Legislatura LV - Año II - Período Extraordinario - Fecha 19930902 - Número de Diario 8

(L55A2P1eN008F19930902.xml)Núm. Diario: 8

ENCABEZADO

LV LEGISLATURA

PODER LEGISLATIVO FEDERAL

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Primer Período Extraordinario del Segundo Receso del Segundo Año de Ejercicio

PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Diputado Rodolfo Echeverría Ruiz

PALACIO LEGISLATIVO

DIRECTOR DEL DIARIO DE LOS DEBATES

Héctor de Antuñano y Lora

AÑO II México, D.F., jueves 2 de septiembre de 1993 No. 8

PERIODO EXTRAORDINARIO

SUMARIO

ASISTENCIA

ORDEN DEL DÍA

ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR

CÁMARA DE SENADORES

Oficio con el que solicita la anuencia de la colegisladora para citar oportunamente, a fin de recibir las minutas que se le envíen. De enterado.

LEY MONETARIA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Dictamen de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, con proyecto de decreto que reforma el inciso b, del artículo 2o., de ese ordenamiento y señala las características de la Moneda de Cincuenta Pesos. Es de primera lectura.

La Asamblea dispensa la segunda lectura y se somete a debate.

Para fundamentar el dictamen, hace uso de la palabra el diputado Alfredo Villegas Arreola.

Debaten al respecto los diputados:

Pedro Medina Pérez, en contra.

Hiram de León Rodríguez, para contestar alusiones personales.

Diego Heriberto Zavala Pérez, para rectificar hechos.

Yolanda Elizondo Maltos, en pro.

Miguel Osorio Marbán, en pro.

Pablo Emilio Madero Belden, para presentar una proposición.

Votación de la proposición.

Patricia Terrazas Allen, para rectificar hechos.

Enrique Rico Arzate, para rectificar hechos.

Francisco José Paoli Bolio, para rectificar hechos.

Lectura de los artículos 150 y 154 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.

Florencio Salazar Adame, para rectificar hechos.

Adolfo Alfonso Kunz Bolaños, para rectificar hechos.

Votación de la proposición conforme al artículo 151 citado. Se desecha la proposición.

Votación del dictamen y resultado.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Dictamen de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, con proyecto de decreto que reforma la fracción I del artículo 82. Se dispensa la segunda lectura y se pone a discusión de inmediato.

Para fundamentarlo hace uso de la palabra el diputado José Domingo Olvera Cervantes.

Información del Presidente, que desde su curul impugna el diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo.

Hace uso de la palabra el diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos, quien presenta una proposición a nombre de diversos grupos parlamentarios.

Para rectificar hechos o contestar alusiones personales, hacen uso de la palabra los diputados:

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

Diego Fernández de Cevallos Ramos

Gustavo Carvajal Moreno

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

Diego Fernández de Cevallos Ramos

Nahum Ildefonso Zorrilla Cuevas

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

Diego Fernández de Cevallos Ramos

Alberto Marcos Carrillo Armenta

Juan José Rodríguez Prats

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

Felipe de Jesús Calderón Hinojosa

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

Adolfo Alfonso Kunz Bolaños

José Antonio González Fernández

Cuautémoc Amezcua Dromundo

José Antonio González Fernández

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

José Antonio González Fernández

Fernando Estrada Sámano

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

Miguel González Avelar

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

José Antonio González Fernández

Diego Fernández de Cevallos Ramos

A discusión el dictamen, hacen uso de la palabra los diputados:

Hildebrando Gaytán Márquez, en contra.

Manuel Terrazas Guerrero, para proponer una moción de procedimiento.

Miguel González Avelar, para aclarar el debate.

Manuel Terrazas Guerrero, para rectificar hechos.

Gustavo Carvajal Moreno, a nombre de la Comisión dictaminadora.

Adolfo Alfonso Kunz Bolaños, para rectificar hechos.

Raymundo Cárdenas Hernández, para rectificar hechos.

Continúa el debate y hacen uso de la palabra los diputados:

Francisco Laris Iturbide, para presentar una proposición.

Griselda Beatriz Rangel Juárez, en contra.

Rosa Albina Garavito Elías, en contra.

Marco Humberto Aguilar Coronado, para presentar una proposición.

Jaime Ignacio Muñoz y Rodríguez, en pro.

Martín Tavira Urióstegui, en contra.

Francisco Dorantes Gutiérrez, en contra.

Luisa Alvarez Cervantes, en contra.

Gilberto Rincón Gallardo y Meltis en contra.

Ricardo Alfredo Ling Altamirano, en pro.

Luisa Alvarez Cervantes, para rectificar hechos.

Héctor Ramírez Cuéllar, en contra.

Javier Centeno Ávila, en contra.

Juan Gualberto Campos Vega, en contra.

Carlos González Durán, en contra.

Francisco Gárate Chapa, en pro.

Agustín Basave Benítez, en pro.

Para rectificar hechos o contestar alusiones personales, suben a la tribuna los diputados:

Martín Tavira Urióstegui

Agustín Basave Benítez

Francisco Gárate Chapa

Martín Tavira Urióstegui

Francisco Dorantes Gutiérrez

Agustín Basave Benítez

Continúa el debate del dictamen y hacen uso de la palabra los diputados:

Juan Cárdenas García, en contra.

Diego Heriberto Zavala Pérez, en pro.

Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez, a nombre de un grupo de diputados de su grupo parlamentario.

Luis Felipe Bravo Mena, en pro.

Carlos González Durán, para rectificar hechos.

Francisco Agustín Arroyo Vieyra, en pro.

Raymundo Cárdenas Hernández, para presentar una proposición.

Votación de las proposiciones.

Votación y aprobación del dictamen. Se turna al Senado de la República para los efectos constitucionales.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS (II)

Se de primera lectura a un dictamen de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, con proyecto de decreto que reforma los artículos 31, 44, 73, 79, 79, 89, 104, 105, 107, 122; Título Quinto; adiciona una fracción IX al artículo 76 y deroga la fracción XVII del artículo 89.

ORDEN DEL DÍA

De la próxima sesión. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del diputado J. Benigno Aladro Fernández

ASISTENCIA

El Presidente:

Este Presidencia ruega a la Secretaría haga de su conocimiento el resultado del cómputo de asistencia del registro de firmas de los diputados.

El secretario Tomás Osorio Avilés:

Se informa a la Presidencia que existen registrados previamente 359 diputados, por lo tanto hay quórum.

APERTURA

El Presidente:

(A las 12:45 horas): Se abre la sesión.

ORDEN DEL DÍA

El secretario Tomás Osorio Avilés:

Se va a dar lectura al orden del día.

«Primer Período de Sesiones Extraordinarias.- Segundo Receso.- Segundo Año.- LV Legislatura.

Orden del día

2 de septiembre de 1993.

Lectura del acta de la sesión anterior.

Comunicación de la Cámara de Senadores.

Dictámenes de primera lectura

De la Comisión de Hacienda y Crédito Público, con proyecto de decreto por el que se reforma el inciso B, del artículo 2o., de la Ley Monetaria de los Estado Unidos Mexicanos y se señalan las características de la moneda de cincuenta pesos. Se dispensa la segunda lectura, y se pone a discusión y votación.

De la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, con proyecto de decreto que reforma la fracción I del artículo 82, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Se dispensa la segunda lectura, y se pone a discusión y votación.»

ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR

El Presidente:

En virtud de que se entregaron copias del acta de la sesión anterior a los grupos parlamentarios, consulte la Secretaría a la Asamblea si se le dispensa la lectura.

El secretario Tomás Osorio Avilés:

Por instrucciones de la Presidencia, en votación económica, se pregunta a la Asamblea si se le dispensa la lectura al acta.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...

Los que estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Se dispensa la lectura, señor Presidente.

«Acta de la sesión de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, celebrada el día veintisiete de agosto de mil novecientos noventa y tres, correspondiente al Primer Período de Sesiones Extraordinarias del Segundo Receso del Segundo Año de Ejercicio de la Quincuagésima Quinta Legislatura.

Presidencia del diputado Rodolfo Echeverría Ruiz

En la capital de los Estados Unidos Mexicanos, siendo las doce horas con treinta minutos del día veintisiete de agosto de mil novecientos noventa y tres, con una asistencia de doscientos sesenta y tres diputados, el Presidente declara abierta la sesión.

La Secretaría da lectura al orden del día y la Asamblea dispensa la del acta de la sesión anterior, misma que, sin discusión, se aprueba en sus términos en votación económica.

Se recibe y se turna a la Comisión de Hacienda y Crédito Público, una minuta del Senado de la República, con proyecto de decreto que reforma el inciso b, del artículo segundo de la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos y se señalan las características de la Moneda de Cincuenta Pesos.

El Presidente informa a la Asamblea de un acuerdo de la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política, en él se fijan las reglas para la discusión en lo particular del dictamen de la Comisión de Gobernación y Puntos

Constitucionales, con proyecto de decreto que reforma los artículos cuarenta y uno, cincuenta y cuatro, sesenta, sesenta y tres, setenta y cuatro, ochenta y dos y cien de la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos.

El mismo Presidente da cuenta con los artículos reservados para la discusión en lo particular: cuarenta y uno, por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y Popular Socialista; cincuenta y cuatro, por los partidos Revolucionario Institucional, de la Revolución Mexicana, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, Auténtico de la Revolución Mexicana y Popular Socialista; cincuenta y seis, por los partidos Acción Nacional, de la Revolución democrática, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y Popular Socialista; sesenta por los partidos de la Revolución Democrática, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y Popular Socialista; sesenta y tres y setenta y cuatro por los partidos de la Revolución Democrática, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y Popular Socialista; ochenta y dos, por todos los grupos parlamentarios y cien, por los partidos de la Revolución Democrática, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y Popular Socialista.

Para expresar sus opiniones respecto al artículo cuarenta y uno y hacer diversas proposiciones de reforma, se concede el uso de la palabra a los diputados: Jorge Tovar Montañez, del Partido Popular Socialista, en contra; José Octaviano Alaniz Alaniz, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, en contra; Eloy Vázquez López, del Partido de la Revolución Democrática, para rectificar hechos; Ricardo Valero Recio Becerra, del Partido de la Revolución Democrática, en contra; Guillermo Flores Velasco, del mismo partido, en contra; César Jáuregui Robles, del Partido Acción Nacional, en pro; Juan Ramiro Robledo Ruiz, del Partido Revolucionario Institucional, en pro.

Para rectificar hechos o contestar alusiones personales, hacen uso de la palabra los diputados: Rosa Albina Garavito Elías, del Partido de la Revolución Democrática, en dos ocasiones; José Octaviano Alaniz Alaniz, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, en dos ocasiones; Juan Ramiro Robledo Ruiz, del Partido Revolucionario Institucional y Ricardo Valero Recio Becerra, del partido de la Revolución Democrática.

Continúa la discusión del artículo cuarenta y uno y hacen uso de la palabra los diputados Miguel León Corrales, del Partido de la Revolución Democrática, en contra; Juan Campos Vega, del Partido Popular Socialista, en contra; Elpidio Tovar de la Cruz, del partido de la Revolución Democrática, en contra; Israel González Arreguín, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, en contra;

Presidencia del diputado José Ramos González

José Camilo Valenzuela, del Partido de la Revolución Democrática, en contra y es interrumpido por una moción de orden del diputado Romeo Flores Leal; Pablo Emilio Madero Belden, para rectificar hechos; Héctor Ramírez Cuéllar, en contra;

Presidencia del diputado Rodolfo Echeverría Ruiz

y Francisco Saucedo Pérez, del Partido de la Revolución Democrática, en contra.

Para rectificar hechos o contestar alusiones personales, hacen uso de la palabra los diputados: Felipe Calderón Hinojosa, del Partido Acción Nacional, en dos ocasiones; José Camilo Valenzuela, del Partido de la Revolución Democrática, en cuatro ocasiones y contesta a una interpelación del diputado Calderón Hinojosa; Fernando Estrada Sámano, del Partido Acción Nacional; Rosa Albina Garavito Elías, del Partido de la Revolución Democrática, en dos ocasiones; Francisco Paoli Bolio, del Partido Acción Nacional; Diego Fernández de Cevallos, del mismo Partido, en dos ocasiones; Martha Patricia Ruiz Anchondo, del Partido de la Revolución Democrática; Alberto Carrillo Armenta, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y Gilberto Rincón Gallardo, del Partido de la Revolución Democrática.

La Asamblea considera suficientemente discutido el artículo cuarenta y uno y se reserva para su votación nominal en conjunto.

Solicita y se concede el uso de la palabra al diputado Miguel González Avelar, del Partido Revolucionario Institucional, quien en virtud de la importancia y el debate nacional que se ha suscitado en relación con las reformas propuestas al artículo ochenta y dos constitucional, se adelante, en el orden del día, la discusión de esta norma.

Sube a la tribuna el diputado Alejandro Encinas Rodríguez, del Partido de la Revolución Democrática, quien propone una moción suspensiva que, en votación económica, la Asamblea desecha.

Hace uso de la palabra el diputado Francisco Arroyo Vieyra, del Partido Revolucionario Institucional, quien propone una modificación al texto del artículo ochenta y dos constitucional y se concede el uso de la palabra al diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, del Partido Popular Socialista, quien propone que el texto de la fracción primera del citado artículo se conserve con la misma redacción que ahora tiene.

Se concede el uso de la palabra al diputado Gustavo Carvajal Moreno, del Partido Revolucionario Institucional, quien en su calidad de Presidente de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, solicita la anuencia de la Asamblea para que este artículo regrese a la Comisión.

En votación económica se acepta la proposición del diputado Carvajal y, para rectificar hechos, sube a la tribuna el diputado Eloy Vázquez López, del Partido de la Revolución Democrática.

Presidencia del diputado Joaquín Hendricks Díaz

A discusión el artículo cincuenta y cuatro, hacen uso de la palabra los diputados: Hildebrando Gaytán Márquez, del Partido Popular Socialista, en contra; Adolfo Kunz Bolaños, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, en pro y hace una propuesta de reforma; Demetrio Hernández Pérez, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, en contra; Salvador Valencia Carmona, del Partido Revolucionario Institucional, en pro y contesta interpelaciones de los diputados Soto González y Hernández Pérez; Eloy Vázquez López, del Partido de la Revolución Democrática, en contra;

Presidencia del diputado Rodolfo Echeverría Ruiz

Jesús Martín del Campo Castañeda, del Partido de la Revolución Democrática, en contra; Héctor Ramírez Cuéllar, en contra; Demetrio Hernández Pérez, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, para rectificar hechos; Carlos González Pérez, del Partido de la Revolución Democrática, en contra; Mario del Valle Fernández, del Partido Revolucionario Institucional, en pro.

Para contestar alusiones personales o rectificar hechos, hacen uso de la palabra los diputados: Raymundo Cárdenas Hernández, del Partido de la Revolución Democrática, en dos ocasiones; Francisco Gárate Chapa, del mismo partido; Martha Patricia Ruiz Anchondo, del mismo Partido y contesta a una interpelación del diputado Calderón Hinojosa y, Alejandro Nieto Enríquez, del Partido Revolucionario Institucional.

La Asamblea considera suficientemente discutido el artículo cincuenta y cuatro y se reserva para su votación nominal en conjunto.

Presidencia del diputado Joaquín Hendricks Díaz.

A discusión el artículo cincuenta y seis, hacen uso de la palabra los diputados: Martín Tavira Urióstegui, del Partido Popular Socialista, en contra; Manuel Terrazas Guerrero, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, en contra y para rectificar hechos en dos ocasiones; Francisco Paoli Bolio, en pro y para rectificar hechos en dos ocasiones; Alberto Carrillo Armenta, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, para rectificar hechos en dos ocasiones; Raymundo Cárdenas Hernández, del Partido de la Revolución Democrática, en contra; Ernesto Gil Elorduy, del Partido Revolucionario Institucional, en pro y contesta a una interpelación de la diputada Alvarez Cervantes; Eloy Vázquez López, del Partido de la Revolución Democrática, para rectificar hechos y Jorge Zermeño Infante, del Partido Acción Nacional, en pro.

Presidencia del diputado Rodolfo Echeverría Ruiz

Para contestar alusiones personales o rectificar hechos sobre el mismo artículo, hacen uso de la palabra los diputados: Jesús Martín del Campo Castañeda, del Partido de la Revolución Democrática; Luisa Alvarez Cervantes, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; Jorge Zermeño Infante, del Partido Acción Nacional, en dos ocasiones; Eloy Vázquez López, del Partido de la Revolución Democrática; Octaviano Alaniz Alaniz, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; Enrique

Sada Fernández, del Partido Revolucionario Institucional, en pro del dictamen; Beatriz Rangel Juárez, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; Israel González Arreguín, del mismo Partido; Humberto Aguilar Coronado, del Partido Acción Nacional; Jorge Calderón Salazar, del Partido de la Revolución Democrática, en contra; Héctor Ramírez Cuéllar, en contra; Carlos González Durán, del Partido de la Revolución Democrática y Juan José Rodríguez Prats, del Partido Revolucionario Institucional, en pro.

La Asamblea considera suficientemente discutido este artículo y se reserva para su votación nominal en conjunto.

A discusión el artículo sesenta, hacen uso de la palabra los diputados: Beatriz Rangel Juárez, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, en contra; Héctor Ortiz Ortiz, del Partido Revolucionario Institucional, en pro y Francisco Saucedo Pérez, del Partido de la Revolución Democrática, para rectificar hechos.

La Asamblea considera suficientemente discutido el artículo y se reserva su votación nominal en conjunto.

En virtud de que no hay registro de oradores para la discusión de los artículos sesenta y tres, setenta y cuatro y cien, la Asamblea los considera suficientemente discutidos y se reservan para su votación nominal en conjunto.

A discusión el artículo primero transitorio, hace uso de la palabra el diputado Alberto Schettino Piña, del Partido Revolucionario Institucional, quien hace una proposición de reforma firmada por representantes de su partido y de los partidos Acción Nacional y Auténtico de la Revolución Mexicana.

La Asamblea considera suficientemente discutido este artículo, así como los transitorios segundo, tercero, cuarto, quinto y séptimo.

Sube a la tribuna el diputado Raymundo Cárdenas Hernández, del Partido de la Revolución Democrática, quien reclama el trámite por no mencionarse el artículo sexto transitorio. La Secretaría, por instrucciones de la Presidencia, da lectura a la versión taquigráfica de la discusión respecto al artículo ochenta y dos, regresado a comisiones, donde se asienta que el artículo sexto transitorio fue retirado al mismo tiempo que el ochenta y dos.

Terminado el debate en lo particular, la Secretaría recoge la votación nominal, misma que resulta aprobatoria por trescientos trece votos. Pasa al Senado de la República para los efectos constitucionales.

Agotados los asuntos en cartera, la Secretaría da lectura al orden del día de la próxima sesión y el Presidente clausura la de hoy a las dos horas con cuarenta y tres minutos del día veintiocho de agosto de mil novecientos noventa y tres, citando para la que tendrá lugar el próximo día primero de septiembre del mismo año, a las diez horas.»

El Presidente:

Gracias, señor Secretario.

Esta Presidencia ruega a la Secretaría poner a consideración de la Asamblea el acta de la sesión anterior y si algún diputado desea hacer alguna observación a la misma, sírvase manifestarlo.

El secretario Tomás Osorio Avilés:

Está a consideración de la Asamblea el acta de la sesión anterior. ¿Hay algún diputado que desee hacer observaciones a la misma?

Se consulta a la Asamblea en votación económica si se aprueba.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...

Los que estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Aprobada el acta, señor Presidente.

CÁMARA DE SENADORES

El secretario Tomás Osorio Avilés:

«Ciudadanos secretarios de la honorable Cámara de Diputados.- Palacio Legislativo.- Presentes.

En los términos del artículo 5o. del decreto de la Comisión Permanente de fecha 11 del actual para convocar al presente período de sesiones extraordinarias y con fundamento en el artículo 68 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, nos permitimos solicitar de ustedes la consideración procedente para que el pleno de este cuerpo colegiado sea citado con toda oportunidad para recibir las minutas que remita esa honorable colegisladora.

Sin otro particular, reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

México, D.F., 29 de agosto de 1993.- Secretarios senadores: Antonio B. Manríquez Guluarte y Manuel Díaz Cisneros.»

De enterado.

LEY MONETARIA DE LOS ESTADOS

UNIDOS MEXICANOS

El secretario Rubén Pabello Rojas:

«Comisión de Hacienda y Crédito Público.

Honorable Asamblea: a esta Comisión de Hacienda y Crédito Público se turno para su estudio y dictamen, la iniciativa del decreto por el que se reforma el inciso B, del artículo 2o. de la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos y se señalan las características de la moneda de cincuenta pesos, enviada por el Presidente de la República al honorable Congreso de la Unión por conducto de la Cámara de Senadores. El mencionado proyecto fue aprobado en la Cámara de su origen.

Habiendo analizado el referido documento, con fundamento en los dispuesto por los artículos 56 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos y 65 del Reglamento para el Gobierno Interior, formulamos el siguiente

DICTAMEN

El pasado 18 de junio de 1992, el honorable Congreso de la Unión aprobó el decreto por el que se crea una nueva unidad monetaria, así como el decreto por el que se reformó la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos y se fijaron las características de las monedas metálicas correspondientes a la nueva unidad.

Conforme a este último ordenamiento, se estableció entre otras, una serie de monedas "bimetálicas", integrada actualmente por las monedas de uno, dos y cinco nuevos pesos, compuestas por un arillo exterior de color plateado y el centro de color dorado. En el aludido decreto se estableció como pieza de más alta denominación la moneda de diez pesos. Esta pieza, también bimetálica, teniendo como principal atractivo que el centro sería de plata de Ley 0.925.

Posteriormente el 1o. de diciembre de 1992, en el honorable Congreso de la Unión aprobó el diverso decreto por el que se reformó la citada Ley Monetaria y se fijaron las características de la moneda de veinte pesos, con contenido de plata, con la finalidad de integrar una nueva serie actualmente conformada por las monedas de diez y veinte nuevos pesos, dando así mayor uniformidad a nuestro sistema de moneda metálica.

La Comisión que suscribe, está de acuerdo con lo señalado en la exposición de motivos de la iniciativa presentada por el titular del Poder Ejecutivo Federal, en el sentido de que es conveniente incorporar a esta serie de monedas con centro de plata, una nueva pieza de cincuenta pesos que independientemente de que han tenido gran aceptación en el público y se han sumado a una orgullosa tradición numismática presenta las mismas ventajas que las ya en circulación, en cuanto al costo, valor intrínseco y cualidades técnicas, ya que la moneda propuesta al igual que las actuales de diez y veinte nuevos pesos que conforman la serie, no presentan los inconvenientes de la monedas de plata tradicionales en cuanto a su alto costo, riesgo de que su valor metálico supere al facial y, principalmente en lo que atañe a su posible falsificación.

Es importante destacar que esta nueva moneda, como sucede con las actuales piezas de diez y veinte nuevos pesos, coexistiría en la circulación con un billete de igual valor facial, permitiendo así al público utilizar el signo monetario que estime satisfaga de mejor manera sus requerimientos, para emplearlo en transacciones monetarias.

Esta Comisión considera que la ocasión de acuñar un amoneda de cincuenta nuevos pesos es propicia para honrar, una vez más, a los cadetes del heroico Colegio Militar que en 1847 defendieron a la patria con sus vidas, ejemplo de fortaleza y coincidencia incuestionable para todos los mexicanos.

En virtud de lo anteriormente expuesto, esta Comisión se permite proponer a esta honorable Asamblea la aprobación del siguiente

PROYECTO DE DECRETO

QUE REFORMA EL INCISO B,

DEL ARTÍCULO 2o. DE LA LEY

MONETARIA DE LOS ESTADOS

UNIDOS MEXICANOS Y SE

SEÑALAN LAS CARACTERÍSTICAS

DE LA MONEDA DE

CINCUENTA PESOS

Artículo primero. Se reforma el inciso b, del artículo 2o. de la Ley Monetaria de los Estados

Unidos Mexicanos, para quedar en los términos siguientes:

"Artículo 2o. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

a). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

b) Las monedas metálicas de cincuenta, veinte, diez, cinco, dos y un pesos, y de cincuenta, veinte, diez y cinco centavos, con los diámetros, composición metálica, cuños y demás características que señalen los decretos relativos.

c). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ."

Artículo segundo. Las características de la moneda de cincuenta pesos a que se refiere el presente decreto, serán las siguientes:

Valor Facial: Cincuenta pesos.

Forma: Circular.

Diámetro: 39.0 mm (treinta y nueve milímetros).

Composición: La moneda será bimetálica y estará constituida por dos aleaciones, una para su parte central y otra para su anillo perimétrico, que serán como sigue:

1. Parte central de la moneda.

Plata: Sterling.

Ley: 0.925.

Metal de Liga: Cobre.

Peso: 16.812 g (dieciséis gramos, ochocientos doce milésimos).

Contenido: 15.552 g (quince gramos, quinientos cincuenta y dos milésimos), equivalente a 1/2 (un medio) de onza troy de plata pura.

Tolerancia en Ley: 0.005 (cinco milésimos) en más o en menos.

Tolerancia en peso por pieza: 0.336 g (trescientos treinta y seis miligramos) en más o en menos.

2. Anillo perimétrico de la moneda.

Conforme lo previsto en el inciso b, del artículo 2o. de la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos, dicho anillo podrá estar constituido por cualquiera de las aleaciones siguientes:

A) Aleación de bronce-aluminio.

Esta aleación estará integrada como sigue: 92% (noventa y dos por ciento) de cobre;

6% (seis por ciento) de aluminio y,

2% (dos por ciento) de níquel; con una tolerancia, en más o en menos, de 1.5% (uno, cinco décimos por ciento), por elemento.

En esta composición el peso será de 17.155 g (diecisiete gramos, ciento cincuenta y cinco milésimos), y la tolerancia en pesos por pieza será de 0.772 g (setecientos setenta y dos miligramos), en más o en menos.

B) Aleación de acero recubierto de bronce. Esta aleación estará compuesta por dos partes:

Un núcleo cuyo peso corresponderá entre 92% y 96% (noventa y dos y noventa y seis por ciento) y un recubrimiento cuyo peso corresponderá entre 8% y 4% (ocho y cuatro por ciento) del peso total de la pieza.

La composición de cada una de estas partes será la siguiente:

B1) Núcleo de acero.

Esta aleación estará integrada como sigue:

0.08% (ocho centésimos de punto porcentual) de carbono, máximo; entre 0.25% y 0.40% (veinticinco y cuarenta centímetros de punto porcentual) de manganeso; 0.04% (cuatro centésimos de punto porcentual) de fósforo, máximo; 0.05% (cinco centésimos de punto porcentual) de azufre, máximo; y lo restante de hierro.

B2) Recubrimiento de bronce.

Estará integrado como sigue:

Entre 86% y 90% (ochenta y seis y noventa por ciento) de cobre.

Entre 14% y 10% (catorce y diez por ciento) de estaño.

En esta composición el peso será de 17.198 g (diecisiete gramos, ciento noventa y ocho milésimos y la tolerancia en peso por pieza será de 0.774 g (setecientos setenta y cuatro miligramos)en más o en menos.

C) Aleación de bronce-aluminio-hierro. Esta aleación estará integrada como sigue: 5% (cinco por ciento) de níquel, máximo; 5% (cinco por ciento) de aluminio, máximo; 1% (uno por

ciento) de hierro, máximo; 0.6% (seis décimos de punto porcentual) de manganeso, máximo; y lo restante de cobre.

En esta composición, el peso será de 17.394 g (diecisiete gramos, trescientos noventa y cuatro milésimos), y la tolerancia en peso por pieza será de 0.783 g (setecientos ochenta y tres miligramos ), en más o en menos.

D) Aleación de alpaca dorada.

Esta aleación estará integrada como sigue: 70% (setenta por ciento) de cobre;

5.5% (cinco, cinco décimos por ciento) de níquel; y

24.5% (veinticuatro, cinco décimos por ciento) de zinc; con una tolerancia en más o en menos, de 1.5% (uno, cinco décimos por ciento), por elemento.

En esta composición el peso será de 18.918 g (dieciocho gramos, novecientos dieciocho milésimos), y la tolerancia en peso por pieza será de 0.851 g (ochocientos cincuenta y un miligramos), en más o en menos.

3. Peso total.

Será la suma de los pesos de la parte central y del anillo perimétrico de la misma, que corresponderá para cada inciso del punto 2 anterior, como a continuación se indica:

A) 33.967 g (treinta y tres novecientos sesenta y siete milésimos), y la tolerancia en peso por pieza será de 1.108 g (un gramo, ciento ocho milésimos), en más o en menos.

B) 34.010 g (treinta y cuatro gramos, diez milésimos), y la tolerancia en peso por pieza será de 1.110 g (un gramo, ciento diez milésimos), en más o en menos.

C) 34.206 g (treinta y cuatro gramos, doscientos seis milésimos), y la tolerancia en peso por pieza será de 1.119 g (un gramo ciento diecinueve milésimos), en más o en menos.

D) 35.730 g (treinta y cinco gramos, setecientos treinta milésimos), y la tolerancia en peso por pieza será de 1.187 g (un gramo, ciento ochenta y siete milésimos), en más o en menos.

Cuños

Anverso: El Escudo Nacional con la leyenda "Estados Unidos Mexicanos "formando el semicírculo superior.

Reverso: En la parte central la efigie de los Niños Héroes, con el símbolo de la Casa de Moneda de México "M", arriba desfasado a la izquierda y el año de acuñación arriba desfasado a la derecha; al pie de la efigie, desfasado a la derecha la leyenda "Niños Héroes". En el anillo perimétrico en la parte superior el símbolo "$" y el número "50"; formando un semicírculo en la parte inferior, una guirnalda de laureles. El marco liso con gráfila escalonada.

Canto: Estriado.

TRANSITORIOS

Primero. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Segundo. La moneda de cincuenta pesos a que se refiere este decreto, deberá contener en el reverso el símbolo "N$", en lugar del símbolo "$" hasta que el Banco de México en términos de lo dispuesto por el artículo tercero transitorio del decreto por el que se crea una nueva unidad del Sistema Monetario de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 22 de junio de 1992, retire de la circulación las monedas metálicas representativas de la unidad monetaria que ha sido sustituida.

Sala de comisiones de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.- México, D.F., a 1o. de septiembre de 1993.»

Es de primera lectura.

El Presidente:

Se ruega a la Secretaría consulte a la Asamblea si se le dispensa la segunda lectura al dictamen y en esta misma sesión se somete a discusión y a votación.

El secretario Rubén Pabello Rojas:

Por instrucciones de la Presidencia, con fundamento en el artículo 59 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General, se consulta a la Asamblea en votación económica, si se le dispensa la segunda lectura al dictamen y en esta misma sesión se somete a discusión y votación.

Los diputados que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...

Los diputados que estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Se dispensa la segunda lectura al dictamen.

El Presidente:

En consecuencia, está a discusión en lo general y en lo particular.

Esta Presidencia informa que se han inscrito para este tema, los siguientes señores diputados: Alfredo Villegas Arreola, Pedro Medina Pérez, Yolanda Elizondo Maltos, Jorge Calderón Salazar y Miguel Osorio Marbán.

En consecuencia, tiene el uso de la palabra, por la Comisión, el diputado Alfredo Villegas Arreola.

El diputado Alfredo Villegas Arreola:

Con su permiso, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

En la iniciativa que presentó el Ejecutivo Federal, a mediados del año pasado, respecto a la creación de una nueva unidad de nuestro sistema monetario, se indicaba que gracias al esfuerzo de todos los mexicanos se tiene mayor estabilidad, menor inflación y crecemos a ritmos superiores al crecimiento de la población.

Se apuntaba igualmente que lo anterior proporcionaba la base para adoptar medidas adicionales, que sin cambiar las estrategias económicas fundamentales hicieran más simples los procedimientos y facilitaran el desarrollo de la economía cotidiana.

Fue así que se propuso la creación de una nueva unidad del sistema monetario mexicano, que permitiría un nuevo manejo y mejor en la operación y en las transacciones monetarias.

El cambio de nuestra unidad monetaria se planteó por etapas durante el año pasado. La primera es donde se fabricarían los nuevos billetes y monedas metálicas, se expedirían las disposiciones conducentes a establecer el nuevo régimen y se informaría al público del cambio y de todos sus efectos.

La razón por la que he hecho referencia a esta iniciativa, relacionada con la creación de una nueva unidad de nuestro sistema monetario, es porque en dicha iniciativa se habla ya de determinar las características de las nuevas monedas metálicas; es decir, se constituyó en el antecedente inmediato del tema que el día de hoy nos ocupa.

Efectivamente, el Ejecutivo Federal señalaba que por lo que toca a las monedas metálicas correspondientes a la nueva unidad monetaria, se estima pertinente modificar desde un principio las características de las piezas hoy en circulación. Ello, en virtud de que nuestro actual sistema de moneda metálica tiene un costo de fabricación muy elevado.

Fue así que el propio Ejecutivo sometió a consideración del honorable Congreso de la Unión la iniciativa de decreto por el que se reforma...

El Presidente:

Señor diputado, permítame, si es tan amable, señor diputado.

Esta Presidencia hace una exhortación y un llamamiento a los señores diputados, a los señores periodistas y a los visitantes que amablemente se encuentran con nosotros, para que ocupen sus lugares, con objeto de llevar en orden esta sesión. Muchas gracias, señor diputado.

El diputado Alfredo Villegas Arreola:

Fue así que el propio Ejecutivo sometió a consideración del honorable Congreso de la Unión la iniciativa de decreto por el que se reforma el inciso b, del artículo 2o. de la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos y se señalan las características de las monedas de cinco, 10, 20 y 50 centavos y, de uno, dos, cinco y 10 pesos, misma que fue aprobada por nuestra colegisladora y por esta honorable soberanía.

Respecto a la acuñación de una moneda de 50 pesos, estamos de acuerdo con nuestra colegisladora cuando señala "que al proponérsele la acuñación de una nueva moneda bimetálica, de la nueva unidad del sistema monetario de la República, se retoma el uso de la aleación a base de plata sterling, ley 0.925 para su parte central, con un contenido equivalente a media onza troy. Ello constituye un renovado impulso a la utilización de este metal precioso en la acuñación de las monedas de circulación en el país.

Y mucho valoramos y al mismo tiempo expresamos que esto nos implica tres ventajas:

Apoyar la industria extractiva de la plata y la minería.

Establecer un adecuado valor intrínseco para una moneda de la denominación a la que se hace referencia y,

Colocar en el mercado una pieza que adicionalmente al poder liberatorio de pago, tendrá aprecio en el ámbito de la numismática, dado su contenido de plata para una moneda de curso común.

Estamos convencidos de las bondades de retomar la tradición nacional de contar con monedas de plata. La acuñación de estas nuevas monedas nos permite continuar esta tradición mexicana.

Por otra parte, considera adecuado que durante el período de transición, que finalizará con la desmonetización de los signos viejos, la moneda de 50 pesos ostente el símbolo nuevos pesos, en lugar del símbolo de pesos. Esta disposición es congruente con lo aprobado el año anterior por el honorable Congreso de la Unión.

Habría que señalar que esta moneda de 50 pesos llevará el símbolo nuevos pesos, por las siguientes razones:

En primer lugar, el decreto por el que se crea una nueva unidad de sistema monetario de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la Federación, el pasado 22 de junio de 1992, señaló este decreto en su artículo 1o., así como tercero transitorio, "que la nueva unidad conservaría el nombre de pesos y que en tanto los billetes del Banco de México y las monedas metálicas, representativos de la unidad monetaria que se sustituyó no hayan sido desmonetizados, los billetes y monedas representativos de la nueva unidad deberán contener la expresión "nuevos pesos" o el símbolo que ya se señala".

Adicionalmente, la iniciativa de decreto que nos ocupa en su artículo segundo transitorio, indica que la moneda de 50 pesos deberá contener en el reverso el símbolo: Nuevos Pesos, en lugar del símbolo de pesos hasta que el Banco de México, en términos de lo dispuesto en el artículo tercero transitorio del propio decreto por el que se crea la nueva unidad del Sistema Monetario de los Estados Unidos Mexicanos, retire de la circulación las monedas metálicas representativas de la unidad monetaria que ha sido sustituida.

El agregar a los billetes y monedas metálicas que circulan actualmente una nueva pieza de 50 pesos, obedece a ciertos propósitos; al respecto, es de considerar que dicha moneda no agrega una denominación más a las ya existentes, pues en la actualidad circulan billetes de 50 nuevos pesos a los que sustituiría parcialmente la pieza a que se hace referencia.

Los propósitos en la acuñación de esta pieza son: incrementar el uso monetario de la plata, proveer a los particulares de un signo monetario que satisfaga preferencias ya obtenidas en la demanda que han tenido las monedas de 10 y 20 nuevos pesos, cuyo núcleo es también de plata y aprovechar el mercado numismático para ofrecer en él la moneda metálica de los 50 nuevos pesos.

Creo también, compañeros diputados, necesario, el referirme a la relación existente entre el valor intrínseco de la nueva pieza y su valor nominal. La moneda, materia de la iniciativa en comentario, tendrá un valor inferior al nominal, para desalentar que la misma pueda ser utilizada con fines no monetarios reforzando con ello la intención que quedó plasmada en las recientes reformas al Capítulo I, Título Decimotercero del Libro Segundo del Código Penal para el D.F., en materia del fuero común y para toda la República en materia del fuero federal, denominado "Falsificación, Alteración y Destrucción de Monedas".

Por otra parte, si bien no existen parámetros de aplicación general respecto a establecer valores intrínsecos inferiores a los nominales, sí existe un criterio ampliamente aplicado en la mayoría de los países en cuanto a que, por razones de costo y para proteger que la moneda se use para fines propios, el valor facial de las piezas debe ser inferior a su valor intrínseco.

Al igual que como ocurrió en las monedas de 20 nuevos pesos cuya acuñación se aprobó en el mes de diciembre del año pasado, se estima adecuada la previsión de considerar diversas aleaciones opcionales para la elaboración del anillo perimétrico de la moneda de 50 nuevos pesos. Lo anterior otorgaría la flexibilidad necesaria para utilizar los distintos metales en el mercado atendiendo a su disponibilidad y a sus precios relativos.

La moneda de 50 pesos no estuvo contemplada originalmente en la iniciativa del Ejecutivo que reformó la Ley Monetaria en junio del año pasado; sin embargo, habría que considerar que la composición de las monedas metálicas previstas en el decreto materia de la propia iniciativa, estructura éstas entre series, una compuesta por dos signos de piezas blancas con denominaciones de cinco y 10 centavos; otra por monedas de color amarillo cuyo valor facial es de 20 y 50 centavos, y una tercera serie con signos monetarios bimetálicos con denominaciones de uno, dos, cinco y 10 nuevos pesos.

Los diámetros de las piezas correspondientes a esta última serie se establecieron en términos que permiten agregar a la circulación monetaria nuevas piezas en la medida en que ello resulte aconsejable, atendiendo a las preferencias del público; así se agregó anteriormente la de 20 nuevos pesos y ahora la de 50 nuevos pesos.

Compañeros diputados, considero que lo expuesto anteriormente permite darnos una idea de las ventajas que representaría la acuñación de la moneda de 50 nuevos pesos, sin embargo, y esto lo quiero subrayar, honorable Asamblea, la acuñación de estas piezas tienen también como propósito principal, el honrar con ella a los cadetes del Heroico Colegio Militar, cuya gesta heroica en el año de 1847 conservamos con admiración y con gran respeto a nuestra patria.

Por estas razones, solicito a esta honorable Asamblea el voto a favor de la iniciativa de decreto mediante el cual se incorpora al sistema monetario una nueva moneda metálica de 50 nuevos pesos. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias, señor diputado.

Esta Presidencia nuevamente hace un llamado a los señores periodistas para que desalojen los pasillos a fin de permitir que la sesión se desarrolle en orden. Por favor, señores periodistas.

Tiene el uso de la palabra para fijar posición, del Partido Popular Socialista, el señor diputado Pedro Medina Pérez.

El diputado Pedro Medina Pérez:

Señoras diputadas, compañeros diputados:

En relación al proyecto de decreto por el que se reforma el inciso b, del artículo 2o. de la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos y se señalan las características de la moneda, la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista desea hacer algunas reflexiones en relación a un aspecto que el dictamen expresa en su parte final y que a continuación me permito dar lectura.

Esta Comisión considera que la ocasión de acuñar una moneda de 50 pesos es propicia para honrar una vez más a los cadetes del Heroico Colegio Militar, que en 1847 defendieron a la patria con sus vidas, ejemplo de fortaleza y coincidencia incuestionable para todos los mexicanos.

Hoy, a 146 años de haberse realizado esa gesta heroica del pueblo y su juventud para defender su territorio, su soberanía y su libre desarrollo, recordamos desde esta tribuna el pensamiento del maestro Vicente Lombardo Toledano, al referirse al testamento a los Niños Héroes, quien expresó lo siguiente: "Lo mejor del hombre es su obra".

Así, de acuerdo con este criterio, se debe juzgar a los individuos y a las generaciones sucesivas que constituyen un pueblo.

La generación que defendió a la patria en 1847 y dentro de ella los Niños Héroes, que son la flor y la sangre de esa generación, dejó una obra. Esta consiste en defender a la patria mexicana, en mantener su independencia intocable como base para el bienestar del pueblo y para el progreso de la nación, pero la obra de una generación, por alta que sea, por fecunda que haya sido, no tendría valor a la postre si no fuera constantemente engrandecida por las generaciones posteriores.

"Nos encontramos, señalaba el maestro Lombardo, hoy a un poco más de un siglo de la Epopeya de Chapultepec. Las generaciones que desde entonces han tenido la responsabilidad de conducir al pueblo mexicano y de engrandecer a la nación, ¿han sido consecuentes con el legado de los Niños Héroes? Yo digo que sí, afirmaba el maestro Lombardo, que ha habido algunas que cumplieron fielmente con el testamento de los Niños de Chapultepec e hicieron crecer el prestigio de la patria, lograron mantener la independencia de la nación y dieron base para el bienestar del pueblo."

Las principales de esas generaciones fueron las de la Reforma, encabezada por Benito Juárez y la generación de 1905 a 1917, que cambió la estructura esclavista de nuestro país y construyó los cimientos para el progreso futuro de México.

Después de esas dos generaciones, durante la etapa de los gobiernos revolucionarios de 1917 hasta hoy, ha habido también esfuerzos de importancia realizados por hombres que viven todavía y que sería prematuro juzgarlos de manera definitiva, pero la generación de hoy, la que formamos los hombres y mujeres adultos de nuestro pueblo, que dirige al país desde el poder público y fuera de él, ¿qué está haciendo para cumplir con el testamento de los Niños Héroes? ¿Ha aumentado la independencia de México por obra de esta generación a la que pertenecemos? Porque para juzgar del grado de la independencia de un país frente al extranjero, es necesario tomar

en cuenta no sólo el territorio ni tampoco únicamente la soberanía, política sino la independencia económica, el progreso sin depender del extranjera intromisión de fuerzas extrañas en el desarrollo material, el progreso de la industria en poder de nuestros nacionales, la liberación sistemática de nuestra economía de las fuerzas que desde afuera siempre han pretendido convertir a México en un satélite de la potencia del norte.

La estadística demuestra que nuestra independencia nacional en lugar de crecer ha ido disminuyendo y que todos los días el extranjero nos invade para adueñarse de nuestros recursos naturales, del trabajo de nuestras gentes, de la producción agrícola y de nuestro comercio con el exterior.

No hemos sido fieles a la herencia que recibimos de los Niños Héroes, porque no se trata sólo de ofrecer la vida en defensa de la patria cuando la invaden con las armas los enemigos, se trata también y principalmente de defender a la patria todos los días, sin descanso ni desilusión, de los que pretenden apoderarse de nuestras fuerzas productivas para después influir políticamente en nuestro destino.

La institución del heroico Colegio Militar desempeña con lealtad la función histórica para la cual fue creada, la de mantener viva la antorcha de los niños sacrificados en defensa de la independencia nacional.

Ya no se trata de enemigos que pretendan realizar otra monstruosa operación quirúrgica de nuestro territorio, sino de enemigos que pretenden copar el territorio que nos queda y a su pueblo, para impedir el libre desarrollo de la nación mexicana de acuerdo con sus características, sus tradiciones válidas y su derecho a vivir como a su pueblo le parezca.

Ante la situación que vive el pueblo de México, ante la actual correlación de fuerzas que se expresan desde cualquier organización en que milita nuestro pueblo, hasta esta alta tribuna del pueblo mexicano, el Partido Popular Socialista está profundamente conmovido por las acciones que se han venido librando desde Palacio Nacional hasta esta tribuna del pueblo de México.

Nosotros nos preguntamos si esta nueva moneda de cincuenta pesos es el producto, es la síntesis de una política económica que ha estado beneficiando al pueblo de México, o si por el contrario, es una de las acciones del Gabinete Económico que viene a contribuir para que el pueblo de México, para que esa población más sensible de nuestro pueblo, siga padeciendo hambre, siga padeciendo las enfermedades que creíamos que ya se habían erradicado de nuestra patria.

Esa población infantil nos habrá de preguntar si realmente esta nueva moneda de cincuenta pesos va a contribuir para que sus padres, para que la clase trabajadora, para que los campesinos tengan más capacidad de compra, o simplemente es la emisión de una nueva moneda que no va a contribuir para la elevación del nivel de vida del pueblo de México.

Pero también, ¿por qué nos interesa la parte final del dictamen, cuando se refiere a la epopeya de los Niños Héroes del Castillo de Chapultepec?, porque no coinciden en nada...

El diputado Fernando Estrada Sámano (desde su curul):

Señor Presidente, ¿sería tan amable de preguntar al orador si me permite una interpelación?

El Presidente:

Señor diputado Medina, el diputado Estrada Sámano me pide preguntarle si acepta usted una interpelación.

El diputado Pedro Medina Pérez:

No, señor.

El Presidente:

No la acepta, señor diputado Estrada.

Continúe por favor, señor orador.

El diputado Pedro Medina Pérez:

Decíamos en función a esta nueva moneda, que si realmente va a contribuir a elevar el nivel de vida del pueblo de México, si esta moneda va a contribuir para que los compañeros campesinos, para que la familia del medio rural tenga mejores niveles nutritivos y alimenticios.

Nosotros, la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista, consideramos que la emisión

de esta nueva moneda de 50 pesos, no está al orden del día de las necesidades, de las inquietudes y de los sueños del pueblo de México; lo que está a discusión es el Presente y el futuro no lejano de nuestra patria.

Todos sabemos cuáles han sido las últimas discusiones en esta Cámara de Diputados, todos sabemos cuál ha sido la postura del Partido Acción Nacional, todos sabemos cuál ha sido la postura de los grandes empresarios e industriales de nuestro país frente a las últimas reformas.

Desde esta tribuna el Partido Popular Socialista llama a todos los diputados progresistas, revolucionarios, democráticos, a toda esa conciencia nacionalista, para cerrar filas en estos difíciles momentos que vive el pueblo de México, en estos difíciles momentos que vive la patria mexicana.

Por eso consideramos que esta moneda de 50 pesos no es importante para el pueblo de México; no es importante para las organizaciones políticas. Lo que sí es importante es que desde Palacio Nacional se dieran nuevos trazos para que se reoriente la política económica que ha venido causando graves estragos en la clase obrera y del pueblo de México.

Esta política económica no únicamente ha afectado a los campesinos o a los obreros, ha afectado también de una manera dura a los pequeños y medianos industriales y comerciantes. Pero también la industria mexicana ha sido afectada y sin embargo, todavía algunos sectores están con los grandes deseos de que ese Tratado de Libre Comercio sea aprobado por el vecino país del norte, cuando los problemas sabemos se van a agravar y estamos seguros de que si se llegara a aprobar ese Tratado de Libre Comercio, ¿por qué no?, llegarían otras monedas y ¿por qué no?, probablemente los diputados del Partido Acción Nacional estarían de acuerdo en que el dólar llegara a ser la moneda oficial de nuestro país. Esa es la mentalidad, ésa es la intención que tienen.

Por eso no es posible que en estos momentos dediquemos todos nuestros esfuerzos y nuestra acción, a deliberar en torno a la emisión de una nueva moneda.

El diputado Hiram Luis de León Rodríguez (desde se curul):

Señor Presidente, quisiera, preguntarle al orador si acepta una interpelación.

El Presidente:

Señor diputado, me pregunta si acepta una interpelación.

El diputado Pedro Medina Pérez:

No, muchas gracias.

El Presidente:

No la acepta, señor diputado. Continúe, por favor.

El diputado Pedro Medina Pérez:

Por eso claro que el tema, el tema es el futuro del pueblo de México; el tema no es el futuro del Partido Acción Nacional, para las fuerzas progresistas, para las fuerzas democráticas, para las fuerzas revolucionarias. Ese es el tema que debe estar a discusión.

Por eso cuando las fuerzas progresistas llegamos a esta tribuna y no manifestamos lo que la derecha quisiera, luego, luego tratan de intervenir nuestra exposición.

Claro que el tema, señor diputado, es le futuro de México y en breves momentos se habrá de discutir un artículo que habrá de ser trascendental para la vida política de nuestro país.

Por eso nuestro partido, la fracción parlamentaria del PPS, para que ya estén conformes los diputados de Acción Nacional, nuestro partido, la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista...

El Presidente:

Señores diputados, esta Presidencia los exhorta a guardar orden y respeto al orador. Continúe, por favor, señor diputado.

El diputado Pedro Medina Pérez:

Claro que, señor diputado, me voy a callar, pero cuando el tiempo, cuando el tiempo termine.

Claro que a pesar de que tengo pocos meses en mi función de diputado federal, he observado y desde esta tribuna denuncio la actitud

irrespetuosa de los diputados de Acción Nacional, que siempre tratan de agredir a nuestros compañeros diputados cuando venimos a esta tribuna; son personas que han sido majaderas, yo lo digo en lo personal, porque así se ha manifestado el jefe de la fracción parlamentaria del PAN conmigo. Y yo sí exijo respeto.

No es posible que estando en este órgano del pueblo de México, traten de intimidar o traten de expresarse de esa manera.

Todos pensamos que la fracción parlamentaria de Acción Nacional tiene un nivel político y cultural y venimos a esta tribuna y nos damos cuenta que no.

¿Qué les pasa? ¿Por qué están tan agresivos? ¿Por qué están desesperados? Porque quieren llevar toda el agua a su molino, porque piensan que no les va a llover lo suficientemente o porque no tienen seguridad en el futuro, que claro creo que es lo más posible, porque el futuro pertenece a las nuevas generaciones, pertenece a las nuevas ideas.

No es posible que los pueblos puedan ser educados para volver al pasado.

El Presidente:

Señor diputado Medina...

El diputado Hiram Luis de León Rodríguez (desde su curul):

Señor Presidente, en la ocasión anterior se permitió el uso de la palabra no como alusiones personales, alusiones partidistas, con ese precedente pido la palabra, para alusiones personales.

El Presidente:

En su momento se le concederá, señor diputado.

Continúe por favor, señor diputado Medina.

El diputado Pedro Medina Pérez:

Por eso estamos aquí, no porque nos llegue a interesar demasiado venir a estos honorables micrófonos.

Por último, la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista, votará en contra de esta iniciativa. Muchas gracias.

El Presidente:

Agradecemos su participación, diputado Medina. Había pedido la palabra para rectificar hechos, el diputado Hiram de León. Por favor, diputado, en términos del 102.

El diputado Hiram Luis de León Rodríguez:

Con su autorización, señor Presidente:

Las últimas expresiones del orador del Partido Popular Socialista nos demuestra que sus argumentos carecen de toda seriedad, de toda solidez y de todo interés para esta Cámara.

No queremos entrar a un debate porque no quiero incidir en lo que en derecho se llama la brutal ferocidad. Así que, bajo esas circunstancias, sus comentarios a nuestra fracción los tomamos en la medida de quien provienen.

El diputado Diego Heriberto Zavala Pérez (desde su curul):

Pido la palabra para hechos, señor Presidente.

El Presidente:

Tiene la palabra para rectificar hechos, el diputado Diego Zavala.

El diputado Diego Zavala Pérez:

Señor Presidente; señores diputados:

Al encaminarme a esta tribuna, algunos de mis compañeros de Acción Nacional me dijeron: ¡Duro! Siento que voy a defraudarlos.

Si mal no recuerdo, en su obra El Túnel, Ernesto Zabato, pone en labios de uno de sus personajes lo que podía considerarse la tesis sociológica de la repetición del tipo. Sostiene que hay grupos, él los coloca en lo que nosotros llamamos sociedades verticales, grupos que están integrados por personas que visten en una forma similar, piensan en una forma casi igual, tienen el mismo rango de cultura o de incultura, que emplean el mismo lenguaje y siempre dicen lo mismo.

Políticamente también lo estamos viviendo en este día. Tal parece que hay grupos que tienen

como finalidad exclusiva el lanzar ataques, insultos y denuestos a un partido como Acción Nacional, un Partido como Acción Nacional, cuyos integrantes podemos haber cometido muchos errores, pero que es un partido con presencia, con ser, con historia y trascendencia.

No voy a contestar insultos, en primer lugar, porque la sinrazón no debe contestarse; en segundo, porque el denuesto no se contesta y, en tercer lugar , porque como dijera alguna vez María de los Angeles Moreno, no estamos entre pares. Muchas gracias.

El Presidente:

Para fijar posición por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, tiene la palabra la diputada Yolanda Elizondo Maltos.

La diputada Yolanda Elizondo Maltos:

Señor Presidente; compañeros diputados:

Al apoyar el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana la reforma al inciso b, del artículo 2o. de nuestra Ley Monetaria, está apoyando no sólo las características de una moneda de 50 pesos en este caso, sino a toda la industria minera y en especial la de la plata, en que nuestro país es el primer productor mundial y que actualmente atraviesa por una grave crisis.

En 1992 la producción mundial de plata tuvo un descenso de 6.9% en relación con el año anterior, debido principalmente a la caída de su precio de cuatro dolares a cuatro centavos, a tres dólares americanos con 94 centavos, es decir , una caída del 2.5% por onza, como consecuencia de la disminución de las aplicaciones de este metal y por la producción marginal creciente de las nuevas tecnologías, de las minas de oro y cobre, cuyo costo es cero.

La producción nacional de plata disminuyó en un 5.4% sin alcanzar su nivel anterior, pero la gravedad de la situación en cuanto a la baja del precio real de la plata que alcanza un 85% entre 1980 y 1992, nos la da de hecho el que la producción durante este período aumentó en un 50% y su valor, en el último año en dólares americanos, es apenas de sólo la tercera parte.

Considerando que la plata representaba el 40% de la producción nacional anual de metales preciosos en 1980 y que ha disminuido hasta el 11.8% en 1992, por pérdida de valor imputable a las causas antes mencionadas, adicionalmente de que la moneda pueda contener cierto valor en sí misma, apoyamos esta medida, que al incrementar el uso del metal blanco, contribuye a apoyar la estabilidad de la industria minera, de gran importancia económica y social y con tanta tradición en nuestro país. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias, compañera Elizondo. Con objeto de fijar posición de su partido, tiene la palabra por el Partido Revolucionario Institucional, el diputado Miguel Osorio Marbán.

El diputado Miguel Osorio Marbán:

Señor Presidente; señoras y señores diputados:

He pedido la palabra para aun cuando sea breve, como seguramente en el espíritu de todos los señores legisladores, rendir homenaje, como ya se acredita en la última parte del dictamen, a los Niños Héroes de Chapultepec; esperanza y consigna, dice el proyecto.

Consigna, para que no olvidemos jamás el compromiso de defender nuestra soberanía frente a todas las asechanzas de los traidores de fuera y de dentro. Esperanza, porque éste es un pueblo de mujeres y de hombres jóvenes. Recordemos que el 80% de la población total del país tiene menos de 30 años y esto significa que en la medida en que aquellas gestas en las que intervinieron los jóvenes, sean reiteradas en nuestra historia, en nuestros libros, en esa medida formaremos a las nuevas generaciones en la responsabilidad del siglo que ya se avecina.

En el siglo pasado fueron los Niños Héroes; en 1914 fueron los alumnos del Colegio Militar y podríamos mencionar a Narciso Mendoza y a todos los que hoy en este país nuestro son héroes del trabajo, son héroes del tesón para que nuestro nacionalismo, para que nuestra patria construya su camino. Aquellos que se han quedado en el pasado y que no quieren pensar en que tenemos obligación de encontrar nuevas rutas en la economía, en nuestra historia, para nuestro futuro, es que olvidan lo que significa el crecimiento que ha tenido nuestra patria y el cumplimiento de las generaciones que han estado inmersas en su momento para construir el México de que ahora disfrutamos.

Ya se acreditaba aquí también que el uso de nuestra plata, de la que nuestro país ocupa el

primer lugar en la producción mundial, de la que estados como Zacatecas se volverían muy prósperos, si tan sólo se recupera el precio normal por el que se está trabajando todos los días en el área internacional, ya de por sí es valioso el aprobar este dictamen.

Pero quise subir porque recordar a quienes nos han forjado, recordar a los héroes de México, pensar, y qué bueno que aquí algunos señores diputados han llamado a la cordura, han llamado a la discusión de las ideas, porque de ellas saldrá la verdad de México. Qué bueno que tengamos respeto por los nombres de generaciones pasadas de legisladores, y nosotros mismos hemos considerado como los de los héroes más grandes del México nuestro, por eso rendimos homenaje los miembros legisladores del Partido Revolucionario Institucional, a los Niños Héroes de Chapultepec y con reverencia he de terminar esta pequeña intervención recordando sus nombres: Juan de la Barrera, Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez, Francisco Márquez y Juan Escutia. Ellos merecerán siempre el bien de la patria. Muchas gracias.

El Presidente:

Gracias a usted, diputado Osorio.

Ha solicitado el uso de la palabra para hacer comentarios respecto al dictamen que nos ocupa, el señor diputado Pablo Emilio Madero.

El diputado Pablo Emilio Madero Belden:

Muchas gracias, señor Presidente; señoras y señores diputados:

Con mucho interés hemos escuchado digamos las intervenciones que ha habido en relación a esta propuesta, a esta iniciativa.

Hemos escuchado las estadísticas muy concretas que la diputada Elizondo Maltos nos comunicó en esta tribuna.

Ahora bien, se dice por quienes defienden el dictamen en sus términos, que debemos evitar que las monedas se utilicen en algo distinto de aquello para lo que fueron acuñadas.

Ahora bien, de acuerdo a los datos, media onza de plata con el precio actual de tres dólares y centavos, pero aun considerando el precio anterior que nos decía la diputada Elizondo Maltos, de cuatro dólares, pues valdría dos dólares, dos dólares, seis pesos dentro de una moneda de 50 pesos. Quiere decir que es una desproporción del contenido de plata.

Ahora bien, aquí se dijo y se dijo bien, que la minería de plata está en crisis, ha habido una disminución del uso a nivel mundial; hay desempleo en las zonas mineras del país productoras de plata; debemos estimular el uso de la plata y se dice, bueno, con la moneda vamos a estimular el uso de la plata, pero la están utilizando, la están promoviendo con una proporción casi digamos simbólica, porque media onza de plata no llega a figurar en el contenido de una moneda de 50 pesos.

Sé que no es fácil conseguir un cambio a estas alturas, pero yo quisiera dejar una propuesta en el sentido de que el contenido de plata de las monedas fuese de una onza, debería ser de dos onzas, pero ya quedaría una moneda muy pesada de 60 gramos, rompería las bolsas. Pero una onza podría ser, para que haya en primer lugar el estímulo a las zonas mineras que les urge aliento y, en segundo término, el estímulo al ahorro.

Yo pienso que una onza completa de contenido de plata en la moneda, estimularía el ahorro y esto le daría aliento a la producción de plata en este país en este momento de crisis. No hay nada de malo en que se le dé un uso al ahorro, lo que puede ser digamos una moneda que tenga el aprecio como lo tenían aquellos pesos con 0.720, que hasta en la China los compraban para ahorrarlos.

De tal manera que yo propongo y aquí dejo una propuesta en la Secretaría, en este sentido muy concreto de aumentar a una onza de plata el contenido de la moneda de 50 pesos. Muchas gracias por su atención.

El Presidente:

Muchas gracias a usted, diputado Madero.

Esta Presidencia instruye a la Secretaría para que someta a la consideración de la Asamblea la propuesta presentada por el diputado Pablo Emilio Madero.

El secretario Rubén Rabello Rojas:

En votación económica, se pregunta a la Asamblea si se aprueba la propuesta del diputado Madero, a la cual daré lectura. Propuesta:

"Que la moneda de 50 nuevos pesos tengan un contenido de una onza de plata, para que haya

incentivo para su ahorro por parte de los mexicanos."

Firma el diputado Pablo Emilio Madero.

Quienes estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...

Quienes estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Desechada, señor

Presidente.

El diputado Miguel González Avelar (desde su curul):

Señor Presidente.

El Presidente:

Por favor, señor diputado González Avelar.

El diputado Miguel González Avelar (desde su curul):

Una moción. Tenga usted la bondad de preguntar si está suficientemente discutido el dictamen, antes de pasar a votar la proposición.

El Presidente:

Aceptamos su moción, señor diputado González Avelar. Esta Presidencia instruye a la Secretaría para que consulte a la Asamblea si el dictamen se encuentra suficientemente discutido en lo general y en lo particular.

Perdón, señor Secretario.

Adelante, diputado Bejarano.

El diputado René Juvenal Bejarano Martínez (desde su curul):

Me parece que la diputación del partido oficial se distrajo y no votó y el señor Secretario no respetó el sentido de la votación, porque mayoritariamente se aprobó la propuesta del diputado Pablo Emilio Madero.

Entonces le pido, señor Presidente, que por respeto a las normas parlamentarias, como así sucedió, así fue, que se respete el sentido de la votación y se dé por aprobada la propuesta del diputado Pablo Emilio Madero.

Y además, no se puede interrumpir, nosotros no tenemos, la Cámara de Diputados no tiene por qué tener la consideración si los diputados se distraen y no votan. Eso fue lo que les pasó. Entonces se aprobó, la mayoría votamos por esa propuesta. Le pido, señor Presidente, que por favor la declare aprobada.

El Presidente:

Señor diputado Bejarano: Esta Presidencia considera que la propuesta fue desechada. Sin embargo tiene la palabra el diputado González Avelar.

El diputado Miguel González Avelar (desde su curul):

Simplemente para efectos de aclaración:

No es posible que una propuesta sea votada en esas circunstancias. Hice una moción de orden, procedente, a mi juicio, porque se estaba digamos dejando de aplicar un artículo del Reglamento, en el sentido de que antes de votar una proposición, como la que se hizo por parte del señor diputado Pablo Emilio Madero, se consultara, si se había cerrado la discusión, puesto que se había agotado la lista de oradores declarada por la Presidencia, acerca de este punto.

Entonces la Presidencia, yo creo que con toda propiedad lo que consultó es si estaba o no suficientemente discutido el asunto y el sentido de la votación fue muy claro, es que estaba suficientemente discutido el asunto y ahora sí procedía someter las propuestas a votación.

El Presidente:

Señor diputado González Avelar: Nosotros tenemos un formato para el manejo de la Asamblea y en ese formato hicimos lo conducente. No comparte esta Presidencia su exposición.

El diputado Miguel González Avelar (desde su curul):

Yo sometería nuevamente a votación...

El Presidente:

¡Orden por favor, señores diputados! Señores diputados: ¡Orden por favor!

Diputado Martín del Campo, si es tan amable.

El diputado José de Jesús Martín del Campo Castañeda (desde su curul):

Señor Presidente:

Creo que ya hubo una votación, como señalaba el diputado Bejarano. Yo preguntaría a la Presidencia que instruya a la Secretaría para que nos diga cuál fue la votación, el resultado de la votación que se tomó antes y que desde nuestra apreciación era aprobando la proposición del diputado Pablo Emilio Madero.

El Presidente:

Proceda la Secretaría.

El secretario Rubén Pabello Rojas:

Para información de la Asamblea, y consta en la versión estenográfica, al tomar la votación solicité a quienes votaran por la afirmativa y votó un número menor que el que votó por la negativa y fue desechada la propuesta. Consta en la versión estenográfica.

