PODER LEGISLATIVO FEDERAL
Diario de los Debates

DE LA CAMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Correspondiente al Primer Periodo de Sesiones Ordinarias del Primer Año de Ejercicio
Director General de
Crónica Parlamentaria
Héctor de Antuñano y Lora
Presidente

Diputado Humberto Roque Villanueva
Director del
Diario de los Debates
Norberto Reyes Ayala
Año I
México, DF, viernes 4 de noviembre de 1994
No. 4

Sumario


ESTADO DE CAMPECHE

Comunicación del Congreso estatal, con el que se informa de actividades propias de su legislatura. De enterado.

SECRETARIA DE AGRICULTURA Y RECURSOS HIDRAULICOS

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE COMERCIO Y FOMENTO INDUSTRIAL

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE COMUNICACIONES Y TRANSPORTES

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE LA CONTRALORIA GENERAL DE LA FEDERACION

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE LA DEFENSA NACIONAL

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE DESARROLLO SOCIAL

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE EDUCACION PUBLICA

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE ENERGIA, MINAS E INDUSTRIA PARAESTATAL

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE GOBERNACION

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE HACIENDA Y CREDITO PUBLICO

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE MARINA

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE PESCA

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE LA REFORMA AGRARIA

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE RELACIONES EXTERIORES

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE SALUD

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE TRABAJO Y PREVISION SOCIAL

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

SECRETARIA DE TURISMO

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

DEPARTAMENTO DEL DISTRITO FEDERAL

Oficio de la Secretaría de Gobernación con el que remite el informe de labores 1991-1994.

Se remiten a los grupos parlamentarios para su conocimiento.

ANALISIS DEL VI INFORME DE GOBIERNO POLITICA ECONOMICA

Fundamentan la posición de sus grupos parlamentarios, los diputados:

Alberto Anaya Gutiérrez

lfigenia Martha Martínez Hernández

Juan Antonio García Villa

Antonio Sánchez Gochicoa

Debaten los diputados:

Joaquín Humberto Vela González, en contra.

Jaime Mariano del Río Navarro, en pro.

Humberto Andrade Quezada, para rectificar hechos.

Saúl Alfonso Escobar Toledo, en contra.

AIfonso Reyes Medrano, en pro.

Saúl Alfonso Escobar Toledo, para rectificar hechos.

Raúl Armando Quintero Martínez, para rectificar hechos.

Alfonso Reyes Medrano, para rectificar hechos.

Claudio Manuel Coello Herrera, en contra.

Jesús Rodríguez y Rodríguez, en pro.

Manuel Beristain Gómez, para rectificar hechos.

Saúl Alfonso Escobar Toledo, para rectificar hechos.

Joaquín Humberto Vela González para contestar alusiones personales.

Jesús Rodríguez y Rodríguez, para contestar alusiones personales.

Ezequiel Flores Rodríguez, en contra.

Dulce María Sauri Riancho, en pro.

Alejandro Díaz y Pérez Duarte, para rectificar hechos.

Ifigenia Martha Martínez Hernández, para rectificar hechos.

Dulce María Sauri Riancho, para rectificar hechos.

Alejandro Díaz y Pérez Duarte, para rectificar hechos.

Raúl Alejandro Livas Vera, en contra.

Ricardo Luis Antonio Godina Herrera, en contra.

Raúl Armando Quintero Martínez, para rectificar hechos.

Alejandro Higuera Osuna, en contra.

Roberto Rafael Campa Cifrián, en pro.

Jorge Humberto Padilla Olvera, para rectificar hechos.

Saúl Alfonso Escobar Toledo, para rectificar hechos

Manuel Marcué y Pardiñas, para rectificar hechos

Ifigenia Martha Martínez Hernández, para rectificar hechos

Manuel Beristáin Gómez, para rectificar hechos

Matilde del Mar Hidalgo y García Barna, para rectificar hechos

Manuel Marcué y Pardiñas, para rectificar hechos

José Narro Céspedes, en contra

Eric Eber Villanueva Mukul, en contra

David Vargas Santos, en contra

Luis Sánchez Aguilar, en contra.

Francisco Suárez y Dávila, en pro.

Francisco Antonio Tenorio Adame, para rectificar hechos.

COMISION PLURAL

El diputado Manuel Beristáin Gómez propone la integración de una comisión que audite el proceso de licitación y venta de las empresas que el Gobierno hizo al sector privado, incluyendo bancos y Teléfonos de México. Se turna a la Comisión de Régimen lnterno y Concertación Política.

Para rectificar hechos, el diputado Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla.

ORDEN DEL DIA

De la próxima sesión. Se levanta la sesión.

Presidencia del diputado
Francisco José Peniche y Bolio



ASISTENCIA

El Presidente:

Proceda la Secretaría a pasar lista de asistencia.

El secretario Adrián Víctor Hugo Islas Hernández:

Hay una asistencia de 429 diputados, por lo tanto, hay quorum.

El Presidente ( A las 11.49 horas): Se abre la sesión.



ORDEN DEL DIA

La secretaria María Claudia Esqueda Llanes:

«Primer Periodo de Sesiones Ordinarias.– LVI Legislatura.

Orden del día

4 de noviembre de 1994.

Lectura del acta de la sesión anterior.

Comunicaciones del Congreso del Estado de Campeche.

Oficios de la Secretaría de Gobernación

Dieciocho con los que se remiten los informes de labores correspondientes al periodo 1993-1994, de las secretarías: de Agricultura y Recursos Hidráulicos; de Comercio y Fomento Industrial; de Comunicaciones y Transportes; de la Contraloría General de la Federación; de la Defensa Nacional; de Desarrollo Social; de Educación Pública; de Energía, Minas e Industria Paraestatal; de Gobernación; de Hacienda y Crédito Público; de Marina; de Pesca; de la Reforma Agraria; de Relaciones Exteriores; de Salud; de Trabajo y Previsión Social; de Turismo y del Departamento del Distrito Federal.

Análisis del VI Informe de Gobierno.

Política Económica.»



ACTA DE LA SESION ANTERIOR

El secretario Cristian Castaño Contreras:

«Acta de la sesión de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, celebrada el día tres de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro, correspondiente al Primer Periodo de Sesiones Ordinarias del Primer Año de Ejercicio de la Quincuagésima Sexta Legislatura.

Presidencia del diputado Netzahualcóyotl de la Vega García

En la capital de los Estados Unidos Mexicanos, siendo las once horas con diez minutos del día tres de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro, con una asistencia de cuatrocientos nueve diputados, el Presidente declara abierta la sesión.

La Secretaría da lectura al orden del día y posteriormente al acta de la sesión anterior, misma que sin discusión se aprueba en sus términos en votación económica.

El Presidente informa que el diputado electo Salvador Othón Avila Zúñiga está enfermo y, acto seguido designa una comisión para introducir a los diputados electos: Manuel Baeza González, Rodolfo Elizondo Torres, José Pedro Sánchez Ascencio, Francisco Javier Santos Covarrubias y Francisco Andrés Bolaños Bolaños, quienes rinden su protesta de ley y ocupan sus curules en la Asamblea.

Un oficio de la Cámara de Senadores con el que comunica la mesa directiva que dirigirá sus trabajos durante el primer mes del primer periodo de sesiones ordinarias del primer año de ejercicio de la Quincuagésima Sexta Legislatura. De enterado.

La Secretaría da lectura a los oficios con los que los grupos parlamentarios representantes de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional, de la Revolución Democrática y del Trabajo, informan de su constitución y eligen como sus coordinadores a los diputados: Humberto Roque Villanueva, Fernando Antonio Lozano Gracia, Jesús Ortega Martínez y Joaquín Humberto Vela González, respectivamente. Se toma nota.

También se da lectura al acta de constitución de la Gran Comisión en los términos de lo que ordena el artículo treinta y ocho de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos y la integración de su mesa directiva que preside el diputado Humberto Roque Villanueva, como presidente; los diputados Juan José Osorio Palacios y José Natividad González Parás, como secretarios; la diputada Sara Esther Muza Simón, Abelardo Carrillo Zavala y Guillermo Zúñiga Martínez, como vocales. Se toma nota.

Otro oficio dirigido al Presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados de la Quincuagésima Sexta Legislatura del Congreso de la Unión, con el que se informa que con fundamento en lo dispuesto en la fracción cuarta del artículo treinta y nueve, del cuarenta y cuatro y del cuarenta y cinco de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, se constituyó la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política y firman los diputados Humberto Roque Villanueva, por el Partido Revolucionario Institucional; Fernando Antonio Lozano Gracia, por el Partido Acción Nacional; Jesús Ortega Martínez, por el Partido de la Revolución Democrática; el diputado Joaquín Humberto Vela González, por el Partido del Trabajo, así como los diputados Juan José Osorio Palacios, Héctor Hugo Olivares Ventura, José Ramírez Gamero y Rosario Guerra Díaz. Se toma nota y notifíquese a las autoridades que corresponda.

Una comunicación de la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política, propone la integración de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, misma que sin discusión se aprueba.

El Presidente, con fundamento en el artículo veinte de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, ordena que se ponga a disposición de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, la documentación relativa a la elección de Presidente de la República, a efecto de que, en su momento, se emita el dictamen correspondiente.

Otra proposición de la misma comisión, proponiendo la designación del licenciado Artemio Meixueiro Sigüenza y del ingeniero Isaac Bueno Soria, para ocupar los cargos de Oficial Mayor y de tesorero de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Para fundamentar el voto de sus respectivos grupos parlamentarios, se concede el uso de la palabra a los diputados: María Guadalupe Cecilia Romero Castillo, del Partido Acción Nacional; José de Jesús Zambrano Grijalva, del Partido de la Revolución Democrática; Joaquín Humberto Vela González, del Partido del Trabajo; Jorge Padilla Olvera, del Partido Acción Nacional, para denunciar hechos que calificó de violatorios al fuero constitucional de los diputados; Jorge Cejudo Díaz, del Partido Revolucionario Institucional; Ricardo García Cervantes, del Partido Acción Nacional y Leonel Godoy Rangel, del Partido de la Revolución Democrática, para rectificar hechos.

El Presidente lamenta los hechos denunciados e informa que se harán las investigaciones correspondientes para tomar las medidas necesarias a efecto de que esto no vuelva a ocurrir.

Se concede el uso de la palabra a la diputada Leticia Calzada Gómez, del Partido de la Revolución Democrática, para rectificar hechos.

En votación económica, se aprueba la proposición de la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política. Comuníquese.

El Presidente designa una comisión que introduzca en el salón de sesiones al licenciado Artemio Meixueiro Sigüenza y al ingeniero Isaac Bueno Soria y los acompañen en el acto de rendir sus protestas de ley, como Oficial Mayor y como tesorero de la Cámara de Diputados, respectivamente. Terminado el acto protocolario, ambos funcionarios toman posesión de sus encargos de inmediato.

El Presidente informa que a las puertas del salón se encuentra una comisión del Senado de la República y designa una comisión que la introduzca.

Se concede el uso de la palabra al senador Ricardo Monreal Avila, quien informa de la apertura de la Quincuagésima Sexta Legislatura de ese cuerpo colegiado.

El Presidente agradece el informe y hace votos por el éxito de las labores de la colegisladora.

El Presidente da lectura al acuerdo parlamentario que regirá durante las sesiones de análisis del Sexto Informe de Gobierno del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y para fundamentar las posiciones de sus respectivos grupos parlamentarios, concede el uso de la palabra a los diputados: Alfonso Primitivo Ríos Vázquez, del Partido del Trabajo; Francisco Curi Pérez Fernández, del Partido de la Revolución Democrática; Salvador Beltrán del Río, del Partido Acción Nacional y Rosario Guerra Díaz, del Partido Revolucionario Institucional.

El Presidente informa del registro de oradores que han hecho los coordinadores de los grupos parlamentarios y, desde su curul, se inconforma el diputado Manuel Marcué y Pardiñas, del Partido de la Revolución Democrática, quien insiste en ser registrado como orador en el primer turno.

El diputado Gerardo de Jesús Arellano Aguilar, del Partido Acción Nacional, propone una moción de orden y solicita que se respete el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, por lo que el Presidente pide a la Secretaría que se dé lectura a los artículos noventa y cinco y ciento dos del mismo ordenamiento.

Se concede el uso de la palabra al diputado Graco Ramírez Garrido Abreu, del Partido de la Revolución Democrática, pero el diputado Manuel Marcué y Pardiñas, del mismo partido, toma la tribuna, por lo que el diputado Ramírez Garrido Abreu le cede su turno.

Para analizar el Sexto Informe de Gobierno del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Carlos Salinas de Gortari, en materia de política interior, hacen uso de la palabra los diputados: Graco Ramírez Garrido Abreu, del Partido de la Revolución Democrática, en contra y deja en la Secretaría dos proposiciones respecto a la integración de comisiones especiales que den seguimiento a las investigaciones de los licenciados Luis Donaldo Colosio Murrieta y José Francisco Ruiz Massieu y solicita que se guarde un minuto de silencio por quienes según su dicho, han sido asesinados por motivos políticos; Jorge Moreno Collado, del Partido Revolucionario Institucional, en pro; Graco Ramírez Garrido Abreu, del Partido de la Revolución Democrática, para rectificar hechos; Rodrigo Robledo Silva, del Partido Acción Nacional, en contra; Oscar Villalobos Chávez, del Partido Revolucionario Institucional, en pro y José Narro Céspedes, del Partido del Trabajo, en contra.

Hace uso de la palabra el diputado Alejandro Rojas Díaz-Durán, quien da lectura a una declaración política respecto a la iniciativa ciento ochenta y siete del gobernador del Estado de California, Estados Unidos de América, firmada por representantes de todos los grupos parlamentarios integrantes de la Quincuagésima Sexta Legislatura.

Continúa el análisis de la política interior del Sexto Informe de Gobierno, del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Carlos Salinas de Gortari y se concede el uso de la palabra a los diputados: René Arce Islas, del Partido de la Revolución Democrática, en contra; Roberto Campa Cifrián, del Partido Revolucionario Institucional, en pro y contesta a una interpelación del diputado Godoy Rangel; Juan Nicasio Guerra Ochoa, del Partido de la Revolución Democrática, para rectificar hechos; Carmen Segura Rangel, del Partido Acción Nacional, en contra; Sebastián Lerdo de Tejada, del Partido Revolucionario Institucional, en pro; José Narro Céspedes, del Partido del Trabajo, para rectificar hechos; Serafín Núñez Ramos, del Partido del Trabajo, en contra; Guillermo Zúñiga Martínez, del Partido Revolucionario Institucional, en pro y acepta una interpelación del diputado Arellano Aguilar; Carlos Navarrete Ruiz, del Partido de la Revolución Democrática, en contra y es interrumpido por el diputado Fernando Flores Gómez, quien desde su curul pide respeto para el Ejército mexicano.

Sube a la tribuna el diputado Fernando Antonio Lozano Gracia, del Partido Acción Nacional, quien denuncia un boletín de la Coordinación General de Comunicación de la Cámara de Diputados y en el mismo sentido se pronuncian los diputados Ramón Sosamontes, del Partido de la Revolución Democrática y Alejandro Moreno Berry, del Partido del Trabajo.

El Presidente turna el documento de referencia a la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política, para que tome las decisiones que correspondan y, desde su curul, el diputado Lozano Gracia solicita que la misma comisión supervise la rectificación de dicho boletín.

También desde su curul, el diputado Manuel Marcué y Pardiñas hace diversas aclaraciones al respecto.

Continúa el análisis del Sexto Informe de Gobierno en materia de política interior y el Presidente concede el uso de la palabra a los diputados: Juan Salgado Brito, del Partido Revolucionario Institucional, en pro; Jorge Dávila y Juárez, del Partido Acción Nacional, en contra; María de la Luz Lima Malvido, del Partido evolucionario Institucional, en pro; Ezequiel Flores Rodríguez, del Partido del Trabajo, en contra; Samuel Palma César, del Partido Revolucionario Institucional, en pro; Ramón Sosamontes, del Partido de la Revolución Democrática, en contra; Heriberto Galindo Quiñónez, del Partido Revolucionario Institucional, en pro; Eugenio Ortiz Walls, del Partido Acción Nacional, en contra y Píndaro Urióstegui Miranda, del Partido Revolucionario Institucional, en pro.

El Presidente da lectura a la lista de oradores que han intervenido en el análisis del Sexto Informe de Gobierno en materia de política interior y lo considera suficientemente discutido.

Se concede el uso de la palabra al diputado Marco Rascón Córdova, del Partido de la Revolución Democrática, quien denuncia lo que calificó de agresión a manifestantes de su partido en el Centro Histórico de la ciudad de México.

Sobre el mismo tema expresa su opinión el diputado Oscar Levín Coppel, del Partido Revolucionario Institucional y, para rectificar hechos, los diputados: Manuel Marcué y Pardiñas, del Partido de la Revolución Democrática; Gabriel Llamas Monjardín, del Partido Acción Nacional y Luis Sánchez Aguilar, del Partido de la Revolución Democrática, a quien el Presidente, en diversas ocasiones, le indica que el tiempo reglamentario para rectificar hechos se ha terminado.

Se produce desorden en el salón de sesiones por los ataques que en contra del Partido Acción Nacional hace el diputado Sánchez Aguilar, quien finalmente abandona la tribuna.

El Presidente turna las proposiciones del diputado Graco Ramírez Garrido Abreu, en relación con la integración de comisiones especiales para el seguimiento de las investigaciones de los casos de los licenciados Luis Donaldo Colosio Murrieta y José Francisco Ruiz Massieu, a la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política.

El mismo Presidente da lectura a un punto de acuerdo firmado por representantes de todos los grupos parlamentarios de la Quincuagésima Sexta Legislatura, en el que se expresa el apoyo irrestricto a la libertad de expresión.

Agotados los asuntos en cartera, la Secretaría da lectura al orden del día de la próxima sesión y el Presidente clausura la de hoy a las diecinueve horas con cincuenta y dos minutos, citando para la que tendrá lugar mañana, viernes cuatro de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro, a las once horas.»

El secretario Gerardo de Jesús Arellano Aguilar:

Está a discusión el acta... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba.

Los diputados que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...

Los diputados que estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Aprobada, señor Presidente.



ESTADO DE CAMPECHE

El secretario Adrián Víctor Hugo Islas Hernández:

«Escudo del Estado.– Poder Legislativo.– Campeche.– LV Legislatura.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– México, D.F.

La Quincuagésima Quinta Legislatura del honorable Congreso del Estado de Campeche, comunica a usted que el día 1o. del presente mes, en sesión solemne, se declaró legítimamente constituida e instalada esta legislatura, verificándose la elección de la Gran Comisión y la directiva que fungirá durante el mes de octubre, quedando integradas de la siguiente manera: Gran Comisión: diputados: Ramón Félix Santini Pech, presidente; Margarita Rosa Alfaro Waring, secretaria y José Ignacio Seara Sierra, vocal.

Directiva del mes de octubre: diputados: Ramón Félix Santini Pech, presidente; Margarita Rosa Alfaro Waring, vicepresidenta; Carlos Miguel Aysa González y Carmen Guadalupe Fonz Sáenz, secretarios.

Lo que nos permitimos comunicar a usted para los fines conducentes.

Atentamente.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

Campeche, Campeche, 5 de octubre de 1994.– Diputados secretarios: Carlos Miguel Aysa González y Carmen Guadalupe Fonz Sáenz.»

De enterado.

El secretario Serafín Núñez Ramos:

«Escudo del Estado.– Poder Legislativo.– Campeche.– LV Legislatura.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– México, D.F.

La Quincuagésima Quinta Legislatura del honorable Congreso del Estado de Campeche, comunica a ustedes la apertura del Primer Periodo de Sesiones Ordinarias, del Primer Año de Ejercicio Constitucional, que comprende de octubre a diciembre de 1994.

Lo que nos permitimos comunicar a ustedes para los fines conducentes.

Atentamente.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

Campeche, Campeche, 5 de octubre de 1994.– Diputados secretarios: Carlos Miguel Aysa González y Carmen Guadalupe Fonz Sáenz»

De enterado.



SECRETARIA DE AGRICULTURA Y RECURSOS HIDRAULICOS

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE COMERCIO Y FOMENTO INDUSTRIAL

El secretario Serafín Núñez Ramos:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., 3 de noviembre de 1994. El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE COMUNICACIONES Y TRANSPORTES

El secretario Serafín Núñez Ramos:

«Escudo Nacional.–Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE LA CONTRALORIA GENERAL DE LA FEDERACION

El secretario Serafín Núñez Ramos:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de la Contraloría General de la Federación, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE LA DEFENSA NACIONAL

El secretario Serafín Núñez Ramos:

«Escudo Nacional.–Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de la Defensa Nacional, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE DESARROLLO SOCIAL

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me

permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Desarrollo Social, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE EDUCACION PUBLICA

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.–Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Educación Pública, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE ENERGIA, MINAS E INDUSTRIA PARAESTATAL

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE GOBERNACION

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.–Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por esta dependencia del Ejecutivo, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE HACIENDA Y CREDITO PUBLICO

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE MARINA

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.–Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Marina, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE PESCA

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Pesca, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE LA REFORMA AGRARIA

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de la Reforma Agraria, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE RELACIONES EXTERIORES

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE SALUD

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Salud, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE TRABAJO Y PREVISION SOCIAL

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría e Trabajo y Previsión Social, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



SECRETARIA DE TURISMO

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos exicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por la Secretaría de Turismo, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



DEPARTAMENTO DEL DISTRITO FEDERAL

El secretario Jesús Siller Rojas:

«Escudo Nacional.– Estados Unidos Mexicanos.– Secretaría de Gobernación.

Secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión.– Presentes.

En cumplimiento a lo ordenado en el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, me permito presentar por su digno conducto al honorable Congreso de la Unión, el informe de labores realizado por el Departamento del Distrito Federal, correspondiente al periodo 1993-1994.

Reitero a usted en esta oportunidad, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, Distrito Federal, 3 de noviembre de 1994.– El secretario, Jorge Carpizo.»

Remítase a los grupos parlamentarios para su conocimiento.



ANALISIS DEL VI INFORME DE GOBIERNO POLITICA ECONOMICA

El Presidente:

Con fundamento en el artículo 8o., párrafo cuarto de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, y de conformidad con la comunicación de la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política que fija el procedimiento para el análisis del VI Informe de Gobierno, en esta sesión se hará el análisis del capítulo de política económica.

Se han registrado para tal efecto los siguientes diputados, de quienes la Presidencia tiene conocimiento: para fijar posiciones, del Partido del Trabajo, Alberto Anaya Gutiérrez; del Partido de la Revolución Democrática, Ifigenia Martínez; del Partido de Acción Nacional, David Vargas Santos y del Partido Revolucionario Institucional, Antonio Sánchez Gochicoa.

En tal virtud, se concede el uso de la palabra al diputado del Partido del Trabajo, Alberto Anaya Gutiérrez.

El diputado Alberto Anaya Gutiérrez:

Con su permiso, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados de esta cámara:

A nombre de nuestro partido nos toca intervenir en la glosa del informe en lo que se refiere a la política económica.

Hacer un análisis de la política económica presentada por el Ejecutivo en el último informe de Gobierno no puede hacerse sin de hecho hacer un balance de este comportamiento del país en lo que va del sexenio y hacer un balance de este comportamiento del país en lo que va del sexenio implica, sobre todo, tomar en cuenta la situación económica en que se encontraba el país en 1988.

Es de justicia señalar que en 1988, el país vivía un proceso de hiperinflación intensa. Habíamos estado, incluso, a una tasa inflacionaria, previa a 1988, de cerca de 160% de crecimiento de los precios. A partir de los pactos implementados, que de hecho operaron como programas de choque, empezó a bajar la inflación de tal manera que en 1988, se tenía una inflación ya de 59%. Se había recibido la administración con 18% de déficit presupuestal, una cantidad bastante importante. Se había también recibido la deuda pública en una situación, en la externa, de 80 millones de dólares, en lo que se refiere a la deuda pública externa y de alrededor de 50 mil millones de dólares en lo que se refiere a la deuda interna.

Se había también vivido un proceso de devaluaciones sistemáticas calificadas como verdaderas macrodevaluaciones. El tipo de cambio en 1988 estaba alrededor de 1 mil viejos pesos por dólar y también en lo que se refiere al proceso de desarrollo económico, proceso de crecimiento del producto interno bruto, se tenía una situación prácticamente de estancamiento que apenas rebasaba el 1% de crecimiento en 1988.

Se tenía también una política de aplicación de subsidio indiscriminado y también se tenía una situación fiscal que ofrecía enormes ventajas a los empresarios y un número importante de ciudadanos que estaban fuera del control fiscal.

Esa situación de estancamiento económico, esa situación de verdadera crisis económica que se vivía y que teníamos arrastrando prácticamente desde 1976, fue la que el país tenía cuando ingresó la administración de Salinas de Gortari.

Es necesario señalar que esta situación, porque debemos de decirlo, en la situación del análisis de los números se tiene que tener en cuenta que los números son fríos, no tienen sentimientos. No puede hacerse un análisis científico de la situación económica del país si nosotros ideologizamos los números o tratamos de dar interpretaciones inadecuadas.

La intervención nuestra tiene como propósito hacer un balance equilibrado de la administración, señalando aciertos, aunque también señalando errores; señalando aspectos positivos pero también insistiendo en los aspectos negativos; señalando los aspectos de mejoría, pero también señalando los aspectos que presentan gran deficiencia; señalando también aspectos de una situación de deterioro creciente de los sectores populares, una situación de deterioro que se siente también en el salario y, en el mejor de los casos, de estancamiento.

Sí, queríamos nosotros insistir que como consecuencia de la aplicación de los pactos de estabilidad y crecimiento, las variables económicas en el sexenio fueron mejorando. Hubo una renegociación de la deuda que permitó que el país tuviera ya algún remanente para empezar una política de recuperación económica. Hubo también una disminución sustancial de la deuda interna, la deuda externa se conservó, la inflación ha bajado y quizá sea de los logros más importantes de este sexenio, alrededor de 7% que se considera estimado para este año.

Se estima también que en este año el déficit fiscal prácticamente ha desaparecido y podemos estar viviendo una situación de equilibrio presupuestal.

Estamos también viviendo una etapa de atonía económica y empezando a ver también posibilidades de algún repunte del PIB, de tal manera que en este año tenemos un estimado de 2.8%.

Sí, queremos insistir que la estrategia fundamental de la política económica, fundamentalmente descansó en la apertura comercial que fue muy violenta, trayendo como consecuencia la quiebra de la pequeña y mediana industria y sobre todo el sector agropecuario es el que empezó a resultar más afectado.

Otra estrategia fundamental de la política económica, terminó en la firma del TLC, en algunos aspectos; principalmente en el ramo de cítricos, en el ramo agropecuario, consideramos que hubo una mala negociación. Mala negociación que va a condenar a la quiebra a muchos pequeños, medianos y grandes agricultores.

Otro aspecto fundamental de la política económica fue una intensa escalada de reprivatizaciones, entre ellas la más destacada es de nueva cuenta la reprivatización de la banca. La reprivatización de la banca se hizo en una situación que prácticamente se descargó sobre la población el pago de esta compra; prácticamente la banca se ha manejado en una situación de privilegio; se ha manejado en una situación de verdadera usura, que ha traído como consecuencia el surgimiento de importantes movimientos ciudadanos, como es el caso de la organización de El Barzón, que justamente lleva una lucha para lograr una moratoria a sus pagos para lograr también que sus carteras vencidas sean renegociadas.

Esa situación no es más que el reflejo en que se encuentran millares y millares de pequeños y medianos empresarios, millares y millares de agricultores que están pagando las consecuencias de una política de reprivatización bancaria que efectivamente ha consistido en llevar a la ruina a sectores productivos de gran importancia para este país.

Queremos también señalar que en esta participación de la política económica también se hizo un cambio significativo al artículo 27 constitucional, con el propósito de llevar a cabo una desamortización de las tierras en manos del ejido. Esta política que tenía como propósito, un propósito eficientista, para atraer la inversión privada a este importante sector agropecuario, no ha tenido el dinamismo que se esperaba, no ha tenido la mejoría que se pensaba que iba a tener y sí ha traído como consecuencia, y va a traer como consecuencia, que innumerables millones de campesinos al paso de los años sean despojados de sus tierras y queden ellos sin posibilidades productivas y tengan como única alternativa irse de braceros a los Estados Unidos o ensanchar los cinturones de miseria en los centros urbanos.

Esa situación de modificación al artículo 27 constitucional consideramos que ha sido negativa, porque no ha traído como se esperaba, que se reiniciara un dinamismo en este sector agropecuario y va a traer consecuencias económicas y sociales muy lamentables para millones de mexicanos.

Entendemos pues que si hay que aceptarlo, ha sido un logro de la administración del Gobierno de Salinas de Gortari lograr la estabilización de la economía. Sin embargo, hay que tomar en cuenta las consecuencias económicas, sociales y políticas, el costo social que esta política de ajuste ha traído sobre millones de mexicanos.

Se ha condenado a que esta política de recuperación económica, esta política de estabilización, efectivamente descanse sobre la inmensa mayoría de los mexicanos, de clases medias abajo se ha vivido en estos seis años un proceso acelerado de empobrecimiento, un proceso acelerado de aumentar la cantidad de pobres, aumentar la cantidad de marginados.

Se ha sufrido como consecuencia que el salario real siga estancado y en los hechos la clase trabajadora esté viviendo hoy con cerca del 60% menos de su capacidad de compra, en relación a 1976.

Se ha tenido como consecuencia que importantes sectores de las clases medias aceleren su empobrecimiento y cada día tengan una vida de más penurias. Ha tenido también como consecuencia esta brutal política de ajuste, que se disminuyan los presupuestos dirigidos a algunos sectores del gasto social, fundamentalmente en el sector vivienda. Ha tenido como consecuencia condenar a la quiebra a millones y millones de mexicanos de la pequeña y mediana industria. Ha tenido como consecuencia que los profesionales vean que sus salarios se desmerecen y no tengan posibilidades de acceso a una vida digna. Ha tenido como consecuencia que millones de campesinos tengan como futuro despojarse de sus tierras y concentrarse como marginados a los centros urbanos o huir a ser perseguidos, como hoy ocurre en California cuando pasan como indocumentados buscando la posibilidad de mejores oportunidades de vida. Ha tenido como consecuencia también un proceso de desnacionalización de nuestra industria, un proceso de penetración creciente del capital extranjero.

Ha tenido como consecuencia que se condene a la industria nacional, se condene a la banca, se condene a los servicios, se condene al sector agropecuario a ser, de manera acelerada en algunos casos, de manera paulatina en otros, controlados y a ser penetrados y dominados a la larga por el capital transnacional. Ha tenido también como consecuencia que un pequeño grupo de mexicanos se enriquezca, acumule fortunas de tal manera que sobresalgan dentro de las listas de los millonarios más grandes del mundo.

El Partido del Trabajo considera que se necesita una reorientación de la política económica. Considera que algunos apartados del Tratado de Libre Comercio deben ser objeto de revisión. Considera también que se debe poner un alto a la banca usurera. Considera también que los millones de mexicanos que hoy viven una situación de angustia al enfrentar las carteras vencidas, deben ser apoyados y esta Cámara debe tener participación para que efectivamente sus deudas sean objeto de una renegociación que implique incluso algunas quitas.

El Partido del Trabajo considera pues que si bien es cierto que la política económica, el actual régimen llevó al país a la estabilización, considera que el costo social que eso ha significado va a tener pues una situación de que recuperar la capacidad adquisitiva de los mexicanos va a ser cosa de 20 ó 30 años, situación de amargura, situación de miseria y de hambre, que nosotros no vemos correcta, que nosotros creemos que debe ser objeto de una reorientación en la política económica. Se debe de reorientar la política económica y pugnar porque se implemente un programa de recuperación del salario. Se debe también de hacer iniciativas tendientes a que el sector vivienda, el sector empleo, el sector educación y el sector salud, sean objeto de mayor atención presupuestal para que ese enorme desequilibrio, ese abismo que se trajo como consecuencia de la política económica implementada que intensificó y agrandó la masa de pobres, la masa de marginados, la masa de miserables en este país, sea objeto de una atención inmediata.

El Partido del Trabajo, pues, se manifiesta a fa vor de una reorientación de la economía nacionalista y popular en beneficio de todos los mexicanos. Muchas gracias, compañeros.

El Presidente: Se concede el uso de la palabra a la diputada Ifigenia Martínez, del Partido de la Revolución Democrática.

La diputada Ifigenia Martha Martínez Hernández:

Con su venia, señor Presidente; compañeras y compañeros legisladores; señoras y señores:

Creo que estamos en una coyuntura que puede ser muy favorable para llevar a cabo una labor legislativa que sea verdaderamente trascendente. Acogemos con interés y con simpatía esta tendencia que se empezó a notar el día de ayer de que actuemos en conjunto, de que llevemos a cabo un diálogo, de que seamos puntales de lo que requiere el país en estos momentos, que es una acción concertada que claramente marca una nueva función del Poder Legislativo como representante directo de las necesidades de la población.

Creo que estamos en esta coyuntura y primero que nada quiero invitarlos a todos a que la acojamos en lo que vale y procuremos tener una nueva relación de las fracciones parlamentarias. Claro que para que esta labor tenga valor tiene que partir de un análisis sereno y objetivo de la problemática nacional.

Es, dentro de este espíritu, que me propongo analizar algunos de los resultados de la política económica que consigna el VI Informe de Gobierno del presidente Carlos Salinas.

Primero. Me quiero referir a la cuestión de la recuperación económica con estabilidad de precios y aquí sí tenemos que reconocer que todos los régimenes anteriores a la puesta en marcha de este cambio de política económica que se le llama, o bien de liberalismo social o más fácilmente neoliberal, tiene un récord muy inferior al que tuvo el proyecto de desarrollo que imperó por más de 50 años, o por cerca de 50 años.

La tasa de desarrollo, que tiene un significado muy grande porque es la única manera como se puede satisfacer las necesidades de una creciente población, no se puede ver aislada, se tiene que ver en relación con el crecimiento de la población y México tuvo un crecimiento muy acelerado de su población, desde la década de los cuarenta y no fue sino hasta las últimas décadas cuando bajó y ahorita se registra como del 1.9% anual. ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que la carga sobre la economía era mucho más pesada, puesto que tenía que estar satisfaciendo una población que crecía rápidamente a una tasa del 3.5% anual, del 3% anual después, luego del 2%, 2.8%, 2.1% y ahora se dice que es del 1.8%.

Frente a este desafío que llevó a la población del país de pasar de 14 millones de habitantes en 1920, a los cerca de 100 millones de habitantes que seremos en el año 2000, dentro de unos cuantos años y que a este ritmo México duplica su población cada 35 años, o sea, 200 millones en 2035, es necesario acelerar la tasa de crecimiento porque el ingreso por habitante alcanzó un máximo en el año de 1981, el producto por habitante; tuvo un ligero descenso en 1982 y a partir de este año, descendió para mejorar últimamente, pero sin alcanzar los niveles que tuvo a principio de los años ochenta. Es decir, hay una gran deuda con la población porque la producción de bienes y servicios no ha permitido mejorar los bienes que llegan a toda la población y esto sin hablar del gravísimo problema de la distribución del ingreso, que como ustedes saben muy bien, se ha empeorado en vez de mejorarse.

Entonces no sólo tenemos el problema de que tenemos un producto por habitante menor al que tuvimos antes de la puesta en marcha de esta nueva política, sino que además, la distribución y concentración del ingreso es mucho peor de lo que era.

Se alega y se dice de todo esto que en cambio hay que ver que la inflación ha disminuido; pero también aquí el récord del neoliberalismo, es decir, si tomamos los 12 años del nuevo modelo, es muy inferior al anterior.

Como ustedes saben había un desarrollo estabilizador llamado así, en donde los precios crecían poco; incluso cuando se abandona el desarrollo estabilizador la tasa anual de crecimiento de los precios fue del 15% en 1970-1976, un punto inferior a la de este sexenio, que es del 16%, tasa sexenal, anual, y la de López Portillo fue de 33%. Cuando se desata verdaderamente una inflación virulenta, como no se había sentido en el país, es en la época del reajuste: de 1982 a 1988.

No se puede entender la política neoliberal si no se divide en dos partes. La primera fase, que es la fase que podemos marcar de 1982 a 1987, antes de la entrada en vigor de los "pactos", se caracterizó por una violentísima inflación; la inflación en el sexenio llegó a 4 mil 800% y una devaluación de 2 mil 500% que se baja, se acelera la inflación para empezarla a bajar con la entrada de los "pactos". Entonces, cuando entran los "pactos" y toda la política deflacionaria, entonces empieza a bajar la inflación hasta el nivel que tiene ahora.

Entonces yo me pregunto: una inflación mínima, como en la que estamos ahorita, pero que no logra recuperar la economía, que no logra aumentar el producto por habitante, tiene poco mérito.

El mérito sería que con esta tasa de inflación hubiéramos recuperado la economía, hubiéramos aumentado el empleo, hubiéramos disminuido el desequilibrio externo. Pero nada de esto sucede todavía.

Se nos dice que están sentadas las bases para un próximo crecimiento acelerado y un mayor equilibrio de la economía. Francamente y con toda honestidad, si seguimos por el camino marcado no creo que se puedan hacer estos objetivos. Tiene que haber cambios sustanciales en la política económica y uno de los más importantes es el tener un sistema de planeación. Es decir, un sistema de previsión a largo plazo, que incluya los modelos y los proyectos de mediano y corto plazo. ¡No podemos seguir nosotros con políticas sexenales, que dan cambiazos de 180 grados, sin tener en cuenta una visión de a dónde va la economía y qué vamos a hacer con todo el desafío de la población que ahorita tiene bajos niveles de vida y con sus iniquidades! El segundo factor al que quisiera referirme es el de la restructuración externa y la transferencia de recursos del exterior.

Se pone mucho énfasis en que la deuda externa ha disminuido. Sí, pero en relación al producto interno bruto; porque en términos de dólares no ha disminuido, sino que ha aumentado.

En 1982, cuando estalla la crisis, la deuda externa del sector público era como de 67 mil millones de dólares. Ahorita se estima que es de 86 mil. Pero en cambio la deuda privada sí ha aumentado, incluso en relación también medida en términos de dólares. De manera que juntas las dos, la deuda pública y la deuda privada, tenemos que ahora es mucho mayor de lo que era en 1982. ¡Tenemos una deuda probable de 124 mil millones de dólares, contra 91 mil millones que teníamos de deuda externa total en 1982!

En términos del producto interno bruto, efectivamente ha disminuido. Del 54% por producto interno bruto, yo tengo el 30%, no tengo el 22% al que mencionó el Presidente. Creo que deberíamos de hacer un cotejo de cifras, porque las mías también son oficiales. Pero en fin, dejemos eso.

Lo que sí ha aumentado y eso es muy grave, son los pasivos de México con el exterior, medidos no nada más en términos del adeudo, o sea de lo que se pide prestado, sino en términos de la inversión extranjera. Tanto la directa, que ya se nos dijo que llegó a 50 mil millones de dólares, o sea inversión extranjera directa, productiva, como la deuda en cartera. Es decir, la compra de acciones y de papel, incluyendo de deuda interna por los extranjeros, es lo que ha aumentado en forma verdaderamente vertiginosa de 1989 a la fecha, al grado que la inversión extranjera en renta variable es de alrededor de 50 mil millones de dólares y la inversión extranjera en deuda pública interna es de 23 mil millones. ¡O sea, juntos deuda e inversión extranjera nos dan un monto que equivale al 60% del producto interno bruto! ¡El mismo que existía en 1982!

Ahora, se dice que este influjo de capital exterior es que la transferencia neta de recursos al exterior nos ha sido favorable y que por eso debemos de alegrarnos.

Yo no lo pondría así de fácil. Depende de a dónde se ha dirigido esa inversión extranjera. Si son inversiones de cartera o inversiones en Cetes, pues es una inversión muy volátil, como ustedes saben, que puede fácilmente abandonar el país; como ya lo hizo en el primer se mestre de este año.

Además otro factor que nunca se menciona es: ¡que no viene de gratis! Viene porque aquí recibe un precio y un precio mucho más alto que el del mercado internacional. A tal grado es alto el precio que tenemos que pagar por esta inversión extranjera, que la balanza factorial de México, o sea lo que tenemos que pagar por el uso del capital extranjero, es negativa, fuertemente negativa y justo con el saldo negativo de la balanza comercial, nos hace que tengamos un desequilibrio con el exterior de alrededor de 20 mil millones de dólares anuales. Tenemos que ver la manera de corregir este desequilibrio con el exterior, si es que de veras queremos tener un crecimiento sostenido y un crecimiento sano.

El tercer factor al que me quiero referir, es al hecho de que el Gobierno Federal saneó sus finanzas. Efectivamente, es un hecho insólito para un país moderno y para un gobierno moderno que trabaje con superávit porque casi ninguno lo hace, ¡ninguno lo hace!, porque tienen fuertes presiones que satisfacer, ya sea en materia de inversiones de infraestructura o en materia de derechos sociales para su población. Pero en fin, en México se logró sanear las finanzas públicas. Pero ¿a qué precio?, al precio de haber desequilibrado las finanzas de los particulares.

¿Por qué digo que están desequilibradas las finanzas de los productores y de los consumidores, de la gran mayoría de ellos? Como pruebas tenemos la quiebra de cientos de miles de empresas micro, pequeñas y medianas, las carteras vencidas en poder de la banca, que están ocasionando verdaderos estragos, aun de agricultores antes prósperos; la disminución y el gasto de los consumidores; la transferencia de demandas de artículos importados de menor calidad o con contenido de subsidios imposibles de detectar. Todo el desequilibrio de la economía privada se refleja en el gigantesco déficit de la balanza de pagos, que tan sólo en menos de una quinta parte, debido a la importación de maquinaria y equipo, dejando en duda el argumento de que el déficit de la balanza de pagos capitaliza a la economía mexicana; la deuda privada externa también ha aumentado.

En resumen, el déficit externo, que asciende a un 6% del producto interno bruto, se compara muy desventajosamente con un superávit fiscal de menos de 1%. Salimos perdiendo.

Otro elemento es que mejoró la competitividad del aparato productivo. Si esto fuera cierto esto se reflejaría en un superávit de la balanza comercial. Si de veras fuéramos tan competitivos, pues estaríamos exportando más de lo que importamos. Todo lo contrario es cierto.

Pero por otro lado vemos estadísticas, por eso es que creo que un análisis conjunto lo debemos hacer con toda seriedad. Las estadísticas que aparecieron publicadas ayer, por ejemplo, en el periódico Reforma, muestran un crecimiento tremendo de la productividad del trabajo en el sector manufacturero. Entonces, si la productividad del trabajo ha aumentado, ¿por qué y nos imaginamos que sea así porque la ocupación casi no ha aumentado y los salarios se mantienen en un nivel inferior todavía, entonces por qué no somos competitivos, por qué no vendemos más en el exterior? Porque sí es cierto que han aumentado las exportaciones, pero las importaciones han aumentado muchísimo más y entonces tenemos que analizar otros elementos de costo.

