Legislatura LIV - Año II - Período Ordinario - Fecha 19891101 - Número de Diario 2

(L54A2P1oN002F19891101.xml)Núm. Diario:2

ENCABEZADO

LIV LEGISLATURA

PODER LEGISLATIVO FEDERAL

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de segunda clase en la Administración de Correos, el 21 de septiembre de 1921

PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Dip. Guillermo Jiménez Morales

RECINTO LEGISLATIVO

CENTRO MEDICO NACIONAL

DIRECTOR DEL DIARIO DE LOS DEBATES

Lic. Héctor de Antuñano y Lora

Año II México, D. F., miércoles 1o. de noviembre de 1989 No. 2

PRIMER INFORME DE GOBIERNO

SUMARIO

ASISTENCIA

La secretaría notifica el quórum.

APERTURA

Declaratoria del Presidente.

COMISIONES

DE CORTESÍA

La secretaría da lectura a las mismas.

ACUERDO PARLAMENTARIO

La secretaría de cuenta con el mismo.

INTERVENCIONES

DE LEGISLADORES

Para expresar sus opiniones respecto al Informe Presidencial hacen uso de la palabra los legisladores: Pedro René Etienne Llano, Oscar Mauro Ramírez Ayala, Porfirio Muñoz Ledo, Abel Carlos Vicencio Tovar y Javier López Moreno.

RECESO

En espera del Presidente de la República.

INFORME PRESIDENCIAL

El licenciado Carlos Salinas de Gortari, da lectura al documento.

RESPUESTA AL INFORME

El diputado Guillermo Jiménez Morales, da respuesta al Informe Presidencial.

ACTA DE LA PRESENTE SESIÓN

Sin discusión, se aprueba en sus términos.

CLAUSURA

Se levanta la sesión de congreso general.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL DIPUTADO GUILLERMO JIMÉNEZ MORALES

(Asistencia de cuatrocientos noventa y cuatro legisladores)

ASISTENCIA

La secretaria diputada Hilda Anderson Nevárez de Rojas: - Señor Presidente, hay una asistencia de 436 diputados y 58 senadores. Hay quórum.

INSTALACIÓN

El Presidente del Congreso (a las 9.10 horas):- Se abre la sesión de Congreso General.

La secretaria diputada Hilda Anderson Nevárez de Rojas:- Se suplica a todos los presentes ponerse de pie.

El Presidente del Congreso:- El Quincuagésimo Cuarto Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, abre hoy, 1o. de noviembre de 1989, el Primer Período Ordinario de Sesiones del segundo año de su ejercicio constitucional.

(Aplausos.)

COMISIONES DE CORTESÍA

El Presidente del Congreso:- Sírvase la secretaría dar lectura a la lista de los nombres de los ciudadanos diputados y senadores que integran las comisiones designadas de acuerdo con el artículo 11 del reglamento.

La secretaria diputada Guadalupe Gómez Maganda de Anaya:- Para acompañar al Presidente de la República, de su residencia al Palacio de Bellas Artes, los senadores: Emilio M. González, Alfonso Martínez Domínguez, Maximiliano Silerio Esparza, María Esther Scherman Leaño, Adolfo Vega Camacho y Gustavo Adolfo Almaraz Montaño; los diputados: Juan José Osorio Palacios, Augusto Gómez Villanueva, Juan Antonio García Villa, Eugenio Ortíz Walls, Gilberto Ortíz Medina, Roberto Jaramillo Flores, Emilio de Jesús Ramírez Guerrero, Judith Murguía Corral, Socorro Díaz Palacios, María del Rosario Elena Guerra Díaz, Rodolfo Duarte Rivas, Américo Javier Flores Nava, Héctor Ixtláhuac Gaspar y Blas Vergara Aguilar.

Para recibir al Presidente de la República en el acto de apertura de sesiones del Congreso, los senadores: Humberto Lugo Gil, Blas Chumacero Sánchez, Julieta Guevara Bautista, Héctor Hugo Olivares Ventura, Laura Alicia Garza Galindo, Gaspar Valdés Valdés y Jesús Alcántara Miranda; los diputados: Manuel Cavazos Lerma, Javier López Moreno, Juan José Medrano Castillo, Gildardo Gómez Verónica, Ernesto Jiménez Mendoza, Armando Duarte Móller, Luz Lajous Vargas, María del Carmen Moreno de Almanza, Mercedes Erdmann Baltazar, Javier Culebro Siles, Rubén Figueroa Alcocer, Artemio Iglesias Miramontes, Gilberto Muñoz Mosqueda, Alvaro Uribe Salas y Demetrio Sodi de la Tijera.

Para acompañar al Presidente de la República del Palacio de Bellas Artes al Palacio Nacional, después de la lectura del informe, los senadores: Nicolás Reynés Berezaluce, Alberto Juárez Blancas, Leonardo Rodríguez Alcaine, Idolina Moguel Contreras y José Antonio Valdivia; Los diputados: Gonzalo Martínez Corbalá, Rogelio Montemayor Seguy, Noé Aguilar Tinajero, Juan Miguel Alcántara Soria, Oscar Mauro Ramírez Ayala, Rafael Aguilar Talamantes, María Elena Chapa Hernández, José Trinidad Lanz Cárdenas, Mauricio Valdés Rodríguez, Jesús Anlen López, Víctor Hugo Celaya Celaya, Francisco Galindo Musa, José Murat C., Martha Patricia Rivera Pérez, Pedro Alberto Salazar Muciño, Sara Estela Velázquez Sánchez y José Ignacio Cuauhtémoc Paleta.

ACUERDO PARLAMENTARIO

El C. Presidente del Congreso:- Se ruega a la secretaría dar lectura al acuerdo parlamentario.

La secretaria diputada Hilda Anderson Nevárez de Rojas:-

" Acuerdo parlamentario.

Los legisladores pertenecientes a los diversos partidos políticos representados en las cámaras del Congreso de la Unión, por conducto de sus coordinadores celebran el presente

ACUERDO

Primero. La sesión de Congreso General relativa a la apertura del primer período ordinario de sesiones, a que se refiere el artículo 69 de la Constitución General de la República, dará inicio a las 8.0 horas, del próximo día 1o., de noviembre.

Segundo. A continuación, harán uso de la palabra, de las 9.00 a las 9.50 horas, por espacio de 10 minutos cada uno, los siguientes oradores en

el orden que se establece: el diputado Pedro Etienne Llano, del partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; el diputado Oscar Mauro Ramírez Ayala, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana; el senador Porfirio Muñoz Ledo, del Partido de la Revolución Democrática; el diputado licenciado Abel Carlos Vicencio Tovar, del partido Acción Nacional y el diputado Javier López Moreno, del partido Revolucionario Institucional.

Tercero. Concluidas las intervenciones señaladas, se abrirá un receso para aguardar la llegada del ciudadano presidente de los Estado Unidos Mexicanos.

Cuarto. La sesión de Congreso General se circunscribirá a la lectura del informe del titular del Ejecutivo Federal y la contestación correspondiente, a cargo del ciudadano Presidente del Congreso, de acuerdo con lo que establece el artículo 8o., de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.

México, Distrito Federal., a 31 de octubre de 1989.- Por el Senado de la República: el senador Emilio M. González, presidente de la Gran Comisión; senadora Ifigenia Martínez Hernández, en representación de los senadores del Partido de la Revolución Democrática.- Por la Cámara de Diputados: el diputado Rafael Aguilar Talamantes, coordinador del grupo parlamentario del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; diputado Oscar Mauro Ramírez Ayala, coordinador del grupo parlamentario del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana; diputado Ignacio Castillo Mena, coordinador del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática; diputado Abel Carlos Vicencio Tovar, coordinador del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional y el diputado Guillermo Jiménez Morales, coordinador del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional."

INTERVENCIONES DE LEGISLADORES

El Presidente del Congreso: - En tal virtud, se concede el uso de la palabra al diputado Pedro René Etienne Llano.

El diputado Pedro René Etienne Llano:- Con su venia, señor Presidente; honorable asamblea: Durante los 11 primeros meses de la actual administración, se ha pretendido imponer un nuevo rumbo para el país, un proyecto político y económico que afecta a la mayoría de los mexicanos y que condiciona el futuro inmediato de la nación.

Por ello, por lo que está en juego, es obligado superar la espectacularidad de los actos del gobierno, para abrir cauce a la discusión a fondo en todas las instancias de la sociedad.

En la Cámara de Diputados se ha mantenido el debate con pasión y convicción, expresando con firmeza nuestra franca oposición al proyecto salinista. Hoy, desde esta tribuna y de cara a la nación, reafirmamos las razones fundadas de nuestra oposición.

En las calles y las plazas, en los centros de estudio y de trabajo, se ha manifestado también una oposición creciente a las medidas de gabinete que lesionan los intereses nacionales y populares. Hoy, la interpelación a la política del Ejecutivo, expresión de inconformidad y desacuerdo, está presente en las calles.

Desde esta tribuna refrendamos nuestro compromiso con el pueblo de México; refrendamos nuestro compromiso con los trabajadores de Cananea y Siderúrgica Lázaro Cárdenas - Las Truchas, Sociedad Anónima, del magisterio y los universitarios, de los trabajadores del Seguro Social, de los jubilados y pensionados, cuya unidad y lucha fundan el optimismo de una resistencia victoriosa.

La presente administración no ha mostrado voluntad para resolver el problema político que arrastra desde la elección del 6 de julio. Ha apostado todo a un respiro transitorio del problema económico y pretende pasar al octavo año de restricción salarial y rezago irrecuperable en la atención de las demandas sociales.

La elección presidencial más competida y los resultados oficiales más controvertidos de las últimas décadas, replantearon la exigencia de sufragio efectivo, el reclamo de elecciones limpias y pleno respeto al voto de los ciudadanos.

Una ciudadanía más informada y con capacidad para evaluar los acontecimientos políticos ha rechazado la manipulación informativa del gobierno que pretendió agotar la exigencia de democratización reconociendo su derrota en la gubernatura de Baja California, el mismo día que consumaba un fraude, con dedicatoria especial, en las elecciones en Michoacán.

Michoacán fue un doloroso recuerdo del 6 de julio; volvió otra vez a abrir esa profunda herida en la conciencia cívica y reflejó la falta de voluntad del régimen para buscar el consenso con todas las fuerzas políticas. Los mexicanos cada día en forma creciente, reclamamos la democratización de la vida política nacional sin exclusiones ni excepciones.

Por ello, no satisface la exigencia nacional una reforma electoral limitada y antidemocrática, apoyada por el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional con exclusión del resto de las fuerzas políticas nacionales.

Nueve meses de consulta y cientos de proposiciones, fueron desestimadas aplicando un método selectivo y un procedimiento excluyente de todas las opiniones que no estuvieran comprendidas en los criterios previamente establecidos fuera del ámbito legislativo, lo que dio lugar a un dictamen que refuerza el control oficial del proceso electoral y establece una inexplicable e inaceptable sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados y en la Asamblea de Representantes del Distrito Federal.

Ratificamos nuestra convicción; la situación del país exige un pacto y un consenso entre todas las fuerzas políticas en torno al principio democrático fundamental de respeto a la voluntad popular, al principio elemental que el gobierno se gana y se pierde en la urna electoral.

Afirmamos también que el proyecto del Ejecutivo apostó todo a un respiro en la cuestión económica, sosteniendo esta afirmación en las siguientes razones:

El gobierno culminó la renegociación de la deuda con los bancos extranjeros, muy por debajo de la exigencia de la mayoría de los mexicanos y muy lejos de lo logrado por nuestro país en otras renegociaciones; la deuda económica disminuyó, pero aumentó peligrosamente la deuda política con el gobierno norteamericano; por otra parte, sigue siendo válido para nosotros, que la deuda con el pueblo es más importante que la deuda con los bancos extranjeros.

Con esta renegociación limitada, el gobierno apuesta el crecimiento económico a la inversión extranjera y para ello el Ejecutivo ha invadido facultades exclusivas del Poder Legislativo, derogando de hecho disposiciones de la Ley de Inversiones Extranjeras.

Esta políticas de puertas abiertas a la inversión extranjera, constituye una hipoteca sobre el futuro del país más pesada que la carga de la deuda externa.

Siempre ha tenido un mayor costo adquirir un socio que adquirir un préstamo. Así como hoy lamentamos el alto costo de la deuda, el día de mañana nosotros mismos y las futuras generaciones lamentaremos el alto y permanente tributo a los socios extranjeros.

Nuestra oposición a la política económica del régimen se centra en un hecho incontrovertible: ésta responde a las exigencias de un pequeño grupo del gran capital en detrimento de la mayoría de empresarios y trabajadores mexicanos.

En efecto, se aplican recetas económicas de Estados Unidos de América en un país con condiciones sociales y económicas radicalmente diferentes. Para atraer capitales extranjeros y maquiladoras se deprime el salario de los trabajadores mexicanos hasta llevarlo a uno de los niveles más bajos del mundo. Sin embargo, los empleos que generen estas inversiones, nunca compensarán la afectación en el ingreso de más de 15 millones de trabajadores mexicanos.

Los maestros y los médicos que no podrán sostenerse con sueldos de hambre, los técnicos y profesionistas serán obligados a buscar ingresos complementarios, los empleados y obreros que tendrán que doblar turno o trabajos, los jóvenes que dejarán la escuela por la necesidad de un empleo, reflejan por millones la contradicción de una política económica que no está hecha para nuestra realidad.

Se a buscado vender la idea de la privatización asociándola con la modernización. La quiebra ideológica del grupo gobernante, evidenciada por la pretensión de privatizar Cananea, se ha mostrado también en los casos de Teléfonos de México, de Productora e Importadora de Papel, Sociedad Anónima y de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares, buscando un eficientismo desprovisto de cualquier contenido de justicia social y de defensa de los intereses populares y nacionales.

El caso del Seguro Social es revelador: Se violan disposiciones de Ley y normas contractuales, pretendiendo cargar sobre los trabajadores una responsabilidad del Estado. Se reduce sustancialmente el presupuesto del instituto, al mismo tiempo que se aumenta en forma considerable la población derechohabiente. Esto no puede presentarse como modernización, cuando es un franco retroceso en materia de seguridad social.

Esta misma contradicción se expresa de manera más brutal en el campo mexicano. La cada vez mayores insuficiencias de productos agropecuarios son fruto de esta equivocada política económica. Nadie en su sano juicio sembraría con precios que sólo garantizan cosechar pérdidas y los precios de los productos agropecuarios están deprimidos porque es una condición tecnocrática para mantener la capacidad de aguante de los trabajadores con salarios menguados.

Con esta política económica, los rezagos en las demandas de carácter social son cada vez mayores y sus efectos sobre la mayoría de la población se vuelven irrecuperables.

Los niveles de desnutrición aumentan, la medicina social retrocede y reaparecen enfermedades y epidemias; los niveles educativos se desploman y la investigación se retrasa; las demandas insatisfechas de vivienda y servicios públicos crecen.

Ni la nueva retórica, ni las nuevas estadísticas oficiales, podrán ocultar esta dramática realidad que viven de una forma u otra la mayoría de los mexicanos. Estas son entre otras las razones fundadas de nuestra oposición.

Hacemos una reflexión final: el Ejecutivo Federal ha iniciado cambios estructurales y de fondo, sin tener un claro mandato electoral para modificar sustancialmente el rumbo del país.

A contrapelo de nuestra historia, se ha establecido una alianza de la reacción de dentro y fuera del gobierno para implementar una contrarreforma, que empezó en el ámbito electoral y económico como preludio de otros cambios contrarios también el interés popular.

La larga lucha del pueblo mexicano nos recuerda, sin embargo, que nunca se ha definido el rumbo histórico de la nación por acuerdos con la derecha; ni en la Independencia, ni en la Reforma, ni en la Revolución. Esta es la enseñanza de nuestra historia.

A pesar de las modificaciones regresivas a la Constitución y del acuerdo limitado entre dos partidos, tenemos un fundado optimismo en el avance de la democratización.

Cuando cientos de miles de maestros marchan por las calles del país levantando la exigencia de democracia y más salario, expresan un reclamo popular que cada día cobra mayor fuerza. En los sindicatos, en los ejidos, en los barrios y las escuelas, hay una movilización creciente para abrir espacios de participación y de democratización en todas las instancias de la sociedad. Este es un avance irreversible hacia la democratización integral de la vida política nacional.

La fracción parlamentaria independiente, con optimismo, reafirma su convicción: hoy como ayer, el rumbo del país no se definirá por la alianza de la reacción, sino por la lucha del pueblo mexicano. Muchas gracias.

(Aplausos.)

El Presidente del Congreso: - Tiene la palabra el diputado Oscar Mauro Ramírez Ayala.

El diputado Oscar Mauro Ramírez Ayala: - Señor Presidente; compañeras y compañeros legisladores: Ahora como en 1954, año en que fuera fundado nuestro partido, las razones para lucha política por el camino de la revolución y la Constitución se mantienen vigentes.

En ese entonces, los revolucionarios que vieron humear sus fusiles, advertían que los objetivos por los que lucharon no se estaban cumpliendo y que pequeños grupos de nuevos revolucionarios de cartón usufructuaban los puestos públicos y se apoderaban de los frutos del movimiento revolucionario. Los campesinos, desesperados, observaban cómo en el transcurso de los años, cambiaba el sentido del artículo 27 constitucional y se adicionaban leyes secundarias, a fin de que no se aplique este contenido constitucional.

Los mexicanos contemplamos inquietos cómo el artículo 3o. constitucional sufre modificaciones y las nuevas generaciones carecen de centros de enseñanza al privatizarse la educación elemental, cómo la influencia de la ideología de los enemigos seculares del pueblo de México ven prevalecer sus intereses y cómo los mexicanos protestamos al ver que los campesinos postrados sin tierra, al comprobar cómo se simula la propiedad privada en nuestro país.

Los veteranos de la Revolución decidieron constituirse en 1954 en un partido político en el cual establecieron la trinchera civil para luchar en todos los frentes de la nación, hasta reencontrar el rumbo perdido, por quienes se dicen revolucionarios y por medio de la "industria del muerto", cobran en ventanillas oficiales por heridas que no sufrieron en nuestro movimiento social de 1910.

A través de la existencia de la nueva era del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, hemos visto cómo los servidores públicos, se enriquecen y la corrupción campea en todas las oficinas burocráticas; hemos observado cómo la ideología de la Revolución se convierte en fraseología de demagogos y cómo el pueblo se desespera ante las promesas no cumplidas.

Las distintas clases sociales que conforman la sociedad mexicana, demandan de los tres poderes de la Unión, hechos; no palabras. Hoy observamos cómo el ejército mexicano, que ha defendido la patria en momentos de crisis, actúa en estos instantes como si nos encontráramos en un estado de sitio y como si se hubieran conculcado o suspendido las garantías constitucionales de los mexicanos.

Los integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, asistimos a esta sesión solemne de Congreso General en cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 65 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que señala como obligación a todos los integrantes del Congreso, reunirse el 1o. de noviembre de cada año para iniciar los trabajos del Primer Período Ordinario de Sesiones del Congreso.

De igual forma, en acatamiento a un mandato constitucional, asistimos al acto solemne en el cual el jefe del Ejecutivo Federal presentará un informe por escrito, en el cual se manifiesta el estado que guarda la nación en la administración pública. El pueblo de México, los campesinos, los obreros, los no asalariados, los jubilados, las mujeres, los niños, demandan saber cuál es el futuro que les depara la actual administración en el presente sexenio, porque para ellos es demasiado incierto.

Es innegable que el clamor popular de los mexicanos es el de demandar que se aumente el poder adquisitivo de los trabajadores, tanto de la ciudad como del campo, ya que sus recursos económicos se encuentran totalmente deteriorados ante la crisis económica que sufre el país.

En México existen grupos de trabajadores que están inconformes con sus líderes sindicales y patrones, que manipulan sus derechos. Muestra de ello es la huelga de los trabajadores de la minera de Cananea, quienes ante la amenaza de ver cerrada su fuente de trabajo, mantuvieron una lucha sin tregua hasta ver garantizados sus derechos. Pero estamos en desacuerdo con que un dirigente priísta, Luis Donaldo Colosio, acuda a Cananea a decirle a los mineros cuáles son las soluciones a su problema, como si éste fuera funcionario federal y no funcionario político. En eso no estamos de acuerdo.