El Presidente:

Señores diputados, con objeto de ser congruentes respecto a esta votación, esta Presidencia determina que se reponga el procedimiento.

Señores diputados, tiene que haber orden en la sala.

La diputada Patricia Terrazas Allen (desde su curul):

¡Pido la palabra!

El Presidente:

Por favor, diputada Terrazas.

Tiene la palabra la diputada Patricia Terrazas.

La diputada Patricia Terrazas Allen:

Señor Presidente; señores diputados:

Definitivamente, de una manera muy clara, desde mi lugar de Secretaria yo observé lo siguiente:

Punto número 1. El señor Secretario pidió la votación, si se aprobaba o se desechaba la propuesta del diputado Madero.

2. La Asamblea votó a favor. El partido oficial se quedó en veremos. La mayoría votó a favor. ¡Eso es lo que desde la Secretaría yo vi!

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Rico.

Diputado Paoli, había pedido primero el uso de la palabra el diputado Rico... Le permito.

El diputado Enrique Rico Arzate:

Compañeras y compañeros diputados:

La votación que se emitió fue aceptada, compañeros. El compañero Secretario hasta después que se dio cuenta, fue cuando dijo "rechazada". Pero en un principio fue aceptada la propuesta, compañeros.

El Presidente:

El señor diputado Paoli, por favor.

El diputado Francisco José Paoli Bolio:

Con su venia, señor Presidente; señores diputados:

Es indispensable hacer una aclaración del procedimiento que ahora ha quedado en duda.

En primer lugar no existe una obligación absoluta de consultar a los diputados cuando un tema ha sido suficientemente discutido en nuestro Reglamento. Existe una aceptación implícita cuando se pasa a votación porque se ha agotado la lista de oradores, de que el asunto está suficientemente discutido, ya que ninguno se ha apuntado para seguirlo discutiendo.

En esa conciencia, la Presidencia ordenó que se pasara a votación. La votación se produjo, ciertamente con la distracción de un buen número de diputados; pero se produjo y la mayoría de los votos emitidos fue a favor de la propuesta del diputado Pablo Emilio Madero.

Aquellos que no se pronunciaron se abstienen y las abstenciones no toman decisión; toman decisión los votos afirmativos que se emitieron.

Segundo punto aclaratorio. Después de consumada la votación, se hizo una moción por parte del diputado Miguel González Avelar, fuera de tiempo, porque ya se había consumado la votación y fuera de forma, porque el diputado González Avelar no citó el artículo del Reglamento,

como está ordenado en el mismo, con base en el cual se hacía la moción.

Por tanto, era una moción improcedente ya que no la fundó en tiempo, la hizo después de que se había consumado la votación y, tercero, no la hizo en forma.

Y en tercer lugar, hubo un falseo del señor Secretario en el sentido de declarar rechazada una propuesta que la mayoría de los diputados había votado en sentido aprobatorio.

Por tanto, quiero solicitar muy atentamente a la Presidencia se lean los artículos pertinentes del Reglamento, que establecen cuales son las formas y requisitos que deben cumplirse para una moción.

Y segundo, se resuma cual fue el procedimiento seguido, a fin de que éste sea aclarado.

En principio, por la apreciación que tuvimos desde el piso de la Cámara de Diputados, ocurrió lo que acabo de narrar y es un acuerdo válido hasta donde los elementos que tuvimos a la vista permiten afirmarlo. Gracias.

El Presidente:

Proceda la Secretaría a leer los artículos relativos, como ha solicitado el diputado Paoli.

Específicamente los artículos 150 y 151 por favor.

La secretaria Patricia Terrazas Allen:

"Artículo 151. Si al dar la Secretaría cuenta del resultado de la votación económica, algún miembro de la Cámara pidiere que se cuenten los votos, se contarán efectivamente. A este fin se mantendrán todos, incluso el Presidente y los secretarios, en pie o sentados, según el sentido en que hubieren dado su voto; dos miembros que hayan votado, uno en pro y otro en contra, contarán a los que aprueban y otros dos de la misma clase a los que reprueban; estos cuatro individuos, que nombrará el Presidente, darán razón al mismo en presencia de los secretarios, del resultado de su cuenta y, hallándose conformes se publicará su votación."

El Presidente:

Gracias, señora Secretaria.

Tiene la palabra el diputado Florencio Salazar.

El diputado Florencio Salazar Adame:

Con su permiso, señor Presidente; honorable Asamblea:

En esta votación me parece que estamos empantanados, de cuatro secretarios, dos de la oposición afirman que fue aprobada la propuesta del diputado Madero y los del PRI afirmamos que se tomó la votación correctamente y fue desechada.

El secretario dijo en esta tribuna que la votación había sido desechada en el momento en que a él le correspondió tomar la votación. Yo creo que una manera de resolver el problema es que se tome la votación nominal y esto resuelve el problema que estamos confrontando y se toma la decisión mayoritaria de esta Asamblea, de manera clara y abierta. Gracias, señor Presidente.

El Presidente:

Señores diputados, orden. Tiene la palabra el diputado Kunz.

El diputado Adolfo Alfonso Kunz Bolaños:

Con su venia, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Vengo a hacer un llamado a la cordura, el objeto de la votación en esta Cámara es conocer la voluntad de los señores diputados, no es un acto formal que tenga validez por sí misma; en este caso, es evidente que hubo confusión y que esa voluntad no fue clara para la gran mayoría. Yo estoy de acuerdo con la propuesta del diputado Madero; sin embargo no entendí, por el desorden que había, cómo se estaba votando; yo creo que lo que debemos buscar es el objetivo de la votación, o sea, buscar la voluntad de la mayoría de la Cámara y no apegarnos en forma chicanera a un procedimiento para desvirtuar el objetivo de la votación, creo que se debe reponer el procedimiento en los términos que señalaba el señor Presidente, porque estamos ante un hecho que nulifica el acto, no hubo una libre voluntad expresada.

Propongo, bueno, si lo consideran que sí hubo una libre voluntad expresada, sería cosa de ratificarlo en una segunda votación, propongo que se reponga el procedimiento en los términos que señalaba el Presidente.

El Presidente:

Muchas gracias, diputado Kunz.

En consecuencia, señoras y señores diputados, para satisfacer la petición de la Asamblea, ruego a la Secretaría recoger la votación como lo establece el artículo 151 del Reglamento.

Ruego a la Secretaría dé lectura al artículo 151, por favor.

La secretaria Patricia Terrazas Allen:

"Artículo 151. Si al dar la Secretaría cuenta del resultado de la votación económica algún miembro de la Cámara pidiera que se cuenten los votos, se contarán efectivamente. A este fin se mantendrán todos, incluso el Presidente y los secretarios, en pie o sentados, según el sentido en que hubieren dado su voto.

Dos miembros que hayan votado, uno en pro y otro en contra, contarán a los que aprueban y otros dos de la misma clase a los que reprueben. Estos cuatro individuos que nombrará el Presidente, darán razón al mismo en presencia de la Secretaría, del resultado de su cuenta y hallándose conformes se publicará la votación."

El Presidente:

Gracias, señora Secretaria.

En virtud del artículo 151, esta Presidencia solicita cuatro personas, cuatro diputados, dos que hayan votado a favor y dos en contra, para que sean escrutadores en esta votación nominal. Pasen al frente, si son tan amables señores diputados.

En consecuencia, señoras y señores diputados, por la votación a favor los señores diputados Portela y Manuel Rivera del Campo; en contra, las señoras diputadas Irma Piñeiro y Victoria Reyes. Proceda la Secretaría a recoger la votación nominal.

Ruego a los señores diputados y a los asistentes a esta sala, ocupen sus lugares para que la votación se lleve en el orden correcto. Muchas gracias.

El diputado José de Jesús Martín del Campo Castañeda (desde su curul):

¿Qué vamos a votar, señor Presidente?

El Presidente:

Se va a votar, señor diputado, la propuesta del diputado Pablo Emilio Madero, en votación económica.

El diputado Juan Luis Calderón Hinojosa (desde su curul):

Deben quedarse sentados o parados los señores diputados, para lo cual pido se lleve a cabo con el debido respeto, porque la votación económica se toma si los diputados están de pie o están sentados nada más. Es una forma que tal vez por no haberla observado con pulcritud, también pueda contribuir a todas estas confusiones, por lo que yo pido que para ahorrar el trámite de la votación nominal que no es lo requerido, sino que en los términos que usted funda, del 151, se tome la votación económica y se cuenten los votos en función de los diputados sentados o de pie.

El Presidente:

Con mucho gusto aceptamos su propuesta, diputado Calderón Hinojosa.

Suplicamos a los señores periodistas que desalojen los pasillos y a los señores diputados se ubiquen en sus sitios para poder tomar la votación.

El secretario Florencio Salazar Adame:

Por instrucciones de la Presidencia, se somete en votación económica a la aprobación o rechazo de esta Asamblea, la propuesta del diputado Emilio Madero.

Quienes estén porque se apruebe, sírvanse manifestarlo...

(Votación.)

El resultado de la votación es el siguiente: en favor, 98 votos; en contra, 225. Es rechazada la propuesta, señor Presidente.

El Presidente:

Proceda la Secretaría a recoger la votación nominal en lo general y en lo particular, en un solo acto.

(Votación.)

El secretario Enrique Rico Arzate:

Señor Presidente, se emitieron 279 votos a favor y 12 en contra.

El Presidente:

Muchas gracias, señor Secretario.

Aprobado en lo general y en lo particular el decreto por el que se reforma el inciso b, del artículo 2o. de la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos, y se señalan las características de la moneda de 50 pesos.

El secretario Florencio Salazar Adame:

Pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales.

El Presidente:

Continúe la Secretaría con los asuntos, por favor.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

El secretario Florencio Salazar Adame:

«Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

Honorable Asamblea: A la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, a solicitud de su Presidente y por aucerdo del pleno aprobado en su sesión extraordinaria del 27 de agosto de 1993, fueron turnadas propuestas sobre el artículo 82, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y artículo sexto transitorio del decreto respectivo, presentadas por diputados de los partidos políticos Revolucionario Institucional y Popular Socialista.

Esta Comisión, en uso de las atribuciones que le confieren los artículos 56, 64 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos; 87, 88 y demás relativos del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos se abocó al estudio de las mismas a partir de los siguientes

ANTECEDENTES

Con fecha 23 de agosto de 1993, la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales presentó ante el Pleno de esta honorable Cámara de Diputados, dictamen con Proyecto de Decreto que reforma los artículos 41, 54, 56, 60, 63, 74, 82 y 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Durante la sesión extraordinaria de fecha 27 de agosto pasado, en la que se expusieron puntos de vista divergentes acerca de la reforma de la fracción I, del artículo 82 constitucional y su artículo sexto transitorio, mismos que integran parte del conjunto de reformas constitucionales discutidas y aprobadas durante este período, fueron devueltos a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, los proyectos correspondientes a los preceptos mencionados, pues en el curso del debate para su votación en lo particular, se presentaron por varios legisladores proposiciones que, en los términos de los artículos 124 y 125 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, merecieron del Pleno su admisión para dictaminarse de manera específica, en cuanto entrañan modificaciones o adiciones dignas de tomarse en cuenta.

En efecto, dos propuestas fueron las presentadas en el curso de la sesión extraordinaria del 27 de agosto de los corrientes: una por el diputado Francisco Arroyo Vieyra, a nombre de varios legisladores del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional y otra por parte del diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, del Partido Popular Socialista.

El proyecto original del dictamen, tanto en su aparato H, como en su articulado, propuso la nueva redacción de la fracción I del artículo 82 constitucional en los siguientes términos:

"Artículo 82. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

I. Ser mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos;

II a VII. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ."

Por su parte, la proposición de los diputados priístas presenta el texto siguiente:

"Artículo 82. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

I. Ser mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, y ser hijo de padre o madre mexicano o haber residido en el país durante treinta años."

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo presentó la siguiente proposición:

"Única: Que la fracción primera del artículo 82 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se mantenga en sus términos vigentes."

Es propósito de esta Comisión, que las proposiciones transcritas lleven a esta honorable Cámara a un juicio ponderado que tome en cuenta

factores sociales del momento, pero además antecedentes históricos que den sustento y solidez a las convicciones que contiene este dictamen, por lo que ponemos al análisis de la honorable Asamblea los siguientes

CONSIDERANDOS

Esta Comisión desea dejar asentado que para la presentación de este dictamen, ha tomado en cuenta diversos factores producidos en el desarrollo mismo de las sesiones del actual período extraordinario, cuya expresión formal se encuentra en las propuestas de una nueva redacción de la fracción I del artículo 82 constitucional, así como la opinión muy generalizada y prevaleciente, de que cualquiera que sea la reforma al precepto, debe preservarse el aseguramiento del sentimiento nacionalista en cualquier mexicano que pudiera asumir tan elevada dignidad representativa de la nación.

La reconsideración del proyecto original ha permitido una pausa de maduración del criterio que debe orientar la reforma de la fracción I, del multicitado artículo 82. Han aparecido en estos últimos días nuevas voces que, sin abandono del sentimiento nacionalista que debe orientar a una materia como ésta, sugieren la renovación de ese precepto y la eliminación de un requisito que sin proponérselo lesiona los derechos y dignidad de mexicanos de valía y patriotismo.

En consecuencia, esta Comisión estima que están dadas las condiciones para que esta Cámara de Diputados se pronuncie en relación a la señalada reforma, pues hay una real expectativa en la ciudadanía para que se dé una definición al respecto, y un marco de prudencia y racionalidad para resolver lo conducente.

La propia Comisión que suscribe, estima altamente ilustrativo para orientar criterios y convicciones al respecto, los preceptos normativos históricos de esta norma constitucional, mismos que a continuación se transcriben.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Nuestra historia registra diversos hechos con respecto al tema en estudio, esto es:

El artículo 52 del Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado en Apatzingán el 22 de octubre de 1814 señala:

"Artículo 52 ....para ser miembro del Supremo Gobierno se requiere: ser ciudadano con ejercicio de sus derechos, la edad de treinta años, buena reputación, patriotismo acreditado con servicios positivos, y tener no luces vulgares para desempeñar las augustas funciones de este empleo."

El artículo 76 de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, de 1824 dice:

"Para ser presidente o vicepresidente, se requiere ser ciudadano mexicano por nacimiento, de edad de treinta y cinco años cumplidos al tiempo de la elección, y residente en el país."

El artículo 6o. de las Bases Constitucionales de la República Mexicana de 1835, señalaron:

"El ejercicio del Poder Ejecutivo residirá en un presidente de elección popular indirecta y periódica, mexicano por nacimiento, cuyas demás circunstancias, lo mismo que las de su elección, su duración, facultades y modo de ejercerlas, establecerá la ley constitucional."

En las Leyes Constitucionales de la República Mexicana de 1836, su artículo 14, fracción I, refería:

"I: Ser mexicano por nacimiento y estar en actual ejercicio de los derechos de ciudadano."

El Proyecto de reformas a las Leyes Constitucionales de 1836, del 30 de junio de 1840, establecía en su artículo 91:

"Para ser presidente propietario o interino, se requiere al tiempo de la elección, ser mexicano por nacimiento, ciudadano en ejercicio de sus derechos, de cuarenta años cumplidos, tener un capital físico o moral, que produzca anualmente a lo menos cuatro mil pesos de renta, haber desempeñado un cargo público superior, civil o militar, y no haber sido condenado en proceso legal por delito alguno."

La fracción I del artículo 93 del Primer Proyecto de Constitución Política de la República Mexicana de fecha 25 de agosto de 1842, establecía:

"I. Ser mexicano por nacimiento, y tener cuarenta años cumplidos de edad al tiempo de la elección."

La minoría de la Comisión Constituyente de 1842, en su artículo 53 propuso:

"Para ser presidente, se necesita ser ciudadano mexicano por nacimiento, no haber sido condenado en proceso legal por delito alguno, tener treinta y cinco años cumplidos, y ser vecino de la República."

El artículo 77, en su parte conducente del Segundo Proyecto de Constitución Política de la República Mexicana de 1842, señaló:

"Para ser presidente se requiere: ser mexicano por nacimiento, y tener cuarenta años cumplidos de edad al tiempo de la elección; pertenecer al estado secular y no haber sido condenado en proceso según la forma legal a una pena corporal, aunque no la haya sufrido."

El artículo 84 de las Bases Orgánicas de la República Mexicana, conforme a los decretos del 19 y 23 de diciembre de 1842, señalaron en su fracción I:

"I. Ser mexicano por nacimiento, ciudadano en ejercicio de sus derechos, mayor de cuarenta años y residir en el territorio de la república al tiempo de la elección."

El Proyecto de Constitución Política de la República Mexicana de 1856, en su artículo 78 disponía:

"Para ser presidente se requiere: ser ciudadano mexicano por nacimiento, en ejercicio de sus derechos, de treinta y cinco años cumplidos al tiempo de la elección y residente en el país al tiempo de verificarse ésta."

El artículo 77 de la Constitución Política de la República Mexicana del 5 de febrero de 1857 señaló:

"Para ser presidente se requiere: ser ciudadano mexicano por nacimiento, en ejercicio de sus derechos, de treinta y cinco años cumplidos al tiempo de la elección, no pertenecer al estado eclesiástico y residir en el país al tiempo de verificarse la elección."

El Proyecto de Constitución de Venustiano Carranza de 1916, propuso en su artículo 82, fracción I:

"I. Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos políticos, e hijo de padres mexicanos por nacimiento."

El Congreso Constituyente de 1916 dictaminó el artículo 82, fracción I en los siguientes términos, mismo que sigue vigente al momento de dictaminarse las diversas propuestas:

"I. Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, e hijo de padres mexicanos por nacimiento."

La enumeración del derrotero histórico del precepto analizado y la literalidad de sus textos, acusan que durante toda la etapa independiente de México en el Siglo XIX y hasta antes de la Constitución de 1917, el requisito de la nacionalidad para ser presidente de la República fue aplicado exclusivamente al sujeto del derecho y no a sus padres, lo cual es explicable en una sociedad política en plena conformación y en la que el sincretismo social, cultural y político seguía siendo una constante y en la que el propio desarrollo de los factores y procesos colectivos se encargó de dar marco nacionalista a los que debían protagonizar la diligencia del país. Así, gracias a dicho nacionalismo, no pudieron prosperar intervenciones y afanes imperialistas, que sucumbieron siempre ante el patriotismo del pueblo y la raigambre nacionalista de sus héroes.

En consecuencia, los grandes y fundamentales episodios de afirmación soberana de nuestro país, han estado presentes y se han hecho realidad, cuando ha sido preciso, independientemente de la nacionalidad de los padres de los protagonistas de nuestras epopeyas. La aparición de la exigencia de nacionalidad mexicana por nacimiento en los progenitores del presidente de la República, se dio en el contexto de una revolución que en los momentos iniciales de su vida institucional, se propuso el aseguramiento a plenitud de sus objetivos, colocando por encima de todo, como valor político fundamental, la soberanía e independencia de México.

En ese marco, y dados algunos precedentes circunstanciales acerca del posible acceso de mexicanos hijos de extranjeros al máximo cargo del país, apareció en el Constituyente de 1916-1917 la figura jurídica que hoy está puesta a la consideración para su reforma.

Esta Comisión manifiesta que, aun cuando existen referencias y testimonios de la génesis de la fracción I del artículo 82 constitucional vigente, los mismos se circunscriben al dictamen de la Segunda Comisión de Constitución, presentado a la Asamblea Constituyente de Querétaro el 16 de enero de 1917, y no a propósito sólo de la fracción I del 82, sino de los artículos 80 a 90 y 92 en conjunto.

En efecto, dicho dictamen, al referirse a las cualidades que debían concurrir en el Presidente de la República, las resumió en un breve párrafo que no mereció el debate de la Asamblea, ya que ésta atendió con más amplitud, de dicho artículo, el requisito de no estar en servicio activo en el ejército, lo cual era de una enorme trascendencia en el momento, dada la calidad de

Don Venustiano Carranza de Jefe del Ejército Constitucionalista.

Es por lo anterior, que una mayoría significativa de integrantes de esta Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales consideramos que procede la revisión de la mencionada fracción del artículo en estudio, a fin de adecuarla a nuestro tiempo y proyectos, sin que ello implique un vuelco histórico; antes bien, una reconciliación con nuestras fórmulas políticas originarias, en los términos en que se expuso en el apartado H, del dictamen devuelto, mismos que ratificamos en el presente texto, al que adicionamos los elementos justificativos del agregado que motivó esa devolución.

En consecuencia, la Comisión considera en principio que, a la luz del amplio marco de apertura y renovación política en la que está inmerso el país, y a efecto de favorecer una mayor democratización en los procesos políticos que tendrán lugar al iniciarse el próximo siglo, se presentan suficientes elementos que aconsejan la reforma del multicitado precepto constitucional, por lo que se da curso a las dos proposiciones que esa honorable Asamblea remitió para su estudio y dictamen.

Es pertinente señalar, que durante la discusión y redacción del presente dictamen, se recibieron diversos puntos de vista, de manera que aquellos que lograron consenso, se incorporaron a este documento y, por lo que respecta a aquellos que no obtuvieron mayoría, los diputados autores de los mismos manifestaron su derecho a expresarlos en su oportunidad.

I. Por lo que respecta a la proposición del diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, no ha lugar entrar a su estudio y resolver sobre la misma, en razón de versar sobre una norma constitucional que hoy se mantiene vigente, y sobre la cual existe una propuesta de reforma alternativa.

A mayor abundamiento, es juicio de esta Comisión que el planteamiento del diputado del Partido Popular Socialista, no sólo carece de una propuesta de reforma, sino al solicitar que el texto vigente no sea tocado por enmienda alguna, en realidad está expresando un voto en contra de cualquier modificación y entraña por lo mismo pronunciarse por su desechamiento, lo que corresponde determinar únicamente al Pleno de la Asamblea cuando el Proyecto respectivo sea puesto a discusión y votación.

II. En vista de lo anterior, procede analizar la propuesta presentada por varios diputados de la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional:

"Artículo 82. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1. Ser mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, y ser hijo de padre o madre mexicano o haber residido en el país durante treinta años." Los puntos contenidos en el texto anterior pueden resumirse de la siguiente manera:

a) Para ser Presidente de la República se requiere la nacionalidad mexicana por nacimiento, es decir, cumplir con la exigencia que determina como alternativa el apartado A, del artículo 30 constitucional en sus tres fracciones.

b) Se requiere asimismo que el ciudadano mexicano que ocupe la presidencia se encuentre en pleno goce de sus derechos, o sea, de sus prerrogativas civiles y políticas, sin las cuales ningún individuo puede acceder a un cargo público. Esto implica, que nadie sujeto a interdicción o dentro de las hipótesis contempladas en las seis fracciones del artículo 38 de nuestra Carta Magna, puede acceder válidamente a un puesto de elección popular, pues lo impide la suspensión de sus derechos o prerrogativas de ciudadano.

c) Se requiere asimismo que el ciudadano mexicano por nacimiento, sea hijo de padre o madre mexicanos, a fin de asegurar que existe el precedente de un arraigo provocado por el jus sanguinis, a menos que al no ocurrir este elemento, pueda ser colmado por el factor alternativo al que se refiere el punto siguiente.

d) Finalmente, la propuesta incorpora la frase "... o haber residido en el país durante treinta años", que en una interpretación gramatical significa una alternativa que podría funcionar ante la falta o ausencia del supuesto anterior; es decir, en su calidad de conjunción disyuntiva, la "o" con que se inicia esta oración condiciona la realización del supuesto normativo que contiene, a que ninguno de los padres sea mexicano, en cuyo caso el mexicano por nacimiento e hijo de padre o madre extranjeros deberá cumplir con la exigencia de haber residido en el país cuando menos treinta años. Para agotar los alcances de la propuesta, se entiende que si el individuo es hijo sólo de un extranjero, el padre o la madre, no requerirá acreditar la residencia en cuestión.

Comprendidos en los términos anteriores los alcances del texto de la fracción I que se consulta, esta Comisión consideró conveniente, por

mayoría, realizar algunos ajustes de redacción a la misma, para quedar en los siguientes términos:

"Artículo 82.

I. Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos; e hijo de padre o madre mexicanos, o haber residido en el país durante treinta años;

II a VII. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ."

El presente dictamen, deja constancia que esta redacción fue producto de un amplio debate entre los diputados miembros de la Comisión, a quienes preocupó el significado y sentido de la conjunción disyuntiva "o", lo cual fue resuelto finalmente, separando el párrafo con el punto y coma después del término "derechos" y agregando la conjunción copulativa "e", de manera que la última parte de la fracción sólo es aplicable alternativamente, si el ciudadano mexicano por nacimiento no es hijo de padres mexicanos.

Igualmente, se deja constancia en este documento de la amplia coincidencia entre los diputados de la Comisión, acerca del relieve que cobra en el precepto la exigencia del arraigo, probado por una residencia prolongada, tal como lo determina la norma propuesta.

También fue considerado en el seno del debate de la Comisión, que dicho texto satisface los extremos de una apertura democrática que sincroniza nuestro orden constitucional con la realidad actual, y el necesario cuidado de que toda representación política, especialmente la que toca al Presidente de la República, esté revestida de un nacionalismo que asegure la permanencia de México en el concierto internacional y mantenga al país solidario de los valores humanos mundialmente reconocidos a todos los pueblos y a todos los hombres.

Como fue expresado en el dictamen devuelto, ratificamos los considerandos que justifican esta propuesta de cambio:

"H) En la nueva realidad de nuestro país, encontramos a una sociedad más heterogénea en su conformación, más plural en cuanto a sus puntos de vista, mejor informada y exigente de que estas circunstancias se reflejen en el cotidiano acontecer nacional."

"Esto ha dado pauta a que la reforma de la fracción I del artículo 82 de la Constitución General de la República, sea un tema que nuestra sociedad, acorde a su actualidad, contempla desde una nueva óptica y con criterios distintos a los del Constituyente de 1917."

"Al eliminar la condición que actualmente obliga a quien aspire a ocupar la Presidencia de la República, de ser hijo de padres mexicanos por nacimiento, se atiende al ánimo de lograr un mayor entendimiento entre todos los que componemos el conglomerado social, eliminando un requisito de elegibilidad entre los ciudadanos que no había sido incluido en ningún ordenamiento constitucional hasta antes de 1917."

"No se trata, entonces, de apartarnos del espíritu nacional que inspira el contenido normativo de la ley fundamental; más bien, la intención es adaptar la tradición jurídica a una nueva realidad social."

Hoy caminamos hacia el encuentro de un nuevo siglo, que seguirá requiriendo de servidores públicos plenamente identificados con su pueblo, con sus demandas, con sus tradiciones, con su cultura, con su historia y con sus anhelos, y por ello, consideramos que quien llegue a dirigir en el futuro los destinos de esta gran nación, debe reunir las cualidades arriba señaladas, que garantizan en su poseedor un conocimiento del medio actual nacional tan completo como el que ostenta todo buen mexicano y tan articulado con el ser y modo de ser de México, que permita advertir en él, sin lugar a dudas, los signos distintivos de la mexicanidad. De esta manera, como se afirmó en el Constituyente de 1917, el Presidente, que es la fuerza activa del Gobierno y la alta representación de la dignidad nacional, será poseedor efectivamente de tal representación; de suerte que en la conciencia de todo el pueblo mexicano quede fijado que el primer mandatario encarna los sentimientos patrióticos y las tendencias generales de la nacionalidad misma.

Adicionalmente, fue compartido por un gran número de diputados de esta Comisión, que cualquier mexicano al que la vida política y sus virtudes personales pongan al alcance de la Presidencia de la República, lleva consigo la savia del nacionalismo y la vocación patriótica de servicio, además de que el acceso a este elevado cargo exige la responsabilidad de los partidos políticos en la selección del mejor hombre que demanden las circunstancias y la responsabilidad colectiva y múltiple de los ciudadanos mexicanos de elegirlo, en una votación que se rige por métodos democráticos.

Obviamente, votar y ser votado en las elecciones es una prerrogativa del ciudadano, que presupone la nacionalidad mexicana; pero en el caso

del máximo cargo del país, el de Presidente de la República, la nacionalidad a su vez debe contener elementos del jus soli y del jus sanguinis, que testimonien sin lugar a dudas raigambre, identidad y patriotismo. Por ello, el arraigo a la tierra en que se nace es producto no exclusivo de la naturaleza y sus accidentes, sino de la cultura, la historia, la tradición y la convivencia. De acuerdo con la doctrina constitucional el jus sanguinis es un presupuesto de adhesión al origen, sólo comparable con la derivada de una larga convivencia y de una interrelación fundada en la identidad de valores, idioma, cultura, hábitos y aún paisaje.

En esta virtud, basta con que el derecho de sangre provenga de una de las dos raíces, para que se perfeccione el cumplimiento de la exigencia constitucional comentada, de manera que es de apoyarse y aprobarse la fórmula del texto en consulta en la parte que determina alternativamente ser "...hijo de padre o madre mexicanos...", independientemente de que éstos lo sean por nacimiento o por naturalización.

La mayoría de los miembros de esta Comisión arribaron al convencimiento, complementario de los anteriores, de que la educación y permanencia fuera del país durante un lapso considerable, puede atenuar el sentimiento patriótico de identidad, sobre todo si el individuo es descendiente de padre o madre extranjeros. Por el contrario, si es mexicano por nacimiento y su residencia en el país se ha mantenido a lo largo de treinta años, considerada esta cifra en relación al requisito de 35 años cumplidos que debe tener quien asuma la Presidencia, se puede asegurar arraigo e identidad por convivencia, que eliminan riesgos de conflictos de interés o emocionales en quien, siendo hijo de extranjeros, es plenamente mexicano por comportamiento y por decisión. Esto último, probado en el momento de optar por la nacionalidad, según lo determinan nuestras leyes.

Por último, después de un debate prolongado y pronunciado acerca del momento de iniciación de la vigencia de la reforma que propone este dictamen, quedó en el ánimo de la mayoría de los integrantes de la Comisión que aquélla debe correr a partir de diciembre de 1999, en los términos propuestos en la iniciativa original.

Algunos diputados consideraron inusitado, por amplio, el plazo que debe esperarse para que empiece a regir la reforma propuesta, afirmando lo inusual de una vacatio legis tan prolongada, lo cual parecería contradecir la afirmación indiscutida de que existen suficientes elementos para reformar desde ahora el precepto.

También fue manifestado el criterio de que este lapso no implica una auténtica vacatio legis, dado que no se ordena la derogación del precepto vigente y por lo mismo no existe una laguna que sea imperioso colmar con la entrada inmediata en vigor del nuevo precepto.

Lo que existe en realidad, es la definición política de no seguir postergando hacia un futuro indefinible la responsabilidad de realizar el cambio en consulta, así como eliminar cualquier propensión a juzgarlo como un mecanismo circunstancial y artificioso para beneficiar algunos individuos del presente o perjudicar a otros. De lo que se trata es de integrar una reforma política que salde compromisos ciertos con la democracia, uno de los cuales es sin duda el que se resuelve con esta modificación.

Dadas todas las consideraciones anteriores, la Comisión que suscribe se permite proponer a la honorable Asamblea la aprobación del siguiente

PROYECTO DE DECRETO QUE REFORMA LA FRACCIÓN I DEL ARTÍCULO 82, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Artículo único. Se modifica el artículo 82 fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para quedar como sigue:

Artículo 82. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

I. Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos; hijo de padre o madre mexicanos y haber residido en el país durante treinta años.

II a VII. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

TRANSITORIO

Artículo único. El presente decreto entrará en vigor el día 31 de diciembre de 1999.

Sala de comisiones de la honorable Cámara de Diputados, México, Distrito Federal, a 1o. de septiembre de 1993.»

El Presidente:

Gracias, señor Secretario.

Esta Presidencia ruega a la Secretaría consulte a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura al dictamen y en esta misma sesión se somete a discusión y a votación.

El secretario Rubén Pabello Rojas:

Por instrucciones de la Presidencia, con fundamento en el artículo 59 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General, se consulta a la Asamblea en votación económica si se le dispensa la segunda lectura al dictamen y en esta misma sesión se somete a discusión y votación.

Los diputados que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...

Los diputados que estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Se dispensa la segunda lectura al dictamen.

El Presidente:

Muchas gracias, señor Secretario.

Esta Presidencia tiene a bien informar que se han inscrito para la discusión de la fracción I del artículo 82 con su respectivo transitorio, los siguientes oradores y pediremos que asista a esta tribuna el diputado José Domingo Olvera Cervantes, por la Comisión, para fundamentar el dictamen en términos del artículo 108 del Reglamento.

El diputado José Domingo Olvera Cervantes:

Con su autorización, señor Presidente; señoras y señores diputados:

Acudo a la tribuna de la Cámara, en uno de los debates que mayor polémica han causado en los últimos tiempos y en los términos del artículo 108 del Reglamento Interno del Congreso, para fundamentar, a nombre de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, el dictamen relativo a la reforma de la fracción I del artículo 82 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Quiero reiterar que el dictamen recoge los puntos de vista vertidos durante el debate en la Comisión. Por tratarse sin duda de un tema de singular trascendencia e importancia para la vida política del país, se reflejó en las discusiones de la sesión del día de ayer, en que se presentó un anteproyecto de trabajo que se discutió en los términos del Reglamento Interior de esta Cámara y particularmente del artículo 93 del citado Reglamento.

Acudo también a esta tribuna convencido, firmemente convencido en mis ideas y sentimientos patrióticos, nacionalistas y en las razones jurídicas y políticas que sustentan este dictamen. Reconozco que el artículo que vamos a discutir ha merecido, en los últimos días, comentarios diversos, todos respetables pero no todos compartibles.

En un país de ejercicio democrático y plural como el nuestro, es normal que en el Congreso de la Unión y antes, en la opinión pública se presenten diálogos, debates y puntos de vista distintos, que vienen finalmente a fortalecer el sistema democrático mexicano.

Pocas propuestas de reforma constitucional han merecido tantos y tan diversos comentarios como la que hoy estamos tratando. No con esto quiero decir que pueda ser calificada como la reforma de mayor importancia de las que se hayan hecho a la Constitución, e incluso de las que ha estudiado, discutido y resuelto esta Cámara de Diputados.

En esta tribuna se han dado brillantes exposiciones en reformas tan trascendentes como la referida a los artículos 3o., al 27 y al 130 de nuestra Constitución.

Todos ellos preceptos de indudable trascendencia y de razones históricas en el desarrollo de la comunidad nacional.

Hoy, señoras y señores diputados, iniciamos nuestra discusión respecto a la propuesta presentada por diputados priístas, de reformas a la fracción I del artículo 82 y la propuesta de un transitorio para el inicio de su vigencia y en caso de que se apruebe llegamos a este momento después de una demostración de todas las fuerzas políticas en México, de apertura al diálogo interno, y entre ellas. En todos los partidos hay puntos de vista diversos en torno a esta misma cuestión. Algunos exponen argumentos proponiendo que la fracción queda en los términos actuales; otros dan razones que explican su determinación de que la reforma se apruebe; unos y otros con razones y argumentos son respetables.

Aquí nos toca hoy asumir cabalmente nuestra responsabilidad de legisladores de la nación y resolver respecto a la propuesta de modificación constitucional al artículo 82 que diputados priístas han propuesto, fundamentalmente en pos de la igualdad de derechos para quienes somos mexicanos en la realidad que hoy vivimos.

Como afirma el dictamen, la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales propone a la Asamblea el nuevo texto de la fracción I en los

siguientes términos y me voy a permitir puntualizarlo: "Ser ciudadano mexicano por nacimiento (coma) en pleno goce de sus derechos (punto y coma) e hijo de padre o madre mexicanos (coma) o haber residido en el país durante 30 años".

Y un transitorio en los siguientes términos: "artículo único. El presente decreto entrará en vigor el día 31 de diciembre de 1999".

El contenido de estos dos textos muestra que la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, han asumido el criterio de oportunidad y ha sabido sintetizar la razón del presente con la razón de la historia.

Si el voto de la Asamblea resulta favorable a los textos constitucionales contenidos en el dictamen de la Comisión y el proceso legislativo continúa en voto positivo en el Senado y en las legislaturas de los estados, se habrá de lograr la actualización y armonía de la norma de la Ley Fundamental con las realidades del México de los años finales del Siglo XX, que se abre y prepara a enfrentar los retos del Siglo XXI.

Tengo la convicción de que los valores del nacionalismo quedan salvaguardados, donde fortaleza a la acción de México en el concierto internacional, pero a la vez, como lo afirma la Comisión, mantenga a nuestro país solidario con los valores humanos, compartidos por todos los pueblos y todos los hombres.

Si hoy reformamos nuestra Constitución, no es para alejarnos del espíritu nacional que la inspira; de lo que se trata es de adaptar la tradición jurídica a la nueva realidad social. Por su atención, señores diputados, muchas gracias.

El Presidente:

Agradecemos su intervención, señor diputado Olvera. Antes de poner a consideración de esta honorable Asamblea la lista de oradores a participar, ha pedido hacer uso de la palabra el señor diputado Diego Fernández de Cevallos.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo (desde su curul):

Señor Presidente, pido se reglamente esa petición.

El Presidente:

Señor diputado Cuauhtémoc Amezcua, el señor Diego Fernández de Cevallos es miembro de la Comisión.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo (desde su curul):

Yo también soy miembro de la Comisión.

El Presidente:

Usted también podría hacer uso de la tribuna en su momento, si así lo deseara, señor diputado.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo (desde su curul):

Pido se fundamente en el Reglamento el derecho de hablar en este momento por parte del diputado Diego Fernández de Cevallos.

El Presidente:

Señor diputado Amezcua, con mucho gusto vamos a solicitar a la Secretaría nos haga el favor de leer el artículo 100 para contestar a su interrogante.

La secretaria Patricia Terrazas Allen:

"Artículo 100. Los individuos de la Comisión y el autor de la proposición que se discuta, podrán hablar más de dos veces, los otros miembros de la Cámara sólo podrán hablar dos veces sobre un asunto".

El Presidente:

Espero que esté satisfecha su pregunta, señor diputado.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo (desde su curul):

Por el contrario, señor Presidente, está claro que no hay fundamento. Pido al diputado Diego Fernández de Cevallos no violente el Reglamento y regrese a su curul.

El Presidente:

Señor diputado Amezcua, no es procedente su petición.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo (desde su curul):

Señor Presidente, no es procedente su decisión, está usted mismo violando el Reglamento. Pido se someta al voto de la Asamblea la decisión del Presidente, con base en el Reglamento.

El Presidente:

Con mucho gusto, señor diputado Amezcua. Esta Presidencia instruye a la Secretaría para que tome la votación económica, a ver si se acepta la participación del señor diputado Diego Fernández de Cevallos.

La secretaria Patricia Terrazas Allen:

Por votación económica, se consulta a la Asamblea si se le da la palabra al diputado Diego Fernández de Cevallos.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...

Los que estén por la negativa, sírvanse manifestarlo...

Se le concede el uso de la tribuna al diputado Diego Fernández de Cevallos.

El Presidente:

Gracias por anticiparse, diputada secretaria.

Tiene la palabra el diputado Diego Fernández de Cevallos.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos:

Gracias. Nadie puede negar que todos estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo. Señores legisladores:

Yo he solicitado el uso de la palabra, que primero el Presidente y después la Asamblea me han concedido, con un propósito central, que es hacer una proposición concreta, que quiero brevísimamente tratar de fundamentar.

Es incuestionable para todos nosotros, que este asunto, que este negocio, que este tema ha provocado una gran expectación en el país. La posible reforma al artículo 82, fracción I, ha motivado un gran interés de hombres y de mujeres de México, de todas partes del país, conocedores y cercanos de la política o desconocedores y lejanos de ella.

Porque hemos de aceptar lo que este artículo toca, una parte sensible del ser nacional. Pero hemos de decir que sensible para todos, no nada más para los que están en favor ni nada más para los que están en contra.

Creo que no falto a la verdad si digo que precisamente por ello todos los aquí presentes debemos aprovechar que este asunto se haya enviado a la Comisión y que hayamos tenido todos un mayor tiempo de reflexión y de análisis, para pensar en que debemos buscar que este asunto, que esta materia y que este debate sea ocasión, motivo y argumento propicio para buscar y alcanzar la unidad franca y limpia de todos los mexicanos.

Si esto se va a lograr o no, el tiempo lo dirá. Pero lo cierto es que todos los diputados federales tenemos la obligación moral con México, de buscar que con motivo de este debate, que tantas pasiones ha encendido, todos hagamos un esfuerzo de conciliación y de reencuentro.

No es posible sacar de aquí vencedores y vencidos, patriotas o criminales, buenos y nacionalistas, con traidores y vendepatrias. Nadie puede, con justeza y con verdad, descalificar porque sí a ningún compañero en esta Cámara, bajo el argumento de que unos son soñadores de un pasado que no puede regresar y que no puede anclarse en el resabio, en la inquina y en la mediocridad, ni tampoco puede decirse que el que promueve los cambios esté buscando entregar la patria al extranjero.

Categóricamente manifiesto, en nombre de la bancada de Acción Nacional, que jamás hemos pensado eso, ni ninguna de nuestras propuestas lo reclaman.

Lo que yo vengo sosteniendo es que esta reforma tampoco para Acción Nacional obedece a propósitos personalistas o partidarios. Toca también nuestra fibra sensible, como mexicanos que amamos a México, para reclamar en el pleno de la Cámara que todos los ciudadanos, hombres y mujeres, por el simple hecho de ser mexicanos, nacidos en territorio nacional, tengan los mismos derechos frente a la Ley.

Quiero decirles, además, en este grave conflicto político nos hemos visto ante el deber moral, insoslayable, de atender los reclamos no sólo de muchos del grupo mayoritario, sino de todas las demás fuerzas políticas y atender objetivamente ese reclamo.

No somos poseedores de la verdad absoluta, no podemos sustentarnos como propietarios, no hoy ni nunca, de la verdad en términos absolutos; tenemos convicciones y las reclamamos; pero como políticos sabemos que debemos estar atentos al reclamo de la mayoría, no de la mayoría priísta, sino de la mayoría nacional, y debemos entender también el reclamo de las minorías, porque mal haya el demócrata que toma el cómodo y fácil atajo de seguir el rumbo de las mayorías. Nosotros creemos que el demócrata es aquel hombre que atiende todos los reclamos del pueblo para hacer su mejor esfuerzo de justicia, de derecho y de razón.

A nosotros no nos mueve ni nos conmueve jamás una idea por el simple hecho del número, sea mayoritario o no, pero sí nos obliga, como políticos, a resaltar aquí y ahora que si el grupo mayoritario priísta se ha venido manifestando con insistencia en la necesidad de establecer mecanismos de defensa que desde su perspectiva son necesarios, nosotros no los podemos hacer a un lado por capricho, por placer, por terquedad, por soberbia. Y menos aún cuando ese reclamo no tiene facultad partidaria.

También en otros partidos, como el Frente Cardenista, como el PRD, como el PARM, y muchos militantes de Acción Nacional, nos han advertido en la necesidad de establecer condiciones, requisitos o candados.

Y el grupo mayoritario le ha pedido a la nación que advierta la necesidad de esos cambios, y los grupos minoritarios también hemos reclamado la necesidad de hacer de la Ley un equilibrio de razón, de justicia y de que a todos nos contemple como iguales la Ley que nos obliga, y la Ley que nos da derechos.

Pero, en síntesis, señores, hemos podido lograr distintos grupos parlamentarios un punto de acuerdo que se somete al pleno. En las comisiones, ayer nuevamente, diputados de distintos partidos, entre otros el PRI, reclamaban un cambio de una sola letra, que nosotros ayer no aceptamos. Y hoy, después de una Asamblea, después de una reunión del pleno de la diputación, hoy la hacemos nuestra, porque consideramos que tiene una base de razón.

Y hoy queremos proponerles que la fracción del artículo 82 diga: "Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, hijo de padre o madre mexicano y haber residido en el país por lo menos durante veinte años".

Más allá de paternidades, hemos de decir que esta propuesta la suscribe Alberto Carrillo, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; Adolfo Kunz, del PARM; María de los Angeles Moreno, del PRI y Diego Fernández de Cevallos, de Acción Nacional.

Es un esfuerzo de distintos grupos políticos por acercarnos a la unidad de esta Cámara, para que refleje una unidad nacional que anhelamos también en conceptos fundamentales, como los que en esta materia toca la Constitución.

Creemos, señores diputados, que paralelamente a ello, habremos de discutir a continuación el transitorio. No quiero contaminar esta exposición con el debate del transitorio, pero si reclamamos nosotros que se advierta el gran compromiso que tiene la mayoría de también atender a razones de justicia y de derecho.

Pero al margen de que se acepte o no, porque no estamos en el mercado, en el toma y daca, nosotros sostenemos junto con las otras fuerzas políticas firmantes de esta propuesta. Creemos que es una aportación al reencuentro de distintas fuerzas políticas que buscan la unidad de la nación. No descartamos tampoco, en este discurso, a quienes no han firmado la propuesta, hay muchas razones que pueden tener para ello, entre otras, la falta de tiempo.

Yo quiero resaltar aquí que un grupo político me manifestó su rechazo claro a esta propuesta y fue el PPS. Y quiero manifestar aquí que la coordinadora del PRD me pidió tiempo y copia del documento que por no tener la copia ni disponer del tiempo, no puede tener de ella la última palabra. Pero aun en el caso de que ellos estén en contra de la propuesta, yo creo que la unidad de todos nosotros también tiene que darse, tiene que lograrse en el disenso, con respeto y con categoría moral.

Quiero decirles que nosotros en Acción Nacional no vemos en esta propuesta la redacción óptima o mejor que desde nuestra perspectiva hubiera sido posible; pero en política, señores, nosotros hemos entendido, como partido, que debemos hacer política, y política aquí y ahora, como antes y mañana, en todas partes de la tierra, es buscar que la razón prevalezca y que las fuerzas políticas distintas y distantes, se acerquen en principios y en valores fundamentales, para que el país no se pierda y para que la patria se haga grande.

En concreto proponemos, los abajo firmantes, atentamente a la Asamblea, que se tome en consideración la propuesta de la que he dado razón y que ahora repito para que, dejándola en la Secretaría, sea tomada en cuenta y se vote ahora

mismo en el momento oportuno, y para ello la repito:

"Artículo 82. Para ser presidente se requiere ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, hijo de padre o madre mexicano y haber residido en el país por lo menos durante 20 años gracias." Muchas gracias.

El Presidente:

Gracias, señor diputado. Reserve la Secretaría para la votación en su momento oportuno.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo (desde su curul):

Señor Presidente, pido la palabra.

El Presidente:

Sí, señor diputado. Había pedido el uso de la palabra el señor diputado Gustavo Carvajal Moreno, posteriormente usted hará el uso de la tribuna con mucho gusto.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo (desde su curul):

Yo la pedí desde el momento mismo en que cuestionaba la intervención del señor diputado.

El Presidente:

Señor diputado. Teníamos ya por anticipada la petición de la tribuna del diputado Carvajal Moreno.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo (desde su curul):

Señor Presidente, está usted atropellando todos los procedimientos.

El Presidente:

Señor diputado: tiene usted el uso de la tribuna con mucho gusto. Señor diputado Carvajal, le ruego aguarde por favor.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Es verdaderamente preocupante, compañeras y compañeros diputados, cómo cada vez menos respetamos la práctica de esta Asamblea plural y cómo cada vez más pisoteamos el Reglamento y la normatividad vigente...

Y ése es el tema, señor diputado, esperando que lo sea usted y no sea simplemente un porrista más de la claque.

¿Por qué razón, pregunto yo, a quienes saben algo del manejo parlamentario, por qué razón en el momento en que se va a poner a discusión un dictamen y en que se debe abrir la lista de oradores para hablar en pro y en contra de él?, ¿por qué razón le han de dar la palabra a un señor diputado que en todo este proceso ha venido desempeñando un papel sumamente extraño al margen de reglas, de leyes y de poderes, para venir aquí a proponer algo que en buena medida viene a modificar sustancialmente el dictamen que se está discutiendo?

¿Por qué razón se invoca al artículo 100?, que ¡hombre!, no hace falta ser abogado, ni ser parlamentario con ninguna experiencia para entender de una sola vez que se le escuche, aquí fue leído por el señor Secretario, que nada tiene qué ver para justificar la intervención ni del diputado Diego Fernández de Cevallos, ni la que pretendía hacer a su vez el diputado Gustavo Carbajal Moreno.

El artículo 100 muy claramente señala que los miembros de la Comisión podemos intervenir dos o más veces en turnos de media hora, cuantas veces lo requiramos. Pero es lo único a lo que se refiere. No habla para nada de violentar el turno o de entrar inmediatamente después de que se está poniendo a consideración el dictamen. Todo este procedimiento compañeras y compañeros diputados, desde el origen, hablando de paternidades, desde la paternidad de esta iniciativa es todo un proceso sumamente oscuro, sumamente lleno de recovecos y arreglos de trastienda, que nada tienen qué ver con el trabajo parlamentario democrático de cara al pueblo y de cara a la nación.

Esa iniciativa Pri-panista, formalmente Pri-panista, que aquí fue presentada inicialmente, ¿por qué razón, pregunto yo? y ojalá el diputado Gustavo Carbajal que sigue en turno, pudiera contestar a esa pregunta, por qué razón esa iniciativa no presenta un solo argumento para fundamentar la propuesta de que se modifique el artículo 82, fracción I.

Aquí han coincidido muchos compañeros diputados de diversas corrientes políticas, incluido

el diputado Diego Fernández de Cevallos que es un asunto trascendente, que es un asunto importante, que es un asunto diríamos, que no solamente afecta a la vida jurídica constitucional de México, sino que toca fibras muy sensibles relativas a la necesidad de preservar la soberanía nacional, a la necesidad de mantener vivo el sentimiento nacionalista y patriótico de nuestro pueblo hoy más que nunca por las condiciones y características del mundo de hoy.

¿Por qué razón en una iniciativa que se presenta a esta alta soberanía, ni siquiera se presentan algunos argumentos de carácter histórico, jurídico, filosófico, de proyecto de nación o de la índole que fuera, así fuera de ciencia ficción, para fundamentar la pretensión de que haya que modificar el artículo 82, fracción I?

¿Por qué razón en el dictamen que nos presentó inicialmente la Comisión de Gobernación y que fue devuelto, por qué razón en ése tampoco hay fundamentación real, si no apenas dos o tres párrafos en que de pasada se toca el asunto?

Yo le preguntaría a quien tenga capacidad para contestarlo en esta tribuna de cara al pueblo y para que quede en el Diario de los Debates constancia de ello para la generación de hoy y para la generación futura de los mexicanos, dónde se están haciendo estos arreglos y quién está haciendo estos arreglos de trastienda, quién se siente con la autoridad para venir a comprometer cuestiones que no tienen qué ver con su vida personal o de su familia o de sus bienes, sino que tienen qué ver con toda la nación y todo el pueblo de México ? No han sido arreglos hechos en la Comisión Plural; no han sido arreglos hechos aquí en la Cámara de Diputados; no han sido arreglos cuya paternidad reconozca ni siquiera el Secretario de Gobernación; no han sido arreglos que acepte como suyos ni que respalde el Presidente de la República; más aun, el Presidente ha dicho y reiterado que para él el artículo 82 fracción I como está, está bien; quién tiene la autoridad para andar comprometiendo el futuro de México, la independencia de la nación en arreglos de trastienda y venir a imponerlos aquí todavía con aires de perdonavidas, llamando a la concordia y a la unidad nacional; ¿quién tiene esa facultad? ¿dónde se están haciendo esos arreglos?

Hubo múltiples declaraciones del diputado Diego Fernández de Cevallos y del presidente de su Partido, el señor Castillo Peraza, en el sentido de que el 82 lo tenían en la bolsa porque había compromisos y había palabra que tendría que cumplirse. ¿Quién hizo esos compromisos? Quién empeñó esa palabra, en nombre de todos los priístas, seguramente sin consultarles, en nombre de esta representación nacional, sin consultarnos, en nombre del pueblo de México violentando la voluntad del pueblo de México, que todas las encuestas que se han hecho muestran que es claramente opuesto a que se reforme el artículo 82.

¿De dónde salen todas estas cosas oscuras, tramposas como la que acabamos de presenciar aquí hace un momento o la que presenciamos ayer en la Comisión de Gobernación donde la dirección formal de esa Comisión fue atropellada de la manera más humillante e indigna por un diputado o coordinador de otra fracción que tomó todo el control en sus manos? ¿De dónde sale la dignidad, de dónde debe salir la dignidad de todos los diputados, independientemente de partidos políticos, que supongo debemos tenerla, para aceptar o rechazar este tipo de manipulaciones indignas?

No entraré en materia; me reservo para más adelante. Simplemente dejo constancia de que no es admisible esta clase de procedimientos.

El Presidente:

Tiene la palabra, para contestar alusiones personales, en términos del 102, el diputado Diego Fernández de Cevallos.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos:

Señores legisladores:

Ni la intervención del señor Amezcua, nos debe distraer del propósito fundamental y trascendente que creo está en el ánimo de la mayoría de los aquí presentes. Discutir a fondo, con razones, con argumentos, con ideas; no con majaderías.

El aquí nos ha llamado: "tramposos". Pero cuando le contestamos duro, viene a la tribuna y se queja de los adjetivos, de las formas, de la arrogancia, de la prepotencia... A la mejor nosotros somos prepotentes. Yo prefiero ser así que ser preimpotente.

Dice el señor diputado que con qué derecho me subo a la tribuna. Pero él no se cuestiona el suyo propio para venir a lo mismo, a la misma tribuna y para los mismos efectos: ¡Para hablar!, y yo le aclaro que a mí me lo dio el Reglamento,

encontrará que cualquier proposición se puede hacer en cualquier momento y a eso vine y cuando no dice en qué circunstancias puede o debe hacerse uso de ese derecho, al no señalar en qué condiciones o momento, en cualquiera se puede hacer la proposición.

Pero voy más, diputado: usted dice que fuimos a otras partes a hacer arreglos de trastienda. Nosotros no lo creemos así; a la mejor es el sentimiento de culpa porque ustedes intentaron el arreglo de trastienda... Y lo pregonaron en los periódicos diciendo que habían acudido a Los Pinos a pedirle no sé qué y no sé cuánto al señor Presidente.

Si usted tuviera, en todo caso, congruencia y dignidad de legislador, vendría aquí a pelear, como lo hace, sus puntos de patria y sus puntos de llegada y no irle a pedir al Presidente que no se moviera un dispositivo constitucional.

Se queja de que ayer se atropelló la Ley y el Reglamento en las comisiones. ¡Miente! y miente a sabiendas, porque ayer éste que le habla, le reclamó muchas veces que precisara qué artículo de la Ley o del Reglamento se violaba en las comisiones, si estaba claro que todos los miembros de la Comisión estaban en su derecho de hablar, de reclamar, de exigir y de cambiar lo que se quisiera del documento de trabajo que se presentó, y usted como siempre, diputado, tomó el cómodo y fácil camino de huir de la Comisión y de no trabajar en esa Comisión, y ahora viene a criticar porque tanto se le flageló.

Pero vamos a lo fundamental, señores. No vamos a dejar pasar injurias, no nos vamos a quedar callados; pero sí vamos a poner en primerísimo lugar nuestro deber como ciudadanos y como diputados de que en este asunto trascendente para la vida de México, para el destino próximo de la nación, porque se avecina un proceso electoral, y para el destino de nuestra patria, a mayor y más amplio plazo, pueda tener en todo momento la búsqueda, la concordia y el alcance de los acuerdos un camino, una vialidad, que hoy no se ha dado precisamente por actitudes sectarias que estamos tratando de superar.

Yo pienso, señores diputados, que este paso que estamos dando distintos grupos políticos es un paso trascendente...

El Presidente:

Diputado Fernández de Cevallos; ¿me permite, por favor?.. A sus órdenes diputado Valero.

El diputado Oscar Ricardo Valero Recio Becerra (desde su curul):

Pregunte el señor Presidente, por favor, si acepta una pregunta.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos:

Con mucho gusto.

El Presidente:

Adelante, diputado Valero.

El diputado Oscar Ricardo Valero Recio Becerra (desde su curul):

Voy a hacer, compañeras y compañeros diputados, señor diputado Fernández de Cevallos, caso omiso en este momento acerca de la procedencia de introducir modificaciones que efectivamente se pueden presentar en cualquier momento, pero de la pertinencia de presentar modificaciones por anticipado a un texto que ni siquiera ha iniciado su discusión. Lo dejo de lado para otro momento.

Pero sí, en cambio, tengo mucho interés en conocer en toda su extensión, en todo su alcance, la propuesta que presentó usted hace un momento a nombre de varios diputados o grupos parlamentarios.

En primer lugar, y habiendo seguido muy detenidamente su exposición, no me parecía que hacía referencia, al menos expresa o explícita, a un tema que en todos estos días se ha planteado como intrínsecamente inseparable del contenido de la reforma; no me pareció haber escuchado ningún comentario en esa propuesta acerca del artículo transitorio que ha acompañado desde un principio esa misma propuesta y que aparece en la iniciativa.

Y otra segunda pregunta, señor diputado, que también se ha discutido de manera muy amplia, no sé si exhaustiva. Con la modificación que se propone de la reforma al artículo 82, quisiera conocer su opinión en términos de que ¿a qué afecta la última cláusula? Entendemos muy bien que se trata de una modificación en el sentido de que la residencia se aplicará por lo menos durante 20 años. Esa es la modificación. ¿Pero

a qué se aplica? ¿Se aplica al sujeto de hijo de padre o madre mexicanos o al sujeto que podría ser contemplado dentro del conjunto de este artículo que es el ser mexicano por nacimiento?

Además, y aprovecho también para preguntar otra cuestión que ha sido objeto de nuestras deliberaciones, si hay congruencia en esta nueva propuesta que se hace con algo tan evidente, ya lo habíamos comentado y creíamos superado en las discusiones en la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales si se mantiene este concepto equívoco de que hay ciudadanos mexicanos por nacimiento, cuando que en realidad hay mexicanos por nacimiento que pueden o no estar en pleno goce de sus derechos, éstos sí, ciudadanos. Muchas gracias.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos:

Con su permiso, señor Presidente.

El Presidente:

Adelante.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos:

Voy a procurar contestar a sus cuatro comentarios o consideraciones.

Usted quiso dejar de lado las modificaciones que yo propongo en cuanto al tiempo, porque dice que las propongo por anticipado. Yo le digo que en un régimen parlamentario o en un debate político, cuando algo se quiere dejar de lado no se toca y si se toca en el pleno es que no se está dejando de lado. Y me veo en condiciones, pues, obligadas de responderle.

Yo creo que si el Reglamento me permite en cualquier momento hacer la propuesta, estoy en mi derecho de hacerlo. Lo único que no se me hubiera imaginado es hacer la propuesta después de la votación de la propuesta que a su vez se había leído en el dictamen.

Dicho en pocas palabras: si iba a hacer una propuesta que modificara la que estaba leyéndose en el dictamen, habría que hacerse en tiempo y no permitir un largo y posiblemente falso debate, si había varias fuerzas políticas que ya habíamos suscrito, en último momento, una modalidad que pudiera resultar interesante.

2o. Dice usted que no le pareció que haya yo tocado lo del transitorio. Posiblemente fue distracción de su parte, porque lo dije claro. Dije: ¡que no quería contaminar con un debate amplio respecto del transitorio, un asunto de gran fondo como era la búsqueda de estos consensos! Y todavía, palabras más, palabras menos, advertí: ¡sin embargo, desde ahora pido que la misma apertura que nosotros tenemos, la misma sensibilidad, la misma capacidad auditiva y de percepción para lo que aquí se siente y se dice, ojalá que la tenga el grupo mayoritario! ¡Porque inclusive en la Comisión, ayer, había priístas que demandaban que se suprimiera el transitorio!

3o. ¿En qué afecta el agregado de la residencia? En tanto la "y" es copulativa y en tanto se está haciendo en la propia fracción una determinación precisa y puntual de las condiciones a que la misma se refiere, abarca al todo y no a una parte.

Si ustedes advierten, se quita el "punto y coma" que venía en la redacción primera. Y si usted lee bajo cualquier interpretación este artículo llegará a la conclusión que estamos reclamando en la propuesta de que para ser Presidente de la República se requiera: ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, hijo de padre o madre mexicano y haber residido en el país por lo menos durante 20 años.

Por lo tanto, la residencia implica a todos, conlleva la necesidad de que todos, a partir de su vigencia de esta reforma, todos los que aspiren a ser presidentes de México tengan por lo menos una residencia efectiva, real, demostrable, de 20 años y,

4o. Que, ¿por qué hay incongruencia desde su perspectiva, toda vez que yo mismo sostuve que la expresión de "ciudadano mexicano por nacimiento" es equívoca? Yo diría más, no es equívoca, es incorrecta, pero también dije hace unos minutos aquí ante todos, que esta redacción que proponemos no es la que para Acción Nacional pudiera resultar la óptima, lo dije porque en política muy difícilmente se alcanza lo óptimo y cuando esto se alcanza, es excepcional y para que pudiéramos encontrar distintas fuerzas políticas, un texto que permitiera su suscripción, tendríamos que perder lo menos por obtener lo más. Y hay un argumento, si quiere atárico, pero que de repente en política se hace valer, el actual texto de la Constitución así lo señala y, por otra parte, si se pudiera modificar esta expresión, nosotros nos sumaríamos a su observación porque es correcta, nosotros insistimos aquí, como lo

dijimos ayer en la Comisión, que desde un punto de vista jurídico, no se puede hablar de ciudadanos mexicanos por nacimiento, que en todo caso se puede ser mexicano por nacimiento pero lo de ciudadano, su condición, su característica, su requisito, hacen referencia a algo adicional a su mexicanidad, entre otras a su edad y a su modo honesto de vivir, lo cual, mejor aquí lo dejamos. Gracias.

El Presidente:

El señor diputado Carvajal Moreno había pedido la palabra para contestar alusiones personales, en base a su intervención diputado Amezcua; por tal motivo tiene la palabra el diputado Gustavo Carvajal.

El diputado Gustavo Carvajal Moreno:

Con su permiso, señor Presidente:

Quisiéramos dejar claros, una serie de argumentos que no son ciertos, y que el compañero Amezcua señalaba.

El día de ayer, en ningún momento, la directiva de la Comisión de Gobernación dejó de tener el control de la sesión; en segundo lugar, aquí se ha estado manifestando también que nuestro partido lo ha hecho en las comisiones, lo ha hecho públicamente, ha solicitado buscar, llegar al acuerdo que en este momento se presenta y poder cambiar la "o" por la "i", ¿por qué?, da mayor certidumbre y seguridad porque tiene los tres elementos.

En primer lugar, es un mexicano por nacimiento; en segundo lugar, tiene el padre o la madre mexicana; y todavía agregamos la residencia para dar la certidumbre del conocimiento del país y amor a la patria.

Esta propuesta que cuatro fracciones políticas han planteado, no es fruto de ninguna concertación fuera de este recinto, esto es fruto de un razonamiento, de un diálogo con razones para llegar definitivamente a un texto que a los mexicanos nos haga sentir seguros y nos haga sentir que estamos caminando con la verdad hacia el futuro.

Este texto que hemos elaborado entre varios compañeros diputados y que aquí se ha expresado, ha sido planteado desde días atrás y consideramos nosotros que en la Comisión de Gobernación, desde el momento en que buscamos que se reestudiara el caso, se buscaron alternativas y opciones para poder llegar a lo que aquí estamos planteando.

En ningún momento nuestro partido y los compañeros que están firmando este documento, esta propuesta, estamos buscando que haya ni un sectarismo ni que se diga que otras fuerzas o han traicionado o han quedado en el pasado.

Hemos planteado que por bien de esta Legislatura y de esta Cámara, reflexionen, reflexionen y puedan sumarse a esta propuesta que estamos haciendo para que podamos seguir caminando con certidumbre.

El texto actual de la Constitución tiene algunas interpretaciones que con esto podemos nosotros garantizar mayor seguridad al país. Señala que para ser Presidente se requiere ser ciudadano mexicano por nacimiento e hijo de padres mexicanos.

