Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170412 - Número de Diario 6

(L27A1P1eN006F19170412.xml)Núm. Diario:6

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 12 DE ABRIL DE 1917. DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.

PERÍODO EXTRAORDINARIO. XXVII LEGISLATURA. TOMO 1.- NÚMERO 6.

Sexta junta preparatoria de la Cámara de Diputados Verificada el 12 de Abril de 1917.

SUMARIO

1.- Pasada lista y abierta la sesión, se lee y aprueba el acta de la anterior. Sin discusión es aprobado el dictamen relativo al 11 distrito electoral del Estado de Veracruz. 2.- Es puesto a discusión y aprobado nominalmente el dictamen de la de la quinta sesión, relativo a la elección verificada en el 12 distrito del Estado de Guanajuato. 3.- Son aprobados económicamente los dictámenes de la propia sección quinta, que se refiere al 3er. distrito electoral del Estado de Sonora y al 11 de Hidalgo. 4.- Puesto a discusión el dictamen de la misma sección, relativo al 6o. distrito del Estado de Puebla, es aprobado económicamente, levantándose la sesión.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. MEDINA HILARIO.

- El C. secretario Garza González: Hay una asistencia de 135 ciudadanos presuntos diputados; hay quórum.

El C. presidente: Se abre la sesión.

- El mismo C. Secretario, leyó el acta de la junta anterior. Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica, ¿se aprueba? Aprobada.

El C. prosecretario López Lira: El dictamen de la primera comisión revisadora de credenciales, sección quinta, referente al 10 Distrito Electoral del Estado de Veracruz, dice así:

"Primera comisión revisora de credenciales.- Sección quinta.

"Honorable asamblea:

"Revisado el expediente del 11 distrito electoral del Estado de Veracruz, y habiendo algunas protestas de representantes de partidos, la comisión procedió a examinar minuciosamente al expediente aludido, no encontrado nada que afecte el resultado de la votación que aparece favorable al C. doctor Alberto Román, para diputado propietario, y para diputado suplente al C. Ezequiel F. Ameca; pues si bien es cierto que la junta computadora, reunida en Huatusco, no computó los votos obtenidos en la municipalidad de Cozuntlán y Colcahualco, éstos, aun tomados en consideración. no significan mayoría para el señor Moisés L. Guevara, que es el que sigue en número de votos al C. Alberto Román; y como las elecciones se verificaron correctamente y no hay violaciones a la ley, la comisión somete a la consideración de la honorable asamblea esta. PROPOSICIÓN ÚNICA.

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 11 distrito electoral del Estado de Veracruz, los CC. Alberto Román y Ezequiel F. Ameca. "Sala de comisiones de la Cámara de Diputados, a 11 de abril de 1917.- Julio Zapata.- Filomeno Mata.- Rafael Vega Sánchez. (Rúbricas.)"

Está a discusión. Las personas que deseen hacer uso de palabra, pueden pasar a inscribirse. ¿No hay quien haga uso de palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Aprobado.

La presidencia, por conducto de la secretaría, declara:

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 11 distrito electoral del Estado de Veracruz, los CC. Alberto Román y Ezequiel F. Ameca."

- El mismo C. prosecretario: el dictamen de la primera comisión revisora de credenciales, sección quinta, relativo al 12 distrito electoral del Estado de Guanajuato, dice así:

"Primera comisión revisora de credenciales.- Sección quinta.

"Honorable asamblea:

"Revisado el expediente electoral del 12 distrito electoral de Guanajuato, se encontraron irregularidades y violaciones a la ley electoral, que en concepto de la comisión son causa suficiente de nulidad de las elecciones, de un modo parcial.

"En la municipalidad de Salvatierra sólo pueden tomarse en consideración las casillas números 3, 4, 6, 7, 20 y 22, donde hubo verdaderamente lucha electoral, estando la documentación que exige la ley sin violencia aparente; no así en las demás casillas, en las que sólo un legajo de boletas con votación perfectamente uniforme, a favor de los candidatos a diputados propietario y suplente, respectivamente, CC. José Mares y Ramón Otamendi, sin más documento que una acta simple del resultado de la elección, pasando por alto el acta de instalación de la casilla, nombramiento del instalador, lista de escrutinio y padrón, todo lo cual revela que las elecciones allí fueron una farsa. Igual cosa pudo observarse en Yuriria, de donde sólo pueden tomarse en consideración las casillas en que hubo votación real y los documentos están en regla, como sucede con las casillas 1, 2, 5, 12, 13, 14, 22, 23, 24, 25, 32, y 33; las secciones primera y segunda de Santiago Maravatío están en regla, siendo nulas las secciones tercera y cuarta por no tener documentación alguna. Son de tomarse en consideración los votos emitidos en la municipalidad de Urianguato, en las casillas 1, 2, 3,

4, 6, 8, 9, 10, 11, 13 y 14, que están en regla, y son nulos los de la casilla 5 porque no tienen documentación; no hubiéndose instalado, según reza el acta de la junta computadora, la sección séptima. Son de tomarse en consideración los votos emitidos en la municipalidad de Moroleón, en las casillas 1, 2, 3, 4, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17y 18, que están correctos y con documentación como lo exige la ley; no tomándose en consideración los números 5, 6, 7, 8 y 9, que no presentan ningún documento.

"Leída con el detenimiento que merece el acta levantada por la junta computadora, aparece en ella la declaración de que a muchos expedientes les faltan algunos documentos, sin decir a cuales ni qué documentos son los que faltan. La comisión da fe de haber encontrado una protesta subscrita por el candidato Alfredo Robles Domínguez, aludiendo a las irregularidades apuntadas, y pidiendo la nulidad de las votaciones obtenidas en las casillas anotadas.

"Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, y visto que al C. José Mares, que aparece presunto diputado propietario, sólo pueden quedarle válidos 2,975 votos, y al C. Ramón P. Otamendi, que aparece presunto diputado suplente, sólo le quedan 2,293 votos válidos, mientras que el C. Alfredo Robles Domínguez tiene útiles 3,363 votos para diputado propietario, y el C. Francisco Díaz Barriga tiene 3,649 votos para diputado suplente, la comisión sujeta a la consideración de la honorable Cámara, la siguiente proposición única:

"Son diputados por el 12 distrito electoral del Estado de Guanajuato, los CC. Alfredo Robles Domínguez y Francisco Díaz Barriga, propietario y suplente, respectivamente.

"Sala de comisiones de la Cámara de Diputados.- México, abril de 1917.- Filomeno Mata.- Julio Zapata.- Rafael Vega Sánchez. (Rúbricas.)"

Está a discusión. Las personas que deseen hacer uso de palabra, se servirán pasar a inscribirse.

El C. García de Alva: Pido palabra para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. García de Alva: Ese dictamen adolece del mismo defecto que los demás; debe decir, primero, es nula la elección de fulano de tal, y después, es válida la elección de mengano.

El C. Mata Filomeno, miembro de la comisión: Nosotros no podemos declarar nula la elección, supuesto que sus votos son buenos, y así lo dice el mismo dictamen; tiene tantos votos útiles, y por consiguiente, lo único que podemos decir es que es nula su credencial, pero no sus votos.

El C. García de Alva: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. García de Alva.

El C. García de Alva: El caso jurídico es el mismo. Si la credencial está expedida a favor de quien aparece con mayor número de votos de la junta computadora, la junta revisora debe declarar nulos los votos, y por consiguiente, la credencial, para ser buena la elección en favor de quien corresponda en segundo término.

El C. presidente: Como la comisión sostiene su dictamen, los que deseen hablar deberán primero pasar a inscribirse.

El C. secretario Céspedes: Se ha inscrito en contra el C. José Mares.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Mares.

El C. Mares: Señores diputados: Estoy en la obligación precisa de hacer algunas aclaraciones respecto de la elección efectuada en el distrito electoral de Salvatierra. He encontrado una hoja suelta que se ha repartido en esta Cámara, en la que se establece que no soy hijo ni vecino del Estado de Guanajuato. En cuanto a la primera parte, señores, estoy perfectamente conforme; soy hijo del Estado de Jalisco. En cuanto a la segunda parte no estoy conforme, porque desde hace 3 años, un poco más, resido en el distrito de Salvatierra, del Estado de Guanajuato, donde he residido de una manera continua. Cuando no me he encontrado en dicho distrito, he estado en Yuriria, Tarimoro, Moroleón y otros puntos del propio Estado. Algunos veces, con motivo de mis trabajos profesionales, he estado en San Miguel Allende, que pertenece también al Estado de Guanajuato. No soy político, señores; mejor dicho, no soy politicastro. A mí me gusta hablar con sinceridad siempre, y manifestarme con verdad, como debe manifestarse siempre todo hombre que ha pasado por las aulas, especialmente un hombre joven, que apenas, se puede decir, ha terminado su carrera, y que todavía guarda en su corazón la sinceridad de la juventud estudiantil. En el año de 1913, después de haber hecho mi carrera en la escuela nacional de agricultura, de lo que pueden dar fe todos mis antiguos compañeros, quizá algunos aquí presentes en las galerías, me fui a trabajar, en primer lugar, al Estado de Michoacán, en donde permanecí 4 meses, y después de haber permanecido en esta capital un mes me fuí a Estado de Guanajuato, en donde todavía no concluyo los trabajos profesionales que he ido a hacer allí; en consecuencia, he residido en Salvatierra y pienso seguir residiendo allí. Esta es la verdad de los hechos. En cuanto a la elección que se ha efectuado en el distrito de Salvatierra, cábeme la satisfacción, señores, de decir que si se ha hecho propaganda de mi candidatura para diputado propietario por ese distrito, no es porque yo me ha haya propuesto a mis partidarios, diciéndoles: señores, yo soy la persona apta que debe ir a representaros al Congreso, no, señores, yo siempre soy hombre de trabajo, y con motivo de mi profesión he sido conocido en aquella región por la clase humilde del pueblo, clase que siempre me ha inspirado cariño; y desde que estaba estudiando, precisamente el día de mi recepción, les dije a todos mis compañeros, que todos debíamos trabajar por la redención de esa misma clase, y eso es lo que me he propuesto en el curso de mi carrera profesional, y por eso he podido inspirar simpatía a la clase humilde, la que, por medio de sus representantes, fue un día a mi gabinete, donde se me dijo: "Señor, nosotros queremos que usted sea quien nos represente en la Cámara de Diputados." Yo les dije: "Señores, hay personas que son verdaderamente dignas de representar a ustedes, quienes tienen aptitudes para hacerlo; no yo. Me agrada la vida tranquila del campo, donde me siento más feliz que en la Cámara, rodeado de intrigas políticas." Pero como insistieran, les dije, por considerarlo una obligación, que siendo por su bien, aceptaba la candidatura, por la que podían trabajar. En vista de que, según he dicho, soy perfectamente conocido en aquella región, mi candidatura no tuvo obstáculos, pues en lo general se adhirieron a ella todos, sin excepción. No es esta la única vez que he figurado como candidato; también lo he sido en las elecciones para diputados al Congreso Constituyente. Las comisiones dictaminadoras encargadas de revisar los expedientes de las elecciones efectuadas en el distrito de Salvatierra, para diputados al Constituyente, deben haber encontrado muchos votos a mi favor. Esa candidatura se efectuó entonces, y se me ofreció en las mismas circunstancias de ahora. El señor ingeniero Alfredo Robles Domínguez, quien me merece todo respeto como revolucionario y como

hombre de ideas salvadoras, fue quien triunfó, y a él se extendió la credencial respectiva. La votación fue bastante nutrida, pero en esa ocasión obtuvo 1,000 votos más que el que habla. Dicho señor Robles Domínguez, por motivos que ignoro, no se presentó al Congreso Constituyente, lo que ha originado que aquella gente humilde que lo postuló, viendo en su ausencia una especie de desaire, ahora le restara muchos votos, dándome la mayoría, pues obtuve un total de 7,500 votos, mientras que mi competidor sólo alcanzó 3,500. Hubo otro candidato, que es precisamente el señor que ha escrito la hoja volante, que se llama Silviano Ramos, que fue como representante, como delegado él mismo, acompañado de otra persona, por el club popular guanajuatense, a hacer propaganda de su candidatura la víspera de las elecciones. ¿Puede creerse, señores, que podía prosperar la candidatura en esas condiciones? El señor Silvano Ramos debería haber empezado sus trabajos con mucha anticipación. Él mismo presentó una protesta, y el presidente del partido liberal establecido en Salvatierra, que es el partido formado por esas clases humildes, le contestó en un periódico que se llama "La Reforma." que es el órgano del partido, lo siguiente: "En "La Voz del Pueblo," órgano del partido popular guanajuatense, vemos una protesta contra las elecciones (sólo de diputados), por este distrito electoral, protesta que sería temible si no fuera ridícula.

"No queremos perder el tiempo en refutar punto por punto, porque la calumnia no se combate, se desprecia; y ya que dolosamente quieren atacar al presidente municipal, sepan que la honorabilidad del actual funcionario lo pone a cubierto de toda sospecha, y la versión alarmista que ellos dicen que se provocó para impedirles su junta, sólo existe en sus cerebros enfermos, pues poco temor podía infundirnos un partido que no cuenta en esta ciudad con 30 socios, ni mucho menos que algunos miembros de nuestro partido anduvieron buscando a los llamados delegados del club popular, rifle en mano, como dice: en primer lugar, porque no sabemos de bajezas y en segundo, porque jamás habíamos conocido a los flamantes "delegados," perfectamente desconocidos para nosotros.

"Hemos triunfado en buena lid, y para demostrar que las "irregularidades" que dicen sólo existen "in mente" de ellos, y que no nos valemos de chicanas para ganar, les demostramos con cifras la popularidad de nuestros candidatos, que tiene cerca de 9,000 votos, contra 3,500 del señor ingeniero Robles Domínguez: y el desconocido señor Ramos, en todo el distrito electoral sólo tuvo 500 votos. O decid, señores vociferadores, ¿también haríamos presión por el señor Domínguez? ¿O es que vosotros queréis imponer vuestro anónimo candidato en un distrito donde no os incumbe meteros?

"Gritáis porque no toleramos imposiciones; preguntádle a la sociedad honrada y al pueblo, y ellos serán el juez que falle; os invitamos a que véais nuestra labor, y de mi parte os demostraré que jamás me ha valido del puesto que tengo para trabajar políticamente, pues he sabido llevar al triunfo a mi partido antes de pertenecer al gobierno, y apoyados solamente en la voluntad del pueblo que nos conoce, y en cuyo beneficio trabajamos.

"El partido popular habla sin fundamento, ante su lógico y estupendo fracaso. - Ignacio L. Vera."