Actitud similar están manteniendo los trabajadores de Siderúrgica Lázaro Cárdenas - Las Truchas, Sociedad Anónima, en defensa de sus derechos, los trabajadores de la educación, quienes no obstante de ser profesionales en la materia, reciben salarios y pensiones que los mantienen en la más angustiosa de la miserias.

Los diputados del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y el pueblo de México, demandamos que el informe del Ejecutivo sea veraz, sin complicadas estadísticas maquilladas y que se hable con claridad sobre cuál es el futuro que nos depara en la administración federal actual.

De igual forma, el pueblo de México desea saber cuáles son los límites que tiene el Ejecutivo Federal en su plan de desincorporación de empresas paraestatales y hasta qué nivel llegarán las concesiones para los extranjeros.

Consideramos, en el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, que es preciso cambiar la estrategia económica actual, en razón de la irracional reprivatización de las empresas paraestatales, ya que ampliar la apertura al capital extranjero para invertir en nuestras áreas estratégicas, significaría un grave riesgo para nuestra soberanía nacional.

Llamamos a los inversionistas mexicanos para que con sentido patriótico, con responsabilidad, con nacionalismo, inviertan sus capitales en nuestra nación, ya que México es rico en recursos naturales, en mano de obra y en iniciativa. Los mexicanos estamos conscientes que unidos podemos fincar la nueva era que todos queremos para nuestra patria.

En la democratización, los parmistas demandamos congruencia a todos los partidos políticos, a fin de que en el marco de la democracia y el pluralismo, podamos mantener la credibilidad de los pasados comicios electorales del 6 de julio de 1988, por ello exhortamos a todas las corrientes políticas a fin de no caer en las promesas priístas y mantenerse siempre fieles a la voluntad popular.

Muy pronto, compañeros legisladores, debatiremos en el Congreso de la Unión una nueva ley reglamentaria de los artículos 41 y 54 constitucionales; en esos momentos llamamos a la madurez, al diálogo, a todos los partidos políticos, a fin de que en la ley secundaria hagamos prevalecer la voluntad del pueblo y no los intereses de un solo partido.

El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana acepta el reto que el destino nos depara; no claudicaremos en nuestra lucha revolucionaria y constitucionalista; somos fieles a México, a la revolución y a la Constitución, no transigiremos en monoscabo de nuestros principios, ya que estamos conscientes que el pueblo de México pugna por la justicia para gobernar y la honradez para administrar. En ese camino creemos, por ese camino luchamos y unidos los parmistas, fincaremos con los mexicanos la nueva era que todos queremos para México. Muchas gracias.

(Aplausos.)

El Presidente del Congreso: - Tiene la palabra el senador Porfirio Muñoz Ledo.

El senador Porfirio Muñoz Ledo (desde su curul): - Está inscrito antes el señor diputado Rafael Aguilar Talamantes, señor Presidente.

El Presidente del Congreso: - Señor senador, el ciudadano diputado Rafael Aguilar Talamantes no firmó el convenio y no está en el orden de oradores.

Tiene la palabra el senador Porfirio Muñoz Ledo.

El senador Porfirio Muñoz Ledo: - Honorable Congreso de la Unión; pueblo de México: La crítica a los actos de los gobernantes es el sustento de la sociedad democrática y la república se finca en el diálogo y el equilibrio de los poderes. Nuestra voz es la de millones de mexicanos que nos dieron el mandato de decir la verdad y de oponernos a un régimen autoritario para transformar las relaciones políticas en el país y rescatar la dignidad ciudadana.

El gobierno que se instaló el 1o. de diciembre anterior, se ha propuesto una reestructuración drástica de la economía y de la sociedad mexicana, incompatible con la democracia. Tras la pantalla de la modernización, se pretende avasallar a una antigua nación, a su cultura y a su esperanza. Se propone insertar al país en las formas contemporáneas de la dependencia, porque se nos considera incapaces para gobernarnos y para desarrollarnos por nosotros mismos.

Una política de claudicación promueve el desmantelamiento de las instituciones que la Revolución Mexicana había edificado, para impulsar nuestras fuerzas productivas, corregir las desigualdades y fortalecer la soberanía de nuestras decisiones. El gobierno está decidido a liquidar la economía pública, en vez de mejorar su eficiencia y adaptarla a tiempos nuevos. Del estado social que demuele y condena, preserva lo peor: el autoritarismo y la manipulación, mientras abandona la búsqueda de la justicia y de la independencia que le daban sentido.

La gestión del Ejecutivo durante los últimos 11 meses, está determinada por el acceso al poder de una tecnoburocracia cuya visión del país es servilmente coincidente con la de los centros financieros internacionales. Todos sus actos están dirigidos al mismo propósito: desnacionalizar la economía e integrarla a una nueva estructura hegemónica, convertirnos en país súbdito y abrogar en los hechos la constitucionalidad de la República.

Tenazmente se restringe la acción económica y social del estado en perjuicio de las condiciones de vida de la mayoría. La apertura comercial con el exterior se prosigue en forma indiscriminada y se arrincona a gran parte de las empresas mexicanas; se transfieren enormes sumas de recursos a los especuladores y se entrega en turbias transacciones y a precios irrisorios el patrimonio de la nación; el mercado interno se sigue contrayendo mediante la disminución constante del poder adquisitivo del salario, de las pensiones y de los ingresos de los campesinos.

Una política de desindustrialización está reeditando en nuestro país los atropellos del capitalista salvaje. Cancela las conquistas de los obreros, ocupa, como en Cananea las plantas con el ejército, deroga los contratos colectivos, suprime el derecho de huelga, castiga irracionalmente el precio de la mano de obra y lanza a un numeroso sector de la fuerza de trabajo calificada al despeñadero de la economía subterránea. Desalienta la innovación tecnológica, la investigación científica y el impulso productivo e impide el crecimiento de la economía y del empleo al ritmo y con la calidad que demanda una población en continuo aumento.

El gobierno ha decidido, al margen de la ley y sin consultar a la representación nacional, desregular actividades sociales básicas y trasladar a los particulares algunas de las ramas más dinámicas de la economía. Ha determinado que la aeronavegación, la petroquímica, las telecomunicaciones y la red de abasto popular, se vendan por la trastienda, sin importar que su control pase a manos extranjeras y sin informar a nadie sobre las razones, el monto, los términos y los destinatarios de las operaciones.

Afirmar que con el futuro de esas transacciones se sanean las finanzas públicas y se dispone de excedentes para atender necesidades básicas de la población, no es sino repetir un argumento mentiroso que ya se ha empleado en otros países recolonizados. Con ese criterio terminaría el gobierno vendiendo Petróleos Mexicanos, la Secretaría de Relaciones Exteriores y, un día no lejano, el Palacio Nacional. La pendiente de las capitulaciones conduce inexorablemente a la desintegración del Estado.

El desequilibrio de las finanzas públicas obedece primordialmente a una política equivocada en el manejo de la deuda externa y a sus consecuencias sobre la deuda interna, así como al evidente rezago del régimen fiscal. El Estado puede y debe a la vez atender los servicios públicos, promover la infraestructura y participar en la inversión productiva, siempre que las empresas de la nación se conduzcan con limpieza, eficiencia y democracia.

El gobierno es el principal causante de que el ahorro haya sido empleado en actividades especulativas, reduciendo considerablemente los niveles de inversión y de gasto público. Es también responsable de no haber afrontado la

cuestión de la deuda externa en ejercicio legítimo de nuestra soberanía. Tuvo todo a su favor , comenzando por la decisión ciudadana que rechazó categóricamente la política económica de la administración anterior. Escogió sin embargo, el camino de las autocracias dependientes, cerró los espacios a la disidencia y claudicó frente a los acreedores.

Las recientes negociaciones de la deuda pública con el extranjero, se tradujeron en frustración y exacerbada demagogia. La opinión de los organismos mundiales y latinoamericanos es concluyente: el camino emprendido hasta ahora para renegociar individualmente las deudas de los países es erróneo; no se ha resuelto el problema, quizá se ha saboteado, en cambio, una acción conjunta que permitiría reestructurar las relaciones financieras internacionales y recuperar el crecimiento sostenido de las economías.

El recurso desesperado y errático a la inversión extranjera, la prisa por malbaratar las empresas públicas, las restricciones al salario y a las libertades democráticas son confesión de fracaso; un país que sigue viviendo de prestado acepta condiciones cada vez más lesiva para los intereses del pueblo y de la nación. Sólo mediante el despotismo podría consolidarse por algún tiempo semejante proyecto.

Mientras no se reoriente en un sentido radicalmente opuesto la política económica, proseguirá la descapitalización del campo y nos alejaremos cada vez más de la autosuficiencia alimentaria; continuará incrementándose la deserción escolar y la insatisfacción de los maestros y se reducirá implacablemente la calidad de la enseñanza; la seguridad social cubrirá de manera decreciente los riesgos de la vida y del trabajo; los servicios de salud seguirán en deterioro constante y los índices de desnutrición, mortalidad infantil o incremento de las enfermedades endémicas, continuarán en ascenso. Quedará vulnerable irremisiblemente la infancia y degradada así la sustancia misma de la nación.

Nos amenazan reformas a la legislación laboral y a los sistemas de tenencia de la tierra profundamente reaccionarias, la destrucción de las organizaciones sindicales y el sometimiento total de sus dirigentes al arbitrio del gobierno y de los empleadores. Peligra la vigencia misma de las disposiciones fundamentales de la Constitución.

México está en camino de convertirse en un país con incompetencias irreversibles, condenado al empleo informal, a la servidumbre y a la pobreza, en los que la vida urbana se convierta en una pesadilla y el medio ambiente en destino irrespirable. Ante la impotencia para expandir el aparato productivo, elevar la eficiencia del conjunto de la actividad económica, redistribuir equitativamente el ingreso y atender en serio los requerimientos de la población, seremos rebasados por la indigencia.

No proponemos volver atrás hacia etapas que la historia ha superado. El país demanda un nuevo esquema de relaciones sociales, en el que los distintos grupos e individuos se vinculen más libremente, pongan en movimiento sus potencialidades, encaucen su capacidad productiva, hagan valer sus derechos y asuman plenamente sus responsabilidades. Lo que México requiere es un genuino Estado democrático.

No estamos pugnando por la vuelta al Estado paternalista que ahogue la iniciativa de las personas y las comunidades, y resuelva los conflictos sociales a su propia conveniencia, pero menos aún podemos aceptar un Estado vertical, enclave del interés extranjero, que perpetúe el presidencialismo absolutista y niegue el derecho a la autodeterminación de los mexicanos.

Es inaceptable que por encima de las instituciones republicanas se nos gobierne mediante el "pactismo", convenios con el exterior contrarios a la Constitución y arreglos internos concertados entre altos funcionarios y poderosos grupos económicos. Luchamos por rescatar la función legislativa del Congreso, la soberanía de los estados, la autonomía de los municipios, la representación de los sindicatos y los ejidos y la plena participación política de los ciudadanos.

Salinas de Gortari ha definido sus alianzas con los dueños del gran capital y con el gobierno de Estados Unidos de América. Lo ha hecho de modo claro y sin ambages, atropellando para ello una encomiable tradición de política exterior. A pesar de la retórica circunstancial, se ha traicionado el mandato de nuestra historia, incumplido con nuestros compromisos esenciales con Latinoamérica y abandonando la solidaridad con los países en desarrollo. El gobierno ha dejado de tener una visión propia, apegada a nuestros propios intereses sobre los problemas internacionales, y ha festinado su adhesión a la política del gobierno norteamericano en actos de vasallaje que nos acercan peligrosamente a la rendición política.

El gobierno ha contrariado profundamente la voluntad de la nación. Los electores decidieron el 6 de julio de 1988 recuperar el derecho a conducir los asuntos públicos; votaron por la abolición del sistema de partido del Estado y por el cambio hacia una República democrática. La reforma política es una exigencia ciudadana, no una

potestad discrecional del poder público y de sus aliados estratégicos o compañeros de ruta.

El despojo electoral con el que se inauguró la presente administración, se ha venido practicando sistemáticamente en los comicios locales que desde entonces se han celebrado. El fraude institucional expresa el temor y la arrogancia de un régimen en la fase terminal de su decadencia.

Recorre al país el mismo grito que lo conmovió en 1910: Sufragio Efectivo. Bastaría que el gobierno respetara el voto para que se iniciara la transición de México hacia la democracia. El Ejecutivo ha optado, en cambio, por la intimidación, el abuso, como métodos para preservar el poder. La razón es simple: su política excluyente y antipopular no pasa la prueba de las urnas.

En vez de un acuerdo nacional para la democracia, el gobierno forzó una transacción para imponer una contrarreforma y mantener el fraude de Estado. Según las enmiendas constitucionales que se han iniciado, el poder decisorio del Ejecutivo sobre los comicios se afianzará; el partido de mayoría relativa asegurará una sobrerrepresentación sin precedentes en la Cámara de Diputados y en la Asamblea de Representantes. Se soslayaron, por otra parte, reformas indispensables como la democratización del Distrito Federal y la de los medios de información, las limitaciones al corporativismo y al empleo ilegal de los recursos públicos en los procesos electorales, el voto de los mexicanos en el extranjero y la ampliación plural del Senado que había sido ya aceptada por todos los partidos.

La determinación es inequívoca: no se admite la alternancia del poder ni un régimen plural de partidos, ni se tiene la intención de respetar el voto. Se pretende garantizar la continuidad de un sistema en el que el poder no dimana del pueblo sino del gobierno.

El proyecto gubernamental incluye la manipulación creciente de los medios de información y la infamia de la mentira electrónica, los escándalos policiacos con fines de legitimación que escamotean el esclarecimiento de los hechos y encubren el trasfondo de la corrupción, la represión selectiva y la disolución de los organismos de resistencia social, la cooptación de los partidos y la inducción al abstencionismo electoral por la amenaza y el desengaño.

Se trata de un programa autoritario que como tal, ha de ser combatido con toda la inteligencia y la energía de la sociedad. Como nunca antes el mundo está inmerso en una transición democrática. En todas las regiones, no importa cuáles sean las ideologías que prevalezcan, los pueblos están recuperando su derecho a la libertad y al ejercicio del gobierno. Sólo los regímenes más dogmáticos y los más intransigentes se resisten a la apertura.

Hoy mismo el Ejecutivo ha rehusado escuchar a la oposición dentro de un marco parlamentario digno y republicano, correspondiente a los cambios ocurridos en el país. Ha eludido una vez más la confrontación de las ideas para seguir entronizando el monólogo autocrático. Por nuestra parte, refrendamos la disposición al diálogo verdadero y a relaciones políticas maduras que propicien el respeto a los derechos ciudadanos y la restauración del orden constitucional.

Que no quepa ninguna duda, los gobiernos ilegítimos y los despóticos no prevalecerán. En México, un pueblo de pie, sus trabajadores, sus jóvenes, sus mujeres habrán de consumar pronto una de las grandes revoluciones de nuestra historia: la revolución democrática. (Aplausos.)

El Presidente del Congreso: - Tiene la palabra el diputado Abel Vicencio Tovar.

El diputado Abel Carlos Vicencio Tovar: - Señor Presidente; señoras y señores legisladores: En ocasión de este informe, se marca una diferencia entre un proceso que se supone terminó ayer y un proceso que se inicia el día de hoy.

¿Por qué nuevamente reforma electoral? ¿Porqué cuando nos angustia el hambre del pueblo, la mala distribución de la riqueza, la descapitalización, el desastre de la educación en todos los niveles, hasta en la Universidad, la falta de vivienda, el deterioro de los servicios? ¿Por qué cuando hablamos de esto, de manera natural vamos llegando al tema tantas veces debatido como es el de una reforma política anhelada por el pueblo?

Por que el pueblo, señores, aun sin haber estudiado política, porque el pueblo aun sin ser dirigente u orador de partidos políticos de ayer o de ahora, sabe perfectamente que el meollo de la solución de todos sus problemas, está en una auténtica representación de éste en los órganos de gobierno.

Que se olvide quien olvidando esto pretenda resolver el problema del trabajo; que se olvide, y la historia lo demuestra, quien olvidando el problema político pretenda resolver el angustioso problema del campo, que es ya problema de hambre presente y de hambruna futura; que se olvide quien pretenda resolver el problema educativo y

todos los problemas sociales, si no toca básicamente el problema político, el pueblo con representación plena y auténtica en el gobierno.

Se habló de reforma electoral: ¡Cuántas expectativas señores! ¡Pobre pueblo! ¡Cuántas esperanzas abiertas, cuántos, diría, corazones latieron de inteligencias se aguzaron para recibir lo que después de una promesa en la cúspide, parecía ser el parteaguas de esta nación! Fueron demasiadas las expectativas que se generaron y no era para tanto, después de todo.

¿Y de qué se trataba? De cumplir una palabra, de establecer la estructura de toda una organización política novedosa sobre la base de la confianza en un hombre, una confianza que sólo se justificó parcialmente.

Por nuestra parte, el Partido Acción Nacional, con clara visión de la realidad política que vivimos, con esa claridad que nos ha permitido recorrer 50 años de ascenso constante en la votación y en la presencia pública, con clara conciencia de lo que somos en este momento en la historia de México, recorrimos un camino que fue ciertamente un camino de riesgos, pero también un camino de esperanza. Somos conscientes, hemos seguido racional y conscientemente una política gradualista, pero firme, sin retrocesos, con clara idea de lo que nos esperaba en cada nuevo recodo del camino y la historia muestra que nunca estuvimos equivocados, como no lo estamos en este momento.

Para los desesperados podríamos decir: la democracia, señores, no se hace en un simple período de sesiones; la democracia se va construyendo poco a poco, día a día y así se llenen papeles y se multipliquen las palabras oratorias para declamar sobre la democracia, si ésta no es una decisión prendida en el corazón, en lo más íntimo de cada mexicano, la democracia solamente será declamación vacía y sin contenido.

Es necesario que ante la representación nacional reafirmemos nuestra posición política. Nosotros, primero, reafirmamos ante la historia nuestra posición, y estoy hablando claro de ella, por encima de la maldicencia, por encima de irresponsabilidades, por encima de desaciertos cometidos por una prisa que no se finca en la experiencia. Nosotros reafirmamos nuestra decisión de seguir viendo hacia adelante, con claridad y con firmeza; nosotros reafirmamos nuestra convicción profunda de que el poder señores o sea la capacidad de obligar a otros a realizar la propia voluntad, no se cede, hay que conquistarlo. El poder no se cede por una reforma, ni el partido ni las fuerzas del poder, como algunos quisieran, van a colocarlo a los pies del adversario con unas cuantas páginas reformadas de la Constitución. El pretender eso, señores, es infantilismo puro y simple.

¿Por qué a pesar de tener esa convicción, de que no van a ceder el poder, por qué a pesar de eso caminamos ese camino de riesgo y ese camino de esperanza? Porque estamos plenamente convencidos que al hacerlo, en cumplimiento de nuestro deber, vamos fortaleciendo la capacidad de organización del pueblo y su posibilidad de presentarse más firmemente frente al adversario de la oligarquía. Por esa razón seguimos hacia adelante.

Pero reafirmamos también nuestra convicción, una visión de nuestra realidad política. La política de todo o nada ha deambulado en la historia de fracaso en fracaso; la política del todo o nada es más bien una posición de adversario simbólico que muchas veces se encuentra en la impotencia para realizar sus posiciones, una cobija a la irresponsabilidad o al temor de enfrentar lo que es la verdadera realidad.

Porque la realidad, señores, no es aquélla que nuestros textos declaman; la realidad es la que vivimos y no tenemos más lugar que confrontar nuestra lucha de este México de hoy, de estos mexicanos de hoy, con este gobierno de hoy, y no otros. Solamente teniendo clara conciencia del campo de nuestra propia lucha, podremos tener la responsabilidad y la suficiente autoridad moral e histórica para decir: el todo o nada es el fracaso permanente en este país.

No estamos viviendo aquí, en un país de utopía, señores; estamos viviendo en México y es preferible, como lo hemos dicho mil veces, enfrentarnos al hampón electoral en las casillas o debatir con los funcionarios elegantes en las oficinas públicas, sabiendo cuáles son nuestras posibilidades y qué cosa es lo que estamos arrancando de libertad para el pueblo, que declamar una posición absoluta y cerrada que solamente conduce a la nada, a la nada histórica.

