Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, LX Legislatura

Versión estenográfica del Primer Parlamento de Líderes Migrantes Mexicanos que Viven en Estados Unidos de América, celebrado el viernes 16 de noviembre de 2007

El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández (11:14 horas): Buenos días.

La LX Legislatura del Congreso de la Unión les da la más cordial bienvenida al Primer Parlamento de Líderes Migrantes Mexicanos que viven en Estados Unidos de América y que se lleva a cabo en este Palacio Legislativo de San Lázaro.

En el presidium de este acto, nos acompaña la diputada Ruth Zavaleta Salgado, Presidenta de la Cámara de Diputados.

Agradecemos la presencia de los diputados y senadores integrantes de la Comisión Plural de Legisladores que organizan este Primer Parlamento: el diputado José Jacques y Medina, coordinador de este Primer Parlamento y secretario de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios; el diputado Nicolás Morales Ramos, presidente de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios de esta Cámara de Diputados —comisión organizadora de este Primer Parlamento—, el diputado José Edmundo Ramírez Martínez, secretario de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios; el diputado Andrés Bermúdez Viramontes, secretario de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios; el senador Luis Alberto Villarreal García, presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos Norte del Senado de la República —comisión coorganizadora de este Primer Parlamento—; y el senador Jesús María Ramón Valdés, secretario de la Comisión de Asuntos Fronterizos Norte del Senado de la República.

Agradecemos también la presencia de la diputada Susana Monreal Ávila, del diputado José Alfonso Suárez del Real, del diputado Raymundo Cárdenas Hernández, y de la diputada María Dolores González Sánchez.

A continuación, la diputada Ruth Zavaleta Salgado, Presidenta de la Cámara de Diputados, dirigirá un mensaje. Tiene la palabra, la diputada Ruth Zavaleta Salgado.

La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Muy buenos días a todos. Estamos muy contentos de que estén con nosotros hoy. El senador José González Morfín, les ofrece una disculpa por no presentarse hoy, cambiamos el horario y él ya no pudo estar con nosotros.

Senador Luis Alberto Villarreal García, presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos Norte; diputado José Nicolás Morales Ramos, presidente de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios; diputado José Jacques y Medina, secretario de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios; diputado José Edmundo Ramírez Martínez, secretario de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios; compañeras y compañeros diputados que están el día de hoy con nosotros. Sean ustedes bienvenidos a la casa del pueblo de México, a este recinto parlamentario que alberga la LX Legislatura, que el día de hoy se enaltece al ser la sede de este Primer Parlamento de Líderes Migrantes Mexicanos que viven en los Estados Unidos de América.

Iniciativa, propuesta por la Comisión Plural de Legisladores, conformada conjuntamente por la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados, así como por la Comisión de Asuntos Fronterizos Norte del Senado de la República, evento que honra nuestro compromiso con las mexicanas y mexicanos migrantes, que por razones económicas han tenido que abandonar el país para encontrar solución a sus necesidades.

Saludo con entusiasmo y mucha simpatía, el esfuerzo colectivo y plural que los diputados han tenido para lograr por unanimidad la convocatoria de este Parlamento, y en donde seguramente, así, por esa unanimidad, encontraremos buenas soluciones.

No es posible que al dejar el suelo patrio, dejen ustedes de ejercer legítimos derechos ciudadanos. Tampoco es admisible que al llegar a territorio norteamericano se les nieguen los más elementales derechos laborales, como si de golpe, al tocar la frontera, fuesen suspendidas la protección jurídica, la libertad y la dignidad de las personas en los dos países limítrofes.

Esa ausencia de reconocimiento, aquí y allá, tiene hoy que corregirse. Discriminación, maltrato, sobreexplotación y otra serie de injusticias han sido las constantes en las historias de vida que he escuchado de mis amigos y paisanos en largas charlas, en varios momentos, en distintos lugares. En muchas ocasiones he sentido angustia, en otras rabia, pero sobre todo, he sentido la necesidad de ayudar de alguna manera para que esas injusticias se terminen.

El orgullo nacional de ser mexicano, de lo que representan nuestras tradiciones, historia, cultura, no termina con la marca de una frontera, no cambia por encontrarnos en otro país. Al contrario, me parece que se ahonda, aumenta, crece esa sensación de alegría que tenemos cuando escuchamos nuestro Himno, nuestras canciones, nuestra lengua. Es tan grande, que no puede una norma o un papel quitárnosla.

Por esa razón es que nuestros legisladores modificaron la ley para otorgar mayores derechos a las mexicanas y los mexicanos que viven fuera del país. Convengamos en que en muchas ocasiones la determinación de alejarse de la patria para buscar nuevos horizontes constituye una decisión muy dolorosa. Se dejan atrás la familia, los amigos, y la propia tierra.

