Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170502 - Número de Diario 22
(L27A1P1eN022F19170502.xml)Núm. Diario:22ENCABEZADO
MÉXICO, MIÉRCOLES 2 DE MAYO DE 1917.
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
PERÍODO EXTRAORDINARIO. XXVII LEGISLATURA. TOMO 1.-NUMERO 22
Sesión de la Cámara de Diputados celebrada el día 2 de mayo de 1917.
SUMARIO
1. Se pasa lista. Se abre la sesión. Se da lectura a varios de los artículos reglamentarios. Se lee y aprueba el acta de la sesión anterior.-2. Se da cuenta con un proyecto de ley enviado por el Ejecutivo, pidiendo facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda y, dispensados los trámites previa discusión, es puesto al debate en lo general, siendo aprobado nominalmente por unanimidad. -3. Ocupa la Presidencia el C. Juan Zubaran. Se presenta un proyecto de ley por varios ciudadanos diputados modificando el que se discutía. No es tomado en consideración.-4. Vuelve a la Presidencia el C. Román Alberto. Se pone a discusión el artículo 1o. del proyecto y es aprobado después de ella por 80 votos contra 75.-5. Es aprobado nominalmente y sin discusión el artículo 2o., haciéndose la declaratoria de aprobación del proyecto de ley y pasando al Senado para los efectos legales. Con el fin de presentarlo a la Cámara colegisladora fue nombrada una Comisión. Se levanta la sesión.
DEBATE
PRESIDENCIA DEL C. ROMAN ALBERTO
El C. Secretario Mata: Hay asistencia de 146 ciudadanos diputados: hay quórum.
El C. Presidente: Se abre la sesión de la Cámara de Diputados.
El C. Secretario López Lira: Se va a dar lectura a algunos de los artículos del reglamento de los más importantes.
"Artículo 30.-Las ordinarias se celebrarán durante los períodos constitucionales todos los días útiles: serán públicas, comenzarán por regla general a las tres de la tarde y durarán hasta cuatro horas: pero por disposición del Presidente de la Cámara o por iniciativa de alguno de los individuos de ella, aprobada en los términos de este reglamento, podrán ser prorrogadas.
"Artículo 47.-Los individuos de las Cámaras asistirán a todas las sesiones desde el principio hasta el fin de éstas, y tomarán asiento sin preferencia de lugar y se prestarán con la decencia que exigen las altas funciones de que están encargados.
"No es permitido fumar en el salón de sesiones.
"Artículo 59.-El senador o diputado que por indisposición u otro grave motivo no pudiese asistir a la sesión, o continuar en ella, lo avisará al Presidente por medio de un oficio o de palabra; pero si la ausencia dura más de tres días, lo participará a la Cámara para obtener la licencia necesaria."
"Artículo 101.-Los individuos de la Cámara, aun cuando no estén inscritos en la lista de los oradores, podrán pedír la palabra para rectificar hechos o contestar alusiones personales.
"Artículo 103.-Comenzada la discusión, ningún individuo puede pedir la palabra, sino en voz baja y acercándose al Presidente, ni se podrá interrumpir al que habla, bajo pretexto alguno, a no ser para reclamar el orden.
"Artículo 104.-No se podrá reclamar el orden sino por medio del Presidente, en los dos casos siguientes: primero, cuando se infrinja algún artículo de este reglamento: segundo, cuando se viertan injurias contra alguna persona o corporación."
El acta de la sesión anterior, dice así: (leyó.) Esta a discusión. ¡No hay quien tome la palabra? En votación económica, ¿se aprueba? Aprobada.
-El mismo C. Secretario, leyendo: "El artículo 1o transitorio de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, firmada en Querétaro en 31 de enero del presente año y promulgada el 5 de febrero siguente, señala El 1o. de mayo próximo como la fecha en que empezarán a regir, en toda su plenitud, los preceptos que informan esa Ley Suprema.
"Pudiera creerse que, como una primera consecuencia del establecimiento del orden Constitucional en la República, desde esa misma fecha debería cesar la fuerza legal de que han estado revestidas, hasta ahora, todas las disposiciones dictadas por el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, en su carácter de Encargado del Poder Ejecutivo de la Federación.
"De aceptarse esa teoría, entre todas las ramos de la Administración Pública ninguno sería, sin duda, tan intensamente afectado por el brusco cambio de régimen como el de Hacienda debido a la índole peculiar de algunas funciones fiscales, en las que no sería posible producir soluciones de continuidad sin ocasionar serios trastornos en El manejo de los caudales públicos, tanto más graves cuanto que, inevitablemente, repercutirían en los demás departamentos del Gobierno.
"El fundamento legal de las recaudaciones que constituyen los ingresos del Erario, así como el de las erogaciones que forman los egresos, consiste actualmente en una serie de decretos y disposiciones de diversos géneros, expedidos por la Primera Jefatura, y de los cuales unos adicionan o modifican, y otros derogan o mantienen en vigor
las leyes fiscales expedidas con anterioridad a la iniciación del movimiento revolucionario.
"Ahora bien, en el supuesto de que ese grupo de disposiciones quedase sin efecto en el preciso momento en que va a instalarse el Gobierno Constitucional, la gestión del Ejecutivo, si no se dictan desde ahora las medidas legislativas encaminadas a evitar el mal, sería punto menos que imposible, pues, desprovisto de capacidad legal para disponer de los fondos y arbitrarse los recursos necesarios para las múltiples y apremiantes atenciones del Gobierno, vería su acción administrativa prácticamente paralizada, hasta tanto que el Congreso pudiese expedir la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos correspondiente.
"La Secretaría de Hacienda se halla, ciertamente, preparada para someter desde luego a la consideración del Poder Legislativo un proyecto de Ley de Ingresos, cuyas disposiciones, en el caso de ser aprobado, regirían desde la fecha de su expedición hasta el 30 de junio próximo, esto es, hasta el fin del a lo fiscal en curso; pero, aun suponiendo que la Representación Nacional se consagrara exclusivamente y con toda su actitud a la discusión de la materia, con grave perjuicio para las otras importantísimas labores que señala el artículo 6o transitorio de la Constitución, sería de todo punto imposible dar término a esa urgentísima tarea antes del 1o de mayo, ya que, aun para la simple lectura y el ineludible análisis de los decretos, acuerdos y circulares que han modificado la legislación anterior a la Revolución en lo que a ingresos concierne, y que sirvan de antecedentes legales al proyecto, las Comisiones dictaminados necesitarían un plazo considerablemente mayor que al brevísimo tiempo que falta para la iniciación de nuevo régimen Constitucional .
"Además, en el caso posible de que el H. Congreso de la Unión creyera conveniente expedir nuevas leyes que viniesen a modificar los sistemas que ahora se hallan en vigor en materia de impuestos, la publicación de las nuevas precauciones y la transmisión de los textos legales a todas las oficinas fiscales existentes, así como la selección de nuevo personal y el establecimiento de las agencias recaudadoras, que en ciertos casos sería indispensable crear, a efecto de que la ejecución de la ley pudiese ser general y efectiva, absorberían tal vez, los dos meses que faltan para l fenecimiento del ejercicio fiscal.
"Aun suponiendo que el país se encontrara en condiciones políticas y económicas de absoluta normalidad, no podría ocultarse al ilustrado criterio de las Honorables Cámaras la gravedad de los trastornos que implicaría para el funcionamiento del mecanismo gubernamental esa posible incapacidad del Ejecutivo, siquiera fuese por breves días. Pero en las condiciones actuales, tan distintas por desgracia de la normalidad, esos trastornos asumirían los caracteres de un verdadero peligro, no sólo para la implantación inmediata de las reformas preconizadas por la Revolución, sino para la paz interna y aun para el mantenimiento de la dignidad nacional en el exterior.
"La reorganización de un gran número de dependencias del Gobierno, de acuerdo con las prescripciones de la nueva Constitución, impone la necesidad de ciertos desembolsos, cuyo aplazamiento pondría serios obstáculos al establecimiento rápido y armónico de los nuevos sistemas e interrumpiría la necesaria continuidad de algunas labores administrativas.
"Por otra parte, no se oculta a la alta sabiduría de los miembros de las Honorables Cámaras Legislativas, que la pacificación del país no es todavía completa, pues se agitan aún en diferentes regiones del país ciertos grupos de malhechores que, con pretextos políticos más o menos vagos, causan daño e impiden El desarrollo normal a los intereses públicos y privados, haciendo necesaria la constante aplicación de medidas hacendarías y militares de carácter urgente y de ejecución siempre gravosa para el Erario.
"A mayor abultamiento, de todos son bien sabidas las desastrosas consecuencias que la actual conflagración casi mundial ha producido y seguirá produciendo, no sólo para los países empeñados en la lucha, sino también para los neutrales, entre los que se encuentra la República determinando para estos últimos, además de graves males económicos, la necesidad de estar preparados para cualquier emergencia que pudiera estorbar el eficaz cumplimiento de los deberes que la neutralidad impone.
"Todas estas causas de inquietud, sumados con la intensa crisis que el país viene sufriendo desde hace varios años, imprimen a los problemas financieros un carácter de verdadera seriedad, y exigen la expedición de oportunas e inaplazables disposiciones encaminadas a facilitar la rápida acción de las facultades ejecutivas.
"Entre otras muchas necesidades que podrían citarse a este respecto, merece especial mención la que el Ejecutivo tendrá de vigilar constantemente las múltiples variaciones que, como consecuencia de la guerra, se están produciendo y seguirán produciéndose en determinados aspectos del comercio exterior, ya sea debido a las bruscas fluctuaciones del cambio o al aumento de los fletes, ya a causa de las modificaciones inesperadas que los países extranjeros pudieran hacer en sus Aranceles, y que, en ciertas ocasiones, nos podrían obligar a efectuar rápidamente reformas similares en los nuestros.
"En corroboración de lo asentado respecto a las dificultades con que el Ejecutivo Constitucional tropezaría al iniciar sus labores, en caso de no hallarse legalmente autorizado para desarrollar intensa y ampliamente su gestión hacendaría, el infrascrito cree pertinente dar a conocer al Poder Legislativo algunos datos sobre ingresos y egresos.
"Según estimaciones aproximadas y globales hechas por la Secretaría de Hacienda, los egresos importarán para los meses de mayo y junio del presente año, $24.000,000.00, distribuidos de la siguiente manera:
"Poder Legislativo........................." $ 350,000.00
"Poder Ejecutivo, incluyendo diversas atenciones
del ramo de Guerra................................................" 1.000,000.00
"Secretaría de estado............................................. " 600,000.00
"Secretaría de Guerra y marina................................" 18.000,000.00
"Secretaría de Hacienda.........................................." 1.300,000.00
"Secretaría de Comunicaciones..............................." 1.000,000.00
"Secretaría de Fomento.........................................." 300,000.00
"Secretaria de Industria y Comercio........................." 200,000.00
"Gobierno del Distrito............................................." 600,000.00
"Departamento Universitario...................................." 200,000.00
"Departamento de Justicia......................................" 250,000.00
"Departamentode Salubridad..................................." 200,000.00
"Total............................................................ $ 24,000,000.00
"Ahora bien, de acuerdo con las cifras que para los ingresos han sido calculadas, el déficit medio por mes, será de $5.000,000.00 aproximadamente.
"En vista de las consideraciones anteriores, con la mira única de facilitar el eficaz manejo de los intereses públicos que habrán de encomendarse al Ejecutivo Constitucional de la República a partir del 1o. de mayo próximo, y como una exigencia ineludible en que el Poder Legislativo se encuentra para dictar con la debida rapidez una Ley de Ingresos y un Presupuesto de Egresos que rijan durante los meses de mayo y junio del corriente año, el subscrito cree necesario de toda
necesidad, que el Ejecutivo Constitucional sea legalmente facultado de antemano para recaudar los impuestos federales, de acuerdo con las disposiciones actuales en vigor, así como para disponer de los fondos necesarios para cubrir las diversas atenciones del Gobierno en los términos del presupuesto aproximado que en esta iniciativa se fija. El Encargado del Poder Ejecutivo, cree, igualmente, que es de alta conveniencia nacional que el Poder Legislativo de la Federación conceda las amplias facultades necesarias para que el Presidente de la República, a partir del 1o. de mayo próximo, y hasta el fin de año fiscal corriente, pueda arbitrarse fondos extraordinarios según las exigencias de la situación, pues no le seria posible atender a las necesidades de la campaña pacificadora, si debiera esperar hasta que el Congreso autorizara otras fuentes de recursos para cubrir el déficit señalado.
"como además de la conveniencia de esas autorizaciones concretas, el infrascrito es también de opinión que el Ejecutivo Constitucional debe hallarse igualmente facultado para el manejo general de los asuntos hacendados, en forma que no haya restricciones que le impidan atender pronta y eficazmente a las numerosas exigencias pecuniarias de la situación internacional, política, militar y económica del país, hasta tanto que el Poder Legislativo se halle en condiciones de dictar las leyes necesarias para satisfacer debidamente tan elevados fines, abriga la esperanza de que la Representación Nacional tendrá a bien tomar en consideración las razones expuestas, y, en vista de ellas, dar su aprobación con dispensa de trámites, en atención a la urgencia del caso, al proyecto de ley que se acompaña, según el cual se conceden al Poder Ejecutivo de la Unión facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda durante los meses de mayo y junio del presente año.
"La Primera Jefatura se complace en manifestar a las Honorables Cámaras del Congreso de la Unión, que, al formular esta solicitud, se siente animada de su espíritu de profundo acatamiento a los preceptos constitucionales y de respeto a la Representación Nacional, y se permite insistir en que la finalidad única que persigue al pedir las facultades extraordinarias, es la de facilitar la gestión del Ejecutivo Constitucional desde la iniciación de sus labores, alejando de este modo aun el más remoto riesgo de que el Presidente de la República, bajo la presión de las circunstancias, pudiera dar lugar, si quiere fuera involuntariamente, a alguno de sus actos se considerasen como en la oposición a los principios legales.
"Al rogar a ustedes se sirvan dar cuenta de esta iniciativa a la H. Cámara de la son dignos Secretarios, me es grato reiterarles el testimonio de mi consideración más distinguida.
"Constitución y Reformas.- México, abril 28 de 1917.-V. Carranza. (Rúbrica.) A los ciudadanos Secretarios de la Cámara de Diputados.- Presentes."
"PROYECTO DE LEY.
"El Congreso de Estados Unidos Mexicanos, decreta:
"Artículo 1o.-Se conceden al Presidente de la República, facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda, mientras el Congreso de la Unión expida las leyes que deban normar en los sucesivo el funcionamiento de Hacienda Pública Federal.
"Artículo 2o.-El Ejecutivo de la Unión dará cuenta al Congreso del uso que haya hecho de las facultades extraordinarias que por el presente se le confieren.
"México, abril 28 de 1917.-V. Carranza. (Rúbrica.)"
El trámite, es que se pregunte a la Asamblea si considera que deben dispensarse los trámites para que pase a Comisan.
El C. Urueta: Pido la palabra en contra.
El C. Gómez Mauricio: Moción de orden. Conforme el artículo reglamentario respectivo, o sea el 58, no se necesita la dispensa de trámites para que pase a la Comisión; debe pasar inmediatamente a la Comisión; si su Señoría quiere que se dispensen los trámites, es para que pase a discusión inmediatamente.
El C. Urueta: Pido que se lea el artículo reglamentario que ha citado el C. Gómez.
-El Secretario Mata: El artículo 58 dice: "Artículo 58.-Las iniciativas presentadas por el Presidente de la República, por la Legislatura de los Estados o por las Diputaciones de los mismos, pasarán desde luego a Comisión. Las que presentaron los diputados o senadores, se sujetarán a los trámites que designe este reglamento."
El C. Hay: Moción de orden, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Hay: Para suplicar se lea el artículo 61 del mismo reglamento, puesto que en caso de que se acepte la pertinencia de este artículo, será preciso consultar a la Asamblea si este asunto es de obvia resolución, en cuyo caso no deberá pasar a la Comisión, según lo indica el artículo 58, sino que se pasará a la discusión inmediatamente.
-El Mismo C. Secretario, leyendo: "Artículo 61.-En los casos de urgencia o de obvia resolución, calificados por el voto de las dos terceras partes de los individuos de la Cámara que estén presentes, podrá ésta, a pedimento de alguno de sus miembros, dar curso a las proposiciones y proyectos en hora distinta de la señalada, abreviar el intervalo de las lecturas y aun dispensar la segunda lectura" (Voces:¡Es el 62! ¡Que se lea el 62! )
-El mismo C. Secretario: El artículo 62, dice: "Artículo 62.-Ninguna proposición o proyecto podrá discutirse sin que primero pase a la Comisión o Comisiones correspondientes y éstas hayan dictaminado. Sólo podrá disponerse este requisito en los asuntos que, por acuerdo expreso de la Cámara, se calificaren de urgente o de obvia resolución."
El C. Secretario López Lira: La Mesa tuvo en cuenta los artículos 61 y 62 para dictar su trámite. Según el artículo 61, se pueden dispensar los trámites, que consisten en presentar los proyectos en hora distinta de la señalada, abreviar el intervalo de las lecturas y aun dispensar la segunda lectura. Estos son los trámites que pregunta la Mesa, de acuerdo con la petición del Ejecutivo, si se le dispensan para que pase a la Comisión. En caso de que algún ciudadano diputado considere que esto es de urgente y de obvia resolución, será el caso del artículo 62 del reglamento.
El C. Secretario Mata: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, consulta a la H. Asamblea si considera que es obvia resolución este asunto. (Voces: ¡Sí, sí!)
El C. Urueta: Pido la palabra en contra del trámite de la Mesa. Yo voy a exponer razones para demostrar que este asunto no es obvia resolución.
El C. Méndez: Una moción de orden, señor Presidente; estamos en votación. (Voces: ¡No, no!)
El C. Presidente: El señor Urueta tiene la palabra en contra del trámite de la Mesa. Pueden tomar la palabra, uno en pro y otro en contra. -El C. Gómez: ¿Cual es El trámite?
El C. Presidente: El trámite es que se consulte a la Asamblea si este asunto lo estima de obvia resolución.
El C. Urrueta: Señores diputados; el asunto que se presenta a nuestra consideración es de suma importancia, porque se trata nada menos que
de conocer facultades extraordinarias al Ejecutivo; en consecuencia, creo que desde luego puede declararse que el asunto no es obvia resolución. La concesión de facultades extraordinarias al Ejecutivo, sobre todo en los momentos actuales después de la convocatoria a elecciones, después de inaugurado el período Constitucional,asunto es que merece muy serenas y profundas meditaciones. Declarar que deben dispensarse los trámites a una iniciativa de este género, es, señores diputados, obrar con ligereza. ¿Cual se el tiempo que puede dilatar la Comisión o que pueden dilatar las Comisiones dictaminadoras en este caso? Muy pocos días. (El C. Mariela: ¡Un mes!) ¿Por qué un mes? ¡Las Comisiones dictaminados no pueden rendir su informe a esta Asamblea en unos cuantos días? ¿Por qué motivo vamos a festinar la resolución de este asunto? Si declaramos que es de obvia resolución, tenemos que discutirlo inmediatamente. Desde luego, si la Cámara declara que el asunto es de obvia resolución, ya se sabe cuál va a ser el sentido de la votación. La concesión de facultades extraordinarias es un punto delicadísimo, repito, sobre todo en estos momentos, es preciso que la Cámara adquiera conciencia de su papel real, de su papel histórico, de sus responsabilidades para el porvenir. ¿Para qué festinar lo que puede ser resuelto con toda serenidad, sin que el Ejecutivo se perjudique en lo más mínimo? Que el asunto corra los trámites reglamentarios, que pase a las Comisiones, que éstas dictaminen y luego discutiremos serenamente; pero con toda energía me opongo a que lo declaremos asunto de obvia resolución. ¿Por qué? Porque el hecho de conceder al Ejecutivo facultades extraordinarias, implica, señores diputados, una grave responsabilidad para la Asamblea que representa al pueblo. Si las Comisiones rinden una dictamen que nos convenza; si nosotros llegamos a la certidumbre de que efectivamente las circunstancias requieren que las facultades extraordinarias le sean concedidas al Ejecutivo, en buena hora; pero discutamos sobre el dictamen de las Comisiones, no digamos que se dispensen los trámites en un asunto de importancia tan grande, en un asunto de importancia tan capital, en el cual, permítaseme decirlo, está empeñado el honor mismo de la Representación Nacional.
El C. Márquez Josafat: Pido la palabra.
El C. Chapa: Pido la palabra para interpelación al orador.
El C. Presidente: Al comenzar la sesión se han leído algunos artículos reglamentarios; solamente para mociones de orden se puede interrumpir al orador, para alguna otra cosa se necesita venir a inscribirse.
El C. Chapa: Era solamente para que ilustrara a la Asamblea, al menos a mí, sobre este punto: entiendo que no hay ninguna Ley de Ingresos. ¿Que se va a hacer en estos 5, 6 ó 10 días, mientras se resuelve? ¿Qué las aduanas van a quedar suspensas completamente? ¿Qué, la Nación va a perder el dinero que está recibiendo por conducto de las aduanas todos estos días, y que es una gran cantidad?
El C. Urueta: Yo ignoro, compañero, lo que se hará o lo que se vaya a hacer; no creo que ese dinero se pierda; ese dinero no puede perderse. Lo único que sé, es que el hecho de conceder facultades extraordinarias al Ejecutivo en estos momentos, es un hecho sumamente grave; que no debemos obrar con ligereza y que debemos de esperar unos cuantos días, procurando, excitando a las Comisiones a que presenten su dictamen a la mayor brevedad, y que esperemos este dictamen para discutirlo con calma.
El C. Presidente: Tiene la palabra El C. Hay.
El C. Hay: El reglamento indica, en su artículo 62, que sólo podrán dispensarse de este requisito, es decir, pasar a las Comisiones que tienen todos los asuntos que se presentan a esta H. Asamblea, en los asuntos que por acuerdo expreso de la Cámara se calificarán de urgente u obvia resolución. El C. Urueta ha tratado con mucho tino lo referente a si era o no de obvia resolución; pero ha pasado por alto la cuestión más importante, que es lo referente a la urgencia del asunto. Claro es que un asunto urgente debe dispensarse de los trámites acostumbrados y proceder inmediatamente a la discusión; durante la misma discusión, indudablemente tomarán parte los elementos constitutivos de la Comisión, a quien correspondería dictaminar sobre este asunto, y ellos mismos podrán venir aquí a ilustrarnos con su opinión, y ya entonces la opinión de la Asamblea podrá formarse, podrá basarse en un criterio perfectamente bien ilustrado. En mi opinión, es un asunto de urgente resolución; y en mi opinión, no es claudicar poderes, no es hacer a un lado responsabilidades o echarnos encima una responsabilidad, sino que es precisamente quitarnos una responsabilidad del momento y echarla sobre los hombros del Presidente de la República. Esa es una parte de suma importancia; y si el Presidente de la República en estos momentos nos inspira, como debe inspirarnos, absoluta confianza, y si el asunto es de urgencia, no veo yo por qué no podamos pasar a discutir este asunto del luego; vamos a ver, señores, por qué es de urgencia que discutamos este asunto y por qué debemos dispensarle los trámites acostumbrados, sencillamente porque en estos momentos no hay presupuesto, porque una de dos: o dentro de algunos días, después de que el dictamen de las Comisiones sea presentado, decidiremos individualmente que cedemos esta facultad al Primer Jefe, que le damos estas facultades extraordinarias para estos dos meses próximos, o se queda la Presidencia maniatada, puesto que no puede, materialmente, dictar órdenes ni autorizar gastos de ninguna clase. ¿Cómo vamos a hacer, o cómo van las Secretarías a erogar gastos sin autorización durante estos días? ¿De dónde sacan el dinero? Al sacarlo sin autorización está atropellando a la Tesorería General de la Nación, y no creo yo, que conscientemente, nosotros podamos permitir que las condiciones de la Presidencia sean tales, que se vea obligada a atropellar a la Tesorería General de la Nación. Es claro que el Gobierno tiene que erogar gastos continuamente, diariamente, minuto a minuto. Y si estos gastos no están autorizados en alguna forma o en otra por este Congreso, entonces la erogación de esos gastos constituye un atropello a la Tesorería General de la Nación. Los datos presentados por la Presidencia para los gastos que será necesario erogar, son relativamente modestos, y, por lo menos, son lógicos. Nosotros vamos a dar una autorización por un término mínimo, en cuyo plazo podremos perfectamente estudiar los presupuestos, y entonces marcar al Ejecutivo la línea de conducta y limitar sus facultades de una manera precisa; pero mientras tanto, no podemos seguir una conducta indeterminada, como sería la nuestra, puesto que ni lo autorizamos por medio de una ley para que sepa qué cantidades puede gastar, ni tampoco lo autorizamos para que gaste de acuerdo con la proposición que ha hecho a esta Asamblea. Salimos de una época accidentada, salimos de un caos, podríamos decir; y para pasar de esta época a la época Constitucional claro es que debe de haber un período de transición, y ese período de transición es el que precisamente nos indica la Presidencia, y nosotros tendremos forzosamente que pasar por él si no queremos traer graves y serias dificultades a la Nación. ¿Qué hará El Gobierno dentro de 4 días? ¿Qué hará hoy mismo, qué hará mañana, si tiene que hacer un gasto de cien pesos o un millón de pesos, para dar parque a los soldados que están sosteniendo al Gobierno del cual formamos parte? ¿Que hará
cuando tenga que gastar algunos cientos de miles de pesos en asuntos de comunicaciones, y en tantos otros asuntos que son de urgencia? Sencillamente podría venir la Presidencia a decirnos: Señores; yo no tengo derecho de gastar un solo centavo porque no estoy autorizado por ustedes; y como yo, Gobierno, no puedo subsistir sin dinero, aquí tenéis vosotros el Gobierno; haced de él lo que queráis. Y nosotros,¿qué haremos? Es muy serio El asunto, como ha indicado el señor licenciado Urueta, y precisamente porque es serio, pediría yo que nos constituyéramos en sesión permanente hasta que termináramos este asunto, para trabajar, no con festinación, puesto que yo pido que festinemos este asunto tan grave y tan serio, pero sí para que lo decidiéramos con toda urgencia, sesudamente, pensándolo detenidamente; pero que inmediatamente procedamos a discutirlo ampliamente, si necesidad de perder el tiempo para que pase a las comisiones dictaminados. Pido, por lo tanto, que en vista de la seriedad del asunto y en vista de la urgencia que existe de que el Gobierno tenga elementos de donde puede hacer los gastos necesarísimos e indispensables para la vida del Gobierno, consideremos este asunto como de urgente resolución y pasemos a discutirlo inmediatamente, sin que pase primero por las manos de las Comisiones dictaminados correspondientes. (Aplausos.)