Esto lo dice el presidente del partido. Yo creo, señores, que uno de los principios salvadores de la revolución, unos de los principios principales por el cual han peleado los grandes revolucionarios de nuestro país, ha sido precisamente sufragio efectivo. Las clases humildes siempre se habían encontrado alejadas completamente del poder: nunca habían tenido ingerencia en él, y sólo habían sido oprimidas en las dictaduras pasadas; por consiguiente, ahora que ha triunfado la revolución cuando llevó su influjo bienhechor al Estado de Guanajuato, se convocó a elecciones de ayuntamiento, las que se efectuaron libremente. Esto se hizo precisamente bajo el gobierno del muy distinguido señor doctor Siroub, quien dejó, como me consta, en entera libertad a los hijos del pueblo para que trabajaran, si querían llevar al poder a sus candidatos. Y así lo hicieron: eligieron como presidente municipal a un humilde hijo del pueblo, a un hombre que vestía como todos los demás que carecen de recursos: Y en general, lo mismo hicieron respecto de los demás miembros del ayuntamiento, quienes son todos ellos bastante humildes. El partido se aprestó a la lucha, venciendo a sus enemigos, que le opusieron resistencia por no querer estar bajo las órdenes de un humilde hijo del pueblo lo que conceptuaban vergonzoso. Sin embargo, el partido es fuerte; se unieron a él todos los representantes de todas las clases humildes, formando un grupo poderoso en aquel lugar, al que dieron por nombre partido liberal revolucionario de Salvatierra. Este partido liberal triunfó en las elecciones, y naturalmente sus miembros son los que ahora se encuentran en el poder; si se declaran nulas esas elecciones, si se impide que los legítimamente electos se hagan cargo de sus puestos, cumpliéndose así la soberana voluntad del pueblo, entonces quiere decir que la revolución no cumple sus promesas, y que las cosas, en este punto, seguirán su curso anterior, apoderándose de los puestos públicos los aristócratas, quienes sobrada manera tienen para influir en el resultado de las elecciones. Por lo tanto, señores revolucionarios, vosotros que habéis derramado la sangre de tantos rebeldes para conquistar este principio salvador del sufragio libre, que, como decís, consideráis antes que todo, antes que cualquier criterio, el criterio legal. En este caso debéis también ateneros al criterio legal y favorecer a esas clases humildes y atender a sus peticiones, dando el triunfo al verdadero candidato popular.

Quizá habrán trabajado más, no lo dudo: es gente que no está avezada a las luchas políticas. Quizá congregaciones enteras (Toses), habrán votado por mí; pero, señores, parece que existe una atmósfera contraria, pero no creáis que es porque yo tenga ambiciones personales de venir a sentarme a la curul, no señores; únicamente estoy exponiendo esto en defensa del partido que me mandó aquí. Si como dictamináis, o mejor dicho, según el sentido del dictamen de la comisión respectiva, se nulifican votos debido a irregularidades, si no es posible que se modifique ese dictamen, si se declara el triunfo en favor del distinguido ingeniero don Alfredo Robles Domínguez, quien me merece todo respeto, si el señor Robles Domínguez viene a esta Cámara a representar el distrito de Salvatierra, entonces creo que el distrito de Salvatierra quedará perfectamente bien representado, y tendrán en él un distinguido representante, por consiguiente, señores, creo que ya os habéis formado, o dado perfectamente cuenta de las condiciones locales del partido liberal que reside en Salvatierra, y en qué condiciones he venido yo nombrado por ese partido. Atendiendo a todas estas consideraciones, creo que con el ilustrado criterio de que estáis dotados, podréis dar un voto en favor o en contra, según convenga.

El C. Mata Filomeno, miembro de la comisión: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Mata Filomeno: Señores diputados: Lo que ha dicho el señor ingeniero Mares acerca del partido liberal de Guanajuato, en cuanto a sus ideas revolucionarias y demás, está perfectamente bien, y la comisión no ha tocado ese punto. Sólo tenemos la pena de dictaminar en contra del señor Mares, conforme al artículo 35 de la ley electoral, que dice textualmente lo siguiente:

"Cada uno de los expedientes electorales a que se refiere el artículo anterior, se compondrá:

"I.- De un ejemplar del nombramiento del instalador, un ejemplar del acta de instalación de la casilla y un ejemplar del padrón electoral de la sección:

"II.- De las boletas entregadas por los electores en la elección de que se trate, y de las boletas que quedaron en blanco;

"III.- De las listas de escrutinio relativas a la elección a que dichas boletas se refieran;

"IV.- De las protestas que se hayan presentado; y

"V.- Del acta que menciona el mismo artículo anterior, y que corresponde a la elección de que se trate."

El artículo 57 de la misma ley electoral, dice, en su fracción IV, tratando de la nulidad de las elecciones que son causa de nulidad:

"Haberse instalado la casilla electoral contra lo dispuesto en esta ley."

Ha sucedido que llegó un montón de boletas con el nombre del señor ingeniero Mares, y de su suplente, el señor Otamendi, sin más que una simple acta firmada por 4 personas, sin decirse absolutamente dónde se instaló la casilla, cuál es el padrón y cuáles los demás documentos que la ley exige: y como esto está todo lo demás. Para muestra bastaría un botón, sin embargo he traído dos: aquí está otro igual. No puedo, en consecuencia, decir que ésta sea una votación , pues lo único que se debe deducir es que los propagandistas de la candidatura del señor Mares fueron a cualquier rancho, a cualquiera congregación, pidieron las listas de raya, tomaron de esas listas los nombres que quisieron a su favor y plantaron los nombres en las boletas, trayéndolas después, simplemente como resultado de la votación. ¿Puede decirse que esto haya sido una verdadera elección? La comisión se sujetó a la ley, porque como decía antes, no conocíamos al señor Mares; ni siquiera sabíamos que hubiese sido revolucionario. Me alegro que hasta ahora se discuta su credencial, por no haber estado él antes presente, en vista de encontrarse enfermo. Celebro que hasta hoy se discuta, para que vea que hemos procedido con entera sujeción a la ley y en estricta conformidad a todas sus prevenciones, sin meter para nada el criterio político ni el moral. Otros expedientes vienen con un padrón, o sea la lista de los nombres careciendo de todos los requisitos, dice: "Señas de la casa." No tiene, pues en una de las columnas se no tiene; es decir, ninguno tiene domicilio: ¿Quiere decir que viven en cuevas o debajo de un árbol? Lo que se comprende es que no ha habido allí ninguna votación, y lo que hubo fue un deseo inmoderado de sacar al señor Mares avante. No creo que porque el pueblo sea muy ignorante, al señor Mares se le escape que con sólo un pueblo bastaría para que hubiera obtenido una mayoría, aunque fuera de 12 votos, pero que hubiera habido elecciones; pero no habiendo habido elecciones, la comisión no tiene más remedio que dictaminar en el sentido que lo ha hecho, y darle la credencial a aquel que en las mejores circunstancias posibles obtenga la mayoría.

El C. prosecretario López Lira: En vista de que no hay oradores inscritos en contra, se pregunta a la asamblea si está suficientemente discutido.

El C. Avilés: pido la palabra para una interpelación a la comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Avilés: Que sirva decir la comisión si los expedientes relativos a la elección del señor ingeniero Robles Domínguez, vienen arreglados conforme a la ley.

El C. Mata Filomeno, miembro de la comisión: La comisión contesta a usted, diciendo lo siguiente: Al señor ingeniero Robles Domínguez se le nulificaron también gran parte de sus votos porque no venían con arreglo a la ley; le hemos nulificado, con seguridad, unos 700 votos, si no me equivoco.

El C. Cepeda Medrano: Para una interpelación.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cepeda Medrano: Que diga la comisión cuántos votos nulificó al señor Mares y cuántos le quedaron buenos.

El C. Mata Filomeno, miembro de la comisión: Solamente paso a su señoría este estado de cuenta, para que sirva verlo con sus propios ojos.

El C. Cepeda Medrano: Pido esta explicación, porque es verdaderamente asombroso que teniendo el señor Mares 7,000 votos, y no habiendo quien lo defienda aquí, el señor Robles Domínguez, persona ampliamente conocida en toda la República Mexicana, teniendo 3,500 votos, venga a salir electo, se venga a desechar la votación del señor Mares. Por esta circunstancia muy especial, que ustedes también deben haber observado, es la causa principal porque pedí yo explicaciones porque en este caso nos encontramos muchísimos presuntos diputados; y si van a espulgar cada uno de los expedientes minuciosamente, no resultará ninguna elección buena, así podría jurarlo, porque si se han cometido muchísimos errores ha sido por falta de experiencia, práctica y conocimientos en materia de elecciones, pues es indudable que en todos los pueblos no hay licenciados y que toda la gente en tal materia es completamente ignorante; no saben cómo han de votar, pero votan como pueden. Es sorprendente que al señor ingeniero Mares, a cuyo favor aparecen en 7,500 votos, se le hayan rebajado cerca de 5,000. ¿Hasta cuándo toleraremos semejantes chanchullos?....

El C. Aguirre Colorado, interrumpiendo: El señor Cepeda Medrano no ha pedido la palabra para hablar en contra: que le pida y aborde la tribuna.

El C. Cepeda Medrano: Protesto contra los actos de la comisión y vengo a pedir en esta tribuna que la revisión se haga en presencia de nosotros. ¿ pasamos por estos chanchullos? ¡Pues no hay elecciones en los próximos comicios!

(Siseos.) Hagan ustedes las demostraciones que quieran, pero eso no impide que yo diga la verdad. Acabemos de una vez con las imposiciones y con la falta de valor civil. ¿Hasta cuándo diremos las verdades con entera franqueza y sinceridad? ¿Hemos sido nosotros quienes seguimos al señor Madero, llevando como bandería el sufragio efectivo y la no reelección, para conseguir únicamente que una comisión dictaminadora pisotee los derechos sagrados conquistados a costa de tantos sacrificios? ¿Toleraremos esto únicamente porque una comisión, a la hora que quiere, dice que una elección es nula? ¡No, señores diputados! Debemos saber si algunas veces se aplica el criterio moral, el político y el legal, doctrina muy sabia de su autor, el célebre señor Hay, hoy no podemos tolerar que se aplique más esa doctrina. El criterio moral, el político y el legal, no son más que armas de partido que se esgrimen aquí, a ciencia y paciencia de nosotros. ¿Podremos seguir permitiendo con toda

calma que en nuestra presencia se esté defraudando el voto popular, llegando hasta decírsenos por una comisión, que no es de aprobarse la elección hecha en favor de un candidato que obtuvo 10,000 votos, y sí la del que alcanzó 3 ó 4 mil? ¿Creen ustedes que en las próximas elecciones el pueblo que está presente va a tener confianza y a votar con gusto en los comicios electorales? Indudablemente que no.(Aplausos)

Las farsas electorales antes eran por el gobierno; ahora las farsas electorales son por las comisiones revisoras. (Aplausos nutridos y voces: ¡Bien, muy bien!) ¿Qué me importa a mí hundirme el cuchillo de tres filos como me lo estoy hundiendo a cada rato? (Aplausos.) ¿Qué, creen ustedes, señores, que porque no me ven águilas y estrellas no soy un revolucionario sincero y honrado? (Siseos de la izquierda.) Sí, señores; nosotros no hemos ido a prestar nuestro servicios en los campos de batalla, pero tenemos el corazón bien puesto y la conciencia tranquila. (Aplausos.)

El C. Peralta, interrumpiendo: En ninguna parte.

El C. Cepeda Medrano, continuando: Ya le probaré al señor insolente que sí hemos estado con el señor Madero, con el señor Carranza, y que hemos sido más revolucionarios que algunos que traen águilas y estrellas. (Aplausos.)

Estoy dispuesto a hacer grandes revelaciones; estoy dispuesto a defenderme ardientemente, y ya lo sé, que yo solo me voy a defender, y que las comisiones me van a hundir el cuchillo de mil filos, y caeré, pero caeré con gloria.

(Aplausos.) Yo iré a mi Estado natal, y les demostraré cómo las comisiones revisoras hacen aquí las elecciones, y éstas no se hacen en los pueblos. Yo no puedo admitir, señores, ni ustedes pueden tolerar, que porque la comisión nos venga a decir que se quita el señor tantos votos, que le faltan otros tantos, que no tienen su credencial arreglada, que le faltaron tales documentos y que hubo ciertas irregularidades, y se nos venga a engañar como a viles mujeres, y que se nos venga aquí a insultar miserablemente. No señores; nosotros debemos levantar la frente altamente; yo excito a los jóvenes revolucionarios, yo excito a todos los valientes que todavía conservan sus entusiasmos; yo excito a esos radicales jacobinos que allá en el Congreso Constituyente se daban baños de quién sabe cuántas cosas, a que vengan ahora a hacer respetar la ley que hicimos allí.

El C. López Couto, interrumpiendo: ¡Allá vamos!

El C. Cepeda Medrano, continuando: Yo felicito a usted, señor López Couto, que venga ahora a hacer respetar la ley que dimos allá....

El C. López Couto, interrumpiendo: ¡Allá vamos!

El C. Cepeda Medrano: Felicito a usted, señor López Couto, porque ha abrazado las causas nobles, porque es usted de los liberales de abolengo, y muchísimo gusto tendré en que usted defienda esas causas cuando se encuentren completamente abandonadas. No nos importe nada; contra todo el mundo se debe levantar la justicia; contra todas las imposiciones debe imperar la ley. ( Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Mata.

El C. Mata Filomeno: Señores diputados: Creo que es digna de mejor suerte y de mejor causa la indignación del ciudadano.... no recuerdo su nombre. Dice el acta de la junta computadora lo siguiente: "Todos los expedientes vinieron perfectamente cerrados, faltándoles a muchos algunos documentos, y la mayoría de las boletas, en blanco." Ahora bien, el señor Cepeda Medrano ha dicho que estamos burlando el voto popular y qué sé yo cuántas cosas; pero no ha pasado sus ojos sobre esta hoja de propaganda de los presidentes municipales del Estado de Guanajuato, la que venía anexa una boleta en cuyo reverso se dice: "Voto para senador del Estado de Guanajuato, a..." y luego consta el sello del Ayuntamiento con la candidatura del señor Mares y del señor Otamendi, para diputados propietario y suplente, respectivamente, por el distrito de Salvatierra. Eso no lo dijo el señor Cepeda Medrano a pesar de que bien lo sabía. Aquí está puesto por un presidente municipal honrado en esta hoja de propaganda, lo siguiente:

"La presidencia municipal de Salvatierra, según se comprueba con el sello del ayuntamiento de aquella ciudad, que consta en el reverso de estas hojas impresas, remitió a esta población, por conducto de esta presidencia municipal de mi cargo, en un buen número de dichas hojas para propaganda electoral entre el pueblo. Esta misma presidencia de mi cargo, en cumplimiento de su deber, no hizo caso alguno a tal propaganda, y las hojas no se repartieron. Aquí el pueblo votó libremente, y se tienen noticias de que una gran mayoría, haciendo uso de la libertad absoluta en que se le dejó, votó en favor de los CC. ingeniero Alfredo Robles Domínguez y doctor Francisco Díaz Barriga, como diputados propietario y suplente, respectivamente, al Congreso de la Unión.

