Para que convoque al Senado de la República a efectuar un periodo extraordinario de sesiones, presentada por el diputado Oscar Mauro Ramírez Ayala, del grupo parlamentario del PARM, en la sesión del miércoles 23 de enero de 1991

<<Ciudadano Presidente; compañeras y compañeros legisladores: La crisis del Golfo Pérsico, transformada el pasado día 16 en "tormenta del desierto", se ha convertido en un negocio de espectáculos de la información por medio de fuentes televisivas, periodísticas y radiofónicas, que no sólo practican el ilusionismo, sino que alertan a la población de una manera irresponsable con pronunciamientos antagónicos a la realidad.

Ante todo debemos hacer una reflexión acerca de los efectos que ya ha causado este conflicto de esencia retrógrada y criminal, que tiene como

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finalidad en genocidio mismo. Como alcance histórico tenemos que los territorios actuales de los países árabes, no son más que el trazo geométrico colonialista negociado por las grandes potencias, que han dividido a pueblos enteros sin contemplar los alcances bélicos que se han suscitado a lo largo del presente siglo. Irák y Kuwait no han sido la excepción, desde el tratado de San Remo (1920) se reconoce la existencia de Kuwait como parte de Irak pero los británicos nunca lo vieron de esa forma. Es desde entonces, cuando este conflicto aparece en la Tierra. Es después de siete décadas, cuando se viene a vislumbrar este problema que gira en torno a las situaciones económicas que representa el estado Iraquí, quien después de ocho largos años de lucha contra Irán, su pueblo sufre otro enfrentamiento bélico no deseado. Por tanto tenemos que si desde su análisis histórico presenta gran complejidad, los efectos finales de este conflicto aparecerán aún más complejos y pueden llegar a ser contradictorios a la finalidad propuesta.

Una disyuntiva optada por el estado Iraquí, fue la lucha por la autodeterminación del estado palestino, el problema más grave del Medio Oriente, que a pesar de la persistencia del mundo árabe para dirimir esta controversia, el bloque occidental, encabezado por el gendarme del mundo, se ha empecinado a no dar una resolución efectiva, ni siquiera una conferencia internacional, para que el mundo árabe explique al mundo entero, el porqué del resurgimiento del estado palestino, que sería la Organización de las Naciones Unidas la que debe determinar esta postura exigida por los árabes, pero que está aún muy lejos de ratificarse, mientras que no se opte de un papel de salvador del mundo occidental, en el que prevalezca la paz y la verdadera concertación e intereses.

La postura optada por la Organización de las Naciones Unidas para dirimir este conflicto en el Golfo Pérsico, la ha hecho convertirse en un órgano agresivo, belicoso, que disipa sus principios de lograr la paz en las regiones que presenten conflictos. Una vez más, los gendarmes del mundo se han impuesto no lograr una paz negociada que pudiera haber sido buscada fundamentalmente, si hubieran dejado al mundo árabe, en primera instancia, formular alternativas a la realidad de su problema y a las demás naciones que integran esta organización, resolver esta controversia apegada de manera estricta a derecho. Sin embargo, hemos visto la validez que presenta el consejo de seguridad para los accidentales, que bien la podríamos llamar el consejo hegemónico de seguridad.

Una vez más el derecho internacional ha sido pisoteado. Los Estados Unidos y sus 27 aliados deben meditar las consecuencias que están heredando a las futuras generaciones, no tan sólo la región árabe, sino el mundo entero. Ante todo esto se hace necesario que la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas retome el asunto para que todos los países miembros participen para lograr una paz negociada y no dejarla en manos del consejo de seguridad, determinar como bárbaros lo que en conjunto se debe analizar y resolver como gente civilizada. La situación en el Golfo Pérsico tiene solución por la vía diplomática y México, que ha sustentado el principio de la no intervención y del respeto al derecho ajeno, deberá analizarse por medio del Senado de la República, a fin de mantener una posición congruente con nuestra realidad histórica.

Los Estados Unidos de América no se han preocupado por informar a la comunidad internacional sobre la realidad que se está viviendo en Medio Oriente, más se engalana en presentar ante la televisión sus incursiones gloriosas de exterminio humano en distintas ciudades de Irak, y concretamente en la ciudad de Bagdad. La manipulación ejercida sobre los medios de comunicación por parte de sus cadenas televisivas y Televisa, que enlazan a todo el mundo, es sólo para presentar su capa - ciudad bélica y su presumible dominación en el campo de batalla. La empresa Televisa ha presentado una serie de informaciones incongruentes, muy lejos de la verdad y que ha propiciado un descontrol a nivel mundial. Irak responde de manera salvaje exhibiendo a los prisioneros de guerra como si fueran trofeos, violando así los más elementales derechos humanos y lo que resulta más grave para la humanidad, con toda premeditación agrede a Israel para intentar el surgimiento de un holocausto de impredecibles consecuencias, no permitamos que la lucha por el control del petróleo, nos lleve a lo que puede ser una guerra mundial, actuemos ahora para no lamentar la destrucción de la humanidad.

Las preguntas que todo el mundo se debe de hacer son las siguientes: ¿qué hacen los personajes galardonados con el premio Nobel de paz para lograrla en estos momentos? ¿Cuál es su postura ante el conflicto del Golfo Pérsico? ¿Qué piensan de las acciones que desencadenó la llamada "tormenta del desierto"? Mientras todos se autocuestionan, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, solicita la intervención de nuestro país, por conducto de una de las cámaras que integran el Poder Legislativo, para que mediante un período extraordinario

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de sesiones, en nombre de todos los estados que integran la federación, fijen la posición del pueblo de México ante el mundo y lo que es más importante, se propongan soluciones que permitan a los países en conflicto, transitar permanentemente por el camino de la paz, ya que es necesario que todos los países del mundo respeten el derecho internacional, los derechos humanos, los derechos del niño, las leyes ecológicas, entre otras, para lograr el nuevo orden mundial más humano y menos lleno de discrepancias entre las naciones, que ayudemos al progreso de todas las naciones del orbe.

En consecuencia y de conformidad en lo dispuesto por los artículos 71 fracción II y 79 fracción IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como 55 y relativos del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, nos permitimos someter a la consideración de esta honorable soberanía el siguiente:

DECRETO

Artículo único. Se convoca al Senado de la República a efectuar un período extraordinario de sesiones del 1o. al 5 de febrero del año en curso, a fin de que fije la posición de los estados miembros de la federación en torno a la guerra del Golfo Pérsico y proponga el Ejecutivo Federal las alternativas de solución al conflicto a fin de que se convoque a una reunión urgente de la Organización de las Naciones Unidas, para solucionar por la vía diplomática el problema bélico que ha surgido en el Medio Oriente y evitar por todos los medios posibles que se extienda a otros países vecinos la confrontación armada que están viviendo los países árabes.

TRANSITORIO

Único. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Sala de sesiones de la honorable Comisión Permanente a los veintitrés días del mes de enero de mil novecientos noventa y uno.

Por la fracción parlamentaria del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, diputado Oscar Mauro Ramírez Ayala.>>

(Turnada a la Primera y Segunda Comisiones de Trabajo. Enero 23 de 1991.)