Legislatura XXVII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19170706 - Número de Diario 76
(L27A1P1eN076F19170706.xml)Núm. Diario:76ENCABEZADO
MÉXICO, VIERNES 6 DE JULIO DE 1917........................
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
PERÍODO EXTRAORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 76
SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS EFECTUADA EL DÍA 6 DE JULIO DE 1917
SUMARIO
1. Se abre la sesión. Es leída, discutida y aprobada con algunas adiciones el acta de la sesión anterior.- 2. Es discutida y aprobada una proposición para que sea repetida la votación de ayer. Se efectúa ésta, resultado desaprobada la fracción XII del artículo 1º de la Ley de Ingresos en lo que se refiere a la fracción I.- 3. Es puesta a votación y aprobada dicha fracción XII en lo que se refiere a derechos de exportación. Se suspende la sesión.- 4. Se reanuda y se da cuenta con los asuntos en cartera.- 5. Es leído, dispensado de trámite y aprobado un proyecto de ley que envía el Ejecutivo sobre validez de las actuaciones judiciales practicadas o que se practicaren desde el día 1º de julio por los actuales funcionarios judiciales. Pasa al Senado.- 6. Se sigue dando cuenta con los asuntos en cartera.- 7. Propuesto por el C. Román, se discute y aprueba un voto de confianza a la Mesa Directiva, ocupando la Presidencia, durante está discusión, el C. Eduardo Neri. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del C. NAVARRO REYNALDO
(Asistencia de 145 CC. diputados.)
El C. Presidente, a las 9.15 a. m.: Se abre la sesión.
El C. Secretario Mata leyó el acta de la sesión anterior: Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra?
El C. Manrique: Favor de leer la parte final el último párrafo.
- El mismo C. Secretario: "Después de que se leyó la lista de la afirmativa, surgieron reclamaciones de los CC. González Torres, Ordorica, de la Barrera, Basáñez, Rocha, Garza Pérez y Pruneda, que dieron lugar a que se volviera a leer la citada lista y a que la Presidencia declarara cerrada la votación; el C. Hay hizo una moción de orden, y en vista de que éste no pudo restablecerse, la Presidencia, con fundamento en la parte relativa del artículo 107 reglamento, levantó la sesión a las 5.15 p. m."
El C. Silva Herrera: Entiendo que también se leyó la lista de la negativa. (Voces: ¡No, no!) Al menos se dió cuenta con el número de votos de la negativa, lo que debe hacerse constar en el acta.
- El mismo C. Secretario: Así lo dice el acta.(Volvió a leer.)
El C. Córdoba Daniel S.: Yo creo que debían hacerse notar también en el acta los votos de los ciudadanos que estaban en el salón, como lo fueron los CC. González Torres, de la Barrera y Ordorica; estaban en el salón y pidieron que se hicieran constar sus votos.
- El C. Secretario López Lira; Cuando se termina la votación y se hace la declaración correspondiente, se anota en el acta qué ciudadanos votaron por la afirmativa y cuáles por la negativa. Como en el presente caso no se llegó a un acuerdo ni a una resolución final, el acta no expresa quiénes votaron por la afirmativa ni quiénes por la negativa. Por otra parte, está agregada al acta la lista de votación; de manera que allí consta qué ciudadanos votaron.
El C. Silva Herrera: Pido la palabra.
El C. Hay: Pido la palabra.
El C. Silva Herrera: La pedí yo primero.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Silva Herrera: Pido que en el acta se diga que se presentaron los señores cuyos votos no se han hecho constar.
El C. González Torres: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. González Torres: Tan luego como el C. Secretario Mata preguntó si faltaba algún ciudadano por votar, nos levantamos de nuestros asientos, casi al mismo tiempo, los CC. Basáñez, de la Barrera y yo. Pongo de testigo al C. Secretario López Lira.
El C. Secretario Mata: La Secretaría va a informar.
El C. Hay: ¿No tengo la palabra?
El C. González Torres: No se me anotó en la lista de la afirmativa, que fue como voté. Cuando se leyó la lista de la afirmativa, nos volvimos a levantar para protestar, porque no se había puesto nuestro nombre; pero no nos hicieron caso.
El C. Secretario Mata: Yo debo informar el C. Silva Herrera y al C. González Torres a este respecto, que yo no podía hacer ninguna aclaración ni declaración de votos que faltaran, porque no fueron sólo los CC. Silva Herrera, González Torres y Basáñez los únicos que se levantaron; se levantó una multitud de un lado y de otro. (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí! Confusión. Campanillas.) Yo ví caras tan llenas de odio del lado de la derecha, que creí honradamente haberme equivocado en la lectura de la lista de votación; creí haberme equivocado y he hecho la declaración delante de todos, y por eso el C. Secretario Magallón volvió a leer la lista qué, en efecto, yo había leído bien. Por consiguiente, yo no podía hacer declaración de votos de los señores Silva, González Torres y Basáñez, en vista de que se levantaron de la derecha y de la izquierda todos a la vez; por eso la Presidencia, calificando de escándalo grave, levantó la sesión. (Aplausos y voces: ¡No, no! ¡Sí sí!)
El C. Silva Herrera: Para una aclaración oportuna.
El C. Hay: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Hay: Yo creo que hay razón en parte de lo que los señores dicen; digo que en parte, porque, según entiendo, pretenden que se anoten como válidos esos votos. Yo creo que sólo por tratarse del acta debe hacerse constar que los señores Basáñez, Ordorica y no sé cuáles otros pidieron que se tomara en cuenta su voto, puesto que aquí se trata, no de la votación, sino solamente del acta, es decir, de apuntar los hechos acontecidos; si nosotros fijamos la discusión en este punto, acortaremos la discusión, aprobaremos o no el acta con esas aclaraciones y pasaremos a discutir lo referente a la votación y esta discusión se hará anotar en el acta de la sesión de hoy.
El C. González Torres: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. González Torres: Voy a explicar y a la Asamblea le va a constar que es la verdad lo que digo. ¿Cuál fue la razón por la que vino el desorden? La razón fue..
El C. Hay: Moción de orden, moción de orden. (Voces: ¡Que hable, que hable! Campanillas. Siseos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay.
El C. Hay: No vamos a averiguar las razones por las que votaron y por las que no votaron; se trata de acta, en la cual sólo deben constar los hechos acontecidos, y un hecho acontecido es la protesta de algunos diputados, porque no se les anotó en la lista después; así es que después de aprobada el acta, después de haberse hecho constar esos acontecimientos, entonces podremos pasar a discutir por qué se anotaron o se dejaron de anotar determinados votos. Pido al compañero que suspenda sus aclaraciones.
El C. Manrique: De acuerdo con la sugestión del señor Hay, para dar por terminado el incidente, pido que se haga constar que al rectificar la votación pidieron que se hicieran constar sus votos los CC. de la Barrera, González Torres, Ordorica, Basáñez, Blancarte y Villaseñor. (Voces: ¡No, no!)
El C. Peralta: Pido la palabra para moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Peralta: Para que se anote en el acta, en caso de accederse a los deseos de la derecha, que se presentaron seis o siete diputados queriendo votar por la negativa. (Voces: ¡Mentira!) Voy a decir los nombres: Vidal Garza Pérez, Alvaro Pruneda.....
(Fuertes murmullos.)
El C. Secretario López Lira: La Presidencia recomienda a los señores diputados se sirvan guardar orden. Se va a hacer constar en el acta.....
El C. Hay: Moción de orden.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay.
El C. Hay: Señores diputados: Mi moción es verdaderamente de orden, porque voy a suplicar a los compañeros, sean de la derecha o de la izquierda, que guardemos orden y todo el respeto que se merece esta Asamblea. (voces y murmullos.) Veo que algunos diputados se sonríen por mis esfuerzos, realmente patrióticos, cuando vengo a pedir que nos respetemos, respetando a la Asamblea Nacional. ¿Por qué razón, cuando se emite alguna opinión que no está de acuerdo con la de los miembros del partido contrario, por qué razón en ves de contestar con razones, lo hacen con gritos y levantándose de su asientos, sembrando el más grande desorden? El espectáculo que presentamos ayer ha sido verdaderamente vergonzoso, y no voy a motejar a la izquierda o a la derecha, y voy a demostrar que todos, más o menos, hemos tenido la culpa. (Voces: ¡No!) Sí, señores, todos hemos tenido la culpa. El ciudadano Zubaran, con gran escándalo, estaba pidiendo que nos fuéramos, para descompletar el quórum; el ciudadano Medina, con gran escándalo también, estaba pidiendo que descompletáramos el quórum. Tanto los de la derecha como los de la izquierda tienen igual responsabilidad, unos y otros querían hacer anotar votos que pensaban serían legales y que serían de acuerdo con su modo de sentir; de tal manera, que la responsabilidad no es de la derecha al de la izquierda, es de todos nosotros, y debemos de afrontar esa responsabilidad en la forma debida. Ahora bien: ¿Es posible que a cada momento, por una cuestión relativamente baladí, como la de ayer....(voces: ¡No, no! Siseos. Campanilla), relativamente baladí, señores diputados, porque eso implica una parte relativamente pequeña para la Nación, porque son, a lo más, veinte mil pesos anuales; por eso digo relativamente baladí, porque hemos tenido aquí cuestiones muy importantes y las seguiremos teniendo; ¿Y qué, quiere decir que los escándalos tienen que estar de acuerdo con la importancia de las asuntos? No, señores diputados, sean serenos; cuando un diputado viene a exponer aquí una teoría errónea o vergonzosa, que venga otro diputado honradamente a demostrarle que esa teoría es falsa. ¿Por qué razón no tenemos un poco de calma, si es obligación de nuestra parte tener esa calma, puesto que venimos a representar serenamente los intereses nacionales? ¿Qué, acaso, somos un grupo de chiquillos, un grupo de muchachos
de escuela, que no podamos atender a la razón, que no podamos exigir que la razón sea atendida? Ahora, cuando un diputado se levanta y pretende hacer una declaración, todos impiden que oiga esa declaración, porque empiezan con choteos y con protestas. La mejor protesta que puede hacerse en esta Cámara de Diputados es que, después de que un diputado haya hecho una afirmación, venga otro diputado a demostrar que falta a la razón; todo lo demás, señores diputados, no es más que perder en tiempo y faltar al cumplimiento de nuestro deber. Pido, por lo tanto, señores diputados, que, cualquiera cosa que se diga aquí, se pida la palabra y que se vengan a decir, honradamente, las razones que se tengan para destruir las razones del orador que haya hablado anteriormente. Lo que ha sucedido ayer, señores diputados, ha sido verdaderamente vergonzoso, y como compañero de todos ustedes, les suplico que, en adelante, evitemos espectáculos semejantes, porque yo estoy seguro que, si ayer nos hubiéramos dominado un poco, si hubiéramos esperado con tal calma, habríamos resuelto el punto que ahora estamos discutiendo, de si debemos anotar un voto o no, de si debemos aceptar tantos más o no, de si fue error de la Secretaría o mala fe, pero esto con serenidad. ¿Por qué no haber hecho ayer lo que hacemos ahora? Algunos dirán: "Se nos pide lo imposible; usted pide que tengamos calma; somos de sangre ardiente." Pero, señores diputados, sobre nuestra sangre ardiente, esta nuestro patriotismo, están las obligaciones que tenemos que cumplir, están nuestros deberes y, por eso, espero que dominemos el ardor de nuestra sangre, para seguir cumpliendo con nuestro deber en debida forma. (Aplausos.)
El C. Córdoba: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Córdoba: Al mencionar a los diputados Gonzáles Torres, Basáñez, de la Barrera y Ordorica, me concreté nada más a los que estaban en el salón no hice mención de los que estábamos fuera, como Blancarte y otros; así que el compañero Peralta ha mencionado a otros que estaban fuera.
El C. Secretario López Lira: La Secretaría va a hacer constar en el acta que reclamaron su voto a los ciudadanos González Torres, Ordorica, Basáñez y de la Barrera, porque de estos cuatro ciudadanos diputados sí le consta que estaban en el salón y fueron los que reclamaban el orden. Respecto a los demás, a la Secretaría lo le consta que hayan estado en el salón. Por último, como aclaración, me permito decir que el señor Manrique estaba tomando la votación por la negativa.
El C. Silva Herrera: Deseo se haga constar, a más de los nombres indicados, los de los ciudadanos Blancarte y Villaseñor. Ruego a mis compañeros que no aprueben el acta mientras no se hagan esas adiciones.
El C. Garza Pérez: Que diga el licenciado Blancarte si no entró después de mí por esa puerta; y yo no he reclamado se haga constar mi voto.
El C. Secretario López Lira: El artículo 157 del reglamento dice: "Mientras ésta se verifica (se refiere a la votación), ningún miembro de la Cámara deberá salir del salón y excusarse de votar."
El C. Hay: Pido la palabra:.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Hay: Para volver a suplicar se tome en cuenta que lo que se está tratando es de un acta, es decir, del documento que expresa los hechos acontecidos; pido, por tanto, que nos concretemos a que la Secretaría pregunte cuáles fueron los diputados que pidieron que se anotara su voto; así sencillamente se va tomando en cuenta el nombre de los diputados Ordorica, Blancarte, Vidal Garza Pérez, etc., porque eso no lo podemos evitar. Estos señores solicitaron que su voto se anotara, y como en el acta se deben hacer constar los hechos acontecidos, claro es que no podemos negar esos hechos. Así es que hasta allí llegan las funciones del acta: anotar los nombres de los diputados que solicitaran en cuenta sus votos. Cada quien va diciendo: yo solicité que se anotara mi voto en pro, fulano solicitó que se anotara su voto en contra; esto no modifica en nada la lista, se terminará el acta, es decir, la relación de los hechos acontecidos y después pasamos a discutir si es conveniente tomar en consideración esos votos o si es conveniente volver a realizar la votación, porque, de otra manera, nunca podremos terminar con la aprobación de esta acta, y no podremos decidir si es legal o no es legal esa votación, desde el momento en que no está aprobada el acta.
El C. Blancarte: Pido la palabra para una aclaración.
El C. Presidente: Tiene la palabra es C. Blancarte.
El C. Blancarte: Debo manifestar, señores, que yo no había votado, pero debo de manifestar esto: estaba en aquel lado del salón cuando comenzó la votación y les dije a algunos compañeros: "me voy a cambiar de lugar para votar," y al pasar por el corrillo me habló alguna persona que me entretuvo algunos momentos y cuando volví le dije al señor Mata, cuando estaban leyendo la lista, que no había votado. En seguida pasé con el señor Presidente y le dije que se examinase antes de que se terminase la votación a las personas a quienes constaba que yo estuve en el salón a fin de ver si era cierto o no.
El C. Cepeda Medrano: Pido la palabra (Voces: ¡Huy; huy! Tiene derecho.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cepeda Medrano.
El C. Cepeda Medrano: Señores diputados: Hacía algunas veces que estábamos observando que la computación de votos no era correcta, hacía varias veces que nosotros estábamos tomando en el papel, inmediatamente que los señores secretarios leían, los nombres, y aunque alguna vez tuvimos oportunidad de reclamar, no logramos...
El C. Manrique: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Manrique : Tengo la palabra para una moción de orden. Suplico al señor Cepeda Medrano me excuse la interrupción. Creo que los más cuerdo es hacer lo que indicó ya el señor Hay; la discusión del acta ha terminado, que se dé por aprobada el acta y después pasaremos a discutir la forma de rectificar la votación de ayer, que es a la que va el señor Cepeda Medrano.
El C. Cepeda Medrano: Yo no estoy de acuerdo con usted; nosotros pudimos notar ayer...
El C. Hay: Moción de orden. (Murmullos, siseos, campanilla.)
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Hay: Lamento que el señor Cepeda Medrano no esté de acuerdo con el señor Manrique y conmigo; pero como es cuestión de reglamento, tiene que estar de acuerdo con el Reglamento, respetuosa, pero enérgicamente, pido a la Mesa que haga cumplir el Reglamento, que no apruebe que se pase a discutir una votación cuando sólo se trata de la discusión del acta, es decir, de los hechos acontecidos.
El C. Presidente: Si no se concreta a rectificar el acta, se le quita el uso de la palabra.
El C. Cepeda Medrano: Voy a rectificar el acta, antes de que se me quite el uso de la palabra. El C. Presidente se obstinó ayer en no dar entrada a los votos que emitieron los CC. de la Barrera, González Torres, Ordorica, Basáñez y Barrera, González Torres, Ordorica, Basáñez y Rocha que estaban dentro del salón en el momento en que la votación, como consta a muchos diputados. Es pues, necesarios hacer esta rectificación porque con esos votos hemos triunfado en la votación y no debemos permitir que se arrebate el triunfo...
El C. Soto, interrumpiendo: Muy atentamente ruego al C. Cepeda Medrano que desista de ha hacer uso de la palabra en el sentido que la está haciendo; vamos a aprobar el acta y en seguida pasaremos a discutir la validez de la votación y que la Secretaría pregunte después, como decía el C. Hay, quiénes son los ciudadanos que pidieron que se anotara su voto haciéndose constar eso en el acta. Una vez aprobada el acta pasaremos a discutir la validez de los votos de ayer.
El C. Cepeda Medrano: El ciudadano Presidente me dice que él está conforme con lo que expresó el señor Soto; yo también lo estoy, y si no lo estuve antes, fue porque no estaba enterado de lo que se iba a hacer por haber estado ausente del salón.
El C. Secretario López Lira: La Mesa, accediendo a los deseos de la Asamblea, mejor dicho, sujetándose a su resolución, puesto que es soberana, va a preguntar qué diputados pretendían se rectificara su voto, puesto que en medio de la confusión de ayer no pudo darse cuenta la Secretaría de ello. Además de los señores diputados González Torres, Basáñez, de la Barrera y Ordorica, (Voces: ¡Rocha!) Se servirán ir diciendo los señores diputados que hayan deseado que se anotara su voto.
El C. Soto: Moción de orden, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Soto: Pido a la Mesa que los ciudadanos que pidieron ayer se considerara su voto, se pongan de pie sencillamente, sean los de la derecha o sean los de la izquierda.
- El mismo C. Secretario: Esto es lo que acaba de decir la Secretaría.
El C. Avilés: Moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Avilés: No estoy de acuerdo con lo dicho por el compañero; tiene que preguntarse quiénes querían que se anotara su voto, porque aquí hay muchas personas que no estaban ayer.
- El mismo C. Secretario: Los ciudadanos diputados que pidieron que se anotara su voto, se servirán decir su nombre para que se anote. Rocha José Federico, Basáñez Rubén...
El C. Peralta: Que digan en que sentido.
- El mismo C. Secretario: Garza Pérez, González Torres, Ordorica, de la Barrera, López Miro. (Voces: ¡No, no!)
El C. Padilla: Sí tiene derecho, López Miro estuvo en el salón. (Voces: ¡No estuvo! ¡Sí estuvo! Siseos. Campanilla.)
- El mismo C. Secretario: Alvaro Pruneda.
El C. Rocha: No estuvo.
El C. Céspedes Eliseo: Moción de orden. (Voces: ¡Pruneda no vino!)
El C. Avilés: Pruneda no estuvo en el salón. (Voces: ¡Sí estuvo!)
- El mismo C. Secretario: El acuerdo de la Asamblea es que se tomen los nombres de los señores que reclaman su voto y es lo que se está haciendo.
El C. Céspedes Eliseo: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Céspedes Eliseo: Es defectuoso ese procedimiento de anotar el nombre de los que pidieron que se pusiera su voto; no es correcto por esto: porque se trata de saber en qué sentido reclamaron su voto; si no, no es un fiel reflejo de lo que ha pasado aquí. El señor González Torres votó por la afirmativa y así reclamó su voto, el C. Basáñez igualmente, y estuvieron aquí en el salón.
- El mismo C. Secretario: En ese sentido se están anotando.
El C. Manrique: Nada más están dando los nombres; que digan en qué sentido votaron.
- El mismo C. Secretario: Por la afirmativa, el señor González Torres; por la afirmativa, el señor Basáñez Rubén...
El C. Garza Pérez, interrumpiendo: Por la negativa Garza Pérez.
El C. Hay: Moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Hay: Tomo la palabra para procurar encauzar esta anotación: que primero se tome nota de las personas que pretendieron que su voto se tomara en cuenta; después, la Secretaría, como ya tiene esos votos, pasa una lista de esas personas y cada uno de esos diputados puede decir: "Si o no," que es el sentido en que querían votar. Después vendrá la consideración de si debe tomarse en cuenta o no cada uno de los votos de la misma votación. Por lo tanto, vamos a ver primero cuáles fueron los diputados que reclamaron su voto; segundo, en qué sentido quisieron votar, y tercero si se deben tomar en cuenta esos votos.
(Varios CC. diputados piden la palabra.)
El C. Presidente: La Presidencia ruega encarecidamente a los señores representantes se sirvan guardar orden para poder seguir la sesión y hace esta aclaración: que lo que se está haciendo ahora es para cerrar el acta, sin perjuicio - y antes al contrario, parece que es el deseo de la Asamblea - de que se ponga a su consideración si se repite la votación. Esto es lo que se va a hacer.
- El mismo C. Secretario: Se continúa tomando nota de los nombres de los ciudadanos que reclamaron su voto. Están anotados por la afirmativa los ciudadanos González Torres, Ordorica, de la Barrera, Basáñez y Rocha; y por la negativa, el ciudadano Rivera. (Voces: ¡No!) Garza Pérez, López Miro, Márquez Rafael... (Voces: ¡Pruneda! ¡Pruneda no estaba en el salón!) (Gritos, desorden, campanilla!) Se llama al orden a los ciudadanos diputados.
(Sigue el desorden.)
- El mismo C. Secretario: El artículo 23 del reglamento dice: "Son obligaciones del presidente: Fracción II: Cuidar de que así los miembros de la Cámara como los espectadores guarden orden y silencio." (Desorden, confusión. campanilla.)
El C. Betancourt Amadeo: Pido la palabra para una moción de orden.
- El Mismo C. Secretario: Se suplica a los ciudadanos diputados García Vigil, Aveleyra y Rivera Cabrera se sirvan ocupar sus curules, pues la Presidencia no puede conceder el uso de la palabra a ningún ciudadano diputado mientras no se restablezca el orden.
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Betancourt.