Por eso tengo que afirmar nuevamente que tenemos confianza en el diálogo, porque el diálogo es fructífero, porque el diálogo es cambio de inteligencias, porque el diálogo es lucha entre hombres con cultura, entre hombres civilizados, entre hombres que pueden representar al pueblo.

Pero sabemos también y perfectamente, que los argumentos de más peso del diálogo que se esgriman no tienen más realidad que el peso de la posición política de un grupo o de una persona. Sabemos perfectamente que aun convenciendo con la inteligencia, el diálogo no puede avanzar en el cambio de las estructuras políticas, si no cuenta

atrás con una organización partidista eficaz y con una capacidad de movilización popular eficiente. Por eso acudimos al diálogo, y por eso el Partido Acción Nacional avanzó con el diálogo.

Porque conocemos esta realidad, porque conocemos este México, este gobierno y este clima, a pesar de todo, debemos mantener en el futuro próximo una sana desconfianza. ¿Por qué? Porque los mismos funcionarios que ahora nos atienden, porque la misma estructura de gobierno y las mismas personas que lo ocupan son de la misma estirpe política de siempre. (Aplausos.)

No podemos olvidar, señores, que ésta, llamémosle estirpe gobernante de nuestro tiempo, es la misma estirpe que arrebató el triunfo del pueblo en el caso de Almazán; no podemos olvidar que este gobierno es de la misma estirpe que masacró ciudadanos en León hace muchos años; no podemos olvidar que este gobierno es de la misma estirpe que arrebató al pueblo el triunfo en Baja California, que arrinconó, que persiguió a sus líderes, y yo personalmente tenía que irlos a visitar del otro lado de la frontera, porque aquí eran perseguidos, masacrados, matados de hambre, privados de todos sus derechos, y es la misma estirpe.

No puedo olvidar que este gobierno es de la misma estirpe del que arrebató su triunfo al pueblo de Yucatán, llenándolo de indignación; no puedo olvidar que este gobierno es de la misma estirpe del que arrebató su triunfo al pueblo de Sonora y al pueblo de Nuevo León; no puedo olvidar, señores, que este gobierno es de la misma estirpe del que presidió el drama de Tlatelolco. Eso no se puede olvidar. (Aplausos.)

Y en nuestro tiempo es el mismo gobierno que arrebató a cientos de miles de michoacanos su triunfo en ese estado, (aplausos.) Y es la misma estirpe la que en estos momentos provocando una increíble o indefinible posición de ruptura entre lo que se dice y lo que se hace, en Sinaloa, se roban las elecciones en Culiacán y se quieren robar las elecciones en Mazatlán.

Vean ustedes los argumentos de las autoridades electorales: estas urnas sí valen, las trajeron los presidentes del Partido Revolucionario Institucional y no nada más los empleados de la Secretaría de Agricultura. ¿Qué andaban haciendo? Recogiendo urnas, éstas sí valen, esta votación del 109 ó 120, ó 130% del padrón, sí vale. Ganó el Partido Revolucionario Institucional. Ganó en la zona rural dicen: Ahí nosotros ganamos, tenemos muchos partidarios, pues han de ser muchos, puesto que son más del 100% de los votantes.

¡Oh magia de la ciudadanía!

A pesar de todo, tenemos que reconocer que hay signos de cambio. El día de hoy Ernesto Ruffo toma posesión como gobernador de la Baja California, caso inédito. El pluralismo es bueno siempre.

Caso inédito en la historia de la oposición en México, yo pienso, el pueblo puede pensar que éste es un caso en que la inteligencia del diálogo y de la concertación política supera a la obsecada posición de fracción cerrada, estéril, ciega, impotente para conocer más allá de las narices del que tiene el poder.

Yo pienso que es de reconocerse, y lo reconocemos sin ambages, yo pienso que se abre una oportunidad magnífica en la que gobierno federal y gobierno local probarán o dejarán de probar para la posteridad en esta nación, la posibilidad tantas veces declamada de que es posible que la oposición conviva con el grupo dominante en el poder y para el servicio del pueblo.

No hay duda, señores, en el centro de la crisis económica, social y de todo orden está la crisis electoral, como en el centro de una tormenta. Hay tantas incógnitas aún alrededor de este gran tema, que sería muy conveniente que autoridades federales como el señor Secretario de Gobernación, pudiera participar en un diálogo con la representación nacional, para que ésta tuviera con claridad los conceptos de lo que ha sido esta reforma, que hasta ahora sólo se ha conocido por las notas de los periódicos.

Alas y plomo, dijo alguna vez nuestro fundador. Alas porque el hombre pegado a la tierra tiene que tener capacidad de elevación como el ave, para los ideales, para los más altos objetivos, para el bien del pueblo, para saciar su hambre, para darle justicia, arriba, cada vez más arriba el ideal y la esperanza. Pero plomo, plomo que nos permita seguir pegados a la tierra, esta tierra en la que vivimos, donde hemos sido despojados de triunfos, donde cuantas veces se burlan de la autoridad, pero más que eso cuantas veces los agentes de la autoridad se burlan y masacran al pueblo.

Este es el México que vivimos, y que no digan que es necesario separar conceptos. El que vuela muy alto no puede dejar caer el plomo que lo fije a la tierra, y ¡hay de aquél que fijo a la tierra no pueda batir sus alas para expresarse y para lanzarse muy alto en el ideal y en el objetivo.

La democracia, señores legisladores, es algo que se construye todos los días, como la patria, como la casa de nuestros padres que todos lo días estamos edificando. (Aplausos.)

El Presidente del Congreso: - Tiene la palabra el ciudadano diputado Javier López Moreno.

El diputado Javier López Moreno: - Ciudadano Presidente del honorable Congreso de la Unión; señores senadores y señores diputados:

Escuchamos con atención y con respeto los planteamientos que los grupos parlamentarios acaban de formular. Con atención, porque el Partido Revolucionario Institucional siempre atiende los puntos de vista de sus opositores, más allá de que, como en este caso, muchos de ellos carezcan de fundamento. Con respeto, porque el Congreso de la Unión merece invariablemente que sus integrantes lo enaltezcan para que el pueblo sepa que su representación está comprometida con las cuestiones que a él le importan y no con forcejeos que se agotan en la anécdota.

El Congreso de la Unión es el centro de la lucha parlamentaria. Por los partidos y a veces a pesar de ellos, tiene que seguir siendo una de las expresiones más profundas y más determinantes de la lucha por el poder político de la nación.

Nunca el poder político ha sido cualquier cosa en México y menos ahora que juntos hemos de construir el puente de la transición política que nos conduzca a una sociedad más afirmada en sus libertades, un Estado más apto para cumplir sus metas históricas y una comunidad que gane más soberanía en una hora de turbulencias.

Entre los que hacemos la ley, la tolerancia y el respeto deben ser norma inviolable de nuestra convivencia democrática y ha de ser así, para que no haya dudas de que en nuestra actividad parlamentaria, el poder político lo asumimos como combinación pragmática de ética y derecho.

Los miembros del Partido Revolucionario Institucional sabemos de dónde venimos y hacia donde nos encaminamos. Tenemos memoria y proyecto; pero afirmarnos no necesitamos negar a los demás. Cananea por ejemplo no es territorio vedado a la política; unos excitan y otros ofrecen soluciones: Esa es la única diferencia.

Nuestra organización política ha sido capaz de mantener el rumbo sin quebranto del Estado de derecho; la paz de México es patrimonio de todos, pero ésta no es nuestra única realización, aunque deba seguir siendo la fuente de todas las demás.

Vivimos, como nunca, días de competencia cerrada, de competencia abierta; es bienvenida la lucha para un pueblo que nunca ha aceptado la unanimidad; pero un partido que ha sido resuelto promotor de la democratización.

Es cierto, una oleada de inconformidad social alcanzó no pocas urnas en la lucha política del año pasado. Admitirlo así, sin apelar a interpretaciones indulgentes, es actuar con realismo.

El Partido Revolucionario Institucional actúa con realismo; éste es el aliado más eficaz y más consistente en la política. Nuestras fallas nacen de nuestra responsabilidad, pero no tenemos por qué responsabilizarnos de los errores que obviamente están abonados a las cuentas de los demás partidos políticos.

Lo decimos con entera convicción: no hay otro partido en México, en el tiempo de hoy, que como el Partido Revolucionario Institucional busque tanto y con tanto acierto la democratización de su vida interna. Están a la luz pública los frutos maduros de nuestro empeño por innovar y avanzar en la selección de candidatos a puestos de elección popular y de dirección en el partido; eso y más haremos para seguir demostrando que mientras otros se rezagan o diluyen, nosotros seguiremos a la vanguardia.

Se equivocan quienes creen que porque sí y porque no que lanzándose contra la institución presidencial recabarán la simpatía de los miembros de mi partido. A los priístas nos mantiene unidos convicción y disciplina; tenemos causa y organización que nos dan fortaleza para invocar y merecer el apoyo de la mayoría. Nuestra defensa no nace de adhesiones de carácter personal; se arraiga en la certidumbre de que la Presidencia de la República es el centro más eficaz de concertación y de cohesión de las fuerzas políticas fundamentales. Dentro y fuera del Congreso, los priístas le vamos a seguir abriendo paso a la consolidación del liderazgo democrático del presidente Salinas de Gortari.

La reforma electoral, se ha dicho aquí, carece de utilidad o, peor todavía, es una contrarreforma. La realidad va a encargarse de rechazar estas calificaciones. El acuerdo electoral sirve a todos, y con él vamos a lograr en mayor medida, la transparencia que nace y termina con el hecho de que la verdad secreta de cada quien sea la verdad pública de todos. La reforma nos rebasa a quienes la hicimos y servirá a quienes aún no la conocen o luchan por desconocerla. Lo que nos falta es más cultura política para entender que se puede pactar sin tasar el arreglo, se puede disentir sin ponerle precio a la cabeza del adversario. Entramos al territorio, como aquí se dijo, de lo inédito. Más pronto que tarde vamos a dejar prejuicios y recriminaciones.

Yo me pregunto: ¿Es la nación el muro blanco en el que cada quien puede pintar consignas o colgar sus pancartas? La maledicencia, lo corroboramos, no conduce al poder. Alerta y viva la nación está inmersa en una transformación profunda que demanda visión de conjunto, inteligencia, decisión,

solidaridad. En el Partido Revolucionario Institucional la tenemos y vamos a seguir confrontándonos de cara al país, con voluntad de concertación pero sin desconocer que ésta tiene límites que son infranqueables; uno de ellos es el orden constitucional, el otro los principios y valores que defendemos.

Concertar no es allanarse a todo; es flujo de concesiones recíprocas, búsqueda racional de viabilidades, para que con apoyo en convergencias iniciales sea posible superar otras discrepancias en favor del interés nacional. El consenso es una vía procedimental, seguramente la mejor en todas las circunstancias, pero no puede ser el objetivo último de la política; ésta busca eficacia para alcanzar las metas que se ha trazado.

No nos abandonamos a la inercia ni mucho menos creemos que todo ha sido bien edificado. Pensar eso sería una insensatez. La realidad actual no está hecha de supuestas estirpes o de pretendidos autocratismos, es de reclamo serio y de desafío. Tenemos que vigorizar a las instituciones y crear otras, para que la sociedad no se pulverice por el vértigo del cambio. Asumimos nuestra responsabilidad, con hechos diarios diversos, cumplimos la aspiración de toda formación política: que hable y se le crea, que calle y se le escuche, que siempre se le entienda.

El grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, por afinidad ideológica y por coincidencia absoluta con las acciones del Ejecutivo, seguirá actuando con éste en la misma dirección. Pugnamos por un Estado moderno, con energía política que le permita seguir perfilando el rumbo nacional, sin perder el paso y sin aflojar la rectoría del cambio. Por el Estado que diga adiós a lo que definitivamente se ha ido y ya no nos sirve; por el Estado que sin exclusiones edifique lo que otros mañana puedan reclamar algo que les falte en el legado de su mexicanidad. A secas, para decirlo en pocas palabras, por un Estado que haga justicia ya a los muchos que la esperan y que a pesar de sus afanes todavía no la ven llegar.

Señores legisladores: El desfallecimiento moral no es lo que caracteriza a estos meses, el horizonte es el del trabajo organizado, la voluntad de concertar y concretar las decisiones, el análisis riguroso de lo hecho para avanzar hacia nuevos objetivos.

Convocamos, con serenidad, al quehacer responsable de los partidos políticos, que con el peso de sus votos y la fuerza de sus ideas, aquí están representados.

El viento modernizador que sopla por toda la República, no es el de la estridencia; transporta, eso sí, la voz inmensa del cambio. De los partidos depende, en gran medida, que por él se ventile nuestra casa o que con ésta vaya, como en un torbellino de violencia, las conquistas sociales que mucho nos han costado. En los partidos está la oportunidad de orientar el cambio y someterlo a la ley que es la única forma de liberarlo para que a todos nos beneficie.

La definición de mi partido, desde sus orígenes, se conoce en los hechos, se llama, se llamará democracia nacional. Muchas gracias. (Aplausos.)

RECESO

El Presidente del Congreso: - Esta Presidencia solicita a las comisiones de cortesía, cumplir con su cometido.

Se declara un receso en espera del Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari.

(Receso.)

INFORME PRESIDENCIAL

El Presidente del Congreso: - Se reanuda la sesión. Se ruega a todos los presentes ocupar sus lugares.

Tiene la palabra el ciudadano Carlos Salinas de Gortari, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. (Aplausos.)

El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos: - Honorable Congreso de la Unión; Mexicanos: La apertura del Período Ordinario de Sesiones del honorable Congreso de la Unión se celebra el primero de noviembre por primera vez, en razón de la reforma constitucional introducida en 1986. Asisto, en esta fecha, en cumplimiento de la obligación consagrada en el artículo 69 de nuestra Carta Magna, para informar del estado que guarda la administración pública federal. Asimismo, entrego un informe por escrito, con su correspondiente anexo, que detalla y amplía la exposición que ante ustedes realizo.

Hace once meses asumí el mandato de conducir a México en el cambio, fiel a la Constitución y a sus leyes, a sus objetivos y a sus tradiciones. Han sido meses de intenso trabajo para cumplir en los hechos lo que prometí durante la campaña política, pues así me lo exigió el pueblo. A todo lo largo de la República la demanda de cambio es persistente, definida, urgente. La voz del cambio exige justicia, seguridad, empleo, servicios,

educación, salud, vivienda, abasto de alimentos y un medio ambiente limpio. También expresa el reclamo por una más amplia y efectiva participación en la vida pública; por procesos electorales en los que imperen imparcialidad, certeza, respeto y reconocimiento mutuos. Es el reclamo por una nueva relación democrática entre los ciudadanos y la autoridad, fundada en el diálogo de buena fe, la concertación responsable y el apego a la ley.

A ese cambio me comprometí, porque es el que garantiza la continuidad de México en la historia. La búsqueda del cambio en favor de la libertad y la justicia ha sido esencial para el movimiento de nuestra sociedad. El México de hoy es labor de generaciones que nunca perdieron la fe en sí mismas y que supieron, en cada momento, actuar para hacer realidad la nación soñada por los hombres de la Independencia, de la Reforma y de la Revolución. En México, la demanda del cambio no es, por eso, ocasional o reciente. Las dificultades del pasado cercano fueron oportunidad para una más intensa expresión de lo que han sido siempre los afanes nacionales de transformación.

Reconocer lo que hemos sido capaces de hacer es el principio de la confianza. Reconocer las necesidades de la sociedad, los rezagos y los nuevos desafíos que ha traído el cambio mismo es el principio del realismo. Sin confianza en nosotros mismos no hay posibilidad de salir de los problemas. Sin realismo, la esperanza se convierte en desilusion y resentimiento. No hay cambio que dure sin la memoria presente de lo esencial de ayer y de siempre. Pero no hay cambio, tampoco, en la mera evocación contemplativa del pasado. El mañana al que aspiramos ha de ser la realización del sueño de nuestros padres y del anhelo de nuestros hijos. Con realismo y confianza vamos a actuar con los medios de hoy, para dar sentido a los afanes previos y para que, quienes nos sigan, den sentido, a su vez, a nuestras luchas. Esta es la fidelidad que cuenta y que vale: sin la arrogancia de pretender inventar al país, sin la parálisis de repetirse permanentemente, sin la pretensión de que todo ha de cambiar y terminarse en una administración.

En los últimos años ha venido ocurriendo una gran transformación mundial. La configuración política, militar y económica de la posguerra ha sido desplazada a una velocidad extraordinaria por un escenario menos predecible, multipolar, altamente competitivo, tecnológicamente revolucionario y con una gran capacidad de afectar la vida de todos los países. El cambio no sabe de fronteras, no respeta ideologías ni considera niveles de desarrollo.

No todas las naciones que conocemos hoy sobrevivirán como estados soberanos. Nadie tiene asegurado su futuro porque el mundo no esperará. Nadie tiene asegurado tampoco la posibilidad de permanecer, a menos que trabaje con patriotismo para ello.

Hay pueblos que en el cambio se disgregan, vencidos por el peso de los conflictos y de las discordias. Hay pueblos que, por no cambiar, se polarizan y sucumben a las presiones del cambio. Para ser más fuertes, debemos transformarnos. Lo haremos teniendo claro lo que es importante para México.

Lo fundamental es la soberanía de la nación: la facultad de la organización política de los mexicanos de conducir, por nosotros mismos, el camino de nuestra vida pública entre las demás naciones del mundo, lo fue en los orígenes y es también, ahora, esencial en nuestra lucha. Sin soberanía carece de sentido proponerse otras metas, porque ya no serían nuestras.

He propuesto como estrategia del cambio la modernización de México. No existe un concepto único de modernización de aplicación universal. Tampoco existen procesos ni desarrollos históricos inevitables. Los cambios se dan conforme a las condiciones internas de cada nación, de acuerdo con sus necesidades y retos propios, y en respuesta a las transformaciones externas. Por eso, sólo el trabajo y la voluntad firme de gobernar el destino propio permiten a cada pueblo mantenerse fuerte y soberano.

La modernización no es un concepto abstracto útil sólo para el debate académico. Se refiere al imperativo de modificar la forma de organización de nuestro país para producir riqueza y bienestar, y para distribuirla equitativamente. Quiero decir el compromiso de respetar la iniciativa comunitaria y la superación personal; habla de la ineludible necesidad de aumentar el peso del ciudadano y el de las organizaciones sociales en la formación y en la conducción del Estado. Se orienta a cumplir, por nuevos medios, el irrenunciable propósito de acrecentar la fortaleza del país mediante la unidad, la democracia y la justicia social, como único camino para afirmar la soberanía de México y para ser una nación de mayor presencia en el mundo moderno.

Ante la transformación de la comunidad de naciones, México ha escogido el camino de la modernización nacionalista y popular. Esa es la mejor defensa de la soberanía y el medio más rápido para elevar el bienestar del pueblo mexicano. El México de hoy tiene con qué hacerlo. Una revolución social nos dio origen; nos dio

también principios y una sólida configuración institucional que nos ha permitido enfrentar con éxito los más difíciles momentos. Ese es nuestro principal recurso político.

Nada más ajeno a los ideales de la Revolución Mexicana que el inmovilismo ante lo mucho que debemos hacer. La modernización es el medio para que, en los hechos, se cumpla su mandato: cambiamos porque queremos hacer realidad la Revolución. No hay nada más revolucionario que hacer más fuerte y respetado a México en el mundo; hacer más democrática la convivencia política; sostener un crecimiento con estabilidad de precios; dar una base permanente a la oportunidad de empleo y a la posibilidad de una mejor calidad de vida para todos los mexicanos. Soberanía y justicia; democracia y libertad: ésta es la revolución sin mitos, la que el pueblo reconoce como suya. Por eso la apoya; por eso la hará avanzar.

