacionadas con la banca comercial hoy estatizada. Estos cuestionamientos se relacionan con la iniciativa de Ley de Ingresos, en la medida que parte del financiamiento interno del Gasto Federal proviene de estas instituciones de crédito.

Se nos informó que la banca comercial, hoy estatizada, obtendrá este año utilidades por 15 mil millones de pesos. Aunque la cifra no es impresionante, dado el capital contable de esas empresas y su tendencia histórica en el ramo y el fenómeno inflacionario que usted ya lo expresó, sí podría se tranquilizadora, dada la incertidumbre que existía sobre los resultados de una banca burocratizada, si en ello no intervenían los siguientes factores: por las altas tasas de interés que cobran los bancos en sus operaciones activas de préstamo, se nos ha informado que la demanda de créditos para actividades productivas, se ha contraído; que para llenar ese vacío y no dejar el dinero ocioso, las empresas bancarias han adquirido CETES y otros valores gubernamentales en volúmenes significativos. A este fenómeno hay que añadir el sistema tradicional de encaje legal, que técnicamente es un préstamo al Banco de México; que también aunque bajos, devenga intereses. Las utilidades de los bancos provienen del diferencial del costo del dinero que adquiere, incluido en ellos los intereses que pagan y gastos de operación y los intereses más altos que reciben cuando prestan a los usuarios del crédito. Las utilidades que reciben vía intereses cuando destinan los créditos a actividades productivas, ya sea industria, agricultura, comercio o servicios, significan de alguna manera que hubo generación de riqueza, pues los acreditados en su conjunto, para pagar intereses y redimir el capital, tuvieron que generar a su vez riqueza, producir valores agrados en su actividad.

No sucede lo mismo cuando los créditos se destinan al gasto público, lo cual, en el mejor de los casos, puede ocurrir, la generación de riqueza sólo mediatamente, indirectamente, y ello sujeto a todos los devenires, los condicionantes de cuáles sean de administración y cuáles de inversión, de la buena o mala política y cómo sean aplicados los avatares de la renovación moral.

Además, cuando los bancos prestan al Gobierno dado el sistema jurídico actual, el acreedor se confunde con el deudor; el gobierno, sistema bancario, le presta al Gobierno, sector central, y el Gobierno le paga al Gobierno. Esto se ha representado gráficamente como el que una persona cambia el dinero de una bolsa a otra, y a esto le llama ganancia.

Para evaluar el hecho en sus dimensiones, le formulamos una primera pregunta, señor secretario: De las operaciones activas de la banca comercial, hoy estatizada, ¿en qué porcentaje, incluido el encaje legal, se beneficia al Sector Público, y en qué porcentaje el Sector Productivo Privado?

Otra de las preocupaciones del Partido Demócrata Mexicano en este renglón, es sobre el futuro de los certificados de aportación que, hasta en un 34% de su capital pueden suscribir los particulares y los sectores sociales, y sobre el destino de las acciones industriales y comerciales que poseía la banca comercial expropiada.

Sobre lo último ya contestó usted, y esperamos con interés el informe anunciado. Le anticipamos que el criterio político del Partido Demócrata Mexicano es que ese reducido, raquítico 34%, que pueden suscribir los particulares y sectores sociales, debe convertirse en un enfático 100%. Pero mientras eso sucede, esa participación minoritaria puede ser instrumento de socialización de una empresa estatal y de evitar el excesivo estatismo de nuestra economía, tal y como lo proclamó el Presidente de la República.

De ahí nuestro interés por el asunto, y preguntamos: Si ha hablado alguna oferta de estos valores y, en su caso, ¿qué respuesta ha existido a tal oferta? Si no ha habido oferta, ¿cuándo se iniciará y a través de qué mecanismo?

Estas cuestiones afectan la solidez económica de estas instituciones que participan en el financiamiento de los ingresos públicos y al futuro de nuestra Nación. De ahí que le agradezcamos con anticipación su contestación en este tema. Muchas gracias.

El C. secretario de Hacienda: - Muchas gracias, diputada Ofelia Ramírez Sánchez. Efectivamente incluso así está consignado en el informe correspondiente a la operación de la banca nacionalizada y que el Ejecutivo Federal envió la semana pasada a esta soberanía, estimamos un nivel de utilidades de la banca comercial, de la banca múltiple nacionalizada, de alrededor de 15 mil millones de pesos.

Ya comentamos anteriormente en alguna otra intervención, que esta suma es positiva

y así lo afirma y estima usted, es positiva; pero que de ninguna manera puede considerarse excesiva, porque representa menos del 20% de capital contable y reservas de los bancos y es insuficiente para los requerimientos de capital que la propia banca requiere para su manejo más sano de sus cuestiones.

Ha sido muy interesante observar la reacción que ha traído en varios sectores de la opinión pública, esta cifra de utilidades de la banca de 15 mil millones de pesos.

A los dos días que salió, hubo comentarios de que era una cifra excesiva, que yo me he permitido, pues hacer algunos comentarios sobre el particular. Si hubiéramos anunciado que no teníamos utilidades, los comentarios hubieran sido completamente distintos. Se hubiera dicho que: "claro, como los bancos ahora los manejaba el Gobierno, ahora ya no se iban a tener utilidades".

Esto, creo que es un reflejo muy claro del pluralismo político en el que nos movemos, pero sí creo también, que es un llamado muy claro a que éstas, como tantas otras cuestiones, las debemos tratar de analizar dentro de su contexto de realidad y objetividad.

Los recursos excedentes de la banca, cuya captación ha sido extraordinariamente dinámica, al mes de octubre hemos captado un poco más del billón, casi un billón 100 mil millones de pesos, y la meta que teníamos para todo el año que era de un billón 200 mil - anunciado en nuestro programa de financiamiento del año - va a ser superada, y la cifra captada por los bancos seguramente terminará en alrededor de un billón 400 mil millones de pesos.

La cifra tiene una importancia cuantitativa indiscutible, pero a mi juicio deriva de una serie de consideraciones muy importantes y que yo no quisiera dejar de aprovechar la oportunidad para subrayarlo:

Primera. Revela que le funcionamiento de los bancos ha sido total y absolutamente normal. Y esto es tributo a sus directivos, a sus empleados y a sus trabajadores.

Segundo. Que la sociedad, el ahorrador mantiene confianza plena en las instituciones de crédito. De tal manera, que tiene la confianza de ir a depositar ahí sus ahorros. Pero más importante que todo ello, a mi juicio, es señal de que este año de 1983 ha sido un buen año en este sentido, y el que sea un buen año en este sentido, nos da la base para poder atender y resolver mejor los problemas del año de 1984.

Al final de mis palabras introductorias insistí - y lo repito en todo lugar - que tenemos con qué. Los recursos captados por la banca se enfrentaron a una demanda de crédito moderado, sobre todo durante los primeros siete meses del año hubo una demanda de crédito modesta. Modesta, pero más de 150% por encima de la que hubo el año de 1982. Y aquí también vuelvo a mi primera observación de la necesidad de tratar de analizar estos problemas con el mayor realismo y la mayor objetividad, y el mayor acopio de la información pertinente.

Es cierto, la demanda de crédito está débil o estaba débil, pero representa más de 150% arriba de la que tuvo lugar en el año de 1982. ¿Por qué? Básicamente por problemas de ritmo de actividad económica de las empresas. Si hay algo en lo que nuestros pronósticos, algo transcendente y fundamental, y hay que reconocerlo, nuestros pronósticos no fueron todo lo certero en el año pasado, fue en que la caída en el crecimiento económico fue mayor que la que habíamos previsto. Y esto tiene que reflejarse necesariamente en muchos indicadores, y uno de ellos claramente, es la demanda de crédito que el Sector Privado hace a las instituciones de crédito.

Estos recursos excedentes han sido captados, algunos por el propio Banco Central en depósitos de regulación monetaria, adicionales a los requerimientos de encaje legal; pero, sobre todo, como lo comenté hace un momento con el señor Gershenson, los recursos han sido invertidos en CETES. Usted apunta que se trata de un financiamiento de una entidad del Gobierno como son ahora los bancos, a entidades del propio Gobierno como son los CETES y el uso que de ellos se hace para pagar el gasto público. Lo hubiéramos podido haber hecho de otra forma, pero con efectos de carácter económico semejantes de haber incrementado el encaje legal, hubieran pasado al Banco de México y hubieran ayudado a financiar el déficit del Sector Público mexicano.

Ventajas - lo decíamos hace un momento - no hemos usado dinero primario, la expansión del medio circulante se ha abatido en los últimos mese a casi la mitad de lo que traíamos a finales del año pasado, y no porque crea de ninguna manera que el crecimiento del medio circulante explique el crecimiento de los precios, pero sin duda que tiene una influencia, hemos logrado abatir el crecimiento del medio circulante y esto, en buena parte, deriva de los volúmenes de crédito que el Banco Central concede al Gobierno Federal; esto se ha podido cortar porque hemos podido disponer de estos recursos. Recursos que, por otro lado, están completamente a la disposición del Sector Privado y Social de la economía; nosotros pensamos que los próximos meses, en los primeros meses del 84 empezaremos a ver y a observar que ya empezamos a ver algunos indicios de una recuperación importante en la demanda de crédito a los bancos. El mes de septiembre a octubre, nos indica ya ciertos movimientos hacia arriba en las demandas de crédito de diversos sectores económicos, mismos que pensamos que podrán fortalecer el año próximo.

En las palabras introductorias señalamos cómo están ligados de modo muy estrecho la política de finanzas públicas con la política financiera; si el déficit del Gobierno es muy alto, los recursos de la sociedad que no son más que uno, ya sea que provengan de uno, del otro, del otro sector de más allá; en esencia; los recursos de la sociedad tendrán que dedicarse en mayor proporción a apoyar el déficit del Gobierno.

En la medida en el que déficit del Gobierno baje a proporciones menores, habrá mayores recursos para atender las necesidades de crédito, de inversión de los sectores Privado y Social de nuestra economía. Eso es lo que empieza a pasar en el año '83 y es lo que sentimos que puede pasar de un modo más claro en el año de 1984. En los años anteriores una proporción excesiva de los recursos de la sociedad se dedicaron precisamente a apoyar el déficit del Sector Público. Estamos tratando de revertir esa tendencia, y esperamos que en el año próximo se vean de modo más claro logros más evidentes.

Hay interés de algunos grupos del Sector Privado y Social por adquirir certificados de participación bancaria. Iniciar la cobertura de ese 34% que la Ley Reglamentaria de la Banca y el Crédito autorizó para poder ser suscrita por sectores distintos al propio Gobierno. Es muy posible que en las primeras semanas del año '84 se puedan consolidar las primeras reestructuraciones de algunos de los bancos con participación importante, nunca excediendo los límites que establece la Ley, que como usted recuerda, es 1%, no puede excederse 1% por persona, y no puede excederse del 34% para acciones de la serie B representativas de posibles participaciones del Sector Privado y Social.

De tal manera que cuando me dice usted y pregunta cuándo y cómo; el cuándo es pronto: primeras semanas de enero, y el cómo: están ya algunas disposiciones escritas y publicadas y algunas mecánicas operativas serán dadas a conocer muy próximamente. Muchas Gracias.

El C. Presidente: - Tiene la Palabra el C. diputado Ricardo Antonio Govela Autrey.

El C. Ricardo Antonio Govela Autrey: - Señor secretario: Desde el mes de enero del presente año nuestro partido, el Partido Socialista de los Trabajadores, decidió apoyar el Programa Inmediato de Reordenación Económica del Presidente Miguel de la Madrid, pensando en el peligro de que la crisis económica que enfrentábamos pudiera derivar en una crisis social y ésta, a su vez, en una crisis política que pusiera en peligro la estabilidad de nuestra Nación, situación que, pensábamos, hubiera favorecido a los grupos oligárquicos y extranjeros, y de ninguna manera a la defensa de los intereses de las grandes mayorías del país.

Casi a un año de distancia, hemos ya declarado públicamente que consideramos que el Presidente De la Madrid, ha demostrado tener una claridad sobre los problemas que enfrentaba nuestra Nación, y su gobierno ha demostrado la decisión y la capacidad política de enfrentar la crisis económica. Esta crisis no ha sido vencida totalmente, pero sí ha sido controlada en sus aspectos más difíciles, y esto ha contribuido claramente al mantenimiento de nuestras instituciones democráticas, al mantenimiento de la legalidad constitucional en el país, que nos parece que es algo que todos los mexicanos deberíamos de valorar en sus juntas dimensiones.

En casi todos los países de América Latina que han enfrentado crisis económicas similares, los gobiernos constitucionales han sido barridos por dictaduras militares de corte fascista. Y nosotros, aquí en México, seguimos teniendo las posibilidades abiertas de organizarnos, de manifestar nuestros puntos de vista y de luchar políticamente por tratar de influir sobre el rumbo que nuestra Nación seguirá en los próximos años.

Pensamos que es también justo hacer un reconocimiento público a la postura que ha asumido el movimiento obrero organizado del país, el Congreso del Trabajo, en especial la CTM, dirigida por Fidel Velázquez, que han demostrado que la clase obrera mexicana tiene una postura responsable frente a la crisis económica, y que ha tomado la decisión de moderar sus demandas a pesar de lo que esto ha afectado a los niveles de vida de los trabajadores, para poder enfrentar la crisis y para poder crear las condiciones necesarias para iniciar un nuevo desarrollo, un desarrollo económico de otro tipo en nuestro país.

Sin embargo, no todas las fuerzas sociales han asumido una actitud de responsabilidad frente a la crisis que estamos enfrentando. Amplios sectores empresariales de comerciantes y de empresarios han mantenido una permanente actitud de elevar los precios desmesuradamente, de tratar a toda costa no sólo de mantener, sino de aumentar sus tasas de ganancia; se mantienen en la actitud de no regresar los capitales, de no invertir en actividades productivas y esto ha influido en agravar la crisis económica del país, ha influido en el no poder controlar en mayores dimensiones la inflación.

El pacto de solidaridad que se había firmado entre la clase obrera y los empresarios frente al Presidente Miguel de la Madrid, no pudo concretarse debido a una actitud antinacional por parte de muchos sectores empresariales.

Nosotros pensamos que uno de los mayores peligros de la crisis económica es la dispersión de la voluntad política de los mexicanos, en que cada sector, cada grupo social, cada persona empiece a luchar por sacar adelante sus intereses muy particulares, sin incidir en la lucha por llevar adelante un modelo que pueda unificar la decisión de todos los mexicanos. Nos parece injusto que mientras la clase obrera decide moderar sus demandas salariales, los sectores empresariales mantengan una actitud de ganancias inmoderadas, y en ese sentido nosotros queremos hacer una pregunta. ¿Qué garantía tiene la clase obrera y el pueblo de México de que la crisis económica no seguirá cayendo exclusivamente sobre sus espaldas? ¿Qué medidas deberá implementar el Gobierno para garantizar que los sectores más privilegiados del país deberán también de aportar su contribución a la solución de la crisis económica por la que atravesamos? Porque no podemos seguir demandando de la clase obrera y de los trabajadores el sacrificio frente a la crisis, si no somos capaces de obligar a que

los sectores empresariales contribuyan de una manera decisiva a enfrentar los problemas y esta es nuestra primera pregunta: ¿qué medidas de tipo fiscal, qué medidas de tipo impositivo de diferentes modelos económicos se implementarán para obligar a una mayor colaboración de estos sectores? No se ha vuelto a pensar en qué pasó con los capitales en el extranjero, cuando se había anunciado medidas para buscar la manera de que éstos regresaran o de que al menos a las personas que mantenían los capitales fuera se le pudiera afectar de alguna manera. Esta es, pues, una de nuestras preguntas.

La siguiente pregunta es: nuestro país tiene un crecimiento demográfico muy elevado, en los próximos años se tendrán que resolver las demandas de trabajo, de alimentación, de vivienda, de un número cada vez mayor de mexicanos y para poder enfrentar esas demandas en los próximos años, se tendría que estar implementando, desde ahora, un programa de desarrollo industrial que permitiera que la planta productiva estuviera a la altura de las demandas que se generan en los próximos años, si no queremos quedar rezagados o imposibilitados estructuralmente de responder a las demandas de los años futuros. En este sentido ¿cómo se piensa combinar un modelo restrictivo de la economía con las necesidades que actualmente ya existen de un impulso al desarrollo económico para enfrentar las demandas futuras? ¿Cómo se piensa combinar el plan de reordenación económica con el plan de reformas estructurales de la economía? ¿Y cómo se piensa garantizar que estas reformas estructurales puedan impulsar un modelo de desarrollo económico que no repetirá las mismas deficiencias y los mismos vicios que nuestra actual estructura económica manifiesta? Esas son las dos preguntas que nosotros queríamos hacer. Muchas gracias.

El C. secretario de Hacienda: - Muchas gracias, señor diputado Govela. Agradezco en primer lugar las expresiones iniciales en cuanto a la capacidad que el Gobierno de la República ha tenido para reconocer primero y enfrentar después, lo problemas agudos que se planteaban al inicio de la presente administración.

El segundo comentario lo voy a hacer frente a su segunda pregunta, o sea, el equilibrio, la compaginación entre un programa de ajuste como en el que estamos embarcados en este momento y las necesidades de mediano y largo plazo, a las que un país como el nuestro se enfrenta en los próximos años.

Primer comentario: Este programa de ajuste es un programa temporal, de ninguna manera sentimos que puede considerarse como de carácter permanente. No sería posible ni deseable desde ningún punto de vista, se trata de un cuidado de terapia intensiva para permitir el paso al cuarto de recuperación, y de ahí a un crecimiento más sostenido y firme. Nos enfrentamos a una situación de terapia intensiva y esa es en la que estamos en este momento; pero es de corto plazo, temporal, transitorio.

Los grandes retos de carácter estructural no podrían pensarse si no se resuelve el problema de la coyuntura, como no se puede pensar en la recuperación si no se devuelven los signos vitales después del tratamiento de terapia intensiva.

Una de las grandes, me atrevo a decir subrayando, características que tiene el programa de ajustes nuestro, es que no es un programa típico de estabilización; que no es un programa ortodoxo de estabilización, sino que ha buscado mitigar en la mayor medida de lo posible los efectos negativos de un programa de ajuste, los costos implícitos en un programa de ajuste, los costos y los sacrificios inevitables de un programa de ajuste, con la necesidad de introducir cambios que permitan una mejor, más sólida, más eficiente y más justa estructura de nuestra economía.

Y yo creo que el mérito - y valdría la pena comentarlo posteriormente - es que dentro de estos momentos críticos por los que hemos vivido, se han dado algunos pasos tendientes a estimular ese cambio estructural que requiere la economía, y que requiere - como usted muy bien apunta - , una población creciente, una pirámide de edades formada en su gran mayoría por jóvenes que requieren escuelas, que requieren lugares donde trabajar, lugares en donde desarrollarse y cumplir su función de seres humanos.

Hay algunos elementos, que me voy a permitir subrayar de esa combinación del ajuste con el cambio estructural: Uno de ellos, y tal vez el más trascendente, es devolver la capacidad de la economía, sobre todo a la economía pública para generar ahorro, No puede haber, a lo mejor tal vez, cambio estructural más claro que volver a darle al Sector Público mexicano una capacidad de ahorro. La habíamos perdido.

El año pasado, en el año '82, no solamente no ahorramos en el Gobierno Federal ni en las empresas del Estado, sino que tuvimos un desahorro, y yo pregunto: ¿Qué individuo, qué familia, qué empresa, qué país puede crecer sin ahorro, socialistas o capitalistas, de izquierda o de derecha, del este o del oeste? Se requiere el ahorro, para que ese ahorro después se invierta y con esa inversión se hagan otras cosas que permitan que el país crezca, que permitan que haya más escuelas, que haya más carreteras; si no hay ahorro, un país no puede crecer más que en la medida en que pueda obtenerlos del exterior, como lo hicimos, y hasta el punto en que esto se interrumpa por razones obvias y naturales; ninguna familia puede permanecer con una situación financiera en que el gasto exceda al ingreso. Y algo semejante nos sucede en las economías.