El C. Betancourt: He visto que en la lista de la negativa se apuntó al señor Pruneda y el señor Pruneda me consta que estaba en los pasillos, como yo también estaba en los pasillos; y si apuntamos a él en la negativa, pido que me apunten también a mí en la afirmativa.
El C. Pruneda: Pido la palabra para una aclaración.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Pruneda: Aquí han asentado varias personas que yo no estaba en el salón; suplico al señor general Treviño se sirva decir si no momentos antes de la votación estaba yo a su lado.
El C. Treviño: Me consta que el señor Pruneda estaba antes de la votación; en la votación, no sé (Aplausos, desorden. Voces: ¡Pido la palabra!)
El C. Pruneda: Continúo yo en el uso de la palabra. Señores: salí, me llamó allí afuera alguna persona, salí en ese momento y cuando entré encontré la bola imposible de entenderse ya más, era un escandalo; yo hablo de sobra fuerte y ni así se me oía. (Voces: ¡Aaaaaah! Desorden, campanilla.)
- El mismo C. Secretario: La Secretaría está anotando los nombres que se le dicen, pues no puede hacer otra cosa sino fijarse en la honorabilidad de los señores diputados. Se continúan anotando los nombres de los ciudadanos diputados.
El C. Betancourt: Que se me anote a mí en la afirmativa.
- El mismo C. Secretario: Betancourt, sí; Alvaro Pruneda, no; Valle Tomás, no; Portes Gil, no; Cienfuegos, no.
El C. Córdoba Daniel S.: Cienfuegos no estaba ayer en el salón. (Voces: ¡Sí estaba! Campanilla.)
- El mismo C. Secretario: García Salvador, no; Rivera Cabrera, no.
El C. Céspedes: Para una moción de orden. Se está anotando a los señores diputados que quieran ratificar sus votos que emitieron ayer en el momento de la votación, no a los señores diputados que no estuvieron en la votación que hoy vienen a votar, a lo que no tienen derecho.
- El mismo C. Secretario: Esto está en la honorabilidad de los señores diputados. (Voces: ¡No, no! Campanilla, desorden.)
El C. Avilés: Esto es inmoral. (Confusión, escándalo.)
El C. Hay: Para una moción de orden. Para suplicar a los señores compañeros que suspendan las discusiones mientras se anotan los nombres; después de anotarlos, se puede dar lectura a uno por uno, y si acaso hay divergencia en cuanto al derecho de ser anotado, entonces se puede ir discutiendo uno por uno; pero si pretenden discutir a todos a un mismo tiempo, nunca llegaremos al final de esto.
El C. Villarreal Jesús J.: Ayer el señor Garza Pérez pidió que se rectificara su voto por la negativa; todos los demás eran por la afirmativa.
El C. Presidente: Una vez más se hace la aclaración que de lo que se trata es que se digan los nombres de los representantes que estaban ayer en el salón a la hora de la votación y que no fueron tomados en cuenta, y no los nombres de los que no estuvieron aquí en tal momento.
- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún diputado por reclamar su voto?
El C. Blancarte: Tanto el señor Garza Pérez como yo estuvimos presentes y no votamos.
- El mismo C. Secretario: Se va a leer la lista de los nombres de los diputados que han reclamado su voto, en el concepto de que la Secretaría se ha confiado a su honorabilidad: González Torres, sí; Ordorica, sí; de la Barrera, sí; Basáñez, sí; Rivera, no; Rocha, sí; Garza Pérez, no; López Miro, no; Márquez Rafael, no; Pruneda, no; Blancarte, si; Portes Gil, no; Cienfuegos y Camus, no; García Salvador, no; Rivera Cabrera, no. ¿Con la adición de esta lista se aprueba el acta? (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí!)
El C. Rojas Rafael: Los nombres de varios diputados figuran por la negativa, sin haber estado en el salón; también hay varios por la afirmativa que quieren que se haga constar su voto. Hay parcialidad en ese caso.
El C. Presidente: La Mesa ha invocado la honradez y la honorabilidad de los señores representantes, porque no se puede adivinar quiénes estuvieron en el salón en los momentos de la votación y quiénes no estuvieron; se hace esta aclaración, por última vez, a los señores diputados.
El C. Díaz González: Señores diputados: Creo que para obviar tiempo, lo práctico, lo justo y lo honrado, es que los señores de la izquierda sepan perder. (Voces: ¡Uuuuuuh! ¡Ustedes, ustedes! Aplausos de la derecha. Campanilla, confusión.) Sí, señores, puedo demostrar a ustedes que perdieron.
El C. Martínez de Escobar: Nosotros no somos pagados por nadie. (Sigue el desorden.)
El C. Díaz González: Yo juro por mi honor que no traigo ninguna consigna. (Sigue el desorden.)
El C. Secretario López Lira: La Presidencia pide a la Asamblea dejar hacer uso de la palabra al orador. (Voces: ¡Déjenlo que hable, déjenlo que hable!)
El C. González Jesús M.: Pido a los compañeros que lo dejen desbarrar.
El C. Díaz González: (Dirigiéndose al C. Martínez de Escobar.) suplico a usted, si es que tiene honradez y valor civil, que me justifique que yo soy un diputado vendido.
El C. Martínez de Escobar: Yo lo que he dicho es que nosotros no somos pagados, no he hablando de usted. (Voces: ¡Se da por aludido!)
El C. Padilla: Usted es de Ixtlahuaca.
El C. Díaz González: Sí señor, a mucho honor.
El C. Padilla: Es usted defensor de los coyotes de la calle de Capuchinas.
El C. Díaz González: Eso es lo que han ustedes dictaminado.
El C. Siurob: Para una moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Siurob: Yo pido a la presidencia que no dé ningún trámite hasta que no se restablezca el orden, porque esa es la base para cualquier otro trámite.
- El mismo C. Secretario: La Presidencia llama la atención de los señores diputados sobre que no es posible continuar la sesión si no se restablece el orden; en consecuencia, hasta que los señores diputados guarden orden y compostura debida, continuará la discusión de este asunto y se les encarece se sirvan ocupar sus curules.
En votación económica y con las adiciones.... (Voces: ¡No, no! Confusión, campanilla.) No es posible llegar a un resultado, señores. Se van a poner a votación una por una las ratificaciones pedidas por los señores diputados. Los que estén porque se haga la ratificación del ciudadano González Torres, se servirán poner de píe. Se hará la aclaración del ciudadano González Torres.
Los que estén por la ratificación del ciudadano Ordorica, se servirán poner de pie. Se anotará. Los que estén por la ratificación del ciudadano De la Barrera, se servirán poner de pie. Se hará la aclaración del ciudadano De la Barrera. Los que estén porque se haga la anotación del C. Basáñez, se servirán ponerse de pie. (Voces: ¡Sí!) Se anotará. Los que estén por que se haga la de C. José Rivera, se servirán ponerse de pie. (Desorden. Varias voces: ¡Moción de orden!) Se hace la aclaración de... (Voces: ¡Que hable Rivera!)
El C. Rivera José: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Rivera: Señores diputados: Ayer en la tarde estaba cumpliendo con mi deber, estaba tratando del presupuesto de egresos de la Secretaría de Guerra, en la sala de Comisiones. Tengo perfecta conciencia de lo que se ha discutido aquí, acerca del asunto a debate, por se miembro de la Comisión. Yo firmé el dictamen y estaba entusiasmado porque creía un deber de patriotismo el que se pusiera ese impuesto adicional y todavía creo que ese impuesto debe subsistir; pero desde el momento que se han lanzado cargos terribles a la Comisión , que se dice que se nos han dado doscientos mil pesos, no quiero que mi honra ande por medio y doy una satisfacción a la Nación y protesto solemnemente que los miembros de la Comisión hemos obrado honradamente Si la H. Asamblea me permite que vote por no haber estado aquí ayer, votaré conforme a mi conciencia; lo importante es que la Asamblea me permita votar. (Voces: Sí, no!)
El C. Padilla: Pido la palabra.
- EL C. Hay: Pido que se retire el nombre del C. Rivera, porque aun cuando se le puede considerar como presente a la sesión, por haber estado en el desempeño de una Comisión, no estuvo presente en el salón a la hora de la votación y, por lo tanto, no se le puede tomar en cuenta. Pido que ninguno de estos nombres se tome en cuenta en la votación, porque no es este el objeto que estamos tratando. Deben anotarse únicamente los nombres de las personas que pidieron que se les tomara en consideración para que sus nombres se anotaran en el acta. Como el C. Rivera no estuvo aquí, no debe asentarse en el acta una falsedad.
El C. Robledo: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Robledo.
El C. Robledo: Señores diputados: (Voces: ¡No se oye!) Ya se va a oír. Señores diputados: Con objeto de terminar este desagradable incidente, suplico a ustedes, señores diputados, que se apruebe o se repruebe el acta, que es lo que procede. Aprobada o reprobada, voy a presentar una moción en el sentido de que se vuelva a hacer la votación. (Voces: ¡Sí, sí! ¡No, no!) Honradamente, señores de la derecha, qué más quisieran ustedes que se repitiera la votación que dicen ustedes haber ganado; ¿Entonces por qué son esas protestas? Yo pido que se repita la votación.
El C. Secretario López Lira: Se retira el nombre del señor Rivera José. Se pregunta si se hace la declaración del señor Rocha. (Voces: ¡No, no! Confusión. Campanilla.) Los que estén por al afirmativa se servirán ponerse de pie. (Voces: ¡No, no! Campanilla.) Se van a contar los votos. Se anotará la aclaración del señor Rocha. Se pregunta a la Asamblea si se nota la aclaración del señor Garza Pérez. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Se hará la aclaración del señor Garza Pérez.
El C. Cravioto: Pido la palabra. Si se anota al señor Garza Pérez..... (Desorden, confusión. Campanilla.) No quieren perder ustedes; el señor Garza Pérez no estaba en el salón. (Voces: ¡Sí estaba, sí estaba! ¡No estaba, no estaba!) Ya lo aprobó la Asamblea.)
- El mismo C. Secretario: Se pregunta a la Asamblea si se hace la aclaración del señor López Miro. (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí! Campanilla.) Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. (Confusión, desorden.)
El C. Hay: Para una moción de orden. Pido que la Presidencia le pregunte al interesado si estaba o no estaba.
- El mismo C. Secretario: La Presidencia va a comisionar a los ciudadanos diputados..... (Voces: ¡No, no!)
El C. Mariel: Que se repita la votación.
El C. López Miro: Pido la palabra.
- El mismo C. Secretario: La Presidencia comisiona a los señores diputados García Eliseo y Robledo Juan de Dios para que cuenten a los que están de pie. (Voces: ¿Pero qué cuentan, qué cuentan?) Señores diputados es un acuerdo de la Presidencia. Y a los ciudadanos diputados Treviño y
Ríos Landeros para se sirvan contar a los que están sentados.
El C. García Eliseo: Es manifiesta la mayoría de los sentados; es perder el tiempo.
El C. Martínez de Escobar: Este trámite no tiene ningún valor, señores; lo único honrado aquí, ya que todos pelean, es que se repita la votación.
(Voces: Hay senadores.)
El C. Secretario López Lira: Hay 96 ciudadanos sentados y 88 de pie. (Aplausos.) No se hará la aclaración.
El C. García Eliseo: Señores diputados: yo conté a los que estaban de pie.
- El mismo C. Secretario: Se pregunta a la Asamblea si se hace la aclaración del señor Rafael Márquez. (Voces: ¡No estaba! ¡Sí estaba! Desorden.)
- EL C. Hay: Para una moción de orden: Pido que diga el interesado si estaba o no estaba.
- El mismo C. Secretario: No se hace constar la aclaración. (Confusión, desorden, campanilla.) Se suplica a los señores diputados que se sirvan ocupar sus curules.
El C. Sáenz: Suplico a la Secretaría diga si se hará constar al C. Márquez.
El C. Silva Herrera: Moción de orden. Honorables personas, admitidas como tales por miembros de la derecha, vieron ayer al C. Márquez. Que se les interpele..... (Voces: ¡Esa es moción de desorden!)
- El mismo C. Secretario: Se pregunta a la Asamblea si se hace la aclaración pedida por el C. Betancourt.
El C. Betancourt: Pido la palabra. (Voces: ¡No se permite estamos en votación!)
El C. Hay: Es justo que le escuchemos: si no, ¿Cómo vamos a votar, por simpatías?
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Betancourt.
El C. Betancourt: Declaro honradamente que no estaba en el salón (aplausos), pero me consta que el C. Pruneda estaba también en el pasillo. Sí lo anotan a él por la negativa, que me apunten a mí por la afirmativa, o que no apunten a ninguno.
- El mismo C. Secretario: Se retira el nombre del C. Betancourt. Se pregunta si se hace la anotación del C. Pruneda.
El C. Pruneda: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Pruneda: Señores diputados: A toda la Cámara le consta que he estado asistiendo puntualmente a las sesiones y se puede ver en la lista de ayer que asistí.....
El C. Betancourt, interrumpiendo: También se puede ver que yo asistí.
El C. Pruneda: Me he dado cuenta perfecta de todo lo discutido respecto al papel infalsificable; tengo la seguridad de ser consciente de mis actos.....
El C. Betancourt: Yo también.
El C. Pruneda: Y como sé perfectamente que puedo votar y que debo cumplir con mi deber, reclamo mi voto.
El C. Betancourt: ¡Yo también!
- El mismo C. Secretario: Se llama la atención del C. Betancourt para que no altere el orden.
El C. Pruneda: Principió la votación y permanecí aquí dentro del salón; después vinieron a buscarme de mi casa, porque tengo enfermo de pulmonía, a darme noticia de la gravedad de ese enfermo y, naturalmente, tuve que salir, porque hubiera sido hasta inhumano no salir para saber qué recado me traían. Tuve, pues que salir allá afuera, y cuando vine aquí ya había acabado la votación, sin que yo me pudiera dar cuenta de aquello y sin que yo hubiera tenido ganas de votar; al contrario, tenía ganas de votar, para cumplir con mi deber, para no dejar que se hiciera un chanchullo en la Cámara en pro de los sinvergüenzas que van a hacer negocio con ese papel. Vine aquí empezando la lectura de la afirmativa; como no se hizo la lectura de los votos por la negativa y se vino encima el maremágnum y se cometieron faltas flagrantes a la educación y a las buenas formas, imposible que se pudiera votar, imposible que se pudiera hacer caso. Yo reclamo mi voto, y si no aceptan mi voto en esta Cámara, lo daré por la prensa y valdrá tanto como el de aquí. (Voces: ¡Uuuuuh, Uuuuuh! ¿De veras? Campanilla.)
El C. Presidente: ¿Estaba usted presente a la hora de la votación, señor Pruneda?
El C. Pruneda: Ya he dicho que salí un momento fuera y que llegué cuando había terminado la votación.
El C. Padilla: Moción de orden.
El C. Herrera: Yo suplico al señor Pruneda tenga la bondad de decirnos si a la hora de la votación, si dentro de la votación, se encontraba en el salón, y si no sabe que a la hora de la votación no se debe abandonar el salón.
El C. Martínez de Escobar: Estaba haciendo una caricatura.
El C. Pruneda: Ya he dicho que recibí un recado de mi casa al principio de la votación. (Voces: ¡Aaaah, aaaah!)
El C. Padilla: Moción de orden.
El C. Rocha: Pido la palabra para una aclaración importante.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rocha.
El C. Rocha: Señores diputados: Todo lo que acaba de decir el señor Pruneda es rigurosamente exacto. Yo andaba con él no precisamente con él, sino también estaba en los pasillos en las circunstancias que él indicó. Entramos aquí al salón casi a la vez los señores Garza Pérez, Pruneda, Jesús M González y yo, y en esos momentos el señor Mata estaba leyendo la lista; casi todos nosotros nos acercamos a pedir que hiciera constar nuestro voto y, probablemente por el maremágnum que había aquí, ninguno nos hizo caso; pero lo que dice el señor Alvaro Pruneda es exacto. (Voces: ¡Bravo, bravo! Aplausos.)
- El mismo C. Secretario: Se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración la aclaración del señor Pruneda. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Sí se toma en consideración.
El C. Secretario Mata: Se pregunta al ciudadano Portes Gil si estuvo aquí en el salón durante la votación.
El C. Portes Gil: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Portes Gil: Momentos antes de empezar la votación estaba en uno de los salones dictaminando sobre una ley del Ejecutivo, relativa a las pensiones de algunas viudas; cuando empezó la votación no me encontraba en el salón; pero llegué en los momentos en que se concluía, es decir, cuando empezaba el escándalo, pidiendo entonces que se anotara mi voto, sin que se me oyera.... (Voces: ¡Es miembro de la Comisión!) Esto fue antes de que se cerrara la votación.
El C. Presidente: La Presidencia pregunta al ciudadano diputado Portes Gil si llegó al salón antes de que se hiciera la declaración, por la Secretaría, de si faltaba algún diputado por votar.
El C. Portes Gil: Llegué en los momentos en que se preguntaba tal cosa y justamente cuando principiaba el escándalo.
- El mismo C. Secretario: Se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración la aclaración del C. Portes Gil. (Voces: ¡No!) No se toma en consideración.
El C. Alonzo Romero: Reclamo la Votación. Pido que se proceda de nuevo a la votación. (Voces: ¡No! ¡Sí!)
- El mismo C. Secretario: Habiéndose reclamado la votación, se vuelve a preguntar si se toma en consideración el voto del ciudadano Portes Gil.
El C. Martínez de Escobar: Es un absurdo el sistema que se está siguiendo aquí....
El C. García Vigil: Pido la palabra. (Voces: ¡Estamos en votación!) Insisto en que se me conceda la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. García Vigil: Señores diputados: No quiero entrar al fondo del asunto, únicamente me voy a referir al procedimiento que se está siguiendo; en primer lugar, a nada conduce; en segundo lugar, desde el momento en que con anterioridad a que se tomaran estas votaciones, estas consultas a la Asamblea, se había hecho del conocimiento de la misma el sentido en que los diputados reclamaban su voto, claro es que la Cámara, que está a veces dividida enteramente y muy especialmente sobre este asunto, no es ajena a la cuestión de las simpatías o del móvil de cada parte de la Asamblea para votar en determinado sentido. De manera que esto habría tenido algún defecto, no todo el que se desea, si antes de esto. Hubiera dicho únicamente que fulano, zutano y mengano reclamaban su voto, sin especificar en qué sentido lo reclamaban; así la Asamblea habría podido, sin prejuzgar, sin tener conocimiento ninguno del voto emitido, terminar; pero la verdad es que tal como se está haciendo, la mayoría de la Asamblea está ya impresionada, y por eso estamos dando el espectáculo ridículo de que las derechas no se paran en determinado momento y que las izquierdas no se paran en otro. Esto no conduce a nada; en este sentido somos verdaderamente ilógicos. Yo ruego que desechemos este procedimiento y que, una de dos: o vamos al análisis completo de la votación de ayer, dejando cerrada la votación hasta el momento en que votó el Presidente, que es lo legal, o que en último caso, se repita la votación. (Voces: ¡Claro!)
El C. Martínez de Escobar: Eso es lo honrado.
El C. Robledo: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Robledo: Señores diputados: Lo propuesto por el ciudadano García Vigil es lo mismo que por escrito propuse ya antes a la Mesa, para que, conforme al Reglamento , podamos proceder a discutir esa proposición mía firmada por varios ciudadanos diputados. Debe aprobarse o reprobarse el acta en una sola votación y que en seguida se dé cuenta con la proposición de si se repite o no la votación de ayer. De esa manera evitamos pérdida de tiempo y este magno escándalo que estamos dando. Yo suplico al señor Presidente que se lea la proposición mía para que se tome o no en consideración.
El C. Ancona Albertos: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ancona Albertos: Señores diputados: Yo no estuve presente cuando la votación de ayer; pero estoy observando los procedimientos que se están siguiendo aquí y quiero hacer una aclaración que a los hombres de buena fe dejará convencido. Ha sido costumbre consagrada por la práctica, aunque no expresamente en el Reglamento, que se tomen todos los votos que se reclamen antes de hacerse la declaración respectiva. Yo creo, por consiguiente, que todos los diputados que estaban en Comisiones o en los pasillos y que vinieron antes de hacerce la declaración, pueden reclamar que su voto sea anotado en la lista; todos sin excepción.
El C. Manrique: Pido la palabra para una aclaración.
El C. Cravioto: Moción de orden.
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manrique.
El C. Manrique: Creo que es interesante hacer esta aclaración a las palabras del señor licenciado Emilio Portes Gil, por las votaciones que vengan en los sucesivo. No es exacto, como dice el señor Portes Gil, que el desorden se haya iniciado en momentos en que la Secretaría hacía la pregunta consagrada: "¿Falta algún ciudadano diputado por votar?" Inmediatamente después de hacerse esta pregunta, no siguió el desorden; después se leyeron las listas, tanto de la afirmativa como de la negativa, y el desorden se inició en el momento de tratar de rectificar unos votos no incluidos en la lista.
El C. Secretario Mata: Está fuera del debate el ciudadano Manrique, porque el ciudadano Portes Gil ya fue rechazado.
El C. Manrique: ¡No importa!
El C. Cravioto: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Cravioto: Llamo la atención de la Asamblea acerca de que estamos perdiendo el tiempo, extraviando la discusión, cuando sólo se trata de llegar a la aprobación o reprobación del acta. Los diputados hacen proposiciones distintas y no vamos a acabar ni a obtener un resultado práctico. Pido que la Presidencia haga que la Asamblea se concrete a aprobar o reprobar el acta.
- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a la votación del acta. Se pregunta a la Asamblea si se aprueba el acta con la adición hecha por los diputados que reclaman su voto.
El C. García Vigil: Debe preguntarse si se aprueba el acta tal como está.
- El mismo C. Secretario: Se vuelve a preguntar a la Asamblea si, con las aclaraciones pedidas por los diputados, se aprueba el acta. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. (Voces: ¡No, sí!)
El C. Rojas Rafael: Es necesario que consignemos las aclaraciones.
- El mismo C. Secretario: Las aclaraciones son estas: (Leyó)
El C. Betancourt: Moción de orden.