Puede darse el caso de una persona que haya nacido en el extranjero y que sea por la vía del padre o la madre ciudadano mexicano por nacimiento; que no conozca el español, que nunca haya pisado este país y pueda optar o pensar optar en atender al mayor cargo de responsabilidad.

Con esto que estamos planteando, se está también señalando la residencia en el país. Esto nos da la certidumbre de que los mexicanos que aspiren a este alto cargo deberán conocer, sentir sus tradiciones y saber lo que piensa y lo que sufre y lo que quiere nuestro pueblo.

Por eso, consideramos nosotros que es un texto que llena las aspiraciones de muchos compañeros diputados de las fracciones que aquí estamos presentando. Consideramos por ello, que es un texto de avanzada que garantiza todavía más que quien acceda a la primer magistratura tenga un conocimiento real de nuestro país.

Es por ello que invitamos cordialmente y con afecto a nuestros compañeros del Partido Popular Socialista y del Partido de la Revolución Democrática, a hacer una reflexión, a buscar lo que nos une y no lo que nos divide y podamos quizá salir unidos en este debate en bien de México y de nuestros hijos. Muchas gracias.

El Presidente:

Gracias, diputado Carvajal.

Tiene la palabra el señor diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

El llamado que hace el diputado Gustavo Carvajal a poner por delante lo que nos une y hacer de lado lo que nos divide, es un llamado justo en el cual debe reflexionar el propio diputado Gustavo Carvajal y todos los diputados que tienen profundo amor a la patria y profunda preocupación por el porvenir de México. Se materializará votando por el rechazo de este dictamen y defendiendo el texto actual del artículo 82, fracción I. Ojalá sea congruente el diputado Gustavo Carvajal con su llamado y vote por el rechazo a este dictamen.

No ha sido contestada la pregunta que formulé en mi intervención anterior: ¿dónde se están negociando estas cosas?, ¿quién las está negociando?, demandamos una respuesta clara y franca a todo el pueblo de México, a través de los medios de comunicación aquí presentes...

El Presidente:

Señor diputado Amezcua, ¿acepta usted una interpelación del diputado Carvajal?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Claro que sí, con todo gusto.

El Presidente:

Por favor, diputado Carvajal.

El diputado Gustavo Carvajal Moreno (desde su curul):

Compañero Amezcua, yo le recuerdo que cuando hice uso de la palabra manifesté muy claramente que todas las pláticas, las comunicaciones, los acuerdos, los estuvimos teniendo en este recinto parlamentario. Aquí salió la propuesta, de aquí salió el acuerdo. Hemos hablado con todas las fracciones parlamentarias, hemos llegado a acuerdos con unas sí y otras no, pero vuelvo a dejar enfáticamente la respuesta que usted pide: este acuerdo se generó en San Lázaro, con los diputados de la federación.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Lamento mucho la tarea que hoy le ha tocado desempeñar en función de sus disciplinas políticas, diputado Gustavo Carvajal. Usted sabe muy bien y claramente que no es así, usted es testigo de que no ha sido así. Usted ha sido testigo de que el primer paquete de reformas constitucionales aquí jamás se pactó y que hubo una propuesta del respetado colega diputado ahora con licencia Fernando Ortiz Arana, fuera de aquí que recogía una serie de planteamientos, que una sola de las fracciones, y no era la del PRI ni había sido en ningún momento tesis ni proposición del PRI, presentó como suya; pero la otra parte; la del 82, ni siquiera ha tenido esa relativa claridad, usted lo sabe muy bien, es lamentable que le manden a mentir en contra de su conciencia y en contra de lo que usted sabe y todos sabemos que aquí ha ocurrido.

No es así, debiéramos tratar las cosas con franqueza y claridad. Dónde se ha pactado esto y con quién.

El Presidente, con quien platicamos, y lo comentaremos más adelante porque los cinco minutos no dan tiempo suficiente, pero no se va a quedar sin respuesta ni aclaración. El Presidente nos reiteró en conversación, con él lo que había externado de manera pública en Salvador de Bahía, Brasil, y después una vez más en México. Para él, el 82 como está, está bien.

El Secretario de Gobernación nos da testimonio de que una de sus primeras iniciativas como Gobernador de Chiapas, fue modificar la Constitución de esa entidad para ponerle el mismo candado del actual 82, para ser Gobernador de Chiapas se requiere ser chiapaneco por nacimiento e hijo de padres mexicanos, ni siquiera con un criterio regionalista, padres mexicanos.

Con cuanta gente con sentido patriótico hemos platicado, nos reitera su concepción de que el 82 es correcto, a excepción del Partido Acción Nacional, y alguien o algunos que hoy han recibido la consigna de apoyar quiénes son, a nuestro juicio deben quedar a la vista de todo mundo, no se les debe estar encubriendo, merecen juicio político si son funcionarios, merecen el severo juicio de la historia. ¿Será aquel señor Córdoba, aquel señor franco-español con el que se negocian estas cosas? ¿Quién será? Quienquiera que sea, merece un severo juicio y merece ser conocido, y hoy es el día de que se pongan las cosas en claro.

El diputado Diego Fernández de Cevallos viene a hablar de una serie de cuestiones para sacar el bulto, para eludir el asunto. Tampoco da la respuesta y él seguramente sabe con quién se negoció y con quién se pactó, y lo elude. Viene

a hablar de majaderos, y vaya que aquí dejó bastante manchada esta tribuna de la sangre que le brotó de la lengua; viene a hablar de leperadas, justamente quien se ha significado a lo largo de muchas legislaturas por ser el único caso que yo recuerde, que desde la tribuna incluso ha recurrido al más grave de los insultos que se usan en México, aquel que recuerda a alguno de los seres más respetables de la familia; y viene a hablar de potencias e impotencias como otra vez que habló de que su barba era un símbolo sexual, a expresarnos sus inhibiciones y complejos, confundiendo esta tribuna con el reclinatorio del psiquiatra.

Pero se duele de que hablemos de trampas y trapacerías; tramposamente habló de todo eso para eludir la respuesta: ¿con quién se está negociando, quién tiene la facultad, quién se arroga la facultad para violentar el régimen de poderes de México y para resolver por encima? Ese es el tema precisamente, ése es el tema y no otro, debemos saber quién es quien se anda arrogando tales facultades que no tiene, porque repito, merece no sólo el juicio público y el juicio de la historia, merece ser enjuiciado políticamente quien ande haciendo esa clase de arreglos y convenios que en modo alguno puede avalar ningún diputado digno. Muchas gracias.

El Presidente:

Tiene la palabra, para contestar alusiones personales, el señor diputado Diego Fernández de Cevallos.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos:

Señores legisladores:

Las circunstancias exigen un receso en el debate serio. Está fuera de nosotros buscar ese receso, pero el receso se ha dado, y bueno, hay veces que no se puede uno enojar. Esto para mí es claro este día.

Viene el diputado Amezcua a formular una pregunta que desde allá otro diputado le responde puntualmente, pero él inmediatamente contraataca, le dice que no es cierto y él sólo se responde a la pregunta que había formulado. Luego, de ser cierto lo que dice el diputado Amezcua, quiere decir que preguntaba lo que él ya sabía, y eso políticamente es farsa, y el que lo hace, farsante.

Segundo. Dice enseguida que yo también debo saber con quién se negoció. ¡Señor diputado, pues qué novedad! A lo mejor quien necesita el siquiatra es otro. Por supuesto que sé. Yo le presto el mío; van tres que se me suicidan, pero el último me ha salido muy aguantador.

Pues nada más faltaba que un político serio, que viene negociando por oficio, y no me avergüenzo de ello porque negocio de acuerdo con mis convicciones y por México, al final de cuentas no supiera yo con quién estoy negociando. Valiente sandez del señor diputado.

¿Cómo es posible que dude yo, que desconozca, que ignore con quién vengo negociando, si lo hago a todas horas del día? Me extraña la preguntita.

Tercero. Dice que he sido majadero, dice que he sido majadero. Tal vez, pero, ¿qué también por ser del PAN se nos va a exigir tener una misericordia consideración y humildad franciscana? No siempre podemos aguantar sus majaderías, señor diputado, y hoy empezó usted. Y yo lo emplazo a usted, y a cualquiera de su grupo, que nos diga cuándo y en dónde hemos empezado nosotros las agresiones.

Lo que pasa es que si no le gusta no se meta; y si le gusta aguántese. Así de sencillo.

Cuarto. Que traigo una gran carrera de malcriado, de majadero, y dice que a través de muchas legislaturas he venido yo a esta tribuna a hacer no sé cuántos despropósitos. Miente el señor diputado; a lo mejor ya me le aparezco en todas partes, pero ésta es la primera vez que soy diputado y a lo mejor, para su tranquilidad, la última.

Quinto. Señor diputado, yo no sé porque siempre que se habla de potencia o de impotencia usted hace referencia a lo sexual. Desconozco sus problemas. Pero en todo caso, hay potencia e impotencia, prepotencia y preimpotencia también en lo político, y era por lo menos de lo que yo estaba hablando.

Por último, que mi porte, que mi estilo, que mi arrogancia. ¿Qué quiere que haga diputado, así soy?, y así voy a seguir siendo. Claro está que para los efectos políticos no me va bien, ya ni modo. Puedo estar cierto, y delante de toda la tribuna, delante de todos ustedes en esta tribuna lo reconozco: qué más quisiera yo que tener el porte de alguno de ustedes. A lo mejor sería el Juan Camaney. Gracias.

El Presidente:

Ha solicitado el uso de la palabra, para rectificar hechos, el diputado Ildefonso Zorrilla.

El diputado Nahum Ildefonso Zorilla Cuevas:

Con su permiso, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Como dice mi amigo el diputado Rodolfo Echeverría Ruiz, subo para cerrar el paréntesis de la anécdota y abrir el de las categorías.

Desde que Vasco de Quiroga realizó en la nación purépecha la utopía de Tomás Moro, yo creo en las utopías.

Por eso, alabo y celebro a los partidos del mundo, que conservaron en sus siglas la palabra "socialista". Todas, todas las épocas han tenido su siglo de oro; la Edad Media lo tuvo con Carlo Magno; la modernidad no ha tenido su siglo de oro.

Ustedes saben que la modernidad se inició con los críticos de la sociedad feudal, pero no ha habido esa síntesis, esa conjunción entre Locke y Rousseau, entre Montesquieu y Marx, entre Torqueville y Grantd. Cuando se dé esta grande síntesis, entonces la época de la modernidad estará viviendo su siglo de oro y volverá a aparecer en las conciencias y volverá a aparecer en las luchas y volverá a aparecer en la historia y volverá a aparecer en los partidos la palabra socialista.

Por eso, mi reconocimiento al Partido Popular Socialista.

Tampoco estoy de acuerdo con aquello que decía un compañero mío: "Que se había petrificado el Partido Socialista, después de la muerte de Lombardo". Yo creo que en este siglo las dos mentes más organizadas para las ideas, más organizadas para la filosofía, han sido José Vasconcelos y Vicente Lombardo Toledano.

Si hoy viviera Vicente Lombardo Toledano, estaría totalmente de acuerdo con conservar lo socialista de su partido, pero sí creo, por la mentalidad de Lombardo, que en este problema de las nacionalidades tal vez Lombardo estaría de acuerdo con la reforma de la fracción I del 82.

Señoras y señores: en el trabajo de comisiones varios diputados de muchas fracciones, pedimos que en la iniciativa se hiciera una reflexión seria, razonada del por qué se modificaba la fracción I del 82; que las futuras generaciones pudieran desentrañar la norma, el espíritu de la norma, de ese paso que había decidido dar el legislador; que la fracción I del 82, tuviera algo que es muy importante: que garantizara que un posible candidato a la Presidencia de la República, hijo de padre extranjero, pudiera tener, imprimírsele lo que le da el ser nacional.

Y yo pregunto: ¿Qué le da a un hombre lo nacional? ¿Qué le imprime a un hombre el carácter de nacional: la raza, la sangre, el idioma, la religión? No, señores, todo este conjunto cultural que podríamos llamarle civilización, y no todo es civilización en el sentido de confort o de la forma de acomodar el hombre la técnica para sus mejores condiciones de vida, sino como un resultado de toda esta cosmovisión, que hace posible que el hombre sea un producto cultural, entendiendo a la cultura en su sentido antropológico más amplio.

Entonces, ¿qué es lo fundamental para que un hombre pueda ser nacional y, en consecuencia, para que un hombre pueda ser nacionalista? Bueno, la residencia, la residencia que le da ese entorno, que le forma esa atmósfera, que hace que ese hombre llegue a tener la cosmovisión que anteponga la lealtad a otra gente, la lealtad a su comunidad, es decir, que sea un nacionalista. Y yo quiero citar aquí un argumento de autoridad, yo creo que de los constituyentes del 17, nadie tenía más nivel cultural, filosófico y humanístico que Francisco J. Mújica. Y era y fue el revolucionario entre los revolucionarios, el nacionalista entre los nacionalistas, y en él en el artículo 30 del proyecto Carranza, propone junto con otros, con tres o cuatro constitucionalistas, que se asimile el hijo nacido de extranjeros a la calidad de mexicanos y pueda pretender alcanzar la Presidencia de la República.

Contra esto se opuso José Natividad Macías. No fue a la réplica ya Mújica, que será cuestión de los historiadores de investigar cuáles fueron sus razones. Pero ahí, ahí está el criterio de un nacionalista, de un gran revolucionario, de un filósofo y de un humanista como fue Francisco J. Mújica, que se pronunciaba porque los hijos de extranjero pudieran llegar a la primera magistratura de la nación.

Es pues, señores, que es tiempo de entrar al tema y olvida la anécdota y que discutamos aquí qué es lo que se necesita para ser nacional y qué es lo que se necesita para ser nacionalista.

Si alguno de ustedes me dice que es la raza, recuerden la historia reciente. Si alguno de

ustedes me dice que es la religión, cómo vamos a entendernos en este pueblo que fundamentalmente es sincrético. Si alguno de ustedes me dice que es la lengua, entonces no estaríamos entendiendo que vivimos en un país plurilingüe.

¿Cuál es pues la categoría? ¿Cuál es lo que va a hacer que un hombre sea nacional? ¿La raza, la sangre, el idioma, la religión o la cultura, o que ese hombre sea producto de una cultura o un término mucho más amplio, producto de una civilización? Muchas gracias.

El Presidente:

Tiene la palabra, para contestar alusiones personales, el señor diputado Cuauhtémoc Amezcua.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

En su momento hablaremos de dónde radica el concepto de nacionalidad, de cómo se origina y de cómo se arraiga el concepto de patriotismo. Sólo adelantaría que en la propuesta que nos están presentando, no se toca ni se garantiza en lo absoluto, para nada, pero lo trataremos en su momento. Por hoy sigue en pie la pregunta, la original, la siguen eludiendo.

Aquí vino Diego Fernández de Cevallos, y después de hacer, se hizo siete minutos de extraños malabares de equilibrista, inventando argumentos y poniendo en mi boca cosas no dichas para darle respuesta cómoda, reconoce que él es uno de los negociadores, lo cual todos lo sabíamos; pero volvió a eludir dónde está la otra parte, por ahí incluso alguien le gritó: nombres, y tuvo sordera táctica.

¿Dónde está? ¿Quién es? ¿Quién es el que se ha tomado el atrevimiento de atropellar a esta Legislatura, de pasar por encima del Poder Legislativo y del Ejecutivo incluso en este caso? Y pactar, de esos pactos de sangre, que por ahí alguien usó esa expresión hace poco, ahí estaba, creo que se fue, de esos pactos que exigen cumplimiento: ¡ah!, no, a mí me hicieron este compromiso y ahora me lo cumplen. ¿Quién fue? Merece ser enjuiciado, merece ser conocido, merece cargar con todo el oprobio por andar haciendo esa clase de arreglos, quien quiera que sea, quien quiera que sea. Eso merece respuesta.

Hemos señalado, toda la argumentación que da la iniciativa es ésta: cuatro líneas.

"Finalmente la reforma recoge un debate sobre la conveniencia de igualar las condiciones de oportunidad de participación política a todos los mexicanos por nacimiento, mediante la reforma al artículo 82 en los términos del transitorio propuesto. Entraría en vigor para la elección presidencial del año 2000". Es todo lo que dice, para una reforma de ese tamaño, ¿dónde están los fundamentos?, ¿por qué ni siquiera dieron la cara, ni sus tesis, ni sus razones, ni sus por qué, quienes nos traen semejantes propuestas?

Y más aun, todavía el dictamen inicial trae dos parrafitos procurando ir enmendando el yerro. "Esto ha dado pauta a que la reforma de la fracción I del artículo 82 de la Constitución General de la República sea un tema que nuestra sociedad, acorde a su actualidad, contempla desde una nueva óptica". Sí hay una nueva óptica, eso es cierto, lo vamos a tratar en un momento.

"Y con criterios distintos a los del Constituyente de 1917". Eso es falso, no hay ninguna razón para que haya criterios distintos. La nueva óptica evidentemente acentúa las necesidades que por primera vez emergieron en 1917, pero ése es el problema de fondo que trataremos en su momento cuando entremos al debate de fondo de las cosas.

Pero hoy seguimos exigiendo la respuesta clara y concreta: ¿Dónde se negoció, con quién se negoció, quién se toma el atrevimiento de andar haciendo esa clase de pactos por encima de los poderes?

El Presidente:

Gracias, diputado Amezcua.

Para contestar alusiones personales, el diputado Diego Fernández de Cevallos.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos:

Señores legisladores:

Parece que se está acabando el paréntesis y yo procuraré contribuir a ello dejando sólo para casos absolutamente obligados, comentarios que por hoy me voy a reservar.

Sigue preguntando el señor diputado que con quién llegamos a acuerdos. Señores, si todo México sabe que los distintos grupos políticos hemos venido dialogando aquí dentro de la

Cámara y en distintas partes, porque inclusive todo mundo sabe que diversos miembros de Acción Nacional han estado en las oficinas del PRD, que distintos miembros del PRD han estado en oficinas de Acción Nacional, que nosotros hemos acudido a distintos lugares para platicar con todo el que ha querido platicar; pero adicionalmente hasta el propio PPS ha acudido al lugar más discutido para platicar la política que son Los Pinos, extraña sobremanera que siga con la obsesión de preguntar en dónde se han tomado los acuerdos.

Los acuerdos se han venido haciendo públicos. Mire, simplemente con decirle que ha habido acuerdos públicamente tomados entre el PAN y el PRD y así han aparecido en los periódicos. ¿Qué también de éstos se necesita una explicación adicional, si se está obrando con inteligencia y con buena fe, o son simplemente propósitos de fastidiar y de cuestionar lo que se está haciendo?

Nosotros advertimos que el PPS está en todo su derecho de no estar satisfecho con los acuerdos, que así se pronuncie, que así debata, que así pelee; pero que no venga por el cómodo camino de cuestionar el procedimiento, de cuestionar los diálogos y los acuerdos para hablar de pactos de sangre. Los hechos que hoy mismo demuestran, para el que quiera abrir los ojos, si tiene algo de inteligencia, que no ha habido pactos de sangre.

Hoy, señoras y señores, hemos podido observar que una nueva propuesta que recoge exigencias muy reclamadas de otras fracciones, la presenta Acción Nacional suscrita por varios grupos parlamentarios. Pero me quiero adelantar, con el permiso de un diputado aquí presente que ha pedido el uso de la palabra, me voy a adelantar que tan no son pactos de sangre, que para bien o para mal, el diputado Carrillo Armenta habrá de hacerles alguna manifestación donde sí estoy bien informado, va a retirar su firma. Esto que no es común, es perfectamente válido. Si él suscribió ese documento en determinadas circunstancias y ahora tiene razones para él de peso, moral y legalmente válidas, yo entiendo que estará en su derecho y que nadie se lo deba de cuestionar.

Pero en última instancia para los efectos del debate, creo que no ha habido pactos de sangre; que precisamente la trascendencia que tienen estos acuerdos políticos, y ojalá lo registre la historia, es que aun a pesar de que el Presidente de la República fuera de México y dentro de México, manifestó abiertamente su opinión personal en el sentido de que como está el artículo 82, fracción I, así está bien, pues señor diputado, es algo histórico que en este país, a pesar de que el titular del Ejecutivo con el peso político incuestionable que tiene no sólo frente al partido mayoritario, sino frente a una opinión pública que advierte que la opinión del Presidente tiene un peso específico indiscutible, pues a pesar de esa opinión muy respetable, hoy estamos insistiendo en cambiar el artículo 82, fracción I.

Pero esto no es oprobioso. Tan no hay pacto de sangre, que la opinión muy personal y muy respetable del Presidente de la República, cede al criterio de grupos políticos que buscan acuerdos sustantivos y sustanciales que remontan con mucho el 82 y que toman en cuenta otros aspectos de gran trascendencia para la vida de la República.

Nosotros hemos de insistir que no estamos en condiciones de reducir todo el debate de la reforma política al tema del 82 y que lo que ahora tiene como novedad importante la materia del 82, es precisamente lo que cuestionan algunas personas que dicen luchar en contra de un presidencialismo exacerbado.

Si realmente estamos los demócratas en contra de un presidencialismo exacerbado, debemos de saludar el nuevo acontecimiento de que muy a pesar de la opinión personal del titular del Ejecutivo, hoy está en posibilidad de modificarse esa fracción del artículo constitucional.

No inventemos caminos torcidos. No nos neguemos a nosotros mismos como diputados federales y como ciudadanos, la oportunidad de buscar todos un camino común y una razón superior para suscribir acuerdos políticos. Lo demás señor diputado, es bajo.

El Presidente:

Hará uso de esta tribuna, para rectificar hechos, el señor diputado Alberto Carrillo.

El diputado Alberto Marcos Carrillo Armenta:

Señor Presidente; señores legisladores:

Con el objeto de precisar la posición de mi partido en relación a la propuesta que aquí ha hecho de punto de acuerdo el diputado Diego Fernández de Cevallos, con mi firma.

Independientemente de considerarla en lo personal un avance con respecto a la redacción

anterior, ha sido considerada al interior de mi partido y al interior de mi fracción, como una propuesta en su conjunto negativa e insatisfactoria. No estamos de acuerdo en la modificación al texto actual y vigente del artículo 82 y que además ese artículo se inscribe en una reforma política que nosotros no avalamos. Vengo pues, a retirar mi firma de esa propuesta y a anunciar que en el debate, en la discusión y en la votación, orientaremos nuestra conducta en contra. Gracias.

El Presidente:

Gracias diputado Carrillo.

Para rectificar hechos, tiene la palabra el diputado Rodríguez Prats.

El diputado Juan José Rodríguez Prats:

Con su permiso, señor Presidente:

En distintas intervenciones, aquí se ha cuestionado, se ha interrogado a mi partido, de qué forma se han hecho los acuerdos o de qué forma se ha llegado a pactos o se ha llegado a afinar una iniciativa. Inclusive se hace alusión a cuestiones de trastienda o que se está haciendo algo a espalda del pueblo de México. ¿De qué estamos hablando? Estamos hablando de elaborar una ley, estamos hablando de una iniciativa que se está presentando a un pleno; no se trata de nada que pueda o deba tenerse en la mayor clandestinidad.

Se aprobó aquí una Ley en lo general; se regresó a comisiones; se modifica la serie de requisitos señalados en el artículo primero. No hay nada vergonzoso, no hay nada que pueda no ser explicado de cara a la nación. Estamos discutiendo cuestiones públicas, leyes que van a regir la vida pública, la vida nacional y eso requiere de concertaciones.

Nosotros hemos insistido en que en el momento por el que México vive, se requiere crear consensos, se requiere hacer alianzas. Mi partido insiste en que todo proyecto nacional requiere de pactos. Aquí inclusive hace algunos días, algún diputado de un partido de la oposición exigía a mi partido que se hiciera alianzas, que se discutiera, que llegáramos a acuerdos efectivos para avanzar en el desarrollo político de la nación.

Yo creo e insisto, que mi partido ha dialogado con la oposición, con las distintas fracciones parlamentarias, han intervenido funcionarios de partido, es obvio, funcionarios de Gobierno, es obvio, es un asunto de carácter público y sentimos que para el momento en que vive el país, se requiere de esas concertaciones, de esas transacciones, hablemos y apliquemos estas palabras, porque requerimos hacer alianzas para seguir avanzando en el desarrollo político de la nación. Y en eso mi partido reitera su invitación.

No hay nada que estemos haciendo a escondidas ni nada que nos apene. Estamos haciendo leyes y las leyes tienen, por su propia condición, por su propia naturaleza, el carácter público y así lo estamos comunicando al pueblo de México. Muchas gracias.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, tiene la palabra el señor diputado Cuauhtémoc Amezcua.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Señor Presidente:

Quisiera solicitar a usted si fuera tan amable en instruir a la Secretaría para que en términos del artículo 113 del Reglamento, procediera a dar lectura a un documento que en mucho contribuirá a ilustrar a la Asamblea en torno al tema trascendente que hoy nos ocupa.

El Presidente:

Proceda la Secretaría a cumplir la petición del diputado Amezcua, por favor.

El secretario Florencio Salazar Adame:

"Organización Nacional de Profesionales y Técnicos, septiembre 1o. de 1993. Manifiesto a la nación.

El día 10 de agosto iniciamos la defensa de la soberanía de México, motivados por el anuncio formulado por el licenciado Fernando Ortiz Arana, Presidente del CEN del PRI, quien expresó que el próximo 16, dentro de la propuesta de reformas políticas enviaría a la Cámara del Diputados la iniciativa de modificación del primer párrafo del artículo 82 de la Constitución General de la República.

La lucha se inició con nuestro comunicado enviado al Presidente del CEN del PRI, fechado el 12 y que a su vez fue entregado a los legisladores de la nación y medios de información, donde nos manifestamos en contra de la pretendida reforma al 82.

La patria corre un grave peligro; se nos amenaza con perder la soberanía política promoviendo con la mencionada reforma el acceso de hijos de extranjeros a la titularidad de la Presidencia de la República.

Mexicanos: ¿Cuál es el origen de esta incalificable demanda? Todos a coro respondemos: '¡La dirigencia del Partido Acción Nacional!'. ¿Cuál es el origen de ese partido? Y nuevamente respondemos: la alianza de capitales trasnacionales representados por los hijos de Miramón y Mejía, como prestanombres.

Compañeros priístas, les preguntamos: ¿Acaso ésa es nuestra lucha y los compromisos de la Revolución Mexicana? ¿Acaso lo contempla la declaración de principios de nuestro partido en sus diversas etapas históricas de PNR, PRM y PRI? ¿O acaso el ..."

El Presidente:

Señor Secretario: ¿Me permite, por favor?

Diputado Estrada.

El diputado Fernando Estrada Sámano (desde su curul):

En virtud de que este documento al que el señor Secretario está dando lectura ha sido profusamente distribuido en toda la Asamblea, me pregunto señor, y pregunto al señor diputado Amezcua, ¿si sería el caso de que se les dispense una segunda lectura y siguiera él con su intervención?

¿Pregunto, señor?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

No se trata de una segunda, se le está dando la primera lectura. ¡Con gusto accederé a que no sea una segunda vez.

El Presidente:

Por favor continúe, señor Secretario.

El secretario Florencio Salazar Adame:

"Reflexionemos priístas de México. Esa es nuestra lucha y peor aun, atenta contra lo más sagrado de un pueblo: sus principios. En este caso soberanía e independencia.

La soberanía de nuestro pueblo es la suma de conquistas que obtuvimos sacrificando millones de vidas. No lo olvidemos.

Señores Legisladores de la República:

Hoy tienen un compromiso con la patria. Sacrificar nuestros principios más sagrados para atender el insaciable apetito de los neoconquistadores.

En sus manos está votar por México o por el partido de la traición. Sí, aquél que nos trajo Maximiliano de Habsburgo. Recordemos, para tomar fuerza de la historia, la posición estoica de Cuauhtémoc y que no los doblegue el dolor que sienten porque les están torciendo las manos. Lo sabemos. Piensen en Juárez y en el Cerro de las Campanas, que sigue vivo y vigilante.

Señores legisladores:

En el más amplio sentido de la palabra, ustedes representan al pueblo y somos cerca de 90 millones. No permitan que una minoría de hijos de extranjeros, que no va más allá del 1%, se imponga por la fuerza de sus millones a la inmensa mayoría de la nación, que es la generadora de la riqueza y bienestar que todos disfrutamos. ¡No permitan que se rompa la paz social!

En el voto de cada senador y diputado está la confianza que les otorgaron sus representados. No los entreguen al nuevo conquistador. Lo que hoy está en sus manos es la soberanía de nuestra patria.

Reflexionen: ¿Qué puede suceder si votan a favor de México? ¿Quién se va a disgustar? No lo olviden: el poder es temporal y el compromiso es con México y su historia.

Si existe alguna culpa para merecer lo que hoy se debate, seguramente se debe a que hemos sido demasiado hospitalarios, abrimos demasiadas puertas de nuestra casa para que vinieran a calmar su sed y hambre hombres de otras latitudes, quienes por esos motivos tocaron a nuestras puertas y se les dio pan, agua, vestido, techo y sustento, y no conformes con ello, se han ido apropiando de nuestras pertenencias, y lo hemos tolerado para vivir en paz, pero todo

tiene un límite. La dignidad de una nación no debe ser pisoteada. Recuerden que somos soldados de la patria.

Lo más ignominioso para nuestro pueblo sería que hoy ustedes levantaran la mano para entregarnos a los voraces apetitos de los nuevos conquistadores. Piensen que en sus manos está salvaguardar nuestras libertades sociales e individuales, soberanía e independencia. Respeten el derecho natural de este pueblo de gobernarse a sí mismo.

Levanten la voz y griten como lo hicieron el 27 de agosto: ¡Mé-xi-co! ¡Mé-xi-co! ¡Mé-xi-co! Tu soberanía no se debate, se respeta.

Atentamente.

Conciencia Crítica al Servicio de México."

Lo suscriben diferentes personas y al frente de este documento está un logotipo del Partido Revolucionario Institucional.

El Presidente:

Gracias, señor Secretario.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Muchas gracias, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Se ha eludido hasta este momento dar respuesta de dónde se hacen compromisos, que después se tratan de imponer por encima del deber que tenemos los legisladores. Algunos han dicho que no hay tales compromisos. Si no los hubiera, yo pediría que estableciéramos uno aquí los coordinadores de las seis fracciones parlamentarias, aquí a la vista del pueblo, frente al Diario de los Debates, que es fuente primaria de la historia y que este compromiso fuera: ¡el de dejar en absoluta libertad a todos nuestros compañeros, de todas las fracciones parlamentarias, de expresarse con conciencia patriótica en este asunto! ¡De que no haya torceduras de manos! ¡De que no haya amenazas de acabar con sus carreras políticas si no se disciplinan al mandato de alguien, que ni siquiera tiene el valor de dar la cara, de decir quién es el que se atreve a hacer esta clase de compromisos contrarios a los intereses de la nación y del pueblo!

Que innováramos e hiciéramos una forma hasta ahora sin precedentes: ¡votación secreta! ¡Y así sabremos si hay libertad, como dijo Rodríguez Prats, si estamos haciendo un trabajo limpio y si no tenemos nada de qué avergonzarnos!

El Presidente:

Para rectificar hechos, tiene la palabra el diputado Felipe Calderón.

El diputado Felipe de Jesús Calderón Hinojosa:

Gracias, señor Presidente; señores diputados:

Primero una referencia estrictamente reglamentaria, sonado el rasgamiento de vestiduras del diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, acerca del diputado a disposiciones reglamentarias; sin embargo, él pide la palabra para alusiones personales, para contestar alusiones personales, dice el artículo 102 del Reglamento y no contesta ninguna alusión personal, ni siquiera sabemos cuál fue la alusión a su persona que venía a contestar, mucho menos sabemos qué rayos haya contestado y que a qué vino; es decir, si vino a lo que no vino, no vale hacer trampa con el Reglamento, diputado Cuauhtémoc Amezcua; pida la palabra en su turno y entonces se le deberá conceder en su turno.

Está como en aquella ocasión precisamente yo presidiendo un debate, que usted solicitó la palabra para aclarar hechos, cuando ni siquiera había hablado nadie en la tribuna, pero parece evidentemente que se le concedió la palabra porque de lo que se trata es de no inhibir el uso de la palabra, sino fomentarla, pero tampoco nadie se llame a engaño cuando por triquiñuelas reglamentarias realmente, además pobres como las que usted empleó, trate de engañar al pleno de la mayoría con un escrupuloso apego reglamentario que no tiene.

Y cuando las cosas que ha venido a decir, que son muchas, lo primero es que habla de un atropellamiento de esta Legislatura y yo me pregunto, ¿qué no será un atropello o más bien un intento de atropello frustrado, el haber pretendido

cambiar el curso de la decisión de una Legislatura con una cita en Los Pinos precisamente el día en que estábamos discutiendo aquí, señor diputado, las reformas que usted pretendía arreglar allá y que constitucionalmente deben arreglarse aquí? Lo que le molesta entonces no es el presunto atropello, sino más bien la frustración que a su partido le da querer atropellar y no poder.

Ha dicho usted hasta el cansancio, digo que hasta el cansancio de todos los demás que lo hemos escuchado, porque suyo no, que no se ha contestado con quién están establecidos los compromisos y hemos dicho que han sido públicos los compromisos que se han sostenido en ésta y en otras materias, que han sido públicos los acuerdos parlamentarios que se han sostenido, que ha sido pública, porque pública es la presentación de iniciativas conjuntas por varios partidos, aunque le parezca raro, implican precisamente y expresan esos acuerdos, diputado Cuauhtémoc Amezcua.

Es absurdo verdaderamente y descabellado pretender que no haya acuerdos parlamentarios y que sí haya proposiciones conjuntas; ésos son públicos y por supuesto que a esos compromisos nos referimos que se deben de cumplir en un recto ejercicio de la palabra, en un recto ejercicio de la política y en un recto ejercicio de la conducta política de quienes aquí estamos trabajando, de quienes aquí estamos sirviendo al país desde nuestras personales convicciones.

Me dirá usted, o a la mejor en su concepción ésos no son compromisos o si lo son, no deben cumplirse, porque nada ha de cumplirse; ciertamente hay firmas que pueden darse y que pueden retirarse, diputado Cuauhtémoc Amezcua.

No sé si sea el caso de las del PPS, pero no ciertamente las nuestras, y con quien celebramos compromisos políticos parlamentarios no solo válidos, sino necesarios, como los que motivaron las iniciativas diversas, todavía una presentada como propuesta de varios coordinadores parlamentarios aquí que como usted dice cumple con todos sus requisitos míticos, pues, de ser presentado, que sólo que se presente aquí es de cara al pueblo, no entiendo de qué otra manera fue presentada la propuesta que tanta discusión ha manifestado.

Por último, yo diría que en el artículo o la carta que usted nos vino a leer, por cierto entre paréntesis ya que somos aficionados al paréntesis, aquí se hace mención o se leyó que no le debemos hacer caso, no debemos permitir que una minoría que no va más allá del 1.5% se imponga por la fuerza. No sé si se haya querido referir al PPS, porque realmente una minoría que no va más allá del 1.5%, pero aunque así fuera, señor diputado Amezcua, en una discusión de derechos debemos estar atentos a la razón.

No porque ustedes sean minoría se deben arrasar o hacer perder, pero tampoco deben pretender imponer su criterio de 1.5% a la mayoría del país.

Si es una cuestión de derechos políticos, en este caso como el de ser votados, nosotros los defendemos, independientemente del número de mexicanos que afecten.

Y por último, y con esto concluyo, se hace referencia en la misma carta a algo que ustedes conceptualizan y comparten. Señores, yo no sabía tanto, pero ahora entiendo que yo descubrí América, yo le quemé los pies a Cuauhtémoc, yo combatí y logré los privilegios para el clero, yo fui el engendro o el engendrador más bien, de Miramón y Mejía, yo fui el que sostuvo a Porfirio Díaz, yo fue el que traicionó a Madero, yo fui el que traicionó el triunfo de la revolución armada. Lo único que ocurre, señores, es que me sorprende que a mi edad yo sea capaz de tanta perversión histórica.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, diputado Cuauhtémoc Amezcua.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Satisfaré la preocupación del diputado Calderón siendo puntual en la alusión que me trae a esta tribuna y que es la que él ha hecho de mi partido y de mi persona.

No daré respuesta a su barroca, abigarrada y deshilvanada intervención porque se requeriría un gran esfuerzo para tratar de dar seguimiento a 20 cuestiones totalmente menor que tocó de pasada en un esfuerzo igual que muchos otros que ha habido para tratar de disolver el problema central que hemos planteado aquí y al que nadie hasta ahora ha dado respuesta. ¿Hay o no hay un arreglo de trastienda?, ¿quién lo hizo?, ¿quién hizo el pacto?, ¿quién hizo el compromiso?; si

no lo hay, déjese en absoluta libertad a los diputados de votar en conciencia, ése es el punto central.

Y no va a ser fácil que distraigan la atención de la Asamblea ni del pueblo en torno a este asunto fundamental.

La entrevista con el Presidente, quedé que la tocaría, la voy a tocar en este momento. Hacía muchos años que no dialogaba el Partido Popular Socialista con el Presidente de México.

No lo hicimos durante los últimos cuatro años de Gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, nos rehusamos a hablar con él. No lo hicimos durante los primeros cinco años de Gobierno, casi ya, de Carlos Salinas de Gortari, nos rehusamos a hablar con él. No lo hicimos ni a título de órgano regular, de dirección del partido, ninguno de sus órganos de dirección, ni a título personal de ninguno de sus dirigentes nacionales.

No lo hicimos en función de que en primer término tenemos una profunda y pública discrepancia de su política toda económica, de su política social, de su política y; en segundo, en virtud de que durante mucho tiempo consideramos ocioso, consideramos que sería una pérdida de tiempo reunimos a platicar si no había asunto de interés para el Partido Popular Socialista a tratarle, simplemente hace saber nuestros puntos de vista, los conoce muy bien, mucho tratamos con él cuando era Secretario de Programación y Presupuesto, conoce todas nuestras tesis, se las tratamos muchas veces, es un hombre inteligente. Conocemos sus puntos de vista, nos los expresó muchas veces. Para qué ir a platicar, a decirle lo que ya sabe o a oír lo que ya sabemos.

Esta vez cuando se trataba del artículo 82 fracción I, que no puede tratarse con frivolidad, que pone en juego cuestiones muy trascendentes, consideramos que valía la pena conversar con el Presidente de la República sobre este tema.

El había planteado de manera pública, así lo informó la prensa y él nunca lo desmintió, lo que aquí yo he repetido, que para él el artículo 82 como está, está bien. Teníamos interés en que nos ratificara si ése seguía siendo su punto de vista.

El Presidente:

Señor diputado Amezcua, ¿aceptaría usted una interpelación del señor diputado Calderón?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Pero cómo no, claro que sí, con mucho gusto.

El Presidente:

Gracias, señor diputado. Por favor.

El diputado Felipe de Jesús Calderón Hinojosa (desde su curul):

Diputado Amezcua, ha hablado usted varias veces pero como dice usted, no ha contestado el fondo de la cuestión. ¿Ustedes fueron a Los Pinos a buscar un acuerdo de trastienda o no?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Con mucho gusto le doy respuesta, señor diputado Calderón: en modo alguno fuimos a buscar un acuerdo de trastienda, no estamos en la situación en que está el Partido Acción Nacional, por fortuna; estamos en una situación muy cómoda y muy tranquila, en la que no están ustedes.

Aclaraba, explicaba, fuimos a ver si el Presidente ratificaba y mantenía esa opinión que dio a conocer y la ratificó. Nos interesaba saber si él ratificaba ese punto de vista porque consideramos que es valioso para los priístas, como priísta de alto rango y autoridad y qué bueno que la ratificó. Esperamos que eso incline hoy el voto de los priístas, debe ser así, no buscamos ningún arreglo de trastienda, no pactamos ningún arreglo de trastienda y no tenemos ningún empacho en decir con quiénes hemos dialogado y en qué términos. Ustedes en cambio traen aquí un compromiso al que han hecho referencia pública Diego Fernández de Cevallos y Carlos Castillo Peraza diciendo: nos tienen que cumplir, ya hicimos un compromiso y ese compromiso no se hizo aquí y no han dado respuesta y no se vale, luego no quieren que les digamos tramposos y se llaman a insultados cuando ustedes mismos están insistiendo en actuar con trapacidad y tramposería. Muchas gracias.

El Presidente:

A sus ordenes, diputado Estrada.

El diputado Fernando Estrada Sámano (desde su curul):

Para rectificar hechos, pido la palabra.

El Presidente:

Perdóneme, señor, hay una lista anterior a usted y tiene la palabra para rectificar hechos el diputado Adolfo Kunz Bolaños.

El diputado Fernando Estrada Sámano (desde su curul):

Entonces, para contestar alusiones a mi partido.

El Presidente:

Tenía ya pedido el uso de la palabra, diputado González Fernández. Sí, señor, Adolfo Kunz Bolaños, diputado González Fernández y diputado Estrada Sámano.

El diputado Adolfo Alfonso Kunz Bolaños:

Con su venia, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Creo que algunos ya nos estamos cansando de esa insistencia en preguntar con quién negociaron o con quién no negociaron. Estamos aquí precisamente para discutir la propuesta, analizarla y votarla. Para llegar a esto, quiero hacer algunas aclaraciones.

No nos preguntaron a nosotros, pero ya que estamos enterándonos de todo, nosotros hemos discutido, a veces acalorada e incluso violentamente, con funcionarios del Gobierno, con diputados del PRI y, en un plan menos formal, con compañeros de otros partidos, en relación a esta reforma.

No pudimos convencernos en relación al artículo 54, y así lo manifestamos y quiero dejar bien claro que el artículo 82 en su fracción I se aprobó dentro de la fracción por mayoría, porque en una materia como ésta, difícilmente vamos a tener el mismo criterio todos los diputados; en tal virtud en mi fracción votarán, independientemente cada uno, pero la gran mayoría votará a favor de la propuesta. Estamos respetando algo que no es ideológico y ahí quería ir, sino es la forma en que cada uno de nosotros vemos a México y a los mexicanos, la forma en que cada uno de nosotros siente lo que es ser mexicano.

Por lo mismo pedí la palabra para rechazar una imputación muy clara: si nosotros apoyamos esta reforma, no aceptamos de ninguna manera que se insinúe, que se sugiera que somos menos mexicanos que los demás que están aquí. El hecho que nosotros estemos convencidos de que los mexicanos por nacimiento que no son hijos de padres mexicanos por nacimiento, deben tener una mayor igualdad con el resto de los mexicanos, no vemos por qué en esto se ponga en duda nuestro patriotismo ni nuestro amor por México.

No aceptamos presiones que en última instancia son una violación al fuero constitucional que nos garantiza la libertad de expresar nuestros puntos de vista y la libertad de votar de acuerdo a nuestras convicciones. Que se nos diga que no están de acuerdo con nosotros, lo aceptamos y lo respetamos; que se nos diga que estamos equivocados, no lo creemos, pero puede ser; pero que no se venga a insinuar aquí que estamos actuando en contra de los intereses de México y menos utilizando un panfleto de redacción infantil, con una sarta de tonterías y de sandeces que es indigno de mencionar en esta tribuna.

Yo quiero informarles, porque el cabildeo en nuestro caso ha sido en los pasillos y públicamente, que precisamente con las reservas de algunos de los diputados de mi fracción, le dije al Presidente de la Comisión que no estábamos de acuerdo con la redacción propuesta, a pesar de que en términos generales estamos de acuerdo con la idea en el sentido que está planteado y no estamos de acuerdo porque algunos de los diputados, con razón, expresaban ciertas dudas, concretamente en el caso de los mexicanos por nacimiento; nacidos en el extranjero, más bien dicho el caso de los mexicanos nacidos en México pero no residentes en México.

Para nosotros era importante y estábamos viendo las posibilidades: si uno es mexicano, hijo de padres mexicanos, si es nacido en México, no tiene ningún problema; si es nacido en el extranjero, creo que era importante señalar la residencia en México. Igualmente en caso de hijos de extranjeros, si uno es mexicano hijo de extranjeros, nacido en México, habría que fijarle también la residencia. Esta posibilidad nada más se daba en un caso, pero no se daba en los dos.

Desde el momento que se cambia la redacción su suprime la "o", que establecía una posibilidad y otra, se incluye una "y", que hace obligatoria para el caso de estos mexicanos por nacimiento o que son hijos de padres extranjeros o que nacieron en el extranjero de padres mexicanos, de una residencia que de 20 ó 30 años da lo mismo.

Por eso cuando, no sé si el diputado Fernández de Cevallos se vaya a molestar si se aclara aquí que también negoció con nosotros, pero cuando él me fue a ver y me planteó la nueva redacción, nos pareció mejor esa redacción que la anterior y creo que sobre esa tónica deber ser el análisis.

Es indudable que los señores que aquí manifiestan su patriotismo en forma explosiva, reflexionen sobre un pequeño dato: la legislación actual, así como muchos quieren que se quede, permite que un mexicano nacido en el extranjero de padres mexicanos por nacimiento, pueda aspirar a la Presidencia de la República, cuando posiblemente durante 30 años no residió en ella y donde posiblemente no hablé ni siquiera nuestro idioma común.

En ese sentido es que quiero señalar que no aceptamos que se venga a plantear aquí un problema de patriotismo o de entreguismo. Somos no tanto, somos más mexicanos que el que quiera y no por eso vamos a sostener medidas que hoy en día tampoco resuelven los problemas y que establece criterios discriminatorios.

No podemos tampoco tolerar ese encubrimiento de actitudes racistas que se trata de ventilar aquí.

Los mexicanos lo somos y aquí cito al doctor Laris, por una historia común.

Y para terminar, le quiero decir algo al diputado Calderón, lo que usted dijo lo dijo hace muchos años el licenciado Herrera Y Lazo, en un colegio electoral. Muchas gracias.

El Presidente:

Para rectificar hechos, tiene el uso de la palabra el diputado José Antonio González Fernández.

El diputado José Antonio González Fernández:

Con su permiso, señor Presidente:

No trate usted, señor diputado Amezcua, de que aquí se vayan a producir algunas pasiones desenfrenadas como decía algún autor extranjero, y no por ello menos o con menos talento, por ser extranjero por cierto, que se fueran desbocadas esa pasiones como caballos al mar.

Usted aquí ha venido varias veces a señalar y a preguntarle, sobre todo a los diputados de la mayoría, de mi partido, si ha habido algunas negociaciones extra Cámara para el artículo 82 y los tres diputados de mi partido que me antecedieron, el Presidente de la Comisión de Gobernación, el diputado Rodríguez Prats y el diputado Zorrilla, han sido muy claros: ninguna, diputado Amezcua. No vea moros con tranchetes.

Y con esa respuesta y ante esa pregunta que también se le hace a otros partidos y también se la han contestado, viene aquí a leer un documento de una organización de mi partido y después apela a que haya un voto libre y secreto.

El voto en esta Cámara siempre ha sido libre, será nominal y usted se dará cuenta cómo votará cada diputado de mi partido y el que haya una organización, que por cierto no es la única, para su información, de decenas o de cientos, y no quiero ser inmodesto, pero de miles de organizaciones de mi partido en todo el país, que difiera de la mayoría de nosotros, esto comprueba una vez más, como lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, que mi partido no solamente tolera, sino alienta el debate interno y respeta las diferencias.

Pero de eso a que provoque una división, está usted equivocado.

El Presidente:

Para contar alusiones personales, tiene la palabra el diputado Cuauhtémoc Amezcua.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Dos intervenciones ilustrativas: La del diputado Kunz, que viene a dar fe de patriotismo y que en lo absoluto ponemos en duda, no ponemos

en duda en lo absoluto el patriotismo del diputado Kunz. Daría la impresión de que su intervención fue en contra de las que yo he expuesto en esta tribuna; la mía, por el contrario, es para coincidir con él y felicitarlo; él ha planteado voto libre en su fracción, igual será la del Partido Popular Socialista.

Todos quienes conocen al Partido Popular Socialista, amigos y enemigos, saben de la verticalidad de conducta del PPS, saben que éste jamás procede de manera tortuosa o con caminos torcidos, saben que si viene a tratar un asunto a la tribuna, como lo ha hecho en todos los momentos, cuando se debatió el 130 ó el 27 ó el 3o., lo hace en defensa de sus convicciones y lo hace apelando a valores elevados.

Si venimos a pedir voto libre y en conciencia y a proponer voto secreto, es con estos altos valores.

Han hecho públicos medios de comunicación, se ha filtrado, de amenazas, de llamados telefónicos, de torceduras de brazo para tratar de que eso no ocurra en su partido, y a usted lo involucran personalmente, diputado González Fernández y su presencia en esta tribuna parece dar la razón y el tipo de argumentos que utilizó.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, tiene la palabra el diputado José Antonio González.

El diputado José Antonio González Fernández:

Gracias, señor Presidente:

Diputado Cuauhtémoc Amezcua, usted sabe que en los diversos momentos que hemos trabajado juntos en esta Cámara por el beneficio de la legislatura y por cumplir con nuestro trabajo, hemos tenido una conducta vertical. Usted mismo lo dijo en varias ocasiones y puso como ejemplo algunas comisiones y de algunos trabajos que realizamos conjuntamente, no hemos cambiado, ni hemos traicionado nuestros principios, ni hemos fingido nuestra conducta.

Lo que pasa, es que me doy cuenta, que la intolerancia de su parte era oculta, porque si bien es cierto que hemos diferido en diversas ocasiones, el respeto no se ha perdido.

Nosotros y nuestro Partido hemos sido el vivo ejemplo, el vivo ejemplo en la defensa de la soberanía de nuestro país y de acuerdo a nuestra Constitución cedemos en ella en beneficio de potencias extranjeras. Usted, debería ser, más cuidadoso.

Pero, usted, que se arropa con la bandera, hoy, exacerbadamente de nacionalista, habría que contestar aquí: ¿ qué entiende por nacionalismo ? Porque si por nacionalista entiende usted decir no, a razonar las cosas y a discutir mejores fórmulas para que avance la democracia; si por nacionalista entiende usted que no a cualquier idea por ser extranjera, si por nacionalista entiende usted que no a aquello que no sea igual al patriotismo criollo que usted abandera, no estamos de acuerdo.

Nosotros, señor diputado, somos fiel ejemplo, el PRI es fiel ejemplo de lo que ha sucedido en este país en los últimos años y queremos estar acordes a los tiempos y queremos ser congruentes con nosotros mismos.

No apostamos a falsas verdades y no apostamos a nacionalismos entendidos como usted.

De la otra manera, por aquellos asuntos en que debemos de luchar día con día, por buscar una identidad común y por tratar de defender nuestra historia: la verdadera, déjeme decirle, señor diputado, que entonces sí somos nacionalistas y muy nacionalistas.

El Presidente:

Para contestar alusiones, tiene la palabra el señor diputado Amezcua.

Señoras y señores diputados, esta Presidencia hace una exhortación, un llamado a la congruencia, a la prudencia, ya que tenemos una lista de 30 oradores para el asunto que nos ocupa. Yo les pido que terminemos con estos debates que nos han desviado del punto importante de nuestra sesión y continuemos con lo que nos interesa. Muchas gracias. Tiene la palabra el diputado Amezcua.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Para nada he puesto en duda el patriotismo de los integrantes del Partido Revolucionario Institucional, en primer lugar, quede eso muy claro. Para nada he puesto en duda la posibilidad de que aquí sea rechazado este dictamen, de que quienes anteponemos los intereses superiores de la nación y del pueblo, el deseo de que nuestra patria se preserve como una nación libre y soberana, a los intereses pequeños, menores de grupo o personales, sean los que predominen.

Para nada, en lo absoluto, por el contrario, mi trato es del mayor respeto y consideración para los compañeros priístas y de otros partidos que asumen una posición vertical y congruente.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, el señor diputado González Fernández.

El diputado José Antonio González Fernández:

Gracias, señor Presidente:

Ojalá y pudiéramos pasar al fondo del asunto que es muy delicado, importante, trascendental: los requisitos para ser Presidente de la República en nuestro país.

El Presidente:

Tiene la palabra el señor diputado Fernando Estrada Sámano.

El diputado Fernando Estrada Sámano:

Muy brevemente, señor Presidente; señoras y señores diputados:

He pedido la palabra para rectificar algunos hechos. En primer lugar, porque comprendo lo que ello significa, me solidarizo en este caso con diputados de otros partidos que han hecho referencia a estas gravísimas acusaciones de traición a la patria y me refiero a los señores diputados Kunz, del PARM y González Fernández, del PRI.

Lo hago porque rechazo cualquier cuestionamiento de patriotismo y de búsqueda de servicio a este país nuestro, por parte de todos y cada uno de los integrantes de esta Legislatura, del Congreso de la Unión, incluido el señor diputado Amezcua y sus compañeros de partido.

No puede admitirse que este tipo de acusaciones se hagan de manera impune y lo hago también porque mi partido ha sido víctima y objeto de ese tipo de acusaciones viles, y lo es una vez más en el documento cuya lectura no quiso dispensar el señor Amezcua y que el señor Secretario leyó ante todos ustedes.

Se pregunta uno sobre la calidad de la educación en nuestros procesos de formación, de personal y de nuevos mexicanos, con la calidad de un panfleto como éste. Y se pregunta uno, si no dará vergüenza el traerlo a esta tribuna. Se habla, por ejemplo, en este panfleto despreciable, de que la razón de la posible pérdida de nuestra soberanía es que hemos sido hospitalarios; de que dimos cabida a extranjeros.

Bueno, yo diría que en todo caso, antecesores nuestros de todos nosotros, señoras y señores diputados, nuestros antepasados, dieron cabida a oleadas de inmigración, de inmigrantes que buscaban un nuevo mundo y una nueva vida en nuestro territorio; y curiosamente por esa razón, los firmantes tienen apellidos y nombres primeros, excepto en el caso de un tocayo del señor diputado Amezcua, que revelan esos antecedentes y esos antepasados, la mayoría de ellos arribados de la península ibérica.

En Acción Nacional no usamos la torcedura de manos. Votamos con libertad y después de debate y de discusión democráticos, y en este sentido a la propuesta del señor diputado sobre la posibilidad de voto secreto, preferimos como demócratas el voto público, frente al pueblo, de cara a los electores, de modo que ellos puedan exigirnos públicamente la responsabilidad de nuestros votos y de nuestras decisiones.

Pero el señor diputado Amezcua repetidamente preguntó en dónde y con quién, con qué ser misterioso se llega a acuerdos y se negocia en

el mejor y más noble sentido de esta rica palabra de léxico político, se negocia y se habla y se dialoga y se arriba a soluciones en la búsqueda conjunta señor diputado, entre todos y cada uno de nosotros y cada una de nuestras organizaciones e instituciones políticas, escogen naturalmente hablar y dialogar con quien cada una de ellas quiera.

Pero no deja de llamar la atención que se pregunte en dónde se hacen estas actividades misteriosísimas, cuando el día de hoy hace apenas una horas, los señores diputados Becerril Straffon, del PRI y Fernández de Cevallos, del PAN, se acercaron con usted para mostrarle el proyecto de texto que aquí se leyó posteriormente.

Es aquí y es en las diversas instancias donde tenemos oportunidad de encontrarnos los mexicanos para la búsqueda conjunta de soluciones viables, donde se dialoga y donde , si se quiere, se puede llegar a acuerdos.

Con toda apertura y con creencia en su patriotismo y en su sentimiento nacionalista, para citar el lenguaje del dictamen, cuando ustedes señores estén listos, nosotros estaremos listos para dialogar por supuesto, también con ustedes, en búsqueda de servicio para México.

Y por último señoras y señores diputados, señor Presidente, quizá lo que más les preocupa es una aparente falta de capacidad para llegar a esa otra vez, noble palabra: el compromiso político. Cumma prometere.

El intercambio público y públicamente exigible de promesas, de ofertas y de acuerdos; esto es función esencial no sólo del proceso parlamentario, sino de las posibilidades de desarrollo y de cambio pacífico democrático en México.

Y así lo propuso y así lo practica Acción Nacional por ejemplo, al proponer a todas las fuerzas políticas del país...

El Presidente:

Le agradecería concluir, señor diputado Estrada.

El diputado Fernando Estrada Sámano:

Así lo hago en este momento, señor Presidente:

Al proponer un compromiso nacional por la legitimidad y la democracia el 16 de noviembre de 1993.

Y así han sido en tablas redondas, con participación de todas las fuerzas las transiciones, por ejemplo, en España o En Polonia, y creo que estamos, señoras y señores diputados, en el momento histórico y político de poder llegar a compromisos políticos nacionales que incluyen toda una serie de aspectos de nuestra agenda.

Invito respetuosamente, señor Presidente, a que entremos al contenido de fondo del debate, en búsqueda de compromisos y de soluciones servicialmente viables para todos los mexicanos. Muchas gracias.

El Presidente:

Gracias, diputado Estrada.

Para contestar alusiones personales, tiene la palabra el diputado Cuauhtémoc Amezcua.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Nosotros hemos planteado en muchas ocasiones y hoy reiteramos la necesidad de que en esta alta representación del pueblo de México se debatan los grandes problemas de nuestro país, yendo a lo sustantivo, yendo a las ideas y a las tesis. Hay que examinar este asunto de la iniciativa para modificar el 82, y hay que ver qué argumentos pueden dar quienes lo proponen ¿ No hubo argumentos en la iniciativa ? Ahí está la iniciativa, la hemos leído aquí, nadie ha desmentido o ha venido a señalar cuáles son los argumentos en que se sustentó semejante propuesta. No ha habido planteamientos claros, sino los que han tratado de ir pergeñando sobre la marcha.

Hemos expuesto nuestra preocupación. No es ésa la manera en que se elaboran los compromisos políticos, claros, públicos y de cara a la nación. Generalmente ocurre exactamente a la inversa. Los planteamientos, las tesis, los principios programáticos de los partidos, son de sobra conocidos, se tienen de mucho tiempo atrás y sobre ellos se va observando en qué cuestiones se dan aproximaciones y coincidencias para en torno a éstas establecer alianzas y compromisos.

Es en extremo extraño y sospechoso cuando fuerzas con planteamientos radicalmente diferenciados, cuando una que sostiene en sus tesis los puntos A, B y C que otra nunca ha sostenido y por el contrario combate, de repente llegan a un supuesto compromiso y coinciden, ya sea en la A, B, C, o ya sea en la antítesis.

Y hasta ahora no se ha dado ninguna explicación de cómo se produjo ese hecho. Es claro, es cierto, es público, es notorio, es comprobable, con toda clase de testigos, que aquí no se hizo el compromiso; no se ha querido decir quién lo hizo, con qué facultades, con qué derechos. Se ha insistido en ocultar eso.

Tampoco se ha planteado de dónde surgió la coincidencia en tesis de suyo distintas de dos partidos políticos.

Bien, pues tampoco podremos forzarlos a que digan lo que no quieran decir, que quede a la vista de todo mundo que lo ocultan como un secreto supremo.

El diputado Cuauhtémoc López Sánchez Coello (desde su curul):

¿ Me permite una interpelación ?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Claro que sí, con todo gusto.

El diputado Cuauhtémoc López Sánchez Coello (desde su curul):

Señor diputado Amezcua: ha usted reiteradamente empleado el término de: "tortuoso".

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Así es.

El diputado Cuauhtémoc López Sánchez Coello (desde su curul):

¿ Qué ha hecho usted desde las doce del día para acá ?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Con mucho gusto le doy respuesta, señor diputado.

He subido una y otra vez a esta tribuna como diputado del pueblo que soy; he ejercido mis derechos; he venido a argumentar y a plantear mis tesis.

Si usted a esto le llama tortuosidad, pues lamento mucho la limitación de su criterio.

La diputada Cecilia Soto González (desde su curul):

Señor Presidente: ¿ Puedo hacer una interpelación al orador ?

El Presidente:

Señor diputado Amezcua: ¿ Acepta una interpretación de la diputada Cecilia Soto ?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Claro que sí, con mucho gusto.

La diputada Cecilia Soto González ( desde su curul):

Señor diputado Amezcua:

En primer lugar déjeme expresarle mi profunda desilusión. Lo admiraba, lo tenía en estima como un parlamentario eficiente y que con sus participaciones aquí en la tribuna elevaba el nivel de discusión.

Quiere usted convertir en una vulgar barandilla. Creo que ningún diputado merece las acusaciones que usted ha hecho. Ojalá entre en razón,

calme su cabeza y retire esas acusaciones; indignas del que la hizo e indignas de usted.

Y tengo la siguiente pregunta:

En el documento que usted avaló, puesto que usted mandó leer, se expresan una serie de juicios abiertamente xenófobos, abiertamente contrarios a la idea de la tradición hospitalaria de México.

Dice así: " Si existe alguna culpa para merecer lo que hoy se debate, seguramente se debe a que hemos sido demasiado hospitalarios, abrimos demasiadas puertas de nuestra casa". Es decir, aquí se está expresando un rechazo a la política hospitalaria de México para recibir a migrantes. ¡ Es una tesis de xenofobia !

... " para que vinieran a calmar su sed y hambre hombres de otras latitudes, quienes por esos motivos tocaron a nuestras puertas y se les dio pan, agua, vestido y techo". Se les dio, es decir, México abrió una tienda para todos los extranjeros. No habla aquí del esfuerzo que hicieron, por ejemplo los inmigrantes españoles y una serie de diferentes inmigrantes para enriquecer nuestra patria.

Y confirmando la tesis de xenofobia y de odio al extranjero, dice:" ... se han ido apropiando de nuestras pertenencias". No se refiere aquí a la inversión extranjera, se refiere el migrante extranjero.

Yo quiero preguntarle: ¿ si usted sostiene esas tesis ?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Compañera diputada:

Agradeciendo la cortesía de sus expresiones con respecto a mí persona, le contesto con gusto su pregunta.

El Partido Popular Socialista sostiene la tesis de que el pueblo nuestro es un pueblo mestizo. De que este pueblo tanto en lo etnológico como en lo cultural es producto de dos grandes vertientes, de las grandes culturas mesoamericanas que aquí florecieron como en pocos lugares y del aporte de las migraciones europeas.

Valoramos la cultura universal como patrimonio de todos los seres humanos. Los aportes hechos por cualquier cuidadano de cualquier país de cualquier latitud que sirvan para enriquecer el patrimonio común de la humanidad, lo recogemos y debemos tomarlo como propio.

¡No es la nuestra ninguna posición xenófoba ni racista, por lo que hace a su pregunta específica al Partido Popular Socialista, respeto a tales conceptos!

Segunda aclaración en torno a su pregunta. El documento al que pedimos se diera lectura nos parece que independientemente de coincidencias o discrepancias, que se pueden tener muchas con él, es un documento digno de formar parte de los testimonios expresados por un grupo de mexicanos respetables también como tantos otros, en torno a un problema que les preocupa y que creo les preocupa de una manera muy sincera y muy profunda.

Todos quienes tengan preocupaciones sinceras o profundas en torno a problemas en los que se involucra la independencia y la soberanía de México, me parece merecen ser escuchados. Y ése es el criterio con el hemos traido a esta tribuna la lectura del documento.

Terminada la respuesta, terminaría también en pocas palabras mi intervención anterior. Decía, no hemos acusado, no he acusado de traidor a la patria al diputado González Fernández...

El diputado José Socorro Velázquez Hernández. (desde su curul):

Señor Presidente, ¿ acepta una interpelación el orador ?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Claro que sí, y con todo gusto.

El diputado José Socorro Velázquez Hernández (desde su curul):

¿ De qué lo acusa, señor diputado ?

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Lo aclararé con muchísimo agrado.

Ya lo había yo dicho y lo aclaro de nueva cuenta. Me referí expresamente su intervención en esta tribuna. Le dije: "El señor diputado González Fernández daba la impresión de ser una gente que conocía al Partido Popular Socialista y su conducta".

Si él, conociendo al Partido Popular Socialista y conociendo su conducta es capaz de venir a esta tribuna y por las razones que fueran plantear" que el Partido Popular Socialista está queriendo dividir a los mexicanos, que está queriendo enfrentar a los mexicanos". Si él conocía y respetaba al Partido Popular Socialista como lo expresaba, entonces aquí, con esa intervención y me remito expresamente a esa intervención y la aporto como prueba.