Se trata, frecuentemente, de un acontecimiento personal que causa nostalgia y abandono. Pues bien, el cometido más profundo de este evento es reunir a los que sufren el aislamiento, dar sentido a las energías dispersas, reconstruir el sentido de pertenencia, restablecer la cercanía entre nosotros, mexicanos todos, independientemente de dónde estemos.

Ser mexicana o ser mexicano es parte de nosotros y lo que han hecho la gran mayoría de nuestros compatriotas con sus hijas e hijos nacidos fuera del país ha sido y es inculcarles el amor por su país, por México, por sus costumbres, sea de Yucatán o de Sonora, de Oaxaca o de Guerrero, de donde sean, siempre tendrán sus tradiciones apegada a la vida diaria.

Estoy convencida de que la grandeza de México, aparte de su cultura e historia, es fundamentalmente su pueblo, y el compromiso de nosotros, como legisladores, es el de defender a nuestros paisanos en cualquier lugar que se encuentren.

Vigilar que los derechos humanos y civiles de nuestros compatriotas migrantes se respeten en el lugar donde se encuentren es una obligación ineludible. Ante ustedes, asumimos el compromiso de encontrar las normas y leyes que les protejan de abusos e injusticias, y si lo hacemos juntos, tendremos, sin lugar a dudas, mejores resultados y propuestas que coadyuven a la solución de nuestros grandes problemas.

Estamos poniendo hoy la primera piedra de una edificación en la que debemos establecer formas de mediación entre esta soberanía y las agrupaciones de las cuales ustedes son representantes. Deben ser amarres sólidos y de largo alcance, y no débiles y coyunturales.

Ustedes, como dirigentes de sus comunidades, están llamados a darle rumbo a las inquietudes de los connacionales que personifican. Sabemos de sobra que hay una larga lista de asuntos pendientes en una agenda común elaborada conjuntamente, cosa, que desde luego, repercutirá en la agenda bilateral que tenemos con los Estados Unidos.

Los diputados y las diputadas hacemos, ante ustedes, un compromiso de unidad nacional a favor de nuestras familias mexicanas residentes en la Unión Americana para apoyar que las negociaciones institucionales entre las autoridades de los países encuentren solución favorable al problema del estatus legal de los trabajadores mexicanos que se encuentran en ese territorio.

Rechazamos tajantemente los argumentos racistas que consideran al trabajador migrante como terrorista y que en aras de la seguridad nacional arremeten en contra de las personas que por indocumentadas o en calidad de inmigrantes se encuentran en condiciones de desventaja e indefensión.

Simpatizo con la lucha de millones de mexicanos y latinoamericanos que han dado desde hace años por su legalización y por sus derechos. Los convoco a todos ustedes a encontrar los caminos que les permitan transitar legalmente en el país vecino.

Reconocemos que los fenómenos sociales de nuestro tiempo han adquirido un dinamismo inusitado. Prueba de ello son las enormes manifestaciones que emigrantes que se registraron entre marzo y mayo en una gran cantidad de ciudades norteamericanas se dieron. Salieron a flote, de manera pacífica y civilizada, fuerzas que se encontraban aletargadas. Fue un llamado de atención para que no se siguiera ignorando lo que es una realidad incontrovertible.

También estoy consciente de que la mejor herramienta para combatir la migración es la necesaria creación de empleos y oportunidades de desarrollo económico para todos los mexicanos. Si todos nuestros hijos tienen escuela, salud, vivienda y trabajo bien pagado lo más seguro es que no se vayan de sus tierras a buscar otras oportunidades.

México es una gran nación, con muchos recursos naturales, riqueza mineral y lo que nosotros tenemos que hacer ahora es construir las leyes y acuerdos que nos permitan transitar con equidad, justicia y democracia a un futuro digno.

Por este motivo, entre otros que se podrían enumerar, nos apresuramos a promover la política de las buenas razones, los argumentos sustentados, la sana discusión, la formación de acuerdos y el respeto de las discrepancias. En tal virtud, somos contrarios a la línea que esgrime la animosidad, los sentimientos excluyentes y la intolerancia.

Estamos aquí los diputados de México para escuchar a los mexicanos y a las mexicanas que, residentes en Estados Unidos de Norteamérica, han logrado unirnos en un fin común: construir una herramienta de diálogo y acción que nos ayude a fortalecer las vías institucionales de solución a los problemas de nuestros compatriotas migrantes.

Desde la perspectiva de la política democrática en esta sede, debemos puntualizar cuáles son las prioridades para darle efectividad a nuestras acciones en la materia. Se han perfilado tres ejes temáticos: migración y defensa de los derechos adquiridos, prosperidad y seguridad nacional.

