Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170511 - Número de Diario 29
(L27A1P1eN029F19170511.xml)Núm. Diario:29Colegio Electoral
ENCABEZADO
MÉXICO, VIERNES 11 DE MAYO DE 1917.
DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
PERIODO EXTRAORDINARIO. XXVII LEGISLATURA. TOMO I.- NUMERO 29
Sesión del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados celebrada el día 11 de mayo de 1917.
SUMARIO
1. Se pasa lista. Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior. - 2. Se aprueba el dictamen de la sección que se refiere al 2o. distrito electoral del Estado de Coahuila. - 3. En la misma forma son aprobados los siguientes dictámenes: De la segunda sección sobre el 7o. distrito electoral del Estado de Chihuahua y de la tercera sección por el 5o. distrito electoral del Estado Zacatecas y el del 2o. distrito electoral del Estado de Guerrero. - 4. Es puesto a discusión y rechazado por mayoría el dictamen de la primera sección referente al 3er. distrito electoral del Estado de Zacatecas. - 5. Nuevamente presentado el dictamen anterior, ya reformado, lo retira la Comisión con anuencia de la Asamblea para ser modificado en lo que se refiere al diputado suplente. - 6. Se aprueba el dictamen de la primera sección relativo al 2o. distrito electoral del Estado de Hidalgo. Se levanta la sesión.
DEBATE
PRESIDENCIA DEL C. ROMAN ALBERTO.
El C. Secretario Mata a las 4.50 p.m. pasó lista: Hay 162 ciudadanos diputados y presuntos diputados. Hay quórum.
El C. Presidente: Se abre la sesión del Colegio Electoral.
El C. Villarreal Filiberto C.: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Villarreal: Yo creo conveniente que protesten los diputados cuyas credenciales han sido ya aprobadas.
El C. Presidente: Después del Colegio Electoral se abrirá la Cámara de Diputados con ese objeto.
- El mismo C. Secretario leyó el acta de la sesión anterior: Está a discusión. ¿No hay quien tome la palabra? En votación económica ¿Se aprueba? Aprobada
- El mismo C. Secretario: El dictamen sobre el 2o. distrito electoral del Estado de Coahuila dice así:
"Primera Comisión.- Sección segunda.
"H. Asamblea:
"Los subscritos miembros de la sección segunda de la primera Comisión revisora de credenciales han revisado detenidamente el expediente electoral relativo al 2o. distrito del Estado de Coahuila y encuentran que sólo llegaron a la Secretaría de esta Cámara 17 expedientes relativos a la elección verificada el día 11 de marzo próximo pasado.
"Computados minuciosamente los votos relativos aparecen en favor de la fórmula Gustavo Gámez y Andrés L. Viesca para diputados propietario y suplente respectivamente, la cantidad de 719 votos, de los cuales estima la Comisión 50 nulos por irregularidades expresas por la ley electoral y en favor de la fórmula Enrique S. Sada y Andrés L. Viesca, la cantidad de 197 votos. Extraña a la Comisión que la credencial respectiva la haya traído el C. Sada no obstante que por una inmensa mayoría ganó la elección el señor Gustavo Gámez y estando dicho expediente en todo lo que respecta de material electoral de entera conformidad, la Comisión consulta a esta Asamblea, las siguientes proposiciones:
"1a.- Son válidas las elecciones verificadas en el 2o distrito electoral del Estado de Coahuila.
"2a.- Es diputado propietario por el 2o. distrito electoral del Estado de Coahuila, al ciudadano Gustavo Gámez.
"3a.- Es diputado suplente por el referido distrito electoral el ciudadano Andrés L. Viesca.
"Sala de Comisiones del Congreso de la Unión.
- México, 28 de abril de 1917. - Flavio Pérez Gasga. - Ernesto Aguirre. - J. D. Ramírez Garrido." - (Rúbricas.)
Está a discusión.
El C. Alejandri: Pido la palabra en contra.
El C. Presidente: Tiene palabra en contra el C. Alejandri.
El C. Alejandri: Señores diputados: Decía el señor Urueta en días pasados que para llegar a Roma se escogían algunos caminos; en este caso yo atentamente pido a la asamblea me escuche unos cuantos momentos, espero llegar a una conclusión y referirme al caso. Solamente hablaré unas pequeñas palabras en contra del dictamen; yo entiendo, señores, que en este caso la Comisión, pues el señor Aguirre Colorado me ha dado toda clase de informes sobre esto, ha obrado con toda lealtad, y soy el primero en darle un voto de confianza; pero no se han recibido todos los expedientes de ese distrito electoral que corresponden al señor Sada; según un mensaje que recibí de la cabecera del distrito donde se hizo la elección, dicho señor obtuvo 635 votos y aquí sólo aparecen 125. Por lo mismo suplico a la Asamblea que este dictamen, si posible es, se suspenda para esperar algunos días más hasta no saber si los expedientes se extraviaron en el camino o algo extrañó ha pasado sobre esto.
Al hacerse el cómputo general en Parras, como antes dije, obtuvo 635 votos en mayoría el señor Sada y actualmente vemos que solamente han resultado a su favor 125. Parece que en San
Pedro de las Colonias, donde se hizo el recuento y se mandó la mayor parte de esas boletas, se hizo una nueva elección, habiéndose mandado directamente de San Pedro de las Colonias a aquí y no de Parras a quien correspondía enviarlas por la cabecera de distrito. Ojalá que tomáramos algunos antecedentes, pues entiendo que todos venimos con un espíritu netamente de justicia, y aquí parece que hay alguna parcialidad. No me refiero a las Comisiones, sé que han obrado con entera lealtad; pero los expedientes recibidos proceden exclusivamente de San Pedro de las Colonias, de donde es el contrincante, quien fue Presidente Municipal de dicho lugar y de donde se separó unos cuantos días antes de las elecciones. Casi siempre se ha expresado que algunas veces se obra con cierta ligereza y cuando se presenta algún dictamen no lo estudiamos con todo cuidado para poder votar a conciencia. Vuelvo a señalar que en este caso sólo se ha hecho una selección en San Pedro de las Colonias y que esa elección se hizo después de que pasaron las verdaderas elecciones allá. El paquete que contenía todos los datos de la Junta Computadora procedente de Parras, hasta la fecha no llega; los que han llegado son de San Pedro de las Colonias que, vuelvo a indicar, fue el lugar donde se efectuó la elección por separado para que llegaran los documentos respectivos a esta Asamblea. Indudablemente la comisión en este caso sólo ha tenido los aludidos expedientes, basándose en los cuales ha producido su dictamen. Por lo tanto, atentamente suplico que se tomen en consideración esos datos para que se pueda proceder a dictaminar y votar con todo conocimiento de causa, haciendo un acto de justicia.
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Aguirre Escobar.
El C. Aguirre Escobar: Señores diputados:
Nunca como ahora han estado más en el terreno de lo justo las Comisiones dictaminadoras, o lo que es lo mismo, la Comisión a quien tocó dictaminar en el expediente del 2o. distrito electoral de Coahuila. El 2o. distrito electoral del Estado de Coahuila lo forman las Municipalidades de San Pedro de las Colonias, Parras y General Cepeda. El lugar para la cita de la junta computadora era Parras de la Fuente, la elección se verificó en las tres poblaciones, pero como en aquella región, como en muchas otras del país, el bandidaje surte sus efectos, o lo que es lo mismo, existe el bandidaje y no puede haber comunicación continua entre una y otra población, de allí vino que la junta computadora de Parras no tuvo en cuenta, al revisar los expedientes, más que la votación de Parras y las haciendas inmediatas; en esa votación le tocó sacar al candidato Gámez 453 votos y la candidato Sada 645, y en virtud de esa votación, y no estando los expedientes de la región de la Laguna, fue por lo que la junta computadora expidió la credencial en favor del señor Sada, pero en el distrito de San Pedro de las Colonias el candidato Gámez obtuvo 719 votos y 190 el señor Sada. En resumen de cuentas, el candidato Gámez tiene 1172 votos perfectos y buenos, por 835 del candidato Sada. En tal concepto, la elección es legal, buena y en favor del candidato Gámez. En cuanto a la imputación que el diputado que acaba de precederme en el uso de la palabra hace el candidato Gámez, diciendo que fue Presidente de San Pedro de las Colonias días antes de las elecciones, debo decir que no es cierto; aquí está la prueba: un oficio del llamado Gobernador de Coahuila, o Gobernador que fue de Coahuila que se llama Gustavo Espinosa Mireles, dice así:
"Me refiero a su atenta nota fecha 22 de noviembre, en la que se sirve presentar renuncia del cargo de Presidente Municipal de esa villa, manifestándole que en vista de las razones que aduce, el Ejecutivo de mi cargo, ha tenido a bien aceptar aquella, expresando a usted las más cumplidas gracias por los importantes servicios que en la Administración actual ha venido desempeñando.
"Aprovecho esta oportunidad, para retirarle las consideraciones de mi particular aprecio.
"Constitución y Reformas. - Saltillo, Coahuila, 3 de diciembre de 1916.- El Gobernador del Estado. - G. Espinosa Mireles." - (Rúbrica) - Al C. Gustavo E. Gámez. - San Pedro, Coahuila".
Es decir, con fecha 22 de noviembre el C. Gámez renunció el puesto de Presidente Municipal de San Pedro de las Colonias, de modo que en el momento de verificarse las elecciones para diputados al Congreso de la Unión, el C. Gámez estaba en su más perfecto derecho y sin que hubiera ninguna taxativa de parte de la ley que se lo impidiera. Por tal razón, doy mis felicitaciones a la Comisión por el espíritu de justicia que anima sus actos al tiempo de dictaminar, y siendo justa y legal la elección del señor Gámez, suplico, mejor dicho, pido a la H. Asamblea que, por espíritu de estricta justicia, dé su voto por el verdadero candidato triunfante en el 2o. distrito electoral del Estado de Coahuila. (Voces: ¡A votar, a votar!)
El C. Secretario Padrés: No habiendo ningún orador en contra y habiendo dos en pro, se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el punto.- La resolución del dictamen es la siguiente:
"1a.- Son válidas las elecciones verificadas en el 2o. distrito electoral del Estado de Coahuila.
"2a.- Es diputado propietario por el 2o. distrito electoral del Estado de Coahuila el C. Gustavo Gámez.
"3a.- Es diputado suplente por el referido distrito electoral el C. Andrés L. Viesca."