El C. Secretario Mata: Debo hacer una moción de orden y una aclaración. El señor diputado Secretario López Lira me entregó una lista, diciéndome: "Estos son los ciudadanos que han reclamado su voto, algunos están tachados y no deben leerse" por consiguiente, doy lectura a los que está anotados sin tachaduras, que son los siguientes: González Torres, Ordorica, de la Barrera, Basáñez, Rocha, García, Garza Pérez y Pruneda. Si estos diputados son los que han pedido que se cuente su voto, bien en un sentido o en otro, ¿Por qué es que nosotros no vamos a aprobar el acta con adición que se pierde? Ahora bien, sin nosotros hemos aceptado la moción de orden del ciudadano García Vigil, respecto de que no continúe la discusión sobre cada uno de los ciudadanos que han reclamado su voto, nosotros no podemos continuar discutiendo si el voto de Cienfuegos y Camus, el del ciudadano García y el del ciudadano Blancarte, son buenos o malos; ellos lo han reclamado y eso basta.
El C. Aguirre Colorado: Moción de orden.
El C. Betancourt: Moción de orden.
El C. Cravioto: Moción de orden.
El C. Presidente: Para una moción de orden tiene la palabra el C. Cravioto.
El C. Cravioto: Señores diputados: La moción de orden que hago es llamar la atención de la Asamblea sobre lo que debe constar en el acta, cosa que hemos olvidado totalmente y estamos haciendo cuestión de grupo, de partido y de espíritu, el que esto conste o no en el acta, lo cual es absurdo. El acta debe referir sucintamente los hechos que pasaron en la sesión. Hemos estado discutiendo inútilmente si se admite el voto de fulano o de zutano, creyendo que, por el hecho de que conste el acta, vamos a considerarlo en la votación. Lo que debe de constar en el acta en qué ciudadanos diputados reclamaron en la sesión y a tiempo, antes de que se levantara la sesión, que se les incluyera en la lista; por ejemplo, el señor Rivera José, ¿Cómo vamos a hacer que conste su nombre en el acta, lo mismo que el señor Pruneda, si ellos han declarado que la tormenta era tan grande, que el tumulto era tan terrible en los momentos que llegaron, que no pudieron hacerse oír? Que consten o no consten estos nombres en el acta, no quiere decir que en el momento que se discuta el resultado definitivo de la votación de ayer, se les incluya o no en la lista. Por lo tanto, en obvio de tiempo, yo pido que se sirvan aprobar el acta, poniendo sencillamente los diputados que, estando en el salón en tiempo oportuno, pidieron que se les incluyera en las lista, y al discutirse el resultado definitivo de la votación de ayer se decidirá si se toman en consideración o no tales o cuales votos.
El C. Secretario Mata: Se pregunta a la Asamblea si, en la inteligencia de que si el acta es reprobada, se hará otra acta, si se aprueba con las adiciones que se han propuesto. Los que estén por la afirmativa de que se apruebe el acta, se servirán ponerse de pie.
La Mesa comisiona a los ciudadanos..... (Voces: ¡No, no!)
El C. Medina Hilario: Hay mayoría notoria.
- El mismo C. Secretario: Aprobada el acta. (Aplausos.)
El C. Secretario Mata: Hay dos proposiciones presentadas, que dicen lo siguiente: "Los que subscribimos, en vista de la duda que existe en el resultado de la votación, proponemos que sea repetida.
"México a 6 de julio de 1917.- Ernesto Aguirre Colorado.- Rafael Curiel.- J Aguirre Escobar.- E. Neri.- C. Limón.- J. D. Robledo." (Rubricas.) Otra proposición que dice: "Los subscriptos, diputados, pedimos a la H. Cámara que, en vista de no llegarse a un acuerdo definitivo y estarse perdiendo el tiempo en discusiones, solicitamos a la consideración de la misma, se sirva aceptar se repita la votación tomada ayer en la tarde, demostrado con esto que se obra con justicia y legalidad.
"Salón de sesiones.- México, julio 6 de 1917.- Salvador Saucedo.- A. Gaxiola, jr.- Benito Ramírez G.- S. Gonzalo García.- Juan Medina.- Francisco Arreola R. - Joaquín Lanz Galera." (Rúbricas.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Robledo para fundar su proposición.
El C. Robledo: Señores diputados: Es indudable que, tratandose de un asunto verdaderamente serio.....
El C. Secretario Mata, interrumpiendo: Se suplica a los señores diputados se sirvan ocupar sus curules. Se llama la atención a los ciudadanos diputados Ancona Albertos y Cordoba Daniel S., para que se sirvan ocupar sus curules.
- El C. Robledo, continuando:.....que tratándose de un asunto verdaderamente serio, que afecta a los intereses económicos de la Nación, y serio también, porque, en mi concepto, define tendencias políticas, si dejamos enteramente limpios, si dejamos enteramente claros los puntos del debate y principalmente la votación. Por esto, con dispensa de trámites, me he permitido poner, por conducto de la Mesa, a la aprobación de la Asamblea, esta proposición, de que sea repetida la votación. Los señores diputados de la izquierda, que fueron los que obtuvieron ayer la mayoría. (Aplausos y voces: ¡No, no!) Suplico que me dejen continuar. Mayoría aparente, si ustedes quieren. (Voces: ¡No, no!) Suplico a los señores diputados de la derecha que tengan calma y el valor civil de que se repita la votación, puesto que están tan seguros de la victoria. Los ciudadanos diputados de la izquierda, que son los que legalmente, ¡fíjense ustedes!, tienen el
triunfo, porque la votación en el acta les daba el triunfo..... (Varias voces: ¡Pido la palabra!)
- El C. Secretario Mata La Mesa hace notar que no se puede interrumpir al orador, sino para mociones de orden.
El C. González Jesús M.: No mueva la jicotera, compañero Robledo.
El C. Robledo. continuando: No quiero mover, como me grita un señor diputado, la jicotera; supongamos que ninguno tiene razón, pues es conveniente que se repita la votación. Lo único que pido es que votéis a favor de la proposición con dispensa de trámites. Así es que procedamos de nuevo a la votación para que quede perfectamente esclarecido un asunto que afecta a los intereses económicos de la Nación y a las tendencias políticas de la Cámara.
- El mismo C. Secretario: Se pregunta si se toma en consideración esa proposición; en votación económica los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se toma en consideración.
Está a discusión.
El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Manrique.
El C. Manrique: Señores diputados: (Fuertes voces.)
El C. Secretario Mata: Se ruega a los señores diputados guarden silencio.
El C. Manrique: La verdad es que esta excitación nuestra, si lo reflexionamos un poco, debe producirnos tristeza y desaliento; y no se ofenda nadie; pero es la verdad que es la primera vez, desde que se iniciaron nuestras sesiones, en que el público de la capital de la República viene a llenar las galerías como lo ha hecho hoy. Es verdad que pudiera argumentarse que se trata de ver si los señores representantes saben o no cumplir con su deber, cuando se ven sometidos a poderosas tentaciones. (Aplausos.) Pero yo creo, señores diputados, que, en realidad, es más bien condenable esta actitud, el interés del público, por algo que carece en realidad de interés. (Voces: ¡No, no!)
El C. Rivera Cabrera: Con eso demuestra el público su amor a los intereses nacionales, su amor a la patria.
El C. Manrique, continuando: Yo emplazo al público de México a que cuando se trate del problema de educación, verdaderamente interesante, base de la resolución de todos nuestros problemas, venga en tan compactas filas como ha venido hoy que se trata del papel infalsificable. (Aplausos.) Pero sea de ello lo que fuere, se trata simple y sencillamente de resolver la proposición a debate, que es la que decidamos si se repite o no la votación ayer verificada. Yo creo, señores diputados, que la votación debe repetirse (Voces: ¡Sí debe!) por una razón muy sencilla, repetir la votación, hacer una votación nueva, es estar siempre expuestos a los azares de la fortuna. (Voces: ¡Aaah, aaah!) En primer lugar, y esto lo saben todos los compañeros, yo voté por la negativa, y si se repite la votación, votaré una vez más por la negativa; pero esto no quiere decir que no debemos aceptar honradamente la derrota ayer sufrida. (Aplausos de la derecha.) Hacer una nueva votación quiere decir sumar a los votos ayer emitidos, nuevos votos, unos de un lado y otros de otro, y entonces el resultado serán..... (Voces: ¡Cualquiera!) Será cualquiera, indudablemente, afirmativo o negativo; pero no será ya el que debemos considerar como definitivo en la sesión de ayer. Se trata simple y sencillamente de decir cuál es la verdad histórica, sí ayer se triunfó o no se triunfó en tal o cual sentido y no me hable aquí de ficciones, ni de verdad legal. La verdad no pudo haber sido que triunfó la afirmativa; pero hay una verdad superior a la cuestión legal, y ésta es el triunfo de la negativa. (Aplausos de la izquierda.) Me equivoqué, señores, de la afirmativa. (Siseos y risas.) (Una voz: ¡Lo tiene en la conciencia!) Digo que si la verdad legal ficticia, aparente, en el triunfo de la negativa, en realidad la verdad de las cosas es que triunfó la afirmativa. (Voces: ¡Ah, ah!) Basta tener.....
El C. García Vigil: Moción de orden. Francamente no he podido comprender que es verdad ficticia. (Una voz: Esa no es moción de orden, es chocarrería.)
El C. Manrique, continuando, Si el C. García Vigil no entiende la paradoja, sigo adelante. Aquí se trata sencillamente de decidir cuál fue el verdadero resultado de la votación de ayer; yo afirmo que fue el triunfo de la afirmativa, es decir, de la opinión de aquellos que deseaban que subsistiese el impuesto en papel infalsificable. (Aplausos de la derecha.) Efectivamente, la lista de la negativa, para la que no hubo sino una sola rectificación oportuna, la del señor Garza Pérez, daba un total de ochenta y siete votos, en tanto que la afirmativa daba ochenta y cinco votos, a los cuales hay que agregar por lo menos los de cuatro señores diputados, que a todos nos consta que estaban presentes en el salón, y que eran los señores Ordorica, Basáñez , González Torres y De la Barrera. Si ochenta y nueve es mayor que ochenta y siete, puede asegurarse que triunfó la afirmativa. En consecuencia, verificar una nueva votación es obtener un nuevo resultado que puede ser el mismo obtenido ayer u otro diverso; pero de todas maneras no se habrá puesto en claro cuál fue la verdad de lo acontecido ayer. Éxito a los diputados que votaron por la negativa a que honradamente reconozcan el resultado de la ovación de ayer, después de hechas las aclaraciones pertinentes; esto es lo que ordena la honradez. El señor Hay nos decía hace algunos momentos que, en realidad, se trata de asuntos de poca cuantía; pues esta afirmación la podemos aceptar siquiera sea en parte. Efectivamente, perdiendo o ganando la votación, si más tarde la experiencia nos indica dentro de dos o tres meses que nos hemos equivocado, aún es tiempo de rectificar nuestro juicio; pero una sola advertencia hago a los señores que se empeñan en triunfar a todo trance, y es que hay triunfos que son verdaderas derrotas morales; de manera que si queremos obtener un triunfo ficticio no aceptando las rectificaciones pertinentes y necesarias, entonces habremos triunfado sólo aparentemente; pero, en realidad, habremos sufrido una derrota moral, no habremos salvado nuestro prestigio. Yo que voté por la negativa excito a los señores diputados a que nos ocupemos de ratificar la votación de ayer, sin hacer otra nueva, para aceptar honradamente el resultado, cualquiera que sea. (Voces: ¡No, no!) Eso es lo que manda la honradez, esto es lo que manda el deseo de conservar
nuestro prestigio.
El C. García Pérez: Para una interpelación al orador, si me lo permite. Que diga el señor si leyó ayer la lista de la negativa. (Voces: ¡No, no!) Entonces, ¿Cómo dice que supo el resultado sin leerse la negativa? (Aplausos.)
El C. Robledo: Moción de orden. Yo suplico al señor Manrique que apoye su proposición en algún artículo del reglamento, porque, de otra manera, todo es contra los artículos reglamentarios y es completamente inútil.
El C. Manrique. continuando: Yo acepto en hora buena, honradamente, la rectificación del señor Garza Pérez; pero mi argumentación queda en pie, salvo ese detalle. Siempre queda en pie que ayer se verificó una votación, que esta votación conduce a determinado resultado y que nuestro deber es aclarar lo hecho ayer y no hacer una nueva votación. Repito, señores, que voté por la negativa, que lo que está de por medio es algo que interesa más que los millones de papel infalsificable que produzca el impuesto, y es el prestigio de la Representación Nacional. Debo decir, de la misma manera, que el éxito de un orador, que el secreto del éxito de un orador, está, ante todo y que sobre todo, más en la brillantez y solidez de sus argumentaciones, en su prestigio personal, de la misma manera que el éxito que esta Cámara ha de obtener legislando en lo sucesivo no dependería, ciertamente, de que nuestra Cámara expida las leyes más hermosas y más adecuadas a nuestro medio, sino ante todo y sobre todo, dependerá del prestigio de la Cámara que las expida. (Una voz: ¿Aunque sean leyes malas?) Cuidemos, pues, celosamente de nuestro prestigio y de nuestra honradez y aceptemos la derrota si a la derrota fuimos ayer. (Voces: No, no.)
El C. Padilla: La Dalila que le cortó las barbas lo echó a perder.
El C. Manrique: Torpe estáis, compañero.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. González. Jesús M.
El C. González Jesús M.: Yo quiero echar un poco más de pólvora a esta hoguera; hablaré también en una forma la más claramente posible y no con paradojas, como lo hizo el compañero que me acaba de preceder en el uso de la palabra. Ayer se votaba una cláusula en que diferían del pro y los del contra, en una verdadera bagatela. Yo encuentro ridículas todas estas manifestaciones de desagrado, estos actos de rebeldía de la Cámara, porque realmente, diferimos en un cosa simplemente pequeña. Cuando se vote la segunda cláusula, estoy seguro de que todos vamos a estar de acuerdo. La cláusula votada ayer se refirió únicamente a los derechos sobre la importación, esto es, cualquier cosa; cuando se vote la otra cláusula, relativa a los derechos de exportación, lo mismo de metales que de petróleo y todos los demás artículos, entonces todos estaremos de acuerdo. Estoy de acuerdo con la proposición subscripta por varios diputados, acerca de que se repita la votación por esta razón: continuamos afirmando todavía unos, los de la negativa, que obtuvimos el triunfo, y los de la afirmativa, que fueron ellos quienes triunfaron, y estoy seguro que se prolongarían estas discusiones y que nunca podríamos tocar otro asunto pendiente, si seguimos sosteniendo, unos que triunfamos y los otros también que triunfaron. Está por demás todo eso; es necesario que nos entendamos alguna vez. Si tanto a los que votaron por la afirmativa, como los que votaron por la negativa les interesa, más que todas estas cosas, el bien de la patria, deben hacer a un lado estas diferencias y pedir que se vote de nuevo.
El C. Secretario Mata: Se llama la atención de los señores diputados Soto Rosendo y Siurob Jose para que se pasen a ocupar sus curules.
El C. González Jesús M., continuando: Esto es lo lógico y lo justo. Ustedes saben perfectamente bien que nunca he venido a esta tribuna con ninguna mala intención; creo que a esto se deben los triunfos obtenidos por mí con sólo pronunciar tres o cuatro palabras; repito que eso se debe a las sinceridad que hasta en mi rostro se ve; nadie puede negarlo, porque es verdad. No diré discursos bellos, porque es más necesario que hacer discursos hermosos hablar con claridad y sinceramente. (Voces: ¡Y ser honrado!) Yo creo señores, que lo mismo los diputados de la derecha como los de la izquierda deben pedir, si les importan los intereses de la Patria más que los intereses de grupo y los personales, que se repita la votación, y estoy seguro que si aceptamos el fallo, cualquiera que sean los derrotados, todo quedará calmado y podremos seguir adelante.
Yo he escuchado a algunos señores agitadores que dicen: "si perdemos, desalojaremos el salón, y si ganamos, naturalmente, nos quedaremos dentro." De manera es que tenemos muchos agitadores (Voces: ¡Nombres, nombres!) ¿Para qué voy a mencionar nombres? Y lo mismo hay muchos individuos que tienen la razón, tanto en la derecha como en la izquierda; y lo mismo hay individuos que transigen tanto de un lado como de otro. Yo me dirijo a todos, yo aquí voy a hacer una aclaración muy pertinente. He llegado a votar en contra del bloque a que pertenezco, expuesto a que me expulsaran de él, cuando no estoy de acuerdo con él; entonces, tengo derecho a que se me haga caso, lo mismo de un lado que de otro..... (Voces: ¡A votar, a votar!)
El C. Siurob: Moción de orden.
El C. De la Barrera: Moción de orden. Habiendo hablado ya un orador en contra y otro en pro, suplico a la Secretaría pregunte si está suficientemente discutido este asunto.
El C. Secretario Mata: En los asuntos económicos, la Mesa informa a la Asamblea que pueden hacer uso de la palabra tres oradores en pro y tres en contra.
El C. Siurob: Señores diputados: La votación de ayer debe, indudablemente, repetirse, porque hay razones que son de peso y que, sin duda, van a ser apreciadas por nosotros y que no tienen réplica. Son las siguientes: en primer lugar, fue una votación esencialmente dudosa, y digo que fue esencialmente dudosa, porque terminó con un escándalo; porque no se llegó a hacer ninguna declaración, porque no se dió lectura a las dos listas, de la afirmativa y de la negativa; son razones altamente interesantes y altamente poderosas, para que todo el público que acudió ayer a las galerías no haya podido darse cuenta del resultado de esa votación. Más aún: son razones que están
comprendidas dentro del Reglamento y que bastan para invalidar una votación.
Yo lamento, señores diputados, que el señor Manrique, a quien le ha sucedido lo que a Sansón, porque desde que se quitó la barba ha comenzado a desbarrar (risas) y a perder la fuerza en sus argumentos, nos haya venido a sostener en esta tribuna que la votación de ayer puede ser legal. Vosotros habéis escuchado, no hace poco, que la Cámara, perfectamente dividida, sostiene precisamente las tesis absolutamente contrarias y contradictorias: las tesis, por una parte, de que la votación fue legal, y por otra de que fue ilegal. Si se hubiera seguido el procedimiento que estaba llevándose a la práctica, de que cada diputado rectificara su voto, se podría tener alguna esperanza de que se diera la votación; pero una vez que esto no se ha hecho, no hay otro remedio que repetir la votación. Hay otra razón más: actualmente el número de los diputados es mayor que ayer, tanto mayor razón para que se repita la votación, puesto que será mayor el número de representantes que vayan a dar sanción a esta ley. Las galerías que están presentes son más numerosas que ayer y tendrán oportunidad de apreciar que la Cámara de Diputados, que ayer terminó con un escandalo su sesión, hoy rectifica, y de una manera absolutamente en calma y legal, da a la Nación una ley que va a servir para su bienestar, si se vota a favor de la negativa, porque va a servir únicamente para defender intereses "a outrance," si se vota por la afirmativa. Hay más en este asunto: hay una maniobra política: el Partido Radical ha tenido una sesión previa, en la cual se ha dicho a todos los miembros que debían votar, indefectiblemente en pro. (Voces: No es Partido Radical, sino el Reformista.) Me he equivocado. Y tanto es así, que el señor Manrique, que ayer votó por la negativa, hoy se muestra partidario y es seguro que votará por la afirmativa. (Voces: Moción de orden.) De cualquiera manera, no hay necesidad de mociones de orden; ya voy a terminar. Las razones son incontrovertibles: primero, votación dudosa, que terminó por un escándalo; segundo, ahora hay mayor número de representantes; tercero, no se leyeron completas ni la lista del pro ni la del contra; por consiguiente, la votación, conforme al reglamento, no puede ser más que dudosa y perfectamente ilegal, si se hace una declaración hoy, después de la sesión en que se hizo la votación. Por consiguiente, para cumplir con el reglamento, con la ley para cumplir también con la justicia, la votación debe repetirse.
El C. Secretario Mata: No habiendo inscripto ningún orador en contra.....
El C. Ancona Alberto: Pido la palabra para la rectificación de un hecho.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ancona Alberto: Entiendo que hay, además de lo dicho por el C. Siurob, un precepto legal, que debe leer la Secretaría, y que dice que cuando la votación sea dudosa, se puede repetir, a petición de un miembro de la Cámara, apoyado por otros dos.
El C. Siurob: Yo lo pido.
El C. Cepeda Medrano: Para rectificar hechos.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Cepeda Medrano: He pedido la palabra, señores, únicamente, para rectificar algunos hechos que ha vertido aquí el señor Siurob, que son completamente falsos. Compañero Siurob: es falso y lo han engañado a usted, que el Partido Liberal Reformista tenga miras políticas en este asunto, y ya lo veremos cuando, después de terminar el que nos ocupa, cómo nosotros somos los primeros que vamos a pedir que haya una sesión secreta, con objeto de tratar asuntos no relacionados con el Partido Liberal Reformista, sino con los miembros de ustedes. Es falso, señor Siurob, que el Partido Liberal Reformista haya obligado a todos sus miembros a que voten en contra. Les voy a dar las pruebas. El señor Manrique es uno de los miembros y salvó su voto, y el señor Córdoba salvó su voto, y el señor Arellano lo mismo, con plena autorización, del grupo. ¿Entonces, dónde está esa inquisición de ese Partido Liberal Reformista? No pueden ser ciertas las palabras del señor Siurob.
El C. Siurob: No tengo empeño en sostenerlas.
El C. Cepeda Medrano: Muchas gracias. No puede ser cierto, señores, porque el Grupo Liberal Reformista es el único que respeta la libertad de cancelar todos los miembros que se agrupan a su lado. En consecuencia, señores representantes, queda demostrado que el señor Siurob se le ha engañado y que ha venido aquí a insultarnos de una manera indecorosa.
El C. García Vigil: Pido la palabra para rectificar un hecho.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. García Vigil: Señores diputados: Yo he informado el señor Siurob, y yo no lo he engañado. El señor García de Alba me ha manifestado ayer a mí, enfáticamente, que él estaba en contra del infalsificable, pero que ha votado afirmativamente por disciplina de partido, que se le había impuesto. Yo no he engañado a nadie.
El C. Secretario Mata: No habiendo oradores en contra, en votación económica se pregunta si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Está suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba. (Voces: ¡Sí! ¿Qué cosa se va a votar?) La moción que dice: "Los que subscribimos, en vista de la duda que existe en el resultado de la votación, proponemos que sea repetida." Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie.