Estamos en este año de '83 devolviendo la capacidad de ahorro del Sector Público y este es un cambio estructural importante. A lo mejor no con frutos glamorosos, fulgurantes, pero sí con bases que nos van a permitir después el poder hacer las cosas a las que aspiramos y a las que aspira la sociedad mexicana.

Estamos cambiando precios relativos, esto, que parece una jerga de especialistas, simplemente quiere decir, cambiar el acento, a través de distintos mecanismos de un sector a otro. Estamos tratando de cambiar el acento hacia el sector agropecuario.

Y algo que quiero subrayar, tratar de buscar que el país se convierta en un país exportador; en un país más abierto a las fronteras internacionales que, a nuestro juicio - o a mi juicio por lo menos - , es el único camino viable en los próximos diez años, que puede dar cierto dinamismo más acelerado a la economía mexicana.

Si queremos crecer a pasos compatibles con las necesidades sociales, para atender las necesidades de las grandes mayorías de la población, no vamos a poder seguir haciéndolo con un proceso como el que tuvimos los últimos años, las últimas décadas, de sustitución de importaciones.

El énfasis, el impulso verdadero, a nuestro juicio, deberá provenir de una mayor capacidad de nuestra economía por vender artículos de toda índole en el exterior, no solamente petroleros, sino esencialmente no petroleros.

Y este es un reto que se dice fácil, pero que es muy difícil de poder cumplir. Este en un reto de cuyo éxito dependerá el dinamismo con el que la economía vaya a poder caminar en los próximos años. Y este es otro cambio estructural que estamos tratando de estimular dentro del ataque a la crisis de corto plazo.

En sustitución de importaciones que tenemos mucho que adelantar. Ayer me comentaba un eminente médico que han logrado sustituir en estos últimos meses diversas importaciones que antes, como teníamos amplia disponibilidad de divisas, como había el petróleo, como había el crédito externo, no nos preocupamos como sociedad por tratar de sustituir y de hacer lo que podemos hacer y debemos hacer con eficiencia en nuestro país. Me contaba que para poner los electrodos para llevar a cabo los electrocardiogramas, se usa una grasa que importábamos y que costaba cada tubo, alrededor de mil pesos, al tipo de cambio anterior. Ahora, con las modificaciones en la paridad, resultó excesivamente caro. Se hicieron algunas experiencias con productos nacionales y ahora podemos producir ese mismo tubo, exactamente con los mismos efectos, con un tubo que cuesta poco menos de 50 pesos.

Este es un caso que puede repetir en muchos otros y que por haber tenido las cosas demasiado fáciles, no nos pusimos como sociedad a pensar y a retomar los cambios de carácter estructural a los que usted creo muy atinadamente le pone el acento.

En cuanto a su primera pregunta, creo que más que sanciones castigos o actitudes persecutorias lo que debemos pugnar para buscar ese mejor equilibrio entre los distintos sectores en el llevado de la carga de la crisis, está, precisamente, dentro del comportamiento de la economía.

El Gobierno, el Sector Público, está haciendo su parte, está bajando gasto y está bajando gasto incluso gasto corriente del que antes se pensaba que era inflexible. Está reduciendo volúmenes de gasto en distintos renglones y haciendo un cierto sacrificio.

El Sector Privado, por su parte, o buena parte del Sector Privado tendrá este año de 1983 un año con una tasa de utilidad reducida, o en un número importante de casos también con registro de pérdidas considerables.

En un programa de ajuste de esta naturaleza, o mejor dicho, fuera de un programa, en un proceso de ajuste, porque el ajuste se hubiera dado con programa o sin programa, y esto es algo que es importante destacar. Lo que estamos viviendo se hubiera dado con programa o sin programa, con programa la estamos haciendo de manera más ordenada y, como señaló el Presidente De la Madrid hace poco, hemos devuelto el control de la crisis al Gobierno.

En cuanto a repatriación de capitales, una tasa de interés realista, un tipo de cambio realista y confianza, son los elementos fundamentales que nos harán observar esa repatriación de capitales que es útil para el país, que es necesario para el país y que estamos seguros que vendrá en los próximos meses, que está viniendo, de hecho, ya en los últimos meses. Gracias, diputado.

El C. Presidente: - Tiene la palabra el C. diputado Sergio Quiroz Miranda.

El C. Sergio Quiroz Miranda: - Señor secretario: En la respuesta que dio usted a la diputada Carlota Vargas afirmó textualmente que no había intención ninguna por parte del Gobierno de la República para ampliar la cobertura de la expropiación bancaria; que lo que decía el decreto correspondiente es que se expropian los activos, el mobiliario de los bancos y los bienes que a juicio de la Secretaría de Hacienda sean indispensables para el ejercicio de la banca y el crédito.

Por tratarse de una cuestión fundamental y a debate entre quienes por una parte, pretenden mediante maniobras hacer nugatorias la expropiación y la nacionalización de la banca y por la otra, las fuerzas democráticas que vemos en este instrumento una poderosa palanca para el desarrollo económico y con independencia de nuestro país, deseamos precisarle que el artículo 1o. del decreto tiene dos partes: La primera que es la que fija los verdaderos y esenciales objetivos de esta medida trascendental y que expresa: Primera. Expropiación por causa de utilidad pública a favor de la Nación, de las instalaciones, edificios, mobiliario, equipo, cajas, bóvedas, sucursales, agencias, oficinas, inversiones, acciones o participaciones que tengan en otras empresas, valores de su propiedad y derechos. Y la segunda, que es simplemente complementaria y circunstancial, dice: "Y todos los demás muebles e inmuebles en cuanto sean necesarios a juicio de la Secretaría de Ha -

cienda y Crédito Público, propiedad de las instituciones de crédito privado, a las que se les haya otorgado concesión por la prestación del servicio público y de banca y crédito".

Lo que puede expropiar, a juicio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, son los demás muebles e inmuebles, pero no queda a juicio de esa secretaría expropiar todos los aspectos de la primera parte del decreto; es decir, instalaciones, edificios, mobiliarios, equipos, archivos, cajas, bóvedas, sucursales, agencias, oficinas inversiones, acciones o participaciones que tengan en otras empresas, valores o derechos.

Esta discrepancia entre lo expresado por usted al inicio de su intervención y el contenido del Decreto Expropiatorio, nos preocupa muy seriamente y seguramente preocupa a todos los mexicanos; por ello, exigimos que el decreto que expropia a favor de la Nación todos los efectos allí señalados, no sea interpretado y aplicado parcialmente por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en perjuicio de la Nación y a favor de los exbanqueros que tanto daño causaron al país.

Por otra parte, el Partido Popular Socialista - usted lo sabe - , siempre estuvo en la primera línea del combate demandando la nacionalización de la banca privada; ahora que se ha logrado este gran triunfo popular y nacional, somos también de los primeros en estar preocupados por la necesaria vinculación que debe existir entre aquélla y los planes y programas de desarrollo económico.

Consideremos que los recursos de la banca nacionalizada deben canalizarse hacia las actividades productivas fundamentales, sobre todo las que se refieren a los sectores estatal y a la pequeña y mediana industria propiedad de mexicanos, según las prioridades nacionales y, por lo tanto, no premiar a los capitales especulativos que están haciendo un magnífico negocio con estas altas tasas de interés.

Por otra parte, continúan ocupando puestos directivos los mismos funcionarios y ejecutivos de la banca anterior y sigue muy alto el costo de la intermediación, factores que, desde luego, obstaculizan un funcionamiento diferente de esas instituciones.

Señor secretario: ¿Qué facilidades habrá para que los créditos sean accesibles a los pequeños y medianos industriales y comerciantes y a los particulares, en lo que se refiere a los préstamos hipotecarios?, ¿qué medidas se han tomado para lograr la repatriación de los capitales que los empresarios traidores a la patria tienen depositados en el extranjero, fuera de los conocidos estímulos bancarios?

El C. secretario de Hacienda y Crédito Público: - Gracias, señor diputado Quiroz Miranda.

Es muy claro para nosotros que el Decreto de Expropiación de la banca mexicana no pretendió, en ningún momento, extender el alcance de esta expropiación más que a aquellos activos y pasivos indispensables para el ejercicio de la función de la banca y el crédito.

No era la intención de ese decreto expropiatorio, de ninguna manera, el utilizar la expropiación de la banca para expropiar, en el mismo proceso, empresas cuyas acciones estaban total o parcialmente en poder de las instituciones de crédito.

No habría razón para que expropiáramos, por decir un ejemplo muy conocido, algunos de los hoteles, porque no correspondía precisamente al espíritu ni a los fundamentos que dieron causa a la expropiación de las instituciones de crédito.

Por eso, sentimos y reafirmamos lo que me permití comentar ante el comentario de la diputada Carlota Vargas, de que existe intención del Ejecutivo de corresponder a ese espíritu del decreto expropiatorio, a esa letra del decreto expropiatorio, e iniciar próximamente el proceso de enajenación de aquellas empresas cuyas acciones estuvieran en poder de los bancos, total, minoritaria y marginalmente.

Vivimos en un régimen de economía mixta, un régimen de economía mixta que ha probado su fortaleza, sus beneficios, y sus posibilidades. Y es también, dentro de esta política de acción, que estamos a punto de iniciar este proceso de enajenación de empresas en poder de los bancos, pero no necesarias para el ejercicio de la función de la banca y el crédito.

También comento que aquellas empresas cuyas acciones estuvieran en poder de bancos y que por alguna razón tuvieran una posición prioritaria o estratégica desde el punto de vista de intereses del Sector Público, la consideración en esos casos, que son mínimos, sería otra.

Hace un momento también comentábamos que uno de los grandes méritos que podemos observar en este periodo de ajuste es la operación normal, eficiente y creciente de las instituciones de crédito mexicanas. Sobre ese particular, yo me permití hacer un reconocimiento a sus funcionarios, a los empleados medios y al personal bancario que trabaja en esas instituciones. Aquí quisiera comentar con ustedes algunas encuestas que hemos hecho en distintas instituciones de crédito, en donde efectivamente y afortunadamente se mantuvo la mayor parte de la planta de trabajo de esas instituciones. Un banco es una institución de confianza, y una institución de confianza la hacen, más que los edificios, más que las máquinas, más que las ventanillas y las instalaciones físicas, la gente, las personas, los funcionarios con los que el público trata todos los días.

Decía yo que hay algunas encuestas en donde se observan actitudes extraordinariamente positivas, por parte de los trabajadores y de los funcionarios medios de estas instituciones, actitudes solidarias con los intereses superiores del país, conscientes de la responsabilidad que implica manejar un instrumento tan importante como son los bancos en una economía sedienta de capital, sedienta de ahorro, sedienta de inversión.

Créanme que me da una satisfacción muy especial el poder comentar que la mayor parte de los trabajadores de los bancos han permanecido

en sus puestos, disfrutando de sus mismas prestaciones y sus mismas condiciones de trabajo; pero con un sentido de responsabilidad y de solidaridad que comparte la búsqueda y la defensa de los mejores intereses nacionales.

Repatriación de capitales: Ya hicimos algún comentario reciente. No pensamos que actitudes persecutorias, sanciones o castigos vayan a provocar la devolución de los capitales. Repito, será la confianza, como elemento fundamental, será el manejo realista y flexible de las tasas de interés y de la política cambiaria y, sobre todo, una política económica que oriente de modo más claro sus objetivos e identifique sus instrumentos; la única receta posible a esa repatriación que - repito con las mismas palabras - el país necesita, el país requiere y el país solicita.

Muchas gracias.

El C. Presidente: - Con su permiso, señor secretario, en virtud de haber transcurrido el término de cuatro horas señalado por el artículo 28 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso, esta Presidencia dispone que se prorrogue la duración de esta sesión hasta desahogar los asuntos en cartera.

Tiene la palabra el C. diputado Sergio Lara Espinosa.

Señor secretario: A fuerza de ser reiterativo; pero considerando que requiere una ampliación su comentario respecto a la reestructuración de la deuda, y además de que existen aspectos no analizados, me permito formularle algunas cuestiones que considero de interés nacional:

A mi entender, la reestructuración de la deuda plantea para el futuro previsible una situación difícil para cumplimentar, a partir de 1985, agudizándose mayormente durante 1987. Lo anterior, ya que al considerar la amortización del capital más los intereses, significa que el país deberá cubrir en pagos al extranjero una cifra que, para el primero de los años señalados,'(1985) fluctúa en un mínimo de 20 mil millones de dólares, y para el último (1987) en un máximo de 25 mil millones de dólares. Lo anterior, si acaso es que no se llega a incrementar el tipo de interés, expectativa no muy sostenible para el mediano plazo.

Es decir, que al considerar el ritmo de crecimiento de las exportaciones, cuyo nivel se ubicó durante 1982 en una cifra ligeramente superior a los 21 mil millones de pesos y no contar con otra fuente de aprovisionamiento de divisas, se antoja bastante difícil pensar razonablemente en la posibilidad de cumplir con los compromisos financieros recientemente negociados y pactados.. ¿ Significa esto, que habrá necesidad de iniciar un nuevo proceso de renegociación de la deuda para volver a diferirla hasta otros plazos que impacten en años aún más lejanos en un futuro? ¿ Puede considerarse que se han dado los pasos necesarios para generar los recursos que permitan el cumplimiento de estas obligaciones, o definitivamente existirá la necesidad de una nueva proposición? De igual manera desearía en relación con este tema, saber para sintetizar los aspectos de mi pregunta, si acaso el país se encuentra en un estado tal donde el monto mínimo de los compromisos financieros con el exterior superan el máximo de la capacidad de exportar y obtener divisas, de no ser éste el caso, ¿en qué año se igualan ambas funciones?, ¿y el país exportará la suficiente para comprar los insumos necesarios y cumplir todos los compromisos contraídos con anterioridad?

Respecto a deuda externa, considero que es lo sustancial, positivo y educativo; mas que pretender enjuiciar las condiciones de negociación con relación a otros países, o si las sobretasas o comisiones fueron mayores o menores o de si pudiéramos formar parte de un grupo de países que no enfrentan individualmente su historia.

Por otra parte, en repetidas ocasiones, las autoridades hacendarias han establecido que el deslizamiento del peso obedece a diversos factores, entre los que se encuentran el diferencial de inflación entre México y el resto del mundo, principalmente Estados Unidos, y los resultados observados en las cuentas de la balanza de pagos. La inflación mexicana continúa superando en muchos a la norteamericana, aunque al parecer, está exhibiendo una tendencia descendente. En cuanto a la situación externa, no hay duda de que ha mejorado el superávit en la cuenta comercial; llegó en septiembre de 1983 a 9 mil 700 millones de dólares, cuando apenas un año antes era de alrededor de 2 mil millones de dólares.

La secretaría a su cargo, seguramente ha estudiado los escenarios más probables para 1984, y tiene ya una previsión de la evolución de las variables que ha mencionado. A la luz de estas predicciones económicas, ¿cree usted que el ritmo actual de deslizamiento de nuestra moneda frente al dólar sea el adecuado para el año venidero?

¿Podemos esperar que no se dará en los meses venideros un ajuste violento de nuestra moneda frente al dólar, como la sucedida en 1976 y 1982?

Sabemos que no tiene usted bola de cristal, pero por otra parte, toda política económica debe tener predicciones y programas a corto, mediano y largo plazo. ¿Cuándo podremos ya esperar un tipo de cambio estable que evite ver al dólar como recurso de ahorro doméstico y especulación?

Muchas gracias por su respuesta.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: - Muchas gracias, señor diputado Lara Espinosa. En realidad sus comentarios se centran en dos temas importantes, decisivos: La reestructuración de la deuda y el problema de la política cambiaria. Efectivamente, como usted apunta, tenemos la responsabilidad de hacer pronósticos, y obviamente que los tenemos para el años de 1984; las tenemos a pesar de ese

dicho de que los pronósticos son buenos siempre y cuando no sean hacia el futuro.

Yo quisiera empezar con el tema de deuda y hacer algunos comentarios. El primero que haría es que nuestro país, en el año de 1983, al finalizar el año de 1983, será un país menos endeudado en términos reales que en el pasado. Esto no ha sido comentado; ha pasado un poco desapercibido el hecho de que en términos reales en este año de '83 se provocó un proceso de desendeudamiento importante.

Hemos bajado de una deuda total equivalente al 68% del producto interno bruto a una, que al finalizar el año '83, será de alrededor de 57% del producto interno bruto. Es decir, por primera vez en muchos años se inicia un proceso en el que el país se desendeuda. Y esto sucedió, tanto en el caso de la deuda interna como en el caso de la deuda externa.

Sin duda que nos va a facilitar, si logramos mantener este proceso en los próximos años, el manejo de muchos instrumentos de política económica que en este momento están atados, prácticamente atados, a la atención del servicio de la deuda al cumplimiento de las obligaciones financieras que el país tiene en el interior y que el país tiene con el extranjero.

En 1981 la deuda creció en 51% - me estoy refiriendo a crecimiento sobre los saldos anteriores - . En '82 creció el 11% porque en los últimos meses tuvimos prácticamente cerrado, o cerrado el mercado de dinero y capitales para nuestro país. En este año de '83 creceremos el 8%, y pensamos que en '84 el crecimiento previsto de nuestra deuda, según la solicitud que hacemos a esta soberanía es para registrar un incremento del 6% en el año de '84, es decir, vamos con tasas de crecimiento, pero tasas de crecimiento descendentes.

El esfuerzo de reestructuración de la deuda pública mexicana fue un esfuerzo importante que ha sentido pautas y ha sido útil para que el resto de los países amigos puedan conocer la experiencia nuestra en que, repito nos tocó ser pioneros y pedimos lograr algunos avances importantes. Algunos otros países están aprovechando algunos de los pasos dados por México y están tratando de obtener ventajas adicionales y condiciones mejores. ¡Y qué bueno que así suceda!

Ahora, en la solicitud que estamos haciendo para el año '84, nosotros tendremos el respaldo de una política económica de un comportamiento en el manejo de la negociación de la reestructuración de la deuda externa, que indiscutiblemente nos facilitará la obtención de mejores condiciones, de mejores términos, para el endeudamiento que México obtendrá el año próximo.

En este esfuerzo de reestructuración, por primera vez - y esto sentó precedente - incluimos en la deuda reestructurable todo lo de por vencer en '82, todo por lo vencer en '83 y todo lo correspondiente a '84.

La mayor parte de los países, sobre todo de América Latina, sintieron e interpretaron que este era un problema cuya solución era más fácil y solicitaron en una primera etapa que lo reestructurable se limitara sólo a un año. Ahora están modificando muchos de esos convenios, muchas de esas negociaciones para tratar de cubrir un campo como el que México cubrió desde el primer momento.

Sí tenemos una joroba - así se dice en la jerga estadística financiera - de pagos en el año '85 y de pagos en el año de 1987. Una joroba importante que para 1985 está prácticamente resuelta. Tenemos identificadas las fuentes de recursos que nos permitirán atender las necesidades que por un total de poco menos de 10 mil millones de pesos, tendremos que cubrir en ese año de 1985.