Los que consideren suficientemente discutido el dictamen sírvanse ponerse de pie. Está suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pié. Aprobado.
La Presidencia por conducto de la Secretaría declara: Son diputados propietario y suplente respectivamente por el 2o. distrito electoral del Estado de Coahuila, los CC. Gustavo Gámez y Andrés L. Viesca.
El C. Secretario Mata: El dictamen sobre el 7o. distrito electoral del Estado de Chihuahua dice así:
"Primera Comisión. - Sección 2a.
"H. Asamblea:
"La segunda sección de la primera Comisión revisora de credenciales, acatando respetuosamente el fallo de esta Asamblea relativo a que rinda dictamen en el expediente correspondiente al 7o. distrito electoral del Estado de Chihuahua, aun cuando no han llegado los expedientes electorales ni la credencial respectiva a la Secretaría de esta Cámara y solamente existe el acta de la Junta Computadora que declara fincada la elección en favor de los CC. Andrés Ortiz y Enrique Soto Peimbert como diputados propietario y suplente respectivamente por el referido distrito, la Comisión consulta a esta Asamblea los siguientes puntos de resolución:
"1a. - Son válidas las elecciones verificadas en el 7o. distrito electoral del Estado de Chihuahua.
"2a. - Son diputados propietario y suplente respectivamente, por el mismo distrito electoral los ciudadanos Andrés Ortiz y Enrique Soto Peimbert.
"Sala de Comisiones del Congreso de la Unión.
- México, mayo 9 de 1917.
"Flavio Pérez Gasga. - Ernesto Aguirre. - J. D. Ramírez Garrido." - (Rúbricas.)
Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. - Aprobado.
La Presidencia por conducto de la Secretaría declara: Son diputados propietario y suplente respectivamente por el 7o. distrito electoral del Estado de Chihuahua, los CC. Andrés Ortiz y Enrique Soto Peimbert.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"H. Asamblea:
"La tercera sección de la primera Comisión revisora de credenciales, somete nuevamente a la consideración de esa H. Asamblea, el dictamen correspondiente a las elecciones verificadas en el 5o. distrito electoral del Estado de Zacatecas en que contendieron como candidatos los CC. Cuauhtémoc Esparza y Rafael Díaz de León como diputados propietarios y Rafael Castro y Carlos Ibarra como suplentes. Y si bien es cierto que no llegó a una conclusión en el sentido de que el C. Díaz de León carecía del requisito de vecindad único cargo que desvirtuaba el triunfo que por mayoría de sufragios le correspondía en justicia, también es verdad que esta Comisión hizo lo posible por demostrar con pruebas fehacientes que de ninguna manera y bajo ningún concepto correspondía el triunfo a la fórmula Esparza - Castro, toda vez que obraban en poder de la misma, documentos que de una manera terminante señalaban que tal elección había sido una irrisoria violación a la ley. Ahora bien, la H. Asamblea, con una ligereza de criterio y sin tomar en consideración las razones que evidentemente hubieran demostrado que se pisoteaba la ley del sufragio, declaró válida la elección en favor del C. Cuauhtémoc Esparza como diputado propietario y del C. Rafael Castro como suplente, debiendo nada menos que nulificar dichas elecciones ya que el C. Díaz de León quien legalmente tenía mayoría de sufragios, no contaba con el requisito de vecindad. En tal virtud y firme la Comisión en su criterio legal, se ve en la necesidad de declarar que por respeto a la H. Asamblea, vuelve a presentar nuevo dictamen conforme al sentido de su resolución. Pero eso no quiere decir que no haga constar su enérgica protesta contra ese proceder ilegal.
"Por las consideraciones ya expuestas, esta Comisión se permite poner a la consideración de la H. Asamblea el siguiente punto de resolución:
"Único. - Son diputados propietario y suplente respectivamente, por el 5o. distrito electoral del Estado de Zacatecas, los CC. Cuauhtémoc Esparza y Rafael Castro, porque así lo resolvió la Asamblea.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. - México, 9 de mayo de 1917.- Miguel Alonzo Romero. - Francisco Arreola R." - (Rúbricas.)
Esta a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Aprobado.
La Presidencia por conducto de la Secretaría declara: Son diputados propietario y suplente respectivamente por el 5o. distrito electoral del Estado de Zacatecas, los CC. Cuauhtémoc Esparza y Rafael Castro.
- El mismo C. Secretario: El dictamen correspondiente al 2o. distrito electoral del Estado de Guerrero dice así:
"H. Asamblea:
Habiendo resuelto la H. Asamblea que el triunfo de las elecciones efectuadas en el 2o. distrito electoral del Estado de Guerrero, corresponde al C. Pedro Uruñuela como propietario y al C. Luis Mendéz como suplente, por haberse desvanecido los cargos y protestas lanzadas en contra de los candidatos, esta Comisión propone a la consideración de la H. Asamblea los siguientes puntos resolutivos:
"1o. - Son válidas las elecciones verificadas en el 2o. distrito electoral del Estado de Guerrero.
"2o. - Es diputado propietario por el mismo distrito el C. Pedro Uruñuela y suplente el C. Luis Méndez.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. - México, mayo 9 de 1917.
"Miguel Alonzo Romero. - Francisco Arreola R." - (Rúbricas.)
Está a discusión. - ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Aprobado.
La Presidencia por conducto de la Secretaría declara: Son diputados propietario y suplente respectivamente por el 2o. distrito electoral del Estado de Guerrero, los CC. Pedro Uruñuela y Luis Méndez.
El C. Secretario Mata: El dictamen referente al 3er. distrito electoral del Estado de Zacatecas dice así:
"H. Asamblea:
"De acuerdo con los términos de la ley electoral, esta Comisión revisó el expediente que se refiere a las elecciones verificadas en el 3er. distrito electoral del Estado de Zacatecas, y después de un minucioso estudio llegó a la conclusión de que el C. Gonzalo de la Parra tiene 1,101 votos y el señor doctor Jairo R. Dyer tuvo 989 sufragios. Aplicando el criterio legal, la Comisión no puede menos de declarar el triunfo en favor del C. de la Parra, por más que se le ha insinuado que en este caso debe aplicar enérgicamente el criterio político, porque es público y notorio que el C. de la Parra ha servido a los llamados gobiernos de Huerta, de Villa y de la Convención y porque últimamente ha injuriado sin razón alguna al Ejército Constitucionalista. Otra razón por la cual se cree que la Comisión debe dictaminar en contra del señor de la Parra, es que su contendiente, el señor Dyer sólo tiene 112 votos menos que el C. de la Parra y además es conocido como un liberal de conducta rectilínea y en el Congreso Constituyente se distinguió por su radicalismo y por su honradez. La Comisión, empero, no puede tomar en cuenta estas consideraciones porque tiene que apegarse al criterio estrictamente legal, no sólo porque tal es su modo de pensar, sino porque además esta H. Asamblea ha demostrado, evidentemente, que tal es el criterio que con más frecuencia aplica.
"Por lo expuesto, sometemos a la deliberación de esta H. Asamblea los siguientes puntos resolutivos:
"1o. - Son válidas las elecciones verificadas en el 3er. distrito electoral del Estado de Zacatecas.
"2o. - Es diputado propietario por el mismo distrito el C. Gonzalo de la Parra y suplente el C. doctor Donato Moreno.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados.- México, 8 de mayo de 1917. - Juan Zubáran. - Antonio Ancona Albertos." - (Rúbricas.)
Esta a discusión. - Las personas que deseen hacer uso de la palabra, se servirán a pasar a inscribirse. (Voces: ¡A votar, a votar!)
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Urueta. (Voces: ¡A votar, a votar!)
El C. Urueta: Señores diputados: (Voces: ¡A votar, a votar!) Si ya lo sé, señores jurados; sí, esta manifestación..... (Voces: ¡A votar, a votar!) Sí, esta manifestación me regocija; pero no se trata de don Gonzalo de la Parra, si no se trata de un individuo, se trata de un principio, se trata de una idea, ¿Y quién es don Gonzalo de la Parra para que nosotros no podamos olvidarlo un momento y elevar un poco la discusión de las personas a las ideas, y de los hechos concretos a los principios absolutos? Esa es la razón por la cual he tomado palabra. (Voces: ¡A votar,
a votar!) Tengan paciencia Sus Señorías. Habéis visto, señores diputados, que no han bastado ataques, no digamos a personalidades del Partido al cual tengo la honra de pertenecer, sino ataques a mi propia persona, que no han bastado, digo, para que yo haya ascendido a esta tribuna, cuando se ha tratado de la discusión de credenciales. Es la primera vez que tratándose de una credencial subo a....(El C. Cravioto: Interrumpiendo: ¿A dónde?) (Una voz: ¡ya se va!) Pero si no se queda en su asiento y se va, yo no tengo la fuerza suficiente para gritarle mi pensamiento. (Risas.) Señores, es preciso poner en estas cosas seriedad, aun cuando se trate de un asunto ya resuelto en la conciencia de los jurados. No, no vamos a discutir una personalidad; me importa muy poco don Gonzalo de la Parra, como Gonzalo de la Parra. Me importa, sí, y mucho don Gonzalo de la Parra como una de las representaciones actuantes en la política nacional, de la relación que día a día y momento a momento se infiltra en la vida pública del país. Eso es lo que me importa. Yo creo, señores jurados, que puede romper la loza funeraria don Rafael Martínez y venir aquí a defender a su colega. ¡Ojalá y lo haga, pero no, no lo hará! ¡Qué lo va a hacer! Y sin embargo, señores jurados, son moral social y políticamente idénticos. (Voces: ¡No!) ¿Cómo que no? ¡No! Tenéis razón, ha sido más ducho, más hábil, más inteligente el ilustre y bello efebo don Gonzalo de la Parra.