Lo sustancial es aprovechar este espacio para diálogo, encontrar convergencias y proponer medidas concretas muy puntuales que nos ayuden a institucionalizar la participación de los mexicanos radicados en los Estados Unidos desde la esfera civil para que esa participación pueda incidir específicamente en la materia legislativa aquí en nuestro país y en esta Cámara de Diputados y de Senadores en especial.

Muchos de los desencuentros y discrepancias en el pasado se han debido a una falta de comunicación y comprensión entre ellos y nosotros. Ustedes son un factor fundamental para revertir esa tendencia.

Aprovechemos este foro también para pensar en torno a la mejor manera de tender lazos también con el pueblo norteamericano.

Están ustedes en el Congreso de los Estados Unidos Mexicanos y nosotros acudimos a esta reunión para aprender de ustedes, para conocer y para que juntos trabajemos por el bien común.

Por último, solamente les quiero desear que sean ustedes muy bienvenidos, que se sientan cómodos y sobre todo orgullosos de ser mexicanos y de contar con la patria que heredamos de hombres y mujeres libres. Sean ustedes bienvenidos a esta su casa. Muchas gracias por estar aquí.

El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández: Gracias, diputada.

Antes de continuar con las intervenciones, pedimos a los presentes ponerse de pie para guardar un minuto de silencio por los migrantes que han muerto en la frontera norte de nuestro país.

(Minuto de silencio)

El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández: Pueden ocupar sus lugares, por favor. Escucharemos ahora el mensaje del diputado José Edmundo Ramírez Martínez, miembro de la Comisión Plural de Legisladores. Tiene la palabra el diputado José Edmundo Ramírez Martínez, hasta por cinco minutos.

El diputado José Edmundo Ramírez Martínez: Muchas gracias. Con su permiso, diputada Presidenta. Compañeras y compañeros. Hermanos migrantes y hermanas migrantes, antes que nada, permítanme decirles que deseché la improvisación de mis palabras y deseché también la idea de ocupar estos minutos como un foro en donde pudiera plantear propuestas y profundizar sobre la materia migratoria por una sola razón.

Por la razón de que me encuentro profundamente emocionado, primero, porque yo viví y sufrí como migrante. Y segundo, porque creo que hay momentos en la vida, incluyendo la vida política, en que debe dejarse a un lado la retórica, debe dejarse a un lado la formalidad y la argumentación para dar paso a la comunicación humana. Comunicación humana y sincera que permita un auténtico reconocimiento a los otros, y desde luego, un auténtico entendimiento. Ya habrá tiempo más adelante para trabajar intensamente sobre la agenda y propuestas concretas en las mesas de trabajo. Ya habrá tiempo para discutir.

Por eso es que estos minutos prefiero utilizarlos para construir, para reflexionar sobre la importancia de la presencia de ustedes. Para recibirlos con cariño mexicano. Ese cariño, esa fraternidad que nos une y que nos identifica a lo largo y ancho de este mundo.

El día de hoy es histórico porque esta Cámara de Diputados abre sus puertas a los líderes migrantes mexicanos, a los líderes que viven en Norteamérica. Lo hace de manera republicana e institucional a partir del reconocimiento genuino de la importancia que los migrantes tienen como grupo social prioritario para la vida nacional.

Ya una vez este recinto tuvo la fortuna de acoger en su seno a nuestros hermanos indígenas y cada dos años lo hace con las mujeres, lo que confirma que su presencia aquí este día no es casualidad. Queda claro que el tema migratorio genera consensos por parte de las diferentes fuerzas políticas.

A pesar de que cada una tiene su propia óptica de la realidad, estoy seguro que las coincidencias son mayúsculas, particularmente en lo que se refiere a los derechos humanos y a la imperante necesidad de brindar cada vez más y mejores oportunidades a los mexicanos, para que no tengan que abandonar su lugar de origen o, bien, para que puedan regresar a él.

Para el Grupo Parlamentario del PRI este parlamento resulta de la mayor importancia. Con el corazón en la mano y mirándoles de frente les digo que este encuentro es mucho más que un evento, es mucho más que un foro. Es el escenario adecuado para crear una agenda conjunta de acciones y una estrategia en Norteamérica.

En cada uno de ustedes está la mirada y la fuerza de millones de mexicanos que han pasado todas las inclemencias y sinsabores que resultan de la discriminación del abuso, de la intolerancia, de la desilusión, de haber dejado la tierra que los vio nacer, la tierra que les dio identidad y que no supo allanarles el camino para acceder a mejores condiciones de vida.