Aprobado. Se repite la votación. (Aplausos.)
El C. Secretario López Lira: La Presidencia...
El C. Medina, interrumpiendo: ¿Que garantía va a dar la Mesa de que procede con lealtad?
- El mismo C. Secretario: Usted no tiene derecho para dudar de la Secretaría.
El C. Medina: No me dirijo a usted, me dirijo a la Presidencia.
- El mismo C. Secretario: Por acuerdo de la Mesa se va a dar lectura a un artículo del reglamento, para fijar, en definitiva su aplicación. El artículo del reglamento número 142 dice así:......
El C. Secretario Mata: Se llama al orden a los diputados Reynoso Juan Tirso, Robledo Juan de Dios, Mariel, Jurado, Peña y Saucedo, para que tengan la bondad de ocupar sus curules.
El C. Prosecretario Villarreal: Se llama al orden al licenciado Sánchez Pontón.
El C. Secretario López Lira: EL artículo 142 del reglamento dice:
"La votación nominal se hará del modo siguiente:
"I. Cada miembro de la Cámara, comenzando por el lado derecho del Presidente, se pondrá de pie y dirá en alta voz su apellido, y también su nombre si fuere necesario para distinguirlo de otro, añadiendo la expresión: sí o no.
"II. Un Secretario apuntará los que aprueben y otro los que reprueben.
"III. Concluido este acto, uno de los mismos Secretarios preguntará dos veces en alta voz si falta algún miembro de la Cámara por votar; y no faltando ninguno, votarán los Secretarios y el Presidente.
"IV. Los Secretarios o Presecretarios harán en seguida la computación de los votos, y leerán desde las tribunas, uno, los nombres de los que hubieren aprobado, y otro, el de los que reprobaren; después dirán el número total de cada lista y publicarán la votación."
La Mesa considera que la fracción III de este artículo debe interpretarse en el sentido de que después del Presidente no debe recogerse ningún voto (voces: ¡Muy bien!), y suplica a la Asamblea se sirva aprobar esta decisión de la Mesa, para sentar un precedente. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Entonces queda perfectamente declarado que el Presidente será el último miembro de la Cámara que vote en los casos de votación nominal.
- EL C. Manrique: Moción de orden.
- EL C. Méndez: ¡Moción de orden!
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.
- EL C. Manrique: Me permito recomendar muy respetuosamente a la Presidencia que se sirva pedir a los señores secretarios, con objeto de perder menos tiempo y no incurrir en confusiones, que dicten los nombres de los señores diputados que voten en uno u otro sentido más despacio de lo que suelen hacerlo.
- EL C. Méndez: Moción de orden.
- EL C. Presidente: Tiene la palabra el C. Méndez.
- EL C. Méndez: Pido que la Presidencia ordene que cada diputado que vote se pare y diga en alta voz su nombre. Pido que la Secretaría cumpla con el artículo 156 del Reglamento.
El C. Secretario Mata: "Cuando llegue el momento de votar, los Secretarios lo anunciarán en el salón y mandarán que se haga igual anuncio en las salas de desahogo. Poco después comenzará la votación."
Se va a proceder a la votación de la fracción XII, en relación con la fracción I del artículo 1º de la ley de ingresos, que dice:
"Derecho adicional de un peso infalsificable sobre cada peso oro nacional que se cause por los derechos comprendidos en las fracciones de esta ley, con excepción de los derechos a que se refieren los incisos B y C de la fracción XI, en virtud de que dichos derechos son cobrados por los agentes diplomáticos de México en el extranjero."
La Mesa me ordena dar lectura al artículo 157 del Reglamento: "Mientras ésta se verifica, ningún miembro de la Cámara deberá salir del salón ni excusarse de votar."
El C. Presidente: La Presidencia suplica a los señores representantes eviten las manifestaciones a la hora de la votación, en virtud de estar prohibidas por el Reglamento. (Se recogió la votación.)
El C. Secretario Mata: ¿Falta algún C. diputado por votar? (Voces: ¡No!) Se procede a la votación de la Mesa. (Se recogió la votación de la Mesa.)
- El mismo C. Secretario: Votaron por la negativa los CC. Acuña, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Alonzo Romero, Ancona Albertos, Aranda Arellano, Arrazola, Arreola, Aveleyra, Bandera y Mata, Cámara, Campero, Cancino Gómez, Carrillo Iturriaga, Cienfuegos y Camus, Cisneros, Cruz, Curiel, Chapa, Domínguez, Echeverria, Esquivel, Fernández Martinez, Figueroa, García Salvador Gonzalo, García Vigil, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gaxiola, González Galindo, González Jesús M., González Justo, Guerrero y Gutiérrez... (Voces: ¿Cuántos ciudadanos votaron por la negativa?)
- El mismo C. Secretario: Como aún no concluyo de leer esta lista, diré el número hasta terminar.
Hay, Hermosillo, Hernández Maldonado, Higareda, Izquierdo, Jurado, Lanz Galera, Leyva, Limón, Lizalde, López Ignacio, López Lira, López Miro, Magallón, Manrique, Manzano, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Martínez Rafael, Mata Filomeno, Mata Luis I., Medina Juan, Méndez, Mendoza, Meneses, Moctezuma, Montiel, Muñoz, Narro, Navarrete, Neri, Ortega José M., Padilla, Pardo, Peña, Peñafiel, Peralta, Pérez Brambila, Pérez Gasga, Pineda, Portes Gil, Portillo, Prieto, Pruneda, Ramírez G., Ramírez Pedro, Reynoso, Rios Landeros, Rivas, Rivera Cabrera, Rivera José, Robledo, Román, Rueda Magro P., Ruiz Estrada José., Ruiz Juan A., Sáenz, Sánchez Daniel, Sánchez José M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Siurob, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Urueta, Vadillo, Valle Villarreal, Filiberto C., Zapata y Zubaran.
Total: 110 ciudadanos por la negativa.
El C. Prosecretario Villarreal: Votaron afirmativamente los CC. Aguilar, Aguirre Crisóforo, Aguirre Escobar, Alejandre, Alvarez del Castillo, Andrade, Aranda, Arlanzón, Avendaño, Avilés, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Barrera Antonio de la, Basáñez, Bello, Benítez, Betancourt, Blancarte, Bravo Izquierdo, Breceda, Cano, Cárdenas, Carrillo Eduardo S., Cepeda Medrano, Céspedes, Córdoba, Córdoba, Cravioto, Cristiani, Dávalos Ornelas, , Díaz González, Dyer, Escudero, Esparza, Fernández Aurelio M., Flores Garza, Gaytán, Gámez Gustavo, Gárate, García Adolfo G., García de Alva, García Eliseo, García Jonás, García Pablo, Gay Baños, Gómez Mauricio, Gómez S. Emiliano, González Marciano, González Torres, Guajardo, Hernández Ernesto, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Herrera,
Lailson Banuet, Lechuga Val, Leyzaola, Malpica, Márquez Josafat F., Martín del Campo, Medina Francisco, Medina Hilario, Meza Ordorica, Ortega Rafael, Ortiz, Otero, Padrés, Paredes Colín, Parra, Pedroza, Pesqueira, Plank, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Rebolledo, Robles Domínguez, Rocha, Rodríguez Saro, Rojas Dugelay, Rojas Rafael R., Rosas, Saucedo J. Concepción, Segovia Silva, Herrera, Silva Jesús, Soto, Suárez, Téllez Escudero, Torre Jesús de la, Torres José D., Treviño, Uruñuela, Velásquez, Ventura y Villarreal Jesús J.
Total: 98 ciudadanos por la afirmativa.
El C. Araujo: Con mi voto son 99.
El C. Aranda: Yo voté por la negativa y parece que mi nombre está anotado por la afirmativa.
El C. Secretario Mata: En efecto, está anotado su nombre en las dos listas. Reprobada la fracción XII, en relación con la fracción I del artículo 1º de la ley de ingresos, para el presente ejercicio fiscal, por 110 votos de la negativa, contra 98 de la afirmativa.
El C. Secretario López Lira: Se va a proceder a la votación nominal de la misma fracción XII en relación con la fracción II del artículo 1o. Dice así: Fracción XII: Derecho adicional de un peso infalsificable sobre cada peso oro nacional que se cause por los derechos comprendidos en la fracción II de este artículo."
La fracción II dice: "Derechos de exportación con arreglo a la tarifa respectiva y sus reformas, y de conformidad con las disposiciones dictadas el 12 de diciembre de 1893 y de 3 de diciembre de 1894."
En votación nominal se pregunta si se aprueba. (Voces: ¡No, no!)
El C. Secretario Mata: Se procede a la votación de la fracción II.
El C. Cepeda Medrano: Moción de orden. Para que se cambien los Secretarios, porque si no, se equivocan. Hace un momento anotaron el voto del señor Manuel G. Aranda en la afirmativa y en la negativa, cuando él había votado únicamente por la negativa.
(Se hizo la votación.)
El C. Secretario Mata: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar?
El C. Martínez Joaquín: Martínez Joaquín, no.
- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar?
El C. Prosecretario Villarreal: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar?
El C. Secretario Mata: Se procede a la votación de la Mesa. (Voces: Lista, lista.)
El C. Prosecretario Villarreal: Votaron por la negativa los 47 ciudadanos diputados siguientes: Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alonzo Romero, Arellano, Arrazola, Aveleyra, Campero, Cienfuegos y Camus, Córdoba, Chapa, Echeverria, Fernández Martínez, García Salvador Gonzalo, García Vigil, Garza Pérez, Gaxiola, González Justo, Guerrero, Hermosillo, Hernández Maldonado, López Miro, Manrique, Mariel, Martínez de Escobar, Martínez Joaquín, Mata Filomeno, Méndez, Meneses, Montiel, Muñoz, Neri, Peñafiel, Peralta, Pruneda, Ramírez G. Benito, Rivera Cabrera, Román, Ruiz Estrada, Sánchez José M., Saucedo Salvador, Segovia, Siurob, Urueta, Vadillo, Zapata y Zubaran.
El C. Secretario Mata: Votaron por la afirmativa los 161 diputados siguientes: Acuña, Aguilar, Aguirre Crisóforo, Alejandre, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Andrade, Aranda, Araujo, Arlanzón, Arreola, Avendaño, Avilés, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Barrera, Basáñez, Bello, Benítez, Betancorut, Blancarte, Bravo Izquierdo, Breceda, Cámara, Cancino Gómez, Cano, Cárdenas, Carrillo Eduardo S., Carrillo Iturriaga, Cepeda Medrano, Céspedes, Cisneros, Córdova Gabriel J., Cravioto, Cristiani, Cruz José C., Curiel, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Domínguez, Dyer, Escudero, Esparza, Esquivel, Fentanes, Fernández Aurelio, Figueroa, Flores Garza, Gaitán, Gámez Gustavo, Gárate, García Adolfo G., García de Alba, García Eliseo, García Jonás, García Pablo, Garza Ernesto, Garza González, Gay Baños, Gómez Mauricio, Gómez S. Emiliano, González Galindo, González Jesús M., González Marciano, González Torres, Guajardo, Gutiérrez, Hay, Hernández Ernesto, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Herrera, Higareda, Izquierdo, Jurado, Lailson Banuet, Lanz Galera, Lechuga Val, Leyva, Leyzaola, Limón, Lizalde, López Ignacio, López Magallón, Malpica, Manzano, Márquez Josafat, Márquez Rafael, Martín del Campo, Martínez Rafael, Mata Luis I., Medina Francisco, Medina Hilario, Medina Juan, Mendoza, Meza, Moctezuma, Narro, Navarrete, Ordorica, Ortega José M., Ortega Rafael, Ortiz, Otero, Padilla, Padrés, Pardo, Paredes Colín, Parra, Pedroza, Peña, Pérez Brambila, Pérez Gasga, Pesqueira, Pineda, Portes Gil, Portillo, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Ramírez Pedro, Rebolledo, Ríos Landeros, Rivas, Robledo, Robles Domínguez, Rocha, Rodríguez Saro, Rojas Dugelay, Rojas Rafael R., Román, Rosas, Rueda Magro, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Sáenz, Sánchez Daniel, Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo J. Concepción, Sepúlveda, Silva Herrara, Silva Jesús, Siurob, Soto, Suárez, Téllez Escudero, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Torres José D., Treviño, Uruñuela, Valle, Velásquez, Ventura, Villarreal Filiberto C., Villarreal Jesús J. y Zavala.
El C. Secretario López Lira: Aprobada la fracción II por 162 votos de la afirmativa contra 47 de la negativa, quedando en los siguientes términos:
"Fracción XII: Derecho adicional de un peso infalsificable sobre casa peso oro nacional que se cause por los derechos comprendidos en la fracción II de este artículo."
El C. Presidente: A las 12.05 m.: Se suspende la sesión y se cita para esta tarde a las cuatro en punto.
CONTINUA LA SESIÓN
(Asistencia de 173 CC. diputados.)
El C. Presidente: Se reanuda la sesión de la Cámara de Diputados.
El C. Secretario López Lira: Se va a dar cuenta con asuntos que la Mesa considera que es urgente conozca la H. Asamblea.
Oficio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en que se manifiesta que el C. Gobernador del Distrito Sur de la Baja California, por las razones que en el mismo oficio se mencionan, no ha podido formular la ley de ingresos y el presupuesto de egresos que habrán de regir en aquella jurisdicción en el presente año fiscal, y que, con este motivo, aquel mandatario solicitó del Ejecutivo Federal un término de cincuenta días para remitir los presupuestos aludidos, que el C. Presidente de la República tuvo a bien conceder.- A la Comisión de Presupuestos.
Oficio de la misma Secretaría, expresando que el C. Gobernador del Distrito Federal, por acuerdo del C. Presidente de la República, comunicó a dicha Secretaría que no es posible sean terminados antes del día diez del corriente mes los presupuestos de ingresos y de egresos del H. Ayuntamiento de esta capital, en virtud de que se acaba de instalarse esa corporación y de que apenas está organizándose.- A la Comisión de Presupuestos.
Al margen un sello que dice: "Estados Unidos Mexicanos.- Secretaría de Estado.- México.- Negocios Interiores.- Sección 1a.- Número 13.
"En virtud de que el artículo 6º. transitorio de la Constitución dispuso que la Suprema Corte de Justicia hiciera los nombramientos de magistrados de Circuito y jueces de Distrito, así como el Congreso de la Unión las elecciones de magistrado y jueces de Primera Instancia del Distrito Federal y Territorios, para que los designados tomaran posesión antes del 1o. de julio; y siendo indispensable para dichos nombramientos y elecciones de previa expedición de las leyes orgánicas respectivas, las que no han sido dadas hasta la fecha, no han podido tampoco ser designados los nuevos funcionarios judiciales a que se refiere el citado artículo 6º transitorio de la Constitución; por tal motivo han continuado funcionando los jueces y magistrados designados por el Encargado del Poder Ejecutivo durante la época preconstitucional.
"La naturaleza de los negocios de que conocen los tribunales, en que una de las partes procura explotar a su favor cualquiera duda sobre la seguridad y solidez de los derechos de su contrario, hace de todo punto necesario que se fije por una declaración expresa y terminante que los derechos adquiridos por cualquiera de las partes en los negocios que se tramiten ante los tribunales en el tiempo que transcurra del día 1o. de los corrientes al día en que tomen posesión los nuevos funcionarios, no quedan sujetos a discusión, sino que son firmes y valederos. Una declaración de esta clase es tanto más indispensable cuanto que parece que en estos últimos días y por motivos expresados, ha nacido en buena parte de los litigantes ciertos estados de intranquilidad, al cual debe ponerse fin, porque de alguna manera redunda en contra del prestigio de la Administración Pública.
"Por otra parte, el H. Congreso de la Unión, al discutirse el acuerdo relativo a diferir las elecciones de magistrados y jueces, expresó su sentir de que deben continuar funcionando las personas que el 30 de junio último desempeñaban aquellos puestos: La Suprema Corte de Justicia en casos particulares ha resuelto en análogo sentido.
"Por lo expuesto, el C. Presidente de la República somete a la aprobación del H. Congreso de la Unión la siguiente iniciativa de ley:
"Artículo 1º Son válidas las actuaciones practicadas o que practicaren los magistrados del Circuito, jueces de Distrito, Tribunales Superiores de Justicia y jueces de Primera Instancia del Distrito Federal y de los Territorios de la República, a partir del día 1º de los corrientes, hasta que tomen posesión los magistrados y jueces que se nombraren conforme al artículo 6º transitorio de la Constitución.
"Artículo 2º La validez a que se refiere el artículo anterior comprende también las diligencias practicadas por los secretarios, actuarios, y demás funcionarios dependientes de los tribunales y jueces de referencia.
"Protesto a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.
"Constitución y Reformas.- México, julio 5 de 1917.- El Subsecretario de Estado, Encargado del despacho del Interior, Aguirre Berlanga. (Rúbrica.)- A los CC. Secretarios de la Cámara de Diputados.- Presentes."
A las Comisiones unidas 1a. de justicia y 1a. de Puntos Constitucionales.
El C. Siurob: Pido la palabra:
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Siurob: Estimo que, siendo este asunto de fácil y obvia resolución, se pueden dispensar los trámites, puesto que no es más que una consecuencia de las circunstancias; creo que ningún diputado tendrá nada que objetar a una cosa tan razonable y tan necesaria que hará que los negocios judiciales sigan su curso normal. Por lo tanto, reclamo el trámite.
El C. Secretario López Lira: En vista de lo manifestado por el C. Siurob, la Mesa consulta a la Asamblea si considera el asunto de obvia resolución, para que sean dispensados los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie, recordando que se necesitan las dos terceras partes. Es de obvia resolución. Está a discusión. Los que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación nominal se va a preguntar si se aprueba. (Leyó el proyecto de ley.) En votación nominal se va a preguntar si ha lugar a votarlo en su totalidad.
El C. Cámara: Pido la palabra. (Voces: ¡Se está ya en votación!)
El C. Secretario Mata: Se procede a la votación nominal. (Se efectuó el acto.)
El C. Secretario Padrés: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? Se pregunta por segunda vez si falta algún ciudadano diputado por votar. (Voces: ¡No!) se procede a la votación de la Mesa.
El C. Prosecretario Villarreal: Votaron por la negativa los CC. Cámara, Córdoba Daniel S., Martínez de Escobar y Zapata.
El C. Prosecretario Magallón: Por la afirmativa 173 CC. diputados, que son los siguientes: Acuña, Aguilar, Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alejandre, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Aranda, Arellano, Arlanzón, Arrazola, Arreola R., Aveleyra, Avendaño, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Barrera, Basañez, Bello, Benítez, Betancourt, Blancarte, Bravo Izquierdo, Breceda, Campero, Cansino, Gómez, Cano, Cárdenas, Carrillo Eduardo, Carrillo Iturriaga, Cepeda Medrano, Céspedes, Cienfuegos y Camus, Cisneros, Córdova, Cravioto, Cristiani, Cruz, Curiel, Chapa, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Domínguez, Dyer, Echeverría, Escudero, Esparza, Esquivel, Fentanes, Fernández Aurelio M,. Fernández Martínez, Gaitán, Gárate, García de Alva, García Eliseo, García Jonás, García Pablo, García Salvador Gonzalo, García Vigil, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gaxiola, Gay Baños, Gómez S Emiliano, González Jesús M., González Justo, González Marciano, González Torres, Guajardo, Guerrero, Gutiérrez, Hay, Hermosillo, Hernández Ernesto, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Hernández Maldonado, Herrera, Higareda, Izquierdo, Jurado, Lailson Banuet, Lanz Galera, Lechuga Val, Leyva, Leyzaola, Limón Lizalde, López Couto, López Ignacio, López Lira, López Miro, Magallón, Malpica, Manrique, Mariel, Márquez Josafat F., Márquez Rafael, Mata Filomeno, Mata Luis I., Medina Hilario, Medina Juan, Méndez, Mendoza, Meneses, Moctezuma, Montiel, Muñoz, Narro, Navarrete, Neri, Ordorica, Ortega José M., Ortiz, Otero, Padilla, Padrés, Pardo, Paredes Colín, Parra, Pedroza, Peña, Peralta, Pérez Brambila, Pesqueira, Pineda, Portes Gil, Portillo, Plank, Ramírez G., Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Rebolledo, Reynoso, Ríos Landeros, Rivas, Rivera Cabrera, Robles Domínguez, Rocha, Rodríguez Saro, Rojas Dugelay, Rojas, Román, Rosas, Rueda Magro, Ruíz Estrada, Ruíz Juan A., Sáenz, Sánchez Daniel, Sánchez José M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera, Silva, Siurob, Suárez, Téllez Escudero, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Torres, Treviño, Uruñuela, Vadillo, Valle, Velázquez, Ventura, Villarreal. Filiberto C., Villarreal Jesús J. y Zavala.
El C. Secretario López Lira: Aprobado en lo general por 173 votos de la afirmativa contra 4 de la negativa.
- El mismo C. Secretario: El artículo 1o. dice: "Son válidas las actuaciones practicadas o que practicaren los magistrados de Circuito, jueces de Distrito, tribunales superiores de Justicia y Jueces de Primera Instancia del Distrito Federal y de los Territorios de la República, a partir del día 1º de los corrientes, hasta que tomen posesión los magistrados y jueces que se nombraren conforme al artículo 6º transitorio de la Constitución."
Está a discusión en lo particular el artículo 1º
El C. Cámara: Pido la palabra en contra.
El C. Presidente: En contra tiene la palabra el C. Cámara.
