Legislatura LIV - Año I - Período Ordinario - Fecha 19881201 - Número de Diario 30

(L54A1P1oN030F19881201.xml)Núm. Diario:30

ENCABEZADO

LIV LEGISLATURA

PODER LEGISLATIVO FEDERAL

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de segunda clase en la administración de Correos, el 21 de septiembre de 1921

PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Dip. Socorro Díaz Palacios

PALACIO LEGISLATIVO

DIRECTOR DEL DIARIO DE LOS DEBATES

Lic. Benjamín Martínez Martínez

AÑO I México, D.F., jueves 1o. de diciembre de 1988 No. 30

SESIÓN DE CONGRESO GENERAL

(Protesta de Ley del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos)

SUMARIO

SUMARIO

ASISTENCIA

La secretaría notifica que hay quórum con cuatrocientos noventa y siete cuidadanos diputados y sesenta ciudadanos senadores.

APERTURA

Se abre la sesión.

ACUERDO DE PRACTICA

PARLAMENTARIA

La presidencia notifica que se suscribió el acuerdo por los grupos parlamentarios y firmado por la Gran Comisión del Senado de la República.

La ciudadana diputada Marcela Lombardo Otero, a nombre del Frente Democrático Nacional.

El ciudadano diputado Abel Carlos Vicencio Tovar, a nombre del Partido Acción Nacional.

El ciudadano diputado José Luis Lamadrid Sauza, a nombre del Partido Revolucionario Institucional.

RECESO

La presidencia declara receso en espera del Presidente de la República y del Presidente electo.

PROTESTA DE LEY

La presidencia reanuda la sesión.

Se rinden honores de ordenanza.

El ciudadano Carlos Salinas de Gortari rinde protesta como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

MENSAJE DEL PRESIDENTE

DE LOS ESTADOS UNIDOS

MEXICANOS

El ciudadano Carlos Salinas de Gortari expone su programa de gobierno.

Se rinden honores de ordenanza.

Las comisiones protocolarias cumplen con su cometido.

ACTA DE LA PRESENTE

SESIÓN.

Se aprueba.

SE LEVANTA LA SESIÓN

A las 12.20 horas.

DEBATE

PRESIDENCIA DE LA CIUDADANA DIPUTADA SOCORRO DÍAZ PALACIOS

(Asistencia de cuatrocientos noventa y siete ciudadanos diputados y sesenta ciudadanos senadores)

ASISTENCIA

El C. secretario José Murat C.: - Señorita presidenta, hay una asistencia de cuatrocientos noventa y siete ciudadanos diputados y sesenta ciudadanos senadores. Hay quórum de Congreso General.

APERTURA

La C. Presidenta (a las 09.35 horas): - Se abre la Sesión de Congreso General.

ACUERDO DE PRACTICA

PARLAMENTARIA

La C. Presidenta: - Señores legisladores: Ruego su amable atención, se procede a desarrollar esta sesión de Congreso General, con base en las normas jurídicas vigentes y en el acuerdo de práctica parlamentaria suscrito el pasado 29 de noviembre por los coordinadores de los grupos parlamentarios que integran la Cámara de Diputados, acuerdo que fue respaldado a su vez por un acuerdo político de solidaridad, firmado entre presidente y secretario de la Gran Comisión del Senado de la República y el coordinador del grupo parlamentario del Frente Democrático Nacional del propio Senado, ayer 30 de noviembre.

Oportunamente fueron inscritos como oradores en este acto, la ciudadana diputada Marcela Lombardo, quien hablará a nombre del Frente Democrático Nacional, integrado por los partidos Popular Socialista, Auténtico de la Revolución Mexicana, Mexicano Socialista, Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y por la Corriente Democrática.

Hablará asimismo el ciudadano diputado Abel Vicencio Tovar, por el Partido Acción Nacional y el ciudadano diputado José Luis Lamadrid, por el Partido Revolucionario Institucional.

Tiene la palabra la diputada Marcela Lombardo Otero de Gutiérrez.

Esta presidencia ruega a todos los presentes tomen su lugar y escuchen con atención y respeto a los oradores.

Las personas que están ocupando el pasillo central, esta presidencia les ruega que lo despejen inmediatamente; requerimos orden y silencio para iniciar nuestros trabajos y la ronda de oradores.

Tiene la palabra la diputada Marcela Lombardo Otero de Gutiérrez.

La C. diputada Marcela Lombardo Otero de Gutiérrez: -Ciudadana presidenta del Congreso de la Unión; ciudadanos diputados y senadores; compatriotas: Hoy es un día aciago para la República en que se consuma una grave afrenta contra el derecho soberano del pueblo a elegir a sus gobernantes.

Los grupos parlamentarios de los partidos Auténtico de la Revolución Mexicana, Popular Socialista, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, Mexicano Socialista y la Corriente Democrática, definimos nuestra posición respecto al significado de la protesta que rendirá hoy quien asume la titularidad del Poder Ejecutivo en contra de la voluntad popular

Carlos Salinas de Gortari no llega a esta posición como resultado de la decisión mayoritaria que se expresó en favor de otro candidato, Cuauhtémoc Cárdenas y por otro programa radicalmente distinto al que ha sido aplicado durante el sexenio que termina. (Aplausos.)

Los mexicanos rechazaron el continuismo de un gobierno que ha llevado al país hacia el deterioro en todos los órdenes, como resultado de los compromisos contraídos con grupos especuladores, financieros y oligárquicos en evidente alianza con fuerzas extranjeras. El pueblo votó en favor de que se recupere el camino de la dignidad, el progreso y la independencia nacionales abierto por la Revolución Mexicana, y se avance hacia la instauración de un nuevo régimen democrático.

No obstante el fraude electoral, el esfuerzo ciudadano no ha sido inútil; por primera vez en la historia reciente, se escucha en este acto la voz de representantes genuinos del pueblo y comienza a reflejarse la nueva correlación de las fuerzas políticas que eliminará la tradicional sumisión del Congreso e iniciará la cancelación del presidencialismo absolutista.

La situación de México es verdaderamente crítica, el conflicto político ha alcanzado un nivel que no conocimos durante los últimos decenios; mientras la economía sigue deteriorándose, la mayoría

trabajadora sufre una agresión contra su nivel de vida y se agudiza la supeditación del país al extranjero.

Este panorama reclama una salida nacional, popular y democrática, se requieren ahora mismo profundas transformaciones, para lo cual los partidos y organizaciones integrantes del Frente Democrático Nacional aportamos nuestro concurso decidido con la mayor responsabilidad ante el pueblo de México.

Nuestro compromiso es mantener la lucha para que se abra efectivamente la posibilidad de sustituir a los gobernantes por la vía democrática; el respecto al voto es esencial para una convivencia civilizada.

Todo poder público que no emane del pueblo es ilegítimo, ofende la moral cívica y lesiona severamente al país; por ello, la reforma más importante que México requiere, es de carácter político, un régimen de sufragio efectivo con nuevas leyes electorales, con igualdad entre los partidos, con un verdadero padrón electoral y autoridades imparciales, no hay democracia con partido oficial y con sindicatos verticales que nieguen a sus miembros la libertad de afiliación política; no hay democracia con monopolio de los medios masivos de información, con prensa subordinada y con el empleo ilegal de los recursos públicos en beneficio del partido del gobierno; no hay democracia sin autonomía municipal, federalismo efectivo, auténtica separación de poderes, control y vigilancia sobre los actos del Ejecutivo y sin la restitución de la capacidad legislativa del Congreso de la Unión. (Aplausos.)

La nueva democracia tendrá que abolir los privilegios políticos y económicos del oficialismo, desterrar la corrupción pública y privada, abrir las puertas para que el pueblo asuma plenamente los derechos que le corresponden en la conducción del Estado y otorgar las más amplias libertades a los mexicanos.

Los habitantes del Distrito Federal no pueden seguir viviendo en un estado de excepción, reclaman ciudadanía plena y la capacidad por tanto de elegir a sus gobernantes y a sus representantes locales, para lo cual es indispensable establecer el estado de Anáhuac. (Aplausos.)

La gestión pública no debe seguir orientada a concentrar el ingreso y la propiedad en quienes se han beneficiado con la especulación financiera y monetaria protegida y alternada por el poder; no se puede seguir profundizando la desigualdad social a costa de la mayoría empobrecida por los efectos de la crisis y la política económica gubernamental; se requiere una reforma fiscal profunda, que propicie un reparto justo y equitativo de la riqueza nacional, recuperar el crecimiento económico a partir del fortalecimiento del mercado interno, lo que exige la elevación de la capacidad de compra de los trabajadores de la ciudad y el campo y la modernización, expansión e integración de la planta productiva de acuerdo al interés nacional.

Para llevar a cabo estas acciones, se requiere suspender el pago de la deuda externa en sus términos actuales, ya que ahora no existen otros recursos de los que el país pueda disponer para estimular su crecimiento económico y elevar el bienestar de su población; no se puede seguir dependiendo del financiamiento externo sino a costa de perpetuar el estancamiento y aun propiciar el retroceso; todo nuevo préstamo debe estar plenamente justificado, debe considerar las fuentes, tiempos y procedimientos de pago y contar con la aprobación del Congreso y el aval del pueblo.

Es necesario detener el proceso de privatización de las empresas del Estado, emprender su democratización mediante la participación de los trabajadores en la gestión de las mismas y reforzar el dominio de la nación sobre sus recursos estratégicos y actividades prioritarias, retomando el camino patriótico y revolucionario que asegure el desarrollo de nuestras fuerzas productivas con independencia del exterior.

La extracción de petróleo crudo debe limitarse a la necesaria, para satisfacer las demandas internas; la exportación de crudo, sostén del pago de la deuda externa, debe reducirse de modo gradual y sustantivo para garantizar el futuro energético del país.

México no puede seguir aumentando su dependencia alimentaria, el campo demanda atención del Estado para elevar la producción, la productividad y a la vez asegurar el abasto de productos rurales ampliando la superficie con riego, con mayores volúmenes de crédito, asistencia técnica, mejor organización de los productos e integración de la economía del campo.

El combate a la contaminación deben realizarlo el pueblo organizado y las autoridades; debe detenerse el deterioro de nuestros bosques, suelos, aguas y el aire que respiramos.

La demanda ciudadana de mayor seguridad es generalizada, es preciso atenderla con medidas efectivas y con auténtica reforma judicial y de los cuerpos policiacos.

México es crucial en el porvenir de América Latina, su papel en la integración de nuestra zona

geográfica y cultural puede ser cada vez mayor en la medida en que se desarrollen la democracia y la independencia nacional. La unidad de nuestros pueblos es una necesidad impostergable; es indispensable que México resuma su responsabilidad para propiciar la paz en Centroamérica, restablezca su solidaridad y apoyo hacia la causa de Nicaragua y de Cuba, y defienda como suyo el derecho de todos los pueblos a su autodeterminación y haga aportaciones efectivas a la paz, el desarme y la justicia internacional. (Aplausos.)

Ciudadanos legisladores; estamos padeciendo el estrechamiento de los espacios democráticos con la modificación abusiva de las leyes, la multiplicación de prácticas electorales viciadas, y la institucionalización del fraude como política de Estado. (Aplausos.)

El desprecio al voto y la violación del procedimiento legal que producen la ilegitimidad de las autoridades, fueron norma tanto en las pasadas elecciones federales como en los procesos locales de Veracruz, Tabasco, Nuevo León, Colima, Chiapas, Tlaxcala y Campeche.