Por su voz van a hablar esos millones de mexicanos que no supieron rendirse, pero que tuvieron que sobreponerse a una nueva vida, a una nueva cultura, a un nuevo idioma y lamentablemente, a un nuevo tipo de abuso y discriminación.

Confío en que este Primer Parlamento será el parteaguas para dar inicio a nuevas acciones que trastoquen la esfera ejecutiva y legislativa, que animen a insistir, a impulsar y concretar un necesario acuerdo migratorio que tenga como sustento el reconocimiento de ambos países sobre la necesidad imperante de no seguir pichicateando los derechos que legítimamente nos corresponden; derechos que son inherentes a la naturaleza humana y que están por encima de cualquier consideración política, por encima de cualquier nación y por encima de cualquier interés.

La realidad rebasa cualquier argumento. Es evidente que ustedes han sabido construir un México dentro de un territorio que si bien no nos reconoce en toda su magnitud, también es nuestro, es nuestro porque lo hemos construido, porque lo hemos hecho nuestro, con esfuerzo, con trabajo, compromiso, porque los migrantes han sabido resistir con entereza la pertenencia a dos mundos, un mundo de progreso y modernidad y otro de exclusión y pobreza.

Por eso creo que la actitud que hemos de asumir los legisladores, es de absoluto respeto, absoluta apertura, saberlos escuchar y poder traducir sus demandas en acciones concretas, útiles y eficientes en nuestra tarea.

Asumir nuestro papel de representantes populares, e integrantes de uno de los poderes del Estado, será fundamental para que generemos los consensos necesarios, para exigirle al Ejecutivo federal la instrumentación de políticas públicas que atiendan las necesidades de los migrantes.

Para exigirle también retome el rumbo de una política internacional que vele por los intereses de los migrantes, de ustedes, compañeros parlamentarios, porque donde quiera que se encuentre un mexicano o una mexicana, debe sentir el cobijo, el consuelo y el apoyo de su patria, la solidaridad de su gobierno, el cariño de sus hermanos y la seguridad de contar con la protección institucional.

Bienvenidos, hermanos migrantes a esta Cámara. De hoy en adelante este Poder Legislativo mexicano es y será para los migrantes.

Hagamos nuestro este congreso, hagamos una lucha imparable y hagamos patria también en Norteamérica. Muchas gracias.

El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández: Gracias, diputado. Agradecemos la presencia del diputado Cuauhtémoc Sandoval Ramírez, secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores de esta Cámara.

Para dirigir un mensaje, tiene el uso de la palabra el diputado José Jacques y Medina, miembro de la Comisión Plural de Legisladores.

El diputado José Jacques y Medina: Compañera Presidenta del Congreso de la Unión, compañeras y compañeros diputados y senadores de esta LX Legislatura, compañeros parlamentarios del Primer Parlamento de Líderes Mexicanos que Viven en el Exterior, bienvenidos todos.

Ésta es su casa, ésta es la casa del pueblo. El Estado mexicano se convierte y compone en poderes, éste es uno de los poderes, autónomo, el Poder Legislativo y este poder se ha comprometido a estar detrás de ustedes, modificando las leyes que sean necesarias para poder integrar esta dualidad y esta división que ha tenido nuestro pueblo desde hace muchos años. Los de allá y los de acá. Que salgan de aquí los resolutivos; que no haya más allá y más acá, sino que seamos lo que hemos sido siempre: un pueblo sin fronteras, un solo pueblo. Y por eso vamos a luchar.

Estamos aquí con esa intención de discutir las maneras en que nos vamos a organizar para defender nuestros derechos adquiridos. Los que nosotros sabemos que tenemos allá los que hemos vivido por tantos años y que en tantas horas de trabajo se han quedado en las empresas, en las industrias, en los servicios, en los campos agrícolas. Todos esos derechos adquiridos, toda esa antigüedad, nosotros no vamos a renunciar a ella. Nosotros vamos a pelear por esos derechos porque son parte del patrimonio de esta nación, nuestra nación, de México.

Por eso es que estamos aquí hablando en ese sentido. Y estamos aquí también porque queremos darle la voz a los que no pueden venir, a los que no pueden cruzar, aquellos que se quedaron allá y que quisieron venir pero que las prácticas y las leyes injustas de migración no les permiten estar aquí alzando su voz.

Yo quiero invitar a la compañera Elvira Arellano a que hable a nombre de todos ellos, porque ella, Elvira Arellano, es un rostro, es un nombre entre millones y millones que no tienen rostro, que no tienen nombre y que son deportados todos los días, todos los meses, a todas horas; y divididas sus familias y abandonados sus hijos y perdidos todos sus derechos.

Quiero invitar a la compañera a que pase aquí y que nos envíe un mensaje y a través de los medios de este Congreso que se está viendo en todos lados, que escuchen la voz de los indocumentados, de los deportados, de la gente que está luchando.