- EL C. Cámara: H. Asamblea: Antes de que se votara el proyecto del Ejecutivo en lo general pedí la palabra, pero probablemente la Presidencia no me oyó y con ese motivo no se me concedió la palabra, pues en verdad yo pretendía impugnar el proyecto en su totalidad para que no se tomara en consideración, en virtud de ser completamente superfluo. La competencia, que es lo único que creen algunos diputados que es lo que puede reglamentarse por la vía de amparo , no es reclamable ante los jueces que actualmente suministran justicia, porque la competencia se controvierte sólo cuando se niega la jurisdicción de las autoridades, pero no cuando se niega su legitimidad en autoridades ya reconocidas como tales. Terminantemente, ya la Suprema Corte de Justicia ha previsto este caso en distintas ejecutorias donde ha negado el amparo contra las reclamaciones que se han hecho por litigantes por la falta de legitimidad de autoridades ya reconocidas como tales. Es el caso de las que en la actualidad administran justicia en toda la República, tanto locales como del Distrito Federal y Territorios, como los jueces del Distrito. Las autoridades federales no tienen derecho, no tienen facultad para explotar la facultad de las autoridades ya reconocidas como tales. Por consiguiente, todos los actos de las autoridades que actualmente están en funciones en el orden judicial del Distrito Federal y Territorios y Jueces de Distrito son verdaderamente legítimas; porque por ningún amparo ni por ninguna circunstancia se puede reclamar la ilegitimidad de los actos de esas autoridades. Esta es la aclaración que quería hacer, y puesto que la Asamblea ha votado el proyecto en lo general y realmente no hay razón de venir a hablar sobre este particular, salvo que la Asamblea, quiera considerarlo y que vote por la eliminación de artículo por artículo.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ruiz Juan A.
El C. Ruiz Juan A: Señores diputados: Creyendo que el compañero Cámara iba a atacar todo el proyecto de ley me inscribí para hablar en pro, pero él mismo ha indicado lo que ustedes acaban de oír y por eso creo que es por demás tomar la palabra en pro; únicamente quiero hacer la aclaración acerca de que él dice que es superfluo este proyecto de ley, no siendo así desde el momento en que el artículo 6º transitorio de la Constitución ponía un plazo para las autoridades judiciales actuales y no se ha hecho, en el tiempo en que debíamos, el nombramiento de las mismas autoridades; no está por demás este proyecto de ley, para que todo el mundo sepa claramente que todos los actos. que el señor Cámara, como dije, no atacó todo el proyecto de ley, sino únicamente hizo algunas declaraciones, por tanto creo inútil defender el proyecto, y repito que no es superfluo, desde el momento que, como he dicho, el día último de junio debían haber tomado posesión las nuevas autoridades, las que por falta de tiempo no fue posible que se nombraran por la Cámara.
El C. Secretario López Lira: No habiendo más oradores inscriptos, se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el artículo 1º Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se considera suficientemente
discutido. En votación nominal se va a preguntar si se aprueba el artículo 1º
El C. García Eliseo: En vista de que el artículo 2º es una consecuencia del artículo 1º, pido sobra que se reserve para su votación el artículo 1º y después de discutir el 2º se voten juntos.
- El mismo C. Secretario: La Mesa manifiesta a Su Señoría que sería contra el Reglamento proponer lo que usted dice.
(Se recogió la votación.)
- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún ciudadano por votar?
(Se anotaron los diputados que faltaban por votar.)
El C. Secretario Padrés: Se procede a la votación de la Mesa. (Se recogió la votación.)
El C. Prosecretario Villarreal: Votaron por la negativa los siguientes CC.: Cámara, Martínez de Escobar y Zapata. Total: 3.
El C. Prosecretario Magallón: Votaron por la afirmativa 162 CC. diputados, quedando, por tanto, aprobado el artículo por 162 votos a la afirmativa, contra 3 de la negativa.
Votaron por la afirmativa los CC. Acuña, Aguilar, Aguirre Colorado, Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alejandre, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Aranda, Arellano, Arlanzón, Arrazola, Arreola, Aveleyra, Avendaño, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Barrera, Bazañez, Bello, Benítez, Betancourt, Blancarte, Bravo Izquierdo, Breceda, Campero, Cancino Gómez, Cano, Cárdenas, Carrillo Iturriaga, Cepeda Medrano, Céspedes, Cienfuegos y Camus, Cisneros, Córdova, Cravioto, Cristiani, Cruz, Curiel, Chapa, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Domínguez, Dyer, Echeverría, Escudero, Esparza, Esquivel, Fentanes, Fernández, Gárate, García de Alba, García Eliseo, García Jonás, García Salvador, García Vigil, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gaxiola, Gay Baños, Gómez S., González Jesús M., González Justo, González Marciano, González Torres, Guajardo, Guerrero, Gutiérrez, Hay, Hermosillo, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Hernández Maldonado, Herrera, Higareda, Izquierdo, Jurado, Lailson Banuet, Lanz Galera, Lechuga Val, Leyva, Leyzaola, Lizalde, López Couto, López Ignacio, López Lira, López Miro, Magallón, Malpica, Manrique, Mariel, Márquez Josafat F., Márquez Rafael, Mata Filomeno, Mata Luis, Medina Francisco, Medina Hilario, Méndez, Mendoza, Meneses, Moctezuma, Montiel, Muñoz, Narro, Navarrete, Neri, Ordorica, Ortega José M., Ortiz, Padrés, Pardo, Paredes Colín, Parra, Pedroza, Peña, Peralta, Pérez Brambila, Pesqueira, Pineda, Plank, Portes Gil, Portillo, Ramírez G., Ramírez Llaca, Rebolledo, Ríos Landeros, Rivas, Robles Domínguez, Rocha, Rojas Dugelay, Román, Rosas, Rueda Magro, Ruiz Estrada, Ruiz Juan A., Saénz, Sánchez Daniel, Sánchez José M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera, Silva, Siurob, Suárez, Téllez Escudero, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Torres, Treviño, Uruñuela, Vadillo, Valle, Velásquez, Villarreal Filiberto C., Villarreal Jesús J. y Zavala.
El C. Secretario López Lira: Está a discusión en lo particular el artículo 2º, que dice: "La validez a que se refiere el artículo anterior comprende también las diligencias practicadas por los secretarios, actuarios y demás funcionarios dependiente de los tribunales y jueces de referencia."
Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación nominal se pregunta si se aprueba.
El C. Secretario Padrés: Por la Afirmativa.
El C. Prosecretario Villarreal: Por la negativa.
(Se tomó la votación.)
El C. Secretario Padrés: ¿Falta algún C. diputado por votar? Por la segunda vez: ¿Falta algún C. diputado por nombrar para votar? (Voces: ¡No!) Se procede a la votación de la Mesa.
El C. Prosecretario Villarreal: Votaron por la negativa los CC. Cámara Nicolás, Martínez de Escobar y Zapata. Total: 3.
El C. Prosecretario Magallón: votaron por la afirmativa los 162 CC. diputados siguientes: Acuña, Aguilar, Aguirre Colorado, Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Alejandre, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Ancona Albertos, Aranda, Arellano, Arlanzón, Arrazola, Arreola, Aveleyra, Avendaño, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Basañez, Bello, Benítez., Betancourt, Blancarte, Bravo Izquierdo, Campero, Cancino Gómez, Cano, Cárdenas, Carrillo Iturriaga, Cepeda Medrano, Céspedes, Cienfuegos y Camus, Cisneros, Córdova, Cravioto, Cristiani, Cruz, Curiel, Chapa, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Domínguez, Dyer, Echeverría, Escudero, Esparza, Esquivel, Fentanes, Fernández Aurelio, Fernández Martínez, Gárate, García de Alba, García Eliseo, García Salvador, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gaxiola, Gay Baños, Gómez Mauricio, Gómez S., González Justo, González Torres, Guajardo, Guerrero, Gutiérrez, Hay, Hermosillo, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Hernández Maldonado, Herrera, Higareda, Izquierdo, Jurado, Lailson Banuet, Lanz Galera, Lechuga Val, Leyva, Leyzaola, Limón, Lizalde, López Couto, López Ignacio, López Lira, López Miro, Magallón, Malpica, Manrique, Manzano, Mariel, Márquez Josafat F., Márquez Rafael, Mata Filomeno, Mata Luis I. Medina Francisco, Medina Hilario, Medina Juan, Méndez, Mendoza, Meneses, Moctezuma, Montiel, Muñoz, Narro, Navarrete, Neri, Ordorica, Ortega José M., Ortiz,, Otero, Padrés, Pardo, Paredes, Colín, Parra, Pedroza, Peñafiel, Peralta, Pérez Brambila, Pesqueira, Pineda, Plank, Portes Gil, Portillo, Ramírez G., Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Rebolledo, Ríos Landeros, Rivas, Rivera Cabrera, Robles Domínguez, Rocha, Rojas Dugelay, Román, Rueda Magro, Ruiz Estrada, Ruiz Juan A., Sáenz, Sánchez Daniel, Sánchez José M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Herrera, Silva, Siurob, Suárez, Téllez Escudero, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Torres, Treviño, Uruñuela, Vadillo, Valle, Velásquez, Ventura, Villarreal Filiberto C., Villarreal Jesús J. y Zavala.
El C. Secretario López Lira: Aprobado el artículo 2º por 162 votos de la afirmativa contra 3 de la negativa. Pasa el proyecto de ley al Senado para los efectos constitucionales, nombrando la Mesa en comisión para que lo lleven a la Cámara
colegisladora a los CC. diputados Siurob, Cravioto, Cámara, Blancarte, Silva Jesús y Prosecretario Villarreal.
- El mismo C. Secretario: "Estados Unidos Mexicanos.- Presidencia de la República.
"CC. Secretarios de la Cámara de Diputados:
"Para los efectos constitucionales, me permito enviar a ustedes con el presente un proyecto de ley autorizando al Ejecutivo de mi cargo, para conseguir, ya sea en el Interior o Exterior, hasta la cantidad de cien millones de pesos oro, destinados a la fundación del Banco Único de Emisión, cuyo establecimiento autorizó la Constitución Política de la República, promulgada en Querétaro el 5 de febrero del año actual.
"Seguramente los señores representantes estarán persuadidos de que una de las causas principales porque el desarrollo agrícola, industrial y comercial del país no ha marchado con la celeridad que el paulatino restablecimiento del orden pudiera hacer suponer estriba en la casi completa desaparición del crédito y en la insuficiencia de las especies circulantes, lo que hace difícil el funcionamiento racional de las actividades económicas de la Nación.
"Es por esto que el Ejecutivo juzga de ingente e imperiosa necesidad proceder desde luego a organizar el Banco Único de Emisión, prevenido en la Constitución Política de la República.
"El sistema bancario establecido por pasados gobiernos, si en cierto modo y en época ya lejana respondió a las necesidades del momento, quedó establecido sobre una base de privilegio absoluto en favor de los capitalistas, sin las debidas compensaciones para los intereses nacionales, e ignorando por completo toda elemental previsión para el futuro. Las emisiones de los bancos nunca tuvieron una garantía racional, y adecuada; algunos de entre ellos gozaron de privilegios exclusivos, en lo que respecta al monto de sus emisiones; todos ellos disfrutaron del injusto privilegio de excención de impuestos y de la facultad odiosa de aplicar en su provecho leyes privativas especiales. Las concesiones para el establecimiento de bancos de emisión se otorgaron irreflexivamente, sin procurar entre ellos una lógica y conveniente cooperación, sino, antes bien, dando margen a una irracional competencia, ruinosa para ellos y para el público. La intervención que en las instituciones de crédito ejercía el Gobierno no pasó nunca de ser meramente nominal, y así, entre otros muchos casos, puede citarse el de que los bancos de emisión computaban sus mismas acciones entre los valores de inmediata realización.
"Como consecuencia de su irracional manejo y de su mala organización, pudo ya preverse, al iniciarse la crisis económica en 1913, el completo fracaso del viejo sistema, de instituciones de crédito. En efecto, bastaron las primeras manifestaciones de actividad revolucionaria para que los bancos solicitaran del gobierno usurpador la suspensión de pagos, que les fue concedida. En cambio de este privilegia, los bancos de emisión hicieron un préstamo cuantioso al Gobierno de la usurpación.
"Al agravarse la situación económica del país y antes de que el Gobierno Constitucionalista dictara disposición ninguna sobre las instituciones de crédito, la situación de éstas se vino haciendo cada vez más difícil, hasta que propiamente dejaron de funcionar como tales instituciones, convirtiéndose en simples especuladores con el papel moneda emitido por el Gobierno revolucionario. Para entonces ya los billetes y valores bancarios habían sufrido considerable depreciación, que fluctuaba entre el sesenta y el noventa por ciento de descuento sobre su valor nominal.
"Cuando las atenciones de la campaña permitieron al Gobierno de la Revolución fijar su atención en la organización financiera de la República, se dictó una disposición preliminar, fijando un plazo para que los bancos de emisión regulasen su circulación fiduciaria, conforme a las disposiciones generales de la ley de instituciones de crédito. Como esta disposición se dictó en Veracruz, donde no se disponía de los elementos necesarios para conocer en detalle la situación económica de cada uno de los bancos, se creyó en un principio que muchos de ellos estarían en condiciones de continuar sus operaciones con sólo el requisito de ajustarse a la ley general bancaria.
"Ya en posesión la Secretaría de Hacienda de los balances de la mayoría de los bancos de emisión, se vio que, aun cuando sus existencias estuvieran conforme a las leyes relativas, en relación con su circulación fiduciaria, los bancos no estaban en condiciones de seguir operando, en razón de que una gran parte de su activo, que arrojaba gruesas cifras nominales, en realidad representaba un valor efectivo insignificante.
"Como, por otra parte, la mayoría de los bancos de emisión había asumido una actitud de abierta hostilidad para el Gobierno de la Revolución, contribuyendo a la depreciación del papel moneda del Gobierno y dedicándose, con detrimento de los intereses públicos, a especulaciones bien alejadas de su esfera de acción, creyó conveniente la Primera Jefatura dictar disposiciones más radicales, para terminar de una vez con el defectuoso sistema bancario, ya expirante, y dejar libre el campo para una organización mejor.
"En tal virtud, con fecha 15 de septiembre del año próximo pasado, se expidió un decreto abrogando todas las leyes vigentes hasta entonces, sobre instituciones de crédito, y poniendo a los bancos de emisión bajo la dirección de los consejos de incautación, que han venido funcionando hasta la fecha.
"El Congreso Constituyente reunido en Querétaro se dio perfecta cuenta de las necesidades de subsistir el defectuoso sistema bancario, por otro más racional y en consonancia con las necesidades económicas de la Nación; de allí que previniera en la Nueva Carta Magna el establecimiento de un Banco Único de Emisión.
"La Secretaría de Hacienda estudia, desde hace tiempo, el proyecto de ley que en su oportunidad someterá el Ejecutivo al Congreso, sobre la organización del Banco Único de Emisión; pero como tendrán que ser dilatados los arreglos para
la obtención de nuevos capitales, cree conveniente el Ejecutivo aprovechar el tiempo, para demorar lo menos posible la organización de la nueva institución de crédito.
"Es de elemental prudencia que el nuevo Banco de Emisión inicie sus operaciones ya sobre bases perfectamente seguras, pues es la única manera de que la confianza y el crédito vuelvan en forma sana y vigorosa a sustentar la vida económica de la República.
"Si el Ejecutivo a mi cargo no manda desde luego al Congreso bases concretas para obtener el capital inicial del nuevo banco, sino que pide una amplia autorización para entrar en arreglos con los capitalistas, se debe a que, dadas las actuales difíciles condiciones financieras reinantes en todo el Mundo, no es fácil prever las dificultades con que pueda tropezar el Gobierno para decidir a los capitalistas a hacer una inversión que, aunque segura, encontrara aún, probablemente, una barrera de perjuicios y desconfianzas.
"Es, por tanto, necesario, que el Ejecutivo sondee de antemano las posibilidades de obtener los fondos necesarios para su establecimiento, antes de someter al Congreso un plan definitivo para la organización del nuevo banco. Para llevar a cabo los arreglos provisionales, el Ejecutivo necesita completa libertad de acción, pues que aun el sondeo de la opinión de los capitalistas y los arreglos preliminares, pueden hacer variar el proyecto de ley de organización de la nueva institución de crédito.
"En todo caso, el Ejecutivo tendrá el honor de someter a la consideración del Congreso, antes de llevarlos a efecto, los arreglos que propale con los capitalistas, juntamente con la ley general que fije las bases para organizar el Banco Único de Emisión.
"México, 6 de julio de 1917,- V. Carranza.
"PROYECTO DE LEY
"Se autoriza al Ejecutivo para conseguir, ya sea en el interior o en el exterior, hasta la cantidad de cien millones de pesos oro, destinados a la fundación del Banco Único de Emisión de la República Mexicana; y para estipular términos, condiciones de pago, etc.; pero cualesquier arreglos que celebre, deberá someterlos al Congreso de la Unión, antes de que se lleven a cabo, para que éste los tome en consideración al estudiarse la ley de organización del Banco Único de Emisión.
"México, D. F., 6 de julio de 1917.- V. Carranza."
El trámite es: A las Comisiones unidas, 1a. de Crédito Público y 2a. de Hacienda.
- El mismo C. Secretario: Está de primera lectura el dictamen de la Comisión de Presupuestos, relativo a los ramos 1º, 2ºy 3ºEl trámite de la Mesa es: "Primera lectura, e imprímase." En vista de que se va a imprimir, la Mesa consulta a la Asamblea si se le dispensa la primera lectura. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Sí se dispensa la primera lectura.
Está de primera lectura el dictamen de la Comisiones 1a. y 2a. de Justicia, con la especial nombrada al efecto, sobre la iniciativa del Ejecutivo de la Unión, relativa a la Ley Orgánica del Poder Judicial del Fuero Común en el Distrito Federal y Territorios de la Federación. El trámite es: "Primera lectura, e imprímase." Se consulta a la Asamblea si dispensa la primera lectura, puesto que se va a imprimir. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensa la primera lectura.
"Señor Presidente: Eliseo L. Céspedes, diputado por el 7º distrito electoral del Estado de Veracruz - Llave, por el muy honorable conducto de usted, ocurro ante la Cámara a exponer lo siguiente:
"Deseoso de transladarme cuanto antes al lado de mi familia, al arreglo de asuntos del mismo carácter, que demandan mi inmediata atención, atentamente solicito de la H. Asamblea, con dispensa de todo trámite, licencia por quince días, con goce de dietas.
"Cámara de Diputados.- México, a 5 de julio de 1917.-E. L. Céspedes." (Rúbrica.)
En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Dispensados los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Sí se concede la licencia.
El C. presidente: Tiene la palabra, para hechos el C. diputado Alberto Román.
- El. C. Román: Señores diputados: Esta mañana el C. Manrique se extrañaba y censuraba que las galerías estuvieran tan concurridas, le llamaba la atención que al pueblo de la ciudad de México le hubieran impresionado esas largas y numerosas sesiones a propósito de un asunto que en verdad no tiene la importancia que se le quiso dar; pero acaso, ¿No aquí en esta tribuna el C. Hilario Medina afirmó que se juzgaban las fuerzas vitales de la Nación? ¿Acaso hemos tenido una sesión más concurrida que la de este día excepcional , aun en los anales del Congreso, tanto en este período como en otros? Si nosotros mismos le hemos dado tanta importancia, si entre nosotros mismos han surgido incidentes de tanta importancia, en esta vez me parece que el C. Manrique, que en otras veces ha estado bastante lógico, ha tenido razonamientos notablemente extraños.
La discusión de este asunto, señores, ha dado margen a la protesta que ha hecho por la prensa un grupo de diputados. Yo he sostenido en esta tribuna que el Congreso, no solamente por medio de leyes y decretos debe significar el sentir nacional, no solamente debe externar la opinión por medio de resoluciones que se conviertan en leyes; si hemos de ser verdaderamente demócratas, ha llegado el momento en que, a pesar de que no consta en los trámites reglamentarios, demos nosotros, o un voto de censura o un voto de confianza a la Mesa, y en caso de que fuera un voto de censura, la Mesa, desde el Presidente hasta el último Prosecretario, estarían obligados a renunciar. Es indudable que es
un alto honor figurar entre los miembros de la Mesa; pero también a todos les constará que es una labor verdaderamente difícil y en muchos casos penosa, para que a pesar de que estuvieran ejerciendo estas funciones, lo hicieran con la desautorización de la Cámara. Ha llegado el momento, pues, en que debemos significar a la Mesa cuál es nuestro sentir. Yo creo que los señores firmantes, que son los que nunca han votado por ninguno de los miembros que funcionan actualmente en la Mesa, ya sea por el Presidente y el Vicepresidente, que por los Secretarios y Prosecretarios, han significado su opinión. En este caso no se trata de una acusación, y creo, por lo tanto, que estamos perfectamente en situación apropiada y en sesión pública y enfrente de un numeroso público, ante quien se ha hecho la protesta y denuncia que figura en la prensa, para que nosotros signifiquemos cuál es nuestro parecer; así lo conocerá la Nación y no se les sorprenderá con esa protesta. Yo pido a los señores diputados que piensen como yo, que debemos ratificar nuestra confianza a la Mesa, para que pueda seguir funcionando. (Aplausos.) Pero creo que no debe ser por un simple aplauso, sino que debe ser un verdadero voto de confianza. (Aplausos.)
Presidencia del C. NERI EDUARDO
El C. Siurob: Pido la palabra para apoyar esa proposición. (Voces: ¡No hay necesidad! ¡Votación nominal!)
- EL C. Prosecretario Ancona Albertos: La Mesa pregunta si se toma en consideración la proposición hecha por el C. Román. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Está a discusión.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
El C. Siurob: Señores diputados: ¿Qué es lo que significa la actitud de cuarenta diputados (voces: ¡Cuarenta y uno!) o cuarenta y uno, que de una manera tan desconsiderada, tan poco meditada, de una manera tan imprudente han ido a agravar todavía más el incidente hasta cierto punto nada grave que tuvo lugar ayer en esta Cámara? He calificado a este acto de imprudente, primero, porque los que provocaban el escándalo fueron precisamente los diputados de la derecha, al ver que salían perdidos en la última votación. (Aplausos.) Lo he calificado de imprudente, porque desde el momento en que hubo escándalo, el C. Presidente de la Cámara estaba en su perfecto derecho para, conforme al Reglamento, declarar terminada aquella sesión; y si estaba en su derecho, es una imprudencia y es una temeridad culpar a la Mesa de parcialidad cuando no ha hecho más que cumplir con su deber. (Voces: ¡Sí! ¡No!)