Señores jurados: Acaso es una burla, acaso es, en ese lenguaje popular tan jugoso y tan indestructible, acaso es una tomadura de pelo. (Risas.) La hipocresía es muy grande, estoy seguro, pero absolutamente seguro que hasta don Rafael Reyes Spíndola va a votar en contra del dictamen de la Comisión. (Una voz: ¡Rafael Reyes Spíndola ya se murió.) ¡Se murió! Si la muerte no existe, ojalá y existiera. ¿Ustedes creen que se ha muerto Rafael Reyes Spíndola? Mentira, allí está sentado (Señalando al C. Rafael Martínez. (Aplausos y risas.) De manera que lo único que existe es la vida, la vida dentro de las mismas encontradas actividades, y pues, como dije antes, es una burla a la Revolución. No se trata de un individuo más o menos bello... (Risas.) de un individuo que a semejanza de Marco Antonio olvidara las grandes preocupaciones de la República en los brazos de Cleopatra: ¡No! ¿Qué me importa a mí una fotografía más o menos bien lograda que en suma no es más que eso, una fotografía de discóbolo, lanzador de discos, de actitudes soberanas aun cuando no se usen los beneficios e ideales bragueros, sino un principio, una idea y una aspiración, por cuyo triunfo se han derramado en este país vida, lágrimas y sangre? No es don Gonzalo de la Parra nombre más o menos vulgar, es uno de tantos que componen la inacabable legión de los reaccionarios, que tomando la careta de los hombres honrados que han sabido sacrificar hasta su hogar porque triunfase un principio de libertad y de justicia, logran, no por la puerta ni por ventana, sino por las hendiduras, penetrar al recinto en donde se debiera la suerte de la República. No, no es él, no puede ser él, los que están detrás de él. ¿Para que lo atacó personalmente? Yo ataco la idea y el principio encarnados en un hombre o en un grupo de hombres y defiendo la idea y el principio encarnados en un hombre o en otro grupo de hombres; ejemplo típico este de don Gonzalo de la Parra. Se ha hablado mucho aquí, señores jurados, de tres criterios; se ha hablado mucho aquí de los filos de un cuchillo, y se ha sostenido por unos una tesis, y por otros otra tesis ¿Por qué? porque en unos y porque en otros casos cabía la aplicación de esta o de aquella tesis, pero aquí nos encontramos con un caso típico, absolutamente típico: El señor don Gonzalo de la Parra ha triunfado, al parecer correctamente, dentro de la ley, en las elecciones verificadas en uno de los distritos electorales del Estado de Zacatecas. Allí arriba dice "Lex" (señalando la bóveda) y muchos ciudadanos diputados han sostenido este criterio y a veces con éxito, y con soberano éxito. La Ley, sí la Ley por encima de todo, pero se trataba de individuos que algunas, por pequeñas que fuesen, que algunas conexiones habían tenido con la Revolución; de individuos que en este círculo o en aquel hubiesen procurado a la idea redentora un apoyo, un impulso, una acción o una palabra, y entonces yo siempre había permanecido clavado en mi sitio, mudo ante los ataques, imperturbable ante las imputaciones. Había procurado votar conforme a mi conciencia y jamás había ascendido las gradas de esta tribuna para arrojar al rostro de un hombre la palabra irremediable, pues ni aun en el caso del ciudadano Rafael Martínez yo ascendí a esta cátedra; él lo sabe bien. Me repugnan por temperamento, por naturaleza esta suerte de cuestiones, pues sólo amo, y esto sí de una manera intensa y cabal, todas aquellas de orden genérico, que se refieren al porvenir de mi patria, que arrancan del pasado, que en el presente tienen sus estribaciones y sus raigambres y que buscan una solución en el futuro. Pero ahora sí, ahora sí he pedido la palabra, no para atacar a un individuo, para el cual personalmente no tengo más que una corporal, intelectual y moral antipatía profunda, pero sobreponiéndome a esa antipatía, este individuo no representa más que el último esfuerzo que hace el grupo reaccionario para encajarnos, después de las derrotas de Ugarte y de Palavicini, a uno de los suyos, a uno de los eternos enemigos, no de la Revolución, no de la libertad, no de la República, a uno de los eternos enemigos del concepto humano de justicia y de derecho humanos en toda la amplitud de la palabra. Plumas pagadas por todos los centavo, conciencias ennegrecidas por crímenes que no tienen siquiera el peso suficiente para caer dentro de la ley penal, inteligencias mediocres que creen que tienen la amplitud del vuelo de las alas del águila: Estos son los que se nos presentan aquí con un chispazo de inteligencia o con gesto de ironía para decir ¡Ah! "La prerrogativa de las águilas no es más que la prerrogativa de la ignominia y de la brutalidad"; procurando, ellos sí, no nosotros, el cuartelazo brutal que derribe las instituciones en el fango y en la sangre de que nuestra historia ya está ahita y harta, señores diputados. No es él, es el principio y es la idea, De cómo señores diputados se convirtió en revolucionario un hombre de buena fé! ¡Ironía, ironía! ¡Ah, desgracia y oh, sarcasmo! Ironía, sí! Los dineros de la Secretaría de Instrucción Pública no fueron ironía, esos dineros pagaron la impresión del infame libro, esos dineros pagaron sobre todo capítulo final: "Ensayo psicológico sobre el señor Palavicini". Pero, señor de la Parra, yo os quiero ver aquí, yo os quiero oír aquí, yo quiero que aquí, porque os repito, no es usted, ¡Usted que puede ser! es vuestra idea, es vuestro sentimiento, es vuestra idealidad la que yo quiero ver expresada aquí en esta tribuna. Os llamo aquí. Supongo que después de lo que yo he dicho no os temblarán las piernas al ascender estas gradas. (Una voz: ¡Sí le tiemblan!) No, no, para qué abusar, no; pero quiero que aquí digáis cuál ha sido, cuál es y cuál será vuestra actuación política. Si traéis al seno de la Representación Nacional una idea noble y salvadora y sobre todo si lo demostráis, en buena hora, bienvenido hombre que
tenéis un nombre digno del apodo de los dramas de Peón Contreras: "Don Gonzalo de la Parra o don Antón de Alamillas." (Risas.) Pero si no es eso, si aquí no podéis convencernos de otra cosa y vuestras palabras lo van a decir más que los hechos que están en la memoria y en la conciencia de todos, si aquí no podéis convencernos de otra cosa que de esto: Que no sois sino el enviado de la reacción, entonces señor don Gonzalo de la Parra, estáis perdido, y bajo la amplitud de las instrucciones democráticas, seguiréis vuestra labor en la prensa, en ella os ayudarán los que no se atreven a venir a sostener vuestra credencial en esta tribuna: Mi amigo queridísimo el señor Cravioto y mi colega Rafael Martínez. (Risas.) Señores: En unos y otros casos hemos vacilado. La Representación Nacional ha tenido sus achaques por un lado, sus debilidades por otro, pero, como dije antes, este es un caso típico, es un caso claro y palpable. ¿Ley? Sí, ley, ¡ley! Hemos entrado al orden constitucional; pero, señores jurados, ni el Presidente de la República ha creído en estos momentos entrar bruscamente de un régimen a otro; el Presidente de la República ha venido a solicitar facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda. ¿Ley? Sí ¡Ley! ¡Qué fácil es decir esta palabra! Pues..... ¡bueno! ¿Cómo vamos a juzgar este caso de don Gonzalo de la Parra? El ha triunfado y alguna vez he oído en esta tribuna estas palabras: ¿Triunfó, tiene los sufragios? Démoselos. ¿Hemos dado nosotros a nuestra vez, señores jurados, una ley de amnistía? ¿Qué tiene demás don Gonzalo de la Parra que todos los expatriados que están allende el Bravo, qué tiene de más? No es lo mismo en contra de la Revolución.... (Una voz: ¡Peor!) Peor o igual, para mi tesis lo mismo es. ¿No es lo mismo, señores jurados, en contra de la revolución la actuación de don Gonzalo de la Parra, que la actuación de los hombres expatriados, allende el Bravo? La misma. Si hubiésemos ya dado una ley de amnistía, ¡en buena hora! Acudamos a la ley y que la ley sea la única que norme juicio y nuestra conducta; pero si no es esto, debemos todavía cuidarnos de los enemigos de la Revolución, debemos todavía pensar que hombres como éste no son en suma más que los ecos vivientes de los hombres de allá; que hombres como éste no vienen aquí sino a significar con su audacia y a las veces con su talento - que afortunadamente usted, señor Gonzalo de la Parra, no lo tiene, - a las veces con su talento no vienen a significar sino la obra pérfida por la cual todos sufrimos y contra la cual todos seguimos combatiendo. ¿Qué es, pues, este señor? No es don Gonzalo de la Parra, es un pagado de la reacción, es el hombre de paga, el hombre de paga. (Voces: ¡Es cierto, es cierto!) Enteramente cierto, el hombre de paga de la reacción, y se presenta aquí, busca, porque evidentemente no puede aspirar a un triunfo, busca una derrota sonora y sonada, y mañana dirá: "He tenido las voces y los votos de los hombres honrados." (Campanilla.) ¿He terminado?
El C. Secretario López Lira: En vista de que el orador ha hablado la media hora reglamentaria, se consulta a la Asamblea si se le permite continuar en el uso de la palabra. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. - Si se le concede.
El C. Urueta continuando: "He tenido las veces y los votos de los hombres honrados. Allí está el director de "El Pueblo" que me dio su voto, allí está el director general de "El Demócrata" que me ha dado su voto...."
El C. Martínez Rafael, interrumpiendo: Que no lo dará. (Aplausos.)
El C. Urueta, continuando: Eso quería yo, ciudadano Martínez, no le han aplaudido a usted sino a mí.
El C. Martínez Rafael interrumpiendo: Yo nunca he buscado los aplausos.
El C. Urueta, continuando: No, nunca los ha buscado su Señoría ¡Qué va!
- El C. Presidente agitó la campanilla.