El C. Plank: Moción de orden, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Plank: Entiendo yo, que el trámite que ha dado la Presidencia para que este asunto obtenga la dispensa de trámites, está en contraposición con el artículo 58 del reglamento, que dice:
"Artículo 58.-Las iniciativas presentadas por el Presidente de la República, por las Legislaturas de los Estados o por las Diputaciones de los mismos, pasarán desde luego a Comisión. Las que presentaren los diputados o senadores, se sujetarán a los trámites que designa este reglamento." No en el caso todavía de que se pregunte la dispensa de trámites, sino hasta que la Comisión rinda su dictamen. (Voces: ¡No, no!) Entonces es cuando se debe consultar la dispensa de trámites.
Debe, desde luego, pasar a una Comisión para que dictamine de momento, y que se pida la dispensa de trámites por la Comisión. (Siseos.)
El C. Hay: Moción de orden. Para indicar al C. Plank que es precisamente lo que se pide, dispensa de trámites para que no tenga que pasar a la Comisión, porque si pasara a la comisión ya no habría dispensa de trámites. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Múgica.
El C. Múgica: Creo que el reglamento previene que, sobre este particular, solamente dos oradores pueden hablar: uno en pro y otro en contra.
El C. Presidente: El artículo 20 del reglamento, previene que pueden hablar uno en pro y otro en contra.
El C. Múgica: Pues yo creo que no es necesaria la discusión; ha sido....
-El Presidente, interrumpiendo: Se han inscrito en pro, los CC. Marciano González y Arrellano Esquive. Tiene la palabra El C. Marciano González.
El C. Chapa: Moción de orden. Entiendo que si no hay orador en contra, no hay discusión, y no es necesario que hable el señor González.
El C. Presidente: Ha sido la práctica que se ha seguido, que pueden hablar uno en contra y dos en pro.
El C. Secretario López Lira: Tiene usted derecho a hacer uso de la palabra aun cuando no hay nadie inscrito en contra.
El C. González Marciano: A juzgar por l espíritu que vaga en esta Asamblea, creo que es innecesario que haga uso de la palabra para sostener que deben dispensarse los trámites, así es que considero por demás decir cuatro palabras que vengan a fortalecer la argumentación del señor Hay. No se trata de festinar el asunto para que lo aprobemos sin discusión; vamos a entrar a ella. Pero creo que es de obvia resolución porque todas saben perfectamente bien, los militares y los que no lo son, que los soldados hoy, día 2, están careciendo de sus haberes. (Aplausos.) Todos al venir a esta Representación Nacional nos hemos hecho el propósito firme, intenso, de venir a colaborar por los intereses de la comunidad, defender los intereses de esa misma comunidad siempre enfrente de aquellos que pretenden cometer desmanes; pero el Ejecutivo en este caso no pide sino que violentamente la discusión, que abreviemos los trámites a fin de que pueda saber a qué atenerse. Así es que consultando sobre este particular, no creo que nosotros menoscabemos el propósito que nos ha traído a esta representación, abreviando los trámites. Ruego a ustedes, por los conceptos que antes mencionó el señor Hay y por estas pocas palabras que yo acabo de pronunciar, que desde luego entremos a discutir el asunto.
El C. Hay: Moción de orden, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene la palabras el C. Hay.
El C. Hay: Para suplicar a la Presidencia, respetuosamente, que modifique el trámite de que es de obvia resolución, y reformarlo en el sentido de que es de urgencia, porque considero que es diferente el caso y que éste no es de obvia resolución, pero sí es de urgencia. Respetuosamente suplico a la Presidencia modifique su trámite. (Voces: ¡Sí, sí.)
-El mismo C. Secretario: La Presidencia, por conducto de la Secretará, consulta a la Asamblea si el asunto es de obvia y urgente resolución. (Voces: ¡De urgente! ¡de urgente! La Mesa informa a Sus Señorias que se necesitan los dos requisitos. (Voces: ¡No, no!)
El C. Hay: Moción de orden, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay.
El C. Hay: Dice: "como de urgente o de obvia resolución." Obvia resolución quiere decir que no tiene importancia tan grande y que, por tanto, se puede pasar por encima de los trámites: pero "de urgencia" es un caso muy diferente: por lo tanto, puede ser o de urgencia o de obvia resolución como lo indica el mismo artículo de referencia: esto no es de obvia resolución pero si de urgencia y pueden dispensarse los trámites según el artículo referido.
El C. Secretario Mata: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, consulta a la Asamblea si considera que es de urgente resolución. Las personas que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Es de urgente resolución. Esta a discusión. Las personas que deseen hacer uso de la palabra en pro o en contra, se servirán pasar a inscribirse.
El C. Aguirre Colorado: Sírvase darle lectura.
El mismo C. Secretario: Está a discusión en lo general. La Presidencia ordena a la Secretaría dar lectura al Proyecto de Ley que está a discusión; dice como sigue:
"Proyecto de Ley.
"El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, decreta:
"Artículo 1o.-Se conceden al Presidente de la República facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda, mientras el Congreso de la Unión expide las leyes que deban normar en lo sucesivo el funcionamiento de la Hacienda Pública Federal.
"Artículo 2o.-El Ejecutivo de la Unión dará cuenta al Congreso del uso que haya hecho de
las facultades extraordinarias que por el presente se le confieren.
"México, abril 28 de 1917.-V. Carranza. (Rúbrica.)"
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Acuña en contra.
-EL C. Acuña: Señores diputados; el asunto que presenta a nuestra consideración, aparte de tener una importancia capital, es enteramente nuevo en la historia parlamentaria. Nunca se puede conceder facultades extraordinarias al Presidente de la República, si no es cuando la Nación se encuentra en alguno de los casos que prescribe el artículo 29; y dice el artículo 29; así:
"Artículo 29.-En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquiera otro que ponga a la sociedad en grande peligro o conflicto, solamente el Presidente de la República Mexicana, de acuerdo con el Congreso de la Unión, y en los recesos de éste, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo el país, o en lugar determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación; pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión se contraiga a determinado individuo." (Siseos.)
Tengan la bondad de esperarme, señores.
Muy bien. Hay tres casos, pues, en que se puede autorizar al Presidente de la República con facultades extraordinarias; cuando de trata de una guerra con el extranjero, cuando se altera el orden dentro de la republica y en algún otro caso que no enumera la Constitución, pero que podía ser, por ejemplo, en caso de una epidemia, plaga, etc. Son los únicos casos, señores diputados. en el caso actual, es verdad que el Presidente de la República pide autorización con objeto de pacificar al país. En eso está en su perfecto derecho; pero yo vengo a sostener esta tesis, señores diputados; no es necesario que nosotros concedamos facultades extraordinarias al Presidente de la República, por una consideración muy sencilla: si el Secretario de Hacienda hubiera sido un poco previsor, para estos momentos ya tendríamos en estudio aquí en la Cámara de Diputados la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos. Yo creo, señores diputados, que no hay caso de conceder esas facultades extraordinarias; hay un principio que dice: "A lo imposible nadie está obligado." Es claro, si no vamos a autorizar nosotros al Presidente, ¿En qué forma se va disponer de los fondos públicos? ¿Cómo van hacerse los gastos todos? Pues estamos en caso de dejarlo por unos cuantos días, por los días que él necesite mientras viene la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para que podamos estudiarlos. Yo creo que esta es la única forma en que podemos trabajar sobre esta cuestión, de tal manera, que sin contrariar los deseos y los propósitos del C. Presidente, estemos dentro del orden, señores. Esta es la proposición que yo vengo a hacer.
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro, El C. Ramírez Garrido.
El C. Ramírez Garrido: Señores: para tocar este punto, voy a hablar con la claridad que acostumbro. Conforme al artículo 29 de la Constitución de 1917, se dice que solamente se concederán amplias facultades al Presidente de la República en el caso de invasión, que no esté: "perturbación grave de la paz publica," que es el actual. Voy, pues, a hablaros de él. El Ejecutivo ha convocado, en uso de las facultades que le concede la Constitución, creo que en uno de sus artículos transitorios, a elecciones en todos los Estados de la República, y hemos visto que el Ejecutivo ha tenido que dar una nueva orden suspendiendo las elecciones en todos los Estados de la República porque en todos ellos está seriamente amagada la paz pública. En estos momentos, señores, el Jefe del Cuerpo de Ejército del Sureste, general Salvador Alvarado, ha mandado al jefe de su estado mayor aquí para ver el envío violento de fuerzas al Estado de Tabasco, porque debido a la negligencia e ineptitud de la labor del reaccionario general Luis Felipe Dominguez, está en estos momentos seriamente amagda la capital del Estado; El Gobierno ha perdido en Tabasco la parta de la Chontalpa y la parte de la sierra, es decir, la legión más rica de Tabasco; en Chiapas la anarquía, favorecida y fomentada principalmente por nuestro vecino del norte, ha sentado allí sus reales, gran parte del Estado está substraído del poder del Gobierno; en el Estado de Oaxaca, señores, la revolución todavía está en pie aunque nuestra prensa oficial hasta ayer, -según alguno de nuestros pródigos,- diga que se goza de una paz completa en el Estado de Oaxaca; es mentira, señores, yo estuve allí y sé que toda la sierra de Oaxaca y la parte del Istmo están en poder de los rebeldes. Aquí, señores, después de haber mandado al general Pablo González con treinta mil hombres si mal no recuerdo, al Estado de Morelos, varias plazas, entre ellas, si no me es infiel mi memoria, Cuautla y Yautepec, han tenido que ser desalojadas por las fuerzas del Gobierno; hemos visto que hemos tenido aquí en el Distrito Federal ataques del zapatismo y quien dice Estado de Morelos dice tambén la parte de los Estrados limítrofes con él, el norte, como en e l sur; Villa ya sabemos todo lo que ha hecho; el general; Terció mandaba las fuerzas Constitucionalista cuanto hubo una intentona de ataque a la capital de Chihuahua; después estuvo Villa en Jiménez, en Parral y en Torreón, y gran parte los Estados de Guanajuato y Zacatecas no están en calma todavía; creo, pues, que es el estado actual de la República; en el Estado de Veracruz, señores, a esta hora no hay tren que vaya a Veracruz,- aunque la prensa diga que está muy bien - que no sea tiroteado, que no sea parado. En esta situación, señores, creo yo que sería un crimen de esa patria negar al Ejecutivo las facultades que pide. (Aplausos.) Vengo. señores, dispuesto a combatir al Ejecutivo; vengo dispuesto a combatir a los Gobernadores de los Estados cuando traten de violar la Constitución que tenemos la obligación de sostener; pero ha venido dispuesto a darle todas las facultades extraordinarias que necesite el Ejecutivo para sacar avance la situación, porque de otra manera, señores diputados, la Revolución iría al fracaso y con ella nosotros. (Aplausos) No sé yo si el Ejecutivo irá a pedir también amplias facultades en el ramo de Guerra; creo que debe pedirlas, creo que debe pedirlas, creo que las necesita y seré de los primeros, también, que venga a apoyar esta moción porque creo que solamente teniendo amplias facultades en Guerra y Hacienda podrá salvarse la situación.(Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro El C. Múgica.
El C. Múgica: H. Asamblea: Vale que va a llover sobre mojado, como dice el refrán, para que yo de antemano tenga fe en que mis palabras van a tener eco en vuestras conciencias de ciudadanos conscientes y patriotas. Efectivamente, señores, a lo agregado y expuesto por el señor Ramírez Garrido tan brillantemente, tengo yo que decir sólo unas breves palabras, pues considero que el asunto ya está resuelto en vuestro criterio y creo que daréis vuestra aprobación al proyecto de ley. Voy a tomar solamente un argumento que no ha considerado mi antecesor en esa tribuna y que ha expuesto
El señor licenciado Acuña como óbice para contrariar este proyecto de ley. El señor licenciado Acuña nos ha dicho que este es un caso nuevo. Pues supongamos, señores diputados, que no estuviéramos en el caso de combatir y la reacción que aun se sustenta fuerte en muchos lados de la República; supongamos, señores, que el Ejército, por una circunstancia extraordinaria pudiera mantenerse como los camaleones; supongamos, señores, que las fábricas de pertrechos pudiesan andar por medio del movimiento continuo y que no necesité han de seres humanos que necesitan alimentarse y sostener a sostener a sus familias para trabajar: supongamos todo esto, señores, aun queda el caso nuevo de que nos hablaba El señor licenciado Acuña. El caso nuevo, es decir, lo imprevisto, lo inusitado, aquello que jamás se ha venido a poner a la consideración nacional porque nunca, nunca hasta ahora habíamos tenido una transición de un período preconstitucional a un período esencialmente constitucional. el señor Acuña nos ha dicho que la imprevisión del Ministro de Hacienda nos obligará tal vez a conceder estas facultades extraordinarias; yo creo, señores diputados, que no porque aunque el señor Ministro de Hacienda nos hubiese presentado un presupuesto, un proyecto de ley en toda forma, para tiempos normales, yo creo, señores diputados, que en los términos de la convocatoria en virtud de la cual se reunió esta Asamblea, no podría haberse tratado antes de ahora el asunto del presupuesto de que nos viene hablando el señor licenciado Acuña, y en tal virtud, hasta ahora, dentro del plazo normal, es decir, ya dentro del funcionamiento constitucional era cuando debería presentarse a discusión y a la consideración vuestra el proyecto de ley en que se piden facultades extraordinarias en Hacienda. De tal manera, pues, que aun dentro del término lógico, que aun de la novedad del caso, tenemos razón para concederle al Ejecutivo, durante el tiempo que la Cámara dure en expedir las leyes que han de normar el funcionamiento de la Hacienda pública, esas facultades extraordinarias que con tanta mesura nos pide, pues como ha dicho aquí el diputado Ramírez Garrido, debió en nuestro concepto y así lo sentimos todos, debió habernos pedido facultades extraordinarias no solamente en Hacienda sino también en Guerra,pues considero que aplicado la Constitución en estos momentos, en la lucha que estamos siguiendo contra la rebeldía, no podrán ser eficaces los trabajos del Ejército, no podrán producir el bienestar que todos nosotros ambicionamos. Así, pues, señores, con estas cuantas palabras que os he dicho, creo que habré disipado algo la duda, creo que habré disipado los escrúpulos de los señores representantes y que daréis vuestro voto aprobatorio al proyecto de ley que se discute. (Aplausos.)
-EL C. Presidente: Tiene la palabra El C. Hay. (Voces: ¿En pro o en contra?) En pro. (Voces: ¡Ya son tres!)
El C. Hay: Me da pena cansar a ustedes señores, con el frecuente uso que hago de la palabra; pero he creído necesario hacer una observación respecto a lo dicho aquí por mi estimable compañero el licenciado Acuña. El artículo a que se refiere, el artículo 29 no tiene nada que ver con este asunto; el artículo 29 se refiere a lo siguiente:
"Si la suspensión tuviese lugar hallándose el Congreso reunido, éste concederá las autorizaciones que estime necesarias para que el Ejecutor haga frente a la situación. Si la suspensión se verificase en tiempo de receso, se convocará sin demora al Congreso para que las acuerde."
Es decir, este artículo se refiere a la suspensión de garantías, de tal manera, que este artículo no se puede usar de la manera lógica en contra de la proposición presentada a esta Asamblea por la Presidencia, y por lo tanto, no podemos basarnos en él para dar un voto negativo. Este artículo se refiere única y exclusivamente a todos los que tenga referencia a suspensión de garantías, por las causas aquí indicadas, y por lo visto debemos hacer a un lado este artículo; claro es, por lo tanto, que tenemos facultades para aprobar presupuestos determinados, estas son facultades que damos al Primer Jefe en caso, para un corto plazo de tiempo y el presupuesto no es un presupuesto vago, sino que ya está perfectamente especificado. Es inútil que me extienda yo más consideraciones acerca de este asunto, puesto que ya los compañeros que han hecho uso de la palabra han dicho que la situación de la República es grave y en el ánimo de todos nosotros está que, efectivamente, existe una situación seria y grave y que nosotros tenemos que caminar ahora de acuerdo con la Presidencia para poder salvar a la República. No deseo que se tome esta actitud mía como actitud de un incondicional; El tiempo dirá y el tiempo demostrará que no lo soy, el tiempo demostrará que cuando sea preciso dar un voto en contra de una actitud indebida de cualquier alto funcionario o del mismo Presidente yo, muy a pesar mío, pero honradamente, lo daré en contra cuando ello sea necesario; que no estaré dispuesto siempre a que se concedan facultades extraordinarias cuando no sea necesario el hacerlo, pero en casos como este, en que está de promedio la salvación del Gobierno, es decir, de la República, puesto que si el Gobierno cayera sería el hundimiento de la República dada la situación tan seria, no solamente nacional sino internacional, no veo otro camino para la salvación de la República que aceptar desde luego el que se concedan esas facultades extraordinarias limitadas, como está especificado aquí a la Presidencia de la República, es decir, al Poder Ejecutivo. Pido por lo tanto, que al votar no se tome en cuenta este artículo que se ha invocado porque no es pertinente y sí se tome en cuenta solamente la seriedad, la gravedad e importancia de la situación de la República.
El C. Acuña: Tenga la bondad de decirnos, señor general Hay, en qué nos fundamos para conceder esas facultades extraordinarias.
El C. Hay: Para conceder estas facultades, no hay ningún artículo.
El C. Acuña: Es el 29.
El C. Hay: No hay ningún artículo especificado; a mi modo de ver, no se pueden conceder por ese artículo, puesto que al final del artículo que se refiere a las facultades extraordinarias, éstas son como emanadas de la situación anómala como se ha indicado anteriormente y que se refiere a la suspensión de garantías. Dice: "Si la suspensión se verificase en tiempo de receso, se convocará sin demora al Congreso para que las acuerde." A mi modo de ver, no hay suspensión de garantías, pero sí situación grave. ¿ No podemos dejar de basarnos en este artículo, y basarnos solamente en la aprobación de un presupuesto determinado, en cuanto a las cantidades en globo, aun cuando no esté especificado en cuanto a sus detalles? Podríamos por lo tanto abstenernos de basarnos en este artículo 29, puesto que no hay suspensión de garantías y aprobar el presupuesto como un presupuesto general agolpado, del cual, como lo dice el artículo 2o., el Ejecutivo tendrá que dar cuenta exacta a esta Asamblea. Entretanto, los negocios del país pueden seguir marchando e irse encarrilando poco a poco dentro del camino plenamente normal. Yo creo que no hay posibilidad de que se cause ningún perjuicio al país
y sí tenemos la seguridad de que salvemos al país.
El C. Acuña: Para una aclaración, si me lo permite la Presidencia, porque es urgente.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Acuña: Yo he venido a sostener esta tesis, señores diputados: no sé si les he explicado en qué voy más lejos que los oradores del pro; yo sostengo que el Presidente de la República no necesita las facultades que aquí pide, porque he dicho que a lo imposible nadie está obligado; de manera que por ocho días, por quince días o por mes, por el tiempo que él necesite, mientras no venga los presupuestos a la Cámara, él dispondrá en forma que lo estime conveniente. (Voces: ¡No!) Es claro que puede hacerlo con perfecto derecho; ésta es la tesis que sostengo aquí
El C. Sánchez Tenorio: Para una interpelación.
El C. Presidente: Tiene la palabra.
El C. Sánchez Tenorio: Suplico al orador se sirva indicarme si hay algún precepto legal que prohiba la concesión de las facultades extraordinarias que pide El Presidente.
El C. Acuña: El artículo 29 es el único que habla de ello.
El C. Sánchez Tenorio: No es aplicable al caso.
El C. Acuña: ¿En qué artículo nos vamos a fundar?
El C. Sánchez Tenorio: Es un principio universal de jurisprudencia que puede hacerse aquello que la ley no prohiba.
El C. Acuña: Yo le aseguro a Su Señora que no hay un solo acto de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores, es decir, del Congreso, que no tenga su base, su fundamento en la Constitución, no puede ser legal.
El C. Sánchez Tenorio: El artículo 29 no es aplicable.
El C. Acuña: Si es aplicable el artículo 29, señor.
El C. Presidente: Estas interpelaciones parecen que en nada favorecen a la discusión. Tiene la palabra El C Marciano González, en pro.
El C. González Marciano: Señores diputados: la argumentación del señor licenciado Acuña es la que de nuevo nos va a hacer entrar en esta discusión: ya la asamblea estaba perfectamente convencida de que es necesario conceder al Ejecutivo esas facultades que pide. Invocando el mismo artículo a que se hacía alusión el señor licenciado Acuña, y en la parte que mencionó el compañero Ramírez Garrido, me permito llamar la atención de ustedes sobre que no hay discrepancia absolutamente ninguna, sobre que no existe el divorcio entre esta Representación Nacional y la ley, para conceder al Ejecutivo tal franquicia puesto que el mismo Ejecutivo nos pone una taxativa: mientras el Congreso de la Unión expide las leyes que deban normar en lo secesivo el funcionamiento de la Hacienda pública federal. Pide que se conceda esto, él mismo pide esa limitación, señores, una cosa es consecuencia de la otra. Si la parte segunda del artículo 29 habla precisamente de la perturbación grave de la paz pública, y ésta existe, si la franquicia que él pide es para dominar ésta, para poder subvenir a las necesidades que se tienen, Yo no veo la razón para que le neguemos, dentro del marco que él mismo se ha puesto, dentro de esa cortapisa, no veo por qué nosotros podamos negarle lo que la ley le concede. Ahora bien,supongamos que en cuatro, cinco o diez días la Comisión resuelva; y entretanto, ¿Qué hace El Ejecutivo? Yo estoy dentro de ese concepto que en determinado momento mencionan los enemigos del Gobierno. Restrinjámosle sus facultades, eso sí, y que se coloque dentro de esa restricción. Si él mismo respeta la opinión de la Cámara y para ayuda de la solución de este problema pone como una taxativa: "entretanto que ustedes revisan los presupuestos," ¿Que peligro hay en que tenga facultades extraordinarias El Ejecutivo mientras las Cámaras revisan los presupuestos? Dice más todavía: que de esas facultades extraordinarias, de use uso que haga de esos elementos, rendirá cuenta minuciosa a esta Representación Nacional. ¿Dónde existe, pues, el peligro para que nosotros, dentro de la ley, no podamos ser consecuentes con el Ejecutivo, cuando él precisamente se pone en el recinto de esa misma ley, está comprendido en la misma ley? Yo creo, que es el instante, señores, de que arrojemos todo perjuicio, todo concepto que nos lleve a considerar al Presidente de la República dentro de una órbita de acción en la cual pudiera desenvolverse conmenoscabo de los intereses nacionales; pero si él mismo ofrece, señores, ser un guardián de los mismos intereses que nos rendirá cuentas, suponiendo que hiciese uso de esas facultades que nos pide, ¿No nos va a rendir cuentas? Y en ese balance, en esa rendición, ¿No tiene que comprobarnos cada uno de los gastos que haya hecho? Yo creo que por todos estos conceptos y por los diversos que han mencionado los compañeros, debemos de pedir, y yo lo hago con toda efusión, un voto aprobatorio para ese proyecto de ley, que entra nada menos que continuemos dominando como hasta hoy, palmo a palmo y auque sea poco a poco, el terreno que se ha convertido en sangre en este país donde ya estamos cansados de revoluciones (Aplausos) Apenas principió la Representación Nacional sus verdaderas labores, los problemas arduos, trascendentales, vitales para el país y ya nos alarmamos por una simpleza al menos así lo conceptúo yo porque no puede ser de otra manera mi criterio cuando está en la convicción de todos los que existen perturbaciones graves de la paz pública. ¿Qué razón hay que nos prohiba concederle esas facultades extraordinarias el Ejecutivo? Yo creo que dentro de la razón , dentro del espíritu justiciero que veníamos invocando, entre esa armonía que debe existir entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo, no menoscaba el respeto que tenemos a la ley a el prestigio de la Representación Nacional que venimos a conquistar, siempre apegados, siempre justiciero a ese principio que no vulneran ni las sociedades ni los hombres: El principio de amor a la verdad y a la justicia.