Las inconsecuencias que viene cometiendo este pequeño grupo de la Cámara son claras y patentes. Todo el mundo sabe que alguno, poco o grande, pero de todas maneras el Ejecutivo tenía interés en defender el impuesto en papel infalsificable como subsistente en el presupuesto de ingresos, y, sin embargo, vosotros habéis visto a la derecha, que era la que mejor debía haber defendido ese proyecto, apenas se contentó con exponer unas que otras razones que fácilmente fueron rebatidas, por boca del señor Cepeda Medrano, y le tocó precisamente a un elemento de la izquierda, a uno de los elementos más vilipendiados, que se cree más enemigo del Gobierno, venir aquí como celoso defensor de la Presidencia de la República en la cuestión del papel infalsificable; me refiero al señor licenciado Acuña. (Aplausos.) Allí está el ejemplo para ese grupo de la derecha; los ciudadanos verdaderamente conscientes en estos momentos, los que no tienen ningún sello de incondicionalismo, son los mejores defensores del Gobierno cuando se trata de una cosa justa, cuando se trata de una cosa digna.
El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¿Dónde están? (Voces: ¡Aquí!)
El C. Villarreal Filiberto C.: Con la palabra y con el rifle. (Siseos de la derecha.)
El C. Siurob, continuando: He dicho que la actitud de ese grupo es inconsecuente y voy a a demostrarlo, señores diputados: Digo que es inconsecuente, porque ellos saben perfectamente que la Cámara, que el Congreso forma parte del Gobierno, y si saben perfectamente bien que el Congreso es una parte del Gobierno, como grupo gobiernista de la Cámara, debían tener presente que su deber es honrar este Congreso, contribuir a que este Congreso tenga toda la respetabilidad debida, tanto en sus personas como en sus resoluciones, y el hecho de lanzar, de una manera tan imprudente, semejante protesta en contra de la Mesa y tacharla de parcial tan sólo porque ha cumplido con su deber, es una inconsecuencia flagrante con su actitud y con sus tendencias, desde el momento que tienden a desprestigiar una parte del Gobierno Constitucionalista. (Voces: ¡No, no! ¡Sí, sí) Por último, la actitud de ese grupo no puede, señores, interpretarse de otra manera más que como el último grito del despecho en medio del calor de las pasiones y de la imprudencia a que conduce el incondicionalismo, que nunca puede servir de norma ni de mira a ningún grupo de la República que se precie de luchar por ideas patrióticas, por ideas sanas. Yo creo que estos señores deben de estar arrepentidos (voces: No, no!) de la actitud que han asumido, y si no están arrepentidos, peor para ellos; la Cámara entera, es decir, la absoluta mayoría, va a encargarse inmediatamente de evidenciar, primero: Su imprudencia: Segundo: Su inconsecuencia, y tercero y último: Su falta de solidaridad. Yo pido a los grupos verdaderamente libres de perjuicios, a los grupos verdaderamente independientes, a los grupos verdaderamente patriotas, a los que no tienen ese sello de incondicionalismo, que aprueben el voto de confianza a nuestra Mesa, a esa Mesa honrada, en la cual no hemos visto absolutamente ningunos temores para imponer el orden, ninguna falta en el desempeño de sus obligaciones. Como es natural, tuvo algunas vacilaciones, puesto que el señor Presidente de la Cámara es la primera vez que funge como tal y no tiene toda la práctica que se necesita en estas circunstancias; pero nadie, y desafío a la derecha y a la izquierda para que en este momento con el ánimo sereno digan si han anotado alguna traza de mala fe en cualquiera de los individuos de la Mesa.....
- EL C. Otero, interrumpiendo: Yo sí la he notado.
- EL C. Siurob: Suplico al compañero diga qué ha notado.
El C. Otero: Falta de honradez en la Secretaría.
El C. Presidente: No le he concedido a usted el uso de la palabra. (Aplausos.)
El C. Siurob, continuando: Pues si acaso así es, creo que el señor que acaba de hablar será el único que dude de la honorabilidad de la Mesa, porque todos los demás diputados están perfectamente ciertos de la honradez con que ha procedido en todos sus actos la Mesa Directiva. Por exigirlo de una manera imperiosa la honorabilidad de cada uno de los diputados independientes, por exigirlo de una manera imperiosa el prestigio de este Congreso en todos los ámbitos de la República, hoy que tenemos una prensa enemiga que se encarga de llevar hasta los últimos extremos de la República el escándalo y el desprestigio para un Poder, sin más causa que haber una absoluta mayoría de individuos que forman el centro de resistencia de la Revolución, el único que existe en la República en estos momentos en que se afloja el resorte de las ideas radicales revolucionarias, de las ideas salvadoras y honradas; en estos momentos en que fuera de esta Asamblea vemos que comienza a doblegarse aquella primera energía viril con que nos hemos enfrentado contra los enemigos de la patria; en estos momentos en que la prensa se encarga de contribuir para tergiversar los derechos en toda la República y hacer aparecer a esta Cámara como un grupo de inconscientes y despechados, cuando en realidad no constituye sino el único centro de resistencia de la Revolución en el seno del Gobierno. (Voces: ¡Bravo! Aplausos.) Porque es un deber democrático, porque constituye una necesidad imperiosa para el decoro de esta Cámara, y, por último, por la mayor razón de todas, porque es absolutamente justo, pido que exterioricéis de una manera perfectamente clara y en votación nominal este voto de confianza para nuestra Mesa Directiva. (Aplausos.)
- EL C. Presidente: Tiene la palabra el C. Treviño para rectificar sobra hechos
El C. Treviño: Señores diputados: No acostumbro venir aquí a tratar asuntos de carácter personal, porque conceptúo que esto no se traduce más que en perder el tiempo; pero es necesario, una vez que un señor diputado ha tenido aquí la avilantez de venir a asegurar cosas inciertas, es necesario repeler una agresión inmediata y grave, una agresión sin fundamento ninguno. Ese señor Siurob ha hablado de incondicionalismo, y esto es perfectamente falso, señores, yo no tengo necesidad.....
El C. Siurob, interrumpiendo: Moción de orden.
El C. Treviño: Hablará usted después, señor.
El C. Siurob: Es para una moción de orden y tengo derecho.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob para una moción de orden.
El C. Siurob: Suplico al señor Presidente se digne ordenar al orador que se encuentra en el uso de la palabra retire la palabra "avilantez," que es hiriente y que no debe ser lanzada en una Asamblea en donde se habla de una manera demócrata y donde se exponen razones, y de ninguna manera insultos. Yo no he insultado a ninguno de los CC. diputados, sino que me he concentrado a señalarles faltas y defectos que no son insultos, porque no es insulto llamar a una persona inconsecuente e imprudente; si yo no he insultado a ningún diputado de la derecha, tengo derecho a que el orador que está en el uso de la palabra retire la palabra "avilantez" que ha pronunciado.
El C. Presidente: La Mesa no puede ordenar al orador que retire la palabra a que se refiere Su Señoría, y únicamente se concreta a suplicarle que lo haga.
El C. Treviño: Le manifiesto a usted que para retirar lo que he dicho necesita usted también retirar lo que ha dicho. Yo no soy incondicional ni tampoco ninguno de esos señores.
El C. Siurob: Sírvase usted explicarme que entiende por "incondicional" y qué injurias he dicho yo.
El C. Treviño: Yo no voy a analizar a usted lo que dijo, porque pierdo el tiempo, yo voy al asunto. Habló usted de incondicionalismo, y a este respecto le voy a manifestar, óigalo usted bien, y usted puede ser que lo sepa, que yo soy uno de los que tienen motivos personales muy grandes, tal vez, para venir a engrosar las filas de los despechados; pero no, señores, comprendo que los intereses de la patria son superiores a los intereses personales. (Aplausos.) Le digo a usted esto, señor, porque a mí se me ha querido llevar hasta el sacrificio de mi vida; por eso digo a usted que podía venir a engrosar el grupo de los despechados; pero no lo hago, porque primero son los intereses generales que mis intereses particulares. (Aplausos.)
Creo, señores, que no es patriótico ni honrado venir a atacar a un Gobierno que ha emanado de nosotros mismos. ¿Quién ha formado al Gobierno actual, de dónde surgió si no de la revolución, y por qué siendo ustedes revolucionarios quieren atacar su propia obra? Es un falso revolucionario quien ataca injustamente al Gobierno. (Voces: ¡No!) (Dirigiéndose al C. Arrazola.) Usted es quien menos debe protestar. (Aplausos de la derecha.) Ya es tiempo de hablar claro: Aquí se hacen aparecer como inmaculados, como revolucionarios puros y honrados, personas que nunca lo han sido, porque yo lo digo muy alto, nunca los he visto en los sitios donde se paran los hombres; allí no he visto a muchos de ustedes. (Aplausos.)
El C. Secretario López Lira: Se llama la atención de las galerías sobre la prohibición que existe de hacer manifestaciones en pro o en contra.
El C. Siurob: Pido la palabra para una alusión personal. Moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una alusión personal.
El C. Siurob: He pedido la palabra para alusión personal, y como el Reglamento me concede el derecho de hablar, lo haré antes que el ciudadano Villarreal. Ahora es cuando me toca interpelar al ciudadano general Treviño; y así lo voy a hacer en este momento. La única parte que él puede tomar alusiva a su persona en mi discurso es que yo haya dicho que él es incondicional; pero al referirme al grupo, no quise decir que todos lo fueran. Allí hay incondicionales, pero es claro que no todos lo son. Desde ese punto de vista, no se puede dar por ofendido. Es lo único ofensivo en mi discurso, puesto que en todo lo de
más no he tratado en lo absoluto de ofenderlo. Ahora, en lo que se refiere a que desconoce a muchos de la izquierda como no revolucionarios, creo que yo no seré ninguno de esos, puesto que he servido bajo sus inmediatas órdenes y me conoce.
El C. Lailson Banuet: ¿Desde cuándo?
El C. Siurob: Desde el tiempo del señor Madero. Ahora suplico al señor Treviño que retire su palabra "avilantez."
El C. Treviño: Vuelvo a repetir a usted que sí la retiro, siempre que retire usted su palabra incondicional.
El C. Siurob: Dirigida usted, si la retiro.
El C. Treviño: yo tampoco dije que usted había procedido con avilantez refiriéndose a una persona en lo particular. Por eso si retira usted la palabra en que se refirió a mí y a todo el grupo....
El C. Siurob: A usted, sí; al grupo en lo general, no; porque sí hay incondicionales allí. (Voces: ¡Que los señale, que los señale!)
El C. Treviño: Por lo que a mí me respecta, si usted ha retirado la palabra que yo he considerado como ofensiva, yo también retiro la mía, pero me permito advertir a usted que si no se ha referido a mí, es oportuno que se refiera usted a las personas que crea que así lo sean.
El C. Siurob: Yo me he referido a los que son incondicionales y al que le venga el saco que se lo ponga. Y ahora, señores, ha terminado mi contestación.
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Villarreal.
- EL C. Villarreal: Señores diputados: Soy enemigo de todas las bajezas que huelen a adulación. Ustedes lo han visto siempre; aquí me veo en la necesidad de hacer una aclaración y empezar por decir a ustedes que lástima grande que no sea verdad tanta belleza. ¡Oh, mundo infame, cuántas iniquidades cometidas constantemente! (Aplausos.) ¡Cuántas sublimidades efímeras se arrastran por el fango de la adulación! Quiero, además, hacer constar que en el momento del incidente de la Mesa, aunque yo formo parte de ella, no estaba fungiendo; pero yo creo injustos los cargos que se le han hecho. Yo, señores diputados, me dirijo a esa juventud que se agita en estos momentos, que es por hoy donde radica la única salvación de la patria; no me dirijo a los mercenarios en política, sino solamente a los jóvenes que aman la libertad del pueblo. Decía el señor general Treviño, quien me merece elevado concepto, que él nunca había visto a miembros de la izquierda donde se paran los hombres. Señor general Treviño, aquí hay muchos revolucionarios que saben que Filiberto Villarreal nunca ha dado las espaldas en los campos de batalla. No dudo que tenga usted razón tratándose de otras personas; pero creo que no habrá usted querido referirse a mí. Yo, desde que me afilé a la Revolución, nunca he dado media vuelta, y aquí hay muchos testigos, entre ellos el general Hill. Por otra parte, como yo no gusto de plagiar a nadie, creo oportuno leer un pensamiento del ilustre Castelar, que dice así: (Leyó.) Yo, señor general Treviño, pertenezco al grupo joven, al grupo radical rojo, perfectamente radical; y si usted me ve en la izquierda, es porque creo que los de la izquierda buscan la prosperidad de la Nación. He dicho.
El C. Blancarte: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
- EL C. Blancarte: Señores diputados: Después de una conmoción general de la República Mexicana, se ha llegado a la época en que deben reconstituirse todas aquellas funciones indispensables para la vida de los pueblos. En la vida de México se necesita que esas conmociones no duren mucho; necesita, como las enfermedades en el cuerpo humano, que sean pasajeras, para que así sean benéficas, porque eliminan los males en el organismo o retiran aquellos elementos que son nocivos; se necesita, digo, que no sea mucho tiempo el que dure. Por eso, después de la contienda fratricida que hemos nosotros presenciado en la Nación, necesitamos, los que venimos con la obligación inmensa de poder reorganizar al país, ir eliminando todo lo que signifique pasiones bastardas, y todo lo que signifique también pasiones de grupo, personalismos, para que podamos hacer una labor honrosa pro - patria y que no tengamos que arrepentirnos en el porvenir. ¿Esta es la labor que hemos hecho aquí en la Cámara? ¿Esto es lo que hemos hecho cuando la misma Constitución nos señala algunas funciones que debemos de cumplir y no hemos cumplido, violando de este modo la Carta Magna? Creo que no, señores; y ahora, ¿Qué hacemos? Venir aquí a no olvidar todo lo que significa pasiones, todo lo que significa amor propio, para poder, en lugar de unirnos, en lugar de hacer que estos grupos que han salido de los liberales y de los revolucionarios se unan; hemos procurado desintegrarlos. ¿Por qué? Porque no hemos comprendido la situación difícil porque atraviesa la Nación; porque creemos que podemos dedicarnos impunemente a esta labor verdaderamente repugnante, indigna de un representante del pueblo, para poder, en esta forma, satisfacer una pasión, pero no los ideales de la revolución ni mucho menos la mente de los que nos han mandado a esta Cámara. Se ha dicho por una parte: ustedes obraron mal y yo no. Y yo digo, señores: hemos obrado mal por todos los campos, los de la derecha y los de la izquierda, porque hemos dado rienda suelta a pasiones y no hemos atendido al patriotismo ni a los intereses nacionales; no hemos procurado enjugar las lágrimas de la Nación, que todavía está vertiendo. ¿Este es, señores, el deber que nos impone la alta misión con que nos ha investido el pueblo?
No, señores, debemos serenar nuestra contienda en cuanto a las pasiones que debemos de ser fervientes y entusiastas para cumplir con nuestras obligaciones que tenemos. ¿Que unos son revolucionarios porque han tomado las armas, y otros somos revolucionarios porque hemos simpatizado y ayudado con nuestro esfuerzo sin tomar las armas? Esto, señores, no debe significar una desintegración o una separación entre un grupo y otro. Supongamos, señores, que aquí hay un cinco por ciento de verdaderos enemigos de los principios liberales y revolucionarios, ¿Qué les tenemos miedo, señores? ¿Qué no podemos conocerlos en un momento dado, para no dejarlos entrar? Que hay liberales en la
derecha y no hay ninguno que pueda ser enemigo del Partido Liberal; hay radicales en la derecha, ¿Y no hay individuos conservadores? Hay revolucionarios, ¿Y no hay enemigos de la Revolución? En la izquierda, ¿No hay igualmente individuos que pudiéramos llamar liberales radicales y revolucionarios, así como individuos que no son enemigos de los principios que profesan aquéllos? Señores, creo que si consultáis vuestra conciencia, no podréis decir que no. En todos los campos hay elementos buenos y malos, Cuando se dice que se han ejecutado algunos actos de parcialidad, debo confesar, pudiera engañarme, pero lo he visto, que sí han existido. ¿Qué, acaso, puede jactarse la Mesa, o mejor dicho la Secretaría, algunos de sus miembros, de no haber ejecutado acto alguno que signifique parcialidad en favor de determinado grupo? Podría consultar la conciencia del C. Presidente y de los CC. Secretarios sobre este particular, y tendrán que decirme que, naturalmente, el interés del grupo los obliga a ayudarnos. Yo, señores, debo confesar que cuando he pedido la palabra, cuando estaba de Presidente un miembro de la izquierda, que - de paso debe decir que siempre ha estado formando parte de la Mesa el grupo de la izquierda -, se me ha dicho: "Como el señor Urueta tiene que rectificar hechos o hacer una explicación, se concede que hable él primero y después usted." Y resulta que cuando ya voy a hablar, se declara que el asunto está suficientemente discutido. Esto es parcialidad. En la mañana pedí la palabra y no se me concedió hasta que hablaron dos oradores de la izquierda: Esto también en parcialidad. Puedo sostener estos hechos que me han pasado y tengo la convicción de que si me han considerado un elemento insignificante, no es el diputado. Blancarte a quien se debe tener en cuenta, sino al representante de un distrito electoral, es decir, de sesenta mil habitantes y, por lo tanto, tengo el mismo derecho, por inepto que sea, para hablar, como lo tenga el mejor orador de la Cámara. Ahora, ¿Con esto queremos decir que haya perversidad? No, señores; suplico a la Mesa y a los Secretarios, que no vengan a querer decir: "Soy inmaculado;" que digan: "Que me sirva esto para considerar que todos somos representantes del pueblo, procuremos la igualdad y no dar preferencia a un grupo, porque de este modo podemos afirmar la unión en la Cámara y llevar adelante aquello que pose sobre nuestros hombros. buscando siempre la salvación de la Patria, que aún no está salvada," como ha dicho el ciudadano Presidente de la República.
¿Acaso pesa nada más sobre los hombros del Presidente de la República la obligación de salvar a la Nación? ¿Qué, acaso no está repartido el Poder en tres ramas que se llaman el Poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial? Si el Judicial está representado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Legislativo por las dos Cámaras, ¿por qué nosotros no asumimos esa responsabilidad y procuramos dejar todo lo que sean disensiones, para unirnos, para retirar todo aquello que sean discolerías y para poder trabajar en beneficio de la patria? Señores: Creo, pues, que sí ha habido parcialidad y aun puedo significar otro hecho, y éste es cuando aquí se ha propuesto la designación de los empleados de la Contaduría Mayor. Yo he oído muchos apellidos que me recordaron los de la izquierda y ni uno de la derecha. ¿Qué nada más los de la derecha no tienen, en cierto modo, los mismos derechos que los de la izquierda? ¿O acaso nada más hay aptitud entre los miembros de las familias de los de la izquierda y no en los de la derecha? ¿O es parcialidad? Vuelvo, pues, a que no nos sintamos lastimados por una indicación de parcialidad, porque si somos honrados, si consultamos nuestra conciencia, los mismos aludidos tendrán que saber que sí ha habido esa parcialidad que, sea de buena o de mala fe, yo no lo puedo explicar. Yo creo que es simplemente por sentimentalismo y por esa especie de defecto que todos tenemos de inclinarnos siempre en favor de los nuestros y no de los contrarios. Pero si no podemos hacerlo, aunque no haya sido electa por todos nosotros, sí representa a todos los diputados, y que el mismo derecho de uno debe de ser el de otro y que no debemos seguir esta contienda que sólo nos lleva a depositar más fuego en la hoguera, que no podrá traer otra cosa sino simplemente odios y enemistades entre los que debiéramos proceder como hermanos. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el c. Hay.
- EL C. Hay: Señores diputados: Hay una proposición sobre un voto de confianza, y realmente ninguno ha hablado sobre la proposición. Desde luego y antes de entrar en materia, deseo hacer el más cumplido elogio al señor diputado Blancarte por la serenidad con que ha venido a hablar aquí a todos nosotros; serenidad que yo desearía que fuera imitada por todos, porque es la única manera de que podamos llegar a hacer algo útil para la Patria.
El voto de confianza que dé esta Cámara a la Mesa, destruirá por completo la labor perjudicial que el voto de censura o la acusación hecha por un grupo de diputados y que se público hoy en la prensa. Vamos a analizar por qué razón se dio ese voto de censura, puesto que voto de censura es la acusación que se hizo ante la Nación, de la Mesa Directiva de esta Cámara. Los señores diputados, después del escandaloso motín de ayer - porque no merece otra palabra lo que tuvo lugar -, se reunieron en distintos grupos. cada grupo creía que tenía razón, cada grupo, sin excepción, creía que la Mesa había obrado indebidamente; pero no tenía en consideración ninguno de estos grupos, que es esos momentos la Mesa no podía dar ningún acuerdo, puesto que la campanilla que sonaba el Presidente no era escuchada por ninguno de los diputados. Los diputados serenos en esta Cámara ayer tarde, fueron muy pocos, señores diputados; la gran mayoría perdió su serenidad y muchos la perdieron hasta para procurar calmar los ánimos. El resultado fue un maremágnum terrible que impidió que la Mesa pudiera corregir el error, en caso de haberlo habido. Por lo tanto, si no se dio una oportunidad a la Mesa para averiguar los hechos y al Presidente para escuchar los razonamientos en pro o en contra, ¿Cómo es posible culpar a la Mesa por actos que, en opinión de algunos, fueron inmorales o poco honrados? La misma censura que se pretende dar a la Mesa debe darse a aquellos
diputados que rompieron el orden y que originaron ese desorden que nos obligó u obligó a la Mesa a suspender la sesión. La suspensión que llevó a cabo el C. Presidente está de acuerdo con el reglamento, estuvo en su perfecto derecho. Hay un artículo que dice que cuando no se puede dominar un escándalo, el Presidente puede suspender la sesión; esto fue lo que hizo el Presidente. ¿Por qué razón, pues, lanzar una censura tan dura a la Mesa y no cumplir con su deber, cuando los mismos diputados que firmaron ese documento publicado hoy, como también los diputados que no firmaron, han dejado de cumplir con su deber, por no haber conservado la serenidad necesaria?