La ciudadana Elvira Arellano: Buenos días. Señoras diputadas y señores diputados. Senadores. Compañeras parlamentarias y compañeros parlamentarios. Señora Presidenta Ruth Zavaleta. Estamos hoy día reunidos en este parlamento, como invitados, para traer nuestras demandas y ser escuchados.

Por años nos hemos quejado de que los migrantes en Estados Unidos hemos sido abandonados por nuestro gobierno. Cuando en Estados Unidos se nos trata como criminales y terroristas nuestro gobierno se queda callado. Cuando deportan a una madre, a un niño o a un trabajador, nuestro gobierno se queda callado.

La propuesta de ley HR 4437 fue derrotada el año pasado por el liderazgo y e iniciativa de organizaciones de migrantes, y de los migrantes, mientras que nuestro gobierno sólo decía: "Es una mala propuesta de ley, pero no pudo hacer nada".

Hoy sufrimos nuevos ataques en contra de nuestras familias migrantes en Estados Unidos, que se han traducido en leyes que prohíben alquilar apartamento para vivir y criar a nuestros hijos. La comunidad está siendo afectada por las cartas No Match.

Muchos están perdiendo sus empleos y como resultado pierden sus hogares que con sacrificios obtuvieron para dar una vida mejor a sus familias. Todos los días están arrestando, criminalizando, deportando y separando familias. Y nuestro gobierno se queda callado.

Acaba de inaugurarse una nueva campaña antimigrante llamada Ayudemos a Salvar a América, conocida también como la iniciativa de ley HR 4088, que tiene 95 auspiciadores, entre ellos 40 demócratas. Esta nueva propuesta de ley, que se conoce como El bebé de Sensenbrenner, busca criminalizar aún más a nuestra gente. Aumentarán las deportaciones, aumentarán las medidas de seguridad en la frontera, abrirán más centros de detención y aumentarán sus agentes de inmigración, entre otras.

Con ese panorama, yo pregunto: ¿está México preparado para recibir a los deportados y sus familias? ¿Está México preparado para recibir a los deportados y sus familias? ¿Está preparado para garantizar la educación a niños, ciudadanos americanos, o se va a preparar para defenderlos de todos estos ataques?

Ustedes tienen la seguridad de tener a sus familias, de ver a sus hijos todos los días, pero nuestras familias migrantes no tienen esa seguridad. No queremos que solamente nos escuchen, queremos que actúen con firmeza para defender a nuestras familias migrantes en los Estados Unidos.

Queremos que un acuerdo migratorio sea prioridad en la agenda de México Unido y, muy especialmente, que sea el asunto de mayor importancia en la agenda de nuestro gobierno mexicano.

El día de hoy, durante la comida, yo no voy a comer, porque voy a comenzar nuevamente una huelga de hambre ¿por qué? Porque quiero que nuestro gobierno me escuche. Quiero que nuestro gobierno actúe. Quiero que nuestro gobierno defienda a nuestras familias migrantes. Gracias.

El diputado José Jacques y Medina: Parafraseando a nuestro amigo —que no nos acompaña— José Ángel Gutiérrez, fundador del Partido de la Raza Unida, aquí en este Parlamento él descubre que hay tres Méxicos: el México de nuestros padres, de estas tierras donde ellos nacieron; el México donde trabajamos, el de allá del norte, el que nos robaron; y el México del futuro, el que vamos a construir los de allá y los de acá, por ese México. ¡Viva México!

El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández: Gracias, diputado. Escucharemos ahora la intervención del senador Luis Alberto Villarreal García, miembro de la Comisión Plural de Legisladores.

Tiene la palabra el senador Luis Alberto Villarreal García, hasta por cinco minutos.

El senador Luis Alberto Villarreal García: Yo tengo un sueño: de que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo. Sostenemos, como verdades evidentes, que todos los hombres nacen iguales, Martín Luther King. Con el permiso de la Presidencia, amigas y amigos, líderes migrantes, parlamentarios.

Hoy es un día histórico al celebrar el Primer Parlamento de Líderes Migrantes Mexicanos que Viven en los Estados Unidos de América. Para el Congreso de la Unión, y particularmente para el Senado de la República, este ejercicio de diálogo constituye los nuevos tiempos que vive nuestra nación, México ha cambiado.

Los tiempos del diálogo sordo y la simulación del Congreso mexicano, que no escuchaba a la sociedad a la que decía representar, los hemos dejado atrás y los hemos enviado al Museo de Antropología e Historia.

México ha cambiado, porque hoy reconocemos a los ciudadanos como los dueños de la democracia, porque ellos son los que deciden y, en consecuencia a nosotros, a los servidores públicos nos corresponde escuchar y actuar en consecuencia.