Las prioridades de la modernización son las que define nuestra historia: el interés general por encima de los intereses particulares; dar más a quienes menos tienen; fundar la unidad en el acuerdo razonado, en el ejercicio de la ley y de la libertad. Esta es la estrategia del cambio para perdurar y para ser más fuertes. Es la estrategia de la modernización. Por eso, afirmo que la modernización es dar dirección y profundidad al cambio. Dirección, para realizar los objetivos nacionales de soberanía, justicia, democracia y libertad. Profundidad, para alcanzar las estructuras básicas de la sociedad y para penetrar los hábitos y los comportamientos cotidianos. Todo ello hacia una nueva cultura política.

La modernización entraña una actitud nueva: la de enfrentar con optimismo, con oportunidad y con tesón las condiciones cambiantes del presente. Es una disposición para crear, innovar, imaginar, modificar lo que detiene o desvía nuestro avance. La modernización nos exige ser más eficaces para colmar nuestros propósitos invariables; llama a liberar las energías de todos los integrantes del cuerpo social.

Para modernizar a México propuse a la nación tres acuerdos nacionales: para la ampliación de nuestra vida democrática; para la recuperación económica con estabilidad de precios, y para el mejoramiento productivo del nivel de vida de la población. Estos acuerdos estructuran el Plan Nacional de Desarrollo 1989 - 1994 que está ya en marcha. Son la manera de organizar la acción del Estado y de la sociedad para modernizar a México.

Cumplir eficazmente estos tres acuerdos nacionales implica una reforma del Estado, así como de sus relaciones con la sociedad y con el ciudadano. El Estado de la Revolución Mexicana nació para fortalecer la soberanía de la nación y para asegurar que la patria incorporara, realmente, a todos a su quehacer. Se erigió para dar seguridad al ejercicio de las libertades individuales y para promover una equidad social fundamental que diera a todos, comenzando con los que menos tienen, el sustento material para que sus libertades no fueran un mero formalismo, sino oportunidades efectivas de una vida mejor.

La revolución se propuso crear un Estado fuerte, pero también una sociedad emancipada, dueña de su destino. Quiso un movimiento obrero vigoroso y tutelado en sus derechos, no suplido en sus responsabilidades hacia la productividad general del país; hizo una reforma agraria para liberar al campesino de la explotación latifundista, pero también para liberarlo de las trabas del burocratismo y de la ignominia de vivir en una minoría de edad social; promovió la industrialización nacional como palanca de progreso y de trabajo organizado, no para crear mercados cautivos en beneficio de unos cuantos; imaginó una escuela que contribuyera al desenvolvimiento cabal del ser humano, que fuera nacionalista para promover el talento mexicano, no como oposición, sino como contenido de lo universal en la cultura; definió la propiedad originaria de la nación, que se confirmó en las áreas estratégicas, pero nunca se planteó el monopolio, exclusivo y excluyente, del Estado.

Nuestra nación ha vivido al amparo de numerosas reformas emprendidas en nombre de la revolución. Esas reformas permitieron a nuestra patria alcanzar una época de crecimiento y desarrollo sorprendentes. Pero las últimas décadas del siglo XX nos sorprenden, a su vez, con una situación internacional de mayor competencia y cambio tecnológico, y con una sociedad mexicana más compleja, informada y participativa. Frente a estas nuevas circunstancias internas y externas, la mayoría de las reformas de nuestra revolución han agotado sus efectos y no son ya la garantía del nuevo desarrollo que exige el país. Debemos, por ello, introducir cambios en el Estado, promover nuevas formas de organizar la producción y crear nuevos esquemas de participación y de relación política.

Nuestras generaciones fueron educadas en un ambiente en que se asociaba más Estado con más justicia. Durante muchos años, cuando fue necesario promover las grandes organizaciones sociales e impulsar la industrialización del país, el Estado generó dependencias y organismos públicos para canalizar recursos y estímulos, construir infraestructura y servicios. Desplegó una política proteccionista y de subsidios para defender los pequeños y grandes esfuerzos iniciales.

Adquirió empresas en dificultades financieras para salvar la fuente de trabajo y apoyar las cadenas productivas.

Podemos decir hoy, a la vista de los resultados, que éstas no fueron siempre decisiones apropiadas. Lo cierto es que se inscribían en una concepción general del quehacer público propia de la época. Nadie puede negar que, en conjunto, fue una política que logró éxitos muy considerables en comparación con muchos países del mundo. Pero las circunstancias cambiaron; México se transformó, el mundo se hizo diferente. Lo que antaño fue garantía de crecimiento y de expansión para el bienestar, se tornó en su obstáculo directo.

La crisis nos mostró que un Estado más grande no es necesariamente un Estado más capaz; un Estado más propietario no es hoy un Estado más justo. La realidad es que, en México, más Estado significó menos capacidad para responder a los reclamos sociales de nuestros compatriotas y, a la postre, más debilidad del propio Estado. Mientras aumentaba la actividad productiva del sector público, decrecía la atención a los problemas de agua potable, de salud, de inversión en el campo y de alimentación, de vivienda, de medio ambiente y de justicia. El tamaño del Estado se extendía mientras el bienestar del pueblo se venía abajo.

Este alejamiento del reclamo social se dio no sólo porque las crecientes empresas paraestatales acapararon los recursos financieros, sino porque distrajeron la atención política del gobierno. En los hechos, el Estado se ocupó más en administrar sus propiedades que en atender las necesidades sociales apremiantes.

Por eso, estamos llevando a cabo la reforma del Estado, para volver al Estado que se planteó originalmente la Revolución Mexicana; capaz al mismo tiempo de garantizar la soberanía de nuestra nación y de dar justicia a nuestros compatriotas. Esta década de crisis lastimó el nivel de vida de la población de manera sin precedente y destruyó los mitos celosamente guardados por una minoría beneficiaria del gigantismo estatal, sin importarle la suerte de millones de compatriotas, la asfixia de la iniciativa social y el burocratismo del quehacer político.

La tesis que asocia estatismo con progreso surgió en el mundo ante el fracaso del ultraindividualismo de los años veinte, por la autorregulación fallida del mercado y la gran depresión que le siguió. Fue una tesis de indudable validez en los años treinta y cuarenta. Fue en su tiempo una justa bandera. Pero hoy sólo defiende los privilegios de viejas capas aferradas al statu quo.

Los aciertos notables de la intervención estatal en el pasado, y que contribuyeron a gestar casi cuatro décadas de crecimiento sostenido, fueron opacándose por una tendencia a responsabilizar al Estado, de manera casi exclusiva, de la gestión de toda la economía: esto impidió su eficaz regulación de la economía mixta. Como ya se ha señalado, en una sociedad tan compleja como la nuestra hay obligaciones constitucionales y económicas que el Estado debe atender ante insuficiencias del mercado y por las desigualdades sociales. Pero las causas populares sólo se defienden y se promueven con un Estado moderno que garantice la soberanía y que haga realidad la justicia en un marco de libertad, promoviendo la participación organizada del pueblo y manteniendo su alianza fundamental con los que menos tienen.

Yo visito cada semana las colonias populares, las comunidades indígenas, los poblados rurales, las zonas más deprimidas del país. El reclamo que recojo es persistente: necesitan servicios, seguridad, la atención considerada de sus servidores públicos. Frente a estas demandas: ¿Cuáles son las responsabilidades fundamentales de un Estado que sea, hoy, fiel a su origen y a su compromiso revolucionario? Yo me pregunto: si la defensa de la soberanía es proteger a los mexicanos frente a las pretensiones hegemónicas de otras naciones, ¿a quién protegemos dentro de nuestras fronteras? Por ello, soberanía y justicia, en el mundo moderno, se necesitan y complementan. Un Estado que no tiene la capacidad para atender las demandas sociales fundamentales de su población, Tampoco tiene la fortaleza para participar en la defensa cabal de la soberanía de la nación. Por eso, el nacionalismo expresado en la Constitución no está asociado a un Estado crecientemente propietario, si no a un Estado crecientemente justo.

Tenemos el imperativo político y moral de volver al sentido original de la Revolución. Debemos recobrar, para una sociedad moderna, un Estado reformado bajo el espíritu de la soberanía popular de 1917. La gran visión del Constituyente de Querétaro, en el artículo 27, estableció ante los abusos en la propiedad de la tierra y en la sobreexplotación de los recursos del subsuelo, durante el porfiriato, que la propietaria original era la nación, quien, a su vez podía transferir esta propiedad a los particulares con las modalidades que dicte el interés público. En la iniciativa sobre el artículo 27 del proyecto de Constitución, que, junto con el artículo 123, convirtió en social un debate que sólo era político, se establecieron

dos premisas básicas que señalan el espíritu del texto final en la constitución; primero, convertía al Estado en un instrumento de reforma económico, y segundo, determinaba que la nación retendría bajo su dominio lo que fuera como lo señalaron los constituyentes, necesario para el desarrollo social. Se creó así la economía mixta, respetando la propiedad privada, estableciendo la rectoría del Estado y asegurando a los pueblos el derecho a conservar propiedades en comunidad.

Por eso, es irreversible la propiedad sobre los recursos naturales que especifica la Constitución y el control de las empresas estratégicas que directamente los explotan. Por eso, es irreversible la propiedad y el control sobre Petróleos Mexicanos, la petroquímica básica, la Comisión Federal de Electricidad, minerales radioactivos y generación de energía nuclear, ferrocarriles, correos, comunicación vía satélite e instituciones sociales fundamentales como Compañía Nacional de Subsistencias Populares.

Pero un Estado que no atienda al pueblo por estar tan ocupado administrando empresas, no es justo ni es revolucionario; pierde el sentido fundador que le dio el artículo 27 de la Constitución. Un Estado extenso, abrumado, termina siendo un estado débil, no sólo ante sus obreros, campesinos, empresarios y clases populares y medias, sino también ante el mundo.

La desincorporación de empresas públicas no estratégicas responde hoy a un principio de fidelidad con el carácter social y nacionalista del Estado. Desincorporar empresas no es renunciar a regular y conducir el desarrollo nacional, porque no es condición única de la rectoría del Estado la propiedad de las empresas, sino fundamentalmente el ejercicio de la autoridad en beneficio del pueblo.

La privatización no deposita en manos ajenas al Estado la conducción del desarrollo; por el contrario, el Estado dispone ahora de recursos, de atención y de oportunidad para utilizar los formidables instrumentos de la política de gasto, ingresos, aranceles, precios públicos, subsidios y fortaleza de las empresas estratégicas para determinar el rumbo del desarrollo y hacer realidad el proyecto de la nación demanda.

No se trata de dirimir si el sector privado es mejor administrador que el sector público, o mejores negocios. Existen honorables y muy competentes administradores públicos. Pero el punto central en la reforma del Estado es resolver, a favor del pueblo, el dilema entre propiedad que atender o justicia que dispensar, entre un Estado más propietario o un Estado más justo. La economía, más abierta a la iniciativa y a la inversión no estatal se conducirá, sin duda, para servir los objetivos nacionales de la soberanía y de la justicia.

En el mundo tan competitivo de hoy se requiere de grandes consorcios que puedan enfrentar a las grandes transnacionales. Cuando nuestra economía estaba cerrada, existía el riesgo de que estos consorcios actuaran como monopolios; ahora, con la apertura de la economía y con la mayor fortaleza del Estado, evitaremos prácticas indebidas que hubieran podido afectar el interés público y perjudicar al mexicano y a su familia. Así, logramos que el cambio no nos sea impuesto por condiciones externas o por intereses particulares internos, sino que derive de la voluntad de los mexicanos.

La mixtura de la economía no se obtiene sólo del balance entre propiedad pública y propiedad privada. Dentro de la propia sociedad civil puede ampliarse la economía mixta del país, sin necesidad de más propiedad estatal. La participación de los trabajadores en las empresas que se privatizan es ejemplo de ello. Al vender empresas públicas no sólo se respetan las organizaciones sindicales y se ratifican los derechos laborales, sino que, además, los trabajadores participan en la propiedad de las empresas y se benefician de su expansión. Es así como la privatización de las empresas públicas trae consigo la democratización del capital.

Al pasar de la creciente propiedad a la mayor responsabilidad social compartida, el Estado reformado vincula democracia y justicia. El Estado canaliza recursos y atención para convertir en hechos las propuestas y los programas; al hacerlo, alienta la participación y la organización popular. El pueblo exige participar en los programas que resuelvan sus necesidades más sentidas. Por eso, al responder a estos reclamos sociales, el Estado no lo hace hoy sustituyendo el compromiso comunitario o la iniciativa individual. Premisa ineludible de los programas de solidaridad es la participación organizada de la comunidad, estímulo formidable a la democratización en las colonias populares, en el campo y en las zonas indígenas. El Estado es hoy más representativo de la población, y está atento a las cuestiones que ella misma juzga como necesidades prioritarias y urgentes; ofrece un marco efectivo de libertad y de seguridad a los ciudadanos para el despliegue autónomo de sus actividades.

Elemento esencial de su reforma ha sido demostrar, a lo largo del año que el Estado tiene la capacidad de hacer valer, en los hechos, el derecho; que no existen individuos o grupos que

puedan estar por encima de la ley. La impunidad genera corrupción y prepotencia y va en contra de intereses de la sociedad. Hoy el Estado asegura con firmeza la plena vigencia de la ley, de las normas jurídicas que rigen nuestra convivencia. Vela fundamentalmente por el interés de los mexicanos.

De esta forma en México, como en muchos países del mundo, El Estado se aleja de dogmas para poder acercarse al pueblo. Atrás se queda la anquilosada opinión que confundía ser progresista con ser estatista. Hoy ser progresista se mide por la capacidad de defender la soberanía de la nación y por llevar la justicia al pueblo. Ser progresista se mide por las prácticas y los resultados, y no por la retórica. Ser progresista se mide por la capacidad de crear un Estado democráticamente fuerte, que garantice la independencia nacional ante la tremenda transformación mundial en marcha. Ser progresista se mide por el aliento a las libertades individuales y, al mismo tiempo, por la participación popular organizada, para que por esta vía democrática se logre la distribución más justa de la riqueza y el bienestar de la población.

Por todo esto, el Estado que México necesita ha de sustentar su comportamiento en un ejercicio de calidad de la autoridad, fundado en la concertación. Debe renovar su perfil para cumplir sus funciones primarias, abrirse plenamente a la participación de la sociedad, promover con decisión el interés nacional en el mundo y reafirmar su razón democrática para ejercer el poder público.

He venido al honorable Congreso de la Unión a rendir cuenta de lo que hemos hecho para modernizar al país y para reformar al Estado; para mostrar por qué somos una nación más respetada en el mundo, por qué avanzamos a nuevos entendimientos políticos entre nosotros, por qué encontramos ya el inicio de la recuperación y por qué sostenemos que vamos a alcanzar una mayor justicia entre los mexicanos.

1o. Defensa de la soberanía y promoción de los intereses nacionales.

La política exterior de México es instrumento fundamental del Estado para fortalecer la soberanía nacional. Nuestros principios tradicionales, hoy constitucionales, recogen las lecciones de nuestra historia, su observancia es base de un amplio consenso dentro de nuestras fronteras y de un reconocido prestigio fuera de ellas, su valor no riñe con su eficacia. En estos tiempos de acelerado cambio, la conciencia de nuestros principios facilita interpretar los hechos, discernir el interés de México y aprovechar las oportunidades sin caer en el oportunismo. Bajo su guía, nuestra política exterior busca un uso anticipado y flexible de las herramientas de la diplomacia, relaciones bilaterales respetuosas, francas y benéficas, así como una activa promoción de nuestros intereses ante los organismos y los foros multilaterales.

Este año ha sido inusitadamente intenso en contactos políticos con el exterior. He sostenido entrevistas con 29 jefes de Estado o de gobierno, en todos los casos he comprobado que México es más respetado en el mundo. Nuestro país se ha ganado un singular reconocimiento y existe hoy un gran interés por lo que aquí sucede. Se conoce y se valora el esfuerzo serio, sostenido y profundo de toda nuestra sociedad para superar adversidades y para abrirse un horizonte de bienestar, la voz de México es más fuerte, su capacidad de interlocución más amplia, su mensaje al mundo más claro y más efectivo.

Atento a nuestras fronteras, mi gobierno ha buscado nuevas bases para las relaciones de México con las naciones vecinas: Los Estados Unidos de América al norte: Guatemala y Belice al sur y Cuba, donde hacen frontera nuestros mares patrimoniales. Estas relaciones son especialmente importantes para ampliar nuestra seguridad y para proyectar nuestros propósitos.

Las relaciones con los Estados Unidos de América tienen un significado particular para México. Rechazamos la confrontación por insensata y la sumisión por ofensiva a nuestras más íntimas convicciones, sin ignorar el difícil pasado, marchamos con seguridad al futuro.

Nunca será fácil la relación con un vecino tan poderoso, con la frontera común más compleja en el mundo y con una carga histórica de agresiones extremas, sin embargo, las relaciones no tienen por qué ser malas o tensas todo el tiempo.

La cordialidad que hoy existe se explica porque los temas de interés común requieren acciones coincidentes, nuestro mercado es ahora más abierto que el de los Estados Unidos, eso nos permite estar en una ofensiva positiva en las relaciones comerciales; combatimos enérgicamente el narcotráfico por razón de Estado y para proteger la salud de las familias mexicanas, siendo este problema de gran preocupación para nuestro vecino del norte, la coincidencia en su combate nos resulta benéfica. La renegociación de la deuda externa estaba tanto en nuestro interés como en el de ellos, por eso se convirtieron en ayuda. Queremos un medio ambiente más limpio en el interior del país y hasta nuestras fronteras, ahí coinciden nuestras preocupaciones;

promovemos la defensa de los mexicanos que laboran en los Estados Unidos, quienes resultan indispensables para la economía de ese país. Coincidimos en el reconocimiento al cambio político, económico y cultural en el mundo y nosotros mantenemos con firmeza los principios de no intervención y de autodeterminación de los pueblos, especialmente en Latinoamérica.

El ambiente positivo y respetuoso en las relaciones no proviene entonces del cambio de nuestros principios, sino del cambio de circunstancias; al ocurrir esto hemos podido, con voluntad política, ampliar el ámbito de las coincidencias, la reciprocidad en los intercambios y la cordialidad en las actitudes, bajo la norma invariable del respeto a nuestros principios y a nuestra diferencias, con este nuevo espíritu atendí en octubre la invitación que me extendiera el presidente George Bush para efectuar una visita de Estado a su país. Hemos podido traducir este espíritu en acuerdos concretos en beneficio directo para los mexicanos, estamos logrando un acceso más amplio y más seguro de nuestros productos al mercado norteamericano, desde ahora, en materia siderúrgica, textil y en el sistema generalizado de preferencias; pronto, en el abatimiento de las barreras no arancelarias para nuestros sectores prioritarios.

Buscamos precisar con organizaciones sindicales y con gobiernos estatales de ambos lados de la frontera, nuevos mecanismos para defender los derechos humanos y laborales de los trabajadores migratorios; hemos ampliado el intercambio de información en nuestra lucha común contra el narcotráfico, entendiéndose que la responsabilidad de las operaciones de nuestro territorio compete exclusivamente a los mexicanos; establecimos mecanismo eficaces para la preservación del medio ambiente en la frontera y en la ciudad de México; hemos pasado de las consultas para resolver viejas diferencias a las decisiones para abrir nuevas oportunidades: reciprocidad a nuestra apertura comercial, más inversión y más empleos en México son los resultados del nuevo acuerdo.

Visité Guatemala en la zona fronteriza y sostuve cordial y positivo diálogo con el Presidente de ese respetado y amigo país vecino; durante la entrevista con el primer ministro de Canadá pude constatar el nuevo interés de ese país por México y América Latina y el considerable potencial de cooperación que existe entre nuestras naciones; con Cuba buscamos estrechar nuestras relaciones económicas y culturales, en materia financiera, acordamos un trato responsable y sensible a las condiciones de ambos países; hace unos días recibí la visita del primer ministro de Jamaica; nuestro encuentro confirmó el ánimo de las dos naciones por ampliar nuestros intercambios. Es en el interés de México tener una más viva presencia en el área del Caribe tanto por su potencial económico y turístico como por su posición estratégica.