¿Por qué razón pretender ser más duros con un elemento y no se admite ser igualmente duro consigo mismo? Es preciso, señores diputados, que serenemos la contienda, como se ha dicho; pero para poder serenarla nosotros, tenemos que juzgar con toda tranquilidad y con toda calma sobre el grado de responsabilidad que tiene la Mesa, poniendo como cartabón el grado de responsabilidad que tenemos nosotros mismos. En cuanto a la parcialidad de la Mesa, yo debo decir lo siguiente: He tenido el honor de ser Presidente de esta Cámara de Diputados en dos distintas ocasiones, y yo les puedo asegurar que a pesar de mis grandes deseos de ser absolutamente imparcial, muchas veces he caído en el error, porque no puede uno en ocasiones juzgar con toda justicia, con absoluta equidad; no porque haya mala fe, ni siquiera por inclinarse a un lado o a otro, sino por error de momento; pero de eso a lanzar un cargo de mala fe hay una enorme distancia, tanto más, cuanto que la misma Secretaría vino aquí a confesar que ha cometido un error en la cuestión de la lista; ¿Y por qué no, calmados, esperamos a que la Secretaría se sincerara del cargo que se le lanzó? ¿Por qué no permitir que no explicara en qué consistía el error? ¿Por qué no tranquilamente esperar a que hablara la Secretaría para decir que no había cometido un error, sino una violación de un artículo del Reglamento? ¿Por qué no esperar con tranquilidad para poder demostrar a la Mesa, a la Presidencia, que ese Secretario o esa Secretaría no había cumplido con su deber y han estado falseando sus obligaciones? Eso hubiera sido más sensato y más sencillo, señores diputados, así hubiéramos llegado más directamente al fin que perseguimos, que es el de moralizar, en caso de que hubiera habido alguna inmoralidad. Pero a gritos como se hizo ayer u después de esos gritos con una exaltación de ánimos extrema, inmediatamente ir a redactar un documento que quiere decir una acusación seria sin poder de una manera precisa concretar esos cargos, sin poder demostrar que hubo mala fe, aunque sí pudiera demostrarse que hubo impericia, que hubo falta de práctica y que hubo quienes, sugestionados por varios diputados, pedían que sus nombres se anotaran en un sentido o en otro. Comprenderéis que los secretarios son humanos, puesto que también nosotros lo somos y hemos sido más que humanos y nos hemos extralimitado el día de ayer. Por lo tanto, yo apelo a la hidalguía de los señores firmantes de ese escrito, para que con nosotros y con toda la Cámara por una nimidad demos un voto de confianza a una Mesa que pudo haber cometido un error, pero que indudablemente no cometió un acto de mala fe, puesto que si lo hubiera cometido, hubieran pedido los diputados fácilmente concretar el cargo y acusar ante quien corresponda al que vino a falsear la confianza que en él habíamos depositado. Es muy fácil lanzar cargos en general; ayer lo hemos visto; ayer hemos tenido el bochorno porque no se le puede llamar de otra manera, de oír a diputados lanzar cargos contra toda la Cámara, diciendo que la Cámara estaba manchada con dinero de los coyotes; hemos oído lanzar cargos generales sin concretar, yo llamo a esos cargos verdaderamente cobardes y viles, porque el que se atreve a lanzar un cargo, si no lo demuestra, o es cobarde y vil o no tiene la suficiente sensatez para representar al pueblo. ¿Por qué razón desprestigiar a una Cámara de Diputados cuando no se tienen cargos concretos? ¿Por qué razón el individuo que los lanza, que desprestigia ante todo el país a la Representación Nacional, por qué no tiene la honradez de reservarse esos cargos hasta que sean concretos, para lanzarlos contra quien no está cumpliendo con su deber? Debemos pensar que el puesto de diputado es sagrado, puesto que representa el voto de sesenta mil habitantes que han puesto su confianza en cada uno de nosotros; y si nosotros no trabajamos honrada y cumplidamente, no estamos cumpliendo con las obligaciones que esa confianza ha puesto en nosotros. Por esto, señores, el hecho de venir aquí con un valor aparente que no oculta sino una gran cobardía, el hecho de lanzar cargos y anatema contra una Asamblea sin presentar una sola prueba, contra individuos de uno y otro grupo, sin presentar una sola prueba, un solo testigo, debe castigarse. Yo pediría que en adelante aquel diputado que lance un cargo colectivo o individual, ya sea contra toda la Cámara o contra un grupo político, o contra un solo individuo, fuese obligado a presentar las pruebas y si no las presenta, se le acusa ante el Gran Jurado por difamador y calumniador, porque sólo así, señores diputados, podremos hacer labor serena para serenar la contienda. Es preciso, de todo punto es absolutamente preciso que primero serenemos nuestros propios espíritus. ¿Cómo vamos a exigir serenidad de contienda, si tras de esas palabras viene una serie de insultos a las izquierdas, a las derechas, al Gobierno y a las instituciones o a cualquiera? ¿Qué manera de serenar la contienda es esa? Clamamos serenidad, pero ustedes son esto y aquello. ¿Es honrado eso, señores? ¿O quieren decir que los individuos que vienen a serenar una contienda, o son unos malvados o son unos hombres que no conocen el alcance de sus palabras? ¿Cómo es posible que venga aquí un hombre a pretender la calma, cuando empieza a pretender calmar los espíritus por medio de insultos a aquellos que no son amigos? Esa es la verdad, señores, y aquí en este sentido ambos grupos hemos tenido la culpa y a cada rato hemos visto, no voy a citar nombres, porque todos vosotros los conocéis, que uno de la derecha viene a lanzar cargos generales, cargos colectivos contra un determinado partido, sin tener en cuenta que en ese partido puede haber pícaros; pero también hay muchos hombres honrados, o también uno de la izquierda o uno de ese partido lanza un cargo colectivo contra otro determinado grupo de la Cámara, sin tener en cuenta que si hay
hombres de mala fe en ese grupo, también hay de absoluta buena fe y gran patriotismo. ¿Cuál es el resultado de todo esto? Que aquel que ve que otro no está de acuerdo con su opinión, lo juzga como un hombre de mala fe, como un hombre que está obrando por interés de alguien que está detrás de él. ¿Por qué razón no pensamos que hay hombres honrados aquí entre nosotros? Hay un lema o un refrán vulgar; lo recuerdo, porque se usaba mucho en la época en que era yo pequeño, que dice: "Cree el león que todos son de su condición,"
Señores diputados: Yo creeré que hay muchos hombres honrados en el mundo, hasta que se me demuestre que no lo son. Yo nunca creo que un hombre es un pícaro, ni un pillo, porque yo no lo soy, y generalmente aquellos hombres que tienen más años creen a los demás hombres capaces de hacer lo que ellos hacen. Y es indudable que esta teoría es justa y es atinada, desde el momento que los hombres que vienen aquí a lanzar cargos que no pueden comprobar, a lanzar cargos por cobardía, y eso lo han hecho de uno y otro lado en esta Cámara. Por eso invito a los compañeros a que pongan fin a estas luchas que sólo exaltan los ánimos y dan por resultado que las labores urgentes e importantes que tenemos que ejecutar en este Congreso sean olvidadas y propuestas a las rencillas personales o de grupos políticos. Es necesario también que ahora, para empezar esta nueva labor a que os invito, tengan un acto de gentileza los señores que firmaron ese escrito y que, unidos con todos los demás, den un voto de confianza a la Mesa Directiva de esta Cámara, puesto que ella representa, por mayoría, a la misma Cámara de Diputados.
El C. Presidente: Tiene la palabra para rectificar hechos el señor Secretario López Lira.
El C. Secretario López Lira: Señores diputados: Cuando se comenzó el desorden en la tarde de ayer, no me encontraba dentro del salón de sesiones y cuando principió la votación tomé la negativa durante un rato, en compañía del diputado Manrique; a media votación tuve que salir urgentemente del salón y entonces el señor Peña me substituyó, siguiendo anotando los votos de la negativa. ¿Es cierto, señor diputado Manrique?
El C. Manrique: Con permiso de la Presidencia. No es necesario que usted me lo pregunte, lo es
El C. Secretario López Lira: Señor diputado Peña.... Veo que no está en el salón. Llegué en el momento de gran efervescencia en la Asamblea; entonces fue cuando en cumplimiento de mi deber procuré ayudar a la Presidencia a encauzar el debate, o, mejor dicho, a restablecer el orden. Si no hubiera esta circunstancia tan particular de no haber estado actuando de una manera efectiva durante la votación, quizá un exceso de pudor me impidiera venir a rectificar algunos hechos. El señor licenciado Blancarte nos ha hablado con gran antigencia de que debemos serenar nuestros espíritus y analizar las cosas con toda tranquilidad para dar un fallo justo. Yo lamento que estas ideas no hubieran imperado en el grupo de los señores diputados que lanzaron la denuncia ante la Nación de los actos de la Mesa Directiva.
Hace pocos días, en una rectificación que me permití hacerle al señor diputado Cepeda Medrano, lo invitaba a él y al mismo tiempo a toda la Cámara, para que si algún acto mío fuera censurable cayera bajo la sanción de Vuestra Soberanía y se me sujetara a un procedimiento y que viniera a hacerme perder mi carácter de diputado y que viniera a aclarar nuestros procedimientos. Deberíais comprender, señores diputados, que por todos los ámbitos de la Nación ha circulado la prensa; a estas horas ya en todas partes se han enterado de que un grupo de ciudadanos diputados, respetable en su carácter de diputado y respetable en su carácter de grupo, ha lanzado la afirmación de que la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados falta a su deber, y yo estoy, señores diputados, entre los miembros de esa Mesa Directiva y a nada tengo tanto apego, señores diputados, como a mi honradez, Yo espero, pues, de la honorabilidad de los señores que han firmado esa protesta, que han firmado esa renuncia, que precisarán los cargos respecto a los secretarios que consideran ellos que hacen chanchullos o que se portan indebidamente. Yo no excito a ese grupo para que lo haga; yo lo espero de su honorabilidad exclusivamente. Es muy difícil, señores diputados, la labor de la secretaría y la labor de la mesa directiva en general; es imposible dentro de un parlamento que sintetiza la vida nacional que renace, que haya toda la suficiente calma; no es posible que tengamos las sesiones aquellas adormecedoras de la época de la dictadura. Yo considero que la Cámara de Diputados no es sino uno de tantos signos de la nueva vida nacional llena de energía y pletórica de entusiasmos; pero, señores diputados, puesto que todos estamos colaborando, puesto que hasta ahora no se ha podido precisar ningún cargo, puesto que yo me he puesto a la disposición de la Asamblea y así lo expresé en días pasados, para que se me enjuice si he cometido algún delito, para que se me demuestre que ha habido mala fe en la Secretaría, yo no veo, señores diputados, por qué se lanza a los ámbitos de la Nación, por qué se lanzó a la faz de la Nación un manifiesto que viene a deshonrarme y a deshonrar a mis compañeros. Concretando la rectificación de los hechos, me permito decir, primero, que no estaba actuando como Secretario de la Mesa cuando surgió el incidente de ayer tarde; segundo, que yo, en breves palabras, tuve un acuerdo con el señor Presidente y que sí me hago solidario del hecho de que la Presidencia haya levantado la sesión y me hago solidario, fundándome en artículos del Reglamento que en artículos del Reglamento que imponen al Presidente la obligación de guardar el orden; en artículos del reglamento que facultan la suspensión de una sesión por desorden grave de la Cámara y autoriza también a la Presidencia para mandar desalojar las galerías, lo mismo que para continuar en sesión secreta en caso de que no sea posible llamar al orden a los miembros de la Cámara. Serenada la contienda y recordando los acontecimientos de ayer tarde, sin fijarnos ni en la derecha ni en la izquierda, puesto que diputados que se sientan en la derecha votaron por la negativa y diputados que se sientan en la izquierda votaron por la afirmativa, pues nunca ha estado tan dividida la votación como en el caso de ayer: sin señalar como
responsables a grupos definidos, yo aseguro y en vuestra conciencia está perfectamente claro, que había desorden en la Cámara y que el Presidente estaba obligado, por mandato legal, a suspender la sesión. por último, señores diputados, el señor diputado Otero ha lanzado un cargo terrible a la Secretaría: ha dicho que él manifestaba tenía conocimiento o aseguraba que había falta de honradez en los señores Secretarios. (Voces: ¡Que lo pruebe!)
De conformidad con el artículo 105 del Reglamento, pido respetuosamente a la Presidencia, pero con toda energía, que excite al señor diputado Otero para que retire sus palabras, puesto que son injuriosas y en caso de que no las retire, yo me atengo exclusivamente al Reglamento. La honorabilidad mía muy directamente y la honorabilidad de mis compañeros, que somos diputados también y que formamos parte de la honorabilidad de esta Cámara, está de por medio. Yo ya he dicho que estoy a disposición de la Asamblea y que estoy a disposición de la sección instructora del Gran Jurado si es preciso, pero yo no puedo, señores diputados, por ningún motivo, aceptar que se diga que hay falta de honradez en los procedimientos. Yo, señores diputados, emplazo a los que nos han de suceder en estos lugares ahora o en el próximo período o en la primera oportunidad, que ellos sabrán decir cómo es difícil poder atender todas las indicaciones y poder escuchar a todos y cada uno de los señores diputados. Si algún ciudadano diputado ha visto en mí alguna muestra de parcialidad siquiera, yo pido, señores diputados, que se me consigne al Gran Jurado; pero mientras tanto y con fundamento en el artículo reglamentario que he citado, suplico a la Presidencia que excite al señor Otero a que retire sus palabras.
El C. Presidente: La Mesa suplica al ciudadano Otero retire las palabras que el ciudadano López Lira considera ofensivas.
El C. Otero: No estoy dispuesto a retirar mis palabras.
El C. Presidente: En ese concepto, se procederá de conformidad con el artículo 105 del Reglamento.
El C. Ancona Albertos: Pido la palabra.
El C. Blancarte: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Blancarte.
El C. Blancarte: Para pedir al señor Secretario López Lira que me diga si le consta que en una votación de hace dos días, después de leídas las listas e indicado el número de las personas que habían votado, se recibió el voto del señor Ancona Albertos.
El C. Secretario López Lira: El señor diputado Ancona Albertos solicitó desde su lugar emitir su voto; era en el caso precisamente de la votación en escrutinio secreto de la Mesa y la Asamblea resolvió que sí.
El C. Blancarte: ¿No cree el señor Secretario que si accedió entonces la Asamblea, la Mesa por equidad debió consultar también ayer a la Asamblea si se tomaban en consideración los votos de las personas que querían votar después? ¿No es de reglamento, de costumbre, que al leer las listas se tomen los nombres de las personas que no han sido tomados?
- El mismo C. Secretario: Es de costumbre; pero, como acabo de manifestar, yo no estaba presente.
El C. Blancarte: Suplico a la Secretaría diga si es verdad que dijo uno de los secretarios que, haciendo cumplir un acuerdo de la Presidencia, no se recibirían más votos.
El C. Secretario Mata: La Presidencia, con fundamento en un artículo del Reglamento, dijo que no se aceptara ningún voto después de haber votado la Mesa.
El C. Blancarte: Insisto en mi pregunta: ¿no es cierto que se pidió que se hiciera figurar en las listas de votación los nombres de los diputados que se habían pasado en la votación?
- El mismo C. Secretario: Debo decir que ya esta mañana expliqué que en los momentos en que uno, dos o tres diputados se levantaban de sus asientos para decir que se anotaran sus votos, lo hacían todos a la vez; por lo que era imposible saber quiénes eran los que reclamaban su voto, y ocasionándose el desorden que dio lugar a que se levantara la sesión.
El C. Blancarte: Ahora voy a hacer esta pregunta. Examinando el asunto, los señores secretarios con toda honradez y rectitud pueden decir si cuando se trata de asuntos en que se deja ver un interés de grupo, sea de la derecha o de la izquierda, si obran con absoluta imparcialidad o si no tienen simpatías e inclinaciones en favor del grupo a que pertenecen.
El C. Secretario López Lira: Por eso excitaba a la Asamblea para que pruebe eso.
El C. Ancona Albertos: Pido la palabra señor presidente.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ancona Albertos: Yo no tengo la timidez del señor Secretario López Lira para pedir al señor Otero que retire sus palabras. yo exijo, en nombre de la caballerosidad, que concrete los cargos a la Secretaría. (Voces: ¡Bravo!)
El C. Otero: Casualmente no hay un caso concreto que se pueda probar materialmente.... (Voces: ¡Ah!) Está en conciencia de todos que hay parcialidad en la Secretaría, y habiendo parcialidad tiene que haber falta de honradez.
El C. Lailson Banuet: Pido la palabra en contra de la proposición.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Lailson Banuet: Señores diputados: Quiero ante todo hacer constar hechos muy precisos, y yo espero que ustedes tengan la serenidad que han tenido hasta ahora para oírme; si soy mal orador, favor de soportarme, que yo soporto a muchos malos oradores. (Aplausos.) Yo suplico a los señores González Torres y al señor de la Barrera que digan si antes de terminar la votación les advertí que se había omitido la anotación de sus nombres en la lista, antes de que se leyera la lista.
El C. González Torres: Sí es verdad que usted nos hizo la advertencia de que no nos habían anotado en la lista de votación.
El C. Lailson Banuet, continuando: Y eso porque yo lo noté que dejaron de anotarlos. Yo he probado hasta la evidencia no ser precisamente de ningún grupo y no por otra cosa, sino porque quiero mi independencia individual que estimo en mucho; por
eso no se me puede tachar ni de las derechas, ni de las izquierdas, aun cuando en el fondo pertenezca a tal o cual grupo; y, sin embargo de eso, noté que se dejó de anotar a esos CC. diputados y se los hice notar. Supongo que, como ellos, ha habido otros. Quiero suponer que fue una desgracia; pero la verdad es que las apariencias condenan y, en este caso, creo yo eso ha servido de base al señor diputado Otero. Por otra parte, y saliéndome un momento del asunto a discusión, yo me voy a permitir suplicar a algunos revolucionarios viejos, verdaderamente viejos y que están aquí presentes, que digan si soy conocido de ellos, aunque no he llegado a general, como algunos otros. A mí la Revolución me costó mi átomo, y por eso la defiendo, porque me costó, porque demasiado he trabajado en ella, y yo no admito el título de incondicional que no me viene, y como en algún lugar me he de sentar, me siento en la derecha.
El C. Ríos Landeros, interrumpiendo: Es ridículo.
El C. Lailson Banuet, continuando: Pues aunque sea ridículo, señores. Por consiguiente, yo suplico que se tenga más serenidad. ¿Por qué se ha de insultar a un individuo porque se sienta en tal o cual asiento o porque no vota como nosotros? ¿Qué derecho hay para obligar a los individuos? Entonces, para que se vote, que se haga lo que quiere la Mesa y que no haya votación, puesto que está uno obligado, según ustedes, a votar en el sentido que les da la gana. (Siseos y aplausos.)
El C. Cienfuegos y Camus: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Cienfuegos y Camus: Como alguno de los hechos que yo asenté en el curso de mi discurso, están relacionados con algunos hechos mencionados por el diputado Treviño, suplico a la Mesa diga al señor Treviño pase a ocupar su curul, porque no me gusta hacer cargos, ni siquiera contestarlos cuando están fuera de esta Asamblea los hombres que los han formulado.
El C. Presidente: Voy a mandar suplicar al señor general Treviño pase al salón; naturalmente él dirá si viene o no.
El C. Cienfuegos, continuando: Señores diputados: Al presentarse esta proposición a debate, tomó la palabra en pro el C. Siurob, y por ningún motivo ha pretendido lanzar cargos personales, ni siquiera colectivos, de la gravedad de los que el C. Treviño ha lanzado a los miembros de la izquierda; y hago notar esto en virtud de esa serenidad estupenda que nos aconseja el C. general Hay. (Siseos.) Que es perfectamente impracticable cuando estamos aquí en una sala de debate en donde forzosamente tiene que haber dos tendencias.
El C. Presidente: Manifiesto al señor Cienfuegos que el señor general Treviño salió fuera de la Cámara.
El C. Cienfuegos, continuando: Lamento profundamente que el general Treviño no se encuentra en el salón, sólo porque le señalaría casi por entero algunas de las filas de las curules de la izquierda, donde se sientan verdaderos revolucionarios, para que él señalara quién de ellos no se había parado en el terreno donde se paran los hombres, lo que nos arrojara como reproche a los de la izquierda. Seguramente a muchos de nosotros no nos conoció en el terreno de los hombres que él conoce, sencillamente porque él no estuvo con los hombres. Lamento no poder rehacer esta interrogación. ¿En qué terreno conoció al señor Cepeda Medrano? ¿En qué terreno conoció a esos señores representantes de mi Estado? yo no conozco más que al licenciado Velásquez, que en su juventud fue hombre honrado y revolucionario por excelencia, pero que al llegar a los cincuenta, va declinando en favor de la incondicionalidad. Quiero que se me diga por qué se dice que en la izquierda están los despechados, y por qué yo soy también un despechado, así como si por despechado estoy entre los de la izquierda; quiero que se me diga, que se me enumeren, de todos los de la izquierda, quiénes son los despechados, si aun el licenciado Acuña, que ha sufrido ataques del Gobierno y de la pléyade de los Palavicini, ha defendido los intereses que vosotros, los de la derecha, defendísteis ayer. Y ya véis, señores, que no hay despechados aquí, sino revolucionarios por excelencia y que yo podría señalar, ya para estimar sus merecimientos, como para estudiar y estimar vuestras determinaciones. Ninguno, ni el señor general Treviño, tiene autoridad bastante para lanzar injurias de tal importancia, porque entonces estaríamos en el terreno de los hombres para aprobar o reprobar todos los servicios que hemos prestado a la Revolución como hombres y no como mujeres. (Aplausos.) Esa serenidad del señor general Hay ha de servir alguna vez quizá, no ahora. El doctor Siurob ha dicho de vosotros incondicionales y por lo que a mí refiere, hasta ahora no he podido pescar un punto de vuestra atención que esté dentro del criterio absolutamente libre e independiente, y así es mentira que se sostengan los Gobiernos. Así ellos vuelven la espalda a los pueblos por el cual nosotros hemos ido a la lucha. Cuando ya estamos convertidos en Gobierno, dice alguna doctrina, es preciso guardar el equilibrio entre el pueblo que representamos y el Gobierno que ha emanado de ese pueblo; pero es el caso que aquí dentro de la Asamblea estáis vosotros que no representáis dignamente el Gobierno, ni siquiera representáis las ideas francas y realmente revolucionarias. (Aplausos.) Lamento, repito, que el general Treviño se haya equivocado tan profundamente por cuanto dijo que aquí en las izquierdas había algunos hombres que no había visto en el terreno de tales; se me antoja que había visto acaso al señor Medina, acaso a algunos otros señores que desconozco completamente en lo que se refiere a sus ideas revolucionarias y a luchar en pro de los ideales del pueblo. Por lo demás, señores, ayer en esa tormenta que provocamos, vosotros, aunque queráis rehuirlo, no fue una falta de honradez de parte de la Mesa haber levantado la sesión y no haber resuelto sobre el voto de la Asamblea; y este es el motivo, ya bien estudiado por mis antecesores en el uso de la palabra, para que todos unánimemente y con el corazón y con la mirada dirigida antes que el Primer Jefe ayer, antes que el Presidente de la República de hoy, a quien todos respetamos y a quien todos debemos ayudar, veamos hacia el pueblo, hacia la verdad y hacia los principios revolucionarios. Yo podría asentar hechos que no los asiento porque se han ido las
personas con quien yo hubiera tenido el gusto en contender. Quiero, pues, en este momento, escuchar las palabras del general Hay, que aconseja esa serenidad estupenda de los sepulcros o de los cementerios. Serenad, pues, la contienda, señores, pero sed justo dentro de vuestra serenidad. (Aplausos.)