El C. Ramírez Garrido: Para una aclaración.
El C. Presidente: tiene la palabra El C. Medina.
El C. Villarreal: Moción de orden. Pedí yo la palabra antes que el señor Medina y tanto derecho tiene él como yo
El C. Presidente: Pidió la palabra primero el señor Medina.
El C. Medina Hilaría: Consideraba de tal manera hecha la opinión de los señores revolucionarios sobre los temas que tenemos en el tapete en estos momentos, que ya iba a renunciar al uso de la palabra; pero las interpelaciones y las mociones del señor licenciado Acuña, me obligan a considerarlo desde un punto de vista estrictamente legal. El señor licenciado Acuña es bastante coincido por sus dotes, por sus aptitudes personales; a mí me consta que hizo una brillante carrera en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, y como Secretario que fue de Gobernación, debe considerársele como una autoridad, y como una opinión de gran va
ler en materia de derecho constitucional. Ese concepto que tengo del señor licenciado Acuña, sirve para aumentar más de la extrañeza que experimenté cuando atacó este proyecto por consideraciones de un orden completamente jurídico. La constitución Política de México reglamenta la manera de ser, las atribuciones, la órbita y el juego de cada uno de los departamentos que constituyen el Gobierno, y la marcha política del país; pero no en ésta la parte única de una Constitución, como podrán ver ustedes por el ejemplar de la misma, que reglamenta las relaciones que tiene el individuo frente al Estado, o para hablar en términos categóricos, el individuo frente al Gobierno. ¿En qué situación se encuentra un hombre en un país gobernado por otros hombres? Este es el problema que resuelven todos los primeros capítulos de todas las constituciones modernas. Y este problema, que en muchas tiene el nombre de "Derechos del hombre" y que en otras tiene el nombre "de Garantías individuales," y que en todas constituye la parte del ciudadano en el juego de los asuntos públicos, es aquel que comprende nuestra Constitución capítulo primero, en el cual se suprime aquella redundancia, aquella oratoria, aquella palabra vibrante que había nacido de la Revolución Francesa de 1789, que se llamaba "De los derechos del hombre," ahora se llama nada mas "De las garantías individuales." Las garantías individuales todos los conocéis: entrar y salir del territorio de la República, portar armas, pensar libremente escribir libremente, comunicar las ideas con otros, agruparse para tratar asuntos públicos del país; en una palabra todo lo que hace la dignidad del hombre. Esas son las garantías individuales.Pues bien, hay casos en que la revolución y el trastorno grave de la paz pública,necesitan que se violen por un momento las formas tutelares del juicio, que a un acusado se de dan las mismas garantías que tenía antes, esto es, ser detenido durante determinado plazo, de oír testigos para pronunciar sentencia, etc. Muchas veces la necesidad pública exige imperiosamente que los delitos, que las faltas se juzguen de la manera más breve y más sumaria posible, y para ese caso pueden suspenderse las garantías individuales. Eso es lo que dice el artículo 29. El artículo 29 se refiere única y exclusivamente a la suspensión temporal de garantías individuales. ¿De dónde viene aquí a invocarse el artículo 29 como un obstáculo para conceder facultades extraordinarias al Ejecutivo en esfera puramente administrativa? Descartada esta primera dificultad, quedan las otras a que se refirió el señor licenciado Acuña la segunda vez que habló. El señor licenciado Acuña pregunta qué ley nos fundamos para conceder esas facultades extraordinarias. La fracción III del artículo 65 de la Constitución Federal, dice: "Estudiar, discutir y votar las iniciativas de ley que se presenten, y resolver los demás asuntos que le corresponden conforme a esta Constitución." ¿Es ésta o no, una iniciativa de ley? La fracción XXI del artículo 73 de la Constitución, señala las facultades del Congreso para expedir todas las leyes que sean necesarias al objeto de hacer efectivas las facultades anteriores, y de todas las otras concedidas por la Constitución a los Poderes de la unión. ¿Cuáles son las facultades que la Constitución concede a los Poderes de la Unión? No voy a ponerme a enumerarlas. Como un principio en nuestro derecha constitucional, todo aquello que la ley constitucional no prohibe, puede hacerse. Si un acto del poder público viene a chocar contra una de las disposiciones constitucionales, ese acto es nulo; ese acto no puede se hecho; peso si un acto en la esfera administrativa del poder público de la Cámara de Diputados , del Poder Judicial, de cualquiera de los Departamentos de Estado, no está precisamente prohibido por las disposiciones constitucionales, ese acto puede hacerse. La Constitución Política no podía pasar en revista los innumerables actos que necesita la vida de todo un pueblo, resolver los problemas diarios y contingentes que no pueden estar en la previsión humana; tampoco podía la Constitución Política meterse en detalles que son ajenos a la tesitura de esta misma Constitución, de donde resulta que el carácter peculiar de la Constitución consiste en ser, antes que todo, la organización, la estructura de los poderes públicos. La Constitución, dice: "El Poder Legislativo se compone de dos Cámaras. El Poder Ejecutivo se compone de tal o cual representante, que dura tanto tiempo. El Poder Judicial se compone de un Corte y demás magistrados, en donde las facultades constitucionales son éstas, etc." en lo general, las facultades son aquellas que se refieren al juego mismo de la Constitución; pero penetrar en cada uno de los problemas de la vida diaria para decir que el Ejecutivo El Legislativo puedan resolverlos no, es ajeno a toda Constitución. Veamos, por otra parte, cuál es el papel fundamental de los poderes públicos. Tiene por objeto el poder público la organización del Estado; tiene obligación el Poder Público de intervenir en aquellos casos en que necesidades graves e imperiosas se imponen para salvar la situación general del país. El Poder Público esta constituido para ser él mismo la garantía del país, del progreso y del orden. El papel fundamental del Poder Público en la Constitución, no consiste precisamente en las instituciones democratices dentro del orden o de la libertad, ¿Y si un día el poder Ejecutivo o el Legislativo vinieran a pedir facultades para resolver que no esté precisamente consignado en la Constitución, que no puede contener esas soluciones, vendríamos a decirle, no podemos hacerlo porque en la Constitución no consta eso, aunque se tratara de salvar el principio democrático, aunque se tratara de la vida nacional aunque se jugara la libertad, aunque se tratara de los problemas más arduos, del orden, de la paz, del crédito en el extranjero, de todo? ¿Qué íbamos a resolver? ¿La Constitución no nos autoriza para conceder esa autorización? En tal caso, entonces, no la podemos conceder. Esto es absurdo. La Constitución no puede entrar en estos pequeños detalles; ella nos da sólo El tono de la vida nacional, y ella nos manda a nosotros, al Poder Ejecutivo y al Poder Judicial, respetar los cánones fundamentales de la vida democrática, la institución de los poderes, las libertades públicas, las relaciones del individuo frente al Estado; pero no puede penetrar más y no puede hacer más. Y si esa misma Constitución, además de las facultades que ya he dicho aquí, no contiene absolutamente un artículo que nos diga "Se concederán facultades extraordinarias al Ejecutivo, "nosotros no violamos esa Constitución porque ningún artículo de ella nos lo concede, y podemos hacerlo, yo os lo aseguro. (Aplausos.)
El C. Sánchez Pontón: Nos ha dicho usted, señor (dirigiéndose al C. Medina), que podemos fundar este decreto en la fracción III del artículo 65, que dice: "III.-Estudiar, discutir, y votar las iniciativas de ley que se presenten, y resolver los demás asuntos que le correspondan conforme a esta Constitución." Y en la parte relativa: "Fracción XXI del artículo 73.-Para expedir todas las leyes que sean necesarias a objeto de hacer efectivas las facultades anteriores, y todas las otras concedidas por esta Constitución a los Poderes de la Unión."De manera que la fracción III y la fracción XXI que usted cita, las dos se refieren: la primera, dice: (leyó.) Y la XXI: (leyó.) Necesitaríamos saber, y ruego a usted se sirva decirnos, cuál es la facultad concedida por esta Constitución al Poder Ejecutivo, que se relaciona con las facultades extraordinarias, y que, relacionándola con esta fracción III del artículo
65, también sea un punto que le corresponda conforme a esta Constitución. - El C. Medina Hilaría: Los artículos que yo ha invocado, naturalmente que son para orientar El criterio de esta asamblea y hacer que en su ánimo desaparezca que hecho. La fracción III del artículo 65 es la principal que invoco, las objeciones de carácter legal que han avenido a hacerse. La tesis fundamental, que consiste en que El Ejecutivo, los poderes públicos, prevean a la marcha y al buen funcionamiento de la administración pública, es, como repito, la tesis fundamental, y ella está basada enlas considera, porque es el funcionamiento mismo del Congreso en cuanto a la Constitución y le da facultad para examinar, discutir y aprobar, en su caso, las iniciativas de ley la que estamos estudiando en este momento, como una facultad correlativa de las Cámaras, hasta en dictar todas las leyes que tienen por objeto proveer al funcionamiento que la misma ley concede a estas mismas Cámaras, y está entre las obligaciones del Ejecutivo proveer también a la administración pública, a la marcha de los asuntos públicos, naturalmente con los medios de Hacienda, como en las facultades extraordinarias que se piden en este momento. La marcha de los poderes públicos seguramente no pueden obedecer a principios estrictamente establecidos, y vuelvo a decir que todo aquello que no está prohibido en la Constitución podemos hacerlo; y si es facultad que no está expresamente concedida, que no esta expresamente incluida en la Constitución, y no chica contra ella, podemos ocuparnos de ella, discutirla y aprobarla en su caso, puesto que es un proyecto en la forma de ley lo que se nos presenta a estudio.
El C. Sánchez Pontón: Me permito hacer otra interpelación, si tienen ustedes la bondad. (Voces: ¡No, sí!) Se trata de ilustrar el criterio para dar un voto consciente.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Sánchez Pontón: Sírvase usted, señor, si tenga la bondad, decirme si la Constitución ha aceptado la teoría de las facultades limitadas y expresas para Poderes de la Unión.
El C. Sánchez Pontón: Entonces necesitan estar expresamente esas facultades, porque no es, entonces el caso de las que estuvieren en contraposición, el caso de las que estuvieren, en contraposición con alguna, como usted ha dicho, sino que necesitaba estar, si se ha aceptado la teoría de las facultades limitadas y expresas, está enteramente conciso el artículo en que se funda la ley; si no hubiera sido aceptada esa teoría sí podría hacer el poder público todo aquello que no pugnara con los principios establecidos en la Constitución. Pero si se ha establecido esa teoría de las facultades limitadas y expresas, en ese caso necesitamos decir cuál es la facultad expresa que le concede esta Constitución.
El C. Medina Hilaría: De seguir al señor licenciado Sánchez Pontón por el camino que traza con sus interpelaciones, sería meternos en discusiones bizantinas. Nada más citaré al señor licenciado Sánchez Pontón un artículo constitucional de donde se desprende que no todas las facultades de que gozan los poderes federales están incluidas en la Constitución. Es el artículo 124, que dice: "Articulo 124:-las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados." Luego hay facultades que no están expresamente consignadas. Está contestada Su Señoría.
El C. Presidente: Tiene la palabra El C. García Vigilé en contra.
El C. García Vigilé: Yo no soy un jurisconsulto, y al abordar esta tribuna para tratar un asunto estrictamente legal, comienzo por felicitarme de no ser jurisconsulto para no verme, ni remotamente, en los aprietos en que se ha visto aquí el licenciado Medina, que sí es jurisconsulto; en los aprietos en que se avisto al contestar la interpelación que le ha hecho el señor Sánchez Pontón; pero aunque no soy jurisconsulto, y me felicito de no serlo, para no verme en este caso, también me felicito de que este asunto no tenga ni levemente el carácter político, sino estrictamente el legal. Poco es lo que tengo que añadir a lo que acaba de decirse después de que la Asamblea ha visto o que no puede aplicarse ningún principio constitucional en artículo, al proyecto de ley que se presenta, y no hablo sintéticamente, y pienso esto: en un proyecto de ley, cuando es ambiguo o conciso, el fundamento de él debe, naturalmente, expresar este fundamento, y debe expresarlo constitucionalmente. Aquí procedería que el proyecto de ley comenzara así: "Con fundamento en los artículos tantos de la Constitución...." Señor licenciado Medina, con objeto de la asamblea, y naturalmente yo lo digo por mí, con especialidad los que no somos jurisconsultos, pudiéramos guiarnos y dar conscientemente nuestro voto, con objeto de que no se pensara que no habíamos salido de la ley o que únicamente porque así, exabrupto, se nos había presentando un proyecto, y haciendo consideraciones de orden legal, de orden político y aun de otros muchos órdenes, nosotros habíamos votado, como alguna vez se pretendió aquí, que por aclamación se votara afirmativamente un proyecto. Esto purga, naturalmente, con la respetabilidad y la conciencia que debe tener la Cámara de Diputados, y pugna con la respetabilidad que debemos tener cada uno de esos diputados. Por lo tanto, yo objeto el proyecto de ley, primero desde el punto de vista legal. Allí es donde dice "ex," "dura ex, sed ex." Evidentemente, ¿Cuál es el caso en que nosotros estamos colocados en este instante, siendo que no tenemos un solo artículo, una sola fracción en que basarnos para conceder facultades extraordinarias? A lo menos este es el término que se ha empleado, no ha sido otro ninguno. Yo, a pesar de que ha sido interrogado el C. Hilaría Medina y no ha contestado, quiero suponer que en el tiempo ha transcurrido haya llegado su mente algún argumento decisivo que haga prueba, y que, naturalmente, incline en pro del proyecto de votación, y por eso me voy a permitir interrogarlo una vez más: ¿Cuál es, C. Medina, El precepto constitucional que concede a la Cámara de Diputados, facultades para conceder, para conceder facultades extraordinarias al Ejecutivo en Hacienda?
El C. Medina Hilaría: Voy a contestarle a usted por medio de otra pregunta: ¿Cuál es el precepto que impide o prohibe a la Cámara de Diputados conceder esa autorización? (Aplausos.)
El C. García Vigilé: me felicito de que el señor licenciado Medina, en vez de contestarme me haya interrogado; esto quiere decir que no hay ningún precepto: solamente existe de parte de él la inferencia de que lo que no está prohibido es lícito; sin embargo, el C. diputado Sánchez Pontón , con una teoría fundamental de jurisprudencia que aquí me la refirió hace poco, le ha hecho notar que si acepta en derecho constitucional la teoría de las facultades limitadas, o sea de los preceptos, quiere decir que excluye todo aquello para lo que no se faculta expresamente. Aceptado, pues, plenamente, que la Cámara no tiene facultades para conceder facultades extraordinarias al Ejecutivo, es decir, que no podemos, legalmente, conceder esas facultades extraordinarias, paso a hacer consideraciones de otro orden. Todos sabéis perfectamente que el señor Carranza, entre las muchas facultades que ha demostrado durante el período revolucionario, ha sido la de previsión. Quizá puedan equiparse la previsión
y la energía en él, puesto que hemos visto cómo, a pesar de todas las dificultades y vicisitudes porque ha pasado la Revolución, ha podido llegar con ella al restablecimiento del orden constitucional ayer. No habrá nadie, ni aun sus más enconados enemigos, sus enemigos personales, que le desconozcan esa facultad previsora; quizá no es sola ésta en sí misma, sino que viene acumulada por la experiencia naturalmente. ¿Cómo, pues, vamos nosotros acá a tratar un asunto en el cual el señor Carranza, de improviso, al día siguiente de restablecido el orden constitucional nos dirige, pone a nuestra consideración, cambiando completamente este mismo orden constitucional, puesto que las facultades extraordinarias, en cualquiera de los ramos, quieren decir, implícitamente, que en esos ramos no se procederá constitucionalmente? Esto es enteramente lógico; nosotros entramos ayer al orden constitucional o sea a los procedimientos legales, y hoy, al día siguiente, en la primera sesión, prescindimos enteramente de los procedimientos legales y nos vamos a los que no son legales, o sea a lo extraordinario, a lo imprevisto, llámesele como se quiera; pero es el caso que no estamos dentro del orden legal. De aquí, pues, nosotros tenemos que inferir, al menos por mi parte, que sí ha habido falta de previsión. acaso esta impresión o esta falta de previsión, puede subsanarse de alguna manera; hay un artículo acá, que dice que el Congreso tendrá un período ordinario de sesiones que comenzará el 1o. de septiembre. También hay un artículo que previene el período extraordinario, que ha dado principio el 15 de abril; en lo que respeta al período ordinario de sesiones del 1o. de septiembre de cada años, dice que se presentarán los presupuestos, se revisarán las cuentas, todo lo relativo al ramo de Hacienda. Si esos es para el período ordinario, y si la previsión del señor Carranza ha hecho llegar al orden constitucional, por medio de transmisiones o más o menos violentas, más o menos serenas, nosotros debemos convenir en que aquí, para esto, debía haber también un procedimiento de traición que no fuera tan brusco, es decir, que no subvirtiera completamente el orden constitucional en los procedimientos que tenemos que decir. Yo me pregunto: ¿Era posible en el transcurso del tiempo que lleva de haberse decretado el restablecimiento del orden constitucional, para el 1o. de mayo, era posible, repito haberse un presupuesto o un proyecto de presupuesto para los dos meses que faltan para terminar el año fiscal? Sí era posible. ¿Era posible que lo hubiera presentado en un período de tiempo limitado, como el que se previene para el período ordinario de sesiones del Congreso? Sí era posible. Estamos, pues, en el caso de exigir, para honor de la Revolución que ha entrado al odre constitucional, que el orden constitucional no se subvierta absolutamente en nada, sino que sea según los procedimientos legales, que son los constitucionales; tiempo demasiado largo. Aunque se dice que sean a presentar presupuestos para el principio del año fiscal próximo, sin embargo de esto van a transcurrir dos meses, durante los cuales la Nación debe, forzosamente, empezar a regir sus presupuestos de acuerdo con sus necesidades y de acuerdo con sus ingresos. Hay una cláusula en la Constitución, que dice que se puede facultar al Ejecutivo para imponer contribuciones, para cubrir los presupuestos. Pues bien, esto puede concdérsele al Ejecutivo; pero concedérsele ilimitadamente facultades extraordinarias, que son esencialmente ilegales, es obrar en contra del espíritu mismo de la Constitución; y aquí, ya que he interpelado al señor licenciado Medina en un asunto de derecho, quiero también quiero interpelarlo para un asunto estrictamente constitucional; quiero invocar el testimonio de los señores constituyentes, con objeto de que me digan si nosotros vamos a interpretar la ley hasta en al caso imprevisto en su totalidad, como es el que señala el licenciado Hilaría Medina, o sea aquel en que nosotros podemos arrogo arnos facultades que no nos han sido expresamente conferidas por la ley. Evidentemente que no. Yo estoy seguro que todos los constituyentes estarán de acuerdo aquí en que la letra y el espíritu no se diferencian absolutamente en nada en esa parte de la Constitución; que nosotros debemos proceder legalmente, y que si damos el ejemplo de no proceder legalmente, y que si damos el ejemplo de no proceder conforme a la ley, ya mañana podrán pedírsenos, no precisa pues sería causar una decepción muy honda en toda la Nación y aun en el extranjero, saber que al día siguiente de haber venido a protestar aquí el Presidente de la República y de haberse restablecido el orden constitucional, se piden ya facultades extraordinarias en el importantísima ramo de Hacienda, y que se piden estas facultades extraordinarias sin limitación alguna y sin exposición de motivos bastantes para ser votadas. Yo creo que el C. Presidente de la República ha podido y puede presentar aun un proyecto tal, que entrando dentro de los preceptos constitucionales pueda ser discutido y aprobado; estoy casi seguro de que será aprobado en un tiempo perentorio que no vaya por esto a causar trastorno alguno en la administración pública. Yo digo: si hay un déficit mensual-según el informe,- en el ramo de Hacienda, de $5.000,000, además de los ingresos que haya en las arcas públicas, y durante ese periodo de tiempo, presentar el presupuesto con objeto de que sea discutido. Una vez discutido,satisfaciendo así las necesidades actuales de la administración, votado, tiene todos los requisitos de la Constitución exige, si cabe este, ¿Por qué, pues, no devolver el proyecto de ley de origen, con objeto de que se encuentre dentro de los preceptos constitucionales, pidiendo autorización limitada puesto que el término "mientras" es demasiado vago, porque no puede bastarle de ninguna manera a un revolucionario, ni menos a un diputado consciente? "Mientras," no limita: "mientras." da a entender que no será por un tiempo corto, y quién sabe si será por un mente por el Ejecutivo, sino por cualquiera corporación, por cualquier individuo; aun del seno de la misma Cámara podrán surgir iniciativas de ley, que vulnerando los principios constitucionales no hagan dar el espectáculo de que el restablecimiento del orden constitucional no es cierto, sino que ha sido una mentira y no más.
El C. Medina Hilaría: Para interpelar al orador, señor Presidente, si el me lo permite.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C Subsecretario de Hacienda, para informar.
El C. Subsecretario de Hacienda, Rafable Nieto, Señores diputados: no quiero tocar absolutamente El punto legal de la cuestión, porque me considero por 3completo incompetente; quiero solo hacer una aclaración de simple sentido común.Si la Cámara no concede al Ejecutivo las facultades extraordinarias que pide, resultará que mañana estará Ejecutivo en este dilema: o suponed inmediatamente toda la máquina de la administración de Hacienda cosa que materialmente es imposible hacer, o sigue funcionando; y, en este caso resultaría que, por pocos o muchos días, habría actos del Ejecutivo que podrían considerarse ilegales. La solicitud de facultades extraordinarias, dice que se concederán mientras el Congreso dicta las disposiciones respectivas. Hemos ya mandado a la Cámara, esta mañana nuestros presupuestos provisionales para los meses de mayo y junio; naturalmente la Cámara podrá, desde mañana, ponerse a discutirlos; pero, mientras tanto, por uno, dos o tres días, se ejecutarían operaciones no autorizadas, y queremos que no haya un solo acto Ejecutivo cuya legalidad pudiera ponerse en duda. quiero poner a ustedes algún
ejemplo: Tenemos que mandar mañana mismo, varias remesas de fondo a Chihuahua, Durango y Veracruz; no podremos mándalas si la Cámara no concede facultades extraordinarias, o las mandaremos; pero más o menos tarde estos actos podrán tacharse de ilegales. Los presupuestos definitivos que el próximo año fiscal están siendo estudiados con todo cuidado, y serán enviados dentro de breves días a la Cámara. La iniciativa dice."....mientras el Congreso de la Unión expide las leyes que deben normar en lo sucesivo el funcionario de Hacienda pública federal" Naturalmente, si la Cámara aprueba El presupuesto provisional para mayo y junio en una semana, en esa semana dejan de funcionar las facultades extraordinarias. El argumento que me he permitido hacer valer a ustedes es capital. Mañana, o detenemos el funcionamiento de la máquina administrativa de Hacienda, o el Ejecutivo se ve obligado a hacer cobros y pagos, que más o menos tarde podrán tacharse de ilegales. El argumento del señor diputado que me ha procedido en la tribuna es absolutamente infundado. La Cámara no concederá las facultades extraordinarias sino por un tiempo estrictamente indispensable: El que tarde en discutirse los presupuestos que están ya en la Secretaria de la Cámara. Por tanto, espero que la H. Asamblea se servirá aprobar la iniciativa en la forma presentada. (Aplausos)
El C. García Vigilé: Pido la palabra. (Varios ciudadanos diputados pretenden hacer uso de la palabra)
- El C. Secretario López Lira, leyendo:
"Articulo 101.- Los individuos de la Cámara aun cuando no estén inscriptos en la lista de los oradores, podrán pedir la palabra para rectificar hechos o contestar alusiones personales."
El C. Urueta: Tenía yo pedida la palabra, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene la palabra El C. Martínez de Escobar para rectificar hechos.