El C. Urueta: Señor Presidente; el orador tiene amplia facultad para hablar y exponer su pensamiento dentro del único límite que es el que el pensamiento le marque. Señor Martínez, estáis cogido en la trampa, daréis vuestro en contra, muchas gracias. Que más puedo decir. ¡Ah!. Señores revolucionarios, amigos míos de ayer y enemigos míos de ahora, de cualquier manera en un punto nos encontramos y es en éste, en el punto de la conveniencia del momento, en el punto de la solidaridad actual, y esta nos está indicando una cosa, una cosa muy grave para el porvenir de la República: Con vuestro criterio puramente legal sin haber dado antes una ley de amnistía, habéis aceptado a muchas personalidades que no han sido, que no son y que no serán nunca revolucionarios; habéis tachado nuestro criterio de estrecho, pero no habéis tenido nunca en cuenta que si nuestro criterio es estrecho, es porque las circunstancias nos han impuesto esa estrechez de criterio; porque no habéis tenido nunca en cuenta que es absolutamente necesario encerrarnos dentro de un círculo de hierro y de bronce, con nuestro ideal apretado al corazón; porque no habéis tenido en cuenta que, a pesar de todos los trabajos de los hombres magnánimos que hemos tenido, tenemos y tendremos en nuestro seno a hombres que tarde o temprano nos traicionarán al canto del gallo. Lo estamos viendo y lo estamos sintiendo y algunas voces hemos errado, algunas veces hemos estado ofuscados; pero ahora ante un hombre que claramente indica lo que hay en el fondo de nuestra situación social y política, todos, absolutamente todos, hasta el señor Martínez protestamos. ¿Protestamos? Porque él se convierte en un símbolo ¡grandeza inesperada! en un símbolo, último refugio de los que arteramente pretenden arrancar el triunfo a la Revolución de sus propias triunfadoras manos! ¡No, no hemos vencido, como la dijera días pasados; estamos, por el contrario, vencidos y aniquilados, ¿Aniquilados de qué manera, señores diputados? En el terreno económico estamos aniquilados por el dinero, por el oro de la reacción. ¡Reid, reid, reid! Habéis sido más hábiles y más inteligentes que nosotros. ¡Ah! pero no tenéis como nosotros la fuerza de ánimo necesaria para sobreponernos a nuestros errores, para hacer fortalezas con nuestras desgracias y para empuñar la bandera roja de nuestra victoria y tremolarla al aire como la bandera completa de nuestro triunfo definitivo. (Aplausos.) Eso es este señor. ¿Usted que ha significado en las letras nacionales? Usted no es otra cosa que un individuo cuyo nombre han querido explotar una docena de menguados; si usted no es otra cosa que el portavoz secundario de los Palavicini y de los Macías; si usted no es, en suma, sino el que a ratos se cala las gafas del licenciado Calabrés tomándolas del bufete de la Secretaría de Hacienda. (Aplausos.) Yo no tengo inquina personal contra Su Señoría, para mí usted atraviesa en la vida como uno de tantos hombres bellos, (Risas.) insignificantes y bien vestidos; no, lo malo es lo que hay detrás de usted. (Risas.) No le he dicho, señores diputados, con malicia. (Risas.) Usted no es más que un instrumento, no me atrevo a decir que inconsciente, no, semiconsciente, pero de cualquier manera que sea, consciente perfecto, semiconsciente o inconsciente absoluto, usted, señor de la Parra, no es más que un hombre de buena fe que se ha convertido en
revolucionario. (Aplausos.) (Risas.) Va a darse, señores jurados, el primer caso de que ese asunto se trata como debe ser tratado, desde el punto de vista exclusivamente político, puesto que el señor de la Parra ha ganado las elecciones en el terreno legal. ¡No tiene remedio, señor de la Parra, usted es el triunfador! O no lo conocían mucho; si no lo conocían, ¡pobres pueblos; pobres pueblos sumidos todavía en la ignorancia! ¡Pobres pueblos a quien, - no digo quienes, porque Cervantes emplea así la frase: "A quien" - pobres pueblos, a quien todos vosotros habéis contribuido a hacer que permanezcan en este estado! ¡Pobres pueblos, a quien todavía se pretende que permanezcan en este estado! ¡Pobres pueblos, ante quien se presenta como Director del Departamento de Instrucción Pública y Bellas Artes a un hombre que subiendo a esta tribuna, empieza así: "Señores diputados". Y si fueron demasiado conscientes, y si conscientemente os eligieron, ¡pobres pueblos sumidos en el fanatismo, sumidos en el obscurantismo! ¡Perdónalos, señor, que ni en uno ni en otro caso no supieron lo que hicieron! Si la ley de amnistía estuviera en estos momentos promulgada, si la Revolución no tuviese que cuidarse de sus enemigos del interior y del exterior, en buena hora, don Gonzalo de la Parra, tendrías ahí vuestro asiento y sería yo el primero en defenderos. (Una voz: ¡Yo no!) Bueno: Yo sí: Opinión por opinión; pero no es el caso, la ley de amnistía no está promulgada, el criterio político en unos casos estan claro, tan preciso, tan concreto, tan típico, que tiene que ser el único que debe guiarnos. En una República más o menos tolerable, en un país que ya se acordara como de una pesadilla de las luchas pasadas, en una congregación de hombres, en que todos nos hubiésemos perdonado nuestros errores y nuestras flaquezas, muy bien; pero en un país que todavía sangra, en un país que todavía lucha, en un país, señor de la Parra, que todavía tendrá que sangrar, y que luchar desgraciadamente, en un país así, ¡No! Nuestra bandera es nuestra bandera, nuestra causa es nuestra causa; idos al campo enemigo, idos allá, franca y claramente empuñando la enseña negra, que nosotros aquí empuñáremos la bandera roja. (Aplausos nutridos.) Entre vosotros y nosotros no hay cuartel, la lucha es a muerte, sabedlo bien, a muerte, y ¿Sabéis lo que esta palabra significa? Esta palabra significa la ruina absoluta del pasado y la vida perenne del porvenir. (Aplausos.) Esto significa. Os protegeremos porque somos nobles, salid por esa puerta, pero idos a vuestro campo, no os hagáis hipócritas ni vengáis a extender el Código de la Ley, el Código de la Ley se extenderá como un arco iris cuando vosotros hayáis acabado vuestra obra, cuando vosotros os Hayáis sometido u os hayáis rebelado. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Cravioto.
El C. Cravioto: Señores diputados: El señor Urueta ha dicho que no tengo valor para venir a defender al señor Gonzalo de la Parra. Acepto el reto, señor Urueta, y voy a defenderlo, (Siseos.) ¡Con cuánta tristeza y cuánta indignación, señores diputados, acabo de oír el discurso que será siempre un blasón de ignominia para Jesús Urueta! (Siseos.) Por esta vez, la divina palabra del divino Jesús, sólo ha venido a ocultar las flaquezas humanas del humano Chucho; él ha venido a decir a decir aquí que no iba a atacar al señor Gonzalo de la Parra, que en nombre de un grupo de hombres que representan un ideal respetable, venía a atacar a un hombre tras del que se encuentra un grupo de hombres que representan ideas atacables. Pues bien, señores diputados, yo a pesar de que no tengo simpatía ni liga alguna con el señor de la Parra, yo a quien no le he dado un solo centavo ni una idea para su periódico, yo vengo a levantar mi voz, no en favor del señor Gonzalo de la Parra, sino en favor de una ideal más alto todavía: La ley. Ya sé yo señores diputados, que el señor Urueta ha dicho que en este caso no se debe aplicar la ley; ya sé yo, señores diputados, que por desgracia no hemos tenido nosotros virilidad suficiente para oponernos de una vez por todas a los enormes chanchullos, a las ruindades y a las bajezas que en nombre de la política han estado manchando, día a día y momento a momento, la Representación Nacional. No, señores diputados, cuando se llega a estos extremos, cuando el mismo señor Urueta ha venido aquí a la tribuna a decirnos tantas cosas abominables, entonces, señores diputados, no se aplica un cuchillo, se aplica una chaveta. Creo yo que nadie pondrá en duda mis sentimientos revolucionarios, (Siseos.) de una vida larga y fecunda en pro de la Revolución, y sin embargo, señores diputados, yo he estado aquí votando credencial por credencial con un criterio estrictamente legal y creo que esto es lo más honrado y lo único que está a la altura de la situación. Bien comprendo como revolucionario (Siseos.) que tanto los constituyentes como el ciudadano Primer Jefe al expedir la convocatoria para estas elecciones, sufrieron un error sin duda alguna y fue el no habernos dado un arma legal para poder cerrar las puertas a los que merezcan ser expulsados de aquí; pero, señores, si la Constitución que debe ser nuestra norma, que hemos venido a protestar con toda solemnidad, abre la puerta para todos los ciudadanos mexicanos, y si la ley electoral no se la cierra, nosotros no tenemos derecho para expulsar a nadie de esta Representación Nacional, siempre que traiga una credencial correcta como es la del señor don Gonzalo de la Parra. El criterio, señores, y esto lo he expuesto a algunos compañeros, es el siguiente: Nosotros, cuando se trate de un reaccionario que haya cometido grandes delitos que todavía no estén castigados, si ese hombre está en pleno uso de sus derechos, conforme a nuestra ley, si su credencial está en orden, nuestro deber como revolucionarios es dejarlo entrar aquí, consignarlo inmediatamente al Gran Jurado y expulsarlo después conforme a la ley. Decía el señor Urueta que pobres pueblos los que de tal manera se equivocan para elegir a un don Gonzalo de la Parra. Yo recuerdo, señores, que los científicos decían que el pueblo no estaba apto para la democracia, y en nombre de esa tutela han estado pisoteando la ley, como ahora en nombre de esa tutela quiere el señor Urueta que nosotros la pisoteemos. Yo protesto contra todo lo que ha venido sucediendo, yo digo a la República que cuando un grupo de hombres se vale de esas triquiñuelas sin otro afán, como ya sabemos, que reconquistar una perdida cartera (Siseos.) cuando no se desarrollan todas estas ambiciones de poder que dentro de la ley deben ser legítimas, entonces no se tiene sino la glotonería del mando, que es abominable. (Siseos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Múgica.
El C. Múgica: Cedo mi turno al señor Aguirre Escobar.
El C. Aguirre Escobar: Señores diputados: ¡Cuán sensible es que las Comisiones que tiene por deber dictaminar en expedientes de Estados muy apartados, no pudieran trasladarse a las regiones mismas donde tienen verificativo las elecciones, para que allí en el terreno pudieran darse cuenta de cómo se hacen y cómo se verifican esas mismas elecciones! La credencial del señor Gonzalo de la Parra adolece de tres defectos capitales: Por cualquiera de ellos, por el que menos significación tenga, no puede venir a formar parte de este Congreso. Dice la Comisión
que la elección del señor Gonzalo de la Parra es buena, porque es legal; y yo digo que no es cierto. Voy a referir los hechos para que la Asamblea se de cuenta de que esa credencial es producto de un fraude.