Señor Presidente:

Pido se le entregue al diputado, como prueba, su intervención, para que vea su conducta; ¡con esa intervención lo demostró!

El Presidente:

En términos del 102, tiene la palabra el señor diputado González Avelar.

El diputado Miguel González Avelar:

Señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

He venido efectivamente a rectificar algunos hechos pero también algunos dichos del señor diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, yo creo que durante el curso de estas últimas horas lo que había sido para nosotros una personalidad consistente, congruente, en no pocas ocasiones incluso lúcida, se ha ido desdibujando a los ojos de toda esta Cámara, porque lo que debió ser, o ha debido ser, y mejor aún debe ser, puesto que no hemos empezado todavía un debate en el que resplandezcan las ideas y la confrotación de ellas de lugar a la decisión y a la voluntad de cada uno de nosotros frente al importantísimo problema que nos ocupa, ha venido aquí a ser convertido, de una manera extravagante, inexplicable, por lo menos para mí, ha venido a transformarse, digo, en un debate absolutamente personal, contra un funcionario importante de mi partido, el PRI y no estamos dispuestos señor diputado Cuauhtémoc Amezcua a permitir esa actitud.

Bien decía José Martí en ese luminoso ensayo acerca de nuestra América, " que cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea y con tal de que no le quiten a la novia ni le molesten su pequeño interés, se da por satisfecho". Tenemos que levantar la mirada al horizonte y darnos cuenta que el debate que hoy nos ocupa, que ha preocupado a la nación de una manera importante en las últimas semanas, no puede resolverse en una añagaza o en una triquiñuela parlamentaria en la que quede de mala manera tratado un respetable compañero de esta Cámara como lo es José Antonio González Fernández.

Rechazamos, pues, categóricamente, radicalmente rechazamos las imputaciones que acerca de la conducta que como parlamentario ha tenido en esta Cámara, José Antonio González Fernández, de la cual somos por otra parte testigos y por ello podemos dar cuenta de la misma, la rechazamos en mi fracción parlamentaria e invitamos de una manera seria, comedida pero muy firme, al señor diputado Cuauhtémoc Amezcua a que retire esas imputaciones que aquí ha hecho.

Está en su derecho de hacerlo, tiene a su favor el fuero constitucional que permita a los diputados, decir incluso lo que aquí hemos escuchado, hay también disposición del Reglamento que me autoriza a solicitarle lo que le estoy solicitando, espero de su hombría de bien que así lo haga para que podamos encauzar de una buena vez lo que no ha podido ser el debate al que se nos ha convocado el día de hoy.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, tiene la palabra el señor diputado Cuauhtémoc Amezcua.

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo:

Si la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional considera que los calificativos que vertí con respecto a la conducta

del diputado González Fernández son excesivos o injuriosos, con gusto los retiro.

Solicitaría en reciprocidad, que los que anteriormente a mi intervención vertieron injuriosos en contra de mi partido y de mi fracción, el diputado González Fernández, de igual manera fueran retirados. Solicitaría también que los muchos adjetivos fuertes y cargados que expresó en esta tribuna el diputado González Avelar también fueran retirados. Muchas gracias.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, señor diputado González Fernández. El diputado José Antonio González Fernández:

Con su permiso, señor Presidente:

Por supuesto que sí, diputado Amezcua, por supuesto que retiro a nombre de don Miguel González Avelar y de sus servidor, alguna injuria u ofensa que hayamos vertido en el debate en contra suya y de su partido. Usted y su partido son muy respetables.

El Presidente:

Gracias, diputado González Fernández.

Tiene la palabra para rectificar hechos, el señor diputado Diego Fernández de Cevallos...

Orden en la sala señores diputados. Por favor, diputado Fernández de Cevallos.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos:

Señoras y señores:

Había yo solicitado la palabra antes del suceso que acabamos de presenciar, de un recíproco retiro de expresiones que se consideraron injuriosas.

Por supuesto que el grupo parlamentario de Acción Nacional felicita a ambas partes por este acontecimiento pero quiere aprovechar para dejar una posición clara de que todo el grupo parlamentario rechaza cualquier imputación que se haya hecho en contra del diputado González Fernández y es más, a quienes nos consta su trabajo como diputado federal, nos sentimos orgullosos de pertenecer a una diputación en donde él ha participado, pero adicionalmente decimos, adicionalmente decimos, con chiflidos y sin ellos, que todos somos aquí responsables de nuestro trabajo personal, que todos estamos haciendo el mejor esfuerzo por llevar adelante nuestras convicciones y de servir a México, y que en última instancia, y por servir a esas convicciones y por llevar a delante nuestro ideal en ocasiones como ésta, con retiro o sin él, de las injurias el precio que tenemos que pagar es una ofensa, yo le digo a González Fernández como se lo digo a cualquiera de los compañeros diputados, de los 500 compañeros diputados que formamos parte de este Legislatura, si por llevar adelante nuestras convicciones recibimos una o mil ofensas, es un precio muy pobre, muy bajo que tenemos que pagar si sentimos que con nuestra conducta, que con nuestro que hacer y comportamiento estamos sirviendo a México.

Ojalá que esto sea un recuerdo para todos y por supuesto empezando por el que habla, para ir buscando mejores formas de trato político para que este debate y todos los que nos quedan, lleven la altura y la dignidad de un cuerpo legislativo que pretende representar al pueblo. Gracias.

El Presidente:

Agradeciendo la compresión de los señores diputados y antes de proceder a leer la lista de oradores que se han inscrito para hacer uso de la palabra, esta Presidencia quiere informar que los coordinadores de los grupos parlamentarios han acordado recomendar a los oradores circunscriban sus intervenciones a un máximo de 15 minutos.

A continuación me permitiré dar a conocer a ustedes la lista de oradores inscritos, diputados: Hildebrando Gaytán Márquez, Francisco Laris Iturbide, Beatriz Rangel Juárez, Rosa Albina Garavito Elías, Humberto Aguilar Coronado, Jaime Muñoz Domínguez, Martín Tavira Urióstegui, Francisco Dorantes Gutiérrez, Luisa Alvarez Cervantes, Gilberto Rincón Gallardo, Alfredo Ling Altamirano, Héctor Ramírez Cuéllar, Javier Centeno Avila, Juan Campos Vega, Carlos González Durán, Miguel González Avelar, Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, Diego Zavala Pérez, Alejandro Encinas Rodríguez, Luis Felipe Bravo Mena y Francisco Arroyo Vieyra.

En consecuencia, está a discusión, en lo general y en lo particular, el artículo único del proyecto, haciendo uso de la tribuna, el señor diputado Hildebrando Gaytán Márquez.

El diputado Hildebrando Gaytán Márquez:

Con su permiso, señor Presidente; señoras y señores diputados:

Quiero en primer lugar expresar la satisfacción que tenemos los que integramos la fracción parlamentaria del PPS, por las intervenciones que ha hecho nuestro coordinador el diputado Cuauhtémoc Amezcua, que están exactamente en el sentido de la resolución, de la convicción que tiene el PPS en contra de este dictamen o de este remedo que se hizo al dictamen, con la proposición que fue presentada al inicio de esta discusión.

Voy a hablar en los términos del Reglamento.

Compañeras y compañeros diputados: ¿va a perder el Partido Popular Socialista algo que sea exclusivamente de su interés en términos partidarios si se aprueba esta reforma? La respuesta es que no está ahí la derrota que reciba el PPS, no es el PPS, se está derrotando el sentimiento nacionalista de los mexicanos, y se incide ahora con una gran velocidad para destruir el proceso histórico que se inició en 1810 en nuestra patria. Exactamente ése es el fondo que ve el PPS con esta reforma.

Con un sentido de miopía se ha dicho que al defender el artículo 82 en sus términos, se acude a una actitud de xenofobia, y nosotros señalamos que eso es falso totalmente.

Existe una correspondencia en asegurar a los extranjeros en nuestro país, una serie de derechos precisamente al prohibirles ejercer el derecho de llegar a la máxima dirección política de la nación.

¿Qué más que el artículo 2o. de nuestra Constitución, que en reconocimiento a la libertad, declara que todo extranjero, por el solo hecho de pisar el territorio nacional es libre? Ahí está una muestra de un nacionalismo que no reniega, que no ataca a lo que está más allá de sus fronteras y lo mismo el artículo 3o. constitucional.

Señores diputados, en el dictamen se dice que con esta reforma el artículo 82 se atiende el pensamiento y el sentimiento nacionalista y que también se garantiza la libertad, la igualdad de todos los mexicanos antes la Ley.

Compañeros diputados, esto es falso. No se cumple ni con una ni con otra de las dos cláusulas, no se está defendiendo el nacionalismo que hasta este momento ha estado en la Constitución, por que el objetivo es precisamente destruir el requisito de que se sea hijo de padres mexicanos por nacimiento quien pretenda ser Presidente de México.

Y también deja de cumplirse esta igualdad...

El Presidente:

Permítame, señor diputado Hildebrando; señores diputados:

La Presidencia hace una exhortación a los diputados y asistentes para que guarden orden, silencio y escuchen con atención al orador.

Continué adelante, señor diputado en su exposición.

El diputado Hildebrando Gaytán Márquez:

Gracias, tampoco se cumple esta supuesta igualdad, porque mantiene un requisito.

¿ Y cuál de los requisitos es el que debe seguir predominando ? Indudablemente el que mantiene actualmente la Constitución del país. Ha habido discusión de los juristas sobre este precepto constitucional y la mayoría se han inclinado, con sólidas razones, a defenderlo, a defender su existencia.

La Constitución establece que la soberanía reside en la nación, en el pueblo. El pueblo mexicano sea ha ido forjando a través de su historia, de sus luchas. La nación, el pueblo no significa que sea solamente todos los habitantes que vivimos en este territorio; el concepto de pueblo, e inclusive en nuestra calidad de representantes del pueblo, no estamos representando a los mexicanos por el hecho de ser habitantes que viven en este territorio; la palabra pueblo contiene una mayor fuerza histórica, jurídica, social y sencillamente, como lo preveía el Constituyente de 1917, significa que además de haber nacido en un territorio determinado, se comparte una cultura, un idioma, se tiene una formación histórica, identificada con una serie de principios que en el caso de México son de independencia, libertad, identidad nacional, y otros más.

Este pueblo que está de esta manera previsto, social y jurídicamente, con todo este conjunto de principios históricos y sociales, que es el soberano, delega su soberanía en los poderes, en este caso en el Poder Legislativo y en el Poder Ejecutivo.

¿Como es posible sostener que quien llegue a la Presidencia de la República va a estar identificado e integrado plenamente con el pueblo mexicano así concebido y va a poder defenderlo desde la alta magistratura? Definitivamente eso no es posible.

Y quienes están pensando en este cambio a la Constitución, por el hecho de una igualdad jurídica, están expresando un concepto de pueblo muy pobre que lo identifica con el de habitantes; una pobreza en ese concepto que no es la prevista en la Constitución.

Por las experiencias históricas que ha tenido nuestra patria y por ese inmenso deseo de lucha por la justicia social del pueblo mexicano, es por lo que el nacionalismo tiene una razón de ser en la Constitución y en la mentalidad y en la consciencia de los mexicanos, pero con esta reforma hemos dicho, su alcance negativo es precisamente el iniciar una embestida que desde el momento en que se apruebe empezará a calar en la consciencia de los mexicanos, de que nuestra nación se expone ante el mundo, y no precisamente ante los otros pueblos del mundo, sino ante las grandes fuerzas poderosas económicas del exterior para que vengan y hagan y deshagan de lo que quieran, porque ese ideal de defensa de nuestra nación en cuanto mexicanos, que inclusive está en el libro nacional, va a quedar ya mellado, va a quedar deslavado, agredido.

¿ Con qué gran convicción va a ir el magisterio nacional a pregonar el amor a la patria, si desde esta alta tribuna del pueblo se inicia esta carrera en contra de nuestra nación ? Este es el fondo. Y quienes tienen un pensamiento antinacional, están de acuerdo con estas decisiones, porque, señores diputados, un pueblo es elemento que pasa por encima de una generación y otra, pero mantiene vivos ideales que se sustentan y que van de una generación a otra cuando éstas ese identifican y el pensamiento que haya existido en 1810, por quienes lucharon por la independencia y una estructura de nación mexicana, ése pensamiento no ha muerto y se ha enriquecido con el paso del tiempo hasta nuestros días y es lo que nos alimenta en este amor a la patria o en esta lucha por la justicia social o en esta lucha por la libertad y la democracia.

Pero también cualquier análisis histórico y sociológico sabe que también el pensamiento adverso, antinacional, antipopular, antipatriótico, sigue vigente, manteniendo nuevas facetas, nuevos argumentos tal vez, pero a fin de cuentas sigue vigente, adverso a la corriente progresista.

Por eso, es fácil prever que no quienes desde 1810 piensen biológicamente, sino sustentan ese bagaje histórico-ideológico, vean con desdén que hoy se eche abajo el artículo 82 y que, es más, sean los que han venido promoviendo esta reforma, como son miembros del Partido Acción Nacional, todos o no todos, no lo sé; pero evidentemente que ahí está el pensamiento conservador y no es ninguna agresión, porque así está acreditado en sus documentos en cuanto a una identificación con el pensamiento conservador de ayer.

El propio Miramón señalo: " Somos el pensamiento conservador. Somos los reaccionarios", lo dijo para enfrentarse a Benito Juárez.

Cuando se usan estos adjetivos, no son con el carácter de ofensa, sino de ubicación histórica, que los han reconocido así los antepasados.

Hoy el Partido Popular Socialista frente a este problema ha presentado una serie de razonamientos en los que no se ha dado respuesta. Decimos nosotros que el artículo 82 forma parte de los artículos que expresan la filosofía política, por la que ha luchado el pueblo mexicano y cuyos principios son de independencia, justicia social, identidad nacional y soberanía, expresados en varios artículos de la Constitución, entre ellos el 3o., el 27, el 82 y otros más.

Cuando hoy se agrede, cuando hoy se reforma el artículo 82, se está agrediendo a este conjunto de artículos, a toda esta concepción nacionalista. Ese es el fondo; eso lo saben los que han negociado por parte del PRI, con el Partido Acción Nacional, que por cierto nunca se supo aquí quién fue, pero, pues, por la defensa que hacen de esta decisión, se puede ir buscando quiénes han sido o quién ha sido.

Por otra parte, este artículo 82, como los que ya he mencionado, tiene que ver con la seguridad, la independencia y la soberanía nacional.

Hoy con mucha frivolidad, la parte del PRI que ha defendido y que ha negociado esta reforma, sabemos claramente que la seguridad nacional no le interesa y ha pasado a segundo término, que la misma soberanía nacional la ve ahora como un concepto obsoleto y del pasado, como si en el mundo todos los países hoy fuesen hermanos y todos los gobiernos fuesen hermanos, principalmente los que tienen el mayor desarrollo económico capitalista, fuesen hermanos de los países como el nuestro.

Ahora nos presentan al gobierno norteamericano como el que va a salvarnos y a sacarnos de

los problemas y las penurias. ¿A cambio de que? A cambio de ir sediento todo lo que desde 1810 ideológica, políticamente había el pueblo venido manteniendo en la Constitución, levantando como inspiración en sus luchas y abriéndole los proyectos de nación.

Hemos dicho que frente a los riesgos y acechanzas, hoy mayores, vía la gran inversión extranjera y la presencia mayor de las corporaciones transnacionales, se requiere mantener el artículo 82 para siquiera tener estos requisitos en los que podemos establecer bases que nos puedan dar garantías de esta defensa nacional.

Pero como precisamente piensan los negociadores del PRI con el Partido Acción Nacional y como lo vino a decir aquí para refutar mi intervención cuando se inició en lo general esta discusión, de que el PRI ya había abandonado el nacionalismo revolucionario que están abandonando el nacionalismo, porque lo del revolucionario habría que buscarlo cuando se mantiene. Pero el nacionalismo, que es lo que podría todavía identificarnos como fuerza democrática, se está abandonando.

¿Que mensaje lleva exactamente hoy en día de echar abajo el artículo 82? Para hablar con toda claridad, decirle al mundo: miren, aquí ya hay mucha democracia. ¿Y qué necesidad? Si los mismos juristas han dicho: cuando hay excepciones en la Constitución como la que marca el 82 y el 83, éstas excepciones en cuanto se restringe un derecho democrático a un individuo, decían, es para salvar un principio que está en la base de la construcción de la nación mexicana y, cuando se está salvando un principio y se restringe un derecho a un individuo, es también para salvar el derecho democrático de todos, que está en juego en el conjunto de la nación. Tenemos nosotros que pensar, cuando se lleva adelante una reforma, el momento en que esa se da. En el momento actual esta reforma al artículo 82, con esta apertura de capital extranjero, con este Tratado de Libre Comercio que hemos nosotros señalado, riesgoso totalmente para la nación, que nosotros hemos dicho que debe, que existe hoy un mayor intercambio y relación comercial, pero ésta tiene que trazarse sobre lineamientos patrióticos y que vean al futuro de la nación, sobre todo mantener su dependencia y soberanía. Decía que una reforma se tiene que ver en el momento en que se da y no solamente las reglas que establece, sino el momento que se vive.

Y en este momento se está prácticamente diciendo al mundo: cualquier extranjero ya puede venir aquí y tiene el camino hasta llegar a la conducción política del país y para que pueda llegar vamos a ir aniquilando el sentimiento nacionalista de los mexicanos y empezamos con la reforma del artículo 82.

Pero, por otra parte, se va a abrir un gran campo de confrontación. ¿Qué no hemos visto cómo existen en el país de manera correcta hasta este momento, colonias, agrupaciones de personas, de origen ajeno al mexicano, que se reúnen, mantienen sus costumbres, idiomas, convicciones, posiblemente pretensiones, político - ideológicas? Pero hoy se les está invitando a que participen en la vida política sin taxativas.

Aquí se señala que basta con que provenga de una de las dos raíces y que quiera aspirar a la Presidencia y con eso se salva la nacionalidad; pero eso es completamente insostenible, porque la razón que se daba precisamente por los juristas, es la proclividad que existe cuando en el hogar se exalta el origen de los padres y que forma naturalmente sentimientos de adhesión, no sólo a su país, sino al de sus progenitores.

Y se decía, por parte de los juristas, de llegar un individuo, cuyos padres son extranjeros, el padre o la madre, qué ocurre si hay una confrontación internacional, con aquel país origen de uno de sus progenitores. ¿Va a defender a la nación, va a sopesar y va a influir en su ánimo, en su hogar, en su familia, todo el sentimiento de la raíz ajena a México?

Todo esto era sopesado para avalar el porqué con base en la experiencia de la historia debería mantenerse el artículo 82. Y esas razones siguen siendo válidas.

¿Que va a suceder?, ¿qué conclusiones políticas podemos sacar? En primer lugar, por parte del Presidente de la República, cuyo propósito esencial era por el PPS saber si mantenía lo que había dicho recientemente en el extranjero, lo que había señalado aquí y por qué se presentaba esta iniciativa. Simplemente para conocer y, él manifestó que estaba de acuerdo, así como está el 82.

Una primera conclusión. Desde el punto de vista formal el Presidente Salinas de Gortari está manteniendo una actitud congruente con el nacionalismo...

Yo quiero recordar que tengo 30 minutos y en mi reloj todavía me faltan varios minutos por cierto.

El Presidente:

Señores diputados, esta Presidencia hace de su conocimiento que con fundamento en el artículo 103 del Reglamento, el orador tiene derecho de hasta 30 minutos, que por un acuerdo parlamentario al que aquí se dio lectura al inicio de la discusión, se determinó recomendarles que se circunscribieran a 15 minutos, que el reloj marcador que está marcando los 15 minutos, por eso cuando el reloj está en cero, se debe a que han transcurrido los 15 minutos recomendados, mas no los 30 minutos reglamentarios.

También se les informa que al diputado Gaytán, le quedan cuatro minutos de tiempo efectivo para cumplir los 30 minutos reglamentarios. Por lo tanto, se les hace una exhortación al orden y, se le pide al orador que continúe.

El diputado Hildebrando Gaytán Márquez:

Bueno, ya me quitó parte de mi tiempo señor Presidente, porque lo tomó, yo aquí tengo mi reloj, fue un minuto más, un minuto menos, no cuenta para mi intervención.

El Presidente Salinas al señalar que está de acuerdo con el artículo 82 como está, se coloca es una posición congruente con la que defiende el PPS, por el nacionalismo y para cerrar paso a más modificaciones a la Constitución.

Los diputados negociadores del PRI y los que van a votar por esta iniciativa se van a poner de parte del Partido Acción Nacional en llevar adelante esta medida antinacional, antidemocrática, antipopular. Formalmente así son las cosas.

Por primera vez tenemos que los priístas desacatan un posición política del jefe del país, que es el jefe de su partido; claro que pueden hacerlo, pueden alegar que son libres de decidir en conciencia, pero al desacatar esa coincidencia, la pueden destacar, lo digo. Lo que señalo con critica es esto: asumir la posición panista, la posición reaccionaria y eso no se lo pueden quitar. Se pasan al campo de la reacción, se pasan al campo de los destructores del nacionalismo y el que sí se salva aquí es Salinas.

Bueno, si están por abajo de acuerdo, eso es otra cosa que ni siquiera me pongo a discutir. Pero a fin de cuentas ésa es la posición política de estos diputados del PRI que van siempre detrás de lo que les marca el Partido Acción Nacional en esta LV Legislatura, en casos como éste.

El texto que se ofrece con todas estas modificaciones, no definitivamente, no puede convencer a nadie, porque si de lo que se trata es de romper al artículo 82 y dar todo ese efecto fuera de esta Cámara con el pueblo de México, lo van a conseguir y podrán decir. "Ahí van otros candidatos". No, decimos nosotros.

La lucha política está en mantener o no el artículo 82 en sus términos y todos estos supuestos candidatos no son sino para tratar de darle una cierta confianza a los diputados que se han opuesto a esta reforma y ahora convencerlos a que voten a favor. Pueden hacerlo; lo harán. Pero hemos dicho que en el fondo se pierde el sentido de lo que es el artículo 82.

Todo esto lo hemos nosotros criticado, porque tiene como objeto único enterrar a la Revolución Mexicana que en esta etapa constituía la aportación al proceso iniciado desde 1980...

El diputado Manuel Terrazas Guerrero (desde su curul):

Pido la palabra.

El Presidente:

Diputado Terrazas, ¿para qué objeto?.

El diputado Manuel Terrazas Guerrero (desde su curul):

Pedirle a usted si cuando termine el orador puedo presentar una moción.

El Presidente:

Perfecto, sí.

El diputado Hildebrando Gaytán Márquez:

Bueno, tal vez ya me quitaron ese tiempo.

Y decimos nosotros: la Revolución Mexicana en todos sus aspectos, en cada etapa se ha venido actualizando y hoy en día puede también actualizarse ante la globalización en aspectos de nacionalismo, de soberanía, pero no enterrándolos y, aquí la línea que se ha seguido es ésa.

Por esas razones el Partido Popular Socialista ha llamado a la convicción democrática y nacionalista de los diputados de la mayoría; y hoy si se llega a votar a favor de esta reforma, seguiremos llamando nosotros al pueblo de México sobre cual es el destino que se le traza con mucha irresponsabilidad, con un deslavado nacionalismo por parte de quienes tienen en sus manos las riendas de una serie de instituciones dentro de nuestra patria y que se hace toda esta reforma, no viendo el interés de los mexicanos ni del pueblo ni de la nación.

Por eso votamos en contra y seguiremos llamando al pueblo a que proteste este camino antinacional. Muchas gracias.

Presidencia del diputado Emilio Becerra González

El Presidente:

La Presidencia agradece la intervención del diputado Hildebrando Gaytán Márquez.

Tengo el honor de invitar al diputado Terrazas, para hacer uso de la tribuna y presentar una moción.

El diputado Manuel Terrazas Guerrero:

Muchas gracias, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Yo quisiera plantear una interrogante: ¿Qué estamos discutiendo aquí, ahora? ¿Estamos discutiendo el dictamen de la Comisión o estamos discutiendo una propuesta que se ha presentado en nombre de varios coordinadores, suscrita por los coordinadores de varios grupos parlamentarios?

Me parece que podría, debería aclararse el problema; responderse a la interrogante, como sea correcto y dar una salida a lo que a juicio de algunos es una inquietud. Nos parece que conforme a Reglamento, al presentarse una propuesta que modifica el dictamen de la Comisión, debería primero resolverse la propuesta si se admite o no, para que la propuesta, de admitirse, sea la que se discuta de manera concreta y no se haga una discusión tan general, sin saber exactamente a qué nos estamos refiriendo, si al dictamen o a la propuesta que presentó el compañero diputado Diego Fernández de Cevallos.

Nos parece que para aclarar ahora mismo el procedimiento, el trámite y el orden de la discusión, podríamos, compañero Presidente, darle una respuesta a este problema que yo planteo y que creo que no es ocioso, nos va a permitir mejor desarrollo de nuestras discusiones. Gracias.

El Presidente:

Para aclarar el punto y la cuestión planteada por el diputado Terrazas, tiene la palabra el diputado Miguel González Avelar.

El diputado Miguel González Avelar:

Con el ánimo de aclarar el cuestionamiento que el señor diputado Manuel Terrazas ha hecho, creo que conviene retroceder algunas horas, al punto en que nos encontrábamos después de haberse leído el dictamen de la Comisión, con la propuesta correspondiente de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

Inmediatamente después, como ha recordado muy bien el señor diputado Terrazas, se presentó una propuesta, una propuesta suscrita, en ese momento, por cuatro coordinadores de grupos parlamentarios, indudablemente una mayoría muy significativa desde el punto de vista de los diputados, que excedía a los 400 diputados y, se dejó, si no recuerdo mal, en manos de la Secretaría para que en su momento se votara esa propuesta cuyo sentido es modificar el texto que la Comisión nos había sometido para nuestra aprobación.

En otras palabras, los fundamentos del dictamen, hasta donde yo alcanzo a comprender en este momento, están vivos. La intención de modificar el precepto que nos ocupa está igualmente vivo. La propuesta que la Comisión nos hizo tenía una cierta redacción, respecto de la cual ha habido modificaciones en su texto, modificaciones que aluden por supuesto a su redacción, pero principalmente al sentido que ahora, adquiere esa propuesta.

En tal virtud, yo pienso que lo que estamos discutiendo es desde luego el dictamen y estamos discutiendo al mismo tiempo la modificación que a este precepto se le hizo.

Mi impresión es de que cuando el Presidente de esta Asamblea pregunte en su momento si el asunto está suficientemente discutido, se pasen a votar las propuestas de adiciones hechas al

dictamen; o sea, al precepto tal como nos lo fue presentado aquí en el pleno y consecuentemente se integren o no, previsiblemente así ocurrirá, el texto de la propuesta con el que nos propuso la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

Esta es mi primer impresión, señor diputado Terrazas.

Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias al diputado Miguel González Avelar por su intervención.

Al respecto, esta Presidencia quiere precisar lo siguiente:

1o. Es una práctica parlamentaria establecida a través del tiempo de esta Legislatura, que cuando se presenta un dictamen y se presentan propuestas de modificaciones o de adición, la discusión se da respecto al dictamen presentado por la Comisión y, hasta el final es cuando se determina en votación en lo particular cada una de las propuestas.

Es cierto, que quizá pudiera haber ahí alguna duda en cuanto a la aplicación del Reglamento, porque si se aplicara el Reglamento en sentido escrito, antes de votar esas adiciones o modificaciones sería requisito indispensable mandarlas a la Comisión para que las comisiones las dictaminaran y una vez dictaminadas fueran objeto de discusión. Sin embargo, siendo la tradición y la práctica parlamentaria, a la que ha hecho mención el diputado González Avelar y existiendo un acuerdo de la Presidencia en ese sentido, acuerdo que no ha sido modificado ni fue impugnado, se seguirá adelante con la discusión como está programada. Esto es, seguirá la lista de oradores y una vez agotada la discusión se, procederá a votar.

Para rectificar hechos, esta Presidencia tiene la satisfacción de invitar a hacer uso de la palabra al diputado Manuel Terrazas.

El diputado Manuel Terrazas Guerrero:

Gracias, compañero Presidente; compañeros:

A mí me parece que no se trata de una propuesta más dentro de un debate, sino es una propuesta que cambia el dictamen en cuanto a su punto fundamental: la fracción I del 82. Esa es la primera cuestión que debería merecer nuestra atención.

La segunda. No se trata de la discusión en lo particular, se trata precisamente de darle entrada a una propuesta de cuatro grupos parlamentarios inicialmente, que cambian también el sustento del dictamen; porque quienes habían firmado el dictamen con una fracción distinta, proponen ahora que se cambie. No es la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, sino que son cuatro grupos parlamentarios.

Por esa razón es importante el esclarecimiento. Si el Presidente ha tomado una decisión, pues qué le vamos a hacer. Adelante. Pero me parece que conforme a los procedimientos, a las costumbres y usos parlamentarios era debido que primero se le diera entrada a la propuesta y se viera si se sometía a la discusión ya en torno a esta propuesta. Muchas gracias.

El Presidente:

Gracias por su intervención, diputado Manuel Terrazas.

Voy a permitirme dar lectura al artículo pertinente del Reglamento, para que esta Asamblea norme su criterio, que es el artículo 58, que habla de proposiciones que no sean iniciativas de Ley, aun cuando aquí puede estimarse que esta proposición que una modificación, en sentido estricto no es una iniciativa de Ley, dice que "Inmediatamente se preguntará a la Cámara si admite o no a discusión la proposición. En el primer caso se pasará a la Comisión o comisiones a quienes corresponda y, en el segundo, se tendrá por desechada".

Por lo tanto, continúa vigente el acuerdo que dio la Presidencia a este trámite.

Sí, señor diputado Kunz Bolaños.

El diputado Adolfo Alfonso Kunz Bolaños. (desde su curul):

Señor Presidente:

En relación al procedimiento, creo que nos debemos sujetar al 124. Porque ésta es una propuesta de modificación de lo que está a discusión. No procede ni regresarla a comisiones ni cambiar el fundamento es el 124 y le pediría que se leyera el artículo.

El Presidente:

Se instruye a la Secretaría proceda a dar lectura al artículo 124 del Reglamento.

La secretaria Patricia Terrazas Allen:

"Artículo 124. En la sesión en que definitivamente se vote proposición o proyecto de Ley podrán presentarse por escrito adiciones o modificaciones a los artículos aprobados."

El Presidente:

Con base en lo hasta aquí expuesto... sí, adelante sí diputada. Se ruega a la Secretaría dé lectura al artículo 125 del Reglamento.

La secretaria Patricia Terrazas Allen:

"Artículo 125. Leída por primera vez una adición y oídos los fundamentos que quiera exponer su autor, se preguntará inmediatamente si se admite o no a discusión. Admitida, se pasará a la Comisión respectiva. En caso contrario, se tendrá por desechada."

El Presidente:

Sí, para hablar a nombre de la Comisión, esta Presidencia tiene el honor de invitar a hacer uso de la tribuna al diputado Gustavo Carvajal.

El diputado Gustavo Carvajal Moreno:

Con su permiso, señor Presidente:

Subimos a nombre de la Comisión para manifestar que hemos consultado con la mayoría de la Comisión y hacemos nuestra la propuesta que aquí se ha presentado y por ello no hay necesidad de dar el trámite correspondiente al 124 y 125; era lo que hemos manifestado, o sea, la Comisión acepta la adición a esta propuesta y en caso de que haya alguna duda, podríamos proponer que se pase a votación en lo económico, si se acepta o no dicha propuesta.

El Presidente:

Gracias, señor diputado Gustavo Carvajal.

Han pedido la palabra los diputados Adolfo Kunz Bolaños y Raymundo Cárdenas, asimismo el diputado González Avelar, perdón, señor diputado Kunz Bolaños, ¿es para una moción o para hechos?

El diputado Adolfo Alfonso Kunz Bolaños (desde su curul):

No; es para una aclaración.

El Presidente:

Las aclaraciones no se hacen desde la curul; se hacen acá para ratificar hechos; en fin, el Reglamento nos concede la facultad de hablar, por lo tanto para rectificar hechos esta Presidencia invita a hacer uso de la tribuna al diputado Adolfo Kunz Bolaños.

El diputado Adolfo Alfonso Kunz Bolaños:

Sí, señor Presidente; con su autorización.

Únicamente estamos hablando del artículo 124, habla de adiciones o modificaciones; el artículo 125 exclusivamente se refiere a adiciones y esto es lógico que se turne, porque sería sorpresivo, pero en este caso estamos ante una modificación y debe de entrar, votarse económicamente si en caso dado se hace; de otra forma no habría lógica en el debate ni forma de aprobar las cosas.

O sea, no procede el 125; exclusivamente el 124 ya que estamos hablando de modificaciones. Gracias, señor.

El Presidente:

Muchas gracias por su intervención, diputado Adolfo Kunz Bolaños.

La Presidencia tiene la satisfacción de invitar para rectificar hechos, a hace uso de la tribuna al diputado Raymundo Cárdenas.

El diputado Raymundo Cárdenas Hernández:

Gracias señor Presidente; honorable Asamblea

El Presidente:

¿Con qué efecto?.. ¿para rectificar hechos?.. ¿a quién?.. ¡Ah!, se pregunta al orador si permite una interpelación del señor diputado.

El diputado Juan Luis Calderón Hinojosa (desde su curul):

Para una interpelación, señor Presidente.

El diputado Raymundo Cárdenas Hernández:

¡Ah, sí!, cómo no. Voy a empezar, pero con mucho gusto...

El diputado Juan Luis Calderón Hinojosa (desde su curul):

Precisamente por eso, señor Presidente.

El artículo 104 en el que fundamos las interpelaciones a los oradores, que no es otra cosa sino la interrupción del discurso del orador, permite que se puedan hacer aclaraciones desde el pleno, sin estar en la tribuna. Hace un rato el diputado Kunz Bolaños quiso hacer una aclaración y usted le recriminó indebidamente que no podría hacerla desde su lugar.

Quiero decirle que el mismo artículo que fundamenta las interpelaciones, que es el 104, que permite la interrupción del orador, precisamente prescribe que las mociones de orden, las lecturas de artículos reglamentarios y las preguntas al orador, se puedan hacer desde el pleno y no necesariamente desde la tribuna.

El Presidente:

Así es. Nada más que se le aclara, señor diputado Calderón, que una cosa es una moción de orden y otra cosa es una aclaración. Al diputado se le había preguntado para qué efectos quería la palabra; él dijo que para una aclaración; usted pidió para una moción, es decir para una interpelación e indebidamente, de manera subrepticia, diciendo que se trataba de una interpelación, hizo uso de un derecho que no le correspondía.

Tiene la palabra el diputado Raymundo Cárdenas.

El diputado Raymundo Cárdenas Hernández:

Bien. Sobre el tema del procedimiento, yo quiero señalar que el artículo 124 se refiere al derecho que tienen los legisladores de presentar adiciones o modificaciones a los artículos cuando éstos ya fueron aprobados, por eso el... incluso eso explica el lugar de su intervención.

Este artículo no está aprobado todavía. Se aprobó el dictamen en lo general exceptuando los artículos que fueron separados y la votación de este artículo apenas se va a dar hoy, por eso no procede hoy usar el 124 ni tampoco procedió en la sesión en la que el Presidente mandó a comisiones este artículo.

Es obvio que todas las proposiciones tienen que someterse a la Asamblea en términos del 58, pero ha sido práctica parlamentaria que todos hemos aceptado, que cuando se discuten leyes o artículos específicamente, las propuestas tal como lo señaló el Presidente, se votan hasta el final, una tras otra.

Creo que eso el lo que deberíamos hacer ahora, continuar con el procedimiento, que siga el debate tal como lo señaló el Presidente. Me parece que es totalmente improcedente apelar al 124 para ordenar este asunto. Gracias.

El Presidente:

La Presidencia agradece la intervención del diputado Raymundo Cárdenas... ¿para qué efectos, señor diputado Kunz?...

El diputado Adolfo Alfonso Kunz Bolaños (desde su curul):

Para una moción. Mire, estamos en un caso de excepción, señor Presidente. Estamos discutiendo en lo general y en lo particular el artículo. No es posible que se hagan modificaciones a artículos aprobados, salvo que nos estemos refiriendo a lo general, pero en este momento que lo estamos discutiendo al mismo instante, no se puede dar ese supuesto. Si se aprueba el artículo ya no proceden ni modificaciones ni adiciones. Ese es un punto de vista y yo pediría que siguiera el debate en este caso. Gracias, señor.

El Presidente:

Así es y de acuerdo con su punto de vista, en el momento de procederse a la votación, ahí es cuando se tomará la decisión correspondiente.

A continuación esta Presidencia tiene el honor de invitar a hacer uso de la tribuna al diputado Miguel González Avelar y se anota en la lista de oradores el diputado Manuel Terrazas.

El diputado Manuel Terrazas Guerrero (desde su curul):

El Presidente de la Comisión de Gobernación ha aceptado ya la propuesta. Creo que desde ese punto de vista hay un reconocimiento de la propia Comisión. Asunto concluido. Muchas gracias.

El Presidente:

Se pregunta al diputado González Avelar si desea hacer uso de la tribuna o no. El diputado Miguel González Avelar (desde su curul):

Desde aquí, si usted me lo permite, señor Presidente, para hacer esta breve moción - comentario: la Comisión de Reglamento y Prácticas Parlamentarias, de la que forma parte por cierto el señor diputado Raymundo Cárdenas, está de plácemes por la manera tan activa e intensa como estamos ahora en el pleno tratando de conducir nuestro debate con base en el Reglamento. No deja de ser una novedad que celebramos vivamente.

Por otra parte, quiero invocar, además de los argumentos dados por el señor diputado Kunz, por el propio señor diputado Cárdenas y en el comentario último del señor diputado Terrazas, quiero, repito, invocar una práctica parlamentaria que no escapa a ninguno de los presentes. En el curso de todas las discusiones que hemos tenido desde que comenzó esta Legislatura, las propuestas que se van haciendo durante la intervención de los señores diputados en tribuna, van siendo reservadas por la Secretaría y en la parte final de la discusión se someten a la aprobación o al rechazo de la Asamblea.

Esta ha sido práctica invariable de esta Legislatura a la cual pido se le reconozca la jerarquía que como tal tiene y que como se ha pedido, continuemos con el desahogo de la discusión sustantiva, de fondo, del artículo 82 en su fracción I.

El Presidente.

Se acepta por ser procedente la moción del diputado González Avelar, se ratifica la decisión de esta Presidencia tomada con anterioridad y a continuación, para seguir con la discusión en lo general del dictamen, esta Presidencia tiene la satisfacción de invitar a hacer uso de la tribuna al diputado Francisco Laris Iturbide.

El diputado Francisco Felipe Laris Iturbide:

Señoras, señores diputados:

Comprendo perfectamente bien el tormentoso paso que estamos dando cada uno de nosotros en cada uno de los partidos, donde puedo asegurar que ajeno a determinadas palabras, no existe en ninguno de ellos sino el espíritu de representar a su pueblo y no la traición a nuestra patria mexicana.

La soberanía nacional, la seguridad social, las bases de la República, no son ni serán acatadas en los términos en que se puede quedar este artículo.

Me voy a permitir tratar bajo un punto de vista jurídico ciento por ciento, para demostrar no sólo en la brevedad posible y dentro de estos 15 minutos a los cuales haré caso en razón del largo e inquietante prólogo del debate.

Voy, primero a mencionar el concepto de nacionalidad, que es el que debemos de tomar en cuenta.

Los principios fundamentales de la Revolución francesa cambiaron en absoluto la constitución interior de las naciones civilizadas, su existencia social y sus instituciones políticas. Estos principales, esparcidos por todas partes, forman en nuestros días la base de las relaciones internacionales.

Así como durante la antigüedad, la Edad Media y los tiempos modernos, hasta mediados del Siglo XVII o hasta el tratado de Westfalia en 1648, en las relaciones entre los estados domina el principio del más completo aislamiento de las naciones y predomina la fuerza física en el período comprendido entre 1648 y 1815, en que la paz de Westfalia y el Congreso de Viena se alza sustituyendo a las doctrinas anteriores, la idea del equilibrio político.

A partir de 1815 se proclama y se aplica el principio de las nacionalidades, según el cual los hombres de la misma raza, que hablan la misma lengua y poseen las mismas costumbres y una misma religión, deben de construir un solo estado y una sola nación.

Para la formación de las nacionalidades dominan diferentes criterios, sin que pueda decirse que haya uno exacto y determinado que fije con claridad el origen natural de las naciones, desmentidos como están todos los hechos heroicos.

Para muchos, el criterio de la formación de las nacionalidades, lo denominan fronteras naturales, pretendiendo que los pueblos tienen límites marcados por la naturaleza, bien por una cordillera, bien por un río o bien por las aguas de los mares.

Ni la comunidad de nombre, ni la religión, ni la de intereses, ni mucho menos el criterio histórico, constituyen en la actualidad la nacionalidad y, para cada uno de estos casos se encontraría algún hecho en apoyo, contradicho inmediatamente por una objeción seria.

El sentimiento de la nacionalidad puede engendrarse de diversos modos, a veces la comunidad o la identidad de las razas y en ocasiones la posición del mismo lenguaje o de iguales creencias religiosas.

Quizá los límites geográficos son en determinados pueblos causa de la nacionalidad, más, el motivo más poderoso de todos es la identidad de antecedentes políticos, la posesión de una historia nacional y, como consecuencia de la misma, la comunidad del recuerdo, el orgullo y la humillación compartidos y el placer y la desdicha colectivos, uniéndose los mismos incidentes del pasado. Sin embargo, ninguna de estas causas por sí sola es indispensable o absolutamente necesaria.

Quiero dejar aclarado el concepto de nacionalidad, porque sigo afirmando que no se pierde la soberanía ni la seguridad nacional queda en juego, cuando tratamos este artículo 82.

Y voy a permitirme, para ello, con base al derecho comparado mencionar, parte de las leyes españolas, porque al fin y al cabo nuestras leyes mexicanas tienen mucho de ellas.

En el Libro Primero del Código Civil de las Personas, Título Primero de los Españoles y Extranjeros, que regía como si fuera Constitución, porque la Constitución de 1931, proyecto de un gran Nicolás Pérez Serrano, no fue llevada a cabo debido a la revolución interna y a la guerra civil posterior, decía, como ordenanzas, en la primera fracción del artículo 17: "Son españoles los hijos de padre español; segundo, los hijos de madre española, aunque el padre sea extranjero, cuando no sigan la nacionalidad del padre; tercero, los nacidos en España de padres extranjeros, si éstos hubieran nacido en España y en ella estuvieran domiciliados al tiempo del nacimiento; los nacidos de padres desconocidos, sin perjuicio de que conocida su verdadera filiación ésta surta efectos que considere y cree".

En la misma jurisprudencia, el Tribunal Superior, en el Supremo Tribunal, se habla que en virtud del jus sanguinus la nacionalidad del padre, por lo que es español de origen el nacido en el extranjero, hijo de padres españoles que no perdieron la nacionalidad.

Es aquí, en este momento, donde vamos a entrar a conjugar los dos derechos que existen y por los cuales se rigen los pueblos en materia de nacionalidad. Uno, como ustedes saben, es el jus soli, el derecho del suelo, aquel que nazca en otro país, pero sus padres sean de origen mexicano; el jus sanguinus, aquel que por sangre lleva la sangre de sus padres.

Los pueblos podemos decirles, cansados de antaño, los pueblos europeos, los pueblos de los países bajos, se rigen exclusivamente por el jus sanguinus, o sea que los hijos de padres de ese lugar, nacidos ahí, son originarios, digamos, en el caso de España son españoles de origen.

En materia del jus sanguinus, los hijos de españoles que nazcan en el extranjero, siguen siendo españoles; pero los hijos de extranjeros que nazcan en ese país, no son nacionales.

¿Cuál es el motivo? Porque el Estado no quiere crear súbditos en mayor número dentro de su territorio y en cambio sí interesa en tener contribuyentes y súbditos repartidos por el orbe. Este es el juego, señores, del jus sanguinus y del jus soli.

Encontrándonos en ellos ya después de estar formulada la Constitución de 1978, del 27 de diciembre, habla en el Capítulo II de Derechos y Libertades y, dice: "Los españoles y recordemos quiénes son españoles, los españoles son iguales ante la Ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna, por razón de nacimiento, de raza, de sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social".

Y continúa en el artículo 15: "Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que en ningún caso puedan ser sometidos a torturas, ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra". Es decir, para estos códigos modernos todos los ciudadanos son iguales, todos tienen el derecho de llegar a aspirar a la primera magistratura del país y no tenemos base para considerarlos como personas ajenas o extrañas.

Es ahí donde nosotros, y en lo personal y respetando las opiniones de algunos compañeros de partido, estamos de acuerdo con la propuesta que se formuló, sin dejar de considerar que los veinte años que se mencionan puedan ser muchos o puedan ser pocos, tanto en cuanto en el transitorio único, dice el presente decreto: "... entrará en vigor el día 31 de diciembre de 1999". Pero

además no ordena ni siquiera el día de su publicación en el Diario Oficial," ... entrará en vigor el 31 de diciembre de 1999". Ya nos estamos acostumbrando a legislar para los futuros cuando no conocemos el futuro.

Por eso nosotros proponemos que, en razón al transitorio se indique como artículo: único. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la federación, sabiendo de antemano, señores, que estamos diciendo: al día siguiente de la publicación en el Diario Oficial y que podemos detener, prácticamente la publicación en el Diario Oficial, el tiempo que desgraciadamente queramos. Muchas gracias.

Dejo aquí la propuesta para el análisis en la Secretaría.

El Presidente:

Muchas gracias por su intervención, señor diputado Laris.

Tiene el uso de la palabra la Diputada Beatriz Rangel Juárez, del Partido Federal Cardenista de Reconstrucción Nacional.

La diputada Griselda Beatriz Rangel Juárez:

Con su permiso, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Para el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional la reforma al artículo 82 se inscribe en el marco de una reforma política que a nuestro juicio no garantizará más democracia, más participación popular, más pluripartidismo, más transparencia electoral.

Nuestra decisión de votar está inscrita en una discusión más general, que es la reforma política. Nuestra decisión, en consecuencia, no está circunscrita a un aspecto particular.

Desde nuestro punto de vista y ya lo hemos manifestado así, esta reforma política es excluyente. Ofrece aspectos negativos al hacer los sistemas de representación, excluye, limita, no garantiza estabilidad y pluripartidismo.

La reforma al artículo 82, es coherente entonces con esta reforma que no avalamos. Es una concesión en minorías, no es cierto que restituya o amplíe derechos políticos. Consideramos que si se quieren ampliar derechos políticos, debería haberse considerado seriamente nuestra propuesta de establecer la ciudadanía desde los 16 años; otorgar el derecho al voto a los jóvenes a los 16 años.

Porque los jóvenes en México a los 16 años ya están asumiendo un rol destacado en la vida económica y social de nuestra nación. Millones trabajan, pagan impuestos, asumen responsabilidades familiares con el matrimonio, pero sobre todo, tienen ideas claras de lo que quieren, cómo y quién debe gobernarlos.

Entonces, creemos nosotros, que pueden contribuir decididamente para el avance de nuestra nación si se les otorgaran derechos políticos. Sin embargo, se desestimó esta propuesta. Si se trata de dar derechos políticos vamos pensando en mayorías y no en minorías, en cuyo seno, desde luego, no dudamos que existan patriotas de la más alta estima, pero también es cierto que puede haber otros que lo aprovechen con fines que agredan nuestra integridad nacional.

Ahora bien, aquí se ha dicho, compañeras y compañeros, que los partidos políticos al postular a sus candidatos establecerán un tamiz para determinar a quién postularán; es decir, se le da a los partidos y por extensión también a los ciudadanos, la responsabilidad de decidir a quién postularán. Sin embargo, creo que la norma precisamente se hace para establecer una cierta coerción para tal efecto de que no quede a un criterio de carácter moral o subjetivo a quién se debe postular a la Presidencia de la República en este caso y, por lo tanto, consideramos pues que es riesgoso que así se estableciera, que únicamente fueran los partidos los que determinaran si postulan a un candidato y éstos fueran los responsables de garantizar el patriotismo o no de sujeto determinado.

Consideramos también que en estos casos si bien es cierto que podrían, en el supuesto de que se realizaran elecciones, los ciudadanos terminar de dar esa distinción con su voto; pero hay el supuesto también de los presidentes sustitutos o interinos.

Para el Partido del Frente Cardenista no son tabú las reformas constitucionales ni del artículo 82 ni de ningún otro artículo. No nos asustan las modificaciones, pero nos interesa que las transformaciones obedezcan a razones de soberanía popular. El pueblo quiere preservar este baluarte nacional intocado. La reforma a la fracción I del artículo 82 no ha sido justificado ni por causas del presente, mucho menos para reconciliarnos con el pasado; significa a todas

luces una regresión y una concesión innecesaria para beneficiar a unos cuantos. Ni está presente el pueblo de México ni los desafíos y oportunidades de un mundo cambiante que reclama un nacionalismo cada día más vigoroso.

Hemos insistido como ustedes saben, en una reforma política integral y a cambio, se ha prefigurado una especie de contrarreforma política. El rumbo del pluralismo iniciado en 1977, ha sido sustituido por el apartheid bipartidista.

Con la reforma al artículo 82, se va todavía más allá, se pretende un retroceso flagrante, es riesgoso, compañeras y compañeros, que nosotros desatemos y le hagamos al aprendiz de brujo. Esta reforma podría generar sentimientos, podría abrir ideas que subyacen en el pensamiento de nuestro pueblo, contra quienes ahora coexisten en nuestro país de origen extranjero.

Consideramos pues, que es importante valorar con mucha seriedad esta cuestión; sin embargo, somos optimistas, consideramos que aun cuando se apruebe esta reforma a la fracción I del artículo 82, triunfará el nacionalismo y la soberanía popular. Muchas gracias, compañeros.

El Presidente:

Muchas gracias, diputada Rangel.

Tiene la palabra la diputada Rosa Albina Garavito Elías, del Partido de la Revolución Democrática.

La diputada Rosa Albina Garavito Elías:

Gracias, señor Presidente:

Vengo a esta tribuna para fijar la posición de mi partido, el Partido de la Revolución Democrática, en torno al artículo que hoy se discute, el artículo 82 constitucional en su fracción I. Hemos establecido desde que se inició la discusión sobre la reforma electoral, que no se encuentra dentro de las prioridades de nuestro partido y en torno a los objetivos que esta reforma debería tener, el de reformar los requisitos de elegibilidad para el cargo de Presidencia de la República.

Hemos dejado establecido con claridad cuáles son para nosotros estas prioridades, las queremos aquí recordar, porque muy poco tienen que ver con la discusión de hoy nos ha estado empeñando durante todo este día.

Nuestras prioridades son y consideramos que son las del país y en ello no hay arrogancia, estamos confrontando conceptos con hechos concretos, con la realidad , el de establecer en la norma jurídica que regule los procesos electorales, la garantía suficiente para que dichos procesos electorales reestablezcan la confianza entre gobernados y gobernantes, para que establezcan la cordialidad y la armonía en nuestros procesos políticos en la elección de las autoridades.

Hemos establecido, repito, con claridad, que no puede haber una reforma electoral que como condición necesaria, aunque no suficiente, otorgue cambios en estas normas jurídicas que pudieran establecer las bases para esa confianza, para esa credibilidad, para la transparencia en los resultados electorales.

Quiero recordar a esta Asamblea, que ya se dio la reforma constitucional en materia electoral, que justamente es uno de los temas para los cuales ha sido convocado este período extraordinario.

Quiero recordar que mi partido razonó su voto en contra en lo general y en lo particular sobre esta reforma constitucional e incluida al artículo 82, por considerarla una reforma insuficiente para los retos que como mexicanos y mexicanas enfrentamos, sobre todo de frente al próximo proceso electoral federal: el de 1994.

No es ajeno entonces, para nosotros, la discusión del 82 en este contexto. Sin embargo, sabemos cuál es el tratamiento que se ha dado a la discusión de las reformas a la fracción I del artículo 82.

La reforma electoral de 1993 que para la mayoría de los mexicanos tendría que ser no una reforma más, sino esa reforma integral que estamos demandando, se ha convertido en la reforma al artículo 82 en su fracción I. Es ése el hecho que la opinión pública ha venido levantando, tan es así que la discusión que aquí dimos con convicción, con razones, en torno al paquete de reforma constitucional, se transformó únicamente en la discusión de ese artículo que hoy en lo especial, nos está trayendo a tribuna.

Existe, pues, en este hecho, una diversión sobre lo que tendría que ser el punto principal de todo este tema. Estamos ya frente a un nuevo hecho político, pareciera que es el 82, lo importante. Yo quiero reiterar de parte del Partido de la Revolución Democrática, que nunca hemos rechazado la discusión ningún artículo y que estamos dispuestos, como lo hemos estado

haciendo, a discutir el artículo 82, siempre y cuando este artículo pudiera contemplarse dentro de un paquete integral. Ya no fue así. Ya la reforma constitucional que se dio, fue una reforma insuficiente y ya el artículo 82 se reveló como si fuera el centro de la atención. Ese es el primer hecho que quiero aquí registrar para fundamentar la posición de mi partido.

Este es suficiente como para considerar un voto en contra de un artículo que está perteneciendo a un paquete que no está satisfaciendo las demandas más importantes.

Pero nuestro partido no es un partido rígido que cierre los ojos ante las nuevas realidades, que se haya convertido en un hecho relevante en la opinión pública; tiene muchísimo de un velo que se quiere poner frente a los retos fundamentales.

Pero también es cierto que están emergiendo en la discusión fibras muy sensibles de diversos sectores de la población, en torno a ¡cómo tendría que tratarse esta reforma!

Y al respecto también quiero fijar, registrar en mi intervención, como uno de sus elementos fundamentales, que nuestra fracción parlamentaria hizo la propuesta a esta Asamblea y la Asamblea la desechó, para que se aprobara una moción suspensiva que nos diera la oportunidad de efectivamente, a través de un plebiscito, hacer una amplia y profunda consulta nacional.

La forma en como se han desarrollado los acontecimientos y la discusión en torno a este artículo, nos dan la razón. Nos da la razón porque ha mostrado toda su complejidad. No será entonces la primera vez, y queremos llamar la atención, estamos llamando la atención a esta Asamblea de nuevo, para que en torno a cuestiones que la sociedad considera fundamentales, que tocan fibras muy sensibles de la población, de nuevo se legisle sin escuchar las diversas opiniones.

Hoy se nos trajo a esta tribuna una propuesta de modificación al dictamen tal como salió de la reunión de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales el día de ayer. Desde nuestro punto de vista esa propuesta puede mejorar, puede mejorar el dictamen y puede ayudar a una votación razonada. Pero solamente registramos que estaríamos en camino a que se mejorara. No consideramos agotada esa discusión, por una sencilla razón: la profundidad del fenómeno que discutimos no se puede agotar en los marcos cerrados de este recinto. No lo podemos decidir en lo tiempos en los cuales se está imponiendo que se discuta y se decida.

Ya una muestra es, que pasando unas horas se hizo una reflexión adecuada y se hizo una modificación digna de considerarse para la discusión, pero que no se agota ahí.

Está el caso de que aún se mantiene, hasta este momento nadie ha hecho la propuesta de que se retire, el dictamen está aquí y la propuesta de modificación no lo toca, el transitorio que manda la vigencia de esta reforma hasta el 31 de diciembre de 1999.

¡No existe razón! ¡No se nos ha dado explicación ni justificación para que esta reforma se vaya hasta 1999!

Si el argumento es la reivindicación de los derechos constitucionales de ciudadanos que hasta ahora, por los requisitos que se imponen en el artículo 82 vigente, en su fracción I, no les es dable ejercer, ¡no vemos entonces razón para que esa restitución se posponga por algunos años más, por seis años más! ¡No hay razón constitucional! ¡No hay razón jurídica! ¡No hay razón política!, ¡para que así se haga!

Sin embargo esta Asamblea, en las prisas, seguramente votará a favor un artículo que pospone esa reivindicación de derechos.

Pero no solamente eso. Si nosotros siguiéramos trabajando el dictamen y lo sometiéramos realmente a una consulta nacional, seguramente también resultaría otro elemento digno de tomar en consideración: ¿por qué el requisito de la residencia va a ser fijado en la fracción I del artículo 82, cuando éste está dedicado solamente a los requisitos de nacionalidad y de pleno goce de los derechos del ciudadano que aspire a ser Presidente de la República?

¿Y por qué no, para hacer pulcra la propuesta, el requisito de residencia se va a la fracción III del mismo artículo 82? Podría ser este otro de los elementos para la discusión. No quisiéramos pensar, pero tampoco dejamos de hacerlo, que se está metiendo en la fracción I un requisito que tendría que ir en la fracción III, por el simple hecho de que "gracias a esas prisas" ya se reformó la fracción III del artículo 82 con una reforma distinta. ¡Entonces para no tocarlo dos veces, ahora se mete en la fracción I!

Podría citar otros elementos que sustentan la necesidad de que esta discusión se amplíe, de que no repitamos la experiencia de que se siga legislando con prisa. Pero voy a poner otros dos elementos. Justamente cuando se niega la amplia discusión y la amplia consulta, pensamos, existe

un temor disfrazado apenas, disfrazado apenas para que la discusión se dé y ese temor no tiene otro origen más que posiciones cerradas, rígidas, inflexibles, origen del autoritarismo del régimen político que vivimos y justamente esas prácticas autoritarias no democráticas, son las que también empañan la pulcritud de los procesos legislativos.

El día de ayer, en la reunión de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales se nos presentó un documento de trabajo, un proyecto de dictamen para el cual no fuimos consultados varios de los partidos y así lo manifestamos en esa reunión; ustedes me podrán alegar, como se alegó y se discutió y se reglamentó en esa reunión, que no hay fundamento reglamentario para negar el derecho a cualquier diputado de una Comisión de llevar un documento de trabajo o un proyecto de dictamen, no es eso lo que alegábamos cuando fundamentábamos que hubo desaseo legislativo, desaseo legislativo porque la concepción que está de tras de esta forma de trabajo, es seguir pensando que esta Cámara de Diputados la rige solamente un partido y no una convocatoria a una vida realmente plural.

Se desdeñó la opinión de otros partidos, la nuestra al menos y así lo hicimos saber y por eso protestamos reiteradamente y también por esas prisas, el día en que se regresó a comisiones el artículo 82, se cometieron una serie de irregularidades que podrían, pero no lo vamos a hacer, fundamentar una propuesta de reposición de procedimiento; no se actuó con la limpieza necesaria, tal como lo dictan los artículos que aquí se invocaron para el regreso del artículo 82; no se votó la propuesta tal como lo señala el artículo 125 y además no estaba concluida la discusión, no se había votado el artículo, solamente en lo general, pero no en lo particular; lo haríamos hasta hoy como la señala el artículo 124.

Aquí hacemos un llamado de atención, son prácticas políticas que después empañan el proceso legislativo y siguen empañando y ensuciando la imagen de esta Cámara de Diputados. Hacemos ese serio llamado de atención y seguimos fundamentando la necesidad de esa amplia consulta.

Establecido todo esto, nuestro grupo parlamentario está haciendo una convocatoria para que dada la complejidad del problema y dada la cerrazón que hasta ahora se ha dado en la discusión y sobre todo ese límite pareciera infranqueable en el tiempo en el cual lo tenemos que discutir, la única manera de compensar todas estas fallas con las que se ha venido dando la discusión, es que efectivamente, señoras y señores diputados, hoy votemos en conciencia, hoy votemos libremente, hoy votemos fuera de cualquier disciplina que desde arriba se trate de imponer.

Yo con mucho orgullo vengo a manifestar, a exponer, que mi grupo parlamentario después de varias y profundas discusiones en torno a nuestra posición sobre este artículo, hemos decidido votar libremente; consideramos que la discusión no está votada, consideramos que es una discusión profunda, consideramos que es una discusión que toca muchísimas fibras; está la del nacionalismo, quizá de una manera errada, esa es mi opinión personal, pero no por errada menos real.

Tenemos que respetar todas y cada una de las sensibilidades en este caso, ya que no se respetó la sensibilidad de la sociedad y del pueblo, sí que se respete la sensibilidad y la conciencia de cada uno de los diputados y de las diputadas de esta Asamblea.

Que sea entonces en conciencia y en libertad como se vote. ¿Por qué digo personalmente y subrayo personalmente?, porque considero que el tema del nacionalismo ha emergido de manera errónea, pero no por eso menos real y que tiene que ser atendido ese fenómeno.

Es obvio que en todo este proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio, aquello de lo cual ha presumido el Gobierno, la consulta nacional, evidentemente ha sido una farsa. Lo dicen incluso voces empresariales que han participado de esa Comisión coordinadora de consultas para la negociación, De esos empresarios que estuvieron en el cuarto de junto.

Ni los sectores empresariales, ni los sectores medios, ni los campesinos ni los profesionistas, se sintieron, nos sentimos como ciudadanos representados en esa negociación. Sabemos del reto que el país está enfrentando, pero somos muy conscientes de la vulnerabilidad que la soberanía de nuestro país está enfrentando frente a una negociación hecha a espaldas del pueblo.

Es claro entonces que con la etiqueta del 82 hoy se levanten posiciones nacionalistas muy fuertes. Mi punto de vista personal es que ésta es una válvula de presión para toda esa contención de sentimientos nacionalistas agraviados por una negociación hecha a espaldas de los intereses nacionales y populares.

Yo puedo decir entonces que esa forma de emerger este nacionalismo es una forma errónea pero no es una forma falsa ni es una forma inexistente, es un fenómeno real al cual tiene que

atenderse y tiene que atenderse en sus justos términos, a través de un adecuado encauzamiento de la discusión de cómo defender el nacionalismo en este momento y de frente al Siglo XXI y de cómo defender nuestra soberanía y en todo eso qué exactamente tiene que ver esta fracción I del artículo 82.

Tanto como dicen compañeras y compañeros diputados de mi partido y no de mi partido, que se atenta contra el nacionalismo, el mínimo principio democrático lo que dicta es, escuchémonos, razonemos colectivamente, consultemos a la sociedad y entonces que se dé el veredicto, pero no se soslaye la discusión por una negociación cerrada y por una decisión vertical y autoritaria. Tiene que darse entonces esta discusión.

La manera entonces, repito e insisto, en que podemos en este momento frente a las condiciones dadas, compensar, ver a esa forma errada en la que se ha dado esta discusión; ver a esta forma limitada, errada, porque ha puesto una cortina de humo en torno a problemas sustanciales como son los de la democracia; limitada porque se ha cerrado a los recintos de esta Cámara y ni siquiera eso, ni siquiera eso si no se permite la decisión libre en conciencia de cada uno de los diputados y las diputadas.

Nosotros, congruentes con esa invitación que hacemos a todos los miembros de esta Legislatura, votaremos en conciencia. Hemos diseñado intervenciones que razonarán cada uno de los votos, respetables todos, de nuestros compañeros; habrá votos a favor, habrá votos en contra y habrá incluso abstenciones.

Yo no voy aquí a dar la explicación ni el razonamiento de cada uno de esos votos, lo harán en su momento cada uno de los compañeros que nuestro grupo ha responsabilizado para tal efecto, pero llamo la atención y lo hago con orgullo en torno a la congruencia que nuestro partido, a través de su grupo parlamentario, ha tenido a lo largo de toda esta discusión, siendo muy atentos a cómo se desenvuelve y siendo muy sensibles a todos los argumentos.

Por lo tanto, como una muestra de congruencia, aquí se fijarán esas posiciones y a esa congruencia corresponde por supuesto una respetuosa invitación para que todos y cada uno de ustedes hagan lo mismo, puedan, a la hora de levantar su mano, efectivamente con la frente en alto, poder razonar internamente por qué están votando de una u otra manera.

Pensamos que ésa es la forma como efectivamente nuestra tarea legislativa puede ayudar a construir una nación más fuerte y realmente democrática. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias, diputada Garavito.