México ha cambiado, y en gran medida ese cambio se debe a todos ustedes, a los migrantes que han despertado en sus comunidades de origen el coraje para pelear por el México mejor que les corresponde a sus hijos.

Ése es el gran valor de este Parlamento, en el que ustedes son los actores principales. Ustedes, nuestros líderes migrantes, ustedes que conocen la realidad en la que viven más de 25 millones de los nuestros del otro lado de la frontera. Ustedes que constituyen lo mejor de nuestro pueblo, lo mejor de nuestra raza, lo mejor de nuestro origen. Ustedes que son los más fuertes, los más resistentes, los más trabajadores. Ustedes que son los héroes que sostienen en gran medida a este país.

Ustedes, queridos amigos migrantes y queridas amigas migrantes, son el ejemplo para todos nosotros, son un referente del éxito, de que podemos tener un país mejor, son el referente para sus comunidades aquí, pero también son un referente para sus comunidades allá.

Por eso, hoy, este Congreso les da la bienvenida con el ánimo absoluto de escucharlos y acompañar sus causas, porque reconocemos que estamos enfrentando la etapa más cruda y cruel de políticas antimigrantes de la historia de Estados Unidos.

A lo largo y ancho del territorio estadounidense se están aprobando leyes y medidas que tienen como principal objetivo el maltrato, el acoso, la persecución de nuestra gente para hacerles la vida más difícil.

Esta lógica del todo o nada. Esta lógica de la guerra absurda contra todo y contra todos. Esta lógica de los muros inútiles e ignominiosos. Esta lógica de las redadas, de las detenciones arbitrarias, de los castigos a quienes emplean a nuestros paisanos o les rentan un lugar para vivir. Esta lógica de quienes castigan a quienes les otorguen cualquier tipo de asistencia en nuestro paisano. Esta lógica daltónica que evita a los xenófobos ver que Estados Unidos de Norteamérica está compuesto por una sociedad policromática, merecen nuestro más firme y enérgico rechazo.

Por ello, hoy también ustedes deben saber que en estos difíciles momentos, que en estos tiempos complicados en que viven los migrantes en Estados Unidos, tienen el respaldo absoluto de su país, de su gobierno y de su Congreso. Hoy tienen que saber ustedes que no están solos porque también tienen el respaldo y la solidaridad de todo el pueblo mexicano.

Ante esta política de la confusión y de la persecución, yo me pregunto: ¿qué ha pasado con el país que tiene en la base de uno de sus más preciados símbolos, como lo es la Estatua de la Libertad, el poema de Emma Lazarus que dice: "Dame a tus cansados, dame a tus desposeídos, dame a tus hambrientos", en clara muestra de bienvenida, a los millones de migrantes que por ese puerto ingresaron para darle vida al país que hoy conocemos?

¿Qué ha pasado con el país de la libertad civil y del respeto de los derechos humanos? ¿Qué acaso han olvidado que son parte del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el cual expresamente prohíbe las detenciones y los arrestos arbitrarios y establece que toda privación de la libertad de una persona tiene que ser estrictamente apegada a la ley, y que también prohíbe que nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, en su familia, en su domicilio, en su correspondencia sin un recurso judicial adecuado?

¿Se han olvidado también que firmaron la Convención de las Naciones Unidas de los Derechos del Niño, que establece que un infante no deberá ser separado de sus padres, excepto con su expreso consentimiento, a menos de que la separación esté en el interés de los niños?

Qué lejos están de cumplir con su 23 enmienda constitucional que expresa que la esclavitud y la servidumbre forzada están prohibidas en los Estados Unidos de Norteamérica, si con estas medidas de persecución, de acoso, están legalizando la esclavitud contra la que tanto pelearon en el pasado y tanto respeto les ganó como nación.

Cómo se le puede llamar si no esclavitud a las circunstancias en las cuales vive un migrante no documentado, sin derechos sociales, sin tener siquiera la libertad de acudir a una autoridad para denunciar un abuso o el maltrato de un empleador por miedo a ser encarcelado o deportado.

Afortunadamente, una de las características de nuestro pueblo es la de crecernos ante la adversidad y, por duros que sean estos tiempos en los que estamos viviendo, estoy plenamente seguro que los vamos a superar, los vamos a superar porque aquí hay fuerza, porque hay espíritu, porque hay coraje que significa el corazón que tiene pasión, porque hay esperanza y esperanza —como decía Carlos Castillo Peraza— no es espera, es acción.