"Uriangato. 27 de marzo de 1917.- El presidente municipal. Pedro López. - El secretario. Antonio Baeza. (Rúbricas.)

"Un sello que dice: "Ayuntamiento constitucional de Uriangato.- Guanajuato."

Este anexo de la protesta del C. Robles Domínguez nos revela desde luego cómo se hicieron las elecciones en Guanajuato. Únicamente las pocas casillas que mandaron sus documentos en regla, se guiaron por un machote impreso en las oficinas del gobierno, el cual fue repartido por los presidentes municipales.

Se comprende que se ignoran las prácticas electorales, pero nosotros no nos hemos detenido en ese punto. La protesta del señor ingeniero Robles Domínguez la hemos leído después. Sólo vimos que la gran caja que contenía un cúmulo de boletas ella sola protestaba, y por sí sola decía que se le registrara.

Repito que la protesta del señor ingeniero Robles Domínguez fue vista hasta el final, de acuerdo con lo que dice la ley. Hemos ido nulificando los votos malos de uno y otro candidato, dejando votos buenos al que los tenía, y quitando los malos. Al final, al que ha resultado con mayor número de votos buenos, en su favor, dictaminemos y nada más. Por eso aprobamos la credencial del señor Robles Domínguez.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Uriel Avilés.

El C. Avilés: Señores diputados: Al pedir yo la palabra no estaba al tanto del documento que acaba de exhibir el señor miembro de la comisión, y únicamente venía a repetir en este caso el poco conocimiento que tienen los pueblos de las elecciones; con la poca oportunidad con que llegaron a esos pueblos las leyes electorales, hubo pueblo que completamente desconocía la ley electoral, y he ahí por qué también surgieron muchas irregularidades y he ahí por qué muchas casillas no supieron ni levantar una acta, ni nada absolutamente. Me consta a mí, y allí está el caso del señor licenciado Silva Herrera, que fue electo por uno de los distritos del Estado de Michoacán, que por allá no se conocía la ley electoral, y que no hubo sino unos cuantos ciudadanos que votaron, y la misma comisión que dictaminó esa credencial nos dijo que no había habido allá elecciones más que en una parte, y que no se había

instalado en la junta computadora, ni mucho menos, sino que nada más el presidente municipal de allá había certificado que había sido electo por aquellos cuantos ciudadanos el señor licenciado Silva Herrera. Sin embargo, se le admitió, y está aquí. Volviendo al caso del poco conocimiento que tiene el pueblo de lo que son elecciones, de la irregularidad con que circularon las leyes electorales, que casi no circularon, que cada quien hizo las elecciones como pudo hacerlas creo yo injusto, que si es nada más por esas irregularidades, de que faltó este documento, etc, se le nulifiquen al señor 3,000 y tantos votos. No creo yo justo eso, porque es verdad, señores, y esto está en la conciencia de todos los señores presuntos diputados que lucharon, que en muchos pueblos no se conocieron las leyes electorales; que en muchas poblaciones las boletas para las elecciones llegaron precisamente el día en que se iban a hacer las elecciones. Eso no puede negarlo ninguno de los señores presuntos diputados que están aquí presentes, puesto que aquí, en la misma capital de la república, hubo irregularidades grandísimas, como lo han comprobado los dictámenes de las comisiones. Resulta que sería injusto verdaderamente, que nada más por esas irregularidades, que justamente deben ser dispensadas, se le nulifiquen al señor 3,000 y tantos votos. No conocía esos documentos, pero si también es cierto que hubo presión oficial y todo eso, pues hay que obrar conforme a la ley. En lo que se refiere a irregularidades, si vamos tomando en cuenta, señores, que en los papeles de una casilla falta el nombramiento del instalador, que en los de otra falta el padrón, etc, cuando hay pueblos de indios que no saben escribir ni nada, y los ayuntamientos nombran allí a don fulano y a don zutano para diversos cargos electorales: instaladores, escrutadores, esto y lo de más allá, poniendo en un grande aprieto a esos infelices porque no saben qué hacer: si tomamos en cuenta todo eso en la subsecuente revisión de credenciales, todas resultarán nulas, porque cual más, cual menos adolecen de defectos. Si exigimos que una boleta venga en esta forma o en la otra, señores, no hay diputados porque en todos los pueblos ha habido muchísimas irregularidades en las elecciones por no conocerce la ley; el diputado que niegue esto pues, no sé.... no sé....(Risas.) Ahora creo que el señor Mares, que como él dice, pertenece a un partido formado por todo el pueblo de allá, está en su perfecto derecho de ocupar su curul, ya que en su favor se obtuvo la mayoría de votos. Es injusto quitar a un hombre que ha obtenido 5,000 y tantos votos es su derecho de venir a este Congreso, tan sólo porque la comisión revisora diga que faltaron algunos documentos o cualquiera cosa de esas, sin que se haya hecho presión oficial. Al menos en el dictamen no lo dice, sino hasta ahora que se ha venido a leer esa otra cuestión que mandó el señor Robles Domínguez. Repito, en el dictamen no se dice que haya habido presión oficial para imponer al ciudadano.... yo no sé cómo se llama este señor: no hubo presión oficial, no nos lo dice este dictamen, porque si hubiera habido presión oficial se habría nulificado completamente toda la elección y no le hubiera dejado unos votos como le dejó; es decir, dejándole minoría de los votos que dice obtuvo el señor ingeniero Robles Domínguez. Aquí, señores diputados, hay que apegarnos a la ley si no hubo presión oficial, porque la comisión no nos dice que haya habido presión oficial, ¿cómo quitarle los 4,000 y tantos votos a este señor, porque falta el acta de instalación? Es que el señor Mata no ha salido de la capital: el señor Mata nada más conoce aquí lo que se llama México. El señor Mata no ha ido a aquellos pueblos de indios; no ha ido a ver en qué condiciones están aquellos infelices: el señor Mata ha admirado aquí el palacio de comunicaciones, esta hermosa Cámara de Diputados, el palacio de correos; pero no ha ido a ver las chozas de aquellos infelices que están muriéndose de hambre, de aquellos infelices que están allá esperando que la revolución haga algo por ellos; el señor Mata no sabe, de eso; eso no lo sabe, ni ha ido a ver que allá en aquellas chozas, en aquel hacinamiento, puede decirse, de seres humanos, donde está revuelto el cerdo con el cristiano (Risas), allá no ha ido él. No ha ido usted a ver allá, donde había un cúmulo de mujeres, y detrás de esas mujeres va un capataz con un chicote. (Risas), eso no lo ha visto el señor Mata; yo sí lo he visto ¿Y cómo vamos a exigir que aquellos infelices que no han venido a ver el palacio de comunicaciones, ni la Cámara de Diputados, ni el palacio de correos, conozcan perfectamente la ley (Siseos.) Aunque me siseen, señores: yo sé que hay muchos vendidos en las galerías.

- El prosecretario López Lira: Por acuerdo de la presidencia se va a dar lectura al artículo 195 del reglamento, que dice:

"Artículo 195.- Los concurrentes a las galerías se presentarán sin armas; guardarán respeto, silencio y compostura, y no tomarán parte en los debates con ninguna clase de demostración."

El C. Avilés: Sí, señores: decía yo, que ¿cómo vamos a exigir a aquellos infelices que no conocen el silabario, que nos presenten aquí una elección en toda forma; cómo vamos a exigir eso? ¿Cómo vamos a nulificar una elección porque no se nos presente este documento, el otro o el de más allá? Hombre, eso no es justo. Apelo a la honorabilidad de mis compañeros los ex - constituyentes, para que defiendan este asunto, porque ya basta....de veras. ... ya basta. Si nos vamos a querer apegar a la ley, aquí me surge aquella idea que se propuso en el Constituyente, de que sólo votaran los individuos que supieran leer y escribir, haciéndose a un lado al que no sabía. Esto llegó a proponerse en el Constituyente, y todos lo desechamos; pero ahora parece que aquí se viene con esa pretensión. Hay pueblos de indios, que entre todos ellos uno solo sabe leer y escribir. Allí naturalmente hay que hacer las elecciones y las hacen como mejor pueden. Pero he aquí que viene el señor Mata a decirnos que no vino esta acta, ni el otro documento, y que sólo llegó un simple papel, y lo de más allá. Apuesto mil contra uno a que la elección del señor Mata adolece también de estos defectos. Pido a los señores diputados, mis compañeros a los constituyentes, que en esta vez obren conforme a su criterio.

El C. Navarrete: Pido la palabra para rectificar un hecho.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Navarrete:El C. Navarrete. Acaba de decir el señor Avilés, refiriéndose a la elección hecha en favor del C. Silva Herrera, que en Michoacán no se conocía la ley electoral. No es verdad: en Michoacán se conoció a su debido tiempo. Hubo irregularidades en las elecciones, debido a que el sur de Michoacán está en completa rebeldía y se ha desarrollado notablemente el bandolerismo. La ley electoral sí fue conocida.

El C. Villarreal Filiberto: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Villarreal.

El C. Villarreal Filiberto: Señores diputados: Mucho se ha hablado en esta honorable asamblea del punto legal, del punto moral y del punto político, en que se basan las discusiones de credenciales. Vengo a defender el punto legal. Señores: es muy raro que en el Estado de Guanajuato,

que si lo comparamos con los Estados de Sonora y Sinaloa, en razón de su distancia, podemos decir que está a 20 pasos de México: es muy raro que en Sonora y en Sinaloa haya conocido el pueblo la ley electoral y en Guanajuato no la haya conocido, cuando esa ley a mí me consta que fue transmitida por telégrafo, y los presidentes municipales tenían la obligación de hacerla conocer inmediatamente, y estoy seguro que en Guanajuato conocían la ley; y es muy raro que el señor presidente municipal haya sabido poner un sello en unas boletas en blanco y no haya sabido enseñar la ley electoral. Por otra parte, la ley electoral dice que cuando se cierre una elección se acompañen al expediente las boletas en blanco que sobren. Ignoro si en el expediente ese habrán venido esas boletas en blanco. Está también probado que los propagandistas y los candidatos repartieron boletas, y las boletas deben ser repartidas por el propio municipio. Ignoro también si esas boletas habrán sido repartidas por los candidatos o por el municipio: Que lo diga la comisión.

El C. Mata Filomeno, miembro de la Comisión: Ignoro yo también quién las haya repartido.

El C. Villarreal Filiberto: Pues entiendo yo, que al dar ese trámite, debieron necesariamente saberlo. Yo no conozco al señor Mares y sí conozco al señor Robles Domínguez, no personalmente, lo conozco revolucionariamente hablando, porque los revolucionarios siempre nos conocemos, aunque no personalmente, sino por los antecedentes. La comisión, me parece a mí que en su procedimiento se ajustó al criterio legal en este caso. ¿Por qué? porque si la elección no se ha hecho conforme lo manda la ley, entonces, ¿a qué debemos apegarnos? ¿Somos responsables nosotros de que el presidente municipal de Salvatierra no haya dado a conocer la ley al pueblo? Probablemente no. ¿verdad? Muy bien. Por lo que acabo de decir, creo, a mi manera de pensar, que la comisión está en su puesto. Por otra parte, no quiero pasar por alto lo que el señor Cepeda Medrano ha dicho aquí de las águilas y las estrellas. Señor Cepeda Medrano, un joven revolucionario,- porque así me reputo serlo,- no diré que representante de la juventud revolucionaria, pero sí revolucionario, interpelo a usted: ¿no es, señor, por las águilas y las estrellas por las cuales tiene usted libertad actualmente, y por las cuales está usted ahora aquí?

El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra para contestar al orador.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cepeda Medrano: No es por las águilas y las estrellas, es por los ciudadanos todos de la república que han contribuido, desde el más humilde soldado hasta el más valiente general, para ir a los campos de la lucha, a los campos de batalla a arrebatar los derechos conculcados y a implantar todas las nuevas innovaciones que nos han traído a este grandioso movimiento. El señor ya sabrá, en debida oportunidad, si soy o no revolucionario; básteme, por ahora, decir que soy un revolucionario sincero y honrado, y lo voy a demostrar a usted con testigos que se encuentran aquí en esta Cámara.

El C. Villarreal Filiberto: Yo no lo he puesto en duda.

El C. Cepeda Medrano: Por eso contesto a usted categóricamente. No sólo las águilas y las estrellas son a quienes debemos la libertad, es a toda la opinión pública: Es a todos los patriotas que con el corazón bien puesto se han levantado en armas, desde el más humilde soldado hasta el más valiente general, para defender nuestros derechos conculcados.

El C. Villarreal Filiberto: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Villarreal.

El C. Villarreal Filiberto: Voy a rebatir punto por punto lo que ha dicho el C. Cepeda Medrano, o mejor dicho, me concretaré a decir que si el pueblo mexicano y los ciudadanos de quien él ha hablado hubieran hecho lo que hizo el mismo C. Cepeda Medrano, la revolución jamás habría triunfado. Señor Cepeda Medrano: yo fui como soldado raso a la revolución, formando parte del pueblo; y ese pueblo, a cuyo frente llegué a estar, me dio estas estrellas que con orgullo ostento. No dudo que usted sea revolucionario: pero debo decirle que no tiene derecho para decir que sólo los ciudadanos con águilas y estrellas tienen opiniones aquí.

El C. Zapata: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Julio Zapata.

El C. Zapata: Señores: El orador de la derecha que ha venido a esta tribuna ha hablado de águilas y estrellas....(Voces en la galería: ¡No se oye!) Si no oyen las galerías, no quiero forzar mi voz: no hablo para ellas sino para los señores diputados. Decía yo que el señor orador de la derecha ha hablado de águilas y estrellas, y lanzó muchos gritos, dijo muchas protestas y en resumen, nada. Atacó a la comisión, porque a alguien tenía que atacar, para poder decir cuatro palabras. Me supongo que este señor orador de la derecha tiene la manía de hablar. En la comisión no hay oradores; es sólo muy obligado como vengo a ocupar esta tribuna. La comisión ha trabajado de tal manera intensamente, que sus miembros se han pasado aquí casi todo el día y gran parte de la noche.... Es la comisión que presenta menos dictámenes, porque es la comisión que ha trabajado más a conciencia, sin que esto signifique que las otras comisiones no lo han hecho: sencillamente, a nosotros nos han tocado expedientes muy difíciles. En todos ellos hemos hecho un estudio completo, y no hemos tenido más guía que nuestra conciencia. Las aseveraciones de los diputados de la derecha son completamente sin fundamento alguno. Se ha establecido ya por los oradores que me han precedido en el uso de la palabra, que en muchos pueblos de la república no se conocía la ley electoral: se ha dicho también que muchos habitantes, por su ignorancia, no han podido dar un voto correcto. Muy bien; y porque hemos nulificado votos incorrectos y habidos contra la ley, se nos habla de que hemos defraudado las esperanzas del pueblo. No somos nosotros los autores de la ley, y no podemos ser responsables de que la ley electoral no esté de acuerdo con la cultura general de la república. Es el que hizo la ley o son los que la hicieron, los responsables de esto. La comisión no tiene más que el criterio legal. He dicho.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Manrique Aurelio: El C. Aurelio Manrique Pedí la palabra para hablar en contra del dictamen. Efectivamente, la exposición de motivos de este mismo dictamen, hecho por la comisión, no pudo, no podía convencerme: no pudo, no podía convencernos. Pero como quiera que la discusión en esta Cámara tiene por objeto el hacernos variar de opinión, porque yo no concibo, señores, porque esto es absurdo, porque esto es una nueva tiranía que contraigan previamente un compromiso de votar, y voten en determinado sentido, y que escuchemos, o mejor dicho, oigamos indiferentes el pro o el contra de un asunto, porque todo ello ha de ser inútil para hacernos variar de opinión.