Nuestra relación prioritaria con América Latina también se ha renovado; el Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política, conocido como grupo de Río, se ha institucionalizado, sin rigideces burocráticas, como un marco de diálogo y de iniciativas conjuntas, ello permite a nuestras naciones cada vez más, hablar con una sola voz en los foros internacionales. Durante la reunión presidencial de este grupo sostenida en Ica, Perú, en octubre pasado, definimos proyectos concretos para un mayor intercambio cultural y para una mejor integración física de la región, reconocimos que la estabilidad cambiaria y la apertura comercial son las verdaderas condiciones de la integración económica latinoamericana. Acordamos definir plazos y compromisos para el abatimiento de las barreras al comercio entre nuestros países; con metas ambiciosas pero con pasos firmes y realistas, avanzaremos con esperanza y no con frustración.

Iniciamos con Colombia y Venezuela un esfuerzo de colaboración conjunta, fijando metas comunes; se suscribieron 20 acuerdos entre gobiernos y ocho entre empresarios durante las visitas de Estado a estos países realizadas en julio; adicionalmente, con Venezuela se renovó el Pacto de San José relativo a la cooperación energética con Centroamérica y el Caribe. En estos acuerdos se proponen acciones prácticas, realistas, que den sustento a nuevos y más ambiciosos proyectos; no debemos permitir que las aspiraciones se vean truncadas porque no reparamos en los medios para alcanzarlas.

La situación centroamericana sigue siendo delicada, pero renacen esperanzas fundadas en el deseo de paz de sus pueblos y en la voluntad ahora más decidida de sus gobiernos. Altas tasas demográficas, una larga y agotadora actividad bélica y una profunda crisis económica han impuesto una nueva voluntad de reconciliación y cooperación dentro y entre las naciones del Itsmo; apoyamos con respeto estos esfuerzos que son también en beneficio de México y del hemisferio, así lo confirmé en el diálogo positivo y cordial que sostuve con el Presidente de Costa Rica en la visita que realicé a esa nación.

En relación con Panamá, mi gobierno defendió el principio de no intervención, el derecho a la autodeterminación del pueblo panameño y la vigencia de los Tratados del Canal, pero

distinguimos esta defensa del amparo quienes han impedido el avance de esa nación.

Acudí en visita oficial a Francia en julio pasado, en ocasión del bicentenario de la Revolución Francesa; aproveché la oportunidad para realizar importantes contactos con los jefes de Estado de las naciones más industrializadas, que facilitaron la fase final de la renegociación de la deuda externa de México; en la visita a España se logró la reducción de la deuda mexicana con bancos de dicho país y se fijaron las bases para un tratado general de cooperación y amistad; España es para nosotros una entrañable presencia cultural, pero también una vía preferente de acercamiento con la Europa del futuro; recibimos la visita del primer ministro de Dinamarca, atendiendo al interés de ampliar el intercambio con esta nación y con los países escandinavos. Al momento en que la Comunidad Europea se prepara para eliminar las barreras económicas existentes entre sus miembros y constituir en 1992 el mercado más grande del mundo, nos interesa aumentar nuestra presencia en la Europa unida y atraer más su atención hacia México.

Es preocupación de mi administración extender la presencia de México en la Cuenca del Pacífico, la más dinámica zona de crecimiento económico e innovación tecnológica; estamos, para ello, reorientando acciones diplomáticas y consulares en la región; durante la visita a México del primer ministro de Japón, se consideró un aumento de nuestras exportaciones al competitivo mercado japonés y mayores inversiones industriales y turísticas de ese país en México; impulsamos nuestros intercambios culturales, una más dinámica transferencia científica y tecnológica, el apoyo financiero y la cooperación en materia ecológica para la ciudad de México.

México mantiene su concurso activo en los foros multilaterales, destacadamente en la Organización de las Naciones Unidas y en las de los Estados Americanos, con cuyos secretarios generales sostuve entrevistas; en la XI Conferencia para la Proscripción de las Armas Nucleares reafirmé el compromiso de impulsar un desarme efectivo; a la dificultad de alcanzar esta meta no debe desanimar la defensa de este principio de convivencia civilizada.

En el ámbito internacional nuestro desempeño ha sido activo, digno y prudente; por la seriedad de su esfuerzo y por su contribución positiva a la paz y a la cooperación mundial, México es más respetado en el concierto de las naciones, así fortalecemos más nuestra independencia.

Las fuerzas armadas son puntal en la defensa de la soberanía nacional; Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México coadyuvan a la protección de instalaciones estratégicas para la seguridad y la economía nacionales; empeñan cotidianamente sus esfuerzos en tareas de apoyo o auxilio a la comunidad: protección civil, campañas de salud, preservación de los recursos naturales, han destacado varias acciones de protección a la población como el transporte gratuito a los usuarios en la ciudad de México, la lucha contra los incendios en Quintana Roo, la participación en Cananea para desactivar y trasladar 600 toneladas de explosivos que ponían en riesgo la vida de sus 35 mil habitantes durante la reciente huelga.

Las fuerzas armadas han intensificado su lucha contra el narcotráfico, en estas operaciones se despliega un promedio diario de casi 14 mil elementos; se han incrementado significativamente la destrucción de plantíos de amapola y mariguana, el aseguramiento de armas de fuego, vehículos y aeronaves, la captura de goma de opio y cocaína y la detención de narcotraficantes. Rindo homenaje a las vidas de nuestros soldados entregadas por la seguridad y la salud de México.

Los hombres y las mujeres de las fuerzas armadas son determinantes en el eficiente desempeño de su delicada misión; propiciamos nuevos avances en su competencia profesional y mejores condiciones de vida para ellos y sus familias con programas para satisfacer sus necesidades de vivienda, salud, educación y bienestar. Al surgir de las más profundas capas del pueblo, se hacen acreedores de la consideración y del respeto no sólo del gobierno, sino también del mismo pueblo, con ellos, la patria está segura, a costa de sus sacrificios y aún de su vida misma, en entrega total a su misión; doy mi reconocimiento a sus mandos superiores y a cada uno de sus miembros.

2o. Ampliación de nuestra

vida democrática

En el marco de la Constitución de la República, el acuerdo para la ampliación de nuestra vida democrática orienta la acción política del gobierno; en una sociedad organizada y señaladamente en una sociedad más democrática y moderna, la rectoría que el estado ejerce requiere de la participación social. La democracia no expresa otra cosa que la voluntad de la sociedad hecha gobierno; del artículo 3o. de nuestra ley fundamental se deriva la obligación del Estado de procurar un desarrollo democrático estrechamente asociado con la justicia. Se concibe la democracia como el auténtico sistema de vida de una sociedad que hoy en día es más madura, más plural, más participativa, más crítica, pero, a la vez más consciente del valor de la unidad en un mundo de cambios profundos.

Preservar el estado de derecho ha sido propósito fundamental de mi gobierno, sólo en la ley podemos construir los nuevos consensos y auspiciar las nuevas prácticas que reclama la modernización política nacional; las acciones que i hemos emprendido se han guiado por el estricto cumplimiento de la ley; se reforzaron las corporaciones encargadas de la seguridad pública a través de su mayor profesionalización y del incremento de los medios necesarios para combatir la delincuencia.

Todavía hay un camino largo por recorrer para fortalecer el comportamiento adecuado de estas corporaciones de la comunidad. Seguiremos actuando en ello protegiendo también el bienestar de las familias de sus miembros.

Se mejoraron los mecanismos que posibilitan la prevención del delito, así como la reincorporación de quienes hayan incurrido en conductas antisociales; en la esfera de las facultades y atribuciones del Ejecutivo a mi cargo, he velado y seguiré velando para que sea observado el derecho y se promueva la justicia, especialmente cuando la ilegalidad ofende a quienes pueden defenderse menos.

Los preceptos constitucionales de libertad de opinión, de culto, de asociación y de manifestación de las ideas han tenido un innegable respeto; se han creado nuevas instancias para hacer más efectivos los derechos humanos, evitando abusos de autoridad contra la dignidad inviolable de las personas. Con ánimo de concordia promovimos, mediante acuerdo del Ejecutivo Federal, de los gobiernos de los estados o de decretos de las legislaturas locales, el indulto a 1 mil 411 compatriotas que delinquieron motivados por reivindicaciones sociales. Esta soberanía ha considerado la iniciativa que envié para reformar el Código Penal para el Distrito Federal en materia común y para toda la República en materia federal y que amplía los beneficios del indulto en los casos que así lo ameriten, su propósito final es promover la concordia entre los mexicanos para las grandes tareas que demanda nuestra sociedad.

Es norma constitucional y convicción personal el respeto y la colaboración con los poderes Legislativo y Judicial; se brindó apoyo de manera particular al Poder Judicial en los casos en que éste lo solicitó, el Poder Ejecutivo ha mantenido su relación respetuosa con la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en general con el Poder Judicial, fortaleciendo los medios necesarios para facilitar su labor de tribunal constitucional.

El gobierno de la República ha buscado ampliar el potencial creativo de los estados y los municipios en las grandes decisiones nacionales, ha procurado, con respeto pleno a la autonomía de los diferentes niveles de gobierno, que la lucha por la justicia y por el mantenimiento de la legalidad que reclaman los mexicanos llegue sin distinción a todos los rincones de la patria.

La lucha contra la corrupción en la administración pública es compromiso del gobierno, pero también de la sociedad, al denunciar y al abstenerse de participar en acciones indebidas.

En materia de control, de fiscalización y de evaluación del quehacer público se han profundizado y fortalecido las acciones preventivas que promuevan la productividad institucional, mejoren la gestión y aseguren el manejo honesto y eficiente de los recursos que administra el Estado.

Para una mejor procuración e impartición de justicia, se han fortalecido la institución del Ministerio Público y sus órganos auxiliares y se han mejorado las percepciones y las prestaciones de la policía en el fuero federal; la Procuraduría General de la República ha asestado golpes importantes a las organizaciones del narcotráfico, desmantelando 188 de ellas y arrestando a cerca de 9 mil personas; mantendremos e intensificaremos esta lucha para evitar riesgos de seguridad nacional y para responder a la preocupación de las familias por los estragos que la drogadicción puede causar entre la juventud de México.

Hasta el mes de octubre se llevaron a cabo procesos electorales en 10 entidades federativas de la República; la actividad política vivida en el país fue intensa y en ocasiones apasionada; los comicios electorales de este año obligaron a los partidos políticos a adecuarse a la nueva realidad del variado espectro ideológico propio de la sociedad mexicana actual. Con prudencia, siempre con apego a la ley, se ejerció la autoridad, por primera vez en la historia moderna de México, tomará hoy mismo posesión de la gubernatura de un estado, un ciudadano postulado por un partido nacional de oposición; se acató la voluntad popular, el reconocimiento de todos los triunfos realmente obtenidos es expresión de la madurez política de la sociedad.

(Voces.)

Atendiendo un reclamo generalizado, invité el 1o. de diciembre pasado a los propios partidos políticos al diálogo para reformar la legislación electoral. A lo largo de tres meses, tanto en la Cámara de Diputados como en la Comisión Federal Electoral, se realizaron audiencias públicas y consultas, en ellas, representantes de partidos, analistas y líderes de la opinión pública,

especialistas y estudiosos, intelectuales y hombres de reconocido prestigio, emitieron propuestas sobre las formas de mejorar los procesos electorales, fue un verdadero diálogo de la nación.

Todos los partidos políticos presentaron iniciativas en la materia; durante el período extraordinario de sesiones, esta soberanía aprobó una importante reforma constitucional que define una organización electoral más imparcial un sistema de representación más equitativo y un proceso de calificación más certero; ningún partido contaba con los votos suficientes para realizar solo una enmienda a la Constitución, ésta fue, en consecuencia, resultado de una intensa confrontación de puntos de vista y de una solución acordada entre partidos, quienes la apoyaron cedieron algo apara hacer avanzar sus intereses y los intereses de México; el proceso para alcanzar un acuerdo en una materia especialmente controvertida, demuestra la capacidad de diálogo y de concertación que existe ya entre fuerzas políticas diferentes.

El contenido de la reforma va tan lejos como lo permitió el consenso entre las fracciones parlamentarias más grandes del Congreso, el acuerdo parlamentario refleja la voluntad ciudadana y ahora obliga a todos por igual, esperamos que estas normas, una vez ratificadas por las legislaturas estatales y precisadas en la ley reglamentaria darán lugar a conductas dignas de los nuevos tiempos y enmarcarán en 1991 un proceso electoral federal transparente, con resultados aceptados por todos.

Habrá que seguir avanzando en la modernización electoral, mi gobierno se comprometió y sigue comprometido a sostener este esfuerzo, a seguir convocando a todos los partidos políticos a efectuarlo, claramente consciente de que las dificultades de la transición, de que las situaciones inéditas que vivimos exigen en todos cambios de mentalidad, he invitado al diálogo a todos los partidos políticos; la mayor parte lo ha aceptado con responsabilidad y seriedad, esta invitación sigue abierta; ciudadanos, partidos y gobierno tenemos que ser autores de los cambios, en particular, demos pasos firmes en la pronta elaboración del Registro Nacional Ciudadano, y la correspondiente cédula de identidad.

La modernización nos obliga a adoptar nuevas actitudes, una nueva cultura política fincada en el diálogo, la tolerancia y la concertación; en el respeto y en el reconocimiento a los derechos de cada uno, en la estricta observancia de los compromisos que el interés del país nos impone; el gobierno promueve y seguirá promoviendo un ejercicio honesto de la autoridad y de la función pública, es y será respetuoso de toda crítica, pero sobre todo cuando es de buena fe, porque reconoce en ella un medio insustituible para encontrar opciones, para precisar el rumbo y para alimentar la sana vinculación entre el Estado y la sociedad. (Aplausos.)

(Desde una curul): - Quiero hacer una pregunta, señor Presidente.

El Presidente del Congreso: - Con toda atención quiero decirle, señor legislador, que de acuerdo a lo que establece el artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 8o. de la Ley Orgánica del Congreso, ésta es una sesión de Congreso General que solamente debe ocuparse de los siguientes objetivos: la instalación del Congreso; recibir y escuchar el informe del titular del Poder Ejecutivo Federal y dar contestación al informe presentado, por lo mismo, no se autoriza la interpelación.

Prosiga usted, señor Presidente.

El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos:

3o. Recuperación económica

con estabilidad de precios

El acuerdo nacional para la recuperación económica con estabilidad de precios ha enmarcado el quehacer económico del gobierno y de la sociedad en los últimos 11 meses; en el Plan Nacional de Desarrollo 1989 - 1994 nos hemos propuesto sustentar el crecimiento en tres líneas principales: la consolidación de la estabilidad económica; la ampliación de recursos para la inversión y la modernización de la planta productiva. Tenemos hoy claridad en las metas, recursos para hacerlas viables y voluntad de perseverar hasta alcanzarlas.

El crecimiento permanente y justo requiere estabilidad de precios, los mexicanos hemos rechazado la opción de convivir con una inflación elevada, hemos encontrado en el pacto la respuesta estratégica; no ha sido una respuesta fácil ni halagadora pero está funcionando, porque hemos sabido complementar concertación social con disciplina fiscal, así, se redujo el incremento anual acumulado del Índice de Precios al Consumidor, de casi 200% en diciembre de 1987, a 17.3% en septiembre de este año, el nivel más bajo en más de una década.

En los primeros seis meses del año, lo que se produce en México creció, en términos reales, 2.4% en relación con el mismo lapso de 1988,

esta evolución permite prever que la meta de crecimiento de 1.5% para 1989 será superada y que alcanzaremos una tasa de 2.5% a 3% en términos reales, superior a la tasa de incremento de la población. El número de afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social ha aumentado 8% anual y las remuneraciones totales a los trabajadores en la industria manufacturera han crecido 14% en términos reales; la evolución productiva no ha sido artificialmente promovida, las finanzas públicas se han ajustado a la más estricta disciplina; las políticas monetaria, financiera y crediticia se han conducido de acuerdo con la evolución de los mercados, el dinamismo de la demanda se origina en la mayor confianza de los inversionistas y en la mayor capacidad de los consumidores, aunque esto varía por regiones y por sectores en el país; estamos así reanudando el crecimiento a un ritmo mayor al previsto e incluso más rápido que lo deseable, no podemos violentar el ritmo de la recuperación porque la falta de inversión en infraestructura durante los años de crisis provocaría hoy cuellos de botella y presiones inflacionarias.

Por eso, la política económica busca moderar el dinamismo de la demanda al tiempo que alienta la expansión de la oferta, alcanzar, como lo vislumbra el Plan Nacional de Desarrollo, un crecimiento del 6% anual hacia finales de mi administración, es una meta ambiciosa pero realista, para que sea sostenida debemos lograrla en forma gradual.

Sin equilibrio en las finanzas públicas no habría estabilidad permanente de precios; en la primera mitad del año el déficit financiero público se redujo en un 60% real con respecto al de hace un año, a ello contribuyó la disminución de las tasas de interés como consecuencia de la menor inflación y de la renegociación de la deuda externa; el superávit primario, es decir, la diferencia entre ingresos públicos y gastos distintos al del servicio de la deuda, aumentó un 31% real en el mismo lapso, el gasto público se mantuvo en niveles congruentes con la necesidad de consolidar el abatimiento de la inflación y de apoyar la renegociación de la deuda, pero su asignación ha atendido las prioridades sociales.

La recaudación del Impuesto sobre la Renta entre enero y junio aumentó casi un 23% real en relación al mismo período de 1988; el impuesto del 2% al activo de las empresas ha contribuido al propósito de que pague más quien más tiene y al ser deducible del Impuesto sobre la Renta no impacta en general a los causantes cumplidos; la reducción de las tasas marginales de gravamen, la simplificación tributaria y la mejora en sistemas de recaudación promueven el cumplimiento voluntario, pero, sin afán persecutorio, no hemos vacilado en castigar con el peso de la ley el fraude fiscal.

La política cambiaria ha conciliado la disminución de la inflación con la competitividad del peso, el deslizamiento acumulado fue de 13% entre enero y septiembre, si a éste sumamos la inflación internacional, el encarecimiento de los bienes del exterior resulta superior al aumento de los precios internos al productor, que fue de 10.3%.

El precio internacional del petróleo se ha fortalecido, en julio las exportaciones no petroleras crecieron, respecto de julio anterior, más de 8%; por los efectos de la apertura comercial y del dinamismo de la actividad económica las importaciones mantienen ritmos de aumento elevados, aunque decrecientes, así, el crecimiento anual de las importaciones se redujo de 50% en enero, a 14% en julio, el superávit comercial alcanzó el monto de 381 millones de dólares en dicho período.

Como resultado del comportamiento de los distintos componentes de la balanza de pagos, las reservas internacionales del país en el Banco de México ascendieron al día de ayer, a 7 mil 324 millones de dólares, con ello, el peso mantiene un sólido respaldo en los mercados cambiarios.

En mi toma de posesión instruí al Secretario de Hacienda para efectuar la renegociación de la deuda externa bajo cuatro premisas: abatir la transferencia de recursos a niveles compatibles con las metas de crecimiento; disminuir la deuda histórica acumulada; asegurar recursos por un período que eliminara la incertidumbre de las negociaciones anuales y reducir el valor real de la deuda y su relación con el producto nacional.

La negociación fue tensa, intensa y en ocasiones estuvo a punto del rompimiento, se trataba precisamente de cambiar los procesos anteriores de renegociación que sólo habían resultado en posponer el pago del principal, nosotros necesitábamos reducir el monto de la deuda, algo no logrado antes entre un país y los bancos comerciales acreedores del mundo.

Después de alcanzar acuerdos con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el llamado Club de París, los cuales aceptaron el programa de México, que esta soberanía había aprobado en los documentos de criterio de política económica y como base de la negociación, logramos el 23 de julio pasado un arreglo con los bancos comerciales acreedores, la negociación se condujo con firmeza pero sin confrontación, se

apegó a las premisas señaladas y concluyó en lo fundamental en un plazo que aun cuando parecía a veces inalcanzable, hoy aparece retrospectivamente como breve; hubo que inducir nuevas actitudes en gobiernos de países industrializados y armonizar los intereses diversos de más de 500 bancos.