El C. Presidente: En asunto económico de la Cámara sólo pueden hablar tres oradores en pro y tres en contra; pero como se trata de un asunto de la Mesa, ustedes resolverán.
El C. Secretario López Lira: Se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se amplía el debate. Los que estén por la afirmativa, sírvase poner de pie. No se amplía el debate.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Aguirre Escobar para rectificar hechos.
El C. Cepeda Medrano: Yo he pedido la palabra para rectificar hechos y alusiones personales.
El C. Aguirre Escobar: Señores diputados: En mi calidad de Vicepresidente de la Mesa, mal pudiera venir aquí a sostener la proposición que se acaba de leer para que se dé un voto de confianza a la Mesa; pero dada mi actitud de ayer defendiendo a los señores de la derecha y teniendo la honra de pertenecer al Partido Liberal, vengo a definir mi actitud. Se ha achacado, se ha dicho que los secretarios de la Mesa no son honrados y yo afirmo lo contrario, puesto que no encontré ningún individuo que pruebe que los secretarios de la Mesa no son honrados. Lo que ayer pasaba cuando se leyeron las listas, cuando todo el mundo reclamaba y todo el mundo quería hacerse oír al mismo tiempo, influyó de tal manera en el ánimo de los secretarios, que realmente no hallaban qué hacer. Era un aturdimiento, un atolondramiento el que tenían y fue por eso que, si hubo deficiencias, obedece a tal causa, pero nunca a mala fe. Aseguro que si hay hombres honrados, no los hay más honrados que los secretarios de la Mesa. El señor general Treviño ha venido a hacer a la izquierda con un apasionamiento propio de su carácter, con una falta de medida en sus palabras, por esa manera propia de todo individuo acostumbrado a manejar legiones, impuesto siempre a la soldadesca. Entre los individuos que han militado en la Revolución, no por el solo hecho de ser hombres armados han sido militares; hay revolucionarios civiles y entre ellos me encuentro yo. El señor Treviño es el tipo genuino, el elemento verdaderamente representativo del tipo militar, o militarista, y no puede venir a decir aquí que es un elemento de la Revolución, propiamente hablando; es un individuo que tiene la carrera militar como profesión y nosotros, los de la Revolución, no hemos venido a hacer carrera militar en la Revolución. (Aplausos.) Los señores de la izquierda han hecho una imputación también a los de la derecha, que no es justa: se les ha dicho incondicionales del Ejecutivo. Yo no creo que esa apreciación, esa manera de juzgar se amplíe de una manera tan general a todos los de la derecha, porque creo que no la merecen. Los individuos que venimos a esta tribuna queriendo hacer un servicio a la patria para desenmascarar a los individuos que no cumplen con su deber, debemos ser lo suficientemente cuerdos, lo suficientemente honrados y lo suficientemente hombres para decir la verdad; pero personalmente a quienes no cumplen con su deber, nunca englobando los cargos, porque esto revela que no existe ni siquiera la hombría para asumir la responsabilidad. (Aplausos.) Se ha dicho "incondicionales" ¿Por qué?.
Si porque hay amigos del señor Presidente de la República, también aquí los hay y muchos; (señalando las izquierdas) si porque hay algunos individuos, por ejemplo, que trafican con su calidad de representantes del pueblo aquí y voluntariamente, conscientemente de que hacen una picardía van y se arrastran a los pies del Presidente de la República, y con él los sesenta mil ciudadanos que le han dado su voto, que se le eche en cara su miseria, su desvergüenza, pero que no se englobe a los demás. (Aplausos.) Aquí hay, y yo puedo citar algunos. (Voces: A ver, ¿quiénes?) Allí está el señor García de Alba. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)
El C. García de Alba: ¡Miente usted!
El C. Aguirre Escobar: Señor García de Alba, ¿no es cierto que tiene usted un tren que ha ido a pedir al Ejecutivo para transportar mercancía de ciertos lugares del país a la metrópoli o viceversa, estando por eso cuartada su libertad como diputado y como representante de su pueblo?
El C. García de Alba: ¡No es cierto! ¡Miente usted!.....
El C. Presidente: Pida usted la palabra antes de hablar. (Aplausos.)
El C. Aguirre Escobar: El C. García de Alba es tenido, no sólo dentro de este Congreso, sino en la calle, en la opinión pública, como un incondicional del señor Presidente de la República, que ha ido a sus antesalas a vender el voto de los ciudadanos que lo eligieron, poniéndose a los pies del Presidente.....
El C. García de Alba: ¡Que se me pruebe!
El C. Presidente: Se llama al orden al orador y al C. García de Alba.
El C. Aguirre Escobar: Así se deben hacer los cargos y no englobándolos.
Ahora bien, fui uno de los diputados que ayer con más calor, con más vehemencia, criticaron que se levantara la sesión de la tarde; fui yo quien, por única vez, he dado mi voto juntamente con el de los diputados de la derecha, por casualidad o será porque me he acostumbrado a votar siempre como me parece; y al disgustarme con la Presidencia, no fue precisamente por la cuestión de la votación, fue por causas muy diferentes que nada tiene que ver con la votación. El señor Presidente ocupaba su sitial: se vino el momento de la votación y vinieron las reclamaciones de unos y de otros, y cuando se iniciaba el desorden, que no llegó a efectuarse, porque mal hace la prensa en decir que lo hubo.....(Risas.)
Digo que cuando se iniciaba el desorden ayer, el Presidente que estaba sentado aquí, se retiró de la Mesa y yo, sin saber si había levantado o suspendido la sesión, me senté a presidir, creyendo que había abandonado el sillón para que lo ocupara yo; pero cuál fue mi sorpresa cuando me dice: "Es mucho lo que está pasando aquí." Entonces yo, indignado, le dije: "Señor, ¿qué quiere usted que los diputados sean de palo y estén como monos, sentados en sus curules? ¿Qué los diputados no tienen siquiera el derecho de levantarse de sus asientos para decir: "Protestamos" ¿No es así como se viene a representar al pueblo, a mover la
cabeza en sentido afirmativo o negativo. Los diputados aquí deben manifestar verdaderamente energía en sus palabras y en su acción, de lo contrario, no pueden decir que representan a un pueblo viril y con hombría. (Aplausos.) Sólo las mujeres metropolitanas de hace cinco años atrás, sólo los fifís empoltronados que se sentaban en estas curules, eran aquellos que sin vergüenza y sin pudor vivían siempre apoltronados, aquellos con que apenas se completaba un quórum para venir sencillamente a decir sí, porque no sabía decir que no a las proposiciones del Ejecutivo. Ese fue el motivo del disgusto de ayer con el señor Presidente de la Cámara. Por tal razón, yo rogaría al señor compañero de la Cámara que hizo la imputación a los señores secretarios, que por su caballerosidad se servirá retirar esas palabras si es que no tiene pruebas para justificarlas; de lo contrario , yo, si acaso mi voz es creída, debo decir que, habiendo votado por los de la derecha, puedo afirmar que lo que pasó aquí ayer no fue un acto de mala fe ni un acto de falta de honradez, fue un atolondramiento de los secretarios que no hallaban a quién atender en esos momentos. (Aplausos y voces: ¡Muy bien!)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Velásquez para contestar una alusión personal.
El C. Velásquez: (Voces: ¡Lista, lista!) Señores diputados: Seré breve.
Vengo a contestar una alusión personal que hizo el señor diputado Cienfuegos y Camus asegurando que soy un incondicional; que desde hace cincuenta años a esta parte he sido incondicional. (Risas.) Dijo que al llegar yo a los cincuenta, me he vuelto incondicional. Yo conozco al señor Cienfuegos y Camus desde su niñez, entiendo que es un hombre honrado y por consiguiente aquí debe citar el hecho de si le consta que desde que soy diputado he ido a pararme alguna vez a las salas presidenciales o por qué, de qué manera se me dice que soy incondicional; que se me cite un hecho, y entonces acepto ese calificativo y ofrezco pedir inmediatamente mi licencia y separarme de la Cámara, en caso de que se comprueba que he venido a ser incondicional del Ejecutivo de la Unión o de alguien. Repito que en ese caso ofrezco pedir una licencia y no volver a la Cámara. Lo pido honradamente. ¿Cuántas veces he sido incondicional a alguien? ¿Alguna vez he faltado a mis deberes y he dejado de ser revolucionario? Nunca, señores diputados; no he empuñado las armas ahora porque ya no puedo, estoy casi ciego; pero antes, siempre he laborado en pro de la libertad, aun con anterioridad al nacimiento del C. Cienfuegos; y después de tantos vaivenes de la fortuna, sólo he conservado mi honradez y mi independencia y mi corazón limpio. Quiero que se exprese cuántas veces he sido incondicional y de quién lo he sido.
El C. Cienfuegos y Camus: Pido la palabra para contestar.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Cienfuegos y Camus: Cuando era muy pequeño conocí al licenciado Velásquez como un joven todo lleno de brío, todo lleno de rebeldías para con los gobiernos locales del Estado de Guerrero; muy amigo de mi padre, que seguramente él sabe que era un hombre honrado como yo, lo oía platicar constantemente al licenciado Velásquez de todos los hechos criminales de los gobiernos que eran creado indudablemente por el centro, por Porfirio Díaz, llegando la ocasión en que el señor licenciado Velásquez arrojara a bofetadas a un Gobernador que tiene por nombre uno mercenario, del que no me acuerdo. Pero eso es lo mismo que acabo de decir en la tribuna, que después de haber conocido la juventud del señor Velásquez, lleno de todas las rebeldías, de todas las angustias por la libertad, al llegar a los cincuenta años, no sé con precisión si ya haya llegado, ha venido declinando poco a poco, acabándose esas ansias de libertad y ha venido confundiéndose con aquellos a quienes él mismo abofeteara. El hecho preciso no vamos a sacarlo de las antesalas presidenciales, señor licenciado, el hecho preciso es que aquí, ante los representantes del pueblo, ha venido usted sosteniendo de una manera incondicional - cosa que yo no admitiré jamás como buena - a ese que causa y arroja vergüenza sobre la frente de la Revolución, a Silvestre Mariscal, y usted, confundido con esos tres o cuatro señores que están sentados a su lado, vienen a sostenerlo de una manera incondicional, habiendo sido instrumentos de una elección enteramente violatoria de los derechos y de las libertades humanas. Esta es la forma, señor licenciado, en que yo puedo hacerle a usted esos cargos. Cuando usted era joven, no hubiera usted, por ningún motivo, aceptado esa clase de incondicionalismos, porque decir que es usted incondicional de Mariscal como lo son esos señores, ya es posible esperar que lo sea usted de otro con tal que tenga el poder en las manos. Eso no quiere decir que yo ponga frente a frente al señor Presidente de la República, hombre honrado, como hombre a quien creo que debemos la realización de los principios revolucionarios, frente a un vandálico, frente a un maestro del vandalismo, frente a un maestro de toda la destrucción en el Sur. No, señor Velázquez, yo vengo aquí honradamente a sostener hechos, a sostener principios; no se dé usted por aludido, por el contrario, he lamentado que usted haya abdicado de ese espíritu de libertad que siempre lo animara en su juventud. (Aplausos.)
El C. Velásquez: La Cámara es testigo de que aquí no se ha acusado a Mariscal y yo lo haya defendido. Yo he venido a sostener, cuando se ha tratado de la credencial de alguno, que no ha habido pruebas, se fijaron ustedes, señor diputado, en que no había pruebas para sostenerlo. De esto a ser incondicional, hay una distancia inmensa, o no entiendo yo los términos. Que se me diga incondicional en el sentido propio de la palabra, es obedecer las indicaciones de alguien sin replicar al seguir sus indicaciones de una manera inflexible; eso no me lo prueba nadie. Yo he venido a sostener cuando se trató de la credencial del señor Uruñuela, que no había pruebas, que no era extranjero; de eso, señores, a sostener los hechos que haya cometido el otro, hay mucha diferencia; entonces, ¿dónde está el incondicionalismo? o no entiendo los términos. Yo siempre sostendré que no he venido a defender derechos bastardos de nadie, ni hechos inconvenientes ni he seguido de una manera inexorable e inflexible sin separarme de la conducta que alguien me haya
trazado; esto es lo que se llama incondicional y esto creo que no lo probará nadie. Ustedes han oído al señor Cienfuegos y Camus, quien no me ha probado que soy incondicional. No habiéndoseme, pues, probado que lo soy, queda en pie que el cargo que se me lanzó no es cierto; pido una sola prueba. El argumento del C. Cienfuegos no acredita mi incondicionalidad. Yo seguiré siendo el mismo toda mi vida, a pesar de lo que se diga en contrario. (Voces: ¡Lista, lista! ¡A votar, a votar!)
El C. Ancona Albertos: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ancona Albertos: Creo que ya que se han publicado los cargos contra la Mesa Directiva de la Cámara, es obligación, tanto de los que hicieron a como de los que defienden a la Mesa, quedarse en la Cámara hasta que se resuelva este asunto. Se oye con frecuencia la palabra "lista," y creo que, naturalmente, los diputados estarán fatigados; pero este asunto es ya breve y se debe proceder inmediatamente a la votación para desvanecer todos esos cargos, sobre todo los cargos velados y tan poco concretos que ha hecho el diputado Otero, sin presentar una prueba y sin enfrentarse, como debe ser, a los secretarios.
El C. Secretario López Lira: Habiendo hablado los oradores que indica el Reglamento y estando inscriptos para rectificar hechos los CC. Torres Berdón, Magallón, Cravioto, Cepeda Medrano y García de Alba, se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa se sirvan poner de pie. Se considera suficientemente discutido.
El C. Cravioto: Moción de orden.
El C. Siurob: Moción de orden. No está alterado el orden.
El C. Cravioto: No sabe usted cómo voy a hablar. No se ha violado realmente ningún artículo del Reglamento; pero como el asunto es verdaderamente serio, como hay cargos serios hechos por un grupo numeroso de diputados en contra de la Mesa, creo que por el honor de la Asamblea y de la misma Mesa, para la que se pide un voto de confianza, no se debe resolver este asunto sin que se nos deje hablar, Para mí es igual hablar ahora que mañana; pero sí creo que es de honradez, de honor para la Mesa y para la Asamblea. Si vuestra Soberanía ya se encuentra fatigada, ¿por qué no aplazar esto para mañana?
El C. Alonzo Romero: Pido votación nominal, apoyado por siete CC. diputados.
El C. Secretario López Lira: En votación nominal se va a preguntar si se aprueba.
El C. Cravioto: pido la palabra para una declaración.
- El mismo C. Secretario: Se recuerda a los señores diputados que no se alejen del salón durante la votación.
El C. Cravioto: Es una aclaración importante. Todos los que ..... (Campanillas.)
El C. Secretario Mata: Se llama al orden al C. Cravioto; no se le ha concedido la palabra.
El C. Cravioto: Pido la palabra para una aclaración importante.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Cravioto.
El C. Cravioto: Simplemente hago constar que los cargos que hemos hecho los que hemos subscripto el voto de censura que se publicó en la prensa, no ha sido para toda la Mesa. Nosotros tenemos el mayor respeto en su conducta de ayer para los dos señores Vicepresidentes y para los Secretarios que no intervinieron en la votación. El voto de censura fue sencillamente para el Presidente y para los Secretarios que intervinieron en el incidente de ayer.
Por lo tanto, si nosotros votamos en contra del voto de confianza, no será para toda la Mesa, sino únicamente.....
El C. Secretario Mata, interrumpiendo: Tenga la bondad el señor Cravioto de precisar para quién pide usted el voto de censura, y si lo pide usted directamente para mí, señale usted un caso concreto, si no, de lo contrario, lo tendré a usted como un falsario.
El C. Secretario López Lira: Pido la palabra.
El C. Siurob: Pido la palabra.
- El Hay: Moción de orden.
El C. Secretario López Lira: Se procede a la votación.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Hay.
El C. Hay: Únicamente para decir que estamos ya en votación y que nadie puede tomar la palabra .
El C. Presidente: La presidencia en estos momentos ha ordenado que se proceda a la votación.
El C. Prosecretario Ancona Albertos: Se procede a la votación nominal.
(Voces: Que se lea la proposición. La Presidencia manifiesta a los señores diputados que esta votación servirá también de lista. (Voces: ¡Que se lea la proposición!) El artículo 159 del Reglamento.....
El C. Presidente: Se suplica a la Asamblea se sirva guardar el orden debido y se llama al orden a los CC. Pruneda y García de Alba.
- El mismo C. Prosecretario: El artículo 159 del Reglamento dice los siguiente:
"Los Secretarios del Despacho se retirarán mientras dure la votación. Lo mismo hará en individuo de la Cámara que tuviera interés en el asunto que se votare."
El C. Presidente: Como no es posible que los Secretarios de la Mesa se ausenten del salón, toda vez que ellos deben tomar la votación, la Mesa sólo les permitirá salvar su voto.
- El mismo C. Prosecretario: La proposición del señor diputado Román es que se dé un voto de confianza a la Mesa Directiva de la Cámara. (Se principió a recoger la votación.)
El C. Secretario Mata, durante la votación: ¿Cómo vota el C. Cravioto?
El C. Cravioto: Con reservas mentales, no.
El C. Presidente: Se llama la atención del C. Cravioto sobre que no debe razonar su voto.
El C. Aguirre Escobar: Salvo mi voto: soy Vicepresidente.
El C. Rosas: Pido una explicación: deseo saber si se trata de toda la Mesa o solamente de algunos de sus miembros.
El C. Secretario Mata: Debe usted limitarse a decir sí o no.
El C. Rosas: No.
- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún ciudadano por votar?
El C. García Pablo: No.
El C. Padilla: Sí.
- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún ciudadano por votar?
El C. Prosecretario Villarreal: Votaron por la negativa los siguientes cuarenta y cuatro CC. diputados: Aguilar Silvestre, Araujo, Avilés, Barragán, Juan Francisco, Barragán Martín, Bello, Blancarte, Cepeda Medrano, Córdoba, Córdova, Cravioto, Cristiani, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Esparza, Gaitán, Gámez, García de Alba, García Eliseo, García Pablo, González Marciano, González Torres, Hernández Ernesto, Hernández Jerónimo, Laison Banuet, Lechuga Val, Manrique, Ortía, Otero, Parra Pedroza, Pesqueira, Ramírez Genaro, Rocha, Rojas, Rosas, Saucedo J. Concepción, Silva Herrera, Uruñuela, Velázquez, Ventura, Villarreal Jesús J.
Hecha la corrección correspondiente, resulta que votaron por la negativa cuarenta y seis CC. diputados, con los votos de los señores Silva Jesús y Alejandre Pascual.
El C. Padilla: Votaron por la afirmativa los CC. Acuña, Aguirre Colorado, Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Alonzo Romero, Andrade, Aranda, Arellano, Arlanzón, Arrazola, Arreola, Aveleyra, Avendaño, Barrera, Benítez, Betancourt, Cámara, Campero, Cancino Gómez, Cano, Carrillo Iturriaga, Céspedes, Cienfuegos y Camus, Cisneros, Cruz, Curiel, Chapa, Domínguez, Dyer, Echeverría, Esquivel, Fentanes, Fernández, García Jonás, García Salvador Gonzalo, García Vigil, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gaxiola, Gay Baños, Gómez Mauricio, Gómez S., González Jesús M., González Justo, Guajardo, Guerrero, Gutiérrez, Hay, Hermosillo, Hernández Garibay, Hernández Maldonado, Higareda, Izquierdo, Jurado, Leyva, Leyzaola, Limón, Lizalde, López Couto, López Ignacio, López Miro, Malpica, Manzano, Mariel, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Martínez Rafael, Medina Francisco, Medina Hilario, Medina Juan, Méndez, Mendoza, Meneses, Moctezuma, Montiel, Muñoz, Navarrete, Ortega, Padilla, Pardo, Paredes Colín, Peña, Peñafiel, Peralta, Pérez Brambila, Pérez Gasga, Pineda, Plank, Portes Gil, Portillo, Pruneda, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Rebolledo, Ríos Landeros, Rivas, Rivera Cabrera, Robledo, Román, Rueda Magro, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Sáenz, Sánchez Daniel, Sánchez José M., Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Segovia, Sepúlveda, Siurob, Téllez Escudero, Torre Rómulo de la, Torres Berdón, Torres José D., Vadillo, Valle, Villaseñor José L., Zapata, Zavala y Zubaran.
El C. Prosecretario Villarreal: Queda aprobado el voto de confianza a favor de la Mesa por los 122 votos de la afirmativa, contra cuarenta y seis de la negativa.
El C. Ancona Albertos: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ancona Albertos: Con objeto de pedir a la Presidencia ordene se dé la debida publicidad a este acuerdo de la Cámara, pues como ha sido público el agravio, igualmente pública debe ser la reparación; y como probablemente la prensa no lo publicará íntegro, pido que se autorice el gasto, a fin de pagar a los periódicos el valor de la publicación.
El C. Prosecretario Villarreal: Se pregunta si se toma en consideración la moción del C. Ancona Albertos. Los que estén por la afirmativa sírvase poner de pie. No se toma en consideración.
El C. Presidente, a las 7.30 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las nueve, para continuar la discusión del proyecto de Ley de Ingresos.
El jefe de la Sección de Taquigrafía.
JOAQUÍN Z. VALADEZ.