Las tasas de interés no han bajado. La tasa de interés es un elemento de costo, si no el más importante en una economía de mercado, se mantiene muy por arriba de los niveles internacionales. La infraestructura, también estamos en desventaja. En total, que de nada sirve que la productividad del trabajo ha mejorado si los demás elementos hacen que nuestros artículos sean menos competitivos que los del extranjero, como se demuestra en las cifras de la balanza comercial.

Por último, quisiera referirme a un problema en donde el propio Presidente de la República reconoció que no se había avanzado: el problema del empleo. Yo creo que este modelo no produce, no genera los empleos requeridos por la población mexicana. Es verdaderamente impresionante cómo la población económicamente activa está aumentado en más de un millón de personas al año que entran al mercado de trabajo y desean un empleo y es también impresionante cómo empleos contractuales, empleos formales, que sigan las regulaciones, que tengan las prestaciones marcadas en la ley, no se consiguen. De manera que el aumento del empleo formal en los seis años fue muy inferior a los 6 millones de plazas deseadas que se generaron y tenemos apenas que hubo un aumento del empleo formal de un millón de plazas; sí hay un déficit tremendo.

Ahora, claro que como no hay seguro de desempleo, entonces esas personas que no encuentran empleo no pueden reclamar un seguro de desempleo, entonces tienen que ir a la economía informal. Toda esta población en edad de trabajar se ha volcado sobre la economía informal, sobre trabajos de baja productividad que no tienen seguro, no tienen protección social.

Nosotros todavía tenemos una masa de personas en la economía informal cercana a los 10 millones, más 3 millones de desempleados abiertos reconocidos, son 13 millones, para una población que tiene 24 millones de empleados, o sea ustedes ven las cifras, son pavorosas.

Tenemos que hacer una revisión profunda de toda la política económica, porque lo más importante para el combate a la pobreza no son los programas asistenciales, así sean de naturaleza masiva, sino es la generación de empleos y el aumento del salario real. Muchas gracias. El Presidente: Se concede el uso de la palabra al diputado Juan Antonio García Villa, del PAN.

El diputado Juan Antonio García Villa:

Señor Presidente, señoras y señores diputados:

En el ámbito de la economía, del último informe presidencial, en realidad un balance del sexenio, subraya los logros que se dieron en la materia pero soslaya costos sociales, magnifica avances pero guarda significativo silencio sobre algunos de sus resultados, como si su solo ocultamiento hiciera desaparecer mágicamente la dolorosa realidad cotidiana que sufren millones de mexicanos.

En fin, por lo que hace a la economía, con toda claridad se advierte que el informe presenta y esconde datos prácticamente a conveniencia. La actual administración propuso, como reiteradamente lo ha señalado el titular del Poder Ejecutivo y el informe lo mencionó, abatir la inflación durante su periodo y recuperar la capacidad de crecimiento económico del país; pero también se ofreció y frecuentemente se pasa por alto, crear empleos y el elevar el nivel de vida de la mayoría de los mexicanos, hoy por hoy tan deteriorado. Lo último, es decir, dar ocuparon digna y además remunerada, con justicia, a millones y millones de jóvenes y padres de familia que la demandan, ciertamente no se ha cumplido de manera perceptible, como queda de manifiesto en las oleadas de compatriotas que como nunca tratan de cruzar la frontera norte a costa de mil penalidades en busca de las oportunidades que en su patria ya perdieron la esperanza de encontrarla.

Los diputados del grupo parlamentario de Acción Nacional no desconocemos que efectivamente en la presente administración, próxima a concluir, se logró controlar la inflación. Como dijo el Presidente, el impuesto más injusto y regresivo establecido sobre la población pero por el pasado reciente gracias a la política del grupo gobernante, aunque debe decirse en torno a la inflación, que ésta en ningún año ha disminuido conforme a las metas trazadas por el propio Gobierno.

Sabemos además, los diputados del PAN, por la información oficial, que se han saneado las finanzas públicas, pero también sabemos que de los excesivos presupuestos de visitarios en verdad exorbitantes de otros tiempos, se ha pasado a los muy cuestionables presupuestos superavitarios, a los excedentes de los ingresos, sobre el gasto, como si el Gobierno debiera manejarse con criterios de empresa privada o todas las necesidades públicas que no son pocas, estuvieran cabalmente satisfechas.

No ignoramos los legisladores de Acción Nacional, que ha disminuido la deuda externa, si se mide en términos porcentuales del producto interno bruto, pero también sabemos que su saldo, que su monto, durante los últimos años, se ha incrementado. Vamos a decirlo en otras palabras.

Para Acción Nacional, la economía que fundamentalmente es actividad cultural de sustentación humana, constituye un medio y no un fin en sí misma. Para el PAN la economía no se reduce a cifras, gráficas, modelos o criterios técnicos economistas, sino que ve en el ser humano integralmente considerado, el principio y objetivo último de dicha actividad cultural de sustentación. En ocasiones, deliberadamente se propician malos entendidos con el ánimo de crear confusión, para hacernos aparecer como semejantes a aquéllos con quienes sostenemos claras diferencias doctrinales, sencillamente porque nuestro perfil es distinto.

Los diputados del PAN, consideramos oportuno por ello en este momento, deslindar nuestra posición frente a la política económica oficial.

Los principios doctrinarios de Acción Nacional, señores diputados, no están sujetos a los vaivenes de la moda internacional y mucho menos a los dictados también de la moda de un sexenio o de dos o tres que fueran. Para el PAN, hoy como ayer, el Estado tiene autoridad pero no propiedad de la economía; para el PAN, hoy como ayer, la iniciativa de los particulares orientada por valores éticos y no por impulsos egoístas, ni ambiciones, sólo materiales, es ciertamente, así lo hemos dicho, la más viva fuente de mejoramiento social y motor insustituible del crecimiento.

Para Acción Nacional, hoy como ayer, la competencia en al ámbito de la economía es condición necesaria para un adecuado sistema de producción de bienes y servicios, pero insuficiente para lograr una justa distribución del ingreso, por lo que las desigualdades sociales deben ser reducidas y mitigadas por la acción rectificadora del Estado.

Asimismo, hoy como ayer, Acción Nacional proclama que la economía está sujeta a la ética y no es, no puede ser una actividad que sólo y exclusivamente busque el lucro a cualquier costo y sin reparar en los medios. Al proclamar nosotros la necesaria intervención del Estado para evitar las injusticias que las ciegas fuerzas del mercado no impiden y mucho menos reparan, el PAN expresa que ajeno al modelo neoliberal, no por razones, sino de principio, sino porque además es un modelo que no resuelve las deficiencias que el propio modelo genera y menos aún las resuelve cuando se parte, como ha sido el caso de México, de severos desequilibrios y distorsiones en la conformación de los factores productivos.

La política económica del Gobierno, señores diputados, de indiscriminada apertura al exterior y de imposición, de grandes sacrificios a millones de compatriotas, sacrificios que se imponen ahora por vías distintas a la inflación pero que sí se imponen, es cierto, consolidó en nuestro país, como es evidente un sistema económico de privilegios, que ha profundizado los contrastes socioeconómicos y ha creado condiciones plutocráticas donde una reducida, pero además claramente identificada minoría, ha ampliado su fortuna a cifras verdaderamente increíbles, bajo la protección de decisiones y políticas de la actual administración.

En adición a lo anterior, proliferó la corrupción, en especial en las altas esferas, en un sector de la iniciativa privada íntimamente vinculada a los círculos del poder.

En su Plan Nacional de Desarrollo el Gobierno estableció, sin haberlas conseguido, tasas de crecimiento del orden del 6% en promedio anual hacia el final del sexenio, que no se han alcanzado ni remotamente, luego de que en 1993, el año anterior, se volvió al crecimiento virtualmente nulo, pues fue apenas de un modestísimo 0.4%, y para este año de 1994 el informe se reduce a pronosticar que el crecimiento será de casi 3%.

El costo social de este logro, si así de verdad puede llamarse, queda apenas reflejado en la incorporación de alrededor de 24 millones de compatriotas que se incorporan a la legión de mexicanos que ya se encontraban en condiciones de pobreza extrema.

A pesar de lo señalado en el informe, en el sentido de que el salario promedio de cotización en el Seguro Social creció en términos reales 22% entre diciembre de 1988 y agosto de 1994, o la afirmación de que los sueldos y salarios en las manufacturas promediaron en los últimos cinco años un crecimiento real del 6.3% anual y de casi 5% en los primeros seis meses de 1994, la verdad es que estos indicadores no reflejan ni remotamente la realidad de la inmensa mayoría de quienes en este país viven de su trabajo, que no laboran en la industria manufacturera ni cotizan en el Seguro Social. Por ello las cifras no son adecuadas para dar a entender que el salario real ha tenido esos incrementos; incrementos que por lo demás son en todo caso negativos, más o menos en el orden del 30% en los últimos cinco años, de acuerdo con cifras del Banco de México y de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos.

Las cifras relativas a la tasa de desempleo en México, por otra parte, están entre la ficción y la fantasía. Nadie puede creer seriamente, señores diputados, que nuestros desempleados representen, como lo dicen las alegres cifras oficiales, menos del 4% de la población económicamente activa, cuando en otros países altamente industrializados, se reconoce que la desocupación es del doble, es decir, del 8%.

Por eso no es posible aceptar sin mayor discusión lo que el informe señala, en el sentido de que se han creado más empleos y menos si se pretende hacer creer que ese supuesto crecimiento en el empleo, es del orden del 26%, como lo pretendió hacer creer el titular del Ejecutivo, al indicar que en ese porcentaje se ha incrementado el número de trabajadores permanentes incorporados al Seguro Social.

Por lo que hace a la materia fiscal, los diputados de Acción Nacional pugnamos por un sano equilibrio de las finanzas públicas, pero rechazamos que se trate de buscar el superávit presupuestal.

Por otro lado resulta claro que el excedente en los ingresos sobre el gasto, en buena medida se ha alcanzado por la fuerte imposición a las micro, pequeñas y medianas empresas, muchas de las cuales no han podido soportar esa imposición y se han visto en la necesidad de cerrar. Asimismo a numerosos contribuyentes se les ha sometido a lo que se denomina el terrorismo fiscal. No defendemos a los contribuyentes que evaden su obligación como mexicanos, pero sí censuramos una política persecutoria en contra de ellos y proponemos en su lugar la formación de una conciencia tributaria.

Estamos de acuerdo, como dice el informe, en la eliminación de subsidios injustificados, pero nos sorprende que se mantenga el subsidio al dólar. Son numerosos los estudiosos de nuestra economía que aseguran que hay una sobrevaluación del peso frente al dólar de cuando menos el 30%, lo cual nos impide competir con los bienes importados, artificialmente baratos por la sobrevaluación del peso.

A nadie debe extrañar por lo tanto, el creciente déficit de nuestra cuenta corriente, que dice el Presidente obedece a los grandes volúmenes que importamos de bienes intermedios y de bienes de capital, que según él representan el 90% de nuestra factura de importación, pero no aclara que las importaciones de bienes de capital significan apenas el 23% y la diferencia entre 23% y 90% son de bienes intermedios, y tampoco señala que en los años de su administración los bienes de consumo, como proporción del total de la factura de importación, han aumentado del 5% a casi el 16%.

Y dicho sea de paso, al hablar de las importaciones, el presidente Salinas de Gortari dijo en su informe, cito textualmente: "Hoy todo el maíz y el frijol que consumimos se producen en México". No es cierto. En el libro anexo a su informe se indica que para 1994, el presente año, habremos de importar maíz por un valor de 106 millones de dólares y frijol por 8 millones de dólares, y que además ambas importaciones de frijol y de maíz van a ser en 1994 superiores a las registradas en 1993.

En materia financiera, los diputados de Acción Nacional expresamos nuestro desacuerdo con la política que propicia amplios márgenes en las tasas de intermediación financiera; es decir, entre los intereses que la banca cobra a sus acreditados y los intereses que la propia banca paga a los cuentahabientes, diferencial que es cuando menos cinco veces superior al margen de intermediación bancaria en los países industrializados.

Por todo lo anterior, no es de extrañar que las tasas de utilidades obtenidas por los bancos privatizados, vayan desde el 50% hasta el 151%, lo cual es brutal, además de que en ninguno de estos bancos su tasa de utilidad es inferior al 30%. No es posible admitir privilegios tan injustificados como cuantiosos.

El propio Presidente de la República afirmó, y seguramente tiene razón, que la protección privilegia al capital y concentra el ingreso. Un ejemplo claro de lo afirmado lo tenemos en la banca privilegiada de México, que ha visto concentrado el capital en forma a todas luces desmedida, pero concentra, es cierto, más el ingreso en nuestro país, ya tan injustamente repartido.

Por todo lo que hemos apuntado y por otros diversos datos que no hemos mencionado expresamente, relativos a nuestra dura realidad económica, concluimos que más allá de los logros macroeconómicos parcialmente alcanzados, la política oficial en materia económica ha generado pobreza para millones de mexicanos, reducción del poder adquisitivo de su salario y se ve remota la solución a la aguda crisis que padecen las empresas pequeñas y medianas y particularmente inasequible se ve la reivindicación del sector agropecuario del país, hoy por desgracia en virtual estado de devastación.

Lo anterior se debe, señores diputados, a que durante los gobiernos priístas, las políticas económicas han sido aplicadas con propósitos de dominación política. Los hombres del partido que hoy ensalzan las privatizaciones ayer hacían los mismo con las estatizaciones. Quienes postulan la liberación y la apertura eran fervientes defensores del nacionalismo revolucionario autártico.

Del mismo partido salieron teorías económicas tan disímbolas como el socialismo dentro de la Constitución, el capitalismo nacionalista, el desarrollo estabilizador, el desarrollo compartido, el aprender a vivir con la inflación y la administración de la abundancia; el centro progresista y hoy el liberalismo social.

La única lógica, el único vínculo que une a todas estas expresiones y políticas, el hilo conductor de esta gran ambigüedad ideológica del PRI, es el mantener en el poder al grupo que a toda costa se ha mantenido en él durante más de seis décadas.

El poder político se ha entrelazado al poder económico. Las decisiones económicas se toman con criterios políticos. Las decisiones del Gobierno favorecen a los grupos de privilegio económico. Todo ello, señores diputados, ha distorsionado los procesos productivos, ha concentrado la riqueza en los oligopolios y francamente ha empobrecido al país.

La economía del poder ha hecho un país de cifras globales, de política de escritorio lejana a la realidad. La dignidad humana del mexicano ha sido subordinada y sometida a la tecnocracia. La deshumanización de la vida económica hace ver a los tecnócratas de las universidades extranjeras un milagro económico mexicano lleno de mitos geniales, que sólo existe en su imaginación, mientras el hombre de la calle, el que hace de este México una realidad cotidiana, se debate entre el hambre y la desesperanza.

En la práctica, el actual modelo del Gobierno es un descarnado capitalismo mercantilista, concentrador del ingreso, centralista, protector de monopolios y explotador de los mexicanos, vestido este régimen de populismo asistencialista con el propósito de asegurar, por desgracia, una masa de maniobra electoral. Gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado Antonio Sánchez Gochicoa, del Partido Revolucionario Institucional.

El diputado Antonio Sánchez Gochicoa:

Con su venia, señor Presidente; honorable Asamblea:

El pasado 1o. de noviembre la nación fue testigo de un informe comprometido sobre el estado general que guarda la administración pública del país. Toca a esta honorable Cámara de Diputados realizar el análisis reflexivo del mismo.

Para todos es claro que en los últimos años el cambio ha sido el signo de los tiempos; a nivel internacional el escenario ahora es muy distinto al de 1980 o incluso al de 1988; el mundo bipolar dio paso a nuevos esquemas que repercutieron en lo político, en lo económico y en lo social.

No existe ya el Muro de Berlín y China abrazó el mercado como el camino para insertarse en el desarrollo económico mundial; Europa, Japón y los países del sudeste asiático conforman nuevos bloques en busca de influencia, tanto política como económica.

La globalización es una realidad y la competencia el día a día en el mundo de los negocios; los precios de las materias primas han des cendido a niveles históricos; la transformación científica y tecnológica impacta a la industria y en buena medida a la vida cotidiana.

La velocidad del cambio exige estar atentos al dinamismo que caracteriza este fin del siglo.

El planeta ha cambiado, México también ha cambiado. En los últimos años nuestro país ha emprendido un profundo proceso de transformación que ha incidido y abarcado prácticamente todos los aspectos de la vida económica, social y política de los mexicanos.

En efecto, se han abierto nuevas y mejores perspectivas para el desarrollo del país; contamos hoy con una economía más abierta y moderna, estable y competitiva; hemos diversificado nuestra estructura productiva, lo que nos otorga mayor capacidad para competir con éxito en los mercados internacionales; han sido superadas las distorsiones del proteccionismo excesivo y la sobreregulación; se han promovido acuerdos para abrir mercados externos y han quedado atrás los desequilibrios del sobre endeudamiento; se le ha restituido al Estado su papel de promotor estratégico del desarrollo y se ha fortalecido su capacidad de respuesta a las demandas sociales.

En paralelo al accionar de la política antes descrita, la estrategia global de desarrollo ha impulsado el cambio estructural de la economía de manera decisiva. En este contexto se ha avanzado en la diversificación de las exportaciones; se realizó una reforma fiscal que permite financiar el desarrollo de manera más sana; se ha desarrollado un profundo proceso de modernización y desregulación económica que fomenta la productividad y la competencia, al eliminar prácticas monopólicas y administrativas que encarecen artificialmente los bienes y servicios.

En este esfuerzo, ha sido de fundamental importancia la consolidación de la apertura comercial frente al exterior, que busca optimizar la inserción de México en los mercados mundiales.

Sin embargo, es necesario reconocer que pese a los avances registrados aún queda mucho por hacer. Por ello no caben ni triunfalismo, ni autocomplacencias, sino acciones decididas en contra de la pobreza que todavía flagela a muchos de nuestros compatriotas.

Para centrar el debate, la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional propone, con ánimo constructivo, un análisis objetivo y ponderado sobre la orientación, alcances y perspectivas de las reformas emprendidas en materia económica por nuestro país en los últimos seis años.

En principio, establezcamos que la razón de ser y el objetivo último de la política económica es elevar la calidad de vida de la población.

Una política económica con contenido social debe constituirse en un medio para ampliar las oportunidades de superación personal y atenuar los límites que estrechan la libertad individual y colectiva de una sociedad democrática.

El propósito central es subsanar carencias y acrecentar la justicia social, bajo criterios de equidad y de eficiencia en un clima de tolerancia y respeto mutuo.

En consecuencia, cualquier análisis y evaluación de la transformación económica realizada en estos años, deberá realizarse a la luz de sus resultados en materia social. En este análisis lo importante es no sentarse en los fines; se deben incluir también los medios, para la consecución de los mismos. Es decir, conviene desde ahora acotar el juicio objetivo de la política económica, debe incluir dos elementos fundamentales: viabilidad y permanencia.

Una política es viable cuando tiene sustento en bases firmes y consistencia para asegurar avances sostenidos en el largo plazo y no únicamente resultados transitorios como consecuencia de decisiones voluntaristas.

A la luz de los logros alcanzados y de los rezagos que aún persisten, veamos las implicaciones sociales de la transformación económica impulsada por la administración del presidente Salinas:

1o. Reducción de la inflación para abatir la desigualdad. La inflación es el fenómeno económico más perverso y regresivo que existe. Es un elemento concentrador de la riqueza, que acarrea elevados costos sociales para la población de ingresos fijos y de manera especial para los que menos tienen. De ahí la importancia de mantener la estabilidad de precios, como un medio para darle permanencia y viabilidad a la política social.

La experiencia demuestra que en periodos de alta inflación es cuando más se deteriora la distribución del ingreso. Si tomamos en cuenta el periodo 1984-1989, cuando la inflación promedió un 95% anual, se observa un deterioro significativo en la distribución del ingreso. Los indicadores que se desprenden de la encuesta nacional de ingreso o gasto de los hogares elaborada por el INEGI muestra un mayor grado de concentración del ingreso en este periodo, en contraste con 1989 y 1992, cuando la inflación promedio anual fue menor al 20%, el deterioro se detiene. Ese es el motivo principal para buscar la estabilidad macroeconómica, pues la lucha contra la inflación obedece a razones de justicia y de equidad, no a un afán simplista para cumplir con objetivos numéricos.

2o. Reforma del Estado. La segunda gran transformación por sus implicaciones sociales, es la reforma del Estado, que permitió abrir los espacios presupuestales para gastar más en la gente en la atención de sus necesidades, a partir de una base permanente.

El gasto público es quizá el instrumento redistributivo por excelencia. Sin embargo, su finalidad social se pierde cuando los recursos, que son escasos, se destinan a otros fines, como cubrir intereses propiciados por sobre endeudamiento o peor aún para financiar números rojos de empresas públicas no estratégicas. Por ello, la política de deuda pública del presidente Salinas instrumentó una estrategia que consiguió abatir de manera permanente la transferencia neta de recursos al exterior, disminuir el monto de la deuda acumulada, asegurar recursos netos durante un periodo amplio y reducir el valor real de la deuda y su proporción respecto al PlB. En la actualidad la deuda pública ha dejado de ser un elemento que mine la viabilidad de nuestra economía, su monto representa el 22% del producto y su servicio sólo el 10% del presupuesto. Al haberse alejado el Estado de sus obligaciones sociales básicas para incursionar en otras esferas de la actividad económica, creó un enorme sector paraestatal que cada año absorbía recursos de la sociedad para cubrir su déficit, los cuales llegaron a representar hasta 12 puntos del producto. Cabe señalar que los subsidios al aparato paraestatal promediaron más del 7.5% del PlB en los primeros años de la década pasada, en la actualidad son inferiores al 2% como resultado de la política de desincorporación.

Otro elemento positivo de esta política fue que con el producto de su venta se realizó una amortización anticipada de deuda pública interna que permitió generar un ahorro permanente de recursos que se han destinado a fortalecer el gasto social y la inversión pública en infraestructura básica.

Durante la administración que concluye, se ha instrumentado una política de gasto público que atiende más a su orientación que al monto absoluto de los recursos que involucra, una política de gasto que hace énfasis en la atención prioritaria de las necesidades de los grupos de menores ingresos. El gasto público que en otro tiempo fue utilizado como el motor de la economía hoy, por su orientación social es un instrumento redistributivo de la política económica.

Al abrirse los espacios presupuestales, el gasto social comienza a crecer de manera permanente en términos reales año con año. Así, de representar en 1988 una tercera parte del gasto programable, ahora alcanza más de la mitad del mismo.

La profunda reforma presupuestal ha permitido que el gasto en educación haya crecido en más del 100% en términos reales a lo largo de la administración, el de salud, más del 80%, el de abasto, más del 70% y el de solidaridad se incrementó dos y media veces. El conjunto de estas medidas permitió que durante esta administración el crecimiento real acumulado del gasto social supere el 93% en términos reales. Por ello, tal y como lo afirmó el propio presidente Salinas, éste es el cambio más importante en la orientación del gasto en los últimos 25 años y refleja un firme compromiso con el bienestar de los mexicanos.

Mención especial merece el reciente cambio en el gasto en desarrollo rural y la contribución a la mejoría del nivel de vida de los más pobres de los pobres. Por primera vez, a raíz de la puesta en operación de Procampo, 3.4 millones de campesinos recibieron apoyos directos por 4 mil 700 millones de nuevos pesos, esto representa una cuarta parte del ingreso monetario del 60% de los hogares campesinos, cuya extensión se ha acordado por 15 años.

También merece especial atención los efectos redistributivos de la política impositiva. Disminución de la tasa del IVA, impuesto con características regresivas del 20% y 15% al 10% y mantenimiento de la tasa cero para productos de primera necesidad. Exención a trabajadores que reciben hasta dos salarios mínimos y reducción del impuesto sobre la renta hasta en un 50% adicional para los estratos de menores ingresos. Un nuevo mecanismo de crédito fiscal que permita incrementar entre 7.5% y 10.8% el ingreso de los trabajadores que reciben un salario mínimo.

Este sacrificio fiscal que beneficia a más de 7 millones de trabajadores que posible porque el número de contribuyentes distintos a los asalariados, pasó de 1.76 millones a 5.66 millones, con ello, además la recaudación creció 32% en términos reales durante estos seis años.

Se ha redefinido también el papel de la banca de desarrollo que ahora apoya a más de medio millón de pequeñas y medianas industrias y ya no a unos cuantos clientes que además formaban parte de la propia estructura paraestatal. Con ello, uno de los instrumentos más po derosos para consolidar la acción estratégica del Estado, se reorientó al nicho que debe atender.

3o. Economía en crecimiento. La mejor garantía para el bienestar es una economía en crecimiento, pero sobre bases firmes que generen empleos permanentes y bien remunerados, ésta es la mejor vía para abatir la pobreza y avanzar en el camino de la justicia social.

Durante la administración del presidente Salinas, la economía ha crecido en promedio a una tasa superior a la dinámica poblacional. Después de enfrentar un entorno adverso en 1993 y los acontecimientos difíciles de 1994, en el segundo semestre de este año, la economía muestra claras señales de reactivación; se estima que crecerá en esta segunda mitad, a una tasa cercana al 4%.

Por primera vez en una generación, iniciamos una fase de expansión que no está basada en el endeudamiento, en el gasto excesivo del sector público o en términos de intercambio muy favorables. La reactivación tiene ahora un carácter permanente porque su impulso proviene del incremento en la productividad, más del 40% acumulado durante el sexenio en la industria manufacturera; del dinamismo de la inversión privada, más del 10% real, año por año en promedio; de la generación de ahorro, el ahorro financiero pasó de 29% a 49% del PlB; del crecimiento de las exportaciones, alrededor de 20% en promedio anual. Estas características hacen que la reactivación sea sostenible en el largo plazo.

Señoras y señores diputados: desde el inicio de los años ochenta, México ha visto mermados en más de la mitad, sus términos de intercambio. Esto es, si ahora percibiéramos por las ventas al exterior el equivalente a lo que ingresó en el país en 1981, esto representaría, a precios actuales, 16 puntos adicionales de PlB.

Lo anterior es una muestra de la magnitud del esfuerzo que hemos hecho los mexicanos, porque ésta ha sido una labor colectiva en la que cada actor ha hecho su parte y entre todos hemos edificado un México más sólido.

Los avatares políticos no han puesto en riesgo la estabilidad económica; valdría decir que a pesar de los signos omisos que se cernían sobre nuestra economía en los meses de enero, marzo y septiembre de este año, nuestro país sigue siendo viable y ofrece un mejor futuro para todos. Pensar que hemos concluido sería erróneo, sería inmoral afirmar que todo está bien. La pobreza ancestral que pesa sobre nuestro país, precisa de insistir en la necesidad de profundizar y acelerar el cambio.

Sí, se ha avanzado en la consolidación de una economía flexible, moderna y participativa, pero se debe avanzar más para capitalizarla y traducirla en mayores niveles de bienestar. Este es el reto que tenemos por delante; trabajar para que los mexicanos tengamos mejores niveles de vida en el campo, en la ciudad, en las zonas indígenas, en las colonias populares se precisa seguir construyendo.

Hacer una evaluación de lo que ha funcionado y de lo que falta por hacer, no inventar todo de nuevo, eso sería, además de imposible, un re troceso histórico. Debemos aprovechar lo ya hecho para dar el siguiente paso.

El documento presentado aquí el pasado 1o. de noviembre, da cuenta precisa de lo anterior. Por ello, con toda seriedad, la fracción parlamentario del PRI considera que en materia de política económica el VI Informe de Gobierno cubre las expectativas de la mayoría de esta cámara y de la sociedad.

Como lo señala el presidente Salinas, todas y cada una de las piezas de las reformas mexicanas tuvieron como fin último, recuperar y multiplicar el sustrato social de la nación. El informe es un llamado al cambio y a la reflexión, a la evaluación y a la propuesta. Una administración llegará a su fin, pero nuestra historia continúa; de nosotros depende hacer nuestra y, proyectar al futuro, la obra que sembramos los mexicanos de hoy. Nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos serán los jueces. A nosotros nos toca poner lo mejor en el esfuerzo de construir nuestra casa: un México más próspero y más digno. Muchas gracias.

El Presidente:

Señores diputados, se ha agotado la lista de los oradores inscritos para fijar posiciones, de los distintos grupos parlamentarios aquí representados. Se va a pasar al registro de oradores en pro y en contra del informe presidencial rendido por el Presidente de la República en su capítulo de política económica. Esta Presidencia da a conocer a los señores diputados la relación de las personas que se han inscrito para hablar en contra y que son:

Diputados: por el Partido del Trabajo: Humberto Joaquín Vela González, Ezequiel Rodríguez y José Narro Céspedes; del Partido de la Revolución Democrática: Saúl Escobar Toledo, Raúl Livas Vera y Erick Villanueva; del Partido Acción Nacional: Claudio Coello Herrera, Alejandro Higuera Osuna y David Vargas.

Y para hablar en pro, los diputados: Jaime del Río Navarro, Alfonso Reyes Medrano, Jesús Rodríguez y Rodríguez, Dulce María Sauri Riancho, Luis Antonio Godina, Roberto Campa, Pablo Moreno, Alfonso Molina y Francisco Suárez Dávila.

En consecuencia, en una primera ronda de intervenciones, harán uso de la palabra en el siguiente orden los siguientes diputados: Humberto Joaquín Vela González, del Partido del Trabajo; Jaime del Río Navarro, del Partido Revolucionario Institucional; Raúl Escobar Toledo, del Partido de la Revolución Democrática; Alfonso Reyes Medrano, del Partido Revolucionario Institucional; Claudio Coello Herrera, del Partido Acción Nacional y Jesús Rodríguez y Rodríguez, del Partido Revolucionario Institucional.

En consecuencia, tiene el uso de la palabra el diputado Humberto Joaquín Vela González, del Partido del Trabajo.

El diputado Joaquín Humberto Vela González:

Muchas gracias, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Yo creo que un análisis objetivo de los resultados de la política económica de Carlos Salinas de Gortari, sería calificar éste como un proceso inacabado.

Efectivamente, la propuesta de transformación estructural de la economía que esbozó Carlos Salinas de Gortari en un inicio de su mandato, tuvo un conjunto de dificultades objetivas que no logró concretar en un cambio radical que permitiera efectivamente, al logro de los seis años, encontrar una economía con características cualitativamente diferentes.

El problema fundamental es que el proceso de reformas estructurales que se proponía realizar, encontró un conjunto de obstáculos que impidieron que éste avanzara.

Básicamente, básicamente encontramos que parte sustancial del problema económico que encontró, fue plantear que no logró integrar el conjunto de la estructura productiva del país en un proceso que permitiera jalar al conjunto de la economía y a las ramas económicas en una dinámica de crecimiento.

Las privatizaciones y las políticas de tipo macroeconómico tendieron, más bien, a privilegiar a algunos sectores en particular, que fueron los que resultaron beneficiados con el propio proceso de transformación económica. Eso trajo como consecuencia, que los sectores que efectivamente sí se lograron integrar, que sí lograron integrar a la transformación necesaria del ámbito productivo, no encontraron un espacio para poder jalar al conjunto de ramas económicas que implicaba este reconocimiento.

Veamos. Yo creo que básicamente lo que el Presidente debiera haber llegado en la conclusiones de su informe, es que el proceso de reformas profundas a la estructura económica apenas marcaron un inicio y que se requiere una continuidad, una continuación de muchos de los planteamientos que ahí se realizan y falta complementar muchos de ellos.

Veamos. El Presidente señaló un conjunto de indicadores del ritmo de la inversión. El problema fundamental es que la inversión y la entrada de capitales externos al país se convirtieron en el motor principal del crecimiento de la economía. No podemos nosotros hacer, ni determinar, ni plantear que nuestra economía pueda estar sujeta exclusivamente al ingreso de capital externo; ¡ésa es una limitante enorme! Si nosotros no logramos plantear nuestro crecimiento económico basado en el ahorro interno, estamos señalando que no hemos logrado plantear una dinámica económica propia que traiga como consecuencia un crecimiento económico estable para garantizar una reproducción de nuestro aparato productivo a largo plazo; estamos dependiendo de los ingresos externos.

Resulta que tenemos tasas de inversión del 10%, pero el crecimiento de la economía apenas durante los tres primeros años alcanza el 3.8% y el año pasado nuestro crecimiento fue prácticamente cero. Entonces, no hay una correlación entre el ritmo de inversión y el ritmo de crecimiento, de crecimiento de la economía. Aún más, mucho menos va a haber relación entre el crecimiento de la inversión, el crecimiento de la producción y el crecimiento de los empleos; hay desfaces objetivos que marcan claramente cuáles son las limitaciones de la propia política económica puesta en práctica por Salinas de Gortari. No podemos plantear entonces, de ninguna manera y así rezaban los elementos fundamentales del llamado "desarrollo estabilizador", que era fundamental para el país contar con una estructura económica basada en el ahorro interno.

Entonces, si nosotros hacemos un planteamiento de este tipo, nos permitimos, efectivamente, concluir que no podemos basar nuestro desarrollo nacional en ingresos exclusivamente externos.

Segundo problema y éste no lo señaló de ninguna manera el Presidente en su informe, pero hay que señalarlo. Resulta que durante el sexenio de Miguel de la Madrid, el crecimiento fue cero, el crecimiento de la economía en promedio, no crecimos. Así, el millón de mexicanos que cada año llega a la edad productiva, es decir, el millón de mexicanos que cada año viene a engrosar la población económicamente activa, no encontró condiciones de empleo.

Bueno, con De la Madrid no crecimos, pero tu vimos un saldo de la balanza comercial favorable durante éstos años. Ahora, con Salinas, se tiene un crecimiento, 3.8% en los primeros años, el cuarto año bajamos al 2.5%, el quinto año no tenemos crecimiento y ahora él nos señala que tenemos un crecimiento del 3%; en promedio sacaríamos una tasa de crecimiento del 2%. Sí, tenemos una tasa de crecimiento del 2%, pero tenemos un enorme déficit en la balanza comercial. Este año los cálculos señalan que vamos a tener un déficit de 24 mil millones de dólares; el año pasado tuvimos un déficit de arriba de 20 mil millones de dólares es decir, esto que significa, simple y sencillamente que nosotros estamos comprando al exterior una cantidad en esa magnitud, mayor de lo que nosotros estamos vendiendo; ahí hay un problema.

¿Qué efectos tiene esto sobre la estructura económica? Resulta que efectivamente hay mayor dinamismo económico, pero ese mayor dinamismo en lo fundamental se basa en sectores como los servicios, que en lo fundamental tienden a orientar la actividad económica, a vender y muchos de los mexicanos ahora se dedican a vender, son vendedores de productos extranjeros. Si nosotros no ponemos énfasis en la consolidación de nuestra planta industrial, cada vez más, con el proceso de apertura económica, estaremos vendiendo productos extranjeros.

Y, bueno, pues sí crecen empleos, ¿pero saben cuáles son los empleos que crecen?, los de la llamada "economía informal", los de la economía subterránea, entonces, ya encontramos vendedores ambulantes en todo el país y en todas las calles del país, porque eso demuestra la incapacidad que nuestro país y nuestra estructura productiva tiene para ofrecerle empleos dignos a los mexicanos. Tienen entonces que encontrar formas de subsistencia incrementando claramente el empleo informal. Bueno y entonces tenemos un saldo en la balanza comercial cada vez mayor y ahí ese problema no se plantea.

Ahora, el problema de la inflación. Yo creo que siendo objetivos tenemos que reconocer que la inflación, efectivamente, de un 159.2% en 1987 al 7% del año pasado, efectivamente necesitaríamos estar ciegos para no reconocer que hay una disminución objetiva de la inflación. Sí hay una disminución de la inflación, pero ¿cómo ha sido lograda esta inflación? Básicamente hay dos elementos que son importantes.

Para que la inflación, efectivamente, se pueda controlar, requerimos un elevamiento de la productividad social del trabajo. Quiere decir que efectivamente, si hemos tenido un crecimiento promedio de 3% o del 2.5% durante el sexenio, es predecible pensar que la productividad social ha crecido también a este ritmo. ¿Y cuánto han crecido las remuneraciones?, si nosotros tenemos un crecimiento objetivo de la productividad deberíamos también hacer una relación de productividad que significa mayor desgaste físico del trabajador y los salarios. Si no hay una relación y los salarios se mantienen bajos y la productividad ha tenido un crecimiento mayor, quiere decir que hay una parte de la productividad que alguien se ha apropiado y para poder mantener los precios bajos, la productividad se convierte en uno de los elementos.

El segundo elemento que influye en la disminución, es el proceso de apertura externa. Efectivamente muchos productos trajeron a un precio menor, vienen ahora al mercado nacional y presionan los precios a la baja. Sí, esto es cierto, sirve y contribuyó seguramente a disminuir el ritmo de la inversión, el ritmo de la inflación. Pero tiene un costo también, es decir, nosotros estamos trayendo productos externos a que compitan con los productos nacionales y eso tiende a debilitar fuertemente nuestra capacidad competitiva.

Cuarto problema. El problema de la reforma al Estado. Uno de los elementos fundamentales que argumenta la política económica salinista seguramente la bancada del partido oficial, dice que se ha hecho durante los seis años una profunda reforma al Estado. Yo creo que sí hay una reforma al Estado, pero el problema es que la reforma al Estado que ellos entienden, es un problema solamente de desestatizar, de privatizar, no se ha planteado de ninguna manera una concepción integral de reformar al Estado para hacerlo efectivamente más eficiente; bueno, privatizar y vender empresas es muy fácil, es relativamente fácil, el problema es que eso se ha traducido en una pérdida de mecanismos de participación del Estado en el proceso económico, si se deja así abiertamente al libre juego de la oferta y la demanda y a las leyes de mercado, va a producir lo que produce una profunda concentración de la riqueza y un efecto solamente dinamizador en algunas ramas de la economía, pero no va a tener de ninguna ma nera una capacidad de integrar el conjunto de la estructura productiva a la dinámica necesaria de crecimiento que es una economía como la que México requiere y ¿eso, qué trae como consecuencia?, que solamente algunas empresas, las que logran integrarse a los circuitos financieros internacionales y las que logran tener capacidad de competencia internacional son las que van a gozar de los beneficios de tener sueltos todos los hilos de la economía; no puede ser solamente el planteamiento de la reforma al Estado privatizar, vender empresas, necesitamos plantear algo que nosotros denominamos como la necesidad de una política industrial activa de la cual careció todo el sexenio, nunca se planteó la posibilidad de hacer una selección de ciertas ramas de la economía que requerían objetivamente un cierto apoyo de acciones gubernamentales para poder efectivamente plantear una integración y una articulación del conjunto del aparato productivo.

Como no se hizo, la conclusión a la que llega el gobierno de Salinas de Gortari, es que encuentra un reducido número de empresas integrado y la gran masa de empresas principalmente las de origen nacional que no tienen condiciones de competencia; si a esto le agregamos que las empresas que están integradas a los circuitos financieros internacionales, tienen su financiamiento de esos propios circuitos financieros, pues obviamente la dinámica de las tasas de interés a nivel de los circuitos financieros internacionales son mucho más accesibles para ellos.

Si a ello le agregamos que aquí no ha existido prácticamente ningún control para el funcionamiento de la nueva oligarquía financiera que se creó en este sexenio, cuando se les ven dieron los bancos, vamos a encontrar una dificultad objetiva y clara para poder pensar que los empresarios nacionales principalmente los medianos, los pequeños y los micro, no tienen hoy condiciones objetivas de financiamiento adecuado para poder desarrollarse, porque se encuentra la contradicción entre las grandes empresas que tienen posibilidades objetivas de integrar su financiamiento a los circuitos financieros internacionales y aquí niveles de crédito prácticamente prohibitivos para estos sectores.

Esto, limita y crea claramente una gran diferenciación que plantea fuertes imposibilidades para que el sector de medianos, pequeños productores nacionales puedan encontrar condiciones reales y objetivas para su crecimiento.

¿Qué hay que hacer? Básicamente mi partido propone tres cosas de manera fundamental: rimero, es necesario plantear la necesidad de una política industrial activa en la cual el Estado, sin ser estatismo, sin volver al estatismo, plantee claras estrategias que permitan a todo este sector de empresas nacionales encontrar condiciones y posibilidades reales de crecimiento.

Segundo, y eso es parte de nuestro trabajo futuro en esta Cámara de Diputados, es establecer una reglamentación precisa al funcionamiento del capital financiero mexicano. No podemos... se va a convertir, se ha convertido en un obstáculo objetivo seguir funcionando con un sistema financiero que solamente se dedica a obtener ganancias rápidas y muy altas.

Necesitamos entonces, establecer, revisar todos esos mecanismos bastante flexibles y laxos que hoy regulan la actividad del sector financiero para poder, efectivamente, plantear una posibilidad de permitir acceso al crédito de los capitales nacionales de todo este sector que he mencionado.

Tercero. Necesitamos establecer un mecanismo que efectivamente plantee una redistribución de ingresos.

Nosotros hacemos una propuesta. Entendemos que para poder redistribuir el ingreso hay que crearlo, no podemos redistribuir lo que no tenemos; hay que plantear una política clara de desarrollo de la planta industrial nacional, hay que crear mayor riqueza social; que esta riqueza social tenga un correlativo con el esfuerzo que importantes sectores de trabajadores mexicanos también vienen realizando.

No puede continuar realizándose de ninguna manera ninguna reestructuración económica a fondo, manteniendo la lógica que ha planteado Salinas de Gortari y sacrificar los trabajadores. Si hay incremento de la productividad, si hay mayor integración y desarrollo de la planta industrial nacional, tienen necesariamente que mejorarse los salarios de los trabajadores mexicanos, no a la lógica ni a la ocurrencia de nadie, sino sobre la base de los propios indicadores que señalen el crecimiento de la productividad; por lo tanto proponemos: incremento de salario sobre la base de los propios incrementos que ya se han obtenido de la productividad y que los frutos de la productividad no se queden exclusivamente en los sectores empresariales concentrados que son los que se han beneficiado principalmente de este esfuerzo del trabajador mexicano. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado Jaime del Río.

El diputado Jaime Mariano del Río Navarro:

Señor Presidente; honorable Asamblea:

Dos minutos iniciales para precisar algunas concepciones personales que derivan sobre todo de los acontecimientos ocurridos el día de ayer y que fueron el marco de los debates que tuvimos.

Desde hace 27 años, siendo un joven dirigente estudiantil, soñé en llegar a esta Cámara de Diputados. Ello fue motivado por mis preocupaciones sociales y humanistas y por mi convicción y compromiso de aportar junto con otros en la construcción de un México mejor.

Tuve desde ese momento la certeza de que como diputado, tendría mucho que decir y mucho más que hacer; hoy, hoy creo que el pueblo de México y los electores que votaron por el PRI y por otros partidos políticos, esperan de nosotros, de esta LVI Legislatura, algo más, de lo que sin duda, de lo que mucho han recibido de las anteriores, los tiempos y las circunstancias así lo exigen; su voto, el voto de la ciudadanía, no se significó por ser un cheque en blanco.