Para hablar en pro del dictamen, hará uso de esta tribuna el señor diputado Marco Humberto Aguilar Coronado, del Partido Acción Nacional.

El diputado Marco Humberto Aguilar Coronado:

Señor Presidente; señoras y señores diputados:

Asisto hoy al debate histórico que sin lugar a dudas habrá de concluir con reformas importantes a nuestra Constitución General de la República, para fijar la posición del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, con respecto al artículo 82 y su discusión en lo particular que hoy nos ocupa.

Desde sus orígenes, el partido fundado por don Manuel Gómez Morín y otros grandes hombres de México, ha sido un factor democratizador que ha contribuido seria y responsablemente a incrementar en éste y en otros campos, la fuerza de esta tendencia.

Nada raro tiene la afirmación de muchos actores políticos, de que la apertura a la discusión en este ámbito que está experimentando nuestro país, se debe al trabajo serio y propositivo que han realizado, entre otros y en forma muy destacada, el Partido Acción Nacional durante más de 50 años, porque entendemos que la política no puede circunscribirse al ejercicio del poder por el poder mismo, ni tampoco preocuparse sólo del mantenimiento de las estructuras formales del Estado. Sostenemos que la política debe buscar la justa solución de la cuestión social como promotora del bien común y que responda a criterios fundados en el derecho natural, que por lo mismo, deben ser aceptados por otros.

Acción Nacional siempre ha postulado la primacía de lo político, como base fundamental de la integración y el desarrollo de la nación y el papel protagónico que hoy por hoy está desempeñado mi partido, no es fruto de dádivas ni de concesiones, ni mucho menos producto de la casualidad; bien sabemos que es resultante del esfuerzo realizado por militantes, por candidatos y por dirigentes de todas las épocas, que han sabido aprovechar las oportunidades y abrir nuevos espacios para crear nuevas condiciones de avance y cambio.

Aquí y ahora nos encontramos discutiendo y estamos también inmersos en un proceso de transición, que involucra y afecta a todas las fuerzas políticas del país y, si en el pasado hemos sido dinamizadores de esta exigencia democrática, estén seguros que fieles a nuestra vocación, seguiremos siendo un elemento importante para su plena consolidación.

Por eso insistimos desde hace mucho tiempo que la reforma al artículo 82 constitucional, debe ser una reforma de fondo y sin dedicatoria específica para quien aspire a ser candidato a la Presidencia de la República.

Esta pelea no es de hoy, está latente desde que afirmamos que no pueden subsistir ni perfeccionarse los valores humanos si se agotan o decae la colectividad y que ésta a su vez no puede vivir si se niegan los valores personales, porque el sistema que impide a los hombres involucrarse en lo que les importa y en lo que quieren y que no tolera la participación de los ciudadanos en la definición y en la búsqueda del bien común, atenta contra esa forma de justicia social que es la democracia, en donde es indispensable el ejercicio auténtico de derechos políticos fundamentales, como base para la defensa de nuestra nacionalidad.

Como lo dijera don Efraín González Luna: "El proceso de formación de nuestro pueblo, es el más noble de los procesos de elevación de la especie que puede darse aquí abajo; somos hijos del mestizaje, que es nuestro orgullo, nuestra dignidad y nuestra honda y central satisfacción".

Ya desde el siglo pasado se debatieron ampliamente los derechos y las obligaciones de criollos, mestizos, indígenas y extranjeros; se discutió y se debatió sobre las distintas formas de adquirir la nacionalidad mexicana, para finalmente concluir que México aceptaría las dos formas de nacionalidad: jus sanguinus y jus soli.

Pero bien sabemos todos que la garantía de mexicanidad y todos los valores que le imprimen su perfil propio, no se obtienen por el devenir ininterrumpido de generaciones del mismo origen, sino por compartir principios y valores culturales que forman parte de nuestra nacionalidad.

La exigencia constitucional en los hechos, marcaba una ciudadanía calificada por cualidades excepcionales que no aportaban por ningún motivo virtud cívica ni garantizaban o enriquecían el amor y la devoción del hombre por el lugar y el país en el que nació.

El hecho de que solamente un tipo de ciudadanos pudiera acceder a determinado tipo de función pública por una situación externa y ajena a la calidad de persona y a la calidad de ciudadano mismo, claramente discrimina a aquellos otros que están imposibilitados por un accidente externo a su calidad de persona y a su ciudadanía, consistente en que sus padres no sean mexicanos por nacimiento.

Esa limitante constitucional contradecía los más elementales principios de justicia y constituía una norma contraria a derechos humanos fundamentales.

Hubo quienes hace unos días, muy pocos por cierto, sostuvieron que esta propuesta de reforma es producto del infantilismo, de la claudicación, de la miopía y del engaño.

No nos sorprenden y mucho menos nos asustan estas posturas, porque estamos convencidos que esta reforma es una exigencia de elemental justicia, que es fruto de la convicción y es testimonio de la propia dignidad y de la firmeza en la decisión para edificar un México mejor.

El testimonio por cambiar este precepto lo han dado muchos mexicanos destacados en diferentes áreas de la vida pública de nuestro país, intelectuales, políticos y juristas entre otros, con sólidos argumentos se han pronunciado por la modificación que nos ocupa.

Es cierto, en el grupo parlamentario de Acción Nacional lo consideramos una propuesta de modificación constitucional trascendente, en la medida que permita a los ciudadanos mexicanos, por igual, acceder a la titularidad del Poder Ejecutivo. Sin embargo, dejamos constancia de nuestro rechazo al artículo transitorio que aplaza la entrada en vigor de esta reforma, pero ante la disyuntiva de no modificarlo o retrasar su vigencia, Acción Nacional asume su responsabilidad y no duda sobre el camino a seguir.

Tenemos la fortaleza suficiente para mantener el rumbo, la clara conciencia de lo que estamos haciendo y de papel histórico que estamos viviendo.

Al respecto presentamos, a nombre de nuestro grupo parlamentario, una propuesta específica sobre el artículo transitorio que nos ocupa, para en su momento sea considerada por esta honorable Cámara de Diputados, que dice:

"Señor Presidente de la Cámara de Diputados. Con fundamento en lo establecido por el artículo.

58 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, los suscritos, diputados integrantes del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, en esta LV Legislatura, nos permitimos someter a la consideración de la Cámara de Diputados, la modificación al artículo transitorio del proyecto que hoy se discute, para quedar en los siguientes términos:

Artículo transitorio único. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados, a los 2 días del mes de septiembre de 1993."

Por el grupo parlamentario del Partido Acción Nacional.

Dejo a la Secretaría esta propuesta, para que en su momento sea considerada.

Acompañan a esta propuesta, las firmas de los integrantes de nuestro grupo parlamentario.

Señoras y señores diputados: ésta es la oportunidad para la rectificación y el entendimiento, para demostrar que por encima de nuestras diferencias y a pesar de nuestras divergencias, tenemos capacidad para entendernos y legislar para el servicio de los intereses superiores de la nación.

En ustedes está también la palabra. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias, diputado Aguilar.

Tiene el uso de la palabra, por el Partido Revolucionario Institucional, el señor diputado Jaime Muñoz Domínguez.

El diputado Jaime Ignacio Muñoz y Domínguez:

Con su permiso, señor Presidente; señoras y señores diputados:

Desde el caso del Virreinato hasta la conformación del texto constitucional de 1917, los mexicanos hemos vivido momentos profundamente significativos, que todos ellos evocan y sintetizan una firme vocación por ser mexicanos.

Siempre, siempre hemos vivido en el concepto de independencia como destino y siempre, siempre hemos apreciado la libertad como una vocación.

No es gratuito lo que afirmo, puesto que la historia del Siglo XIX mexicano así lo registra.

Tiempos difíciles del México de aquel entonces, tiempos de definición nacionalista, en los que varias generaciones de mexicanos dejaron su vida propia en aras de lograr, en una primera instancia, el perfil de una nación independiente y en un segundo momento, la consolidación de ese proyecto nacionalista.

Así lo confirma la decisión de Hidalgo, en Guadalajara, para abolir la esclavitud; el quebrantamiento del sitio de Cuautla; el propio Congreso de Chilpancingo; el juicio de Morelos; el abrazo de Acatempan; el ingreso a la Ciudad de México del Ejército Trigarante; el nacimiento de la República Federal con la Constitución de 1824; Gómez Farías y los liberales de 1833; el asalto al Castillo de Chapultepec; la imaginación y puesta en práctica del juicio de amparo; la Constitución de 1857; las Leyes de Reforma; la batalla de Calpulalpan; la victoria del 5 de Mayo; la toma de Querétaro por las fuerzas republicanas; la acción educativa de Gabino Barreda; las huelgas de Cananea y Río Blanco; la inauguración de la Universidad Nacional por Justo Sierra; el estallido de la Revolución; la entrada de Madero a la ciudad capital; la firma del Plan de Guadalupe; el holocausto y el firme patriotismo de Belisario Domínguez; la expedición de la Ley Agraria del 6 de enero de 1915; el Congreso de Querétaro y, consecuentemente, la Constitución de 1917.

Todos ellos son hechos históricos que ayudaron en una forma por demás patriótica a la consolidación de nuestra patria y de nuestra nación.

No creo, sin embargo, que se trate únicamente de organizar una exposición de imágenes históricas o de imágenes populares ante lo que estamos discutiendo el día de hoy. Creo que aparte de este ejercicio válido y legítimo, también se trata de cuestionarnos otro tipo de asuntos.

Es decir, por ejemplo, cuestionarnos si acaso existe en este recinto un sólo representante popular que no quiera a México, que no lo ame profundamente, yo estoy seguro que no hay. Que no existe un sólo diputado federal con esas características y estoy convencido totalmente de esta afirmación, pues que todos los que integramos esta Asamblea deliberante, fuimos educados bajo el amparo de los principios más nobles que le han dado vigencia a la nación mexicana.

Así como estoy convencido de lo anteriormente expuesto, también lo estoy en la idea y realidad, de que el México de 1993 es un México distinto al de Hidalgo y Morelos, al de Juárez y Guillermo Prieto, al de Carranza y Madero.

Por fortuna, las preocupaciones de la nación el día de hoy son otras. Ya no son las de una nación en los albores de su independencia. Ya no son las del temor ante el acecho colonial sobre nuestro territorio. Ya no son las de rechazar intentos ingenuos que traten de imponernos formas externas de Gobierno, puesto que hace 183 años somos una nación independiente, soberana y definida.

Las preocupaciones del México contemporáneo son a mi juicio las del desarrollo democrático, las del fortalecimiento del sistema nacional de educación; las del avance de la ciencia y la tecnología; las del fortalecimiento de nuestras organizaciones partidarias, las de la profundización en la vivencia y amor a la libertad, las del establecimiento de un humanismo a escala de toda la humanidad.

Jaime Torres Bodet, mexicano amante de México, señaló en alguna ocasión: "La patria no acaba nunca, ni en el tiempo ni en el espacio, va con nosotros a donde vamos, está en la sangre de nuestras venas, en la armonía de nuestro idioma, en la tradición de nuestras costumbres, en la constancia de nuestro esfuerzo y en la esperanza de nuestro ser".

La propuesta de reforma al artículo 82 en su primer párrafo, estoy seguro, no se aleja del pensamiento de este ilustre mexicano ni ofrece posibilidades que vulneren en esencia el sentimiento patriótico de los mexicanos. La solidez de nuestras instituciones garantiza la permanencia y la vigencia de nuestros más altos valores patrios; valores que jamás permitirán el más leve asomo del fantasma y conciliábulo de Miramar.

El fortalecimiento de nuestras organizaciones políticas también debe ser garantía de esos valores patrios y de los hombres que los encarnan. Por ello no vivamos con la incertidumbre de algunos momentos del pasado; vivamos el presente y el futuro con firmeza y la certeza de que todos nuestros esfuerzos tienen como propósito buscar las condiciones de un mundo mejor. Busquemos las coincidencias y superemos las diferencias en una jornada como la de hoy, que sólo debe pretender el desarrollo de nuestra patria.

Por estas razones, he venido a apoyar y a hablar en pro del dictamen formulado en el seno de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, así como de la nueva propuesta de reforma a la fracción I del artículo 82 de la Constitución Política de los Estados, Unidos Mexicanos, presentada y suscrita por varias fracciones parlamentarias. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias, señor diputado Muñoz.

Para hablar en contra del dictamen que nos ocupa, hará uso de la tribuna el señor diputado Martín Tavira, del Partido Popular Socialista.

El diputado Martín Tavira Urióstegui:

Señor Presidente; honorable Asamblea:

No es la primera vez que un humilde servidor debate desde esta tribuna el asunto relativo a la fracción I del artículo 82, si mal no recuerdo lo he hecho en dos ocasiones; sin embargo, no quisiera repetir los argumentos que he expresado en días precedentes; haré el esfuerzo de exponer algunos puntos de vista no expuestos aquí, no dichos aquí antes por parte de nuestra fracción parlamentaria.

Me voy a referir brevemente al dictamen, a algunas puntualizaciones del dictamen.

Hubiéramos querido que ese documento tuviera realmente fundamentos de peso razones profundas, visto el tema que aborda. Desgraciadamente no es así. Si ustedes ven con objetividad el dictamen, lo estudian fríamente, se darán cuenta que es muy limitado.

En primer lugar, el dictamen hace un recuento de los documentos políticos que han hablado de este asunto, de los requisitos para ser Presidente de la República. No sé por qué los autores del dictamen hablan de constituciones inclusive que no tienen ningún valor, de las llamadas constituciones espurias, de la de 1836, llamada "Las Siete Leyes" y su repetidora la Constitución de 1843 llamada, las bases orgánicas, producto de golpe de Estado y redactadas por asambleas que no tenían el carácter de constituyentes.

Pero dejando de lado este recuerdo de cartas fundamentales o de las llamadas cartas fundamentales, los fundamentos expuestos en este dictamen quieren dar a entender, al menos así lo entiendo yo, así lo comprendo, quieren dar a entender que antes de la Constitución de 1917,

las cartas políticas del país sólo establecían el requisito de ser mexicano por nacimiento, a los que aspiraran a la Primera Magistratura de la Nación, con objeto de justificar una especie de regreso a esa forma de ver las cosas de las constituciones precedentes a la de Querétaro.

El dictamen olvida que nosotros padecimos no tan sólo un colonialismo político, sino un colonialismo económico. El dictamen olvida que el país estuvo sujeto y aún lo está, a fuerzas del exterior económicamente poderosas y que la decisión del Constituyente de Querétaro, no fue una decisión gratuita, sino el resultado de una experiencia dolorosa, de una experiencia trágica de nuestro pueblo en toda su vida independiente.

El dictamen dice que antes de 1917, no existía este requisito de elegibilidad entre ciudadanos que no habían sido incluidos en este precepto y considera que ha llegado el momento de establecer la armonía de los mexicanos, de no discriminar a un sector importante, para que a partir de ahora sí, los mexicanos vivamos todos con vínculos de fraternidad, sin reprocharnos unos a otros, nuestra propia situación en el país.

Esto, señores diputados, nos parece a nosotros realmente grave, porque hasta este momento, tal parece que no había un conflicto grave, un conflicto serio en el país, con motivo de la existencia de la fracción I del artículo 82.

O, díganme ustedes, señores diputados de todos los partidos políticos: ¿a caso se habían presentado problemas muy serios entre los partidos políticos o entre las clases antagónicas del país, porque se establecía este requisito de la nacionalidad por nacimiento de los padres y de todo aquel que aspirara a la Presidencia de la República? No había este conflicto. ¿Por qué no había este conflicto? Porque el pueblo mexicano no estaba exigiendo cambios en la Carta Fundamental para retrotraer el artículo 82 a las disposiciones anteriores a la Carta de Querétaro. No había. Ese es un hecho objetivo que nadie puede negar. No había un conflicto. ¿Por qué entonces apresurare a hacer esta reforma?

En segundo lugar, ciudadanos diputados, la reforma a la fracción I del artículo 82, no estaba dentro de los puntos de la reforma político - electoral. Recordemos que en el documento último entregado por el Partido Revolucionario Institucional, decía su tercer punto de vista sobre la reforma, no incluía el artículo 82. Como decir, vino este artículo con motivo de las presiones de los puntos de vista, de las exigencias, como ustedes quieran llamar, del Partido Acción Nacional.

El Partido Revolucionario Institucional como tal, no había hablado de la necesidad de esta reforma constitucional. Recuérdenlo, diputados del partido mayoritario. Recuérdenlo.

¿Acaso había habido voces entre ustedes que exigieran la reforma a la fracción I del artículo 82 constitucional?

Los mexicanos, y ya lo recordábamos una vez anterior aquí, los mexicanos que no reunían el requisito habían tenido la generosidad de decir: "Nosotros somos una minoría en el país y consideramos que lo que conquistó el pueblo mexicano en 1917, está bien". Así lo dijo Reyes Heroles: "Estoy conforme con la redacción que tiene el artículo 82". En el partido Revolucionario Institucional no había una corriente, al menos no la habíamos visto aflorar, una corriente exigiendo la reforma al artículo 82 constitucional.

Si estoy en un error, que se me venga a decir aquí en la tribuna; ésta fue una exigencia del Partido Acción Nacional.

Pero yo pregunté en la vez pasada ¿por qué tanto interés del Partido Acción Nacional en reformar el artículo 82?

Nuestro amigo el diputado Jaime Muñoz Domínguez, nos ha dicho: "Todos hemos sido educados en el nacionalismo, en el amor a la patria". No creemos que haya, por lo menos en esta Cámara, no creemos que haya mexicanos que no tengan un acendrado amor a México. Nada más que a veces se confunde ese acendrado amor a México al acendrado amor a los bienes terrenales; se confunde el acendrado amor a México al acendrado amor por el modo de vida del extranjero y por los sistemas de vida del extranjero. Ese es el hecho.

Aquí en México, señores diputados, ha habido personalidades y hasta partidos que han añorado la vieja etapa colonial: fue la mejor época que tuvo México. Siguen soñando en regresar a esa dorada etapa que murió para siempre.

Entonces, no es verdad que todos los mexicanos tengan profundo amor a México. Porque el amor a México es el amor a los sacrificios de su pueblo; de su pueblo maltratado y desheredado, de su pueblo sacrificado. Es el amor a los héroes, que dieron la vida por nosotros mismos y por nuestros hijos. El amor a México es el amor a su soberanía económica y política. El amor a México es el amor al bienestar de su pueblo, especialmente y, a las decisiones de su pueblo. ¡Ese es el amor a México! Lo demás es fingido amor o falso amor.

Hay malos mexicanos, ¡y sí los hay!, que están soñando en que seamos una colonia económica o política del extranjero y ha habido voces en la frontera que inclusive han hablado de desprendernos de algún pedazo del territorio nacional para entregarlo a los Estados Unidos.

En fin, señores diputados, precisamente porque ha habido estos factores negativos en la historia de México, porque ha estado en peligro la soberanía nacional, porque nuestro país ha sido agredido en multitud de ocasiones, porque ha habido traidores a la patria, porque ha habido extranjeros o hijos de extranjeros que han querido atar a nuestro país a los intereses poderosos del exterior.

¡Por eso el Constituyente de Querétaro se pronunció por redactar esta fracción I del artículo 82!

Claro, nos recordaba el diputado Zorrilla que diputados nacionalistas y radicales como Mújica defendieron el derecho de los mexicanos de nacimiento de ocupar altos puestos públicos. Puedo estar equivocado, diputado Zorrilla, pero Mújica no habló de que esos mexicanos por nacimiento, hijos de extranjeros, pudieran llegar hasta la Presidencia de la República.

Hablaban los diputados de Querétaro de ese tiempo, de cómo era importante que hubiera diputados no hijos de mexicanos por nacimiento que estuvieran en el Congreso Constituyente. Inclusive, elogiaron al general Hey o Hay, elogiaron a Martí. Ellos habían desempeñado un papel relevante en la Revolución.

¿Y por qué no podían estar en la Asamblea de Querétaro?

En fin. Pero ya recordaba el mismo Zorrilla como hubo otros diputados ilustres, como José Natividad Macías, que fueron contundentes al discutir este requisito en la histórica Asamblea de Querétaro.

Aunque claro, o es estrictamente un problema jurídico el de la reforma que estamos proponiendo; no es estrictamente un problema jurídico. Es, sí, parte de un problema jurídico; pero es esencialmente un asunto político.

Yo quiero, si ustedes me lo permiten, referirme a algunos, dos eminentes constitucionalistas mexicanos. Si me permiten ustedes, los voy a citar.

El doctor Jorge Carpizo, en su libro El Presidencialismo Mexicano dice estas ideas dignas de tomarse en cuenta: "Se pide ser ciudadano mexicano por nacimiento, pues se supone que así se es más adicto a la patria, que los que son mexicanos por simple naturalización. Se trata de evitar que sigan intereses que no sean los de México, como podría acontecer si antes se ha tenido otra nacionalidad".

Pero luego agrega: "Pero además hay otro requerimiento: ser hijo de padres mexicanos por nacimiento. Esta parte de la fracción es una novedad del Constituyente de 1917. Se trató de evitar que una persona extranjerizante pudiera llegar a la Presidencia; es probable que se haya tenido en mente impedir que alguien como José Yves Limantour, a quien se le consideraba afrancesado, estuviera en condiciones de alcanzar esa representación.

Este requisito no debe suprimirse para abrirle la puerta de la Presidencia de la República a una persona determinada, porque aparte del poco respeto que se demostraría una vez más por la Constitución, fíjense bien, porque aparte del poco respeto que se demostraría una vez más por la Constitución, lesionaría a la propia persona que así llegara a ser Presidente, restándole legitimidad a su elección y vulnerando la institución de la Presidencia".

Estos conceptos del doctor Carpizo son demasiado trascendentales como para quererlos hacer a un lado simplemente; "en nuestra opinión", termina diciendo el doctor Carpizo, "una reforma constitucional para suprimir el requisito de ser hijo de padres mexicanos por nacimiento, sólo debería hacerse si existiera consenso nacional al respecto y únicamente al principio de un sexenio, para que no fuera a existir la más mínima duda de que no se trata de una razón personalista".

¿Por qué ahora se exige? Porque alguna pequeña personalidad quiere ser candidato a la Presidencia de la República, cuyo nombre ya fue mencionado alguna vez aquí y bueno, repitiendo la frase tan conocida, de cuyo nombre no quiero acordarme.

En efecto, honorables legisladores, si consideran que ése es un asunto grave, un asunto demasiado importante, como aquí se ha reconocido por todos, ¿por qué no se tiene el patriotismo, por qué no se tiene el desprendimiento, la generosidad, el ánimo democrático de consultar la opinión del pueblo de México? Es verdad que el referendum no lo contempla la Constitución, pero tampoco lo prohibe. Sería una práctica saludable, una lección perenne, si acordáramos

aquí convocar a un verdadero referendum para preguntar al pueblo de México si está de acuerdo en que un mexicano, hijo de extranjeros, deba ser Presidente de la República.

Por su parte, el distinguido historiador y constitucionalista Daniel Moreno, dice en su conocida obra de Derecho Constitucional: "La explicación es muy sencilla: formada nuestra nación después de un prolongado colonialismo y después viviendo durante casi un siglo en una actitud inclinada hacia los valores extranjeros, parecía una condición de paria la de ser mexicano, con varias generaciones de ascendencia nacional.

Actitud que tomó caracteres alarmantes en la etapa del porfirismo, por ello encontramos perfectamente explicable esta exigencia. La afirmación nacionalista surgida de la Revolución de 1910, encontró justificado eco en el constituyente de Querétaro."

Aquí, se ha repetido invariablemente desde hace tiempo una idea que debe ser rebatida. Se ha dicho, inclusive por algunos respetables legisladores del Revolucionario Institucional, ya no digamos del Partido Acción Nacional, es necesario que los derechos del hombre tengan realidad en el suelo mexicano; ha llegado el momento que el derecho a la igualdad llegue a sus últimas consecuencias, que ya no es justo ni explicable que se siga discriminando a una parte de los mexicanos que no son hijos de extranjeros.

Ya lo dije aquí, en una vez anterior. Ese no es asunto de derechos humanos, es asunto de interés nacional. En todo caso yo pondría las cosas de este modo, distinguidos legisladores. Hemos dicho que los derechos del hombre tienen tres planos: los derechos individuales, los derechos sociales y los derechos de los pueblos. Estos son los tres planos de los derechos del hombre.

Me podrían decir que el derecho de autodeterminación de los pueblos no corresponde a los derechos del hombre; claro que es uno de los derechos fundamentales reconocidos inclusive por la ONU.

Vamos a poner la balanza, vamos a poner los dos platillos señores diputados. Los derechos de los poquísimos mexicanos que no son hijos de padres mexicanos por nacimiento y vamos a poner en la otra balanza el derecho de autodeterminación del pueblo de México. No hay comparación.

El artículo 82 en su fracción I, no es un producto del capricho, señores diputados; es un principio que ha derivado de nuestro proceso histórico, de nuestro proceso revolucionario, aun aceptando la teoría de los derechos naturales del hombre, teoría que debiéramos despojar de su contenido religioso, tales derechos están sujetos a un contexto histórico.

Cada país tiene su contexto histórico, producto de su desarrollo, de sus luchas y transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales. En ese contexto histórico surge una cultura política, una conciencia política que no es sólo de un grupo de intelectuales, sino del pueblo mexicano en su conjunto.

La cultura política, señores diputados, se refleja en el derecho, fundamentalmente en el derecho constitucional. Podríamos afirmar que en el derecho está resumida la historia y la cultura política de un pueblo.

De manera que hablar de que la fracción I del artículo 82 de la Carta Magna viola los derechos del hombre, es una aberración histórica, es una aberración filosófica y es una aberración jurídica. Sostener que este dispositivo viola el principio de igualdad en abstracto como uno de los derechos del hombre, equivale a sostener que las normas nacen y se aplican en el vacío, sin un contexto histórico, cultural y político.

Esta igualdad, entre comillas, señores diputados, tiene que estar sujeta a los intereses de la nación, es decir, los derechos de cada mexicano no están por encima, sino por debajo de los derechos del pueblo mexicano, de su derecho a la soberanía y a la autodeterminación.

Voy a terminar, señores legisladores, con aquella tesis de Lombardo Toledano: Hay que distinguir entre el nacionalismo de los países poderosos y el nacionalismo de los países débiles, como México. El nacionalismo de los países poderosos es el chauvinismo, es la prepotencia, es la política de conquista, de agresiones, de avasallamiento. Y ¿quién no recuerda el nacionalismo de los nazis, el nacionalismo de Hitler?, pero el nacionalismo de los países débiles, el nacionalismo nuestro, el nacionalismo de los mexicanos, es un nacionalismo de defensa, es un nacionalismo frente a las grandes potencias que nos agreden, que nos subyugan, que nos amenazan; 3 mil kilómetros de frontera con la potencia más agresiva de la historia, la más armada, la más poderosa desde el punto de vista militar, es un nacionalismo que debemos nosotros mantener, acrecentar, llevar como una llama en nuestro corazón, en nuestra inteligencia, para defender la soberanía nacional, la integridad del territorio y las

decisiones del pueblo de México. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias por su participación, diputado Tavira.

Del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y con objeto de fijar la posición del mismo, tiene el uso de la tribuna el diputado Francisco Dorantes.

El diputado Francisco Dorantes Gutiérrez:

Señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Dijo el filósofo español: "En este mundo traidor, ni todo es verdad ni todo es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira".

Si vemos las cosas bajo el punto de vista revolucionario, no vamos a estar de acuerdo con el Partido Acción Nacional, nunca.

Alguien ha dicho aquí, quien me antecedió en el uso de la palabra, que no es el mismo tiempo del colonialismo. Eso cree él. Aún no ha perdido México el peligro de perder la península de Baja California y esto debe hacernos pensar que el imperialismo siempre está en acecho, la derecha por igual; nada más que en esta época la táctica de la derecha es diferente.

Si vamos al tiempo de la época de los tratados de Córdoba o del Plan de Iguala, nos vamos a dar cuenta que la derecha no ha cambiado su interés o su intención y veámoslo y comparémoslo con el tiempo.

En el tiempo de la lucha por la independencia, Fernando VII estaba preso de los franceses. Por eso el cura Hidalgo, la madrugada del 16 de septiembre dijo: "Viva América. "Viva Fernando VII. Muera el mal Gobierno". Nótese que dice: "Viva Fernando VII".

Al domingo siguiente en Atotonilco le dio una bandera al movimiento de independencia, fue un estandarte de la Virgen de Guadalupe, sobre el que escribió "Viva la religión. Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe. Viva Fernando VII. Muera el mal Gobierno". Otra vez "Fernando VII".

Después, en el punto ocho del Plan de Iguala, dice así: "Si Fernando VII no se resolviere a venir a México, la Junta de la Regencia mandará nombre de la nación mientras se resuelve la testa que deba coronarse".

Otra vez la derecha pidiendo que venga Fernando VII.

Y el 8 de julio de 1863 se reunió y se instaló la Junta de Notables, se compuso de todo cuanto había de más respetable en todas las clases sociales, terminando el dictamen el día 10 con las proposiciones siguientes, aprobadas por unanimidad el día 11.

Y dice el primer punto: "La nación mexicana adopta por forma de Gobierno la monarquía moderada, hereditaria, con un príncipe católico. El soberano tomará el título de Emperador de México. La Corona Imperial de México se ofrece a su excelencia, el príncipe Fernando Maximiliano, archiduque de Austria para sí y sus descendientes."

En el caso de que por circunstancias imposibles de prever, el archiduque Fernando Maximiliano no llegase a tomar posesión del trono que se le ofrece, la nación mexicana se remite a la benevolencia de su majestad Napoleón III, emperador de los franceses, para que le indique otro príncipe católico."

Como vemos, el espíritu, dice luego:"...el espíritu religioso de la Asamblea, se hizo patente cuando se dio lectura por el secretario Arango a la proposición siguiente: que firmaban con dicho secretario el obispo Ramírez y José María Andrade. Se remitirá al Sumo Pontífice Pío IX, copia del acta en que se proclama la monarquía, rogando a su santidad se digne bendecir la obra de regeneración verdadera que ahora sí inaugura el príncipe, que lo ha elegido como soberano, la nación".

Dije al principio que la derecha nos ha cambiado la jugada. Ahora ya no quiere un príncipe extranjero, ahora quiere un extranjero para que gobierne México.

¿Qué es la derecha? La asociación de los capitalistas con el clero católico y las transnacionales. ¿En dónde se fraguó esta conjura? ¿Sería acaso otra vez en el Templo de la Profesa? ¿Qué raro que de repente les nace la idea de darle a los hijos de extranjeros la Presidencia de la República? ¿De dónde nación esa necesidad? ¿Cuál fue el motivo o razón? ¿Cuándo se hizo la consulta?

Hubo un grupo político muy respetable, en Veracruz, el grupo Mocambo, con gente muy

respetable, como fue el licenciado Miguel Alemán, Rogelio de la Selva, el coronel Serrano y otros. ¿Ahora existe acaso un grupo de presión formado por los hijos de extranjeros?

Yo pregunto: ¿qué han hecho los hijos de extranjeros por México para que se les dé la Presidencia? Que se conformen con que la República les abrió las puertas de México y que sus padres se enriquecieron y que ellos pudieron estudiar aquí y ser alguien.

¿Existe alguna presión?, o se está atendiendo al deseo de un individuo, una persona que dice que recogió 100 mil firmas para ser candidato a la Presidencia de la República o para ser Presidente, nada más que no hizo la cuenta bien, porque somos 80 millones y le faltan 79 millones 900 mil. Yo creo que a este señor deberían de recomendarle una buena clínica para enfermedades de alguna especialidad.

Este señor, seguramente, es la fachada, es la carátula, es el frente de algo oculto, de algo que está moviendo la derecha.

¿Cuál es la idea de traer o de dar la Presidencia a un hijo de extranjero? ¿Qué han hecho? Por ejemplo, vemos, si atendemos a las noticias de los diarios muy respetables de que he hecho alguna recopilación, dice: "Quiebra casi generalizada en el agro mexicano, señala la Universidad Autónoma de Chapingo. La banca, culpable del retraso que sufre el campo. No se condonarán intereses en el sector agropecuario nacional: Secretaría de Agricultura y Reforma Agraria. Protesta Canadá por la venta de trigo subsidiado de Estados Unidos a México. Lo que necesita el agro es de socios que se la jueguen con los campesinos: Carlos Salinas de Gortari".

Y así podemos examinar una gran cantidad de noticias, que nos dicen que los extranjeros en algunas secretarías no han resuelto ningún problema del campo, ¿y todavía les vamos a premiar con la Presidencia?

Seamos sensatos.

Ahora, ¿qué semejanza existe entre los borbonistas del tiempo de Iturbide, formado por hombres de elevada posición social, que querían darle el trono a Fernando VII, o sea a un extranjero?, ¿qué semejanza hay con la derecha o con los capitalistas de hoy?, pues que está formada por hombres de elevada posición social y que unidos al clero católico, al que nunca le ha interesado, México, pues siempre ha estado a las órdenes y al servicio de los ricos, como dijo Labastida, el 11 de julio de 1863, dijo: "Señores, no olvidemos que la magnánima y generosa Francia, que nos cubre con su glorioso pabellón, le damos la dicha de tener un Gobierno Nacional, conforme a la voluntad de la mayoría y apropiado a las circunstancias de nuestra patria". Esta es la derecha.

Yo creo, compañeros diputados, que tenemos que estar alertas.

El supremo juez, al que no se ha consultado sobre esta reforma a la fracción I del artículo 82, es el pueblo; él dirá la última palabra y el tiempo también.

Pero no debemos confiarnos. Yo les digo a todos los compañeros de izquierda y no de izquierda, que debemos agregar a la fracción I del artículo 82, lo siguiente; debe decir "y no haber pertenecido al Estado eclesiástico, asociación o agrupación religiosa, ni ser o haber sido ministro de algún culto". ¿Por qué? Porque al paso que vamos la hidra insaciable, una vez que deje el púlpito, a los cinco años podrá ser votado y si es mexicano podrá ser Presidente de la República, que es lo que está preparando la derecha, precisamente el advenimiento del poder del clero católico y ustedes lo ven con todas las reformas que se han estado haciendo a la Constitución, todo indica que se quiere entregar todo al extranjero.

El peligro de perder la Baja California, como dije, no ha desaparecido.

Por eso yo les pido, compañeros diputados, que estemos alerta y que si es necesario volver a insistir sobre esto, no lo vamos a lograr aquí, porque actualmente tanto el Partido Revolucionario Institucional como el Partido Acción Nacional, viven una vida camaral de cierta convivencia o connivencia, en donde no vamos a ganar, sabemos que vamos a ganar, sabemos que vamos a perder. Pero si hay libertad, a mí me gustaría ver, que se deje en libertad a los miembros, a los señores diputados del Partido Acción Nacional, para que voten conforme a su conciencia. Por lo pronto, mi conciencia me dice que votaré en contra de esta incongruencia constitucional. Gracias.

El Presidente:

Muchas gracias a usted, diputado Dorantes, por su intervención.

Por el Frente Cardenista de Reconstrucción nacional, en contra, tiene el uso de la palabra la diputada Luisa Alvarez Cervantes.

La diputada Luisa Alvarez Cervantes:

Con su permiso, señor Presidente; compañeras diputadas; compañeros diputados:

El Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional se pronunciará en contra, por supuesto, con respecto a la propuesta del dictamen que plantea la reforma al artículo 82 de la Constitución General de la República y hará algunas consideraciones con respecto a la propuesta que presentó en esta tribuna del diputado coordinador del Partido Acción Nacional.

Por principio, nosotros señalaremos, que la reforma o el planteamiento de reformas al artículo 82, es parte efectivamente, como ya lo señaló mi compañera, en el marco de la discusión de la reforma política.

El viernes 27 pasado, en el marco de esta discusión de la reforma, se había venido dando en el país pronunciamientos de intelectuales progresistas, de organizaciones y de un reclamo nacional en contra de la reforma al artículo 82. Era evidente la inconformidad, no solamente de sectores importantes del país sino también de los legisladores de esta Cámara, de las diferentes fracciones parlamentarias.

Por eso no fue casual que el 27 de agosto, casi festejáramos en este mismo recinto, el regreso a la Comisión de la reforma al artículo 82. Muchos consideramos que esto significaba para el país y para los legisladores, una lluvia fresca, consideramos también y lo consideramos en ese tiempo, que era el resultado de una dura lucha que se venía dando al interior de todas las fuerzas en contra de las reformas y bajar la presión que venía significando la derecha por el Partido Acción Nacional.

Consideramos que el regreso en ese tiempo a la Comisión sería para valorar seriamente lo que significaba la reforma al 82 en nuestro país. Pensamos que con seriedad la Comisión, que con seriedad los legisladores, vendrían con una propuesta donde recogieran más el sentido del regreso.

La nación respiro con el regreso a la Comisión pero hoy nos encontramos una nueva situación con el presente dictamen que aquí se nos ha dado a conocer. Por cierto, un dictamen mañoso, tergiversado, fuera de contexto y voy a señalar algunos ejemplos de lo que significa el dictamen que aquí se presentó, argumentos que en un ningún momento responden a lo esencial a la reforma que aquí se está planteando.

Señalan en los antecedentes históricos del dictamen que la aparición de la exigencia de nacionalidad mexicana por nacimiento de los progenitores del Presidente de la República, se dio en el contexto de una revolución que en los momentos iniciales de su vida institucional se propuso el aseguramiento a plenitud de sus objetivos, colocando por encima de todo, como valor político fundamental: la soberanía e independencia. Eso fue el sentido que toca en los antecedentes del dictamen, la razón de mantener, a partir del 16, la nacionalidad mexicana para ser de los progenitores del Presidente.

Nuestra primera pregunta sería ¿la soberanía e independencia de México, de acuerdo a este dictamen, deja ser un problema fundamental de orientación, de pensamiento y de lucha para los mexicanos?

La segunda. Muy reducida por cierto, donde habla que a fin de adecuarla a nuestro tiempo y proyectos, sin que ello implique un vuelco histórico, más bien una reconciliación de nuestras formas políticas originales, en los términos que se exponen. Pero curiosamente en los antecedentes históricos, aunque aquí señalan como argumento fundamental un vuelco histórico, hablan del antecedente legal de las diferentes reformas constitucionales en el siglo pasado, sin manejar el contexto social.

y reduce y señala que la reforma al 82 es un elemento fundamental para democratizar los procesos políticos en el país, que van a tener lugar al iniciarse el próximo siglo.

Y así en el dictamen, más bien pareciera que los elementos y los argumentos que nos presentan señalan estas contradicciones, porque en el dictamen no hay elementos ni argumentos históricos de peso para sustentar el planteamiento de reforma al artículo 82.

Y el dictamen tiene toda un serie de contradicciones y a veces de perversiones históricas y termina -diciéndonos su propuesta de mantener en el dictamen, estoy hablando del dictamen-, ser ciudadano mexicano por nacimiento en pleno goce de sus derechos e hijo de padre o madre mexicana o haber residido en el país durante 30 años.

Y la propuesta de Acción Nacional, sin argumentos, sin elementos, sin antecedentes, nos dice: "Ser ciudadano por nacimiento en pleno goce

de sus derechos, hijo de padre o madre mexicano y haber residido en el país durante 20 años".

Es decir, el ponerle la "y" le costó al PRI reducir de 30 años la residencia, a 20, como si esto fuera un problema, compañeros, de componenda, como si equivaldría el problema, de nacionalidad, de soberanía nacional, sin elementos hacer cambios sin justificación y para eso están aquí las propuestas y está aquí el dictamen.

En los elementos o en los argumentos, aunque en la Comisión y aquí se habla de que es parte de la reforma de Estado, jamás se le da el trato tan significativo con tantos argumentos históricos sociales, como se trató en esta soberanía lo relacionado al 27, al 3o., que revisamos con antelación.

Y considero que es de suma importancia lo que estamos discutiendo. Consideramos que éste es un albazo al pueblo de México. Es una reforma la del 82, cargada de una lógica de imponer sin escuchar, sin consensar y sin pretender mirar lo que pasa en nuestro entorno y en el país.

Con estas formas volvemos a reiterar, se legisla para las minorías de las minorías, con el único argumento de derechos de ciudadanos y mi compañera, la diputada Beatriz Rangel, puso en la balanza si era más importante esta minoría de minorías y otorgarle los derechos ciudadanos a los jóvenes de 16 años, patriotas, que la miseria que tiene la mayoría de la nación, los ha conducido a enfrentar la vida y diversas legislaciones hablan de penalidad y cuando tendríamos que darle el derecho al voto.

El pueblo de México, compañeros legisladores, es esa inmensa mayoría de la nación, que se le ha sometido permanentemente a la miseria. Hoy, la mitad de la nación, la mitad del pueblo, tiene serias carencias de vivienda, de bajos salarios, de desempleo y que ha soportado casi heroicamente y lo ha soportado por una razón fundamental: el de mantener la nación, el de mantener la identidad, el orgullo del país y que se atenta la identidad, la soberanía con la reforma al artículo 82 constitucional.

El pueblo de México tiene una mejoría histórica reciente, de conformación en el siglo pasado; nuestra nación se ha venido conformando al calor de las luchas en contra de la intervención extranjera; las fibras de nuestro país, son fibras sensibles de la nación y que compañeros, el 82 atenta contra estas fibras sensibles de la nacionalidad conformada en la historia de nuestro país y que en los hechos históricos pasados, tanto en la Independencia como en la Reforma y como en la Revolución, prevaleció la lucha en contra de la intervención extranjera.

Y con esto no queremos decir que somos chauvinistas, si aquí se pretendiera ver este asunto de esa manera. Nosotros consideramos que México tiene una larga tradición de internacionalismo. Aquí hemos abrigado a héroes que nos han ayudado a lograr la Independencia, tenemos a Francisco Javier Mina, héroe nacional que luchó junto con el pueblo por la Independencia, pero que jamás señaló que venía a dejar su sangre y su vida por la Independencia, a cambio de la Presidencia de la República.

Han venido a nuestro país hombres pero que jamás han antepuesto sus intereses personales y se han sumado a la identidad del país.

Compañeros legisladores: no olvidemos que la historia reciente y la situación geográfica del país, nos ha colocado en la cercanía de un país que permanentemente ha tenido sometido y bajo presión al pueblo de México y al Gobierno. Este país es Estados Unidos, una potencia que una de sus constantes ha sido el de mantener una presión, el de imponer condiciones. No permitamos, no abramos puertas para que estas presiones aumenten en contra de la soberanía nacional.

No olvidemos, compañeras legisladoras, compañeros legisladores, que éste es un problema de soberanía, este es un problema de identidad; no olvidemos que hay serios reclamos del pueblo y de la nación, en contra de la reforma al artículo 82.

Se podrá votar a favor, pero el pueblo, como siempre lo ha hecho, cobrará su factura para quienes voten a favor de esta reforma. Muchas gracias.

El Presidente:

Agradecemos su intervención, diputada Alvarez.

Para fijar posición de su partido, tiene el uso de la palabra el diputado Gilberto Rincón Gallardo, del Partido de la Revolución Democrática.

El diputado Gilberto Rincón Gallardo y Meltis:

Señor Presidente; señoras y señores diputados:

Ya lo dijo aquí en su intervención la coordinadora de mi fracción parlamentaria, cuando señaló que en esta Cámara se había eludido en el debate lo central de la reforma.

El PRD lo sostuvo con toda claridad; lo fundamental de esta reforma y a estas alturas de la vía política, es lograr la transparencia del voto, es dar confianza en los procesos electorales. Por eso hicimos las propuestas que nos condujeran a estos objetivos. Todo lo fundamental, lo central, lo más importante que esperaba la nación de esta reforma, fue eludido.

Y ahora es una realidad que la reforma al artículo 82 de la Constitución, tendió una cortina de humo sobre lo que aquí se eludió.

Es realmente lamentable que se haya puesto al centro lo que está distante de tener el énfasis, el tono y la importancia que aquí se le ha dado.

Primero, porque en el debate sobre la reforma al 82, hay una carga ideológica, para decirlo más directamente, hay una carga de falsa ideología; no es verdad que se trate de la reforma que nos divide entre nacionalistas patrióticos y antinacionales.

Defender la redacción vigente del 82, no es defender la historia del nacionalismo mexicano. Eso es falso. Pero sin duda el asunto toca fibras muy sensibles, porque tiene que ver fundamentalmente con cuestiones ideológicas y por eso tenía razón de ser nuestra propuesta de acudir a un referendum, porque no hay prisa para legislar sobre esta reforma.

¡Y la prueba se está dando, en el absurdo de legislar a futuro! !Pero hacerlo ahora, para que entre en vigencia a futuro! Eso es absurdo a lo cual me voy a referir después. Pero eso aprueba de que no había prisa y de que con responsabilidad podíamos perfectamente habernos dado los tiempos necesarios para madurar en la opinión pública la reforma al 82.

Porque ahora en el PRD habíamos concebido la reforma al 82 y eso lo discutimos directamente, entre otros partidos, con el Partido Acción Nacional, dentro de un paquete de reformas democráticas.

Una cosa es quitar restricciones a los derechos políticos, en un marco nítidamente democrático y otra cosa es realizarlo, "en vez" de la reforma democrática. Y realizarlo dejando intactos los vicios y las prácticas del sistema político mexicano, entre ellos el peso que tiene la herencia personal del poder presidencial y, en este marco la reforma al 82 disminuye su trascendencia.

¡Pero de que es una falsa defensa del nacionalismo la defensa al texto vigente, lo prueban los rasgos de los cuales aquí ya se ha hablado de nuestra historia! Yo quiero señalar someramente algunos, a pesar de que ya se han señalado.

En la Constitución de 1824, efectivamente y de ahí partimos, bastaba con el principio de que el ciudadano hubiera nacido en el territorio nacional y eso fue, como aquí se ha señalado, lo que se basó en el jus soli.

Posteriormente a esa idea, se arribó a la idea plasmada en un decreto de 1928, en el que los hijos de ciudadanos mexicanos que nacieran en el extranjero serían considerados como nacidos en territorio nacional y eso fue lo que se consideró como jus sanguini.

Se trataba de ensanchar los derechos políticos, no de restringirlos. Luego siguiendo la lógica del llamado jus sanguinis, en el cual los hijos de mexicanos aunque nacieran fuera eran considerados como nacidos en territorio nacional. Siguiendo la lógica del jus sanguinis, decía, es que también se aplicó para los hijos de extranjeros nacidos en México. Y entonces empezaron a ser considerados como extranjeros y así se estampó en la Ley de extranjería.

Fue entonces cuando llegó a esa Ley secundaria y en 1886, precisamente a consecuencia de una lucha que llevó a cabo Limantour, la Cámara de Diputados aprobó que los hijos de extranjeros nacidos en territorio mexicano quedaran plenamente capacitado en sus derechos políticos y eso fue en 1886. Ahí se volvió a recuperar los derechos políticos plenos para los nacidos en territorio nacional, en su relación con la Presidencia de la República.

En aquéllos debates pesaron mucho los ejemplos que ya fueron señalados en la reunión de ayer que tuvo la Comisión de Gobernación, de los mexicanos hijos de padres extranjeros y voy a repetir aquí, como Lucas Alemán, como Valentín Gómez Farías, Manuel de la Peña, Mariano Arista, Miguel y Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias, Ezequiel Montes. ¡Todos estos fueron ejemplos que ayudaron y que influyeron para que en 1886 fueran restituidos esos derechos

plenos en la Constitución mexicana! En 1917 el debate fundamental sobre los derechos de los ciudadanos, no se dio alrededor del 82. Es verdad que ahí no hubo ni siquiera debate.

Pero sí dio y se dio en el artículo 30 de la Constitución y se dio el sentido más positivo de los derechos plenos para los ciudadanos mexicanos, fue acerca de la ciudadanía efectivamente como entró ese debate y francisco J. Mújica y Luis G. Monzón, entre otros, dictaminaron en sentido de considerar mexicanos por nacimiento a los hijos de extranjeros nacido en territorio nacional, ésa es la historia real de esto.

Fue el proyecto de Carranza que estaba impregnado por la idea de rechazar la probable candidatura del poderoso secretario de Hacienda del porfiriato y de los científicos, ahí es cuando surgió y sin debate pasó, mientras el debate auténtico por los derechos de la ciudadanía se deba en el artículo 30 y nuestra Constitución no prevé los mismos requisitos de nacionalidad paternal para los gobernadores. ¿Dónde está la esencia del nacionalismo en esta reforma que se introdujo en 1917 a la Constitución? En ningún lado; están los argumentos que defienden la soberanía para añadir esta reforma, porque no es un asunto que ataña efectivamente al nacionalismo, sino a la democracia; es un asunto que tiene qué ver con la restricción de los derechos políticos plenos para los ciudadanos mexicanos.

Nosotros votamos el derecho de voto a los mexicanos, el derecho a votar y ser votado para los sacerdotes, porque consideramos que ningún mexicano por razón de profesión debería se excluido de sus derechos políticos. Hemos reclamado y seguiremos luchando sin cuartel por el derecho de voto de los mexicanos en el extranjero, por las mismas razones; por las mismas razones planteamos los derechos políticos plenos de los habitantes del D.F.; restituir los derechos políticos plenos a todos los mexicanos por nacimiento; hay quienes lucharemos por principio democrático contra las restricciones al ejercicio pleno de los derechos políticos para todos los mexicanos que gocen de su ciudadanía por haber nacido en territorio nacional; hay quienes consideramos este ejercicio pleno de los derechos ciudadanos constitucionales y políticos como parte muy importante de la revolución democrática que está por realizarse en nuestro país.

La propuesta presentada esta mañana que creo que satisface muchos de los problemas y de las inquietudes que se habían venido presentando alrededor de la reforma de este artículo, es esencialmente correcto; pero lo que es un absurdo, es estar legislando para el año 2000 y sostenemos muchos que esta Cámara, con eso, elude su responsabilidad; los legisladores tienen que legislar con sus consecuencias lógicas, no se puede transferir, de ninguna manera podremos algunos de nosotros vota a favor del transitorio, estamos claramente en contra de esta práctica que además ya entró también para el ejercicio de los derechos políticos en el D.F. y también está de moda legislar en el D.F. para tres años después y para seis años después.

Con ese absurdo, de ninguna manera podemos estar; ojalá que el transitorio por consecuencia democrática se eliminara y asumiéramos plenamente la responsabilidad de lo que aquí se está legislando. Muchas gracias.

El Presidente:

Gracias, compañero Rincón.

Se concede el uso de la palabra al diputado Alfredo Ling Altamirano.

El diputado Ricardo Alfredo Ling Altamirano:

Con su venia, señor Presidente.

Comenzaré por puntualizar cuál es el asunto a debatir, porque tal parece que algunas de las intervenciones no escucharon cuál es la propuesta que el diputado Diego Fernández de Cevallos, a nombre de diversas fracciones parlamentarias, hizo al filo de la tarde.

Lo que vengo yo a defender es precisamente que para ser Presidente de la República se requiere en esa fracción, cuatro requisitos fundamentales; 1o. Ser ciudadano mexicano por nacimiento; 2o. En pleno goce de sus derechos; 3o. Hijo de padre o madre mexicanos; y, 4o. Haber residido en el país durante 20 años.

Eso es lo que el Partido Acción Nacional está defendiendo en este momento del debate; por lo tanto, han caído en un falso debate aquellos que acusan a mi partido de ser proclive a candidaturas extranjerizantes, o que se pudiera, por decirlo de alguna forma, presentar la coyuntura de que algún hijo de extranjero, es decir padre y madre extranjeros, pudieran acceder a la Presidencia de la República. Nada más alejando del debate en esencia que estamos presentando.

Con la propuesta de Diego Fernández de Cevallos, no hay posibilidad alguna que quien no tenga al padre o a la madre mexicanos, al menos por naturalización, pudiera acceder a la Presidencia de la República.

Pero además, en estas cuatro condiciones, estamos vinculando a quienes defienden como

predominante, como elemento fundamental de nacionalidad mexicana al derecho de suelo; es decir, aquellos que consideran mexicanos a los nacidos en territorio nacional, pero también vinculamos en nuestra propuesta a aquellos que consideran como elemento fundamental preponderante de la nacionalidad mexicana el derecho de sangre; es decir, aquellos que provienen de padre o de madre mexicana.

Esto de alguna manera resume el concepto fundamental de nación que en términos generales se define como aquello en donde se nace o aquellos de quienes se nace, considerando en lo primero al derecho de suelo y en lo segundo al derecho de sangre.

En nuestra propuesta, para ser Presidente de la República se requiere esa nacionalidad, pero además introducimos un elemento al vincular con la copulativa "y", que a esa característica de nacionalidad bien sea por el derecho de suelo o por el derecho de sangre, un valor cultural fundamental para el que se dice y practica la nacionalidad de mexicano. Me refiero a los valores culturales.

Por eso, el añadir, el vincular al derecho de suelo y al derecho de sangre la necesidad imperiosa de haber vivido, de haberse nutrido al menos durante 20 años de esta cultura mexicana, que no se tiene necesariamente por haber nacido aquí o solamente por el provenir de padre o madre mexicanos.

Se necesita haber vivido en México para poderlo palpar, para poder descubrir en realidad su esencia y poder sacar adelante los problemas que acontecen en nuestra patria.

Por lo tanto, no nos ponemos la chaqueta de aquello que nos han dicho que en nuestra propuesta hay algo de extranjerización o defensa de extranjeros, al contrario, añadimos el del valor cultural con la residencia de 20 años, y esto sí es de principio y es de fondo. En la propuesta, en la plataforma política del Partido Acción Nacional de 1991, se encuentran los argumentos suficientes para respaldar esta propuesta de Diego Fernández de Cevallos. Para aquellos que dicen que es una propuesta coyuntural, allá están nuestros documentos a la disposición de quien los quiera consultar.

Me refiero concretamente al concepto que ahí se vierte sobre un Estado al servicio de la nación. Estado al servicio de la nación, significa vincular a quien tendría la más alta investidura desde el punto de vista del Poder Ejecutivo, a la tarea de servir a su nación, aquel que represente a nuestro Estado, aquel que sería el Jefe del Ejecutivo, aquel, por estas cláusulas, estaría vinculado de fondo al concepto de nacionalidad.

Por esa razón quisiéramos nosotros insistir en la importancia de que esto entre en vigor lo antes posible.

Coincidimos en que para hacer congruentemente nuestra Carta Magna con esta reforma a la fracción I del 82, debe de aprobarse en estos términos y entrar en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Para aquellos que dicen que hubiera sido bueno abrir el debate a la opinión pública, no cabe duda que el debate se está dando y se seguirá dando durante algunos meses más. Aquellos que dicen que la reforma electoral se desvió porque esto vino como añadido, debemos contestar que precisamente una reforma político - electoral no podrá quedarse en lo electoral y habían que retrotraer a la discusión, poner en esta alta tribuna precisamente el debate sobre la garantía de nacionalidad que debe tener el Presidente de la República. Parte de ese debate se ha expresado a través de los medios de comunicación.

Por ejemplo, Andrés Serra Rojas, jurista de la Universidad Nacional Autónoma de México, expresa: "Que se reforme ya el artículo 82, para acabar con una gran injusticia y evitar que haya mexicanos de primera y segunda clase".

Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura y signatario de la Carta Abierta, en donde intelectuales, empresarios y políticos expresaron estar en favor de la reforma al artículo 82 constitucional, expresó al respecto: "Me alegra que se proponga su cambio, pero me decepciona y me asombra que si se considera, como parece ser, que esta modificación es benéfica y justa, se posponga hasta el año 2000. ¿Por qué esperar tanto para modificar una Ley anacrónica e injusta?"

También en entrevista aparte, el intelectual mexicano, Andrés Henestrosa, afirmó que con la multicitada reforma al artículo 82, seguiremos siendo libres y soberanos, no pasa nada si se hace este cambio.

Enrique Krauze, historiador, expresó: "estoy a favor de que se modifique el 82, está justificado, porque si hay una discriminación en el artículo creando mexicanos de primera y de segunda, debe cambiarse ya". Y le pregunta el reportero:

"¿Aunque haya destinatarios?". "Siempre los va a haber", contesta el historiador. "¿Con candados o sin candados?", vuelve el interlocutor. A lo cual contesta Enrique Krauze: "Como demócrata no creo en los candados".

Por otra parte, Francisco Martín Moreno expresó: "Estoy a favor de que se haga el cambio y que se haga ya. Conozco muchos mexicanos naturalizados que quieren más a este país, que los que nacieron en México, extranjeros que no sacaron su dinero durante la crisis, que actuaron con un sentido místico de lealtad y es que el amor no necesariamente te lo va a dar la tierra y el mal ejemplo; hay muchos exiliados que han llegado con otra educación política y han tomado lo mejor de ella para aportarla a nuestro país".

Rodolfo González Guevara expresó: "si el artículo 82 en principio se acepta para cambiarlo, lo que parece inconcebible es que se aplace seis años".

Juan José Hinojosa advierte: "evidentemente que hay que cambiarlo; el 82 es discriminatorio y por tanto injusto, debe cambiarse de inmediato". El interlocutor le pregunta: "hay quienes opinan que cambiarlo hoy también tendría expresa dedicatoria". Y contesta Juan José Hinojosa: "Bueno, más allá de la dedicatoria, lo importante es que si el artículo es injusto, no hay razón para posponer su reforma. México es un país de hechos, no hay ninguna razón ética o de moral política para posponerlo hasta el año 2000 y sin candados".

Enrique Mendoza, abogado, analista político, expresa: "una de las características de la Ley es su generalidad y yo estoy absoluta y totalmente de acuerdo en que se modifique la fracción correspondiente al artículo 82 constitucional, sin limitaciones de ninguna especie, para que los ciudadanos mexicanos puedan aspirar al cargo de Presidente".

Podría seguir enunciando una y otra de las citas que se han vertido en términos de opinión pública en este interesantísimo debate nacional, que por todos lados se respira que si no era interesante hasta antes de entrar al debate de la reforma política, lo es en este momento y cumplimos con nuestra responsabilidad al afrontar la argumentación correspondiente.

Por otra parte, para aquellos legisladores que no es suficiente lo que historiadores, intelectuales y políticos, no panista, no traigo argumentación solamente de pensadores panistas, sino los que hemos leído, la mayoría de ellos no coinciden con el pensamiento de fondo y con el pensamiento político de la institución a la que pertenezco, sin embargo coincidimos en lo fundamental.

Por si algunos legisladores no les fuera suficiente la argumentación de opinión pública que hemos referido, me remito al cuerpo del dictamen. En el mismo dictamen se establece la conveniencia de modificar el artículo 82. Textualmente se expresa, después de una serie de consideraciones históricas, en el contenido del cuerpo del dictamen se dice a la letra: "La intención es adaptar la tradición jurídica a una nueva realidad social"; nueva realidad social se entiende en la que se está fechando este dictamen, 1993; no se refiere a la realidad de 1999.

El dictamen también habla de que debe reunir las cualidades arriba señaladas, que garantizan en su poseedor un conocimiento del medio actual nacional, del medio actual nacional, no el de 1999 en un futuro incierto, sino en el medio actual nacional, tan completo como el que ostenta todo bueno mexicano y tan articulado con el ser y modo de ser de México, que permitan advertir en él, sin lugar a dudas, los signos distintivos de la mexicanidad.

También más adelante el cuerpo del dictamen establece: "de suerte que en la conciencia de todo el pueblo mexicano, quede fijado que el primer mandatario encarna los sentimientos patrióticos y las tendencias generales de la nacionalidad misma".

Por otra parte, en la página 16 de este dictamen se establece: "Lo que existe en realidad es la definición política de no seguir postergando hacia un futuro indefinible la responsabilidad de realizar el cambio en consulta, así como eliminar cualquier propensión a juzgarlo como un mecanismo circunstancial y artificioso para beneficiar a algunos individuos del presente o perjudicar a otros".

Precisamente apoyados en estas argumentación del dictamen, nosotros sostenemos que la vigencia de esta modificación debe de ser de inmediato.

Concluyo pues reiterando la propuesta del Partido Acción Nacional, de su reforma al 82, leída por Diego Fernández de Cevallos y, la propuesta de modificación al transitorio para que entre en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, en los términos que mi compañero Humberto Aguilar Coronado ha presentado a ustedes. Muchas gracias.

El Presidente:

Gracias, diputado Ling.

La diputada Luisa Alvarez Cervantes (desde su curul):

Señor Presidente, pido la palabra para hechos.

El Presidente:

Tiene el uso de la palabra para rectificar hechos, la diputada Luisa Alvarez.

La diputada Luisa Alvarez Cervantes:

Con su permiso, señor Presidente:

Nosotros consideramos que esta reforma ha venido y divide a los mexicanos; esta reforma con el solo planteamiento ya dividió a los mexicanos, por una razón muy sencilla y lógica: los mexicanos, este pueblo de México, tiene memoria histórica y esta memoria histórica ha tenido una clara conceptualización lo que es el extranjero, sobre todo en los problemas del siglo pasado.

Para nosotros no ha habido aquí ningún argumento de peso ni criterio para decir que con 20 años de residencia el hijo de un extranjero puede ya identificarse con el país, saber de las tradiciones de la lucha, ya de los sentimientos del pueblo.

Y cuando se habla de mexicanos de primer y de segunda, tenemos una seria diferenciación. Para nosotros, los mexicanos de segunda no son aquellos, minoría entre las minorías, hijos de extranjeros que tienen aspiraciones a la Presidencia de la República. Para nosotros, los mexicanos de segunda, y a los que se les ha dado un trato de mexicanos de segunda, es a ésa inmensa mayoría del pueblo de México, que tiene consagrados derechos constitucionales como el derecho a la vivienda, como el derecho al trabajo, como el derecho a la salud, como el derecho a la educación y que ahora no gozan. ¿por qué no nos preocupamos de esos mexicanos de segunda, que el pueblo y estos legisladores tienen que preocuparse? A ésos, a esos mexicanos al que el gobierno les debe, al que los legisladores les deben y a los que, por más esfuerzos que se han hecho, no los hemos sacado de esa miseria.

A esa inmensa mayoría son los mexicanos de segunda; a ésos y para ellos debemos de trabajar, para esos que aspiran también al Gobierno y que aspiran también a la Primera Magistratura, pero desde posiciones diferentes, desde posiciones de soberanía nacional, desde posiciones donde cuando ha habido agresión al país han salido y han ofrendado sus vidas.

Similares estos mexicanos y esta nación, a los extranjeros que han venido a luchar con nosotros por la Independencia, como Mina, que no pidió venir a dejar su sangre en el país "a condición de". Voy a luchar con el pueblo de México por la Independencia, pero quiero que primero hagan reformas, para quedarme yo en el poder.

Y aquí ha habido mexicanos, compañeros, patriotas de este país, que han salido a solidarizarse a otros países, con Nicaragua, con América Central y que jamás estos mexicanos patriotas han ido allá "a condición de"; han ido a ofrendar sus vidas a favor del pueblo, por una causa justa.

Y esos mexicanos de segunda, a los que les debemos, porque les debemos históricamente una vida mejor, a los que el Gobierno jamás les ha pagado la deuda y que ha preferido negociarla con los extranjeros, y que ha preferido someterse a las presiones de la derecha, que hablan de segunda, que son una inmensa minoría, pero que viven bien, que tienen posibilidades económicas; y y los mexicanos de segunda, a los que son hijos de padres mexicanos, que son hijos de abuelos mexicanos, que aquí se han muerto, que aquí han dejado generaciones y lamentablemente han dado lo mejor de su vida, para construir el México que muchos gozamos, y que ahora esa deuda a esos mexicanos de segunda todavía no les pagamos.

Y cuando nosotros hablamos de los derechos para los jóvenes de 16 años, está dirigido a esos mexicanos que aportan, que trabajan, que tienen más derechos, que se les debe más y que poco se hace por ellos.

Ahora, compañeros, hay extranjeros - yo diría - de primera y de segunda, hay extranjeros intervencionistas, y los tenemos aquí, cerquita, en el norte, que siempre han estado chantajeando y presionando al Gobierno de México; pero hay extranjeros que han venido a luchar, que han aportado a este país, los republicanos españoles.