En el año de '87, esta joroba o esta concentración de pagos de capital y de intereses es mayor, y plantea cifras como las que usted apuntó en su pregunta. Ahí la política fundamental que estamos siguiendo es la de tratar de restablecer las condiciones normales en nuestros flujos financieros y crediticios que nos permitan el reingreso al mercado en condiciones más normales, o sea, retornar a la normalidad en el flujo financiero y crediticio del país con el exterior. Si logramos esto de aquí a 1987 y hay un buen lapso para poder hacerlo, sentimos que el problema que en este momento se plantea casi de carácter estadístico por una concentración excesiva en los pagos, podrá ser resuelto con operaciones financieras normales, así como lo hemos hecho en el pasado, como sucede en la actualidad con cualquier deudor en sus transacciones normales que nunca plantea el pago en las fechas definitivas de amortización, sino que le da a su operación financiera, a sus operaciones de crédito un trato recurrente en el que se repite, se paga y se vuelve a obtener de una manera más o menos permanente.

Si en este momento le pidiéramos a la Tesorería de los Estados Unidos que cubriera las letras de tesorería que tienen en circulación y que deben ser pagadas el próximo viernes, seguramente la respuesta con la que nos encontráramos sería de que no había la capacidad para hacerlo, por lo menos no habría sin un efecto muy sensible en los déficits de la Tesorería del Gobierno de los Estados Unidos. Es muy posible que el próximo se pague el 10% y se renueve el 80 o el 90%, pero eso sucede porque hay una relación normal en el mercado, porque el tiene en su poder esa letra de tesorería le interesa conservarla, por el interés que le produce y porque sabe que tiene la liquidez suficiente para, en caso de emergencia, poderla cambiar, vender, enajenar.

Ese es el objeto que nosotros estamos persiguiendo para el año de 1987: tener un retorno normal al mercado que nos permita reiniciar, volver a condiciones en las que hemos vivido durante los últimos años y en donde un vencimiento se renueva con un crédito nuevo, manteniendo la deuda su mismo nivel vigente.

Sin embargo - regreso un poco a la pregunta básica y a la respuesta que me permití comentar del señor Gershenson - , el problema de la

deuda externa es un problema que está planteando retos importantes en las relaciones económicas, comerciales y financieras de todos los países del mundo; no es posible pensar que los países en desarrollo, alta o medianamente endeudados, vayan a poder cubrir sus endeudamientos si no se dan facilidades adicionales para aumentar el ingreso de divisas a estos países, y esto esencialmente quiere decir mayores facilidades de exportación .

Nosotros, este año de 1983, exportaremos 16 mil millones de dólares en números redondos, de petróleo y una suma semejante para el año próximo, pero lo que requerimos en multiplicar por varias veces la suma de exportaciones de productos no petroleros que teníamos en el año '82, que tenemos en el año '83 y que seguramente tendremos en el año '84.

Segunda parte de su pregunta. Hay dos cambios dramáticos en el comportamiento de la economía de nuestro país en este año. Uno, ya lo dijimos, el ajuste en las finanzas públicas, el cumplimiento cabal del objetivo que nos habíamos trazado, aun a pesar de que durante ciertos momentos se vio este objetivo como un objetivo difícil de cumplir. El otro cambio dramático está en el sector externo de nuestra economía, tenemos ahora un superávit en nuestra cuenta corriente, un superávit enorme en nuestra cuenta comercial, casi por primera vez en tres décadas en cuenta corriente sobre todo; un superávit que contrasta, y lo digo aquí con dos o tres números: '81, déficit en cuenta corriente 15 mil millones de dólares - a lo mejor un poco más - . Superávit este año de '83 entre tres y cuatro millones de dólares terminaremos el año.

El cambio es brutal, dramático y pocas veces acontece un cambio así de drástico en una economía grande como es la nuestra. Se dice que es por una caída brutal de las importaciones y esto parcialmente es cierto. Las importaciones en '81 habían sido excesivamente altas y ahora están recuperando un nivel que todavía sigue deprimido de lo que pudiera pensarse como más normal, pero definitivamente en un proceso ya de recuperación y de mayor liga con la actividad económica nacional.

En los últimos meses hubo comportamiento alentador en la exportación de productos no petroleros; es cierto que muchos hubiéramos podido pensar que con la política cambiaria, con la devaluación del peso el artículo mexicano hubiera sido muy atractivo y se hubiera vendido de una manera muy activa y dinámica, y esto ha sucedido en parte, no en la proporción que le hubiera pensado, porque son procesos que esencialmente toman tiempo para desarrollarse; el que un productor nacional orientado casi exclusivamente al mercado interno piense en un momento determinado en mandar el 50% de su producción al exterior; no es algo que pueda obtenerse de la noche a la mañana, sino que requiere del establecimiento de una infraestructura técnica, física y humana que toma un número de meses o de años mayor que el que uno quisiera: sin embargo, algunas señales aparecen de aliento significativo y que nos permiten pensar - como lo decíamos en relación con otra pregunta - , que aquí en el sector exportador, teniendo de vecino al mercado más importante del mundo, podemos pensar en que pueda convertirse en un sector, en una actividad de fuerte impulso y aliento a la actividad económica en general.

¿Cuándo podríamos pensar en tener un tipo de cambio estable? No sé si el término que está usando es sinónimo de tipo de cambio fijo; si fuera tipo de cambio fijo, casi me atrevo a pensar que esa época de los tipos de cambio fijos es una época pasada; es una época pasada para México, en respuesta y en reacción a lo que acontece en el resto del mundo. Los tipos de cambio fijos han dado su lugar a fluctuaciones, claro, dentro de una banda, dentro de un rango moderno, pero que permite el dar cuenta de las entradas y salidas de divisas de un país a otro, y que permite registrar el que el marco subió equis porcentaje la semana pasada o el franco francés tuvo un descalabro de tales puntos, hechos que se han convertido en noticias frecuentes en la prensa nacional y en la prensa internacional.

Sí, es intención de las autoridades financieras del país mantener el tipo de cambio dual, una política cambiaria flexible, con un desliz anunciado en el tipo de cambio libre y en el tipo de cambio controlado de 13 centavos diarios. Esto es una política cambiaria flexible, pero estable, y nos permite, esa es su esencia verdadera contemplar el futuro, hasta donde es posible verlo, con la certidumbre de que cambios bruscos en la paridad no tendrán lugar. Precisamente, este diseño de esta política cambiaria, con tipo de cambio dual y con desliz permanente, es uno de los instrumentos fundamentales que nos permitirán evitar, de modo muy claro y terminante los cambios bruscos, como los que conmocionaron a la opinión pública nacional en fecha reciente.

Creo que sería, señor diputado, lo que tendría que comentar. Muchas gracias por su pregunta.

El C. Presidente: - tiene la palabra el C. diputado Héctor Ramírez Cuéllar.

El C. Héctor Ramírez Cuéllar: - Señor secretario: Usted hizo dos afirmaciones respecto de la nacionalización de la banca privada que no corresponden ni a la realidad ni al contenido del decreto que usted firmara, como secretario de Hacienda. Dijo usted que ese decreto no pretendía extender el alcance de la nacionalización a las empresas, que no era la intención el utilizar la expropiación bancaria para expropiar empresas. En el artículo 1o. del decreto que tengo a la vista, se señala muy claramente que se incluyen las acciones y las participaciones de la banca en las empresas. Usted hace una interpretación caprichosa, sujeta a motivos políticos, cuando afirma que se refiere a aquellas empresas que son indispensables para el funcionamiento de la banca. Eso, señor secretario, no se encuentra contenido ni explícita y implícitamente en el decreto. Ahora

bien. ¿Por qué sí se incluye la expropiación de la empresas en el artículo 1o.? La razón está en el tercer párrafo del histórico decreto, que dice: "Los empresarios privados, a los que se había consecionado el servicio de la banca y del crédito en general, han obtenido con creces ganancias de la explotación del servicio, creando, además, de acuerdo a sus intereses, fenómenos monopólicos con dinero aportado por el público en general, lo que debe evitarse para manejar los recursos captados con criterios de interés general y de diversificación social y del crédito, a fin de que llegue a la mayor parte de la población productiva y no se siga concentrando en las capas más favorecidas de la sociedad".

En este párrafo, el Ejecutivo reconoce un hecho que ahora se trata de soslayar: la participación creciente de la banca en empresas industriales y comerciales y la tendencia al acaparamiento, a la monopolización de los recursos bancarios; por esa razón, entre otras, es que se tomó el acuerdo de expropiar los bienes de la banca, porque estaban los recursos excesivamente concentrados en empresas industriales y comerciales. Ahora bien, dice usted que sólo se detendrán las empresas que sean útiles para el funcionamiento de la banca, no encontramos ninguna, señor secretario, en la práctica todas, o casi todas, con ese criterio subjetivo que usted a expuesto, serán enajenadas a los particulares, porque la absoluta mayoría de las empresas expropiadas, no eran empresas financieras, eran empresas industriales, comerciales y de prestadoras de servicios; es decir, ahí se encontraba un importante activo del capital bancario. Nosotros, cuando usted ha expuesto estas opiniones, que nada tienen que ver con el decreto ni en su letra ni en su espíritu, se nos antoja llegar a la conclusión de que esto se debe a una simple negociación política con los grupos afectados, usted lo reconoció cuando afirmó que era parte de la negociación por la indemnización bancaria. Es lamentable que esas empresas que por ley están expropiadas, no haya sido posible hasta hoy integrarlas al Sector Público; si no todas las empresas, por lo menos aquellas que estén entre los rubros del Plan Nacional de Desarrollo, por lo menos aquellas empresas de carácter prioritario, de carácter fundamental, porque las hay, eran propiedad de los banqueros, no solamente había hoteles, sino había empresas de la química, de la petroquímica secundaria, del comercio, es decir, empresas que podrían entrar al Sector Público dentro de los lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo. Nosotros discrepamos, señor secretario, de este criterio tan discrecional y tan apartado del decreto que usted mismo firmó en aquella ocasión memorable.

Nuestra pregunta se circunscribe a la política de precios que se anuncia en la Ley de Ingresos. Se habla de la necesidad de sanear las finanzas de las empresas públicas y esto nos parece positivo porque somos partidarios, como usted bien lo sabe, del fortalecimiento de las empresas del Sector Público. Pero la duda surge en nosotros cuando se habla de adoptar precios realistas en los bienes y en los servicios que prestan estas empresas. Hasta ahora, esta concepción de precios realistas se ha materializado en aumentos generalizados de precios, que no guardan ninguna proporcionalidad; que no atienden a las diferencias de las clases sociales; que no obedecen a los diferentes ingresos de la población y que tal parece que no existieran diferencias sociales en México, porque los precios se han elevado en forma indiscriminada, no equitativa y generalizada. Esto nos conduciría a concebir a la empresa pública como una empresa privada de carácter mercantil y a degenerar el comercio esencial que tienen esas empresas.

Nosotros pensamos que con mucha frecuencia, en aras de introducir disciplina financiera al Sector Público, se introducen criterios válidos para la empresa mercantil y que a la hora de aplicar los precios de las tarifas naturalmente que afectan a todo el pueblo. Un ejemplo concreto serían los hidrocarburos. No es posible que la elevación de los hidrocarburos sea general, sino debe atender, a nuestro juicio, a criterios diferenciales. No es lo mismo el consumo de gasolina para los automóviles suntuarios, que el consumo del diesel para la producción agrícola; no es lo mismo la gasolina para los millonarios que la gasolina para el transporte federal y de carga, es decir, debe haber, a nuestro juicio, aumentos, pero estos deben ser evidentemente proporcionales.

Y aquí también en la Ley, se habla de la evasión fiscal. Se reconoce que hay una alta evasión sobre todo en los contribuyentes que están por encima de los 500 millones de pesos, y se anuncian auditorías directas a esos contribuyentes; pero, por otro lado, en las partes finales del decreto de la ley que estamos examinando, se contienen todavía distintas atribuciones que solicita la Secretaría de Hacienda para mantener subsidios a un conjunto de empresas como la de refrescos embotellados, como la de fabricación de automóviles de carga, de terminal, es decir, se insiste en mantener una serie de subsidios que desde nuestro punto de vista no se revisan oportunamente.

No sabemos, mejor dicho, sí sabemos, que muchos subsidios se entregan de una vez y para siempre, y que la Secretaría de Hacienda no revisa la anualidad de la eficacia de esos subsidios, si en verdad los subsidios han fortalecido a la planta productiva o sólo han fomentado la ineficiencia o la corrupción; nuestra pregunta es:

¿No sería conveniente que se revisaran los subsidios a las grandes empresas por lo menos cada año, y que en el caso de que los subsidios realmente sólo sobreprotegieran demasiado a la empresa privada esos subsidios se eliminaran? ¿No sería éste un cambio más sano para el financiamiento fortalecido de las empresas del Sector Público? Muchas gracias.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: - Muchas gracias, señor diputado Ramírez Cuéllar.

Calificó usted mis comentarios alrededor de las empresas en poder de los bancos, como caprichoso y político. Por político entiendo dogmático, o defensa de alguna posición predeterminada.

Yo quisiera agradecerle sus primeros comentarios sobre este punto, es un tema igual al de su compañero de partido y es igual que el que usted se sirvió hacerme el año pasado en esta comparecencia, en la que tocó este problema de la banca nacionalizada.

Definitivamente, el 1o. de diciembre de 1982 se expropiaron los bancos y todo lo que es necesario para el ejercicio de la función de banca y crédito. La lectura del artículo 1o. del decreto, que me voy a permitir hacer, en virtud de que ha surgido en varias ocasiones, creo que está completo, dice lo siguiente: "Artículo 1o. del derecho expropiatorio: "Por causas de utilidad pública se expropian a favor de la Nación las instalaciones, edificios, mobiliarios, equipo, activos, cajas, bóvedas, sucursales, agencias, oficinas, inversiones, acciones o participaciones que tengan en otras empresas, valores de su propiedad, derechos y todos los demás muebles, inmuebles, en cuanto sean necesarios a juicio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, propiedad de las instituciones de crédito privadas a las que les hayan otorgado concesión para la prestación del servicio público de banca y crédito".

De tal manera que, a nuestro entender, este artículo 1o. del decreto expropiatorio, limita de modo muy claro que la expropiación de que estamos hablando es de los bancos y de lo que se necesita para ejercer la acción bancaria.

De ninguna manera considera empresas tan variadas como de turismo, mineras, de transporte o de comercio, que eran mayoritarias, minoritarias o marginalmente propiedad de los bancos mexicanos.

Sin embargo, señor diputado Ramírez Cuéllar, su punto de vista yo no lo califico más que de otra manera y lo respeto profundamente como de político, entendiendo por político la defensa de una posición predeterminada.

Política de precios y tarifas. Está usted de acuerdo con sanear la empresa pública, pero para sanearla no está muy de acuerdo en el aumento en los precios.

Y bueno, ojalá y se pudieran hacer las cosas así por buena voluntad; pero, desafortunadamente, si queremos sanear la empresa pública tenemos mucho qué hacer al lado del gasto: de reducción, de desperdicios, despilfarros y corruptelas. Pero indiscutiblemente que tenemos que hacer otro tanto o más, en ocasiones, del lado de los ingresos. Y para ello, dolorosamente, como cuando hay que sacar una muela, que uno quisiera que la pudieran extraer sin dolor, así también es necesario aumentar precios, aumentar tarifas de bienes y servicios del Sector Público o del Sector Privado o del Sector Social.

No se trata de hacer de la empresa pública una empresa mercantil, pero sí se trata de evitar que la empresa pública siga generando déficits que absorben los pocos recursos que el Sector Público se puede allegar por impuestos, por crédito interno o por crédito externo.

Aquí, usted estará de acuerdo, en el que en materia de empresa pública tenemos que realizar en los próximos años para reducir gastos, para aumentar ingresos, para aumentar eficiencia y en algunos casos aumentar precios y tarifas. Y esto no lo hace empresa mercantil, yo creo que el distingo fundamental no es tanto la obtención del lucro, sino para qué se usa el lucro.

Y en el caso de la empresa pública queremos empresas públicas rentables, eficientes, que de ser posible generen utilidades, porque es la única manera generando utilidades, en que podrán cambiar, podrán comprar otra máquina que les permitirá hacer las cosas que están haciendo, si no la máquina tendría que salir de un subsidio del Gobierno Federal y volveríamos a las andadas; tendría que provenir de un crédito que después no se pagaría y que el Gobierno Federal tendría que asumir. Si hay generación de utilidades en las empresas públicas, qué bueno, porque ésta será la mejor manera de garantizar su crecimiento, su fortalecimiento y la mejor capacidad para atender las necesidades sociales.

De qué sirve una empresa de subsidio si su servicio se deteriora permanentemente y a los pocos años tendrá que cerrar porque no tendrá ni siquiera suficiente numerario para pagar los sueldos y los salarios o la compra de las materias primas.

No es una política de precios y tarifas ciega a los intereses generales, se trata de adecuar y de ajustar el manejo de estos precios y de estas tarifas del modo en que más se puedan proteger lo intereses generales, y lo digo con la mayor amplitud y con la mayor sinceridad. Se trata de aumentar los precios de aquellos artículos que menor efecto puedan tener, en los consumos, en el nivel de vida, en el bienestar de las clases mayoritarias del país.

Acabamos de aumentar el precio del maíz, el precio garantía del trigo. Los subsidios para este año de 1983 en materia de tortilla son 20.50 pesos por kilo; en materia de frijol son 21.50 pesos; por cada litro de aceite, 42 pesos; por cada pieza de pan, 1.20 pesos. El monto total de subsidios nada más para estos artículos y algunos otros que no menciono para no hacer larga la lista, es de 178 mil millones de pesos.

Aquí se trata precisamente de manejar este difícil equilibrio entre aumentar precios y tarifas y defender el consumo de los grupos mayoritarios, el nivel de vida de los grupos mayoritarios y, claro, no rechazo ni desconozco que este programa de ajuste o que este proceso de ajuste que - repito - se hubiera dado con programa o sin programa, ha tenido efectos negativos en el nivel de vida de muchos, de muchos mexicanos.

Se plantea, se señalan y se identifican estos problemas, me gustaría, con propósitos creo que muy constructivos, escuchar alternativas de cómo podríamos mejorar la empresa pública sin aumentar precios ni tarifas,

y de cómo podemos aumentar precios y tarifas sin afectar de alguna manera el consumo, el bienestar, el nivel de vida de grupos mayoritarios de la población.

Tiene mucha razón, señor diputado Ramírez Cuéllar, los subsidios deben y son revisados anualmente en el campo de muy diversos sectores, hemos adoptado una actitud muy restrictiva en materia de concesión de subsidios, sobre todo en concesión de subsidios en donde había la más ligera pretensión de que para lo que servían los subsidios era no para aumentar el volumen de producción o mejorar la productividad de la empresa, sino sólo para elevar las utilidades cuyo destino posterior después será desconocido.

Los subsidios se están cortando y limitando en forma drástica, y concentrando esencialmente en lo que acabo de mencionar, en aquéllos en donde el Gobierno siente la necesidad, y así lo dice el documento de Criterios Generales de Política Económica de seguir apoyando con actitud de subsidio el consumo mayoritario de la población. Un ejemplo notorio es el Metro, cuyo costo por pasajero en este momento es cercano a los 15 pesos por pasajero. Sobran aquí los comentarios. Gracias, señor diputado.

El C. Presidente: - ¿Desea replicar el señor diputado?

El C. Héctor Ramírez Cuéllar: - Señor secretario, quisiera hacer algunas precisiones respecto a su respuesta: Efectivamente, nosotros hemos insistido en nuestras preguntas en el funcionamiento de la banca privada, de la banca nacionalizada ahora, pues es el triunfo más grande que México ha tenido desde el Gobierno de Cárdenas, y como es un triunfo tan importante, pensamos debe cuidarse y debe conservarse, debe mejorarse.