Nos han entregado una representación, acotada por la Constitución, que precisa nuestras facultades, pero que en términos sociales pudiera tener varias lecturas. Para nosotros, los legisladores priístas, es clara la indicación popular: conserven lo que funciona, consoliden los cambios ya emprendidos e impulsen otros que el país necesita, pero en un clima de orden, paz, legalidad, tranquilidad social y con certidumbre en el rumbo. Háganlo, pareciera que nos dijeran, con la visión de un México rico por su diversidad, en donde todos cabemos, en donde nuestras diferencias no nos enfrentan irracionalmente, sino nos permiten enriquecer el patrimonio cultural de la nación.

La gente quiere, entre otras muchas cosas, un Poder Legislativo fuerte frente al Ejecutivo, pero respetuoso, que actúe en el marco de su soberanía, pero en esquemas de colaboración institucional, evitando la inútil y visceral confrontación. Eso, eso no fortalece la división de poderes ni ayuda a la salud de la nación.

Estoy cierto de que el pueblo de México espera que nos entendamos, que este recinto se signifique por ser escenario del espíritu democrático y de la visión plural en donde se articulen consensos y proyectos políticos de la nación. Estoy cierto de que el pueblo de México espera que nos entendamos, que este recinto se signifique por ser escenario del espíritu democrático y de la visión plural en donde se articulen consensos y proyectos políticos de la nación.

Yo espero que de la verdad que cada uno de nosotros con pasión defendemos, seamos capaces de construir la verdad nacional, respetando nuestras diferencias, reconociendo el acierto y la razón ajena, cediendo en lo accesorio para rescatar lo fundamental, debatiendo nuestros diferendos y, finalmente, en lo irreductible, aceptando con madurez la decisión que en las democracias se da sólo de un lado.

También espero que a esta postura que entraña una propuesta, le corresponda por parte de los hombres de buena voluntad de las diversas fuerzas políticas aquí representadas, una respuesta congruente en el discurso y en la actuación.

En este camino, en el procedimiento del debate, eliminemos lo que viene a ser un cáncer para el análisis objetivo y sereno, la democracia excluyente o la convenenciera, al igual que las verdades maniqueas, la descalificación como recurso, los maximalismos mesiánicos, la crítica del pelo en la sopa, el interés clientelar, la verdad a medias, el generalizar a partir de lo aislado, el voluntarizar lo aleatorio, el rencor, la ira y la frustración, sin duda, no serán los elementos que nos ayuden a lograr los con sensos. Espero sinceramente que los evitemos.

Por otro lado, en relación a los comentarios que en esta tribuna se han vertido en torno a la política económica que valora seis años de Gobierno y que presentó el Titular del Ejecutivo, señalaré lo siguiente: Primero, distingo entre las cosas observadas, las posiciones que pueden ser motivo del debate. En Acción Nacional es muy claro, porque así lo dijo el Presidente de su partido político, Castillo Peralta, una disculpa a los señores diputados de Acción Nacional, Castillo Peraza. Señalaba él, haciendo una valoración, que reconocía que en el informe de Carlos Salinas de Gortari había encontrado avances e insuficiencias. Se quejaba, porque señalaba que no se ahondó en estas últimas y señalaba que lamentablemente no se había reconocido en este proyecto la participación de fuerzas políticas como Acción Nacional, que impulsó parte de muchos proyectos que después el propio Gobierno recogió.

Quiero decir que en la primera parte hay un juicio de valor respetable, no es discutible y en la segunda esto entraña finalmente un reconocimiento que mucho agradecemos por la objetividad.

En el debate, el PRD plantea dos cuestiones de fondo: la crítica al modelo. Nos decía todavía la diputada Ifigenia Martínez Navarrete, que le parecía que por este camino no íbamos a lograr resolver los problemas y los retos que tenemos pendientes.

Yo quiero precisar que con todo respeto a los conocimientos y posición intelectual que ha ostentado desde siempre la diputada Ifigenia Martínez Navarrete, perdón a los compañeros del PRD, Ifigenia Martínez Hernández; disculpe diputada; reconociendo diputada la valía de la propuesta, que por cierto usted fue la encargada de elaborar al interior del PRD, quiero señalar que valdría la pena que esto en su momento lo pudiéramos discutir con mucha profundidad.

Yo quiero recordar y fue esto un escenario en jornada, en los meses de mayo y junio, que esta propuesta ni siquiera fue consensada al interior del PRD; su Segundo Congreso Nacional no la votó en lo particular. Todavía Adolfo Gilly contestó a usted públicamente que el no haberlo hecho en lo particular significaba que había ausencia de propuesta por parte del PRD.

Me agrada el tono de los comentarios de la diputada Martínez, ávida cuenta de que en ellos no observo lo que en intervenciones que lamentablemente vimos, existe como común denominador la crítica sistemática, la descalificación al ultranza y en muchos casos el rencor. ¡Qué bueno que podemos superar estas condiciones muy humanas!

En relación al planteamiento del PT, yo me congratulo por haber escuchado a dos de mis compañeros, vecinos por cierto de curul, al hacer una valoración que me pareció objetiva y serena. Comulgo en lo particular con una gran cantidad de recomendaciones que ustedes han hecho. Tengo, sin embargo qué sí sentir. No podríamos aceptar por ningún motivo, que si hubo concentración del ingreso, ésta fue por efectos voluntaristas y para ello yo tendría que precisar que existen dos instrumentos que esta administración estableció para revertir esa tendencia a la concentración: Pronasol y Pro campo.

Para mi partido las estrategias emprendidas a partir del Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, nos muestran una serie de avances en la solución de importantes problemas económicos. Destacaré sólo algunos por considerarlos básicos y requisitos sine cue non para emprender otras acciones en lo económico:

Uno, el control y abatimiento de la inflación, de cerca del 160% anual en 1987, a niveles de un dígito, cerca del 7% en 1994.

Segundo, el saneamiento de las finanzas públicas y la eliminación del déficit.

Tercero, el aumento en el gasto social y esto es de consideración para la valoración de las acciones económicas de esta administración, del 33% en 1988, que significó el gasto social en el renglón del gasto público; en 1994, se in crementó al 54%.

Además existió una mayor participación a estados y municipios: un 24% de incremento entre 1988 y 1993, lo que habla de una voluntad seria, serena, firme, por fortalecer el esquema federal en el país.

Además se incrementó una mayor competitividad de la economía mexicana en la globalización. Los resultados en materia de las exportaciones de productos manufactureros, nos hablan sin duda de ello. Además, la disminución, y es importante, se hizo aquí el comentario, del peso de la deuda externa; disminución del peso de la deuda externa, pública y pri vada y además disminución de la deuda pública externa.

Finalmente, el crecimiento de la economía en un porcentaje superior al crecimiento poblacional.

Para nosotros, como resultado, se revirtió la tendencia al colapso que se observaba en la década pasada, se garantizó la viabilidad del proyecto de la nación y se establecieron por todo ello las bases estructurales para atender otros problemas prioritarios.

Señalaré, por ejemplo, el privilegiar la distribución para abatir la pobreza y además para abatir y eliminar la pobreza extrema. También acciones efectivas, mucho más efectivas, para eliminar la concentración escandalosa que ofende al pueblo de México y que nos genera grandes desigualdades.

Creo que también entre las prioridades que debemos atender existe el de promover un mayor crecimiento de la economía. Habría en este sentido que recoger propuestas, algunas de ellas que escuchamos de los compañeros del Partido del Trabajo.

Generar los empleos suficientes es otra prioridad y un mayor incremento en términos reales de los salarios, llega a ser también un gran reto que tenemos pendiente.

Esta valoración, yo quisiera decir, podría ser usual. A nosotros se nos antoja objetiva, precisa logros y avances, reconoce insuficiencias y nuevos retos.

Adicionalmente tendríamos que decir que a la política económica emprendida en el régimen, además existen reconocimientos del exterior, el News Week en días pasados todavía da muestras de ello, pero para nosotros los priístas hay cuatro factores más que pueden ponderar esta valoración y que quiero yo respetuosamente exponer.

En primer término, afirmamos con contundencia que a pesar de las críticas sobre la supuesta "volatilidad" de nuestra economía, ésta sin embargo pasó la prueba de fuego, a diferencia de algunas economías fuertes y desarrolladas que padecieron acontecimiento semejantes a los que enlutaron al país y a mi partido en 1994.

Segundo. para los legisladores priístas está muy claro que en el proceso de reforma política del Estado, sobre todo impulsado por todos nosotros en esta administración, el crecimiento sostenido y la estabilidad fueron condiciones indispensables que permitieron lograr los cambios institucionales en la estabilidad social y política.

Consideramos con respeto a otras opiniones; consideramos que gracias a ello no tenemos una "lacandonización" en el país.

Tercero, en la vida, en la política y en la economía, las acciones no solamente se valoran por los resultados previstos materialmente, matemáticamente, no es la economía una ciencia exacta precisamente, maneja infinidad de variables.

Se valoran también las acciones y estrategias emprendidas por los efectos negativos que con ellas se evitaron y por las tendencias que se revirtieron. Habré de poner un sólo ejemplo de esto: la tendencia que llevábamos con el crecimiento poblacional y con nuestros problemas económicos hacía que en 1989 tuviéramos registrados, según cifras de Cepal e INEGI, 15 millones de mexicanos en estado de pobreza extrema.

Si la tendencia no se hubiera revertido, a 1992, en lugar de que el informe nos dijera que se redujo a 13.6, lo cual no es ningún gran consuelo. Sin embargo, en 1992, si no se hubiera revertido, hubieran alcanzado cifras de 18 millones de mexicanos.

Finalmente la cuarta ponderación que ha hecho difícil el ejercicio de las estrategias y acciones en materia de política económica.

Observamos que hubo crítica sistemática, descalificación, resistencia y rechazo a una serie de medidas como parte de un discurso político que en ocasiones, observamos, apostó todo al fracaso del país como camino para el cambio, de preferencia electoral.

Esto lo consideramos natural en una lucha política, aunque no necesariamente conveniente; sin embargo, creemos que, además de la crítica, faltaron algunas otras cosas.

Primero. Una propuesta alternativa articulada, es el caso que acabo de señalar, que en el PRD, por ejemplo, al interior no se contó con ella. Opinión de Adolfo Gilly.

Segundo. Se hablaron lenguajes clientelares y en relación a problemas y políticas económicas, se adoptaron dos actitudes. Pondré, por ejemplo: observamos un enconado rechazo por parte del candidato presidencial del PRD, para la aprobación del TLC, argumentando que atentaba en ontra de la soberanía.

De esto, da cuenta de más proceso en su número 890, del 22 de noviembre de 1993. Sin embargo, la cara de Jano, la otra cara de Jano, el 28 de abril de 1994, La Jornada da cuenta de una actitud diferente, acepta el candidato presidencial de ese partido político ante empresarios, profesionistas e intelectuales del Consejo de Asuntos Mundiales, el TLC.

No ayudó igualmente el que en las críticas con las propuestas que a veces eran más de carácter político cliental, observáramos insuficiencias. Señalaré una. En el documento ante Coparmex: recuperación del crecimiento y el empleo, presentado por el candidato presidencial del PRD, se precisan una serie de objetivos muy semejantes por cierto a los que tiene nuestro Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, sólo que el mecanismo en que se sustenta el crecimiento y el empleo se precisa que es con l apoyo y la confianza del empresario. Lamentablemente en el proyecto no encontramos la fórmula de cómo llegar a ello.

Finalmente nos hace concluir en tres cuestiones:

Primera. Para los legisladores priístas éste fue un informe que nos presenta un balance de logros y avances, así como de insuficiencias y retos pendientes. Es austero y realista, y dista mucho de ser un informe triunfalista.

Segunda. Fue la que observamos en seis años una política económica consecuente con la planeación y estrategias establecidas, no fue un política económica de tumbos.

Tercera. Dio como resultado el revertimiento de las tendencias al colapso económico. Garantizó la viabilidad del proyecto nacional y generó el establecimiento de las bases estructurales, para ir por otras prioridades, como son: mayor crecimiento económico y competitividad internacional; más empleos, mayor salario real, más y mejor distribución del ingreso; incremento en el gasto social, mayor participación para el fortalecimiento del federalismo, un mayor abatimiento de los niveles de pobreza y sobre todo de la pobreza extrema.

Y finalmente, una lucha más efectiva para lograr mejores niveles de bienestar social. Por su atención, muchas gracias.

El diputado Humberto Andrade Quezada (desde su curul):

Pido la palabra para hechos señor Presidente.

El Presidente: Pase, señor diputado.

Tiene la palabra el diputado Humberto Andrade Quezada.

El diputado Humberto Andrade Quezada:

Con su permiso, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Quiero nada más puntualizar unos cuantos hechos y ser muy breve para no caer en vicios como los que acabamos de presenciar, donde la hilación realmente se pierde.

Estoy de acuerdo con lo que se ha manifestado aquí y estoy de acuerdo en que consideremos esta tribuna como la más alta de la nación. Sin embargo, creo que el mal uso que se da en ocasiones por falta de consideración a los compañeros diputados y al aprecio del discurso personal, hace que esto se desvirtúe.

Yo sinceramente prefiero que a pesar del riesgo de hechos como los que se dieron ayer donde esta tribuna por momentos se rebajó al estadio del mercado de "La Soledad", con respeto por el mercado de "La Soledad", donde se lanzaron calumnias que no podemos aceptar y que estamos en contra de ellas, prefiero el riesgo de presenciar discursos donde realmente se pierde la continuidad y no sabemos qué es lo que se está manejando. Yo prefiero y respeto posturas como la del diputado Levin Coppel, como la del diputado Graco, como la del diputado Navarrete, donde con una claridad discursiva, se puntualiza a lo que se quiere llegar.

Estoy de acuerdo en que tenemos una responsabilidad con el pueblo y, por lo tanto, deberíamos buscar ser menos reiterativos y hacer buen uso de esta tribuna. Creo que ayer quedó muy claro cuando el diputado Lozano Gracia subió a esta tribuna, de la postura que debemos tener como legisladores: estando al pendiente de lo que se debe dar y de lo que no de bemos admitir.

Sin embargo, los hechos que se han dado a pesar de que estamos en el análisis político, me permití tomar la palabra por esta razón. Creo que la postura y la congruencia de Acción Nacional a lo largo de tantos años que ha quedado bien puntualizada y que está escrita en los anales de la cámara y en la lucha por una búsqueda sincera de democracia en este país, es una prueba irrefutable. No podemos admitir calumnias y no podemos admitir ambigüedades ni falsedades, me opongo completamente a ello.

Sin embargo, sí me gustaría puntualizar que con bastante trabajo seguí el discurso del compañero que acaba de pasar. Yo le recomendaría que antes de tomar ese tono de bondad para atacar después, que antes de ejercer el uso de su palabra, de la palabra, procurar estructurar un poco su discurso y procurara recordar los nombres para no tener problemas. También le recomendaría que cuidara un poquito la dicción para no tener problemas con la volatilidad.

Creo, sinceramente lo digo, que estamos aquí no para hacer defensas a ultranza, tenemos que ejercer conscientemente el cargo que estamos desempeñando. Antes que ponderar las bondades de un supuesto ejercicio de seis años, hay que recordar lo que él dijo: "nos debemos al pueblo y nuestro proyecto no es respaldar al Presidente, es respaldar a México". Gracias señores.

El Presidente:

Se reitera la invitación para que acuda a la tribuna el diputado Saúl Escobar Toledo, del PRD.

El diputado Saúl Alfonso Escobar Toledo:

Gracias, señor Presidente; señores diputados:

Yo creo que la crítica y el diálogo no se riñen, yo creo que son complementarios. No abusemos de descalificar a los descalificadores, porque entonces esto se va a convertir no en un diálogo, sino en un monólogo de autoalabanzas. En este sentido, estamos aquí efectivamente para evaluar, y evaluación quiere decir crítica, quiere decir señalamientos para poder construir un futuro mejor para México y en este sentido también yo quiero reconocer y me alegra decirlo, las coincidencias que tenemos hoy con el Partido Acción Nacional en muchos de los puntos que se han discutido sobre la política económica.

Y quiero decirle al diputado Del Río, con todo respeto, que está atrasado de noticias. Nuestro partido aprobó, por unanimidad, una plataforma electoral para la campaña presidencial que recoge lo más importante y lo fundamental del programa económico aprobado también por nuestro congreso nacional del PRD.

Las discrepancias que se emitieron en ese congreso nacional, fueron superadas mediante la discusión, el acuerdo y ofrecimos a la nación una plataforma electoral cuyo capítulo económico le recomiendo leer; si no lo tiene, se lo puedo hacer llegar, para que vea usted no sólo que nuestras discrepancias fueron superadas, sino que representan una propuesta coherente, una propuesta clara de cambio en la política económica para construir este futuro mejor del que estamos hablando.

También le quiero decir que en materia del Tratado de Libre Comercio persiste la confusión. Nosotros nos opusimos al Tratado de Libre Comercio, creemos efectivamente que fue un atentado a la soberanía nacional y precisamente por eso, nos estamos planteando su revisión, como una propuesta que hacemos desde este Congreso y que hemos hecho también fuera de este recinto precisamente para construir ese futuro mejor.

No nos confundamos entonces; las cosas no son tan sencillas como decir: "todo o nada". Hay matices y hay precisamente por eso, una propuesta enriquecida, que como dije, está a disposición del diputado para cuando quiera conocerla y hable por lo tanto, con conocimiento de causa y no simplemente por lo que leyó alguna vez en el periódico hace ya bastante tiempo, por cierto.

Y como decía, hay que reconocer y evaluar y, en este sentido, hay que reconocer que hemos vivido 12 años de una política económica equivocada; dos sexenios de errores, más de una década de fracasos. Esto es, como podemos, así es como podemos sintetizar el ejercicio de los gobiernos de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari, en materia económica.

En este lapso, no sólo no se ha podido consolidar el crecimiento del producto, no es cierto que estamos, como dijo alguien en esta misma tribuna, del partido oficial, por supuesto, que estamos y hemos alcanzado una economía estable y competitiva y mucho menos, una economía para el mejoramiento social. De esto voy a hablar.

Pero sí es cierto, como él mismo lo dijo, que es una economía flexible; en efecto, es una economía flexible, crece y retrocede, sube y baja, efectivamente de manera muy flexible desde hace bastante tiempo.

En este lapso, decía, no hemos podido consolidar el crecimiento, además se ha caído en los mismos, viejos y graves problemas del pasado, de los que se decía que había que evitar a toda costa, como la magnitud del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos y las fuertes presiones sobre el tipo de cambio y sobre las reservas internacionales.

Pero los errores geniales de estas últimas administraciones, no paran aquí; donde se revela de manera clara el caracter derrochador, ineficiente y atrasado de las políticas económicas impuestas, es en aquello que debería ser, a final de cuentas, lo medular de nuestra política económica: el bienestar creciente de la población.

La política económica de los últimos 12 años, particularmente la de Salinas de Gortari, ha provocado una constante destrucción de empresas, unidades de producción y consecuentemente, de empleos productivos; un deterioro de los salarios y por lo tanto, de la capacidad productiva de la fuerza de trabajo y, resultado de todo ello, una desigualdad cada vez más profunda entre los mexicanos.

Han sido los sexenios de la exclusión y el marginamiento. En aras de la modernidad que se propusieron, en realidad ampliaron el atraso. Ahora hay más mexicanos que antes sumidos en el desempleo, el subempleo y la economía informal. ¡Qué brillantes los artífices de nuestra política económica!

En 1994, menos mexicanos están en condiciones de desempeñar una labor productiva que en 1988 o en 1982. Hablaron de productividad, competencia, eficiencia y globalización; pero ahora los trabajadores mexicanos laboran, viven y por lo tanto producen, en peores condiciones que en el pasado; creyeron en la reducción del salario real, como señuelo para los inversionistas extranjeros, como elemento para bajar la inflación. Que esta reducción de los salarios reales era sinónimo de mayor eficiencia y productividad. ¡Qué error tan grave! ¡Creen que pagarle menos a un trabajador va a elevar los márgenes de rendimiento de las empresas y de la economía nacional! ¡Esto es un grave error!

Probablemente se imaginaron también que el control de la inflación y la apertura de las fronteras bastarían para elevar el nivel de vida de la población. Esta ingenuidad, por decir lo menos, llegó a extender la pobreza y la miseria a un número mayor de mexicanos.

Como dijo un amigo del señor Salinas, al que no se le puede tildar de perredista, por cierto: "En este sexenio ha habido demasiados perdedores y muy pocos, pero muy visibles, ganadores".

Ello significa no sólo un grave problema de injusticia social, una creciente deuda con los trabajadores y con el pueblo mexicano, sino significa también un costoso y lamentable error en materia económica. Veamos, por qué han sido temas fundamentales y lo que yo quisiera abordar aquí, el problema de los salarios.

Durante los últimos 12 años los salarios mínimos perdieron casi el 60% de su poder de compra. Los salarios contractuales el 20% y las remuneraciones del sector manufacturero por lo menos la tercera parte, poco menos de la tercera parte para ser exactos.

El caso del salario mínimo ha sido el más grave. Claro, los priístas nunca hablan del salario mínimo, porque éste es un tema muy difícil de tocar para ellos. Pero es también el más ilustrativo, pues él representa un tercio del de 1977.

Tan sólo en este sexenio, en éste, en este sexenio, se deterioró más del 20%; tomando en cuenta ya el aumento pactado en septiembre y desde que los pactos, esos famosos pactos, empezaron a firmarse en 1987, el deterioro acumulado ha sido del 35%. ¡Para darnos cuenta de la dimensión histórica del problema, baste decir que en 1994 el salario mínimo era menor que hace 60 años! ¡Un retroceso de seis décadas!

Los datos del INEGI, que no son más que de ahí de donde los hemos tomado, para ciertas ramas industriales, en este sexenio, también han mostrado pérdidas muy graves, sobre todo para algunas ramas industriales donde laboran los trabajadores. Como Petróleos Mexicanos, para ya no hablar de los trabajadores universitarios, que han mostrado aquí muchas veces sus cheques para probar el dicho.

Pero también tenemos a trabajadores de la rama textil, con una pérdida de más del 35%. O los trabajadores de la rama del hule, de más del 30% también. O incluso los de la rama de radio y televisión, que uno pudiera pensar que son de los más favorecidos. ¡En todas estas ramas hay pérdidas salariales!

Claro, el señor Salinas en su discurso no se refirió al salario mínimo, probablemente porque aducir cualquier mejoramiento hubiera sido imposible. El desprecio, sin embargo, el desprecio de los principales responsables de la política económica por el salario mínimo es injustificado y es otro error político.

En primer lugar, habría que recordar que un 13.2% de la mano de obra ocupada gana un salario mínimo en 1993. Uno solo. Tantos como 3.5 millones de jefes de familia. Con lo cual quizá hasta 15 millones de personas sobreviven, si es que sobreviven, con este ingreso.

En segundo lugar, el salario mínimo está operando como un ancla de los salarios contractuales que se revisan en el periodo anual siguiente. Como bien lo saben, por ejemplo, los trabajadores de la educación.

Anteriormente los salarios mínimos trataban de resarcir la pérdida del año anterior, fijándose entonces un porcentaje superior a la inflación presentada en ese lapso. A partir de los famosos pactos las cosas cambiaron y ahora se fijan tomando en cuenta la inflación calculada para el siguiente año. ¡Claro, si para el siguiente año no se cumplió esa expectativa inflacionaria, que se amuelen los trabajadores!

Los pactos firmados desde 1987 han tenido pues efectos nefastos sobre los trabajadores mexicanos. Representan además un mecanismo de decisión antidemocrático en extremo, pues las llamadas cúpulas que ahí se reúnen no piden ni dan cuentas a nadie, más que al titular del Ejecutivo. Representan, señoras, señores, la verdadera imagen del poder actual, sus acentuados rasgos corporativos, atrasados, clientelares y por añadidura ilegales, ya que el Poder Legislativo siempre está ausente de esas negociaciones.

En fin, los pactos son parte de esos errores políticos geniales de esta administración, que mantienen al sistema y a nuestra economía sumida en la ineficiencia y el atraso en muchos sentidos.

Pasemos ahora al problema de la ocupación. Como sabemos ha disminuido la tasa de natalidad, pero la población que demanda puestos de trabajo anualmente sigue siendo muy alta, de alrededor del 3%, esto significa alrededor de 1.1 ó 1.2 millones de personas que demandan empleos cada año. En cambio en los últimos cinco años, entre 1989 y 1992, para utilizar los datos del INEGI, sólo se crearon 291 mil empleos anuales, o que deja un déficit neto de más de tres y medio millones de desempleados en este sexenio; tres y medio millones de mexicanos, todos o casi todos jóvenes, que demandaron un trabajo estable y no pudieron encontrarlo.

Debe señalarse además, aunque los datos del INEGI no permiten probarlo en ese documento, pero sí en otros, que la situación empeoró a partir de 1992, por la caída en el ritmodel crecimiento del producto. De tal manera que aun en el poco convincente índice de desocupación abierta del INEGI, se pasó del 2.6%, en 1991, la más baja del sexenio, al 3.6% en 1994, un aumento del 38%, incluso en este índice, que efectivamente es un índice dudoso.

El sector manufacturero, y esto es lo grave, el sector manufacturero, que debía ser el motor de la modernización, ha sido en cambio un sector que ha expulsado mano de obra. De esta manera la participación relativa de las manufacturas en la ocupación total, se redujo entre 1982 y 1994, del 11.7% al 10.8%. Tan sólo en este sexenio, ¡en este sexenio el que tanto presumen!, se perdieron 132 mil 194 plazas de trabajo.

Claro, el sector público por su parte colaboró entusiastamente con el desempleo, ya que también entre este lapso entre 1988 y 1993 eliminó 1 millón 114 mil puestos de trabajo. Esa es nuestra política económica de la que se presume que da bienestar social.

Así, llegamos a un dato preocupante: 40% de la población económicamente activa, alrededor de 12 millones de mexicanos, están refugiados en el desempleo y el subempleo. Todas estas cifras, compañeras, compañeros, deben hacernos reflexionar. Este fracaso contundente de la política económica no es un problema coyuntural ni transitorio, no es tampoco el antecedente de un futuro mejor, por cualquier lado que se le vea, porque eso nos dicen: bueno, estamos mal, falta mucho por hacer, pero ya verán al ratito y este futuro nunca llega.

Estos errores, por favor, pensemos en ello, son el llamado más urgente para el cambio. Permítasenos por lo tanto reflexionar muy brevemente sobre este fracaso llamado desempleo.

En primer lugar, las cifras nos indican que la tasa de crecimiento del producto ha sido siempre, en este sexenio, superior a la tasa de crecimiento del empleo. En segundo lugar y congruente con lo anterior, los datos también indican que la tasa de inversión, la formación bruta de capital fijo, también ha aumentado más que el empleo. ¿Qué quiere ecir esto? Que se trata de un problema de maduración de las inversiones, como por ahí se dijo, o más bien un error de fondo en las concepciones que han guiado la política económica durante estos años.

Según los datos del último censo, las unidades económicas censadas mostraron una reducción de las pequeñas y medianas empresas y un aumento muy fuerte de las microempresas. En otras palabras, se destruyeron, se acabaron, se fueron a la bancarrota pequeñas, medianas y grandes empresas. Hay entonces una polarización cada vez mayor; unos cuantos establecimientos, cada vez menos, concentran la inversión productiva y en cambio un número mayor de establecimientos, las llamadas microempresas, subsisten con un capital ínfimo, la gran mayoría establecimientos de subsistencia familiar, muy lejos de los niveles requeridos para garantizar su propio desarrollo; 80% según datos oficiales del total de los establecimientos emplean cinco personas o menos.

Por otro lado el nivel de crecimiento de las importaciones no puede ser visto solamente como un problema de balanza de pagos; las importaciones en relación al producto interno bruto, así como en relación a la oferta total, crecieron durante todo el sexenio, representando en 1993 el 17.5% y el 14.9% respectivamente del producto interno y de la oferta total.

Hay pues un desplazamiento de la producción nacional por los bienes de origen externo. Ambos fenómenos, la concentración del capital y el crecimiento de las importaciones hacen que si no hay un cambio en la política económica, el problema del empleo no se podrá resolver en el corto plazo. Se requerirían tasas de crecimiento extraordinariamente altas, del 9% o más, crecimiento que no podría ser financiado en el rubro del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos, en las condiciones actuales con esta política económica y también con esta política económica una tasa de crecimiento tan alta del producto para resolver el problema del empleo, provocaría ciertamente riesgos de un repunte inflacionario muy severo. Por aquí no hay futuro.

La otra posibilidad es la del cambio, ésta tendría que ver con la definición de una política industrial que hasta hoy es inexistente, una política de fomento a la exportación y de protección a las importaciones que requerirían un nuevo trato comercial con Estados Unidos, ahí les recuerdo nuestra posición sobre el Tratado de Libre Comercio, tasas de interés para alentar la producion y una politica de proteccional salario y de fomento al empleo tambien hasta ahora inexistente, para reanimar el mercado interno y en condiciones comerciales distintas alentar nuestra producción doméstica.

Estos cambios sin embargo, chocan con los dogmas, creencias y permítaseme la palabra, las necedades de quienes han dirigido hasta hoy nuestra política económica. El diálogo debe ser para reconocer los dogmas, para evaluarlos y desterrarlos; por el camino que vamos no sólo no van a sostener un crecimiento estable del producto ni a resolver el problema del empleo, van a seguir profundizando la desigualdad y le recuerdo a los compañeros que han intervenido antes, la estructura del ingreso va de mal en peor, no es cierto que haya mejorado ni que se haya estancado, el 10% más rico mejoró sólo en tres años entre 1989 y 1992, mejoró su posición, acumuló una mayor cantidad de ingresos; llegando casi al 40% del ingreso total, el 10% se queda casi con el 40% del ingreso total y esto es una situación que ha empeorado en términos de redistribución del ingreso y no ha mejorado tan sólo en tres años y en cambio el 40% más pobre perdió su porción en la distribución del ingreso quedándose este 40% con apenas 11% del ingreso total.

Si persisten estas tendencias, las divisiones sociales serán cada vez más anchas y las bases para construir una sociedad estable y una vida política moderna, se verán constantemente minados. Este, el actual, es el camino de la exclusión, de la marginación y ¿por qué no llamarlo?, y ésta es la reflexión que quiero hacer, de la modernización improductiva. No más modernización improductiva, queremos una modernización que realmente construya un futuro mejor para todos los mexicanos y este diálogo que estamos realizando aquí, debe servirnos para profundizar esta discusión y cambiar la política económica; este diálogo que estamos sosteniendo no se quede en las palabras, no nos nombraron solamente para dialogar, sino para que este diálogo sirva constructivamente para el cambio.

Apostemos señores de la mayoría, señores del PRI, compañeros todos, apostemos a convertir al legislativo también en un poder que gobierne, apostemos a cambiar la política económica, apostemos a una patria para todos, por que ésa es nuestra verdadera misión y ésta es la única posibilidad que tenemos de servir a quienes nos eligieron. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado Alfonso Reyes Medrano, del PRI.

El diputado Alfonso Reyes Medrano:

Con su permiso, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Soy economista de profesión, sin embargo en la intervención anterior se me fue llenando mi cuerpo de datos, hasta acá arriba, se desbordaron. Posiblemente en muchos de ellos tenga razón, la economía de México no ha sido la más saludable del mundo, como tampoco las economías del mundo son tan saludables como para compararlas con nosotros mismos.

La ciencia económica es una ciencia que a veces puede ser interpretada en forma muy versátil, podemos pegar con ella o podemos alabar con ella, sin embargo las verdades económicas subsisten de por vida, porque tenemos razón, porque existe la razón en el ser humano que junto con el concepto demostración, evidentemente nosotros tenemos que llegar a las verdades, si no absolutas, por lo menos creíbles por nosotros mismos.

Se ha desarrollado aquí todo una tesis de malestar económico, de destrucción económica, de crisis económica, en donde México es hoy, ha sido el único actor en el mundo. México es la única parte del mundo donde existe este tipo de crisis, no en todas partes existe; o sea, México somos nosotros, los mexicanos.

¿Qué es la crisis económica? Es el deterioro de dos valores fundamentales: la producción y el empleo y en consecuencia ello trae consigo una serie de deterioros también en la propia población, como lo es los niveles de ingreso en términos reales.

Quiero robarles algunos minutos, si ustedes me disculpan, para citar algunos antecedentes, en primer lugar, de que no estamos aislados en el mundo ni es la única, el único país en que ha privado la crisis y, en segundo lugar, quiero saber por qué la crisis económica insultatan rotundamente a los mexicanos nada más.

Yo no estoy de acuerdo en ello desde luego; las crisis económicas, en primer lugar, no son temblores, no son ciclones, no es algo que venga de la naturaleza. Las crisis económicas se generan con el comportamiento de los humanos, economistas o no, dueños del dinero o no, pero también la prosperidad, también la prosperidad puede generarse en la misma forma por los propios seres humanos, con políticas económicas, con comportamiento económico, con salud económica en un palabra.

Quiero robarles les digo, unos minutos nada más, para centrar a nuestro país dentro del contorno internacional y no de ahora, porque la crisis no nació ayer. El que dijo que la crisis de México reventó en 1982 está equivocado; el que dijo que en 1988 estábamos en plena crisis, está equivocado... las crisis, ya ha habido tres crisis en ese transcurso.

El problema, compañeros diputados es que tenemos que poner el contexto de nuestra economía y de nuestra sociedad, la de México, también en el contexto mundial; es muy importante y no solamente en el contexto mundial, sino que principalmente hay que compararla con los principales factores o actividades económicas que se desarrollan en el mundo y que pueden ir bien o pueden ir mal, que nos benefician o nos destruyen.

Unos minutos nada más de antecedentes, porque la crisis no nació hoy ni ayer.

Allá por los sesenta, México vivió un periodo de economía estable, la tasa de crecimiento oscilaba entre el 6% y el 8%, la inflación no iba más allá del 4% anual, en general la ocupación es taba bien surtida, teníamos una política cerrada al exterior de sustitución de importaciones y en consecuencia este periodo, parece ser que esta política que diseñaron nuestros gobiernos era la buena; si alguien me dice que ahora la podemos implementar y volver a tasas de crecimiento de 6% a 8%, con inflaciones de 4% anual, yo le rebatiría de todos lados, porque el mundo ha cambiado y el mundo ha cambiado maliciosamente para la economía del mundo.

Quiero fincar por qué surgieron las crisis económicas fuertes en el mundo, porque no solamente mi país o nuestro país o México inició crisis a partir de 1972, crisis que se fueron multiplicando, complicando, en ocasiones había superávit y en ocasiones había crisis; pero yo quiero que recuerden ustedes algunos hechos que brevemente voy a mencionar.

En pleno proceso de economía de bonanza en nuestro país y de estabilidad económica, en los sesenta, allá por 1964, cuando la producción petrolera comenzó a hacer mella en el mundo o a fijarnos nosotros en quiénes la producían y cómo la consumíamos, un grupo de países árabes, alentados por un gran economista, un jeque: Yamani, decidieron hacerle frente a las compañías productoras de petróleo, en el mundo y formaron la OPEP. A partir de ahí se conformó una disputa por el precio del petróleo y de lo que les vendían los países industrializados a los países petroleros, al punto de que en 1970, franca y definitivamente se rompió un Tratado de Bretton Woods, que veníamos observando en el mundo entero, fincado en instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Ahí comenzó el proceso inflacionario si ustedes lo recuerdan, en 1972 y no el de México, el proceso inflacionario de todo el mundo.

Las compañías petroleras respondieron tratando de elevar los precios de los productos que consumían los productores de petróleo y en 1974, se fincó un boicot petrolero que afectó a todo el mundo, fundamentalmente a las industrias petroleras.

¿Qué sucedió en nuestro país? Pues claro que nuestro país se desequilibró momentáneamente y comenzamos a ver inflaciones ya no del 4%, sino del 6%, 8%, 10% y hasta el 15% hasta 1979 ó 1978, cuando México por fin descubrió que tenía riqueza petrolera y que podía venderla.

Los precios del petróleo llegaron a ascender con este problema, toma y daca de compañías petroleras y productores de petróleo, hasta 38 dólares el barril.

En ese momento México estaba observando una deuda externa que oscilaba entre los 50 y 55 mil millones de dólares. Pero en 1981, 1982, algo sucedió en el mundo que las tasas internacionales mundiales que tradicionalmente fueron del 6% y del 7% y en épocas de recesión hasta del 4%, como lo acabamos de ver en los últimos dos años, fortuitamente subieron hasta 21.5%, algo inusitado en el mundo y nosotros debíamos cerca de 60 mil millones de dólares.

Paralelamente ese pleito entre productores y consumidores de petróleo y compañías fructificó y el precio del petróleo se derrumbó y llegó a valer hasta ocho dólares el barril de petróleo. Hubo un momento entre esos dos años, 1981 y 1982, en que México solicitó financiamiento extranjero solamente para hacer el servicio de su deuda. Todo eso le pegó a la economía mexicana abruptamente; llegó a endeudarla brutalmente y en ese punto México comienza una crisis de los ochenta bastante ardua, de la que difícilmente estamos tratando de salir en este sexenio. Créanlo o no los compañeros economistas de la oposición.

Ya dije, la economía puede ser interpretada buena o mala, blanca o negra, según lo queramos, pero en el fondo radica la verdad. Difícil toda la década de los ochenta y llegamos a 1987-1988 con la inflación que ya se ha mencionado aquí, cerca de 160 anualizada, 160% anualizada, con un producto interno bruto que tuvo fluctuaciones muy importantes en la década de los ochenta. Nadie lo niega, precisamente por las influencias internacionales.

Los salarios de los trabajadores también, yo no lo voy a negar, se deterioraron y se han deteriorado y siguen deteriorados en una magnitud muy importante, pero nosotros en un momento dado reaccionamos y dijimos: tenemos que hacer algo en la materia; tienen que reunirse por un lado los empresarios, por otro lado los trabajadores, por otro lado el Gobierno y los campesinos y tenemos que hacer, tenemos que decir, tenemos que hablar, tenemos que decidir lo que queremos hacer.

En 1987 y 1988 privaba fundamentalmente la especulación; el deterioro de los salarios era el más grande, perdíamos la carrera de precios-salarios, en consecuencia teníamos que pelear por detener justamente ese deterioro.

El pacto, compañeros, compañero Saúl Escobar, no es una maldad, no ha sido una maldad en México, yo creo que ha sido algo que muchos países en el mundo nos están copiando. Justamente ahora están estableciendo no similar al nuestro en Ecuador, otro en Venezuela. España por todos los caminos ha procurado implementar un pacto.

¿Pero qué es un pacto? Un pacto es que ustedes, que todas las fuerzas productoras del país discutan los factores buenos o malos de la economía y pacten, pacten formas de detenerlo.

La inflación en 1987-1988 casi era automática; no había empresario que no tomara sus estados de cuenta para el año siguiente, que no incluyera el factor inflación para recuperarse el año que entra o sea que ya estaba automatizada la inflación y en la dura pelea contra los salarios, evidentemente los trabajadores salían perdiendo porque solamente podríamos cambiar este factor en meses, mientras que los precios cambiaban todos los días y a veces en algunas horas del día.

Pactar es llegar al acuerdo, pactar es decir: ¿bueno, qué quieres tú, o tú o yo qué quiero? Queremos que la economía en México crezca ahora sí más sana y quitarle el maleficio que hasta ahora le hemos estado consolidando.

Entonces, valiéndonos de los empresarios líderes, y voy a citar un ejemplo, tratamos de detener ese aumento de precios institucionalizado y automático que ya habían fincado. Se comprometieron las empresas líderes y por dar un ejemplo, nada más uno, ustedes verán con el resto de la economía lo demás, pactamos con la Panificadora Bimbo, que no iba a aumentar su precio por ningún motivo durante el año o durante la duración del pacto, a la vez que nosotros solamente repondríamos el deterioro del poder de compra por la inflación.

La mayor parte de las industrias así se comportaron y así pactaron. Entonces el pacto comenzó a funcionar y en la actualidad tiene ya 15 reformas o rectificaciones.

El pacto ha comprendido en todo este tiempo tres etapas. La primera etapa es la de Solidaridad, nos solidarizamos aquí todos. Ni ustedes suben los precios ni nosotros presionamos con huelgas para los salarios.

Una vez que lo vimos nosotros, que el proceso inflacionario había roto el maleficio de la automaticidad de la inflación, o sea, de meterle precios para el año que entra antes de que produjeran las cosas, nosotros planteamos que el pacto debería de cambiar de signos, de formas y objetivos y debería de ser de estabilización y crecimiento económico, puesto que la economía se encontraba también estancada y así fue, y las influencias externas no se dejaron sentir. Ya dije que México no es aislado ni vive entre las nubes.

La recesión de los países industrializados iniciada en 1991 y que apenas en Estados Unidos tiene repuntes interesantes, mas no en la Comunidad Económica Europea, quiero decirles que en este lapso de tiempo el pacto ha cambiado sustancialmente y nuestro país ha logrado una tercera etapa del pacto.

Los esfuerzos que el Gobierno hizo para la apertura comercial no son resultado de capricho, ni tampoco, como dicen aquí, ya nos van a venir a colonizar los marcianos, nos van a vender todo y van a venir ponernos empresas aquí.

Con todo respeto les digo que nosotros nos vimos obligados a abrir la economía de México y peleamos arduamente por aquella cerrazón que existía en nuestro país, tomando en cuenta que se habían creado puras empresas de invernadero, con productos deficientes y precios muy elevados.Todos lo saben, nadie lo ignora.

México tuvo que entrar al Acuerdo General de Tarifas y de Comercio, al GATT, abrió su economía, derrumbó tasas de impuestos de importación que oscilaban en un promedio de 75%, a un promedio de 12.5%. La más alta es del 20%, la más baja es tasa cero y evidentemente la tienen los productos de primera necesidad.

En seguida se implementaron trabajos, pero muy profundos, para tratar de abrir los otros mercados. Si nosotros los habíamos abierto ya a la economía del exterior, teníamos que abrir otros mercados y es una tontería decir que es un maleficio tremendo el haber pactado un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Si nosotros ya habíamos abierto nuestras fronteras y bajado todos nuestros aranceles, teníamos que lograr que los demás países hicieran lo mismo y estamos firmando también tratados de libre comercio con algunos países de Sudamérica y haciendo convenios con la Comunidad Económica Europea y con los grupos de Asia.

La apertura económica, desde luego, la apertura económica sorprendió y mucho lo dijimos y lo mencionamos, lo contradijimos, las empresas que no estén preparadas van a perder, van a tener que cerrar. A la apertura económica correspondía desde luego una política económica que detuviera el malestar del producto mexicano y la carestía del mismo. Entonces, después de la firma del Tratado de Libre Comercio y de haber ingresado al GATT, se firmó el acuerdo nacional, también por consenso, entre trabajadores, empresarios, campesinos y el Gobierno, el acuerdo nacional de productividad, y el pacto tomó su tercera etapa: la productividad y la competitividad.

No se puede deteriorar todo siempre, y lo dicen los compañeros y está bien que lo digan, pero nosotros en nuestro problema precisamente de tratar de elevar los salarios de los trabajadores, en los dos últimos pactos ya dentro de la apertura, antes del tratado, hemos logrado incrementar en primer lugar el salario mínimo hasta un 16% el año pasado, surtió efecto en éste y en este año lo estamos incrementando en más del 10%, compuesto.