Y no quiero recordar o quisiera aquí recordar al Che Guevara, internacionalista entre los internacionalistas. Que estuvo en Cuba, que luchó por Cuba, y, compañeros, antes de quedarse en el poder siguió por sus convicciones y con sus ideales.

Esos extranjeros en México los queremos, los hicimos héroes, aquí está Mina, porque ésos no

viene a condicionarnos su apoyo, su solidaridad, a cambio del poder, ésos se suman con los sentimientos del pueblo, son parte de nosotros.

Aquí, con esta reforma que ya dividió a los mexicanos, y quien diga que no, está equivocado, y tiene dividida a la Cámara y tiene divididos a los legisladores del PRI, que yo sé que tienen diario trato con el pueblo, que su sentimiento y su convicción los hará votar en contra de la reforma.

Aquí, y todavía está por verse en la votación, seremos minoría. Allá, en la nación, con el pueblo, somos mayoría y quizá por eso tengan temor y miedo de someter esta reforma a la consulta del pueblo. Muchas gracias.

El Presidente:

Tiene el uso de la palabra, el diputado Héctor Ramírez Cuéllar.

El diputado Héctor Ramírez Cuéllar:

Señor Presidente; compañeros diputados:

Desde que ocurrió la desintegración de la Unión Soviética y los países socialistas de Europa Oriental y Central, ha emergido un fenómeno que es el de la globalización de la economía a nivel internacional que abarca todos los continentes de la tierra sin excepción alguna.

¿En qué consiste este proceso de globalización al que se refiere el dictamen que hoy estamos analizado? Es un intento que hacen los países imperialistas por hacer una nueva distribución del mundo en áreas de influencia, en zonas económicas, en bloques regionales. Se trata de un segundo reparto del mundo después de que concluyera la segunda guerra mundial, se trata de un proceso dirigido por una superpotencia global con la alianza de tres potencias regionales. Se trata de un esfuerzo que se hace por extender la hegemonía del capitalismo en todo el mundo ante la desaparición de los países del bloque socialista.

Pero, ¿qué ha sucedido?, compañeras y compañeros diputados; como respuesta a esa llamada globalización, ha sucedido la emergencia del nacionalismo, han aflorado luchas de grupos de etnias, de sociedades completas, lo mismo en lo que fue la Unión Soviética que en Europa Oriental y ahora mismo tenemos el desgarramiento nacionalista en Yugoslavia, y aquí en nuestro continente en un país signatario del Tratado de Libre Comercio, Canadá, se han recrudecido los sentimientos nacionales o nacionalistas de minorías y de pueblos enteros.

Por eso, digo yo, que éste es el peor momento para quitarle requisitos al Presidente de la República, porque el proceso de hegemonía y globalización no respeta fronteras, rebasa los límites geográficos de los países, de las naciones y trata de formar bloques económicos cerrados, autárticos, con el dominio de una potencia regional: el Japón en el Pacífico, Alemania en Europa y los Estados Unidos en América Latina.

El Constituyente de 1917 no debatió la fracción I porque quedaba muy claro en ellos toda la suma de valores que estaba implícita en esa fracción derivada de una larga lucha del pueblo de México por su independencia, su soberanía y por la defensa de la integridad territorial. Eran valores consumados, eran cuestiones que se habían ganado en el campo de la batalla del pueblo de México y por esa razón los diputados en 1917 no discutieron la fracción I y la redactaron en los términos en que está actualmente redactada.

Pero yo preguntaría a los miembros de la Comisión dictaminadora, ¿con qué valores, con qué instrumentos, con qué recursos México, un país que avanza aceleradamente en la norteamericanización de su economía, de su cultura y de su política, va a poder sobrevivir en el proceso del Tratado de Libre Comercio y en la formación de un solo mercado? Porque sería ilusorio pensar que la integración económica sólo se dará en la espera de la producción; como es lógico pensarlo, se dará en la cultura, en la educación y también, porque no, en la política.

Coincido con una frase del señor diputado Rodolfo Echeverría cuando en un homenaje al distinguido periodista Enrique Ramírez y Ramírez, dijo: "Lo que salva a México es su nacionalismo". Y eso es verdad.

Lo que puede hacer que México, en el proceso de integración económica no pierda su identidad nacional, no se convierta en una colonia económica de los monopolios y en un sujeto dependiente del mercado norteamericano, son los valores del nacionalismo mexicano.

¿Pero qué es el nacionalismo mexicano? ¿Acaso los que lo invocamos nos quedamos anclados en el siglo pasado, y acaso hay que eliminar de nuestro léxico político ese concepto, o todavía tiene valor o tiene contenido para nosotros?

No podemos negar, no podemos evitar el proceso de transnacionalización de la economía mexicana, menos mientras esté este Gobierno en el poder; es un fenómeno mundial el intento de nueva hegemonía del capitalismo en el mundo y difícilmente lo podremos evitar con discursos al patriotismo y al nacionalismo. Pero en el marco de esa globalidad que avasalla a las naciones, que trastoca las fronteras y que trata de nulificar soberanías, todos los países del mundo deben hacer esfuerzos por mantener su autodeterminación en materia económica y en materia política.

Deben hacer esfuerzos por participar en este proceso en la defensa de los valores nacionales, de los recursos naturales y en la defensa de lo que es el perfil de nuestra nación y de todas las naciones. De hecho, cuando en Europa ha habido el referendum para ratificar la entrada en vigor del Tratado de Masstricht y ha habido votaciones adversas a ese tratado, es por el sentimiento nacionalista que aun existe en los países del viejo continente, que se niegan a tener autoridades supranacionales, a poder soberanía monetaria y a perder autodeterminación económica y política.

Y si eso ocurre en los países del viejo continente que tiene una gran tradición de integración económica, mucho más está sucediendo en la Cuenca del Pacífica y en América Latina en donde hay una gran resistencia a la formación de bloques regionales con la hegemonía de una gran superpotencia.

Esto quiere decir, señoras y señores diputados, que los sentimientos nacionalistas de grupos, de pueblos y de etnias, están más vivos que nunca en el mundo llamado unipolar que nos ha tocado vivir. Esto quiere decir que representan las resistencias más importantes a la integración global bajo la égida del capitalismo y del imperialismo norteamericano.

Nosotros pensamos que el nacionalismo mexicano ha sido nacionalismo defensivo fundamentalmente, porque se han formado a través de la historia de México, porque es producto de esa misma historia y que lo pero que a México le puede pasar, es el debilitamiento de los valores nacionalistas, entendidos no como una versión patriotera, no como una concepción aldeana del nacionalismo que implicaría algo imposible: el aislamiento de México del nuevo contexto internacional. Hoy, lo que está en crisis es esa versión del nacionalismo, lo que hoy está en crisis es esa versión del patriotismo que no permite que México se desarrolle en este mundo globalizado por las grandes potencias.

Yo no estoy a favor de esa concepción nacionalista ya superada por la historia y más en este momento. Pero más aun, los hijos de padres extranjeros, aun en el caso de que residieran en México por 20 ó 30 años, conservan las tradiciones, las costumbres, la idiosincrasia y el idioma de sus padres. Sólo es hasta generaciones posteriores en que empieza a formarse en la conciencia de ellos, la existencia de una nueva nacionalidad.

Hay que recordar que la nacionalidad mexicana se formó mediante un proceso accidentado que duró más de tres siglos, la formación de México como país mestizo, como país con una propia fisonomía y personalidad, no se constituyó en 20 ó en 30 años, sino se formó después de que aparecieron en México y se multiplicaron las generaciones de los españoles conquistadores y de los indígenas que habitaban estas tierras antes de la llegada de los españoles. Esto quiere decir que el hecho de que un hijo de padres extranjeros radique en México por 30 años, no representa garantía alguna de que por ello tenga los valores que están implícitos en la fracción I del artículo 82.

Pero también nos engañaríamos si pensáramos que el solo hecho de que el Presidente de México sea hijo de padres mexicanos por nacimiento, fuera de por sí también una garantía de nacionalismo, de ayuda al pueblo y de consecuente lucha antiimperialista; tampoco eso se da, no es una causa - efecto, pero sí es un requisito, sí es una condición más importante que eso pueda suceder en el caso de que el Presidente de México sea hijo de padres extranjeros, porque la formación de la nacionalidad se da bajo un proceso entrecruzado no sólo de influencias familiares, sino también de influencias culturales, políticas y sociales, de tal manera que en la historia de México y de todos los pueblos, encontramos ejemplos de extranjeros que lucharon por México y de mexicanos que siendo hijos de padres mexicanos, han entregado parte de la patria al extranjero.

Pero, ¿qué está implícito en la reforma del artículo 82?, ¿No surge la reforma de una reivindicación democrática de los sindicatos, del movimiento obrero, de los campesinos? No surge de ningún partido político progresista. Surge de una minoría, pero de una minoría que fundamentalmente se caracteriza por detentar enormes fortunas personales.

Si ustedes observan bien, señoras y señores diputados, veremos claramente que los beneficiarios de la reforma, son personas de la alta burguesía que han acumulado grandes fortunas, que han

hecho fortunas multimillonarias, algunas de ellas al servicio de empresas extranjeras y que no tienen como virtud el patriotismo, los valores culturales u otro valor que les caracterice, sino sólo tienen como ventaja, la riqueza que han acumulado algunos en sus negocios y otros al amparo de los puestos públicos.

Por eso afirmamos que ésta no es una reivindicación democrática, porque no surge de ningún grupo social representativo de nuestro país, sino de una minoría de la alta burguesía nacional que se ha caracterizado por su simpatía, por su adhesión a los valores, a las prácticas de la sociedad norteamericana y también se produce la reforma para beneficiar a esa misma minoría. Por eso, no pensamos que sea un problema de derechos democráticos, porque si fuera así, habría que pensar, por ejemplo, en otorgar el voto a los mexicanos que radican en el extranjero y que ellos sí suman millones de mexicanos que viven transitoriamente en los Estados Unidos y que sin embargo, para ellos no hay la garantía de que tendrán algún derecho democrático en el futuro.

Si se habla de derechos democráticos, debiera hablarse también, por ejemplo, de que todos los trabajadores tuviesen libertad de afiliarse al partido político de su preferencia, que no hubiese coacción para afiliarse a un partido, para votar por un partido; que lo mismo sucediera con los campesinos que son los sectores mayoritarios de la sociedad mexicana. Si de verdad hubiese un reclamo democrático en esta reforma.

Por esta razón es que votaré en contra de la reforma al artículo 82. Gracias.

El Presidente:

Se concede la palabra al diputado Javier Centeno Avila.

El diputado Javier Centeno Avila:

Con su permiso, señor Presidente; compañeros diputados:

Nosotros, me refiero a los diputados del Grupo Independiente, sí estamos de acuerdo con una reforma político - electoral que busque la transparencia y la genuina democracia en nuestro país, pero para ello consideramos que no existe la necesidad de cambiar los requisitos para ocupar la Presidencia de la República.

¡Esta modificación fue artificialmente planteada por un partido político con interés en la reforma al 82 y no por legítimas demandas del pueblo mexicano! ¡Este partido presionó para sacar un acuerdo y seguir su alianza estratégica con el Partido Revolucionario y de esta manera seguir compartiendo el proyecto económico neoliberal!

¡Estamos en presencia de un acuerdo cupular que sustituye a la voluntad popular! El asunto de la modificación al artículo 82 es un asunto de la máxima importancia, ya que es un asunto de seguridad nacional que podría vulnerar la soberanía e identidad nacional. El problema para nuestro país es estratégico y no meramente coyuntural como se nos ha hecho creer, ya que tenemos enfrente a la máxima potencia del orbe y es obvio que se corre el riesgo de abrir la primera representación del país al extranjero.

Coincidimos con el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, con el Partido Popular Socialista y con el Partido de la Revolución Democrática de que este asunto debió llevarse a una consulta más amplia y en principio debemos seguir luchando por introducir la figura del referendum, para cuando haya cambios constitucionales.

Se está de nueva cuenta legislando al vapor. Esto ya no es noticia. Esto se ha hecho constantemente en esta Legislatura. No ha habido tiempo de consultar al pueblo, de reflexionar profundamente el asunto y desde luego que esta prisa obedece a intereses políticos particulares.

Lo ideal hubiera sido que este tema se discutiera en la LVI Legislatura, ya que es incongruente que la iniciativa que hoy discutimos entre en vigor hasta dentro de seis años.

Por otra parte, quiero expresar los razonamientos que llevaron a los Constituyentes de 1917 a establecer los requisitos que actualmente contempla el artículo 82 constitucional. Entre los razonamientos que se hicieron se encuentran los siguientes: es una cita textual hecha por los diputados que constituyeron la Segunda Comisión de Constitución, que son los siguientes: Pablo Machorro Narváez, Hilario Medina, Heriberto Jara y Arturo Méndez. Naturalmente esto lo presentaron no solo con referencia al dictamen del 82, sino respecto del dictamen de los artículos 80 al 90 constitucionales.

Cito textualmente : "Las cualidades que debe tener este funcionario deben ser una unión por antecedentes de familia y por el conocimiento del medio actual nacional, tan completa como sea posible con el pueblo mexicano. De tal manera que el Presidente, que es la fuerza activa del Gobierno y la alta representación de la dignidad nacional, sea efectivamente tal

representante. De suerte que en la conciencia de todo el pueblo mexicano esté que el Presidente es la encarnación de los sentimientos patrióticos y de las tendencias generales de la nacionalidad misma. Por estos motivos el Presidente debe ser mexicano por nacimiento, hijo a su vez de padres mexicanos por nacimiento".

Nosotros consideramos que no obstante que la Constitución fue promulgada hace 75 años, hoy existe también cerca de nosotros el primer país imperialista del mundo, que tradicionalmente ha tenido intereses y ambiciones respecto de nuestra nación.

Por eso, nosotros consideramos que el artículo 82 debe de ser analizado y discutido profundamente. Este artículo fue regresado a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales el viernes 27 del pasado mes. Todos los diputados pensamos que existiría una mayor apertura y una mayor posibilidad de discusión y análisis plural, pero no fue así. La directiva de esta Comisión nos presentó el siguiente texto de modificación a la fracción I del artículo 82.

"I. Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos e hijo de padre o madre mexicanos o haber residido en el país durante 30 años."

Esta propuesta fue avalada por la mayoría de la Comisión, salvo seis votos.

El día de hoy se presentó una nueva propuesta, que es necesario reconocer que significa un avance respecto de la propuesta aprobada ayer por la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, al añadir el requisito de residencia, o sea el cambio de la famosa "o" por la "y", pero aun así, consideramos que persiste el riesgo de someter a la nación a intereses extranjeros.

Hoy la correlación de fuerzas favorece al partido oficial y al Partido Acción Nacional. Sin embargo, estas correlaciones de fuerzas no son eternas. El cambio o no del artículo 82 seguirá en la palestra política. Los nacionalistas mexicanos evidentemente seguiremos luchando buscando garantizar el interés nacional.

Hoy consideramos que no es momento de reformas destinadas a ciertos sectores, sino de profundas reformas políticas que garanticen transparencia y respeto a la voluntad popular.

Hoy es tiempo de transformaciones progresistas, democráticas y no de leyes regresivas que sólo han conducido a la división de opiniones de los mexicanos. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias, señor diputado Centeno.

Para hablar en contra del dictamen, tiene el uso de la tribuna el señor diputado Juan Campos Vega, del Partido Popular Socialista.

El diputado Juan Gualberto Campos Vega:

Con su permiso, señor Presidente; compañeros diputados:

Vengo a nombre del grupo parlamentario del PPS a expresar algunos juicios en torno a este debate que nos ocupa el día de hoy. Más allá de otras cuestiones que se han venido discutiendo esta tarde y en esta noche, creo que bien vale la pena insistir una vez más en algunos aspectos que caracterizan esta decisión; el PPS ha reiterado, al igual que otros compañeros diputados, que tanto en la iniciativa como en los dos dictámenes que hemos conocido al respecto, no se dan, de parte de los promoventes, argumentos que fundamenten política jurídica o históricamente la modificación a esta fracción I del artículo 82 constitucional.

El debate del día de hoy, en este aspecto ha carecido de lo mismo, quizá esto se deba a que esta demanda que hasta hace poco tiempo había sido rechazada por el partido de la mayoría, por que nunca ha sido suya, porque nunca la ha planteado, porque jamás estuvo dentro de sus propósitos, porque ésta es una demanda que hace algún tiempo postuló el partido de la derecha, el PAN; por eso insistimos, al principio de la discusión, que se nos señalara con toda claridad con quién se había negociado por parte de Acción Nacional esta modificación, porque es evidente que no es una demanda popular, es evidente que no es un planteamiento político del partido de la mayoría, es evidente que no es ni siquiera bandera de destacados representantes populares y políticos del partido del Gobierno.

Estamos seguros de que esta pregunta quedará hoy sin respuesta, no hay la decisión, no hay el valor de venir a expresar claramente con quien se negoció esta modificación constitucional, pero el tiempo se encargará de sacar a la luz los mecanismos que hicieron posible que se produjera el resultado que en unas cuantas horas habremos de conocer.

Lo que sí conocemos, son los argumentos de algunos de los defensores de esta modificación.

Son aquellos que por diversas razones y en diversos momentos critican a todos los que mantenemos una postura nacionalista de defensa de los valores históricos, culturales de nuestro pueblo y de nuestra nación.

Son los que en este momento, en la moda neoliberal nos acusan de no ser modernos, de asumir posturas pasadas de moda como si la defensa de la soberanía, la defensa de la nación, la defensa de nuestros valores pudiera pasar de moda.

Otros hay que no distinguen la reforma desde el punto de vista formal de lo que implica desde aspectos que nosotros hemos venido señalando reiteradamente desde que se inició la discusión en torno a este tema. Son los que nos señalan que esto no tiene nada qué ver ni con el nacionalismo ni con la defensa de la soberanía ni con la lucha por la independencia económica y política del país. Este es un aspecto puramente formal, un aspecto exclusivamente de la democracia.

Creo que esta postura y la otra también, tratan de ignorar el porqué del nacionalismo del pueblo mexicano, el porqué de esa manifestación popular de rechazo a esta modificación que a través de las encuestas hicieron las capas populares de la población, porque aquí decía una diputada que afortunadamente el pueblo de México tiene memoria histórica y eso es cierto.

Nuestro pueblo no olvida, nuestro pueblo guarda como han dejado de guardar otros elementos de nuestra sociedad un conjunto de valores que son producto de la historia, de las luchas del pueblo mexicano, del permanente combate del pueblo mexicano por garantizar su plena independencia económica y política.

Nuestro nacionalismo jamás ha sido un nacionalismo agresivo, podríamos dar muchos ejemplos de cómo el nacionalismo mexicano es uno que se ha formado precisamente por ser una nación agredida. Podríamos hablar de la guerra de 1847, que nos costó la mitad del territorio nacional, de la invasión francesa, de la ocupación del Puerto de Veracruz, de tantas y tantas agresiones armadas que ha sufrido el pueblo de México a lo largo de su historia.

Podríamos hablar de la injerencia permanente y sistemática en la historia de México, en el presente de la vida política de México, de los personeros del Gobierno norteamericano como son sus embajadores, sin eximir a éste último que aun no toma posesión y ya inició una política de agresión en contra del nacionalismo del pueblo mexicano.

Podríamos incluir a Wilson, a Gavin, a Negroponte, a todos aquellos que han venido aquí a defender los intereses del imperio en contra de los intereses nacionales.

Nuestro nacionalismo es producto de esas agresiones y de otras muchas más, de todo tipo, militar, político, comercial, económico, como la que ahora se da en los dos aspectos, el tratar de integrarnos al proyecto neoliberal de los Estados Unidos a través del Tratado de Libre Comercio, a ese proyecto de integración que no es solamente comercial, que no es solamente económico, que va más allá y nosotros lo dijimos hace mucho tiempo, es un proyecto integracionista que tiende a nulificar nuestra independencia política también.

Por eso, a juicio del Partido Popular Socialista, ésta no es una mera reforma sólo para satisfacer a pequeñas minorías que tienen un interés particular en torno al tema; no es una reforma que tienda a restituirle derechos democráticos a un sector de la población. El fondo no es ése, esta reforma es una concesión a la derecha, pero más allá, es una concesión al imperialismo que no podemos desvincular de toda la política económica seguida por el actual régimen, la política económica neoliberal, la política integracionista al proyecto norteamericano, son una y la misma cosa que este proyecto de abrir la puerta a los hijos de extranjeros para que puedan presidir los destinos de nuestro país.

Por eso, en el documento o en los documentos aprobados por el comité central del Partido Popular Socialista, señalamos que lo que nos preocupa es lo que está en el fondo de esta modificación, que es el interés de combatir el nacionalismo del pueblo mexicano y éste fue un primer intento.

Si este proyecto no hubiera tenido oposición de diversos partidos políticos, si este proyecto no hubiera tenido oposición de diversas organizaciones sociales y sindicales, si no hubiera personalidades destacadas, incluyendo a miembros del partido de la mayoría, que se hubieran opuesto a esta modificación, hubiera sido señal de que estaba abierto el camino para borrar de un plumazo otros aspectos fundamentales del nacionalismo contenidos en nuestra Constitución, recogidos por el Constituyente de 1917.

Habrían pensado que ha llegado el momento para suprimir el concepto de la educación nacionalista que se encuentra contenido en el artículo 3o. constitucional, que entre otras cosas establece que esta educación servirá para

defender nuestra independencia política y asegurar nuestra independencia económica, entre otros aspectos. Hubieran pensado que ya había llegado el momento para borrar el artículo 27 constitucional que las tierras y aguas comprendidas dentro de nuestro territorio ya no son propiedad originaria de la nación. Quizá hubieran atentado, inclusive, contra el artículo 33 que prohibe a los extranjeros entrometerse en los asuntos políticos de México.

Pero independientemente de los resultados de la votación de esta noche, ha quedado expresamente señalado el sentir del pueblo de México, el sentir de los trabajadores, de las organizaciones progresistas, de que no es posible atentar impunemente contra el nacionalismo del pueblo mexicano, que es producto de su historia y que debe seguir siendo bandera para defenderse de la injerencia del exterior.

Que lo piensen definitivamente quienes intenten continuar con este proceso gradual de modificación a nuestra Constitución, para ir derrumbando, uno a uno, los pilares que le dieron los revolucionarios de 1910-1917.

Que sepan que ellos pueden haber abandonado el nacionalismo, producto de nuestra historia; que sepan que ellos pueden haber perdido en deseo de luchar por la defensa de los intereses nacionales y populares, pero que estén seguros que el pueblo mexicano no lo va a olvidar y que como dice nuestra propia Constitución, es en el pueblo mexicano en el que radica la soberanía y él sabrá en su momento imponer de nueva cuenta un proyecto nacionalista, un proyecto revolucionario, un proyecto que garantice nuestra independencia económica, nuestra independencia política en contra de los traidores y en contra de la derecha de dentro y fuera del país. Muchas gracias.

El Presidente:

Agradecemos su intervención, señor diputado Campos Vega. Tiene el uso de la palabra para fijar posición, el señor diputado don Carlos González Durán, del Partido de la Revolución Democrática.

El diputado Carlos González Durán:

Con su venia, compañero Presidente; honorable Asamblea:

México nació de un grito que en unos días vamos a conmemorar. Un grito es como un rayo que rompe el silencio de la noche. Vamos a ver qué mensaje, qué expresión nos indica la pertenencia a una comunidad.

Pareciera que una comunidad es distinto de una sociedad; una comunidad es la raíz a la que pertenecemos. Ser auténticos, es ser espontáneos y respetar la expresión que nos dé identidad, que nos dé fidelidad y que afirme principalmente una cosa: para nosotros, los mexicanos, la libertad existe en la lucha por la libertad; la libertad de los conquistadores fue la opresión de los indígenas; la libertad de los napoleónicos fue la lucha de la reforma; la opresión de los extranjeros en el porfiriato fue rechazada en la lucha de la Revolución Mexicana. Ciertamente la libertad de los mexicanos existe en la lucha por la libertad y en estos términos el nacionalismo debiéramos mantenerlo firme, con la guardia en alto, porque eso es lo que nos enseña la historia.

Lo que aquí voy a expresar es una representación que me honra de la compañera Martha Maldonado, Evangelina Corona, Guillermo Flores, Raúl Alvarez Garín, Jorge Moscoso, Jorge Torres, Miguel León Corrales, Arquímides García, Alejandro Luévano, Salvador Juárez, Othón Salazar, René Bejarano, Rufino Rodríguez, Emilio Becerra, Patricia Ruiz, Ramón López Tirado, Humberto Centeno, Francisco Saucedo y Guillermo Sánchez Nava.

Este grupo de diputados del Partido de la Revolución Democrática y el de la voz, estamos en contra de esta reforma por las siguientes razones:

En primer término, éste no es el tema; el tema que debiéramos tratar es la democratización que nos conduzca a la reforma electoral, no a la reforma del estado, sino a la reforma electoral.

Esta reforma la entendemos como un paso más hacia la corriente desnacionalizadora; no se trata de un rescate de derechos humanos, porque los derechos políticos son selectivos. Siempre han sido los derechos de algunos de los que pertenecen a una colectividad de ciudadanos, no es de todos. Luego precisaremos esas diferencias.

No es la pretensión de mantener firme el 82, una pretensión de exigir rangos, no. Es una pretensión de permanecer fieles.

Esta reforma es una concesión a la estructura de la dependencia; es una concesión a la política del autoritarismo; es más bien un diseño del mal Gobierno el que inspira esta reforma.

Si se tratara de abordar el verdadero tema, hubiera sido el tema de crear el sistema político

de partidos para romper con la hegemonía del partido oficial, que rompe con la equivalencia y con la igualdad; que abusa con el uso de los recursos en sus campañas; que funciona como juez y parte en los órganos y procedimientos electorales; que abusa del uso de los símbolos patrios; que mezcla la política oficial con la política partidista; que instaura el monopolio y la impunidad de los delincuentes electorales; que corrompe a los partidos con el satelismo; que protege a la delincuencia electoral, y que es el sostenedor principal de la incultura política.

No estamos aquí abordando la verdadera apertura de los medios de comunicación, que es un elemento de la democratización del país; no hemos dado las bases precisas de un financiamiento equitativo; no hemos instaurado las bases de la libertad de la asociación de los partidos en coaliciones, en la postulación libre de los candidatos comunes, en el restablecimiento de las asociaciones políticas; no nos ha interesado abrir más espacios a la democracia, a la democracia municipal o a las comunidades vecinales; no hemos diseñado aquí esa forma anhelada también hasta por el Partido Acción Nacional sobre el federalismo democrático en materia fiscal.

La apertura del Senado se dio a la par del bipartidismo, pero no para el pluripartidismo. Nada hemos hablado aquí de los partidos regionales. Por lo tanto, este tema se aparta de los verdaderos temas.

La posición del régimen es una posición ambigua. Primero dijo que el artículo 82 estaba bien y ahora vemos que lo está modificando, su posición es ésta: "Sí, pero no; no, pero sí".

Se trata entonces de que esta propuesta es un acto de ambigua reconversión para eliminar los candados que preservan la integridad, la independencia y la soberanía nacionales.

Es un acto contrario a los intereses populares, sociales y públicos del pueblo mexicano, sobre su forma de Gobierno, porque hay que entender que la exigencia de la nacionalidad es aceptar y participar en un sentimiento.

La nacionalidad es un anhelo, es un sentimiento. Sentirse es encontrarse y encontrarse es sentirse. No es lo mismo ver y oír, pero sentir sí es sentirse, en cambio ver no es verse, y oír no es oírse, pero sentir sí es sentirse.

La nacionalidad es el sentimiento del ser del mexicano. Es algo fundamental, que define el perfil de nación. Una cosa es la nación de mestizos empeñados en una misma lucha libertaria, que les da identidad en el quehacer histórico como actuación compartida de destino y vocación y otra cosa es la pretensión de convertir a México en un país de emigrados, donde da lo mismo que sea de un lado o que sea de otro.

Aquí tenemos raíces profundas, raíces antiguas, raíces soterradas, que están brotando y emancipándose.

Ser fieles al ser nacional, debería se nuestro primer deber.

Se trata de la desregulación de la silla presidencial. Es una reforma de flexibilización a escala de apertura de la globalidad, de desincorporación del nacionalismo, es una eliminación de las barreras y fronteras para convertir a México en un país libre asociado con el norte revuelto y brutal, que nos desprecia, dijo José Martí.

¿Autoritarismo por que? Por todo esto.

Conservar el partido único o hegemónico o contener el pluralismo limitado; dogmatismo ideológico o el monopolio, la manipulación de la comunicación y de la información; la inmovilidad política; conservar las élites cerradas, el poder central sobre los poderes provincianos y municipales.

La manipulación de las masas, su agitación desde arriba y la represión cuando la lucha es de abajo; la sociedad civil al margen y subordinada al Estado; la desmovilización con una participación ciudadana; el atropello a los derechos humanos, civiles, políticos, económicos y sociales; la sumisión al capital trasnacional; las elecciones rituales; el abuso de los aparatos represivos.

La arbitrariedad y la discrecionalidad, como líneas políticas; la personalización del poder como culto al líder o a la personalidad; la intimidación y desarraigo en el tejido social; la movilización desde arriba; el parlamento presionado; el parlamento manipulado.

Hay que preguntarse para saber cuál es el tiempo de nuestro parlamento, lo siguiente: ¿Quienes causan más deterioro a la integridad de este parlamento: los militantes del Movimiento Urbano e Inquilinario, que indignados por la injusticia de una Ley al "vapor", aprobada para atropellar sus derechos, vienen a protestar con una psicología de masa iracunda, o el Gobierno que presiona la conciencia, presiona la libertad de los compañeros diputados?

Es necesario que esta Ley la votemos con civismo. Es entender que en el mes de septiembre, es moralmente imposible causarle una afrenta a la patria.

Decíamos que éste es un acto de mal Gobierno. El buen Gobierno es el que toma las riendas pero para proteger y defender a la comunidad nacional, el que tiene sensibilidad. Sentir la nacionalidad mexicana, decíamos en días pasados, es algo así como un buen juez. Un buen juez es aquel que pide y comprende las normas y las valoraciones de su comunidad. Ese buen juez sólo lo puede ser el que pertenece a una familia mexicana, el que pertenece a una ciudad mexicana, no puede ser un extranjero.

Un extranjero tiene otras valoraciones. Tiene una mentalidad diferente, una manera diferente de ver y valorar la convivencia. Está comprometido con causas e ideales históricos del pueblo el que es mexicano.

Entonces lo más grave es, que esta reforma afianza la dependencia. La dependencia es la sobreexplotación, el atraso tecnológico, la subordinación al mercado externo, el intercambio desigual, la diversa forma de acumulación de capital, la dependencia financiera, tecnológica, industrial y comercial. Las contradicciones horizontales del sistema capitalista son entre los países de capitalismo central y de capitalismo periférico. Los países de capitalismo central en una posición evidentemente de asimetría, están colocados arriba de nosotros por todo esto, ellos llegaron al sistema capitalista en un momento maduro, nosotros a la fuerza a inmaduros.

La rotación del capital es más rápido en los países de capitalismo central, entre nosotros es más lento el dinero de inversión y el dinero de ganancia se recibe con más lentitud. Hay un dominio colonizante en el capitalismo central que es parasitario y nosotros somos parasitados.

La composición del capital es diferente. El capital central se forma con una fuerte inversión de medios de producción y una reducida inversión en fuerza de trabajo, nosotros a la inversa. Por lo tanto, nosotros para competir con los grandes, y que no nos dejan más que competir lo chiquito, tenemos que sobreexplotar la mano de obra obrera; éste es un acto de mal Gobierno, porque en cierta forma el liderazgo que postula no es un liderazgo acompañado.

Yo quisiera precisar que no basta decir que sea hijo de padre mexicano o de madre mexicana. El dilema no es ése, el dilema es: hijo de una familia mexicana. El que es hijo de una familia mexicana es hijo de la patria y del que solamente es hijo de una parte de pareja nacional, ése no tiene la integridad que se forma en la familia, porque la familia cumple todas estas funciones biológicas, económicas, se proporcionan bienes generosamente, educativa con ejemplos, recreativa con alegrías, apoyo recíproco, sensibilidad, reconocimiento de dignidad humana, adaptación social, y se trata de la función afectiva. La función afectiva es aquella por la cual las personas quedan debidamente integradas en su comunidad.

Un extranjero puede ser un títere del poder foráneo, un desleal a México. En cambio, su poder o su jerarquía, sería por conformismo, por dádiva, coacción o represión. Un ser individualizado es el que es hijo de la patria. Un ser desindividualizado, un cualquiera, un ninguno, uno de tantos, es un extranjero. Entonces si por definición el ser nacional se ha formado con la lucha de nuestra libertad, con la lucha de nuestro horizonte, estos derechos son, pues, muy importantes. Se trata de una propuesta que no es verdaderamente democrática. Los derechos políticos son selectivos, no son para todos los seres humanos, son para los ciudadanos; los derechos políticos no son para los locos, no son para los niños, no son para los extranjeros, son para los hijos de la patria.

Ahora, el llamado de estos derechos y de estas exigencias que los compañeros han presentado, y con eso voy a terminar, estas propuestas. No existe entonces definición de lo que va a ser la residencia, puesto que todos los códigos civiles del país definen lo que es la residencia, vamos a tener una confusión sobre este término.

Primordialmente esta propuesta no es en el marco de una reforma política democrática, es en el marco de un paso para profundizar la desnacionalización, es en cierta medida producto de una propuesta que trata de legislar temas y exigencias inesperadas; un deber esencial de la legislación es legislar el derecho esperado, no el derecho inesperado.

Si el pueblo está reclamando una reforma electoral democrática con qué le vamos a salir, ¿con que también los extranjeros pueden venir aquí a sentirse hijos de la patria?

Por otro lado, ¿por qué no se respetan los derechos de los pueblos? Los derechos de los pueblos son superiores a los derechos individuales. Los derechos de los pueblos, como aquí algunos compañeros expresaron, son el derecho a la autodeterminación y a la no intervención.

El principio de la autodeterminación es un derecho colectivo de los mexicanos; los derechos colectivos de los mexicanos son superiores a los derechos individuales. Los extranjeros no están discriminados, nuestros nacionales sí están discriminados allá en "gringolandia".

Entonces, es falso que sea una reivindicación de derechos humanos. Esto es una desviación, un paso adelante a la extranjerización, es una desregulación de la silla presidencial. La silla presidencial la queremos para presidentes patriotas, no para entreguistas, no para ciudadanos que renuncien al decoro que nos da el compromiso de ese grito que rompe el silencio de la noche. Gracias.

El Presidente:

Agradecemos la participación del señor diputado González Durán.

Para hablar en pro del dictamen, tiene la palabra el diputado Francisco Gárate Chapa, del Partido Acción Nacional.

El diputado Francisco Gárate Chapa:

Con su permiso, señor Presidente:

La historia de México registra hechos lamentables. En el siglo pasado, la pérdida de más de la mitad de nuestro territorio, las intervenciones militares, los imperios efímeros y desafortunados. En el presente siglo, la historia en gran parte ha sido de intolerancia, de abusos, de violación de derechos humanos, de corrupción, de despilfarros, de profunda crisis económica que ha agraviado a muchos mexicanos.

En nuestra historia patria han existido personajes que, siendo mexicanos de primera generación o incluso no siendo mexicanos, han dignificado nuestra historia, han dado su vida por nuestra patria, han contribuido al desarrollo y al progreso de las ciencias y de las artes, de la industria, del comercio, en fin, de todas las actividades.

Algunos de los nombres que en este recinto se encuentran inscritos con letras de oro, son hijos de extranjeros, otros, son extranjeros.

Quien no recuerda, a propósito del mes de las fiestas patrias, por ejemplo, en la invasión norteamericana de 1847, al Batallón de San Patricio, conformado por irlandeses que ofrendaron su vida para preservar la soberanía e integridad nacional.

Lamentablemente muchos de los actores de hechos tristes de nuestra historia, no hay que olvidar que eran mexicanos, algunos de ellos con profundas raíces familiares en nuestra patria.

México y el mundo han cambiado, a pesar de ello se mantiene como muestra de injusticia, intolerancia y discriminación, el que para poder acceder a la Presidencia de la República se exija ser no sólo mexicano por nacimiento, sino además, hijo de padres mexicanos por nacimiento.

La fracción I del artículo 82 constitucional, es franca y abiertamente discriminatoria, es como si se añadieran como requisitos el color de la piel, la religión que se practica, la riqueza personal, la ascendencia de raza.

Esta discriminación que la Constitución contiene, ha cerrado el paso a mexicanos ilustres del partido del Gobierno y de las oposiciones, de tiempos recientes y de otros ya no tanto para buscar la Presidencia de la República, algunos de los cuales sin lugar a dudas, hubieran llevado el oficio de la gobernación con talento, vocación, generosidad para acelerar el paso del desarrollo, el progreso, la justicia, el bien común. Tal es el caso de uno de los fundadores de Acción Nacional, don Manuel Gómez Morín. Pero hay otros de otros partidos como don Jesús Reyes Heroles.

Si la condición para ser genealógica y familiarmente mexicano, patriota y nacionalista, es tener varias generaciones de ascendientes nacidos en México, don Vicente Lombardo Toledano, seguramente no lo hubiera sido, ya que no hay que olvidar que era de ascendencia extranjera, su abuelo era de nacionalidad italiana y bajo ese incongruente supuesto y ahora algunos enéfobos nos vienen a señalar, podrían haber pensado que don Vicente era incompleto como ciudadano. Lo anterior sería un absurdo.

Por otro lado cabe señalar, que el Congreso de la Unión, conforme a la Constitución, puede y debe vigilar y controlar al Ejecutivo, por tanto, no es admisible que pueda haber un mexicano por nacimiento, hijo de padres extranjeros, que siendo Presidente de la República, ejecute actos contrarios al interés de la nación o traicione a la patria, porque en ese eventual supuesto, también el Congreso de la Unión por complicidad, cometería las mismas faltas en agravio de México.

Aceptar previamente esa posibilidad, equivale a aceptar que el Congreso renuncie a facultades de vigilancia y control del Poder Ejecutivo,

aceptando o confesando una posible preeminencia del Ejecutivo sobre el Legislativo.

Compañeros, no puede ni debe darse esa posibilidad. Me parece que si nosotros pensamos que se da esa posibilidad, es producto de mentes autoritarias, totalitarias o caudillistas que en nada ayudan a elevar la dignidad de este Cuerpo Colegiado.

Habrá que recordar que la soberanía no es un concepto abstracto, que ésta tiene un sustento material y real que es la voluntad popular, que la soberanía radica en el pueblo, el cual está representado constitucionalmente en la Cámara de Diputados y no en el titular del Poder Ejecutivo. De ahí la importancia de que el voto sea respetado, porque el voto respetado da lugar a un pueblo representado legítima y legalmente, y un pueblo bien representado, es un pueblo verdaderamente soberano y servido por su Gobierno.

Mexicanos somos todos los nacidos en México, no importa el origen de nuestro padre; no importa que uno de ellos o ambos no sean conocidos. No hay que olvidar a los hijos o a los ciudadanos expósitos.

En México nacimos, en México crecimos, en México nos educamos; aquí forjamos nuestro destino y en México luchamos por construir un Estado democrático respecto del cual uno de sus supuestos es el que no haya limitantes oprobiosas para ningún mexicano. Frente a ello, ningún ciudadano mexicano en pleno ejercicio de sus derechos merece el agravio de que le sea cancelado el legítimo derecho de poder aspirar a la primera magistratura del país. Es una exigencia que no debe tener cortapisas; el abrir ahora, y para todos los mexicanos nacidos en esta tierra, la posibilidad de poder acceder, eso sí, con el respaldo del voto real, al vértice del poder.

Finalmente, defender el artículo 82 intransitorio, es defender la dignidad de este Congreso de la Unión. Gracias.

El Presidente:

Tiene la palabra, para hablar en pro del dictamen, el diputado Agustín Basave Benítez, del Partido Revolucionario Institucional.

El diputado Agustín Basave Benítez:

Con su venia, señor Presidente:

Ante todo, compañeras y compañeros diputados, no puedo sino celebrar el retorno de esta discusión a los cauces del respeto y de los argumentos en contra o a favor de ideas y no de personas; es decir, de la superación de los argumentos a dominem.

Me parece que ha quedado claro, y eso es venturoso, que quienes estamos discutiendo, somos todos mexicanos, amantes de nuestra tierra, amantes de nuestro país. Que podemos tener discrepancias en torno a la forma de engrandecerlo, en torno a la manera en que podemos resguardar su ya obtenida grandeza, pero que por lo demás coincidimos en eso, en lo más importante: en el patriotismo.

Y por eso, precisamente quiero, en primer término, evitar equívocos y desechar falsos dilemas. Lo que está a debate aquí hoy, no es el nacionalismo. El nacionalismo está a buen resguardo. Lo que estamos discutiendo es en todo caso, la democracia.

La reforma a la fracción I del artículo 82, no es un problema de nacionalismo, es un problema de democracia.

Es necesario, a estas alturas del debate, cuando difícilmente se puede decir algo nuevo, recordar que el 82, como está actualmente, permitiría la llegada a la Presidencia de la República de una persona que no hubiese vivido en el país, que no conociera su cultura, que ni siquiera hablara su lengua.

Es necesario recordar, para seguir con los argumentos que tanto se han mencionado en esta tribuna, ¿que el 82 "como está" impediría la llegada a la Presidencia de la República a muchos de nuestros grandes hombres, a muchos de los hombres que han construido esta nación? ¿A muchos de los que están aquí por cierto, que están sus nombres inscritos en letras de oro en estos muros?

Es necesario también, me pregunto, ¿recordar que Santa Anna y Victoriano Huerta fueron mexicanos por nacimiento e hijos de padres mexicanos por nacimiento?

Es necesario, pues, decir a estas alturas, ¿que el problema del patriotismo, del amor a la patria, no tiene qué ver con la sangre sino con la cultura? Que no es ningún influjo cromosómico lo que mueve a un hombre a querer y a defender a su patria, sino en todo caso su cultura, su apego a la tierra y a las tradiciones y a lo mejor que nace de un país. No creo que sea necesario abundar en ello.

Se han venido a decir aquí a esta tribuna una retahila de argumentos en contra de argumentos en contra de la reforma al 82, que desde luego no comparto y que en respeto a la Asamblea no puedo abordar casuísticamente. Pero sí quiero decir y dejar muy claro que es falso que ésa sea la tradición nacionalista mexicana. Es falso que esa tradición exclusivista, xenófoba, sea la tradición de México.

El nacionalismo mexicano, a diferencia de los nacionalismos europeos, no surgió en contraposición a nadie. Los nacionalismos europeos casi todos fueron xenófobos efectivamente, aislacionistas algunos, de rechazo, de contraposición.

El nacionalismo mexicano es muy distinto. La tradición, la mejor tradición de este país es una tradición de un país generoso, abierto; que recoge lo mejor de sus inmigrantes. Que lo amalgama en un mestizaje cultural, que es lo que le da riqueza a México.

Esa es la tradición de México y ése es el verdadero nacionalismo mexicano. No es ese nacionalismo xenófobo y mesiánico, sino ese nacionalismo abierto, de búsqueda más que de exaltación.

Porque si en Europa surgió primero la nación y luego el Estado. Es decir, primero la conciencia nacional y después el interés de crear un Estado que contuviera a esa gente que se sentía parte de una nacionalidad. En América Latina y en México fue exactamente al revés: surgió primero el Estado y luego la nación.

Nos independizamos y nos encontramos con un trozo de territorio pero con una ausencia de cohesión, con problemas de desintegración, de falta de una cultura común que empezábamos a construir; de falta de identidad, que se empezaba a construir apenas. En el Siglo XIX.

Por eso, el nacionalismo mexicano es así, es abierto, es generoso y es de búsqueda; de búsqueda de identidad y no de rechazo a nadie y por eso, también se da la paradoja, a mí juicio sumamente interesante, de que el movimiento nacionalista de mayor envergadura de México no se da en las luchas contra injerencias extranjeras léase la Independencia, la Reforma, el rechazo desde luego contra el imperio de Maximiliano, sino en un movimiento interno, en una guerra civil, en una lucha intestina como fue la Revolución mexicana. Es ahí conde se gesta el movimiento nacionalista mexicano de mayor trascendencia.

Y se da así, en una lucha interna, en una guerra interior, precisamente por que los mexicanos necesitábamos volcarnos sobre nosotros mismos, encontrarnos a nosotros mismos, pero no en contraposición a nadie, no como rechazo a otras nacionalidades, no como odio contra los extranjeros, sino como una búsqueda de una realidad y de un común denominador que no habíamos encontrado.

Y eso nos los dio la Revolución mexicana. Porque la Revolución mexicana fue como si los mexicanos, cansados de ojear horizontes ajenos buscando respuestas a sus propias preguntas, bajara resignado su rostro, y encontrara sus propias manos inmóviles, prestas a edificar su futuro.

Eso fue la Revolución mexicana y ahí los mexicanos nos encontramos con nosotros mismos. Sin necesidad de odiar a nadie, sin necesidad de contraponernos a nadie.

Por eso, insisto en que ésa es la verdadera tradición nacionalista mexicana. Una tradición abierta, respetuosa, que enriquece, que no teme al mundo, que no teme a la universalización o a la tan llevada y traída globalización actual.

Precisamente por eso. Porque los mexicanos entendemos el nacionalismo como búsqueda y no como exaltación. Como encuentro de nosotros mismos y no como rechazo a los demás.

¡No caben, pues, todas éstas ideas, que rayan a veces en el racismo de que los extranjeros pueden contaminarnos o de que quienes son hijos de extranjeros no pueden sentir amor por México! ¡No caben en la mejor tradición del nacionalismo mexicano!

Pero si esto no fuera suficiente, pero si estas consideraciones históricas no convencieran a quienes discrepan de la reforma al 82, acabaríamos creo llegando a un argumento que es a mi juicio, la línea final, el mejor candado contra cualquier temor de algún extranjero o extranjerizante adueñándose del país por la vía de la Presidencia de la República, el mejor candado, compañeras y compañeros es la sociedad mexicana, el mejor candado es el electorado, el mejor candado es una sociedad mexicana que ya no necesita de prótesis de conciencia cívica porque la tiene y cada vez más desarrollada, una sociedad que ya no es la misma del Siglo XIX ni siquiera de principios de este siglo, que ya es más activa, más de mandante, más participativa y, desde luego, más informada y por consecuencia más politizada, una sociedad que ya no vive en el letargo y que ya no permite que se gobierne en

la clandestinidad, porque ese ruido social es síntoma de modernización, una sociedad vociferante es una sociedad moderna y esta sociedad mexicana de hoy no permitiría, jamás permitiría, que llegara a la Presidencia un...

El Presidente:

Señor diputado Basave el diputado Becerra...

El diputado Agustín Basave Benítez:

Sí, con mucho gusto a sus órdenes, señor diputado Becerra.

El diputado Emilio Becerra González (desde su curul):

Señor diputado Basave, usted ha expresado de manera precisa y coherente los argumentos que el PAN ha expresado durante más de 20 ó 30 años al respecto; a mí me gustaría que usted nos diera las razones específicas de su partido para apoyar esta modificación, ya que hace menos de dos meses, cuando se aprobó la reforma del artículo 82 fracción III su partido pensaba de manera diferente, y a menos de dos meses yo quisiera saber ¿cuáles son los hechos, las circunstancias, los argumentos que los han hecho a ustedes cambiar de opinión? Muchas gracias.

El diputado Agustín Basave Benítez:

Le agradezco diputado Becerra su interpelación porque me lleva al punto siguiente que quería abordar.

En primer lugar debo decirle que con todo respeto yo no he escuchado nunca de la fracción panista la interpretación del nacionalismo mexicano que acabo de suscribir, de esta evolución de la que hablaba de que el nacionalismo no surge en las luchas contra injerencias extranjeras sino en un movimiento intestino. En segundo lugar, debo decirle que yo no sé si realmente, porque no la he visto todavía plasmada a través del tiempo, una posición exacta y precisa en torno a la reforma del 82 de mi partido, precisamente porque en distintas ocasiones a las que usted alude no se había planteado de manera formal su reforma, pero yo sí le puedo decir que por lo que a mí respecta, como priísta, yo he estado siempre en favor de la reforma del 82 y no digo ahora, le podría mostrar si a usted le interesa, recortes de periódicos en donde lo he escrito hace muchos años y de declaraciones que he hecho a la prensa también hace ya bastante tiempo en relación a la reforma del 82 y encontrará usted una consistencia en mis argumentos.

Pero me llevaba usted, decía, al punto que quería seguir en mi exposición y que es precisamente eso, que como priísta lamento mucho que la reforma al 82 se haya vinculado, por lo menos a los ojos de la opinión pública, a un partido político y más concretamente a una persona militante de ese partido político. Lo lamento porque distrae la atención y porque presenta una imagen equivocada de una reforma que trasciende con mucho a una persona y a un partido, una reforma por la que estamos muchos mexicanos, de muchos partidos, incluido el mío, yo diría una mayoría silenciosa por desgracia, que estamos a favor de una reforma no de ahora, de hace tiempo y que insisto, desgraciadamente por esta cuestión de la prensa principalmente y de los medios que se han enfocado recientemente en una figura y en un partido, impide ver que éste no es un problema que se ciña, que se restrinja a ese partido y a esa persona.

Es un problema que nos afecta a muchos mexicanos y en el cual muchos mexicanos estamos de acuerdo.

Pero, más allá de todo esto, quisiera terminar diciendo lo siguiente: el nacionalismo es un fenómeno cultural, no es un fenómeno de sangre, no es un fenómeno de raza, es un fenómeno cultural, en un problema de conciencia nacional.

Yo creo que más allá también de todos los tratados, de todos los libros sobre teoría del nacionalismo que se han escrito en torno a los cuales hay una verdadera selva semántica para definir el término, hay por lo menos una coincidencia y es precisamente ésa: el nacionalismo es un fenómeno cultural, es un problema de conciencia nacional y en eso están de acuerdo Helmer, Gong, y todos, prácticamente todos los teóricos que han escrito sobre el nacionalismo.

Y precisamente así, como ese fenómeno cultural, devolución que México tomó esa característica, esa forma particular que yo acabo de mencionar y que nos da, por fortuna y por encima de las naciones europeas, esa tradición generosa y abierta de la que hablaba, ése, ése fenómeno cultural del nacionalismo es lo que une a una persona a su paz.

Y así, así lo entiendo yo, y creo que así lo entendemos muchos de los que estamos aquí presentes por fortuna y precisamente por eso, cuando discutimos el 82 no ponemos en tela de duda el nacionalismo mexicano, porque sabemos que todos, o la inmensa mayoría de los mexicanos al menos, tenemos la voluntad de mantener por encima de globalizaciones económicas, nuestra cultura, nuestra soberanía, nuestra presencia única, distinta en el mundo, y porque sabemos que esta cultura mexicana, la que nos une a nuestro pasado y la que nos da posibilidades de unirnos a nuestro futuro, porque compañeras y compañeros diputados, sólo la magia del nacionalismo puede tender puentes sobre los abismos de la historia. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias, diputado Basave.

Con qué objeto, diputado Tavira. Tiene usted la palabra para rectificar hechos, en términos del 102.

El diputado Martín Tavira Urióstegui:

Señor Presidente; distinguidos legisladores:

Sinceramente, cuando vengo a esta tribuna, siento temor, porque puedo equivocarme. Yo soy un universitario provinciano, con muchas limitaciones, carezco de la preparación como la del diputado Basave, que ha estudiado en universidades extranjeras, pero ha dicho cosas verdaderamente extrañas.

Nosotros hemos vivido en lucha interna pero sin odiar a nadie. Nosotros nos hemos enfrascado en contiendas civiles para encontrar nuestra identidad, pero sin odiar a nadie. Hombre, es como enterrar toda la historia de México.

Ya se le olvidó al diputado Basave todo el nacionalismo anticolonialista de los revolucionarios insurgentes. Ya se le olvidaron las proclamas de Hidalgo en contra del saqueo de las riquezas del país y del dinero; ya se le olvidó al diputado Basave todas las proclamas contra los explotadores extranjeros; ya se le olvidó que el Gobierno de Vicente Guerrero decretó la expulsión de los españoles que amasaban riqueza, pues si no se le ha olvidado, ¿por qué lo niega?, ¿por qué dice que nada hemos hecho en contra del extranjero odiando al extranjero? ¿Qué ya se le olvidó a todas las fuerzas que nos enfrentamos durante todo el Siglo XIX? ¿Ya se le olvidó que Víctor Hugo pidió perdón a a Benito Juárez, que perdonara la vida de Maximiliano, a ver si conseguía la vida de Maximiliano como no pudo conseguir la vida de John Brown? Usted, que defendió la República a montañazos, ¿qué se le olvidó todo eso, señor Basave? ¿Qué se le olvidó que la huelga de Cananea en gran parte fue una reacción contra los extranjeros por la discriminación que sufrían los mexicanos? ¿Ya se le olvidaron todos los agravios que nos ha hecho la potencia del norte y hemos vivido luchando contra molinos de viento extranjeros? Válgame Dios, señor, todo eso se nos olvidó.

El Estado mexicano surgió antes de la nación. Bueno, no es un dogma, señor Basave, fue surgiendo la nación, la nación no surgió de la noche a la mañana, fue un proceso muy largo.

Usted sabe que en el Siglo XVIII había ya una corriente nacionalista muy fuerte, la ilustración mexicana del siglo XVIII, tantos hombres que defendían la identidad nacional, tantos hombres que alegaron sobre la cultura mexicana respetable que ya existía, todo lo que aquí se había escrito contra la calumnia de los extranjeros de que aquí no había nada.

¿Ya se le olvidaron las obras de Eguiar y Eguren, por ejemplo, los alegatos, todo eso se le olvidó al diputado Basave? En fin, ¿se le olvidó que los diputados de 1917 en Querétaro elaboraron el artículo 27 pensando en reivindicar las riquezas del país que estaban en manos del extranjero? ¿Qué no sabe el diputado Basave que Lázaro Cárdenas con su puño y letra dejó un recado en la mesa del presidente Avila Camacho diciéndole: "hay que tener cuidado porque los extranjeros vienen aquí a invertir sus capitales, pero siempre amparándose con la protección de su Gobierno y, mientras no se pongan condiciones estrictas, no debemos permitir que abiertamente los capitales extranjeros se vengan a adueñar del país". ¿Todo eso se le olvidó al señor Basave? Pero, es un historiador que dice cosas muy extrañas, que no ocurrieron. Por amor de Dios, eso no es posible, señor Basave, que usted venga a comerse la historia de México de un solo bocado. No es posible eso, señor, señor de mi alma, como diría mi madre, ¿verdad?

Ahora estos señores de Acción Nacional, que Lombardo no podía ser presidente. Mejor no hablen de lo que no saben, yo no me meto, cuando ignoro algo mejor no lo digo, conozco mis limitaciones. ¿Qué el señor no sabe que Vicenzo Lombardo sí era italiano? ¿Qué no sabe que llegó a México con un compromiso de Benito Juárez para venir a establecer pequeñas

industrias agrícolas y que debido a la guerra no fue posible cumplir ese compromiso, pero que se quedó en el país y se casó con una indígena? ¿Eso no lo sabe? ¿Y no sabe que el padre de Lombardo, Vicente Lombardo Carpio, era mexicano por nacimiento y que la madre de Lombardo Toledano, Isabel Toledano era mexicana por nacimiento? ¿De dónde saca que Lombardo no tenía derecho de ser candidato a la Presidencia?

Por favor, señores, hablen de lo que saben pero no hablen de lo que ignoran, por favor.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, tiene la palabra el compañero diputado Basave.

El diputado Agustín Basave Benítez:

Muy brevemente y para responder múltiples alusiones personales del diputado Tavira.

Primero debo decirle, diputado Tavira que yo también soy universitario provinciano, yo también estudié en la provincia mi carrera, pero que no se me ha olvidado nada de lo que usted dice. Lo que al parecer a usted sí se le olvidó, es que el patriotismo criollo en México surge fundamentalmente en el Siglo XVIII, cuando los criollos precisamente, entre ellos Eguiar y Eguren, a quien usted cita, pero otros más, Clavijero principalmente responden a una serie de diatribas de "científicos" europeos, como Buffon, De Po y Robertson, que denigran al continente americano y a México en particular, diciendo que era un continente de segunda y que todo aquí degeneraba y una serie de cosas y, entonces los patriotas criollos responden defendiendo a México, aunque realmente no sabían qué era México, la Nueva España, los criollos, los peninsulares, los mestizos o los indios también y eso está muy claro, sobre todo en la obra de Clavijero.

Y a lo que usted también parece olvidársele, es que eso quedó en la élite criolla, ese patriotismo criollo quedó ahí en la élite criolla, no permeó abajo y lo que también parece olvidársele es que en el Siglo XIX sí hubo efectivamente agresiones extranjeras, no nada más en el Siglo XIX, en el Siglo XX, y seguramente las seguiremos teniendo, pero que esas agresiones extranjeras, esas agresiones de potencias extranjeras, lo único que hicieron fue rebelarse a la gente que entonces podía enterarse, por problemas de comunicación que había, por problemas incluso de lenguaje, problemas de comunicación en todos sentidos, en el sentido más amplio de lo que estaba sucediendo, porque los mayas que estaban peleando la Guerra de Castas en Yucatán en 1848, no sabían lo que estaba pasando y ni les interesaba, porque ellos hablaban maya y estaban luchando por su tierra y pensaban como mayas y porque no tenían conciencia mexicana todavía, porque ése es el proceso de búsqueda del que yo estoy hablando, de búsqueda de identidad nacional.

Eso no se me olvidó, diputado, a usted sí se le olvidó. Yo no sé si usted tenga la impresión de que entendió lo que yo dije, porque yo sinceramente no la tengo. Yo no dije nada de lo que usted hace referencia. Yo dije simple y sencillamente que el movimiento nacionalista de mayor trascendencia y envergadura, surgió en la Revolución mexicana.

No dije que no haya habido movimientos nacionalistas antes de la Revolución mexicana, diputado Tavira. Claro que los ha habido, dije que el mayor envergadura y trascendencia surgió en la Revolución mexicana y, yo le pido que me rebata eso.

El que llevó a una escuela mexicana de pintura, que trascendió las fronteras de México, el que llevó a una escuela mexicana de música, estamos hablando del ámbito cultural, que también trascendió las fronteras de México, el que llevó a una escuela mexicana de literatura propia, nuestra, que después imitaron otros países, todo eso surgió en la Revolución mexicana, como muchas otras cosas de la identidad nacional que realmente encontramos en la Revolución mexicana

Yo no dije que no haya habido agresiones; claro que las ha habido y las conozco mejor que usted, probablemente, las conozco muy bien.

Estoy diciendo simple y sencillamente que el movimiento, y lo repito por tercera vez, a ver si así se entiende, el movimiento nacionalista de mayor trascendencia y envergadura surgió en la Revolución mexicana; no el único ni el primero. El que realmente permeó al pueblo mexicano, el que llegó lo más abajo posible, lo más lejos posible, lo más amplio posible, del cual se enteró mucha gente, en el cual participaba mucha gente y no nada más élites. ¿Por qué? Porque obviamente México era distinto, porque había mejor comunicación, porque había más proceso de integración cultural, por el avance histórico precisamente. Eso es lo que yo dije, y ésa para mí es la tradición más rica del nacionalismo mexicano.

Que nos han agredido. Sí, claro que nos han agredido y seguramente nos seguirán agrediendo, pero los mexicanos, si bien hemos odiado, porque tampoco niego eso, claro que hemos odiado con razón, no basamos y no forjamos nuestra nacionalidad en el odio, eso es lo que yo quise decir y eso es lo que yo dije.

Y para no extenderme más, simplemente diría, reiterando el argumento central, ese nacionalismo mexicano, mestizo y no criollo, es precisamente el que surge con más fuerza, con más vigor en la Revolución mexicana y es al que yo espero que nos atengamos los mexicanos de hoy. Muchas gracias.

El Presidente:

Para rectificar hechos, había solicitado el diputado Dorantes.

El diputado Francisco Gárate Chapa: (desde su curul):

Señor Presidente, pido la palabra para contestar alusiones personales.

El Presidente:

Diputado Dorantes, ¿me permite, por favor? Para contestar alusiones personales, el compañero diputado.

El diputado Francisco Gárate Chapa:

Con su permiso, señor Presidente; compañeros diputados:

Quiero señalar que el diputado del Partido Popular Socialista que me antecedió en el uso de la palabra, me parece que no escuchó o no puso atención respecto de lo que dije.

Yo decía que si la condición para ser genealógica y familiarmente mexicano, patriota y nacionalista, es tener varias generaciones de ascendientes nacidos en México. Don Vicente Lombardo Toledano, seguramente no lo hubiera sido, ya que no hay que olvidar que era de ascendencia extranjera, su abuelo era italiano.

Y aquí con su lógica yo le preguntaría: ¿cuántas generaciones se necesitan para poder entonces ser mexicano? Sería la primera, para poder asimilar la cultura mexicana, los valores de México.

Yo creo que quien nace en México, inmediatamente se asimila a la cultura y a los valores de México, por un lado.

Por otro lado, no hay que olvidar que una gran cantidad de países europeos extienden la posibilidad de la nacionalidad hasta la tercera generación. Es decir, Vicente Lombardo Toledano seguramente tendría derecho a la nacionalidad italiana porque su abuelo era italiano.

A mí me parece que bajo la lógica que están aplicando algunos diputados del Partido Popular Socialista, don Vicente Lombardo Toledano no reuniría las cualidades para poder ser Presidente de la República, porque, según ellos, no tendría el suficiente arraigo en nuestro país. Gracias.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, tiene la palabra el diputado Tavira.

El diputado Martín Tavira Urióstegui:

Primero, voy a ratificar un hecho, no lo voy a rectificar, que el señor Basave dice que sabe más que yo. Si, señor Basave, usted sabe más que yo. Mis respetos; sí, usted es mucho más sabio, usted no puede ponerse conmigo porque yo soy un ignorante, eso reconozco en usted. Usted sabe mucho más que yo. Bueno, muy bien, sabe más que yo. Eso no tiene importancia, ¿verdad?

Segundo. Usted ha dicho que el nacionalismo es un fenómeno exclusivamente cultural. No es cierto eso, señor, está usted en un error.

Y ahí están las versiones taquigráficas, usted lo dijo. No sólo es un problema cultural, es un problema político, es un problema cultural y es un problema político.

Ahora, decir que no venimos a hablar de nacionalismo que está bien resguardado, sino de democracia. Bueno, entonces el nacionalismo y la democracia son dos categorías aparte, no se vinculan. No señor, no señor, nacionalismo y democracia son dos categorías estrechamente vinculadas y más en países como el nuestro, que han vivido luchando contra fuerzas externas.

La democracia, entendida en su profundo sentido social y político, es una democracia nacional, o si usted quiere nacionalista.

Usted toca sólo un aspecto del problema, pero no es todo el asunto. Usted dice que brotó el

nacionalismo más fuerte en la Revolución Mexicana y menciona usted lo que aportaron en la música, en las artes plásticas; claro, el nacionalismo de Carlos Chávez, de Silvestre Revueltas, del maestro Blas Galindo, en fin, de tantos creadores y, claro, los muralistas, los tres grandes y otros muchos.

Es verdad todo esto, pero el nacionalismo está reflejado en la lucha política para liberar a la nación de las cadenas económicas y eso a usted no le importa. No solamente es nacionalismo cultural; es más, diríamos, el nacionalismo cultural es la defensa de la soberanía nacional en todos sus aspectos y la soberanía política de la nación implica la soberanía económica y la cultura política, nacionalista, es una cultura en toda la extensión de la palabra, no puede desvincularse; ni puede usted desvincular nacionalismo de la política, ni nacionalismo de la cultura, ni puede usted desvincular democracia de la cultura ni democracia del nacionalismo. Está usted en un error, aunque sepa más que yo.

El Presidente:

Para rectificar hechos, tiene la palabra el diputado Dorantes.