Sus opiniones son trascendentes porque es secretario de Hacienda, por eso nos preocupan, si no tuviera ese rango no habría problema;

Esto nos conduce a pensar si usted insiste en que esa es la razón por la cual se van a vender las empresas. La pregunta que queda sin respuesta, quizá es: ¿por qué se incluyeron las acciones, las inversiones y las participaciones en el artículo 1o.? Si el Gobierno Federal no pretendía expropiar empresas, ¿por qué están incluidas en el artículo 1o.? y ¿por qué existe en esta forma redactado el proyecto de este decreto?

Si es preocupante lo que usted dice acerca de cómo concibe el saneamiento a la empresa pública. Usted nos ha hablado de los subsidios que más directamente van al pueblo o que pretenden ir al pueblo, y se ha hablado de los subsidios a la tortilla, al pan, etcétera. Por usted mismo y otros funcionarios han reconocido que muchos de esos subsidios no llegan verdaderamente al consumidor, sino que se quedan en una estela de acaparadores y de grandes industriales. Por ejemplo, nadie ignora que el subsidio a la tortilla, en gran medida, no se va al consumo de la tortilla, sino se queda en los bolsillos de los grandes propietarios de molinos de nixtamal.

Pero realmente nosotros no estamos en contra de los aumentos por sí mismos, sino simplemente estamos a favor de aumentos de carácter diferencial.

Usted ha dicho que se erogan 178 mil millones de pesos por concepto de subsidios de este tipo, y qué bueno que se eroguen, hasta donde éstos logran aliar la crisis económica. Pero lo que no hemos sabido aquí es de qué se erogan 350 mil millones de pesos, por parte del Gobierno para estímulos de apoyos a la empresa privada, y, sin embargo, no hemos visto hasta hoy un repunte importante en la producción.

Nosotros pensamos que el subsidio no debe desecharse como política económica, por sí mismo, sino que el subsidio es un instrumento de redistribución del ingreso que con frecuencia olvidan los monetaristas. El subsidio, cuando se aplica para mejorar la distribución de la riqueza, tiene un efecto positivo y lo defendemos, porque el subsidio implica obtener recursos del gran capital, de las grandes empresas, de los que tienen altos ingresos, y trasladar parte de esos ingresos a grupos de la población más pobre y de menores ingresos, y en ese sentido no se puede negar que el subsidio cumple un papel de carácter popular muy importante.

De otra manera, si se negara esto y sólo se planteara lo que usted dice de buscar utilidades, yo quisiera preguntar ¿cómo le va a hacer la CONASUPO para obtener utilidades, si no es elevando los precios de los alimentos que distribuye? ¿Qué acaso la CONASUPO se creó para generar utilidades o se creó para llevar alimentos baratos para el pueblo? Muchas gracias, señor secretario.

El C. Secretario de Hacienda: - Señor diputado Ramírez Cuéllar, voy a tratar de ser específico en algunos comentarios adicionales: Obviamente no se trata de hacer una gran empresa pública de servicio, como es la CONASUPO, una empresa que obtenga utilidades. El objetivo esencial de esa institución - usted lo dijo - es actuar de manera directa en el mercado de diversos productos para facilitar el consumo de las clases populares, y lo ha hecho de manera creciente e importante en el curso de los años. Lo que se trata es de evitar que muchas otras empresas, que no caen dentro de la definición que usted apunta, tampoco lo pretenderíamos en el Hospital de la Raza o en las escuelas, para un poco agregar a su argumento. Pero no es ese punto, sino el punto es que hay un número importante de empresas públicas, cuyo criterio no debe ser tampoco el que usted les asigna de tener utilidades; su objetivo debe ser el cumplir con la función para la que fueron creadas, cumplir con la responsabilidad de carácter social para la que fueron establecidas, y para poderlo cumplir se requiere, a nuestro juicio, tener una posición sana desde el punto de vista financiero, y esa posición, sana desde el punto de vista financiero quiere decir que tenemos que

actuar con mayor rigor, con mayor disciplina, con mayor profesionalismo en materia del gasto y en materia del ingreso. Y creo que si ponemos las cosas así, estaría usted, creo, totalmente de acuerdo con este tipo de afirmación. No se trata de hacer de la empresa pública una fuente de utilidades, simplemente que cumpla mejor con su función social, y para cumplir con su función social requiere de una mejor posición de carácter financiero.

Hay un poco del problema que nos ha pasado en los últimos años, que se nos olvidó mirar a los recursos, mirar al ingreso, y se decía: "Hay esta necesidad, pues hay que atenderla y hay que hacerlo en mayor medida", y se hacía. Pero, señores, no nos pusimos a ver los ingresos. Un poco el acento que quiero yo trasmitir es que en estos próximos años el país; la sociedad, los sectores, los individuos van a tener que voltear la cara y dedicar una buena parte de su atención a ver si existen los recursos para poder apoyar determinado gasto o hacer determinada inversión.

Hay muchas empresas públicas dedicadas a la producción de servicios, que actúen con criterios semejantes a los del Sector Privado, y hay una infinidad de ellas, en donde el campo para mejorar su comportamiento social y financiero es también enorme.

Estoy de acuerdo con usted en que en un mundo ideal lo mejor sería el poder establecer precios diferenciales y que la tortilla tuviera un precio para determinado grupo de población y otro para otro segmento de la población, seguramente usted tendría que pagar la tortilla un poquito más cara que la que en este momento existe, para buscar un equilibrio razonable. Sin embargo, esto en la vida real no es fácil, ojalá y pudiéramos hacer esos cortes y distribuir los precios de estos distintos artículos fundamentales, de conformidad con la capacidad, con la necesidad que tienen estos sectores y estos segmentos.

Las prácticas de políticas diferenciales las hemos usado en algunos otros años, estableciendo que el precio para tales sectores económicos o geográficos es de tal de este producto y de tanto otro para este otro, y esta cadena de intermediarismo, a la que usted aludía como cadena que detiene la efectividad de los subsidios, se multiplica de una manera extraordinaria, y en unos días, semanas o meses el comercio que se está provocando entre los de bajo precio y lo de alto precio, es absolutamente inmanejable. Claro que en la medida en que sea posible introducir mecanismos discriminatorios que defiendan los intereses generales, lo deberemos hacer. Y en cuanto a tesis y a conceptos, nuestra coincidencia total.

Hay en esta política de revisión de precios y tarifas alguna orientación de cambio estructural; por ejemplo, en materia de gasolina, el consumo por automóvil que hacíamos los mexicanos era 57% superior al que se hacía en los Estados Unidos y tres veces mayor al que se hace en Francia. Y es sencillamente porque el precio de la gasolina era tal que no entraba prácticamente en los procesos de decisión de consumo de la gran mayoría de la población. Estos ajustes recientes, están haciendo a todos, incorporar en nuestras decisiones de comportamiento de consumo, de comportamiento general, ya el precio de la gasolina, y estamos viendo con toda claridad un descenso en el aumento de la demanda de este hidrocarburo.

Y ese es un poco, señores, el reto fundamental al que nos vamos a enfrentar en estos próximos años, en que vamos a tener que mirar con mayor cuidado y mayor atención a los verdaderos recursos de que dispone el país. Y un poco aquella etapa - como lo comentábamos a propósito de la sustitución de importaciones - en que era más fácil traerlo de fuera que hacer el esfuerzo para hacerlo dentro, se han acabado y es una oportunidad extraordinaria para todo aquel que tenga espíritu creativo e imaginación para que ponga ese mejor esfuerzo y nos ayude a toda la sociedad a resolver un problema que esencialmente reside en que habrá que ajustarnos más a los recursos de que dispone el país.

Sólo simplemente para concluir este comentario, no sé exactamente de dónde sale la cifra de 350 mil millones de pesos de apoyos y subsidios a la empresa privada. No es ni está con mucho, dentro de la cifra de subsidios, probablemente tenga ahí incorporada alguna cifra que corresponde más bien a corrientes de crédito, a algunos sectores del aparato productivo nacional. Sin embargo, estaría yo a sus ordenes para tratar de aclarar ese concepto.

Y para terminar, y volviendo al problema de las empresas, porque sí me interesa mucho, de las empresas en poder de los Bancos, el reiterar que éste no es un cambio que se haya dado en los últimos días o en las últimas fechas. A lo largo de este año, en el que la información ha sido muy abundante, ha habido muy reiteradas ocasiones en que muy diversos funcionarios del Gobierno no han hablado en forma reiterada, y representantes de la sociedad diversos, de que las empresas en poder mayoritario, minoritario o marginal de los bancos, serían enajenadas. Simplemente voy a reiterar una expresión que tengo aquí anotada, que fue hecha muy inmediatamente después del decreto expropiatorio y creo que de modo claro, y claro por diversas razones, trasmite de que nunca ha sido intención del Gobierno de la República ampliar el alcance de la expropiación de los bancos. Y dice - perdón por la repetición - el Gobierno no tiene intención de quedarse con las empresas propiedad de la banca, en su momento las acciones se pondrán a la venta, e incluso se podrán usar para indemnizar a los antiguos dueños. Gracias, señor diputado.

El C. Presidente - Tiene la palabra el C. diputado Cándido Díaz Cerecedo.

El C. Cándido Díaz Cerecedo: - Señor secretario de Hacienda y Crédito Público: Primero, por mi origen indígena y campesino de lo más pobre de la población mexicana,

cosa que me enorgullece sinceramente, estuve ligado, sufrí en carne propia las grandes miserias que una gran población del pueblo durante muchos años ha sufrido; después, como miembro Socialista de los Trabajadores, en mi correr por la patria encontré que los problemas que vi a nivel regional, a nivel local, eran los mismos también en el ámbito nacional.

Así, para el campo, falta de crédito oportuno, suficiente, barato; la comercialización que deja manos libres a una alta intermediación innecesaria, el cacicazgo que dificulta la democratización política, económica y social del país, la oposición, producto de una política equivocada a nuestro ver, entre la ganadería intensiva y la agricultura, que son renglones complementarios y que debían marchar armónica y coordinadamente; el problema de la crisis educativa; la política internacional de autodeterminación y la discusión pacífica de los problemas entre las naciones; el analfabetismo cultural y político que son una rémora en el proceso de democratización de la patria; la inadecuada clasificación de las tierras dedicadas a la ganadería y la agricultura, que en mucho impiden la suficiente producción de alimentos que nos haría autosuficientes y afirmar nuestra Soberanía, la falta de vivienda en el campo y en la ciudad; la falta de funcionalidad en las que existen; la falta de una ley inquilinaria que pone a los inquilinos a merced de la voracidad desmedida y hasta criminal de los casatenientes; la falta de trabajo para grandes masas del campo y la ciudad que los hace ir a buscar el pan al extranjero y los del campo a la ciudad; la corrupción de funcionarios en los distintos niveles y en los grupos privilegiados de la economía nacional en fin, toda esta cadena de problemas, podrían completar un catálogo que llevados al plano de la economía, al plano del campo desde donde deben canalizarse y resolverse, nos permitirían formular toda una serie de preguntas.

Pero las intervenciones doctas, eruditas, completas, con que se han ceñido al rigor técnico y científico de la materia; las respuestas que han dado cada una de ellas han respondido a muchas de estas inquietudes que el público esperaba y que nosotros, con impaciencia, con interés, hemos también esperado

En tal virtud, no voy a hacer más que dos interrogantes, quiero hacerlas en la forma que las haría el grupo más desvalido, más desprotegido, más abandonado de la patria. Quiero preguntarle a usted lo que le preguntarían los campesinos que en este momento, alrededor de un guaje de agua y unas tortillas con chile, sentados en plena tierra, le harían y que están allá en la sierra del campo mexicano. Quiero hacerle las preguntas que le haría el grupo de desvalidos que se arremolinan en el escaparate donde hay una televisión que ellos no pueden comprar, porque no tienen ni para comer, porque no tienen trabajo. Quiero preguntarle a usted en la forma más sencilla, como le preguntarían los que también se aglomeran en el corredor de una casa ajena donde existe una televisión.

Mucho, y en forma muy elocuente, en una forma muy precisa - que yo aplaudo y alabo y admiro - se ha dicho sobre el tema. Pero yo quiero concretar, a nombre de ese sector con el que me siento íntimamente vinculado, y preguntarle a usted, señor secretario, respetuosamente: ¿Va a mejorar la situación de México en el año fiscal 1984? ¿Va a permanecer igual? ¿Va a empeorar? Y en consecuencia, la situación de este grupo marginado de la patria, ¿Va a mejorar? ¿Va a seguir igual? o ¿Va a empeorar?

Lo que aquí se ha dicho nos permitiría responder con alguna precisión estas interrogantes; pero como es usted la máxima autoridad en la economía del país, el que tiene la responsabilidad toral en ese sentido, quiero encarecerle que las responda para que ese sector las escuche precisamente de usted. Muchas gracias.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: - Con el mayor respeto, don Cándido, hemos escuchado este planteamiento que usted hace y que resume de un modo muy claro algunas de las preocupaciones fundamentales que aquejan a la gran mayoría de la población mexicana.

Yo creo que podemos decir, con el reconocimiento pleno de todas las diferencias que implica esta afirmación, que en los últimos, en los últimos 40 años, México ha podido crecer, desarrollarse y mejorar en muy diversos campos de la vida nacional.

Me ha tocado en alguna ocasión comentar que durante estos 40 años, o casi 40 años, la gran mayoría de la población actual de México ha visto, y confieso sobre todo en los medios urbanos, ha visto la posibilidad de obtener una mejora grande, modesta o pequeña en el año siguiente. Podía acceder a un nivel superior de educación; mandar a sus hijos a un centro de educación que pudiera ofrecerle mejores facilidades; ampliar el pequeño taller, la pequeña fabrica, y desde el punto de vista de patrones de consumo, también pensar en alguna ligera, modesta, o gran mejoría en el año siguiente.

El gran reto por el que estamos pasando en este año de '83, es que México, por primera vez en esos 40 años, tiene un crecimiento negativo. Estimamos que para finalizar el año la economía nacional habrá decrecido en un porcentaje que deberá ubicarse entre 3.5, 4%. Es la primera vez que le sucede a nuestro país en 40 años. Y esto no resulta fácil captar, asimilar, entender, aceptar para la gran mayoría de la población mexicana; para el que vive en las ciudades, para el que vive en el campo; para el estudiante, para el que trabaja al servicio del Estado, le plantea un problema - me atrevo a decir - de asimilación fundamental, el que éste sea el primer año, éste de 1983, en el que debemos y podamos hablar de un deterioro en el nivel de vida de muchos mexicanos.

En estos 40 años tuvimos algunas fluctuaciones, siempre con alguna excepción mínima

en el terreno positivo, algunas veces con crecimiento de la economía por abajo del crecimiento de la población, lo cual implica deterioro o promedio, pero había crecimiento positivo, éste es el primero en que tenemos un crecimiento negativo. Y esto, señores, yo no me canso de decir y de reiterar, porque nos plantea un cambio al que no estábamos acostumbrados, de alguna manera la generación que ha vivido la mayor parte de su vida activa en estos últimos 40 años, se acostumbró a que el desarrollo económico era casi un proceso, un proceso estable que se aceptaba interrupciones o rupturas, aquí tenemos un problema de entender de que este proceso de desarrollo económico tiene, como hoy lo tenemos, un año en el que vamos para atrás, en que decrecemos en el valor de la producción de bienes y servicios que se genera en todo el país, y esto implica, así, sólo por conclusión inmediata un deterioro en el nivel de vida de la mayoría de la población. Y claro, en estos problemas de ajuste, los que forman los grupos mayoritarios y menos protegidos son los que mayor parte del sacrificio les corresponde.

¿Es esto un problema del programa del Gobierno? ¿Es, lo que está aconteciendo, consecuencia del programa inmediato de reordenación económica? O, ¿es un proceso que se hubiera dado de cualquier manera?

Yo quisiera aquí subrayar, pero muy claramente, que en ausencia de este programa o en presencia de otro programa, la caída en el valor de la producción en la economía nacional, el descenso en la tasa de crecimiento del producto interno bruto se hubiera dado, de cualquier manera - como lo señalamos anteriormente - con programa o sin programa. Con programa estamos obteniendo algunos logros importantes en algunas áreas; en reordenamiento del sector externo de balanza de pagos no podríamos haber continuado así; en reordenamiento de las finanzas públicas no hubiéramos podido continuar así tampoco; en abatimiento de índices de inflación no hubiéramos podido continuar con estos índices inflacionarios, pero también hay que reconocer que en este proceso, en esta evolución se ha provocado eso: un descenso en el nivel de vida de muchos mexicanos.

¿Que podemos prever para el año próximo? Desde un punto de vista económico, cuantitativo, estamos previendo un aumento del producto del 1% o un objetivo modesto, no estamos desatando la ambición y señalando metas sobre cuyo incumplimiento después tengamos que venir a presentar explicaciones.

Presentamos o preferimos plantear, como gran objetivo nacional, como parte importante del programa de política económica, la detección del crecimiento y el repunte prudente y modesto de nuestra economía.

Desde un punto de vista genérico, un crecimiento de 1% frente a un aumento de la población de 2.5% implica un deterioro, y seguramente el año de 1984, tenemos que decirlo y reconocerlo con verdad, planteará un deterioro en el nivel de vida de muchos mexicanos como sucedió en el año de 1983. Pero va a ser una proporción mucho menor; primero, porque el producto ya no va a decrecer 3 o 4%, sino que va a crecer, si es que los pronósticos son acertados, en 1%; la inflación pensamos que la podemos abatir a una cifra de 40%, pero sobre todo, aquí es donde conviene también subrayar y proponer el acento, estaremos entrando de hecho en el segundo año de este, programa de ajuste, siempre señalamos de que nos iba a tomar, por lo menos, los primeros dos años de esta administración. Estaremos entrando a eso, a ese segundo año que también puede considerarse como un punto, como la liga con un pronóstico, con una posibilidad, con una perspectiva mucho más atractiva para el año '85 y siguientes.

Lo ha dicho el señor Presidente De la Madrid , en muchos sentidos, el año de '84 será más difícil y más duro que el '83, en otros será más suave, más leve; más suave y más leve sobre todo porque nos va a acercar a una fase más abierta de recuperación.

Creo, don Cándido, que para corresponder a esas palabras amables y respetuosas con las que hizo su comentario, lo que yo tendría o podría decirle a esos compatriotas a los que usted aludía son, en términos generales, estas palabras. Muchas gracias.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado David Orozco Romo.

El C. David Orozco Romo: - Señor secretario de Hacienda: Me va a disculpar, pero mi pregunta va a ser estilo Gershenson o sea, en múltiples ojivas; pero no con intenciones ni pretensiones nucleares, sino en busca de información para nuestra tarea legislativa.

Lo primero, una duda que surgió de aquí, de la propia exposición, cuando usted afirmó que de la deuda externa - si es que oí bien - había bajado su relación con el PIB del '68 al 57% y en el momento reflexioné, y posiblemente la deuda haya quedado también en los otros colegas, que si el endeudamiento neto externo ha crecido, aunque con un crecimiento descendente - como usted indicó - que de todas maneras este año aumento en cinco mil millones de dólares, etcétera, y si en '83 el PIB se cree que va a bajar del 3 al 5%, ¿cómo se da ese fenómeno?, o no sé que magnitudes o qué comparaciones se hayan manejado, y le agradecería su explicación al respecto.

Otra inquietud es sobre los precios y las tarifas de los productos y servicios del Sector Público, con enfoque distinto al de PPS. Cuando nosotros aprobemos la Ley de Ingresos, en ella estarán los ingresos de los organismos y empresas públicas; entonces, de alguna manera, nosotros, si lo aprobaremos, habremos aprobado el alza de esos precios. De ahí la necesidad que tenemos de saber cuáles precios, cuáles tarifas van a subir; aún no hemos recibido los anexos y que podríamos consultarlo, y en qué porcentaje y si la fijación de esos precios están en relación con un

costo razonable de producción o de prestación, y ahí lo razonable implica la eliminación de los factores a que usted había hecho deferencia que están eliminando, como es el de la ineficiencia, el despilfarro o la corrupción; o se fijarán por criterios presupuestales para disminuir el déficit del Sector Público, y si vamos a obtener la información de estos costos sobre todo de los más interesantes como es el de las gasolinas, para actuar en conciencia.