En primer lugar acordamos, pactamos, porque se pacta, digo, pactar es pactar, es pactar, es pactar; pactar es decir "tú me dices qué quieres yo te digo qué te doy o qué te puedo dar", eso se llama pactar.

En primer término pactamos que nos repondrían el proceso inflacionario y que podría desarrollarse el año siguiente. Eso no es suficiente, porque nadie está seguro de qué inflación podría surgir el año siguiente.

Y pactamos, además de ello, que hasta dos salarios mínimos no se pagaran impuestos, hasta antes un solo salario mínimo no pagaba impuestos; logramos que hasta dos salarios mínimos no pagaran impuesto sobre la renta.

Adicionalmente a ello, y dado el saneamiento de las finanzas públicas a que se han referido aquí mis compañeros, exigimos participación en ese saneamiento y ahora nos están dando un subsidio y ya no pagamos impuestos de uno a dos salarios mínimos, ahora logramos que les dieran un subsidio, el año pasado, de 10% que se acumula un 3% en este año para tener vigencia el año que entra.

Es un subsidio, o sea, es impuesto negativo, el Gobierno le va a pagar ahora a los trabajadores en lugar de que los trabajadores estén pagando impuestos hasta dos salarios mínimos.

Y ese beneficio logramos hacerlo extensivo en forma descendente hasta cuatro salarios mínimos, en donde afortunadamente o desafortunadamente se agrupan el 80% de los trabajadores de México.

No sólo eso, sino que en términos de salarios mínimos pactamos, porque pactamos, lo discutimos y lo pactamos y si llegamos a un pacto al punto de que por elevación de la productividad nacional los salarios mínimos se elevarían hasta el 3% para el próximo año. Pero para los salarios contractuales no hay límite. Todo mundo se quejaba de los topes salariales y los rompimos, franca y abiertamente los hemos roto y el que me diga que no, le enseño los contratos colectivos de trabajo firmados con incrementos superiores al 4%.

Entonces, en los contratos colectivos pueden pactar, además del 4%, la tasa de productividad a que nos hemos referido aquí reiteradamente. En consecuencia, tenemos roto a como dé lugar el problema de los topes salariales.

Compañeras, si sus líderes no gestionan el bono de productividad, o si lo gestionaron, a lo mejor lo reciben por la vía de otro cheque.

Compañeros, ya no quiero alegar y aquí me han dicho ya tiempo y así lo vamos a hacer.

La economía, lo ratifico, es dúctil y usted puede alegar en pro y en contra, pero la verdad de las cosas es que en México vivimos y el PRI obtuvo el 50% de la votación y la gente fue a votar en 77.5% en el país. Esa es una ratificación de que más o menos hemos actuado bien dentro de la crisis económica de México, con todas las influencias malignas o positivas del exterior, porque, México deberá de seguir creciendo.

Quiero retomar aquí la propuesta de la diputada Ifigenia Martínez. Sí debemos planear y está en la Constitución, 25 y 26 constitucional, y debemos de planear porque planear en definición, lo más estricto y lo más sencillo es prever para actuar. Tenemos que prever las necesidades de México y las necesidades de los nacionales, y así deberemos actuar en políticas económicas porque México está primero que las diatribas de todos los demás. Muchas gracias.

El diputado Saúl Alfonso Escobar Toledo (desde su curul):

Señor Presidente, pido la palabra para hechos.

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Saúl Escobar Toledo, para rectificar hechos, hasta por cinco minutos.

El diputado Saúl Alfonso Escobar Toledo:

Gracias, señor Presidente:

Para alusiones personales del diputado que me acaba de anteceder. El diputado reduce su argumento a decir que: pactar es pactar y así de fiende la política económica en materia de salarios que se ha venido desarrollando en los últimos años y, bueno, con ese argumento tan contundente, pues realmente hay muy poco que discutir.

Pero el problema fundamental de los pactos es en primer lugar quién pacta, quién se sienta ahí y cómo puede entrar a pactar. ¿Alguna vez ha estado invitado el Poder Legislativo a discutir los pactos? ¿Alguna vez el Poder Legislativo ha tenido alguna opinión sobre lo que ahí se ha tratado? ¿Alguna vez esta representación ha podido cambiar, aunque sea en algo, la dinámica y las cosas que ahí se han tratado? Evidentemente que no.

Pero el problema es más grave, ¿alguna vez los trabajadores, cuyos supuestos representantes se sientan a negociar, han sido consultados para tratar esas cuestiones de las que ahí se han negociado? Evidentemente que no. ¿Alguna vez incluso los patrones han sido consultados para negociar en su nombre también las cosas que ahí se han acordado? Tampoco. Ese es el problema de los pactos, el problema de los pactos es que representan de manera clara como este Gobierno, para castigar a los trabajadores, para lastimarlos, para pactar efectivamente una política salarial dañina al conjunto de la clase obrera, ha acudido a los métodos más autoritarios, más corporativos y por supuesto ilegales, porque como dice ahí se han pactado cosas que deberían ser materia del Poder Legislativo.

Entonces, que no se nos diga que, bueno, es que pactar pues es pactar, porque eso realmente no contesta nada. Yo le sugeriría al diputado que entráramos a una discusión más seria, para realmente ver hasta dónde los pactos han servido para la economía mexicana y para los trabajadores.

El diputado Alfonso Reyes Medrano (desde su curul):

Estoy a sus órdenes, señor diputado.

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Armando Quintero Martínez.

El diputado Raúl Armando Quintero Martínez:

Creo que hemos escuchado una defensa de un tema indefendible y es indefendible, porque el Secretario de Hacienda inventó la famosa frase de mito genial a la pobreza en el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores mexicanos. Si eso dijo el Secretario de Hacienda, pues ya sabemos lo que van a venir a decir aquí los demás compañeros diputados miembros de su partido.

Pero yo les pido a los diputados que provienen de la fracción obrera del PRI que abandonen, ahora que está empezando esta nueva legislatura, la ya tradicional docilidad de la que se les acusa, para que vengan a demandar a la tribuna que las percepciones de los trabajadores mexicanos pasen a ser dignas de quien vende su fuerza de trabajo con decoro, con honestidad, con productividad.

No va a haber modernización de la planta productiva que dé resultados de incremento en la productividad si no va acompañada en el salario que devengan los trabajadores mexicanos.

Es falso en el informe del licenciado Salinas de Gortari, que dice que se ha logrado revertir la tendencia a la caída del bienestar social de las familias mexicanas. Es falso. ¿Quién puede vivir con 620 mil pesos al mes? ¿Quién puede imaginarse que se sufragan vivienda, educación, salud, recreo, cultura y vestido de una familia con 600 mil pesos al mes? Sólo un cínico, sólo un cínico y no un representante popular y mucho menos si proviene de una organización obrera.

Se ha revertido el crecimiento de la tasa de población, pero ello no ha traído aparejado una mayor distribución en los mexicanos del producto interno bruto. ¿Se ha disminuido la inflación a costa de quién?, a costa de los trabajadores, a costa del salario; el salario de los trabajadores mexicanos ha sido el gran subsidiario de la situación de estabilidad que se nos pretende vender como un éxito del Gobierno.

Se nos ha dicho que estamos en el camino de la recuperación, ¿por qué no nos dicen qué pasó con los hechos que impiden que no estemos en el 6% del producto interno bruto que se ofreció al inicio del sexenio y que está en el Plan Nacional de Desarrollo?, porque hay una enorme diferencia entre el resultado de estancamiento económico de falta de productividad en la planta industrial y de empobrecimiento de los asalariados, con ese esquema que se ofreció al inicio del sexenio.

Este Gobierno tiene un déficit acumulado de 4 millones de trabajadores no contratados. Ha creado apenas en todo su periodo 1 millón 500 mil empleos, con una tasa de crecimiento aun del 1.2 ó 1.3%, dan como resultado un acumulamiento en este sexenio de 4 millones de mexicanos que no pueden obtener una remuneración estable y permanente y, sobre todo, satisfactoria.

Pero no sólo eso, lo que pasa es que en este sexenio negro cuando los trabajadores quisieron luchar por mejorar sus salarios se toparon, primero, con la resistencia de la mayoría de los líderes sindicales y, después, se topaban con la cerrazón absolutista que encabezó durante más de un sexenio y medio el señor Arsenio Farell Cubillas y, así fueron derrotadas y fueron aplastadas importantes huelgas de trabajadores, como la de la Cervecería Modelo. Así doblegaron entre una mancuerna del Gobierno y líderes a su servicio a los trabajadores que querían incrementar sus salarios en Volkswagen de México. Así fueron cerrando una multitud de fuentes de trabajo.

La migración que hay a los Estados Unidos, de mexicanos, es porque no hay fuentes de empleo en su país. Trece millones de mexicanos ya están del otro lado. Es una pena abierta la que tenemos los mexicanos por no poderles dar empleo, salario y bienestar. Es falso, como dijo el diputado del PRI, que la tendencia a disminuir la concentración de la riqueza se había empezado a paliar y nos mencionó el Pronasol y el Procampo. ¿Qué acaso no se incrementaron los pobres en este sexenio? ¿Qué acaso el Pronasol y el Procampo restituyeron de manera permanente salario y bienestar a las familias mexicanas o implicaron medidas asistenciales de coyuntura que se agotaban en la despensa que se consume en un día o en la obra pública de la cual estaba obligado a realizar?

Pero no sólo eso, señores. Impusieron el Sistema de Ahorro para el Retiro en este sexenio. El Sistema de Ahorro para el Retiro, el SAR, es el más grande robo en público y masivo que practican las instituciones bancarias en contra de los ahorradores, porque los metieron, a 12 millones de mexicanos, como ahorradores cautivos a los bancos que nos pagan el 5.8% de intereses a ese ahorro, y ¿cuánto cobran esos mismos bancos por el crédito que le dan a par ticulares o a empresas? No guarda ninguna proporción, ni siquiera guarda proporción con los intereses que le pagan a los ahorradores individuales en cuenta corriente. Es un gran atraco que sufren y viven los trabajadores mexicanos bajo el sistema del SAR.

Y en las últimas reformas de la legislatura pasada, la diputación obrera del PRI no tuvo y espero que ahora sí tenga, valor para enfrentar el derecho de pedir que se incremente el pago por lo menos a como se les da a los ahorradores de cuenta corriente y, segundo, la participación en las instancias de vigilancia, inspección y fiscalización de esos recursos, porque ahora quedó la representación de los trabajadores excluida.

El Presidente:

Concluya el orador.

El diputado Raúl Armando Quintero Martínez:

Voy a concluir diciendo lo siguiente: nos dijeron que un elemento de apoyo al salario fue tener la exención de hasta dos salarios mínimos; pero eso no resolvió y no resuelve, porque por lo menos debería exentarse de pago de impuestos, hasta cuatro salarios mínimos, para poder estar colocados en los salarios de 1988. Estas son las realidades.

Y a nosotros, yo como dirigente del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, nos impusieron el 4%. Por más que hablamos con el doctor Aspe, con el licenciado Gómez Peralta Díaz Mirón y con el Secretario de Educación del país, aun cuando hablamos con estos tres secretarios, se nos impuso el 4%. ¡Mienten! Falsean la realidad quienes dicen que los salarios contractuales no estaban limitados al tope, al tope anticonstitucional; si están liberados los precios de las mercancías, si quieren economía de libre mercado, libérese, porque es antinacional, es amoral y profundamente reaccionario, tener el salario mínimo que tenemos en el país en estos momentos. Muchas gracias.

El diputado Alfonso Reyes Medrano (desde su curul):

Para hechos, señor Presidente.

El Presidente:

Esta Presidencia le recuerda al señor orador que las intervenciones para rectificar hechos, conforme al artículo 102 del Reglamento, no deben exceder de cinco minutos.

Tiene la palabra, diputado Reyes Medrano.

El diputado Alfonso Reyes Medrano:

Con su permiso, señor Presidente:

Usted no me conoce, diputado. En consecuencia no sabe si soy "cínico" o no. Simplemente soy un economista.

En segundo lugar, quiero decirle que si su sindicato no pudo contratar lo que debió haber contratado y se pactó, o sea romper el tope del 4% con productividad, no es culpa nuestra.

Yo le demuestro a usted que miles de sindicatos de nuestra organización han roto el tope sustancialmente y han tenido aumentos salariales en los últimos dos años, que van del 8, al 12%. Eso se lo aseguro y se lo puedo demostrar.

Finalmente, una política de salarios no define evidentemente la política económica del país y dije que no éramos aislados, que vivíamos en un contexto internacional. Pero lo que realmente le va a faltar a México o le falta no es es tarnos fijando en estas nimiedades. Creo que lo que necesitamos realmente, lo que necesitamos realmente es un programa nacional de capacitación de trabajadores, a como dé lugar y usted lo sabe mejor que nadie, como empleado de la Universidad.

En segundo lugar lo que necesitamos en este país, además de capacitar a la gente, es elevar la productividad de las propias empresas para poder competir.

Y en tercer lugar evidentemente tenemos que pelear más por nosotros los mexicanos, sobre todo los más humildes, que es lo que nosotros hacemos. Por eso rechazo el término de "cínico".

Usted dijo que el Presidente mentía porque mencionó que se habían revertido los términos y en realidad yo le demostré a usted que se revirtieron los términos de negociación de salarios.

Y no solamente eso, sino que estamos en vías de negociar mejores condiciones. Ya no le digo a usted, porque tengo cinco minutos nada más, ni le explico, lo que hemos logrado con el SAR. Pero quiero decirle nada más: el SAR no lo pagan los trabajadores; lo pagan los empresarios; son cuotas empresariales.

Con ello desde luego nosotros nos metimos y en la legislatura pasada en donde usted no estaba, pero yo sí participe por fuera asesorando a mis compañeros diputados, logramos que se creara la Comisión Consultiva del CONSAR, en donde participamos en ella y vamos a vigilar no solamente el ingreso de los dineros, sino el camino que sigan.

Y usted no me conoce, se lo repito. El día que me conozca me quitará el epíteto de "cínico" que me puso. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al señor diputado Claudio Coello Herrera, del Partido Acción Nacional.

El diputado Claudio Manuel Coello Herrera:

Señor Presidente; compañeros diputados y diputadas:

Tratar de calificar al Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, por el último informe rendido el pasado 1o. de noviembre ante el pleno del Congreso de la Unión, sería un error tan grande como el cometido por el Titular del Ejecutivo Federal, al tratar de presentarse triunfalista, aunque este error ya parece institucional.

Y es que la cuenta presentada ante el pleno no representa más que un alegre manejo de cifras y más cifras, que arrojan un balance final de 40 millones de mexicanos pobres y 24 millones viviendo en la más extrema pobreza.

Hay que reconocer estos hechos, pues lo que no se reconoce tal parece que no existe o cuando menos no se ve.

Si nos atenemos a los retos aceptados por Carlos Salinas: reducir la inflación y recuperar el crecimiento sobre bases perdurables para crear empleos y elevar el nivel de vida de la mayoría, el balance final no puede más que mostrarnos que existen círculos viciosos que evidencian un sacrificio onerosísimo de la población y que se demuestra con el simple valor del salario mínimo, que a mi juicio parece máximo, contra el valor de la canasta básica, cuya brecha es cada vez mayor.

Cierto, no hay inflación, no hay carestía; pero tampoco hay poder adquisitivo.

No puedo dejar de reconocer que los planes económicos pudieron ser en principio aceptables, pero cuando el sacrificio no es parejo, pueblo y Gobierno y tan sólo se inclina hacia el lado del pueblo, la política económica del Gobierno se transforma en economía electorera. El Pronasol y el Procampo, son tan sólo botones de muestra en este gran jardín de trampuchetas, que forman parte también de esos círculos viciosos de los que hablaba.

Las buenas intenciones de crear un nuevo país sobre bases nuevas para el despegue económicos se quedaron en eso. Si bien el producto interno bruto registró crecimientos, aunque menores a las tasas fijadas como meta, los incrementos son aún insuficientes para poder atender las necesidades de empleo.

La fuerza laboral demanda el desarrollo de empleos, muy superior al 2.9% del producto interno bruto, por lo que el déficit en este renglón sigue en aumento.

No hay seriedad en el cumplimiento de metas, porque aún prevalece el mandato del príncipe; en México se le conoce como presidente. Los compromisos y las complicidades continúan campeando por sus fueros, junto con los privilegios de la clase gobernante, lo que de forma insultante ha creado ya 24 supermillonarios, que junto con el 20% de la población, acapara más del 50% de ese mismo producto interno bruto.

Se incrementaron nuestras exportaciones, pero al mismo tiempo elevamos nuestras importaciones con un déficit que superará a los 20 mil millones de dólares, porque nuestra productividad aún no llega a los niveles deseados y nuestra competitividad se ve afectada ante el dólar, moneda con la cual debemos buscar una paridad real, dado que es con los Estados Unidos con quien tenemos el 70% de nuestro comercio.

Esta situación, de por sí grave, se ve empeorada por el cierre de un buen número de pequeñas y medianas empresas, dada la excesiva carga fiscal, los nulos incentivos fiscales, los créditos caros y los intereses de agio.

El campo está cayendo en un problema mucho más serio, mucho más del que se vivía años atrás. Tienen ahora títulos de propiedad, pero no tienen los apoyos prometidos para hacerlo producir. Con una cartera vencida galopante, pronto los ejidatarios se verán obligados a vender sus tierras para poder tan siquiera comer. Ojalá tuviéramos estómagos que reciclaran tanta palabrería justificante y pudiéramos poner unas cuantas hojas del discurso de los compañeros diputados del partido oficial que nos han antecedido, en cada plato de los mexicanos, para que cuando menos tuvieran eso para digerir.

Y dice Salinas en su informe: "No hay duda, la protección privilegia el capital y concentra el ingreso. La apertura favorece el empleo y la redistribución del ingreso". De esta forma sintetiza su política económica, confirmada con la posición de la fracción priísta y el origen de estos nuevos males de los mexicanos, gracias a un neoliberalismo inhumano que tiene los anaqueles de los comercios llenos, pero las cajas vacías y los hogares paupérrimos.

Mal final tiene este sexenio por apostarle casi todo al aspecto económico, sin tomar en cuenta a los seres humanos que somos parte de nuestra nación y la moral y la ética que deben prevalecer para una sana convivencia.

México ya no puede continuar con este sistema de cómplices y socios que oprime a la gran mayoría de los mexicanos e impide la existencia de un verdadero gobierno, orientado al desarrollo nacional y al bien común. ¡Este es el reto de la próxima administración y de todos los mexicanos!. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al señor diputado Jesús Rodríguez y Rodríguez, del Partido Revolucionario Institucional.

El diputado Jesús Rodíguez y Rodríguez:

Señor Presidente; señoras diputadas, señores diputados:

A diferencia de los matemáticos, físicos o químicos, los resultados de los procesos sociales y sus fenómenos son de difícil medición, pero cuando esto puede hacerse, como es el caso de encontrar logros y realizaciones basados y fundados en datos y cifras contenidos en los capítulos económico y social del informe, entonces podemos juzgar a un régimen.

Claro que no es fácil convencer con razones y argumentos a quienes rebaten hechos y datos irrefutables con gritos, sombrerazos, pancartas. No se puede tampoco a quienes insisten en que todo son teorías económicas, que ponen motes o calificativos, como si el presidente Salinas y los gobiernos que maneja un estadista como él, se van a guiar por doctrinas económicas.

Se guían por las necesidades reales del pueblo y no son tal o cual doctrina económica; tampoco, y esto es ahora cuando el debate va un poco mejor que los gritos y los sombrerazos, tampoco se combaten estos datos irrefutables con doctrinas o con recetas voluntaristas o con cátedras de economía; no es posible señalar de una manera teórica qué es lo que debe hacer el Estado, es fácil hacerlo, lo difícil es lograr resultados irrefutables como los contenidos en el informe.

Ahora bien, pueden refutarlo, pero refútenlo con medios o por métodos bien confiables, hemos dado datos, ahí están en el informe, han sido repetidos por mis compañeros, pero sin embargo sólo se han descalificado o pretendido negar sin que haya otros datos igualmente importantes que fundados en indicadores confiables, lo demuestren. Sólo de esta manera podría pensarse en refutar esto, pero es una curiosa sensación la que he tenido, sobre todo oyendo a los señores diputados de la oposición perredista, no digo que los señores de la oposición panista no caigan también en esto, pero en el caso de los señores perredistas dejan una sensación muy curiosa de dejá vi, tengo seis años, tenemos todos seis años en que informe presidencial tras informe presidencial cierran los ojos a los logros en materia económica, definitivamente o hay una ceguera incurable o hay un negativismo irredento o hay una calculada sordera. El hecho es que no pueden sino repetir machaconamente, año tras año, calificativos, oposición a lo que se ha logrado, desafortunada o afortunadamente estas políticas económicas equivocadas "del gobierno" se contradicen por las cifras favorables que ahí están, que están explicitadas en el informe y con una realidad social que contradice sus calamitosas profecías.

Con un tesón digno de mejor causa, porque no es una buena causa que por motivos partidistas se insista en buscar las más calamitosas profecías para nuestro pueblo, no es posible que se siga pensando y se insista en lo negativo, todo es malo y todos los pronósticos son malos; sin embargo vuelvo a decirles, estamos en las cifras; no es que digamos que estamos en el mejor de los mundos, tanto el presidente Salinas que lo expresó varias veces en su informe, como compañeros que me han precedido en el uso de la palabra, lo han reconocido, no se puede dejar de aceptar que falta por hacer, que no hemos conseguido todo lo que nos proponemos, así se dijo expresamente en el informe pero muchos son los logros e insisto, todos ellos son comprobables.

Por la naturaleza misma del informe que tiene un contenido tan variado como es la vida misma de la nación, sólo comentaré con brevedad una parcela del mismo un aspecto de lo económico, pero que en mi opinión tiene y relación con todo o con casi todo lo que hay en el sector económico y en el social.

También y solamente porque he oído afirmaciones pues no sé si temerarias, no sé si frívolas, no sé si inconsultas, de algunos señores diputados también me voy a permitir precisar dos o tres puntos en los cuales he insistido mucho, pero el tema que yo trataré o cuando menos que trataré someramente y de verás muy brevemente, es el referente a la modernización financiera como instrumento idóneo para recuperar el crecimiento estable y sostenido que ofreció el presidente Salinas desde su toma de posesión.

Es ese crecimiento permanente, viable, como señaló con toda precisión nuestro compañero, el diputado Sánchez Gochicoa, el que se ha logrado y el que tenemos para el futuro que continuar peleando por él.

En esta modernización financiera y el cual comprende pues todos los sectores: bancario, cambiario, de seguros, en fin, todo lo que puede entenderse en un sentido laxo por financiero, se tiene por objetivo y así ha sido esa reforma, buscar el fortalecimiento del ahorro interno y una mejor canalización de esos recursos crediticios que consigamos.

¿Por qué esto? Esto y por eso insisto en que es un tema que tiene relación con otros sectores de la economía, porque este ahorro, este financiamiento lleva a eso, a que podamos no por vías inflacionarias, no porque pongamos a andar una maquinita de billetes de banco, sino por un verdadero ahorro del pueblo mexicano y del Estado mexicano también, obtener recursos suficientes para mayores inversiones productivas.

A su vez, ¿a qué inducen estas inversiones? Inducen a mayores proyectos productivos, a mayor empleo, a mejores remuneraciones. ¡Creo que eso es lo que lo hace muy importante!, por eso un sistema financiero bien estructurado, bien supervisado y bien organizado, permite que los países vayan adelante.

Para ese efecto se dieron sucesivos pasos, paso... voy a referirme a ellos a partir de 1989, por más que la historia es vieja y podría empezar, pero así los cansaría y es una hora bastante difícil para aceptar largas exposiciones, pues es desde la primera Ley Bancaria de 1897, pero no me referiré ni a eso ni a los pasos siguientes, a la etapa de la Revolución con todos sus problemas, ni a la consolidación o principio del sistema a partir del año 1924 y 1925; me voy a referir ya solamente a lo que ha hecho este régimen del presidente Salinas y está perfectamente consignado en su informe.

Para llegar a este fortalecimiento se empezó por desregular y legalizar los mercados financieros. Si ustedes recuerdan, en México durante muchos años los banqueros, antes de la estatización, pues realmente era poco lo que tenían que cabilar o quemarse los sesos para ver por dónde o en qué prestaban. Había un sistema que llamamos y que ustedes recuerdan en el encaje legal, canalización obligatoria del crédito, que hacía que en realidad el crédito se diera vía banco, pero con decisiones del Banco de México.

Viene la estatización con sus propios problemas y es una etapa que no es el caso en este momento referirla, con la excepción del fin de ella; viene el fin de ella, viene la reforma constitucional de 1990, pero antes ya se había empezado a ver que el camino no era el de que se canalizara a través del Banco Central, o que las tasas de interés se fijaran pasivas y pasivas, también de una manera coactiva.

Se dejó que los bancos mismos y los otros organismos no bancarios pero captadores de ahorro, fueran fijando con libertad sus propias tasas pasivas y activas.

Después de eso y para poder salir adelante, se cambió el marco jurídico en que se venía trabajando, se dio una nueva Ley de Instituciones de Crédito, de Organizaciones Auxiliares de Crédito y se modificaron la Ley de Valores y otras más.

A su vez, y ya el paso digamos definitivo, vino la desincorporación bancaria que empezó en noviembre de 1990, con todas las consecuencias que si ustedes desean se pueden siempre conversar aquí.

Se crearon nuevos intermediarios y además se empezó a hablar de la posible, que ahora ya es un hecho, competencia externa y, muy importante, se empezaron a modernizar los sistemas, los órganos mismos de la supervisión financiera, ya que esta política financiera es de gran importancia para efectos de poder trabajar, cuidar sobre todo al ahorrador y a los mismos accionistas.

Partimos en 1988 de la existencia de 18 bancos. En 1994, para que ustedes vean el esfuerzo que se ha hecho, no por el Gobierno nada más, sino también por los mexicanos y ahora por capitales extranjeros, tenemos ahora 36 bancos, 300 instituciones financieras diversas, casas de cambio, seguros, fianzas, valores, 29 grupos financieros y en los últimos meses, probablemente los últimos dos, tres meses, podemos hablar ya que vienen 52 filiales del exterior, entre ellas 12 bancos, me parece.

Pero lo importante es que esto ha permitido que el ahorro financiero que en 1988 era el 30% del PIB, ahora con un PIB aumentado llega al 49% o llegó en diciembre del año pasado a 49% y en estos meses ha aumentado en un 12% más.

Pero lo importante antes, digamos, en un momento en que el Estado era el Estado al que hemos llamado alguna vez obeso, pero más que obeso, que atendía a una serie de empresas paraestatales y a una serie de gastos que no eran los esenciales para sobre todo el último destinatario, que es el ciudadano mexicano y el mexicano, para llevarles servicios, usaba la mayor parte de este financiamiento. Todavía en 1988, más del 80% se usaba para financiamiento del Estado; a partir de esos años, a partir del régimen del presidente Salinas, ya el financiamiento a los particulares lleva el 87% y el financiamiento al sector privado corresponde a un 40% del PIB, en tanto que en 1988 correspondía sólo al 14% del PIB.

Como ustedes ven, independientemente de la simpatía o la antipatía ideológica por los empresarios privados, lo cierto es que ya no es el Estado el paternalista o el que tenía que, a través de una gran burocracia, manejar los problemas económicos, que ahora es la sociedad misma la que tiene en sus manos estos proyectos y a la cual se le entrega esta importante cantidad de crédito.

En cuanto a la supervisión y vigilancia, también se les dieron legalmente mayores facultades a la Comisión Bancaria, a la de valores, a la de seguros y se ha creado una coordinación de organismos revisores del sistema financiero. Esto ha permitido detectar los casos que existen, porque vivimos en un mundo real, de fallas, de actos aun delictuosos que se detectan y se detienen a tiempo.

Creo que esto nos permite decir que en esta materia, y no me referiré a muchas, porque son muchos los compañeros que afortunadamente tienen mucho conocimiento de esa materia, que han podido o que pueden más adelante también, tocar otros sectores del informe en la parte económica.

¿Qué quiere decir todo esto?, ¿qué conclusiones vamos a alcanzar? Pues que la vida de las sociedades como la de los hombres no sea en forma lineal, que no hemos obtenido todo, pero que mucho hemos hecho, que tampoco vamos, como se pide voluntaristamente muchas veces, a dar saltos bruscos que no conducen a nada, sino a posteriores detenciones y dilaciones; que seguimos o necesitamos el trabajo constante, la decisión inquebrantable del pueblo y Gobierno para ir adelante, pero que en lo que toca al presidente Salinas, ya insisto sin referirme a los demás aspectos del informe que he leído bien, a diferencia de algunos compañeros que se han referido a él y que se ve que o no lo oyeron o no lo leyeron, que el presidente Salinas ha cumplido su parte y merece bien de la patria. Esa es mi opinión sincera, ésa es mi opinión real, que vamos por buen camino, que ya hizo su tarea el presidente Salinas, pero que indudablemente la de servir a México es una tarea que nunca concluye.

Habría terminado aquí y no los cansaría más si no fuera porque algunas afirmaciones que se han hecho por diferentes compañeros, son especiosas, tienen cierta espectacularidad y se empiezan a creer si no se desmienten a tiempo o se tratan de decir a tiempo.

Se habló, y ése es un tema recurrente, que las inversiones extranjeras en cartera son volátiles. Una distinguida economista dijo hoy eso; algún otro compañero lo sostuvo también. No hay un dato, uno, que nos permita asegurar esto.

Primero que todo, los inversionistas extranjeros que vienen a la bolsa o al mercado de valores, ni son unos ingenuos ni son personas que vienen, filántropos que vienen a regalar el dinero a ciertas empresas mexicanas. Si compran valores mexicanos es porque saben que hay una solidez en la economía del país, porque saben que esos valores normalmente van a ir creciendo.

Pero vámonos al caso extremo, ya quiere irse ese inversor extranjero, pues no tiene sino dos caminos: o pierde vendiendo a precios irrisorios o le vende a otro inversor extranjero, que tampoco es una persona que no esté bien enterada y no le compra.

Pero ahora vamos a lo mejor: no hay datos, sino que esa cartera en valores de inversores extranjeros ha ido creciendo, no hay en los seis años un caso de retraso, no digo un día especial o un mes especial; eso es mucho a la tendencia que tienen algunos opositores a fotografiar el día y decir: no, es que el día fulano o el mes zutano fue muy malo. Bueno, sí, pero no se ven las cosas a plazo de un día ni a plazo de un mes, se ven en el plazo mediano y largo.

Pues no hay un caso de esa inversión en valores que demuestre esa volatilidad de la que se habla con mucha ligereza.

También se dijo por algunos otros compañeros, o así entendí, casi no lo puedo creer, que el superávit o el equilibrio presupuestal es un mal. No puedo yo entenderlo y no puedo entenderlo porque se dice: no, es que debe todo el presupuesto y lo que no se tiene, dedicarlo a infraestructura, a gasto social. Bueno, ése ha sido el origen de muchos males. Cuando se quiere gastar lo que no se tiene en gasto social o en obra de infraestructura, por importantes o necesarias que sean, yo creo que el equilibrio presupuestal siempre ha sido muy bueno.

Ahora que los señores diputados del PRD, sobre todo los economistas, siempre han preconizado gastar y gastar y gastar, pero no ven de dónde se van a obtener esos recursos. Habría que retirarlos o del ahorro nacional y entonces no van a proyectos productivos, o bien, lo que también con toda razón se ve como una cosa abominable, que es aumentar la carga fiscal en una forma antieconómica o agobiante.

Otro punto, y perdonen ustedes, señor Presidente, ¿me permite otro minuto más?, nada más para hablarles de algo que he oído hoy cuatro veces y todos los días se oye y se insiste, se habla de déficit en la cuenta corriente; algunos nada más hablan de balanza comercial, pero vale la pena referirse a todo el caso. Se dice: hay déficit en la cuenta corriente, estamos perdidos, estamos perdidos porque eso es indicio de que va a explotar el país, casi dicen ellos.

Yo pienso que es no una constante, ahí sí es una ley económica, si no ley cuando menos es un supuesto económico. Si hay déficit en la cuenta corriente, normalmente hay un superávit en la cuenta de capital y tan lo hay que el año pasado fue de 31 mil millones de dólares en el año de 1993. Pero ¿qué indica?, eso es lo importante, ¿qué quiere decir?, o ¿por qué hay ese déficit? Lo hay porque hemos comprado materiales, bienes de capital y hemos aumentado la propiedad mexicana del país. Es decir, ese capital que ha entrado habría otro camino: guardarlos en el Banco de México y esterilizarlos, y entonces sí seríamos acusados de un crimen casi de lesa patria, porque sería absurdo tener esos recursos y no usarlos.

Sería también posible cambiar nuestra moneda nacional y soltar una inflación galopante. Tampoco es el camino. Creo que el camino ha sido el correcto: esterilizar un poco de esos recursos y usar los demás en la actividad productiva, pero además, lo que es muy importante, esos recursos no vinieron de préstamos al sector público, no nos los dio la banca internacional para acoyotarnos, como puede hacerlo en un momento dado, o hubiera podido hacerlo si lo hubiéramos hecho; ésta es inversión extranjera directa y en cartera, que va al sector privado y va a apoyar empresas del sector privado. Creo que todo esto indica que ese famoso déficit de cuenta corriente, si viene de ese superávit de cuenta capital, si además es un superávit que viene alimentado por ingreso de inversión y no por deuda, es útil, véase por donde se vea. O al menos ésa es una interpretación en la que yo creo que coinciden muchos compañeros y muchos economistas.

También se habló, perdonen ustedes que toque los temas, porque no quisiera dejar escapar esas notas que se dijeron aquí en tribuna y que no deben quedar, o bien, que se me rebata también, puede ser.

Cuando se habló de la cartera, de la cartera vencida, lo que se habla de ella como que creciente día a día y lo creciente es su reestructuración. Es cierto que fue un problema grave, y es un problema grave, eso sería absurdo quererlo ocultar, porque, ¿de dónde vino esa modernización?, o de ¿dónde vino esa cartera? Vino de que se modernizó el campo, de que el campo tuvo, y eso es muy importante, una proporción mucho mayor de crédito de la que había tenido, o sea, diríamos, de la que no tenía, alcanzó mayor crédito, por eso y en tanto no haya una posibilidad o el campo vaya mejorando, como va mejorando, insisto, la naturaleza no anda a saltos, ni tampoco las sociedades, va mejorando con estas inversiones, es posible y se va reestructurando la cartera, que además quiero decirles a ustedes, hay un programa que, se conoce bien, del sector agropecuario, a través de Fira, de Banrural y de Nacional Financiera, con el apoyo de la banca comercial y esa cartera no sólo no se ha incrementado, sino que va disminuyendo y se va arreglando.

Lo mismo les diré a ustedes, pero ya no quiero entrar en más detalles, de la cartera de la pequeña y mediana industria. Por cierto también, esta cartera ha servido porque las exportaciones del campo han mejorado notablemente. Que hoy tenemos en estos nueve meses del año, tenemos mil 900 millones de dólares de exportación, contra mil 800 del año pasado, al mismo plazo, en que los datos comerciales del campo son de un equilibrio entre exportación e importación.

Ya no quedaría sino los aumentos en las tasas de interés, que también para ser verídicos, han bajado. No a lo que quisiéramos, no se puede hacer todo lo que se desea, pero lo cierto es que las tasas de interés han bajado del 70% y el 80%, al 14%.

No quiero cansarlos más. Muchas gracias por su atención. Señor Presidente, muchas gracias. Con permiso.

El diputado Manuel Beristáin Gómez (desde su curul):

Señor Presidente, pido la palabra para rectificar hechos.

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Manuel Beristáin Gómez, para rectificar hechos.

El diputado Manuel Beristáin Gómez:

Muchas gracias, señor Presidente; señoras y señores diputados:

El motivo de mi presencia en esta tribuna es para rectificar hechos y el diputado Rodríguez, me voy a dirigir al contenido de algunos argumentos que esgrime y que menciona que los datos se deben de comprobar con hechos, yo diría que los datos y contenido del VI Informe del Ejecutivo Federal deben estar soportados por hechos y en este renglón no puede soportar el análisis que se está haciendo en esta tribuna.

Habla del ahorro-financiamiento, el ahorro-financiamiento como un motor para crear apoyo al aparato productivo. No es posible que un pueblo ahorre cuando no ha satisfecho los requerimientos mínimos de subsistencia, ni tampoco, vía Gobierno Federal, puede apoyar al aparato productivo cuando Nafin ha fallado como Banca de Fomento y Apoyo Industrial.

Voy a checar datos concretos en lo que él señala como la banca o sistema financiero mexicano.

Es cierto y es un hecho que en este sexenio se adelgazó el obeso sector público y que fue Acción Nacional quien machaconamente, como se ha dicho antes, ha propuesto que es sano para las finanzas públicas adelgazar al obeso sector público.

En el caso de la reprivatización de la banca, estamos de acuerdo; en lo que diferenciamos mucho, es en el cómo, fundamentalmente porque la orientación que nosotros, de la perspectiva panista, pudiéramos hacer de este instrumento positivo como factor principal, es el compromiso con la persona misma y la sociedad con el mexicano y con México, no con grupos facciosos de poder económico.

Es cierto que en 1990 Salinas de Gortari devuelve el control bancario a los particulares, pero también es importante hacer la connotación de que se crea una ley bancaria proteccionista y sobre todo, sin competencia exterior.

A complacencia del Ejecutivo Federal, los banqueros se preocuparon más por recuperar sus inversiones a corto plazo en vez de establecer un nuevo esquema bancario mexicano que fuera el motor más importante para llevar a las empresas al acceso de capital y a créditos baratos, oportunos y suficientes, para hacerlo crecer.

Sucedió todo lo contrario, la ambición de unos pocos y el exceso de proteccionismo salinista nulificó una alternativa que pudiera haber impulsado el crecimiento económico en bien de nuestra patria; se prefirió el bien de pocos en lugar del bien común.

Señores diputados, sobre todo los del grupo mayoritario, con todo respeto, pero enérgicamente, pudiéramos decir que este Poder Legislativo no puede jugar solamente con cifras. Hago un serio planteamiento: no podemos ser diputados de complacencia como representantes populares que somos.

Para poder cumplir cabalmente con nuestra función de representantes populares, nuestra actitud debe de ser de exigencias, logros y metas logradas y sólo de esta forma tendremos un país, tendremos un México de excelencia administrativa y que realmente los logros y las metas económicas sean válidas para todos.

Las tasas de intermediación, ya se ha dicho, pero es importante subrayarlo, es increíble que la banca mexicana tenga un 500% superior en esas tasas de intermediación.

Al reprivatizar la banca, Salinas heredó un mercado donde tres bancos controlaban más del 70% y protegidos de la competencia externa. Hace un momento el diputado Rodríguez lo mencionó, la banca externa llegará el próximo año, Salinas salva su sexenio, cumple con ellos su compromiso de protección. El enorme diferencial entre las tasas activas y pasivas de las cuales no hubo ningún control, todo lo contrario que mencionó el diputado Rodríguez, no fue posible parar el alto índice de rentabilidad de estas instituciones, que de las 18 reprivatizadas, ocho han obtenido más del 50% de utilidades sobre su costo total del banco; es decir, hay un caso en lo particular para mostrar lo grave de este asunto: Bancrecer recuperó 1.5 veces más de lo que costó todo el banco. Es increíble esta facilidad para los banqueros de invertir en un negocio asegurando su recuperación a un cortísimo plazo.

En una palabra, el Ejecutivo Federal prefirió el beneficio de banqueros a cambio de afectar el aparato productivo nacional y como consecuencia se dieron carteras vencidas, cierre y quiebra de empresas, particulares con hipotecas imposibles de pagarse y sobre todo, la alternativa que la misma banca, apoyada por la de fomento, de reestructurar las deudas vencidas o las carteras vencidas, que no es otra cosa sino parchar una situación financiera deficitaria en el sector privado y que prolongan de alguna manera la agonía de particulares, de empresas y de toda la actividad económica endeudada.

Por eso es importante que analicemos desde el punto de vista de los hechos esta política económica de este Gobierno; cualquiera de los diputados que tenga una licenciatura en economía, que no hace falta un doctorado, puede dictaminar a ese respecto que el costo de oportunidad de preferir a los banqueros y desechar a un instrumento importante para promover el desarrollo económico es de consecuencias sociales enormes y deja a un pueblo sumido en la miseria.

Hay otro dato que es importante, ¿por qué la banca mexicana se desvinculó de su compromiso social? La misma Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha reconocido que de ocho a 10 personas que radican en zonas semiurbanas y rurales en nuestro país, que son alrededor de 24 millones, jamás han tenido contacto con el sistema financiero mexicano, a pesar de tener necesidad de financiamiento y de ahorro, ¿por qué?, Preguntamos.

La banca se desliga de su compromiso social y únicamente prefiere la relación con la gran empresa, con los holding. Evidentemente que la banca no encontró en esos sectores seguridad para otorgar financiamiento y obligóa la banca en desarrollo a asumir todo el riesgo sin que los banqueros lo compartieran.

Y para concluir, también es necesario señalar que Nafin no cumplió con su objetivo, que como banca de fomento y desarrollo se convirtió en una banca de primer piso, que es una realidad que recibe recursos del Banco Mundial a un interés muy bajo y presta al interés que se cotizan los Cetes, mínimo. Hay un diferencial importante en este renglón, por lo tanto, señores diputados, no podemos nosotros aceptar el contenido de su informe en este renglón de política económica. Los resultados del sexenio salinista muestran grandes diferencias y no podemos, por lo tanto, aceptar que haya quebrantado con un instrumento como es la banca, a la economía nacional y a los mexicanos. Muchas gracias.

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Saúl Escobar.

El diputado Saúl Alfonso Escobar Toledo:

Gracias, señor Presidente:

Muy brevemente, para, pues, responder a las alusiones al Partido de la Revolución Democrática por parte del diputado Rodríguez y Rodríguez.

En primer lugar, queremos aclararle al diputado que no hicimos calamitosas profecías, sino en todo caso, hicimos un balance del sexenio y hasta donde yo entiendo, la palabra profecía pues, se refiere al futuro, no al pasado; entonces podríamos empezar, diputado Rodríguez, si usted está de acuerdo, en consultar el diccionario a ver si coincidimos en lo que es la palabra "profecía". Estamos aquí para hacer un balance del sexenio, eso es lo que hemos hecho y me parece que usted estaba quizá escuchando otra intervención o quizá se acordó de otra Cámara de Diputados de otra legislatura, pero no de ésta.