Como yo no pienso, ni puedo pensar así, debo confesar resueltamente, que en el curso de esta discusión he cambiado de opinión. Hago notar

esto, para que no se crea que soy inconsecuente conmigo mismo, sino por el contrario, consecuente, lógica y sinceramente. No me convence ni puede convencerme la exposición de motivos de la comisión en su primera parte; pero posteriormente tuvo la comisión un argumento mejor en su favor, y debo confesar realmente que tal argumento me convenció. Debo, pues, hacer constar, que en parte estoy en la comisión y en parte la combato. Para ser correcto y para tener orden, empezaré a combatir el criterio de la comisión en su primera parte, y por confesar resueltamente que estoy del lado de la verdad y de la justicia en la última parte de su dictamen. Bien está, y en tesis general debe aceptarse, que el criterio legal es el que debe privar en todas nuestras resoluciones; sin embargo, la ley no es algo absoluto, sino algo perfectamente relativo, variable con el tiempo, con el lugar, con el medio, y, en consecuencia, no podemos medir con la misma medida a los habitantes cuya suma de cultura suponemos máxima en el Distrito Federal, a los habitantes de alguna apartada ranchería del Estado de Yucatán, de Sinaloa o de la Baja California. En ese sentido, pues, peréceme estrecho el criterio de la comisión al exigir un perfecto cumplimiento de la ley electoral que, como con acierto afirmó algún orador en pasada ocasión, es digna de un país tan adelantado como Bélgica, pero acaso demasiado avanzado para nosotros. Las condiciones actuales de nuestro país exigirán, efectivamente, y no me refiero a las personas presentes, sino al promedio de cultura, alguna ley más concreta y sencilla que contuviese preceptos más claros. Digo, pues que no podemos exigir, sin caer en un absurdo, un exacto cumplimiento de la ley electoral a todos los habitantes de la república sin distinción alguna de cultura, situación geográfica, etc.; de manera que en esta parte no puedo estar con la comisión, por cuanto advirtiendo todas estas irregularidades, resta tan enorme número de votos al compañero Mares. Y a propósito de este señor debo decir que en estos momentos está compareciendo ante un tribunal, y que es corriente que cuando un acusado comparece ante un tribunal, el defensor examine, por una parte, al acusado, tratando al demostrar sus buenos antecedentes, y por otra el caso legal en abstracto. Permítaseme que toque siquiera sea a la ligera la personalidad del señor Mares. Lo conozco perfectamente y si ustedes, señores diputados, no le conocían, creo que ya le conocen, porque es de aquellos hombres que se conocen, a la primera ojeada: tan diáfano, tan transparente es. Es sincero, leal e incapaz de cometer un fraude y de tratar de obtener puesto alguno por medios reprobados. Aquí lo habéis visto prescindiendo en absoluto de toda baja pasión, reconociendo los méritos de su contrincante, cosa extraordinaria cuando todos aquí tenemos más deseo que negar los méritos de nuestros contrarios para enaltecer los méritos propios. De manera que, dando por sentado una presunción muy digna de tenerse en cuenta para decidir si es o no capaz de cometer fraudes, digo que su personalidad, completamente noble, completamente sincera y digna por todos conceptos de la simpatía de los habitantes de aquel distrito de la república, muy natural es que haya alcanzado entre ellos merecida popularidad, y esto es, en consecuencia, una poderosa presunción para creer que la mayor parte de esos votos, si no la totalidad sean legales. Empero, he dicho que la exposición posterior de la comisión ha hecho cambiar mi modo de pensar y debo confesarlo resultantemente. Nos han mostrado documentos de propaganda con el sello de la presidencia municipal de Salvatierra, cabecera del distrito, enviados a manera de circular a los demás municipios del distrito: esto es, en consecuencia, una manifestación de propaganda hecha por autoridades que debieran ser en absoluto agenas, y como yo no he venido aquí a combatir personalidades sino a combatir sistemas viejos y podridos, por lealtad conmigo mismo debo combatir este sistema. Y si, pues, hemos demostrado y está en mi conciencia que el compañero Mares es incapaz de esa falta, culpa es de sus propagandistas, de quienes, por amistad acaso, por afectos personales al amigo, no vacilaron en echar mano en medios de que nunca debieron de disponer. De manera que condeno el sistema, y aunque no sabemos qué número de votos tenía, esto debe haber contribuido en algo al triunfo: esto es lógico, y por una parte la simpatía sincera legalmente ganada por el compañero Mares, y por la otra mala labor de los propagandistas. Esta es mi opinión, y perdonad si acaso no he sido consecuente conmigo mismo.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Mares.

El C. Mares: Señores diputados: como indiqué, el partido que lanzó mi candidatura y que la sostuvo es el partido humilde del pueblo, el partido que todavía carece absolutamente de instrucción, y que apenas empieza a conocer el uso de sus derechos. El partido que apenas también acaba de llegar al poder en el distrito de Salvatierra. Naturalmente como ha llegado al poder, nombró como su representante en él a las personas que tienen mejor criterio, quizá mejor presentación social. De ese gremio son los que principalmente han encabezado el movimiento de unión entre todos esos miembros, entre toda esa gente, y los que están a la cabeza del partido, donde resulta que el presidente del partido liberal de Salvatierra es a la vez el secretario del ayuntamiento, a quien no pueden cambiar por que es una persona que ha trabajado mucho por el triunfo del partido; es quien llevó al poder a sus candidatos y el que está encauzando todos los trabajos de la agrupación para que triunfe también en todo el sistema de gobierno. Es un partido pobre y para hacer su propaganda, para mandar publicar estas hojas que dicen: "El partido liberal revolucionario de acuerdo con el sentir del pueblo, postula para presidente de la república al C. Venustiano Carranza y para diputados por el 12 distrito electoral a los CC. José Mares y Ramón P. Otamendi." Decía, para mandar publicar estas hojas de propaganda, como no tenía dinero con que comprar papel, hizo uso del viejo que existía en la jefatura política. Bien, se ha cometido un error, pero ha sido inconscientemente: por esto no debe aplicarse el rigorismo de la ley. Esa es la aclaración que quería hacer.

El C. Vega Sánchez: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el señor Vega Sánchez.

El C. Vega Sánchez: señores diputados: el odio todavía aulla y la insuficiencia quema sus últimas llamas: La insuficiencia y el odio del señor Cepeda Medrano no parece sino que son las últimas cenizas de un partido que él representa y que esta agonizando. Únicamente la parte legal del dictamen es la que vengo a defender. Suficiente respeto, bastante consideración y muy alto cariño merecen los dos revolucionarios exhibidos ante vosotros: tanto el ingeniero Domínguez como el señor mares, porque los dos tienen títulos suficientes para representar al pueblo; pero no parece sino que los dos son puntos opuestos del sistema que se emplea, para traer una credencial limpia a la representación nacional. El señor Mares pudiera tener razón

hasta políticamente: pero ¿puede tener razón el individuo que macula las boletas electorales con el sello de la presidencia municipal y que hace asociar su nombre con el fatídico de J. Natividad Macías? ¿Puede tener alguna aceptación en el pueblo donde lo conocen y probablemente donde menos aceptación pudiera tener, un individuo honrado que asocia su nombre a los hipócritas procedimientos de un claudicante de la dictadura pasada? Indudablemente que no. Es muy suficiente y más que suficiente, ver asociado el nombre de J. Natividad Macías, al nombre ya maculado políticamente de J. Natividad Macías, el nombre de Mares. A un hombre que se reputa verdaderamente honrado, a la mácula ignominiosa de un claudicante que no se levantará nunca:

(Aplausos.) Pero no es esto sólo, habéis oído de los labios del presidente de la comisión: no es sólo la recomendación del presidente municipal al partidario; no es la pobreza de los electores de que no pudieron tener papel ¡como si José Natividad Macías no pudiera gastarse grandes tiras de papel para hacer su propaganda! No, no es eso, es la orden terminante del presidente municipal de Salvatierra, que dice y certifica aquí el presidente municipal de Uriangato, que dice que por consigna se le mandaron estas boletas, que tienen el sello de la presidencia municipal de Salvatierra, para que postularan nombres que se calló; muy bien hizo el señor Mares porque hay nombres que deshonran.

He aquí la candidatura, primer senador propietario, J. Natividad Macías, suplente, Fernando Lizardi. Y es un motivo harto significativo en política.

La fracción II del artículo 57 de la Ley Electoral dice:

"Haber mediano cohecho o soborno o amenazas graves de alguna autoridad, siempre que por una de estas causas o por todas ellas se haya obtenido la popularidad de votos en su favor."

Este es un cohecho, porque una consigna oficial es un cohecho.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Cámara.

El C. Aguirre Colorado: El artículo 111 del reglamento de la Cámara, dice que una vez que hayan hablado 6 oradores en pro y 6 en contra, la presidencia preguntará si el asunto está o no suficientemente discutido. Han hablado ya más de 6 oradores, y, por tanto, pido que se haga esa pregunta.

El C. presidente: Han hablado en contra los CC. Mares, Cepeda Medrano, Avilés, Manrique y Mares, y en pro, los CC. Mata, Villarreal y Zapata; en consecuencia, todavía no es el caso de preguntar si está suficientemente discutido el punto.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Nicolás Cámara.

El C. Cámara: Señores diputados: Siento pena tener que venir hablar en contra de la credencial del señor Mares; pero nosotros, los que hemos luchado por la libertad, no podemos menos que sostener los principios contra las personas.

Está ya demostrado por la comisión que hubo consigna para que la votación fuese emitida a favor del señor Mares. Acepta este señor que el pueblo mexicano ha luchado en los campos de batalla, donde han perecido muchos de nuestros hermanos para conquistar el principio del sufragio libre, a fin de conseguir que esta Cámara estuviese integrada por hombres a quienes hubiese elegido el pueblo. Debe ser, pues, causa de repugnancia, que se haya traído una credencial de consigna, lo que fácilmente se demuestra viendo simplemente en las boletas el sello del ayuntamiento del lugar por donde se dice electo el señor Mares. En Tabasco sucedió también que el gobierno dio la consigna para que salieran electos los individuos que allá en su carpeta él puso en lista por los cuales se debía sufragar, y por eso ven ustedes aquí, y habrán oído, que vinieron las credenciales del señor Joaquín Ruiz, que era secretario del gobierno del Estado de Tabasco, y que venía precisamente mandado por la consigna con aquella credencial, no trayendo la representación del pueblo; también vino aquí...

- Un C. presunto diputado: Pido la palabra para rectificar un hecho.

El C. presidente: Cuando termine el orador.

El C. Cámara. continuando: Hago aquí, en este caso, alusión al estado de Tabasco, porque estoy haciendo comparaciones para apoyar mi peroración; no precisamente hago digresiones por querer entretener a la asamblea. Pues bien, va a notar esta asamblea, cuando toque la discusión de las credenciales de los presuntos diputados que aparecen electos por Tabasco, es decir, con excepción del 2o. distrito, porque allí la junta computadora se portó con toda dignidad, y antes que aceptar la consigna la denuncio, que todas las demás credenciales traen precisamente el estigma bochornoso de la consigna. Por eso precisamente vengo a defender el dictamen de la comisión. No conozco al señor Mares; no sé quién es; sólo le he visto aquí porque ha venido a hablar desde esta tribuna a la asamblea; pero están las pruebas que ha presentado la comisión de que en efecto hubo consigna para que saliera electo; y nosotros, ya lo dije antes, antes que aceptar a la persona porque nos parezca más o menos simpática, debemos defender nuestro principio de sufragio efectivo. He dicho.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. García de Alva. (Voces: ¡A votar!)

El C. García de Alva: Honorable asamblea. No voy a entreteneros mucho, luego podréis votar; nada más voy a rectificar un hecho. Hay que darle a las palabras su verdadera significación. Para que haya consigna, señores diputados, tiene que ser una orden de autoridad superior a una inferior, no de un presidente municipal a otro presidente municipal, que sea igual a él (siseos), que es el caso presente; aunque siseen, aunque chilléis, me importa muy poco. Es el caso, señores, que ha habido conato, conato de consigna de parte de una autoridad para otra autoridad que le es igual; luego no existe ni cohecho ni soborno, por lo que respecta a esa notificación, que así puede llamársele, que hizo el presidente municipal de Salvatierra a otros presidentes municipales que le son iguales. (Siseos)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cepeda Medrano.

El C. Cepeda Medrano: Honorable asamblea: La comisión dictaminadora no ha demostrado legalmente que deba desecharse la elección efectuada en pro del señor Mares. Antes que todo, debo advertir que no conozco al señor Mares, a quien vi hasta hoy por primera vez; tampoco tengo el honor de conocer personalmente al señor ingeniero Robles Domínguez y, por tanto, no tengo afecto ni desafecto para ninguno de los dos. He tomado la palabra únicamente por un espíritu de verdadera justicia, para que en este caso no se aplique el cuchillo de mil filos, sino solamente el cuchillo de la legalidad. (Siseos.)

Esos les causa sorpresa a varios señores de la derecha, y no les gusta oírlo porque ellos aplican la ley conforme a su conveniencia. Si, señores; esto se les ha demostrado muchísimas veces con hechos, y contra hechos no hay argumentos. El voto popular debe respetarse aquí más que en ninguna otra parte, o de lo contrario la soberanía nacional estará inmensamente lastimada.

El voto popular en esta elevadísima Cámara debe ser sagrado; aquí es donde debe darse muestras evidentes de que esta asamblea no conculca los principios.