Otra de nuestras inquietudes es en relación con el comercio exterior. En los criterios generales de política ya citados aquí, se afirma como política el fomento de las exportaciones no petroleras, así como la reactivación de las importaciones para proteger la planta industrial, para lo cual se simplificaron los trámites de importación y exportación, la reducción de aranceles, la sustitución de permisos de importación por aranceles, etcétera. De alguna manera esto ya ha sido implementado, pues se espera obtener por comercio exterior 200 mil millones de pesos, una cifra porcentualmente modesta en relación con la tendencia histórica de este impuesto. Se han liberalizado varias fracciones en importación y en exportación y una cosa muy importante que ya no se satanizan las importaciones, pues si no queremos revivir una nueva especie de mercantilismo sustituida ahora por los minerales, metales preciosos, por los dólares y derechos de giro, pues las importaciones forman parte de la producción de un país y de su riqueza.

También al comentar el Plan Nacional de Desarrollo, afirmamos que dentro de la planificación del Estado debe incluirse la planeación de la progresiva eliminación de vicios creados, regulaciones, intervenciones coercitivas, que han venido constituyendo obstáculos para que los planes cristalicen en realidades positivas tangibles. Estos vicios de alguna manera están representados en el sector aduanero con su ejército de vistas, cabos, celadores, etcétera, en que tradicionalmente, históricamente, han sido un sector antiexportación, intiimportación y antifisco.

Recientemente leí en el semanario de Tijuana, Z, que le atribuyen al exadministrador de la aduana de Tijuana una ganancia de 6 mil 450 millones de pesos y que el actual administrador, en sólo seis meses, ha efectuado más confiscaciones que lo que su antecesor logró en seis años. Puede ser exagerado, verídico o falso, pero a lo largo de toda la frontera hay la vox populi, que más bien es un clamor populi, en el sentido de las mismas denuncias.

El día de hoy - no sé si por sus ocupaciones haya tenido tiempo de leer - , aparece un desplegado de la industria textil, que se queja de los efectos del contrabando en su actividad y, también, ha habido pronunciamientos por los productores de la línea blanca.

Aquí mismo se ha comentado que se combatirá la evasión fiscal con energía. No lo condenamos, siempre y cuando sea instrumentado con medios idóneos, que respeten las garantías individuales y la justicia. Pero preguntamos: ¿qué conciencia tiene la Secretaría de Hacienda de este fenómeno?, ¿qué medios tiene para evitar la evasión fiscal en este renglón, aunque sea relativamente pequeño?, ¿qué medidas de tipo institucional se piensan implementar? y ¿qué medidas concretas en cuanto al personal, se piensan tomar?

Muchas gracias, señor secretario, por sus respuestas.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: - Muchas gracias, señor diputado Orozco Romo. Voy a tratar de ir en orden, en el orden en que usted planteó sus preguntas.

Una aclaración a una afirmación enfática que me permití hacer en algún momento de la réplica: "el país, por primera vez en muchos años inicia su proceso de desendeudamiento, y el país está hoy, menos endeudado en términos relativos que en el pasado".

Lo que quise decir con esto, es que el crecimiento de la deuda en términos nominales, ha sido menor que el crecimiento del producto interno en términos nominales; tuvimos un decremento en términos reales, pero el producto fue mayor por el aumento en los precios.

Sin embargo, es una afirmación muy válida, que la hacemos constantemente relacionando variables muy diversas con el producto interno bruto. De tal suerte que creo que puede y debe sostenerse con toda atingencia, con toda razón el que el país se encuentra hoy menos endeudado, en términos relativos que en años pasados.

Precios y tarifas de bienes y servicios del Sector Público: en el documento de criterios generales, en la exposición inicial que tuve el gusto de hacer, se plantea que el año de '84 continuaremos con el programa de ajuste. Por ajuste, lo que queremos decir en este caso, es una elevación de precios y tarifas de diversos bienes y servicios del Sector Público en el año de '84, con un grado menor que el '83; es decir, los cambios serán menos drásticos, menos bruscos que en este año de 1983; pero en un proceso inflacionario como en el que estamos, con un requerimiento como el que tenemos de recursos adicionales, debemos mantener este programa de ajuste.

Permítame un poco evitar u obviar alguna parte de la pregunta en esta parte específica, cuando usted me pregunta cuánto, cuáles y cuándo. No sería fácil y difícil, incluso por las repercusiones de diversa índole que pudiera tener, sobre todo en el caso de algunos de estos productos almacenables que pueden ser objeto de inventarios. Tal vez provocaríamos algunos negocios inconvenientes para algunos participantes en estas transacciones.

Vamos a hacer estos ajustes con criterios lo más equitativo posible y por esto lo que quiero señalar es básicamente el objeto del diputado Ramírez Cuéllar, de no hacer que el peso del ajuste recayera por igual en grupos sociales o en sectores económicos que tienen condiciones distintas. Pero - repito - esto tiene limitaciones de carácter práctico y en lo posible trataremos de defender este criterio de equidad.

Así también buscaremos una ubicación en el tiempo, a lo largo del '84 que puede ser un corto plazo, para provocar lo que alguien ha llamado una burbuja de carácter inflacionario, sino que buscaremos su distribución en el tiempo, a lo largo del '84 que puede ser más conveniente para el manejo de las otras variables económicas.

Nunca como en una crisis, todas las decisiones, todas las medidas que uno tome, que uno proponga, que uno sugiera o que uno adopte, tienen tanto que ver con el resto, como precisamente en una época de crisis.

No se puede proponer una política de precios y tarifas en ausencia de lo que está aconteciendo en nuestras relaciones con el exterior, sin ver qué sucede en el mercado de trabajo y en las negociaciones de carácter laboral y salarial; no se puede discutir tasa de interés sin conocer política cambiaria e inflacionaria. Y nunca como ahora - así dice un dicho de la Secretaría de Hacienda - , ahora más que nunca es tan clara la relación que existe entre las diversas variables de nuestra economía.

Pero sí quisiera decirle, señor diputado Orozco Romo, que con este criterio de equidad, de gradualismo y de distribución en el tiempo y, sobre todo, de ajustes menores que los del año de 1983, pensamos hacer de la política de precios y tarifas un instrumento importante para que el Gobierno, el Sector Público, la empresa pública, mejore su estructura financiera y obtengamos recursos adicionales que mejoren nuestro coeficiente de ahorro.

En 1982 tuvimos un desahorro de menos 6%. Queremos ponernos en números negros y hacer que el Gobierno, el Sector Público, tengan ahorros que le permitan financiar su gasto de inversión de una manera más sana.

El año pasado y en los inmediatos anteriores, prácticamente toda la inversión que se ejerció por parte del Gobierno fue con recursos prestados. Y por eso ahora estamos con los problemas que nos provoca un alto servicio de la deuda interna y de la deuda externa.

Estamos empeñados y reforzaremos las acciones para que en los meses próximos las acciones de introducción ilegal de mercancías al país se reproduzcan, no podemos pensar - sería utópico - que se eliminaran de la noche a la mañana.

El tipo de cambio, la situación de precios entre uno y otro país es y ha sido el mejor elemento para combatir el contrabando. Sin embargo, la disminución en nuestra ventaja comparativo, está haciendo atractiva, nuevamente la introducción ilegal de diversos artículos.

Reitero nuestro compromiso por hacer el mayor esfuerzo posible para remediar uno de los males que han aquejado a nuestra sociedad desde hace ya muchas décadas. No es una tarea fácil, pero no por difícil la vamos a dejar de emprender o dejar de colocar el acento que le corresponde.

No he leído el artículo de Tijuana que decía usted, pero lo voy a buscar como un elemento adicional de información.

Medidas para la evasión, fue la primera pregunta que nos hizo el diputado Aguilar Camargo. No intentamos ni medidas persecutorias, ni amenazas, ni castigos; estamos empeñados en mejorar la administración tributaria. Nuestro sistema de impuestos es un sistema adelantado, se ubica probablemente entre los más adelantados del mundo. Un sistema sencillo que ahora se reduce a unos cuantos impuestos fundamentales y en donde los logros y avances de los últimos años han sido muy significativos. Significativos en globalización del ingreso, significativos en diseño de mecánica para el tratamiento de muy diversas situaciones y casos específicos. Sin embargo, tenemos que reconocer que de aquí para adelante esa parte de diseño, de modernización de la estructura del sistema está, por así decirlo, concluida; con ajustes permanentes correspondientes a todo proceso social. Ahora el acento lo vamos a colocar en las mejoras administrativas de nuestro sistema tributario.

Tenemos avances muy significativos. Hemos logrado introducir mecanismos de computación en varias regiones del país que nos permiten, con el toque de un botón, identificar a un número muy importante de contribuyentes y decirnos su estado frente al fisco. Es esta una herramienta que será fundamental para poder contribuir a un mejor cumplimiento de las obligaciones fiscales.

Pensamos reforzar el personal, tanto en número como en calidad, del área de fiscalización en la ciudad de México y en buena parte de las regiones del país, para que puedan cumplir mejor con su cometido. No creo que haya mayor injusticia tributaria que el permitir que el contribuyente no cubra las obligaciones que le corresponden; sin que esto quiera decir persecución ni mucho menos. Acentuaremos el esfuerzo en esta área que el país requiere para elevar sus ingresos sin aumentos en las tasas de los impuestos.

Serían, señor diputado, mis comentarios sobre sus preguntas.

El C. Presidente: - Tiene la palabra el C. diputado Héctor Manuel Perfecto Rodríguez.

El C. Héctor Manuel Perfecto Rodríguez: - Con su venia, señor Presidente; con el debido respeto, señor secretario: Me voy a permitir hacerle cuatro preguntas, quizá en algunos aspectos algo reiterativas. La primera es en relación con las tasas de interés e inversión; la segunda, se refiere a la retención por pago de arrendamiento, honorarios e intereses; la tercera, relativa a la petrolización de comercio exterior y por último, aunque vinculada con la segunda, sobre los incrementos a los derivados del petróleo y electricidad.

En cuanto a la primera pregunta, señor secretario, podemos decir lo siguiente: La caída de las tasas pasivas, o sea las que reciben los ahorradores, que se ha venido observando desde el fin de 1982, no se ha traducido todavía en una reducción similar en las tasas de interés

activa. Además, la expectativa de una menor inflación durante los próximos 12 meses hace que la tasa de interés real, que espera pagar el inversionista sea tan alta que por supuesto excede a la rentabilidad de cualquier proyecto en este momento. En particular si se considera la condición deprimida de los mercados de bienes y servicios.

Así pues, señor licenciado, quisiera oír su opinión respecto a esta problemática. ¿Por qué no han descendido las tasas de interés? ¿Por qué son tan altas respecto a lo que recibe al ahorrador? ¿Por qué las tasas anuales que la banca otorga al ahorrador son inferiores sustancialmente a la tasa de inflación con lo cual se erosiona el ahorro en términos reales? Y, ¿cuáles son las perspectivas inmediatas para la inversión?

La segunda pregunta, señor secretario, es la siguiente: Sabemos que para lograr las metas recaudatorias de 1984, el fisco federal no contará con incremento de tasas o con nuevos impuestos, es decir, que descansará exclusivamente en la eficiencia de la administración tributaria para lograr los objetivos deseados.

Yo quisiera referirme a un tema concreto en el área tributaria, que creo que es de interés general.

En el texto de la iniciativa de la Ley de Ingresos de la Federación para 1984, se expresa que un paso importante que se sugiere para reducir la evasión, es establecer la obligación para las personas morales de retener el 10% de los pagos por concepto de arrendamientos, honorarios e intereses al momento de realizarlos. Que dicha retención será requisito indispensables para hacer deducibles esas partidas y que con ello se inducirá a quien recibe el pago a presentar declaración.

Ahora bien, al implementar esta propuesta, se producirá un efecto de incremento en el costo administrativo a las empresas retenedoras y a las oficinas fiscales recaudadoras. De gran consideración, pues serán cientos de miles y tal vez millones de operaciones, registros, formulatorios y trámites qué hacer.

El sistema que se sugiere constituye un reconocimiento implícito de que los sistemas de cómputo con que cuenta la Secretaría no son eficientes, puesto que no están captando oportunamente la información que ya rinden los contribuyentes y con cuyos datos se podría obtener perfectamente una revisión masiva sin necesidad de aumentar las cargas de trabajo y los costos administrativos que supone la mecánica de retención propuesta.

Por lo que se refiere a la tercera pregunta, podríamos decir lo siguiente: Resulta importante para la estabilidad económica y financiera de un país evitar ser monoexportador; sin embargo, la petrolización de las ventas al exterior ha ocurrido, a pesar de que precisamente evitarlo fue objetivo explícito de la pasada administración.

La condición actual y las perspectivas de las relaciones de México con la economía mundial, hacen que la diversificación y la dinamización de las exportaciones, sean un imperativo categórico, sólo así puede garantizarse que podamos contar con las divisas suficientes para pagar por las importaciones que demandará un desarrollo sostenido.

El presente régimen ha planteado, como una de sus prioridades, el alterar el perfil de las exportaciones despetrolizándolas, si vale el término: pero hasta ahora, según puede desprenderse de las cifras oficiales, se ha logrado muy poco, casi nada. Si la información estadística de que dispongo es correcta, de enero a septiembre de 1983 las ventas externas de petróleo representaron el 77% de las exportaciones de mercancías; en un periodo igual, de 1980 a 1982, la fracción fue un poco menos de 79%. La mejoría, si se le puede llamar así, apenas es perceptible.

Es cierto, por otra parte, que las exportaciones no petroleras han exhibido una tasa más bien moderada de crecimiento, 11%, en el lapso que nos sirve de referencia. Pero es cierto también que ese ritmo es engañoso en cuanto que se deriva de comparar las cifras de este año con las registradas en 1982, cuando estuvieron anormalmente deprimidas.

Así pues, señor secretario, me parecen procedentes los siguientes cuestionamientos: ¿Continúa el comercio exterior mexicano dependiendo en forma peligrosa del petróleo? ¿Por qué, a pesar de la ventaja derivada del cambio de paridad, no se robustecen las exportaciones de manufacturas y de otros productos distintos de los hidrocarburos?, ¿en qué consisten y por qué no parecen efectivas las demás medidas de apoyo?

Y, por último, en cuanto a la cuarta pregunta, señor secretario, recientemente se decretó un aumento a los precios de la gasolina y se rumora una próxima revisión a las tarifas eléctricas, argumentándose que dicha decisión forma parte del programa de reordenación económica nacional.

Dentro del Plan Nacional de Desarrollo se ha esgrimido que a la larga estos aumentos abatirán el proceso inflacionario. ¿Qué se puede entender por a la larga, pues en la actualidad dichos aumentos únicamente han incrementado las tasas inflacionarias y los aumentos de precios? Sin embargo, si los precios de los bienes y servicios que el Sector Público vende: petróleo, gas y electricidad, por ejemplo, van a revisarse en forma periódica, ¿no existe el riesgo de que, a la larga, nunca se llegue a abatir el proceso inflacionario y sí en cambio esté siempre presente el efecto nocivo que estamos viviendo, reconocido por todos, de dichos aumentos de precios?

Muchas gracias, señor secretario.

El C. Secretario de Hacienda: - Gracias, señor diputado Perfecto Rodríguez: Son realmente cuatro preguntas: tasas de interés, retención del 10% del pago de arrendamientos y honorarios, problema de la monoexportación y problema de aumento en los precios de algunos bienes y servicios que ofrece el Sector Público y su liga con la inflación.

En cuanto a la primera, a principios de diciembre del año pasado iniciamos un proceso de ajuste hacia arriba en las tasas de interés positivas. Lo hicimos reconociendo los problemas de precios a los que nos estábamos enfrentando y a los que seguramente nos íbamos a enfrentar en los meses siguientes, pero también reconociendo que teníamos varios mese en que las tasas de interés que ofrecían los bancos no representaban un atractivo suficiente para que el público ahorrador canalizara sus recursos hacia los bancos: es decir, los ahorradores, este segmento importante de nuestra colectividad, prefería guardar el dinero bajo el colchón, dedicarlo a comprar cosas, cosas de cualquier índole, antes de depositar sus ahorros en el banco para obtener una tasa de interés. Y esto, obviamente, tiene que ver con el precio, con el precio del dinero que es la tasa de interés; subimos, la tasa de interés pasiva, ósea, la que ofrecen los bancos para captar recursos y a partir de los primeros meses del año empezamos a observar las reacciones que habíamos predicho, un incremento notorio en los volúmenes de ahorro canalizado hacia los bancos y esto se fue acentuando y marcando incluso de modo muy claro, en aquellos plazos, en aquellas condiciones, que ofrecían mejores tasas de interés.

Pudimos captar en estos primeros diez meses del año - ya lo dije y lo repito - , un billón 100 mil y vamos a cumplir con la meta establecida que incluso la vamos a exceder en casi el 15% sobre las metas que nos habíamos trazado.

A partir del mes de junio o julio empezamos a observar una ligera primero, y después más clara tendencia, al abatimiento en el crecimiento de los precios; en el ritmo de inflación y así fue como a partir de julio hemos iniciado un proceso gradual, profesional, diríamos, de ajuste en las tasas de interés, que han bajado el de los CETES diez puntos en los últimos cuatro meses y el de la mayor parte de los instrumentos bancarios alrededor de siete puntos, no de manera brusca, sino gradual, para que pueda ser asimilada sin provocar turbulencias innecesarias e inconvenientes.

Junto, o de manera paralela con esta baja en la tasa de interés pasiva, empieza a apreciarse todavía, de manera leve, un cierto descenso en la tasa de interés que cobran los bancos por sus créditos.

¿Por qué no hay una correspondencia directa, entre la baja de interés que cobran los bancos por sus créditos y la que le pagan al ahorrador? Aquí hay diversas razones por las cuales esto sucede; pero tal vez la más importante es que poco más de la mitad de la cartera, de los recursos de los bancos, está comprometido, en el encaje legal impuesto por el propio Banco de México y en el cumplimiento de ciertos criterios de control selectivo del crédito, los llamados cajones selectivos de crédito. Y estos cajones y este encaje legal, tienen una tasa de interés menor que la que los bancos pagan por la captación del ahorro. Es esto, pues, un elemento de cierta rigidez, que desfasa el ajuste entre tasa de interés pasiva y tasa de interés activa. Pero fuera de cualquier argumento de carácter financiero o de carácter operativo, lo más importante en materia de tasas de interés es su liga con la inflación. No podremos bajar la tasa de interés, sino podemos bajar la inflación. Si bajamos la inflación como lo estamos haciendo, podremos bajar la tasa de interés activa.

En unas semanas anunciaremos un programa integral de apoyo a la inversión productiva del país, que contempla entre otros muy diversos elementos, la adopción de medidas de carácter financiero que permitirán abatir la tasa de interés de los bancos. La tasa de interés que cobran los bancos, derivado fundamentalmente de la rentabilidad que ahora van a tener los bancos por la cartera que durante este año han tenido congelada en acciones de empresas de diversa índole.

Sí me gustaría aquí aprovechar esta pregunta, para subrayar que buena parte de la cartera de la banca nacionalizada, se orienta y se canaliza hacia ciertos sectores prioritarios: el crédito agropecuario, la vivienda, el fomento de las exportaciones, etcétera, que tienen una tasa de interés preferencial.