El C. Martínez de Escobar: Señores diputados: pedí la palabra, única y exclusivamente para rectificar varios hechos, y a ellos me voy a concretar. cuando estaba en la tribuna el señor licenciado Hilaría Medina, fue interpelado por el señor licenciado Sánchez Pontón, contesto que el sistema constitucional que teníamos era el de facultades expresas y limitadas eso en cuanto al punto de discusión. En cuanto a las facultades del Congreso de la Unión, que las que no estuvieran perfectamente expresas en este texto corresponden a las Legislaturas de los Estados. Alla en el Congreso Constituyente, recuerdo que una vez estaba en la tribuna el señor general Nafarrete: fue interpelado, y entonces el general Nafarrete contestó, sencillamente, ingenuamente: "Señores las interpelaciones constatan a uno y luego no sabe uno cómo contestar." No en el caso, porque El licenciado Medina, todos sabemos la cultura que tiene en estos asuntos; pero como él había estado desarrollando un tema, una tesis constitucional, indudablemente que de sorpresa, contestando bien, no pudo hacerle la aclaración al licenciado Sánchez Pontón, y ese es e l hecho que quiero rectificar, y esto seguro de que el señor licenciado Medina está enteramente de acuerdo conmigo; esas facultades expresas y limitadas que existen en nuestra ley constitucional, no son otra cosa, señores diputados, que la manifestación más completa y más perfecta que el sistema de constitución rige entre nosotros, que es la base de nuestras instituciones, es el sistema de constituciones escritas, de constituciones llamadas rígidas, de constituciones llamadas reflexiones por oposición a las constituciones llamadas evolutivas, flexibles, no escritas o consuetudinarias. Pues bien; al hacer esta interpelación, dice el licenciado Sánchez Pontón: "pues si usted, licenciado Medina, dice que es El sistema de facultades limitadas y expiases, ¿cómo , entonces, no nos dice donde está la disposición contenida en nuestra Constitución que puede facultar a esta Cámara para que, como debe hacerlo, como es necesario que lo haga, de esas facultades extraordinarias al Ejecutivo? pues sencillamente es por esto, señor Sánchez Pontón: porque toda la sociología, toda la filosofía del derecho constitucional, en donde quiera, en cualquier autor que estudie usted, nos dice esto: que las constituciones no son de una manera enteramente estrecha, ni absolutamente escritas, ni absolutamente consuetudinarias; el sistema de nuestra Constitución e lo que llaman todos estos autores en derecho constitucional, predominantemente escrita, predominantemente flexible; es decir, que generalmente, que casi siempre, sin que pueda haber excepción de ninguna especie, sólo y de una manera completa debe El congreso acordar y dar una decisión en cuanto al punto del texto constitucional; pero esto no quiere decir bajo ningún concepto y de ninguna manera no pueda tener un acto el Congreso de la Unión si no hay un texto constitucional que lo indique. No; nuestro sistema constitucional - vuelvo a decirlo.-es predominantemente escrito, de facultades expresas que están perfectamente esplicadas en el texto constitucional, predominantes señores:quiero decir que esta palabra, oigan bien como es predominante, consuetudinario en Inglaterra; pero esta facultad de que hoy tratamos aquí no da lugar a duda, que si tiene facultades para darlas, puesto que es uno de los casos que tiene que tomarse en consideración la necesidad vital en que se encuentra un país para poder vivir. Bien; oigan al señor Subsecretario Nieto: "Mañana , ¿que haría el Ejecutivo?" Pues magna, el mecanismo de Hacienda estacar paralizado, señores, porque el Ejecutivo, si obrara como dice el señor Acuña, indudablemente que en mi sentir y en mi concepto, si seguida obrando y violando perfectamente los preceptos constitucionales, puesto que hemos entrado dentro del carril del orden legal. Pues bien, aunque sean facultades limitadas y expresas, es una de las cosas, señores, perfectamente bien esta Cámara tiene una acción de derecho constitucional consuetudinario. ¿Por que? Porque necesita vivir el Gobierno, y los autores de derecho constitucional están perfectamente de acuerdo con esta teoría ¿Qué pasaría mañana si se necesitara dar facultades extraordinarias en El ramo de Guerra? ¿En que artículo completamente constitucional nos fundaríamos para las facultades extraordinarias, no para los casos de suspensión de garantías,-que es a lo que se refiere el artículo 29,- que haríamos? ¿Qué pasó en la época del señor Madero? Se le consedieron facultades extraordinarias en el ramo de guerra cuando la rebelión de Pascual Orozco. ¿En qué se fundó? ¿Se fundó en un artículo de la Constitución? No. Y sin embargo no se violó nuestra constitución, ¿En qué se fundó? En la necesidad vital que tenia el país para vivir, pues es la misma razón, señores de esas facultades extraordinarias de Guerra, que mañana tendremos que dar, basados en esa necesidad vital, que no viola lo que se llama nuestro derecho constitucional, porque no todo nuestro derecho constitucional está comprendido dentro del círculo de hierro de los preceptos de la constitución. Mañana, señores tendremos que dar facultades extraordinarias en el ramo de la Guerra, y es indispensable que se den ahora en el ramo de hacienda (Aplausos.)
El C. Sánchez Pontón: Para una rectificación de hechos, pido la palabra, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Urueta.
El C. Urueta: Señores diputados: La prodigalidad en política es la madre de las tiranías. En tesis general, yo me opondré siempre, absolutamente siempre, a la concesión de facultades extraordinarias al Ejecutivo. En el punto concreto del debate actual debo hacer algunas aclaraciones, urgido por un argumento que nosotros no podemos destacar: argumento brutal, argumento de hierro, argumento que previene de la necesidad ingente e ineludible de las cosas actuales. Pero sí deseo que se precisen los términos, que se fijen los conceptos y, sobre todo, que se marque el tiempo; ¿Qué, esta Cámara tiene facultad para otorgar facultades extraordinarias al Ejecutivo? (Una voz: Sí.) Es, a mi modo de ver, innegable, y ya sea que nos fundemos en las argumentaciones del señor licenciado Acuñá, ya que tomemos en cuenta las argumentaciones del señor licenciado Medina, el hecho es este: si el pueblo es soberano, si en el pueblo y sólo en el pueblo radica la soberanía, si el pueblo tiene el derecho hasta de modificar o variar la forma de su Gobierno, claro es que la Cámara de Diputados tiene el derechos de conceder facultades extraordinarias. Esto desde un punto de vista constitucional y jurídico; pero desde el punto de vista político, debemos ser muy cautos, debemos evitar ya la prodigalidad, debemos procurar a todo trance no ponernos en el caso tan duro en que se pusieron las Legislaturas en el largo período del señor Juárez, quien casi gobernó pidiendo facultades extraordinarias al Congreso. Así, pues, desde un punto de vista meramente político, yo no estaré de acuerdo nunca con que se concedan facultades extraordinarias al Ejecutivo. ¿Por qué? Porque esa la mejor manera de constituír a sabiendas, conscientemente, una tiranía. Las dictaduras siempre han procedido de aquí, del recinto de donde sólo deben proceder las libertades. Aquí siempre se han instituído los dictadores, porque aquí siempre se les han concedido facultades extraordinarias con el pretexto que se contiene en las frases que causan pavor sólo a los chiquillos: "la patría está en peligro," cuando en realidad lo único que ha estado en peligro han sido los gobiernos, los gobiernos que se han apartado de la ley, de la verdad y de la justicia. Pero ahora, señores, se nos presenta un dilema, se nos dice: mañana, se paga o no se paga: o sigue funcionando la maquinaria de Hacienda o se paraliza y se rompe esta institución; y entonces sí nos vemos obligados a recogernos dentro de nosotros mismos, nos vemos obligados a poner a un lado el principio y atender a la necesidad de momento. Y es claro, el instinto elemental de la conservación, más que nos sugiere, nos grita: no es posible paralizar de esta suerte la vida nacional, es absolutamente necesario, pues, que Hacienda continúe pagando, ¡Ah, señores diputados, esta Secretaría de Hacienda del período preconstitucional, qué daños tan graves, tan profundos, tan extensos ha derramado por toda la Nación!.... (Aplausos ruidosos.)
¡Ah, señores diputados, esta Secretaría de Hacienda del período preconstitucional, qué mal ha coadyuvado con los heroísmos del pobre soldado. .. ..! (Siseos.)
El C. Presidente: Se recuerda a los ciudadanos diputados que el Reglamento prohibe interrumpir al orador.
El C. Urueta, continuando: Pueden interrumpirme señor Presidente. ¡Qué mal ha coadyuvado con el heroísmo del pobre soldado! Vencedor el Constitucionalismo en los duros campos de la brega, bañado por el sol, ha sido derrotado en el campo de la finanza, sin que ni por asomo, sin que ni por sospecha se haya tratado de poner el remedio, enfrentándose francamente con el capitalismo que es la fuente que sostiene y sostendrá perennemente toda clase de reacciones militaristas y clericas. ¡Ah, señores diputados, esta Secretaría de Hacienda del período preconstitucional, cuánta miseria ha derramado por toda la faz de nuestra patria! ¡Qué pocos son, pero qué pocos, los muertos por la bala del enemigo; cuándo mayores los muertos por esas balas que matan más y mejor que las de plomo y que se llaman: el hambre, el hambre y el hambre! (Aplausos nutridos.) Ya alguna vez ahondaremos este problema y si tan sólo lo inicio es para preguntar a la Secretaría de Hacienda -y por fortuna aquí se encuentra el señor Subsecretario del Ramo- por qué motivo no se enviaron a esta Cámara los presupuestos el día 15 de abril. El día 15 de abril comenzaba el período extraordinario de sesiones y teníamos, señores diputados, dos semanas, del 15 de abril al 1o. de mayo en que se restableció el orden constitucional, para haber dedicado una gran parte de nuestra atención a la discusión y a la aprobación de estos presupuestos, para que no se viniera después por el Ejecutivo a pedirnos facultades extraordinarias, porque todavía no se han presentado esos presupuestos. Pero, en fin, probablemente otros problemas más hondos y serios, quizá la liquidación de los bancos o el proyecto de formación de un banco único de emisión, han embargado totalmente la atención del viejo Blas Urrea y del moderno Nieto. (Aplausos y risas.) El caso es este: que no se presentaron los presupuestos a pesar de que la Secretaría de Hacienda tuvo tiempo sobrado para presentarlos, a pesar de que la Secretaría de Hacienda pudo ahorrarnos el paso que tenemos necesidad de dar en estos momentos; pero apenas hoy, me parece que dijo el señor Nieto van a entregarse o se entregarán dentro de algunos días. Sin embargo, el señor Nieto nos dice: "estas facultades extraordinarias son limitadas y el Ejecutivo tendrá que dar cuenta del uso que de ellas haga." ¡Pueril argumento! ¡Purgante con miel! Pues es claro; si las facultades extraordinarias tienen que ser limitadas, si no pueden ser ilimitadas nunca; ¡Facultades extraordinarias ilimitadas! Pues entonces, señores diputados, vámonos de aquí... (risas y aplausos) y vámonos para siempre, francas están las puertas. ¡Facultades ilimitadas! Entonces consagremos el Imperio, entonces quitemos el manto de los hombros de la República, constelémoslo de abejas y pongámoslo sobre los hombros de un nuevo emperador Iturbide. No, es claro que las facultades extraordinarias en república tiene que ser perfectamente limitadas, y claro es, también, que el Ejecutivo tiene que dar cuenta de esas facultades. ¿A dónde vamos a parar con conceder facultades al Ejecutivo, dándole a su vez a él la facultad de no darnos cuenta del uso que de ellas haya hecho? De manera que son palabras que salen sobrando, son eufemismos del lenguaje que no vienen a cuento en esta tribuna ni mucho menos cuando las pronuncia un Subsecretario de Estado que debe concretarse a decir las cosas con mesura, con precisión y con claridad. En consecuencia, señores diputados, se trata, pues, de conceder facultades extraordinarias con el único carácter que éstas pueden tener en una república: ser limitadas y que el Ejecutivo a su vez tenga la obligación de dar cuenta del uso de ellas haya hecho. Pero bien, el señor Nieto decía: "Limitadas por el tiempo que el Congreso tarde en dictar todas aquellas leyes y disposiciones que normen el mecanismo de la Hacienda pública." Bueno, pues, esto es irse ya muy lejos. Por
eso quiero que se precisen los términos: ¿Todas aquellas leyes y disposiciones que normen el mecanismo de la Hacienda pública? Pero, señor, si estas leyes y estas disposiciones tienen que ser innumerables; si es un ramo que lo abarca todo, si su zona de acción es muy extensa, si las cuestiones y problemas que resuelve son múltiples y ¿Vamos a esperar nosotros hasta que las Cámaras den estas leyes y decreten estas disposiciones? No. Aquí demando una poca de claridad. Cuando Sancho Panza y el barbero a quien Don Quijote le arrebató el yelmo de Mambrino o sea la famosa bacía, discutían sobre esa cosa, sobre la bacía o sobre el yelmo, el barbero sosteniendo que era bacía y don Quijote lanzando votos porque era el yelmo de Mambrino. Sancho Panza, que tenía una inteligencia privilegiada, dijo para no disgustar a su amo y al barbero: "No, este es un baci-yelmo." Yo quiero que aquí se defina si es bacía o si es yelmo; no debemos quedar en una condición indecisa; debemos saber a qué atenernos. ¿Se trata tan sólo del tiempo necesario para que esta Cámara apruebe los presupuestos? Entonces, en buena hora; no tenemos remedio; es absolutamente necesario conceder las facultades extraordinarias; pero si se trata de otra cosa más o si se trata de un término mayor, entonces yo, con toda energía, combatiré el proyecto, porque yo no consentiré nunca, aunque vote solo, aunque mi voto sea el único en esta Cámara, no consentiré en conceder facultades extraordinarias al Ejecutivo, a no ser en este apretadísimo y formidable caso, del dilema: pagar o no pagar. ¿Qué se viene a decir, señores? ¿Que el soldado está hambriento, que el soldado está sin parque? Si esto lo sabemos, desgraciadamente lo sabemos, si esto lo lamentamos todos. ¿Y qué? ¿De dónde proviene esto? ¿Acaso con las facultades extraordinarias lo vamos a remediar? ¿No ha tenido Hacienda de hecho facultades extraordinarias durante el período preconstitucional? ¿Y qué ha hecho para dotar de cartuchos al soldado y para dotar de alimentos a los hijos del soldado? Nada, absolutamente nada; y no hacer nada es agravar la situación cuando de hambre y de porque se trata. Señores diputados, ¿Por qué se nos dice esto cuando hemos visto con tristeza esta mañána el desfile de innúmeros pequeñuelos, niños de las escuelas, perfectamente bien equipados? Cada uno llevaba sobre su cuerpecito dos o tres hidalgos en traje, en carabinas, en cornetas, en clarines, y sin embargo el zapatismo ulula a las puertas de la capital de la República. (Aplausos.) No; es que son las paradas de la vanidad, es que son los foros de las grandes comedias, es que son los fuegos artificiales de la miseria que quiere aparecer ostentosa como los ricos. No, señores diputados, es preciso poner el dedo en la llaga, es preciso que sepamos qué es lo que nosotros necesitamos; antes que nada, antes que nada tener juicio, señores diputados, tener juicio, señores diputados. Pues bien, de esto, de todo esto que es innegable, de todo esto que nos contrista, de todo esto que a muchos hace prorrumpir en un aplauso, no al que habla, sino a la verdad del que habla, y a otros les lleva una palidez al semblante y a otros un encogimiento al corazón, todo esto es lo que sufrimos, es lo que padecemos y es preciso saber cuál es nuestro mal para procurar curarlo. Nosotros no pretendemos nunca el éxito, pero sí procurarlo -y esto sí es obligación ineludible nuestra- procurar remediarlo. Pues bien, si concedemos la facultad, repitiendo que por estar estrechados ante un dilema de hierro, exclusivamente por eso, que no vaya a ser este asunto, señores, el asunto del clavo en donde primero se permite colgar el sombrero y después se van colgando todas las otras prendas de ropa. No, es preciso que el Ejecutivo sepa que necesitamos ayudarlos en esta contingencia y que sólo por ser el asunto de vida o de muerte, solamente por eso le ayudamos, exclusivamente por eso; pero que desde hoy en adelante sepa que necesita ajustarse a la ley, que sus procedimientos deben estar normados a la Constitución de 1916-1917. Es preciso que aquí el Ejecutivo nos diga por boca del Subsecretario de Hacienda, de una manera definida y clara, por cuánto tiempo vamos a conceder esas facultades extraordinarias y hasta dónde van a extenderse esas facultades. En consecuencia, señores, diputados, doy la palabra si Su Señoría es tan amable, al Subsecretario de Hacienda, para que tenga la bondad de contestar a mis interpretaciones. (Aplausos nutridos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Subsecretario de Hacienda.
El C. Nieto: (Es siseado al subir a la tribuna.) Señores diputados: el largo discurso del señor licenciado Urueta ha sido para decir al final que está conforme en que se concedan las facultades extraordinarias pero limitadas, mientras la Cámara estudia los presupuestos. Pues eso es precisamente lo que pide el Ejecutivo, no pide más. (Voces: ¡Claro; exactamente!) El proyecto presentado dice esto: que mientras la Cámara estudia las disposiciones respectivas para que rijan en el ramo de Hacienda. El señor licenciado Urueta dice eso precisamente, que está conforme, siempre que se limiten a eso: luego estamos de acuerdo. El artículo 126 de la Constitución dice así: "Artículo 126.-No podrá hacerse pago alguno que no esté comprendido en el presupuesto o determinado por ley posterior." Por tanto, señores diputados, se patentiza la necesidad de que se apruebe la iniciativa presentada. Hay una circunstancia: en el ramo de Hacienda fácilmente podemos prescindir de las facultades extraordinarias, supuesto que la Cámara va a dedicarse, quizá desde mañana mismo, a discutir los presupuestos; pero de negarce se sentiría el procedente fatal de que no se podían conceder en el ramo de Guerra, y en el ramo de Guerra, sí es indispensable. El señor licenciado Urueta inculpa a la Secretaría de Hacienda por no haber mandado desde el 15 de abril sus presupuestos; en realidad la inculpación no corresponde a Hacienda; todavía el día 23 que llegué de Estados Unidos, el señor Secretario Cabrera estaba insistiendo con diversas Secretarías para que enviaran sus respectivos presupuestos. Y no es que inculpe a las demás Secretarías, pues a ocasiones hay casi una imposibilidad muy dificil de vencerse. (Siseos y risas.) En diversas ocasiones, durante la época revolucionaria, hemos estado cambiando los presupuestos casi de dos en dos meses, conforme a las exigencias de la necesidad pública, y aun en los últimos tiempos se han hecho 3 o 4 por cada Secretaría. Repito que es casi una imposibilidad material y no falta de voluntad. En cuanto a las inculpaciones demasiado vagas que hace a la Secretaría de Hacienda el señor Urueta, me eximo de contestarlas; cuando sean cargos concretos tendré el gusto de hacerlo, (Siseos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el señor Sánchez Pontón para rectificación de hechos solamente.
El C. Chapa: Ha dado usted la palabra al señor Sánchez Pontón para rectificación de hechos y no a mí que la he pedido para hablar en pro.
El C. Presidente: El C. Chapa tiene la palabra en pro después del señor Sánchez Pontón.
El C. Chapa: Parece que el reglamento previene
que se deben rectificar hechos después de que haya terminado la discusión.
El C. Sánchez Pontón: Acatando la indicación que me hace la Presidencia, solamente quiero hacer la rectificación de un hecho, puesto que no he estado inscrito en contra o en pro de este proyecto y además el criterio de la Asamblea está suficientemente acalorado por las palabras del señor Martínez de Escobar al salir a la defensa del señor licenciado Medina sobre la contestación que hizo a mi interpelación, asentando algo que es altamente importante que quede claro. A cada rato se están dando interpretaciones torcidas a las palabras de los oradores y diputados, y como esto viene a influir en el criterio que de ellos se forman y también en el criterio que de ellos se forman y también en el criterio que sobre las mismas cuestiones de fondo y legales que son en las que más interesado estoy yo en que siempre queden perfectamente aclaradas, vengo solamente a hacer alusión a este dicho por el señor Martínez de Escobar: que si nosotros pedíamos la facultad expresa en la que debiera fundarse este decreto, no obstante que él mismo está de acuerdo en que nuestras constituciones, tanto la de 57 como la de 1917 están fundadas sobre la teoría de facultades expresas y limitadas de los poderes públicos y que la Constitución nuestra es de indole escrita y rígida, todavía dice que es posible hacer algo que no esté expresamente dicho entre las facultades que concede la Constitución a los poderes, y que naturalmente no podríamos tampoco fundar la facultad extraordinaria en el ramo de Guerra, como no la podemos fundar en el ramo de Hacienda, y este es el hecho que yo quiero aclarar porque nunca estuvo en mi mente hacer semejante diferencia; creo, como lo dije, que no hay ni una facultad expresa para que el Congreso pueda dictar facultades extraordinarias apoyado en alguna de las secciones del artículo 73; pero el artículo 29 que había sido ya aludido en esta discusión sobre la cuestión de suspensión de garantías, cuando los casos urgentes así lo exigen, es el artículo, es la disposición expresa en que se fundaría una ley de facultades extraordinarias al Ejecutivo en el ramo de Guerra; lo dice claramente: en los casos de rebelión, de alteración grave del orden público; entonces el Ejecutivo, previa autorización del Consejo de Ministros y del Congreso de la Unión, podrá suspender las garantías individuales en todo el territorio o en una parte de él, dando todas las facultades para que el orden se pueda reponer a la mayor brevedad. Allí está la facultad expresa que le da el Congreso de la Unión está Constitución, para dar y fundar mañana o pasado estas facultades extraordinarias en el ramo de Guerra. Nadie, jamás, en ninguna Constitución del mundo podría negarse ni podrían quedar obscuras las facultades que se conceden al Congreso, a la Representación Nacional, para dar facultades extraordinarias a los Ejecutivos en un caso así. Todas las naciones han estado siempre expuestas a una intervención extranjera, o a una perturbación interior, y sería una Constitución raquítica completamente e insuficiente, la que no previera el caso de suspensión de garantías; en eso estará fundado, pero no es el mismo caso de facultades extraordinarias en Hacienda, en donde perfectamente puede suplirse la cuestión que está a debate, con una ley en que precisamente se diga cuál es la cantidad que se requiere para estos dos meses que faltan para empezar el año fiscal y que nosotros en sesión permanente podremos dejar terminados para que desde mañana o desde hoy mismo pueda el Ejecutivo fundar en una ley estas facultades de hacer pagos. Este es un caso completamente distinto que he querido rectificar porque yo seré el primero que hable en favor de las facultades extraordinarias en el ramo de Guerra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Chapa en pro. (Voces: ¡A votar, a votar!)
El C. Chapa: Después del larguísimo discurso del elocuente Urueta se siente cohibido un orador que apenas si ha tomado la palabra una o dos veces; pero al estar hablando el licenciado Urueta, me acordé de una anécdota que Xenofonte nos cuenta del filósofo Sócrates y la cortesana......
El C. Meza, interrumpiendo: Moción de orden. Los señores que asisten al palco de la prensa se permiten hacer manifestaciones interrumpiendo a los oradores.
El C. Secretario López Lira: La Presidencia exhorta a los concurrentes a las galerías a que se sirvan sujetarse al reglamento, pues de lo contrario se verá.....(Voces: ¡No son las galerías!)
El C. Chapa: Continúo, señores. Dice Xenofonte, que Sócrates una vez hablando con una cortesana célebre le habló de tal manera clara y precisa de la psicología del hombre, del arte de seducirlo, que la cortesana inmediatamente le propuso el puesto de su correveidile. Es lástima y muy grande que el licenciado Urueta use de esos dones naturales de su elocuencia para venir aquí a hacer cargos velados -aparte de esos larguísimos cargos que no quiso precisar.- para decir al fin que estaba de acuerdo en que se concediesen esas facultades ilimitadas al Ejecutivo. Es lástima también muy grande que el celoso defensor de las libertades del pueblo hoy, no haya levantado su voz más joven y más enérgica hace diez o quince años en las Cámaras porfirianas. (Aplausos nutridos) (Bravos) Hace diez o quince años, cuando estaba en sus plenas facultades, en su plena energía que no tiene hoy, no levantó su voz en este Congreso contra todos los atropellos de Porfirio Díaz y hoy sí viene veladamente a atacar la política preconstitucional del C. Primer Jefe. Pero pasado el asunto en cuestión, voy a decir cuatro brevísimas palabras: vengo a sostener la tesis de diputado Ramírez Garrido. El mencionó el artículo 29 con mucho tino; en efecto: "Artículo 29.-En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a la sociedad en gran peligro o conflicto, solamente el Presidente de la República Mexicana, de acuerdo con el Consejo de Ministros, y con aprobación del Congreso de la Unión y en los recesos de éste, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo el país o en lugar determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación; pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión se contraiga a determinado individuo. Si la suspensión tuviese lugar hallándose el Congreso reunido, éste concederá las autorizaciones que estime necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación. Si la suspensión se verificase en tiempo de receso, se convocará sin demora al Congreso para que las acuerde." Se trata, en efecto, de suspender una de las garantías individuales; en el artículo 31 se especifica que una de las obligaciones de los ciudadanos mexicanos es contribuir para los gastos públicos, así de la Federación como del Estado o Municipio en que resida, de la manera proporcional y equitativa que disponga la ley. Esto que evidentemente es una garantía individual aunque no esté en el capítulo de las garantías individuales..... (siseos) porque de esta manera es una garantía porque no se le-
galizan los préstamos forzosos. En evidente que solamente en los casos que dispongan las leyes está uno obligado a contribuir. Pues bien, en este momento no hay ninguna ley de impuestos, ¿De qué manera vamos a contribuir al sostenimiento de la máquina de Hacienda? Si nos presenta hoy la Secretaría de Hacienda un presupuesto nosotros tardaremos algunos días cuando menos en aceptarlo.¿ Qué vamos a hacer en estos días? ¿Las aduanas se van a paralizar? Yo creo señores diputados, que estos artículos son los que preveen el caso en cuestión. Yo creo que la mayoría de esta Cámara que no es obstruccionista sistemática, dará las facultades extraordinarias que pide el Ejecutivo.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique en contra.