El diputado Francisco Dorantes Gutiérrez:

Señor Presidente, el señor diputado Basave nos habla de un nacionalismo abstracto, que difícilmente entiende él, porque una cosa es conocer los grandes movimientos sociales desarrollados realmente por el pueblo de México, por la gente nativa de México, por los indios de México y, parece que no cree en el nacionalismo de la gente que construyeron con su sacrificio la patria que tenemos.

¿A cuál nacionalismo se refiere? ¿Al de los criollos? ¿Al de los extranjeros, que ya se han reproducido por generaciones en México, como los López Portillo, que fueron a Caparrosa y en donde Margarita López Portillo le dijo al Rey de España: "Señor, venimos al origen de nuestra dinastía"? ¿Ese es el nacionalismo en el que él cree? ¿Ese es el nacionalismo herencia de los criollos?

El gran Morelos dijo que, "los extranjeros que vengan sean libres de toda sospecha". Por consecuencia, dijo también, ¿cómo podemos creer en el nacionalismo de hijos de extranjeros que dicen que es muy fácil vivir en tierra de peregrinos? ¿Cómo podemos creer en el nacionalismo de esa gente que le niega a la gente prieta la capacidad de pensar y que somos gente de razón y que solamente ellos pueden dirigir los destinos de México?

¿Cómo podemos creer en el nacionalismo de gente que por generaciones ha nacido en México y que duerme con la cabeza hacia el oriente y que los impuestos que paga al Gobierno de México, es lo que recauda en las mañanas, llevando un doble libro y que al Gobierno de México eso es lo que le paga? En cambio, el libro bueno es el que llevan en la tarde, ¿es ese el nacionalismo? ¿Eso es lo que quiere el señor Basave que siga gobernando en México considerándose como nacionalismo? Nacionalismo es el pensamiento de la gente que vive en México y que quiere el progreso de todos: blancos, morenos o cobrizos.

Pero no, yo no creo en el nacionalismo del señor diputado, de un señor diputado alto, güero, de ojos verdes, que dice que mi estupidez es congénita, sin haber conocido a mis padres ni haber conocido mis calificaciones en la escuela. ¿Cómo voy a creer en ese nacionalismo?

No digo nombres, pero eso, yo creo que si el gran Morelos dijo y previno que los extranjeros que vinieran a México fueran libres de toda sospecha, es porque él era un hombre visionario, nacionalista, que realmente quería el progreso de México y ver libre realmente a México de la influencia extranjera.

Por eso cuando dije en mi intervención, que después de que Hidalgo cogió el estandarte en Atotonilco, hasta ahí es válido el pensar en un gobernante extranjero, pero a partir de los Tratados de Córdoba y del Plan de Iguala, ya no podemos creer, porque en el Plan de Iguala todo quedó en favor de los extranjeros, de los criollos y de los empleados y en los Tratados de Córdoba igual y, en la época también de la traída a México de Maximiliano, todo quedó mejor en favor de aquéllos, por eso no podemos creer en esa clase de nacionalismo.

Creo sí en el nacionalismo de Benito Juárez, de sor Juana Inés de la Cruz, de Villa, de Zapata, de Carranza y de Obregón. Muchas gracias.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, tiene la palabra el diputado Basave.

El diputado Agustín Basave Benítez:

Sólo dos brevísimas declaraciones, porque hay comentarios de tinte racista que no vale la pena contestar: una, no me creo más sabio que nadie y, dos, el nacionalismo es un fenómeno de origen cultural con implicaciones políticas. A mis versiones estenográficas me remito para aclarar cualquier otra duda. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado Juan Cárdenas García.

El diputado Juan Jacinto Cárdenas García:

Con su venia, señor Presidente:

Afortunadamente en la discusión, en el debate, van aclarándose algunas cosas, por ejemplo, aquí ha quedado muy claro el papel de ideólogo, pripanista, del diputado Basave. Tiene razón cuando dice que no ha olvidado cuestiones que implican el nacionalismo mexicano y tiene razón porque entonces quiere decir que nunca ha sabido lo que es el nacionalismo de México.

Cuando un mexicano sostiene que el nacionalismo no surgió en contraposición a nadie, no surgió con odio a nadie, se olvida, más bien no conoce la historia del país, no sabe ni por asomo cuáles fueron las aspiraciones del pueblo mexicano, históricamente, desde que se fue forjando en el proceso histórico de la Colonia, Independencia, Reforma y Revolución mexicana. Si precisamente lo que distingue el nacionalismo de México en el mundo es que se forjó en medio de procesos de agresión profundos que llegaron incluso a la mutilación de su territorio.

Cierto, el pueblo mexicano no fue forjando su nacionalidad con odio a nadie, la fue forjando en defensa de sus recursos, en defensa de su derecho a desarrollarse con independencia del exterior. Así se forjó el nacionalismo de México y por eso el Partido Popular Socialista ha venido a señalar reiteradamente que lo que está en riesgo es el nacionalismo, ¿por qué razón? y, en esto tal vez en un momento de lucidez del diputado Basave, dice que no han cesado las agresiones. Tiene razón en eso, sí.

Y ésa es la razón del Partido Popular Socialista, las agresiones no han cesado, no van a cesar mientras exista un poder económico en nuestra frontera norte que quiere desarrollarse fortaleciendo su hegemonía económica y política en el territorio americano y en otros pueblos que están bajo su influencia económica.

Señoras y señores diputados: cuando nosotros hablamos de que está en riesgo la soberanía y la independencia, nos basamos en los hechos que están aconteciendo en el mundo y sobre todo en América Latina. Quiero recordarles a ustedes que en los últimos años al impulso del interés del imperialismo norteamericano en América Latina han ido arribando a los poderes ejecutivos los agentes del imperialismo: los empresarios.

Revísese a lo largo y ancho del continente americano, ¿quién es presidente en Brasil, en Perú, en Nicaragua, en Venezuela, en Argentina?, empresarios. ¿Por qué razón? ¿Por casualidad? no, es toda la estrategia norteamericana para adueñarse totalmente del mercado latinoamericano, requiere de gente con mentalidad empresarial para abrirle paso a las grandes empresas transnacionales.

Por eso nosotros advertimos este peligro para México, real, no cuestiones ficticias, no cuestiones ideales, no es cuestión de xenofobia, no; es cuestión de seguridad de la nación, de los intereses de la nación.

Porque con el Tratado de Libre Comercio, si se concreta, se va a fortalecer el fenómeno que ya estamos observando, del arribo, a México de muchas empresas, poderosas empresas que van a requerir un gobierno que no les estorbe el saqueo impune que van a seguir haciendo de nuestra economía.

Por eso, señoras y señores diputados, nos preocupa que a pretexto de restaurar derechos humanos o de supuestas igualdades jurídicas, se esté abriendo toda la posibilidad de que un mexicano hijo de extranjero pueda llegar a gobernar a 90 millones de mexicanos y no es cuestión de xenofobia, porque el Partido Popular Socialista, que defiende, eso sí a ultranza la Constitución, consagra todos los derechos para todos los que tienen calidad de mexicanos. No hay excepción, todos los mexicanos gozan de todas las garantías individuales, pero como en cualquier lugar del mundo, como en cualquier organización, se ponen condiciones para aquellos que aspiren a cargos de elección popular o cualquier cargo de dirección.

No hay en ninguna parte donde no se pongan condiciones para ser dirigentes para algo, porque de otro modo no pondríamos requisito alguno para ser diputado o senador etcétera, para ser Presidente o Magistrado del Tribunal Superior de Justicia o la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Se ponen condiciones, condiciones para preservar precisamente los valores

nacionales, los valores de la democracia, de la independencia y de la soberanía.

Y claro, si la Presidencia de la República es el cargo de más alta responsabilidad en cualquier país, es lógico que sus pueblos, los pueblos, le pongan muchos requisitos a quien aspire a ser Presidente de la República y se ponen requisitos mínimos. Por eso lo mínimo que los constituyentes pusieron para ser Presidente de la República es éste: es ser mexicano en pleno goce de sus derechos y ser de padres mexicanos por nacimiento. No se puso por un capricho, se puso por toda la historia de la patria que se resume en el movimiento de la Revolución mexicana.

El nacionalismo de un pueblo como el nuestro, ya lo han dicho mis compañeros, es un nacionalismo para defender el derecho a desarrollarnos con independencia... un momento... es el nacionalismo para defender el derecho que tenemos los mexicanos de explotar nuestros recursos en beneficio de las mayorías...

El Presidente:

Diputado Cárdenas, ¿me permite un segundito?

El diputado Marco Humberto Aguilar Coronado (desde su curul):

Pido la palabra.

El Presidente:

¿Con qué objeto, señor diputado?

El diputado Marco Humberto Aguilar Coronado (desde su curul):

¿Me permite el orador una interpelación?

El Presidente:

¿Acepta usted una interpelación, señor diputado Cárdenas?

El diputado Juan Jacinto Cárdenas García:

Aunque no tiene caso, sí, hombre.

El diputado Marco Humberto Aguilar Coronado (desde su curul):

Bueno, para mí sí tiene caso; para creer firmemente lo que usted está diciendo, debe tener sus razones.

Palabras más, palabras menos, usted dice que México forjó su nacionalidad para defenderse. Le pregunto: ¿no se le hace una concepción muy pobre de nuestro nacionalismo, de la nacionalidad mexicana, que implica ciertamente principios, valores, costumbres y creencias, que un diputado de su partido también mencionó a Dios y creo que ése es un buen avance.

El diputado Juan Jacinto Cárdenas García:

¡Hijoles!, con ese espíritu franciscano...

No sé si al diputado que antes había dicho que para ser mexicano no importa el origen de los padres. No, para ser mexicano no importa. Pero sí para ser Presidente.

Y en cuanto al nacionalismo como ha surgido diputado, no sé qué le parezca si fue un intercambio de abrazos la invasión norteamericana de 1847, la invasión francesa de 1862, las 60 y tantas invasiones norteamericanas que se han producido en México, que todo eso ha servido para fortalecer el nacionalismo que efectivamente viene de raíces profundas desde el mestizaje, la cultura, la lengua, el idioma, el territorio, la economía, etcétera. Todo y eso es lo que ha defendido el pueblo mexicano a lo largo de su historia y eso es lo que está en peligro ahora.

Por eso llamamos la atención de que se advierta el proceso que está ocurriendo en América Latina y es el riesgo, señoras y señores diputados. No estamos hablando en el vacío; en la realidad es la inmensa, el inmenso poder de las empresas transnacionales que buscan seguridad de todo tipo para saquear nuestra economía y, claro, son las que están impulsando a los representantes de las empresas que son mexicanos, hijos de extranjeros, pero que no se trata de los mexicanos hijos de extranjeros, pobres, que por casualidad nacen aquí. ¡No! Se trata de los representantes de empresas transnacionales que han servido siempre a las grandes empresas y no es por referencia al representante de la Coca - Cola Internacional, son los representantes de todas las empresas transnacionales, que son los que están siendo impulsados para dirigir a este país a fin de enterrar, sí, toda la cultura nacional, toda la historia del país, todo lo que ha significado forjar con grandes sacrificios y con la muerte de muchos mexicanos, que nosotros, aunque se

nos diga xenófobos, seguimos defendiendo, porque eso es lo que está en riesgo.

Hay evidentemente un proceso de privatización y eso es lo que hace peligrar la soberanía y la independencia y todavía le vamos a poner algunas condiciones para que avance. O es que en el ánimo de los que han negociado esta iniciativa en la oscuridad, porque aquí ha dicho el diputado Diego Fernández de Cevallos, que es uno de los negociadores, pero ¿el otro? No aparece, sigue ocultándose, sigue en una actitud cobarde para no salir a la palestra y decir quién y por qué negoció con el PAN esta iniciativa y, eso es lo que hemos estado preguntando a lo largo de este debate. ¿Quién es la contraparte que negoció a trastienda esta iniciativa que ya reconocieron en PRI - Panista?

Señoras y señores diputados: si avanza el proceso privatizador, por desgracia para el pueblo mexicano, que está siendo orillado a explotar en un tiempo previsible si se continúa y más si se alcanza ese objetivo que se está abriendo paso, de privatizar la Presidencia de la República. Ese es el objetivo, llevar a un empresario a la Presidencia de la República.

Entonces que no se venga a hablar de cuestiones ideales, son hechos, es lo que está ocurriendo en la realidad, lo que nos preocupa a las fuerzas democráticas de este país.

Hay argumentos como el de que hay mexicanos por nacimiento, de padres mexicanos que no son buenos patriotas. Por lo visto Agustín Basave hablaba casi mirándose al espejo, porque desconocer la esencia de la historia nacional, eso simplemente no es de patriotas.

Pero también se hablaba aquí, vino alguien a defender a Santa Anna, a Victoriano Huerta, etcétera. No, no, no, nosotros hablamos de las grandes masas que siguieron a Hidalgo, a Morelos, a Benito Juárez, a Zapata y a Villa en defensa de lo que es nuestro: nuestro territorio, nuestras riquezas, nuestra cultura, nuestras raíces.

Queremos que se cierre toda posibilidad de que acceda a la Presidencia de la República, alguien que no entienda las motivaciones profundas del mexicano, que es producto del mestizaje en todos los sentidos: económico, racial, político y social. ¡Esa es la defensa que hacemos, porque eso es lo que está en riesgo!

Señoras y señores diputados: una vez más llamamos a las fuerzas democráticas a impedir este paso, porque no es cierto, es totalmente falso que se esté atentando contra derechos humanos. No, insisto, hay condiciones para ocupar ciertos puestos y más el de más alta responsabilidad.

¡Y es que es lógico y deben saberlo los señores diputados que tienen padres extranjeros, que los padres extranjeros procuran inculcar a su hijo nacido en México los valores de su país de origen, su lengua, sus costumbres, sus hábitos! ¡Y no puede ser, no puede ser que asimilen en poco tiempo lo que es todo este pueblo mexicano: sus luchas, los motivos de sus luchas y sobre todo su actitud de que su país se desarrolle con independencia del extranjero, haciendo suyos los valores universales que vienen a conformar toda la cultura nacional! Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al señor diputado Diego Zavala Pérez.

El diputado Diego Heriberto Zavala Pérez:

Señor Presidente; señores diputados:

La intervención de veintitantos oradores y algunos de ellos con varias vueltas, ha agotado quizá un tema que yo consideraba inagotable y, alguno o algunos de los oradores no se contentaron con intervenir, sino que "también rompieron el silencio de la noche".

Señores diputados: voy a hacer algunas acotaciones, porque se ha hablado mucho de estos temas. En primer término, se ha dicho que la reforma al artículo 82 quebranta, arrolla, resquebraja por completo la historia jurídica de México.

Ya se ha dicho aquí que todas las constituciones, desde la Constitución de Apatzingán, todas las que antecedieron a la Constitución vigente, no contemplan los requisitos establecidos por la fracción I del artículo 82 para aspirar al cargo de la Presidencia de la República.

Curiosamente el artículo 52 de la Constitución de Apatzingán dice: "Para ser miembro del Supremo Gobierno se requiere ser ciudadano en ejercicio de sus derechos, la edad de 30 años, buena reputación, patriotismo acreditado con servicios positivos y tener luces no vulgares para desempeñar las augustas funciones de este empleo". Ciertamente en esto de las "luces no vulgares". sí históricamente algunas veces hemos fallado.

La Constitución de 1824, exactamente en su artículo 76, dice: "Para ser Presidente o vicepresidente se requiere ser ciudadano mexicano por nacimiento, de edad de 35 años cumplidos al tiempo de la elección y residente en el país".

Y podríamos seguir citando una serie de constituciones y una serie de adiciones a la Constitución en donde el sentido es exactamente el mismo.

Señores: es en 1917 en donde se produce esta aparición del requisito, que nos parece de un exacerbado nacionalismo. Se da el debate en la Constitución de 1917, pero casualmente no se debate y esto también ha sido citado aquí, la fracción I. Se debate la fracción V del artículo y la fracción V versaba:" No estar en servicio activo, en caso de pertenecer al Ejército, seis meses antes del día de la elección". Claro la preocupación de los entonces diputados era que no se excluyera a don Venustiano Carranza de la posibilidad de ser Presidente de la República, pero en ese debate del artículo 82 se da una perla parlamentaria que me llama la atención, no la iba a citar pero creo que mi deber es citarla, porque podría tener dedicatoria para algunos de los diputados de esta Legislatura. Concretamente dice el diputado Bojórquez: "Yo tengo la convicción de que los hombres más buenos, los más justos, los que mejor pueden expresar un sentimiento y defender un ideal, son los que tienen menos cultivada la inteligencia y esto no es un elogio a la estulticia".

Señores, no se da esa raigambre histórica en nuestro derecho, es más, se ha citado aquí la posición de doctrinarios en materia jurídica que expusieron sus opiniones hace décadas y que no tenían qué ver absolutamente nada con el PAN y todos consideran indebida la fracción I del artículo 82. Ya fue citado Tena Ramírez, podemos citar al mismo Carpizo en la Constitución comentada y editada en una forma preciosa por la Universidad Nacional; podemos citar a Lanz Duret, podemos citar también las opiniones de Serra Rojas y del maestro Burgoa, es decir, desde el punto jurídico doctrinario no vemos ningún obstáculo para la modificación a la fracción I del artículo 82.

En el Derecho Comparado, podíamos analizar una serie de legislaciones que contienen y lo citan así, la absurda existencia de las constituciones de los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, Estados Unidos, Dinamarca, Italia, Noruega, España, en fin tengo aquí también, un estudio comparativo de 20 países y en ninguno de ellos aparece esa exigencia. No es algo privativo de Acción Nacional; las opiniones de juristas que hemos citado, no son de miembros del PAN; hemos visto desplegados en la prensa en donde se han pronunciado intelectuales mexicanos, muy mexicanos y que tampoco pertenecen al PAN diciendo: señores, el artículo debe de modificarse.

Se ha tratado una cuestión que me parece de vital importancia; se dice: "No debe de modificarse la fracción I del artículo 82 porque tiene dedicatoria"; ciertamente no está dentro de la ética legislar para resolver casos personales. En nuestro sistema no se ha dado, entiendo que sí, se dice verbigracia que los decretos expedidos por el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista en diciembre de 1914 y de 1915 en la ciudad de Veracruz, que fueron los que abrieron las puertas del divorcio vincular en México, fueron expedidos porque deseaba el Primer Jefe del Ejército beneficiar a dos de sus ministros que querían divorciarse, claro, no entre sí, sino de sus respectivas esposas.

Posteriormente, en el año de 1983, también en materia civil, se agregó una flamante fracción XVIII al artículo 267 con la cual el derecho desanduvo siglos; incluso, y se dijo en conferencias académicas, que esa fracción tenía dedicatoria para resolver un caso especial.

Estoy de acuerdo que no debe realizarse, es distinto que yo ajuste mi conducta a la norma jurídica, a que adecue la norma jurídica, a mi conducta; pero por otra parte sí estamos ante derechos humanos, sí estamos ante una exigencia inclusive internacionalmente reconocida, lo establece la Declaración de los Derechos del Hombre en su artículo 21, sí estamos ante el reconocimiento de derechos humanos y es natural que las normas tienen dedicatoria, todas las normas jurídicas tienen destinatario; sino, serían inocuas, sino, serían inservibles; sino, serían ineficaces.

Señores, los derechos se reconocen hic et nunc, aquí y ahora, no para dentro de unos cuantos años y estamos dentro del tema de la vigencia.

¿Cuándo empieza la vigencia de esta reforma si es que se produce? Fue calificada aquí por uno de los diputados del PRD, por el estimable Rincón Gallardo, como una absurda posición de que entrará en vigor en 1999.

Ciertamente ya estamos nosotros los legisladores, recibiendo la crítica del público, estamos

legislando pero para futuros bastante mediatos, cuando estamos legislando para el presente, señores esto es para 1997; esto va a ser para el año 2000. Con dote de sivila délfica, estamos viendo lo que nos viene dentro de 10 y dentro de 15 años. Señores, estamos haciendo leyes, no testamentos, que son actos jurídicos cuya eficacia depende de la muerte de quien los otorga.

Sí queremos que sean eficaces los derechos humanos y que sean eficaces ya. Pero sí quiero decir que Acción Nacional está vinculado absolutamente a la democracia; nadie nos dice y vamos a citar nombres, que el señor Vicente Fox, por respetable que sea, tenga la certeza en su caso, de ser candidato a la Presidencia por parte de nuestro partido. Se tiene que pasar por un proceso democrático y ya saben ustedes perfectamente, por la prensa y por lo que ha ocurrido aquí, que por fortuna Acción Nacional tiene varios precandidatos para la Presidencia.

Entonces, no se está legislando para una persona concreta. Nosotros estamos viviendo estos momentos por la democracia. El Partido Acción Nacional, repito, con todos los errores que podamos tener sus integrantes, no está vinculado, no está atado exclusivamente a un episodio electoral. Acción Nacional está permanentemente vinculado, estrechamente vinculado a la vida social, económica, democrática, de México; está vinculado, en síntesis, al destino de México. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias por su participación, diputado Zavala.

Tiene la palabra para fijar posición de su partido, el señor diputado Alejandro Encinas, del Partido de la Revolución Democrática.

El diputado Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez:

Con su permiso, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Creo que lamentablemente no hemos cumplido con las expectativas que este debate había despertado, no solamente al interior de la Cámara de Diputados sino ante la opinión pública y, digo que no hemos cumplido con esas expectativas, porque lamentablemente el grueso de la discusión ha dejado de lado el asunto fundamental que nos ocupa.

Se ha hablado del procedimiento de formulación de esta iniciativa, de negociaciones clandestinas, de falsos negociadores que nadie conoce, pero no hemos entrado al problema de fondo, que tiene qué ver con la restitución y el ejercicio de los derechos políticos de todos los mexicanos.

Ya mi compañero Gilberto Rincón Gallardo documentó ampliamente cómo a lo largo de nuestra historia constitucional y política, no ha existido una tendencia unánime sobre este tema y que por el contrario, en nuestro constitucionalismo se han adoptado diferentes principios y criterios de acuerdo a momentos históricos específicos y, a lo largo de la historia se han venido confrontando básicamente dos posiciones: por un lado, la de quienes sostenemos que es fundamental el respetar y reconocer una garantía elemental en todo país que se precie de democrático, como es el de la igualdad de los derechos políticos para todos los nacionales, para todos los mexicanos y, hay otra corriente que ha enfatizado fundamentalmente en torno a nuestra experiencia histórica, marcada ésta siempre, sin lugar a dudas, por una constante lucha por, conformar y defender nuestra soberanía y en particular frente a hechos que no son de grata memoria en la historia de nuestro país.

Por eso considero que este debate no puede centrarse en una falsa confrontación entre patriotas y traidores, entre nacionalistas y vendepatrias. Yo creo que no solamente hay que reconocer, respetar y tolerar las diferentes posiciones que aquí se han expresado, todas ellas con argumentos de peso y de fondo, sino creo que también debemos evitar una discusión que parte de nacionalismos mal entendidos y creo que esta discusión debe apartarse de la descalificación y la calumnia, para concentrarse en el aspecto fundamental, que es el del ejercicio y el reconocimiento de los derechos plenos para todos los mexicanos.

Y eso es lo que discutimos y aprobamos aquí cuando se reformó el artículo 130 y se restituyeron los derechos políticos a los mexicanos que ejercen el ministerio religioso; y eso forma parte de la discusión de este período extraordinario y de las propuestas políticas de nuestros partidos, en torno a la reforma política del Distrito Federal y la restitución de los derechos políticos a los habitantes de la Ciudad de México para elegir a sus gobernantes y, eso ha formado parte fundamental de nuestros debates, cuando hemos planteado la necesidad de restablecer la libertad de afiliación y acabar con el corporativismo y eso tiene qué ver hoy también con el hecho de reconocer el derecho a votar de todos los mexicanos que viven en el extranjero.

Por eso nosotros creemos que esta reforma es una reforma parcial, que toda reforma que se precie realmente de velar y de restituir los derechos políticos para todos los mexicanos, tiene que reconocer no solamente el derecho a ser electo, sino el derecho a elegir, por parte de los mexicanos, a sus gobernantes y, en este caso al Presidente de la República.

Y decimos que es una reforma parcial que si bien reconoce el derecho de un sector pequeño de nuestra sociedad para participar y contender en la elección a la Presidencia de la República, deja de lado a millones de mexicanos que no pierden su nacionalidad, que no pierden su ciudadanía y que no deben perder su derecho a elegir al Presidente, por el solo hecho de tener que emigrar a vivir a un país distinto al nuestro.

Creo también que esta reforma no solamente es insuficiente, sino ambigua y, ambigua no solamente en la forma de su redacción o algunos planteamientos que se han reconocido como improcedentes, como es el establecer la figura de ciudadanos mexicanos por nacimiento, cuando la ciudadanía se establece en otro artículo constitucional, como es la discrecionalidad que se plantea con el concepto de residencia, cuando la residencia en materia de derecho electoral no está planteada y se deja a la interpretación discrecional del Código Civil, que todavía no alcanzamos a presentar con mayor comprensión cómo puede aterrizar, esclarecerse la residencia efectiva de esos ciudadanos mexicanos, cuando éstos pueden tener distintos lugares de residencia, de acuerdo al Código Civil, en el país o viviendo en el extranjero.

Pero fundamentalmente nos preocupa lo que consideramos un gran error jurídico, una verdadera aberración, al reconocer en esta propuesta de reforma, un derecho de los mexicanos y posponer su ejercicio hasta el próximo siglo. Yo creo que la Constitución no solamente debe reconocer este derecho, sino aplicarlo de inmediato, porque los derechos se ejercen y no se posponen en su ejercicio a capricho del Ejecutivo o del propio Legislativo, lo cual también creemos que genera un vacío jurídico profundo, porque el hecho de modificar este artículo de la Constitución y no aplicar su ejecución inmediata, va a crear incertidumbre en cuanto a su aplicación y momentos o coyunturas específicas que pueden presentarse en los próximos seis años, como ayer mismo debatió nuestro partido al seno de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

Por eso nosotros planteamos la necesidad de una reforma integral. Queremos democracia aquí y ahora para todos los mexicanos, nacidos en México o que viven en el extranjero y no queremos aproximaciones graduales. La consecuencia con la democracia implica el reconocimiento pleno de los derechos políticos para todos los mexicanos, independientemente de la nacionalidad de sus padres, independientemente del territorio donde vivan.

Por eso nosotros, algunos diputados del PRD, la diputada Rosa Albina Garavito, la diputada Liliana Flores y los diputados Jesús Martín del Campo, Elpidio Tovar, Eloy Vázquez, Raymundo Cárdenas, Enrique Rico, Atalo Sandoval, Ricardo Valero, Julio César García, Manuel Huerta, Jorge Calderón y un servidor, nos vamos a abstener en esta votación, porque creemos que es importante reconocer el derecho de todos los mexicanos a contender por la Presidencia de la República, pero creemos que no debe haber situaciones de excepción y que todos los mexicanos tenemos el derecho a elegir y a ser electo y este Legislativo no debería mantener esta restricción que la propia Constitución establece para una gran cantidad, millones de compatriotas que viven en el extranjero.

Y he de reconocer la madurez de mi grupo parlamentario para permitir el voto libre, porque hemos dicho que el voto disciplinado no solamente encubre el disenso en los partidos y particularmente el disenso en la mayoría, sino el voto disciplinado privilegia el interés del Ejecutivo por encima del interés del Legislativo y las preocupaciones ciudadanas. Por eso nos hemos de abstener.

El Presidente:

Agradecemos mucho su intervención, señor diputado Encinas.

Tiene el uso de la palabra el diputado Felipe Bravo, del Partido Acción Nacional.

El diputado Luis Felipe Bravo Mena:

Señor Presidente; compañeras compañeros legisladores:

Cuando Martín Luther King daba su batalla por la conquista de los derechos civiles para los hombres de color en los Estados Unidos, entrevistándose un día con una comisión de senadores blancos, le confesaron que estaban de acuerdo en que debía dársele el derecho de voto y restituirles todos sus derechos a los hombres de

color, pero le dijeron que habían muchas resistencias, que habían muchas razones, porque habían muchos intereses que se oponían a que se les reconocieran a los negros sus derechos civiles. Y entonces este héroe de los derechos humanos, este personaje universal que fue Martín Luther King, expresó una frase que hoy a ustedes, señores legisladores, quiero proponerles como norma de conducta para resolver en este dictamen nuestro voto.

Señoras y señores legisladores: siempre es oportuno obrar rectamente. Quiero invitarlos en esta noche en la discutimos la reforma al artículo 82 de nuestra Constitución, quiero invitarlos, señores legisladores, a obrar rectamente, porque es oportuno y bueno para México que obremos rectamente hoy.

Vengo a pedirles que voten para que se retire el transitorio que limita el ejercicio de los derechos políticos, que se han restituido ya en la fracción I que el dictamen contiene.

Voy a referirme en primer lugar a cómo expresa el dictamen su conclusión o su razón:

Dice el dictamen: "la Comisión considera en principio, que a la luz del amplio marco de la apertura y renovación política en la que está inmerso el país y a efecto de favorecer una mayor democratización en los procesos políticos que tendrán lugar al iniciarse el próximo siglo, se presentan suficientes elementos que aconsejan la reforma al multicitado precepto constitucional".

De tal suerte que la Comisión nos está diciendo que la reforma al artículo 82 pertenece al proceso de democratización o de perfeccionamiento de la vida democrática del país. En términos de mi partido y en términos de los estudiosos de la política, diríamos que la reforma al artículo 82 está inscrita dentro del proceso de transición democrática que está viviendo el país y la transición democrática, señoras y señores diputados, se compone siempre de dos partes, no es un proceso unitario y lineal, tiene siempre dos fases concomitantes que se alimentan mutuamente: la fase de liberalización política y la fase de democratización.

La liberalización del régimen para transitar del autoritarismo a la democracia o para transitar de la democradura o a la dictablanda o a la democracia, siempre, siempre contiene un reconocimiento de derechos y libertades que se habían cancelado por el régimen anterior.

Y analicen ustedes todos los procesos de transición democrática en Europa Oriental, en la Europa Mediterránea y en la América Latina y encontrarán que en su primera fase tienen la fase de reconocimientos y libertades.

Lo que se ha estado haciendo aquí en México, mencionado hace un rato por mi amigo y compañero Alejandro Encinas, contiene esa parte.

En los últimos seis años aquí esta Cámara ha reconocido y liberado muchos derechos humanos que estaban no reconocidos. Estamos pues en la fase de liberalización.

Y la reforma al 82 está en ese contexto, es reconocimiento de libertades y de derechos.

Debemos felicitarnos que hayamos logrado el consenso entre fuerzas políticas, que hayamos encontrado la fórmula, como lo decía Diego en la mañana, quizá no la perfecta, quizá no la ideal para cada una de las fuerzas pero la posible, que es siempre el proceso de transición, el pacto y el acuerdo entre fuerzas, para hacer posible el cambio del régimen viejo al régimen nuevo; del régimen de no libertades, al régimen de libertades. Estamos, pues, en este camino.

Y el dictamen así lo inscribe, así lo expresa, en que la reforma al 82 es parte de la transición democrática. Sin embargo, más adelante el dictamen dice algunas otras cosas, que no son congruentes con esto. Dice que, si bien lo que existe en realidad es la definición política de no seguir postergando hacia un futuro indefinible la responsabilidad de realizar el cambio en consulta, así como eliminar cualquier propensión a juzgarlo como un mecanismo circunstancial y artificioso, para beneficiar a algunos individuos del presente o perjudicar a otros, dice: "De lo que se trata es de integrar una forma política, y pido la atención para este párrafo del dictamen, que salde compromisos ciertos con la democracia, uno de los cuales, sin duda, es el que se resuelve con esta modificación".

De manera es que, entonces, la Comisión está reconociendo que había un déficit en materia de libertades, que había un déficit en materia del avance democrático con el país y que con esta reforma lo está saldando.

Pero ¿qué es lo que dice este párrafo también? Que ahora, que en este momento no se puede y usa el falso argumento de que es para que no tenga dedicatoria; señores, es al contrario, el párrafo contiene dedicatoria, niega la virtud del avance que se está logrando.

Me parece grave que esto suceda, porque al tiempo que está reconociendo, que está poniendo en posibilidad de rescatar los derechos humanos lastimados por la anterior redacción del artículo 82, de la fracción I, inmediatamente en el transitorio lo vuelve a cancelar. Es incongruente, es incomprensible que se insista en esto y se violan derechos humanos.

No voy a cansarlos a ustedes, ya es tarde, no los voy a cansar a ustedes con una lectura de todos y cada uno de los párrafos de los pactos firmados por el Estado mexicano y ratificados por el Senado de la República, los pactos internacionales en los que el Estado mexicano se compromete a no crear desigualdades frente a la Ley de sus ciudadanos.

Y el Estado mexicano ha firmado estos pactos y el artículo 33 de la propia Constitución establece que estos pactos, ratificados por el Senado, son Ley Suprema de la Unión. De manera que aquí hay una contradicción, señores diputados: o lastimamos y limitamos los derechos humanos que estamos reconociendo, o estamos haciendo caso o le hacemos caso a lo que hemos firmado y pactado, a través de los pactos firmados en derechos humanos y ratificados por el Senado.

Señores, yo los invito a que obremos correctamente. Siempre es bueno para los países que los grupos políticos obren rectamente.

En fin, concluyo: me parece que el transitorio prolonga durante seis años la injusticia y la iniquidad; que el transitorio quebranta la igualdad política que debe existir, todo régimen democrático; que es contradictorio el transitorio con el espíritu que impulsa la propia reforma, la mutila, la empobrece; que es incongruente el transitorio con la propia Constitución y con los pactos firmados por México.

Concluyo y termino esta intervención simplemente citando las frases de un escritor famoso, que no es panista, por el contrario, es profundamente crítico de nuestro partido, pero que lo dice con frases contundentes: "Parece increíble que todavía haya que explicarle a alguien que la democracia se vuelve imposible o de cualquier forma se le limita hasta el punto de desvirtuarla, si opera con exclusiones, cualesquiera que éstas sean y tenga... las razones que tenga...uno solo de sus integrantes de la comunidad política se le niegan sus derechos políticos". Si un solo ciudadano por Ley tiene menos derechos que otros, eso no es democracia.

Señores, dimos el paso para avanzar en la democracia. Dimos el paso para reconocer derechos políticos. Dimos el paso de la liberalización, con - comitante con la democratización del sistema. Que estamos trabajando en la otra reforma y en la que viene de la Ley Reglamentaria.

Estamos en el proceso de transición, no la manchemos. Quitemos el transitorio, votemos para quitar el transitorio. Muchas gracias.

El Presidente:

Gracias, señor diputado Bravo Mena.

Para rectificar hechos, tiene la palabra el señor diputado Carlos González Durán.

El diputado Carlos González Durán:

Con su venia, señor Presidente:

Parece que la libertad requiere dos tareas: superar obstáculos y constricciones y logrado esto, la franquía de oportunidades, la autorrealización. La igualdad es correcta y razonable cuando es justa, pero no toda igualdad es justa. En este debate hay un argumento falso y a eso he subido para precisar por qué es falso.

La igualdad puede ser de muchas formas en el derecho y son las siguientes: puede ser una igualdad de derechos, que las personas tengan los mismo derechos, ésa es una forma de igualdad. Hay otra forma de igualdad, que es la igualdad ante la Ley; por ejemplo, en un régimen de castas, todos los que pertenecen al mismo status social tendrán los mismos derechos; pero lo derechos no son uniformes para todos los miembros de la sociedad, ésa es una igualdad ante la Ley según las castas.

Hay otra igualdad en el derecho, que es la igualdad jurídica. Toda persona humana tiene capacidad de goce y capacidad de ejercicio; no hay esclavos, ésa es la igualdad jurídica.

El problema que estamos tratando aquí, es el de la igualdad política, que ése es otro asunto. La libertad de unos es la no libertad de los otros en la política. La libertad del pueblo mexicano es la no libertad de los otros, de los que no son parte del pueblo mexicano. Pueblo mexicano es la comunidad que acompaña un proyecto libertario de nación y ésa es la igualdad que aquí se está cuestionando, pero que no se ha llegado a su fondo.

Si decimos que todos los hombres son iguales en todo, no es cierto, eso no es alcanzable, eso

es utópico, eso es irrealizable, esa igualdad es demagógica.

Segundo: todos los hombres serán iguales en una cosa; bueno, eso sí es posible. Si decimos, todos, siempre en realidad decimos, algunos, los algunos que son acompañantes y acompañados, los algunos que al realizar su libertad no impiden la libertad de los otros. Esa es la libertad política, es la libertad de pueblo; no es la libertad burguesa: la libertad burguesa es la libertad egoísta, individualista y abstracta, La libertad de los pueblos es concreta, es de un destino histórico del que se participa. Entonces, puede ser que algunos sean iguales en todo. ¡Ah!, eso es muy difícil, eso lo hicieron los pitagóricos, crearon una comunidad que fue previa a los conventos, a la vida monacal, donde todos compartían un patrimonio común y una responsabilidad de apoyo recíproco común, todos iguales, pero eran algunos, no todos.

Si decimos, entre algunos, alguna cosa, eso es posible, deseable y justo. Bueno, la igualdad política es esta igualdad de los ciudadanos en los derechos políticos. Pero aquí no se trata de la igualdad de los ciudadanos en los derechos políticos; en realidad de lo que se trata es y con eso termino, de los requisitos para un dirigente de una nación, en eso estamos. Y la pregunta que debemos hacernos es: ¿cuáles son los requisitos justos, razonables, convenientes... para nuestro pueblo mexicano, para su libertad negativa y su libertad positiva se requieren para tener gobernantes que respondan al buen gobierno, con patriotismo y con servicio a la comunidad nacional?

El problema es otro, no es un problema de discriminación, éste no es un problema de los derechos del pueblo mexicano a tener el Gobierno que le acomode y en eso no se afectan los derechos humanos. Es todo.

El Presidente:

Tiene la palabra el señor diputado Francisco Arroyo Vieyra, del Partido Revolucionario Institucional.

El diputado Francisco Agustín Arroyo Vieyra:

Señor Presidente; honorable Asamblea:

El hombre es herencia del hombre, de su cultura, de sus ámbitos, de su significancia, de su historia, de su visión y aspiraciones del futuro, de la suma de sus comportamientos del presente. Es auténtico y vigoroso en su espíritu de mexicanidad.

Nadie, nadie puede suponer que los valores inculcados y recibidos por generaciones podrían hacerse a un lado así nada más porque sí. No hay valores pasados de moda y la visión del mundo contemporáneo no obliga en tal caso a sumar nuevos rubros al catálago ontológico sin desechar aquellos que han permitido la viabilidad del país.

El nacionalismo presente y vigente en tantas gestas gloriosas de la historia, se exacerbó y exacerbará tantas veces como fuera necesario en tratándose de la defensa de la soberanía. El nacionalismo, por definición, en sí, es una exacerbación del sentimiento de afección a la patria que produce la buena estimación de todos los valores nacionales. El nacionalismo repercute.

El nacionalismo es, dijéramos, una característica inmanente al ser de lo mexicano. Al nacionalismo de hoy, suma de los nacionalismos vigentes en la historia, habría que agregarle otros elementos que nos permitan ver al México del nuevo siglo, un nacionalismo que nos obligue a avanzar en la democracia y en la libertad, un nacionalismo que nos abrigue de los peligros de la transculturización y que nos permita rimar con toda dignidad lo propio con todo aquello que signifique mejores oportunidades de participación para todos, para todos los mexicanos sin exclusión alguna.

No somos ajenos a la idea de acercarnos cada vez más a un sistema político que propicie la igualdad de las oportunidades. No podríamos concebir otro racismo que no sea el del ánimo de cada quien por hacer y crear en medio de sus iguales.

No podría ser de otra forma en un mundo global en el que la concepción del derecho no sea otra, sino la forma cultural normativa que auxilie al hombre en su proceso de liberación.

Mi partido, el Revolucionario Institucional, viene a la reforma política con ánimo del consenso, dando a todas las fuerzas políticas la justa dimensión de sus demandas, otorgando a todas la voces un peso específico en la discusión. Estamos obligados como mayoría y por lo mismo como garantes de gobernabilidad, a tratar de dar cauce a las demandas que consideramos oportunas para la democracia, tratando de que las posturas antípodas encuentren camino en una misma

vertiente. Ese es el ideal de la Ley: que rija, que consense, que convenza, que acerque a la norma, que se acerque a la norma de derecho, que se derive de las opciones axiológicas válidas en todo tiempo y para toda razón.

No desdeñamos por tanto ni perdemos de vista que los votos numéricos poco valdrían sin el firme sustento de la conveniencia social.

Mi partido ha considerado adecuaciones a la redacción original planteada para la fracción I del artículo 82 constitucional, de tal suerte que al requisito de ser mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, se le agregue el imperativo de ser hijo de padre o madre mexicano y haber residido durante 20 años en el territorio nacional.

Pretendemos así desahogar las inquietudes de varios compañeros diputados de mi partido y de otros partidos, para que este precepto siga siendo y cumpliendo a cabalidad como filtro de la soberanía nacional. Lo vemos en conjunto con su respectivo transitorio, que transparenta ante la opinión nacional, el espíritu de la reforma, garantizamos así la abstracción y la aplicación general de la norma.

Los mexicanos somos muy ágiles de mente, siempre vemos y vamos más allá, escuadriñamos, sospechamos, celamos. Quien piense que le puede tomar el pelo al pueblo de México está perdido en su propia soberbia y en su propia vanidad.

Los candidatos así, serán responsabilidad de los partidos, pero la elección será responsabilidad del pueblo mexicano.

En este rubro ha quedado claro que se nos cala en la fibra más sensible, intocada y real, de la mexicanidad. No menospreciemos la sensibilidad de la ciudadanía, quienes allende la norma legal siempre exigen requisitos adicionales para consolidar el liderazgo. Por eso no es exageración suponer que el sistema político mexicano es, con sus virtudes y defectos, reflejo de la idiosincrasia nacional.

Parafraseando aquel célebre debate de cuantificar qué tanta historia es necesaria para los pueblos, contestaríamos que toda, que la historia es la relación puntual de los nexos de causalidad de todos los eventos de los pueblos, que la historia se escribe no sólo para forjar la cultura general del ciudadano, sino para normar con responsabilidad su compromiso en el presente.

Que la historia no se escribe en balde, que no ara en la mar, porque como muchas veces se ha dicho aquí: "Quien no comprenda la historia, está condenado a repetirla".

Por eso y lo digo con toda honestidad para todas las fuerzas políticas, aspiramos a que el día de hoy hayamos hecho un balance de la historia sin histeria.

A menudo el impacto y la dinámica de la discusión parlamentaria nos lleva a la confrontación y al diálogo, sólo entre los partidos o al seno de los mismos.

Por eso ésta que hoy ocupo, considerada como la más alta tribuna de la nación, los diputados, más que hablar entre nosotros, le hablamos hoy a la nación. Sabemos que hablamos para la sociedad de hoy, pero para una nueva generación, entendemos que para ellos y para nosotros, pueden cambiar muchas cosas y que en la historia de la pasión humana lo único que no cambia es la pasión por México.

Y que quede claro que no nos vamos con el espejismo del pragmatismo puro como el de la adolescencia ideológica, faltan al respeto por igual. En aras de la libertad siempre será válido apelar una tercera vía, a la ecléctica, a la que conjuga y enjuga las aspiraciones de quienes pensamos en una nueva legislación, libre de anacronismos, con cara y con vistas hacia un nuevo ciclo.

La actitud de los integrantes de la bancada priísta, es razonable y está razonada; se trata de la garantía de viabilidad de un proyecto de gobierno que consideramos válido y que recogimos del pueblo como mandato popular. Los priístas no llegamos aquí proclives al protagonismo personal; anteponemos a esta fácil tentación, valores superiores que dan vida y emergen en fuerza para la continuidad de la nación mexicana.

No hemos perdido de vista en estos asuntos, una puntual comparación de las legislaciones de otros países, ni la idea de que la xenofobia es una de las grandes calamidades que resurgen en nuestro tiempo.

Será como es de todos esperado, la voluntad del pueblo, la que con madurez y oportunidad juzgue a cada partido por sus actos; en tanto y cuanto nos hemos reubicado en el debate civilizado, serio, realista, aunque no exento de la pasión que genera la honesta y férrea defensa de las ideas; sin un protagonismo grupal, sin que esto implique que no procedamos con fervor patrio.

Estamos legislando con libertad, sin complejos, sin tabúes; estamos legislando con toda madurez.

Ciertamente la reforma a la fracción I del artículo 82, no fue una propuesta original del PRI. Ciertamente también no fue una propuesta nueva. Nosotros no la planteamos en la mesa plural como rubro de fundamental interés.

La reforma nos ha significado un gran ejercicio de colegiación al interior de nuestro partido, como en todo partido que se reputa de democrático y la avalamos con los matices enunciados en aras del consenso y porque la consideramos viable. De ésta estamos tomando las virtudes que puedan significar igualdad de oportunidades para muchos mexicanos y sobre todo, sobre todo porque no desdeñamos la prudencia y sabiduría del electorado mexicano. Muchas gracias.

El Presidente:

Muchas gracias, señor diputado Arroyo.

Tiene la palabra el señor diputado Raymundo Cárdenas, para hacer una propuesta.

El diputado Raymundo Cárdenas Hernández:

Gracias, señor Presidente; honorable Asamblea:

Independientemente de la postura que como diputados perredistas nos merezca en lo individual la reforma sometida a nuestra consideración, nos quedan en claro dos cosas:

Por un lado, resulta a todas luces absurdo diferir el ejercicio de un derecho reconocido por un acto legislativo, sobre la sola base de fingir una contemporización con quienes se oponen a él.

Por otra parte resulta también evidente la despreocupación absoluta que, salvo excepciones, ha mostrado este cuerpo legislativo respecto al sentir de la opinión pública en torno a una reforma extraordinariamente polémica.

Este último aspecto resulta de suyo inaceptable y se torna, por reiterado, alarmante.

En efecto, del artículo 27 al 3o. de la reforma electoral de 1989-1990 al actual, este sexenio se ha caracterizado por una actividad legislativa que no toma realmente en cuenta ni siquiera a los legisladores, mucho menos a los ciudadanos.

La reacción de los afectados por este tipo de cambios legislativos, llevados a cabo sin consultas reales, puede llegar a extremos como los hechos recientemente ocurridos en una sesión de la Comisión Permanente. ¡Hechos lamentables, pero explicables por un estilo de legislar que es irresponsable hasta el punto de reducir los espacios reglamentariamente destinados al público: las galerías, al papel de mero complemento arquitectónico.

Por ello, el PRD por mi conducto renueva en esta ocasión su exigencia de que la reforma nos ocupa, en vista de su naturaleza excepcionalmente polémica, sea objeto de una consulta directa y resolutiva con los ciudadanos a través de un referendum nacional.

¡Exigimos que el debate que estamos teniendo aquí, sea llevado a la nación entera y que sea ésta la que decida, en última instancia, si vale o no una reforma hasta ahora negociada y discutida en espacios muy pequeños!

¡Nadie puede tener argumentos políticos en contra de someter la reforma al referendum! ¡Se ha pretendido desechar la idea del mismo, sobre la base de la naturaleza representativa del régimen político constitucional! ¡Nada más falso! Una gran cantidad de naciones, que indiscutiblemente son democracias representativas, incluyen entre sus instituciones políticas al referendum, al plebiscito o a la iniciativa popular. Herramientas todas ellas de la democracia semidirecta.

Francia, Italia, Suiza, España, Brasil en América Latina, son ejemplos de ello. En ningún caso las instituciones de la democracia semidirecta han sido sustitutivas de las instituciones de la democracia representativa, han sido complemento, en ocasiones simples excepciones, justamente por el carácter inusitadamente trascendente o polémico de la decisiones a tomarse; en ningún caso se le perjudica, todo lo contrario, una consulta directa al pueblo leal y a tiempo, puede hacer mucho más por la legitimidad política, la imagen y el aprecio que ese mismo pueblo les concede a los órganos del poder, que el desprecio por su opinión.

Ya hemos visto los resultados de ese desprecio, el PRD es el último interesado en el desgaste de las instituciones como el Poder Legislativo, cuyo papel desea revitalizar; por eso proponemos que el proceso legislativo sea regularmente atento de la opinión de los posibles afectados y que culmine con el referendum popular, en casos excepcionales, como el que nos ocupa esta noche por su carácter polémico o como la ratificación del TLC también por su enorme trascendencia.

«Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en el artículo 58 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, los suscritos, diputados federales, sometemos a la consideración de esta Asamblea, la siguiente propuesta de transitorio para la reforma al artículo 82 constitucional en sustitución del que presenta la Comisión.

Artículo primero. La reforma a la fracción I del artículo 82, entrará en vigor al día siguiente de su ratificación por parte de los mexicanos con derecho a voto. A fin de cumplir en tiempo y forma con la disposición anterior, el Congreso de la Unión en un plazo que no excederá el término del primer período ordinario de sesiones, del Tercer año de la LV Legislatura, introducirá la figura del referendum ratificatorio en la Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos y expedirá una Ley que lo regule. Firman. diputado Atalo Sandoval García, diputado Eloy Vázquez López y diputado Raymundo Cárdenas.» Lo dejo a la Secretaría para que lo sometan a votación en su momento. Gracias.

El Presidente:

Gracias, señor diputado Cárdenas.

Señoras y señores diputados, en virtud de que hemos agotado la lista de oradores, esta Presidencia instruye a la Secretaría para que someta a la consideración de la Asamblea las diferentes propuestas presentadas por los diputados.

La secretaria Patricia Terrazas Allen:

Propuesta presentada por los partidos Auténtico de la Revolución Mexicana, Acción Nacional y Revolucionario Institucional.

"Artículo 82. Para ser Presidente, se requiere ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, hijo de padre o madre mexicanos y haber residido en el país el menos durante 20 años."

Lo firman el diputado Kunz Bolaños, el diputado Diego Fernández de Cevallos y la diputada María de los Angeles Moreno.

En votación económica, se pregunta si se admite o se desecha la modificación propuesta.

Los diputados que estén porque se acepte, sírvanse manifestarlo...

Los diputados que estén porque se deseche, sírvanse manifestarlo... Aceptada, señor Presidente.

Propuesta presentada por el diputado federal, doctor Francisco Laris Iturbide:

"Artículo único. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación."

Los diputados que estén porque se acepte la modificación, sírvanse manifestarlo...

Los diputados que estén porque se deseche, sírvanse manifestarlo... Desechada, señor Presidente.

Propuesta que presenta el Partido Acción Nacional.

"Artículo transitorio: Único. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación."

Firman todos los diputados de la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional.

En votación económica, se pregunta si se admite o se desecha la modificación propuesta.

Los diputados que estén porque se acepte, sírvanse manifestarlo...

Los diputados que estén porque se deseche, sírvanse manifestarlo... Desechada, señor Presidente.

Propuesta que presenta el Partido de la Revolución Democrática.

"Único. La reforma a la fracción I del artículo 82, entrará en vigor al día siguiente de su ratificación por parte de los mexicanos con derecho a voto, a fin de cumplir en tiempo y forma con la disposición anterior.

El Congreso de la Unión, en un plazo que no excederá el término del primer período ordinario de sesiones del tercer año de la LV Legislatura, introducirá la figura del referendum ratificatorio en la Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos y expedirá una Ley que lo regule."

Por el grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, el diputado Raymundo Cárdenas, el diputado Atalo Sandoval y el diputado Eloy Vázquez López.

En votación económica, se pregunta a la Asamblea si se admite o se desecha la modificación propuesta.

Los diputados que estén porque se acepte, sírvanse manifestarlo...

Los diputados que estén porque se deseche, sírvanse manifestarlo...Desechada, señor Presidente.

El Presidente:

Consulte la Secretaría a la Asamblea, si se encuentra suficientemente discutido en lo general y en lo particular, la fracción I del artículo 82 y el artículo transitorio.

El secretario Florencio Salazar Adame:

En votación económica, se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido en lo general y en lo particular, la fracción I del artículo 82 y el artículo transitorio.

Quienes estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...

Quienes estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Suficientemente discutido, señor Presidente.

El Presidente:

En virtud de lo anterior, esta Presidencia instruye a la Secretaría a recoger la votación nominal en lo general y en lo particular, de la fracción I del artículo 82, con la modificación aceptada por la Asamblea y el artículo transitorio en sus términos.

A sus órdenes, señor diputado.

El diputado Salvador Juárez García (desde su curul):

Señor Presidente, lo único que deseo pedir, por lo escabroso de la modificación de este artículo 82, que la votación nominal que se levante sea mediante micrófono de cada uno de los diputados que integramos esta Legislatura, con el propósito de que quede constancia en la versión estenográfica y además de ello grabada la voz de cada uno de los diputados.

El Presidente:

Íbamos a suplicar, señor diputado, que precisamente se guardase orden en esta sala para que se escuchara perfectamente la votación de cada uno de los señores diputados, pero consideramos que resulta una práctica poco parlamentaria su petición. La desechamos.

Esta Presidencia suplica a los señores diputados guarden perfectamente sus lugares, con objeto de que la votación sea tomada con toda la seriedad que requiere el caso. Agradecemos de antemano su amabilidad. Muchas gracias.

El secretario Florencio Salazar Adame:

Se va a proceder a recoger la votación nominal en lo general y en lo particular, de la fracción I del artículo 82 con la modificación aceptada por la Asamblea y el artículo transitorio en sus términos.

Se ruega a la Oficialía Mayor haga los avisos a que se refiere el artículo 161 del Reglamento Interior.

El Presidente:

Señor Secretario, si me permite, esta Presidencia exhorta nuevamente a las personas que están ocupando los pasillos, para que los desalojen; es una votación muy importante y necesitamos llevarla con la mayor seriedad del caso. Por favor desalojen los pasillos.

Señores diputados, les suplicamos tomen asiento y al momento de emitir su voto se paran y lo emiten si son tan amables. Muchas gracias.

El secretario Florencio Salazar Adame:

Procedemos a tomar la votación. (Votación.)

Señor Presidente, se emitieron 352 votos en pro, 47 votos en contra, 6 contra el transitorio, y 14 abstenciones.

El Presidente:

Aprobado en lo general y en lo particular por 352 votos.

Aprobado en lo general y en lo particular el proyecto de decreto que reforma la fracción I del artículo 82 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El secretario Florencio Salazar Adame:

Pasa al Senado para sus efectos constitucionales.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA

DE LOS ESTADOS UNIDOS

MEXICANOS

El Presidente:

Señoras y señores diputados:

En el transcurso de la sesión las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales y del Distrito Federal, entregaron a esta Presidencia el dictamen relativo al proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 31, 44, 73, 74, 79, 89, 104, 105, 107, 122, así como el Título Quinto, se adiciona una fracción IX al artículo 76 y un primer párrafo al artículo 119, y se deroga la fracción XVII del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En atención a que este dictamen ha sido impreso y se ha estado distribuyendo entre los diputados, ruego a la Secretaría consulte a la Asamblea si se le dispensa la lectura al dictamen.

El secretario Enrique Rico Arzate:

Compañeras y compañeros diputados:

Por instrucciones de la Presidencia, pregunto a ustedes si se le dispensa la lectura al dictamen.

Los diputados que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...

Los diputados que estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Se dispensa la lectura, señor Presidente.

«Comisiones unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales y del Distrito Federal

Honorable Asamblea: a las comisiones unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales y del Distrito Federal fue turnada, para su estudio y dictamen, la iniciativa con proyecto de decreto por el que se proponen la reforma de los artículos 31, fracción IV; 44; 73, fracciones VI, VIII y XXIX-H; 74, fracción IV en sus párrafos primero, segundo y séptimo; 76, fracción IX; 79, fracción II; 89, fracciones II y XVII; 104, fracción I-B; 105; 107, fracción VIII inciso a; denominación del Título Quinto; y 122; así como la adición de un primer párrafo al artículo 119 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Dicho proyecto de decreto fue presentado por el titular del Ejecutivo Federal ante la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, el pasado 5 de julio, en ejercicio de la facultad que le confiere el artículo 71 fracción I de nuestra Constitución Política.

En los términos del artículo 56 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, estas comisiones son competentes para conocer de la iniciativa citada, por lo que, en cumplimiento a dicho precepto y conforme a lo dispuesto por el artículo 64 de la misma Ley y por los artículos 65, 87 y 88 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso, presentamos a la consideración del pleno de la Cámara de Diputados el presente dictamen, de acuerdo con los siguientes antecedentes y consideraciones

ANTECEDENTES

Desde 1824, con la fundación de la República y la decisión del Congreso Constituyente de instaurar el Distrito Federal en el territorio de la Ciudad de México, se ha discutido permanentemente sobre la compatibilidad entre los derechos políticos de los habitantes de la Ciudad y el carácter de ésta como sede de los poderes de la Unión y capital nacional.

Ha sido una discusión de 170 años a la que han seguido, en las etapas más significativas de la historia del país, decisiones fundamentales en cuanto a la forma de organización política del Distrito Federal; decisiones tomadas sobre la base de conciliar los intereses nacionales y locales, dar respuestas a los retos que enfrentó la Nación para consolidar la República. Así como para establecer el marco institucional que permitiera el avance económico, social y político de la Ciudad de México.

Todas fueron decisiones justificadas por las circunstancias y el contexto político, económico y social que las enmarcó; formuladas por los Congresos Constituyentes de 1824, de 1857 y de 1917, y en los Congresos de 1928, 1977 y 1987, para citar las más significativas.

Sin embargo, esas decisiones no resolvieron de manera plena el problema de la coexistencia de lo poderes de la Unión con instituciones de gobierno local para el Distrito Federal; y resolvieron, sólo de manera parcial, el debate sobre la compatibilidad entre derechos políticos locales y la presencia de los poderes federales.

El Distrito Federal nunca ha tenido un Gobierno propio estructurado por órganos específicos y responsables de cumplir las funciones legislativa, ejecutiva y judicial para el conjunto de la Ciudad.

Aún en las etapas en que hubo ayuntamientos, éstos estuvieron limitados para cumplir sus funciones; la realidad de la ciudad se impuso contra el esquema formal de fragmentación del territorio en municipalidades; y, por la importancia política del Distrito Federal, así como por sus peculiaridades económicas y sociales, el Congreso de la Unión y el Ejecutivo Federal asumieron en última instancia la tarea legislativa, gubernativa y de administración pública.

Desde 1824, las bases de organización política del Distrito Federal se han localizado dentro de las facultades del Congreso de la Unión. En el artículo 50 de la Constitución del 4 de octubre de 1824, se dispuso que el Congreso General tendría facultad para ejercer en el Distrito Federal las atribuciones del Poder Legislativo de un Estado. En el mismo año, en el decreto del 18 de noviembre, se estableció que en el Distrito Federal, el Gobierno económico y político quedaba bajo la jurisdicción exclusiva del Gobierno Federal.

El Constituyente de 1857 dio al Congreso la facultad de legislar sobre la organización política del Distrito Federal, añadiéndose que tendría que ser sobre la base de la elección popular de ayuntamientos; estos ayuntamientos estaban limitados a la esfera única de su competencia, lo que dificultó la posibilidad de plantear políticas para el conjunto de la Ciudad cuyo desarrollo trascendió paulatinamente ese esquema de organización política.

En 1917 se ratificó la facultad del Congreso para legislar en todo lo relativo al Distrito Federal y se estableció que el Gobierno del mismo y de los territorios federales estaría a cargo de gobernadores designados por el Presidente, especificándose que sólo el gobernador del Distrito Federal acordaría con el Presidente de la República. Se estableció asimismo que la organización del Gobierno en esta entidad debía considerar cinco puntos específicos: la división territorial, los ayuntamientos de las municipalidades, la dependencia directa del gobernador designado respecto al Presidente de la República, la función judicial encargada a magistrados y jueces nombrados por el Congreso de la Unión. Cabe destacar que en la Ley Orgánica Municipal del Distrito Federal de esos años, múltiples materias de administración y gobierno quedaron centralizadas en el gobernador designado así como en dependencias de la Administración Pública Federal.

La reforma constitucional de 1928 modificó la estructura política que la Constitución de 1917 había determinado para el Distrito Federal. Estableció que el gobierno del Distrito Federal estaría a cargo del Presidente de la República, quien lo ejercería por conducto del "órgano u órganos" que determinara la Ley respectiva; mientras que la función legislativa continuaría a cargo, de manera absoluta, del Congreso de la Unión. Esta reforma, respondió en su momento a diferentes problemas que afectaban al país y a la Ciudad: el malestar social por la ineficiencia de los servicios; la falta de recursos; la fragmentación de la administración y las decisiones consecuentes que impedían formular e instrumentar políticas para el conjunto de la Ciudad; evitar la polarización y los conflictos locales, así como consolidar el régimen político surgido de la Revolución Mexicana que, en esa década, todavía presentaba luchas en su contra y enfrentamientos de facciones, ambas desde la Ciudad de México.

La reforma de 1928, sentó las bases para el desarrollo de la Ciudad en todos sus órdenes, gobernada desde entonces por medio del Departamento del Distrito Federal, y dio pauta a una relación especial entre éste y los habitantes de la Ciudad; a partir del crecimiento que siguió a aquella decisión, los altos niveles de inversión y gasto público, construcción de una nueva infraestructura urbana, la creciente capacidad para atender la demanda de servicios y una política de desarrollo subsidiado, la cuestión de las formas de representación y la participación política en la vida de la Ciudad dejó de ser uno de los temas centrales del debate.

Para la segunda mitad de la década de los sesenta, el desarrollo de la Ciudad había generado cambios importantes en la estructura social y económica, así como nuevas demandas y planteamientos; empezaron a manifestarse concepciones políticas distintas sobre la organización del Gobierno del Distrito Federal entre los diferentes grupos sociales y partidos políticos.

La creación de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, en 1987, respondió a esta realidad, que se había visto acentuada, durante los setenta y los ochenta, tanto por la reforma política nacional de 1977 como por el surgimiento de nuevos movimientos sociales y la diversificación de la sociedad civil.

Se reconoció así, una nueva realidad en la Ciudad de México y la exigencia, por parte de las fuerzas sociales y políticas, de nuevos espacios de representación ciudadana que dieran cauce a una sociedad civil plural, más informada y politizada, con mayor capacidad de organización y demandante de mayor participación de las decisiones públicas.

La consolidación de la Asamblea de Representantes y sus trabajos se han traducido en avances significativos para la posibilidad de establecer un Gobierno propio con atribuciones de carácter local para la Ciudad de México que coexista equilibradamente con los poderes de la Unión en el mismo territorio.

Esas son, en grandes trazos, las decisiones bajo las que se ha estructurado la organización política y administrativa de la Ciudad; las que permitieron su evolución en los órdenes cultural, social, educativo, económico, político y de infraestructura de servicios, así como en capacidad administrativa, hasta convertirla en una de las principales capitales del mundo.

Hoy, de manera evidente, esta ciudad es radicalmente distinta a la que fue en 1824 y en 1928; también es distinta a la de hace apenas una década. La realidad actual del Distrito Federal ya no se corresponde con la forma de organización y administración que se creó en 1928 y que se ha mantenido en sus rasgos esenciales hasta nuestros días.

El Distrito Federal es una concentración completamente urbana y comunicada, con expectativas crecientes de expansión, con niveles de exigencia ciudadana mayores a los que se registran en otras capitales nacionales. En él se da la coexistencia civilizada no sólo de los partidos políticos nacionales, sino entre todo tipo de movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y ciudadanas que exigen mayores espacios de participación, nuevas formas de representación, solución a un cúmulo extraordinario de demandas y garantías para el ejercicio de los derechos políticos ciudadanos.

Todas las fuerzas políticas han coincidido en que la forma vigente de organización política y administrativa del Distrito Federal debe modificarse para dar paso a una nueva estructura institucional que fortalezca la capacidad de administración y respuesta del Gobierno de la Ciudad; que garantice la estabilidad de la que hemos gozado; que responda a la demanda de garantizar el ejercicio de los derechos políticos de sus habitantes, en equilibrio con la presencia de los poderes federales y las seguridades que requieren para ejercer la soberanía nacional de la que son depositarios.