Los gobiernos acogieron a nivel político la razón moral de México y los bancos aceptaron a nivel financiero las razones técnicas de nuestros negociadores, se acordaron tres fórmulas: reducción del saldo en 35% o tasa de interés fija en 6.25%, o recursos frescos por cuatro años, estos parámetros significan que se hizo un muy buen uso de las garantías disponibles, mejor que el que hubiera representado una recompara en efectivo al valor del mercado secundario, por ello, eran pocas las ventajas adicionales que hubiera representado una recompra en efectivo al valor del mercado secundario, por ello, eran pocas las ventajas adicionales que hubieran podido esperarse de una negociación más prolongada frente a los costos de la incertidumbre interna y al riesgo de perder el momento político logrado a nivel internacional; esperamos que en las próximas semanas la mayoría de los bancos opten por la reducción de la deuda o de su servicio, pero deseamos también que en cada país algunos grandes bancos decidan aportar recursos frescos y comprometerse con el desarrollo de México.

El arreglo de la deuda es suficiente porque nos abre márgenes para volver a crecer, disminuye las transferencias de recursos al exterior, a lo que se deben sumar los efectos positivos adicionales derivados de la mayor certidumbre interna y de la mayor confianza que genera, así, en las semanas que siguieron al anuncio del arreglo, las tasas domésticas de interés cayeron 20 puntos, lo que equivale a un ahorro de 5% del Producto Interno Bruto en el servicio de la deuda interna; la repatriación de capitales alcanza casi 3 mil millones de dólares en lo que va del año, de mayo a la fecha se han comprometido proyectos de inversión extranjera por un monto cercano a los 2 mil millones de dólares. Todos estos efectos positivos complementan y refuerzan el resultado satisfactorio de la renegociación; nuestros negociadores cumplieron y cumplieron bien, la negociación de la deuda no es garantía de solución para nuestros problemas, pero sin la negociación no hubiera sido posible resolverlos, crecer requiere ahora invertir los recursos liberados por la renegociación como complemento de un mayor ahorro interno, no podemos esperar un mejoramiento súbito de los niveles de vida, veremos los resultados de nuestro esfuerzo productivo en la recuperación gradual del crecimiento, en esa medida elevaremos el bienestar de la población.

Para aumentar el ahorro y canalizarlo a la inversión, estamos empeñados en la modernización financiera; con la libre determinación de las tasas y de los plazos, el fin del crédito obligatorio al gobierno, la eliminación de regulaciones excesivas y la creación de nuevos instrumentos, la banca comercial puede ahora competir eficazmente por la captación del ahorro, está recuperando terreno perdido, simultáneamente vamos modernizando la banca de fomento para que los subsidios beneficien a quienes los necesitan; para evitar desviaciones, hacer transparente el manejo y eliminar el burocratismo e ineficiencia que la aquejan; al concluir su reestructuración, Nacional Financiera recuperará pronto su votación y su capacidad promotora, acciones similares se realizan en el Banco de Obras y Servicios Públicos y en el Banco de Comercio Exterior, en las casas de bolsa y demás intermediarios financieros ponemos énfasis en la autorregulación institucional supervisada por la autoridad y en la protección de los intereses del público, trabajamos para movilizar el enorme potencial de los seguros, fianzas y fondos de pensiones, contamos ya con reglas más claras y llevamos su cumplimiento a los hechos.

En el campo mexicano enfrentamos el mayor reto de la modernización económica, las presiones de la demografía y las condiciones climatológicas muy adversas por segundo año consecutivo se han sumado a deficiencias ancestrales y a deformaciones estructurales, para conformar un panorama complejo y preocupante; de 1965 a la fecha la superficie cosechada ha aumentado en sólo 12% y el hato ganadero en 45%, mientras que la población casi se duplicó; la productividad está prácticamente estancada y los subsidios al sector pesan considerablemente en el presupuesto federal; las importaciones de básicos alcanzarán 9.5 millones de toneladas en 1989 y según se estima, un monto similar en 1990; no podemos permitir, por la alimentación de los mexicanos y por el bienestar de los campesinos, que continúe el deterioro de este sector estratégico de la nación.

Durante el período correspondiente a este informe, el gobierno ha venido actuando para enfrentar esta situación, si bien es necesario hacerlo más y más a fondo para poder revertirla; la seguridad jurídica en la tenencia de la tierra es cimiento para la modernización del campo, el reto inicial es consolidar el proceso de reparto, resolviendo impedimentos legales y materiales acumulados, a la fecha se han ejecutado resoluciones presidenciales que abarcan una superficie que rebasa las 600 mil hectáreas; se han entregado 141 mil certificados de

derechos agrarios vinculados con las tres formas constitucionales de propiedad.

El reparto masivo de tierra ha concluido, quien afirme que todavía existen millones de hectáreas por repartir está mintiendo a los casi 2 millones de solicitantes de tierra y a los más de 4 millones de jornaleros agrícolas, pero tenemos que darles una respuesta, por eso, reforma agraria quiere decir ahora, fundamentalmente, apoyar la producción, respetar y promover las organizaciones campesinas y agropecuarias, responsabilizar a éstos del manejo del crédito y de los fertilizantes, atender la comercialización y establecer industrias rurales que eficientes y viables transformen la producción, eleven el ingreso y generen opciones de empleo para los hijos de los campesinos en el propio campo.

El Estado incrementará los apoyos a la agricultura, pero el problema del campo no proviene sólo de la escasez de recursos canalizados, es y ha sido también un problema de falta de organización, de ineficiencia y aún de corrupción. Instruí a los titulares de instituciones como Banco Nacional de Crédito Rural y Aseguradora Nacional Agrícola y Ganadera S.A., para diseñar con la participación de los campesinos, programas de modernización en beneficio de éstos; se han dedicado grandes esfuerzos a la concertación con las organizaciones de productores, a la fecha ya se han pactado 78 convenios que representan apoyos para construcción de infraestructura, producción primaria, transformación agroindustrial, capacitación y obras sociales, se trata de los primeros pasos de una nueva forma de canalizar los recursos públicos al campo que reconociendo la mayoría de edad de los campesinos, elimina paternalismos y enfatiza corresponsabilidad, el Estado seguirá apoyando firmemente a los campesinos de México.

Los precios de garantía se han venido ajustando en el marco del pacto, algunos de ellos como el del trigo y el de la soya en forma significativa en términos reales, aun cuando los precios finales no han sufrido aumento alguno, la solidaridad con el campo se ha expresado en los hechos; por su parte, la producción pecuaria detuvo su tendencia descendente de los últimos años, la apertura de los mercados de exportación fortalecerá la ganadería nacional y aumentará también la capacidad de abasto del mercado interno.

Se creó la Comisión Nacional del Agua como autoridad única en la materia para enfrentar de manera integral el reto de un suministro suficiente en cantidad y calidad; se fortalecieron los programas de abastecimiento de agua en bloque a las ciudades y se avanza en la construcción de 11 importantes acueductos; se han mejorado los mecanismos de financiamiento para iniciar programas de rehabilitación y de aprovechamiento en los distritos de riego, obras de pequeña irrigación y de dotación a comunidades desatendidas, el reto de un mejor aprovechamiento del agua y de su uso eficiente y equitativo entre agua potable y para riego, sigue siendo formidable, su eficaz atención es la responsabilidad esencial de esta comisión.

El aprovechamiento integral de los bosques será impulsado con los programas de desarrollo forestal para Chihuahua, Durango, Oaxaca y Guerrero; los servicios técnicos se descentralizan y se promueve la participación de los campesinos en la protección de los bosques y su capacidad de autogestión, resta, sin embargo mucho por hacer para alcanzar una explotación racional que eleve el bienestar de los campesinos y la competitividad de la industria forestal.

La pesca demanda acciones sistemáticas para desarrollar su potencial, se busca satisfacer la demanda, aumentar las exportaciones, ejercer los derechos de soberanía en la zona económica exclusiva y promover una participación más armónica de los sectores social y privado, particularmente en el ámbito de la acuacultura, se estima que en el presente año la actividad pesquera crecerá casi 10%.

En el área de energéticos mantenemos una intensa actividad, el programa de inversiones de Petróleos Mexicanos se orienta al equilibrio de las etapas de exploración, explotación, transformación y distribución, se propone sostener los niveles de reservas para evitar el deterioro de la plataforma de producción y ajustar la exportación a las necesidades nacionales; la reclasificación de varios productos petroquímicos de básicos a secundarios en razón de los cambios tecnológicos ocurridos, permitirá liberar recursos públicos y contribuir a ese propósito, a la vez que estimulará la producción nacional de los mismos; se trabaja intensamente para elevar la productividad de esta actividad estratégica al haberse establecido nuevas relaciones laborales que protegen los derechos de los trabajadores y también los derechos de los mexicanos, auténticos propietarios de esta actividad.

La generación de electricidad se incrementará casi 8% durante 1989, ritmo muy elevado si se compara con el crecimiento general de la economía, buena parte del incremento corresponde a centrales que no demandan hidrocarburos; para seguir avanzando hacia la diversificación energética iniciamos las hidroeléctricas de Aguamilpa, Nayarit y de Zimapán, Hidalgo, en Laguna

Verde continuamos las pruebas para optimizar su operación y para elevar los índices de seguridad...

(Desorden.)

El Presidente del Congreso: - Compañeros legisladores, hago un llamado a los miembros de esta asamblea al orden y a la serenidad, ya que no hay derecho a interpelar en una sesión como ésta de Congreso General. De acuerdo a nuestra práctica parlamentaria observada en todas las legislaturas, cuando las cámaras que forman el Congreso de la Unión se reúnen en una sola asamblea en los términos del artículo 69 de la constitución y 8o. de nuestra Ley Orgánica, no ejercen una función deliberativa, no procede la interpelación.

Continúe usted, señor Presidente.

El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos:

Hemos planteado medidas para favorecer el ahorro y el uso eficiente de la energía y evitar así un crecimiento excesivo de la demanda en los próximos años; la generación de energía eléctrica seguirá siendo responsabilidad exclusiva del Estado, como lo manda la Constitución.

La minería ha concentrado sus esfuerzos en la producción de bienes estratégicos, tales como roca fosfórica, azufre y carbón; avanzan los programas de modernización de Siderúrgica Mexicana y Fertilizantes Mexicanos, S.A.

En los últimos meses se han dado grandes cambios y avances en las comunicaciones y transportes del país; por la necesidad de invertir vastos recursos en la ampliación y en el rediseño de la infraestructura básica, se han promovido coinversiones y concesiones de obras públicas en los casos permitidos por la ley, así, se ha convocado a la licitación de 15 proyectos con los que se adicionarán 1 mil kilómetros de autopistas durante los próximos tres años entre estos proyectos destacan los de Cuernavaca - Acapulco; Colima; Monterrey - Nuevo Laredo; Tijuana - Tecate - Mexicali; la carretera de los Altos de Jalisco y la de Torreón - Cuencamé, que es parte toral del nuevo Programa de Desarrollo de La Laguna; al recuperarse la inversión estas obras se revertirán a propiedad de la nación, con lo que generaremos empleos, operaremos maquinaria subutilizada y modernizaremos nuestro sistema carretero. Con la participación de los gobiernos estatales se pusieron en servicio 3 mil 800 kilómetros de caminos rurales.

La desincorporación de Mexicana de Aviación le permitirá contar con capital para la modernización y el crecimiento de su flota; en apoyo al turismo se eliminaron restricciones a los vuelos de fletamento. Ferrocarriles continúa su proceso de modernización sobre bases financieras sanas y en un clima laboral positivo; por otra parte, se aceleró la modernización del sistema marítimo portuario al remover obstáculos para una mayor eficiencia; en el desarrollo de la infraestructura destacan el nuevo puerto de Progreso, que permitirá a Yucatán vincularse eficazmente a los mercados mundiales; la reconstrucción del muelle en Cozumel, Quintana Roo, las obras en Altamira, Tamaulipas; se iniciaron obras en Topolobampo, Sinaloa, destinadas a convertir a este puerto en uno de los más importantes del Pacífico.

Las telecomunicaciones son una de las áreas más dinámicas de la modernización mundial y una de las más rezagadas en México, se requieren cuantiosas inversiones para acompañar el crecimiento previsto y renovar tecnologías, la canalización de estos recursos compite con la atención a prioridades sociales; en este contexto se inscribe la decisión de desincorporar a Teléfonos de México, en un acto de responsabilidad sus trabajadores comprendieron que al permanecer su control en manos mexicanas, mantener el Estado la rectoría en las telecomunicaciones, ser copropietarios de la empresa y lograr su sustancial expansión se beneficiaban ellos, sus familias y el país, por eso, en asambleas nacionales apoyaron la decisión que protege sus fuentes de empleo, sus derechos laborales y su organización sindical; el título de concesión permitirá un ejercicio fortalecido y moderno de la autoridad estatal, una cobertura amplia y una mejor calidad de los servicios. Paralelamente se fomentará la competencia en los servicios de valor agregado, como telefonía celular y teleinformática en el mercado de equipo terminal y la inversión en investigación y desarrollo tecnológico. En materia de comunicación vía satélite se incrementó el uso del Morelos I, de 45% a 100% y entró ya en operación el Morelos II.

La desregulación busca promover la libre concurrencia y suprimir costos innecesarios, es un aspecto medular de la modernización; en el autotransporte, por la vía de la concertación se eliminaron normas que obligaban a efectuar viajes con unidades vacías o impedían que equipo sin utilizar en una zona fuera aprovechado en otra; se derogaron 90 normas que sin justificación sobrerregulaban presentación, contenidos y características de envases y empaques, encareciendo los productos, el nuevo reglamento en materia de inversión extranjera establece reglas claras y automáticas, elimina discrecionalidad burocrática y otorga mayor seguridad jurídica, al facilitar los

trámites para cumplir con la ley fomenta la inversión que beneficia al país.

La política de promoción industrial ha buscado que la planta nacional se modernice y esté en condiciones para enfrentar el reto de la apertura comercial y la desregulación económica; los programas de modernización sectorial se han centrado en el aliento al esfuerzo productivo de los particulares, destaca el Programa de Autos Populares, que otorga facilidades para que en México se produzca el automóvil más barato del mundo.

En comercio exterior se redujo la dispersión arancelaria con el fin de alentar una mayor competitividad y una mejor asignación de recursos; se han reforzado los instrumentos de apoyo, en especial a empresas altamente exportadoras y a las que importan para exportar; se creó la Comisión Mixta para la Promoción de la Exportación para la rápida atención a los asuntos planteados por los exportadores. Con su activa participación en la Ronda de Uruguay del Acuerdo General sobre Aranceles Aduanales y Comercio, México busca que el proceso negociador derive en un marco normativo más sólido, justo y equitativo para las transacciones comerciales internacionales, los exportadores acompañan ahora a la delegación mexicana en este foro internacional.

México no alcanza aún el nivel de actividad turística acorde con sus posibilidades, pero un nuevo impulso promotor se muestra ya en mejores oportunidades de esparcimiento para los mexicanos y en el ingreso al país de 5 millones de turistas en los primeros nueve meses del año; se reestructuró el Fondo Nacional de Fomento al Turismo para apoyar proyectos de gran escala que podrán consolidar polos turísticos y acercarnos a las metas muy ambiciosas que nos hemos fijado en este sector que tiene un papel fundamental en la generación de empleos, en el desarrollo regional y en el ingreso de divisas.

4o. Mejoramiento productivo del nivel de vida

El crecimiento económico es condición indispensable pero insuficiente para mejorar el nivel de vida de los mexicanos; nos hemos propuesto avanzar en la satisfacción de las demandas de bienestar social en todos sus aspectos, por eso, considero fundamental el acuerdo propuesto en diciembre pasado para elevar el nivel de vida de los mexicanos, sobre todo de los que menos tienen.

En los meses transcurridos de mi administración, los aspectos laborales y la previsión social han sido objeto de atención prioritaria; la inspección del trabajo se ha intensificado; se han fortalecido cláusulas y programas relativos a capacitación y a adiestramiento; se ha dado un nuevo impulso al Servicio Nacional de Empleo, que opera ya en todo el territorio.

Los salarios mínimos aumentaron 8% en enero y 6% en julio, mientras que, entre enero y septiembre, el índice de precios de la canasta básica se incrementó sólo 6.7%; los salarios contractuales tuvieron, en general, una evolución más favorable, ello refleja la contención de la caída de los salarios reales, asociada a la mayor estabilidad de precios. En algunas ramas, sobre todo en aquéllas en las que más ha crecido la demanda, se registra ya un repunte en los salarios reales, aunque todavía insuficiente para compensar el deterioro sufrido en los últimos años; el crecimiento de la producción y de la productividad, en un contexto de inflación baja, permitirá un aumento gradual, pero general y firme, del poder adquisitivo de los trabajadores.

En las revisiones contractuales ha prevalecido la libertad de los factores de la producción, apegándose por la vía de la concertación al espíritu del pacto. Cuando lo han solicitado las partes, las autoridades laborales han procurado resolver las diferencias en el marco del artículo 123 constitucional.

Cabe destacar que de más de 4 mil 600 emplazamientos recibidos en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, en menos del 3% estalló la huelga; el número de emplazamientos fue 58% inferior que el del mismo período del año anterior; los movimientos recientes de Cananea y Siderúrgica Lázaro Cárdenas - Las Truchas, S.A. se han resuelto en el marco de la ley, reduciendo subsidios y a satisfacción de la parte obrera; en particular, Cananea vuelve a iniciar actividades bajo nuevas condiciones que le dan viabilidad, abaten el peso sobre las finanzas públicas, y además, ahora con la copropiedad de los trabajadores, fortalecen su organización sindical, mejoran las perspectivas de ingreso y propician mayor productividad. Además, en Cananea por primera vez se pone en marcha un programa de desarrollo integral para esta comunidad histórica, habiéndose publicado ya dos decretos de fomento y zona fronteriza, con lo que se crearán más fuentes de empleo, centros de educación superior para los hijos de los mineros y mejores servicios urbanos y de salud. Se cumple así un viejo anhelo de sus habitantes; personalmente, el Presidente de la República estará atento a la elevación del nivel de vida de esta comunidad precursora de la Revolución Mexicana. (Aplausos.)

A los trabajadores al servicio del Estado, respondimos en la medida de las posibilidades del erario, reconociendo la delicada tarea que tienen encomendada.

En abril y mayo los maestros realizaron manifestaciones en demanda de reorganización de su sindicato y de mejores prestaciones; la suspensión prolongada de las clases despertó una inquietud creciente entre los padres de familia y los alumnos. El gobierno respetó escrupulosamente el derecho de los maestros a manifestarse, realizó un esfuerzo extraordinario para, en un contexto de escasos recursos, responder a sus demandas económicas, otorgando el aumento salarial, en términos reales, más alto de la década, como reconocimiento a la caída sin precedente de su nivel de vida, y los exhorta ahora a resolver diferencias intrasindicales sin afectar la educación de los niños.

La educación es condición insustituible de la modernización económica y social, es el sector de la más alta prioridad en el quehacer del gobierno. Hemos puesto ya en marcha el programa para abrir una nueva etapa en la educación de México. Este programa con acciones concretas, establece que volver la atención a la importancia de alcanzar una primaria universal, útil y de gran calidad es indispensable como derecho, como propósito revolucionario y como afán modernizador; la redefinición pedagógica de la secundaria y la educación media superior promueve su vinculación con las necesidades sociales y comunitarias; buscamos en las universidades la organización y el financiamiento para la innovación y la excelencia. En la votación probada de los maestros, la sociedad confía, con su superación estamos comprometidos; ampliaremos los sistemas abiertos y no formales de educación.

Por justicia y por el progreso que buscamos, ensancharemos las opciones disponibles para todos los mexicanos. Mi gobierno se ha comprometido a impulsar la investigación científica y el desarrollo tecnológico; en ambos, la mayor inversión es garantía de un mejor futuro. Hemos promovido el financiamiento multianual de proyectos de excelencia que arraiguen o promuevan el regreso de los investigadores mexicanos en las instituciones de educación superior, promovemos facilidades para la vinculación entre los centros de desarrollo tecnológico y las empresas productivas.

Mediante el Consejo Consultivo de Ciencias, la comunidad científica y tecnológica aporta directamente sus puntos de vista al Presidente de la República sobre áreas de fundamental importancia para el desarrollo nacional.

Se creó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, para impulsar la libertad de creación y difundir las manifestaciones culturales étnicas, populares y regionales; se extiende la red de bibliotecas y la apertura de nuevos museos en el interior del país; hemos ampliado con nuevos esquemas, la participación de la sociedad en el financiamiento y en la promoción de la cultura y en la preservación de nuestro patrimonio histórico; se ha creado un sistema de becas y reconocimiento al talento artístico.