Lo vamos a superar porque estoy seguro de que ante las sinrazones hay muchas razones, muchas razones con qué ganar esta batalla. Por ejemplo, Alan Greenspan expresidente de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal en los Estados Unidos, entre otras mentes eminentes de nuestro país vecino, ha reconocido que gran parte de la fortaleza económica de la que goza ese país en los últimos años ha sido por el trabajo de ustedes.

En gran medida, también el proceso de recesión por el que nuestros vecinos del norte transitan es consecuencia del miedo que tiene nuestra gente de salir a trabajar, de sembrar y cosechar sus campos, de construir sus casas, sus calles, sus carreteras, sus puentes, incluso sus ciudades —como Nueva Orleáns, después de Katrina—, pero sobre todo lo vamos a superar porque vamos a trabajar todos y juntos para ello. De eso se trata también este parlamento.

Nosotros, en el Congreso mexicano, estamos convencidos de que falta mucho por hacer.

Primero debemos dejar de ser candil de la calle y oscuridad de la casa y tomar, como Congreso, acciones urgentes como la despenalización de la migración en nuestra Ley Federal de Población, que nos dé la autoridad moral para exigirle a otros países lo mismo, como la exención del pago de las excesivas comisiones que las empresas mexicanas le cobran a tu familia cuando les envías las remesas.

Segundo, fortaleciendo la protección de nuestros connacionales a través de una red más amplia consular, institucionalizando todos los recursos que se generan en nuestros consulados para que se queden ahí, para atenderte a ti, respaldando con toda firmeza la creación de la liga de la defensa a los derechos de los mexicanos en los Estados Unidos de Norteamérica.

Tercero, haciendo de la política migratoria una verdadera política de Estado que empiece por educar mejor a nuestra gente aquí, pero también allá, que incluya —como antier lo afirmó el presidente de la república, Felipe Calderón— centros para la reincorporación de los mexicanos a su país, y albergues para atender a nuestra gente y sobre todo a las niñas y a los niños, cuando sean repatriados en la zona norte de nuestra frontera.

Una política integral, articulada, incluyente y común, a través de la cual los migrantes y sus organizaciones, éstas, y el Congreso mexicano, éstas y el gobierno de la república, los gobiernos estatales, los gobiernos municipales, trabajemos bajo una misma estrategia, en un mismo sentido, de una manera en que sumemos los esfuerzos y que rinda mucho mejores frutos y alcances nuestro cometido.

Concluyo. Promoviendo también una campaña de difusión en la Unión Americana respetuosa, inteligente, permanente, que nos permita contrarrestar la campaña falsa de descrédito que ante la opinión pública realizan xenófobos antiinmigrantes como Samuel Huntington, Luvdows o Bill O´Riley, entre otros muchos que de manera cotidiana pintan a los nuestros como el origen de todos los males de su país.

Una campaña fuerte que deje claro lo que en realidad son los mexicanos, lo que significan para el desarrollo del país del norte. Hay muchas razones, amigas y amigos, para estar seguros de que vamos a sobreponernos a la adversidad de este grave momento.

Pero ello necesita que los legisladores y los políticos tengamos claro que la política migratoria no tiene color. Que la política migratoria está por encima de los partidos políticos, de sus diferencias. Que la política migratoria requiere generosidad, que requiere acción, no verborrea, no politiquería, no grilla. Seamos generosos. Trabajemos juntos a favor de nuestros migrantes hoy. Trabajemos para hacer realidad el sueño del doctor Martin Luther King. Bienvenidos. Muchas gracias.

El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández: Muchas gracias, senador. Agradecemos también la presencia del diputado Alberto Amaro Corona.

La diputada María Dolores González Sánchez (desde la curul): Le suplico a la Presidenta, le suplico que en la línea me dé oportunidad de hacer uso de la palabra, ya que no fui invitada para hacer un discurso. Le suplico. Como diputada federal tengo ese derecho. Soy diputada de la nación. Soy diputada de todos los migrantes.

La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Compañeros invitados, quiero pedirles tolerancia y que le permitamos a la compañera que ha pedido el uso de la palabra el que pueda hacerlo. Por favor, compañera.

La diputada María Dolores González Sánchez: Gracias, señora Presidenta. Gracias por darme este derecho constitucional. Muy buenos días a todos ustedes. ¿Cómo están?

Para mí es un honor tenerlos aquí, que estén aquí en nuestra casa. Nuestra casa, porque este Parlamento, este Congreso es de nosotros aunque vivamos en otros países. Y digo vivamos, porque también soy migrante y muchos de ustedes me conocen. Ésta es nuestra casa. Sean ustedes bienvenidos.

Este Parlamento lo considero oportuno, pero más porque este gobierno de México nos toma en cuenta a todos los mexicanos fuera de la nación; que los legisladores de ambas Cámaras, diputados y senadores, pongan el tema de migración en primer lugar. Igualmente los tres Poderes de gobierno: federal, estatal y municipal.