Hay que probar que la ley se respeta, y

que, aunque es dura ley, como ha dicho el señor Hay, ella es nuestro Dios y nuestro rey. ¿Cómo vamos a desechar la elección del señor Mares, quitándole 5,000 votos para traer en su lugar al señor ingeniero Robles Domínguez, en cuyo favor sólo aparecen 3,000 votos? ¿Cómo vamos a nulificar la voluntad de los ciudadanos del distrito de Salvatierra, tan sólo porque un presidente municipal dice lo que consta en el escrito a que se ha dado lectura? Vamos a ver si tiene razón la comisión, y no os dejéis sorprender. Voy a permitirme advertir a ustedes que aquí figura don José Natividad Macías, para quien se guarda un profundo odio en esta Cámara, asociado a la candidatura del señor Mares. Muy bien; ustedes tendrán razón para sentir animadversión contra el señor Macías, pero no para nulificar la elección del señor Mares, aplicándole el criterio político. Ninguna razón hay para esto, ninguna ley puede justificarlo. Otra cosa: Yo quisiera interrogar al señor Siurob, si es cierto o no es cierto que en su candidatura también figuró, yo no se por que causa, el nombre de José Natividad Macías.

El C. Siurob: No, señor; no figuró; figuró la del señor Mancilla y la del señor Rodolfo Ramírez.

El C. Cepeda Medrano: Muchas gracias; esa era una interpelación: porque todavía, señores, que hubiera figurado aquí el nombre de José Natividad Macías, ¿salió electo diputado? No, señores, porque no lo quiso el pueblo; pero a este señor sí lo quiso el pueblo, al cual trajo a la representación nacional. Ahora vamos a ver lo que dice el presidente municipal, y si hay cohecho o soborno. Esto no hace fe pública, porque no es un documento digno de tomarse por nosotros en cuenta; esto lo dice el presidente municipal de Uriangato, y la ley electoral dice que las autoridades judiciales son las competentes y las únicas que deben de tomar participación en estos asuntos, y el presidente municipal no es autoridad judicial. El dice así: (leyó.) De manera, que ¿qué derecho tenemos nosotros para que tomemos esto en consideración? ¿Hasta cuándo nosotros nos pondremos en nuestro puesto y nos levantaremos a la altura en que debemos colocarnos? ¿Vamos a hacer fe sobre este documento y a desechar el voto de miles de ciudadanos, o que la soberanía nacional nos haga responsables algún día de grandes irregularidades en los pueblos; responsables de trastornar el orden, porque nosotros lo estamos transtornando desde aquí? y ¿con qué derecho vamos a exigirles el cumplimiento del artículo que dice que todo ciudadano debe votar, o de lo contrario pierde sus derechos políticos, si aquí somos los primeros en pisotear y violar la ley? ¿qué le vamos a contestar? Señores: yo he querido hacer estas advertencias: no me importa absolutamente nada de lo que dice el señor, que mi partido está moribundo; que yo estoy para salir de este recinto y que ya se me arrojará; indudablemente se me arrojará, como dice el señor Vega Sánchez. Y yo les voy a demostrar que antes de abrir el paquete, antes de revisar mis expedientes ya se sabía que se me iba a poner fuera del recinto, porque a mí se me quiere aplicar el criterio político, y ya veremos si se me aplica. (Risas.)

Perfectamente bien, señores; yo exhorto a ustedes con todo entusiasmo, con toda buena fe, para que cumplamos con la ley, de lo contrario estamos dando un triste espectáculo; la prensa en general, las galerías y todo el mundo están pendientes de nosotros, y nadie puede estar conforme con nuestros actos si pisoteamos la ley y defraudamos las esperanzas del pueblo, haciendo a un lado los principios. ¿Vamos a cometer atentado tras atentado, error tras error, únicamente porque se le antoja a una comisión revisadora? Sobre ella en el presente caso, está el voto de 60,000 ciudadanos. Probablemente ya vamos a votar; fijémonos bien; ya habéis visto que lo que asienta en su certificado el presidente municipal no hace al caso; que el señor Macías no fue tomado en consideración porque resultó derrotado legalmente en sus pueblo natal.

¿Dónde está, pues, el cohecho y el soborno? ¿Cómo puede probarse? ¿Porque un presidente municipal hizo una indicación en favor del señor Mares, por simpatizar con él, debe nulificarse la elección? Quiero que nos levantemos a la altura de nuestro deber y que no seamos juguetes de pasiones políticas.

El C. Mata Filomeno: Pido la palabra.

El C. presidente: tiene la palabra el C. Mata.

El C. Mata Filomeno: Señores diputados: Parece como que nosotros nos hemos estrechado, encerrándonos en un criterio mezquino, rechazando las boletas porque les faltaba uno que otro requisito, como se ha querido hacer creer por los impugnadores del dictamen. No señores, no es así: Les faltaban todos. Acabo de demostrar cómo en el acta tan sólo se hacía constar el resultado de la elección, sin decir donde se instalaron las casillas, sin decir nada absolutamente, por cuyo motivo ha sido desfavorable el dictamen al señor Mares. Ahora bien, si nos atuviésemos al criterio del señor Cepeda Medrano, en lo sucesivo todos nuestros dictámenes serían formulados ajustándonos a los que digan las juntas computadoras, sin ver si tienen o no razón, pues se ve en el acta de la junta computadora la parcialidad manifiesta, puesto que pasa por alto todo y dice: Faltan algunos documentos, pero está bueno; le dejaremos 7,000 votos para Mares y 3,000 para Robles Domínguez; luego la credencial es para Mares; y la verdad, señores, que no hay un solo distrito en la república, como se ha demostrado en las elecciones, en donde haya 11,000 votantes: por consiguiente, ¿cómo nosotros vamos a pasar por eso? La comisión se ha estrechado a la ley, y ha creído disculpable y lo disculpó; pero no hemos querido pisotear la ley, hemos tenido en cuenta el lugar donde se verificaron las elecciones, y la prueba es que muchos de los votos no han sido nulificados al señor Mares, ha sido porque faltaba el instalador; pero allí donde faltaban todos, incluso el padrón, esos sí se los hemos nulificado.

El C. prosecretario López Lira: Se pregunta a la asamblea si está suficientemente discutido el punto. Las personas que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Sí está suficientemente discutido. - El C. Mares: Pido votación nominal, y suplico que se levanten 7 compañeros para que me apoyen.

- El mismo C. prosecretario: Se va a proceder a la votación nominal.

El C. Cravioto: Ruego a la secretaría se sirva dar lectura, en su parte resolutiva, al dictamen que se va a votar.

- El mismo C. prosecretario: El dictamen, en su parte resolutiva, dice así:

"Son diputados por el 12 distrito electoral del Estado de Guanajuato, los CC. Alfredo Robles Domínguez y Francisco Díaz Barriga, propietario y suplente, respectivamente."

(Se verifica la votación.)

- El mismo C. prosecretario: El resultado de la votación fue el siguiente: votaron por la afirmativa 108 CC. diputados, y por la negativa 32, que fueron los siguientes:

Alejandri, Álvarez del Castillo, Andrade, Aranda, Avilés, Barragán Martín, Cano, Cepeda Medrano, Córdoba Daniel S., Cravioto, Dávila, Escudero, García de Alva, Garza González, Gómez S. Emiliano, Gutiérrez Antonio, Hernández Garibay,

Hernández Maldonado, Higareda, López Darío, Medina Hilario, Meneses, Parra, Plank, Portes Gil, Plancarte, Robledo, Solórzano, Torres Jesús de la, Vadillo y Zavala.

La presidencia, por conducto de la secretaría, declara:

"Son diputados propietarios y suplente, respectivamente, por el 12 distrito electoral del Estado de Guanajuato, los CC. Alfredo Robles Domínguez y Francisco Díaz Barriga."

- El C. prosecretario López Lira. Leyendo:

"Primera comisión revisora de credenciales.- Sección quinta.

"Honorable asamblea:

"Visto el expediente relativo a las elecciones verificadas en el 3er. distrito electoral del Estado de Sinaloa, encontró esta comisión que se había cumplido con las prescripciones de la ley, por lo cual presenta a la aprobación de esta asamblea la siguiente

PROPOSICIÓN ÚNICA:

"Son diputados propietarios y suplente, respectivamente, por el 3er. distrito electoral del Estado de Sinaloa, los CC. Mariano Rivas y Vicente Guerrero.

"Sala de omisiones de la Cámara de Diputados, a 11 de abril de 1917.- Filomeno Mata.- Julio Zapata.- Rafael. Vega Sánchez. (Rúbricas)"

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra. En votación económica, ¿se prueba? Aprobado.

La presidencia, por conducto de la secretaría, declara:

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 3er. distrito electoral del Estado de Sinaloa, los CC. Mariano Rivas y Vicente Guerrero."

"Primera comisión revisora de credenciales.- Sección quinta.

"Honorable asamblea:

"Revisado el expediente electoral del 11 distrito del Estado de Hidalgo, se encontró, en primer término, una protesta que subscribe el C. Milton I. Rubio, pidiendo la nulidad de las elecciones por supuestas violaciones a la ley electoral y presión de las autoridades en el distrito de Zimapán, haciendo consistir dichas violaciones, en que las casillas de Zimapán estuvieron instaladas muy cerca unas de otras, habiéndose hecho propaganda en favor de los candidatos Pintado Sánchez y Cisneros por medio de un pizarrón, en donde con grandes caracteres se invita al pueblo a votar en favor de ambos.

"Revisada con toda minuciosidad la elección a que se contrae este dictamen, se encontraron irregularidades a la ley que se suponen precisamente dolo, como sucede en las casillas 1a. y 2a. de Pacula, en las que aparece únicamente la firma del instalador en el acta de instalación de la casilla, lo mismo que en la 2a. y 5a. de Pisaflores, 4a. y 5a. de Tasquillo, y faltando el nombramiento de instalador en la 3a. de Jalacal; pero siendo correctos todos estos expedientes, en los que se encuentran los documentos que exige la ley, y en los que se ve que hubo lucha electoral; anulada la 5a. casilla de Misión porque los miembros de la mesa no saben leer ni escribir, quedan a favor del C. Eduardo Cisneros 1,940 votos para diputado propietario, y 2,464 votos en favor del C. Gonzalo López para diputado suplente.

"Tomando en consideración lo anterior, la comisión somete a la consideración de esa asamblea la siguiente

PROPOSICIÓN ÚNICA:

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 11 distrito del Estado de Hidalgo, los CC. Eduardo Cisneros y Gonzalo López.

"Sala de comisiones de la Cámara de Diputados, a 11 de abril de 1917.- Filomeno Mata.- Julio Zapata.- Rafael. Vega Sánchez. (Rúbricas.)"

Está a discusión. Las personas que deseen hacer uso de la palabra, se sirvan pasar a inscribirse, ¿No hay quien tome la palabra? En votación económica. ¿se aprueba? Aprobado.

La presidencia, por conducto de la secretaría, declara:

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 11 distrito electoral del Estado de Hidalgo, los CC. Eduardo Cisneros y Gonzalo López."

"Primera comisión revisora de credenciales.- Sección quinta.

"Honorable asamblea:

"Examinado el expediente relativo al 6o. distrito electoral del Estado de Puebla, se encontró de interesante una protesta firmada por el C. Teodoro Escalona, en la que pide la nulidad de las elecciones verificadas en los pueblos de Tepeojuma, Santa Ana Ocotepec, Teyuca, Santa María Sayatle, Huiluco, Epatlán y Ahuatlán, en vista de que el gobierno constitucionalista no controla aquellos pueblos. Sin embargo, existe en el expediente un certificado expedido por el ayuntamiento de Izúcar de Matamoros, el cual certificado expresa que dichos pueblos corresponden al 6o. distrito electoral y están controlados por el gobierno, y que a todas las municipalidades se les remitió las boletas para las elecciones federales.

"Con relación a los poblados de Atlixco, existe un certificado firmado por el coronel jefe accidental de la "Brigada mixta Hidalgo," en el cual se dice que el dominio político en el distrito de Atlixco está limitado por los siguientes puntos: hacienda de Santa Ranas, El Volcán, El Carmen, Cerro A. B., Santa Teresa y la fábrica La Concha, con circunscripción a la ciudad de Atlixco.

"La comisión, teniendo en cuenta estas protestas y estos certificados, desechó la elección correspondiente al distrito de Atlixco, con excepción de la cabecera, y aceptó la de Matamoros.

"A pesar de esto, y de algunos votos que fueron nulificados por considerarse irregularidades, el triunfo lo obtuvieron los candidatos Froylán C. Manjarrez e Ignacio Ávalos, por una mayoría de 855 votos el primero, y 853 el segundo.

"Por lo que la comisión presenta a la deliberación de esta honorable asamblea, la siguiente

PROPOSICIÓN ÚNICA:

"Son diputados propietarios y suplente, respectivamente, por el 6o. distrito electoral del Estado de Puebla, los CC. Froylán C. Manjarrez e Ignacio Ávalos.

"Sala de comisiones de la Cámara de Diputados. México, a 11 de abril de 1917.- Filomeno Mata.- Julio Zapata.- Raf. Vega Sánchez. (Rúbricas.)"

Está a discusión el dictamen.

El C. Sánchez Pontón: Pido la palabra en contra.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Sánchez Pontón.

El C. Sánchez Pontón: Honorable jurado: hace pocos días un diario de esta capital publicó una caricatura en la que el autor, aludiendo a la reciente ruptura de relaciones entre los Estados Unidos del norte y el imperio alemán, representaba al primer país por el tío Sam, con un enorme cañón en la boca y disparando, como un último argumento a la cuestión de la campaña

submarina, una lluvia de proyectiles sobre el Kaiser. No ha parecido, señores, si no que este es el último argumento con que se ha decidido tan tremenda cuestión entre nosotros, que ese ha sido el primer argumento en todas nuestras contiendas. Me refiero a la manera como se han atacado algunas de las credenciales en esta Cámara y a los argumentos de que se han hecho uso para aprobar o rechazar algunos de los dictámenes de la comisión. Por lo que aquí vengo, al mismo tiempo que a hacer una respetuosa recomendación, a dar el ejemplo de esa misma manera de pensar, tratando de considerar con toda serenidad un punto tan interesante como es la personalidad de un presunto diputado y representante de un pueblo, ciñéndome únicamente a los datos que, tanto respecto a la cuestión legal como el criterio político, que no separadamente sino en conjunto como muy bien dijo el señor licenciado Urueta, deben tenerse en consideración al tratarse de un punto como es un dictamen emitido por una comisión.