Destaco ante ustedes la recuperación de las joyas arqueológicas que habían sido sustraídas del Museo Nacional de Antropología en 1985.

Por su parte, la Comisión Nacional del Deporte ha dado pasos importantes en la formación de la cultura física de los jóvenes; la participación más armónica de los sectores público, privado y social promete un nuevo sustento al deporte, tanto masivo como de excelencia, que sirve, educa y es signo de vitalidad para los mexicanos.

Las instituciones del Sistema Nacional de Salud concentraron sus esfuerzos en la elevación de la calidad y calidez de sus servicios, ampliando a la vez la cobertura y el acceso de la población a los mismos; se ha puesto énfasis en la prevención mediante los Días Nacionales de Vacunación y programas de fomento al ciudadano de la salud, en particular de las madres y de los niños; están en marcha programas para erradicar enfermedades seculares que no tienen ya razón de persistir; los programas de planificación familiar incorporan a un número creciente de parejas, pero se requiere redoblar esfuerzos en el medio rural; actuamos de manera especial en dotar a clínicas y hospitales con el instrumental indispensable y con los medios necesarios para que los médicos y las enfermeras realicen la trascendente labor que tienen encomendada y que así les es reconocida por toda la sociedad.

Con las adquisiciones consolidadas de medicamentos y de material de curación sujetos a licitación, se generó un ahorro muy significativo.

El Seguro Social ha fortalecido la concertación entre gobierno, obreros y empresarios para ampliar la cobertura y, sobre todo, la calidad de sus servicios, en un más estricto equilibrio financiero; a la fecha, la población derecho - habiente es de 36 millones de personas; con recursos federales brinda atención médica a 10 millones de habitantes de zonas rurales.

El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado se fortalece financieramente, impulsa su desconcentración y mejora

su eficiencia operacional; actualmente proporciona servicio a más de 7 millones de trabajadores y a sus familiares.

Se emprendieron programas para garantizar el abasto y regular el precio de productos básicos; la Compañía Nacional de Subsistencias Populares inicia cambios estructurales y opera mejores sistemas de distribución de granos; se inició la descentralización de tiendas y de almacenes para apoyar a los circuitos locales y a los regionales; se mantuvieron los subsidios a la tortilla a través del sistema de bonos.

La existencia todavía de injusticias lacerantes en nuestro país, requiere de mantener y fortalecer los subsidios a quienes menos tienen; sin embargo, su ineficiente canalización ha provocado que muchos de estos subsidios quedaran en manos de intermediarios o en grupos para los que no fueron destinados, por eso, el cambio estructural en la Compañía Nacional de Subsistencias Populares permitirá verificar que los subsidios lleguen efectivamente a quienes los necesitan.

El abasto social de leche aumentó 8%; se incrementaron en 38% los desayunos escolares que distribuye el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, para alcanzar un total de 620 mil diarios, además, se incorporó a 860 mil beneficiarios al programa de asistencia alimentaria en zonas desfavorecidas; ha crecido la participación de los estados y de los municipios en sus acciones de asistencia social.

La capital de la República es la ciudad de todos los mexicanos, por ello, la quieren todos los que la han enriquecido con su presencia; la dimensión de sus problemas, necesidades y conflictos podría cimbrar a cualquiera; los riesgos que corre los conocemos, pero estamos decididos a hacer frente a los problemas de los que depende su viabilidad y a buscar formas más humanas de relación entre sus habitantes.

Hemos iniciado el rescate de su agua, expropiando y protegiendo el Ajusco; con el nuevo programa de Xochimilco, introduciendo acciones de ahorro de magnitudes antes inconcebibles, propiciando el tratamiento e intercambio de aguas con un nuevo enfoque para aumentar la seguridad hidrológica de la cuenca.

En cuanto al uso del suelo, estamos marcando el fin de una época de especulación, desorden e irregularidad, que quizá permitió amortiguar los problemas de vivienda, pero a un alto costo social.

Hace una año, la angustia colectiva era pensar que no había manera de frenar el crecimiento de la delincuencia; empeñé mi palabra en abatir la impunidad y reducir los índices delictivos. La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal ha procedido para dar seguridad a los capitalinos en sus personas, sus familias y su patrimonio; se ha luchado con energía contra el pandillerismo; estoy consciente de que apenas estamos logrando los primeros resultados y de que la comunidad todavía convive con inseguridad. No vamos a cejar en el cumplimiento de este compromiso, reconociendo sus problemas, la ciudad no se deja arrebatar por el pesimismo, se conduce en medio de tensiones sociales encontradas manteniendo a la vez la concordia básica.

Frente a dimensiones que no tienen precedente en la historia, gobernar la ciudad manteniendo los consensos y mejorando la capacidad de respuesta a los problemas, implica necesariamente ir construyendo relaciones e instituciones nuevas; un ejemplo de cómo puede irse construyendo esta modernización institucional es la relación que se ha establecido entre sus habitantes, la Asamblea de Representantes y el Departamento del Distrito Federal.

La protección al medio ambiente se ha incorporado de manera fundamental a las prioridades nacionales; en la zona metropolitana de la ciudad de México, la más contaminada en el mundo, en los próximos días pondremos en marcha un programa integral que nos permita frenar los crecientes deterioros, a partir de una mejoría radical de la calidad de los combustibles, de un control cada vez más estricto de las fuentes fijas y móviles y de la reordenación del transporte urbano.

Si bien nuestro mayor problema de contaminación se encuentra en la ciudad de México, no por ello hemos dejado de atender a otras zonas, también críticas, introduciendo a la vez las medidas preventivas y correctivas, en todo el país, que esta prioridad nacional requiere.

Hemos emprendido el saneamiento de las principales cuencas del país, así como el de los lagos de Chapala y de Pátzcuaro en Michoacán; para controlar la contaminación de lo cuerpos de agua, se realizaron inspecciones a empresas contaminantes; para la conservación de las riquezas naturales se crean reservas y áreas protegidas; se realizan acciones de saneamiento y regeneración de zonas altamente deterioradas, con la participación de la comunidad; sin embargo, en cuanto a la protección del ambiente, tenemos que actuar con más celeridad. La sociedad exige medidas cada vez más enérgicas para enfrentar este desafío contemporáneo, actuaremos en consecuencia.

Este año se canalizará a la vivienda una inversión superior a los 5 billones de pesos; mediante diversos programas se han otorgado más de 200 mil créditos habitacionales; destacan los esfuerzos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los trabajadores, del Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, del Fondo de Vivienda y del Fideicomiso del Fondo de las Habitaciones Populares, para beneficiar a los trabajadores de bajos y medios ingresos; se simplificaron los trámites para la adquisición de viviendas con el respaldo del notariado nacional; se creó un fondo especial para dar "crédito a la palabra" en apoyo a la autoconstrucción, y se estudian los mecanismos necesarios para estimular la oferta de casas habitación en renta.

El Poder Ejecutivo a mi cargo recogió el principio de solidaridad, por ser una propuesta de trabajo nacida y recreada en la misma sociedad. El Programa Nacional de Solidaridad, puesto en marcha para combatir la pobreza extrema, une hoy el esfuerzo de todos los mexicanos para alcanzar la justicia a la que aspiramos para todos nuestros compatriotas.

Dentro de las giras de trabajo que he realizado por las entidades federativas, mantuve diálogos constantes con indígenas, campesinos y colonos; la gran dignidad dentro de sus formas de vida y el esfuerzo personal y comunitario que realizan para alcanzar mejores niveles de bienestar, han sido el mejor estímulo para acelerar la marcha en las tareas del gobierno de la República; en cada acción está por delante su responsabilidad, y exigen que ésta no sea sustituida ni soslayada.

El Programa Nacional de Solidaridad está actuando ya en todos los estados de la Federación; se ejecutaron este año más de 44 mil obras y acciones en materia de salud, educación, alimentación, abasto, servicios, infraestructura de apoyo y proyectos productivos; estamos de esta manera, realizando la pequeña gran obra que exige la población de escasos recursos, es la acción que responde en forma directa e inmediata, a sus necesidades y anhelos de una vida más digna, y es la que apoya el diario trabajo con el que asegura su sustento y el de su familia.

Hemos concentrado nuestros esfuerzos en las comunidades indígenas y campesinas de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Chihuahua, Nayarit, Campeche y Zacatecas; pero también estamos actuando en las colonias populares de Monterrey, Guadalajara, Monclova, Torreón, Lerdo, Gómez Palacio, Mérida, Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, San Luis Potosí, Aguascalientes, León, Irapuato, Celaya, Hermosillo, Matamoros, Tijuana, Mexicali, La Paz, Durango y en la zona metropolitana de la ciudad de México. Destacó el Programa de Solidaridad para Chalco y Chimalhuacán, dos comunidades que tienen más de 1 millón de habitantes y que viven en condiciones incompatibles con el mandato de justicia de la Revolución Mexicana: indigna su situación y estimula la dignidad de su población; juntos haremos posible que salgan adelante. (Aplausos.)

Firmamos convenios de concertación con 20 grupos étnicos de todo el país, en los que se definen conjuntamente acciones para el bienestar social y para el impulso a sus actividades productivas; se rehabilitaron 1 mil 233 albergues para que los niños y jóvenes indígenas tengan mejores condiciones de estudio y se incrementaron las becas alimenticias.

Se aumentó también la cobertura de salud para incorporar a 2 millones de indígenas y campesinos con la construcción y equipamiento de 438 centros de salud, de 323 unidades médicas Instituto Mexicano del Seguro Social - Solidaridad y la ampliación y rehabilitación de las instalaciones existentes. En el ámbito educativo, respondiendo a un reclamo de los padres de familia, de los niños y de los maestros, se reconstruyeron más de 10 mil nuevos espacios y se rehabilitó parte de la infraestructura ya construida.

Se están atendiendo las demandas de seguridad en la propiedad de sus terrenos y de dotación de servicios en las colonias; en lo que va del año, se han entregado 255 mil 422 escrituras en las colonias populares, hecho sin precedente en el país, y se están efectuando obras para dotar de agua potable, drenaje, pavimentación y electrificación y unidades recreativas y deportivas a las colonias populares de toda la República. (Aplausos.)

En materia de alimentación y abasto, se recapitalizaron más de 15 mil tiendas rurales y urbanas y se establecieron 459 nuevas tiendas y 138 lecherías en comunidades y colonias populares.

Se están apoyando las actividades productivas de los campesinos del semidesierto y de zonas de difícil acceso, con la construcción de caminos, obras para la retención de agua y proyectos que responden a la experiencia de los propios habitantes del campo, y a la vocación de sus recursos naturales; en esto, se han buscado nuevas alternativas de desarrollo para sus regiones; en los trabajos, ha sido fundamental la participación de los campesinos, como lo fue también para

electrificar 2 mil comunidades rurales a lo largo de la nación.

De igual forma, se continua promoviendo la incorporación de la mujer al trabajo comunitario y la de los jóvenes egresados de las instituciones de educación superior al trabajo solidario en el medio rural y en las colonias populares.

Honorable Congreso de la Unión; compatriotas: Mi gobierno ha ejercido su compromiso constitucional y político con entusiasmo y convicción; del pueblo ha asumido un mandato de cambio para, en el mundo contemporáneo, encauzar a México hacia sus fines históricos. Al cabo de una década de sacrificio e incertidumbre, contamos ya con una opción real para dirigir el cambio y beneficiarnos de las oportunidades que ofrece; tenemos nuestro propio camino para forjar un país más próspero, más libre y más justo no sólo para nosotros, los que ahora y aquí batallamos, sino también para construir la herencia de esfuerzo y solidaridad que legaremos a las generaciones futuras.

En estos meses, mucho ha cambiado en el país, mucho ha cambiado en todos nosotros; no como resultado natural de las circunstancias, sino como la respuesta racional de todo un pueblo a los desafíos de su época. Tenemos ante nosotros la evidencia de lo que es capaz de hacer un pueblo unido cuando cuenta con el temple, la decisión y los medios para actuar; en los hechos se sustenta la fuerza que hoy tenemos para hacer realidad el cambio; son las acciones de los mexicanos las que han producido admiración en el extranjero y, por eso, se nos respeta más en el mundo. Hemos demostrado que estamos de pie, orgullosos de nuestras raíces, con la mirada y la decisión en el futuro; el nuevo optimismo social entre los mexicanos no es producto de la suerte o de la fortuna: nos hemos probado a nosotros mismos que cuando nos decidimos, México sí puede.

Nada dificulta más la convivencia civil y lastima más la voluntad de cambio como la distancia que puede mediar entre las palabras y los hechos, ésa es la medida del desaliento social, por eso, me he esmerado en cumplir lo que he ofrecido. Los hechos dan sustento al nuevo optimismo social y a la recobrada seguridad de los mexicanos en su destino; muchos consideraban imposible lograr la reforma constitucional que abriera paso a elecciones más transparentes, al requerirse el acuerdo entre partidos de ideologías opuestas, México lo ha logrado. (Aplausos.)

Otros suponían que la pluralidad política era incompatible con la paz social, que la uniformidad era necesaria, que no se podían reconocer los triunfos reales de la oposición. México los está desmintiendo y está demostrando que la tolerancia, la libertad y los derechos humanos tienen carta de residencia a lo largo de nuestra patria, no aceptaremos nunca cadenas para el libre alcance del espíritu humano.

Para muchos parecía imposible que se renegociara la deuda externa y se redujera la carga excesiva que pesaba sobre los hombros de los mexicanos, México lo ha logrado; muchos suponían fuera de nuestro alcance el que la economía volviera a crecer por arriba del incremento de la población, y sin riesgos hiperinflacionarios, México lo está consiguiendo; otros más creían imposible que el Estado se transformara, que respetara las nuevas formas de organización social, que fortaleciera la atención a los que menos tienen y que al desincorporar empresas abriera las puertas a la participación de los trabajadores en el capital, México lo está realizando. (Aplausos.)

La inmensa mayoría de nuestros compatriotas, lastimados por la corrupción o la prepotencia, consideraba imposible que se aplicara todo el peso de la ley a individuos y grupos que suponían, equivocadamente, que sus intereses eran iguales a los intereses de la nación, en México se les está castigando y se destierra la impunidad; algunos pensaban que la lucha contra el narcotráfico no estaba en el interés del país, sin importar los riesgos a la seguridad nacional o a la salud de las familias, México lo combate sin tregua; muchos incluso, habían perdido la esperanza de encontrar las joyas arqueológicas sustraídas de nuestro museo, México ha recuperado el tesoro artístico y arqueológico que le pertenece y ha restañado el orgullo lastimado. (Aplausos.)

Se antojaba imposible para los más, ver elevarse el respeto de nuestros vecinos, de las naciones más avanzadas, de los pueblos más alejados, manteniendo al mismo tiempo nuestros principios y la firmeza para impulsar los intereses nacionales, México lo ha alcanzado. (Aplausos.)

El desencanto de algunos compatriotas provenía de considerar que la ausencia de cambio era un alejamiento del postulado básico de la Revolución Mexicana: soberanía, democracia, justicia y cuidado a las formas tradicionales de vida. México demuestra que puede cambiar y asegurar ese postulado fundador, que la modernización es la manera de hacer que la Revolución perdure. Hacemos política con objetivos, los objetivos de la historia de México.

Todos éstos son logros de la nación, realizaciones del pueblo mexicano; no los invoco para estimular la autocomplacencia, sino para ratificar

que el nuevo ánimo social tiene sustento objetivo, y además, porque los hechos deben convencernos de que podremos vencer los retos que todavía tenemos por delante; aún hay mucho que remontar, es mi obligación advertirlo, y mi compromiso encabezar a mis compatriotas para superarlo, habrá que hacer un esfuerzo adicional en todas las áreas.

En el ámbito económico, la única manera de sostener la recuperación es consolidando la lucha contra la inflación; vamos por eso, a mantener una estricta disciplina fiscal, a ampliar y a mejorar los mecanismos de concertación; seguiremos desregulando, simplificando y apoyando la inversión y, sobre todo, las exportaciones; impulsaremos el cambio en el campo mexicano, comenzando por el gobierno; fortaleceremos con recursos y con mayores exigencias de productividad, a las empresas estratégicas y prioritarias, y continuaremos desincorporando a las demás; creceremos moderadamente, sin excesos; trabajaremos con la certeza de que, ahora sí, podremos recoger los frutos de nuestro propio esfuerzo.

Para lograr esto, debemos fortalecer el pacto, el pueblo ha reconocido su utilidad y conveniencia, sus firmantes también; sin embargo, después de dos años de vigencia, existen aspectos que reclaman una cuidadosa y responsable revisión. A lo largo de este período, los precios de garantía han aumentado cuatro veces, pero los precios finales de los productos básicos no han tenido ninguna alteración; entre ambos precios, hay un subsidio que alcanza ya proporciones excesivas, que no llega en todos los casos, a los más necesitados; que puede generar desvíos y hasta corrupción.

Reitero, mantendremos subsidios, pero sólo a los más necesitados; por otra parte, las prioridades sociales por atender, y el combate a la contaminación que devasta recursos y lastima la salud de nuestras familias, requieren de elevados recursos que tendremos que aportar; no se harán modificaciones que pudieran regresarnos a la situación de la cual el pacto nos rescató, una indeseable carrera de precios y salarios en la que, sabemos, siempre se rezaga el salario; actuaremos con prudencia y sentido de equidad, y fundaremos decisiones en el acuerdo y la concertación para seguir abatiendo la inflación. Este es nuestro camino, perfeccionémoslo.

En el ámbito político, todos tenemos que contribuir a mantener la paz social, no se trata de coartar libertades, sino por el contrario, de afirmarlas y extenderlas en la responsabilidad de su ejercicio; recordemos que en un régimen de libertades, los intereses particulares valen y merecen respeto, pero hay un interés por encima de todos, que es el de la nación, el interés que hace posible todas las libertades. Si todos trabajamos por México, cada uno saldrá beneficiado.

Tenemos, como nunca antes, que fortalecer el diálogo, el examen y la crítica, pues el mexicano de hoy no acata dictados autoritarios y sí rechaza situaciones anárquicas, y tiene un lenguaje político, el de la democracia, que habla ya en todas nuestras actividades; por eso, ante la actitud democratizadora del Estado y la disposición decidida de la sociedad, conviene que los reducidos grupos que persisten en el dogmatismo del "todo o nada" mediten sobre estas posturas...

(Voces.)

El Presidente del Congreso: - Ruego a la asamblea que por respeto al pueblo de México y a todos los presentes, escuchen con orden y compostura el informe que el ciudadano Presidente rinde a la nación; esta Presidencia solicita de ustedes serenidad y prudencia, hay un acuerdo parlamentario suscrito por los coordinadores.

El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos: - El antigobiernismo como programa, sólo conduce a elevar sus tensiones al interior de sus grupos, a debilitar el respeto que requieren de la comunidad y a alejarlos, finalmente, de sus bases sociales de sustentación, reitero mi disposición al diálogo. (Aplausos.)

En política, la conciliación es tan importante como la firmeza; el compromiso no se antepone a los principios ni a las convicciones. Por eso, no permitiremos que nadie pretenda, por la fuerza, desviar la modernización de los cauces políticos de la concertación. En México, la enorme energía popular que el cambio está reflejando reclama ser encauzada, la estabilidad es exigencia de la comunidad y compromiso de gobierno.

Seguiremos formando los consensos por la vía de la tolerancia y la aceptación mutua que reclama el pluralismo; mantendremos el ejercicio democrático de la autoridad; nada haremos ni dejaremos que se haga contra, por encima o al margen de las leyes, a ellas debemos sujetarnos todos. He constatado que son los ciudadanos y las organizaciones sociales quienes van a la cabeza de la lucha por la democracia; estar a su altura es un reto formidable, un acto de congruencia, en particular para los partidos políticos.

En el ámbito internacional tenemos oportunidades que seguiremos aprovechando; el entorno general es más favorable, sin embargo, también existe inestabilidad en los mercados financieros del

exterior e incertidumbre ante los desequilibrios fiscales y comerciales de los países más industrializados.

No podemos sustraernos a muchos de sus efectos, podemos anticiparnos a negociar mayor acceso a nuestras exportaciones y, a la vez, reafirmar la conducción ordenada de nuestra economía y prácticas financieras sanas en nuestros mercados.