Era el 28 de febrero próximo pasado, cuando yo tuve que arribar a la ciudad de Zacatecas, de paso al distrito a donde iba a hacer mi campaña electoral y estando en el Palacio del Gobierno del Estado, se presentaron dos propagandistas del señor de la Parra con una carta del C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, pidiendo garantías; pero en cuya carta, y sabiendo leer entre renglones, señores diputados, ya os podéis imaginar lo que debía leerse. Pues bien, los propagandistas del señor de la Parra hicieron entrega de la misiva al C. general Estrada y estando yo presente les dice este señor Gobernador del Estado de Zacatecas, que, entre paréntesis, es un individuo todo honradez. "¿Qué quiere decir esta carta?" Los comisionados del señor de la Parra le dicen: "Es una carta que traemos del Jefe y que aunque escrita en los términos en que usted ve y la lee, quiere decir que Gonzalo de la Parra debe ser, por orden del C. Primer Jefe, diputado por Sombrerete." (Voces: ¡No, no!) Eso decían los propagandistas, yo no he dicho que la opinión del C. Primer Jefe haya sido esa. El general Estrada les dijo: "Y bien, ¿Qué filiación política tiene el señor de la Parra?" "Es liberal" dicen los propagandistas, "Pues bien", dice el general Estrada, "Si es liberal y hay un Partido Liberal en la República, ¿Por qué rompió la disciplina el señor de la Parra, cuando sabe que en Zacatecas hay un partido que está organizado y disciplinado y no se presentó candidato por él?" Entonces los señores aquellos ignoraron o pretendieron ignorar que existía ese partido. "Yo quisiera. - dice el general Estrada - que ustedes y el señor de la Parra hablaran con más franqueza, toda vez que el procedimiento con que vienen aquí, la carta misma que traen, me revelan a ustedes como reaccionarios, y si son reaccionarios díganlo clara y terminantemente y entonces no sólo daré las garantías necesarias sino que como enemigo les prestaré más garantías todavía". Después de aquella plática, los señores propagandistas del señor de la Parra insistieron en ir a Sombrerete poniéndole un mensaje al candidato postulado por Sombrerete, a Jairo R. Dyer, pidiéndole que renunciara su candidatura en favor de la Parra. El señor Dyer no admitió retirar su candidatura; volvieron al Palacio de Gobierno, y entonces el general Estrada les dijo: "Para probar a ustedes que la Revolución cumple sus compromisos, ustedes tendrán una escolta y una carta particular mía para que les den garantías." Salen los comisionados del señor de la Parra de Zacatecas con una carta o recado del general Estrada para ir a hacer su propaganda, y ahora yo pregunto a la Asamblea, si una carta del C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, escrita de una manera tan correcta pidiendo solamente garantías para los propagandistas del señor de la Parra, se quiso interpretar en el sentido de que el C. Primer Jefe quería o pretendía que don Gonzalo de la Parra fuera diputado por Sombrerete ¿Cuál sería el uso que se fue a hacer de la carta del general Estrada en Sombrerete? Ya se explican entonces ustedes por qué pudo haber salido el C. de la Parra candidato triunfante en el distrito de Sombrerete. Cuando se efectuaban la campaña política en aquel Estado, el señor de la Parra, creyendo que el general Estrada, por ser miembro del Partido Liberal Constitucionalista, pudiera hacerle obstrucción, se puso a atacarlo por la prensa duramente. Aquí tienen ustedes la prueba. En el periódico "Eco de la Revolución", o no sé como se llama, de Zacatecas, se dice lo siguiente:
"El triunfo obtenido por nuestro partido en todo el Estado, nos confirma que no es un mito la promesa solemne de la Revolución referente a la libertad del sufragio. Pero si no fuere suficiente para demostrar esto por el hecho de ser nosotros revolucionarios que sostenemos los ideales que se propone realizar el actual régimen gubernativo, hacemos mención del siguiente hecho:
"La candidatura reaccionaria del señor don Gonzalo de la Parra triunfó sobre la nuestra en el 3er. distrito electoral, como lo dijimos en nuestro número anterior. Pero como el señor de la Parra, habituado a las consignas puesto que alimentó su cerebro en la cloaca de "El imparcial", no creyó nunca que se realizara tan plenamente tan bello ideal, desatóse en de nuestros y aún lanzó graves injurias al Ejército, creyéndose derrotado, lo cual nada hubiera tenido de extraño si los antecedentes del señor de la Parra hubieran sido conocidos en el 3er. distrito.
"Pues bien, el señor Bussón, propagandista del señor de la Parra, pero que revela ser hombre ecuánime y decoroso, nos ha remitido para su publicación la siguiente constancia: ".......Los que subscribimos, representantes del señor Gonzalo de la Parra, candidato a diputado del Congreso de la Unión, por el 3er distrito electoral de este Estado, declaramos de una manera categórica y franca lo siguiente: "Que al presentarnos al señor Gobernador del Estado, general Enrique Estrada, en demanda de garantías y libertades para llevar a cabo nuestros trabajos de propaganda no sólo las obtuvimos, sino que nos proporcionó facilidades eficaces, poniendo a nuestra disposición los salvoconductos necesarios, así como el telégrafo y teléfono del Estado, obviando así nuestra labor.
"Que una vez ejerciendo nuestros trabajos, lejos de encontrarnos con obstáculos u obstrucciones que dificultaran nuestra misión, sólo hallamos facilidades y libertades, tanto de las autoridades civiles como de las militares, siendo por consiguiente falso de toda falsedad el concepto vertido por uno de nosotros, de que se hubiera recibido en Sombrerete consigna oficial alguna.
"Que una prueba palpable y fehaciente de la falsedad de tal concepto, es el hecho de haber obtenido de las fuerzas que guarnecen Fresnillo y Sombrerete, su voto en favor de nuestro candidato, por propaganda hecha fuera de los cuarteles, llevada a cabo con toda libertad y sin la menor observación por parte de las autoridades del lugar.
"Que hacemos constar y confesamos honradamente que el señor general Enrique Estrada, impartió en todo el Estado, el día de las elecciones, las más francas libertades a todos los candidatos, a fin de sentar un precedente democrático de elecciones que se llevaron a cabo bajo esta forma, por la influencia poderosa de libertad que el mismo señor Gobernador se empeñó en poner en práctica, quedando con esto demostrado, como antes decimos, que cualquier concepto nuestro que hayamos dejado escapar, aduciendo consigna oficial, es completamente falso y que desde luego rectificamos en todas sus partes.
"Queda, pues, demostrado con las anteriores declaraciones que hacemos, que si sacamos avante la candidatura del señor Gonzalo de la Parra, como diputado propietario por el 3er. distrito electoral de este Estado, fue única y exclusivamente, gracias a las libertades, garantías y facilidades que se sirvió impartirnos en nuestros trabajos de propaganda, el señor general Enrique Estrada, Gobernador del Estado, que hizo extensivas las mismas prerrogativas a todos los candidatos que se presentaron en las pasadas elecciones.
Estos hechos, harto elocuentes, manifestamos públicamente para el buen nombre del señor Gobernador y dar una mentís categórico a cualquier frase subversiva que hayamos lanzado en contra de la ecuanimidad del señor general Enrique Estrada.
"Zacatecas, 1o. de abril de 1917. - Por los representantes del señor Gonzalo de la Parra, señores Francisco Araujo y Alfonso Bussón.- Alfonso Bussón" (Rúbrica.)
Pues bien, señores, dándole toda la fuerza que tiene el precedente de la forma en que los señores quisieron presentar la carta del C. Primer jefe al general Estrada, haciéndola aparecer como una consigna para que saliera triunfante el señor de la Parra, ¿No es lógico suponer que la recomendación, el salvo conducto, la carta o el recado que dio el general Estrada para las autoridades de Fresnillo y Sombrerete que haya hecho valer en favor del señor de la Parra cuando el Ejército ha tenido que votar en su favor? Esto en cuanto a la elección: Ya verán ustedes si con estos antecedentes podrán decir que esa credencial es buena, que el legal. Ahora, en cuanto al criterio político o sea el segundo filo del cuchillo, el señor Gonzalo de la Parra ha dicho fuera de aquí, en las columnas de la prensa, cómo un hombre de buena fé se ha convertido en revolucionario. Naturalmente, quien se convirtió en revolucionario no siéndolo. por este solo hecho se demuestra que no ha sido nuca. En cuanto al criterio moral, y para terminar, voy a referir a ustedes un caso que, siendo aparentemente privado, no los es porque fue público el hecho y, siéndolo, tengo derecho de referirlo. Esta relación que voy a hacer podrá pintar al individuo y podrá hacer confirmar la opinión que en política, y en el terreno legal, tiene la credencial del señor de la Parra, toda vez que la revelación que voy a hacer pinta al hombre de cuerpo entero. Era el 1o. de marzo del año de 1915; en un tren de la vía del Interoceánico, transitando de Veracruz a Puebla en donde iba a hacerme cargo de la Comandancia Militar de la Plaza, viajaba el señor de la Parra conmigo; junto con él dos chiquitos y su esposa. Al llegar a Oriental bajamos al restaurante a tomar la sopa con los pasajeros, entre ellos él. Después de comer opíparamente todos, salió de la fonda el señor de la Parra, compró una torta compuesta y se la llevó a sus hijos y a su mujer para que comieran. Subió al tren y a los pocos minutos que subí yo al carro me encontré con el pasaje consternado y viendo a una mujer que lloraba que era su esposa con sus hijitos; "¿Qué pasaba aquí?" les pregunté a los compañeros. "Pues muy sencillo: que el señor de la Parra después de comer, vino y trajo a su mujer una torta para que comieran ella y sus hijitos y la señora enojada entonces le dijo Que no se trataba así a la familia y el señor de la Parra por toda contestación la tomó a golpes.... (Siseos.) (Voces: ¡Ah, ah!)
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. de la Parra. (Siseos.)
El C. de la Parra: Señores diputados: Ya veo lo bien prevenidos que están ustedes en contra mía, pero esta mala prevención no me quita ni un ápice de la razón que me asiste en este caso. El señor Urueta, a manera de una montaña ha sido arrojado sobre mí para que me aplaste, por el Partido Liberal Constitucionalista, ese de los tres filos, y el cuchillo envenenado. (Siseos.) El señor diputado Urueta, con una elocuencia arrebatadora que desde hace mucho tiempo le admiro y le continúo admirando, lanzó contra mí muchos cargos, tan sólidos como el humo y tan consistentes como el aire. Nada dijo en concreto, y si aquí, como lo creo, hay muchos hombres honrados, yo quiero que se toquen el corazón y digan cuáles fueron los cargos concretos, concretos, señores diputados, que se hicieron en contra mía. No basta hacer aquí vana literatura, como el señor Urueta, y frases brillantes y profundamente sofísticas; es preciso probar lo que se afirma; no es para eso la elocuencia, la palabra es un don sagrado que debe emplearse en nobles fines y no para mancillar el prestigio de un periodista honrado y modesto como soy yo. (Siseos.)