El C. Gómez Mauricio: Hay un artículo.... (Voces: ¡A votar, a votar!) Hay un artículo reglamentario que previene que después de que hayan hablado tres oradores en pro y tres en contra, se pregunte a la Asamblea si está
suficientemente discutido el punto. Ruego a la Presidencia se haga esta pregunta.
El C. Presidente: Me permito informar a Su Señoría que únicamente han hablado cuatro oradores en contra. Los demás ciudadanos diputados que han pedido la palabra, ha sido para rectificar hechos.
El C. Gómez Mauricio: ¡Hechos! Han hablado en contra.
El C. Presidente: Pudieron ser ventajosas para el pro o para el contra, pero no están en la lista de oradores.
El C. Manrique: Estas vacilaciones y estos cambios de opinión que ya aparecía perfectamente informada, dicen muy claro de nuestra inexperiencia en todas estas cuestiones. Al ponerse a debate esta cuestión, es cuando podemos afirmar que la Cámara de Diputados ha comenzado a funcionar verdaderamente. Ahora es cuando se presentan a nuestra consideración por vez primera los hechos, los graves problemas nacionales. Hasta hoy las discusiones sobre credenciales presentaban mezclados más o menos confusamente, más o menos intimamente los afectos o las pasiones personales y los principios a tal grado, que era dificil decidir a veces si se estaba combatiendo por un principio o por una tesis o si se estaba sólo combatiendo a personas. Pero hoy desaparecen las personas y tenemos que enfrentarnos con la realidad, tenemos que resolver graves y trascendentales problemas que no es ciertamente la pasión la encargada de resolver; todas las pasiones, por muy nobles que ellas sean, limitan nuestra libertad; en esta clase de debates debe imperar soberana la razón. Novel en política, casi profano en nuestra historia, harto complexa, no tendrán seguramente la fuerza de llevaros la convicción de que habéis menester, pero sí me creo obligado a exponer mi personal sentir. Con mucho acierto se consideró al principio de este debate que el asunto no era de obvia resolución, es decir, de resolución perfectamente indicada en determinado sentido. El curso de la discusión de la razón en este sentido; no es este asunto de obvia resolución sino que es materia opinable en el que puede haber fundadas razones tanto en pro como en contra del mismo asunto: con igual convicción y buena fe puede defenderse el contra y el pro de la cuestión. ¿Qué es lo que hay en el fondo de la petición o de la proposición presentada por el Ejecutivo? Sí, el fondo de la proposición o de la petición del Ejecutivo, es este: el Ejecutivo implora, el Ejecutivo solicita de la Representación Nacional su ayuda para resolver la dificil situación actual. En el fondo de la cuestión no podemos menos de estar de acuerdo, porque en estos momentos más que en otros algunos, sería verdaderamente antipatriótico el hacer sistemática labor de oposición al Ejecutivo; pero sí estamos en el fondo de la proposición, en conceder al Ejecutivo nuestra ayuda, si estamos de acuerdo en colaborar a su lado, acaso no estamos de acuerdo en darle ilimitadas facultades para disponer de ellas, dándonos cuenta más tarde. Esto es verdad, pero de todas maneras es preciso que pensemos antes de conceder. Dar el Ejecutivo cuenta de la manera que haga uso de esas facultades, es consecuencia clara y precisa de la ley de facultades extraordinarias. Se añadió que no hay en ello nada de extraordinario, pero si aprobamos el proyecto de ley tal como nos ha sido presentado, en términos tan vagos e imprecisos, nos exponemos a sentir un pésimo precedente. El problema que aquí se nos presenta es este: ¿La autorización concedida hoy por la Representación Nacional al Ejecutivo, merma, disminuye la esfera de acción de la Representación Nacional? Es este el problema y de aquí las vacilaciones y las dudas que surgen en contra del proyecto presentado, vacilaciones o dudas que en tal o cual espíritu pudieran ser hijas de la pasión, pero que tienen también razón de ser. De manera que estando de acuerdo en prestar nuestra ayuda al Ejecutivo, es necesario, es preciso, que modifiquemos la redacción del proyecto de ley para que no resulte que el Ejecutivo tenga amplio derecho para usar de facultades absolutamente ilimitadas, de las que es verdad, tarde o temprano vendrá a darnos cuenta, de tal manera, que podremos reprobar el uso que haya hecho de esas facultades; pero una vez hecho uso de ellas, si algún desacierto se cometió será ya irremediable. Se me dirá, y con mucha razón, que los antecedentes del Ejecutivo justifican plenamente la confianza que en él depositemos en esta ocasión, pero de todas maneras, si el Ejecutivo es merecedor de toda nuestra confianza, debemos limitar esas facultades aprobando en concreto las cantidades de que el Ejecutivo necesita disponer en el curso de dos meses, por ejemplo, un término perfectamente limitado y claro. ¿Acaso, señores, dentro de esta ampliación vaga e imprecisa de facultades extraordinarias, no podrá caber hasta la contratación de un empréstito en el extranjero? Sí, señores. (El C. Urueta: ¡Es claro!) Cabría perfectamente dentro del impreciso término "Facultades extraordinarias" y si la Representación Nacional da hoy ese pésimo precedente de abdicar de sus fueros y privilegios para dárselos al Poder Ejecutivo, entonces, y ojalá no sea así, habrá sentado la primera piedra de una nueva dictadura; los antecedentes y la historia del movimiento revolucionario nos dicen muy claro que Venustiano Carranza es un hombre sincero y entero, pero el dar estas facultades a un Gobierno, a un Ejecutivo, es cosa expuesta a graves y serios peligros muy dignos de meditaciones. El problema para nosotros es este: tenemos, por una timidez muy explicable, que al negar las facultades extraordinarias al Ejecutivo se nos acuse de hacerle sistemática oposición, pero estamos en un caso en que es fuerza hacer abstracción de muchas y muy complejas circunstancias para resolver el problema de un modo patriótico y apegándonos a un riguroso criterio histórico. Con mucho acierto se citó ya el caso del señor Juárez. ¿Quién ignora que las facultades extraordinarias del Gobierno de Juárez fueron precisamente el arma más poderosa blandida en su contra por la dictadura militar que ya se anunciaba, por el pretorianismo, que ya se anunciaba en Porfirio Díaz en su primer levantamiento? Ese fué
precisamente uno de los más poderosos argumentos con que se atacó al Gobierno, en tesis general honrado y en tesis general patriótico, del señor Juárez, pero no menos tiránico en ciertas ocasiones; si no queremos sentar ese precedente alejándose del criterio histórico, es necesario que meditemos un poco nuestra resolución y que si bien estando de acuerdo en el fondo, con prestar nuestra colaboración, nuestra ayuda al Ejecutivo, sepamos marcar el justo límite para que no suceda, cosa humanamente posible, que de las facultades, de la autorización aquí concedida llegue a abusarse alguna vez. (Aplausos nutridos.)
El C. Presidente: De conformidad con el artículo 113, hacemos notar que han hablado en pro, los CC. diputados Ramírez Garrido, Múgica, Hay, Marciano González, Medina Hilario, Pedro Chapa; y en contra, el C. Acuá por dos veces, los CC. García Vigil, Urueta y Aurelio Manrique. No hay ningún otro orador inscrito en contra; por consiguiente, pregunta a la Asamblea si estima este asunto suficientemente discutido.
El C. García Vigil: ¿Me concede la Presidencia la palabra con objeto de hacer una interpelación a la Secretaría?
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. García Vigil: Me permito interpelar a la Secretaría con objeto de que informe si está el proyecto de presupuestos en la Secretaría para ser discutido.
El C. Secretario Mata: Los Presupuestos de Egresos globales sí en la Secretaría..... (Voces: ¿No hay de Ingresos?.No hay de ingresos.
El C. Urueta: Pido la palabra en contra: tengo derecho para hablar otra vez en contra. (Voces: ¡Que hable, que hable!)
El C. Presidente: La H. Asamblea es la que tiene que resolver. (Voces: (Voces: ¡Que hable, qué hable!)
El C. Alonzo Romero: Su Señoría indicó que se iba a preguntar a la Asamblea si estaba suficientemente discutido; pero no se ha llegado a preguntar y tiene derecho el señor Urueta de hablar en contra.
El C. mismo C. Secretario: Ampliando el informe al señor García Vigil, también se le dice que están aquí los Presupuestos de Ingresos.
El C. Gómez Mauricio: ¿Con qué fecha se recibió la ley que hoy estamos discutiendo? ¿Por qué razón no se había dado cuenta con ella antes?
El C. Secretario López Lira: Se recibió el día 30; no se había dado cuenta por un acuerdo del C. Presidente Hay, que dice: "Póngase a la consideración de la H. Cámara de Diputados en la primera sesión hábil después del 1o. de mayo, dándole preferencia sobre cualquier otro asunto".
El C. Gómez Mauricio: ¿Qué, ese trámite, fué sancionado por la Asamblea?
-El mismo C. Secretario: No, señor.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Urueta.
El C. Urueta: Señores diputados: yo no conozco a Xenofonte en su original, pero sí conozco la mejor traducción europea de Xenofonte, la traducción de Calvo, y en ella, por más que martirizo la memoria, no acierto..... (Una voz: ¡Ya no tienes memoria!) todavía la tengo buena; (risas) por más que martirizo mi memoria no acierto a fijar el episodio de Sócrates y la cortesan a a que hacía alusión el señor diputado don Pedro A. Chapa. (Risas.) Pero doy por cierto que ese episodio consta en los escritos de Xenofonte. La verdad es que el empleo de la palabra "correveidile" es un empleo de poco gusto porque ya el Arcipreste de Ita, ya Fernando de Rojas, ya el gran Cervantes, habían consagrado la palabra clásica. (Risas.) Después, con el tiempo, e imperando las buenas maneras, Calderón no se atrevió a usarla y entonces llamaba a este "correveidile" del señor Chapa o a este clásico de Cervantes, lo llamaba agente de negocios de Cupido. (Risas.) Yo no sé, señores diputados, de quién sea yo "correveidile," "agente de negocios de Cupido" o "alcahuete," (risas) lo ignoro, no sé de quién, pero como los argumentos personales son los menos eficaces, aun cuando de pronto produzcan el efecto de una saeta, la verdad es que la punta de la saeta que me ha lanzado el señor. Chapa, no ha hecho otra cosa que romperse sobre mi pecho y si yo quisiera seguir los mismos procedimientos, si yo tuviera intenciones de personalizar y de personalizar refiriéndome a personalidades más, mucho más elevadas que yo, podría decir que ¿En dónde estaban hace diez o quince años las energías de un caudillo, hoy ilustre y consagrado, que en esta época debió tenerlas más firmes y más recias cuando no protestaba en los senados porfiristas en contra de la injusticia y de la dictadura: el señor Carranza. (Aplausos estruendosos.)
El C. Díaz González: Moción de orden, señor Presidente. (Siseos.) Que se concrete el orador al asunto que está a discusión.
El C. Urieta, continuando: Yo entiendo que nadie tiene el derecho de saber a dónde tienden mis argumentos y con qué criterio los empleo, ni por qué sendero me encamino en mis argumentaciones, la tesis que yo defiendo y defenderé según los dictados de mi conciencia y según la posibilidad de mi palabra. En consecuencia, yo reclamo aquí,-porque si no aquí ¿ En dónde? -completa libertad de expresión. (Aplausos.) No, señor Chapa; es preciso cuando se hacen cargos hacerlos dentro de la humanidad, hacerlos dentro de la razón, hacerlos dentro de las circunstancias. ¡Feliz, vos, señor Chapa, que todavía estáis joven, en el momento en que se inicia la era de las libertades públicas mexicanas! ¡Feliz vos que podréis desarrollar con completa libertas vuestras facultades! ¡Feliz vos que podréis traer a esta tribuna todos vuestros pensamientos y todas las energías de vuestro corazón! ¡Feliz vos que tendréis que combatir probablemente ya nada más en contra de ideas y en el combate de las ideas todos los hombres se dignifican, porque todos los hombres se dignifican, porque todos surgen puros de semejantes luchas! Pero nosotros, nosotros los que nacimos en esa época de aparatosa calma social, nosotros ¿De qué somos culpables si hasta el momento en que se dio el grito de rebelión, el grito que surgió cuando se balbutieron las primeras palabras, entonces tímidamente, medrosamente, convulsivamente, nos fuimos a afiliar cerca del pequeño, del pequeñísimo grupo de hombres que veía una poca de claridad en el horizonte entenebrecido de nuestro país, y así Zubaran, Diódoro Batalla, Sánchez Azcona, Peón del Valle, Benito Juárez, pusimos nuestro humilde, humildisimo contingente en la obra que después creció, creció, creció y se hizo grande hasta estallar en los últimos tiempos de una manera formidable, dominando la historia desde lo alto de un Sinai resplandeciente? (Aplausos. nutridos) Combátaseme a mí en buena hora desde el momento en que entré a la vida pública, desde el momento en que el mismo general Díaz nos dijo-bien es verdad que hasta después lo supimos, hipócritamente-el "levánte y anda" del Evangelio. Desde ese momento, entonces sí, combátaseme, combátanse mis errores y mis flaquezas, que no os negaré ni los unos ni las otras, pero concededme que si en medio de las tormentas, en medio de la borrasca se ha encanecido mi cabeza, ha sido a costa de mi pobreza y a costa de la
pobreza de mis hijos. (Aplausos.) Nunca había yo querido tocar estos temas, absolutamente nunca. ¿Por qué? Porque siempre he sido ajeno a usar del argumento personal y a presentarme en esta tribuna con caracteres que quizá no tenga, que no tengo mejor dicho; no soy yo el que me tengo que juzgar, me tienen que juzgar mis conciudadanos; de manera, señores, que entremos un poco más al debate, bajémoslo de esta personalidad y coloquémoslo en el terreno llano en que las verdades aparecen perfectamente destacadas. Aquí el señor Nieto vino a decirnos: "El señor Urueta, después de un largo discurso...." es claro, cuando se hacen cargos, son interminables, aun cuando sean cortos. "Después del largo discurso del señor Urueta, hemos venido a parar en que estamos de acuerdo: facultades extraordinarias mientras se dictan todas las leyes de Hacienda." No, precisamente en esto lo que yo no quiero; precisamente es lo que no queremos muchos aquí. Esto es lo que dije yo primero, lo que dijo después el señor Manrique, lo que repito yo hoy, lo que repetiré siempre, porque es el pensamiento fundamental de mi discurso. Necesitamos saber a qué atenernos; no queremos nosotros caer en una verdadera trampa. Porque es claro, si damos facultades extraordinarias, no podemos nosotros concederlas en el sentido de que constantemente vamos a estar despojándonos de nuestra Soberanía para investir con estas propias facultades a un dictador. Ante este pensamiento yo me rebelo, yo me sublevo, no lo puedo tolerar. Apenas ayer el ciudadano Primer Jefe de la Revolución se ha convertido en esta tribuna gloriosa en el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, y hoy nos viene a pedir concesiones fuera de todo límite, según las palabras del señor Nieto en lo que a Hacienda se refiere, y estas facultades extraordinarias en esa forma pedidas no debemos concederlas nunca. Ya se iniciaba, y el mismo señor Subsecretario de Hacienda, que por cierto no participa de la Secretaría de Guerra, nos indicó aquí que próximamente se nos pedirán facultades extraordinarias en el ramo de Guerra. Alguna otra persona ya hizo también indicaciones en esta tribuna. ¡Ah, señor! ¿Qué es esto? ¿En esta forma a dónde vamos a parar? ¿Si entramos al régimen constitucional y la Cámara de Diputados es la primera que deja las sandalias en la puerta y entra de rodillas por las gradas del templo? No, es absolutamente necesario que permanezcamos erguidos sobre el pedestal de la Representación Nacional porque nosotros no somos individualmente, los que somos responsables de nuestra actuación política, sino que nosotros respondemos por un considerable número de ciudadanos que han depositado su confianza en cada uno de los miembros de esta Cámara. Cuando yo inicié mi campaña electoral en el Distrito Federal, decía yo este concepto: "Ya comienza a moverse de tiempo atrás los incesarios, ya el canto de las sirenas modula suaves canciones en torno del navío de Odusseus y es preciso que el hombre fuerte sea como el heroe homérico, con todas las fuerzas de su propia fortaleza, para no caer en los abismos profundos que aquellas sirenas le tienden con su canto." Es necesario impedir que un nuevo dictador surja, no por culpa suya, sino por culpa nuestra, pues es muy fácil, señores, que los libertadores se conviertan en tiranos y en cambio, en toda la historia humana no me registraréis un solo ejemplo de que un tirano se haya convertido en libertador. (Aplausos.) Pues bien, es preciso, en consecuencia, saber cuál va a ser nuestra línea de conducta, cuál nuestra norma política de hoy en adelante. Por eso dije: si constreñídos por la necesidad, solamente para que se puedan efectuar los pagos indispensables, para no paralizar la máquina administrativa, concedemos las facultades extraordinarias por tiempo limitado, en buena hora, no podemos hacer otra cosa, la necesidad no se discute; pero si éste se quiere ampliar, si se trata de facultades extraordinarias en Hacienda, para que Hacienda pueda hacer y deshacer en su ramo, entonces, señores diputados, no, una y mil veces no, porque sería sentar el precedente fatal, sería poner la primera piedra del edificio pavoroso, sería dar el primer óreo al nuevo dictador, sería en suma, perder la sagrada investidura de la representación libérrima que hasta estos momentos tenemos y que celosamente debemos conservar. (Aplausos.) Así, pues, señores diputados, si se pretende hoy primero y mañana después gobernar dictatoriamente, nuestro papel está señalado: oponernos al Gobierno dictorial; si por el contrario, se puede llegar, como debe llegarse, a un acuerdo patriótico entre el Ejecutivo y el legislativo a fin de que el Ejecutivo vaya poco a poco normando sus actos dentro de la ley y exclusivamente dentro de la ley, entonces, señores diputados, ayudemos al Ejecutivo con todo nuestro pensamiento, con todo nuestro corazón, con todas nuestras luces; entonces nuestro deber es ayudar al Ejecutivo. Pero que se pongan las cosas claras, que se limite el tiempo, que se venga a decirnos, no una palabra vaga, sino una palabra de exactitud matemática: queremos facultades extraordinarias para esto y por tanto tiempo. Así, pues, de nuevo invito al Subsecretario de Hacienda para que no de una man era vaga como antes, sino de un modo categórico y preciso nos diga hasta dónde van a llegar esas facultades extraordinarias, por cuánto tiempo se solicitan, y si nosotros comprendemos que la Secretaría de Hacienda no puede funcionar sin que le otorguemos esas facultades ilimitadas, demos nuestro voto en favor del dictamen, pero si no, señores diputados, votemos resueltamente en contra, porque los procedentes son el todo en la historia. Así como un pecado trae consigo otro y cada uno va facilitando la comisión de los demás, en la vida pública un error fatalmente trae consigo una cadena de errores, y cuando la Representación Nacional se ha manchado con un acto inmoral, entonces, señores diputados, se ve este fenómeno pavoroso; entonces la Representación Nacional es celosa de su misma mancha, es celosa de su mismo pecado, es celosa de su propia ignorancia y sostiene su pecado, su ignominia y su mancha por encima de todo y por encima de todos. ¿Por qué? Porque hay una altivez: la altivez del delito, la altivez del delito que desafía al mundo entero, precisamente porque sabe que el mundo entero está en contra del que ha cometido el delito. No quiero yo esa altivez, quiero, al contrario, la humildad serena del hombre que, cumpliendo tranquilamente con su deber, desciende de esta tribuna y sale por esa puerta después de haber pronunciado palabras de concordia, de verdad, de libertad y de justicia, (Aplausos ruidosos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra al C. Subsecretario de Hacienda.
El C. Subsecretario de Hacienda: Señores diputados: el señor diputado Manrique insinuó la idea de que quizá se pretendiera contratar un empréstito con la autorización pedida. Absolutamente no ha estado en la mente no ha estado en la mente del Ejecutivo solicitar nungún empréstito, ni se tuvo esto en cuenta al mandar la iniciativa al Congreso. El señor Urueta se ha referido con cierta insistencia a que se concrete la petición de facultades extraordinarias a los pagos que van a hacerse. Naturalmente no se trata sólo de pagos, sino también de ingresos. Automáticamente toda nuestra ley de ingresos dejaría de funcionar mañana si no se dan esas facultades. El Ejecutivo no quiere de ninguna manera violar la ley y es por eso
que solicita las facultades extraordinarias. Todas las administraciones del timbre, las aduanas, etcétera, tendrá que paralizar mañana, o bien seguirán funcionando, pero podría tacharse de ilegal su funcionamiento. En realidad, razón fundamental por parte del señor Urueta no la he escuchado. No veo en el fondo más que una gran desconfianza al Ejecutivo que no tiene razón de ser, (siseos) puesto que el Ejecutivo usará discretamente de las facultades que solicita de la Cámara. Si se pretende limitar el tiempo yo propondría a la Cámara que se pusieran expresamente los dos meses que faltan para comenzar el nuevo año fiscal. En ese sentido me permito solicitar autorización a la Asamblea para modificar la iniciativa.
El C. Medina Hilarios: Pido la palabra nada más para leer un artículo reglamentario.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Medina Hilarios. leyendo: "Artículo 131.-Las observaciones y modificaciones hechas a un proyecto de ley por la Cámara revisora o por el Ejecutivo, al volver a la de su origen, pasarán a la Comisión que dictaminó, y el nuevo dictamen de ésta sufrirá todos los trámites que prescribe este reglamento; pero solamente se discutirán y votarán en lo particular los artículos observados, modificados o adicionados." (Aplausos.) De tal manera, que no puede tomarse en cuenta esta proposición, sino que ese proyecto debe correr su suerte tal como estaba.
El C. Secretario López Lira: Se pregunta a la Asamblea el está suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Si está suficientemente discutido.
El C. García Vigil: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. García Vigil: Al proyecto que se ha presentado se hacen algunas modificaciones en el sentido de limitación de tiempo y forma; parece que el mismo Subsecretario de Hacienda conviene en que pueden hacerse esa limitaciones; eso no quiere decir que los señores Secretario o Subsecretarios estén facultades para hacerlas por sí mismos, pero si da a entender que el espiritu del Ejecutivo estará de acuerdo en hacer esas modificaciones; por tanto, ruego a la Presidencia que consulte a la Asamblea si ya una vez suficientemente discutido, se tiene en cuenta las modificaciones presentadas y se devuelve con el objeto de que se presente reformado el proyecto.
El C. Gómez Mauricio: Moción de orden.
El C. Presidente: La discusión ha sido únicamente en lo general; por consiguiente, al discutirse en lo particular, cada uno de los puntos, se verá lo que haya de resolver.
El C. Secretario Mata: En votación nominal se pregunta a la Asamblea si ha o no lugar a votar el proyecto en lo general. (Voces: ¡Que se lea!) (Leyó.) Se procede a la votación nominal.
El C. Chapa: ¿Cómo se va a votar?
-El mismo C. Secretario: Se aclara al señor Pedro Chapa que lo que se pregunta ahora es lo siguiente: si ha lugar o no a votarlo en lo general, en su totalidad.
El C. Secretario López Lira, leyendo. "Artículo 114.- Declarado un proyecto suficientemente discutido en lo general, se preguntará si ha o no lugar a votarlo en su totalidad; y habiéndolo, se procederá a la discusión de los artículos en particular. En caso contrario, se preguntará si vuelve o no todo el proyecto a la Comisión. Si la resolución fuere afirmativa, volverá, en efecto, para que lo reforme; mas si fuere negativa, se tendrá por desechado."
Se procede a la votación.
El C. Aguirre Colorado, interrumpiendo: Yo suplico a la Presidencia me haga favor de aclararme bien este artículo del reglamento, porque hay aquí alguna confusión entre algunos señores representantes, porque aquí no dice que al votarse en la forma en que dice la Secretaría, ya queda votado en lo general.
El C. Prosecretario Ancona Albertos: Cuando se vota que ha lugar a votar en lo general, y queda aprobado, queda aprobado en lo general, y después se pasa a la discusión en lo particular.
(Se procede a la votación nominal.)
El C. Prosecretario Morales Hesse: El C. Presidente, por conducto de la Secretaría, informa a los señores diputados, que de acuerdo con el reglamento, no pueden abandonar el salón a la hora de la votación.
(Continúa la votación.)
El C. Secretario Mata: El resultado de la votación ha sido el siguiente: Por la afirmativa, 162; por la negativa, ninguno. En acatamiento a un artículo reglamentario, la Presidencia me ordena dar lectura a esta lista; salvo el caso de que la Asamblea decida lo contrario. (Voces: ¡Que no se lea!)
Las personas que crean que debe leerse, se servirán ponerse de pie.
El C. Gómez Mauricio: Moción de orden. No se puede poner a votación un artículo del reglamento.