Ante estos problemas anticipables, contamos con la fortaleza y construida entre todos, con la firmeza de la acción gubernamental, y con la claridad en las políticas a ejecutar.

Mexicanos, frente a estos retos precisamente porque ahí están, vamos a seguir cambiando, vamos a modernizarnos; lo haremos elevando el bienestar del pueblo. Demos el paso en la nueva década que se inicia para convertir a los años noventa en un período de justicia; convoco a la nación a poner todo su empeño, toda su imaginación y, si es necesario, toda su pasión para promover la justicia y la equidad entre los mexicanos.

De todos los desafíos que tenemos por delante, el más importante y el que más ofende los valores esenciales de los mexicanos, es el de la injusticia, son demasiados los compatriotas que viven en situación de extrema necesidad, su condición es incompatible con la modernización del país, con la justicia y, finalmente, con la mejor defensa de la soberanía.

Elevar su bienestar es la prioridad fundamental, aquí radica la importancia central que concedo al Programa Nacional de Solidaridad; si bien el crecimiento económico generará los empleos que necesitamos, sólo un programa de gran envergadura social permitirá moderar opulencia e indigencia en nuestro país, como siguen reclamando los "Sentimiento de la Nación".

Solidaridad, es ella la que nos va a permitir construir un nuevo balance moral en la sociedad, es el sentimiento que surge ante la emergencia, provocada ésta por catástrofes naturales o por injusticias sociales; es más que simpatía o coincidencia, solidaridad quiere decir cooperación, cohesión y unión; quien la practica no espera recompensa ni necesita coacción, tiene como motivo el lazo común del compromiso con sus semejantes.

Solidaridad, es un concepto generoso que carece de todo vestigio de paternalismo, implica respeto y corresponsabilidad, rechaza falsas promesas, es la más firme esperanza de corregir la injusticia histórica para un porvenir de equidad, por eso, con el Programa Nacional de Solidaridad vamos a seguir sumando el empeño social, al quehacer de las instituciones.

Quienes no se esfuercen, quienes no trabajen, quienes no aporten cuando menos ánimo, de ninguna manera encontrarán la solidaridad de sus compatriotas; éstos, por fortuna son los menos.

Seguiré acudiendo a las comunidades indígenas y campesinas más apartadas, a los poblados más desfavorecidos, a las colonias populares más desamparadas; seguiré escuchando sus propuestas, conociendo sus anhelos, participando en sus aspiraciones; alentaré también su participación sin desplazarlos, dialogando con ellos y escuchando su verdad.

A pesar de lo realizado, falta más, mucho más para elevar su nivel de vida; lo importante ya existe, el esfuerzo que los propios grupos de escasos recursos están realizando para superar su condición. Los más pobres de México, los más necesitados, los que más se empeñen y luchen seguirán contando con el compromiso y el firme apoyo del Presidente de la República; en la suma de esfuerzos y en la solidaridad de los mexicanos se sustenta mi confianza de que podremos construir la justicia, que será la verdadera medida de la grandeza mexicana. Vamos por eso a seguir cambiando, vamos a modernizarnos, lo haremos con un profundo nacionalismo.

A finales del Siglo pasado, algunos en el mundo suponían que las fuertes pasiones nacionalistas desaparecerían con sus causas, la herida que deja la agresión externa; muchos en el exterior, sin embargo, pagaron con su libertad, con su vida misma, al subestimar la profundidad del nacionalismo, de la disposición de un pueblo hacia un futuro en común. En la antesala del Siglo XXI, en esta época de formación de grandes bloques de naciones como la europea, la norteamericana o la Cuenca del Pacífico, pudiera existir la tentación en algunos de pretender diluir las fronteras nacionales. Los problemas de alcance global, parecerían también promover el fin de las nacionalidades, el fin de la riqueza diferenciada de las identidades.

Ante estas pretensiones, señalo enfáticamente que participamos en la interdependencia, pero ratificamos nuestro carácter de nación soberana e independiente; abrimos nuestra economía y tenemos vocación universal, pero ratificamos nuestro profundo nacionalismo; concedemos valor supremo a la autodeterminación de nuestra Patria, a la inviolabilidad de nuestro territorio, al respeto de nuestras tradiciones y costumbres. Tenemos

memoria y tenemos historia, para orgullo nuestro y por responsabilidad frente a nuestros hijos.

Los grandes movimientos de nuestra historia nunca han adoptado ni han gestado un nacionalismo para justificar el estancamiento y el rezago, para excluirnos del mundo o reducir nuestras libertades; en su esencia, el nacionalismo sólo puede ser creativo, liberar fuerzas contenidas, abrir horizontes para que vivamos como queremos y merecemos vivir los mexicanos.

La defensa de la soberanía es su manifestación más contundente, pero ella no se libra solamente fuera de nuestras fronteras, la soberanía también se defiende con la capacidad política de un pueblo de tener una sola voz en la consecución de los intereses generales, con el más amplio respeto a la perspectiva diferenciada de sus ciudadanos, de sus grupos y de sus asociaciones; se fortalece con la generación de una capacidad productiva a la escala de los empleos que se requieren, de los satisfactores que se necesitan y, sobre todo, del combate a la miseria que nunca debe existir. Nuestro nacionalismo es de esta formidable estatura, reconozcamos de nuevo la importancia del patriotismo, sin él, no lo olvidemos, en una nación todo daría igual; por él, la batalla que vamos a librar tiene origen y propósito, tiene por ello sentido.

Decidimos ser libres hace casi dos siglos, decidimos hacer de ésta una sola nación; no existiría hoy si no tuviéramos el cemento social que ha fundido a todas las generaciones en una misma historia, el reconocimiento en el otro y en cada uno de nosotros de provenir del mismo lugar y compartir el mismo futuro. En nuestra cultura arraiga y perdura esa liga invisible y poderosa que es ver nuestra suerte vinculada a la suerte de los demás mexicanos; hay que traducir el amor a la Patria en comunidad, en ver en la debilidad de unos la debilidad de todos. Tenemos que fortalecer el sentimiento que impulsa el esfuerzo generoso, sin él, no habríamos construido la gran nación que somos.

Compatriotas, nacionalismo y justicia, ésa es la síntesis de la modernización en México, así tiene que ser, porque modernización sin propósito nacionalista se desorienta y desaparece, y sin bienestar popular se contradice y se frustra, esta modernización tiene significado y repercusión directa en la vida cotidiana de los mexicanos.

Para los campesinos, la modernización significa respeto a sus tradiciones y a su vida en comunidad, aliento a su organización y reconocimiento a su capacidad para conducir su propio destino.

Para los indígenas, la modernización admite sus diferencias, que se expresan en lenguas, culturas, conocimientos y tradiciones; recoge la iniciativa de la comunidad y tiene en ellas su protagonista principal; no promete soluciones totales inmediatas, pero sí profundiza compromiso y acción.

Para los obreros y los trabajadores, significa la posibilidad de lograr más capacitación y conocimiento, mejores empleos y salarios, participación en la conducción del cambio tecnológico y respeto a sus organizaciones sindicales y a sus derechos laborales.

Para los grupos populares de barrios y colonias, es la posibilidad de hacer realidad la esperanza, de construir una verdadera comunidad con su participación y de vivir con la dignidad que su esfuerzo merece.

Para los empresarios, la modernización permite avanzar en la batalla por la calidad, por los nuevos mercados, por abrir más oportunidades, nuevas dimensiones, es la posibilidad de hacer realidad su capacidad de innovación.

Para las clases medias, los profesionistas e intelectuales, es la oportunidad de desplegar sus actividades de alta responsabilidad, de revertir el estancamiento social que provocó la crisis, de ser parte de la comunidad mundial del talento.

Para los servidores públicos, es ocasión de ratificar su compromiso con el pueblo, sin privilegios pero con cercanía social y orgullo personal. Para los maestros y los médicos, la modernización permitirá contar con los medios para realizar a plenitud su trascendente labor, para consolidar su responsabilidad, y con ella la posición de respeto que merecen en la comunidad, y para fortalecer su ascenso social.

Para los medios de comunicación y la crítica, quiere decir respeto a la libertad y aliento a su responsabilidad, seriedad y compromiso social en su quehacer cotidiano.

Para las Fuerzas Armadas de México, modernización significará contar con los medios estratégicos y tácticos para defender la soberanía de nuestra patria, cumplir con sus altos propósitos nacionales y elevar el nivel de vida de sus familias.

Para los jóvenes, es la oportunidad de obtener una mejor educación, acceso al deporte y la oportunidad de tener un empleo que les permita canalizar su enorme energía para transformar el mundo que los rodea.

Para la mujer, modernización es sinónimo de reconocimiento del lugar que le corresponde en el campo, en la fábrica, en la cultura, en el desarrollo del país, con aprecio por sí mismas y la valiosísima defensa de su hogar.

Para la familia mexicana, la modernización es una oportunidad de reafirmar los lazos de unión, el respeto a los mayores, cumplir los deberes con sus semejantes y para ser honestos en el estudio, el trabajo y en el esparcimiento.

Para el Presidente de la República, significa cumplir con la Constitución, garantizar la libertad, ejercer el mando democráticamente, defender con pasión la soberanía y promover con tesón la justicia; la Presidencia no marcha sola, gobierna con el pueblo y para el pueblo, promueve y conduce el cambio con firmeza y prudencia, en los tiempos y con los ritmos que la sociedad demanda.

Hay que construir día a día esta modernización nacionalista y popular, consolidar la reforma del Estado regresándolo a su origen, a lo básico, la soberanía y la justicia, que no admite otro juicio de pertinencia política que la calidad de vida de los mexicanos.

La tarea no es fácil ni elimina fatigas, todos tendremos que trabajar más, ser más disciplinados, hacer un esfuerzo adicional, y sobre todo mantener una lealtad total a México; los problemas no desaparecerán, la confianza tampoco. Si todos hemos aportado a la nueva esperanza, estoy seguro de que todos cuidaremos de que se cumpla.

Juntos, en poco tiempo, hemos hecho mucho, juntos haremos más; hemos reconquistado nuestra confianza colectiva. Nuestras realizaciones se han plasmado en un nuevo acervo común; es un patrimonio compartido por todos en el que se encadenan ideales y logros; es el patrimonio de democracia y justicia de los mexicanos, es también el patrimonio de una voluntad inquebrantable, la decisión que fraguó y logró la Independencia, el tesón que forjó una República liberal, la pasión que cristalizó una Revolución de perdurables compromisos sociales. Es la voluntad de nosotros los mexicanos, la voluntad de México; tenemos rumbo y hay mando; existe ánimo y aportamos solidaridad; el destino es nuestro y vamos a conquistarlo.

¡Viva México, compatriotas! (Aplausos.)

(Desde una curul): - Quiero hacerle una interpelación...

El Presidente del Congreso: - Ciudadano diputado, por favor, respetuosamente, señor legislador, ésta es una sesión de Congreso General, que por su misma naturaleza y objetivos específicos no es deliberativa; yo le pido el respeto a la asamblea, que acate en su condición de legislador el ordenamiento debido.

RESPUESTA AL INFORME

El Presidente del Congreso: - Ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; honorable Congreso de la Unión: La República reúne hoy a sus órganos representativos, en cumplimiento a lo que ordena la Constitución; el informe que rinde el titular del Poder Ejecutivo, muestra a los mexicanos tanto el estado que guarda la administración pública del país, cuanto la forma en que se acatan las demandas y aspiraciones del pueblo. El Congreso ha recibido el texto escrito de su informe y los anexos que lo acompañan, y en próximos días lo examinará y evaluará con cuidadosa atención. Los problemas de México, al fin de nuestra década, no pueden entenderse en forma aislada; el mundo de hoy se caracteriza por su interdependencia, cualquier solución sin enfoque global no es suficiente; orientar sus actos de gobierno en este marco, ha sido la idea modernizadora que usted ha aportado a la nación. Estamos convencidos que tenemos que dejar viejas actitudes y concepciones limitantes, para que México alcance un lugar adecuado entre las naciones, para que los mexicanos obtengan, en el desarrollo de su economía, los satisfactores que son requisito para la convivencia.

Nada es fácil y sencillo en los tiempos actuales, nuestra aproximación al Siglo XXI es un acercamiento hacia una civilización compatible con los derechos del hombre y del ciudadano; la democracia y la justicia, íntimamente entrelazadas al proyecto humano, se convierten en fuentes de desarrollo económico y político de la sociedad.

El programa de gobierno de la República, tiene como propósito central asegurar el bienestar de los mexicanos y garantizar la soberanía de la nación; para nosotros, el nacionalismo es la energía de los valores universales y singulares que nos unen a la humanidad y a la vez nos distinguen de los otros pueblos. La esencia de la vida democrática consiste en la armonía entre lo que quiere el ciudadano y lo que hace el poder público, entre lo que prescribe la ley para la sociedad y lo que ésta realmente alcanza; en esa lucha estamos, ése ha sido el reto de su gobierno y es el desafío de cada mexicano.

Desde el Congreso de Chilpancingo y el Decreto Constitucional de Apatzingán, hasta Querétaro y

la Ley de 1917, las generaciones del país venimos edificando un Estado capaz de guiar a la sociedad hacia la plena realización de sus valores eminentes. ¿Cómo entender al Estado mexicano sin sus principios de libertad, de soberanía y de justicia social?

El Estado mexicano es un Estado revolucionario, garantiza la libertad y respeto del hombre en el proceso de cambio que exige el bienestar colectivo; no es resultado de la casualidad el equilibrio de nuestra vida institucional, es producto del esfuerzo histórico del pueblo y su gobierno. Compartimos el propósito y la sustancia de la reforma del Estado, a fin de que cumpla con más eficacia sus compromisos con la sociedad.

Hay en su informe, ciudadano Presidente de la República, un adecuado planteamiento de las cuestiones que nos aquejan y de las decisiones adoptadas para su solución; ha sido indispensable remover obstáculos, vencer resistencias, pasar por encima de intereses creados, superar incredulidad y escepticismo.

Las estrechas y complejas relaciones financieras, comerciales industriales del presente, hacen de la hipótesis de la autosuficiencia absoluta de las naciones una mera utopía; intercambiar bienes y servicios con los demás es condición del bienestar de la gente y de ahí, que los endeudamientos no sean rechazables por sí mismos, son agobiantes e indeseables cuando obligan a transferir al exterior recursos imprescindibles para el desarrollo social.

Los acuerdos recientes en esta materia permiten, por primera vez, reducir el monto histórico de la deuda, los pagos del servicio ya no asfixian al país, la economía tiende a recuperarse; disponemos de recursos frescos y de créditos convenidos en términos multianuales; se registran incrementos en el producto nacional; se agilizan las exportaciones; se abaten las tasas de interés y se liberan recursos financieros para la inversión productiva y el empleo. Las relaciones económicas serían estériles si de ellas no se nutrieran las raíces de una política del hombre para el hombre.

Entre el Congreso y el Ejecutivo hay coincidencias al afirmar la cabal validez del Estado de derecho; el Estado de derecho transforma inseguridad en confianza, caos en organización, incertidumbre en certeza, elimina autoritarismo, impunidad y capricho en las relaciones de los hombres entre sí y con el poder.

La concertación como instrumento de la política actual, sustentada en diálogos, encuentros, análisis e intercambios entre campesinos, obreros, profesionales, comerciantes, industriales, mujeres y jóvenes, ha superado divergencias y ha hecho posible el acuerdo económico que no sólo evitó el descontrol de la inflación, sino que la redujo al más bajo nivel en los últimos 10 años.

El Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico, en constante evaluación, es el medio puesto en marcha por la administración y las organizaciones sociales, para el mantenimiento de los cauces razonables en que se mueve la economía.

México no podría participar en la historia universal sin ser dueño de su destino, la nación ha reiterado en el exterior su dignidad soberana, el irrestricto derecho a la autodeterminación y su aspiración al trato justo y equitativo en los acuerdos y convenciones. Hemos confirmado en los foros del mundo, que la paz es consecuencia del respeto, del entendimiento y de la colaboración; comprobamos que en la práctica se mantienen los grandes principios de la historia.

En sus visitas de Estado, ciudadano Presidente, y en las que han realizado mandatarios de otros países al nuestro, usted ha exaltado la tradición de nuestra política exterior; en lo interno, la concertación hizo posible que el Congreso de la Unión alcanzara el acuerdo sustantivo que forzará la vida democrática de la nación: la reforma constitucional que abre paso a nuevas y mejores reglas del juego electoral; en el pluralismo está la salud política del país; las ideas que libremente circulan y se debaten, tienen cabida natural entre nosotros.

La competitividad partidista es hoy más intensa que nunca, vivimos un tiempo que revitalizará a nuestra democracia si por la tolerancia nos entendemos en lo que nos separa e incluso en lo que nos vuelve leales adversarios, éste es el valor de la reforma electoral que hemos pactado.

Los mexicanos vemos con esperanza el futuro; atenderemos los problemas y desafíos que usted anticipa para el mañana; el trabajo adicional que ello requiera encontrará en nosotros apoyo solidario. Hay sin duda, un nuevo optimismo en la comunidad.

Ciudadano Presidente de la República, el informe rendido por usted al Congreso de la Unión, es una prueba más de la prudencia y madurez que alimentan las decisiones gubernamentales; la modernización que usted abandera, es el avance de la Revolución Mexicana en las circunstancias del mundo contemporáneo. Queremos estar a la altura de nuestro tiempo sin renunciar a la Revolución y a sus doctrinas; modernizar es más soberanía nacional; modernizar es más democracia;

modernizar es sustanciar el presente con las seculares luchas de los mexicanos. La Revolución de ayer, es la modernización de hoy; con la modernización, lograremos más Revolución. (Aplausos.)

Se ruega a la comisión designada para acompañar al ciudadano Presidente de la República, cuando desee retirarse de este recinto, cumpla su cometido.

ACTA DE LA PRESENTE SESIÓN

El Presidente del Congreso: - Ruego a la secretaría dar lectura al acta de la sesión del Congreso General.

La secretaria diputada Guadalupe Gómez Maganda de Anaya:

"Acta de la sesión del honorable Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, celebrada el día primero de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve, correspondiente a la apertura del Primer Período Ordinario de Sesiones del Segundo Año de Ejercicio de la Quincuagésima Cuarta Legislatura.

Presidencia del diputado Guillermo Jiménez Morales

En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las nueve horas con diez minutos del día primero de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve, con una asistencia de cuatrocientos treinta y seis diputados y cincuenta y ocho senadores, el Presidente declara abierta la sesión.

Puestos todos de pie, el Presidente declara: "el Quincuagésimo Cuarto Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, abre hoy, primero de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve, el Primer Período Ordinario de Sesiones del segundo año de su ejercicio constitucional."

Por instrucciones de la Presidencia, la secretaría da lectura a los nombres de los legisladores que integran las comisiones designadas, en acatamiento del artículo once del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.

La misma secretaría da lectura al acuerdo parlamentario que suscriben los partidos políticos integrantes de esta Legislatura.

Para expresar sus opiniones respecto al informe presidencial, hacen uso de la palabra los diputados Pedro René Etienne Llano, Rafael Aguilar Talamantes, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; Oscar Mauro Ramírez Ayala, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana; Porfirio Muñoz Ledo, del Partido de la Revolución Democrática; Abel Vicencio Tovar, del Partido Acción Nacional y Javier López Moreno, del Partido Revolucionario Institucional.

El Presidente pide a los integrantes de las comisiones que cumplan con su cometido y decreta un receso.

Receso.

Se reanuda la sesión a las once horas y se rinden honores de ordenanza al presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Carlos Salinas de Gortari.

El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, rinde el primer informe de su gobierno.

El diputado Guillermo Jiménez Morales, da cumplida respuesta al informe de gobierno.

Puestos todos de pie, se rinden honores de ordenanza al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, cuando se retira del salón de sesiones."

Está a discusión el acta... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba.

Los señores legisladores que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo poniéndose de pie... Aprobada, señor Presidente.

El Presidente del Congreso: - Se levanta la sesión de Congreso General, y se cita a sesión de Cámara de Diputados para el próximo martes 7 de noviembre a las 9:00 horas.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA

Y DIARIO DE LOS DEBATES