Por medio de la interpretación amañada de la ley, se impiden las candidaturas de los partidos del Frente Democrático Nacional, se registraron o no a candidatos, según desee el gobierno, se ha llegado al extremo de atribuir las candidaturas a partidos distintos de los que las postulan; en muchas ocasiones, incluso por medio de la fuerza, se impide la presencia de nuestros representantes en las casillas.

El gobierno se pone al margen de la legalidad, impide que los ciudadanos recuperemos nuestros derechos conculcados, y cancela las vías legales de defensa de la voluntad popular, pretende encajonarnos entre la aceptación pasiva de la imposición y el enfrentamiento con violencia.

Las fuerzas que integramos el Frente Democrático Nacional rechazamos ambas salidas, no habremos de claudicar frente a la amenaza y el atropello, ni caeremos en la provocación; no hemos convocado al pueblo de México a la violencia, ni habremos de hacerlo; queremos que avance la conquista de la democracia mediante la organización popular, la movilización social y la lucha política.

Según las cifras oficiales constituimos la segunda fuerza electoral del país, tenemos la convicción de ser la primera y el pueblo lo sabe. (Aplausos.)

En todo caso, nadie puede gobernar de espaldas al pueblo...

La C. Presidenta: - Un momento, ciudadana diputada, esta presidencia ruega atención y respeto a la oradora.

La C. diputada Marcela Lombardo Otero de Gutiérrez: - En todo caso, nadie puede gobernar de espaldas al pueblo ni en contra de las fuerzas políticas que encarnan y representan su voluntad mayoritaria.

Reiteradamente se ha afirmado que nos negamos al diálogo y a la concertación. En realidad, el gobierno y su partido los han hecho hasta ahora imposibles, hemos estado y seguiremos estando dispuestos a la discusión, al debate de las ideas y al examen serio de los problemas nacionales y de sus soluciones.

La C. Presidenta: - Un momento, ciudadana diputada, ruego a nuestros distinguidos invitados, básicamente a quienes están ocupando las filas posteriores de este salón de sesiones, guarden orden y silencio para escuchar con atención a la oradora.

(Desorden.)

Ruego a los invitados que ocupan las filas de la parte posterior de este salón, tomen sus lugares a la brevedad posible, para poder continuar con orden el desarrollo de esta sesión.

Pido a la Oficialía Mayor tenga a bien auxiliar a esta presidencia, determinando medidas que nos permitan ordenar el desarrollo de la sesión. (Aplausos.)

La C. diputada Marcela Lombardo Otero de Gutiérrez: - Hemos estado y seguiremos estando dispuestos a la discusión, al debate de las ideas y al examen serio de los problemas nacionales y de sus soluciones; no cejaremos sin embargo, en nuestra exigencia trascendental del respeto a la legalidad constitucional como elemento esencial de toda relación política.

Las fuerzas del Frente Democrático Nacional seguiremos luchando por el poder hasta alcanzarlo en beneficio del pueblo; esto es legítimo y natural en toda democracia. Los millones de mexicanos que se han incorporado a la lucha política con el Frente Democrático Nacional y al lado de Cuauhtémoc Cárdenas, constituyen la mayoría de la sociedad mexicana que ha tomado la determinación de edificar una patria justa, libre y democrática. Con esta convicción y con el apoyo ascendente del pueblo, tenemos la certeza de que con la victoria lograremos reconstruir y transformar al país.

Ciudadanos legisladores, la firmeza de nuestros principios nos ha valido la confianza de los mexicanos; nunca lo defraudaremos. En señal de protesta, nos retiraremos en su momento de este

recinto para avalar con nuestra presencia la afrenta, para no avalar con nuestra presencia la afrenta que hoy se consuma. ¡Viva la libertad!, ¡viva la Independencia!, ¡viva México! (Aplausos.)

La C. Presidenta: - Ciudadanos legisladores; señoras y señores : Es obligación reglamentaria de esta presidencia, cuidar porque se desarrollen nuestras sesiones en orden, con silencio y con atención a los oradores. Les ruego de manera muy atenta y firme a quienes están ocupando el pasillo central en la parte posterior, procedan de inmediato a desocuparlo.

Tiene la palabra el ciudadano diputado Abel Vicencio Tovar, por el Partido Acción Nacional.

El C. diputado Abel Carlos Vicencio Tovar: - Señora presidenta; honorable Congreso de la Unión: Hago uso de la palabra en circunstancias sin precedentes, no porque en un régimen republicano sea inusitado que el pueblo, a través de sus representantes, haga uso de ese derecho, sí porque después de cincuenta y nueve años de implantado el régimen de partido- gobierno, el mexicano ha visto totalmente menguado ese derecho, sobre todo cuando se intenta ejercitarlo fuera del círculo del gobierno y del compromiso del partido oficial.

Por ello, quiero sin mandato expreso, la voz de decenas, tal vez de centenas de miles de ciudadanos burlados, amenazados, engañados, defraudados, para convertir la expresión de su voluntad que es expresión de lo más profundo de la naturaleza humana, en simple mercancía de supuestos triunfos electorales.

Sí quiero ser la voz de los que reiterando la imperiosa necesidad del hombre, de creer en mejores tiempos, volvieron a ser víctimas del ciclo sexenal de la esperanza; buenas caras y promesas en principio, y después en todas sus formas, el desprecio a sus derechos.

Quiero ser la voz de los que perdieron en su empeño ciudadano, no importa su ubicación partidista, tranquilidad, salud, patrimonio y algunos, desgraciadamente la vida, como el caso de un entusiasta joven de Chihuahua, víctima de la represión agazapada.

Me dirijo a los representantes de la nación, me dirijo a los medios auténticos de comunicación, a la comunidad nacional y a la internacional, éste es un pueblo en pie de lucha y ya nadie puede pararlo. (Aplausos.)

El Partido Acción Nacional, reiterando su capacidad propositiva, hizo conocer el 16 de noviembre de 1988 un apretado convenio de su razón de ser, como instrumento al servicio del pueblo, del sentido que orienta su fuerza de transformación y de su contribución nacional para ofrecer desde uno de los principales grupos de la nación a toda la nación, la posibilidad de transitar de un régimen de facto hacia un régimen de derecho. Es conveniente tener presentes, aun en forma por demás resumida, las propuestas y las exigencias del partido en varias materias.

En el capítulo de la política económica y social, reformas que permitan un ingreso justo y el acceso de todos los mexicanos a los beneficios del desarrollo y a la recuperación inmediata de la capacidad de compra, que es de sobrevivencia de la clase trabajadora, renegociación sensata del pago de la deuda externa y la recuperación plena del recurso de la tierra en sus diversas formas de tenencia, como base de la producción nacional.

Se demanda la vigencia plena de los derechos humanos y su garantía por parte de la autoridad, incluyendo por supuesto al Poder Judicial, como poder político encargado de la administración de justicia.

En cuanto a la política educativa, se demanda la reforma de las estructuras que permitan el acceso de todos los mexicanos, integrados en el esfuerzo educativo nacional, a todos los sectores, abandonado el ilegal monopolio educativo que se ejerce, y respetando la elaboración de planes y la participación en ellos en la tarea educativa, a los padres de familia.

En cuanto a la democracia política, es indispensable el tratamiento del derecho político en un marco constitucional similar al de las garantías individuales, lo es también la definición de la función y responsabilidades de los medios de información, y por supuesto, una reforma integral de la legislación y de las prácticas electorales, para garantizar a todos los ciudadanos el respeto a su pronunciamiento en esta materia, terminando para ello con la ilegítima confusión que hace sufrir a los mexicanos, entre gobierno y partido oficial con todos los recursos y con todas las consecuencias.

En el pasado inmediato, estas demandas fueron conocidas por el gobierno, su respuesta fue sólo una promesa inicial y después la cerrazón absoluta. No se puede, mediante una alienante propaganda y el uso de cifras afectadas, borrar la historia de un sexenio, que continuando con una línea en ese sentido, envileció a muchos mexicanos, haciéndolos cómplices de los fraudes de la elección y engaño, empobreció y explotó a la mayor parte de ellos.

Se conviene en que es grande, señores, el destino de México, como últimamente dijo el Presidente saliente, pero para alcanzarlo, sus gobernantes deben estar a la altura de su grandeza, lo cual no ha ocurrido. (Aplausos.)

En México, a pesar de reformas legislativas, se intentó congelar a la democracia, más con los hechos que con las palabras de la ley; el despertar generalizado de una conciencia política nacional en la última campaña federal, no es un logro del gobierno que intentó mediatizar al pueblo, sino una realidad de transformación que se dio a pesar del gobierno, como reacción ciudadana frente a los abusos gubernamentales y contribuyó especialmente a este resultado con otros líderes políticos, el ingeniero Manuel Jesús Clouthier, quien con razón advirtió "nunca más otra elección a espaldas del pueblo".

No podría negarse absolutamente que en la cúspide política y en funcionarios que se acercan a ella, hayan existido propósitos de servicio, pero la acción siempre reiterada de sustituir o modificar las decisiones electorales de los ciudadanos, fortaleciendo así una cultura de mentira y de simulación, es un mal atávico que echa a perder hasta los mejores esfuerzos de los gobernantes para servir; esa actitud favorece al fatalismo político que consiste en la pérdida de la esperanza, por lo que la abstención aumenta como ha ocurrido en algunas de las últimas elecciones locales, y aumenta así la presión hacia la violencia.

La soberanía de los estados que no impide la imposición de gobernantes y de decisiones desde el centro, se convierte en argumento fariseo para no defender al pueblo de las agresiones de las autoridades locales. (Aplausos.)

En este marco, el régimen que se avecina proclamó su triunfo, reconocido exclusivamente por los diputados de su partido contra la oposición de toda la izquierda, sobre la base de un proceso electoral, que como fruto del nuevo Código Federal Electoral, afinó el control absoluto del gobierno marginando a los partidos independientes, multiplicó las dificultades para defenderse y transitó desde el engaño y la agresión en muchas casillas electorales hasta la resolución de las quejas por un Tribunal Federal Electoral, más comprometido con la forma que con los valores que la ley preserva, y se llegó por último a la decisión arbitraria en un Colegio Electoral, que por incidir descaradamente y en el vicio de confundir juez y parte, debe desaparecer en su actual expresión.

Por estas razones y por muchas más, el origen del nuevo gobierno y de su Presidente es ilegítimo y seguirá siendo ilegítimo hasta el fin de los tiempos; sin embargo, ante la imperiosa necesidad de que el poder ejerza funciones de autoridad, para que la sociedad se cohesione y pueda apoyar al hombre a vivir y a trascender, existe la posibilidad de que las acciones del gobierno de facto puedan legitimarse en el ejercicio del bien común.

Se extrañarían también, sin embargo algunos, que pretendieran que esta argumentación podría permitir la reiteración de los fraudes a la voluntad del pueblo, y a continuación un intento de legitimación en el ejercicio; esto puede reiterarse en la infancia de los pueblos, y México, los mexicanos, a pesar de su gobierno han llegado a una plena etapa de madurez.

De ninguna manera admitiremos nosotros y los que vienen después de nosotros, un eterno retorno al engaño y a la justificación posterior, porque la legitimación de que se habla puede equipararse a la que pudiera lograr un gobierno constituido como producto de un proceso revolucionario, y las revoluciones, señores, no se hacen todos los días.

El gobierno entrante y los partidos de oposición, especialmente el Partido Acción Nacional, han manejado los términos de concertación y de diálogo; el uso de estos términos, tal vez no ha sido bien comprendido, y dentro y fuera del partido, ha provocado en algunos sorpresa y desagrado, especialmente ha ocurrido esto en los extremos de los grupos interlocutores.