La comisión en su dictamen nos ha dicho que es verdad que hay protestas contra la elección del señor Manjarrez; que es verdad que hay certificado que nos viene a hacer saber que el distrito de Atlixco no está controlado, sino en una pequeña parte de él, por el gobierno: que a pesar de haberse tenido en cuenta las protestas, y de haberse nulificado los votos que debieron nulificarse al señor Manjarrez, presunto diputado por ese distrito, ha obtenido la mayoría de votos. Esto en mi concepto es inexacto. El distrito de Atlixco, como muchos de ustedes saben perfectamente y otros por las referencias que la prensa ha dado respecto a las operaciones militares en los distintos puntos de la república, se encuentra a la entrada de la sierra caliente de Puebla, lugar donde los zapatistas han hecho su cuartel general desde hace muchos años, aun más que en el Estado de Morelos. Cuando la campaña en el Estado de Morelos ha sido recrudecida por las fuerzas constitucionalistas contra las hordas de Zapata, cuando en las distintas campañas encomendadas a tantos jefes, desde el gobierno del señor Madero, después, durante la usurpación y más tarde en el gobierno constitucionalista, se ha hecho contra las hordas zapatistas, siempre esas mismas hordas han pasado al Estado de Puebla, y han invadido los distritos de Chiautla, Matamoros y Atlixco, al grado de que se puede asegurar, con datos perfectamente exactos, que más tiempo ha estado el propio Zapata y los principales suyos en territorio del Estado de Puebla que en territorio del Estado de Morelos, o en una gran parte de su campaña han seguido teniendo su cuartel general en estos puntos de la sierra caliente de Puebla, a tal grado, señores, que no ha sido bastante el valor y la pericia desplegada por los jefes que últimamente han tenido el mando de las operaciones en aquel distrito para que se hubiera podido ver libre el Estado de Puebla de esa plaga que continuamente ha asolado aquellas feraces regiones, en las que han llegado muy continuamente los ataques hasta la misma plaza de Atlixco. De manera es que las condiciones actuales de ese distrito, según todos los que tienen noticias de las operaciones militares, según todos los que por negocio o por otro asunto cualquiera han tenido informes serios y serenos de la situación de este distrito, puede afirmarse que son tales, que aun no se controlan todas las autoridades municipales, que no puede tenerse el control sobre todas las vías de comunicación: que no puede, en una palabra, hacerse notar de una manera clara la influencia del gobierno del Estado en tal región. Obra en el expediente un certificado expedido por el señor coronel Castillo Tapia, jefe accidental de las fuerzas que operan en los distritos de Atlixco y Matamoros, y suplico a la comisión me haga el favor de decir si el certificado que tengo en mi poder es igual al que existe en el expediente. Y con permiso de la honorable asamblea voy a permitirme leerlo; dice así:

"Guillermo Castillo Tapia, coronel y jefe del distrito de Atlixco y parte del de Matamoros, certifica que: los pueblos de Tepeojuma, Santa Ana Coatepec, Teyuca, Santa María Soyatle, Huiluco, Epatlán y Ahuatlán, en número de 7, están controlados por el enemigo del gobierno constitucionalista, y que corresponden al 6o. distrito electoral, y que solamente los 8 pueblos siguientes, en donde domina la acción del gobierno, se verificaron las elecciones conforme lo marca la ley electoral, para presidente de la república, diputados y senadores, y que corresponden a Atlixco (casco de la población), Axocopan, Acapulco, Castiyotla, Coyula, Trinidad Tepango, Tilapa y Tlapanalá.

"A pedimento del C. coronel Teodoro Escalona, candidato a diputado al Congreso de la Unión, extiendo el presente, para que haga el uso que convenga a sus intereses y deduzca sus derechos en tiempo y forma.

"Constitución y Reformas.

Atlixco, a 19 de marzo de 1917.- El coronel jefe del distrito de Atlixco y Matamoros.- Guillermo Castillo. (Rúbrica.) Un sello que dice "Ejército constitucionalista.- Brigada "Hidalgo.".- Al C. coronel Teodoro Escalona.- Presente."

De manera que hoy, al leer el dictamen, aparecía que, según el certificado del jefe de las operaciones, se había reducido la acción del gobierno y se había verificado las elecciones en el casco de la población de Atlixco y algunos otros puntos de sus alrededores, por cuyo motivo la comisión se redujo a computar los votos habidos en el casco de la población y de esos poblados; pero según este otro certificado, además del casco de la población figuran 8 pueblos, donde se dice que dominan las fuerzas militares constitucionalistas, y por tanto, se hallan bajo el control del gobierno. Con permiso del señor presidente, voy a permitirme interpelar a la comisión para que diga si en los cómputos que verificó se tuvieron en cuenta los votos de dichos 8 pueblos que acabo de enumerar en el certificado del señor jefe de las operaciones.

El C. Zapata. presidente de la comisión: El certificado que ha leído su señoría es completamente distinto al certificado que obra en poder de esta comisión. Dice así:

"El subscrito, jefe de las operaciones militares en este distrito, certifica por el presente que la acción militar, que es la que determina el dominio político en dicho distrito, se encuentra limitada por los siguientes puntos: hacienda de Canta Ranas, El Volcán, El Carmen, Cerros A. y B., Santa Teresa y la fábrica La Concha," que circunscriben la ciudad de Atlixco, y que fuera de estos puntos no puede, material ni políticamente existir en el resto del distrito, dado que operan fuerzas enemigas en toda su extensión. Que cuando por motivos del servicio se hace indispensable salir fuera de los límites indicados, es preciso custodiarse por fuerte columna que dé seguridad para el fin que se persigue.

"Que por tal motivo los autoridades civiles tampoco pueden llevar su esfera de acción más allá de los repetidos límites.

"Lo que se hace constar a pedimento del C. licenciado Eduardo Arrioja Isunza, para lo que él estime conveniente.

"Constitución y Reformas.

Atlixco, Puebla, marzo 14 de 1917.- El coronel jefe accidental de la brigada, Guillermo Castillo. (Rúbrica.) -

Al margen un sello que dice: "Ejército constitucionalista.- Brigada "Hidalgo."

La comisión no ha computado los votos correspondientes al distrito de Atlixco....

El C. Sánchez Pontón. interrumpiendo: ¿Por quién está subscrito?

El C. Zapata: Por el coronel Guillermo Castillo. Como decía yo, la comisión se ha limitado a computar los de Atlixco, los de la cabecera, rebajado al señor Manjarrez más de 400 votos.

El C. Sánchez Pontón. continuando: Ahora bien, señores Jurados, tenemos una cosa que creo que no se repetirá en la discusión de una credencial. La comisión tiene un certificado que estoy seguro estará debidamente sellado por la comandancia y jefatura de las operaciones del distrito de Atlixco. En mi poder existe otro certificado expedido por el mismo jefe de las operaciones, señor Guillermo Castillo. Un certificado difiere del otro en una forma tal, que verdaderamente viene a ser contradictorio, no obstante que desde luego la firma es la misma del señor coronel Castillo, conocida de mí, y que a primera vista concuerda. En uno de ellos viene a decirnos que la acción del gobierno estaba limitada al casco de la población y a algunos otros puntos que son perfectamente cercanos, y se puede llamar suburbios de la misma población: y por esto la comisión, sujetándose a este certificado, sólo computó los votos de Atlixco y suburbios. En este otro certificado, se nos dice claramente que la acción del gobierno domina en 8 pueblos del distrito de Atlixco, y que, por tanto, se hicieron las elecciones conforme a la ley en esos 8 pueblos. Ahora viene la deducción que voy a presentar ante la consideración de ustedes. El señor Froylán Manjarrez, según los datos que poseo de esa elección, habiendo obtenido votos en algunos pueblos en que no podían haber hecho elección porque estaban controlados por los zapatistas, que ya explicaré cómo obtuvo esos votos, quiso, que ya que eso le podía ser desfavorable, también fueran desfavorables a sus contrincantes los votos obtenidos en otros pueblos del distrito, y para ello obtuvo, no sé como, un certificado en el que se hace constar lo que ustedes han oído, es decir, que las elecciones sólo se limitaban al casco de la población y suburbios....

El C. Manjarrez. interrumpiendo: Yo no he obtenido ningún certificado de ninguna autoridad militar, porque las odio.

El C. presidente: Se llama al orden al señor Manjarrez.

El C. Sánchez Pontón. continuando: No quiero decir que el señor Manjarrez haya adquirido personalmente de la jefatura de operación mencionada el certificado referido, sino que lo obtuvo alguna persona, puesto que ha visto a poder de la comisión; pero sin duda lo ha obtenido, porque es favorable a él.

De manera que la comisión se reduce a hacer el cómputo de los votos obtenidos en el casco de la población y suburbios, presentándose esta disyuntiva: o las elecciones se verificaron en los pueblos en donde, según el certificado de la jefatura de operaciones tuvieron lugar las elecciones, y entonces no ha computado todos los votos: o se redujo la elección al casco de la población y suburbios, y entonces no podemos decir que haya habido elección en todo el distrito, que debe constar de .... 60,000 habitantes.

El C. Cravioto: ¿Qué fecha tienen los certificados?

El C. Sánchez Pontón. continuando: Aunque no he sido interrogado de una manera debida, voy a contestar la interpelación del señor. El certificado que obra en mi poder es de 9 de marzo de 1917: el que está en poder de la comisión es del 11 de marzo: diferencia de 5 días.

El C. Rivera José. interrumpiendo: Pido la palabra para un hecho.

El C. presidente: Cuando acabe el orador.

El C. Sánchez Pontón. continuando: En el acta general de esta elección obra una constancia, en que el presidente municipal de uno de los pueblos en donde el señor Froylán Manjarrez había obtenido votos, fue aprehendido por los zapatistas y llevando a su cuartel general de Tochimilco: pero como el señor Manjarrez es nativo de ese distrito de Tochimilco y tiene relaciones en él, quisieron que ese expediente no fuera perdido y lo llevaron a la junta computadora: eso consta en el acta. Así en otros pueblos de esos que estaban controlados por el zapatismo, o que en aquellos días fueron controlados por el zapatismo, no se llevaron a cabo las elecciones, y hay constancias de que los presidentes municipales reconcentrados en el distrito de Atlixco, en la casa habitación donde ellos posaban, hicieron las elecciones de ese distrito, habiendo recibido las boletas correspondientes a él, y que no pudieron haber repartido, entonces hicieron las elecciones bajo la vigilancia y control del zapatismo. En estas elecciones hechas en esa forma en la misma cabecera de Atlixco, desde luego aparece que todas las boletas están firmadas por una misma mano. Me permito interpelar a la comisión si hizo estudio de los expedientes relativos a esos pueblos, que según el certificado no estaban controlados por el gobierno, y si es verdad que esas boletas estaban llenas por una misma letra.

El C. Zapata. miembro de la comisión: La comisión no tuvo en cuenta absolutamente los votos de los pueblos que no estaban controlados por el gobierno, de acuerdo con el certificado.

El C. Sánchez Pontón, continuando: Muy bien. La comisión, con objeto de no entrar en las dificultades del estudio de esas secciones de esos pueblos, se limitó únicamente al estudio de las elecciones hechas en la cabecera del distrito. Ya he dicho antes que no creo yo, ni puedo creer ningún ciudadano miembro de este jurado, que una elección que debía ser la expresión de la voluntad de un distrito electoral, formado por..... 60,000 habitantes, pueda tener el efecto legal de la representación de ese distrito, cuando se reduce a una población tan pequeña como Atlixco, y todavía más reducido en su población por la actual campaña, que ha hecho que la mayor parte de los habitantes de esa cabecera se reconcentren a Puebla y demás ciudades de los alrededores. Cualquiera que conozca esa población, puede certificar y tener la convicción de que Atlixco, en épocas en que estuvo floreciente, cuando tenía toda la inmensa ciudad obrera que le daban las fábricas de Metepec. León y El Volcán, que llevaban una población de miles de obreros.- ahora no tiene ni la décima parte de ellos, porque están paralizados los trabajados de las fábricas y casi todos los obreros están trabajando en Veracruz o Puebla:- no puede haber en la población de Atlixco ni siquiera 4 ó 5 mil habitantes, y de ellos, el número que lógicamente puede deducirse que haya de habitantes para que un diputado representante a todo un distrito electoral. Ahora viene un argumento de otro orden, también legal. El señor Manjarrez no tiene el requisito que marca la Constitución en el artículo 55 fracción II: es decir no tenía 25 años cumplidos el día de la elección. Tengo datos precisos de que el señor Manjarrez nació el año de 1893, y por lo tanto en el año actual de 1917 apenas tendrá 21 años de edad. El acta de nacimiento del mismo señor Manjarrez no ha podido ser obtenida por los candidatos contrarios, sencillamente porque él es nativo de Tochimilco, y como he dicho, y a todo el mundo le consta, ese punto ha

sido el cuartel general de los zapatistas desde hace mucho tiempo, y sólo accidentalmente, en algunas ocasiones, se ha recuperado por las fuerzas del gobierno: estando casi seguro que el archivo de ese pueblo se destruyó. Sin embargo, a muchas personas consta mi acierto, y apelaría a la honorabilidad del señor Manjarrez se me dijera si este dato es cierto o no.

El C. Manjarrez: Es inexacto cuanto ha dicho el señor Sánchez Pontón a este respecto. El día 5 de octubre de este año cumpliré 26 años: de otra manera no hubiera yo podido haber sido, constitucionalmente, diputado al Congreso Constituyente: y entienda el señor Pontón, que si hay alguien respetuoso de la Constitución de 1917, son, antes que nadie, sus firmantes, y entre esos firmantes estaba yo. (Siseos.)

El C. Sánchez Pontón: Como he pedido manifestar, no tengo el dato preciso, que según la ley, era únicamente el acta de nacimiento; pero como estas palabras del señor Manjarrez tienen que constar cuando se pueda probar, si es que el señor Manjarrez se queda en esta Cámara, cuando se pueda probar es la verdad del asunto, aparecerá la falsedad con que se ha expresado el señor Manjarrez.

El C. Manjarrez, interrumpiendo: Entonces se me consignará al gran jurado. (Risas.)

El C. Sánchez Pontón. continuando: No quiera tocar los antecedentes políticos del señor Froylán C. Manjarrez, porque hace un momento que al iniciar mi peroración: había indicado cuán ajeno estoy a tratar todos aquellos asuntos, aunque sea con la serenidad y mesura necesarias, que puedan herir a un individuo, que puedan también creerse injuriosas: pero, señores, si hemos de ser honrados, si hemos de ilustrar el criterio de esta asamblea, si hemos de traer a luz a cada uno de los miembros del jurado, todos los conocimientos, todos los datos que puedan estar en nuestro poder, estimo que es de nuestro deber, del deber de cada uno de nosotros, presentarlos a la consideración de la asamblea, para que con mejor juicio y más ilustrado criterio pueda votar. A cada momento se nos presentan candidaturas, se nos presentan dictámenes, en los que por falta de datos, por carencia absoluta de noticias respecto a la manera como se hizo la elección, respecto a la actuación personal y política del candidato, nos es imposible formular un voto que pueda tener la apariencia de consciente, y solamente guiados en la honradez de la comisión, guiados en el estudio que ella debe haber hecho del expediente, es por lo que nosotros votamos afirmativa o negativamente: pero si nosotros, en cada caso, tuviéramos la ilustración de las personas que conocen cómo se han verificado las elecciones, quién sabe si en algunos casos hubiéramos hecho objeción a los dictámenes presentados o, cuando menos, que estos hubieran sido motivo de alguna interpelación para aclarar algunos puntos.