-El mismo C. Secretario: "Votaron por la afirmativa los CC. Acuña, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alejandri, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Andrade, Aranda, Araujo, Arreola Aveleyra, Aviles, Fandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Basáñez, Bello, Betancourt, Bravo Izquierdo, Cámara, "Cantú, Cárdenas, Castillo Cepeda Medrano, Cisneros, Cordoba; Cravioto, Curiel, Cristiani, Carrillo Iturriaga, Chapa, Dávalos Ornelas, Davila, Díaz Gonzaléz, Echeverría, Escudero, Esquivel, Fernández Martínez, Flores Garza, Figueroa, Gárate, García Adolfo G., García Eliseo, García Joás, García Vigil, Garza González, Garza Pérez, Gómez S., González Alberto M., González Galindo, González Jesús, González Justo, González Marciano, González Torres, Guajardo, gutiérrez, Guerrero, Hay Hernández Ernesto, Hernández Jerónimo, Hernández Luis m., Hernández Maldonado, Hermosillo, Herrrera, Ibarra, Lanz Galera, Lechuga Val, Limón, Lizalde, López Couto, Leyva, López F., López Ignacio, López Lira, López Miro, Magallón, Malpica, Manjarrez, Márquez, Manrique, Manzano, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Martínez Rafael, Mata Filomeno, Mata Luis, Medina Francisco, Medina Hilario, Medina Juan, Méndez, Meneses, Meza, Montes, Montiel, Morales Hesse, Múgica, Muñoz, Madrazo, Navarrete, Neri, Ordorica, Ortega José M., Peá, Peralta, Pérez Gazga,Pérez Brambila, Perqueria, Pineda, Plank, Portes Gil, Portillo, Prieto, Ramírez G., Ramírez, Ramírez Garrido, Ramírez Llaca, Reynoso, Rivas, Rivera José, Robledo, Robles Domínguez, Recha, Ríos Landeros, Rodríguez Saro, Rojas Dugelay, Rojas, Román, Rueda Magro, Ruiz Estrada Ruiz, Sánchez Tenorio, Sánchez Pantón, Saucedo, Saucedo Salvador, Segovia, Solórzano, Suárez, Telléz Escudero, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la.Trevió, Torrez Berdón, Urueta, Vadillo, Vargas, Vega Sanchez, Ventura, Villareal, Villaseñor, Villarreal Jesús F., Velázquez, Zapata y Zubaran."
PRESIDENCIA DEL C. JUAN ZUBARAN.
-EL C.Secretaria López Lira: De conformidad con el artículo 30 del reglamento, que dice: (leyo)
"Las sesiones ordinarias se celebrarán durante los períodos constitucionales todos los días úti-
les: serán públicas, comenzarán por regla general a las tres de la tarde y durarán hasta cuatro horas; pero por disposición del Presidente de la Camara o por iniciativa de alguno de los individuos de ella, aprobada en los términos de este reglamento podrán ser prorrogadas."
Con fundamento de este artículo, la Presidencia dispone que se continúe la sesión.
El C. Secretario Mata: Va a procederse a la discusión en lo particular del proyecto de ley.
El C. Medina Hilario: Moción de orden, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Medina.
El C. Medina Halario: Se votó que había lugar a votarlo en lo general; hay que votarlo en lo general (Voces: ¡Ya está votado!)
El C. Gómez Mauricio: Respetuosamente ruego a la mesa tenga la bondad de ordenar a la secretaria de lectura a la exposición de motivos con objeto de ilustrar de criterio de la Asamblea. Allí vienen muy claramente explicados algunos puntos importantisimos que no se tomaron en consideración debidamente al dar cuenta la Secretaría en un principio. Es indispensable que iogamos y meditemos lo que dice el Ejecutivo para poder proceder de una manera honrada y correcta. Así, puedes, ruego a la Presidencia se de lectura a eso.
El C. Medina Hilario: Moción de orden, señor Presidente. hágame el favor de informarme la Secretaria que es lo que se votó hace un momento.
El C. Secretario López Lira: Se votó si ha lugar a votarlo en su totalidad.
El C. Medina Hilario: ¡Y qué se declaró!
-El mismo C. Secretario: Que ha lugar a votarlo.
-El C. Medina Hilario:Articulo 114--Declarado un proyecto suficientemente discutido en lo general, se preguntará si ha o no lugar a votarlo en su totalidad; y habiéndo, se procederá a la discusión de los artículos en particulas. En caso contrario, se pregutará si vuelve o no todo el proyeto a la Comisión. Si la resolución fuere afirmativa, volverá, en efecto, para que lo reforme ; más si fuere negativa, se tendrá por desechado."
El C. González Galindo: Moción de orden, señor Presidente. Parece que no hay quórum. (voces: ¡Sí,sí!)
-El C. Secretario LópezLira leyó la comunicacion del C. Primer Jefe.
El C. Goméz Mauricio: Pido que se lea el artículo 123 del reglamento.
-El mismo C. Secretario. leyendo: "Artículo 123,-Leída por primera vez una adición y oídos fundamentos que quiera exponer su autor, se preguntará inmediatamente si se admite o no a discusión. Admitida, se pasará a la Comisión respectiva; en caso contrario, se tendrá por desechada.
"Artículo 122- En la sesión en que definitivamente se vote una proposición o proyecto de ley, podrán presentarse por escrito, adiciones o modificaciones a los artículos aprobados."
La Presidencia consulta a la asamblea si se concede permiso para que se dé lectura a un proyecto de ley urgente que se ha presentado. (Voces: ¡Por quién! ¡por quién!) Por varios cuidadanos diputados, y que tiene relación con el asunto que se debate.
El C. Gómez Mauricio: Moción de orden. Solamente puede aceptar Su Señoria, conforme a los artículos 122 y 123, adiciones a la ley que estamos discutiendo. No puede ponerse a debate un proyecto de ley nuevo, porque esto es otra cosa.Si es ésta una adición o un proyecto que se relacione con lo mismo, puede entrar. Es el único caso en que la asamblea puede aceptar modificaciones a la ley que se debate.
El C. Medina Hilario: Pido la palabra señor presidente, para una moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. medina Hilario: No puede darse lectura a ninguna proposición se no está definitivamente aprobado o desechado ese proyecto de ley. Además comenzada una discusión, no puede interrumpirse por esta razón.
El C. Neri: Moción de orden. Que se lea el artículo 107 del reglamento.
-El mismo C. secretario, leyendo:
"Artículo 107-Ninguna discusión podrá suspenderse sino por estas causas: primera. pro ser la hora que el reglamento fija para hacerlo, a no ser que se prorrogue por acuerdo de la camara; segunda, porque la Cárama acuerdo dar preferencia a otro negocio de mayor urgencia o gravedad: tercera, por graves desórdenes en la misma Camara; por falta de quórum; quita, por proposición suspensiva que presente alguno o algunos de los miembros de la Camara y que ésta arruebe."
De acuerdo con el artículo 107, se pregunta a la asamblea si se da lectura al proyecto.
El C. Neri: Moción de orden. Que se lea el proyecto y luego la cámara dirá si se la preferencia a la discusión de este proyecto o no.
-El mismo C. Secretario. leyendo:
"H. Asamblea:
"Los subscritos ponemos a la consideración de la H Asamblea el siguiente proyecto de ley:
"Artículo 1o - autorícese al ejecutivo de la Union para erogar los gastos que demanden las necesidades públicas, de conformidad con los presupuestos que el Ejecutivo ha enviado a esta H. camara y que obran en la Secretaría, y para arbisarse fondos que basten a cubrir los regresos; debiendo durar esta autorización los meses de mayo y junio del años actual, y en tanto no estén aprobados por esta cámara aquellos presupuestos.
"Artículo 2o-Consúltese a la H. Asamblea la dispensa de trámites de la presente ley, a fin de que se discuta desde luego.
"Mexico8 2 de mayo de 1917.
Jesús Urueta.-Ricardo López F.-Rafael Martínez de Escobar.-E. Neri-M.A. peralta.-Juan Zubaran-Sánchez potón.-Portes Gil-R V. Sánchez.(Rúbricas)" La Presidencia consulta a la Asamblea si se da preferencia a este asunto.
El C. Gómez Mauricio: Pido la palabra en contra.
-El mismo C. Secretario: de condormidad con el artículo 103 del reglamento, los que estén por al afirmativa...
El C. Gómez Mauricio. interrumpiendo: pido la palabara en contra. (Dirigiendose al C. Presidente.) tiene la obligación de concederme la palabra porque ha dado usted un trámite; tiene usted la obligación de darme la palabra para que la asamblea se forme un criterio anterio antes de votar.
El C. Presidente: Entonces tiene usted la palabra.
-EL C. Gómez Mauricio: Muy bien eso es otra cosa.
El C. Medina Hilario: moción de orden. El artículo del reglamento solamente previene se someta a votación de la cámara si se toma en cuenta por considerarse más urgente, pero no que se ponga a discusión; de manera que no puede usted conceder la palabra a ningún orador, ni en pro ni en contra, sino consultar primero a la Cámara. (Aplauso.)
El C. Gómez Mauricio: Moción de orden. Es veraderamente extraño, señor. que cuando se impugna un trámite como es éste, el señor licencia-
do Medina, que es uno de los elementos y de más talento de esta Asamblea (risas), quiere que la Asamblea no tome en consideración algunas observaciones pertinentes en este trámite. Estamos por primera vez discutiendo cuestiones trascendentales; como muy bien dijo el señor Urueta, los precedentes que aquí se sienten harán que en lo futuro la conducta de la Cámara se incline en uno o en otro sentido. ¿Vamos a interrumpir la discusíon de un proyecto de ley ya votado en lo general para dar la preferencia a una ley nueva que se nos pone a discusíon? Así, pues, yo creo que es indispensable....
El C. Presidente. interrumpiendo: La Presidencia llama a usted el orden.
El C. Neri: Esa no es moción de orden: Asi pues, creo que es indispensable que la Asamblea sea consultada y ella resuelva sobre ese particular
El C. Gómez Mauricio: Reclamo el trámite y pidio la palabra.
-EL C. Secretario López Lira: Se pregunta a la Asamblea si considera de mayor urgencia la iniciativa presentada. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. No hay mayoria.
PRECIDENCIA DEL C. ROMAN ALBERTO.
-El mismo C. Secretario: Está a discusión el artículo 1o. del proyecto de ley que dice asi: "Se conceden al Presidente de la República facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda, mientras el Congreso de la Unión expide las leyes que deban normar en lo sucesivo el funcionamiento de la Hacienda Publica Federal."
El C. Urueta: Pido la palabra en contra.
El mismo C. Secretario: Se ha inscrito en contra, el señor Peralta, y en pro, el C. Gómez Mauricio.
El C. Presidente: tiene la palabra el C. Urueta en contra.
El C. Urueta: Señores diputados: no me había yo engañado cuando con insistencia que naturalmente debío desagradar al señor Subsecretario de Hacienda, por dos veces insistí para que precisara del Ejecutivo respecto a las facultades extraordinarias que solicita de la Cámara. No me había yo engañado, porqué en puridad de verdad, la solicitud del Ejecutivo es mucho más amplia de lo que en un principio había imaginado. No fuese suficiente atención cuando la Secretaría leyó las proposiciones concretas del Ejecutivo; y por lo tanto creí que las explicaciones del C. Nieto, un tanto vagas, tendían siempre a colocar su pensamiento de lado del pensamiento que ya se había expresado en esta tribuna, o sea de que las facultades extraordinarias que se concedieron al Ejecutivo, fueren restringidas y temporales, lo más restringidas posible y lo más temporales posible, Pero fijando mi atención al artículo 1o. que propone el Ejecutivo, observo que se solicitan unas facultades extraordinarias amplisimas, puesto que dice así: "Se conceden al Presidente de la República facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda, mientras el Congreso de la Unión expide las leyes que deban normar en lo sucesivo el funcionamiento de la Hacienda Pública Federal." No puede ser más lo que se pide. De manera que no se trata de hacer las erogaciones necesarias conforme al Presupuesto de Egresos que se acaba de enviar a la Cámara; no se trata de arbitrarse los fondos necesarios para cubrir esas erogaciones o esos ingresos; no, se trata de facultar ilimitadamente al Ejecutivo para que, obrando sin restricciones de ninguna clase, expida todas las leyes que en lo sucesivo normen el funcionamiento de la Hacienda Pública Federal. Entonces, señores, si caeremos en el error fundamental y decisivo: empezar nuestra vida pública como representantes del pueblo en está Legislatura con un acto de al dicación completa. Está bien, como antes se ha dicho, que no le pidamos al Ejecutivo lo imposible, que nos coloquemos en el terreno de las mutuas concesiones, que seamos directos y serios respecto a él, que no estorbemos su camino y que procuremos por todos los medios posibles que se arbitre fondos y que consume la obra de la pacificación nacional: pero no consintamos en que el Ejecutivo nos pida algo más, mejor dicho: no consintamos en dar al Ejecutivo más de lo que realmente, de lo que honradamente y de lo que humanamente podamos darle. Se planteó aquí la cuestión un dilema que nos colocaba en dos términos, dos términos perentorios: o se paraliza el funcionamiento de la Secretaria de Hacienda, o se conceden las facultades extraordinarias para arbitrarse fondos y hacer los pagos urgentes. Ante este dilema, la Representación Nacional lo ha visto, yo no he vacilado un solo momento; yo he dicho si, porque la necesidad es la ley de las leyes, porque perdemos el tiempo discutiéndolo, porque ello se impone a nosotros con la fuerza de las fatalidades cósmicas. ¿Esto era atacar al Ejecutivo? En manera alguna: esto era llamarlo a un terreno de conciliación y de concordia; esto era plantear el problema de tal suerte, que él tuviese la acción expedita y que nosotros quedáramos con la conciencia limpia y tranquila. Pero como yo sé que en estos casos cualquiera observación hecha al Ejecutivo pasa como un ataque. y hay muchos que se encargan de abultarlo y de deformarlo, de tal suerte, que al día siguiente aparece en las columnas de la prensa como enemigo del Gobierno el que aquí en la tribuna no ha hecho otra cosa que querer que el Gobierno se mantenga dentro del decoro, y que la Representación Nacional se conserve dentro de la dignidad: como yo sé esto, no me extraña, que aparezca yo a los ojos de muchos hoy, y mañana a los ojos de la gran mayoría que lea la prensa, como un enemigo del Ejecutivo, sin serlo en manera alguna, sino que, por el contrario, creo que mi conducta no puede tener otra explicación más que ésta: procurar que el Ejecutivo y el Legislativo se mantengan en tales términos de armonía que uno no pida más de lo que pueda dar el otro; que aquél no exija más de lo que pueda conceder éste. En tal virtud, señores diputados, creyendo yo que efectivamente la cuestión quedaba formulada en ese dilema, no tuve empacho de ninguna suerte al decir: "Si, yo acepto; concédanse al Ejecutivo las facultades que solicita. con el objeto de que pueda hacer los pagos y de que pueda arbitrarse los fondos necesarios para efectuarlos." Hasta alli era obrar dentro de la más estricta corrección, y era decirle al Ejecutivo: "Tienes la mano libre, tu acción está expedita, nosotros no te obstruccionamos en manera alguna;" pero desgraciadamente, señores diputados, no es ese el problema, el asunto es otro: se trata realmente de amplias, de cabales, de completas facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda. Dice el artículo 1o.: "Facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda, mientras el Congreso General explica de las leyes que deben normar en lo sucesivo el funcionamiento de la Hacienda Pública Federal." Aqui cabe todo, absolutamente todo; el Ejecutivo puede hacer y deshacer, puede contratar o no contratar empréstitos, puede tomar decisiones respecto a los bancos, puede tratar de resolver toda clase de cuestiones conexas con
la Hacienda Pública, absolutamente todo. Lo facultamos para todo; es decir, abdicamos. Pues bien señores, esto es lo que yo no puedo, ni podré nunca consentir. ¿Por qué me decía yo, el Subsecretario de Hacienda, a pesar de que es un hombre de claro entendimiento, se ha rehusado a contestar categóricamente mi interpelación, que cada vez lo estrecha más? ¿Por qué el señor Nieto no ha dicho sino palabras vagas, cuando presisamente por ser Subsecretario del ramo de Hacienda, de ese ramo sobre todo, estaba en obligación de ser más preciso, más diáfano? Pues no. Entonces, ¿Que hay aquí? ¿De qué se trata? ¿Se trata realmente de que el Ejecutivo pueda disponer de dinero para hacer los pagos del Presupuesto de Egresos? No, señores. Ojalá que de eso se tratara; setrata de todo: se trata de legislar en todos los asuntos relativos a la Hacienda Pública. De manera que las facultades extraordinarias tinene, pues, un campo de acción limitado en lo que la Hacienda Publica se refiere. ¿Vamos nosotros en esas condiciones a conceder las facultades extraordinarias en la forma que ellas nos son pedidas? Yo creo que no podemos; yo creo que no debemos. ¿Por qué motivo, si somos racionales la Secretaria de Hacienda es irracional, y nos obliga a nosotros a ser irracionales? ¿Por qué motivo, si le dejamos expedida su órbita de acción para que haga los gastos necesarios y se arbitre los recursos indispensables para esos gastos? ¿Por qué no se conforma con eso? ¿Por qué nos pide más? ¿Acaso, señores, la Secretaría de Haciednda -y esto lo digo no porque pretenda ofender individualmente ni al señor Secretario ni al señor Subsecretario, pues probablemente mucho de lo malo que se ha hecho en la Secretaria de Hacienda no obedece a la acción directa de uno o de otro sino a las circunstancias en que el país ha vivido- ¿Pero acaso, señores, la Secretaria de Hacienda puede inspirarnos confianza tal que la dejemos obrar ilimitadamente en este ramo, cuando ya nosotros estamos constituídos como Cámara de Diputados? (Voces: ¡No!) Ahí tenéis la respuesta, que no, y evidentemente que no, señores diputados. La situación del país es angustiosa por lo que se refiere a la cuestión económica, más, mucho más que la situación de orden militar. ¿Por qué? Porque la situación de orden militar deriva en mucho de la situación económica, es un reflejo de aquélla, llego a más, toda la vida del país, la vida política, la vida militar y la vida social del país, no son otra cosa que un reflejo de su vida económica. En la vida económica del país está todo, en la Secretaría de Hacienda está el pivote en torno del cual giran todas las actividades de la vida mexicana. Si pues, la Secretaría de Hacienda, ya sea por torpeza de los funcionarios encargados de ella, ya sea porque las circunstancias del país así lo han exigido, ya sea por una u otra cosa ligadas conjuntamente, si la Secretaría de Hacienda no inspira al público, a la Nación, esa confianza que necesitáramos para poderle otorgar facultades extraordinarias, entonces señores diputados, ¿Cómo vamos a cometer la insensatez de concedérselas? Y no se diga que la Secretaría de Hacienda no es más que un instrumento del Ejecutivo, no se pretenda arrojar esta responsabilidad sobre el señor Carranza, pero aun en este supuesto, tratándose de ideas, nadie debe rehuír la responsabilidad. Cada hombre es hijo de sus obras, debe responder por ellas. ¿Por qué? Porque ha tenido una participación directa en la creación de los acontecimientos de su país y desde ese punto de vista. que se defiendan en buena hora aquellos que deban defenderse: pero a nosotros que nos concedan el derecho de recoger de la crítica universal mexicana dos a tres frases que en suma vienen a condenarse en esto:la falta absoluta de confianza en las gestiones de la Secretaría de Hacienda. Sí, esta verdad estalla en las fábricas y en los campamentos, si esta verdad es palmaria en nuestra miseria degradante, si esta verdad es un sol que no tiene necesidad de las órdenes de Josué para estar parado, entonces, ¿Cómo vamos a conceder las facultades extraordinarias que se nos piden? Demos lo que humanamente podemos dar, pero que no se exija aquello que sería insensato, que sería absurdo que nosotros tuviésemos la debilidad de consentir. De suerte que tratándose de una cuestión de importancia tan grande, de un punto que es capital en los comienzos de nuestra historia legislativa, es absolutamente necesario que arrojando a un lado todo prejuicio, todo afecto y señores diputados, todo interes, es preciso que meditéis muy seriamente en que con este paso abdicáis de lo más caro que tiene y que ha tenido y que tendrá el ser humano: su libertad.
Aprobado este artículo, la Cámara de Diputados habrá perdido ante la Nación el prestigio, la fuerza y la dignidad que la Nación tiene todavía la esperanza de esperar de ella. ¡Facultades extraordinarias para reorganizar la Hacienda Pública Federal! ¿No os parecía poco,señor Subsecretario de Hacienda? Bien lo habéis visto, señores diputados, cómo con un argumento falaz se pretendió obtener una resolución de incalculable trascendencia moral y política. No era, pues, verdad que se tratasetan sólo de exigencias de momento, de imperiosas necesidades que conjurar mañana mismo; si eso hubiera sido, ninguno de nosotros hubiése vacilado en dar nuestro voto en favor de la iniciativa, pero ese argumento se planteó con objeto impresionar fuertemente a la Asamblea y que la Asamblea, frente a frente de la necesidad vital, dijera irreflexivamente: "Sí concedo las facultades extraordinarias que se me piden." Peri ahora que ya el debate se serena, ahora que ya la niebla se disipa, ahora que las letras del decreto hablan con claridad meridiana, ahora señores, la duda no es posible; ¿Facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda; generalísimas, amplísimas, sin tasa y sin medida? Creo, señores diputados, que vosotros, absolutamente consciente de vuestsro deber hacia vuestros mandatarios, absolutamente conscientes del papel que representáis o que vais a representar en la historia nacional de estos tiempos, tendréis la entereza bastante para decir: nosotros somos el Poder Legislativo; frente al Poder Ejecutivo no presentaremos obstáculos, pero queremos que el Poder Ejecutivo, frente a frente de nosotros, nos tienda, no una mano con garfios, sino una mano enguantada noble. (Aplausos ruidosos)
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Ramírez Garrido.
El C. Ramírez Garrido: Después de la palabra lumínica y vibrante del príncipe de los oradores, después del verbo ático del divino Urueta, mis palabras van a verse más pálidas que nunca; pero como este no es torneo de oratoria, vengo con la sinceridad de mi juventud y la firmeza de mis ideales a sostener ese proyecto de ley que presenta el Ejecutivo. Hace un momento fué desechada por la Asamblea una moción presentada por el señor Urueta y otros diputados que, o yo no conozco castellano, o en el fondo venía a decir lo mismo. (Voces: ¡No, no!) En esa moción se decía, señores diputados, dos cosas:dénse facultades al Ejecutivo, primero, para que conforme a un presupuesto
que ninguno de los señores diputados conoce, se rigiera en estos días mientras nosotros los aprobamos; segundo, dénse facultades al Ejecutivo para que si no hay fondos vea de dónde se los arbitra y eso, señores diputados, es darle facultades hasta para contratar un empréstito. (Voces: ¡No, no!) Sí, señores, así decía la moción presentada y desechada por la Asamblea. ¿Qué es lo que pide ahora el Ejecutivo si no lo mismo? "Se conceden al Presidente de la República facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda," que era lo que quería darle el señor Urueta un momento antes.(Voces: ¡No, no!) Lo mismo se trató también al principio, en términos generales, de fijarle un plazo al Ejecutivo, y el señor Subsecretario de Hacienda vino a decir aquí, y cayó bien en la Asamblea, que eso plazo fuera de dos meses. Yo creo que es mucho mejor la moción como la ha presentado el Ejecutivo, pues así, señores, ese plazo puede ser del tiempo que nosotros queramos, pues ese plazo durará sencillamente el tiempo que el Congreso dure en aprobar los presupuestos que ya se presentaron. Decía el señor Urueta que la situación económica es más grave que la militar. Claro está, esa es una verdad de Pero Grullo, nadie hay que lo niegue, y por eso antes de pedir las facultades que vendrá a solicitar en el ramo de Guerra, viene a pedirlas hoy en el ramo de Hacienda. ¿Cómo vamos nosotros a pacificar el país, uno de los grandes anhelos nacionales, si empezamos poniéndole al Ejecutivo las taxativas, o maniatarlo para que no pueda obrar en el ramo de Hacienda que es la base del ramo militar y de todos los demás ramos? ¿Qué debe hacerse en estos momentos en que no hay presupuesto? Yo creo, señores, que por patriotismo y aunque esto parezca al señor Urueta chiquillerías, por patriotismo debemos, señores, aprobar este proyecto de ley tal como lo ha presentado el Ejecutivo.
(Vices: ¡No. no; sí, sí.) (Siseos y aplausos.)