Puedo decir, con la autoridad de una encomienda expresa de la directiva nacional de mi partido y por supuesto con el asentimiento tácito de los militantes y de muchos de la mayoría del pueblo, que en la medida en que se logre un ambiente de respeto mutuo, el diálogo será usado como lo que es, como una forma de rescatar el valor de la palabra para establecer comunicación entre seres humanos, como un recurso válido para oponerse al monólogo, de suyo estéril, como una acción que busca la verdad política y que por tanto se aparta del maniqueísmo y que busca así también el encuentro con la libertad, pero que no se olvide que este método sólo tendrá éxito y sólo será respetable en la medida que haya absoluta congruencia entre las palabras y los hechos. (Aplausos.)

El diálogo no cancela las otras formas de lucha que seguirá usando mi partido como oposición responsable, y sí en cambio agrega para su eficacia el arma de la inteligencia; en caso de que nuestro interlocutor llegara en alguna forma a traicionar la palabra empeñada, apresuraría tal vez

el desenlace violento de su caída, pero imponiendo a los mexicanos un sacrificio mucho mayor que la historia reclamará a cualquiera que lo intente. (Aplausos.)

Hasta ahora, del régimen que se inicia sólo conocemos palabras, pero las palabras en política, señores, sólo tienen trascendencia cuando se convierten en hechos de gobierno. Los primeros signos que el gobierno ha hecho conocer respecto a sus promesas, no permiten abrigar demasiadas esperanzas; la integración del gabinete, algunos de cuyos miembros no han sido precisamente promotores del diálogo ni de la democracia, es desgraciadamente un mal presagio. (Aplausos.)

En tanto que aún estamos en el camino para la toma del poder, aún somos oposición, somos oposición definida, decidida en la consecución de nuestros objetivos; somos aún oposición, porque es sumamente urgente transformar la estructura política imperante en México para ponerla al servicio de los mexicanos. (Aplausos.)

Somos oposición porque la mayoría de los mexicanos se han visto envilecidos, burlados, empobrecidos en forma progresiva por los gobiernos que aún se atreven a llamarse revolucionarios. (Aplausos.)

Somos oposición porque es urgente cambiar la relación dinámica entre pueblo y gobierno, pues todo mexicano desea que el gobierno se desempeñe en su servicio y no que obligue al pueblo a servirlo.

Somos oposición porque el régimen dominante ha demostrado por un largo trecho de la historia contemporánea, su incapacidad para cambiar las estructuras sociales y ponerlas al servicio de la seguridad, de la suficiencia, de la justicia para los mexicanos.

Muchas, muchas reformas legislativas deberán hacerse, pero es mucho más importante la reforma de las estructuras y la reforma de la cultura política; la experiencia histórica ha demostrado hasta la saciedad que el Partido Acción Nacional tiene razón, no hay reforma social, reforma política que pueda lograrse en plenitud si no pasa por una profunda reforma personal, por una profunda reforma moral.

La C. Presidenta: - Tiene la palabra el ciudadano diputado José Luis Lamadrid, a nombre del Partido Revolucionario Institucional.

El C. diputado José Luis Lamadrid Sauza: - Ciudadana presidenta; ciudadanos legisladores: Preciso en primer lugar el sentido de estas intervenciones, de estas tomas de posición de las formaciones políticas en la representación nacional, determinadas por la dinámica de la vida política del país; y deslindo en segundo lugar, mi propia participación en esta tribuna, no como la intervención particular de un legislador, sino como la del diputado perteneciente a un grupo parlamentario que le ha dado la encomienda de expresar los argumentos de las mayorías en las cámaras del Congreso de la Unión.

Esta condición da tres órdenes de argumentación: una argumentación aclaratoria, otra explicativa y la última propositiva. Empecemos pues por los argumentos aclaratorios.

Es sabido que la deliberación parlamentaria no sólo supone expresar razones, sino saber escuchar...

La C. Presidenta: - Ruego al sistema de apoyo técnico cuide el manejo del sonido en esta sala.

El C. diputado José Luis Lamadrid Sauza: - Sino saber escuchar las razones de los demás, estar atentos a los razonamientos contrarios y aun dispuestos a incorporarlos a los propios sea a manera de complemento o de modificación de las posiciones previas al debate; sin embargo, los legisladores priístas afirman que la materia de las deliberaciones parlamentarias no está formada exclusivamente por razones, sino que con frecuencia las razones aparecen acompañadas de expresiones apasionadas, subjetivas, irreductibles a la razón; en tanto también aparecen jalonadas y así valen.

Lo ocurrido a partir de la jornada del 6 de julio y las jornadas del Colegio Electoral de agosto y septiembre, equivale a la pretensión de suprimir o desvirtuar las mutaciones experimentadas en la vida política nacional, como estrategias o como tácticas, como proclama o como simple exaltación del deseo; la retórica que pretende invalidar los resultados, vale decir los rendimientos de los procesos electorales recientes, esa retórica resulta para la mayoría priísta no sólo irreductible a la razón, sino a las más tangibles realidades del momento histórico que ahora vivimos; por eso, la respuesta de los priístas a la retórica impugnadora, se aparta en este punto de una simple respuesta partidista.

Llegados a este momento de los procesos políticos jurídicos del país ciudadanos legisladores, nuestra respuesta tiene la fuerza de la norma, la fuerza de la ley, es la fuerza, en suma, de la legalidad, primera expresión de legitimidad, la que

sustenta nuestra afirmación de que Carlos Salinas de Gortari, es el Presidente elegido por los mexicanos, de que Carlos Salinas de Gortari es a partir de hoy, el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, pero no caigamos, legisladores de la mayoría, pero no caigamos, legisladores de la oposición, no recaigamos en este punto en el juego de los partidismos ni de las parcialidades.

Por el uso y el abuso en que los últimos años se hace lo mismo en la academia que en el debate político del concepto de legitimidad, fijemos nuestra atención en este punto; de la polivalencia del término y de las controversias sobre sus significados, destaquemos aquí el sentido esencial de legitimidad en materia de gobierno, de régimen de partido y de sistemas políticos; la legitimidad está definida por la existencia de mayoría y oposiciones, en libre y en nuestro caso libérrima acción.

Con las jornadas que hemos vivido en más de cuatro meses desde el Colegio Electoral, esta libérrima expresión de posiciones por parte de los grupos parlamentarios, resulta en sí y como paradoja un hecho legitimador de nuestros procesos políticos en transición hacia estadios democráticos superiores.

Sí ciudadanos legisladores, a la fuerza de la legalidad y de la legitimación se une el peso de las voces, de aquellas voces que al proponer la negación de la legitimidad frente a quienes la afirman, dialécticamente concurren a la legitimación del conjunto del régimen político mexicano. (Aplausos.)

Por otra parte, el uso del concepto de régimen de facto en nuestros días, resulta incomprensible a la luz incluso de las interpretaciones más exigentes de la juridicidad de los gobiernos, pero vale la pena detenerse en la simple observación de la realidad para advertir en esta sesión del Congreso y en su objetivo constitucional, tanto la fuerza del acontecer político electoral en el marco de las normas, como la fuerza normativa de los hechos que aquí hemos vivido, ¡hechos válidos, legales, legítimos en sí y en sus consecuencias!

En el segundo orden de argumentación, el de las explicaciones, es preciso partir de la diferencia observable en toda asamblea democrática entre la función de la mayoría y la función de las oposiciones, entre las relaciones de la mayoría y de las oposiciones con el gobierno en razón de sus vínculos de pertenencia o en su condición de competidores respecto del partido gobernante.

La democracia supone por igual establecer las seguridades para que la mayoría adopte decisiones y las garantías para que las oposiciones promuevan alternativas; tan relevante es para la democracia la función de decidir como la de discrepar, o para decirlo en las palabras del estadista de una democracia parlamentaria clásica, la oposición gobierna oponiéndose, pero no se agote ahí este aspecto de la democracia. En tanto las oposiciones pasan del cuestionamiento a la proposición razonada y razonable como se puede advertir en algunas ocasiones en esta tribuna, entonces las oposiciones complementan el proceso de toma de decisión.

Por cuanto los legisladores priístas, nos debemos a la misma mayoría popular que sustentan al titular del Poder Ejecutivo, para el grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional no se trata de fijar su posición ante el nuevo gobierno, sino de disponerse a escuchar sus líneas programáticas para que fases posteriores y sucesivas participen en el diálogo general que le corresponde establecer al Congreso con el Ejecutivo y entablar los diálogos específicos que le corresponden a la mayoría como corresponsable en la realización de los fines y objetivos del quehacer gubernamental; en esta forma, es lógico que los priístas suscribamos la idea de la democracia como régimen sustentado en el diálogo.

Desde el Poder Legislativo, desde la plena realización de sus fines y del pleno cumplimiento de sus funciones, los legisladores priístas aspiramos a convertir el Congreso en el espacio privilegiado, en el eje del gran diálogo nacional que en esta hora nos exige el pueblo mexicano. (Aplausos.)

Ahora mismo, si los priístas convenimos con las oposiciones en modificar el orden del día propio de esta sesión del Congreso General, es porque asumimos el dinamismo político que exige atender, como expusimos al principio, las nuevas circunstancias que vivimos y porque entendimos esta iniciativa como la búsqueda, la exploración de fórmulas capaces de encontrar las bases de una nueva relación consecuente con los nuevos equilibrios entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Muchos priístas desde nuestro partido, desde nuestros grupos parlamentarios a través de sucesivas legislaturas, hemos sostenido de tiempo atrás la necesidad ahora impostergable, de ahondar sistemáticamente en el establecimiento no sólo de nuevas formas de relación del Congreso con el Ejecutivo, sino en el cumplimiento de un prerrequisito indispensable para este fin, la innovación, y vale decir en varios aspectos, la autorreconstrucción de la Cámara de Diputados; esto es, la modernización de sus normas y su

estructura, la modernización de su funcionamiento y sus procedimientos, sistemática, consistente, sólida tiene que ser esta tarea en búsqueda de soluciones.

Sostenemos los priístas en este punto de nuestra argumentación ya propositiva, que para que las soluciones sean duraderas y no salidas circunstanciales, deben ser desarrollos armónicos de las bases normativas de la Constitución de la República; en suma, que deben de estar acordes con la Constitución en sentido normativo y con la Constitución viva, histórica, en que se arraigan las instituciones fundamentales de México.

Ciudadana presidenta, al quedar desahogado este punto con las tres intervenciones convenidas, habrá de pasarse, cumplido el procedimiento previo, al punto del orden del día señalado en la Constitución para esta sesión de Congreso General, la protesta del nuevo titular del Poder Ejecutivo Federal.

RECESO

La C. Presidenta: - Esta presidencia ruega a las comisiones protocolarias y de cortesía designadas por cada una de las cámaras, se sirvan dar cumplimiento a su cometido.

Se declara un receso en espera de los ciudadanos Presidente de la República y Presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos. Se ruega a los presentes permanezcan en sus respectivos lugares.

(Receso).

PROTESTA DE LEY

La C. Presidenta (a las 10.50 horas): - Se reanuda la sesión de Congreso General.

(Pasa al salón de sesiones el licenciado Miguel de la Madrid Hurtado.)

(Honores de ordenanza.)

(Pasa al salón de sesiones el licenciado Carlos Salinas de Gortari.)

La C. Presidenta: - De conformidad...

(Gritos.)

La C. Presidenta: - Silencio y orden, señores diputados...

(Aplausos y gritos.)

