Crónica Parlamentaria, Cámara de Diputados

Que reforma y adiciona las fracciones II-A y II-B del artículo 28 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para que la Secretaría de Relaciones Exteriores tenga entre sus funciones hacer la promoción económica del país, presentada por el diputado Alejandro Díaz y Pérez Duarte, del grupo parlamentario del PAN

Los suscritos, integrantes del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, conscientes de la importancia que reviste el servicio exterior mexicano, proponemos a esta soberanía esta iniciativa de ley como una medida concreta que deberá coadyuvar a mejorar las condiciones de vida de los mexicanos a través de incrementar el desempeño económico del país, añadiendo dos fracciones a las atribuciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, establecidas en el artículo 28 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

EXPOSICION DE MOTIVOS

Durante más de 170 años, quienes trabajan para el servicio exterior mexicano bajo las directrices de la Secretaría de Relaciones Exteriores en las representaciones de México en el extranjero, han dedicado tiempo y esfuerzo a construir relaciones diplomáticas y de amistad con prácticamente todos los pueblos de la Tierra, pero la mayoría de estas relaciones en muy poco han contribuido a mejorar el nivel de vida de los mexicanos, no porque sea fruto del desinterés o de la falta de oportunidades para hacerlo, sino porque no se han dado los pasos orgánicos para ello.

La diplomacia moderna tiene como tarea, en adición a la construcción y mantenimiento de las relaciones con gobiernos y principales fuerzas políticas de cada una de las naciones del orbe, el de dedicarle una considerable cantidad de tiempo y esfuerzo a concretar oportunidades de exportación de productos nacionales al país donde se ejerce la representación. Es usual ver a embajadores de muchísimos países acompañar a sus connacionales a iniciar, impulsar o concretar negocios, pues saben que en la medida que se impulse la venta de sus productos en el extranjero se estarán creando empleos en su país.

Podemos decir lo mismo del turismo, que de alguna manera también es equiparable a la exportación.

La falta de interés de que los integrantes del servicio exterior participaran en una forma más activa en la promoción de exportaciones, por parte de quienes diseñaron la política exterior mexicana en el pasado, se hace evidente al desaparecer el Instituto Mexicano de Comercio Exterior, pues las funciones que esa institución realizaba no les fueron reasignadas.

La promoción de las exportaciones y del turismo quedó al impulso de los particulares y del esfuerzo que cada embajador o cónsul deseó imprimirle a la oficina a su cargo. Aunque las exportaciones mexicanas se incrementaron en forma importante, la falta de una política coherente en el resto del mundo, hizo que nuestras exportaciones se concentraran en forma abrumadora en un solo país, al cual ahora enviamos el 83% de nuestras exportaciones, esto es, 43 mil 67 millones de los 51 mil 885 millones de dólares exportados en 1993, mientras que únicamente a tres países exportamos cantidades superiores a los 500 millones de dólares.

A los otros ciento y pico de países no les vendemos en conjunto ni el 11% del total. Las cifras son del año anterior a la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio, por lo que debemos estar conscientes de que el problema se ha agudizado, con el agravante de que el saldo de nuestra balanza comercial con la mayoría de los países fue deficitario muchos años precisamente por esa falta de promoción.

Debemos diversificar nuestras relaciones comerciales con el resto del mundo, en adición a las exportaciones a nuestros socios del TLC y el mejor camino que tenemos es impulsar a nuestras embajadas y consulados a que promuevan los productos mexicanos en los países donde nos representan, a que descubran posibilidades de negocios; sea de toros de lidia en Sudamérica o de fruta tropical en Japón, no por promover a ningún negocio en particular, sino para desarrollar empleos dentro de México.

La falta de dólares que ha causado problemas en el pasado inmediato por un comercio desigual con los distintos países, puede convertirse en factor de crecimiento si aprovechamos la ventaja competitiva que nos han dejado las devaluaciones tanto del peso como del dólar.

La primera misión que cualquier embajada mexicana debiera llevar a cabo es lograr al menos un comercio superavitario para México en el país donde ejercen la representación, empresa aparentemente fácil por el momento, ahora que muchas importaciones al país se han reducido o de plano suspendido, pero que si en estos momentos en que el peso se encuentra subvaluado no se promueven las exportaciones mexicanas, posteriormente será mucho más difícil.

No hay que olvidar que la tarea es permanente, lo que requerirá no solamente del esfuerzo de quienes dirigen las embajadas y consulados, sino de toda una acción concertada por la Secretaría de Relaciones Exteriores y para ello se requiere que se le asigne la responsabilidad explícita de coadyuvar a la promoción de los productos mexicanos en el exterior.

Aunque con respecto del turismo el saldo internacional ha sido favorable a México por muchos años, debemos destacar que por la poca promoción que se realiza en muchos países, los turistas que visitan nuestro país suman 10 millones al año, mientras que en España, por citar sólo un ejemplo, a pesar de tener menos de la mitad de población y sólo una cuarta parte de territorio que México, llega a atraer más de 60 millones de turistas anualmente. Es cierto que en este rubro el saldo es favorable a México, pero hace falta una gran promoción para que millones de extranjeros conozcan México y sus posibilidades turísticas y con ello podamos ofrecer oportunidades de más y mejores empleos a muchos mexicanos que en estos momentos lo demandan.

Con base en lo anteriormente expuesto, proponemos a esta soberanía el siguiente

PROYECTO DE DECRETO

Artículo único. Se adicionan las fracciones II-A y II-B al artículo 28 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para quedar como sigue:

Artículo 28. A la Secretaría de Relaciones Exteriores, corresponde el despacho de los siguientes asuntos:
 

I y II. ...

II-A. Coadyuvar a la promoción turística y comercial de México, impulsando a las embajadas y consulados mexicanos a que colaboren eficientemente a detectar necesidades en los países donde residen que pudieran ser atendidas por productos mexicanos, apoyando a misiones comerciales e individuos que lo requieran con objeto de incrementar las ventas de productos mexicanos en el exterior;

II-B. Capacitar a los miembros del servicio exterior mexicano en las áreas turística y comercial, para que puedan colaborar eficientemente en la realización de lo enunciado en la fracción anterior;

III. . .


Atentamente.

A 25 de abril de 1995.— Diputados: Alejandro Díaz y Pérez Duarte, Consuelo Botello Treviño, Rodolfo Elizondo Torres, María Elena Alvarez Bernal, Cecilia Romero Castillo.

Turnada a las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales y de Relaciones Exteriores.