Decía el señor Urueta que el Gobierno del señor Juárez se pasó pidiendo siempre facultades extraordinarias y yo digo, señores, que gracias a esas facultades extraordinarias el Gobierno del señor Juárez pudo enfrentarse contra la invasión napoléonica y dominarla en buna lid yo digo, señores, que gracias a esas amplias facultades el Gobierno del señor Juárez siempre pudo tener a raya la ambición desenfrenada de Porfirio Díaz: no se me diga que al contrario, pues señores, el Plan de Tuxtepec, el Plan de la Noria reformado en Palo Blanco no dicen nada entre las quejas que exponen ante la Nación sobre las facultades que diera el Congreso al Presidente Juárez, las facultades extraordinarias dice y ese fué el motivo de ese movimiento de Porfirio Díaz que era debido principalmente a la no reelección. Señores, pero hay aquí un caso de más honda trascendencia. En pocas palabras voy a ocuparme de la cuestión internacional. Si la Asamblea niega en estos momentos las facultades extraordinarias que pide el Ejecutivo, si las reforma de tal manera que el Ejecutivo mañana no pueda hacer nada y se encuentra maniatado, con esto habremos demostrado a la Nación y ante el mundo entero que el Gobierno no tiene la confianza necesaria en el Poder Ejecutivo. (Voces: ¡No!) Yo no sé, señores, si negar las facultades que se piden no es negarle la confianza que sí debe tener el Ejecutivo: el señor Urueta decía aquí que toda la Nación clama y pone de manifiesto la desconfianza que tiene principalmente en el ramo de Hacienda. Yo no negaré, señores, que en le ramo de Hacienda, que en el ramo de Guerra, que en todos los ramos, se han cometido grandes y lamentables desaciertos, pero no es este el momento de venirlos aquí a exhibir cuando se trata de venir a encarrillarnos dentro de la ley y cuando el Ejecutivo, dando una lección de alta disciplina, viene a nosotros a decirnos: "Estoy en esta situación; mañana, si yo hago ahora operaciones, mañana se me exigirán responsabilidades. Dénme, pues, las facultades que necesito para no faltar a la ley." Todos estamos de acuerdo, señores, en que hay que exigir al Ejecutivo responsabilidades; todos estamos de acuerdo en venir a vigilar aquí porque es nuestra santa y noble misión, estrechamente la labor del Ejecutivo, pero yo creo que poniéndonos la mano sobre el corazón y pensando por un momento en nuestra patria, por esta situación tan afictiva en que se encuentra, todos nosotros hemos de votar porque se apruebe el proyecto de ley presentado por el Ejecutivo, tal como está. (Aplausos y voces: ¡No, no!)
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Peralta.
El C. Peralta: Señores diputados: el señor Ramírez Garrido no vino a defender en realidad la forma del artículo a discusión. Los argumentos del señor Ramírez Garrido forman parte de los que se esgrimieron cuando se discutió en lo general el proyecto de ley que somete a la consideración de esta Cámara el Ejecutivo. Y es natural, es señor Ramírez Garrido encuentra- con su criterio de revolucionario convencido y de hombre consciente,- que no es una causa defendible la que él se propuso defender al principio en una Asamblea de hombres conscientes, de criterio recto y pensantes, que no podrían jamás votar este artículo en la forma en que lo propone el Ejecutivo. Señores, ma ¿Cómo vamos a oponernos si en el seno de nosotros no nos oponemos a que el soldado con esta Asamblea hay porcentaje notable de militares, que con los soldados sufrimos y que todavía sentimos el alma de soldados? No, nosotros no queremos de ninguna manera poner estorbos al Ejecutivo; no queremos hacer de ninguna manera labor obstructiva, pero sí queremos que el Ejecutivo en su lugar y nosotros en el nuestro, colaboremos para el resurgimiento de la nueva patria mexicana que tanto anhelamos los de la derecha y los de la izquierda. Aquí se trajo a colaciónla cuestión internacional: ya lo esperábamos nosotros; en el Congreso Constituyente la sacaron a colación también cuando se trataba de la discusión de algunas credenciales; en alguna otra Asamblea que no quiero mencionar, también se sacó esa misma cuestión. Afortunadamente para el señor Ramírez Garrido, no vino a pintarnos aquí la situación con los tintes tenebrosos con que en otra ocasión se nos ha pintado ; no vino a decirnos que el enemigo se encuentra en las fronteras de la República, no vino a decirnos que el enemigo ha tomado el puerto de Veracruz o el de Tampico, no vino a decirnos que la guerra internacional es inminente; se concretó a decir que la opinión internacional está pendiente de lo que se hace y dice en esta Asamblea y que nosotros al rechazar este proyecto de ley que somete a nuesta consideración el Ejecutivo, vamos a dar una especie de voto de desconfianza y que por lo tanto la situación internacional se agravará. Señores, muy al contrario; así podrán pensar los ciudadanos de la Rusia de hace dos meses así podrán pensar los habitantes de Bolivia, así podrán pensar los habitantes de Turquía o de cualquier otro país completamente sumido en el obsurantismo; pero los ciudadanos de países libres, los hombres de criterio recto, ellos estarán con nosotros, esos apoyarán lo que hemos hecho aquí, ellos sabrán apreciar
nuestra actitud al establecer la línea divisoria entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo y estarán indudablemente con nosotros. El señor Ramírez Garrido ha venido a atacar aquí el proyecto que algunos miembros de esta Asamblea tuvimos el honor de presentar a la consideración de ustedes y se presenta para sí mismo este dilema: o yo no sé español o se ha propuesto exactamente lo mismo. Francamente, yo, señor Ramírez Garrido, yo me decido por lo primero ; (aplausos) o bien que por una distracción el señor Ramírez Garrido no oyó lo que aquí se leyó. ¿Hubo acaso algún voto negativo cuando se puso a votación en lo general este proyecto? Ni un solo voto contrario; todos estuvimos de acuerdo en que hay necesidad de conceder al Ejecutivo facultades extraordinarias, todos asentimos en esto; pero, señores, no en la forma en que se nos presenta este primer artículo, en el que nosotros concedemos facultades extraordinarias amplísimas para reorganizar todo el mecanismo de la Hacienda nacional, es decir, como dijo el licenciado Urueta, que nosotros venimos a hacer aquí pedazos nuestras credenciales de diputados, que nosotros venimos a abdicar y a renunciar al título que tenemos de representantes del pueblo, que no queremos tomar participación en la cosa pública y que vamos a dejar la responsabilidad entera al Ejecutivo, sin dejarnos para nosotros eso que a mi juicio es lo que debe normar la conducta nuestra: la responsabilidad es renunciar a todo, porque la responsabilidad es el principio en que debe basarse nuestra actitud en este Congreso, de manera que nosotros al proponer este proyecto de ley sustituto del que estamos actualmente considerando, hemos tenido en cuenta esto: el criterio general de la Asamblea, el criterio unánime de darle facultades al Ejecutivo, pero dárselas en cierta forma que nosotros no abdiquemos, que nosotros no renunciemos; dárselas de tal manera que nosotros estemos en nuestro papel y que el Ejecutivo también esté en el suyo. Por eso yo suplico a mis compañeros de Cámara que demos un voto negativo a este proyecto de ley. (Aplausos)
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Múgica.
El C. Múgica: Ciudadanos diputados: tengo por norma ver de primera intención un movimiento sincero y de honradez en todos los actos de las personas con quienes tengo contacto.
Así, pues, creo por está vez, y lo confieso así, que las intenciones que han revelado los señores impugnadores del proyecto de ley a discusión, son bien intencionadas, tendentes a conservar, como ellos dicen, la dignidad y el decoro de la Cámara, tendentes a conservar, como ellos dicen, la responsabilidad que por ningún motivo debemos abdicar como representantes del pueblo. Asimismo, señores, quiero que al exponer mis ideas se me considere en las mismas circunstancias que si viniera a hablar en contra del dictamen; no vengo animado absolutamente de intereses bastardos ni de personalismo reprochables; pido que se tengan en cuenta mis antecedentes, que se recuerde que cuando ha habido necesidad de independencia, he tenido suficiente valor, suficiente criterio, suficiente entereza para sostener mi independencia de criterio, pero que también cuando se trata de asuntos en que yo veo comprometido el porvenir de la patria, entonces yo soy el primero en empuñar la lanza, en enristrar la lanza y pugnar porque triunfen los ideales sobre los cuales veo yo definirse el porvenir de la patria. Mediante este pequeño preámbulo, señores, voy a entrar en materia. Aquí se discute el artículo 1o. de un proyecto de ley enviado a esta Asamblea por el Ejecutivo, que a la letra dice: (leyó.) Sobre esta redacción, señores, ha volado la imaginación del ciudadano diputado Urueta, presentándonos las cosas de una manera tal, que estoy seguro que en muchos de aquellos representantes que en un principio encontró eco favorable esta iniciativa, ahora hay una cierta vacilación y es preciso, señores, que pensemos que la literatura siempre adolece de ese defecto cuando se tratan las cuestiones sólidas y se las adorna con el ropaje bello de la palabra; cuando se nos lleva de un orden de ideas usando frases bellas y bien encadenadas, entonces, señores, es indiscutible, es fatal que nuestro pensamiento, que nuestro cerebro sufra alguna alteración y para ello es preciso que vengan la reflexión y la tranquilidad a disipar esas nubecillas para quedarnos con aquello que debemos considerar y que debemos votar en bien de la patria. Se nos ha dicho que con las facultades extraordinarias vamos a convertir al Presidente de la República en un déspota. ¿Quién nos garantiza esto, señores? ¿que, porque vamos a conceder facultades extraordinarias en Hacienda por un tiempo limitado, vamos a abdicar de nuestro pensamiento, de nuestras facultades y de nuestra acción? ¿No vamos a estar aquí reunidos diariamente en esta Asamblea? ¿No va la prensa diaria a informarnos continuamente del uso que el Ejecutivo haga de estas facultades? ¿No vamos a tener en la Secretaria de Hacienda el libro abierto para oder investigar con pleno derecho, señores, la inversión que se les de a los fondos? (Voces: ¡No, no!) (Siseos.) Los señores que sisean y dicen "no, no" podrán demostrar lo contrario cuando yo baje de esta tribuna Pues bien, si tenemos desconfianza en nosotros mismos, si creemos que con una Representación Nacional en la cual palpita todo entero, todo viril el partido revolucionario, vamos a convertir al Presidente en un déspota, entonces, señores diputados, no tenemos confianza en nuestra convicciones, no tenemos confianza en que la Revolución ha triunfado para siempre y en que el imperio de la libertad se ha abierto paso para siempre jamás en suelo mexicano. Se ha dicho también, señores, que quién sabe cuántos empréstitos vaya el Ejecutivo a contratar sin el consentimiento, sin la discusión plena de ellos por esta Asamblea. Señores diputados, ¿Cuánto tiempo hace que el Ejecutivo está haciendo uso de facultades extraordinarias en todos los ramos de la Administración? Desde el año de 1913 que ya pudo haber una administración revolucionaria, desde entonces, el señor Carranza ha tenido esas plenas facultades y entonces, señores, la situación de la Nación misma nos daba en el extranjero un crédito que hoy no tenemos, entonces la misma cohesión que había dentro del partido revolucionario garantizaba en el extranjero mejor que ahora cualquier empréstito que hubiésemos tomado y en cualesquiera términos que lo hubiésemos admitido, habría sido pagado fiel y patrióticamente por la Revolución.
¿Ahora podemos contar con esas garantías? Yo creo, señores, que ninguna Nación, absolutamente ninguna, no sólo por esas consideraciones que acabo de hacer sino por encontrarse todas ellas seriamente comprometidas en el conflicto mundial, no podrán prestarnos un solo centavo aunque quisiésemos y se los pidiésemos con un cincuenta por ciento de réditos; entonces, señores, ¿En dónde está ese temor? Pero supongamos que hubiera alguien que nos prestase dinero, ¿Qué, no tendríamos facultades para evitar que se consumara un empréstito ruinoso para la Nación? Vuelvo a decir, señores
diputados, que creo que esos son temores pueriles; creo que mientras estemos vigilando alertas, las facultades extraordinarias que concedamos por necesidad imperiosa, porque así lo exijan nuestras circunstancias, no podrán tener un mal fin y si acaso lo tuviesen, en el primer momento sospechoso que notaramos que el poder Ejecutivo estaba haciendo mal uso de esas facultades, sabríamos con toda la energía de nuestro carácter obligar al Presidente de la República a venir a dar terminantemente cuenta en esta Asamblea de esas facultades que patrióticamente se le hubieran concedido.(Aplausos.) Por otra parte, señores. ¿Qué significa estas facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda? En mi concepto, en mi sentir, significan principalmente, aquello que ve a la vida diaria de la Nación, los impuestos, los pagos, ambos presupuestos el de ingresos y el de egresos que constituyen esencialmente el funcionamiento de la Secretaría de Hacienda, que son los que gradúan diaramente la balanza económica de un país y que son naturalmente los que le dan vida o puedan ocasionar un serio trastorno a la vida de ese país. Si estamos conformes, pues, conceder ya en una relación expresa esas facultades al Ejecutivo de que disponga de los fondos necesarios para cubrir el Presupuesto de Egresos que ha enviado a esta Cámara y que todavía no conocemos; ¿Por qué, señores, nos asustamos de la palabra "extraordinarias"? ¿Qué otra cosa más significa? yo quisiera que los oradores del contra vinieran a decirme: Estas facultades extraordinarias significan esto, aquello o lo de más allá, lo que absolutamente no le conviene a la Nación. Y aun en ese caso podemos poner un remedio, en ese momento podemos decirle al Ejecutivo : No te damos facultades extraordinarias, porque nosotros tenemos resuelto ya el problema económica; no te concedemos absolutamente nada extraordinario porque aquí está el remedio, están los presupuestos de ingresos y de egresos, aquí está el dinero para que te concretes a hacer absolutamente esos gastos. Por otra parte, ¿Podemos ver en la ley misma, dentro de un presupuesto todo los gastos que se deban hacer en este período de dos meses? yo creo que no, señores. Supongamos el caso fortuito, supongamos que en estos momentos los Estados Unidos levantasen el embargo de armas y de municiones que nos tienen establecido desde hace más de un año. Tendría necesidad el Ejecutivo, para comprar todo lo que nos hace falta y que es de urgencia para la pacificación del país, de que nosotros decretáramos una partida especial, y cuando tiempo en los tramites y discusiones, en toda esa traba que tienen las leyes para ser lanzadas! ¿Cuanto tiempo pasaría para solucionar este asunto de vital interés nacional? Este preciso que tengamos más confianza en el Ejecutivo y que veamos en el Presidente de la República un colaborador del Poder Legislativo en la obra de reconstrucción, que tengamos presente que si no observamos una reciprocidad mutua de confianza de un poder al otro, muy pronto, señores, veremos enfrentado al Poder Legislativo contra el Ejecutivo o viceversa, el movimiento no importa, señales, de donde venga, pero será un movimiento fatal para la República; será algo que haga fracasar las conquistas que nos han costado tanta sangre y tantos esfuerzos arrancar a la reacción y a las dictaduras.
Por último, señores, creo que las comisiones de Hacienda, que estan indudablemente animadas de un fin patriótico al haber aceptado el encargo que la Gran comisión los confirió, se esforzaran en presentarnos un proyecto completo de legislación en cuestión ecónomica, y entonces, señores, por ese solo hecho, por el hecho de lanzar nosotros las primeras leyes, cesarán estas facultades extraordinarias, pues eso mismo es lo que indica el proyecto y desde luego la Ela tranquilidad volverá a la conciencia de los señores diputados que en momentos de vacilan en conceder estas facultades. Yo por mi parte, señores, os exhorto a que ayudemos al Ejecutivo en estos momentos difíciles, en estos momentos de transición, en que pasamos de un orden preconstitucional al orden de la ley, a que salve la situación del país con objeto de que la Representación Nacional pueda ya dentro de un ambiente de tranquilidad, dentro de un ambiente firme y sereno, dar todas las leyes que demanda todavía la Revolución para poder triunfar. (Aplausos.) - El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Sánchez Pontón en contra. (Siseos.)
El C. Sánchez Pontón: H. Cámara: ayer cuando las manifestaciones populares alcanzaban el grado máximo del regocijo, cuando toda la ciudad se había lanzado al centro de la población, a los alrededores de la Cámara, torno del Palacio Nacional y llenaba nuestras grandes artesanias, luciendo como en los días grandes de patria un semblante de emoción satisfecha, y hasta el traje de las grandes fiestas, yo, después de haber prestado la protesta el C. Presidente de la República, gusté el mezclarme a esa confusión popular, para palpar, para sentir, para vibrar juntamente con el alma de las multitudes de un día que marcará perfectamente no solo una etapa de la Revolución, si no una era de nuestra historia patria. ¿ Y sabéis, señores diputados, lo que oí de todos los labios, de los que seguramente habían participado del dolor de la Revolución, de los que seguramente habian seguido el egoísmo pasivo de todos los que se ocultaron en sus casas en los momentos más terribles de la lucha, de los que hubieran sido amigos y de los que hayan sido enemigos, porque ¿Qué podemos saber de lo que piensa una multitud heterogénea en un día así? Pues de los labios de todos se oían estas palabras: "Vamos a ver si cambia la vida de la patria desde hoy." "Vamos a ver si el régimen constitucional trae al pueblo algo que remedie los dolores y las necesidades que ha pasado; vamos a ver si una vez instituídos los Poderes de la República, la situación del pueblo varía." porque, señores diputados, cada uno piensa por las necesidades propias cuando no tiene la alteza de miras de prescindir de ellas y pensar por los demás; pero al pueblo no podemos exigirle otra cosa si no que piense en el pan amargo de cada día y que piense también cómo podrá mañana salvar la situación de ese nuevo día, y por eso todos esperaban que desde ese momento, en que las campanas de toda la ciudad parecían tocar rebato de recocijo, cuando se lanzaban desde la plaza central de nuestra ciudad, como símbolo de la libertad que se devolvía al país después de la cruenta lucha, las aves blancas, portadoras de insignias simbólicas, entonces, señores, yo os juro que de todas partes se pensaba principalmente en la acción de esta representación popular que esta reunida en esta Asamblea y en la que estan puestas las esperanzas de todo el país. Sí señores, y no es porque naturalmente en cada uno de los que ayer se reunían en estas manifestaciones públicas, hubiera desconfianza al Ejecutivo o hubiera un temor respecto de su persona. Señores sino que precisamente porque la continuidad de la Primera Jefatura y de la presidencia de la República ha sido en la misma persona, es por lo que, naturalmente, el pueblo tiene mas fijos sus ojos en la Representación Nacional para encauzar la vida política y administrativa del país, y nosotros, señores, teniendo en nuestra acción, en nuestros hechos, la mirada atónita y
expectante de toda la Nación, nosotros que quizás hemos ofrecido a cada uno de nuestros electores el ver no solamente por el bienestar del pueblo, si no ver también por el respeto a la ley, nosotros ahora tenemos el primer caso en que debemos demostrar a nuestros electores y a toda la Nación, que realmente hemos venido a ver por la dignidad del pueblo, por la dignidad del representante que ha venido a hablar interpretando los sentimientos de un distrito y por el bien público de toda la Nación. Y esto viene a que el proyecto que se nos ha presentando en la forma en que se ha hecho, nosotros no podemos aprobarlo si no es abdicando desde luego la Representación Nacional y la importancia política que tiene en estos momentos cada diputado que toma asiento en esta Cámara. Dicen los oradores del pro que no hay dificultad ninguna en que se concedan facultades extraordinarias según el proyecto que se nos ofrece y el proyecto que hemos tenido el honor de presentar a la consideración de la Asamblea; y si es lo mismo, ¿Por qué no vamos a probar el proyecto del Ejecutivo, que si entraña igual facultad para disponer en una forma libre de los caudales de la Nación y de los arbitrios de que se pueda disponer para enfretarnos con los gastos públicos, por qué no aprobar el del ejecutivo y por qué presentar otra moción? Señores, porque hay palabras que aunque parezcan un término gramatical y por lo tanto sin importancia implican, llevan inplícita en sí toda una tendencia, toda una idea capital y que sienta un presente como ya se ha dicho repetidas veces aquí. ¿Quién puede dudar de que ha habido confianza y la hay para el Ejecutivo? ¿Quién puede decir que al presentarse una moción en forma distinta es porque se desconfía del uso que puede hacer de esas facultades extraordinarias el presidente de la República? No, señores nadie puede decirlo; toda la república, nosotros mismos formando entonces parte del pueblo como unos de tantos ciudadanos, sin más aprobando, hemos visto siempre con agrado todas representación que la nuestra propia, hemos chas veces en lo particular nosotros no haya la disposiciones que se han dado aunque muchos estados con su espíritu y con su letra, no hemos reclamado nunca las disposiciones del ramo de Hacienda que han vulnerado los intereses de todos y cada uno de nosotros; toda la Nación, con una docilidad de que se han admirado las naciones extras y todos los extranjeros que residen aquí, hemos visto ese número casi fabuloso de disposiciones hacendarias que se nos han dado, retirando las que ayer se daban, cambiando las proposiciones que antes se habían hecho o nulificando los ofrecimientos que habían publicado en decretos anteriores ¿Qué hemos hecho ? Aguantarlos. Hemos ayudado con nuestro acatamiento, unas veces pasivo y otras veces activo a todo el desarrollo y la evolución de ese programa hacendario trazado por el Gobierno preconstitucional, y hemos sabido de muchos y muchos, los señores militares que están presentes todavía lo saben mejor, que en el ramo de Guerra, por ejemplo, se ha gastado en una forma que no podría decirse derroche, porque en un momento como en el que nos encontramos era necesario no pasar los gasto de guerra, pero sí que muchas veces hayan podido ser comprobadas, como en el mismo mensaje del primer Jefe se nos ha dicho. ¿Y quién ha dicho algo? hemos sabido que si aquello se hacía, era por una necesidad ingente de la Nación; cada disposición emanada de la Primera Jefatura tendía a algo, a remediar una cosa urgente que no podían pasarse por alto en aquellos momentos. y toda la Nación la ha aceptado y ahora seguimos aceptando todo lo que ha pasado y no haremos ni nadie piensa hacer, reclamaciones sobre el pasado, porque sobre esto está fundado el triunfo de la Revolución. Pero desde ayer, desde que aquí en esta misma plataforma de la Cámara de Diputados se ha transformado el C. Primer Jefe en presidente de la República, desde que ayer la Nación ha entrado al período constitucional de su vida, nosotros, señores, debemos de cambiar por completo, haciendo a un lado todo lo que ayer pudiéramos haber pensado para sólo dedicarnos ahora a ver realmente con toda intensidad, con todo valor y con toda entereza, cuál es el bien de la Revolución y si es un caso que nosotros debamos examinar, hagámoslo, pero que no parezca que en una palabra se está jugando esta discusión. Es en algo más grave todavía, si nosotros concedemos las facultades extraordinarias tales como se piden en proyecto de ley, sencillamente, señores, no habrán habido ningún cambio del régimen preconstitucional al régimen constitucional. (Voces: ¡Muy bien!) (Aplausos.) Se habrá abierto el Congreso, se habrán instalado las Cámaras, habrá protestado el C. Presidente de la República, pero ¿Qué ha variado la administración especialmente en el ramo económico, que como ya perfectamente conocido, es el eje principal sobre el que gira toda nuestra vida nacional? ¿Qué habrán cambiado, si mañana como ayer y como antier las facultades extraordinarias del Ejecutivo se extienden en el ramo de Hacienda a todo aquello que no han sido solamente más que necesidades ingentes de la Nación, es decir, los pagos necesarios para que la vida administrativa siga su curso, sino que mañana podremos ver nuevamente como hoy las exenciones de derechos en las aduanas, veremos nuevamente el favoritismo que se ha hecho en muchos casos para introducir o para exportar elementos y artículos de primera necesidad que solamente han perjudicado a todo el pueblo, a toda la Nación? (Aplausos ruidos.) Veremos mañana, señores, asesinar al ganado que hace falta en necesidades ingentes, para exportar las pieles como han hecho poderosas compañías veracruzanas. (Aplausos.) Volveremos a seguir mirando, señores, la introducción sin derechos de automóviles y la autorización para formarse poderosas compañias de transportes. (Aplausos ruidosos.) ¿Y para qué seguir enumerando todo lo que se puede hacer en el ramo de Hacienda? ¡Quién ignora toda la infinidad de cosas que se relacionan con este ramo y que naturalmente en la forma en que está presentado este proyecto, incluyen absolutamente todos menores detalles que en el ramo de Hacienda pueden ejecutarse, si nosotros concedemos estas facultades extraordinarias que no están limitadas a lo que la Nación necesita para no paralizar su vida económica? El señor subsecretario de Hacienda nos dice: "Desde mañana se paralizará la vida nacional o el Ejecutivo se verá precisado a obrar en forma ilegal." Pues no, señores, para que eso no suceda nosotros proponemos que se le den facultades al Ejecutivo para que gaste esos millones que se nos han dicho, que se menciona en la parte expositiva de ese proyecto de ley; que nos gaste, sí, señor, que nos de cuenta después o no, nosotros tenemos plena confianza en él y precisamente por eso, señor Ramírez Garrido, precisamente por eso es por lo que nosotros proponemos que se ponga en vigor ese presupuesto sin conocerlo, porque tenemos nosotros la seguri-
dad de que en ese presupuesto solamente se nos han presentado las partidas necesarias para que la vida nacional prosiga mientras tanto se aprueban las leyes hacendarias; por eso tenemos tanta confianza que sin conocer el presupuesto venimos a proponer que desde mañana esté en vigor; pero, señores, si nosotros, saliéndonos de lo que el mismo presupuesto nos ha venido a indicar que puede hacer el Ejecutivo en el ramo de Hacienda, según este proyecto que se nos presenta, concedemos facultades extraordinarias en ramo de Hacienda mientras el Congreso expide las leyes que deban normar el funcionamiento de la Hacienda pública, entonces, durante todo el período que tenemos de sesiones extraordinarias hasta el 1o. de septiembre y aun posteriormente, podrán seguirse ejerciendo las facultades extraordinarias que concedamos aquí. (Voces: ¡No, no!) Sí, señores, voy a decir por qué: aquí no se nos dice que mientras tanto se aprueban los presupuestos enviados a la Cámara para estos dos meses que faltan para terminar el año fiscal; si esto no se dice en el proyecto, señores, sí hay que fijarse de una manera precisa en la redacción literal, no hay necesidad de desviarnos por otro camino que el ver el texto y la palabra misma del proyecto que no se nos presenta. Si se nos dijera, "mientras tanto el Congreso aprueba el proyecto que hoy se ha enviado a esa Cámara para enfrentarse a los gastos que deben hacerse en estos dos meses que faltan para terminar el año fiscal." señores,nosotros mañana mismo nos contituiríamos en sesión permanente y acabaríamos de aprobar ese presupuesto pero no es eso lo que se dice: se dice: "Mientras tanto que el Congreso de la Unión expide las leyes que deban normar en lo sucesivo el funcionamiento de la Hacienda pública federal." Es decir, necesita darse, además de los presupuestos, toda esa cantidad de leyes hacendarias que están englobadas en este ramo y se nos podría enviar una ley cada día y tendríamos que perder mucho tiempo en discutir esas leyes, ¿Quién puede negar esto? ¿Por qué entonces no limitar el caso preciso, que según el mismo Ejecutivo hay necesidad de que desde mañana pueda enfrentar a los gastos públicos, por medio de ese presupuesto que no se nos presenta? ¿Por qué no pedir aquí que el mismo tiempo que se limiten las facultades el Congreso salve su dignidad, salve la presentación que tiene? si nosotros, señores, nos encontramos ante la disyuntiva de hacer que la vida nacional de paraliceo dar esas facultades extraordinarias, entonces, creo que no habrían un solo escaño de la Representación Nacional que viera levantarse a un diputado para dar su voto en contra de esas facultades extraordinarias. Si nosotros creyéramos realmente que de no aprobarse este proyecto.desde mañana la vida nacional se paralizará todos votaríamos afirmativamente: pero si encontramos otra forma que salve esa dificultad, que el mismo tiempo que concede el Ejecutivo lo que el necesita, salve la dignidad del Congreso y haga que la Nación perciba claramente que sí hay Presentación Nacional, que sí hay orden constitucional ¿Por qué no hacerlo entonces, señores? Aquí sencillamente se nos propone una disyuntiva: o votar en contra del proyecto como si no quisiéramos ayudar al Ejecutivo, o aprobarlo tal como está, y entonces abdicar de nuestras ideas sobre la presentación que tenemos y no es eso. Podemos dar esa forma que se ha presentado y podemos dar otras varias, pero muchos compañeros, estoy seguro, que en la Cámara estaríamos dispuestos a dar estas mismas facultades extraordinarias, apesar de que no tenemos facultades para darlas si es que realmente no pudiera de otra manera salvarse la situación. Pero nuestro voto negativo al proyecto se funda precisamente en que hemos creído encontrar una forma que al mismo tiempo cohonesta el deseo de Ejecutivo y el de la Representación Nacional. Yo os pido por lo tanto, señores,que teniendo en consideración que no se trata aquí de hacer una oposición, de hacer obtruccón a una idea que se nos presenta por el Ejecutivo, que teniendo en cuenta que nosotros al desechar el proyecto podemos presentar otro en forma mejor, que nosotros tenemos antes que nada que decir ahora a los cuatro vientos de la Nación que sí hay orden constitucional, porque hay un congreso de representantes del pueblo que vigila por el, que hay Congreso que le dice el Ejecutivo: "Estamos contigo, te reconocemos no solamente como caudillo y como factor del triunfo de la Revolución; te reconocemos como Presidente Constitucional de la República dentro de las facultades que ella misma te da y que nosotros, como congreso, como Representación Nacional, estamos obligados a vigilar, al mismo tiempo que a vigilar nuestros propios actos". (Aplausos ruidos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Marciano González.