La C. Presidenta: - Ruego a los presentes ocupar sus lugares.

De conformidad con el decreto de la honorable Cámara de Diputados, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 13 de septiembre de 1988, y en los términos establecidos por el artículo 87 de la Constitución General de la República, el ciudadano licenciado Carlos Salinas de Gortari va a prestar la protesta como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Se suplica a los ciudadanos diputados, senadores y demás asistentes, sirvan ponerse de pie.

El C. licenciado Carlos Salinas de Gortari: -Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande. (Aplausos.)

MENSAJE DEL PRESIDENTE

DE LOS ESTADOS UNIDOS

MEXICANOS

La C. Presidenta: - El licenciado Carlos Salinas de Gortari, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, hará uso de la palabra.

El C. licenciado Carlos Salinas de Gortari, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos: - Honorable Congreso de la Unión; Mexicanos: Con emoción y convicción he protestado guardar y hacer guardar la Constitución General de la República y las leyes que de ella emanan. Conozco las facultades que me otorgan, las ejerceré a plenitud para responder al mandato ciudadano; conozco las limitaciones que la ley me impone y aquellas que la costumbre y la voz popular reclaman de mi conducta, las acataré con civismo; pondré en practica una presidencia democrática, que respete y fortalezca el equilibrio constitucional de los poderes Legislativo y Judicial; promoveré una eficaz relación con los gobiernos de los estados y municipios, alentando la descentralización de funciones, recursos y actividades; sobre la solidez de las instituciones de la República, la presidencia fincará la conducción del país.

Defenderé siempre con lealtad y patriotismo los intereses supremos de la nación; gobernaré para todos los mexicanos; serviré a mis compatriotas,

a todos sin distinción ni preferencia; seré prudente para nunca arriesgar el destino del país; seré decidido para hacer avanzar el bienestar del pueblo; seré firme para hacer valer el orden institucional; cumpliré las promesas de campaña que hice en cada estado y en cada comunidad; habrá congruencia entre mi compromiso como candidato y mi labor como Presidente.

Gobernaré la República con apego indeclinable a los principios y al proyecto de la Revolución; me apoyaré en el gran acervo cultural y político que los mexicanos juntos hemos construido, lo haré inspirado en nuestra grandeza histórica, seguro del vigor nacional, orgulloso de nuestra extraordinaria entereza, confiado en nuestra tenacidad para superar escollos y desafíos, por difíciles y complejos que éstos sean; lo haré con la certeza de que México, por su historia, su dimensión y por calidad de su pueblo, merece ocupar un sitio de mayor fortaleza entre las nacionales del mundo.

Tomo posesión como Presidente de la República en una hora compleja entre la esperanza colectiva y el peso de los sacrificios acumulados, entre la necesidad de construir para el futuro y la premura de realizaciones inmediatas; es éste un momento singular de nuestra historia, cargado de riesgos pero rico en oportunidades, lo asumo con ánimo y optimismo.

Tengo fe en que los vientos del cambio serán favorables, porque nuestro esfuerzo tiene rumbo, nuestro nacionalismo nos da fortaleza; tenemos un proyecto histórico que se ha configurado generación tras generación; cada una respondió a la necesidad de su tiempo; cada una enfrentó sus propios retos; ha sido una tarea que nos ha dado rostro, estatura histórica y una vocación de justicia y libertad. La Independencia, La Reforma y la Revolución expresan la determinación del pueblo para darse así mismo un destino original e instituciones y organizaciones propias; nuestra capacidad de transformación nos ha permitido sortear los más duros embates y adaptarnos contantemente a nuevas realidades; sabemos que nuestros problemas no vienen por el fracaso de nuestro esfuerzo , sino por el tamaño de la adversidad.

Los últimos años han puesto a prueba la solidez del país. A Miguel de la Madrid le tocó encarar una de las más graves crisis económicas de que tengamos memoria, no han sido estos años de reposo sino de crisis y sacrificio; ante ello, actuó en todos los ámbitos, con patriotismo, responsabilidad y claridad estratégica, no sólo para conjurar los peligros que acecharon al país, sino también y sobre todo, para restablecer y vitalizar la confianza en nosotros mismos y fortalecer nuestra viabilidad histórica.

Miguel de la Madrid nos deja un Estado más eficaz, una economía más sana, libertades intactas y una más vigorosa vida política; nos deja como ejemplo de conducta, las virtudes de su comportamiento: honestidad, tolerancia, temple y serenidad; llega al final del mandato que el pueblo le confirió con el respeto de la mayoría de los mexicanos. Apartir de la resistencia que encabezó, su legado es de profunda renovación, sobre ella fincaremos transformación y progreso.

Avancemos ahora hacia el cambio, la modernización de México es indispensable para poder atender las demandas de los ochenta y cinco millones de mexicanos de hoy, a los que se sumarán diez millones más en los próximos seis años, todos requerirán alimentos, servicios urbanos, vivienda, educación y un modo honesto de vida. En mi administración, ingresarán al sistema educativo nacional nueve millones de estudiantes adicionales con la legítima esperanza de una mejor calidad de vida que la de sus padres; un millón de jóvenes anualmente aspirará a un empleo digno, a un futuro cierto, a un país soberano y justo; para enfrentar estos retos, necesitamos crecer con equidad, hacer más efectivo al Estado, aumentar la productividad general, desatar la energía de la comunidad, enraizar la participación popular, necesitamos, en pocas palabras, modernizar la política, la economía y la sociedad.

La modernización de México es también inevitable, sólo así podremos afirmar nuestra soberanía en un mundo de profunda transformación. Hay una revolución científica en marcha, los centros de la dinámica tecnológica, financiera y comercial se alejan de los centros de poder militar. Se anticipa el fin del conflicto bipolar, empieza a prevalecer la negociación diplomática sobre las soluciones de fuerza, ha terminado la llamada "guerra fría", la competencia se recrudecerá a partir de nuevas tecnologías y costos más bajos, veremos el consecuente desarrollo de relaciones multipolares, las presiones crecerán, la perspectiva internacional es de mayor complejidad y más tensión.

Por eso, la mayoría de los estados nacionales están cambiando sin importar ubicación, ideología, prácticas políticas o el nivel industrial alcanzado; la tendencia mundial es que los estados se reestructuran en busca de mayor fortaleza y capacidad de dirección, no lo hacen por moda o imitación, sino como fórmula para actuar ante la competencia internacional y poder satisfacer las necesidades de sus pueblos. Cambiaremos para

estar en la vanguardia de la transformación mundial.

No se trata de cambiarlo todo sin prudencia, al contrario, con firmeza y decisiones consistentes iremos actuando; lo haremos sin precipitaciones, gradualmente, con profundidad y sin violentar la solidez de nuestra estructura política; haremos cambios que calan en nuestras raíces, evitando fuegos de artificio que no perduran.

Tendremos que promover el cambio en ámbitos muy diversos, pero lo haremos en el cauce de nuestro estado de derecho y tomando en cuenta invariablemente el cuidado de nuestra soberanía y el bienestar del pueblo de México.

Nuestro camino para el cambio será la modernización nacionalista, democrática y popular, será una modernización nacionalista porque reafirma los valores fundamentales que nos dan identidad como mexicanos, porque abre una nueva etapa al proyecto de la revolución, porque tiene el propósito explícito de asegurar nuestras soberanía e independencia y la defensa de nuestros intereses nacionales; será democrática porque la llevaremos a cabo de manera concertada, mediante la participación corresponsable de los ciudadanos, grupos, organizaciones, partidos y sectores, porque está destinada a ampliar los espacios políticos y a crear las vías institucionales que requiere la mayor participación de la sociedad y será una modernización popular, porque tendrá un claro sentido social elevar el bienestar de nuestros compatriotas.

Alentaré y conduciré el esfuerzo de modernización nacional, que respetará nuestras tradiciones y la identidad diversa y múltiple que une a los mexicanos; al transformarnos, no destruiremos nuestra pasado, sino con orgullo, lo preservaremos como bandera de identidad nacional.

Para encauzar los cambios de manera ordenada y lograr que prevalezca el interés general, habremos de modernizar al Estado mexicano; creadas ya las grandes fuerzas sociales, es tiempo de reconocer y alentar el extraordinario potencial de la incitativa comunitaria y la superación personal.

El Estado al inicio del nuevo siglo y del nuevo milenio no puede ni debe intentar ser el único actor, sino el conductor de una sociedad democrática; no el más grande sino el más justo y eficaz; no el más absorbente de la fábrica social, sino el liberador de su enorme energía. Sin excesos y sin mitos, el Estado moderno debe encontrarse de nuevo con sus principios originales, promotores de la justicia y del cambio, para poder seguir así llamándose revolucionario.

La transformación del Estado mexicano será encuentro con su futuro, no una vuelta nostálgica pero imposible al pasado.

El Estado moderno es aquel que garantiza la seguridad de la nación, y a la vez, da seguridad a sus ciudadanos; aquél que respeta y hace respetar la ley, reconoce la pluralidad política y recoge la crítica, alienta a la sociedad civil, evita que se exacerben los conflictos entre grupos, mantiene transparencia y moderniza su relación con los partidos políticos, con los sindicatos, con los grupos empresariales, con la iglesia, con las nuevas organizaciones en el campo y en las ciudades.

El Estado moderno es aquel que conduce la estrategia nacional de desarrollo, crea las condiciones para un crecimiento sostenido y establece, eleva la eficiencia y fortalece las entidades públicas estratégicas y prioritarias, desincorpora entidades no fundamentales para ampliar su acción en las responsabilidades sociales y explica y fundamenta la razón de estas decisiones, atiende con esmero y como objetivo fundamental el bienestar popular.

El Estado moderno es aquel que no ignora su responsabilidad con los grupos que requieren su apoyo: mujeres trabajadores, infancia desprotegida, adultos pensionados, grupos indígenas, y amplía oportunidades encabezando su defensa. El bienestar social en el Estado moderno no se identifica con el paternalismo que suplanta esfuerzos o inhibe el carácter; hoy la elevación del nivel de vida sólo podrá ser producto de la acción responsable y mutuamente compartida del Estado y la sociedad.

Vamos a modernizar al Estado mexicano en sus responsabilidades y en sus bases sociales, en sus instituciones políticas y en su quehacer económico, en su contacto y en su cercanía con el pueblo; el Estado será rector efectivo de la modernización de México, pero ésta sólo será posible en la corresponsabilidad de la sociedad y con métodos democráticos.

Somos una sociedad de gran complejidad y no sólo de contrastes. Lo diverso de la economía, el número y dinámica de la población, el tamaño de nuestra geografía, la variedad de intereses en juego día con día, el mosaico de culturas, hacen que México viva cada reto en proporciones equivalentes a su enorme densidad, por eso, solamente tejiendo esfuerzos de grupos, de sectores, de regiones de individuos todos, alcanzaremos respuestas del tamaño de las aspiraciones individuales y a la amplitud de nuestros desafíos.

Dar impulso y movimiento a la modernización, a la que por voluntad y necesidad acudiremos, nos obliga a la obra conjunta y corresponsable; cada quien debe con tribuir con entusiasmo y compromiso, no hay tarea pequeña ni esfuerzo insuficiente. Considero indispensable el trabajo de cada uno de mis compatriotas, todos cuentan para la edificación de la grandeza de México. (Aplausos.)

Ante los retos que enfrentamos por las transformaciones políticas y sociales que ya ocurrieron, y para lograr la modernización y el cambio por la vía institucional, legal y pacífica, propongo a mis compatriotas tres nuevos acuerdos nacionales, lo hago con convicción y de buena fe, reconociendo el reclamo ciudadano; estos tres acuerdos, buscan atender demandas inmediatas y abrir la perspectiva y el horizonte de los mexicanos.