El C. Plank, interrumpiendo: ¡Diga usted si escribió en "El Sol."!
El C. de la Parra, continuando: De todo voy a hablar aquí.
El C. Plank: ¡Y qué cara tiene usted para hablar? (Voces: ¡Cállese, canalla! ¡Fuera, fuera!)
El C. de la Parra, continuando: El señor diputado Urueta lanzó en mi contra cargos vagos e infundados, ni uno solo concreto; y a pesar de que no se me han hecho cargos concretos, voy a contestar como si se me hubiesen formulado, porque conozco esos cargos. Voy a tratar primero la cuestión legal. El señor Aguirre Escobar, mi ilustre paisano, dijo que yo había llevado una carta del C. Primer jefe dirigida al general Enrique Estrada, y que esa carta fue considerada como una consigna a mi favor. En efecto, señores diputados, conociendo la profunda simpatía que tenía por mí el general Estrada y temeroso de un fraude, y no vanamente temeroso, pedí una carta a ese hombre justo y sereno que se llama Venustiano Carranza.... (Una voz: ¿Y cómo calificaba usted al primer jefe, cuando era usted redactor de "El Sol"?) para tener la certeza de que mis propagandistas disfrutarían de las garantías a que ellos y yo tenemos derecho como ciudadanos. No era esa carta una imposición ni una consigna, era simplemente una defensa contra muchos de esos fraudes que consuman impunemente los caciques de toda la República. Por lo que se refiere a si daba yo o no de comer tortas compuestas a mi familia, ni siquiera conozco el hecho....
El C. Martínez Joaquín, interrumpiendo: Yo sí lo conozco.
El C. de la Parra, continuando: ¿Usted también? ¡Ah vaya! No sé como no salió en película. Por último, señores diputados, quiero tratar la cuestión política que es la que más les interesa. (Voces: ¡Las tortas, las tortas!) Sí, señores diputados: Suponen, por lo menos algunos de ustedes que fui huertista. (Voces: ¡No, no! Las tortas, las tortas!) Yo no he desempeñado en mi vida un sólo cargo público. no hay una fotografía, ni una sola prueba en mi contra. Durante la época del general Huerta publiqué un periódico que se llamó "El Sol" y yo pido a la Secretaría que de lectura a esta opinión del general Obregón sobre "El Sol."
- El C. Secretario del Castillo leyó un artículo de este periódico facilitado por el C. de la Parra.
El C. de la Parra: El general Obregón no rectificó nunca, ni ha rectificado estos hechos.
El C. Aveleyra, interrumpiendo: ¿Por qué aprehendió a usted la Secretaría de Guerra a la entrada de las fuerzas Constitucionalistas a la Plaza?
El C. de la Parra: A mí me han aprehendido todos.
El C. Sáenz: Para una interpelación pido la palabra, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Sáenz: Que declare ante esta Asamblea el señor de la Parra, si a fines de noviembre de ese mismo año, después de que el general Obregón, según dice él, dio esa opinión sobre su periódico. no publicó un artículo en el mismo en donde dice que el general Obregón aplicó la ley del embudo y donde habla, como nadie ha
hablado, en términos laudatorios en favor de Villa.
El C. de la Parra: ¿En dónde está?
- El C. Múgica Francisco, interrumpiendo. Aquí está. Cuando yo suba a esa tribuna lo leeré. (Aplausos.)
El C. Cepeda Medrano: Señores, por caballerosidad, por hidalguía, dejemos que el señor Gonzalo de la Parra se defienda. (Varias voces: ¡No lo merece!
El C. de la Parra: La hostilidad de la Asamblea es tan manifiesta que cierran los ojos a la evidencia y no se quiere dar oídos a la verdad.(Una voz: Que se defienda de aquello de aquello de las tortas.) He contestado los cargos hechos hasta este momento y si la Presidencia me lo permite, voy a escuchar los nuevos para poder refutarlos.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Luis Hernández.
El C. Hernández Luis M.: Cedo la palabra al general Múgica.
El C. Múgica: Señores diputados: No quiero que en esta ocasión se hable de los intereses de los grupos. Yo no quiero, señores que de trate aquí del criterio legal, del criterio moral y del criterio político que se han venido esgrimiendo en esta Asamblea al tratar de las credenciales de varios diputados; quiero simple y sencillamente que declaremos con un acto de soberana justicia, que en esta Asamblea no pueden tener cabida los que han sido abiertamente enemigos de la Revolución y que seguirán siendo explotadores de la misma Revolución. (Aplausos.) Si se dijera lo contrario, el señor de la Parra penetraría a este recinto por la puerta y yo saldría por otra. ( Varias voces: ¡Todos saldríamos!) Efectivamente, el señor de la Parra no puede merecer bajo ningún concepto la confianza de sus comitentes, bajo ningún concepto pudieron éstos, conociendo sus antecedentes políticos, enviarlo a defender aquí intereses, ideales y principios de los cuales ha sido él enemigo contudaz. El señor de la Parra fue redactor de "El imparcial" el mismo día 21 del cuartelazo de febrero en que se asesinaba al Derecho público, consagrado en las personas del Presidente Madero y del Vicepresidente Pino Suárez. Aquí están las fotografías de ese periódico y aquí está el nombre claro de "de la Parra". como Secretario de redacción de ese periódico albañal, que se llamó "El Imparcial" y que hoy tiene sus representantes en otros periódicos igualmente cretinos como él. Si esto no bastara, "el hombre de buena fé" se sale del huertismo para hacerse villista y he aquí "El Sol", otro periódico en el cual Gonzalo de la Parra insulta al Ejército Constitucionalista en el periódico de consolidación, en que se intentó darle forma y vigor al Gobierno revolucionario, triunfante ya por medio de las armas. En las primera época de la lucha contra Huerta, no tuvo tiempo ese hombre de buena fe de volver sobre sus pasos y convertirse en revolucionario. Estuvo atisbando, y cuando vio que la pujante División del Norte era aplastante, de la misma manera que él dice que lo aplastó la montaña de Jesús Urueta en esta tribuna, entonces estuvo meditando y pensando, y cuando vio que íbamos a ser aplastados como un gusano, se hizo villista, y aquí está un artículo del señor de la Parra que dice así:
"El general Villa, en materia de política, es poco cauto, y de una alma sincera, pura y blanca como el cráter del Popocatépetl; es el hombre de corazón sano, que baja de las montañas de Chihuahua con el único fin de levantar el ánimo del pueblo moribundo, que se retuerce de desesperación en el templo de la inquisición, formado por los arquitectos porfiristas y huertistas; de ese pobre pueblo que hace más de treinta años pide piedad y clemencia, porque tiene hambre y sed de justicia.
"El general Villa es poco culto, pero en su ser interno, es tan bueno como el más patriota de los mexicanos, y en él había una esperanza, como se ha efectuado, de que él ha sido el sacerdote que ha arrojado, y para siempre a los mercachifles de la tiranía, del santo templo de la patria."
El C. de la Parra, interrumpiendo: No tiene firma.
El C. Múgica, continuando: ¿Y contra quiénes luchaba el general Villa en esa época? Contra el ciudadano Venustiano Carranza y la legión que le seguía; esos eran los mercachifles que estaban insultando al templo de la patria, según el criterio de ese "hombre de buena fé". Pero hay más, señores, aquí se describe al interés bajo del señor de la Parra, dice así:
"El general Alvaro Obregón, posesionado de la capital de la República, la primera providencia que tomó fue mandar cerrar las puertas de la justicia, para aplicar la ley del embudo, o sea la ley de las dos pesas y dos medidas, como se verá en las siguientes líneas:
"Desventurado el que se robe un birote de pan, será pasado por las armas.
"Carrancista que se introduzca a una casa con allanamiento de morada, no será pasado por las armas.
"Padre de familia que no entregue el cuchillo o cebollero de la cocina, será pasado por las armas.
"Carrancista que se lleve un automóvil sin consentimiento de su dueño, no será pasado por las armas.
"Infeliz, que vea a un yaqui borracho y escandalizado en la vía pública, será pasado por las armas.
"Carrancistas salteadores de habitaciones particulares, con su almacén en la 6a. calle Ancha número 124, para ventas con precios de ocasión, no serán pasados por las armas.
"Ciudadano honrado que se resista a entregar sus propiedades a Carrancistas, será pasado por las armas.
"Carrancistas que claven sus bayonetas sobre los pechos de habitantes pacíficos, no serán pasados por las armas.
"Ni el teponaxtle de Cahuantzi nos hubiera aturdido tanto con esta legislación muy propia para un pueblo de cafres"
Pues bien, señores diputados, aquí tienen ustedes en este artículo escrito en aquella época, palpitante el artículo que hace pocos días conmovió a la opinión pública del país, y muy especialmente al Ejercito; aquí están retratados los antecedentes del artículo que se llamó "Las prerrogativas de las águilas". De tal manera, señores, que si no estuviera perfectamente definidad la paternidad de ese escrito, ya tendríamos suficientes datos para decir quién había escrito "Las prerrogativas de las águilas", o decir quién había escrito este artículo, leyendo el llamado "Las prerrogativas de las águilas". Yo, señores, tampoco hubiera querido tomar participación en ninguna discusión personal, pero aquí no se trata de las personas, se trata de los principios, se trata del enemigo derrotado en los campos de batalla, del enemigo derrotado en el Congreso Constituyente, que quiere hoy volver a esta Asamblea para hacer labor de obstrucción, o cuando menos de descrédito, porque para nosotros sería una deshonra sentar en una curul, considerarnos con iguales derechos y obligaciones, que un diputado que tuviese una filiación política tan perfectamente conocida y no tuviese más ideal que el del interés personal y los ideales del estómago.
Pero yo quisiera preguntar al señor de la Parra, desearía que me dijera para qué ideales brilló "El Sol" que él editaba , ¿para cuáles, para sus ideales propios, para su interés personal?