La segunda cuestión es que usted habla de datos y cifras, pero no nos da ninguna cifra en cuanto a lo que verdaderamente importa, diputado. ¿Qué es lo que verdaderamente importa?, y lo dijo el licenciado Salinas, lo que verdaderamente importa no es si el sector financiero, como usted dice, progresó o no progresó, que está en duda, sino lo que verdaderamente importa, diputado, es si mejoró la calidad de vida de los mexicanos y usted en esta tribuna no nos dio un solo dato que probara que hubiera mejorado el nivel de vida de los mexicanos. Entonces, para qué discutimos sobre el financiamiento, el sistema financiero, si esto no lo liga usted con la mejoría del nivel de vida de los mexicanos. Una discusión que puede ser muy técnica, si usted quiere, pero absolutamente inútil para discutir la política económica del régimen. Ofrézcanos, diputado, datos sobre el problema central de cualquier economía, que es el mejoramiento del nivel de vida de los mexicanos, entonces quizá la discusión tenga sentido.

Tercera cuestión. Aun hablando de la modernización financiera, a la mejor la modernización financiera no fue tan buena como a usted le gustaría, o como usted dijo aquí, porque por ejemplo, yo le recuerdo que el ahorro en relación al ingreso total, en lugar de aumentar en este sexenio, disminuyó. Entonces a lo mejor el sistema financiero no está operando también, como usted nos los está platicando, cuando hay una caída del ahorro en términos del ingreso total.

Pero además, yo nada más le quiero recordar que en función o cuando usted habla de esa modernización financiera, se le han olvidado los escándalos financieros de este sexenio, que ya son varios, como el de Cabal Peniche, que ahora se la está cobrando a Aspe, a ver qué pasa, cuál es el siguiente episodio de esta historia, de la casa Havre y de otros escándalos financieros que usted desde luego no quiso mencionar, seguramente para que no se le hiciera demasiado complicado hablarnos de esa famosa reestructuración o modernización financiera.

Y usted también dice que cuándo ha habido un problema con la volatilidad de los capitales. Bueno, ojalá no vayan a tener otro susto, como tuvieron cuando se les cayó la bolsa en 1987, que realmente se pusieron muy nerviosos y además de todo eso, se vino una devaluación de graves consecuencias para la economía nacional y por lo menos, yo no digo que sea la única causa, pero una de las causas fundamentales de esa devaluación de 1987, fue la caída de la Bolsa de Valores, para que usted se acuerde qué tan volátil es el capital invertido en la Bolsa y no se le vaya a olvidar, porque luego se nos puede venir otro crac financiero en estos años, y vamos a tener graves consecuencias como las que tuvimos en 1987.

Para no hablar del pequeño crac que hubo a finales del año pasado cuando no se iba a firmar el Tratado de Libre Comercio, no sé si usted se acuerda, que había ahí el jaloneo de que se firmaba o no se firmaba y los capitales invertidos en bolsa empezaron a irse de manera muy acelerada, cayeron las reservas, hubo una fuerte presión devaluatoria sobre el peso mexicano y entonces también se pusieron muy nerviosos.

Entonces, a la mejor es un problema de no querer recordar, pero que el capital es volátil, que el capital se ha ido, que ha habido muy serias coyunturas por esa volatilidad, es innegable y ahí están los ejemplos.

Cuarto, decirle que nosotros no estamos contra los equilibrios presupuestales; nosotros estamos en contra de que en aras del equilibrio presupuestal, se lastime la economía popular, que es una cosa muy distinta. El equilibrio presupuestal puede ser malo o puede ser bueno. Ese no es el problema, es un problema en todo caso técnico. El problema es si mejora o no mejora la economía de la gente y ése es el punto que tenemos que discutir.

Y finalmente, perdón por alargarme, decirles que nosotros sí tenemos una propuesta al financiamiento del desarrollo, que no es el endeudamiento, sino que es efectivamente, a través de una reforma fiscal y de otras medidas que puedan permitirnos no sólo un financiamiento más sano, sino también más justo. Gracias.

El Presidente:

Para contestar alusiones personales, se le concede la palabra al diputado Rodríguez... Hubo un malentendido, diputado Rodríguez. El diputado había solicitado la palabra anteriormente a usted, para contestar alusiones personales también.

El diputado Joaquín Humberto Vela González:

Es muy breve, diputado Rodríguez. Sirve que así nos contesta en paquete a los tres.

El diputado Jesús Rodríguez y Rodríguez (desde su curul):

Espero mi turno, señor Presidente.

El diputado Joaquín Humberto Vela González:

Señor Presidente: diputado Rodríguez y Rodríguez, muy sencillo:

Yo argumenté efectivamente que el saldo de la balanza comercial era un problema grave para el país; creo, lo creo firmemente, creo que es un problema contable, ahí está establecido. Un país que compra más de lo que está vendiendo al exterior, no es un buen síntoma. O sea, tenemos un problema; tenemos más de 20 mil millones de dólares, una diferencia cercana a 24 mil millones calculado para este año, que vamos a comprar más al exterior de lo que estamos vendiendo; es una muestra clara que necesitamos dinamizar más nuestra actividad productiva para tratar de equilibrarla.

Efectivamente, como usted señala, esto se salda con la balanza de capitales y durante los últimos cuatro o cinco años esto efectivamente se ha saldado. El gran déficit que hemos tenido en la balanza comercial se ha saldado con la balanza de capitales. Es real, es cierto.

Lo que yo argumenté, y quisiera que lo reflexionáramos juntos, es que el problema que tenemos aquí es que también necesitamos pensar que el financiamiento de nuestro desarrollo sería recomendable que fuera hecho con ahorro interno y no con entradas de capital extranjero.

Entonces si efectivamente se salda, se salda, con la balanza de capitales, se salda nuestro gran déficit. Pero el hecho sigue estando latente: seguimos comprando más al exterior de lo que estamos vendiendo. Qué bueno que está entrando capital y eso nos ha permitido saldar.Lo ideal para que fuera un desarrollo sano seria que financiaramos nuestro desarollo con ahorro interno.

Segundo, yo no me refería a la volatilidad, pero existen posibilidades. En el funcionamiento de la Bolsa de Valores si mucho capital extranjero viene y si invierte en papel comercial o en papel quirografiado, éste se vende a ocho días a 15 días o a 28.

Entonces, tiene una facilidad inmediata de llevarse su capital con las tasas de interés que se pagan en el mercado bursátil. Sería diferente también y sería conveniente para el país que en lugar de venir mucho de ese capital a invertirse en papel comercial o en papel quirografiado, se invirtiera en capital accionario que viniera efectivamente a convertirse en un elemento de financiamiento para la industria nacional.

Esperamos que estemos de acuerdo y si no, pues continuamos el debate. Muchas gracias.

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Rodríguez.

El diputado Jesús Rodríguez y Rodríguez:

Muchas gracias, señor Presidente:

Pues ya la hubiera pedido para dobles alusiones personales, pero en realidad, pues son semejantes los temas y voy a referirme sobre todo a las del señor diputado del PRD.

En la que seguramente él es el que no me oyó muy bien. Cuando hablé de profecías, hablé de los seis años, quizá el sexto no puede ser profecía, pero durante cinco años se nos profetizaron esas calamidades terribles, a través de la política equivocada del Estado; política equivocada que hoy vemos que no era tan equivocada y lo vemos a través de los números.

De modo que si entiendo muy bien, no fue necesario ir a ver al diccionario. Entiendo bien lo que es la profecía, lo que es el futuro. Pero yo hablé de cinco años en que machaconamente la oposición perredista insiste en estos terribles males.

Los otros puntos. No entendí ahorro-ingreso. Ahorro, aumentó el ahorro financiero e insisto del 30% en 1988, al 49% del PIB actualmente. Creo que esto, pues, son números. No veo dónde hay una diferencia. Aquí tengo toda la razón.

Habló de los cracs con unas cosas, como si los cracs de la bolsa, el mismo de 1987 o no se a cuál sé refirió, causó gran pánico. Realmente pues, no es deseable que haya cracs en la bolsa, pero yo no tengo la preocupación ni veo por qué venga alguno en los próximos tiempos.

Y por otra parte, en los ejemplos que dio de los sustos que tuvimos el año pasado, lo cierto es que sustos o no sustos, la economía y en este año la economía de México es tan sólida que va adelante y va adelante a pesar de todas esas profecías terribles que se nos hacen.

En cuanto a los casos de actos delictuosos en el sistema financiero, pues "cómo voy a negar la luz del día". Pero lo que, así como puede criticarse, no sólo criticarse, puede condenarse, no somos jueces para hacerlo todavía, pero puede condenarse todo acto delictuoso, fraudulento, contra el sistema financiero, sobre todo por quienes son los propietarios accionarios de instituciones de crédito o de organizaciones auxiliares de crédito, indudablemente esto es, no solamente criticable, todos estamos en contra de esto.

Pero al contrario, lo que yo creo que es laudable es la acción de las autoridades, que inmediatamente al tomar conocimiento de estos asuntos, los que ellos conocieron además a través de esa supervisión constante del mundo financiero, inmediatamente se tomaron las acciones procedentes.

Es fácil decir: debió prevenirse que no se hicieran estos fraudes o estos actos delictuosos. ¡Cómo no! Si pudiéramos prevenir todo acto delictuoso, pues no existiría ni el derecho penal, ¿para qué querríamos un derecho penal, si pudiéramos prevenir todo acto delictuoso?, deben prevenirse en términos razonables.

Tan se estaba sobre ellos, que inmediatamente que se detectaron, y podría hablar de los tres casos que se han señalado, dos señalaron, señalo todavía un tercero si quieren, de que los ha habido. Pero yo lo que no puedo es criticar ni al sistema financiero mismo ni a la acción del Estado en estos casos delictuosos, por actos condenables, pues aparentemente, insisto, no soy juez, soy abogado y soy muy cuidadoso en hacer afirmaciones ligeras de delincuentes o de pillos de cuello blanco, o como se decía hace tiempo, se usaba mucho la expresión en la prensa y en las novelas antiguas: de caballeros de industria que hacen tropelía y media; esos por supuesto que no los vengo a defender. Pero sí la acción del Estado, la acción de los organismos supervisores fue inmediata, oportuna, para garantizar a los ahorradores y a los legítimos acreedores de esas instituciones.

En el caso del famoso grupo, son varios grupos a los que se refirió usted, el Grupo Havre, pues tanto la Arrendadora Havre como la Factoring Havre, había una casa de cambio, pero ésa no, ésa se le suspendieron sus operaciones, están en este momento en quiebra, ya están en quiebra, el liquidador es Banobras, pero inmediatamente que la bancaria tomó conocimiento de sus hechos de la de valores, inmediatamente se decretaron los procedimientos necesarios, se hizo la denuncia por Hacienda a la Procuraduría y se sigue juicio, se están siguiendo los procedimientos penales contra de los responsables.

Caso Unión-Cremi, lo mismo. En junio de este año se detectaron operaciones irregulares. Inmediatamente en julio se decretó una intervención administrativa con la cual la bancaria tuvo oportunidad de conocer las verdaderas entretelas y las entrañas de este Banco Unión y de lo que estaba alrededor de ella, porque no sólo es el Banco Unión. Tan lo hizo, que en agosto inmediatamente se decretó la intervención gerencial para quitar toda administración a los administradores normales y además, por supuesto, paralelamente vinieron las acciones policiacas y de procuración de justicia.

Se intervinieron de inmediato, también gerencialmente, siete entidades más. El Banco Cremi, que se había comprado también a través de procedimientos delictuosos, el Banco Cremi, la Arrendadora Unión, el Factor Unión, Factor Cremi y tres casas de cambio del mismo grupo; inmediatamente se intervinieron. No veo en esto nada criticable para la autoridad, veo, al contrario, la atención inmediata para defender los intereses de los ahorradores y de los legítimos acreedores de estas instituciones.

Queda además, hay todavía una Arrendadora Fragma, que también tuvo problemas semejantes. Se hicieron las mismas tropelías financieras por los administradores y están ellos con órdenes de aprehensión y la institución en proceso de quiebra. Muchas gracias.

El Presidente:

Antes de pasar a la segunda ronda de oradores, esta Presidencia advierte que ya han transcurrido cuatro horas en esta sesión y de con formidad con el artículo 28 del Reglamento, declara la continuación de la misma hasta agotar todos los asuntos de la orden del día.

Para la segunda ronda de oradores están inscritos los señores diputados: Ezequiel Flores Rodríguez, del Partido del Trabajo; Dulce María Sauri Riancho, del Revolucionario Institucional; Raúl Livas Vera, de la Revolución Democrática; Luis Antonio Godina, del Revolucionario Institucional; Alejandro Higuera, de Acción Nacional y Roberto Campa, del Partido Revolucionario Institucional.

El diputado Luis Sánchez Aguilar (desde su curul):

Señor Presidente, faltó mi nombre, Luis Sánchez Aguilar, del PRD.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado Ezequiel Flores Rodríguez, del Partido del Trabajo.

El diputado Ezequiel Flores Rodríguez:

Con su permiso, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

En los últimos 12 años, pero especialmente en el sexenio que está por concluir, la economía de nuestro país experimentó una profunda transformación; el Partido del Trabajo parte de la consideración de que la mayor parte de los aspectos de ese proceso de cambio fueron necesarios en función de que el anterior modelo de desarrollo estaba agotado; sin embargo, y ésa es una de nuestras principales diferencias con el informe presidencial, no compartimos ni la modalidad ni la instrumentación de lo que ha dado en llamarse modernización oficial, aunque tuvo lugar el paso de un modelo de desarrollo a otro, los frutos han quedado enormemente concentrados sin que los sectores mayoritarios de la población reciban beneficios tangibles.

El presidente Salinas está por entregar el poder sin que estén garantizadas las condiciones para un crecimiento acelerado y equilibrado; en estas condiciones, precisamente para darle continuidad al proceso de cambio y para imprimirle al mismo una nueva dirección, se debe aplicar un plan económico de emergencia para lograr la recuperación, el incremento del salario y del empleo que reclama la población. Todo ello sin poner en peligro los logros en materia de estabilidad y competitividad tan penosamente conquistados.

Voy a pasar a continuación a enumerar las medidas más importantes de ese plan de emergencia que nuestro partido propone a esta legislatura.

Primera. Integrar una política activa de fomento a partir de la inversión pública en infraestructura, capacitación laboral, incentivos fiscales y programas selectivos de modernización tecnológica.

Segunda. Abatimiento de los costos del crédito, combinando una mayor apertura externa además de la transferencia de la banca de desarrollo a la banca de primer piso.

Tercera. Fortalecimiento de la capacidad impositiva a través de un nuevo impuesto aplicado a las actividades especulativas en la bolsa de valores.

Cuarta. Mantenimiento de un tipo de cambio competitivo a través de un desligamiento cambiario realista.

Quinta. Recuperación del salario a través de su encadenamiento efectivo a la productividad, apoyándonos en la libre contratación colectiva y en el estímulo a un sindicalismo democrático de producción.

Sexta. Transferencia de la Comisión Federal de Competencia al control directo de la Cámara de Diputados, a fin de que actúe como un verdadero instrumento para combatir prácticas monopólicas y, finalmente

Séptima. Aplicación de un plan específico de emergencia para el campo, basado en un nuevo tipo de intervencionismo estatal, equilibrado, con concertación.

Esa es la propuesta que hace a esta legislatura el Partido del Trabajo. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra a la señora diputada Dulce María Sauri, del Revolucionario Institucional.

La diputada Dulce María Sauri Riancho:

Con su permiso, señor Presidente; compañeros diputados:

Uno de los aspectos que en forma reiterada se han mencionado en esta tribuna, para ilustrar el fracaso de fondo de la política económica del sexenio que está a punto de concluir, es el relativo a la distribución del ingreso y a la tendencia a su concentración en pocos hogares y en pocos mexicanos.

Tras el lacerante problema de la pobreza y la marginación, está un ingreso familiar escaso, irregular, sin perspectivas de mejoramiento por su propia dinámica. A partir de 1954 se inicia en nuestro país un periodo de estabilidad económica. El modelo de sustitución de importaciones de crecimiento hacia adentro, con una inflación reducida, permitió una expansión rápida de la industria y proporcionó empleos en números suficientes para una sociedad que iniciaba su proceso de urbanización.

Los salarios reales crecieron, las tasas de interés se mantuvieron bajas y la industria con la protección brindada por el cierre de las fronteras continuó su acelerada expansión. Sin embargo, ya para 1970 se percibía el agotamiento del llamado desarrollo estabilizador; se redujo el ritmo de crecimiento del sector industrial y en las empresas comenzaban a reflejarse los aspectos de las políticas de sobreprotección.

El castillo de la pureza en que se vio presa la economía mexicana, condujo a una insuficiencia creciente del aparato productivo: altos costos, mala calidad y sobrerregulación.

Se detuvo el crecimiento de la productividad y descendió el ritmo de crecimiento de la industria. Sin embargo, las grandes cuentas de la economía aún gozaban de buena salud: baja inflación, baja deuda externa. No nos percatábamos de que la oferta de empleos había descendido, que el crecimiento comenzaba a crear desigualdades regionales en nuestro país.

En 1970 se tomó la determinación de devolver su dinamismo a la economía. Ante la falta de inversión privada en magnitud suficiente, el gasto público se convirtió en motor para el desarrollo. Se iniciaban los grandes programas de transferencia vía subsidios para la población de menores ingresos. El estado del bienestar recurrió al endeudamiento externo, al déficit público para cumplir su compromiso con la sociedad, en tanto la economía de todos los días, la microeconomía, se mantenía sin cambio alguno, sin afrontar los problemas de productividad y competitividad; tuvo su inicio el periodo de más gasto público, más deuda externa, más inflación.

El petróleo oscureció temporalmente la situación en que nos encontrábamos. Vivimos ante sus altos precios, un espejismo que nos hizo sentir próximos a la abundancia. Sin solucionar los problemas de fondo, el mejoramiento de ingreso fue fugaz ilusión que pronto se vio arrebatada por la crisis de 1982.

Hemos escuchado la crítica reiterada a la política económica del presidente Carlos Salinas de Gortari, porque los niveles materiales de vida de la población son ahora inferiores a los registrados en 1981 y 1982.

Creo que en relación a este aspecto debemos de hacernos dos cuestionamientos básicos: primero, falta el análisis indispensable acerca de por qué; segundo, se critica desde una visión muy limitada. Veámoslo por partes.

Debe subrayarse que los niveles materiales de vida nunca se observan en abstracto, por separado de las condiciones económicas reales. Cuando el valor de lo que se produce es bajo, el nuevo material de vida que se puede lograr a través del tiempo también es necesariamente bajo. Así, los niveles de vida son un reflejo de las condiciones de producción que se enfrentan.

Cuando se critica que los niveles de vida de los mexicanos hoy en día son inferiores a los alcanzados en 1981 y 1982, se hace una crítica a medias y se oculta la mitad de la realidad. Las condiciones de producción del país ya no son las mismas que al comienzo de los años ochenta, debido a cambios muy notables ocurridos en esta década en la economía internacional y frente a los cuales México no podía resultar inafectado.

Nuestro principal producto de intercambio, el petróleo, se ubicó, y fijémonos bien en estos números, entre 31 y 34 dólares el barril entre 1980 y 1981; entre 28 y 11 dólares entre 1982 y 1986 y entre 12 y 19 dólares entre 1987 y 1994. Ante una situación así, era imposible mantener los niveles de vida extraordinarios de los años ochenta.

Este cambio tremendo de origen externo, en los términos del intercambio, justamente coincidió también con una caída abrupta de los precios de las materias primas en general en los mercados internacionales, cayó el precio del café, por ejemplo, cayó asimismo el precio del mineral de la plata.

Fue que México comenzó, a partir de 1983, un amplio proceso de cambio estructural, diversificando las exportaciones, reactivando la economía gradualmente para recuperar los niveles de vida, a través de un profundo esfuerzo interno para aumentar la productividad.

Con el paso del tiempo está dando los resultados deseados, lo que está conduciendo a una elevación gradual de los niveles de vida de los mexicanos.

No decirle a la población tal como es la verdad, sino sugerir que la caída de los niveles de vida es resultado de las políticas económicas y no de la crisis misma, es inducir a la población a formarse una visión equivocada de lo que ha ocurrido en el país.

La crítica a la caída de los niveles de vida a partir del inicio de los ochenta, se basa en buena medida en una visión limitada y miope de los fenómenos económicos. Demos cuatro razones: Consideremos los diferentes métodos o sistemas para medir el bienestar de la población. No pretendo meterme en este momento a hacer una referencia a estos distintos mecanismos o procedimientos para medir el bienestar; sin embargo, podemos decir que éstos consideran en general el ingreso, pero no así los obtenidos a través de la economía informal y la producción para autoconsumo.

Dentro de la caída de los niveles de vida, la población más pobre se ha mantenido lo menos afectada. Tomando los datos de la distribución del ingreso de los hogares, encuestas de hogares de 1977, de 1984, de 1992, encontramos que el 40% de las familias recibieron el 11.5%, 14.5% y 12.7% del ingreso nacional. Así, el mejoramiento relativo de los años de la bonanza petrolera, fue efímero, no duradero.

Por otra parte, el 40% de la población más pobre estaba en 1992 menos mal que antes del auge petrolero, 12.7% del ingreso frente a 11.5%.

Cuando se maneja el salario promedio en términos reales como indicador de las mejores condiciones de vida a principios de los ochenta, pareciera como si se tratase de ocultar que por la inflación que se padecía entonces, las familias pagaban de hecho lo que se denomina un impuesto inflacionario; es decir, entre el día de pago y el día en que adquirían sus bienes o pagaban los servicios, su ingreso se mermaba debido a la inflación. El impuesto inflacionario fue extraordinariamente alto entre 1981 y 1983.

Recordemos también que las estadísticas de remuneraciones medias se refieren a las percepciones de sueldos, salarios y prestaciones y no consideran las deducciones por el pago de impuestos, conforme a las disposiciones fiscales vigentes.

Los niveles de vida fueron extraordinariamente altos durante el auge petrolero, porque los términos de intercambio fueron transitoria o temporalmente muy favorables a México. La caída de los niveles de vida fue el otro lado de la moneda, el ajuste ineludible tenía que ocurrir cuando cayó la producción y empeoraron considerablemente los términos del intercambio.

En conclusión, no es cierto que las políticas de la última década hayan ocasionado la pobreza. La inflación como máximo mecanismo de desigualdad social amplió la brecha. Porque no se quiere que esta situación perdure a mediano y a largo plazo, es que se han iniciado grandes cambios en la economía mexicana, a fin de elevar la productividad y con ello los niveles de vida en forma durable y permanente, sin depender de la buena suerte que se tuvo a finales de la década de los setenta, de gozar de un incremento extraordinario pero efímero, de los términos del intercambio.

Sólo la estabilización macroeconómica podría actuar eficazmente contra la profundización de la desigualdad en la distribución del ingreso. Sólo una nueva estrategia de desarrollo que nos condujera a la recuperación del ritmo del crecimiento económico y a la estabilidad de precios, podría poner la base para, primero, recuperar lo que habíamos perdido en la crisis de 1981-1982 y segundo, avanzar, ahora sí, a ritmo seguro que perdure para hacer del desarrollo verdadera justicia social.

Recordemos, la estrategia de estabilización macroeconómica no es un fin en sí misma es un medio para lograr un efectivo bienestar y una mayor equidad. Sin embargo, la estabilización puede implicar un alto costo social si el saneamiento de las finanzas públicas y el combate a la inflación no son acompañados de programas que incidan en el bienestar inmediato de los sectores más desprotegidos de la población. Así, la política económica de la administración del presidente Salinas de Gortari encuentra su dimensión social.

El saneamiento de las finanzas públicas, el abatimiento de la inflación, la recuperación del desarrollo económico sobre las bases de la productividad, la competitividad y la eficiencia, debe desembocar y hoy hay elementos que permiten sustentar que sí es factible, en un mayor bienestar para todos los mexicanos, que significa necesariamente, el combate a la pobreza.

La mención de la pobreza no es un ejercicio exento de riesgos. ¿Cómo convertir la urgente necesidad de alimentarse, de la vivienda, de la educación en cifras y estadísticas? ¿Cómo volver un primer decil al 10% de los hogares que recibieron el 1.6% del ingreso corriente total en 1992?

Sin embargo, ¿cómo si no es con los fríos nú-meros y estadísticas, saber si vamos en el camino correcto? ¿Cómo conocer la eficiencia de las políticas del gasto público, de los subsidios, de las transferencias aplicadas, si no es con esos instrumentos de medición?

El VI Informe de Gobierno en dos ocasiones menciona el problema de la distribución del ingreso y el bienestar de la población. Asevera: "No obstante el incremento poblacional, la política social logró revertir la caída del bienestar de la población de acuerdo con el índice que construye el INEGI...", y al hacer referencia que el Procampo contribuye con una cuarta parte del ingreso monetario del 60% de los hogares de las zonas rurales, contribuyen así a una distribución más equitativa del ingreso y promoviendo la reconversión productiva hacia aquellos productos en que podemos competir mejor.

Bien sea por el método de las necesidades básicas insatisfechas, de líneas de pobreza o el método integrado, encontramos que entre 1984 y 1989 aumentó la población en pobreza extrema de 11 millones a casi 14.9 millones; es decir al 6.3% anual, tres veces casi mayor que el crecimiento de la población.

Eso años fueron de una severa inflación que a partir de 1989 inicia su descenso; así, durante 1989-1992 la población en pobreza extrema descendió en 8.7%, hasta 13.6 millones de personas, lo cual llamo a todos ustedes la atención sobre esto, evidencia un cambio en la tendencia observada.

Así también se observa que se ha frenado la tendencia al deterioro del bienestar.

A través del estudio de la distribución del ingreso de los hogares, que incluye los ingresos monetarios, el autoconsumo y los pagos tenidos en especie, muestra que se ha contenido el proceso de concentración del ingreso que venía del entorno inflacionario de los años ochenta.

Una política fiscal deliberada para mejorar la distribución del ingreso ha permitido, a partir de octubre de 1993, otorgar una bonificación fiscal a los trabajadores con ingresos de menos de dos salarios mínimos e incrementar las percepciones en 10% para los que devengan un solo salario mínimo.

En síntesis, el abatimiento de la inflación ha sido factor indispensable, pero no suficiente, para contener la tendencia a la concentración del ingreso. La política social que comentaremos mañana, construye las condiciones deliberadas para mejorar el bienestar y abatir la pobreza extrema.

La solidez y permanencia de la reactivación económica aseguran que este considerable esfuerzo social para detener el deterioro del bienestar, tiene bases firmes para iniciar un ritmo de recuperación tan intenso como son las voces y las demandas de más de 13.5 millones de mexicanos, voces de la esperanza que podría ser cumplida porque hemos construido las vías, con esfuerzo, con dificultades, demandas que hasta en tanto no sean satisfechas serán deudas sociales en la gran cuenta de la nación mexicana. Muchas gracias.

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Alejandro Díaz y a continuación la diputada Ifigenia Martínez.

El diputado Alejandro Díaz y Pérez Duarte:

Señor Presidente; compañeros diputados:

Uno no puede dejar pasar algunas cosas cuando aquí se dicen verdades a medias. Hace un rato el diputado, antes senador, Rodríguez y Rodríguez, se quejaba de lo mismo, pero aparentemente el consejo que le dio a su compañera de partido, Sauri, fue exactamente decir mentiras, o decir verdades a medias, porque se pone a justificar toda la labor de este Gobierno, como si lo que hubiera pasado fuera comparable contra un pasado que hubiera que hacer responsable a otro partido, pero tanto en el sesenta, antes de la crisis petrolera y antes de la crisis de la deuda externa, ya gobernaba el PRI, como cuando la crisis de la deuda externa gobernaba el PRI y con el petróleo gobernaba el PRI y en los dos casos a los que ella quiso saltarse como si no existieran, como si nunca hubieran sido culpa de ellos, en esos dos casos fueron hechos que la Presidencia encabezada por el PRI las buscó a propósito, a pesar de las quejas de los partidos de oposición, especialmente de Acción Nacional, en que decía que no debíamos endeudarnos, en un caso y que no debíamos apostarle todo al petróleo pero no, se entercaron y lo hicieron; y ahora pretenden justificarse comparándonos contra los sesenta, como si esos actos de gobierno de su partido no hubieran existido. Eso no es cierto.

Pero peor aún, aun comparándonos contra 1960, el número de veces que el 20% más rico de la población mexicana ganaba, el 20% más pobre creció y eso no puede ser. No puede ser que haya ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres.

En 1958 la décima parte de la población más pobre de país tenía el 2.4% del producto interno bruto; en 1992 tuvo el 1.5%. Mientras los dos deciles más ricos tuvieron más del 50% en los dos periodos, o sea, la concentración de la riqueza, que es casi la característica más notoria de este régimen, se incrementa no sólo contra 1981, no sólo contra 1973; se incrementa contra los años sesenta, contra los años del desarrollo estabilizador y eso no tiene perdón.

Yo creo que si en algo ha fallado el Gobierno de Salinas, es el buscar que los mexicanos vivan mejor, y no hablo de unos cuantos, hablo de la gran mayoría de los mexicanos que, a pesar de que las cifras macroeconómicas del país van muy bien, para ellos en su bolsillo la vida va muy mal. Eso no podemos dejarlo pasar. No es lícito que nos digan que todo va muy bien cuando a la mayor parte de los mexicanos les va muy mal. Muchas gracias.

La diputada Ifigenia Martha Martínez Hernández (desde su curul):

Pido la palabra, señor Presidente.

El Presidente:

Tiene la palabra.

La diputada Ifigenia Martha Martínez Hernández:

Con su venia, señor Presidente; compañeros:

Simplemente para puntualizar algunas cosas, porque mucho de lo que se ha dicho aquí es cuestión de interpretación, es la cuestión de si el vaso está medio vacío o medio lleno. Pero sí creo que conviene precisar algunas cosas.

Primero. El rápido desarrollo de México no fue nada más de la bonanza petrolera, lo traíamos arrastrando ya desde la época de Lázaro Cárdenas, se acelera con Manuel Avila Camacho y continúa.

Con José López Portillo, efectivamente el auge petrolero, porque antes no exportábamos petróleo, nosotros empezamos a exportar petróleo hasta 1978-1979 y los años de máxima exportación de petróleo, no en términos de volumen sino en términos de precio, le tocaron y los usufructuó Miguel de la Madrid, porque durante el gobierno de José López Portillo, tendremos que decir que se amplió la plataforma de exportación de México significativamente, en parte gracias al auge petrolero, pero también muchas otras se exportaron y se duplicó la planta productiva nacional, se hicieron muchas obras de infraestructura.

La falla de este Gobierno fue el financiamiento externo. Efectivamente, el haberse endeudado en vez de haber gravado más a todos los que se beneficiaron del excedente económico, y eso llevaba largo tiempo de suceder, o sea, las fallas del aparato fiscal se reflejaron en que el sector público tenía que pedir prestado. Pero no sólo fue ésa la única causa, seamos justos y puesto que se están tanto refiriendo a la economía internacional, el alza brutal de las tasas de interés de 1980 y 1981, en parte una política deliberada de las grandes potencias para evitar ella su inflación interna y poder financiar la carrera armamentista, fue nefasta para los países que se habían endeudado y el nuestro era uno de los países altamente endeudados.

Todo esto explica la crisis financiera de 1982 y de la deuda externa.

Ahora bien, lo que nosotros estamos, y ésa es una tesis que estamos dispuestos a discutir no aquí, además hay muchos otros del mundo de la academia y de la investigación que piensan igual que nosotros.

Lo que provoca, lo que ahonda, dispersa, difunde la crisis del financiamiento externo, fue la manera como se responde a esta crisis.

Deliberadamente se escogió reprimir la economía, el programa de ajuste recesivo del Fondo Monetario Internacional le fue aplicado a México, así haya sido en completo acuerdo con nuestras autoridades financieras y monetarias, le fue aplicado a México y hubo un desplome brutal en todo, en la inversión pública, en el ahorro, en la inversión privada, en los niveles de vida. La inflación que se desató, la más alta, yo aquí tengo la tasa sexenal de inflación del régimen de Miguel de la Madrid, del cual no se puede desprender el actual sistema, porque es una continuación y dije en mi intervención que no se puede comprender la política de ajuste si no se divide en dos fases: en la fase inflacionaria, que también aquí la diputada Dulce María estuvo de acuerdo conmigo, la tasa sexenal de inflación de Miguel de la Madrid fue de 4,800%, los precios crecieron 4 mil 800 veces y el impuesto inflacionario al que ella se refiere se calculaba fríamente en la Secretaría de Hacienda. O sea, que fue una manera de empobrecer a la población para poder tener un excedente con el cual se pudiera pagar el servicio de la deuda externa.

El objetivo fundamental de la política económica fue pagar la deuda externa y con ello, yo no digo si esto también haya sido consecuencia, pero con ello se salvó a la comunidad financiera internacional y a la banca norteamericana. Esa fue la consecuencia de la primera fase del programa de reajuste.

Tan es así que estábamos muy pobres. Todos se empobrecieron, los salarios se cayeron, los niveles de vida, la inversión, ¡ah!, pero eso sí la transferencia neta de recursos al exterior era del 6% del producto interno bruto, o sea, exportábamos capital por un 6%. Ahora me dicen a mí: no, pues eso fue lo que tratamos de evitar en la segunda fase, en la segunda fase de la transferencia de recursos del exterior fuera positiva, pero entonces eso ya vino. Entonces estuvo acompañado ahora con un desequilibrio tremendo de la balanza de pagos.

¿Qué es lo que pedimos nosotros con buen sentido común? Trabajemos en un marco de estabilidad duradera, pero no puede ser más que elevando el ahorro interno y equilibrando las cuentas con el exterior. Eso era todo. Muchas gracias.

El Presidente:

Para rectificar hechos por cinco minutos, la diputada Dulce María Sauri.

La diputada Dulce María Sauri Riancho:

Con su permiso, señor Presidente:

Señor diputado del Partido de Acción, yo no busqué culpables en mi intervención, traté de dar y brindar explicaciones, explicaciones que como estoy segura usted habrá escuchado con toda atención mi intervención, trataron de fundamentar las razones por las cuales el proceso de concentración del ingreso ligado a la crisis económica del inicio de los años ochenta, produjeron una gran división y aceleraron el proceso que, de acuerdo a los datos que usted tenía, desde la década de los ochenta.

Yo creo, señor diputado, que usted soslaya un aspecto muy importante, que es el abatimiento de los términos de intercambio; es decir, México a principios de la década de los ochenta sufrió la mengua severa de los ingresos provenientes de su principal producto de exportación: el petróleo. El petróleo que entonces había, como aquí ha señalado, un compañero de partido, Alfonso Reyes Medrano, con toda amplitud las condiciones internacionales del mercado petrolero de la década de los setenta, había obtenido al final de esos años un altísimo precio histórico.

Entonces aquí habremos de recordar quienes seguíamos con atención la situación económica del país, el alto precio que el petróleo presentó como un horizonte promisorio para el desarrollo de la economía mexicana.

Asimismo, en aquella época recordemos que había una gran liquidez en los mercados de capital, precisamente el alza del precio del petróleo había ocasionado que los principales países productores del mismo tuvieran una extraordinaria liquidez, que era virtualmente a través de la comunidad financiera internacional, ofrecida a países como el nuestro que requerían capital para fomentar su desarrollo.

Traté de explicar, señor diputado, cuáles eran las condiciones en que se encontraba la economía mexicana cuando se inició el espejismo de los altos precios del petróleo y cómo ese espejismo, al evitar pensar a largo plazo, al evitar considerar las previsiones necesarias, hicieron que nos fuéramos a construir un modelo económico basado en el estado del bienestar para el cual la economía mexicana no estaba preparada.

Es cierto, mi partido, el Partido Revolucionario Institucional, gobernaba en 1958, como lo hacía en 1954, cuando se inició el periodo de desarrollo estabilizador; gobernaba asimismo en 1970, cuando se inicia el proceso de reactivación de la economía mexicana, seleccionando para ello imprimir un mayor dinamismo al gasto público. El PRI gobernaba, asimismo, a finales de la década de los setenta y el PRI gobernaba cuando pasamos el periodo más difícil de reajuste de la economía, para realizar los cambios estructurales que le permiten hoy dar viabilidad económica a nuestro país, gobernado por el Partido Revolucionario Institucional.

Señor diputado: creo que el hecho de que el Partido Revolucionario Institucional a través de sus gobernantes haya tratado en cada una de las etapas de la vida económica de este país de brindar salida, de brindar respuesta a las necesidades de México, es la razón básica por la cual estamos aquí y estaremos en el poder en el periodo que se inicia el 1o. de diciembre de 1994.

Creo, maestra Ifigenia, que coincidimos en lo fundamental en la interpretación del proceso económico que vivió México hasta el final de 1981-1982. Difiero de usted en relación a que fue el sexenio 1982-1988 el que recogió los altos precios del petróleo y la gran infraestructura que se había desarrollado en los últimos cinco años de la década de los setentas. No fue así, maestra. En 1986, tenemos el precio por barril de petróleo más bajo de toda la historia petrolera de este siglo: 11 dólares el barril. Eso aunado a la caída del precio de otros productos característicos de las exportaciones mexicanas, como los productos primarios, vuelvo a señalar el caso del café, el caso de la plata, sumado aún más al grave problema vivido en la capital de nuestro país, en esta ciudad de México, con motivo de los sismos de septiembre de 1985, ocasionaron un gravísimo problema de finanzas públicas.

Así pues, aun cuando diferimos radicalmente, hemos tenido ocasión en otra tribuna de este honorable Congreso, de debatir sobre este tema, en la concepción y la óptica de las medidas aplicadas para enfrentar esta situación de clara emergencia económica; podremos coincidir en los factores fundamentales. Que hoy, una vez cumplido el programa de reajuste, usted aquí ha expresado que no está de acuerdo en las formas, los planteamientos, los mecanismos y las consecuencias de éste. Yo me he permitido expresar que consideramos que era el único camino para darle solidez y permanencia al cambio, no sólo económico sino político y social de México. Cumplido este periodo, tenemos bases firmes, bases sólidas que no se pongan o se agarren simplemente de una situación coyuntural y transitoria para iniciar un acelerado proceso de recuperación de esos niveles de vida.

Hoy, quizá a algunos les pueda parecer modesto el logro de esta meta; hemos contenido estos elementos de concentración del ingreso, de caída del bienestar de los mexicanos. Pero hoy a diferencia de entonces, tenemos bases firmes y sólidas para reactivar la economía, para distribuir mejor el ingreso, para hacerlo a través de la productividad y del esfuerzo colectivo. Los mexicanos no queremos espejismos o ilusiones que se agoten cuando se agota el precio preferencial de un producto; queremos certezas, queremos seguridades y eso es para lo que durante estos seis años ha trabajado el Gobierno encabezado por Carlos Salinas de Gortari. Muchas gracias.

El Presidente:

Para rectificar hechos, el diputado Díaz.

El diputado Alejandro Díaz y Pérez Duarte:

Con su permiso, señor Presidente.

Bueno, quiero agradecerle a la diputada que acaba de emitir sus palabras, que en realidad volviera a darnos la razón, porque con todo lo que dijo y dar una explicación, en realidad no dio una justificación de por qué los gobiernos hicieron lo que hicieron y quiero poner y traer la discusión al momento actual y el problema es un problema democrático, es un problema que cuando suceden las cosas, si no se discuten, sino la mayoría avasalla, sin razones, nada más por el puro peso numérico y no se estudian los argumentos, lo que pasa son las consecuencias que en economía se llaman devaluaciones, se llaman quiebras, se llaman las grandes crisis de los países.

Y así como pasó lo del endeudamiento externo, así como pasó lo del petróleo, ahora estamos padeciendo los resultados del liberalismo social y queremos discutirlo y queremos argumentarlo, pero a lo único que estamos llegando es al avasallamiento por la fuerza numérica, no necesariamente por la razón de los argumentos.

Y hemos dicho que ese liberalismo social, lo que ha logrado es un gran éxito macroeconómico; pero que en el bolsillo de la gente común y corriente, de los empleados de la cámara, de los fotógrafos, de los reporteros, de todos los que nos escuchan, pero que no son diputados y que están todos los días luchando por sobrevivir y de todo el pueblo de México que no tiene un ingreso fijo ni forma de llegar a las grandes decisiones nacionales, ésos no ven la mejoría de la que nos habla la diputada.

Pero a lo que voy. La decisión democrática permite escuchar razonamientos que sí son escuchados por gente inteligente, son tomados en cuenta y el problema del liberalismo social es que está creando una mayor acumulación de la riqueza de la que estaba habiendo en el pasado y cuando hablo del pasado no me estoy refiriendo necesariamente a los ochenta o a los setenta. El problema de la acumulación de riqueza en México, es ancestral.

Yo nada más quisiera recordar las palabras de José María Morelos y Pavón y eso hace muchísimos años, que hay que moderar la miseria y la opulencia. Y que no hemos sido capaces de hacerlo y cuando digo: "no hemos sido", yo quisiera que este "no hemos sido" lo tomaran en mayor grado el Gobierno de la República y el partido que lo ha encabezado durante muchísimos años y que lo único que ha logrado es que haya cada vez ricos más ricos y cada vez pobres mucho más extendidos por todo el país.

Es una pena que México, siendo un país tan rico, tenga tanta gente desvalida; no se puede seguir así. Yo invito a los de la mayoría a que escuchen razones por las cuales debe cambiarse la política; pero que voten con base en las razones que escuchen y no nada más se dejen llevar por la mayoría numérica, porque si no, dentro de seis años o dentro de 12 vamos a discutir cómo era mejor el mundo hace algunos años. Muchas gracias.

El Presidente:

Continúa en su orden el diputado Raúl Livas Vera.

El diputado Raúl Alejandro Livas Vera:

Señor Presidente; compañeras y compañeros:

Antes de empezar mi intervención quiero únicamente hacer una pequeña observación. En relación a lo que se acaba de mencionar quiero recordar que el precio del petróleo llegó incluso a estar al nivel de un dólar, por lo que el precio más bajo no se presentó en los años ochenta sino en un periodo mucho muy anterior.

Por otro lado, quiero señalar que para el año de 1985 las exportaciones petroleras todavía eran del orden superior a 13 mil millones de dólares y el precio por barril superaba los 25 dólares en promedio. Esto nada más como una observación. Un breviario cultural, pues. Continuamos ahora con lo siguiente:

Voy a hacer una cita: "La razón principal del empeño del Gobierno es el relacionado con la prosperidad y seguridad de los ciudadanos. Volveremos a crecer, pero no esperaremos a la recuperación para iniciar el camino hacia la justicia y la equidad. El bienestar de cada familia tendrá que ser la medida de la prosperidad de la nación. El gran propósito de equidad es que todos eleven su nivel de vida, pero los que menos tienen deben beneficiarse más y los que más han alcanzado, menos".

Esta cita no corresponde al actual candidato. Bueno, el señor Zedillo. Ni tampoco corresponde a la época del llamado periodo populista del PRI. Esta cita es del presidente Salinas y lo único que quiero señalar con esto, es la diferencia que hay entre el decir y el hacer.

¿Por qué? Porque lo que nosotros hemos visto es que durante este periodo uno de los principales problemas que tenemos es la iniquidad, la fuerte concentración del ingreso, la falta de justicia y de cumplir con los compromisos contraídos el día mismo de la toma de posesión, que es cuando el señor Salinas hizo precisamente esta cita.