PROPONGO

Primero. Un acuerdo nacional para la ampliación de nuestra vida democrática;

Segundo. Un acuerdo nacional para la recuperación económica y la estabilidad, y

Tercero. Un acuerdo nacional para el mejoramiento productivo del bienestar popular.

El momento actual de México es esencialmente político, la nación se ha abierto ya a la imaginación y a la textura de nuestras diferentes ideas sobre cómo debe ser nuestra sociedad; en las instituciones representativas, en las organizaciones nuevas y en transformación, en la perspectiva crítica de los ciudadanos, tenemos un rostro diferente al de México de hace no más de una década; avanzamos hacia un nuevo equilibrio en la vida política nacional, éste no surgió el 6 de julio, se manifestó en esa fecha.

Hay un nuevo México político, una nueva ciudadanía con una nueva cultura política; su expresión reclama cauces transformados; la organización política que tenga la visión, el talento y el coraje para entender los tiempos modernos y actuar en consecuencia, logrará encabezar esta nueva cultura y este nuevo quehacer político, ése es el reto, abordémoslo con optimismo y de cara al futuro.

Ante esta nueva realidad, mi gobierno será de apertura en nuestra vida democrática, para ello propongo un nuevo acuerdo político que fortalezca nuestra unidad y dé cabida a nuestras diferencias, tiene que ser un acuerdo que perfeccione los procedimientos electorales, actualice el régimen de partidos y modernice las prácticas de los actores políticos, comenzando por el propio gobierno.

Mi administración dará respuesta a la exigencia ciudadana de respeto a la pluralidad y efectiva participación; la garantía más urgente en el ámbito político es la transparencia de los procesos electorales. Comparto esa inquietud ciudadana, garanticemos a todos que su fuerza política cabalmente medida en la libre decisión de los votantes, será contada y reconocida por todas partes; nos urgen confianza, apertura y aceptación a los otros.

El nuevo Código Federal Electoral, tiene partes que significan auténticos avances y otras que han dejado insatisfechos a todos los partidos, incluido el Partido Revolucionario Institucional, además, tácticas preelectorales de algunos opositores y deficiencias en el mecanismo oficial de información no explicadas a tiempo por autoridad competente, contribuyeron a dejar dudas en algunos grupos sobre el resultado de la elección; en esto se montó el engaño que enarbolan hoy algunos opositores y que han aprovechado para levantar una bandera de reivindicación y justificación personal y como táctica de negociación política.

Cada vez es más clara su intención, los invito respetuosamente a que actúen con verdad y honestidad ante sus simpatizantes, ése es el compromiso elemental de un político.

Reconozcamos que hemos vivido una intensa contienda electoral, que representó una nueva experiencia para todos, muestra de que mucho hemos avanzado en nuestra convivencia plural y también de que hay mucho por actualizar y perfeccionar en nuestra vida política.

Tuve contendientes serios, todos comprometidos con México; pasada la contienda democrática, es el tiempo de afianzar la unidad nacional por el camino del diálogo, el respeto y la buena fe, ésa será la actitud de este gobierno en la nueva etapa que hoy iniciamos. Avanzaremos para ello y para fortalecer transparencia electoral, convoco a la revisión del código vigente.

Estoy decidido a sacar adelante una reforma democrática, he invitado a los partidos políticos al diálogo; aquí ratifico mi invitación, sé que es un asunto que interesa a todas las fuerzas políticas del país, a todos nos corresponde y concierne; trabajemos juntos en esa tarea. La profundidad y ritmo de la reforma serán consecuencia del grado de consenso que las distintas fuerzas políticas lograremos construir.

Respondamos con talento a la sensibilidad política del pueblo mexicano, que para expresar su angustia ante el deterioro en su nivel de vida, escogió medios institucionales: las urnas y no la confrontación.

Debemos entrar sin más a la modernidad política de México, demos la bienvenida a una vida democrática distinta, más abierta, más rica, con partidos renovados; reconozcamos principalmente la corresponsabilidad que a todos nos toca en este proceso, son tiempos éstos de reconocer la competencia en la política, competencia quiere decir más y no menos responsabilidad de los partidos con sus miembros, con los demás partidos y con la sociedad en su conjunto; competencia que reclama cuidar la respetabilidad, que no el inmovilismo de las instituciones.

La competencia tiene un significado particular para el partido que me impulsó a la presidencia de la República, representa la oportunidad histórica para modernizar al Partido Revolucionario Institucional, renovando prácticas y procedimientos, y fortaleciendo principios y propósitos; la firmeza de su ideología le permite no temer a la negociación ni negociar por temor, al mismo tiempo, no confunde negociación con capitulación o con lo que voz popular llama transa. La nueva realidad lo obliga a servir mejor a la comunidad, a estar cerca del pueblo, a escuchar su reclamo, a resolver sus demandas; es el partido, que desde el gobierno ha sido en México el instrumento de la paz, el orden y el cambio; por el acicate de la competencia y por la voluntad de sus miembros, estoy seguro que seguirá en la vanguardia de la transformación política de la nación. (Aplausos.)

El solo cambio político, sin embargo, sería insuficiente; en el estancamiento económico se marchitaría la democracia, la competencia política se tornaría en conflicto social y se frustrarían los propósitos de equidad; sin crecimiento, no hay posibilidad de justicia o de hacer realidad el potencial que tenemos para elevar nuestra calidad de vida; por eso tenemos que volver a crecer.

Postulo una nueva época de crecimiento, ya tenemos las bases estructurales para alcanzarlo, pongamos en marcha una nueva estrategia de desarrollo en torno al acuerdo nacional para la recuperación económica y la estabilidad.

Dejaremos atrás la crisis, pero no la tenacidad a la que ella nos obligó, iniciaremos la recuperación de los niveles de vida pero mantendremos los hábitos de ahorro, productividad y eficiencia. El pueblo trabajador de México sabe que lo que ha ganado o la que ha protegido, lo ha logrado con su esfuerzo; los mexicanos me han dicho que no esperan soluciones fáciles, lo que reclaman es que los problemas se resuelvan, que se integre con verdad una salida cercana y duradera, saben que no habrá milagros, les aseguro que sí hay esperanza. (Aplausos.)

El Estado cumplirá con su responsabilidad, atendiendo el gasto social y la productividad de las entidades estratégicas y prioritarias; la inversión pública será clave para la recuperación, no por su monto, sino por su destino; alentaremos la actividad que realicen los particulares y promoveremos las condiciones para que como lo establece la Constitución el sector privado contribuya al desarrollo económico y social.

En la recuperación, la inversión del sector privado desempeñará un papel fundamental, dada la considerable salud y fortaleza financiera de sus empresas; factor primordial en el crecimiento serán también las exportaciones no petroleras; expandiremos el mercado interno, aumentando el empleo y fortaleciendo gradualmente en la recuperación, el poder adquisitivo de los salarios; alentaremos la actividad del sector social a través de modalidades eficaces para la producción, la solidaridad y el desarrollo de la nueva base social.

Mantendremos la soberanía de la nación sobre los energéticos, enfatizando el ahorro en el consumo, la diversificación de sus fuentes y atendiendo de manera fundamental, aunque no exclusiva, el mercado interno; daremos una clara prioridad a la excelencia en la investigación científica y al uso productivo de los desarrollos tecnológicos, de ello depende en el futuro, nuestra fortaleza interna y externa; expandiremos la infraestructura del país; modernizaremos el sistema carretero incorporando activamente el ahorro y la inversión de los particulares; daremos mayor dinamismo a los ferrocarriles, las telecomunicaciones, los puertos y la aviación; promoveremos intensamente las actividades turísticas para dar esparcimiento sano a los mexicanos y obtener las divisas, el empleo y el desarrollo regional que permite el turismo internacional.

El motor del nuevo crecimiento vendrá en lo fundamental del ahorro interno, sin embargo, en materia de deuda externa, la situación actual impide la recuperación económica; no volveremos a crecer de manera duradera si seguimos como hasta ahora, transfiriendo al exterior cada año el 5% del producto nacional, esta situación es inaceptable e insostenible; evitaré la confrontación, pero declaro enfáticamente y con convicción que por encima de los intereses de los acreedores está el interés de los mexicanos. La prioridad ya no será pagar, sino volver a crecer. (Aplausos.)

Esto no es demagogia ni advertencia, es un razonamiento meditado que se desprende de las necesidades de mi pueblo y del enorme esfuerzo que ya hemos realizado; hemos mostrado seriedad al no pretender traspasar al exterior nuestros errores y hemos corregido deficiencias estructurales, ahora tenemos que volver a crecer.

Instruyo al Secretario de Hacienda para que de inmediato inicie la negociación de la deuda externa bajo las siguientes premisas:

Primero. Deberá abatirse la transferencia neta de recursos al exterior para que la economía pueda crecer en forma sostenida;

Segundo. Por lo que hace a la deuda histórica acumulada hasta ahora, deberá reducirse su valor;

Tercero. Los recursos nuevos que se requiere el crecimiento sostenido de México, deberán estar asegurados para un horizonte lo suficientemente largo que evite la incertidumbre que provocan las negociaciones anuales, y

Cuarto. Deberá disminuir durante la administración, el valor real de la deuda, y ser cada vez menor su proporción respecto a lo que producimos los mexicanos.

No podemos vivir en una situación en que un año contamos con recursos pero el siguiente quién sabe. Deben encontrarse soluciones de carácter permanente y no de efectividad pasajera; esta negociación deberá realizarse en un plazo razonablemente breve con la banca internacional, con los organismos multilaterales y con los gobiernos de los países industrializados; asimismo, en forma responsable deberá mantenerse diálogo y comunicación con los otros países deudores.

No se trata de negociar la deuda para volver a etapas de derroche o desorden financiero, tampoco de suponer que el alivio externo es la solución a todos nuestros problemas; reitero que teníamos problemas internos antes de endeudarnos excesivamente, y tendremos que seguir enfrentándolos aún después de aligerar la carga de la deuda; la solución sigue dependiendo del esfuerzo doméstico, de nuestras propuestas de acción y de la capacidad colectiva para llevarlas a cabo, por eso mantendremos el esfuerzo de saneamiento de las finanzas públicas.

Ratifico enfáticamente; en mi administración habrá estricto control del gasto, porque lo contrario provocaría de nueva cuenta un desborde inflacionario; modernizaremos el sistema financiero para alentar el ahorro privado y estableceremos disciplina, castigando abusos en el mercado de valores; para fortalecer el consumo, el ahorro y la inversión, bajarán las tasas impositivas al ingreso de las personas y de las empresas, ampliando la base fiscal; menores gravámenes y más contribuyentes cumplidos fortalecerán el ahorro y alentarán el trabajo.

Ante la gravedad de los rezagos sociales, la recuperación económica debe alcanzarse con la menor demora posible, pero para recuperar el crecimiento duradero con estabilidad de precios, el aumento de la actividad económica debe ser gradual.

El crecimiento inmediato está limitado por las bajas tasas de inversión en los últimos años, una recuperación súbita propiciaría un desbalance que no llevaría nuevamente a los umbrales de la hiperinflación; no podemos forzar el paso, por ello, especial atención recibirá en el próximo año la consolidación de una estabilidad de precios indispensables para el desarrollo sostenido.