¿Para cuáles ideales ha escrito sus folletos? Para su ideal personal; para adular bajamente a personalidades que en un momento estuvieron en el candelero de la política, para adular y manchar con sus adulaciones la alta personalidad del señor Carranza, porque el Señor Carranza no necesitaba panegiristas como el señor de la Parra, porque el señor Carranza tiene como panegiristas sus hechos y como comprobante sus actos. ¿Para qué, señores, viene el señor de la Parra a esta Asamblea? Para responder a sus intereses bastardos y sobre todo para deshonrar a la Representación Nacional. Os pido, por lo tanto, que ratifiquéis el criterio que desde un principio revelásteis cuando se inició esta discusión, y que en masa todos, porque todos debemos ser revolucionarios, todos debemos cuidar el buen nombre de esta Asamblea, arrojemos por unanimidad de aquí a un intruso que sorprendió a sus electores en Zacatecas, porque el pueblo es ingenuo y honrado y cree, cuando ve un escrito calzado con una firma y escrito en letra de molde, que lo que se estampa ante aquella firma está escrito con buena intención y corazón sano. Pero desde el punto de vista moral muy digno de consideración. no de moral política, sino social, debemos calificar el voto de esos ciudadanos del Estado de Zacatecas, que se han puesto en evidencia dándole la mayoría al señor de la Parra. Todavía hay más, señores diputados, la Revolución nacional tiene el deber, en mi concepto, de censurar y calificar todos los actos que tengan relación con esta misma Representación Nacional. Desde hace dos días que nos ha ocupado de una manera tenaz la prensa de la República. Si a primera vista se pueden precisar los conceptos candentes, los latigazos que muchos representantes han lanzado sobre esa prensa, como desahogos pasionales como desahogos políticos, porque en esa prensa se les ataca, yo vengo aquí a sentar esta doctrina: Que la Representación Nacional, al menos una gran parte de los diputados, no ataca a esa prensa por inquina, porque yo he sido de los que se han referido en términos severos y enérgicos contra esa prensa, y no lo hecho por despecho personal porque a mí no me ha atacado hasta ahora la prensa de la República; tal vez mañana con este incidente me ataque la prensa, y estoy seguro que lo hará, pero no me importa, señores, porque prefiero que no se acuerde de mí esa prensa ni que estampe mi retrato como lo hizo "El Universal" ayer, porque esa fotografía deshonra a un revolucionario. (Aplausos.) Yo, señores diputados, desde que empecé a figurar de alguna manera en las filas revolucionarias, me ha negado siempre a darles datos de mi personalidad a los periódicos, y me he negado siempre a permitir que se publique mi retrato en ellos, porque considero que mi personalidad significa muy poco para los intereses populares, que son los que debieran ocupar preferentemente la atención y dinero que se gastan en esa prensa, y yo he sido consecuente con esa teoría y reprocho con todo valor, he reprochado al mismo señor Palavicini, la labor de su periódico cuando en Querétaro empezó su labor de desorientación en la opinión pública en contra del Congreso Constituyente. Yo, señores diputados, he protestado en todas las formas contra esos periódicos y quiero y declaro hoy que yo, candidato al Gobierno de un Estado. prefiero que me ataquen esos periódicos, porque de esa manera garantizado mi independencia ante el pueblo que me dé su voto, a que publiquen mi retrato suprimiendo los latigazos que yo he dado contra esa prensa, poniendo mi retrato en sus columnas, porque yo no necesito la adulación, porque no tengo más fin que cumplir con mis deberes de una manera honrada y de una manera independiente. (Aplausos.) ¡Qué desgracia, señores diputados! La Revolución ha creado una nacionalidad palpitante, vigorosa y grande; la Revolución nos ha traído a la vida pública con un entusiasmo que no tiene precedente en nuestra historia; la Revolución ha introducido reformas verdaderamente revolucionarias y radicales hasta en nuestra diplomacia, lo más conservador que existe en los regímenes gubernamentales; la Revolución ha respetado todas las actividades del país, la Revolución hará de los proletarios propietarios; la Revolución ha levantado y dignificado al obrero, ha formado el Ejército Nacional digno, valiente, honrado y abnegado; pero la Revolución cuando ha tratado de crear prensa ha fracasado, ¡qué desgracia, señores diputados! la Revolución no ha podido crear periodistas, ha tenido necesidad de apelar a los viejos discípulos de los antiguos maestros, de aquellos que educados en la escuela de la dictadura, no supieron estampar en las columnas de sus periódicos más que adulaciones, incondicionalismo y servilismo en sus doctrinas y esgrimir la prensa como arma política, no para hacer política honrada, sino para hacer la política que declaraba en el Constituyente el señor Palavicini, la política del interés personal, la malvada, la política de desorientación. Y nosotros, señores, asumiendo esta actitud vigorosa y enérgica, esta actitud sin miedo ante el ridículo en que quieran ponernos los periódicos serviles, debemos tomar desde hoy una resolución firme y ser hostiles como Representación Nacional a esa prensa, para que los jóvenes, los revolucionarios de hoy, se dediquen a ser periodistas honrados y a dignificar ese cuarto poder que es el único que no ha podido redimir esta grandiosa Revolución.
(Aplausos.) (Voces: ¡A votar a votar!)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. de la Parra.
El C. de la Parra Gonzalo: El C. general Múgica sí ha formulado cargos concretos, ha formulado principalmente dos: Ha exhibido una fotografía ya antigua sobre cuyo punto ya contesté en las columnas de mi periódico, pero cuya contestación voy a repetir otra vez. En esa fotografía se ve que figuraba yo como secretario de redacción de "El Imparcial" dos días después de consumado el crimen de febrero. En efecto, señores diputados, era Secretario de redacción de "El Imparcial."
El C. Múgica, interrumpiendo: ¿Me permite usted hacer una rectificación?
El C. de la Parra Gonzalo: Sí, señor.
El C. Múgica: La fotografía que yo he exhibido corresponde a un ejemplar de "El Imparcial" de fecha 21 de febrero de 1913.
El C. de la Parra Gonzalo: Es lo que yo digo.
El C. Múgica: El mismo "Imparcial" en el santoral dice: 21 de febrero. San Severino Obispo.
El C. de la Parra Gonzalo: Yo era secretario de redacción de "El Imparcial" durante el Gobierno del señor Madero, siendo "El Imparcial" un periódico semi - oficial del Gobierno adquirido por la Secretaría de Hacienda, entonces a cargo de don Ernesto Madero. Estando yo en "El Imparcial" durante la decena trágica y habiendo sido el último que se ocupó de publicar el periódico durante esos días, porque creía que podía servir al Gobierno. era el único jefe de redacción en "El Imparcial" hasta dos días después de consumada la decena trágica, en que recibí orden de don Ernesto Madero, que era el representante del Gobierno, de entregar el periódico. Después no estuve ni un solo día allí. Permanecí allí hasta hubo quien fuera a recibirlo, porque don Ernesto Madero me indicó que puesto que yo era el único jefe inmediato, permaneciera allí hasta que él me dijera que debía entregarlo, que fue como repito, dos o tres días después de la decena trágica. Yo deseo saber
si existe o no existe y estoy seguro que no, otra fotografía con una fecha posterior.
El C. Hay: Pido la palabra, señor Presidente para una aclaración.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay, para una aclaración.
El C. Hay: Entiendo que el señor Ernesto Madero, Ministro de Hacienda. dejó el Gabinete el día 19 de febrero.
El C. de la Parra: El Gabinete sí, pero permaneció en la ciudad, y el señor Herrera Castro, que es concuño de don Ernesto Madero, fue la persona comisionada para avisarme que dejara el periódico y yo no estuve ni un día más.
El C. Basañez: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Basañez.
El C. Basañez: Suplico al orador me diga si en mayo de 1914 estuvo él en el periódico "El Diario."
El C. de la Parra: Sí Señores; he estado en todos los periódicos, porque ese es mi oficio. Durante la época en que se publicó ese artículo que el señor general Múgica ha leído y que no está calzado con mi firma, yo fui encarcelado por el general J. Isabel Robles, por Carrancista. (Siseos.) Además, fui también encarcelado por el señor Vito Alessio Robles, entonces Gobernador del Distrito, por mis ideas constitucionalistas. (Risas y siseos.) Esta es la verdad, señores, a pesar de la risa de ustedes y voy a publicar el testimonio de ese señor para ver si fui o no encarcelado por ese motivo. Estos son los dos cargos concretos que me ha formulado esta Asamblea y que he contestado con perfecta honradez. La Asamblea puede juzgar como le plazca; yo fui electo diputado por el 3er. distrito electoral del Estado de Zacatecas. La Asamblea podrá despojarme del fuero injustamente y de la curul, pero yo salgo de aquí, señores diputados, tan diputado electo por el 3er. distrito electoral de Zacatecas, como entré. (Siseos prolongados.)
(El C. de la Parra abandona el salón y se escuchan voces de: ¡No te vayas todavía, no te vayas! ¡Las tortas, las tortas! ¡Fuera, fuera!)
El C. Secretario Mata: No habiendo nadie inscrito en contra, se pregunta a la Asamblea si se considera el punto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pié. Se considera suficientemente discutido. Las proposiciones que se van a votar, dicen así:
"1a.- Son válidas las elecciones verificadas en el 3er. distrito electoral del Estado de Zacatecas.
"2a.- Es diputado propietario por el mismo distrito el C. Gonzalo de la Parra y suplente el C. doctor Donato Moreno."
El C. Prosecretario Ancona Albertos: La votación se va a dividir en dos partes, porque evidentemente la elección fue válida, y después del señor de la Parra, le sigue en votos el señor Jairo R. Dyer, que alcanzó una votación casi igual a la obtenida por el señor de la Parra.
El C. Secretario Mata: Se divide el dictamen en dos proposiciones.
El C. Manrique Aurelio: Pido la palabra, señor Presidente, para una moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Manrique: Yo me permito sugerir a la Comisión que divida la segunda proposición en dos partes: una en lo referente al propietario y la otra en lo que se refiere al suplente.
- El C. Ancona Albertos miembro de la Comisión acepta la proposición hecha por el C. Manrique.
El C. Secretario Mata: Se pregunta en votación económica si se aprueba la primera proposición que dice: (Leyó.) Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Aprobada.
La segunda proposición dice: (Leyó.) (varias voces: ¡Votación nominal!) En vista de que se pide votación nominal, se procederá a ella.
El C. Aguirre Colorado: Me adhiero a lo propuesto por el C. Manrique; el suplente nada tiene que ver con las culpas del propietario.