Voy a señalar además que no nada más en el aspecto salarial, no nada más en el problema de concentración del ingreso, no nada más en el incremento de la pobreza, que se ha venido manejando como una reducción, cuando es de todos sabido que ha habido un fuerte cuestionamiento a la forma en la que se calcula la disminución de la pobreza.

Hay innumerables trabajos académicos y me permito señalar únicamente uno de un académico del Colegio de México, Julio Volvini, en donde muestra que la forma de llevar a cabo la medición de la pobreza oculta, que para poder obtener estos datos fue necesario haber transformado a buena parte de la población, más de un 20%, de población urbana en rural y esto se hizo así porque la población rural, a la hora de contabilizar la pobreza, tiene un ingreso imputado por concepto de vivienda, que rebasa el 40%.

Este ingreso imputado, al haber transformado a familias rurales en familias urbanas, automáticamente trajo como consecuencia la disminución de la pobreza. Pero se les olvida que en la definición de pobreza y en especial de pobreza extrema, se define como pobreza extrema a aquellas familias que con todo su ingreso no alcanzan a satisfacer los mínimos de requerimientos alimentarios.

Y este mínimo de requerimiento alimentario, si nosotros tomamos en cuenta el ingreso imputado, difícilmente podríamos transformar una renta que se atribuye a una vivienda ocupada para poder utilizarse en la adquisición de alimentos.

Esa es la gravedad de la utilización y modernización de conceptos para poder obtener objetivos que beneficien intereses que parten directamente del Ejecutivo.

Mucho también se han comentado las virtudes de la política fiscal y monetaria y se ha convertido en un lugar común referirse al equilibrio de las finanzas públicas, al aumento del crédito del sector privado y al férreo control de la inflación, como los parámetros fundamentales que explican las bondades y la consistencia interna de la estrategia estabilizadora, promotora del desarrollo futuro. Empero, el enfoque es parcial y en esa medida las conclusiones son falsas. Las relaciones entre los salarios y las micro y pequeñas empresas con estructura tributaria, son tal vez los ángulos más deficientemente abordados y donde se perfila el carácter impositivo-regresivo que ha coadyuvado a la concentración de los ingresos.

El ajuste tributario iniciado a partir de este año para atenuar la carga de los impuestos sobre los trabajadores que perciben entre uno y cuatro salarios mínimos, dista mucho de resarcir los daños ocasionados por el programa antiinflacionario. Además de la insuficiente cobertura, el crédito fiscal recientemente otorgado tiene otros inconvenientes.

En un mundo en donde el crédito fiscal representa de hecho un mínimo incremento salarial, menos de un peso cincuenta centavos nuevos, es transferido a todos los que pagamos impuestos. Esto definitivamente es injusto, porque no coadyuva en una forma directa a restablecer el equilibrio entre los factores trabajo y capital.

Por otro lado, en un mundo laboral caracterizado por violaciones recurrentes a la legislación vigente, su aplicación resulta muy difícil de verificar, sobre todo en aquellas áreas que concentran el empleo, como son las actividades agropecuarias, que tienen más del 22.5%; la construcción, el comercio y los servicios comunales, que tienen el 30% que suman todas ellas más de las tres cuartas partes del mercado laboral.

El salario real mínimo al mes de octubre acumula pérdidas con respecto al 1o. de enero del 4.12% y en relación al primer día de la administración que termina, registra un retroceso de más del 20%. Desde la perspectiva de los salarios urbano y medio de la economía, el comportamiento es similar. El primero, es inferior a la quinta parte de lo observado en 1988 y equivale a la mitad del de 1982. Mientras que el segundo, es una cuarta parte superior al de 1988, pero todavía inferior en una décima parte al de 1982.

La velocidad con que se pretenden recuperar los ingresos reales de los estratos bajos de la estructura salarial, es significativamente menor al ritmo a que se desgravó a los ricos. En efecto, mientras Hacienda redujo de 55% a 35% la tasa del impuesto sobre la renta a los estratos altos en la última década, las remuneraciones básicas apenas inician este año su etapa de recuperación. Esto quedó patentizado en la encuesta nacional de ingresos y gastos a la que ya se ha hecho referencia y en donde se mencionó que el 10% más alto de la población recibía más del 40% del ingreso.

De igual manera, es manifiesto el fenómeno en las participaciones de los salarios y el capital dentro del producto interno bruto. Los salarios disminuyen casi ocho puntos porcentuales su proporción, mientras que las retribuciones al capital se incrementan en más de 10 puntos.

Si ahora las cosas las observamos a partir de la relación tributo y personas morales, el símil también es análogo. Las grandes empresas fueron las más beneficiadas con la desgravación acelerada. En contraste, las micro y pequeñas empresas no únicamente no recibieron créditos fiscales semejantes al mecanismo aplicado a los trabajadores, sino que se les diseñó un programa de estímulos que no les permite sobrepasar su capacidad de adaptación.

El carácter regresivo del sistema tributario mexicano queda también en evidencia cuando se compara con otras naciones. La aportación de los impuestos provenientes del ingreso, utilidades y ganancias de capital en los ingresos totales del sector público, según el Government Finance Stadistics de los Estados Unidos, equivale al 50% y en Canadá al 52%, mientras que en México apenas llega al 29%.

Hay quienes dicen que de todas maneras en el aumento de la base gravable se tiende a mejorar la justicia tributaria; sin embargo, el esfuerzo de incorporar más gente al pago de los impuestos no es indicativo de ello. La participación de los impuestos en el producto no crece y en cambio disminuye ligeramente. Esto implica que el descenso en las tasas se compensó con el aumento de quienes pagan impuestos y que no se caracterizan por ser los que tienen los ingresos más elevados.

Al igual que la política fiscal, la política monetaria también ha tenido efectos regresivos, también aquí las empresas micro y pequeñas quedaron fuera, tanto del otorgamiento de créditos como de los programas de estímulo, eso es lo que explica por qué crecieron significativamente también las carteras vencidas, la contraparte son los grandes negocios que acaparan créditos y oportunidades. Los niveles en las tasas de interés pasivas en términos reales han sido positivas durante todo el sexenio; sin embargo, dado el magro potencial de los ingresos de la gente y la elevada concentración del mismo, el ahorro interno decrece en casi toda la administración.

Por su parte, como las tasas activas verifican niveles de hasta tres a uno al respecto a las pasivas, lo que además pone de manifiesto el alto margen de intermediación, dificulta el acceso al crédito, eso si se puede cumplir con las garantías exigidas que en muchas ocasiones son una barrera insalvable. A pesar de que las tasas de interés reales descienden en el periodo 19891994 entre 26 y 65% según el plazo o el instrumento de que se trate, el saldo de la deuda pública interna respecto al PIB lo hace sólo en una quinta parte, de 27 a 21.9%. Esto incluye la utilización de recursos del fondo de contingencia para amortizar valores gubernamentales que al 31 de marzo del año en curso ascendía a más de 54 mil millones de nuevos pesos, poco más de cinco veces el monto actual.

Las resistencias para reducir más rápido la tasa de interés, radican básicamente en dos factores, la ineficiencia de las instituciones financieras, grandes beneficiarias del proceso de privatización y protagonistas de la concentración del ingreso y la pretensión de mantener la fuerte afluencia de ahorro externo para poder balancear las fuentes con el exterior. La apertura externa ha ocasionado un gran déficit en la cuenta corriente cuyo parámetro con respecto al PIB se ha más que duplicado en el sexenio, esto condujo a cerrar la brecha generando un déficit de la cuenta de capital para crear el superávit que se utiliza por excelencia con altas tasas de interés y la apertura de áreas estratégicas de la economía.

La situación internacional favoreció la aplicación de esta política puesto que hubo excedentes financieros que buscaban plazas rentables. México ofreció en toda la administración y hasta el momento bajas tasas tributarias, salarios equivalentes a la décima parte de los estadunidenses y acceso a las áreas estratégicas de la economía. No obstante hay evidencia de que las condiciones internacionales están modificándose en contra de la táctica seguida. Las expectativas de la economía mundial indican que las necesidades financieras de los países industrializados van en aumento y en particular las tasas de interés de los Estados Unidos difícilmente bajarán. Esto genera una situación de riesgo que se ha querido ocultar al insistir en la relación causa-efecto del saldo positivo de la cuenta de capital con el negativo de la cuenta de mercancías y que responde más a la utilización de la apertura como instrumento antiinflacionario acorde con una concepción ideológica neoliberal que soslaya la pérdida de soberanía monetario-financiera que nos obliga a mantener altas tasas de interés, cuyo peso se determina por la tasa de interés externa ajustadas al ritmo de depreciación monetaria más un componente de riesgo que durante el presente año ha mostrado alzas frecuentes; más aún durante la presente administración nuestra balanza en cuenta corriente muestra un déficit creciente resultante de un crecimiento del 17% en el déficit factorial y de más del 700% en el déficit comercial.

Por último nuestra deuda externa hoy es superior en más de 20 mil millones de dólares que al principio de la administración, el total de pasivos con el exterior supera los 238 mil millones de dólares y como porcentaje del PIB es equivalente al existente en 1982 cuando de todos es conocido tuvimos el gran desastre financiero.

Además de esto, es necesario señalar que en relación con el planteamiento manejado durante el debate entre todos los compañeros que me han antecedido, se ha hecho un responsable fundamental de las crisis que se han señalado en el país y esos responsables fundamentales un responsable externo, la caída de los precios del petróleo y el incremento de las tasas de interés; o lo que es lo mismo, cuando nos va mal la culpa viene de fuera, cuando nos va bien el beneficio lo tiene el Ejecutivo.

Yo creo que tenemos que dejar de ver las cosas únicamente en una forma maniquea y en relación con una posición positiva o negativa. Tenemos que tomarle la palabra a aquellas personas que si realmente dijeron que estaban dispuestas a discutir y a plantear un nuevo modelo de desarrollo conjuntamente, debemos hacerlo todos juntos.

Para ello es necesario modificar la ley, permitir que este Congreso participe en la elaboración del plan, no nada más que se le venga a mostrar para que tenga conocimiento de él; es necesaria la aprobación por parte de este Poder Legislativo de la nueva política económica para que en el futuro no se siga como actualmente, señalando que otros fueron los culpables pero que ahora sí la estamos haciendo siempre bien.

Por lo que respecta al Procampo, se ha soslayado otro aspecto. No se ha señalado claramente que el Procampo obedece más que nada a una política obligada por el exterior. La necesidad de establecer precios competitivos en los bienes básicos y en especial en los granos. El otorgamiento del nivel del Procampo corresponde al promedio de reducción en los precios de garantía, el objetivo fundamental es disminuir la siembra del cultivo de granos básicos, pero este objetivo no toma en cuenta de que el incremento en la oferta del resto de los productos agrícolas va a tener un impacto directo en los precios, que no todas las tierras tienen la misma vocación y que no todos los campesinos tienen la misma capacidad de capitalización para poder entrar en un mundo de competencia a nivel de este tipo de productos ligados a la importación.

Entonces, esta ayuda que se está recibiendo por Procampo, que beneficia efectivamente a los productores de más bajos ingresos, únicamente será por tiempo limitado; se ha calculado según nuestra fuente de información, una tasa de expulsión del 7% de los productores agrícolas, es decir, en el corto plazo se espera que una reducción en la población agropecuaria de más bajos ingresos se traslade a las ciudades, pero no hay ningún programa que permita la captación y la ubicación de todos estos trabajadores agrícolas.

Esto es sumamente grave, todo mundo habla del Procampo únicamente en atención a los beneficios de tipo político que representa el haber otorgado un subsidio a gente que antes no tenía acceso a él, pero se soslaya el impacto que tiene en el aspecto productivo, el impacto que tiene de tipo social al generar un problema en todas las ciudades y se soslaya también el hecho de que no existe una posibilidad de transformación de tierras agrícolas en tierras productivas para la importación a este nivel.

Esto creo yo que tenemos que tenerlo muy presente y debe ser motivo de un profundo debate más adelante y en particular el día de mañana, cuando veamos la política social y en particular, más aún, cuando veamos la situación del campo, punto que será recordado muy pronto por todos nosotros. Muchas gracias.

El Presidente:

Le ruego al diputado Luis Antonio Godina, que pase a la tribuna.

El diputado Ricardo Luis Antonio Godina Herrera:

Con su permiso, señor Presidente; señoras y señores diputados:

En este debate sobre la evaluación de la política económica del presidente Carlos Salinas de Gortari, los diputados somos la voz del pueblo; como tales, el deber de hablar con juicios ponderados y aseveraciones certeras se impone a todos y cada uno de nosotros.

Es tiempo de evaluar con justicia lo hecho y lo que falta por hacer, en el entendido que la fuerza para encarar los retos por venir, en buena medida responde a los sólidos cimientos que los mexicanos hemos construido a lo largo de estos años.

No caben pues las alabanzas o la crítica maniquea, México espera de este Congreso una opinión y una postura, sí, pero también espera una valoración que inicie el juicio que la historia hará de estos años de esfuerzo y compromiso que ha encabezado Carlos Salinas.

La política económica de un Gobierno no es solamente el recuento mecánico de metas, es ante todo hablar de hombres y mujeres que a través de su esfuerzo dibujan el rostro de la nación, es hablar de hombres y mujeres, que día a día forjan el presente y perfilan el futuro de la patria, es hablar de presas, de hospitales, de escuelas, de fábricas, es hablar de trabajo, es hablar de soberanía.

Por ello en esta ocasión me quisiera referir a dos aspectos centrales de la política económica: la política fiscal y la política de gasto público.

En los últimos años México ha emprendido un serio esfuerzo por asentar la prosperidad nacional sobre bases más sólidas. En este sentido, la estrategia global de desarrollo ha impulsado, por un lado, la estabilización económica, y por el otro, el cambio estructural.

El esfuerzo que pueblo y Gobierno han realizado para configurar un nuevo escenario macroeconómico, sin duda ha sido formidable. En efecto y esto no se puede soslayar, apenas hace siete u ocho años México era un país con problemas para atraer inversiones y con niveles de inflación inaceptables.

El proceso de estabilización emprendido se ha basado en la responsabilidad gubernamental en el manejo de las políticas fiscal y monetaria y en una profunda concertación social. Hoy se cuenta con una política económica que da certidumbre y esperanza a todos los mexicanos, y eso quedó demostrado el 21 de agosto.

Se ha avanzado, como se ha dicho aquí ya, en la profundización de la modernización y la desregulación económica, que ha abatido las prácticas que encarecían artificialmente los productos.

Se realizó una reforma fiscal y financiera que permite financiar el desarrollo de manera más sana. Asimismo, la consistencia en la privatización de empresas públicas, ha permitido consolidar un nuevo arreglo económico en el que la sociedad se transforma en el motor del crecimiento. En paralelo, se han diversificado las exportaciones y consolidado la apertura comercial frente al exterior, lo que ha buscado optimizar la inserción de México en los mercados mundiales.

Para fortalecer los ingresos públicos era necesario crear un esquema impositivo más justo y eficiente, así como revisar la política de precios públicos. El nuevo esquema fiscal se basó en la ampliación de la base gravable de los distintos impuestos y del número de contribuyentes, lo que permitió aumentar la recaudación, al mismo tiempo que disminuyeron las tasas impositivas a favor de las personas en los estratos de más bajos ingresos e igualando la carga tributaria a las de ingresos similares.

Qué se ha hecho en materia de política fiscal. La tasa del impuesto sobre la renta aplicable a las empresas, disminuyó de 42% a 35% en 1989; adicionalmente a partir de octubre de 1993, la tasa se redujo aún más para llevarla a 34%. Se creó la cuenta de utilidad fiscal neta, cuyo fin es evitar que se distribuyan utilidades para las cuales la empresa no ha pagado impuestos; se redujo el gravamen a los dividendos fiscales, de 50% a 0%; se redujo la tasa del gravamen para los dividendos contables, de 50% a 34%; se redujo la tasa de retención a los intereses financieros sobre el principal de 2.52% a 1.7%; se establece el esquema de deducción inmediata para las inversiones realizadas fuera de las tres zonas conurbadas del país, con objeto de promover la desconcentración industrial.

Qué más hemos logrado en este campo. Se mantuvo también la tasa cero en alimentos procesados y medicinas; se autorizó a los contribuyentes para que a partir de octubre de 1993, pudieran efectuar el pago a plazos de las contribuciones federales y sus accesorios adeudados a su cargo o retenidos hasta en 36 parcialidades mensuales.

Se introdujo también el subsidio fiscal que reduce la carga fiscal del salario hasta en un 50% adicional. A partir de octubre de 1993, se introdujo una bonificación fiscal al salario que sustituye al crédito fiscal equivalente al 10% del salario mínimo de la zona geográfica del trabajador, incrementando el ingreso disponible de los trabajadores que perciben menos de cuatro salarios mínimos.

Desde 1990, México ha negociado hasta la fecha 20 tratados para evitar la doble tributación y elevar la tasa de rendimiento de las inversiones que realizan extranjeros por tres vías:

1. La reducción de tasas de retención a movimientos de capitales cuando existen limitaciones al acreditamiento en el extranjero.

2. La garantía de que la autoridad del país de residencia del inversionista, permita el acreditamiento de los impuestos pagados en México, y

3. La garantía de que en ningún caso los contribuyentes se verán sometidos a doble tributación internacional.

Se efectuaron también reducciones en tasas impositivas y se eliminaron impuestos equivalentes a cuatro puntos del producto interno bruto. México tiene una tasa federal del impuesto sobre la renta a las empresas de 34%, en tanto que en Estados Unidos es de 39.54% y en Canadá 43.89%, considerando éstos los impuestos estatales y locales.

Como es obvio tenemos diferencias en la información. La fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional invita a poder tener un foro de discusión, de análisis de la información y poder manejar con la misma información los mismos números.

Por otra parte la profundización del cambio estructural ha arrojado importantes beneficios que han afectado positivamente al gasto público, ya que sin riesgo de exageración puede señalarse que un entorno macroeconómico estable y predecible constituye por sí mismo un soporte contextual de su eficiencia.

El gasto público y en particular la inversión pública, tienden a ejercer los máximos beneficios en condiciones de estabilidad económica, porque sus montos presupuestados se manifiestan concretamente en los proyectos y obras de infraestructura social o económica, rindiendo los efectos esperados en los tiempos convenidos, es decir, la aplicación de los recursos de por sí escasos en los ritmos previstos y con los resultados programados, representan la forma óptima de construir un mejor futuro para la comunidad y ésta es la manera más eficaz, más eficiente y más justa para lograr una mayor y mejor redistribución del ingreso.

¿Cómo se ha manifestado el efecto del cambio estructural en las finanzas públicas? Históricamente la inversión pública ha representado alrededor del 20% del gasto programable. La inversión atendía, dada la participación del Estado en la economía, a proyectos, desde industriales hasta servicios básicos. No obstante, el ajuste fiscal observado, el nivel de la inversión se ha mantenido pero su orientación se ha concentrado en el gasto social, como es el caso de educación, salud, desarrollo regional, así como infraestructura básica.

Para 1994 el gasto de inversión representa el 3.8% del PIB, lo que indica que su participación no solamente es significativa por su monto, sino también por su impacto multiplicador. Para este año se propone un crecimiento real del 10% en el gasto de inversión pública; esto implica que para los últimos cinco años se haya presentado un incremento promedio anual, en términos reales, de más del 6%.

Asimismo se ha instrumentado un cambio profundo en la orientación de la inversión pública como parte de esta reforma del Estado, que manteniendo su participación histórica, como ya dijimos en el gasto programable, se ha canalizado a los sectores que ya mencionamos, con un impacto social incuestionable.

Durante 1988 y 1989 prácticamente toda la inversión en infraestructura la desarrollaba el sector público. En 1988, 1.2% de participación privada en la inversión total de infraestructura. Para los siguientes años de esta administración, el crecimiento de la inversión privada fue en ascenso a un nivel tal que para este año se estima en 51 mil 906 millones de nuevos pesos la inversión conjunta de los cuales casi la mitad corresponden al sector privado.

El resultado de esta política de gasto público es un crecimiento de más del 100% en salud; de más del 80% en salud y seguridad social; en desarrollo urbano y ecología, agua potable, el incremento real será del orden del 51% y para el Programa Nacional de Solidaridad, se han más que duplicado los recursos entre el segundo y sexto año de la presente administración.

Resultados concretos: que habrán sido beneficiados 13.5 millones de mexicanos con agua potable; 11.5 millones con servicio de drenaje y alcantarillado; 21 millones con electricidad y 1 millón de casas habrán sido construidas con el apoyo gubernamental.

Esta es la síntesis de la política económica en materia de gasto público.

Y quisiera yo, señores diputados y hablando de las diferencias entre el decir y el hacer, entre el pensar y el actuar, que a manera de breviario, compartir con ustedes una lectura que me interesó bastante. Es titulada "La Izquierda de México está Comprometida con la Reforma del Mercado" y dice entre otras cosas que hay que preservar la estabilidad del peso y la lucha contra la inflación; que hay que impulsar la inversión privada; que hay que reducir el costo del dinero promoviendo la competencia en los mercados financieros y acepta que el Tratado de Libre Comercio es la ley de la tierra.

Es un artículo firmado por el líder histórico del Partido de la Revolución Democrática, Cuauhtémoc Cárdenas, el 12 de agosto y publicado en el World Street Journal.

Quiero dejar en la Secretaría el artículo para quien lo quiera consultar. Es una muestra de que los argumentos del partido son copiados por los malos elementos del mismo. Son mal copiados, son utilizados para ganar unos pocos votos.¡Qué bueno que en las urnas se confió en el Partido Revolucionario Institucional y el 1o. de diciembre seguramente tomará posesión Ernesto Zedillo Ponce de León!

Señoras y señores diputados; la obra de una sociedad se construye todos los días. El juicio razonado de todos permitirá seguir avanzando.

Así lo espera la sociedad que con su voto nos tiene aquí reunidos, iremos después a ella a darle cuenta que estamos cumpliendo cabalmente con nuestro deber. Muchas gracias.

El diputado Raúl Armando Quintero Martínez (desde su curul):

Pido la palabra, para rectificar hechos.

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Armando Quintero.

El diputado Raúl Armando Quintero Martínez:

Compañeras y compañeros diputados:

Acabamos de oír la descripción del mundo feliz que es nuestro país, un país en donde la construcción de viviendas satisface en cantidad y calidad a los mexicanos, donde no se ha acentuado la concentración de la riqueza. La lista de los famosos 24 multimillonarios, que cada uno de ellos en sí sólo han obtenido ganancias en tan sólo un año, inmensamente superiores al total de los recursos destinados a Pronasol y por otro lado ha aparecido un México que se reconoce ha crecido en número y ha crecido en intensidad de su pobreza y esa realidad nos la tratan de disfrazar con números, dicen que fríos y los números fríos dicen que hay 40 millones de mexicanos en extrema pobreza; los números dicen que en México tenemos un alto nivel de productividad en multimillonarios de dólares. No hay ningún país en el mundo que produzca en tan sólo seis años tantos y tan ricos multimillonarios como los ha producido el sexenio de Salinas de Gortari.

No sean caradura, no le den la espalda a la realidad. Hay situaciones lacerantes en el pueblo de México que desmienten categóricamente este mundo feliz que se nos acaba de pretender vender con la intervención anterior; basta ver las fotografías de hace unos días de los niños y de las mujeres tarahumaras muriéndose de hambre.

Y acaba de aparecer hace unos días, por la tragedia que se vive en el Estado de Chihuahua y en particular por los tarahumaras, la enorme situación de pobreza que hiere la sensibilidad de cualquier ser humano.

¿Cómo es posible que México, una economía inferior a la de Argentina, a la de Brasil, por no decir a la de los países del primer mundo, pueda producir en tan sólo seis años 24 multimillonarios en dólares? ¿Dónde está el freno a esa iniquidad? ¿Dónde está la modulación a la opulencia? Hoy se ha concentrado más que nunca la riqueza y esa concentración de la riqueza ha sido posible, porque ha vivido una mantía de los negocios financieros con el círculo más cercano del Poder Ejecutivo del país.

No hay, no hay que olvidar la enorme prosperidad y la rapidez de la prosperidad de Cabal Peniche, un apoyador de candidatos a estatales y del presidencial del PRI.

¿Por qué fue posible? Fue posible por esa mantía entre los dueños del dinero y los dueños del poder político en nuestro país, pero esa relación nefasta debe ser rota con la discusión que demos los legisladores tratando de reorientar la política económica para evitar que sólo 24 mexicanos sean los propietarios del 40% del producto interno bruto; que el salario mínimo, y a diferencia de lo que han dicho hace un rato un representante de la CTM, no hay, no hay salarios mínimos que estén rebasando en las revisiones de los contratos colectivos.

Seiscientos pesos al mes es la otra cara de la moneda, que no es Azcárraga, que no es Slim, que no es Hernández, que son la de millones de mexicanos que trabajan, eso sí honradamente todos los días jornadas intensas de trabajo.

Por ello, nosotros estamos ciertos de que más allá de defensas a ultranza, debiera conocerse que es necesario frenar esta política que ha facilitado la concentración de la riqueza en muy, muy pocos.

Con De la Madrid se decía que 300 familias, pues se redujo, ya no son 300, ya nada más son 24 y en esta tendencia a la mejor dentro de seis años serán tres o cuatro. Eso hay que frenarlo; hay que distribuir la riqueza, hay que hacer que el ingreso sea mayor en cada familia mexicana y con eso no habrá guerra en Chiapas, no habrá la deshonra nacional que implica ver las fotografías de los tarahumaras; no habrá la gran laceración que implica tener familias que viven de modestísimos 600 pesos mensuales, eso es lo que nosotros nos proponemos y por lo que venimos aquí a luchar en contra del mundo feliz que se nos quiere vender, por diputados que no elaboran opiniones, sino que vienen a leer los documentos que les preparan en la Secretaría de Hacienda. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al señor diputado Alejandro Higuera Osuna, de Acción Nacional.

El diputado Alejandro Higuera Osuna:

Con su permiso, presente en turno.

Estimadas y estimados legisladoras y legisladores:

Confieso con honestidad que experimento una conducta personal como aquella que en nuestra vida se da por primer vez.

Señoras y señores legisladores del mayoriteo, la glosa de un informe de Gobierno implica un análisis serio, profesional, objetivo y razonado de los contenidos del mismo, para poder llegar a la verdad.

No se puede ser objetivo cuando se niega todo o todo se aplaude, o cuando hay una defensa a ultranza, o cuando el aplauso mecánico del mayoriteo subliminal, es la medida a la pleitesía al Ejecutivo Federal, o cuando un grupo parlamentario se convierte por consigna o por línea en una defensoría de oficio del Ejecutivo Federal.

En política económica el sexenio del Ejecutivo Federal en turno se puede resumir en una forma matemática, neoliberalismo igual a 40 millones de pobres más 40 nuevos millonarios y prueba de la defensoría de oficio la han dado aquí diputadas y diputados, como Dulce María Sauri, que todavía tiene la retórica de hablar cuando era gobernadora.

El diputado del PRI que me antecedió en esa defensoría a ultranza dijo una verdad a medias, que las tasas del impuesto sobre la renta en Canadá y en Estados Unidos eran más altas que en México. Tiene razón, pero lo que no dijo, es que la base para determinar el impuesto en Canadá y en Estados Unidos es muy distinta a la de nuestro país, porque allá el egreso no se grava y aquí en México el egreso si se grava, diputado del PRI, para que lea bien lo que le mandan de la Secretaría de Hacienda.

Por ahí otro diputado dijo, de esa defensoría a ultranza, que se acabaron las políticas monopólicas. Recuerde a Teléfonos de México y recuerde también a la banca.

Por ahí alguien también dijo del partido oficial, que se acabaron las decisiones voluntaristas de la economía. Le recuerdo los términos como: socialismo dentro de la Constitución; capitalismo nacionalista; desarrollo estabilizador; desarrollo compartido; aprender a vivir con la inflación; la administración de la abundancia; el centro progresista y hoy el liberalismo social. ¿Qué seguirá diputado?, y eso que no se acabaron las decisiones voluntaristas.

En nuestro país el experimento económico de los doctores egresados de universidades extranjeras, léase en inglés Harvardboys o los "niños de Harvard", no sólo ha sido un fracaso, sino que su inteligencia "harveriana" los ha llevado al cinismo de afirmar con datos y cifras que México es el país soñado por la utopía de Owen o el país del paraíso encontrado donde fluye la miel y la leche. El éxito o fracaso de cualquier gobierno en el aspecto económico se mide en relación a los niveles de mejoramiento, de satisfactores personales y de servicios.

En México, el sexenio neoliberalista creó a 20 millones de pobres y a 20 nuevos ricos. En la página 28 y 29 del documento: VI Informe de Gobierno, que después de haber sido leído por el Ejecutivo se nos entregó el texto en español, papel reciclable, se afirma: "se sustentó una profunda reforma fiscal que combina menor número de tasas impositivas con mayor número de contribuyentes". Reconozco que es cierto, de 1 millón 759 mil 373 contribuyentes en 1988 se pasó a 5 millones 421 mil 459 en 1993, de los cuales en 1988 un 17.16% eran personas morales y un 82.83% eran personas físicas; en cambio, en 1993, sólo un 6.54% eran personas morales y un 93.45% personas físicas. Cifras frías que demuestran un decremento real de contribuyentes de personas morales ocasionado por el cierre de la micro, pequeña y mediana empresas. Este mérito se le debe de reconocer al doctor Pedro Aspe, por ser el doctor que más altas dio en el sexenio, sin ser galeno.

Por otro lado, se afirma que hay una menor tasa impositiva en relación a otros sexenios. Afirmación que es una verdad a medias, como el tema de Hollywood actual: "Una mentira verdadera", ya que el 42% que pagaban las personas morales en el pasado de ISR pasó al 34%; sin embargo, lo que no dice el Ejecutivo Federal ni el doctor Aspe, es que con esta baja de tributación lo mismo paga el 34% un causante que obtiene utilidades por un nuevo peso, como aquellas empresas que ganan utilidades que aún con los nuevos pesos los dígitos no alcanzan para expresarlas, sino preguntémosle a los banqueros, a los Carlos Slim o a los tigres de la televisión privada.

Señores: aquí quiero hacer un paréntesis. Está Cámara, esta LVI Legislatura tiene la obligación moral y ética con el pueblo al que representa próximamente de abrir un debate sobre la forma, los métodos y los mecanismos por los cuales la banca fue entregada a un círculo de empresarios muy cercanos al poder. Yo creo que hay mucho que hacer en este aspecto y posiblemente aplicar la Ley de Responsabilidad de los Servidores Públicos.

También hago un paréntesis en Teléfonos de México. No es posible que esta empresa sea la que cotice en Nueva York con los mayores márgenes de utilidad cuando el pueblo está pagando el servicio medido, que es una vergüenza del Gobierno y una oligarquía de Telmex de entregar y cobrarle al pueblo el servicio medido. Está cámara tiene que manifestarse en ese aspecto del servicio medido.

Retomo mi intervención a los defensores a ultranzas del 34% del artículo 10 del impuesto sobre la renta, para que digan dónde está el principio de equidad y el principio de proporcionalidad que el artículo 31, en la fracción IV del constituyente establece que deban de tener.

Creo que ya hay una jurisprudencia muy reciente de la corte, donde declara la tarifa del artículo 10 como única, que es anticonstitucional. Próximamente discutiremos la Ley del Impuesto Sobre la Renta en el paquete de leyes fiscales y creo que es tiempo ya de corregir y establecer rangos, rangos donde el que gana menos pague menos y el que gana más, paga más, compromiso del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, de hacer llegar próximamente esa inquietud. En su oportunidad presentaremos tales modificaciones.

Sí es cierto que en este sexenio neoliberal hubo reducciones a las tasas impositivas del ISR y el IVA, pero en contrapartida y no podemos negarlo, los gobiernos estatales y municipales, en su gran mayoría incrementaron geométricamente impuestos prediales, tarifas de agua potable y se inventaron en este sexenio, el impuesto a las nóminas en cada una de las entidades federativas de la Federación.

Quiero resumir dándoles la posición de Acción Nacional en cuanto a política fiscal, para concluir. Acción Nacional busca una política fiscal efectiva y promotora, necesaria para que las leyes fiscales se caractericen por su permanencia, simplicidad, precisión, legitimidad, equidad, transparencia, eficiencia y sean estímulos de competitividad de la inversión. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede la palabra al diputado Roberto Campa, del Partido Revolucionario Institucional.

El diputado Roberto Rafael Campa Cifrián:

Con su permiso, señor Presidente; señoras y señores diputados:

A nuestros amigos de la oposición no les gusta la política económica del Gobierno de México de los últimos años.

El diputado Manuel Marcué y Pardiñas (desde su curul):

¡Es en contra del pueblo..!

El diputado Roberto Rafael Campa Cifrián:

Los compañeros, amigos respetados de Acción Nacional, no proponen nada. Todo mundo sabe que de economía saben muy poco.

Las diputadas y diputados del PRD cuestionan la política fiscal, la política monetaria, la política comercial y la falta de una clara política sectorial.

El diputado Manuel Marcué y Pardiñas (desde su curul):

¡Todo! ¡Todo!

El diputado Roberto Rafael Campa Cifrián:

Reclaman el regreso al manejo económico de los setenta, al manejo económico de México y del mundo en los setenta.

Proponen el incremento en la inversión pública, por un lado y, por otro, sostener el crecimiento con la expansión del mercado interno. Proponen solucionar de manera definitiva y dicen, radical el problema de la deuda, de la deuda externa. Proponen reducir las tasas de interés, así, reducir las tasas de interés, fijar tipos de cambio de equilibrio, buscar alianzas Sur-Sur y muchas otras cosas que se pueden resumir en una visión estatista de la solución de los problemas económicos.

Paradojas del tiempo. Los compañeros de la izquierda, que hicieron de su pleito con el Estado razón de vida, hoy reclaman la intervención del único ente en quien confían la solución de los problemas económicos: el Estado.

Debo decirles que su pleito no es con nosotros; su pleito no es con el Gobierno su pleito es con la historia su pleito es, compañeras diputadas, compañeros diputados, con el mundo. Su pleito es con el mundo que cambió, que cambió.

Cómo lograr, compañeras y compañeros, cómo negar que las fronteras dejaron de ser barreras de protección contra ineficiencias o incapacidades. ¿Será posible que podamos cerrarnos al mundo? ¿Al intercambio de la tecnología? ¿A la especialización regional de la producción, dependiendo de condiciones naturales o de vocaciones particulares? ¿A la inversión extranjera? ¿A la posibilidad de que los consumidores mexicanos opten por los mejores artículos y los mejores servicios que se ofrecen en el mundo?

¿Será posible de veras aislarnos? ¿En el mundo de hoy alguien puede de veras creer que esto es posible?

La realidad yo creo que no es posible. Así es el mundo. Yo no sé si a mí me gusta como a ustedes. A lo mejor a mí tampoco me gusta. A lo mejor era más fácil justificarse, sintiéndose parte de un Gobierno, de un Estado, que proveía todo, que se encargaba de todo. Pero, insisto, el mundo cambió y cambió, porque la realidad es que aquí en México y en el mundo esas concepciones fueron rechazadas, porque no fueron capaces de resolver los problemas.

Abramos los ojos a la realidad y eso es lo que pasó en la realidad; no solamente en México, en el mundo entero. El rechazo a esas concepciones fue porque no fueron capaces de resolver los problemas de la economía y en consecuencia resolver los problemas de la gente.

El diputado Manuel Marcué y Pardiñas (desde su curul):

¡No es verdad! ¡Lo que rechazamos es..!

El Presidente:

Continúe, señor orador.

El diputado Roberto Rafael Campa Cifrián:

La realidad es que estas propuestas no las encontramos hoy en ningún lugar del mundo.

Insisto: ¡Su pleito no es con nosotros, su pleito no es con el Gobierno; es con la historia! Así se dieron las cosas.

El diputado Manuel Marcué y Pardiñas (desde su curul):

¡Es con los ladrones, hermano!

El diputado Roberto Rafael Campa Cifrián:

¿Estamos conformes con lo logrado? Debo decir que no, que no estamos conformes; ni nosotros ni tampoco el Ejecutivo Federal. Falta mucho por hacer. Pero de que hay logros, yo creo que sin duda hay logros. Algunos se han mencionado aquí. Los hechos están a la vista:

Inflación de ciento y tantos por ciento unos años antes y 52% en 1988 al 7% ¡La menor en 21 años! Pero además, con abasto total de bienes y servicios. Con crecimiento económico del 3% en promedio por año. Con 29% más de cotizantes al Seguro Social. Con menos impuestos, la mitad de los federales. Con más ingresos tributarios, 35% en términos reales. Con menos carga tributaria para las empresas y para las personas, del 42% al 34% para las empresas y del 50% al 35% para las personas físicas, por cierto tasas progresivas, lo digo porque algún preopinante por aquí, demostrando una ignorancia supina, vino a decir que pagaban lo mismo los que ganaban un peso que los que ganaban un millón; ¡tasas progresivas, compañeros diputados!

Con descuentos en renta a los que ganan hasta dos salarios mínimos y con bonificaciones del 11% a los que ganan un salario mínimo. Con menos deuda del Gobierno, externa del 47% del PIB en 1988 al 19% del PIB en 1994; interna del 28% del PIB en 1988 al 11% en 1994. Con una reforma fiscal sin paralelo, con un incremento al gasto en desarrollo social del 93%, pasando del 33% en 1988 al 54% del gasto programable; con finanzas estatales y municipales fortalecidas; con participaciones que crecieron 24% en términos reales; con una economía mexicana que se ha despetrolizado y tiene hoy una relación de exportaciones, de petróleo y de manufacturas, exactamente a la inversa, que fue de 80% contra 14, entonces y hoy es más o menos igual pero a la inversa.

Esos son hechos, ésos son logros. ¿Es poco? Yo creo que no. ¿Es suficiente? Yo creo que tampoco. Pero es real, es permanente, es producto de nuestro trabajo y es producto de nuestra capacidad. No es artificial ni es efímero.

El problema está y ése sí me parece un asunto que conviene discutir aquí, el problema está en que, como se ha intentado, se busque fundar en lo que falta por hacer, un andamiaje argumental que apunte a volver al pasado para resolver los problemas de lo que falta por hacer; ése es el verdadero riesgo de la economía, echar a un lado el enorme sacrificio de los mexicanos, de los trabajadores, de los campesinos, de los trabajadores al servicio del Estado, de los pequeños y medianos empresarios, para volver otra vez a las políticas que demostraron que no servían para resolver los problemas. Es una realidad.

Algunos hechos que nos interesa particularmente destacar. El financiamiento para las empresas que aquí se vino a cuestionar, el financiamiento de Nacional Financiera.

De 1989 a 1994 el número de empresas...

El diputado Eric Eber Villanueva Mukul (desde su curul):

Señor Presidente, quiere preguntar al orador si me permite hacerle una pregunta, por favor.

El Presidente:

Se le pregunta al orador si está de acuerdo en aceptar la interpelación que se le está formulando.

El diputado Roberto Rafael Campa Cifrián:

Señor Presidente, si quiere hacerla cuando termine, que la haga entonces.

El Presidente:

No se concede.

El diputado Roberto Rafael Campa Cifrián:

De 1989 a 1994 el número de empresas apoyadas por Nacional Financiera se multiplicó en más de 14 veces, 11 mil 456 en 1989, 161 mil en 1994; 98% en micro y pequeñas empresas.

Me interesa también dejar claro el asunto de Teléfonos de México. Voy a leer lo que en una reunión como ésta, en 1989, vino aquí a decir un diputado llamado Pablo Gómez. Cito textual: "los actuales administradores de la telefónica española no tienen más de un tercio de las acciones, pero los otros dos tercios están repartidos en miles y miles de accionistas y sus acciones se cotizan en las bolsas de muchas partes del mundo y ellos mantienen el control y son también vendedores de tecnología y han sabido recurrir a los mercados de dinero y han obtenido el dinero que se necesita para el cambio técnico en estos mercados de dinero. Pero en México no puede hacerlo Teléfonos de México, señores, porque la mayoría accionaria, mantengo la cita, la tiene el Estado; por esa razón no puede. Yo creo que sí puede, debería hacerlo". Termina la cita. Lo que hizo el Gobierno fue exactamente esto, más venderle una parte importante de las acciones al propio Sindicato de Teléfonos de México.

Y particularmente en este asunto, en el asunto que tiene qué ver con las desincorporaciones, debo decir que los miembros del PRI hemos preparado una investigación que tiene la totalidad de las empresas que fueron desincorporadas en los años anteriores y que define quiénes las compraron y cuánto pagaron por ellas, nos interesa dejar claro en esta materia que no hay absolutamente nada que esconder, que el proceso fue totalmente transparente, la información de quién compró las empresas paraestatales y cuánto pagó por ellas se queda aquí en la Secretaría para que quien quiera lo consulte y lo discuta en este terreno en la reunión que ustedes quieran, hay información de las 91 empresas que se vendieron, las 11 que se transfirieron, las 15 que se fusionaron, las 48 que se extinguieron y las 139 que se liquidaron; no tenemos ninguna duda y no queremos que nadie la tenga, no queremos que aquí los chismes producto de alucinaciones, consigan medrar en la confiabilidad de la gente; el proceso de desincorporación fue un proceso transparente y la información que dejamos lo comprueba.

Me interesa hacer finalmente un par de comentarios, el primero relativo a la pobreza; aquí se vino a poner el ejemplo lacerante que a todos nos duele: el de los tarahumaras, que nos duele a todos, a los mexicanos con un Gobierno priísta por lo que ahí sucede y seguramente también a la gente de Chihuahua con un Gobierno panista que seguramente también les duele por lo que sucede, pero seamos objetivos, los tarahumaras están viviendo la peor sequía de la historia reciente, hace más de tres años que no cae una gota de agua en esa zona. El asunto ciertamente nos compromete, pero analicemos las cosas, compañeras y compañeros, en su dimensión, debemos decir que la lucha contra la pobreza ha sido una prioridad y debemos decir que también ahí hay logros importantes: 14 millones de mexicanos más tienen hoy agua potable, 12 millones más de mexicanos tienen drenaje, 16 millones más tienen energía eléctrica, la proporción de hogares en pobreza extrema que era de 14.1 en 1989, hoy en 1992 fue de 11.8% habiendo crecido la población en 2.1%.

Prefiero, para terminar, el asunto de la balanza comercial. Al PRD le preocupa el déficit, el déficit de la cuenta corriente, un déficit que se compone mayoritariamente por bienes intermedios, después por bienes de capital y finalmente en más o menos el 10% en bienes de consumo; lo importante es cómo se financia este déficit. Se financia con un superávit en la cuenta de capital. ¿Qué es lo que estamos haciendo? Estamos trayendo ahorro foráneo para financiar nuestro déficit en la cuenta corriente, esto quiere decir que todo lo que nos sirve para traer bienes intermedios y principalmente bienes de capital es ahorro foráneo que sirve para que crezca nuestra economía, para que se recupere nuestra economía. ¿Es bueno el déficit?, no es bueno ni malo por sí, depende de las condiciones, depende de las circunstancias.