La política económica de 1989 será de transición, ello es obligado por el tiempo que requiere el proceso de negociación firme de la deuda con el exterior, por eso también ésta tiene que resolverse pronto, mientras así ocurre, se requiere mantener estricta disciplina en el manejo económico para reducir la vulnerabilidad de nuestra balanza de pagos y evitar que ellos nos debilite en la negociación externa.

Les pido a mis compatriotas que hagamos el esfuerzo adicional que esta transición requiere, así enfrentaremos la negociación con nuestros acreedores en una posición de mayor fortaleza.

Estoy convencido que lograremos una renegociación satisfactoria, porque tenemos la razón y los argumentos para alcanzarla; podremos entonces entrar a una nueva etapa de crecimiento económico, con estabilidad y equidad; crearemos así las condiciones para que los mexicanos se instalen a vivir con decoro y no a sobrevivir con estrechez. (Aplausos.)

Una política económica congruente y una concertación eficaz han permitido abatir la inflación a niveles no observados hace casi ya dos décadas; sobre la base de la experiencia exitosa del pacto, haremos institucional la concertación con los sectores sociales como método permanente para la definición de la política económica; crearemos bajo el amparo de la Ley de Planeación, el Consejo Nacional de Concertación Económica. En ese marco habrán de precisarse los criterios generales de la política económica para el próximo año e integrarse el Plan Nacional de Desarrollo 1989- 1994.

Razón principal del empeño del gobierno es el ver por la prosperidad y seguridad de los ciudadanos; volveremos a crecer pero no esperaremos a la recuperación para iniciar el camino hacia la justicia y la equidad, por eso, propongo a la nación poner en marcha de inmediato un acuerdo nacional para el mejoramiento productivo del bienestar popular y elevar así el nivel de vida de nuestros compatriotas. (Aplausos.)

Para hacer realidad este acuerdo, concentraremos recursos y esfuerzos en cuatro temas críticos, prioridades sociales de mi gobierno, cuya atención ya no admite ni titubeos ni posposiciones, éstos son: la erradicación de la pobreza extrema; la garantía de seguridad pública; la dotación suficiente de servicios básicos en los estados de la República, y el restablecimiento de la calidad de vida en la ciudad de México.

El propósito medular de la Revolución Mexicana, que es el de la justicia social, no ha sido alcanzado; recobremos la capacidad de indignación ante la pobreza y la desigualdad que todavía extienden su sombra en diversas partes del país; la pobreza casi siempre se retroalimenta , no sale de sí misma, sino con un impulso de ruptura y de cambio. Para revertir la baja en los niveles de vida, hay que actuar ya, y hacerlo decididamente. (Aplausos.)

Pondré de inmediato en marcha el Programa Nacional de Solidaridad Social, con acciones eficaces en las regiones rurales y en las zonas urbanas con niveles de vida más deprimidos; asimismo, se enfocará hacia los grupos indígenas, quienes exigen respeto, nuestro máximo apoyo y trato justo. Si bien es cierto que aumentando el empleo y elevando la cobertura y la calidad de la educación crearemos los medios estructurales para revertir la iniquidad y la creciente concentración del ingreso, necesitamos complementarlos con este Programa de Solidaridad Social; no pretendo en unos cuantos años eliminar deudas seculares, no se trata de quitar para dar, sino de cumplir el compromiso histórico y moral con los que más han padecido.

El bienestar de cada familia tendrá que ser la medida de la prosperidad de la nación; el gran propósito de equidad es que todos eleven su nivel de vida, pero los que menos tienen deben beneficiarse más, y los que más han alcanzado, menos. Me inspiro para proponerlo en los "Sentimientos de la Nación" de Morelos. (Aplausos.)

Para enfrentar niveles de vida abatidos, vamos a promover nuevas formas sociales de incorporación al trabajo, es decir, programas productivos para elevar el bienestar social y no subsidios indiscriminados que perpetúen la iniquidad; se incluirán acciones de alimentación, de vivienda popular con crédito ágil, de procuración de justicia, de apertura y mejoramiento de espacios educativos, de electrificación de las comunidades, de agua potable, de infraestructura agropecuaria y de salud, de reforestación y programas de inversión recuperable; al participar en este programa, los mexicanos podrán convertir en permanente la solidaridad mostrada ante los terremotos de 1985. Convoco a todos mis compatriotas a comprometerse solidariamente con los que menos tienen para enfrentar la situación, en ocasiones dramática, de la población de menores ingresos.

La tarea primaria, básica, irrenunciable de un buen gobierno, es ofrecer seguridad en la vida cotidiana a las personas, a sus familias y a sus bienes; la seguridad de los mexicanos a lo largo de toda la República, es empeño en el que no voy a transigir en los seis años que tenemos por delante.

La población está cansada de la impunidad del delito, de la arrogancia de algunas autoridades, de la no observancia sistemática de la ley por muchos de nuestros conciudadanos; con pleno respeto a su autonomía y dignidad, estableciendo los medios que la Suprema Corte de Justicia de la Nación requiere para que cumpla con su responsabilidad de tribunal constitucional, prestaremos todo el auxilio al Poder Judicial de la Federación; renovaremos las corporaciones policiales del país y reajustaremos severamente su estructura a fin de garantizar control, honestidad y eficacia; combatiremos los delitos con rapidez y con equidad; someteré iniciativa de reformas para elevar las penas sobre los delitos más irritantes.

El pueblo exige acción enérgica, atenderé su reclamo. (Aplausos.)

El narcotráfico se ha convertido en un grave riesgo para la seguridad de la nación y para la salud de los mexicanos, su combate es ya razón de Estado; crearé en la Procuraduría General de la República dedicada a su exclusivo combate, con más personal y mayor adiestramiento; elevaremos las sanciones por su tráfico, y perseguiremos con energía redoblada a sus promotores, sea quien sea. (Aplausos.)

Nos abocaremos con realismo, con ingenio, a la construcción de una eficaz red de servicios básicos en todos los estados de la República. La responsabilidad gubernamental no puede ni debe asumir sola la solución a este problema, muchos sectores de la población pueden contribuir, los objetivos son claros:

En materia de alimentación, garantizar la oferta tanto en el campo como en la ciudad, regular el mercado de básicos y disminuir la inflación; en el área de abasto, transformar las redes de comercialización y asegurar una política clara, explícita y transparente en el uso de subsidios que sean absolutamente indispensables; en materia de salud, ampliar los servicios de atención primaria, elevar su calidad sobre todo en la atención cordial al público, y fortalecer la descentralización del sector, junto con la modernización de su infraestructura; mantendremos metas elevadas en materia de vivienda, primer espacio concreto en que se desenvuelve la vida, se forman las costumbres, se enraízan los valores y la moral; haremos que se respete y se renueve el medio ambiente; tendremos que aprender a vivir sin contaminar, cambiando nuestras actitudes y conductas sin excepción, porque a todos afecta; procederemos de inmediato con acciones que permitan fortalecer el ingreso de pensionados y jubilados que entregaron sus esfuerzos para el bien de nuestra patria. (Aplausos.)

Tarea principal de los próximos años será la de asegurar cantidad y cobertura suficiente en materia educativa, pero la prioridad será alcanzar la calidad que requieren sociedad y economía; si nos rezagamos de la revolución del conocimiento, estaremos cancelando el futuro.

Canalizaremos recursos crecientes a la educación básica y media; responderemos al reclamo de los centros de educación superior para fortalecer sus tareas y el nivel de vida de profesores, investigadores y trabajadores; la sociedad espera a cambio mayor calidad en la preparación que se dé a los jóvenes y mayor dedicación de ellos al estudio.

Quiero decirles a los maestros de la patria que su labor es fundamental, tienen la grave responsabilidad de educar a nuestros hijos en un ámbito de libertades, pero estoy convencido que para pedirles más calidad, tendremos que mejorar su nivel de vida; cumpliremos el compromiso tomado con los maestros, para que así ellos pueden cumplirle a México. Instruyo al Secretario de Educación Pública para que convoque en el plazo más breve a maestros, padres de familia y organizaciones responsables, y en el marco de la libertad de educación se integre un programa que permita realizar la gran transformación del sistema educativo, sin el cual el país no podrá modernizarse ni alcanzar la equidad.

Convoco respetuosamente a los señores gobernadores a utilizar eficazmente este compromiso de la federación por más seguridad y mayor nivel de vida para los estados; estoy convencido que ustedes, en el ámbito geográfico de su responsabilidad, cumplirán también con talento y eficacia ante este intenso clamor de sus ciudadanos.

En la capital de la República, sumados a necesidades sociales y productivas, dos reclamos recorren cada vivienda, cada familia, cada centro de trabajo: más seguridad y menos contaminación.

La capital está en crisis de salud y seguridad.

Los habitantes del Distrito Federal están hartos de promesas de la autoridad frente a la creciente inseguridad, al presenciar a familiares o amistades vejados o abusados, y que sus hijos padezcan ya los daños de la contaminación; doy instrucciones precisas, urgentes y enérgicas, al Jefe del Departamento del Distrito Federal para que actué de inmediato con acciones eficaces, alentando la participación de la comunidad para abatir el delito y la contaminación. La ciudadanía ha dicho que ya basta, no puede esperar y tiene razón, actuaremos con firmeza y oportunidad. (Aplausos.)

Conciudadanos, estos tres acuerdos nacionales para la democracia, el desarrollo y la justicia, requieren corresponsabilidad, compromiso y acción; la nueva realidad de México y los justos reclamos de nuestros compatriotas los hacen indispensables; exigirán una enorme labor de concertación política y comunicación social para cumplir con su cometido, de sus resultados dependerá el rumbo futuro de la nación, en nuestras manos está el hacerlos realidad. Hay que sumarnos y realizar el esfuerzo adicional que exigen, México lo necesita, nuestros hijos se lo merecen.

La consecución de los tres acuerdos nacionales, hará que nuestra voluntad en el exterior lleve no sólo la fuerza del Estado sino también la de la sociedad entera, la respuesta al desafío internacional de México, a su vez, retroalimentará la realización exitosa de los acuerdos internamente pactados.

La norma del comportamiento exterior de México permanecerá inalterable, la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, la cooperación internacional para el desarrollo, la resolución pacífica de los conflictos, la búsqueda de la paz, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales y la igualdad jurídica de los estados.

Si somos celosos por tradición, casi por naturaleza, de nuestra independencia política, debemos comprender sin menoscabo de ello, que en el mundo contemporáneo las distancias y los tiempos casi no existen; las relaciones económicas, sociales y culturales, se vuelven cada vez más interdependientes, hay más

interdependencia entre ricos y pobres, entre poderosos y débiles, entre el norte y el sur, el este y el oeste. Modernizar el país en este sentido, quiere decir abrirnos al mundo contemporáneo, reafirmando nuestra identidad.

Buscaremos nuevos equilibrios con Estados Unidos de América, ámbito de oportunidades y delicadas diferencias; atenderemos los agudos problemas bilaterales de la deuda y del comercio, el combate sin cuartel al narcotráfico y la protección de los derechos humanos y laborales de nuestros trabajadores migratorios. Estos retos nos exigen por respeto a nuestros pueblos, el más decidido esfuerzo de acción concertada y colaboración respetuosa. Con Canadá, estrecharemos aún más nuestra relación.