En el caso del crédito agropecuario, dependiendo del tipo de productor - y aquí es otro caso de discriminación que coincide con las preocupaciones del diputado Ramírez Cuéllar - , dependiendo del nivel de productor y del tipo de producto al que están dedicados sus esfuerzos, las tasas de interés van desde el 12 al 30% para los grupos de estratos más bajos.

En el caso de toda la banca comercial, el 40% del crédito total que conceden es el que pueden conceder de manera discrecional; el resto es encaje o son estos cajones preferenciales de manejo selectivo del crédito.

Hemos empezado a apreciar ya una baja en las tasas de interés en los créditos, y estamos también a punto de introducir ciertas innovaciones que van a reducir, no la tasa de interés, pero el costo financiero total del solicitante del crédito. Estimo, que para los primeros meses del '84, aquí la situación tendrá logros significativos en el corto plazo.

Paso a la pregunta tributaria: Esta iniciativa que ponemos a la consideración de ustedes para incorporar la retención del 10% por pago de arrendamientos y honorarios por parte de las empresas, tiene como justificación fundamental evitar casos importantes de evasión en los que la empresa pagaba por arrendamiento o por honorarios y al no retener el que recibía el pago por arrendamiento o por honorarios, no hacía las declaraciones correspondientes. Se trata un poco de cerrar y de mejorar el círculo de control entre los contribuyentes. Y no pensamos, señor diputado, y así está analizado y considerado, no pensamos que las complicaciones administrativas estén o impliquen ningún elemento de dificultad mayor para la administración tributaria.

Implica simplemente la adición de un renglón en las declaraciones de las propias empresas y no un trámite específico para estos propósitos

concretos, sino que quedará incorporado dentro de la declaración fiscal normal de los contribuyentes.

El problema de la exportación lo hemos reiterado a lo largo de esta sesión, nos parece fundamental para el futuro del país. Efectivamente, el petróleo representa más de las tres cuartas partes de la exportación total de mercancías de México. Hace unos cuantos años su participación era insignificante y en menos de diez años representa, lo repito más de tres cuartas partes de la exportación total.

Por un lado, qué bueno que tenemos petróleo y que nos ha permitido sostener un ingreso de divisas importante como el que ha tenido el país en los últimos años, 16 mil millones de dólares hoy, y una cifra semejante el año de '84. Sin embargo, esto no quiere decir de ninguna manera que deba ponerse todo el énfasis y el esfuerzo y la decisión política y económica para diversificar nuestra estructura de comercio exterior. Más de tres cuartas partes de petróleo en este renglón es vulnerabilidad indiscutible y necesitamos incrementar los ingresos de dólares en los próximos años - lo repito - , si queremos incentivar y darle a nuestro desarrollo económico un ritmo más dinámico que el que tendríamos en ausencia de este impulso de la exportación

En ausencia de este impulso de la exportación, me temo que nuestro crecimiento será considerablemente menor que el que podríamos lograr con un esfuerzo solidario y decidido de exportación.

Hemos cometido, tal vez, el error de tratar de aumentar las exportaciones de todo al mismo tiempo. Y como sucede cuando todo es prioritario: nada es prioritario.

Creo que un poco la fase que ahora se nos plantea es ser selectivos, ubicar aquellas ramas, aquellos sectores en donde tengamos una ventaja comparativa, en donde podamos hacer las cosas mejor que los otros países productores y en donde podamos concentrar, el esfuerzo, el estímulo, el apoyo financiero, crediticio, tecnológico, administrativo, para lograr verdaderamente un impulso en las exportaciones.

Hay casos de algunos otros países en proceso de desarrollo, como por ejemplo, Brasil, que en los últimos años incorporó en sus decisiones fundamentales la necesidad de exportar más. Y lo logró de una manera significativa.

Y algunos casos, igualmente interesantes, frente a los cuales nosotros hemos estado demasiado lentos en la recuperación de un dinamismo que se antoja necesario.

¿Por qué no han reaccionado las exportaciones no petroleras a la política cambiaria? Sí, han reaccionado. Sí han reaccionado y hemos podido empezar a recuperar mercados que habíamos perdido. Y los perdimos porque muchos de nuestros productores prefirieron - y les era más conveniente - vender aquí adentro cuando teníamos el auge, por lo menos transitorio, que tuvimos en los últimos años, en los últimos cuatro años. Y nos olvidamos incluso de mercados que ya teníamos y que habíamos obtenido en el exterior.

Estamos recuperando algunos de ellos, existen perspectivas extraordinariamente prometedoras para aumentar la exportación no petrolera.

Hay también una exportación que se ha beneficiado enormemente del tipo de cambio, que no está en las estadísticas porque ha sido contrabando: pero de aquí para allá. Exportaciones no registradas para evadir, o tratar de evadir, los mecanismos de control de cambios.

Por otro lado, también es bueno recapacitar que una estructura para la exportación, o mejor dicho, una conciencia y una actitud para la exportación, no es algo que pueda lograrse de la noche a la mañana; pero estamos en el proceso e indiscutiblemente que éste es uno de los grandes retos y una de las grandes necesidades de nuestro país.

¿Cómo es posible que el aumento en los precios a la larga, dicen los funcionarios del Gobierno, vaya a cambiar la inflación? Efectivamente, los aumentos en los precios y tarifas de Gobierno es una arma, por contradictorio que parezca, que nos permitirá a la larga reducir los coeficientes inflacionarios. Un aumento en los precios de muchos de estos productos mejora la capacidad de ingreso, reduce el subsidio o la transferencia que sería necesaria y el déficit del Gobierno, que de cualquier manera tendría que ser financiado si no hay ahorros reales con mera impresión de dinero, con mera generación de crédito primario.

¿Qué tan a la larga es a la larga? Es una cuestión difícil, pero en donde yo creo que existen datos alentadores. Los últimos tres meses del año la tasa de inflación ha estado ligeramente por encima del 3%, del 3% mensual en promedio. Y recuerdo a ustedes que cuando iniciamos esta administración, al principio del año de 1983, nos enfrentábamos a tasas mensuales de 10% mensual. 10% mensual en términos anuales nos lleva a tasas cercanas al 200%. Más de 3% mensual nos lleva a tasas cercanas al 50%.

Aquí vuelvo a reiterar en materia de inflación también mucho depende de cómo queramos observarla y contemplarla. Yo creo que si vemos a los últimos datos, a la información más reciente, a las perspectivas inmediatas, nos debemos sentir alentados que el combate contra este fenómeno de la carestía no está de ninguna manera ganado, sigue siendo lo que más aqueja, preocupa y lacera el bienestar y el nivel de vida de la población; pero algunos avances se han hecho, algunos avances significativos que nos permiten observar que la solución o la disminución de este problema está mucho más cerca ahora que hace unos meses. Gracias, señor diputado.

El C. Presidente: - Tiene la palabra el C. diputado Rolando Cordera Campos.

El C. diputado Rolando Cordera Campos: - Señor secretario, por razones del debate y por razones también de método, voy a tener que pedirle a usted que volvamos atrás en una cuestión que parecía al principio anecdótica pero que

luego se ha convertido, a nuestro juicio, en una cuestión fundamental.

Voy a leer a usted el artículo 1o. del Decreto de Expropiación de la banca en México, de nuevo. Dice así: "Artículo 1o. Por causas de utilidad pública, se expropian a favor de la Nación las instalaciones, edificios, mobiliario, equipo, activo, cajas, bóvedas, sucursales, agencias, oficinas, inversiones, acciones o participaciones que tengan en otras empresas, valores de su propiedad, derechos y todos los demás muebles e inmuebles en cuanto sean necesarios, a juicio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, propiedad de las instituciones de crédito privado, a las que se les haya otorgado concesión para la prestación del servicio público de banca y crédito.

Disculpe, señor secretario, no falta ni una línea, ¿verdad? Porque esto es lo que leyó el diputado Antonio Gershenson, en primer lugar. En segundo lugar, la línea que usted no oyó y que con una notable sincronía sus colaboradores y amigos tampoco oyeron, lo que le mereció un aplauso, no puede ser el punto de apoyo jurídico del Gobierno para ahora pretender poner a la venta las acciones no bancarias en poder de la banca, y me atrevería a decir, tampoco las otras instituciones auxiliares en la intermediación financiera.

Seguramente el Gobierno puede y podrá encontrar otros puntos de apoyo legales. Pero no es este decreto, cuya interpretación no debiera merecer mayor discusión.

En tercer lugar, yo no creo que haya quien proponga dogmáticamente, aquí sí, lo que puede tener o no que ver con la política, pero no necesariamente.

Pero no creo que haya quien proponga dogmáticamente que todas las acciones en poder de la banca deban quedarse ahora en poder del Gobierno.

Lo que aquí hemos sostenido, en esta Cámara, los miembros de mi partido y los miembros de otros partidos, yo diría, los miembros de todos los partidos, es la necesidad de que primero esta Cámara, yo diría la República, conozca de qué acciones estamos hablando. Y en el marco inicial y elemental del conocimiento, que no tenemos, podamos discernir dentro y fuera de la Cámara qué acciones deben o no venderse y por qué razones. Porque no se trata, usted convendrá conmigo, de una simple operación financiera, se trata de una cuestión que está en principio anunciada en las propias consideraciones del Decreto Expropiatorio, que leyó el diputado Ramírez Cuéllar, y se trata también del rumbo y la dirección del desarrollo económico del país.

Me parece apresurado discutir si debe o no venderse. El problema, señor secretario, es que no obstante petición expresa de esta Cámara de Diputados, es hora que el país no conoce qué acciones, cuántas y en dónde tiene la banca en empresas no bancarias. Esa es la posición inicial.

Y yo aprovecho la oportunidad para reiterarle a usted esta petición, que de hecho creo que legítimamente puede decir que se trata de una demanda elemental y legítima. Si se van a vender bienes propiedad de la Nación, que eso es lo que son ya, en este momento lo menos que se puede pedir a partir de un foro republicano y nacional como es éste, es que se conozca qué es lo que se va a vender y los criterios para hacerlo. Esa es la cuestión que yo creo debería estar en litigio. No tanto una interpretación u otra de políticos o dogmáticos.

Quisiera ahora ir a lo que yo entiendo es lo medular de su intervención, de sus proposiciones.

Hace un año usted y el Gobierno que usted representa, propuso una política de sacrificios que ahora ratifica como la única posible y realista; pero ha pasado un año y podemos ahora también hablar de resultados, y estos resultados admiten por lo menos más de una lectura. En nuestra opinión, los resultados básicos de nuestra política de sacrificios, señalan que no se trató de una política de sacrificios, sino más bien de una política que nos llevó a un drástico retroceso social y a una severa contracción económica. La caída tan pronunciada en el salario real, el aumento del desempleo, así se empeña el Gobierno en llamarlo, informal, y la reconcentración del ingreso, junto con los muy conocidos problemas que enfrenta la capacidad productiva, tanto en la industria como en la agricultura, nos dicen un cosa: Que vamos para atrás, y que el país, sobre todo en su dimensión productiva, parece hacerse cada día más chico.

Disculpe que lo moleste con unas cuantas cifras que, yo sé muy bien, usted sabe que son siempre discutibles y revisables, pero de acuerdo con el Banco de México, el salario real promedio de 1983 es igual al de finales de la década de los años 60s. De acuerdo con estudio preocupante y excelente, por otro lado, del Banco de México también, el gasto familiar promedio mensual a mediados del presente año, era 34% inferior al de 1977, y hoy, con un gasto menor, gastábamos menos, pero una proporción del gasto actual más, en alimentos y bebidas. Es decir, el promedio medio con esas cifras del Banco de México está gastando menos en muchas cosas, está retrocediendo al punto elemental de la supervivencia.

En materia de producción lo que hemos encontrado, de acuerdo con la información disponible para nosotros, es que la producción industrial estaba por debajo de la promedio de 1980 en cerca de 2%, la manufacturera en cerca del 4% y la de bienes de capital estaba a los niveles, en agosto de este año, de 1977.

Deterioro en la existencia social, en particular de la mayoría de los trabajadores, y reducción objetiva, tangible - esperemos que no irreversible - de nuestra capacidad productiva.

Esa es una forma muy bizarra, pero forma al fin y al cabo, de despilfarro; no es austeridad, mucho menos austeridad revolucionaria.

Estos hechos, señor secretario, desembocan, pueden desembocar, para ser más precisos, en situaciones de grave riesgo para el país y su población. No se trata sólo de enfatizar en

abstracto - como generalmente lo hace el Gobierno - el costo social de su política, sino de que centremos nuestra atención y nuestra preocupación en el enorme abismo social que se está abriendo en México y que puede ser el abismo en el cual se precipite la convivencia política que tanto trabajo nos ha costado construir a todos.

Esto es grave en sí mismo, y es, si se quiere, una forma de leer resultados y procesos, una forma que nosotros reivindicamos, pero es más grave aún si tomamos en cuenta que no estamos solos y que nuestras relaciones con el exterior no se circunscriben, nunca se han circunscrito, y ahora menos que nunca pueden circunscribirse, a las relaciones con la comunidad financiera internacional; van más allá y tienen que inscribirse ahora en la perspectiva abierta en la cuenca de El Caribe desde hace varios años y agravada de manera inaudita por las más recientes acciones del gobierno norteamericano. Querámoslo o no, nos guste o no, estamos ya en el centro de la tormenta que se abate hoy sobre Centroamérica y El Caribe. Podemos decir, sin temer caer en el catastrofismo, que la Soberanía nacional está amenazada por la concentración de una enorme fuerza militar intervencionista en Centroamérica. Toda la cuenca vive un auténtico estado de emergencia y después de la invasión a Granada a nadie puede caberle duda de ello.

El gobierno del señor Reagan parece dispuesto a desatar la guerra en toda la región y aplastar cualquier propósito democrático y justiciero con tal de afirmar su dominio geopolítico global, según su muy maniquea visión del mundo y de los conflictos, que hoy lo caracterizan.

Estamos, entonces, y tenemos que decirlo con toda claridad aquí, hablando de finanzas y de economía, ante una fuerza destructiva cuyos propósitos pueden ser tan desmedidos que no los alcancemos a apreciar cabalmente, pero sean cuales fueren éstos, allí están de manera pública en la agenda de la intervención, El Salvador y Nicaragua a quienes se les niega el derecho a la autodeterminación.

Nosotros creemos que nos acercamos con mucha rapidez a un momento de nuestra historia en que la defensa de interés nacional - y cuando hablamos de finanzas, y de deuda y de economía, estamos hablando al final de cuentas, de esto - que la defensa de la integridad del país mismo deja de ser ocasión para la retórica fácil o para la efemérides repetitiva y se convierte en algo esencial, que no puede lograrse esta defensa, sino con la unidad consciente, activa y participativa de los mexicanos. Y es por esta percepción de lo que nos está pasando y nos puede pasar, que nos atrevemos a llamar su atención sobre asuntos que hemos debatido largamente con anterioridad.

Creemos, señor secretario, que el patriotismo no es - y esto vale la pena recalcarlo - , atributo de ninguna fuerza política en particular, así sea está muy grande y muy vieja.

No pretendemos ahora soslayar la necesaria diversidad ni la pluralidad que de manera natural y saludable existen entre los mexicanos; queremos más bien insistir en que sin reconocer esta diversidad no es posible regir este país; la Nación mexicana, ahora como en experiencias históricas anteriores, no puede ser gobernada sin un mínimo de consentimiento popular y mucho menos buscando sustituir este consentimiento con apoyos externos. Quien busque gobernar a los mexicanos basándose sobre todo en el respaldo del poder norteamericano, se equivoca total y garrafalmente. Y yo sé que usted convendrá conmigo en ello, señor secretario.

Nuestro país, nuestro Estado nacional, se forjó a partir de sucesivas embestidas frente a hegemonías foráneas, ni nuestra dignidad, ni nuestra realidad, ni nuestras necesidades nacionales, pueden permitir que la política interna y la política externa, se orienten a partir de las decisiones de Washington o de cualquier otra capital imperial. Y esto nos lo marca la historia que usted y nosotros hemos leído. Pero, y esta es la cuestión ahora, para consolidar una actitud así, que se nos está imponiendo desde fuera , firme, soberana, arraigada en las tradiciones de la patria, sólo es posible con el apoyo del pueblo. Queremos defender banderas nacionales sin consenso popular, en México, es tan frágil como inútil. Por ello sostenemos que la defensa de la Soberanía nacional depende de un poderosa y consistente voluntad popular. Y al mismo tiempo afirmamos que esta voluntad popular no va a desarrollarse, no va a afirmarse, con una política que evidentemente avasalle y reduzca las condiciones de vida del pueblo y propicie el deterioro de las potencialidades productivas de la Nación.

No hay, señor secretario, en su argumentación, ni en los escritos que la antecedieron, ningún argumento ni razón suficientes. Porque con todo respeto le digo que su respetable convicción no es suficiente ahora, no puede serlo nunca en asuntos como éste, para pensar que en 1984 no sucederá, como en 1983, que por un lado en materia de inflación, actividad productiva y empleo, el Gobierno se equivoque para peor; más inflación que la esperada, más decaimiento económico que el esperado, más desempleo que el esperado. Y eso se nos presenta simultáneamente con éxitos en materia de balanza de pagos y de finanzas públicas.

No hay garantías, no es éste un enjuiciamiento, sabemos que no es posible ser precisos en este asunto, pero lo que queremos recalcar es que sí ha habido éxitos financieros, tampoco encontramos razones que nos expliquen por qué no se busca ya crecer un poco más; no estamos pretendiendo un camino totalmente alternativo de parte de su gobierno, eso lo proponemos nosotros y luchamos por él; lo que no encontramos son razones que nos digan por qué no, con tanto éxito financiero, con superávit comercial, con éxitos premiados internacionalmente en materia de finanzas públicas, por qué no pretender un crecimiento económico por lo menos igual al del crecimiento de la población, que es insatisfactorio

del todo, pero que aliviaría un poco más las carencias y angustias de la mayoría nacional.

Nuestro interés, para terminar, licenciado, en exponerlo, en poner las cosas aquí y ahora, de esta manera, no obedece sólo a propósitos de propaganda partidaria; la gravedad de la situación - pensamos - exige que las posiciones se conozcan sin deformaciones ni catastrofismos por todos los mexicanos, más aún por quienes, como usted, ocupando altos cargos de responsabilidad pública pueden sin duda alguna influir en los acontecimientos.

Como ve usted, no hay esta vez preguntas puntuales, señor secretario. Pensamos sinceramente que llegó la hora de la autoevaluación para nosotros, pero también para usted. (Aplausos.)

El C. secretario de Hacienda y Crédito Público: - Muchas gracias, señor diputado Cordera. Siempre es motivo de especial agrado escucharlo en sus intervenciones; provoca respeto y lo hemos hecho ya en varias ocasiones. Le agradezco y le respeto mucho la forma y la presentación que acaba usted de hacer, y creo que efectivamente tiene usted la más absoluta razón en que es el tiempo, el momento de hacer las autoevaluaciones. Es lo que estamos tratando de hacer nosotros en esta presentación de la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos, en la presentación de los criterios generales de la política económica para el año '84.

No es la presentación ni el listado de triunfos o de éxitos de la política económica; es el listado y la presentación de aspectos en los que se ha tenido un cierto éxito, medido éste como cumplimiento de las metas señaladas; y es la relación, enumeración y análisis de aquellos otros aspectos, en donde este éxito medido de esa manera tuvo lugar.

Comparto plenamente don Rolando Cordera, señala con claridad y con atingencia que fuimos exitosos en el ajuste de las finanzas públicas. Nada fácil, no hay que menospreciarlo, ahí fuimos y tuvimos éxito. Hubo éxito y no el Gobierno, no es un éxito del Gobierno, es el país, es la sociedad la que en un determinado momento está ajustando su realidad a una coyuntura distinta. Tuvimos éxito como sociedad en el ajuste con el sector externo y tenemos ahora un superávit por primera vez en 29 años, y estamos comprando en el exterior menos que lo que comprábamos como necesario, pero también, y todos somos testigos, lo que comprábamos en el exterior como dispendio, como exceso, como consumismo.