Bajo esa premisa, en abril de 1992, el Presidente de la República, por conducto del Jefe del Departamento del Distrito Federal, convocó a todas las fuerzas políticas nacionales a iniciar los trabajos para adecuar las instituciones del Distrito Federal a sus nuevas realidades; a identificar y a realizar los cambios que fueran necesarios, reconociendo su urgencia pero también las condiciones que deben prevalecer, y a llevar adelante transformaciones profundas con equilibrio y sin riesgo de rupturas.

A dicha convocatoria, siguieron la organización de los trabajos entre todos los partidos políticos con registro y las autoridades del Departamento del Distrito Federal con la finalidad de, como se estableció desde un inicio, realizar un esfuerzo de diálogo y concertación políticas a efecto de acercar posturas históricamente antagónicas y transformar al Departamento del Distrito Federal, dependiente de la Administración Pública Federal, en una estructura de gobierno propio, representativo y democrático, de la Ciudad de México.

Siguió también un largo debate sobre el tema en los medios de comunicación, la manifestación de las más diversas posiciones de organizaciones sociales y políticas, así como la movilización y expresión de importantes grupos de ciudadanos.

En la Mesa de Concertación para la Reforma Política del Distrito Federal, participaron todas las fuerzas políticas nacionales con el objetivo de llegar a planteamientos básicos de consenso para la formulación de las principales decisiones y contenidos de la reforma en cuestión.

Estos trabajos incluyeron el análisis, el diálogo y la discusión, durante más de un año, sobre las posiciones partidistas; la realización de audiencias públicas en las que participaron todos los partidos, especialistas e intelectuales dedicados al estudio del Distrito Federal, centros de investigación y de educación superior, y un número importante de organizaciones no gubernamentales, agrupaciones de vecinos y organismos ciudadanos, en general; el estudio comparado de las formas de administración y gobierno de las grandes ciudades del mundo; y el análisis de diferentes propuestas de reforma presentadas en el curso de la historia del Distrito Federal.

En consecuencia, es posible coincidir en que a la iniciativa de reformas y adiciones, enviada por el Ejecutivo Federal a esta honorable Cámara de Diputados, antecedió un amplio proceso de discusión y análisis sobre el desarrollo y los problemas actuales del Distrito Federal.

La formulación de la iniciativa que se dictamina consideró así, como lo señala la exposición de motivos que la antecede, los trabajos realizados

y el cúmulo de opiniones vertidas por importantes sectores de la sociedad. Los cambios que se proponen a la organización política del Distrito Federal, en la iniciativa enviada por el Ejecutivo Federal a estas comisiones unidas de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, son en dirección a consolidar el ejercicio de los derechos locales, preservar el carácter del Distrito Federal como sede de los poderes de la Unión y crear las instituciones de Gobierno local para la Ciudad de México.

En los últimos años, prácticamente todos los actores sociales y políticos de la ciudad , han manifestado su posición con respecto al cambio político en esta entidad federal; en este proceso ha permanecido, como un consenso de orden general, el de avanzar sobre la definición de fórmulas democráticas para la integración del Gobierno del Distrito Federal y, al mismo tiempo, conservar las características especiales de éste como sede de los poderes de la Unión y Capital de la República.

Existe amplio consenso para transformar el Departamento del Distrito Federal, como dependencia de la Administración Pública Federal, en un gobierno propio para la Ciudad, integrado bajo principios representativos y democráticos; para crear nuevas instituciones y nuevas formas de participación ciudadana, bajo los que se organice la estructura de gobierno de esta entidad.

Bajo este contexto, en atención a la relevancia y oportunidad que las modificaciones en comento exigen, el Ejecutivo Federal, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 67, 79 fracción IV y 89 fracción XI de la Constitución, solicitó a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, que se sirviera convocar a un período extraordinario de sesiones. En desahogo a dicha solicitud, el 11 de agosto del año en curso se convocó al presente período deliberativo, cuya apertura se verificó el día 16 de agosto y que tiene por objeto, entre otras materias, conocer de las iniciativas de modificación constitucional en materia de organización e instituciones políticas y de Gobierno el Distrito Federal, correspondientes a la LV Legislatura.

Así, en cumplimiento al contenido de la convocatoria, las Comisiones Unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales y del Distrito Federal procedieron a realizar una cuidadosa revisión del rezago legislativo para identificar aquellas iniciativas que, en relación con la materia, ha recibido esta Cámara de Diputados durante el ejercicio de la presente legislatura.

Al respecto, el presente dictamen toma en consideración no solamente la iniciativa presentada por el Presidente de la República el 5 de julio pasado, sino también la que presentara el Diputado José de Jesús Berrospe Díaz, de la fracción parlamentaria del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, de fecha 11 de mayo de 1993 por la que se propone la reforma y adición de los artículos 6o., 9o., 34, 41, 54, 55, 56, 60, 71, 72, 73, 82, 84, 89, 108, 110, 111, 114, y 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Debemos destacar el trabajo realizado en el seno de las Comisiones Unidas, que a partir del 8 de julio de presente año, integraron una subcomisión plural, integrada por el representante de las diferentes fracciones parlamentarias, cuyo propósito fue el de analizar las dos iniciativas en cuestión y elaborar el proyecto de dictamen correspondiente. Dicha subcomisión se reunió en diversas ocasiones para intercambiar reflexiones sobre las propuestas en dictamen y así poder llegar a importantes puntos de coincidencia en el análisis de las iniciativas y a la formulación de las siguientes

CONSIDERACIONES

En el desarrollo de la historia jurídica de nuestro país, ha sido una constante la regulación del gobierno del Distrito Federal en su Constitución Política; desde 1824 se estableció que el Congreso General asumiría las atribuciones legislativas respecto del propio Distrito Federal, situación que ha prevalecido hasta la fecha; respecto de la participación del Poder Ejecutivo Federal, la armonía se buscó con la designación del responsable del gobierno de este territorio, con la denominación de gobernador, situaciones ambas, que hallaron su justificación en las circunstancias propias tanto nacionales como locales, referidas en todos los casos a la necesidad de guardar un equilibrio entre la Federación y sus partes integrantes, al tener aquélla un ámbito espacial de jurisdicción plena, cuyo ejercicio no fuera afectado por otras esferas de competencia, en este caso, estrictamente locales.

El Distrito Federal, considerado tradicionalmente como la Capital de la República, se erige como producto del Pacto de la Unión Federal que define a nuestro país y en su devenir, ha creado circunstancias propias que necesariamente han influido en su forma de gobierno.

En tal virtud, las comisiones que dictaminan las referidas iniciativas de reformas constitucionales, coinciden en la determinación de su

procedencia al considerar que efectivamente las bases del gobierno del Distrito Federal, deben necesariamente plasmarse en el contenido de la Constitución General, lo que conlleva a la consideración de todos aquellos preceptos que repercutan en la determinación del esquema de gobierno para este territorio, buscando mantener vigente el principio que dio origen a esta entidad y que radica en la necesidad de un asiento físico para que los Poderes Federales puedan ejercer con plenitud la soberanía de que son depositarios.

Las circunstancias que le son propias al Distrito Federal, tal como el legítimo interés político de su ciudadanía de participar bajo nuevas formas de organización y representación en los asuntos de carácter meramente locales, obliga a la determinación de un marco de actuación también propio, cuyas bases generales corresponden al Constituyente, dada la demanda que representa para la Federación el que los Poderes de la Unión puedan ejercer en forma cabal las funciones federales, sin desdoro de las aspiraciones de representatividad y democracia de los habitantes de esta entidad.

En este sentido, por el desarrollo alcanzado en el Distrito Federal en ámbitos de carácter social, cultural, económico, tecnológico, y político, y debido al interés cada vez mayor de su población, se genera la necesidad de contar con espacios más amplios de participación, que permitan a sus habitantes incidir en forma decisiva en la adopción de las determinaciones que afecten esta entidad.

Radica aquí la importancia de las iniciativas en comento: organizar la convivencia política en la Ciudad, considerando su naturaleza y características bajo el establecimiento de un gobierno propio, basado en el principio fundamental de que el Distrito Federal seguirá siendo sede de los Poderes Federales; por esta razón, el gobierno del Distrito Federal, estará a cargo de dichos Poderes que lo ejercerán por sí y a través de órganos locales de gobierno creados específicamente para la acción gubernativa y de administración en la Ciudad.

Así, el esquema de gobierno que se plantea en la iniciativa del Ejecutivo Federal que se dictamina, tiene su principal sustento en el Título Quinto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que refiere las bases de gobierno estatales y municipales, lo que guarda congruencia con el Sistema Federal de nuestro país, al regular en el mismo apartado las generalidades concernientes al gobierno de las partes integrantes de la Federación y reconociendo al mismo tiempo la importancia y características especiales adquiridas por el Distrito Federal a lo largo de su historia. De este modo, es necesario el cambio de denominación al Título referido para que responda al contenido que ahora le es inserto, llamándose así "De los Estados de la Federación y del Distrito Federal".

El esquema propuesto en la iniciativa de que se trata se contiene en el artículo 122, de tal modo que la llamada Garantía de Salvaguarda Federal contenida en el mismo se traslada íntegramente al artículo 119, como un primer párrafo, a fin de tratar en aquél sólo los aspectos relativos al gobierno del Distrito Federal.

El texto del artículo 122 que se dictamina, responde cabalmente a la naturaleza del Distrito Federal y a la importancia que reviste para la Federación, salvaguardando la participación de los Poderes de la Unión en el gobierno de esta entidad, por lo que se dispone que el mismo está a su cargo, ejerciéndolo por sí y por conducto de órganos locales de gobierno, reservándose para el Congreso de la Unión y el Presidente de la República, facultades expresas de Gobierno local, cuya finalidad es la de preservar la supremacía que detentan como expresión del Pacto Federal, de tal forma que la soberanía ejercida por aquéllos se mantendrá intacta y sin posibilidades de ser vulnerada, al no sujetarse a la jurisdicción de una de sus partes integrantes.

Es así que el ordenamiento que habrá de desarrollar la forma de administración y gobierno del Distrito Federal, debe encomendarse al Congreso de la Unión, conforme a las bases constitucionales del artículo 122. Este ordenamiento con la denominación de Estatuto de Gobierno habrá de contener los medios y mecanismos de participación de las instancias federal y local en el gobierno de la entidad, a partir de los ámbitos de competencia correspondientes.

Contendrá, asimismo, la determinación de derechos y obligaciones públicos de los habitantes del Distrito Federal, los cuales no se agotan en los contenidos dentro de la Constitución General, sino que deben considerarse aquellos que respondan a un ámbito estrictamente local que expresen claramente el sentimiento de pertenencia a esta entidad.

Se destaca la referencia a la participación de sus habitantes en los asuntos locales de gobierno que hallará el marco de actuación a través de los Consejos de Ciudadanos, cuyas bases de integración, facultades y funcionamiento deberán

desarrollarse en el referido Estatuto. La existencia de estos Consejos responderá a una expectativa real de la ciudadanía por incrementar los niveles reales de su participación en las tareas colectivas y constituye un importante punto de coincidencia en las dos iniciativas que se analizan. Con las reformas que se dictaminan, el Distrito Federal tendrá una administración pública propia, conformada por órganos centrales, desconcentrados y entidades paraestatales.

Se determinan como órganos de gobierno del Distrito Federal, para el ejercicio de las funciones ejecutiva, legislativa y judicial en la entidad, con ámbitos locales de actuación, definidos expresamente en la iniciativa de que se trata y en concordancia con el Sistema Federal de nuestro país, un Jefe del Distrito Federal, una Asamblea de Representaciones y un Tribunal Superior de Justicia, cuya existencia responde a los intereses de representación expresada por la ciudadanía y hace compatible, en el esquema de gobierno planteado, este y otros derechos políticos con la presencia y permanencia de los Poderes de la Unión en esta entidad.

Por lo que respecta a las facultades del Presidente de la República, se le confieren aquellas que permiten garantizar tanto el ejercicio pleno de la Función Federal, en los términos antes anotados, como el equilibrio del Distrito Federal a su interior y con el resto de las entidades que integran la Federación.

Así, se le reserva la facultad de nombrar al Jefe del Distrito Federal, con la intervención de la Asamblea de Representantes y mediante el procedimiento que más adelante se especifica. Igualmente, se le reserva el nombramiento y remoción del Procurador General de Justicia del Distrito Federal así como el mando de la fuerza pública y la designación del servidor público que la tenga a su cargo, competencias ambas que deben tanto garantizar los intereses locales de la ciudadanía como impedir y evitar limitaciones al cumplimiento puntual de las funciones federales; sin embargo, dado que existen acciones locales de gobierno cuya realización requiere del auxilio de la fuerza pública, se dispone que al Jefe del Distrito Federal podrán serle delegadas las funciones de dirección en materia de seguridad pública.

En el mismo sentido, la armonía de la capacidad financiera del Distrito Federal con la Federación y las demás entidades que la integran, se garantiza con la responsabilidad compartida del Presidente de la República, el Congreso de la Unión y el Jefe del Distrito Federal, para la estimación, presentación y aprobación de los montos de endeudamiento necesarios para el financiamiento complementario del Presupuesto de Egresos del Distrito Federal.

En cuanto al proceso de legislación en el Distrito Federal, el Presidente de la República podrá presentar iniciativas de leyes y decretos ante la Asamblea de Representantes, garantizando así, ante la Federación, la responsabilidad que la estancia de los Poderes Federales en este territorio le otorga y ante los habitantes del Distrito Federal, la de su participación en el gobierno de esta entidad.

Concerniente a los órganos locales de gobierno del Distrito Federal, las dos iniciativas que ahora se dictaminan coinciden en que la función legislativa debe recaer, en materias de interés estrictamente local y expresamente determinadas, en la Asamblea de Representantes, por lo que en el proyecto se establecen reglas genéricas para su integración y para el ejercicio de sus facultades. Estas comisiones dictaminadoras, han considerado conveniente determinar específicamente el número de representantes a la Asamblea que se elegirán tanto por el principio de mayoría relativa como por el de la representación proporcional. Este cambio al contenido de la iniciativa presentada por el Ejecutivo Federal, estaría acorde con el sistema constitucional de preveer la cantidad de integrantes de los diversos espacios de representación política.

El mismo criterio resulta aplicable tratándose del inciso a, del quinto párrafo, fracción III del artículo 122 que se propone, donde, a juicio de estas comisiones, debe establecerse también que el número máximo de Representantes a la Asamblea, electos por ambos principios será de 43.

En cuanto a la vía de acceso a este órgano legislativo, se establece la elección directa por las fórmulas de votación mayoritaria relativa y de representación proporcional en una circunscripción plurinominal, participando en ella sólo los partidos políticos con registro nacional. Las disposiciones electorales conducentes desarrollarán el sistema de asignación por representación pero, en todo caso, deberán sujetarse a las bases previstas en el texto constitucional.

En cuanto a la duración en el encargo, conforme a la iniciativa del Ejecutivo, los representantes permanecerían seis años en su desempeño legislativo; sin embargo, estas comisiones

dictaminadoras han estimado pertinente conservar la actual duración del período de los asambleístas, es decir, tres años, ya que de esta manera se seguiría un sistema congruente con el de las diputaciones federales y se garantizará, además, la expresión periódica de las preferencias políticas de los habitantes del Distrito Federal.

Destacan, entre las facultades legislativas conferidas a la Asamblea de Representantes, las relativas a las finanzas públicas de la entidad, así le corresponderá el examen, discusión y aprobación anual del Presupuesto de Egresos del Distrito Federal y la revisión de la Cuenta Pública, la regulación y organización de los tribunales de justicia del fuero común y del tribunal de lo contencioso administrativo. Como se puede observar, conferir a la Asamblea, las importantes atribuciones relacionadas con el paquete financiero - presupuestal de la entidad es otro de los aspectos que se recogen sustancialmente de las dos iniciativas que conjuntamente se dictaminan y que había sido desde hace tiempo planteadas por todas las fuerzas políticas.

De esta manera, la Asamblea de Representantes, se consolida como el órgano de representación política y de gobierno responsable de legislar en las materias más importantes para el funcionamiento eficaz de la Ciudad: planeación del desarrollo; desarrollo urbano y uso del suelo; formas de participación ciudadana; organismo protector de los derechos humanos; transporte y vialidad; vías públicas; protección al ambiente y equilibrio ecológico; servicios públicos; y bienes del dominio público y privado del Distrito Federal, entre otras.

En virtud del ejercicio local de las facultades legislativas y respecto de aquellas materias no atribuidas, cuya competencia corresponde al Congreso de la Unión, se le dota a la Asamblea de la facultad de iniciar leyes o decretos ante ese Poder Federal siempre que se trate de materias relativas al Distrito Federal.

En el proceso legislativo local, se prevé tanto la participación del Presidente de la República, como del Jefe del Distrito Federal, correspondiendo, por ejemplo a este último, la facultad relativa a la presentación de las iniciativas de Ley de Ingresos, de leyes tributarias para la entidad y del Decreto de Presupuesto de Egresos.

En estricto apego a las recientes reformas al texto constitucional que aprobara esta Cámara, en materia de periodos ordinarios de sesiones del Congreso de la Unión, las comisiones que suscriben, han considerado la pertinencia de adecuar también los plazos y duración de los periodos de sesiones ordinarias de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal.

A juicio de estas comisiones, dado que tanto el Congreso de la Unión como la Asamblea son los órganos de representación política para la Ciudad y que debe existir una conjunción en los trabajos de ambos no sería conveniente que exista un desfasamiento entre sus periodos de trabajo. Esto además de provocar retraso o cargas excesivas en el desahogo de los trámites legislativos podría dificultar la necesaria comunicación entre los plenos de los referidos órganos deliberativos.

Así, se propone que existan dos periodos de sesiones ordinarias para la Asamblea del Distrito Federal, el primero, que se iniciaría el 17 de septiembre de cada año y se extendería hasta el último día del mismo ejercicio. El segundo período ordinario, coincidiría plenamente con los tiempos señalados para el desahogo del trabajo legislativo en el Congreso Federal y correría del 15 de marzo al 30 de abril. Estas modificaciones entrarían en vigor a partir del período de sesiones a celebrarse en marzo de 1995.

Asimismo, de aceptarse las modificaciones sugeridas por estas dictaminadoras, se alteraría también la fecha en que iniciaría en lo sucesivo el ejercicio constitucional de la Asamblea. A partir de 1997, dicho mandato comenzará el 17 de septiembre. En el caso de la III Asamblea de Representantes, por necesidades obvias, su período de ejercicio se ajustaría en términos de artículo tercero transitorio.

Estas modificaciones necesariamente habrán de reflejarse también en las fechas que el propio texto de la iniciativa elaborada por el Ejecutivo Federal, preveía para la presentación del paquete financiero en la Ciudad de México. Así, se propone en el articulado que acompaña al presente dictamen, que el Jefe del Distrito Federal pueda someter ante la Asamblea de Representantes las respectivas iniciativas de Ley de Ingresos, de Hacienda y el Presupuesto de Egresos, para la entidad, hasta el 30 de noviembre de cada ejercicio. Este plazo se entenderá prorrogado hasta el 20 de diciembre, cuando se trate del período en que inicia su encargo, siempre que lo asuma en el mes de diciembre.

En ese contexto, estas comisiones dictaminadoras han considerado conveniente adicionar el inciso c, de la fracción IV del artículo 122 a fin de prever a nivel local, en la Ciudad de

México, la posibilidad de que se amplíe el plazo de presentación del paquete financiero. Cuando medie solicitud del Jefe del Distrito Federal suficientemente justificada a juicio de la Asamblea.

Igualmente, atendiendo el sentido de la reforma electoral que se ha planteado en ese órgano de representación popular, las comisiones unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales, y del Distrito Federal, han considerado pertinente adecuar el contenido de ciertas disposiciones previstas en la iniciativa presentada por el Ejecutivo Federal a fin de que se siga un criterio semejante en lo relativo a la organización, calificación, causas y medios de impugnación electoral, previsto en los artículos 41 y 60 de la Constitución, para el caso de los integrantes de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal.

Con estas modificaciones se persigue fortalecer los principios de certeza jurídica y de imparcialidad de los órganos encargados de dirimir las controversias electorales. Así, al establecer, en el decreto de reformas, que se estará a lo dispuesto por los preceptos de nuestra Carta Magna en la materia, el Distrito Federal también quedaría sujeto a la competencia del tribunal que, dotado de plena jurisdicción en esta materia, se instituya para la calificación de las elecciones de diputados y senadores al Congreso de la Unión, además de que, en consecuencia, resultarían aplicables los procedimientos e instancias previstas para esos supuestos.

Es importante señalar, que dada la simultaneidad en los procesos electorales para elegir a los órganos locales y federales que tendrán a su cargo el Gobierno del Distrito Federal, estas comisiones dictaminadoras han considerado que la normatividad aplicable a la organización, preparación y desarrollo de los procesos de renovación para la presentación política de la Ciudad de México, debe estar contenida en un mismo cuerpo legal, y ser ejecutada por los órganos establecidos en la legislación federal; seguir este principio evitará que se presenten confusiones innecesarias y que exista duplicidad en mecanismos o instrumentos que son necesarios para llevar adelante los citados procesos e impedirá que se desperdicien recursos humanos y materiales en tareas idénticas.

Conocedores de la complejidad administrativa y política que la Ciudad de México supone, así como de las múltiples demandas de la población para dar respuesta a sus necesidades básicas, estas comisiones han considerado que es un imperativo constituir un gobierno eficaz en su conducción política y eficiente en su desarrollo administrativo. Con este propósito, consideran que debe mantenerse la cláusula de gobernabilidad en los términos que actualmente prevé la Constitución, y que recoge en idénticos planteamientos la Iniciativa del Ejecutivo Federal, para la Asamblea de Representantes. Este mecanismo garantiza la fortaleza del gobierno capitalino y el acceso de los distintos Partidos Políticos a los órganos de conducción en la Ciudad.

Es necesario enfatizar que dicha cláusula, permitirá a la fuerza política que obtenga más votos en el Distrito Federal, tener mayoría de asientos en la Asamblea además de que facilitará el mecanismo para que, la determinación del Jefe del Gobierno, sea nombrado de entre sus filas. Esto último dada la estrecha relación que existirá entre los órganos legislativos y de la Administración Pública en el Distrito Federal.

Por lo que respecta al Jefe del Distrito Federal, se dispone que le corresponde la titularidad de la Administración Pública del Distrito Federal, cuyo ejercicio se regulará en el Estatuto de Gobierno.

Respecto del nombramiento del titular de este órgano ejecutivo local, se establece un procedimiento que, atendiendo los reclamos de representación política de los habitantes del Distrito Federal, reconoce también el interés que esta entidad tiene para la Federación, por la característica que le dio origen consistente en ser la sede de los Poderes de la Unión. Así, la representación política alcanzada en la Asamblea de Representantes por la vía de la elección popular, será determinante para que el Presidente de la República nombre a quien haya de detentar el ejercicio de la función ejecutiva en el Distrito Federal, sujetándolo a la ratificación de la Asamblea de Representantes.

En cuanto al nombramiento del responsable de la administración capitalina, en el texto de la iniciativa presidencial se propone un procedimiento en el que se persigue dotar de un sustento de legitimidad al Jefe del Distrito Federal, a través de un mecanismo en el que participan tanto la Asamblea de Representantes, órgano local de gobierno, como la Federación, por medio del titular del Ejecutivo Federal o el Senado según sea el caso. Hemos considerado que esta fórmula será acorde con un sistema equilibrado de distribución de facultades y competencias propias.

Estas comisiones estiman que la base de elegibilidad del Jefe del Distrito Federal, debe partir

del nivel real de representación política de los habitantes de la entidad, en cualquiera de los órganos a cuyo cargo está el expedir leyes que puedan repercutir en este conglomerado urbano. Para ello, se propone ampliar el espectro político de selección por parte del Ejecutivo Federal a alguno de los integrantes de los otros órganos de representación, es decir, a los senadores y diputados de la entidad.

La vinculación de la Federación con el ámbito local de gobierno, se hace patente también con la participación de la Cámara de Senadores en el supuesto de que el órgano legislativo local rechazara sucesivamente dos nombramientos de Jefe de Distrito Federal que le fueran presentados por el Presidente de la República, previendo con esto la posibilidad de no caer en vacíos de gobierno.

7 En el mismo sentido, dicha Cámara revistiendo la representación del Pacto de la Unión. queda facultada para remover al titular del órgano ejecutivo local del Distrito Federal, cuando se afecte la relación del Distrito Federal con los Poderes de la Unión o con el resto de los estados. así como cuando se afecte gravemente el orden público en esta entidad.

Con el fin de asegurar la continuidad del gobierno de la entidad se establece que, en los casos de falta temporal o absoluta o incluso de remoción del Jefe del Distrito Federal, habrá de encargarse del despacho el servidor público que disponga el Estatuto de Gobierno.

El ciudadano en quien recaiga el nombramiento efectuado por el titular del Ejecutivo Federal, que deberá ser ratificado también por la Asamblea, solicitará la licencia respectiva al órgano de su origen, en fecha previa a aquella en que rinda protesta, siguiendo el principio establecido en los preceptos 62 y 125 de la Carta Magna. El titular de la Administración Pública Local podrá durar en su encargo hasta seis años debiendo concluir el 2 de diciembre del mismo año en que finalice el período constitucional del Presidente de la República. Esto, a fin de garantizarle a la Ciudad, continuidad en los programas de gobierno que elabore el Jefe de Distrito Federal en cumplimiento al mandato previsto en la Constitución.

El mecanismo planteado tiene como sustento de legitimación que el ciudadano propuesto por el Presidente de la República provendrá necesariamente de un cargo de elección popular, respaldado por la mayoría que se exprese en la Asamblea de Representantes y, el cual, al ser aprobado su nombramiento por ese órgano popular adquiere en forma definitiva el carácter de titular de la Administración Pública local.

En consonancia con el sistema jurídico nacional, se dispone la facultad del Jefe del Distrito Federal de promulgar y ejecutar las leyes que expida la Asamblea de Representantes, proveyendo en la esfera administrativa a su observancia; asimismo se le otorga la atribución de expedir los reglamentos gubernativos que correspondan al Distrito Federal.

Por la importancia que reviste el ejercicio del gobierno local del Distrito Federal, el sistema de responsabilidades aplicables al titular de la función ejecutiva, será el contemplado en el Título Cuarto de la Constitución General, disponiéndose además la responsabilidad por el manejo indebido de fondos y recursos públicos locales.

En lo que a la función judicial respecta, se establece que, el nombramiento de los Magistrados que integrarán el Tribunal Superior de Justicia será realizado por el Jefe del Distrito Federal y sujeto a la ratificación de la Asamblea de Representantes. Con el fin de garantizar la autonomía del Tribunal, se dispone que éste elabore su propio presupuesto para ser incluido dentro del Presupuesto de Egresos del Distrito Federal.

Un aspecto importante en la definición urbana del Distrito Federal es su relación con las zonas limítrofes del mismo cuya problemática requiere de la instrumentación de soluciones integrales en que participen todos los ámbitos de gobierno de las instancias involucradas: Municipales, Estatales, Federales y del Distrito Federal, con pleno respeto a la autonomía que a cada uno corresponde. Así, se considera el carácter metropolitano de esta entidad, para establecer las bases de regulación que permitan, mediante la celebración de convenios, la coordinación en la planeación y ejecución de acciones para el logro de ese fin.

Con esas referencias, el Distrito Federal celebrará convenios en los Estados y Municipios limítrofes, sin menoscabo de la autonomía y competencia de las diferentes instancias para coordinar acciones en materias comunes; y establecerán, en virtud de los mismos, organismos con facultades expresas en donde se fijará el marco de coordinación y concurrencia para una mejor toma de decisiones y en suma, para consignar reglas de actuación conjunta de conformidad con sus leyes respectivas.

Es de este modo que la forma de gobierno del Distrito Federal, enmarcada en el artículo 122 del que se ha hecho mención, recoge las aspiraciones de sus habitantes de mayor democracia y representación política y las armoniza con la naturaleza y características propias de esa entidad que han permanecido desde su creación como sede de los Poderes de la Unión y capital de la República.

La propuesta de reforma al artículo 44 de la Constitución General tiene una importancia de primer orden; no sólo se reconoce la importancia de la Ciudad de México y su identificación histórica como Distrito Federal de la Unión, sino que se establece el marco conceptual que caracteriza a esta entidad y hace posible que, en consonancia con nuestro Sistema Federal, se planteen en otros preceptos constitucionales la existencia de órganos locales de gobierno y de representación ciudadana en la entidad sede de los Poderes Federales, tal como se establece dentro del artículo 122. El mismo artículo 144, en la iniciativa que se dictamina, señala que la Ciudad de México se compondrá con el territorio que actualmente tiene el Distrito Federal y conserva la previsión legal de que, en el caso de que los Poderes Federales se trasladen a otro lugar, se erigirá en Estado del Valle de México.

La participación, hasta ahora, de los habitantes del Distrito Federal en el gasto público, ha sido la referida al de carácter federal, en virtud de que ha formado parte de la Administración Pública Federal, pero con el proceso de conformación de un gobierno propio para esta entidad, la obligación de contribuir a la Integración de dicho gasto, debe observar un tratamiento eminentemente local, lo cual es previsto, así en la modificación de la fracción IV del artículo 31 contenido en la iniciativa que se dictamina.

Con la integración de todo lo relativo al gobierno del Distrito Federal en el Título Quinto de la Constitución General, resulta indispensable la reforma a la fracción VI de su artículo 73, para considerar en ella sólo las facultades legislativas del Congreso de la Unión, respecto de esa misma entidad.

Con el sentido de establecer un ámbito local de actuación del gobierno del Distrito Federal, se establece para el Congreso de la Unión, en la fracción VI del artículo 73 constitucional en la iniciativa de que se trata, la facultad tanto de expedir el Estatuto de Gobierno de esta entidad como la de legislar en lo relativo a esta entidad, excepto en las materias que le son conferidas expresamente al órgano local denominado Asamblea de Representantes.

Destaca la facultad de este Poder de la Unión relativa a la aprobación anual de los montos de endeudamiento que deban incluirse en la Ley de Ingresos del Distrito Federal y que el Presidente de la República deberá proponerle, consonante con la obligación de éste de informarle respecto del ejercicio de la misma, con base en el informe que le allegue el Jefe del Distrito Federal, mismo que informará al respecto a la Asamblea de Representantes. La existencia del Distrito Federal, como sede de los Poderes de la Unión, y el ejercicio de los recursos para la promoción de su desarrollo implica la participación de los ámbitos federal y local en la determinación y vigilancia de su aplicación.

Siendo de naturaleza puramente local los asuntos entre la Administración Pública Local del Distrito Federal y los ciudadanos de esta entidad, el órgano de administración de justicia administrativa debe tener un ámbito de actuación también estrictamente local, por lo que la ley que instituya el tribunal de lo contencioso administrativo deberá ser dictada por el órgano local que asumirá la función legislativa para este espacio territorial, suprimiéndose en consecuencia dicha facultad de las que son inherentes al Congreso General.

Una consecuencia natural de las facultades atribuidas a los órganos locales de gobierno del Distrito Federal en el nuevo texto del artículo 122 de la Constitución General, es su repercusión en otras disposiciones constitucionales relativas a las materias que dejan de ser competencia de la Federación, tal es el caso de la fracción IV del artículo 74, en cuya modificación se suprime a la Cámara de Diputados las facultades exclusivas que atañen a Presupuesto de Egresos, Ley de Ingresos y Cuenta Pública, en cuya integración participarán órganos locales de gobierno del Distrito Federal.

En cuanto hace a las facultades exclusivas de la Cámara de Senadores, en la fracción IX del artículo 76 se contempla su participación en el nombramiento y remoción del Jefe de Distrito Federal, atendiendo al papel que desempeña esta representación en la integración del Pacto Federal.

Respecto de la Comisión Permanente, en sus atribuciones contempladas en el artículo 70 constitucional, se suprime la referencia a los Magistrados del Distrito Federal, en cuanto a la recepción de su protesta, elemento que, formando parte del proceso de nombramiento, corresponde a la Asamblea de Representantes en el cual también tiene intervención.

Por cuanto hace el Presidente de la República, el nombramiento y remoción del titular del órgano u órganos de gobierno del Distrito Federal, es suprimida en la fracción II del artículo 89 de la Constitución General, al establecer su participación acotada en este aspecto en las bases generales de gobierno para esta entidad contempladas en el texto del artículo 122 de la iniciativa que se dictamina.

Por otra parte, al preverse la interrelación de los órganos locales de gobierno, la facultad del Presidente de la República consistente en el nombramiento de Magistrados del Tribunal Superior de Justicia, contenida en la fracción XVII del artículo antes mencionado, es derogada, al establecerse el procedimiento que corresponde a la nueva forma de gobierno del Distrito Federal, establecida en el artículo 122 de la iniciativa de mérito.

Las reformas introducidas a los artículos 104, 105 y 107 responden a las características de que ahora se dota al gobierno del Distrito Federal, en cuyo ejercicio debe preverse la aplicación del control constitucional a que los mismos hacen referencia.

En el contenido de los artículos de que trata la iniciativa de mérito, prevalece la pretensión de hacer factible la coexistencia de los Poderes Federales y de órganos locales de gobierno en un mismo espacio territorial, en cuya distribución de facultades se armonizan los intereses de mayor representación política en la entidad y la preservación de un cabal ejercicio de la soberanía que en el mandato de aquéllos se detenta.

Sin embargo, se ha considerado conveniente la supresión en el artículo 105 de la última mención al Distrito Federal, en virtud de que las controversias entre los Poderes Federales y los del Distrito Federal se resolverán, en los términos de otros preceptos constitucionales como por ejemplo el 76 y el 122, en su parte conducente.

De esta manera el artículo 105 sigue previendo que la Suprema Corte de Justicia podrá conocer de las controversias que se susciten entre uno o varios Estados, entre éstos y el Distrito Federal e incluso entre los órganos de gobierno en la sede de los poderes de la Unión.

La trascendencia de la reforma que se plantea y la complejidad de los cambios que implica, requiere de un proceso de transformación que no afecte ni la realidad social de los habitantes del Distrito Federal, ni la viabilidad de la forma de gobierno que se plantea, de este modo, es necesaria la gradualidad para la introducción del sistema planteado.

La transición a esta nueva forma de gobernar al Distrito Federal, es acorde con el principio de derecho que rige la actuación de todo órgano, al disponer que las facultades que en primera instancia se asuman, sean las correspondientes a la función legislativa por parte de la Asamblea de Representantes, de tal manera que se atiende una vieja demanda ciudadana consistente en conjuntar la efectividad de gestión que había demostrado este órgano con la capacidad de legislación sobre aspectos sustanciales de la ciudad. Por otro lado, el ejercicio de dichas funciones legislativas no puede corresponder a un órgano cuyo mandato se sustenta en normas constitucionales que no eran vigentes al tiempo de ser electo, por lo que el ejercicio de la función de que se trata, se le atribuye a la Asamblea de Representantes que se elija para el período del 1994 a 1997, de tal suerte que el término del mandato de dicha Asamblea de Representantes sería enfocado primordialmente al ejercicio de una intensa tarea legislativa, cuyos efectos serían la regulación de las funciones ejecutiva y judicial en esta entidad.

Las comisiones dictaminadoras coinciden al sostener que será necesario conceder un término suficiente a las representaciones políticas para que, conforme al nuevo sistema de distribución de competencias, expidan y modifiquen los ordenamientos legales que permitirán la debida integración de los nuevos órganos de gobierno para la Ciudad.

Así, prevé que en un primer período trienal, a partir de 1994, el Presidente de la República siga ejerciendo la facultades de nombramiento del responsable de la administración capitalina que le otorgan los artículos 73 y 89 constitucionales vigentes. Será entonces, en 1997, cuando se nombre al primer Jefe del Distrito Federal bajo reglas y en los términos previstos en la fracción VI del presente decreto.

La participación ciudadana que ha sido un factor decisivo para la presente reforma como lo confirman tanto las reflexiones de los Partidos Políticos en diversos foros como el contenido de las dos iniciativas en dictamen, es considerada asimismo para señalar que la integración de los consejos de ciudadanos se realice a partir de 1995, conforme a las disposiciones legales que dicten el Congreso de la Unión, en el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal y la Asamblea de Representantes en la ley local respectiva, sin

cuyos instrumentos no podría cobrar vigencia ni la elección ni la instalación de aquéllos. Un imperativo de la presente reforma será dotar a la Ciudad de los mecanismos y procedimientos idóneos para renovar y fortalecer a su representación ciudadana.

Importante disposición resulta también la previsión correspondiente a la salvaguarda de los derechos laborales de los trabajadores que se readscriban a la Administración Pública del Distrito Federal, que al dejar de formar parte de la Administración Pública Federal debe implicar sólo el cambio de ámbito y por ningún motivo propiciar la afectación de los derechos adquiridos en ésta.

Por todo lo anteriormente expuesto, los diputados integrantes de las Comisiones Unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales y del Distrito Federal, sometemos a la consideración de esta Honorable Asamblea el siguiente

PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMAN LOS ARTÍCULOS 31, 44, 73, 74, 79, 89, 104, 105, 107, 122, ASÍ COMO LA DENOMINACIÓN DEL TÍTULO QUINTO, SE ADICIONA UNA FRACCIÓN IX AL ARTÍCULO 76 Y UN PRIMER PÁRRAFO AL ARTÍCULO 119 Y SE DEROGA LA FRACCIÓN XVII DEL ARTÍCULO 89 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Artículo único. Se reforman los artículos 31, fracción IV; 44; 73, fracciones VI, VIII, Y XXIX-H; 74 fracción IV, en su párrafo primero, segundo y séptimo; 79, fracción II; 89, fracción II; 104 fracción I-B; 105; y 107 fracción VIII, inciso a; la denominación del Título Quinto y el artículo 122. Se adicionan los artículos 76 con una fracción IX y 119 con un primer párrafo, pasando los actuales primero y segundo a ser segundo y tercero, respectivamente, y se deroga la fracción XVII del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar en los siguientes términos.

Artículo 31. Son obligaciones de los mexicanos:

I a III.........

IV) Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residan de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes.

Artículo 44. La Ciudad de México es el Distrito Federal, sede de los Poderes de la Unión y Capital de los Estados Unidos Mexicanos Se compondrá del territorio que actualmente tiene y en el caso de que los poderes Federales se trasladen a otro lugar se erigirá en el Estado del Valle de México con los límites y extensión que le asigne el Congreso General.

Artículo 73. El Congreso tiene facultad:

I a V.........................

VI. Para expedir el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal y legislar en lo relativo al Distrito Federal, salvo en las materias expresamente conferidas a la Asamblea de Representantes.

VII.............................

VIII. Para dar bases sobre las cuales el Ejecutivo pueda celebrar empréstitos sobre el crédito de la Nación, para aprobar esos mismos empréstitos y para reconocer y mandar pagar la deuda nacional. Ningún empréstito podrá celebrarse sino para la ejecución de obras que directamente produzcan un incremento en los ingresos públicos, salvo los que se realicen con propósitos de regulación monetaria, las operaciones de conversión y los que se contraten durante alguna emergencia declarada por el Presidente de la República en los términos del artículo 29. Asimismo, aprobar anualmente los montos de endeudamiento que deberán incluirse en la Ley de Ingresos, que en su caso requiera el Gobierno del Distrito Federal y las entidades de su sector público, conforme a las bases de la ley correspondiente. El Ejecutivo Federal informará anualmente al Congreso de la Unión sobre el ejercicio de dicha deuda a cuyo efecto el Jefe de Distrito Federal le hará llegar el informe que sobre el ejercicio de los recursos correspondientes hubiere realizado. El Jefe del Distrito Federal informará igualmente a la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, al rendir la cuenta pública;

IX a XXIX-G.............................................

XXIX- H. Para expedir leyes que instituyan tribunales de lo contencioso administrativo, dotados de plena autonomía para dictar sus fallos, y que tengan a su cargo dirimir las controversias que se susciten entre la administración Pública Federal y los particulares, estableciendo las normas para su organización, su funcionamiento, el procedimiento y los recursos contra sus resoluciones.

XXX.............................................

Artículo 74. Son facultades exclusivas de la Cámara de Diputados:

I a II, III ...................................

IV. Examinar, discutir y aprobar anualmente el Presupuesto de Egresos de la Federación, discutiendo primero las contribuciones que, a su juicio, deben decretarse para cubrirlo, así como revisar la Cuenta Pública del año anterior.

El Ejecutivo Federal hará llegar a la Cámara la iniciativa de ley de ingresos y el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación a más tardar el día 15 del mes de noviembre o hasta el día 15 de diciembre cuando inicie su encargo en la fecha prevista por el artículo 83, debiendo comparecer el Secretario del Despacho correspondiente a dar cuenta de los mismos.

Sólo se podrá ampliar el plazo de presentación de la iniciativa de Ley de Ingresos y del Proyecto de Presupuesto de Egresos, así como de la Cuenta Pública, cuando medie solicitud del Ejecutivo suficientemente justificada a juicio de la Cámara o de la Comisión Permanente, debiendo comparecer en todo caso el Secretario del Despacho correspondiente a informar de las razones que lo motiven.

V a VIII................................

Artículo 76. Son facultades exclusivas del Senado.

I a VIII....................................

IX. Nombrar y remover al Jefe del Distrito Federal en los supuestos previstos en esta Constitución;

X......................

Artículo 79. La Comisión Permanente, además de las atribuciones que expresamente le confiere esta Constitución, tendrá las siguientes:

I..................................

II. Recibir, en su caso, la protesta del Presidente de la República y de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

III a IX.............................

Artículo 89. Las facultades y obligaciones del Presidente son las siguientes: I.................................

II. Nombrar y remover libremente a los Secretarios del Despacho, al Procurador General de la República, remover a los Agentes Diplomáticos y empleados superiores de Hacienda y, nombrar y remover libremente a los demás empleados de la Unión, cuyo nombramiento o remoción no esté determinado de otro modo en la Constitución o en las leyes.

III a XVI...........................

XVII. Se deroga.

XVIII a XX.

Artículo 104. Corresponde a los tribunales de la Federación conocer:

I..........................................

I-B. De los recursos de revisión que se interpongan contra las resoluciones definitivas de los tribunales de lo contencioso administrativo a que se refiere la fracción XXIX-H del artículo 73 y fracción IV, inciso e) del artículo 122 de esta Constitución, sólo en los casos que señalen las leyes. Las revisiones, de los cuales conocerán los Tribunales Colegiados de Circuito, se sujetarán a los trámites que la ley reglamentaria de los artículos 103 y 107 de esta Constitución fije para la revisión en amparo indirecto, y en contra de las resoluciones que en ellas dicten los Tribunales Colegiados de Circuito no procederá juicio o recurso alguno;

II a V..................................................

Artículo 105. Corresponde sólo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación conocer de las controversias que se susciten entre dos o más Estados; entre uno o más Estados y el Distrito Federal; entre los poderes de un mismo Estado y entre órganos de gobierno del Distrito Federal, sobre la constitucionalidad de sus actos y de los conflictos entre la Federación y uno o más Estados, así como de aquellas en que la Federación sea parte en los casos que establezca la Ley.

Artículo 107. Todas las controversias de que habla el artículo 103 se sujetarán a los procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley, de acuerdo a las bases siguientes:

I a VII.........................................

VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los jueces de distrito, procede revisión. De ella conocerá la Suprema Corte de Justicia:

a) Cuando habiéndose impugnado en la demanda de amparo, por estimarlos directamente violatorios de esta Constitución, leyes federales o

locales tratados internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente de la República de acuerdo con la fracción I del artículo 89 de esta Constitución y reglamentos de leyes locales expedidos por los gobernadores de los estados o por el Jefe del Distrito Federal, subsista en el recurso el problema de constitucionalidad.

IX a XVIII.

TITULO QUINTO

De los Estados de la Federación y del Distrito Federal

Artículo 119. Los Poderes de la Unión tienen el deber de proteger a los Estados contra toda invasión o violencia exterior. En cada caso de sublevación o trastorno interior, les prestarán igual protección, siempre que sean excitados por la Legislatura del Estado o por su Ejecutivo, si aquélla no estuviere reunida.

Artículo 122. El Gobierno del Distrito Federal está a cargo de los Poderes de la Unión, los cuales lo ejercerán por sí y a través de los órganos de gobierno del Distrito Federal representativos y democráticos, que establece esta Constitución.

I. Corresponde al Congreso de la Unión expedir el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal en el que se determinarán:

a) La distribución de atribuciones de los Poderes de la Unión en materias del Distrito Federal, y de los órganos de gobierno del Distrito Federal, según lo que dispone esta Constitución;

b) Las bases para la organización y facultades de los órganos locales de gobierno del Distrito Federal, que serán:

1. La Asamblea de Representantes;

2. El Jefe del Distrito Federal y;

3. El tribunal Superior de Justicia.

c) Los derechos y obligaciones de carácter público de los habitantes del Distrito Federal;

d) Las bases para la organización de la Administración Pública del Distrito Federal y la distribución de atribuciones entre sus órganos centrales y desconcentrados, así como la creación de entidades paraestatales y;

e) Las bases para la integración, por medio de elección directa en cada demarcación territorial, de un consejo de ciudadanos para la evaluación de programas y la gestión de acciones de la Administración Pública del Distrito Federal en cada demarcación:

II. Corresponde al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos:

a) Nombrar al Jefe del Distrito Federal en los términos que dispone esta Constitución;

b) Nombrar y remover libremente al Procurador General de Justicia del Distrito Federal;

c) El mando de la Fuerza Pública en el Distrito Federal y la designación del servidor público que la tenga a su cargo. El Ejecutivo Federal podrá delegar en el Jefe del Distrito Federal las funciones de dirección en materia de seguridad pública;

d) Enviar anualmente al Congreso de la Unión la propuesta de los montos de endeudamiento necesarios para el financiamiento del presupuesto de egresos del Distrito Federal. Para tal efecto, el Jefe del Distrito Federal, someterá a la consideración del Ejecutivo Federal la propuesta correspondiente en los términos que disponga la ley;

e) Iniciar leyes y decretos ante la Asamblea de Representantes del Distrito Federal y;

f) Las demás atribuciones que le señalen esta Constitución, el Estatuto y las leyes:

III. La Asamblea de Representantes del Distrito Federal, se integrará por 40 representantes electos según el principio de votación mayoritaria relativa, mediante el sistema de distritos electorales uninominales y 26 representantes electos según el principio de representación proporcional, mediante el sistema de listas votadas en una circunscripción plurinominal. Sólo podrán participar en la elección los partidos políticos con registro nacional. La demarcación de los distritos se establecerá como determine la ley.

Los representantes de la Asamblea del Distrito Federal serán electos cada tres años y por cada propietario se elegirá un suplente; las vacantes de los representantes serán cubiertas en los términos que la fracción IV del artículo 77 de esta Constitución establece para la Cámara de Diputados.

Los representantes deberán reunir los mismos requisitos que esta Constitución establece para los diputados federales y les será aplicable lo

dispuesto por los artículos 59, 62 y 64 de esta Constitución.

La elección de los representantes según el principio de representación proporcional y el sistema de listas en una sola circunscripción plurinominal, se sujetará a las siguientes bases y a lo que en particular disponga la ley:

a) Un partido político, para obtener el registro de su lista de candidatos a representantes a la Asamblea del Distrito Federal, deberá acreditar que participa con candidatos por mayoría relativa en todos los distritos uninominales del Distrito Federal;

b) Todo partido político que alcance por lo menos el uno y medio porciento del total de la votación emitida, tendrá derecho a que le sean atribuidos representantes según el principio de representación proporcional y;

c) Al partido político que cumpla con lo dispuesto por los dos incisos anteriores, le serán asignados representantes por el principio de representación proporcional. La ley establecerá la fórmula para su asignación. Además, al hacer ésta, se seguirá el orden que tuviesen los candidatos en la lista correspondiente.

En todo caso, para el otorgamiento de las constancias de asignación, se observará las siguientes reglas:

a) Ningún partido político podrá contar con más de 43 representantes electos mediante ambos principios, y

b) Al partido político que obtenga por si mismo el mayor número de constancias de mayoría y por lo menos el treinta por ciento de la votación en el Distrito Federal, le será otorgada la constancia de asignación por el número suficiente de representantes para alcanzar la mayoría absoluta de la Asamblea.

En lo relativo a la organización de las elecciones, declaración de validez de las mismas, otorgamiento de constancias de mayoría, así como para el contencioso electoral de los representantes a la Asamblea del Distrito Federal se estará a lo dispuesto por los artículos 41 y 60 de esta Constitución.

La Asamblea se reunirá a partir del 17 de septiembre de cada año, para celebrar un primer período de sesiones ordinarias, que podrá prolongarse hasta el 31 de diciembre del mismo año. El segundo período de sesiones ordinarias se iniciará a partir del 15 de marzo de cada año y podrá prolongarse hasta el 30 de abril del mismo año. Durante sus recesos, la Asamblea celebrará sesiones extraordinarias para atender los asuntos urgentes para los cuales sea convocada, a petición de la mayoría de los integrantes de su Comisión de Gobierno, del Presidente de la República o del Jefe del Distrito Federal.

Los representantes de la Asamblea son inviolables por las opiniones que manifiesten en el desempeño de su cargo. Su Presidente velará por el respeto al fuero constitucional de sus miembros, así como la inviolabilidad del recinto donde se reúnan a sesionar. En materia de responsabilidades, será aplicable a los representantes de la Asamblea la ley federal que regula las responsabilidades de los servidores públicos.

IV. La Asamblea de Representantes del Distrito Federal tiene facultades para:

a) Expedir su ley orgánica que regulará su estructura y funcionamiento internos, la que será enviada al Jefe del Distrito Federal y al Presidente de la República para su sola publicación.

b) Examinar, discutir y aprobar anualmente el Presupuesto de Egresos del Distrito Federal, analizando primero las contribuciones que a su juicio deban decretarse para cubrirlos.

Las leyes federales no limitarán la facultad del Distrito Federal para establecer contribuciones sobre la propiedad inmobiliaria, de su fraccionamiento, división, consolidación, traslación y mejora así como las que tengan por base el cambio de valor de los inmuebles, incluyendo tasas adicionales, ni sobre los servicios públicos a su cargo. Tampoco considerarán a personas como no sujetos de contribuciones ni establecerán exenciones, subsidios o regímenes fiscales especiales en favor de personas físicas y morales ni de instituciones oficiales o privadas en relación con dichas contribuciones. Las leyes del Distrito Federal no establecerán exenciones o subsidios respecto a las mencionadas contribuciones en favor de personas físicas o morales ni de instituciones oficiales o privadas.

Sólo los bienes del dominio público de la Federación y del Distrito Federal estarán exentos de las contribuciones señaladas.

Las prohibiciones y limitaciones que esta Constitución establece para los estados se aplicarán para el Distrito Federal.

c) Revisar la cuenta pública del año anterior.

La revisión tendrá como finalidad comprobar

si los programas contenidos en el presupuesto se han cumplido conforme a lo autorizado según las normas y criterios aplicables, así como conocer de manera general los resultados financieros de la gestión del gobierno del Distrito Federal. En caso de que la revisión que efectúe la Asamblea de Representantes, se manifestarán desviaciones en la realización de los programas o incumplimiento a las disposiciones administrativas o legales aplicables, se determinarán las responsabilidades a que haya lugar de acuerdo con la ley de la materia.

La cuenta pública del año anterior, deberá ser enviada a la Asamblea de Representantes dentro de los 10 primeros días del mes de junio.

Sólo se podrá ampliar el plazo de presentación de las iniciativas de leyes de ingresos y del proyecto de presupuesto de egresos, así como de la cuenta pública, cuando medie solicitud del Jefe del Distrito Federal suficientemente justificada a juicio de la Asamblea de Representantes.

d) Expedir la ley orgánica de los tribunales de justicia del Distrito Federal;

e) Expedir la ley orgánica del tribunal de lo contencioso administrativo, que se encargará de la función jurisdiccional en el orden administrativo, que contará con plena autonomía para dictar sus fallos a efecto de dirimir las controversias que se susciten entre la administración pública del Distrito Federal y los particulares;

f) Presentar iniciativas de leyes o decretos en materias relativas al Distrito Federal, ante el Congreso de la Unión.

g) Legislar en el ámbito local, en lo relativo al Distrito Federal en los términos del Estatuto de Gobierno en materias de: Administración Pública Local y su régimen interno; de presupuesto, contabilidad y gasto público; regulación de su contaduría mayor, bienes del dominio público y privado del Distrito Federal; servicios públicos y su concesión, así como la explotación, uso y aprovechamiento de bienes del dominio del Distrito Federal; participación ciudadana; organismo protector de los derechos humanos; notariado; protección civil, prevención y readaptación social; planeación del desarrollo; desarrollo urbano y uso del suelo; establecimiento de reservas territoriales; preservación del medio ambiente y protección ecológica; construcciones y edificaciones; vías públicas, transporte urbano y tránsito; servicio público de limpia; fomento económico y protección al empleo: desarrollo agropecuario; vivienda; salud y asistencia social; turismo y servicios de alojamiento; previsión social; fomento cultural y;

h) Las demás que expresamente le otorga esta Constitución.

V. La facultad de iniciar leyes y decretos ante la Asamblea corresponde a sus miembros, al Presidente de la República y al Jefe del Distrito Federal. Será facultad exclusiva del Jefe del Distrito Federal la formulación de las iniciativas de ley de ingresos y decreto de presupuesto de egresos, las que remitirá a la Asamblea a más tardar el 30 de noviembre, o hasta el 20 de diciembre, cuando inicie su encargo en dicho mes;

Los proyectos de leyes o decretos que expida la Asamblea de Representantes se remitirán para su promulgación al Jefe del Distrito Federal, quien podrá hacer observaciones y devolverlos en un lapso de diez días hábiles. a no ser que transcurrido dicho término, la Asamblea hubiese cerrado o suspendido sus sesiones, en cuyo caso, la devolución deberá hacerse el primer día hábil en que la Asamblea se reúna. De no ser devuelto en ese plazo, se entenderá aceptado y se procederá a su promulgación. El proyecto devuelto con observaciones deberá ser discutido nuevamente por la Asamblea.

Si se aceptasen las observaciones o si fuese confirmado por las dos terceras partes del número total de votos de los representantes presentes en la sesión, el proyecto será ley o decreto y se enviará en los términos aprobados, para su promulgación.

VI. El Jefe del Distrito Federal, será el titular de la Administración pública del Distrito Federal. Ejercerá sus funciones en los términos que establezca esta Constitución, el Estatuto de Gobierno y las demás leyes aplicables, con arreglo a las siguientes bases

a) El Jefe del Distrito Federal será nombrado por el Presidente de la República de entre cualquiera de los representantes a la Asamblea, diputados federales o senadores electos en el Distrito Federal, que pertenezcan al partido político que por sí mismo obtenga el mayor número de asientos en la Asamblea de Representantes. El nombramiento será sometido a la ratificación de dicho órgano, que contará con un plazo de cinco días para, en su caso, ratificarlo. Si el nombramiento no fuese ratificado, el Presidente presentará a la Asamblea, un segundo nombramiento para su ratificación dentro de un plazo de cinco días. Si no hubiera ratificación del segundo nombramiento, el Senado hará

directamente el nombramiento del Jefe del Distrito Federal;

b) El Jefe del Distrito Federal podrá durar en su encargo hasta seis años, a partir de la fecha en que rinda protesta ante la Asamblea de Representantes o en su caso, ante el Senado de la República, y hasta el 2 de diciembre del año en que concluya el período constitucional del Presidente de la República;

c) En caso de falta temporal del Jefe del Distrito Federal o durante el período de ratificación del nombramiento de Jefe del Distrito Federal, quedará encargado del despacho el servidor público que disponga el Estatuto de Gobierno. En caso de falta absoluta, o con motivo de su remoción, el Presidente de la República procederá a nombrar, ajustándose a lo dispuesto en el inciso a, de esta fracción, un sustituto que concluirá el período respectivo;

d) En caso de que la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, no estuviera en período de sesiones, el Presidente de la República presentará a ratificación el nombramiento de Jefe del Distrito Federal a la Comisión de Gobierno de la Asamblea de Representantes, la que en el siguiente período ordinario, lo someterá al pleno de la Asamblea para su aprobación definitiva;

e)El Jefe del Distrito Federal, solicitará licencia para separarse de su cargo de representante popular previo a la fecha en que rinda protesta ante la Asamblea de Representantes, o en su caso , ante el Senado;

f)El ciudadano que ocupe el cargo de Jefe del Distrito Federal, con cualquier carácter, en ningún caso podrá volver a ocuparlo;

g) El Jefe del Distrito Federal promulgará y ejecutará las leyes y decretos que expida la Asamblea de Representantes, proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia, Asimismo expedirá los reglamentos gubernativos que corresponden al Distrito Federal;

h) El Jefe del Distrito Federal será responsable ante el Congreso de la Unión de acuerdo con el Título Cuarto de esta Constitución, y por violaciones a las leyes del Distrito Federal así como por el manejo indebido de fondos y recursos públicos locales y;

i) El Jefe del Distrito Federal, podrá ser removido de su cargo por el Senado, en sus recesos, por la Comisión Permanente, por causas graves que afecten las relaciones con los Poderes de la Unión o el orden público en el Distrito Federal. La solicitud de remoción deberá ser presentada por la mitad de los miembros de la Cámara de Senadores o de la Comisión Permanente, en su caso.

VII. La función judicial se ejercerá por el Tribunal Superior de Justicia, el cual se integrará por el número de magistrados que señale la ley orgánica correspondiente, así como por los jueces de primera instancia y demás órganos que la propia ley señale. Para ser magistrado se deberán reunir los mismos requisitos que establece el artículo 95 de esta Constitución.

Los nombramientos de los magistrados se harán por el Jefe del Distrito Federal, en los términos previstos por el Estatuto de gobierno y la ley orgánica respectiva. Los nombramientos de los magistrados serán sometidos a la aprobación de la Asamblea de Representantes. Cada magistrado del Tribunal, al entrar a ejercer su cargo, rendirá protesta de guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, ante el Pleno de la Asamblea de Representantes.

Los magistrados durarán seis años en el ejercicio de su cargo, podrán ser ratificados, y si lo fuesen, solo podrán ser privados de sus puestos en los términos del Título Cuarto de esta Constitución.

El Tribunal Superior de Justicia elaborará su propio presupuesto para su inclusión en el proyecto de presupuesto de egresos que el Jefe del Distrito Federal envíe a la Asamblea de Representantes;

VIII. El Ministerio Público en el Distrito Federal estará a cargo de un Procurador General de Justicia y;

IX. Para la eficaz coordinación de las distintas jurisdicciones locales y municipales entre sí, y de éstas con la Federación y el Distrito Federal en la planeación y ejecución de acciones en las zonas conurbadas limítrofes con el Distrito Federal, de acuerdo con el artículo 115 fracción VI de esta Constitución, en materias de asentamientos humanos; protección al ambiente, preservación y restauración del equilibrio ecológico; transporte, agua potable y drenaje; recolección, tratamiento y disposición de desechos sólidos y seguridad pública, sus respectivos gobiernos podrán suscribir convenios para la creación de comisiones metropolitanas en las que concurran y participen con arreglo a sus leyes.

Las comisiones serán constituidas por acuerdo conjunto de los participantes. En el instrumento

de creación se determinará a la forma de integración, estructura y funciones: a través de las comisiones se establecerán:

a) Las bases para la celebración de convenios, en el seno de las comisiones, conforme a las cuales se acuerden los ámbitos territoriales y de funciones respecto a la ejecución y operación de obras, prestación de servicios públicos o realización de acciones en las materias indicadas en el primer párrafo de esta fracción;

b) Las bases para establecer, coordinadamente por las partes integrantes de las comisiones las funciones específicas en las materias referidas, así como para la aportación común de recursos materiales, humanos y financieros necesarios para su operación y;

c) Las demás reglas para la regulación conjunta y coordinada del desarrollo de las zonas conurbadas, prestación de servicios y realización de acciones que acuerden los integrantes de las comisiones.

TRANSITORIOS

Primero. El presente Decreto entrará en vigor treinta días después de su publicación en el Diario Oficial de la Federación salvo lo dispuesto en los siguientes transitorios.

Segundo. La Asamblea de Representantes del Distrito Federal electa para el período noviembre de 1991 a noviembre de 1994, continuará teniendo las facultades establecidas en la fracción VI del artículo 73 de esta Constitución, vigentes al momento de entrar en vigor el presente decreto.

Tercero. La III Asamblea de Representantes del Distrito Federal, tendrá las facultades que le otorga el presente Decreto, y será la que se integre para el período que comenzará el 15 de noviembre de 1994 y concluirá el 16 de septiembre de 1997.

Cuarto. A partir del 15 de marzo de 1995, los periodos de sesiones ordinarias de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal se celebrarán de acuerdo con las fechas establecidas por el presente decreto.

Quinto. El primer nombramiento para el cargo de Jefe del Distrito Federal, en los términos de este Decreto se verificará en el mes de diciembre de 1997 y el período constitucional respectivo concluirá el 2 de diciembre del año 2000.

En tanto dicho Jefe asume su encargo, el gobierno del Distrito Federal seguirá a cargo del Presidente de la República de acuerdo con la base 1a. de la fracción VI del artículo 73 de esta Constitución que se encontraba vigente al momento de entrar en vigor el presente Decreto. El Ejecutivo Federal mantendrá la facultad de nombrar y remover libremente al titular del órgano u órganos de gobierno del Distrito Federal y continuará ejerciendo para el Distrito Federal, en lo conducente, las facultades establecidas en la fracción I del artículo 89 de esta Constitución.

Sexto. Los consejos de ciudadanos por demarcación territorial se elegirán e instalarán en 1995, conforme a las disposiciones del Estatuto de Gobierno y las leyes respectivas.

Séptimo. Los servidores públicos que se readscriban a la Administración pública del Distrito Federal y sus dependencias conservarán todos sus derechos laborales.

Octavo. Las iniciativas de leyes de ingresos, y de decretos de presupuesto de egresos del Distrito Federal para los ejercicios 1995, 1996 y 1997, así como las cuentas públicas de 1995 y 1996 serán enviados a la Asamblea de Representantes por el Presidente de la República. La cuenta pública correspondiente a 1994 será revisada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Noveno. En tanto se reforman y expidan las disposiciones que coordinen el sistema fiscal entre la Federación y el Distrito Federal, continuarán aplicándose las normas que sobre la materia rijan al entrar en vigor el presente Decreto.

Décimo. En tanto se expidan las nuevas normas aplicables al distrito Federal continuarán rigiendo las disposiciones legales y reglamentarias vigentes. Salón de Comisiones de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, a 2 de septiembre de 1993.»

El Presidente:

Gracias, señor Secretario.

Continúe con los asuntos en cartera.

ORDEN DEL DÍA

El secretario Rubén Pabello Rojas:

Señor Presidente, se han agotado los asuntos en cartera.

Se va a dar lectura al orden del día de la próxima sesión.

«Primer Período de Sesiones Extraordinarias.- Segundo Receso.- Segundo Año.- LV Legislatura.

Orden del día

3 de septiembre de 1993.

Lectura del acta de la sesión anterior.

Iniciativa

De reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.

Dictamen a discusión

De la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales y del Distrito Federal, con proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 31, 44, 73, 74, 79, 89, 104, 105, 107, 122, así como el Título Quinto, se adiciona una fracción IX al artículo 76 y un primer párrafo al artículo 119 y se deroga la fracción XVII del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Y los demás asuntos con los que la Secretaría dé cuenta.»

El Presidente:

(A la 01.00 horas): Esta Presidencia agradece a los señores diputados su presencia, su paciencia y su prudencia; y los cita para la sesión que tendrá lugar el día de hoy 3 de septiembre a las 10.00 horas.

NOTAS

Siglas y abreviaturas incluidas en esta edición:

g Gramos

ONU Organización de las Naciones Unidas

PAN Partido Acción Nacional

PARM Partido Auténtico de la Revolución Mexicana

PPS Partido Popular Socialista

PRD Partido de la Revolución Democrática

PRI Partido Revolucionario Institucional