Termino diciendo lo siguiente: estamos ciertos para que no venga nadie a decir aquí que venimos a plantear el mundo feliz. No venimos a plantear ni el mundo feliz ni el mundo ideal, estamos ciertos de que falta mucho por hacer, pero estamos ciertos también de que hoy tenemos condiciones para un crecimiento sostenido y real, lo decimos nosotros, pero también lo dicen los mejores economistas y estudiosos del mundo, entre otros, los que trabajan para los inversionistas foráneos que siguen viniendo con sus capitales a México.

Entre otros, tenemos hoy las condiciones para un crecimiento real y sostenido y bueno, yo creo que ciertamente no estamos en el mundo ideal, pero si estuviéramos en el mundo que vinieron a plantear aquí las compañeras y compañeros de la oposición, seguramente 17 millones 164 mil 41 mexicanos no hubieran votado por el PRI. Muchas gracias.

El Presidente:

Han solicitado intervenir para hechos, hasta ahorita, los señores diputados Jorge Padilla y Saúl Escobar. ¿Alguno más?... Marcué y Pardiñas...

El secretario Adrián Víctor Hugo Islas Hernández:

Señor Presidente, ¿gusta que la Secretaría vaya anotando los nombres?

El Presidente:

A ver, sí.

La diputada Ifigenia Martínez, Carlos Navarrete...

Tiene la palabra el señor diputado Jorge Padilla, primero inscrito.

El diputado Eric Eber Villanueva Mukul (desde su curul):

Señor Presidente, quiero hacer una pregunta y el señor diputado dijo que al terminar.

En una disertación de un economista digno de haberse formado a partir de las lecturas de Luis Pazos y del programa de Televisa, el señor diputado hace una caricatura de lo que es la economía mexicana en todos los sentidos y pretende descargar la responsabilidad de su partido y del Gobierno anterior, al decir que fueron las políticas populistas y las altas tasas de inflación que hicieron aplicar las nuevas políticas...

El Presidente:

Señor diputado, formule su pregunta por favor.

El diputado Eric Eber Villanueva Mukul (desde su curul):

Voy para allá, voy para allá.

Quisiera que en términos concretos me conteste el orador, ¿a qué partido pertenecieron los gobiernos pos revolucionarios que desarrollaron políticas populistas y a qué partido perteneció el Gobierno de Miguel de la Madrid que tuvo tasas de inflación del 86% anuales? Nada más.

El diputado Roberto Rafael Campa Cifrián:

Mire usted, compañero diputado, estoy buscando los apuntes con los que comencé mi intervención, porque no rehuimos a ninguna responsabilidad. Bueno, pues a qué partido... pues... usted, como todos, sabemos que esos gobiernos fueron gobiernos del PRI... pero, voy a terminar mi respuesta, compañero diputado.

Yo inicié mi intervención diciendo que esas políticas de los setenta, inaplicables por cierto ahora, fueron no solamente las que estuvieron en boga en México, sino que estuvieron en boga en el mundo, pero ya que me pregunta usted sobre las consecuencias de los gobiernos de mi partido, debo decirle que mi partido, ese mismo, ese mismo, es el que comenzó a gobernar cuando México era un país semifeudal y prácticamente rural y hoy México es la economía número 14 del mundo, ese mismo partido y ese mismo Gobierno.

Ese mismo partido es el que gobierna un país en el que hay, hoy, 25 millones de mexicanos educándose en los sistemas públicos de educación gratuita; 25 millones es más que la población de la mayor parte de los países del mundo, ese mismo partido, ese partido es el que tiene en este país un sistema de salud donde están millones de mexicanos, que le permite servicios de salud prácticamente a todos los mexicanos. Con los mismos médicos que en la mañana atienden a quien tiene recursos, en la tarde a quien no tiene; ese mismo partido y ese mismo Gobierno es el que tiene y ha mantenido la estabilidad y la paz social en un país, en un contexto, compañero diputado, en el que ningún otro de nuestros vecinos puede decir lo mismo y ningún otro de los países que fundan a la nación mexicana, los españoles o los judíos, pueden decir lo mismo; es un partido que tiene, sin duda, muchos más puntos a favor que en contra y no lo digo yo, lo dicen la mayor parte de los mexicanos que, aunque no les guste, el día 21 fueron a votar. Muchas gracias.

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Jorge Padilla, para rectificar hechos, por cinco minutos.

El diputado Jorge Humberto Padilla Olvera:

Al diputado Campa nada más le faltó decir que los millones y millones de braceros son turistas que se andan paseando en Estados Unidos. También iba a decir el diputado Campa que los cinturones de miseria son campamentos de hippies. Así son ellos.

¿Por qué será que todo un doctor en economía huyó de un debate económico con un abogado contrincante en la contienda electoral? Porque no tiene argumentos. Acaba de decir del avance de la educación. ¡Por favor!, es la vergüenza en el continente, cuarto de primaria en promedio, más del 10% de iletrados. Cuba, El Salvador, Costa Rica, Chile, Argentina, Uruguay, lo sobrepasan en nivel educativo por mucho. Compañero, ¿de qué está orgulloso?, ¡por favor!

Y la medicina, ¡por Dios!, el nivel de mortandad en México es muy elevado a los mismos países. No estoy hablando yo de los industriales, estoy hablando de latinoamericanos. ¡Por favor, ya basta de demagogias!

De qué se trata, señores, ¿por qué si somos tan felices en México se nos van nuestros hermanos arriesgando la vida, sufriendo humillaciones? No es por viajes de turismo, se los aseguro.

Y las manifestaciones en las calles no son porque andan celebrando el carnaval o porque andan felizmente festejando lo ricos que son. ¡Basta, señor, de mentiras!, estamos en México. Qué demagogia, no hemos oído otra cosa más que demagogia, desde las 10.00 de la mañana hasta ahorita, mentira tras mentira.

Resulta que en el informe nos dicen ahora que Chicago, que Illinois, que Nebraska, son de México, pues importamos 106 millones de dólares de maíz y todo es producido en México. Yo no sabía que habíamos reconquistado hasta los Grandes Lagos del territorio.

¿Por quién toman, señores priístas, a la oposición? ¿Por quién toman ustedes, señores priístas, al pueblo de México? El pueblo de México se da cuenta y ustedes dicen que votaron 17 millones; de los 35 que votaron, en primer lugar no es mayoría, es el 48% y aprendan a dividir. En segundo lugar, ¿qué clase de votos es el 80% de la pobre gente que ustedes tienen, humillados y postrados en la miseria? A esa gente la aterrorizaron, la compraron, la manipularon. Los votos de la oposición, los votos mayoritarios de la oposición son votos libres, son votos libres. Que no se les olvide.

El Presidente:

Tiene la palabra, para rectificar hechos, el señor diputado Saúl Escobar.

El diputado Saúl Alfonso Escobar Toledo:

La única defensa que ha aducido aquí el PRI, es que cuando los criticamos dicen: "es que quieren volver al pasado". Nosotros les respondemos: "lo que queremos es denunciar la miseria, lo que queremos es denunciar la improductividad, la marginación, la exclusión; eso no es volver al pasado, eso es reclamar un país mejor para todos los mexicanos.

Cuando nosotros les decimos que su política económica es equivocada, ellos dicen: "es que ustedes añoran a los años setenta". Y nosotros les decimos: "demuéstrenos con alguna cifra que no estamos peor que antes; demuéstrenos con alguna cifra que ustedes no han destruido al país en su planta productiva, en su empleo, en el campo, en los niveles de pobreza; demuéstrenos que ustedes, con sus experimentos neoliberales, no han sacudido al país y lo han convertido en una tragedia económica".

No es que añoremos el pasado, lo que decimos simplemente es que ustedes han empeorado las cosas, que no han sabido conducir al país hacia la prosperidad, que no han resuelto el problema del nivel de vida de los mexicanos. Eso no es volver al pasado ni añorar los setenta; es simplemente demostrarles con datos, con cifras, con hechos, que ustedes no son capaces de conducir a este país por el sendero de la prosperidad. Ese es nuestro argumento.

Y ahí están las pruebas y ahí están los números. Por donde quiera que le busquen la planta productiva está peor que antes; por donde quiera que le busquen los salarios están peor que antes, el empleo está peor que antes, la pobreza es mayor, la concentración del ingreso es peor, es más regresiva que antes. Eso es lo que estamos reclamando. No hagan, pues, trampa con los argumentos. No les estamos diciendo que queremos volver a los setenta; lo que queremos decirles es que tienen que cambiar, que tenemos que cambiar porque este país ya no aguanta más sus experimentos que sólo han empeorado las cosas.

Y cuando ustedes nos dicen que somos estatistas, nosotros les respondemos: "no somos estatistas, lo que estamos reclamando es que acaben con sus propios dogmas y recuerden y entramos a una discusión de economistas, que incluso los famosos tigres de Asia tienen una fuerte intervención económica por parte del Estado, que incluso esos países protegen su economía, aunque no están aislados del exterior. Que también esos países no tienen y no han hecho una apertura comercial como la han hecho aquí, tan apresurada, tan desbalagada, tan irresponsable, que ha destruido buena parte de la planta productiva nacional". Eso es lo que estamos diciendo.

Entonces, nosotros no estamos peleados con la historia, pero ustedes sí están peleados con el bienestar de los mexicanos. Ustedes sí están peleados con la mejoría de la mayor parte del pueblo mexicano y se nos habla todavía aquí de que la venta de las empresas ha sido una excelente medida.

Yo simplemente preguntaría al diputado si alguna vez no se le ha descompuesto el teléfono y ha tenido que esperar meses para que se lo compongan; si alguna vez no ha tenido la necesidad de acudir a un teléfono público y lo encuentra completamente destartalado. ¿Dónde están los compromisos públicos que se hicieron para invertir en Teléfonos de México y mejorar el equipo y darle un mayor nivel de productividad y tecnología? Lo que han hecho es utilizar la empresa para enriquecerse personalmente y hoy Teléfonos de México sigue siendo una empresa en ruinas, una empresa improductiva, una empresa que todavía no levanta como debería ser para un país con esta estatura y todavía nos pregunta que cuáles son los problemas de la venta de los bancos, cuando ya aquí le recordamos todos los escándalos financieros y no decimos que esté mal que los persigan, sino lo que decimos es que esos escándalos financieros demuestran, sacan a la luz, lo mal que se hicieron las privatizaciones.

Lo malo no en el sentido de sus precios, sino en el sentido de cómo entre pocos se repartieron el botín de las empresas paraestatales. Si no, señores, revisen las biografías de Cabal Peniche, de Roberto Hernández, de Carlos Slim, y entiendan, a ver si esto les hace reflexionar, cómo hasta el New York Times, que a lo mejor también es un periódico estatista que quiere regresar a los setenta, llamó el negocio del siglo.

Y recuerden también que estas aseveraciones las estamos haciendo no sólo nosotros, sino muchas personas fuera del país, que también han reclamado que este país debe cambiar. Ahí están por ejemplo las opiniones de Roger Dongbush, o las opiniones de otros economistas norteamericanos y, como ustedes dicen, como siempre, van a la moda. En los setenta era el PRI estatista porque iba a la moda con el mundo, hoy en los ochenta y en los noventa ya no es estatista porque va a la moda con el mundo.

Bueno, aunque sea por eso, lean un poco la prensa extranjera y recojan ahí las críticas. Quizá a los críticos exteriores le hagan más caso que a la oposición interna, porque así están acostumbrados. Muchas gracias.

El diputado Manuel Marcué y Pardiñas (desde su curul):

Pido la palabra para hechos.

El Presidente:

Para rectificar hechos, se concede la palabra al diputado Marcué, por cinco minutos.

El diputado Manuel Marcué y Pardiñas:

Espero, señores diputados, no ponerme más tenso de la cuenta para que no me vuelva a dar otro infarto, como me dio cuando fui la primera vez diputado y me bajé casi cayéndome de esta tribuna.

Señores: tuve la oportunidad de hablar cuatro o cinco veces con mi amigo Salinas de Gortari. La amistad es una y la política es otra. Yo estoy haciendo política, y yo en su tiempo, en su momento, lo critiqué con dureza, pagando en la prensa nacional mis dichos, porque aquí, en esta Cámara, y desgraciadamente en casi todos los partidos, se utiliza el dinero también para controlar a algunos periodistas o a algunas otras personas de los medios.

Señores del PRI, ustedes, señores del PRI, y lo voy a decir con respeto para ustedes, no pertenecen al PRI que creó Plutarco Elías Calles; ustedes no pertenecen al PRI de Emilio Portes Gil; ustedes no pertenecen al PRI de Abelardo Rodríguez, con todos sus defectos, ni al de Ortiz Rubio y menos al de Lázaro Cárdenas; ustedes pertenecen al PRI de la corrupción; ustedes pertenecen al PRI de la cobardía; ustedes pertenecen al saqueo que del campo han hecho los gobiernos últimos a partir, y lo digo con tristeza, de Miguel Alemán. A ese partido sí pertenecen ustedes, al partido del saqueo, de la traición a la Constitución, el que ha hecho la pobreza en este país.

Ustedes no pertenecen a la gente que creó el ISSSTE, a la gente que en su tiempo se preocupó por la educación; a la gente que fundó el Seguro Social. Ustedes pertenecen a los saqueadores del Seguro Social y del ISSSTE. A esos sí pertenecen.

Les habría de dar vergüenza, vergüenza, ponerse PRI.

Por eso, a mí me dio mucho gusto cuando algunos señores del PRI, porque también en el PRI hay algunas personas respetables, pensaron en cambiarle el nombre.

Señores, les decía yo al principio que tuve la oportunidad de hablar con mi amigo Salinas de Gortari y que en la primera entrevista le dije lo siguiente, lo voy a decir con respecto hacia el jefe de Estado. Le dije: "Mira, Salinas...- es mi amigo, no se olviden de eso-, tú tienes un equipo de carácter económico que por ahora no se les puede decir- voy a decirlo en otros términos, no en los términos que se lo dije-, que sean tontos, no se les puede decir que sean...que dejen de ser inteligentes". Son gente inteligente, no son tontos y creo yo que la responsabilidad de ellos, de ese equipo, no es balandronada, no creo que se hayan robado el dinero, ya lo veremos en el próximo periodo cuando se hagan las investigaciones.

Y le dije también esto: "Salinas, no tienes equipo político, es necesario hacerlo, porque sin equipo político los del nuevo PRI, esos que estoy viendo, te van a traicionar y te van... no digo la palabra te van a perjudicar."

¿Y qué ha sucedido, señores? ¿Es verdad o no que ustedes, ahorita me están aplaudiendo, pero mañana y cuando se habla en corto con muchos de ustedes, le mientan la madre, lo acusan de cosas que no tienen el valor de venirlo a decir en esta tribuna, ¿sí o no señores? Qué tristeza me da, qué tristeza me da y digo tristeza, porque ya pronto, porque tengo casi 80 años, 80 años y parte de ellos casi 60 ó 50 de ver las traiciones de ustedes, las ladronadas de ustedes, las mentiras de ustedes, la traición a la Constitución y a todo.

Jóvenes del PRI, que los hay y los hay buenos, porque no todos son traidores, reflexionen, hagamos un México nuevo para los que vienen atrás, para nuestros hijos, no un México de ratería y de inmoralidad, eso es lo que les digo a muchos jóvenes con los que llevo amistad y que están en el PRI; ustedes deben tener una moral, no agarren la moral de los viejos que han prostituido a la juventud en el PRI.

El Presidente:

Tiene la palabra la diputada Ifigenia Martínez, para rectificar hechos, por cinco minutos.

La diputada Ifigenia Martha Martínez Hernández:

Con su venia, señor Presidente:

Compañeros, realmente el tono que está tomando, que ha tomado esta sesión, porque creo que el tema que hoy nos convoca es de suma seriedad y no es para que se vengan aquí a construir mamertos de cartón, para después tumbarlos y decir que son estatistas, que son esto y que son lo otro, cosas que no hemos dicho ni sostenemos.

Por eso, aún a riesgo de ser reiterativa, creo que lo que en estos momentos debe guiar la política económica del país, es una tasa de desarrollo, la máxima posible, mayor que la tasa histórica que fue del 6%, la máxima tasa compatible con la estabilidad monetaria y con el equilibrio externo. Al mismo tiempo también esta tasa requiere el reparto, requiere ser equitativa y no hay otra manera de hacer lo que digo y eso está perfectamente bien estudiado por todos los teóricos del crecimiento, economistas, teóricos y prácticos, que aumentar la inversión; si queremos tener ese desarrollo con estabilidad y equilibrio externo, necesitamos aumentar el ahorro, el ahorro nacional, es un imperativo; aumentar la inversión, pero no hacia lo loco, sino aumentarlo cuidadosamente, planeado regionalmente.

Necesitamos un desarrollo democrático y esto necesita ser mediante un sistema de planeación democrática y éste tiene que ser descentralizado, que dé lugar a que se manifiesten las necesidades y las iniciativas locales.

Lo que tenemos ahora es todo lo contrario, ya lo dijimos. Sí, se consiguió, se bajó la inflación, pero dígase lo que se diga, la tasa de desarrollo ha sido totalmente insuficiente: 0% en el sexenio del reajuste y 2.8% en éste, totalmente insuficiente para generar los empleos. No queremos la vuelta al pasado, pero señores, no es nuestra culpa, las cifras frías indican que todos los gobiernos, desde Lázaro Cárdenas del Río hasta José López Portillo, tuvieron mejores resultados, rindieron más bienes y servicios en su tiempo, tomando en consideración el incremento de la población, que para muchos fue lo peor, que los de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas. Esos son hechos.

También es un hecho que ahorita estamos en una situación bastante delicada en todas las ramas de la producción, en la producción real; por lo tanto, no somos estatistas, pero sí creemos que el Estado, el Gobierno, porque para eso está, las políticas públicas como ahora se les llama, tienen una enorme responsabilidad en diseñar medidas e instrumentos que hagan posible esa tasa de desarrollo con el concurso de todos. Es más, los gobiernos posrevolucionarios nunca fueron estatistas, ustedes pueden leer todos los discursos de los secretarios de Hacienda, de los directores del Banco Central, todos preocupados porque la acción del Gobierno pudiera hacer más productiva la acción de los particulares y se pudiera crear una clase empresarial nacional. Todas las medidas que se tomaban eran medidas para impulsar el desarrollo.

Fue en 1982 cuando, como consecuencia de la crisis del financiamiento externo, se cambian los objetivos, y aquí se han declarado, primero, para pagar el servicio de la deuda externa, porque la deuda externa no se ha pagado, ahora es mayor que antes, en dólares; segundo, para ponernos a la moda, aquí también se dijo, de insertarnos a la economía internacional.

Si la economía internacional ha dado muestras de que nos hace tan malas jugadas, como subir la tasa de interés, bajar el precio del petróleo, evitar que emigre o que vaya nuestra mano de obra a trabajar al extranjero, discriminarla y todo, ahí estamos de necios queriendo entrar a la boca del lobo. Significa eso que quiero ser... ahora me van a decir: ¡hay!, aislacionista, fuera de la realidad. ¡No, señores! ¿Cómo vamos a estar fuera de la realidad?

Siempre hemos estado insertados en la economía mundial desde la Colonia, cuando contribuimos a la prosperidad de Europa con el producto de nuestra minas y lo seguimos estando. Eso de que la economía estaba cerrada es la peor tontería que he escuchado. Incluso, teníamos también ya desde entonces un déficit en la balanza de pagos, porque desde entonces importábamos más de lo que exportábamos.

De manera que tengamos mucho cuidado con las palabras y veamos hacia el futuro. Gracias.

El Presidente:

En el uso de la palabra, el diputado Manuel Beristáin.

El diputado Manuel Beristáin Gómez:

Muchas gracias, señor Presidente; señoras y señores diputados:

Cuando se glosa un informe, este informe debe de contener hechos y no intenciones, independientemente de que faltaría adjetivar esas intenciones.

Es claro y es cierto que se han aplaudido devaluaciones, inflación, deflación, estatización, reprivatización. Todo ese historial de bandazos económicos se ha aplaudido y no vamos lejos y con todo respeto les digo a los compañeros del grupo mayoritario aquí seguramente hay diputados que han aplaudido toda esta historia. Es realmente responsabilidad de esta cámara rescatar la dignidad y la seriedad para tratar los asuntos en su momento y aceptar que hubo equívocos y que hubo logros también. Pero esto corresponde a cada uno de nosotros como miembros de esta LVI Legislatura, el rescate de la dignidad de esta legislatura y de la ética del legislador.

Quiero dirigirme al diputado Campa. El grupo parlamentario de Acción Nacional ha mostrado su seriedad en la historia de este parlamento mexicano y toma la palabra y la invitación del diputado Campa. El dejó aquí unos papeles a la Secretaría donde satisface, únicamente en una forma alegórica, que está integrado todo el proceso de licitación de las empresas que vendió el Gobierno. Esta toma de responsabilidad del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, es a través de una propuesta seria, porque si estamos glosando un informe, se deben de desprender acciones serias y contundentes.

La propuesta concreta a la invitación del diputado Campa, señor Presidente, es que se integre una comisión plural para auditar el proceso de licitación de las empresas públicas que se vendieron al sector privado, incluyendo bancos, incluyendo Teléfonos de México y como pasa en las auditorías de Hacienda, que se nos permita no nada más el acceso superficial de unos papeles depositados a la Secretaría; que se nos abran las puertas de los secretos de este proceso de licitación, para poder consultar quiénes son, quiénes fueron los accionistas que participaron en la licitación y poder investigar, inclusive, sus antecedentes y actividades empresariales y el origen de su propio capital.

Hago esta propuesta seria a la Presidencia de esta Cámara y que se ponga a consideración del pleno, aclarando que como es invitación de un diputado del grupo mayoritario, no le va a quedar otra alternativa que como huésped, nos dé una respuesta afirmativa. Muchas gracias.

El Presidente:

Tiene la palabra la diputada Matilde del Mar.

La diputada Matilde del Mar Hidalgo y García Barna:

Con su permiso, señor Presidente:

He pedido la palabra para hechos y espero no utilizar los cinco minutos porque considero que después de tantas discusiones, estamos realmente ya entendiendo poco y hablando mucho.

Con todo el respeto que me merecen las canas, los antecedentes de lucha y la experiencia de Marcué y Pardiñas, también quiero decir que no acepto ser tonta, que no acepto ser cobarde. Que tengo muy en honra pertenecer al Partido Revolucionario Institucional desde 1968, cuando la juventud se revolvía y cuando los que amábamos a México profundamente, queríamos encontrar los caminos por los caminos adecuados.

Tal vez eso se pueda llamar, o me puedan acusar de no haber vivido las épocas de la creación del Seguro Social, que fue por un presidente poblano, o las épocas de Portes Gil. También ellos presidentes emanados de mi partido.

Pero aun así, señores, quiero decirles que esta Cámara está fallando en algo y me refiero a todos nosotros. Creo que nos hemos agraviado lo suficiente y que basta ya. Yo fui diputada en la XL Legislatura, siendo muy joven.

Yo deseo que éste sea un trienio de éxito. Que salga un México mejor. Que nos sintamos orgullosos de ser mexicanos y de amar profundamente a nuestro país.

Señores, vamos todos, con la mejor de las voluntades, a no ofender el pasado ni el presente y a prepararnos muy seriamente para el futuro. Muchas gracias.

El Presidente:

Tiene la palabra el diputado Manuel Marcué.

El diputado Manuel Marcué y Pardiñas:

Con todo respeto para la señora, con toda admiración. ¡Es más valiente que muchos señores del PRI!

Ella ha venido a decir la verdad y le creo que sea una luchadora y que sea una gente responsable.

Señora, le felicito por venir a contestarme. No lo afirmé en lo general, señora. Yo dije que tenía amigos jóvenes y amigos en el PRI que son hombres respetables.

Para mí, mi admiración y mi respeto.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado José Narro Céspedes, del Partido del Trabajo.

El diputado José Narro Céspedes:

Nosotros, los del Partido del Trabajo, queremos plantear lo siguiente:

Cuando Salinas ascendió al poder en 1988, el país vivía una situación enormemente compleja y difícil. La caída del proceso de acumulación de capital iba acompañada de una crisis social y del virtual dislocamiento del régimen de dominación política instituido desde las reformas cardenistas.

Los objetivos fundamentales fueron en ese entonces reducir la inflación y recuperar el crecimiento, supuestamente para darle bienestar y empleo a la población.

Se logró eliminar el problema del déficit interno, fiscal. El fortalecimiento en algunas áreas de la economía que se pudieron insertar en la economía internacional de la competitividad. Pero nos encontramos en términos proporcionales con una disminución del empleo y con una disminución global del nivel de vida de la población.

Nosotros, como Partido del Trabajo, no planteamos como alternativa para nuestro país la alternativa del mercado y de la privatización, ni tampoco planteamos el estatismo o el nacionalismo populista. Planteamos el fortalecimiento del desarrollo del sector social de la economía y le apostamos al desarrollo de la economía, en el marco del fortalecimiento de la sociedad.

Otros factores favorecieron, en aquel entonces de 1988 a 1994 en el inicio, favorecieron la reforma estructural que ya había levantado vuelo.

La apertura comercial comenzó desde 1985 y la privatización ya había dado sus primeros avances. Los grandes conglomerados empresariales habían superado la situación de emergencia financiera y estaban ya en pleno proceso de reconversión.

Mediante la firma del Pacto de Solidaridad Económica, el Gobierno logró el respaldo, en aquel entonces, de los grupos de capital financiero, para combatir la inflación y profundizar en el proceso de reestructuración.

Pudiéramos dividir esta administración en las siguientes tres etapas: La primera etapa, de 1988 a 1989. La idea del equipo presidencial era inicialmente dar paso a un crecimiento gradual y moderado, que no pusiera en peligro la estabilidad macroeconómica. El crecimiento promedio del PIB anual en ese entonces, fue del 1.4%. La inflación fue descalonándose gradualmente.

La segunda etapa, de 1990 a 1991. Diversos hechos mueven a los dirigentes gubernamentales a lanzarse a una política a favor de un mayor crecimiento. Una nueva concertación con la oligarquía financiera permite dar paso a una baja sustancial de las tasas de interés, en tanto que se acelera la llegada de capital externo a la bolsa de valores, de la compra de valores gubernamentales. Estos dos años son los de mayor crecimiento económico de todo el sexenio, más del 3% y da lugar a una actitud de optimismo.

Tercera etapa, de 1992 a 1994. El panorama se amplifica con la puesta en marcha de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio y la eufórica recepción que está teniendo la subasta de los bancos. Sin embargo, la curva de crecimiento económico experimenta un declive hasta llegar a tocar suelo en 1993. ¿Qué ha pasado? Las cartas de triunfo se han convertido en problemáticas. Por ejemplo, la privatización bancaria ha dado nacimiento a un híbrido muy peligroso, la unión entre casas de bolsa, bancos y empresas industriales, conglomerados impedidos legalmente para constituirse, en otros países, que plantea enormes problemas de regulación que el Gobierno no está capacitado para afrontar y que darán lugar adicionalmente a una cadena de escándalos financieros hacia fines del sexenio.

Pero lo más grave, es que en medio del diluvio de inversiones foráneas en bonos y acciones, los grupos financieros nacionales imponen sus reglas al resto de la economía, con lo cual provocan una situación sumamente inestable, con poco margen para un crecimiento más vigoroso y equitativo. Se fortalece la inversión financiera y bursátil y no la inversión productiva. Se fortalece la inversión especulativa y en esos años, de 1992 y 1993, se da el superávit financiero en el marco de uno de los niveles de pobreza más grandes que ha padecido y ha tenido nuestro país, un superávit que golpea moralmente al pueblo mexicano, cuando son tantas sus necesidades, los requerimientos y los problemas que se tienen.

La sobrevaluación del tipo de cambio va haciéndose excesiva y no se aplica un correctivo oportuno porque se imponen los intereses de los grupos financieros y de los inversionistas internacionales, para quienes un peso fuerte es un factor que apoye la rentabilidad de los movimientos de capital entre fronteras.

La conformación de varias situaciones de monopolio en la banca y los servicios de telecomunicaciones, provoca el estrangulamiento de la pequeña y de la mediana empresa. En suma, aunque las transformaciones estructurales que se pusieron en marcha poseían un enorme potencial, los grupos y las oportunidades se concentran en manos del sector monopólico financiero. El Gobierno pudo haber aplicado correctivos rompiendo el monopolio en el crédito, aplicando una política cambiaria más favorable en las exportaciones, como en Chile, o favoreciendo la generalización de pactos de salarios y productividad e incluso diseñando una política industrial para evitar la fractura del aparato productivo a costa de la mediana y de la pequeña industria.

En esencia no hizo nada porque quedó atado de manos frente a los poderosos grupos monopólicos y financieros. La valoración de las reformas de Salinas hacen recordar la obra de otro reformador de talla histórica de México, que es Juárez; la expropiación de los bienes de la Iglesia, que este último decretó, no dio lugar a la conformación de una clase de pequeños agricultores que hubiese sido el sustento de la reforma liberal, sencillamente por el hecho de que las tierras fueron subastadas al mejor postor, quedando en manos de ricos terratenientes. El estado juarista quedó por lo tanto como rehén de los ricos hacendados, contradiciendo los principios de su propio programa liberal.

Hoy, con la venta de las paraestatales; hoy, con la entrega de la riqueza nacional a un pequeño grupo, pasa lo que pasó en aquel entonces, que la gran riqueza nacional estaba en la tierra y esa tierra fue concentrada en unas cuantas manos, constituyéndose las grandes haciendas. Con el amplísimo programa de transferencia de riqueza que llevó a cabo Salinas a través de las privatizaciones y otras reformas, sucedió aproximadamente lo mismo que en aquel entonces, esas haciendas que concentraron la riqueza nacional en unas cuantas manos y que llevaron a la miseria y a la pobreza a la mayoría de los mexicanos, fue la que dio origen a esa gran revolución reformadora y social mexicana.

Ahora, en México, tenemos situaciones similares en donde la riqueza se concentra en unas cuantas manos y la pobreza se extiende entre casi todos los mexicanos. Esta concentración de la riqueza ha impedido e impide que los programas de justicia social y equidad se hagan realidad. Los dueños del dinero y del poder son los que se han adueñado de este país.

El principal mérito de este sexenio es haber desencadenado un cambio que era a la vez inevitable y necesario, en virtud de que el modelo de desarrollo previo había quedado agotado; el principal error se encuentra en el manejo del proceso, en el cual se careció de una estrategia de integración de amplios grupos sociales al proceso de modernización, un proceso de modernización excluyente, fuertemente cupulario y plutocrático; de esta manera no sólo él sino su sucesor quedaron atrapados y enfrentados a las condiciones que esos grupos de poder financiero puedan definir para darle rumbo a este país.

Por eso, como Partido del Trabajo proponemos y planteamos lo siguiente: sobre las cuentas y las ventas de las paraestatales, hay dos graves problemas; uno, es la claridad de las cuentas; y, dos, ese dinero de las ventas de las paraestatales sirvió para formar un fondo de contingencia que fue manejado arbitrariamente únicamente por el Ejecutivo en donde el Poder Legislativo no tiene nada qué hacer.

Planteamos nosotros que es necesario revisar y proponer la intervención del Legislativo en el manejo de esos recursos.

Dos, creemos que mecanismos como el SAR, en donde a los trabajadores se les da el 2% por arriba de la tasa de inflación únicamente por la banca y ese dinero que entra a la banca es dado como crédito o para la compra de Cetes, como un mecanismo de jineteo de recursos, es necesario también que la cámara regule y norme esa forma a favor de los trabajadores.

Planteamos también que esta cámara debe de proponer, ante las nuevas formas de acumulación, un impuesto a las tasas, al capital bursátil y a la inversión bursátil; una tasa del 10% a la gente que tenga su dinero generándole riqueza en la bolsa de valores o en los fondos financieros, debe de cobrárseles un impuesto que ingrese a la renta nacional y que sirva como un mecanismo redistributivo de la riqueza a favor de la creación y de la inversión productiva para impulsar el empleo.

Creemos que tenemos que revisar el artículo 20 y 26 constitucional para hacer realidad la planeación democrática que se plantea en la ley y que no se lleva en la realidad y tenemos que impulsar en el campo por esa política que llevó al sector social de la economía al desastre, un programa nacional de emergencia hacia el campo, que lleve los recursos necesarios para dar rentabilidad y competitividad al campo y a nuestros compañeros campesinos.

Y planteamos también, como fracción parlamentaria del Partido del Trabajo, que esta cámara no nada más tiene que pronunciarse y mencionar a los compañeros de Chihuahua, de la Tarahumara; sino que tenemos que tomar una medida concreta que lleve ese dicho a hacerlo realidad mediante un mecanismo que permita que el conjunto de los legisladores de esta LVI Legislatura puedan o deban de apostar algo para ayudar a esos compañeros chihuahuenses. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado Eric Villanueva Mukul.

El diputado Eric Eber Villanueva Mukul:

Gracias, señor Presidente; compañeras diputadas, compañeros diputados.

Quisiera iniciar mi intervención retomando dos puntos planteados acá por la bancada, por una intervención de la bancada de Acción Nacional y una por el compañero diputado Narro, del Partido del Trabajo, que me antecedió.

El punto es éste. Creo que no hay diputado de las cuatro bancadas aquí existentes, que no hayan recibido quejas de miles de usuarios de Teléfonos de México. El argumento utilizado para la privatización, el argumento fundamental, fue que la empresa necesitaba recursos frescos para la reconversión tecnológica para su modernización y que el Estado no los tenía y que la iniciativa privada, el grupo empresarial que se encargara de Teléfonos de México metería esos recursos frescos.

La verdad es que esa propuesta no se cumplió. Teléfonos de México, mediante incrementos por delante a las cuotas del servicio, mediante manejos de las fechas para el cobro de los recibos, obtuvo esos recursos. Yo quisiera plantear acá, sumándome a esas iniciativas, analizar la posibilidad, señor Presidente, de iniciar un procedimiento para revisar las condiciones de privatización de Teléfonos de México.

Quiero referirme a un tema que no ha sido tocado, porque los campesinos, los productores del campo en este país dejaron de ser los hijos predilectos del régimen, para volverse los entenados y acá se ha planteado en intervenciones anteriores que los números fríos, las estadísticas sustentan avances en la economía. En el caso del sector agropecuario no hay donde agarrarse, ni de los números fríos. El gran fracaso en términos económicos, en términos sociales, y yo diría en términos éticos, es el problema del campo del presente régimen.

Al inicio del Gobierno se nos dijo, ya aquí se han expuesto los múltiples argumentos que fundamentaban esa propuesta, de una mayor presencia del mercado, que una política de privatizaciones y una reforma al conjunto de las leyes agrarias permitirían una recuperación económica, que había que dejar a las leyes del mercado, a la iniciativa privada, que reactivara la actividad agraria, que el Estado debía achiquitarse, que debería de retirarse de la actividad agropecuaria y acto seguido vinieron los continuos recortes presupuestales.

Puede decirse que el gasto durante los seis años del licenciado Salinas, no sufrió en términos reales lo que puede llamarse una contracción, pero sí un estancamiento que no pasó entre 3% y el 4% del gasto total y estas cifras habría que señalarlas, son las cifras más bajas de todos los gobiernos posrevolucionarios.

Se nos dijo que la apertura comercial desde 1985 con Miguel de la Madrid y luego acelerada a partir de 1989, de una gran cantidad de productos, permitirían un equilibrio con los precios internacionales, generaría mayor competitividad y que también eso influiría en la recuperación de los índices de producción. Hoy estamos ante un desastre total de la agricultura y la producción pecuaria. Se liquidaron empresas, se transfirieron, se privatizaron, se despidió personal técnico. A pesar de que el informe dice que se dio mantenimiento a la infraestructura hidráulica y que se incrementaron las áreas, quiero decirles que dentro del mismo sexenio hay un decremento del proceso de incorporación de infraestructura hidráulica. Esas son cifras del mismo informe.

Pero sobre todo y creo que lo más grave fue que todo ese proceso llevó a una desestructuración de las cadenas productivas. El retiro del Estado no fue suplido por la iniciativa privada ni por el sector social organizado; hoy el campo mexicano no tiene una instancia de gestión, no tiene una instancia de dirección, no tiene una visión y un proyecto estratégico de desarrollo.

La reforma de 1991 del 27 constitucional, las leyes reglamentarias, no atrajeron inversión privada ni nacional ni internacional. La gran propuesta de las agroasociaciones tampoco fue un instrumento que permitiera reactivar el campo. Las agroasociaciones no pasan hoy de ser unos cuantos cientos y por lo tanto no suplen al papel que jugaba el Estado.

¿Cuál es el resultado de esa política durante los seis años? La caída del producto interno bruto del sector agropecuario, apenas en 1.2% anual, abajo del 1.9% de crecimiento demográfico y abajo del 3% de requerimiento de demanda de empleos en el campo y también por debajo del índice del crecimiento de la economía en su conjunto.

Las carteras vencidas son otra consecuencia de esa política. He oído algunos funcionarios de la Secretaría de Agricultura y de otras instancias argumentar que la acumulación de carteras vencidas es producto de la ineficiencia de los productores. En realidad mucho, la gran mayoría de esta situación se debe sobre todo a factores macroeconómicos que se combinaron y sobre todo en muchos casos a la falta de mantenimiento, de infraestructura, llámese hidráulica, de carreteras, de comercialización, que hicieron disminuir, estancar la producción y la productividad de los productores.

Pero hoy las carteras vencidas suman entre 1989 y 1993, según la SARH, de 203 millones de nuevos pesos a 3 mil 684 millones de nuevos pesos. Otras fuentes atribuyen una cantidad de 4 mil 400 millones y hasta 5 mil 700 millones de nuevos pesos y una cantidad de más de 200 mil productores afectados.

No se trata sólo de ejidatarios minifundistas en tierras de temporal, productores de alimentos básicos y con poco potencial productivo, como los ha calificado el Gobierno, como los han calificado las instituciones del sector agropecuario y la banca internacional; se trata también de pequeños, medianos y aún grandes productores agrícolas y pecuarios, muchos de ellos incluso con infraestructura importante.

La balanza comercial se ha incrementado terriblemente en su déficit. Ha pasado de 994 millones en 1989 a 2 mil 878 millones de dólares en 1993.

Pero si la política en general ha tenido un alto costo social, en el campo la política económica, la política agrícola y la política agraria ha tenido costos sumamente desastrosos.

La gran mayoría de los pobres de este país, cerca de 23 millones de habitantes todavía, persistentes en permanecer en la actividad rural y en el campo, viven en condiciones de pobreza y extrema pobreza.

Una de las circunstancias producto, dentro de esta lógica económica, no sólo dentro de estos seis años, sino como dijera la maestra Ifigenia, producto también del sexenio anterior, es decir, 12 años de política neoliberal y 12 años de estancamiento económico en el campo, han generado y agudizado las condiciones que permitieron el surgimiento del levantamiento armado en Chiapas. Esa es la verdadera responsable.

Pero esto, lo de Chiapas, que nos sacudió las conciencias, creo que hoy el caso de los tarahumaras nos lastima en toda nuestra moral pública, pero señores, Chiapas, Tarahumara, solamente es lo que ha salido a la luz pública. Están los mixes de Oaxaca, están los mayas de Yucatán y un conjunto de 20 municipios de

Yucatán vive en condiciones peores que Haití, y que la mayoría de los 10 millones de indígenas de este país viven en esas condiciones.

Solidaridad y Procampo no han sido suficientes para contrarrestar la pobreza en el campo, ni solidaridad en los servicios, ni solidaridad en su programa de apoyos a la producción, ni tampoco Procampo, porque en el fondo está diseñado dentro de las propuestas de la banca mundial para apoyar a los productores pobres, como ya he señalado, en condiciones de poco potencial productivo. No son en sí mismos proyectos que contengan elementos productivos, por el contrario, agravando esta situación fue utilizado y ha sido utilizado cuando menos esencialmente, en una política clientelar y electoral. Electorera diría yo.

No podemos, aquí se ha planteado la necesidad de discutir en términos de economía, los resultados del presente sexenio, no podemos seguir por esa ruta. El campo mexicano necesita una profunda reestructuración y modernización, pero no una modernización entendida como un proceso a 20 años, donde el más fuerte podrá susistir y el más débil, la inmensa mayoría, empezar a morirse de hambre como los tarahumaras o como otros grupos indígenas. Requiere un proyecto que tome en cuenta la característica de la agricultura y del sector agropecuario mexicano, es decir, un proyecto que considere que México es un país en el que los productores de tipo campesino tienen una profunda presencia y todavía una presencia mayoritaria en el sector agropecuario.

Tenemos que, en contrapartida, a dejarle a ese dogma que el neoliberalismo se componga por sí solo, tendremos que desarrollar un proyecto que permita elaborar proyectos integrales de desarrollo regional, que permita ver el sector de productores, las ramas de producción y sobre todo los proyectos de integración vertical.

Es mentira aquello que dicen que las grandes empresas son las que tienen viabilidad hoy en el mundo.

Invitaría a los compañeros diputados que alaban el proyecto neoliberal a que se den una vuelta por los Estados Unidos, que se den una vuelta por el campo de Canadá y se den cuenta que el proyecto que nos han querido vender se despreden de algunos textos leídos en los campos universitarios de los Estados Unidos.

Hay que caminar y ver que el proyecto de desarrollo agrícola, pecuario, de Estados Unidos y de Canadá, es mucho más complejo que lo que nos han dicho y que sí hay intervención estatal, que sí hay regulación estatal y que sí hay subsidios de los tres niveles de Gobierno, federal, estatal o provincial e incluso municipal. Gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado David Vargas, del Partido Acción Nacional.

El diputado David Vargas Santos:

Señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Yo creo que el consenso de los grupos parlamentarios que integramos esta cámara, o es consenso de estos grupos que integramos esta cámara, que la política económica del actual Gobierno no ha tenido los resultados esperados, algunos más críticos que otros, pero yo creo que hay una conclusión muy clara de que no ha tenido los resultados esperados.

Por un lado, la realidad se ha quedado muy alejada de lo ofrecido, ahí tenemos planes nacionales, documentos de criterios generales para demostrar esto y por otro, el éxito macroeconómico ha sido sólo aparente, debido a que la mayoría de la población no alcanza a percibir mejoría alguna, basta recorrer las calles para demostrar esto.

Los privilegiados son un pequeño grupo con fuerte poder económico. Esto ha motivado que el número de personas que viven en la pobreza en nuestro país y la inequitativa distribución del ingreso continúe incrementándose.

El sacrificio del ajuste adicionalmente ha sido muy desigual, siendo la clase trabajadora y los pequeños y medianos empresarios los más afectados; en contrapartida el menos sacrificado el Gobierno.

Los trabajadores han venido cediendo terreno a los grandes capitales; el Gobierno se ha rezagado respecto a sus propios objetivos y en relación a las exigencias de la sociedad.

Bien es cierto que la inflación muestra una tendencia descendente; lo curioso es que la sociedad no percibe con claridad uno de estos grandes supuestos logros, quizá el más importante señalado aquí en materia de política económica en la actualidad.