Por esto es, señores que yo no he tomado la palabra en la discusión de credenciales, sino cuando ha llegado el turno a aquellas que, por ser de mi Estado, y por estar perfectamente empapado de los accidentes que han ocurrido en ellas, me he creído con la obligación de ilustrar el criterio de la honorable asamblea. Los datos que respecto de la actuación política del señor Froylán Manjarrez se han proporcionado a distintos miembros de esta Cámara, y que yo expongo a ustedes con el carácter de datos ministrados por personas que están dispuestas a hacerse solidarias de ellos, son que el señor Manjarrez sirvió toda la época de la usurpación en la Secretaría de Relaciones huertiana....

El C. Manjarrez, interrumpiendo: ¡Mienten!

El C. Sánchez Pontón, continuando: Que al triunfo de las armas constitucionalistas, temeroso, seguramente, como todos los que el final de la usurpación se encontraban en las oficinas públicas, salió de la capital y se unió al zapatismo, habiendo estado en la brigada de Justino Cotero hasta la segunda entrada del general Obregón a México. El señor Manjarrez parece que se amnistió o de alguna manera se rindió a las fuerzas del gobierno, dirigiéndose a Veracruz, y entonces fue amparado nada menos que por los señores Gonzalo de la Parra y Félix Palavicini, quienes le dieron empleo en el periódico que en aquel puerto se editaba. Después el señor Manjarrez resultó jacobino y miembro del Congreso Constituyente, sin haberse hecho elecciones en Atlixco y sin haber tenido siquiera el requisito que la Constitución marca. Sé yo que los miembros honorables del Congreso Constituyente que se encuentra entre nosotros, han hecho algún pacto de solidaridad, al menos así se me ha dicho; estoy perfectamente convencido de que no hay nada más natural que los que han sido compañeros en una asamblea, memorable y han sostenido ideas de la misma clase y calidad en el orden político, se unan y conserven el recuerdo de aquella asamblea, para formar un grupo en cualquiera actuación política: pero estoy seguro, porque conozco a muchos del Constituyente, que no se habrán aliado ni habrán hecho pacto de violar la Constitución que ellos mismos firmaron en Querétaro, aunque sea en perjuicio de algunos miembros de ese grupo. Así mismo, señores nosotros, que según el criterio de algunos miembros de este Congreso, expresado en esta tribuna, y el criterio de algunos de fuera de esta Cámara, se ha expresado que existe en el partido liberal constitucionalista una solidaridad tal, que no podría nunca votar uno de sus miembros en contra de un dictamen de las comisiones, y nadie podría atacar lo que uno de ellos proponga. Yo creo que en estos momentos estamos dando la prueba de que no existe un pacto tal: que nosotros estemos obligados a apoyar cualquier dictamen que de buena fe y honradamente, pero sin los datos necesarios, ha emitido una comisión. Creo que no es una prueba de indisciplina política, sino de honradez, la de atacar a uno de los miembros que forma nuestro mismo grupo. El señor Manjarrez está afiliado al partido liberal constitucionalista, aunque después de las elecciones y este es un dato que nos viene a asegurar cómo el señor Manjarrez, que antes no pertenecía al partido liberal constitucionalista, vino a inscribirse después de las elecciones, buscando el apoyo de él para su credencial, que él sabía no estaba limpia.

El C. prosecretario López Lira: De conformidad con el reglamento, se pregunta a la asamblea si permite que continúe el orador. (Voces: ¡Sí, sí!)

El C. Manjarrez: Sí, que continúe; que continúe; yo pido que continúe.

- El mismo C. prosecretario: Se concede.

El C. Sánchez Pontón. continuando: Con objeto de no distraer la atención de esta honorable asamblea más tiempo, y siendo enemigo de la palabrería que no puede traer ninguna nueva luz del asunto a debate, sino únicamente los hechos concretos, expuestos en la forma más breve o más sucinta, resumo mis ataques al dictamen de la comisión en los siguientes puntos, que suplico atentamente sean tomados en consideración: Que existe un estado tal en el distrito de Atlixco. Estado de Puebla, que no puede decirse que haya control del gobierno en la mayor parte de esos municipios. Que la misma contradicción que existe en los dos certificados por la jefatura de operaciones nos demuestra una de dos cosas: que si es verdad lo que dice un certificado en

que se delimita la acción del gobierno a la cabecera de Atlixco y a sus suburbios, no puede considerarse como válida una elección de un distrito electoral, por la que se haga en uno solo de sus municipios; y que si es válido el otro certificado, dado por la misma jefatura de operaciones, deben computarse también los votos de 8 pueblos que sí están controlados por el gobierno constitucionalista en ese distrito. Que el señor Manjarrez no tiene la edad que la Constitución marca para ser diputado al Congreso de la Unión, en el artículo 55, fracción II; que, por lo tanto, recae en la nulidad marcada por la ley electoral, en la fracción I del artículo 57; que, además, en las casillas donde se han computado los votos del señor Manjarrez, se han cometido las infracciones que marcan las fracciones V y VI del mismo artículo 57 de dicha ley; y que la nulidad de toda elección está perfectamente prevista en el artículo 59 de la referida ley. Es con pena, con verdadera pena que digo esto, pues no tengo inquina contra el señor Manjarrez, ni tengo odiosidad de ninguna especie: más bien él es amigo mío y no enemigo y por lo tanto, repito no tengo ningún motivo personal en su contra sino sólo el deseo de que un distrito que ha mandado una protesta calzada por una multitud de firmas, y que está en poder de la comisión, en cuyo documento se dice que el distrito del Atlixco, en toda la parte controlada de ese mismo distrito, recibiría mal la elección de un individuo que no ha sido electo espontáneamente por el pueblo, ni ha sacado el mayor número en votos de los pueblos donde se verificaron las elecciones. Fiado en la serenidad de criterio de todos los miembros de esta honorable asamblea, me concreto a pedir la nulidad de la elección del señor Manjarrez, y que se retire el dictamen de la comisión para que se estudien las elecciones en los 8 pueblos a que se refiere el certificado del jefe de operaciones en aquella región, que debe hacer fe por provenir de un hombre honrado y miembro del ejército constitucionalista.

El C. Reynoso: Pido la palabra para rectificar hechos.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Tirso Reynoso.

El C. Reynoso: Llega a mi poder, en estos momentos, un documento firmado por el señor Luis Llorente, a quien conozco, y cuyo documento me fue entregado por un amigo mío, refiriéndose a la personalidad política del señor Manjarrez.

Más o menos, en términos generales, dice lo mismo que acaba de expresar el señor Sánchez Pontón, y en la parte final, dice:

"5o.- El C. Manjarrez está imposibilitado para ejercer el honroso puesto de representante del pueblo, por no llenar los requisitos que exige a este respecto la Constitución de 1917, que especifica la edad para poder ser electo diputado deberá ser la de 25 años cumplidos, y el señor Manjarrez nació el 5 de octubre de 1893, en el pueblo de Tochimilco, distrito de Atlixco. Estado de Puebla."

El C. Ancona Albertos: El C. Reynoso está ratificando y no rectificando hechos.

El C. presidente: La presidencia no está en posibilidad de adivinar lo que van a decir los oradores.

La presidencia se ve obligada a conceder el uso de la palabra rectificar hechos pero no puede juzgar de antemano lo que van a decir los oradores.

El C. Manrique: Para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: No sé qué artículo del reglamento dice, si no me equivoco, que en cualquier momento puede alguna persona dar lectura a algún documento, y concedido el permiso por la presidencia, puede hacerlo.

El C. Reynoso: Debido a la premura de tiempo no fue posible que llegará el memorial que se mandó al Congreso Constituyente con todos estos datos, contándose entre los firmantes la mayor parte de la liga de empleados constitucionalistas. Con permiso de ustedes, voy a dar lectura a este documento.

El C. Rivera Cabrera: Reclamo el orden, señor presidente. Parece que el señor está abusando del permiso que se le concedió para rectificar hechos. (Siseos.)

El C. Reynoso: Yo no voy a hablar en contra del señor Manjarrez; yo voy a apelar a la honradez de este señor para que diga si es verdad lo que un amigo mío firmado con su puño y letra.

El C. Manjarrez: Es lo mismo que dice el señor Sánchez Pontón, y ya lo he negado.

El C. presidente: La secretaría dará lectura a ese documento.

- El C. prosecretario López Lira. leyendo:

"En contra de la credencial del señor Froylán C. Manjarrez.

"Con fecha 19 de noviembre del año próximo pasado se dirigió un memorial a la honorable secretaría del Congreso Constituyente de Querétaro, habiéndosele confiado para su entrega al señor Alejandro Velázquez López, ignorándose hasta la fecha los motivos que haya tenido este señor para no hacer llegar a su destino el documento de que era portador.

"Haciendo una síntesis del contenido del pliego extraviado, ponía en conocimiento de aquella honorable asamblea y ahora a la presente, lo que sigue:

"Froylán Manjarrez no puede ni debe admitírsele en las Cámaras por las siguientes causas que lo imposibilitan para ello:

"1o.- Por haber servido a al usurpación huertista todo el tiempo que éste duró en su omnímodo poder, prestando sus servicios en la Secretaría de Relaciones Exteriores con distintos puestos, y cuyos ascensos adquirió en esa época, además de ser empleado desde el año de 1908, en la misma secretaría a que se alude.

"2o.- A la entrada en la capital del Ejército constitucionalista, todos los servidores de Huerta, y entre ellos de quien me ocupo, fueron separados de sus puestos. Despachado por esto, suspiraba por Huerta y seguía denigrando a la revolución y a sus caudillos con más zaña que cuando lo hacía en el puesto que desempeñaba al lado del gobierno del usurpador.

"3o.- A la entrada de las hordas surianas a la capital, Manjarrez ingresó a la brigada zapatista "Cotero," a las órdenes del entonces general (¿) Justino Cotero (amnistiado actualmente), con el grado de capitán 1o.

"4o.- Por haber combatido con las armas en la mano al gobierno de la revolución, pues al ser atacado la capital de México por las fuerzas constitucionalistas al mando del general Obregón, el referido Manjarrez tomó parte activa en los combates de Otumba, al lado del mismo Cotero. No habiéndose satisfecho las exigencias de dinero que Manjarrez tenía, desertó, disgustándose por este motivo con Cotero dirigiéndose a Veracruz con objeto de salir del país, lo que no pudo efectuar por haberse acogido a la protección del señor Palavicini, quien lo protegió y colocó en el periódico "El Pueblo," en el mes de febrero de 1915, substrayéndose así al castigo que le correspondía, pues ni siquiera había llenado el requisito de amnistía.

"5o.- El C. Manjarrez está imposibilitado para

ejercer el honroso puesto de un representante del pueblo, por no llenar los requisitos que exige a este respecto la Constitución de 1917, que específica que la edad para poder ser electo diputado, deberá ser la de 25 años cumplidos, y el señor Manjarrez nació el 5 de octubre de 1893, en el pueblo de Tochimilco, distrito de Atlixco, Estado de Puebla.

"México, abril de 1917.- Luis Llorente. (Rúbrica.) 7a. de la Mosqueta número 166."

"Debido a la prematura del tiempo,, no fue posible recabar todas las firmas de los ciudadanos que firmaban el memorial anterior, contándose entre ellos la mayor parte de la "Liga de empleados constitucionalistas. Vale."

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manjarrez. (Siseos.)

El C. Manjarrez: Es verdaderamente ridículo que en los momentos en que se lanzan terribles cargos a un hombre, algo que yo creía que era el pueblo, pero que no son más que claques, se manifieste de esa manera. (Siseos prolongados de las galerías. Campanilla.)

- El mismo C. Prosecretario: La presidencia exhorta a las galerías a que se sujeten al reglamento de la Cámara, para que no la obliguen a desalojar el salón.

El C. Manjarrez: ¡Pueblo de mi patria! Permitidme, señores diputados, que así os denomine, porque en verdad me satisface que algún día haya yo venido ante un tribunal en que está representado todo el pueblo de la república, porque la juventud que tiene en frente de sí un ideal, la juventud que tiene el derecho a las aspiraciones: nosotros, los que justamente deseamos ser los hombres del mañana, deseamos encontrarnos, como yo me encuentro en este momento ante un tribunal, el más sagrado de toda la república, para que juzguen serenamente nuestros antecedentes políticos. Así, pues, yo, en vez de sentirme agraviado por los ataques del señor Sánchez Pontón, le manifiesto mis más sinceros agradecimientos por haberme dado la oportunidad de venirme a presentar aquí tal cual soy. Así contesta un jacobino de 1916 a 1917, a quien no ha sabido cumplir sus compromisos particulares en el partido liberal de Puebla. Creía, sin embargo, que tendrían derecho de hurgar mis antecedentes políticos, hombres inmaculados, hombres limpios, hombres como Eduardo Hay, como Jacinto Treviño, como Jesús Acuña, como Marciano González; pero no creía que lo hiciera un individuo como el señor Sánchez Pontón, que el viernes 26 de diciembre de 1913 era director del periódico oficial de Puebla. El Señor Sánchez Pontón, a la muerte de Joaquín Maas, el general federal, cacique de mi Estado, publicó en ese mismo periódico un óbito: "A la memoria de los más ilustres hijos de la patria"....

El C. Sánchez Pontón interrumpiendo: ¡Es falso!

El C. Manjarrez. continuando: No es falso, porque obra en el periódico oficial de Puebla, y en breves días podré presentarlo a la consideración de la Cámara. Y bien, señores diputados, ya habéis oído los cargos que me hicieron: que era yo empleado de la Secretaría de Relaciones en 1908 y 1909, cuando todavía no se pronunciaba el nombre de la revolución; fui empleado de la Secretaría de Relaciones cuando al llegar de mi pueblo a esta gran ciudad, a esta enorme ciudad que nos confunde con su maremágnum, era yo un muchacho.