Que todas sus propuestas que vengan aquí, todas sus inquietudes, todo, se ponga en la mesa y que lo platiquemos con prudencia. Que los comentarios se tomen en cuenta y que se lleve el reconocimiento de todo este gobierno mexicano de ustedes, hermanos migrantes.

Respeto la soberanía de los Estados Unidos de América porque es un país que nos dio la oportunidad a muchos mexicanos que un día cruzamos ese desierto y ese río. Estados Unidos es uno de los países que recibe migrantes pero no nada más de México —y lo sabemos, ustedes lo saben—, de otros países.

Nosotros los mexicanos supimos sobrevivir. Muchos de nosotros tenemos la doble nacionalidad que es un privilegio, porque nuestras fronteras vienen siendo Chiapas y Canadá. Porque podemos tener ese tránsito de territorio. Y digo sobrevivir porque muchos de aquellos que cuando hicieron el intento de cruzar no llegaron a su destino ni tampoco regresaron a sus casas y eso lo tenemos aquí en el corazón cada uno de todos nosotros, porque lo vivimos constantemente en los Estados Unidos, como también los familiares aquí en México. Muchos no sabían si iban a volver a regresar.

Estados Unidos respeta a todo aquel ciudadano americano y mexicano, a todo aquel ciudadano que es respetado. Los mexicanos que violaron la ley de los Estados Unidos, los indocumentados, en años pasados tuvimos la oportunidad muchos de nosotros, los mexicanos —y yo creo que aquí están ustedes—, en la amnistía de 1988, Estados Unidos nos dio la oportunidad de tener la doble nacionalidad, igual que este gobierno mexicano.

No estoy de acuerdo en muchos de sus comentarios, con la señora Elvira Arellano. Mi respeto como mujer, mi respeto como madre soltera, mi respeto como inmigrante, más no el respeto como activista, activista que va en contra de la soberanía de Estados Unidos, activista que va en contra de México.

La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Concluya, por favor, compañera.

La diputada María Dolores González Sánchez: Porque despierta el coraje de los anglosajones antiinmigrantes como poder…

La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Permítannos, por favor, compañeros visitantes, va a concluir la compañera que está tomando la palabra. Con todo respeto, compañeros, les pido, por favor… Compañera, permítame la palabra, compañera, permítame. No hable hasta que se callen los que están hablando, por favor. Permítame... Concluya, por favor, compañera.

La diputada María Dolores González Sánchez: Existen más de 80 organizaciones entre gobierno y sociedad, se ve y se siente en los otros migrantes, en esta casa de los anglosajones, y en esta casa también se siente la antiinmigración, los antiinmigrantes.

Ustedes mismos lo han comentado que el mismo gobierno los rechaza. Entonces no estén pegando de gritos. Propongo que tengamos cuidado y prudencia con lo que se viene aquí… Que somos privilegiados de tener la doble nacionalidad y lo que buscamos los migrantes es una reforma migratoria aquí en México, es la frontera del sur. México es la frontera del sur. Todo su territorio es la frontera del sur, porque muchos hermanos…

La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Compañera, concluya, por favor.

La diputada María Dolores González Sánchez: Yo le pido a la Presidencia que, escuché a los demás diputados y senadores con mucha atención y voy a terminar.

La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Compañera, no es una sesión normal, solamente era la inauguración, por favor concluya.

La diputada María Dolores González Sánchez: México es la frontera, por todo su territorio cruzan muchos connacionales, guatemaltecos, hondureños y aquí México necesita una reforma migratoria. México también es la frontera del norte de América. México tiene que ser pionero en su territorio, como reforma migratoria continental. Que Dios nos bendiga, que tengamos una vialidad digna de entrada y salida de ambos países.

Muchas gracias por darme la oportunidad de darles este mensaje a mis hermanos migrantes, muchas gracias por haber venido y escuchado. Que Dios nos bendiga, señores.

El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández: Agradecemos la presencia de la senadora Adriana González Carrillo.

Se invita a los presentes ponerse de pie.

La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado: Hoy, viernes 16 de noviembre de 2007, se declaran inaugurados los trabajos del Primer Parlamento de Líderes Migrantes Mexicanos que Viven en Estados Unidos de América.

El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández: Se pide a los presentes continuar de pie para entonar el Himno Nacional Mexicano.

(Se entona el Himno Nacional Mexicano)

El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández: Agradecemos la presencia de los legisladores integrantes del presídium y especialmente de la diputada Presidenta de la Cámara de Diputados, en este acto de inauguración del Primer Parlamento de Líderes Migrantes Mexicanos que viven en los Estados Unidos de América. Muchísimas gracias por su asistencia.