Reconocer que la inflación esté descendiendo, no significa que es suficiente y que las medidas aplicadas sean las efectivas. Hay que entender que existe una desviación respecto a las mismas metas planteadas por las autoridades, en estos seis años esta desviación supera el 25% y hay que entender que tenemos tasas de inflación dos o tres veces superiores a la de los países con los que comerciamos.

En materia de finanzas públicas es indiscutible que el saneamiento financiero alcanzado por las autoridades es histórico: de un déficit persistente pasamos a superávit.

Sin embargo, hay que entender y reconocer que la mayor parte de éste se ha logrado por la reducción de intereses, el terrorismo y persecución fiscal.

El problema de las finanzas públicas adicionalmente en cualquier país, no se limita a su saneamiento financiero, sino fundamentalmente a la calidad del gasto y ésta no ha mejorado nada en los últimos años.

De esto depende que una economía pueda desarrollarse sanamente y no se enfrente de nuevo a problemas; existe el riesgo latente de que esto suceda en México.

Adicionalmente, en materia de finanzas públicas la cuestión de repartición a los estados es totalmente inequitativa y ahí tenemos las participaciones a estados y municipios; el Gobierno Federal continúa concentrando los ingresos y los gastos, esto no es eficiencia.

En materia de crecimiento económico si bien es cierto que éste ha sido superior al crecimiento poblacional, también es cierto que no alcanza a generar los empleos que requerimos, tal y como se ha venido señalando aquí. Adicionalmente no podemos dejar de señalar que el ritmo de crecimiento esperado para el último trienio 1992-1994, será muy inferior al mencionado por las autoridades al iniciar su Gobierno y plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo. Muchos buenos propósitos, muy pocos resultados exitosos.En materia de empleo, las autoridades se aferran en afirmar que el desempleo en el país no ha crecido, sino que incluso ha disminuido durante este sexenio, han dado cifras de desempleo abierto, el propio informe señala cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social. En otros años se ha insistido en que las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social no son ningún elemento para señalar que ha habido crecimiento en el empleo, sin embargo, se insiste en ello.

Para realizar una evaluación más precisa de esto, tenemos que tomar en cuenta no sólo el número de personas que se encuentran totalmente desempleadas, sino también aquellas que no han podido ser absorbidas por la economía formal y se ven obligadas a trabajar en actividades subterráneas informales y por lo tanto se encuentran subempleadas.

El fenómeno del subempleo en cualquier parte del mundo y en especial en las economías subdesarrolladas, tiene como una parte importante la crisis económica, México no es ajena a ella.

Así mientras que en 1988 uno de cada ocho trabajadores estaba empleado en la economía informal, para 1994 esta proporción se incrementa a uno de cada cuatro, se duplica el problema.

La economía formal ha sido incapaz en esta última década de absorber al gran número de personas que año con año se incorporan a la fuerza de trabajo y demanda un empleo. Se ha insistido en que requerimos crecimientos superiores al 6% para poder cubrir a 1 millón 200 mil personas que se integran año con año a la fuerza laboral. No es suficiente tener crecimientos del 3% o menos.

En materia de salarios, la política salarial es injusta y no ha servido para compensar el deterioro del poder adquisitivo. Las autoridades nos mencionan información proporcionada por el INEGI, el seguro social, argumentando que en estos seis años se incrementa el poder adquisitivo. Sin duda alguna son muy pocos mexicanos los que podrán avalar esto.

La razón está en el hecho cada vez que es más palpable que las estadísticas oficiales sólo observan una parte pequeña de la realidad, en este caso encuestas referidas a centros comerciales en las tres áreas metropolitanas o en la industria manufacturera. El problema ocupacional del país no se puede limitar a estos sectores.

Desde que se instrumentó el pacto el salario mínimo, acumula una pérdida de poder adquisitivo superior al 30%. Han sido inferiores los aumentos salariales al incremento de precios en la canasta básica.

Frente a este argumento las autoridades insisten en señalar que el salario mínimo no es representativo, debido a que son muy pocos los que lo ganan, al respecto bastará señalar que de acuerdo al censo de población más del 25% de los trabajadores no alcanza a percibir ni siquiera el salario mínimo. En el sector agropecuario este porcentaje casi llega al 50%.

En materia de sector externo ha existido una polémica importante aquí en dos renglones: tipo de cambio, mencionado por pocos y déficit en cuenta corriente.

El dilema que se plantea en materia de tipo de cambio es, si debe devaluarse o no la moneda. Al respecto las autoridades responden que no existe ninguna razón especial por la cual deba ocurrir esto, además de que la actual política cambiaria está cumpliendo un objetivo específico: es ancla de los precios.

La razón de la discusión estriba en la importancia que en la sociedad asignamos al tipo de cambio, inclusive la sociedad en general lo toma como una medida del éxito o fracaso del programa de Gobierno, recuerden ustedes el refrán: Presidente que devalúa se devalúa.

Lo anterior ha motivado que en diversas ocasiones las autoridades hayan tomado las decisiones de política cambiaria más por razones políticas que económicas. La actual política cambiaria al igual que la salarial ha venido sosteniendo incrementos muy por debajo de la inflación, esto ha ocasionado una tendencia decreciente, constante del tipo de cambio real, lo que significa, nos guste o no, una pérdida de competitividad creciente para nuestros productos.

A lo anterior, las autoridades argumentan que su efecto es mínimo, si se considera sobre todo, que las exportaciones continúan aumentando y que no queremos exportaciones de temporal. Hay que revisar qué es lo que está sucediendo con las exportaciones, hay que distinguir entre empresas mexicanas y transnacionales, las que están creciendo son las transnacionales; las mexicanas, no.

En materia de importaciones, lo que está sucediendo también, nos guste o no y después de la apertura, continúa, nos guste o no, el desplazamiento o cierre de empresas mexicanas por extranjeras. Así, la participación de las importaciones en la oferta total en México se ha incrementado en más de dos veces en los últimos seis años. Alrededor de una tercera parte de los productos de la industria manufacturera que se ofrecen en el país son importados.

En materia de déficit en cuenta corriente, es cierto que hasta ahora el creciente déficit ha logrado ser financiado generalmente por la inversión extranjera. A partir del segundo trimestre de este año ya no se puede sostener esto. Si ustedes revisan la información al respecto se observa que la balanza de capitales superavitaria fue insuficiente para cubrir el déficit en cuenta corriente, por eso se redujeron las reservas, por eso hubo fuga de capitales.

Adicionalmente, sostener enormes déficits no son una manera sana de crecer, tarde o temprano se encontrarán los límites y se entrará a una nueva crisis. Por si fuera poco, el problema adicional en esta materia es el ritmo de crecimiento del déficit en cuenta corriente. En estos seis años la desviación respecto a la meta original rebasa el 80%.

Esto lleva a lo que acontece en estos momentos: el flujo de capitales del exterior, a pesar de que pueda ser un monto equivalente al esperado o elevado, es insuficiente para cubrir la tendencia preocupante del déficit externo.

Tenemos que entender que la sociedad mexicana ha sufrido por largo tiempo la experimentación de paradigmas económicos no consensados, confusos, inconstantes y siempre a destiempo de las tendencias mundiales. Por si fuera poco, técnicos y dueños de grandes capitales pactan junto con los dueños del poder político decisiones que imponen a los trabajadores, empresarios y consumidores. Esto es, un mal modelo, fundamentalmente porque no asume el desarrollo económico como un proceso fundamentalmente humano. Ciertamente el problema no reside en algunas de las técnicas utilizadas, sino en el tipo de opciones conceptuales que adopta, las cuales privilegian los pesos y centavos y los ejercicios estadísticos macroeconómicos por encima de las personas y las angustias concretas de las familias mexicanas.

Se han tomado medidas fundamentalmente en el aspecto macroeconómico sin fortalecer lo microeconómico, lo que ha provocado el mejoramiento sólo de unos pocos y no el de la mayoría. Aquí se señaló en la mañana que la política económica era un medio para obtener un fin: el fin, la mejoría en el nivel de vida. Si éste no se alcanza, la política económica fracasa.

Es verdad que la gran empresa está mejor que nunca, pero también es verdad que los pequeños y medianos negocios han sucumbido o encaran riesgos de cierre.

El procedimiento que se ha venido siguiendo privilegia adicionalmente al consumo y no a la construcción de infraestructura. Programas como el Pronasol otorgan dádivas cortoplacistas en lugar de poner las bases de un crecimiento económico sostenido que verdaderamente erradique la pobreza.

Aquí se ha señalado que el crecimiento económico no ha sido el suficiente. El propósito medular del modelo aplicado por la política salinista ha sido alcanzar un crecimiento sano y sostenido, por eso se estableció que en el último trienio creceríamos a tasas superiores al 6%. Si este objetivo no se alcanza, resulta un fracaso el modelo de política económica aplicado.

En síntesis, la realidad que vivimos la gran mayoría de los mexicanos, como un resultado directo del modelo economicista que se aplicó en los últimos 12 años, poco o nada tiene que ver con el tono triunfalista que se ha venido utilizando aquí por las autoridades, también en los medios y por los aliados internos y externos de dichas autoridades. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado Luis Sánchez Aguilar.

El diputado Luis Sánchez Aguilar:

Con su venia, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Quiero ante todo felicitar al compañero diputado del Partido Acción Nacional, licenciado Juan Antonio García Villa, por el análisis que hizo esta mañana, profundo, sobre el informe. El ha fijado con seriedad, la postura de su instituto político y desde luego felicito y me felicito por haber escuchado a nuestra compañera, la maestra Ifigenia Martínez y demás compañeros del PRD que han evaluado y analizado este VI Informe presidencial.

De las intervenciones de los compañeros priístas habría mucha tela de donde cortar; simplemente me referiré a dos de ellas. El compañero Sánchez Gochicoa, dice que en este informe, con el mensaje del encargado del Poder Ejecutivo, se demostró la eliminación de prácticas monopólicas. Nos parece asombroso, cuando es precisamente este régimen el que más se ha distinguido por la promoción a ultranza de los grandes monopolios, elevando inclusive esa nefasta práctica al rango de elemento fundamental del liberalsalinismo. Resulta inadmisible que se afirme tal cosa en esta alta tribuna cuando el propio señor Salinas impulsó la constitución de uno de los más perversos y siniestros monopolios de que se tenga memoria en nuestro país: ¡Teléfonos de México!

Mientras el señor Salinas alega que las empresas paraestatales son nefastas, no tiene empacho en vender la mitad de la empresa a France Telecom, empresa del Estado francés y mientras dice también que las empresas transnacionales americanas ocasionan por su imperialismo la afectación de intereses nacionales, la segunda mitad se la vende a South Western Bell, como accionistas extranjeros, y claro, la mayoría, a su amigo Slim.

Por ello el ingenio popular, la vox populi, señala que el verdadero dueño es el propio señor Salinas, como también la vox populi afirma lo mismo con relación a Banamex, AHMSA, entre otras.

La segunda intervención que me pareció de los compañeros priístas notable y ésta debo decir que me conmovió, es la del compañero Roberto Campa Cifrián, por la ingenuidad y el candor. El dice que dejó aquí al señor Presidente, una lista, compañeros, con los nombres de los propietarios de Telmex. Me parece que ignora que desde los fenicios se inventaron los testaferros.

Y parafraseando aquí a los clásicos de esta honorable cámara, los estamos acusando de corruptos, no de tarugos, a quienes se han apropiado de las empresas paraestatales.

Nos dice también el compañero Campa Cifrián, que según él, México es la decimocuarta nación del mundo. Desde luego, no ha leído el último reporte de las Naciones Unidas, vía PNUD, quiere decir Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que acaba de sepultar el ingreso per capita como indicador del desarrollo de las naciones. Ese indicador pasó al basurero de la historia.

Ahora las Naciones Unidas, se han puesto de acuerdo en que el Indice de Desarrollo Humano que combina, naturalmente ingresó, pero con desarrollo social y esperanza de vida, ya ha catalogado el grado de desarrollo de este país. ¡Ya juzgó los afanes primermundistas del régimen y nos ha situado en el lugar que nos corresponde! ¡Ya dijo la ONU que no estamos en los primeros cinco lugares, ni en los primeros 10, diputados, ni en los primeros 20 y para no hacerla larga, ni en los primeros 50! ¡Somos, según las Naciones Unidas, el país número quincuagésimo segundo! ¡Muy por debajo de Costa Rica, Chile, Argentina, Uruguay; para que no se diga que nos estamos comparando con las naciones frías, nórdicas y se nos descalifique!

En opinión nuestra, cuando en el informe se plantean éxitos que sólo existen en la imaginación de su autor, llegamos nosotros a la conclusión de que estamos ante un documento fantasioso, mítico.

Primer mito: el crecimiento. Este Gobierno de programadores ofreció el 6% y sólo nos entregó el 0.4%, margen exacto de equivocación: 93%.

También nos ofreció la creación masiva de empleos, para este sexenio 6 millones. Están confesos de haber creado sólo 1.6% equivocación exacta del 72%.

Se ofreció mantener la paridad monetaria y en lo que va del sexenio se ha devaluado en 48%, más lo que pueda venir de aquí a fin de mes.

Se habló de protección de la clase laborante y sabemos que en los últimos dos sexenios el poder adquisitivo decreció con De la Madrid 37% y con Salinas 23: 60%.

Se dice que es un régimen obrerista, que protege a los obreros; sin embargo, alguien en este país ha dicho que el trato que se le da actualmente a la clase trabajadora ¡Es el peor de cuantos ha recibido en toda su historia!, y esto no lo dice un líder de un sindicato rojo, lo dice el pilar del sistema: don Fidel Velázquez, insospechable de hacerle el juego a la oposición.

Se dijo en el Plan Nacional de Desarrollo, de mayo de 1989, que se preservaría la planta productiva y ésta, compañeros diputados, está ociosa en el 55% en el sector industrial y en más del 72% en el agropecuario.

Y también dice algún personaje sobre la planta productiva, que la política oficial, "llevó desgraciadamente al desánimo y a la frustración a una parte importantísima de empresarios". Interpretemos que no se refiere a una minoría de ellos. Y un empresario le narra a esta fuente "que ya quebró, perdió su casa, su fábrica, sus automóviles, bajó su nivel de vida y a sus hijos los sacó de la escuela privada" y el que emitió esta declaración es el señor Cortina, líder patronal, insospechable de marxismo.

Pero hay otros mitos. Se habla de la inflación como el más grande logro y en efecto es un tema para engañar incautos. Porque ciertamente si antes fue de 100 y hoy es de ocho o cinco, pues sí es un avance. Pero ya podría haber sido antes de 1 mil y hoy de 0, hay truco, camaradas.¡Porque la inflación no fue abatida, no fue vencida, no fue derrotada! Porque la única forma de hacerlo, dicen los economistas, los expertos, de países fríos y cálidos, marxistas y capitalistas, es vía la productividad. ¡Y la productividad de los factores de la producción en México no ha aumentado como para lograr semejante milagro! ¡Esos factores serían: el capital, el trabajo, la gerencia y las finanzas.

¿Qué se hizo? Claro, un acto de magia, de prestidigitación. Se sustituyó nuestra inflación, nuestro costo elevado de producción, por los bajos costos de economías poderosas industrializadas. Nos trajimos, importamos la baja inflación de Estados Unidos, la baja inflación de Japón, del mercado común europeo, y con esa magia artificiosamente hemos querido engañar a algunos diciendo que es el gran triunfo histórico del Gobierno salinista.

Quisiéramos suponer por un momento que eso fuera real, pero ¿es a qué costo? El costo de esta maniobra es que el país ha tenido que hipotecarse. Nuestras exportaciones sólo son, en cuanto a cifras más recientes, de tal manera adversas que para enero junio tenemos un nivel de exportación de sólo 28 mil 832 millones de dólares y de importaciones 37 mil 691. En los únicos sectores en que somos competitivos es en el sector de recursos naturales, minerales fundamentalmente, y esto, claro, es obra de la naturaleza, no del Gobierno de los doctores, Aspe y Serra.

El país en estos seis años ha debido endeudarse en una cifra cercana a los 120 mil millones de dólares para poder ofrecer una supuesta tasa baja de inflación. Pero eso, compañeros diputados, como todos lo sabemos, por artificioso, por contrario al interés de la nación, pero financieramente de manera fundamental, no puede ser permanente, porque ningún país se puede dar el lujo de estar cometiendo semejante error estratégico.

Y cuando esto haga agua y no está lejos, en cuanto sea imposible seguir contratando niveles adicionales de deuda externa, habrá que pagar el costo del repunte inflacionario, quizá más del 50% para 1995 ó 1996, a principios, o quizá habrá que pagar el precio también de una devaluación que podría llevar el valor del dólar a cinco nuevos pesos en menos de dos años.

Este esquema, entonces, insisto, fantasioso, no es permanente, no es sustentable y además le ha impuesto al país una política de atracción de inversión, con tasas de interés del 15% a 28 días. Ya dijo aquí el diputado Rodríguez y Rodríguez que no le parecen altas. Le recuerdo al diputado que al 31 de diciembre era mucho menos que eso y hoy esta tasa es un 50% más elevada. La pregunta es: ¿Cuánto más resiste el sistema financiero como para seguir aumentando?

Un domingo, compañeros diputados, de marzo de 1990, el encargado del Poder Ejecutivo nos invitó por la televisión a ponernos de pie con nuestros hijos y entonar el Himno Nacional, porque según esto se había renegociado la deuda y ya no sería una carga para las futuras generaciones y hoy, cuatro años después, se debe el doble, más del doble. En aquella ocasión la deuda frisaba los 86 mil millones de dólares, hoy rebasa los 200 mil, cifras cerradas, porque los Cetes son deuda con el exterior, por más que los diputados priístas vengan a decir aquí que no importa, que son instrumentos denominados en pesos. Sí, nada más que están en poder de Wall Street, y hay que recordar que lo que se denomina en pesos le cuesta más al pueblo porque se paga una tasa superior.

En ese periodo, 1991-1994, los nuevos pasivos aumentaron en más de 96 mil, exactamente 96 mil 591 millones de dólares. Dicen los priístas que no es malo, porque ahí está la inversión extranjera, en la bolsa y que ahí está lo que se invierte para el desarrollo del país. Esto es otro engaño, compañeros diputados, porque lo que se invierte en el mercado especulativo en valores, son 25 mil 298 millones de dólares; en valores en pesos, Cetes, Tesobonos otros 20 mil 888 millones de dólares. Ya sabemos que estas inversiones son fundamentalmente golondrinas.

Nos dicen que, relacionado con este tema, las importaciones son productivas. Desde luego puede haber algunas pero aquí tenemos los últimos datos a agosto, no puede haber otros más reciente, que nos dicen que de enero a agosto hemos importado 50 mil 986 millones de dólares. Pues con la novedad compañeros diputados que sólo el 17%, 8 mil 500 es de bienes de capital, eso sería lo productivo. Y los bienes de consumo e intermedios son el 83% y en esos bienes están los chiclets, chocolates americanos, del Price Club, del SAMS, del Wall Mart, y del Home Mart, y también los Cadillacs, Lincolns Towncar y Mercedes Benz.

Es pues una estructura desequilibrada y no necesariamente favorable al desarrollo del país. Se habla de la autonomía del Banco de México como un gran avance. Pero hay que analizar cómo es que se le da autonomía al Banco de México, con el fin positivo, lo razonable, de que ya no se subsidie y se preste dinero a las paraestatales quebradas, pero ¡oh sorpresa!, compañeros diputados, ¿qué creen ustedes?, ya violaron su propia Ley Orgánica puesto que han decidido financiar a la banca privada, a grupos de triste fama, y podríamos hablar de Unión Havre, el Banco de México con un capital contable de 39 mil millones de nuevos pesos ya prestó 58 mil millones de nuevos pesos a los neobanqueros. Prestó el 148% y eso viola todos los principios hasta el del sentido común. Por tanto del mismo en su momento nos permitiremos proponer a las comisiones respectivas de esta cámara, la averiguación, la auditoría, quizá la intervención de ese Banco con intervención directa a caja, como se hace en los casos de otros grupos financieros hoy quebrados, para averiguar y fincar responsabilidades correspondientes.

En cuanto al crédito, se dice que el sistema crediticio está patrocinando el desarrollo. Se habla aquí de Nafinsa, de otras organizaciones. El sistema financiero ha presentado características también mágicas, de enero a agosto la captación de la banca fue de 31 mil 200 millones de nuevos pesos y aquí vemos un acto que sólo Houdini hubiera podido realizar, captando 31 unidades ya prestamos más de 100, millones de nuevos pesos.

El informe es omiso en un capítulo fundamental, la planeación del desarrollo socioeconómico que es un mandato constitucional, artículo 25. No se nos dice por qué el señor Salinas que fuera titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, la desmanteló; no se nos dice qué fue del Sistema Nacional de Planeación en términos reales.

La Ley de Planeación que está en vigor, fue redactada por el señor Salinas, cuando era titular de la programación y de la presupuestación, esa ley la aprobó la cámara en diciembre de 1982 y se promulgó el 5 de febrero de 1983. Y esa ley, que denominamos ley Salinas de planeación abrogó la de Ortiz Rubio de 50 años atrás, despojó a esta soberanía de una facultad primaria. La Cámara de Diputados, según Salinas no tiene facultad alguna para aprobar o rechazar el plan, no tiene ningún derecho para fijar los objetivos de la nación. Se considera en ese instrumento legal que los diputados son simples observadores, mirones, comparsas, opinadores, y esta cámara no debe estar de opinadora. Está para ejercer sus facultades constitucionales, fijar el objetivo de la nación y aprobar o rechazar el plan del Ejecutivo.

En esa virtud, en su oportunidad presentaremos también una iniciativa de reformas a los artículos correspondientes de esa ley para que esta cámara recupere, rescate su alteza, majestad, dignidad y fuerza, al adquirir esa facultad originaria y pueda enaltecer a la LVI Legislatura del Congreso de la Unión. Muchas gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado Francisco Suárez Dávila, del PRI.

El diputado Francisco Suárez y Dávila:

Con su venia, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados:

Es un privilegio hacer uso de la palabra desde esta alta tribuna de los representantes del pueblo.

A través de esta larga jornada de debates, hemos escuchado con profunda atención las ideas, reflexiones, argumentos y críticas que han expresado los diferentes partidos políticos. Respetamos la crítica que fortalece el espíritu democrático, que es esencia de todo proceso parlamentario y que enaltece a nuestro Poder Legislativo.

Recojo con particular aliento la invitación de la diputada Martínez, del PRD, para configurar en efecto una nueva relación y un nuevo espíritu en esta cámara. Por otra parte, lamentamos el denuesto, la diatriba impropia de este recinto; rechazamos los insultos al Titular del Ejecutivo, con nombres en el fondo poco respetuosos y que refleja una absoluta falta de argumentos... ni siquiera vale la pena contestar de quien deambula por partidos en búsqueda de identidad o quizá de oportunidades.

Sí me referiré, con todo respeto, a algunos aspectos que hoy se han comentado que ameritan breve precisión, alguna modesta discrepancia o inclusive claras diferencias en la lucha por las ideas que esta cámara debe de alentar. Se ha hablado a lo largo de la jornada del día de hoy, de la mala distribución del ingreso, de la pobreza extrema y de la concentración de la riqueza.

Mal haríamos en no reconocer nuestra injusta distribución del ingreso, nuestra lacerante pobreza extrema al igual que la concentración de la riqueza. El propio primer mandatario reconoce que éste es uno de los puntos prioritarios de la agenda y ojalá que efectivamente todos en esta Cámara luchemos por resolver este problema.

Es efectivamente un problema ancestral que inclusive se agudizó con la crisis, es el problema al que aludieron Humboldt, Morelos, Arriaga, Matías Romero, y sobre todo la Revolución mexicana; reconocemos lo lacerante del problema, pero hay diferencias sobre sus causas y ciertamente, sobre sus soluciones. La historia confirma que el problema no se puede resolver por soluciones artificiales o fáciles que la experiencia demuestra, más bien lo agudiza.

Si se ven las cifras, se aprecia que esta distribución se deteriora durante 1984 a 1989, pero se empieza a revertir la tendencia de 1989 a 1994. Un estudio serio de la CEPAL y del INEGI demuestran que la pobreza extrema que podría haber aumentado en muchos millones se disminuye de 14.9 millones a 13.6. La administración del licenciado Salinas empeñó una lucha decidida a través de una política social deliberada y creativa y se logró revertir la tendencia.

Se actúa a través de la mejoría en el ingreso, desde luego a través de apoyos directos como el Procampo, que beneficia a un alto porcentaje de la población rural: 3 millones y medio de mexicanos, a través de subsidios etiquetados como tortillas y leche, a través de las bonificaciones que se han acordado en el impuesto sobre la renta para los trabajadores.

También se actúa a través de políticas que actúan sobre el bienestar general o el patrimonio, se han querido cifras, hay cifras. Se ha actuado para darle agua potable a más de 16 millones de mexicanos, drenaje, electrificación a más de 21 millones y sobre todo, educación.

Además, se empieza a ver en las cifras que a medida que se baja la inflación, se reduce el impuesto más injusto y comienza a corregirse paulatinamente la distribución del ingreso.

La solución a este problema ancestral será de largo plazo, de esfuerzos sistemáticos, acelerando el crecimiento, generando más empleos y redoblando la inversión en educación.

Tema vinculado a la distribución del ingreso es el del empleo y el salario. No negaremos tampoco que existe un rezago ante los efectos de una explosión demográfica de hace dos décadas, que hoy significa que entran a la fuerza de trabajo más de 1 millón de personas al año, que requiere un esfuerzo formidable de creación de empleos.

En un área en que las cifras son muy cuestionables, sobre todo en el campo y en la economía informal, hay que reconocer que en el periodo aumentó el empleo en más de 2 millones de personas, en la economía formal que es la que registra el seguro social.

Serían números importantes para cualquier economía que no tenga nuestras especiales características.

Es cierto que en 1993 se hizo en muchas empresas un imprescindible ajuste de costos y por baja productividad, pero se aprecia un dinámico repunte del empleo para 1994.

La evaluación de los salarios presenta también problemas cuando la base de comparación es 1981 y 1982. Esta época detonó efectivamente importantes, pero efímeros aumentos y luego sobrevino la debacle de inflación, devaluación y crisis. Sin duda, el ajuste necesario de la economía afectó los salarios, pero se han restablecido las bases para que se recupere en forma sólida y sostenida, aunada a aumentos en la productividad.

El último pacto que concierta para los salarios mínimos, el monto de la inflación es esperada, más adecuaciones en la productividad de la economía y la bonificación al impuesto sobre la renta permite una gran recuperación.

La plena liberación que se ha dado a los salarios contractuales y comentó hace rato el colega Alfonso Reyes Medrano, ha permitido aumentos sensibles muy por arriba de la inflación.

Se han expresado preocupaciones sobre la vulnerabilidad del sector externo, pronósticos de preocupación sobre un déficit comercial, un exceso de importaciones sobre exportaciones.

Aquí vale la pena puntualizar que esto es lo normal para una economía que se está preparando para crecer y que crece, que es lo que todos queremos. La estructura es la adecuada, el 90% de las importaciones son productos intermedios, es decir, insumos baratos para nuestros productores y equipamiento que significa modernización para nuestras plantas.

Qué bueno que esto se está dando, porque los empresarios están corrigiendo aquí un rezago acumulado de una década. Así sucedió después de la Segunda Guerra Mundial.

Pero también las exportaciones están creciendo en forma muy dinámica. Pasar de 30 mil millones de dólares en 1988, a 50 mil millones de dólares en 1994, es importante, sobre todo, porque refleja la despetrolización de la economía, que representa el petróleo ya solamente un 12% y también que las manufacturas representan ya un abrumador 70%.

Por otra parte somos el país cuyas exportaciones crecen más rápido en el mercado de Estados Unidos. Esto refleja la competitividad.

Se dieron comentarios sobre cómo se financia el déficit. Tenemos fuertes influjos de capital, ahora captamos ahorro del exterior, mientras que antes lo transferíamos en pago de la deuda. Se dice que es capital especulativo, pero ya vimos que este capital financia insumos y equipamiento. Se critica, porque es a través de acciones, pero este financiamiento asume riesgos con el país; si se quiere vender requiere que alguien quiera comprar. ¿Es que ahora se prefiere más deuda?

Han entrado 50 mil millones de dólares; se dice que es de cartera y no directa, pero la directa es de hecho el 60%. En el Siglo XIX el inversionista llegaba con su cofre de oro y ponía ladrillos, ahora con frecuencia compra inversiones de acciones para que el mexicano y el empresario revierta. Además, esas inversiones provienen de grandes fondos, manejados por expertos profesionales que a su vez captan recursos de miles de ahorradores; quieren rendimiento, no se meten en la toma de decisiones de la empresa, lo cual también es una ventaja.

Se mantiene todavía el viejo fantasma de la deuda. Se dice que la deuda pública externa aumentó. La realidad es que el saldo de la deuda pública externa neta pasó de 81 millones de dólares en 1988 a 75 millones en ju nio de 1994 y ha caído drásticamente como porcentaje del producto.

La importancia de que se reduzca la deuda pública, es que el pago de intereses en términos del presupuesto se reduce drásticamente. Es este desendeudamiento el que permite alcanzar el mayor nivel de gasto social de los últimos 25 años, pasa de 33% a 54% del gasto. Antes se gastaba un peso en gasto social y tres pesos en intereses; ahora se gastan cuatro pesos en gasto social y uno en intereses.

La participación en educación, salud y vivienda va del 6% al 10% del producto, que es también el más alto nivel histórico. Esto también son cifras.

Se habla de la desarticulación de los sectores productivos. Antes sí estaban desarticulados, sobreprotegidos, obsoletos. La apertura comercial en efecto ha significado una sacudida para hacer a las empresas productivas, competitivas y eficientes. Lamentablemente han habido quiebras, pero sí ha habido una política industrial para disminuir los lamentables costos que tienen que incurrirse en un país que se moderniza, en una política que se fomenta.

Hay cifras muy importantes que no se han mencionado hoy. Las micro empresas crecen de 1988 a 1994; las micro empresas crecen de 76 mil empresas a 98 mil empresas, aumento muy importante. Las pequeñas crecen de 17 mil a 18 mil; las medianas de 3 mil a 3 mil 300. Pasan en total de 97 mil a 120 mil. Las grandes de 2 mil 100 a 2 mil 400.

Como ya se comentó hoy, Nafinsa y Bancomex han apoyado a medio millón de empresas medianas y pequeñas. A pesar de todos los problemas el sector industrial comienza a crecer sobre todo en esta segunda parte del año.

En lo que se refiere al campo, la reforma al artículo 27 constitucional tiene la enorme trascendencia que establece un claro marco legal: se habían agotado las posibilidades, inanición para el minifundio, falta de certidumbre y confianza para un agricultor y para los inversionistas.

Se han titulado al amparo de procede 1 millón 200 mil títulos. Esto contribuye de manera importante a lograr la certidumbre en la tenencia de la tierra. Es esto lo que promueve el deseo de invertir, lo mismo en el pequeño bordo que en la gran obra de irrigación.

Se está actuando en el problema de cartera vencida, un problema sumamente complejo.

Se han resuelto ya 73 mil, caso por más de dos mil millones de pesos.

Hemos escuchado muchas críticas, pero más allá de los números uno se pregunta: ¿cuál es el modelo alternativo? Ciertamente suena atractiva la idea de la economía con faz humana, pero más allá de la sonrisa hay que desarrollar todo el cuerpo, aterrizar las cosas en medios, instrumentos y política.

Ciertamente el equilibrio fiscal no es el objetivo, es el medio, fue el medio para atacar la inflación. A partir de este momento se puede gastar mucho más.

Reconocemos que hay todavía mucho que hacer en favor del federalismo y el municipio. Esto se ha dado en primer lugar a través de algunos avances en la coordinación fiscal, pero lo que es más importante es que la coordinación fiscal se convierte en coordinación hacendaria.

Esto significa que se descentraliza no sólo el ingreso, sino también el gasto.

Se ha descentralizado el enorme gasto educativo, una de las reformas de mayor trascendencia, que para muchos estados significa recibir recursos más que todo su presupuesto actual.

¿Cuál es el modelo alternativo? Es volver al gasto público desenfrenado, al proteccionismo autárquico, a la hipertrofia en el campo. Todo aquello que llevó a la crisis y a otros países al desastre. Por supuesto que ahora mucho de lo que hoy se ha planteado se puede realizar, ahora se puede hacer infraestructura con recursos públicos porque ya no existe déficit; se puede articular una política agrícola porque se está cimentando la seguridad en la tierra; se puede avanzar en una política industrial porque las empresas cuentan con insumos baratos, reducción del costo, acicate de productividad y competencia.

Dirían mis colegas de la oposición que ciertamente rechazamos las etiquetas sin sustento. El mercado o el liberalismo ciertamente no reinan en México, no en el Gobierno de la República, ni tampoco en el PRI. ¿Cómo se puede decir, cómo se puede afirmar ese esquema?, si es desde el Estado mexicano que mediante su convicción, su rectoría, su creatividad, se está iniciando una de las grandes transformaciones de la historia, acordes con las tendencias mundiales de la modernidad, acordes con la historia.

No fue la iniciativa privada ni el extranjero quienes la iniciaron; la sociedad, es cierto, asumió el reto y participó. Tampoco se puede hablar de la economía fracturada. Es una economía articulada hacia el mercado interno, mediante productividad y eficiencia y hacia el exterior su competitividad. Es desarrollo desde dentro y hacia afuera. No es un modelo excluyente tampoco, cuando la esencia misma del avance ha sido la concertación en el pacto. No es la economía de la especulación, es la del orden financiero.

En conclusión, haciendo un balance de labor del presidente Salinas. ¿Acaso alguien no estaría de acuerdo con la necesidad de combatir la hiperinflación? ¿Acaso alguien estaría en contra de reducir el elevado desequilibrio de las finanzas públicas? ¿Acaso alguien se opondría a realizar una reforma fiscal que reduce impuesto, aumenta el número de causantes? ¿Acaso se opondría a una transformación del presupuesto para pagar menos deuda y realizar más gasto social? Eso fue lo que se hizo. Se eliminaron los obstáculos al desarrollo sano y sostenido, permanente. Así lo planteó su vertiente económica.

Se comenzó a tomar el crecimiento. Aquí para algunos significa, y ciertamente para el que me precedió en el uso de la palabra, una pequeña diferencia entre 3% y 0.4%. El crecimiento no ha sido del 0.4%, el promedio de seis años ha sido de 3%.

Ciertamente no es lo que se había planteado, pero un crecimiento sostenido de 3% habría muchos países que lo quisieran lograr, sobre todo que es un crecimiento sostenido permanente y viable.

Al mismo tiempo se procedió a hacer una modernización de gran aliento, de visión de largo alcance, de consolidar a lo anterior para el futuro. Con todos los matices que se puedan dar, es una política de estos tiempos. Por ello, en el fondo, mucho se suscribe por parte de muchos de los aquí presentes, sí por supuesto, se rechazan consecuencias contaminantes que se desprenden de todo proceso.

La reforma del Estado elimina empresas deficitarias o de caricatura para reforzar Pemex, la CFE o los Ferrocarriles. La política comercial elimina el agobiante proteccionismo para poder competir en el mundo moderno. Se actúa en una política social complementaria e imaginativa, haciendo más con menos. Fue una política de desarrollo, para el desarrollo del mexicano en el largo plazo, no efímero e irreversible.

En política económica se actúa por fases, por etapas, en el tiempo y en su circunstancia. Lo avanzado permite modular y matizar.

Se inicia ya el ataque a la pobreza, se empiezan a revertir las tendencias en salarios y empleos. Corregirlas requerirá mucho tiempo, pero ésa es la historia de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional. Cada nuevo Gobierno avanza y construye sobre lo que el anterior Gobierno cimentó. Se hace lo que falta por hacer. Actúa en respuesta de la sociedad y en conducción participativa de la misma.

Queda mucho por hacer; se reconocen los rezagos. Pero la glosa del informe, de este informe, la glosa económica ya la hizo el pueblo de México, la hizo el 21 de agosto. En esa glosa el voto del pueblo otorgó un balance favorable a Carlos Salinas de Gortari, fue el veredicto del pueblo a esta glosa. Gracias.

El Presidente:

Se concede el uso de la palabra al diputado Antonio Tenorio Adame.

El diputado Francisco Antonio Tenorio Adame:

En la brevedad del tiempo final, compañeros diputados, vengo a esta tribuna no a regañar a nadie, no a juzgar a nadie, vengo a plantear qué hacemos aquí y para qué sirve la glosa del informe.

En principio hemos escuchado la reiteración de lo que ha sido el informe presidencial, y de acuerdo con el artículo 8o. de la Ley Orgánica, esta discusión no tiene otro objetivo más que enviarle al ejecutivo las versiones estenográficas de nuestras intervenciones.

La glosa es glosar el arcaico presidencialismo, y lo hemos visto en las intervenciones que se han hecho por parte del partido del mayoriteo.Queremos un nuevo parlamentarismo y se ha convocado por algunas voces sensatas a este propósito, pero el nuevo parlamentarismo se construye con nuevos métodos y con nuevas formas y con un nuevo liderazgo que a todos nos interesa.

Creo que tenemos consensos elaborados, no los que a mí me pareciera que fueran los fundamentales, porque quizá algo que debería de unirnos debería ser el consenso de la soberanía y sin duda tenemos discrepancias, pero consensos de coyuntura como la respuesta que diera el líder de la Cámara en ocasión del VI Informe Presidencial, ha sido conveniente y puntual.

Nos interesa también un liderazgo fuerte, representativo, que represente a esta pluralidad y a esta aspiración del nuevo congreso, pero eso se elabora y se construye, y se construye no desde el mayoriteo y no desde las formas de ese arcaísmo, que es la Gran Comisión, herencia de los primeros congresos donde se constituía a través de legislaturas de Estado nuestro Congreso.

Estamos entrampados por una mezcla de herencias que son cargas y que tenemos que abordar y despojarnos de ellas rápidamente, para responder las posibilidades de dar al país respuestas para alcanzar formas democráticas más elaboradas.

La glosa del informe es un recurso arcaico del presidencialismo decadente; éste se contradice porque por una parte nos permite funcionar como parlamento, pero nos niega la oportunidad de emitir un voto de censura o un voto de confianza.

Este viejo presidencialismo, cuyo sepulturero es Salinas de Gortari, es falso, no apunta a las nuevas formas parlamentarias que estamos exigiendo.

Aquí nadie viene a vacacionar ni nadie viene a elogiar; aquí venimos a exigir responsabilidades.

Por eso el apuntamiento adecuado y oportuno del diputado Beristáin, de que se formara una comisión, es lo correcto.

Nosotros somos un poder supra. Somos el supra poder de los tres poderes constitucionales, porque estamos revestidos de la facultad de enjuiciar a los otros poderes, y nos vamos a constituir en tribunal de origen de poder.

Vamos a hacer un juicio político para probar y emitir una sentencia, para investir el Poder Ejecutivo. No nos nieguen el otro poder, el poder del juicio político y la glosa debería ir en ese sentido, de exigir a los malos funcionarios, inhabilitarlos para que no fueran secretarios de Estado en el siguiente gabinete. Gente como Serra Puche, Hank González y como Aspe, deben ser repudiados precisamente porque ellos no fueron puntuales, atentos, y no tuvieron el acercamiento con el Poder Legislativo.

Hacemos votos para culminar esto, que un gabinete proceda de gente que haya salido del Poder Legislativo. Muchas gracias.



COMISION PLURAL

El Presidente:

Tiene la palabra para rectificar hechos por cinco minutos, el diputado Manuel Beristáin.

El diputado Manuel Beristáin Gómez:

Sí, señor Presidente, muchas gracias.

Quiero hacer saber al pleno de esta cámara que la verdad sea dicha con mucho respeto y caballerosidad, que es el trato que me dio hace un momento el diputado Campa, al invitarlo a que conjuntamente firmáramos la propuesta que por escrito hoy hago entrega a la Secretaría, para integrar la comisión plural de diputados miembros de esta LVI Legislatura, para glosar la licitación, visitadores y el proceso de la venta de las empresas que el sector público hizo al sector privado.

No aceptó mi invitación. Soy muy respetuoso de sus razones y de sus motivos y no quiero hacer mayor comentario. Sin embargo, queda la versión estenográfica, como una actitud que se registra en esta sesión de esta cámara.

La propuesta por escrito dice lo siguiente: "Señor Presidente de la Cámara de Diputados. Presente. Con fundamento en el artículo 58 fracción I del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso general de los Estados Unidos Mexicanos, los suscritos proponemos se integre una comisión plural para auditar ampliamente el proceso de licitación y venta de las empresas que el Gobierno del licenciado Carlos Salinas de Gortari hizo al sector privado, incluyendo bancos y Teléfonos de México. Que a esa comisión se le permita realizar ampliamente esta investigación a fondo, sin limitaciones ni restricciones de ningún tipo o naturaleza. Esta propuesta se deriva de la glosa del VI informe de un sexenio que está próximo a concluir y que por facultad de la propia Constitución Federal de nuestro país, de la Ley Orgánica y del Reglamento de esta Cámara de Diputados, nos faculta revisar la cuenta pública, incluyendo los renglones antes mencionados".

Firma su servidor y desafortunadamente lamento que no venga la firma del diputado Roberto Rafael Campa Cifrián.

Hago entrega a la Secretaría para que el Presidente la turne a la Comisión de Concertación Política y Régimen Interno. Muchas gracias.

El diputado Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla (desde su curul):

Señor Presidente, pido la palabra.

El Presidente:

¿Con qué objeto, señor diputado?

El diputado Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla (desde su curul):

Para rectificar hechos.

El Presidente:

Se le concede la palabra por cinco minutos.

El diputado Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla:

Mi nombre es Tonatiuh Bravo Padilla y yo soy diputado federal invitado aquí por el Partido de la Revolución Democrática. Quisiera muy brevemente expresar mi apoyo a la propuesta que acaba de hacer el diputado de Acción Nacional y que vino a reiterar en este momento para que en esta cámara se conforme una comisión pluripartidista que investigue a fondo la transferencia de todo lo que del sector público se fue al sector privado durante este periodo.

Así que en ese sentido cuenta con el apoyo de la fracción parlamentaria a la que pertenezco. Muchas gracias.

El Presidente:

No habiendo oradores en contra, esta Presidencia decide que se turne la propuesta hecha a la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política para los efectos legales consiguientes.

Continúe la Secretaría con los asuntos en cartera.



ORDEN DEL DIA

La secretaria María Claudia Esqueda Llanes:

Señor Presidente, se ha agotado el análisis del VI Informe de Gobierno en el tema de: política económica y se va a dar lectura al orden del día de la próxima sesión.

«Primer Periodo de Sesiones Ordinarias. LVI Legislatura.

Orden del día

5 de noviembre de 1994.

Lectura del acta de la sesión anterior.

Comunicaciones de los congresos de los estados de Jalisco y Puebla.

Comunicaciones de la Cámara de Senadores.

Análisis del VI Informe de Gobierno: Política social.

Y los demás asuntos con los que la Secretaría dé cuenta.»

El Presidente (a las 20.40 horas):

De la próxima sesión. Se levanta la sesión.

Se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar mañana sábado 5 de noviembre a las 10.00 horas.