De tal manera que sí es el momento de las autoevaluaciones, sin perjuicios dogmáticos, ni actitudes políticas predeterminadas. Y es el momento en el que venimos aquí a recordar que este ajuste que está teniendo lugar en la economía nacional, es un ajuste que cualquiera que hubiera sido la solución que se le hubiera dado, tendría matices semejantes como los que estamos analizando en este momento.

A lo largo del año, sobre todo en los últimos meses, hemos leído, oído y discutido puntos de vista, un poco en el sentido autocrítico y crítico que don Rolando Cordera apunta. Es este un programa de ajuste impuesto desde fuera. Es este un programa que está de espaldas a los intereses mayoritarios de la población. Es este un programa que a lo que nos va a conducir, es a una espiral deflacionaria de la cual va a ser muy difícil de salir. Es este un proceso que pone en riesgo la estabilidad social de nuestro país.

Lo hemos oído una y otra vez, como también han oído las defensas que funcionarios del Gobierno o los planteamientos que funcionarios del Gobierno hemos venido haciendo durante estos meses.

Yo he solicitado, en muy diversos foros, sugerencias; sugerencias concretas, planteamientos integrados, congruentes, de alternativas que hubieran podido seguirse o que puedan seguirse en los años próximos.

Nos dice el señor diputado Rolando Cordera que por qué no ponemos como objetivo y como meta crecer por lo menos al 2.5 o 3% el año próximo.

¡Qué más quisiéramos! Qué más quisiéramos que poder señalar una meta, como parte del Gobierno, una meta superior a la que en este momento estamos señalando.

El Presidente De la Madrid inició su gobierno, y antes del inicio formal de su gobierno hizo una campaña en donde esencialmente usó la verdad, el no ocultamiento de las posiciones y de las cifras, el realismo en el análisis y en la evaluación.

Desde el 1o. de diciembre apuntó y subrayó, y lo hizo por todos los medios directos e indirectos, que estábamos en una crisis y que la crisis iba a implicar costos y sacrificios y deterioro en el nivel de vida. Y en ningún momento prometió lo que no era posible cumplir.

Por este motivo, nosotros no hemos propuesto como meta de crecimiento para el año próximo, otra que la que está consignada en los documentos y que plantea un crecimiento modesto y prudente.

Y esto, obviamente, resulta casi ridículo que responda a un dictado de Washington o de alguna otra capital en la que probablemente estuviera pensando el señor Cordera.

De ninguna manera, es simplemente el análisis lo más realista, lo más ajustado a la realidad, de cuáles son las posibilidades que en este momento tiene la economía mexicana para desenvolverse el año próximo. Y sentimos que no están por encima de un crecimiento tan modesto como lo es el del 1%. No hay recursos públicos, no hay recursos privados, no hay recursos externos que permitan en este momento plantear un crecimiento más acelerado. Si nos equivocamos - ojalá y nos equivoquemos - , ojalá y la recuperación de la inversión total, pública y privada sea tal que nos permita crecer más ojalá y la actitud de tantos y variados, diversos agentes económicos que en este momento todavía tienen incertidumbre, se disipara y pudiera el país adelantar y acelerar su paso.

¿Qué garantías podemos ofrecer de que la tasa de inflación sea 40%, el crecimiento el

1%, 5.5% el déficit del sector público, y las cuentas externas de determinada manera? No tenemos ninguna posibilidad de dar ninguna garantía, más que nuestro análisis más serio, profundo y el poner lo mejor que existe de un puñado importante de funcionarios públicos para tratar de hacer el diseño, el diagnostico y proponer la receta que se plantea en estos momentos.

En este año de 1983, y quiero decirlo, los pronósticos que hizo el Gobierno se acercaron de manera bastante estrecha a los resultados. Nos equivocamos en que la tasa de inflación fue mayor que la que habíamos pronosticado, pero sí se dio la tendencia hacia la baja en el proceso inflacionario, y aquí mucho y muy importante es romper la tendencia y cambiar el proceso social y el proceso económico.

Nos equivocamos en que el decremento en la actividad económica fue menor, pero habíamos señalado desde el principio que este año iba a ser, cuanto más y cuanto mejor, un año de estancamiento.

Cumplimos en finanzas públicas e incluso adelantamos más en el comportamiento del sector externo. ¿Qué garantías tenemos para que el año que entra nuestros pronósticos se cumplan? Repito, ninguna, pero como el mejor juicio y la mejor voluntad, porque comparto totalmente lo que apunta el diputado Cordera, éste es un momento trascendente, importante para la vida nacional; lo es desde el punto de vista económico, desde el punto de vista social, desde el punto de vista político; por ello, lo único que podemos hacer quienes tenemos alguna responsabilidad es poner nuestro mejor esfuerzo, nuestra mejor voluntad, nuestro espíritu más desprovisto de ninguna otra consideración que no sea el atender a los intereses generales del país.

Con total y absoluta coincidencia a una afirmación básica que nos hace Rolando Cordera, cualquier intento de un país por manejar sus asuntos sin consentimiento popular y sustituirlo con apoyos externos, está condenado al fracaso. Nadie mejor que los mexicanos lo sabemos, nadie mejor que quien está tan cerca de los problemas de América Latina puede dejar de coincidir con esta afirmación; lo que se requiere para hacer gobierno, ahora más que nunca, es el consentimiento popular, es la comunicación, el entendimiento y la comprensión de los problemas económicos y sociales por el mayor número de compatriotas.

Por eso la política que está siguiendo el Gobierno de la República es precisamente basar sus acciones, no en tareas de gabinete, sino en los reclamos fundamentales que el Presidente De la Madrid recogió en su campaña, y que ahora, día con día, recibe en su diario comunicar con la sociedad. Sin consentimiento popular, un programa de ajuste, como en el que hemos estado, no hubiera sido posible; un ajuste como en el que hemos estado sin consentimiento popular, sin entendimiento de los grupos y de los sectores más importantes de la sociedad, no hubiera sido posible.

Por eso, el Gobierno de la República defiende y salvaguarda por encima de cualquier otra consideración precisamente esos intereses populares que está tratando de defender de la mejor medida que esté a su alcance.

¿Y cómo lo está defendiendo? Haciendo un esfuerzo por abatir la carestía, haciendo un esfuerzo por corregir la situación de finanzas públicas, que de otra suerte, y no acepto la diferenciación que en ocasiones se hace entre las variables financieras y las variables reales, todas están entrelazadas.

El tener un alto déficit del Sector Público conduce a lo que pasó hace apenas unos cuantos minutos en nuestra sociedad, a que el déficit se tiene que financiar con dinero primario, con inflación, y con eso se destacan los precios. Eso es lo que estamos tratando de corregir en plena y total correspondencia con los más profundos intereses populares de nuestro país. Por eso no puedo estar más de acuerdo. Ningún gobierno sin consentimiento popular puede gobernar apoyado en ayudas del exterior. Esas son muletas que en última instancia van a provocar el tumbo.

No creo que sea una afirmación razonable, que estamos en un franco retroceso social. Estamos frente a una crisis económica, reconocida, anunciada y combatida; pero no pensamos que una crisis por importante que sea, sea sinónimo de retroceso social; ni tampoco estamos de acuerdo con que parece que el país se ha hecho chiquito, yo tengo la impresión contraria: el país se ha hecho grande. El país se ha hecho grande por la conciencia que ha tomado de sus problemas, por haber mirado hacia adentro a lo que es posible y a lo que no es posible, a negar banderas de distinto signo y a depositar su confianza y su solidaridad con el Gobierno de la Revolución, con el Gobierno del Presidente De la Madrid, como la mejor opción para salir de los problemas en los que estamos. Eso a mí me parece que agranda a los países y no los achica, pero a lo mejor es problema de perspectivas. Gracias, señor diputado Cordera. (Aplausos.)

El C. Presidente: - Señor diputado Cordera, va a replicar.

El C. Rolando Cordera Campos: - Si, señor Presidente. Señor Secretario: yo creo que este país es más grande de lo que usted y yo podemos imaginar, tan grande que soporta políticas como la que usted nos propone; pero yo me refería sobre todo a su dimensión productiva y eso es casi problema de aritmética, dejémoslo así, Capitales imperiales, señor secretario, hay unas cuantas, enumérelas usted, una tras otra y yo suscribiré lo que digo; de ninguna de ellas aceptamos dictados ni mandatos - yo diría ni sugerencias - , para nuestra política en general.

El consentimiento popular, señor secretario, no es un OVNI que ande por ahí y aterrice el día de las elecciones, esto es algo que se crea, se recrea y se amplía o se pierde, dependiendo de la política, en el sentido amplio y clásico del término, y eso es precisamente

lo que estamos planteando, el problema de un consentimiento popular que no puede sostenerse más en una política que no es de sacrificios porque no está ofreciendo, por ejemplo, que el salario real se queda donde estaba, sino que ésta trayendo consigo un decrecimiento vertical del salario real y una caída como no habíamos tenido en México - yo diría, desde los años cuarentas - y tal vez ni siquiera entonces en la participación del salario en el ingreso nacional, esa es la cuestión que estamos planteando nosotros, y esto tiene que ver no directa ni mecánicamente, pero tiene que ver con el consentimiento popular y sobre todo - que es lo que más nos interesa - con la fortaleza de este país, con la grandeza de este país. También con políticas económicas se achican los países, por lo menos temporalmente, y es un problema, en efecto, de perspectivas, de perspectivas históricas.

Y, por último, señor secretario, insistiría en una cuestión que es menor, si usted quiere, pero sigue siendo importante; las empresas en las cuales la banca tenía acciones tienen primero que conocerse y , segundo, su destino, incluyendo su enajenación eventual, debe pasar por un periodo de estudio y debate en el cual esta Cámara y el Congreso en general debe tener un papel de primer orden, no el único ni el exclusivo, y eso no lo hemos tenido. No podemos aceptar, señor secretario, que la consulta con respecto al destino de esas acciones se restrinja a los circuitos, estrechos de cualquier manera, cerrados, me temo, por el relato que usted nos hizo de cómo resolvieron los términos de la indemnización, del Ejecutivo, y más aún nos preocupa que el órgano de consulta, el único que usted identificó, sea una secretaría, la SEMIP que por empresa pública lo que lee es venta o remate y por sindicato, sobre todo si es independiente, lo único que ve es liquidación o persecución. Gracias. (Aplausos.)

El C. Secretario de Hacienda: - En algún momento habló usted de los OVNIS y no pude menos que recordar el año pasado, cuando entramos en una discusión sobre los extraterritorialidad o algo por el estilo. Lo recuerdo con agrado y me da gusto si usted tiene cierta inclinación.

No cabe la menor duda, lo hemos dicho y reiterado, este ajuste económico por el que atraviesa el país ha significado deterioro, descenso en nivel de vida de muchos mexicanos. Ha habido, por otro lado, una gran solidaridad, un gran entendimiento de la naturaleza básica del problema por el que atravesamos, de parte de los trabajadores de México que han, en esencia, pospuesto sus demandas salariales para tratar de contribuir con ese sacrificio, con esa solidaridad, a la mejor salida del problema crítico por el que atravesamos.

Los niveles de empleo - y esto es algo importante - los niveles de empleo se han mantenido relativamente en forma satisfactoria, y esto es un logro, un logro importante en un ajuste de esta naturaleza y de esta envergadura; en otros países que se ven sujetos, sometidos a estos ajustes, con programa de reordenamiento económico o sin él, ven acompañado el proceso con muy altos niveles de desocupación. Aquí, repito, solidaridad de los trabajadores ha visto repetido en muy diversas empresas reducciones de turnos, de jornadas de trabajo, con la consecuente reducción en el ingreso, para conservar la planta, el trabajo, la ocupación. El consentimiento popular deriva de las políticas, pero deriva esencialmente de la confianza que los representantes fundamentales de esos intereses populares tengan en sus instituciones, en su gobierno y en las perspectivas de cómo se piensa que va a terminar, a concluirse, a definirse los programas en marcha. Creo que nos pasaríamos aquí un buen rato exhibiendo muestras de este consenso popular a esta evolución por la que el país está atravesando. No son medidas de aplauso ni populares. También lo reconocemos; pero son, a nuestro juicio, la única opción para resolver una problemática como la que tenemos. No hemos visto - lo repito - alguna otra alternativa sistemática, congruente, global, sino hemos visto sólo el adjetivo, que no es más que eso, adjetivo.

En cuanto a las empresas en poder de los bancos, señor diputado Cordera, en la primera intervención comentamos que en los próximos días, estaremos poniendo en conocimiento de la opinión pública, las condiciones fundamentales para que se lleve a cabo la enajenación de estas empresas. Tendrá toda la información necesaria: procedimientos, sistemas de evaluación, preferencias, quiénes intervienen en estas operaciones, etcétera, por supuesto que también estará a disposición de la ciudadanía lo que ya existe esencialmente, que son las empresas en las que los bancos tenían acciones. Es información pública que cualquier persona que tenga verdadero interés en conocer esta realidad, es decir, en qué empresas los bancos tenían acciones, será fácilmente accesible para aquél, repito, que tenga el interés para conocerlo.

Serían los comentarios, señor diputado.

El C. Presidente: - Tiene la palabra el C. diputado Astolfo Vicencio Tovar.

El C. Astolfo Vicencio Tovar: Señor secretario: después de 13 oradores es realmente difícil no ser reiterativo. Casi todas las preguntas que tenía preparadas han sido planteadas, y contestadas por usted, pero hemos elaborado esta intervención, y en atención a la Asamblea seré sumamente breve.

Usted apuntó en su discurso introductorio a esta comparecencia tres datos fundamentales: que no se incrementarán los impuestos, que se moderarán los incrementos a los precios y tarifas a las empresas y organismos descentralizados, que del combate a la evasión fiscal se espera un incremento sensible en los ingresos.

La primera duda que me asalta es la siguiente, señor secretario: en el presupuesto de ingresos para '83, de enero a agosto se programó un ingresó procedente del IVA de 776 mil

millones de pesos, y en el primer informe de gobierno rendido a esta Cámara por el Presidente de la República, se indica que en ese lapso, por concepto del IVA se recaudaron 472 mil millones, por lo que existe una diferencia negativa de 304 mil millones contra lo esperado. Es evidente que esa disminución influyó fuertemente en la recesión, y la disminución en el consumo también provocó una disminución en la recaudación del IVA. Sería interesante conocer si la política de ingresos contempla mecanismos correctivos para evitar esta situación.

Por otra parte, deseamos saber qué porcentaje de los ingresos federales representan los impuestos generados por las empresas dependientes de los bancos, y cuál es su situación financiera. Nos podrá informar también qué porcentaje de capital y de utilidades representan esas empresas en el capital y en las utilidades de los bancos. Usted indicó que Acción Nacional ha sostenido a través de su historia el combate al fraude fiscal como esfuerzo perseverante, para una distribución equitativa y justa de la carga fiscal, con base al fraude, que no confundamos indiscriminadamente con la persecución de los causantes.

Coincidimos con usted en que el fraude fiscal, además de ser inmoral, frena el desarrollo nacional y paraliza la acción del Estado. Y tal vez nuestra militancia política en la oposición nos lleva insistentemente a los criterios políticos. En este marco yo quisiera reiterar que cualquier tipo de fraude es inmoral, lo mismo el fraude fiscal que el fraude electoral y, por lo tanto, la misma pasión, el mismo esfuerzo, la misma perseverancia que se pone en México para la liquidación del fraude fiscal, debiera ponerse en la liquidación del fraude electoral.

De esa manera se restablecería un vigoroso equilibrio entre el ejercicio de los derechos democráticos y el cumplimiento de las obligaciones fiscales, ya que se tendría un compromiso compartido. La renovación moral de la sociedad, que primero fue bandera política electoral y ahora filosofía de gobierno, a juicio de la diputación de Acción Nacional no debe quedar sólo en la aprehensión y encarcelamiento de funcionarios altos a menores. La renovación moral debe ser entendida no sólo como castigo a los delitos de peculado, sino fundamentalmente como respeto a la dignidad del hombre y sus derechos.

¿Cómo se puede hablar de renovación moral cuando se atropella la voluntad popular y se hace escarnio de los triunfos muy recientes de los partidos de oposición en Baja California, Oaxaca o Sinaloa?

Y por último, al finalizar su intervención general señaló usted: tenemos todo para lograrlo, recursos naturales, instituciones y experiencia histórica, pero, sobre todo, un pueblo noble y tenaz.

Nosotros agregaríamos, lo que dirían nuestros clásicos: qué gran pueblo si hubiera un gran señor. Si hubiera un gobierno real y efectivamente democrático.

El C. Secretario de Hacienda: - En esto del fraude electoral, un poco creo que nos está pasando lo mismo que algunos sectores le atribuyen a la Secretaría de Hacienda, de que vemos en cada contribuyente a un defraudador fiscal. Un poco también me parece que cada vez que hay elecciones, y hay los resultados que conocemos, se señala que hay fraude electoral. Yo creo que ni todos los contribuyentes hicieron fraude fiscal, ni en todas las elecciones hay un fraude electoral. Ahí creo que ha habido incluso un abuso mayor, incluso por algunos sectores que por la propia Secretaría de Hacienda, quien da la confianza al contribuyente antes que cualquier otra cosa.

Algunas preguntas concretas de carácter tributario que usted planteó al principio de su intervención, señor diputado.

Efectivamente, la recaudación del IVA mostró a principios del año, a mediados una cierta recuperación, pero terminaremos 1983 con una cifra considerablemente inferior a la que habíamos estimado, superior a '82 de modo significativo, pero menor a la estimación que habíamos hecho, al pronóstico incorporado en la Ley de Ingresos de la Federación aprobado por esta soberanía en los últimos días de diciembre del año pasado.

¿Cuáles han sido las razones básicas para este descenso en la recaudación procedente del Impuesto al Valor Agregado?

En primer lugar, conviene señalar que se encuentra ubicada esencialmente en la recaudación del Impuesto al Valor Agregado de las importaciones. Y aquí recordar, asimismo, que las importaciones han caído durante estos primeros diez meses del año en más del 50%.

Segundo. También conviene recordar que el menor dinamismo en el crecimiento de la recaudación del Impuesto al Valor Agregado se inicia a mediados del año de 1982, cuando en general la actividad económica de nuestro país empieza a mostrar señales de abatimiento. No es, como alguna interpretación se ha hecho, derivado de los ajustes hacia arriba en la tasa general del Impuesto al Valor Agregado.

Tercer punto importante, en una época inflacionaria como la que vivimos, en una época de crisis como en la que estamos, las empresas que ven disminuidas y apretadas sus posiciones de liquidez, los recursos de que disponen, tienen la tendencia a financiarse en mayor medida con impuestos retenidos y no pagados al fisco.

Y cuarto. Como factor básico que explica esta menor recaudación del Impuesto al Valor Agregado, la inflación, la crisis, provoca cambios en los patrones de consumo. Cambios en los patrones de consumo que orientan la mayor parte del ingreso, sobre todo de los grupos de ingreso bajos y medios, a concentrar esa mayor parte de su ingreso en bienes y servicios que se encuentran exentos o tienen tasas cero en el Impuesto al Valor Agregado.

Para el año próximo contemplamos una cifra de recaudación del Impuesto al Valor Agregado, semejante a la que estimábamos para este año, un poco más de 750,780 mil

millones de pesos, si no me falla la memoria. Cifra que será en buena parte por una mayor recuperación de nuestra economía modesta, ese 1% al que aludimos, y principalmente, por un crecimiento más dinámico en las importaciones de mercancías que podremos hacer en el año de 1984.