La similitud de nuestras dificultades y el nuevo escenario mundial reclaman una vigorosa política de relación con América Latina y El Caribe, que fortalezca nuestra identidad regional y abra espacios efectivos al desarrollo y a la democracia. Sé que esta visión de México coincide con la de las naciones latinoamericanas; quiero saludar aquí a los destacados jefes de Estado y de gobierno de la República Argentina, doctor Raúl Alfonsín; de Belice, señor Manuel Esquivel; de Colombia, doctor Virgilio Barco; de Cuba, comandante Fidel Castro; de Honduras, ingeniero José Simón Azcona; de El Salvador, ingeniero José Napoleón Duarte; de Guatemala, licenciado Vinicio Cerezo, y de Nicaragua, comandante Daniel Ortega, su presencia en nuestro país ratifica una voluntad de afianzar los acercamientos y abrir paso a una nueva etapa de integración entre nuestras naciones. Reciban ustedes mi agradecimiento y lleven a sus pueblos la ratificación del compromiso de México con América Latina.

Fortaleceremos nuestra relación con la dinámica integradora de la comunidad europea; abriremos nuevos y más amplios cauces de comunicaión y relación con la cuenca del pacífico, en especial con Japón, país con el que nos hermana esfuerzo y profundidad cultural; con la Unión de Repúblicas Soviéticas mantendremos nuestra relación de amistad, al igual que con la India; con la República Popular China buscaremos seguir ampliando la cooperación, así como los países de Asia y África. (Aplausos.)

Con todas las naciones con la que tenemos lazos de amistad y entendimiento, promoveremos relaciones fructíferas y respetuosas; el beneficiario económico y político para México será innegable. Agradezco la presencia de sus delegaciones oficiales. (Aplausos.)

Asumo con orgullo la elevada responsabilidad de comandante supremo de las Fuerzas Armadas mexicanas, desempeñaré tan honroso cargo velando en todo momento por la independencia y la soberanía del país, la integridad de su territorio y la seguridad nacional, lo haré con estricto apego a la Constitución y a las leyes que nos rigen, así como a las normas de la convivencia internacional, surgidas del pueblo y comprometidas inquebrantablemente con sus más caros ideales y anhelos.

Las Fuerzas Armadas son ejemplo de patriotismo, lealtad institucional, espíritu de solidaridad, sacrificio, y vocación pacifista y democrática; buscaré fortalecerlas y modernizarlas, incrementado su eficiencia operativa y administrativa; impulsaré la superación del nivel profesional, moral y económico de sus miembros y de sus familias. Reconozco la valiosa contribución de nuestros soldados y marinos al desarrollo del país y lealtad, y me alienta la convicción de que habré de contar con su firme respaldo en la magna tarea de forjar el México vigoroso, justo y democrático al que todos aspiramos. (Aplausos.)

Honorable Congreso de la Unión, cumpliré con el mandato que me dieron las mayorías del país; para hacerlo, reitero que gobernaré para todos. Es propio de cada inicio de un nuevo gobierno llamar a la unidad de los mexicanos, porque sabemos que las tareas divididas y encontradas tan sólo consiguen degradar el ánimo y ocultar la esperanza de la sociedad; hoy, el llamado a la unidad es más profundo y más riguroso, es una necesidad de sobrevivencia colectiva, y es por tanto, propósito central de mi gobierno. Todos tenemos la responsabilidad de mantener la paz social, tesoro que nos heredaron nuestros antepasados y que estamos obligados a conservar para nuestros hijos; todos tenemos una responsabilidad en la recuperación de México. Unidos, es poco lo que no podamos alcanzar; divididos, es mucho lo que dejaremos de lograr.

Vamos al encuentro de la nueva unidad nacional, unidad sensible a las demandas de las mayorías, unidad de solidaridades y corresponsabilidad. La unidad demandará lo mejor de nosotros mismos, ánimo para vencer obstáculos, arrojo para conjugar acciones y propósitos.

Vamos a ir construyendo una sociedad de corresponsabilidades, se trata de una tarea comprometida en la que todos tenemos que participar; pido solidaridad para afirmar logros y acrecentarlos; vamos a construir una sociedad donde demandas e inquietudes encuentren cauces para expresarse. El pueblo de México nos exige cosas sencillas pero no menos profundas, cumplir las promesas, hacer lo que se dice, responder a lo pactado; el mexicano quiere cambios que eleven

su bienestar, respeten su dignidad y garanticen su seguridad. Asumo la responsabilidad de responder a este reclamo para cambiar, actuemos, hagámoslo ya. México no está detenido, está inmerso en una enorme dinámica, esto es lo que podemos hacer cada uno para que juntos sigamos cambiando:

Con nuevas prácticas, podemos actualizar las relaciones entre el Estado y los campesinos; desterrar el paternalismo, protegiendo a los más débiles, dándoles amparo y defensa; reconocer en los hechos la probada capacidad de los hombres del campo para organizarse y ser conductores de su propio destino; seré promotor del nuevo modo de vida campesino, donde su trabajo se traduzca en ingresos justos y bienestar, a ellos los convoco a un esfuerzo adicional en el empeño de producir más y mejor y asumir de manera plena y responsable el control de sus organizaciones.

Con nuevas relaciones, podemos fortalecer la vinculación entre el Estado y el movimiento obrero, dando prioridad al empleo y a las medidas para restituir el valor de su salario; me comprometo a formular con las organizaciones de los trabajadores, las bases de la nueva legislación laboral del siglo XXI; será indispensable su participación para orientar la modernización en condiciones de justicia y productividad. Reconozco y destaco la gran tarea de los trabajadores al servicio del Estado, fortaleceremos su nivel de vida y haremos que se reconozca la importancia de su labor.

Vamos a cambiar las relaciones entre el Estado y los grupos populares y medios; promoveré las condiciones para la participación y la organización; encontrarán en mi gobierno una actitud abierta, flexible y de respuesta a sus demandas; me apoyaré en el diálogo permanente para promover el cambio y forjar una nueva cultura urbana. Exhorto a los profesionistas, a los pequeños comerciantes, a los trabajadores en los servicios, a todos los hombres y mujeres de nuestras ciudades, a canalizar su gran vitalidad transformadora hacia metas constructivas.

Vamos a estrechar las relaciones del Estado y los intelectuales; a través de un nuevo Consejo del Programa Nacional de Cultura, promoveremos participativamente el florecimiento cultural, la investigación científica y tecnológica y el ejercicio de la creatividad dentro del más cabal y amplio concepto de la libertad, porque es claro que sin libertad no hay cultura ni verdadera educación, ni genuino desarrollo; abriré los medios electrónicos de comunicación del Estado al libre flujo de las ideas y las imágenes, la crítica y el debate.

Vamos a modernizar las relaciones entre el Estado y la prensa; avanzaremos hacia una mejor relación entre medios y gobierno, entre medios y ciudadanos. Reitero mi respeto absoluto al ejercicio pleno y responsable que los medios hagan de la libertad de expresión, acción vital para la democracia y el buen gobierno.

Con los empresarios, reitero mi compromiso de generar un ambiente propicio para la inversión privada, y con ella, para la creación de empleo y bienestar; estoy decidido a apoyar al empresario moderno que arriesga su capital y su talento, sensible y respetuoso de las demandas de los demás grupos de la sociedad; daremos reglas claras y certidumbre en las acciones del gobierno; simplificaremos regulaciones que obstaculizan la producción y solamente alimentan burocracias; promoveremos los flujos de inversión extranjera, en el marco de nuestras prioridades y con el propósito de generar empleo, transferencia tecnológica y aumento de nuestras exportaciones. Pido a los empresarios invertir y reinvertir con visión moderna y emprendedora, y seguir comprometiéndose en la estabilidad económica, porque es en el interés de todos.

Tenemos que cambiar la relación con los jóvenes, ofrezco recoger su entusiasmo inconforme, su solidaridad intuitiva y espontánea, su agudo sentido de la justicia; responderé a su demanda por mejor educación, creación de oportunidades, de trabajo digno y bien remunerado, y apertura de facilidades de esparcimiento para evitar los riesgos de vicio y drogadicción; en especial, pondré en marcha un programa sin precedente, de promoción al deporte como lo comprometí. Les pido que mantengan su inconformidad, aumenten su participación organizada y ratifiquen su orgullo por ser mexicanos. (Aplausos.)

Vamos a asegurar la plena incorporación de las mujeres a la vida social, vigilaré que los hechos se respeten los derechos de la mujer y se abran más oportunidades a su desempeño; desterremos para siempre prácticas atávicas en el trabajo, en la vida política, en la fábrica y en el campo. Lo he dicho y lo reitero, a igual capacidad igual oportunidad, porque queremos hacer de la sociedad mexicana una escala de mérito y no de discriminación entre hombres y mujeres; salvaguardar la integridad física y moral de la mujer será siempre prioridad de mi gobierno. Valoro el doble esfuerzo de la mujer mexicana en la familia y en el trabajo, sé que seguirá participando activamente en la transformación del país, creo en las causas de las mujeres, sus triunfos serán victorias para México. (Aplausos.)

Cambiaremos Estado y sociedad, nuestra actitud y conducta hacia los niños; daremos una atención

privilegiada a sus necesidades, ellos son razón de nuestro empeño; promoveremos acciones de impacto y fortalecimiento a la familia, que es el núcleo que reproduce nuestros valores esenciales. Para atender mejor a la niñez, primero debemos cuidar más a la familia, haremos un esfuerzo sin precedente por aliviar las necesidades básicas de los niños de México; inculquemos en ellos los valores del respeto a sí mismos, de la dedicación al trabajo, de la honestidad, de la justicia, la libertad, del aprecio por el esfuerzo de sus padres, de su comunidad y de su patria.

A mis colaboradores exigiré, sin apelación a ligas de amistad, el eficaz cumplimiento de sus deberes, el más escrupuloso y honesto de los comportamientos personales y el mayor de sus esfuerzos. (Aplausos.)

Al protestar hoy cumplir el mandato del pueblo como Presidente de México, declaro que asumo con solemnidad mi cargo, que abrazo mi responsabilidad con ánimo y con pasión al servicio de la República. En mí no hay temor ni desencanto hay firmeza y optimismo; respeto y aprendo de nuestra historia, tengo sagradas nuestra soberanía e independencia; amo a mi tierra y a mi gente. Al entregarme a México, aumentaré mis fuerzas y alargaré mis días.

Esta es mi vocación y ésta mi convocatoria.

Mexicanos, construir un país no es hazaña de un sólo golpe de heroísmo, es tarea cotidiana, tarea repetida de hombres y mujeres; nuestras creencias, nuestras costumbres, nuestro lenguaje, todo lo que ha ido construyendo a México a través de los siglos, todo ello constituye una reserva infinita de fortaleza y reciedumbre. ¿Cómo negar, sin embargo, los inmensos rezagos que por instantes, parecen cerrarnos el horizonte?, no falta quien en estas circunstancias, se hundan en la desesperanza, el cinismo o el temor, no falta tampoco quien busque sacar ventaja personal del desconcierto, pero a la inmensa mayoría de los mexicanos nos vincula hoy un deseo y una convicción; el deseo de abrir y ver claro el horizonte de la nación, la convicción de que lo alcanzaremos sólo si lo concebimos como una obra conjunta.

Una nación es una comunidad que comparte un pasado y un futuro; un pasado, es decir, una historia, una cultura y valores esenciales a su tradición, y un futuro, un proyecto histórico que une a las voluntades dispersas en una tarea común. Pacto entre el pasado y el futuro, la nación es la memoria de lo que hemos sido y la afirmación de lo que habremos de ser; si la nostalgia por el pasado fuera más fuerte que nuestra decisión de enfrentarnos al mañana, la nación se repetiría a sí misma hasta no ser sino la sombra de lo que fue; si por el contrario, la memoria de lo que fuimos nos abandonara, nuestra identidad acabaría desvaneciéndose. Por eso, para que los mexicanos seamos fieles a nuestro pasado, debemos marchar hacia adelante para darle cuerpo y nombre al porvenir.