El C. González Marciano: Señores diputados: seguramente que cada uno de vosotros ha hecho en su mente todas las consideraciones que han mencionado aquí los oradores y que cada uno estás dispuesto a votar en conciencía; yo he llamado a la mía y hasta estos momentos no destruyen los oradores del contra las argumentaciones que yo mismo me he forjado. Tendremos que desechar desde un principio lo que se ha asentado aquí de que vamos a abdicar de nuestra manera de ser, de nuestro deber, si le concedemos al Ejecutivo las facultades que reclama en este asunto.Y no lo conceptúo así: las circunstancias anormales porque atraviesa el país, la transición de Gobierno preconstitucional a Gobierno constitucional, todo eso hace, al menos así lo creo honradamente,que el Gobierno de la República no pueda prever los gastos que tiene que erógar y por eso no los limita,no los enumera y nos dice de una manera clara, precisa y matemática: "en tanto que el Congreso expida las leyes que reglamenten la cuestión hacendaria." (Siseos) ustedes,pero la parte primera así lo dice, está al principio: Artículo lo.: (Leyó) Yo creo que todos los que sisean van a decir que esta es una argumentación baladí por la enormidad de tiempo que se toma en expedir tantas leyes. Y o no lo creo así; sin embargo, debemos debemos nosotros de sentirnos satisfechos con que tenga una limitación en cambio, el no tiene una pauta de seguir en materia de gastos porque las condiciones son de por sí anormalesy no podía tomar como precendente lo gastado en un mes para aplicarlo presisamente y sacar como concecuencia lo que tenía que gastar en los meses de mayo y de junio. En la parte expositiva nos habla precisamente de dos meses de mayo y junio; el no ha querido colocarse dentro de esas facultades que cree tener, y ha venido precisamente ante el Congreso para decírselo. Los argumentos de algunos compañeros oradores son los siguientes: Siendo como es. Presidente de la República, puede arbitrarse fondos en alguna forma y después presentarse ante la Cámara y decir: "estos son los gastos, no quiero quedar colocado fuera de la ley, quiero estar de ella mismo." y por eso viene aquí a decir: "Concédeme lo que necesito, dame amplias facultades en el ramo de Hacienda para poder subvenir a las necesidades " Yo creo qué en ningún sentido significa esto abdicar de las facultades que el pueblo nos ha concedido. Aquí
no existe la limitación para esas facultades porque la forma en que se piden así lo manifiesta muy bien, ¿Pero que no contin·a esa Representación Nacional con su autoridad propia para exigir responsabilidades a un funcionario en uno o en otro sentido? Como decía antes, las circunstancias anormalisimas hacen precisamente que no puedan citarse n·meros y nos presente por lo pronto un presupuesto de egresos e ingresos que nosotroso tenemos que aprobar; pero una vez aprobado un presupuesto, yo me interrogo: ¿El Ejecutivo tíene que sugetarse a llenar esas partidas y a exigir las entradas por el mismo concepto? De otra manera, quedaría quebrantado el presupuesto que sometido ha sometido a nuestra consideración. Yo no veo nada absolutamente, no veo el peligro que algunos oradores han advertido al otorgarle el Presidente esa ilimitación de facultades que en el ramo de Hacienda viene a solicitarnos que antes menciono, porque ha sido ungido por el voto popular, por la confianza que se le tiene, porque efectivamente el pueblo tiene plena, absoluta confianza en que los Poderes llenarán su cometido, pues de potra manera daríamos, -Y estoy seguro de eso,- en esta época el espectáculo que no se ha dado en ninguna otra en el país, de llevar al baquillo de los acusados a los representantes que faltaran al cumplimiento de sus deberes, y si don Venustiano Carranza, que ha estado ungido de facultades amplísimas durante el tiempo que fue Jefe de Ejercito Constitucionalista y ha hecho y deshecho a su antojo según las necesidades, no veo por qué hoy que se ha colocado dentro de la ley, dentro de ese espíritu de justificación, temamos nosotros que vaya a hacer de esas facultades un uso indebido; pero aun suponiendo que lo hiciese, que llegara a ponerse fuera de la lógica, fuera de la razón, fuera del punto preciso para justificar sus procedimientos, ¿Dónde está la Representación Nacional que no le exija responsabilidades? Se pretende que nos sujetemos al cartabón, a ese presupuesto de ingresos y egresos que nos han citado, y los gastos imprevistos, señores? ¿Cómo los vamos a suponer? No. Se trata de numeros sin significación , se trata de cantidades que tiene verdadera resonancia, que van a alertar, en suma, la totalidad de esos factores, que van a servir para sofocar el movimiento, para sostener en sí todas las necesidades de la máquina gubernamental; no se trata de uno, dos, tres o cuatro millones; ¿No nos habla en su parte expositiva precisamente de una suma que represente veiticuatro millones en ·menos, no nos habla de dos meses, mayo y junio, en esa parte expositiva? ¿Por qué queremos entonces someternos a los ·meros que tienen que quebrantar las necesidades del país, las imperiosas exigencias del momento, que tienen que brotar infinitamente, porque no podemos preverlas? ¿podría decírsele: sujétado, a los presupuestos de ingresos y egresos? y vuelvo a mencionar: ¿Y los gastos imprevistos, cómo van a suponerse? ¿En qué condiciones queda el Ejecutivo colocado? tiene que venir de nuevo a decirle a la Cámara: "Supuesto que me limitas los números, deseo que me amplíes esa partida ya que no has podido expedir las leyes de la materia." (Voces: de eso se trata!) Yo desearía, señores, que se me contestara, y esta pregunta es a los oradores del contra. ¿Cómo vamos a suponer esas necesidades que no están previstas en el presupuesto de egresos?..... (Voces: íDeben estar!)
El C. Sánchez Pontón, interrumpiendo: en el presupuesto está una partida de gastos extraordinarios imprevistos como está en todos los presupuestos. (Aplausos.)
El C. González Marciano, continuando: Pues me voy a permitir decir al señor Sánchez Pontón, con la lectura del mismo documento, que en su parte relativa dice así: "Según estimaciones aproximadas y globales hechas por la Secretaría de Hacienda, los egresos importarán para los meses de mayo y junio del presente año, $ 24.000,000.00 distribuidos de la siguiente manera." Aquí están distribuidos númericamente los que corresponden a cada uno de los departamentos del Ejecutivo, pero no tiene ninguna partida que diga: "Para gastos imprevistos o para gastos extraordinarios." (Siseos y voces: ¡en cada Secretaría !) Yo creo que ha llegado el instante, y este es el primer día de lucha en el Parlamento y yo ruego a ustedes dispensen si en algunas ocasiones hacemos uso de la palabra aquellos que no estamos capacitados para ello, pero venimos animados de la misma buena fe que a venido a aducir aquí el señor Urieta y otros oradores talentosos. Cuando me hayan convencido de que es necesario, de que es indispensable negarle al Presidente de la República las facultades que pide, cuando hayan destruído algunos oradores del contra las argumentaciones nuestras, entonces aseguro a ustedes que estaré como siempre abrazado a mi conciencia que es la única que·norma mis actos. (Voces: A votar, a votar!) -El. C. Manrique: Sólo unas cuantas palabras para neutralizar el efecto que hubiera podido producir en ustedes la peroración del compañero González. En primer lugar, ha entrado aquí en juego la pasión, cosa inevitable. No en vano se ha dicho que la historia del mundo la ha escrito la pasión; pero hay ciertas ocasiones de la vida en que es preciso, humanamente posible, despojarnos de la pasión que alienta en ciertas peroraciones; aquí ejerce, por lo menos en mi sentir, una hermosa cualidad, una esencial virtud a la que considero como una décima musa, o como una cuarta gracia: la oportunidad. ¿A qué hablemos, señores, de amor a la patria, si todos, forzosamente todos, puesto que lo mismo los de la derecha que los de la izquierda debemos estar forzosamente de acuerdo en estos grandes principios? Si yo os preguntase en estos momentos, señores: ¿Amáis a la patria? todos a una os levantarías diciendo: "Sí, la amamos, sí que la amamos." Y algo más concreto, algo menos universal,¿estamos de acuerdo, señores, en ayuda al Ejecutivo? Sí estamos, señores, me diréis a una voz.si, pues, estamos de acuerdo en el fondo de la cuestión, ¿por qué empeñárnos en sostener a todo trance determinada forma? ¿Queréis a todo trance que se apruebe el texto y ahora es ocasión de hablar de aquello de que la letra mata y sólo el espíritu vivifa? Sí, esas palabras así tan vagamente imprecisas, tan vagamente concebidas, se prestan al abuso y al alejamiento del sano criterio; ¿Por qué empeñárnos en aprobar el decreto en los mismos términos en que el Ejecutivo nos lo presenta? ¿Estamos de acuerdo en ayudar al Ejecutivo? Lo estamos todos, ardientes y tibios, rojos y blancos, (risas) pues entonces aprobemos el proyecto; está ya aprobado en lo general, pero modifiquemos los términos para evitar el peligro que entra la redacción presentada por el Ejecutivo, porque se conceden al Presidente de la República facultades extraordinarias de las que más tarde habrá de dar cuenta, pero dentro de estas amplísimas facultades concedidas al Ejecutivo cabe todo lo imaginable
cabe todo lo posible, ¿Es qué, señores, somos en ocasiones incapaces de apreciar y nos imaginamos que el votar en una forma en este dictamen es dar una prueba de confianza al Ejecutivo? Hay que hacer abstracción de pasiones y colocarnos en el justo medio, en el punto neutro: ni amigos ni enemigos incondicionales, hombres conscientes del papel que estamos representando. Ya se dijo con mucha antigencia que en lo que debe distinguirse precisamente el período constitucional de la época pasada, es la existenciade la Cámara, pero no una Cámara que sea una dependecia, un nuevo departamento, una nueva oficina del Ejecutivo, sino una Entidad en que huebiese opiniones propias, iguales, idénticas a las del Ejecutivo, ojalá esto fuese siempre!- pero en caso necesario diversas del Ejecutivo. En suma, concedamos al Ejecutivo la autorización para hacer todos estos gastos que la necesidad le fuerza a hacer, pero marquemo el número, el tiempo y el modo. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Vadillo.
-C. Vadillo : Ahora la discusión está orientada en estos dos sentidos: la necesidad nacional en manos del Ejecutivo es o no mensurable en n·meros de un presupuesto. Los de contra, dicen que sí, los del pro, sostenemos que no, los de contra pudieron demostrarnos que las necesidades nacionales en este momento son de tal manera definidas, en primer lugar, de tal manera remediables, en segundo lugar, que se someten al estrecho cartabón de los números de un presupuesto en los momentos que el valor, hasta el valor monetario es variable, en los momento s en que nadie puede hacer un presupuesto seguro ni siquiera para ir de aquí a Tacuba, es una verdadera exigencia, una exigencia monstruosa pedirle al Ejecutivo que se someta al estrecho cartabán de los n·meros de un presupuesto que no está estudiado y que está formando para los días de los meses ya más normalizados que el presente. Me llama verdaderamente la atención, señores diputados,que este cerebro bien organizado del señor Sánchez Pontón nos haya venido a decir que desde el día en que el Primer Jefe rindió la protesta, todo debe variar como por encanto. ¡Qué facilidad para resolver los problemas económicas que son los más complexos en la sociología! El hecho de que el Primer Jefe haya penetrado por esa puerta con una banda en el pecho, no resuelve absolutamente ese problema económico que viene planteando desde los días de la Revolución. La Revolución si en algo ha causado mella honda, es precisamente en las relaciones económicas que regularizan, ya el funcionamiento de la Federacíon, ya el de los Estados. ¿No sabeís, señores diputados, que todos los Estados de la Federación son una legión de harapientos que están constantemente cerca de la Secretaría de Hacienda de la Federación pidiendo empréstitos para salvar las perentorias necesidades de ellos? ¿No comprendemos que los Estados de la Federación tiene que ser todavía una legión de pedigeós que están constantemente tocando a la puerta de la Federación para pedir empréstitos y salvar sus necesidades principales? Además, señores, la politica preconstitucional en relación a los bancos, en relación a los bancos, en relación en general a las institucional. La acción revolucionaria en materia económica que dejará mayor mella en la historia patria, es seguramente la que ha emprendido el Gobierno Revolucionario en relación con las instituciones bancarias, júzguese como se quiera en el porvenir esa acción,pero es evidente que la Revolución ha venido a limitar muchos abusos del capital bancario esta política salvadora para las instituciones nuevas que se han de establecer en la República, aun no está concluida; algunas leyes faltan algunos toques de eso politica no terminada tienen que darse todavía en un periodo que sea la prolongación necesaria y forzosa de este periodo preconstitucional; aun cuando se quisiera, señores, sería imposible por un arazón de inercia social, sería imposible que llegando determinado día los fenómenos económicos pasaran a ser regularizados perfectamente como en tiempos normales: luego la necesidad misma de los acontecimientos está reclamando una prolongación de esas facultades extraordinarias en lo que es presisamente más vital para la República que es la función económico-administrativa de su Gobierno. Seguramente que yo, señores, como todos los presentes, siendo horror profundo por las dictaduras; nada ensombrece tanto mi espíritu como pensar que detrás de estas facultades extraordinarias se oyera sonar el sable de las dictaduras que vienen; pero yo creo también, con todos los diputados bien intencionados de está Cámara, que nosotros después de haber sino por la primera vez en la historia de la República, por la segunda vez quizá, electos popularmente, no estoy de acuerdo en pensar que esta Cámara había de convertirse en un coro de vestales vestidas de blanco que esén entonado eternamente el epitalamio de los incondicionales cerca del lecho del Primer Jefe recientemente desposado con la silla presidencial. Yo soy de esos, yo supongo que el diputado debe entrar a este recinto, alta la frente y bien prestigiada su dignidad, pero no veo que la dignidad del diputado sufra en lo más minimo cuando ejerza las funciones que está llamado a ejercer aquí: dar facultades extraordinarias no es rebajarse, es ejercer el papel para que fuimos electos por la Repúlica. Señores diputados si alguien me demuestra que los gastos urgentes que el Ejecutivo tiene que erogar se pueden remediar mediante un presupuesto fijo, entonces yo votaré con el que lo demuestre; mientras no, yo veo grande únicamente la necesidad, una necesidad no mensurable por el momento, por consiguiente, que está exigiendo facultades extraordinarias que deben ser concedidas al poder Ejecutivo. (Aplausos.)
El C. Secretario López Lira: Se pregunta a la asamblea si considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmariva, se servirán ponerse de pie. Está suficientemente discutido.
Se va a proceder a la votación nominal del artículo 1o. que dice así:
"Se conceden al Presidente de la República facultades extraordinarias en el ramo he Hacienda mientras el Congreso de la Unión expide las leyes que deban normar en lo sucecivo el funcionamiento de la Hacienda Pública Federal."
(Se procede a votación.)
-EL C. Presidente: Se recuerda a los ciudadanos diputados que el reglamento prohibe las manifestaciones en el momento de la votación.
El C. García Vigil. (durante la votación): El señor diputado Múgica está en los pasillos. ¿Me permite usted que lo llame? (Continua la votación.)
El C. Secretario Mata: El resultado de la votación es como sigue: Por la afirmativa, ochenta votos; por la negativa setenta y cinco:
"Votaron por la formativa, los C.C. Aguirre Efrén, Alejandri, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Andrade, Aranda, Araujo, Avilés, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Basaéz, Bello, Betancourt, Bravo Izquierdo, Cámara, Cant·, Cárdenas, Castillo, Cepeda Medrano, Córdoba, Cravioto, Cristiani, Curiel, Chapa, Dávalos Ornelas, Dávila,Díaz González, Escudero, Gárate, García Adolfo, C., García Eliseo, García Jonás, García Pablo, Gómez,González Al-
berto M, González Galindo, González Marciano, Guerrero, Gutiérrez, Hay, Hernández Ernesto, Hernández Jerónimo, Hernández Luis M., Hernández Maldonado, Hermosillo, Herrera, Lechuga, Val, López Miro, Madrazo, Malpica, Manjarrez, Manzano, Márquez Josafat F., Martínez Rafael, Medina Francisco, Medina Hilario, Meneses, Montes, Meza, Ordorica, Ortega, Paredes Colín, Pedroza, Ramírez, Garrido, Rivera Cabrera, Robledo, Rocha, Rojas Dugelay, segovia, Solórzano, Suárez, Téllez Escudero, Treviño, Vadillo, Vega Sánchez, Ventura, Velázquez, y Villaseñor.
"Votaron por la negativa los C.C. Acuña, Aguirre Colorado, Aguirre, Escobar, Arreola R., Aveleyra, Carrillo Iturriaga, Cisneros, Echeverría, Esquivel, Fernández Martínez, Figueroa, Flores, Garza, García Vigil, Garza González, Garza, Pérez, Gaxiola, ó¾mez. S., González Alberto M., González Jesús, M., González Justo, González Torres, Guajardo, Lanz, Galera, Limón, Lizalde, Leyva, López F., lópez Ignacio, López Lira, Magallón, Manrique, Mariel, Manrique, Mariel, Márquez, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Mata Filomeno, Mata Luis, I., Medina Juan, Méndez Montiel, Morales, Hesse, Muñóz, Navarrete, Neri, Ortega, Padilla, Padrés, Pardo, Parra, Peñá, Peralta, Pérez, Gazga, Brambila, Pineda, Portes Gil, Ramírez Llaca, Reynoso, Ríos Landeros, Rivera, Rodríguez Saro, Rojas, Román, Rueda, Magro, Ruiz Estrada, Ruiz, Sánchez José, M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo J. Concepción, Saucedo, Salvador, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Urieta, Vargas, Zapata y Zubaran."
-El mismo C. Secretario: Queda aprobado el artículo 1o. del proyecto de ley. Continúa la discusíon sobre el ar´tículo 2o. que dice:
"El Ejecutivo de la Unión dará cuenta al Congreso del uso que haya hecho de las facultades extraordinarias que por el presente de le confieren." Se habre la discusión: las personas que deseen hacer uso de la palabra en pro o en contra, se servirán pasar a inscribirse.
Se recuerda a los ciudadanos diputados que no deben abandonar el salón antes de que se termine la sesión. (Voces: ¡A votar, a votar!)
¿No hay quien haga uso de la palabra? Se procede a la votaicón nominal. (Se efectué el acto.)
El C. Prosecretario Magallón. Durante la votación: La presidencia, por conducto de la Secretaría, suplica a los ciudadanos diputados se sirván guardar silencio y sentarse en sus respectivas curules. (Continúa la votación.)
-El mismo C. Prosecretario: El resultado de la votación es el siguiente: Por la afirmativa, ciento treita y dos votos; por la negativa, diez.
"Votaron por la afirmativa, los C.C. Acuña, Aguirre, Colorado, Aguirre Efrén, Aguirre Escobár, Alejandri, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Andrade, Aranda, Araujo, Arreola R., Aveleyra, Avilés, Bandera y Mata, Barragán, Juan Francisco, Basaéz, Bello, Betancourt, Bravo Izquierdo, Cámara, Cantú, Cárdenas, Carrillo Iturriaga, Castillo, Cepeda Medrano, Cisneros, Cravioto, Cristiani, Curiel, Chapa, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Escudero, Esquivel, Fernández Martínez, Figueroa, Gárate, García Adolfo, G., García Eliseo, García Jonás, García Pablo, Garza González, Garza Pérez, Gaxiola, Gómez, Gómez S., González Alberto M., González Galindo, González Justo, González Marciano, González Torres, Guajardo, Gutiérrez, Guerrero, Hay, Hermosillo, Hernández Ernesto, Hernández Jerónimo , Hernández Luis M., Hernández Maldonado, Lanz Galera, Lechuga Val, Leyva, Limón, Lizalde, López Couto, López Ignacio, López Lira, Madrazo, Malpica, Manjarrez, Manrique, Manzano, Márquez Josafat, F., Márquez Rafael, Martínez Escobar, Martínez Rafael, Mata Filomeno, Mata Luis I., Medina Francisco, Medina Hilario, Medina Juan, Meneses, Meza, Montes, Montiel, Morales Hesse, Navarrete, Neri, Ordorica, Ortega José M., Ortega Rafael, Padilla Pardo Paredes Colín, Parra, Pedroza, Peá, Peralta, Pérez Brambila, Pérez Garza, Pineda, Prieto, Ramírez, Garrido Ramírez Llaca, Rivas, Robledo, Rocha, Rodríguez Saro, Rojas, Román, Rueda Magro, Ruiz Estrada, Ruiz, Sánchez José M., Sánchez Tenorio, Saucedo J. Concepción, Saucedo Salvador, Segovia, Solórzano, Suárez, Téllez, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Trevió, Vadillo, Vega Sánchez, Velázquez, Villarreal, Ventura y Villaseñor.
"Votaron por la negativa, los C.C. Córdova, García Vigal, López F., Magallón, Portes Gil, Reynoso, Ríos Landeros, Urieta, Vargas y Zubaran."
El C. Secretario López Lira: Aprobado el artículo 2o. del proyecto de ley. Pasa al Senado para los efectos constitucionales, nombrandose para que lleven el proyecto de la ley a la Cámara colegisladora y rindan el informe del caso, una Comisión compuesta por los ciudadanos diputados siguientes: Velázquez Aurelio como Presidente, López Ignacio,Robledo Juan de Dios,Carrillo Iturriaga Manuel,Solís Enrique y Secretario Porfirio del Castillo.La orden del día para mañana:cuenta de la iniciativa del Ejecutivo en el ramo de Hacienda.
-El C. Presidente.a las 10.35 p.m.:Se levanta la sesión de la Cámara de Diputados y se cita para mañana a las cuatro de la tarde.
El jefe de la sección de taquigrafía.
JOAQUIN Z. VALADEZ.