Apelé entonces al trabajo que me dieron, y ese trabajo no es denigrante; fui empleado como meritorio, como escribiente, como lo que pude ser. Después estuve en la Secretaría de Relaciones, en la época de don Francisco I. Madero, lo que hubiera sido tomado por alguien como un aliciente, como una nota revolucionaria. No, señores, yo no; yo tomo esto simplemente como un trabajo de tantos; yo soy revolucionario, señores, porque fui a la frontera. Yo me llamo revolucionario desde que fui a escribir artículos de combate en la prensa del norte: artículos de combate siempre constitucionalista, yo soy revolucionario, porque desde Veracruz hasta Sonora, a través de la frontera, he escrito artículos de combate: siempre revolucionario. Soy revolucionario, porque escribí en "El Paso del Norte," porque escribí en "El Progreso," de Laredo; porque escribí en "El Pueblo," de aquí;- yo no serví en "El Pueblo," de Veracruz, y si; lo hubiera servido, no era denigrante; soy revolucionario, porque escribí la " La Revista Nacional," de Veracruz; porque establecí, en unión de otros distinguidos revolucionarios, "El Mexicano;" soy revolucionario, porque escribí en Sonora no hace mucho tiempo, porque fundé cuatro periódicos. Y señores, si conocéis los revolucionarios, si vosotros conocéis a ese revolucionario, tipo que se llama Adolfo de la Huerta, el tipo del revolucionario radical, comprenderéis que no hubiera podido estar a su lado 5 minutos, si yo tuviera los antecedentes de que hace mención el señor Sánchez Pontón; pero ya lo veis, no se pudieron conseguir los documentos con oportunidad; ya lo veis, yo lancé mi candidatura hace mucho tiempo; yo fui al Congreso Constituyente; dicen que allí mandaron una protesta; no se recibió porque se perdió, por lo que ustedes gusten, pero tuvieron tiempo de hacer todo lo que quisieron; sin embargo no se exhibe ninguna prueba; luego me niegan el requisito de edad, y tampoco pueden exhibir prueba. Yo soy el primero en decir que he buscado esa acta de nacimiento, en primer lugar, para desvanecer los cargos que se decía nos iban a hacer en el Congreso Constituyente, a Rafael Martínez de Escobar, a Rafael de los Ríos y a mi, de que no teníamos la edad requerida por la ley para ser diputados, y dicha acta no la pude obtener, según ya lo ha dicho el señor Sánchez Pontón. Y si ha de referirme a una cosa íntima, porque es preciso, voy a decir a ustedes que quiero casarme, y por eso fui a buscar mi certificado de nacimiento, y no me lo pudieron dar (murmullos y risas); pero se ha hablado aquí, se ha leído aquí un certificado en que el coronel jefe de la plaza de Atlixco, afirma que todos los pueblos que votaron a mi favor no estaban controlados por el gobierno. Esto me obliga a hacer una breve síntesis, no un relato, de lo que fue mi campaña,. CC. diputados: al revés de como el Dante fue escalando de los círculos horribles, espeluznantes del infierno, hasta llegar a los círculos luminosos de la gloria, yo fui de la misma manera, pero solo que en escala descendente. Después de 2 meses de sana discusión, en pro de los principios, en pro de los ideales, en pugna de algunos elementos, los que quizá iban combatiéndonos; después de todo eso que enaltece a los hombres, tuve que descender a lo más asqueroso, a lo que no había conocido,- porque mi campaña electoral anterior no la presencié, pues la hizo el partido liberal del Estado,- a las campañas electorales. Todavía no salíamos de la ciudad de Querétaro, todavía no terminaban nuestras labores allí, cuando algunos individuos, y algunos desgraciadamente jóvenes, ya podrida su alma, podrida su conciencia, iban a mendigar en las antesalas de la primera jefatura una sonrisa de Gerzayn Ugarte para que se les considerara en las listas oficiales, así, pues, cuando llegamos a Puebla, pocos días después, se recibió una lista oficial, que por cierto ni el gobernador del Estado, ni el secretario general hicieron caso de ella, porque

son revolucionarios, porque saben que el mismo señor don Venustiano protestaría contra esa lista, en caso de llegar a saberlo.

No le hicieron caso, repito, y manifestaron su disgusto.

El C. Pesqueira. interrumpiendo: Señor presidente: deseo interpelar al orador; desea que el señor Manjarrez tenga la bondad de decirnos si efectivamente no sirvió al titulado general zapatista Cotero.

El C. Manjarrez continuando: Perdonen ustedes, señores diputados, que haya hecho punto omiso de ello, porque estoy un poco nervioso, Yo tuve algunas ligas con el zapatismo cuando no era denigrante ser zapatista; cuando era la lucha contra Huerta: entonces yo tuve algunas ligas con los zapatistas, y no precisamente a las órdenes del Cotero; no, señores; tuve ligas con Paulino Martínez, con todo ese elemento que se afilió al zapatismo y que después fue asesinado después me fui a la revolución y estuve en el norte y entré a México con los revolucionarios. Pues bien, yo de allí, de Puebla, siguiendo mi relato, me trasladé a la ciudad de Atlixco, primero a dar cuenta obedeciendo a un espíritu democrático, de cual había sido mi labor en el Constituyente, y más tarde con objeto de lanzar mi candidatura, que había sido apoyada por el partido liberal del Estado; allí me encontré al señor Arrioja Isunza, y como luego presumí que tenía el apoyo de la guarnición a las órdenes del coronel Castillo Tapia, procuré no hacer una gran campaña en la Ciudad de Atlixco. En primer lugar encontré yo esto: los habitantes del centro nunca han votado, ni votarán en mi favor, sencillamente porque son aristócratas, y sencillamente porque conocieron que yo, en el Congreso Constituyente, había trabajado muy empeñosa y especialmente en el problema del trabajo, que los hiere intensamente. No pueden darme su voluntad en la Ciudad de Atlixco; me conocen bastante y es inútil una propaganda; pero entonces mi distinguido amigo, el teniente coronel de la Barrera y yo, hicimos lo que ustedes van a oír: nos disfrazamos, poniéndonos sombreros de paja, pantalón de mezclilla y una blusa, y bajamos a los pueblos que, según el certificado del señor coronel Castillo Tapia, no están controlados por el gobierno. El teniente coronel de la Barrera y yo, hicimos el milagro de caminar por todos esos pueblos, siendo recibidos con música; se nos daba de comer, dormíamos con los indios en sus cabañas y en su chozas ¿No créis que así es como se conquistan afectos?

Así es como se ganan campañas electorales , y no estando en la cuidad de Atlixco, divirtiéndose en hacer carteles con retratos y ponerlos en las esquinas, como lo hicieron mis contrarios.

Indudablemente, yo no tenía dinero, pero contaba con la simpatía de los pueblos que han sido míos que siempre me han querido, no sólo a mí, sino a mis padres y a toda mi familia. Duramos en esos pueblos más de 20 días, preocupándonos exclusivamente en asuntos de nuestra gira, que, dicho sea de paso, solamente nos costó la friolera de 20 pesos. Después de toda aquello llegó el día en que efectuó sus trabajos la junta computadora; y ese día fueron llegando unos tras otros los paquetes electorales de todos aquellos pueblos en que trabajamos muestra candidatura. Nuestros contrarios comprendieron que si computaban los votos que iban llegando, perderían la elección, y entonces acudieron a este medio: declarar que sólo serían tomados en cuenta los documentos que llegaran antes de las 10 de la mañana, según se hace constar en el acta relativa. Muy bien; pero los documentos electorales correspondientes al pueblo de Tepeojuma, Tiyuca, Soyatla, según me lo relató el teniente coronel De la Barrera, pues yo no estaba en Atlixco, porque lo había ido a representar a Matamoros, llegaron oportunamente, y con eso bastó para obtener el triunfo con 200 votos. Cuando se vieron perdidos nuestros contrincantes, el señor Arrioja Isunza se vino para acá y se propuso nulificar nuestros votos, contando con la ayuda del Jefe de las armas, y haciendo que toda la guarnición votara en su favor. Se hizo cuando fue posible por sacar vencedor a todo trance al señor Arrioja Isunza, y se apeló al último recurso: el del certificado de que se ha hecho mérito. Ni yo, ni mis partidarios, pedimos ese certificado, sino que lo hizo el señor Arrioja Isunza para nulificar los votos emitidos a favor mío y del señor Escalona. Pues bien; siguió adelante el asunto, y entonces el señor Escalona, que es una persona a quien respeto y admiro por su caballerosidad y honradez, y lo digo aquí categóricamente, el señor Escalona, como comprendió que él tenía votos a su favor en los pueblos, dijo: pues yo pido aquí que se computen todos los votos que han llegado, y entonces se computaron todos los de Matamoros y Atlixco que habían llegado, y resultó una mayoría aplastante para todos, pues ni el mismo certificado del coronel Castillo Tapia opacaba la mayoría; pero estos señores no se conformaron con haber llevado boletas de a montón a las casillas, con haber votado en otras casillas los soldados con nombres supuestos, escritos con una misma letra, etc., etc.; no se conformaron con todo eso, y aprovecharon la llegada en días pasados a esa ciudad del coronel Castillo Tapia, que se ha constituido en enemigo personal mío, sólo porque no he ido yo a rendirle, ni voy con él a tomar la copa; sólo por eso les extiende hoy un nuevo certificado y dice: pues los otros pueblos también están substraídos a la acción del gobierno. Pero, señores, si vamos a sentar aquí un precedente de que un coronel, de que un jefe de la plaza, simplemente porque le da su gana anule todas las elecciones.... En cambio, allí está un certificado de la autoridad civil de Matamoros, que dice que los pueblos referidos están controlados por el gobierno, y que han estado siempre controlados, y que el mismo ayuntamiento les repartió las boletas. Yo no sé como estando esos pueblos en poder del enemigo, el ayuntamiento de Matamoros y el gobierno del estado pudieron repartir las boletas y se pudieron hacer las elecciones, a no ser que el gobierno del Estado y todas las autoridades estén en connivencia con los zapatistas. Muy bien (Risas.) Ahora bien; el mismo coronel Castillo Tapia ha cometido ese otro grave error: no sólo el de firmar un certificado asentando falsedades: la prueba es que en Tepeojuma existe guarnición, existe guarnición en Tilapa y existe guarnición en Teyuca, a pesar del certificado, sino que no está en sus facultades extender, porque él no es jefe más que de la plaza de Atlixco y sus alrededores; pero no es jefe de la línea de Matamoros y lo voy a probar. El jefe de las operaciones en esa zona lo es el general Luis Hernández, que se encuentra entre, nosotros quien me hará favor de contestar, con permiso de la presidencia, si es o no cierto que hace más de tres meses están destacadas en dicha zona, fuerzas que guarnecen los pueblos de que he hablado y los cuales, según el certificado del Coronel Castillo Tapia, no están controlados por el Gobierno.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hernández.

El C. Hernández Luis M.: Hace más de cuatro meses que el jefe zapatista Domingo Arenas se rindió al gobierno constitucionalista, habiéndose mandado sus fuerzas al distrito de Atlixco, guarneciendo a la fecha plazas que antes ocupaba el enemigo.

El C. Manjarrez: Ahora bien, entre el típico

atentado de la dictadura, entre la imposición brutal de los militares que no cumplen con su deber, no me refiero a los ciudadanos armados aquí presentes, ni al ejército constitucionalista cuyas glorias están escritas en Celaya, en León, en El Ébano, en Agua Prieta, en Santa Rosa y en tantos otros lugares, al ejército constitucionalista que admiro y respeto, sino a los militares que estarían mejor en las filas de Victoriano Huerta, decía, entre esa imposición brutal y la voluntad sagrada del pueblo, ¡escoged señores diputados! Mi credencial es la piedra de toque.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Pesqueira.

El C. Pesqueira: Señores diputados: voy a hablar en contra del dictamen de la comisión, solamente bajo el punto de vista político. Yo no pertenezco al partido liberal constitucionalista de México, no me tocó la honra de ser constituyente; soy miembro del partido liberal constitucionalista veracruzano, y aquel partido es tan radical como el partido liberal constitucionalista de la metrópoli; en tal concepto, señores, y siendo muy breve porque temo incurrir en errores, voy a procurar demostrar a ustedes que solamente me guía aquí un espíritu de justicia; no tengo la honra de conocer sino solamente de vista, al señor Froylán C. Manjarrez; el señor Froylán C. Manjarrez con el solo hecho de haber sido constituyente, me merece todo género de consideraciones; sin embargo, el señor Manjarrez, después de sus muchos argumentos, no nos ha demostrado qué clase de ligas tuvo con las zapatistas, y yo, con mi carácter de radical, no puedo aceptar por ningún concepto que se siente en una curul un individuo que no nos ha demostrado de una manera palpable, que no tuvo ligas con aquellos zapatistas; en tal concepto, señores, y siendo consecuente con mi modo de ser, seré breve para pedir al señor Manjarrez que nos demuestre que no sirvió a los zapatistas; si no nos demuestra esto, pido señores jurados, que no déis vuestro voto por su credencial. He dicho.

El C. Manjarrez: Pido la palabra señor presidente, para contestar.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manjarrez: Respetable asamblea, respetable señor Pesqueira: debo advertir que si yo no quisiera contestar la interpelación de usted, me bastaría con decir que se me ha hecho un cargo, y tocaría, a quien hizo el cargo, comprobarlo, sin que de otra manera me hiriera; sin embargo como yo no tengo interés alguno en ocultar mis actos, voy a recordar a su señoría que yo dije que tenía ligas, y muy estrechas, pues hasta fui a Morelos con los zapatistas, cuando el zapatismo era revolución, cuando el zapatismo estaba unido, y si no unido, tácitamente unido a la revolución; cuando todavía no entraban aquí las fuerzas constitucionalistas y, señor Pesqueira y señores jurados, eso para mi es una gloria, si quisiera yo tomarlo así, o por lo menos sería un capítulo que se debe abonar a mi favor y no tomarse en mi desprestigio. ¡Está contestada la interpretación o no, señor Pesqueira?

El C. Pesqueira: La contestación de usted no me satisface. Hemos dicho que somos radicales y el radicalismo que, en mi concepto, no puede ser compatible con el criterio legal de su credencial, me hace insistir en que los señores jurados no deben dar su voto por usted.

El C. Manjarrez: Queda a la conciencia de los señores diputados la forma en que deberán votar y ya no puedo insistir en ese asunto.

El C. prosecretario López Lira: Se pregunta a la asamblea si se considera suficientemente discutido el asunto. Los que estén por su afirmación sírvanse poner de pie. Se considera suficientemente discutido en votación económica ¿Se aprueba? Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Aprobado.

La presidencia, por conducto de la secretaría, declara:

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 6o, distrito electoral del estado de Puebla, los CC. Froylán C. Manjarrez e Ignacio Ávalos."

El C. Pesqueira: Pido la palabra para un hecho.

El C. presidente: Tiene la palabra el señor Pesqueira.

El C. Pesqueira: En los momentos en que se recogía la votación entró un mozo a hablarme de parte de un amigo mío que se encuentra en los pasillos; por ese motivo me paré, mas no para dar mi voto en favor del señor Manjarrez.

El C. Manjarrez: Suplico que se haga constar en el acta la indicación del señor Pesqueira.

- El C. Presidente a las 7:40 p.m.: la orden del día para mañana es la discusión de los dictámenes que presenten las comisiones. Se levanta la sesión, citándose para mañana a las 10.

El jefe de la sección de taquigrafía,

JOAQUÍN Z. VALADEZ.