El C. Prosecretario Ancona Albertos: La Presidencia dispone que al ponerse en votación el segundo punto del dictamen, en caso de ser reprobado. únicamente se reprobará la elección del diputado propietario.
El C. Limón: Que se repruebe toda la fórmula.
El C. Ancona Albertos: Voy a hacer esta aclaración. El suplente del señor de la Parra es el señor Donato Moreno y quien le sigue en votos como suplente es el señor de la Parra; de modo es que si no se admite a Moreno vendría el señor de la Parra.
El C. Basáñez: Que se vote primero el propietario y luego el suplente.
El C. Aguirre Escobar: El suplente de la Parra es Moreno, quien fue barrilete de Urrutia y lacayo de Huerta.
El C. Prosecretario Ancona Albertos: Se procede a la votación nominal de todo el segundo punto que dice así: (Leyó.)
El C. Urueta: Pido la palabra.
- El C. Presidente. Tiene usted la palabra.
El C. Urueta: Antes de comenzar la votación me permito advertir a Su Señoría que hay algunos diputados que se han salido del salón, entre ellos el Señor Cravioto. Yo he hecho un positivo esfuerzo para venir a dar mi voto; estoy enfermo. Suplico que se llame a los señores que están en los pasillos, sobre todo al señor Cravioto que no está enfermo como yo.
El C. Limón: Igualmente se salió el señor Alejandri.
-El mismo C. Prosecretario: De acuerdo con la proposición de los señores Urueta y Limón, la Presidencia comisiona a dos diputados para que vayan por dichos señores.
Se procede a la votación.
El C. Limón: Moción de orden. Suplico respetuosamente se diga al señor Cravioto, tan celoso del cumplimiento del reglamento, que no se admiten votos razonados. El ha dicho que por la Constitución y la ley, vota en favor del dictamen.
El C. Secretario Mata: Votaron por la negativa los ciudadanos diputados Acuña, Aguirre Colorado, Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alcocer Ernesto, Alcocer Rosalió, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Andrade, Aranda, Araujo, Arlanzón, Arrazola R., Aveleyra, Avendaño, Avilés, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Barrera Antonio de la, Barrera Felipe de la, Basáñez, Bay, Bello, Betancourt, Bravo Izquierdo, Breceda, Cámara, Campero, Cano, Cárdenas, Castro, Castillo, Céspedes, Cisneros, Córdoba Daniel S., Córdoba Gabriel J., Curiel, Chapa, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Echeverría, Escudero, Esquivel, Fernández Martínez, Figueroa, Flores Garza, Gaitán, Galindo, Gamez, Gárate, García Adolfo G., García de Alba, García Jonás, García Pablo, García Vigil, Garza González, Garza Pérez, Gaxiola, Gómez Mauricio, Gómez Sariol, González Alberto M., González Galindo, González Jesús M., González Justo, González Marciano, González Torres, Guajardo, Guerrero, Gutiérrez, Gómez Gustavo, Hay, Hermosillo, Hernández Ernesto, Hernández Garibay, Hernández Luis M., Hernández Maldonado, Herrera, Higareda, Izquierdo, Lailson Banuet, Lanz Galera, Lechuga Val, Limón, Lizalde, López Couto, López F., López Ignacio, López Lira, López Miro, Malpica, Manjarrez, Manrique, Mariel, Márquez Rafael, Martín del Campo, Martínez de Escobar, Martínez Rafael, Martínez Joaquín, Mata Filomeno, Mata Luis L., Medina Francisco, Medina Juan,
Méndez Eugenio, Mendoza, Meneses, Meza, Moctezuma, Montes, Montiel, Morales Hesse, Múgica, Muñóz, Navarrete, Ordorica, Ortega Rafael, Ortega José M., Padilla, Padrés, Pardo, Paredes Colín, Parra, Pedroza, Peña, Peralta, Pérez Gasga, Pesqueira, Pineda, Plank, Portes Gil, Pérez Brambila, Portillo, Prieto, Ramírez G., Ramírez Genaro, Ramírez jr., Ramírez Llaca, Reynoso, Ríos Landeros, Rivas, Rivera, Robledo, Robles Domínguez, Rodríguez Saro, Rojas Dugelay, Rojas Rafael, Román, Rueda Magro, Ruiz Estrada, Ruiz Sáenz, Sánchez Daniel, Sánchez José M., Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Segovia, Silva Herrera, Siurob, Soto, Suárez, Téllez Escudero, Torre Jesús de la, Treviño, Urueta, Uruñuela, Vadillo, Vargas Manuel, Vega Sánchez, Velázquez, Ventura, Villarreal Filiberto, Villaseñor, Zapata y Zavala.
Votaron por la afirmativa los ciudadanos diputados Arellano, Cepeda Medrano, Cravioto, Cristiani y Rocha.
El resultado de la votación es el siguiente: Por la negativa votaron 180 ciudadanos diputados y 5 por la afirmativa.
El C. Peralta: ¡El quinteto Rocabruna! (Risas.)
El C. Secretario: Se devuelve a la Comisión el dictamen para que lo reforme en el sentido de la discusión.
El C. Ancona Albertos: Pido la palabra.
- El C. Presidente. Tiene usted la palabra.
El C. Ancona Albertos: He pedido la palabra, como miembro de la Comisión, porque a la mitad del debate, dicha Comisión comprendió que aquel iba a ser desechado y desde luego formuló otro dictamen, que voy a suplicar a la Secretaría le dé lectura, y esto lo hemos hecho porque la Comisión a que pertenezco no tiene ya dictámenes pendientes y quiere salir de todos ellos.
El C. Secretario Mata: El dictamen reformado dice así:
"H. Asamblea:
"En vista de que, por razones que no nos toca estimar en este dictamen, el Colegio Electoral desechó como nula la elección del C. Gonzalo de la Parra, sobre quien rendimos dictamen favorable en el expediente relativo al 3er. distrito electoral del Estado de Zacatecas y teniendo en cuenta que el C. doctor Jairo R. Dyer le sigue en votos, pues obtuvo 989, ponemos a la deliberación de esta H. Asamblea el siguiente punto de resolución:
"Único. - Es diputado propietario por el 3er. distrito electoral de Zacatecas el C. doctor Jairo R. Dyer y suplente por el mismo distrito el C. doctor Antonio Moreno.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. - México, mayo 11 de 1917.
Antonio Ancona Albertos. - Jonás García." (Rúbricas.)
Está a discusión.
El C. Cepeda Medrano: Suplico a la Comisión me diga muy respetuosamente, si el señor es mexicano, puesto que su nombre y apellido son extranjeros.
El C. Ancona Albertos: La Comisión dictamino en favor del señor Jairo R. Dyer, porque el señor Jairo R. Dyer obtuvo 112 votos menos que el señor de la Parra, y el señor Dyer, aun que tiene apellido extranjero, como lo tiene, es mexicano. El señor Plank, también tiene apellido extranjero y es mexicano, y una prueba es que a pesar de que allí fue muy reñida la elección, pues hubo tres candidatos no hay ninguna protesta sobre la nacionalidad del señor Dyer, y además, el señor Dyer fue miembro del Congreso Constituyente, y esta es una prueba presuncional de que es mexicano.
El C. Muñóz Enrique: Pido la palabra para una aclaración.
- El C. Presidente. Tiene usted la palabra.
El C. Muñóz Enrique: Para informar que el señor Dyer es mexicano, es zacatecano; es paisano mío, del partido de Sombrerete y además fue miembro del Congreso Constituyente de Querétaro, y allí desempeño perfectamente su papel.
El C. Ancona Albertos miembros de la Comisión: Como cuando hizo el dictamen esta Comisión, hace media hora, no se había resuelto lo referente al suplente, y por considerar que el doctor Moreno era el que tenía el mayor número de votos, la Comisión lo propuso como suplente; pero en vista de los cargos que se le han hecho, la Comisión suplica se le permita retirar el dictamen desde luego, para nombrar suplente, dejando al propietario.
El C. Cepeda Medrano: Pido que se sirvan concretar esos cargos.
El C. Ancona Albertos, miembro de la Comisión: Yo me referí al hecho de que la Asamblea pidió manifiestamente que se votara en una sola vez; por consiguiente, tiene la intención de votar en contra del señor Moreno, y voy a pedir permiso a la Asamblea para retirar este dictamen, porque en la formula del señor Dyer hay también su suplente, y el dictamen que presentaremos mañana tendrá ya el nombre de ese suplente.
El C. Muñóz: Para preguntar a la Asamblea si cree pertinente que dé yo algunos datos respecto al doctor Moreno. (voces: ¡No: no, está desechado!)
El C. Secretario Mata: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, consulta a la Asamblea si concede permiso para retirar ese dictamen. Las personas que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Se retira el dictamen.
El C. Lailson Banuet: Suplico a la Presidencia que dé el trámite de que discutan las credenciales que obran en poder de la Secretaría, por su orden, como lo exige la justicia. Hay muchos ciudadanos diputados que esperan no media hora sino muchos días, y esperan en vano saber el resultado final sobre sus credenciales.
El C. Secretario Padrés: Se va a dar lectura a varios dictámenes que han sido reformados con el exclusivo objeto de ponerse a votación. "H. Asamblea:
En vista de que el Colegio Electoral, ha desechado el dictamen de esta Comisión, relacionado con las elecciones verificadas en el 2o. distrito del Estado de Hidalgo, y teniendo en cuenta que quien sigue en número de votos al C. Erasmo Trejo, es el C. Nicasio Jurado, que obtuvo 1,770 sufragios y que la elección del C. Matías Rodríguez es nula por estar afectada la pluralidad, sometemos a la deliberación de esta H. Asamblea el siguiente punto de resolución:
"Único. - Es diputado propietario por el 2o. distrito electoral del Estado de Hidalgo el C. Nicasio Jurado y suplente el C. Arturo Jiménez.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados. - México, mayo 9 de 1917.
"Juan Zubaran. - Antonio Ancona Albertos. - Jonás García." (Rúbricas.)
En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado.
La Presidencia, por conducto de la Secretaría declara: Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 2o. distrito electoral del Estado de Hidalgo, los ciudadanos Nicasio Jurado y Arturo Jiménez.
El C. Presidente a las 7.36 p. m.: Se levanta la sesión del Colegio Electoral y se cita para mañana a las cuatro de la tarde, a sesión del mismo Colegio Electoral.
El jefe de la sección de taquigrafía.
JOAQUÍN Z. VALADEZ.