Me solicita usted qué porcentaje de ingresos de las empresas en poder de los bancos absorbe del ingreso total del Sector Público, y qué porcentaje de las utilidades de los bancos derivan de las utilidades de las empresas en poder de los bancos. No tengo a la mano esa información. Se la haré llegar, señor diputado, a la mayor brevedad.

En cuanto al primer punto, las empresas en poder de los bancos, no están consideradas dentro del presupuesto de ingresos o egresos de la Federación, les ha sido dado un trato diferente como ha sido diferente el trato desde el punto de vista presupuestal que las instituciones de crédito tienen en el presupuesto de ingreso y de egreso. Y en cuanto a la segunda, porciento de utilidades de las empresas sobre el total de las utilidades de los bancos, le puedo decir que la mayor parte de las utilidades de los bancos provienen básicamente del diferencial financiero en aquellas empresas, en aquellos bancos bien manejados y, sobre todo, del cobro de diversos servicios no directamente ligados con el proceso de intermediación bancaria, ahí está la fuente fundamental de utilidades de los bancos más que en los rendimientos de las acciones de empresas que en los últimos años han tenido un comportamiento en donde muchas de ellas han sido caracterizadas por una situación de pérdida.

Sería señor diputado, mi comentario sobre su intervención.

El C. Presidente: - ¿Desea responder, señor diputado?

El C. Astolfo Vicencio Tovar: Señor secretario, nosotros estamos totalmente de acuerdo en muchas de sus apreciaciones, sobre todo en el aspecto del crecimiento de la economía, que no puede ser en este momento más que un raquítico 1% estamos también de acuerdo con prácticamente todos los juicios emitidos en la materia económica y hacendaria.

Respecto a que lo recaudado por concepto del IVA ha sido muy superior a 1982, se debe fundamentalmente al tremendo incremento en las tasas de este impuesto de exento y 10% sube al 15, 20 y 36%; entonces supongo que sí existe una razón para que haya subido el IVA en relación con el '82; pero por eso es que nuestra preocupación es de que se está recaudando menos de lo presupuestado.

Nos dice usted, también, que esto del fraude electoral se parece a los contribuyentes de la Secretaria de Hacienda y que Hacienda está haciendo todo lo posible por ganarse la confianza del contribuyente para que éste aporte los impuestos que le corresponden. Desgraciadamente en materia electoral le aseguro que ni nosotros los del Partido Acción Nacional ni la gran mayoría de los mexicanos, tiene esa confianza en materia político - electoral.

Hemos, prácticamente, agotado todas las instancias ante el secretario de Gobernación, no es nuestra pregunta o nuestra insistencia, no se plantea con el ánimo de molestarlo, sino porque en este momento usted representa al Ejecutivo, y tenemos una inquietud, ¿qué va a pasar en México después de todo lo sucedido? Muchas gracias.

El C. secretario de Hacienda y Crédito Público: - Gracias, señor diputado don Astolfo Vicencio Tovar, la recaudación por parte del Impuesto al Valor Agregado se elevó frente al año anterior, pero resulto menor que lo presupuestado. Las razones del porqué fue menor, lo hemos comentado y de por qué, en cierto sentido, se mantuvo a un nivel razonable, lo atribuye usted al incremento en la tasa, que esencialmente pasó del 10 al 15%, según iniciativa del Ejecutivo del año pasado y aprobación de esta soberanía en diciembre anterior. Yo creo que tiene usted razón. Si no hubiéramos propuesto este aumento en el Impuesto al Valor Agregado, en la tasa del Impuesto al Valor Agregado y nos hubiéramos quedado con el 10%, así como tasa general, seguramente que la recaudación por este concepto hubiera sido menor de lo que fue en este año de 1983. Creo que en un supuesto válido y que nos hubiera conducido a tratar de buscar esos recursos adicionales por otros caminos, y no hay que olvidar que estamos hablando ya de magnitudes muy significativas: Un 25% menor de la recaudación obtenida este año, equivale a un poco más de cien mil millones de pesos; cien mil millones de pesos que no resulta fácil obtener de otras fuentes, y para lo cual a lo mejor hubiéramos tenido que acudir a fuentes más inflacionarias para su financiamiento. De tal manera que el aumento en la tasa, efectivamente defendió una caída mayor, mejor dicho, aseguró niveles más razonables de recaudación por parte del IVA.

Debo decir, así un poco de pasada, que la tasa del IVA, la tasa general que tenemos en México del 15%, es una tasa que se compara razonablemente bien y en términos gruesos hacia abajo en una comparación general con varios otros países del mundo. En Argentina hay el 25% de tasas general, en Austria, el 18%, en Bélgica, en 17%, en Dinamarca, el 22%, sólo para mencionar a algunas y tratar de ubicar nuestro coeficiente, que es alto porque son altas las necesidades de recaudación en un contexto internacional que nos permite seguramente una perspectiva adicional. Gracias, señor diputado.

El C. Presidente: - Tiene la palabra el C. diputado Salvador Valencia Carmona.

El C. Salvador Valencia Carmona: - Señor licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público: Ha sido ésta una sesión por varios motivos memorables: Se ha rebasado, a mi juicio, no sólo el aspecto formal

de la norma constitucional, sino también se ha convertido esto en un foro político en el que se han manifestado todas las tendencias ideológicas del país. Creo que esa es precisamente la función de este debate que se abre entre el Ejecutivo y sus representantes y el Poder Legislativo, como depositario de la Soberanía nacional.

En esta profunda creencia del diálogo, es como puede avanzar la democracia en México como un poder abierto, abierto a todos y para todos aquellos que quieran trabajar por el bien de la Nación. Creo que ha habido un cambio fundamental en este diálogo. Este cambio incide fundamentalmente en que los documentos que tradicionalmente se veían desde un punto de vista estrictamente técnico, meramente financiero, se visualizan ahora con mayor entendimiento y complejidad social. Ya no son las iniciativas de leyes de ingresos, de presupuesto de egresos, ahora de criterios generales de política económica y, dicho sea de paso, qué bueno que haya este tipo de documentos; creo debemos persistir en este esfuerzo porque el pueblo de México tiene derecho a saber qué pasa con la economía del país.

Por otra parte, este propio documento se inscribe en la moderna teoría presupuestaria; no pueden andar los ingresos por un lado y los egresos por el otro; es necesario que tengan armonía y creo que este documento que se nos ha ofrecido a los diputados, emprende el camino por esas modernas técnicas presupuestarias.

Hay dos aspectos, sin embargo, que nos han llamado particularmente la atención; uno, referente a las instituciones de crédito, el otro, relativo al ritmo del crecimiento económico.

En el aspecto de las instituciones de crédito, están, en mi criterio, muy claras las bases de la expropiación desde 1917 y yo diría que los miembros de la mayoría pensamos y queremos conocer su criterio sobre ese particular, aunque ya de alguna manera se expresó. Creo que pudo manejarse la banca ahora nacional, antes del decreto, con el decreto y después de él con el mismo criterio con que usted está señalando, porque el régimen expropiatorio en México que encuentra su justificación en la Constitución del '17, es lo suficientemente amplio y permite al Estado mexicano, en función de los principios que le rigen, tomar este tipo de decisiones. Por eso yo no veo con sorpresa el que se realicen por el Estado mexicano las operaciones necesarias para evitar un servicio público exorbitante; pero sí creo que de las medidas que se tomen deben conocerla como síndico todos los mexicanos.

Otro aspecto que no sólo ha llamado la atención de los partidos de oposición se refiere al crecimiento económico del país, se dice el 1% y algunos dicen ¿por qué no el 2.5%?, ¿por qué no el 3, el 4% o algo más? y se entra aquí, quizá, en uno de los aspectos más delicados de política económica; también a los diputados de la mayoría este aspecto nos llamó particularmente la atención, discutimos abogados, economistas, ingenieros, sobre este problema tan acuciante para el país, y un economista sagaz nos decía: no confundir lo viable con lo deseable y yo creo que es muy justo, entre un país que está acostumbrado a veces al despilfarro, a crecer de prestado, a veces con proyecciones en extremo imaginativas, creo que se impone una política sensata y prudente. Me quedo yo con esas políticas razonables y con una buena administración, y conmigo los miembros de la mayoría.

En alguna parte de su intervención, señor secretario, usted aludió a algunas perspectivas futuras que pueden presentarse en el país, sobre todo agotado el periodo de ajuste y es esto lo que me interesa. Y me interesa comentarlo no por el simple prurito de lanzar un pregunta más, como decía Víctor Hugo que pasaba con aquellos diputados, con aquellos legisladores que al ver el presupuesto, las finanzas, se imaginaban que era un enorme pez, donde todos querían tirar el anzuelo. No señor, me interesa a mí fundamentalmente esta pregunta, porque creo que de ella depende la confianza del pueblo mexicano, el entusiasmo que pueda tener para superar la crisis que hoy nos agobia. Quiero preguntarle, señor, sin que esto sea futurología sin fundamento, sin que esto implique predicción sin sostén, quiero preguntarle cómo visualiza usted ese programa de recuperación económica. Cómo piensa que las condiciones de los mexicanos se presentarán, a condiciones de vida me refiero, se presentarán a partir de 1985. Cómo se enlaza este problema de recuperación con los principios fundamentales para mí, de Derecho Económico y Constitucional, de planeación democrática y economía mixta. Esto es fundamentalmente mi pregunta, señor. Muchas gracias.

El C. Secretario de Hacienda: - Muchas gracias, señor diputado Salvador Valencia.

Empiezo por compartir con usted mi convicción de que, efectivamente, el documento que enmarca la Ley de Ingresos y de Egresos, es un documento útil que introduce innovación, que facilita comunicación y que tiene por propósito básico el establecer, fortalecer en la mayor medida de lo posible, el diálogo, la comunicación, la información entre el Gobierno y la ciudadanía. Ahí está lo que se dijo que se iba a hacer. lo que hemos hecho, lo que falta por hacer desde el punto de vista de política económica, desde el punto de vista de conceptos generales. Bienvenida la participación, las sugerencias, las alternativas que la propia ciudadanía, que esta representación popular pudiera hacer a esos documentos, a ese, concretamente, que nos plantea posiciones fundamentales de la política económica.

Me complace de manera especial que usted, como vocero de la mayoría en este recinto, comparta nuestra tesis de que es preferible establecer lo posible y no sólo desear lo que quisiéramos. Si encontramos mecanismos para poder apoyar en una mayor medida la inversión productiva en el país, usar esa reserva presupuestal que tenemos establecida en el propio

presupuesto de alrededor del 1% del producto interno bruto, 280 mil millones de pesos, si la podemos usar sin incurrir en medios inflacionarios que después conducirían a aumento en los precios, será una manera en la que el aparato productivo nacional pueda recibir incluso una inyección adicional y crecer por encima del 1%. Ojalá y las condiciones y las circunstancias a las que nos enfrentamos nos permitan esta alternativa porque es de interés totalmente coincidente que no pudiera discrepar de ninguna manera de si podemos caminar más aprisa sin desbarrancar, debemos hacerlo.

Agradezco, pues, esa manifestación de la representación mayoritaria del Partido Revolucionario Institucional de que es preferible quedarnos con lo posible, con lo verdaderamente posible y no establecer lo que quisiéramos, pero que no será posible.

¿Cómo vislumbramos el '85? Estoy convencido, como lo ha señalado en repetidas ocasiones el Presidente De la Madrid, el país saldrá fortalecido de esta crisis; saldrá fortalecido porque podremos y deberemos mirar con mayor rigor a qué podemos hacer, con qué lo podemos hacer y para qué queremos hacerlo.

Definitivamente, saldremos fortalecidos porque hay conciencia nacional de que requerimos mayor esfuerzo cada uno en nuestras responsabilidades para cumplir mejor nuestra tarea.

Que el país tiene que pisar sobre piso más firme, sin mirar hacia abajo, sino siempre hacia arriba que el país puede reorientar su aparato productivo hacia una mayor exportación y que probablemente por haber tenido en ciertas épocas acceso fácil a los recursos del exterior, el crédito, no hemos sido todo lo esforzados para sustituir en mayor medida las importaciones.

El campo se antoja verdaderamente prometedor y tenemos confianza. Tenemos confianza que al inicio del '85 se habrán sorteado aspectos todavía pendientes de este momento critico, el más relevante, el más trascendente que es la inflación.

En muchas ocasiones se ha reiterado que es fácil caer en la inflación y creo que ya lo demostramos y que es muy difícil salir de ella. Es como un monstruo de muchas cabezas, que se reproducen casi de manera intermitente. Hemos hecho un esfuerzo fuerte, severo y el hemos es en el sentido más plural del término, el país en su conjunto ha hecho un esfuerzo severo, tesonero y el avance en materia inflacionaria no fue todo lo significativo que hubiéramos pensado y que hubiéramos deseado.

El enemigo a vencer - ha señalado el Presidente de la República - sigue siendo la inflación. La inflación distorsiona expectativas, asignación de recursos, los canaliza hacia bienes raíces, hacia joyas, hacia moneda extranjera, a usos poco productivos para la sociedad. La inflación pega a las gentes más desfavorecidas de nuestra población. Y cuando digo pega, afecta su nivel de vida, reduce su bienestar.

Por eso, luchar contra la carestía es - como lo decíamos en las palabras iniciales - estar estrechamente vinculados con los intereses populares. No es una lucha fácil, pero si vencemos en otros terrenos y no vencemos en la lucha de la inflación, el esfuerzo podrá ser vano en muchos aspectos.

De ahí nuestra convicción, nuestra convicción más profunda y más reforzada día con día de que la lucha contra la inflación representa la prioridad fundamental para los próximos esfuerzos.

Quisiera terminar, como lo hice en la sesión del año pasado en la que tuve el honor de comparecer ante ustedes con una nota de optimismo y de confianza. Con una nota de optimismo y de confianza renovada, después de un año de ajuste en nuestra economía y en nuestra sociedad.

Hemos dado prueba de que el país se agranda, se agranda en su voluntad por resolver sus problemas con realismo y con solidaridad.

Nuestro país, por el tamaño de su economía, es el 11 en el mundo. En el periodo '71-81, un periodo de diez años, ocupamos el segundo lugar en la economía más dinámica del mundo; ocupamos un lugar entre los diez primeros en producción de maíz, de trigo, de algodón, de tomate, de azúcar, de aguacate, de mango, de papaya, de cacao y de café; en algunas actividades mineras somos el número uno, como en la plata, el quinto en el plomo, el quinto en el zinc, el cuarto en el mercurio; somos el quinto país que cuenta con las mayores reservas de petróleo en el mundo, el noveno en uranio. Y así podríamos multiplicar indicadores que nos reafirman esa expresión que no por usada deja de tener toda su valía. El país - lo ha dicho Miguel de la Madrid - saldrá fortalecido de la crisis. Tenemos con qué.

Muchas gracias a todos por su asistencia. (Aplausos.)

CONSIDERACIONES Y AGRADECIMIENTO DE LA PRESIDENCIA

El C. Presidente: - Señor licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público: Se ha agotado la lista de diputados suscritos para hacerle preguntas. Atentamente se le invita a tomar asiento. (Aplausos.)

Señor secretario de Hacienda y Crédito Público, licenciado Jesús Silva Herzog: La exposición y sus respuestas en torno a la iniciativa de la Ley de Ingresos de la Federación para 1984, es apreciada en todos sus alcances por esta soberanía. El mandato constitucional que ordena a los secretarios de Estado informar e ilustrar a esta honorable Cámara de todo lo relativo a su ramo, lo ha cumplido usted satisfactoriamente, y el contenido de sus palabras se ajusta en forma plena a la política trazada por el señor Presidente de la República, licenciado Miguel de la Madrid Hurtado, para enfrentar la gravedad de la crisis y su lucha por encontrar, dentro de un principio de equidad y justicia, que ésta se comparta por todos los niveles sociales del país.

Esta representación plural se ha pronunciado con inquietudes, discrepancias, en una profunda discusión y un sereno análisis alrededor de su intervención, y con satisfacción podemos concluir en que todos coincidimos en la urgente necesidad de encontrar los instrumentos necesarios para sortear los difíciles momentos que vive el país, como consecuencia del severo impacto que la crisis económica mundial ha producido a México. Nuestro reconocimiento, señor licenciado, así como el reclamo de esta representación popular en la que participan seis partidos políticos, para que esta honorable Cámara de Diputados siga concurriendo como expresión auténtica de las aspiraciones del pueblo de México, que anhela una patria cada vez más justa, libre e independiente, económica, política y socialmente.

Muchas gracias, señor secretario de Hacienda y Crédito Público, licenciado Jesús Silva Herzog. (Aplausos.)

Se ruega a la comisión designada, acompañar al señor licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público, cuando desee retirarse de este recinto.

Se ruega a los CC. diputados permanecer en el recinto, a fin de continuar y agotar los asuntos en cartera.

(La Comisión cumple su cometido.)

La C. secretaria Xóchitl Elena Llarena de Guillén - Señor Presidente, se han agotado los asuntos en cartera. Se va a dar lectura al orden del día de la próxima sesión.

ORDEN DEL DÍA

El C. secretario Jorge Canedo Vargas:

"Segundo periodo ordinario de sesiones.

LII Legislatura.

Orden del Día

23 de noviembre de 1983.

Lectura del acta de la sesión anterior.

El Gobierno del estado de Morelos invita al acto cívico que con motivo del LXXII aniversario de la proclamación del Plan de Ayala, que tendrá lugar el próximo 28 de noviembre.

El Congreso del estado de Veracruz invita a la sesión solemne en la que el C. licenciado Agustín Acosta Lagunes, Gobernador Constitucional del estado, rendirá su tercer informe de gobierno y tendrá lugar el próximo 30 de noviembre.

Minuta

Con proyecto de decreto por los que se concede permiso a los CC. Gloria López Iñiguez, Mireya Martínez Serrano, Jorge Humberto Salazar Méndez y Fermín Ochoa y Padilla, para prestar servicios administrativos en la embajada de los Estados Unidos de América, en México.

Oficio de la Secretaria de Gobernación

Con el que se remite el informe de labores de la Secretaría de Turismo correspondiente al período comprendido del 1o. de septiembre de 1982 al 31 de agosto de 1983.

Dictámenes de primera lectura

De las comisiones unidas de Justicia y del Distrito Federal con proyecto de decreto, que reforma y deroga diversas disposiciones del Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común, y para toda la República en Materia Federal y del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.

De las comisiones unidas de Justicia y del Distrito Federal con proyecto de decreto, que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones en materia civil y mercantil.

De la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, relativo a la solicitud de permiso de la C. Yanick Sierra Peniche Durocher para prestar servicios en la delegación general de Quebec, en México.

Dictámenes a discusión

De la Comisión de Hacienda y Crédito Público con proyecto de decreto, que reforma el que autorizó al Ejecutivo Federal a firmar, en representación del Gobierno de México, los convenios sobre el Fondo Monetario Internacional y del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento.

De la Comisión de Hacienda y Crédito Público con proyecto de decreto que amplía el monto de la garantía que el Gobierno Federal puede otorgar en las operaciones de préstamo celebradas con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y el plazo en que la misma puede concederse.

De la Comisión de Educación Pública con proyecto de decreto que reforma y adiciona la Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles.

De la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales con proyecto de decreto por el que se concede permiso al C. Francisco Xavier López Mena para aceptar y desempeñar el cargo de cónsul honorario de la República de Finlandia, en la ciudad de Cancún con jurisdicción en los estados de Quintana Roo, Yucatán y Campeche."

El C. Presidente (a las 18:05 horas): - Se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar mañana miércoles 23 de noviembre, a las diez horas.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y DIARIO DE LOS DEBATES