Sin desconocer sus riesgos, encuentro en la situación actual en vez de un motivo para el desaliento, una razón para encender nuestro ánimo; a cada golpe de la adversidad hemos respondido con paciencia, tenacidad y decisión, hemos resistido, hemos persistido, y al final, estoy seguro venceremos.

Hace más de tres mil años nació en México una civilización, desde entonces, aun en los períodos de discordias civiles y de catástrofes sociales y naturales, los mexicanos no hemos cesado de trabajar, crear y construir; las ideas han cambiado, cada época tuvo las suyas, pero lo que no podemos permitir que cambie es la solidaridad entre nosotros, la fe en México y en su destino.

Nuestro pasado es algo mejor y más vivo que un motivo de justo orgullo, es un ejemplo, un acicate y un estímulo, es una invitación a pensar por nuestra cuenta y liberar el genio inventivo de nuestro pueblo. La nación nos pide poblar el porvenir con obras que respondan, con dignidad e imaginación, a las que hicieron nuestros abuelos; el pasado de México mira a los jóvenes de hoy y esa mirada es un llamado al esfuerzo creador. México ha sido y tiene que ser para todos nosotros, una incesante memoria y un diario y permanente nacimiento.

Compatriotas, reafirmemos el orgullo de ser mexicanos;

No pidamos que nos den confianza, hay que dársela a México.

No escatimemos nuestro esfuerzo a la nación, hay que entregarlo sin reserva, generosamente y sin condición.

No esperemos soluciones, aportémoslas.

Miremos a los ojos de nuestros hijos y hablémosles con orgullo de lo que fuimos y de los que somos capaces de hacer.

Encabecemos el justo reclamo de los jóvenes por un mejor porvenir.

Recobremos el ánimo, mostremos el optimismo, sigamos dando la lucha con alegría. México vibra erguido y firme porque tiene ante sí la victoria.

Tengo fe en los mexicanos, presidiré su esfuerzo, defenderé su dignidad, alentaré su emoción.

Constituimos una gran nación; mostrémosla con orgullo ante el mundo.

Frente al desafío, demostremos una vez más en los hechos la grandeza mexicana. Nuestra patria triunfará.

¡Viva México! (Aplausos.)

(Honores de ordenanza)

La C. Presidenta - Ruego a las comisiones designadas para acompañar al ciudadano presidente de la República y al ciudadano licenciado Miguel de la Madrid Hurtado, cumplan su cometido. (Aplausos.)

ACTA DE LA PRESENTE SESIÓN

El C. secretario diputado José Murat C.:

- «Acta de la Sesión de Congreso General del Poder Legislativo de los Estados Unidos Mexicanos, celebrada el día primero de diciembre de mil novecientos ochenta y ocho.

Presidencia de la ciudadana diputada Socorro Días Palacios.

En la ciudad de México, Distrito Federal, a las nueve horas con treinta y cinco minutos, la presidenta declara abierta la sesión del Congreso General, con una asistencia de quinientos cincuenta y siete ciudadanos legisladores.

En base a las normas jurídicas vigentes y al acuerdo de práctica parlamentaria suscrito el pasado veintinueve de noviembre por los coordinadores de los grupos parlamentarios que integran la Cámara de Diputados, respaldado por un acuerdo político de solidaridad, firmado por el presidente y el secretario de la Gran Comisión del Senado de la República y el coordinador del grupo parlamentario del Frente Democrático Nacional del propio Senado, el día treinta de noviembre, la presidenta otorga el uso de la palabra a la diputada Marcela Lombardo de Gutiérrez, del Partido Popular Socialista, quien a nombre de su propio partido y de los que integran el Frente Democrático Nacional (Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, Partido Mexicano Socialista, Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y la Corriente Democrática), afirma que hoy es un día aciago para la República, en que se consuma una grave afrenta contra el derecho soberano del pueblo a elegir a sus gobernantes.

Dice que mientras la economía sigue deteriorándose, la mayoría trabajadora sufre una agresión contra su nivel de vida y agudiza la supeditación del país al extranjero.

Enfatiza que se está padeciendo el estrechamiento de los espacios democráticos con la modificación abusiva de las leyes, la multiplicación de prácticas electorales viciadas y la institucionalización del fraude como política de Estado.

Declara que según las cifras oficiales, constituyen la segunda fuerza electoral del país, pero que tienen la convicción de ser la primera y que el pueblo lo sabe.

Manifiesta que han estado y seguirán estando dispuestos a la discusión, al debate de las ideas y al examen serio de los problemas nacionales y sus soluciones; que no dejarán de exigir el trascendental respeto a la legalidad constitucional como elemento esencial de toda relación política.

A nombre del Partido Acción Nacional, el diputado Abel Vicencio Tovar afirma que hace uso de la palabra en circunstancias sin precedente, porque después de cincuenta y nueve años de haberse implantado el sistema de partido- gobierno, el mexicano ha visto menguado el derecho de ser escuchado a través de sus representantes.

Dice que desea ser la voz que reitere la imperiosa necesidad del hombre de creer en mejores tiempos. Asegura que volvieron a ser víctimas del ciclo sexenal de la esperanza: promesas en principio y después todas las formas de desprecio a sus derechos.

Demanda la vigencia plena de los derechos humanos y su garantía por parte de la autoridad, incluyendo por supuesto al Poder Judicial, como poder Político encargado de la administración de la justicia.

Afirma que no se puede, mediante alienante propaganda y el uso de cifras afectadas, borrar la historia de un sexenio que envileció a muchos mexicanos haciéndolos cómplices del los fraudes electorales.

Dice que la soberanía de los estados se convierte en argumento para no defender al pueblo de las agresiones de las autoridades locales.

Expresa que el diálogo no cancela otras formas de lucha que seguirá usando su partido como oposición responsable, y que en cambio, agrega, para su eficacia será el arma de la inteligencia.

Aduce que la integración del nuevo gabinete presidencial es un mal presagio.

Dice que muchas reformas legislativas deberán realizarse, pero que es mucho más importante la reforma de las estructuras y la reforma de la cultura política; que no hay reforma política que pueda lograrse si no pasa por una profunda reforma personal, por una profunda reforma moral.

Sube a la tribuna el diputado José Luis Lamadrid Sauza, del Partido Revolucionario Institucional, quien enfatiza que es sabido que la deliberación parlamentaria no sólo supone expresar razones, sino saber escuchar, estar atentos a los razonamientos contrarios y aun dispuestos a incorporarlos a los propios.

Afirma que lo ocurrido a partir del pasado seis de julio, equivale a la pretensión de suprimir o desvirtuar las mutaciones experimentadas en la vida política nacional, como retórica que pretende invalidar los resultados y que esa retórica que pretende invalidar los resultados y que esa retórica resulta, para la mayoría priísta, no sólo irreductible a la razón, sino a las más tangibles realidades del momento histórico que vivimos y que por eso la respuesta de su partido se aparta de ser una simple respuesta partidista y que tiene la fuerza de la norma, la fuerza de la ley.

Advierte a los legisladores de la oposición, que no se debe caer en el juego de los partidismos y de las parcialidades; dice que la democracia supone por igual establecer seguridades para que las mayorías adopten decisiones, y garantías para que la oposición promueva alternativas, pues la oposición gobierna oponiéndose.

Sostiene que para que las soluciones sean duraderas y no salidas circunstanciales, deben ser desarrollos armónicos de las bases normativas de la Constitución de la República.

La presidenta ordena a las comisiones protocolarias y de cortesía designadas por cada una de las cámaras, que cumplan con sus cometidos y decreta un receso para esperar la llegada del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y del Presidente electo de México.

A las diez horas con cincuenta minutos se reanuda la sesión. Entra a la sala de sesiones el licenciado Miguel de la Madrid Hurtado, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos , a quien se le rinden honores de ordenanza. Acto seguido entra a la sala de sesiones el licenciado Carlos Salinas de Gortari, Presidente electo de México.

La presidenta informa que de conformidad con el decreto de la honorable Cámara de Diputados, publicado en el Diario Oficial de la Federación el trece de septiembre de mil novecientos ochenta y ocho, y en los términos que establece el artículo ochenta y siete de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el licenciado Carlos Salinas de Gortari rendirá su protesta como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

El Licenciado Carlos Salinas de Gortari, de pie, con el brazo derecho extendido frente a él, rinde la protesta constitucional en los siguientes términos: "Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere, que la Nación me lo demande".

Acto seguido, la presidenta le concede el uso de la palabra y el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos afirma, en un documento al que da lectura, que pondrá en práctica una presidencia democrática, que respete y fortalezca el equilibrio constitucional de los poderes Legislativo y Judicial y promoverá una eficaz relación con los gobiernos de los estados y municipios, alentando la descentralización de las funciones, recursos y actividades.

Enfatiza que defenderá siempre, con lealtad y patriotismo, los intereses supremos de la nación, gobernando para todos los mexicanos, a quienes servirá sin distinción ni preferencia.

Dice que la modernización de México es inevitable, pues solamente así se puede afirmar nuestra soberanía en un mundo en profunda transformación; que no se trata de cambiarlo todo sin prudencia, sino que al contrario, con firmeza y decisiones consistentes se harán los cambios que calan en nuestras raíces, evitando fuegos de artificio que no perduran.

Afirma que Estado moderno, es aquél que garantiza la seguridad de la nación, y a la vez, da seguridad a sus ciudadanos.

Dice que ante los retos que enfrentamos, propone a sus compatriotas tres nuevos acuerdos nacionales. Primero, un acuerdo nacional para la ampliación de la vida democrática; segundo, un acuerdo nacional para la recuperación económica y la estabilidad y, tercero, un acuerdo nacional para el mejoramiento productivo del bienestar popular.

Afirma que si somos celosos por tradición de nuestra independencia política, debemos comprender que en el mundo moderno las distancias casi no existen y que las relaciones sociales, económicas y culturales se vuelven cada vez más interdependientes; que modernizar al país en este

sentido quiere decir abrirnos al mundo contemporáneo, reafirmando nuestra identidad.

Terminó la lectura del documento haciendo un llamado a los mexicanos para que reafirmemos el orgullo de ser mexicanos; no escatimemos esfuerzos a la nación; no pidamos que nos den confianza sino dársela a México; no esperar soluciones, aportarlas. Miremos a los ojos de nuestros hijos y hablémosles con orgullo de lo que fuimos y de lo que somos capaces de hacer encabecemos el justo reclamo de los jóvenes por un mejor porvenir; recobremos el ánimo; mostremos el optimismo; sigamos dando la lucha con alegría.

México vibra erguido y firme porque tiene ante sí la victoria. Tengo la fe en los mexicanos; presidiré su esfuerzo; defenderé su dignidad; alentaré su emoción.

Constituimos una gran nación; mostrémosla con orgullo ante el mundo; frente al desafío demostremos una vez más en los hechos la grandeza mexicana. Nuestra patria triunfará. ¡Viva México!

Terminada la lectura de ese documento, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Carlos Salinas de Gortari, recibe los honores de ordenanza.

A las doce horas con veinte minutos, la presidenta pide a las comisiones designadas para acompañar al Presidente de la República, licenciado Carlos Salinas de Gortari y al ciudadano Miguel de la Madrid Hurtado, que cumplan con su cometido y se levanta la sesión de Congreso General.»

Aprobada.

SE LEVANTA LA SESIÓN

La C. Presidenta (a las 12.20 horas): - Se levanta la sesión de Congreso General.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA

Y DIARIO DE LOS DEBATES